Bajo Pisagua 2 Ed.pdf

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LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA. RÍO BAKER, 1906 Origen del cementerio Isla de los Muertos Comuna de Tortel, Patagonia Occidental

Mauricio Osorio Pefaur

LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA. RÍO BAKER, 1906 Origen del cementerio Isla de los Muertos, comuna de Tortel, Patagonia Occidental © Mauricio Osorio Pefaur © Ediciones Ñire Negro 1ª Edición, 2015 2ª Edición, 2016 Registro de Propiedad Intelectual: 259.451 ISBN: 978-956-8647-33-9 Diseño de portada: ManchaGráfica, Coyhaique. [email protected]. www.nirenegro.cl [email protected] La copia, reproducción, transmisión y almacenamiento de toda o parte de esta obra debe realizarse citando la fuente y con la expresa autorización escrita del autor y la editorial. Impreso en Andros Impresores, Santiago. Coyhaique, región de Aysén. Primavera austral 2016, Chile.

A mi padre, Ramón Osorio Gaete y a la memoria de Roberto Aedo Salazar

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SIGLAS Y ABREVIATURAS

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AGRADECIMIENTOS

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PRÓLOGO

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INTRODUCCIÓN

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CAPÍTULO 1 ANTECEDENTES, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS DE LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA EN LA PRENSA DE LA ÉPOCA, 1904-1908

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El tratamiento de la tragedia de Bajo Pisagua en la prensa del sur de Chile El eco de la noticia en medios escritos al norte de la Provincia de Llanquihue CAPÍTULO 2 ¿CÓMO SE FORMÓ LA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER? UNA NUEVA EXPLICACIÓN El permiso de ocupación original Las tierras del Baker en el interés de otros peticionarios Contardi transfiere su permiso de ocupación y nace la Compañía Explotadora del Baker Reseña biográfica de los participantes en la solicitud de tierras y posterior formación de la Compañía Explotadora del Baker Julio Subercaseaux Browne y la Compañía Explotadora del Baker Instalación y desarrollo de la empresa: 1904-1907 La infraestructura: existencias previas y nuevas instalaciones Insolvencia de la compañía, proceso de liquidación y nuevos intentos privados por concesionar el área Los acreedores del concurso El vapor Baker es vendido por el administrador de la concesión sin informar a la empresa El Baker es formalmente vendido a Carlos Oelckers El remate del ganado existente en la concesión Nuevos intentos por reactivar el negocio ganadero en el área

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CAPÍTULO 3 LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA Las condiciones de trabajo en la concesión: secciones, organización social, salarios. Una propuesta a la luz de las fuentes El gerente Tornero y su viaje al Baker: llegada, acompañante, salida intempestiva y un intento de explicación sobre la demora del vapor que habría contratado para sacar a los obreros Los tres meses de la tragedia: enfermedad, desesperación, muertes e intentos de buscar salida a la crisis La actuación de la Compañía Explotadora del Baker durante los fatídicos meses del invierno de 1906 Antecedentes de algunos de los obreros fallecidos en Bajo Pisagua El vapor Araucanía, protagonista del rescate La noticia de la llegada de los trabajadores en el Araucanía también fue recibida en la Armada que la elevó al ministro de Marina Los obreros fallecidos al llegar a Chiloé Norris continúa redactando su carta en Dalcahue La población contabilizada en el Baker por el Censo del Territorio de Magallanes ¿correspondió a los sobrevivientes de la tragedia? El Senado de la República tomó conocimiento de la tragedia en noviembre Corolario CAPÍTULO 4 MEMORIA ESCRITA / MEMORIA ORAL EN LA CONSTRUCCIÓN DEL RELATO SOBRE LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA Memoria escrita Memoria oral Fragmentos de historia oral: recuerdos de descendientes en Chiloé Nuevos fragmentos de memoria oral en la región de Aysén

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APÉNDICE CRONOLOGÍA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER

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ANEXO DOCUMENTAL

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1. Crónicas de prensa, 1904-1908 2. Documentos oficiales del Gobierno, septiembre-noviembre 1906 3. Sesiones del Senado 1906 4. Accionistas Compañía Explotadora del Baker

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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

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Fuentes Bibliografía

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SIGLAS Y ABREVIATURAS ANH ARNAD BN-SPM MinHac MinInt MinMar MinRel NS NPM SOHIGEO

Archivo Nacional Histórico Archivo Nacional de la Administración Biblioteca Nacional, Sección Periódicos y Microformatos Fondo Ministerio Hacienda Fondo Ministerio del Interior Fondo Ministerio Marina Fondo Ministerio de Relaciones Exteriores y Colonización Fondo Notarios Santiago Fondo Notarios Puerto Montt Archivo Sociedad de Historia y Geografía de Aisén

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AGRADECIMIENTOS

Agradezco a mis amigos y colegas de Ñire Negro, Miguel Muñoz, Carolina Huentelicán, Alejandra Muñoz, Mariela Ochoa y Eugenia Mancilla, porque con su apoyo constante este trabajo logró desarrollarse. Al profesor Enrique Martínez, por sus reflexiones, sus sugerencias y el tiempo que siempre me concedió para contarle los nuevos hallazgos, las sorpresas que iban complicando la trama de esta historia y los errores de interpretación que me ayudó a corregir durante estos dos años de trabajo. Gracias también al profesor Martínez por aceptar prologar este libro. Al personal del Archivo Histórico Nacional, Archivo Nacional de la Administración y la Sección Periódicos y Microformatos de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. A Ana Victoria Justo, por su atento obsequio del libro de su padre Liborio Justo. A Peter Hartmann, por apoyar esta investigación y facilitarme copia de la entrevista al poblador Reinaldo Sandoval. A José Mansilla por facilitarme copia del documento escrito por Antonio Soto. A Francisco Mena por la lectura del primer manuscrito, al que realizó valiosos comentarios. A Francisco Hurtado, Orlando Cárdenas y Elizabeth Díaz, quienes se interesaron en este trabajo y me permitieron acceder a sus familiares en Chiloé: Sabina Barría de Mocopulli, José Orlando Cárdenas de Castro y Héctor Díaz de Dalcahue, quienes accedieron a compartir sus recuerdos sobre lo sucedido en Baker. A Felipe Montiel Vera, por su permanente apoyo en la difusión de este trabajo. A Ignacio Pastrián por su decisión y apoyo en el inicio de la investigación. A Rodolfo Aedo y Mauricio Aguilera, por su colaboración en las actividades realizadas en Tortel. A Wolfgang Staub por su generosidad en la traducción de Aimé Tschiffely. A Duncan Campbell y Gladys Grace por compartir sus hallazgos y permitirme utilizar material que han publicado en su página web www.patbrits.org. En Coyhaique agradezco al Círculo de Hijos de Chiloé y a la Sociedad de Historia y Geografía de Aisén, organizaciones que me apoyaron para difundir los primeros hallazgos efectuados en 2013. En Tortel, a la Ilustre Municipalidad de Tortel y su alcalde Bernardo López, por el apoyo y colaboración en la charla realizada en octubre de 2013. A Eugenia, por todo el amor prodigado, la compañía permanente, las risas, los silencios, los viajes, la distancia y los encuentros, todos necesarios para lograr que este libro vea la luz. A mis hijas Rocío, Antonia, Leonor y Renato, que se anunció con la primavera de 2015 y hoy participa en este viaje. A mis padres, por la vida.

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PRÓLOGO

Tenemos en nuestras manos un nuevo trabajo del antropólogo social Mauricio Osorio Pefaur, quien ya en obras anteriores, nos ha permitido conocer y reflexionar sobre diversos pasajes de la historia social aysenina. En esta oportunidad sobre el cementerio de la Isla de los Muertos, originado en una tragedia obrera, como acertadamente la ha titulado de acuerdo a su investigación. Para realizar este trabajo el autor consultó la bibliografía existente, la que cita de manera oportuna; nuevas fuentes, como la prensa de la época en que sucedieron los hechos, los documentos oficiales y un escrito autobiográfico de uno de los protagonistas, con lo cual enriquece su investigación. Conocí de cerca este trabajo, Mauricio Osorio investiga desde 2013 el tema y han sido numerosas las dudas que me compartió: ¿qué sucedió?, ¿de donde era la gente cuyas tumbas quedaron en la isla de la desembocadura del Baker?, ¿por qué llegaron a ese lugar?, ¿en qué condiciones vivían?, ¿por qué se quedaron tanto tiempo?, ¿cual fue la causa que les impidió salir antes de ese maravilloso pero aislado territorio?, ¿quiénes los llevaron a ese lugar?; si muchos de ellos murieron ¿qué sucedió con los que pudieron tener alguna responsabilidad en su muerte?, etc, etc. Pero debía dar a la luz pública sus hallazgos. A juicio del autor aún faltan elementos que ayuden a tener un panorama completo de lo sucedido, pero el tiempo transcurría y era necesario compartir algo impreso con las personas interesadas en el tema, esa es una de las razones por las cuales esta investigación pasó a las prensas. Resulta positivo que esta monografía haya visto la luz en Aysén, donde la sensibilidad con el tema que aborda con tanta dedicación es alta. Tenemos con nosotros un trabajo elaborado por alguien que vive con su familia en esta región, por lo que conoce muchos aspectos de su gente y su modo de ser. Los méritos de esta obra quedarán en evidencia al avanzar en su lectura, pero antes unos comentarios a modo de prólogo. La cuestión social es el conjunto de problemas económicos, sociales, sanitarios, espirituales, que afectaron a la sociedad chilena en su conjunto y especialmente a los sectores más desposeídos de nuestro país. En nuestra región poco se han estudiado sus características, se ha aludido a ella de manera tangencial, pero no se ha trabajado de manera puntual. Las razones que podrían explicar su escaso abordaje en el territorio de Aysén son la ausencia de población en la época y la falta de fuentes para analizar el problema en el contexto del poblamiento inicial del área; pero si consideramos

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que la cuestión social se agudiza en Chile entre los años ochenta del siglo XIX y treinta del siglo XX y que las sociedades ganaderas, ubicadas desde el paralelo 42° lat. Sur, iniciaron sus actividades a partir de 1903 (de hecho la Sociedad Industrial de Aysen trajo decenas de trabajadores a partir del año siguiente), hay unas cuantas décadas que bien pueden ser el marco cronológico para trabajar este aspecto de la historia social y con ello enriquecer la historia social de nuestro país. Con el presente trabajo nos podemos percatar que no es necesaria una larga duración para encontrar una coyuntura histórica especial, en 1906 tenemos un suceso de capital importancia en la historia económica y social, regional y nacional. Por otro lado, la revisión del anexo con la mayor parte de las fuentes analizadas por el autor, confirma que una búsqueda cuidadosa ofrece la posibilidad de hallazgos significativos como los que se transcriben íntegramente en dichos anexos. Pero hay todavía más –nos advierte el mismo autor- pues existen otras fuentes que no fueron consultadas por no haberlas ubicado en los años que ha dedicado a esta investigación. Si esas otras fuentes son encontradas, permitirán estudiar nuevas aristas de la tragedia obrera de Bajo Pisagua -nos dice Osorio-. Con ello el autor enriquece su obra y, en un gesto que habla bien de su generosidad, las pone a disposición del lector y del estudioso que no puede viajar a los grandes archivos del centro del país. En 1903 Enrique Mac-Iver Rodríguez, líder del radicalismo doctrinario, señaló: “La cuestión social no existe en Chile”. Pues bien, contamos ahora con un trabajo que indica lo contrario. En aquel Aysén en formación encontramos una expresión de la cuestión social, dramática, que involucró a varios centenares de trabajadores y acabó con la vida de varias decenas de ellos. La cuestión social no sólo se debe asociar a las salitreras, al mundo urbano del centro del país, a las localidades mineras carboníferas de la región del Biobío, a la sociedad campesina rural del centro sur, a las estancias magallánicas; también estuvo presente en las nacientes sociedades de la antigua Trapananda y en especial entre los hacheros temporeros de Chiloé que llegaron a entregar su fuerza de trabajo a la Sociedad Explotadora del Baker. Aquellas palabras de Mac-Iver tuvieron crudo eco en las acciones y redacciones del Ministerio del Interior de la época, cuyo titular era Javier Ángel Figueroa Larraín. La respuesta de esta importantísima repartición pública frente a la inquietud planteada por el intendente de Llanquihue es clara, en relación a lo que está sucediendo en el Baker, “Su telegrama referente a trabajadores Backer (sic) es de carácter esencialmente privado sobre cuyo contenido nada puede hacer Ministerio”. Frente a la cuestión social, el gobierno es solo un espectador. La problemática social no existe, en las relaciones entre patrones y obreros, situaciones privadas, corresponde a ellos solucionarlas. La oligarquía estaba sorda, ciega y muda. La escasez de estudios en el contexto de la cuestión social aysenina, empieza a ser parte del pasado, La tragedia obrera de Bajo Pisagua. Río Baker,

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1906. Origen del cementerio Isla de los Muertos, comuna de Tortel, Patagonia Occidental es un trabajo de investigación principalmente archivístico, con algunos aportes provenientes de la oralidad; una contribución fundamental para dilucidar los acontecimientos sucedidos y su conexión con la historia nacional. Una monografía histórica es un estudio específico, que intenta dar respuesta a las múltiples preguntas que nos hacemos sobre el pasado. Siendo esta obra una pieza monográfica, es especial, pues apunta a contestar interrogantes referidas a un hecho acaecido en el litoral sur del actual Aysén, un acontecimiento pretérito del cual se ha comentado mucho y se ha escrito menos, pues el “suceso” estudiado en el presente trabajo ha sido más de dominio oral entre los habitantes de Chiloé, Magallanes y Aysén, tradición que se inicia con los familiares, vecinos y amigos de las víctimas, tanto de los que partieron ese aciago invierno de 1906 como de los que sobrevivieron a los diversos avatares. Unos y otros tan víctimas de la negligencia de quienes debían velar por su retorno a la tierra desde la que habían salido en un viaje de trabajo. Uno de los grandes aportes de este trabajo lo constituye el abordaje de la prensa escrita contemporánea a los hechos, estudio que no se había realizado, pero que hoy está casi terminado. Además en la presente investigación se incorpora la voz “oficial”: la documentación del Gobierno y del Congreso correspondiente a la segunda mitad del año 1906, la que no produce tranquilidad, la falta de seriedad de las autoridades que no se preocuparon de investigar lo sucedido, aumenta la desconfianza hacia los poderes establecidos. Situación que se mantiene hasta nuestros días y algo que necesariamente lleva a pensar en intereses cruzados y manos “moras” que no se comprometen en efectuar una investigación seria de lo sucedido. Una tragedia obrera en los comienzos del siglo XX, ocurrida en los márgenes de la República. Desafortunadamente esto no es algo extraño en la historia nacional; desde el gobierno de Balmaceda tenemos noticas de ellas. Y por desgracia la particular historia aysenina no es la excepción, también cuenta con una, en la cual si hubo algún intento de reacción y movilización de los afectados, fue mínimo y no tuvo como respuesta una fuerte represión como sucedió en el norte, centro y posteriormente en el extremo austral del territorio nacional. En Aysén no era posible emplear la represión legal para aplastar a los trabajadores, por cuanto el Estado no estaba presente de modo concreto. Fue entonces el abandono culpable de la empresa, la desatención de parte de las autoridades de gobierno y la falta de una legislación que protegiera a los obreros, factores que finalmente condenaron a padecer y morir a un grupo de obreros chilotes en la selva de la Patagonia Occidental. La gente que falleció en el Baker y algunos que partieron poco más tarde, eran hasta hace poco personas anónimas, sin nombre conocido, estaban condenadas al olvido. Pero hoy, gracias a esta investigación, “… comienzan a recuperar su memoria”.

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Tanto fue el misterio en torno a las cruces de la Isla de los Muertos que incluso llegó a ser considerado un hecho casi legendario, cuyo misterio no podría ser desentrañado. En este trabajo se logra aportar elementos fundamentales que permiten clarificar la mayor parte de lo allí acontecido. En la época de los acontecimientos analizados en esta obra “el Aysen” era una tierra aislada, en proceso de ocupación por parte de empresas de importantes capitales chilenos y extranjeros. Su delimitación fronteriza con tierras argentinas, recién emergía con el siglo XX. Hubo entonces muchos ojos e intereses observando lo que sucedía en ella, personas que pertenecían a círculos poderosos vieron aquí un lugar donde multiplicar su patrimonio, en algunos casos fácilmente. Algunos apellidos “bancosos”, al decir de Vicente Huidobro, estuvieron por aquí intentando incrementar sus arcas de manera fácil antes que honesta y esforzada. Quiera Dios que inversores contemporáneos con fines parecidos a aquellos de principios de siglo no se acerquen nuevamente a esta “isla” que hoy día vuelve a estar en ojos de muchos en Chile y el mundo.

Enrique Martínez Saavedra Profesor de Historia Coyhaique, primavera de 2015

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INTRODUCCIÓN

Era julio de 2013. Hacía algo de frío en el centro. Me estremecí levemente al salir por la escalera norte de la estación Santa Lucía del Metro. El reloj del teléfono celular marcaba las 9:30 A.M. Mi destino era la sección Periódicos y Microformatos de la Biblioteca Nacional de Chile, para buscar información de prensa sobre lo ocurrido en 1906 en la desembocadura del río Baker, parte del territorio donde una iniciativa empresarial había intentado establecer una explotación ganadero-forestal a partir de 1904. En la literatura histórica y referencial no se encuentran antecedentes que sugieran a los medios de prensa de aquella época como fuente de información respecto a los hechos. En conversaciones sostenidas con el profesor Enrique Martínez1 años atrás, surgió la pregunta sobre la prensa: ¿habrá sido registrada alguna información en torno a obreros muertos en Baker, en diarios o periódicos de ese año? No había buscado respuesta a esta pregunta en visitas anteriores a la Biblioteca. No era mi tema de investigación Isla de los Muertos… hasta ese momento. Ocurrió que fui invitado a participar del proyecto artístico “Radioteatros del Origen”,2 dirigido por el psicólogo y actor Ignacio Pastrián Sánchez, una iniciativa que se propuso crear ocho radioteatros con historias de Aysén ficcionadas. Ignacio quería que una de esas historias se inspirara en la Isla de los Muertos, Monumento Nacional desde 2002. ¿Cómo narrar una historia que aportara nuevos antecedentes, aunque fuese ficcionada? ¿Dónde hallar esos nuevos antecedentes si es que existían?... Recordé entonces las conversaciones con el profesor Martínez y su perspicaz alusión a la posibilidad que la prensa guardara “algún secreto”, algún dato desconocido o simplemente hubiese dado cuenta someramente de los acontecimientos. La sala de Periódicos y Microformatos estaba semi vacía, era temprano aún en Santiago de Chile. Me dirigí a la pequeña mesa donde reposaban los catálogos de publicaciones microfilmadas, pero éstos ya no estaban. El funcionario me comentó que había cambiado la modalidad de consulta y ahora todo estaba en la “base de datos”, por lo que debía consultar en uno de

Docente del liceo público Josefina Aguirre Montenegro de la ciudad de Coyhaique, investigador de la historia regional, con especialidad en historia eclesiástica. 2 Proyecto financiado por Fondart Regional, convocatoria 2013, región de Aysén. En este enlace se encuentran todos los radioteatros fruto de este proyecto: https://www.youtube.com/ playlist?list=PL6MKhXxpE6-ZYJ9wNE3TC97HLOzuhZh_E 1

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los computadores disponibles. Hube de aprender rápido el procedimiento y realicé las dos primeras solicitudes: los periódicos La Cruz del Sur de Ancud y La Alianza Liberal de Puerto Montt, año 1906. Las referencias para iniciar la búsqueda: mayo y octubre. Revisar medios escritos es una tarea lenta, más aún en la modalidad microfilm ya que se trata de negativos fotográficos que se visualizan bajo una máquina que parece un viejo televisor o computadora. Y sólo tiene dos “vistas”, una general y otra de aumento. La general permite ver toda la página de la publicación que se está revisando, pero las letras se ven muy pequeñas. La vista de aumento acerca considerablemente la página que se revisa, pero se pierde la totalidad. Entonces se debe ir combinando ambas vistas, la general aguzando el ojo (que rápidamente se cansa) y la aumentada, si se cree haber dado con un dato de lo que se está buscando. La lentitud es mayor si no se tiene mucha experiencia en el uso de la máquina y se está poco entrenado el ojo para dar con información sensible al tema de interés. Lo anterior significó que ese primer día la revisión de dos rollos de microfilm me tomara toda la mañana y parte de la tarde; al salir de aquella jornada pensé: “habrá que abandonar la noción de tiempo, caer en una especie de trance, concentrar la vista, preparar el cuerpo para pasar horas de varios días frente a estas pantallas”. Ese día de julio de 2013 iniciaba este camino, sin imaginar su derrotero y las innumerables sorpresas que me deparaba. Coloqué en la máquina el rollo correspondiente al periódico La Cruz del Sur y comencé la revisión. No recordaba lo tedioso de este trabajo, hoja a hoja, avanzaba sin encontrar el más mínimo dato. Noticias sobre el obispado de Ancud, la viruela, las disputas políticas en Chiloé, algunos hechos de sangre, los vapores que iban y venían con carga y pasajeros, llenaban las páginas del periódico. Para no perder interés, fijé mi atención en la estructura de contenidos del medio: una primera página donde destacaban textos de contenido religioso, la “Sección Municipal” con información del municipio de Ancud (sección que a veces estaba en páginas interiores), a veces noticias del extranjero y alguna publicidad. Una segunda página con “remitidos”, cada cierto tiempo la “editorial” del periódico y una sección denominada “Crónica” que recogía las “noticias” de la Provincia, zonas aledañas y algunas veces del país. Una tercera página donde se podía leer correspondencia, avisos judiciales, notariales, notas telegráficas y muchas veces la continuación de la sección “Crónica”; y la última página donde se concentraba la “publicidad”. De este modo entendí que de haber información sobre el tema, estaría con mayor probabilidad en la sección “Crónica”. Continué entonces la revisión del periódico. Llegué a septiembre de 1906. Específicamente a la edición del día 22. De pronto leí con sorpresa absoluta el siguiente titular en la página tres: “COMPAÑÍA EXPLOTADORA DE RIO BAKER”. La sorpresa aumentó conforme seguí leyendo: era una noticia sobre la tragedia de Bajo Pisagua. El primer hallazgo de estos dos años de trabajo.

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En dos jornadas posteriores logré encontrar varias notas, las más relevantes publicadas en el periódico La Alianza Liberal. “Todo estaba en la prensa, siempre estuvo en la prensa” fue el pensamiento que me cruzó en ese instante. Mientras revisaba intentaba imaginar cómo habrían tomado estas noticias quienes en aquella época acostumbraban leer los periódicos de Llanquihue y Chiloé, pues parecía claro que tuvieron posibilidad de enterarse de la tragedia, de comentarla y analizar las causas y consecuencias planteadas por los medios. Con todas las notas que hallé, las preguntas se multiplicaron. Por una parte tenía material suficiente para escribir el relato que el proyecto Radioteatros demandaba, y por otra, un cúmulo de interrogantes se abrían paso, configurando un proyecto de investigación que hoy muestra sus primeros resultados. Ya de regreso en Coyhaique, le comenté a Ignacio y al equipo de Ñire Negro la importancia de los hallazgos, entre ellos la lista de 59 personas que habrían sido sepultadas en el área donde ocurrió la tragedia. El conjunto de antecedentes, inéditos hasta ese momento, pero que paradójicamente siempre “estuvieron allí”, requería ser difundido. Así lo consideramos al interior de Ñire Negro, por lo que tomamos contacto con el Círculo de Hijos de Chiloé, organización social-cultural de Coyhaique, la Ilustre Municipalidad de Tortel y la Sociedad de Historia y Geografía de Aisén, para proponerles realizar en Coyhaique y Tortel una charla histórico-artística. El 27 de septiembre de 2013, en la sede del Círculo de Hijos de Chiloé, por primera vez se dieron a conocer los nombres de los obreros sepultados en la Isla de los Muertos, además de otros antecedentes desconocidos sobre la tragedia. En esta actividad contamos además con la participación del cantautor aysenino, Richard Sepúlveda, quien interpretó su canción dedicada a conmemorar los acontecimientos. El 07 de octubre del mismo año, presentamos nuestro trabajo a la comunidad de Caleta Tortel, en el Centro Cultural de la localidad, con gran asistencia de público. En aquella oportunidad contamos con el apoyo de Rodolfo Aedo Paredes, ilustrador de la novela gráfica Isla de los Muertos (2013) y el Grupo Folklórico Tradicional de la Patagonia Raíces del Baker, de Tortel. Durante 2014, los antecedentes de esta investigación -que iban en aumento con nuevas visitas a los archivos- fueron compartidos por Ñire Negro en el ciclo de Seminarios de Historia, Identidad y Patrimonio de Aysén realizados en seis localidades: Chile Chico, Puerto Aysén, Cochrane, Puerto Cisnes, Coyhaique y La Junta.3 Y el 9 de septiembre de ese mismo año, fui invitado

Proyecto Seminario Historia, Identidad y Patrimonio de la región de Aysén, Nire Negro. Fondart Regional, convocatoria 2014, CNCA. 3

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a Castro por el Centro de Estudios y Difusión del Patrimonio Cultural de Chiloé, para ofrecer una charla en la Biblioteca Pública de la ciudad. Aquel evento resultó muy emotivo, pues algunos de los asistentes eran descendientes de trabajadores sepultados en el Baker y pudieron enterarse del destino de quienes consideraban como “desaparecidos” en la Patagonia. Seguí adelante con la investigación, consultando archivos cada vez que podía ir a Santiago, analizando luego la información para darme cuenta que aún faltaban datos, que todavía podía volver a revisarse la prensa de la época, que aún quedaban volúmenes de los Fondos de la Administración Pública y de Notarios que podían entregar algún antecedente adicional. En este libro se presentan los resultados del trabajo. Lo he titulado “La Tragedia Obrera de Bajo Pisagua. Río Baker, 1906”, porque lo acaecido afectó a un conjunto de personas que al momento de los hechos estaban en situación de trabajadores asalariados, constituyendo una fuerza de trabajo más o menos especializada o calificada (hacheros, camineros, carpinteros, pero también peones, ayudantes de maestros, remeros, cocineros), contratada bajo la modalidad salarial por una empresa determinada para desempeñarse en un territorio distinto al de su origen, bajo condiciones impuestas por el contratante. Si bien la condición original de la mayoría de estas personas era la de agricultores (como varios de ellos lo declaraban en sus inscripciones de matrimonio, registro de hijos nacidos o familiares fallecidos), implementaban estrategias económicas ampliadas y abiertas, donde la venta de su fuerza de trabajo por un lapso de tiempo específico, medido en “temporadas” de trabajo, constituidas a su vez por lapsos de tiempo contabilizados en meses, les permitía acceder a dinero en efectivo con el cual podían adquirir diversos productos a su regreso. Es así que una vez terminada la temporada asalariada, los trabajadores retornaban a la isla para retomar su condición de agricultores por el resto del año. He utilizado el nombre Bajo Pisagua como referencia territorial pues fue aquel sitio donde se situó el campamento general de los trabajadores y en las cercanías estaban los edificios de la administración. En ese lugar se produjo el drama que llevó a la muerte y posterior sepultación a varios obreros en un terreno algunos kilómetros aguas arriba del río Baker. Aquel sitio funerario, claramente un cementerio, se originó a causa de las muertes de muchos obreros que no pudieron resistir el deterioro de su salud en condiciones extremas, con escasez de alimentos y bajo un invierno riguroso. Posiblemente fue bautizado como “Isla de los Muertos” en los años ochenta del siglo pasado, nombre que habría cristalizado esa misma década (Mena y Velásquez 2000). En 2002, este sitio funerario fue declarado Monumento Histórico bajo la ley 17.288 de Monumentos Nacionales. La comunidad de Tortel lo reivindica como propio, pese a no tener relación aparente con los habitantes, ya que no se ha sabido que haya deudos de aquellos difuntos residiendo en dicha

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localidad. Sin embargo, los tortelinos sienten una responsabilidad ritual con el cementerio; y por otro lado saben que es uno de los atractivos histórico culturales más relevantes de su territorio por lo que forma parte de su oferta turística. La historia de los sucesos que originaron el cementerio tuvo dos vías de difusión en los años posteriores a ocurridos los hechos. En primer término se debe considerar el relato oral, utilizado por los trabajadores sobrevivientes desde el momento mismo en que llegaron a sus hogares y a lo largo de sus años de sobrevida: al interior de sus familias aquellos que decidieron no salir más a trabajar fuera de Chiloé; en ruedas de fogón y conversaciones en contextos laborales en el amplio territorio de Patagonia o de otras regiones los que siguieron migrando en busca de trabajo. De este modo, pobladores antiguos del territorio del Baker conocieron la historia y la reprodujeron a su vez entre vecinos y visitantes; y en Chiloé, algunos ancianos aún recuerdan, aunque fragmentariamente, el episodio. También cabe pensar que el administrador de la faena de Bajo Pisagua, así como la tripulación del vapor que recogió a los sobrevivientes pudieron usar esta vía, aunque de manera restringida. En efecto, el primero relató años después lo sucedido en el Baker a su amigo Aimé Tschiffely, quien publicaría dentro de su libro Viaje al final del mundo; 7000 millas por la Patagonia y Tierra del Fuego (1940)4 una versión de la historia, basada en lo escuchado a su amigo. Lo publicado por Tschiffely, junto al breve relato publicado por el sacerdote Alberto María De Agostini en su libro Andes Patagónicos (1945), se convirtieron en piezas representativas de la otra vía de difusión de la historia trágica de Bajo Pisagua: la escritura. Hubo también una alusión a la tragedia en una obra literaria del autor argentino Liborio Justo (2006 [1932]). Finalmente, es necesario destacar un relato escrito que no ha sido considerado por la historiografía. Se trata de los recuerdos del señor Julio Subercaseaux Browne sobre un negocio ganadero en el Baker, consignado en su libro de memorias titulado Reminiscencias que fuera publicado en 1976, 25 años después del fallecimiento de su autor en París. El análisis de dicho testimonio escrito y su contrastación con otras fuentes documentales instala a su autor como protagonista del proceso de formación, desarrollo y fracaso de la empresa ganadera responsable de la tragedia obrera de Bajo Pisagua, la Compañía Explotadora del Baker.

Traducción del título en alemán de la 1ª edición, publicada en Suiza por Albert Muller Ed. Este libro fue mayormente difundido bajo el título de su 1ª edición norteamericana This Way Southward (1946) y posterior traducción al español en Argentina Por este camino hacia el Sur (1946). Agradezco al profesor Wolf Staub por la información bibliográfica y la traducción del capítulo referido a Bajo Pisagua. 4

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La aproximación histórica a la tragedia habría comenzado con la publicación de tres trabajos de circulación restringida durante la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado. El primero de ellos, titulado Dicen… Así éramos nosotros (Panorama histórico social y cultural del Archipiélago de Chiloé), pertenece a Antonio Soto Gallardo.5 Al referir las formas de desplazamiento migratorio de los chilotes de principios del siglo XX, menciona el “enganche”, modalidad de contratación laboral de importantes contingentes de trabajadores para faenas en diversas zonas del país; y presenta el caso del “enganche a Río Baker” por su excepcionalidad y dramatismo, “lo más insólito en esta manera de reclutar trabajadores ocurrió en el casi olvidado enganche a Río Baker”, afirmaba Soto, pasando a describir lo que habría sido aquel enganche, ocurrido según este autor a fines de 1905. Seguidamente, su trabajo presenta la entrevista que él le habría hecho al “único sobreviviente del enganche a Río Baker, que aún vivía en la isla Quinchao”, Emilio Zúñiga. Los recuerdos del señor Zúñiga se pueden considerar como el primer testimonio oral desde la perspectiva de los trabajadores que protagonizaron los hechos de 1906. La motivación de Soto para indagar más sobre este enganche había sido un supuesto reportaje publicado unos veinte años antes de la fecha en que entrevistó al sobreviviente y en el que se daba a conocer el hallazgo de un “cementerio indígena en Río Baker”.6 En 1977, el historiador magallánico Mateo Martinic publicó una documentada reseña histórica de la ocupación y poblamiento del territorio del Baker.7 En ella, Martinic analizó la formación de la primera empresa ganadera que ocuparía los terrenos del Baker, la “Compañía Explotadora del Baker”, su dificultoso accionar y posterior fracaso. Los sucesos trágicos de 1906 son mencionados de manera somera, sin referencia a fecha y basándose en lo escrito por De Agostini en 1945. El tercer trabajo publicado en esa década, corresponde a una crónica histórica del periodista e investigador Baldo Araya Uribe, que apareció en El Diario de Aysén en julio de 1978. Con un título sugerente -“Las 120 víctimas del escorbuto”- el autor abordaba la tragedia ocurrida en el Baker, combinando para ello los datos publicados por De Agostini (1945) y una conversación que habría sostenido con un sobreviviente, en el sector rural de Llau Llao, cercano a la ciudad de Castro, Chiloé. Si bien la crónica presentó interesantes datos aportados por el sobreviviente anónimo, tampoco hizo luz sobre el año en que habría ocurrido la tragedia. Antes se limitó a reproducir

Es un documento mecanografiado fechado en Concepción, agosto 1976. Del autor no se tienen mayores antecedentes. La copia digital utilizada en este trabajo fue facilitada por el profesor José Mansilla Contreras. 6 Se ha intentado dar con este reportaje, pero la búsqueda ha resultado estéril hasta ahora. 7 Ocupación y colonización de la región septentrional del antiguo Territorio de Magallanes, entre los paralelos 47º y 49º Sur. Anales del Instituto de la Patagonia, Vol. 8: 5-57. 5

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los antecedentes escritos que se conocían. Cabe mencionar que hacia el final de su crónica, Araya se refiere al lugar donde se ubicaba el cementerio como “La Isla”. A mediados de la década siguiente, el arquitecto Peter Hartmann efectuó una nueva contribución al estudio de este episodio de la historia de Aysén, al publicar un breve artículo en el que dio a conocer algunos datos de la entrevista que le hiciera en 1982 a Reinaldo Sandoval, antiguo poblador de Tortel.8 En 1986, el escritor magallánico Francisco Campos Menéndez publicó la obra El Baker, un territorio bravío, una historia personal de dicha zona, en la que le cupo al autor realizar labores como delegado del directorio de la empresa ganadera Posadas, Hobbs y Cía., a fines de los años veinte del siglo XX. En la breve reseña de la Compañía Explotadora del Baker, Campos sigue el trabajo de Martinic (1977), pero al referir la fatal suerte de esta empresa sugiere la ocurrencia de una huelga obrera, sin citar fecha, además del escorbuto como causa de la muerte de obreros en el Baker: “Además de las pérdidas de ganado aludidas, huelga de obreros y la plaga de escorbuto que lamentablemente provocó entre ellos cerca de un centenar de muertes, fue motivo sobrado para que la Compañía entrara en franca crisis.” (Campos 1986: 81) Si bien en esos años no se publicaron nuevos trabajos relativos al suceso, creció el interés por el misterioso cementerio en la desembocadura del Baker y al menos dos medios de comunicación nacional realizaron reportajes en la zona,9 permitiendo que el cementerio y el misterio de su origen fuesen conocidos en el resto del país. En la segunda mitad de la década siguiente, el autor regional Félix Elías Pérez publicó su relato “Dos versiones para una historia” en el nº 84 de la revista Impactos de Magallanes (1996) y al año siguiente en su libro Acuarelas del Baker,10 renovando el interés por el misterio sobre los sucesos de Bajo Pisagua. El autor abre el relato con la fecha en que los hechos ocurrieron y desarrolla literariamente las dos versiones más populares que explicaban los acontecimientos: la primera, una mortandad producida por el abandono y consecuente hambre debido a la falta de alimentos; la segunda, un envenenamiento accidental ocasionado por la ingesta de harina contaminada con un antisárnico de uso animal. Pero además, Elías planteaba en dicho texto sus propias dudas respecto a la primera versión y a otra considerada oficial, la del brote de escorbuto “Tortel, una historia silenciada”. Revista Tierradentro, 1984. Revista del Domingo, El Mercurio, 1985; Informe Especial, Televisión Nacional de Chile, 1986. Citadas en Expediente Técnico Declaratoria Monumento Nacional Isla de los Muertos, s/f. 10 Obra que reúne artículos, crónicas, cuentos, poemas y vivencias del autor, oriundo de la cuenca del lago General Carrera. Félix Elías Pérez falleció recientemente en la ciudad de Temuco. 8 9

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como causa de la mortandad: “Siempre me había llamado la atención esa triste historia de las ciento veinte cruces de Bajo Pisagua. Poco pude averiguar al respecto, salvo la información del Padre D’Agostini que, en perfecta concordancia con las declaraciones de la Compañía Explotadora del Baker, establece que la causa de la tragedia fue un violento y sorpresivo brote de escorbuto.” Elías pensaba que era muy difícil sostener como causa el hambre o el escorbuto “en un lugar donde había tantos recursos como la pesca [y] tantos frutos silvestres ricos en vitamina C y sobre todo, alternativas de alimentos que la naturaleza ofrece en gran variedad.” Con esta duda razonable, el autor construye a partir de relatos orales que él habría escuchado, la versión del envenenamiento accidental y plantea la idea de realizar una exhumación para comprobar la versión oficial: “No con el ánimo de polemizar, sino establecer la verdad de la historia, se podría exhumar un cadáver y comprobar la aseveración de la Compañía Explotadora del Baker.” En 1998 la Ilustre Municipalidad de Tortel contrató un equipo de arqueólogos para realizar una excavación en Isla de los Muertos con el fin de evaluar la evidencia material existente y a través de ella encontrar explicaciones sobre la creación del cementerio. En noviembre de aquel año se efectuó el trabajo arqueológico, cuyo diseño consideró un levantamiento y fotografía del cementerio, la excavación de pozos de sondeo, toma de muestras de tierra para análisis químico y la exhumación de una tumba. Los resultados fueron publicados dos años después en un artículo científico en el que además se presentó un análisis integrado de las fuentes escritas y orales conocidas a la fecha (Mena y Velásquez 2000).11 El mismo año 2000, la historiadora regional Danka Ivanoff publicó su exitoso libro Caleta Tortel y su Isla de los Muertos, la primera obra que abordaría el tema desde una perspectiva histórico narrativa basada en las publicaciones de Martinic y otros autores. Sin embargo, el aporte más relevante de esta obra es la presentación de varias versiones de los hechos, siendo la más contundente una traducción a la carta escrita por el inglés William Norris desde el lugar de los sucesos y mientras éstos estaban ocurriendo. Ivanoff escribe en su libro que Norris fue el primer administrador de las faenas en la concesión de la Compañía Explotadora del Baker y debió sortear la tragedia, asistiendo a los obreros postrados, intentando mantener en todo momento una fortaleza digna de admiración. Dar a conocer dicho documento acercó al público interesado en los hechos de Bajo Pisagua, de una manera profunda y directa, pues se trataba de un relato in situ, escrito por un protagonista de los hechos. Una segunda edición del libro de Ivanoff, fue publicada en 2003. En ella la autora incluyó un nuevo antecedente: la reproducción de la entrevista reaEn 2004 el mismo equipo presentó una ponencia con el caso de Isla de los Muertos en un simposio sobre Arqueología Histórica. Dicho trabajo fue publicado en Revista Chungará. 11

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lizada por Antonio Soto a Emilio Zúñiga a la que ya se ha hecho referencia, pero prescindiendo de la introducción que el autor realizara a la entrevista. Esta nueva edición presentó también dos sugerentes fotografías tomadas en la zona durante los años en que Norris fue el encargado, aportadas a la autora por los descendientes del administrador inglés. Al año siguiente, el investigador argentino Ernesto Maggiori publicó su obra Historias de Frontera, donde analizó hechos y procesos históricos patagónicos desde una perspectiva transfronteriza. En un capítulo del libro, titulado La Tragedia del Baker, en las crónicas y cartas del arriero Norris, intentó analizar lo acontecido en Bajo Pisagua en 1906. Sin embargo, la combinación de épocas (principios de siglo, sucesos de 1921, funcionamiento de otra empresa ganadera en Baker después de 1925), y testimonios sin citar fuentes,12 hace muy confuso el apartado y el autor no logra echar nueva luz sobre los acontecimientos del Baker. En 2008, Martinic publicó una comunicación en la revista científica Magallania (Punta Arenas) en la que presentó un nuevo antecedente sobre la tragedia que refería al dudoso actuar de ciertos trabajadores para con sus colegas enfermos. Se trataba de un relato publicado en 1908 por el ciudadano inglés Charles A. Milward en el periódico The Punta Arenas Mail, en el que contaba pormenores de un viaje realizado al Aysen en 1907, siendo uno de sus puntos de detención la zona de Bajo Pisagua donde el vapor en que viajaba pasó a buscar carga y pasajeros, entre los que estaba el administrador Norris. Milward se habría enterado en ese momento de lo ocurrido el año anterior y de ciertos pormenores que hablaban de cobros por parte de trabajadores sanos a aquellos enfermos, por concepto de atención alimenticia, paliativa y religiosa. El autor del artículo presenta la información para luego indicar que lo escrito por Milward debió provenir de dichos del administrador Norris, otorgándole credibilidad, con lo que asevera se demostraba “un rasgo de inhumanidad en los trabajadores” que así habrían actuado. Más allá de la intencionalidad que pudo tener el autor del relato consignado en la comunicación de Martinic, es claro que se constituye en una nueva fuente de información escrita. En 2011, aparece la tercera edición de Caleta Tortel y su Isla de los Muertos, en la que se puede verificar la inclusión de nuevas fotografías tomadas aquel fatídico año 1906, al parecer entre marzo y mayo. Una de ellas resulta muy sugerente, pues muestra a dos personas vestidas con ropas alejadas del contexto sociolaboral en el que fue tomada la imagen, se observa que las vestimentas corresponden más bien al uso urbano de la época. ¿Habrá sido uno de ellos el gerente de la empresa, Florencio Tornero? Además, Maggiori publicó en ese texto una traducción al español de la carta de Norris, sin citar fuente de origen, lo que la hace aparecer como aporte propio. Sin embargo, es sencillo observar que dicha traducción es la misma publicada 4 años antes por Ivanoff, quien cita a la traductora del documento. 12

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Las explicaciones sobre las causas de la tragedia se han focalizado en las muertes de los obreros, por constituir éste el evento más dramático de los acontecimientos de 1906. A lo largo de los años se han levantado dos líneas interpretativas de los hechos (Mena y Velásquez op.cit): 1) la que los explica por causas “naturales”, no intencionales y 2) la que los considera consecuencia de un asesinato masivo intencional. La primera afirma que el grupo de trabajadores habría enfrentado un brote de escorbuto originado en las deficientes condiciones de salubridad y falta de alimentos que debieron soportar por la demora del buque que debió retirarlos del lugar hacia fines de mayo o principios de junio de aquel año. El abandono habría sido el principal detonante de la tragedia. La segunda sostiene que se trató de una muerte producida intencionalmente, mediante envenenamiento, con el fin de no pagar los sueldos a los obreros. En nota a pie Mena y Velásquez sugieren que incluso podría haber una causalidad combinada, donde el abandono por parte de la empresa generara condiciones extremas de hambruna y aparición de enfermedades, brotes de amotinamiento aplacados mediante un envenenamiento masivo; o simplemente se trató de una muerte masiva por abandono y desidia de la empresa. El libro está organizado en cuatro capítulos. En el primero se presenta y analiza el rol de la prensa de la época, como agente comunicativo de los procesos de ocupación del territorio del Aysen, desde 1904 en adelante, lo que permite establecer un contexto general para comprender lo acaecido en Baker en 1906 y sopesar la información entregada por los diversos medios de prensa escrita que se ocuparon de la tragedia, así como aquellos que nada mencionaron al respecto. Las crónicas de prensa han sido transcritas textualmente y se ha mantenido la grafía original y los errores de imprenta de los textos. El segundo capítulo está dedicado al estudio de la formación, desarrollo y fracaso de la Compañía Explotadora del Baker, a la luz de los datos que fueron surgiendo durante la investigación y que permiten establecer un origen distinto al que hasta ahora se ha considerado en la literatura histórica que se ha ocupado de esta empresa ganadera y los sucesos de Bajo Pisagua. El capítulo tercero reconstruye los hechos que llevaron a la tragedia de Bajo Pisagua y a la creación del cementerio Isla de los Muertos. Asimismo entrega antecedentes sobre la actuación de la compañía ganadera y analiza el rescate de más de 150 personas desde la concesión Baker a fines de septiembre de 1906. El libro cierra con una nueva revisión de las fuentes escritas y orales ya conocidas, buscando analizarlas en tanto fragmentos de un relato mayor al que ahora se integran tres corpus documentales más: la prensa de la época, la documentación oficial generada a partir de la reacción del Gobierno y el Parlamento en ejercicio durante el segundo semestre de 1906 y las memorias del autodenominado principal accionista de la empresa, Julio Subercaseaux Browne.

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Antes de iniciar el relato sobre la tragedia obrera de Bajo Pisagua se considera importante mencionar que las diez concesiones que seccionaron todo el territorio que actualmente corresponde a la región de Aysén corrieron diversa suerte, primando en todo caso el fracaso de los planes de explotación por parte de los interesados en levantar negocios sobre estas entregas.13 Sólo dos de ellas lograron ser transformadas en prósperas explotaciones ganaderas: la concesión “Rodríguez & Allende” (Anglo Chilean Pastoral Co., posteriormente Estancia Río Cisnes) y la concesión “Aguirre” (Sociedad Industrial de Aysén). La concesión “Contardi”, que dio origen a la Compañía Explotadora del Baker y en cuyos límites se produjo la tragedia que será analizada en este trabajo, fue caducada en 1911, siendo pocos años más tarde escenario de nuevos intentos empresariales que tuvieron mejor suerte. Las tres concesiones tienen un denominador común: fueron otorgadas bajo la modalidad de permiso de ocupación. Los decretos por medio de los cuales el Estado entregó las tierras de Patagonia Occidental son los siguientes: Decreto Nº 840 (16-06-1900), concedió a Roberto Christie costas de la península Tres Montes y río San Tadeo, extremo sur de la península de Taitao. La concesión fue caducada por Decreto Nº 771 (14-09-1908) Decreto Nº 1068 (23-08-1901), concedió a Juan Tornero lotes de terrenos para colonización entre los 42º y 52º Lat. Sur. Esta concesión se mantuvo “vigente” hasta los años veinte del siglo pasado. Decreto Nº 658 (19-05-1903), concedió a Juan B. Contardi el permiso de ocupación de terrenos ubicados entre los siguientes límites: “Norte, 46º,30'; Sur, 47º,50'; Oriente, Línea divisoria con Arjentina; Occidente, Río Baker y lago Buenos Aires”. La concesión fue caducada por Decreto Nº 1852 (13-12-1911). Decreto Nº 659 (19-05-1903), concedió a Luis Aguirre el permiso de ocupación de terrenos ubicados en “Valles Collaique, Nirihuan, Manihuales en las proximidades del Aysen”. Esta concesión perduró hasta 1928, año en que se modifica la relación contractual entre la empresa y el Estado, pasando a ser arrendamiento. Decreto Nº 687 (04-06-1903), concede a Joaquín Rodríguez Bravo y Antonio Allende el permiso de ocupación de los valles del río Cisnes. Concesión cancelada por Decreto Nº 1286 (2311-1918). Estos terrenos fueron nuevamente concedidos por Decreto Nº 1359 (30-10-1919) a la sociedad Juan Dun y Cía., por 25 años. Decreto Nº 763 (17-06-1903), concedió a Frank Lumley el permiso de ocupación de terrenos ubicados dentro de los siguientes límites: “Norte, Río Palena; Sur, paralelo 44º,20’; Oriente, Línea divisoria con Arjentina; Occidente, Canal Moraleda”. Concesión cancelada por Decreto Nº 393 (23-03-1920). Decreto Nº 764 (17-06-1903), concedió a Teodoro Freudenburg el permiso de ocupación de los valles del río Bravo, río Pascua y Lago San Martín. Concesión caducada por Decreto Nº 877 (28-09-1917). Decreto Nº 765 (05-06-1903), concedió a Olegario Bórquez el permiso de ocupación de los valles del río Huemules. Es posible que se haya producido un error en los correlativos de decretos o en la anotación de la fecha de este decreto, ya que el anterior (Concesión Freudenburg) tiene fecha posterior. La concesión fue caducada por Decreto Nº 1906 (15-09-1913). Decreto Nº 794 (25-06-1903), concedió a Antonio Asenjo y Alejandro Bate el permiso de ocupación de los valles Blanco, Palos y Simpson. La concesión fue caducada por Decreto Nº 1170 (18-07-1914). Decreto Nº 2157 (24-10-1904), concedió a Celestino Bousquet el permiso de ocupación de la Isla Melchor en el archipiélago de los Chonos. La concesión perduró hasta los años veinte del siglo pasado. 13

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Portada periódico La Alianza Liberal, edición del 08 de octubre de 1906, en la que apareció la primera crónica sobre la tragedia de Bajo Pisagua. BN-SPM.

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CAPÍTULO 1

ANTECEDENTES, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS DE LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA EN LA PRENSA DE LA ÉPOCA, 1904-1908

Puerto Montt, sábado 8 de septiembre de 1906. El país llevaba pocos días enterándose que el presidente electo era Pedro Montt. El día anterior y como mandaba la costumbre, el notario de la ciudad había voceado en diversas calles el bando oficial emanado del Ministerio del Interior en el que se declaraba que el Congreso había aprobado la elección de Montt para el periodo 1906-1912. El periódico La Alianza Liberal 14 se hizo eco de esta importante información publicándola en la primera página de la edición de aquel día. En la misma página el medio de prensa publicaba una breve nota bajo el título “En Rio Baker. Jente abandonada. Pedimos investigacion”, dando cuenta de inquietantes acontecimientos que estarían en desarrollo en una remota zona conocida como río Baker. El medio de comunicación tuvo acceso a un telegrama –al parecer particular– enviado desde Chiloé, específicamente desde Curaco de Vélez a la Intendencia de Llanquihue, en el que se denunciaba el abandono de “un cierto número” de trabajadores, llevados a la zona austral por la “Sociedad Esplotadora del Rio Baker”. El periódico escribía que en el denuncio se informaba un número crecido de trabajadores enfermos y muriéndose, por lo que los denunciantes pedían “amparo” a la autoridad provincial. Por su parte el periódico pedía se investigara con celeridad y adelantaba que “No seria posible permitir un abandono como el que se denuncia”, frase que cobraría todo su sentido en las semanas y meses sucesivos. Cuatro días después, el 11 de septiembre, otra crónica del mismo medio –esta vez más enérgica– denunciaba bajo el título “Asunto Baker” el efectivo abandono en que se encontraba un considerable número de trabajadores chilotes, además de algunos oriundos de Puerto Montt, que habían sido contratados por la “Cía. Esplotadora de Baker” meses antes, para realizar faenas en la región del río Baker.

Periódico fundado en 1891 en Puerto Montt, se identificó con las ideas liberales y en la época que se estudia, era de filiación liberal-radical. BN-SPM. 14

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Esta crónica resultaba aún más inquietante que la primera. En primer término se acusaba a la compañía de cesar unilateralmente el pago de la “mesada” a las familias de los trabajadores puertomontinos que habían acordado con la empresa este sistema de pago,15 para dejar a sus familias con un ingreso seguro durante su prolongada ausencia, según se acostumbraba en aquella época. De este modo, los obreros puertomontinos habrían asegurado que el ingreso por su trabajo se concretara sobre sus familias directamente y no sobre ellos en el lejano Baker o al final de la faena y posterior retorno a sus hogares. La cesación de pago preocupó a las familias, que de inmediato pensaron en el cese de los trabajos y el despido sin más de los obreros. Pero más preocupante aún era la situación en la que se encontrarían éstos en la remota región donde estaban. Esta inquietud fue hecha llegar al periódico y éste la transmitía a sus lectores, preguntándose si los obreros tendrían alimentos suficientes, si tendrían médico o “botica” para atender sus enfermedades. Nada se sabía de ellos, por lo que el periódico especulaba sobre el abandono en que los habría dejado la empresa en el sitio de faena. El redactor de la nota se preguntaba al respecto: “¿O están simplemente abandonados en el campo como los reses de la Sociedad?” La crónica fue incluso más incisiva, exigiendo la intervención del gobierno para que obligase a la compañía a “cumplir sus obligaciones i sus deberes humanitarios”. Este perturbador texto continúa informando sobre un segundo telegrama enviado esta vez por el gobernador de Quinchao al intendente de Llanquihue, denunciando la situación. La crónica afirmaba que el intendente a su vez, habría informado al ministro del Interior, reproduciendo los antecedentes enviados por el gobernador de Quinchao quien habría indicado que pasaban de doscientos los trabajadores abandonados en Baker. El redactor finalizaba dando a conocer los nombres de los trabajadores puertomontinos contratados en aquella trágica faena de la Patagonia: Luis Paredes, Jacinto Vidal, José Rojel, Lizandro Alvarado, José Baldomero Covasich, Juan Pio Loaiza y Francisco Garai. Todos los demás, afirmaba el periódico, eran de Achao y alrededores. La voz de alarma había sido dada: Más de doscientos trabajadores abandonados en los canales australes. La única referencia geográfica era “el Baker”, una región en extremo lejana, fuera del derrotero normal entre Puerto Montt o Chiloé con Punta Arenas. Una región marginal por tanto, sector

Según la crónica el pago se verificaba por intermedio de la Compañía Chile-Argentina a solicitud de la Explotadora del Baker: “La espresada Cia. contrató aquí varios trabajadores, i estos, ántes de irse, dejaron establecidas para subsistencia de sus familias, mesadas que la Sociedad pagaba por intermedio de la Chile-Arjentina.” 15

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que a duras penas se estaba incorporando al circuito comercial de los canales desde los primeros meses de 1905 en que comenzó la instalación en el área de la Compañía Explotadora del Baker, empresa que contaba con los derechos de la concesión que Juan Bautista Contardi había obtenido en 1903, para traspasarlos luego a Juan Tornero y su sobrino Florencio. En aquellos años, Melinka, poblado ubicado en el extremo norte de los canales australes, ostentaba cierto prestigio como enclave de bullente economía, pues era el centro neurálgico de la explotación del ciprés.16 Le seguía en importancia la zona del fiordo y río Aysén y toda la extensión de territorio al Este, donde –hacia 1904– había iniciado operaciones la Sociedad Industrial de Aysen con una incipiente industria ganadera y sus derivados. Al oriente de Puerto Montt, sobre el Estero Reloncaví, otra sociedad ganadera iniciaba operaciones, la Sociedad Frigorífica y Ganadera Cochamó, abarcando un territorio hasta más allá de la frontera internacional. Ambos emprendimientos revolucionaron el comercio puertomontino desde fines de 1904, contratando trabajadores, comprando víveres, materiales, herramientas y todo lo requerido para iniciar las faenas en sus respectivas concesiones. El movimiento marítimo relacionado con la emergente actividad de las nuevas empresas era crecido, como lo reportó La Alianza Liberal en su edición del 4 de noviembre: “MOVIMIENTO MARITIMO.Estraordinario movimiento se ha notado en los últimos dias en nuestra bahía. Ademas de las dos naves de guerra que han estado ancladas por algun tiempo, i de los dos vapores de la carrera a Valparaiso i Chiloé, el puerto ha recibido la visita de los siguientes vapores que se indican: El ‘Cambronne’ procedente de Punta Arenas fondeó en la tarde del domingo i regresó en la madrugada de anteayer. El ‘Magallanes’ procedente del mismo puerto entró el lunes. Saldrá el lunes para Aissen conduciendo los trabajadores contratados por la Sociedad Ganadera de dicho lugar. El ‘Elm Branch’ de Liverpool llegó en la tarde de ayer con un cargamento de maquinaria para la Sociedad Ganadera de Cochamó. El ‘Reloncaví’ llegó ayer del lugar de su nombre.” Las ganaderas traían esperanza al siempre alicaído sector agrícola y nuevos bríos al comercio. Se iniciaba un ciclo de riqueza en la provincia. Al me-

El rol de avalúos correspondiente a 1906 registró para el Distrito de Melinka, dependiente de la comuna de Queilen, Provincia de Chiloé, los siguientes negocios: 2 tiendas de mercaderías surtidas, 7 baratillos, 1 despacho de licores y 1 barraca de maderas. Periódico La Justicia de Ancud, edición del 25 de agosto de 1906. BN-SPM. 16

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nos así lo percibían los habitantes y lo recogían las crónicas de prensa. Claro ejemplo lo constituyó el gran enganche de obreros efectuado por la Sociedad Industrial de Aysen a fines de 1904. En su edición del 9 de noviembre, La Alianza liberal informaba de este modo: “A AISSEN.- Gran movimiento de jente se ha notado hoi en el muelle i el malecon desde las primeras horas de la mañana, con motivo del embarque de los trescientos i tantos trabajadores contratados para la Sociedad Ganadera de Aissen.” Dos días después que zarparan las embarcaciones llevando al gran contingente de trabajadores al Aysen, el mismo periódico publicó un relato detallado de lo que se habría producido en el área cercana al muelle de Puerto Montt durante el día del embarque y partida: “A AYSEN.- Anteayer, a las 6 de la tarde mas o menos, zarpó para Aysen el vapor “Magallanes” llevando a su bordo los empleados de la Sociedad Ganadera que en la mencionada parte se ha establecido, i a remolque una goleta en la cual iban no menos de 200 trabajadores. Desde las primeras horas de la mañana del miércoles, se vio un inusitado movimiento de jente principalmente en las calles Varas i Cayenel, en el Mercado, en el Malecon i en el Muelle. Los negocios, especialmente los despachos, se vieron atestados de clientes cuya mayoria la componian los individuos contratados por la Sociedad Ganadera, acompañados de sus parientes i amigos, que gastaban en copas todo o parte del anticipo que se les habia dado. Como se comprenderá estas libaciones pusieron mui luego a la jente en un estado demasiado alegre i belicosa, una parte, ofreciendo de este modo el embarque un espectaculo de mui variadas impresiones. Los viajeros, en estremo alegres, seguido de un sequito de mujeres viejos y chiquillos, se despedian en abrazos efusivos, adioses cariñosos, bajando enseguida a los botes que los conducian a bordo. Las mujeres i los chiquillos lloraban. En uno de los botes se trabó un altercado que dejeneró en riña, pero luego se volvió al contento. A las 4 P.M. puede decirse, estaba toda la jente embarcada en la goleta la cual hormigueaba su cubierta de personas i a las 6 el vapor hacia proa al sur. Al muelle, malecon i la calle Portales acudieron numerosas personas a presenciar la partida de los trabajadores de Aysen.” Algarabía, compras de último minuto, celebraciones al amparo del alcohol, despedidas familiares y muchos curiosos que vieron cómo partía un

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contingente crecido de trabajadores a tierras que se abrían promisoriamente al mundo del trabajo y la producción de riqueza. El Llanquihue, otro periódico de importante influencia en la ciudad,17 no se quedaba atrás en el afán informativo de tan grande acontecimiento para el poblado y el 14 de noviembre publicaba dos notas, la primera referida al enganche de la Sociedad Industrial de Aysen y la segunda relacionada con la Sociedad Ganadera y Frigorífica de Cochamó: “A AYSEN.- El miércoles 9 de los corrientes, zarpó el vapor “Magallanes” llevando al remolque una goleta de la casa de Oelkers Hnos. Tanto el vapor como la goleta llevaron sus bodegas atestadas de carga para el servicio de la sociedad ganadera de dicho lugar. Tambièn las dos naves han llevado 400 hombres entre empleados, mayordomos y trabajadores. Estos al despedirse del puerto lanzaron entusiastas vivas y muchos subían á las jarciasde la goleta demostrando así el júbilo con que se iban á trabajar por el adelanto y progreso de la región austral. COMERCIO.- Con motivo del enganche de gente para los trabajos de las socíedades de Aysen y Cochamó se ha notado mucho movimiento en el comercio de los últimos dias. Los comerciantes deben estar de plácemes por ello.” Pero a poco andar surgirían los primeros recelos en torno a la efervescencia de empresas ganaderas y negocios relacionados con la colonización del sur del país. El 10 de marzo de 1905, El Llanquihue, en lo que parecía una premonición, publicó la siguiente nota: “SOCIEDADES.- Han sido numerosas las sociedades fundadas en los territorios de Llanquihue y Chiloé, en los últimos tiempos. Como del exeso de todo lo bueno puede resultar malo, hay temor de algún mal fin.” Por su parte, La Alianza Liberal llamaba la atención dos días después, sobre el aire especulativo que se notaba en el ambiente de la bolsa de Santiago y sus efectos inmediatos: “EFECTOS DE LAS ESPECULACIONES Los papeles de las sociedades ganaderas organizadas ultimamente han bajado considerablemente, en los últimos dias, produciendose un gran pánico i muchas ruinas en Santiago. Fundado en 1885, de filiación conservadora. Se autodenominaba “Periódico noticiero, político y comercial”. BN-SPM 17

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Las acciones de la Sociedad Chile Arjentina bajaron cien puntos en quince dias i es la que mas ruinas ha causado. Los Bancos estan tomando medidas enérjicas, para impedir la especulacion con acciones.” Ese año, las notas de prensa continuaron dando cuenta del movimiento comercial hacia y desde los canales, producido por la actividad de las sociedades ganaderas y colonizadoras; analizábase desde distintas perspectivas el impacto en la economía del territorio, los peligros de la especulación que pudiese producirse, el futuro de los negocios de sociedades como la Chile-Argentina, Cochamó, Yelcho-Palena, Cisnes, Aysén, Baker. El mismo periódico El Llanquihue reprodujo dos semanas después de la nota del 10 de marzo, un artículo publicado en El Mercurio del Sur de Valdivia, en el que se reflexionaba sobre la cantidad de sociedades ganaderas que se estaban formando. El autor planteaba que tal como en 1892 se verificó la fiebre por la creación de Bancos, se podía hablar de una suerte de “fiebre ganadera” y se preguntaba: “¿Hay base para el desarrollo de las numerosas sociedades ganaderas? ¿Existe un campo de acción para el desarrollo de sus operaciones?” La respuesta que daba para la primera pregunta era afirmativa ya que era claro que existían tierras para que estas empresas operaran. Sin embargo -escribía el redactor-, no había lógica respecto a la cantidad potencial de carne que se produciría con tal número de empresas ganaderas. Se aventuraba la increíble cifra de 500 mil animales, ¿dónde se vendería esa carne?, si a lo más la demanda interna alcanzaba a 100 mil cabezas de ganado. ¿Exportar?, imposible con la competencia de Australia y Argentina, continuaba el artículo. Muchas empresas tenían asegurado el fracaso, se animaba a pronosticar el texto. ¿Cuál podía ser entonces el objetivo de muchos de los que se sumaron a esa fiebre empresarial? La especulación. Y allí se detenía el texto ya que: “es fastidioso entrar en detalles de esta naturaleza, porque seguramente va á herir los intereses de los grandes especuladores.” En Llanquihue la actividad agrícola y mercantil registró un importante incremento durante la segunda mitad de 1905. Las empresas ganaderas requerían mercaderías, herramientas e insumos y de este modo dinamizaron abruptamente la actividad comercial en Puerto Montt y Chiloé. Así lo registra por ejemplo, una nota del periódico La Prensa de Puerto Montt,18 fechada el 18 de junio de 1905: “Sociedades Ganaderas Desde que se han organizado las Sociedades ganaderas Chile-ArjentiLa Prensa era un periódico de filiación conservadora, fundado en 1903 en dicha ciudad. BN-SPM. 18

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na, Cochamó y Aysen, el comercio y la agricultura en Puerto Montt se han desarrollado considerablemente. Tanto los comerciantes como agricultores, ateniéndose a sus propios intereses, manifiestan su entusiasmo y votos fervientes por el éxito completo de estas sociedades. Nosotros fijándonos por los grandes beneficios que las buenas especulaciones de las Sociedades ganaderas, reportarán a la Provincia de Llanquihue, nos adherimos cordialmente a los deseos del comercio é industria. Con la instalación definitiva de estas sociedades se afianzarán las fundadas espectativas que los accionistas cifran en ellas. La Chile-Arjentina que se estableció sobre la base de la casa comercial de la acreditada firma S.S. Hube y Achelis, ha desarrollado en comercio de un modo considerable, duplicando este año su esportacion é internación. La Sociedad de Cochamó ha terminado sus edificios que le han de servir para la instalación del frigorífico y han hecho traer todas las maquinarias que requiere su negocio. De modo que a principios de Setiembre, empezará, con toda actividad, su movimiento comercial, haciendo traer grandes cantidades de ganado vacuno de las haciendas argentinas y comprando partidas no pequeñas del ganado del país. Por su parte la de Aysen, ha terminado las reparaciones del camino, en la última temporada de verano que la pone en comunicación fácil y rápido con los campos feraces que existen al Este del estuario de Aysen. Según opiniones de personas entendidas esta Sociedad, en poco tiempo mas, será una de las que produzcan mejor dividendo, por la razón sencilla de que le cupo en suerte esplotar los mejores terrenos de toda la región austral. Luego dará ella comienzo a la construcción de un vapor, en su mismo puerto, que utilizará la Sociedad para su servicio. Estuvo entre nosotros el prestigioso caballero don Carlos Bianchi acompañado de su hijo, quien ha sido nombrado Jerente de la Sociedad ‘Tres Valles’. Tanto a esta Sociedad, como a las anteriores, deseamosle completo éxito en sus especulaciones y negocios futuros.” Pero no todo era progreso y bienaventuranza. Por esa misma época se producían conflictos entre algunos proyectos ganaderos y colonos libres en la misma provincia de Llanquihue. Bullado fue el caso de la Sociedad Ganadera y de Colonización Rupanco que se tomó las páginas de los medios escritos del sur de Chile, especialmente de los afines al conservadurismo. Se denunciaba insistentemente en dichos medios los intentos de apropiación de

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tierras por parte de dicha sociedad, con sede en el corazón de la provincia. “La Rupanco” como se la denominaba coloquialmente, intentaba por diversos medios legales y extralegales, despojar de sus tierras a colonos chilenos, mapuche y extranjeros que se encontraban en los límites de la concesión que les había sido otorgada por el Gobierno. Por su parte, en la provincia de Chiloé, la pobreza arreciaba, la producción en los minifundios familiares no alcanzaba para alimentar a las crecidas familias del territorio, los hombres en edad de trabajar –ya desde los 14 o 15 años aproximadamente- buscaban vender su fuerza de trabajo en otras zonas del país: para faenas de cosecha agrícola en las provincias trigueras al norte de Llanquihue; extracción de salitre en el extremo norte; esquila de ganado o infraestructura urbana en el territorio de Magallanes; trabajos de explotación de bosques o instalación de empresas ganaderas en el Aysen. Con todo, a través de la prensa escrita se aprecia que entre 1904 y 1906, las provincias de Llanquihue y Chiloé experimentaron una fuerte dinámica económico-social, la primera en tanto región productora de alimentos, plaza de abasto de mercancías y mano de obra, requeridas por los nacientes emprendimientos ganaderos y de colonización; la segunda, principalmente como zona abastecedora de jornales para los duros trabajos en distintas zonas, pero principalmente en su extremo sur. De acuerdo con la información pesquisada en la prensa de la época, la Sociedad Industrial de Aysen habría sido una de las primeras en realizar grandes enganches de trabajadores para dar inicio a las faenas en su concesión de las hoyas de los ríos Aysén y Coyhaique. El 21 de octubre de 1904 La Alianza Liberal, medio que dos años después se dará a la tarea de denunciar la tragedia obrera de Bajo Pisagua, informaba sobre la febril actividad generada por esta compañía en Puerto Montt: “SOCIEDADES GANADERAS.- Estraordinario movimiento ha tomado la poblacion con motivo del enganche de trabajadores para las estancias ganaderas que, establecerán en Cochamó, Aissen i otros puntos las sociedades recientemente constituidas en el pais i en el estranjero. Es de ver los grupos de individuos que se estacionan a las afueras de las casas donde residen los ajentes, administradores o empleados de estas sociedades, para obetener una plaza de trabajador en las faenas ganaderas. Con motivo de la órden recibida por el empleado de la Compañía Industrial de Aissen, señor Guillermo Müller para contratar trescientos trabajadores, la afluencia de jente en la calle Quillota ha sido enorme. Para evitar aglomeraciones i confusiones, el señor Müller ha ido anotando a los individuos en cuadrillas de a quince hombres. Las plazas estan todas llenas i ahora se espera unicamente la llegada del jerente de la Compañía señor Yhon Dun, el cual ya debe estar en viaje de Punta Arenas a este puerto.

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El señor Dun ha contratado un vapor de los Srs. Braun i Blanchard para conducir la jente a Aissen. Uno vez en este lugar los trabajadores seran destribuidos en cuadrillas, unos para construir un camino desde Aissen a la estancia arjentina Ñirihuao, los otros en roces i otros trabajos. Se han contratado tambien treinta carpinteros, los cuales seran ocupados en levantar cien edificios para las familias de colonos que la sociedad se ha obligado instalar en el mencionado lugar.” Los obreros viajaron al territorio austral, trabajaron todo el verano y hasta entrado el otoño de 1905 en el mejoramiento del camino existente,19 viviendas y bodegas, instalaciones portuarias menores, cercos y corrales. Y la gran mayoría volvió a Llanquihue a mediados de mayo de 1905, movimiento que fue consignado nuevamente por El Llanquihue en su edición del 19 de mayo: “El ‘Patagonia’.- Este vapor llegó a éste puerto procedente de Aysen, el mártes 16 del actual á las 9 de la noche. Trajo carga y como 300 pasajeros entre empleados y trabajadores de la Sociedad Ganadera de Aysen. Dicho vapor saldrá mañana para Magallanes con escala en Ancud y Aysen, para cuyos puertos está recibiendo carga.” En tanto que algunos trabajadores de confianza se mantuvieron en tierras de la concesión a cargo de puestos, faenas e inversiones. En octubre de ese año, un nuevo contingente de trabajadores viajaría al Aysen, pero sufrirían un naufragio a la altura de Las Guaitecas, sin consecuencias fatales. La noticia fue registrada en periódicos de Chiloé y Llanquihue.20 Este modelo de faena de temporada –alrededor de 6 meses-, habría sido implementado por otras empresas, entre ellas la Compañía Explotadora del Baker, que según todas las versiones históricas revisadas, habría enganchado más de 200 hombres en Chiloé a fines de 1905, la mayor parte de ellos campesinos dispuestos a desarrollar faenas asalariadas durante la temporada estival de cada año. La empresa los trasladó al Baker para faenas madereras principalmente. Sin embargo, nada salió como se habría previsto. Al contrario, se produjo una tragedia de proporciones, cuyas principales víctimas fueron aquellos hombres que en su situación temporal de obreros enfrentaron condiciones extremas durante el invierno de 1906.

Camino abierto en 1901 por miembros de la Comisión de Límites chilena. Ver Osorio, 2014 p. 67-71. 20 El Independiente, Nº 19 (19-10-05); La Cruz del Sur, Nº 350 (21-10-05); La Justicia de Ancud, Nº 13 (21-10-05); La Alianza Liberal, Nº 666 (22-10-1905); El Llanquihue, Nº 857 (27-10-05). BN-SPM. La transcripción de estas notas se encuentra en Anexos. 19

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La Alianza Liberal fue el primer medio de prensa escrita del país en informar sobre lo que se estaba produciendo en el lejano territorio del Baker. Su director y los cronistas que allí trabajaban tuvieron acceso directo a documentos oficiales emanados desde la isla de Quinchao a la Intendencia de Llanquihue y de ésta a las autoridades nacionales. Sobre esta base comenzaron a seguir la noticia, publicando entre el 8 de septiembre y el 10 de noviembre de 1906, ocho crónicas. A continuación se revisarán éstas y todas las noticias que los medios escritos de Llanquihue y Chiloé publicaron sobre estos sucesos, para continuar luego analizando el tratamiento de esta noticia en medios escritos de otras provincias del país. El tratamiento de la tragedia de Bajo Pisagua en la prensa del sur de Chile Después que La Alianza Liberal denunciara lo que acontecía en el Baker, otro medio de prensa escrito, esta vez de Chiloé, publicaba una nota referida a los hechos. Se trataba de La Cruz del Sur, órgano informativo del obispado de Ancud,21 que indicaba haber recibido varios denuncios sobre lo sucedido: la compañía habría “despedido un número considerable de operarios, los cuales se hallan en la mayor miseria en los solitarios y aislados parajes de Río Baker.” La nota avanzaba sobre información que ya había sido difundida por el periódico de Puerto Montt y de hecho parece ser que La Cruz del Sur fue alertada de la nota aparecida, pues indicaba que había recibido información desde aquella ciudad del continente. Con lo informado por La Cruz del Sur, la noticia del abandono de más de doscientos trabajadores en el Baker, se diseminaba ahora en Ancud y zonas aledañas. Como se ha mencionado anteriormente, en la isla de Quinchao ya era materia de gobierno debido a las notas dirigidas por el gobernador de Quinchao a las autoridades superiores, las que serán analizadas más adelante. En Quinchao no había prensa escrita, por lo que la noticia sólo debió haber corrido vía oral entre la población. Septiembre finalizó sin más noticias en los periódicos de Chiloé y Llanquihue sobre lo que estaba ocurriendo en el Baker. La real magnitud de la tragedia recién fue difundida en varios medios la primera semana de octubre. No podía ser de otro modo, ya que el 1 y 2 de aquel mes, los sobrevivientes habían desembarcado en Achao y Dalcahue, una gran parte de ellos en condiciones lamentables. Los periódicos de Ancud se enteraron de los hechos el jueves 4, día en que recaló en el puerto de dicha ciudad el vapor que había traído en sus bodegas a los sobrevivientes del Baker.

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Este periódico circulaba una vez por semana, los días sábado.

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El Independiente,22 fue el primer medio que publicó los pormenores del arribo del vapor que había traído a los sobrevivientes desde el Baker. En efecto, una breve nota apareció el 4 de octubre, bajo el título “IGONOMINIA”: “El vapor ‘Araucania’ procedente de punta Arenas en viaje a Puerto Montt pasó a la colonia del Rio Backer y reebió 157 hombres que se encontraban trabajando ahí desde mucho tiempo. De ellos habian como 50 enfermos de ascorbuto, muriendo dos de ellos despues de embarcados. Por estas circunstancias el capitán Sr. Titus se vió obligado a recalar en Achao y Dalcahue en busca de auxilios. Se nos asegura ha levantado la protesta de estilo a fin de libertar a la nave de los consiguientes perjuicios. Nos hacemos un deber de llamar atencion del supremo Gobierno a fin de que no se repítan en lo sucesivo actos tan inhumanos como el que narramos. Las Compañias que obtienen concesiones fiscales de terrenos dejan en el abonado a los pobres trabajadores. Creemos que otro tanto pasa en Yelcho palena.” En esta nota sólo se mencionaba que dos personas habían muerto de escorbuto después de embarcarse en Baker, de entre cincuenta enfermos. Nada dice respecto a fallecidos en el campamento de Bajo Pisagua. La Cruz del Sur informó el desenlace el sábado 6 de octubre. La redacción se lamentaba al confirmar que la noticia dada quince días antes, había terminado con la muerte de cerca de 66 personas y la sobrevivencia de más de un centenar, que habían logrado retornar a sus hogares en muy malas condiciones: “El Jueves [4 de octubre] arribó á nuestro puerto, al mando del capitán Titus, el vapor ‘Araucanía’ (ex ‘Cambronne’) procedente de Punta Arenas. A petición de la Sociedad de Rio Baker, recaló al puerto de este nombre, donde embarcó 149 operarios chilotes, únicos sobrevivientes de más de 200 personas que la citada compañía enganchó, hace poco, en Chiloé, para sus faenas. Entre hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas. De los 149 individuos que el vapor tomó á su bordo, había 60 atacados de escorbuto y disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos después de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas.” Su director era Olegario Bórquez, conocido en la historia de Aysén como uno de los concesionarios de tierras del área central del territorio, específicamente la zona del río Huemules que desemboca en el Pacífico y hasta el valle del Ibáñez por el Este y el paralelo 46º 30’ por el Sur, según Decreto Nº 765 citado en nota 13. 22

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El párrafo transcrito, contiene una serie de antecedentes hasta ahora desconocidos acerca de la tragedia, otros que otorgan un dramatismo mayor a los acontecimientos y algunos que llaman a cierta confusión. En primer término consigna el nombre del vapor que embarcó a los sobrevivientes y la fecha aproximada en que habrían arribado a Chiloé;23 en segundo lugar, se lee que la empresa pidió a dicho vapor (en realidad a la empresa naviera Braun y Blanchard, propietaria de la embarcación), pasar por Baker a recoger trabajadores cuya cifra se presenta en la nota –siendo la primera conocida desde que se ha escrito sobre los acontecimientos-; se registra también una cifra de los muertos en el Baker, entre los que no sólo habría hombres según el periódico, sino ¡mujeres y niños!; luego se informa que las causas de la tragedia habrían sido dos: una epidemia de escorbuto y otra de disentería, originadas en una deplorable alimentación y agua contaminada respectivamente; finalmente informaba que algunos trabajadores murieron en el mismo vapor durante el viaje. La tragedia adquirió una dimensión de horror a juzgar por lo expuesto en el semanario ancuditano. ¿Habrán recogido la noticia los otros medios de las provincias de Llanquihue, Chiloé y el Territorio de Magallanes?, ¿qué informaron El Llanquihue y La Prensa de Puerto Montt; La Voz de Castro y La Justicia de Ancud; El Magallanes y El Comercio, ambos de Punta Arenas?24 En Puerto Montt, El Llanquihue se limitó a publicar una sola crónica fechada el 6 de octubre de 1906, reproduciendo sólo el primer párrafo de la nota publicada el 22 de septiembre del mismo año por La Cruz del Sur, pero sin citar a dicho periódico: “Compañía Explotadora del río Baker Han llegado á nuestra mesa de redacción diversos denuncios de que esta Compañía ha despedido un número considerable de operarios, los cuales se hallan en la mayor miseria en los solitarios y aislados parajes de Río Baker. El Sr. gobernador de Quinchao ha informado á la Intendencia de Llanquihue que pasan de doscientos los trabajadores abandonados…” A este texto, la redacción del periódico puertomontino agregó una frase adicional, de su redacción: “…El señor Intendente de la provincia informó al Gobierno de este asunto a que proporcione a aquellos infelices algunas facilidades para poder regresar al lado de sus familias.”

Martinic (2005, 2014) consigna el nombre del vapor, pero no cita la fuente, por lo que no queda claro cómo conoce el autor dicha información. Por otra parte, éste indica que el vapor habría llegado al Baker la primera quincena de septiembre, sin embargo la prensa que se analiza aquí confirma que ello ocurrió a fines de dicho mes. 24 Todos estos periódicos fueron pesquisados en la BN-SPM. 23

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Este párrafo agregado sugiere que dicho periódico conocía sobre los telegramas enviados desde Llanquihue en septiembre, sin embargo habría decidido no informar sobre estos hechos a sus lectores. No se explica de otro modo que habiendo llegado ya a Chiloé los sobrevivientes, el medio publicara una noticia que parecía haber sido redactada semanas antes, pues nada informaba sobre el arribo del vapor Araucanía a Chiloé. No se ha podido saber si el semanario La Prensa, que aparecía los días domingo, hizo referencia a los sucesos, debido a que no existen en archivo los ejemplares correspondientes al 30 de septiembre, 7 y 14 de octubre, fechas clave en que la noticia fue consignada en los demás medios. En su edición del 21 de octubre no hay referencia alguna a lo ocurrido en los canales australes, pero sí se puede leer cómo este medio continuaba librando una ácida batalla contra el periódico La Alianza Liberal, acusándolo desde su editorial por el liviano tratamiento que habría dado al otro gran caso de la época en la provincia: los atropellos de la “Rupanco” contra pequeños propietarios:25 “La acctitud que a la hora undécima quiere asumir el periódico ‘La Alianza Liberal’ en favor de los agricultores de Llanquihue, es simplemente irrisoria y bastante desfachatada. Cuando nosotros levantamos bandera defendiendo sin ambages ni cobardías los vitales intereses del pueblo y del pequeño agricultor, ‘La Alianza’ guardó un silencio, tanto mas culpable, cuanto que él obedecía a calculaciones de política estrecha y de conveniencias mezquinas. Nosotros estamos en el secreto de por que ese periódico no lanzó una sola palabra de protesta en contra de esas Sociedades Agrícolas y Ganaderas, cuando ellas pretendieron despojar ignominiosamente al honrado ocupante q’, con el empuje de su brazo y el sudor de la frente, labra la tierra que constituye su pan y el unico porvenir de sus hijos. (…)” Tampoco se ha podido conocer lo que pudo haber publicado La Voz de Castro,26 pero sí se encontró información en otro semanario isleño, La Justicia de Ancud, que publicó el 6 de octubre de 1906, en primera página, una nota bajo el título “Concesion de Rio Backer. Actitud criminal de los concesionarios”. Esta es su transcripción:

La Prensa defendía con fuerza a los colonos alemanes y chilenos que se habían visto amenazados por el accionar de la Sociedad Rupanco. Detrás de todo esto se dejaba entrever una lucha política entre conservadores y liberales. Al parecer, la Sociedad Rupanco era propiedad de empresarios de filiación liberal y su accionar fue denunciado con fuerza por los periódicos conservadores, llegando el caso a las altas esferas del poder. 26 Las ediciones de 1906 del periódico La Voz de Castro, no se encontraron en la Biblioteca Nacional. 25

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“‘La Alianza Liberal’ de Puerto Montt en repetidas ocasiones se ha venido ocupando de la inhumanidad sin nombre, por no decir criminal, cometida por los concesionarios de los terrenos de Rio Backer al dejar abandonados en aquel apartado lugar a dos centenares de trabajadores contratados, hace mas de un año, para efectuar las faenas de dicha empresa colonizadora. Noticias que hemos recogido hablan de numerosas víctimas, que algunos hacen subir a un medio centenar, producidas por el escorbuto entre los infelices trabajadores, que fueron contratados por un tiempo determindo i despues quedaron abandonados i sin víveres frescos en aquelos parajes de los cuales no podian salir por carencia de medios de comunicación. El escorbuto, enfermedad que empezó a desarrollarse habria concluido con todos aquellos desgraciados, si no hubiese tocado a Rio Backer el vapor ‘Araucania’ que recojió a todos aquellos condenados a muerte por la criminal desidia de los concesionarios i que se encontraban en un estado que inspiraba a la vez repugnancia conmiseracion. La mayor parte de los trabajadores habian sido contratados en diferentes lugares de esta provincia i como se trata de jente pobre i sin recursos veremos que la desidia incalificable de los jefes de la empresa de Rio Backer quedará sin el merecido castigo. Haciéndonos eco del clamoreo jeneral de indignacion que lo sucedido en Rio Backer ha despertado en todas partes, pedimos al Gobierno se abra una severa investigacion para establecer a quien afecta la responsabilidad de estos criminales sucesos. Mientras nos ocupamos en recoger nuevas informaciones, que ojala nos fueran proporcionadas por personas que hayan conversado con aquellos infelices, nos limitamos por hoy a publicar a continuacion la protesta levantada ante el notario de esta ciudad por el Capitan del vapor ‘Araucania’.” Como se ve, la crónica iniciaba con el reconocimiento del trabajo que estaba realizando el periódico La Alianza Liberal de Puerto Montt.27 Luego afirmaba haber obtenido información de la tragedia en la que habrían fallecido muchos trabajadores, indicando que algunas fuentes elevaban a “medio No es motivo de este trabajo profundizar en las disputas que libraban los medios de prensa de Chiloé en aquella época, las que no eran menores. Sólo se mencionará que La Justicia de Ancud y La Cruz del Sur se habían declarado “guerra” a juzgar por las notas y crónicas que publicaban. El Independiente, de filiación conservadora, tampoco se llevaba bien con La Justicia de Ancud. En cambio, el trato dado por este último semanario ancuditano al periódico de Puerto Montt era claramente amistoso y su reconocimiento se constituye en el único que recibió La Alianza Liberal por su trabajo informativo respecto a los hechos del Baker. 27

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centenar” los muertos. La causa de muerte habría sido el escorbuto, anotaba el periódico ancuditano, pero con fuerza afirmaba que la tragedia se desató por la “…inhumanidad sin nombre, por no decir criminal, cometida por los concesionarios de los terrenos de Rio Backer al dejar abandonados en aquel apartado lugar a dos centenares de trabajadores contratados, hace mas de un año, para efectuar las faenas de dicha empresa colonizadora.” La nota cerraba con la reproducción íntegra, de un documento notarial firmado por el capitán del vapor Araucanía, Guillermo Titus, en el que declaraba las circunstancias que debió enfrentar en Baker y Chiloé. El texto se inscribió como “Protesta” en la notaría de Ancud28 y su objetivo era justificar el accionar y las decisiones que se vio obligado a tomar en atención a la situación que se le presentó con el traslado de los sobrevivientes del Baker. Este documento corresponde al testimonio de un protagonista directo del desenlace de la tragedia y a través de él es posible conocer cómo se sucedieron los acontecimientos a partir del rescate de los trabajadores. Titus declaró que zarpó desde Punta Arenas el 14 de septiembre con rumbo a Puerto Montt e intermedios. Luego indicó que debió “pasar a la colonia de Río Baker a fin de buscar una cantidad de hombres que se encontraban ahí desde hace mucho tiempo, trabajando en desmontes i fabricacion de caminos.” Según sus palabras, allí embarcó 157 hombres de los cuales 50 estaban gravemente enfermos. En el trayecto, determinó compartir los víveres de la tripulación con los trabajadores, pese a que las raciones estaban ajustadas sólo para los tripulantes y no tenía obligación de realizar esta redistribución. Luego de dar otros detalles que serán revisados más adelante, dejó establecido que las recaladas en los puertos menores de Achao y Dalcahue sólo fueron motivadas por la necesidad de dar aviso a las autoridades de Quinchao y dejar en tierra a los obreros enfermos. En Punta Arenas, el diario El Magallanes29 publicó sólo dos referencias a la tragedia, ambas en su sección “Telegramas del Norte”. En la edición del 6 de octubre de 1906 se lee el siguiente telegrama: “Valparaiso, 6 Procedente de Punta Arenas, habiendo hecho escala en rio Baker, llegó el vapor ‘Araucania’ ex ‘Cambronne’ conduciendo 143 pasajeros. Sesenta de ellos vienen enfermos de escorbuto. Dos han muerto al desembarcar.”

El original de esta protesta no ha sido hallado debido a que en ARNAD no se encuentran copias de libros de la Notaría de Ancud para el año 1906. 29 Diario informativo, fundado en 1894 por Juan Bautista Contardi, Lautaro Navarro y Manuel Señoret. (Rodríguez, 2013) 28

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En la edición del 11 de octubre, se transcribió otro telegrama: “Valparaiso, 11 Han fallecido a consecuencia de la enfermedad de escorbuto, sesenta trabajadores de los llegados a bordo del vapor ‘Araucania’ embarcados en rio Baker. Hai otros sesenta enfermos.” Ambos telegramas son confusos además de escuetos en extremo. Los dos son fechados en Valparaíso y por ello mueve a confusión si la referencia de recalada del vapor rescatista es aquella ciudad u otra. En el primero no se menciona la palabra trabajadores, sino “pasajeros” y sólo se indica que venían 60 enfermos “de escorbuto”, de los que dos habían muerto al desembarcar (¿dónde?). El segundo telegrama confunde aún más pues indicaba que sesenta “trabajadores” que viajaron en el Araucanía habían fallecido y otros sesenta estaban enfermos. Los telegramas no hacen referencia alguna a los obreros muertos en Baker, pero al hablar del vapor Araucanía, ahora sabemos que referían a los rescatados desde Bajo Pisagua. Por su parte, El Comercio30 -otro diario de Punta Arenas dedicado principalmente a noticias económicas y mercantiles-, nada informó respecto a los acontecimientos. Llama la atención que la prensa magallánica no haya informado mejor sobre los hechos, ni durante el período en que ocurrieron y que fue noticia en las demás provincias, ni semanas o meses después, pese a que el Baker formaba parte del territorio jurisdiccional de Magallanes y a que el vapor rescatista era parte de la flota de la empresa Braun y Blanchard y que como se verá llegó semanas después a Punta Arenas con gran cantidad de obreros, noticia que sí fue cubierta por dichos medios. Volviendo a La Alianza Liberal se puede afirmar que asumió un rol activo no sólo dando a conocer lo sucedido en el territorio de río Baker, sino que denunciando la responsabilidad de la empresa contratante. Es así que en octubre volvió a la carga con más fuerza. En sus crónicas queda clara la intención de denunciar la responsabilidad punible de la empresa a cargo de las faenas, ya que el abandono en que dejó a sus trabajadores fue el causante del dramático desenlace. Se transcriben a continuación las notas publicadas. El martes 9 de octubre de 1906, el periódico puertomontino publicó: “EN RIO BAKER Más de 200 trabajadores abandonados 67 personas mueren de hambre PEDIMOS CASTIGO PARA LOS CULPABLES” 30

Fundado en 1900 por Juan Bautista Contardi.

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La crónica da a entender que el destino de los obreros se manejó a nivel de rumores por más de un mes, temiéndose lo peor en muchas oportunidades y dudando de una fatalidad en tantas otras ocasiones. La llegada del vapor con los sobrevivientes sólo vino a confirmar lo que ya muchas familias esperaban, un desenlace fatal. En Puerto Montt se conoció la tragedia con la llegada de los obreros de esa ciudad en una embarcación que ellos mismos debieron contratar en Chiloé después de desembarcar allí. Así lo expresaba la noticia del periódico: “Desgraciadamente todo, i mas que todo esto, ha tenido fatal confirmacion. En la tarde del sábado arribó a nuestro puerto una chalupa procedente de Chiloé tripulada por Lisandro Alvarado, Francisco Garai, Juan Pio Loaiza, Jacinto Vidal, José Baldomero Covasich, José Rojel y Luis Paredes, trabajadores todos de las faenas de Rio Baker. Estos trabajadores tienen sus familias en este pueblo i han soportado con felicidad las crueles privaciones que han causado la muerte a muchos de sus compañeros de trabajo. Hemos tenido la oportunidad de conversar con todos estos trabajadores i todos ellos nos han pintado en su sencillo lenguaje los horrores de las espantosas privaciones del abandono en que estuvieron sumidos durante tres largos i rigurosos meses de invierno. Es casi increible lo que ha pasado o mejor dicho lo que se ha dejado pasar en Rio Baker. Aquello fué incomparablemente horroroso. Se dejó a doscientos trabajadores para que mueran de hambre como en los tiempos de salvajismo que a los criminales se les hacia perecer en el mas completo olvido.” La crónica continúa con un pormenorizado relato de lo sucedido: “Veamos como pasaron las cosas. A mediados de abril arribaron a Baker los trabajadores contratados aquí i en Chiloé. Todo marchó bien hasta junio en que el jefe señor Florencio Tornero abandono Baker para tomar un buque que se dirijia a Punta Arenas, de donde, dijo, enviaria un vapor para sacar a los trabajadores. Las provisiones comenzaron a escasear i la situacion se angustiaba. Solo harina, arroz i porotos constituian la comida. La falta de carne comenzó a tener consecuencias. Muchos trabajadores enfermaron. El escorbuto hacia su aparicion i bajo sus garras moría en la noche del 7 de Julio la primera víctima. Todos los trabajadores traen anotadas en sus libretas esta fecha fatídica que marcó la iniciacion de nuevos i grandes martirios.

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Portada periódico La Alianza Liberal, edición del 11 de octubre de 1906. El medio escrito publica una lista de los obreros muertos en río Baker. BN-SPM

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Los enfermos i los muertos se sucedian diariamente. No había donde recurrir. La situacion se empeoraba mas i mas. Un dia se trajo cuatro animales vacunos que fueron destinados a los enfermos, i otro ocho huemules que algunos trabajadores cazaron en las cercanías de su campamento. A fines de Julio la harina se concluyó i con ello la situacion se hacía aun mas angustiosa. Las muertes de los trabajadores se redoblaron. Pocos eran ya los realmente sanos. La llegada del vapor prometido era esperado con loca ansiedad. Por fin, a mediados de Setiembre arribaba el vapor Araucanía i en el se embarcaban los que lograron sobrevivir a esta verdadera hecatombe. Quedaban sepultados a las orillas del Rio Baker cincuenta i nueve trabajadores, víctimas del criminal abandono en que estuvieron relegados. El 1° de Octubre arribaban en el Araucanía, 170 personas muchas de las cuales venian en un lastimoso estado de postracion. De Achao se trasladó a Dalcahue una gran parte de los trabajadores, entre éllos los de Puerto Montt. En Dalcahue fallecieron 8 a consecuencia del escorbuto. De ese puerto, las personas que pertenecian a nuestro pueblo, fletaron una chalupa en la cual han vuelto a sus hogares.” Dos días después, 11 de octubre, el periódico publicó nuevamente en primera página más información, esta vez de mayor dramatismo. Se trataba de la lista completa de los fallecidos y sepultados en Bajo Pisagua. Cincuenta y nueve nombres con su fecha exacta de defunción, publicados en aquel periódico de Puerto Montt, como único testimonio de las víctimas fatales de la tragedia. En la crónica se exigía al gobierno un pronunciamiento, a las autoridades judiciales la aplicación de la ley y el castigo a los eventuales culpables, que para el periódico eran sin duda los dueños de la empresa. También hacía una declaración de principios: no abandonar la noticia, continuar informando. He aquí la trascripción completa: “LOS MUERTOS DE BAKER PEDIMOS JUSTICIA Reclamamos con enerjía en setiembre cuando supimos que la Cia Baker tenia en abandono punible a doscientos trabajadores. Cuando fue Intendente suplente don Jerman Oecklers, dirijió representacion sobre este asunto al Ministerio, i éste contesto que ‘eso no era asunto del Gobierno’.

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Entre tanto, ciudadanos chilenos morian como moscas, por el hambre i por el escorbuto, víctimas de la avaricia de una Sociedad de opulentos. Despues de tres largos meses de martirio, los sobrevivientes de la hecatombe han llegado a sus hogares i sus narraciones nos horrorizan. Hemos pedido una investigacion i el castigo de los culpables. No tenemos noticia de que esa investigacion haya comenzado. Es necesario que se sepa que no estamos dispuestos a dejar de mano este asunto. Necesitamos justicia completa. --Damos a continuacion la lista de los muertos con la fecha de la muerte. Faltan los nombres de los ocho que llegaron enfermos i murieron en Dalcahue. Julio 7 Santiago Barrientos 11 Miguel Soto Ojeda 12 Gabriel Ojeda 14 Emilio Perez 27 Victor Yahuel 28 Isaias Barrientos 29 Hipólito Ojeda 30 Pedro Jil Oyarzo Agosto 1 Pedro Guerrero 2 Clodomiro Barrientos, Melchor Navarro 3 Guillermo Millapel 7 Juan Ruiz 8 Santiago Torres 9 Francisco España 11Roman Diaz, Juan Pedro Triviño 14 Juan de Dios Ruiz 17 Antonio Barrientos 19 Juan Pedro Sanchez 21Rudecindo Aguilante 22 Francisco Diaz 23 Hermenejildo Aguilar 24 Manuel Telcan 25 Pedro Antonio Villegas 27 Enrique Diaz, José Ulloa, Francisco Ruiz, Enrique Cárdenas 28 Eusebio Barria 29 Casimiro Soto, Juan B. Agüero 30 Ramon Barrientos

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Setiembre 1 Santiago Trujillo 2 Daniel Barrientos 4 Guillermo Navarro 6 Braulio Obando 7 Ignacio Paillante 8 José Rosas Tribiño 10 José Dolores Ampuero, Agustin Yahuel, Juan Vidal, Santiago Millapel 12 Santiago Barrientos Barrientos 15 Manuel Ojeda 16 Juan de Dios Ampuero, Cirilo Aguilante, Olegario Vidal 18 Aureliano Runin, David Velasquez, Julian Toro, Santiago Alarcon 21 Ramon Millapel, Victoriano Caro 22 Prudencio Caro 25 Inocencio Anquintin, Juan Gallardo 26 Juan Antonio Muñoz, Pedro Borquez La lista de muertos es verídica. En ella figura el único nombre que aún se conserva en una de las cruces de la Isla de los Muertos: Melchor Navarro, fallecido el 02 de agosto de 1906. En ella figura también Casimiro Soto, nombre aportado por Emilio Zúñiga, sobreviviente entrevistado muchos años después por Antonio Soto31 en Chiloé, texto que como se ha dicho en la introducción, fue publicado por Ivanoff (2003, 2011). ¿Cómo obtuvo esta lista el periódico?, es una pregunta sin respuesta aún. Tal vez fue la lista que el administrador de la faena de Bajo Pisagua, señor Williams Norris entregó a las autoridades en Chiloé. Tal vez fue una lista elaborada por los mismos trabajadores, pues a juzgar por lo mencionado en el periódico en su edición del 9 de octubre, muchos de ellos mantenían “bitácoras personales”, en las que anotaban ciertos hechos, los días trabajados, lo que se les adeudaba, tal vez cartas a sus familiares. Hay una frase en el texto que podría pasar ya como “condimento” del periódico para dar dramatismo a la nota, ya como intención de enlodar al gobierno acusando su inacción o desinterés por lo sucedido: “Cuando fue Intendente suplente don Jerman Oecklers, dirijió representacion sobre este asunto al Ministerio, i éste contesto que ‘eso no era asunto del Gobierno’.” Más adelante se verá que esta afirmación se corresponde con la realidad de los acontecimientos a nivel gubernamental. El sábado 13, La Alianza Liberal insistía sobre los sucesos del Baker reproduciendo la protesta notarial del capitán del vapor, que había publicado La 31

Zúñiga le dice a Soto: “su tío Casimiro quedó allá”.

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Justicia de Ancud el 6 del mismo mes, no sin antes manifestar duros conceptos contra la empresa ganadera: “Tomándola de La Justicia de Ancud damos a continuacion la protesta hecha ante el notario de Ancud por el capitan del Araucanía que trajo a Chiloé a los sobrevivientes del Baker. Es la declaracion de un testigo intachable, que servirá para agregarla al proceso que deberá formarse a la criminal Sociedad de Baker por haber dejado morir a sus trabajadores. Hai que obedecer a la opinion pública que, representada por la prensa de Chiloé, pide las mas severas penas para los delincuentes.” El 16 de octubre el periódico informaba que lo ocurrido en Baker ya estaba en la justicia provincial gracias a una nota emanada desde la Intendencia de Llanquihue: “ASUNTO BAKER EN PODER DE LA JUSTICIA Empieza la accion de la justicia sobre este grave asunto. La Intendencia ha dirijido al juzgado la siguiente nota: Pto Montt, 13 de Octubre de 1906 “N° 408-Adjunto remito a US. 3 numeros de LA ALIANZA LIBERAL en que se hacen sérios denuncios a la Sociedad Rio Baker por abandono de mas de doscientos trabajadores en el rio del mismo nombre, trabajadores que fueron contratados en esta Provincia i en la de Chiloé, i aun se dá cuenta de la muerte de 67 de estas mismas personas. Ruego a US. se sirva proceder en la forma que estime conveniente. –Saludos a US.-E. Wolleter F.” Dos días después, se daba cuenta que el Juzgado del crimen había iniciado una investigación: “JUSTICIA Asunto Baker El Juzgado del crímen ha comenzado la investigacion de los sucesos de Baker. Para hoy a las 2 P.M. estan citados a prestar declaracion los trabajadores residentes en este pueblo que estuvieron en Baker en el último invierno entre los abandonados por la opulenta sociedad.” Esta nota, aunque breve, informó la tramitación de la denuncia en el tribunal de Puerto Montt. No se ha podido establecer la existencia del expediente

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de aquella causa, donde de seguro se podrían conocer los testimonios de protagonistas y testigos (trabajadores rescatados, administrador, familiares, funcionarios del gobierno provincial) sobre lo ocurrido en Baker. En Chiloé en tanto, la noticia no se mantuvo en los medios de prensa. Sin embargo, una breve nota aparecida el 20 de octubre de 1906 en La Cruz del Sur, da cuenta de la tensión vivida semanas después de la llegada de los trabajadores sobrevivientes: “COMPAÑÍA DE RIO BAKER. –Ayer se ha recibido en la Intendencia el siguiente telegrama: ‘Temo algun desenlace grave gente sublevada. Jefe comisión no paga sueldos completos trabajadores. Gente quiere tomar vapor. Dígame qué medidas tomo. –Subdelegado.” Esta nota sugiere la ocurrencia de al menos un altercado entre trabajadores y empleados de confianza de la Explotadora del Baker. Se menciona el pago parcial de sueldos, la intención de las personas por tomarse un vapor (¿qué vapor?). El telegrama fue firmado por un Subdelegado, pero el periódico no indica de quien se trata, sólo consigna el texto. En esa misma edición el periódico informaba –como lo había hecho antes La Alianza Liberal– que los hechos ocurridos en Baker habían llegado a la justicia por gestiones de la Intendencia de Llanquihue: “Puerto Montt (…) La Intendencia ha denunciado al Juzgado la actitud criminal que la Sociedad de Rio Baker ha observado con sus trabajadores.” Las últimas noticias entregadas por La Alianza Liberal sobre el caso de los trabajadores contratados por la Sociedad Explotadora del Baker fueron publicadas el 10 de noviembre. Se trató de dos notas en primera página, comentando que el caso del Baker había llegado a discusión en el Senado y el senador Elías Balmaceda exigía castigo a los responsables: “Sobre Baker Ha repercutido en el Senado de la República la conducta inhumana de la Sociedad de Baker que dejó morir a sus trabajadores por haberlos abandonado en los mas crudos meses del año. El Senador señor Balmaceda ha pedido una investigación. Se recordará que LA ALIANZA denunció esos hechos bochornosos i pidió completo remedio. Agradecemos al Senador de Tarapacá su jenerosa intervención en favor de los desvalidos tan mal tratados por los ajentes inescrupulosos de la opulenta Sociedad.”

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Salvajismo de Baker SE PIDE INVESTIGACION Hoy también en el Senado, don Elias Balmaceda senador de Tarapacá, hizo presente al Gobierno el salvajismo de la Sociedad de Baker que dejó morir cerca de la mitad de sus trabajadores, i pidió una investigacion y severo castigo para la Sociedad responsable.” Nada más se comentó en La Alianza Liberal sobre el caso el resto del año 1906, situación que llama mucho la atención, a juzgar por la fuerza con que denunció lo sucedido durante septiembre y octubre. Tal vez la dirección del periódico decidió confiar en la acción de la justicia o quizás recibió presiones para poner fin a su campaña de denuncia. El eco de la noticia en medios escritos al norte de la Provincia de Llanquihue En otras provincias del norte del país, la noticia tuvo cierto eco y varios medios publicaron notas al respecto. En Valdivia fue difundida el 10 de octubre por El Correo de Valdivia: “Enfermos de escorbuto El Gobernador Marítimo de Ancud ha comunicado a la Direccion del Territorio Marítimo, que ha fondeado en ese puerto el vapor “Araucania”, procedente de Punta Arenas, conduciendo 143 pasajeros que embarcó en Rio Baker, de los cuales 60 venian enfermos de escorbuto. Dos de ellos fallecieron al tiempo de ser desembarcados. Este diario citó como fuente a entidades de la Armada Nacional. Pero la nota reprodujo similares datos que el primer telegrama publicado por El Magallanes el 6 de octubre, lo que hace pensar que el diario valdiviano utilizó la misma fuente que su par magallánico. La nota de El Correo cierra con un párrafo reflexivo sobre vigilancia sanitaria en el puerto de Corral: “Bueno seria que en el vecino puerto de Corral se estableciera una escrupulosa vijilancia sanitaria, para que no se introduzca alguna peste infecciosa, de las muchas que suelen desarrollarse en la estación estival.” En Osorno, el periódico El Liberal reprodujo el 13 de octubre bajo el título “POR LO QUE SE OFREZCA. Al colega La Cruz del Sur de Ancud pertenece el párrafo que va enseguida.”, los tres primeros párrafos de la crónica publicada por La Cruz del Sur una semana antes.

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En Concepción, el diario El Sur informó sobre los hechos el día 10 de octubre citando como fuente a los periódicos de Ancud: “Los tres periódicos locales condenan enérjicamente la actitud de la Sociedad de Rio Baker por el abandono en que ha dejado a sus operarios, de los cuales han muerto 66 y quedan atacados de escorbuto 54.” Otra nota breve en la misma edición de dicho medio, titulada “Muertos de Escorbuto” mencionaba nuevamente la cantidad de muertos y enfermos resultantes de la tragedia de río Baker y que había voces que denunciaban como culpable a la empresa: “Sesenta y seis operarios de la Sociedad de Rio Baker han muerto de escorbuto y quedan 54 enfermos. Se culpa de la muerte de los operarios a la Sociedad, que dejó a los enfermos en el abandono y sin ningun cuidado.”

El Sur vuelve sobre el caso del Baker en sus ediciones del 14 de octubre: “Fallecieron en Dalcahue ocho individuos de disenteria, traidos de Rio Baker.”, información extraída de alguno de los medios escritos de Ancud que no es citado; y del 18 del mismo mes: “El asunto de la Sociedad ‘Rio Baker’, en donde murieron muchos a causa del hambre, está en poder de la justicia.”, noticia recogida desde Puerto Montt, pero que tampoco cita fuentes. La Unión, el otro diario que circulaba en dicha ciudad, publicó el 16 de octubre bajo el título “Los abandonos en rio Baker.- Graves denuncios de un diario”, una extensa nota citando al periódico La Cruz del Sur de Ancud: “Lo siguiente lo leemos en ‘La Cruz del Sur’. Hace 15 días dimos cuenta de que en Río Baker se hallaban en completa miseria como 200 trabajadroes, contratados por la Sociedad que explota aquellos parajes. En estos últimos días descraciadamente se ha confirmado de una manera tristísima aquel denuncio. El jueves arribó á nuestro puerto, al mando del capitán Titus, el vapor “Araucanía” (ex “Cambronne”) procedente de Punta Arenas. A peticion de la Sociedad de Río Baker, recaló al puerto de este nombre, donde embarcó 149 operarios chilotes, únicos sobrevivientes de más de 200 personas que la citada compañía enganchó, hace poco, en Chiloé para sus faenas. Entre hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas. De los 149 individuos que el vapor tomó á su bordo había 60 atacados de escorbuto y disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos después de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de la estrechez del

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vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad alguna, enfermos y sanos. El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inmediaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron otros cuatro enfermos. De lo expuesto resulta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros, número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días… Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan humanitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, aprovechó las horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor de la mejor manera posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico de ciudad Don Liborio Sánchez para constatar el estado sanitario de la tripulación, que parece satisfactorio. El vapor sin embargo continua incomunicado y se están practicando en él nuevas desinfecciones. Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el Araucanía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á las diversas faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes.” Como se ve, corresponde a la trascripción completa de la noticia que el periódico ancuditano publicara el 6 del mismo mes. En Valparaíso ni El Mercurio ni El Chileno publicaron notas sobre lo sucedido en Baker.32 En Santiago en tanto, la noticia fue recogida por algunos medios escritos. Es así que el diario El Ferrocarril publicó el 9 de octubre, en su sección “Telegramas de provincias” lo siguiente: “ANCUD. Octubre 8.- Los otros tres periodicos locales han condenado enerjicamente la actitud de la sociedad de Rio Baker por abandono de sus operarios; murieron 66, quedando atacados de escorbuto mas de 54.” Días después, el domingo 14 se puede leer en la sección dedicada a telegramas con noticias breves de las provincias: “ANCUD, Octubre 13.- (…) Fallecieron en Dalcahue 8 individuos de desinteria, traidos del rio Baker.” No se ha tenido acceso a La Unión por no encontrarse microfilmado en el Archivo Nacional. La colección completa de este diario se guarda en el Museo y Archivo Naval, Valparaíso. 32

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Finalmente, el día 18, en la misma sección telegramas de provincias el diario consigna: “(…) El asunto de la Sociedad Rio Baker donde muchos trabajadores murieron de hambre ha pasado a poder de la justicia.” Por su parte, el diario La Unión informó lo sucedido en las mismas fechas que El Ferrocarril: 9, 14 y 18 de octubre. El día 9 lo hizo basándose en la prensa de Ancud y de manera muy similar a lo publicado por El Sur de Concepción: “ANCUD. Abandono de operarios. Octubre 8.- Los tres periódicos de la localidad publican una enérgica censura contra la actitud de la Sociedad Rio Baker, por el abandono en que ha dejado a sus operarios, de los cuales 66 murieron, y 54 han quedado enfermos de escorbuto.” El 14 publicó lo mismo que El Ferrocarril: “(…) Fallecieron en Dalcahue 8 individuos de disenteria, que fueron traidos del Río Baker.” Y el 18 también: “(…) El asunto de la Sociedad ‘Rio Baker’, donde murieron muchas personas á causa del hambre está en poder de la justicia.” Ni El Diario Ilustrado ni La Reforma, ubicados en posiciones políticas diametralmente opuestas en la época,33 hicieron referencia a la tragedia del Baker. El primero publicó noticias de las provincias de Llanquihue, Chiloé y territorio de Magallanes los mismos días en que lo hicieron los otros medios de prensa de Santiago, teniendo como fuente la prensa y telegramas de dichas zonas, pero se cuidó de omitir la información referida a la tragedia. El segundo no consignó información de las provincias del sur del país sino hasta el 24 de octubre que publicó una información referida a una huelga ocurrida en Punta Arenas y la carta de un dirigente obrero dando cuenta de los vejámenes de la policía contra otro dirigente. Tampoco se refirieron a la tragedia los diarios capitalinos El Mercurio y Las Últimas Noticias.

El Diario Ilustrado, fundado el 31 de marzo de 1902 por Ricardo Salas Edwards, era de filiación conservadora, en tanto que La Reforma, fundado por Luis Emilio Recabarren el 22 de junio de 1906, era el órgano de prensa del Partido Demócrata en Santiago. BN-SPM. 33

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56 ---

El Llanquihue (06/10/ 1906)

2

(Elaboración propia)

4

2

La Unión, Concepción (16/10/1906) 60

8

El Ferrocarril y La Unión, Santiago; El Sur, Concepción (14/10/1906)

4

66

66

149

60

60

54

60

60

143

El Liberal, Osorno (13/10/1906)

2

El Correo de Valdivia (10/10/1906)

54

54

54

Crecido número

60

50

60

50

Enfermos llegados a Chiloé

50

66

170

143

157 (información del protesto de G. Titus)

---

149

157

Sobrevivientes embarcados en Baker

La Alianza Liberal (13/10/1906)

66

67

62

“un medio centenar”

---

El Sur (10/10/1906) 2

2 66

La Unión, Santiago

8 (mueren en Dalcahue)

---

4

---

3. En Chiloé

Total muertos

66

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La Alianza Liberal (9 y 11/10/1906)

2(edición del 06 de octubre)

---

2 (al salir de Baker)

2

2. En vapor Araucanía

Muertos

El Ferrocarril (9/10/1906)

60 (indica que son parte de los embarcados llegados a Chiloé)

El Magallanes (06 y 11/10/1906)

La Justicia de Ancud (06/10/1906)

--60

La Cruz del Sur (06/10/1906)

1. En Bajo Pisagua

El Independiente (04/10/1906)

Periódicos y diarios (por orden cronológico de la noticia)

Tabla 1: Fallecidos y sobrevivientes según los medios de prensa escrita de la época

+ de 200

+ de 200

229 (59+170)

----

+ de 200

+ de 200

209 (60+149)

---

Total obreros

Periódico La Cruz del Sur, Ancud. Extremo inferior izquierdo, crónica del 22 de septiembre 1906. Primer hallazgo de esta investigación.

Periódico La Alianza Liberal. Crónica del 08 de septiembre de 1906. Primera noticia sobre la tragedia del Bajo Pisagua.

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Como se puede apreciar, la noticia sobre lo ocurrido en 1906 al numeroso contingente obrero que laboraba en las tierras de la “concesión Contardi”, traspasada a la Compañía Explotadora del Baker, tuvo importante cobertura en las dos provincias de la que eran oriundos los trabajadores. Pero sin duda resalta la decisión y persistencia de La Alianza Liberal para seguir el caso, denunciar a la empresa como culpable y pedir justicia para los obreros vejados por medio del abandono y la falta de auxilio. De los periódicos chilotes, La Cruz del Sur dedicó las notas más contundentes en cuanto a información sobre lo acaecido, pero La Justicia de Ancud dio un golpe noticioso al publicar de manera íntegra la protesta notarial del capitán del vapor que rescató a los sobrevivientes. El Independiente se limitó a condenar en una sola nota lo ocurrido, sin hacer mención a los fallecidos en Baker guardando total silencio luego. En cuanto a los medios de las provincias al norte de Llanquihue, el tratamiento fue desigual, siendo Concepción la ciudad donde se dio mayor eco a lo ocurrido. En Valparaíso al parecer se optó por esquivar la noticia, en tanto que en Santiago se le dio cabida en ciertos medios y en otros simplemente no se la consideró. Al constatar que dichos medios publicaron noticias referidas a las provincias del extremo austral de la República, la omisión de lo ocurrido en Baker resulta más inquietante.34 Esta omisión a lo ocurrido en Baker, parece haber tenido razones políticas y sociales, pues los empresarios tras la Compañía Explotadora formaban parte de la oligarquía chilena y sus redes se extendían a las altas esferas del poder ejecutivo y legislativo. Pareciera ser que los medios de prensa de mayor influencia en el centro del país, establecieron una suerte de cerco informativo, anulando el impacto de lo informado por La Alianza Liberal. Se ha visto cómo aquellos medios que decidieron informar sobre los hechos, siempre prefirieron como fuente la prensa ancuditana y cuando algunos mencionaron que el caso había llegado a la justicia, no citaron la fuente que comprobadamente había anunciado el curso de las denuncias y la acción de los tribunales de Puerto Montt: La Alianza Liberal. Sin embargo, la denuncia de este periódico puertomontino logró llegar al Senado de la República donde algunos legisladores sacaron a colación el caso en dos sesiones consecutivas a principios de noviembre de 1906, como se verá en el tercer capítulo. Después de aquellas encendidas alocuciones registradas al interior del Congreso Nacional, el tema parece haber dejado de interesar a los congresistas. En las sesiones siguientes nada se ha encontrado respecto a los acontecimientos trágicos de Bajo Pisagua ni informes que den cuenta de las acciones judiciales o administrativas que se pidieron y prometieron en las sesiones que se presentan en este trabajo. ¿Se olvidó la tragedia El Mercurio de Valparaíso y Santiago, Las Últimas Noticias, El Diario Ilustrado y La Reforma de Santiago. BN-SPM. 34

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en el ambiente político?, ¿se determinó silenciarla?, ¿o simplemente perdió su relevancia ante otros problemas que ocuparon la agenda de los parlamentarios acusadores? En el extremo norte del país la noticia tampoco tuvo eco, suficiente información había con la dinámica economía originada por la industria salitrera y la creciente organización de los trabajadores asalariados. Lo concreto es que la tragedia al parecer desapareció de la discusión política en el centro del país… Pero el recuerdo de la misma retornó en 1908 y de manera extrañamente coincidente. En dos medios escritos, alejados físicamente por cerca de mil kilómetros uno del otro, se publicaron textos que trajeron de regreso el drama sufrido por obreros chilotes en tierras del Baker hacía menos de dos años. Uno de estos recuerdos forma parte de una carta enviada por A. y S. S. el 26 de abril de aquel año a la dirección del diario El Mercurio de Santiago, cuya principal reflexión decía relación con el aislamiento de las regiones situadas entre Chiloé y los canales autrales y la necesidad de aumentar la oferta de líneas de vapores para comunicarlas con el resto del país evitando que se originasen nuevamente “…acontecimientos mui dolorosos, tal como pasó hace algun tiempo con la mortandad de trabajadores en el Baker, cuya única y esclusiva causa fué la falta de alimentos, motivada por el abandono culpable en que se dejó durante seis meses a esos pobres individuos, entregados inhumanamente a las crudezas e inclemencias de un invierno riguroso.” El otro es directamente el fondo de una reflexión dolorosa enviada una semana antes al periódico La Cruz del Sur de Ancud, bajo el título: “Indemnización. ¿No valen nada los chilotes?”. El autor –anónimo– recoge la noticia sobre una sentencia judicial emanada del juzgado de Antofagasta, que ordenaba a una empresa salitrera indemnizar con una fuerte suma de dinero –veinte mil pesos de la época–, a la madre de un obrero muerto por falta de seguridad en la faena. Y a partir de ella inicia su remembranza: “Esta noticia nos hace recordar la reclamacion deducida hace dos años contra la Sociedad Baker por las viudas y huérfanos de los operarios chilotes (cerca de un centenar) que perecieron allá, a causa de un culpable y criminal abandono. En este último caso existe aún el antecedente explicito de un contrato, según el cual la expresada Sociedad debia restituir en la Provincia de Chiloé a los operarios en un plazo fijo. Lo que no hizo, como todo el mundo sabe, dejándolos perecer en el mas cruel aislamiento, víctimas del escorbuto y del hambre. Hasta la fecha no tenemos noticia del estado de ese juicio, que ya pudo haberse fallado. ¿Será que los hijos de Chiloé no valen ni siquiera tanto como un guanaco de las pampas patagónicas? Si alguien, por negligencia culpable, no hubiese impedido la destrucción de un rebaño de cabras de la Sociedad Baker, debiendo impedirla, tiempo ha se habria im-

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puesto la indemnización correspondiente. Pero parece que los chilotes valen menos que los guanacos de las pampas y las cabras montaraces! Ah! no: queremos resistirnos a dar pábulo a una idea semejante. Esperamos que todavia el principio de justicia en Chile sea capaz de mantener el rol que le corresponde, sosteniendo los derechos coculcados del pobre contra las invasiones opresoras del rico.” Es posible que existan en la prensa de las primeras décadas del siglo XX, otros textos que refieran a la tragedia obrera de Bajo Pisagua; es posible que alguno de ellos informe sobre el juicio seguido y su destino. Ante esta probabilidad habrá que continuar revisando los medios escritos, con la esperanza de aportar nuevos antecedentes que ayuden a comprender en su integralidad estos luctuosos sucesos. Por otra parte, es claro que la historia de lo ocurrido en Bajo Pisagua se alojó fuertemente en la memoria oral popular, relatándose en fogones de Chiloé y la Patagonia, en las casas de los deudos, los campamentos de trabajadores; y se cobijó también entre las historias que atesoraban los pobladores que iban llegando al Aysen, sobre todo a las tierras del Baker. El relato se sostuvo en el tiempo con diversas variaciones y énfasis, pero la estructura central que acusa como culpables de la muerte de los trabajadores a los propietarios y gerentes de la empresa ganadera por haberlos abandonado, se ha conservado. Este aspecto de la tradición oral parece validarse a partir de la información de prensa analizada. Sin embargo, la versión sobre el envenenamiento, que también forma parte de diversos relatos orales, se ve contradicha por las dos causales consignadas en esa misma prensa: un brote de escorbuto y el hambre, ambas generadas en un abandono culpable. La historia de la tragedia también se comenzó a relatar literariamente. Es así que en 1932, veintiseis años después de ocurridos los hechos, se publicaba el primer texto conocido donde se mencionaba al cementerio y a la viruela como causante de la mortandad. La referencia es breve y forma parte de un cuento escrito por el argentino Liborio Justo y publicado junto a otros relatos en su libro La Tierra Maldita (Justo [1932] 2006). Se iniciaba así otro proceso, la construcción social de la leyenda en torno al cementerio en el que fueron enterrados los obreros y que a principios de los ochenta del siglo pasado comenzó a denominarse “Isla de los Muertos”.35

El nombre “Isla de los Muertos” también refiere a otros dos sitios de inhumación. Se le llama así a Poveglia, pequeña isla situada entre Venecia y Lido, Italia, donde por siglos miles de personas contagiadas de peste fueron dejadas para morir; en Chiloé la isletilla Aucar, ubicada al sur de Quemchi recibe este nombre. 35

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CAPÍTULO 2 ¿CÓMO SE FORMÓ LA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER? UNA NUEVA EXPLICACIÓN De acuerdo con todos los antecedentes oficiales y también con documentación generada por algunos de los protagonistas en la puesta en marcha de la concesión sobre los terrenos de la ribera Suroriental del río Baker, la compañía ganadera se creó para explotar el permiso de ocupación otorgado al ciudadano puntarenense Juan Bautista Contardi Gastaldi por Decreto N° 658 de 19 de mayo de 1903. En primer término es necesario analizar el proceso que llevó a dicha concesión. El permiso de ocupación original 1902 estaba llegando a su fin cuando Juan B. Contardi ingresaba al Ministerio de Colonización una solicitud de ocupación. Era 18 de diciembre. En ella expresaba los fundamentos de su pedido, comenzando por afirmar que durante el tiempo que llevaba viviendo en Magallanes, había realizado exploraciones con el objetivo de encontrar terrenos colonizables. Al “encontrarlos” en el paralelo 47°, se decidió a elevar la solicitud en calidad de “ensayo previo de colonización”, modalidad que –indicaba- estaría dentro de la legislación vigente. En lo específico Contardi expresaba en su solicitud: “Me propongo hacer un ensayo de colonización en los terrenos que se presten al acceso i esplotacion del hombre a inmediaciones de los rios Baker, del Salto, lago Cochrane i rio Chacabuco. Estos terrenos se encuentran comprendidos dentro de los siguientes límites: por el norte, el grado 46°30’ de latitud; por el sur, el grado 47°50’ de latitud; por el oriente la línea divisoria con la República Arjentina; i por el occidente, el rio Baker i el lago Buenos Aires.” El mismo Contardi sugería al Ministerio la extensión temporal del permiso por 20 años y las condiciones que se comprometía cumplir si éste le era otorgado: establecer una línea regular de navegación entre Punta Arenas y canal Baker, con frecuencia bimensual, un transporte fluvial vía río Baker hacia los terrenos en colonización, beneficios para el Estado en el uso de estos servicios, introducción de 40 familias de colonos, 10 dentro de los primeros

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5 años y 30 después, sin aclarar si éstas debían ser sajonas o nacionales y $50.000 en mejoras al expirar el permiso. El peticionario aseguraba en su escrito que contaba con la capacidad para llevar adelante la empresa descrita y que sus compromisos no diferían mucho de lo que se había exigido “en las concesiones al señor Christie en Taitao i al señor Campelo en Palena i Yelcho.”36 La solicitud de Contardi fue informada positivamente cuatro días después, el lunes 22 de diciembre, por el inspector general de Tierras y Colonización, Agustín Baeza Espiñeira.37 Este funcionario le indicó al ministro que se trataba de una solicitud similar a las ya efectuadas por José Campelo y Pablo Hoffmann (meses antes), pero que se veía más interesante para el Fisco, porque ofrecía mejoras concretas por la suma de cincuenta mil pesos. Los argumentos que le hicieron sugerir se aprobara la concesión fueron los siguientes: “Esta Oficina ha informado siempre bien estas solicitudes porque el infrascrito está penetrado de la conveniencia que hay en dar toda clase facilidades a jentes que desean invertir capitales en aquellas despobladas rejiones. La introducción de capitales allí significará: esploraciones que nos darán a conocer perfectamente aquellas rejiones desconocidas hoi dia para nosotros, apertura de caminos para las comunicaciones con la vecina República que es la base de operaciones en aquella rejion, el poblamiento de esa zona con los trabajadores que tendrán que llevar los concesionarios para sus trabajos, poner en produccion bosques i tierras qe hoi estan desconocidos e incultos. Esto, junto con hacer la felicidad i fortuna del que con enerjia i confianza invierta allí capitales, hará la riqueza del Fisco con el aumento de productos, i la venta futura de esas tierras en un plazo relativamente corto pero con pleno conocimiento de ellas i de su valor.” Baeza consideraba que por medio de las concesiones “las gentes” interesadas harían inversiones que darían beneficios al Estado: conocimiento geográfico, vías de comunicación, colonización, explotación de recursos naturales y una vez ingresados los terrenos al conocimiento público, la venta de los mismos a mayor valor y en favor del Fisco. No deja de llamar la atención que el funcionario argumentara desconocimiento de la geografía del lugar, siendo que las autoridades estatales estaban ya informadas del trabajo de exploración y mejoras realizado por las

36 37

Campelo obtuvo permiso de ocupación por Decreto Supremo 1209 del 8 de octubre de 1902. Oficio 1404. ARNAD, Fondo MinRel.

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comisiones de límites, que reconocieron entre 1900 y 1902 el Baker, e incluso desde antes, cuando Hans Steffen realizó la primera expedición exploratoria chilena en el área.38 Llama también la atención que Baeza no mencionara con claridad a la ganadería como actividad productiva potencial para la zona, siendo que la misma comisión de límites había expresado su opinión respecto de la calidad de los terrenos. Y finalmente, resulta llamativo que indicando el beneficio de introducir trabajadores que “poblarán” el área, indique que una vez incorporada la zona a la explotación de sus recursos, el Estado podrá venderla, obteniendo ingresos por este concepto, sin aclarar qué destino tendrán los colonos que fuesen instalados por el concesionario. El informe del Inspector General de Tierras contiene además otros elementos de interés para comprender el contexto en el que se enajenaron las tierras de Patagonia a principios de siglo. En efecto, el funcionario sostenía su posición “...contra la opinion de otros funcionarios”, afirmación que sugiere la existencia en la época de cierta oposición a la concesión de tierras como mecanismo provechoso para el Estado.39 Más adelante, Baeza planteaba que otros funcionarios combatían la legalidad del modelo de entrega de tierras, pero que él consideraba que mientras no se transfiriera el dominio de la tierra a los privados y sólo se otorgasen permisos de ocupación, el Fisco no estaría en peligro de perder el control de la misma.40 Para finalizar el trámite de aprobación de la concesión, el beneficiario debió rendir una fianza de $ 50.000 para asegurar que cumpliría con los términos del permiso. El fiador fue Guillermo Jones, sí, el mismo que a su vez había pedido una concesión en el área del Yelcho.41 Y el mismo que muchos años después (1917 para ser exactos), solicitaría permutar su concesión del Yelcho por terrenos en la ex concesión Freudenburg ubicados en territorio de la actual comuna de O’Higgins (Osorio 2013a). La tramitación de la solicitud demoró algunos meses en las oficinas de la Inspección General de Tierras y Colonización; luego se preparó el Decreto nº 658 y se elevó a la oficina del ministro para su firma el 19 de mayo de aquel año.42 Descubriendo y bautizando el río Baker, además de fundar el puerto “Bajo Pisagua” justo frente a la zona donde el vapor Pisagua había varado en unos bajos producidos en la desembocadura del río. Ver Steffen [1944] 2007. 39 Se sabe que el otro mecanismo de otorgamiento de tierras a particulares era el arrendamiento. Este mecanismo había sido ya implementado en el territorio de Magallanes. 40 Baeza Espiñeira mismo probó suerte años después como estanciero arrendatario de tierras, pero en el territorio del Chubut, Argentina, donde arrendaba al Fisco argentino 9.000 hás. En 1906, Baeza pierde el contrato de arrendamiento por no cancelar la segunda anualidad. Boletín Oficial de la República Argentina, 15-06-06, p. 1189. http://www.archive.org. 41 Jones obtuvo permiso de ocupación en dicha zona por Decreto 1242 del 01 de octubre de 1903. 42 Con la misma fecha fue expedido el Decreto nº 659 que concedía permiso de ocupación a Luis Aguirre en la cuenca del río Aysén, cuya solicitud ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en enero de 1903. ARNAD, MinRel, Vol 1092. 38

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Las tierras del Baker en el interés de otros peticionarios La solicitud de Contardi no fue la única que recayó sobre las tierras del Baker. En abril de 1901 cinco ciudadanos ingresaron una petición al Ministerio de Relaciones Exteriores para establecer una “Colonia Agrícola” en un terreno apto ubicado en la región comprendida entre los paralelos 47 y 49 Latitud Sur. Se trataba de Luis Aguirre, Juan Antonio Orrego, Carlos R. Ovalle, Emilio Orrego Luco y Alfredo Vergara G. En su solicitud expresaban estar recabando antecedentes sobre dichas regiones “vecinas al lago Cochrane” e indicaban haber conversado con miembros de la “Comisión de Límites”, quienes con sus descripciones del área, los resolvieron a “…tentar una espedicion i aprovechando uno de los viajes del transporte nacional ‘Casma’ enviamos una espedicion esploradora con víveres i elementos de construccion; pero a pesar del ausilio prestado mas tarde por la cañonera ‘Magallanes’ no nos fué posible llegar al interior por falta de caminos o senderos practicables.” Más adelante indicaban que sabían de la apertura de un camino desde río Baker al interior, lo que facilitaría intentar una nueva expedición. Sin embargo, consideraban que era muy arriesgado realizarla “…sin tener la seguridad que nuestros sacrificios sean compensados.” Esos sacrificios consideraban que la nueva expedición a realizar debía pasar a lo menos un invierno en el área para conocer cabalmente el comportamiento climático en el territorio. Como ello consideraba una fuerte inversión de dinero, querían asegurar la concesión de los terrenos que descubriesen “...o a lo menos un título provisorio que nos garantice la posecion de esos terrenos hasta que el Supremo Gobierno esté en condiciones de otorgar Títulos definitivos de arrendamiento o venta, tal como se ha hecho con los concecionarios del Territorio de Magallanes.” Estos ciudadanos prometían formar una Sociedad de capitales “nacionales” de no menos de medio millón de pesos de capital “para establecer la ganadería”; por ello pedían un derecho de ocupación provisorio sobre un terreno que calculaban en algo menos de 500.000 hectáreas. La petición fue analizada, se solicitó pronunciamiento al perito chileno en el proceso de demarcación de límites y a la Inspección General de Tierras y Colonización. El perito, de apellido Martínez, informó sobre la situación y cabida de los terrenos en el proceso demarcatorio. El inspector de tierras, Agustín Baeza Espiñeira, manifestó su aprobación en general a la idea, pero planteó la existencia de trabas “administrativas” que impedían otorgar lo solicitado. Pero también sugirió soluciones para que la petición pudiese llegar a buen puerto si se replanteaba su tenor. Con estos antecedentes, el ministro instruyó se informara a los interesados. Luis Aguirre y sus compañeros no persistieron en su solicitud. Pocos meses despúes que Juan Contardi ingresara su petición, otros solicitantes de tierras elevaron sus peticiones. Entre ellos se encontraban An-

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tonio Asenjo y Alejandro Bate,43 quienes en febrero de 1903 hacían llegar un documento que fundamentaba su petición de tierras en la hoya hidrográfica del río Baker. Asenjo y Bate, conocidos en la historiografía regional como los concesionarios de los valles Simpson, Palos y Blanco (Pomar 1923; Araya 1978; Martinic 2005; Osorio 2014), habrían efectuado esta primera solicitud sobre las tierras del Baker. Iniciaron su carta informando al ministro de Colonización que les interesaba “establecer una industria ganadera i de pesqueria” y por ello solicitaban “el uso y goce de los valles aptos para ganaderia situados en las margenes del rio Baker y sus afluentes”. Para llevar adelante el proyecto se proponían construir instalaciones para todo tipo de industrias derivadas: pesquería, conservas, grasería, carnes congeladas y para la comunicación interna de la concesión así como para el despacho de la producción: casas, caminos, puentes, cierros, balseos, teléfonos, por lo cual solicitaban también la autorización de parte del gobierno en calidad de ocupantes de tierra. Asenjo y Bate le proponían al Estado el derecho de este último a introducir colonos, pero “sin perjudicar, los intereses de los concesionarios.” Esta cláusula debe haber sido señalada en atención a que se conocía perfectamente la concesión de colonización que ostentaba Juan Tornero desde 1901. Los solicitantes sugirieron –como todas las demás solicitudes de la época– el plazo de la concesión, 20 años, pero ofrecían al Estado que pasados los primeros 10 años, éste podía establecer un cánon de arriendo basado en la extensión de tierras ocupadas y en el valor de ellas calculado en la fecha de su solicitud. Sin embargo, Asenjo y Bate no persistieron en su petición, pues debieron haber sido informados que Contardi tenía prioridad por haber elevado solicitud dos meses antes que ellos. En cambio, iniciaron las gestiones para solicitar una concesión en el valle Simpson (Osorio, Op. Cit.). Contardi transfiere su permiso de ocupación y nace la Compañía Explotadora del Baker Al año siguiente, 1904, Contardi transfirió su permiso a Juan y Florencio Tornero, operación comercial que fue aceptada condicionalmente por el Ministerio de Colonización por decreto 1682 de 20 de julio.44 El Ministerio fue Del otro peticionario que figura en los antecedentes, sólo se menciona su apellido: Leiva. No ha sido posible hallar pistas de su biografía. 44 Reducido a escritura pública por el Inspector General de Tierras y Colonización de la época Ramón Briones Luco, el 01 de agosto de 1904 ante el notario Florencio Márquez de la Plata. Cabe mencionar que en la escritura aparece la frase “apruébase incondicionalmente por ahora” y más abajo aparece la condición de retener la fianza hasta la formación de la sociedad que motivaba la transferencia. Esta escritura pública daba la legalidad completa a la transferencia de la concesión Contardi a Juan y Florencio Tornero. ARNAD, NS. 43

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claro en indicar que la aprobación de la transferencia era provisoria y que se realizaba en el entendido que se debía “constituir una sociedad para la explotación de los terrenos comprendidos en la mencionada concesión.” Tan condicional fue la aceptación de esta transferencia que la fianza de $50.000 que Contardi debió cancelar por medio de Jones, quedó subsistente mientras se tramitaba la autorización definitiva de la operación y sólo se reintegraría una vez se formara la sociedad, momento en el que la fianza sería reemplazada por otra de cargo de la empresa constituida. Los Tornero –que eran tío y sobrino como se explicará más adelante– y todos los accionistas invitados a embarcarse en la aventura empresarial, habían adelantado terreno ya que el 15 de julio de aquel año concurrieron a la Notaría de Enrique Gana, domiciliada en Valparaíso, para reducir a Escritura Pública los Estatutos de la empresa en formación a la que denominaron “Compañía Esplotadora del Baker”. Llevaban meses reuniendo información y preparando documentación. Accedieron a copias de los informes del ingeniero Ricardo Michell (1901, 1902) y a una copia del documento titulado “Relación de la utilidad práctica de los terrenos que existen en los valles de los ríos Baker, Bravo y Pascua”, entregado al árbitro inglés durante el proceso de delimitación con Argentina. Con estos y otros antecedentes encargaron o tal vez prepararon ellos mismos un prospecto comercial45 que inicia afirmando que la empresa se formaba “sobre la base de la Concesión hecha por el Supremo Gobierno al señor Juan B. Contardi el diezinueve de Mayo de mil novecientos tres, en los valles tributarios del Rio Baker y en condiciones análogas á las demás afectuadas en la misma zona.” Luego se transcribía íntegramente el Decreto Nº 658, indicando que había sido reducido a escritura pública el 15 de julio de 1903 y que la concesión fue transferida por Contardi “á los señores Juan y Florencio Tornero según escritura de veintidos de Junio de 1904, estendida en Santiago ante el Notario señor Melo Egaña.” Los autores del prospecto calculaban que la extensión total de la concesión alcanzaba aproximadamente “un millon cuatrocientas mil hectareas”, pero que sólo una pequeña proporción de ella se prestaba para la crianza de lanares y vacunos, unas 135.000 hás., de acuerdo al cálculo que había hecho años antes el ingeniero Michell. Descartaban de entrada el área cercana a la costa: “Constituye ella la zona de los inmensos bosques vírjenes y de las copiosas lluvias. La humedad es su caracteristica.” En cambio evaluaban positivamente la zona montañosa intermedia, que tenía valles de cierta cabida, convirtiéndola en “igualmente apropiada para la crianza de vacunos como para la de ovejas, así como para la agricultura.” Otra característica positiva estaba en los cursos de agua y zonas de pantanos que podían ser usados como “cercos naturales”, abaratando así el costo de levantar alambrados. “Sociedad Ganadera del Baker”. Copia mecanografiada, autor desconocido, s/f. Presumiblemente elaborado a fines de julio o principios de agosto de 1904. Archivo Sociedad de Historia y Geografía de Aisén, SOHIGEO. 45

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Una tercera zona era la que hoy se denomina como de transición bosque-estepa, más seca, con vegetación más abierta, terreno más firme, “reune todas las condiciones requeridas para a crianza del ganado lanar.” Una vez efectuada la descripción general del territorio concesionado, el prospecto avanzaba en definir el objetivo de la empresa: “Por lo que acabamos de esponer sumariamente, se comprenderá que de el millon cuatrocientas mil hectareas que encierra la concesion Contardi, solo una parte de ellas puede ser destinada con provecho a fines industriales. En efecto, la zona mas próxima a la costa, lluviosa y cubierta de bosques, no puede, al menos por el momento, ser utilizada en otra forma que para la esplotacion de su madera. El resto no está tampoco formado de terrenos útiles, pues una gran estension de él está ocupada por altas cordilleras, lagos y terrenos pantanosos. Sin embargo, esa parte encierra estensos y valiosos valles que constituyen una base sólida para la esplotacion beneficiosa como enseguida lo espondremos. La Sociedad Ganadera del Baker, que ahora se forma, tendrá por fin principal dedicar los terrenos de la concesion Contardi a la crianza de los ganados lanar y vacuno y accesoriamente a la esplotacion de sus abundantes bosques de cipreces y de otras maderas, así como a las industrias derivadas de aquellas que conviniese establecer.” Los promotores de la empresa sabían que el negocio no era novedoso, pero prometía tener éxito como lo demostraban diversos ejemplos en el territorio de Magallanes y “una de las más lucrativas empresas que hoy dia [1904] pueden emprenderse.” La cabida útil al negocio que se presentaba (135.000 hás.), se estimaba podía aumentar al explorar otras zonas aún desconocidas en la época como “la rejion situada entre los valles del rio Chacabuco y el lago Buenos Aires, en la cual no se han divisado cerros altos y en donde es de suponer que se encuentran tambien terrenos de poca altura y apropiados para la ganaderia por su situacion tan próxima a la division de las aguas continentales, donde se encuentra esta clase de terrenos.” El documento continuaba describiendo las vías de comunicación que permitían acceder a la concesión: en primer término se mencionaba la vía marítima con acceso por el canal Baker en cuya entrada “se encuentra el puerto Hale Cove en el cual fondean los vapores alemanes que siguen la ruta de los canales.” Una vez recorrido dicho canal por embarcaciones de cualquier calado y en alrededor de siete horas –indicaba el documento– se llegaba al puerto Bajo Pisagua en la desembocadura del río Baker, desde donde se podía, en doce horas, remotar el río Baker hasta el lugar conocido como Saltón, en vapores pequeños de hasta cinco pies de calado. Allí comenzaba el camino abierto por la comisión de límites que conducía hasta el desagüe del lago

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Buenos Aires. Hasta el lago Cochrane eran otras doce horas de viaje, pero a caballo. El recorrido total desde el Pacífico al “centro de los terrenos”, demoraba treinta y un horas aseguraban los autores. El camino podía mejorarse para el servicio de transportes pesados; el río también para hacer más segura la navegación, pero ello significaría una importante inversión, $ 30.000 para el camino y otros $ 30.000 para los trabajos en el río. Esta reseña se basaba totalmente en tres informes del ingeniero Michell, el primero analizaba las vías de comunicación del territorio del Baker y estaba fechado en noviembre de 1901. El segundo, de junio 1902, efectuaba una relación de las construcciones dejadas por la comisión de límites en el territorio. El tercero correspondía a un breve informe sobre la “utilidad práctica” de los terrenos. Todos estos documentos se anexaban al prospecto que debió hacerse llegar a los accionistas. La empresa se formó con un capital de dos millones de pesos dividido en 20.000 acciones con un valor nominal de $100 cada una. En total fueron 129 los accionistas fundadores de esta empresa (ver anexo documental), incluyendo a Juan y Florencio Tornero que cedían la concesión a la nueva compañía recibiendo en conjunto 4.000 acciones liberadas como pago. Se trata de una gran cantidad de accionistas, sin embargo, la mayoría (71) suscribían entre 10 y 200 acciones. Solo un pequeño grupo de ocho accionistas sobresalía por la cantidad de papeles suscritos. Ya se ha mencionado a Juan y Florencio Tornero que recibieron acciones liberadas como pago por la concesión. Pero estaban también Ernesto Makin, corredor de bolsa, que suscribió como propias un total de 1.352 acciones al mismo valor nominal; este corredor suscribió además, como apoderado de 50 accionistas santiaguinos, un total de 7.180 acciones;46 Jorge Herrera con 700 acciones; Alberto Browne Vicuña,47 Carlos Subercaseaux Browne48 y Manuel Pérez López,49 con 500 acciones cada uno; Ottorino Zanelli50 con 250 acciones.

Entre sus representados figuraban Con 1.000 acciones, Carlos Concha Subercaseaux (importante abogado de Santiago, hijo de Melchor de Santiago Concha y Toro, el fundador de la viña Concha y Toro. Fue alcalde de Santiago y congresista. Embajador en Argentina entre 1900 y 1903. En la época de fundación de la Compañía Explotadora del Baker era diputado conservador por Santiago. Estaba emparentado con Julio Subercaseaux por el lado materno en calidad de tío). Con 500 acciones, Luis Claro Solar (abogado integrante del Consejo de Defensa Fiscal en la época. Posteriormente fue senador) y José Valenzuela Day. Con 300 acciones cada uno, Darío Sánchez y Julio Subercaseaux Browne. Los demás con 200 y 100 acciones. 47 Primo por línea materna de Julio Subercaseaux Browne (ver: http://www.genealog.cl). 48 Hermano de Julio Subercaseaux Browne. (ver: http://www.genealog.cl). 49 Pariente político de Alberto Browne Vicuña, casado con su prima paterna Virginia Browne Sarraeta. Miembro de la familia Pérez Rosales, sobrino-nieto de Vicente Pérez Rosales. (ver: www.genealog.cl). 50 Magnate salitrero en aquella época y accionista en la Sociedad Industrial de Aysen con 600 acciones nominales. Estatutos SIA, 1903. Archivo SIA, Sohigeo. 46

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La estructura de la empresa se componía de un Consejo Directivo formado por cinco accionistas propietarios y 2 suplentes, quienes ostentarían sus cargos por dos años, pudiendo ser reelegidos. Recibirían un pago de dos libras esterlinas por cada sesión de directorio a la que concurriesen.51 Además los estatutos estipularon dos cargos de confianza para el funcionamiento del negocio. El primero, llamado “administrador”, debía velar por la marcha de la empresa en terreno, quedando responsable de representar a la empresa en el Territorio de Magallanes, la contratación de trabajadores, la fijación de sueldos, impartir órdenes operativas a los empleados de la compañía, administración de la concesión y el ganado que se adquiriese, firma de todo documento de la empresa, despacho de correspondencia y supervisión de la contabilidad de la misma. Por otra parte, en Valparaíso operaría otro empleado denominado “secretario gerente” a cargo de “la dirección superior de la oficina de la Sociedad en el lugar de su domicilio y la ejecución de todos los acuerdos del Consejo directivo bajo su inmediata y exclusiva dependencia.52 Por último la empresa constituyó una comisión revisora que debía ser integrada por dos accionistas propietarios cuya tarea sería revisar la marcha de la misma. El primer directorio quedó compuesto por los siguientes accionistas: Santiago Lyon,53 Ramón Nieto,54 Víctor Gana,55 Carlos Subercaseaux Browne y Osvaldo Prieto Goñi56 como directores propietarios, más Ernesto Makin y Víctor Vergara Salvá como suplentes. Este directorio hubo de lidiar con la tragedia de Bajo Pisagua y las denuncias de la prensa de Llanquihue y Chiloé. Los estatutos estipulaban que Florencio Tornero fuese comisionado para realizar todas las gestiones tendientes a obtener la aprobación de los mismos. De tal modo que el administrador Tornero concurrió al Ministerio de Hacienda la primera semana de agosto de 1904 con una carta de presentación y toda la documentación para solicitar dicha aprobación. El secretario del ministro revisó los documentos e instruyó –a nombre de la autoridad– al Consejo de Defensa Fiscal para que evacuara un informe sobre el cumplimiento de lo prescrito en las leyes. El informe del Consejo de En 1904 1 libra esterlina equivalía a $14,66. http://www.economia.puc.cl/cliolab/BD. Estatutos Compañía Explotadora del Baker, Títulos IV y V. Antecedentes Decreto Nº 2857 Ministerio de Hacienda. ARNAD. 53 También miembro del primer directorio de la Sociedad Industrial de Aysen en la época. Estatutos SIA, Título XII, artículo 45. Archivo SIA, Sohigeo. 54 Empresario salitrero de origen español, oriundo de Lavadores, municipio cercano a la ciudad de Vigo, Galicia. También fundó el Banco Español y dos compañías de seguros. Su obra benéfica fue mandar construir un conjunto de escuelas en su tierra natal, las escuelas Nieto. A su muerte, toda su fortuna fue donada a esta obra benéfica. http://www.cronicasdelaemigracion.com/articulo/galicia/ramon-nieto-de-lavadores-a-iquique/19700101010000046996. html 55 Posiblemente era Víctor Gana Edwards, agricultor, corredor de la Bolsa de Valparaíso. (ver: http://www.genealog.cl) 56 Político conservador, gerente del Banco Santiago. 51 52

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Defensa Fiscal fue remitido al Ministerio el 16 de Agosto y este organismo emitió el 23 de agosto el Decreto Nº 2857 aprobando los Estatutos y, siguiendo las recomendaciones del Consejo de Defensa Fiscal, le fijó a la empresa un plazo de tres meses para que enterara el 16% del capital social (incluidas las acciones liberadas) por un valor de $320.000 pesos con el fin de iniciar formalmente sus operaciones, entre otras condiciones. La tramitación administrativa estaba completa. La Compañía Explotadora del Baker ya era una realidad y de este modo se solicitó a los socios enterar los aportes para completar el valor fijado por Hacienda y calculado en los mismos estatutos que definían que en un máximo de tres meses, es decir noviembre de 1904, debían contar con el 20% del capital total efectivo (descontando las acciones liberadas), o sea los mismos $ 320.000. Siguió entonces la puesta en marcha de la empresa, comenzando así la historia que desembocaría en la tragedia obrera de Bajo Pisagua, que se analizará paso a paso en el capítulo siguiente. Respecto al proceso de formación de esta empresa, la reseña más antigua que se conoce, posterior a la creación de la entidad, es la de Lautaro Navarro Avaria, persona que tuvo a su cargo la dirección del Censo General del Territorio de Magallanes efectuado el 8 de septiembre de 1907 y en dicha calidad firmó como autor del informe consolidado del mismo, publicado en dos tomos entre 1907 y 1908. En el tomo de 1908, Navarro expresó lo siguiente respecto a la empresa analizada: “En 19 de Mayo de 1903 por decreto supremo se concedió a D. Juan B. Contardi permiso por veinte años para esplotar los siguientes terrenos fiscales: al norte, grado 46°30' de latitud; al sur grado 47º50’, al oriente, la linea divisoria con la República Arjentina, i al oeste el rio Baker i lago Buenos Aires. Como se vé, esta concesion queda sobre el paralelo 47º que divide la provincia de Llanquihue del Territorio de Magallanes. El concesionario quedaba obligado entre otras a las condiciones de radicar cuarenta familias de colonos estranjeros de raza sajona i agricultores de profesion; a establecer comunicacion marítima bimestral con Punta Arenas, i a dejar, al fin del contrato, a beneficio fiscal, la suma de 50.000 en mejoras. En 20 de Julio de 1904, el supremo Gobierno prestaba su aprobacion a la transferencia que el señor Contardi hacia a los señores Juan i Florencio Tornero de aquel permiso de ocupacion, con el objeto de constituir una sociedad anónima para la esplotacion de esos terrenos. Luego se constituyó la compañia Esplotadora del Baker cuyos estatutos fueron aprobados por decreto supremo de 23 de Agosto del mismo año 1904 i que ahora esplota esa concesion.”57 Navarro A., Lautaro 1908. Censo Jeneral del Territorio de Magallanes, Tomo II: 81 (http:// www.memoriachilena.cl) 57

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En 1919, casi una década después de la quiebra de la Compañía Explotadora del Baker, la sociedad Díaz, Contardi & Cía. publicó el trabajo titulado “Ganadería, Industria y Comercio de Magallanes”, de autor desconocido y en el que se afirmaba primeramente que aquella empresa ganadera se habría formado, junto con otras sociedades anónimas, a raíz del remate de tierras magallánicas efectuado el 20 de marzo de 1903, el que junto al remate de 01 de octubre del mismo año se constituían en “los primeros de enajenación definitiva del suelo”. La fecha de formación dada por los autores del escrito era el 23 de agosto de 1904. Sin embargo, algunas páginas más adelante, se indicaba otro origen para la misma empresa: “Otra de las concesiones de aquella época [principios del s. XX], cuyos campos están en explotación es la de Río Baker. El 19 de Mayo de 1903 se concedió a don Juan B. Contardi permiso por veinte años para ocupar campos entre los grados 46.30’ y 47.50’; al este la República Argentina y al oeste Río Baker hasta el Lago Buenos Aires. El señor Contardi transfirió sus derechos a los señores Juan y Florencio Tornero, siendo aprobada esta transferencia el 20 de Julio de 1904. Los señores Tornero con fecha 23 de Agosto de ese mismo año, formaron la Compañía Explotadora del Baker, la que quedó legalmente constituída, el 30 de noviembre de ese año con un capital social de dos millones de pesos. La Compañía quebró y esos campos pasaron a poder de don Julio Vicuña Subercaseaux, éste ha entregado su explotación a la Sociedad Lago Posada, radicada en campos vecinos de la república vecina.” Se observa aquí la descripción completa del proceso en pocas palabras: un permiso de ocupación dado en 1903 a Juan Contardi, su posterior transferencia a Juan y Florencio Tornero y la creación de la Sociedad por parte de estos últimos. La fecha aportada por este escrito para referir la creación de la empresa no es correcta como se ha visto, pero sí coincide con la del decreto de Hacienda que aprobó los estatutos de la sociedad. Luego los autores indican el 30 de noviembre como fecha de legalización de la empresa. La fecha corresponde a la escritura pública de legalización del decreto de Hacienda. También hay concordancia en el capital social de la sociedad. Finalmente se informa la quiebra y la aparición de Julio Vicuña Subercaseaux quien remató las tierras de la ex concesión y las traspasó a la estancia Posadas. Llama la atención que no haya ninguna mención a quienes eran los empresarios involucrados en la Compañía Baker. Cabe asimismo destacar un punto que podría pasar desapercibido: en la descripción hecha por los autores se sugiere una “continuidad temporal” del emprendimiento del río Baker. Desde la perspectiva empresarial parece ser que el negocio del Baker inició y sufrió transformaciones en el tiempo, quedando finalmente en manos de la Sociedad Posadas, Hobbs y Cía. Si bien los

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Detalle Concesiones Contardi (línea anaranjada) y Tornero (línea azul). Plano Jeneral de las Concesiones, 1920. Nótese que al río Baker se lo considera como límite entre ambas concesiones.

autores indican que la Explotadora del Baker quebró, plantean que a raíz de ello los campos pasan a manos de Vicuña Subercaseaux quien los transfiere a Posadas. Todo habría sido un solo proceso, cuyo objetivo central era la explotación ganadera y maderera del área. En definitiva se puede afirmar que la Compañía Explotadora del Baker se formó sobre la concesión Contardi –como sus mismos estatutos lo indican– y no sobre la concesión Tornero de 1901;58 por otra parte, la revisión de la lista de accionistas fundadores (publicada como anexo en este trabajo) no arrojó la presencia de Mauricio Braun ni Juan Blanchard, ni familiares de ambos. Tampoco se verifica su participación en un listado de accionistas que apareció publicado el 31 de marzo de 1906 en la sección “Avisos de Sociedades Anónimas” de El Mercurio de Santiago. Lo anterior permite sugerir que los capitales magallánicos no estuvieron involucrados en la constitución de esta empresa ganadera, ni con su desempeño y fracaso. Dichos intereses, si bien participaron de lo que se podría definir como la “disputa” inicial por el control de las tierras australes, perdieron la primera partida y sólo pudieron acceder al control del área septentrional del antiguo Territorio de Magallanes una vez se concretó la caducidad de la concesión Contardi y dichas tierras fueron rematadas por el Fisco.

Esta última concesión habría sido la que dio origen a la Compañía Explotadora del Baker, según la tesis planteada por Martinic en todos sus escritos referidos a la historia empresarial del área y ha sido reproducida por otros autores. Sin embargo, esta investigación la ha descartado, sobre la base del estudio de los estatutos de la empresa y otros documentos oficiales relacionados que son presentados en este trabajo. 58

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Aviso publicado por la Compañía Explotadora del Baker el 31 de marzo de 1906 en el diario El Mercurio de Santiago. Informa la nómina de accionistas de la empresa al día 06 del mismo mes.

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Reseña biográfica de los participantes en la solicitud de tierras y posterior formación de la Compañía Explotadora del Baker 1. Juan Bautista Contardi En primer término se encuentra Juan Bautista Contardi Gastaldi, ciudadano de origen italiano, afincado en Punta Arenas. De reconocido prestigio en la sociedad magallánica, Contardi desarrolló diversas actividades económicas y sociales. Martinic (en Estrada 1993) entrega la siguiente reseña biográfica de él: “Arribado muy joven, a fines de 1889, su inquietud social y su vocación de servicio le llevaron a participar en muchos emprendimientos de provecho comunitario. Fue así uno de los fundadores del Cuerpo de Bomberos de Punta Arenas (1889), institución donde militó por años sirviendo diversos cargos de responsabilidad hasta culminar como superintendente. También fue uno de los introductores de la imprenta en Magallanes (1893) y cofundador del diario homónimo, que aún circula. Más tarde dio vida a El Comercio, otro de los grandes y más prestigiados diarios de principios del siglo XX. Se contó asimismo entre los inspiradores de la actividad masónica en la región, del mismo modo como entre los fundadores de la Sociedad de Instrucción Popular, que estableció la primera escuela nocturna para obreros en el territorio, y de varias otras obras de bien público. Va de suyo que participó en grado relevante en la creación y dirección de las instituciones societarias surgidas de la inmigración. Su bonhomía y prestigio le merecieron su designación como miembro de la Junta de Alcaldes del Territorio de Magallanes, organismo edilicio, en el que se desempeñó con eficiencia por largos años.” En la época en que ocurrió la tragedia, Contardi ejercía en la Junta de Alcaldes, pero ya no tenía relación alguna con la actividad industrial en el Baker.59 2. Juan y Florencio Tornero Juan Tornero Olmos de Aguilera era hijo de José Santos Tornero,60 quien se afincó en la ciudad de Valparaíso donde tuvo una destacada actividad Y de hecho en julio de ese año, Contardi se embarcó rumbo a Europa junto a su familia, para disfrutar de un periodo de vacaciones. Diario El Magallanes, 12 de julio 1906. BN-SPM. 60 José Santos Tornero Montero fue un inmigrante español, oriundo del poblado Viniegra de Abajo, provincia de Logroño, llegado a Chile en 1834, a los 26 años. Editor, librero y dueño de “El Mercurio” de Valparaíso. Se casó en aquella ciudad con Carmen Olmos Orrego y tuvieron 13 hijos, de los cuales sobrevivieron 7: Orestes (fallecido a los 43 años en 1881), Recaredo, Matilde, Isabel, Enrique, Juan y Carlos Tornero Olmos. José Santos Tornero, 1889. Reminiscencias de un viejo editor. (consultado 03 de agosto 2014. http://www.memoriachilena.cl) 59

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como editor. Su madre fue Carmen Olmos Orrego. Según algunos registros genealógicos casó con Práxedes Bravo.61 No registra descendencia. Médico de profesión, a principios del s. XX ejercía en Punta Arenas. Se ha hecho conocido en la historia regional por la enorme concesión de colonización que obtuvo, en conjunto con otros solicitantes, para introducir 1.000 familias de colonos de origen sajón en el territorio comprendido entre los 42° y 52° Latitud Sur, concesión que fuera sancionada por decreto 1068 de 23 de agosto de 1901.62 La “concesión Tornero” desató gran polémica en su época por lo descomunal de su cabida. Pero también porque en algunos casos se sobrepuso a la pequeña propiedad de inmigrantes europeos llegados al Llanquihue y colonos chilenos del mismo sector.63 Juan Tornero nunca logró establecer colonos y al parecer no fue esa su real intención. Más bien se interesó en realizar negocios financieros a partir de la misma concesión. Vendió derechos sobre secciones del territorio que debía colonizar.64 Su accionar fue recurrentemente citado incluso en el Parlamento de la época, donde parlamentarios denunciaban el descaro de la especulación de las concesiones ganaderas en el extremo sur del país. Juan Tornero Olmos emigró de Chile en fecha desconocida, radicándose en Italia.65 Florencio Agustín Tornero Echeverría nació el 5 de septiembre de 1871, hijo de Orestes León Tornero Olmos (hermano de Juan Tornero) y Ana Rosa Echeverría.66 No se sabe mucho de su juventud, pero al momento de realizar el negocio de formación de la Compañía Explotadora del Baker contaba con 33 años. En 1899 incribió en Santiago a su hijo Florencio Alfredo, habido con Adela Baeza, su esposa.67 En enero de 1909, Florencio Tornero residía y trabajaba en Arica, al parecer en la administración pública. En diciembre del año anterior se le había nombrado como Subinspector del Impuesto sobre Alcoholes para dicha ciudad, pero debió renunciar al nombramiento por no estar en condiciones de retirarse del empleo en el que estaba para asumir en la fecha que el Ministerio de Hacienda requería.68 En octubre de 1909 fue nombrado agente general

www.genealog.cl (consultado en diciembre 2013) Ver nota 13. 63 Al respecto la prensa de la época publicó varias crónicas entre 1904 y 1907. 64 ARNAD, MinRel. 65 Figueroa, V., 1931. Diccionario Histórico Biográfico y Bibliográfico de Chile, Tomos IV y V, p. 901. 66 "Chile, bautismos, 1585-1932," index, FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/ MM9.1.1/FJ8H-VY8 : accessed 03 Aug 2014), Florencio Agustin Tornero, ; citing , reference ; FHL microfilm 798167. 67 Registro Civil, circunscripción Portales, Santiago. https://familysearch.org. 68 MinHac., Decreto 1909. Vol 4066. 61 62

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de la Aduana de Arica.69 Hacia 1931 habría ejercido como gobernador de la Provincia de San Felipe. 3. Julio Vicuña Subercaseaux Es escasa la información que se ha logrado pesquisar sobre este ciudadano. Se ha podido establecer que fue uno de los doce hijos del político Liberal Claudio Vicuña Guerrero y la señora Lucía Subercaseaux Vicuña. Posiblemente nació en 1876.71 Su madre era hermana de Francisco Subercaseaux Vicuña, padre de Julio Subercaseaux Browne. Virgilio Figueroa (1931) escribió lo siguiente sobre Vicuña Subercaseaux: “D. Julio Vicuña Subercaseaux ha figurado en importantes empresas comerciales y se ha destacado siempre por su rectitud de carácter.” (p. 1.046) Lo que más se ha difundido de la biografía de este ciudadano es su relación con las tierras de la actual región de Aysén. En primer término se lo ha hecho aparecer como beneficiario de una concesión en 1893, bajo una ley de colonización de aquel año,72 lo que resulta difícil de sostener si se considera que ese año habría contado recién con 17 años. Por otra parte, su padre, político liberal democrático, amigo personal de José Manuel Balmaceda y elegido presidente en julio de 1891 para sucederlo, no pudo asumir ya que el bando Balmacedista perdió la guerra civil. Vicuña Guerrero se exilió en Europa y luego se estableció en Buenos Aires hasta 1894, año en que regresó al país. Esto hace muy difícil que uno de sus hijos pudiera recibir un beneficio estatal en aquellos turbulentos años. Su figura volverá a aparecer en 1914 como peticionario de las tierras del Baker, abandonadas por la empresa mencionada. Participó en la posterior subasta de arrendamiento de los terrenos efectuada en 1916, adjudicándoselos y traspasándolos a la firma Posadas, Hobbs & Cía. Algunos años después MinHac., Decreto 1909. Vol 4069 Figueroa, V., Op. cit. 71 Claudio Vicuña Guerrero fue senador y uno de los políticos más cercanos a José Manuel Balmaceda, lo que le costó el exilio un par de años. Fue candidato a la presidencia. En las luchas intestinas del liberalismo, perdió poder ante los hermanos Sanfuentes, quienes finalmente se impusieron en la coducción del partido y sus facciones. 72 Ley s/n promulgada el 07 de febrero de 1893 y publicada en el Diario Oficial el 11 del mismo mes. Dicha ley facultaba al Presidente de la República para arrendar los terrenos que el Estado poseía en el territorio magallánico, Tierra del Fuego e islas australes de la República, arrendamiento que debía hacerse en pública subasta y en conformidad al reglamento que dictó al efecto el Presidente de la República. http://www.leychile.cl 69 70

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intentó sin éxito quedarse con los terrenos del lago Buenos Aires. También actuó como representante de la Sociedad Ganadera de Magallanes en algunas solicitudes ante el Ministerio de Relaciones Exteriores.73 En noviembre de 1923 asumió la presidencia de la Comisión de Construcción del Hospital de San Antonio, obra que formaba parte de la beneficencia de su madre Lucía quien había donado la suma de $ 200.000 para iniciar la obra. Vicuña Subercaseaux estuvo al frente de este proyecto hasta la inauguración de la primera etapa del hospital, en 1930.74 Muchos años después, en 1945, Julio Vicuña Subercaseaux fue mencionado por De Agostini como protagonista en la gestión de la Compañía Explotadora del Baker entre 1904 y 1908. Y ya en 1982 el poblador Reinaldo Sandoval refiere nuevamente a la relación directa de Vicuña Subercaseaux y la Compañía Explotadora del Baker, en entrevista concedida al arquitecto Peter Hartmann. Más adelante se entregan antecedentes que confirman la presencia y relación de Vicuña Subercaseaux con el negocio de la Compañía Explotadora del Baker. 4. Julio Subercaseaux Browne Hijo del banquero y empresario salitrero Francisco Subercaseaux Vicuña y la señora Juana Browne Aliaga, de origen angloperuano. Su biografía pública75 consigna: “Nació en Santiago de Chile, el 12 de febrero de 1870. Se casó en Pirque, el 4 de junio de 1892, con Marta Aldunate Echeverría y tuvieron quince hijos. Estudió en París, Francia, donde se graduó de Licenciado en Leyes, en La Sorbonne; se licenció en 1893. Fue gerente del Banco Mobiliario, propiedad de su padre, durante 7 años. Se dedicó a las actividades agrícolas; explotó el fundo "Las Majadas de Pirque" y se dedicó a la crianza de caballar de raza; fundó en Chile y fue dueño, con su hermano Eugenio, Haras de "Pirque". Militó en el partido Conservador, del cual fue director y fue electo diputado por Llanquihue, Carelmapu y Osorno, período 1894-1897; integró la Comisión Permanente de Negocios Eclesiásticos. Colaboró en la prensa con temas de interés general. Fundador de la Comunidad Aguas Frescas, que se ocupó de los sondajes de petróleo en Chile. Fundador también, de la primera fábrica de sacos para el envase de cereales, establecida en Llay-Llay. Fundador de la Sociedad "El Volcán", que explotó yacimientos de yeso. ARNAD, MinRel. http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2011/09/Historia-Hospital-Claudio-Vicuna-Guerrero-de-San-Antonio.pdf (consultado: agosto 2015) 75 Registrada en el sitio web www.biografias.bcn.cl (consultado: diciembre 2013) 73 74

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Fue presidente de la Sociedad de Criadores de Caballos de Carrera de Fina Sangre. Fue presidente del Club Hípico de Santiago, 1904-1908. Fue miembro de la Junta de Beneficencia de Santiago. Presidente de la Asociación de Embotelladores de Leche. Socio del Club de La Unión de Santiago; del Prince of Walles Country Club; del Jockey Club Argentino. Falleció en París, el 6 de julio de 1951.” Julio Subercaseaux Browne y la Compañía Explotadora del Baker En 1976 se publicó en Santiago de Chile el libro Reminiscencias escrito por “una persona sin importancia y sin ambiciones”.76 Su autor, Julio Subercaseaux Browne, pertenecía a una de las familias más influyentes de la aristocracia criolla a fines del siglo XIX y principios del XX. El libro mismo se escribió para dar cuenta, desde la perspectiva autobiográfica, de la importancia del autor y de su familia en la historia económica, política y social del país. Pero más allá de conocer la historia familiar de Julio Subercaseaux, interesan a este trabajo las “reminiscencias” sobre uno de sus negocios, situado –en sus propias palabras– “en el río Baker”. El título elegido por el autor para su libro constituye un dato relevante, pues el significado del término remite a la acción de traer a la memoria un recuerdo, que en sí mismo es vago e impreciso para quien recuerda. De este modo, las “reminiscencias” del autor referidas a sus actividades económicas y políticas, aparecen “vagas e imprecisas”, amén de escuetas, no así aquellas referidas a la niñez y la vida familiar en Chile y Francia principalmente. Para la investigación, el tono vago de los recuerdos relativos al Baker resulta particularmente sugerente. La sección novena del último capítulo77 comienza con el siguiente relato: “Intenté realizar algunos negocios particulares en la esperanza de hacer fortuna; desgraciadamente a corto trecho se desvanecieron mis esperanzas. Gran parte de mis energías las dediqué a un negocio ganadero en el sur de Chile, basado en una concesión Fiscal de 200.000 hectáreas en el río Baker. Con algún capital formé una sociedad de la cual fui Presidente y primer accionista.” Este breve párrafo nos sitúa de inmediato en el área de estudio. Y una declaración inicial golpea por su claridad y transparencia: Subercaseaux que-

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Frase del autor, parte del prólogo del libro. Titulado “Juventud Dorada”.

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ría hacer fortuna personal con un negocio ganadero situado en el Baker. La explicación posible de este interés por hacer su propia fortuna, es que hasta aquel momento su fortuna en realidad era la de su padre. Él sólo administraba los negocios de su progenitor, Francisco Subercaseaux, dueño del Banco Mobiliario, relacionado desde fines del siglo XIX con la explotación del salitre en el norte del país, posterior a la Guerra del Pacífico. Julio Subercaseaux continúa su relato explicando que el negocio se basaba en una concesión de doscientas mil hectáreas. Posiblemente es esta la famosa concesión que la historiografía regional atribuye a Julio Vicuña Subercaseaux.78 El autor recordaba en su escrito que una vez obtenida la concesión habría reunido “algún capital” para formar una sociedad que le tocó presidir y de la que además era el “principal accionista”. Esta sociedad fue la Compañía Explotadora del Baker, como se ha descrito más atrás. Pero esto no es todo. El relato de Subercaseaux entrega más antecedentes: “Después de grandes esfuerzos se logró colonizar parte de la concesión, abriendo sendero, escampando potreros, habilitando el puerto, e incluso conseguí una oficina telegráfica y que recalaran barcos cada 15 días. Construimos algunas casas y llevamos algunos colonos y una apreciable cantidad de ganado vacuno.” Subercaseaux habla de colonización en el área, faenas camineras, despeje de campo, habilitación de un puerto, línea regular de barcos, cada 15 días; y lo más llamativo: ¡una oficina telegráfica! ¿Será efectiva la existencia de esta línea telegráfica? ¿de qué año dataría?, ¿existirán mensajes enviados desde aquella “colonia ganadera”?, ¿o sólo se trataba de una línea telegráfica entre el casco de la Estancia en La Colonia y las instalaciones de Bajo Pisagua? La mención a la construcción de casas y gran masa ganadera introducida, es coherente con la información aportada por la carta personal y las memorias de William Norris, el administrador de la concesión entre 1904 y 1907 Pero hay todavía más: “Cuando juzgamos que había campo suficiente para poner ovejas compramos cuarenta mil y recurrí a mi querido primo Julio Vicuña Subercaseaux para que nos preparara el arreo. Yo no estaba prácticamente en condiciones para controlar la situación y estar al tanto de lo que pasaba, las múltiples preocupaciones me tenían fuera de mis casillas.”

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Martinic 2005.

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“El caso es que perdimos las cuarenta mil ovejas en el paso del río Negro. El capital se había concluido y el Banco reclamaba el pago de la deuda. Hubo que realizar el ganado vacuno para cancelarlo quedándonos con el fundo pelado, teniendo que anular al mismo tiempo el pedido de maquinarias para un aserradero que pensábamos instalar. No teniendo, pues, cómo cumplir nuestras obligaciones con el Fisco, dueño de las tierras, tuvimos que liquidar en pésimas condiciones.” En estos dos párrafos el autor entrega antecedentes claves que acercan su reminiscencia sobre el “negocio ganadero” que intentó, a la historia de la Compañía Explotadora del Baker. Acercan, porque habla de cuarenta mil ovinos adquiridos, al parecer en Argentina, bajo la gestión de su primo Julio Vicuña Subercaseaux. Los ovinos comprados parecen corresponderse con los que Norris comenta haber tenido que adquirir, muy contra su opinión como hombre sabedor de las condiciones reales de vida en Patagonia (Ivanoff 2003). Norris afirmó que él compró veinte mil y que se compraron en otra zona las otras veinte mil cabezas de las que sólo llegaron doce mil al Baker, donde se perdieron otros 2.000 en un zanjón del que no pudieron salir. Ahora bien, la frase final del primer párrafo es sugerente. Subercaseaux rememora que su situación era en extremo compleja debido a las “multiples preocupaciones” que debía atender, por lo que habría perdido control sobre el destino del negocio ganadero del Baker. No pudo “estar al tanto de lo que pasaba”. ¿Qué pasaba en el Baker que él no pudo controlar? Pareciera que el autor quiere excusarse de la marcha que habría tenido la empresa de la que era presidente y primer accionista según sus propios recuerdos. Resultado: pierden las ovejas al vadear el río Negro. Se les acaba el capital. El banco que les habría hecho préstamos para instalar la empresa, exige cobro. Deben liquidar el ganado vacuno y parar la compra de maquinaria forestal. Finalmente deben devolver las tierras al Fisco y finiquitar la empresa. Todo parece indicar que se trata de la Compañía Explotadora del Baker. Nada dice el autor respecto a la presencia de trabajadores, ni a la ocurrencia de alguna tragedia con víctimas fatales. Esta omisión parece intencional, pues como se verá más adelante fue el mismo Subercaseaux quien en 1906, remitió un documento al ministro de Relaciones Exteriores, explicando lo sucedido. ¿En qué contexto económico familiar se inscribe esta “aventura empresarial” del, en aquel entonces, joven Julio Subercaseaux? Pues en uno muy complejo: la debacle financiera del clan. Ya se ha dicho que el padre de Subercaseaux era el fundador y dueño del Banco Mobiliario uno de los más prestigiosos bancos relacionados con el negocio del salitre. Esta familia se jactaba a fines del siglo XIX de competir en poderío con el Banco de Tarapacá, de capitales ingleses y sentían orgullo de representar capitales “chilenos”, con lo que consideraban ejercían nacionalismo económico, rememoraba el mismo Subercaseaux.

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Pero el otrora poderoso Banco Mobiliario, entró en crisis el año 1906, debido a su participación en la especulación financiera con contratos a futuro del salitre y quebró a fines del siguiente, llevándose con él las esperanzas de hacer fortuna que Subercaseaux habría depositado en el negocio del Baker. ¿Por qué? Pues porque el Banco Mobiliario era a principios de 1906 el principal accionista de la Compañía Explotadora del Baker. Según la nómina de accionistas publicada por la empresa en el diario El Mercurio el 31 de marzo de dicho año (ver imagen en p. 74), este Banco poseía 3.570 acciones (22,3% de la empresa). Los dos accionistas que lo seguían eran Julio Pizarro Espoz con 525 (3,28%) y José Luis Riesco con 500 (3,18%). Julio Subercaseaux era dueño de 300 acciones en calidad de particular. Ernesto Makin, el principal suscriptor de acciones al momento de la fundación de la empresa ganadera, aparecía con ¡2 acciones! ¿Cómo y por qué este corredor se deshizo del 99,86% de las acciones que habría suscrito como particular al constituirse la empresa en 1904? Cabe especular al respecto… Es de destacar –por lo que se analizará más adelante en este trabajo– que entre los accionistas aparece también William Norris, uno de los protagonistas de la tragedia, en tanto se mantuvo junto a los trabajadores todo el invierno de 1906.79 Norris poseía 100 acciones de la empresa. La predominancia del Banco Mobiliario en la propiedad de la empresa ganadera, hace pensar que Subercaseaux intentó controlar la sociedad desde dentro de la entidad financiera, de la que era gerente y que pasaría a convertirse en uno de los principales alimentadores financieros de ésta, lo que explica que al momento de la declaración de insolvencia haya sido uno de los más fuertes acreedores, como se verá más adelante, pese a que había entrado ella misma en quiebra. ¿Cómo se hizo de tal cantidad de acciones el Banco Mobiliario? Analizando las pizarras de la Bolsa de Santiago y Valparaíso, que eran publicadas en los medios de prensa de ambas ciudades, se puede observar que el precio de las acciones de la Explotadora del Baker se mantuvo relativamente estable durante 1905,80 al menos hasta fines de septiembre en que se cotizaban en $19. En octubre el precio bajó a $17. Pero en noviembre las acciones experimentaron una drástica caída en el transcurso de unas pocas semanas, $12 las primeras dos semanas, $10 la tercera; para terminar en $8 a fines de dicho mes. Para la primera semana de diciembre, el precio volvió a subir a $10 y la segunda semana de ese mes mostró una nueva alza: $19. El precio cerró en $23 el año 1905 y durante el primer semestre de 1906 se mantuvo estable entre los $21 y $19. Ivanoff 2003, 2011. Se consultó la información de las pizarras publicadas en la sección “Comercio” de los Diarios El Mercurio de Valparaíso y El Mercurio de Santiago. BN-SPM. 79 80

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Entonces es posible que Subercaseaux, a través del Banco Mobiliario haya aprovechado la caída del precio en noviembre para adquirir una gran cantidad de acciones y así lograr el control indirecto y financieramente seguro de la empresa. Instalación y desarrollo de la empresa: 1904-1907 Las operaciones se iniciaron en octubre de 1904, con el viaje de Florencio Tornero a Puerto Montt y de allí a la Argentina, vía Nahuelhuapi, para contratar un administrador de la faena que junto a un grupo de trabajadores debía realizar un viaje de reconocimiento a la concesión y elevar un informe del potencial productivo. El nuevo empleado era William Norris, quien salió desde Puerto Santa Cruz con 5 hombres y 75 caballos “criollos” el 15 de febrero de 1905. Tenían escasas referencias sobre la ubicación de las tierras que debían recorrer, pero la suerte lo acompañó y consiguió que un joven que había estado antes en las cercanías, como ayudante de la comisión de límites argentina, lo guiara al menos hasta un punto en que pudiesen encontrar el paso hacia el territorio del Baker. A mediados de marzo ya estaban en el área y se reúnen con el otro grupo de trabajadores que había sido enviado por la empresa ganadera. Este grupo viajó desde Chiloé y estaba al mando de un conocedor de la zona, Enrique Bórquez, que había participado en la comisión de límites chilena. Norris exploró junto a Bórquez las tierras del curso medio y bajo del Baker y luego fue llevado a remo hasta Caleta Hale para, después de algunos días de espera, abordar un vapor con rumbo a Puerto Montt. Bórquez y su gente se quedaron en el Baker levantando construcciones y abriendo sendas. Según relata el mismo Williams Norris en sus memorias81 de 1939, después de estar en Baker, viajó a Valparaíso para reunirse con el directorio de la empresa y organizar la instalación de la actividad que comprendía el arreo del ganado hasta Baker y la contratación de hacheros para la explotación de ciprés. Norris asumió la tarea de arrear el ganado, mientras que debió ser el gerente Florencio Tornero quien asumiera el enganche de obreros para la actividad forestal. La empresa había comprado 2.000 vacunos de raza Shorton en la zona de Saladillo, provincia de Buenos Aires (Norris 1939). El ganado viajó en tren hasta Río Negro durante la primavera de 1905. Desde allí Norris y los arrieros, lo trasladaron al sur hasta un campo de la Argentine Southern Land Company (ASLCo), donde pasarían el invierno de 1906, ya que el administrador consideró que dichos animales no serían capaces de aguantar el largo

Norris, William. Memories, 1939. Inédito. Una traducción del relato sobre la experiencia del Baker ha sido publicada por Ivanoff en su libro Caleta Tortel y su Isla de los Muertos. En el presente trabajo se ha preferido utilizar la versión en inglés, publicada en Campbell & Grace: http://patlibros.org/ficha.php?thm=ranc&fun=wn&lan=eng (consultado: 2014, 2015) 81

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viaje hasta el Baker. Una vez que dejó allí el ganado, arrendando talaje hasta fines de 1906, se trasladó rápidamente más al Sur, a la zona de Tecka para adquirir un gran lote de ganado “criollo”, que le habrían ofrecido y que por sus características sí sería capaz de aguantar el duro viaje. El 14 de febrero de 1906, inició el arreo al sur, llegando al Baker en mayo del mismo año con más de 2.000 cabezas de ganado en muy buenas condiciones. A su llegada, esperaba encontrar las instalaciones de la sección ganadería (en el sector La Colonia) en óptimas condiciones y las faenas forestales finalizadas, con los obreros esperando el buque que los llevaría de regreso a sus lugares de origen. Lo primero ocurrió sin inconvenientes, el ganado fue instalado en el área y los peones que estarían a cargo recibieron las instrucciones correspondientes. Norris bajó entonces hasta la desembocadura del Baker, donde se encontró con la desagradable sorpresa de que no se tenía certeza de la fecha en que llegaría el vapor a recoger a los trabajadores. También encontró al gerente Tornero, que para la sorpresa del administrador seguía en el Baker, creído de tener tiempo suficiente para recorrer la concesión y luego salir a buscar un vapor para retirar a los trabajadores. Al llegar el mes de junio, Tornero y una persona que lo acompañaba decidieron salir de Bajo Pisagua –ningún vapor había llegado a buscarles–, dirigiéndose en bote a una isla 50 millas al oeste, en cuya costa, frente al canal Messier se ubicaba la pequeña Caleta Hale, punto utilizado desde antes para esperar buques en carrera al sur o al norte. Allí estuvieron casi tres semanas hasta que un buque con rumbo sur los recogió. En Bajo Pisagua, Norris quedó obligadamente a cargo del campamento, pues constató que la situación era muy delicada. La idea original del administrador inglés era verificar la salida del contingente obrero emplazado en Bajo Pisagua para luego retornar al casco de la estancia en La Colonia. Así lo expresó en su carta de 1906 como se verá en el capítulo siguiente. El gerente Tornero al parecer se habría ido sabiendo que la situación era anormal y se podía complicar, pues algunos trabajadores habían caído enfermos. A principios de julio, mientras Tornero llegaba a Punta Arenas, en Bajo Pisagua aumentaron los obreros enfermos, los alimentos disminuyeron rápidamente y se habría presentado un brote de escorbuto que comenzó a enfermar a decenas de trabajadores. Norris intentaba controlar la situación, administrar medicamentos a discresión y buscaba soluciones para proveerse de carne y racionar el poco alimento que iba quedando. Al iniciar agosto y ya con 8 obreros muertos, Norris instruyó a un empleado de confianza para que abordara un vapor y fuese a buscar ayuda a Chiloé o Punta Arenas. Intentó también subir a La Colonia para buscar alimentos allá, pero no logró reunir obreros que lo acompañaran, todos estaban muy asustados y ansiosos ante la expectativa de la aparición del vapor que los sacararía de allí.

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El contingente de obreros y el grupo de empleados cercanos a Norris, debieron soportar los rigores del invierno durante los meses de julio, agosto y septiembre, tiempo en que cincuenta y nueve trabajadores fallecieron y fueron sepultados por sus compañeros. Un importante grupo de hombres (entre sesenta y ochenta) debió aguantar la enfermedad hasta la llegada del vapor Araucanía a fines de septiembre de 1906, contratado en Punta Arenas para hacer una detención en río Baker y recoger a los trabajadores. En dicho vapor se habrían embarcado todos los sobrevivientes, unas 157 personas en total, llegando a Chiloé el 01 de octubre. William Norris debió quedarse varios días en Chiloé para dar cuenta a las autoridades de lo sucedido en Bajo Pisagua, hacerse cargo del vapor que la empresa había enviado construir a Valdivia y que se encontraba en Puerto Montt desde el 04 de dicho mes y al parecer liquidar los pagos pendientes a los trabajadores que regresaron a Chiloé. Luego regresó al Baker con un nuevo aunque más reducido grupo de trabajadores. En dicho vapor debió llevar también víveres y herramientas, con el fin de continuar las faenas… había que seguir trabajando, el ganado se encontraba en buenas condiciones y el directorio pretendía introducir ovejas durante la temporada de 1907. Los trabajadores fueron dejados en Baker y Norris continuó viaje a Punta Arenas, para recibir las 20.000 ovejas que había comprado a los dueños de la Estancia Cóndor. También debía buscar a alguien que llevara aquel ganado al Baker, vía territorio argentino. Por otra parte, la madera cortada en la fatídica temporada de 1906, aún permanecía en el área, pero se debía cortar más. Las actividades en la concesión del Baker continuaron durante todo 1907. En mayo de ese año llegaba el arreo de vacunos Shorton sin novedad. Las ovejas también habían llegado, pero muy mermadas. En Santiago y Valparaíso se produjeron algunos cambios y asumieron la gerencia otras personas. Hacia fines de 1907 ejercía dicho cargo el accionista José Luis Riesco. Hacia fines de aquel año o principios de 1908 Norris decidió retirarse de su cargo, pues la empresa le debía muchos meses de sueldo, pese a haber cumplido a cabalidad con su trabajo. Es posible que él, quien -como se ha dicho- también se había convertido en accionista entre 1905 y 1906, supiera que la empresa se encontraba en una delicada situación financiera que la llevaría a la insolvencia. Por ello decidió alejarse y a raíz de la deuda por salarios impagos que la empresa tenía con él, pasó a formar parte de la junta de acreedores de la misma. Durante los primeros meses de 1908, Norris se radicó en Puerto Montt, donde realizó algunas actividades como representante de otras empresas ganaderas para la compraventa de activos.82 Según el propio testimonio de Norris,83 en el Baker quedaron más de cinco mil vacunos, diez mil ovinos y más de ciento cincuenta mil pesos en postes de ciprés: Notaría Puerto Montt, 1er Semestre 1908. ARNAD, FN. Campbell & Grace: http://patlibros.org/ficha.php?thm=ranc&fun=wn&lan=eng (consultado: 2014, 2015) 82 83

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“After 3 years' work, early in 1908, we had in the Baker over 5,000 head of breeding cattle, 10,000 sheep and more than 150,000 pesos' worth of cypress poles piled up on the rocks at the mouth of the river, waiting for a steamer to take them away.” La infraestructura: existencias previas y nuevas instalaciones Según el censo del Territorio de Magallanes, levantado el 8 de septiembre de 1906, en el Baker existían 20 edificaciones, 16 de ellas de un piso y 4 de dos plantas. Tres de estas edificaciones se describen con un uso comercial (almacenes). La totalidad de las edificaciones estaban construidas en madera. Una parte de esta cantidad de edificaciones debió corresponder a las construcciones más sólidas levantadas por la “comisión del río Baker” a cargo del ingeniero Ricardo 2º Michell, que trabajó en el área durante la temporada 1900-1901. Michell (1901)84 describió de este modo la infraestructura levantada por los trabajadores a su cargo entre Bajo Pisagua y La Colonia: “Construcciones En el puerto Bajo Pisagua: 1. Una casa de 12 x 9 metros, con 4 piezas, pasadizo, corredor, subterráneo i con segundo i tercer piso; toda de madera aserrada. 2. Una casa-bodega de 8 x 6 metros, con dos piezas i dos pisos. 3. Una de 9 x 5,5 metros, con techo i paredes de paja i un segundo piso de tablones. 4. Una casa-cocina, de 8 x 6 metros, con techo de paja i paredes de quincha. 5 i 6. Dos casa-galpones de 9,5 x 5 metros, de paja, para chalupas. 7. Una cocina de 3,5 x 3,5 metros, con techo i paredes tinglados de madera. Un muelle de 18 metros de largo por 3,20 metros de ancho, reforzado con pernos en la roca i montado en dos caballetes dobles empernados, con su respectiva baranda i escalera. Además unos 120 metros de envaralados, colgados sobre pilotes de 2 a 3 metros de ancho, para comunicarse entre las casas i el muelle. Debo hacer presente que todo el puerto es artificial, teniendo que traer todo i principalmente la madera de mui léjos. 8. Una casita de 5 x 4 metros, de raja parada i techo de paja, en el campamento ‘Animales’ a los 10 kilómetros de la boca del rio. 9. A los 35 kilómetros, en Punta Huillin, una casa de madera de 7,5 x 4 metros, con dos piezas i un segundo piso. 84

En Risopatrón 1905: 175-181.

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10. A los 50 kilómetros, en el Papal, una casa igual a la anterior 11 i 12. A los 56 i 57 kilómetros, en la Llanada, dos casas iguales a las anteriores. 13. A los 68 kilómetros, en la Quema, una casa igual a las anteriores. 14 i 15. A los 73 kilómetros, en San Cárlos, una casa igual a las anteriores, i una de raja de 4 x 3 metros. 16, 17 i 18. A los 85 kilómetros, en Caña Brava i en el balseo del rio de los Ñadis, dos casas iguales a las anteriores i a 2 kilómetros una de otra, i una tercera de 3,5 x 3 metros, de raja, con techo de tabla tinglada. 19. A los 115 kilómetros, en la Isla, una casa igual a las anteriores. 20. A los 120 kilómetros, Colonia, una casa igual a las anteriores. 21. A los 132 kilómetros, una casa de 5 x 4 metros i dos pisos, en el puente del rio del Salto. 22. En el campamento del Gallo, estremo sur de la laguna Esmeralda, una casa de 7,5 x 4 metros i dos pisos. 23. A los 140 kilómetros, en el Traro, una igual a la anterior. 24 i 25. En el estremo norte de la laguna Esmeralda, dos casas iguales a las anteriores. 26. En el desagüe del lago Cochrane i remate del camino, una casa igual a las anteriores. 27. En el puerto Herradura del lago Cochrane, una casa de 5 x 4 metros i dos pisos. 28. En el desagüe del lago Buenos Aires en el lago Bertrand, una casa de 5 x 4, igual a la anterior. Todas estas casas son de madera aserrada, con pisos de tablones de 0,03 metros, paredes tingladas de 0,02 metros i techo de tejuela de 0, 0125 metros, de tres ramales; tienen dos piezas en el primer piso, un segundo piso con su respectiva escalera i un corredor volado de 1,20 metros.”

Instalaciones en sector La Colonia, 1906. (Imagen publicada por la empresa en revista Zig-Zag, octubre 1906)

87

Insolvencia de la compañía, proceso de liquidación y nuevos intentos privados por concesionar el área La tragedia producida en Bajo Pisagua impactó profundamente las bases de la Compañía Explotadora del Baker. Muchos accionistas debieron sentirse avergonzados ante las acusaciones de abandono y negligencia aparecidas en la prensa y que escalaron al Parlamento en noviembre. El directorio intentó mantener la calma y llamó a junta ordinaria de accionistas para el 31 de octubre de 1906.85 Dicha reunión debía realizarse en el mes de septiembre, pero los acontecimientos lo impidieron. Ya habían tenido que suspender, por el terremoto de Valparaíso, un llamado a los accionistas para que enterasen la 4ª cuota de aporte por acción. En la Bolsa de Valparaíso las acciones de la compañía volvieron a cotizarse a partir del 3 de noviembre a un valor de $15,86 pero en la Bolsa de Santiago no figuraban en ese mismo periodo.87 Tal vez varios inversionistas decidieron deshacerse de sus papeles, expresión física de una participación no deseada en un proyecto de oscuro sino. Julio Subercaseaux, principal promotor del proyecto, en un intento por salvar como fuese la situación, debió decidir que el Banco Mobiliario a su cargo, adquiriera muchos de los papeles de los accionistas que abandonaban.88 Pero como se ha visto, el mismo banco entró en crisis el segundo semestre de 1907. La compañía estaba a la deriva en términos financieros. Sin liquidez, contrayendo más y más deudas y con sus activos productivos estancados en las tierras de la concesión. El mismo Subercaseaux recordaba en sus memorias que en un momento estuvo con todos sus sentidos puestos en resolver el problema del Baker entre otros, lo que le habría impedido aceptar un cargo diplomático que le ofreciera Pedro Montt, el recién asumido Presidente de la República:

El aviso aparecido en El Mercurio de Valparaíso, publicado los días 24 al 30 de octubre de 1906 decía: “COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER. En conformidad al artículo 27 de los estatutos, se cita a junta general ordinaria de accionistas para el 31 de los corrientes, a las 5 P. M., en los altos del Banco Mobiliario. Santiago, octubre 22 de 1906. EL PRESIDENTE.” BN-SPM. El artículo 27 de los estatutos estipulaban que estas reuniones de accionistas tenían como objetivo central la renovación del directorio, específicamente los directores que hubiesen cumplido su periodo. También podían tratarse otros asuntos relativos a la marcha de la empresa, por lo que se cree que los hechos ocurridos en Baker debieron ser analizados en dicho encuentro. 86 Sección “Comercio”, El Mercurio de Valparaíso, 04 de noviembre 1906. BN-SPM. 87 En los meses posteriores a la tragedia, las acciones de la empresa desaparecen de las tablas que se publicaban en la prensa santiaguina. 88 Según la memoria de Quiebra del Banco Mobiliario, éste contaba con 4.800 acciones nominales y 750 liberadas de la Compañía Explotadora del Baker, 1.500 acciones más que las que poseía en marzo de 1906. Riesco G. 1914. Cuenta que presenta al Cuarto Juzgado en lo Civil de Santiago. 85

88

“El ofrecimiento que me hiciera [el presidente Pedro Montt] por intermedio de don Oscar Viel, y que mencionara anteriormente,89 lo atribuí como un desagravio de su parte. Desgraciadamente había entrado yo en negociaciones con un negocio ganadero en Río Baker y la construcción de una Fábrica de Sacos en LlayLlay…” La idea de la liquidación definitiva de la empresa cobró real fuerza a inicios de 1908. La madera continuaba estancada en el Baker, pues no había sido posible venderla. La venta de ganado no reportaba ingresos en ningún grado. En marzo o abril de aquel año, la comisión liquidadora ingresa una solicitud de “concurso de acreedores”90 al Cuarto Juzgado Civil de Santiago, con los antecedentes correspondientes. El día 23 de abril, el Juez letrado Ricardo Dueñas, acoge la solicitud y da lugar al concurso respectivo, nombrando síndico provisorio al abogado Francisco Langlois Vidal91 y fijando para junio la primera junta de acreedores. En El Mercurio de Santiago se informaba el asunto en un pequeño anuncio de la sección “Judiciales”: “JUDICIALES. CONCURSO.-POR AUTO DEL 23 DEL presente, del señor juez del 4º juzgado civil, se ha declarado en concurso voluntario a la Compañía Esplotadora del Baker; se ha nombrado síndico provisorio a don Francisco Langlois y se ha señalado el 25 de junio próximo, a las 2 ½ P.M., para la primera junta de acreedores.-El secretario M 29” A partir de este momento, Langlois toma las riendas de la empresa. El gerente de la época, accionista Walterio Blanche debía informar al síndico de los pasos a seguir. Entre las primeras acciones tomadas al iniciarse el periodo de concurso estuvo la contratación de un reemplazante para cubrir el cargo dejado por Norris. Lo encontraron en Santiago [James] Steele, persona con

Montt le ofreció a Julio Subercaseaux la legación en España durante su mandato. Riesco le había ofrecido anteriormente, ser intendente de Santiago. 90 La Real Academia Española define el “Concurso de acreedores” como: Juicio universal para aplicar los haberes de un deudor no comerciante al pago de sus acreedores. El concurso remite a una situación especial de una persona natural o jurídica en la que no puede pagar sus deudas pese a tener activos que se lo permitirían si pudieran transformarse en dinero efectivo. Al parecer era esta la situación de la Explotadora del Baker, ya que tenía ganado, madera, infraestructura, embarcaciones, herramientas y otros, pero se había quedado sin liquidez. Pudo haber ocurrido también que el directorio haya visualizado la quiebra debido a que los activos e ingresos proyectados hayan sido menores a las deudas acumuladas para fines de 1907, pero se decidiera por pedir un concurso de acreedores para “matizar” la grave situación financiera y no generar un pánico mayor entre los accionistas. 91 En la publicación del 30 de marzo de 1906, Langlois aparece con 200 acciones en la nómina de accionistas de la empresa ganadera. 89

89

experiencia en administración ganadera en Magallanes. También fue contratado el marino mercante Guillermo Titus como capitán del vapor Baker. El mismo que había protagonizado el rescate de los obreros en el Baker en septiembre de 1906 como capitán del vapor Araucanía. Otros trabajadores se mantenían en la faena del Baker desde 1907, trabajando sin salario. Casi al mismo tiempo de declararse el concurso de acreedores, varios trabajadores intentaron cobrar lo que se les adeudaba. Se generaron de este modo una serie de protestos en notarías de Santiago92 contra la Compañía Explotadora del Baker, por letras de cambio fechadas tanto en las mismas instalaciones de la empresa en Bajo Pisagua, como en Castro, Calbuco y Valdivia. A modo de ejemplo se transcribe una cuya emisión original ocurrió en Bajo Pisagua, llamada en la época “Puerto Baker”: Protesto Nº 55. Notaría Francisco Márquez de la Plata, Santiago. “Pto Baker Marzo 28 de 1908. Por $ 277.50 A la vista se servirá Ud. mandar pagar por esta única de cambio, a la orden de Juan de la Cruz Guerrero, la cantidad de doscientos setenta y siete pesos 50/100 valor que cargará Ud. en cuenta según aviso de S.S pp Cia. Esplotadora del Baker. M. Vergara Por Administrador. A la Cia. Esplotadora del Baker. Santiago. Páguese a la orden de los SS Llorente y Cia. Juan de la C. Guerrero. Páguese a la orden del Banco de Chile valor en cobro. Valdivia 8 de abril de 1908. Llorente y Cia.” Conforme. Santiago, Mayo 12 de 1908. Francisco Marquez de la Plata (firma) En Santiago de Chile, a doce de Mayo de mil novecientos ocho, a las dos y media de la tarde y asociado a los testigos infrascritos, requerí de pago de la letra cuya copia fiel precede, al señor Francisco Langlois, Síndico de la quiebra de la Cia. Esplotadora del Baker, y me espuso que no la pagaba por estar en quiebra la Compañia librada. Hice la comunicacion de daños y perjuicios y la reserva necesaria de derechos. Cumplí con los demás requisitos legales. No firma por no ser innecesario. Doi fé (Firma de testigos ilegibles. Firma de notario legible) Como este protesto hubo catorce más entre el 12 de mayo y el 13 de julio de 1908. En la siguiente tabla se presenta la lista de trabajadores que buscaban se les cancelaran sus salarios:

92

ARNAD, NS, Primer semestre 1908.

90

Tabla 2: Lista de trabajadores con protestos contra la Compañía Explotadora del Baker, 1908. Martin Nielson

154,5

Santiago Deugenio

251,5

Juan de la Cruz Guerrero Augusto Medel

Nemecio Alarcón

José Alberto Reyes Anjel Aguilera

Santiago Sepúlveda Alberto Deugenio Gabriel Perez

Francisco Hernández

Manuel Jesús Aguilar Victoriano Oyarzún

Manuel Gómez Márquez José Santos Lenquen

Total adeudado a trabajadores

277,5 124

243,48 122,6 94

163,84 364,45 220 227

499,25 400

209,85 151,15

3503,12

(Elaboración propia en base a revisión de protestos notariales, 1908)

Un dato interesante sobre la actividad mermada de los obreros en el periodo de liquidación de la empresa lo entregó el explorador sueco Carl Skottsberg en su libro Wilds of Patagonia (1911). Era el mes de junio de 1908 y Skottsberg relata que mientras pasaban el canal Troya para devolverse hacia el Oeste, ya que el capitán de la nave en la que estaban, se había negado remontar el canal Baker para llegar a la desembocadura del río homónimo, por considerarlo arriesgado dado el escaso tiempo que tenían para retornar a Punta Arenas; y con un temporal desatado en el área: “…we suddenly caught sight of a sailing-boat. We guessed it to be people from the Baker Company, a Chilean enterprise, wich has the leasehold of larges stretches down the river from the inlet to the Argentina frontier. Of course we stopped at once, took the crew on board, and towed their boat to a harbour.”93 93

Skottsberg, C. 1911 p. 86.

91

Mientras Langlois comenzaba con el proceso liquidatorio de la empresa, recibiendo notificaciones de los acreedores, inventariando los activos de la empresa, pensando una estrategia para venderlos y así resarcir deudas, los trabajadores se mantenían sin sueldos y en condiciones cada vez más precarias. Para no repetir la tragedia de 1906, Santiago Steele debió haber establecido un sistema de autoabastecimiento usando el vapor para buscar alimentos, racionando lo que aún quedaba en las bodegas y eventualmente consumiendo carne del mismo ganado que pastaba desde La Colonia al valle Chacabuco. En cuanto a la situación de endeudamiento de la Compañía, se ha logrado pesquisar dos créditos del año 1907, protestados a inicios de 1908. El más antiguo era una letra en libras esterlinas a nombre de W.H. Crossmann & Co. emitida el 18 de septiembre de 1907 en Nueva York (£ 1.434,17.2). El otro corresponde a una letra de cambio de la Compañía Braun y Blanchard, por poco más de treinta mil pesos de la época, emitida el 21 de noviembre de 1907.94 Hubo un tercer crédito fechado a principios de 1908 (11 de enero) por la suma de $ 1.210,30 a nombre de la firma comercial Martens Roepke y Cía de la ciudad de Valdivia. Por otra parte, la Compañía Explotadora del Baker también intentó cobrar deudas que terceros tenían con ella. Es así que el 29 de enero de 1908 se protestaba una letra de cambio contra el ciudadano Florencio Echeverría, por un monto de $ 1.640, la que no pudo ser cobrada por el notario al no ubicar al deudor. Los acreedores del concurso El 25 de junio de 1908 se llevó a cabo la primera reunión de acreedores tal como lo estipulara el Juez Dueñas al aceptar la tramitación del concurso. Esta primera junta tuvo como objetivo central ratificar en el cargo al síndico provisional Francisco Langlois. También se acordó una segunda junta de acreedores para levantar un acta de verificación de todos los créditos impagos, la que se fijó para el martes 04 de agosto de aquel año. Esta segunda junta se llevó a cabo y se formalizaron créditos a veinte acreedores. La mayor parte eran en moneda nacional, pero había también en libras esterlinas y en peso oro de 18 peniques.

El 21 de noviembre Braun y Blanchard emitió en Punta Arenas una letra de cambio del Banco Anglo-Sudamericano, por la suma de $30.083,57 a pagar en un plazo de 30 días. La Explotadora del Baker la aceptó el 5 de diciembre, pero no pudo pagarla a tiempo, por lo que la empresa magallánica la protestó ante el notario Larrazábal de Santiago el 7 de enero de 1908. 94

92

93

Banco Mobiliario

Banco Anglo Sud Americano

1

2

Santiago Edwards

7

William Norris

Tomas Slaughter

Morrison y Cía

Granton P Jones

Timmermann y Cía

16

17

18

19

20

Alberto Koch

Enrique Donoso

Santiago Mckensie

(Elaboración propia a partir de Escritura notarial 1908)

Santiago

Bernardino Leiva

Williamson Balfour

15

Santiago

Guillermo Werthe

14 Abogado

Comerciante

Comerciante

Comerciante

Comerciante

Abogado

Comerciante

Carlos Alberto Novoa Abogado

Pablo Horning

13

Abogado

Agente judicial

1263,55

13459,41

2000

9106,8

23717,87

46375,67

16350,93

132000, 66

Monto $

4648,75

2400

109,09

1457,75

1974,67

288,5

Ramón Henriquez

12

Emilio Espinoza

Abogado

Comerciante

Abogado

Abogado

Comerciante

Agente judicial

Abogado

Profesión

11

Ignacio García

Victor León

Carlos Edwards

Carlos Edwards

Santiago Mckensie

Roberto Arriagada

Luis Alberto Villegas

Representante

17570

Santiago

Santiago

Santiago

Santiago

Punta Arenas

Santiago

Residencia

10

9

Banco de Chile

Pedro Vergara

6

8

Braun y Blanchard

5

4

3

Nombre acreedor



318

1788

1219

4051

8

11

4

10

314

Libras Chelines Peniques

Tabla 3: Acreedores del concurso de la Compañía Explotadora del Baker, 04 de agosto 1908.

100

1350,11

1350,11

Oro 18 peniques

La deuda total que reclamaban los acreedores concurrentes en el concurso de la Compañía Explotadora del Baker ascendía a $ 330.594,7 pesos chilenos de la época.95 A esto habría que sumar los $ 3.503,12 reclamados por los trabajadores y lo adeudado al administrador en faena Santiago Steele y al capitán del vapor Baker, Guillermo Titus.96 El principal acreedor era el Banco Anglo Sudamericano97 por créditos en pesos chilenos y libras esterlinas, sumando un total de $194.634,7. Le seguía el Banco Mobiliario con un crédito por $132.000,66. El tercer acreedor era nada menos que William Norris, accionista minoritario y administrador de la faena del Baker hasta 1907. La deuda que reclamaba estaba en libras esterlinas, que convertidas a pesos chilenos ascendía a $44.753,64. El cuarto mayor acreedor era la firma magallánica Braun y Blanchard, con un crédito por $23.717,87. El origen de las deudas de la Explotadora del Baker era diverso, siendo las financieras (dinero para inversión) las más crecidas. Habían acreedores como Norris que al parecer exigían el pago de sus remuneraciones. También estaban las deudas comerciales con firmas y comerciantes particulares. Llama la atención el acreedor Tomas Slaughter. Posiblemente se trataba de otro empleado de la Compañía del que no se tienen mayores antecedentes.98 Su crédito contra la empresa estaba en libras esterlinas como el de Norris, que convertido a moneda nacional de la época sumaba $ 7.959,74. Con los créditos verificados, la labor del Síndico Langlois era repartir de la mejor manera el dinero que pudiese rescatarse con la venta de los activos de la empresa, todos situados en la concesión misma. Había que reunir el ganado existente y arrearlo a algún punto para su venta. Había que intentar vender las piezas de madera, además de las embarcaciones, desde el vapor Baker hasta los botes a remo usados para navegar el río.

La conversión de libras esterlinas a pesos se realizó sobre la base de £1/$25,03, valor de cambio de 1908, en tanto que para el peso oro de 18 peniques, la relación fue 9,6d/$1. 96 Estas cifras no han podido ser determinadas. El administrador Steele se cobró con la venta del vapor Baker como se verá más adelante, en tanto Guillermo Titus solicitó por intermedio del comprador del vapor Baker, Carlos Oelckers el pago de su salario ante el Síndico Langlois. ARNAD, NPM, segundo semestre 1908, primer semestre 1909. 97 Este Banco no era otro que el antiguo Banco de Tarapacá y Londres, fundado por John North en 1889 para controlar la financiación del negocio salitrero. 98 En la web http://patbrit.org, se registra una lista de nombres que aparecen en el libro Patagonian Panorama del inglés Tom P. Jones. Entre ellos está el de Tom Slaugter, cuyo oficio según Jones había sido el de administrador de granja de ovejas. Ver http://patbrit.org/bil/ ranchers/tpjnames.htm#firms. 95

94

El vapor Baker es vendido por el administrador de la concesión sin informar a la empresa En los terrenos de la concesión en tanto ya se tenía mediana claridad sobre el fin que esperaba a la sociedad ganadera. Había que tomar entonces una decisión. Es así que el administrador Steele viajó a Puerto Montt, se contactó con Carlos Oelckers, comerciante de Calbuco y le ofreció en venta las dos embarcaciones mayores de la empresa, el vapor Baker y la goleta Luisa. Esta fue una decisión personal de Steele, quien deseaba pagarse todo lo adeudado en sueldos por parte de la empresa. No es posible saber si el administrador acordó con los trabajadores a su cargo repartir el resultado del negocio. El caso es que el 5 de diciembre de 1908 Steele y Oelckers firmaban la escritura de compraventa de las embarcaciones en la notaría de Calbuco.99 El administrador regresó al Baker y ordenó hacer abandono de las instalaciones. Envió a un grupo de trabajadores por territorio argentino con rumbo a Punta Arenas, mientras que él junto a otro grupo y la tripulación del vapor Baker, emprendían viaje a Puerto Montt para hacer entrega de las embarcaciones al nuevo dueño. De algún modo el síndico Langlois se enteró de la maniobra del administrador y solicitó al Juez Dueñas intervenir y detener la embarcación pues la venta que se había efectuado no contaba con la aprobación de la junta de acreedores. A mediados de diciembre se emite una notificación urgente a los tribunales de Puerto Montt para coordinar la interceptación del vapor Baker. Se ordena entonces a la autoridad marítima de dicho puerto disponer embarcaciones oficiales para salir en búsqueda del Baker. La prensa accedió a la información y el 22 de diciembre aparece en La Alianza Liberal lo siguiente: “Marítima Vaporcito “Baker” Pronto saldrá en busca de este vaporcito, uno de los escampavias, para dar cumplimiento a órdenes Superiores de la Armada. Parece que este vapor ha sido vendido fraudulentamente, por lo cual la Justicia ha tomado tambien carta en el asunto. El Baker trae a remolque una goleta cargada de mercaderías, desde el estuario del mismo nombre i hasta la fecha nada se sabe, de la suerte que puede haberle cabido, en los procelosos mares del golfo de Penas i Tres Montes, donde se desarrollan temporales tremendos, en todas las estaciones del año.” Los libros de esta notaría no se encuentran en el Fondo Notarías de ARNAD. La información se ha obtenido de una escritura de protesta del capitán Titus, realizada en la notaría de Puerto Montt. 99

95

Dos días después La Alianza Liberal informaba: “Marítima El vaporcito “Backer” Una verdadera odisea – El Toro zarpa en su busca Hoi, cumpliendo una órden de la Direccion de la Armada, el escampavía Toro zarpó en busca del vapor Backer que segun disposicion judicial debe ser depositado en este puerto. Según noticias traidas por el Pisagua el Baker estaba hace días en Melinka en viaje a este puerto. A fuerza de necesidad este vaporcito se ha transformado en pirata, pues de los pocos trabajadores que quedaban en Baker, como veinte i tantos hombres, viéndose abandonados, con su salarios de largos meses perdidos i aun amenazados por el hambre, resolvieron abandonar ese lugar i se lanzaron con el vapor i una goleta cargada de cuanto pudieran vender. Pero parece que el jefe de estos pseudo piratas ha sido informado de la accion judicial pues en Melinka manifestó deseos de regresar al Sur para dirijirse a la Arjentina. Toma visos de odisea los descalabros de Baker especialmente de los tripulantes del vapor que se han insurreccionado, por la necesidad.” Finalmente, el 29 de diciembre el mismo periódico reseñaba las maniobras de interceptación del vapor Baker y la goleta que traía a remolque, además informaba sobre la protesta del capitán Titus ante la acción de los marinos: “El secuestre del ‘Backer’ Cómo lo efectuó el “Toro”-Protesta de los tripulantes Como lo anunciamos hace poco, zarpó de este puerto con rumbo al sur el escampavía Toro, llevando la comisión de tomar en secuestre al vapor Backer i una goleta que navegaban al sur de Chiloé. Un poco al sur de la isla grande encontró el Toro al buscado vapor i dió cumplimiento a la órden que llevaba trayéndolos en seguida a este puerto donde fondearon en la tarde del domingo último. Como ese dia no se encontraba en esta ciudad don Ricardo Hollstein, encargado por la Justicia, depositario del secuestre, el Delegado del Territorio Marítimo dispuso que el vapor Backer i la goleta permaneciesen incomunicados hasta la hora de la entrega que fué en la mañana del siguiente dia. Hasta aquí la actuacion que han tenido los miembros de la Armada en este bullado asunto. Ahora las cosas están en poder de la Justicia ante la cual se ventila la liquidacion de la desgraciada Sociedad Backer. ---

96

Conviene tambien saber que este vapor no habia salido ocultamente de Backer como se creía al principio sino habia sido vendido por el administrador de la sociedad en liquidación a don Carlos Oelkers de Calbuco. Para recibirse de esta compra fué allá un empleado del señor Oelkers, quien ayer en compañía del capitan señor Titus formularon la correspondiente protesta ante el Notario. Hai, pues, una cuestion judicial de por medio en que se ha anulado, por motivos que no es de nuestra inconbeniencia apreciar, la venta hecha por el administrador de Backer. Marítima La captura del ‘Baker’ Anteayer en la tarde entró el Toro trayendo en secuestre al vaporcito Baker i una Goleta, cuya odisea narramos en otras columnas.” La instrucción de interceptar el vapor Baker también fue expedida a Punta Arenas, desde donde fue despachado el escampavía Cóndor con la orden de rastrear la embarcación.100 A pocos días de salir, el Cóndor debió retornar pues recibió la noticia que el Baker había sido interceptado en la zona de Melinka. Mientras todo esto ocurría, el grupo de trabajadores que viajó vía Argentina tenía destino la ciudad de Punta Arenas. Carl Skottsberg dejó testimonio escrito del encuentro que tuvo con esta partida a cargo de un empleado de la empresa. El encuentro se produjo durante la espera del ferry para cruzar el río Santa Cruz. El explorador relató: “Down at the river Santa Cruz, the outlet of the Lakes Argentino and Viedma, we met two others parties wainting to cross with their tropillas. One of them was the inspector of police at Lago Argentino, the other a man from the Baker Company on his way to Punta Arenas with the last peons. Through Captain Steele he had heard about us and now brought news from him. A Steamer had called in Baker, Steele and the other men has gone away in her, and the farm was now empty, cattle and sheep running wild.” (p. 264) Por esa misma época o a principios de 1909, Luis Larraín Bulnes a quien el síndico Langlois había autorizado para retirar ganado desde Baker con el fin de venderlo, habría realizado un rodeo de 3.500 animales, según informó posteriormente al mismo síndico.101 El Magallanes, 22 de diciembre 1908. BN-SPM. Antecedentes Decreto Nº 3055, liberación derechos de internación Carlos F. von Flach. ARNAD, MinHac., Vol. 4246, 1911. 100 101

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El vapor Baker es formalmente vendido a Carlos Oelckers Si bien el síndico Langlois logró su objetivo de retener judicialmente el vapor Baker y contaba con una autorización judicial (fechada el 29 de diciembre de 1908) aprobada por los acreedores, para trasladarlo a Valparaíso y venderlo en pública subasta, no tuvo otra opción que regularizar la compraventa entre el administrador Steele y Carlos Oelckers. Este último había emitido protestas en la notaría de Puerto Montt por el actuar del síndico y entregó poder de representación a un abogado para que lo defendiera ante el intento de requisación de la empresa. Por otro lado, la empresa adeudaba sueldos a Steele, por lo que de sostener su idea de anular la venta, recuperar las embarcaciones y rematarlas podría haber significado un reclamo mayor de Steele, quien por lo demás ya estaba en poder del dinero pagado por Oelckers y el 4 de enero de 1909 había dado poder notarial al abogado Amador Mujica para que lo representara, cobrando los sueldos adeudados e impidiendo se anulara la venta. La autorización judicial que tenía el síndico, consideraba como última opción la venta en cualquier forma de las embarcaciones si la subasta no pudiera realizarse. Es así que Langlois optó por negociar con el comerciante calbucano, llegando a acuerdo a fines de marzo de 1909. Oelckers viaja entonces a Santiago para firmar la escritura que regularizaría por completo la compraventa de las embarcaciones. En dicho documento, suscrito en la notaría de Desiderio Lizama el 6 de abril de 1909 se estableció que Langlois vendía a Oelckers las embarcaciones con el acuerdo de la comisión liquidadora y en representación de la empresa; que la venta se realizaba en el estado en que se encontrasen el vapor y la goleta y con todos los útiles y herramientas inventariados al momento de ser secuestrados, todo lo cual el comprador reconocía; que éste se desistía de toda acción judicial anterior o posterior contra la Explotadora del Baker, por el secuestre de las embarcaciones; que el precio de venta sería veintiseis mil pesos pagaderos del siguiente modo: cinco mil pesos al contado, tres mil quinientos pesos que Oelckers había ya pagado al administrador Steele (“por sueldos”, dice la escritura) y los diecisiete mil quinientos pesos restantes a 90 días, con interés anual de ocho por ciento. El vapor Baker prestó servicios en Puerto Montt y Calbuco, bajo la propiedad de Carlos Oelckers posterior al 30 de abril 1909, fecha en que el comerciante recibió las embarcaciones de manos del secuestre a cargo, el abogado Ricardo Holstman. Terminó sus días como embarcación menor en el puerto de Valparaíso. Su matrícula oficial fue dada de baja en los registros de la Marina Mercante Nacional el 12 de mayo de 1910.102 Memoria del Ministerio de Marina, presentada al Congreso, 1911. Imprenta Cervantes. ANH. 102

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El remate del ganado existente en la concesión Luego de resolverse el problema del vapor Baker, Langlois se abocó a la venta del ganado remanente en la concesión, luego del arreo realizado por Larraín Bulnes. Según los inventarios enviados desde La Colonia en 1908, habían seis mil cabezas de ganado vacuno en la concesión. Como Larraín retiró sólo tres mil quinientos, el síndico estimaba que aún debían quedar dos mil cabezas, sino más, en el territorio. En cuanto al ganado ovino, se calculaba la existencia de unas dos mil cabezas. De los caballares no se manejaban cifras. Es por ello que Langlois consideró muy difícil la venta directa del ganado, nadie estaría dispuesto a comprar sin saber la cantidad exacta de animales. La mejor opción era el remate de la hacienda al barrer. De este modo, el síndico solicitó al Juez Dueñas aceptar la idea del remate y fijar una fecha para llevarlo a cabo. Elaboró las bases del mismo, las sometió a la aprobación de los acreedores y luego del Juez. La postura mínima del remate serían diez mil pesos. Los postores pujarían por el “derecho de propiedad” sobre la hacienda existente, sin responsabilidad de la empresa en la cantidad. Quien se adjudicara el ganado adquiría igualmente el derecho a usar la marca de la Explotadora del Baker y a reclamar y perseguir el ganado con dicha marca que hubiese sido tomado, robado o hurtado por terceros. El 14 de septiembre de 1909 el Juez Dueñas determinó la fecha del remate para el 14 de octubre a las 2:30 de la tarde en las oficinas del Cuarto Juzgado de Santiago.103 Fueron dos los postores en el remate, siendo James Metcalfe, representante de Carlos Flach, a quien el Juez Dueñas adjudicó el ganado por la suma de catorce mil ochocientos pesos. El 28 de octubre se produjo la total tramitación del remate, con la presencia de Carlos Flach, quien canceló mediante cheque el saldo del remate a conformidad total del síndico Langlois.104 Nuevos intentos por reactivar el negocio ganadero en el área A mediados de 1909, cuando todavía el concurso de la Compañía no se cerraba, Santiago Díaz Cárdenas, vecino de Punta Arenas, elevó una solicitud al Ministerio de Colonización105 en la que luego de informar el fracaso del esfuerzo empresarial organizado a partir de la concesión otorgada a Contardi, pidió se declarase caducado de hecho el permiso de ocupación otorgado a éste en 1903 y que se le permitiera a él establecerse en los mismos terrenos Acta de Remate ganado Cía. Explotadora del Baker, proceso de liquidación. Antecedentes Decreto Nº 3055, liberación derechos de internación Carlos F. von Flach. ARNAD, MinHac, Vol. 4246, 1911. 104 Carlos Flach comenzó a usar en Chile la partícula “von” en su apellido, como signo de “distinción”. Ver Osorio, M. 2014. Antiguas Historias del Valle Simpson. Región de Aysén. 105 Antecedentes Decreto 1852 del 13 de diciembre de 1911. ARNAD, MinRel, Vol. 1556, 1911. 103

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de dicha concesión con el objeto de instalar un negocio ganadero basado en la crianza de ovejas y vacunos, proponiendo además establecer una grasería a vapor o fábrica de carne en conserva y al menos un aserradero. La solicitud planteaba un esfuerzo de inversión mínimo de cien mil pesos y la oferta de dejar mejoras por “más de sesenta mil pesos” a la vuelta de 20 años “de posesión”. Díaz ofrecía obligarse a otras compensaciones a beneficio fiscal: proporcionar maderas al costo para necesidades de la marina; dar trabajo en los establecimientos industriales que se proponía instalar, a colonos que llegasen a Magallanes bajo contrato con el gobierno; establecer línea de navegación mensual “si el Supremo Gobierno me lo exige”, entre el canal Baker y cualquier otro puerto del Estrecho de Magallanes, para combinar con vapores “que hacen la carrera a Valparaiso suvbencionados por el fisco”, edificar inmuebles a razón de diez mil pesos de inversión por año y desde el primer año de posesión, también se comprometía a no destruir nada que estuviera ya construido y a dar otros beneficios al fisco sobre ganado en pie, charqui o carne en conserva a precio rebajado y destinado al ejército o la marina. Como se ve, la estrategia de Díaz era conseguir la concesión sobre la base de una resolución de hecho del contrato por parte del Fisco, ya que la Explotadora del Baker había abandonado totalmente el área concesionada, retirando incluso sus máquinas e instalaciones. Ofrecía a cambio hacerse cargo personalmente de la empresa que describía, confiado en el criterio del ministro por “fomentar i ayudar a la industria nacional…” La solicitud fue recepcionada el 23 de julio de 1909, dando comienzo a una larga tramitación burocrática que culminará en la caducación de la Concesión Contardi, el 13 de diciembre de 1911. El primer informe al ministro, evacuado desde la Oficina General de Mensura de Tierras sugería no conceder lo solicitado, pues antes se debía realizar un exhaustivo estudio sobre el asunto y no se contaba con tiempo para ello (27 de julio 1909). El ministro solicitó entonces informe al gobernador de Magallanes, Sr. Chagneau (30 de julio), quien a su vez instruyó al agrimensor del Territorio para que se pronunciara al respecto. Dicho funcionario respondió al gobernador (30 de agosto) con un breve informe en el que indica que en julio su oficina recibió y tramitó la solicitud de Díaz; y que según era sabido en Magallanes, la Explotadora del Baker que se había formado para explotar los campos concesionados a Contardi, había quebrado y debido a las dificultades enfrentadas por la empresa, los campos fueron abandonados. Finalizaba el agrimensor Hugo Pietrogrande, afirmando que no le constaba en absoluto si la Sociedad Explotadora habría cumplido alguna de las cláusulas del artículo 2º del decreto de concesión de 1903. Al día siguiente, el gobernador redactó su respuesta al ministro de Tierras y Colonización, la que resulta totalmente favorable a la petición de Santiago Díaz en todos sus términos, indicando solamente que el Gobierno debía establecer una fianza al solicitante con el fin de que éste garantizara su petición.

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Este informe fue recibido en Santiago el 22 de septiembre y al día siguiente se pidió nuevamente pronunciamiento al Consejo de Defensa Fiscal, organismo que a su vez pidió antecedentes al abogado jefe de Colonización (28 de septiembre). Este funcionario de Colonización no se apartó en nada de su primer informe, afirmando que “…es inaceptable por ahora la solicitud del señor Díaz”. Pero esta vez agregó más información para el Consejo. Indicó que la sección de Colonización tuvo conocimiento de la denuncia por incumplimiento de la totalidad de las cláusulas del permiso de ocupación por parte de la “Sociedad del Backer”, sugiriendo investigar la veracidad de la situación y en caso de ser efectiva, propuso que el Gobierno recuperase los terrenos para luego “venderlos en remate ó darlos en arrendamiento en licitación pública.” Con estos antecedentes, el Consejo de Defensa Fiscal emitió su informe (12 de febrero 1910) al ministro, refrendando totalmente lo propuesto por el abogado de colonización. De este modo, el ministro instruyó a la Inspección General de Colonización tomar las acciones que sugería el Consejo. El jefe de la Inspección señor Borgoño Dávila, solicitó a su vez al interventor fiscal de colonias Otto Rehren, investigar el denuncio y elaborar con urgencia un informe. Rehren respondió a su superior el 28 de abril de 1910. Su informe confirmaba lo denunciado: la Explotadora del Baker no introdujo ningún colono de origen sajón, estando obligada a hacerlo por el decreto de 1903 cedido por Contardi para la formación de la empresa. Ni siquiera introdujo las primeras diez familias antes del 15 de julio de 1908, fecha en que expiraban los primeros cinco años de plazo para este compromiso. Si bien el vapor de propiedad de la empresa realizó el servicio entre Baker y Punta Arenas, lo hizo por corto tiempo y fue vendido en 1908 –informaba Rehren–. Los animales vacunos fueron retirados el mismo año y llevados a “Teca” e incluso más al norte, proseguía el interventor de colonias. Finalmente mencionaba que “los trabajadores contratados en Chiloé abandonaron sus faenas.” Para el funcionario estaba claro que la empresa no cumplió los compromisos y por tanto debía dejarse sin efecto la concesión. Con este informe, el inspector general de colonización Temístocles Urrutia, emitió su informe definitivo al ministro (6 de mayo 1910), en el que refrendaba lo dicho por Rehren, y sólo aclaraba las fechas de expiración para la introducción de colonos y para el establecimiento del servicio de vapor. El ministro generó una nueva providencia (16 de mayo), instruyendo a la Oficina de Mensura de Tierras emitir su pronunciamiento. Luis Risopatrón firmará dicho documento el 27 de mayo de 1910, indicando no haber inconveniente en caducar la concesión Contardi y destinar los terrenos involucrados a una subasta pública de arrendamiento. Con todos estos antecedentes, el ministro volvió a pedir al Consejo de Defensa Fiscal (31 de mayo) que se pronunciara al respecto. Este órgano del Estado, vuelve a refrendar el informe anterior y de este modo, el Ministerio

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inició la gestión interna para declarar caducada la concesión Contardi, cuyo decreto fue emitido recién a fines de 1911. Se cerraba de este modo, el ciclo trágico de la Compañía Explotadora del Baker. Y comenzaría un nuevo proceso, iniciado por las peticiones elevadas por Carlos Flach, Roberto Unwin y Julio Vicuña Subercaseaux, primo del principal financista de la fracasada empresa, Julio Subercaseaux Browne. Pero también Ernesto Hobbs, quien apadrinó a Flach y también incentivó a otros para obtener el permiso de ocupación de las tierras del Baker y de este modo lograr la instalación de una empresa ganadera, objetivo que al cabo de cinco años lograría.

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CAPÍTULO 3 LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA

Ya antes de haberse enterado totalmente el primer aporte de capital por parte de los accionistas de la Compañía Explotadora del Baker, que como se indicó ascendía a $ 320.000 moneda corriente de la época, comenzaron las actividades para dar inicio a los trabajos en el territorio concesionado. Era Septiembre de 1904 y el directorio de la compañía decidió organizar un viaje de reconocimiento a los terrenos de la concesión. Si bien la empresa contaba con todos los informes de Ricardo 2º Michell, ingeniero que había dirigido la apertura de la senda entre Puerto San Carlos y el sector de La Colonia y además había establecido varios puntos de descanso entre Bajo Pisagua y Puerto San Carlos (Osorio 2006; Osorio y Hartmann 2009);106 interesaba hacer un reconocimiento definitivo del terreno. Por ello se instruyó al gerente de la empresa, Florencio Tornero, viajar a Puerto Montt para buscar un administrador de terreno capacitado y de no hallarlo, trasladarse a la Argentina en su búsqueda, además de iniciar gestiones para la compra de ganado en dicha nación. Tornero también debía conseguir un grupo de trabajadores chilotes que conocieran la zona, con el fin de enviarlos a fines del verano al Baker apertrechados de víveres y herramientas y con la instrucción de encontrar a la partida de exploradores que ingresarían por la frontera internacional. De este modo, el gerente se trasladó al sur la segunda semana de octubre en el vapor Arica, que hacía la carrera Valparaíso-Puerto Montt. Así lo informó La Cruz del Sur de Ancud en su edición del 15 de octubre: “El ‘ARICA’.- Por telegrama recibido sabemos que este vapor salió de Valparaiso el Miércoles último. Si no sufre algún otro atraso lo tendremos en ésta el lúnes. Trae los siguientes pasajeros de Valparaiso, para Ancud i Puerto Montt: familia Lynch, Santos Tornero, Teniente E. Costa, P.G. Relin, I. Oyarzún, A. Sepúlveda, A. Araya y M. Sepúlveda.” En dicha ciudad Tornero permaneció hasta fines del mismo mes realizando diversas gestiones para la empresa. La Alianza Liberal informaba sobre su presencia y actividades el 23 de octubre: Osorio y Hartmann 2009. Expediente declaratoria Monumento Histórico Paso San Carlos; Michell 1900, 1901 Bitácoras de viaje al Baker; Michell 1902. Informe técnico. 106

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“SOCIEDAD GANADERA.- Se encuentra en esta el administrador Jeneral de Sociedad Esplotadora del Becker, que tiene una concesion de un millon de hectareas i emprenderá el miércoles viaje a la Arjentina, via Nahuelhuapi a fin de introducir en la concesion las primeras partidas de ganado lanar, a cuya crianza se destinara el terreno cedido. Esta sociedad tiene muy buenas espectativas de éxito.” El 30 del mismo mes era el periódico La Prensa el que informaba la presencia de Tornero en Puerto Montt y su viaje a Nahuelhuapi. Esta crónica resulta de mucho interés pues comentaba también la actividad de empleados de otras empresas del mismo rubro: “Sociedades agrícolas i ganaderas.- Ultimamente han estado entre nosotros una buena parte de los Administradores i empleados de las sociedades organizadas para esplotar las costas i campos de nuestra provincia hasta Magallanes. Asi hemos tenido ocasión de ver a los señores Weber, Bornemann Director i Administrador de la sociedad esplotadora de Llanquihue; los señores Cousin, Valdes, Benitez y Christi de la sociedad Frigorífica de Cochamó; don Santos Tornero Echeverria i varios empleados mas de la sociedad Esplotadora del rio Backer, los que marcharon hace cuatro días por vía Nahuelhuapi; i don Gmo. Müller, jefe de trabajos de la Sociedad Ganadera de Aisen, que tiene contratado cerca de cuatrocientos operarios, para trasladarse al sur una vez que llegue en el vapor Cambronne el Jerente de la sociedad don Juan Dun. Se nos dice que en breve llegaran tambien a emprender trabajos los directores i empleados superiores de la sociedad Bododahue. Todo este movimiento de jente i de trabajo hacen que en esta plaza se note grande actividad comercial.” (El destacado es nuestro) No deja de llamar la atención que Florencio Tornero se presentara o fuese mencionado con el nombre de su abuelo Santos en dos de los medios de prensa citados. Tornero tenía un hermano, Aníbal, que llevaba como segundo nombre Santos. Tal vez este hermano lo acompañó en aquella ocasión,107 de otro modo habría que considerar la posibilidad de que Florencio utilizara aquel nombre que no le pertenecía, para presentarse en Puerto Montt. Estando el gerente administrador en territorio argentino, se presentó ante él el ciudadano inglés William Norris, que se había enterado de la formación

Aníbal Santos Tornero Echeverría también era accionista, aunque minoritario de la Compañía. Al fundarse la empresa suscribió 20 acciones, que mantenía en 1906, según el registro de marzo de aquel año. Ver Anexo Accionistas. 107

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de la empresa y del interés que el gerente tenía en contratar un administrador. Tornero lo contrató de inmediato.108 Las primeras instrucciones dadas a Norris fueron viajar a puerto Santa Cruz, contratar allá personal, comprar caballos, víveres y equipamiento para realizar una expedición de reconocimiento al Baker. El mismo Norris relatará en sus memorias109 que por toda orientación se le facilitó un mapa del sector y dos o tres indicaciones geográficas. También se le había informado que a su llegada al territorio de la concesión, lo estaría esperando un grupo de trabajadores contratados en Chiloé para iniciar faenas de exploración, construcción de infraestructura y aprovisionamiento del propio grupo al mando de Norris. Dicha partida estaba bajo la dirección de un explorador con experiencia de apellido Bórquez.110 El flamante empleado inglés, contratado como administrador de la concesión, emprendió viaje junto a su equipo compuesto de 5 hombres, el 12 de febrero de 1905. Las escasas referencias sobre el punto donde debía internarse al suroeste los hizo recorrer en vano por varios días, pese a que contaron con el apoyo de un joven peón que había formado parte de una comisión de límites argentina y recordaba el sitio del último campamento donde dicha comisión estuvo. Pocos días después de haber dado con el río Baker y seguir orillándolo corriente abajo, Norris se encontró con Bórquez y su gente que habían llegado al sector a mediados de marzo a bordo del vapor Patagonia.111 Junto a Bórquez recorrió y evaluó las condiciones de los distintos sectores de la concesión, comprobando la calidad de los terrenos para la crianza de ganado. Cuando Norris llegó al sector de La Colonia, instruyó a cuatro de sus hombres para que iniciaran la construcción de viviendas y bodegas que permitieran recibir más trabajadores el año siguiente. Él en tanto, continuó viaje a Bajo Pisagua reconociendo en el trayecto la calidad y potencial de la madera existente en el área inferior de la cuenca fluvial. Desde la desembocadura del Baker se trasladó a la pequeña Caleta No resulta muy claro cómo Tornero se encuentra con Norris. Ivanoff (2000, 2003) indica que la contratación ocurre en Argentina. Martinic (2005, p.146), indica que Norris contactó a la gerencia situada en Punta Arenas, lo que parece estar errado a la luz de los antecedentes expuestos. 109 Campbell & Grace: http://patlibros.org/ficha.php?thm=ranc&fun=wn&lan=eng (consultado: 2014, 2015) 110 Norris relata en sus memorias que este empleado había estado antes en el área con ingenieros chilenos: “The Baker Company had sent from northern Chile a man that had been in the Baker country with the Chilean engineers (…)” 111 El vapor Patagonia pertenecía a la empresa naviera Braun y Blanchard. El 18 de febrero de 1905, La Cruz del Sur informaba que el Patagonia venía desde Punta Arenas y recalaría en esas semanas en Ancud, para continuar de inmediato “viaje á Puerto Montt y rio Aysen, llevando pasajeros.” BN-SPM. 108

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Hale, sitio desde el cual era posible avistar los vapores que realizaban la carrera Punta Arenas-Norte del país y viceversa. Luego de nueve días de espera, avistaron un vapor con rumbo al norte y le hicieron señales de humo para que se detuviera. Bórquez le indicó que era el Patagonia que volvía desde Punta Arenas, luego de dejar allá carga y pasajeros. En su viaje al sur, este vapor había hecho escala también en el río Aysén para dejar trabajadores y víveres, aprovechando de cargar seis mil piezas de madera que serían vendidas en Punta Arenas.112 Antes de embarcarse junto a uno de los trabajadores que lo acompañaba, Norris instruyó a Bórquez que continuara con las faenas de despeje, apertura de sendas y construcción de viviendas a la espera de la llegada de otros trabajadores para la temporada siguiente y del ganado antes del invierno de 1906. Los trabajadores volvieron a remontar el canal Martínez hacia el Baker y continuaron su labor. Ya entrado el invierno de 1905, la tragedia se hizo presente en la concesión. El grupo de obreros al mando de Bórquez sufrió un trágico accidente:113 tres o cuatro de ellos perdieron la vida, ahogados en las aguas del gran río. La lamentable noticia llegó a Chiloé a fines de junio –tal vez con el regreso de los sobrevivientes– y fue recogida por los periódicos de Ancud. El Independiente, en su última edición de aquel mes publicó lo siguiente: “AHOGADOS Hace poco, murieron ahogados en la exploracion del Rio Baker, Hermenegildo Millapel, Enrique Bahamonde y otro de apellido Sanchez, cuyo nombre no recordamos. Andaban bajo las órdenes del conocido explorador D. Enrique Borque M., de Dalcahue.” En tanto que La Cruz del Sur hizo lo propio el 01 de julio: “AHOGADOS.- Hace pocos días, según noticias que tenemos, murieron ahogados en el Rio Backer Hermenegildo Millapel Enrique Bahamonde y dos más, cuyos nombres no ha sido posible obtener.” La cifra de ahogados sugiere que el accidente debe haberse producido por el volcamiento de la embarcación en la que navegaban. Las dos notas difieren en la cifra de muertos, pues la primera indica que fueron tres, mientras que la segunda contabiliza cuatro. El Magallanes informaba el 30 de marzo de 1905 la llegada del Patagonia y el desembarque de las piezas de madera traídas desde el Aysen. BN-SDyR. 113 Era el primer año de actividad concreta en el área y el sino de la tragedia se instalaba en el territorio. Acerca de este fatal accidente no se tenía conocimiento. Ni siquiera Norris lo mencionó en sus escritos de 1906 y 1939. 112

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Norris llegó a Puerto Montt a mediados de abril de 1905. Desde allí emprendió viaje a Valparaíso donde sostuvo reuniones con el directorio de la Compañía Explotadora del Baker para entregar su informe y compartir ideas en relación con la implantación de ganado. El relato de Norris sobre el potencial ganadero de los valles centrales y maderero de los bosques del curso inferior del río, coincidía con los informes que los gestores de la empresa manejaban a principios de 1904. Con los antecedentes que aportó y sus propias sugerencias acerca de cómo operar en adelante, el directorio le encomendó un nuevo viaje con el objetivo de supervisar la compra de ganado vacuno en la zona de Buenos Aires (Argentina). La adquisición de ganado se realizó en la primavera de 1905, 3000 cabezas de fino ganado Shorton que fue trasladado en tren hasta Río Negro y de allí arreado por Norris y sus hombres un poco más al sur, hasta las tierras de la ASLCo. Norris consideró que este ganado, acostumbrado a vivir en campos suaves y bajo un clima húmedo y cálido, no resistiría la travesía directa al sur, debía antes “aclimatarse” al territorio. Es así que le fue ofrecido talaje por parte del administrador de la ASLCo, ofrecimiento al que accedió gustoso. Al cuidado de los animales Norris dejó al capataz Lino Jirado, de toda su confianza. Dicho trabajador quedó con la instrucción de arrear el ganado en la primavera de 1906. La idea de los directores era llevar los vacunos al valle Colonia, dejando los campos más secos y cercanos a la frontera (el sector conocido como valle Chacabuco) para la implantación de ovinos durante la temporada de 1907. Norris estaba en desacuerdo con la colocación de ganado ovino, consideraba que era necesario concentrarse en la crianza de vacunos primero. Por otra parte, el directorio acordó también iniciar en la temporada 19051906 la explotación de Ciprés de las Guaitecas en el área de la desembocadura del río y sectores aledaños, además de la habilitación de la senda que comunicaba con el interior. Para ello era menester la contratación de trabajadores chilotes, conocidos por su experiencia en la tala de maderas y trabajos rudos en los bosques australes.114 En esta visita a las oficinas centrales de la compañía es posible que Norris haya aprovechado la oportunidad para adquirir algunas acciones de la empresa o dejar a alguien de confianza el encargo de adquirirlas, en el convencimiento que el negocio daría ganancias en el mediano plazo, máxime si era él quien llevaría adelante las labores de implantación de ganado, organización de la explotación forestal y administración de la mano de obra. Es así que se hizo de 100 acciones.115 Desde las expediciones de Hans Steffen, quien se admira del valor del obrero chilote para trabajar en ambientes boscosos, hasta los comentarios de los empresarios madereros de la época. 115 Norris figura como accionista en la lista publicada por la empresa en marzo de 1906 en el diario El Mercurio. BN-PM. 114

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El “enganche grande” de obreros en Chiloé se habría efectuado durante el segundo semestre de 1905 según todas las versiones que hasta ahora se conocen. Sin embargo, no podría haber sido Norris quien lo organizara, ya que al salir del Baker en abril de aquel año, su destino era Valparaíso como se ha descrito. Tal vez instruyó al trabajador que lo acompañó en ese viaje para que pasara a Puerto Montt y Chiloé a realizar gestiones con el fin de contratar la mano de obra para la temporada 1905-1906, pero ello no puede ser asegurado. Por otro lado, en la primavera de aquel año, Norris se encontraba trasladando al sur el ganado adquirido en Buenos Aires. En rigor la gestión debió estar a cargo del gerente administrador Florencio Tornero, pues era una de sus tareas en tanto ejercía ese cargo dentro de la empresa como se ha visto en el capítulo anterior. Y si así fue, con toda probabilidad consideró replicar la exitosa fórmula de enganche implementada por la Sociedad Industrial de Aysen desde la temporada 1904-1905. Como se demostró en el primer capítulo, desde dicha temporada la demanda y contratación de trabajadores en Puerto Montt y Chiloé para faenas en el Aysen y Magallanes, era de cierta importancia. A fines de 1905, la demanda de fuerza de trabajo se había acrecentado ya que desde Magallanes se pedían obreros, pues se había aprobado la construcción del alcantarillado en la ciudad de Punta Arenas. En diciembre llegaban a aquella ciudad cerca de 300 trabajadores a bordo del vapor Córcega y en enero de 1906, serían cerca de 150 los trasladados a dicha región en el vapor Maipo.116 Pero los periódicos de Chiloé y Puerto Montt no registraron en sus crónicas de octubre, noviembre o diciembre de 1905, ni en las de enero y febrero de 1906, un enganche de trabajadores al Baker.117 El 6 de octubre de 1905 El Llanquihue informó sobre movimientos de la Sociedad Industrial de Aysen, a cargo del gerente de la misma, John Dun: “Sociedad industrial De Aysen. Esta sociedad á abierto una oficina en la casa de la señora María W. v. De Roa Para Aysen. El señor Dunn jerente de la Sociedad Industrial de Aysen zarpó anteayer en el vapor Chacao para Aysen llevando sesenta trabajadores.” No obstante lo anterior, se encontró en la edición del 23 de noviembre de 1905 de El Independiente una información que podría tener relación con el enganche al Baker. La nota dice:

El Magallanes, 02 de diciembre 1905; El Independiente, 25 de enero 1906. BN-SPM. Se revisaron los siguientes periódicos: La Alianza Liberal, El Llanquihue, El Independiente y La Voz de Castro, meses de octubre a diciembre 1905. BN-SPM. 116 117

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“El Córcega. Entró en nuestra bahía el sábado 18 del presente mes, procedente de Valparaíso, después de 7 dias de navegación. En el mismo dia siguió viaje para la Argentina, con escala en varios puertos, llevando carga y varios pasajeros.” El Córcega, vapor de matrícula extranjera, había zarpado desde Valparaíso el 10 de noviembre de aquel año.118 Su destino final era el puerto de Buenos Aires, aunque habría recalado en diferentes puertos chilenos, incluyendo Punta Arenas, donde lo hizo el 2 de diciembre, desembarcando allí muchos pasajeros, 290 según El Magallanes: “El Corcega- A las 2 de la tarde fondeó en el puerto el vapor “Córcega” procedente del norte, habiendo hecho escalas en Ancud y Puerto Montt. Trae doscientos noventa pasajeros. Como carga 90 toneladas, siendo la principal partida de maderas y frutas. A bordo no ocurria novedad.” De haber viajado a fines de 1905 la principal partida de obreros chilotes contratados por la Explotadora del Baker, puede ser que los haya llevado el Córcega como escribió décadas más tarde Aimé Tschiffely (1940). También es posible que después de este viaje a Buenos Aires, dicho vapor haya sido fletado por la Explotadora del Baker para realizar una serie de viajes de cabotaje y transporte de trabajadores durante diciembre de 1905. Esto por cuanto su itinerario se pierde en los comunicados sobre el tráfico marítimo publicados en los principales diarios del país, lo que resulta llamativo ya que este vapor había comenzado a operar poco tiempo antes el itinerario internacional Valparaíso-Buenos Aires con escalas intermedias en distintos puertos del cono Sur. Recién el 4 de enero de 1906 un anuncio publicitario119 informaba que el vapor retornaba desde Buenos Aires el día 10. Posteriormente dicho vapor fue destinado a la ruta de los puertos del norte del país.120 Desde que inauguró sus operaciones en mayo de 1905,121 el Córcega realizó varios viajes que incluyeron recaladas en Puerto Montt, Ancud, Aysén El Mercurio de Valparaíso, 11 de noviembre 1905. BN-SPM. El Mercurio de Santiago, 4 de enero de 1906. BN-SPM. 120 En El Mercurio de Santiago del 19 de abril de 1906 se anunciaba viaje del Córcega a los puertos de Coquimbo, Caldera, Taltal, Antofagasta, Tocopilla e Iquique. BN-SPM. 121 La empresa de navegación la inició el capitán francés Jorge Croisé d’Ancourt con los vapores Tronador y Córcega, comprados en Europa. El 7 de mayo de dicho año, el periódico La Prensa informaba: “Este vapor de la Compañía Magellan salió de Buenos Aires (Arjentina) el 30 de abril ppdo. Ricibirá carga para Talcahuano i Valparaiso. Los ajentes en esta ciudad es Chile-Arjentina.” BN-SPM. 118 119

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y Punta Arenas.122 No se han hallado registros sobre detenciones en puertos menores o fuera del itinerario de navegación. Esta falta de información hace difícil asegurar que los obreros hayan viajado en dicho vapor. El Maipo también podría haber dejado obreros en Baker en enero de 1906 durante su viaje a Punta Arenas, como se ha visto. Tal vez fue más de una partida de obreros los que viajaron, en un periodo de tiempo más amplio del que hasta ahora se ha considerado, completando recién en abril del año 1906 los más de 200 trabajadores en faena. Esta posibilidad se ve apoyada por una crónica aparecida ese mes en La Alianza Liberal de Puerto Montt donde se denunciaba el vejamen sufrido por un trabajador conocido de la ciudad que había sido contratado junto a otros compañeros por “una empresa ganadera”, a bordo de un vapor que había partido al sur. El vapor referido era el Chile que había zarpado de Valparaíso “con rumbo al Sur” el 29 de marzo.123 Durante la recalada hecha en Puerto Montt, subieron al vapor varios trabajadores. Uno de ellos, Lisandro Alvarado protagonizó un altercado a bordo de la embarcación, motivado por su “temeraria” acción de subir a la cubierta siendo pasajero de 2ª clase. Esto habría provocado la ira de un marinero de origen inglés, quien lo golpeó e increpó para que volviera a su sitio. Alvarado se defendió, pero fue detenido y amarrado. Logró zafarse y se escondió en un bote de auxilio, pero fue nuevamente agredido por el marinero y sus compañeros, ante lo cual varios pasajeros reclamaron y de no mediar la intervención de la persona que lo había contratado, la paliza hubiese sido mayor. Parece ser que el trabajador Alvarado, víctima de los marineros del vapor Chile según la crónica de La Alianza Liberal,124 era el mismo Alvarado registrado el 11 de septiembre por el mismo periódico en la lista de siete trabajadores puertomontinos contratados por la Explotadora del Baker, que se hallaban entre los obreros abandonados: “(…) De este pueblo fueron contratados i llevados a Baker, los siguientes trabajadores en su totalidad jefes de familias domiciliadas en Puerto Montt: Luis Paredes Jacinto Vidal José Rojel El 23 de junio de 1905 apareció en El Llanquihue una nota sobre este vapor, informando que “…llegó á este puerto á principio de la presente semana. Anteayer salió nuevamente con rumbo al norte.” Los servicios del vapor Córcega se fueron consolidando de tal modo que en agosto se organizó una sociedad anónima de ciento diez mil libras esterlinas de capital, de la que el principal accionista era el capitán Croisé D’Ancourt, según informó La Cruz del Sur el 2 de septiembre 1905). BN-SPM. 123 El Mercurio de Santiago, 30 de marzo 1906; El Mercurio de Valparaíso, 30 de marzo de 1906. BN-SPM. 124 9 de abril de 1906. BN-SPM. 122

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Lizandro Alvarado José Baldomero Covasich Juan Pio Loaiza Francisco Garai (…)” Esos mismos trabajadores salvaron con vida de la tragedia de río Baker y La Alianza Liberal informó cómo debieron retornar a Puerto Montt, ya que fueron desembarcados en Chiloé junto a todos los obreros de esa provincia: “(…) En la tarde del sábado arribó a nuestro puerto una chalupa procedente de Chiloé tripulada por Lisandro Alvarado, Francisco Garai, Juan Pio Loaiza, Jacinto Vidal, José Baldomero Covasich, José Rojel y Luis Paredes, trabajadores todos de las faenas de Rio Baker. Estos trabajadores tienen sus familias en este pueblo i han soportado con felicidad las crueles privaciones que han causado la muerte a muchos de sus compañeros de trabajo. ---Hemos tenido la oportunidad de conversar con todos estos trabajadores i todos ellos nos han pintado en su sencillo lenguaje los horrores de las espantosas privaciones del abandono en que estuvieron sumidos durante tres largos i rigurosos meses de invierno.” (9 de octubre 1906) La frase final de esta crónica permite reforzar la hipótesis de que se trataría del mismo trabajador, lo que significaría que todavía en abril de 1906 llegaron trabajadores al Baker. ¿Eran estos últimos obreros calificados, contratados para faenas específicas?, ¿pretendía Tornero dejar una partida de obreros a cargo del campamento hasta la próxima temporada? Las condiciones de trabajo en la concesión: secciones, organización social, salarios. Una propuesta a la luz de las fuentes La Compañía Explotadora del Baker estableció dos secciones: La Colonia, donde se encontrarían las oficinas centrales y Bajo Pisagua con oficinas anexas de administración y el campamento maderero. En La Colonia había dejado Norris un grupo de trabajadores en marzo de 1905, bien apertrechados y con instrucciones de levantar infraestructura para recibir a nuevos trabajadores la temporada siguiente. Allí llegó el administrador en mayo de 1906, con el ganado criollo arreado desde Tecka. La Colonia contaba desde antes con una casa de 3,5 x 3 mts, construida en tabla rajada y techo tinglado (¿tejuela?), según el detalle dejado por el ingeniero Michell. Los trabajadores dejados por Norris debieron levantar las otras viviendas, incluida la casa de administración que contaba con corredor y segundo piso. En la sección de Bajo Pisagua, al momento de ser ocupada por el contingente de trabajadores chilotes a fines de 1905 o inicios de 1906, contaba con

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una infraestructura mucho más desarrollada, dejada también por la comisión de límites, aunque probablemente en condiciones de abandono: Una casa de madera aserrada, de 12 x 9 metros, con 4 piezas, pasadizo, corredor, subterráneo y tres pisos; una casa-bodega de 8 x 6 metros, con dos piezas y segundo piso; una de 9 x 5,5 metros, con techo, paredes de paja y segundo piso de tablones; una casa-cocina, de 8 x 6 metros, techo de paja y paredes de quincha; dos casa-galpones de 9,5 x 5 metros, de paja, para chalupas; una cocina de 3,5 x 3,5 metros, techo y paredes tinglados de madera; y muelle de 18 metros de largo por 3,20 metros de ancho. Michell indicó que también se dejaron 120 metros de envaralados, colgados sobre pilotes de 2 a 3 metros de ancho, para comunicarse entre las casas y el muelle. Algunas de estas construcciones se pueden observar en las fotografías del sector Bajo Pisagua tomadas por Norris en 1906 (Ivanoff 2003, 2011). Los trabajadores que arribaron en 1905, debieron dedicar tiempo a la habilitación de los espacios, que llevaban al menos tres años sin uso. El grupo humano que se instaló en Bajo Pisagua estuvo constituido por el contingente obrero mismo y los empleados a cargo de la administración, dos ingleses. Los obreros rápidamente se debieron organizar en cuadrillas de acuerdo a las faenas que debían desarrollar. Los más jóvenes debieron quedar bajo el mando de los más experimentados. Cuadrillas de hacheros, camineros y carpinteros. Es posible que también se hayan formado cuadrillas de remeros a cargo de las embarcaciones y la movilización entre los diversos puntos de actividad del campamento, pese a que probablemente la mayoría de los trabajadores sabía maniobrar embarcaciones. Debió existir también cocinero (muy probablemente con uno o más ayudantes) y encargado de bodega. Según el testimonio del administrador Norris, a cargo de las faenas había quedado un hombre de su total confianza que no parece haber sido ninguno de los dos empleados ingleses. No es claro que este trabajador haya supervisado ambas secciones de la concesión, pero parece ser lo más probable, aunque las fuentes no entregan datos sobre un contacto fluido entre ambos campamentos, con personal dedicado a faenas totalmente diferentes: en La Colonia el cuidado de ganado vacuno; en Bajo Pisagua la explotación maderera y apertura de sendas. En relación con la paga de los obreros y de acuerdo a referencias salariales de la época, se ha calculado que el salario mensual de la mayor parte de los trabajadores podría haber alcanzado un mínimo de $30 y un máximo de $60.125 Dicha cifra se basa en que en aquella época se pagaban jornales de $1 y $2 diarios para faenas agrícolas. Mucho menos que para las labores de manejo ganadero, donde los expertos eran pocos y muy requeridos, por lo tanto Soto (1976) indica que de acuerdo a los relatos de antiguos obreros, el salario ofrecido por la Explotadora del Baker era de $24 al mes: “Se ofrecía una incitante paga de veinticuatro pesos mensuales, o sea 8 reales diarios. ¡Caramba! ocho reales en ese tiempo era una cosa muy seria.” En la época, 8 reales (correspondiente a una moneda colonial cuyo uso simbólico debe haberse mantenido en Chiloé) equivalían a $1, moneda corriente. 125

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se hacían pagar bien. El promedio oscilaba en $4 diarios. En casos excepcionales el pago era muy superior, como de hecho ocurrió con los arrieros que llevaron el ganado criollo a la frontera frente a la concesión. Norris escribió en su carta de 1906 que le costó conseguir hombres para el arreo. Comenzó pagando $6 diarios al salir de Tecka y en Río Mayo los arrieros decidieron retornar, pese a que les ofreciera $10 diarios. Fue ese jornal el que tuvo que pagar a un grupo liderado por un “chileno”, que aceptó acompañarlo hasta las cercanías de la concesión. Respecto al régimen de trabajo de los obreros contratados para la faena maderera y de caminos, no hay antecedentes: si se respetaban o no días de descanso, si la jornada laboral consideraba una cantidad específica de horas o algún sistema de turnos. En cuanto a la alimentación se puede especular que al menos contaban con dos comidas al día, desayuno y almuerzo, no se sabe si éstas eran descontadas o no del salario. En cuanto a la forma de pago de los salarios, es posible que se pactara cancelarla al término de la temporada en la mayor parte de los casos, descontando gastos incurridos en faena. Lo anterior se ha deducido del breve comunicado aparecido en La Cruz del Sur a fines de octubre de 1906 en el que se indicaba que el encargado de la empresa estaba pagando sólo una parte de los sueldos. En el caso de los obreros de Puerto Montt, que viajaron en abril al Baker, se cuenta con el antecedente entregado por La Alianza Liberal en su crónica del 11 de septiembre de 1906 en la que aseguraba que ellos habrían acordado con la empresa que su salario fuese entregado mensualmente a sus familias en dicha ciudad. El contrato también habría estipulado que la faena correspondía a una temporada calculada en meses corridos, entre diciembre de 1905 y mayo de 1906 o enero y junio de 1906. La llegada de obreros en abril de 1906 resulta extraña, aunque tal vez la idea de la empresa era que estos trabajadores realizaran una suerte de reemplazo de mano de obra o se trataba quizás de obreros calificados, contratados para efectuar labores específicas o incluso para asumir la estadía invernal en el campamento. Obreros en faenas madereras y de navegación, Bajo Pisagua, 1906. Nótese la modalidad de traslado de postes por medio de una balsa. (Fotografía publicada por la empresa en revista ZigZag, octubre 1906)

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El gerente Tornero y su viaje al Baker: llegada, acompañante, salida intempestiva y una posible explicación sobre la demora del vapor que habría contratado para sacar a los obreros En el vapor Chile también viajó el “gerente administrador en terreno” de la empresa, Florencio Tornero. Su objetivo habría sido evaluar el avance general de las faenas; no iba solo, lo acompañaba Julio Vicuña Subercaseaux. En marzo la noticia de su viaje corría en los círculos sociales y empresariales de Valparaíso y sería publicada el día 27 de ese mes en El Mercurio de dicha ciudad que consignó en su sección “Vida Social” lo siguiente: “A MAGALLANES En la presente semana, se dirijirán a Magallanes, los señores Florencio Tornero E. y Julio Vicuña Subercaseaux.” El vapor Chile tenía anunciada su salida para el día 29 de marzo, según los avisos publicados en el mismo medio de prensa por la empresa propietaria The Pacific Steam Navigation Company. El destino del buque era Puerto Montt, con escalas en los puertos de Tomé, Talcahuano, Coronel, Lota, Lebu, Corral, Ancud y Calbuco. No había mención en el aviso sobre puertos en el extremo sur del continente. El capitán era P.W. Morgan. Esto hace pensar que la Explotadora del Baker pudo haber contratado un viaje especial de este buque con destino al Baker, donde los pasajeros Tornero y Vicuña Subercaseaux, junto a los obreros embarcados en Puerto Montt, arribaron a mediados de abril. La estadía de Tornero y Vicuña Subercaseaux en las tierras de la concesión se prolongó hasta mediados de junio. Una dilatación innecesaria, molesta y temeraria según la opinión que Norris registró en su carta escrita en Bajo Pisagua durante el desarrollo de la tragedia y cuyo destinatario era un tío.126 El administrador no lograba entender qué pudo estar haciendo Tornero en Baker, cuando debía estar gestionando el vapor para sacar a la gente de la faena. En la misiva dejó entrever su contrariedad ante la irresponsabilidad y negligencia del “gerente” Tornero, pero también del directorio de la empresa que a su juicio era igualmente responsable por todo el enredo que impidió llegara un vapor para sacar a los trabajadores en mayo o junio:

Una traducción de este documento clave para la comprensión de los hechos ocurridos en Bajo Pisagua, fue publicada por Danka Ivanoff en su libro Caleta Tortel y su Isla de los Muertos. En este trabajo se ha utilizado la transcripción realizada por Campbell & Grace de la versión original en inglés, disponible en http://patlibros.org/wn/letter.php. La versión original fue facilitada a los autores de la transcripción por Ivanoff. 126

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“(…) They right to have gone from here by the 15th of June at the latest, but the Board of Directors and the Gerente, Florencio Tornero, who promised to see to it during my absence have made an awful mess of it and the steamer is not here yet. Tornero was here when I arrived from outside with the cattle, like a fool he didn´t arrange with a steamer to came here and fetch the men before he left civilization – he got here early in april thinking he would have plenty of time to have a look round and get away again in time to send a steamer.” (W. Norris, Letter, 1906. El destacado es nuestro) Resulta clave en este extracto la afirmación “Board of Directors and the Gerente”, pues la palabra “y” une en la negligencia a ambos. Por otro lado, Norris no podía explicarse cómo Tornero pudo haber pensado que tendría tiempo para pasear por la concesión, luego salir de allí y recién enviar el vapor para recoger a los trabajadores. Incluso trató a dicho ejecutivo como un “tonto” o “necio”, por no haber dejado coordinado –antes de dejar la civilización– que un vapor pasara a recoger a los hombres. El escrito de Norris afirma que Tornero llegó a Baker en Abril de 1906. Lo que llama la atención es que Norris nunca mencionó en su carta la presencia de Vicuña Subercaseaux. El administrador inglés también le relató a su tío cómo habría salido Florencio Tornero del lugar, nuevamente sin mencionar a su acompañante: “He only left here on 12th of June for the island where I waited twice for a steamer. He had bad luck and had to wait 3 weeks before a steamer passed…”

Ubicación de Caleta Hale sobre la margen occidental de isla Orlebar, frente al canal Messier.

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Como se ve, recién el 12 de junio Tornero y Vicuña Subercaseaux abordaron un bote cuya tripulación los llevó a “la isla” para esperar allá la aparición de un vapor. Con toda seguridad Norris se refería al sitio donde se emplazaba Caleta Hale, lugar conocido por él mismo pues en dos oportunidades tuvo que esperar la pasada de un vapor. Una de ellas fue en abril de 1905, como ya se ha comentado anteriormente. Caleta Hale es una pequeña bahía en la isla Orlebar, del grupo conocido como islas Baker, ubicado a la salida del canal Baker, con vista hacia la boca norte del canal Messier, principal vía de navegación para entrar al golfo de Penas desde el sur. Esta caleta era la que utilizaban los operarios de la faena del Baker para otear la aparición de vapores desde el sur o norte. Estaba a 50 millas marinas (80 km.) al suroeste de Bajo Pisagua. Tornero y Vicuña Subercaseaux debieron esperar tres semanas la pasada de un barco, tiempo que no debió ser nada glamoroso para ellos, acostumbrados a la vida citadina. Pero probablemente estuvieron acompañados todo ese tiempo por la tripulación que los llevó al lugar… y debieron alimentarse también todo ese tiempo. Esto debe hacer reflexionar, como ya lo sugiriera Ivanoff (2011) para el caso de Tornero, en torno a la disponibilidad de alimentos en el lugar o al traslado de los mismos desde Bajo Pisagua para mantener a estos “ejecutivos” durante esas tres semanas. Recién a principios de julio lograron abandonar del todo el sector del Baker a bordo del vapor inglés Samara, procedente de Taltal y que se detuvo ante las señales provenientes de la caleta. El 10 de julio ambos desembarcaron en Punta Arenas, hecho que fue informado por el diario El Magallanes de aquella ciudad: ‘El Samara’.- En la mañana de hoy entró en el puerto el vapor ingles ‘Samara’ procedente de Taltal, con un cargamento completo de salitre para Hamburgo. En este vapor llegaron, embarcados en rio Baker, los Srs. Florencio Tornero Echeverría i Julio Vicuña Subercaseaux, que vienen en viaje de negocios.” Los trabajadores que llevaron al gerente, regresaron al campamento, encontrándose con el inicio del drama. Norris escribió que entonces comenzó la tensa espera del vapor. El administador inglés afirmaba que Tornero se fue del Baker sabiendo que la situación era difícil y prometiendo enviar prontamente un vapor. El gerente nunca pudo haber pensado que la situación llegaría al extremo que llegó. La afirmación de Norris parece sugerir que Tornero salió de Bajo Pisagua cuando los primeros obreros ya habían enfermado. Pero, ¿por qué Tornero decide salir tan intempestivamente de Bajo Pisagua? ¿Habrá sido tan inepto como para no prever su salida en tiempo prudente desde Baker, mediante un vapor que lo pasara a retirar (junto

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a todos los obreros, sería dable pensar) a más tardar la primera quincena de junio? O al contrario, ¿sí contrató un buque, el que no cumplió con su compromiso? Hay una posible respuesta a este –hasta ahora– poco atendido comportamiento del “gerente”. Tomando como base una frase redactada por el mismo William Norris en el texto de su carta fechado el 27 de septiembre, se construye esta posibilidad. La frase es la siguiente: “27th [septiembre] At last the steamer [vapor Araucanía] has arrived from Punta Arenas with the news that the SS Valdivia that right to have taken us off in June went to the bottom after leaving Punta Arenas. She had on board all our correspondence that had been collecting in P. A. For about 8 months. also encomiendos and some cargo, everything went to the bottom except the crew -3 of them were drowned.” Norris escribió que un vapor de nombre “Valdivia” era el que debió haberlos sacado del Baker en Junio. Esto, habría que suponer, debió ser informado al administrador por el mismo Tornero o el directorio. Sin embargo, Norris no hace alusión a ello en la parte en que se queja de la negligencia del gerente y directorio. La noticia que traían los tripulantes del Araucanía indicaba que dicho vapor habría naufragado “después de dejar Punta Arenas”. El vapor referido por Norris, que al parecer tenía matrícula uruguaya (siendo su agente en Chile la Compañía Braun y Blanchard),127 128 efectivamente naufragó, pero muy lejos de Punta Arenas… y muy lejos también del Baker. El buque se perdió completamente frente a las costas de Lebu, en las cercanías de la Isla Mocha durante la noche del 24-25 de junio de 1906. El diario santiaguino El Porvenir, publicó una crónica detallada –basada en el testimonio de tres pasajeros sobrevivientes– el 9 de julio, por medio de la cual es posible conocer la propia tragedia que protagonizó este vapor, su tripulación y pasajeros, entre el 18 de abril y el 25 de junio. El zarpe desde el Atlántico debió ser el 11 de abril, pero el buque estaba en tan malas condiciones –sus máquinas fallaban a cada momento– que recién partió desde Buenos Aires el 18 de ese mes. Pasó a Montevideo donde debió fondear 14 días por reparaciones. Salió el 4 de mayo rumbo al sur y llegó el 9 a Bahía Blanca, en tan malas condiciones que estuvo allí detenido 35 días, según afirmaba la crónica del diario. Después de un día de viaje, recaló en Punta Arenas el 14 de junio, donde estuvo dos días más, reanudando la marcha el 16. Ocho días después:

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Diario El Comercio, 21 de abril 1906. BN-SPM. Diario El Magallanes, 3 de julio 1906. BN-SPM.

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“En la noche (…) á la 1 y 3 minutos de la mañana se despertaron al ruido siniestro de los preparativos de salvamento. El buque comenzaba á hundirse en la costa del islote de Quechal, á dos o tres millas de la isla Mocha. El capitán fué de los primeros en ganar la tierra firme y desde allí dirigió las operaciones de salvamento. Gracias á que el vapor duró algunas horas sin hundirse, sólo perecieron ahogados un pasajero de primera, un piloto segundo y un ingeniero. De la carga salvaron unas cuantas pipas con sebo que el mar ha arrojado á la playa y otras mercaderías.” Se trata del mismo vapor al que hace referencia Norris, cuyo naufragio dejó como resultado tres ahogados y casi la totalidad de la carga perdida. Si el vapor hubiese seguido un itinerario normal, habría pasado por la zona del Baker durante el mes de mayo, como tranquilamente esperaba Tornero que ocurriera. Pero nunca apareció, lo que habría puesto en alerta al gerente y su acompañante, quienes entraron en franca desesperación hacia principios de junio, viendo que sus opciones de abandonar la zona se habían esfumado. Entonces decidieron salir a como diera lugar y la opción era que los llevaran en bote hasta “la isla” para esperar allí el paso de un vapor, hacerle señas y una vez se detuviera, abordarlo con autorización del capitán. El vapor Valdivia recién salió de Punta Arenas el 16 de junio, por lo que debió haber pasado frente a Caleta Hale –donde Tornero y Vicuña Subercaseaux esperaban–, entre el 20 y 22 de dicho mes, lo que permite especular que los ejecutivos debieron haberlo visto o al menos sentido pasar si hubiese corrido de noche o madrugada. Las condiciones que llevaba el vapor debieron ser muy graves ya que los náufragos entrevistados por El Porvenir indicaron que las fallas frecuentes de las máquinas “y la noticia de que el buque podía naufragar en cualquier momento habían infundido un pánico extraordinario en la tripulación y entre los pasajeros.” Ello pudo influir en que –si era cierto que la Compañía Explotadora del Baker contrató los servicios de dicho vapor– la tripulación desestimara por completo una detención en Baker para recoger pasajeros, lo que hubiese agregado un factor de riesgo más a la ya dramática situación, al verse aumentada la cantidad de personas a bordo. Ahora bien, considerando las circunstancias, cabe preguntarse por qué el gerente Tornero no adoptó otro camino cuando se dio cuenta que el vapor que “habría contratado” no llegaría: organizar por ejemplo una evacuación de emergencia junto al administrador Norris. Pero sigue inquietando la seguridad con que William Norris emitió un duro juicio contra Tornero al catalogarlo de “necio” por no haber coordinado la ida de un vapor a buscar a los trabajadores. Entonces, ¿habrá sido realmente efectivo que ese vapor fue contratado a Braun y Blanchard para tal fin

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y simplemente no cumplió? O por el contrario, Tornero utilizó la noticia del naufragio para elaborar una excusa que tapara su negligencia por no haber contratado vapor alguno para el retiro de los obreros? Recuérdese que Tornero y Vicuña Subercaseaux llegaron a Punta Arenas el 10 de julio. La noticia del naufragio del Valdivia fue publicada en la prensa magallánica siete días antes, el 3 de julio:129 “Naufrajio del vapor ‘Valdivia’ Perdida completa Ahogado En las primeras horas de la tarde de hoy se ha tenido conocimiento de haber ocurrido cerca del puerto de Lebu, un naufrajio. El vapor ‘Valdivia’ de matrícula oriental i que habia zarpado de nuestro puerto el dia 16 del pasado mes, se ha perdido totalmente, no pudiendo soportar el temporal. El capitan Langren que lo mandaba, ante la imposibilidad de salvar el buque, desembarcó los pasajeros, que pudieron llegar a Lebu. Desgraciadamente uno de los pasajeros perdió la vida, muriendo ahogado. Ese pasajero era el señor Arturo Conte, embarcado en Punta Arenas, donde deja personas de su familia. Según los telegramas del capitan, el ‘Valdivia’ se ha perdido totalmente. Este buque desplazaba 1798 toneladas, i tenia 48 hombres de tripulacion.” Tornero debió enterarse en dicha ciudad sobre los hechos. Pudo entonces –en un acto ciertamente reprochable– decidir utilizar dicha información a su beneficio, asegurando a quien le preguntara que él había contratado la carrera, pero el naufragio de la embarcación impidió que pasara a buscar a los obreros. De este modo podía explicar la demora del vapor y tenía tiempo para resolver el lío provocado por no haber contratado un vapor que pasara al Baker. Que la contratación del Valdivia fuese efectiva y no fructificó por lo ya expuesto, o sólo se trató de una coartada de Tornero, resulta difícil de probar. Lo que sí parece haber ocurrido es la gestión de este ejecutivo o tal vez algún otro representante de la sociedad ganadera desde Santiago, para lograr la contratación con Braun y Blanchard de un vapor que en carrera al norte pasara a Baker a recoger a los obreros. Más adelante se analizará este punto.

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El Magallanes, 03 de julio 1906. BN-SPM.

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Los tres meses de la tragedia: enfermedad, desesperación, muertes e intentos de buscar salida a la crisis La primera semana de julio, en que todavía el gerente y Vicuña se encontraban en Caleta Hale, se elevaba a cerca de cien el número de enfermos postrados en sus camastros en el campamento de Bajo Pisagua. El día 7 falleció el primer obrero. Su nombre era Santiago Barrientos. El periódico La Alianza Liberal informaría tres meses después que habría muerto en horas de la noche. Para el día 30 de julio eran ocho los muertos. Norris intentó actuar lo más rápido posible, administrando a los enfermos la poca medicina con que contaba en el campamento, labor que se volvía complicada, según relata, por la reticencia de varios obreros a “purgarse”. Los que aceptaban la medicina, mejoraban un poco, los que la rechazaban, agonizaban hasta encontrar la muerte escribió el inglés. Pero no sólo ejerció labores de médico, también decidió enviar a un hombre de su plena confianza por ayuda. Era una drástica decisión, pero se verá que fue tomada con la mayor celeridad que podían sugerir las circunstancias que se vivían. El 1º de agosto envió a este empleado de confianza –que de hecho había estado a cargo del campamento durante su ausencia–, a esperar un vapor en Caleta Hale que lo sacara de allí con destino a alguna ciudad en la que pudiera averiguar por qué el vapor no había llegado aún y realizar gestiones para apurar dicho transporte. Así lo relata en esta sección de la carta que escribió a su tío:130 “On the 1st of August I sent the man I brought from B. A. [Buenos Aires] the first trip and who has been in charge here all the time I have been away, to the island [Caleta Hale] to get outside and see why the steamer didn’t came and hurry them up. He had a little better luck and got a steamer on 13th going north so it can’t possibly be long now before the steamer arrive.” Este empleado contó con mejor suerte que Tornero ya que debió esperar sólo 12 días por un vapor que, proveniente de Punta Arenas, lo llevó hasta Chiloé131 donde a fines de agosto dio la voz de alarma sobre lo que acontecía en Baker. Para desgracia del emisario y de todos los trabajadores abandonados en Baker, un terremoto de grandes proporciones había azotado el centro del La traducción publicada en Ivanoff sugiere que este empleado sólo habría entregado un mensaje al vapor que pasó y divisó su presencia en la “isla” (2011, p. 67) 131 El 2 de agosto de 1906 dos vapores salieron de Punta Arenas con destino a Valparaíso, el Pentaur y el Ramses. El primero venía desde Hamburgo, el segundo partía desde Punta Arenas. Es posible que haya sido este último el que abordó el emisario de Norris. Periódico El Magallanes, agosto 1906. BN-SPM. 130

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país el 16 de agosto, destruyendo pueblos y ciudades, entre ellas Valparaíso. Las autoridades nacionales debieron enfrentar las consecuencias de la catástrofe y en las provincias rápidamente la noticia corrió y copó el interés de autoridades y ciudadanía. Norris había comenzado a redactar su carta ese mismo día 16. En ella empezó contándole a su tío la travesía de tres meses que realizó con el ganado traído desde Tecka, cerca de 1600 km. al nororiente de la concesión. El administrador había encontrado un tiempo de relativa tranquilidad, ya que desde el 14 de agosto no habían habido fallecimientos entre los trabajadores. Aquel día habían completado 18 obreros sepultados, ya que 10 más habían muerto desde el primer día de dicho mes. Pero los enfermos seguían siendo decenas, todos postrados en el galpón dormitorio; se cumplían ya dos meses desde que todo había iniciado y Norris le escribió a su tío que primero había pensado que el reumatismo atacó a los obreros, producto de alguna fuerte gripe. Pero después de los primeros muertos y la verificación de presencia de gusanos intestinales, se dio cuenta que la situación era en extremo grave. La tranquilidad aparente, se rompió abruptamente el 17 de agosto cuando la muerte volvió a presentarse y su presencia no se detuvo hasta el día del rescate. Norris abandonó la carta para atender a los enfermos, administrar medicinas a los obreros que aceptaban tomarlas, intentar comprender a los que las rechazaban y entraban en estado de agonía; y además buscar fórmulas para proveer de carne al campamento, como la intención de subir a La Colonia para traer carne fresca, lo que no resultó porque no pudo conseguir obreros para remar, ya que éstos estaban realmente al pendiente del vapor. También se organizaron partidas para cazar huemules. De tres incursiones realizadas, se logró resultados sólo en las dos últimas, lo que permitió contar con carne por algo más de 10 días. En su carta Norris le asegura al tío que debió lidiar prácticamente solo con todo lo que estaba aconteciendo, pues los otros dos empleados ingleses que al parecer vivían con él en dependencias distintas a las de los obreros, poco aportaban, uno por ser un muchacho sin experiencia y el otro por considerarlo un inepto ya que no habría tomado medidas de cuidado y habría terminado enfermando: “I was all by myself really. There were two Englishmen with me, one a youngster of 21, not much use, and the bookkeeper, a perfect fool: in fact, I think he would have died if I had not made him wear the "wet bandage" around his waist. He was getting very sick when I made him put it on and also pumped a little spirit into him. He started to pick up at once, and in 10 days was quite well; and he says himself he is now in better health than he has been for 2 or 3 years” El administrador no menciona nada respecto a cómo los obreros se podrían haber organizado para atenderse entre ellos. Es en el testimonio del

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sobreviviente Emilio Zúñiga donde se puede encontrar información en este sentido: “Los que aún sobrevivían desempeñaban los menesteres más urgentes. Cirilo Ruiz, hombre de gran corazón, desde un comienzo se había dado a la tarea de confeccionar los ataúdes. Trabajaba de día y de noche, hasta concluir con una faena que no terminaría sino con el desenlace definitivo. Barrientos me tomó como ayudante para atender a los enfermos tratamos de combatir los primeros síntomas con pociones a base de hierbas que ellos mismos recomendaban. Participamos en los corrillos pero nunca nos dieron la razón. No es ‘mal de brujos’ ni ‘peste maldita’, decíamos. El origen está en la vida miserable que estamos soportando. Esta es la enfermedad del navegante, sostenía a veces Barrientos. Recordaba algunas narraciones escuchadas en boca de viejos marineros; pero así y todo pocos le dieron crédito.” En la situación crítica que debieron soportar todos los habitantes del campamento de Bajo Pisagua, la organización social establecida al momento de la llegada e instalación de la faena, se vio fuertemente tensionada. El grupo de los empleados superiores, con Norris a la cabeza, sufrió un quiebre debido a que fue incapaz de confrontar en tanto grupo, el escenario de crisis social y de salubridad. En cuanto al grupo social de los trabajadores, la reacción a la crisis parece haber reforzado las relaciones de parentesco, lo que probablemente atomizó la organización y cohesión del grupo en tanto trabajadores, generando subgrupos de parentesco cuyos miembros se apoyaban entre sí. Es posible que dos o más grupos de parentesco se hayan apoyado en función de relaciones sociales más abiertas como parentesco político, vecindad entre familias en el territorio de origen o relaciones de amistad cultivadas los meses anteriores en el mismo campamento. No obstante ello, cabe la posibilidad que la atomización del grupo haya contribuido a una propagación mayor de la enfermedad, debido a que surgieron diversas explicaciones sobre el origen del mal que arreciaba y por tanto se adoptaron distintas fórmulas para combatirlo, aunque sin éxito. El señor Zúñiga afirmó en su entrevista que se formaron “corrillos” en los que se discutía lo que ocurría y cada grupo adoptaba y defendía sus propias explicaciones, unos afirmando ser “mal de brujos”, otros “peste” de origen indeterminado, los menos al parecer, entre los que se contaba el mismo Zúñiga, apoyaban la idea que se trataba del “mal del marinero” (escorbuto). Esta divergencia debió imposibilitar al grupo en su conjunto enfrentar de manera cohesionada la situación. Habría que considerar aún otro grupo al interior de los trabajadores: aquel formado por los obreros puertomontinos, quienes debieron haber cerrado filas frente a la mayoría

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cuyo origen era chilote y de este modo pudieron enfrentar la crisis unidos, situación que mantuvieron hasta su regreso definitivo a Puerto Montt. El 27 de agosto Norris retomó la redacción de su carta, anotando que la cifra de muertos se elevaba a 28 trabajadores, que las medicinas se agotaban irremediablemente, que después de fracasar su segundo intento de subir a La Colonia, por haberse arrepentido el grupo de 10 obreros que le habían asegurado acompañarlo, estaba pensando que tendría que embarcarse junto a los trabajadores cuando llegara el vapor a sacarlos, dejando abandonado el campamento. Terminó esta sección de su carta diciendo a su tío que retomaría la redacción una vez llegara el vapor a buscarlos. Un mes completo sin escribir, sólo atendiendo la crisis sanitaria, conteniendo el intento de algunos obreros sanos por escapar del lugar e intentando mantenerse en las mejores condiciones posibles dado que a él también se le agotaban las provisiones. Mientras tanto, en Chiloé la noticia sobre el abandono de los trabajadores corría de casa en casa. El emisario de Norris, junto a familiares de los abandonados dieron cuenta a las autoridades de Quinchao y muy probablemente a las familias de los trabajadores oriundos de esa isla. A nivel oficial no fue hasta el 4 de septiembre, que la voz de alarma sobre la tragedia del Baker logró llegar a Puerto Montt. El gobernador de Quinchao, Antonio Morales,132 telegrafió al intendente de Llanquihue, dándole la trágica noticia:133 “Gobernacion Achao, setiembre 4 de 1906 Intendente Puerto Montt Ha denunciado Lindor Gallardo i otros á esta gobernacion que en Rio Backer hai alrededor de doscientos hombres pereciendo de hambre abandonados su propia suerte por sociedad contratante existente ahí. Seria de desear US. averigue hecho poniendo conocimiento gobierno caso ser verdad para (ilegible) alguna medida de ausilio inmediato. Morales” La denuncia era precisa, hombres abandonados por la sociedad que los había contratado. La solicitud, auxilio inmediato. El gobernador Morales parecía no estar seguro de la veracidad del denuncio del ciudadano Gallardo. Por ello solicitó al intendente de Llanquihue, al parecer con mayor capacidad de gestión que el de Chiloé, averiguar si la denuncia era cierta y le pidió además le indicara si enviar o no el auxilio inmediato pedido. Ratificado en el cargo en agosto de 1906. Telegramas Ministerio del Interior ARNAD MinInt, 1906. 133 ANH, Fondo Gobernaciones, Gobernación Quinchao, Vol 86. 132

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Telegrama del gobernador Morales dirigido al intendente de Llanquihue. Fechado el 04 de septiembre de1906. ANH.

Ese mismo día moría en Bajo Pisagua el trabajador Guillermo Navarro. Era ya el trigésimo sexto obrero en fallecer. El cansancio de los obreros a cargo de la inhumación era extremo. La distancia que debían recorrer desde el campamento a la isla donde levantaron el cementerio, si bien no era excesiva, se había convertido en un sacrificio, pues debían remontar la corriente con los ataúdes en los botes. Ya no quedaban fuerzas para seguir braceando o tirando de las cuerdas desde las orillas. Después de sepultar a Ramón Barrientos, fallecido el 30 de agosto, se habría decidido ubicar otro sitio para sepultación, más cercano al campamento. Guillermo Navarro sería el tercero en ser inhumado en el nuevo cementerio ubicado en la puntilla que daba sobre la desembocadura del brazo norte del río. Antes de él se sepultó a Santiago Trujillo y Daniel Barrientos, muertos el 1 y 2 de septiembre respectivamente. En aquel segundo cementerio habían sido enterrados en total 26 obreros, todos los que fallecieron durante el mes de septiembre. En tanto, los acontecimientos seguían su curso en las provincias de Chiloé y Llanquihue. Es así que el contenido del fatídico telegrama enviado por el gobernador Morales como también el de otros telegramas de particulares

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denunciando los hechos del Baker, llegaron a oídos de los redactores del periódico La Alianza Liberal quienes prepararon la primera crónica para que saliera impresa en la edición del 8 de septiembre. Mientras el intendente de Llanquihue preparaba un escrito informando a Santiago y pidiendo instrucciones, La Alianza Liberal recababa información y volvía a arremeter contra la empresa en otra crónica fechada el 11 de septiembre de 1906. En el Baker la muerte seguía llevándose trabajadores, uno cada día, aunque aquel mes de septiembre hubo al menos tres días en que murieron tres y hasta cuatro obreros de una vez. En Puerto Montt el intendente suplente de la provincia, Germán Oelckers, quien había recibido el telegrama del gobernador de Quinchao, no quiso o no tuvo la osadía de tomar una decisión autónoma, como contratar un vapor que fuera en rescate de los obreros. Prefirió informar al Ministerio del Interior y esperar una respuesta, que sería respaldo para las acciones que en adelante se tomaran. La respuesta llegó a fines de septiembre en un escueto y frío telegrama:134 “27 Set 6 Intendente Puerto Montt Su telegrama referente trabajadores Backer es de carácter esencialmente privado sobre cuyo contenido nada puede hacer Ministerio. Figueroa” Ese mismo día, en el Baker los sobrevivientes terminaban de abordar el vapor Araucanía. Emilio Zúñiga recordaba así el abordaje de los obreros y los empleados a cargo: “Subimos tal como estábamos, barbados y cubiertos de andrajos, gracias al apoyo solicito de los marineros que comprendían la situación creada. Cuatro murieron en el primer día de navegación. Los dos gringos también dispusieron el regreso. Narciso Triviño apenas pisó la cubierta se arrojó sobre las tablas víctima de un ataque histérico. -Vean, escuchen imbéciles; cuántos vinimos; cuántos trajeron y cuantos regresamos, gritaba arrastrándose sin aceptar ayuda. Era una piltrafa humana.” Un día antes, los trabajadores que se encontraban en buenas condiciones de salud, habían enterrado a los últimos dos compañeros muertos. Sus nombres eran Juan Antonio Muñoz y Pedro Bórquez. 134

ARNAD, MinInt, Vol. 3178.

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El “asunto esencialmente privado” para el ministro Figueroa, había terminado con la vida de 59 obreros chilotes y de no haber llegado el vapor Araucanía, habrían sido muchos más los muertos allá. La crudeza con que la autoridad de gobierno decretaba no hacerse parte del drama que ocurría en tierras australes, demuestra de modo llano, el escaso interés por las condiciones laborales de obreros que –se estimaba– estaban allí por voluntad propia y debían resolver ellos solos el problema habido con su empleador. Ahora bien, recuérdese que La Alianza Liberal acusó este desentendimiento por parte del Gobierno en su crónica del 11 de octubre: “Cuando fue Intendente suplente don Jerman Oecklers, dirijió representacion sobre este asunto al Ministerio, i éste contesto que ‘eso no era asunto del Gobierno’.” Se podría considerar que el ministro no tuvo conocimiento de trabajadores fallecidos, sino solamente abandonados. Sin embargo, el telegrama del gobernador de Quinchao lo sugiere ya el 4 de septiembre al indicar “trabajadores pereciendo de hambre”. No ha sido hallado el telegrama del intendente de Llanquihue, por lo que no es posible conocer el tenor de las palabras de dicho funcionario. Sin embargo, la insensibilidad que denota la respuesta del ministro del Interior es clara. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización, tuvo similar actitud distante. Ello hace pensar que el asunto se intentó mantener silenciado. Pero el 12 de octubre se recibía en la oficina de partes del Ministerio del Interior el oficio Nº 78, despachado seis días antes por el intendente de Chiloé. Dicho documento hablaba del abandono de gran cantidad de trabajadores, de la enfermedad de casi un centenar, de rebeldía del capitán Titus ante las autoridades de la isla y de la muerte de obreros una vez desembarcaron del vapor Araucanía. No había forma de mantenerse en una actitud de desentendimiento: “Nº 78 Intendencia de Chiloé Ancud, 6 de Octubre de 1906 Esta Intendencia se hace un deber en comunicar á US. un suceso que á mi juicio reviste suma gravedad y que conviene prevenir que vuelva á repetirse en lo sucesivo. Procedente de Punta Arenas (Magallanes) y al mando del Capitán don Guillermo Titus, llegó al puerto de Achao, el primero del presente, el vapor “Araucania” conduciendo abordo un crecido número de trabajadores procedentes de rio Baker, de los cuales fallecieron dos durante el trayecto, según comunicó el capitán al Gobernador de Quinchao, igualmente espuso que el resto se encontraban enfermos abordo.

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Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené que se tomaran las medidas necesarias que el caso requeria. En efecto, se trasladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho puerto no hay Subdelegación Marítima y el capitán manifestaba que el término de su viaje era Puerto-Montt, continuó su marcha hasta Dalcahue, llevando siempre el médico abordo. Viendo que el capitán no obedecía las órdenes del gobernador de Quinchao de trasladarse á esta, dirijime por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones precisas para que obligara al capitán venirse á este puerto, no obstante, como en aquel lugar no hay fuerza ninguna, no se pudo evitar que desembarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de los que murieron en la noche Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos, Jerónimo Muñoz y Juan Diaz. Despues el vapor se dirijió á este puerto, adonde llegó el cuatro del presente. El infrascrito de acuerdo con la Gobernación Marítima tomaron las medidas necesarias, ordenando al Dr. Don Liborio Sanchez C. que se trasladase abordo y certificase sobre la naturaleza de la enfermedad y las causas que la habian producido. Del informe se desprende que el vapor “Araucania” recojió un crecido número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de seis meses, trabajando á una empresa particular; dicha gente se encontraba sin los víveres suficientes y que á consecuencia de la mala alimentacion, estenuados se produjo en ellos ‘desintería aguda epidémica’ que por falta de cuidados, alimento y médico pudo ocasionar el fallecimiento de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba de una enfermedad infecciosa dejó en libre platica al vapor “Araucania” con este puerto, permitiéndole después continuar su viaje. Este vapor es pequeño, de 200 toneladas mas ó menos, y esa gente enferma venia amontonada en las bodegas, por lo que hubo que hacerlas desinfectar bajo la dirección del Dr. Sr. Sánchez. Ahora bien, Señor Ministro, la empresa Baker es culpable del desgraciado suceso ocurrido y viene á demostrar de una manera palmaria la falta de dirección que tienen esas pequeñas Sociedades que se forman con fines aventurados y que producen hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razón, ruego a US. que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que tiendan á evitar la repetición de acontecimientos de tal naturaleza. Dios gue á US. Menchaca” El ministro del Interior ordena a su subsecretario informar a su colega de Relaciones Exteriores y en una medida estratégicamente evasiva, instruye

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al mismo tiempo oficiar al ministro de Marina pidiendo que allí se aloje la investigación sumaria sobre los hechos denunciados por el intendente Menchaca. Al tratarse de un vapor que incumple un itinerario preestablecido, es responsabilidad de la Autoridad Marítima investigar lo sucedido. Y de paso, lo ocurrido en Baker quedaba “en el aire”: “Santiago, 19 de Octubre de 1906 Nº 2018 Para su resolución pase al Ministro de Marina Anótese Por el Ministro Lastra” Una anotación al margen del oficio enviado por Menchaca es muy clara respecto a la decisión de Interior. Allí se lee, “Trasc. a RR. EE.” [trascriba a Relaciones Exteriores] y también “Trasc. a la D. J. de la A. [trascriba a Dirección Jeneral de la Armada] en que US. se sirva ordenar que la autoridad marítima respectiva instruya un sumario sobre los sucesos enumerados en el of. anterior.” Sin embargo, las crónicas del periódico liberal-radical de Puerto Montt eran demasiado fuertes para mantener el asunto acallado, obligando al intendente titular de Llanquihue, Eduardo Wolleter135 a dirigir una nota al juzgado local el 13 de octubre de 1906, en la que pedía se investigara lo denunciado por La Alianza Liberal, adjuntando al comunicado ejemplares de tres ediciones del periódico. Dicho medio tuvo acceso a la información sobre esta última gestión realizada por la Intendencia y lo publicaron tres días después, el 16 de octubre: “ASUNTO BAKER EN PODER DE LA JUSTICIA Empieza la accion de la justicia sobre este grave asunto. La Intendencia ha dirijido al juzgado la siguiente nota: Pto Montt, 13 de Octubre de 1906 “N° 408-Adjunto remito a US. 3 numeros de LA ALIANZA LIBERAL en que se hacen sérios denuncios a la Sociedad Rio Baker por abandono de mas de doscientos trabajadores en el rio del mismo nombre, trabajadores que fueron contratados en esta Provincia i en la de Chiloé, i aun se dá cuenta de la muerte de 67 de estas mismas personas. Nombrado intendente el 13 de febrero de 1905, en reemplazo de Jorge Prieto. Ejerció el cargo por 10 años de manera ininterrumpida. http://portada.diariosregionales.cl/prontus_ blogs/site/artic/20101123/pags/20101123153122.html (consultado 04-08-13) 135

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Ruego a US. se sirva proceder en la forma que estime conveniente. –Saludos a US.- E. Wolleter F.” La actuación de la Compañía Explotadora del Baker durante los fatídicos meses del invierno de 1906 Por la misma época en que cerca de un centenar de obreros chilotes yacían postrados en Bajo Pisagua y ya habían muerto 13 de ellos, comenzaron a aparecer en la prensa nacional (específicamente a partir del 7 de agosto de 1906 en El Mercurio de Valparaíso y Las Últimas Noticias de Santiago), insertos pagados que decían lo siguiente: Compañía Esplotadora del “Baker” El directorio de esta compañía ha acordado cobrar una cuarta cuota de ($10) diez pesos por accion, que deberá ser pagada por los señores accionistas en el Banco Mobiliario, desde el 15 del presente hasta el 15 de setiembre próximo. El rejistro de transferencias de acciones se cerrará desde el 12 del presente hasta el 15 de setiembre próximo. Santiago, 7 de agosto de 1906. EL SECRETARIO Días después la compañía debió suspender el anuncio a causa del terremoto que azotó a la zona central del país el 16 de agosto de aquel año. La ciudad más devastada fue Valparaíso, aunque muchas otras ciudades y pueblos hasta la misma región del Maule sufrieron estragos con el movimiento telúrico.136 Pero solo unas semanas después del terremoto, la Compañía Explotadora del Baker volvía a publicar su aviso, esta vez del siguiente modo: Compañía Esplotadora del Baker El directorio de esta compañía ha acordado prorrogar hasta el 1° de octubre próximo el plazo para el pago de la cuarta cuota de diez pesos ($10) por accion, que deberá ser pagada en el Banco Mobiliario. El rejistro de transferencias de acciones permanecerá cerrado hasta la misma fecha. EL JERENTE La publicación de este llamado hace pensar que la empresa requería con urgencia “hacer caja”, es decir generar alguna liquidez. El caso es que la compañía pretendía recaudar $160.000 en dinero fresco. 136

Diario El Mercurio de Santiago. Agosto, septiembre 1906. BN-SPM.

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Página 13 de la revista Zig Zag, edición del 07 de octubre de 1906. BN-SPM

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Entre las actuaciones durante el periodo en que ocurrieron los lamentables sucesos de Bajo Pisagua, debe consignarse asimismo la contratación del vapor Araucanía para la recogida de los obreros. Si esta gestión fue realizada a tiempo, pero por compromisos de cabotaje anteriores de los agentes, el vapor no pudo viajar a fines de julio o durante agosto, es difícil aseverarlo. Hay también otro hecho extraño que se relaciona con la actividad de la empresa en el centro del país. Se trata de la publicación de 9 fotografías en una revista de variedades que circulaba en la alta sociedad santiaguina, ZigZag. En efecto, en la edición del 07 de octubre, la página 13 de la revista se destina completamente a reproducir estas nueve “vistas” bajo el título “Desde el Sur de Chile”. Un título ambiguo, genérico, que no sitúa de inmediato en el territorio que exhiben las imágenes. Serán los textos que describen cada una de las 9 fotografías los que permitirán situarse en la zona específica de ese “Sur” de Chile. Se trataba del Baker y las imágenes establecen un relato en relación con cierta actividad productiva en esa remota y bucólica región, actividad que más parece un paseo campestre, donde hay tiempo para capturar crías de guanaco, o posar en uno de los hitos limítrofes, retratar a los esforzados trabajadores que remontan el caudaloso río Baker o conducen enormes balsas de madera de ciprés. Da la impresión que aquella página recogía una especie de mensaje publicitario dirigido a los accionistas de la empresa, indicando que todo marchaba en orden… pero la realidad en la concesión era totalmente distinta. Antecedentes biográficos de algunos obreros fallecidos en Bajo Pisagua Sin duda el nombre de Melchor Navarro es emblemático por ser el único testimonio de identidad entre las cruces de Isla de los Muertos. Su nombre ha resistido, aferrado a la grafía sobre la madera de ciprés. Fue una mano anónima de bella caligrafía la que plasmó este testimonio y tal vez muchos otros. Este epitafio es el que ahora permite dar veracidad a la lista de fallecidos publicada en La Alianza Liberal. La información biográfica que se ha logrado reunir sobre Melchor inicia este ejercicio de reconstrucción biográfica de 15 de los 59 obreros muertos y sepultados en Baker. Los datos grabados en la cruz de Isla de los Muertos son correctos. En 1906 Melchor Navarro contaba 35 años de edad. Su segundo apellido era Sánchez. Según los datos del Registro Civil de Dalcahue, contrajo matrimonio con María de Gracia Villarruel y Alderete en 1896. Él tenía 25 años y ella 17. Ambos eran solteros y declararon residencia en Astillero, en las cercanías de Dalcahue. Al año siguiente nació su hijo Pedro Aureliano Navarro Villarruel. Manuel Talcan Oyarzo (Telcán en la lista de 1906), tenía 33 años cuando se enganchó al Baker. También era oriundo de Astillero. Allí se había casado

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con Balbina Güenchur Güeicha en 1902. Ese mismo año nació su hija María Inés y en 1904 su hijo Gabriel, que murió párvulo. Manuel viajó junto con Guillermo Millapel Oyarzo de 46 años, hermano de Hermenejildo Millapel Oyarzo que estaba casado con una hermana de Manuel, Inés Talcan Oyarzo. Como se ha descrito, en 1905 Hermenejildo Millapel había integrado la partida de Enrique Bórquez al Baker y fue uno de los que se ahogó en el accidente que sufrió aquel grupo entre mayo y junio de ese año. Guillermo Millapel en tanto, se había casado en 1902 con María Rosalía Ulloa Ampuero. José Rosas Triviño (Tribiño en la lista), tenía unos 50 años cuando se enganchó al Baker junto a su hijo Juan Pedro Triviño Villegas de 19 años, que era el segundo de los cinco que tuvo con su esposa Rosario Villegas Barrientos. Padre e hijo sucumbieron a la crisis sanitaria producida en el campamento de Bajo Pisagua. Juan Pedro murió primero, el 11 de agosto. José Rosas resistió hasta el 8 de septiembre. Provenían de Punahuel, localidad rural al suroeste de Dalcahue y cercana a Pidpid. Tal vez también los acompañó el menor de sus hijos, José del Carmen, que en 1906 sólo tenía 14 años de edad. De haber sido así, el muchacho sobrevivió y volvió a Chiloé. Durante la última década del siglo XIX José Rosas y su familia se trasladaron al sector de Astillero. La tragedia se les hizo habitual. Una hija párvula murió de tisis en 1890. Su esposa falleció de fiebre en 1894, a los 35 años. El hijo mayor murió de pulmonía al año siguiente. José debió criar solo a tres hijos sobrevivientes. Con su muerte y la de Juan Pedro, la familia sólo quedaría compuesta por José del Carmen y Rudecinda Triviño Villegas, que se había casado con su primo Pedro Antonio Triviño Villegas. Isaías Barrientos Torres era pariente lejano de José Rosas, ya que se había casado en 1894 con una sobrina de éste, Rosa Triviño Villegas, hija de Ignacio Triviño. Isaías tenía 28 años y su esposa 16. Con 40 años Isaías se enganchó al Baker junto a varios parientes Barrientos y vecinos. Falleció el 28 de julio. Otro caso de padre e hijo muertos en Baker es el de Victoriano o Victorino Caro Leiva y su hijo José Prudencio Caro Díaz. En 1906 tenían 41 y 21 años respectivamente. El padre falleció el 21 de septiembre, el hijo al día siguiente. Eran oriundos de San José, al norte de Castro. Aurelio Runin Muñoz (Aureliano en la lista) era oriundo de Dalcahue. Nació en 1887. Sus padres eran Marcos Runin y María Mitilia Muñoz. Tenía 19 años cuando se enganchó al Baker. Falleció el 18 de septiembre. Los hermanos José Rudecindo y José Cirilo Aguilante Coney, eran oriundos de Huyar, un poblado rural al norte de Curaco de Vélez, en isla Quinchao. Se engancharon a la faena del Baker, seguramente con otros pobladores más del sector. Tenían entre 30 y 40 años de edad al momento de su fallecimiento. Rudecindo fue el primero en morir, el 21 de agosto. Cirilo falleció el 16 de septiembre junto a Olegario Vidal y Juan de Dios Ampuero. En 1894 Rudecindo se había casado con María del Tránsito Mancilla Naimañ en la iglesia Nuestra Señora de las Gracias de Achao. Dos años después,

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cuando tenían 26 y 25 años respectivamente efectuaron la unión civil en la oficina del Registro Civil de Achao. Rudencindo firmó la partida de matrimonio. En 1901 tuvieron una hija de nombre Carmen Dolores. Juan de Dios Ampuero era oriundo de Dalcahue y se había casado en 1888 a los 25 años con María Clorinda Barrientos Ojeda de 23 años. Ambos estamparon su firma en la partida de matrimonio. Registraron cuatro hijos entre 1891 y 1897. Casimiro Soto Gallardo salió junto a otros vecinos y familiares de San Javier, poblado rural ubicado en la costa norte de isla Quinchao, frente a Dalcahue. Tenía 36 años y vivía con su esposa Candelaria Vidal y dos hijas: Esperanza de 10 y María Filomena de 8 años. Falleció en Baker el 28 de agosto de 1906. Julián Toro Vidal tenía 30 años cuando falleció, el 18 de septiembre de 1906. Era oriundo de Curaco de Vélez. En 1902 y con 26 años se había casado con Vitalia Soto, vecina de San Javier de 25 años. El vapor Araucanía, protagonista del rescate El vapor Araucanía fue construido en 1893 en New Castle. Lo trajo a las costas magallánicas su propietario Collet, bajo el nombre de “Cambronne”. En 1904 fue vendido a Jules Koenigswirther, quien lo vendió a su vez a la firma Braun y Blanchard en marzo de 1906. Esta empresa naviera lo rebautizó Araucanía,137 destinándolo inicialmente a servicios de cabotaje en la costa Atlántica. Durante el segundo semestre de 1906, el Araucanía realizó varios viajes en las costas del Atlántico y el Pacífico Austral. En julio y agosto, efectuó viajes entre Punta Arenas y Río Gallegos. Y entre septiembre y diciembre corrió la ruta Punta Arenas-Puerto Montt, inaugurando dichos viajes con el dramático periplo que se inició el 14 de septiembre, fecha en que zarpó desde Punta Arenas con destino a Puerto Montt138 e intermedios. Uno de aquellos intermedios era justamente río Baker, según lo demuestra el aviso que Braun y Blanchard publicó desde el 4 de septiembre en El Magallanes y que indicaba: “VAPOR ARAUCANIA. Saldrá para Ancud con escalas en Ultima Esperanza, Rio Baker, Dalcahue, Quellón i Melinka hacia el 10 del presente. Recibe carga i pasajeros. BRAUN I BLANCHARD.”

Braun y Blanchard lo reinscriben el 6 de marzo de 1906 en los registros de la Marina. La transferencia definitiva se produce el 9 del mismo mes en el Registro general de la Marina Mercante. Memoria Ministerio de Guerra y Marina, 1906. ANH. 138 El Magallanes, 14 de septiembre 1906. BN-SPM. 137

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Vapor Araucanía en 1923. (Fotografía, gentileza Felipe Montiel V. Castro, Chiloé)

El aviso apareció del mismo modo hasta el 12 de septiembre, dos días después de anunciarse su zarpe. Lo cierto es que recién zarpó desde Punta Arenas el día 14. Su llegada a Ancud era esperada para el día 27 de septiembre, según el itinerario informado desde Punta Arenas.139 Sin embargo, ese mismo día, el Araucanía se detenía en Baker, sector Caleta Hale donde un grupo de trabajadores hacía guardia esperando avistar cualquier vapor que pudiera sacarlos del infierno en el que estaban. Si la escala en río Baker era efectiva como lo demuestra el aviso, el vapor ingresó hasta el mismo muelle de Bajo Pisagua. Una vez que todos los obreros estuvieron a bordo, el capitán del Araucanía dispuso que ocupasen las bodegas de la embarcación y ordenó que se les proveyera de alimentación, utilizando para ello las reservas de la misma tripulación del vapor. Esto constituyó una gracia para decenas de trabajadores que pudieron de este modo recuperar alguna energía. Pero los más enfermos debieron mantenerse sin alimentación, ya que no les quedaba fuerza para ello. Dos obreros fallecieron durante el viaje de cuatro días a Chiloé. Era 1 de octubre y el Araucanía, contraviniendo su itinerario, se acercó al puerto de Achao para que allí desembarcara un grupo de obreros oriundos de la isla Quinchao. El capitán Titus también bajó a tierra para informar al gobernador de Quinchao sobre la grave situación y la necesidad de un médico que ayudara a los enfermos que seguían a bordo. También comunicó su decisión de seguir viaje a Dalcahue para dejar a los demás trabajadores. El gobernador telegrafió de inmediato al intendente de Chiloé, que le respondió instruyendo que el médico de Achao embarcase para verificar la situaLa Justicia de Ancud en su edición del 29 de septiembre informaba: “El vapor Araucania cuya llegada a Ancud se anuncio de Punta Arenas para el 27 del actual, aun no ha llegado.” 139

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ción. Al día siguiente y con el médico Liborio Sánchez C. a bordo, el vapor recaló en Dalcahue donde desembarcaron los demás sobrevivientes, ochenta enfermos según informaba el intendente de Chiloé al ministro del Interior. Lamentablemente, durante la noche de aquel día y en los días siguientes, fallecieron seis personas más de las cuales se ha podido conocer el nombre de cuatro, por el oficio del intendente. Luego de realizar gestiones en Dalcahue, el vapor zarpó con rumbo a la ciudad de Ancud, donde recaló el 4 del mismo mes. Es aquí donde el capitán Titus decidió estampar una “protesta” oficial en la notaría local, para denunciar los hechos y explicar las decisiones que debió tomar ante la emergencia. Titus sabía que se lo podía acusar de contrabando en puertos menores, por lo que se cuidó formalmente ante esta posibilidad. El mismo día 4 el Araucanía fue sometido a una exhaustiva desinfección. Así lo informó La Cruz del Sur: 140 “Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan humanitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, aprovechó las horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor de la mejor manera posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico de ciudad Don Liborio Sánchez para constatar el estado sanitario de la tripulación, que parece satisfactorio. El vapor sin embargo continua incomunicado y se están practicando en él nuevas desinfecciones.” En esa misma nota, el periódico ancuditano indicaba que el objetivo del viaje del vapor no era otro que recoger trabajadores para las faenas de alcantarillado en la ciudad de Punta Arenas. Muy probablemente el contingente obrero ya había sido enganchado por agentes contratados desde Magallanes. El caso es que la información indicaba: “Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el Araucanía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á las diversas faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes.” Sin embargo, en Puerto Montt se manejaba otra información –errada al parecer– respecto al objetivo del viaje del Araucanía. La Alianza Liberal indicaba que el vapor: “Viene, ahora, a este puerto consignado a la Sociedad del Aysen con el objeto de llevar a Magallanes un cargamento de madera.” Luego de la desinfección, el vapor estuvo nuevamente en condiciones de emprender la navegación por lo que comenzó el embarque de pasajeros que

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6 de octubre 1906. BN-SPM.

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esperaban desde fines de septiembre la llegada de un vapor magallánico que los llevaría a un trabajo seguro por una larga temporada. Como todos los años, varios obreros esperaban cambiar el destino de pobreza que los marcaba. Otros sólo iban en busca de ahorrar algo para poder volver a la isla y mejorar en algo la vida familiar. Y de seguro había también quienes emprendían un viaje sin retorno, pues se quedarían en la Patagonia para siempre. Este embarque no fue corriente. En el puerto de Ancud se aglomeraron más de 200 personas, muchas de ellas provenían del continente y habían salido en el vapor Arica rumbo a Ancud pues tenían la noticia que allá recalaría un vapor que venía en busca de la mano de obra para Punta Arenas. El día 9 de octubre el Araucanía zarpó desde Ancud con destino a Punta Arenas con sobrecarga de pasajeros, alrededor de 360 personas, algo totalmente temerario dada la cabida de la embarcación que llegaba sólo a 150 pasajeros. El 13 de octubre de 1906, La Justicia de Ancud consignaba en breve nota el zarpe del Araucanía rumbo al Sur: “El ‘Araucania’ Este vapor de la casa Braun i Blanchard de Punta Arenas zarpó el miercoles de este puerto con rumbo a los canales. Aquí embarcó numerosa carga i mas de 200 personas que van en busca de trabajo a Magallanes, debiendo tomar en Dalcahue i Achao otros tantos.” El 18 del mismo mes El Magallanes consignaba lo siguiente: “El ‘Araucania’.- Llegada de 350 personas.- En la mañana de hoy ha sido avisado de San Isidro el paso del vapor nacional ‘Araucania’, procedente de Valparaiso, con escalas en distintos puertos. A su bordo llegan 350 personas embarcadas en Achao i Ancud. La Gobernacion Maritima pidio al médico de ciudad se trasladase a bordo para reconocer a los pasajeros, en prevision de cualquier alteracion de la salubridad de los mismos i asi se ha hecho. A las tres de la tarde ha regresado de abordo el médico de ciudad, despues de haber recibido el buque. A bordo no ocurre novedad, siendo bueno el estado sanitario. La impresión de los obreros que llegan es buena, jente joven i aptas para el trabajo.” La autoridad marítima tomó precauciones en relación a este contingente de trabajadores. Es probable que estuviese al tanto de los acontecimientos en que se vio involucrado el vapor Araucanía y decidió verificar las condiciones de salud de los trabajadores, con el fin de anular cualquier posibilidad de que una enfermedad contagiosa se instalase en la austral ciudad.

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Al día siguiente una larga crónica en el mismo diario, criticaba la situación del Araucanía, tratándolo como barco ‘negrero’, pero en general dicho diario celebraba la llegada de obreros, siempre tan necesarios para los crecientes trabajos en la ciudad.141 La noticia de la llegada de los trabajadores en el Araucanía también fue recibida en la Armada que la elevó al ministro de Marina Un día antes del oficio que enviara el intendente de Chiloé al ministro del Interior, el gobernador marítimo de Chiloé informaba vía telégrafo la recalada del Araucanía a su superior, el director del Territorio Marítimo. Éste a su vez ofició el mismo día al director de la Armada informando sobre el asunto, quien transmitió el telegrama al ministro de Marina: “Valparaiso, 17 de octubre de 1906 Señor Ministro: El Director del Territorio Marítimo, en oficio Nº 1351 de 5 del actual, me dice lo que sigue: ‘El Gobernador Marítimo de Chiloé (Ancud), en telegrama de fecha de hoy, me dice lo que sigue: Vapor Araucanía, fondeó ayer procedente de Punta Arenas, trayendo de río Baker 146 pasajeros que pasó dejarlos Dalcahue, de estos venian como 60 enfermos escorbuto, muriendo dos, mismo dia se embarcaron. Detalles correo. Firmado. Del Pino. Lo que tengo el honor de trascribir a US para su conocimiento. Saluda a US Firma. El ministro acusa recibo de la información el 22 mediante un oficio en el que sólo se destaca lo referente a la recalada del vapor Araucanía. Pero el 29 remite al director de la Armada el siguiente oficio, obligado por la instrucción impuesta desde el Ministerio del Interior: “Santiago, 29 de octubre 1906 Nº 841. El Intendente de Chiloé, en oficio Nº 78 de 6 del actual me dice lo siguiente: ‘Esta Intendencia se hace un deber en comunicar a US. un suceso que mi juicio reviste suma gravedad i que conviene prevenir que vuelva a repetirse en lo sucesivo.

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19 de octubre 1906. BN-SPM.

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Procedente de Punta Arenas (Magallanes) i al mando del capitan don Guillermo Titus, llegó al puerto de Achao, el primero del presente, el vapor Araucanía conduciendo a bordo un crecido numero de trabajadores procedentes de rio Baker, de los cuales fallecieron dos durante el trayecto, según comunicó el capitán al Gobernador de Quinchao, igualmente espuso que el resto se encontraban enfermos a bordo. Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené que se tomaran las medidas necesarias que el caso requería. En efecto, se trasladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho puerto no hai Subdelegación Marítima y el capitán manifestaba que el término de su viaje era Puerto Montt, continuó su marcha hasta Dalcahue, llevando siempre el médico abordo. Viendo que el capitan no obedecía las órdenes del Gobernador de Quinchao de trasladarse a ésta, dirijíme por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones precisas para que obligara al capitan vebirse a este puerto, no obstante, como en aquel lugar no hai fuerza ninguna, no se pudo evitar que desembarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de los que murieron en la noche, Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos, Jerónimo Muñoz y Juan Díaz. Después el vapor se dirijió a este puerto, a donde llegó el 4 del presente. El infrascrito de acuerdo con la Gobernación Marítima tomaron las medidas necesarias, ordenando al Dr. don Liborio Sánchez C. que se trasladase abordo i sertificase sobre la naturaleza de la enfermedad i las causas que la habían producido. Del informe se desprende que el vapor Araucanía recojió un crecido número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de seis meses, trabajando a una empresa particular; dicha jente se encontraba sin los viveres suficientes i que a consecuencia de la mala alimentación, estenuados se produjo en ellos ‘disentería aguda epidémica’ que por falta de cuidados, alimento i médico pudo ocasionar el fallecimiento de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba de una enfermedad infecciosa dejó en libre plática el vapor Araucanía con este puerto permitiendole despues continuar su viaje. Este vapor es pequeño, de 200 toneladas mas ó menos, i esa jente enferma venía amontonada en la bodegas, por lo que hubo que hacerlas desinfectar bajo la dirección del Dr. señor Sanchez. Ahora bien, señor Ministro, la empresa Baker es culpable del desgraciado suceso ocurrido i viene a demostrar de una maneria palmaria la falta de dirección que tienen esas pequeñas sociedades que se forman con fines aventurados i que producen hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razón, ruego a US que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que tiendan a evitar la repetición de acontecimientos de tal naturaleza. Lo que trascribo a US. para su conocimiento i a fin de que US. se sirva

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ordenar que la autoridad marítima respectiva instruya un sumario sobre los sucesos enumerados en el oficio anterior. Dios gue US. (Fd) Belisario Prats B.” De este modo, el ministro de Marina baja la orden de instruir sumario “a la autoridad marítima respectiva”, que en este caso debía ser la Dirección del Territorio Marítimo, cuya labor era supervisar el actuar de empresas y particulares que usaran el territorio marítimo para sus actividades. El director de la Armada debía entonces ordenar se hiciera este sumario de cuya existencia aún no se tiene antecedentes. Los obreros fallecidos al llegar a Chiloé Las notas oficiales consignaron los nombres de cuatro obreros que fallecieron luego de llegar al puerto de Dalcahue: Jerónimo Muñoz Pérez (50), Juan Díaz Pérez (25), Rudecindo Muñoz (23) y Serapio Barrientos Villarroel (28). Sus inscripciones de defunción son correlativas (Nº 70 a 73) y se realizaron entre el 03 y 04 de octubre de 1906. En ellas se consignó que eran agricultores, profesión de origen de casi la totalidad de los enganchados. En los cuatro casos se estableció como causa de muerte “Reumatismo”, pese a que los informes oficiales reproducen otra enfermedad diagnosticada por el médico Sánchez: “Desentería”. Fueron sepultados en el cementerio parroquial de Dalcahue. Jerónimo Muñoz estaba casado con Rosa Muñoz, Juan era viudo de Clotilde Barría, Rudecindo era soltero y Serapio estaba casado desde 1904 con Rosalía Alvarado. Este último agricultor-obrero era hermano de Daniel Barrientos Villarroel, que murió en Baker. Sin embargo, es posible que otros hombres, fallecidos en Dalcahue y Castro, hayan sido parte de los enfermos que llegaron en el vapor Araucanía. Es el caso de Clodomiro Pérez Barría de 26 años, que falleció en el sector de Teguel (Teel en la inscripción) el 06 de octubre. Como causa del deceso se consignó “fiebre”. Estaba casado con María Leonor Calisto. Fue sepultado en el cementerio parroquial de Dalcahue. En Castro en tanto, el 6 de octubre falleció el joven Fructuoso Sánchez Navarro, de 23 años. No se registra causa de muerte. El 8 de octubre falleció Germán Sánchez Pérez, de 25 años. Como causa del deceso se consignó “reumatismo”, al igual que los fallecidos registrados en Dalcahue. Ambos jóvenes registraban domicilio en San José. Norris continúa redactando su carta en Dalcahue El 15 de octubre Norris retoma la redacción de su carta. Se encontraba en Dalcahue y le cuenta a su tío que en total habían sepultado 57 personas y dos

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Vista del muelle de Bajo Pisagua. Nótese los castillos de ciprés y la balsa sobre la que se observan tres obreros cargando postes. Foto publicada por la empresa en revista Zig Zag, 07 de octubre 1906. El texto que corresponde a la imagen dice: “Seccion maderas, 50,000 piezas de ciprés a cargadero de cualquier vapor, por grande que sea, en puerto Bajo Pisagua, a la desembocadura del rio Baker”.

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habían muerto en el vapor de regreso. ¿Y qué había sido todo eso?, escorbuto y gusanos, afirmaba Norris. La misma enfermedad que tenían los marineros durante los largos viajes de navegación en que se quedaban sin carne ni vegetales, reflexionaba. Se congratulaba también de haber salvado la situación, siendo que había comido sólo porotos y arroz y bebido té y café durante dos meses. Norris le cuenta a su tío que si se les hubiese acabado la grasa habría sido un gran problema para ellos. Los porotos y el arroz habrían sido la principal fuente de alimento para todo el campamento durante el periodo de escasez y consiguiente hambruna, pues el señor Zúñiga relató a su entrevistador Antonio Soto que era sólo eso lo que comían: “La cantidad de alimentos se consideró escasa desde el primer momento; siempre lo mismo: porotos con charqui, charqui con porotos, sin ninguna posibilidad de cambio.” Norris continúa su carta, contándole al tío que debió lidiar además con un grupo de obreros que deseaba tomar los 7 botes que existían en el campamento y abandonar el lugar “dejando solos a los trabajadores enfermos”. Habría logrado contener el alzamiento en ciernes, pese a que debió hacerlo sólo ya que no podía contar con los otros dos empleados ingleses. El administrador le decía a su tío que creía firmemente que de haberse concretado el abandono por parte de los obreros alzados, las muertes habrían aumentado al doble de las producidas, dejando entrever que temía un naufragio por lo frágil de las naves para el mar abierto. Según Norris, en Chiloé fallecieron 12 obreros más, en sus casas. Este dato tiene cierta relación con el testimonio de Zúñiga que afirmó murieron en Achao 11 personas y en Dalcahue otras 4. El administrador inglés finaliza su carta indicando que debe recibir la embarcación que mandó construir en Valdivia y con ella volver al Baker. También le habla de una embarcación menor que habría sido enviada construir a Inglaterra, para navegar el río y que en el Baker había cuarenta mil piezas de ciprés, entre postes de cerco, durmientes para líneas férreas y postes de telégrafo, esperando ser embarcadas. Este último dato permite dimensionar el trabajo invertido en la faena previa a la tragedia, en cuatro grandes fases: la tala de los árboles, su trozado y clasificación, la construcción de balsas para su traslado al campamento y el apilamiento en el mismo campamento. Norris no comenta en su carta el intento de agresión que habría sufrido a manos de familiares y vecinos de los trabajadores, estando en Dalcahue –y que es relatado con detalle por Aimé Tschiffely–, ya que este hecho habría ocurrido días después del 15 de octubre. Pero como se ha visto, ese intento de agresión habría ocurrido ya que fue consignado en la prensa.

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142 2 (al salir de Baker)

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“muchos”

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“muchos”

Carta de William Norris, 1906 (Traducción en Ivanoff, 2003 y original inglés en www.patbrits. org, 2013)

Oficio intendente Chiloé a ministro Interior (Nº 78, Ancud 06 de octubre 1906)

Oficio intendente Llanquihue a Juzgado Puerto Montt (Nº 408, 13 de octubre 1906. Reproducido en La Alianza Liberal Nº 784)

Oficio Ministerio de Marina (Nº 841, Santiago 29 de octubre 1906. Reproduce oficio intendente Chiloé)

(Elaboración propia en base a fuentes consultadas)

2

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2 (en el viaje de regreso)

2 (en el vapor)

4

4

12

1. En Bajo 2. En vapor 3. En Chiloé Pisagua Araucanía

Muertos

Declaración notarial Guillermo Titus (Ancud, 04 de octubre 1906)

Fuente

Tabla 4: Fallecidos y sobrevivientes según fuentes de la época

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71

2

“crecido número de trabajadores”

“crecido número de trabajadores”

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157

+ de 80

+ de 80

50

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+ de 200

+ de 200

+ de 200

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T o t a l Sobrevivientes E n f e r m o s T o t a l muertos embarcados en llegados a obreros Baker Chiloé

El Censo del Territorio de Magallanes (1906) contabilizó población en Baker ¿Habrán sido los sobrevivientes de la tragedia? El Censo del Territorio de Magallanes debía realizarse un único día, el 08 de septiembre de 1906. Sin embargo, en los extremos sur y norte del Territorio se tuvo que adoptar otra modalidad dada las condiciones de aislamiento y lejanía de esos sectores: “El Censo de Población i Ganadería en las islas australes, o sea del sur del canal de Beagle, no pudo efectuarse el día 8 de Setiembre como en el resto del Territorio. Como se dijo antes, la Gobernación solicito de la Comandancia en Jefe del Apostadero el envio de una de las escampavías, única manera de poder efectuar el trabajo. La «Huemul», al mando del teniente de la Armada, señor José I. Merino, solo pudo zarpar a aquel destino en los primeros dias de Octubre. Sin embargo, ese atraso en nada podia influir en los resultados jenerales del recuento de la población, por cuanto aquella rejion esta completamente aislada del resto del Territorio, siendo mui tardías las comunicaciones con Punta Arenas. Ademas, su escasa poblacion –poco mas de un centenar de individuos– no habia esperimentado movimiento alguno durante ese mes de diferencia con el 8 de Setiembre. En idénticas condiciones se hizo el Censo en la rejion del rio Baker, ubicada en el estremo norte del Territorio, donde hai tambien un pequeño grupo de habitantes. Respecto a la población de los faros de Evanjelistas i Magdalena que se hallan en sitios absolutamente aislados, se tomó antes de la fecha del Censo por una escampavía que fué a esos parajes.”142 En la zona del Baker, el Censo contabilizó un total de 187 personas (Navarro, 1908: 9).143 Si realmente el Censo se realizó en octubre, debió haber sido hacia fines de aquel mes y significaría que Norris volvió en el vapor Baker con un importante contingente de personas que sumadas a las que quedaron en La Colonia y otros sectores, completaron esa cantidad.144

Navarro, L. 1907. Censo Jeneral del Territorio de Magallanes, T. I: XLII y XLIII. http:// www.memoriachilena.cl 143 Navarro, L. 1908. Censo Jeneral del Territorio de Magallanes, T. II: 9. http://www.memoriachilena.cl 144 Un año después durante la realización del Censo General de la República, los datos del Baker no llegaron y se consignó una población aproximada de cien habitantes. (Navarro, op. cit: 250a) 142

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¿Podría el Censo haber sido levantado en el Baker a fines de Septiembre? Aunque es una pregunta muy difícil de responder, cabe especular que de haber sido este el caso, el o los censistas debieron aprovechar el vapor Araucanía para dirigirse al Baker y de este modo contabilizar a los obreros sobrevivientes (157 según el capitán del vapor Araucanía), a la que se debió sumar una cifra adicional correspondiente a aquellos que residían en La Colonia. Pero más allá de esto, llama la atención que en uno u otro caso, no se registrara la mortandad como un dato sensible o tal vez fuese omitida al momento de presentar los resultados censales, pese a que Navarro efectuó un detallado registro respecto al origen de la empresa, sus instalaciones y masa ganadera.145

Fotografía que muestra a un grupo de 20 obreros remontando el río Baker “a la sirga”, donde tres de ellos, jalan con cuerdas cada bote mientras los demás reman contra la corriente. Publicada por la empresa en revista Zig Zag, 7 de octubre de 1906.

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Información citada por Martinic en sus trabajos de 1977 y 2005.

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El Senado de la República tomó conocimiento de la tragedia en noviembre A pesar de las gestiones del Gobierno central por mantener la tragedia fuera del interés público, las que se vieron favorecidas con el silencio de los principales diarios de Santiago y Valparaíso donde no se publicó ninguna información al respecto, algunos senadores tomaron conocimiento de los hechos por medio de las crónicas publicadas en Llanquihue y Chiloé. Las encendidas denuncias de La Alianza Liberal de Puerto Montt, llegaron al Congreso alarmando a ciertos senadores de filiación liberal. Tal vez el mismo medio de prensa escrita informó vía telegrama a parlamentarios liberales o pidió apoyo a sus redes en Santiago para hacer llegar la información a los legisladores. El caso es que en la octava sesión extraordinaria del Senado de la República, realizada el 9 de noviembre de 1906,146 el senador por Tarapacá Elías Balmaceda,147 planteó lo acontecido en río Baker, aprovechando la interpelación que el senador por Llanquihue Ramón Rozas148 hacía al ministro de Colonización Ricardo Salas Edwards,149 por los abusos que estaban padeciendo colonos nacionales en las zonas de Coihueco y Rupanco por parte de la Sociedad Colonizadora de Rupanco: “Ya que se trata de esta materia, deseo recordar al señor Ministro un suceso a que llamó la atencion en esta Cámara uno de mis honorables colegas, creo que el Señor Senador por Llanquihue. Me refiero a lo que aconteció en la colonia de Río Baker. Se sostuvo que los concesionarios habían abandonado centenares de familias, dejandolas sumidas en la mas completa miseria, a consecuencia de lo cual fallecieron de hambre veinticinco personas o mas. Esto se ha publicado en periódicos del sur que han llegado a mis manos. Me parece aquello tan enorme de suyo, i tan perjudicial al país en el momento que mas necesitamos promover la inmigracion, que creo que el Gobierno se encuentra en el caso de someter los antecedentes a la justicia ordinaria. En los hechos, tal como se relatan, hai no solo la responsabilidad moral, sino que tambien está comprometida la responsabilidad criminal de los empresarios.” Lo primero que llama la atención al leer esta intervención es que el senador hizo recuerdo al ministro del ramo, de un tema que al parecer ya había

www.historiapolitica.bcn.cl (consultada 28-07-2013) Militante del partido Liberal Democrático. Hermano del Presidente José Manuel Balmaceda. 148 Militante del partido Conservador. 149 Militante del partido Conservador. 146 147

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sido tratado en la cámara por otro parlamentario, en este caso el senador por Llanquihue.150 Lo segundo es que se hace referencia a una “colonia de Río Baker”. Al parecer era un hecho conocido la instalación de una colonia en el área o al menos se le reconocía esta calidad en tanto era uno de los objetivos de los empresarios a cargo de la concesión. En su alocución el senador Balmaceda fue más allá y denunció que los abandonados correspondían a “centenares de familias”. Esto hace recordar lo que publicó el periódico La Cruz del Sur el 6 de octubre: “Entre hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas.” Lo dicho por el senador confirma el hecho que la Sociedad del Baker dejó abandonadas cientos de personas en dicha zona, “sumidos en la miseria”. Ahora bien, la cifra de fallecidos que entregó el parlamentario denunciante era de 25 personas, “pudiendo ser más”, se cuidó de agregar. Pero se puede colegir que en este punto no estaba muy seguro el parlamentario. A renglón seguido el senador Balmaceda afirmaba que su fuente de información eran los periódicos del sur que habían publicado noticias al respecto. Esto resulta relevante en tanto confirma que la prensa escrita de las provincias del sur fue la que dio real importancia a la tragedia. El parlamentario finalizó su intervención exigiendo la actuación del Gobierno y la justicia ordinaria por su intermedio, pues le parecía que los empresarios a cargo de la sociedad ganadera denunciada, no sólo tenían responsabilidad moral sino sobre todo “criminal”. Al cerrar Balmaceda su intervención, el senador Rozas que había sido aludido por el primero, le interrumpió respetuosamente para agregar lo siguiente: “¿Me permite el señor Senador?... Fueron mas de doscientos los individuos abandonados, i los muertos de hambre llegaron a setenta i siete. Tengo a la vista los diarios en que se publicaron los datos de semejantes enormidades.” Más allá de la evidente molestia del senador Rozas ante la “intromisión” de su colega en los asuntos de su circunscripción, los antecedentes que aportó en su breve alocución no sólo “corregían” la información de Balmaceda, también demostró que contaba con los medios escritos que publicaron la información y por tanto sabía la cifra de muertos, que era considerablemente mayor que la aventurada por Balmaceda. Pero Rozas aumentaba en diez el total de personas fallecidas informado por la prensa del sur. Con todo, estas intervenciones permiten considerar con mayor fuerza la veracidad de las noticias publicadas por los medios de Puerto Montt y ChiSi esta primera intervención ocurrió, no ha sido posible encontrarla en las actas anteriores de las sesiones del Senado. 150

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loé, especialmente de La Alianza Liberal, a pesar de las contradicciones entre unos y otros y de que al medio puertomontino se lo invisibilizó como fuente de información. Balmaceda cerró la ronda de intervenciones sobre la tragedia manifestando: “No he visto que desde entónces acá se hayan tomado medidas por el Gobierno. Parece que ajentes administrativos ajitaron sus empeños para hacer sobre todo aquello un silencio sepulcral.” Esta frase es lapidaria. Balmaceda denunciaba en un tono algo irónico, un eventual encubrimiento de los sucesos por parte de agentes del Estado. ¿Por qué hizo tan fuerte acusación?, ¿manejaba información adicional este parlamentario? Parte de este incidente fue publicado al día siguiente en El Mercurio de Valparaíso, en su sección “Sesiones del Congreso”. Al día siguiente, al iniciarse la novena sesión extraordinaria del Senado, el secretario dio lectura al acta de la sesión anterior, en la que la denuncia del senador Balmaceda se resume del siguiente modo: “El señor Balmaceda espuso que habia llégado a su noticia que en río Baker habian sido abandonados, a su propia suerte, un gran número de trabajadores que allí llevó para sus faenas la sociedad ganadera del mismo nombre, i que, como esto era muy grave, esperaba que el Gobierno enviara a la justicia ordinaria los antecedentes de este asunto a fin de que se hiciera la investigacion correspondiente.” En esta reseña se puede ver que la referencia es a trabajadores y no familias. Lo demás está dentro de lo que puede interpretarse de lo dicho por el parlamentario. El 12 de noviembre de 1906, concurrió el ministro de Colonización, señor Salas Edwards para dar explicaciones sobre tres interpelaciones efectuadas por los parlamentarios: los denuncios efectuados contra la Sociedad Rupanco, un funcionario de la Intendencia de Llanquihue, que además trabajaba para la Rupanco y la tragedia del Baker. En relación al Baker, lo dicho por este ministro en aquella oportunidad fue lo siguiente: “Por otra parte, el Senado se esplicará facilmente que, dada la dificultad de esclarecer bien los hechos a tanta distancia, no haya podido obrarse inmediatamente en el asunto a que se refirió el honorable señor Balmaceda: a la muerte por abandono i por hambre de setenta i tantos colonos en Rio Backer.

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Segun una comunicacion que tengo a la mano del jerente de esa colonia, señor Julio Subercaseaux, las desgracias acaecidas no fueron consecuencia del abandono ni del hambre sino de una epidemia de escorbuto i de haberse negado los enfermos a tomar remedios. Las investigaciones, sin embargo, continuarán adelante hasta hacer completa luz en este negocio, poniéndolo en manos de la justicia si fuere necesario. La comunicacion a que me he referido dice a este respecto: “1. No es exacto que la jente se haya muerto de hambre; el jerente de la Empresa don Florencio Tornero i don Julio Vicuña estuvieron en la colonia hasta julio i dejaron víveres en abundancia. El administrador Mr. William Norris, que se encuentra actualmente en Chiloé contratando jente, dice que se desarrolló una epidemia de escorbuto que cundió porque los chilotes se negaron a tomar remedios. 2. Que la Empresa hizo lo humanamente posible para sacar cuanto ántes a dichos trabajadores, que estaban solos i no con familias, como se ha dicho.” Como se ve, lo sucedido se debe a casos fortuitos i a la imposibilidad en que se encontró la Empresa para proporcionarse buques.” Esta intervención muestra que de entrada el funcionario de Estado excusaba la poca celeridad del Ministerio a su cargo para esclarecer los hechos debido “a la distancia” entre sus oficinas y el sitio del suceso. Esto no se parece en nada al telegrama enviado por el ministro de Interior Figueroa al intendente de Llanquihue donde indicaba que por ser asunto privado, nada puede hacer el Gobierno. Para explicar lo sucedido, el ministro Salas daba a entender que el Ministerio solicitó un pronunciamiento a la empresa y que el gerente de la misma le comunicó por escrito lo acontecido, por lo que él pudo deducir que la causa de la calamidad habría sido de índole sanitario y no alimentario: una epidemia de escorbuto se habría declarado entre los trabajadores y los que murieron, fue a consecuencia de su propia negación a recibir medicamentos para sanar. Llama la atención que el funcionario intentase dar a entender que la aparición del escorbuto no se relacionaba con falta de alimentos o deficiencia de los mismos. Acto seguido prometía investigar en profundidad el asunto, pero desde su Ministerio, indicando que de ser necesario, se pondrían los antecedentes en poder de la justicia. Esto sugiere que no había interés de parte de dicho ministro por llevar el asunto ante instancias judiciales. Pero también da cuenta que en Santiago al parecer no se conocía de las acciones que la justicia puertomontina estaba realizando a raíz de la solicitud del intendente de Llanquihue.

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Finalmente y para dar mayor veracidad a lo que afirmaba verbalmente, el ministro Salas leyó el documento de la empresa ante los senadores. Antes de poner atención y evaluar el contenido de la nota leída por el ministro, se debe tomar nota del primer nombre que mencionó en su alocución: Julio Subercaseaux, a quien asignaba el rol de “gerente de la colonia”. El documento que el ministro de Colonización presentó al Senado y con el cual pretendía despejar dudas sobre la responsabilidad de la empresa frente a lo acontecido, es valioso por varias razones. La primera de ellas es que fue producido al interior de la empresa implicada en la tragedia. La segunda, porque reconocía el hecho. En tercer término, el documento buscaba “esclarecer” las causas de lo sucedido mediante una explicación somera y sumaria, de dos numerales. En cuarto lugar, porque mencionó a los protagonistas relacionados con ella, y que son recordados también con distinto énfasis en las diferentes versiones escritas y orales que se conocen actualmente en la región de Aysén y que se revisarán en su momento. Finalmente, porque sugiere serias contradicciones con estas mismas versiones. El breve texto menciona en el primer numeral a Florencio Tornero ejerciendo el rol de gerente de la empresa. Este antecedente, unido a la alusión de Subercaseaux como gerente de la colonia cobra sentido en relación con los estatutos de la compañía que definieron dos cargos de gerenciamiento como se mencionó en el capítulo anterior. Acompañando a Florencio Tornero, el gerente Subercaseaux menciona a Julio Vicuña, lo que de inmediato sugiere que se trata de Julio Vicuña Subercaseaux. De ser así, es una confirmación más de la presencia y participación de este personaje durante el desarrollo de los hechos. Es el mismo Vicuña Subercaseaux tantas veces nombrado en la historia de las concesiones ganaderas y especulación de tierras en Patagonia. Pero luego se lee con inquietud, a la luz de lo que hasta ahora se conoce de lo acontecido en Baker, la afirmación de que ambos representantes de la Compañía Baker habrían estado hasta julio, mes en que se retiraron dejando “víveres en abundancia”. ¿Mes de julio? Esto parece contradecir lo escrito por el administrador William Norris en su carta, fechada en Bajo Pisagua, donde aseguraba que Tornero abandonó el área en junio. Una cuidada lectura de la versión en inglés de la carta, sugiere que ambas versiones no están tan alejadas, sino que difieren en el énfasis. En efecto, Norris afirmaba que Tornero dejó Bajo Pisagua el 12 de junio para dirigirse a Caleta Hale donde debió esperar tres semanas el paso de algún vapor. La misma prensa de Punta Arenas, ha permitido tener certeza respecto a la salida de Tornero desde Baker y su destino, como ha quedado demostrado. ¿Víveres en abundancia? Norris indicaba en su carta que Tornero se fue sabiendo lo grave de la situación de escasez de alimentos en que se encontraba el campamento en su conjunto. Si la aseveración del gerente Subercaseaux

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fuese correcta, el administrador Norris habría faltado a la verdad respecto a Tornero. ¿Por qué?, es la pregunta que surge instantáneamente. ¿Qué ganaba Norris con faltar a la verdad respecto a los alimentos?, ¿ocultar que estos hubiesen enfermado a los obreros? Si por otro lado se otorga credibilidad a Subercaseaux, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Habrá llevado el gerente Tornero víveres en abundancia en su viaje de “inspección” a Bajo Pisagua? Si esto pudiese comprobarse, otorgaría cierta base a las hipótesis que acusan envenenamiento en los alimentos. Si al contrario, Norris estaba en lo correcto y había una grave situación en desarrollo, la versión de Subercaseaux no era verdadera y entonces: ¿Intentaba el empresario que se descartara el abandono y hambruna consecuente como origen y causa de las muertes? O tal vez los representantes de la empresa acordaron afirmar lo anterior para deslindar responsabilidades, asegurando que hubo real preocupación por sostener a la población trabajadora que debería entonces pasar allá el invierno a la espera de un vapor que los recogiera. En el párrafo siguiente de la nota escrita por Subercaseaux, se mencionaba a Norris, administrador en terreno de la empresa. Y se sugería que él informó la causa de la tragedia: un brote de escorbuto. Pero el escrito va más allá, indicando que la enfermedad se propaga por la negativa de “los chilotes” a tomar medicamentos. En este punto hay coincidencias con el testimonio de Norris que se quejaba de la negativa de varios trabajadores ante sus intenciones de administrar los escasos medicamentos que poseía. En el numeral dos, la empresa defendía su gestión. Indicaba Subercaseaux que hicieron “lo humanamente posible” para recoger a los trabajadores de Bajo Pisagua, pero no describía ninguna gestión en concreto. ¿Qué significaba para la empresa “lo humanamente posible”? Para cerrar su “informe” sobre lo acontecido, la nota indicaba que los obreros estaban solos y no con familias (léase mujeres y niños); desmintiendo así las versiones que corrían sobre la presencia de familias y de las que el senador denunciante se había hecho eco como se ha podido colegir de las actas parlamentarias. Hasta aquí lo que se puede considerar como la versión “de la empresa”. El ministro de Colonización se encargó de cerrar el asunto, o al menos de intentar cerrarlo, manifestando que a partir de la escueta explicación que recibió era posible inferir que lo sucedido había sido “fortuito” y se habría complicado por las dificultades de la compañía para conseguir buques; última afirmación que parece gratuita en relación con la nota que nada menciona respecto a las gestiones para conseguir una embarcación. Al respecto cabe destacar lo siguiente: al revisar las ediciones de junio y julio de los diarios magallánicos, se identificaron los siguientes barcos cuyas carreras los obligaba a pasar por el área del Baker: procedentes de Valparaíso, los vapores Orita, Edfu, Itauri y Victoria; procedendes de Punta Arenas

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el vapor Panamá.151 Y entre ellos, como ya se ha descrito, el Valdivia en complejas condiciones de navegación. En la misma sesión, pero después de otras intervenciones referidas al Ferrocarril de Arauco y el presupuesto de Justicia, el ministro Salas Edwards vuelve a ser interpelado, esta vez por el senador Luis Devoto,152 que repara con molestia en el modo que el funcionario había usado para expresarse respecto a los trabajadores chilotes. Este senador, refrendó en primer término lo planteado por el senador Balmaceda en cuanto a una mortandad producto del hambre y refutó la versión del ministro en lo que refiere a la negativa de los obreros a recibir medicamentos, argumentando: “A mí me parece estraño que haya un solo hombre que no quiera tomar remedios cuando está enfermo i prefiera morir.” Y continúa interpelando al ministro debido a que a su juicio: “EI señor Ministro, al referirse a estos desgraciados, empleaba un tono despreciativo llamándolos «chilotes»...” El ministro Salas respondió de inmediato la acusación, asegurando no haber usado el concepto de modo despreciativo, sino haberse “(…) limitado simplemente a dar lectura a una comunicación de presidente de la Sociedad, i he agregado que, en vista de estos denuncios, enviaré los antecedentes a la justicia ordinaria para que se haga efectiva la responsabilidad dé quien corresponda, si es que la hai”. Devoto, se mostró satisfecho de escuchar que el ministro se comprometiese a tomar medidas, ya que consideraba inhumano “…dejar morir a setenta personas, ya sea por falta de alimentos o por falta de remedios.” El diálogo que se produjo a continuación es de gran interés y su transcripción es digna de presentarla completa: “(Senador Devoto) He querido acentuar este hecho con el propósito de llamar mas vivamente la atencion del Gobierno sobre el particular, a fin de que tome medidas severas i eficaces contra esta barbarie, que no puede llamarse de otro modo dejar morir de hambre o de enfermedad, sin proporcionarles ausilios, a estos infelices. No ha podido ser causa de este abandono la falta de buques, puesto que hai lanchas suficientes en aquellos parajes para el trasporte. Pero las palabras desdeñosas del señor Ministro están revelando que por ser «chilotes», ha podido dejarse morir de hambre a un considerable número de nuestros conciudadanos. En El Magallanes se anunciaba la recalada y el zarpe de vapores. El Orita, llegó el 03 de julio y siguió luego rumbo a Buenos Aires. El Itauri recaló el 09. Al día siguiente zarpó el Panamá rumbo a Valparaíso. El Edfu recaló el 12 de julio y el mismo día zarpó rumbo a Europa, en tanto que el Victoria también recaló ese 12 de julio. BN-SPM. 152 Militante del partido Liberal Democrático. Senador por el Bio Bío al momento de elevar su opinión en el asunto del Baker, discutiendo la información entregada por el ministro de Relaciones Exteriores de la época. 151

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¿Qué razon pudo haber para no suministrarles ningun ausilio i dejarlos morir abandonados? El Gobierno debe tomar medidas inmediatas para investigar lo que ha pasado, nombrando a un funcionario público que vaya a aquel punto a tomar las informaciones correspondientes. El señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion ).-Repito que el Gobierno ha tomado las medidas que le ha sido posible i que tomará todas aquellas que conduzcan al esclarecimiento de este asunto, porque, como es fácil comprender, bien puede haber datos equivocados en lo que se dice. Si de las investigaciones resultan exactas las informaciones de los señores Senadores, se hará efectiva la responsabilidad de quienes corresponda. El señor DEVOTO.--No deben ser equivocadas ni exajeradas nuestras informaciones, puesto que el jerente de esa Compañía, señor Subercaseaux, no niega el hecho de haber muerto el número de personas de que se habla. El escorbuto, ademas, no se desarrolla sino en lugares desolados o abandonados en los cuales no hai medios de combatirlo i tiene su oríjen justamente en la alimentacion escasa i malsana. Es enfermedad que se produce comunmente entre los marineros, en las largas travesías, por carencia de alimentos o por usar alimentos descompuestos. Esto está probando la gravedad de las faltas cometidas por esta Compañía al dejar abandonados a una multitud de individuos. Rogaría al señor Ministro que cuando reciba noticias de estos sucesos, tenga a bien comunicarlas al Senado. El Señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion) -Perfectamente, señor Senador; me haré un deber en comunicarlas a la Cámara.” En las sesiones posteriores al 12 de noviembre de 1906 –ordinarias y extraordinarias– no se ha encontrado otra referencia a la tragedia. Se revisaron las actas desde noviembre de 1906 a noviembre de 1907. En años posteriores sólo se identificó una referencia al Baker, fechada en 1913 y cuyo autor fue el senador Bañados que durante la discusión del problema de comunicación marítima en los archipiélagos australes expresó: “Voi a dar de paso una ínformacion a la Cámara, que la hará ver hasta qué punto era útil la carrera de los trasportes nacionales al sur. Al amparo de estos viajes periódicos se establecieron colonias en Puerto Otway, Seno Backer, Puerto Bueno, Puerto Ramirez i en otros puntos que no recuerdo por el momento. Estas colonias estaban en el período inicial de su existencia, cuando se puso término a esa carrera i todas ellas murieron de inanición, i Punta Arenas se vió nuevamente forzada a buscarse mercado en el Atlántico.”

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Corolario La tragedia obrera de Bajo Pisagua parece no haber identificado responsables ante la justicia… El juicio que se habría seguido en Puerto Montt a raíz de la denuncia hecha por el intendente Wolleter, aún no tenía resultados en 1908 como lo afirmaba el autor del texto publicado en La Cruz del Sur el 28 de abril de aquel año y que fue revisado en el primer capítulo. De existir un expediente sobre esta causa, no ha sido hallado todavía. La explicación más razonable sobre lo acontecido en el Baker, de acuerdo a los antecedentes presentados en este trabajo, es que debido a una absurda negligencia del gerente Tornero Echeverría, secundada o al menos conocida por miembros del directorio de la empresa, relativa a la gestión de un buque que recogiera a los trabajadores en mayo o junio de 1906, se desencadenó una de las mayores tragedias laborales de la región de Aysén: el abandono de más de doscientos trabajadores durante el invierno, con escasos alimentos. La consiguiente aparición de un brote de escorbuto entre los obreros más debilitados, que se extendió a más de la mitad del campamento. La muerte de 59 trabajadores en la zona, entre el 7 de julio y el 27 de septiembre. El deceso de entre 8 y 15 trabajadores más entre el viaje de retorno desde el Baker y la llegada a Chiloé de los sobrevivientes. El desentendimiento culposo de las autoridades de gobierno y los intentos culpables de la gerencia de la compañía ganadera, representada por Julio Subercaseaux por “explicar” lo sucedido. Una posterior denuncia a la justicia cuyo resultado no ha sido posible conocer. En Chiloé, el relato de la fatal suerte de este contingente obrero, se sumó a la vida cotidiana de las pequeñas comunidades rurales y ciudades isleñas. La vida continuó, la memoria de los muertos en Patagonia se mantuvo con dificultad. Hombres solos y familias enteras siguieron viajando al Sur en busca de un nuevo destino. Pero quedó entre los recovecos del recuerdo la idea que todo fue culpa de la empresa y se moldeó a fuego el nombre de Julio Vicuña Subercaseaux como responsable. Sobre la participación de este ciudadano en los momentos previos a que se desencadenara la tragedia no se ha podido hacer claridad. ¿Por qué Julio Vicuña Subercaseaux acompañó a Tornero en aquel viaje al Baker?, ¿iba allí como “representante” de su primo Julio Subercaseaux?, ¿con qué objetivo, si Tornero era el gerente de la compañía?, ¿o sólo iba para “conocer”, en plan turístico? Vicuña abandonó el Baker junto a Tornero, pero en ningún momento es mencionado por Norris en su carta, ¿por qué?, ¿qué poder tenía este ciudadano? Hacia fines de julio de aquel año Vicuña volvía solo a Valparaíso,153 153

El Mercurio de Valparaíso, 30 de julio 1906. BN-SPM.

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lo que hace pensar que Tornero se quedó en Punta Arenas, probablemente intentando resolver la situación. Llama poderosamente la atención que el nombre de esta persona haya quedado grabado en los relatos orales y también haya sido mencionado por De Agostini como “gestor” de la iniciativa. Tal vez sea porque años después protagonizó una serie de eventos que tensionaron e incluso violentaron las relaciones sociales en la zona oriental del Baker. Estas interrogantes están aún sin respuestas, pero todavía hay posibilidad de hallar más antecedentes que permitan esclarecer si Vicuña Subercaseaux –más allá de las circunstancias que lo sitúan como acompañante de Tornero en aquel viaje–, tuvo alguna actuación concreta en la tragedia de Bajo Pisagua. Por otra parte, no puede seguir considerándose que el drama acaecido en el invierno de 1906, haya motivado el fracaso de la Compañía Explotadora del Baker. Al contrario, la tragedia se originó por una negligencia y los responsables fueron el gerente de la misma y el directorio en ejercicio aquel año. La empresa fracasa como tal por un mal gerenciamiento, errores de inversión y, aunque aún es difícil probarlo, por el afán especulador de los principales accionistas de la misma. Los obreros chilotes enganchados en 1905-1906 tuvieron la desgracia de ser contratados por una compañía en manos de personas sin escrúpulos y claramente sin capacidad para enfrentar un desafío de tamaña envergadura en territorio poco conocido. El arrojo del administrador William Norris para enfrentar el trabajo que se le encomendara no bastó y, pese a que logró enfrentar una crisis sanitaria de grandes proporciones, su esfuerzo fue opacado por la negligencia demostrada por sus jefes. Esa misma crisis sanitaria, nunca fue considerada como tal por el Gobierno de turno, que en primera instancia intentó desentenderse de la tragedia, argumentando en palabras de su ministro de Interior, que se trataba de un problema entre particulares. Cuando el escándalo era inminente, buscó la salida burocrática, determinando que se efectuara un sumario administrativo que estuvo a cargo de una repartición de la Armada de Chile, cuando es evidente que debieron ser los Ministerios de Relaciones Exteriores e Interior los encargados de investigar y sancionar administrativamente a la empresa, ya que la sanción judicial seguía su propio camino.

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CAPÍTULO 4 MEMORIA ESCRITA / MEMORIA ORAL EN LA CONSTRUCCIÓN DEL RELATO SOBRE LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA

La presente investigación encontró la última referencia a los luctuosos acontecimientos del Baker, en dos publicaciones de prensa fechadas en abril de 1908. Desde esa fecha y por más de dos décadas, la tragedia permaneció invisible en la memoria escrita nacional. Los escasos informes y escritos de funcionarios públicos producidos entre 1910 y 1930 en relación con el territorio de Patagonia Occidental nada mencionaron respecto de los hechos. Serán los relatos literarios y de aventuras los que desde principios de los años treinta del siglo pasado darán cabida a la porfiada verdad que intentaba abrirse paso desde el olvido. Memoria escrita El libro de José Pomar, 1923 En primer término se debe considerar el trabajo de José Pomar (1923), en tanto este autor efectúa un recuento de las concesiones de tierra y las sociedades anónimas formadas en el territorio comprendido entre los paralelos 45° y 47° Lat. Sur. En este sentido, Pomar mencionó la concesión que el Estado había entregado a Contardi, el traspaso que éste hizo a Juan y Florencio Tornero “quienes la transfirieron a la Sociedad Explotadora del Baker”. El autor reseñó a renglón seguido la suerte de la empresa ganadera: “Las desfavorables condiciones del suelo y del clima influyeron en la quiebra de la sociedad, la que no radicó ninguna familia; el vapor que hizo el servicio desde Punta Arenas fue vendido en 1908, los animales vacunos retirados por tierra a Tecka y de allí más al N. y los trabajadores contratados en Chiloé abandonaron sus faenas.” (El destacado es nuestro) Esta última frase es la única que hace mención a la presencia de obreros provenientes de Chiloé. Pomar no mencionó la tragedia. Llama la atención que no lo hiciera. La omisión de un episodio tan crudo y brutal pudo deberse a que el autor citado no tuvo antecedentes de lo sucedido, ni por boca de los

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pobladores del valle Simpson ni por testimonios orales de funcionarios de Colonización en Santiago. Cabe destacar que su reseña se corresponde en todo con los documentos que forman parte de los antecedentes del Decreto N° 1852 de 13 de diciembre de 1911, que canceló el permiso de ocupación otorgado a Contardi.154 Ahora bien, considerando lo exhaustivo que Pomar fue respecto a diversos acontecimientos y procesos acaecidos en el territorio, cuesta creer que de haber sabido algo sobre lo sucedido, haya decidido omitirlo, pues son varios los pasajes de su texto en que se permite por ejemplo, mencionar con cierta elegancia en la redacción, abusos de la policía y de las mismas empresas ganaderas en contra de pobladores libres (Osorio 2014); incluso efectúa un resumen de gran interés sobre los hechos de violencia ocurridos en la ribera sur del lago Buenos Aires en 1918. Habiendo ocurrido en fecha tan cercana a la publicación del libro de este ingeniero (17 años antes), ¿estaba tan oculto lo que ocurrió en Baker en 1906? ¿Lograron los implicados borrar toda referencia a lo allí sucedido, al punto que no hubiese mención escrita ni registro oral en las instancias públicas centrales del país, sobre aquella tragedia? En definitiva, ¿habrá estado en esos años sepultado el episodio de Bajo Pisagua? La lectura de Pomar sugiere que fue lo más probable. El Informe de Carlos Oportus Mena, 1928 El ingeniero de la Oficina de Tierras y Colonización, Carlos Oportus Mena, recibió en 1927 la instrucción de trasladarse a la región de Baker para realizar un estudio detallado de la situación en que se hallaban las tierras arrendadas por el Estado a la Sociedad Posadas, Hobbs & Cía. Oportus se trasladó en febrero de 1928 a Punta Arenas y de allí a Bajo Pisagua para comenzar a recorrer el área. El informe de este funcionario, publicado en diciembre de 1928, no menciona absolutamente nada sobre el cementerio ubicado en la desembocadura del Baker, siendo en sí un informe muy exhaustivo en lo que refiere a la descripción de instalaciones y condiciones de desarrollo de la compañía ganadera existente en el área y que contaba con oficinas en Bajo Pisagua. Pero hay una mención en el informe de Oportus que llama la atención. Es la referencia al escrito que dejaron él y el funcionario de carabineros de apellido Jeria en el Libro de Novedades del Cuartel de Carabineros de Entrada Baker: “Con el objeto de no complicar el actual problema entre los ocupantes y la Sociedad Arrendataria, problema de Colonización que el Supremo 154

Copia digital de dicho decreto. Archivo personal del autor.

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Gobierno tiene que resolver, la Comisión tomó el acuerdo de dejar escrito en el Libro de Novedades del puesto de Carabineros respectivo, el siguiente temperamento con fecha 10 de Marzo del presente año: La Comisión de Estudio y Censo de la región del rio Baker, estima que hay conveniencia en mantener la actual situación relacionada con la Compañia Explotadora del Baker y los ocupantes, mientras el Supremo Gobierno no solucione las cuestiones pendientes derivadas del actual arrendamiento de esa Zona y las posesiones de los ocupantes. En consecuencia, recomienda no permitir la entrada de nuevos ocupantes o pobladores en la Zona que indica, ni actos por parte de la Estancia, Posadas, Hobbs & Cia., que signifiquen expulsión de ocupantes, salvo arreglos que entre éstos y la Estancia se hubieren acordado con anterioridad a esta fecha.- (Fdos.) C. Oportus M. – R. Jeria C.” (el destacado es nuestro) Oportus y el carabinero nombran a la empresa como Compañía Explotadora del Baker, aquella antigua denominación, supuestamente desaparecida por haberse liquidado la figura legal de la empresa. La “compañía vieja” (como se la denomina en la oralidad del Baker) conservaba al parecer su presencia en el área. La antigua compañía formada por los Subercaseaux se mantenía como un fantasma en el imaginario de funcionarios estatales. Una referencia literaria: El cuento “El Palo seco” de La Tierra Maldita, 1932 En un viaje de aventura por el extremo sur del continente, realizado durante el verano de 1930, el escritor argentino Liborio Justo Bernal alcanzó el canal Martínez y visitó el pequeño puerto de Bajo Pisagua. El barco en el que viajaba con destino final Puerto Montt, debió desviarse a dicho asentamiento para dejar una carga. Este escritor describió de este modo el viaje que lo llevó a la desembocadura del Baker: “Aquel fue un viaje magnífico, en medio del paisaje selvático, deshabitado, húmedo, eternamente brumoso y cargado de nubes bajas que le dan un aspecto salvajemente impresionante. Seguimos por los canales Smith, Sarmiento y Messier, llenos de restos de antiguos naufragios, los “raques”, en un largo trayecto de más de una semana hasta Bajo Pisagua, sobre la desembocadura del Río Baker, único punto habitado de aquella región, y verdadero pozo en medio de la selva virgen, donde desembarcamos algunos alambrados para una estancia argentina del Lago Buenos Aires, que tenía una vía más fácil de comunicación por el Pacífico. En el trayecto, antes de llegar al canal Martínez en medio de aquella impresionante y fúnebre soledad, aplastada por las lluvias y azotada por el viento y el frío, habían salido a nuestro paso algunas barcas de troncos con los

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últimos restos de los indios alacalufes que aún quedan, quienes en la más miserable condición, vestidos con harapos que apenas cubren sus carnes, lo mismo hombres y mujeres, las que aparecen muchas veces con sacos masculinos o viceversa, van al encuentro de los buques que pasan, desde los cuales se les arrojan víveres y tabaco. De Río Baker, seguimos por los canales hasta salir al Pacífico en el golfo de Penas, famoso por sus temporales, entrando luego al resguardo del archipiélago de los Chonos y de la gran isla de Chiloé, hasta llegar a Puerto Montt, donde había resuelto quedarme.” (Prontuario, 2006: 147-148) Si bien Justo nada menciona en sus memorias sobre el cementerio existente en el lugar, las impresiones que le dejó esta breve visita al desolado paraje de Bajo Pisagua, incluyendo la del cementerio en medio de la selva húmeda, pasaron a formar parte rápidamente de uno de los relatos ficcionados de su libro La Tierra Maldita. Relatos bravíos de la Patagonia salvaje, libro publicado por Justo en 1932 bajo el seudónimo Lobodón Garra. El cuento se titula “El Palo Seco” y narra una expedición fantástica, tras las huellas de una criatura prehistórica, un monstruo antiguo cuyos rastros encontraron fortuitamente el protagonista y su acompañante. En las primeras páginas del relato, el narrador alude al paso por “Bajo Pisagua”: “Salimos de Bajo Pisagua a principios del invierno para cazar zorros y chingues en Santa Cruz. Si ustedes no saben dónde queda Bajo Pisagua, les diré que es un punto perdido en la costa chilena del Pacífico, en el fondo del canal Martínez, y hundido en la espesura de la selva virgen que, desde Tierra del Fuego hasta Puerto Montt, cubre toda una zona inhospitalaria y desierta, sembrada de islas boscosas y festoneada de fiords inexplorados, donde las lluvias y las densas brumas son casi perennes. Es el solo sitio habitado entre el Aysen y Magallanes. Debo advertir, sin embargo, que eso de habitado es bastante relativo, porque lo único que puede verse en Bajo Pisagua son dos o tres galpones y una casa de madera al pie de la barranca del mar, donde el río Baker, de aguas turbias, desemboca en un ancho cauce poco profundo y turbulento. Estos galpones son los depósitos de una estancia argentina que tiene más fácil vía de comunicación por el Pacífico, dado que en esa región los brazos del mar llegan casi hasta la frontera. Antiguamente existió allí un aserradero, hace de esto veinte o treinta años; pero una terrible epidemia de viruela, en medio del aislamiento en que vivían, arrasó con todo, dejando como único recuerdo las tumbas de los obreros, que se extienden como una cuadra sobre la margen derecha, donde el río hace el último recodo en su camino desde las montañas.”

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El narrador refiere a una mortandad producida por una epidemia de viruela, ocurrida 20 o 30 años atrás de la fecha en que efectúa su periplo. Si se considera que el cuento fue escrito alrededor de 1931 o 32, podemos inferir que la referencia temporal alude a una fecha entre 1912 y 1902. El narrador habla de condiciones de aislamiento como escenario de la tragedia y de un conjunto de tumbas de obreros, dispuestas en una extensión de alrededor de “una cuadra”,155 sobre la margen derecha del río (referencia que sugiere un desplazamiento del observador en ascención del curso fluvial). El escritor no habla de isla, lo que podría deberse a que sólo se utilizaba el brazo occidental del delta para navegar, por encontrarse más cercano al puerto de Bajo Pisagua. Cabe mencionar finalmente que este autor recogió este último topónimo para designar el lugar tanto en sus memorias como en el relato ficcionado. Aimé Tschiffely: la escritura de una versión oral escuchada a William Norris Aimé Tschiffely (1895-1954) fue un aventurero de origen suizo que realizó memorables expediciones a caballo,156 motocicleta y automóvil. Justamente en este último medio de movilización realizó una expedición de 7.000 millas a través de Patagonia, la que plasmó en un interesante libro cuya primera edición en alemán apareció en 1940.157 Es en este trabajo donde Tschiffely registra la versión por él conocida sobre la tragedia de Bajo Pisagua. Gracias a la colaboración del profesor e investigador Wolfgang Staub, citaremos algunos pasajes de la traducción de esta primera edición en alemán. Dos fueron las razones del aventurero suizo para desviar su itinerario e ingresar a territorio chileno, por el camino de Entrada Baker. La primera era conocer en persona a Lucas Bridges, de quien tenía referencias sobre su osadía y perseverancia en la exploración y conquista de inhóspitos territorios patagónicos. La segunda motivación de Tschiffely era, según sus propias palabras: “…seguir las huellas de aquella memorable expedición realizada hace algunos años por William Norris – un viejo amigo mío – y que había sido tan compleja con 69 personas que perecieron en su transcurso. Sus tumbas sin nombres en medio del monte salvaje son hoy

Una “cuadra” corresponde a 125 mts. lineales. La más relevante sin duda fue la que efectuó desde Buenos Aires a Nueva York con dos caballos criollos llamados Gato y Mancha. 157 La traducción del título es la siguiente: Viaje al final del mundo; 7000 millas por la Patagonia y Tierra del Fuego. (Con 56 fotografías del autor y 40 impresiones artísticas). Editorial Albert Müller, Zürich (Suiza), 1940, 1ª Edición. 155 156

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día el único recuerdo de un emprendimiento, que ha sido descrito por reconocidos exploradores andinos como increíble y realmente único por su osadía.”158 Ya en esta frase se observan varios elementos de interés. En primer término Tschiffely habla de expedición, es decir considera lo obrado por Norris en los términos de su propia actividad de expedicionario. Lo segundo, nos informa que Norris era un viejo amigo suyo, por tanto se puede deducir que conocía lo que aconteció en aquella expedición por boca del mismo Norris. En tercer término, entrega un dato clave: 69 personas fallecidas en el transcurso. Y como cuarto elemento, afirma “Sus tumbas sin nombres…”, indicando así que en aquellos años las tumbas no poseían epitafio. Sin embargo, no queda claro que Tschiffely haya podido “seguir las huellas” de la expedición de Norris, al menos no hasta la desembocadura del Baker, ya que él mismo no comenta haber bajado a Bajo Pisagua junto a Bridges, sino más bien que Bridges le habría mencionado su intriga respecto a un conjunto de tumbas anónimas, halladas sobre la boca del río, lo que habría motivado al autor del libro a relatarle lo acontecido: “Las tumbas sencillas que [Bridges] había encontrado durante sus exploraciones, especialmente en las cercanías de la desembocadura del Río Baker, representaban un enigma para él, que recién le fue aclarado tras nuestro encuentro, cuando le conté la historia de aquellas sepulturas.” Entonces hubo un intercambio de impresiones entre Tschiffely y Bridges sobre el territorio a cargo del último, lo que habría permitido que la historia sabida por el primero fuese por fin conocida por el estanciero argentino. Este punto es muy interesante por cuanto parece sugerir que Bridges habría encontrado tumbas en más de un punto del río y “especialmente” en su desembocadura. Pero además plantea que Bridges no habría conocido la historia tras el surgimiento del sitio funerario sino hasta su encuentro con Tschiffely a fines de los treinta. El aventurero suizo no menciona siquiera que en la época hubiese existido en el área una versión “oral” sobre los hechos. Pareciera ser que Bridges tampoco hubiese escuchado nada al respecto. ¿Es que entre los peones de la estancia o los pobladores del Baker de aquellos años no circulaba ninguna versión sobre el misterioso cementerio?, ¿sería que tampoco ellos conocían el sitio?, ¿Bridges se habría cuidado de mencionar su existencia a los trabajadores y por eso las versiones orales nunca las conoció? Todas son preguntas sin respuesta por ahora.

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Tschiffely, 1940: 189 y ss. Traducción Wolfgang Staub, 2013.

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Continuemos con el relato de Tschiffely. Al leerlo se reconoce una estructura temporal ordenada cuyo inicio remonta muy atrás con la visita al Baker entre la desembocadura del río y las estepas de un grupo de cateadores de oro159 que identificaron recursos naturales de gran valor: maderas hacia la boca del río y grandes valles con potencial ganadero hacia el Este. Esta información la habrían divulgado oportunamente y –escribe Tschiffely–: “A raíz de estos relatos se fundó entonces la ‘Compañía Exploradora del Río Baker’ en Valparaíso; a la cual el gobierno le entregó una concesión por veinte años, con la condición, de que esa llevara unas treinta familias a las tierras concesionadas para su colonización.” La afirmación de Tschiffely –quien reproducía un relato oído a su amigo Norris– otorga gran relevancia a los supuestos relatos de los cateadores como causantes de la organización de una compañía ganadera, omitiendo una serie de acontecimientos que también influyeron en la formación de la sociedad ganadera. Pero por otro lado, se ve que se menciona a Valparaíso como sede de la naciente compañía, dato que coincide con los documentos referidos a la formación de la sociedad. Ahora bien, Tschiffely indica que una vez formada la empresa el gobierno le entrega la concesión y la obligación de introducir 30 familias de colonos. Lo de la concesión no ocurrió como lo indica el texto, pero la obligación de introducir familias sí (40 indica el decreto), entre varias otras como ya se ha expuesto en el segundo capítulo. Los propietarios –continuaba Tschiffely– decidieron realizar una expedición de toma de posesión de la concesión, llevando ganado y caballares. Al no encontrar en Valparaíso quien pueda hacerse cargo de este trabajo, envían a un agente a Buenos Aires para buscarlo allá. Norris se presenta y es inmediatamente contratado con órdenes de viajar desde la capital argentina al puerto de Santa Cruz, contratar trabajadores, comprar caballada e iniciar un viaje de reconocimiento al Baker hasta su desembocadura donde lo estaría esperando una partida de trabajadores con víveres y herramientas para levantar campamentos en la zona. Todo este relato se condice con el propio testimonio escrito de Norris, ya analizado en otro capítulo, con una leve diferencia: Tschiffely menciona que la llegada a Santa Cruz fue “en el verano de 1904”; Norris en sus memorias habla que salió de Santa Cruz en febrero de 1905. Es posible que el aventurero suizo se refiriera a diciembre de 1904 al decir verano, lo que indica que Norris estuvo al menos dos meses en Santa Cruz, preparando el viaje al Baker. La referencia a la partida de trabajadores que los esperaría en la concesión es correcta: se trataba de Enrique Bórquez y sus hombres con los que Norris se encontró aguas arriba del río Baker y no en la desembocadura. Tal vez Tschiffely se refería a una expedición efectuada por un grupo de ingleses mencionado por Steffen que los encuentra en Bajo Palena a fines de 1893 y por Ap Iwan, que los encuentra en las cercanías del lago Buenos Aires hacia 1894. 159

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Tschiffely relata seguidamente que su amigo se retira del Baker con rumbo a Puerto Montt y desde allí Valparaíso para dar cuenta de la expedición al directorio de la empresa. Una vez hecho esto viajará a Buenos Aires para adquirir 3.000 cabezas de ganado de raza Shorton que trasladará al sur en tren primero y luego de arreo hasta cierto punto donde decidió dejarlo para invernar, a cargo de un arriero conocido, por darse cuenta que no podría arrearlo al Baker antes del invierno de 1906. Más al sur comprará ganado criollo y con él llegará al Baker en el tiempo prometido a los trabajadores que dejó el año anterior. Todo ello es coherente con lo escrito por el propio Norris (1906 y 1939). El relato de Tschiffely continúa directamente con la explicación de la llegada de obreros chilotes, “en viajes sucesivos” realizados por el vapor “Corsega”, fletado por la Explotadora del Baker para trasladar gente y víveres y traer madera desde Baker. Según el suizo, fueron 270 los obreros llevados por dicho vapor. Este número lo repetirá al menos tres veces en su relato. Según el aventurero, el mismo vapor debía sacar a los obreros desde el Baker, pero se retrasaba y no llegaba nunca. Los víveres escasearon y se desató la hambruna. Luego hizo su aparición el escorbuto y como grupos de obreros habrían comido una harina enmohecida dejada por “agrimensores chilenos” años antes, aparecieron en ellos gusanos intestinales. La muerte no tardó en llegar y Norris debió lidiar con la tragedia, relata Tschiffely. Un intento de motín hubo de ser aplacado por el administrador. Lo más cercano en la carta de Norris a este supuesto motín fue su relato sobre un grupo de obreros que quiso salir a cualquier precio y que él logró detener: “Two or three times the sound men got a regular panic and wanted to clear out in the 7 boats we have and leave the sickly ones to die; and they would have done so if there had not happened to be someone near them strong enough to hold them. How I managed it, I don't know. I was all by myself really.” (Norris, carta de 1906) Respecto al actuar de los obreros durante la tragedia, Tschiffely escribió: “Un mestizo, quien hizo de cura, hizo lo mismo en el ámbito religioso. Los pocos que se sentían medianamente bien, se sentaban juntos de día y de noche y cantaban canciones sobre la muerte. Entremedio sin embargo se iban donde los moribundos y muertos para quitarles sus pertenencias. Tras haber hecho su último suspiro un enfermo, se le colocaban dos velas encendidas al lado de su lecho; luego el cura murmuraba algo, lo que se supone sería una misa fúnebre, y entonces sacaban al cuerpo para ir a sepultarlo.” La afirmación sobre la sustracción de pertenencias por parte de obreros sanos sobre los enfermos, aparece como un accionar repudiable en un con-

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texto de tragedia. Lo que probablemente no sabía Tschiffely y tal vez tampoco Norris, era que los lazos de parentesco entre varios de los obreros eran estrechos y es posible que una gran parte se reuniera en grupos mediados por estos lazos (hermanos, tíos, sobrinos, yernos, “entenaos”). Entonces, lo que ante los ojos del observador inglés –que relató al escritor suizo lo ocurrido–, aparecía como “quitar” pertenencias, pudo tratarse simplemente de la recolección de ellas en tanto familiares o con el objeto de llevarlas de regreso a Chiloé y entregarlas a los deudos, si es que lograban salir de aquel infierno. La presencia de un trabajador oficiando como sacerdote se corresponde con la posible existencia entre los obreros de uno o más “fiscales”, personas preparadas en la fe y que podían impartir algunos ritos sagrados. Es interesante la mención a una suerte de rito funebre sumario, pero respetando la tradición de despedir al muerto antes de la sepultación. En su relato Tschiffely elevaba a 60 los obreros sepultados en el área a los que se habrían sumado 9 más, fallecidos en Chiloé. La llegada del vapor permitió que muchos enfermos se salvaran sólo por el consumo de alimentos y líquidos durante el viaje de regreso. Una vez en Chiloé, Norris sufrió un intento de agresión, escribió Tschiffely, justo después que éste había pagado lo adeudado a los trabajadores: “El pago de los sueldos fue llevado a cabo correctamente, pero una vez que el último hombre había recibido su pago, apareció nuevamente una muchedumbre enfurecida delante de la cabaña de Norris y lo amenazaron vociferando y con maldiciones de grueso calibre hasta con la muerte, ya que él habría sido el culpable de la horrible muerte de los sesenta y nueve”. Tschiffely cuenta con detalle este intento de agresión y la forma en que su amigo habría salido airoso de él. Dicha descripción puede tener relación con el clima de tensión que había en Dalcahue hacia el 19 o 20 de octubre de 1906 y que fuera informado por La Cruz del Sur el día 20, en una brevísima nota que daba cuenta de un telegrama del subdelegado de Dalcahue a la Intendencia de Chiloé informando que la población estaba sublevada y había intentado tomarse el vapor de la Explotadora, ya que “Jefe comisión no paga sueldos completos trabajadores”. El hecho que Norris no hubiese consignado este intento de agresión en la carta escrita a su tío, se explica porque el último día de redacción de la misma fue el 15 de octubre y el altercado con los vecinos de Dalcahue habría ocurrido días después. El relato de Tschiffely finaliza reseñando el fracaso del intento empresarial y el abandono de la concesión. La extraña reseña del sacerdote explorador Alberto María De Agostini, 1945 En su obra Andes Patagónicos (1945) el padre Alberto María De Agostini, en solo tres párrafos reseñó la historia de aquella Compañía Ganadera que intentó explotar el río Baker. Su relato se remontaba a las exploraciones de

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Steffen y luego a los reconocimientos de Michell, todo esto entre 1898 y 1902. De Agostini consignó que Steffen habría emitido halagüeños juicios sobre la colonización de la región del Baker, pues había terrenos para cultivo y abundante pasto para criar ganado. La referencia del sacerdote a las palabras del explorador retratan las tierras orientales de la hoya del Baker, mas no las ubicadas en el bajo Baker. Sin embargo, De Agostini planteaba que los juicios auspiciosos del geógrafo alemán habrían incentivado en el gobierno la idea de ceder a privados la explotación de estas tierras mediante la modalidad del permiso de ocupación. El sacerdote continuaba así su reseña: “Poco después se constituyó la Sociedad Explotadora del Baker, cuyos estatutos fueron aprobados por superior decreto del 23 de agosto de 1904. La compañía adquirió un pequeño vapor, el Baker, y en el puerto Bajo Pisagua se inició una incipiente población de trabajadores dedicados a la explotación de cipreses. Se adquirieron también veinte mil ovinos en la estancia Cóndor de Río Gallegos y una buena cantidad de bovinos en las cercanías de Bahía Blanca, que fueron llevados al valle central del Baker. Pero la incipiente colonia, que había tenido como principal propulsor y sostenedor a don Julio Vicuña Subercaseaux, iba a dejar de existir pronto. El escorbuto producido como consecuencia de muchas penurias a que debieron someterse los trabajadores, aislados y con escasos víveres, cundió entre ellos, causando la muerte de 120 hombres.” Tan sensible revés sembró el desaliento en la compañía, la cual se retiró en el año 1908, abandonando sus instalaciones y llevando a Argentina el poco ganado que sobrevivía.” (p. 206) En este texto, el sacerdote italiano resumió cinco años de gestión de aquella compañía ganadera. Su reseña, en la búsqueda de una síntesis, presenta algunas confusiones. En primer término, afirmar que el Estado chileno decidió entregar las tierras a raíz de la opinión de Steffen, es otorgarle una influencia excesiva al geógrafo alemán y de paso significa que se trataba de un Estado que funcionaba a partir de sugerencias particulares. El segundo punto de confusión está en que De Agostini da a entender que la adquisición del vapor Baker fue anterior al inicio de las faenas en Bajo Pisagua, lo que es erróneo, según lo descrito en esta investigación. Sin embargo, el sacerdote no se equivoca en el tipo de faena, la tala de cipresales; ni en la adquisición de ganado lanar y vacuno; ni en el destino de dicho ganado: valle central del Baker, a saber, sector Colonia. Ambos negocios fueron referidos por el administrador Norris en su carta de 1906. Luego reconocía la participación de Julio Vicuña Subercaseaux en este negocio, describiéndolo como “propulsor y sostenedor” de la “colonia” existente en el área. Esta afirmación ha sido considerada por otros autores como

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un error del sacerdote, pero en esta investigación se ha demostrado que es correcta en cuanto a que dicho personaje sí estuvo presente y sí tuvo relación con el principal accionista de la empresa que le pidió colaboración para establecer el negocio. De Agostini cierra su relato con la referencia a la tragedia, atribuyéndola a un brote de escorbuto desatado entre los trabajadores a causa de falta de alimentos y aislamiento, con la consecuente muerte de 120 de ellos. Por toda emoción, De Agostini expresa “tan sensible revés”. La muerte de gran cantidad de hombres, un revés para los objetivos de una empresa ganadera. Su relato cierra con dos hechos posteriores: el retiro de las actividades en 1908 y el arreo de animales hacia Argentina. Ambas referencias son correctas como ya se ha descrito. Los últimos trabajadores se retiran a fines de 1908 por orden del administrador Steele, algunos vía Argentina arreando ganado al Sur. Otros junto a Steele, en el vapor Baker con rumbo a Calbuco. Pero, ¿dónde habrá obtenido el autor la información sobre la cantidad de fallecidos?, ¿la habrá recogido durante su viaje, de versiones orales? También es posible que la haya recogido “en círculos eclesiásticos” de Magallanes, basados a su vez en las confusas y parciales noticias publicadas en la prensa magallánica de 1906 y que por efecto de su relato y repetición terminaron siendo aceptadas como verdad. Pero a la luz de lo que se ha presentado en este trabajo, ¿será posible que De Agostini haya cometido un error al indicar esta cifra como fallecidos?, siendo ella en realidad una cifra aproximada de los sobrevivientes? Puede ser también que la cifra tenga relación con un número global de ‘enfermos’, pero no de muertos. Cabe mencionar que esta fuente escrita fue considerada hasta fines del siglo XX como la fuente valida para referir la cifra de muertos. Las razones para ello tal vez radiquen en la investidura del autor: era un sacerdote. En efecto, el relato escrito por De Agostini dio paso a una serie de repeticiones escritas que consolidarán en el tiempo esta versión de los hechos, tanto como un “acontecimiento misterioso” del que poco o nada se sabía, cuanto como causante de la muerte de 120 personas. La primera repetición de la versión “De Agostini” como se la denominará en adelante, se encuentra en el trabajo de Carlos Keller La región del hielo continental de Aysén, publicado en 1949. Dicho autor relata lo acontecido con la Explotadora del Baker, basándose totalmente en lo escrito por el sacerdote salesiano, a quien por lo demás, cita en varias ocasiones en el mismo libro para refrendar temas diversos. Keller no agrega ningún dato nuevo respecto a lo allí acontecido. La versión aportada por el religioso Raúl de Baeremaeker Dethiou sj En 1998 se publica el libro Andanzas y Misiones. Sur y Norte de Chile del sacerdote misionero jesuita Raúl de Baeremaeker. Esta obra reúne los relatos

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del trabajo misional realizado por el autor en la zona austral (desde Puerto Montt al lago O’Higgins) y en el extremo norte del país (altiplano y costa). Los capítulos III y VI de esta obra contienen relatos referidos al trabajo misional en el territorio del río Baker. Es en el primero de ellos donde Baeremaeker refiere una versión sobre lo que habría acontecido en la desembocadura del Baker y que diera origen al cementerio ubicado en el delta del mismo. A fines de 1962 el sacerdote jesuita inicia un viaje misional a los canales. Estando en Melinka consigue que un grupo de “gateros” (cazadores de huillín) lo incorpore a su expedición al golfo de Penas. De este modo y luego de un mes de viaje, Baeremaeker logra llegar a Caleta Tortel el 19 de diciembre. Allí celebrará misa y el 22 remontará el río Baker para misionar entre las pocas familias que habitaban el área. Bautizó niños y participó de un asado: “Tuve tres bautizos, seguidos de un gran asado al aire libre; hubo hermoso sol y sacamos varias fotos. Nos regalaron un cargamento de carne de vacuno, que es lo que más abunda en la región.” A media tarde se retiraron del lugar para iniciar el retorno a Caleta Tortel. En este viaje toman el brazo norte del delta y orillan la Isla de los Muertos: “A las 5 de la tarde partimos de vuelta río abajo; en la desembocadura tomamos el brazo norte, el más hondo, pasando junto a la isla de los Muertos donde se ven todavía algunas cruces que el tiempo, el mar y la lluvia van acabando de destruir. Cuenta la historia, fueron más de 60 personas las que murieron envenenadas a comienzos de siglo en el lapso de cuatro meses por alimentos descompuestos que les trajo la Compañía por cuya cuenta trabajaban. Según se cuenta aún hoy, la culpa de esas muertes la tendría un famoso administrador inglés, el que también habría hecho matar a varios indígenas que en esos tiempos vivían todavía en la región. Pero la realidad histórica es muy distinta, una vez al año la compañía mandaba un pequeño barco con víveres desde Punta Arenas para los puesteros y trabajadores de esa extensa estancia que se extendía desde el mar hasta la frontera con Argentina. Ese año se cargó el barco con los víveres en sus bodegas, pero el capitán se enfermo por bastante tiempo; cuando se mejoró hubo varios días de tempestades con lo cual la partida se demoró casi dos meses y los víveres amontonados en las bodegas húmedas del barco desarrollaron unos hongos muy venenosos de lo cual no se percataron los trabajadores, y con el fin de consumir algo distinto a la carne se envenenaron y murieron, la compañía tuvo que indemnizar a los familiares de los trabajadores en Chiloé y entregó la estancia a otra compañía de los Campos Menéndez que la arrendó al fisco por 30 años.” El relato del sacerdote sugiere que no habría desembarcado en el lugar. El padre sólo se limita a describir la impresión que le dejó la observación del sitio donde “…se ven todavía algunas cruces que el tiempo, el mar y la lluvia van acabando de destruir.”. Pero no es muy claro que esa haya sido la

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imagen del cementerio en 1962. Parece ser que el autor refiere la situación del lugar a fines de los años noventa cuando escribe sus memorias. Respecto al origen del cementerio, la versión que recoge el sacerdote jesuita sigue la línea explicativa del envenenamiento accidental, pero con elementos nuevos y distintos a los que se conocían sobre esta hipótesis (contaminación de la harina con químico antisárnico, cfr Elías 1997). El relato de Baeremaeker inicia reproduciendo lo que parece ser la versión “oral” de lo sucedido, versión que debió haber escuchado de boca de alguno de los pobladores que visitó durante su viaje: más de 60 personas muertas por consumir alimentos descompuestos traídos por la empresa contratante. La tragedia habría ocurrido en un periodo de 4 meses. El relato oral responsabilizaba a un administrador inglés. Pero el sacerdote afirma que hay una “realidad histórica muy distinta” que explica el “envenenamiento” de los trabajadores: debido a un retraso del barco con víveres, en las bodegas del mismo los alimentos habrían sido lugar de cultivo para “hongos muy venenosos”, que no habrían sido detectados por los trabajadores, que sólo deseaban comer “algo distinto a la carne”. El relato cierra con la afirmación de que la empresa habría tenido que indemnizar a las familias de los obreros en Chiloé y que habría entregado la estancia a la familia Campos Menéndez. Este relato tiene nuevamente fragmentos que son coherentes con otras versiones, pero a la vez presenta otros elementos que son contradictorios. La cifra de fallecidos es cercana a la aportada por Norris y posteriormente por Tschiffely. La referencia a alimentos descompuestos se puede relacionar con lo relatado por el aventurero suizo, sin embargo, la causa de la descomposición es muy distinta a la consignada por éste. La referencia al periodo de tiempo en que ocurrieron las muertes es coherente con lo relatado por Norris en su carta. La mención a un responsable de origen inglés en el relato oral, puede referir a Norris o alguno de los otros dos ingleses presentes en el campamento. Sin embargo, la mención de responsabilidad en otras muertes, entremezcla la tragedia de 1906 con otros hechos de violencia ocurridos en Baker en los años treinta del mismo siglo (Osorio 2012). Finalmente, es claro que lo relatado por Baeremaeker es muy diferente de lo escrito por De Agostini en 1945. El primero recoge como real la versión del envenenamiento, considerándolo accidental, pero originado en un abandono también accidental; en tanto que el segundo recogió la versión de una muerte causada por escorbuto, originada por condiciones de aislamiento en las que se habrían encontrado los obreros (aunque sin explicar el por qué de ese aislamiento).

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Tabla 5: Fallecidos y sobrevivientes según fuentes secundarias escritas. Relato

Fuente primaria Trabajadores Muertos en M u e r t o s Sobrevivientes enganchados Bajo Pisagua durante viaje de regreso

L o b o d ó n Directa. Viaje Garra (Liborio y detención en Justo, 1932) Bajo Pisagua, 1930

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Varias cruces. Muertos de viruela

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T s c h i f f e l y Directa. Relato (1940, versión oral de William en alemán Norris

270

60

¿9?

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De Agostini Desconocida (1945)

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120

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Indirecta. Versión De Agostini

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120

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Raúl de Indirecta. ReBaeremaeker coge versiones orales oídas en 1962 y datos “históricos” sin mencionar origen

___

Más de 60

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Keller

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Memoria oral En las entrevistas a antiguos pobladores del Baker, realizadas por diversos investigadores, con fines también diversos (recopilaciones, investigaciones históricas, rescate patrimonial) la historia de la tragedia de Bajo Pisagua siempre ha surgido como un jalón imposible de soslayar en el relato que rememora aquel territorio y sus habitantes. La remembranza contribuye a sostener la imagen salvaje del territorio, aquella idea de un ambiente despiadado que acogió sin embargo, a más de medio centenar de trabajadores chilotes muertos debido a la “actitud criminal” de los representantes de la “compañía vieja” como se ha dado en llamar a la Explotadora del Baker. Los testimonios orales registran los hechos, cargados de subjetividad, trozos de olvido, confusión, pero siempre sosteniendo datos clave en el relato: más de 200 trabajadores enganchados en Chiloé, sucesos ocurridos en invierno, entre 60 y 80 muertos, intencionalidad en la provocación de las muertes, “gringos” a cargo de la faena, Julio Vicuña Subercaseaux como implicado, sobrevivientes. El tratamiento que se ha hecho de dichos testimonios, equivocado a nuestro juicio, ha generado una suerte de tergiversación de los hechos, mediada por las interpretaciones descontextualizadas de los mismos recopiladores e investigadores. Los testimonios han sido tratados al mismo tiempo como versiones “fidedignas” de los hechos y como testimonios sujetos a las trampas de la memoria. Ello produce por lógica, que dichos relatos sean despojados de su capacidad de ser parte de la verdad histórica. Nosotros creemos que sí se acercan y por lo mismo hemos vuelto sobre dos de ellos para analizarlos como fuentes confiables y contrastarlos con las demás fuentes, surgiendo de este modo todo el potencial de veracidad de estos testimonios. El relato del poblador del Baker Reinaldo Sandoval Reinaldo Sandoval Cifuentes fue entrevistado por el arquitecto Peter Hartmann en 1982. En dicha entrevista entregó datos reveladores respecto a lo que habría sucedido en Bajo Pisagua. Al parecer fue este testimonio el que originó el mito de la mortandad de 200 obreros en 1906. Sin embargo, el análisis del relato sobre los hechos, permite comprobar que Reinaldo Sandoval nunca habló de tal cantidad de fallecidos. Sandoval pobló en la zona de Los Ñadis, río Baker, hacia 1921 o 1922. Ingresó desde Argentina, después de las huelgas obreras: “yo vine arrancando de los argentinos, los argentinos mataban a los chilenos por una huelga que hicieron afuera, mataron a once mil creo… Yo trabajaba afuera en la Argentina y vine al Baker… en ese tiempo el Baker estaba poblado hasta el Colonia, no más hasta ahí.”

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Luego de entrar en tensión con la empresa liderada por Lucas Bridges, se reinstaló más al suroeste, después de vender sus mejoras a la sociedad ganadera en 1928. Reinaldo Sandoval testimonia en su entrevista que conoció la historia de los obreros muertos en Bajo Pisagua por boca de sobrevivientes: “Hay un hombre vivo de esos, pero está en… allá en la Argentina, tiene una estancia allá, la estancia Los Machos…” El relato del poblador Sandoval inicia afirmando que la empresa a cargo de la concesión a la que llama “Compañía Vieja” (término usado por los pobladores del Baker para diferenciarla de la compañía a cargo de Lucas Bridges), estaba a cargo de Julio Vicuña Subercaseaux y que habría sido esta persona la principal responsable de su quiebra: “…antes hubo otra, una compañía vieja de Julio Vicuña Subercaseaux; ese fue el que se fundió la Compañía vieja. Claro, no ve que en ese tiempo circulaba oro y por no pagar a la gente y todo lo que se debía la Compañía, él se quedó con el oro y quebró la Compañía vieja. (…) Quedó todo desocupado sin gente.” Ante la pregunta del entrevistador por la suerte de aquella gente, Sandoval comentó que hubo sobrevivientes y que él conoció algunos. Luego relata los acontecimientos indicando que: “...en 1906 quebró la Compañía vieja ahí están las cruces donde están los muertos P: ¿Cómo murieron? Dn.R: Unos dicen que murieron de hambre, otros dicen que escorbuto.” Y aquí Reinaldo Sandoval relata que por los testimonios que él escuchó de sobrevivientes: “...según lo que conversan los que quedaron vivos dicen que no, que era una mixtura que le hacían con la harina para que coman los chilotes y mueran… Para quedarse Vicuña con el dinero, no ve que ahí está claro; muriendo no se les pagaba nada a esos muertos… Ese que está vivo cuenta bien la historia. Quedaron varios; yo conocí seis de esos…” La entrevista continúa y el poblador menciona que algunos obreros (es probable que se refiera a cuerpos de trabajadores fallecidos) habrían sido llevados fuera del país donde se habría comprobado el envenenamiento: “Claro, esos llevaron 8 ó 10 a Norteamérica; ahí se justificó que estaban envenenados con no sé como nombran el que los va matando de a poco,

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sin dolor; (…) Sí, es cierto. Dicen que de repente se quedaban tristes un día, al otro día ya se les caían todos los dientes, los sacaban y no les dolía ni una cosa, y de ahí ya venía la muerte… cuando venían a sepultar unos allí en Pisagua, volvían y ya había uno o más muertos.” A continuación Sandoval testimonia que no fue uno, sino que fueron dos los sitios de inhumación erigidos en el sector: “Así que al último se cabriaron de venir a una islita, ahí están; entonces dispusieron sepulturas frente a Pisagua en la punta de la playa esa, ahí habrían como 70. Ahora no hay ni uno, se los llevó el mar todo eso.” Un primer sitio sería la actual Isla de los Muertos. El otro un sector ubicado más cerca del campamento el que habría desaparecido por la acción del “mar”. La cifra de sepultados que indica Sandoval para este segundo sitio es de cerca de 70 personas. En este punto de la conversación se produce una intervención del hijo de Reinaldo Sanvoval que acota: “No se lo llevó todo el mar”. Cuando el entrevistador pregunta por la cantidad de sepultados en la isla, Sandoval afirma: “Ahí donde están esos que se pueden contar todavía hay 30 y tantos…” para indicar que cuando el llegó y exploró el sector cercano al mar “…habrían como 25 todavía”. Una nueva intervención del hijo aclara el sector de inhumación cercano al mar: “No ve que antes del cementerio , cerca del cementerio verdadero cuando él bajó ahora, frente de donde sale el río al mar, hay una punta del cerro bajita y cerca hay una playa grande, ahí en toda esa playa estaba y ese es el cementerio que cuenta él.” El entrevistador entonces entabla una conversación con el hijo para aclarar el punto de los dos sitios de inhumación, ocupando el término “Isla de los Muertos” para referir al sitio ubicado en la isla del delta del río: “P: Ya, o sea había otro cementerio… L: Claro P: Pero, ¿el cementerio ese de la Isla de los Muertos? L: De la misma época… del mismo tiempo P: Ya L: Pero más abajo había otro, una playa donde hay playa ahora, ahí había otro Dn.R: Sí, es playa ahora, claro. P: Ya”

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Respecto a la cifra de tumbas que habrían existido en el cementerio de la isla en la conversación se indica: “P: ¿Ahí en la Isla de los Muertos cuántos habrían? Dn.R: ¿Ahí en la Isla de los Muertos? Habrían 37 parece que hay L: Sí, 36 parece que son los que quedan, pero habían más antes” La última frase, del hijo de Reinaldo Sandoval, reafirma la cifra de sepultados que testimonió el poblador Sandoval. En efecto, éste siempre sostuvo que en Isla de los Muertos había “treinta y tantas”, “37” tumbas y que en el otro sitio de inhumación quedaban 25 tumbas más, para finalmente afirmar que: “Habrían más de 70 en total de esos.” Reinaldo Sandoval afirmaba entonces que como máximo hubo unas 70 tumbas, testimonio de la tragedia ocurrida en 1906. Seguidamente se vuelve a producir una conversación entre el entrevistador y el hijo de Sandoval, en la que aparece la cifra extrema de 200 personas: “P: Y ¿cómo dices tú que eran 200? L: Sí, más de 200 dicen que hay P: ¿Quién dice? L: Él mismo, es que no se acuerda.” Esta breve conversación es la que inicia toda una confusión posterior respecto a la cifra de muertos y sepultados en Bajo Pisagua. El hijo de Sandoval indica que su padre ya no recuerda que él mismo ha mencionado 200 personas. Pero asume que esa cifra corresponde a fallecidos, cuando el mismo poblador entrevistado menciona que eran unas 70 personas. Ante esto, es posible interpretar que si Reinaldo Sandoval mencionó esa cifra, lo hizo con referencia a la cantidad de obreros enganchados en las faenas del Baker y no la cantidad de muertos. Es por ello que en este trabajo se considera que el testimonio de Reinaldo Sandoval no se apartó de los datos ampliamente conocidos y difundidos por la memoria oral y fue fiel a su reproducción durante su vida, refiriendo tanto el número de obreros enganchados para la faena (más de 200) como el de muertos (70).160 Se considera relevante aclarar esta información debido a que ha sido ampliamente difundido en la región de Aysén que habría sido Reinaldo Sandoval quien inició el relato de los 200 fallecidos, lo que está alejado de la realidad como lo demuestra el análisis de la entrevista de 1982. Sandoval se constituyó en un portador de la memoria oral sobre la tragedia y conservó datos clave que a la luz de lo que se ha presentado en este trabajo. Se confirman: la presencia de Julio Vicuña Subercaseaux en 160

Entrevista realizada en 1982 por Peter Hartmann.

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Bajo Pisagua (aunque no su participación culposa) y una cifra de fallecidos cercana a las que mencionan otras fuentes. Este testimonio además aporta otros elementos que deben ser considerados para continuar con nuevas líneas de investigación sobre la tragedia: el segundo cementerio, los cuerpos que habrían sido llevados a norteamérica para ser estudiados. Los recuerdos de Emilio Zúñiga Emilio Zúñiga Soto nació en 1884 en Achao. Participó en el enganche al Baker de 1905-1906. Contaba con 21 años al momento de embarcarse rumbo al sur. Su testimonio fue recogido por Antonio Soto y presentado en forma de entrevista-conversación en su trabajo sobre costumbres chilotas reseñado en la introducción de este trabajo. Al tratarse de una entrevista “intervenida literariamente”, su análisis resulta un poco más complejo, en tanto se debe considerar que el testimonio directo pudo ser adornado o mejorado varias veces. Sin embargo, el relato es imprescindible por cuanto se trata de la primera versión conocida de un sobreviviente de la tragedia. Lo primero que el señor Zúñiga reconocía a su entrevistador era que se había enganchado muy joven, “era un muchachote; los viejos decían que viajaba de intruso. Algunos me tenían lástima…”. En esta frase se observa un primer dato de interés: la presencia de trabajadores de distintas edades, pero una división étarea marcada entre “viejos” y “muchachos”. Luego el obrero recordó al vapor que los habría trasladado: el Araucanía. Como se ha visto, este vapor antes de enero de 1906 llevaba el nombre Cambronne. Lo anterior no significa que dicho vapor no hubiese realizado un viaje para dejar trabajadores en Baker, puede que lo haya hecho, pero bajo su primer nombre. Zúñiga recordaba sólo el nombre Araucanía en atención a que en él lograron abandonar el Baker y salvar sus vidas. La escena del abordaje al momento de iniciar el traslado al Baker es muy vívida: “Los botes se apiñaron buscando una mejor ubicación para el embarque. Desde la cubierta empezaron a gritar la lista: Juan Mansilla, Bernardo Santana, Casimiro Soto, Cirilo Ruiz… A empujones treparon con sus pilchas recién lavadas y el saquito con víveres: algunas tortillas y la infaltable ración larga de harina.” Se reconocen aquí varios elementos de interés: el barco estaba anclado en las afueras del puerto, cosa común dado el tonelaje de las embarcaciones. Los botes salían desde la orilla con una cantidad de trabajadores y se acercaban al vapor, buscando sitio para que los pasajeros embarcaran. Por otra parte la empresa o sus agentes en Chiloé, manejaban una lista de los enganchados a los que iban llamando y éstos comenzaban a subir, llevando consigo un atado con ropa de muda, algunos víveres para el viaje y “la ración larga de harina” tal vez para prepararse pan los primeros días de faena o como alimento (harina tostada).

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Zúñiga indicó que el viaje demoró cinco días y cuatro noches, lo que es coherente con la demora que el vapor Araucanía tuvo entre río Baker y Chiloé en septiembre-octubre de 1906. Habría sido un viaje tranquilo, incluso en el golfo de Penas. Al llegar a destino comenzaron de inmediato a trabajar en el desembarque de las provisiones para la temporada: porotos, charqui, harina, arroz y chancaca. Estos productos habrían sido para la alimentación de los trabajadores. Aquí el obrero Zúñiga recordó que dos empleados de origen inglés iban como encargados y llevaban azúcar para su consumo, alimento al que ellos no tuvieron acceso. Llevaban también a un trabajador como cocinero, mayordomo y cuidador del campamento en el que se instalaron ellos, aparte del de los trabajadores. Las jornadas de trabajo descritas por Zúñiga iniciaban en la mañana, paraban dos horas a mediodía para preparar alimentos y almorzar y continuaban hasta el anochecer. Esto es indicativo de jornadas laborales de entre 12 y 14 horas si se considera por ejemplo el inicio de faenas a las 6 hrs. y el término a las 22 hrs. Los obreros trabajaron así por seis meses, afirmó el trabajador sobreviviente. Si las faenas comenzaron en diciembre por ejemplo, en mayo continuaban trabajando, probablemente menos horas pues la noche llega más temprano en esa época. Los víveres, que todos consideraron escasos desde que salieron de Chiloé, empezaron a faltar y el hambre se hizo sentir mientras continuaban en faena, según su testimonio. La bella imagen que observaron al llegar a ese territorio virgen, se transformó en un infierno: “Cuando recién llegamos esto nos parecía lo más lindo del mundo; en las islas no se ven estos paisajes… Ahora le encontrábamos otro color. En las noches éramos prisioneros de la obscuridad; algunos creían escuchar ruidos raros que el eco hacía rebotar como aullidos de león o parecidos a sombras errantes.” El vapor no llegaba y la desesperación comenzó a cundir entre los obreros. Los “patrones” intentaban calmar la situación y pedían a los obreros sanos que continuaran en faena, testimonió Zúñiga. Cuando se desató la crisis sanitaria, muchos enfermaron y comenzaron las muertes: “A medida que el tiempo corría el número [de enfermos] fue en aumento; por término medio tres hombres caían [muertos] en cada noche. Nadie conocía esta enfermedad, solo atinaban a creer que se trataba de una ‘peste maldita’ que terminaría con todos. Los más viejos, maduros en estas peripecias del trabajo, no sentían tan directamente el impacto.” El cálculo promedio de muertos consignado en el testimonio es exagerado, ya que el promedio que arroja la lista publicada en el periódico La Alianza Liberal es de 1,4 personas considerando el total de días en que ocurrieron fallecimientos y 1,7 personas en septiembre, el mes en que más obreros fallecieron. Pero resulta de interés la afirmación que los trabajadores de mayor edad habrían soportado mejor la crisis. Zuñiga recuerda también que entre los obreros se discutieron y analizaron las posibles causas del drama. Se sopesaron causas sobrenaturales, asociadas

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a la presencia de brujería o a la invocación de ésta por parte de aquellos trabajadores que “…seguían talando el bosque sin otra pretensión que acumular más días de trabajo y una buena cantidad de trozos amontonados.” Algunos de los obreros sanos, habrían culpado a los propios trabajadores que enfermaron, “porque cuando los víveres comenzaron a escasear se dedicaron a consumir chancaca sin medida.”. Zuñiga relata que él adhería a una tercera línea explicativa del drama, planteada por un señor Barrientos que había oído narraciones de antiguos marineros: “El origen está en la vida miserable y el hambre que estamos soportando. Esta es la enfermedad del navegante, sostenía a veces Barrientos.”. El sobreviviente recordaba que los demás trabajadores no le daban mucho crédito a esta explicación. Zuñiga testimonia también que trabajadores sanos comenzaron a ejercer funciones urgentes en la situación de crisis y ejemplifica dos: la atención funeraria y la paliativa. Las tareas funerarias correspondieron a la confección de ataúdes para depositar a los obreros que fallecían: “Cirilo Ruiz, hombre de gran corazón, desde un comienzo se había dado a la tarea de confeccionar los ataúdes. Trabajaba de día y de noche hasta concluir con una faena que no terminaría sino con el desenlace definitivo”. Es probable que el señor Ruiz contara con ayudantes para este trabajo, obreros que prepararan y cargaran las tablas hasta el sitio de confección, otros que ayudaran en la confección misma. La madera debe haber estado disponible o tal vez los trabajadores desmontaron alguna construcción en mal estado y usaron las tablas para los ataúdes. Al mismo Zúñiga le habría tocado participar de tareas paliativas. El obrero Barrientos, habría comenzado a atender a los trabajadores enfermos tomándolo de ayudante: “…me tomó como ayudante para atender a los enfermos, tratamos de combatir los primeros síntomas con pociones a base de hierbas que ellos mismos recomendaban.” En su testimonio Emilio Zúñiga dejó entrever que entre algunos trabajadores sanos se consideró la posibilidad de salir del campamento en las chalupas diponibles. Esta información se acerca a lo relatado por Tschiffely sobre el intento de escape o rebelión, con la diferencia que Zúñiga asegura que un grupo de obreros, “apenas veintitrés”, logró salir en las chalupas y alcanzaron la boca del canal Baker frente al golfo de Penas y que “…aquellos que permanecían con vida y sabían de estos trajines estaban ciertos que las chalupas se dirigían al golfo, para averiguar cuando recalaría el barco…” Zúñiga fue uno de los obreros que se embarcaron en las chalupas con rumbo al golfo. Al parecer la expedición consistió en búsqueda de comida con la que recuperaron fuerzas y eventualmente habrían retornado al campamento. Esta expedición debió haberse realizado en los días previos a la aparición del vapor Araucanía que rescató a todos los trabajadores, puesto que Zúñiga indica que todos se embarcaron en dicho buque, logrando así

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salir de aquel drama. Cuatro obreros habrían muerto durante el viaje según testimonió el sobreviviente. El testimonio de Emilio Zúñiga cierra con el relato de la llegada a Chiloé, coincidiendo plenamente con las informaciones de prensa presentadas en este trabajo: “La primera recalada se hizo en el puerto de Achao. Empleando sus propias fuerzas, Juan y Vicente Cárdenas, descendieron al bote sin mayores molestias. Tránsito Pacheco llegó a tierra en estado agónico. Luego bajaron siete cadáveres que correspondían a los fallecidos a bordo y domiciliados en la ciudad y alrededores. A las once de la mañana el Araucanía cruzó frente a San Javier, rumbo a Dalcahue. Dicen que la playa estaba repleta de gente, mariscando unos, otros amontonando lamilla, aprovechando la baja marea. Cuando reconocieron el barco se produjo una indescriptible agitación. Botaron botes y chalupas; dicen que se escuchaban gritos de loma a loma transmitiendo la noticia. Cada cual deseaba llegar primero al puerto y abordar el Araucanía; querían indagar qué había sucedido y el por qué de tan larga espera. (…) Bajaron cuatro cadáveres para ponerlos a disposición de familiares y amigos.” Esta parte del testimonio de Zúñiga registra once fallecidos desembarcados en Chiloé. Los cuatro que menciona habrían sido desembarcados en Dalcahue, podrían corresponder a los consignados en los documentos gubernamentales presentados en el capítulo anterior. No se ha confirmado la información respecto a los siete que habrían sido desembarcados en Achao, pues no se tienen mayores antecedentes al respecto. El sobreviviente anónimo que habló con Baldo Araya Uribe En julio de 1978, el periodista, cronista e historiador Baldo Araya publicó una crónica en El Diario de Aysén bajo el título “Las 120 víctimas del Escorbuto”161 en la que reprodujo la versión que escuchara de boca de un sobreviviente en la localidad rural de Llau Llao, comuna de Castro, con el que afirmó había conversado “hace años”. Según este autor, el sobreviviente recordó que: “En el barracón donde nos alojábamos amanecían cinco o seis muertos, todos los días. Los patrones nos dejaron diez ovejas. Hasta que las

En esa época Baldo Araya publicaba sus crónicas históricas en la sección “Buenos días, pasados” 161

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terminamos nadie se enfermaba. Después comimos puros mariscos y pescados. Un amigo me dijo un día: ‘comamos los cueros a escondidas. A lo mejor nos salvamos.’ Los alquilabamos como para aprovechar la lana, pero a escondidas en la noche, los chamuscábamos en el fuego y les poníamos un poco de agua de mar y los comíamos. No era una comida muy sabrosa, pero así logramos sobrevivir. Un día llegó la embarcación con alimentos. ¡Ave María la alegría, caballero! Claro que la cosa no era para hacer fiesta, porque al final quedábamos diez. Se pasó lista. Los muertos fueron en total 120. Testigos mudos de esa tragedia son las numerosas cruces que se levantan en la isla ‘Sola’, en la desembocadura del río Baker.” La crónica de Araya es muy interesante por varias razones. En primer término porque de alguna manera toma partido por la versión oral al momento de interpretar los hechos, ya que afirma que éstos se habrían producido por responsabilidad de la empresa. Cuando reseña los acontecimientos, parece estar citando el relato escrito más emblemático, publicado por Alberto María De Agostini (1945) y a renglón seguido adopta la versión oral que recogió. Araya escribe: “Según cuenta la historia, ‘tan sensible revés sembró el desaliento en la Compañía, la cual se retiró en el año 1908, abandonando sus instalaciones y llevando a la Argentina el poco ganado que aun sobrevivía.’ Pero esto es lo que dice la historia, enfocada a una sola banda, a manera de darle a la tragedia una salida honrosa. En el fondo, según me informó el viejo de Llau Llau, hubo desidia en la atención de abastecimiento de la gente.”.

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178 69

9?

Aimé Tschiffely (su escri- Directa. Repro- 60? to puede tomarse como duce lo que le testimonio oral, pues es la contó Norris. redacción “de lo que él le contó a Bridges a partir de lo que a él le contó Norris).

7 (desembarcados 79 en Achao). 4 (desembarcados en Dalcahue). 120

4

Emilio Zúñiga (entrevista- Directa. Él fue 79? do por A. Soto, 1976). un sobreviviente.

Sobrevivientes

10

Varios, pero sólo menciona a 7 por sus nombres.

70 calcula en total. Varios. Conoció 6 de ellos.

Sobreviviente anónimo Directa. Él fue 120 (No es una que conversó con Baldo un sobrevivien- cifra entregada Araya (1978). te. por el entrevistado. Es aportada por el autor de la crónica basado en la versión De Agostini).

25 (en otro cementerio en playa frente a Bajo Pisagua).

Fuente primaria Sepultados en Muertos en va- Muertos al llegar Total de muertos Bajo Pisagua por Araucanía a Chiloé al iniciar viaje

Reinaldo Sandoval (entre- Directa. Sobre- 37 (en Isla de los vistado por P. Hartmann, vivientes que le Muertos). 1982). contaron la historia.

Relato

Tabla 6: Fallecidos y sobrevivientes según testimonios orales posteriores a la tragedia

Fragmentos de historia oral: recuerdos de descendientes en Chiloé A fines de marzo de 2014 fuimos a Chiloé para conversar con dos personas que nos esperaban para contar lo que sabían del enganche a río Baker. En un sector cercano a Dalcahue estaba la señora Sabina Barría, de 87 años. El contacto lo hicimos por intermedio de su nieto Francisco Hurtado, que nos contactó vía internet, indicando que su abuela recordaba algo sobre el Baker. En Castro en tanto, estaba don José Orlando Cárdenas Miranda, nieto de uno de los obreros fallecidos en 1906. Nos contactamos con él también gracias a internet, pues escribimos a su hijo Orlando, quien en un foro sobre la Isla de los Muertos, consultaba detalles sobre los acontecimientos, ya que en su familia había memoria fragmentada sobre los hechos.162 Mocopulli, abril 2014 Un poco antes de arribar a Dalcahue, siguiendo el acceso a Mocopulli y antes de llegar al cruce Teguel, está la casa de la familia Hurtado-Barría. Nos recibió amablemente una hija de la señora Sabina Barría a quien le relatamos que Francisco nos había dicho que podíamos visitar a su abuela para conversar sobre el Baker. Nos hicieron pasar a la casa y allí nos saludó la señora Sabina, ofreciéndonos de inmediato un gran tazón de leche recién ordeñada, tortillas y mermelada. El calor de la cocina a leña inundaba la habitación. Los recuerdos de la señora Sabina reconocen el territorio del Baker como el punto al que muchos antiguos viajaron contratados a trabajar. Pero un brote de viruela –afirma–, provocó una mortandad grande que incluso alcanzó a varios trabajadores que volvieron vivos a la isla y después de un tiempo, fallecieron siendo sepultados en tumbas aisladas en distintos campos del sector de Teguel (entre Dalcahue y San Juan). “Esa fue una compañía que vino a la madera y contrató la gente y la llevó pa’ Baker. Entonces la gente se fue pa’ que trabajen la madera allá y después no sé qué pasó, el año muy frío, le dio viruela, vino el invierno malo y con eso sonaron. Y vinieron los de Chiloé aquí, volvieron, pero esos no los sepultaron en el cementerio, de lejos le iban a dejar comida para que coman, una señora la dejaron ahí para que los atendiera y les llevara comida. Y cuando morían los sepultaban ahí mismo en el campo. Esto yo se lo oí conversar a mi padre.” La señora Sabina recuerda que la empresa llevó a los trabajadores para faenas madereras, que la zona de trabajo era el Baker, que la tragedia ocurrió 162

www.isladelosmuertos.blogspot.com

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en invierno, un invierno riguroso y que hubo trabajadores que volvieron vivos, pero enfermos. El testimonio de la señora Sabina tiene un elemento que contrasta fuertemente con lo que hasta ahora se ha esgrimido como explicaciones para las muertes en el Baker: ella afirma que escuchó decir a sus mayores que la causa de muerte fue la viruela, pues se llevó a varios de los que volvieron al sector donde ella se crió. Aunque esta causa parece no tener sustento al compararla con las demás fuentes de la época donde son el hambre y el escorbuto las causas esgrimidas para explicar la mortandad, es interesante analizarla en cuanto a su plausibilidad. Chiloé como otras zonas de Chile sufrió importantes brotes epidémicos de viruela a fines del siglo XIX y principios del XX. De hecho, es posible leer crónicas de prensa fechadas en 1905, dando cuenta de brotes en distintos sectores de la isla. La viruela era una enfermedad con clara presencia en la época de la tragedia y a la cual se le temía sobremanera en Chiloé. Es posible que los obreros que llegaron enfermos la contrajeran muy fácilmente debido a su precario estado de salud y fallecieran por acción de dicha enfermedad, a pesar de haber llegado con otra enfermedad, escorbuto o tal vez disentería, desde Baker. Tampoco es descartable que obreros de enganches posteriores a Baker (1906, 1907, 1908) hayan contraído la enfermedad y al retornar hayan fallecido en sus hogares. Castro, abril 2014 Don José Orlando Cárdenas Miranda nos recibió en su casa en la ciudad de Castro. Estaba muy emocionado por haber logrado dar con el dato definitivo de su abuelo muerto en Patagonia. Cuando nos contactamos con su hijo Orlando, ellos no tenían claridad sobre el nombre del abuelo. Pero en la lista había una sola opción: Enrique Cárdenas, el único trabajador con ese apellido que falleció en Baker. Con ese dato, la familia comenzó a buscar antecedentes en los registros parroquiales, el Registro Civil y los diarios de la época. Orlando y su padre se encargaron de las dos primera fuentes de información, mientras que Pedro Enrique, el otro hijo de José Orlando, trabajó en la Biblioteca Nacional. A fines de 2013 vieron un reportaje de televisión163 en el que pudieron comprobar el nombre del abuelo. También lograron dar con las partidas de bautismo y matrimonio de don Enrique, el abuelo muerto en Baker. Los recuerdos de don José Orlando reconocen como fuente del relato a su abuela paterna:

Reportaje “Isla de los Muertos”, Noticiero AhoraNoticias de Canal Mega. En este reportaje se mostró la página del periódico La Alianza Liberal en la que se publicaba la lista de fallecidos y sepultados en Baker. 163

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“Desde que mi abuela nos contaba sobre el abuelo, yo quedé con la inquietud de saber un poco más. Yo ni siquiera sabía cómo se llamaba mi abuelo, porque el abuelo que yo conocí era otro, un señor Caro. Porque mi abuela ya cuando no le dieron más esperanza de que mi abuelo iba a volver y que estaba muerto po’, ya le habían avisado que quedó allá nomás, no había modo de traerlo, no tenían plata, era gente humilde. Después ya, creo que hicieron trámites para cobrar algo… nada, no le pagaron ni una chaucha, dice que, ella siempre decía que no le avisaron nada y no le pagaron nada, como a cualquier otro de esos que llevaron. Y les dijeron nomás que habían muerto todos de hambre, porque se había roto el barco, el barco que los llevó después ya no llegó. Así que cuando llegaron allá con el barco con víveres otra vez ya estaban todos muertos. Así que ahí ni una esperanza que vuelva, así que ahí se casó de nuevo mi abuela, después yo conocí al otro abuelo que era de apellido Caro y ahí empezaron los Caro-Cárcamo, los Cárdenas fueron dos nomás, mi tío Ramón y mi papá que se llamaba Enrique. Y mi abuelo también se llamaba Enrique Cárdenas Cárcamo. Mi abuela se llamaba Manuela Cárcamo y ella contaba que a su marido lo vinieron a buscar de una empresa, ella no sabía decirnos de qué parte era, pero que lo llevaron y que le iban a pagar muy bien… una empresa inglesa parece que era. Y él se fue con su hacha, él era hachero. Y decía mi abuelita que ya no volvió más po’. Y nunca más supo nada, porque no sé si lo contrataron en Puerto Montt, lo llevaron de aquí parece, no sé si fue de Castro o Chonchi. Él era de Putemún, una parte que le dicen Putemún, cerquita aquí, de Llau Llao un poquito más allá. Mi papá en ese tiempo tenía un año, cuando se fue mi abuelo. Según mi hijo Orlando, mi abuelo tendría 27 años cuando se fue y mi papá tenía un año y mi otro tío que era mayor tenía dos.” En este testimonio don José Orlando aporta datos relevantes como que su abuelo era del sector de Putemún; que era hachero y habría viajado “con su hacha”; que fue una empresa inglesa la que lo contrató y que bien pudo viajar al sur desde Puerto Montt o haber abordado el barco en Castro o incluso Chonchi. En el Baker habrían muerto de hambre debido a que el vapor con alimentos no volvió a ir. La familia habría intentado cobrar el sueldo o algún tipo de indemnización, pero la empresa no habría respondido. También menciona que aunque hubiesen querido traer el cuerpo no podían porque era una familia “humilde”, de escasos recursos económicos.

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Nuevos fragmentos de memoria oral en la región de Aysén Las actividades de difusión de los hallazgos en la prensa escrita de 1906, generaron gran interés. Y también sorpresas que han abierto nuevos caminos de investigación desde la perspectiva de la memoria oral. En uno de los seminarios de Historia, Identidad y Patrimonio de Aysén que Ñire Negro realizó en Cochrane (julio de 2014), una de las asistentes, Elizabeth Díaz Monsalves, profesional oriunda de Dalcahue (Chiloé) y que se desempeñaba como trabajadora social en la Delegación Provincial de SERVIU en aquella época, se sorprendió cuando se presentó el radioteatro “La Tumba de Melchor”, en el que se reproducía la lista de obreros fallecidos en Baker. Algunos apellidos que escuchó resonaron en su memoria, los sintió cercanos, muy cercanos. Llamó a sus padres para preguntar si en la familia se conocía alguna historia relacionada con el Baker… y entonces la memoria retornó a su padre, a su abuela y a otros miembros de la familia. Al día siguiente, Elizabeth nos contaba emocionada que ella había asistido al seminario motivada por conocer algo más del territorio donde había llegado a trabajar y se encontraba aquí con un trozo de su historia familiar: un bisabuelo que junto a su hermano fueron parte del enganche al Baker. La familia decidió entonces preparar un viaje a la Isla de los Muertos. El padre de Elizabeth sentía la necesidad de conocer el sitio donde tantos vecinos y tal vez parientes de sus antiguos habían sido sepultados. El verano de 2015 viajaron a Tortel y conocieron el cementerio. A su regreso y en una parada que realizaron en Coyhaique pudimos conversar con don Héctor Díaz Bórquez, padre de Elizabeth y nos relató los fragmentos de la historia que le escuchó a su padre y otros antecedentes sobre su abuelo, uno de los sobrevivientes de la tragedia: “Cuando me enteré del cementerio Isla de los Muertos y de que había apellidos conocidos del sector Astillero entre los fallecidos fue igual sorprendente. Mi hija fue la que se enteró y me llamó y de ahí yo me acordé de lo que contaba mi papá, que era lo que le había contado su papá a él. Contaba que habían trabajado acá, habían venido al Baker, siempre se acordaba del Baker, que fue muy… pasaron mucha hambre ahí, que bajaban balsas de trozos de ciprés por el Baker. Y una de las cosas que contaba mi abuelo fue que en la rancha que tenían, encontraron unas sopaipillas no sé cuántos días después, que tenían pelos verdes y esas se las comían, porque quedaron sin víveres parece. Yo no sé cómo salieron de ahí… parece que salieron con su hermano pa’ la Argentina, mi papá y su hermano, pero no tengo claro eso. Hay un caballero que es descendiente, de apellido Sierpe, él puede saber algo más, pero no sé si estará lúcido en estos momentos para que cuente algo de su padre que falleció ahí. Eso contaba mi mamá.

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Mi abuelo se llamaba Alejandrino Díaz Mansilla y su hermano se llamaba Santiago Díaz Mansilla. Con ellos fueron al Baker vecinos y amigos. Fue impresionante cuando me contó mi hija y era como que tenía un deber de ir allá, porque aparte yo llevo el nombre de mi abuelo y mi papá vivió en el terreno de mi abuelo. Mi abuelo después de lo del Baker parece que no salió más al sur, se quedó en su tierra y salía pa’l norte sí. En su campo fue bien progresista en sus trabajos, sembraba, tenía molino de esos de piedra, tenía sus cositas ahí. Lo otro que mi papá se acordaba era que cuando iba a trabajar a Valparaíso, se bajaba en Osorno mi abuelo y se pasaba a comprar un caballo y se venía de a caballo hasta el canal de Chacao, porque en Osorno habían caballos muy buenos. Traía uno o dos caballos con su plata que ganaba por allá. Tenía una historia bien particular mi abuelo porque, es que se había casado a los 17 años y después enviudó porque su señora falleció en el parto y después él se fue a trabajar para el norte y entre esas salidas pasó a inscribirse al servicio militar y lo hizo por Temuco parece…” En su testimonio don Héctor Díaz afirma que los obreros pasaron mucha hambre en el Baker y que en una ocasión habrían consumido “sopaipillas” que encontraron llenas de “pelos verdes” (¿hongos?). Don Héctor recuerda también que el trabajo desempeñado en Baker era la extracción de madera, entregando un dato muy interesante: “…bajaban balsas de trozos de ciprés por el Baker.” Este antecedente es coherente con una fotografía que se ha presentado en este trabajo, donde se aprecian balsas de ciprés y castillos de de la misma madera en el muelle de Bajo Pisagua.

A partir de los tres últimos testimonios es posible reconocer fragmentos del relato oral que conservó la historia de los obreros muertos en Baker y de aquellos que lograron sobrevivir y volver a su tierra para continuar la vida. Muchos otros fragmentos deben permanecer aún entre las antiguas familias de los sectores rurales ubicados entre San José, al norte de Castro (costa oriental de la isla grande de Chiloé) y San Juan, al norte de Dalcahue; también en isla Quinchao, desde Achao a San Javier. Todos ellos podrán ser recuperados con un necesario y exhaustivo trabajo de recopilación testimonial. No importa que sea la tercera generación la que relate la historia oída a sus mayores, porque aunque de seguro los relatos presentarán diversos errores, omisiones y lagunas, entregarán información relevante para completar la historia de esta tragedia desde la perspectiva de los obreros que la sufrieron y que ya había presentado ecos aislados pero contundentes décadas atrás, como se analizó anteriormente.

183

Enrique Víctor Cárdenas Cárcamo falleció el 27 de agosto de 1906, fue el vigésimo séptimo obrero en sucumbir a la tragedia, según la lista publicada en La Alianza Liberal de Puerto Montt el 11 de octubre de 1906. Los obreros de apellido Barría y Muñoz fueron varios y algunos regresaron a Chiloé, falleciendo al poco tiempo como recuerda la señora Sabina Barría. Victoriano Caro y su hijo Prudencio fallecieron el 21 y 22 de septiembre, pocos días antes de la llegada del vapor. En 2014 descendientes residentes en Castro reconocieron sus nombres y pudieron así completar su propia historia familiar. Alejandrino y Santiago Díaz Mansilla salvaron sus vidas y regresaron a Chiloé, pero un vecino que llegó agonizando a Dalcahue, falleció en la tarde del 2 de octubre de 1906. Era Juan Díaz Pérez, cuya hermana, Rosa Díaz Pérez se casó con Alejandrino Díaz diez años después, en 1916. Todavía hay preguntas sin respuesta en esta investigación. Todavía quedan pistas por seguir. Resulta evidente y urgente dar continuidad a la recopilación de testimonios orales en Chiloé y Aysén, que permitan constituir un corpus oral amplio, donde sea posible fijar la mayor cantidad de fragmentos de la historia sobre la tragedia y así reconstituirla desde una perspectiva que se acerque a la mirada de quienes se vieron afectados por la desidia de la empresa y enfrentaron la muerte o sobrevivencia en condiciones extremas. También es necesario trabajar en las biografías de los obreros fallecidos, quienes han dejado el anonimato al conocerse ahora sus nombres y en varios casos las localidades de procedencia, pero merecen la reivindicación total después de más de un siglo de ser sólo un conjunto de cruces. En el ámbito documental debe continuar la búsqueda de los expedientes que pueden arrojar luz sobre dos perspectivas de la verdad: la judicial y la administrativa. De ninguna de ellas sabemos los resultados: ¿qué acciones determinó la justicia de Llanquihue luego de las denuncias que se efectuaron?, ¿prestaron declaración los obreros sobrevivientes?, ¿cuántos de ellos quisieron hablar?, ¿declaró ante la justicia William Norris?, ¿se dictaminó alguna sanción contra la empresa o sus representantes, aunque ésta haya finalmente quebrado? Lejos de agotarse, la historia de la tragedia obrera de Bajo Pisagua y el cementerio creado a raíz de ella, abre nuevos caminos de investigación. Pero ahora se puede pesquisar teniendo en frente la identidad de las víctimas, cuyas memorias parecían haberse diluido tras la falsa creencia de que el misterio que envolvía las tumbas del Baker sería imposible de develar. Ahora aquellos trabajadores dejan de ser anónimos y comienzan a recuperar su derecho a la memoria.

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APÉNDICE CRONOLOGÍA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER

1898

Acontecimiento

Referencias (ver fuentes y bibliografía)

27 de noviembre Zarpa de Puerto Montt una comisión Steffen, Hans 1898. exploradora al mando de Hans Steffen En Risopatrón, Luis con instrucciones de reconocer la zona 1905. comprendida entre el paralelo 46º y 49º Lat. Sur y buscar un paso para atravesar de Oeste a Este el territorio. 20 de diciembre

28 de diciembre

1900

El vapor Pisagua vara en un banco de arena justo frente a la ribera norte de la desembocadura de un río. La comisión puede así explorar dicha entrada y descubren un gran río que el capitán Rodríguez, de la Marina, había considerado de pequeño tamaño años antes. Lo bautizaron Baker y al sector del varamiento le llamaron "Bajo Pisagua" en recuerdo del accidente sufrido por el vapor. Reunidos todos los exploradores después de recorrer los ríos Baker (32 km, explorados por Michell), Bravo (explorado por Hambleton) y de la Pascua (explorado por Steffen), la comisión decidió remontar el Baker hasta sus nacientes.

Steffen, Hans 1898. En Risopatrón, Luis 1905; Michell, Ricardo 1898.

Steffen, Hans 1898. En Risopatrón, Luis 1905; Michell, Ricardo 1898.

8 al 18 de febrero Ricardo Michell remonta el Baker has- Michell, Ricardo ta el Saltón, evaluando el terreno para 1900. En Risopatrón abrir un camino. Luis 1905. 7 de octubre

Michell inicia segunda expedición al Briceño, Carlos Baker esta vez para abrir la senda has- 1901. En Risopatrón ta el lago Buenos Aires. Luis 1905. Michell, Ricardo 1901 (Bitácora inédita).

185

1901 Abril

Acontecimiento

Referencias (ver fuentes y bibliografía)

Luis Aguirre, Juan Antonio Orrego, Solicitud Luis AguiCarlos R. Ovalle, Emilio Orrego Luco rre y otros, 1901. y Alfredo Vergara G., solicitan las tierras del Baker para organizar una "Colonia Agrícola".

18 de septiembre Asume la presidencia de la República www.bcn.cl el candidato electo Germán Riesco. 30 de diciembre 1902

21 de abril

Ricardo Michell inicia tercera expedi- Michell, Ricardo ción al Baker, para concluir trabajos 1902 (Bitácora ininiciados en temporada anterior. édita). Michell y sus trabajadores abandonan Michell, Ricardo Bajo Pisagua en el vapor Pisagua. 1902 (Bitácora inédita).

20 de noviembre Se firma el laudo arbitral entre Chile y Argentina. 18 de diciembre 22 de diciembre 1903

Febrero

19 de mayo 2 de junio 1904

15 de julio 20 de julio

186

Juan Bautista Contardi ingresa solici- Decreto 658 con antud sobre Baker. tecedentes. Agustín Baeza Espiñeira, Inspector Decreto 658 con anGeneral de Colonización informa po- tecedentes. sitivamente solicitud Contardi. Alejandro Bate y Antonio Asenjo in- Solicitud Asenjo y gresan solicitud al Ministerio de Rela- Bate, 1903. ciones Exteriores para ocupar tierras en el Baker. Decreto 658 RREE, otorga permiso de Decreto 658 con anocupación a Juan B. Contardi. tecedentes. Toma de razón del Decreto 658 por Decreto 658 con anparte de Tribunal de Cuentas. tecedentes. Reducción a escritura pública Estatu- Notaría Valparaíso. tos de la Compañía Explotadora del Baker.

Decreto 1682 aprueba traspaso Con- Decreto 2857 con tardi a Juan y Florencio Tornero. antecedentes.

23 de agosto 23 de octubre 26 de octubre

Decreto 2857 Min. Hacienda, autoriza Decreto 2857 con funcionamiento de la empresa. antecedentes. Florencio Tornero se encuentra en Periódicos de Puerto Montt. Puerto Montt y Chiloé. Florencio Tornero viaja junto a otros Periódicos de Puerempleados de la compañía a Argenti- to Montt y Chiloé. na vía Nahuelhuapi.

30 de noviembre Se reduce a escritura pública Decreto Notaría Santiago. 2857 de Hacienda. 1905

14-15 de Febrero William Norris y 5 hombres salen de Norris, William Santa Cruz rumbo al Baker para efec- 1939. Tschiffely, tuar una exploración dentro de la con- Aimé 1940. cesión. Marzo

Llegan al Baker Enrique Bórquez y su Norris, William gente, enviados por la empresa desde 1939. Tschiffely, Chiloé para esperar a Norris. Aimé 1940. Norris llega a fines de marzo y se en- Norris, William cuentra con Bórquez. 1906 y 1939.

Abril Mayo o junio 1906

14 de febrero

A mediados llega Norris a Puerto Norris, Montt. 1939.

Tres o cuatro trabajadores mueren aho- Periódicos de Chigados en el río Baker al darse vuelta la loé. embarcación en la que navegaban. Norris deja río Negro para arrear el Carta Norris 1906. ganado hasta Baker.

Antes del 14 de Norris llega al río Mayo. marzo 27 de marzo 9 de abril Abril

William

Carta Norris 1906.

Se anuncia viaje a Magallanes de Flo- Diario El Mercurio rencio Tornero y Julio Vicuña Suberca- Valparaíso. seaux. Florencio Tornero sale desde Puerto Periódico La AlianMontt en vapor Chile. za Liberal (referencial). Tornero y Vicuña Subercaseaux llegan Carta Norris 1906. al Baker.

187

15 de Mayo 17 de mayo 21 de Mayo 12 de junio

16 de junio 16 de junio

25 de junio 7 de julio 10 de julio 1 de agosto 13 de agosto 16 de agosto 27 de agosto

188

Norris llega a La Colonia para buscar Carta Norris 1906. personal que ayude a los arrieros que esperan con el ganado en la pampa. Por la mañana sale Norris desde La Carta Norris 1906. Colonia con 8 hombres para ir en busca de los otros arrieros rezagados. Norris encuentra a los arrieros y el ga- Carta Norris 1906. nado detenidos por la nevazón. Tornero y su acompañante Vicuña Carta Norris 1906. Subercaseaux salen de Bajo Pisagua rumbo a Caleta Hale. Tornero asegura que irá a gestionar un vapor para sacar a los obreros.

El vapor Valdivia zarpa de Punta Are- Diario El Porvenir. nas rumbo al norte, iba en malas condiciones. Habría comenzado el proceso de en- Carta Norris 1906. fermedad de los trabajadores (el 16 de agosto Norris escribe: "desde hace 2 meses están enfermos".

Naufraga el vapor Valdivia frente a Diario El Porvenir. Lebu, al sur de Isla Mocha.

Muere el primer obrero, Santiago Ba- Periódico La Alianrrientos. za Liberal, 11 de octubre 1906. Llegan Tornero y Vicuña Subercaseaux Diario El Magallaa Punta Arenas en vapor Samara. nes. Norris envía a su hombre de confianza Carta Norris 1906. a Caleta Hale con orden de abordar un vapor y apurar la venida de rescate. Empleado enviado por Norris aborda Carta Norris 1906. un vapor en Caleta Hale rumbo al norte. Norris comienza a escribir su carta Carta Norris 1906. desde Bajo Pisagua. Norris retoma la escritura de su carta Carta Norris 1906. e informa el entierro de 28 fallecidos y tres muertos más y que casi se habían acabado las medicinas.

4 de septiembre 8 de septiembre

Gobernador de Quinchao telegrafía Fondo Intendencias, a intendente de Llanquihue dando la ANH. noticia. Aparece la primera noticia sobre Bajo Periódico La AlianPisagua en La Alianza Liberal za Liberal.

15 de septiembre Se termina el azúcar en el campamen- Carta Norris 1906. to de Bajo Pisagua.

27 de septiembre Ministro del Interior responde a inten- Fondo MinInt, ARdente Llanquihue. NAD.

2 de octubre 4 de octubre 6 de octubre 15 de octubre

Norris retoma su carta comentando Carta Norris 1906. que ha llegado el vapor a sacarlos.

Sale de Valdivia el vapor Baker rumbo Diario El Correo de "a Punta Arenas". Valdivia. Llega a Puerto Montt el vapor Baker.

Intendente de Chiloé telegrafía a mi- Fondo Minint, ARnistro del Interior. NAD. Norris finaliza su carta en Dalcahue Carta Norris 1906. dando los últimos antecedentes al tío y probablemente la envía. Norris recibe el vapor Baker.

15 y 19 de octubre

19 o 20 de octubre 17 de diciembre

Periódico La Alianza Liberal.

Carta Norris 1906.

Norris cierra trato por 20.000 ovejas Carta Norris 1906. (¿vía telégrafo desde Chiloé?)

Ministro del Interior oficia a RREE y Fondo MinInt, ARa Marina, instruyendo que sea Marina NAD. la que investigue lo ocurrido en Baker.

En Dalcahue, familiares y vecinos de Periódico La obreros fallecidos y sobrevivientes ha- Cruz del Sur, brían intentado atacar a Norris 19/10/1906. Tschiffely, Aimé 1940. Norris retorna al Baker para dejar tra- Carta Norris 1906. bajadores y sigue rumbo a Punta Arenas para arreglar la entrega de ovejas y contratar un capataz de ovejas.

Norris se encuentra en Punta Arenas y Libro de visitas visita el Club Inglés. Club Inglés de Punta Arenas. En www. patlibros.org.

189

1907 1 de febrero

Noviembre

Acontecimiento

Referencias (ver fuentes y bibliografía)

Norris se encuentra nuevamente o to- Libro de visitas davía en Punta Arenas y presenta en Club Inglés de Punel Club Inglés a una visita. ta Arenas. En www. patlibros.org. Charles Milward, cónsul británico en Punta Arenas visita Bajo Pisagua y allí se entera, de boca del administrador William Norris, sobre la tragedia ocurrida el año anterior.

Martinic, 2008. Ivanoff, 2011.

Mateo

Danka

Noviembre, di- Gerente de la Cía. Baker es José Luis Notaría Santiago. ciembre Riesco. Diciembre

1908

7 de enero

15 de enero

29 de enero

23 de abril

190

Se declara la quiebra del Banco Mobi- Prensa chilena. liario.

El notario Larrazábal recibe letra pro- Notaría Santiago. testada a favor de Braun y Blanchard por $ 30.083,57 contra Cía. Baker tomada el 27 de nov. 1907 en Banco Anglo Sud Americano Charles Milward publica una crónica Martinic, sobre el viaje que realizó a Aysén a fi- 2008. nes del año anterior, en la que menciona su recalada en Bajo Pisagua y relata haber escuchado que durante la crisis de 1906, los obreros sanos tuvieron un comportamiento inhumano para con los enfermos, cobrándoles por atención.

Mateo

El notario Abalos recibe letra protes- Notaría Santiago tada a favor de la Cía. Baker y contra Florencio Echeverría, tomada el 14 de nov. 1907 en Banco de la República por $1.640.

Se publica Concurso de quiebra de la Diario El Mercurio Cía. Explotadora del Baker y se nom- de Santiago. bra síndico provisorio a Francisco Langlois.

2 de mayo 10 de mayo

26 de mayo 6 de junio

25 de junio

4 de agosto

9 de octubre

5 de diciembre

28 de diciembre 31 de diciembre 1909

11 de enero

Francisco Langlois otorga poder a Notaría Valparaíso. Walter Battle para representarlo en Valparaíso. El gerente de la época Walterio Battle Notaría Santiago. -previa autorización del Síndico Langlois- contrata a Guillermo Titus como capitán del vapor Baker y la Goleta Luisa situados en Bajo Pisagua. Francisco Langlois otorga poder al Notaría Santiago. Banco de Londres y Río de la Plata en Argentina para cobrar deudas.

Abogado Nazario Berrios, en repre- Archivo Judicial de sentación de la Municipalidad de Santiago, ANH. Santiago, demanda a la Cía. Baker por deudas de contribuciones. Se realiza la primera junta de acree- Notaría Santiago. dores del concurso de la Cía. Explotadora del Baker. Se ratifica a Francisco Langlois como síndico. Segunda junta de acreedores en San- Notaría Santiago. tiago. Se levanta acta de verificación de créditos contra Cía. Explotadora del Baker. Francisco Langlois otorga poder a Notaría Santiago. Juan Shepard Carlile, comerciante de Buenos Aires, para representar los intereses del concurso. Guillermo Steele, administrador en Notaría Bajo Pisagua vende por escritura pú- Montt. blica en Calbuco el vapor Baker a Carlos Oelckers.

Puerto

Guillermo Titus estampa un protesto Notaría en Notaría de Puerto Montt por el se- Montt. cuestre del vapor Baker.

Puerto

Titus estampa nueva protesta ante el Notaría notario. Montt.

Puerto

Guillermo Titus otorga poder a Carlos Notaría Oelckers para que cobre lo que la Cía. Montt. Explotadora del Baker le adeuda en sueldos desde el 10 de mayo de 1908.

Puerto

191

6 de abril 30 de abril

23 de julio

192

Escritura pública de compraventa va- Notaría Santiago. por Baker y goleta Luisa entre Cía. Explotadora del Baker y Carlos Oelckers. Carlos Oelckers se da por recibido a Notaría satisfacción de las embarcaciones y to- Montt. dos sus útiles según inventario de 30 de diciembre 1908.

Puerto

El Ministerio de Relaciones Exteriores Decreto 1852, 13 de recibe la solicitud de Santiago Díaz de diciembre de 1911. Punta Arenas, en la que pide se declare MinRel, ARNAD. caducada de hecho la concesión Contardi, debido al fracaso de la Cía. Explotadora del Baker y le entreguen a él las tierras del Baker. En esta solicitud se origina el proceso de caducación de la concesión Contardi, que se verificará el 13 de diciembre de 1911.

ANEXO DOCUMENTAL

Nota: El presente anexo documental contiene la transcripción literal de todas las fuentes de prensa escrita que fueron halladas y utilizadas en la presente investigación. También se han transcrito literalmente los documentos producidos por organismos gubernamentales (oficios, telegramas) y las sesiones del Senado de la República. No se ha querido intervenir los textos con correcciones o advertencias respecto de la ortografía o redacción, por cuanto se trata de documentos originales cuya factura da cuenta de la época en que fueron producidos.

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1. CRÓNICAS DE PRENSA, 1904-1908 Periódico La Alianza Liberal, Puerto Montt: publicación trisemanal, martes, jueves y sábado Año XI, Nº 565 30 de septiembre 1904 SOCIEDADES GANADERAS Como dato indagador para el estado financiero de nuestro pais los diarios del norte toman nota de las sociedades ganaderas que se han organizado con fuertes capitales en el curso del presente año. Las sociedades que se han constituido hasta la fecha son las siguientes: Sociedad de Laguna Blanca, con 150,000 libras esterlinas de capital. Sociedad Estancias Santa Cruz con 60,000 pesos; Sociedad Chile i Arjentina con 625000 pesos; Sociedad Ganadera de Bodudahue con 1,200,000 pesos; Sociedad Lecka con 1000,000 i medio de pesos; Sociedad Cerro Palique con 600,000 pesos; Sociedad Backer con 2 000,000 de pesos; Sociedad Rio Bueno con medio millon de pesos; Sociedad Ganadera de Magallanes con 2.000 000 de pesos; Sociedad Explotadora de la Riqueza de Llanquihue con 1,000 000 de pesos; Sociedad Simpson con 1.000,000 de pesos; Sociedad Cochamo con 3 000,000 de pesos; Sociedad de Lanas i Graserias con 1 500,000 Año XI, Nº 567 8 de octubre de 1904 NUEVA SOCIEDAD GANADERA.- A la lista de las Sociedades Ganaderas que publicamos en números anteriores, debemos hoi agregar la Anglo-Chilena Pastoril Limited formada recientemente en Londres con un capital de 120.000 libras esterlinas. Esta Sociedad esplotará los terrenos del Rio Cisne que en un tiempo fueron otorgados a unos señores Bravo i Allende. Se introducieran cincuenta familias de colonos e implantarase, ademas de otras industrias, la ganaderia con base de 300 mil ovejas. El Directorio de esta importante sociedad, cuyo centro de operaciones será Puerto Montt, lo componen los señores: Presidente Thomas Holdich.

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Consejeros: Franck Hgue; capitalista i gran corredor de lanas; Arnold Wethered ganadero de Nueva Zelanda i hnombre mui estimado en estos negocios; Andely Charlee Cosling, ex - Ministro de Inglaterra en Chile. Año XII, Nº 572 21 de octubre 1904 SOCIEDADES GANADERAS Estraordinario movimiento ha tomado la poblacion con motivo del enganche de trabajadores para las estancias ganaderas que estableceran en Cochamó, Aissen i otros puntos las sociedades recientemente constituidas en el pais i en el estranjero. Es de ver los grupos de individuos que se estacionan a las afueras de las casas donde residen los ajentes, administradores o empleados de estas sociedades, para obtener una plaza de trabajador en las faenas ganaderas. Con motivo de la orden recibida por el empleado de la Compañía Industrial de Aissen señor Guillermo Müller para contratar trescientos trabajadores, la afluencia de jente en la calle Quillota ha sido enorme. Para evitar aglomeraciones i confusiones el señor Müller ha ido anotando a los individuos en cuadrillas de a quince hombres. Las plazas estan todas llenas i ahora se espera unicamente la llegada del jerente de la Compañía señor Yhon Dun, el cual ya debe estar en viaje de Punta Arenas a este puerto. El señor Dun ha contratado un vapor de los señores Braun i Blanchard para conducir la jente a Aissen. Uno vez en este lugar los trabajadores serán distribuidos en cuadrillas, unos para construir un camino desde Aissen a la estancia arjentina Nirihuao, los otros en roces i otros trabajos. Se ha contratado tambien treinta carpinteros, los cuales seran ocupados en levantar cien edificios para las familias de colonos que la sociedad se ha obligado instalar en el mencionado lugar. Año XII, Nº 573 23 de octubre 1904 SOCIEDAD GANADERA.- Se encuentra en esta el Administrador Jeneral de Sociedad Esplotadora del Becker, que tiene una concesión de un millón de hectareas i emprenderá el miercoles viaje a la Arjentina, via Nahuelhuapi a fin de introducir en la concesion las primeras partidas de ganado lanar, a cuya crianza se destinará el terreno cedido. Esta sociedad tiene mui buenas espectativas de éxito.

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Año XII, Nº 578 4 de noviembre 1904 MOVIMIENTO MARITIMO.Estraordinario movimiento se ha notado en los últimos dias en nuestra bahía. Ademas de las dos naves de guerra que han estado ancladas por algun tiempo, i de los dos vapores de la carrera a Valparaiso i Chiloé, el puerto ha recibido la visita de los siguientes vapores que se indican: El “Cambronne” procedente de Punta Arenas fondeó en la tarde del domingo i regresó en la madrugada de anteayer. El “Magallanes” procedente del mismo puerto entró el lunes. Saldrá el lunes para Aissen conduciendo los trabajadores contratados por la Sociedad Ganadera de dicho lugar. El “Elm Branch” de Liverpool llegó en la tarde de ayer con un cargamento de maquinaria para la Sociedad Ganadera de Cochamó. El “Reloncaví” llegó ayer del lugar de su nombre. Año XII, Nº 580 9 de noviembre 1904 A AISSEN.- Gran movimiento de jente se ha notado hoi en el muelle i el malecon desde las primeras horas de la mañana, con motivo del embarque de los trescientos i tantos trabajadores contratados para la Sociedad Ganadera de Aissen. Año XII, Nº 581 11 de noviembre 1904 A AYSEN.- Anteayer, a las 6 de la tarde mas o menos, zarpó para Aysen el vapor “Magallanes” llevando a su bordo los empleados de la Sociedad Ganadera que en la mencionada parte se ha establecido, i a remolque una goleta en la cual iban no menos de 200 trabajadores. Desde las primeras horas de la mañana del miércoles, se vio un inusitado movimiento de jente principalmente en las calles Varas i Cayenel, en el Mercado, en el Malecon i en el Muelle. Los negocios, especialmente los despachos, se vieron atestados de clientes cuya mayoria la componian los individuos contratados por la Sociedad Ganadera, acompañados de sus parientes i amigos, que gastaban en copas todo o parte del anticipo que se les habia dado. Como se comprenderá estas libaciones pusieron mui luego a la jente en un estado demasiado alegre i belicosa, una parte, ofreciendo de este modo el embarque un espectaculo de mui variadas impresiones.

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Los viajeros, en estremo alegres, seguido de un sequito de mujeres viejos y chiquillos, se despedian en abrazos efusivos, adioses cariñosos, bajando enseguida a los botes que los conducian a bordo. Las mujeres i los chiquillos lloraban. En uno de los botes se trabó un altercado que dejeneró en riña, pero luego se volvió al contento. A las 4 P.M. puede decirse, estaba toda la jente embarcada en la goleta la cual hormigueaba su cubierta de personas i a las 6 el vapor hacia proa al sur. Al muelle, malecon i la calle Portales acudieron numerosas personas a presenciar la partida de los trabajadores de Aysen. Año XII, Nº 608 12 de marzo 1905 EFECTOS DE LAS ESPECULACIONES Los papeles de las sociedades ganaderas organizadas ultimamente han bajado considerablemente, en los últimos dias, produciendose un gran pánico i muchas ruinas en Santiago. Las acciones de la Sociedad Chile Arjentina bajaron cien puntos en quince dias i es la que mas ruinas ha causado. Los Bancos estan tomando medidas enérjicas, para impedir la especulacion con acciones. Año XII, Nº 664 15 de octubre 1905 COLONOS En el Quito que fondeó la tarde del viernes en este puerto llegaron doscientas familias de colonos para Yelcho. Año XII, Nº 666 22 de octubre 1905 NAUFRAJIO El vapor “chacao” de propiedad de los señores Oecklers Hermanos que salió de este puerto el cuatro del presente conduciendo trabajadores para la sociedad Aysen, naufragó el dia siete, a causa de haber chocado con una roca veinte millas al sur de Melinka.- A su bordo iba el jerente de la sociedad Aysen señor Dun. La tripulacion i jente se salvaron. Se cree completamente imposible salvar el vapor.

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Año XII, Nº 684 24 de diciembre 1905 GOLETA AYSEN El jueves veintiuno llegó a este puerto la goleta “Aysen” procedente del puerto del mismo nombre que fue construida por don Guillermo Müller. La goleta “Aysen trae un cargamento de maderas para esta ciudad. Aquí se le pondrá el caldero i las maquinarias para transformarla en vapor. 1906 Año XIII, Nº 688 11 de enero 1906 AJENTE DE ADUANA El jerente de la sociedad Industrial de Aysen don Juan Dun ha sido reconocido como Ajente de Aduana en este puerto. Año XIII, Nº 690 17 de enero 1906 COCHAMÓ Se nos informa que la mayor parte de la jente trabajadora contratada por la sociedad Agrícola i Frigorífica de Cochamó, se esta retirándo debido al mal trato que se les dá. Si esto sigue, mui pronto veremos paralizados los trabajos en Cochamó por falta de brazos. Año XIII, Nº 692 25 de enero 1906 A PUNTA ARENAS A mas de doscientos subio el numero de personas que se embarcaron en el “Arica” con destino a Punta Arenas. La mayor parte de estas personas es jente trabajadora contratada en este pueblo para trabajar en el alcantarillado de esa ciudad. Esta jente se quedará en Ancud, esperando la llegada del transporte “Maipo,” que debe llevarlos al lugar de su destino. GOLETA AYSEN Han quedado terminados los trabajos de instalacion de la maquinaria a vapor de la goleta Aysen. El domingo se hizo la primera prueba en el canal de Tenglo.

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Año XIII, Nº 711 08 de abril 1906 EN EL VAPOR CHILE ATROPELLOS INAUDITOS En la noche del jueves ultimo se llevo a cabo a bordo del vapor ‘Chile’ un atropello inaudito en la persona de un humilde jornalero. La condicion de la victima y del autor de los desmanes de que vamos a dar cuenta, harán que este acto sea duramente condenado por la opinion, i castigado, como merece, por la justicia. En calidad de pasajero de segunda clase, se habia embarcado en la noche citada, en compañia de otros individuos que habia contratado una Sociedad Ganadera, el conocido jornalero Lisandro Alvarado. Por un deseo de curiosidad subió Alvarado a la cubierta, donde permanecia paseándose por algunos instantes cuando un piloto de nacionalidad inglesa, irritado sobre manera por su presencia, le dió un feroz golpe con un martillo ordenándole a la vez que se retirara de este lugar. Naturalmente, con este acto atropellado i violento Alvarado creyéndose agredido, como en realidad lo estaba, tomó una actitud de defensa para repeler tan inesperado como cobarde ataque. Viendose el gringo en situacion distinta a como se la habia imaginado comenzo a llamar a sus marineros los cuales acudieron en el acto i como lobos hambrientos se lanzaron sobre Alvarado a quien derribaron al suelo a puñetazos i punta-pies. El piloto alentado por esta facil victoria golpeaba e insultaba a Alvarado al mismo tiempo que ordenaba se le colocaran esposas. Personas de esta localidad que se encontraban a bordo, indignados ante estos actos de barbarie, quisieron interponerse, pero no se les permitió ni que realizaran la menor protesta pues el piloto i sus marineros amenazaban a todo el mundo. Lo peligroso de tales circunstancias xxx. Alvarado fue encadenado como al peor criminal i atado a una columna en la cubierta de donde pocos momentos despues de verse libre de sus victimarios logró escaparse i refujiarse en uno de los botes que se encontraban al costado del vapor. Impuesto de esto el piloto i sus esbirros sanguinarios, se precipitaron como locos al bote, de donde subieron arrastrando i pisoteando a Alvarado i su zaña habria llegado quiza donde si las protestas de las personas, especialmente el patron del infeliz jornalero no se hubieran redoblado en forma harto enérjica. Hechos como los que narramos se suceden con cierta frecuencia en los vapores donde cualquier empleado se cree un Zar autorizado para vejar en la

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forma que mejor le plazca, a los pasajeros o fleteros que tienen la verdadera desgracia de pisar las cubiertas de sus buques. Hoy mas que nunca nos hemos sentido irritados por este acto que debe ser castigado por nuestras leyes, ya que el se ha desarrollado en la forma del mas refinado salvajismo. Denunciamos de una manera formal estos hechos a la Gobernacion Marítima, la cual esperamos, se apresurará a levantar el sumario correspondiente para el castigo del culpable. Reclamamos garantías para la jente de mar, para los comerciantes, en fin para todo el mundo que tiene necesidad de frecuentar los vapores. Año XIII, Nº 740 21 de julio 1906 Malestar del pueblo (editorial) Es evidente que algo grave pasa en Chile en cuanto a la organización social. Las frecuentes amenazas de huelga lo estan diciendo. El estado social chileno seguramente no corresponde a lo que debe ser en justicia. No conocemos bien el fondo de este asunto. Nuestros estadistas (si los tuviéramos) deberian conocerlo i remediar el mal. No obstante, un hecho es visible para todo el mundo: las dificultades de la vida, el malestar del trabajador i su familia. Los diversos trusts que se han organizado, han elevado los precios de los articulos de consumo en provecho del capital i en perjuicio del trabajador. Probablemente el salario del trabajador no es ahora suficiente para la satisfaccion de sus necesidades. A veces ni aun le alcanzará para su alimentacion, mucho menos para su abrigo i mucho menos aun para darse alguna comodidad. El capitalista, en cambio, ve acrecentarse su caudad i las ventajas de que goza. La irritante desigualdad crea naturalmente una lucha entre el trabajador i el capitalista. De ahí los choques mas o menos violentos, las huelgas i la ajitacion de las clases trabajadoras que va en aumento. Año XIII, Nº 769 08 de Septiembre 1906 EN RIO BAKER Jente abandonada Pedimos investigacion De Curaco se denuncia que la Sociedad Esplotadora del Rio Baker ha dejado

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abandonados un cierto número de trabajadores que llevó a los terrenos de su Concesion. La denuncia ha sido dirijida por telégrafo a la Intendencia de Llanquihue, solicitando amparo. Se agrega al denuncio que varios de esos trajadores abandonado están muriéndose enfermos sin recibir auxilio de ninguna clase. Creemos necesario hacer una investigacion rápida, i poner el remedio. No seria posible permitir un abandono como el que se denuncia. Colonización INMIGRANTES INGLESES En el vapor Callao que pasó para Yelcho, vienen de Liverpool para instalarse en los terrenos de la “Yelcho Palena” 21 familias de inmigrantes ingleses, industriales i agricultores con un total de 80 personas. Año XIII, Nº 770 11 de Septiembre 1906 ASUNTO BAKER Reclamamos Desgraciadamente parece ser efectivo el abandono de sus trabajadores por la Cia. Explotadora de Baker, a juzgar por las noticias que tenemos. La espresada Cia. contrató aquí varios trabajadores, i estos, ántes de irse, dejaron establecidas para subsistencia de sus familias, mesadas que la Sociedad pagaba por intermedio de la Chile-Arjentina. Pues bien, estas mesadas han sido suspendidas desde el mes pasado para todas las familias a la vez. Hai ahora que averiguar porqué la Cia. ha dejado de pagar esas mesadas perjudicando a familias pobres. ¿Ha suspendido la Cia. sus trabajos? ¿Ha despedido a la jente contratada? ¿Dónde está esa jente? ¿Hai recursos en Baker para su mantenimiento i para atenderlos en sus enfermedades? ¿Tienen médico, tienen botica? ¿O están simplemente abandonados en el campo como los reses de la Sociedad? En nuestro entender, las autoridades deben poner mano en este asunto, i obligar a la Cia. a cumplir sus obligaciones i sus deberes humanitarios Reclamamos pronta investigación i justicia. --------En la Intendencia se nos ha informado que el Gobernador de Achao mandó por telégrafo un denuncio sobre este grave asunto i q’ el telegrama fue comunicado al Ministro del Interior.

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Según el Gobernador de Quinchao, son más de doscientos los trabajadores abandonados en Baker. -----De este pueblo fueron contratados i llevados a Baker, los siguientes trabajadores en su totalidad jefes de familias domiciliadas en Puerto Montt: Luis Paredes Jacinto Vidal José Rojel Lizandro Alvarado José Baldomero Covasich Juan Pio Loaiza Francisco Garai Los demás son de Achao i sus vecindades. Año XIII, Nº 777 29 de septiembre 1906 Marítima Vapores Hoy o mañana debe llegar a este puerto el vapor Araucanía que hace varios días salió de Punta Arenas con rumbo a Puerto Montt. Este vapor ha sido adquirido en Europa por la Sociedad Ganadera del Aysen. Año XIII, Nº 778 02 de octubre 1906 Marítima Una errónea información nos hizo decir en el número anterior que el vapor Araucanía, que es esperado de un dia a otro en este puerto, habia sido adquirido en Europa por la Sociedad de Aysen. El nombrado vapor no es otro que el antiguo Cambronne de la casa Braun y Blanchar de Punta Arenas. Viene, ahora, a este puerto consignado a la Sociedad del Aysen con el objeto de llevar a Magallanes un cargamento de madera. Año XIII, Nº 779 04 de octubre 1906 Marítima (…) Vapores i pasajeros (…) En la mañana de hoi entró al puerto el vapor inglés Agophantum procedente de la India. Viene consignado a los SS Oecklers Hnos. para quienes trae un cargamento de 1000 sacos de arroz.

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También fondeó hoi en esta bahía el vaporcito Backer adquirido en Valdivia por la sociedad del rio Baker. Año XIII, Nº 781 09 de octubre 1906 EN RIO BAKER Más de 200 trabajadores abandonados 67 personas mueren de hambre PEDIMOS CASTIGO PARA LOS CULPABLES Hemos estado casi a diario denunciando el rumor, cada vez más acentuado, de que en el Rio Baker habian sido abandonados cerca de doscientos trabajadores que allí llevó para sus faenas la Sociedad Ganadera del mismo nombre, por cuya suerte se temió en mas de una vez. El aislamiento completo, la falta de toda comunicación impedian tener datos precisos de los hechos denunciados y muchas veces, dada la magnitud de la gravedad, llegamos a dudar de la veracidad de las informaciones que al respecto recibimos. Desgraciadamente todo, i mas que todo esto, ha tenido fatal confirmacion. En la tarde del sábado arribó a nuestro puerto una chalupa procedente de Chiloé tripulada por Lisandro Alvarado, Francisco Garai, Juan Pio Loaiza, Jacinto Vidal, José Baldomero Covasich, José Rojel y Luis Paredes, trabajadores todos de las faenas de Rio Baker. Estos trabajadores tienen sus familias en este pueblo i han soportado con felicidad las crueles privaciones que han causado la muerte a muchos de sus compañeros de trabajo. ---Hemos tenido la oportunidad de conversar con todos estos trabajadores i todos ellos nos han pintado en su sencillo lenguaje los horrores de las espantosas privaciones del abandono en que estuvieron sumidos durante tres largos i rigurosos meses de invierno. Es casi increible lo que ha pasado o mejor dicho lo que se ha dejado pasar en Rio Baker. Aquello fué incomparablemente horroroso. Se dejó a doscientos trabajadores para que mueran de hambre como en los tiempos de salvajismo que a los criminales se les hacia perecer en el mas completo olvido. Veamos como pasaron las cosas. A mediados de abril arribaron a Baker los trabajadores contratados aquí i en Chiloé. Todo marchó bien hasta junio en que el jefe señor Florencio Tornero abandono Baker para tomar un buque que se dirijia a Punta Arenas, de donde, dijo, enviaria un vapor para sacar a los trabajadores.

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Las provisiones comenzaron a escasear i la situacion se angustiaba. Solo harina, arroz i porotos constituian la comida. La falta de carne comenzó a tener consecuencias. Muchos trabajadores enfermaron. El escorbuto hacia su aparicion i bajo sus garras moría en la noche del 7 de Julio la primera víctima. Todos los trabajadores traen anotadas en sus libretas esta fecha fatídica que marcó la iniciacion de nuevos i grandes martirios. Los enfermos i los muertos se sucedian diariamente. No había donde recurrir. La situacion se empeoraba mas i mas. Un dia se trajo cuatro animales vacunos que fueron destinados a los enfermos, i otro ocho huemules que algunos trabajadores cazaron en las cercanías de su campamento. A fines de Julio la harina se concluyó i con ello la situacion se hacía aun mas angustiosa. Las muertes de los trabajadores se redoblaron. Pocos eran ya los realmente sanos. La llegada del vapor prometido era esperado con loca ansiedad. Por fin, a mediados de Setiembre arribaba el vapor Araucanía i en el se embarcaban los que lograron sobrevivir a esta verdadera hecatombe. Quedaban sepultados a las orillas del Río Baker cincuenta i nueve trabajadores, víctimas del criminal abandono en que estuvieron relegados. El 1° de Octubre arribaban en el Araucanía, 170 personas muchas de las cuales venian en un lastimoso estado de postracion. De Achao se trasladó a Dalcahue una gran parte de los trabajadores, entre éllos los de Puerto Montt. En Dalcahue fallecieron 8 a consecuencia del escorbuto. De ese puerto, las personas que pertenecian a nuestro pueblo, fletaron una chalupa en la cual han vuelto a sus hogares. Año XIV, Nº 782 11 de octubre 1906 LOS MUERTOS DE BAKER PEDIMOS JUSTICIA Reclamamos con enerjía en setiembre cuando supimos que la Cia Baker tenia en abandono punible a doscientos trabajadores. Cuando fue Intendente suplente don Jerman Oecklers, dirijió representacion sobre este asunto al Ministerio, i éste contesto que “eso no era asunto del Gobierno”.

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Entre tanto, ciudadanos chilenos morian como moscas, por el hambre i por el escorbuto, víctimas de la avaricia de una Sociedad de opulentos. Despues de tres largos meses de martirio, los sobrevivientes de la hecatombe han llegado a sus hogares i sus narraciones nos horrorizan. Hemos pedido una investigacion i el castigo de los culpables. No tenemos noticia de que esa investigacion haya comenzado. Es necesario que se sepa que no estamos dispuestos a dejar de mano este asunto. Necesitamos justicia completa. --Damos a continuacion la lista de los muertos con la fecha de la muerte. Faltan los nombres de los ocho que llegaron enfermos i murieron en Dalcahue. Julio 7 Santiago Barrientos 11 Miguel Soto Ojeda 12 Gabriel Ojeda 14 Emilio Perez 27 Victor Yahuel 28 Isaias Barrientos 29 Hipólito Ojeda 30 Pedro Jil Oyarzo Agosto 1 Pedro Guerrero 2 Clodomiro Barrientos 2 Melchor Navarro Sánchez 3 Guillermo Millapel 7 Juan Ruiz 8 Santiago Torres 9 Francisco España 11 Roman Diaz 11 Juan Pedro Triviño 14 Juan de Dios Ruiz 17 Antonio Barrientos 19 Juan Pedro Sanchez 21 Rudecindo Aguilante 22 Francisco Diaz 23 Hermenejildo Aguilar 24 Manuel Telcan 25 Pedro Antonio Villegas 27 Enrique Diaz José Ulloa

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Francisco Ruiz Enrique Cárdenas Cárcamo 28 Eusebio Barria 29 Casimiro Soto Juan B. Agüero 30 Ramon Barrientos Setiembre 1 Santiago Trujillo 2 (José?) Daniel Barrientos 4 Guillermo Navarro 6 Braulio Obando 7 Ignacio Paillante 8 José Rosas Tribiño 10 José Dolores Ampuero Agustin Yahuel Juan Vidal Santiago Millapel 12 Santiago Barrientos Barrientos 15 Manuel Ojeda 16 Juan de Dios Ampuero Cirilo Aguilante Olegario Vidal 18 Aureliano Runin David Velasquez Julian Toro Santiago Alarcon 21 Ramon Millapel Victoriano Caro 22 Prudencio Caro Díaz 25 Inocencio Anquintin Juan Gallardo 26 Juan Antonio Muñoz Pedro Borquez Año XIII, Nº 783 13 de octubre 1906 LO DE BAKER Nuevas informaciones Tomándola de La Justicia de Ancud damos a continuacion la protesta hecha ante el notario de Ancud por el capitan del Araucanía que trajo a Chiloé a los sobrevivientes del Baker.

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Es la declaracion de un testigo intachable, que servirá para agregarla al proceso que deberá formarse a la criminal Sociedad de Baker por haber dejado morir a sus trabajadores. Hai que obedecer a la opinion pública que, representada por la prensa de Chiloé, pide las mas severas penas para los delincuentes. Protesta En la ciudad de Ancud a 4 de Octubre de mil novecientos seis, ante Notario Público de este departamento i testigos cuyos nombres se espresarán a la conclusion, compareció don Guillermo Titus capitan del vapor nacional Araucanía, marino, mayor de edad a quien conozco i dijo: que venía en reducir a escritura pública la siguiente protesta: Señor Notario Público. Guillermo Titus capitan del vapor nacional Araucanía de la casa Braun i Blanchard de Punta Arenas a Ud. respetuosamente digo: que se sirva insertar en el protocolo a su cargo la presente protesta por las causales que paso a esponer. El 14 de Setiembre del presente año salimos de Punta Arenas con destino a Puerto Montt e intermedios, debiendo pasar a la colonia de Río Baker a fin de buscar una cantidad de hombres que se encontraban ahí desde hace mucho tiempo, trabajando en desmontes i fabricacion de caminos. Llegamos a aquella colonia i me encontré que debía embarcar ciento cincuenta i siete hombres en miserable estado i de los cuales cincuenta estaban gravemente enfermos. A poco de embarcarse i antes d’ salir de los canales se murieron dos. Encontrándose sin víveres de ninguna especie, i aun cuando no tenía obligacion de darles víveres, dada la aflictiva situacion en que se encontraban, dispuse se les proporcionasen de los víveres de abordo, previniendo que solo teníamos los suficientes para la tripulacion hasta Puerto Montt. Habiendome formado juicio en consejo de oficiales que no podría ir hasta Ancud con los hombres en aquel miserable estado, resolví pasar a Achao donde llegamos el primero del presente. Allí desembarcamos a los que iban a ese destino i tomamos al doctor para que nos acompañase a cuidar a los que debían desembarcarse en Dalcahue. Vuelvo a repetir Señor Notario que el estado sanitario de los pasajeros era lastimoso i que, a pesar de los cuidados i atenciones q’ se les prestaron abordo se murieron algunos mas. Por estas consideraciones es lójico suponer la fuerza mayor que me obligo a recalar en aquellos puertos, ya que al haber hecho el viaje directo a Ancud se habrian muerto tal vez unos veinte. Debo igualmente prevenir S. Notario, como puedo probarlo, que en aquellos puertos no he desembarcado ni un solo bulto de modo que no hai ni puede caber responsabilidad alguna a la nave de mi mando. En consecuencia i en virtud de lo que dispone el Código de Comercio vengo en protestar cuantas veces sean de derecho contra la fuerza mayor que me obligó a recalar en los puertos inhabilitados de Achao i Dalcahue a fin de desembarcar la cantidad de enfermos que traia. Por tanto suplico al Sr. Notario se sirva insertar en el

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protocolo a su cargo la presente protesta i darme la correspondiente copia para los fines que me convengan. –Guillermo Titus-. Conforme con su orijinal que he tenido a la vista i que agrego al final bajo el numero sesenta. –Previa lectura lo otorgó i firmó con los testigos don Manuel F. Maldonado i don Arturo Rosas. –Doi fé. –Gmo. Titus-José M. Saavedra. Año XIII, Nº 784 16 de octubre 1906 ASUNTO BAKER EN PODER DE LA JUSTICIA Empieza la accion de la justicia sobre este grave asunto. La Intendencia ha dirijido al juzgado la siguiente nota: Pto Montt, 13 de Octubre de 1906 “N° 408-Adjunto remito a US. 3 numeros de LA ALIANZA LIBERAL en que se hacen sérios denuncios a la Sociedad Rio Baker por abandono de mas de doscientos trabajadores en el rio del mismo nombre, trabajadores que fueron contratados en esta Provincia i en la de Chiloé, i aun se dá cuenta de la muerte de 67 de estas mismas personas. Ruego a US. se sirva proceder en la forma que estime conveniente. –Saludos a US.-E. Wolleter F. Año XIII, Nº 785 18 de octubre 1906 JUSTICIA Asunto Baker El Juzgado del crímen ha comenzado la investigacion de los sucesos de Baker. Para hoy a las 2 P.M. estan citados a prestar declaracion los trabajadores residentes en este pueblo que estuvieron en Baker en el último invierno entre los abandonados por la opulenta sociedad. Año XIII, Nº 795 10 de noviembre 1906 Sobre Baker Ha repercutido en el Senado de la República la conducta inhumana de la Sociedad de Baker que dejó morir a sus trabajadores por haberlos abandonado en los mas crudos meses del año. El Senador señor Balmaceda ha pedido una investigación. Se recordará que LA ALIANZA denunció esos hechos bochornosos i pidió completo remedio.

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Agradecemos al Senador de Tarapacá su jenerosa intervención en favor de los desvalidos tan mal tratados por los ajentes inescrupulosos de la opulenta Sociedad. Salvajismo de Baker SE PIDE INVESTIGACION Hoy también en el Senado, don Elias Balmaceda senador de Tarapacá, hizo presente al Gobierno el salvajismo de la Sociedad de Baker que dejó morir cerca de la mitad de sus trabajadores, i pidió una investigacion y severo castigo para la Sociedad responsable. 1907 Año XIV, Nº 834 7 de febrero 1907 Marítima NAUFRAJIO DE LA GOLETA “AYSEN” A medio dia de anteayer recibio noticias el Jerente de la Sociedad del Rio Aysen, don Juan Dun, de haberse perdido al Sur de Chiloé la goleta Aysen que no ha mucho habia zarpado de este puerto al lugar del mismo nombre. Según estas informaciones la Aysen naufragó en la madrugada del 2 de Febrero cerca de la isla Garrao I, situada al Sur de Melinka. La tripulacion i los pasajeros que allí iban se salvaron. La goleta como la carga de mercaderías que llevaba se considera totalmente perdida. No se conocen mas detalles de este siniestro ocasionado por el temporal que ese dia reinó en toda la rejion. La Sociedad pierde varios miles de pesos, pues el seguro de quince mil pesos que tenia la embarcacion no alcanza a cubrir el valor de la embarcacion i i el de las mercaderias. La goleta era completamente nueva. En 1905 fué construida completamente en Aysen i poco despues se la dotó en este puerto de una maquinaria a vapor que ayudaba eficazmente a la marcha de la embarcacion, cuando el viento no le era favorable. Año XIV, Nº 882 6 de junio 1907 Marítima Ayer salió el Cordillera para Maullín. Hoi zarparon el Backer para Backer i el Reloncaví para Cochamó. (…)

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1908 Año XVI, Nº 1,133 9 de diciembre 1908 Ciprés de Guaitecas (aviso publicitario) Ofrezco, de todas dimensiones, en grandes i pequeñas partidas. Especialidad en durmientes para ferrocarril i durmientes para telégrafo. Para pedidos i precios, dirijirse a Juan A. Vera Vargas, en Pto. Montt, i al infrascrito en Melinka. CIRIACO ALVAREZ Octubre 29 de 1908 Año XVI, Nº 1,146 22 de diciembre 1908 Marítima Vaporcito “Baker” Pronto saldrá en busca de este vaporcito, uno de los escampavias, para dar cumplimiento a órdenes Superiores de la Armada. Parece que este vapor ha sido vendido fraudulentamente, por lo cual la Justicia ha tomado tambien carta en el asunto. El Baker trae a remolque una goleta cargada de mercaderías, desde el estuario del mismo nombre i hasta la fecha nada se sabe, de la suerte que puede haberle cabido, en los procelosos mares del golfo de Penas i Tres Montes, donde se desarrollan temporales tremendos, en todas las estaciones del año. Año XVI, Nº 1,148 24 de diciembre 1908 Marítima El vaporcito “Backer” Una verdadera odisea – El Toro zarpa en su busca Hoi, cumpliendo una órden de la Direccion de la Armada, el escampavía Toro zarpó en busca del vapor Backer que segun disposicion judicial debe ser depositado en este puerto. Según noticias traidas por el Pisagua el baker estaba hace días en Melinka en viaje a este puerto. A fuerza de necesidad este vaporcito se ha transformado en pirata, pues de los pocos trabajadores que quedaban en Baker, como veinte i tantos hombres, viéndose abandonados, con su salarios de largos meses perdidos i aun amenazados por el hambre, resolvieron abandonar ese lugar i se lanzaron con el vapor i una goleta cargada de cuanto pudieran vender.

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Pero parece que el jefe de estos pseudo piratas ha sido informado de la accion judicial pues en Melinka manifestó deseos de regresar al Sur para dirijirse a la Arjentina. Toma visos de odisea los descalabros de Baker especialmente de los tripulantes del vapor que se han insurreccionado, por la necesidad. Año XVI, Nº 1,151 Martes 29 de diciembre 1908 El secuestre del “Backer” Cómo lo efectuó el “Toro”-Protesta de los tripulantes Como lo anunciamos hace poco, zarpó de este puerto con rumbo al sur el escampavía Toro, llevando la comisión de tomar en secuestre al vapor Backer i una goleta que navegaban al sur de Chiloé. Un poco al sur de la isla grande encontró el Toro al buscado vapor i dió cumplimiento a la órden que llevaba trayéndolos en seguida a este puerto donde fondearon en la tarde del domingo último. Como ese dia no se encontraba en esta ciudad don Ricardo Hollstein, encargado por la Justicia, depositario del secuestre, el Delegado del Territorio Marítimo dispuso que el vapor Backer i la goleta permaneciesen incomunicados hasta la hora de la entrega que fué en la mañana del siguiente dia. Hasta aquí la actuacion que han tenido los miembros de la Armada en este bullado asunto. Ahora las cosas están en poder de la Justicia ante la cual se ventila la liquidacion de la desgraciada Sociedad Backer. --Conviene tambien saber que este vapor no habia salido ocultamente de Backer como se creía al principio sino habia sido vendido por el administrador de la sociedad en liquidación a don Carlos Oelkers de Calbuco. Para recibirse de esta compra fué allá un empleado del señor Oelkers, quien ayer en compañía del capitan señor Titus formularon la correspondiente protesta ante el Notario. Hai, pues, una cuestion judicial de por medio en que se ha anulado, por motivos que no es de nuestra inconbeniencia apreciar, la venta hecha por el administrador de Backer. Marítima La captura del “Baker” Anteayer en la tarde entró el Toro trayendo en secuestre al vaporcito Baker i una Goleta, cuya odisea narramos en otras columnas. 

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Periódico El Llanquihue, Puerto Montt 1904 Año XIX, Nº 801 16 de septiembre 1904 AVENIDA EN EL RIO AYSEN.- Se dice que el rio Aysen salió de madre y hubo una creciente que subio hasta 18 pies. Año XIX, Nº 808 14 de noviembre 1904 A AYSEN.- El miércoles 9 de los corrientes, zarpó el vapor “Magallanes” llevando al remolque una goleta de la casa de Oelkers Hnos. Tanto el vapor como la goleta llevaron sus bodegas atestadas de carga para el servicio de la sociedad ganadera de dicho lugar. Tambièn las dos naves han llevado 400 hombres entre empleados, mayordomos y trabajadores. Estos al despedirse del puerto lanzaron entusiastas vivas y muchos subían á las jarciasde la goleta demostrando así el júbilo con que se iban á trabajar por el adelanto y progreso de la región austral. COMERCIO.- Con motivo del enganche de gente para los trabajos de las socíedades de Aysen y Cochamó se ha notado mucho movimiento en el comercio de los últimos dias. Los comerciantes deben estar de plácemes por ello. 1905 Año XX, Nº 824 10 de marzo 1905 SOCIEDADES.- Han sido numerosas las sociedades fundadas en los territorios de Llanquihue y Chiloé, en los últimos tiempos. Como del exeso de todo lo bueno puede resultar malo, hay temor de algún mal fin. Año XX, Nº 826 24 de marzo 1905 El porvenir de las Sociedades Ganaderas Reproducimos lo siguiente de “El Mercurio del Sur” de Valdivia del 17 del mes en curso. Sólo en 1892, cuando nos invadió la fiebre por la fundación de Bancos, sobre

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la base del ensanche del crédito personal, se han visto hechos análogos á los que hoy se desarrollan en la Bolsa. Entónces muy luego vino el más completo fracaso, un verdadero desastre y tres Bancos tuvieron que unirse para la mutua salvación. El problema presente debe plantearse en estos términos: ¿Hay base para el desarrollo de las numerosas sociedades ganaderas? ¿Existe un campo de acción para el desarrollo de sus operaciones? Respecto del primer punto se puede afirmar, sin equivocarse, que todo el territorio del país, salvo aquellos valles inabordables, está á la disposición de las sociedades. Ahora bien, para que el negocio merezca el nombre de tal, entre todas ellas deben beneficiar anualmente 500 mil cabezas de ganado. Cabe preguntar ¿á quiénes se va á exprender esas carnes? Las provincias centrales se bastan por sí mismas. Por lo tanto hay que recurrir a la región del norte. Calculemos el consumo de esas poblaciones, por lo demás ya conocido.Se sabe que entre ellas tendrían apenas colocación 50 mil cabezas; pero pongamos 100 mil, para no quedarnos cortos. ¿Qué se haría con las otras 400 mil? ¿Se esportarán? Imposible entonces competir con las carnes de Australia y Argentina; pero suponiéndonos en este camino ¿cuál sería el negocio? Llegamos pues á la conclusión de que el verdadero negocio habría existido para tres o cuatro sociedades; para veinte es absurdo imaginar éxito. Y según se ve cada día se constituyen nuevas empresas, muchas de las cuales sobre bases falsas, problemáticas. Lo que en un principio se presentó con los mejores caracteres, ha sido broceado por la obra de la especulación. Es fastidioso entrar en detalles de esta naturaleza, porque seguramente van á herir los intereses de los grandes especuladores. Año XX, Nº 834 19 de Mayo 1905 El “Patagonia”.- Este vapor llegó a éste puerto procedente de Aysen, el mártes 16 del actual á las 9 de la noche. Trajo carga y como 300 pasajeros entre empleados y trabajadores de la Sociedad Ganadera de Aysen. Dicho vapor saldrá mañana para Magallanes con escala en Ancud y Aysen, para cuyos puertos está recibiendo carga. Por este vapor irá á tomar su nuevo puesto de Administrador de Correos en Punta Arenas el señor M. J. Hernández. Le deseamos a él y á la familia un feliz viaje y gratos recuerdos de esta ciudad de Puerto Montt donde más de diez años desempeñó el mismo puesto de Administrador de Correos.

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Año XX, Nº 839 23 de junio 1905 El “Corcega”.- Este vapor de la compañía que se ha establecido para hacer la navegación entre Buenos Aires y Valparaíso y puertos intermedios, llegó á este puerto á principio de la presente semana. Anteayer salió nuevamente con rumbo al norte. Año XX, Nº 841 7 de julio 1905 Navegación entre Talcahuano y Punta Arenas El Ministerio del Interior ha pedido propuestas cerradas para la navegación entre Talcahuano y Punta Arenas con escala en Tomé, Coronel, Lota, Corral, Ancud, Puerto Montt, Melinka, Puerto Lagunas (para la correspondencia para Aysen) y canales de la Patagonia. Los vapores deberán andar 11 ó 12 millas constantes; deberán tener comodidad para pasajeros de 1ª y 3ª clase bajo abrigo, y para animales lanares, vacunos y caballares y cámaras frigoríficas para frutas, verduras, huevos, etc. Los pasajes de 1ª clase no deberán exeder de 70 pesos oro de 18 peniques y los de 3ª de 25 pesos. Los pasajes de ida y vuelta tendrán una rebaja de 25%. Los empleados fiscales tendrán rebaja de 50% El flete de la carga no deberá exeder de 12 pesos oro de 18 d. la tonelada puesta en la playa de Punta Arenas ó Talcahuano y de 8 pesos al costado del buque. La carga fiscal tendrá un descuento de 25%. Cada vez que un vapor se atrase, sufrirá una multa de cien pesos oro por día, y trescientos por cada puerto que suprima en su escala. Año XX, Nº 854 6 de octubre 1905 Sociedad Industrial de Aysen.- Esta Sociedad á abierto una oficina en la casa de la señora María W. viuda de Roa. Para Aysen.- El señor Dunn jerente de la Sociedad Industrial de Aysen zarpó anteayer en el vapor Chacao para Aysen llevando sesenta trabajadores. Año XX, Nº 857 27 de octubre 1905 Hundimiento del vapor “Chacao”.- Este vapor de la casa de los señores Oecklers y Compañía que hace 20 dias salió de Puerto Montt llevando como cien

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trabajadores para la Compañía de Aysen, según noticias recibidas últimamente, naufragó chocando en unas rocas cerca del lugar de su destino. Felizmente no hubo desgracias que lamentar porque todos los pasajeros como la tripulacion se salvaron. Se calcula el valor del vapor en 50,000 pesos y se dice que no estaba asegurado. Sus dueños han fletado al “Primer Chilote” para que vaya en auxilio del “Chacao” y trate de salvarlo si se puede. Año XX, Nº 859 10 de noviembre 1905 [aviso publicitario] Para Cochamó se necesitan trabajadores. Se pagan buenos jornales 1906 Año XXI, Nº 902 11 de agosto 1906 Rescatando bienes nacionales LA CONCESIÓN CAMPELO Caducado el contrato El señor Ministro de Colonización ha dado el primer paso en la obra de rescatar los bienes nacionales, tan ligera y generosamente regalados por Ministros anteriores. Esas concesiones han servido para formar sociedades, sobre cuyas acciones se ha fundado un absorvente juego de bolsa, sin que ni los concesionarios ni las sociedades que han comprado sus derechos –en la mayor parte- pensaran seriamente en colonizar el país. Llegado ya el plazo para algunas, han solicitado prórrogas: y entre ellas la llamada concesión Campelo. El señor Ministro, en fundado decreto, declara caducada la concesión por falta de cumplimiento del concesionario. Es la solución recta y justa en estos negocios, y el señor Ministro ha demostrado que se inspira en la justicia y el interés nacional. Las Sociedades Ganaderas de Llanquihue Las mismas consideraciones que ha hecho valer el Gobierno para anular la concesión Campelo, existen contra las Sociedades llamadas Rupanco, Rodriguez Bravo y Tornero, que tantos perjuicios hacen y están llamadas á traer a los agricultores de esta provincia. La Rodriguez Bravo, que nació anémica, buscó el apoyo de su hermana mayor la “Chile-Argentina”. Esta le presta hoy su protección y está llamada a

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compartir las ventajas que se obtengan con el producto de los terrenos que poseen particulares en esta zona, pero también puede correr el riesgo de perder su prestigio por aquello de que “quien mucho abarca, poco aprieta”. Año XXI, Nº 911 06 de octubre 1906 Editorial: Las sociedades ganaderas apoderándose de los terrenos de colonización Compañía Explotadora del río Baker Han llegado á nuestra mesa de redacción diversos denuncios de que esta Compañía ha despedido un número considerable de operarios, los cuales se hallan en la mayor miseria en los solitarios y aislados parajes de Río Baker. El Sr. gobernador de Quinchao ha informado á la Intendencia de Llabquihue que pasan de doscientos los trabajadores abandonados El señor Intendente de la provincia informó al Gobierno de este asunto a que proporcione a aquellos infelices algunas facilidades para poder regresar al lado de sus familias. Faltan nºs 913 y 914 de octubre 1906 Año XXI, Nº 915 4 de noviembre 1906 Falta de brazos.- La agricultura viene sintiendo la falta de brazos, pues los pocos jornaleros que llegan á esta se contratan para las Sociedades. En los fundos de la Laguna se han doblado los salarios y ni así se obtienen trabajadores. Año XXI, Nº 916 10 de noviembre 1906 Escasés de brazos Los diarios se ocupan de la escasés de brazos que se nota en Llanquihue Año XXI, Nº 918 24 de noviembre 1906 Telegramas La Rupanco ante el Senado En la sesión que el Senado celebró el viernes, el honorable señor don Ramón

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Ricardo Rozas denunció las violencias que cometen los concesionarios de Rupanco y Coihueco con los colonos nacionales. Con este motivo el Sr Ministro de Colonización envió un oficio al Inspector de Tierras quien impartió órdenes para hacer investigaciones. 1907 Año XXI, Nº 927 25 de enero 1907 Sociedad Yelcho Palena Esta Sociedad, según su último Balance obtuvo una útilidad líquida de $ 62,860.68 Esto talvez sería un buen negocio, á no ser que en el mismo Balance figura en las partidas Ganancias y Pérdidas el aumento del valor orijinal de los 80.000 hectareas de terrenos de concesión que en el principio se avaluó en $ 320.000 en $ 170.000 más. Pues así bien le queda de ganancia líquida $ 62.866.68 Todo consiste en llevar bien los libros de partida doble. Año XXII, Nº 938 26 de abril 1907 Jelcho-Palena Durante la administración del presidente Riesco se hizo un sin número de concesiónes á varios regeneradores con el fin de colonizar los territorios, concesiónes que fueron los principios de la formación de diversas sociedades. Entre ellas también figura la Jelcho-Palena. Como los compromisos contraídos con el Gobierno exigen la introducción de cierto número de colonos extranjeros, la Sociedad de Jelcho-Palena en Septiembre del año pasado hizo llegar, con mil promesas 25 familias inglesas. No habiendo en aquellos lugares terrenos aptos para la colonización, se han ocupado esos extranjeros en calidad de mozos de la sociedad, pagándoles un sueldo más bajo del que se paga á la gente paisana. Por la carestía de víveres y las demás necesidades de la vida; aquellos infelices extranjeros al poco tiempo se vieron en la necesidad de reclamar para que se les aumentara el sueldo, circunstancia que aprovecho la sociedad para poner á más de la mitad de dicha gente al aire libre. Hoy, después de solo seis meses, no quedan allí sino once familias, las cuales como se nos dice, pronto recibirán su destitución.

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CHILOÉ Los trabajadores de Huafo Hace tres ó cuatro meses, el Gobierno y un empresario enviaron á Huafo 50 hombres del departamento que deben haberse dedicado á trabajos en el faro de aquella isla. Según las últimas noticias llegadas de allá, el 12 de febrero quedaban víveres para pocos días, dos vaquillas y dos quintales de harina para alimentar á cincuenta hombre durante una semana; pues bien, se sabe que en la isla no hay pescado ni marisco. El viernes de la semana pasada zarpó desde Pto. Montt el remolcador “Yelcho” que lelvaba dos animales de carne, animales que fueron degollados para tal fin unos cuatro días antes, y así se embarcó dicha carne en estado de descomposición. Sabe esto el Gobernador de Castro, pero no ha tomado medida alguna ni ha intentado ningún socorro para salvar á esas víctimas de la incuria oficial. Se obligó el Gobierno á mantener comunicación mensual con la isla, pero no se ha cumplido el compromiso. Si por desgracia se ha consumado la muerte de esos trabajadores, ¿Se hará efectiva la responsabilidad del Gobernador?  Periódico La Prensa, Puerto Montt 1904 Año II, Nº 89 30 de octubre 1904 Sociedades agrícolas i ganaderas.- Ultimamente han estado entre nosotros una buena parte de los Administradores i empleados de las sociedades organizadas para esplotar las costas i campos de nuestra provincia hasta Magallanes. Asi hemos tenido ocasión de ver a los señores Weber, Bornemann Director i Administrador de la sociedad esplotadora de Llanquihue; los señores Cousin, Valdes, Benitez y Christi de la sociedad Frigorífica de Cochamó; don Santos Tornero Echeverria i varios empleados mas de la sociedad Esplotadora del rio Backer, los que marcharon hace cuatro días por vía Nahuelhuapi; i don Gmo. Müller, jefe de trabajos de la Sociedad Ganadera de Aisen, que tiene contratado cerca de cuatrocientos operarios, para trasladarse al sur una vez que llegue en el vapor Cambronne el Jerente de la sociedad don Juan Dun. Se nos dice que en breve llegaran tambien a emprender trabajos los directores i empleados superiores de la sociedad Bododahue. Todo este movimiento de jente i de trabajo hacen que en esta plaza se note grande actividad comercial.

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Año II, Nº 90 6 de noviembre 1904 Sociedades industriales La ciudad de Puerto Montt viene palpando de dia en dia los grandes beneficios que le reportan las instalaciones de las sociedades de “Cochamó”, “Aysen” y otras. En las calles se nota un extraordinario movimiento de gente que se apresuran a inscribirse en el numero de los muchos trabajadores que necesitan las sociedades para sus labores, y como a todos ellos se les dan anticipos, el comercio está de pláceme, por la gran salida de sus artículos, lo que significa un verdadero progreso para la plaza. Este desarrollo comercial tomará mayor y muy considerable incremento una vez que la sociedad “Chile-Argentina”, empiece sus operaciones, pues ésta cuenta con un poderoso capital y con negociaciones implantadas de un tiempo atrás, y con resultados conocidos como muy satisfactorios. Debido a estas mismas sociedades, el movimiento marítimo ha aumentado: por cuenta de la C.ª Aysen han llegado dos vapores el “Cambronne” y el “Magallanes” para conducir a Aysen unos 400 y mas trabajadores. La de “Cochamó” por su parte, tiene para su servicio el vapor “Reloncaví”; y para traerle las poderosas maquinarias destinadas al frigorífico, el jueves de esta semana fondeó el vapor “Elm Branch” de 2060 toneladas de registro. El trasbordo de esas maquinarias y demas mercaderias se han efectuado en este puerto. Todo esto ha venido a contribuir al desarrollo comercial de Puerto Montt dándole mayor vida y movimiento, por lo que hace a los agricultores, éstos han duplicado sus sementeras en vista del buen precio que han alcanzado sus productos. Nosotros deseando a todas estas sociedades prosperidad y éxito en sus especulaciones tanto por el bien de ellas, como por el interes general de la Provincia. 1905 Año III, Nº 115 7 de mayo 1905 Vapor “Corcega”.- Este vapor de la Compañía Magellan salió de Buenos Aires (Arjentina) el 30 de abril ppdo. Ricibirá carga para Talcahuano i Valparaiso. Los ajentes en esta ciudad es Chile-Arjentina.

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Año III, Nº 121 18 de junio 1905 Sociedades Ganaderas Desde que se han organizado las Sociedades ganaderas Chile-Arjentina, Cochamó y Aysen, el comercio y la agricultura en Puerto Montt se han desarrollado considerablemente. Tanto los comerciantes como agricultores, ateniéndose a sus propios intereses, manifiestan su entusiasmo y votos fervientes por el éxito completo de estas sociedades. Nosotros fijándonos por los grandes beneficios que las buenas especulaciones de las Sociedades ganaderas, reportarán a la Provincia de Llanquihue, nos adherimos cordialmente a los deseos del comercio é industria. Con la instalación definitiva de estas sociedades se afianzarán las fundadas espectativas que los accionistas cifran en ellas. La Chile-Arjentina que se estableció sobre la base de la casa comercial de la acreditada firma S.S. Hube y Achelis, ha desarrollado en comercio de un modo considerable, duplicando este año su esportacion é internación. La Sociedad de Cochamó ha terminado sus edificios que le han de servir para la instalación del frigorífico y han hecho traer todas las maquinarias que requiere su negocio. De modo que a principios de Setiembre, empezará, con toda actividad, su movimiento comercial, haciendo traer grandes cantidades de ganado vacuno de las haciendas argentinas y comprando partidas no pequeñas del ganado del país. Por su parte la de Aysen, ha terminado las reparaciones del camino, en la última temporada de verano que la pone en comunicación fácil y rápido con los campos feraces que existen al Este del estuario de Aysen. Según opiniones de personas entendidas esta Sociedad, en poco tiempo mas, será una de las que produzcan mejor dividendo, por la razón sencilla de que le cupo en suerte esplotar los mejores terrenos de toda la región austral. Luego dará ella comienzo a la construcción de un vapor, en su mismo puerto, que utilizará la Sociedad para su servicio. Estuvo entre nosotros el prestigioso caballero don Carlos Bianchi acompañado de su hijo, quien ha sido nombrado Jerente de la Sociedad “Tres Valles”. Tanto a esta Sociedad, como a las anteriores, deseamosle completo éxito en sus especulaciones y negocios futuros.

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Periódico La Cruz del Sur, Obispado de Ancud (semanal, días sábado) 1904 Año VI, Nº 298 15 de octubre 1904 El “ARICA”.- Por telegrama recibido sabemos que este vapor salió de Valparaiso el Miércoles último. Si no sufre algún otro atraso lo tendremos en ésta el lúnes. Trae los siguientes pasajeros de Valparaiso, para Ancud i Puerto Montt: familia Lynch, Santos Tornero, Teniente E. Costa, P.G. Relin, I. Oyarzún, A. Sepúlveda, A. Araya y M. Sepúlveda. Año VI, Nº 300 29 de octubre 1904 BONITA ENTRADA.- Sólo en Ancud el vapor “Cambronne” que hace la carrera entre este puerto y Punta Arenas (Magallanes) ha obtenido al rededor de cuatro mil doscientos pesos en fletes y pasages. A esto hay que agregar lo que obtendrá en Dalcahue y Castro, donde deberá tomar pasageros y carga. Esto demuestra palpablemente la conveniencia de establecer una carrera fija y con vapores que presten mayores comodidades; en una palabra que viniera la competencia. Actualmente los fletes y pasages son subidísimos. La tonelada de carga á Punta Arenas vale veinte pesos. A propósito de esto, y como se verá en nuestra sección telegráfica, la Compañía Sud-Americana de vapores ha contraido con el Fisco subvención para hacer la carrera á Punta Arenas. 1905 Año VII, Nº 316 18 de febrero 1905 EL “PATAGONIA”.- Según hemos sabido, el vapor de este nombre llegará á esta en pocos días más, procedente de Punta Arenas (Magallanes), y en seguida continuará viaje á Puerto Montt y rio Aysen, llevando pasajeros. Año VII, Nº 334 1 de julio 1905 AHOGADOS.- Hace pocos días, según noticias que tenemos, murieron ahogados en el Rio Backer Hermenegildo Millapel Enrique Bahamonde y dos más, cuyos nombres no ha sido posible obtener.

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Año VII, Nº 343 2 de septiembre 1905 LA NAVEGACIÓN A BUENOS AIRES.- Se ha organizado en Valparaiso una sociedad anónima con ciento diez mil libras esterlinas de capital para explotar la navegación en la región magallánica hasta Buenos Aires. El capital ha sido suscrito totalmente, siéndolo en gran parte por el capitán francés señor Jorge Croisé d’Ancourt, que tenía, aunque incompletamente, establecida allí la navegación con los vapores “Tronador” y “Córcega” adquiridos por él para el efecto en Europa. La nueva compañía comprará estos vapores al señor Croisé y dos mas que él mismo tiene comprados ad referendum en Copenhague, y que traerá próximamente, pues actualmente anda en viaje á Europa por asuntos relacionados con estos negocios. Son directores de la compañía los señores Ramón Puelma Besa, Nicanor Marambio, Gustavo A. Ochminger, Luis Piza, Mauricio Schiavetti. Año VII, Nº 350 21 de octubre 1905 EL “CHACAO” .-Según noticias recibidas sabemos que este remolcador, perteneciente á los señores Oelckers Hermanos, naufregó al sur de Melinka, salvándose la tripulación. El Chacao llevaba muchos pasageros para las sociedades industriales que se han establecido últimamente en el sur. 1906 Año VIII, Nº 364 27 de enero 1906 TRABAJADORES PARA MAGALLANES.- Por el “Arica” llegaron de Puerto Montt 150 hombres de Calbuco 10 para esperar en esta el transporte “Maipo” y trasladarse al lugar de su destino. También se nos dice que de Chiloé irá un crecido número de trabajadores, quedando así nuestra provincia casi despoblada, al decir de muchos. Pero esto no es todo el tema: sino que con esto la agricultura disminuirá notablemente de tal manera que, si hoy nos cuesta un saco de papas, mañana nos costará el doble. Nuestros agricultores deberían meditar que por muy grandes que sean las ganancias que obtengan fuera de sus hogares, es casi malo porque muchas veces tienen que comprar mucho más caro. Este punto de capital importancia que no debe pasar desapercibido á fin de impedir sequiera en algo esta costumbre que yá vá siendo (…) en nuestros comprovincianos.

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Año VIII, Nº 397 22 de Septiembre 1906 COMPAÑÍA EXPLOTADORA DE RÍO BAKER Han llegado á nuestra mesa de redacción diversos denuncios de que esta Compañía ha despedido un número considerable de operarios, los cuales se hallan en la mayor miseria en los solitarios y aislados parajes de Río Baker. El Sr. Gobernador de Quinchao ha informado a la Intendencia de Llanquihue que pasan de 200 los trabajadores abandonados. La mayor parte de esta gente es oriunda del Departamento de Quinchao. Se nos escribe de Puerto Montt que el Sr. Intendente de esta ciudad ha solicitado del Gobierno que decrete una seria investigación de este asunto y proporcione á aquellos infelices algunas facilidades para poder regresar al lado de sus familias. EL VAPOR ARAUCANÍA Desde Punta Arenas se ha dado aviso que alrededor del 27 fondeará en Ancud y que en este puerto admitirá pasajeros y carga para el Estrecho. Año VIII, Nº 398 29 de setiembre 1906 ESPERANDO VAPOR Desde hace unos días se hallan en ésta como ciento veinte individuos venidos del interior de la Provincia, que por el primer vapor del Estrecho se dirigirán á Punta Arenas en busca de trabajo. Año VIII, Nº 399 06 de Octubre 1906 LOS ABANDONADOS EN RÍO BAKER. Hace 15 días dimos cuenta de que en Río Baker se hallaban en completa miseria como 200 trabajadores, contratados por la Sociedad que explota aquellos parajes. En estos últimos días desgraciadamente se ha confirmado de una manera tristísima aquel denuncio. El Jueves arribó á nuestro puerto, al mando del capitán Titus, el vapor “Araucanía” (ex “Cambronne”) procedente de Punta Arenas. A petición de la Sociedad de Río Baker, recaló al puerto de este nombre, donde embarcó 149 operarios chilotes, únicos sobrevivientes de más de 200 personas que la citada compañía enganchó, hace poco, en Chiloé, para sus faenas. Entre hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas. De los 149

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individuos que el vapor tomó á su bordo, había 60 atacados de escorbuto y disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos después de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de la estrechez del vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad alguna, enfermos y sanos. El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inmediaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron otros cuatro enfermos. De lo expuesto resalta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros, número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días… Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan humanitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, aprovechó las horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor de la mejor manera posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico de ciudad Don Liborio Sánchez para constatar el estado sanitario de la tripulación, que parece satisfactorio. El vapor sin embargo continua incomunicado y se están practicando en él nuevas desinfecciones. Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el Araucanía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á las diversas faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes. Año VIII, Nº 400 13 de octubre 1906 El martes [9 de octubre] zarpó de nuestro puerto en viaje para Punta Arenas el vapor Araucanía. De aquí llevó para Magallanes 217 individuos, cada uno de los cuales tuvo que pagar $ 40 por su pasaje sin comida. En Achao y en Dalcahue también embarcó un número crecido de pasajeros. Creemos que el capitán del buque, cuando menos ha cometido una ligereza censurable, al admitir tanta gente á bordo; pues el vapor solo tiene 263 toneladas de registro y comodidad para 150 personas, y además acaba de traer de Río Baker una multitud de enfermos de disentería, que es enfermedad contagiosa y aunque haya sido desinfectado el buque, es seguro que la desinfección no ha sido tan prolija que haya quitado todo peligro. De hecho el Sr. Gobernador de Quinchao formuló una protesta contra esta conducta del capitán del Araucanía ante el Sr. Intendente de la Provincia, y este funcionario á su vez dirigió anteayer al Sr. Ministro del Interior el siguiente telegrama:

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Varios pasajeros vapor Araucanía en Achao presentaronse Gobernación, exponiendo serio peligro que corren sus vidas en travesía á Magallanes, debido á que el capitán permitió embarcarse más de 360 pasajeros, habiendo espacio solo para 150. –Ruego Usía darme instrucciones al respecto, pues vapor hállase ya en viaje y no es posible comunicarle exceso pasajeros. En Punta Arenas, Autoridad Marítima puede tomar medidas represivas. –Menchaca. Telegramas de ultima hora nos comunican que el Araucanía embarcó en Achao 136 personas y en Dalcahue 32. De la gente que el vapor llevó desde Ancud, 40 individuos se desembarcaron y quedaron en tierra en Achao, recelando una desgracia del vapor en su viaje al Estrecho. Asimismo se nos informa que el capitán no quiso admitir pasajeros en Dalcahue; y que los que allí se embarcaron lo hicieron á escondidas y contraviniendo órdenes terminantes del capitán. Año VIII, Nº 401 20 de octubre 1906 COMPAÑÍA DE RIO BAKER. –Ayer se ha recibido en la Intendencia el siguiente telegrama: “Temo algun desenlace grave gente sublevada. Jefe comisión no paga sueldos completos trabajadores. Gente quiere tomar vapor. Dígame qué medidas tomo. –Subdelegado. Puerto Montt (…) La Intendencia ha denunciado al Juzgado la actitud criminal que la Sociedad de Rio Baker ha observado con sus trabajadores. 1907 Año IX, Nº 462 21 de diciembre 1907 Banco Mobiliario.- Hace algunos dias se ha declarado en quiebra esta institución bancaria. Con este motivo el señor Director del Tesoro ha dirigido á los Tesoreros fiscales de Valdivia, Osorno, Unión, Puerto Montt, Calbuco, Ancud, Achao y Castro el siguiente telegrama: “Billetes del Banco Mobiliario son fiscales por estar garantida su emisión en la Casa de Moneda. No hay inconveniente para que Ud. los reciba.- D. Zañartu

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Año IX, Nº 463 28 de diciembre 1907 El vapor Lircay.- Zarpó ayer de este puerto con rumbo á Melinka llevando más de 130 pasajeros en cámara Sabido es que este vapor apenas tiene comodidad para 30 personas, de modo que en este último viaje ni aún siquiera todas las señoras han podido lograr camarotes Huelgan los comentarios. 1908 Año X, Nº 479 18 de abril 1908 INDEMNIZACION. ¿No valen nada los chilotes? Dice un diario de Santiago que por el primer juzgado de Antofagasta, servido accidentalmente por Don Delfin Alcaide, se acaba de fallar un importante juicio, seguido por Doña Andrea Reyes en contra de la Compañía Salitrera Lastenia, sobre indemnización, a consecuencia de la muerte de un hijo de la demandante, que cayó en uno de los cachuchos de caliche hirviendo y que no están provistos de rejas. La sentencia manda pagar a la madre del muerto, á titulo de indemnización, la suma de veinte mil pesos, y con ella queda consagrado una vez mas el principio legal que establece la responsabilidad de los patrones que, por negligencia, no toman las precauciones necesarias para resguardar la vida de los operarios que ocupan en trabajos peligrosos. Esta noticia nos hace recordar la reclamacion deducida hace dos años contra la Sociedad Baker por las viudas y huérfanos de los operarios chilotes (cerca de un centenar) que perecieron allá, a causa de un culpable y criminal abandono. En este último caso existe aún el antecedente explicito de un contrato, según el cual la expresada Sociedad debia restituir en la Provincia de Chiloé a los operarios en un plazo fijo. Lo que no hizo, como todo el mundo sabe, dejándolos perecer en el mas cruel aislamiento, víctimas del escorbuto y del hambre. Hasta la fecha no tenemos noticia del estado de ese juicio, que ya pudo haberse fallado. ¿Será que los hijos de Chiloé no valen ni siquiera tanto como un guanaco de las pampas patagónicas? Si alguien, por negligencia culpable, no hubiese impedido la destrucción de un rebaño de cabras de la Sociedad Baker, debiendo impedirla, tiempo ha se habria impuesto la indemnización correspondiente. Pero parece que los chilotes valen menos que los guanacos de las pampas y las cabras montaraces!

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Ah! no: queremos resistirnos a dar pábulo a una idea semejante. Esperamos que todavia el principio de justicia en Chile sea capaz de mantener el rol que le corresponde, sosteniendo los derechos coculcados del pobre contra las invasiones opresoras del rico.  Periódico El Independiente, Ancud 1905 Año I, Nº 2 29 de junio 1905 AHOGADOS Hace poco, murieron ahogados en la exploracion del Rio Baker, Hermenegildo Millapel, Enrique Bahamonde y otro de apellido Sanchez, cuyo nombre no recordamos. Andaban bajo las órdenes del conocido explorador D. Enrique Borque M., de Dalcahue Año I, Nº 14 28 de septiembre 1905 EL CÓRCEGA Procedente de Valparaiso fondeó el martes. Dejó un cargamento de mercaderias surtidas y siguio viaje para los canales. Año I, Nº 19 19 de octubre 1905 NAUFRAGIO DEL CHACAO Ayer se ha recibido la noticia de haber naufragado el remolcador Chacao, de los Srs. Oelckers Hnos., como a 25 millas al sur de Melinka, por haber chocado con una roca. Se asegura que el naufragio ha sido total, pero se ha salvado toda la tripulación. El Chacao conducía trabajadores para una de las sociedades industriales establecidas en las cordilleras del Sur. Año I, Nº 23 16 de noviembre 1905 EL CHILOTE Ha sido vendido en $ 23.000 a la Sociedad de Aysen. Hoy salio para Puerto Montt para ser entregado.

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Año I, Nº 24 23 de noviembre 1905 EL CÓRCEGA Entró en nuestra bahía el sábado 18 del presente mes procedente de Valparaiso, después de 7 dias de navegación. En el mismo dia siguio viaje para la Argentina, con escala en varios puertos, llevando carga y varios pasajeros. 1906 Año I, Nº 29 4 de enero 1906 TRABAJADORES Con el objeto de iniciar los trabajos del alcantarillado de Punta Arenas, se necesitan trescientos trabajadores a quienes se les abonará la suma de tres pesos diarios dándoseles pasaje gratuito de ida y regreso, por cuenta de la Junta de Alcaldes de Punta Arenas [Magallanes]. Además a los que llevasen familia se les dará habitación. Se aprovechará la oportunidad del transporte Maipo que debe llegar en pocos dias mas a ésta. Al mismo tiempo tendran mientras permanecen en Ancud, casa y alimentos. Verse con el Agente en la Secretaria de la Intendencia. Año I, Nº 32 25 de enero 1906 TRABAJADORES PARA MAGALLANES Por el vapor Arica llegaron ayer de Puerto Montt, 150 trabajadores para el alcantarillado de Punta Arenas. Estan en ésta esperando el transporte Maipo para que lo conduzca a dicho lugar, que bede llegar lo mas pronto posible. Año II, Nº 64 04 de octubre 1906 IGONOMINIA: El vapor ‘Araucania’ procedente de punta Arenas en viaje a Puerto Montt pasó a la colonia del Rio Backer y reebió 157 hombres que se encontraban trabajando ahí desde mucho tiempo. De ellos habian como 50 enfermos de ascorbuto, muriendo dos de ellos despues de embarcados. Por estas circunstancias el capitán Sr. Titus se vió obligado a recalar en Achao y Dalcahue en busca de auxilios. Se nos asegura ha levantado la protesta de estilo a fin de libertar a la nave de los consiguientes perjuicios.

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Nos hacemos un deber de llamar atencion del supremo Gobierno a fin de que no se repítan en lo sucesivo actos tan inhumanos como el que narramos. Las Compañias que obtienen concesiones fiscales de terrenos dejan en el abonado a los pobres trabajadores. Creemos que otro tanto pasa en Yelcho palena. Periódico La Justicia de Ancud (semanal, días sábado) 1905 Año I, Nº 13 21 de octubre 1905 Vapor perdido Como a 25 millas al sur de Melinka el vapor Chacao, de propiedad de los señores Oecklers Hnos. chocó contra una roca, perdiéndose totalmente. La tripulación se ha salvado. 1906 Año II, Nº 56 29 de Septiembre 1906 Movimiento Marítimo (…) El vapor Araucanía cuya llegada a Ancud se anunció de Punta Arenas para el 27 del actual, aún no ha llegado. Año II, Nº 56 06 de octubre 1906 Concesion de Rio Backer Actitud criminal de los concesionarios ‘La Alianza Liberal’ de Puerto Montt en repetidas ocasiones se ha venido ocupando de la inhumanidad sin nombre, por no decir criminal, cometida por los concesionarios de los terrenos de Rio Backer al dejar abandonados en aquel apartado lugar a dos centenares de trabajadores contratados, hace mas de un año, para efectuar las faenas de dicha empresa colonizadora. Noticias que hemos recogido hablan de numerosas víctimas, que algunos hacen subir a un medio centenar, producidas por el escorbuto entre los infelices trabajadores, que fueron contratados por un tiempo determindo i despues quedaron abandonados i sin víveres frescos en aquelos parajes de los cuales no podian salir por carencia de medios de comunicación.

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El escorbuto, enfermedad que empezó a desarrollarse habria concluido con todos aquellos desgraciados, si no hubiese tocado a Rio Backer el vapor ‘Araucania’ que recojió a todos aquellos condenados a muerte por la criminal desidia de los concesionarios i que se encontraban en un estado que inspiraba a la vez repugnancia conmiseracion. La mayor parte de los trabajadores habian sido contratados en diferentes lugares de esta provincia i como se trata de jente pobre i sin recursos veremos que la desidia incalificable de los jefes de la empresa de Rio Backer quedará sin el merecido castigo. Haciéndonos eco del clamoreo jeneral de indignacion que lo sucedido en Rio Backer ha despertado en todas partes, pedimos al Gobierno se abra una severa investigacion para establecer a quien afecta la responsabilidad de estos criminales sucesos. Mientras nos ocupamos en recoger nuevas informaciones, que ojala nos fueran proporcionadas por personas que hayan conversado con aquellos infelices, nos limitamos por hoy a publicar a continuacion la protesta levantada ante el notario de esta ciudad por el Capitan del vapor ‘Araucania’ PROTESTA En la ciudad de Ancud a 4 de Octubre de mil novecientos seis, ante Notario Público de este departamento i testigos cuyos nombres se espresarán a la conclusion, compareció don Guillermo Titus capitan del vapor nacional Araucanía, marino, mayor de edad a quien conozco i dijo: que venía en reducir a escritura pública la siguiente protesta: Señor Notario Público. Guillermo Titus capitan del vapor nacional Araucanía de la casa Braun i Blanchard de Punta Arenas a Ud. respetuosamente digo: que se sirva insertar en el protocolo a su cargo la presente protesta por las causales que paso a esponer. El 14 de Setiembre del presente año salimos de Punta Arenas con destino a Puerto Montt e intermedios, debiendo pasar a la colonia de Río Baker a fin de buscar una cantidad de hombres que se encontraban ahí desde hace mucho tiempo, trabajando en desmontes i fabricacion de caminos. Llegamos a aquella colonia i me encontré que debía embarcar ciento cincuenta i siete hombres en miserable estado i de los cuales cincuenta estaban gravemente enfermos. A poco de embarcarse i antes d’ salir de los canales se murieron dos. Encontrándose sin víveres de ninguna especie, i aun cuando no tenía obligacion de darles víveres, dada la aflictiva situacion en que se encontraban, dispuse se les proporcionasen de los víveres de abordo, previniendo que solo teníamos los suficientes para la tripulacion hasta Puerto Montt. Habiendome formado juicio en consejo de oficiales que no podría ir hasta Ancud con los hombres en aquel miserable estado, resolví pasar a Achao donde llegamos el primero del presente. Allí desembarcamos a los que iban a ese destino i tomamos al doctor para que nos acompañase a cuidar a los que debían desembarcarse en Dalcahue. Vuelvo a repetir Señor Notario que el

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estado sanitario de los pasajeros era lastimoso i que, a pesar de los cuidados i atenciones q’ se les prestaron abordo se murieron algunos mas. Por estas consideraciones es lójico suponer la fuerza mayor que me obligo a recalar en aquellos puertos, ya que al haber hecho el viaje directo a Ancud se habrian muerto tal vez unos veinte. Debo igualmente prevenir S. Notario, como puedo probarlo, que en aquellos puertos no he desembarcado ni un solo bulto de modo que no hai ni puede caber responsabilidad alguna a la nave de mi mando. En consecuencia i en virtud de lo que dispone el Código de Comercio vengo en protestar cuantas veces sean de derecho contra la fuerza mayor que me obligó a recalar en los puertos inhabilitados de Achao i Dalcahue a fin de desembarcar la cantidad de enfermos que traia. Por tanto suplico al Sr. Notario se sirva insertar en el protocolo a su cargo la presente protesta i darme la correspondiente copia para los fines que me convengan. –Guillermo Titus-. Conforme con su orijinal que he tenido a la vista i que agrego al final bajo el numero sesenta. –Previa lectura lo otorgó i firmó con los testigos don Manuel F. Maldonado i don Arturo Rosas. –Doi fé. –Gmo. Titus-José M. Saavedra. Año II, Nº 57 13 de octubre 1906 El “Araucanía” Este vapor de la casa Braun i blanchard de Punta Arenas zarpó el miércoles de este puerto con rumbo a los canales. Aquí embarcó numerosa carga i mas de 200 personas que van en busca de trabajo a Magallanes, debiendo tomar en Dalcahue i Achao otros tantos. Año II, Nº 61 10 de noviembre 1906 El “Araucania” Según noticias llegadas al ajente, este vapor debe haber zarpado el 8 del presente de Punta Arenas con direccion a este puerto donde llegará en el curso de la próxima semana. Año II, Nº 64 1 de diciembre 1906 El “Araucania” Procedente de Punta Arenas fondeó ayer en este puerto el vapor “Araucania” de la casa Braun i Blanchard. 

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Diario El Magallanes, Punta Arenas 1905 30 de marzo 1905 El Patagonia.- En viaje de regreso de Puerto Montt i Ancud, con 17 dias de marcha, llegó en la mañana de hoy el vapor nacional “Patagonia”. Desembarcaron los siguientes pasajeros, I. Diaz i sobrina, Rosario Vidal, señora Alvarez e hija, Griselda Silva, Ana Laudan, Rufina Ruiz, S. Mayorga, Elisa Oyarzun, D. Gallardo, A. Cárdenas, señora Soto de García i cinco niños. Carolina Diaz E. Navarro. F. Vargas i dos niños. J. Cárcamo, Rosalia Perez i J. Velasquez. La carga total consiste en seis mil piezas de madera, embarcada en Rio Aysen. 2 de diciembre 1905 El Corcega- A las 2 de la tarde fondeó en el puerto el vapor “Córcega” procedente del norte, habiendo hecho escalas en Ancud y Puerto Montt. Trae doscientos noventa pasajeros. Como carga 90 toneladas, siendo la principal partida de maderas y frutas. A bordo no ocurria novedad. 1906 19 de enero 1906 El “Cambronne”.- El vapor de este nombre ha sido adquirido por los Sres. Braun i Blanchard, habiendo cedido al Sr. Hoeneisen, propietario del “Cambronne”, la goleta “Rápida” con mas una suma de importancia. Año XIII, Nº 2231 3 de julio 1906 Naufrajio del vapor ‘Valdivia’ Perdida completa Ahogado En las primeras horas de la tarde de hoy se ha tenido conocimiento de haber ocurrido cerca del puerto de Lebu, un naufrajio. El vapor ‘Valdivia’ de matrícula oriental i que habia zarpado de nuestro puerto el dia 16 del pasado mes, se ha perdido totalmente, no pudiendo soportar el temporal.

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El capitan Langren que lo mandaba, ante la imposibilidad de salvar el buque, desembarcó los pasajeros, que pudieron llegar a Lebu. Desgraciadamente uno de los pasajeros perdió la vida, muriendo ahogado. Ese pasajero era el señor Arturo Conte, embarcado en Punta Arenas, donde deja personas de su familia. Según los telegramas del capitan, el ‘Valdivia’ se ha perdido totalmente. Este buque desplazaba 1798 toneladas, i tenia 48 hombres de tripulacion. El Valdivia.- No han vuelto a tenerse detalles de la pérdida del vapor ‘Valdivia’. Además del desgraciado Arturo Conte que perdio la vida en el siniestro, habian embarcado en Punta Arenas los siguientes pasajeros. Visconde de Menou, Pedro Molina i señora, Juan Pérez. Estos pasajeros se han salvado. Año XIII, Nº 2237 10 de julio 1906 ‘El Samara’.- En la mañana de hoy entró en el puerto el vapor ingles ‘Samara’ procedente de Taltal, con un cargamento completo de salitre para Hamburgo. En este vapor llegaron, embarcados en rio Baker, los Srs. Florencio Tornero Echeverría i Julio Vicuña Subercaseaux, que vienen en viaje de negocios. Año XIII, Nº 2293 15 de septiembre 1906 En la bahía.- Procedente de Swansea con 95 dias de viaje llegó hoi el vapor “Sexta” con cargamento de carbon, i de Seno del Almirantazgo el cutter “Dayman”. Zarparon el “Araucania” a Puerto Montt, el “Amadeo” a Rio Grande i el “Sur” a Rio Verde. Año VII, Nº 1779 15 de septiembre 1906 Movimiento Marítimo Entradas El “Amadeo” de Tres Brazos, el “Serta” de Siuansen i el cutter “Dayman” del Almirantazgo. Salidas El “Patagonia” para San Julian, el cutter “Magallanes” para Peket Harbour i el “Araucania” para Puerto Montt. Hoi saldrá el “Sur” para San Isidro i la goleta “Rápida” para Islas Australes.

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Año XIII, Nº 2310 6 de octubre 1906 Telegramas del Norte Valparaiso, 6 Procedente de Punta Arenas, habiendo hecho escala en rio Baker, llegó el vapor ‘Araucania’ ex ‘Cambronne’ conduciendo 143 pasajeros. Sesenta de ellos vienen enfermos de escorbuto. Dos han muerto al desembarcar. Año XIII, Nº 2314 11 de octubre 1906 Telegramas del Norte Valparaiso, 11 Han fallecido a consecuencia de la enfermedad de escorbuto, sesenta trabajadores de los llegados a bordo del vapor ‘Araucania’ embarcados en rio Baker. Hai otros sesenta enfermos. El “Araucania” Su regreso A las 8 i media a.m. ha pasado por frente a San Isidro el vapor “Araucania”, que regresa de Ancud. En el vienen a esta como trescientos individuos contratados para las faenas de estancia i minería. El arribo del “Araucania” es una buena noticia para los industriales i propietarios de campos ganaderos. Año XIII, Nº 2320 18 de octubre 1906 El “Araucania”.- Llegada de 350 personas.- En la mañana de hoi ha sido avisado de San Isidro el paso del vapor nacional “Araucania”, procedente de Valparaiso, con escala en distintos puertos. A su bordo llegan 350 personas embarcadas en Achao i Ancud. La Gobernacion Marítima pidió al médico de ciudad se trasladase a bordo para reconocer a los pasajeros, en prevision de cualquier alteracion de la salubridad de los mismos, i asi se ha hecho. A las tres de la tarde ha regresado de a bordo el médico de ciudad, despues de haber recibido el buque. A bordo no ocurre novedad, siendo bueno el estado sanitario.

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La impresión de los obreros que llegan es buena, jente jóven i apta para el trabajo. Año XIII, Nº 2321 19 de octubre 1906 Llegada del “Araucania” Verdadero buque negrero 350 personas!! Como ayer lo anunciamos, a las 2:30 p.m. fondeó en el puerto el vapor nacional “Araucania”, de la casa Braun i Blanchard procedente de Ancud i escala en otros puertos de la isla de Chiloé, conduciendo la crecida cantidad de 350 personas que vienen a nuestra rejión en procura de trabajo mejor remunerado que lo que obtienen en su tierra natal. Entre esos pasajeros venian mujeres i niños. Bienvenidos sean, que acá necesitamos brazos para los muchos trabajos de la temporada. Se nos decia a bordo que en Ancud i demas puertos de Chiloé la jente está deseosísima de venir a Magallanes i que llegarian acá muchos otros centenares i aun millares si tuvieran facilidades para hacerlo. Periódico El Liberal, Osorno Año II, Nº 608 13 de octubre 1906 POR LO QUE SE OFREZCA Al colega La Cruz del Sur de Ancud pertenece el párrafo que va enseguida. LOS ABANDONADOS EN RÍO BAKER. Hace 15 días dimos cuenta de que en Río Baker se hallaban en completa miseria como 200 trabajadores, contratados por la Sociedad que explota aquellos parajes. En estos últimos días desgraciadamente se ha confirmado de una manera tristísima aquel denuncio. El Jueves arribó á nuestro puerto, al mando del capitán Titus, el vapor “Araucanía” (ex “Cambronne”) procedente de Punta Arenas. A petición de la Sociedad de Río Baker, recaló al puerto de este nombre, donde embarcó 149 operarios chilotes, únicos sobrevivientes de más de 200 personas que la citada compañía enganchó, hace poco, en Chiloé, para sus faenas. Entre hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas. De los 149 individuos que el vapor tomó á su bordo, había 60 atacados de escorbuto y disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y

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que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos después de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de la estrechez del vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad alguna, enfermos y sanos. El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inmediaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron otros cuatro enfermos. De lo expuesto resalta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros, número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días…   Diario El Correo de Valdivia Año XII, Nº 3120 2 de octubre 1906 Maritima -El Baker, saldrá esta tarde de Valdivia con destino a Punta Arenas. Año XII, Nº 3127 10 de octubre 1906 Enfermos de escorbuto El Gobernador Marítimo de Ancud ha comunicado a la Direccion del Territorio Marítimo, que ha fondeado en ese puerto el vapor “Araucania”, procedente de Punta Arenas, conduciendo 143 pasajeros que embarcó en Rio Baker, de los cuales 60 venian enfermos de escorbuto. Dos de ellos fallecieron al tiempo de ser desembarcados. Bueno seria que en el vecino puerto de Corral se estableciera una escrupulosa vijilancia sanitaria, para que no se introduzca alguna peste infecciosa, de las muchas que suelen desarrollarse en la estación estival. Diario El Sur, Concepción 10 de octubre 1906 Ancud, octubre 9 Los tres periódicos locales condenan enérjicamente la actitud de la Sociedad

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de Rio Baker por el abandono en que ha dejado a sus operarios, de los cuales han muerto 66 y quedan atacados de escorbuto 54. - En el primer vapor del Estrecho se embarcarán aquí 150 individuos que van a trabajar en las faenas de Magallánes. - “La Cruz del Sur” dedica un hermoso articulo a la memoria de don Carlos Walker Martínez, con motivo del primer aniversario de su muerte. Muertos de Escorbuto Sesenta y seis operarios de la Sociedad de Rio Baker han muerto de escorbuto y quedan 54 enfermos. Se culpa de la muerte de los operarios a la Sociedad, que dejó a los enfermos en el abandono y sin ningun cuidado. 14 de octubre 1906 Ancud, octubre 13 El nombramiento del intendente.- Nota ridiculizada.- Muertos de disenteria.- Exceso de pasajeros en un vapor. Los periodicos se limitan a dar noticias del nombramiento del intendente señor prado Puelma, sin hacer comentarios. - “La Justicia” ridiculiza la versión de “La Unión” de Valparaiso de que se han descubierto en Chiloé yacimientos de petróleo que esplotaria el Banco de Chiloé organizado por don Camilo Segundo Menchaca. - Falleción doña María Hudson. - Fallecieron en Dalcahue ocho individuos de disenteria, traidos de Rio Baker. - “La Cruz del Sur” protesta del exceso de pasajeros llevados por el vapor “Araucanía” a Magallánes. Eran tantos que tuvo que desembarcar cuarenta en Achao perjudicando sus intereses. 18 de octubre 1906 Puerto Montt, octubre 17 El “Amazonas” zarpó hoi para Valparaiso y el “Lircai” para los canales de Chiloé. - La carestía de los víveres es alarmante. La carne ha subido a 70 centavos el kilo, precio nunca visto. - El asunto de la Sociedad “Rio Baker”, en donde murieron muchos a causa del hambre, está en poder de la justicia. - Los trabajos del edificio del Mercado están para terminarse. - Se jestiona comunicar la línea telefónica de ésta con Osorno y Valdivia.  

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Diario El Porvenir, Santiago Año XXXII, Nº 6163 9 de julio 1906 El naufrajio del “Valdivia” Anoche estuvieron en nuestra imprenta tres náufragos del vapor “Valdivia” los señores Juan Lucio Danorat, Fernando Muller y G. T. Sutherland quienes nos han hecho una exacta relación del hundimiento de esa embarcación. El vapor “Valdivia” ex Rio-Bueno debía haber salido de Buenos Aires con rumbo á Lima el 11 de Abril, pero por efecto de su mal estado hubo de postergar su partida hasta el 18 de ese mes. En Montevideo á donde llegó dos dias después, se detuvo hasta el 4 de Mayo, fecha en que reanudo su viaje; el 9 tocó en Bahía Blanca y como el viaje había causado en él graves desperfecto tuvo que permanecer allí 35 días. En este tiempo se produjeron á bordo algunos cambios en el personal: el capitán Mr. Craisé D Ancoust y el oficial primero Mr. Rayamond juntamente con la mitad de la tripulación abandonaron el buque, pues creyeron que el estado en que se encontraba hacía muy peligrosa la travesía del océano. En esta emergencia la Compañía colocó al mando del buque al señor Teodoro Languen, quien contuvo el viaje, llegando á Punta Arenas el día 14 de junio, después de permanecer dos días allí se hizo nuevamente á la mar con todas las precauciones que requería el mal estado del buque. Casi todos los días se tenía que hacer parar las máquinas y el día del naufragio hubo una paralización que duró cerca de 12 horas. Este frecuente entorpecimiento tan frecuente de las máquinas y la noticia de que el buque podía naufragar en cualquier momento habían infundido un pánico extraordinario en la tripulación y entre los pasajeros. En la noche del 24 al 25 todos se habían dormido con este temor cuando á la 1 y 3 minutos de la mañana se despertaron al ruido siniestro de los preparativos de salvamento. El buque comenzaba á hundirse en la costa del islote de Quechal, á dos o tres millas de la isla Mocha. El capitán fué de los primeros en ganar la tierra firme y desde allí dirigió las operaciones de salvamento. Gracias á que el vapor duró algunas horas sin hundirse, sólo perecieron ahogados un pasajero de primera, un piloto segundo y un ingeniero. De la carga salvaron unas cuantas pipas con sebo que el mar ha arrojado á la playa y otras mercaderías. Según declaración de los tres náufragos que hemos tenido en nuestra oficina, en el momento del accidente el vapor marchaba á toda velocidad á la vista de dos faros, lo que los hace presumir que el naufragio se debió á la falta de precaución del capitán.

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M. Davonat se dirigia de Buenos Aires á Lima acompañado de su esposa Mme. Eugenia Bernard é iba en el buque en calidad de carpintero. Pierde en la catástrofe cerca de 4.000 francos en especies. M. Muller era chauffeur del buque; Mr. G. T. Sutherland el otro de los náufragos que nos han visitado dice que ha perdido cerca de 500 argentinos.

El Diario Ilustrado, Santiago 22 de julio 1906 Vida Social Viajeros Al sur se ha dirigido el señor don Jorge Lira O. - A Concepción partió don Benjamín Errázuriz. - Al mismo punto se ha dirigido el señor don Pedro Aníbal Ruiz. - A Graneros se fue el señor don Rafael Tagle. - De Quilpué siguió á Concepción el señor don Cárlos Fernández R. - De Punta Arenas ha llegado el señor don Julio Vicuña S. … 5 de octubre 1906 ANCUD Octubre 4.- Vapor esperado.- Se espera la llegada del vapor “Araucanía”, de Magallanes. Cambio de Intendente.- Se considera un hecho el cambio del actual Intendente señor Menchaca. Contra un juez.- “La Voz de Castro” ataca rudamente al ex juez interino señor Pelegrin Mesa. Llegada del “Cachapoal”.- Ayer fondeó el Cachapoal que trajo varios pasajeros. 6 de octubre 1906 PUERTO MONTT Vapores.- Octubre 5.- El “Cachapoal llegó anoche. El vapor inglés “Agaphantos” procedente del Indostan, fondeó hoy. Trae un cargamente de artículos de consumo para este puerto, Valparaíso y otras ciudades. En la navegación ha empleado cien días. Fracaso.- Fracasó la formación de la sociedad de luz eléctrica.

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PUNTA ARENAS Octubre 5.- En honor de los argentinos.- Se prepara una entusiasta manifestación en honor de la Delegación argentina, que regresa á su patria. El Club Magallanes proyecta un gran baile, el Centro Municipal una comida, y el Gobernador, el jefe del Apostadero Naval y la juventud, un pic-nic. Acciones auríferas.- Hay gran demanda de acciones auríferas y pocos vendedores. 9 de octubre 1906 ANCUD Octubre 8.- Esperando.- En el primer vapor del estrecho se embarcarán aquí 150 individuos de las faenas de Magallanes. 11 de octubre 1906 PUNTA ARENAS Octubre 10.- Llegada del “25 de Mayo”.- A las 6 P.M. de ayer debió llegar el crucero “25 de Mayo”. Se prepara un gran baile en honor de los marinos argentinos, que se efectuará en el Teatro Municipal. Hay gran interés en dar el mayor brillo posible á todas las fiestas. Vapores.- Llegaron los vapores “Neva”, “Esploser” y “Orita”. Completamente reparado zarpó para Santa Lucía el vapor “Abber Holmes”, que se varó á principios de Septiembre en la isla Marta. En viaje a Buenos Aires.- El crucero argentino “25 de Mayo” siguió viaje a Buenos Aires. Sus oficiales fueron brillantemente festejados en esta ciudad.   Diario El Mercurio de Santiago 1906 30 de marzo 1906 Sección avisos de Sociedades Anónimas COMPAÑÍA ESPLOTADORA DEL BAKER Se avisa a las personas que tengan traspasos pendientes de la Compañia, que deben llevarlos a la oficina, altos Banco Mobiliario, antes del 15 del presente. Despues de esa fecha no se aceptarán sin el timbre de la Compañía. EL DIRECTORIO

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LISTA DE ACCIONISTAS DE LA COMPAÑÍA ESPLOTADORA DEL BAKER EN 6 DE MARZO DE 1906 Acciones Acciones Allendes R. Antonio 250 Merino Policarpo Baeza Infante Carlos 5 Marin Pedro A Banco Santiago 100 Mathews Carlos Banco Mobiliario 3570 Mazzini Rafael Battle H. W. 300 Mena Marcelo A Barros Agustín 50 Makin Ernesto Bardeau Alfonso 200 Norris Williams Boero Jerónimo 45 Nieto Ramon Browne V. Eduardo 100 Parry Jones Felipe Canessa Pablo 200 Podestá Juan Caro Tagle Guillermo 20 Piza Alfredo Carrasco B. Eduardo 100 Perez Lopez Manuel Craugle Tomas 100 Podestá Cayetano Croxatto Francisco 100 Portales Juan Santiago Carvallo F. A. 100 Perez de Arce Roberto Claro Solar Luis 150 Pizarro Espoz Julio Chüden Jorge 100 Queirolo Julio Contreras Aníbal 200 Riegel Eduardo Chiarella Alberto 100 Renard Luis A Carrasco B. Héctor 25 Rio Jorge del Diaz Fuenzalida Manuel 250 Riesco José Luis Durand Jean 10 Sanfuentes Felix E Echeverria L.Matilde 50 Somavia y Velarde Echeverria L. Florenci 140 Sevuller Guillermo Escobar Fernando 100 Subercaseaux Julio Escobar Daniel 200 Squire Walter Espic Juan Edwin 100 Subercaseaux Eujenio Falco Bernardo 200 Surhoff Guillermo Ferreira Jerman de S 10 Stowhas Carlos Fernandez J. Adolfo 300 Solari Domingo Gana Victor 113 Subercaseaux Guillermo Guitard Ramon 5 Sottovia Antonio Gonzalez A. Manuel 100 Silva Cortes Romualdo Grühne Otto 200 Schacht W. Guerin Leon 160 Tornero Florencio Gomez Florentin 50 Tornero Santos Heiremans Amadeo 200 Ugarte Ramon Jones, Guillermo J 250 Valenzuela Leopoldo

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100 300 250 100 100 2 100 100 25 200 100 50 300 50 100 525 400 250 50 50 500 100 100 100 300 100 50 350 50 100 200 100 25 200 50 20 100 100

Klughist Sofia Klughist Minna Lambie Adam Lyon Adolfo Lyon Santiago Langlois Francisco Morstadt Adolfo Magnani Felipe Mc Houl Alejandro

10 10 100 100 160 200 50 200 50

Valdes L. Jerman Vergara Salvá Victor Valencia José Francisco Verdugo de C. Rita Wessel Carlos E Wiedmayer C Williams Héctor Zanetta Pablo

150 100 270 50 120 100 300 50

07 de abril 1906 Sección avisos de Sociedades Anónimas Compañía Esplotadora del Baker Los señores accionistas que no hayan pagado su tercera cuota de $ 10 por accion, deberán hacerlo ántes del 20 del presente, fecha que el directorio ha fijado para el remate de las acciones que tengan cuota insoluta. El Secretario 1908 26 de abril 1908 (Carta al director) Comunicaciones en Chiloé Señor Director de “El Mercurio”: Actualmente hai rejiones en el estremo sur de la República que pasan completamente aisladas meses enteros, sin poder comunicarse los habitantes de esos parajes de manera alguna con el resto del pais. Nos referimos a las pequeñas poblaciones diseminadas en todos los canales y puntos australes de la provincia de Chiloé. Esto, como se comprende, es un estado de cosas lamentablemente anormal, y que puede dar oríjen nuevamente a acontecimientos mui dolorosos, tal como pasó hace algun tiempo con la mortandad de trabajadores en el Baker, cuya única y esclusiva causa fué la falta de alimentos, motivada por el abandono culpable en que se dejó durante seis meses a esos pobres individuos, entregados inhumanamente a las crudezas e inclemencias de un invierno riguroso. No se debe ni siquiera discutir la conveniencia que hai en que el servicio de vapores en esas comarcas sea mejorado, aumentándose el número de los que hasta la fecha hacen esos viajes. La carrera mensual que hace la Compañía Sud- Americana de Vapores por los canales de Chiloé hasta Melinka, no es suficiente, y ademas no se hace con la regularidad que seria de desear. Conocedor el Gobierno de estos hechos, ha querido mejorar el servicio de

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vapores, por los canales, y al efecto, en el presupuesto de este año se consulta una gruesa suma para subvencionar á otro vapor que haria la misma carrera que hace, en la actualidad, el de la Compañía Sud-Americana, pero en distintas fechas. Se pidieron las propuestas, y no se presentó sino una, que, a pesar de haber sido aceptada por el Gobierno, parece que no tendrá efecto, por cuánto resulta ahora que el proponente interesado exije mayor subvencion que la acordada. De lo que se concluye que el nuevo servicio no se hará, y que los habitantes de las rejiones australes quedarán en las mismas condiciones que hasta ahora, es decir, completamente abandonados a su suerte. Ciertos de que el señor Ministro del Interior abriga los mejores deseos para servir a esa provincia, nos atrevemos a insinuarle la idea de que esa nueva carrera sea servida por la Compañía Inglesa de Vapores. Quizás, si el señor Ministro pusiera algun empeño en estudiar este asunto, llegaria a algun resultado de provecho. No costaria gran cosa ponerse al habla con el jerente de la P.S.N.C. y proponerle que esa Compañía haga el servicio con alguno de sus vapores pequeños. Con esto prolongarian la carrera que hacen sus vapores, hasta los canales de Chiloé, en iguales condiciones que la Compañía Sud-Americana, y de este modo resultarian indiscutiblemente beneficiados todos los habitantes de Chiloé, que asi tendrian cómo comunicarse con mas frecuencia con el resto de sus compatriotas. De usted, A. Y S. S. 28 de abril 1908 JUDICIALES CONCURSO.- POR AUTO DE 23 DEL presente, del señor Juez del 4º juzgado civil, se ha declarado en concurso voluntario a la Compañía Esplotadora del Baker; se ha nombrado síndico provisorio a don Francisco Langlois y se ha señalado el 25 de junio próximo, a las 2 ½ P.M., para la primera junta de acreedores.- El secretario. M 29 Diario El Chileno, Valparaíso 10 de noviembre 1906 Congreso Nacional CÁMARA DE SENADORES Sesión de ayer Presidencia del señor Sanfuentes Ayer celebró sesión la Cámara de Senadores, presidida por el señor Sanfuentes con asistencia de 17 senadores y de los ministros de Hacienda y Relaciones Esteriores. Se nombró a los señores Escobar y Balmaceda, en la comision de Gobierno en

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reemplazo de los señores Montt y Vial que la componian. A los señores escobar y Puga Borne en la comision de Constitucion en reemplazo de los señores Sotomayor y MacIver. El señor Rozas llama la atencion del señor Ministro de Relaciones Esteriores a los atropellos de que son victima los colonos nacionales de Coihueco-Rupanco. El señor Balmaceda, habla estensamente sobre los tropiezos habidos en el proyecto de reconstruccion de Valparaiso, que atribuia al Primer Alcalde. Si este funcionario no ha sido culpable, dice, deben serlo otras personas y se hace necesario que esto termine. Se aprueba el proyecto que autoriza la inversion de 10 mil libras para pagos de billetes a la Compañía Norte-Americana de Billetes de Banco.   Diario El Mercurio de Valparaíso 1905 24 de septiembre 1905 Sección avisos sociedades anónimas Compañía Esplotadora del “Baker” De conformidad con los Estatutos, cito a los señores accionistas a reunion jeneral ordinaria para el sabado 30 del actual, a las 2 P.M., en la Bolsa Comercial, Blanco número 180. Queda cerrado el libro de transferencias de acciones desde mañana hasta el 30 del presente inclusive. Valparaiso, setiembre 21 de 1905 El presidente 27 de octubre 1905 Sección avisos sociedades anónimas Cia. Esplotadora del Baker De conformidad con los Estatutos y acuerdo del Directorio, se ruega a los señores accionistas se sirvan pagar la 3ª cuota de 10%, o sea $10 por accion, desde el 2 hasta el 15 de noviembre próximo. Los recibos correspondientes a los señores accionistas residentes en Santiago, se encontrarán en el Banco Mobiliario en ésa y los de Valparaíso en el mismo Banco en ésta. Efectuado el pago, se ruega a los señores accionistas se sirvan canjear el recibo por la anotacion en el título correspondiente. Queda cerrado el libro de transferencia desde la fecha al 2 de noviembre próximo inclusive. Valparaiso, octubre 25 de 1905 EL DIRECTORIO

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1906 Año LXXIX, Nº 24.096 27 de marzo 1906 A MAGALLANES En la presente semana, se dirijirán a Magallanes, los señores Florencio Tornero E. y Julio Vicuña Subercaseaux.  Diario El Ferrocarril Santiago, martes 9 de octubre 1906 TELEGRAMAS DE PROVINCIAS ANCUD. Octubre 8.- Los otros tres periodicos locales han condenado enerjicamente la actitud de la sociedad de Rio Baker por abandono de sus operarios; murieron 66, quedando atacados de escorbuto mas de 54. -En el primer vapor del estrecho se embarcaron aquí 150 individuos de las faenas de Magallanes. La CRUZ dedica un hermoso artículo a la memoria de don Carlos Walker en el aniversario de su muerte. Santiago, Domingo 14 de octubre de 1906 ANCUD, Octubre 13.- Los periodicos se han limitado a dar noticias del nombramiento del intendente señor Prado Puelma, sin comentarios. - La JUSTICIA ridiculiza la versión de la UNIÓN de Valparaiso de que se hayan descubierto en Chiloé yacimientos de petróleo, que esplotaria el Banco de Chiloé organizado por don Camilo Segundo Menchaca. - Falleción en ésta doña María Hudson. - La CRUZ dice que el administrador de los fondos señor Menchaca es digno de todo encomio por la correcta publicacion del certificado del Tesorero Fiscal y el Tribunal de Cuentas, quienes aprobaron sin observacion las cuentas presentadas. -El mismo periodico aboga porque el Gobierno instale en Ancud una Caja de Ahorros como en Valdivia y otras ciudades. -Comentase desfavorablemente la debilidad del gobernador de Quinchao, dando certificado inexacto a favor del director de la Escuela Superior, implicado en el desacato a la Iglesia de Quinchao. -Fallecieron en Dalcahue 8 individuos de desinteria, traidos del rio Baker. -La CRUZ protesta del exceso de pasajeros llevados por el “Araucanía” a Magallanes; desembarcaron 40 en Achao perjudicando así sus intereses. Santiago, Jueves 18 de octubre de 1906 TELEGRAMAS DE PROVINCIAS PUERTO MONTT.- El “Amazonas” zarpó hoy a Valparaiso. La carestia de viveres es alarmante, La carne subirá setenta centavos kilo, cosa que jamás se habia visto.

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-El asunto de la Sociedad Rio Baker donde muchos trabajadores murieron de hambre ha pasado a poder de la justicia. -Los trabajos del nuevo edificio del mercado están por terminarse. -Se jestiona la construccion de una línea telefónica que comunique a esta ciudad con Valdivia y Osorno.  Diario La Unión, Santiago 9 de octubre 1906 ANCUD. Abandono de operarios.- Obreros á Magallanes Octubre 8.- Los tres periódicos de la localidad publican una enérgica censura contra la actitud de la Sociedad Rio Baker, por el abandono en que ha dejado a sus operarios, de los cuales 66 murieron, y 54 han quedado enfermos de escorbuto. -En el primer vapor que pase para el Estrecho de Magallanes se embarcarán 150 individuos que han sido contratados para las faenas auríferas de ese territorio. 14 de octubre 1906 ANCUD. No hay yacimientos de petróleo.- Se pide una caja de ahorros.Otras noticias. Los periodicos se limitan a dar noticias del nombramiento del Intendente señor Prado Puelma, sin hacer comentarios - LA JUSTICIA dice que es inexacto que se hayan descubierto en Chiloé yacimientos de petróleo que explotaría el Banco de Chiloé organizado por don Camilo Segundo Menchaca. - Falleció la señorita María Hudson. - LA CRUZ DEL SUR dice que la adminsitración de fondos, por el Intendente Menchaca, es digna de todo encomio por lo correcta, y publica un certificado del Tesorero Fiscal y del Tribunal de Cuentas, el cual aprobó sin observación, las cuentas presentadas. El mismo periódico aboga porque el gobierno instale en Ancud una Caja de Ahorros como en Valdivia y otras ciudades. - Comentase desfavorablemente la debilidad del Gobernador de Quinchao, que dio un certificado inexacto á favor del Director de la escuela Superior, que se encuentra implicado en el desacato contra la iglesia de Quinchao. - Fallecieron en Dalcahue 8 individuos de disenteria, que fueron traidos del Río Baker. - LA CRUZ DEL SUR protesta del exceso de pasajeros llevados en el “Araucanía”, para Magallanes. Desembarcaron 40 pasajeros en Achao, perjudicando sus intereses, porque no podían seguir viaje. 18 de octubre 1906 PUERTO MONTT. Partida de vapores.- Gran carestía de víveres.- El asunto de “Río Baker”.- Proyecto de línea telefónica.

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Octubre, 17.- El vapor Amazonas zarpó hoy para Valaparaíso y el Lircay para los canales de Chiloé. - Hay una carestía de víveres muy alarmante. La carne subió a 70 centavos el kilo, cosa nunca vista. El precio de la mantequilla fresca es de 85 centavos la libra. - El asunto de la Sociedad “Rio Baker”, donde murieron muchas personas á causa del hambre está en poder de la justicia. - Se gestiona establecer una comunicación por línea telefónica, de esta ciudad á Osorno y Valdivia. Diario La Unión, Concepción 16 de octubre 1906 Provincias. ANCUD LOS ABANDONOS EN RIO BAKER.- GRAVES DENUNCIOS DE UN DIARIO.- Lo siguiente lo leemos en “La Cruz del Sur”. Hace 15 días dimos cuenta de que en Río Baker se hallaban en completa miseria como 200 trabajadroes, contratados por la Sociedad que explota aquellos parajes. En estos últimos días descraciadamente se ha confirmado de una manera tristísima aquel denuncio. El jueves arribó á nuestro puerto, al mando del capitán Titus, el vapor “Araucanía” (ex “Cambronne”) procedente de Punta Arenas. A peticion de la Sociedad de Río Baker, recaló al puerto de este nombre, donde embarcó 149 operarios chilotes, únicos sobrevivientes de más de 200 personas que la citada compañía enganchó, hace poco, en Chiloé para sus faenas. Entre hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas. De los 149 individuos que el vapor tomó á su bordo había 60 atacados de escorbuto y disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos después de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de la estrechez del vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad alguna, enfermos y sanos. El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inmediaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron otros cuatro enfermos. De lo expuesto resulta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros, número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días… Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan huma-

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nitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, aprovechó las horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor de la mejor manera posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico de ciudad Don Liborio Sánchez para constatar el estado sanitario de la tripulación, que parece satisfactorio. El vapor sin embargo continua incomunicado y se están practicando en él nuevas desinfecciones. Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el Araucanía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á las diversas faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes.

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2. DOCUMENTOS OFICIALES DEL GOBIERNO SEPTIEMBRE-NOVIEMBRE 1906 2.1 Gobernación de Quinchao Telegramas Gobernacion Achao, Setiembre 4 1906 Intendente Puerto Montt Ha denunciado Lindor Gallardo i otros á esta gobernacion que en Rio Becker hai alrededor de doscientos hombres pereciendo de hambre abandonados su propia suerte por sociedad contratante existente ahí. Seria de desear US. averigue hecho poniendo conocimiento gobierno caso ser verdad para advitrar alguna medida de ausilio inmediato. Morales Achao, Octubre 1º 1906 Intendente Ancud Arribó éste puerto procedente Punta Arenas con pasajeros tomados Rio Beker vapor nacional “Araucania”. Su capitan Guillermo Titus dá cuenta habersele

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muerto dos pasajeros habien do ademas cuarenta enfer mos á bordo para los cua les proporcionósele médico Hospital. Sirvase V.S. de acuerdo autoridad marítima, dar me instrucciones si debo ordenar cuarentena buque y suspendida ésta (ilegible) quien ordena zarpe. Morales Achao, octubre 2 1906 Intendente Ancud En Dalcahue desembar_ có Araucania pasajeros tomados Beker, mayor parte enfermos graves debido falta alimentacion según informe médico Bigtt, agregándome que en Beker de doscientos hombres contratados por empresa murieron cin_ cuenta y nueve y dos na_ vegacion. Como hecho es su_ mamente grave, no dudo que V.S. pondrá conoci_ miento gobierno para investigacion culpables. Administrador Beker desembarcóse Dalcahue incluso empleados em_ presa. Araucania surto en Ésta. Morales

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Achao, Octubre 11 1906 Intendente Ancud Varios pasajeros vapor Araucani surto en ésta presentaronse gober_ nacion esponiendo serio peligro que corre sus vidas en travesía á Magallanes debido que Capi_ tan permitioembarcarse mas trescientos pasajeros, habiendo espacio solo para ciento cin_ cuenta. Rogaría V.S. de acuerdo con la autoridad marítima se sirva impartirme instrucciones a fin evitar peligros denun ciados. Morales Achao, Octubre 12 1906 Intendente Ancud Ajente vapores, diceme: “En respuesta nota V.S. de hoi, digo á V.S. que efec_ tivamente desembarcáronse cuarenta hombres del “Arau_ cania”, por cuanto venian abordo clandestinamente sin pagar su pasaje pero no por (ilegible) Dios (ilegible) V.S. (Ilegible) Descouvieres.” Dígolo V.S. contestacion telegrama. Morales

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Achao, Noviembre 13 1906 Intendente Ancud Gana trabajador éste departa Mento, faenas agricolas, un peso cincuenta centavos diarios, i dos pesos establecimientos acerrar maderas. Trabajadores, insuficientes des de Octubre á Marzo inclusive debido emigran busca trabajo otras rejiones. Requieren mayor número brazos establecimientos acerrar maderas, no necesi tando caballos industrias establecidas. Morales 2.2 Ministerio del Interior Telegrama 27 Set 6 Intendente Puerto Montt Su telegrama referente trabaja dores Backer es de caracter esencialmente privado sobre cuyo contenido nada puede hacer Ministerio. Figueroa Oficio recibido 12 de octubre Oficina de Partes Recibido: 15 Oct Página: 28 Número: 32

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Nº 78 Intendencia de Chiloé Ancud, 6 de Octubre de 1906 Esta Intendencia se hace un deber en comunicar á US. un suceso que á mi juicio reviste suma gravedad y que conviene prevenir que vuelva á repetirse en lo sucesivo. Procedente de Punta Arenas (Magallanes) y al mando del Capitán don Guillermo Titus, llegó al puerto de Achao, el primero del presente, el vapor “Araucania” conduciendo abordo un crecido número de trabajadores procedentes de rio Baker, de los cuales fallecieron dos durante el trayecto, según comunicó el capitán al Gobernador de Quinchao, igualmente espuso que el resto se encontraban enfermos abordo. Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené Al señor Ministro (Al margen) Trasc. a RR. EE. Trasc. a la D. J. de la A. en que US. se sirva ordenar que la autoridad marítima respectiva instruya un sumario sobre los sucesos enumerados en el of. anterior. (pág. 2) que se tomaran las medidas necesarias que el caso requeria. En efecto, se trasladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho puerto no hay Subdelegación Marítima y el capitán manifestaba que el término de su viaje era PuertoMontt, continuó su marcha hasta

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Dalcahue, llevando siempre el médico abordo. Viendo que el capitán no obedecía las órdenes del Gobernador de Quinchao de trasladarse á esta, dirijime por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones precisas para que obligara al capitán venirse á este puerto, no obstante, como en aquel lugar no hay fuerza ninguna, no se pudo evitar que desembarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de los que murieron en la noche Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos, Jerónimo Muñoz y Juan Diaz. Despues el vapor se dirijió á este puer(Pág 3) to, adonde llegó el cuatro del presente. El infrascrito de acuerdo con la Gobernación Marítima tomaron las medidas necesarias, ordenando al Dr. Don Liborio Sanchez C. que se trasladase abordo y certificase sobre la naturaleza de la enfermedad y las causas que la habian producido. Del informe se desprende que el vapor “Araucania” recojió un crecido número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de seis meses, trabajando á una empresa particular; dicha gente se encontraba sin los víveres suficientes y que á consecuencia de la mala alimentacion, estenuados se produjo en ellos ‘desintería aguda epidémica’ que por falta de cuidados, alimento y médico pudo ocasionar el fallecimiento de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba de una enfermedad infecciosa dejó en

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(Pág 4) libre platica al vapor “Araucania” con este puerto, permitiéndole después continuar su viaje. Este vapor es pequeño, de 200 toneladas mas ó menos, y esa gente enferma venia amontonada en las bodegas, por lo que hubo que hacerlas desinfectar bajo la dirección del Dr. Sr. Sánchez. Ahora bien, Señor Ministro, la empresa Baker es culpable del desgraciado suceso ocurrido y viene á demostrar de una manera palmaria la falta de dirección que tienen esas pequeñas Sociedades que se forman con fines aventurados y que producen hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razón, ruego a US. que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que tiendan á evitar la repetición de acontecimientos de tal naturaleza. Dios gue á US. Menchaca (Pág 4 vuelta) //tiago, 15 de Agosto de 1906 Nº 5262 Pase al Ministerio De Relaciones Esteriores, Culto i Colonizacion Anótese Por el Ministro Prieto Santiago, 19 de Octubre de 1906 Nº 2018 Para su resolución

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pase al Ministro de Marina Anótese Por el Ministro Lastra (Hay un timbre: Minis. Relaciones Esteriores. Sus Secretario. Gobierno de Chile) 3. Armada Nacional Oficio Seccion 1ª Nº 3087 Valparaiso, 17 de octubre 1906.Señor Ministro: El Director del Territorio Marítimo, en oficio nº 1351, de 5 del actual, me dice lo que sigue: “El Gobernador Marítimo de Chiloé (Ancud), en te“legrama de fecha de hoi, me dice lo que sigue: “Vapor” Araucania” fondeó ayer procedente de Punta “Arenas trayendo de Rio Baker, 146 pasajeros que paso dejarlos “Dalcahue, de estos venian como 50 enfermos escorbuto muriendo “dos, mismo dia se embarcaron.- Detalles Correo.-Firmado.-Del Pi“no.” Lo que tengo el honor de transcribir a US. para su conocimiento.

Dios guarde á US.(firma ilegible)

Ministerio de Marina Santiago, 22 de octubre de 1906 Nº 796.- Acuso recibo a US. de su oficio No. 3087, de 17 del actual, en el cual se inserta otro del Director del Territorio Maritimo en el que trascribe un telegrama del Gobernador Maritimo de Chiloé (Ancud) relativo a que el vapor “Araucania” fondeó el 5 del presente en dicho puerto. Dios gue a US. Casanova

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Santiago, 29 de Octubre de 1906 No. 841.- El Intendente de Chiloé, en oficio No. 78 de 6 del actual, me dice lo siguiente: “Esta Intendencia se hace un deber en comunicar a US. un suceso que mi juicio reviste suma gravedad i que conviene prevenir que vuelva a repetirse en lo sucesivo. Procedente de Punta Arenas (Magallanes) i al mando del capitan don Guillermo Titus, llegó al puerto de Achao, el primero del presente, el vapor “Araucania” conduciendo abordo un crecido número de trabajadores procedentes de Rio Baker, de los cuales fallecieron dos durante el trayecto, segun comunicó el capitán al Gobernador de Quinchao, igualmente espuso que el resto se encontraban enfermos a bordo. Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené que se tomaran las medidas necesarias que el caso requería. En efecto, se trasladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho punto no hay Subdelegacion Marítima i el capitán manifestaba que el término de su viaje era Puerto Montt, continuó su marcha hacia Dalcahue, llevando siempre el médico abordo. Viendo que el capitan no obedecía las órdenes del Gobernador de de Quinchao de trasladarse a ésta, dirijime por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones precisas para que obligara al capitan venirse a este puerto, no obstante, como en aquel lugar no hai fuerza ninguna, no se pudo evitar que desembarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de los que murieron en la noche Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos, Jerónimo Muñoz i Juan Diaz. Despues el vapor se dirijió a este puerto a donde llegó el cuatro del presente. El infrascrito de acuerdo con la Gobernacion Marítima tomaron las medidas necesarias, ordenando al Dr. señor Liborio Sanchez C. que se trasladase abordo i certificase sobre la naturaleza de la enfermedad i las causas que la habian producido. Del informe se desprende que el vapor “Araucania” recojió un crecido número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de seis meses, trabajando a una empresa particular; dicha jente se encontraba sin los víveres suficientes i que a consecuencia de la mala alimentacion, estenuados se produjo en ellos “desinteria aguda epidémica” que por falta de cuidados, alimento i médico pudo ocasionar el fallecimiento de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba de una enfermedad infecciosa dejó en libre plática al vapor “Araucania” con

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este puerto, permitiendole despuer continuar su viaje. Este vapor es pequeño, de 200 toneladas mas o menos, i esa jente enferma venía amontonada en las bodegas, por lo que hubo que hacerlas desinfectar bajo la direccion del Dr. señor Sanchez. Ahora bien, señor Ministro, la empresa Baker es culpable del desgraciado suceso ocurrido i viene a demostrar de una manera palmaria la falta de direccion que tienen esas pequeñas sociedades que se forman con fines aventureros i que producen hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razon, ruego a US. que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que tiendan a evitar la repeticion de acontecimientos de tal naturaleza. Lo que trascribo a US. para su conocimiento i a fin de que US. se sirva ordenar que la autoridad maritima respectiva instruya un sumario sobre los sucesos enumerados en el oficio anterior. Dios gue a US. (Fdo) Belisario Prats B. Timbre: Ministerio de Marina, Subsecretaria Casanova Santiago, 29 de Octubre de 1906 No. 843.- El Sr. Intendente de Chiloé en oficio No. 78 de 6 del actual, me dice lo que sigue: “Esta Intendencia se hace un deber en comunicar a US. un suceso que a mi juicio reviste suma gravedad i que conviene prevenir que vuelva a repetirse en lo sucesivo. Procedentes de Punta Arenas (Magallanes) i al mando Del capitan don Guillermo Titus, llegó al puerto de Achao, el primero del presente, el vapor “Araucania” conduciendo abordo un crecido número de trabajadores procedentes de Rio Baker, de los cuales fallecieron dos durante el trayecto, segun comunicó el capitan al Gobernador de Quinchao, igualmente espuso que el resto se encontraban enfermos abordo. Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené que se tomaran las medidas necesarias que el caso requería. En efecto, se trasladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho punto no hay Subdelegacion Marítima i el capitan manifestaba que el término de su viaje era Puerto Montt, conti-

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nuó su marcha hacia Dalcahue, llevando siempre el médico abordo. Viendo que el capitan no obedecía las órdenes del Gobernador de de Quinchao de trasladarse a ésta, dirijime por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones precisas para que obligara al capitan venirse a este puerto, no obstante, como en aquel lugar no hai fuerza ninguna, no se pudo evitar que desembarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de los que murieron en la noche Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos, Jerónimo Muñoz i Juan Diaz. Despues el vapor se dirijió a este puerto a donde llegó el cuatro del presente. El infrascrito de acuerdo con la Gobernacion Marítima tomaron las medidas necesarias, tomando las medidas necesarias, ordenando al Dr. señor Liborio Sanchez C. que se trasladase abordo icertificase sobre la naturaleza de la enfermedad i las causas que la habian producido. Del informe se desprende que el vapor “Araucania” recojió un crecido número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de seis meses, trabajando a una empresa particular; dicha jente se encontraba sin los víveres suficientes i que a consecuencia de la mala alimentacion, estenuadas se produjo en ellos “desinteria aguda epidémica” que por falta de cuidados alimento i médico pudo ocasionar el fallecimiento de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba de una enfermedad infecciosa dejó en libre plática al vapor “Araucania” con este puerto, permitiendole despuer continuar su viaje. Este vapor es pequeño, de 200 toneladas mas o menos, i esa jente enferma venía amontonada en las bodegas, por lo que hubo que hacerlas desinfectar bajo la direccion del Dr. señor Sanchez. Ahora bien, señor Ministro, la empresa Baker es culpable del desgraciado suceso ocurrido i viene a demostrar de una manera palmaria la falta de direccion que tienen esas pequeñas sociedades que se forman con fines aventureros i que producen hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razon, ruego a US. que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que tiendan a evitar la repeticion de acontecimientos de tal naturaleza. Lo que trascribo a US. para su conocimiento. Dios gue a US. (Fdo) belisario Prats B. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores. Casanova  

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3. SESIONES DEL SENADO 1906 Sesión 8.ª estraordinaria en 9 de noviembre de 1906 Presidencia del señor Sanfuentes Sumario (…)El señor Rozas llama la atencion del señor Ministro de Colonizacion hácia los abusos de que son víctimas los colonos nacionales de Coihueco i de Rupanco.-Usan de la palabra sobre esta materia los señores Salas Edwards (Ministro de Colonizacion), Puga Borne, Devoto i Balmaceda. (…) (pág. 209) Colonos Nacionales El señor ROZAS.-Me veo en el caso bastante penoso, por cierto, de llamar una vez mas la atencion del señor Ministro de Colonizacion a los atentados que casi dia por dia se están consumando con los colonos nacionales establecidos en las islas de Coihueco i Rupanco. Hoi mismo, he recibido de uno de aquellos ocupantes el telegrama que me voi a permitir leer ante el Senado. (…) (pág. 210) El señor BALMACEDA.- Ya que se trata de esta materia, deseo recordar al señor Ministro un suceso a que llamó la atención en esta Cámara uno de mis ho norables colegas, creo que el señor Senador por Llanquihue. Me refiero a lo que aconteció en la colonia del Río Baker. Se sostuvo que los concesionarios habian abandonado centenares de familias, dejándolas sumidas en la mas completa miseria, a consecuencia de lo cual fallecieron de hambre veiticinco personas o mas. Esto se ha publicado en periodicos del

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sur que han llegado a mis manos. Me parece aquello tan enorme de suyo, i tan perjudicial al país en el momento que mas necesitamos promover la inmigracion, que creo que el Gobierno se encuentra en el caso de someter los antecedentes a la justicia ordinaria. En los hechos, tal como se relatan, hai no solo la rasponsabilidad moral, sino que tambien está comprometida la responsabilidad criminal de los empresarios. El señor ROZAS.- ¿Me permite e1 señor Senador?... Fueron mas de doscientos los individuos abandonados, i los muertos de hambre llegaron a setenta i siete. Tengo a la vista los di'arios en que se publicaron los datos de semejantes enormidades. El señor BAMACEDA.- No he visto que desde entónces acá se hayan tomado medidas por el Gobierno. Parece que ajentes administrativos ajitaron sus empeños para hacer sobre todo aquello un silencio sepulcral. Sesión 9.ª estraordinaria en 10 de noviembre de 1906 Presidencia del señor Sanfuentes (Pág. 229) Acta Se leyó i fué aprobada la siguiente: (…) (Pág 230) El señor Balmaceda espuso que habia llégado a su noticia que en río Baker habian sido abandonados, a su propia suerte, un gran número de trabajadores que allí llevó para sus faenas la sociedad ganadera del mismo nombre, i que, como esto era mui grave, esperaba que el Gobierno enviara a la justicia ordinaria los antecedentes de este asunto a fin de que se hiciera la investigacion correspondiente.

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Sesión 10.ª en 12 de noviembre de 1906 Sumario (…) El señor Salas Edwards (Ministro de Colonizacion) hace algunas observaciones tendentes a esplicar la situacion en que se encuentran los colonos nacionales en el sur. -Usan de la palabra sobre la materia, los señores Puga Borne, Devoto i Balmaceda Incidentes (p. 251-252) (…) Colonos nacionales El señor ROZAS.-De nuevo, señor Presidente, impulsado por penoso deber, molesto la atencion del Senado, del Gobierno i especialmente del honorable se· ñor Ministro de Colonizacion, con motivo de los audaces atropellos i vejámenes que la sociedad de Rupanco viene diariamente ejecutando para despojar de sus tierras i sembrados a los verdaderos colonos nacionales de aquel territorio. La audaz compañía mencionada toma vuelo en sus criminales tentativas, al ver la impunidad en que quedan sus delitos. He aquí el nuevo telegrama de amparo que ayer he recibido: «Octai, 10 de noviembre de 1906. Señor Ramon Ricardo Rozas: Sociedad Rupanco no me deja vivir, molestándome con mis sembrados i cercos. Suplico proteccion.--(Firmado).Francisco Sigobia». ¿Necesitaré, señor Presidente, reproducir, por la centésima vez, las conside-

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raciones que he venido haciendo ante el Senado i el Gobierno para contener a esta Sociedad de Rupanco en sus desmanes, desde que ella inició sus operaciones? Me parece que nó, pues talvez bastará referirme a los antecedentes i documen tos que rejistran los Boletines de las se siones del Senado, para que el actual señor Ministro de Colonizacion, si se to ma la molestia de recorrerlos, ante los graves denuncios que se han heho i que están allí consignados, tome alguna resolucion eficaz i haga practico de este modo, el programa de rejeneracion admi nistrativa que sirvió de base a la eleccion del actual Presidente de la República. En los dos meses que lleva de vida la actual administracion, es esta la tercera vez que le pido amparo para las víctimas de Rupanco. ¿Será la última? Así lo espero pues “a la tercera va la vencída». Colonos nacionales del Sur (p 256, 257, 258) El señor SALAS EDWARDS (Mi nistro de Relaciones Esteriores).-, Debo dar una contestacion al honorable Sena dor de Llanquihue sobre la reclamacion que hizo Su Señoría en sesiones pasadas por abusos i arbitrariedades que se dicen cometidos contra los colonos nacionales. Es verdad que pocos contratos de colonizacion han ocasionado tantas dificul. tades como el celebrado con la Sociedad de Rupanco. Estas dificultades provie nen principalmente de la vaguedad de 1os términos del contrato i de cuatro decretos aclaratorios posteriores que en lugar

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de aclarar han dejado mas vaga la forma de la concesion. De ahí que al decir de la Sociedad i de los informes legales que el Gobierno posee, no ha comenzado todavía a correr el plazo para que la Sociedad traiga los colonos. El caso es tal vez estraño, pero es la verdad. La Sociedad de Rupanco, como adelantándose espontáneamente a un plazo que no corre en contra de ella, ha contra tado colonos holandeses que están listos para venir. Otra causa de las dificultades ocurridas es el estado en que se encontraba la isla de Coihueco. Esta isla estaba toda ocupada por individuos i familias que cul tivaban el suelo i que lo tenian como simples detentadores o con otros títulos que les daban derecho, conforme a las leyes i reglamentos vijentes, para ser radicados como colonos nacionales o para que se les abonaran por la Sociedad colo nizadora las mejoras que hubieren hecho. Pero resulta que no todos los pobladores se avienen a ser radicados como colonos nacionales, ya que es muí redu cido el número de hectáreas que en este carácter se les concede: cincuenta para el padre i treinta para cada uno de los hijos, i se niegan a entregar lo que no les pertenece. De aquí nacen los innumerables juicios que sigue la Sociedad en contra de muchos ocupantes, por no considerar que tengan derecho para permanecer en sus terrenos.

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El honorable Senador de Llanquihue, cuyo buen corazon todos reconocemos, acoje con benevolencia estas reclamaciones que no son siempre fundadas. La Inspeccion de Tierras i Colonizacion, a quien el Gobierno pidió informe sobre esta materia, dice en documentos que están en la Secretaría del Senado, lo siguiente: «La Oficina Jeneral de Colonizacion no tiene noticia de que los ocupantes con derechos hayan sido arrojados violenta mente del terreno. Jeneralmente la Em presa ha recurrido a los tribunales i es de suponer, si eso ha ocurrido, que tales lanzamientos estén justificados en las leyes, en los reglamentos i en los terminos del contrato». Tomo esta cita de un informe de la Inspeccion Jeneral de Colonizacion que forma parte de un espediente que existe en la Cámara i que prueba que no es exacto que mis honorables antecesores hayan desoido las reclamaciones formula das sobre esta materia, en esta Cámara. Este espediente, formado con motivo de una peticion del honorable Senador de Llanquihue, contiene todos los infor mes del Consejo de Defensa i de la Ins peccion de Colonizacion, tanto de la cen tral como de la provincial. Hai una pro videncia del señor Secretario que dice que estos antecedentes fueron puestos a disposicion de los señores Senadores, con fecha 30 de julio de este año. Ahí figura, por ejemplo, la. reclamacion de una persona que pide mil i tantas hec táreas a que cree tener derecho.

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Este juicio acaba de ser fallado i la justicia solo le reconoce derecho a con servar ciento cincuenta hectáreas. El Gobierno, tanto en esta adminis tracion como en la pasada, se ha preocu pado siempre de averiguar la efectividad de los denuncios presentados, formán dose para el efecto un espediente en el que se estampan los cargos formulados en contra de los concesionarios i los des cargos que éstos hacen. En este momento se encuentran en Ancud, para que informen sobre ciertos denuncios, los sub-inspectores de las pro vincias de Chiloé i de Llanquihue. El honorable Senador de Llanquihue ha acojido con su benignidad reconocida todos los reclamos que se le han hecho. Pero no todos ellos son justos i fundados. Sin embargo, prometo a Su Señoría remediar i evitar todos los abusos i atro pellos que sean realmente tales i dejar a la justicia ordinaria que falle los juicios pendientes sobre esta materia. Respecto al punto concreto relacionado con el secretario de la Intendencia de Llanquihue, debo manifestar que ignoro el por qué no se ha cumplido el acuerdo del Gabinete a que se refirió el honorable señor Puga Borne i que disponía que el empleado aludido optara entre su puesto de secretario i el de ajente o defensor de la Compañía de Rupanco. Impuesto por el que habla, el señor Ministro del Interior ha dado órden de que, comprobada esa circunstancia, lo que es fácil, se pida inmediatamente su renun

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cia al secretario de la Intendencia. Por otra parte, el Senado se esplicará fácilmente que, dada la dificultad de esclarecer bien los hechos a tanta distancia, no haya podido obrarse inmediatamente en el asunto a que se refirió el honorable señor Balmaceda: a la muerte por abandono i por hambre de setenta i tantos colonos en Rio Backer. Segun una comunicacion que tengo a la mano del jerente de esa colonia, señor Julio Subercaseaux, las desgracias acaecidas no fueron consecuencia del abandono ni del hambre sino de una epidemia de escorbuto i de haberse negado los enfermos a tomar remedios. Las investigaciones, sin embargo, con tinuarán adelante hasta hacer completa luz en este negocio, poniéndolo en manos de la justicia si fuere necesario. La comunicacion a que me he referido dice a este respecto: “1. No es exacto que la jente se haya muerto de hambre; el jerente de la Em presa don Florencio Tornero i don Julio Vicuña estuvieron en la colonia hasta julio i dejaron víveres en abundancia. El administrador Mr. William Norris, que se encuentra actualmente en Chiloé contratando jente, dice que se desarrolló una epidemia de escorbuto que cundió porque los chilotes se negaron a tomar remedios. 2. Que la Empresa hizo lo humanamente posible para sacar cuanto ántes a dichos trabajadores, que estaban solos i no con familias, como se ha dicho.” Como se ve, lo sucedido se debe a casos fortuitos i a la imposibilidad en que se

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encontró la Empresa para proporcionarse buques. Colonos nacionales del sur (p 259, 260) El señor DEVOTO.-El honorable Senador por Tarapacá ha llamado la atencion del señor Ministro de Coloniza cion a lo que ha ocurrido en la colonia Backer, en que setenta personas habian muerto de hambre. El señor Ministro, contestando al honorable Senador, no ha negado el hecho de esas numerosas muertes, sino que ha dicho que provinieron del escorbuto, i de que los enfermos no quisieron tomar remedios. A mí me parece estraño que haya un solo hombre que no quiera tomar remedios cuando está enfermo i prefiera morir. El señor BALMACEDA.-¡Los setenta no quisieron tomar remedios! El señor DEVOTO.-EI señor Ministro, al referirse a estos desgraciados, empleaba un tono despreciativo llamándolos «chilotes»… El señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion ).-Permítame el señor Senador. No he empleado tono alguno despreciativo, ni siquiera he entrado a este respecto en apreciaciones de ninguna clase: me he limitado simplemente a dar lectura a una comunicacion del presidente de la Sociedad, i he agregado que, en vista de estos denuncios, enviaré los antecedentes a la justicia ordinaria para que se haga efectiva la responsabilidad de quien corresponda, si es que la hai.

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Vuelvo a repetirlo, no he empleado tono alguno; nadie desconoce las cualidades esforzadas de los hijos de Chiloé. El señor DEVOTO.-Me alegro que Su Señoría esté dispuesto a tomar medidas, porque me parece que es realmente un acto de inhumanidad dejar morir a setenta personas, ya sea por falta de alimentos o por falta de remedios. He querido acentuar este hecho con el propósito de llamar mas vivamente la atencion del Gobierno sobre el particular, a fin de que tome medidas severas i eficaces contra esta barbarie, que no puede llamarse de otro modo dejar morir de hambre o de enfermedad, sin proporcionarles ausilios, a estos infelices. No ha podido ser causa de este abandono la falta de buques, puesto que hai lanchas suficientes en aquellos parajes para el trasporte. Pero las palabras desdeñosas del señor Ministro están revelando que por ser «chi· lotes», ha podido dejarse morir de ham bre a un considerable número de nuestros conciudadanos. ¿Qué razon pudo haber para no suministrarles ningun ausilio i dejarlos morir abandonados? El Gobierno debe tomar medidas inmediatas para investigar lo que ha pasado, nombrando a un funcionario público que vaya a aquel punto a tomar las informaciones correspondientes. El señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion ).-Repito que el Gobierno ha tomado las medidas que le

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ha sido posible i que tomará todas aquellas que conduzcan al esclarecimiento de este asunto, porque, como es fácil comprender, bien puede haber datos equivocados en lo que se dice. Si de las investigaciones resultan exactas las informaciones de los señores Senadores, se hará efectiva la responsabilidad de quienes corresponda. El señor DEVOTO.--No deben ser equivocadas ni exajeradas nuestras informaciones, puesto que el jerente de esa Compañía, señor Subercaseaux, no niega el hecho de haber muerto el número de personas de que se habla. El escorbuto, ademas, no se desarrolla sino en lugares desolados o abandonados en los cuales no hai medios de combatirlo i tiene su oríjen justamente en la alimentacion escasa i malsana. Es enfermedad que se produce comunmente entre los marineros, en las largas travesías, por carencia de alimentos o por usar alimentos descompuestos. Esto está probando la gravedad de las Faltas cometidas por esta Compañía al dejar abandonados a una multitud de individuos. Rogaría al señor Ministro que cuando reciba noticias de estos sucesos, tenga a bien comunicarlas al Senado. El Señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion) -Perfectamente, señor Senador; me haré un deber en comunicarlas a la Cámara.

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4. ACCIONISTAS DE LA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER 4.1 Listado de accionistas fundadores Compañía Explotadora del Baker, según Estatutos de constitución fechados el 15 de julio 1904. Accionista

Juan y Florencio Tornero

Ramón Nieto, comerciante Víctor Gana, corredor

Nº de acciones

4.000 liberadas 100 113

Osvaldo Prieto Goñi, gerente de sociedad anónima

100

Ernesto Makin, corredor (por sí)

1352

Ottorino Zanelli, comerciante (magnate salitrero)

250

Carlos Subercaseaux, comerciante

Ernesto Makin, corredor (por terceros de Stgo) Eduardo Sonsa, comerciante

500

7180 50

Jorge Bouchier, corredor

100

Julio Fabres, comerciante

200

Víctor Vergara Salvá, comerciante Guillermo Snohoff, comerciante Juan Widow, corredor

Pedro Cubillos, abogado

100 100 100 50

Carlos Schröeder, agente de aduana

100

Jorge del Río, gerente de sociedad anónima

50

Juan Martínez, corredor

Alfredo Gardechens, corredor

William Russel Young, corredor

100 50 50

Ramón Ugarte, gerente de sociedad anónima

100

Ernesto Edwards, comerciante

50

Ramón González A, comerciante

100

Antonio Mosca, comerciante

200

Antonio Mancilla, comerciante

100

Andrés Ivol, comerciante

50

273

Luis W. Rawson, médico

100

Santiago de Arestizabal, comerciante importador

50

Guillermo Scouller, comerciante

50

Juan Ewing Espic, médico

100

Luis Browne, empleado

100

Guillermo Rivera, abogado Edmundo Belly, comerciante

Paulino Hernández, gerente de sociedad anónima

100 50 50

Alberto Browne, empleado

500

Manuel Pérez López, corredor

500

Carlos R. Bittencourt, corredor Guillermo Gesswein G., comerciante Gabriel Gómez Lobo, corredor

100 100 50

Gustavo Jullian, ingeniero

100

Jorge Edwards Ariztía, comerciante

100

Fernando Edwards, comerciante Jorge Jonanne, corredor

Braulio Bittencourt, empleado

100 100 10

Carlos Tweedy, comerciante

100

Eduardo Cumming, corredor

50

Emilio Claro, abogado

100

Louis Guevin, comerciante

100

Isidoro de Lueja, comerciante

10

Enrique Jonve, comerciante

Santiago Devoto, comerciante

Alexander Edwards, empleado Arturo Seddan, comerciante

Roberto Riddell, comerciante

Alfredo Sanvalle, comerciante

Arturo Sutherland, comerciante Alejandro Latto, empleado

Sofía Klingkist, comerciante

Minna Klingkist, comerciante

274

10 70 50 50 50 50 10 20 10 10

Ramón Sánchez, comerciante

100

Federico Harper, empleado

50

Víctor Bobillier, abogado

Luis Despony, comerciante

Liborio Mayo, comerciante Arturo Trevena, empleado

Víctor Medina, comerciante Hugo Metz, comerciante

Anton Phillips, comerciante

Anibal Tornero Echeverría, comerciante Enrique Balbontín, comerciante

50 20 60 25 10 10 50 20 40

Carlos Barnett, comerciante

100

Santiago Lyon, comerciante

100

Felipe Parry Jones, comerciante

25

Reginald Davis, empleado Carlos Lyon, comerciante

25

100

Jorge Herrera, comerciante

700

Alejandro Greene, abogado

200

Total de acciones suscritas

16.000

Charles Thompson, empleado Miguel Gazitúa, comerciante

Total de acciones nominales Diferencia

20

100

16.000 0



275

4.2 Accionistas al 06 de marzo 1906, según inserto publicado en diario El Mercurio de Santiago. Accionista

Allendes R. Antonio

Baeza Infante Carlos Banco Santiago

Banco Mobiliario Battle H. W.

Barros Agustín

Nº de acciones 250 5

100

3570 300 50

Bardeau Alfonso

200

Browne V. Eduardo

100

Caro Tagle Guillermo

20

Boero Jerónimo Canessa Pablo

45

200

Carrasco B. Eduardo

100

Croxatto Francisco

100

Craugle Tomas Carvallo F. A.

Claro Solar Luis Chüden Jorge

Contreras Aníbal

Chiarella Alberto

Carrasco B. Héctor

100 100 150 100 200 100 25

Diaz Fuenzalida Manuel

250

Echeverria L.Matilde

50

Durand Jean

10

Echeverria L. Florencio

140

Escobar Daniel

200

Escobar Fernando Espic Juan Edwin Falco Bernardo

Ferreira Jerman de S

276

100 100 200 10

Fernandez J. Adolfo Gana Victor

Guitard Ramon

300 113 5

Gonzalez A. Manuel

100

Guerin Leon

160

Grühne Otto

Gomez Florentin

200 50

Heiremans Amadeo

200

Klughist Sofia

10

Jones Guillermo J Klughist Minna

250 10

Lambie Adam

100

Lyon Santiago

160

Lyon Adolfo

Langlois Francisco Morstadt Adolfo

100 200 50

Magnani Felipe

200

Merino Policarpo

100

Mathews Carlos

250

Mc Houl Alejandro Marin Pedro A

Mazzini Rafael

Mena Marcelo A Makin Ernesto

50

300 100 100 2

Norris Williams

100

Parry Jones Felipe

25

Nieto Ramon

100

Podestá Juan

200

Perez Lopez Manuel

50

Piza Alfredo

100

Podestá Cayetano

300

Perez de Arce Roberto

100

Portales Juan Santiago

50

277

Pizarro Espoz Julio

525

Riegel Eduardo

250

Queirolo Julio

Renard Luis A Rio Jorge del

400 50 50

Riesco José Luis

500

Somavia y Velarde

100

Sanfuentes Felix E

Sevuller Guillermo Subercaseaux Julio Squire Walter

Subercaseaux Eujenio

100 100 300 100 50

Surhoff Guillermo

350

Solari Domingo

100

Sottovia Antonio

100

Stowhas Carlos

Subercaseaux Guillermo Silva Cortes Romualdo

50

200 25

Schacht W.

200

Tornero Santos

20

Tornero Florencio

50

Ugarte Ramon

100

Valdes L. Jerman

150

Valenzuela Leopoldo Vergara Salvá Victor

Valencia José Francisco Verdugo de C. Rita

100 100 270 50

Wessel Carlos E

120

Williams Héctor

300

Wiedmayer C

Zanetta Pablo

278

100 50

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA Fuentes 1. Digitales www.archive.org Boletín Oficial de la República Argentina, 15-06-06, p. 1189. www.bcn.cl (Biblioteca del Congreso Nacional) Sesiones del Congreso Nacional, Senado y Cámara de Diputados, 19051909. www.biografias.bcn.cl Biografías político parlamentarias: http://biografias.bcn.cl/wiki/Julio_ Subercaseaux_Browne www.leychile.cl Ley de 1893 www.memoriachilena.cl Revista Sucesos 1906. Santiago Revista Zigzag, 1905-1906. Santiago 2. Escritas 2.1 Biblioteca Nacional, sección Periódicos y Microformatos 2.1.1 Diarios El Chileno, Valparaíso. 1906. El Diario de Aysén, Coyhaique. 1978. El Diario Ilustrado, Santiago. 1906.

279

El Ferrocarril, Santiago. 1906. El Magallanes, Punta Arenas. 1905-1908. El Mercurio de Valparaíso, Valparaíso. 1906-1907. El Mercurio, Santiago, 1906, 1908. El Sur, Concepción. 1906. La Reforma, Santiago. 1906. Las Últimas Noticias, Santiago. 1906-1907. 2.1.2 Periódicos El Correo de Valdivia, Valdivia. 1906. El Independiente, Ancud. 1905-1906. El Liberal, Osorno. 1906 La Alianza Liberal, Puerto Montt. 1904-1908. La Cruz del Sur, Ancud. 1905-1907. La Justicia de Ancud, Ancud. 1905-1907. La Prensa, Puerto Montt. 1904-1906 La Reforma, Santiago. 1906. La Voz de Castro, Castro. 1905-1906. La Unión, Santiago. 1906 La Unión, Concepción. 1906 2.1.3 Revistas Zigzag, 1956. Santiago

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