De Cos As Urbanas So La Morales

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I PARA CREAR LUGAR (COSNS INVENTADAS) 31 Saint-Nazaire, Vitle Port

Trieste, Porto Vecch¡o

(1ee6-2oo2)

(1eee-2oo1)

Oporto, Passeio Atlántico

cívica

La

periferia histórica 32

La estrategia de la

oeee-2oo2)

frontalidad 4z

TopografÍa marítima como estructura

46

Génova, Cantieri Navali

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Groningen,'Winschoterkad s La Haya, Scheveningen

Sotto

Corso

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(2oo2-2oo4)

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Secciones desplegadas 66

LA MIRADA ESTRATÉG!CA 72

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LA FoRMA coNDENsaoe(cosRssupenpursrRs) 8r

Alcoy, La Sang

(tsaa-zoo2) El casco antiguo como categorÍa de

proyecto

82

Lovaina, Stationsplein (se6'2oo2) El ordentrastocado go Barcelona, Sant Andreu

Arnhem, Rijnboog

(2oo5-)

(2oo1-2oos)

Laviv'enda pública como proyecto

Coherencia por

LA MIRADA COMPULS¡VA

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Quizá no es del todo casual que el único paÍs en el

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ue la arquitectura del paisaje no

cultivara y demostrara el potencial de un acercamiento moderno tardío al urbanis-

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mo, sobre todo si ese país es Cataluña, antes que España en su conjunto. Para darle

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peso a esta afirmación es necesario regresar al momento en que los Plans i Projectes

per a BarcelonalgSl-1982 fueron promulgados por vez primera como un proyecto

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algo desordenado enfocado a una mejoria urbana global, bajo el auspicio del enton-

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ces alcalde, Pasqual Maragall, ycon ladirección de Oriol Bohigas, quien yaera lo

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que es hoy, un empresario del urbanismo. Tres años más tarde, en 1983, en una

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exposición sobre la evolución de la forma cÍvica en Barcelona desde r75o at93o,1

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pado por la evolución histórica de la ciudad, asÍ como por la eventual posibilidad de

Manuel de Solá-Morales empezó a destacar como arquitecto y estudioso preocu-

V

intervenir como urbanista en su propia época. Es entonces cuando Solá-Morales inicia su vocación de intelectual dedicado a Ia intervención urbana. Es también el

momento en que aparecen publicaciones catalanas tales como zD Construcción de la ciudad, Arquitecturas bls y, sobre todo, la revista UR (dedicada al urbanismo y editada por el propio Solá-Morales) que ayudaron al desarrollo de un discurso local

particularmente sofisticado en relación al futuro de la ciudad. Para Solá-Morales, todo eso vino

a

consumarse en larealización de su proyecto para el Moll de la Fusta

de Barcelona en t985. Este paseo elevado, equipado con bares y cafés, se constru-

yó sobre una vía rápida existente con el objeto de mejorar el acceso al puerto y permitir una vista panorámica sobre el mar.

La

designación de Barcelona como sede de las Olimpiadas de t99z dio aún mayor

ímpetu a una cultura de renovación y expansión; ímpetu que trajo apare)ada una transformación del frente costero hacia el norte del Ensanche original de Cerdá y que propició los diseños para acomodar la Villa OlÍmpica como una c¡udad en

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tura. Para la misma ocasión, aunque para un cliente privado, Solá-Morales dedicó su atención al diseño del conjunto de edificios llamado L'llla, emplazado en la ave-

nida Diagonal en el centro de la ciudad. Esta estructura de uso mixto concebida como un bloque de oficinas de 4oo m de longitud y alturas medias, y diseñada en asociación con el arquitecto madrileño Rafael Moneo, está destinada a convertirse

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N. deT.: Exposición que, con

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de la urbanística municipal de Barcelona

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existe como una profesión en sÍ misma sea además el lugar en donde primero se

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roj ectes d' u rb an i sme, 175o-1g3o,se celebró

en marzo de 1985 en el Saló de Tinell.

en la demostración por excelencia del concepto que Solá-Morales lLama acu puntura urbana y que se traduce en una intervención que, en

virlud de sus limites y orga-

nización intrinseca, es capaz de aumentar el tejido de la ciudad de tal forma que sirve al mismo tiempo como instrumento para reestructurar ytambién para enrique-

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cer el contexto inmediato, alavez que potencia un conjunto de repercusiones y desarrollos que sólo son parcialmente predecibles. Construido en un extremo del Ensanche y con un garaje subterráneo de varias plantas que se extiende bajo todo el complejo, este bloque fue diseñado guardando relación con la escala de la cuadrícula urbana del siglo xrx y también con la aglomeración desordenada que se ubicamás allá del núcleo histórico. El perfil escalonado de esta estructura permite ver-

la como hito cuando es observada desde las partes más altas de la ciudad a las afueras del centro. Un aspecto clave de esta estratagema simbiótica fue la incorpo-

ración de un centro comercial de cinco plantas a lo largo de todo el edificio, justo por detrás de la tradicional alineación de tiendas que dan frente a la avenida.

Desde Ia realización del bloque de L'llla, 5olá-Morales ha continuado con el diseño de una intervención de acupuntura tras otra, desde la propuesta de 1988 paralrans-

formar las instalaciones portuarias de Badalona, cerca de Barcelona, hasta un proyecto similar para el puerto de Amberes en 1990. Las mejoras en el transporte pú-

blico y las infraestructuras han sido a menudo las motivaciones latentes de

las

intervenciones propuestas por Solá-Morales, desde su renovaciÓn del centro de conexiones ferroviarias y del intercambiador de transportes de Leuven (t996-zoq),

impulsado principalmente por la extensión de la red de trenes de alta velocidad (TCV) en Bélgica, hasta su todavía más arriesgada propuesta de realizar un intercambiador de tránsito, en gran medida subterráneo, en el corazón de Amberes, o su propuesta de zoo4 para Operaplein, también en Amberes, que conecta el acceso de vehículos a varias líneas de transporte, incluyendo estaciones de tren y de

autobús, y que integra las redes existentes de circulación en bicicleta y a pie. Más cercano a la cirugía que a la acupuntura, esta incisión estructural en forma de corre-

dor iluminada de forma cenital es comparable en audacia al viaducto para el tráfico rodado de múltiples niveles que serpentea entre el borde costero y el tejido residencial contingente propuesto por Solá-Morales para el perímetro del puerto de Cénova (1998-zoo5). Asi pues, vemos que el agua, cuando no el océano, acompaña muchas de las propuestas urbanas del arquitecto, tal como podemos apreciar en proyectos tan variados como la lÍnea costera de Schevenningen, La Haya, proyecta-

do en zooz, o como el llamado Passeio Atlántico realizado ese mismo año a

las

afueras de Oporto. En otros casos, Solá-Morales se ha visto confrontado a los sedimentos del tiempo, a la congestión topográfica de un viejo y decaído barrio de trabajadores en

Alcoy, o a

un búnker de hormigón en masa a prueba de bombas construido por los alemanes

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LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO DE MANUEL DE sor-A-UoRALES Desde comienzos del siglo xx, el urbanismo ha evolucionado en gran medida hacia

unadisciplinatécnicaen laque, amenudo, losdatoscuantificablestienen prioridad sobre las cualidades espaciales: se habla de desgloses de áreas urbanizadas, de superficies disponibles, y de rendimientos expresados en porcentajes. Las funciones parecen ser más importantes que el uso. Como resultado, el urbanismo, en cuanto práctica y como disciplina, se ha convertido en algo extremadamente abs-

tracto mientras Ia distancia entre la planificación y lo que realmente llega a construirse no deja de aumentar. Además, en muchos casos, la relación entre el proyectista y el proyecto parece débil. La autoría de un edificio se considera como algo evidente, a pesar de que son escasos los proyectos que pueden ser atribuidos en su

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totalidad a una sola persona, y, sin embargo, todavía se puede detectar la firma del arquitecto en muchos edificios. En cambio, en el caso de los proyectos de urbanismo, esto raramente ocurre. El urbanismo se hace desde las grandes compañÍas, los

departamentos de la administración local, los supervisores, las firmas consultoras, etc., y sólo en casos excepcionales se atribuye a proyectistas concretos. Además, los planes de urbanismo son objeto habitualmente de un mayor número de concesiones, acuerdos y ajustes.

Manuel de 5olá-Morales se aparta de la práctica profeslonal actual en la medida en que opera como autor de proyectos urbanos. Tras él no hay unagran compañía, un departamento de administración local o una firma consultora. No, su práctica del urbanismo se hace a la antigua, como la de un artesano y pensador recogido en su estudio;

todo lo contrario al ambiente burocrático y tecnocrático en el que se

desarrollan lamayor parte de los planes de urbanismo. Como arquitecto, Solá-Morales trabaja de forma similar y no podría operar de

otro modo, siendo como es un proyectista para el cual ambas disciplinas, arquitectura y urbanismo, no funcionan sólo como simples extensiones la una de la otra, sino que están unidas a la perfección. En muchos de sus proyectos resulta imposible señalar el punto en el que se pasa de una disciplina a otra'. su arquitectura influye en su práclica del urbanismo, tal como su práctica del urbanismo siempre posee un componente arquitectónico. Esta la que su

aproximación del urbanismo a la arquitectura se expresa en la manera en

solá-Morales logra desindividualizar sus edificios. A su vez, como arquitecto,

trabajo evita el habitual culto a la personalidad, mientras mantiene una reservay

una sencillez que hoy en día se han convertido en poco común, cuestión que puede

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Para solá-Moraleslel núcleo de esta urbanidad no se halla en una imagen urbana convencional, nitampoco en una alta densidad, dos aspectos comúnmente asociados con Ia urbanidad. paraéI, Ia esencia descansa en el equilibrio adecuado entre densida d y mezcla, como tan apropiadamente lo define él mismo, entre cons-

trucción y actividlq¡ Desde esta perspectiva, solá-Morales es capazde detectar el potencial urbano de lugares y objetos que otros seguramente caracterizarian como periféricos.

Construir en la ciudad,,construir la ciudad, requiere un delicado equilibrio entre el .tejido urbano y la construcción, entie la sustancia común y los objetos especiales,

entre la normay la excepción. El trabajo de solá-Morales oscila constantemente entre estos polos, y lo hace de una maneraintrigante en la que los aspectos inusuales asumen a menudo una forma convencional, ligeramente frÍa, mientras que sus

contribuciones en apariencia más corrientes suelen resaltar. Al convertir lo común

en algo especial y lo especial en algo común y fortuito, solá-Morales reduce

la

extrema diferencia que existe en muchas ciudades entre el monumento y la maleria

construida del diaadia, entre Ios edificios singulares y lamasaurbana. En una época en la

que resulta imposible escapar de los edificios icónicos, esta diferencia resul-

ta por lo general muy grande. pero no en el caso de solá-Morales, cuyo trabajo en este campo se caracteriza por su conmovedora uniformidad. La

distinción entre arquitectura y urbanismo tiene escasa relevancia en su tra-

bajo. Todo lo que hace puede ser entendido como una construcción de la ciudad,

yaseaagran escala con un plan urbanístico, através de latransformación del espacio público o bien con un solo edificio. por analogía¡ no existe en su trabajo una distinción esencial entre proyecto yteoríalambos aspectos pueden ser comprendidos como reflexiones sobre la ciudad y sus propiedades. Una de las cualidades de solá-Morales es su capacidad para captar el potencial

urbano de las más divergentes situaciones. Ese es su mayor mérito, pero es también la cruz con la que debe cargar, puesto que una

y otravez

se Ie pide insuflar nueva

vida en áreas que claramente carecen de esa crase de urbanidad, como en el caso de las riberas de weerwater, elgran lago de

ra

ciudad de Almere en el pólder holan-

dés, o bien en la transformación de lazonaen Ia que oporto y ellitoral convergen. El

encargo de salvar el espacio de ocio costero horandés de scheveningen tras años

y años de agonía, entra en la misma categoria.

Dentro de la obra de solá-Morales hay un sorprendente número de encargos

que comparten emplazamientos similares: allí donde la tierra confluye con

las

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7 posible allí donde no hay arquitectura; pero que no se puede hacer nada más alli

14

donde hay arqu¡tectura.

Es

posible que esté en lo cierto. No obstante, lo que Solá-

Morales logra llevar a cabo allÍ donde no hay nada es producir algo que mantiene al mismo

tiempo las posibilidades abiertas, sin descartar nada por adelantado. Y lo

hace mediante la adición de una materia construida que no siempre está dirigida en primer lugar a cumplir con un programa estrictamente funcional. En otras palabras, la verdadera legitimidad de dicha adición no se localiza en la función o en el programa. Tampoco sus adiciones al paisaje urbano se distinguen por su utilidad o

por su ostentosa belleza. Lo esencial reside en su presencia material, lo cual le permite convertirse en un punto de cristalización de la urbanidad. El trabajo de Solá-Morales refleja un honesto optimismo en el "aquello que no existe aún puede

tener lugar".

1

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Precisamente allí donde hay poco o nada y donde la motivación para implantar

una propuesta no surge automática o rutinariamente a partir del programa, ni en

'

ocasiones tampoco del contexto, es donde mejor funciona su método

-que,

a

pesar de las imperfecciones del término, puede, no obstante, ser llamado acupun-

tura urbana-. Aunque su trabajo siempre es personal y, por lo mismo, resulta casi imposible seguir, como no sea mediante c¡erto tipo de imitación, aun asi es posible extraer lecciones generales de sus puntos de vista y de su método. La importancia de esta aproximación resalta de form aparlticular a partir de la simple distribución de su obra: buena parte de su trabajo se encuentra fuera de Barcelona, fuera de Espa-

ña. El hecho de que su labor funcione en un amplio rango de ubicaciones se debe a la apertura con la que 5olá-Morales se enfrenta a sus encargos, especialmente en

aquellos emplazamientos en los que la ausencia es la protagonista. Su habilidad para detectar el urbanismo en este tipo de lugares y para est¡mular su resurgimiento ¡_e

basa en un análisis del entorno construido que combina precisión y sensibilidad.

Tanto la una como la otra pueden ser adquiridas: la precisión

a

través del ejercicio

disciplinado y la sensibilidad mediante el aprender amirar, acapfar cómo funciona la ciudad y cómo las personas hacen uso de ella. De este

modo, el método de Solá-

Morales ofrece un relevante apoyo paraanalizar cómo la ciudad, en cuanto entidad construida, puede dificultar o alentar el comportamiento humano y, en consecuencia, puede afectar el habitus del residente urbano da más de la mitad de la población

mundial-.

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en Ia que está inclui-

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LA PERIFERIA HISTORICA

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bién existen las periferias históricas, lugares que el tiempo y la memoria han arrin-

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conado al margen de lo cotidiano. El inconsciente urbano a menudo disimula las

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Existen las periferias geográficas, son las que han dado origen al término; pero tam-

áreas que no quiere reconocer, por incómodas, confusas, conflictivas. Y, sin embar-

go, puede tratarse de zonas perfectamente centrales desde el punto de vistatopo-

gráfico.lgual que hay "centros históricos", lugares que la historia ha considerado como centros, hay periferias hechas por la historia. La

historia ha hecho una periferia del puerto de Saint-Nazaire: una historia de

recuerdos marcados por el sufrimiento y la destrucción, por el esfuerzo de rehacer una ciudad bombardeada y por Ia presencia de la base submarina que materializa el

recuerdo de la ocupación y de la tragedia. También hay historias más recientes de

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zonificación segregativa fruto de una banalidad bienpensante que mira alaplaya, de la crisis industrial de los legendarios Chantiers Navals, del repliegue centrípeto frente a la creciente dispersión suburbana. La

voluntad de reafrontar la periferia portuaria es, sobre todo, un acto de inte-

Iigencia por parte de la ciudad. Es una afirmación de conciencia del presente y de



superioridad sobre el pasado. Una superioridad hecha sólo de respeto y de conoci-

ú,

miento. Reconocer la periferia será, en el proyecto, asumir tanto la condición híbri-

I

da del espacio portuario, su gran capacidad de alojamiento y sus franquicias amplias

N

z

como sus horizontes. Y establecer una relación de distancia controlada con el cen-

tro urbano que mantenga las diferencias y los vacíos como la expresión principal del espacio. Vacíos en el suelo y vacíos en el espacio. VacÍos también en el uso. Expectativa de cosas porvenir. Sordina a los lugares protagonistas, dignidad ausente para

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la memoria (las emociones). La evidente tensión entre monumento y ciudad, entre una mole de

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y-una ciudad continua y homogénea pero construida con una densidad muy baja,

invierte, sin embargo, los términos aparentes de lo periférico. L, nr"uu semántica

!n

está en el margen, y el te;ido urbano parecerÍa sólo un soporte tranquilizante de la

misteriosa emergencia al borde del agua industrial.

I

En efecto, si contáramos la superficie edificada del 175ha), ésta podría rondar

t.z47.4oo

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volumen del áreacentral

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más, acumulado, que la enorme mastaba de hormigón alveolada de la base sub-

marina.

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38

8

Domesticar (apprivoiser), esclarecer la base, es abrir-

la a un uso público más amplio, en su interior

y en

su

4o m de vano) la nave de un hipermercado como actividad semilúdica incrustada en la infraestructura civil.

cubierta. Supone hacerla participe de un sistema flexible

de espacios (aparcamiento, hipermercado, multicines, museo-espectáculo, chiringuitos

y

't2

La rampa es una estructura de cuatro cuchillos metá-

bares, discoteca,

licos paralelos, apoyados sobre cuatro muros longitudina-

transportes especiales, etc., y también viviendas, hoteles

les. Cubre un vano libre de 4o m por encima del hipermer-

y comercios inéditos). Significa crear un espacio común

cado y otro tramo de 5o m sobre el Boulevard Leferme,

de accesos y flujos, base de la imagen mental y de la fun-

acodándose por el canto a la cubierta de la base.

cionalidad del lugar. Un lugar que no existía.

9

La condición de "periferia histórica",

o mejor

de

"periferia de la historia", que en otras ocasiones hemos usado para definir este proyecto refleja el carácter no central, no vacío, no cerrado y no preciso de esta zona, que la historia los hechos

-la

historia de los hechos humanos y de

urbanos-

ha convertido en materia inerte y

altamente deflagrante. Protagonismo histórico de una ciudad menor con hechos urbanos grandes, enormes.

10

El

salto de escala de las calles y las casas comunes y

los espacios y elementos propuestos (grandes explanadas, rampa y atrio interior, puerto industrial) es la sustancia del proyecto. Mantener esta explosión dimensional,

pero haciendo posible su comprensión visual, lleva

al

diseño simultáneo de lo muy grande y lo muy detallado. También contribuye a dar a toda intervención el carácler

de infraestructura, en el sentido de soporte generador de otros actos pr¡vados y, alavez, de un acto público de servicio y de control.

11

La altura de r8 m que hay que salvar para subir al

techo de la base (con un ascensor o una escalera) se vence gracias aunarampa, cuya pendiente es de 7,8o/o, des-

de la Rue Henri Cautier. Es una calle para el tránsito y los

tranvías. Y también unafachada de viviendas y despachos. También es capaz de alojar en su primer hueco (de

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LA ESTRATEGIA DE LA FRONTALIDAD Este proyecto propone una idea estratégica para ordenar la oferta de suelo y de edificación que, para la ciudad de Trieste, supone el área de Porto Vecchio (casi 5o ha de superflcie y más de 3oo.ooo m2 construidos en unos antiguos almacenes de la época de la dominación austriaca, alineados regularmente en grandes estructuras

de cinco y seis plantas, de indudable interés patrimonial). 5e quiere aprovechar esta oportunid

9

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ad para abrir ala ciudadanÍa (mediante usos recreativos, culturales,

universitarios, depoñivos, comerciales, residenciales y turísticos) lo que ahora son unos esqueletos vacíos en un recinto hasta el momento prohibido e inaccesible a la

población. Las formas y

dimensiones de las viejas instalaciones son enormes. El proyecto

no pretende ser integrador ni exhaustivo. Al contrario, trata de inserir operaciones

puntuales de derribo, sustitución, renovación y nueva construcción que adecuen esazonaaun nuevo tipo de relaciones entre la ciudad y el agua propias de la cultu-

o

ra moderna.

F

1

É,

Supone romper las barreras físicas y administrativas que excluyen el acceso cívico y

o o-

En ese proceso, el

establecer los primeros elementos de una modernidad que contengan ya las inten-

ciones urbanísticas (accesibilidad, escala, imagen y carácter público o privado de sus

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!n I¡J I

funciones futu ras). Se trata de reemplazar el material existente para"urbanizarlo" más. Penetrar

en lo opaco significa aquí sustituir la barrera de edificios y fronteras existentes entre

el Borgo Teresiano y Porto Vecchio e iniciar el sector al uso urbano, mixto y colecti-

i TrL vo para que se ext¡enda hasta las estructuras portuarias, hoy díavacÍas.

É,

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primer paso es la operación más importante, difÍcil y decisiva.

Esta es la función de un espacio híbrido de bisagra se

-el

Largo Cavour, donde

encontraban las murallas, antigua frontera con el puerto contiguo-, como solu-

ción de circulación y accesos, y como nuevo espacio cívico entre laplazade la Esta-

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3Yd

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4ra

leñd ción y el agua. La propuesta consiste en

esf construir una masa que enlace. Mediante el volumen

y la densidad de un frente edificado se puede garanlizar el salto de la vida cívica hacia la transformación sucesiva de las naves y calles posteriores. La lógica de esta estrategia es la de la frontalidad, es decir, la confianza en Ia

evidencia visual de las relaciones urbanas como garantía de éxito económico y funcional y como condición de calidad espacial. No siempre, ni en todas partes, es ésta una hipótesis justa. Pero en el centro de Trieste, hoy, podría resultar estúpido no

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TOPOGRAFÍA MARíTIMA COMO ESTRUCTURA CÍVICN r El litoral atlántico de Oporto es una ribera urbana

I

fuertemente ocupada, en la que los múltiples rasgos

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transversales del mar son reducidos por la ciudad con grandes alineaciones de avenidas rectilineas, y con facha-

5

das

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y muros continuos.

irregulares y valles rocosos se han visto uniformados por

las perspectivas largas de las Avenidas do Brasil y de Montevideu, y el Largo do Rio de Janeiro. Sin embargo, la extraordinaria belleza de la materia y las formas de estos pequeños acantilados sucesivos mantienen todo su atrac-

tivo en

J

las

visiones próximas que ofrece el paseo lento de

la costa o el reposo

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Casi tres kilómetros de puntos

2

contemplativo.

Los proyectos para el frente marítimo del Parque da

Cidade y de la Avenida de Montevideu, (desde Praca da Salvador da Baía al Molhe) proponen descomponer la

interpretación viaria local, unitaria y monolítica e introducir otra escala de experiencia de la ciudad y de la costa.

que busca el reconocimiento de las formas

!n

Es la escala

0-

pensado va descubriendo al recorrer los distintos episo-

menores del terreno, aquellas que el reconocimiento

dios (pequeños rincones, miradores, terraplenes, muros

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de contención, edículos de servicio, etc.).

3

Es

en el valle de Calinheiras, entre la peña de Castelo

do Queijo y la circunvalación de Matosinhos, donde este

principio toma mayor f uerza.

El

proyecto del nuevo fren-

te marítimo del Parque da Cidade es una gran operaciÓn

de renaturalización del valle; sustituye el pesado terraplén viario por un viaducto transparente para crear un sistema nrtural playa-parque como nuevo ámbito paisajístico

y

recreativo. Es una afirmación fundamental

sobre la coexistencia de piezas de pequeño tamaño, próximas, propias de los usos de la costa (paseo, reposo,

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LA PRAqA DE GONCALVES ZARCO Y EL APARCAMIENTO 11

sistema de conexiones entre las distintas zonas que lo

constituyen.

5e remodela laPracade Conqalves Zarco cambian-

do las proporciones de sus superficies, pero mantenien-

14

do la preponderancia de las formas circulares como ima-

ción, en continuidad con los jardines de la Avenida do

gen característica de este espacio urbano. EI rebaje del

Brasil, prolongando las oportunidades de paseo y creando

actual terraplén en su lado norte, de la cota aproximada

un balcón panorámico sobre la nueva playa y sus equipa-

de + 8,9o m a la cota + 6,5o m, refuerza la volumetría de

mientos. Al mismo tiempo, laacera circular (que alcanza

la plaza. Al mismo tiempo, la calzada de vehículos

en su punto máximo z5 m de ancho) se desdobla en una

se

La acera oeste de la plaza se acompaña de vegeta-

reduce a2t m de anchura (una medida suficiente para los

rampa descendente (de

trenzados necesarios entre los distintos movimientos).

intermedio (de

Con ello se recrecen las aceras y se marca con claridad la

de las tierras de la plaza en bandas horizontales y permi-

diferencia de carácter entre la mitad este de la plaza (del

ten una experiencia visual muy variada en ios recorridos.

Sm

ro m de ancho) y en un anfiteatro

de ancho) que descompone el soporte

lado de la Avenida da Boavista) y la mitad oeste (del lado

15

del Castelo do Queijo).

El estacionamiento subterráneo bajo la Pra1a de

Goncalves Zarco, de 4o m de ancho, se dispone en tres

12

interior de laplazase dispone en sectores circula-

naves de z3o m de longitud, alineadas en la dirección del

res de distinta naturaleza (piedra, césped, jardín y ado-

eje de acceso de la Avenida do Rio de Janeiro. 5u estruc-

quinado). Éstos permiten una nivelación helicoidal que

tura es s¡métrica e inversa a la que se propone para el via-

aloja una rampa de acceso al aparcamiento subterráneo a

ducto elevado sobre el parque. Tiene una capacidad para

cielo abierto. En el centro de esta configuración queda el

z7o plazas, con dos rampas de entrada de vehículos y

monumento ecuestre al Rey Don Joáo, situado sobre una

otras dos de salida. Los peatones disponen de rampas de

peana esbelta que se apoya en el suelo del aparcamien-

acceso a la Avenida do Brasil, escaleras de salida a la acera

la verdadera cota del suelo

de la Avenida da Boavistay salidas a nivel a la plaza interior

del lugar, ya que resulta visible como la cota inferior de

y a las rocas de Castelo do Queijo, alaplayay a los paseos

referencia desde los distintos puntos de vista. La trans-

del Parque da Cidade. El aparcamiento está abierto en su

parencia lateral hacia el interior del aparcamiento relacio-

lateral oeste, lo que garantiza laventilación directa.

El

to. Este nivel aparece como

na

directamente éste con el espacio exterior, consiguien-

do una mayor sensación de comodidad y confort que en

t6

cualquier otro tipo de solución, enterrada y oscura.

propone la construcción de un pequeño quiosco (de

En la esquina de la Avenida do Rio de Janeiro, se

periódicos, golosinas y bebidas) que sirva de transición

13

Desde el nivel del aparcamiento (+ 6,4o m) se abre

entre el amplio espaci o delaplazay la estructura del via-

un túnel rectilíneo paradar un acceso peatonal directo a

ducto. Constituye el arranque de una escalera de acceso

Queijo. Esta obra

directo ala playa y el aparcamiento y aloja en la planta

anecdótica añade curiosidad y atractivo al uso de esos

inferlor los servicios de vestíbulo del aparcamiento. 5u

espacios y cohesiona el proyecto, entendido como un

superficie en planta es de r5o m2 aproximadamente.

las rocas y al paseo, al sur de Castelo do

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52

AVENIDA DO RIO DE JANEIRO Y PRACA DA CIDADE DO SALVADOR

1l

El

nuevo lrazado de la Avenida do Rio de Janeiro se

I

dispone con un tramo de viaducto en arco de radio

A

I

amplio (r75 m en su sector central), de una anchura de

'17

m paracalzadaz- + z carriles con tranvía eléctrico

§;

16 m (13

compartido en los carriles laterales), y una acera balcÓn para peatones en el lado del mar. No se dispone de paso

peatonal en el lado interior del parque. La estructura es de hormigón blanco, pintada de azul claro en una de sus mitades inferiores (el ala mar) y en sus pilares En el lado

parque, la propia estructura resuelve la protecciÓn lateral en hormigón, mientras que en el balcÓn sobre la playa Ia barandilla es transparente con balaustres de acero pintado, igual a la usada en otras partes del proyecto La iluminación se resuelve con barras fluorescentes empotradas

en los brazos metálicos que cada 20 rn sostienen también eltendido eléctrico deltranvía. Los postes verticales

son de hormigÓn y repiten también los utilizados en la Praca de Concalves Zarco. LaPracada Cidade do Salva-

dor se resuelve sobre la base del lrazado elíptico preexis-

tente, con una propuesta de isleta central que aloja una instalaciÓn escultÓrica

de la artista americana

Janet

Eichelman. Propongo una imagen ligera de velas textiles

moviéndose al viento fuerte de la zona, que establece una rótula grande entre el mar y la tierra y también entre el parque abierto (de Oporto) y la zona densamente edificada (de Matosi nhos).

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54

EL EDIFICIO TRANSPARENTE

2l

23

construidos en

explotación mediante concesiones en alquiler (bares de

cuatro plantas para alojar usos recreativos y culturales,

playa, discoteca, tiendas, restaurante) y que se pueden

que Io convierten en un foco de atractivo ciudadano y

utilizar ocasionalmente como sala de exposiciones. Su-

animador del espacio litoral. Su estructura es de hormi-

pone portanto unagestión pública unitaria, con activida-

gón y sus fachadas de vidrio, y se presenta de estaforma

des privadas incorporadas en su interior. lgual que un

como un contenedor transparente, en el que se circula

mercado, un aeropuerto o un /oft de oficinas, resulta, por

sin obstáculos y donde se entra en contacto con las dis-

tl1l9trn

Se trata de un edificio de

6.7oo

m2

El edificio incluye servicios adecuados para

su

modelo prototípico de un espacio colectivo.

tintas actividades alojadas en su interior.

28 24

Junto al edificio transparente se ha definido el

edificio se recorre por rampas y escaleras. Desde

emplazamiento para un futuro auditorio o centro de con-

el nivel de la avenida (planta o) se accede a los locales

venciones que ofrezcaa la ciudad de Oporto una instala-

El

comerciales (58o m'z) (planta

-t).

cafeLerias

y

se desciende al nivel inferior

ción de nivel internacional para congresos, seminarios y

Es en este segundo nivel donde se prevén

espectáculos, en una privilegiada posición frente al mar.

y bares, extensibles sobre las terrazas de

la

Es un espacio

de unos 6.o0o

m2

que permite alojar dos

playa. Se prevé también un espacio de r.ooo m2 para

salas interdependientes (de 6oo y 1.2oo plazas) con ser-

una discoteca, distribuidos en ambos niveles.

vicios de restaurante

y

cafeferia y salas de reuniones

anexas. El aprovechamiento panorámico de este edificio

25

La planta +r se destina a espacio expositivo, para

es un elemento principal del proyecto.

uso de la ciudad, clubes o instituciones que ocasionalmente lo soliciten. Puede también utilizarse para exposi-

ciones industriales, técnicas

o

políticas,

y

29

El

Auditorio o centro de convenciones se relac¡ona

para {erias

directamente con un nuevo hotel, situado al otro lado de

comerciales. Por este nivel se circula libremente, dejan-

laAvenida da Boavista. Este hotel, de 3oo habitaciones y

do al lado norte un espac¡o destinado a un restaurante de

de volumen longitudinal, contribuye a configurar y dar

lujo, compartido con la planta superior (+u ).

calidad urbana alaPraca da Cidade do Salvador, de la que ha de convertirse en elemento protagonista.

26

El

hotel

Lamayor proporción de la planta +z se destina a un

estará conectado con el centro de convenciones, con el

gran balcón mirador al que se accede directamente des-

edificio transparente y con Ia playa, mediante un paso

de el parque, por una pasarela elevada. De esta manera,

inferior bajo la Avenida do Rio de Janeiro, obra prevista

a los paseantes del parque les sorprende la visión del

en la construcción de dicha avenida.

mar, en toda la longitud de su espectáculo. Haciendo

footing, paseando, o s¡mplemente dejándose Ilevar por los sucesivos alicientes, la experiencia del parque vegetal se relaciona con el océano, de modo análogo, aunque con visuales muy distintas, de manera análoga a cómo se

produce el contacto al nivel del suelo.

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56

EL CAMINO LITORAL

30

Se pretende duplicar la experiencia del paseo a lo

largo de la costa, mediante la renovación de los jardines

ex¡stentes en el nivel superior, junto a la Avenida de Montevideu ylacreación de un itinerario peatonal ligero a cota inferio

r, trazado directamente sobre las rocas y

junto a las playas.

31

Las incidencias transversales que se suceden en

este recorrido se recogen y acentúan por medio de cambios de material, del trazado del camino y de la construc-

ción de escaleras y rampas entre los niveles alto y bajo, miradores, bares, pasajes y plataformas que convierten un entorfto hasta ahora inhóspito en un lugar accesible y

expuesto al contacto directo con el mar.

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SOTTO CORSO

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Las casas de Cénova cuelgan de sus colinas, encima mismo del

puerto.

La

topogra-

fía vertical de su casco antlguo es una fachada que aprieta la ciudad, a punto de

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caerse al agua. En su borde, fruto de ladramáticae imperiosa necesidad de circular,

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se

construyó en la década de 1960 una estructura metálica serpenteante: la Soprae-

levata. Cortando el muro del Vecchio Molo, deslizándose entre las ventanas de las fachadas del Settecento, desde el primer dia provocó la expectativa de su futuro.

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derribo. Hoy sigue viva la polémica. Por otra parte, la actividad portuaria ha extendido sus áreas hacia el oeste, a

Sampierdarena. El puerto viejo se está destinando al ocio, según un proyecto de Renzo Piano; pero los talleres de reparación naval, una de las industrias más activas

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de la economía genovesa, perviven en el corazón del puerto, en el centro mismo del frente marÍtimo de la ciudad. Entremed¡o, el Club Náut¡co del Duque de Aosta. Y, más allá, al este, laferianaval y las futuras marinas recreativas.

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Para reestructurar el sector productivo y solucionar la vialidad este-oeste se

propone duplicar la sección artificial de la fachada urbana, añadir otro corso inlermedio y convertir en geografia natural e histórica lo que podía parecer sólo un arti-

ficio topográfico. 5e propone una fachada virtual para el frente marítimo, capaz de duplicar el espacio donde más escaso y necesario es, y alojar los usos (industriales, deportivos y recreativos), las actividades y las circulaciones (portuarias, ciudadanas

y metropolitanas) que conviene poder concentrar en ese frente. Con ello quizá Cénova evitaráladispersión y el abandono de las industrias portuarias, y Ia banalización que supone convertir un puerto de importante tradición comercial y naviera

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en un parque acuático turÍstico. Será precisamente por medio de la aceptación consciente del puerto activo,

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aun con sus nuevos impedimientos de confort y congestión, que se preservará la

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imagen poderosa de una ciudad que se identifica con su grandiosa tradición comer-

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cial y naviera.

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LA MEDIDA NO ES LA ESCALA La

actividad en los canales de Croningen es intensa, sobre todo en los que rodean

el casco antiguo, que casi const¡tuyen porsí mismos unaciudad acuálica. Pero ¿hay

un borde, una junta entre ciudad líquida y ciudad sólida? ¿Dónde está, de qué se compone? ¿O esa dualidad es sólo una construcción mental que significa contactos que siempre van

a

través, relaciones múltiples? ¿No es siempre el borde un lugar que

quisiera ir más allá?

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El borde del agua en los canales de Croningen tiene, en Winschoterkade, un

punto de intersección. La primera vez que visité Winschoterkade acabé frente

a

aquella esquina de la ciudad, oscura, opacay confusa que es su bastión. Erauna

tarde nublada de septiembre y el lugar parecia igual de sucio que la atmósfera; no obstante, me percaté de la belleza de dos cosas: la materia y los árboles. La amplia extensión

del agua parecia crear una especie de plaza liquida, el

encuentro de cuatro de sus canales formaba un gran crucey los árboles,

a su

erguían robustos y sólidos como un pabellón construido de ladrillo

y mortero.

vez, se

Winschoterkade está situado en una esquina del centro de la ciudad, pero también coincide con el borde de Oosterhaven y elfinal de Eemskanaal yWinschoterkanaal. El

proyecto debÍa ser limpio y simple, mínimo y reticente, y dirigido

a

crear un lugar

desde el cual la gente pudiese contemplar el agua y los edificios, las estructuras del

viejo puerto en alternancia con los nuevos bloques de apartamentos y las tradicionales villas urbanas, los buques navegando y el habitual tráfico de coches en los puentes.

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el cual uno puede sentarse y contemplar el entorno. Una ventana de hormigón



enfafiza las vistas al sur, desde donde las nuevas zonas de la ciudad se extienden

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Bajo los árboles, un gran banco de madera marca un punto en el césped desde

hacia el interior: la ventana del centro de Croningen abriéndose al mundo. Hacia el

este, se abre una plataforma sobre el canal, como un mirador sobre el agua, que

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puede ser utilizada como escenario para espectáculos, conciertos o representaciones teatrales, proporcionando un lugar para acontecimientos especiales esporádi-

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cos. Con todo, al final, el lugar tiene que retornar asu carácler tranquilo inicial, como lugar para Ia contemplación y, con el banco, la ventanay el mirador, mostrarse a sí mismo como una especie de "sala de estar" urbana desde la cual disfrutar en paz de la riqueza y variedad del panorama de esta ciudad marítima. Los materiales son básicos: hormigón y maderas pintadas paralas superficies;

hierro de construcción naval para el mirador sobre el aguay el Duc d'Albas. Por lo que concierne al resto de la obra, ésta surgirá de los elementos externos, ya que el

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diseño no radica en el césped, en el banco o en el muelle, sino en la inmensa exten-

sión de vistas, a través de las aberturas de aquella esquina, del centro urbano. Como en muchos otros casos, mi preocupación aquí no ha sido crear un objeto, sino un Iugar, dotando de significación y claridad un espacio que hasta el momento carecia de importancia. Creo confirmeza que el papel ideal del arquitecto en Ia ciudad no consiste necesariamente en inventar formas o solucionar problemas, sino en crear significados, añadir relaciones, clarificar lo que resulta oscuro y enriquecer

1 La plataforma suspendida sobre el canal y el banco hacen posible la definición de un nuevo lugar en el borde del canal.

z

Relación entre los canales, la plataforma

y

la

3

La nueva condición del lugar, elevado

traza del girar de las barcas.

y suspendido sobre el canal, permite su

apropiación para usos ciudadanos.

4

Alzado de la plataforma, el banco y la

ventana.

lo que es enrevesado. Los objetos arquitectónicos existen no por el bien de ellos mismos, sino para formar lugares en los cuales Ia gente seacapaz de captar y apreciar su complejidad como experiencia estética. Estamos hablando de un pequeño proyecto urbano: unos pocos metros cuadrados de césped y un puñado de elementos constructivos; no obstante, su efecto es notorio, aunque sean limitados en tamaño, ya que aportarán ala ciudad una vista

de gran amplitud y extensión, en la cual muchos fragmentos de la misma ciudad se

transformarán en un panorama debido a las relaciones que los unen: relaciones de centro y periferia, de agua y tierra, de edificios y espacio abiertos, de tráfico y tran-

quilidad.

El

tamaño no es lo mismo que la escala: esto es lo que siempre digo el

primer día de clase a mis alumnos de urbanismo. A veces, las grandes ideas pueden

ser simples proyectos de escala local, proyectos irrelevantes; y, en cambio, las pequeñas intervenciones pueden alcanzar una escala urbana enorme, si nacen de

una idea que contribuya a una correcta utilización del lugar, a la interpretación de todos los referentes urbanos. Las dimensiones no son lo que importa. Espero que la pequeña intervención

en Winschoterkade ayude a Croningen a descubrir un lugar que un día fue una esquina olvidada de la ciudad, y que la vista del puerto, los canales y los edificios ayude a sus habitantes acaptar y apreciar la complejidad y el espectáculo de Io que

constituye realmente una ciudad.

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SECCIONES DESPLEGADAS Desplegar la sección en horizontal y en vertical son las dos estrategias que presiden

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el proyecto para la prolongación del bulevar de Scheveningen

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Lallaya, donde un dialarealeza estableció su palacete de recreo, un casino y un

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paseo marítimo. Fueron espacios de calidad, únicos en el Mar del Norte, en compe-

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tencia tan sólo con la vecina Ostende, ya en Bélgica.

Hoy, el casino y el bulevar, con su espolón, son vestigios arrasados por el uso

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multitudinario de chiringuitos, restaurantes populares, coches mal aparcados, vendedores ambulantes, construcciones de supuesto valor recreativo y acuarios, entro-

metidos entre farolas y barandillas que pugnan con las cafeterías y heladerías por ocupar el paso de los miles de visitantes cada fin de semana. El paseo

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histórico, el actual, tiene 9oo m de largo y una anchura original de 3o m

(hoy mordida por la invasión de restaurantes y pabellones hasta dejarla de

15 a

20 m

de anchura). Es una avenida rectilÍnea, sin coches, definida por la alineación de las

farolas(restauradasalaantigua, casikitsch)yporlalrazadelabalaustradadefun-

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dición que marcael desnivel con el curso de la playa (invadido asuvez por los merenderos).

Aunque se planteara con una imagen simétrica, a imitación de los paseossalón de los centros urbanos, el paseo ancho frente al mar acaba sirviendo para usos distintos: para que los paseantes se acumulen al circular junto a la barandilla

de borde, que es donde se disfruta de la vista del agua (utilizando solamente 5 o 7 m del paseo) y para

que la anchura restante, hasta los originales 30 m sea progre-

sivamente ocupada por concesionesy barracas que, a su vez, se orientan hacia el

I

mar, pero que añaden para sus clientes la contemplación paisajística y la del transi-

I

tar de sus semejantes. Para este resultado, ¡más valiera un frente de edificios y una calle más estrecha!

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En la prolongación del

frente marítimo de Scheveningen (de 1.7oo m aproxi-

madamente) hemos pretendido romper este maleficio.! En sección, los 3o m se reparten enltres niveles, de anchuras oscilantes y perfiles suavemente ascendentes (o al revés) que invitan acircular de distintas formas (en solitario o en grupo, a pie,

en patÍn o en bicicleta, próximo o dominante sobre Ia playa)y que permiten, además,la mutua observación y la sensación de proximidad sin contacto..tEn planta, la avenida tuerce su insistencia rectilínea para adoptar unos trazos ondulantes y serpenteantes, que producen una variación continua de las visuales, opuesta alacortante visión frontal del ¡nmediato trasero del transeúnte o del carrito infantil que nos embiste de frente. El paseo sínusoide permite una visión variada del total del paseo

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y defensas, a las dunas de protección para las emergencias de inundación y sinies-

tro, y el aprovechamiento de las obras maritimas existentes. La unidad

y la coherencia formal se consiguen gracias a un movimiento ondu-

latorio que une Scheveningen-bad (lazona de baño), Scheveningen-dorp (la zona

del pueblo) y Scheveningen-haven (la zona del puerto). Este paseo marítimo de formas ondulantes sigue y refuerza la línea de los edificios actuales y lasfachadas de la duna. Asimismo, también propiciará una experiencía visual más ricay diversa,

tanto a lo largo como a lo ancho del paseo. No obstante, la exigencia más imporlante del proyecto es mantener la protec-

ción costera existente y reforzarla en algunos puntos del bulevar. Desde el origen, este requisito ha sido la base de la idea del proyecto. La estrategia de su diseño se basa en niveles móviles y delicados perfiles que implican aumentar

y renovar

la

cantidad de arena en algunos puntos donde hay un cambio de perfil. El paseo propuesto eleva lazona peatonal a un nivel superior y amplía el bulevar en lugares estratégicos. En cada parte, se respeta el nivel de arena existente en la actualidad. 1 Maqueta. Vista general de la propuesta.

El

reconocimiento del dispositivo defensivo como lógica principal de este pai-

saje está en la base del diseño topográfico que aprovecha esta misma lógica, preci-

z Detalle de

la maqueta. Estructura de

n¡veles y articulac¡ón entre las franjas.

3 lntervención: planta general. samente como solución panorámica y recreat¡va.

4

Frente marítimo: franjasy propuesta

de pavimentos.

5 Secciones de

la ciudad y del paseo.

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1 Dibujo

de las secc¡ones ondulantes y del

frente marítimo.

2 Propuesta. Volumetría. 3 Frente marítimo. Vista desde la playa.

4

Paseo marít¡mo. Estado actual.

5 Paseo marítimo. Vista desde el mar. 6 Secc¡ones propuestas. 7 Vista general de la ¡ntervención.

8 Encuentro con

el frente urbano.

9 Maqueta. Vista general. 10 Paseo maritimo. Vista desde la cota de la ciudad. 11 Plazas de aparcamiento ¡ntegradas

en la sección de Ia duna.

rz Vista del paseo marítimo. 13 Vista aérea.

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EL CASCO ANTICUO COMO CATEGORÍA DE

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PROYECTO El

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barrio de La Sang, construido a comienzos del siglo xrx para alojar a los trabajado-

res industriales más pobres, tenía un Irazado relativamente regular formado por

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cuafro manzanas dentro del casco irregular de Alcoy.

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5u pequeñísimo tamaño, su precaria construcción y su posición, escondida de

5

las circulaciones generales, favorecieron una degradación sociolÓgicay fisica pro-

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gresiva, hasta llegar al derrumbamiento y descomposiciÓn final de muchas de sus casas. La rehabilitación parecia imponerse, ya que la estructura tipolÓgica era inte-

resante. Ésta se sustentaba de forma estricta en las dimensiones de sus tres crujÍas, de 3,6o m de profundidad y similar anchura, con una escaleraenlacru)iacentral; Ias

habitaciones resultantes se alquilaban "por llaves" a los trabajadores en turnos de

1rc

8 horas, estableciéndose tres turnos de ocupaciÓn diarios.

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Sin embargo, la decisión de este proyecto, consistente en afrontar la renova-

ción radical del barrio, con una arquitectura, una tipología y un carácter totalmente nuevos, supone una opción contraria a las exper¡encias de rehabilitación y una pos-

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tura positiva respecto tanto

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a

a la

arquitectura de la ciudad, como arquitectura inventada, no

partir de problemas lingüísticos, sino de las voluntades expresivas de la esca-

lay de la naluralezainterna que supone construir programas como éste.

LA URBANIDAD DE LA VIVIENDA CÉNTNICR En un centro histórico denso, introducir una organización moderna de la vivienda,

aparcamiento y espacios públicos supone afronlar uno de los asuntos más conflictivos de la urbanística contemporáne a. Proyectar sólo desde la tipologÍa (sin modificar el viario) convierte la cuestión en un esfuerzo

-filológico

o rupturista- difícil

de sostenerse en operaciones de cierto tamaño.

Emprender una reforma desde el viario (retoque de alineaciones, higienización de espacios) const¡tuye un proceso largo que precisa de intervenciones múltiples a medio plazo y que sólo evita el acartonamiento y el fachadismo hecho con

tiempo y paciencia. En áreas muy céntricas, son pocas las experiencias en las que la construcción de

vivienda pública de nueva planta asume la responsabilidad de la renovación urbanística del casco urbano, máxime si se trata de un centro histÓrico, compacto y con-

solidado como el de Alcoy. En este caso, el proyecto, además de resolver las cues-

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Construir viviendas sociales en un terreno de fuerte pendiente, sobre viejas manzanas

y parcelas sistemáticamente irregulares, para que, en 1995, La Sang pu-

diera ser un barrio residencial económico y moderno, proporcionó la ocasión de afronfar algunos de los problemas pendientes del urbanismo moderno que, a menudo, olvida la intención de la forma urbana o la continuidad histórica del significado

-que

no de la forma- intrínseco a la noción misma de casco urbano. Prin-

cipalmente, el proyecto recoge una intención de forma urbana, y aprovecha lafuerza de la implantación topográfica para dar f orma a la infraestructura. Es frecuente,

-

en Alcoy, que las fuertes pendientes produzcan discontinuidades significativas en

eltejido, en forma de baluartes, murallas o cercas para nivelar

las tierras

y precintar

ámbitos, algo que la sola edificación no podría hacer. Ello configura una ciudad

donde la urbanización hace aparecer grandes piezas de construcción (puentes, muros y contrafuertes, rampas y taludes, barandales y desmontes) con gran presencia de los planos verticales, que const¡tuyen los elementos característicos de la

fuerte imagen volumétrica de la ciudad. El

viejo barrio de La Sang estaba suspendido sobre el terraplén de apoyo del

muro de cerca de un antiguo convento franciscano. La desamortización dio lugar, a mediados del siglo xrx, a la construcción de las tres manzanas interiores, con casas

que explotaban al máximo la altura, en parcelas pequeñas, de entre 4 y 5 m de fachada y 12y 13 m de profundidad. Las casas a la calle Sant Mateu estaban mejor construidas, ya que, a diferencia de las otras que se alquilaban por cuartos, eran de

propiedad, y tenían, por tanto, una escalera más generosa y una sola vivienda por

1 Planta de la intervención en la trama existente del barrio de La Sang.

planta. Otro tanto sucedía en la calle Sant Doménec, donde muchas casas buenas

z

Planta de la rampa y de los aparcamientos.

se construyeron entre t86o y t9to, época del florecimiento industrial de Alcoy,

I

V¡sta aérea de la intervención.

derivado del auge de la industria textil y de la guerra de Crimea, con portales, bajos

4 Alzado de la propuesta urbana. 5 Planta de la propuesta tipológica del conjunto.

y alféizares de piedra.

6 El salto

topográfico que había producido

Ia

nivelación de los huertos se tradujo

en la segregación del barrio que, a pesar de ser fácilmente accesible (desde el oeste y desde ablo), era, sin embargo, casi imposible de atravesary quedaba, portanto,

como un fondo de saco servido por la bolsa que forma la calle de la Cova Santa. Romper la segregación topográfica es una prioridad del proyecto. Éste propo-

ne una nueva "rampa de La Sang" que, a través de una brecha en el viejo muro, consigue una rasante continua entre el barrio y la ciudad baja, donde se ha desarro-

llado el ensanche moderno. Esta nueva rampa en trinchera no pretende ser una calle de paso entre la ciudad

blay

umbilical que Iigue el barrio a

la

la alta, con el barrio a su mitad, sino un cordón

trama moderna del ensanche.

La

densidad residencial se vertebra a

través de la rampa que traduce el contacto con los espacios vecinos.

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futuro, puede permitir la extensión o partición de

las

viviendas, ya que la contigüi-

dad se puede resolver con sólo introducir unos peldaños interiores que salven el desnivel de 7o cm entre las viviendas. Lograr unacasamás o menos continua en su interior, con viviendas de dimensiones variables, y eludir la repetición de los forjados supone vencer alguno de los mecanismos compositivos más simplones de la experiencia funcionalista que tantas veces tiende a la repetición de la vivienda tipo, en vertical y en horizontal. La

variedad y el desorden t¡pológ¡co son sustanciales a la idea de casco urba-

no, con independencia de la modernidad o el historicismo que atribuyamos a sus formas. La idea de casco urbano no es solamente la de centro histórico, medieval o decimonónico; la idea de casco urbano debe sertambién una idea contemporánea, imprescindible en el proyecto de nuestras ciudades antiguas y nuevas. Y esa idea de casco, que implica heterogeneidad de tamaños y de usos, mezcla de movimien-

tos internos y atravesamientos, aceptación del coche, y carácler público de partes sustant¡vas, es

-al

margen de cualquier pretensión filológica o restauradora- una

categorÍa teórica del proyecto urbano que, al igual que en los llamados parques

industriales, centros direccionales o suburbios residenciales, Ia proyectación urbanaactual debe incorporar como propia. La propuesta de La Sang reconoce la claridad del trazado vial preexistente,

pero no mantiene

Ia

fragmentación parcelaria que, en las condiciones de actuación

presentes, carece de sentido. Pero tampoco por ello quiere traducir mecánicamente el volumen resultante de la unificación racional de la construcción y de la gestión

pública del proyecto a una imagen arquitectónica de repetición

zontal-

-vertical

y hori-

que sería un injerto de gran pobrezafigurafiva en la forma visual del casco,

y de todo punto innecesaria. Por el contrario, el proyecto defiende que es perfectamente posible afrontar los temas esenciales de la forma urbana sin renunciar a la racionalidad modular y

tipológica en la distribución y construcción de las casas. Y si circulación y topografía eran las aristas que permitÍan una expresividad compositiva de los trazados infraestructurales, en lo edificatorio es la transición morfológica entre centro compacto y regular y edificaciones aisladas y en desorden Io que, como ¡ntenc¡ón de forma urbana, el proyecto se propone. Las manzanas de viviendas nuevas son un eslabón que recoge los flecos que-

brados de las casas que han podido mantenerse para ser rehabilitadas sobre las calles Sant Mateu y del Camí. Sus volúmenes puros se cortan tajantemente por la

trinchera de la rampa. Sólo el bloque de Cova Santa Sud atraviesa la rampa, for-

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Ajardinamiento de la rampa.

2

Secc¡ón tipo de una calle

La

interior.

domesticidad como elemento clave

de la apropiación de la calle desde las

viviendas.

3

En una topografia accidentada, el espacio

público nace de la interpretación y el tratamiento de los elementos existentes.

5 lmplantación y espacios públicos.

6

Los puentes, las escaleras y los cambios

de nivel se suceden de forma simultánea en calles y espacios públicos. El ajuste entre el proyecto y su entorno se traduce en

singularidades reconocibles.

7 Detalle de

la articulación de pasos y

puentes sobre y alrededor de la rampa.

8



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Elementos singulares dentro de la trama

propuesta.

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Los distintos espacios a lo largo de la

rampa se adaptan a Ias diferentes pendientes y vertebran los espacios públicos y residenciales mediante soluciones concretas.

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da que recoge las formas divergentes de la topografia y del trazado de la calle del Camí. La horizontalidad dominante adquiere aspecto de torre y conforma espacios

exteriores poliédricos y múltiples. Sobre el área libre del parque, que incluye la travesÍa peatonal norte-sur, desde la plaza del Mosén Chusep al Camí por delante

del colegio, el volumen también quebrado del supermercado enseña Ia articulación de los edificios aislados, que tiene más que ver con la irregularidad de los suelos y las pendientes que con un trazado urbano regular o una continuidad normat¡va.

de proyectaciÓn? ¿Son estos objetivos de la forma urbana sujetos suficientes SerÍa faltar a la verdad s¡ se negara que, en este proyecto de La Sang, la mayor aten-

ción y paciencia la ha requerido el ajuste de los tipos de vivienda a las posibilidades específicas de cada uno de los módulos,

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tenor de la sección que permitÍa el desni-

vel en cada punto o de las excepciones que dictaban las situaciones de testero final,

que la de enlace con las casas mantenidas para rehabilitar o de esquina Es verdad

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sección vertical de cada casa es un engarce especial que aprovecha la distribuciÓn específica de unos bajos comerciales, un garaie, unas alturas y tipos de vivienda, casi nunca iguales entre dos casas vecinas, ni siquiera entre dos casas cualesquiera

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del barrio. Pero también es cierio que este ejercicio compositivo no tendria mayor interés

que la curiosidad, si no fuera porque pretende, en su variedad, llenar de cantidades no homogéneas los contenedores volumétricos simples que, como opciÓn de pro-

yecto urbano, se ProPonen. El proyecto de La Sang (que se distingue, desde luego, por ser un proyecto

directo de ejecución más que coordinador o regulador, y por actuar desde la preponderancia de la obra nueva respecto a la conservada, y no al revés) explora las posibilidades de un proyecto urbano que pretende aunar la reflexiÓn sobre los objetivos de ordenaciÓn urbana y renovaciÓn estructural de la ciudad con la composición tipológica de los Órdenes de vivienda, según un entendimiento de la arqui-

tectura urbana como expresión formal de unas intenciones urbanisticas. Hoy no está de moda hacer proyectos estructurales. El de Alcoy lo es porque pretende hacer calles y edificios de la ciudad central: movimientos de personas y vehÍculos en conformidad con la ciudad central, actividades complementarias y ser-

vicios propios de la ciudad central. Y la acciÓn de refuerzo que produce el nuevo barrio no es extensiva y aditiva, sino inclusiva y acumulativa.

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EL ORDEN TRASTOCADO Autobuses, tax¡s, peatones, coches, bicicletas, trenes' minusválidos. Todo tiene que coincidir en un espacio de r.ooo m2, de máxima circulaciÓn a ciertas horas, tranquilo el resto. Lovaina no es una gran ciudad, pero su estación mueve cada día miles de estudiantes y profesionales que se trasladan por todo el país. Un sistema de circulaciones que ponga en contacto trenes pendulares con aparcamientos diarios y con autobuses y un acceso peatonal que complete laplaza histÓrica con el

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tráfico pesado enterrado pueden quizá ser resueltos sin gran aparaÍo externo. Los

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ecologistas no están muy contentos con el túnel, la comisión de patrimonio duda de

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laplazamoderna, la compañÍa de autobuses quisiera una estaciÓn mayor, los inge-

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nieros del ministerio reclaman un túnef-más ancho, la compañía de ferrocarriles quisiera hacer su promoción aparte, pero el compromiso de los contrarios es lo que

justifica el proyecto urbano, una cultura difícil de inventar donde no existe y, sin embargo, tan necesaria para no romper la ciudad en pedazos. Lovaina es una ciudad levítica, donde lafuerza espléndida de sus ¡nstituciones medievales y renacentistas (la universidad, el Colegio de la Villa, la catedral y las abadías) ha ido difuminándose en una condición suburbana y conservadora, protagonizada por los monumentos en reconstrucción y las viviendas unifamiliares con

jardín. La piedra y la madera son materiales que expresan nobleza y la ú nica nota de modernidad quizásealatorre de apartamentos Sint-Maartensdal, de Renaat Braem

(tgSl-tg1il olvidada entre

las calles, sin tráfico apenas gracias a represivos planes

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de circulación, maquiavélicos y malthusianos. La estación dista media hora en

tren de la de Bruselas. Claro que la comodidad

de la distancia se desaprovecha por el increíble abandono de la infraestructura ferroviaria en la capital de Europa. Las estaciones son incómodas y sucias y, si la

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estac¡ón central fue de hermosa arquitectura art déco (Victor Horta) y la del norte

horrlble grand project incompleto e infeliz de Ia década d e 1960, ambas son hoy un mal ejemplo típico de las grandes transformaciones ferroviarias, de las que fueron precurSoras. Bélgica fue, con cran Bretaña, la primera en instalar una red de ferrocarriles a

mediados del siglo xlx. El carbÓn y el acero le permitian un progreso de primera lÍnea en la industria del material móvil y en Ia

ingenieriadelfrazado.

La

exportación

de esa tecnolo gahacia diversos países de Europa y de América fue, sin duda, un

componente destacado de la riqueza material del país hasta bien entrado el siglo xx. La red

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ferroviaria belga es densa y fue muy bien construida en sus orígenes, con la

mayor parte de las vías en terraplén o estructuras sobreelevadas del suelo, de modo



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5obre esta directriz, el proyecto dobla la plaza histórica

-salvada

del tráfico

rápido y reservada a los peatones , como plaza estática y representativa- con otra plaza dinámica de vehiculos que va a formarse con la nueva estación de autobuses,

la llegada de los trenes y las conexiones a los subterráneos, y con el túnel para la

circulación rápida.

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La plaza estática

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ueda configu rada al norte por los

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evos ed ificios ad

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istra-

tivos del LIJN (autobuses) y de la SNCB (ferrocarriles). Un pabellón de restauración

1 Maqueta. Plaza estática y plaza dinámica.

2 Maqueta. Conjunto de la intervención. 3 Maqueta. Relación entre niveles, accesos

y servicios acaba de cerrar, al sur, el precinto construido. La superficie se ordena con pavimentos pétreos, y se señalan las grandes bocas de accesos y de luz de los

e ¡nfraestructuras.

4 Vista de la nueva plaza con el edificio de la estación de autobuses.

aparcamientos.

8

La

nuevaestación de autobuses, con sus andenes cubiertos con un volumen de

gran altura, abrazalos movimientos del transporte público, en una plaza dinámicay

mecánica. En contacto con las llegadas de trenes y el estacionamiento de autobuses, se convierte en el centro de intercambio de los diversos movimientos. La

imagen visual de esos movimientos (de vehÍculos y personas) protagoniza este espacio.

9

Dar prioridad a esta calle, de menor importancia funcional que compositiva,

imponía rectificar su rasante y unificarla en una pendiente constante. Este detalle proyectual, aparentemente secundario, resulta de enorme trascendencia alahora de reconocer como unitario el espacio de las dos plazas.

10

La

orlogonalidad en la esquina entre Martelarenplein y Diestsevest es la clave

determinante del proyecto, de la que los demás trazados se derivan. 5u materialización ha de resaltar un hecho urbano de gran escala y significación para el nuevo orden formal de este sector de la ciudad de Lovaina, centro capital del Brabante.

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La

urbanidad nace de la multiplicidad de encuentros y esa multiplicidad exige can-

tidad y diversidad de ellos. Los proyectos de vivienda pública son con frecuencia una acumulaciÓn de uni-

lII É,

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dades residenciales, uniforme, homogénea, sin diversidad. Aunque algunas veces

proson volumétricamente compleios, cuando se intenta engañar la monotonía del blema complicando la imagen arquitectÓnica; el aislamiento funcional respecto al

entorno impide que esos proyectos sean capaces de generar ciudad auténtica. La propuesta de

construir roo.ooo m2 de vivienda social, roo.ooo m2 de equi-

pamientos (locales y ciudadanos)

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y 22.ooom2 de parque público

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moderno donde las penetraciones múltiples entre movimientos y volúmenes y la manifestación de la alta densidad, sin perder la simplicidad geométrica, permitan una experiencia espacial compleja, expresiva de la diversidad en el uso cotidiano

del espacio. La inserción de circulaciones peatonales

a

través de unas volumetrías

públicompactas y la superposiciÓn de itinerarios diarios locales (hacia eltransporte co, las escuelas y los serv¡cios de barrio) con movimientos de escala ciudadana o metropolitana (parque, biblioteca, hospital, albergue universitario, etc.) enriquecen un esquema que toma como espina central de vivienda y comercio el eje del paseo de Torres i Bages, verdadera avenida central entre los centros históricos de

sant Andreu y Trinitat, provista ya de una red generosa de transporte público y portadora de imágenes procedentes de la Casa Bloc, obra del GATCPAC. Las infraestructuras principales ya están lrazadas, y también el protagonismo

del eje central, reforzado por alineaciones arbóreas de plátanos soberbios, que establecen las partes consolidadas de la ordenación. Un segundo orden de vialidad

rodada dispone pasos de servicio tras los bloques frontales al paseo, con lo que reduce al mínimo la circulación rodada interior y esconde en estos edificios todas las rampas de acceso

alos aparcamientos subterráneos. Y, mientras las circulacio-

nes rodadas son absorbidas en línea, las peatonales se dispersan en múltiples aper-

turas y pórticos La

a

través de los bloques edificados.

edificación, por su pafte, compone los bloques frontales al paseo, de cinco

alturas, con pantallas transversales de alturas variables. La volumetría global está dividida por casas, multiplicando el número de porlales parauna habitabilidad más doméstica y para un uso más activo de las aceras y las calles'

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diferente altura de cada casa establece un perfil escalonado que identifica la

imagen global del barrio, sin necesidad de artificios icónicos y con uso intensivo de las

fachadas medianeras. Son pequeñas torres adosadas y no bloques corridos; son

calles sin rampas y con muchos poftales. Para lograr este resultado es esencial la coordinaciÓn entre arquitectos

(tz pro-

yectos de residencia, 12 proyectos de equipamiento y 4 proyectos de urbanización). La coordinación y discusiÓn con los arquitectos proyect¡stas (receptores de premios cualificados) const¡tuye una parte interesantísima del proceso que introduce libertades subjetivas dentro de un sistema normativo tan elemental como rígido: alineaciones frontales planas, alineaciones laterales libres, alturas de casas fijas y super¡ores a la edificabilidad necesaria, plantas bajas fraccionadas. Los proyectos

arquitectónicos materializan así los principios del plan urbano: planicidad alineada de fachadas, promiscuidad de medianeras, discontinuidad de perfiles. La urbanidad de la construcción, que se obt¡ene por la densidad y la intersecciÓn de los volúmenes compactos, toma, por otra pafte, la lÓgica de la abundancia de equipamien-

tos para formar los espacios públicos. La rambla de equipamientos es una estructura espacial y funcional novedosa que entrelaza aquellas instalaciones que,

por su tamaño y programa, no podrían incluirse como pantallas de la volumetrÍa central, establecida en continu¡dad con las calles adyacentes como vía peatonal'

y concentra los ingresos de los principales servicios públicos para el distrito y ci

la

Perfiles superpuestos. Vista de la maqueta la maqueta.

3 Pasaje paralelo al paseo de Torres i Bages a través de los perfiles de edificación

udad. Por tamaño y situaciÓn, éste es un

r

z Vista de

proyecto de ciudad, dentro de la ciudad. No

propuestos. Rambla de equipamientos públicos. Paseo

hay aquí reforma ni rehabilitación, s¡no sopofte de la ciudad nueva en su mayor

4

complejidad posible. La centralidad metropolitana de este espacio y la voluntad de

i Bages entre el paseo de Santa Coloma y la

con servicios que discurre paralelo

a

Torres

interacción (interna y externa) provocada por la disposición urbanistica pueden

calle Palomar.

hacer de lo que podría haber sido un programa inicial de viviendas y servicios inde-

5 Rambla. Propuesta conceptual. 6 Rambla. Acceso desde la calle Palomar.

pendientes, un verdadero proyecto urbano, experiencia modelo en la nueva polÍt¡-

7 Superposición de perfiles y pasos transversales.

ca de vivienda que se proponen las administraciones catalanas.

8 Maqueta. Detalle de la propuesta de organización volumétrica.

9 Vistatransversal atravésde los perfiles propuestos.

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Latransformación propuestaparael áreade Rijnboog en el centro de Arnhem, no

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No es una cuestión de estilo o moda. Lo esencial es la calidad. Calidad de los espacios públicos como esqueleto básico de lo urbano, calidad de los objetos como

contribución a lo cívico y su imagen, calidad de la posición de las actividades como componentes de lo social y lo cotidiano. La búsqueda de estas calidades implica un

grado de ambición nuevo en todos

los aspectos del proyecto. Tenemos que adaptar la topografía y la infraestructura a

esta nueva idea de urbanidad. El nuevo puerto en el rÍo significará un hito en la

tacto el antiguo centro con el Rin. Ceometría y construcciÓn darán carácter

a

ambos

lados del barrio de Paradijs. Ocio y entretenimiento cultural se mezclarán con resi-

La rampa curva del bucle transformarásu carácter funcional con la interferen-

z

cia del museo y del centro de ocio como escenario masivo de lo colectivo. La rampa

ú,

nuevo parque central de Coehoorn propondrá un paisaje alternativo alojando

nofte-sur dejará su lugar, clarificando el reseguir de la banda verde del Singel. Y el

los nuevos proyectos de edificación. Todo ello implica medir la magnitud de los programas no por metros cuadrados, sino por Ia transformación sustancial de las estructuras urbanas que proponen. La continuidad es la otra clave del plan director. Continuidad de espacios

abiertos con calles, de plazas con edificios, de edificios con edificios. Los barrios introvertidos de Paradijs y Rijnkade, al norte y al sur de Coehoorn, serán entrelazados por el eje comercial reforzado de Nieuwe Oeverstraat, que unirá la catedral y la plaza del mercado con la nueva estación. El Rinjkade, relevante en sÍ como lugar estático y panorámico, serátambién otra estructura determinante como nexo entre los ambientes

Continuidad que no es uniformidad ni repetición, sino más diferenciay especificidad de proyectos, y pla¡teamientos de proyecto adecuados a su diseño y gestión, a su escala y mateiialidád urbana.

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LA CIUDAD ABSTRACTA

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Berlín está hecho de distancias porque lo que cuenta en la ciudad, más que la repe-

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tición y la continuidad de los edificios, es la repeticiÓn y la continuidad de sus sepa-

5

raciones. Es el juego abstracto de los vacÍos en sus formas encadenadas lo que hay

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que percibir como figura de esa ciudad. Pero además, el BerlÍn socialista se ha caracterizado sobre todo por la baja densidad, por la vivienda como sustancia y por la

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centralidad representada por medio de símbolos, no por la congestión' El

orden estructural de la ciudad aparece expresado enlafuerzacon la que se

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mantiene la distancia entre las cosas y la separación edificada de las actividades

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establecidas.

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Al pensar en el futuro del Berlín oriental, hay que distinguir entre los logros de civismo adquiridos gracias al respeto colectivo a la ciudad como lugar común, sin Ia

explotación abusiva del suelo

-sobre

todo del suelo central- y los errores de

diseño y las equivocaciones urbanísticas que, como imposiciones tecnocráticas, se han definido innecesaria e ideológicamente. La cuestión del centro de Berlín tiene que ver con la continua dialéctica este-

oeste que la estructura de la ciudad man¡fiesta en todas sus partes y desde su naci-

miento. Del Alt Berlín a Friederichstadt, a Charlottenbourg, a Postdam y a Brandeburgo, se encadena una secuencia histórica que sólo la decisión de Karl Marx Allee ha contrapesado.

Alexanderplatz es el final (o el principio) de esa nueva Ku'Damm. Su carácter es el de un gran

superponen.

centro donde los transpories públicos y el tráfico de automÓviles se

Es la

mayor encrucijada de movimientos de la ciudad. Y para recono-

cer esta forma de centralidad con una presencia simultánea

-incluso

conflictiva-

de calles y edificios, de espacios públicos y movimientos (de personas y vehículos), Karl Márx Allee y Alexander Strasse se deforman, interfiriendo visualmente con los

edificios, contorsionando las aceras, laplazay los espacios libres. El

proyecto intenta provocar la congestiÓn edificatoria con los mismos elemen-

tos de la actual ciudad reconstruida, ya característicos de la capital de la RDA: calles anchísimas, bloques pantalla aislados, grandes espacios libres y el uso residencial como sustancia dominante. Se podrÍan llevar al límite las posibilidades de estos ele-

mentos urbanos, pero con una sintaxis bien distinta que haga reconocible, por su congestión formal, la imagen del centro de la ciudad popular: espacio colectivo de una metrópoli que Se expresa en el transporte masivo, en el consumo econÓm¡co y en la imposible apropiación privada de los lugares centrales. Como Calata en Estam-

bul o Times Square en Nueva York.

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LA DISTANCIA INTERESANTE No estaría aquÍ si se tratase meramente de solucionar los problemas del sistema viario, de

la

vivienda o de la estructura comunitaria de los distritos de Prinsenland y

Capelle, en Róterdam. Estoy aquÍ por Jacob Berend Bakema, Lotte Stam-Beese y el

ú,

movimiento moderno, y por sus propuestas para el Opbouw, que han iluminado

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cuestiones pendientes todavía. Encontré el análisis de estos asuntos extremada-

o J o

mente interesante y, en particular, el caso de Alexanderpolder.

Mi premisa es que

la escasa funcionalidad de los suburbios modernos está

ligada al empobrecimiento de la distancia arquitectónica, al síndrome de la arqui-

o.

tectura defensiva, donde el esfuerzo se centra en establecer una distancia entre los

É,

objetos que simplifique los conflictos y prevenga la creación de lo imprevisto. Sin

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duda algunos considerarán este postulado como una simplificación. ¿Es posible tra-

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tar los aspectos formales, económicos y sociales de la periferia de forma tan reductiva? ¿Qué hay de las implicaciones relativas a la densidad, a los sistemas de trans-

porte, a los programas de vivienda y demás? ¿Y de las condiciones de vida,

el

aislamiento social, las actitudes formadas por el entorno y los otros grandes temas de interés público? Esta investigación

internacional presenta

Ia

oportunidad de examinar este con-

cepto con los instrumentos propios de la arquitectura: medida, escala, proporción, contacto, distancia, densidad y demás. 5i el tamaño y la medida son los objetos

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esenciales de la práctica de la arquitectura y del urbanismo, ¿no seria posible hacer

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uso de ellos, mirando a las distancias urbanas en la periferia no como un problema,

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sino como una calidad positiva que debe ser acotada y moldeada? ¿SerÍa posible

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entonces proyectar el vacío como la cualidad del espacio? Una interpretación contemporánea de los proyectos de Bakema no enfocaría el encaje del edificio como propuesta en sí o de sÍ mismo. Las propuestas de Bake-

mavan másallá,los edificios se separan paragarantizar la presencia de los espacios libres y lavegetación, o bien para observar los estándares de aislamiento. Hay un

o

deseo implícito de crear un espacio dinámico que parece fluir entre el borde de los

É,

edificios y el borde horizontal del cielo, que se percibe como una idea de totalidad que podría aplicarse alaurbanización ilimitada del mismo territorio. De forma equivocada, muchas de estas ideas

-la

urbanización ilimitada, la

repetición geométrica- han resultado peligrosamente en la banalidad y la especulación. La prescripción de la distancia que emergió de la invención moderna del bloque aislado, del rascacielos y de la vivienda unifamiliar aislada

-y

de cualquier

otro tipo moderno de edificación- no derivó en ninguna aproximación positiva

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§i ¿Por qué esa desazón en Alexanderpolder? Desde fuera, su paisaje no parece

muy expresivo: los hitos (los edificios) están tan separados entre sí y son tan repeti-

tivos que crean la impresión de que cada elemento está aislado. Dentro del área, de todas formas, el espacio Iibre no parece vacío, sino lleno de barreras y recovecos:

jardines, vallas, aceras, caminos, curvas, pasos de peatones, etc. Contemplando esta parte en planta, la proporción de distancia que existe entre el espacio lleno y

vacio se vuelve aparente. Pero el espacio vacío

uso-,

-vacío

desde la perspectiva del

no lo es en su forma por sus múltiples atributos asignados y por las muchas

Enlamayoria de los casos, la subdivisión del territorio respeta las reglas de neutr:alidad en las distancias en las que se basa el planeamiento. Pero la naluraleza

tradicional del espacio reside precisamente en la manera en que esas distancias se mezclan, sin mostrar más respeto por una o por otra, y en su unidad como flujo

Ensembles franceses, o en los polígonos de Barcelona, Ias británicas new towns o cualquier distrito "bien planificado" en Alemania, Dinamarca o el resto de Escandinavia.

objetivo máximo de mi proyecto ha sido el estudio de las posibilidades de

unamezcla más promiscua de distancias. tener calles y edificios que entren en contacto en uno o más pun-

tos? SÍ, siempre que sean pocos y los edificios se piensen para ello. ¿Es posible acercar Ios edificios através de pequeños pasajes? Sí, siempre que, por ejemplo, el

que se sitúa detrás de una vivienda se enfrente a una oficina. ¿Es posible que haya relaciones relativamente independientes entre vialidad

conflicto entre edificios.

u Sistema viario

en el límite de

Alexanderpolder.

3 lmpresión de

las propuestas de densidad

a lo largo de Prins Alexanderlaan.

4 Entrelazamiento del

sistema viario y de las

infraestructuras.

5

Los tipos edificatorios son los

convencionales, pero se disponen según

6 Contra

el tedio y el despilfarro, las

distancias burocráticas y segregativas, la distancia interesante, prom¡scua

y

pública.

7

La promiscuidad de la edificación, como

alternativa a las repetic¡ones producidas por

zonales que defendieron los teóricos de la

problema de Alexanderpolder no es diferente al de los latentes en los Crands

¿Es posible

viales y las distancias, llevando al límite

la acumulación de distancias y protecciones

único de información.

El

las dos

densidades propuestas. Sobre el sistema de

lógicas irregulares e interesantes.

formas que asumen sus bordes.

El

'r Proyección axonométrica de

y edificación, y que las

ciudad funcional.

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NUEVO DISTRITO PORTUARIO

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dársenas de Este proyecto se interesa por la transformaciÓn de las antiguas

Esto parte de la Amberes como "barrio portuario urbano", el barrio del puerto. que sus condiciones de lugar hipótesis de que el puerto puede configurar un barrio,

I

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permiten consingular (por la centralidad, la accesibilidad y la morfología distintiva)

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figurar una forma específica del barrio' En

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bajo uso Amberes, se propone rellenar el espacio disponible dejado por el

actuaciones de los muelles del siglo xrx (napoleÓnicos) mediante una cadena de

puntuales(equipamientos,oficinas,residencia)quepermitanaportarunanueva (almacenes, vivlendas, vida económica y social, además de renovar la existente talleres, administraciÓn).

J

portuario en un lugar Este intento quiere evitar la transformación del barrio

sÓloferialydeesparcimiento,yconvertirloenunlugarhÍbridoycomplejo,con

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tanto a la ciudad variedad de aquellas funciones mixtas que puedan pertenecer la invasiÓn del área como al puerto. Pero, al mismotiempo, quiere evitartambién

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portuariaporactuacionesmasivasyusosajeno5alpuertoyaprovecharsuimagen simbólica y su atracciÓn turística.

ElproyectodeAmberespruebaqueestonoestandifícil.Debehaber,sin embargo, un pensam¡ento extensivo sobre todo el territorio.

Es

necesario entender

variados. 5i tratamos los el área portuaria como un amplio barrio de intereses muy (normaly puertos sólo como un borde de agua, como lenguas de atraque muelles marítimos y marinas mente de dominio portuario), no surgirá nada más que paseos

=

aburridas.

Sinembargo,siincluimosunavialidadurbana-engeneralduraynotoriatrata. que la atraviese, el proyecto resulta mucho más interesante. Y si, entonces, sino como un mos el puerto, no como un conjunto de márgenes que rediseñar' de la estructerritorio propio por configurar modernamente, con todos los valores

turaportuariaprevia,elproyectoadquieresurealdimensiÓnurbanística. seguramente sólo en esta escala es posible enfrentarse a

la

transformaciÓn de

en nuestros los puertos europeos, estructuras territoriales de primera magnitud litorales urbanos.

2

la tradicional La propuesta trata de vencer, sin reestructuraciones radicales, de la población aenlrar en los viejos barrios portuarios y

resistencia psicolÓgica

tejido industrial marílograr que algunas viviendas y oficinas puedan incorporarse al la zonificación timo preexistente. se trata, por supuesto, de superar las rigideces de

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operación de vivienda pública, sobre los solares de almacenes hoy a punto de ser

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abandonados. Las nuevas manzanas extienden el trazado cuadricular del barrio actual, todavia vivo y lleno de actividades. Se proyectan nuevas casas de esquina o

frontales a las calles, de modo que la intervenciÓn pública pueda hacerse de forma fragmentada por edificios menores, evitando la homogeneidad social y demográfica de los polígonos comPletos. La importancia residencial de este ensanche duplica el efecto de la extensión

del eje histórico, en el barrio Montevideo, consolidando, con masa y estructuraala

:

vez, el ámb¡to propio delterritorio portuario urbano.

3

Entre las características fisicas del territorio portuario, algunas son de especial

interés para éste, y tienen que ver con la morfologÍa constructiva propia de los puertos urbanos europeos. En los puertos decimonónicos, en gran parte marcados

por ias formas compositivas neoclásicas, la rectangularidad y el dominio de

la

anchura sobre la profundidad marcan el carácter del espacio. La urbanizaciÓn es ancha y neutra (adoquinado, hormigones, piedra grande) y el plano horizontal

!

domina la visión. El horizonte del cielo y del suelo aparece contin uamente y, aun sin verse el agua, el mar se insinúa entre las edificaciones.

..-i¿¡a¡6r',.

Mantener estas condiciones ha sido primordial en el proyecto de Amberes. La no ¡ntervención sobre la urbanización (materiales, dimensiones, niveles) y la con-

-.I

servación del carácter genérico del plano del suelo, a la vez de soporle y de residuo, sin diseño, parece de vital importan cia para garantizar la indiferencia, topolÓgica y

topográfica, de las nuevas edificaciones propuestas,

4



Trabalar hoy sobre la idea del territorio portuario parece más interesante que

af ronlar la renovación de los

puertos urbanos desde una Óptica puramente paisajís-

tica (como se ha hecho en tantos proyectos recientes) o desde la dura explotación lúdico-comercial (como en otros tantos proyectos no tan recientes y anteriores

a

éste). El

destrozo intempestivo de los puertos europeos puede estar repitiendo la his-

toriatrágicade la explotación de las costas med¡terráneas por parle delturismo especulativo. La excesiva facilidad de los arquitectos para abusar de la disponibilidad apa-

rente (del suelo, la centralidad y la imagen) que ofrecen las viejas infraestructuras portuarias puede ser una operación de complicidad excesiva con el deseo ans¡oso de los polÍticos mediocres de protagonizar éxitos inmediatos y futuros inciertos.

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Ésta es una

propuesta de tono menor. 5u intención es conjugar centralidad y con-

fort. Será el contacto entre el nivel subterráneo y la superficie lo que establecerá,

espacios

y la naluraleza

dinámica del lugar

-atravesado

por trenes, tranvías,

coches, peatones y bicicletas- dan al lugar una sensación y una presencia particulares. Por otra parte, la intensidad de los movimientos y Ias actividades de la ciudad

central quedarán relegadas en superficie, por su nueva dimensión y por las zonas libres de paso previstas paralaplazade la Ópera, reforzadaen su forma como lugar de excepción dentro de la continuidad de los Leien (bulevares). La división de Rooseveltplaats en dos mitades clarificará la condición urbana

de cada espacio, distinguiendo la imagen metropolitana de los Leien de la escala

aparcamiento como con la llegada de turistas a lo largo de Cemeentestraat.

u1

El

más íntima

y relacionada tanto con el uso de cafeterÍas, áreas lúdicas, comercio y

I,,

proyecto se presenta en cinco episodios, res¡gu¡endo cinco ideas principales:

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1

LA CONTINUIDAD DE LOS LEIEN

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2

EL POZO LUMINOSO

3

LA NUEVA PUERTA DE LA CIUDAD

4

LA ÓPERA

5

EL APARCAMIENTO

1

LA CONTINUIDAD FORMAL DE LO5 LEIEN

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los estacionamientos, como la atención por la marcada identidad volumétrica de los

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desde el principio, su máx¡ma ambición. Tanto el fuerle carácter de las estaciones y

7 -

= La mejor manera de

comprender la presencia del edificio de la Ópera es entendién-

dolo como un referente dentro de la linealidad de lafachada de los Leien, hito no en tanto que ruptura sino como singularidad distintiva del espacio continuo. Para lograr esto, la circulación rodada (z + z carriles) se deprime al nivel

-t, bajo

el suelo, liberando la superficie para los peatones. Rooseveltplaats, por otro lado, se

concibe como un hueco, abriendo visuales a diversos espacios definidos por árboles, cornisas, sombras y horizontes.

Hoy, la falta de existente unidad de los Leien bloquea la aparición de alternativas razonables. Rooseveltplaats permanece como un lugar de cruce

y

parada, y

ningún proyecto que aspire aref ormar el lugar conseguirá un espacio real mientras su contacto con los Leien derive siempre en una condición deteriorada.

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2 V¡sta axonométr¡ca con los niveles de intervención diferenciados.

3 Perspectiva. Configuración de espacios dinámicos y niveles interrelacionados.

4

Perspectiva. Vista del nivel subterráneo a través

del espacio dinámico de la estación y el aparcam¡ento.

5 Sección transversal por el acceso

a la estación:

la luz que llena los espacios y llega hasta las vías.

6 Pozo luminoso ytransición del aparcamiento al metro,

7 Doble espacio y nivel intermedio del aparcam¡ento.

8 Vista del espacio ondulado del aparcamiento y de los elementos de conexión vertical en la estación,

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CONTRA LOs LÍMITES URBANOS

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Lograr que la construcción de viviendas no sea una consecuencia del crecimiento

urbano sino su principal elemento organizador es un reto de máximo interés, más

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cuando se trata de v¡vienda social (VPO), como en este caso, en que el Ayuntamiento de Telrassa se propone construir 1.60o viviendas (t.OOO de promociÓn municipal

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n

6oo de promoción privada) en

y

la

vert¡ente or¡ental del tejido urbano, prec¡samente

como frontera con el amplio espac¡o verde del futuro Parque Metropolitano.

La

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ordenación nace de dos criterios de base: La

elección de un tejido urbano compacto (edificación en unidades continuas,

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alturas más o menos constantes, espacios libres delimitados por frentes de fachada

É, É,

visibles, islas de tamaño realmente grande, etc.).

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La

interpretación de

la

topografÍa del terreno (una bajada considerable desde lo

alto de la calle Alava hacia el sureste: la Crípia) que ofrece la posibilidad de disfrutar de amplias vlstas sobre el fondo verde y de un horizonte abierto de gran escala.

¡ El

asentamiento propuesto crea un ámbito de transiciÓn donde las formas del

tejido construido, las del espacio urbano intersticial y las del espac¡o libre metropo-

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litano se deforman entre sí para obtener fluidez y permeabilidad. La topografía, de

fuertes pendientes, orienta las vistas y las circulaciones en el sentido del espacio libre, mientras que la densa pineda existente define el espacio cívico principal que

É, É,

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liga el nuevo barrio a la trama existente. La lucha contra el límite urbano, como figura rígida, conduce a soluciones de

patios y calles

-más

abiertas-,

a la economía de la urbanizaciÓn

(tanto en la infra-

estructura como en la forma) y también a la interpenetraciÓn directa de la edificación sobre el verde y del verde entre la edificación. Las pinedas existentes, a lo largo de la calle Alava y en la parte

inferior, definen

de forma aproximada el ámbito del espacio libre principal. Un espacio de bosque urbano, de pavimentación blanda y de caminos que atraviesan cuyo resultado debe ser una aproximación próxima y equipada de los espacios naturales del parque. La continuidad de las cinco plantas de edificación

y los bajos comerciales

deben caracterizar laurbanidad del lugar. Unos paisajes amplios entre islas abren las vistas y los accesos hacia el Levante, el campo abierto y las colinas de

Torreboni-

ca. A la vez, las islas, en lugar de cerrarse sobre la futura ronda, quedan abiertas

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formando una tipología en forma de V o de U, que permite el máx¡mo número de visuales desde el interior de las viviendas hacia el parque natural. Es una disposi-

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ción original que pretende responder a los criterios de proyecto mencionados y que, sobre todo, trata de dar forma al final de la ciudad sin recurrir a un perímetro violento. Se

Perfil de latramaurbanayde losespacios

verdes que alberga.

:

Fachadas de los edificios propuestos.

3 Espacios abiertos con

trata de una fachada interm¡tente y abierta, tentacular y permeable, donde

lo lleno y lo vacío, los volúmenes sólidos y los espacios libres se intercalan y pene-

evidente que la magnífica linealidad del trazado de ronda marcará un corte

topográfico y funcional; pero a la escala del sector, la visión a media distancia permitirá entender cierta cohesión entre ciudad y parque, característica de este barrio.

Algunos pasos y caminos que lo atraviesan han de ayudar a superar física y mentalmente la frontera circulatoria.

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la huella de las

nuevas edificaciones.

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de la calle.

5 Alzados laterales del edificio.

6 Planta baja.

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CONTINUIDAD, PROMISCUIDAD, INCOHERENCIA

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Area de despensa, barbecho, mezclade grano y fajol, maí2, etc. Propuesta genérica, no singular-local.

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lndiferencia de posición, virtud singular. Todo es homogéneo, pero cada punto puede volverse singular (Eduard Bru). Aprovechamiento del interior de la isla: característico. Superposición de sistemas morfológicos: malla Cerdá, uno de ellos.

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Ordenaciones cerradas extrovertidas: alineación acalle o plaza. Ordenaciones cerradas introvertidas: alineación a patio o pasaje.

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Ordenaciones mixtas de esquina: dos alineaciones. Ordenaciones abiertas: sin alineación. Las

ordenaciones varían en el aprovechamiento de la calle Cerdá y, por tanto, según el

tipo de densidad que crean o aprovechan: densidad orientada, dual, indiferente, etc.

Coexistencia de ordenaciones, ¿como objetivo? ¿Cómo medir, hacer referencia a la densidad? ¿Es la "isla", el solar o la macroparcela?

§

Hacer referencia a la isla lleva a considerarla como forma definida por las cuatro

fachadas y, como tal, a la edificación por anillos o por franjas,

xx lleva aborar alafuerzasiempre las divisiones anteriores, lo cual podría conlle-

:

var mucha gestión, tiempo y un coste elevado,

¡g

lleva a una escala de edificación y de solar Iibre monótono (no necesar¡amente,

pero sí fácilmente). La relación de contacto es siempre y simplemente la calle de uo m.

*

Densidad de superficie.

w Densidad de espacio público lateral. w Densidad: - de renovación

§

del estado de hecho

de la renovación piezaaPieza.

Hacer referencia al solar supone reconocer un número de iniciativas demasiado

grandes y demasiado diferentes que, de hecho, han de agruparse sin dar ninguna ayudaa la suma total. Es lo que hay hoy: sirve para la densidad bruta, pero no para el

coeficiente de ocupación (de espacio libre). Lleva a un exceso de casos, difíciles de callbrar. La relación de contacto es la medianeray la alineación demasiado simple.

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La macroparcela suma la medianera, la alineación y la calle, pero simplifica a cua-

tro o cinco las situaciones de todo el Poble Nou y, por tanto, permite una normativa común y diferenciada. aa La dimensión va de xxx

Edificación:

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m2

50 % de obligada conservación (no arquitectÓnica).

computa el5oo/o de la edificabilidad. el resto: Cef. 3.o (- 5o % de lo conservado)

¿Es la

contigüidad la característica dominante?

¿Es la

promiscuidad el valor ambiental que disfrutar?

¿Es la

incoherencia (relativa), inesperada (paralaepidermis) de una medianera, de

unaterraza, de una sombra puñetera, de un patio tranquilo, la que hace atractiva la visión de la gran ciudad (como en el Eixample, en Chandigahr, en Ámsterdam o en

&a*

Roma)? La

ciudad no la constituyen los edificios, los objetos urbanos, sino la relaciÓn entre

!:Ñ:4: -

La especulación urbana, buena o mala, es la preactualizaciÓn de una

expectativa, la

prioridad dada al futuro sobre el presente. Esto quiere decir que lo que se valora es la capacidad del proyecto, no el proyecto en sí mismo.

Mirar con intención especulativa es lo que hace (ha hecho y ha de hacer) el urbanismo. Quiere decir que es el objeto del urbanismo (no del proyecto urbano, del diseño civico o de la arquitectura pública) en el Poble Nou. Una vez más, no es el final, sino el proceso. Quiere decir que lo que nos debe preocupar es diseñar la transformación de lo que existe, en tiempos, formas y medidas conformes.

Cómo añadir o derribar, o mantener. Cómo hacer pedazos, magníficos, de ciudad. Es

necesario contar con: permanencias, adiciones, transformaciones.

Es necesario

referir las decisiones a este proceso (más, menos o aproximadamente

igual). Y, por ello, es necesario no engañarse sobre lo que se tiene y no engañar sobre lo que nos gustaría que pasase. No tan sólo "dónde queremos llegar".

La

¡ñ!

¡ifryr¡e { fr-58

los objetos, entre las experiencias de los objetos urbanos.

autonomía de los solares, bajo una norma común es una buena garantía para este

proceso evolutivo. Someterse a un proyecto común, por islas, en el Poble Nou, es

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FRENTE MARITIMO, FRENTE URBANO

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Esta propuesta ordena el destino de las numerosas áreas litorales todavía libres a lo lar-

go de la bahía, no sólo para un

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mqory mayor uso de esos espacios, sinotambién como

una ocasión parallevar acabo acciones estructurantes de transformación de la ciudad.

co

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De forma paralelaalos emplazamientos del llamado West Arch propuestos por

Europan (un conjunto de proyectos que pretenden reestructurar la periferia interior

o

de Tesalónica), el frente marÍtimo de la bahía puede ofrecer a la ciudad residencial

y

terciaria oportunidades espléndidas de modernización con vistas al siglo xxr. Con este planteamiento de fondo, se han proyectado siete operaciones, enca-

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denadas pero independientes, que son definidas tanto por su propia estructura como por su papel geográfico.

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Como proyecto de infraestructura, se propone un nuevo sistema de circulación,

con un túnel que pase bajo el agua desde el centro histórico y con la avenida Iitoral (Alexandrou) semienterrada. Al mismo tiempo, y con la manipulación topográfica

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producida en su alrededor, se forma un frente de animación y ocio en el muelle nuevo, a doble altura, paracafés y bares, salas de exposición, talleres de artesanÍa, discotecas, etc. que dan vida al paseo. Todas ellas son mejoras de acceso y funcionalidad.

2

La propuesta de infraestructuras se complementa con tres operaciones ex

novo: un poblado marítimo (pequeños talleres y residencia), un polo de oficinas como segundo centro terciario de la ciudad y unamarina residencial y recreativa. Estas actuaciones

interrumpen en la continuidad de

la

costa como hitos intermedios

que dan referencias visuales próximas en el borde litoral, reducen las distancias entre los centros de interés y crean una topografÍa nueva y más rica para la imagen global de Ia bahÍa.

3

La realidad

territorial (de la ciudad, de la costa), observada alavez en sus deta-

lles y en su esquema estructural, es la que rige el proyecto. Este es realista porque

parte de lo material y termina sometiéndose a lo práctico (a las condiciones de una

!n

ejecución posible), pero que pasa, entretanto, por un proceso de elaboración teóri-

l¡J

ca importantísimo para determinar lanafuraleza y la escala de los objetivos, asÍ

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como

4

la

jerarquía y Ia prioridad de las acciones.

La preocupación principal del proyecto es el estudio de las secciones urbanas

y

de la escala vertical de la ciudad. La planta de la ciudad muestra la pureza formal de la

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transferido al comcia anticuada, ya que se trata de un término de la ciudad física

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una referenHablar de urbanidad en la ciudad contemporánea puede parecer

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pensamos en portam¡ento social, individual o colectivo. Pero estodo lo contrario, si de las cosas urbanidad como en un contenido de lo material, como una condición

urbanas. personas, se solía hablar de urbanidad como de una cualidad social de |as

comportamiento civicomo de un código de buenas costumbres que configuran un

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sociólogos y lizado. Hay también una urbanidad de los lugares de la que hablan a la geógrafos: el carácter urbano de ciertos ambientes que resultan reconocibles

ceorg simmel a hora de representar la vida en común. Para la sociología, desde artificiales y públiFrancois Ascher, el carácter urbano reside en aquellos espacios colectivas. cos, que resultan especialmente propicios paralas prácticas sociales

sin embargo, no hablamos aquí de esas urbanidades.

Esas

son urbanidades

urbanas de tangentes, metafóricas en realidad. Queremos hablar de las cualidades

qué las cosas, de la urbanidad de las cosas urbanas' De por

y cÓmo lo urbano

es

f

veces los valores del urbano. Y aceptamos el desafío de los que menosprecian a

z

dimensionales y éstos vienen de modelos que, en su urbanidad, son espaciales,

f

sin recordar que espacio físico con el fin de dar primacía a Ios comportamientos,

es "hacer ciufÍsicos. De ahí podríamos aproximarnos a la clásica cuestiÓn: ¿qué urbanidad en la ciudad no dad,,?, o a la no menos intrigante pregunta: ¿haytambién hecha o mal hecha?

É

ciudad. Parahacer Simultaneidad, temporalidad, diversidad son atributos de la

ciudad,pues,hayqueconseguiresto.Yhacerciudadeselobjetivodetodoproyec-

o-

programa: es verdad to urbano, a cualquier escala, en cualquier país, con cualquier sobre que pocas veces se consigue. Hay mucha confusiÓn y excesivo verbalismo

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arquitectos, proyeclo que es urbano. "Arquitectura urbana" dicen hacer, muchos son confunditando edificios complicados sin destreza. Ertrañezay complicación Nouvel en una esquina dos con la supuesta complejidad urbana. El pepino de Jean El casi idéndel ensanche barcelonés es un edificio elemental, autista y autoferente'

riqueza en tico pepino de Norman Foster entre la City londinense establece tal

su

que es arquitectura compleja relaciÓn con el contexto, que bien puede decirse el Pudong de urbana de primer orden. El tan entredicho crecimiento terciario en proyecto metroposhanghái organizael uso de los espacios libres en relaciÓn a un urbanidad, litano que le confiere una moderna y muy cívica condición de nueva lo contrario opuesta a la extraña sociedad emergente en la China social-capitalista;

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148

Esta

urbanidad de la materia está hoy en la periferia extensiva, vacía y disconti-

nua, al igual que en Ia ciudad densa y compacta. Y también en los centros comerciales o en los polígonos de viviendas, así como en los márgenes de las infraestructuras

solitarias o de los hub intensivos. La

urbanidad contemporánea que no está hecha sólo de convivialidad, de ejes

comerciales y centros históricos, de parques diseñados, de cafés simpáticos y de

edificios públicos prestigiosos, sino de la nueva complejidad material de los territorios (complejidad de estructuras, usos, vacíos, niveles, tamaños, referencias). Pro-

yectar para esta urbanidad material supone, por lo pronto, hacer de la confusión claridad; de la opacidad, lenguaje. Marchar en dirección contraria a Ia del recurso, a la

complicación, escondite m¡ope en tantos proyectos urbanos, y en consecuencia

clarificar y expresar la superposición conceptual, característica de la ciudad con-

temporánea, en verdaderos diagramas materiales de esa complejidad. Para la urbanidad intensa importa Ia diversidad, la densidad cualitativa, más

que la cuantitativa. La densidad cualitativa que alude a la variedad y el número de referencias superpuestas en un lugar, edificio o zona. No cualquier densificación garanliza una intensidad mejor, sino, a veces, simplemente congestión o confusión. En la coexistencia de diferencias es donde surge la energía cualitativa urbana. La

mixity más que la density puede caracterizar la urbanidad contemporánea, especialmente ausente en las periferias especulativas o en los espacios turist¡cos, tematizados ad nauseam por promotores y arquitectos.

Al reivindicar la urbanidad "material" estoy, pues, tomando toda la distancia posible de la idea, convencional y mórbida, de la urbanidad como calidad vaporosa, idealizada y simpática que casi se identifica con el reclamo turístico, en la cual el

shopping, el chic y la animation serían la versión actual del "dlscreto encanto de la burguesía" que caracterizó muchos de los centros urbanos bienestantes de los siglos xrx y xx en Europa y EE en su origen, y demasiado

U

U. Esa fantasÍa ideológica tiene bien poco de material

dewishfullthinking sociológico y de atentado

a la

verda-

dera expresión de la urbanidad moderna. El

proyecto urbano no está en la unidad formal del conjunto, ni en la pura con-

gestión ni en el respeto al contexto por sí mismo, sino en los elementos y episodios concretos que relacionan las personas con las cosas. Y, para determinado pro-

yecto o tratamiento, hay que ejercitarse en l'attention aux choses, en su sentido más concreto. Como en el realismo crítico de las narraciones de Raymond Carver,

o en los trasfondos filmados de algunos pasajes de Jim Jarmusch o Michael Win-

terbottom. Por esto dibujamos los proyectos urbanos al detalle, y el realismo minu-

r

Roberto Collovi, Palermo, 1987.

z Miguel Morán,

La Coruña, zoo3.

3

Rosa Feliu, Passe¡o Atlántico, 2oo2.

4

Cino Zucch¡, Via Brasso, Milán, 2ooo.

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2 Maarten Laupman,

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La Haya,7 Lijnen, 2oo3.

3 Gabriele Basilico, Valencia, zoor.

4 Paolo Rosselli, Beijing,2oo5.

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152

Éste fue

el paradigma de la mayoritaria urbanidad moderna, la de la primera

modernidad. Polígonos y edificios aislados, suelos libres continuos, vías segregadas con espacios separadores y acompañadas de coches aparcados, ausencia de

patios interiores, exposición total a primera vista. La regulación (expresada en un sentimiento de espacio controlado por la autoridad, por la norma, por la idea) fue la nota im portante de esta

u

rbanidad: reglas

q

ue son a la vez políticas y sociales, tanto

como técnicas y geométricas. Regularidad y regulación, pues, como ¡nstrumentos

del orden espacial, y repetición como mecanismo de respuesta al gran número,

a

las cantidades que la metrópoli debe atender. Conciencia explícita, por tanto, del

gran tamaño de la ciudad moderna, declinada hasta el objeto arquitectónico sin mediación de referencias o escalas intermedias. Laf uerza de esta propuesta era incontestable. La claridad semántica del men-

saje universal, socializante y emancipador de aquel urbanismo no podrá nunca subestimarse. Las reacciones nostálgicas del historicismo romántico o del ambientalismo populista

-los

espacios públicos, las calles peatonales, el pequeño comer-

cio, la continuidad tipológica,

etc.-,

pueden tener su parle de razón, casi siempre

mal usada. Pero la urbanidad estátambién en la higiene de los espacios domésticos, conveftida en racionalidad colectiva por su expresión exterior y por la participación visual de los espacios libres comunes. Las perspectivas de Le Corbusier o

de Peter y Alison Smithson, con terrazas para contemplar el verde público en distancia

-la

ciudad jardín

vertical-, mostraban

la forma efectiva

la

de un nuevo

civismo. Con todo, la ciudad entendida siempre como un hecho de grandes números

concentró la preocupación de los modernos sólo en la cantidad, su urbanidad era la

delaCrosstadt, y su desafío el asentamiento de las grandes masas populares. ¿La cantidad por delante de la calidad? Es probable que esta disyuntiva esté en el origen del urbanismo estructural, funcionalista y cuantitativo, dominante por más de medio siglo. Pero la segunda modernidad

se interesa hoy por Ia

-¿supermodernidad?-

urbanidad de lo complejo, de las energías y los flujos, de la tectónica y de lo sensorial, del vacio y de la dispersión. La gran metrópoli ha sido desbordada y los territorios se presentan como escenarios de interés

a

todas las escalas y tamaños. En este

sentido, la urbanidad del proyecto contemporáneo no será

Ia

de Ia simple densidad

como acumulación de cantidades, ni de la bigness como exageración de lostamaños, n i mucho menos la del formalismo de conjunto del new urbanism, o la del urban design funcionalista.

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1 Publicado originalmente

en

AAW, Arquitectes

en el paisatge,Col legi d'Arquitectes de

Catalunya, Demarció de Cirona, Cirona, 2ooo.

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156

dejaron de ser como eran. Al fin y a[ cabo, habria que ver dénde están los hechos significativos en la forma de las ciudades.

Hay ahi un punto interesante, y la experiencia que quisiéramos llevar a cabo en los préximos años en Barqelona puede aportar algunos elementos de interés. La realizacién de operaciones de una escala desconoeida hasta ahora en Barcelona, como los elementos de comunicación y las infrraestructur.as, presenta otros componentes sustanciales que no se pueden dejar de considerar. A veces se reflexiona de forma sim-

plisu cuandose cree quetodo sé resuelve diciendo, porejempto, que pensar la infraestrueturaya implieatener en cuenta el entorno; aveces se habla, por ejemplo, de que la irrfraesffuctura

debeteneren.cuentael entorno, cuando quizá el entorno de

la

infra-

estructurasea.a meñudo más ¡mportante y más diftcil que Ia infraestructura misma-

Hay eue reconocer en la experiencia de nuestras ciudades

-no

sólo de las medite-

rráneas, sino también de las ciud¿des europeas densas, es deci'r, de las del sur,de

Europa-

unas car:acterísticas relativamente comunes que pueden hacer pensar en

un rnodelo de rnetrópoli para ellas. con aspectos propios, diferenciales. No por un afán de identidad exeesiva, sino por el reconocimiento de unos valores de urbanidad que en otras regionEs no se presentax o se presentan de otro modo. Me refie.ro concretam€Rte a la m¿nera de entender Ia ealidad de la vida urbana, y ddnde

qué imaginamos que se construye esa calidad de vida.

Es

cierto que

al

yr

con

vlsitar Barce-

Iona [a gente aprecia una suma de. circunstancias. Aprecia la novedad de las opera-

ciones realizadas, y apr.ecia también el resultado §obal de esa novedad, que es, efectivamente, una calidad de vida, una ealidad urbana qu'e proviene de una sum4 de'aspectos más eomplejos, No se trata solamente de los aspectos histéricos, ya que rnuchos de ellos son nuevosl algunos evolueionados, otros hfbridos, peio, al fin y al cabo, aspectos máscomplejos qu,e Iatransformación en si misma. eomo esfuerzo de construccién o de diseño.

Lx

rondas de Barcelona son un ejemplo de ello. S.on admirables, en un cierto sen-

tido., como bien se ha dicho, por. su efectosobre Ia agilización del tráfico. Son admi-

rables también, en un sentido ya más profesional, proyectual, por la habilidad con

que ciertos problemas de diseño, de cémo encajar en el tejido pequeño de un barrio denso un elemento grueso, se han resuelto bien. Pero es evidente que, si las rondas de Barcelona no pasaraR porel tipo de barrios que pasan y por las. zonas y

ciudades que cruzan, no despenarlan este interils. Ciudades con rondas hay

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158

forma de metrópoli bastante original. La densidad no es sólo cuestión de acumulación de usos, sino que también una cuestión de la variedad de estos usos. Y esa

2

Congreso de la Unión lnternacional de

Arquitectos, celebrado en Barcelona en r996, en el marco del cual fue impartida la conferencia que

promiscuidad provoca, precisamente, no sólo usos mezclados continuamente, sino la

aparición continua de excepciones. Es la continua intromisión de elementos dis-

cordantes en la homogeneidad lo que, de alguna manera, caracleriza la condición promiscua de estas ciudades.

Es muy importante, en

el mundo globalizado, aprender a leer las diferencias.

La

globalización no siempre comporta necesariamente la anulación de las diferencias,

y, a veces, en ellas radican precisamente sus posibilidades. Tenemos una visión demasiado tópica del conocimiento crítico del urbanismo, del conocimiento de las

ciudades. La capacidad crítica, la reflexión intelectual, es bastante pobre. Conocemos las ciudades por los clichés culturales, por los libros, las diapositivas, por los viajes turístico-arquitecturales. Criticamos o apoyamos unos esquemas de ciudad o de urbanismo basándonos en clasificaciones críticas, a veces simplemente gráficas, muy limitadas. Conocemos menos la experiencia de las ciudades, conocemos poco las ciudades por haberlas recorrido a pie, por cómo se viven o cómo han sido hechas. Esta limitación produce verdaderas carencias en nuestra capacidad común de leer las ciudades actuales o, más concretamente, de leer la parte actual de nues-

tras ciudades. Esta dificultad de discernimiento me parece una de las limitaciones culturales genéricas que la cultura arquitectónica, incluso la cultura en general, tiene en estos momentos. Me parece que éste sí que es un problema a la escala de este congreso.2 Saber leer las ciudades actuales no estan evidente. Hace cincuenta

años, los geógrafos urbanos describÍan las ciudades. ExistÍa una disciplina, la geo-

grafia urbana, que leía y explicaba cómo eran las partes de la ciudad y de qué se componían. Hoy día esto no existe. Los geógrafos se dedican a otras cosas. Se dedican al análisis del sistema de ciudades, pero no al análisis de la ciudad en sí. Las partes de las periferias, o las partes de relación de las periferias con el centro, hoy nos parecen lo mismo. No sabemos distinguir porque no tenemos los conceptos, la

taxonomía, Ias palabras para hacerlo. En este sentido, nos faltan las palabras más descriptivas, las más realesy, quizáparageneralizar, abusamos de lostérmlnosfuncionales o de las palabras mecanicistas escondiendo así nuestra imprecisión.

5urgen dudas. Algún arquitecto importantisimo y conocedor de las ciudades ha escrito, por ejemplo, que hoy día las ciudades son todas como Atlanta, Singapur y Los Ángeles. Aunque, entre Atlanta, Singapur y Los Ángeles hay enormes diferen-

aqui se reproduce.

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160

nos de infraestructura generativa, que soportan usos derivados indiferentes. ¿Cómo son de distintas las grandes ciudades del norte de Europa? La relación generativa entre infraestructura y uso existe siempre, es verdad, pero producida de modos bastante distintos. Encontramos tamaños muy desiguales, con unos grados de promiscuidad, de densidad o de adaptación al territorio muy variables. Y eso es lo

que da la forma a las ciudades- Y eso es lo que determina cómo se vivirán y, por Io

tanto, las distintas calidades de vida que ofrecerán.

Es evidente

y bien sabida

la comprensión estructural del crecimiento entendida

como aquello que se genera desde el flujo de los sistemas generales, como lo que posibilitan las infraestructuras. Pero hay muchas otras lógicas en la metrópoli del sur de Europa, más complejas y aleatorias, tal vez menos deterministas, aunque tienden más

a

seguir comportamientos posibilistas de aprovechamiento de oportu-

nidades que a ser consecuencias deterministas generalizables. Nuestras ciudades, en gran medida, crecen gracias a acciones ocasionales que aprovechan oportunida-

des de suelo y de emplazamiento, de novedad o de residuo, de publicidad o de escondite, de vecindario o de aislamiento. Y las nuevas operaciones no siempre están relacionadas con el sistema de infraestructuras

-como

ocurre, por ejemplo,

en los llanos del Midwest americano o, a lo mejor, en las metrópolis asiáticas-. La

forma de nuestras metrópolis sigue más un modelo "de aprovechamiento de oportunidades fragmentarias" que el esquema determinista del funcionalismo estructural. Aquí hay mucho de aprovechamiento de condiciones especiales del lugar, que

vienen dadas, por ejemplo, por latopografía, o por

las

ventajas sobre todo de vecin-

dario. Estas relaciones de contacto perimétrico entre las piezas urbanas, esta lógica de mosaico como principio de crecimiento de la ciudad y la idea de crecimiento por

lateralidad, no sólo por creación de infraestructuras, son importantÍsimas en nuestras ciudades.

En este sentido

-y

ésta seriala primera tesis polémica que aquí se plantea, por lo

menos en los términos tradicionales de los especialistas-, quiero rompe r unalanza en favor de una forma urbana difamada y maldecida, la llamada " mancha de aceite".

5e ha alertado contra el fenómeno de la mancha de aceite, se ha dicho que las grandes ciudades crecen como manchas de aceite, que eso es intolerable, lo peor que

puede pasar, la imagen del desastre, del caos. Pues bien, encuentro la "mancha de aceite" bastante interesante, y quisiera recalcar sus ventajas, aun a riesgo de ser un

poco esquemático en su defensa. No pretendo elogiar la falta de control, nijustifi-

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162

que se forman, de la creación de microclimas o de enclaves (por ejemplo, de buena residencia junto a otras de residencia barafa

paz poder conseguir un

cialmente privilegiado en cuanto al clima, las vistas

o

lugar espe-

la vegetación). Para estos

enclaves privilegiados, incÓmodas.vecindades aceptadas, que permiten un aprove-

chamiento oportunista y una concepción de la ciudad como un hecho básico de topografÍa. Y es esa interacción la que prOduce una escala de promiscuidad en las diversas partes de la ciudad espacialmente distinta de la que se da en otro tipo de metrÓpoli.

Un tercer aspecto característico sería el "grano pequeño". BarCelona es una ciudad

donde el grano pequeño es ¡mportante

-"grano"

como en la terminologia clásica

de Kevin Lynch, donde este térm¡no hace referencia a la abundante variedad de tamaños de los elementos, de las. piezas urbanas-. En Barcelona, por ejemplo, no hay grandes solares

-el

caso de la llla Diagonal, uno de los edificios completamen-

te fuera de grano de la ciudad, muy grande, es excepgional-. En Barcelona, un solar de media hectárea es un solar muy grande. Y muy raro. Y de eso también podemos dar explicaciones: la estructura mercantil de la ciudad, la división de la propiedad, la inexistencia de una casa Real o de un poder central en

14

ciudad que

se representara con grandes palacios o jardines, la ausencia de una aristocracia que

acumulara fincas y creara grandes piezas. Eso no ha eXistido en Barcelona. Por lo

tanto, el grano de las unidades de la ciudad es más bien pequeño, y eso provoca una variedad muy alta en la interacciÓn, y, en las zonas de contigüidad, situaciones

especialmente interesantes. Por ejemplo, una de las zonas más ricas de Barcelona es la frontera entre el Ensanche y el casco antiguo. Es precisamente ese valor.de

junta que aparece allí, las charnelas de la calle Fontanellay laplaza urqulnaona, de la plaza Catalunya, de las dos caras de las rondas... También son de gran riqueza

laszonasdonde se une Crácia con Sarriá, o con Horta... No sólo son esenciales las piezas, sino cómo se tocan estas piezas, todas tan buenas, que el visitante de Barce-

lona reconoce cuando dice: "Hombre, es que Barcelona no es sólo bonita por las Rambles. Es que, vayas donde vayas, te encuentras no sé qué, y no sé cuántos. Y vas a Crecia, y vas al mar y vas

a

tantos otros s¡tios". Es im portante llamar la atenciÓn

sobre esa articulación de las partes.

El

grano pequeño, el hecho de que las cosas de menor envergadura se hagan con

meticulosidad, es tamb¡én lo que ha hecho meritorias muchas de las recientes actuaciones en la ciudad (y en otras ciudades prÓximas) donde, efectivamente, se

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164

las fundaciones coloniales, pero también forma parte de una relación imprecisa

y

múltiple de la metrópoli con su territorio inmediato y con su territorio más lejano.

Es

una relación de jerarquÍa, de continuidad, que no encontramos en las metrópolis contemporáneas de Asia, Sudamérica o de la Europatransalpina. En el siglo xvr, a muchas poblaciones interiores de Cataluña se les daba el nombre y tenían el título

lurídico de calles de Barcelona, a pesar de estar, a lo mejor, a dos días de camino. Eso refleja una concepción del territorio extraordinariamente moderna, que está

muy relacionada con la idea de que la distancia o la separación no es lo único que caracleriza la pertenencia. He descrito en los periódicos, por ejemplo, el eje del

Llobregat como un eje de suma importancia para Cataluña. Otros habría, no cabe duda al respecto.

El

Maresme podría ser otro frente importante. En cualquier caso,

me reff ero a unaorganización de los sistemas viarios urbanos que es de largo alcan-

ce, como se puede encontrar en Palermo, en París o en cualquiera de las ciudades grandes del sur de Europa. Milán, por ejemplo, tiene un sistema de vialidad primaria que llega hasta Suiza, un s¡stema que no incluye sólo la gran infraestructura, la

autovÍa o la carretera. Es un sistema de organización urbanay que, por tanto, tiene

continuidad en callesytejidos, aunque éstos sean intermitentes. En ese sentido, las rondas de Barcelona, que tantos méritos tienen en cuanto a su buena ejecución, al

esfuerzo invertido y a la inmediata solución de problemas de tráfico, son, en cambio, una estructura en buena pañe contradictoria con el sistema primario barcelonés, y que en un

futuro de quince años puede resultar limitadora paralaorganiza-

ción de una Barcelona más amplia. Esa idea anular de ciudad, en una ciudad que no

tiene nada de anular, sino que es tentacular y, de alguna manera, abierta hacia afuera, no cerrada en sí misma, puede, unavez superado el primer efecto estimulador de los cambios, resultar conflictiva por dar servicios viarios de forma más imprecisa y extensa, menos optimizaday compacta, más intermitente pero menos introvertida. Sostengo Ia opinión de que nuestras ciudades, "nuestras" en un sentido geográ-

fico algo vago, no debieran funcionar tanto con anillos. Son más apropiadas

las

estructuras tentaculares, estructuras más lanzadas hacia el territorio, que son las que

definen lanaluraleza imprecisa, un poco de magma, de mucha condensación y de acumulación y de densldad, característica de nuestras ciudades.

Mancha de aceite, topografía, grano pequeño y vialidad abierta son para mí notas características que hemos descrito para Barcelona, pero que tienen valor general

conio definición de un modeJo de metrópoii. Un modelo donde la contigüidad ,;

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Se ha dicho que las periferias urbanas son espacios donde el "sentido del lugar" no

existe, donde la ausencia de historia y la falta de determinaciones locales reducen a

cero la identidad del locus en el sentido clásico. Cuando tanto discurso sobre la proyectación urbana ha querido basarse en el respeto y la fidelidad aese genius /oci, descubrir las periferias como lugares sin identidad espacial se propone a veces

como una afirmación liberadora y polémica. 5in embargo, se puede partir de un análisis diverso. Y afirmando que, erfecti-

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o ú.

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el de la sensación expectante de los vacíos y el de la de indiferencia de las cons-

€{:

donde prevalece la discontinuidad de las formas construidas pero, donde los

trucciones.

No estamos diciendo que las construcciones periféricas se definan por ser indiferentes en sí mismas como objetos, sino por ser indiferentes entre sÍ.

Es su

falta

de diferencias sensibles lo que hace de la periferia un terreno verliginoso de imágenes, que los fotógrafos y cineastas contemporáneos han sabido alrapar, pero que

actividad y la construcción

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son siempre más débiles que la presencia continua del espacio vacío. Y ese prota-

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espacios vacíos son predominantes, hay otro sentimiento del lugar característico:

vamente, el sentido clásico del lugar ha desaparecido en aquellas áreas urbanas

É. ú.

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los arquitectos asumimos con

dificultad. Lafuerza de esos paisajes radica en que

-temas

la

que tradicionalmente tratan los arquitectos-

gonismo de los vacíos continuos y contiguos aparece como condición del lugar periférico precisamente porque ahí ni la "diferencia" ni la "repetición", en el sentido de Cilles Deleuze,2 han ocupado el espacio.

Como urbanista, tiendo a ver la característica más atractiva para proyecfar la periferia en esta especial fuerza del lugar. Si superamos

la

visión grandilocuente de

la periferia como "poblado global", tecnocráticamente uniforme y

atomizado,

y también las tradicionales visiones sólo denunciatorias y regeneracionistas asocian periferia a especulación, desorden y miseria sin ver más

allá-,

-que

nos encon-

traremos frente a las dificultades estéticas que implica siempre eltrato con el vacío, pero también con el reconocimiento de un campo de libertad para el pensamiento

urbano que puede orientarse como posibilidad de futuro y aun de presente, sin

lry Itr-l :ff

limitarse a deficiencias pasadas. Por no tener forma establecida como estructura urbana genérica, los lugares

periféricos son sobre todo ocasión y oportunidad. "Desde Andrea Palladio a Bruno Taut, a Tony Carnier o a Frank Lloyd Wright, los nuevos territorios arquitectónicos se han imaginado en los márgenes de la ciudad establecida. Los espacios periféricos de lo todavia no hecho, solicitados sólo por referencias discontinuas de la urba-

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168

sente tanto en el neorrealismo italiano como en El larama de Rafael 5ánchez Ferlosio o en el pijoaparte de Juan Marsé,4 y la arquitectura progresista respondía a esa

periferia vil proponiendo la propiedad pública del suelo, los barrios piloto, la disciplina urbanísticay las new towns. Algunos intentos más refinados, como las propuestas de "ciudad-territorio" o de "metropolicentrismo", que empezaban a com-

prender que la denuncia dialéctica no se superaba, a la larga, comparando

la

periferia con la ciudad central, sino imaginando un territorio urbano más complejo, tuvieron el éxito intelectual que merecÍan, pero no su aplicación práctica. La periferia

vil continúa presente. Todavía hoy solemos leer repeticiones del

1 Manuel de 5oli-Morales, Periferia abrupta,

Montigalá, Badalona, 1986.

2 Manuel de Solá-Morales, L'Hosp¡talet, Barcelona, 't997

.

3 Manuel de 5oli-Morales, 5aint-Nazaire, 1995.

¿ Shirdel Zago Kipnis, Metapolis,

Los

Ángeles, r99r.

5 Manuel de Soli-Morales, Alexanderpolder, Róterdam,1992.

4

SÁNCHEz FERLOSIO, Rafael, Eilaramali955l,

Fdic ones De(l no,

Bar(e'o-a -zoo6',

MARSÉ,

tardes con Teresa Ir966], Seix Baral,

término "periferia", en general de carácter ideológico, aplicado como categorÍa

)uan,

sociológica, denunciatoria de deficiencias respecto a un paradigma de ciudad

Cuinardó [1984], Fdirori¿ Críl;(¿ 2oo5'].

homogénea, con poco esfuerzo teórico para aceptar lo que de especÍfico tiene como condición urbana porque, a priori, se rechaza. Evidentemente, las grandes ciudades han seguido creciendo con gravísimas deficiencias y escandalosas corrup-

telas. Las condiciones de vida, de transporte y de cohesión social de sus habitantes

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ltim as

Barce ona, 2oo5"; y MARSÉ, I uan, Ronda del

5

WEBBER, Melvln, "El orden en la diversidad:

continuidad sin proximidad" h9631, en WINCO

Lowdon Ciudadesy espacio, Oikos Tau, Vllassar de Mat,1976.

e sorÁ-¡¡onRrr5, Manue

de, "The culture of

Description" en Perspecta 25,

Y

ale 1989.

son dramáticas en muchos casos. Con todo, la respuesta a estos hechos sería dema-

siado corta si insistiéramos solamente en el estigma negativo y opaco de la periferia

vil, que, sin embargo, tenemos bien presente aun cuando hablamos de aproximaciones positivas a la periferia.

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-r-

También en la década det97o, un trabajo seminal de Melvin Webber, en pleno

furor estructuralista funcional, interpretaba la periferia como el estadio terminal

de las ciudades, como la fórmula última a la que el progreso tecnológico y la comu-

-

nicación múltiple podían llevarnos. La socialización del individuo no tenÍa por qué producirse en un espacio común

"vecindad" (intercambio y con-la ciudad-, y la

tacto) podía producirse sin proximidad (propinquity). La ciudad total de Webbers descubría en términos urbanÍsticos la aldea global de Marshal Mc Lughan, y abriala puerta a una visión optimista de la dispersión territorial y a la superación del modelo

urbano compacto. Ni contigüidad ni continuidad eranya requisitos de una urbanización global en la que todo tipo de medios de comunicación habÍan vencido a la geografía. La "fricción del espacio" que tanto había preocupado a los teóricos de la economía espacial, y

que estarÍa en el origen de la existencia misma de las ciuda-

des, era, por fin, nula o de una importancia casi despreciable.

A aquella emblemática proclama podemos referir el desarrollo posterior, en la década de t98o sobre todo, de una justlficación elogiosa del desorden territorial y del em pirismo periférico. Las Vegas según Robert V enluri, Blade Runner , la metafÍsica espacial de Wim Wenders, y desde antes, el empirismo periférico de David

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170

PROYECTAR LA PERIFERIA

7

En el Laboratorio lnternacional de Urbanismo, "Proyectar la periferia", que inicia-

mos en Barcelona en la primavera de t99t, y que hemos repetido por cuatro años,

intentamos una aproximación a los proyectos y a las ideas aplicadas a las periferias de distintas ciudades europeas, no entendiéndolas negativamente como degradación de la ciudad central, sino, al contrario, como tenitorios activos del posible pro-

yecto contemporáneo de metrópoli. No hay duda de que, en este planteamiento, partimos de una actitud positiva

sobre las periferias urbanas. No sólo eso, también de la convicción de que se trata

de un tema prioritario para el futuro de la ciudad europea. Pero queremos ver

la

periferia como un dato concreto, como un lugar de características físicas precisas, de in-diferencias e identidades, de formas y distancias, materiales y movimientos. No es fácil. El hecho de que muchos talleres del Laboratorio eligieran para el trabajo problemas de periferia muy determinados por fragmentos de Ia ciudad preexisten-

te muestra la preocupacién de sus responsables por una actitud terapéutica, aun apreciando las oportunidades proyectuales de los Iugares elegidos. Pero "proyectar la periferia" es hablar de una idea que no necesariamente coincide con el campo geográfico de la periferia existente. Proyectos de periferia

pueden hacerse, desde luego, para recupérar algunos desgraciados suburbios preexistentes, perotambién paracrea( otras periferiasválidas ex novo. E incluso hay proyectos periféricos dentro de las ciudades centrales o proyectos periféricos sin lugar, "atópicos".z Pues si las imágenes plásticas de lo periférico abundan ya como dato estético

¿no tiene sentido imaginar propuestas urbanÍsticas, social y arquitectónicamente

positivas de estos fenómenos sin necesidad de "recoser" o "monumentalizar" lo existente? ¿No hay pensamiento nuevo de cómo integrar edificios, vacÍos y accesos

construyendo lugar y paisaje de forma simultánea? ¿Ha de ser la idea del fragmento necesariamente una excusa autojustificativa, o podemos crear fragmentos con sen-

tido estructural de alcance más amplio? La "repetición sin concepto"

a la

que alude

Gilles Deleuze, ¿no puede sustituirse por una "diferencia sin repetición"?

A lo largo de los seminarios del Laboratorio, varias ideas aparecieron con cierta fuerza inicial. Por ejemplo, trabajar con el concepto de "resistencia" material (Rober-

to Collová) dada por trazados, arquitecturas y

límites topográficos preex¡stentes

que definen, en sus distintos grados de dureza, las formas propias de la periferia distintas de las de la ciudad ordenada. O la idea de la "destrucción del lugar" (Enric

Miralles), también definiendo la periferia como algo que está en la materia física de

GREGOTTI, Vittorio, "De la atopia'', en U R 9 / 1c'

Barcelona,tggz.

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't72

el Interior de esas zonas. Y fatalmente tiende aseparar unas de otras, creando recin-

tos auténomos con cierta distanqia de respeto, en apariencia neutra, y convencionalmente "lÍbre" o "verde", queevite conflictos de vecindad en el tuncioñamiento o en la forma. La

distancia entre zonas o paquetes autónomos es la ley

-negativa-

por la

que, de hecho, se eonstruye la periferia. Una ley que cruza la superficie del terri-

torio con medidas, y donde la distancia es siempre entendida solamente como dato defensivo, ignorante de relaciones y propositivo de nada, sin interés propio, de forma casual. Con todo, el juego de esas distancias podría convertirse en un juego intere-

sante. En realidad lo es, cuando vemos la riqueza de situaciones que produce y las posibilidades de interpretación estética, arquitectónica y paisajfstica de esas

situaciones. La proyectación de la periferia puede conjugar la autonomía y la eficiencia, que son las dos condiciones necesarias para una periferia positiva, con el entendimient-o de los vacíos como distancias "interesantes", crÍticamente elegidas por su eapacidad figurativa y por su racionalidad ecológica y paisajístiea. No se trata de pensar en los vacÍos periféricos como áreás

que proyectaren si mis-

mas, sometidas también ellas a la disciplina de un diseño

rno-

-más

o menos mÍni-

de zonas verdes o naturales.. Quizá deberfamos dejarlos sin forma, pero

reqonociendo su valor abstracto de distancia, y haciendo de esa distancia un argumento co mpositivo de la f arma u rbana perifé rica.

Iraba¡ar cón distancias no es trabajar con los vacÍos cómo objetos.

L

Es casí

lo

contrario de ese ingenuo descubrimiento de recientes diseñadores que han ereÍdo ver en los vacÍos

I

-urbanos,

periféricos o exteriores- la ocasión de conver-

tirlos en'obietos, en solares para edificios

a

cota cero. én arquitecturas sirt volu-

men. Esa banalidad ya ha demqstrado conducir solamente al hiperdiseño, y

al

I

cansancio. I I

L.as

distancias son medidas sin cualidad, son ritmos de presencia y ausericia.

Como los silencios musicales, ayudan a entender las frases son'oras por el ritmo de I

I

l

las pausas, y por la espera constante del intervalo. Más aún, podemos pretender gue el proyecto de la periferia utilice las construce iones para haeer sentir los vacíos,

I

igual que Frederic Mompou perseguÍa, con la belleza de esc¿sísimas notas, hacer I

oir el silencio, crearlo.s l l

I

Trabajar con las distancias, hacer de su dominio una experiencia cultural, es lo

que las periferias métropólitanas permiten y agradecen. La suma de distancias, como una inmensa integral, permite un juego estratégico en el espacio. Como las

I

I

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8 MOMPOU,

Frederic, "Milsicacallada", en

Pequeñ as suites para piana, Barcelona.y'aris.

'?prn8asua Ellesue es '!nbp 'ugnlnpep -osrda ap

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EL CORTE DE LA CIUDAD Cuando lldefonso Cerdálraza, sobre una cuadrícula regular de más de 9oo manza-

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nas, una diagonal a3o", está introduciendo algo más que una conexión rápida entre

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prens¡ón instantánea de las dos direcciones de la cuadrículay organiza unos espa-

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los extremos de su malla: está definiendo el elemento sintético que permite la com-

cios que hacen evidente el tamaño de los edificios, unas sombras y luces distintas

de las regularmente repetidas en las calles normales. Sin la avenida Diagonal, la visión de la escala de cada manzana en relación al total sería imposible, y la comprensión de nuestra propia ubicación como individuos moviéndonos en el conjunto careceria de otra orientación que la memoria de los lugares ya conocidos. La Diagonal es un escáner, un corte anatómico que descubre laorganización 4

interna del tejido, y su presencia no sólo enriquece la forma urbana global, sino

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resume una forma específica de comprensión de la totalidad. Su forma y posición

---EE

distintas se marcan precisamente en relación a lo genérico de latrama común. Las diagonales barrocas de Christopher Wren para Londres o las de Pierre L'Enfant

-:.é

para Washington ya conocian estas propiedades. Los individuos usamos la ciudad haciendo cortes en ella, diagonalizándola. La

diagonalizamos físicamente cuando es posible, o la diagonalizamos mentalmente

con nuestros recorridos a través de ella, siguiendo nuestros intereses, nuestros gustos o también la memoria de las referencias que de ella tenemos. Por eso son tan importantes las largas calles que enhebran muchas partes dife-

rentes de la ciudad y llegan acruzarla entera. Broadway, en Nueva York, cofta en esviaje las piezas rectangulares de Manhattan, haciendo comprensible la escalay el tamaño de su retícula. La calle lnsurgentes, en Ciudad de México, con sus 30 km de

longitud es el espinazo que alimenta y enlazala enorme variedad de los barrios, de tantos usos y actividades distintos, con toda la gama de diferencias en la edificación y el carácfer . De manera semejante, y en otra situación cu ltu ral, la Ku rfu rsterdam m

de Berlín coftatoda la ciudad, al igual que el eje de la Rue Saint-Denis en París, la avenida Corrientes en Buenos Aires, o la M-3o en Madrid.

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Todos ellos son esquemas viarios de fortísima identidad, como secciones longitudinales de la ciudad capaces de asumir sus distintas partes en una experiencia simultánea. La unidad formal de la ciudad aparece

a

través de ellas no como forma

global o como diseño homogéneo, sino hecha de secciones encadenadas, relación

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de contigüidad entre partes distintas, tan sensibles como distintas, y distintas a la :

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176

PROYECTO COMO TEXTO Es

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ciefto que un proyecto en la ciudad es un texto que se añade atantos relatos ya

existentes. Se ha hablado asÍ de la ciudad como palimpsesto y de

la

forma narrativa

Manuel de Soli-Morales, Badalona, i996.

2 Campos

Elíseos - La Défense, París.

3 Manuel de Solá-Morales, La Sang, Alcoy, 1992-1997.

del buen proyecto urbano. Frente a la pretensión de que un proyecto sea la "tota-

4

lidad" de una obra, la "solución" de un problema, o la "intervención unitaria"

5 Giancarlo

-entendidas

por analogía con la lógica industrial del proyecto constructivo, como

racionalización ex ante de las operaciones para ejecutar una

obra-,

el proyecto

en la ciudad es una adherencia a la dinámica propia de los hechos urbanos.

La

Kees van der Veer, Nederland Waterland,

1990. De Carlo,

Universiti di Urbino,

1958-1964.

6 Philippe Buache,

gravado de F. Debrulins,

Sección de la ciudad de París tomada desde

sePtentrión al mediodía, r742.

capacidad del arquitecto en la ciudad estará sobre todo en añadir, mucho menos en resolver. Pero, si aceptamos la ciudad como texto y no sólo como contexto

pretexto ¡tan al

uso!-, podremos defendertambién

-o

como

un modo de proyectar experi-

mental y oscilante, con cambios de rumbo y de encuadre, pero itinerante y lineal

como una narración. Lo más importante del género narrativo es su linealidad, el despliegue tempo-

ral de sus ideas. Entender un proyecto como un relato es admitir el tiempo dentro de é1. Tiempo personal en el que será ideado, tiempo material para ser construido,

tiempos múltiples en los que será usado, tiempo histórico con el que será entendido y relacionado con los sustratos anteriores de la ciudad como construcción conti-

nua. Pero admitir el tiempo es proceder mentalmente según procesos lineales. Otras formas del tiempo no lineales, como las que sug¡eren los bellos ejemplos de

_-!

Alan Lightman en Sueños de Einstein, podrían cambiar completamente nuestro entendimiento de las ciudades y nuestras formas de intervenir en ellas. Pero no. Proyectar como narración es tener un punto de parlida desde el que estirar progre-

sivamente las ideas. Volver atrás y adelante, dar entrada a nuevos argumentos, dejar otros sin resolver, pero no empezar por varios puntos alavez. Entretanto, puede formarse una trama recia, un objeto, pero siempre como combinación de argumentos individuales, no tanto como una entidad a priori. Y no es que la elaboración narrativa de un proyecto urbano permita evasiones

autocomplacientes de independencia, sino que exige la selecc¡ón de los posibles aspectos de la forma urbana reducidos a unos pocos, los más importantes. Un paso

racional, pero sin método ni recetas. Un ejercicio de juicio en que muchas cosas pueden expresarse con gran capacidad descriptiva en los cories anatómicos del espacio urbano.

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178

todo valor se concentra, se expanden hacia una multiplicidad de suburbios y arrabales donde el control y la forma aparente se diluyen. En cambio, el crescendo

ferroviario con el que la magistral pelicula de Walther Ruttmann, Berlín, sinfonía de una ciudad , nos hace entrar en Berlín, hace amanecer la metrópoli con el ritmo de los

campos agricolas,los huerlos, las pequeñas casas, los bloques obreros, las grandes industrias, los barríos jardín, las instalaciones de servicio, los edificios públicos, las

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oficinas y los monumentos, encadenándose desde las afueras al interior. Con lo secuencial del avanzar del tren y con la cadencia de su martilleo sobre las traviesas. Las autopistas

que entran en las ciudades, las cortan de fuera adentro, deján-

donos imaginar cómo las parles distintas de ciudad se encadenan según una secuencia vagamente pretendida. Representar esle continuum identifica la ciudad,

también hoy, cuando los híbridos periféricos parecen ser lasformas comunes del

territorio ciudadano. Y, aunque los geógrafos modernos nos propongan otros análisis complejos, todavía resulta más interesante comprender la secciÓn longitudinal

de las ciudades. La

comunidad de los edificios y las personas que los albergan no puede resu-

mir la idea de ciudad. La lectura de un cierto encadenamiento de sus par-tes en la que veamos por comparación sus diferencias es necesaria. Porque los monumentos solos no hacen ciudad, ni lostrazados ordenadostampoco. Lanewtown de James Craig en Edimburgo, con sus fachadas iguales, sus parcelas y sus patios repetidos, sus calles rítmicamente previsibles, no podría ser nada más que un barrio bien com-

puesto, o un gran edificio esponjado, pero nunca una ciudad. Le falta la diferencia y, así, le falta identidad . LaSiedlung Dammerstock de Walter Cropius en Karlsruhe es un bello concepto abstracto de unidad residencial, pero sin diferencia no tiene secuencia exterior a sí misma, es un relato mudo (urbanamente mudo). Las secciones constructivas de la

newtown de Craig y delaSiedlung de Walter Cropius son

igualmente inexpresivas. Con todo, un simple corte de la construcción no es yauna sección urbana. Representar los niveles verticales, las alturas, las visuales (muy importantes ciertamente y cadadia más) no siempre expresa la complejidad urbana. Es en los largos

cortes longitudinales donde, normalmente, se expresa la continuidad espacial de las distintas partes urbanas, el encadenamiento de las piezas del mosaico, y

larela-

ción entre territorio y construcción

La

sección urbana interesa cuando relaciona lo proyectado con lo existente, y valo-

raasilaestratificación que nuestra propuesta añade al espesor de laforma urbana.

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18o

toda una filosofía de la subdivisión la que, desde NapoleÓn y el iluminismo, piensa controlar los territorios según modelos celulares. AhÍ las relaciones entre comuni§

dad y pertenencia serian claras,y cierta dialéctica entre individuo y conjunto no sería tan distinta de las que imaginaba, por eiemplo, Adriano Olivetti.

Pero si sobre esta descripción celular aplicamos un corte (o un recorte) inten-

cionado, la simplicidad de esta estructura se enriquece con un esviaje ("bies") que la trastoca

y de aquella ingenuidad no queda más que una matriz neutra capaz de

otras visiones mucho más especÍficas.

LA CIUDAD CONTINUA. EL RECUADRO Pero también ha habido siempre un pensamiento continuo de la metrÓpoli. Cerdá'

Ludwig Hilberseimer, Henri Lefebvre, Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Éric Rohmer, Kenzo Tange. Las diferencias no tienen que ver con las identidades. Las calles

d

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devienen carreteras y vuelven a ser calles, los iardines de aquí son huertos y campos y bosques, más allá de las edificaciones que salpican el espacio con variadas

densidades. No hay soluclón de continuidad en el territorio. Para interpretar esta metrópoli no hay más que el recorle. Y será la manera de

5 =

encuadrar la imagen lo que decida su significado.

A los estudiantes de arquitectura les digo siempre que los planos de ciudad no pueden dejar bordes blancos: la hoja ha de cortarse a sangre, con los trazos de calles y edificios interrumpidos por el marco del dibujo o el canto del papel. La representaciÓn de la ciudad es siempre un retal arbitrario, que anuncia la continui-

dad de lo que sigue y ya no alcanzamos

a

ver. Y que se precinta cortando muchas

ataduras importantes.

Cuando Oswald Mathias Ungers iniciÓ la moda de los pequeños cuadrados

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representando fragmentos de tramas urbanas o de construcciones axonométricas consiguió con ello una generalidad de lo representado y una sensaciÓn de que las

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formas se prolongan más allá del recuadro.

Porque laforma urbana no es algo coherente, previo a la observaciÓn o a

la

experiencia. Y proyectar la ciudad es recoftar su continuidad latente con una definición de campo, elegida como hipótesis de trabajo. La elecciÓn del campo de trabajo en el recorte de la ciudad es el acto más sustancial de todo proyecto de la ciudad. Y el recorle temático y expresivo, tanto como recorte territorial.

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182

El plan urbano en la corbata es

como una trampa.

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un momento fijo de una figura

que, vista en el plano entero, tiene la pretensión de latotalidad y la sugerencia de lo

inmóvil. Son bellos los planos urbanos dá, Frederick Law Olmsted y Tony

-aquí

Carnier-

los de Hendrik Petrus Berlage, Cer-

en parte por ese inconsciente mensa-

je de fijar lo fluido, el tiempo y el espacio de Michel Butor, Caston

Bachelard,

Franqois Reichenbach y Calileo, de Elio Vittorini y Carl Schorske, en una sola ima-

gen, más o menos compleja. Pero recortar el plano urbano añade morbo al asunto,

y nos hace retenerlo, larguirucho y danzante sobre la incierta camisa, como una centella de totalidad estrellándose sobre nuestro cotidiano vestido. El recorte que ofrece la corbata es una nueva observación de la forma urbana total, ya conocida, por una lupa que sobre nuestro pecho acercará una mano sabia.

Ojo. No es igual cualquier corte del Central Park. La cuadrícula de Cerdá, al bies o al hilo es bien distinta. Las hileras de viviendas de la Cité Industrielle cortada en una

bandatransversal nos dice algo contrario a lo que el plano sistemático sugiere. Aña-

dir corte a la ciudad es, en las corbatas, tan rico de significados como lo es en

la

calle. El corte de la ciudad es nuestra apropiación de ella, lamanera expresiva de nuestra curiosidad. También, seguramente, el modo con el que la inteligencia hace, de lo común, lo diferente.

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Barcelona, tz de mayo det99z.

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dolos-

está haciendo de ellas escaparates brillantes del diseño y del consumo

estét¡co, imágenes competitivas de la comunicación masiva, pero sin argumentos urbanísticos significativos de largo plazo.

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Raymond Hood, Rockefeller Center, Nueva

Yotk,1931-1934.

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Samuel Ware, Burlington Arcade, Londres,

1819.

3 5áo Paulo, 1993.

En Barcelona, con la llegada de los gobiernos democráticos, la escapada hacia el

espacio públíco fue espectacular. Parecía que todo fuera ganar espacio público, arreglarlo y festejarlo. Vinieron las plazas duras, y las menos duras, ocupando todo hueco que quedara vacío entre la edificación. Entre los años t978 y t982, el mayor

esfuerzo se volcó en aprovechar estos espacios para crear una imagen nueva de ciudad, un estilo y una lógica diferentes, lo que se logró con notable éxito. No tanto porque los diseños fueran siempre aceftados, sino porque la impresión de ver cambiar el paisaje urbano desde sus agujeros mientras se mantenÍa quieto y pesado el cuerpo edificatorio era una experiencia nuevay rejuvenecedoraparacualquiera. En la

ciudad, algunos no quisieron reconocerlo; desde fuera, todos se admiraron. Después, haciatgSz,llegaron los parques. Se articuló una hornada de espa-

cios públicos mayores, en emplazamientos accidentales y de tamaños fortuitos, fru-

to del desmantelamiento de fincas o instalaciones obsoletas de las que la ciudad se apropió. Los parques, como las plazas, fueron apareciendo donde

pudieron ahÍdo1de

la intervención municipal erafácil por la existencia de una afectación urbanÍslica

anterior (La Mercé, El Raval) o de vacíos industriales obsoletos (Espanya lndustrial, Pegaso), por la transferencia de áreasya públicas sin usar (Moll de la Fusta, Escor-

xadors, plaza de Sants), o simplemente fruto del rediseño de plazas públicas anteriores (1laza Reial, plazas del barrio

al

Clacial

Aunque a posteriori se busquen coherencias espaciales a estas actuaciones es evidente

-y

Iógico- que la oportunidad

era el criterio de localización esencial.

Oportunidad de actuar en suelo público, por una administración que actuaba sobre sí misma, mejorando y aumentando la cantidad de espacios de dominio, propiedad

y diseño municipales. Patrimonio e imagen municipales iban identificándose más y más, de manera que, al final, la Barcelona de estos años ha enseñado cómo Ia

modernidad puede hacerse de manera oficial, y cómo, en consecuencia, se puede dar a los espacios públicos urbanos de titularidad pública una imagen fuerte e incluso protagonista.

Con todo, sería peligroso que nos preocupáramos de la forma de la ciudad sólo en

aquello que es dominio exclusivo de la administración. En estos años no se han

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188

ñan, no comportatan inmediatamente el deseable atributo de apropiación colectiva

2 Norman Foster, Metro de Bilbao,

No es que estén mal los proyectos realizados en Ciutat Vella, es el tono sola-

mente "público" Io que los hace insuficientes paraunatareatan dificil;es la hiperIa

ciudad "oficial" la que puede descuidar, e incluso expulsar, ciertas

for

mas de vida colectiva.

El

espacio colectivo es mucho más y mucho menos que el espacio público, si limita-

mos éste al de propiedad

administrativa.Lariquezacivilyarquitectónica, urbanísti-

ca y morfológica de una ciudad es la de sus espacios colectivos, la de todos los lugares donde la vida colectiva se desarrolla, se representa y se recuerda .Y , quizá,

cadavezmás, cadadiamás, éstos son espacios que no son ni públicos ni privados, sino ambas cosas a la vez. Espacios públicos absorbidos por usos particulares, o espacios privados que adquieren una utilización colect¡va. Unos grandes almacenes en la plaza Catalunya, ¿son un lugar privado o público? Evidentemente privado en su explotación económica, pero no tanto en cuanto

al uso y el significado ciudadanos. No es casual que su nueva fachada haya sido motivo de discusión durante estos últimos cinco años. ¿Y Santa María del Mar, es pública o privada? ¿Y el campo del Barca o el pabellón del Joventut? Las categorías

de lo privado y lo público se diluyen, ahora sirven menos. También ciertos lugares públicos por excelencia como la plaza Sant Jaume o las Rambles, plenamente públicos por su significación y dominio, se convierten en colectivos por la apropiación que los distintos particulares hacen libremente de ellas. En Barcelona, muchos otros lugares pueden ser ejemplos de emplazamientos

mixtos de primera importancia colectiva. El mercado de la Boqueria es quizá el ejemplo más espléndido: un lugar donde la propiedad y la gestión públicas se combinan a la perfección con la iniciativa y la actividad particulares de los ciudadanos, sean vendedores, compradores, curiosos, turistas o trabajadores de las múltiples tareas complementarias que la vida del mercado genera a su alrededor cadadia.

Como Io eran, con los mismos atributos, los desaparecidos merenderos de la playa de la Barceloneta. Pero también el bar de la esquina, la escuela, el quiosco de periódicos o la parada del metro son un tejido de derechos y obligaciones que, como espacios

públicos pero también colectivos, configuran los itinerarios maestros de

la

vida ciu-

dadana. Entre éstos, los espacios estrictamente públicos también tienen un papel relevante, pero parcial y quizácadadÍa menos necesario.

Paul Andreu, Cité Europe, Coquelles,

Calais,1993-1995.

con que quisieran identificarse.

trofia de

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1996.

3 Manuel de Solá-Morales, Moll de la Fusta, Barcelona,'1981-1984.

4

Manuel de Soli-Morales, Rafael Moneo,

llla Diagonal, Barcelona, r993.

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de ser urbanos. Los palacetes del paseo de Crácia o las tiendas de la calle Ferran

fueron hechos urbanos más allá de su privacidad inmobiliaria. Como lo son las fachadas de los bulevares de París y los vestíbulos de los grandes rascacielos neo-

yorquinos. Este

argumento no debe leerse como un canto neoliberal a la autonomía priva-

da. Lo que de él se deduce es casi lo contrario de lo que la función intervencionista del sector público entiende, notanto centrarse en las áreas de su propiedad, cuanto dar calidad colectiva a las que no lo son. Es quizá más atractivo y fácil para un admi-

nistrador municipal diseñar un parque o una acera que entrar a discutir en los proyectos privados

-sin

hacerlos- cómo mejorar

sus aspectos colectivos. Creo que

luchar por la calidad de esos espacios colectivos

-alavez

privados y públicos,

públicos y privados- es la mejortarea del arquitecto en la ciudad. Porque la ciudad buena es la que logra dar valor público a Io privadi. Y es así cómo una buena ciudad está hecha de buenas casas, de buenas tiendas, de buenos bares y de buenos jardines privados, tanto como está hecha de paseos públicos,

monumentos o edificios representat¡vos. Y, portanto, la calidad de lo individual es condición para que, al ser semánticamente colectivizado, genere una riqueza colec-

tiva. ¿No son los bares de la Barcelona nocturna uno de los hechos urbanos más ¡nteresantes de los últimos años? Porque su privacidad no está separada de una

preocupación por intereses y valores colectivos.

Los espacios colectivos son la riqueza de las ciudades históricas y son también,

seguramente, la estructura principal de la ciudad futura. Quizá sí que, en nuestras ciudades, sean los espacios ambiguos en su titularidad, cada día más significativos

de la vida social cotidiana, pudiendo usarse y apropiarse de muy diversas maneras por las diferentes tribus urbanas. Quizá sí que las formas de ciudad "distópica" de las

que habla el sociólogo Frederic.,lameson caractericen a nuestro alrededor la pér-

dida simultánea del espacio público y de la autoridad privada.

Dicen que la literatura cyberpunk describe bien esta situación moderna en la gue la distinción entre espacio público y privado se borra al suprimirse las diferencias que la provocaron. Dicen que la película Blade Runner suprime estas diferencias. Y también las superó Umberto Eco cuando habló del nuevo carácter medieval

del territorio contem poráneo. Por tanto, tomar demasiado en serio, crispados en sí mismos, los "espacios

urbanos", los "espacios públicos" como lugares para construir arquitectura sin volumen, o como objetos de diseño consistentes por sí solos, me parece un error teóri-

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Lafuerza del lugar es, en la periferia, la ausencia de lugar en el sentido clásico, es decir, la ausencia de determinaciones marcadas por la historia del locus. y aquello que los lugares periféricos evocan es, no sólo las imágenes del vacío expectante, sino sobre todo la sensación de indiferencia en la posición de las cosas. y no es que sea indiferencia de las cosas, sino de las cosas entre sÍ. Esta falta de diferencia es la

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que hace de la periferia un terreno vertiginoso paralas imágenes, y el cine y

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trucción son siempre más débiles que el espacio desnudo donde se presentan.

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foto-

grafiahan captado lafuerzade estos paisajes donde tanto la actividad como la consEl

lugar periférico resulta fuerte precisamente porque ni "repetición" ni "diferencia"

-en

el sentido de Cilles

Deleuze-

Esta fuerza del lugar es lo

lo han ocupado.

que más se agradece a la hora de abordar la periferia

como proyectistas. Junto con la irrelevancia o la suciedad de las áreas periféricas, de los problemas funcionales y de las dificultades estéticas del vacío, existe la fuer-

zasugeridora del lugar, que presenta, a los ojos de quien quiera mirarlo con volun-

tad positiva, un campo de libertad parahacer futuro más desde el presente inmediato que no por influencia del pasado.

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Desde Andrea Palladio a Bruno Taut, Tony Carnier o Frank Lloyd Wright, los nuevos territorios arquitectónicos se han imaginado en los márgenes de la ciudad

É.

establecida. Los espacios periféricos se han entendido tan sólo como discontinui-

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dades de la urbanidad compacta, sin embargo, son sugerentes sobre todo de aque-

o-

llo que aún no se ha hecho, y han sido, por esta flexibilidad, el lugar de la invención de formas y tipos urbanos.

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En las ciudades de Europa,

lafuerza simbólica y convencional de los centros

tradicionales ha reducido, en los últimos años, la capacidad de imaginar otros tejidos urbanos. El pensamiento tipologista y la visión que considera el edificio arquitectónico (su paradoja complementaria) como un objeto, han renunciado a enten-

der lamezcla de infraestructuras y de vacíos, de centros de servicios al lado de pequeñas viviendas, donde las vías que soportan la gran movilidad rodean rincones de extrema privacidad. También se han resistido a entrar en el terreno figurativo de las

formas urbanas más contempo ráneasy, así, el esfuerzo de arquitectos y urbanis-

tas parece haber seguido desde demasiado cerca el renovado interés de financieros y políticos por Ia recuperación de las ciudades centrales.

El Laboratorio lnternacional que iniciamos en Barcelona en la

primaverade t99ty

que se repitió en 1992 hatrablado en la elaboración de una base teórica relativa a la idea de periferia y en su aplicación. La periferia no se ha entendido como algo

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194

EL CURSO A Pierluigi Nicolin Ie ha preocupado distinguir, en

las cinco lecciones magistrales

que impartió en el curso, qué cultura urbana puede ser propia de estas periferias, como expresión de formas de vida y trabajo. Paraél,la crisis de la modernidad pasa

también por la aceptación, más o menos a regañadientes, de una condición urbana

donde los valores de cohesión han desaparecido y donde lo que era visto como defecto se ha convertido en sustancia. Su discusión es frontal, y entenderla ayuda' ría al menos a que muchas de las propuestas de actuación actuales que quieren ser

realistas no resulten tan triviales. Más que una definición, Nicolin ve, en la supera-

ción de la urbanidad tradicional, una condición intelectual mal reconocida en proyectos actuales como los del programa Banlieu 9o en Francia o los eslóganes de l'monumentalizar" las periferias en ltaliay España.

Las lecciones

de Peter Rowe, desprovistas del pragmatismo que las convierte en

ideológicas, ofrecÍan una definición de la periferia que identificaba un listado de temas

-núcleos

de oflcinas en el campo, nudos de infraestructura, centros comer-

ciales y de recreo, parques

residenciales- caracterÍsticos de un proceso de creci-

miento urbano en el cual la invención tipológica y arquitectónica eran alavez el origen y la respuesta. Su libro Making a Middle Landscape es la aportación académica más seria que, hasta el momento, se ha producido en el reconocimiento del

suburbio americano actual, con un esfuerzo de taxonomía e interpretación que hace de él un instrumento de conocimiento básico para entender el fenómeno.

A través de la tipificación y el estudio de la génesis del fenómeno, su trabajo

se

transforma en un elogio automático de la periferia. Rowe no esconde, ni por un momento, su posicionamiento pragmático: esto es lo que hay, esto es lo que hemos de aceptar. Tejano de espíritu, menosprecia a los

que insisten en mirar la ciudad americana sobre espejos europeos, y trabfa seriay despreocupadamente para establecer la evidencia de las formas suburbanas de EE UU. La visión americana no está demasiado lejos de cierto empirismo holandés actual, en el cual los escenarios de la periferia suelen explicarse desde unos fundamentos del estructuralismo, atento a la accesibilidad y a las nuevas condiciones funcionales de urbanidad como razón de ser de los patrones de asentamiento. Es ésta, a pesar del aspecto de grafismo dislocado con que se presenta, una visión

totalizan-

te, tan clásica como la "estructuraurbana" de la década det96o, aunque trasladada

-yapor

entonce5 Rem Koolhas fue uno dé los primeros en anunciarlo- a las for-

mas de la ciudad abierta, discontinua o "delirante". Por encima de la traducción

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196

más delicado no confundir emergencias con monumentos

-como

hacen los que

hablan de monumentalizaciÓn de periferia-, ni simples presencias con resistencias como suelen hacer los conservacionistas. No hace falta acompañar la resistencia de

una pieza urbana de fuerza simbólica ni de arquitectura dominante, ni ponerla en contraste respecto a un tejido ni neutralizar el apoyo porfuerza"'

Y si la ruptura

edificatoria presidió los trabajos de Collová, el taller de Joan Busquets

y Enric Serra sobre la periferia de Barcelona se definió por su atenciÓn a la ruptura morfológica de los trazados a med¡o hacer ras entre

-los

grandes huecos de infraestructu-

tejidos heterogéneos- buscando la introducción de elementos nuevos

de escala grande o la atenciÓn a los agujeros "blandos" de la textura metropolitana. El

precedente de excelentes talleres realizados desde hace diez años

-como,

por

ejemplo, "lnstrumentos de proyectaciÓn de la Barcelona suburbana", de Joan Busquets y Josep Parcerisa,1981-1982- se hace presente en la facilidad para captar los

datos topográficos y morfolÓgicos como base proyectual de las nuevas grandes intervenciones en la ciudad.

Y

también la ruptura

-en

el orden de los soportes parcelarios, con la indecisiÓn y

el conflicto de expectativas de opción que de ella se

derivan-

era la definiciÓn de

la periferia parisina que Philippe Panerai y David Mangin escogieron para su taller,

,,significando como definiciÓn de su comprens¡ón del problema". Una comprensión que ve, en la ruptura del soporte parcelario, el origen de las formas extensivas

de la periferia, las más frecuentes y difíciles de disimular socialmente con elogios estéticos.

También la visiÓn del eje de Princeton que Alex wall proponía como área de asentarnientos, sin estructura urbana, sin centros y sin significación colectiva, se presen-

taba como una cuestión de ruptura y de confusión en la escala territorial. Allá, ni edificios ni estructura5 ni órdenes parcelarios eran fragmentarios, sino más bien era la indecisión de la geografía social del territorio la que se tomaba como objeto y resultaba sorprendente que, en cierta contradicciÓn con la euforia descompositiva de sus colegas willem Jan Neutelings, Adriaan ceuze y Hilde Heynen, la propuestadetrabajo requiriese cierta intervención salvíficay reestructurante, honestamente racionalizadora, soc¡al y formalmente, de la indecisiÓn difusa.

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la década de

tg7o, con su

fu ndamental

ámbito urbano y local". Además mann

tesis "el vecindario sin proxim idad' y "del en el deconstructivismo de Peter Eisen-

-como pintoresquismo de Frank Cehry-, manipulan precisamente el cono en el

traste contextual como herramienta de proyecto. Puede ser, en cambio, que fijarse en algunas condiciones características y definidoras del espacio periférico

-como

el acceso, la pseudodensidad u

otros-

sean

caminos útiles para un urbanismo propio de la periferia. La

contribución de Carsten Juel-Christiansen me parece, en este sentido, intere-

santísima, y su libro uno de los mejores materiales de los que disponemos para el

proyecto de los territorios periféricos. Juel-Christiansen hace, de la comprensión de los lugares de transformación periférica metropolitana, la columna vertebral de su explicación y encuentra, en las diferentes imágenes de los procesos de sobreposición de las formas construidas, fragmentos muy claros para la intervención proyectual.

Aquel mayor conocimiento de las leyes de transformación de la ciudad que Collová reclamaba contra las estériles seguridades de los análisis ("no intentar pasar

de la pseudociencia de la información a la pseudoartistividad del proyecto") encuentra, en otro tono y en diferente terreno, un excelente ejemplo en el trabajo de Juel-Christiansen.

Segunda: ensayar propuestas alaescalade la agrupación de los edificios, de los modelos de asentamiento, aunque imprecisos y abiertos. 5erían imágenes urbanísticas de formas mixtas, con suficiente valor simbólico como para responder al aislamiento con que se presentan. Proyectadas para funcionar con mucha eficacia, sin la cual no hay periferia posible. Con una personalidad formal que pueda entender el

territorio como forma paisajística y, por tanto, sujeta a intenciones ecológicas y ambientales muy exigentes. Más concretamente, capaces de apreciar el vacío y los

terrenos intersticiales como materia positiva. Estoy concibiendo un esfuerzo iluminista, capaz de imaginar tipos de estable-

cimientos autónomos periféricos, como lo fueron las villas paladinas, las colonias industriales y las primeras garden cities brilánicas. Quizá, dentro de nuestro reper-

torio de proyectistas urbanos, fuese Ia idea de agrupación la que más nos valdría revisar y poner al dia,y elaborar modelos autónomos de escala intermedia donde la

convivencia de edificios, espacios e infraestructuras heterogéneas en "nuevos vecindarios" tomase fuerza como paradigma de una nueva cultura metropolitana. Estos establecimientos periféricos han de basarse en el concepto de distancia

interesante

-separación

positiva y entre múltiples

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como en el suprema-

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La descomposición de las ciudades europeas que se ha producido

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en los últimos

cuarenfa años ha cargado de culpa, de forma sustancial, la ideología urbanística derivada de la arquitectura funcional. CrÍticos como Bernard Huet o Leon Krier concentraron decididamente en

laCa¡a

de Atenas y sus epígonos las más graves acusaciones de la urbanidad. Antes, Cordon

Cullenyel townscape en ladécadadeig6oylaacademiamorfotipológicaen

ladécada

de r97o acentuaron el aprecio por la ciudad compacta y heterogénea, y por latrabazón

entre calles y edificios. Muchos otros comentaristas se han sumado luego al carro de

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los detractores, a veces con más oportunismo que razón; y así se han generalizado

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banalmente los azotes alazonificación, a las normativas urbanas y a los planes de orde-

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nación hasta pretender tachar de erróneo o negativo cualquier elemento de razón

enla

disposición de las ciudades. No es el objeto de este análisis hacer una defensa del urbanismo funcional: más

ó

bien al contrario. Pero seguir intentando hacer de él la cabeza de turco que justifique otras veleidades, no tiene, creo, ningún interés,

É.

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y no quisiera yo

ser confundido

entre los explotadores de tal maniqueísmo. Tampoco en el bizantino enfrentamiento entre "generalistas" y "puntuales", ni en la discusión político-económica entre "reguladores" y "desreguladores". Me interesa revisar los origenes del vacíoteórico actual,

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precisamente parafundamentar las nuevas prácticas, y para ello mirar la ruptura conceptual que el funcionalismo supuso para el urbanismo con ojos más actuales y más prácticos que los de quienes sólo lo han tomado como excusa.

Los comienzos de la ciudad funcional, iniciados en Alemania en Ia década de

t9zo,

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se basaban en la voluntad de ordenar las ciudades a parli de los criterios de la

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especialización de funciones, la importancia del tráfico rodado y la apertura higie-

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nista de los espacios cerrados, tanto en edificios como en vías públicas. Vista hoy,

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entre los muchos juicios que pueda sugerirnos, lo más sorprendente de aquella doctrina era su ilusión en la erradicación total de las ciudades anteriores y la cons-

trucción de un marco urbano ex novo para toda la civilización. En las propuestas que tendrían mayor repercusión, la radicalidad denegatoria de todo valor a la ciu-

dad histórica eraparela a la ingenuidad con que se confiaba en los propios eslóganes para edificar las ciudades "del

futuro".

Pero, afortunadamente, no era éste el único camino por el que la arquitectura moderna estaba cambiando las ciudades. Desde hacÍa unos años, una nuevafigura-

ciónya había irrumpido en el panorama urbano por obra de los renovadores del expresionismo y de la secesión vienesa. Las"propuestas de arquitectura moderna

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2o2

como las desarrolladas en el norte y centro de Europa, aunque con características bien distintas. Los proyectos de barrio eran un banco de pruebas continuo en el que las ideas de ciudad que se querÍan llevar a la práctica se medían de forma laten-

Ras¡ni, M¡lán, 1933.

z

Giuseppe De Finetti, Proyecto de hotel

en M¡lán.1920.

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3 Hendrik Wijdeveld, Proyecto de

te y más sutil que con la discusión teórica directa.

Íeestructuración de Vondelpark,

Otro origen de proyectos urbanos partía de la formulación actualizada de los clásicos temas de la arquitectura civil, planteados ahora como arquitectura del "cen-

tro-urbano". Fueron los países escandinavos los que ensayaron, antes que otros, la tentativa de proyectar un centro urbano moderno para algunas de sus ciudades. Los trabajos de Carl Pedersen

1 G¡o Ponti, Emilio Lancia, Casa y torre

Ámsterdam, r9r9.

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J.J.P. Oud,spangen, Róterdam, 1919-1920.

5 Hendrik Petrus Berlage, Plan urbanÍstico de La Haya, r9o8.

6 Michel de Klerk, Spaarndammerbuurt, Ámsterdam,1917.

y Finn Berner en Noruega o los de Fisher, Petersen y

Bentsen en Dinamarca son ejemplares en este sentido. Con la arquitectura civil

y los monumentos, el centro urbano se configuró como proyecto específico

y

sobresaliente. En paralelo a estos temas novedosos, también el recurso al "lrazado" de calles,

como forma de ordenar sectores urbanos de tamaño medio, continuaba siendo un

procedimiento bien establecido a la hora de afrontar laf orma urbana desde escalas confortables, con una temática ya dominada perfectamente por el conocimiento disciplinar. 5u mayor desafío se producía en lnglaterra, Bélgica, Franciay, en general, en toda el área del garden city movement.

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Reconocer estos temas como temas de diseño implicaba atender las partes de la

metrópoli como proyectos en sí mismos; así se evitaba confundir la gran escala con la cantidad o la

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repetición. Se buscó moderar las exigenciastécnicas de las grandes

infraestructuras prestando atención al valor monumental y paisajístico de las obras públicas; se trabajó, en fin, por una idea de intervención que no es arquitectura ni plan, sino proyecto urbano.

Trablar desde el proyecto urbano

es partir de la geografía de la ciudad dada,

de sus solicitaciones y sugerencias, e introducir en la arquitectura elementos de lenguaje que den forma al sitio. Traba.jar desde el proyecto urbano es confiar más en la complejidad de la obra por hacer que en la simplificación racional de la estruc-

tura urbana.

Es

también lrablar de forma inductiva, generalizando lo par-ticular, lo

estratégico, lo local, lo generativo, lo modélico.

A veces estos proyectos se hilvanaban lateralmente con una lógica de plan global, como en los trabajos de Berlage o de Raymond Unwin; pero en lamayoria de los casos, lo que infiere a los proyectos un papel maestro en la gran ciudad, es la

intensidad con que los episodios viarios o arquitectónicos expresan su condición urbana, más que la coherencia horizontal en un programa conjunto.

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2o4

nismo, vacío que debía haberse cubierto con el progreso en la proyectación de aquella escala intermedia que hasta entonces tantos resultados había producido, se

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Carl Petersen, lvar Bentsen, Proyecto

de concurso para el área de la estación de Copenhague, r9r9

obvió en cambio, con mucha ideología. La brillantez intelectual y organizativa de Le Corbusier y las tensiones programáticas de Walter Cropius y Sigfried Ciedion hacia posturas de imagen más publicitarias, arrinconaron a los defensores del proyecto urbano como campo intermedio de discusión y de trabajo, y provocaron en la asam-

2 lvar Bentsen, Proyecto para

la Ópera y la

Filarmónica de Copenhague, i918.

3 Hans Scharoun, Plan para Charlottenbourg-North, Berlín, r955.

4 Ludovico Quaroni, Proyecto para

la casba

de Túnez, i966.

blea la fuga ideológica hacia "la ciudad funcional" y la Carta de Atenas. El

proyecto de la ciudad se sublimaba así en la discusión de los grandes princi-

pios, casi filosóficos, políticos y sociológicos, que la Carta de Atenas resume. y las

propuestas de forma urbana resultantes adoptarían el método de sob.reponer,

a

cualquier especificidad urbana, un proceso deductivo desde Ias reglas generales

-es

el caso del esquema funcional de Chandigarh de Le Corbusier o de los órde-

nes repetitivos de Ludwig Hilbersheimer-, o la directa ampliación macroscópica del edificio moderno Fue entonces

Obus para Argel de Le Corbusier-.

-Plan cuando culó

la grave

dicotomiapor laque, mientras la discusión

sobre la ciudad se trasladaba al nivel de los principios generales, la arquitectura se desentendía de la ciudad, refugiándose siempre en la excusa del no cumplimiento de aq uel los

principios generales. Se había i nventado la gran coartada y se abria labrecha

entre urbanismo y arquitectura que todavía hoy sigue pendiente de ser sellada. Hay un dato significativo de aquellos episodios: la secretaría general del CIAM fue aparar aCiedion y elfrente Ciedion-Le Corbusier se hizo con el poder, arrasando a holandeses y periféricos y nombrando a Cornelis van Eesteren como presiden-

te de compromiso. El proyecto urbano, como campo de trabajo intermedio donde se entrelazan las escalas y donde el arquitecto es una autoridad razonable en la forma de la ciu-

dad

porque hace arrancar laforma de la ciudad de la

edificación -precisamente arquitectónica-, quedó entonces desbordado por la vanguardia oficial y distraÍdo del comentario habitual de las propagandas. Pero encontraría localmente su desa-

rrollo en el acertado trabajo de muchos proyectistas independientes en diversas ciudades europeas y norteamericanas.

EL PROYECTO URBANO MODERNO Van Eesteren, Leslie Marlin y Ludovico Quaroni son maestros que la revista UR expondrá como ejemplos de

la

tradición moderna del proyecto urbano. En distintas

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componente público de relevancia en la inversión y de los usos colectivos en el

Roberto Collová, Transformación de

la ruta urbana de circunvalacién sur

de Palermo.

proSrama.

TRAZADOS Cuando Roberto Collová plantea su propuesta paralavariante de la Tangenziale Sud en Palermo, está haciendo un ejercicio de urbanismo de alto nivel, por la gran

dimensión de sus efectos y por su significado general. Y lo hace desde un proyecto muy concreto a la escala de la precisa alineación de unos ediflcios, pensados, eso sí,

paratransmitir a la calle el carácter público de un equipamiento ciudadano, con una visión territorial de la actuación que va mucho mís allá del lugar donde propone formas construidas. Su proyecto afronta precisamente uno de los temas clásicos de la proyectación

urbana, el proyecto viario. Pero lo hace utilizando el instrumental arquitectónico parauna idea de ciudad nada convencional. Por de pronto, plantea una calle terri-

torial como variante de lo que podrÍa ser una vÍa mecánica rápida, con todas

las

implicaciones que supone de atención simultánea a lo grande y a lo pequeño. ¿Cómo define Ia calle? No con una alineación de casas. Tampoco con la formación de un tejido urbano, recurriendo alo macizo. Ve la calle como una forma men-

tal de la ciudad marcada por ciertos puntos de referencia, visuales y de uso. Unas pocas arquitecturas hábilmente colocadas en el itinerario marcarán el carácter y la imagen de esavía. El sanatorio, laescuela, los muros del teatro, lapalmeradel patio, serán los elementos de definición de una calle que, desde la arquitectura, entiende el plano entero de Ia ciudad y del territorio. Es una idea

Guillermo Vázquez Consuegra,

Monterusciello, Acceso norte, 1986.

tectura de los edificios;

5

r

que, por así decirlo, atiende más a las esquinas de una calle que a

su propio trazado. Estamos lejos de la concepción neoclásica del frente de calle como repetición igualadora de alzados ordenados. Tan lejos como de la calle circulatoria pura. Recordamos en cambio a Lancia colocando sus torres modernas en las esquinas de Milán para que articularan, en la complejidad añadida de la esquina, el

entendimiento completo de las calles que en ella coinciden, y aun la tramaurbana conjunta. Nos interesa mucho este proyecto precisamente por la modernidad de su trazado viario, superador de las rigideces de los trazados de alineaciones desde una

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ras, más segura en los efectos y las posibilidades del proyecto, menos retóricos que la gran

:

Que el urbanismo es el diseño de calles y edificios es una afirmación obvia si se piensa a la antigua, y en cambio parece problemática en el tiempo presente. Sin

embargo, la pura naturaleza de lo que el hecho urbano es como hecho físico, hoy tanto o más que antes, hace de esta simple interdependencia edificio-calle la base de la riqueza, variedad y diflcultad del proyecto urbano.

En la propuesta de Joan Busquets parala misma zona de Monterusciell o

-realiza-

da, al igual que la de Vázquez Consuegra, para la exposición Le cittá immaginate:

unviaggioinltalia.Noveprogetti pernovecittá,enel marcodelaXVll Triennaledi

t987-,la importancia dada a las secciones

viales como unidades calle-

casa pudiera indicarnos una voluntad neoclásica de orden repetitivo. Lafuerza de

este rigor aborda el proyecto de Ia calle, para las grandes avenidas, como verdade-

ro eje tipológico, organizando todo el sector en unidades de edificación precisamente mediante las calles. Lo notable de este proyecto es la gran autonomía que guardan entre sÍ esos distintos ejes viario-tipológicos dispuestos como un desorden

voluntario. ¿Es eso posible? ¿Es este un orden de

la

fragmentación?

No olvidemos que la consulta se refería a la recomposición de un gran polÍgono, todavía en construcción, pero ya invertebrado, y que sus respuestas implicaban

de forma ineludible un diagnóstico intencionado sobre lo existente. Busquets, a diferencia de Vázquez Consuegra, se desentiende de la autopista y se interesa precisamente por los trazados intermed ios, por esa vialidad como organizadora de ed i-

ficios en paquetes o ejes separados, dejando que sea el territorio, con sus potentes formas, el único factor unificador de los asentamientos. Es una propuesta de disec-

ción de la ciudad moderna en piezas mecánicas esparcidas sobre el terreno, sin tanta preocupación por el conflicto de ejes circulatorios, órdenes de casas, espacios libres o muertos, como por la búsqueda de unas formas de articulación "paseo-casas de rasante variable", "autopista-calles menores", "fachada de barrio-acceso

rodado", etc. La investigación, en parte viaria, pero también en parte de ordenación

tipológica, abre de manera intrigante nuevos interrogantes sobre las formas de construcción de la ciudad que los barrios masivos contemporáneos y los grandes sistemas de infraestructuras han puesto dramáticamente de manifiesto, y que Busquets recoge aquí como temas de diseño urbanístico que quiere tener por válidos y

propios. Los dramáticos

a

Joan Busquets, Monterusciello,

La autop¡sta en el tramo central.

dimensión en la que sus maestros se movieron.

Milano, en

r

veces, y quizáahora interesantes, saltos de rasante entre

terrenos y viales, las tangencias y penetraciones entre directrices de edificación y

Uberto Siola, Proyecto para el área de la

estación central de Nápoles.

3 Álvaro SizaVieira, Proyecto parael barrio de Pendrino en Nápoles,

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gicos presentan entre sÍ: cómo interfieren en los distintos fragmentos de trama, y cómo las pocas directrices urbanas generales se traducen en rupturas del orden. Esto se le ocurrirá a Álvaro Siza porque su propuesta parte, precisamente en esta escala, de dar orden urbano a los trazados del lugar. También Siza proyecta, al

fin y al cabo, sólo manzanas y calles, no obstante, poco le preocupa el rigor de las manzanas,

cio exterior

nadaleimportalatipología-¡benditoseal-, perosi darformaal -concretamente

espa-

r

Álvaro siza, Proyecto parael barrio de

Pendrino en Nápoles.

2 Uberto 5iola, Proyecto para el área de

la

estación central de Nápoles.

r

Romaldo G¡urgola, Pietro Cicognani,

Propuesta para Campi Flegrei, Nápoles.

4 Manuel de Solá-Morales, Proyecto de concurso para la plaza de la estación de Salzburgo, 1987.

formar su pequeño puerto urbano- con el lrazado

de una urbanización simple y segura. Crea un puerto como un espacio habitual: 35o m de frente es una escala de confianza para ese espacio. El contraste con el mar se

acentúa no por una visión panorámica, sino por lafuerza vertical de las fachadas

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sobre el agua, por el contacto de lo sólido y lo Iíquido. Las piezas tienen dimensiones convencionales

-5o m-y

la

articulación con la ciudad es la secuencia históri-

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ca que a(ranca dePiazza Mercato. Con extraña simplicidad, Siza construye sobre todo a base de soluciones apa-

rentes triviales, pero malignamente intencionadas. Al final, todos los elementos

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urbanos aparecen resumidos en el proyecto sin drama, con total facilidad: el puer-

to, el eje delaplaza, la circulación perimetral que atraviesa los bloques, el parque que hace frontera, etc.

Más difícil seria crear con esta simplicidad espacios urbanos completamente nuevos, lejos de la ciudad existente, donde sólo lageografia, acaso, pero no la historia,

dieran andaderas a nuestra cojera proyectual. Es bonita, en este sentido, la propuesta de Romualdo Ciurgolay Prieto Cicognani parala zona de los Campi Flegrei. Ésta sí que es una propuesta de

tejido urbano nuevo, directamente sugerente de las

formas y expresiones de la trama edificada, de la variedad formal y funcional de los

tipos, de su distinta posición en las manzanas y en las parcelas.

El

grano de sensibi-

lidad es muy menudo, aun tratándose de un diseño de extensión amplia. Pero se siente que cada edificio es distinto, que el orden manzana-ciudad no basta, y que,

paralaf orma moderna de vivir y construir, cuenta, tanto como la relación anterior, el margen de juego formal que se establece desde la manzana ala parcelay, aun, entre la parcelay el edificio. Delamanzanaalaparcelay, de ésta, al edificio;ya no rigen órdenes rígidos, establecidos o repetit¡vos, sino que, por su flexibilidad, estas propuestas pasan a ser, quizá,lamejor garanfÍa de hacer hoy todavÍa posible la idea misma de ciudad.

A modo de homenaje al plan de Lamont Young de comienzos del siglo xrx, la interpretación geomorfológica de la zona despliega sus tres dedos radiales en un

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212

adecuación de la plaza de la Estación, espacio especialmente activo en aquella ciudad y que se presenta con una confusión de formas característica de las transforma-

ciones urbanas modernas. La plaza, presidida por un noble edificio ferroviario de comienzos del siglo xx, fue ampliada y remodelada en la posguerra, en parte para

alojar los finales de trayectos urbanos (autobuses, metro, tranvía, etc.), vaciando

r

Manuel de Solá-Morales, Proyecto de

concurso para la plaza de la estación de Salzburgo, 1987,

2 Pier Lu¡g¡ Nicolin, Proyecto para el área ferroviaria de Porta Genova, M¡lán. 3 ,uan Navarro Baldeweg, Proyecto para la rehabilitación de un área industrial en Turín.

vastos espacios para paradas y estac¡onamientos, y en parte para sustituir la edifica-

ción residencial suburbana contigua por bloques longitudinales y torres de apartamentos, almacenes comerciales de grandes superficies y la pantalla vertical del hotel panorámico. Todo ello en normal funcionamiento. Y, sin embargo, la ciudad se plantea hoy afronfar lo que haga falta, derribar, sustituir, cambiar tráficos, construir nuevas terminales, etc. Suma de interrogantes que implican a toda Ia ciudad

y que

se

desarrollan en un área muy concreta. Complejidad y concreción de las soluciones que proponer , caracleristicas del proyecto urbano actual. Proyecto de obra inmediata que resulta ser, alavez, una hipótesis conceptual sobre toda la estructura urbana,

i

y que requiere Ia interpretación del lugar urbano como punto de partida.

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Cuando Pierluigi Nicolin ataca la sustitución del ferrocarril en Porta Cenova, propone una estrategia que afectatodo el sector meridional de Milán y, al mismo tiempo,

un cúmulo de hipótesis proyectuales sobre la ocupación de los grandes vacÍos intersticiales de las ciudades actuales, sobre las viejas y nuevas infraestructuras de la ciudad y sobre la escala

contemporáneadelaforma urbana. 5e trata, en efecto,

de un proyecto que saca su sentido de la interpretaciÓn directa del lugar en que se coloca y que pretende encontrar su lógica interna precisamente en la riqueza de referencias y solicitaciones que el lugar contiene. El "lugar urbano" se impone así

como contenido proyectual en sí mismo, sin necesidad de referirse a modelos arquitectónicos, tipológicos o monumentales. La figuratividad del lugar urbano arranca de la posición estratégica en la ciudad, del conflicto y la heterogeneidad

funcional del sentido simbólico y referencial de su experiencia colectiva, de latopografiay de las infraestructuras como soportes de las formas. El lenguaje y el estilo son propios, distintos, independientes de las estéticas arquitectónicas puras, de la pi ntu ra

o del design

.

En el proyecto de Nicolin, el reconocimiento de las tramas ferroviarias apenas es un hecho de mimética histórica: es sobre todo la oportunidad de recoger, para la

nueva implantación, toda lafuerzaque la forma urbanaya habia conseguido allÍ. Los husos sorprendemente afilados que se producen en el proyecto para el

cuerpo bajo del centro terciario o para el mercado añesanal y comercial sobre el

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ellos, largas secciones en las que se otorga gran importancia a unas inflexiones del

perfil muy leves. lnflexiones leves sólo en el gráfico, porque se conoce su enorme efecto en la realidad y porque se convierten en la verdadera materia del proyecto, entendido siempre como juego conceptual de distintas variaciones del plano referencial del territorio. Ceografia abstracta, si se quiere. Proyecto urbano, siempre, por esa condición extensible de sus ideas.

Los grandes sistemas de la ingeniería urbana (ferrocarriles, canales, puentes, torres,

avenidas) han interesado a Nicolin y a Navarro Baldeweg para hacer con ellos arquitectura de la ciudad. Arquitectura de la ciudad que es todo lo contrario de una "arquitectura urbana" de edificios en sí m¡smos y sÍ, en cambio, ordenación arquitectónica del cuerpo físico (espacios, tejidos y lugares) de la ciudad. Una notable carga de creación tipológicatoma en estos proyectos la expresión de los usos específicos. El de Navarro Baldeweg presenta la reducción de pistas y pabellones depor-

tivos a bellas unidades geométricas estrictamente moduladas. Nicolin desarrolla de forma muy original variantes de la manzana cuadrada escalonadas desde las formas intensivas en altura casi hasta la casa individual prácticamente siempre alineada

paauna idea de vivienda urbana que busca el confort y como la contribución del edificio a

la

la

flexibilidad del uso tanto

forma urbana exterior.

Proyectar el lugar es, así, método principal de lo que estamos llamando "proyectos

urbanos". Unos proyectos que, como hemos visto, no son los del urban design harvardiano de la década de t96o

-Josep

Lluís Sert, Jerzy Soltan, Fumihiko

Maki-

ni

los del townscape de Cordon Cullen ni el estructuralismo de los Smithson, Ciancar-

lo De Carlo, Jacob Berend Bakema, Kenzo Tange y el Team to. No son tampoco el

gran design que buscaban Edmund Bacon en Filadelfia o Hugh Wilson en Cumbernau Id. No creen tam poco en Leon Krier ni en David Cosling, en Ch ristopher Alexan-

der ni el Colin Rowe. Aunque algo haya, por supuesto, de todos ellos, tienen una voluntad operativa y pragmática, y una ética más profesional que ideológica, porque tienen también una gran desconfianza en los comienzos y demasiado aprecio por los finales. Como si no fuera una simpleza confiar en el talento a la hora de cons-

truir nuestras ciudades...

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LA FORMA CONDENSADA

§

LA

ACUMUIncIÓN HETEROCÉNEA

ALCOY

BERLÍ N

Vicens Vidal, co-autor, arquitecto

Juan Lorenzo, arquitecto asistente

Juan Lorenzo, arquitecto asistente

Fedde Huistra, Xavier Fábregas, arquitectos del

Xavier Fábregas, Anne Lilke Krag Hansen, Stephen

Collier, arquitectos del despacho

despacho BERLIN MORGEN

AJUNTAMENT D,ALCOI, CENERALITAT VALENCIANA

Rórenoem

LEUVEN

Juan Lorenzo, árquitecto asistente

Stephen Collier, Daniel Módol, Ferran Blasco, Els Nules,

Anne Lilke Krag Hansen, Xavier Fábregas, Livia de

lsabel Boluda, Sergi Montesinos, Jorge Perea,

Bethune, Charlotte Celdof, Ceorgina Pericot,

arquitectos del despacho

Ricardo Flores, Paola Catti, Mishal Katz, arquitectos

Johan Cokelaere (ATELIER ¡3), arquitecto consultor

del despacho

Javier Rui-Wamba (ESTEYCO), ingeniero consultor

ROTTERDAM ARTS COUNCIL

STAD LEUVEN, DE LIJN

AMBERES

BARCELONA (SANT eNOneU)

Juan Lorenzo, Xavier Fábregas, Francesc Santacana,

Jorge Perea, Pilar Martí, lsabel Tomé, Adriá Carbonell,

arquitectos del despacho

(el¡la¡.loe)

Stephen Collier, arquitectos del despacho CEMEENTE ANTWERPEN

CONSORCI DE LA ZONA FRANCA DE BARCELONA

AMBERES (Opennpler¡¡)

ARNHEM

Jorge Perea, lsabel Tomé, Wissam Khairallah, Bo Young

Mila Estrella, Jorge Perea, J. lgnacio Estrella, Xavier

Yoon, arquitectos del despacho

Fábregas, Nina LaCour, Valeria Putzu, arquitectos

CEMEENTE ANTWERPEN, BAM

del despacho

BARCELONA

(rennlssn)

Juan Pablo Saucedo, asistencia gráfica

Xavier Fábregas, Lucho Marcial, arquitectos asistentes

Luc Vrolijks (URHAHN), consultoría en planificación

Pilar Martí, Marta Ferrer, lsabel Tomé, Christian Naudin,

CEMEENTE ARNHEM, RIJNBOOC ARNHEM

Wissam Khailaff, Bo Young Yoon, arquitectos del despacho AJUNTAMENT DE TERRASSA

BARCELONA (pOALr NOU) Cuillaume Hebert, Kris Scheerlinck, arquitectos del despacho AJUNTAMENT DE BARCELONA

TEsALóNICA Anne Lilke Krag Hansen, Andrea Cropello, Ferran Blasco, Dani Modol, arquitectos asistentes TESALÓNICA CAPITAL EUROPEA DE LA CULTURA 1997

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