Bill Hybels El Amor Tierno -el Don De Dios De La Intimidad Sexual X Eltropical

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EL

BILL, Ron

IIflldos

n una cultura obsesionada con el sexo, donde la felicidad y la virginidad pertenecen s6lo a una minoría, ¿qué esperanza hay de pureza sexual? Durante demasiado tiempo, la iglesia ha permanecido casi en silencio respecto a cuestiones sexuales, excepto para decir no y prohibir. Hayal encarar una cultura que dice sí enfáticamente a toda clase de actividad sexual, los cristianos se han dado cuenta de que necesitan cavar más profundo: ¿Cuál es el propósito de la sexualidad? ¿C6mo pueden los cristianos evadir la seducci6n de las trampas sexuales y rescatar a otros que han caído en ellas? En El amor tierno, Bill Hybels y Rob Wilkins exploran el contraste entre el designio de Dios para el sexo y el del mundo. En la sociedad moderna, se han enfatizado los derechos y a las responsabilidades se les ha restado importancia. El compromiso se considera una pérdida de tiempo. La actividad sexual ha llegado a ser cada vez más un acto de destrucci6n que conduce a adicci6n, divorcio, dolor, perversi6n, anulaci6n de la personalidad, enfermedad, y muerte. El amor tierno habla a la pareja comprometida que desea permanecer fiel y quizás necesita el apoyo de la Palabra de Dios para vencer los obstáculos y las distracCiones a la pureza. También,habla a quien esté tratando de comprender y ayudar a otros, especialmente a j6venes que batallan con su propia sexualidad. Emocionantes relatos de casos que describen el proceso vitalicio de aprendizaje de aquellos que han sabido de la belleza y el potencial destructivo del sexo. Se incluye una guía de discusi6n para estudios adicionales con su esposa, un amigo o un grupo pequeño. El amor tierno resuelve parte de la curiosa dualidad que algunos tienen en cuanto a su sexualidad: "placer y culpa, admiraci6n y vergüenza". El misterio y portento del sexo señala hacia un Dios Creador imaginativo y relacional, y nos recuerda que la intimidad sexual fue diseñada como un don, no como un ídolo. El libro Amor Tiemo (Tender Lave) fue premiado con 'La Medalla de Oro' por ECPA (Evangelical Christian Pubishers AssociatDn), como el mejor Ibro del año acerca del matrimonio editado en inglés, en la convención de CSA (Christian Booksellers AssociatDn) 1994 en Denver, Colorado.

I~I EDITORIAL

ISRN 1-56063-588-6

.."UNILIT Producto 497728 Categoría: Matrimonio /Familia

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9 781560

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SI DONOSDIOSDS lJ MIH/DJO SBIUJl

EL

BILL IIYBELS JRoA Hilkins

EX LIBRIS ELTROPICAL Publicado por Editorial Unilit Miami, A. EE.UU. Derechos reservados Primera edición 1994 © 1993 por Bill Hybels Publicado originalmente en inglés con el tftulo: Tender Love por Moody Press Chicago, IIIinois Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida excepto en pasajes breves para reseña, ni puede ser guardada en un sistema de recuperaci6n o reproducido por medios mecánicos, fotocopiadora, grabadora o de otras maneras, sin el permiso de los editores. Traducido al español por: Juan Sanchez Araujo Citas bíblicas tomadas de: La Santa Biblia, versión 1960 © Sociedades Bíblicas Unidas y "Ls Biblia de las Américas" © 1986 The LocIanan Foundation La Habra, California 90631 Usadas con permiso Producto 497728 ISBN 1-56063-588-6 Impreso en Colombia Printed in Colombia

A George y Marianne Lindholm que nos han amado tiernamente todos estos años

CONTENIDO

Introducción

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PRIMERA PARTE: Comprender el contexto l. El sexo y Dios

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2. Las dos perspectivas para el sexo

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SEGUNDA PARTE: Un examen de nuestro itinerario sexual 3. El descubrimiento

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4. La pasión

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5. La transición

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6. La madurez

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TERCERA PARTE: El papel de la Iglesia

7. La iglesia y la sanidad

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Guía para la discusión

205

INTRODUCCION

Y

o aprendí los misterios de la sexualidad humana de toda forma errónea imaginable. Las revistas, los medios de comunicación y los amigotes me llenaron la mente de valores e ideas distorsionadas que tardé años en borrar. Este libro es un intento de evitar a otros una suerte similar a la mía. Durante dieciocho años he aconsejado a personas en nues: tra iglesia y llorado con ellas por las trágicas consecuencias del pecado sexual. Y lo he hecho con la comprensión solemne de que la mayoría de nosotros -pastores incluidos- vivimos con una sensación espeluznante de que nuestra propia sexualidad es algo más complejo, poderoso y volátil de lo que nos atrevemos a admitir. Durante demasiado tiempo el tema. de la sexualidad humana ha estado curiosamente ausente del programa de la iglesia, excepto en el caso de algunas amenazas y advertencias ocasionales en cuanto al mal uso de la misma. Me gustaría poder mirar atrás a mis primeros años de asistencia a la iglesia y recordar inspiradores sermones acerca del "don divino de la intimidad sexual" o de la "maravilla de

EL AMOR TIERNO

la sexualidad humana". No me es posible hacerlo, pero confío en que este libro prestará un servicio a aquellos cuyo anhelo de instrucción en este área no ha sido jamás satisfecho debidamente. Puede que sea necesario aclarar una cosa: en las páginas siguientes usted no encontrará ni un manual de autoayuda ni una teología sistemática de la sexualidad -aunque tanto lo uno como lo otro puede en realidad tener su sitio-. Este libro explora el poder de la sexualidad: poder de unir y poder de dividir; poder para enriquecer la experiencia de las parejas casadas y poder para destruirla. Una vez más he escogido a mi amigo y colega de viaje Rob Wilkins como compañero de equipo, y, fiel a las normas, Rob no podía imaginarse haciendo un libro sobre el poder de la sexualidad humana sin incorporar en él historias de gente real cuyas peregrinaciones sexuales reflejasen las luchas de tantos otros de nosotros. Tengo una gran deuda de gratitud con Rob y con aquellos que corrieron el riesgo de abrir así sus vidas. Como siempre, mi esposa Lynne nos ha proporcionado valiosos consejos organizativos y editoriales -tiene muchos más dones de los que está dispuesta a admitir. Trabajar con Greg Thornton y el personal de Moody Press ha redefinido lo que es un trabajo entusiasta en equipo, por lo cual me siento tremendamente agradecido. y por último: ¿Qué decir de los líderes, el personal y la congregación de Willow Creek Community Church? Durante casi dos décadas han estado comprometidos con un verdadero desarrollo espiritual y un interés apasionado por los perdidos. A 10 largo de los afios han sido responsables ante la Palabra de Dios e inexorables en su deseo de aplicarla a cada área de sus vidas. ¡Qué gran privilegio ha supuesto servir a los miembros de la familia de Willow Creek y comprender que, a pesar de todos mis fracasos y equivocaciones ellos han continuado acercándose a mí con un amor tierno!

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PRIMERA PARTE: COMPRENDER EL CONTEXTO

Capítulo 1

EL SEXO Y DIOS

E

l sexo y Dios: s610 cuatro palabras cortas, pero que yuxtapuestas constituyen la fuente de un enonne sentido de tensi6n para mucha gente. Algunos dirían que es incluso blasfemo colocar a Dios y al sexo en una relación tan estrecha. ¿Qué tiene que ver el sexo con Dios? -se preguntan-. y, aunque existiese alguna clase de vaga conexi6n entre ambos, ¿para qué querría nadie cruzar ese puente? . Dios es Dios, y el sexo es ... bueno, sexo. El uno es santo; el otro, camal. El uno es espíritu; el otro, ijada. El abismo entre ambos nos parece tan grande que resulta difícil verlos unidos por una mera conjunci6n.

DIOS Y EL SEXO EN LA IGLESIA Incluso la iglesia, que debiera tener más percepci6n, ha luchado a lo largo de los siglos con la conexi6n existente entre Dios y el sexo. Y el mundo lo sabe. La revista U.S. News &: World Report, en un artículo sobre el sexo y el cristianismo, empezaba diciendo: "La historia de la religi6n occidental es una cr6nica dramática del conflicto entre el lado sexual 'i 11

EL SEXO Y DIOS

EL AMOR TIERNO

espiritual de la naturaleza humana".l Ciertamente la iglesia, a lo largo de la historia, ha forcejeado con el papel de la sexualidad. Agustín de Hipona, un teólogo de la iglesia primitiva, creía que el sexo era el vehículo por el que se transmitía el pecado original, y por lo tanto algo corrupto. El papa Gregorio 1 pensaba que "no puede haber placer sexual sin pecado tl • Para él el sexo estaba destinado sólo a la procreación: era mejor pensar en ello como en un quehacer necesario, algo así como quitarle las escamas al pescado. El placer estaba fuera de cuestión. Entre los siglos tercero y décimo, la iglesia prohibía las relaciones sexuales en sábado, miércoles y viernes, así como durante la Cuaresma, la Navidad y la semana de Pentecostés, siempre por razones religiosas. Si uno añade a eso las festividades de la iglesia y los días de la menstruación femenina, un historiador calcula que sólo quedaban cuarenta y cinco días al año para el sexo marita1.2 El sexo por placer y bienestar emocional es una idea relativamente nueva en la historia cristiana. Tomás de Aquino, el teólogo del siglo trece, al igual que los refonnadores protestantes, Juan Calvino y Martín Lutero, estaban todos ellos de acuerdo en que las relaciones sexuales tenían propósitos que iban más allá de la mera procreación, pero también consideraban el sexo como algo en cierto modo "desordenado". En las últimas décadas, la iglesia ha limitado principalmente sus palabras sobre el sexo a tino 10 hagas", "no" y "mejor que no... ". Entre esas expresiones negativas, lo que ha habido sobre todo ha sido silencio. El autor TIm Stafford escribe: En las iglesias que yo conozco, un nillo puede considerarse afortunado si recibe cuatro sesiones acerca de la sexualidad durante los primeros años de secundaria o en el grupo de jóvenes de nivel de instituto. Las primeras tres semanas tienen que ver con el salir con alguien del sexo opuesto y cómo escoger marido o mujer. y la tiltima se habla un poco acerca de lo que sucede en realidad -una sesión, o quizás dos, para contrarrestar toda una vida de televisión.:J

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DIOS Y EL SEXO EN LA BIBLIA La dualidad sexo-espíritu es teológicamente incorrecta. En el pensamiento griego y gnóstico~l ~uerpo y el alma eran s~p~ados sobre la b~ ~ que lo físico no podía ser espiritual DI vIceversa. Pero la BIblIa no ensefta tal cosa. sino que insiste en que la espiritualidad abarca todo aquello que implica ser humano -incluso ese acto que es aparentemente el más carnal de todos: la relación sexual-o No hay disculpas ni rubores en cuanto a ello. Algunos de los ejemplos más vigorosos en uno y otro testamentos son de naturaleza sexual. En el Antiguo Testamento, una metáfora reiterada para Israel era la de una prostituta: "Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera" Jeremías 2:20. En el Nuevo Testamento, a la ¡gles~ se le llama la "esposa de Cristo". El apóstol Pablo escribe: "Os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo" 2 Corintios 11 :2. La metáfora no es fortuita: ellazo.~ual que se crea entre un hombre y una mujer con el pacto del matrimonio, y al que la Biblia llama "ser una sola carne", es muy parecido a la clase de intimidad que Dios desea tener CQD su pueblo. En el plan divino, la sexualidad no puede jamás separarse de la espiritualidad, sino que debe ser una vigo~.cxpresión de esta última.

LOS ELEMENTOS ESPIRITUALES DE LA SEXUALIDAD Los inconversos, incluso aquellos que quieren desesperadamente mantener a Dios fuera de sus vidas sexuales, a menudo pueden reconocer el elemento espiritual de la sexualidad. En una vida de relojes y plazos, despojada de trascendencia, el sexo tiene cierto tono divino. Philip Yancey escribe: "Probablemente lo más próximo a una experiencia sobrenatural que tengan mis vecinos varones sea contemplar a la actriz Michelle Pfeiffer con un vestido rojo ceñido encima de

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EL AMOR TIERNO

EL SEXO Y DIOS

un piano, o detenerse a observar cada puntito del número extraordinario de la revista Sports Illustrated dedicado a trajes de baño".4 Dios y el sexo guardan relación. Dios creó el sexo, y este último está destinado a ser un regalo bueno y poderoso para un hombre y una mujer dentro del vínculo matrimonial, y les permite compartir la esencia de lo que son: física, emocional y espiritualmente. En un entorno de amor y compromiso no hay expresión más vigorosa de intimidad exclusiva que la reláción sexual. Esto es así incluso cuando marido y mujer no son ya unos recién casados. Conozco un matrimonio, bien entrado en los sesenta, que tienen una vida sexual dinámica, sienten aún la excitación y se iluminan literalmente ante la idea de proporcionarse el uno al otro placer e intimidad. No les diga que a partir de los sesenta el sexo está muerto porque, de muchas maneras, sólo en la actualidad están descubriendo lo que significa realmente una buena relación sexual. Le dirán que no han hecho más que empezar, y se deleitan en la idea de que Dios les haya dado una forma tan eficaz de demostrarse entrega y compromiso.

El capta la idea... y coge las correas. Pregunta con varias opciones: ¿De dónde es esta escena? A .Una película clasificada "R" B. Una novela de amor vaporosa C. "Cine de medianoche" en televisión D. TV en hora de máxima audiencia

El mundo se contenta con mucho menos. David Ross, agente del FBI (Departamento Federal de Investigación Criminal) se pone rápidamente los pantalones en el dormitorio de Sally Crane y le dice: -Tengo que irme. -No te vayas, David -le ronronea Sally-, házmelo otra vez. y deja caer la bata azul pálido de su elástico cuerpo revelando una escasa ropa interior. Luego, recostándose seductoramente en el lecho, expresa: -David, esta vez átame -el hombre vacila-.. Vamos, David -le ruega ella poniendo la mano sobre su propia cabeza cerca del pilar de la cama-, átame.

Esta última es la respuesta correcta. Se trata de una escena de la miniserie titulada "Favorite Son" (El hijo favorito). Los tiempos han cambiado. Durante los años sesenta, en la televisión, no se podía ver a una pareja acostada a menos que ambos estuviesen completamente vestidos y por lo menos un pie de uno de ellos tocara el suelo. Ahora, ni los brazos ni los pies están en el suelo, sino atados a los pilares de la cama. La televisión, ese ídolo casi omnipresente de la era electrónica, está cada vez más centrado en el sexo. Según cierto estudio realizado, una hora normal de máxima audiencia en las cadenas televisivas contiene un promedio de 1,6 referencias al coito; 1,2 a la prostitución o la violación; 4,7 insinuaciones sexuales; 1,8 besos; y 1,0 gestos insinuantes. Como promedio, afirma dicho estudio, los personajes de la TV hoy en día hablan de sexo o manifiestan comportamientos sexuales quince veces cada hora; o sea, una vez cada cUátro minutos. 5 Casi noventa por ciento de todas esas referencias a la relación sexual en horas de máxima audiencia se sitúan fuera del contexto del matrimonio, y en Estados Unidos se rompió una de las barreras finales cuando, en el episodio correspondiente al 30 de septiembre de 1992 de la serie "Civil Wars" (Guerras civiles), de la cadena ABC, la actriz Mariel Hemingway desnudó todo para la cámara (con sus brazos colocados en posiciones estratégicas). Este es el triste estado de cosas. La televisión, que refleja y crea al mismo tiempo el clima moral del país, está exhibiendo claramente una actitud de "todo vale" en lo referente al sexo. y lo que quizás sea todavía más inquietante es que poca

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UNA CULTURA SATURADA DE SEXO

EL SEXO Y DIOS

EL AMOR TIERNO

gente parece sentirse ofendida por ello; en realidad, podría decirse exactamente 10 contrario. Según otra encuesta, cincuenta y seis por ciento de los adultos considerarían aceptable la desnudez parcial en horas de máxima audiencia. Casi sesenta por ciento dijo que el mostrar a una pareja haciendo el amor debajo de las sábanas está bien, y más de un tercio de los encuestados expresó que la desnudez completa de frente no les resultaría ofensiva.6

P

ensando que ello nos guiará a la libertad sexual nuestra cultura ha reducido el sexo a poco más que un acto físico. Vivimos en un mundo en el cual Magic Johnson, que se ha acostado con docenas de mujeres, tiene un único pesar: no haberse puesto condón. Aún más admirado hoy en día que cuando era una estrella del baloncesto, Magic ha sido elevado por nuestra cultura a la posición de héroe. Pensando que ello nos guiaría a la libertad sexual, nuestra cultura ha reducid~ el ~exo a poco más que un acto físico; y a pesar de las epIdemIaS de enfermedades de transmisión sexual: l~ mayorí~ de la gen~e s~gue viendo el sexo aparte del plan dIVIDO. ConSIdere las sIgUIentes estadísticas: • Casi noventa por ciento de las chicas universitarias están sexualmente activas. • Má~ del cincuenta por ciento de todos los hombres y mUjeres casados -algunas encuestas arrojan cifras de hasta el sesenta y seis por ciento- han tenido una aventura amorosa. (Los porcentajes para hombres y mujeres son ahora prácticamente idénticos.) • El estadounidense promedio tiene durante su vida adulta siete compañeros sexuales. • E.n .Estados Un~dos s~ han creado cuatro programas distintos de ámbIto nacIOnal para el apoyo a los "adictos

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sexuales", modelados según Alcohólicos Anónimos y que ostentan una membresía de más de 20.000 personas. • Hay más tiendas de pornografía en EE.UU. que restaurantes McDonald's. MADONNA El sexo vende. Pregúntele a Madonna. Su libro Sexo consiguió vender más de medio millón de ejemplares en una semana. Esta publicación, que combina la pornograffa, la fantasía sexual y el sadomasoquismo, presentaba a la rubia superestrella exhibiéndose frente a una ventana, estirando una tetilla masculina con los dientes y haciendo auto-stop desnuda en una concurrida calle dé Miami -por no hablar de 10 escabroso. "El proyecto [del libro] -escribía Entertainment Weeklyfue ideado como un "casi todo 'Vale", aunque Madonna y la Wamer dejaron fuera la paidofilia. la violencia y el sexo con objetos religiosos".' Como elogio de su "moderación" la revista citaba al modisto de la actriz diciendo: "Madonn~ es una persona muy moral ".8 LAPORNOGRAFIA La pornografía, gran parte de la cual hace que a su lado Madonna parezca una virgen, se ha convertido en una industria de entre 6.000 y 8.000 millones de dólares al año, la mayoría de ellos controlados por la Mafia y libres de impuestos. . ~o se trata ya de la clase de pornografía de aerógrafo e mtrigante de nuestros años jóvenes, sino de cruda suciedad. La dieta estándar incluye fotografias de mujeres que están siendo atadas y amordazadas, violadas, azotadas y maltratadas. Lo típico son ~os compañ~s múltiples, y los festines de homosexuales y lesbIanas constttuyen un elemento central. El tema subyacente es, por lo general, la dominación y la violencia. . . Yeso forma parte del material más inocuo. Otras revistas y vlde?s presentan todas las perversiones imaginables (y otras s~ncIl~amente inimaginables): paidofilia, incesto, mutilación. ViOlaCIón en pandilla, coito con animales, con extraños y casi con cualquier objeto más pequeño que una caja de pan. 17

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EL TELEFONO EROnCO

La pornografía ha adoptado asimismo la alta tecnología: el teléfono pomo, al que uno puede llamar mediante pago para tener el privilegio de una conversación sexualmente explícita constituye un negocio de muchos millones de dólares. Nuevamente, diga cuál es su perversión y encontrará a alguien dispuesto a hablar acerca de ella: ligaduras, homosexualidad, sadomasoquismo... lo que sea. Y todo accesible mediante anuncios en las principales publicaciones para adultos. Muchos de esos números de teléfono han caído en manos de nuestros hijos, y por todas partes hay padres que están encontrándose con extraños cargos en sus tarjetas de crédito.

censuradas en la pantalla) con mujeres exuberantes que tienen nombres tales como Leonada, Bambi y Apasionada Patti. Esta serie vendió más de veinte millones de dólares al por menor en 1991. 10 Muchas personas predicen que a la larga las computadoras acabarán con el sexo, o por lo menos constituirán una alternativa altamente estimulante al mismo. La Virtual Reality (realidad virtual), tecnología informática multisensual, hará posible que los adultos tengan relaciones sexuales por teléfono o que la pornografía llegue a ser sumamente accesible para el usuario. Un traje especial y gafas pennitirán a éste entrar en un mundo ficticio (o comunicarse con un compañero que cuente con otra computadora) y "hacer el amor" -o mejor dicho "hacer virtualmente el amor"-. La revista TIme refiere:

EL SEXO POR COMPUTADORAS

El último furor es el sexo por computadora. Por el precio de unos pocos megabytes están disponibles las versiones electrónicas de revistas pornográficas, clubes sexuales y serv' cios de compañía a través de ciertas redes informáticas. A ~unos de los servicios pornográficos son "interactivos": el usuario del computador puede decir a los personajes que aparecen en la pantalla qué acto depravado deben cometer, y las opciones dejan poco a la imaginación. También existen programas de pornografía fuerte: la revista TIme escribía lo siguiente acerca de la nueva clase de juegos electrónicos:

La forma en que funcionaría ... consiste en que uno se pone un traje de realidad virtual con el "ajuste íntimo de un condón". Cuando el compaftero o la compañera (tendido en algún lugar del ciberespacio) [y conectado mediante otra computadora] acaricia la imagen de uno generada por computadora, usted puede sentir realmente dicha caricia en su propia piel o viceversa. ll

OLIMPIADAS DEL CONDON

Uno de tales videojuegos (ahora una serie) presenta a un personaje conocido como Leisure Suit Larry (Larry, el galante ocioso), que salta de una aventura sexual a otra (afortunadamente

La manía del preservativo ha caído sobre nosotros. Todo el mundo sabe ahora que muchos colegios reparten condones gratuitamente a los estudiantes. Los anuncios en televisión presentan a un actor poniéndose un calcetín en el pie para demostrar lo fácil que resulta utilizar un preservativo. Una empresa de condones ha creado un personaje de dibujos animados con~ido como "Trojan Man" (el troyano), y un portavoz de la compañía lo describía así: "Se trata de una especie de superhéroe que puede con todo y entra en una variedad de situ'aciones diferentes impartiendo su mensaje de manera humorística pero al mismo tiempo muy completa y comprensiva" .12 En un giro bastante extraño muchas universidades han celebrado "olimpiadas del condón", supuestamente para (far a los preservativos una "imagen fuerte". 13 Y en Chicago, h~ce

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Bienvenidos al mundo de la excitación de alta tecnología, donde los personajes ejecutan proezas de erotismo electrónico en pantalla que dejan poco -o nada- a la imaginación. En el extremo obsceno del espectro tenemos programas como Sexxcapades, que es una especie de Monopolio pervertido, y MacPlaymate, en donde el jugador solicita a una modelo que se quite la ropa y ejecute actos gráficos, junto con jadeos, gruñidos y gemidos.9

EL AMOR TIERNO

EL SEXO Y DIOS

poco, abrió una tienda llamada "Condomplation" (Condomplación).14 Adivine lo que vende exclusivamente... (si su respuesta es "tratados filosóficos", no sólo se ha equivocado sino que está flojo en ortografía). EL SEXO COMO VENDEDOR

Al parecer todo en nuestra cultura tiene algo que ver con el sexo, ya sea nuestra selección de un café, un automóvil o una línea de cruceros. El sexo todavía puede vender casi cualquier cosa. Se cita a Calvin Klein diciendo: "Los pantalones vaqueros tratan todos de sssexxo." Por lo visto así es. En la mente de Klein, los "vaqueros" deben tener poco que ver con vaqueros. En una propaganda de 116 páginas añadida como suplemento a la revista Vanity Fair, había montones de cosas "sexis", pero no mucho dril de algodón. Time describió de este modo dicho suplemento: El maletín grueso y lustroso ... es un pastiche revuelto de cuerpos desnudos, chaquetas de cuero negro, harleys y tatuajes, con camafeos alIado de un bebé que llora y de un orinal. Jovencitas motociclistas se sientan a horcajadas sobre sus "cerdos" y zurran a sus hombres. Individuos malhumorados se agitan esgrimiendo guitarras eléctricas como sierras de cadena, se agarran unos a otros y a veces a sí mismos. ¡Oh sí, hay incluso algunas fotografías accidentales de pantalones vaqueros, la mayor parte de los cuales están siendo arrancados de cuerpos tensos o utilizados como taparrabos mojados! lS

No toda la industria publicitaria ha sido tan indecente. Para algunos resulta igual de importante que el sexo sea políticamente . correcto. Cada vez son más las mujeres representadas como agresoras sexuales en vez de como objetos eróticos disponibles. y el texto reza algo así: "Acabo de ver 10 que quiero para Navidad, y apuesto a que bebe Johnnie WaIker." O, en un anuncio de pantalones para hombres, una atractiva modelo con una sonrisa coqueta en la comisura de sus labios expresa: "Cuando pasa un hombre siempre bajo los ojos para ver si vale la pena seguirle".

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EL SEXO EN EL CINE

Hollywood es todavía pionera en lo distorsionado y lo ultrajante. Aunque el sexo sigue floreciendo en la Meca del cine, ha sufrido, en su mayor parte, un giro extraño -incluso según las propias .normas hollywoodienses-. Ha surgido un género completamente nuevo llamado "thrl.ller (excitante) para adultos" que "explota la fascinación ~1ar por la amenaza sexual y la violencia salvaje".16 .

A

una de las estrellas de Instinto Básico, Sharon Stone, le pre-

guntaron acerca de la violencia de la película ----especialmente ••• asesinato con el punzón.parattiÍilper hiel~~ y ella respondió: "llrasesinato es un acto sexual, ~o
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EL AMOR TIERNO

EL SEXO Y DIOS

EL SEXO Y LA MUERTE

Puede que Sharon Stone se encuentre más cerca de la verdad de lo que sospecharíamos a primera vista: en nuestra sociedad, el sexo se está convirtiendo más y más en un acto de destrucción. Y no es simplemente el virus del sida lo que lo hace tan mortífero. La perversión que ha llevado a cabo nuestra cultura del plan divino para el sexo -una expresión íntima y exclusiva de amor dentro del matrimonio- ha traído unas consecuencias predecibles: la gente es herida y se hiere entre sí, eso es lo que hace el pecado. A medida que nuestra cultura sigue distanciando el sexo de nuestros valores y nuestras almas, se produce una inevitable y aterradora reducción de lo que significa ser humanos creados a la imagen de Dios. La relación sexual se convierte en un mero acto físico o en un pensamiento aberrado. El anhelo se ve vinculado al placer y es incapaz de llevar la carga, por lo que se produce la adicción. Luego las obsesiones se desbocan, y los elementos que Dios quiso que el sexo expresara -compromiso, amor, espiritualidad y unidadson los mismos que destruimos al convertirlo en algo de una noche o en una indicación visual sobre la pantalla de la computadora. El sexo se parece mucho al átomo: redúzcalo y obtendrá un problema del tamaño de Hiroshima. Así acabamos con mucha destrucción y lluvia radiactiva, pero sin ningún gozo. El sexo se ha convertido en la versión de los años noventa de la ruleta rusa para los individuos y la sociedad. La revista The Christian Century decía perspicazmente: "Nos guste o no, muchos de nuestros problemas más críticos -el divorcio, los embarazos de adolescentes, el aborto, las enfermedades venéreas, las violaciones, el abuso infantil, los niños sin padre, el abandono del cónyuge- guardan relación con el libertinaje sexual".I8 Lo que en otro tiempo se llamaba "amor libre", se ha convertido de repente en algo considerablemente más costoso -a veces mortífero. Una cosa es cierta: que el sida ha cambiado el clima sexual. El sexo licencioso, al que antes se llamaba "casual", está ahora

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rodeado de miedo y de peligro. Más de 120.000 personas han muerto ya por complicaciones del virus del sida, y los expertos predicen que en los dos próximos años más gente morirá de esta enfermedad de las que han muerto durante los pasados diez añoS.I 9 Más de doce millones de personas contraen una enfermedad de transmisión sexual (ETS) cada año. Nuestros jóvenes, sumergidos en un mundo que ha sido encantado por el sexo, corren cada vez más peligro. Más de tres millones de adolescentes contraen una ETS anualmente, mientras que otro millón de jovencitas quedan embarazadas. 2o

L

a iglesia ha sido arrullada hasta el sueño. Durante generaciones enteras, la ética sexual cristiana formó parte de la cultura occidental dominante .... Pero los tiempos han cambiado, y los cristianos se encuentran ahora relegados a una posición minoritaria. Este empujón masivo al uso de condones por parte de los defensores del "sexo seguro" no constituye una solución auténtica al problema. Hay por lo menos dos razones principales para ello: muy poca gente utiliza preservativos, y los que lo hacen no están seguros. En un estudio llevado a cabo en cie~ univer~idad californiana, se informaba de que "menos del vemte por CIento de las mujeres y los hombres sexualmente activos en la actualidad dijeron usar condones setenta y cinco por ciento de las veces o más".2I Los preservativos son mucho menos eficaces p~a la prevención de enfermedades de lo que generalmente ~~ pI~ns~. y su ineficacia para prevenir el embarazo resulta ta~bIen sIgmficativa. La tasa de fracasos en este terreno se ha cIfrado entre quince y el veintiséis por ciento. Y para empeorar aun más l~s cosas, en cuanto a evitar el sida, el virus HIV es 450 veces mas 23

EL SEXO Y DIOS EL ~MOR TIERNO ~

pequeño que el espermatozoide, por lo que le resulta más fácil 22 atravesar incluso la abertura más pequeña. Por humorístico y comprensivo que pueda ser el "troyano", parece estar abocado al fracaso.

SE NECESITAN SOLUCIONES RADICALES, Y ESTAS SUPONDRAN UN DESAFIO PARA LA IGLESIA La decadencia sexual de nuestra sociedad no se invertirá a menos que se produzca un cambio radical. Y dicho cambio resultará difícil. Será como intentar detener una bola de boliche que se precipita por una cuesta -la gravedad ya lleva ventaja-o La educación no detendrá tal decadencia, ni tampoco las marchas de protesta disminuirán ese ímpetu descendente. Las nuevas leyes no nos protegerán ni nos sanarán. El cambio sólo se producirá mediante una vuelta a la verdad. Un redactor de la revista The Christian Century afirma: "[El] verdadero mensaje debería ser que la monogamia, el cumplimiento de las promesas, la fidelidad y la responsabilidad familiar constituyen los valores radicales y necesarios para nuestro tiempo" .23 Eso nos trae de nuevo a Dios: El nos llama a ser sal y luz en el mundo, preservadores e iluminadores de la verdad. No sólo debemos hablar la verdad en amor, sino también formar una comunidad pura -la iglesia- que ofrezca una alternativa viable a la cultura que nos rodea. NOSOTROS ESTAMOS EN LA MINORIA

Pero las cosas no marchan tan bien para los cristianos en lo referente a tratar con los temas sexuales, y hablar la verdad y proporcionar alternativas no son cosas tan fáciles como antes. Stafford escribe lo siguiente: La iglesia ha sido arrullada hasta el sueño. Durante generaciones enteras, la ética sexual cristiana formó parte de la cultura occidental dominante. No es que todo el mundo viviera según dicha ética, desde

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luego, ~ero la g:nte por lo general coincidía en cuanto a lo bueno y lo malo. SI un mando · engañaba . a su esposa' no pretend'la que era 1a cosa más mora l que Jamás hubiera hecho debido a que por p . 'd h b' 'd . ' nmera vez en su V! a, a. la SI o smcero consigo mismo. Decía que la tentación le habla vencido, y todo el mundo estaba de acuerdo en que se trataba d~ al~o lamentable. Los creyentes se encontraban en una cómoda situación: . respa Ide 1 . resulta .. agradable que la cultura en la que uno Vive as propias opiniones. Pero los tiempos han cambl'ado , y los cns . t'tan os se encuentran ahora relegados a una posición minoritaria. 24

y el ca~bio no es pequeño. Las minorías tienden a pasar a la defensl~a. A menudo consideramos nuestra condición de personas dIferentes como una pesada carga que d b He - d" e emos var a regana lentes. DelImitar una posición moral y luego defenderla no es algo popular hoy en día. Nos molesta ser tachad?s de fanáticos intolerantes; así que, con la espalda ~rot:glda, a ~enu~o nos dirigimos paso a paso hasta un rIncon o u.na .lglesIa, y confiamos que nadie reparará en nuestros CrIterIOS o nos preguntará por ellos. ABORRECEMOS SER DIFERENTES

Jamás olvidaré el relato que leí acerca de una mujer que estaba presente en cierta reunión cuando el orador pidió que levant~sen la mano aquellos que habían cometido adulterio. A m~~lda q~e las manos se iban alzando a su alrededor, ella ~amble~ alzo las suyas. ¿Por qué? No porque hubiera sido mfiel, smo p~rque no quería que se la considerase diferente. Ese .es un ejemplo extremo, pero ilustra gráficamente la pr~s~ón que la cultura está poniendo sobre la comunidad CrIstIana. El apremio a contemporizar parece a veces como una prensa de tornillo: para los cristianos se está haciendo cada vez más difícil adoptar una postura en el tema del sexo. A pesar. de qu~ muchas iglesias hablan ahora abiertamente de la cuestIón, e I~cluso pronuncian sermones en cuanto a que es U? ?on de DIOS, pocos creyentes parecen estar dispuestos a vIvIr a la altura de las normas divinas en cuanto a la sexualidad, y mucho menos a desafiar los valores de nuestra cultura.

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EL AMOR TIERN O

Tal vez se trate de la resaca de nuestra herencia, cuando el sexo se consideraba problemático y casi abiertamente embarazoso. O quizás sea nuestra renuencia a proclamar a Dios como el Dios del sexo. Nunca fue la intención divina que los cristianos actuaran a la defensiva. Dios quiere que consideremos nuestra calidad de diferentes -nues tro compromiso inexorable con la verdad- como una oportunidad para la bendición y el cambio; no hacerlo conducirá a una tragedia todavía mayor. Cuando una sociedad se halla saturada de incitaciones, adicciones y obsesiones sexuales, y la filosofía predominante es la de "hazlo si te produce placer", el desastre está lla~~ndo a la puerta. La familia se debilita, el carácter de los Jovenes se hace añicos, y por todas partes se esparce como metralla la gente solitaria y quebrantada. Cuando la iglesia guard~ silencio, cuando nadie habla de las tremendas consecuenCiaS del , pecado sexual, ya no queda esperanza. filas, propiaS as Debemos proclamar activamente en nuestr como y especialmente a nuestros jóvenes, que el sexo fue ideado algo bueno y agradable -una expresión del más alto orden dentro el vínculo matrimonial. De otro modo perderemos la batalla, puesto que en nuestro silencio los decibelios de nuestra cultura sencillamente nos abrumarán. TENEMOS NUESTRAS PROPIAS

DIFICULTADES SEXUALES QUE VENCER Y naturalmente nosotros no hemos de convertirnos en parte del problema. El poder de la c.ult~ra que nos rodea ~o debe ser jamás subestimado. El mOVImIento, a menudo sutIl, en el terreno de las cosmovisiones, requiere que los cristianos seamos perspicaces como nunca antes. Uno de mis versículos predilectos es la amonestación de Jesús a los creyentes para que sean "prudentes como serpientes y sencillos como palomas". Cuando se trata de temas de sexualidad, creo que esto es especialmente pertinente. Pero los creyentes no siempre han observado esta norma; en realidad, muchos que se han visto atrapados por la mentalidad 26

mundana luchan ahora por liberarse de problemas sexuales p~ofund~ente an:ai~ados. ~n ciertas encuestas que hacen dIferencIa entre cnstIanos e mconversos, el comportamiento sexu~l de unos ~ otros es prácticamente el mismo. Según un estudIo de la reVIsta TIme sobre personas que asisten frecuentemente a la iglesia, sólo treinta y nueve por ciento de los encuestados pensaba, por ejemplo, que no estaba bien que un adulto soltero mantuviera relaciones sexuales. El cen.tro. de orientación Minirth-Meier de Chicago, indica q~e ~a adIccIón sexual es la causa número uno por la cual los cnsha nos buscan asesoramiento en su clínica. y en los dos últimos años las cifras han aumentado. El prob~ema -la brecha que existe entre doctrina y compo rtamIe nto-- es tan grave que varias denominaciones cristianas principales han pensado en corregir la Biblia respecto del sexo. En 1991, los presbiterianos consideraron la posibilidad de abandonar la enseñanza de la Escritura en cuanto a la sexualidad por causa de una "brecha importante entre las enseñanzas oficiales de la iglesia y las prácticas sexuales de m~chas personas, incluso de bastantes miembros" ,25 Aunque ~a I?ea fue rechazada por una mayoría aplastante, sirve para mdIcar de manera vívida un hecho sencillo: que resulta difícil llevar a cabo una revolución cuando muchos de nuestros correligionarios visten el uniforme del enemigo o, como en este caso, ningún uniforme en absoluto. El mundo toma nota de estas cosas. Debido a que tantos líderes cristianos están cometiendo pecados sexuales en estos días, un cómico bromeaba acerca de que los teleevangelistas deberían sencillamente respaldar cadenas de moteles en vez de solicitar ofrendas voluntarias. No es nada gracioso. Cada vez más nuestras iglesias están siendo corroídas por el ácido del pecado sexual. La congregación que yo pastoreo también sufre esa lluvia radiactiva: un porcentaje alarmante de los casos de disciplina que manejan nuestros ancianos implican alguna clase de inmoralidad sexual. La ética del sexo se ha visto claramente erosionada, allí donde

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EL AMOR TIERNO

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debería ser más fuerte, por la cultura que se supone deberíamos cambiar. SEGUIR EN LA LUCHA

Hay mucho en juego en la lucha espiritual que se les exige hoy en día a los cristianos. El sexo tiene un tremendo poder. Dios lo ideó de esta manera para nuestro disfrute, pero cuando abusamos de él, como ya hemos visto, hemos de pagar unas consecuencias enormes y mortíferas. Como pocas cosas en esta vida, el sexo está intrincada y delicadamente vinculado a nuestras emociones, nuestras almas y nuestra identidad. Por muy "casuales" que sean las relaciones sexuales, siempre suponen la unión de dos en uno; y cuando se vuelve a separar el uno en dos, el proceso no se lleva a cabo sin dolor. Como escribía un psicólogo secular: "La infidelidad es para muchos la violación más importante de un pacto de confianza que jamás pueda sobrevenirles". 26 Donde hay engaño y desesperación se ordena a la iglesia que ofrezca verdad y esperanza, y en ningún terreno es dicha orden más claramente necesaria que en el de la sexualidad humana. Pero si esperamos llevar a cabo una revolución debemos tener una estrategia: hemos de comprender con nitidez el plan de Dios para el sexo, ser específicamente conscientes de cómo dicho plan está siendo atacado, hablar la verdad con integridad y compasión, y -lo más importante de todo- vivir vidas coherentes con la verdad divina. Sólo entonces podremos comenzar a efectuar un cambio en el mundo que nos rodea. No debemos rendimos. Cierto líder de iglesia, instando a los otros creyentes a no ceder ante los valores del mundo, escribió: Uno de los rasgos más atractivos de las comunidades cristianas primitivas era su ética sexual radical y su profundo compromiso con los valores familiares. Estas cosas ... atraían a ellas a mucha gente desilusionada de los excesos promiscuos de lo que resultaría ser una cultura en decadencia. ¿No sería maravilloso que nuestra Iglesia descubriera el mismo valor contracultural hoy en día?27

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Para hacerlo, debemos cruzar ese puente de aspecto peligroso que hay en nuestras mentes: Dios y el sexo deben ir juntos; p?rque cuando están separados reina el caos, los corazones y las VIdas se destrozan, y el sexo --el más íntimo de los dones- se convierte en algo frío, salvaje y amenazador.

Notas 1. "The Gospel on Sex," U.S. News & World Report, junio 10 1991, 59. 2. Philip Yancey, "Not Naked Enough," Christianity Today, febrero 19 1990,48. 3. Tim Stafford, "The Next Sexual Revolution," Christianity Today, marzo 9 1992,28. 4. Yancey, "Not Naked Enollgh," 48. 5. Benjamin Svetkey, "Was Jt Good for You?" Entertainment Weekly, enero 11 1993, 20. 6. !bid., 23. 7. Giselle Benatar, "Sex &,Money," Entertainment Weekly, noviembre 61992,20. 8. Ibid., 23. 9. Michael D. Lemonick, "Erotic Electronic Adventures," Time, septiembre 23 1991,87. 10. Ibid.,87. 11.

Philip Elmer-Desitt, "Cyberpunk," Time, febrero 8 1993,59.

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'''Safe Sex' Hurts Kids' Health," Focus on the Family Citizen, mayo 201991,10.

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Ibid ., 10.

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EL AMOR TIERNO

14. "Safer Sex," Newsweek, diciembre 91991,52. 15. Alex Prud'homme, "What's It AH About, Calvin?" Time, septiembre 23 1991,44. 16.

"Killer Movies," MacLean's, marzo 301992,48.

Capítulo 2

17. !bid., 51. 18. Walter Benjamin, "Magic and Morality," The Christian Century, diciembre 41991, 1127. 19

"Safer Sex," 52.

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!bid., 54.

21

!bid.

22.

"Condom Roulette," In Focus, 1.

23.

"Magie and Morality," 1127.

PARA EL SEXO

24. Tim Stafford, "The Next Sexual Revolution," Christianity Today, marzo 9 1992,28. 25.

"The Gospel on Sex," 63.

26. BeverIy Flanigan, "Crimes of the Heart," Psychology Today, septiembre octubreI992,78. 27.

LAS DOS PERSPECTIVAS

"What Does God ReaHy Think About Sex?" Newsweek, junio 24 1991,50.

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M

e encantaría poder correr hasta la tienda de videos de la esquina y alquilar un documental sobre la creación del mundo. Lo haría pasar rápidamente hasta el sexto día para ver cómo Dios formó a Adán del polvo de la tierra. Luego volvería a pulsar el botón de avance rápido hasta el momento en que el Señor anunció que no era bueno que el hombre estuviera solo. Vería cómo hizo Dios caer a Adán en un sueño profundo y creó a partir de él a aquella mujer llamada Eva. Seguidamente enfocaría de improviso la expresión del rostro de Adán la primera vez que sus ojos vieron a ese nuevo espécimen llamado mujer. Como es natural no puedo alquilar ese video. Tal vez Oliver Stone lo convierta en su próximo proyecto cinematográfico, pero hasta entonces tendré que contentarme con utilizar mi imaginación. Sé que, en un tiempo muy corto, Adán comenzó a sentir algo que no había experimentado hasta ese momento: el primer despertar sexual.

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LAS DOS PEItSPECTIVAS PARA EL SEXO

EL AMOR TIERNO

¿Cómo se sintió el hombre? ¿Tenía una sonrisa traviesa? . Felicitó a Dios por su nueva criatura diciendo algo como: i, , , ? ' rta' Una cosa ~ra Cle . "Señor esta vez sí que te has superado. había una resonancia entre Adán y Eva que el pnmero no sabía muy bien cómo manejar. Sin embargo, simplemente con experimentar un poco, pronto supo cómo hacerlo. , La intimidad que Adán y Eva compartían antes de la Calda debió ser maravillosa más de lo que ninguna otra haya podido serlo desde ent~nces, puesto que no se veía impedida por esa naturaleza egoísta del pecado. Pero tenemos que hacer el amor en un mundo caído, y como pecadores no podemos nunca disfrutar plenamen~e del don, sino que estamos destinados a distorsionarlo, desvI~ndo una parte de su poder hacia sendas peligrosas Y dest~chvas. Dejados a nosotros mismos, somos en nuestras VIdas sexuales como niños a quienes se les deja jugar con los mandos de un reactor nuclear. Necesitamos la guía esencial del manual de instrucciones: la Biblia. En sus páginas de verdad absoluta hay consejos claros y sencillos sobre el sexo. Sigámoslos y nos conducirán a una intimidad y un gozo sexual. de increíble poder. Pasémoslos por alto, o creemOS una verSIón Reader's Digest de ellos -suprimiendo, por ejemplo, todos los mandamientos negativos-, y causaremoS una avería del reactor situado en el centro de nuestras almas. De nosotros depende. Vivimos en una cultura obsesionada con el sexo y destrozada por él, pero ese es sólo el problema visible. Los problemas sexuales de la sociedad actual son sintomáticos de una dificultad mucho más honda: el analfabetismo moral de nuestra cultura. Cuando se trata del bien y del mal, nadie está muy interesado en leer nada al respecto -ni siquiera es capaz de hacerlo-: ni aun la escritura en la pared. Actuando sobre la base de una cosmovisión amoral, nuestra cultura ha adoptado un nuevo vocabulario que no incluye palabras tan inquietantes como pecado, responsabilidad, compromiso Y disciplina.

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¿Hay alguna esperanza de pureza sexual en una cultura obsesionada con el sexo donde al parecer la virginidad y la fidelidad son sólo cosas de solitarios y perdedores? ¿Qué pueden hacer los cristianos para cambiar los resultados destructivos que siempre acompañan a la promiscuidad sexual? ¿O para lograr el objetivo todavía menos ambicioso de evitar que una cultura en la cual todo es permisible los corrompa sexualmente? Mi respuesta breve es la siguiente: Nadie nos ha prometido un lecho de rosas. El camino de Jesucristo es, en esencia, contracultural. Su meta básica -servir a otros y a Dioschoca frontalmente con la declaración de objetivos del mundo: ¿ Yqué saco yo de todo ello? Imagínese corriendo los 800 kilómetros de Indianápolis en dirección contraria y tendrá una vaga idea de qué es aquello a lo deben enfrentarse los cristianos. De casi cualquier forma imaginable, el movimiento del mundo se opone con violencia a la marea de la verdad bíblica.

LA GUERRA DE LAS COSMOVISIONES Mi respuesta larga tiene que ver con la estrategia, y exige algo de trasfondo. Jesús dijo que estamos en una batalla, una guerra espiritual de proporciones gigantesc~. ~ero se trata. de una guerra distinta de las demás. Aunque la IgleSIa haya ~ufri~o la pérdida de muchos mártires, la suya fue una muerte fíSIca. Sm embargo existe otra clase de muerte: la del campo de batalla donde la munición está constituida por ideas y los heridos siempre perecen poco a poco. Se trata de la batalla por la mente. En este choque de perspectivas, lo que está en juego tiene nada menos que consecuencias eternas. Charles Colson define esa gran batalla como una confrontación entre diferentes visiones del mundo: "Este choque de cosmovisiones -escribe- se halla en el centro de la gran lucha cósmica que se libra por los corazones, las mentes y las almas de hombres y mujeres". 1

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Definida con sencillez, una cosmovisión imp~ica la. ~ane­ ra que tenemos de percibir el mundo. La perspectIva cnstI~?a, basada en la inalterable verdad de Dios, está bastante remda con aquella otra del mundo, que se encuentra en constante fluctuación. Colson enumera distintas áreas de desacuerdo elemental: • La perspectiva del mundo está modelada por la id~a de que no hay verdad absoluta (relativismo); la cristIana, en cambio, se basa en la verdad objetiva y revelada de la Biblia. • La perspectiva del mundo es temporal; la cristiana, es eterna. • La perspectiva del mundo es naturalista; la cristiana, es sobrenatural. • La perspectiva del mundo es pragmática -haz aquello que dé resultado--; la cristiana, es idealista -haz lo correcto. 2 Se trata realmente de una guerra muy particular. Por lo general los enemigos no son personas -a todas. las cuales se les ofrece la gracia de Dios-, sino ideas. TIene que ver principalmente con quién es el que consigue definir la realidad. Es acerca de Satanás y de Dios. En estos términos, el comportamiento sexual refleja una lucha más profunda sobre qué es lo que está bien y lo que está mal. Para que los cristianos ganemos esta guerra, debemos informarnos a fondo de esas ideas y comprender las estrategias del enemigo. Pero, no me malinterprete: yo no creo que en la sede de las Naciones Unidas o en la Asociación de Padres y Maestros de algún pueblecito se estén reuniendo en secreto personas con intenciones abiertamente perversas para tratar sobre cuál es la mejor forma de acabar eón el cristianismo. Creo que Satanás es demasiado listo para actuar de un modo tan torpe y manifiesto. Lo que estoy diciendo es que la guerra acerca del bien y el mal que se libra en nuestro país tiene

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lugaren el nivel de las creencias subyacentes que influyen en la conducta. Y los instrumentos de esta guerra son esas corrientes de ideas sutiles e interconectadas que culminan·en sistemas de valores. A menos que estemos conscientes del movimiento de conceptos que se da en nuestra cultura, y de cómo dicho movimiento contrasta con la verdad bíblica, seremos, nosotros mismos, peligrosamente vulnerables al engaño, y dejaremos de ganar la guerra porque no sabremos dónde presentar bataIla.

EL SEXO, LAS MENTIRAS, Y LA VERDAD ¿Pero qué tiene todo esto que ver con el sexo? Mucho. Creo que hay muy pocos temas que revelen una diferencia tan nítida de cosmovisi6n. Los contrastes son claros y tajantes. El cristiano cree en las relaciones sexuales s6lo dentro del matrimonio; el mundo, en su mayor parte, anima a satisfacer los apetitos sexuales sin limitaciones. El cristiano considera la sexualidad en muchos niveles distintos -y uno de los más importantes es el espiritual-; el mundo, por su parte, la reduce a un acto físico, y s6lo algunas veces dentro de unas relaciones solícitas. El cristiano cree que una buena relación sexual requiere un compromiso de amor, abnegación y sinceridad de por vida con el c6nyuge; el mundo considera que el sexo puede ser "casual", y pone mucho énfasis en la autosatisfacci6n y en el saciar los apetitos. En el centro de esta diferencia de cosmovisiones se halla el contraste entre la autocomplacencia y la abnegaci6n. Puesto que las presuposiciones de cada cosmovisi6n son tan diametralmente opuestas entre sí, resulta extremadamente difícil cruzar el profundo abismo con un solo versÍCulo o pensamiento. Cuando la gente no comparten el mismo terreno, por lo general, terminan gritándose unos a otros. Vemos esto todo el tiempo en el presente debate sobre las apremiantes cuestiones sexuales: el aborto, la homosexualidad, los preservativos y los niños, etcétera.

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LAS DOS PERSPECTIVAS PARA EL SEXO EL AMOR TIERNO

Es como si un hombre fuese a otro país y creyera que simplemente con elevar el tono de la voz le entenderían. El problema no reside en la cantidad de decibelios, sino en el vocabulario que se emplea. El cómico Steve Martín bromeaba sobre un viaje a Francia diciendo: "¡Es como si los franceses tuvieran una palabra completamente distinta para cada cosa!" El vocabulario de los cristianos parece a menudo un galimatías similar para aquellos que operan bajo otra cosmovisión:Eso hace nuestro trabajo como testigos de las buenas nuevas especialmente difícil. Debemos aprender a hablar con soltura el idioma de ambas cosmovisiones -la cristiana y la de nuestra cultura-, comprender los puntos de contacto y las diferencias que existen entre ambas, y ser capaces de hacer una traducción de la verdad a mentes y corazones transformados.

A

unque resulta imposible saber del todo lo que significa la intimidad espiritual, creo que Dios ha ideado el sexo, primordialmente, como un acto de entrega al otro que es, de algún modo misterioso, irrecuperable.

Por amor a la claridad, en este capítulo vamos a describir dos cosmovisiones respecto del sexo. Estudiaremos las consecuencias de vivir bajo cosmovisiones "puras"; es decir, tales como serían si n() experimentaran otras influencias. Naturalmente no es así como funciona la realidad --en nuestra cultura hay muchas cosmovisiones diferentes que influyen unas en otras-; pero examinando la perspectiva del cristiano contra la cosmovisión dominante -aislada de las demás-, creo que lograremos al menos comprender la tendencia del pensamiento en nuestra cultura.

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LA PERSPECTIVA DEL CRISTIANO EN CUANTO AL SEXO Incluso sin el video, sabemos por la historia de Adán y Eva que. el sexo. fue. claramente idea de Dios. No surgió por accIdente. DIos hIZO a Adán y Eva criaturas sexuadas Quería que se recreasen en el placer sexual. De haber dese~do que los seres humanos meramente se reprodujesen podría haber elabora~o con facilidad un sistema altemativo'más "eficiente";. q~l1zás algún tipo de "botón procreador" que pudiera ~pnmrrse para producir un niño. El sexo no era algo necesano.; ~e hecho, para empl~ las palabras de cierto antropólogo. Desde el punto de VIsta de un ingeniero, la reproducción sexual es una locura".3 Seamos sinceros aquí: ¿Cuál fue su primera reacción al descubrir lo que implicaba realmente la relación sexual? ¿No ~nsó algo como: "¿Hacer qué? .. ¿Poner el qué, dónde? .. ,BR?meas! No~ en serio, dime que estás bromeando..... ¿No hubIera prefendo usted hacer cualquier otra cosa antes que aquello? ~odem~s decir sin temor a equivocamos que, si se nos hubIese dejado a los seres humanos inventar el sexo, probable~ente hab~os salido con una metodología más dignificada y prosaICa, y también nos habríamos perdido uno de los ~a?,ores placeres de la vida. La idea del sexo refleja una creatiVIdad más. allá d~ la imaginación humana, y manifiesta el ~ter de DIOS quizás como ningún otro de sus inventos: festivo, u~ poco dado a la extravagancia, amante de la pasión y la energla.

EL SEXO SE IDEO PARA EXPRESAR LA INTIMIDAD DEL ALMA Dios n~ ideó el sexo simplemente para manifestar su amor por la pas~6~ y ..a ene~ía, sino para que pudiésemos experim~ntar la lDtimidad. Primera de Corintios 6: 16 afirma que el COIto une a un hombre y una mujer en una unidad de espíritu. En otras palabras, en la aritmética sexual 1 + 1 = l. De alguna

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forma profunda y espiritual los dos llegan a ser uno solo -no hay ningún otro acto o expresión humana que tenga tal poder o misterio. Esta unidad implica algo más que una simpl~ unión de cuerpos: está ideada como culminación y expresIón consumada de una relación que crece en amor., Sólo cu~ndo un hombre y su mujer se relacionan entre SI en el mvel del corazón y de la mente de una forma confiada, abie~a, segura, vulnerable, amante y apasionada, representa el COIto lo q~e debe representar: la unidad definitiva, una intimidad que d.eJa sin respiración. En ese sentido, lo que sucede entre un mando y su esposa en la cocina es tan importante como lo que pasa en la alcoba. Un entorno de confianza, amor, respeto y seguridad forman parte de la estimulación erótica tanto como la caricia física. El sexo es verdaderamente un don de extraordinaria profundidad, que implica intimidad, no en un solo nivel, sino en casi todas las dimensiones de la vida humana. EL SEXO SE IDEO PARA LA UNION FISICA

En el nivel más obvio y superficial, el sexo se ideó para crear un grado profundo de vínculo físico. No es accidental que el coito implique realmente penetración: en un sentido muy real, un cuerpo queda unido a otro. EL SEXO SE IDEO PARA LA UNION RELACIONAL

EL SEXO SE IDEO PARA PERMITIRNOS UN MAYOR CONOCIMIENTO DE NOSOTROS MISMOS

Este es un concepto vago y en cierta manera difícil de explicar, pero existen paralelos en otras áreas de la vida que nos ayudan a expresarlo. Poco antes de la Guerra del Golfo, vi cómo entrevistaban a algunos hombres y mujeres jóvenes sobre la posibilidad de tener que enfrentarse al combate, y la mayoría de ellos decían algo así: "No sé cómo reaccionaré, pero de lo que estoy seguro es de que me comprenderé mejor una vez que haya peleado" . Cuando uno inicia una relación sexual en el contexto del matrimonio y de la intimidad relacional, el conocimiento propio aumenta: algunas piececitas de su rompecabezas personal empiezan a encajar a medida que se va expresando sexualmente a otra persona. EL SEXO SE IDEO PARA LA UNION ESPIRITUAL

Esta es la expresión más fuerte de la intimidad y también la más descuidada. Aunque resulta imposible saber del todo lo que significa la intimidad espiritual, creo que Dios ha ideado el sexo, primordialmente, como un acto de entrega al otro que es, de algún modo misterioso, irrecuperable, y que incluye al alma. Cierto hombre que tuvo muchas aventuras amorosas dirá más adelante en este mismo libro: "Dejé trocitos de mí mismo por todas partes". Esa es la mejor descripción que yo haya escuchado de la dimensión espiritual de la sexualidad.

Uno de nuestros anhelos más profundos es estar cerca de alguien. Cada persona desea conectar con otra de manera tangible -entrando en su propia experiencia-o Tal vez más que cualquier otra cosa en la vida, el sexo nos proporciona una oportunidad de sondear el misterio de la identidad de alguien distinto a nosotros, revelándonos nosotros mismos al mismo tiempo de la forma más honda posible. Nos quedamos desnudos ante otro ... y no sólo físicamente. También en 10 emocional somos desnudados, permitiendo un nivel de vulnerabilidad y apertura que no puede conseguirse de ningún otro modo.

La sexualidad es un don divino de incalculable valor, y la Biblia anima a las parejas casadas a hacer un uso generoso de dicho don. Primera de Corintios 7:4-5 afirma: "La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la

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EL SEXO SE IDEO EXCLUSIVAMENTE PARA EL MATRIMONIO

EL AMOR. TIERNO

lAS DOS PDSPECTIVAS PAIlA D. SEXO

oración." En otras palabras: el don debería disfrutarse, mediante una entrega generosa de cada cónyuge al otro. Los cristianos tendrían que considerar la sexualidad como lo que es: una celebración espiritual y física entre esposo y esposa, quienes viven juntos en una sociedad ideada por Dios como un compromiso de por vida. El sexo no ha de tomarse a la ligera, la Biblia es muy clara al respecto. La sexualidad debe expresarse en el contexto del matrimonio; en un entorno de amor, confianza y compromiso perpetuo. Dios es serio en cuanto a este requisito. El autor de Hebreos escribe lo siguiente: "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios" (13:4). Y Efesios 5:3-5, l Tesalonicenses 4:3-8 y el séptimo mandamiento nos enseñan a evitar toda forma de inmoralidad sexual y de adulterio. LAS LIMITACIONES DE DIOS TRAEN LIBERTAD Y REALIZACION

Dios exige que las relaciones sexuales se limiten al matrimonio por muchas razones que tienen que ver con su santidad, pero también con nuestra libertad espiritual. Las restricciones divinas nos llaman a una concentración resuelta -y si se quiere exclusiva- que puede parecer sofocante a corto plazo, pero que a la larga da como resultado la grandeza. Este principio general de que la concentración y la disciplina producen con el tiempo libertad y recompensas es obvio en los deportes. A fin de desarrollar las habilidades, la precisión, la sincronización y el poder necesario para competir a nivel internacional, los atletas olímpicos se concentran únicamente en aquellas habilidades que aumentan su capacidad competitiva. Eso casi siempre implica un sacrificio y un esfuerzo extraordinarios, y exige nada menos que un compromiso a perpetuidad para lograr una sola meta. Parte de la razón por la cual los atletas son personas tan resueltas, es su convicción de que se les ha otorgado un don de enorme valor y que sería irresponsable no desarrollarlo hasta el máximo de sus posibilidades o malgastarlo en una serie de juegos de patio.

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El sexo es así. Para que pueda desarroDarse todo su potencial, debe filtrarse a través de un esfue¡zo disciplinado Y muy concentrado. Se n:quiere la exclusividad. La meta oW alta del sexo --la intimidad- no puede lograrse en diez minutos en un hotel especializado en peIfcaIas pornográficas. Esa intimidad exige UD compromiso DJDIUo de amor para toda la vida: sólo en la seguridad de ese COIIIpIouüso incondicional ~ siente cada uno de los c6nyoges pmtegido para correr los nesgos del amor.. la abnegaci6n y la YDlDembiIidad en el nivel del alma. La pregunta •¿Me llamará él mañanar no invita la compañía de la intimidad. Laexpresi6n sexual en so formamú pura implica un amor que ha soportado el ·polvo· de la JaIidad.. Un maIrimooio que ha pennanecido unido COMIdo las cimmsIancias los empujaban mú alJ4 del punto de ruptura. ha soodeadn las profundidades del amor.. Cada uno de los c6nyuges entiende que el amor DO es un sentimiento, sino UD compromiso de mantenerse fieles el uno al 0Im. Yes esIa disciplina del amor mutuo. pradjcada en medio de la ......... de la vida. lo que da a la intimidad so mayOl' ocasi6n de crecímiento. El sexo con critaios olfmpicos. el mejor de todos -profundamente íntimo y CODCeDbado a lo largo de años de 8IIlOr:-, canaliza su poder' para hacer que dos sean igual a uno de una forma más compleIa. EL SEXO mERA DEL PLAN DE DIOS

¿Y qué sucede cuando quitamos esa restricciÓD de la exclusividad? Se produce el desastre. Es como intentar vaciar una habitación lIeoa de gas encendiendo una cerilla -¡todo explota!-. Puedo contarle mmtac veces he visto suceder esto personalmente en gente que vino a pedirme consejo.

UDa mujer'joven me explic6 que ella y su novio se querían -pero ""'Y de wras-, y que consideraba las relaciones sexuales, incluso fuera del pacto del maIrimooio, simplemente una expresiÓD natoraI de so amor. Un año después llamaba

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LAS DOS PERSPECTIVAS PARA EL SEXO

EL AMOR TIERNO

m~vimiento repentino p~ede hacer que el niño apriete aún

al teléfono de la esperanza, herida en lo más hondo de su ser por la traición de su pareja. Cierto hombre maduro, que atravesaba una crisis de la edad mediana, justificó su único desliz como "necesario" -algo relacionado con la renovación y la autoestima- y acabó perdiendo a su esposa, su familia, su reputación ... casi todo. Lo único que le quedó fue el sentimiento de culpa y la vergüenza. Una adolescente, tras habérsele dicho que "todo el mundo lo hace", decidió que mejor sería hacerlo ella también; y además de experimentar una profunda desilusión, contrajo uno de los cuatro millones de casos anuales de clamidia, el cual, dado que la chica sentía demasiado miedo y vergüenza para hacérselo tratar, degeneró en una enfermedad pélvica inflamatoria que la dejó estéril para el resto de su vida -.y el chico ni siquiera le gustaba realmente. Vez tras vez he visto el daño físico, emocional y espiritual causado por las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Ya que el sexo fue creado por Dios para ser algo poderoso, las consecuencias de abusar de la idea divina no lo son menos. Las heridas que resultan de las relaciones sexuales extrama:trimoniales pueden dejar cicatrices profundas. Y sin embargo, a pesar de la evidencia y del mero sentido común, la gente de nuestra sociedad sigue profiriendo expresiones como "sexo casual". ¿Creen realmente que el sexo puede ser recreativo, a todo riesgo, sin compromiso y simple, o las relaciones sexuales impunes? En su libro Why Wait?,(Por qué esperar?) Josh McDowell emplea una vívida ilustración para describir la naturaleza del poder sexual-para bien y para mal-o Un niño de dos años, deambulando por la cocina de su casa, encuentra un cuchillo afilado como una navaja de afeitar sobre la mesa. Lo coge, poniendo sus frágiles dedos alrededor del mismo, y tambaleándose se dirige hacia el salón donde están sentados mamá y papá. Sus progenitores se quedan horrorizados. El padre piensa en saltar del sofá e intentar arrebatarle el cuchillo a su hijo de la mano, pero comprende enseguida que cualquier

El artículo de portada de la revista TIme correspondiente al 15 de febrero de 1993 no debiera habemos supuesto ninguna sorpresa. Justo a tiempo para el día de San Valentín, los científicos, antropólogos y demás clases de expertos habían por fin descubierto el secreto -léase "la fórmula"- del amor. Con sus microscopios electrónicos, averiguaciones estadísticas y sustancia gris habían separado finalmente el amor en sus componentes: una combinación de genes y sustancias químicas. Nuestros genes llevan la impronta para el desarrollo. A lo largo de los siglos, el amor ha servido para el propósito de unir a machos y hembras en parejas duraderas a fin de hacer

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mas fuertemente el CUChIllo, por lo que se domina y habla al pequeño con mucha ternura, orando para que lo entienda. Por último, el niño le entrega el cuchillo a su padre. La sexualidad, dice McDowell, es como ese afiladísimo inst~mento: si se usa debida~ente, en el contexto del plan de DIOS, puede ser una herramIenta para construir familias y crear una intimidad duradera, así como para tener niños que sean ~riados convirtiéndose en personas estables y temerosas de DIOS -sal y luz para el mundo-. Si se abusa de ella, puede constituir un arma salvaje que ocasione cortes profundos en el corazón, la mente y el alma, por no mencionar el tejido de una nación entera. El carácter del comportamiento sexual practicado en nuestra cultura es claramente dañino para los' individuos y la sociedad en su conjunto. A fin de comprender por qué se ha producido este deterioro, se necesita sin embargo algo más que citar ejemplos de la conducta sexual aberrante; debemos examinar las creencias subyacentes que permiten y alientan dicha conducta. Mientras no hagamos esto, sólo estaremos tratando los síntomas, mientras que la enfermedad -una cosmovisión que excluye a Dios- se difunde por todas partes. "ES COSA DE QUIMICA"

posible la crianza de los hijos. Estos emparejamientos fneron necesarios debidos a la dificoltad que entrañaba cuidar de un bebé al miSlOO tiempo que se conseguía la comida para sobrevivir. Cierto antrop6logo explica: ·Si una mujel'cargaba con el equivalente de una bola de boliche de diez tilos [un niño] en un brazo y un haz de leiia en el olro, resultaba decisivo [para ella], eool6gicamente hablando, emparejarse con un compañero a fin de [que le ayudase a] cuidar del pequeño-o Punto número uno: eIa necesaño para la supervivencia de la especie que los padres enconllasen la forma de no dejar caer el equivalente de una bola de boliche de 10 tilos de peso. Las sustancias químicas explican d resto de lo que en otro tiempo fue esa cosa misteriosa JIamada amor. Los científicos nos dicen que d -enamoramiento- no es m6s que un aflujo de los químicos nemaIes dopamina, adrenalina y, especia1mentc, fenilelilamina (FEA). &las sustancias químicas son bastante parecidas a las anfetaminas: su dominancia puede dmar entre dos y tres años, después de lo coal el cuerpo comienza a desanoUar una resistencia a las mismas. CuaJquierromance posterior, si es que ha de haber alguno, tendrá que depender de otra serie de químicos: '"La presencia continuada de la pareja -afirma el artículo-- aumenta graduaJmente la pmdocci6n en el caebto de endodiDas-. Se trata de analgésicos naturales, semejantes a la modiDa, que -dan a los amantes una sensación de seguridad, paz y caIma-. Y otro cienIífico proclama: "Esa es una de las IaZODeS por las cuales nos sentimos tan mal cuando somos abandonados o se nos muere un amante. No tenemos nuestra dosis diaria de uan:6ticos-. Una vez que las endodiDas se van gastando o pienIen su efecto, entooces.... uno se queda solo. A menos que consip alguna ayuda de sus oxi~ desde luego. &las sustancias, producidas por el cerebro, sensibilizan los nervios y estimulan la contracción muscular. En las mujeres, sirven para fortalecer las contracciones uterinas durante el alumbramiento, y parecen -inspirar- también a las madres para

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que~~trasíasosbebés.Loscientíficosespeculan ~ la posIbilidad de que esas oxitociDas puedan asimismo estimular un cariño parecido eatre mo....... hombres o

:1--

• los Y , mejOrar orpsmos. Punto D'6mem dos: el amor es una drop, y usted es el drogado.

Y

a que nos vemos a lMJSOIms miscomo ~ descartamos la mIpabiIidad persooal .... nues1Jas fechorías; lo ami, a su ve-.t. nos ~ un sadimienm de impotcnaa, puesIo que cnaado en una sociedad se sacrifica la tapDDSabiIidad del ~.Ia geotc m-Iaria a la capaciclad de epa2' la libre eIea:i.6n en su forma de n:spondrz a la vida. DIOS

y JO' si esIi USIIcd pensando que galanteó a so esposa,. ya sabe... aquello 110 fue . . . que un ~ ooacombinaci6n de . . dela niñez . . exp:nenaas Yreacaooes qufmicas ueumb Cada penooa, se ... dice. lleva en solDClde una -guía sob1iminal en mm"" a Ia.-qa p!lflxIa-; un mapa amoroso, si se quiere, que Wllldiluye ... grabaci60 de DDCStIa infancia de IOdo lo que nos resalla seduc:b, estill...... inqnidante o JqJUgnante. Puede esIar causado por las paJmacIMs que nos daban DuesIIaS madres para moJdeamos d pelo, o por la forma en que ma:sbos padres bJandían d bate de béisbol; pord unifOl'me de ~ bombero; d depresor' de leogua de algún médico; unos pteS pequeños.•. menudeocias. El artículo afinna de ~ desapaiooada: '"La adolcscallCia imprime en los circuitos del cerebro 10da la informaci6n aJnw.mada durante d cmcimienIo. El olio DIIDCa cumple lodos y cada uno de los requisitos, pero UD número sufi.cieotc de comp·tibiljdadr:s pueden activar los cables e iudicar: -&lo es amoJ" •• ¡Y usIl':d

EL AMOR TIERNO

LAS DOS PERSPECTIVAS PARA EL SEXO

que pensaba que todo se debía a su fantástico sentido del humor, su prestancia y sus besos apasionados! De modo que eso es todo. Amor es igual a improntas, químicos, capacidad de cargar con el equivalente a una bola de boliche de 10 kilos de peso, y la forma en que silbaba su padre. ¿Algún otro misterio, por favor? El artículo de la revista Time ilustra de manera espectacular lo que va mal en nuestra cultura. Hemos adorado en el altar de la ciencia, y ]a ciencia nos ha dicho que no hay nada más allá d5---lo que vemos en realidad. Podemos desembarazarnos de los altares, los aromas fragantes y los indicios de espiritualidad, belleza, amor y trascendencia, ya que todo lo que no pueda separarse en componentes, verse, sentirse, analizarse, predecirse y, por último, reducirse a una fórmula, se considera inexistente. "ES SIMPLEMENTE ALGO FISICO"

En el esquema científico de las cosas, los seres humanos no son más que productos de fuerzas aleatorias y fácilmente disgregables. La mente constituye meramente un cerebro, el cuerpo no es otra cosa que un conjunto de sistemas, la razón sólo un millón de sinapsis interconectadas, y el alma ... pues, ni siquiera se le da una oportunidad. Por respeto a la metodología y a la facilidad de estudio, la ciencia moderna nos reduce en nuestra humanidad y nos hace menos que personas. El acto sexual se considera como algo meramente físico. Los científicos pueden describir la secuencia química y neural que produce un orgasmo, pero jamás tienen siquiera en cuenta el papel de la espiritualidad en el acto sexual en sí. La imagen de Dios, un término muy nebuloso para las mentes científicas, debe ser retirada del sexo, ya que es imposible de "demostrar".

f~a~ología, bioqu~mica, así como en ingeniería mecánica, blol?glc~ y electrómca-. Resulta incuestionable que la investIgacIón ha traído una. cierta clase de progreso -el descenso de la tasa de mortahdad es prueba suficiente de ello-. Tam~oco pongo e,n tela de juicio los hallazgos científicos refe!ldos en ~l amcul? de la revista Time que he citado en págm.as anteno~es. CIertamente hay causas bioquímicas y reaccIones aS~ladas con nuestras actitudes y comportamientos. Lo que dIgo es que con todo lo beneficiosa que haya podido ser la ciencia moderna, sus logros se han hecho posibles por la coherente aplicación de objetivos y técnicas que por definición tienden a reducir las cosas al terreno mecánico -y a los seres humanos hasta sus componentes bioquímicos- despreciando lo trascendente. . La ciencia tiene que ver con la observación no con el significado de lo que se observa, y no puede ~r sí misma proporcionar ninguna cosmovisión. Sin embargo hemos esperado que lo hiciera; y de esta equivocación se han derivado múltiples consecuencias, algunas de las cuales pasamos a enumerar. LA MENTALIDAD DE VICTIMA

El resultado es el lío en el que nos vemos metidos actualmente. Por favor, no me malinterprete: no estoy diciendo que la ciencia haya llegado a estar completamente desprovista de bondad -ha producido avances espectaculares en medicina,

A medida que la ciencia y la tecnología siguen diseccionando al género humano, se adelanta una supuesta evidencia de que no somos responsables de nuestro propio comportamiento. Como ya hemos visto, el amor se describe como simplemente el movimiento predeterminado de improntas, sustancias químicas y mapas neurológicos. Según un número reciente de la revista Psychology Today, la gordura constituye principalmente una predisposición genética. Los alcohólicos son víCtimas de un gen defectuoso. Los homosexuales están formados para emitir impulsos hacia el mismo sexo. La gente que roba lo hace porque ha sido defraudada de su infancia. Y a todos nosotros, en una u otra medida, se nos considera víctimas de nuestros padres, del adiestramiento que recibimos para hacer nuestras necesidades, del demasiado azúcar o de la mala televisión.

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UNA PERDIDA DE VISION

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Puesto que la ciencia no tiene que ver con las realidades invisibles e ÜDpeDebables de la voluntad, la concieocia, el alma e incluso ]a razón misma -todas las coales suponen contIapeSOs para d determinismo que acabamos de descñbir--, ha llegado a la conclusión de que no somos responsabies de nneslras vidas, sino simplemente seres conttoJados. Podemos reaccionar, pero no tenemos responsabilidad: ya que ser responsables requeriría de nosoIIOS la capacidad de amar y aIJom:cet, distinguir entre el bien el mal, y comprender la diferencia entre sabiduóa e información; todas eUas facn1tades de iniciativa individual pamlas que no hay explicación en un universo mecanicista. Admi1ir que somos responsables demandaría un reconocimiento de que existe el misteño, y eso es algo que el hombre moderno no está dispuesto a hacer; ya que el misterio, algo revelado a un ser humano y que éste no comprende del todo, ni puede "abarcar'" o domesticar mediante la tecnología, podría conducir a la suposición de que estamos hechos a imagen de Dios: ese gran Espíritu invisible, inexplicable e infiangibIe. PoI'consiguiente, hemos deducido que 10 mejm que podemos hacer es conten1amos --el "contentamiento" es ese sentimiento producido por la h"belación de ciertos químicos- con ser víctimas. Las consecuencias psicológicas de esta maDel3 de pensar son ilUllCftSaS, y pueden pereibiIse claramente en nuestra cuItma. Ya que nos vemos a llOSOIros mismos cmno víctimas, descartamos la culpabilidad personal por nuestIas fechorías; 10 cual, a su vez, nos produce un sentimiento de impotencia, puesto que cuando en una sociedad se sacrifica la responsabilidad del individuo, la gente renuncia a la capacidad de ejereer la libre elección en su forma de responder a la vida. Como 10 expresa el médico Dean Omish: "La otra cara de [la respoosabilidad) consiste en decir que uno ... es simplemente una víctima del destino, o de los genes defectuosos, o de la mala suerte. Si somos sólo víctimas desvalidas, no hay mucho que podamos hacer en cuanto a nuestra condición""

LAPBIDIDADE LACONFIANZA y DELAAUlORIDAD MORAL En su h"bro rechnopoly (Tecoopolio) el teórico de la romunicaci60 Neil Pod"Mi arguye briDanteoalfe que la ciencia Y la teCDoIogfa CSIáo desImyaIdo nuestra cullma.s Postman defiDe d "b:aopoIio. aJIDO ese sistema de valores, fundado en d pemamiento dadffico Y en la técnica, que da rienda suelta a la tecooIogfa a pesar de que ésta no cuenta en sí misma con principios gafas. Y escoDe: "Inducido por una fonna de educacDa que ha sido en sf misma vaciada de toda cosmovisión coherente, el tecnopolio nos priva de las bases sociales, poIíIicas,. históricas, metafísicas, lógicas o espirituales para cooocer aquello que va más allá de la creencia".6 En olio tiempo, los científicos estudiaban la naturaleza para comprender mejor cómo Dios había diseñado el universo. Esa clase de estudio científico reconocía lo trascendente. Sin embargo, la ciencia moderna se practica como un fin en sf misma Y por su propia naturaleza no puede soportar lo que es b:asc:endente. Esto asola nuestra cuItma. Postman observa correctamente: "N"mguna cultura puede florecer sin narrativas de origen Y poder trascendentes. La alternativa es vivir sin sentido, la negación definitiva de la vida misma· .7 En una cultura dominada por el razonamiento científico, los hechos y la información sustituyen a la verdad; y esto por

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La impotencia, a su vez, nos lleva a ver el mundo en términos de "derechos" personales que hay que exigir y no de dooes que deben aceptarse. El razonamiento es algo así: Puesto que soy escItwo de mis genes, nelUf)lUlS e improntas, no tengo ~ por mi propio bienestar; de modo que otros deben SlIplir mis necesidodes. Esas necesidades -más que de~hos- incbqen la ap1Ui6n sexuaL Se me debe la stJtisftlCCi6n de mis impubos se.DIIlles, y por lo tanto estoy jlutificado al tonulrIos como quiera. En esta cosmovisiÓD, el sexo no es una cuestión de dar sino de recibir, y la responsabilidad y el rendir cuentas se ahogan en un mar de exigencias persooales.

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necesidad, ya que, nuevamente, en la perspectiva de la ciencia moderna, la verdad es imposible y poco pertinente. Lo primero, porque contiene elementos trascendentes; y lo segundo, porque nosotros no somos responsables, ni siquiera capaces, de vivir según los criterios de la verdad (si es que tal cosa realmente existe). La cosmovisión científica, con su énfasis en lo que puede medirse y observarse, está reñida con el cristianismo -no porque la ciencia refute la fe cristiana, sino porque la fe, por definición, es "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve"-. La fe tiene que ver con la esperanza y la trascendencia: los dos grandes antónimos del determinismo científico y lo cuantificable. La cosmovisión científica, en su forma más pura, no puede entrar en diálogo con el cristianismo porque, utilizando la expresiva frase de Ornish, da por sentado que "si no podemos medirlo es que no existe, y no es real" .8 Cuando sólo se reconoce lo mensurable, la verdad absoluta, que abarca tanto esto como lo inconmensurable, es la pdmera víctima. Entonces el relativismo se convierte en la fUI rza dominante de la cultura, yeso es lo que ha sucedido en nuestra sociedad. Hemos desestimado la verdad del cristianismo y, al hacerlo, perdido la fuente de la verdad y de la autoridad moral. Nos hemos cortado de los principios y experimentamos un sentimiento de alienación e ingravidez. DEPENDENCIA DEL AQUI y EL AHORA Cuando la verdad se convierte en relativa y los criterios absolutos son abandonados, no hay razón para una interpretación objetiva de la historia, el derecho o la política. Los acontecimientos y los escritos pasados se consideran desprovistos de sentido, y el efecto de esto es un corte de las amarras de la historia que nos deja flotando en el universo. Sin la brújula de la historia, por otra parte, resulta imposible predecir ningún futuro. Lo que nos queda es el ahora, el momento infinito. Nuestra sociedad secular (que quiere decir "de este siglo") está fascinada

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con lemas tales como carpe díem (Latín: "arrebata el día", a veces usado como "aprovecha el día") y los anuncios de Pepsi nos ~consejan que ~artici'pe~os del. "ya". Estamos apegados a la Idea de la gratIficaCIón mmedlata; especialmente dado que la tecnología nos proporciona cada vez más soluciones instantán~as. La aspirina, los antiácidos y los antiestamínicos se anunCIan, no tanto sobre la base de una eficacia a largo plazo como por lo rápido que empiezan a actuar.

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a consecuencia avasalladora de adoptar la cosmovisión científica es una pérdida, colectiva e individual, de la intimidad.... Nos hemos desconectado de la responsabilidad, la verdad absoluta, la historia, ... y la moralidad. Contamos con comidas al minuto, cajeros automáticos, devoluciones de impuestos aceleradas, supermercados rápidos ... El valor se estima en segundos, incluso en medidas más pequeñas. La gente está dispuesta a pag'ar el máximo por un computador que pueda procesar información unos pocos nanosegundos más deprisa. Sin embargo, con la urgencia del instante, a menudo olvidamos problemas de mayor profundidad. Esto se ve de la forma más dramática en nuestra manera de perseguir la buena salud. Ornish dice al respecto: "Para conseguir una cura rápida estamos dispuestos a probar [cualquier procedimiento médico] y, no obstante ... evitamos considerar nuestros propios comportamientos y [sus] causas subyacentes. Pero si queremos obtener una sanidad real, habremos de abordar las cuestiones más profundas".9 Y esas cuestiones más profundas son, en su opinión, cosas tales como la necesidad de vida social, intimidad y sentido de

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grupo -las mismas cosas que la ciencia no puede comprender del todo, y menos aún proporcionar. En un entorno de soluciones rápidas, los valores decisivos tales como la disciplina, la paciencia, la templanza y la moderación -por mencionar sólo unos pocos- se desechan fácilmente como improcedentes o incomprensibles. No resulta extraño que el sexo sea a menudo uno de los dioses del carpe díem. ¿Demasiado estrés? Relájese con un poco de actividad sexual. ¿Autoestima deficiente? Manifiéstese atIactiva en la cama. ¿Su esposa no le entiende? Busque un poco de temma allí donde pueda. El sexo ofrece, a primera vista, un alivio rápido sin abordar realidades más inquietantes. EL OOMINIO DE LO EFICAZ

Sueltas las amarras de la verdad y el contexto, nuestra ~ultma, como lo expresa Francis Schaeffer, "tiene los pies firmemente apoyados en el aire". Pocas veces alguien pregunta: ¿Qué es lo verdadero?" Pero más a menudo inquiere: "¿Qué dará resultado en mi caso?" En una cultura reducida al razonamiento científico, lo eficaz viene a reemplazar a lo moral. Postman escribe acerca de ello: 11

El mgomento del tecnopolio DO tiene UD ceoIro moral Lo sustituye por la eficacia, el interés y el progreso econ6mico. Echa a UD lado todas las amativas y símbolos tradicionales que sugieran estabilidad y sentido del ~ Y en vez de ellos babia de una vida de babilicBles adquiridas. la pericia técnica y el éxtasis del CODSOIIlO. IO

Si al~o no funciona eficazmente, deshágase de ello -ya sea un ~turador de basura, la ética IaboraI o su mujer--. El pragmatismo, con su frio y calculador sentido de la razón, se ha convertido en el dios despótico de nuestro tiempo. LA PERDIDA DE LA INTIMIDAD Y LADESCONEXION

La consecuencia avasaDacba. de adoptar la cosmovisión científica es una péntida, colediva e individual, de la intimidad. Hemos permitido que la ciencia, en nombre de la eficacia y

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la fórmula, redujeJ:a la humanidad a un conjunto de neuronas, sustancias quínñcas y sinapsis. Nos hemos desconectado de la responsabi1idad ~ verdad ~ la historia (excepto tal y como se balIa esenta en nuestras DDpluntas evolucionistas), y la ~dad. Estamos, como lo expresa Walker Pecey, wpenIidos en el cosmosw• Sí, es cierto que todavía existen, incluso en nuestro incrédulo mundo, ciertos atisbos de verdad. susurros de nuestro pasado, y la I~.de Ia.~ Pero no son los productos de la COSIDOVISlÓD aentífica, SIDO sus supervivientes. La ciencia pura, usurpando una posición más allá de sus límites legítimos, no puede soportar tales conceptos. Yen un entorno así, la tendencia es siempre hacia ]a desintegración y el reducciooismo: Regamos a descoocctamos de nosotros mismos y de los demás En el caos ¡p,sollallfe deJa ¡adjdad cieoIífica, la infonnación, _~Ios"Ios~de~ __ ~~m~ fi1bados a lIDés de ningiiD esquema de valores, ideas trascendeutcs o vmIad-, el individuo es sacado de la fe, de un sentido de oohereDcia y. aeo yo. de la demás gente. No se trata tanto de esIIés, sino de aislamiento. Omish escribe:

"La..-

tiaMlcac:oosiderar la culbmlmodema como en cierto modo

. . c::atrcsaIe. debido a que c:onfamOS con máquinas de fax y teJéfo_ a:WIn:s. J poIqIIC la vida actual es tanto mú rápida. Pero ua:sIl1JS • tenían que pn::ocuparse de si las cosechas llega.... o si . .hijos morirfm¡ de polio antes de haber alcanzado los trece . . . de edad. Esd claro que eso debe SCI' tan estresante como el que c:ir:do jiu DO llegue • tiempo. Pero algo ha cambiado: lo que resulta cIifae.ta¡; ..... es el alto grado de peaetnci60 del aislamiento social c:o lIIICSba caIIuIa. Aates ..,u.-. faIer familias extensas. Y en la iglesia, la sina&OP. ellupr de tnbajo o el vecindario experiInend-

.,.w:Ios

. . . . una scasaci6a de seguridad Y comnnidacI Ahora. a menudo. eso DO lo tenemos.. Los bogares con ambos padres son la excepci6n má que la regla.. No hay JBDChos lugares c:o los cuales la gente pueda seutiase lo barantc segura como para SCI' simplemente ellos mismos, sia aane una . . - - . o una fachada a fin de ex~tar la jntinñdacI Yla comunidad que todos estamos bnscando-.11

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LAS DOS PERSPECTIVAS PARA EL SEXO

Esos lugares a los que acuden normalmente la~ per~onas en busca de una sensación de intimidad -el matrimomo, la familia, la iglesia y la comunidad- están todos ellos en proceso de deterioro bajo la cosmovisión científica. Más de la mitad de los matrimonios se rompen; lo cual da como resultado el resquebrajamiento de la familia. Pocas ~rso.nas asisten a la iglesia, y la mayoría de ellas no conocen SIqUIera el nombre de su vecino de alIado. Tal disolución de la sociedad reduce aún más la posibilidad de un trato íntimo. Por ejemplo, el número de abril de 1993 de la revista Atlantic Monthly afirmaba que "ciertos estudios recientes demuestran que a muchos hijos de familias desgarradas les cuesta bastante lograr la intimidad en una relación, formar un matrimonio estable o incluso retener un trabajo permanente". EL AUMENTO DEL MISTICISMO Y DE LA BUSQUEDA FUTIL DE TRASCENDENCIA

La ciencia define el mundo como algo frío, calculador y reducible. Considera a los seres humanos como productos de la evolución, meros signos de que la especie aún continúa, y seres predispuestos al amor, esa emoción predeterminada de sinapsis encendidas y sustancias químicas liberadas. Yo creo que la actual fascinación con la religión d~ la Nueva Era y otras sectas, es una reacción directa a la fragmentación ocasionada por la cosmovisión científica. Para recuperar lo que falta en su mundo, esos devotos se inclinan hacia el otro extremo: una atracción por el misticismo, el énfasis en lo no racional y esa mentalidad que conlleva una sensación delicada de ser uno con el mundo. Existe casi un intento desesperado de recobrar la trascendencia y la intimidad, arrancándolas de la férrea y atenazante mano de la ciencia. LA DEPRECIACION DE NUESTRA SEXUALIDAD

A pesar de esos esfuerzos de la Nueva Era, la ciencia todavía determina gran parte de la fría realidad de nuestra cultura; 10 que nos trae a la pregunta capital: Con tal cosmovisión 54

reinante, ¿qué le pasa a nuestra sexualidad? Comenzaré repitiendo lo que ya se ha dicho en este libro: Resulta casi imposible, aparte de la fe, realizar el plan divino para el sexo -la intimidad en el contexto de un pacto exclusivo de matrimonio-. Las relaciones sexuales, en esta cosmovisión reinante, son indulgentes, instantáneas, físicas y libres de limitaciones morales. No resulta sorprendente que también estén por lo general desconectadas del compromiso, el sacrificio, la espiritualidad y un amor de por vida. En el mejor de los casos, la intimidad dura alrededor de veinticinco minutos. Pero esto supone una simplificación exagerada, ya que el sexo es demasiado poderoso para dejarse reducir, incluso por la mejor de las técnicas científicas. Y puesto que la fuerza de nuestra sexualidad es tan grande, no puede, creo yo, desconectarse plenamente de la verdad. La gente sabe, por instinto y experiencia, que el sexo fue creado para ser algo más que un acto físico. La información y los hechos, incluso dados por un ginecólogo, no pueden reducir el misterio del sexo. En un mundo de hechos concretos y átomos divididos, donde todo es cuantificable y conocible, tal susurro de trascendencia tiene una potente voz. EL RECURSO A LOS EXTREMOS DEL MIEDO Y LA LUJURIA

En un mundo destartalado como el nuestro, el sexo invita a caer en dos extremos distintos: la abstinencia o el culto. El primero se relaciona con el miedo; el segundo es la luj~ria. En The End ofSex (El fin del sexo), George Leonard sostIene que la sexualidad, con sus polvorines de culpabilidad y decepción, no vale sencillamente la pena. Añada a tod? ell~ el miedo a la enfermedad, el quebranto y uno o dos matnmo~IOs fracasados, y el sexo no hace sino dejar a la gente demaSIado vulnerable. El otro extremo es el exceso: la actitud hacia la sexualidad que hay en nuestro tiempo es a menudo ~e culto. ~a sed de intimidad y trascendencia, a falta de mejores opCIOnes, se

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dirige hacia lo más parecido al milagro que muchos pueden concebir: el sexo. Cuando la intimidad Y la comunidad desaparecen de una cultura, a menudo la sexualidad se ve empujada más allá de sus límites. Es como un hombre que, muriéndose de hambre y no encontrando verdadero alimento, se come un puñado de tierra porque -aunque no sea más que eso- éste le llena temporalmente el estómago. y puesto que en su mayor parte esa clase de sexo es algo desconectado -de los valores, la pareja y el movimiento de la vida--, con frecuencia lleva a la promiscuidad. Lo que importa es el acto sexual. Una promiscuidad así supone por otro lado, como lo expresa Pbilip Yancey, "una mutaci6n moderna de la idolatría clásica, un compromiso espiritual con algo que no soporta su propio peSO"}2 Hoy en día lo Jlamamos adicción, y es algo que se extiende por todas partes en nuestm sociedad. Existe desde la adicci6n al chocolate, basta aquella a salir de compras, al tmbajo, al juego y al sexo. Miles de grupos de apoyo por todos los Estados Unidos intentan ayudar a la gente a librarse de las cárceles de sus adicciones, las cuales les cuestan a menudo la salud, la autoestima y la cuenta bancaria. El fen6meno no es en modo alguno sorprendente: en un mundo donde se relega a Dios a un mero mito, la gente está tratando de encontrar algo, cualquier cosa que llene sus vidas de significado e intimidad incondicional. El problema es el siguiente: Dios no puede ser sustituido, y cualquier esfueIZO por reemplazarlo llevará a la desolaci6n.

EN BUSCA DE UN AMOR MAS ELEVADO La gente quiere -necesita- un amor que trascienda 10 definible; anhelan intimidad, el amor espiritualmente puro. He aquí un punto de contacto para hablar de cuestiones espirituales, el cual nos proporciona un puente para ir más allá del juicio y de la jerga hacia un acto de restauraci6n.

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Jesús era un experto en esta clase de conversaciones. El capítulo 4 del Evangelio de Juan nos nana el encuentro que tuvo con una samaritana, la cual, en palabras de Yancey, era "una mujer al estilo californiano que ya había dejado tirados a cinco maridos y a quien le gustaba estar al corriente de las últimas tendencias religiosas". 13 Cuando Jesús se encuentm con ella en un pozo, relaciona magistralmente su sed fisica con un anhelo de algo mucho más profundo. Reconoce sus bandazos matrimoniales como intentos desesperados de llenar un vacío en su vida. En vez de buscar a Dios para que supliera esa necesidad, la mujer estaba tratando de encontrar una relaci6n humana que cumpliese su deseo -lo cual era imposible--. Con una afirmaci6n penetrante y en un principio confusa, Jesús va al meollo de la cuestión: "Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás". Cuando se trataba de alcanzar a la gente con las buenas nuevas -las buenas nuevas de que la sed y el hambre pueden ser pennanentemente saciadas por EI-, Jesús procuraba tener conocimiento del contexto de las vidas de las personas. Ese era el sentido de la encamaci6n. Naturalmente Cristo contaba con ciertas ventajas: sabía, inmaculada e intuitivamente, la situaci6n de los corazones de hombres y mujeres. Nosotros, limitados como estamos por el pecado y la perspectiva, debemos esforzarnos más; pero sean cuales fueren nuestras limitaciones, hemos de presentar el evangelio en el contexto de la vida de cada individuo y del entorno cultural en el que toma sus decisiones. Sin tales puntos de contacto, nos exponemos a presentar la verdad en un vacío. Pero redimir la cultura no es la única razón válida para conocer los pensamientos de los inconversos y la cosmovisi6n de nuestm sociedad. Tal conocimiento, no s6lo nos ayuda a penetrar nuestro mundo, sino que también nos protege contm las influencias destructivas. Al pasar a la segunda parte de este libro, examinaremos nuestras peregrinaciones sexuales así como algunas medidas protectoras que nosotros,

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los cristianos, podemos tomar para llegar a ser o permanecer sexualmente puros. Como veremos, la iglesia ha sido profundamente penetrada -violada, si quiere- por los "valores" del mundo en el área de la sexualidad. En muchos casos hemos adaptado la cultura por haber permanecido mal informados acerca de las estrategias y el pensamiento del enemigo. Si somos inconscientes de manera específica de aquellos peligros a los que nos enfrentamos, pareceremos boxeadores en medio de una densa niebla, los cuales tienen dos opciones igualmente desastrosas: lanzar golpes alocadamente a todo lo que encuentren, o hacerse un ovillo en un rincón y orar para que suceda lo mejor. La primera conduce al agotamiento, la segunda al aislamiento. No podemos permitimos ninguna de esas reacciones, ya que si queremos que la forma en que vemos nuestra sexualidad impacte nuestras propias vidas y nuestra sociedad, y extienda el Reino, debemos vivir de la forma que Dios quiere que lo hagamos: con pureza y gozo en el terreno sexual. La gente no nos escuchará, por muy eficaz que sea nuestra estrategia, hasta que pueda vemos vivir el plan divino.

Notas l. Charles Colson con Ellen Santilli Vaughn, The Body (Dallas: Word, 1992), 184. 2. Ibid., 194.

3. Anthropologist John Tooby de la University of California ent Santa Barbara citado en "Is Sex Really Necessary?" TIme, enero 20 1992,47. 4. Dean Ornish, como es citado en Bill Moyers, Healing and the Mind (New York: Doubleday, 1993), 102.

5. Neil Postman, Technopoly: The Surrender of Culture to Technology (New York: Alfred A. Knopf, 1992). 6. Ibid., 58. 7. Ibid., 172. 8. Citado en Moyers, Healing and the Mind, 104.

9. lbid.,I13. 10. Postman, Technopolyj 179.

11. Citado en Moyers, Healing and the Mind, 106. 12. Philip Yancey, "Not Naked Enough," Christianity Today, febrero 19 1990,48. 13. Ibid., 48.

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SEGUNDA PARTE: Un examen de nuestro itinerario sexual

Capítulo 3 EL DESCUBRIMIENTO

C

uando yo estaba en la escuela secundaria, allá por los afios 60, fonnaba parte de una subcultura que giraba en tomo a los automóviles. La manera segura de hacerse popular era tener un auto que funcionara bien, con un motor de doscientos caballos bajo el capó. Esos automóviles eran el centro de nuestras vidas, y muchos de nosotros trabajábamos en dos o tres sitios para poder circular en el auto adecuado. Los sábados y domingos corríamos con ellos por las calles menos transitadas, y durante la semana ganábamos el dinero necesario para su costoso mantenimiento. Todos tratábamos de superar a los demás con motor.es de gran potencia, ruidosos tubos de escape y unas enormes ruedas. Pero había algo más aparte de lo que conducíamos: también era importante cómo lo hacíamos. ¿Qué podíamos realizar con nuestro automóvil para sobresalir de la multitud? Cierto amigo mío descubrió un método particulannente efectivo para atraer la atención: desconectaba las tuberías de los frenos de atrás y ponía zapatas especialmente resistentes en sus ruedas delanteras. Luego, a mediodía, esperaba en el aparcamiento de la escuela hasta la hora de comer, cuando 63

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todos los estudiantes se reunían para las carreras diarias de aceleraci6n u otras actividades importantes. Cuando llegaba el momento preciso, mi amigo poDÍa su automóvil en primera, aceleraba el motor y hundía el pie casi hasta el suelo. El coche rechinaba y hacía toda clase de ruidos. Seguidamente, soltaba de golpe el embrague, apretada el freno con el pie izquierdo y metía a fondo el acelerador. Esto producía un fen6meno asombroso: las ruedas traseras daban vueltas como locas, y de sus hendiduras brotaba una nube de humo, mientras los neumáticos delanteros permanecían bloqueados. Recoma de este modo el aparcami~n,?, a diez kil6metros por hora, con el coche dando botes, chimando y humeando. Las ruedas delanteras soltaban humo porque estaban patinando, y las traseras porque giraban sin control. Mi amigo se paseaba trepidando y todo el mundo aplaudía. Cierto día comenz6 su actuaci6n con la acostumbrada muchedumbre a su alrededor: aceleró el motor, solt6 el embrague y bloque6 los frenos. Como siempre, el autom6vil comenzó a saltar, vibrar y humear. Pero había hecho aquello demasiadas veces, y la transmisi6n estaba soportando un esfuerzo excesivo; de modo que el eje propulsor se parti6 en mil pedazos y comenzaron a saltar trozos del mismo por todo el aparcamiento. Volaban en todas direcciones como la metralla, golpeando el chasis de su autom6vil. La potencia, antes fuente de asombro y envidia, se había convertido en una fuerza destructora. CUANDO EL PODER SE TUERCE

La actividad sexual puede ser así, particularmente en el momento que comenzamos a descubrir su poder. ¿Es acaso extraño que en los años adolescentes, alentada por la hormona de la casi omnisciencia, nuestra sexualidad sea capaz de dañarnos profundamente y dejamos cicatrices para toda la vida? Contrastado con la confusi6n, la alienaci6n y el anonimato frecuentes que se dan en la época de la adolescencia, el

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profundo y poderoso sentimiento de intimidad, aceptación y amor que promete el sexo puede convertirse en un motivador decisivo para los jóvenes. Estos lo pueden considerar fácilmente como un antídoto para su hambre relacional. En un entorno de inmadurez y necesidad profunda, los adolescentes son como mi amigo en su auto: intentando cualquier cosa -por costosa, loca o peligrosa que sea-, simplemente para que se le acepte. No es preciso ser un Einstein para reconocer las posibilidades de abuso que hay. Se dan casi un millón de embarazos de adolescentes cada año, muchos de los cuales terminan en abortos. Al mismo tiempo, otros tres millones de jóvenes contraen alguna enfermedad de transmisión sexual. En realidad, para cuando el adolescente sexualmente activo termina la secundaria, tiene una posibilidad entre cuatro de haberse contagiado de una STD. Eso por no hablar del sida o de los desastres emocionales y relacionales que con demasiada frecuencia trae consigo una sexualidad mal empleada. DESEQUILIBRIO EN LA EDUCACION En mi opinión, uno de los factores principales que contribuyen a esta clase de daño es una educación sexual defectuosa: sencillamente no decimos lo bastante a nuestros hijos. En este terreno fallamos adoptando dos extremos igualmente peligrosos: la vergüenza y la arrogancia. El primero lo practican a menudo las familias solícitas, muchas de ellas cristianas, que se sienten violentas o confusas con la sexualidad. Es algo sencillamente demasiado difícil para que hablen de ello. y lo que sucede con frecuencia -si algo sucede- es que los adultos subrayan a sus hijos los aspectos negativos de la sexualidad, dándoles reglas sin razones. El otro extremo, que se practica a menudo en las clases de séptimo grado (pero algunas veces también en el hogar), es la arrogancia. Esta actitud surge de la creencia imperante, producto de la cosmovisión de la ciencia naturalista (véase el capítulo 2), de que la relación sexual no es más que un acto

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físico. Con demasiada frecuencia nos limitamos a las partes del cuerpo, las estadísticas y las advertencias, ~ no hacemos el esfuerzo de enseñar el contexto más amplto de la sexualidad. Los profesores que tienen esta mentalidad presentan detalle tras detalle de todo lo relacionado con el acto físico -incluyendo diagramas explícitos y a menudo cintas de video--, pero no abordan en absoluto la dinámica relacional, emocional y espiritual de la sexualidad. Por otro lado, los niños aprenden que el sexo es un conjunto de reglas que, como todas las reglas que se presentan sin un contexto, crean cierto sentido de misterio y alientan la rebelión, la curiosidad y la experimentación. Así como, también, que es algo físico y sencillo --como hacer flexiones-o De modo que, ajenos a las consecuencias nocivas de ello, adoptan una idea "traviesa" de la sexualidad que con demasiada frecuencia los conduce a experimentar con lo que es un juego destructivo. Ambos extremos necesitan equilibrarse con la Palabra de Dios. Rebeca, una chica de quinto año de primaria, estaba sentada en el sillón de la sala de estar de su casa, viendo la televisión, cuando sintió una palmadita en el hombro. Su madre había alargado el brazo alrededor del macetero para conseguir su atención, y luego le hizo señas para que se dirigiese hacia la entrada del dormitorio. Una vez cerrada con pestillo la puerta de la habitación, la mujer bajó un libro del estante superior del armario, y juntas se tumbaron en la cama y lo examinaron. Las primeras veinte páginas, poco más o menos, trataban de la regla -las pasaron bastante rápidamente y sin experimentar ninguna tensión-o A medida que se acercaban al final de su charla, Rebeca notó que las hojas del siguiente capítulo del libro habían sido grapadas unas con otras. Casi instintivamente la niña supo que trataban de sexo. Su madre las mencionó muy de 66

pasada, y Rebeca recuerda claramente las palabras que le dijo: "El sexo es una cosa hermosa, santa... " Rebeca se acuerda también de haber pensado: "Bueno, si el sexo es algo tan santo, ¿por qué están grapadas esas páginas?" As( eran las cosas entre Rebeca y sus padres: la protección se equiparaba muchas veces a la ignorancia. Sus progenitores, cree ella, querfan lo mejor para su hija, aunque ese "mejor" tuviera muy poca o ninguna conexión con la realidad. Eran gente estricta, religiosa, y basaban su mundo en las reglas. Cualquier cosa que no encajara -ya fuese una lengua respondona o un pensamiento pecaminoso- se relegaba de inmediato a la inexistencia. No habfa lugar para la discusión o las preguntas. En cierta ocasión, una amiga le dijo a Rebeca que su papá y su mamá se duchaban juntos; y cuando ésta le contó a su madre 10 que decía la niña, la respuesta que obtuvo fue: "No, la gente no hace esas cosas". La primera vez que Rebeca oyó hablar del coito fue en la escuela secundaria; no es sorprendente que le resultase increíble. También por aquel entonces, su padre, que nunca decía nada acerca del sexo, miró una mañana por encima del periódico y preguntó a sus hijas: "Niñas, supongo que sabéis que el beso francés es como el sexo oral, y que está mal, ¿ verdad?" Y volvió a su periódico. Los padres de Rebeca trataban lo mejor posible de crear un ambiente seguro para sus hijos, pero al mismo tiempo Rebeca recuerda que había una rígida frialdad en la familia, una distancia relacional que no podía vencer el miedo a lo desconocido o lo inexpresado. Su padre había tenido una infancia difícil, y había llorado en silencio las muertes de algunos seres queridos a

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quienes estaba sumamente unido. "La ternura -dice Rebeca de su progenitor- pocas veces afloraba". Las reglas contentan el dolor. El sexo se convirtió en una especie de paradoja para Rebeca: algo no sucio, pero prohibido. Sus padres ten(an miedo de la chica, porque le gustaba la ropa, la música, las fiestas y salir con muchachos. Rebeca jugaba con los lfmites de las barreras que sus padres establedan, no tanto por rebeld(a como para expresarse a s(misma. La chica viv(a en un estado de curiosidad mezclada con miedo. Sus progenitores sent(an preocupación por la pureza de su hija. En cierta ocasión, cuando contaba veinte años, y siendo todav(a virgen, se fue de pesca con un amigo. Su padre habla sacado las cañas, pero ella las olvidó. En vez de éstas utilizaron los palos del chico. Cuando, cerca de la medianoche, volvió a casa, la puerta delantera se abrió de golpe y apareció su padre hecho una furia. La acusó de no haber pescado, le tiró un tiesto a la cabeza y la llamó ramera. Hasta una semana después el hombre no le pidió perdón. Además del dolor que sintió por la desconfianza, Rebeca empezó a preguntarse qué tendr(a el sexo que pod(a inspirar tal horror. La canción "1 Want Your Sex" (Quiero tu sexo), de George Michael, con la reiteración de la petición contundente del título, subió hasta los diez primeros puestos en las listas de popularidad. Está muy lejos de aquel"I Want to HoId Your Hand" (Quiero tomarte la mano); en efecto, se escribió para un mundo distinto. Mientras que la mayoría de nosotros nos preocupábamos de cómo mejorar nuestro lanzamiento en s~spensi6n o ganar el dinero suficiente para comprar una bICIcleta Stingray, nuestros hijos se enfrentan a una definición totalmente nueva y arrolladora de la diversión y los juegos.

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Modelos de comportamiento tales como Michael y Madonna envían una y otra vez el mensaje: date gusto; si estás físicamente preparado para el sexo, entonces estás preparado. Muchos de nuestros hijos se sienten presionados a tener relaciones sexuales antes de estar listos para ellas. Hace poco, cierto noticiario televisivo informaba de que en una escuela secundaria algunos atletas estudiantiles destacados habían convertido en deporte la conquista sexual. Se otorgaban puntos por cada aventura amorosa, y los estudiantes llevaban la cuenta de la actuación de los demás en el terreno del sexo del mismo modo que sucede en un partido de fútbol. La competencia era enconada, y se hacía burla de aquellos que obtenían una puntuación baja o preferían no jugar. Las vallas publicitarias, las revistas, la televisión y el cine bombardean a nuestros jóvenes con imágenes eróticas, dejándolos sexualmente alerta pero ignorantes de las consecuencias o insensibilizados a ellas. El sexo y la violencia son los dos temas dominantes. Mientras me encontraba en la cola de un cine, oí cómo un adolescente decía: "Si no hay mucha piel y sangre en esta película, no quiero ni entrar." En la década de los ochenta, un género completamente nuevo de películas, el de cuchilladas ("slasher") -las más populares de las cuales fueron Viernes 13 y Pesadilla en la calle Elm-, ofrecían a nuestros hijos decapitaciones, desmembramientos y asesinatos con punzones y sierras de cadena. Actualmente, VanDamme y Schwarzenegger se abren paso a patadas, puñetazos y tiros a través de cuerpos humanos como tiburones que pasan por un banco de peces pequeñitos. y la misma clase de transformación violenta está teniendo lugar en el terreno sexual: mediante la saturación con imágenes y, actos, el sexo queda reducido a lo trivial, despojado del amor y de las consecuencias, y es presentado como poco más que una mera búsqueda del orgasmo, el placer instantáneo por excelencia. Se ha llegado al punto en el que "abstinencia" es sinónimo de "imposible". Los expertos del sexo nos dicen que no es

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realista esperar que nuestros hijos se refrenen de las relaciones sexuales: un mensaje que a los jóvenes de hoy en día les agrada oír. Viviendo en un mundo de creciente aislamiento y alienación, y procedentes muchas veces de hogares rotos, dichos jóvenes están ansiosos por hacer la prueba con las relaciones sexuales estilo Hollywood. ¿Y por qué no, sí parecen ofrecer un placer increíble sin ninguna consecuencia negativa? A una edad cada vez más temprana, los niños apenas capaces todavía de reconocer su sexualidad en ciernes están manteniendo relaciones sexuales. Cierta encuesta realizada en una red de escuelas secundarias reveló que cincuenta y cinco por ciento de los estudiantes de los primeros años de escuela intermedia las habían tenido ya. La presión comienza a una edad todavía más temprana. Mi hijo Todd asistía a una buena escuela primaria cristiana y, cierto día, estando en cuarto grado, llegó a casa alterado por causa de un amigo que se había metido en problemas por darle un puñetazo a otro chico. Cuando mi esposa le preguntó cuál había sido la razón de la pelea, Todd dijo: "Durante dos semanas cuatro chicos de mi clase han estado molestando a mi amigo para que mantuviese relaciones sexuales con una niña también de la clase". Como el amigo de Todd no podía librarse de ellos, golpeó con fuerza a uno de sus angustiadores. y se trataba de niños de cuarto grado de primaria: en una buena escuela cristiana se estaban incitando con burlas unos a otros a mantener relaciones sexuales. Sólo cuando ya es demasiado tarde comprenden muchos niños lo fantástico de esas ideas casuales e ignorantes acerca del sexo. Sus vidas quedan a menudo destruidas por embarazos en la adolescencia, corazones heridos y una esperanza frustrada. El sexo se convierte en un cuchillo que les corta de aquellas cosas que más desean: autoestima, respeto e intimidad. Los padres cristianos piensan con frecuencia que la batalla está perdida. Nos acobardamos bajo la presión, confusos en cuanto a lo que debemos hacer e inseguros de qué decir. El resultado es que, cuando se trata del sexo, nuestros hijos buscan consejo de otros.

. En un estudio de la revista Young Miss, sesenta y seis por cIento de 4.000 adolescentes encuestados dijo que evitaban hablar del sexo con sus padres. Esta falta de comunicación en las familias es mortífera. Nosotros, los padres debemos tomar la responsabilidad y dedicar una energía c~eativa a abrir líneas de comunicación y abordar los temas críticos relacionados con la sexualidad de nuestros hijos.

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SIMPLEMENTE DIGALO Todos sabemos que hablar del sexo es más difícil de lo que parece. Cuando mi hija Shauna tenía tres años hizo un curioso descubrimiento. Yo me encontraba en el cuarto de baño, después de darme una ducha, y la puerta no estaba deltodo cerrada. Shauna pasó por allí y reparó más tarde en algo que no había advertido a primera vista. Entonces se paró, retrocedió y me dijo: "¿Qué es eso, papá?" Como padre maduro, bien ajustado y amplio de mente que soy, pedí socorro a mi esposa. Los niños pronto descubren por nuestras acciones, o por la falta de ellas, que hay una mística en torno al sexo. Necesitamos lograr un equilibrio entre hacer de él algo exageradamente misterioso y apabullar a nuestros hijos con datos innecesarios en cuanto al mismo. En nuestras conversaciones acerca de la sexualidad deberíamos ser sinceros, sencillos y directos. No tenemos que eludir las preguntas (¡como hice yo en el párrafo anterior!), y siempre deberíamos sacar partido de las oportunidades que ~urgen para hablar del sexo con nuestros hijos -aun si la expresión de interés sexual por parte del niño es torpe o poco apropiada. Una de esas ocasiones se me presentó en un pequeño restaurante muy tranquilo donde nuestra familia había parado a desayunar. Dos hombres de negocios, que estaban en una mesa cercana a la nuestra, eran las únicas otras personas en nuestra zona del comedor. La camarera nos trajo la carta y luego se marchó. Mientras se alejaba, Todd, que contaba por

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aquel entonces tres años de edad, dijo sin ningún tipo de vergüenza: -Papi, ¡qué pechos más grandes tiene! Los dos hombres de negocios casi se cayeron al suelo de risa, y yo intenté no dejarme llevar por el pánico. Sabía que era un momento importante en la vida de mi hijo; así que lo tomé aparte y le dije: -Hijo, tu padre también lo había notado. No es malo fijarse en ello, pero a las chicas les da vergüenza que se hable de eso; de modo que es mejor que lo hagamos cuando estemos solos. Yo no quería avergonzarle, ni negar su sentido natural de la curiosidad que Dios le había dado. AFIRME EL DESARROLLO SEXUAL Si el proceso de desarrollo sexual se aborda solo o en el contexto de una mentalidad de reglas estrictas, el resultado a menudo serán el miedo y la culpabilidad. Un "sueño mojado", por ejemplo, puede interpretarse por un jovencito como el castigo de parte de Dios por la masturbación. Una chica que madura más lentamente que sus compañeras de clase es posible que se sienta culpable y tema que su falta de desarrollo constituya un correctivo por experimentar sentimientos sexuales. Lo que digamos o cómo reaccionemos ante el desarrollo sexual de nuestros hijos puede hacer un bien tremendo o un daño casi irreparable. Hace poco leí acerca de un hombre que estaba recibiendo asistencia profesional porque tenía dificultades para la intimidad sexual con su esposa, especialmente en lo relativo al coito. Durante las sesiones de orientación. reveló cierto incidente que le había sucedido cuando contaba doce años de edad. Se encontraba en el cuarto de baño masturbándose. Acababa de comenzar a tener erecciones y sentía curiosidad por los sentimientos que notaba. Mientras estaba experimentando, su padre le descubrió, y reaccionó con estupefacción e ira:

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-Si, vuelvo a encontrarte haciendo eso -le gritó-, te rompere todos los huesos del cuerpo. Te buscarás la ruina. En la mente de ese chico am~igó el siguiente pensamiento: tocarme el pene !De n:aerá la ruma. Bastante tiempo después de contraer matnmomo, ese temor agobiaba su vida sexual.

L

a educación sexual debe comenzar primero mostrando el poder de las relaciones amorosas y luego enseñando acerca de dicho poder. Tenemos que familiarizar a nuestros hijos, a través de nuestras palabras y nuestros actos, con el vocabulario de las relaciones: amor, sinceridad, intimidad, perdón y gracia. Debemos esforzarnos al máximo por ayudar a que nuestros hijos consideren su sexualidad en desarrollo como algo maravilloso y dado por Dios. Cuando nuestros niños de primaria se sienten "atraídos" por amiguitos o amiguitas, deberíamos decir: -Vaya. eso es algo saludable. Dios te ha hecho para que tengas tales sentimientos. y a medida que nuestros hijos van creciendo. debiéramos seguir afirmando su fascinación cada vez mayor por el sexo opuesto. a fin de que no crezcan recelosos de su sexualidad. Cierto estudio reveló que menos del diez por ciento de los chicos y las chicas "han tenido charlas con sus padres u otros adultos responsables que pudieran ayudarlos a aceptar el sexo como algo normal y natural". A consecuencia de ello, comienzan a albergar sentimientos profundos de vergüenza y culpabilidad simplemente por tener emociones y pensamientos sexuales. Debemos enseñar a nuesttos hijos que esas eImCiones Y pensamientos no son malos: Dios nos ha diseñado para que

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funcionemos así. Lo importante es qué hacemos con tales emociones y pensamientos.

sentido de amor e intimidad en el hogar, esa cualquier cosa es mucho menos probable que suceda.

CREE UN AMBIENTE DE AMOR

COMUNIQUE EL PLAN DE DIOS PARA EL SEXO

El sexo siempre debe explicarse y aprenderse en el c~n­ texto de una relación. Estar hechos a la imagen de DIOS significa ser relacionales, ya que Dios es tres personas en unidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en perfecta relación entre sí. La educación sexual debe comenzar primero manifestando el poder que tienen las relaciones amorosas y luego enseñando acerca de dicho poder. Hemos de familiarizar a nuestros hijos, a través de nuestras palabras y nuestros actos, con el vocabulario de las relaciones: amor, sinceridad, intimidad, perdón y gracia. Si un niño o una niña no aprende nunca dicho vocabulario, no tendrá las herramientas necesarias para comprender que el propósito del sexo es ser una expresión de la relación íntima y amorosa. Otra razón para proporcionar un ambiente de amor a nuestros hijos es que, cuanto más se ama, respeta y estima al niño o la niña en casa, tanto mayor es la posibilidad de que no se vea envuelto o envuelta prematuramente en la actividad sexual. Un niño amado por su familia tiene un profundo sentimiento de seguridad y aceptación, el cual actúa como una especie de escudo protector. Por el contrario, el niño que no se siente querido en casa tiene más posibilidades de considerar el sexo como la solución a sus necesidades insatisfechas de intimidad, autoestima, y aceptación. Correrá casi cualquier peligro por buscar lo que sabe instintivamente que le falta, y esta búsqueda acabará inevitablemente en desolación y heridas profundas. Naturalmente no existen garantías: las feroces hormonas, las emociones inestables y la transición confusa y delicada de la infancia a la edad adulta, envían a veces a los niños, incluso de las familias más amorosas, al desierto de la promiscuidad sexual, donde cualquier cosa puede ocurrir. Pero con un

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Dar estos pasos servirá de ayuda, pero los mismos todavía resultarán insuficientes, puesto que tratan de cuestiones superficiales. Lo que se necesita para que nuestros hijos lleguen, con el tiempo, a disfrutar del sexo de la forma que Dios quiso que se hiciera, es conocer el plan divino para la sexualidad, algunos de cuyos aspectos ya los hemos tocado antes en este libro: • • • •

El sexo fue ideado para expresar la intimidad del alma. El sexo fue ideado para la unión física. El sexo fue ideado para la unión relacional. El sexo fue ideado para permitimos un mejor conocimiento de nosotros mismos. • El se~o fue ideado para la unión espiritual. • El sexo fue ideado exclusivamente para el matrimonio. • Las limitaciones impuestas por Dios traen libertad y realización. La historia de Brad ilustra lo difícil que es para los padres enseñar a sus hijos acerca del plan de Dios para el sexo, y trae a colación otros elementos de dicho plan. En su mundo infantil Brad tenía de todo: dos hectáreas de terreno -parte de él boscoso-, un perro llamado Trots, un cajón de arena para crear otros planetas, dos hermanos y todo el amor que su padre y su madre podían darle -que era bastante-o Aunque él no habrfa usado entonces esa palabra, se sentía seguro. Todavía puede recordar el sonido de la voz de su padre, llamándolo para que entrase a cenar una noche de octubre. El

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mundo de Brad estaba lleno de cosas emocionantes: monstruos en la maleza, extraterrestres en su pueblo de Lego y alguna estrella del béisbol junto a la red -a pesar de todo lo cual se sentía seguro-o Era libre de perseguir su infancia con todo su candor infantil. En muchos aspectos, la suya era una familia típica de los años sesenta: papá, el fuerte, quién tomaba las decisiones y ganaba el pan; mamá, divertida, sumisa y quien lo cocía. Brad recuerda la fuerza de la mano de su padre y la ternura del toque materno cuando tenía fiebre. Creció hablador, atento e inteligente. Sus únicas heridas eran los arañazos en las rodillas y los dedos machucados. Vivía en un mundo perfecto. Hasta que en séptimo año de intermedia algo sucedió: Brad empezó a tener ideas propias. Su padre, lo bastante fuerte para crear el mundo infantil del chico, se mostró a menudo demasiado débil para aceptar una nueva idea. Su fuerza, algo que en otro tiempo Brad consideraba casi divino, se convirtió cada vez más en un muro que le impedía explorar nuevos conceptos. En opinión de Brad, su padre trataba principalmente de salvaguardarlo. Más tarde, siendo ya adulto, descubrió que el hermano menor de su progenitor había muerto atropellado por un auto mientras ambos iban juntos en bicicleta. Su padre tenía buenas razones para intentar protegerlo. También estaba el problema de las hormonas. Cuando Brad cursaba sexto grado, se despertó cierta mañana y descubrió un pelo rizado en su zona púbica. Una semana más tarde tenía varios. El chico pensó que tal vez sufría algún tipo de enfermedad, hasta que un amigo le dijo que era tonto. Así fue como descubrió la sexualidad: Brad lo hizo por sí solo o por medio de sus amigos. Sus padres jamás le hablaron del sexo, ni siquiera le dieron "la charla".

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Lo más cerca que llegaron sus progenitores a comunicarse con él en cuanto a la sexualidad fue por medio de los sordos gemidos ocasionales que el chico oía procedentes de la alcoba a través de la puerta. Poco más o menos por aquel entonces descubrió la masturbación, la encontró sugestiva e interesante, y empezó a retirarse a menudo al cuarto de baño. Pronto se sintió azotado por la culpa, y durante casi un año estuvo convencido de que contraería una enfermedad venérea la cual había oído mencionar por la televisión. En la mente de Brad se despertó una dualidad curiosa acerca de su sexualidad: placer y culpa, asombro y vergüenza. Vio por primera vez la foto de una mujer provocativa a los trece años de edad, grabando a fuego aquella imagen y la dualidad en su pensamiento. La adolescencia fue para Brad un período difícil, que marcó no sólo su transición de la niñez a la edad adulta sino también"el paso de un mundo perfecto controlado por su padre a otro imperfecto también dominado por él. Su progenitor no permitía ninguna desviación en pensamiento o acción: tenía un plan para su hijo -un plan de seguridad- que exigía aceptación estricta. Sin darse cuenta conscientemente de ello, y actuando por tierna preocupación, el padre de Brad trató de controlar a su hijo: no lo animó, ni tampoco le permitió entrar a menudo en el proceso de tomar decisiones. El resultado fue la rebeldía, moderada en un principio. Brad hizo su primera experimentación sexual en parte por curiosidad, en parte por la presión de grupo, en parte por la emoción y en parte por rebeldía. Sabía que a su padre no le agradaría ni siquiera un poco lo que estaba haciendo, aunque no le hubiese hablado acerca del sexo. Cuando se encontraba al comienzo de la enseñanza secundaria, ya había participado varias veces en caricias

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íntimas. Por fortuna para Brad, la mayoría de las muchachas con las que salió eran "buenas" chicas las cuales no se prestaban al coito. Sin embargo, el joven perdió su virginidad, torpemente, al final de la escuela secundaria: creyó haberse enamorado y, según la sabiduría del mundo de su escuela, la gente enamorada lo hace. La expe'riencia les proporcionó poco placer, tanto a él como a su amiga. Durante la etapa universitaria, Brad aumentó su actividad sexual con esa nueva libertad que había encontrado. Tuvo relaciones sexuales con algunas chicas más, de la mayoría de las cuales creyó haberse enamorado. Excepto en una ocasión, evitó las experiencias de una sola noche. "Pienso" -dice Brad-, "que sabía instintivamente que el sexo era mucho más de lo que mis amigos solían llamar 'montarte a alguna' ... que no debería ser tanfácil". También se dieron de vez en cuando los Playboys y Penthouses. "Consideraba la pornografía como algo fácil, sin implicaciones" -expresa-, "algo que sólo me costaba dos dólares y setenta y cinco centavos". En realidad, la mayoría de los amigos de Brad le veían como alguien sexualmente moderado: no estaba obsesionado con el sexo, e intentaba ser sensible. Parte de ello Brad lo atribuye a su educación. Aunque sus padres cometieron algunos errores, él siempre supo que le querían. Yeso no era nada desdeñable: sencillamente no estaba tan necesitado como algunos de sus amigos sexualmente más activos. Otra razón de su "comedimiento" era menos tangible: "Aunque me crié en un hogar cristiano" -dice-, "mis padres, al no hablarme del sexo, jamás me ayudaron a relacionarlo con Dios; sin embargo, de todos modos, en lo más recóndito de mi mente yo sabía que tal relación existía ".

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EL SEXO VIENE DE DIOS Y ES UN REFLEJO SUYO

Aunque el padre de Brad no manejara correctamente la educación sexual de su hijo, éste tropezó Con cierta verdad que ya hemos mencionado anteriormente: la relación que hay entre Dios y el sexo. Dios, el Dador de todas las cosas buenas, y quien sólo desea lo mejor para sus hijos, creó el sexo como uno de sus dones más maravillosos. La sexualidad, bajo la luz maravillosa del Edén, debe comprenderse desde el punto de vista de la imagen de Dios, la cual, a su vez, incluye la sexualidad. Dios creó a los seres humanos sexualmente distintos a propósito: hombre y mujer. Algunos aspectos masculinos de su imagen los estampó en el hombre, y de igual manera ciertas facetas femeninas suyas las imprimió en la mujer. Mediante el acto sexual, la imagen divina. en sus aspectos masculino y femenino se completa. El llegar a ser uno, esa misteriosa descripción bíblica de la relación sexual, es la armonización de dos personas en una espléndida imagen de Dios. EL SEXO HA SIDO IDEADO PARA DARSE, NO RECIBIRSE

Dios ideó el sexo como una manera de que los cónyuges se dieran algo de sí mismos el uno al otro. Esto sucede en muchos niveles: desde la provisión de placer físico, hasta la entrega espiritual de la propia esencia. La mejor relación sexual es una expresión desinteresada de amor. Naturalmente, esto da al traste con las ideas de nuestra cultura, según las cuales uno siempre tiene que recibir algo. Las expresiones de moda de nuestros psicólogos y de las estrellas de los folletines televisivos son autosatisfacción,· autorrealización, amor a uno mismo y autodescubrimiento. La mayor parte de la promiscuidad sexual que hay en nuestra sociedad puede relacionarse directamente con una motivación egoísta. El razonamiento es algo así: "Yo tengo necesidades insatisfechas de placer, intimidad y amor, de modo que he de conseguir que alguien las supla".

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No obstante. en realidad. cuando se trata del sexo. esa motivación interesada empujará a la persona, así como a su cónyuge, hacia la autodestrucción. Sin gozo ni propósito. el sexo abordado de manera egoísta puede producir daños en la autoestima y la identidad del individuo. Esto es sexualidad sin contexto -como presentarse a un partido de baloncesto con patines de hielo-, simplemente no funciona de ese modo. LA RELACION SEXUAL VINCULA A LOS PARTICIPANTES DE FORMA IRREPARABLE El sexo significa muchas cosas distintas para una gran variedad de personas: algo íntimo, despreocupado, pervertido, obsesivo. extático. destructivo. gratificante... Pero lo que no es, ni puede ser jamás. es "casual". Debemos enseñar a nuestros hijos que Dios ideó la relación sexual como la fusión de dos almas por n;ledi<1 de los cuerpos. Es como juntar los elementos químicos cloro y sodio. o hidrógeno y oxígeno: el resultado es una sustancia completamente nueva, la sal o el agua. El concepto bíblico de llegar a ser uno solo significa que, por medio del acto sexual, cada participante hace una entrega irrecuperable a la otra de parte de su propia alma. Cada persona queda por tanto cambiada. al crearse· una entidad totalmente nueva que en el plan de Dios jamás debe separarse. El sexo funciona maravillosamente bien en el matrimonio. donde dos personas entregan las partes más hondas de sí mismas. en un contexto de amor y compromiso de por vida. y quedan cambiadas y unidas para siempre. Así conocen, de forma sin par. una profunda unión e intimidad. En dicho contexto. la relación sexual contribuye a formar y transformar a ambos cónyuges. Cathy y John no se han conocido nunca. Sus vidas jamás se han cruzado. Si los ponen juntos en una fiesta no se reconocerán, y sin embargo comparten muchísimas cosas y de formas muy notables.

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Tanto el padre de Cathy como el de John eran hombres dominantes. Paredan haber salido del mismo molde: alcoh6licos, abusaban verbal y a veces físicamente de los suyos, y eran incapaces de mostrar amor con un toque cariñoso. Las infancias de Cathy y John, si puede llamárselas de ese modo, estuvieron dominadas por la distancia que sus respectivos padres pusieron alrededor de sí mismos. Cathy expresa: "Recuerdo que quería sentarme en las rodillas de papá simplemente para sentirme segura, pero él jamás me dej6 hacerlo". El padre de John era de ascendencia alemana, y tanto él como su esposa habían venido como emigrantes a los Estados Unidos. Tenía un carácter decidido e iracundo: "Si deda algo y no le obededas, probablemente terminarías en el suelo". Cathy y John eran ambos inseguros y enfermizos. Este últiino padecía tanto de asma que tuvieron que construirle una habitaci6n especial para que la utilizase desde agosto hasta los primeros hielos. No podía salir de ese cuarto, que resultaba ser al mismo tiempo la alcoba de sus padres. Cathy, a menudo abrumada por sentimientos de soledad, pasaba también horas enteras en su habitaci6n, la cual utilizaba como lugar de retiro para el tumulto del hogar. Tanto Cathy como 10hn descubrieron el poder de su sexualidad a una edad muy temprana. Cathy no recuerda ninguna época de su infancia en la que no utilizara la masturbaci6n para ayudarse a dormir de noche. Así le resultaba más fácil anular los gritos de sus padres. John se acuerda de la primera vez que se masturb6, a los doce años de edad: "Se convirti6 en una droga para mí de la noche a la mañana", expresa. Lo hacía frecuentemente: "Me proporcionaba una sensaci6n de poder. Era algo de lo que podía evadirme; me daba la posibilidad de construir

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mi propio mundo". Tanto Cathy como John comenzaron a forjarse fantasías de escape muy pronto en su niñez. Ambos eran también introvertidos. Cathy hacía el papel de niña buena: una alumna de sobresaliente, animadora del equipo deportivo, religiosa, y miembro de todos los clubes adecuados. John estaba enfocado hacia el agradar a la gente, incluso a costa de sacrificar el desarrollo de su propia personalidad. Cathy tomaba sdbre sí a menudo la responsabilidad de intentar "rescatar" a su padre. Iba al bar a la salida del colegio y trataba de hacer que volviese a casa y dejara de beber. El padre de John murió cuando él contaba trece años. La actividad sexual de Cathy y de John no tardó en ampliarse. Aunque ella no puede recordar los detalles de su primera experiencia en ese terreno, sí tiene memoria de su primera relación sexual duradera. Contaba catorce años, y el chico veinte. El era un universitario de familia bien relacionada, y Cathy lo consideraba su boleto de salida. Para ella, el sexo estaba relacionado con el poder y el dinero, formaba parte de su incursión: "La única forma de conseguir la atención y el interés de un chico era teniendo con él relaciones sexuales". y a Cathy también le gustaba: "Me encantaba ese s~ntimiento de poder que él tenía sobre mí, y estaba dispuesta a hacer, y hacía, cualquier cosa por él". La relación sexual, según Cathy, le ayudaba a experimentar su "necesidad y anhelo, y cierta emoción morbosa que acompañaba a tales sentimientos". Estuvieron saliendo juntos durante cuatro años, y luego él la dejó para ir a la universidad y más tarde al ejército. Cathy también marchó a la universidad -fue la única de su familia que lo hizo-. Quería salir de su ambiente. Durante el primer trimestre durmió con una "buena cantidad" de hombres, y aunque cierta situación

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rayana al abuso que se produjo durante una fiesta la hizo dejar temporalmente de acostarse con unos y otros, Cathy empezó a confundir el sexo con el amor: "Si un chico no quería mantener relaciones sexuales conmigo, ello significaba que no me quería". También John fue sexualmente muy activo. El más joven de once hijos, comenzó explorando el cuerpo de una de sus hermanas -sin coito, pero con mucha caricia íntima. Cuando contaba quince años, su familia se trasladó a una casa grande y alquiló el piso superior a algunos estudiantes universitarios, quienes se alegraron mucho de poder introducir todavía más a John a los placeres del sexo. Le dejaban mirar con anteojos a la casa de la asociación estudiantil femenina que había al lado, y también le iniciaron en la pornografía. Todavía recuerda con mucho detalle su primer desplegable de Playboy: "Quedó grabado en mi mente. Era una chica rubia de pie delante de un espejo, con una planta delante de sí que le cubría la mitad inferior del cuerpo, y una bata roja o un chal cubriendo uno de sus hombros. Tenía los pechos al aire y era menuda. Aquella imagen quedó alojada en mi cerebro como la de la mujer ideal". Pronto estalló su vida de fantasía: se masturbaba con las fotos de sus compañeras de clase de la secundaria e iba muy lejos para comprar pornografía. Las relaciones sexuales verdaderas no podían compararse a ello. La primera vez que practicó el coito contrajo gonorrea, pero eso no lo detuvo: si podía simplemente mantener relaciones sexuales con su mujer ideal, todo sería perfecto. Y con cada decepción sufrida, renovaba el compromiso de encontrarla. "Cuantas más relaciones sexuales tenía, más quería". La realidad jamás podía satisfacer las expectativas de su fantasía, y con

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cada frustración tomaba una decisión nueva de buscar con un poco más de ahínco. TRANSMITA LAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS DEL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO Las reglas deben relacionarse con las consecuencias, tanto buenas como malas. Por desgracia, durante la adolescencia nuestros hijos sólo pueden "conectar con" los frutos negativos del pecado sexual. Hasta que no contraigan matrimonio no serán.capaces de apreciar las consecuencias positivas de la pureza, lo cual coloca a los padres en la difícil situación de tener que tratar con un tema sumamente sensible desde una clara perspectiva negativa. Pero eso no significa necesariamente que debamos empezar por lo negativo. Más bien al contrario: hemos de hacerlo por el lado positivo, explicándoles que el sexo fue ideado cotno ~n ~on maravilloso. Es entonces cuando lo negativo cobra slgmficado y las reglas cumplen su función: la de elevar al máximo el potencial de lo positivo y suprimir todas las posibilidades negativas. Con esto en mente, examinemos ahora algunas de las consecuencias negativas de las relaciones sexuales fuera del pacto del matrimonio. EL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO PUEDE TRASTORNAR LA RELACION

. S~ ~a dicho ~ue cuando nos "enamoramos perdidamente" vemticmco por CIento de nuestro cerebro queda automáticamente incapacitado. Y si enamorarse significa acostarse, puede estar se~uro de ~ue el otro setenta y cinco por ciento seguirá el mIsmo cammo. El sexo no es como jugar a las cartas. Cuando uno tiene que habérselas con el poder sexual, le resulta cada vez más difícil ~eguir siendo quien controla el juego. Por su pode.r~sa ca~acldad ~e crear vínculos y sus intrincados y multldlmenslOnales mveles de intimidad, el sexo casi siempre trastorna las fases tempranas de una relación.

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Al quitarse las limitaciones sexuales del trato de pareja, también se sacrifica la oportunidad de llegar a conocerse el uno al otro. Imagínese diciéndoles a dos adolescentes de dieciséis años que está bien disfrutar del nivel sexual que deseen siempre que sea "seguro". ¿Piensa usted que van a p~s~r dos horas habla~do en algún restaurante o ir a jugar al mmlgolf? No. Buscaran un lugar apartado y tendrán relaciones sexuales. Se trata de algo altamente inflamable. Y los r~sultados de ello son dobles: las emociones que se liberan al vmcularse un alma con la otra trastornarán el noviazgo, y se sacrificará la consecución de aquellas habilidades que son necesarias para una relación a largo plazo.

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a sexualidad está ideada para ser una expresión del amor, no el amor mismo, y como tal debe seguir el proceso de conocer y luego amar a otra persona en niveles profundos del corazón, la mente y el alma. La pareja confundirá la electricidad con el amor, y mientras sientan ese bienestar ¿qué otra cosa pueden necesitar? Embelesados con sus placeres físicos no dedicarán el tiempo, la energía o la disciplina necesaria para desarrollar una infraestructura de habilidades adquiridas que hagan posible la relación a largo plazo. El aprender a comunicarse, manejar los conflictos, compartir las ilusiones, entender la compatibilidad, expresar las heridas pasadas y conocer a Dios, requiere bastante trabajo y conversación. ¿Por qué pasar por ese proceso cargante y doloroso cuando se puede disfrutar de emociones deleitosas con sólo darle una vuelta a la sábana? La obsesión con el sexo durante el noviazgo lleva por lo general a preguntarle al otro una vez casados: "¿Quién eres?"

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La sexualidad está ideada para ser una expresión del amor, no el amor mismo, y como tal debe seguir el proceso de conocer y luego amar a otra persona en niveles profundos del corazón, la mente y el alma. La infraestructura de una relación -ese ejercicio de habilidades adquiridas y disciplina para conocer realmente a alguien- debe construirse primero. Si luego viene el amor, entonces, en el compromiso de por vida del matrimonio, la sexualidad puede ser la expresión profunda de una lenta y tiernamente forjada querencia. EL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO DESCONECTA A LA PERSONA DE SI MISMA

En psicología, a este fenómeno se le llama vergüenza, alienación y fragmentación. Resulta imposible abandonar una relación sexual sin cambio alguno, ya que el acto sexual es, por definición, la entrega a otra persona de la propia esencia. En las relaciones sexuales fuera del matrimonio, parte de uno mismo queda con esa pareja. El individuo no se siente ya completo, y a menudo puede arraigar en él una semilla de odio hacia su propia persona. La unión con el otro ha tenido lugar en un nivel profundo, y el rasgar otra vez en dos ese uno siempre produce daños en el alma: la persona se d~sconecta, en un sentido muy real, de sí misma, y se conVIerte en una extraña para su propio yo. EL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO DESCONECTA A UNA PERSONA DE DIOS

En términos teológicos, a esto se le llama culpa. . El pecado, como ya sabemos, separa a una persona de DIOS~ pero el pecado sexual tiene un poder incalculable para hace~ que la gente se sienta sola, manchada e incapaz de r~laclOnarse con el Señor. Su pecado, piensan ellos, es demaSIado gr~nd~, y se sienten sucios. En efecto, una parte profunda de SI mIsmos -su esencia o identidad- ha resultado dañada. Para los cristianos, la culpa por haber caído en el pecado sexual es con frecuencia abrumadora, y yo lo atribuyo al

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poder del sexo. Este ha sido ideado para la comunicación íntima en varios niveles distintos, y abusar de él da como resultado un daño general. La persona siente su acción devastadora en la mente, el cuerpo y el alma. EL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO DESCONECTA A LA PERSONA DE SU FUTURO CONYUGE

Una y otra vez he aconsejado a matrimonios cuya experiencia es algo así: -No me parece estar unida con mi marido en la relación sexual -dice la mujer-; es como si sólo una parte de él se hallara presente. -Simplemente -expresa el hombre-, no logro echar fuera de mi pensamiento mis encuentros sexuales anteriores. Si hemos de entender el concepto bíblico del coito como esa. fusión irreparable de un alma en otra, lo que está sucediendo en la experiencia de tantos matrimonios no resulta nada sorprendente: es razonable suponer que el comportamiento sexual del pasado vuelva para atormentar esa misma relación que estaba destinado a mejorar. EL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO PERVIERTE LOS DESEOS DADOS POR DIOS

Cuando se da la relación sexual fuera del plan divino siempre es en forma reducida, y si aceptamos tal reducción nos exponemos a menudo a cambiar el amor por la lujuria, un anhelo duradero de intimidad por la obsesión con el placer, y una satisfacción de por vida por una serie de experiencias emocionantes. Como veremos más tarde, esta reducción de la relación sexual lleva también a una distorsión de los valores. La pornografía, la adicción, la perversión y el abuso son consecuencias naturales de una sexualidad desconectada, y la probabilidad de que tales distorsiones se produzcan está casi garantizada cuando una persona añade a esa ecuación su lista de necesidades insatisfechas y poderosos instintos. El sexo desconectado, que conserva su fuerza pero pier~e su propósito, puede convertirse fácilmente en una bestIa de 87

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enormes proporciones que devora a la gente mediante obsesiones y adicción. Reparar el daño, incluso en las mejores circunstancias, puede llevar toda una vida.

RECUERDE QUE DIOS DA GRACIA Hay otra cosa que los padres debemos recordar, y es la gracia de Dios. Hemos de reclamar esa gracia para nosotros mismos y ofrecérsela también a nuestro hijos. Lo primero, porque somos padres imperfectos y gran parte del daño que sufren nuestros retoños se lo infligimos nosotros mismos. Debemos identificar nuestro pecado y arrepentimos de él, así como buscar continuamente la sabiduría y la dirección de Dios. Pero incluso haciéndolo, fallaremos de algunas maneras. En diversos grados impondremos sobre nuestros hijos las consecuencias de nuestro propio yerro. Algunos de nosotros puede que tengamos que contemplar con dolor cómo las heridas que les hemos infligido los empuja hacia el pecado sexual y que necesitemos desesperadamente el toque perdonador y restaurador de la gracia divina. Por la misma razón, debemos también extender esa gracia a nuestros hijos, quienes, por muy bien que los enseñemos, también cometerán errores. Algunos sucumbirán al pecado sexual, otros sufrirán las consecuencias dolorosas del mismo. La mayoría de los padres pueden, según he descubierto, tratar con gracia cualquier pecado de sus hijos excepto el pecado sexual. Aparentemente consideran la caída en el mismo como el pecado imperdonable; pero no lo es. Jamás olvidaré el día que me reuní con una mujer que no tenía marido y con su hija de diecisiete años, la cual acababa de saber que estaba embarazada. Lo que perdura en mi memoria es la forma cariñosa en que esa madre acariciaba el hombro y el cuello de la chica mientras ésta confesaba su pecado sexual y las consecuencias del mismo. Después de la explicación regada de lágrimas de su hija durante veinte minutos acerca de su fracaso moral, la mujer le dio un

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apasionado abrazo mientras no dejaba de repetir la misma frase: -¡Por favor, créeme, aún te quiero! Momentos después yo añadía: -También yo ... y lo que es todavía más importante: ¡Dios mismo te sigue queriendo! Los padres no debemos crear una categoría extrabíblica para el pecado sexual, ni comunicar la falsa idea de que la promesa de limpieza se aplica a todo tipo de meteduras de pata salvo esa. Por desoladora que parezca la situación, no es el fin del mundo: la gracia de Dios aún está disponible; y El quiere utilizamos como conductos para canalizar hacia nuestros hijos esa gracia e intervenir amorosamente en sus momentos de crisis más profundas. Mientras Janine crecía, pensaba que la vida la estaba tratando bastante bien. Era la niña buena, se encontraba en la lista de honor, tenía muchos amigos y era la favorita de todo el mundo. También de su padre, quien era en muchos aspectos alguien notable: inteligente, carismático y creativo; artista, piloto y buen cantante... A menudo cambiaba de trabajo para ejercitar nuevos dones o aliviar el aburrimiento. Sus talentos no tenían límite: desde idear anuncios para las páginas amarillas hasta diseñar y construir su propia casa, de principio a fin. Pero el padre de Janine poseía también algunas peculiaridades terriblemente destructivas. Era dominante,· su mundo tenía que ser obra suya y toda la gente sus marionetas; empleaba la ira para manipular a otros; le pegaba a su mujer, frecuentemente, y lo hacía de tal manera que los cuatro niños aprendieron, desde una edad muy temprana, cómo debfan actuar: acudiendo inmediatamente a los vecinos, llamando a la policía y haciendo que encarcelaran a su padre. Y al día siguiente,

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vuelta a empezar. La madre de Janine era sometida a palos, excusaba a su esposo constantemente y había de recibirlo de nuevo. A Janine le aterraba su padre. Aún recuerda el rito de las buenas noches que tenían en casa: los niños debían dar un beso a papá y mamá antes de irse a la cama, y Janine siempre besaba primero y rápidamente a su progenitor. Después corría a su madre "para que su beso borrara el de aquél". Pero a pesar de sus ''peculiaridades", su padre le decía que la quería; y ella era una niña, y los niños deben creer lo que dicen sus padres. Cuando Janine estaba en séptimo grado de la escuela intermedia sus progenitores se divorciaron, y cinco meses después su padre les hizo una visita de noche, ya tarde. Janine estaba en la cama cuando oyó gritar a su mamá -lo cual no era nada raro, ya que siempre la escuchaba hacerlo-o Pero esta vez supo que se trataba de algo diferente. Mientras buscaba algún sitio para esconderse, oyó llegar a la policía y hablar con su padre por un megáfono. Janine decidió huir precipitadamente; y mientras pasaba corriendo delante de su padre, que estaba en la cocina, vio cómo la sangre le chorreaba a éste de ambas muñecas. Después supo que su progenitor había apuñalado a su madre con un cuchillo de monte, y casi la había matado. Luego trató él mismo de quitarse la vida. Más tarde, al ser interrogada por la policía, Janine recuerda haberse reído -no quedaba ninguna otra cosa que hacer. Durante su infancia fue una chica competente: tenía gran facilidad para concentrarse y realizar casi cualquier cosa que se propusiera; y a los diecisiete años la nombraron "miss" del penúltimo año de la secundaria.

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Pero detrás de su competencia, casi de forma subconsciente, Janine sentía que algo iba mal. En parte era su abuso de las drogas y el alcohol, en una búsqueda frecuente de aturdimiento; en parte, que tenía muchos amigos pero ninguna comunicación real; y en parte, también, y posiblemente algo todavía más inquietante, su actitud hacia el sexo. Este le producía, al mismo tiempo, un sentimiento de poder y de impotencia. La primera vez que oyó hablar del coito fue a su hermano. Estaba en quinto de primaria y aquello le pareció algo horrible. Pero tras un desarrollo rápido, y habiendo alcanzado su estatura máxima a los doce años de edad, estaba siempre con chicos mayores que ella, y a menudo se sentía atraída por gente que quería utilizarla. Janine no tenía ningún código moral. ¿ Cómo habría podido tenerlo con unos padres como los suyos? El único principio que seguía era: Haz lo que quieras, pero que no se entere mamá. Sin ningún sentido del bien y el mal, Janine consideraba el sexo simplemente como un área más en la que podía mostrarse competente, y su cuerpo como una herramienta. "Las relaciones sexuales eran como los seguros" -expresa-o "El sexo constituía simplemente otra cosa más que debía hacer para que alguien me quisiera. No era realmente una opción, sino algo que había que esperar". Ella tuvo innumerables encuentros sexuales, flirteos y gran cantidad de caricias íntimas, pero sólo tres relaciones con coito. Quería ser al mismo tiempo sexy y una buena chica. Cuando estaba al final del noveno grado, su madre se casó de nuevo y comenzó a hacerle confidencias sobre su nueva vida sexual, y cuánto mejor era ésta que la anterior. Janine se sintió violada, casi repugnante.

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Fue más o menos por aquel entonces cuando oyó hablar del poder transformador del evangelio. Había ido a visitar a su hermana mayor a Florida y se sintió atraída por Dios, en parte debido a una insistente sensación de vacío interior. Aceptó a Cristo y fue bautizada en el Atlántico; pero no pudiendo mantener permanentemente la primera emoción, rechazó de inmediato su recién hallada fe. Ese sería un modelo -compromiso y rechazo- que habría de repetirse vez tras vez hasta su primer año en la universidad, cuando por fin comprendió de veras lo que significaba hacer a Jesús, Señor de su vida. Entonces se convirtió en una cristiana competente. Desgraciadamente, como veremos en un capítulo posterior, la historia de Janine no pasa de la conversión a un vivir feliz de allí en adelante. Como en tantos otros casos, los pecados cometidos detrás de las puertas de su hogar cuando era niña la atormentaron hasta bien entrada su vida adulta. El pecado sexual no puede tomarse nunca a la ligera.

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Capítulo 4 LAPASION

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urante una semana o dos aquello habría de ser un paraíso sexual. Así se nos pintaba. Florida, el calor del sol, la playa ... y lo mejor de todo: el dormitorio. El éxtasis completo. Después de una victoriosa pero difícil lucha por permanecer sexualmente puros hasta el matrimonio, Lynne y yo íbamos por fin a recibir lo que nos merecíamos: sexo y sexo en abundancia. Eso fue antes de que hiciera su aparición algún cósmico sentido del humor. Nuestra luna de miel resultó un desastre -fácilmente podríamos escribir un libro de memorias titulado Sexo y fracaso en Florida-. Primero llegaron las quemaduras del sol: quemaduras serias, del tipo que producen náuseas y después ampollas y caída de la piel. Nuestros gritos de "¡Te deseo y quiero tenerte!" se convirtieron en "¡No te atrevas a tocarme!" Mientras nos recuperábamos de las quemaduras, Lynne contrajo un herpes labial. Y no uno corriente, ¡qué va!: se extendía desde el labio hasta la mitad del cuello. Estoy exagerando un poco, pero no demasiado.

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Me reí por causa de ello, y como era natural Lynne me acusó de insensibilidad, puesto que no se sentía precisamente como Cindy Crawford. Aquel fue nuestro debut en las relaciones sexuales. Tampoco puede decirse que los primeros años de nuestro matrimonio resultaran arrasadores. Debido a la ignorancia y las circunstancias, hicimos cuanto estuvo a nuestro alcance por eliminar la realización sexual. Yo era un pastor de jóvenes con dedicación plena, a la vez que un estudiante universitario a tiempo completo; teníamos además dos huéspedes con sus perros viviendo con nosotros en una humilde casa de dos habitaciones. Lynne estuvo dos veces embarazada, durante nueve meses completos vomitando entre cuatro y cinco veces diarias, y otras dos que terminaron en aborto y que la hicieron sentirse igual de enferma. Añádale a eso la incapacidad tan corriente de comunicarse en cuanto al sexo y podrá hacerse una idea. A menudo, cuando nos sentíamos ardientes era de ira y no de pasión. Así vivimos durante años. En nuestro octavo aniversario de boda, quise resarcir a Lynne por todo aquello. Por fin llegaríamos a ser esas dinamos sexuales que nos sabíamos en realidad. Y con la ayuda de un amigo, que era director de un hotel, planeé una detallada celebración de aniversario: un verdadero festín de sexo. En un principio todo salió conforme al plan trazado. Tuvimos una cena romántica juntos y luego, al inscribimos en el hotel, nos quedamos pasmados con nuestra habitación, que era la madre de todas las suites de lunas de miel: espejos por todas partes, un jacuzzi con sauna enorme y, en el centro de todo ello, la cama encima de una plataforma. Durante las primeras horas siguientes estuvimos disfrutando de todo aquel equipo. Vimos una película, encendimos las velas y gozamos de las primeras horas de la noche, confiados tanto el uno como el otro de que 10 mejor estaba aún por venir. Pero el tiempo se iba escapando y se acercaba la medianoche, así que decidí susurrar algo increíblemente sensual al

Permítame decirle que el sexo no es la panacea para todos nuestros problemas; además, el proveer un ambiente en el que nuestra competencia sexual pueda madurar requiere esfuerzo, disciplina, madurez espiritual, y sinceridad. Con frecuencia

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oído de mi esposa: una semilla tierna que brotase dando paso a un romance apasionado. -Querida -prorrumpí-, vamos a acostamos en la cama. Apagamos suavemente las velas, subimos al lecho y levantamos la mirada a los espejos. Luego, mientras envolvía a Lynne con mis brazos, la oí susurrar: -Las cortinas no están bien cerradas. A ella no le importaba que nos encontrásemos en el piso veinticinco; dijo que quería dormir hasta tarde y que la luz de la mañana la despertaría. Así que se levantó. -¿Enciendo la luz? -le pregunté. -No -dijo, y luego oí un ruido extrañ,) seguido de un "¡Ay!" Lynne había tropezado con uno de los cuatro espejos cuadrangulares que rodeaban el pilar de la cama. Se necesitaron siete puntos para arreglar la herida de su frente. Nuestra pasión se aplacó, no en una suite de luna de miel sino en la sala de emergencias de un hospital. Los sueños sexuales no siempre se hacen realidad. Mucha gente tiene unas expectativas poco realistas en cuanto al sexo: • Las relaciones sexuales traerán a mi vida gozo, pasión y éxtasis sin límite. • Las relaciones sexuales resolverán mis problemas o mi depresión. • Las relaciones sexuales harán que me sienta constantemente unida a mi marido. • Las relaciones sexuales servirán para que deje de masturbarme. • Las relaciones sexuales harán que toda la vida parezca un cuento de hadas, con un final feliz incluido.

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fracasaremos en lograrlo. Las buenas relaciones sexuales del tipo que sobreviven al amartelamiento y expresan la unidad de las almas pocas veces se consiguen con facilidad. La mayoría de los matrimonios tienen cicatrices que lo demuestran. La primera época del matrimonio resulta decisiva. Durante esos años existe pasión entre los cónyuges: la pasión de la energía sexual, del conflicto y a veces de ambas cosas al mismo tiempo. A través de esa tempestad de emociones debe haber buen juicio, estrategia y disciplina. Crear un entorno de mutua sinceridad, amor y seguridad implica no permitir que el otro sea arrastrado por la oleada de emociones que tan a menudo caracteriza a los primeros años de la vida matrimonial. Hay que discutir, aplicar y practicar ciertas pautas de comprensión y relación mutua bien meditadas, de otro modo la pasión, sin control ni disciplina, puede anegar el matrimonio.

Rebeca se casó con un hombre que era casi el polo opuesto de su padre -quien como ya hemos visto había dominado la infancia de la joven creando en su mente un misterio y casi un terror acerca del sexo-o El día de su boda, el contraste no pudo ser mayor: su progenitor raramente se abría, especialmente en lo referente a la sexualidad; su esposo, en cambio, habló de cosas capaces de hacer que una joven se sonrojara o atragantase, y ello durante la cena. El padre de Rebeca era legalista y con frecuencia apagado, su marido libre y lleno de pasión; el primero se sentaba tieso y grave en la iglesia, el segundo charlaba y a veces soltaba una risita tonta en el último banco; aquél educó a sus hijos en un ambiente estricto donde el amor se sobreentendía y no se expresaba, éste se había criado en un mundo desenfadado y un poco extravagante en el que las expresiones de amor dejaban sitio para la elección y el riesgo; su progenitor probablemente no reconocería siquiera la realidad de un

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orgasmo, mientras que su esposo muchas veces se refería a éste como el "Gran O". Durante su primer año de matrimonio las relaciones sexuales entre ambos fueron fenomenales, lo cual sorprendió en cierto modo a Rebeca. Habían cometido el error de realizar el coito de vez en cuando durante su noviazgo -unas diez veces en los cinco meses-o En esas ocasiones, con frecuencia ella se imaginaba a su padre, y la calidad del coito dependía de lo clara que fuese dicha imagen. El miedo de la chica les impedía mantener relaciones sexuales de un modo más frecuente; lo cual, en un sentido, fue una bendición, ya que pudieron impedir que el sexo se convirtiera en el centro de su trato como novios y llegaron a conocerse el uno al otro. Al casarse, eran los mejores amigos. Puesto que su padre le había dicho que el sexo estaba permitido dentro del matrimonio, la luz roja de su mente cambió a verde yeso la entusiasmó. Tenían relaciones sexuales una o dos veces al día, y lo hacían apasionadamente -casi en cualquier sitio y a cualquier hora-o A pesar de no experimentar nunca el orgasmo, Rebeca sentía cierto grado de placer físico. Era una forma más de acercarse a su marido; parecía no tener nunca bastante de él. Gradualmente la pasión de lajoven sefue calmando, y comenzó a darse cuenta de que para ella el sexo era poco más que un acto físico. Pronto, al empezar a comprender cómo le habían fallado sus padres, pensó que estaba utilizando la relación sexual a modo de un vendaje para tapar heridas más profundas. Sus recelos en cuanto al sexo se vieron incrementados por dos acontecimientos ocurridos en su segundo año de matrimonio: la llegada de su primer bebé y ra conversión de su marido y de ella misma a Cristo.

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El bebé introdujo a otra persona, un alma más, acreedora del amor de Rebeca, lo cual hizo de su marido alguien no ya tan necesario para satisfacer sus necesidades relacionales. EL cristianismo de la pareja, que contrastaba de un modo espectacuLar con la religión vacía con la que ambos se habían criado, les estaba haciendo formularse otra clase de preguntas. ¿ Debe el sexo ser algo más? ¿ Puede definirse una buena relación sexual como el orgasmo simultáneo? Al principio aquellas preguntas crearon cierta tensión. Rebeca se sentía más confusa en cuanto al sexo: el misterio de las páginas grapadas volvió para atormentarla. ¿ Había algo en las relaciones sexuales que debía hacer que ella sintiera vergüenza y turbación como su madre? ¿ Cómo podía experimentar intimidad con aquellas insistentes preguntas? La forma en que Rebeca resolvió su confusión fue mediante el escapismo, y comenzando a retraerse del sexo. Su marido, sin embargo, no compartía aquella faLta de interés. Todavía quería tener reLaciones sexuaLes, y se volvió exigente. Pero cuanto más exigente se hacía su esposo, tanto más se retiraba ella. En Los cuatro años siguientes Rebeca tuvo tres hijos más, y durante ese tiempo la vida sexuaL de La pareja siguió siendo tensa, aunque dedicaron bastante atención a desarroLLar su matrimonio y sufamiLia. Al marido de Rebeca le costaba mucho no ver el sexo en términos de coito y orgasmo, mientras que ella trataba de redefinirlo a menudo pidiéndole que le frotase la espalda o le diera un masaje en los pies. Su marido decía que "sí, naturalmente", pero dos minutos más tarde volvía a su propia definición del asunto. PeLearon más acerca del sexo que por ninguna otra cuestión, pero a pesar de Lo maL que a veces se ponían

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las cosas no dejaron de sentir un compromiso mutuo durante todo el tiempo. Sabían que ninguno de los dos abandonaría al otro, lo cual les proporcionaba la libertad que da la confianza. No trataron de esconderse el uno del otro por miedo: cuando estaban enfadados, lo estaban; cuando alguno de ellos pensaba que el otro se estaba mostrando dominante, lo decía. Siempre intentaban discutir los asuntos. Reconocían, incluso en el acaloramiento de la pasión, que si no se comunicaban no tenían ninguna esperanza. Aunque eran cristianos recientes, sabían también que debía haber por lo menos otra forma más de comunicación: la oración. "No conocíamos mucho de la Biblia" -expresa Rebeca-, ''pero sí que debíamos hablar con Dios". A pesar de no conocer las razones teológicas de ello, Rebeca y su esposo empezaron a aprender en la iglesia que sin Dios su frustración en el terreno del sexo persistiría y que las buenas relaciones sexuales deben empezar por El. Sin el Señor tendrían muy pocas esperanzas de lograr una realización sexual. Hay por lo menos dos razones para que una buena relación sexual comience por Dios: la primera es defensiva, la segunda ofensiva.

PONER A DIOS PRIMERO NOS DEFIENDE DEL MAL Incluso un necio le dirá que el mundo no es un lugar inclinado a la pureza sexual. De mil y una formas, y a través de una docena de medios distintos, se nos exhorta a complacer nuestros deseos. "Deje de luchar contra el instinto y ceda", nos gritan sus mensajes. La meta llega a ser el placer, la satisfacción inmediata e instantánea. Y seamos sinceros: ¿Acaso no

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parece algo maravilloso? ¿No nos sentimos todos atraídos por esa promesa?

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l pecado sexual no ocurre por casualidad. Casi siempre es el resultado de un proceso de tentación alimentada. Cuando se coloca en nuestras vidas a ciertas personas con las que sentimos una química sexual, tenemos la inclinación natural bien a huir de ellas o a nutrir la tentación. Cualquiera de esos dos rumbos es probable que nos lleve al pecado sexual.

Dejados a nuestros propios recursos la mayoría de las veces pecaremos en el terreno sexual. Las presiones son simplemente demasiado grandes, y por esa razón resulta decisiva una relación viva con Dios. Sin ella, la sexualidad satisfactoria es sencillamente imposible. Sólo los cristianos plenamente dedicados, comprometidos y auténticos pueden sentir el tirón interior del Espíritu Santo; esa voz que nos dice: "Aborreced lo malo, seguid lo bueno". Únicamente cuando estamos concentrados en agradar a Dios y darle gloria con todas nuestras acciones, encontramos el vigor y el entusiasmo espiritual suficientes para perseguir la justicia y la pureza. He ahí nuestra sola defensa. Esto me hace pensar en José. Escuche su historia como se relata Génesis 39:6-12: y era José de hermoso semblante y bella presencia. Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: "Duenne conmigo". y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: "He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en m~ mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y mnguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella.

A la luz de esta incitante promesa el plan de Dios para el sexo parece insuficiente. Nuestra cultura relega el compromiso, la disciplina, el perdón y la perseverancia al baúl de lo "anticuado y obsoleto". Nos contentamos con una comprensión y un placer superficiales, descuidando otras realidades más profundas. Dedicamos demasiado tiempo a evitar el dolor y a ceder al ensimismamiento. Y en las relaciones, la mayoría de las veces, sólo rozamos la superficie. ¿Cómo podemos aprender a amarnos el uno al otro sexualmente si somos incapaces de comprendernos? ¿De qué manera debemos expresar el amor sexual cuando nos enfrentamos al daño que no~ ha causado el haber crecido en familias rotas? ¿Cómo comunicarnos tiernamente con un beso si no podemos siquiera decir una palabra sin ira? ¿Por qué habríamos de esforzarnos en resolver las cuestiones profundas de nuestras vidas cuando a la vuelta de la esquina se halla disponible el placer instantáneo? Nos encantaría probar la forma de Dios -realmente quisiéramos hacerlo- si no estuviésemos ya tan agotados.

José fue prácticamente violado por una mujer que, con toda probabilidad, sería hermosa. Desempolve esta historia y póngase en el lugar de José: ¿Puede imaginar la fuerza de la tentación? Después de todo nadie tendría por qué saberlo nunca. Aquella podía haber sido una hora paradisíaca. ¿ Qué me dice si, a modo de comparación, una modelo llegase a su casa cuando su mujer está ausente y comenzara a desnudarlo? ¿Sería capaz de resistir esa tentación? ¿Qué

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Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: "Duerme conmigo". Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

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podría detenerlo? Evidentemente la tentación de José es algo más que una historia seca: las hormonas prácticamente saltan de la página. Un pensamiento clave hizo que José no cediera: "¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" El sabía que irse a la cama con aquella mujer constituiría algo más que un revolcón en sábanas perfumadas, sería algo que violaría su relación con el Señor. El amor de José por Dios y su temor a El le defendía del poder de la agresión sexual desnuda. Tal resistencia sólo puede atribuirse a la protección sobrenatural del Señor. Mediante su compromiso con Dios, José pudo escapar a aquella tentación, sin embargo la determinación de agradar al Señor no fue algo del momento. Anteriormente, y durante todo el tiempo, había tomado decisiones premeditadas de negarse a alimentar las tentaciones. José no huyó simplemente de la tentación, sino que la atacó. Por medio de una firme resolución para con Dios, rehusó permitir que su mente vagara en pensamientos lujuriosos, aunque tuvo muchas oportunidades de hacerlo. El pecado sexual no ocurre por casualidad. Casi siempre es el resultado de un proceso de tentación alimentada. Cuando se coloca en nuestras vidas a ciertas personas atractivas con las que sentimos una química sexual, tenemos la inclinación natural bien a huir de ellas o bien a nutrir la tentación. Cualquiera de esos dos rumbos es probable que nos lleve al pecado sexual. Si salimos corriendo, dejaremos sin resolver el verdadero problema: cómo hacer frente al pecado sexual. Huyamos adonde huyamos, incluso si es a una provincia lejana, algún día tendremos que enfrentarnos con el mismo dilema. Si alimentamos la tentación concibiendo poco a poco fantasías sobre cenas a la luz de las velas, aventuras románticas y por último encuentros sexuales, permitiremos que la semilla de la lujuria eche raíces en nuestro corazón, lo cual, a su vez, pondrá en marcha un ciclo de pecado.

Dicho ciclo se describe en Santiago 1: 14-15: "Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte". Yo creo que esto forma parte de lo que quiso decir Jesús con su declaración: "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". El adulterio no es un acto de una sola vez, sino que comienza cuando alguien nutre la tentación en su seno. Somos especialmente propensos a alimentar la tentación sexual durante períodos de conflicto, estrés y desilusión, ya sea dentro o fuera del matrimonio. Ansiamos el alivio de la presión, y en ese clima mental, con frecuencia, el nutrir la tentación comienza por alguna fantasía "inocente". ¿Cómo sería tener una nueva vida? ¿Y un nuevo cónyuge? ¿Qué tal resultaría el acostarme con esa persona? .. Y a medida que las preguntas van subiendo de tono, las fantasías pasan más y más de lo etéreo a lo físico -y se acercan a la realidad-o Cuando una alimentación así se prolonga durante largos períodos, sólo es cuestión de tiempo hasta que el adulterio sucede en la carne. Al enfrentarse José a la tentación no trató de huir de su trabajo, ni tampoco alimentó pensamientos lascivos. Mucho antes de que le llegara la oferta de acosiarse juntos, él había desarrollado y clarificado sus valores. Sabía lo que iba a hacer y lo que no, así como la razón de ello. Ya había enunciado claramente y grabado en su corazón el lema de su vida: "Quiero honrar a Dios". Y cuando se presentó el momento de la peor tentación, no tuvo que sopesar los pros y los contras, sino que pudo decir inmediatamente: "¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" No estoy diciendo que debamos arriesgarnos poniéndonos innecesariamente en situaciones en las que puede darse la tentación sexual. Siempre que sea posible, es decisivo que nos mantengamos apartados de tales situaciones. En mi propia vida he establecido una serie de pautas que incluyen las siguientes:

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• evitar las comidas a solas en restaurantes con otras mujeres que no sea mi esposa • evitar ir solo en auto con una mujer; • evitar reunirme a solas con mujeres en mi despacho (a menos que mi asistente se encuentre al otro lado de la puerta de cristal). Dado el poder que tiene la tentación sexual, es pu~a estupidez no adoptar medidas preventivas contra ella; SIn embargo, al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que, por muchas de esas medidas que tomemos, la tentación ?oS encontrará. La pregunta es entonces: ¿Cómo puedo maneJarla? Si no hemos fijado claramente de antemano como José nuestro sistema de valores, tendremos problemas. La mejor defensa es un compromiso predeterminado y sincero de honrar a Dios. Cuando la situación de nuestro corazón es esa, nos libera para comp~ender y superar los sentimientos de tenta~ ción sexual que vienen inevitablemente. PONER A DIOS PRIMERO NOS ENSEÑA A AMAR El levantar una buena defensa no es la única razón por la que Dios resulta vital para la realización en el terreno del sexo. Las buenas relaciones sexuales son algo mucho más hondo que evitar las malas. Aquí, de nuevo, vemos el princi~ pio fundamental acerca del sexo que las parejas deben recor~ dar: una relación sexual satisfactoria implica una conexión profunda con otra persona en amor, entrega, respeto, acepta~ ción y unidad, y si no tenemos una íntima y auténtica relación con Dios jamás podremos adquirir las habilidades necesarias para una buena unión sexual. ¿ Cómo puede usted amar a su esposa si no comprende y experimenta lo que es el amor divino? ¿Cómo puede entre~ garse a otra persona sin permitir que la realidad del Dios que murió en una cruz penetre su corazón? ¿Cómo puede saber lo

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que significa ser uno con alguien si no entiende la pasión de Jesús por la unidad con su pueblo? Aprendemos lo que es el amor, la entrega y la intimidad mediante una relación con Jesucristo: cuanto más le conocemos a El a través de la apertura de corazón y una mente renovada, tanto más podemos desarrollar nuestra sexualidad dentro de la estructura del plan divino. Si no estamos conectados con Dios, nos vemos obligados a depender de nosotros mismos, siendo como somos pecadores y propensos a la manipulación, el egoísmo y la autodestrucción. Dejados a nuestros propios recursos, tenemos tantas probabilidades de experimentar unas buenas relaciones sexuales como un artista de crear una escultura de hielo con un soplete. Dios quiere transformar cada aspecto de nuestras vidas, y el movimiento que desea ver es siempre el mismo: del egoísmo a la entrega. Eso resulta particularmente cierto en cuanto a nuestra sexualidad. El Señor quiere que cada uno de nosotros utilice el don que El mismo le ha dado para satisfacer las necesidades de otro, no por un sentido de obligación o deber sino por amor. Cuando el sexo funciona debidamente dentro del matrimonio, ambos cónyuges dan de sí mismos de un modo total, y el resultado es que cada uno de ellos disfruta. Ese dar y recibir supone un esfuerzo inherentemente difícil. Al igual que la brújula señala hacia el norte, la tendencia humana automática es a favorecer sus intereses egoístas, y sin el poder transforinador de Dios y de su Palabra, somos incapaces de escapar de nuestros propios deseos egoístas.

Al acabar la enseñanza secundaria, Brad se apartó de Dios. Tal vez había confundido a Dios Padre con su padre terrenal. Recuerde que fue este último quien creó la paradoja de su niñez: la seguridad y el gozo de sus años tiernos y la exagerada protección de su vida cuando era adolescente. Al hacerse adulto, Brad consideró el cristianismo como algo opresivo: una serie de reglas

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que no le permitían nunca ejercer su propia iniciativa ni admitían sus opiniones o su perspectiva personales. Sentía como si le estuviesen obligado a entrar en un molde. Tal vez era que necesitaba descubrir su propia realidad. La fe de Brad había sido siempre la fe de sus padres, y pocas veces había hecho mella en su prop~o corazón. O quizás se trataba de rebeldía y de que habla tomado apego al pecado. Fuera como fuese pasaba a Dios por alto, algo que a veces daba resultado y otras no. Sexualmente no le resultaba difícil, ya que no creía que El tuviera nada que decir al respecto aparte de "No". Nadie le había enseñado que el plan divino para el sexo era abrumadoramente positivo, y sin esa recompensa potencial que lo guiara, siguió su propia visión de la sexualidad. Pero Bradjamás adoptó el concepto del sexo casual: su tierna infancia, aquellos años de gozo profundo, le había enseñado la importancia del amor. Sabía que la sexualidad debía darse en el contexto de una relación solícita, y trataba de ser cuidadoso al respecto. Salía a menudo con chicas, pero no buscó nunca las relaciones sexuales hasta haber alcanzado cierto nivel de confianza, apertura y amor -o lo que él creía ser amor-o Realizó el coito en tres relaciones diferentes. "El sexo -dice- era sólo una forma más de expresarle amor a otra persona. Realmente creía que se trataba de algo bueno, muy positivo". Pero un intento de suicidio le hizo cambiar de opinión. Había estado saliendo con una chica durante seis meses aproximadamente y había tenido relaciones sexuales diez o doce veces con ella. Ambos creían amarse el uno al otro, aunque jamás se mencionó nada acerca de un compromiso futuro: "Experimentábamos sentimientos intensos el uno por el otro en muchos niveles distintos", explica

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Brad. Y luego aquellos sentimientos desaparecieron, o por lo menos los suyos. "Sé que lo nuestro era real" -dice-, ''pero simplemente no podía imaginarme pasando el resto de mi vida con ella". El día después de romper, la chica se tomó un frasco entero de píldoras para dormir. "Me llamó en medio de la noche con una voz apagada y farfullando. Repetía vez tras vez la misma cosa: 'Me entregué a ti... me entregué a ti ... me entregué a ti... ' Brad todavía puede oír en su mente el eco de aquellas palabras. A partir de entonces el joven fue saltando de una relación a otra, aunque ninguna de ellas duró nunca más de tres meses. Tuvo trato sexual de vez en cuando, pero rompiendo con su norma anterior sólo en los casos en que apenas conocía a la chica. ''Actuaba por miedo" -expresa-o "No quería volver a herir a nadie, de modo que pensé en reducir las relaciones sexuales a algo semejante a una partida de Monopolio. Nadie saldría perjudicado si se trataba sólo de un juego cuyo único objetivo consistía en obtener placer". Al mirar atrás, Brad reconoce que las chicas con quienes se acostó en aquel entonces eran "una especie de zombis emocio~a­ les" y parecían insensibles a cualquier cosa en la vlda salvo al placer. Se trataba de personas unidimensionales y tristes en su mayor parte, "casi desconectadas de sí mismas ". Brad podía identificarse con aquello. Durante los años que siguieron se sintió cada vez más como un extraño para sí mismo. De carácter por lo general despreocupado, empezó a luchar con ataques de ansiedad y depresión. Por mucho que intentase mantener a Dios fuera del cuadro, comenzaba a experimentar punzadas de culpabilidad "angustiosas y extrañas", así

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como a comprender que sus ansias de independencia, libre de todo dogma (tanto de su padre terrenal como del Padre celestial), le habían costado caras. Había tomado decisiones -a menudo teñidas de rebeldíapor el mero hecho de tomarlas, y permitido que su independencia se convirtiera en un Dios. Brad había considerado la sexualidad como una de las mejores formas de afirmar su independencia y, al mismo tiempo, de demostrar amor, pero poco a poco empezó a comprender que la independencia egocéntrica y el amor no son cosas que vayan juntas. "La razón por la que el sexo resultaba tan mortífero" -dice- "era que lo estaba utilizando a modo de instrumento para suplir mis necesidades". Como mínimo entendió que la autosatisfacción jamás debía ser un fin en sí misma. Al hacerse más superficiales sus relaciones y contemplar cómo su vida se astillaba, al igual su paulatina pérdida de propósito, comenzó a volver a Dios en busca de sanidad. Tenía veintiocho años y estaba solo. "El amor y el sexo me habían hecho temeroso" -dice-, "y sabía que tenía que haber algo más". Seis meses después de entregar su vida a Dios, en la congregación, conoció a una joven. Mientras ambos dedicaban sus energías a la iglesia, sintieron un vínculo instantáneo y pensaron que se trataba de amor Ante los fuertes apremios de sus padres y amigos (después de todo Brad se estaba haciendo mayor), la pareja anunció su compromiso. Por aquel entonces, después de escuchar un mensaje sobre el pedir perdón a otros, Brad decidió llamar a su antigua novia, aquella que había intentado suicidarse una vez. Quería decirle que lo sentía y pedirle perdón por el daño que le había causado; y no pudiendo encontrar su nombre en la guía telefónica llamó a los padres

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de la joven: su hija, le dijo fríamente la madre, se había suicidado hacía algunos meses después de otra ruptura amorosa.

La diferencia entre el amor y la lujuria es una señal de la disparidad que existe entre el plan del mundo y el plan de Dios para el sexo. La lujuria, a través de su filtro de egoísmo, pervierte los deseos naturales dados por el Señor. El admirar la gracia y la belleza de una mujer como criatura única y maravillosa de Dios, cuando se filtra a través de la lascivia, reduce a dicha mujer a un objeto, convirtiéndola de una portadora de la imagen divina en meramente algo capaz de satisfacer las necesidades egoístas. Por eso resulta tan peligrosa la pornografía, que, en sus versiones más moderadas, hace de las mujeres cuerpos de carne sin mente ni alma. Las revistas pornográficas presentan el disfrute sexual como el deseo de la mujer. En sus formas más perversas, la pornografía reduce a las mujeres a meros objetos sexuales. La filosofía de los pornógrafos reza algo así: El sexo es simplemente un derecho de los hombres,· las mujeres disfrutan incluso cUdndo son violadas; el único propósito del sexo femenino es satisfacer los intereses sexuales egoístas de los varones; lo que importa es sólo la lujuria. De modo que dicha lujuria reduce la maravilla, la complejidad y la belleza de una persona completa a un objeto que puede ser utilizado con el único fin de obtener placer sexual. Como hemos podido ver, Jesús escandalizó a sus oyentes al equiparar la lascivia con el adulterio, Y las palabras del Señor son todavía más chocantes cuando se leen en su contexto. Mateo 5:27-30 afirma: Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo dereCho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. y si tu mano derecha te

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es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor es que ~e pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al mfierno.

Las palabras de Jesús iban mucho más allá de l~ le~,. y propinaron un golpe a las nociones religiosas externas de JustICia. Para los fariseos, 10 único que importaba era el guardar la ley; para el Señor, la justicia era un asunto de realidades internas, de la condición del corazón. Lo que Jesús quiso decir fue que la lujuria siempre implica la reducción de otra persona. El objeto de la lascivia, en el corazón del lujurioso, se convierte en algo menos que un ser humano completo, y el adulterio no constituye sino el resultado de tal reduccionismo. Dios ha estampado su imagen en cada ser humano, y no juzga con benevolencia ningún pensamiento o acción que haga que alguno de los que llevan dicha imagen sea reducido y utilizado. Por esa razón el lenguaje de Jesús es tan enérgico: en el.sistema cósmico de cosas sería mejor cortarse la mano o sacarse el ojo antes que mancillar tan flagrantemente la imagen de Dios. . El lenguaje de amputación no es en modo alguno aCCIdental: puesto que el acto lujurioso da como resultado la grave fragmentación de una persona convirtiéndola de un ser humano en un objeto, sería mejor en realidad cortarse ciertaS partes individuales del cuerpo que reducir a otro individuo de un modo tan debilitante. Esta forma de amputación resultaría preferible. Casi en todos los casos que me vienen a la mente, el pecado sexual implica un acto lujurioso, un proceso de reduccionismo. Como ya hemos visto, esto es ciertamente así en cuanto a la pornografía, y Jesús 10 afirmó también del adulterio. ¿Pero qué pasa con otros pecados sexuales como el abuso, la fornicación, la adicción o las fantasías? También se aplica a estas cosas: cuando el impulso sexual está fuera de control, el plan divino para la sexualidad se ve reducido por motivos egoístas. La satisfacción de los propios deseos da al traste con el plan de Dios para el sexo y, como sucede con todos los

esfuerzos motivados por el egoísmo, a la larga acaba en la autodestrucción. El pecado mata. La pornografía conduce a actitudes chauvinistas y perversas en cuanto a las mujeres y, con el tiempo, elimina la belleza y la maravilla de hacer el amor con una persona completa. El adulterio viola la confianza y el amor, a la vez que abre un agujero en el corazón de por 10 menos tres personas. El abuso sexual, por su parte, alimenta una perversa enfermedad en el que 10 comete y produce una ira más profunda que el mismo infierno en la víctima. En todos los casos, las necesidades hondamente arraigadas que han provocado esos comportamientos egoístas, no sólo quedan insatisfechas, sino que se afianzan más. Mediante el reduccionismo, el sexo llega a ser una cuestión de control, poder y dominación. Por esta razón el pecado sexual termina tantas veces en adicción, neurosis, psicosis y obsesión. Los mundos infantiles de John y Cathy, que como descubrimos en el capítulo anterior estaban desconectados del amor y la intimidad, contribuyeron a crear un círculo vicioso en sus vidas: hambre sexual ilimitada y desilusión sin fin. Al comenzar sus respectivas vidas matrimoniales, John y Cathy esperaban que la relación marital pondría fin a su lucha con la tentación sexual. John se casó con su novia de la escuela secundaria, y Cathy con el primer hombre que mostró ternura hacia ella. Dos años antes de su boda, John había dejado embarazada a su futura esposa, y la petición de mano por parte del joven en aquel entonces fue rechazada por los padres de ella debido a que la chica sólo contaba diecisiete años. El bebé fue entregado en adopción. Ahora, dos años más tarde eran ya lo bastante mayores. El hombre con quien se casó Cathy la trataba como a una reina. Puesto que era un cristiano firme, le dijo a ésta que deseaba reservar las relaciones sexuales para

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el matrimonio. Aquello alivió y desilusionó a Cathy, ya que a pesar de estar cansada del dolor de su experimentación sexual también se sentía rechazada. "Pensé -dice Cathy- que si él no me deseaba sexualmente no podía saberme amada". Y aquel pensamiento trajo consigo un mayor sentimiento de culpabilidad. Tanto Cathy como John esperaban que sus necesidades quedarían satisfechas con el matrimonio, y también encontrar el amor, las caricias y la ternura que les habíanfaltado de pequeños. Confiaban en que la unión marital los ayudaría a no seguir equiparando el hambre sexual con el amor. Tanto el uno como el otro esperaban tener un matrimonio feliz, pero se equivocaban. En realidad ambos sabían antes de comenzar sus respectivas vidas matrimoniales que no tenían ninguna posibilidad de éxito. Los indicios eran evidentes. John seguía manteniendo relaciones sexuales con otras mujeres, antes y después de casarse. Apenas se dio un respiro para decir "Sí, quiero". Simplemente estaba viviendo esa mentalidad, sacada directamente del Foro Penthouse, de que en lo referente al sexo, cuantos más compañeros mejor. Aquella era sencillamente la forma en que había de vivirse la vida. Cathy, por su parte, poco antes de su boda tuvo relaciones sexuales con un antiguo novio. ¿ Su explicación? "Fue una especie de festín antes de comenzar con una dieta". Las relaciones sexuales dentro del matrimonio no satisficieron ni a Cathy ni a John; ninguno de los dos habla encontrado a su amante ideal. En el caso de John, esa amante era aquella chica del desplegable de Playboy que viera siendo un jovencito; y en el de Cathy, podría ser cualquier hombre con poder y prestigio. Ambos se convirtieron en adictos, aunque siguiendo direcciones distintas. John mantenía sus relaciones

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sexuales en ca"etera -después de su servicio militar en Vietnam se había hecho viajante de comercio, trabajo en el que conoció a "mucha gente solitaria que buscaba compañerismo"-. El sexO ayudaba a sobrellevar la soledad. Su vida era un barullo de acción: búsqueda de dinero, fiestas, placer y sexo. No se paraba lo suficiente como para mirar adentro; tenía miedo de la oscuridad. Era un mentiroso profesional y mentía a su esposa, su jefe y a sí mismo. Lo sacrificaba todo por pasar un buen rato. También Cathy hacía escapadas sexuales. En su opinión, su esposo "no parecía necesitar el sexo para realizarse", Para ella, en cambio, la relación sexual era sinónimo de amor y por lo tanto algo esencial. Su marido tuvo que incorporarse al ejército poco después de la boda, y unos meses más tarde Cathy recibi6 una llamada para que fuera a visitarlo a la base

militar. Habiendo conducido ochocientos kilómetros, la mujer se detuvo en un hotel y llamó a su esposo, quien le dijo que hasta el día siguiente no podía abandonar la base. Cathy se sintió irritada y lloró. El recepcionista del hotel le ofreció consuelo y acabaron juntos en la cama. A la noche siguiente Cathy durmió con su marido. Semanas más tarde descubrió que estaba embarazada, pero no le dijo a su esposo que el niño podía no ser suyo. Algunos años después, no sintiéndose "ni deseada ni atendida" por su atareado marido, tuvo relaciones sexuales con el mejor amigo de éste. "Resultó excitante sentirse deseada --cuenta Cathy-; excitante, pero no satisfactorio". Lo que ella deseaba en realidad era, según explica, ser deseada sexual y apasionadamente por su esposo. Se trataba esencialmente de un asunto de control:

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sin embargo, al mismo tiempo, quería sentirse arrollada porél. El dolor y el temor que le producían sus aventuras amorosas la hicieron apartarse del adulterio físico en sí. En un sentido técnico jamás volvió a engañar a su marido; sin embargo, sí que se retiraba a su propio mundo privado de fantasías donde creía encontrar "amantes" siempre perfectos, potentes y seguros. John por su parte no vivía tales fantasías, sino que intentaba dominar a su esposa, una mujer tierna y cariñosa; le mentía, la menospreciaba, trataba de hacerla sentirse gorda y estúpida -desde luego no la mujer perfecta... ni de lejos. Tampoco le mencionaba sus amoríos -éstos eran asunto suyo, se los merecía-o Hasta que un día, bajo un intenso interrogatorio, su esposa admitió que también ella había tenido una aventura amorosa mientras John se encontraba en Vietnam; y lo peor de todo era que había sido con un amigo suyo. El dijo entenderla, pero interiormente se sentía destrozado. No comprendía, ni por lo más remoto, su propia transgresión al aplicar aquella doble moral. El comportamiento de John y Cathy ilustra la manifestación de una de las consecuencias de esa cosmovisión científica mencionada antes en este libro: la devoción a los extremos del miedo y la lujuria. Cuando la gente cae en el pecado sexual y experimenta su desengaño y dolor, es probable que intente amortiguar la pena adoptando una de dichas estrategias de autoprotección o ambas. A veces se entregan al abandono, o la lujuria -a la búsqueda del placer sexual-o Aunque muy pronto en su recorrido descubren que el sexo jamás podrá hacer lo que ellos desean que haga -llenar el vacío de sus almas-, siguen persiguiéndolo; y también continúan sufriendo decepciones, heridas y desconectándose

más y más. Ya sea consciente o inconscientemente toman la decisión de buscar el placer a toda costa. Y para hacerlo deben controlar su remordimiento, su anhelo de algo más, y cualquier preocupación que sientan por las legítimas necesidades de otros. En esta clase de relaciones, la gente persigue el placer y el alivio a expensas de los valores, lo cual les obliga a acallar la conciencia, el alma y el espíritu. El irse hacia el extremo opuesto, aquél del miedo o el aislamiento, tiene un efecto semejante. Habiendo sido víctimas de la sexualidad temen a ésta y se apartan de ella, afirman solemnemente que jamás se dejarán herir o se harán vulnerables en el futuro, levantan gruesos muros y nunca más vuelven a estar tan abiertos. Consideran el sexo como algo doloroso y humillante, incluso en el contexto del matrimonio. Cumplen con su deber si tienen que hacerlo, y a menudo sus anhelos corrigen su trayectoria, con una energía impresionante, hacia la competencia, la fantasía y el perfeccionismo. El elemento clave es el control, y éste conduce a menudo a la soledad y el desdén: su compromiso con el aislamiento trae consigo el no amar ni ser amado, y el tener innumerables relaciones superficiales. Ya sea que la gente persiga el abandono o el aislamiento, está alterando sus anhelos legítimos de algo más y conformándose con menos. Eso es lo que hace el pecado: reduce nuestra humanidad. En vez de buscar el amor -que está relacionado con la entrega-, se persigue la lujuria -conectada con la expansión propia-o Las personas corren tras el placer (relaciones sexuales sin el peligro del compromiso) o tras la separación (relaciones sexuales sin el riesgo de la intimidad). Pero aquellos. que pecan sexualmente no sólo se hieren a sí mismos, sino que también dañan a sus parejas. Digamos que un marido ha adoptado cierto modelo de placer sin intimidad, y que concentrándose en sí mismo ha aprendido a cerrar a su mujer una parte de su propia persona. Naturalmente, su esposa se sentirá descuidada y desconectada; sentimientos que a menudo la llevarán al pecado mientras trata de encontrar

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otras fuentes de satisfacción. Esto trae consigo más pesar, dolor y desengaño; y tales cosas, a su vez, una separación mayor. El desenfreno lleva a más pecado, y así el ciclo destructivo se amplía. No es posible acallar el anhelo de un alma: si dicho anhelo no se satisface en Dios, resucitará de múltiples formas: vergüenza, culpabilidad, ira, rebeldía, depresión ... Y desde luego más pecado, al tratar de ordenar el mundo por medio del egoísmo. Cuando el pecado sexual está confinado en el contexto del matrimonio y el compromiso, los daños son más limitados; pero si se persigue el sexo fuera de dicho contexto, en un mundo sin reglas ni restricciones, las posibilidades de perjuicio resultan casi increíbles. Si la relación sexual no está basada en la entrega de uno mismo mediante un amor sin límite, puede suceder casi cualquier cosa, y cualquier cosa mala. En su infancia, Janine vivía bajo la ilusión de que su mundo era bastante aceptable. Después de todo había sido elegida reina del penúltimo curso de la escuela secundaria, y era una buena estudiante y una chica popular. Naturalmente que había carencias en su niñez: tenía un padre abusivo y dominante, era propensa a tomar demasiadas drogas ya beber un poco en exceso, y tenía una idea desconcertante del sexo como algo al mismo tiempo sucio y poderoso. Pero, nuevamente, ¿ qué niño contaba con un mundo perfecto? Por otro lado, los problemas no eran algo que un poco de competencia no pudiera resolver. y, como ya hemos visto, Janine estaba orgullosa de su competencia. Mayonnente se consideraba una chica afortunada. Pero la primera escena retrospectiva que experimentó hizo añicos su mundo de ensueño. La tuvo nueve años después de casarse, mientras iba conduciendo su coche.

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Le vinieron a la mente imágenes de sábanas blancas, una

colcha de felpilla y el sol entrando abundantemente por la ventana. Vio un cuerpecito al lado de un enonne cuerpo velludo, y cómo se tocaban ciertas partes que no deberían tocarse... El fogonazo duró sólo unos pocos segundos. Algunos meses más tarde Janine fue hospitalizada con tendencias suicidas y habiendo perdido el contacto con la realidad. Su niñez -es decir, la verdadera-, volvía para atormentarla. Oleada tras oleada de recuerdos antiguos reprimidos y aterradores revelaron que había sido víctima de abusos sexuales por parte de su padre, su abuela, su padrastro y una variedad de otras personas perversas. La vida de Janine, aquella que ocupaba la antigua reina del penúltimo curso de la escuela secundaria y una buena esposa y madre, había resultado ser mentira. Los recuerdos del abuso abrumaban a la mujer y contradec(an con violencia la vida que se había forjado. Había escapado de ciertas situaciones de malos tratos. para casarse con un hombre cristiano, piadoso y solicito. Tenían una relación sexual adecuada, buenos hijos y ella misma participaba en el ministerio. Janine dedicaba fielmente un tiempo devocional y oraba como es debido; era una excelente chica cristiana. Todo estaba controlado .....,.() por lo menos as! lo creía ella-. Sin embargo. incluso antes que aquellas escenas retrospectivas apareciesen en su mente, había comenzado a sentirse vacla, desconectada y sin gozo. Tenía muchos amigos pero poca intimidad, y su vida le parecía supeificial. "Yo oraba" -dice-, "Dios respondía, y mi existencia estaba cambiando; sólo que el cambio no era demasiado profundo: tan profundo como yo lo permitía". Janine evitaba los extremos, e intentaba ser equilibrada en sus relaciones, emociones y vida, así como

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mantener las riendas de las cosas. Vivía segura y tranquila. Entonces aparecieron aquellas escenas retrospectivos. El control ya no fue posible. Se hallaba inmersa en un mar de terror; vergüenza y ansiedad. Cada nueva oleada de recuerdos revelaba niveles de depravación más y más profundos en quienes abusaron de ella. El abuso sexual había comenzado temprano. Janine recuerda haber masturbado a su padre cuando estaba en preescolar; a los cinco años de edad. Poco más o menos por aquel entonces su abuela solía atacarla sexualmente con una Barbie y luego hacerla jugar con la muñeca. Durante los pocos años siguientes, hasta que sus padres se divorciaron estando ella en el séptimo grado de la escuela intermedia, fue violada repetidamente por su tío y su padre. Pero eso no fue lo peor. También empezó a tener recuerdos de abuso ritual satánico, a manos de los miembros de una secta, cuando contaba sólo seis o siete años de edad: la violaban y la maltrataban verbalmente. Una vez la metieron en un ataúd y le dijeron que iban a matarla. Durante otro ataque le pusieron una inyección que hizo que perdiese el sentido. Al despertarse le contaron que Janine había muerto y se había convertido en un animal. "Tú te pareces a ella, y hablas como ella" -dijeron-, ''pero realmente eres un animal, ya que hemos matado a Janine". En realidad Janine no estaba muerta, sino que había escapado. Mientras tenía lugar el abuso, se había imaginado huyendo a lomos de una cálida y tierna criatura de espeso pelaje blanco y alas plateadas; tal vez hacia una playa, donde se convirtió en la princesa del castillo de arena que estaba haciendo. Allí logró olvidar. "Dios me dio la capacidad de disociarme" -cuenta Janine-, "a

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fin de que pudiese 'estar' en algún sitio distinto mientras me maltrataban. Oculté lo que era el abuso en sí en alguna parte de mi mente y lo dejé allí bien encerrado ". El proceso de disociación no es infrecuente en niños víctimas del abuso sexual. Parece como si la mente supiese que el pequeño no puede soportar dicho abuso y permite que éste sea almacenado hasta que más tarde, por lo general bien entrada en la edad adulta, la persona es más capaz de tratar con el mismo. Así el niño puede seguir con su vida. A menudo, si el abuso es grave, la personalidad se divide a causa de la presión sencillamente demasiado grande. Para Janine el abuso sexual resultó físicamente espantoso, pero no fue nada en comparación con el daño que sufrieron sus emociones y su alma. Había sido controlada y utilizada por la misma gente que debería haberla amado y cuidado de ella. Cuando comenzó la primera oleada de recuerdos, Janine dejó de funcionar. Pensó que se volvía loca; le aterrorizaba que pudiese aparecer su padre y matarla. (Después de cada ocasión de abuso, éste le advertía que si llegaba a decírselo a alguien las mataría a ella y a su madre.) Empezó a tener tendencias suicidas y durante cuatro meses apenas comió. Tampoco podía dormir; y tomaba cuatro o cinco clases de medicamentos diferentes: antidepresivos, antipsicóticos, tranquilizantes y somníferos. Lo peor de todo fue que Janine perdió el contacto con la realidad de Dios: dos de aquellas escenas retrospectivas le causaron un daño especialmente devastador. En la primera de ellas, se vio de pequeña atada a una mesa con correas y escuchando el ruido de un ternero (que iba a ser sacrificado a Satanás). Entonces comenzó a cantar para sí: "Allá en el pesebre do nace Jesús, la cuna de

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paja nos vierte gran luz.... Extraño bullicio despierta al Señor; mas no llora el niño, pues es puro amor", mientras oraba tanfervientemente como pueda hacerlo una niña de seis años de edad, para que Jesús permaneciese junto a ella. En el segundo fogonazo la situación era algo semejante: Janine estaba siendo violada por su padre en una cama, y al recorrer con su mirada la habitación buscando a Jesús, imaginó que le veía, en un rincón oscuro, con las manos en los bolsillos.

DEVUELVA LA PASION ASU MATRIMONIO Cuando oímos tales relatos nos sentimos indignados, y decimos para nosotros mismos: Gracias a Dios que no soy de esos que abusan de los niños. Después de todo jamás hemos hecho daño a un pequeño, violado a una mujer o exhibido nuestras partes privadas en alguna esquina. Pensándolo bien somos bastante decentes, casi sexualmente puros. Esta actitud minimiza nuestros propios pecados, los cuales, por privados o aparentemente inocuos que sean, aún hieren a Dios y a los demás. ¿Cómo podemos pasar, en las primeras fases de nuestro matrimonio, del pecado que hay en nuestras vidas sexuales a una relación plenamente apasionada con nuestros cónyuges? Los cuatro pasos siguientes nos serán de ayuda.

Puede que en tales casos se necesite asesoramiento profesional. Los cónyuges deben darse cuenta de cómo cada uno de ellos trata de controlar las situaciones, manipular el poder y huir del dolor. ¿Intenta el marido sencillamente aplastar la voluntad de su esposa? ¿Hace pucheros la mujer? ¿Cuál es la causa de que ella no disfrute del sexo? ¿Acaso es porque se ha visto traicionada en el pasado y no está dispuesta a confiar? ¿Por qué no puede el marido disfrutar simplemente tocando a su mujer en vez de tener que realizar siempre el coito? ¿Tal vez porque es insensible a la intimidad o tiene miedo de ella? ¿Es el placer lo único que importa? Para conocemos y amarnos bien el uno al otro, debemos comprender la dinámica del pasado y las pautas pecaminosas que ha creado dicha dinámica. Si no nos entendemos a nosotros mismos o a nuestros cónyuges a menudo quedaremos bloqueados en nuestros intentos de amar.

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o almacenen agravios. Hablen el uno con el otro de sus heridas, problemas y pautas pecaminosas .... Si expresa sus preocupaciones una vez y su cónyuge no parece captarlo, hágalo de nuevo.

OCUPES E DEL EQUIPAJE QUE TRAE Ninguna persona comienza su vida matrimonial sin algunas pautas pecaminosas. A menudo las necesidades insatisfechas son el combustible para más pecado, y la sexualidad, debido a su poder tanto para controlar como para destruir. constituye muchas veces un área en la que dichas pautas se manifiestan. Algunas personas se encuentran tan atadas emocionalmente, y tan dañadas, que son sexualmente disfuncionales.

cOMUNIQUENSE, COMUNIQUENSE. cOMUNIQUENSE... A menos que en el matrimonio se establezcan.desde temprano buenas pautas de comunicación, es pOSIble que la pareja vaya directa al desastre. Frecuenteme~te, con ~l en~u­ siasmo y la pasión de los primeros afios de VIda m.atnmomal se descuida la buena comunicación y se tiende, blen a tener relaciones sexuales, bien a pelearse --o a ambas cosas-o El amor, esa gran aventura que hemos emprendido juntos, no

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LA PASION

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debiera preocuparse por lo trivial. Se supone que sale airoso de todo; y en tan exaltado entorno parece bastante mezquino enfadarse porque su marido no ha sacado la basura, o porque a su mujer le hace falta para ponerse el maquillaje el doble de tiempo que necesitó Colón para atravesar el océano azul. Después de todo, ¿por qué desperdiciar el tiempo con quejas tan insignificantes cuando la cama está justo en el piso de arriba? Todo parece mucho más de color de rosa después de un orgasmo o dos. Por favor, háganme caso y comuníquense, comuníquense, comuníquense ... Resuelvan sus diferencias de inmediato, no almacenen agravios. Hablen el uno con el otro de sus heridas, problemas y pautas pecaminosas. Si tienen que programar un tiempo cada semana para una sesión de "quejas", libre del calor emocional, prográmenlo. Si expresa usted sus preocupaciones una vez y su cónyuge no parece captarlo, hágalo de nuevo. No adopte nunca la actitud de: "Simplemente voy a reprimir las cosas que me están molestando hasta que desaparezcan". No se irán. Cuando alguna persona oculta un agravio, éste hierve y se agita, junta consigo otros intereses y sale a la superficie de un modo muy parecido a como la lava brota del volcán. No expresar sus preocupaciones es faltar a la sinceridad con su cónyuge y levantar una barrera entre ambos que supondrá una amenaza' para el matrimonio; barrera que, alimentada por otras cuestiones y agravios sin resolver, crecerá con el tiempo haciendo imposible el que usted desarrolle la unidad con su esposo o esposa. El ácido del desengaño y el dolor será simplemente demasiado fuerte.

abarcarlas todas. Mi consejo es que vigile sus motivaciones: ¿Por qué está usted trabajando tanto o moviéndose tan aprisa? ¿No será porque trata de descubrir su valor fuera de su relación con Jesucristo? El activismo mata la diversión, y cuando ésta ha desaparecido de un matrimonio puede venir cualquier cosa (o cualquier persona). Es por lo tanto esencial que equilibre usted las demandas que compiten en su vida, a fin de poder convertir en una prioridad el robustecimiento de su relación matrimonial. Hagan algunas de las cosas extravagantes que solían hacer cuando eran novios. Recuerden lo agradable que es dar una vuelta a la manzana tomados de la mano. Salgan a merendar al bosque. Busquen una playa apartada y hagan ... bueno, lo que se les ocurra de un modo natural. La vida es demasiado corta para dejarse arrastrar continuamente por las agendas, los calendarios y los relojes. Ríanse en abundancia, disfruten el uno del otro ... el verdadero amor descansa sobre la confianza, la sinceridad y la diversión pura y simple. Sólo cuando se ponen y se conservan esos fundamentos es posible la unidad abnegada de dos almas: el ser uno solo.

DISMINUYA EL RITMO Y DIVIERTAS E

Los jóvenes son propensos a la distracción. Tienen causas magníficas y mucha energía. En los comienzos de la vida matrimonial existe a menudo la tentación de permitir que la concentración de uno vague de una cosa a otra: el trabajo, el ministerio, los amigos... Hay muchas formas de sentirse importante, respetado y valorado, y la tentación consiste en

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Capítulo 5

LA TRANSICION

A

mí me gusta llamarlos "aguasexo", y pueden adopta,r muchas formas distintas: malas actitudes. cir-

cunstancias abrumadoras. acervo emocional. conflictos sin resolver y/o relaciones descuidadas. Pero algunos de los mayores "aguasexo" son frecuentemente pequeños, dicen papá y mamá, y convierten un hogar tranquilo en una Pesadilla en Elm Street. Se les conoce con varios nombres: pequeñines, preescolares y otros que prefiero no repetir. Estos, aunque a menudo son tiernos, encantadores y capaces de alegrarte la existencia en un momento, también pueden hacer que la vida sexual de sus progenitores llegue a un estado de inexistencia. Casi por definición. los padres de niños en edad preescolar están fuera de control. La situación típica es a menudo algo como lo siguiente: Una madre pasa el día igual que un personaje de película de terror de bajo presupuesto. entre un sinfín de biberones, pañales. comidas, vertidos, platos. advertencias ... El padre llega a casa agotado después de una jornada de trabajo, juega con los niños, logra meterlos en sus pijamas y ayuda a acostarlos. Luego. después de la décima petición 125

LA TR¿\NSICION

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de vaso de agua, marido y mujer se arrastran hacia su dormitorio. ¿Cree usted que alguno de ellos tiene todavía sitio en su mente para el romanticismo? Puede estar seguro de que si uno lo tiene, el otro no: lo más probable será que la única cosa en la que ambos estén pensando sea en dormir. Recuerdo bien esa época en nuestro matrimonio. Fue como una pesadilla interminable. Me sentía tan desconectado de Lynne que apenas podía recordar qué era eso de las relaciones sexuales, y me preocupaba la idea de si no iba a olvidarme de cómo se tenían. Pasamos por un período especialmente terrible que duró alrededor de seis semanas: con dolores de oídos, narices mocosas, enfermedades diversas y variadas, niños que se levantaban a mitad de la noche ... Seis semanas de completa locura. Luego, cierta noche, como llovido del cielo, sucedió: los dos niños se fueron a la cama y se durmieron de veras. Eran las ocho de la noche, y recuerdo que nos miramos el uno al otro como diciendo: "¿Bueno, qué hacemos?" Un leve destello apareció en mis ojos y en los de Lynne, y nos dirigimos por el pasillo hacia el dormitorio. Recuerdo haberle dicho a mi esposa: -Si nos interrumpen esta noche, me mato. - y yo también -contestó ella. Tras decir aquello, nos metimos despacio en la cama y la rodeé con mis brazos. ¡Qué sentimiento tan maravilloso! -Vaya... -exclamé- ¿de modo que esta es la sensación que produces? ¡Deliciosa! y justo cuando empezaba a besarla, ¡boom, la puerta de la habitación que se abre de par en par y nuestra hija menor que entra corriendo y nos vomita toda la cama! Ahora parece dive~ido,. pero entonces resultó tan gracioso como ... bueno, como lImpIar el vómito de la colcha. Pero así sucede muchas veces con nuestra vida sexual: Dios nos pide que seamos seres sexuales en un mundo imperfecto, y a medida que nuestras hormonas y nuestro romanticismo del principio van remitiendo, aparece la realidad diaria exigiéndonos tiempo,

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energía y compromiso. Ya no se trata simplemente de "tú y yo"; sino de "tú, yo, los bebés, el trabajo, el perro, }a iglesia, las facturas y la avería de la lavadora". La intimidad, ese susurr~ al ~ído de antaño, ha dejado paso al grito por la superVIvencIa.

SOLUCIONES SATISFACTORIAS PARA LOS PROBLEMAS Estos son los años que componen la época de la transición, cuando se pierde la juventud y se ganan responsabilidades. La pasión se agota en el conocido día a d a, la energía se reserva para lo urgente y con frecuencia dam( s por hecho que contamos con nuestro esposo o esposa. Las rf ,sas son algo que uno ve en las revistas, y el romanticismo parece a menudo poco práctico o pertinente. Este período resulta decisivo en la vida de los matrimonios. Es probable que la !iexualidad se enfríe a medida que van extinguiéndose las ascuas de la intimidad. Peor aún: si esas ascuas románticas no son atendidas de manera constante, las parejas pueden irse separando, y cualquier fuego, por mortecino que sea, perseguirse incluso por una simple muestra de cariño. Los años que preceden a la edad mediana son un período plagado de graves cuestiones vitales, recursos en deterioro y problemas emergentes. Ya no se dispone de la energía de la juventud y la pasión para sustentar la negación, la esperanza y la ilusión. En ningún otro período de nuestra vida estamos tan abandollados a nosotros mismos. Los matrimonios no pueden seguir engañándose en cuanto a las realidades de sus vidas: "Mi esposa ya no es lo que parecía ser, ni yo tampoco soy ninguna joya". Ante tal conocimiento tenemos dos opciones: (1) afrontar esos dolorosos hechos y, con la ayuda de Dios, abrimos paso a través de ellos hacia la madurez, o (2) tratar de escapar. La primera ruta es penosa, pero conduce a la libertad; mientras que la segunda parece indolora y en cambio lleva a la esclavitud.

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LA TRANSICION

Varios años después de casarse, Rebeca y su marido seguían aún luchando en el terreno sexual. Todavía eran niños de los que había que cuidar: Rebeca tenía miedo de la sexualidad, engendrado por su padre durante su infancia, y su esposo experimentaba un hambre sexual casi incesante y pocas veces dejaba de estropear una cena sacando a colación el sexo. Estaba constantemente irritado por ello, como un hombre que tuviera una cáscara de palomita de maíz atorada en la garganta. De haber podido habría tenido relaciones sexuales solo, pero no estaba diseñado de esa manera: para que funcionase necesitaba el cuerpo de ella. A Rebeca la enojaba que el sexo no fuera ya como en un principio -algo intenso y agradable-o Cada vez más, el coito le recordaba a su padre, y la hacía retirarse a su inhibición y temor. Había algo en las relaciones sexuales que hacía que se sintiese dominada, controlada... Aquellas imágenes oscuras de su infancia referentes al sexo -la ira paranoica de su padre y las páginas grapadas del libro de su madre- revivían una y otra vez en su mente. De modo que la pareja convirtió el sexo en un punto de discusión constante. Sabían que importaba demasiado para retirarse del mismo. Según Rebeca: "Odiaba hablar del sexo simplemente por tanto como costaba hacerlo. Las conversaciones que teníamos estaban relacionadas con el enojo, el ser exigente y sentirse controlado. Se trataba de temas difíciles de resolver, porque afectaban a cuestiones más profundas de nuestras vidas. Sin embargo, mirando atrás, esas eran las conversaciones que realmente contaban". El sexo les producía frustración porque experimentaban cierto grado de intimidad en bastantes áreas de su matrimonio. Se amaban verdaderamente el uno al otro, yeso les impedía buscar la intimidad física mediante

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aventuras amorosas. "Muchas veces la gente busca intimidad y alguien que los afinne fuera de su matrimonio" -dice Rebeca-. "Nosotros siempre tuvimos esa intimidad verbal, incluso cuando las ocasiones eran difíciles y peleábamos. El me hacía muchos cumplidos y seguía siendo mi compañero de equipo". En el caso de su marido, también el ritmo de vida que llevaba le guardaba del adulterio. Trabajaba setenta horas por semana, y cuando llegaba a casa se encontraba con bebés que lanzar por los aires. "Jamás tuve tiempo de pensar en una aventura amorosa" -explica-, "y mucho menos para llevarla a cabo". En las vidas sexuales de esta pareja no hubo ningún momento crítico de cambio, sino en vez de ello una modificación gradual desencadenada por un cambio importante en dos áreas de su matrimonio. La primera fue que dejaron de tener niños después del cuarto nacimiento, y que el acto sexual no siguió siendo sinónimo de una boca más que alimentar,' la segunda, que Dios estaba obrando en sus vidas y cada uno de ellos desarrolld una creciente relación con el Señor tratando de demostrar el carácter divino hacia el otro. En vez de culparse por los problemas, ambos intentaron encontrarfarmas de ser responsables. Ya pesar de sufrecuente frultraci6n con respecto a la renuencia sexual de Rebeca, elmarida de ésta decidió preguntarle a Dios: "¿Quéquieres'que haga acerca de este problema?" DioS le mostrd enionces su espíritu exigente. Al igUal qu~ el Señor era paciente, perdonador, tierno y sugerente. en su' trato con ellos, así debían intentar serlo también el uno con el otro. Fue a través del proceso de madurez individual como descubrieron algo que revolucionó su matrimonio y, con el tiempo, sus vidas sexuales: que la unión conyugal no tiene que ver conmigo y contigo, sino con nosotros. Del

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mismo modo que Cristo y la iglesia eran uno -la Cabeza y el cuerpo- así debía ser también en el matrimonio. Las motivaciones y acciones habían de girar en torno a lo que era mejor para ese nuevo organismo conjunto. y en vista de tal descubrimiento, el egoísmo empez6 a parecerles contraproducente y la condici6n de siervo como algo atractivo y saludable. "Al intentar servirnos el uno al otro" -dice el marido de Rebeca-, "el vigor de nuestro matrimonio experiment6 un crecimiento exponencial". Poco a poco el concepto de un servicio mutuo empez6 a apoderarse de su sexualidad, y aunque fue un proceso largo -tenían que habérselas con el equipaje emocional de las disfuncionales ideas de Rebeca acerca del sexo y de la impaciencia de él respecto al cambio-, paulatinamente, a medida que el sexo remozado se instilaba en sus almas, las páginas del libro de la infancia de ella acerca de la sexualidad fueron separándose una por una, y el diseño la dej6 pasmada con su belleza.

En muchos sentidos es razonable evitar el dolor -a ningún ser humano saludable le gusta sufrir-o Además, aquellas cuestiones de nuestra vida que tienen más probabilidades de crear un mayor grado de dolor resultan ser las más tozudas. Cualquier cosa -el compromiso, el pecado, la huida o la apatía- parece preferible. Pero esa es una visión miope del asunto: si uno desea alcanzar la madurez, tendrá que hacer frente con decisión a cuestiones dolorosas mediante el arrepentimiento, la obediencia y la confianza en Dios. Si no trata usted las áreas problemáticas de su vida, el dolor y el resentimiento se afianzarán en su corazón, echando raíces profundas y resurgiendo más tarde para causar un daño incluso más grande. Como dice cierto anuncio de la televisión: "Págueme ahora o más tarde".

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on frecuencia las parejas tienen una falsa sensación de seguridad después de casadas: ha terminado el noviazgo y el matrimonio" está hecho"; ahora pueden pasar a otras prioridades.

Rebeca y su marido escogieron el camino difícil, e hicieron ~rente al dolor, la. disonancia y el caos en sus vidas, y medIante un compromIso mutuo se abrieron paso a través de todo ello. Esa clase de valor no es muy común en la sociedad actu~l, donde uno desecha en vez de arreglar las cosas que no funcIOnan: la tostadora, un contrato, un matrimonio ... . El. escritor S~ott Peck argumenta que la gente hará lo m~ecIble por eVItar el dolor en sus vidas, y en vez de tratar abIe~a~ente co~ los proble':11as, a menudo los obviará~ desvIara su atencIón de los mIsmos para buscar alivio en los deportes, las compras, el comer o el tomar drogas. Y actuando de este modo, son capaces de crear una imagen bastante c?nvincente de paz y bienestar. Pero su paz es falsa y su bIenestar caro: se compra a expensas de la realidad y del crecimiento personal.

Viajando, aconsejando y hablando con otros cristianos, Lynne y yo hemos llegado a la conclusión de que sólo alrededor del veinticinco por ciento de los matrimonios creyentes gozan de una vida sexual de satisfacción mutua. Aunque nuestro estudio carece por completo de rigor científico, creo que es acertado. En mi opinión, la mayor parte de las parejas casadas simplemente no se han dado cuenta de cuál es el plan de Dios para su sexualidad dentro del matrimonio, lo cual puede atribuirse, en primer lugar, al fracaso de la gente

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CINCO AREAS DE PROBLEMAS

LA TRANSICION

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en afrontar ciertas cuestiones dolorosas de pecado en sus vidas, cuestiones que emergen y florecen con más fuerza durante los años de la transición entre la juventud y la edad mediana. Me gustaría examinar sólo algunas de las áreas problemáticas más serias.

suelen ser propensos al adulterio. Y los que tienen poder, dinero y control son capaces de enamorarse de sí mismos y pensar que deben recibir favores sexuales. Mucha gente dedica gran parte de la energía de su vida a lograr ese nivel del que cabe esperar posición, respeto y propinas en el terreno del sexo.

ELEGOISMO

Buena parte del pecado sexual, ya sea de acción o de omisión, resulta de ese viejo y congénito egoísmo que puede adoptar muchas formas distintas: un marido que exige sexo (o experimentaciones sexuales) a su esposa como "mi derecho"; una mujer que retiene las relaciones sexuales de su marido porque está enfadada por algo... Con frecuencia, dicho egoísmo resulta sintomático de un problema más hondo, tal como alguna pauta pecaminosa, pero a menudo no lo es. En cierta ocasión aconsejé a un matrimonio después que el hombre había cometido adulterio, y repasé mi lista de preguntas estándar tratando de determinar la causa. ¿Se pelean? No. ¿Disfrutan de estar juntos? Sí. ¿Cómo van las cosas en el trabajo? Bien. ¿Les están creando sus hijos algún problema? No. ¿Qué tal va su vida sexual? Extraordinariamente. ¿Tienen algún resentimiento o amargura el uno contra el otro? No. ¿Y qué tal con la familia del cónyuge? Nos llevamos muy bien. ¿Se alientan entre sí? Sí. No es necesario decir que yo empezaba a desesperarme, de modo que comencé de nuevo con las preguntas rogándoles esta vez que me dijesen la verdad. Sus respuestas fueron las mismas. Pero después de responderlas todas, el marido añadió, casi en un susurro: "Supongo que se debió a la atracción del fruto prohibido". El hombre tenía un problema de inmadurez emocional y espiritual: era egoísta, y quería más de lo que le correspondía. Algunas personas tienen una tendencia mayor a ese tipo de carnalidad. Los que se aprecian poco a sí mismos a menudo buscan la afirmación en una aventura amorosa, especialmente si no sienten una atmósfera de estímulo en el hogar. Aquellos a quienes se ha mimado de pequeños también

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LA FAMILIARIDAD

La familiaridad es uno de los peores enemigos del romanticismo y la pasión. Allí donde en otro tiempo no había más que rosas, llamadas telefónicas, veladas nocturnas y cenas a la luz de las velas encontramos ahora una exigencia de sacar la basura. A menudo, tras los primeros años de matrimonio, la chispa desaparece en un mar de cosas triviales: presupuestos, pañales, el mal aliento de la mañana, los viajes diarios al trabajo y el cocido de los miércoles. Las presiones de una vida demasiado febril obligan continuamente a poner sobre el altar la intimidad matrimonial como único sacrificio disponible. Hay varios factores que contribuyen al problema de la familiaridad, y el más pernicioso de ellos es nuestra actitud. Con frecuencia las parejas tienen una falsa sensación de seguridad después de casadas: ha terminado el noviazgo,. y ~l matrimonio "está hecho"; ahora pueden pasar a otras PrIOrIdades. Por lo general no se trata de malas intenciones, sino de ser prácticos. Hay un límite para lo que se puede hacer en un día. ¿Por qué debería cortejar ahora a mi cÓnyuge, mostrarme romántico con ella o con él y colmarle de atenciones, afirmación y servicio? Ya estamos casados. De modo que con frecuencia nuestra atención se enfoca en otras cosas: por lo general en el trabajo o en los niños. El dalio que ocasiona ese cambio es tremendo. El cónyuge que en otro tiempo se sentía apreciado ahora se ve como algo considerado seguro, la última prioridad de la li~ta, aunque tal clasificación no sea intencional. La autoesttm.a queda demolida, y si la persona calla su dolor, el resenttmiento, la ira y la amargura asumen el mando. Si algo hay de vida en las relaciones sexuales del matrimonio, será el

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equivalente de cocer un trozo de carne o arreglar una gotera: simplemente otro trabajo más, de otro día más, en un matrimonio que no puede calificarse sino de monótono.

Estos problemas, aunque tienen raíces profundas, deben resolverse, o de otro modo se producirán daños en el hogar y esto será entregado todavía a una generación más.

EL EQUIPAJE EMOCIONAL Y PSICOLOGICO

LOS CONFLICTOS NO RESUELTOS Y LAS NECESIDADES INSATISFECHAS

Con la pasión y la energía de la juventud, las características poco comunes del cónyuge a menudo se consideran graciosas o agradablemente originales. La singularidad resulta atractiva. Pero a medida que los años van pasando y se acerca la mediana edad, las idiosincrasias se hacen tan seductoras como el rascar de las uñas sobre una pizarra. Las cuestiones de personalidad o los patrones de comportamiento que antes pudieron pasarse por alto, ahora se reconocen como perjudiciales. Es posible que un marido espere demasiado de su mujer, o que una esposa llegue a tener aversión hacia el sexo porque siempre se siente como si la estuvieran usando. Estos problemas superficiales podrían ser síntomas de otros más profundos, como haberse sentido rechazado de niño o haber sufrido abusos sexuales. Muchas veces las áreas problemáticas en el matrimonio tienen su origen en que uno de los cónyuges se ha criado en una familia disfuncional. Yesos patrones aprendidos de conducta negativa, transmitidos de generación en generación, se están convirtiendo en algo cada vez más frecuente. Hace poco comí con uno de los principales consejeros de cierta organización misionera importante, quien me dijo que el problema número uno al que se enfrentaba ahora no era conseguir suficientes candidatos a misioneros, sino que éstos fueran personas sanas. Hace treinta años, expresó, casi todos los candidatos procedían de hogares cristianos estables; ahora la situación ha sufrido un cambio dramático. "Casi siempre" -añadió- "ha habido en la familia un divorcio o un caso de alcoholismo, de drogadicción o de abuso sexual. Es una rara excepción que consigamos una pareja que no esté luchando con algún tipo de problema potencialmente destructivo en su matrimonio" .

Si llegara usted temprano a nuestra iglesia un domingo por la mañana, escucharía a nuestro grupo musical templando sus instrumentos. El pianista da el tono y los músicos afinan con esa nota. Si tuvieran que ponerse a tocar antes de haber afinado, la música que escucharíamos no sería más que un ruido estridente en vez de algo agradable al oído. La gente prefiere la armonía, mientras que la disonancia produce tensión y ansiedad. Cuando dos personas imperfectas se unen en matrimonio, la consecuencia natural es esa disonancia. Y si sus conflictos no se solucionan, el resultado será indiferencia y desconexión. Poco a poco, pero de forma segura, los cónyuges se apartarán el uno del otro. El silencio sustituirá a la charla animada y la crítica al aliento mutuo. Los muros acabarán reemplazando a los puentes. Los Seres humanos somos un hatajo de necesitados, y precisamos empatía, amor, comprensión y sentirnos profundamente valorados. Si bien es cierto que el único que puede satisfacer todas nuestras necesidades es Dios, también lo es que un cónyuge, como po,-tador de la imagen divina, tiene la capacidad de suplir las urgencias continuas de su esposo o esposa de un modo que no puede hacerlo ningún otro ser humano. A menudo las necesidades insatisfechas y los conflictos sin resolver se alimentan mutuamente: si un cónyuge no se siente apreciado por su esposo o esposa, con frecuencia cubrirá la herida no dándose cuenta de la importancia que tiene el que sus necesidades sean suplidas. Y cuanto más heridas calla, tanto mayor es su anhelo de satisfacción y tantas más probabilidades tiene de alcanzar el punto de resentimiento y amargura. Este círculo resulta mortal y debe romperse mediante una comunicación sincera y precisa. Si no se hace,

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las relaciones sexuales morirán: resulta difícil desnudar a alguien que lleva una máscara para esconder sus verdaderos sentimientos. El matrimonio de Brad duró cinco años, y después su mujer le abandonó por otro hombre. Esto no le sorprendió, ya que desde muy temprano en su vida matrimonial se habla dado cuenta de que tendr(an problemas. Cuando eran novios compart(an un interés mutuo -trabajar juntos en el ministerio- pero no sus corazones. No se hablan cortejado debidamente. Aunque cada uno de ellos permaneció sexualmente puro durante su relación de noviazgo, jamás hablan tomado el tiempo para conocerse realmente el uno al otro. Pronto aparecieron grietas en su relación. Un año después de casados Brad perdió su trabajo como consejero cristiano, y de su intensa concentración en el ministerio sólo quedaron, de repente, muchas horas de ocio. Sin actividad estaba perdido. Con el tiempo se convirtió en un introvertido, contemplativo y ensimismado, y empezÓ a ver defectos tanto en s( mismo como en su esposa. Se dio cuenta de que bajo el nexo del activismo ten(an diferentes fonnas de plantearse la vida. El era dado al riesgo, la independencia y el control,' a su esposa, en cambio, la movia una necesidad de ser reconocida por sus cualidades sumisas: amabilidad, fidelidod, dulzura. esp(ritu de servicio... Ambos deseaban IIJS mismas cosas -verse respetados, apreciados y amodos-, pero escogfan diferentes métodos pam obtener dichos beneficios. Yello rY!sultaba panicularmente cierto en lo tocante a su relación con Dios y el uno con el otro. Ambos ten(an tendencias utilitaristas: necesitaban a los demás por lo que pod(an sacar de ellos. Brad era más agresivo, y pose(a la habilidad de despertar el

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respeto y la lealtad de otros. Se encontraba bastante seguro en su personalidad y capacidad de atraer el interés de otras personas. Ganaba actuando como líder. Su mujer sentia la necesidad de agradar, y faltándole la debida autoestima persegu(a a la gente con una atención perpetua de servicio. Nadie en la iglesia serv(a más que ella. Ganaba perdiendo. Tanto el motivo de Brad como el de su esposa estaban desconectados del amor de Dios, que es desinteresado, incondicional y gratuito. Ambos amaban por alguna razón. A lo largo de todo su matrimonio tendieron a los extremos. Su vida sexual fluctuaba entre la pasión y la apatta, y Brad se debat(a entre la solicitud y el dominio, la brutalidad y el miedo. En el mejor de los casos, . intentaba suplir por medio del cuidado su apremio de intimidad genuinamente experimentada en la niñez. En el peor de ellos, trataba de despojar a su esposa de sus inhibiciones, exigiéndole que experimentase con nuevas posturas y actitudes sin proporcionarle el ambiente y la libertad de cambiar y al mismo tiempo ser ella misma. A menudo Brad se volv(a obsesivo con la libre expresión; y ella intentaba agradarle. Silenciaba sus reservas y le daba lo que pensaba que él quer(a. Aunque por lo general su corazón no estaba en ell~, ~u cuerpo si. Br~ dice que su mujer recib(a placer autentico con las relacIOnes Sexutlles.

"Lo que faltaba en nuestra relación sexual" -expre.sa- "era lo mismo que no teníamos en nuestro matrimonio: intimidad. Nos persegu{amos el uno al otro por razones ego(stas. Yo tiendo a dominar, ella a someterse. Era una combinación mortífera". Cuando Brad perdió su trabajo dejó de estar ocupado. El ministerio, ese esfuerzo infatigable por ayudar a otros utilizando sus propias habilidades, sufrió una

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limitación, y entonces empezó a concentrar más atención en su esposa. Cuando él le pidió que se tomara la vida con un poco más de calma, ella lo hizo con cierta renuencia -quería agradarle, especialmente en un momento tan difícil de su vida-o A consecuencia de ello, ambos llegaron a estar más conscientes de su propia indigencia, y Brad se volvió más exigente y su mujer más pasiva: en vez de desafiarse y afilarse mutuamente, se alimentaron cada uno de las peores tendencias del otro. Según las apariencias externas el suyo no era un mal matrimonio. Pocas veces tenían una pelea explosiva y en ocasiones se tomaban de la mano públicamente. Brad y su mujer se incorporaron a pequeños grupos ideados para enriquecer su matrimonio. "Estábamos buscando cómo aparentar en vez de cómo vivir de la manera adecuada" -dice Brad-. "Cuando empezó a surgir la tensión entre nosotros, comenzamos a transigir en cuanto a nuestras expectativas para el matrimonio, lo cual era más fácil que afrontar dicha tensión y laforma en que cada uno de nosotros estaba contribuyendo a ella con su pecado". Brad se recluyó con más frecuencia en la pornografía, en la cual había tenido un ligero interés desde que era adolescente. Estaba lejos de obsesionarle, dice, pero lo que había sido una evasión de dos o tres veces al año se convirtió en un hábito de dos o tres veces por mes. "Sentía que necesitaba una inyección sexual" -explica Brad-. "Si no podía tener intimidad, al menos conseguiría más placer de forma fácil y gratuita. Eso era lo que pensaba". Con frecuencia, para sobrealimentar el sexo, miraba secretamente pornografla antes de hacer el amor con su esposa. Cuatro años después de casarse Brad consiguió un trabajo como consejero secular, terminando así con dos años de empleo y desempleo constantes. Se entregó a su

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tarea con toda la pasión que pudo, y pocos meses después su esposa conoció a un hombre el cual le mostraba ternura y le preguntaba con frecuencia qué pensaba ella. Seis meses más tarde tenían una aventura amorosa, y la mujer de Brad se entregó a ella con toda la pasión que pudo.

Para Brad el sexo se había convertido en una cuestión de poder. Al principio anhelaba que le proporcionase intimidad, ese sentimiento especial de amor y conexión que había experimentado siendo niño en un hogar amante. Según resultó, el problema no era la relación sexual con su esposa, sino que las necesidades insatisfechas, los conflictos sin resolver, la familiaridad y el egoísmo bloqueaban su intimidad. Reacio a enfrentarse con la tensión en su matrimonio, Brad decidió transigir: en la relación sexual con su esposa se conformaría con el placer. Aunque trató de ser tierno~ el sexo no fue ya más un regalo para su mujer, sino un instrumento para satisfacer sus propias necesidades, una montaña rusa de emociones. Al decidir conformarse con algo menos que la intimidad, Brad y su esposa siguieron experimentando un alto grado de placer. Y aunque ninguno de ellos se sentía más cerca del otro en el nivel del corazón y del alma, el sexo les ayudaba con frecuencia a amortiguar el dolor. Aquí está la paradoja: aun cuando el sexo fracase en el nivel de la intimidad, a menudo "triunfa" respecto a satisfacer otras necesidades'. Puede, aunque no haga más que eso, alimentar las exigencias de los deseos egoístas, y aquellas parejas que prefieren transigir a resolver sus problemas lo utilizan con frecuencia para evitar e1.tener que enfrentarse con cuestiones dolorosas en sus vidas. Cada uno trata de satisfacer tantas necesidades insatisfechas como puede por medio del placer y el abandono~ lo cual sirve a su vez para anestesiar sus conflictos no resueltos~ La pasión sin diluir, despoj~da de espíritu generoso, se corivierte en la meta y a menudo en un obstáculo importante para el cambio que se precisa en la relación.

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Ese mismo tipo de excitación a corto plazo se consigue con la pornografía: las chicas de las revistas pornográficas son unidimensionales y no representan ninguna hostilidad, tensión o compromiso, sino simplemente sexo fácil y libre de obligaciones. O al menos eso es lo que parece. Pero la pornografía resulta peligrosa porque produce una ilusión de seguridad, de pecado aislado y bajo control. Supone, como suele decirse, un crimen "sin víctima" siempre que no "dañe" a ninguna otra persona. Al igual que otros miles de individuos, Brad descubrió que esto no era cierto: la pornografía pervierte la mente reduciendo la percepción que uno tiene de las mujeres y sus sentimiento hacia ellas. Por su propia naturaleza consta de un "usuario" y de algo que "se usa". El uno es activo, lo otro pasivo. En el pensamiento se produce un cambio sutil y poderoso: las mujeres dejan de ser misterios complejos de la creación de Dios dignos de respeto, aprecio y amor, y se convierten en esclavas degradadas que sirven para que las utilicen, en cierto sentido, para que "se masturben sobre ellas". EL DESEO DE ESCAPAR A LAS REALIDADES PRESENTES

Durante los períodos de tensión relacional, el sexo es pod~­ roso por otra razón casi contraria. En vez de utilizarse para amortiguar el dolor, puede suponer un aliciente para que las personas abandonen sus problemas (y a sus cónyuges) y "revivan" en brazos de alguien distinto. A menudo una aventura amorosa ofrece alguna promesa distorsionada. El problema, nos susurra con voz seductora, es que te has casado (o al menos estás teniendo relaciones sexuales) con la persona equivocada. ¿Por qué dedicar tanto esfuer7.oa arreglar una cuestión que probablemente sea insoluble? He ahí un mensaje poderoso. Esta tendencia se da especialmente en las primeras fases de 10 que culminará en una aventura amorosa, cuando por lo general existe una gran sensación de interés, romanticismo y galanteo -precisamente las cosas que faltan en el matrimonio en esta etapa-o El sexo se convierte así en una fuerza poderosa

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alimentada por la abrumadora urgencia de intimidad. La intimidad, continúa ese razonamiento engañoso, se producirá automáticamente cuando dé con la persona adecuada. El problema realmente no soy yo, ni siquiera mi cónyuge, sino el hecho de que hasta ahora ninguno de los dos hemos encontrado a la pareja debida. La tentación sexual, en todas sus formas, resulta increíblemente atractiva; pero, por favor, créame, no es oro todo lo que reluce: en el centro de cada tentación sexual hay una mentira procedente del mismo infierno. No se deje engañar: el fácil camino de la huida es la senda que lleva a la esclavitud. Afronte su pecado y sus problemas. Salga de la tentación antes que sea demasiado tarde y las consecuencias de ésta agobien su vida, su matrimonio, su autoestima, su caminar con Dios y su reputación. Hacerlo resultará doloroso, pero constituye la ruta hacia. la madurez y. por consiguiente, el único camino a la realización sexual. En el centro de las vidas sexuales de Cathy y de John estaba la fantasía. La realidad no era sencillamente lo bastante buena para ellos, o por lo menos ya no estaba a su alcance. Ambos trataban a sus cónyuges como algo inadecuado para su verdadera hambre sexual. Para Cathy su marido era bondadoso, pero falto de comprensión. Jolm consideraba a su esposa ferozmente leal, pero ligerBmente gorda y segura. ~ usted, en las distintas situaciones de John y de Cathy ningún amante serviría. Lo que se necesitaba era el perfecto o la perfecta amante de fantasía. Johntenfa a esa amante en el cerebro. En su incesante ruta de conquistas<sexuales sabfq exactamente lo que (o a quién) estaba buscando., La chica tendría el aspecto de aquel pr,imer despl!!gl4ble de Playboy que vio cuando era niño, pensaría como ella y brillaría del mismo modo. Sería hermosa, burbujeante, y jugaría a la pelota.

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Hasta lafecha, yen sus docenas de encuentros sexuales, John no había dado con ella -ni siquiera con algo que se la aproximara-, y por supuesto no la había hallado tampoco en su esposa: ésta se encontraba demasiado envuelta en lo corriente, en las tareas diarias ... Cuando John encontrase a su amante perfecta lo sabría. En su vida fantástica, cada vez más activada por el sentimiento de culpa y la necesidad, Cathy tuvo varios de esos amantes. Sus orígenes eran hombres reales de poder y prestigio, personas a las que conocía de pasada y que tal vez le hubiesen dirigido una o dos palabras amables: médicos, pastores, directores de coro, dueños de empresas de automóviles... Un encargado de limpieza jamás entraría en su lista. Era preciso el poder, ya que en la mente de Cathy el sexo tenía que ver con éste: con la capacidad de escapar, de satisfacer las necesidades insatisfechas, de seducir a otros, de mejorar su situación. John encontró a su amante defantasía en una bolera: su desplegable de Playboy hecho carne. "Tenía todas las cualidades" -dice-, "salvo que no era rubia". Pero él estaba dispuesto a ser flexible, y recuerda haberse acercado a la mujer y haberle preguntado: "¿ Cree usted en el amor a primera vista?" Cuando ella le contestó que no, John volvió a inquirir: "¿ Y en la lujuria a primera vista?" "¡Sí" -respondió ella-, "desde luego!" John, que no era especialmente religioso en aquel momento de su vida, se vio dando gracias a Dios. Cada oración que había pronunciado inconscientemente tenía su respuesta en aquella mujer. E inmediatamente dieron rienda suelta a su lujuria. Aquello superaba a sus sueños más extravagantes; era lo que él había esperado y más. La mujer representaba todo lo que le faltaba a su esposa: desinhibición, una belleza asombrosa, carácter extrovertido ... Era un animal de fiesta.

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John empezó a urdir cómo librarse de su matrimonio. Sabía lo que quería. Cierto que sentía algunas punzadas de duda en cuanto al rumbo de su vida. El invierno anterior había estado en el hospital con una dolencia cardíaca. "Desperté con todos aquellos cables sujetos a mi pecho" -dice-, "10 cual me proporcionó algún tiempo para la introspección". Y luego estaba su vida presente. A veces parecía casi un suicida: el abuso de la bebida y del tabaco había vuelto desde que encontrara a su perfecta amante, y John se preguntaba cómo pod(a ser tan descuidado. También veía faltas en la mujer de su fantasía, y comenzaba a notar en ella algunos rasgos irritantes. Pero -una vez más- nadie era perfecto. El se había dedicado, en realidad desde su infancia temprana, a la búsqueda de su amante de fantas(a. Cierto fin de semana fue con la mujer a una fiesta salvaje en otro estado, y allí su amante perfecta se puso completamente en ridículo. John volvió a casa desilusionado, hizo subir a su esposa al dormitorio y le dijo que habla tenido una aventura amorosa -sólo una-o Le expuso su deseo de que el matrimonio saliera bien. Al mismo tiempo escribió a su amante de fantasía explicándole que querla romper con ella. Un mes más tarde recibla una llamada de ésta, quien le pedía hablar con él. Se reunieron en un restaurante y media hora después estaban juntos en la cama. Pasado otro mes, JOM solicitó a su esposa el divorcio, diciéndole, después de quince años de matrimonio, que no la quería y que jamás lo habla hecho. Todavla puede recordar la mirada de dolor y de mujer traicionada que apareció en su rostro. "No le hubiese hecho más daiIo si le hubiese pegado con un bloque de cemento en el estómago. Aquella mirada quedó permanentemente grabada en mi cerebro".

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John se trasladó a un apartamento y siguió proveyendo para su esposa y sus dos hijos, pero no tenía nada de sí mismo que darles. Estaba empeñado en hundirse en su culpa, su vergüenza y su vacío interior. Cathy, una vez convertida al cristianismo, permaneció fiel a su marido. Después de aquella aventura amorosa que tuviera al principio de su matrimonio, jamás volvió a acostarse con nadie excepto con su esposo. No podía con el sentimiento de culpa. Su vida de fantasía la protegía hasta cierto punto: podía fantasear sin que nadie llegara a saberlo, y conseguir cierto grado de placer. Parecía algo de poco riesgo, e incluso un modo de protegerse a símisma de sus propias emociones. "Me gusta escoger personas (como amantes de fantasía) que son inalcanzables" -expresa-o "El morboso anhelo que me impulsa es casi una adicción al desear sin tener". La idea de unafantasía "segura" se había convertido, . a su vez, en una fantasía. Cathy había sido destruida por su adicción, y el sentimiento de culpa le resultaba abrumador. De modo que entró en un programa terapéutico cristiano para resolverlo. Más tarde le confesó a su marido lo tocante a sus amantes de fantasía. Su esposo le pidió razones, y ella no fue capaz de darle ninguna: "Simplemente no puedo con la vergüenza" -expresa. Su marido decidió seguir con el matrimonio, en parte por los niños y en parte porque le importaba su mujer. "Siento muchísima vergüenza" -dice Cathy-. "No es tanto por lo que he hecho, sino por lo que soy. Todo mi ser está lleno de vergüenza". El torm~nto que ha sufrido su alma entre el deseo de pureza en la f~ y los sucios pensamientos de su mente, entre las necesidades insatisfechas y las promesas de Dios, y ent~ las ideas del sexo y del amor le ha resultado abrumador. "Mi alma está confusa" -dice Cathy.

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Los pecados sexuales de John y Cathy representaron una retirada de la realidad, al mundo de la fantasía, y un alivio temporal de las necesidades insatisfechas y del conflicto. Pero al final, el pecado sexual, incapaz de tocar cuestiones más hondas, produjo un daño todavía mayor, creando niveles de necesidad aún más profundos -lo cual condujo a más pecado, más daño, más necesidad y más pecado. El círculo en el que se encontraban es tenaz y vicioso, y cuando se sigue resulta casi imposible de romper: el alma que busca escapar del dolor queda atada a un dolor por encima de las peores pesadillas de nadie, a menos que se ataje el problema. LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO SEXUAL

Ya puedo oír a algunos objetando: Eso es lo que sucede con la adicción, la obsesión y la perversión sexual, pero no es mi caso. Yo sólo estoy experimentando. Simplemente trato de senne fiel a mi mismo, de encontrar mi verdadero yo... Un poco de divers~huir un poco de mis problemas, puede darme perspectiva. Ahora muchos psicólogos seculares están animando a los cónyuges ftustrados a practicar el "adulterio saludable". El doctor Albert EUis, un sexólogo destacado, aconseja a las parejas sexualmente frustradas que cometan adulterio para "remozar" sus vidas amorosas. Tal consejo no es otra cosa que una justificación más del, pecado y una racionalización del mismo. Las consecuencias. negativas del pecado sexual son casi demasiado numerosas, para.mencionarlas. Sin embargo, conozco a un hombre que, al enfrentarse a la tentación, trata de hacer justamente eso: repasa en su mente el costo del pecado sexual: • Enlodada la reputación de Cristo. • Algún día tendría' .que mirar a Jesús a los ojos en su tribunal y decirle por q~ lo hice. • Infligiría un daño indecible a Nancy, mi mejor amiga y esposa fiel. • Perderla el respeto y la confianza de Nancy.

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• C:0rrería el riesgo de perder a mi mujer y mis hijas para sIempre. • Heriría .a ~is queridas hijas, Karina y Angie, y perdería la credIbIlIdad ante ellas. ("¿Por qué escuchar a un hombre que nos traicionó a mamá y a nosotras?") • Traería vergüenza a mi familia ("¿Por qué ha dejado papá de ser pastor?" Y los crueles comentarios de los que invariablemente lo descubrirían.) • Caus~ría vergüenza y daño a mi iglesia y mis amigos; especIalmente a aquellos a quienes he conducido a Cristo y discipulado. (Lista de nombres.) • Perdería de manera irrecuperable los años de testimonio dado a mi padre. • P~oduciría un enorme placer al enemigo de Dios, Satanas. • Posiblemente contraería alguna enfermedad de transmisión sexual (gonorrea, sífilis, herpes o sida); contagiaría con. ella a Nancy; causaría un embarazo (con sus implicaclO~es persona~es y financieras, incluyendo un recordatono de por vIda para mí y para mi familia de ese pecado). • Me ~erdería el respeto a mí mismo, desacreditaría mi propIO n.ombre y traería vergüenza y turbación perpetua sobre mI persona. 1 Bajo esta perspectiva, el adulterio difícilmente parece "saludable". No ~cabaría de contarle las veces que he oído a una .perso~a decIr: "¡Cómo me gustaría poder hacer que el reloj volvIera atrás!" Hace poco, un hombre de negocios estuvo sentado en mi despach~ llorando abierta~ente. Trece años antes, en un viaje de tra.baJo, ~abía cometIdo adulterio con una mujer que conocIó en cIerto vestíbulo, y durante todo ese tiempo había estado cargando.c?n el peso, el sentimiento de culpabilidad y el horror ?e su ~C1ón. ~e contó el daño que aquello había hecho a su matrimoruo y a su VIda sexual. Ya casi no podía ni orar.

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AFRONTAR LA VERDAD Y ARREPENTIRSE El pecado sexual puede paralizar a una persona Con la culpa y la vergüenza. Si uno no se arrepiente de dicho pecado, ha de idear alguna otra forma de tratar con él. La senda que no se inicia con arrepentimiento es un camino que lleva al deterioro espiritual. He visto esto repetirse vez tras vez. Después del pecado sexual, viene el sentimiento de cUlpabilidad, y dicho sentimiento es abrumador. Para enfrentarse a él, la persona desarrolla un corazón endurecido. Luego el individuo se hace apático, y si se permite que la apatía siga su despreocupado curso, da como resultado el autoengaño. Pronto la persona no es ya capaz de discernir la verdad de la mentira, ni la realidad de la fantasía. Es probable que alguien diga: "Esa es la definición que usted hace del adulterio". O también: "Si mi cónyuge hubiera satisfecho mis necesidades, no hubiese tenido yo que correr una aventura amorosa". El autoengaño, si no se afronta a tiempo, conducirá a un abandono espiritual de Dios.

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rrepentirse implica sentir la gravedad de los pecados y aceptar . las consecuencias. También conlleva un cambio de comportamiento. El pecado es tan grave para la persona que' ésta hará cuanto esté en su mano para que no vuelva a suceder.

El rey David escogió el camino del arrepentimiento después de haber cometidQ adulterio con Betsabé y matado al marido de ésta. Escuche las, palabras de David como se relatan en el Salmo 38:4-8, 10-11, 17-18 (BLA):

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Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como pesada carga, pesan mucho para mí. Mis llagas hieden y supuran. A causa de mi necedad. Estoy encorvado y abatido en gran manera, y ando sombrío todo el día. Porque mis lomos están inflamados de fiebre, y nada hay sano en mi carne. Estoy entumecido y abatido en gran manera; gimo a causa de la agitaci6n de mi coraz6n .... Mis fuerzas me abandonan, y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis parientes se mantienen a distancia.... Porque yo estoy a punto de caer, y mi dolor está continuamente delante de mí.... Afligido estoy a causa de mi pecado.

El verdadero arrepentimiento no consiste en murmurar unas pocas palabras por lo bajo "¡Oh, cuánto lo siento!", y seguir adelante con la vida. Arrepentirse implica sentir la gravedad de los pecados y aceptar las consecuencias. También conlleva un cambio de comportamiento. El pecado es tan grave para la persona que ésta hará cuanto esté en su mano para que no vuelva a suceder. La gracia de Dios para 'con David, su poder restaurador. sólo se manifestó después que el rey hubiera sentido todo el peso de su pecado. A veces pintamos a Dios demasiado de color de rosa: bordamos versículos acerca de su amor, su misericordia y su ternura, los enmarcamos y los ponemos en la pared. Todo eso es verdad, pero requiere equilibrio. Hebreos 10:31 afIrma: "¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!" Ese versículo hace referencia al juicio divino después que uno ha desobedecido. Resulta aterrador caer en las manos del Dios vivo, puesto que no alcanzamos en absoluto su completa santidad y El tiene el derecho y los medios para imponernos una terrible retribución por nuestros pecados, los cuales desafían dicha santidad en gran escala. Pocas personas toman en serio la ira de Dios, pero su enojo es real. El modelo bíblico es que cuando la gente cometía adulterio, el Señor los castigaba. El rey David perdió al pequeño nacido de Betsabé como resultado de su adulterio con ella. No estoy diciendo que Dios siempre discipline tan

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severamente, pero sí que tiene el derecho de hacer lo que quiera y que no será burlado. Además, Dios nos ama demasiado para permitirnos seguir en nuestra locura. Hebreos 12: 10 dice al respecto: "[Dios nos disciplina] para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad". El pecado lleva a la autodestrucción, en cambio la santidad conduce a la vida abundante. El Señor sabe esto y está dispuesto a emplear la mano firme de la disciplina para protegemos de decisiones pecaminosas continuas. Tales decisiones, en caso de perpetuarse, no sólo llevan a la autodestrucción sino -lo que es aun más trágico- a la destrucción de otras personas. Historias como la de Janine nos recuerdan que el pecado desenfrenado siempre deja alguna víctima.

Cuando Janine fue ingresada en la clínica después que comenzasen sus escenas retrospectivas de abuso sexual, se figuraba que estar(a alU una semana o cuanto más dos. Luego podr(a seguir con su vida. Pero siete semanas más tarde aún se encontraba en el hospital y qutr(a suicidarse. Entonces comprendió que permanecer(a alU durante mucho tiempo. "F(sicamente" -dice- "estoy curada. No tengo ninguna cicatriz, ni restos del abuso. Todo funciona. Lo terrible del abuso sexual no es lo que hace al cuerpo de la perstmQ, sino a su mente, sus emociones, su alma ... " La ag~sión sexual es incalculablemente destructiva y distorsiona la idea del niño respecto al sexo cuando está intentando aprender el vocabulario de las relaciones. Un padre que dice que ama a su hija y luego mantiene relaciones sexuales con ella, está deformando para siempre el verbo "amar" en la mente de la niña. En lugar de confianza, seguridad y ternura, los conceptos que arraigan profundamente en su pensamiento acerca del sexo son traición, control y desolación.

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Al principio Janine no hizo sino luchar por la supervivencia. El terror la abrumaba. Se había disociado de tal manera de los acontecimientos que cuando éstos brotaron por fin en su conciencia a la edad de treinta años lo hicieron "como llovidos del cielo". Hasta ese momento ella no tenía ningún indicio de que el abuso sexual hubiera formado parte de su vida. En su esfuerzo por sobrevivir, la mente de Janine había borrado todo lo referente al abuso escondiéndolo debajo del nivel de la percepción consciente. Pero a medida que se iba haciendo mayor, la chica perdió toda conexión con el gozo. "Yo era una persona sin emociones" -dice de su vida antes que experimentase aquellas escenas retrospectivas-o "Tenía una existencia como la línea plana de una de esas máquinas para vigilar el corazón, sin altos ni bajos. Estaba realmente muerta". El deseo de algo más, cree ella, fue lo que empezó a desencadenar aquellos fogonazos del pasado. Para poder experimentar la vida, esa vida vibrante que va más allá. de la autoprotección, no tenía más remedio que abnrse paso a través del dolor. S~ prime~a estancia en el hospital duró dos meses y medIO. Jamne no podía dormir si no era con medicación, ni comer a menos que se la obligase a hacerlo. Con cada recuerdo que aparecía, se cuestionaba su cordura. ¿ Era imposible que se tratase de ella en aquellas, escenas retrospectivas que venían a su mente? Tema que estar loca para pensarlo. Estuvo fuera del hospital durante varias semanas y luego ingresó de nuevo. Recuerda haberse sentado en el suelo gris de la habitación llorando quebrantada. Se encontraba emocional y espiritualmente paralizada: I?uedo hacer nada" -se lamentaba-o "No tengo mngun valor para nadie". Le rogaba a su marido que

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se divorciase de ella, que consiguiera una mujer que no fuese tal mezcolanza. Experimentaba una abrumadora sensación de soledad: "Nadie podía enfrentarse a aquellos fogonazos del pasado por mí" -expresa-o "Estaba sola en la lucha. La sole4ad, el sentimiento de abandono, resultaba absolutamente aterrador". Perdió el contacto con Dios. En su mente El se había convertido en el enemigo. Primeramente por permitir el abuso, y en segundo lugar por ser El también un Padre, como el suyo, con un poder incrdble -poder para abusar o para impedir el abuso-. Tanto Dios como su propio padre pretendían amarla, pero actuaban como si no les importase. Janine se permitió la libertad de ser sincera consigo misma y con Dios. El suicidio constituía una manera de escapar al dolor. "Me aseguraba en todo momento de reservarme esa opción" -dice Janine-. "Era una forma de control para m{". Pero una vez que el terror se convirtió en ira, Janine comenzó a luchar con ahínco. Decidió recuperar a la niña que había dentro de ella y liberar a la pequeña Janine de su prisión de abuso. La pelea ha sido difícil. Durante sus casi siete años de lucha. por recuperarse, Janine ha experimentado agorafobia. claustrofobia, miedo a las mujeres, más disociación, autoabuso, trastornos obsesocompulsivos, cambi()s de carácter, actuaciones, ataques de terror, depresiones... Nombre cualquier clase de neurosis y es muy posible que la haya tenido. Ha experimentado asimismo ira, rabia, vergüenza, culpabilidad, terror, alienación, ansiedad y odio. A veces no ha sido capaz de perdonar, confiar, amar o curar. Durante tres años no pudo tener relaciones sexuales con su esposo; a pesar de los mejores esfuerws de éste por amarla, Janine no era capaz de confiar en éL Ha estado desconectada, de maneras

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muy reales, de aquellos que más le importaban, y experimentado las profundidades del dolor. y, ocasionalmente, un gozo peculiar. Ella encontr6 una amiga, su primera amiga de verdad. Se abri6 a aquella persona por desesperaci6n y dolor, arriesgando las profundidades de su alma. En cierta ocasi6nfueron juntas al centro comercial, llevaron una cinta de casete en blanco y se metieron en una de esas cabinas para grabar canciones. Ninguna de ellas sabía cantar nada bien, y Janine soltó una risita tonta que reconoci6 como la risa entrecortada de una niña pequeña. Aquella risita espontánea e infantil es un hermoso recordatorio de que la sanidad puede producirse, incluso en una vida casi destruida por la forma más repugnante y perversa de pecado sexual. Pero el camino hacia esa sanidad pasa por un campo minado de memorias aterradoras, y el esfuerzo que requiere es agotador. ¿Por qué se ve Janine obligada a una lucha diaria por la supervivencia durante los años que debiera estar libre para amar y disfrutar de su marido y sus hijos? Porque el don del sexo fue pervertido en las manos de hombres y mujeres malvados y utilizado como instrumento de violencia opresora. Cada intención de Dios respecto a la sexualidad humana se invirtió y dedicó a los destructivos propósitos del Maligno. Sí, cierto que la historia de Janine es extrema, pero comparte con una cantidad innumerable de otras historias estas verdades fundamentales: el pecado sexual produce dolor; el pecado sexual degrada la vida; el pecado sexual trastoca violentamente las intenciones divinas.

Nota l. Randy C. Alcom, Sexual Temptation: How Christian Workers Can Win the Baltle (Downers Grove, 111.: InterVarsity, 1989),29-30.

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Capítulo 6

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i queremos madurar en nuestra sexualid~d, hemos de empezar por el valor que Dios da a la VIda huma~a. Las metáforas bíblicas acerca del sexO -la umón entre Cristo y la iglesia y su paralelo entre un hombre y una mujer-- demuestnln lo íntimamente relacionados que esta-· mos coa Dios. Nos uniremos a Cristo como esposa su~~, al igual que, con otro ser humano portador de la imagen dlvma. Cuando ~tendemos el valor de cada ~rsona. así como el profun~ st¡..ificado metafórico de la unlón sexua~, comenzamos a • •Deler la enormidad del don de la sexualIdad y las responsalHÜdades que éste conlleva.

S.

BRAD

Brad considera mentalmente el sexo con recelo. Su antigUlJ novia. en parte. se suicidó a causa del mismo. Su u esposa, tambiin en parte, le habla dejado por la misma ratón. "Si que el sexo no es el verdadero problema, sino que la cosa va mucho más hondo " -expresa-, 153

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''pero me resulta difícil comprender el plan de Dios para la sexualidad". Para Brad, lo único que le inquieta más que las relaciones sexuales es no tenerlas. Cerca ya de los cuarenta, lleva tres años de abstinencia. "En mis peores días" -explica- "me cuesta verdadero trabajo creer que Dios mande a los solteros pasarse del sexo. Me parece una idea muy, pero que muy mala ". Sin embargo, Brad está tratando de ser obediente. Muchas cosas han cambiado desde que su matrimonio fracasó y su mujer le dejó por otro hombre. En primer lugar, Brad ha sido quebrantado en las profundidades de su ser. Naturalmente, estuvo el pecado de su esposa: el adulterio, sea cual sea su motivación, crea un dolor como no hay otro. ''Aunque nuestro matrimonio no fuese el mejor" -dice Brad-, "cuando supe que ella había cometido adulterio me sentí destrozado. Creo que hubiera sido menos doloroso para mí si me hubiese abierto el pecho con un cuchillo y sacado el corazón". Luego, estuvo -y está- su propio pecado. Brad ha llegado a reconocer un patrón de conducta que trata de ordenar la vida según sus propios términos, su propio programa. El intenta conseguir y exige el control. Sabe que ello es debido, en parte, a la forma en que fue educado: mucho de su vida ha sido una reacción excesiva a la renuencia de su padre a dejarle tomar decisiones propias cuando era niño. Pero Brad sabe que eso no es excusa. El pecado sigue siendo pecado, y mediante el arrepentimiento ha aprendido que es mejor vivir una vida abundante en Cristo que una existencia egoísta basada únicamente en sus propios deseos. Está tratando de entender y cambiar su necesidad de control, y quiere ceder más y más a las directrices de Dios.

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Aunque intenta conocerse a sí mismo, trata de no ensimismarse. Sabe que la clave del gozo está en la entrega de sí mismo, y ha aprendido con dolor que sus necesidades nunca se verán satisfechas si no se abandona a la voluntad divina. A medida que Dios entra en su vida, Brad se siente amado, valorado y respetado. "Cuanto más entiende uno acerca del amor que Dios le tiene" -dice Brad-, "tanto más capaz es de amar a otros". En el ejercicio de su ministerio laico en la iglesia (todavía conserva el empleo de consejero secular), Brad está descubriendo un sentido profundo: "Pienso" -explica- "que ahora tengo menos motivación para servir a los demás por egoísmo y otras razones sutiles. Puesto que mi relación con Dios está creciendo, siento menos necesidad de otras cosas en mi vida, lo cual libera mi motivación para el ministerio. Soy cada vez más capaz de amar y servir simplemente por un deseo de amar". En lo relativo a su sexualidad, Erad se siente con frecuencia abrumado: "Hay tanta presión en nuestra sociedad para mantener relaciones sexuales únicamente por el hecho de obtener placer" -dice-, "que resulta muy difícil resistir cuando todo el mundo a tu alrededor te está diciendo que te complazcas". Para Brad la transición del matrimonio a la soledad fue algo traumático. "Una vez que te acostumbras a las relaciones sexuales" -explica-, "aunque no sean especialmente íntimas, resulta difícil volver a la abstinencia ". Brad utilizaba con frecuencia la pornografía para llenar ese vacío sexual creado por el paso de la vida matrimonial al celibato: por lo menos, creía él, la fantasía de la actividad en sí calmaba la violencia de la transición. "Me creí esa mentira de que la pornografía

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es un pecado sin víctimas" -dice-, "pero la víctima era yo. Mi idea de las mujeres se deform6. Ahora se basaba menos en el valor y el respeto y más en otras cuestiones superficiales. Lo único que importaba era alimentar mi lujuria". Brad ha intentado eliminar la pornografía de su vida, aunque sigue cayendo de vez en cuando en ese pecado. "Dios está obrando" -expresa-, "y sé que con el paso del tiempo lograré la victoria". Brad está también intentando canalizar su energía sexual hacia otras áreas de su vida: el sexo, después de todo, no es simplemente un acto que se realiza cuando uno está desnudo en la cama. El pleno significado de la sexualidad tiene poco que ver con determinado acto físico; implica más bien la construcci6n del amor, la confianza, el compromiso, la fidelidad y el interés por el otro. Desde que comenz6 su abstinencia, se ha visto estableciendo muchas relaciones profundas en su vida. Pero esto no equivale a decir que haya quedado prendado de la abstinencia. La mayor parte del tiempo la odia, y en las cálidas noches de verano, cuando brilla la luna, a menudo piensa en su antigua esposa -el contacto de sus cuerpos en la playa, el modo en que se acurrucaban el uno en los brazos del otro y dorm(an hasta entrada la mañana, c6mo compartían el amor-o '~ pesar de que no sabíamos amarnos demasiado bien el uno al otro" -dice Brad-, "tuvimos algunos momentos sexuales de ternura. El amor conseguía brillar, incluso a través de nuestro pecado". Ahora, Brad echa de menos aquellos momentos.

Los que como Brad no pueden mantener relaciones sexuales -bien porq~e no es!án casados, bien a causa de alguna enfermedad o lDcapacldad de su cónyuge-, necesitan

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comprender claramente el significado más profundo y el valor más amplio de la sexualidad. El apóstol Pablo sugería que para algunas personas podía ser mejor permanecer solteras. En 1 Corintios 7:32-34, escribe: "Mas quiero que estéis libres de preocupación. El soltero se preocupa pOI' las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor; pero el casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar 4 su mujer, y sus intereses están divididos". (BLA) Pablo est~ diciendo que la unión ideal, el mejor estado, es ser uno con Cristo: la consagración plena y sin distracciones. La energía, la pasión, el anhelo, el compromiso y la devoción inherentes a nuestra sexualidad, y que se expresan mediante el coito, pueden ser entregados a Dios, y al hacerlo le ofrecemos a El de nuevo, como acto de adoración y servicio, el don del sexo que El nos hizo. Yo he visto a personas solteras, aunque sólo a unas pocas, que han canalizado con éxito su energía sexual hacia la comunión con Dios; y ya que su atención está concentrada, gozan de una dedicación entusiasta al Señor. Esas persom,ls solteras se encuentran satisfechas con su celibato y disfrutan de un enfoque especial en Cristo. Además tienen paz consigo mismas y son individuos maduros y realizados. Pero este tipo de persona célibe es raro. Muchos sencillamente no pueden manejar de un modo constructivo su energía sexual. Es como si tuviesen bombas fijadas a sus cuerpos y activadas para estallar en cualquier momento. La mayoría de esos individuos célibes se hallan solos simplemente a causa de las circunstancias. Como Brad, muchos de ellos son divorciados que están acostumbrados a mantener relaciones sexuales. Pero el sexo no es lo único que los motiva, también anhelan intimidad y terminar con su aislamiento. Aborrecen estar solos en Navidad, y sueñan. con poder volvera casa para recibir un abruo cariñoso y compartir un lecho. Comprenden todas las restricciones impuestas por Dios, y en los días buenos creen que dichas restricciones son para su propio bien. Pero en los días malos las ansias de extender la mano y tocar a otros los abruma.

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Por favor entiéndame, no estoy tratando de restar importancia a los sentimientos de desilusión, frustración sexual y soledad que experimentan la mayoría de las personas célibes. Al sugerir alternativas a las relaciones sexuales lo hago reconociendo plenamente lo difícil que es la disciplina que Dios ha colocado ante ustedes; pero, al mismo tiempo, sé lo bastante de la Biblia como para comprender que aquellos a quienes el Señor desafía más son los mismos a los cuales El da oportunidades magníficas de servicio y devoción a su Persona. La madurez depende de en qué medida cedemos a la guía divina. CONCENTRES E EN LA CONSTRUCCION DEL REINO

Mi primera sugerencia ya ha sido mencionada: trate de canalizar su energía sexual hacia la construcción del reino de Dios. Jesucristo resumió en dos todas las leyes divinas: (1) Amarás a Dios con todo tu corazón, tu mente, tu alma y tus fuerzas; y (2) amarás a los demás como a ti mismo. Para repetir lo que ya hemos dicho en otra parte de este libro: el amor implica la entrega de uno mismo a otra persona. Ya sea que esto se haga a través de la sexualidad o del servicio, seguirá siendo una expresión de amor. La energía de su sexualidad puede canalizarse hacia la abnegación y las relaciones saludables y tiernas con Dios y con la demás gente sin expresión sexual. Un punto de partida para ello consiste en aprovechar las oportunidades de comunión en su iglesia y asistir a los cultos de adoración regularmente. SEA OBEDIENTE

Mi segunda sugerencia es que se dedique de todo corazón a la: obediencia. Por mucho que usted se entregue a Dios y a los demás, aún habrá días en los cuales la sexualidad casi llegue a derrotarlo. Todo su cuerpo, su mente y su alma clamarán pidiéndole intimidad, compañerismo y relaciones sexuales. Durante esos períodos de ardua tentación, el único 158

camino responsable que puede tomar es el de la obediencia pura y simple. Acuérdese de la fidelidad de Dios, y comprenda lo mucho que Elle valora, le ama y le respeta. Recuérdese a sí mismo las consecuencias del pecado sexual. Si desea de veras vencer esa tentación, Dios le concederá el poder para hacerlo. NO SE APRESURE A CONTRAER MATRIMONIO

Mi tercera sugerencia es que no se case apresuradamente. Con mucha frecuencia he visto a solteros que contraen matrimonio primordialmente por la necesidad imp ~riosa de intimidad y relaciones sexuales. He aconsejado a l3stantes personas destrozadas como para saber que una boda motivada sobre todo por tales necesidades casi siempre acaba en desastre. Aunque no crea ninguna otra cosa de las que estoy diciendo, créame en este punto: sus sentimientos de desdicha como soltero no son nada comparados con la desventura de estar malcasado. VEASE COMO DIOS LE VE

Mi· sugerencia final es que se comprenda y se vea como Dios mismo le ve. El desea mantener una relación profunda con usted y satisfacer cada una de sus necesidades. Dios le aprecia como nadie, y El es incapaz de causar daño a aquellos que ama. Todos sus pensamientos y acciones van dirigidos a hacer de usted cuanto El quiso que fuera al crearle. JANINE

Aun después de siete años de terapia intensiva, Janine hace una oración casi inconsciente cuando mantiene relaciones sexuales: "Señor, por Javo" no permitas que vuelvan aquellas imdgenes del pasado. Manténlejos de mI a los abusadores". Durante el coito con su marido, deja invariablemente las luces encendi~ y pone mÚ~ica.

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Siempre tiene necesidad de una orientación, de saber que es alguien adulto que escoge por sí mismo mantener relaciones sexuales, y no una niñita aterrorizada a la que se le está forzando a hacerlo. La mayor parte del tiempo esto da resultado, y en ciertas ocasiones ha podido realmente disfrutar del sexo. Pero ahí acaba todo. A causa del pecado de una gente perversa el vocabulario de Janine se ha visto distorsionado y limitado. No se moleste en hablarle del concepto bíblico de la unidad conyugal. Sería lo mismo que si se tratara de una palabra en otro idioma. "Para mí, ser uno significa serlo con un animal" -explica-, "ya que eso fue lo que quienes abusaron de mí intentaron hacerme". Luego está la palabra amor. Eso era lo que solía decirle su padre para terminar violándola. Por mucho que Janine intente renovar completamente sus ideas, a menudo vuelve a las palabras que aprendió siendo niña. Las violaciones sexuales que experimentó en su infancia definieron por entero para ella el vocabulario relacional: amar significa usar; el sexo es poder sobre otra persona,' y confianza quiere decir traición. Janine sabe, más que muchos otros, el poder que tiene la sexualidad para deformar, torcer y destruir. Ha estado sometida a una terapia intensiva dos o tres veces por senJQ1fQ durante más de siete años, y al tratar con los pedacitos y las piezas de esosfogonazos retrospectivos, ha tenido que hacer frente a todo el horror de su niñez e intentar abrirse paso, lo mejor posible, a través del dolor. Janine estd tratando de rescatar a la niñita que hay dentro de ella con todas las fuerzas que es capaz de reunir. Si la esperanza de la pequeña muere, también lo harán sus rasgos infantiles: la espontaneidad, el gozo y la confianza en Dios y en la vida.

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Primeramente Janine tuvo que creer que valía la pena salvar a aquella niñita. En su opinión nadie más lo pensaba, ni siquiera Dios. "Dios pudo haberme salvado del abuso" -expresa-, "pero no lo hizo ". Y hasta el día de hoy Janine libra una abrumadora batalla por mantener la autoestima. Su relación con Dios está muy lejos de ser lo que ella quiere que sea. Todavía se halla resentida. "De vez en cuando hablo con Dios" -dice-, "y me siento verdaderamente enojada con El. No comprendo cómo pudo dejar que esto ocurriera. Espero y creo que las imágenes que tengo de Él en lo profundo de mi alma no son ciertas, que no pueden ser verdad. A pesar de mis dudas, todav(a soy capaz de guardar un pequeño y sensible lugar de mi corazón para El". Según explica Janine, su fe es ahora "más real y menos intelectual". A pesar del dolor y de la duda, ha habido progresos en la situación de Janine. El sufrimiento que ella ha experimentadQ le ha enseñado algo Dcerca del gozo: "No creo que nadie pueda comprender las alturas del gozo" -expresa- "hasta que haya experimentado las profundidades del dolor". Su vida es menos ''perfecta'' ahora que antes de que comenzaran aquellds fogonazos ,.lTOspectivos. Janine no siempre dice lo correcto, ni tí/Jtaade la manera debida, ni se preocupa demasiado d.lf)'que los demás piensen. Le importa menos vivir de acu.rdo con lo que otras personas esperan de ella y se contentraniás en ser auténtica. nene menos relaciones qui~el, pero casi todas son (ntimas y sinceras. Ja"in,d.:s,e,CJ ,que la sanidad no tarde demasiado en' llegar. '~QUi$¡er:a poder comprender a Dios y amarle. Por todas, ,(f,~~, a mi alrededor veo personas que. conftan en 81,,1:/1 alaban, y desearlo poder hacerlo tanto como ello,~ De veras lo deseo",

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La lucha más grande de Janine consiste en recobrar la conciencia de su valor a los ojos de Dios. Cuando siendo niña estaba aprendiendo por primera vez sobre las relaciones, se le transmitió el siguiente mensaje satánico: eres una puerca, no vales para Jlada, eres menos que un animal., Parte del camino a la recu,peración desde esa clase de abuso consiste en afrontar abiertamente lo que ha ocurrido y reconocer el enorme abismo que hay entre el perdón del pecado y las consecuencias de éste. Dios puede perdonarnos, y nosotros podemos perdonar a otros, pero el perdón no borra las consecuencias a corto o largo plazo del pecado sexual, ya sean éstas físicas, emocionales o espirituales. Debemos reconocer dichas consecuencias y abrirnos paso a través de ellas. No

hacerlo supone arrebatarle al corazón la esperanza del gozo y vivir la vida como "alguien sin emociones" --en palabras de J anine-, alguien incapaz de experimentar mucho de nada, que lleva una vida gris. No reconocer el daño causado por el pecado tendrá además otro efecto: dicho pecado desconectará a la persona de los demás mediante el resentimiento, la frustración, el juicio y la introversión. El sexo, que debe ser una expresión y una celebración de la unidad entre dos personas, se verá limitado por la anchura del abismo que se le pide cruzar. Considere asimismo a Mary. Después de veinticinco años de matrimonio y de haber tenido tres hijos, su marido decidió correr una aventura amorosa. Cuando se le pidió que explicara el porqué, el hombre contestó que, necesitaba algo de diversión en su vida. Las cosas eran demasiado predecibles. Sea cual fuere la motivación, el adulterio constituye siempre un crimen dañino y doloroso, hasta el punto de que la Biblia presenta una cláusula de escape para aquellas personas cuyos cónyuges lo han cometido: tienen libertad para abandonar el matrimonio. Personalmente creo que esto es así porque Dios sabe J1lagnitud del daño que deja tras de sí el adulterio. Un matrimonio sacudido por tal afre!lta tendrá grandes dificultades para avanzar, ya que la infidelidad socava los mismos cimientos de la unión conyugal: la confianza, la lealtad de pacto y ~lre~peto mutuo. No obstante un matrimonio así puede repararse, aunque no m~teerperdón "fácil". Mary no puede decir simplemente que, a través de la gracia de Dios, perdona a su marido. Eso sería esencialmente una falta de realismo por su parte, y negaría la realidad del carácter destructivo del pecado. Antes de poder progresar en el perdón, tiene que comprender de qué manera ha sido dañada. ·Mary debe entender~ por ejemplo, que su capacidad de confiar ha qued~o paralizada casi por completo. Si no, se da cuenta del peJjuicio sufrido, tampoco entenderá sus reacciones, que a menudo, seguirán la senda del pecado autoprotector. A modo de ilustración diremos que, puesto que la confianza de

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Hay motivos para la esperanza, aunque hasta ahora Janine ha sido incapaz de rescatar a aquella niñita que fue. Se imagina a la pequeña colocada, por medio del abuso sexual, en una habitación vacía de su mente, sin luces, ventanas, muebles ni puertas. Está atrapada, aterrorizada y sola. Mediante el proceso de sanidad, Janine dice haber podido instalar en ese cuarto una o dos ventanas, algunos juguetes y una puerta. De cuando en cuando se le ha permitido a la niñita, que es parte de Janine, entrar en otras habitaciones de la mente de ésta y explorarlas. Ha salido afuera a jugar, y cambiado la forma que Janine tiene de vivir la vida. Janine sabe que el proceso de cambio continuará. "Tengo más batallas por delante en mi lucha por recuperar a la niña que llevo dentro" -dice-; "no a aquella a quien se convirtió en una muñeca de trapo, sino a la que nació para ser alegre y amada, cariñosa y respetada, fuerte y llena de vida. Con la paciencia de Cristo seré transformada de víctima en superviviente, y me veré libre". RECONOZCA EL DAÑO

la

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Mary ha sido violada en su matrimonio, pued.e que ahor.~ ella se retraiga de toda relación o circunstancla que eXlJa la vulnerabilidad de la abnegación. El reconocer los efectos del pecado contra nosotros es a menudo un requisito previo para admitir nuestra propia respuesta pecaminosa a dicho pecado. ENTREGUELE A DIOS EL DAÑO SUFRIDO

Pero no basta con reconocer el daño, sino que éste debe entregársele a Dios. Hemos sufrido un perjuicio, y nece~ita­ mos sanidad. Si Mary es capaz de comprender y sentlf el poder del pecado, tendrá más probabilidades de experimentar la eficacia de la gracia de Dios. La sanidad verdadera, conseguida mediante el proceso de duelo sincero, requ~ere algo más que la aplicación de un suave bálsamo emoclOnal; no viene sino es por medio de la sangre de Jesucristo. BUSQUE LA AYUDA DE DIOS PARA RECOBRAR LA CONCIENCIA DEL AMOR DIVINO

Mientras Mary busca sanidad para sus heridas, debe también orar a Dios por la recuperación de un sentido del amor divino. A pesar de que el pecado haya intentado arrebatar el tesoro, Dios todavía la ama con la misma sorprendente e inexplicable intensidad. Nada que ella haga (o que le hagan a ella) la separará del amor de Cristo. Cada individuo es de incalculable valor para Dios, y una vez que Mary empiece a estar de nuevo firme en el amor divino, se hallará mejor equipada para buscar la reconciliación. EXPRESE CLARAMENTE SU DOLOR Y CONFIESE SUS PROPIAS RESPUESTAS PECAMINOSAS AL MISMO

Mary debe también buscar un nivel continuo y profundo de comunicación con su marido, expresando claramente su dolor y confesando sus propias respuestas pecaminosas al daño que se le ha infligido. El hombre, a su vez, ha de intentar descubrir y comprender la verdadera motivación 164

de su adulterio, y comunicarle claramente a su esposa las razones del mismo al tiempo que busca el perdón de ella. SEA PACIENTE

Por último debe ejercerse paciencia. El daño causado por el pecado de adulterio, tanto activo como reactivo, no desaparece de la noche a la mañana: sólo la gracia de Dios, con el tiempo, reparará por completo el peljuicio causado. Cada uno de los cónyuges debe tomar la determinación de consagrarse primero a Dios, explotando el poder divino de sanidad y perdón, y luego a su esposo o esposa. Sin un compromiso completo de ser pacientes y amarse el uno al otro a pesar del daño sufrido, las heridas infligidas a la relación conyugal no sanarán.

CATBYYJOBN Tanto Cathy como John han pasado una eternidad tratando de encontrar los hogares de su infancia. Lugares como los que hubieran debido ser: protegidos, seguros, tiernos, conmovedores... Cathy recuerda cómo, cuando era niña, se subía a gatas a la secadora y miraba por la ventana esperando a que papá volviera a casa de los bares. "Contaba los automóviles sin cesar" -expresa-, ''pero él nunca volvía ". Ahora, según dice, todavía está mirando por la ventana. John, aprisionado por sus alergias y por el distanciamiento y la muerte de su padre, ha buscado a alguien que le ame paternalmente, de un modo incondicional. "Lo que buscaba en todas mis aventuras amorosas era que alguien me amase por mí mismo" -expresa-o "Tenía la convicción interna de que no merecía ser amado". La búsqueda de un amor así fue lo que los motivó desde los comienzos de su vida sexual. La sexualidad era algo próximo a la intimidad, y todavía más próximo

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a la huida. Ambos la utilizaron con frecuencia, desde temprano y con bastante provecho. Eran capaces de mover a la gente mediante el sexo; cuando no al amor, a ciertas emociones fuertes y a veces negativas. Empezaron a anhelar el ansia en sí, ya confundir las relaciones sexuales con lo que ellos de veras querían: el amor. Pronto la fantasía, por necesidad, se adueñó del control de sus vidas, ya que cada vez necesitaban más por menos. John echó una cana al aire con su amante de fantasía, aquella pareja de la revista Playboy hecha carne. Sin embargo, ésta le dejó tremendamente decepcionado: la fantasía pierde su lustre al hacerse realidad. Ella era egoísta, impulsiva, alcohólica, neurótica... de todo. En más de una manera, John aprendió que la autoindulgencia conduce a la autodestrucción. Desde muy temprano en su corta aventura amorosa, su amante de fantasía le pidió que fuera con ella a la iglesia. Aunque la mujer no tenía casi ningún sentido de la moral, ni compromiso alguno con ninguna clase de verdad, siempre asistía al templo. El ir a la iglesia la hacía sentirse más limpia, casi buena. John odiaba aquella iglesia -un laberinto litúrgico de ora, me levanto, ora me arrodillo-, y ella le sugirió que buscase otra mejor. John había oído hablar de una iglesia no demasiado lejos llamada Willow Creek, un edificio de aspecto comercial en los suburbios de Chicago, y decidieron ir allf juntos. La mujer aborreció aquella congregación, ya él le impactó. "Recuerdo aquel primer mensaje como si fuera ayer" -dice-o "El pastor afirmó algo que no he olvidado desde entonces: 'Sea como fuere, a Dios le importas"'. Dios le amaba, aunque él se odiase a sí

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mismo; ese era el mensaje que John había deseado oír toda su vida. Cathy ha escuchado ese mismo mensaje de que tiene importancia para Dios durante más de veinte años, y ha oído hablar de las promesas divinas para llenar el vacío de su alma. Sin embargo dice que aún necesita sentir algo permanente. Ha sido incapaz de liberarse por completo de su adicción, y a pesar de haber permanecido fiel a su esposo durante veintitrés años de matrimonio, se ha retirado de nuevo a su mundo de fantasía de amantes poderosos y perfectos. Ella ha experimentado, y todavía experimenta, un sinfín de emociones interconectadas: resentimiento, culpabilidad, vergüenza, rencor, miedo, sentimientos de poder, dolor y aislamiento. "Estoy hecha una maraña" -expresa. Dice que quiere seguir a Dios más que ninguna otra cosa, pero vez tras vez se ha visto arrastrada por una necesidad que la aparta mucho del mundo real. He aquí un poema que escribió acerca de esa zona de guerra que es su corazón:

Mi alma, cansada y apaleada Por el torrencial aguacero de la realidad. Busca refugio En la cálida y palpitante compulsión de lo fantástico, Donde las necesidades son resarcidas, El deseo cumplido, la satisfacción sentida. Donde el agujero interior se hace más y más profundo, Mientras me esfuerzo en vano por llenarlo. Como en el caso de Cathy, el mundo que John conocía estaba empezando a desmoronarse. Parte del daño ya se había hecho: aquella mirada de sus hijos al decirles que él y su madre iban a divorciarse. Su hijo tenía trece

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años por aquel entonces, la misma edad que John cuando murió su padre. En parte la situación se debla a que su estilo de vida, basado en mentiras y en el autoengaño, comenzaba a "chirriar yana parecer real". En parte, también, al exhibicionismo indecente de su amante "perfecta" en una fiesta a la que habían asistido juntos en otro estado. Pero, sobre todo, era debido a que Dios estaba entrando en la vida de John por medio de su quebrantamiento. Tanto Cathy como John han librado feroces batallas contra sus adicciones, muchas de ellas en forma de programas intensivos de orientación y terapia profesional-en el caso de John, hasta tres veces por semana-o Ambos confesaron sus pecados sexuales a sus cónyuges,' ambos recibieron el perdón,' ambos hicieronfrente al dolor de las consecuencias de su pecado. "Toda mi . vida estaba basada en una mentira" -dice John-, "y eso es algo dificil de admitir". El uno y el otro quieren ser limpios, y luchan contra la adicción sexual que los ha mantenido apresados desde la infancia. "Lo que me gustarla" -expresa Cathy- "es que alguien comprendiera lo dificil y extremadamente doloroso que resu1ta este proceso ". Después de años de lucha, John estd próximo a liberarse de su adicción. Se encuentra unido en caraz6n, mente, cuerpo y esp(ritu con su esposa, de la que una vez casi se divorció. Con el tiempo ha encontrado en ella una encamación humana de lo que mds deseaba: ,1 amor incondicional. Ha dejado de tener aventuras amorosas, la pomografla, la masturbación y todo ese ciclo destructivo interminable. Se ha comprometido a permanecer libre. Ni siquiera se pone desnudo ante un espejo -hasta tal punto llega su meticulosidad. JOM todavfa tiene que habérselas con las consecuencias

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de una vida de pecado. El daño que ha causado es multidimensional: ha infligido dolor a su esposa e hijos, ha herido el corazón de Dios, le resulta dificil sentirse perdonado, y ha perdido una parte esencial de su identidad. "Mediante el sexo desenfrenado he ido dejando pedacitos de mí mismo por todas partes" -expresa-, "y no puedo recuperar todo mi yo". No en esta vida. También Cathy sabe el daño que causa la adicción sexual. Cada día siente el dolor en su corazón. Aun así, según cuenta, la guerra sigue rugiendo. Tras veinte meses libre de la masturbación y las fantasías sexuales, hace poco que conoció a un hombre. Formaba parte de uno de sus grupos de apoyo. Se trata de un alcohólico, trabajador, con una infancia trágica ... un doble de su padre. Ella dice al respecto: "Está haciendo que todo mi ser se estremezca con sus maravillosas y necesarias palabras". Ahora Cathy fantasea casi de continuo acerca de él. Se siente atrapada, separada de Dios y arrastrada por su lujuria. "Sé que lo que estoy haciendo es autodestructivo" -expresa-, "pero no quiero ni considerar las . ". consecuencias John ahora tiene libertad para hacer el amor. Según dice, eso es lo mejor de todo. "Experimento gozo haciéndole el amor a mi esposa. Siento la alegría de la intimidad, de la coneXión alma con alma". Pronto la pareja celebrará sus bodas de plata. Atrapada en el pecado y la adicción, Cathy dice que después de veintitrés años está casi segura de que va a tener una aventura amorosa, un vano intento más de convertir en realidad la ¡antasta. "Sé que no funcionará" -explica-o "No soy tan tonta".

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El cristianismo y nuestra cultura concuerdan en que somos gente dañada, pero discrepan en cuanto a la causa. ~ la cura de ese daño. La Biblia afirma que la responsabIhdad del deterioro que vemos a nuestro alrededor la tiene el pecado. . El mundo utiliza un vocabulario distinto para referirse a la causa: las circunstancias, los genes defectuosos, los accidentes ... Las Escrituras dicen que hay que hacer frente al pecado y arrepentirse de él; nuestra cultura afirma que deberíam~s rechazar la responsabilidad personal por ese pecado y conSIderamos meramente víctimas suyas. Nuestra cultura intenta reparar el daño humano, pero lo despoja del contexto del pecado, t~nt~ person~lcom? ~olcc­ tivo. Puesto que hemos sido tan perJudIcados, sIgue dIcIendo, con toda seguridad no puede considerársenos resp?~sables. He ahí una nota morbosa subyacente de determIDlsmo y desesperanza. Esta mentalidad de víctima es la responsable del alto número de adictos que hay en nuestra sociedad. Puesto que éstos han sido dañados por el pecado de otros, buscan alivio en la huida. A fin de evitar el dolor y la pepa del pecado ajeno, desvían sus energías hacia estrategias de autoprotección o autodestrucción, que buscan bien la seguridad bien la aventura. Esas estrategias aparentemente tan opuestas comparten el hilo común del ensimismamiento: en ambos casos las arriesgadas y generosas alternativas del amor, la esperanza y la fe se consideran a menudo demasiado peligrosas y poco prácticas. Ese ha sido el caso de John y Cathy. Desde muy temprano el pecado produjo daño en sus vidas, engendrando una necesidad abrumadora, y en un esfuerzo por satisfacer dicha necesidad -y al mismo tiempo evitar más dolor- buscaron alivio en la huida. El basar sus vidas en la fantasía tratando de satisfacer las necesidades que tenían con lo que no era real, los condujo naturalmente a la adicción, la parálisis y la agitación del alma. Y estando tan concentrados en sus propias necesidades, su pecado produjo un daño enorme en las vidas de otros.

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Cuando alguien se ha entregado a una adicción -ha llegado a ser víctima de ella- se convierte en algo menos que plenamente humano. El pecado ha producido su efecto: distorsionando el deseo dado por Dios, reduciendo a otras personas a la condición de objetos para satisfacer las necesidades egoístas, y despilfarrando el potencial humano.

REBECA Dios mandó a su Hijo para que muriese por nosotros y fuera resucitado con gran poder. Y ese mismo poder que resucitó a Jesús de los muertos está ahora disponible para ayudamos a cada uno de nosotros a morir al pecado y vivir en Jesucristo. Sólo así, rindiendo nuestras voluntades a la suya, puede romperse el ciclo degenerativo del pecado y el amor empezar a realizar su obra sanadora. Una vez que Rebeca y su marido comenzaron a avanzar en el camino de la unidad, las tentaciones cambiaron. El ego(smo ya no era tan evidente, sino que se disfrazaba de buenas intenciones, siempre con el corazón abierto al otro. El marido de Rebeca, enamorado apasionadamente de ella, corría el riesgo de ponerla en el trono de su corazón, y a veces Dios era obligado a salir del mismo. Ambos se hicieron evangelistas,' pero el estandarte no siempre decía "Jesucristo", sino "Unidad". La pareja tenia celo, pero no demasiado conocimiento. "Sab(amos lo que estaba sucediendo en nuestro matrimonio" -dice Rebeca- "y quer(amos que otros lo experimentasen". Comenzaron un pequeño grupo en su iglesia y empezaron a enseñar acerca de lo que significa ser uno y de la intimidad en el matrimonio. Según resultó ten(an mucho que aprender lodav(a, principalmente sobre Jesucristo.

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La psicología, los libros cristianos y las clases de enriquecimiento matrimonial eran todo ello cosas útiles, pero su importancia palidecía ante una creciente y transformadora relación con Jesús. "Sólo en la medida en que somos limpiados individualmente de nuestro egoísmo y pecado" -dice el marido de Rebeca-, ''podemos reflejar mejor el amor del uno por el otro". Ezequiel 36:25-26 se ha convertido en la pieza central de su matrimonio: "Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un coraz6n de carne". y la condici6n del coraz6n depende de Jesucristo. "Unas buenas relaciones sexuales" -explica Rebeca"tienen que ver con dos corazones que están enamorados de Jesús. Cuando el alma está llena de amor por El, busca formas de servir a otros y expresar amor". El sexo, dice ella, es uno de los dones divinos más poderosos, creativos y únicos, por medio del cual una persona puede manifestar vigorosa y exclusivamente el amor por otra. Para Rebeca, las buenas relaciones sexuales no siempre son posibles. Con cuatro hijos todavía en casa, a veces es cuesti6n de encontrar el momento oportuno. En otras ocasiones, las inhibiciones y los temores que se le inculcaron de niña la persiguen; entonces, el sexo sigue teniendo ese dejo de lo que es prohibido. Pero muchas veces, en ciertas cotas de gracia ocasionales, ella experimenta la relación sexual como se pensó que fuese: una celebración de la unidad con otra persona en corazón, mente, alma y cuerpo. Rebeca y su marido están aprendiendo lo que significa quitarse las hojas de higuera,

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quedarse desnudos y vulnerables el uno ante el otro, y en vista de la gracia de Dios no avergonzarse. Sólo así su definición de intimidad -conocer y ser conocidoentra en la esfera de lo real. A veces dicha intimidad toma forma de orgasmo; otras, de una sonrisa.

La definición bíblica del amor la tenemos en l Corintios 13: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Este amor es antónimo del pecado. Allí donde el amor se manifiesta sufrido, benigno y humilde, el pecado es impaciente, falto de bondad y orgulloso. Mientras que el primero no se muestra indecoroso, no busca lo suyo y no se irrita, el segundo sí hace todas esas cosas. En tanto que el amor no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad, el pecado brota del mal y se oculta de dicha verdad. Allí donde el amor todo lo sufre, lo cree, lo espera y lo soporta, el pecado, a veces, lo hace también.... "siempre que pueda sacar algo de ello". Allí donde el pecado derriba, el amor edifica. Rebeca y su marido aprendieron a considerarse el uno al otro muy valiosos y a encamar las cualidades del amor en sus vidas; comenzaron a entender dicho amor como mutuo aprecio y capacitación. Poco a poco fueron aprendiendo a llevar a la práctica las difíciles palabras de Filipenses 2:34: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros". Esta es una labor penosa, especialmente en el matrimonio, donde las fricciones internas nos fastidian, las presiones externas nos distraen, 1a comunicación deficiente nos confunde ... Con cada hora que pasa somos tentados a contemporizar y

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a conformarnos con el aislamiento y el interés propio. Deseamos contentarnos con algo menos que el amor en su forma más pura y generosa. ALGUNOS PASOS PRACTICOS Tal vez muchos de ustedes se hayan rendido ya, o al menos hayan decidido desde hace bast~nte conformarse con, ~enos. Sus vidas sexuales, cuando eXlsten, son algo mecamco, Y ustedes piensan que simplemente no hay forma de volver a la . pasión. Yo estoy aquí para decirles que sí la h.ay. No les estoy prometiendo que vaya a ser fácIl; en reahda? el proceso requerirá una obediencia resuelta a la voluntad de DIOS. Sin embargo, hay pasos que ustedes pueden dar para devolver la unidad a su matrimonio y el fuego a su lecho conyugal.

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ynne y yo hemos reconocido que tendremos períodos inevitables de desconexión en nuestras vidas, y decidido no caer en el pánico durante esas ocasiones, [sino llamarlas] fases de "compromiso", [porque] entendemos que estamos comprometidos el uno con el otro a largo plazo y haremos todo lo necesario para establecer de nuevo la conexión entre nosotros.

saben cuáles son sus pensamientos, sus sueños, su fe, sus vidas diarias... Creo que para un matrimonio, sin importar el tiempo que lleven casados, resulta crucial reservarse al menos una noche por semana y dedicar tiempo sencillamente a hablar -de objetivos, decepciones, esperanzas, agravios; del ayer, el hoy, el mañana-o El romance empieza con el conocimiento mutuo, y ese conocimiento viene a través de la comunicación. CORTEJENSE EL UNO AL OTRO

Los matrimonios deberían también redescubrir cómo cortejarse imaginativamente y cómo pasarlo bien juntos. Con las presiones de criar a los hijos, conservar el empleo y mantenerse a un paso por delante de la vida, a menudo la diversión desaparece. Frecuentemente el matrimonio, en vez de constituir un refugio, se convierte en parte de la rutina, en otra causa de agotamiento. Las parejas casadas deben combatir esas bestias que son la rutina y el estrés, de modo que haga un poco el loco. Alquile una limosina para ir al McDonald's, tírese a un lago a las tres de la madrugada en una noche de luna, reserve una suite nupcial-de esas con espejos elegantes y jacuzzipara un fin de semana, vayan a jugar juntos al tenis, envíele por correo una carta de amor a su cónyuge ... El compartir experiencias divertidas puede servir de puente para reavivar el matrimonio. SIRVANSE EL UNO AL OTRO

El servicio mutuo es una forma garantizada de reducir la tensión y fomentar la pasión en el matrimonio. Busque formas de ser siervo: cocine la comida favorita de su marido, lávele el coche a su esposa, limpie la alfombra ...

COMUNIQUENSE

En primer lugar, aprendan a comunicarse. Se trata de algo importante para los recién casados, y por esta causa lo mencioné en el capítulo anterior sobre la pasión, pero también aquí la comunicación cobra relieve. Muchas veces los cónyuges se alejan el uno del otro simplemente porque ya no se conocen. No

El factor más importante para reavivar el matrimonio es que marido y mujer se enamoren más de Jesús, ya que esa es la única forma en que puede cambiarse un corazón egoísta en abnegado. Sin una relación vital y conectada con Dios, no hay

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ENAMORENSE MAS DE JESUCRISTO

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poder, es como intentar ver con una linterna que no tiene pilas. No quiero engañarle: por muy enérgicamente que traten los cónyuges de conectar otra vez entre sí, habrá ocasiones en las que la distancia seguirá siendo grande. Somos pecadores que viven en un mundo caído, y el egoísmo está muy arrai- . gado en nosotros. Aun el apóstol Pablo clamó con desesperación: "Queriendo yo hacer el bien encuentro que el mal está conmigo". Debemos ser pacientes con nosotros mismos. A Dios le preocupan principalmente las actitudes de nuestros corazones, la dirección del movimiento en nuestras vidas. Lynne y yo hemos reconocido que tendremos períodos inevitables de desconexión en nuestras vidas, y decidido no caer en el pánico durante esas ocasiones, como hicimos en una época más temprana de nuestro matrimonio. Llamamos a esos períodos fases de "compromiso". Aunque sabemos que las cosas no son tan buenas como podrían ser, también entendemos que estamos comprometidos el uno con el otro a largo plazo y haremos cuanto sea necesario para establecer de nuevo la conexión entre nosotros. Esto ha reducido mucho el efecto de latigazo entre períodos de conexión y desconexión el uno con el otro. Si dos corazones fríos y desconectados se acuestan juntos. habrá poco calor. El talante de las relaciones sexuales debe fijarlo una actitud de aprecio y de servicio mutuos. Como explica Rebeca, "unas buenas relaciones sexuales tienen que ver con dos corazones que están enamorados de Jesucristo. Cuando el alma está llena de amor por El, busca formas de servir a otros y expresar amor". El lavarle los platos a su esposa o cumplimentar a su marido por la labor de padre que realiza forman parte de la estimulación para la intimidad tanto como cualquier cosa que suceda en la alcoba. A medida que cada uno de los cónyuges comienza a aprender lo que significa apreciar al otro y darle de sí mismo, el lecho conyugal empieza a crepitar. Un entorno de amor libera al sexo para que sea aquello que se pretendió al crearlo: la expresión definitiva de unidad entre los cónyuges, una danza de intimidad, una celebración del nosotros.

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TERCERA PARTE: El papel de la iglesia

Capítulo 7 LA IGLESIA Y LA SANIDAD

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los dieciséis años una chica más mantiene relaciones sexuales con su novio. Después de todo está enamorada, y él utiliza unas palabras tan cariñosas de persuasión... Luego la jovencita queda embarazada, y sus padres, que son cristianos, la declaran rebelde, infiel y la envían a un hogar para madres solteras. Cada noche la chica va tachando los días que le quedan hasta el parto, aguardando con impaciencia la llegada del niño. Por fin, piensa ella, habrá alguien que la ame. A los cuarenta y ocho años de edad. otro marido decide correr una aventura amorosa. Su vida, dice él, carece de pasión, energía y sentido. No es que su mujer sea tan mala -se trata de una persona auténticamente solícita, madre maravillosa y buena amiga-, pero el hombre quiere un descanso, una oportunidad para revitalizarse, para volver a ser el mismo. Hace suya la jerga de la auto actualización, ese sofisticado modo de hablar de Hollywood. Echará una cana al aire y luego volverá con su esposa. Tres años después, corroído por el remordimiento, le cuenta a su mujer la aventura amorosa. Ella lo abandona. Y ahora, 179

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tras su reciente ascenso a vicepresidente de la compañía, se sienta solo en una casa de tres plantas, estilo colonial, próxima al club de campo, y llora cuando nadie le ve. Otra pareja, después de trece años de matrimonio, decide que no son el uno para el otro. Con el transcurso de los años se han ido apartando y han adquirido intereses distintos, seguido carreras diferentes e incluso abierto cuentas corrientes separadas. Pocas veces se ven, y mucho menos encuentran tiempo para hablar. No es que se odien, sino que creen que un nuevo enfoque de la vida les dará a cada uno espacio para crecer y ampliar su horizonte personal, para colmar el vacío de la separación. Mayormente ambos creen necesitar cierto voltaje sexual extra. Cuando les cuentan a sus dos hijos sus planes de divorciarse, los niños asienten y Horan. El matrimonio sabe que experimentarán algo de dolor, pero ¿no es cierto que los niños tienen gran capacidad de adaptación? Actualmente, cinco años después de haberse divorciado, la hija de doce años de edad todavía ora a Dios cada noche en secreto pidiéndole que la perdone por haber hecho que su padre se marchara.

una gira por el infierno. Pero el pecado jamás opera de un modo lógico, unilateral, de "a cada causa su efecto". No puede hacerse un esquema de la destrucción que produce el pecado. Se trata de algo muy parecido a un residuo peligroso: aunque en la caja haya un letrero que advierta "PELIGRO, RADIOACTIVIDAD", Y nosotros intentemos evitarlo, las sustancias contaminantes todavía es posible que se abran paso a través de la tierra y envenenen el suministro de agua, con lo cual todo el mundo estará en peligro. Alimentada con principios naturalistas y con el relativismo filosófico, nuestra sociedad ha sacrificado la responsabilidad personal en aras de los derechos del individuo, las relaciones de amor a cambio de la autorrealización, Y la intimidad por los orgasmos. Cada vez más las personas son incapaces de elevarse por encima de sus deseos ~g~ís~s y optar por el bien mayor, algo que esté más allá delmdlVlduo. El resultado de esto es una alienación generalizada: en las familias, entre las razas, en los corazones, en las ciudades, y en la actividad sexual.

"RESIDUO PELIGROSO" Podríamos seguir citando ejemplos. El pecado sexual ha partido el corazón de aquellos que lo han cometido; ha trastornado iglesias, negocios, amistades y familias; y ha destruido las vidas de nuestros hijos en más formas de las que podamos imaginar. Ese pecado es responsable, en diversos grados, de muchos de los problemas graves a los que nos enfrentamos como nación: el aborto, los embarazos de adolescentes, los hogares rotos y disfuncionales, el abuso infantil y las violaciones. Uno pensaría que en nuestra sociedad, que pretende valorar la razón, el mensaje habría quedado claro: el amor libre nos ha traído esclavitud, el sexo casual ha tenido graves consecuencias, y la búsqueda del placer se ha convertido en

No obstante hay ciertas razones para la esperanza: aunque el pecado a menudo no hace a las personas sensatas, con frecuencia las agota. En numerosas ocasiones algunos amigos que no pertenecen a la familia de Dios me han confiado que están caJlsados de vivir vidas sin propósito, hartos de la rutina. Están cansados de comprar cosas que no satisfacen, de lograr metas que a la postre no .son nada, ~e aventu~as sexuales que una vez pasada la pnmera emocIón los dejan insatisfechos... Si no se encontraran tan cansados incluso se atreverian a soñar con algo nuevo, siempre que ello fuera viable y estuviese disponible. Cada vez con más frecuencia la gente está buscando respuestas más allá de sí misma y de 10 calculable y comprobable. Sepa una reciente encuesta Gallup, hay un aumento considerable de la espiritualidad en los Estados Unidos. Más

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HE AQUI ALGUNAS BUENAS NOTICIAS •••

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del sesenta por ciento de los entrevistados dijeron que sus intereses espirituales habían aumentado en los últimos cinco años, y el número de estudiantes universitarios que afirmaron que la religión es importante para ellos ha saltado del treinta y nueve al cincuenta por ciento. Esta apertura a las cuestiones espirituales es una buena noticia. 000

y OTRAS MALAS

Sin embargo, el interés por la iglesia -por el cuerpo de Cristo- ha ido declinando de manera constante. Desde mediados de los años 60, las denominaciones históricas han perdido cinco millones de miembros. Hace poco me reuní en Dallas con dos altos dirigentes cristianos, y uno de ellos compartió conmigo su profunda frustración con la iglesia en los Estados Unidos. Estas no son sus palabras exactas, pero lo que dijo en esencia fue: "He perdido toda esperanza en la iglesia de Norteamérica. ¡Simplemente me he rendido! Es algo que sencillamente ya no funciona: no sólo los inconversos se mantienen alejados de ella como si fuera la peste, sino que ni siquiera los creyentes creen ya". Este líder ha decidido emplear su tiempo y esfuerzo en levantar iglesias en el extranjero, principalmente en la antigua Unión Soviética. ESO LLAMADO "VISION" Aunque puede que el dirigente en cuestión estuviera exagerando algo, pocos serían capaces de rebatir su tesis principal: la iglesia de los Estados Unidos atraviesa por dificultades, y ello es debido a que no se le considera vital ni pertinente para las vidas diarias de las personas. Esta falta de pertinencia y vitalidad ha sido causada por un fallo más fundamental: la iglesia parece haber perdido la visión original de Jesucristo, y la Biblia nos dice que donde no hay visión el pueblo perece. En cierta ocasión Napoleón Bonaparte afirmó que la imaginación gobierna el mundo. Es indudable que la gente se

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siente más cautivada por pujantes ideas que por personalidades carismáticas, leyes o la fuerza bruta, y que dedicará un esfuerzo excepcional, demostrará una consagración legendaria y sacrificará la mayor parte de aquello que aprecia -en ocasiones la vida misma- por una visión coherente y atractiva. Los hombres y mujeres que han modelado la historia, para bien o para mal, han sido capaces de crear y comunicar una determinada visión, así como de captar la imaginación y la devoción de la gente inflamando sus corazones y mentes de pasión y energía. Martin Luther King fue uno de esos visionarios. En agosto de 1963, desde lo más alto de la escalinata del monumento en memoria a Lincoln, describió el sueño que le había dado fuerzas: "Sueño con que mis cuatro hijos pequeños puedan vivir un día en una nación donde no se les juzgue por el color de su piel sino por el contenido de su carácter. ¡Ese es mi sueño hoy! ¡Que la libertad resuene 1... i Que la libertad resuene!"· Decenas de millares respondieron a la visión. Marcharon en Selma, protestaron en Birmingham, soportaron bombas, palizas, insultos y linchamientos en muchos pueblos y ciudades, y todo ello por hacer realidad el sueño que King había descrito tan maravillosa y enérgicamente, Pero Martín Luther King no fue el mayor visionario de todos los tiempos, como tampoco Winston Churchill, ni Abraham Lincoln. Esos hombres ni siquiera se le aproximaron. El título le corresponde a un carpintero de Nazaret, Jesucristo, el Dios-hombre que dividió en dos la Historia. LA VIS ION DE CRISTO: EDIFICAR LA IGLESIA El pasaje de Mateo 16:13-19 habla con fuerza tanto del visionario como de la visión, del hombre y de su sueño. Durante un período de "recarga de baterías" en privado con sus discípulos, Jesús preguntó: "¿Quién dice la gente que soy?" Y la respuesta fue: Juan el Bautista, Elfas, Jeremías, un gran profeta... Entonces el Señor preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy?" Pedro respondió sin titubear: "Tó eres

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el Cristo, el Hijo del Dios viviente". Lo había identificado correctamente: Jesús de Nazaret era el Cristo, no un visionario de segunda clase. Luego vino la visión en sí. Inmediatamente después de aquello, Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, describió lo que se proponía hacer: "Yo edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella". ¿Cuál era entonces su visión? Edificar la iglesia. Redimiendo y transformando de uno en uno los corazones, establecería una comunidad de creyentes; su visión no se parecía a ninguna otra que hubiera habido antes ni que fuera a venir después. Aunque la visión de Jesús era contracultural, El no quiso que fuera llevada a cabo por los medios típicos del poder revolucionario: las armas, la política ... ni siquiera la religión. En vez de ello, se realizaría por medio de una comunidad de personas que habrían de vivir en la tierra bajo el gobierno directo de Dios. En esa comunidad, cada individuo honraría a Dios con el coru;ón, el alma, la mente y las fuerzas. Todos sabrían que a Elle importaban y se sentirían profundamente tocados por la gracia y por el amor divinos. Cada persona se vería atraída por el carácter de Dios, humillada por su santidad, rendida por su ternura, sorprendida por su poder y confortada por su compañerismo. La comunidad en cuestión le obedecería y adoraría de buena gana. Los miembros de esta comunidad estarían radicalmente consagrados los unos a los otros. Los ricos cuidarían de que los pobres fueran alimentados. Los fuertes sostendrían a los débiles. Los maduros discipularían a los inmaduros. Los fieles restaurarían a quienes hubieran caído. El amor, la entrega de uno mismo en beneficio de otro, reinaría en el corazón de cada siervo. Cada persona utilizaría sus dones y talentos especiales para ~e.rvlr a los demás de la comunidad y se sentiría aprecia.. da y util. Todos tendrían un papel único -pero decisivo-- que desempeñar. en la vida de la colectividad y respetarían a 10$ demás. La mdependencia creativa combinada con la unidad

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entre individuos desarrollados como es debido constituiría la regla, mientras que la gente se sentiría emocionada por poder causar un impacto en el mundo fuera de la iglesia. El amor, el respeto, la intimidad, el servicio y el compartir entre las personas de la comunidad resultaría tan atractivo que la gente de fuera se apresuraría a decir: "Daría cualquier cosa por formar parte de una colectividad como esa. Esto es lo que yo busco: una comunidad en la que la gente se reciba entre sí con corazón sincero". y los de dentro de dicha comunidad harían cuanto estuviese en su mano por atraer a ella a los de afuera. Eso es lo que sucedía en la primera comunidad de cristianos. Durante tres años, Jesús fue de una ciudad a otra explicando su visión, y dicha visión arraigó. A veces la autoridad con la que el Señor hablaba movía al silencio a la gente; otras, el poder y la amplitud Qe su visión era difícil de entender y sobrecargaba las imaginaciones de las personas abrumando SUS.QOfUones; otras aun, la visión impulsaba a quienes ostentaban el poder. a los líderes religiosos que no querían compartir el pastel, a odiarle y maquinar su muerte.

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ara que la iglesia vuelva a ser otra \'ez efectiva en su tarea de redimir la cultura debe restablecer esa visión de las comunidades rege-

neradas de Dios. Pero a medida qlle la yisión se revelaba, hacía que los corazones de la gente se elevasen y sus mentes lograran una mayor amplitud. Ya no tenían que seguir siendo espectadores en el teatro de la vida, sino que se les llamaba a actuar, y eUos mismos· deseaban hacerlo~ Llegaron a comprender que seguir la visión de Iesl1s erá el más alto llamamiento que nadie podía recibir. Se trataba de visión más cargada de verdad. máS

la

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atractiva, más glorificadora de Dios y de más ayuda para la gente que pudiera imaginarse; era (y sigue siendo) fresca y creativa, e incluso bastante peligrosa. Sus implicaciones se extendían más allá de este mundo, hasta la eternidad. La iglesia, engendrada por el poder del Espíritu Santo en Pentecostés, se convirtió en una genuina comunidad de Dios, cuyos miembros le amaban a El de veras con el corazón, la mente, el alma y las fuerzas. Dentro de la iglesia se amaban, servían y entregaban unos a otros para la edificación del cuerpo de Cristo. Fuera de ella, ofrecían una alternativa sugerente a la vida de la decadente cultura romana caracterizada por el pecado sexual desenfrenado. LA "VIDA DE IGLESIA": UNA PARADOJA SUPERLATIVA Alrededor de dos mil años después del nacimiento de aquella dinámica comunidad de Dios, un pequeño grupo de creyentes se aprestaba a comenzar una iglesia en los suburbios del noroeste de Chicago, y decidieron recorrer puerta por puerta toda la comunidad haciendo una encuesta. Su primera pregunta era: "¿Participa usted activamente en alguna iglesia local?" Si contestaban que sí, se agradecía su ayuda a los encuestados y se pasaba a la casa siguiente. Cuando la persona decía: "No, no voy a la iglesia", le pteguntaban cuál era la causa de ello. Se obtuvieron resultados asombrosos. Algunas de las respuestas más frecuentes eran:

• • • •

La iglesia no es pertinente para mi vida diaria. La iglesia no tiene vida, es aburrida y predecible. El pastor no me predica, sino que me sermonea. Se habla demasiado de dinero.

Jesucristo es cierta (y lo es), entonces la iglesia debería ser el lugar más dinámico, compasivo, desafiante y pertinente del planeta Tierra. Lo que nos estaba diciendo la gente a quien encuestábamos era que la iglesia ha perdido su capacidad de desafiar a la cultura, de ser una comunidad alternativa en un mundo sacudido por el pecado. En vez de ello ha estado dispuesta a conformarse meramente con ir tirando. En el antiguo Israel, el pueblo modelaba ídolos con sus propias manos y los adoraban en lugar de al Dios santo, temible y todopoderoso. Hoy en día la iglesia sigue a los ídolos del dinero, la comodidad y los títulos; se mide a sí misma por esos criterios insignificantes; en vez de permitir que el amor, la gracia y el poder de Dios la cautive. Ha trocado una gran visión por ideales pequeños, y en lugar de enviar ondas que sacudan la eternidad, se ha conformado con ser una simple onda en algún charco, reflejo de su. propio ensimismamiento. Cuando nosotros, los miembros del cuerpo de Cristo, perdemos la visión imponente que Jesús tiene para su esposa, la tendencia de la colectividad eclesial es a irse encogiendo hasta haeerse algo impertinente y caer en la jerga. El poder violento y transformador del amor queda así reducido a un grito insusbUlCial que demanda juicio. La fuerza consoladora, y al miSIl'lC) tiempo anolladora, del Espíritu San to empieza a asemejarseal soplo de una brisa fresca en el club de campo. La iglesia se retira a los santos corrillos donde se "alora la seguridad, intentando protegerse de esa cultura a la que se supone debería redimir, y se desconecta de la vida real desestimando la verdad como inadecuada. Cuando esto sucede, la comunidad cristiana pierde su voz en la cultura a la cual es llamada a sanar.

RECUPERANDO LA VISION DE LA IGLESIA

Yo formaba parte de aquel grupo de creyentes, y se me partió el corazón con las contestaciones dadas a la encuesta. Hice votos ante Dios de que nunca permitiría que nuestra iglesia fuese aburrida o poco pertinente. Si la visión de

Para que la iglesia vuelva a ser efectiva en su tarea de redimir, la cultura debe restablecer esa visión de las comunidades regeneradas de Dios. Cuando los cristianos captan la magnitud de dicha visión se sienten menos tentados a contemporizar y más

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inclinados a tomar parte en ella. Cualquier otra aspiración palidece ante ésta: la de ganar dinero, acumular "juguetes", buscar placeres, ascender en la escala social... Ninguna parece lo bastante noble, importante o eterna como para apresar la imaginación de uno y justificar la inversión de su vida. Cuando la iglesia recupera su visión, se ponen en marcha otras tendencias que rechazan la retirada al aislacionismo, la contemporización y la inoportunidad, y se desata un penetrante y transformador movimiento del Espíritu Santo capaz de inspirar a los cristianos para que traten de un modo eficaz con las cuestiones decisivas a las que se enfrenta hoy en día nuestra cultura, entre ellas la crisis del pecado sexual. Los creyentes aprenden a valorar su sexualidad como uno de los dones más extraordinarios, poderosos y únicos de Dios, e intentan alcanzar a aquellos no integrados en la iglesia que necesitan este mensaje. ¿Pero cómo puede llegar a suceder esto? ENSEÑANDO LA DOCTRINA DEL MATRIMONIO

En primer lugar los pastores y maestros deben dar una clara instrucción bíblica. Cuando la gente recibe enseñanza de la PaIabra de Dios, comienza a ver las posibilidades enormes de su sexualidad y la responsabilidad que ésta lleva aparejada. También aprenden que las imágenes sexuales utilizadas en la Biblia para hablar de la relación entre Jesús y la iglesia, su esposa, son las mismas que se emplean para marido y mujer. Llegan a entender que la función de la iglesia y del matrimonio es la misma: producir una unidad completa e íntima. Lo que sucede en nuestras relaciones sexuales, de alguna forma profunda y misteriosa, refleja la relación entre Cristo y su iglesia. El sexo no es nada secundario, sino algo de capital importancia. Una ensefianza clara acerca del paralelismo que hay entre la relación sexual dentro del matrimonio y el lazo entre Cristo y la iglesia elevará de tal manera el concepto de la unión conyugal, que el trato sexual, expresión por excelencia de la unidad en el matrimonio, será considerado como 10 que realmente es: el cumplimiento de algunos de los anhelos

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más profundos del ser humano. Una vez que los creyentes capten la importancia de la doctrina bíblica del vínculo matrimonial, no se mostrarán indiferentes ni fríos en lo tocante a la sexualidad, sino que tratarán de veras de comunicar la magnífica visión del sexo tal y como se presenta en la Palabra de Dios. ENSEÑANDO A NUESTROS HIJOS ACERCA DE LA SEXUALIDAD

La educación sexual, en su sentido más sano, se convertirá en una prioridad dentro de la iglesia. Los maestros cambiarán el enfoque de su enseñanza centrado simplemente en las consecuencias del pecado sexual, a los beneficios potenciales ", de la sexualidad, equipando así a los padres para que trans, mitan a sus hijos esa perspectiva. El enseñar a la próxima generación a evitar el pecado sexual ocupará un lugar impar. ',., ,tante, pero no tanto como el prepararla para la sexualidad , dentro del matrimonio. La enseñanza del plan de Dios para el éexo aumentará la fortaleza de ellos a flO de que no sean llevados de acá para allá por las ideas de la calle, y les dará fda'za para resistir al pecado sexual. Dí\HDOIMPORTANCIA A LOS TEMAS DE SBKU,ALIDAD EN LA ORIENTACION y LABNSEÑANZA PREMATRIMONIAL

La educación sexual en la iglesia no deberá limitarse a instruir a nuestros hijos. Cuando los cristianos empiecen a "QOMprender el poder de la visión divina para la sexualidad, l;¡lOndrá la enseñanza sobre este tema al alcance de las persa... ftasde cualquier edad. La preparación para el matrimonio en '18, iglesia, por ejemplo, se hará rigurosa~ emocionante y al mismo tiempo implacable. Entre las señ ales de una iglesia .¡lludable estará. el rechazo de aquellas peticiones de matrimonio prematuras o desatinadas. Se harán insistentemente estas preguntas a quienes estén considerando casarse: ¿Están envueltos actualmente en algón pecado sexual? ¿Son creyentes tanto el uno como el otro?

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¿Qué probabilidades hay de que su matrimonio dure? ¿Arrastran problemas emocionales o espirituales del pasado? ¿Cuáles son sus trasfondos y estilos relacionales aprendidos? ¿Qué esperan del matrimonio y de las relaciones sexuales? La comunidad de creyentes reconocerá que si el sexo ha sido verdaderamente ideado para ser un reflejo de esa clase de intimidad profunda que existe entre Cristo y la iglesia, entonces ésta debe hacer cuanto esté en su mano para asegurarse de que los que entran en la relación conyugal tengan las mayores posibilidades de cumplir con tan imponente responsabilidad. Las clases de enriquecimiento matrimonial, impartidas por hábiles forjadores de visión, dedicarán bastante tiempo a estudiar la sexualidad, y la enseñanza en cuestión se adaptará a cada etapa del itinerario sexual y dará respuesta a preguntas tales como estas: ¿Cómo se hace frente a la tentación sexual durante los años vulnerables de la edad mediana? ¿Es posible poner un énfasis exagerado en el sexo durante los años tempranos del matrimonio? ¿Por qué durante el primer año de casados algunos maridos no se sienten sexualmente conectados con sus esposas aunque compartan con ellas un alto grado de pasión? Dentro de la iglesia se reconocerá que el aprendizaje en el terreno de la sexualidad es un proceso que dura toda la vida y resulta decisivo para la madurez personal continua. IMPARTIENDO EDUCACION SEXUAL EN EL CONTEXTO DE UNA PERSPECTIVA CRISTIANA SOBRE LA VIDA ENTERA La educación sexual en la iglesia deberá ir más allá de la mera transmisión de conocimientos. El título de un libro sobre la sabiduría sexual en este contexto no sería "Siete pasos para un coito mejor", sino que la instrucción sobre el sexo estaría más bien integrada en una cosmovisión cristiana que tratará de contestar a las preguntas de quién es Dios, de qué forma quiere El que vivamos, cómo encajamos personalmente

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en su plan, y dónde lo hace el diseño para el sexo, ordenado por El mismo, en el esquema general de las cosas. Al elaborar una perspectiva cristiana de la vida en su totalidad la comunidad de creyentes aprenderá a pensar -integr~r y analizar información- bíblicamente. Medi~nte este proceso de reflexión, el conocimiento se transformara en sabiduría y los cristianos crecerán de veras en la Cabeza, que es Cristo. Cuando esto suceda, Dios bendecirá abundantemente sus vidas sexuales. FOMENTANDO LA MADUREZ DE LA RELACION Pero saber y hablar la verdad no serán suficientes. La preparación del pueblo de Dios para el servicio, la mad~rez y la acción implica algo más que conocer la sana doctrina. Los líderes de la iglesia deberán también concentrarse en el proceso de las relaciones; esos liosos e ineficaces encuentros entre individuos caídos que se debaten internamente entre la autosuficiencia y la abnegación. Ahí está la cuestión: la verdad debe practicarse en amor. La Biblia se muestra enfática en cuanto a esto. Juan, el discípulo al que Jesús amaba. aftrma claramente: "~l que dice: Yo le conozco[a Jesús]. y no guarda sus mandam1entos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se . ha perfec<;ionado" (1 Juan 2:4-5). La verdad debe hacerse carne a través de unas relaCIOnes amantes. La gente de hoy en día anhela la intimidad y ese sentimiento de estar conectada con otros. Tampoco son simplemente los inconversos quienes tienen que hacer frente a la soledad' los cristianos se ven también profundamente afectados por ~lla. Las familias han saltado a menudo por los aires; los vecinos van y vienen cada pocos años, y son raros o inexistentes aquellos amigos que conocen toda la historia personal de uno. Los' pastores comprometidos con la \'isión de Jesucristo deben llamar a la comunidad cristiana a una clase de amor drástico ycontracultural. especialmente en lo referente a la

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sexualidad. Tienen que recordar a los creyentes un concepto expuesto en muchos lugares de este libro: el de que Dios ideó el sexo como expresión definitiva del amor, como la danza de la intimidad. Si queremos aprender el lenguaje de las relaciones, ¿por dónde empezar mejor que por nuestra propia sexualidad? La institución del matrimonio permite que cada persona aprenda a amar en el entorno seguro de un compromiso de por vida. A menudo se trata de un trabajo desagradable que requiere morir al yo cada día. La parte de nosotros que intenta vivir según deseos egoístas debe ser crucificada muchas veces. El proceso de maduración sexual implica esta muerte. Al aprender a vivir en Cristo, nos liberamos para dar a otros; y cuando llegamos a comprender mediante la relación conyugal que el sexo no es meramente una cópula física, sino una senda abnegada de amor, confianza, compromiso y respeto, la verdadera intimidad puede marcar cada una de nuestras relaciones, y no simplemente aquellos aspectos sexuales del matrimonio. Esta expresión íntima y desinteresada se transmitirá luego a las actitudes que tenemos para con nuestros amigos, vecinos y miembros de la familia, y a nuestro modo de obrar con ellos. UNA COMUNIDAD GLORIOSA

Cuando se practica la verdad en amor, el resultado es unidad. Escuche el lenguaje de Efesios 4: 16: "De quien todo el cuerpo [de CristoJ, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor". Aquí percibimos una sensación de virilidad, sincronía, precisión y poder. El cuerpo no sólo funciona, sino que es gracia en acción, bello de contemplar. A medida que se recobra la visión de Jesucristo para 8U cuerpo, las hebras de la sensibilidad y la confianza vuelven a ir tejiendo la tela de la iglesia y dando lugar a una manifestación deslumbrante de la santidad, la gracia y el poder divinos. Y al anclarse la iglesia misma en la verdad y moverse en el amor, se convierte en aquello para 10 que fue diseftada: una 192

comunidad contracultural, redentora y transformadora que ruega ser tenida en cuenta. UN PODEROSO IMPACTO EN LA SOCIEDAD

Entonces, y sólo entonces, impactará poderosamente la iglesia a esta sociedad. Cuando se comunica y se capta la visión de la comunidad cristiana, ésta'Presenta una alternativa vital para aquellos que viven en la cultura moribunda. Al renovarse de este modo, la iglesia cobra automáticamente pertinencia; y cuando los buscadores se ven verdaderamente atraídos hacia una comunidad de creyentes, no pueden menos que sentir curiosidad acerca de la verdad que la motiva y del poder que produce su actividad. Si la comunidad cristiana está dispuesta a seguir buscando nuevas formas de crear un lugar resgulll'dtdo donde los incon.. versos puedan escuchar el peligroso y trabsfonnador mensaje de la Palabra de Dios, se hará cada vez más efectiva en sus campallas y en el evangelismo, y proporcionará a los buscadores la oportunidad de descubrir, en un entorno de anonimato yde libertad de todo posible embarazo, las respuestas a esas 'preguntas espirituales de quién es Jesucristo, qué es real_nte la Biblia, de qué trata la vida cristiana y qué signiftCl 'nacer de nuevo. BSfftomunidadcristiana manifestará también, en palabra y en Obra. lA' sabiduría bíblica en cuanto a cómo tratar el resentbnieftt«>:f~ldesengafto. el dinero, el poder y el sexo. Y mostrtda 111 busCadores que la promesa de vida abundante hecha por l~s. se aplica, no sólo a una existencia etérea en el otro mundo. sino a la vida real de huesos rotos, lujuria incontrolada y suellos destrozados. CONECTORES HUMANOs Antes que el. cristiano ponga un pie en el campo de batalla del que se habla ~n este libro, debe saber lo que Dios dice acerca del sexo. !Sto es algo que puece obvio. pero muchos creyentes tienen una lamentable ignorancia de lo que en sella realmente la Biblia. No podemos simplemente 193

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dar por sentado que conocemos nuestro propio lenguaje -las palabras de las Sagradas Escrituras- con cierta profundidad y precisión.

un cuando ~ongamos nue~tro mayor empeno en comUnIcar con eficacia lo que la Biblia dice acerca del sexo, sólo podremos conseguirlo en cierta medida. Hay un punto más allá del cual se necesita verdaderamente la regeneración para comprender.

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Precisamos absolutamente un conocimiento más profundo de lo que dice la Biblia. Ella debe ser siempre nuestro punto de arranque y conclusión. Si no llegamos a entender el plan de Dios para el sexo, ¿cómo podremos, por ejemplo, tener la esperanza de experimentar ese gozo prometido de la pureza y la intimidad sexual? Resulta imposible practicar y "traducir" la verdad sexual si no sabemos lo que es. Hemos de entregarnos a un estudio dinámico y permanente del conocimiento bíblico, y modelar nuestra cosmovisión con diligencia y con un compromiso hacia la Palabra de Dios como verdad inerrante. Luego debemos vivir lo que creemos. La Biblia se convierte entonces en el punto de referencia para toda nuestra manera de pensar, y a través de ella filtramos cualquier otra información para discernir la verdad claramente y entender de un modo más preciso el mundo en que vivimos. Sin la realidad de Jesucristo transformando los corazones y las mentes de aquellos a quienes hablamos, no hay esperanza de poder redimir nuestra cultura de las actitudes devastadoras y las consecuencias del pecado sexual. Sólo las personas espirituales son capaces de comprender las verdades espirituales; especialmente

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cuando se ha vaciado con tenacidad a tantas palabra s d e todo d .. . · t IpO e perspectIva cnstIana. Nuestra sociedad ha degenerado hasta tal punto d ,y e un . 1 l' mod. o especia en as cuestIOnes sexuales' quea much gente . sencIllamente no tiene la base moral necesaria para c 1 " ompren· der 1o que dIcen os cnstIanos acerca del sexo. Los c . Id' . reyen tes, por eJemp o,1 captan e IOmedIato la palabra "pureza" ,aunque . no siempre a tengan como . norma, de vida . .' "j Pero que' . pasa con Ios Inconversos? Pronuncie ese termlOo y' tradu CI'd o por mentes corruptas y c~razones partidos, significará: (1) nada en absoluto; (2) algo Increíblemente estúpido y falto d t d . . S '11 amente no tienen base para compr ed o1 a pertInencia. · encI · en er o. E s lo mismo que SI usted hablara en hebreo a través d d ' e unos . 1 a1tavoces Insta a os en Júpiter. Esa es . la razón D' por la. cual el evangelismo, ese proce so que 1e permite a lOS cambiar corazones uno por uno res lt t .1 d b ' , u a an crucla y e ena estar en la primera línea de nuestros esfuerzos, Aun cuando. pongamos nuestro mayor empeño e n comu.. nIcar con eficaCia lo ~~_ . 1que la .Biblia dice acerca del sexo, so'1 o pvwemos consegUlr.o en cierta medida. Hay un punto más allá del cual se necesIta verdaderamente la regeneracI'o' .......... .1'"r. n para COmyL __ . T~..~én'J1~os de practicar un amor fundado en la humildad. ¿~'qu~ manera podemos los creyentes y los inconversos razonar ,untos? ¿Cómo aprenderemos a hablar del mod penetnlnte de Jesús? Para abrir la puerta de los Coraz.ones ~ las men:tesde las persona~, h~mos de comunicamos de tal mane~qUe és~ puedan Olr, Olf de veras, las buenas noticias. EXlSlFA \'anos métodos para lograr una comprensión así. ~o más l~~nte .es ~u~ ~esarrollemos y alimentemos relacIOnes del~l~lduo a ~ndlvlduo c~n aquellos que no pertenecen a la famlha.~e DIOS. La motivación siempre d~be estar basada en la tlumil
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verdades del evangelio y la enseñanza bíblica acerca de la sexualidad c~n términos que l~ gente de hoy pueda comprender. La necesIdad de hacerlo tIene sus raíces en la diferencia de cosmovisiones que hemos mencionado hace un momento y en secciones anteriores de este libro. En otro tiempo la cosmovisión imperante en nuestra cultura era la cristiana. Aun los que no creían actuaban dentro de un sistema de valores afines al cristianismo, y cuando los creyentes les presentaban el evangelio no necesitaban comenz~ por lo más elemental. Hoy en día, sin embargo, los cnsttanos no deben dar por sentado que conocen las ideas de la .g~nte a la que están evangelizando. La mentalidad judeocnstIana sobre la que se fundó la civilización occidental ya no representa la cosmovisión predominante en nuestra cultura, sino. que ha sido ampliamente sustituida por esa otra que se manIfiesta en las tertulias televisivas. El lenguaje de los creyentes, un vocabulario que en otro tiempo al menos todo el mundo c?mpcc:ndía, se ha convertido en idioma extranjero para la casI totabdad de los que no participan de la fe. De modo que debemos ser traductores. Necesitamos, por ejemplo, buscar formas creativas de comunicar 10 que significa a~repenti,?iento a la persona que, de~pués de cometer ad~.t~f1o, ha sIdo aconsejada por un pSIcólogo secular que rechace el sentimiento de culpa como algo arcai~~ y repre~ivo. Debemos encontrar maneras nuevas de trans~ll1t1r el sentIdo de la palabra salvación a una tercera ge~eraclón de perceptores de la asistencia social cuyas expec~tiv.as no van m~s allá de poder ver el serial televisivo del día slgu~ente. Neceslt?mos descubrir nuevos métodos para comUnIcar l? 9ue qUIere ~ecir santidad a ese hombre que, a fin d~ sobre~lvlr en el ambIente de las grandes compaflías, se ha VIsto obbgado a soltar el lastre de los principios morales que le que~~an. Tene~o~ que encontrar una manera efectiva de tt:anS~ltir lo que SIgnIfica fidelidad a esa mujer a la que un dlv~rclO aso~ador le ha robado el alma, o Dios Padre a las víctImas dellDcesto o a esos niños cuyo progenitor ha abandonado a la familia.

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Podemos llegar a ser esa clase de traductores si seguimos el ejemplo de Jesús, que hizo que la Palabra (el Verbo) se hiciera carne. Piense en lo que eso significa. En el plan de Dios no bastaba con que la Palabra fuese simplemente hablada, tenía que encarnarse -esa inexplicable transformación de lo divino en un contexto humano-. Jesús entró en nuestro mundo, se hizo como nosotros para poder salvarnos, se convirtió en alguien absolutamente pertinente para los lugares en los que vivimos nuestra vida... El conoció de primera mano nuestros anhelos, limitaciones y ansias de intimidad. Pudo percibir con sus propios sentidos nuestro pecado -los lugares engañosos en los que ponemos nuestra esperanza, por medio de los cuales amortiguamos nuestro dolor y en los que buscamos algún propósito-. Jesús nos comprendía, y hablaba nuestro lenguaje de un modo que penetraba las almas. Nosotros somos llamados a hacer lo mismo: debemos permitir que Jesucristo, la Palabra viva, actúe a través nuestro y "encarne" la Palabra para un mundo inconverso. Nuestras acciQnes han ~proporcionar un cuerpo a nuestras creencias; lo que\sipifica que en la vida sexual, por ejemplo, deberemos ac~ar • modo consecuente con lo que Dios ha dicho acerca delsexo -por amor a nosotros mismos, al mundo que nos ~,v al ~e~or-.. Si ~o vivit:n0s ,lo que Creemos, nuestro ~a cultura seÍCí menos que cero. I)e. igual manera debemos tratar de comprender, en todo ~....tq, los pensamicmtQS~ l~s n~.esida~es y lo~ an~~l.os d.e féi.mconversos; hacer un esfu~o sostenido y cUldadosQ ~ ."'tificamos con aquellos que no comparten la fe; ponernoS. en el lugar de los perdidos; e$Cuchar verdaderamente el punto: de vista del. que está buscando; y responderle con sensibili:. dad. No hemos de hacemos tan "espirituales" que perdamos el contactoeon.las realidades del mundo que nos rodea, Necesitarnos sentir el dolor de alguien que, a pesar de un sinfín de aventuras amorosas,. ha caído más hondo en el pozo· de la desespetlDm y la alienación; así como empatizar con la ~on.& . .',.. . ..esa mujer ~ién divo~iadat con dos niños ~que-. n~la que su mando ha dejado por otra más Joven.

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Debemos escuchar los ecos del alma de una persona cuya vida no tiene propósito. Eso es exactamente lo que hizo Jesús con su encamación. Asimismo debemos entender los principios que dominan la cultura y proporcionan el marco para tomar decisiones. ¿Qué fuerzas moldean nuestra sociedad e influyen en el pensamiento, la conducta, el concepto de uno mismo, la idea de la verdad y la sexualidad de quienes la componemos? ¿Cuáles son nuestros motivos, presuposiciones, teorías y valores tácitos y explícitos? Cuando comprendemos esas fuerzas modeladoras de nuestra cultura y que influyen en el modo de pensar, comportarse, verse a sí mismo, entender la verdad y enfocar la sexualidad que tiene la gente, estamos más capacitados para indicar a las personas el camino hacia la paz y el descanso en Jesucristo. Pero si no logramos entender la perspectiva predominante y el contexto en el que las personas toman sus decisiones críticas, seremos unos comunicadores ineficaces. Eso no significa que debamos comprometer la verdad en nuestros esfuerzos por comunicar y empatizar con los in conversos. Hemos de presentar el pecado como lo que es, el ácido de la muerte, pero al mismo tiempo reconocer la diferencia que hay entre esta presentación clara y empática de la realidad del pecado y el sermoneo al inconverso con una actitud dura de juicio. Tampoco quiere decir esto que los cristianos tengamos que pecar para comprender a los pecadores -ya estamos bastante familiarizados con el pecado y sus devastadoras consecuencias- , sino simplemente que debemos tratar de entender con la humildad más profunda, cómo aquellos que no partidipan de la fe experimentan la vida diaria. Todo esto tiene que ver con la capacidad de conectar -que es algo más que convencer a alguien para que crea o tratar de impugnar con lógica una ley inmoral para que se derog ue-o Los cristianos siempre han sido deficientes echando pulsos, pero se puede conseguir mucho manifestando con tranquilidad

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que, dadas las dos cosmovisiones predominantes en nuestra cultura, la Biblia tiene bastante sentido. Si logramos simplemente plantar una semilla de lógica y pertinencia habremos dado un paso importante hacia el resquebrajamiento del dominio de nuestra cultura sobre un determinado individuo, y permitido que el Espíritu Santo ponga a trabajar a su equipo demoledor de presuposiciones. Una vez iniciado el proceso, los muros empezarán a caer y, poco a poco (o a veces de repente), el individuo caerá en .la cuenta de cuán precario es el cimiento sobre el cual ha edIficado su vida. Durante más de una década he tratado de guiar a Cristo a un hombre de negocios de la zona; Y en el transcurso de los años, siempre que nuestra conversación derivaba hacia lo espiritual, podía oír cómo rechinaban los goznes mient~~ la puerta de su corazón se iba cerrando lentamente. ¿La Blbha? Era sólo un libro inocuo de mitos religiosos. ¿Jesucristo? Había sido un ser humano maravilloso. ¿La iglesia? Un bondadoso y bienintencionado grupo de personas enfermi~as que necesitaban su inyección semanal de algo que no precIsa la gente normal. JSn pocas palabras, ese hombre parecía intocable e inamovible~.• basta que nació su hijo retrasado mental. Luego, con los afiOIcomprendíque el único punto de conexión espiritual que podía establecer co~ él era ~abl~ndo sincera~ente del ~iño. ¿Le importaba a DIOS la. sltua~~ón ~e su C~ICO? ¿Hana el tierno amor del Señor haCIa su hIJO mmusváhdo un poco más llevadera la vida de éste? ¿Qué posibilidades había de un milagro? ¿Sería normal el niño en el más allá? ¿Cuál era la causa de su defecto? ¿Existe de veras el mal en nuestro universo y se está librando una batalla por los corazones y las' mentes de hombres y mujeres? ¿Cómo encaja Jesucristo en esa lucha cósmica? ¿Es el concepto del universo basado en el azar realmente más plausible que la visión que presenta la Biblia? Antes que me diera cuenta de ello estábamos teniendo charlas espirituales maduras en las que comparábamos las

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dos cosmovisiones. Podía notar Cómo el Espíritu Santo llevaba a cabo su ministerio de convicción; pero, humanamente hablando, sólo había un puntc:n:telconexión con la mente y el corazón de aquel hombre, ,.,elamor, la preocupación que 61 sentía por su hijo. ,;,:' , Todos los que somos ~'necesitamos identificar de igual modo, con amor, los lazo8'-todavía unen a esa persona con la cual estamos tratando«M#-' y fortalecer dichos lazos por medio de la revelaci6nbfbUcí¡..... que el Seftar ya no le parezca ausente, distante o . . . .~')Por dificil que resulte esta tarea, vale la pena darse a ella. rile veras que sí! , Cuando somos capaces de'·CiI08ecIar" bon un buscador, surge en lo recóndito de su ~'eierta inquietud que más tarde h,a~rá de identificarse cola':'" ~ilidad personal y, por ultImo, con el pecado.' U.,vez que pennitimos que la v~rdad penetre, ésta siempreCOllducirá, al reconocimiento del b~en y el mal. Hebreos 4: 12 afilma que "la palabra de Dios es vIva y eficaz. y ~ás cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta. p~r el alma y el espúitu, las coyunturas y los tuétanos, y diSCIerne los pensamientos y las intenciones del corazón". En esta forma de evangelismo la meta no es "convertir" a l~ perso~a (s610 Dios y su Palabra pueden hacerlo), sino más bIen a~nr una brecha (aunque seapequefta) en el sistema de cree?clas de la persona. qu~ le permita al Espíritu Santo, por medIO de su obra conVICCIón mediante la verdad mostrarle la n~turaleza real del aprieto en el que se hall~. Por ahí comIenza el temor del Señor; y el arrepentimiento está entonces muy cerca.

batalla espiritual con todo lo que tienen, que no es nada menos que el poder de Dios. Cada vez les maravilla más el milagro de un corazón transformado. Porque es sólo de uno en uno como la iglesia comenzará a cumplir su llamamiento de producir un impacto en el mundo que la rodea. Y eso se aplica también, sin duda alguna, al comportamiento sexual. El atractivo y el poder del pecado sexual es simplemente demasiado grande para ahuyentarlo con predicaciones, acabar con él mediante leyes o creer que desaparecerá de alguna manera cuando por fin la gente "siente la cabeza". El pecado sexual sólo termina cuando alguien entra en una relación personal con Jesucristo y comienza, por medio de la fe, a explotar el poder transformador, altruista y santificador de Dios. JUDY

. A. medida que la iglesia trata de recobrar su visión, los cnstlanos se hacen cada vez más conscientes del valor que Dios da a cada vida humana, del mortífero poder del pecado, y de las fuerzas subyacentes de maldad que están actuando para dar forma a un mundo en el que dicho pecado florezca. Los creyentes se muestran apasionados por entrar en la

Judy es un ejemplo del poder divino para cambiar vidas. Ella visitó nuestra iglesia cuando tenía treinta y ocho años; después de dos hijos, dos divorcios y un corazón partido. Vino porque Laurie, una compañera suya de trabajo, la intrigaba. En parte su fascinación giraba en tomo al hecho de que Laurie tuviera un matrimonio feliz y de que, a pesar de muchas circunstancias dolorosas, pareciera gozar de una adaptabilidad e incluso diera una sensación de alegría interior. Judy se sentía impresionada asimismo con la sinceridad de Laurie, quien hasta le había contado lo mucho que disfrutaba de la vida sexual con su esposo; lo cual ella sabía que era cierto por la forma en que Laurie y su marido se acariciaban. A pesar de s~s profundos anhelos sexuales, Judy se había hecho mayormente insensible en lo tocante a su sexualidad, pero eso no le impedía seguir intentándolo. Con frecuencia acababa en la cama de su amigo, quién sabe por qué razón: tal vez fuera para agradarle o para conservarlo a su lado. El reciente divorcio de Judy había tenido lugar después que su marido la abandonase por una mujer más joven.

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10davía recuerda cómo una m~an. soleada de domingo, un aio después que papá le dejara... su. hijo de doce años había roto el espejo del tDcador que tenía.- su cuarto con un bate de ~isbol porque dijo que D91~ijMtaba su aspecto. Iudy hubIese querido que su chica~~e mostrara también algo de ira; pero la chica simp~_ pasaba largas horas sentada en su habitación leyendQ ~as novelas de amor para adolescentes. , " .'.{,jl i' A J~dy nunca le había impO~·mucho la iglesia: el lenguaje era demasiado arcaico; ~ '.faltaba sustancia.. Pero Laurie, una de las pocas personas que co.nocía que se preocupasen sinceramente por ella, la,hae.ía sentir cúriosidad, de ,. modo que fue al culto. Al mirar el boletín, la mujer vio. que elmensaje trataba de cómo refrenar los deseos sexuales. Bien -pensó---" uno más que va a decirme que eso que estoy haciendo es pecado; como si mi sentimiento de culpa no fuese ya lo bastante grande. Otro sermón tan pertinente como un viaje a Mane. Pero Judy se equivocaba. El mensaje hacía referencia principalmente al plan de Dios para el sexo: ese don de la intimidad completa entre dos personas en el marco del compromiso y el amor. Aquel mensaje tocó algún punto importante de su ser, y despertó en ella un anhelo que no había experimentado durante años, tal vez décadas ... Cuatro meses más tarde todavía asistía a la iglesia, cautivada por la verdad y lo adecuado de las palabras, la música y las obras de teatro. Cierto día, durante el almuerzo con Laurie, la conversación derivó hacia temas espirituales, y Judy supo que podía tene~ una rel~ción con Jesuc,risto, el cual la amaba mucho y quena lo mejor para ella. Mas tarde, aquel mismo día, oró lo mejor que pudo. "Dios" -dijo--, "he hecho muchas cosas malas y te he herido a ti y a muchas personas. No sé qué hacer. Creo que Jesús es el Hijo de Dios y que El ha muerto para s~lva:me de.la~ consecuencias de mis acciones". Judy no tuvo nmgun sentImIento exuberante, sólo experimentó una especie de tranquila confianza.

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Luego, con el paso de los meses y juntamente con un gozo curioso, empezaron las luchas. Judy rehusó acostarse con su amigo, y éste la abandonó. La mujer sabía q.ue ~o se tr~taba de nadie demasiado especial, pero al menos slgmficaba cIerto calor en sus heladas noches sin luna. Con la ausencia del hombre brotó en ella un ansia de intimidad, algo que no había experimentado cuando sus dos maridos la dejar~n. Era como si su fe estuviera despertando de nuevo en ella cIertos deseos dormidos por largo tiempo, los cuales la hacía caer a menudo de rodillas anhelante. Aunque intentó permanecer sexualmente pura, en una ocasión en la que tuvo !elacio~es sexual~s con un hombre nada menos que en su pnmera CIta, el sentimiento de culpa la abrumó. Entonces decidió buscar consejo profesional cristiano, por medio del cual entró en contacto con los sentimientos de abandono que había tenido como hija al divor~iru:s~ sus padres cuando contaba diez años de edad. Al pn~clplo su sexualidad supuso un intento dese~perado y p~cI~lmente exitoso de satisfacer aquellas neceSIdades de mtlmldad no satisfechas en su infancia, pero al igual que ella, estaba utilizando a otros para suplir sus necesidades, también esos otros la usaban a ella con frecuencia. La intimidad que anhelaba Judy se veía frustrada por el egoísmo. De ese ~odo el desengaño, y más tarde la insensi?ilidad, se estableCIeron en su vida y tuvo que conformarse SIempre con menos. . Luego se presentó Dios -Aquel que demanda p~sIón, devoción y entusiasmo-, y a medida que Judy fue crecIendo en su fe descubrió en sí misma unos anhelos renova?os, los cuales a través de la perspectiva de su pasado pecammoso, a menudo convertía en lujuria. Se dio cuenta de que, a menos que obtuviera la paz respecto a los pecados sexuales de su pasado y las fuerzas que dirigían su conducta, estaba abocada a más pecado. Lenta y penosamente comenzaba a comprender el daño que produce el pecado sexual. Judy se comprometió con el principio de Romanos 12:2, que dice: "No os conforméis a este siglo, ~i~o tra?sform.aos por medio de la renovación de vuestro entenduruento . MedIante la

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docilidad de espíritu y una profunda dependencia de Dios, pudo descender a su pasado sexual: su dolor, sus motivos, sus fracasos ... Participó en grupos de apoyo dentro de la iglesia y aprendió acerca de la ira reprimida en los niños, de los patrones de conducta destructivos, de la adicción y de la autoestima deficiente. En cada caso los líderes de grupo forjaron una visión de lo. que podía ser su sexualidad si la encomendaba al plan de DIOS. Eso ayudó a Judy a abrirse paso a través de las cuestiones difíciles, y le enseñó a distinguir entre el amor y la lujuria. . Actualmente, más de cuatro años después que llegase por pnmera vez a nuestra iglesia, Judy está casada. Su marido es un recién convertido, también procedente de un matrimonio roto y ~on ~na historia de pecado sexual. Judy y su esposo ven la IglesIa, no como una opción, sino como algo esencial. Están decididos a romper el círculo del pecado sexual en sus vidas, y a diferencia de otras parejas no dan nada por sentado. Puesto que son conscientes de su vulnerabilidad, dependen profundamente de Dios. Ambos se están tomando las cosas con. más calm~ con la esperanza de poder participar más en la VIda de la ~IJa de Judy, ahora de diecisiete años, que lucha con su sexualIdad. Judy y su esposo no tienen una vida perfecta. Algunas veces todavía se sienten alienados el uno del otro y experimentan el dolor de la desconexión, resultado de su antiguo pecado sexual. Pero otras noches, cuando el corazón de Judy está a punto, ella está empezando a experimentar una dimensión de su sexualidad que alcanza los lugares más profundos de su alma. . .AI~í donde en otro tiempo hubo caos sexual, hay ahora una mtmúdad que sólo podría producirse como un regalo de Dios.

Nota l. Citado en James M. Washington, ed., A Testament oC Hope (San Francisco: Harper &: Row, 1986). 219-20.

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esde luego hay algunos problemas inhc:rentes a u~a guía de discusión sobre el sexo. El pnmero Y mas . evidente de todos es que dicha guía requiere que se bable, y que se hable acerca del sexo. y éste no consti~ye obviamente un tema de conversación casual entre conocl~os como puedan serlo el lubricante para el auto, el c~real de! rulo c)1a :liJa de fútbol. La sexualidad es, por su mIsmo dIseño, aI¡O: privado. iodo lo más un susurro entre amantes. En segundo lugar, y ensombrecido por el rubor, est? el hecho de que como miembros del doico cuerpo de Jesucnsto debemos ser responsables los unos ante los otros -incluso en nuestras vidas sexuales-, lo cual exige coDQCimiento. Así que en esta pía de discusión sobre el sexo hemos intentado equilibrar los requisitos de privacidad Yresponsabilidad mutua, ide4ndoJa para el eStUdIO con un grupo pequetio un amigo o el proPio c6nyuge. Nuestro consejo es que las andstades estén re!ativmnente bien establecidas y aseguradas por la confianza, el amor y el respeto.

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He aquí algunas ideas en cuanto a la mejor manera de usar la presente guía de discusión: • p'repárense. L~ preguntas brotan directamente del con terudo de este lIbro. Si no conocen ustedes el material probablemente su conversación será artificial y afectada. ' • Sea~ sinceros: ~o traten de pensar en lo que "deberían" decIr; ~l creCImIento espiritual implica ser franco con uno mIsmo y con los demás. No intenten ocultarse tras la vergüenza, la turbación o el orgullo. • :ermítanle al Espíritu dirigir. Las preguntas están di senadas como una guía; no se sientan obligados a dar resp~esta a todas ellas de un modo mecánico. Debido a las dIferentes dinámicas de los distintos grupos e individuos, a~gun~s de dichas preguntas provocarán una animada. dISCUSI?n y otras el aburrimiento. Debe prestarse atencI.ón al lllvel de interés, la cantidad de discusión y la pasIón con que se abordan los temas. • Mantengan una actitud crítica. Intenten siempre com~render. No. se limiten a aceptar las cosas porque el h bro o alg~Ien del grupo dice que son ciertas. Si les cuesta trabajo formular preguntas, comiencen con algunas sencillas y directas tales como: "¿Qué quieres decir c~n eso?:' "¿~uedes darme un ejemplo?" "Esa afirmaCIón me mqUIeta, por favor ¿podrías ayudarme a comprenderla ?" • Escojan un líder. Este debería ser preferiblemente una persona con dotes de liderazgo y con discernimiento y tomar .la res~nsabilidad de dirigir las discusio~es, determmar la Importancia de los temas y asegurarse de que todo el mundo participe. (No debe pedírsele sin embargo, que proporcione todas las respuestas "co~ec­ tas".)

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• Desarrollen un sentido de mutua responsabilidad. El crecimiento espiritual requiere que seamos responsables los unos ante los otros, y tal vez el líder podría asignar a cada miembro un "compañero responsable". A menudo, el establecer relaciones de individuo a individuo en las que cada compañero se compromete a mantenerse informado del progreso del otro es la mejor forma de tender un puente entre el deseo de hacer algo y el realizarlo de veras. CAPITULO 1 El sexo y Dios l. Los autores afirman que históricamente a los cristianos les ha costado trabajo reconocer el vínculo que existe entre Dios y el sexo. Nosotros, los "liberados" creyentes contemporáneos, tendemos a reírnos de tal mojigatería; sin embargo, ¿creemos realmente en lo más hondo de nuestro ser que Dios aprueba el sexo? ¿Podemos imaginarnos al Señor observando mientras tenemos relaciones sexuales con nuestro cónyuge? ¿Cómo afecta la perspectiva que una persona tiene de la actitud divina hacia el sexo a su propia sexualidad? 2. Lean Jeremías 2:20-25, Efesios 5:25-27 y 2 Corintios 11:1-2. ¿Por qué creen ustedes que se utilizan estas imágenes sexuales en dichos versículos? ¿Qué sugieren tales fmágenes en cuanto a la relación entre esposo y esposa? 3. Sin decir nombres, ¿conocen a algún matrimonio que pase de los sesenta y tengan todavía una vida sexual mutuamente satisfactoria? ¿Qué hace distinta la relación de esa pareja? 4. Vean en grupo una comedia de situación televisiva y cuenten el número de referencias que se hacen a la sexualidad. ¿Cuántas de ellas están en el contexto del

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plan divino? ¿Se presentan algunas imágenes pornográficas? ¿Hay un lenguaje sexualmente explícito? Estén atentos a las alusiones sutiles. Luego, una vez terminado el programa, discutan lo que piensan. ¿Les ha sorprendido, ya sea positiva o negativamente, la cantidad de material referente al sexo? ¿Qué efecto creen que puede tener una de esas denominadas comedias inocuas en las personas?

tanto de palabra como de hecho? ¿Por qué piensan que es? ¿De qué otra manera se podrían hacer las cosas? ¿Cómo lograrían ustedes causar un impacto mayor? Sean específicos y creativos.

5. ¿Cuál piensan ustedes que es la actitud imperante en la sociedad respecto al adulterio? ¿Cómo concuerda dicha actitud con la realidad de las vidas de aquellas personas que ustedes conocen y que lo han experimentado?

TAREA: Saquen de la biblioteca pública, ya sea individualmente o como matrimonio, un ejemplar de alguoa de las siguientes publicaciones: bien un número reciente de la revista People bien un video de alguna película para mayores de trece años. Anoten cualquier impresión que tengan referente al contenido sexual del material en cuestión.

6. ¿Qué indica ese énfasis reciente en el uso de condones para prevenir el sida acerca de las actitudes de hoy en día sobre la sexualidad?

CAPITULO 2 Las dos perspectivas para el sexo

7. ¿Conocen ustedes a alguien que mantenga relaciones sexuales fuera del plan divino? ¿Qué le está sucediendo o le ha sucedido a tal persona? ¿Ha sufrido algunas consecuencias negativas? ¿Por qué si las relaciones sexuales fuera del matrimonio son tan peligrosas hay tanta gente que las tiene? 8. Los autores afirman: "La decadencia sexual de nuestra sociedad no se invertirá a menos que se produzca un cambio radical. Y dicho cambio resultará difícil. Será como intentar detener una bola de boliche que se precipita por una cuesta -la gravedad ya lleva ventaja-o La educación no detendrá tal decadencia, ni tampoco las marchas de protesta disminuirán ese ímpetu descendente. Las nuevas leyes no nos protegerán ni nos sanarán". ¿Está usted de acuerdo con eso? ¿Deberíamos entonces los cristianos dejar de participar en protestas contra el aborto, en actividades políticas o en esfuerzos por conseguir una educación bíblica? 9. ¿Creen ustedes que la iglesia está haciendo lo suficiente en cuanto a promover el plan de Dios para la sexualidad,

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SEGUIMIENTO: Discutan las conclusiones de la tarea realizada la semana anterior: el contenido sexual de la revista o del ,video. ¿Qué clase de actitudes sexuales se promovían en esos medios de comunicación? ¿Se sintieron ustedes sorprendidos? ¿Qué podemos hacer para mantenemos puros bajo tal diluvio de pensamientos e imágenes sexuales negativas? ¿Resulta sabio que nos aislemos de toda esa clase de material?

1. Enumeren algunas formas específicas en las que sus cosmovisiones ha cambiado desde que se hicieron cristianos. Y más específicamente expliquen cómo ha variado la perspectiva que antes tenían del sexo? 2. ¿Están de acuerdo con los autores cuando éstos dicen que el principal frente de guerra espiritual tiene que ver con las ideas? ¿Por qué o por qué no? 3.

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por un instante, que están presentes en el

momento de 1_ creación y Dios les pide consejo en

cuanto· al mejOr, método para que la espe~ie humana se reproduzca.l~n,aliUnas formas alternatIvas de reproducción sexual. (Si forman parte de un pequeño grupo,

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divídanse en grupitos menores de hombres y mujeres, y seguidamente júntense y discutan los resultados.) ¿Qué indican los diferentes métodos propuestos acerca de la idea que tenemos de la sexualidad? 4. Los autores afmnan que el sexo "casual" no es posible. ¿Creen ustedes que se pueden mantener relaciones sexuales con alguien sin que haya una participación en el nivel del alma? 5. Describan alguna época de su vida en la que fueron sumamente disciplinados en un esfuerzo por alcanzar cierta meta. ¿Qué clase de sacrificios hicieron para ello? ¿Cuánto les costó? ¿Qué aprendieron acerca de sí mismos? ¿Creen que están esforzándose disciplinadamente para mejorar su vida sexual? 6. Dediquen cinco minutos a escribir una definición en dos frases de ese concepto bíblico de la unidad que se crea en la relación sexual. Luego hagan que el líder recoja las diferentes definiciones y las lea de manera anónima a todo el grupo. ¿Qué revelan dichas definiciones? 7. ¿Con cuánta frecuencia reparan ustedes en que la gente que tienen a su alrededor (o incluso ustedes mismos) se refieren al "último estudio científico" para respaldar aquello que creen o que motiva sus acciones. ¿Qué indica esto en cuanto a la disolución de la verdad absoluta? 8. Pidan al líder que lea algunos de los párrafos iniciales de la primera página de un periódico o el sumario de una revista de información general. ¿Cuántos de esos artícu. los están relacionados de una forma u otra con gente que exige sus "derechos individuales"? 9. Piensen como grupo en la cantidad de espacios publicitarios televisivos que emplean las palabras "instantáneo", "veloz", "rápido", "fácil", "ahora" y otros sinónimos. Intenten recordar la jerga específica. ¿Qué nos dice este lenguaje acerca de nuestra sociedad? ¿Demuestra

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una actitud que demanda que las cosas sean rápidas, gratuitas y sencillas? ¿Cómo podría afectar una actitud así el enfoque de una sociedad en cuanto al sexo? ¿Creen que tal actitud ha impregnado sus propias formas de pensar? En tal caso, ¿estiman que ha afectado a sus matrimonios y a su actividad sexual? 10. Los autores afirman: "En una cultura reducida al razonamiento científico, lo eficaz viene a reemplazar a lo moral." ¿Están ustedes de acuerdo con eso? ¿Por qué? Aporten ilustraciones y ejemplos específicos para apoyar sus opiniones? 11. Lean la cita de Dean Omish en la página 53. ¿Están ustedes de acuerdo con que .hoy en día la gente no tiene en general un sentido de intimidad y comunidad? ¿Cómo han afectado los valores culturales de nuestra sociedad la capacidad de ustedes para experimentar la intimidad y el sentido de conexión con otros? ¿Ya la relación con sus cónyuges? 12. ¿Conocen a alguien que esté en una secta de la Nueva Era? ¿Por qué piensan que se adhirió a ella y cuáles son los motivos que le impulsaron a hacerlo? ¿Se siente dicha persona atraída por la espiritualidad de ustedes y por su experiencia de comunidad con otros? 13. Los autores afirman: "Cuando la intimidad y la comunidad desaparecen de una cultura, a menudo la sexualidad se ve empujada más allá de sus límites. Es como un hombre que, muriéndose de hambre y no encontrando verdadero alimento, se come UD puñado de tierra porque -aunque no sea más que eso- éste le llena temporalmente el estómago". ¿Creen ustedes que es esta la razón por la cual mucha gente mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio? En tal caso, ¿cómo podría afectar este hecho a la forma que ustedes tienen de testificar a aquellos atrapados en el pecado sexual?

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14. ¿Pueden pensar en alguna ocasión de los evangelios, aparte de los intercambios que tuvo con los fariseos, en la que Jesús fuese duro y mostrase una actitud de juicio en su trato con los pecadores? ¿Qué significa eso en cuanto a la forma en que nosotros deberíamos testificar a otros? TAREA: Presten atención a las conversaciones en casa. en el trabajo y en la iglesia. y tomen mentalmente nota de las siguientes palabras o frases que guardan una estrecha relación con la cosmovisión científica: "eficacia", "beneficios". "según los estudios más recientes". "fuerzas" y "lo que a mí me da resultado".

CAPITULO 3 El descubrimiento

3. Describan la primera vez que tuvieron conciencia de su sexualidad. ¿Qué efecto les produjo? ¿Se sintieron asustados. curiosos, cautos ... ? ¿Qué emociones provocó esa percepción y cómo trataron ustedes con dichas emociones? ¿Compartieron con alguien sus sentimientos? 4. ¿Cuál fue el estilo de sus padres al tratar con ustedes el tema del sexo. y cómo creen que ese enfoque les afectó a ustedes sexualmente? ¿En qué medida piensan que la forma que tienen ustedes de relacionarse con sus propios hijos en lo referente a la sexualidad es semejante a la de sus padres o diferente? 5. ¿Recuerdan la primera vez que miraron pornografía? ¿En qué medida quedó esa imagen grabada en sus mentes? ¿Cuáles han sido las consecuencias para ustedes de su exposición a materiales pornográficos?

SEGUIMIENTO: ¿Han observado ustedes una ocurrencia frecuente de palabras relacionadas con la cosmovisión científica'1 ¿Creen que el pensamiento naturalista afecta a la manera en que la gente se comporta dentro de nuestra cultura, y de un modo más específico a cómo piensan y actúan ustedes?

6. Recuerden su primera relación con un chico o una chica.

l. ¿Qué intentos .~an hecho (o piensan hacer) ustedes por educar a sus hIJOS en cuanto a la sexualidad? ¿Han sido dichos intentos primordialmente negativos? -es decir, ¿~an estado relacionados sobre todo con reglas?-. ¿No piensan que a fin de preparar también a sus hijos para los beneficios positivos del sexo dentro del matrimonio se necesita un mejor equilibrio? ¿Cuáles creen que son los factores IÚS importantes para influir con éxito en la sexualidad de sus hijos? Sean ustedes específicos en cada una de sus respuestas.

7. ¿Cuáles son algunas de las señales de advertencia sobre la vulnerabilidad sexual de nuestros hijos e hijas? ¿Cómo podemos ayudarles a hacer frente a la tentación sexual. unavcz,detectadasdichas seftales de advertencia?

2. Describan cómo oyeron hablar por primera vez del sexo. ¿Quién lo hizo? ¿Cuál fue la reacción de ustedes?

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¿En qué medida tuvo el aspecto físico de dicha relación un papel importante? Puesto que las hormonas son tan fuertes durante la juventu~ ¿cómo podemos proteger a nuestros hijos para que no se vean dominados por la sexualidad?

8.

Su. hija de diecisiete años vuelve a casa cierto día y exclama con lágrimas en los ojos: "¡Mamá. estoy embarazada'" ¿Cómo piensa que reaccionaría? ¿Cómo cree que deberla hacerlo?

TAREÁ: Si tienen hijos mayores de diez años de edad. in_ten '-blar informalmente con ellos acerca de las ~. que experimentan en lo concerniente al sexo.

Traten de

que les respondan a la siguiente pJelunta: "¿Hablan mucho tus amigos y compañeros de clase

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acerca del sexo?" Si no tienen hijos, vean si pueden conversar con algún adolescente que conozcan sobre las presiones que experimentan los jovencitos y jovencitas en sus vidas diarias.

CAPITULO 4 La pasión SEGUIMIENTO: ¿Qué han descubierto acerca de la cultura sexual de sus hijos? 1. En el capítulo anterior los autores afirman: "Dios creó a los seres hum~nos sexualmente distintos a propósito: ~ombre y mUJer. Algunos aspectos masculinos de su I~agen los estampó en el hombre, y de igual manera clert~s facetas femeninas suyas las imprimió en la mujer. MedIante el acto sexual, la imagen divina, en sus aspectos masculino y femenino se completa". En la historia de R:e~eca y su marido parece haber necesidades sexuales ~Istmtas basadas en el género. ¿Creen ustedes que eso tIe~e que ver c~n los aspectos masculino y femenino de la Im~gen de DIOS? Enumeren tantas necesidades sexuales dIferentes para hombres y mujeres como puedan pensar. ¿De qué manera debería esto afectar la conducta sexual de cada uno? 2. Sin entrar en ~emasiados detalles, relaten su experiencia de. luna de mIel. ¿Cómo han cambiado desde aquella P?mera no~he sus expectativas en cuanto al sexo? ¿Es dIcho cambIO para bien o para mal? 3. ¿Se ~lteran su actitud, y su forma de actuar durante la relaCIón sexual despues de haber tenido una riña? En tal caso, ¿cómo y por qué sucede? Durante tales ocasiones ¿se ven ustedes tentados a considerar el sexo como un~ herramie~ta, bien para aliviar la tensión o para manipular las emocIOnes? ¿De qué forma pueden tomar conciencia de esos patrones de conducta y cambiarlos?

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4. ¿Cuáles son algunas de las salvaguardias que pueden adoptar durante los primeros años de casados para evitar la tentación sexual? ¿Hay ciertas acciones preventivas específicas que es posible efectuar para hacer del suyo un matrimonio "a prueba de infidelidad"? 5. Vuelva a leer la historia de Rebeca y su marido. Ella afirma que durante las primeras etapas de su matrimonio pensó estar "utilizando la relación sexual a modo de una venda para tapar heridas más profundas". ¿Se puede usar la relación sexual como una especie de anestesia? ¿Han considerado o consideran ustedes el sexo como una forma de escapar de esas realidades más hondas de sus vidas que les causan dolor? 6. Más del cincuenta por ciento de los matrimonios en los Estados Unidos terminan en divorcio, y cada vez más el mensaje que reciben los norteamericanos es que no existe ninguna garantía de que su relación vaya a durar. ¿Se pueden correr los riesgos necesarios para gozar de una vida sexual satisfactoria fuera del contexto de un compromiso de seguridad y confianza de por vida? ¿Cuánta importancia tiene el sentimiento de seguridad para madurar sexualmente? 7. ¿Han observado ustedes una relación entre la vitalidad de su caminar con Dios y la temperatura sexual de su dormitorio? Expliquen la respuesta. 8. Los autores afirman: "Si salimos corriendo [de la tentación sexual], dejaremos sin resolver el verdadero problema: cómo hacer frente al pecado sexual. Huyamos adonde huyamos, incluso si es a una provincia lejana, algl1n día, tendremos que enfrentarnos con el mismo dilema". ¿Están de acuerdo con ello? ¿Cómo concuerda dicha afirmación con la Escritura que dice: "Huye ... de las pasiones juveniles" (2 TImoteo 2:22)1

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9. ¿De qué manera podemos hacer frente a la tentación sexual? ¿Cuál es la forma de evitar esos pasos de fantasía sexual que la alimentan? ¿Cómo podemos disciplinamos a fin de obtener los valores esenciales que son necesarios para la pureza sexual? 10. ¿Cuál es la actitud que caracteriza de un modo más constante la actividad sexual de ustedes: amor -la abnegación en beneficio de su cónyuge- o lujuria -la utilización de su esposo o esposa para obtener un placer egoísta? TAREA 1: Pasen un rato a solas con Dios y pídanle que les revele aquellas áreas de sus vidas en las cuales tienen necesidades insatisfechas. ¿Creen ustedes que están tratando de suplir esas necesidades por medio de la actividad o la fantasía sexual? ¿Cómo pueden empezar a hacer frente a dichas necesidades de una manera bíblica? TAREA 2: Aparten algún tiempo con sus cónyuges para tener una "charla sexual". Compartan con su esposo o esposa los descubrimientos que han hecho respecto de cualesquiera necesidades insatisfechas. Háganles partícipes igualmente de sus alegrías sexuales y sus frustraciones, así como de posibles planteamientos para mejorar su vida sexual. Sean específicos el uno con el otro, e intenten dar solución a los motivos subyacentes y no sólo a los aspectos externos de la sexualidad. CAPITULO S La transición

SEGUlMmNTO: Si se sienten guiados a ello, compartan los resultados de su rato con Dios y con su cónyuge en cuanto a las, necesidades insatisfechas y las estrategias para mejo.,r su vida sexual. l. Relaten alguna ocasión en la que sus hijos de edad preescolar hayan provocado la interrupción del coito.

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2. Los autores afirman: "Los años que preceden a la edad mediana son un período plagado de graves cuestiones vitales recursos en deterioro y problemas emergentes. Ya no ~e dispone de la energía de la juventud y la. pasión para sustentar la negación, la esperanza y la IlUSIón. En ningún otro período de nuestra vida ~stamos ~ abandonados a nosotros mismos". ¿Descnben sus vIdas estas palabras? ¿De qué maneras sienten ustedes la pérdida de los sueños y los recursos? ¿Cómo les afectan sexualmente dichas pérdidas? Enumeren formas específic~s en las que se puede fomentar la intimidad en un ambIente de esa clase.

3. Sepárense en grupos de hombres ~ mujere~ p.ar~ tratar la siguiente pregunta: ¿Cuál es el mvel de mtlmldad que hay en sus matrimonios? ¿Lo describirían como en deterioro en aumento el deseado o en estado de coma? ¿Se " . trata de una situación temporal o crónica? Si expenmentan menos intimidad con sus cónyuges de la que soUan tener, ¿c6mo soportan esa pérdida? ¿Se sienten de algún modo sexualmente vulnerables? ¿Qué pasos pueden dar para restaurar un sentido de conexiÓn con su esposo o esposa? Hablen de algunas forma~ en la~ q.ue podrían comunicar a sus cónyuges sus propIos senbmlentos. Una vez hecho esto, vuelvan a juntarse en un solo grupo y discutan la pregunta siguiente. 4. En el caso de Rebeca y su marido, ellos escogieron. ser pacientes entre sí en 10 tQcante a la sexualidad. El texto dIce: "Al igual que el Seilor era paciente, perdonador, tierno y sugerente en su trato con· ellos, así debían inten~ ser!D tambi6n el uno con el Olro". ¿Sucede eso en el matrimoruo de u*laes? ¿Puede ~)o mismo'de su vida sexual? 5. Los autores menciona,a,cinco posibles áreas de difiepltad que a menudo impiden que un .~monio alcance. la realizací6n sexual: egoísmo, farmItandad, carga e~oclO­ nal y psicoJ6gica~ conflictos sin resolver y neceSIdades

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insatisfechas, y repliegue a la fantasía. ¿Cuáles son aquellas con las que luchan más ustedes y por qué? ¿De qué manera pueden tratar mejor con dichos problemas? 6. Los relatos de las adicciones sexuales de Cathy y John pueden parecer a veces muy alejados de la realidad de ustedes, pero ¿reconocen en ellos algún patrón de conducta que haya logrado introducirse en sus vidas? En tal caso, ¿de qué manera pueden protegerse para no caer en el pecado sexual?

7. Lean el relato de la reprensión hecha al rey David por el profeta Natán en 2 Samuel 12:1-14. ¿Qué nos da a entender esa narración acerca de la actitud de Dios hacia el pecado? ¿Cómo se aplica esto a nuestras vidas, especialmente en el área del pecado sexual? TAREA 1: Ideen tres formas en las que puede servir mejor a sus cónyuges y llévenlas a la práctica (al menos) durante la semana próxima.

de todo no es simplemente un acto que se realiza cuando uno está desnudo en la cama. El pleno significado de la sexualidad tiene poco que ver con determinado acto físico; implica más bien la construcción ~el ~mor, la confianza, el compromiso, la fidelidad y el mteres por el otro". ¿Están ustedes de acuerdo en que las personas célibes puede ser "sexuales" y al mismo tiempo permanecer abstinentes?

3. Las sugerencias de los autores en lo refere~te al sexo ':! la persona célibe parecen espirituales y bíblIcas, pero ~es en realidad posible, o incluso saludable, la abstmencla? . No pide Dios demasiado de los no casados cuando les ~ice que se pasen sin relaciones sexuales? 4. ¿De qué forma piensan ustedes que han sido víctimas del pecado sexual? ¿Cómo han reaccionado a dicho pecado: buscando protegerse a sí mismos, con ira o con a~atía? . En qué manera han afectado sus formas de reaCClOnar ~ . .? el clima sexual de sus matnmomos.

TAREA 2: Piensen en alguna cita "loca" que tuvieron antes de casarse y, en algún momento durante el mes que viene,. intenten revivir esa ocasión. Mientras lo hacen, traten asimismo de recobrar los sentimientos que experimentaron el uno hacia el otro durante su noviazgo.

5. Los autores mencionan seis pasos para lograr la s.anidad

CAPITULO S La madurez

6. Los autores dicen lo siguiente acerca del trayecto sexual

SEGUIMffiNTO: Si han podido tener una cita "loca", informen acerca de los resultados. l. Vuelvan a leer el relato de Brad en este capítulo. Brad parece movido por la necesidad de controlar. ¿Cómo es de frecuente en sus vidas dicha necesidad? ¿De qué manera afecta el nivel de intimidad sexual que disfrutan?

del pecado sexual. Repáse~los e intenten. ~etermmar en qué punto del camino hacIa la recuperaclOn se encuentran ustedes. ¿Qué pasos han dado ya? ¿Cuáles les resultan difíciles? de Rebeca y su marido: "La psicología, los libros cristianos y las clases de enriquec~miento ~atrim.onial eran todo ello cosas útiles, pero su ImportancIa pahdecía ante una creciente y transfonnadora relación con Jesús. 'Sólo en la medida en que somos .limpiados individualmente de nuestro egoísmo y pecado podernos reflejar mejor el amor del uno por el otro', dice el marido de Re~.tI. . Podría· ser la barrera para el crecimiento sexual en sus ~idas de carácter espiritual?

2. Los autores aftrman: "Brad está ... intentando canalizar su energía sexual hacia otras áreas de su vida: el sexo, después

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7. Dediquen cinco minutos a escribir una definici6n de la "intimidad" en dos frases. Luego hagan que los hombres, y después las mujeres, lean esas definiciones. ¿Hay alguna diferencia significativa entre aquellas escritas por los varones y las de sus esposas? En tal caso, ¿qué revela eso acerca de las diferentes necesidades que tienen los hombres y las mujeres?

TAREA: Cada persona debería dedicar un rato tranquilo, a solas con Dios, a reflexionar sobre lo que significa "apreciar" a su c6nyuge. Comiencen meditando 1 Corintios 13. Pídanle a Dios que les revele maneras prácticas de empezar a expresar más claramente el valor que dan a su esposo o esposa. Lleven desde ahora a la práctica esos pasos en su vida matrimonial diaria.

CAPITULO 7 La iglesia y la sanidad l. ¿Qué relación han tenido y tienen actualmente con sus iglesias en lo referente a la sexualidad? ¿Cuáles fueron las preguntas que les hicieron a ustedes y a sus cónyuge antes de casarse? ¿Qué prioridad otorga la congregación a las cuestiones de doctrina sexual? ¿Tienen a alguien en la iglesia con quien se sientan libres para tratar los temas de sexualidad? 2. Los autores~ que "nuestra sociedad ha sacrificado .•. las relaciones de amor a cambio de la autorrealización, y la intimidad por los orgasmos". ¿Creen ustedes que esto es cierto? ¿Por qué? ¿Cuál ha sido el papel que ha desempeñado la iglesia en lo referente a preservar los valores sexuales bfblicos? 3. ¿Están ustedes de acuerdo con los autores en que la iglesia se halla, en su mayor parte, en decadencia? Si así es, ¿cuáles serían las razones de ese deslizamiento?

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4. ¿Qué persona es más capaz de inspirarles, de hacerles soñar... ? ¿Cuáles son las características de la ~itada persona que logran impresionarlos? ¿Hay algUIen en las vidas de ustedes capaz de motivarles hacia la madurez sexual?

5. ¿Cuáles serían según ustedes los debates acerca de la sexualidad que se están produciendo ~ctu~lmente entre el mundo y la iglesia? ¿Cuánta comumca~lón verd~dera hay entre creyentes e inconversos en relaCIón con dIchas cuestiones? ¿Qué éxito han obteni~o cada una de ~as partes en 10 referente a cambiar el SIstema de creencIas de la otra? ¿Cuáles son las alternativas a los actuales métodos de "debate"? 6. Los autores insisten en que la Biblia se debe "traducir" .a un lenguaje que los buscadores, ~endo de una COSmoVlsi6n diferente, puedan entender. ¿Están ustedes de ac~er­ do? ¿Acaso no afirma la Biblia que la Palabra de DIOS, una vez pronunciada, no vuelve vacía?

7. ¿Era necesario que Dios se hiciera humano en la persona de Jesucristo? Si 10 era, ¿qué significado tiene esta "encamación de la Palabra" en nuestros esfuerzos por alcanzar a la gente con las buenas nuevas?

8. ¿Piensan ustedes que los cristianos miran a me~udo ,~ las personas sin Cris~o como a "conversos ~tenclales ,en lug8t de como', seres humanos semejantes a ellos? ¿Estamos tan ansiosos por convencer a la gente de que la BibUa es verdad que no escuchamos a las personas, empatizlmos con eUas o nos intetesamos por s~s probte.. mu?¿Cudncfo fue la dltima vez que ex~e~tarorl dolor por alguien a quien estaban dando testimomo? 9. Los auIm'eS 110 cs:atiman esfuerms desa.ibiendo la pro~di­ dad la altura y la anchura' de la visión que Jesucnsto tie~ para la iglesia. ¿Han fonnado ~es parte ala~a vez de un grupo de creyentes que les haya hecho percibir

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simplemente un poco de la belleza del cuerpo de Cristo? ¿Qué fue lo que más les impactó de esa "iglesia"? 10. ¿De qué manera piensan que la iglesia podría ayudar mejor a los creyentes para que éstos alcanzaran la madurez sexual? ' ¿C6mo podría usted participar en un esfuerzo así? 11. Compartan una historia "milagrosa" de alguien que haya sido liberado de ataduras sexuales mediante el poder de Jesucristo. TAREA 1: Piensen cuándo fue la última vez que estuvieron en un salón social o en algún tipo de fiesta no cristiana de "alto voltaje". Intenten recordar las conversaciones, los movimientos corporales y las actitudes de las personas presentes; traten de captar las ideas, los sentimientos y los anhelos de aquellos que no tienen a Cristo. Dediquen veinte minutos a poner por escrito sus sensaciones y opiniones. TAREA 2: Durante el mes próximo, pronuncien una oración corta (ya sea en silencio o acompañados por sus cónyuges) cada vez que se dispongan a hacer el amor. Pídanle al Señor que les muestre la mejor manera de alcanzar ese ideal divino que es la expresión de la Unidad con· su esposo o esposa.

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