Del Jesus Historico Y Al Cristo De La Fe

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CAPITULO I EL CRISTO DE LA FE. 1. ¿Quién es Jesucristo? “Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y siempre” (Heb. 13, 8) Esta es una afirmación que, desde el siglo I se realizó en la carta a los Hebreos y que llega con toda su frescura hasta nuestros días, ya que todo aquello que se refiere a Jesucristo, es siempre de actualidad. “En el centro de la experiencia de fe del cristianismo está la persona del Jesús de Nazaret, reconocido y confesado por la comunidad primitiva como el Cristo de Dios, el Señor exaltado y sentado a la derecha del Padre” 1. El nombre de Jesucristo está formado por la palabra Jesús que significa “Dios salva” (Mt. 1, 21) y Cristo que viene del vocablo griego “Mesías” que quiere decir 1

LUCCHETTI BINGEMER M. C. Jesucristo, en Comentario bíblico internacional y ecuménico para el s. XXI, Verbo divino, Navarra, 2003, p. 232

2 “ungido”, o “consagrado”; la unión forma el nombre: Jesús-el Cristo, que sin embargo se ha utilizado como Jesucristo. Es utilizado en los evangelios, en donde la palabra Cristo, es casi siempre un título mesiánico (Mt. 1, 1-18), (Mc, 1,1), (Jn. 1, 17-20). Es muy utilizado en los Hechos de los apóstoles y el las cartas de san Pablo como el nombre por excelencia de Jesús de Nazaret (Rom. 1, 6-8). Jesucristo, sirve de puente entre el Jesús histórico y el Cristo confesado como Hijo de Dios por las primeras comunidades cristianas (Hch. 2, 36) y por cristianos de hoy en día. “Vivió aproximadamente entre el 7 a. C. y el 30 d. C. en Palestina. Su aparición puso en marcha una eficiencia que ha cambiado profundamente al mundo no solamente desde el punto de vista religioso, sino también espiritual y social” 2. Reconocido y proclamado como el Cristo, dentro de la historia de la humanidad constituye un pilar fundamental en el paso de los años, ya que es un punto central de referencia entre el antes y el después de la historia. Jesucristo va más allá de su pasado histórico, ya que es contemporáneo de todos los seres humanos y alcanza el límite futuro extremo; dentro del mismo proceso histórico esta inmerso, sin embargo es algo que supera la misma historia de la humanidad y la trasciende. En su vida terrena, conmocionó a todo Israel por su palabra de lo cuál, se decía que enseñaba como quien tiene autoridad (Cfr. Mc 1, 22) y sus actitudes y acciones como por ejemplo los milagros de muchos tipos, por lo que se llegó a afirmar que verdaderamente era el profeta que había de venir (Cfr. Jn. 6, 14) Nacido en el judaísmo, a donde se remontan sus raíces, da inicio a la religión cristiana, va más allá de las paredes y límites humanos formados por las diferencias culturales y religiosas, ya que han querido apropiarse de su figura. Ha roto con el paso de los años los moldes culturales y sociales en los cuales se ha intentado encerrarlo, permaneciendo vigente, aunque desgraciadamente, pareciera que siempre se ha corrido el riesgo de esconder su verdadera imagen y personalidad. Incluso, es más que los dogmas cristianos establecidos para explicar y afirmar su importancia y autoridad en la vida de la Iglesia. Fuera del cristianismo oficial, existe también una influencia de Jesús; esto hace que su obra esté hasta hoy presente no sólo en el aspecto religioso,

2

KASPER W. Jesús el Cristo, Sígueme, Salamanca, 200211 p. 55

3 sino También en el sentido histórico-universal 3. En la actualidad no sólo es objeto de estudio desde la fe, sino desde muchas otras disciplinas 4. 1.1. El mensaje de Jesucristo: El Reino de Dios y el Dios del Reino. a). El Reino de Dios. Cabe preguntarse: ¿Cuál fue la novedad de Jesucristo en su momento histórico? Jesucristo irrumpió la historia, concretamente en medio de su pueblo con la característica de que en su predicación no escribió nada de si y no dijo nada sobre si; lo que hizo fue anunciar el Reino de Dios como su Evangelio, como la Buena Noticia, la cual él mismo afirma que ya esta presente; así se plasma en el evangelio de Marcos: “Jesús fue a Galilea, proclamando la Buena Noticia de Dios. Decía: el plazo se ha cumplido. El reino de Dios esta llegando. Conviértanse y crean en el Evangelio”. (Mc. 1, 14-15) Esto mismo lo proclamó el Concilio Vaticano II en el número 5 de la constitución dogmática Lumen Gentium: “el Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncia de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras: se ha cumplido el plazo y ha llegado el Reino de Dios”(cfr. Mt. 4, 17) . Jesús, hace presente una promesa que hacía ya muchos años había sido proclamada: qué hermosos son sobre los cerros los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva y anuncia la victoria, que dice a Sión: Ya reina tu Dios (Is. 52, 7). Exégetas, historiadores y dogmáticos, tanto protestantes como católicos, coinciden en afirmar esto: que el núcleo central del mensaje y actividad de Jesús es la llegada del reino o del reinado de Dios. Ante tal afirmación dicen algunos: Centro y marco de la predicación de Jesús fue el Reino (W. Kasper). El tema central de la predicación pública de Jesús es la soberanía real de Dios (J. Jeremías). El Reino de 3

Cfr. IBID , p. 55 O. C. La fe cristiana supone una adhesión explícita a la persona de Jesucristo. Pero, ¿qué o quién se esconde detrás de este nombre? ¿Qué Cristo? Porque las experiencias en relación al único y mismo Jesús han sido y siguen siendo muy distintas, de manera que han dado pie a que unos se adhieran a la fe cristiana y otros a abandonarla. Incluso, también los que se dicen ateos, tienen una imagen muy personal de Jesús más o menos determinada. El conjunto de visiones sobre Jesús es muy variado: para unos es dulce y con cabellos rizados, mientras que para otros es un duro guerrillero liberador. Esta variedad de enfoques es hasta cierto punto natural, ya que los seres humanos son tan distintos y están en diferente circunstancia y contexto, y por lo tanto, cada uno lo ve desde su lugar y perspectiva. (Cfr. A. CALVO- A. RUIZ. Para leer una cristología elemental, Verbo divino, Navarra, 200210 p. 26) 4

4 Dios representa la totalidad de la predicación pública de Jesús y de sus apóstoles (K. L. Schmidt). La persona de Jesús se repliega detrás de su causa y la causa de Jesús es la causa de Dios en el mundo: el reinado de Dios (H. Kung). La causa de Jesús fue y es el Reino de Dios (J. Moltmann). Lo verdaderamente último, lo que da sentido a la vida, actividad y destino de Jesús es el reino de Dios (J. Sobrino) 5. De modo que “hoy se reconoce unánimemente que el centro del mensaje y de la actividad de Jesús es la cercanía o llegada del reino de Dios” 6. Así que, la misión de Jesús fue proclamar esta Buena Nueva. Esto es muy cierto, que Jesús predicó el Reino de Dios, aunque la Iglesia primitiva, ante el hecho asombroso de la resurrección predicaba a Jesús y el evento del Cristo exaltado y resucitado. Así que, durante siglos en adelante el énfasis fue puesto sobre la majestad de Cristo y no en el Jesús que en su vida predicó el Reino de Dios Pero, ¿qué es el Reino de Dios? Jesús no dio una explicación o definición del Reino de Dios7; más bien, “lo hace presente y lo convierte en experiencia. Pero no ofrece categorías o conceptos que permitan delimitarlo” 8. De ahí que cada ideología o grupo religioso cristiano en distintos períodos de la historia lo ha acomodado según sus presupuestos. Pueden mencionarse algunos textos acerca del Reino de Dios: El anuncio del Reino es la misión principal de Jesús (Mt. 4, 23); las dimensiones presentes y futuras del Reino se hacen presentes con la Pasión, muerte y resurrección de Jesús (Lc. 22,16-18); el Reino de Dios es como una realidad ya comenzada (Lc. 17, 20-21); es como la semilla de mostaza que crece, o la levadura que fermenta (Mt. 13, 31-32); es la Buena Nueva del Reino (Lc. 4, 43); está ofrecido a todos (Lc. 14, 23); implica el seguimiento radical y requiere la dedicación de todo el ser (Lc. 9, 62) 5

Cfr.TAMAYO ACOSTA J. J., Diez palabras clave en Jesús de Nazaret, Verbo divino, Navarra, 2000, p. 250 BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología, Verbo divino, Navarra, 2000, p. 248 7 El Término griego basileia del Nuevo Testamento se traduce por reino o reinado. Aunque lo más común es traducirlo por reino., mejor es la expresión dinámica “reinado” o señorío (gobierno de Dios o acción de su soberanía). Mateo usa la expresión rabínica “reino de los cielos”, donde “cielos” es un circunloquio de Dios. El término “reinado de Dios”, de extracción sociopolítica, era poco usado en el judaísmo del tiempo de Jesús. Como contraste, los sinópticos señalan que la palabra y la obra de Jesús se concentran en el reinado de Dios, que para Marcos es “Evangelio” o “Buena Nueva”, puesto que su llegada es salvación de pobres, pecadores y enfermos (Cfr. TAMAYO ACOSTA J. J., Diez palabras clave en Jesús de N…O.C. p. 252) 8 IBID. p. 96 6

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b). El Dios del Reino. El Dios creador, que se presenta en las parábolas, que se preocupa por los más necesitados, Jesús lo presenta como Padre de la humanidad. Este rasgo de Dios que adquiere rostro, sensibilidad y cercanía constituye la novedad cristiana por antonomasia. Dicha paternidad, es el contenido esencial de la experiencia salvífica. Jesús, utiliza el término Abbá para indicar una relación de especial intimidad y cercanía. Abbá que era de las primeras palabras de los niños para dirigirse a su Padre en el hogar, Jesús la utiliza para dirigirse al Dios creador y poderoso al que los judíos le veían con sumo respeto. Él mismo, tiene el cuidado de marcar una diferencia entre su relación peculiar y la que reciben sus discípulos; gracias a Jesús, ellos, conocen a Dios con rostro y nombre cercano. A la luz de la relación filial de Jesús con Dios se puede entender su comportamiento, siempre entre los más necesitados y oprimidos de la historia humana. El Padre se hace presente en las actitudes y comportamientos del Hijo ante las diversas realidades de sus contemporáneos. Esta experiencia de filiación ha de modular al discípulo que se deja seducir por la lógica del Reino; y la salvación consiste precisamente en sentirse de verdad hijo, ya que bajo la mirada del Padre, e hijo no ha de sentirse agobiado, angustiado u oprimido por el cumplimiento de sus responsabilidades de la vida, pero tampoco deberá dejarse caer en el capricho de hacer lo que le plazca, ni en la indiferencia ante las necesidades humanas9. Acerca del Dios del reino presentado por Jesucristo pueden mencionarse las siguientes: Dios: es Padre, Papi en el cielo Abbá, pero no paternalista (Mt. 6, 26); es bondadoso y perfecto con buenos y malos (Mt. 5, 44.45); es la esencia del Bien o de lo bueno (Mc. 10, 18); ama al mundo y quiere la salvación para todos (Jn. 3, 16-17); sigue trabajando por la redención y salvación del mundo (Jn. 5, 17); Jesús es la vid y el 9

Cfr. IBID. p. 116-118

6 Padre el viñador (Jn. 15, 1); siempre escucha la oración de Jesús (Jn. 11, 41-42); escucha las oraciones de los que creen (Jn. 16, 17); pedirle lo que se necesita en nombre de Jesús (Jn. 14, 13) 1. 2. Dimensiones y características del Reino de Dios. El Reino de Dios tiene una doble dimensión: a). una dimensión histórica-presente, la cual tiene implicaciones en los social, en lo político, en lo económico, en lo religioso; y aunque no se identifica con ningún sistema o partido político si promueve el entusiasmo por la búsqueda del bienestar social; en sí, promovió una salvación desde la historia misma de cada ser humano b). una dimensión futura-escatológica, mediante la cual llegará a su plenitud y realización el reino iniciado ya en la tierra. Por tanto, el Reino de Dios desde la experiencia de Jesucristo, puede realizarse y hacerse presente a partir de la experiencia humana. Estas dimensiones del reino pueden concretizarse en las siguientes características. 1). El Reino exige la conversión. La conversión es el núcleo central del ministerio de Jesús, de ahí las primeras palabras que pronuncia según el evangelio de Marcos, las cuales constituyen un sumario o programa denso de la buena nueva: “se ha cumplido el plazo y está cerca el Reino de Dios, arrepiéntanse y crean en la Buena noticia (Mc. 1, 15) La conversión es la exigencia fundamental que todo lo abarca, con la que los seres humanos entran en la presencia de Dios y por la que son llamados a responder al Evangelio de Jesucristo. Convertirse es abrirse a la acogida del reino de la nueva justicia, de ahí, que Jesús exija antes que otra cosa la conversión para que el reino se ponga en práctica. Esta conversión es una oportunidad de…, y no un acontecimiento terrible de juicio y condenación. El camino del arrepentimiento predicado por Jesús, como condición para la llegada del Reino no es un mero cambio de mente o de ideas, sino más bien, la realización de un modo de vida evangélico. La conversión exigida por el Reino es

7 cambio de propio yo, un cambio personal (aspecto individual) y de las relaciones con el prójimo (aspecto social), de las estructuras sociales y políticas y del mismo mundo de la naturaleza10. 2). El Reino en el ya, pero todavía no. Con Jesús está ya presente el Reino, ya se ha manifestado, pero todavía no en su plenitud. De ahí, que, se encuentren en las afirmaciones de Jesús dos perspectivas sobre el Reino. En primer lugar, el Reino está presente, está cerca, (Mc. 1,15), a vuestro alcance (Mt. 12, 28), en medio de ustedes (Lc. 17, 20) No está presente de modo espiritual, sino más bien de modo real, humano, corporal, material, en la historia. Para mostrar esto, Jesús realiza una actividad liberadora (exorcismos, curaciones), una solidaridad fraterna (come con pecadores, escucha a las mujeres, se acerca a los niños, se hace amigo de los marginados) y denuncia los pecados (acumulación de dinero, desvío del poder, violación de la dignidad humana, opresión, injusticia social, etc). En segundo lugar, el Reino de Dios viene. Llega. Por eso se dice en el Padre Nuestro: venga tu Reino, que aparecerá totalmente cuando termine el mundo (Lc. 17, 26.30), cese el sufrimiento (Mt. 11, 5), y sea superada la muerte (Lc. 30, 26). Por lo tanto, el Reino de Dios está presente, aunque escondido, en la realidad histórica. Es de aquí, pero también es de allá, es decir, no se ha manifestado en su plenitud todavía11.

3). El Reino con carácter salvador y universal. El reino venidero que anunció Juan el Bautista tenía un carácter salvador. Jesús se sitúa en esta línea profética. Dios ofrece la salvación a todos los seres humanos: judíos, gentiles, justos, pecadores, pero en especial, a los pobres y a los marginados. Por supuesto, Jesús se dirige a todo Israel, a diferencia de los demás movimientos judíos de su tiempo, que eran sectarios o elitistas, como los fariseos o los esenios. 10 11

Cfr. TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N…O. C. p. 260-261 Cfr. BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología… O. C. p. 266

8 El Reino de Dios, tiene pues un carácter universal porque procede de Dios, que se acerca a la humanidad con una vida nueva. Dios se revela en la historia con un proyecto de salvación para todos12. El reinado de Dios elimina toda exclusión. Se realiza más bien en la voluntad del encuentro con los otros, en la acogida de los demás, lo cual rebasa toda barrera humana. Cualquier tipo de exclusión es violencia y por eso atenta contra la apertura generosa del Reino. Quien excluye en virtud de ritos y rasgos étnicos, quien culpabiliza a lo que son diferentes, quien desprecia a los que no se someten a la pureza exterior, quien condena y se aleja de aquellos que considera pecadores atenta contra el Reino de Dios. Jesús, en cambio, “comía con los publicanos y prostitutas, acoge y cura a los leprosos, se acerca a samaritanos y paganos. Todo esto, por que Jesús muestra que el Dios creador considera a todos los seres humanos por igual, como sus hijos y el Reino no puede excluir a ningún hijo”13. 4). El Reino salva en lo concreto. Jesús no habla de salvación en abstracto. Realiza actos concretos salvadores que eliminan la desgracia humana: dar de comer al hambriento, curar a los enfermos, perdonar al pecador, reinserta al marginado, reconcilia a los enemistados, defiende al oprimido, consuela a quien padece (Cfr. Mt. 11, 4-6; Lc. 7, 22-23) En el Reino de Dios, la causa de los seres humanos es la causa de Dios, pues es un Dios de personas, sensible, compasivo, misericordioso, defensor de la dignidad humana y la integridad de la creación. 5). El Reino como propuesta de vida. El reino de Dios no se impone de modo forzado sino que va avanzando en la medida en que seduce y fascina a la libertad de las personas. Se va abriendo el camino dificultosamente, sorteando resistencias y obstáculos. Como encuentro de la gracia y la libertad es continuamente un milagro.

12 13

Cfr. IBID. p. 267 Cfr. IBID. p. 10

9 Por eso no se hace perceptible no constatable desde los criterios humanos, que buscan la cantidad y magnificencia. El Reino crece desde la sencillez de lo cotidiano (Cfr. Lc. 17, 20-21). Jesús conoce por experiencia propia la dureza de la realidad y no desconoce las tentaciones y amenazas a los que son perseguidos por el Reino. Sabe muy bien que el mundo no está condenado a las sombras. Según la enseñanza de Jesús, Dios no quiere prescindir del ser humano aunque éste intente muchas veces prescindir de Él, pues sale a su encuentro sin ningún tipo de condiciones 14. Otros textos bíblicos del Nuevo testamento resaltan la llegada del Reino, pero intentan ubicarlo en un contexto y ponerlo en acciones concretas y cercanas a la vida de los seres humanos; de ahí que se diga que no sólo el que diga Señor, Señor, sino el que cumple la Voluntad de Dios entrará en el Reino (Cfr. Mt. 7, 21), si se tiene cuentas pendientes con otra persona será necesario arreglarlas (Cfr. Mt. 5, 23-24), se necesita buscar el Reino de Dios acompañado de la justicia (Mt. 6, 33),

y concretizar las

enseñanzas del Reino en obras concretas en bien de los demás (Cfr. Mt. 25, 31-46), pues la búsqueda del Reino no implica el olvido de la vida, sino que se hace presente en ella, en obras que manifiestan la fe en el Reino (Stgo. 2, 14-26) La Iglesia, en el prefacio de la fiesta de Jesucristo Rey del universo, cuando hace referencia del Reino, resume con acierto las características y dimensiones antes mencionadas al afirmar que, este es “un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la justicia, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz”15.

2. Formación de los Evangelios. La palabra Evangelio, de origen griego etimológicamente quiere decir Buena Noticia o Noticia que provoca felicidad. El verbo griego Euangelizein se utilizó en el A. T. con la finalidad de anunciar la salvación que Dios concede (Is. 40, 9; 52, 7; 60, 6; 61, 1). Apoyándose en esta 14 15

Cfr. IBID p. 100-102 MISAL ROMANO, prefacio de la fiesta de nuestro Señor Jesucristo Rey del universo, p. 268

10 significación del verbo, quienes escribieron el Nuevo Testamento emplearon el verbo para designar la Buena Noticia. “En el Nuevo Testamento, la palabra evangelio significa la predicación de Jesús o de los apóstoles y también el contenido de esa predicación, es decir, la buena noticia, el anuncio de la llegada del reinado de Dios” 16. Por tanto, la predicación de Jesús solamente anunció un evangelio. Posteriormente, quienes convivieron con él y los descendientes de ellos que le conocieron por su predicación plasmaron por escrito sus dichos y hechos; consecuencia de esto surgieron varios escritos, y algunos de ellos se les llamó evangelios, tal es el caso de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. “Entre Jesús y los evangelios se encuentra el proceso de transmisión de las tradiciones, en el que se comunicaron y desarrollaron los relatos y dichos evangélicos de Jesús”17. “Hay, por tanto, un solo evangelio (una sola noticia) escrito de cuatro formas a las que llamamos los cuatro evangelios” Pero, ¿cuál fue el proceso que se dio antes de que los evangelios aparecieran tal y como se conocen hoy? Hay dos etapas principales que lo caracterizan: la tradición oral y la tradición escrita. 2.1. Tradición oral. Jesús predicó entre los años 27 al 30. Simplemente en su predicación, actúa y habla sin que se sepa que haya escrito algo, por lo tanto, no es posible que haya escrito los evangelios canónicos. Esto correspondió a un grupo de discípulos quienes fueron testigos cercanos de su actuar y hablar, es decir, de su predicación. Entre el 30 al 70 d. C. cuando ya Jesús no está con ellos corporalmente,

ellos predican su experiencia y el significado de la

existencia de Jesús de Nazaret. Esta actividad, puede decirse, la realizan en tres maneras:

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A. CALVO- A. RUIZ. Para leer una cristología elemental, Verbo divino, Navarra, 200210 p. 92 R. FARMER W. El Jesús histórico, llamada de Dios a la libertad por el amor, en Comentario bíblico internacional, O. C. p. 219 17

11 a). En la predicación: para anunciar a los judíos y no judíos a Jesús resucitado. Esto es lo que se llama el Kerygma, que quiere decir: proclamación o anuncio. b). En las celebraciones litúrgicas: en la Eucaristía sobre todo y otras reuniones. c). En la enseñanza: en la catequesis que se impartía a los que se convertían a la fe cristiana. No esta de más mencionar un texto de los Hechos de los apóstoles, el cual, permite entrever tales elementos: “los que habían sido bautizados se dedicaban con perseverancia a escuchar la enseñanza de los apóstoles, vivían unidos y participaban en la fracción del pan y en las oraciones (Hch. 2, 42). 2.2. Tradición escrita. Para satisfacer las necesidades de los diversos grupos de creyentes que iban en aumento, pero que estaban separados por largas distancias, se empiezan a redactar varios escritos, en griego y en arameo, que resumían los discursos de Jesús; narraciones de algunos hechos, algunas frases de la pasión, etc. Se usaban para la reflexión sobre la fe, con la finalidad de leerlos en las reuniones litúrgicas y para devoción personal o para la enseñanza a fin de mantener presente la enseñanza de Jesús. Se puso por escrito lo que más interesaba Tal vez antes o después del año 70 al 100, algunos escritores, apoyándose en tales escritos y en otras fuentes históricas, redactan para distintos destinatarios los escritos que actualmente se conocen como los cuatro evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Cada quien redactó la vida de Jesús tomando en cuenta a quien se dirigía y sus circunstancias18.

3. Jesucristo en los 4 Evangelios canónicos. “La Tradición evangélica tuvo su origen en Jesús y en quienes convivieron con él y experimentaron su influencia salvadora. Se desarrolló en las primeras comunidades cristianas donde Jesús fue reconocido y recordado como el Señor crucificado y resucitado”19. Por lo tanto, aquellas tradiciones utilizadas por los evangelistas 18

Cfr. CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología… O. C. p. 93 R. FARMER W. El Jesús histórico, llamada de Dios a la libertad por el amor, en Comentario bíblico internacional, O. C. p. 219 19

12 incluyeron no sólo las que se originaron de los seguidores directos, sino también las que se formaron de las comunidades posteriores. “Los cristianos siempre poseyeron escritos sagrados. En los primeros tiempos de su existencia tenían, como todos los judíos, la Ley, los Profetas y otros escritos. Lejos de abandonarlos, utilizaron estos escritos revelados para comprender mejor el misterio de su Maestro, igual que él lo hizo al relacionar su destino con el de los profetas perseguidos. Él se convirtió en la clave que daba sentido a todas las Escrituras, y las Escrituras revelaban proféticamente el sentido de lo que había ocurrido”20. Así, pues, “el proceso de transmisión de las tradiciones no cesó hasta que se escribieron los evangelios, y alcanzó su forma formativa en el canon de los cuatro evangelios”21. Pero, ¿Cuándo tomaron su aspecto definitivo?, ¿en qué comunidades?, ¿quiénes son los autores de las cuatro versiones del evangelio de Jesús que han llegado hasta nosotros. 3.1. Evangelio de Marcos. a). Autor. Tradicionalmente se atribuye a Marcos (nombre que proviene del griego Markos, que significa martillo) compañero e interprete de Pedro durante su ministerio y predicación Quien escribió este escrito, probablemente es Juan por sobrenombre Marcos, quien es citado en Hch. 12, 12-25. Posiblemente también acompañó a Bernabé en el primer viaje como compañero del apóstol Pablo a quien después abandona y que luego le acompaña en la prisión en Roma y la tradición lo presenta como secretario del apóstol Pedro. Su evangelio, por tanto se basa en la predicación de Pedro, pero no sólo a él, también utilizó algunos escritos ya existentes. En la actualidad, no se puede afirmar con seguridad quien es el autor. Lo más probable es que haya sido un cristiano con el nombre de Marcos no testigo ocular de Jesús y que dependía de tradiciones orales y algunas escritas 20

BEAUDE P. M. ¿Qué es el Evangelio? Cuadernos bíblicos (96), Verbo divino, Navarra, 1998. p. 44 R. FARMER W. El Jesús histórico, llamada de Dios a la libertad por el amor, en Comentario bíblico internacional, O. C. p. 219 21

13 El símbolo que se le atribuye es el del León, por la potente voz de Juan el Bautista en el desierto y con las tentaciones de Jesús en el desierto donde estaba con las fieras. (Cfr. Mc. 1, 13) b). Fecha y destinatarios. No se coloca aquí el orden bíblico de los evangelios, ya que, este evangelio es muy seguramente el más antiguo de los cuatro, y probablemente se escribió entre los años 68 y 73 d. C., después de la muerte de Pedro. Va dirigido a los cristianos no judíos que vivían en Roma en tiempo de la persecución de Nerón. Marcos explica las costumbres judías (7, 3-4; 14, 12; 15, 42), les traduce las palabras originales arameas (3, 17-22; 5, 41; 7, 11; 9, 43; 10, 46, 14, 36), usa términos romanos (4, 21; 5, 9; 6, 27; 7, 4; 12, 14); pone pocas citas del Antiguo Testamento, desconocido por los no judíos, y no por casualidad un centurión romano es quien al pie de la cruz confiesa que Jesús verdaderamente es el Hijo de Dios. Marcos es misionero en tierra pagana cuando escribe el evangelio 22. c). Estructura y estilo. “Su estilo es popular. Le gusta sustituir las conjunciones coordinativas por y o y luego; algunas frases son poco correctas, por ejemplo, cuando escribe (literalmente): el ciego, empezando a ver, decía: veo a los hombres, es como si fueran árboles que veo caminando (8, 24). Utiliza palabras que entonces consideraban vulgares (tu camilla). No se preocupa de las repeticiones… Pero es un narrador maravilloso. Tiene pocos discursos. Sus relatos son siempre concretos, llenos de detalles vivos. Los verbos están a menudo en presente, lo cual da actualidad al relato, aunque a menudo mezcla los tiempos. A veces los porque apelan a una lógica que nos desconcierta (…porque tenía doce años, al final de la resurrección de la hija del Jairo: 5, 42). Logra emocionar, no tanto apelando a los sentimientos, como narrando brutalmente los hechos; esto se ve sobre todo en el relato de la pasión.

22

Cfr. CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C., p. 102

14 Se le ha llamado el evangelio antes de la Pascua; nos hace descubrir a Jesús con los ojos de Pedro siguiendo a su maestro por los caminos de Palestina. Pero Marcos es también un profundo teólogo y relee la vida de Jesús a la luz de la Pascua”23. Ante todo, se quiere anunciar la noticia de Jesús Hijo de Dios, en boca de Marcos, Jesús más que hablar actúa. Esta buena nueva empieza en el Jordán y acaba con la afirmación del centurión romano y la orden de volver a Galilea. Su geografía tiene tinte teológica y llena de simbolismo; aquí, Galilea está en oposición a Jerusalén; y en ella, aunque influenciada invadida por el paganismo, Jesús anuncia se evangelio y es escuchado; de ahí, sale para anunciar su mensaje a los paganos de los cuatro puntos cardinales (Tiro, Cesarea de Filipo, Gerasa, etc.) Jerusalén rechaza a Jesús y se cierra a su mensaje. Los discursos de Jesús son cortos, con pocas parábolas, utiliza bastantes diminutivos: perritos, hijita, miguitas, barquilla, etc. Utiliza un lenguaje que se expresa mal en griego, con vocabulario poco variado y poco pulido 24. Lo más seguro es que un solo autor escribió hasta 16, 8 y la segunda conclusión fue añadida después, probablemente a finales del s. I dado que muchos escritos de aquel tiempo no contienen tal parte. Este evangelio está dividido en 16 capítulos y compuesto de 661 versículos y 11, 300 palabras en griego. Puede estructurarse y dividirse el evangelio de Marcos así: División Introducción Primera parte Segunda parte Tercera parte Conclusión

Actividad Juan el Bautista en el desierto Ministerio de Jesús en Galilea Camino de Jesús hacia Jerusalén y misterio en Jerusalén Proceso y muerte de Jesús de Nazaret. Resurrección de Jesús de Nazaret

Capítulos 1 2-8 9-13 14-15 16

d). El Jesús de Marcos. Este evangelio presenta a un Jesús como ser humano; se tiene la impresión de ir descubriéndolo con los ojos de Pedro en el siguiente sentido: éste convivió con él por más de dos años por los caminos de Palestina, lo acogió en su casa de Cafarnaún, 23 24

CHARPENTIER E. Para leer el Nuevo testamento, Verbo divino, Navarra, 200120 … O. C., p. 79 CALVO A. - RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C., p. 103

15 donde comió, durmió, habló y rezó con él, lo vio levantarse temprano para ir a orar a un lugar solitario. Lo vió encolerizado en la sinagoga o en el templo, enfadado con los maestros de la ley, con sus discípulos, compadecido con la gente sencilla y necesitada, extrañado de que no creyeran en él en su tierra Nazaret. Fue impresionante su mirada: de cólera, de interrogación, de amor. Este evangelio recoge algunos rasgos que extrañaron a quienes estaban habituados a ver a Jesús como Hijo de Dios. Aquí, sus parientes y vecinos desconfían de él (3, 21), Jesús no lo sabe todo, ignora de qué hablan sus discípulos, y se los pregunta (9, 16-33), ignora el día final y se asusta ante la muerte (14, 33), muere desesperado (15, 34). Escoge a los doce para estar con él, sus adversarios intentan deshacer tal vínculo atacándolos mutuamente (2, 18-28), los prepara para su ministerio al servicio de lo demás hasta los paganos (6, 31s). Marcos, recoge pocos discursos de su vida, tal vez intentando comunicar que Jesús enseña ante todo con su manera de vivir y de obrar. Resalta el secreto mesiánico, en el que Jesús se niega a que lo proclamen como Mesías quien le ha descubierto (8, 34-38). Marcos quiere comunicar a sus destinatarios que Jesús es ante todo el Hijo de Dios (1,1) proclamado por el centurión romano (15, 39). Es ante todo, un Jesús en relación con sus discípulos, un Jesús en tensión, en conflicto consigo mismo, con sus discípulos, con el ambiente que le rodea. Se descubre ante todo, al hombre Jesús25. 3.2. Evangelio de Mateo. a). Autor. Según algunas fuentes patrísticas, se hacía referencia a un tal Mateo (griego Mazzaios) que era publicano, recaudador de impuesto, primero en escribir un evangelio en arameo, aunque no es el que se tiene hoy. Lo más probable es que el autor del evangelio que se conoce es un cristiano de origen judío muy conocedor del ambiente judío de aquel tiempo en Palestina y de las escrituras sagradas utilizadas por los rabinos. Conocía bien el griego Coiné, el hebreo 25

Cfr. CHARPENTIER E. Para leer el Nuevo testamento... O. C. p. 79

16 y el arameo. Tradicionalmente se señala al apóstol Mateo como el autor de este escrito de la Buena Nueva, aunque no hay certeza de eso; desde luego, hay indicios que apuntan a Mateo como autor: se habla de un recaudador de impuestos al que se le da el nombre de Mateo y el título de publicano (Mt. 9,9; 10,3), es quien más habla de dinero y señala con precisión técnica las clases de monedas o tributos. Se le ha otorgado el símbolo de hombre, por narrar la genealogía humana de Jesucristo. Lo más posible es que el autor haya sido un cristiano que no fue testigo ocular de los dichos y hechos de Jesús, que utilizó la fuente Q, el evangelio de Marcos y otras tradiciones orales y escritas b). Fecha y destinatarios. Debió escribirse entre los años 80 y 90 d.C., posiblemente en Antioquia o Siria y se dirige a creyentes convertidos del judaísmo en algún lugar de Siria-Palestina, en Galilea o quizá en Antioquia, que conocía bien las tradiciones del Antiguo testamento, la cual se reconoce como nuevo pueblo de Dios (Nuevo Israel) y que están en conflicto con el judaísmo oficial, de ahí que hayan sido expulsados de las Sinagogas. Sin embargo, son una comunidad abierta a los paganos 26. Hay algunos elementos fuertes que son dirigidos a los gentiles. c). Estructura y estilo “Mateo es un profesor. Insiste en la necesidad de comprender la palabra y no solamente de escucharla (13, 19-23). Abrevia los relatos de milagros, atendiendo solo a los dos personajes: Jesús y el interesado; estos relatos no resultan tan pintorescos, pero ganan en enseñanza. Es un escriba forjado en los métodos judíos de interpretar las escrituras, que sabe sacar de su arcón cosas nuevas y antiguas (13, 52). En Jesús de Nazaret, su fe le hace ver al Señor glorificado. Desde el comienzo, y luego, con frecuencia, lo proclama Hijo de Dios y deja vislumbrar su majestad y su autoridad.

26

CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C. p.100

17 Todo el evangelio se desarrolla en un marco litúrgico: los discípulos que adoran al Señor en la comunidad se notan a través de los discípulos que siguen a Jesús por los caminos de Palestina. Centrado en el Reino de Dios y en su esbozo en la Iglesia, se le ha llamado el evangelio eclesial, que ha marcado profundamente el cristianismo occidental” 27. Mateo inicia con la narración de la infancia de Jesús indicando que es el nuevo Moisés y finaliza con su muerte y resurrección, y el envió de sus discípulos a anunciar esta Buena Nueva. Presenta a Jesús como el Emmanuel (Dios con nosotros): el nuevo Moisés o Mesías que organiza a su pueblo y le instruye con cinco discursos como eran cinco los libros de la Torah y que se atribuían a Moisés, estos son: 

el sermón de la montaña (Mt. 5, 1-7, 28);



el discurso apostólico (Mt. 10, 1-11, 1);



el discurso en parábolas (Mt. 13, 1-13, 53);



el discurso sobre la Iglesia (Mt. 18, 1-19, 1);



el discurso sobre el fin del tiempo (Mt. 18, 1-19). Es el único evangelio que utiliza la palabra iglesia (Mt. 16, 18; 18, 17). En este

evangelio no hay oposición entre Jerusalén y Galilea entonces ya destruida; Jesús realiza su predicación dentro de los límites judíos sólo a los judíos. Pero de ahí se expandirá al todo el mundo28. Se menciona la siguiente división: División Introducción Primera parte Segunda parte Tercera parte Cuarta parte Quinta parte Conclusión

27 28

Actividad Infancia de Juan Bautista y nacimiento de Jesús Discurso armónico (las bienaventuranzas; el sermón de la montaña) Discurso misionero (actitudes, quehacer misionero) Discurso parabólico (las parábolas del reino) Discurso eclesiológico Discurso escatológico Proceso, muerte y resurrección de Jesús

CHARPENTIER E. Para leer el Nuevo testamento… O. C. p. 95 Cfr. CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C. p. 102

Capítulos 1-4 5-7 8-10 11,13 14-18 19-25 26-28

18

d). El Jesús de Mateo. Mateo muestra a Jesús como el Señor glorificado, de ahí que se postren ante él los magos (2, 2.11), el leproso, el centurión, los discípulos en la tempestad calmada, y después de su resurrección (28, 17), por su resurrección es Dios con nosotros, de ahí el nombre de Emanú-el anunciado en su nacimiento (1, 23) que se le dará en la Pascua. El Jesús de Mateo es por tanto, solemne, hierático; omite la emoción, la ignorancia de Jesús (Mt. 13, 58) y acentúa su poder (4, 23; 8, 24; 15, 30). Es el salvador de su comunidad, los milagros lo revelan como el siervo doliente de Isaías cargado con las enfermedades humanas (8, 17), por eso, se muestra que el Señor prosigue su acción de salvación en el hoy de su comunidad. Es el maestro auténtico de la ley, de su comunidad; es el nuevo Moisés de que en la montaña en la montaña de las bienaventuranzas y en la pascua, donde da la nueva ley de Dios, la ley de Cristo que consiste en ser perfecto como el Padre lo es, lo cual consiste no en sacrificios sino en la práctica de la misericordia (Mt. 9, 13; 12, 7) y acompañado del perdón lo deja a su Iglesia como la regla de vida (18, 21-35). Jesús es el modelo de su comunidad, de ahí que, presenta su vida como camino para llegar al Padre (11, 27-30). Es tan humano que busca afecto ente los suyos. Es el Mesías esperado por Israel y anunciado en las Escrituras, por tal motivo se le confieren los títulos de Mesías (Cristo), hijo de David, rey de Israel. Sin embargo, aún con todo lo mencionado, El Jesús de Mateo tiene una visión universal e incluyente, por eso se escribe que los magos paganos le adoran, mientras que Jerusalén lo rechaza; los sacerdotes y escribas lo condenan, mientras que el centurión romano lo proclama hijo de Dios. Con esto fundamenta que el Reino anunciado por Jesús, será sin límites, arrebatado a los primeros y entregado a los alejados, que son hechos cercanos a Dios en Jesús (Mt. 21, 41). Por tal motivo el Mesías de Israel se convierte en Mateo, Mesías de judíos y no judíos 29. 3.3. Evangelio de Lucas. 29

Cfr. CHARPENTIER E. Para leer el Nuevo testamento…O. C. p. 101-102

19 a). Autor. Este evangelio es atribuido tradicionalmente a Lucas, compañero de viaje de Pablo por el año 51 e. C. (Hch. 16, 10-17; 20, 5-15; 21, 1-18). El autor, es sin embargo, alguien que conoce muy bien la Iglesia de Antioquia y tiene mucha influencia paulina. No es judío sino gentil convertido al judaísmo antes de ser cristiano; probablemente es médico (Col. 4, 11-15).

No fue testigo ocular de la vida de Jesús, dependía del

evangelio de Marcos, la fuente Q y algunas tradiciones orales y escritas a cerca de Jesús. Su lenguaje en cuestiones médicas es muy técnico. El prólogo antimarcionista del s. II dice: hay un cierto Lucas, sirio originario de Antioquia, médico y discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a Pablo en su martirio. Sirviendo al Señor sin tacha, no tuvo mujer, no engendró hijos, murió en Beocia a los ochenta años. Así, pues, como ya se habían escrito evangelios, por Mateo en Judea, por Marcos en Italia, bajo la inspiración de Espíritu Santo escribió este en Acaya… El símbolo con el que se le identifica es el toro, porque comienza con Zacarías, sacerdote del templo, ofreciendo sacrificios, que incluía toros, borregos y otros animales. b). Fecha y destinatarios. La fecha más aceptada de su redacción es hacia los años 80-85 d. C.; el lugar de redacción es incierto, pudo haber sido escrito en Alejandría, en Grecia o en Roma. Va dirigido a cristianos no judíos, a comunidades paulinas y post-paulinas; antiguos paganos con mentalidad helenista, ya que usa palabras más cercanas a ellos y evita expresiones judías de difícil comprensión para los griegos; por ejemplo, en lugar de Mesías utiliza salvador, utiliza la palabra transfiguración en lugar de metamorfosis. Son comunidades que viven con la idea del universalismo30. c). Estructura y estilo. “Lucas es el más moderno de los evangelistas. De su cultura griega, el autor ha conservado su amor a la claridad. Maneja con cierta elegancia la lengua griega común (o Koiné) que se hablaba entonces. Pero también es capaz de imitar la lengua de las 30

Cfr. CALVO A.- A. RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C. p. 103-104

20 Escrituras griegas, abundantemente marcada por los giros semíticos, por ejemplo, en los relatos de la infancia. Corta gustosamente su relato con pequeños sumarios (o stops) para resumir los aspectos que desea resaltar o el progreso de la acción. Así, por ejemplo, tres sumarios presentan la actividad de la comunidad de Jerusalén (Hch. 2, 42); la expresión subimos a Jerusalén pone ritmo a la sección central del evangelio. Como buen historiador, se preocupa de situar los sucesos de la historia (2, 1-3; 3, 1-2), pero por otra parte conoce mal Palestina, la forma de construir allí las casas o el clima, y se contenta a menudo con indicaciones cronológicas muy vagas: uno de aquellos días…, es que su interior es sobretodo teológico. Tiene delicadeza con los pobres, con las mujeres, con los pecadores. Se le llego a llamar el evangelista del cariño de Dios”31. La originalidad de el autor de este evangelio consiste en que escribió una obra que fue dividida en dos partes: Lucas y Hechos de los apóstoles, las dos son dedicadas a un tal Teófilo. La salvación de Dios es ofrecida a todos los seres humanos, judíos y paganos; la predicación de Jesús comienza y acaba en el templo de Jerusalén. El plan de la narración es la subida de Galilea a Jerusalén. Jesús aquí, se comporta con mucha delicadeza con pobres, mujeres y pecadores. Al parecer, el evangelio, muestra elegancia en el uso del griego hablado. El evangelio se divide así: División Introducción Primera parte Segunda parte Tercera parte Cuarta parte Quinta parte

Actividad Infancia de Jesús Ministerio público en Galilea Camino de Jesús a Jerusalén Ministerio público de Jesús en Jerusalén Proceso y muerte de Jesús Resurrección de Jesús

Capítulos 1-4 4-9 10-19 20-21 22-23 24

d). El Jesús de Lucas. Lucas no conoció a Jesús en persona, por lo tanto el Jesús que transmite no es el profeta itinerante de Galilea, sino más bien el Señor glorificado que se manifestó a su maestro Pablo en el camino de Damasco, aquel cuyos rasgos obtiene de aquellos que interroga. 31

CHARPENTIER E. Para leer el Nuevo testamento… O. C. p. 111

21 * Jesús es el Señor, es el único evangelista que lo llama así cuando habla de él; su gloria irradia desde su nacimiento (2, 9.32), la transfiguración no es anticipación de su gloria futura, sino manifestación de la que ya posee al haber nacido del Espíritu (9, 32). Todos le glorifican siendo que en aquellos tiempos sólo se glorificaba a Dios (4, 15). * Jesús es rey, es también el único evangelista que lo menciona (1, 32-33; 19, 12s, 28s; 22, 28s. 67s; 23, 40s). * Jesús es lleno del Espíritu, y puede llamarlo su Espíritu; Jesús es concebido por su poder (1, 35), se le manifiesta en el bautismo (3, 22); lo conduce al desierto (4, 1); lo mueve a proclamarse portavoz de la Buena Nueva (4, 14, 18)., * Jesús es profeta, así lo presenta el este evangelio, como el que revela a Dios (7, 1639; 24, 19;); su muerte es puesta como de un profeta (13, 33). * Jesús es el rostro de Dios en la tierra, manifestado en la misericordia que, con la actitud de Jesús, resalta el amor entrañable del Padre (15, 20) el cual siente Jesús (7, 13), quiere que también lo asuman sus discípulos (10, 33). Es amigo de publicanos y pecadores (7, 34) ya que ellos necesitan mucho de Dios (5, 31), pero sobretodo, porque Dios necesita de ellos para mostrar su perdón, como condición humana para llegar a él. Tiene contacto con las mujeres, tan despreciadas y consideradas inferiores a los hombres. Ante todo, el Jesús de Lucas, es plenamente hombre, tan humano como divino; vive plenamente lo que anuncia aunque en contacto pleno con Dios, por eso su primera y última palabra es para nombrar al Padre (2, 49; 23, 46) Su persona está en el centro del mismo evangelio, ya ese personaje tan lleno de cariño es a la vez lleno de exigencia y de búsqueda de justicia32.

3.4. Evangelio de Juan. Este evangelio es una reflexión que, teniendo en cuenta las grandes ideas de su tiempo, expresa el ministerio de Jesús en nuevos términos. Es distinto a los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas llamados sinópticos en su estilo y contenido. Es llamado también evangelio espiritual, ya que traspasa la dimensión, exterior de los

32

Cfr. IBID. p. 118-119

22 acontecimientos y contemplarlos a la luz de la gloria de Cristo con el don del Espíritu Santo a). Autor. Es probable que en la fuente de este evangelio se encuentre la personalidad del apóstol Juan, aunque su formación se dio en varias etapas hasta su redacción final entre el año 95 y 100 d. C.; sin embargo, se presenta como obra del discípulo que amaba Jesús (Jn. 21, 20-24) testigo ocular de los acontecimientos (Jn. 19, 35). Claro esta, que, quien lo escribió fue un judío que conoció bien el ambiente en el que Jesús vivió. El contexto histórico en el que se da, así como el lenguaje utilizado en este evangelio pueden indicar aunque de manera indirecta que los autores fueron sus discípulos, que escribieron las enseñanzas de Juan, vistas desde su perspectiva de comunidad de fe. Entonces, tal vez de Juan viene la base, pero sus seguidores lo completaron y lo redactaron. Se simboliza con el águila, por la altura de su pensamiento b). Fecha y destinatarios. El año de su redacción tal como se conoce debe ser cercano a 100 d. C., aunque una primera edición es probable que apareciera en tiempo en que apareció Mateo y Lucas. Va dirigido a cristianos tal vez de Éfeso, ciudad donde se dieron distintas influencias culturales griegas y judías; es comunidad de judíos y paganos, influenciada por la doctrina de Filón sobre la palabra, tentada de gnosticismo, familiarizada con los grandes temas del Antiguo Testamento (éxodo, cordero pascual, mana, agua, viña) y conocedora de la espiritualidad de los esenios (oposición luztinieblas, verdad-mentira)33. c). Estructura y estilo. “A Juan le gustan los grandes conjuntos unificados; nada de relatos rápidos de milagros como en los sinópticos, sino amplias narraciones de siete milagros escogidos

33

Cfr. CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C. p. 104

23 (de ellos tiene cuatro propios), acompañadas frecuentemente de discursos, que se convierten así en ocasión de catequesis. El pensamiento progresa en espiral. En cada conjunto se encuentra todo el pensamiento, pero cuando se vuelve de nuevo sobre ello, en el conjunto siguiente, es preciso seguir profundizando el tema. Juan parte gustosamente de realidades concretas: el agua, el pan, el nacimiento; pero muestra cómo esas realidades pueden hacernos subir a un plano superior. Esas realidades cotidianas son para él simbólicas: permiten evocar el mundo de Dios o, mejor dicho, crean un vínculo con Él (tal es el sentido de la palabra símbolo, que quiere decir etimológicamente: lo que une)” 34. En este evangelio, Jesús es el Hijo de Dios. Se desplaza de un lugar para otro sin que tengan los lugares ninguna significación teológica. Jesús celebra la pascua en Jerusalén durante tres años consecutivos. Tiene un vocabulario especial (amor, verdad, conocer, vida, testimonio, mundo, padre, luz) pero pobre. Sus relatos son animados y profundos. En vez de contemplar los acontecimientos desde fuera, sugiere el mundo sobrenatural que se contempla desde el interior 35. División Introducción Primera parte Segunda parte Conclusión

Actividad Prólogo y testimonios Libros de los signos: Siete hechos extraordinarios de Jesús Libro de la pasión y gloria, discursos de despedida, pasión y resurrección Jesús resucitado aparece ante sus discípulos

Capítulos 1, 1-51 2 - 12 13 - 20 21

d). El Jesús de Juan. Este evangelio muestra a Jesús como el Hijo de Dios; esa es la paradoja del Jesús de Juan, es decir, es un ser humano al que se puede ver y tocar, pero en él, con los ojos iluminados por el Espíritu, se percibe el misterio inaudito del Verbo, del Hijo de Dios. Es un hombre, con cuerpo e inteligencia; por eso se muestran rasgos humanos de su vida; cansado, se sienta en el pozo y pide de beber a un mujer desconocida (4, 34 35

CHARPENTIER E. Para leer el Nuevo testamento… O. C. p. 128 CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C. p. 105

24 6s), tiene un sitio donde cobijar una noche a sus amigos (1, 38; 3, 2), tiene amigos: Lázaro, María, Marta (11, 12), llora por Lázaro (11, 33.35), acude a las bodas (2, 1s), se enoja y derriba las mesas pesadas de los traficantes (Jn. 2, 15). Conoce muy bien el corazón humano (2, 25), es respetuoso de los demás, a tal grado de recordar a la samaritana su vida turbulenta sin que se sienta juzgada y menos aún, condenada; es capaz, de revelar a las personas, aunque sean muy pecadores, lo mejor de ellos mismos. Pero también, es el revelador de Dios, pues, desde siempre está junto a él; es Palabra y Sabiduría de Dios; Jesús, que conoce los secretos de Dios, viene a darlos a conocer sin que ellos se agoten. Esta es una característica única de este evangelio, que Jesús revela al Padre. Esto lo realiza por un lado, con sus palabras, y con sus signos: milagros, acciones, manera de vivir de ahí aquello que dice a Felipe: “quien me ve a mí, ve al Padre” (14, 9). Por otro lado, también lo revela al dar su Espíritu que brota de su costado (7, 38; 19, 30. 34). Jesús es el hijo del hombre, que no quiere condenar, sino salvar. Es Hijo de Dios, y por eso, puede revelar a Dios. Por eso, la fórmula Yo-Soy, que es rara en Marcos, Mateo y Lucas, es frecuente en el Jesús de Juan (Jn. 8, 24. 28. 58; 13, 19)36.

4. Títulos cristológicos en torno a Jesús. Los primeros cristianos, para expresar su el reconocimiento de su fe en Jesús, le aplican algunos títulos que aparecen en el Nuevo Testamento y que expresan el significado que tenía para ellos. De ellos, unos estás tomados de tradiciones veterotestamentarias o de la cultura judía, los cuales fueron modificados para aplicarlas a Jesús. Aquí, se mencionan los más sobresalientes. a). “Jesús es EL MAESTRO; designación de los judíos para los doctores y maestros de la Ley. b). Jesús es EL HIJO DEL HOMBRE; un título que se remonta al mismo Jesús; el modo más frecuente con el que él habla de sí mismo y de su misión en el mundo. Insinúa un ser humano especial, con una tarea que no es común entre los mortales. 36

CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología… O. C. p. 134-136

25 c). Jesús es CRISTO, EL MESÍAS; el enviado de Dios para proclamar e instaurar su reinado en los seres humanos y en el mundo. Título con una fuerte tradición entre las clases populares judías de los últimos siglos del Antiguo Testamento, que en Jesús es despojado de su contenido político para enfocarlo a otra dimensión de la vida. d). Jesús es EL SIERVO DEL SEÑOR; tomado del Deutero-Isaías con el que los primeros cristianos pretenden comprender la paradoja de un Mesías crucificado y el sentido de su muerte para la salvación y liberación de los seres humanos, exaltando su muerte en la cruz. e). Jesús es EL SEÑOR; o mejor dicho Mi Señor o Nuestro Señor; quizá sea la confesión de fe más antigua (Rom. 9, 9). Más que título de cortesía es reconocimiento de superioridad. Para las personas venidas de judaísmo, podía tener resonancias divinas. f). Jesús es EL HIJO DE DIOS; con tal título se le reconoce y confiesa después de su muerte, indicando que en su vida terrena tuvo una profunda relación única con Dios, su Padre. En la tradición bíblica, el descendiente davídico, “Yo seré para él un Padre, y el será para mi un Hijo” (2 Sam. 7, 14) g). Jesús es EL LOGOS; es la Palabra (Jn. 1,14); es probablemente el título más tardío para referirse a él, que sus seguidores, sobre todo, los de enseñanza joánica. Acentúa la misión reveladora de Jesús personificando la Sabiduría divina 37. h). Jesús es EL SALVADOR; título que se le da sobre todo en los últimos escritos del Nuevo Testamento; en el evangelio de Lucas se le menciona como aquel al que los ángeles anuncian de su nacimiento a los pastores (Cfr. Lc. 2, 11). Dios es salvador de su pueblo, lo lidera y protege; sobre este fondo, Jesús es llamado salvador (soler), en cuanto que lleva a los creyentes aquella salvación inaugurada con la proclamación del Reino de Dios y que se completa con la culminación escatológica. i). Jesús es EL PASTOR; con el se le atribuye a Jesús el papel de protección y de guía salvífico, propio de Dios en el Antiguo Testamento (Sal. 23, 1) y referido por participación al mesías (Ez. 34, 23). Jesús es el pastor que da la vida por sus ovejas, las salva y reúne en la unidad según las promesas de Dios, mediante su muerte y Resurrección. (Mc. 14, 27-28; Jn. 10, 11. 14-16) 37

Cfr. FLORISTAN C. Diccionario de Pastoral, San Pablo, 2002, p. 729-730

26 Jesús mismo hizo referencia a este título para interpretar su opción de acogida y solidaridad con pobres y pecadores (Cfr. Mc. 6, 34; Mt. 18, 12-14)” 38.

CAPÍTULO II EL JESÚS HISTÓRICO. “Por Jesús histórico entendemos la vida de Jesús de Nazaret, sus palabras y hechos, su actividad y su praxis, sus actitudes y su espíritu; en otras palabras, y dicho sistemáticamente, la historia de Jesús”39.

1. Algunos datos sobre la persona de Jesús. Jesús fue un judío que nació hacia el año 5 o 6 a. C., es decir, antes de la era cristiana40. Su lugar de nacimiento fue probablemente Nazaret; los nombres de sus 38

ROSSANO P.–RAVASI G.–GUIRLANDA A. Nuevo diccionario de teología bíblica, Paulinas, Madrid, 1990, p. 891 SOBRINO J. Jesucristo liberador, lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret, Trota, Valladolid, 19973, p. 76 40 En el imperio romano los años se contaban desde la fundación de Roma, que convencionalmente se fija en el 753 a. C. Fue el monje Dionisio el Exiguo el que, en el siglo VI, calculó, con los datos que poseía en su época, que Jesús habría nacido en el 754 de Roma, y, por tanto, que ese era el año 1 de nuestro calendario. Hoy se conoce un detalle que el monje desconocía y que modifica la datación. Herodes I el grande, en cuyo reinado nació Jesús, murió en el año 4 a. C. Según esto, lo más seguro es que su nacimiento tuvo lugar antes de este año. Puede pues, colocarse el nacimiento de Jesús entre el final de año 7 a. C. y comienzos del 6 a.C. Así que, los años de los actuales calendarios no son la distancia exacta que nos separa del nacimiento de Jesús (Cfr. CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología elemental… O. C. p. 36) 39

27 padres fueron María y José (Mt. 1,16-18; Lc. 2, 5-7). En este pequeño pueblo de Galilea transcurrieron muchos años de su niñez, juventud y primera etapa como adulto (Mt. 2, 23; Lc. 2, 39-40). A los doce años empezaron sus viajes a Jerusalén, al entrar en la edad en que los jóvenes de ese tiempo comenzaban a estar sujetos a la Ley. (Lc. 2, 41-52) Lo más probable es que haya trabajado como artesano, junto a su padre José tanto en Nazaret y lugares cercanos como en Séforis, a cinco kilómetros de distancia y que en ese entonces estaba siendo reconstruida debido a un terremoto. Más de su juventud los evangelios guardan silencio y pocos datos aportan. Hacia los treinta años, alrededor del año 25 d. C. tiene contacto los seguidores de Juan el Bautista (Cfr. Mc. 1,9) donde tiene una profunda experiencia religiosa, la cual le impulsa a cambiar radicalmente su género de vida y después de esto, comienza una actividad itinerante principalmente en Galilea y en algunos poblaciones de los alrededores del lago de Genesaret -como Tiberiades, Magdala, Betsaida, Cafarnaún y sobre todo Nazaret-, que consistió en el anuncio del Evangelio, y en este del Reino de Dios.

2. Perspectiva histórica. A lo largo de los siglos, las personas, sobre todo, los cristianos, vivieron con la plena seguridad de que en los evangelios era únicamente el lugar donde se relataba la historia de Jesús tal y como realmente sucedió. Ciertamente, en los cuatro evangelios canónicos existían diferencias, pero estas, eran consideradas como insignificantes y se comprendía que se era debido a que habían sido escritos por un autor diferente. La Tradición y la doctrina oficial de la Iglesia fue la que por todo este tiempo, estableció un orden para interpretar con fidelidad el sentido auténtico de estos hechos y datos sobre Jesús. Incluso, se hacían esfuerzos por tapar algunas lagunas provocadas por las ya mencionadas diferencias entre los cuatro relatos evangélicos. De manera que, entre el dogma y la historia, entre la fe y los acontecimientos existía una armonía serena y tranquila Durante muchos siglos no había conciencia adecuada para percibir la importancia del contexto histórico. La conciencia histórica es una característica de la modernidad. Por eso, en períodos anteriores lo que interesaba en Jesús era la

28 dimensión atemporal y la validez permanente de lo que realizó, la entrega de su vida para la redención de los hombres. Esto era lo decisivo. No se sentía por ello la necesidad de contextualizar el decurso biográfico y existencial de Jesús. ¿Qué había de aportar todo ello al valor de su obra redentora y de su filiación eterna como Hijo de Dios en la tierra? ¿Era una ventaja para mantener las afirmaciones dogmáticas o una desventaja para echar todo por los suelos?41. A continuación se exponen algunos datos históricos sobre la persona de Jesús, de manera directa o por medio de sus seguidores, así como algunas investigaciones que sobre él se realizaron con métodos científicos e históricos en los últimos dos siglos.

3. Fuentes extrabíbicas. Para llegar al Cristo divino hay que pasar por la manifestación histórica de Jesús, del que no puede considerarse separado el primero, como nos lo enseñaron ya los primeros cristianos, testimoniando solemnemente su fe en el nombre sagrado de Jesu-Cristo Jesús es el Cristo. Para hacer frente a la situación histórica de Jesús, se presentan algunos datos que no están dentro del canon bíblico; documentos judíos, paganos y romanos. 3.1. Fuentes judías. a). Flavio Josefo. Historiador judío que vivió del 37 al 110 e. C., en el 67 e. C. es encontrado como jefe de los insurrectos de Galilea, luchando contra los romanos, después se pasó al lado enemigo, haciéndose rico en Roma. En su obra Antigüedades judías (94 e. C) transmite algunos noticias sobre Jesús. Resaltan dos noticias. La primera noticia se refiere a la actividad taumatúrgica y a la enseñanza de Jesús, a sus seguidores judíos y griegos, a la denuncia que contra el realizaron los 41

BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología… O. C. p. 51

29 judíos y a la condena que padeció en la cruz de manos de Pilato y a la permanencia posterior de sus seguidores como cristianos. De Antigüedades judías 18, 63 dice así: “Por esta época vivió Jesús, hombre sabio que realizaba obras asombrosas y era maestro arrastrando tras de sí a muchos judíos y a mucha gente de estirpe griega. Al ser denunciado por los notables, Pilatos lo condenó a la cruz, los que le habían dado su afecto al principio no dejaron de amarlo. Y hasta el día de hoy no ha desaparecido la estirpe de los que por causa de él reciben el nombre de cristianos” 42. Una segunda noticia que menciona en Antigüedades judías 20; 9,1, aunque indirecta, es la del proceso y lapidación de Santiago, considerado hermano de Jesús, llamado el Cristo; los investigadores aceptan la autenticidad de este texto. Dice así: “Anás, convocó a los jueces del sanedrín y trajo ante ellos al hermano de Jesús, llamado Cristo –su nombre era Santiago-, y a algunos otros. Los acusó de haber violado la Ley y los entregó para que los lapidaran” 43. Considerando que Josefo habla detalladamente de la ejecución de Santiago el menor, el hermano de Jesús y que señala otros sucesos importantes de la historia judía, como la aparición de Juan el Bautista, seria muy extraño que omitiese por completo el movimiento cristiano. b). El Talmud, escrito babilónico, aporta entre otras cosas dos noticias, aunque no a favor, si de importancia sobre la historicidad de Jesús. En la primera se trata de justifica la condena sobre Jesús, el cual, aparece como mago, hechicero, seductor, agitador político. Dice así: “En la víspera de la Pascua, fue colgado Jeshu. Durante cuarenta días antes de que tuviera lugar la ejecución salió un heraldo y gritó: [Jeshu] sale fuera para ser lapidado, porque ha practicado la hechicería y ha incitado a Israel a la apostasía. Todo el que pueda alegar algo en su favor que se presente y abogue por él. Pero como nada se presentó a su favor, fue colgado en la víspera de la Pascua. El mismo Talmud da otra noticia: Nuestros rabinos enseñan

que la mano

izquierda rechace, pero la derecha atraiga siempre, no como lo hizo Eliseo, que rechazó a Gejazi con ambas manos, y no como Rabí Yoshua ben Perahjah, que 42 43

TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 63 CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología… O. C. p. 39

30 rechazó a Jesús”44. Sin embargo, al parecer es inválida esta afirmación, ya que lo más seguro es que “el Jesús al que se refiere el texto talmúdico no es Jesús de Nazaret, sino Jehu, el discípulo de Jehosua ben Perahya (100 e. C). La grosera leyenda Toledoth Yesu (vida de Jesús) además de ser del s. VI, no es digna de fe” 45. 3.2. Fuentes romanas. Los historiadores romanos de los primeros dos siglos, algunos de ellos como Plinio el joven, Cornelio Tácito, Suetonio, Dión Casio, que por supuesto que si apenas se fijaban en los cristianos y en quien adoraban, eran anticristianos y proporcionan directa e indirectamente información sobre Jesús. a). Plinio el Joven. (62-113 e. C) “Por indicación de Trajano prohibió las asociaciones religiosas privadas, considerando sospechosas las reuniones nocturnas por muy inocentes que fueran los cantos que entonaban los cristianos a Cristo, como si fuera su Dios y por muy inofensivas que fueran las comidas que compartían” 46. En el año 110112 escribe a Trajano consultando lo siguiente: “Es costumbre en mí, señor, darte cuenta de todo asunto que me ofrece dudas. Nunca he asistido a procesos de cristianos. De ahí, que ignore qué sea costumbre, y hasta qué grado, castigar o investigar tales casos… Respecto a los que eran delatados a mí como cristianos, he seguido el procedimiento siguiente: empecé a interrogarles a ellos mismos. Si confesaban ser cristianos, los volvía a interrogar segunda y tercera vez con amenaza de suplicio. A los que persistían, los mandé ejecutar. Otros, los remití a la Urbe. Luego, se me presentó un memorial con una larga lista de nombres. A los que negaban ser o haber sido cristianos y lo probaban, invocando con una fórmula por mí propuesta a los dioses y ofreciendo incienso y vino a tu estatua, y maldiciendo por último a Cristo, juzgué que debían ser puestos en libertad. Otros, dijeron si ser cristianos, pero inmediatamente lo negaron; es decir, que lo habían sido, pero habían dejado de serlo. Todos ellos adoraron tu estatua y la de los dioses y blasfemaron de Cristo”47. 44

TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 65 CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología… O. C. p. 39-40 46 TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 66 47 CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología… O. C. p. 38 45

31 Plinio describe la rápida expansión del cristianismo y de su culto en Asia Menor, culto consistentes que los cristianos cantan himnos a cierto Cristo considerado como Dios (quasi deo). Tampoco habla del pretendido dios Jesús: sólo sabe de un Cristo, a quien adoran como a Dios. b). Cornelio Tácito. (61-117 e. C) En un texto de los anales (15, 44) del año 117, para aludir a los rumores que culpaban a Nerón del incendio en Roma en donde ardieron tres cuartas partes de la ciudad, dice: “Para acabar con este rumor, Nerón tacho de culpables y castigó con la mayor crueldad y refinados tormentos a esos que eran detestables por sus abominaciones y que la gente llamaba cristianos. Este nombre les viene de Cristo, que había sido entregado al suplicio por el procurador Poncio Pilato durante el principado de Tiberio por sentencia del procurador primero. La superstición momentáneamente reprimida, irrumpía de nuevo no sólo en Judea, origen del mal, sino también por la ciudad (Roma) lugar en el que de todas partes confluyen y donde se celebran toda clase de atrocidades y vergüenzas”48 La denominación al cristianismo de “peligrosa superstición” y “cosa grosera y vergonzosa” no puede encontrarse más que en un escritor gentil y por ello es imposible también pensar en una interpolación cristiana. Los datos exactos acerca de tiempo y lugar de su origen, especialmente la referencia al procurador Poncio Pilato y al emperador Tiberio, hacen desechar la hipótesis de que Tácito recogiera esos datos del rumor popular. Debió encontrarlos ya directamente en los registros oficiales del senado o bien según la opinión de muchos, los obtuvo del cónsul Cluvius en funciones bajo Calígula. Es igualmente posible que se informase del gobernador Plinio, con quien tenía amistad, y que también habla de la difusión de los cristianos y de su culto en una carta el emperador Trajano. En todo caso, Tácito no tenía noticias todavía de un movimiento cristiano anónimo ni del culto a su Dios, Jesús. Tal culto por lo demás, no habría parecido extraño a su mentalidad pagana. Lo que conocía y confinaba era que el movimiento cristiano 48

TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 67

32 remontaba a un cierto Cristo y que debía tratarse de algo vergonzoso puesto que su promotor había sido condenado por la autoridad romana. c). Suetonio. (Muerto hacia el 160) Escribe en su obra Vita Claudii 25, 4 dice: “el emperador Claudio expulsó de Roma a los judíos porque, por la influencia de Cresto (Khrestus) llegaron a ser causa permanente de desorden. El hecho se cita también en Hch. 18, 2. Es igualmente seguro que la letra e la leían como i” 49. También se encuentra la denominación de chrestiani en lugar de christiani. No es de extrañar pues que Suetonio hable de un Chresto al que considera judío y que actuara en Roma. Por más inexacta que sea esta afirmación, nos revela que se conocía al menos de una manera vaga, a Cristo como el fundador de una secta judía. También aquí nos encontramos en presencia de recuerdos históricos bastante borrosos. Es significativo que no se haga alusión a un dios Jesús, sino aun personaje judío llamado Chresto. En la Vita Neronis (16, 2) “relata también que los cristianos seguían una nueva y maléfica superstición y que fueron expulsados de Roma por Nerón” 50. d). Dión Casio. Habla de la ejecución del cónsul Flavio Clemente y del destierro de su mujer, acusador de ateísmo, los cuales perecieron junto con otros por ser simpatizantes de la fe judía (Epitome 67, 14). Este dato se podría referir a la persecución de los cristianos bajo Domiciano”51. Hay otros escritores paganos como Luciano de Samosata, el emperador Marco Aurelio, Frontón, el filósofo Justino que dan noticias sobre los cristianos, pero que sólo se mencionan. En sí, las noticias que aportan los historiadores romanos sirven para confirmar la existencia histórica de Jesús, su muerte bajo el tiempo de Poncio Pilato y el crecimiento y auge que tuvieron sus seguidores. “Ninguna de ellas describe a Jesús como ideador de un programa político, ni como jefe de un movimiento popular en lucha contra el gobierno romano opresor, ni como una figura a contraponer al emperador de Roma”52. 49

CALVO A.- RUIZ A. Para leer una cristología… O. C. p. 38 TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 67 51 IBID. p. 68 52 IBID. p. 69 50

33 Para concluir este apartado, hay que decir que lo que se conoce mediante las fuentes judías no puede ayudar en mucho al conocimiento del Jesús histórico, pues para estas, Jesús es prácticamente un desconocido, del que únicamente quedaron unos breves escritos. Tampoco lo que se sabe por las fuentes pagano-romanas en los primeros dos siglos ayuda demasiado al conocimiento del Jesús histórico. Si las fuentes judías y pagano-romanas son un poco parcas en datos sobre Jesús de Nazaret, ¿se debería en transcurso de los años quedarse con una actitud conformista y renunciar a la búsqueda del Jesús en la historia? Será pues necesario acudir a otras investigaciones.

4. Las tres búsquedas sobre el Jesús histórico. Entrado el s. XVIII, apenas si se dudaba del valor histórico de los evangelios, creyéndose que, por el carácter que tenían de libros inspirados, y por haber sido escritos por personas del tiempo de Jesús, o cercanas a el, reflejaban fielmente las circunstancias históricas de su vida. La principal preocupación que existía era la de mostrar que entre ellos no había contradicción alguna. Sin embargo, a finales de este siglo, comienza la investigación histórica sobre la figura de Jesús, la cual se empieza a desarrollar en tres grandes etapas: la primera que va de Reimarus a Bultmann, denominada The old quest for the historical Jesús (antigua o primera búsqueda sobre el Jesús de la historia), siendo el último el más influyente. La segunda etapa, denominada The new quest (la nueva investigación sobre el Jesús de la historia), transcurre desde los discípulos de Bultmann hasta finales del s. XX. Y la tercera etapa, denominada Third quest (Tercera investigación), se da desde finales del s. XX hasta hoy. A continuación se desarrollan

4.1. Primera búsqueda. Va de Reimarus a Bultmann, es denominada The Old Quest for the historical Jesús o First Quest (antigua o primera investigación sobre el Jesús histórico). El más influyente pensador es R. BUltmann. No había mucha investigación histórica sobre Jesús, ya que reinaba la idea de que era imposible conocer al Jesús de la historia a

34 través de los evangelios, por basarse en la fe en Cristo y no en la persona histórica de Jesús. Hermann Samuel Reimarus (1694-1768) fue el primero que plantea el problema de la distinción entre el Jesús histórico y la imagen que de él se transmite en los evangelios canónicos, quien en sus obras, en especial en Acerca de la meta de Jesús y sus discípulos, afirma que Jesús no quiso fundar en modo alguno una nueva religión, sino más bien, reafirmar la judía, ya que prohibió a sus apóstoles que predicaran más allá de los límites de Israel, encabezó una rebelión de carácter político, pero fracasó y fue condenado a morir en la cruz; tras su muerte, sus seguidores robaron el cuerpo e inventaron la resurrección y lo declararon Mesías de acuerdo a Daniel 7. “Sostiene que el Jesús que existió realmente en Nazaret y el Cristo que predican los evangelios no son lo mismo: el primero fue un mesías político que fracasó. El resto lo hicieron los discípulos en una especie de venganza: transformaron este fracaso y a su maestro con ello”53. Así pues, lo que se narra en los evangelios sobre Jesús es una invención de sus discípulos, y por lo tanto, el cristianismo estaba cimentado sobre un fraude. “La aparición del problema planteado por Reimarus coincide prácticamente con la aparición de la historia como ciencia. Por ello noes nada extraño que se piense que la naciente ciencia histórica podría ayudar a responder a la pregunta de Reimarus. Así, nace toda una corriente de investigación que tratará redescubrir quién había sido en realidad Jesús de Nazaret. En ella, caben derechas e izquierdas, conservadores y demoledores, continuadores y contradictores”54. Contemporáneo a Reimarus, empezaron a escribirse muchas historias de Jesús; romànticas (J.J. Hess 1774, J. G. Herder (1797), fantásticas-ficticias (K. F. Barhdt (1786), K. H. Venturini (1806) , racionalistas, H. E. G. Paulus (1828) 55. Después, aparece la obra Vida de Jesús de 1864, de F. Schleiermacher (17681834) publicada a partir de los apuntes de un alumno ya fallecido el. Establece ya la distinción entre el Jesús de la historia en los sinópticos y el Cristo de la fe en el cuarto 53

GONZÁLEZ FAUS J. I. La humanidad nueva, ensayo de Cristología, Sal térrea, Santander, 19848, p. 19 IBID. p. 20 55 Se señala aproximadamente el año de 1778 como fecha del nacimiento del llamado problema del Jesús histórico. Reimarus (1694-1768), profesor de lenguas orientales en Hamburgo, Alemania, dejó al morir una serie de manuscritos inéditos que, diez años más tarde serían publicados por su discípulo G. E. Lessing. El último de ellos se titulaba La intención de Jesús y sus discípulos. (IBID. P. 19) 54

35 evangelio, dando prioridad a éste último, escribiendo más que la vida del Jesús de la historia, una del Cristo de la fe. Con D. F. Strauss (1804-1874) se da un giro a la investigación, ya que se empieza a afirmar la imposibilidad de escribir una vida de Jesús, negando la historicidad de los evangelios, debido a elementos sobrenaturales en ellos. Ciertamente, los evangelios presentan un hecho histórico, pero es transformado y adornado por la fe de la Iglesia que lo transmite, por lo que resulta imposible escribir una vida de Jesús a partir de ellos. Para Strauss Jesús es un judío que reivindica el mesianismo en un contexto escatológico solamente. Se empieza a dar forma a una reacción en contra de las afirmaciones de Reimarus, la cual llega a tope en 1892, el cual se considera como el año del nacimiento de tal reacción, año en que Martin Kahler (1835-1912) pronunció una conferencia llamada El Jesús que llaman histórico y el Cristo de la verdadera história: el bíblico (Der sogennante historische Jesús und der gestichichtliche, bibliscje Christus). “Jesús (el hombre que vivió en Nazaret) pertenece a la así llamada historiografía; pero Cristo (lo que la Biblia confiesa de Jesús) constituye la verdadera historia”56. Según Kahler, los datos históricos sólo pueden proporcionar algunos datos desnudos, científicamente probados, pero no en su verdadera realidad. Puesla verdadera realidad de los hechos radica en su significado, y eso es inaccesible para la investigación histórica. Más tarde, A. Schweitzer (1875-1965) en su obra Investigación sobre la vida de Jesús (1913) defendió que la investigación sobre el Jesús de la historia no es posible, no porque los autores de los evangelios no fueran objetivos, sino porque los evangelios no contenían suficiente información bibliográfica. Colocando a Jesús en la historia, lo coloca en el movimiento apocalíptico judío considerándolo un profeta apocalíptico. Después de Schweitzer, la idea de llegar al Jesús de la historia mediante los evangelios se perdió y dicha etapa con esto llegó a su fin.

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IBID. p. 22

36 En los años siguientes, la discusión pasó al plano teológico, surgiendo la cuestión sinóptica como algo central en las discusiones a cerca de la vida de Jesús. Cuando aparece R. Bultmann con su obra historia de la tradición sinóptica (1921) y Jesús (1926) continuaba la controversia entre quienes mantenían que era imposible reconstruir el Jesús de la historia a partir de los relatos de los evangelios sinópticos de su vida y los liberales que afirmaban que si lo era. Se habían hecho ya la separación entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe. Bultmann, se mostró escéptico ante la posibilidad de recuperar de manera científica el Jesús de la historia hasta tal punto de considerar irrelevante todo acceso a él, ya que la historia de Jesús no tenía interés para la fe cristiana. Para él, los evangelios eran expresión de la fe pospascual de la experiencia de las primeras comunidades cristianas y no documentos históricos para acceder al Jesús de la historia. Asimismo, se interesa más por lo que Jesús es en sí mismo, por lo que es para los cristianos. Por lo tanto, entre el Kerygma (Jesús predicado) y la persona histórica de Jesús (el Jesús predicador) no hay continuidad; así que, la fe tendría que entenderse y vivirse al margen de la historia de Jesús 57. Los presupuestos por los que llegó a afirmar lo anterior, pueden esquematizarse de la siguiente manera: “a). desde el punto de vista histórico: la tarea de la investigación sobre la vida de Jesús es estúpida, puesto que faltan fuentes. b). desde el punto de vista teológico: es innecesaria, pues la fe no tiene que ver con lo que Jesús hizo o dijo (en la historia), sino con lo que afirma la predicación que obró Dios a partir de él (y fuera de la historia). c). desde el punto de vista exegético: tampoco cabe abordar los evangelios como documentos cuyo grado de veracidad haya que dilucidar y comprobar, pues no son documentos unitarios, sino un conjunto de unidades de la predicación primera, fruto de una tradición viva y obra de una comunidad creyente” 58. “Quien interesa es el Cristo que hace posible el paso a una existencia nueva, auténtica. Eso no lo logra el Jesús histórico que se encuentra detrás de los evangelios, sino el Cristo proclamado y presente en la Iglesia. Esta es la conclusión a la que 57 58

Cfr. TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 72-87 GONZÁLEZ FAUS J. I. La humanidad nueva… O. C. p. 23

37 llegaron aunque desde presupuestos distintos, M. Kahler y R. Bultmann: la fe puede vivir sin historia, el Cristo de la fe puede ser autónomo respecto al Jesús de la historia y a las pruebas de los historiadores. La libertad de la fe puede y debe vivir sin apoyos humanos siempre que se mantenga viva la experiencia salvífica” 59. Así pues, se llegó al fin de esta etapa, de modo inesperado e imprevisto, mostrando una imperdonable ingenuidad sosteniendo que la fe podría salvarse o ser válida siempre y cuando prescindiera de la historia, ya que esta no podía decir nada sobre Jesús. Pero ante esto surge algunos cuestionamientos: ¿no es esto una infidelidad contra el mismo Dios que se revela a seres históricos y por ello de un modo histórico? ¿puede Jesús, el Jesús que predicó el Reino y que encontró a los seres humanos en su existencia terrestre, acabar reducido a un elemento del que la fe puede prescindir?

4.2. Segunda búsqueda. Va desde los discípulos de R. Bultmann (aproximadamente en 1953, continuó en los 70s hasta 1980). Se le denominó The new Quest (nueva investigación sobre el Jesús histórico), la cual es acuñada por J. Robinson. Se retorna a la investigación sobre el Jesús de la historia a partir de los evangelios, como una plataforma válida de acceso. Tiene su inicio y encuentra su punto de partida a partir de la conferencia realizada por E. Kasemann en la ciudad de Marburgo en 1953 y que fue publicada con el título de “el problema del Jesús histórico” en 1954. “La reacción teológica y exegética tiene su repercusión en el campo histórico. El hecho es que hacia los años cincuenta se asiste a un aespecie de frente unido en el que los mejores discípulos de Bultmann parecen levantarse en contra del maestro y, aunque con mil prudencias y titubeos, van declarando que si se puede saber algo de Jesús”60. Al resultar el escepticismo de Bultmann insostenible para sus discípulos, por razones científicas y teológicas, tratan de ir más allá de su maestro, en lo concerniente al Jesús de la historia. “Se inicia una segunda búsqueda sobre la historia de Jesús que 59 60

BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología… O. C. p. 60 GONZÁLEZ FAUS J. I. La humanidad nueva… O. C. p. 26

38 sostiene la convicción de que es imposible escribir acerca del Jesús una historia en sentido estricto”61. Del Jesús histórico solo se sabe "que" existió, pero nada mas. El escepticismo frente al Jesús histórico es total: no se puede saber nada de la vida y enseñanza de Jesús. Todos los evangelios son más bien creación de la fe de las primeras comunidades cristianas. Por lo tanto, “nunca ha existido un puro Jesús histórico; siempre ha sido interpretado y proclamado desde la confesión de fe. No obstante, la historia recupera su valor, su contenido y su sentido” 62, su personalidad, sus actitudes. Pertenecen

a esta etapa pensadores como H. Braun, H. Conzelmann, J.

Jeremías, J. A. Robinsón, G. Bornkamm, quienes promueven esta investigación con la tendencia a la vuelta al Jesús de la historia. Estos, coinciden en varios puntos que se resumen en dos: a). un rechazo a todo presupuesto propuesto por las investigaciones liberales sobre Jesús, quedando en la intermedia entre un racionalismo que lleva a Jesús a quedar como un simple ser humano y el sobrenaturalismo que lo exalta como un ser divino, sacrificando el entendimiento y la razón. b). por otro lado, aceptan una continuidad entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe y, por tanto, se hace legítimo el acceso a la investigación de la historia de Jesús antes de la Pascua. Esta nueva investigación se realiza utilizando el método de la historia de las formas y el método de la historia de la redacción, los cuales sirvieron de base. “El propósito de estos autores era reconstruir el mensaje original de Jesús y compararlo con la proclamación de la Iglesia primitiva para ver hasta qué punto había continuidad o no entre ambos”63. Estos, con la intención de superar todo escepticismo histórico bultmanniano, crearon algunos criterios de historicidad que ayudaran a ir tras las huellas del Jesús de la historia. El criterio de desemejanza o discontinuidad, el Criterio de atestación múltiple, el Criterio de conformidad, continuidad o coherencia, el Criterio lingüístico y

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BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología… O. C. p. 61 IBID. p. 61 63 TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 89 62

39 del entorno, aunque sorprende observar como en la práctica no se ponían de acuerdo al determinar si una palabra o relato del evangelio perteneció al Jesús de la historia “E. Kasemann, mantuvo que la ruptura entre el Cristo de la fe y el Jesús da la historia podría llevar a convertir a Cristo en un mito, sin referente histórico, como sucedió en la etapa anterior, y dejar de lado la importancia de la historia para la fe, al afirmar brillantemente que no es posible comprender al Jesús terreno, sino es a partir de la Pascua… tampoco se puede comprender adecuadamente el significado de la Pascua, si se prescinde del Jesús terreno. Según Kasemann, la vida del Jesús terreno es de suma importancia para la fe, pues la Iglesia primitiva no era propensa a dejar que el mito tomase el lugar de la historia, ni a permitir que un ser celestial ocupase el lugar del hombre de Nazaret”64. Da importancia al hecho de que los cristianos de la primera comunidad sintieron una necesidad de presentar a Jesús y anunciar a Jesús no sólo de manera oral, sino también en la forma de relato. La fe se alimenta del relato sobre Jesús; se enriquece de la permanente recuperación de la historia terrestre de Jesús. Este no es un fantasma, sino el protagonista de una narración. “La comunidad cristiana pretendía conscientemente no alterar el recuerdo de Jesús, sino mantenerse en continuidad con el personaje del relato que se prolongaba hasta ella. La fe es histórica y la revelación vivía de la lógica de la encarnación” 65, ya que el encuentro del ser humano con Dios no implica salir de la historia misma, sino al contrario, se inserta más, ya que desde el punto de vista teológico, sería un error no mirar hacia las referencias históricas. Por otro lado, aún con el aporte histórico, será necesario tomar en cuenta y respetar que la fe y actuar de Jesús será la base de la fe de los primeros capítulos, algo teológico, esta misma fe, ha venido trasmitiéndose a lo largo de la historia. Por lo tanto, a partir de esto, propuso una investigación sobre los evangelios que llevara a constatar “la continuidad entre la predicación de Jesús y la de los apóstoles, manteniendo que de la oscuridad de la historia de Jesús brotan rasgos

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IBID. p. 90 BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología…O. C. p.61

40 característicos de su predicación, perceptibles con relativa exactitud, asociados por el cristianismo a su propio mensaje”66. A pesar del avance de esta etapa, hay que resaltar dos insuficiencias notables: aún mantienen un cierto grado de discontinuidad entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe, por tanto, tal recuperación de Jesús carece de fuerza e inserción real entre sus contemporáneos. Esto, conduce a una segunda insuficiencia, pues parece que se quedan en una contemplación subjetiva y existencial de Jesús, muy condicionada a mentalidad de los investigadores de los años cincuenta. “El protagonista del s. I, Jesús, no queda situado de modo suficiente en su contexto y en la complejidad de las circunstancias de la época, y por el contrario, queda demasiado condicionado por las preocupaciones del observador del s. XX. Por eso no pueden llegar a una visión coherente y global del personaje de quien hablan. Es preciso enriquecer la comprensión, la vitalidad y el dinamismo de la historia en todas sus imbricaciones sociales y culturales”67. A pesar de todo esto, es enriquecedor de esta etapa el puente que pone en contacto al Jesús de la historia con la historia (lo contado) de Jesús. Así, la fe recupera un suelo más seguro, lo cual motiva futuras investigaciones.

4.3. Tercera búsqueda. Con la obra de H. Braun “el hombre de Nazaret y su tiempo” de 1969, quedó abierto el paso para que años más tarde se diera un nuevo movimiento que promovió una nueva etapa de investigaciones sobre Jesús. A finales de los setenta se produjeron muchos escritos sobre su vida, lo cual hizo entrar en una tercera investigación denominada Third Quest (tercera investigación), que va desde 1980 hasta nuestros días. A estas alturas se vive en un profundo optimismo histórico. De los iniciadores sobresalen B. Meyer, E. P. Sanders, A. Harvey, entre otros; Crossan, Horsley, Bjorg, contribuyeron a la propagación de este modo de afrontar las 66 67

TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 91 BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología… O. C. p. 63

41 investigaciones sobre la vida de Jesús. Estos, se contraponen a la anterior etapa de investigación; ante esto, dirigen los siguientes reproches: “Dan una preferencia desmesurada al estudio literario de los textos evangélicos relegando el contexto; se concentran en el sujeto individual que recibe el mensaje olvidando el entorno social; se mueve preferentemente por una preocupación teológica en perjuicio del relieve que merecen las circunstancias teológicas” 68. Esto, permite captar el método alternativo que proponen: a). Privilegian el estudio del contexto social y cultural, para que Jesús no carezca del contexto que le aporte densidad real y lo haga más creíble y comprensible; b). se trata de un estudio libre de presupuestos dogmáticos, para que no condicionen la neutralidad del observador; la historia se antepone a la teología; b). Más que la autenticidad de los hechos y dichos de Jesús, debe interesar la coherencia de esos dichos o hechos con el contexto histórico. c). El método interdisciplinar, de sociología, antropología cultural, permite elaborar determinados modelos de comportamiento que por analogía se pueden aplicar al caso de Jesús y su tiempo; si por ejemplo, en determinadas circunstancias los pueblos o las personas reaccionan de un modo determinado, parece lógico suponer que también se produzcan en el s. I en el entorno de Jesús” 69. “La característica principal de esta nueva etapa es la gran preocupación por situar a Jesús en el marco socio-histórico del judaísmo de su tiempo, con la ayuda del mayor grado del conocimiento que se tiene hoy de las literaturas apócrifa (apócrifos del Nuevo testamento y textos gnósticos de Nag Hammadi), quumránica, rabínica, y de los resultados obtenidos de las excavaciones arqueológicas, especialmente de las realizadas en las zonas de Galilea y Jerusalén, principales escenarios de la actividad pública de Jesús”70. También consideran a la fuente Q como fuente privilegiada para el conocimiento histórico de la vida de Jesús, llegando a descubrir varios estratos que representan el desarrollo de la comunidad cristiana en Palestina en tiempos y después de Jesús. Un 68

IBID. p. 64 IBID. p. 64-65 70 TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p. 99 69

42 primer estrato es más aproximado al Jesús de la historia, compuesto de una enseñanza sapiencial, aportando una Jesús sabio, otro estrato aporta un Jesús apocalíptico. Puede parecer que los pensadores de esta etapa resucitan las pretensiones de la investigación antigua, aunque su optimismo histórico es innegable y además, son cautelosos y matizados; en su conjunto, su aportación ha sido beneficiosa, ya que han devuelto mayor confianza al exegeta y al creyente, ya que permiten sumir varios elementos sociales y culturales que unidos, hacen más inteligible y coherente la figura y el mensaje de Jesús hoy. No es ni exagerado pensar ni afirmar que recuperan en mayor medida el contexto de Jesús que al mismo Jesús 71. Han sido muchos los diversos modelos que ofrecen los autores de esta tercera etapa, que simplemente se mencionan aquí: * Jesús es un cínico itinerante, según John Dominic Crossan en su obra The historical * * Jesús. The life of a Mediterranean Jewis peasant de 1991. * Jesús es un hombre del Espíritu, un carismático; según Marcus Borg, Geza Vermes y Graham H. Twelftree. * Jesús es sabio y profeta; según M. Borg en Conflict, holines and politics in the teaching of Jesús, de 1984. * Jesús es un judío piadoso, según Geza Vermes en The religión of Jesús the Jew, de 1993. * Jesús es un exoscista, según Graham Twelftree en Jesús the exorcist, de 1993. * Jesús es un profeta escatológico, según E. P. Sanders y M. Casey. * Jesús es el profeta del cambio social, R. A. Horsley y John S. Hanson. * Jesús es un predicador radical, según Gerd Theissen. * Jesús es un defensor de la renovación de Israel, según R. David Taylor (1994) * Jesús es profeta de la sabiduría de Dios, según Elisabeth Schussler Fiorenza, (1984). * Jesús es un judío marginal, un mesías judío, según John P. Meier y N. T. Wright. Como se puede apreciar, los enfoques desde los que los autores de esta etapa aprecian y denominan a Jesús llevan a concluir que están muy interesados por mostrar 71

Cfr. BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología… O. C. p 65

43 a un Jesús inserto en un lugar histórico, en tensión con sus contemporáneos, y en relación con quien le rodea. Aquí concluye este capítulo sobre los datos que se han logrado obtener sobre el Jesús histórico. Ciertamente no son todo, pues se requiere de mucho tiempo y dedicación para poder tener una visión más completa de este aspecto. A pesar de todo lo investigado, tanto en las fuentes judías y romanas, como el las tres búsquedas, hay que afirmar que, estos ha ido ayudando a comprender aún más la persona de Jesús.

CAPÍTULO III EL DESARROLLO CRISTOLÓGICO. 1. Enfoques cristológicos de ayer y hoy. A partir de que dio comienzo el desarrollo de la Iglesia cristiana, en el centro siempre ha estado Jesucristo. Ciertamente han existido un sinnúmero de controversias con respecto a su persona; esto motivo y provocó que algunos se fueran al extremo de inclinarse hacia lo meramente humano o a lo exclusivamente divino, de ahí que surgieran muchos enfoques que fueron considerados con justa razón como doctrinas heréticas. Cabe mencionar que la Iglesia en todos los tiempos, ha tenido dos tipos de

44 enemigos; los internos, que son los herejes, y los externos: los imperios, las ideologías y las culturas existentes. A continuación se exponen los diversos aspectos con respecto a la Cristología que se han dado a través de los siglos, desde la propagación de la Iglesia como impulsora del mensaje cristiano hasta tiempos cercanos.

1.1. En el Nuevo Testamento. “Tanto la persona como la obra de Cristo aparecen en el N. T. dentro de un horizonte teocéntrico: Cristo es el Mesías prometido por Dios a su pueblo; es el hijo amado, que cumple la voluntad del Padre, y respecto del cual vive en obediencia permanente y entrega final. Su identidad es filial” 72. Este es un enfoque desde la fe, lo cual presupone que, el Cristo y su reconocimiento es un don de Dios. Es esto lo que se conoce como una cristología desde arriba o descendente, según la cual, el origen de la cristología, especialmente la del N. T. debería estar en el análisis de Jesús en cuanto el Cristo exaltado por la fe de los primeros cristianos 73. El Nuevo testamento da testimonio de que hay una vuelta a Jesús aún después de que hay ya fe en Cristo; desde diversas perspectivas, las comunidades cristianas, convergen en la necesidad de volver a Jesús. Se ofrecen algunas afirmaciones y categorías que desbordan la perspectiva histórica e invierten la lectura meramente cronológica o genética –sin contraponerlasobre Cristo como Hijo de Dios, con la finalidad de comprenderlo desde su origen hasta el final de su vida. Jesús es colocado en Palestina, lugar en donde vive, pero a la vez, es visto como Creador en el origen del ser; definido pues, como la Salvación que viene de los judíos, pero también, como el Salvador del mundo; es situado en relación con los seres humanos como profeta, a la vez que con Dios como el Hijo, el Unigénito. Esto puede considerarse como el descenso de Dios a la historia, el cual no se capta en lo abstracto, sino en lo concreto, en lo visible.

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Y lo concreto es Jesús de Nazaret. Por

GONZÁLES DE CARDEDAL O. Cristología, serie de manuales de teología, B.A.C. Madrid, 2001… p. 507 Cfr. SOBRINO J. Jesucristo liberador… O. C. p. 60 74 IBID. p. 60 73

45 ello, la fe en Cristo habrá de estar desde el principio hacia debajo de la historia. Esto es lo que se conoce como una cristología desde abajo o ascendente. “Jesús a quien se pudo conocer en su historia judía, el identificado como Cristo después de la resurrección, el confesado como el Verbo e Hijo eterno en el seno del Padre y, en cuanto tal, Dios”75, es el mismo y uno sólo. Así pues, el pivote de la Cristología en sus inicios “es la identificación personal del Jesús terrestre y del Cristo viviente hoy, del hombre Jesús que conocieron los apóstoles y del Hijo eterno de Dios”76. Durante la segunda mitad del s. I se da el nacimiento, de forma simultánea, de muchas comunidades cristianas tanto en suelo judío, así como más allá de sus límites territoriales; esto, en parte, contribuyó al surgimiento de los escritos que formarán parte del canon bíblico y algunos otros que no lo serán; con ellos, se dirigirán a cristianos convertidos del judaísmo, a cristianos venidos del helenismo y a cristianos convertidos del paganismo77. “Los que forman la Iglesia (judíos y griegos) traen su mundo espiritual dentro y piensan a Cristo desde él. En este sentido, es esencial el conocimiento de la apocalíptica judía, de los grupos disidentes, de los esenios, fariseos, saduceos y grupos baptistas, a la vez que la influencia del judaísmo helenístico en tierra de Palestina. Esas ideas y grupos existentes son la matriz de la cristología originaria, tanto en su forma palestinense como en su forma helenística. Las comunidades cristianas surgidas directamente del paganismo son el tercer ámbito espiritual en el que habrá que pensar la persona y doctrina de Cristo. Judaísmo palestinense, judaísmo

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GONZÁLES DE CARDEDAL, O. Cristología… O. C. p. 191 IBID. p. 191 77 El cristianismo, que recién nacía, se encuentra con el judaísmo y el helenismo, dos grandes culturas que determinarán las actitudes y comportamientos de los oyentes, y que a partir de ellas, los primeros misioneros, tendrán que exponer el anuncio de Cristo, si quieren contar con audiencia y aceptación. Por ejemplo, en el libro de los Hechos de los apóstoles, aparece el apóstol Pablo predicando primero en las sinagogas judías. (Hch. 17, 16-34) utilizando las Escrituras del A. T. para exaltar a Jesús como el gran Mesías, pero después en el Areópago de Atenas (Hch. 17, 3; 18, 5.28), apela a las razones universales o textos de los griegos para apoyar la propuesta de que Jesús es el Juez del mundo destinado por Dios. Con estas dos designaciones se abarca todo el mundo cultural y religioso conocido. La cristología, en adelante, se formulará a partir de la historia concreta de Jesús, con los profetas y la sabiduría judía como divina preparación para entender su particularidad; pero también, desde los inicios, se atenderá desde las categorías filosóficas, y características religiosas y morales de los griegos, con el que se ilumina el fundamento real de la condición divina de Jesús, así como la validez universal de su persona y mensaje. 76

46 helenístico, cultura y religión pagana forman la triple matriz a partir de la cual se explicita la confesión de Cristo y se articulan las primeras cristologías” 78. Los escritos del Nuevo testamento aunque ofrecen una variedad de enfoques cristológicos, pretenden incidir profundamente en la fe y en la vida de los destinatarios, y a pesar de que ya en la mayoría de ellos existe la fe en Cristo, las comunidades cristianas vuelven a Jesús, como una necesidad de la vida cristiana desde los inicios. Los evangelios (Marcos, Mateo, Lucas y Juan), fueron escritos desde y para la fe. En la época en que se redactaron, ya existían confesiones de fe, himnos y cristologías incipientes. La fe en el Cristo ya estaba asegurada. Pero eso no bastaba, y para mantener la autenticidad de la fe en el resucitado, regresaron al Jesús de la vida, de la historia. Así, pues, los primeros cristianos, cayeron en la cuenta de que no bastaba la fe para dar respuesta a la crisis de identidad en las comunidades cristianas; en las comunidades triunfalistas (como la de Marcos), o con problemática de la Ley judía (como la de Mateo), o con tensiones ricos-pobres (como la de Lucas), o con la situación del gnosticismo (como la comunidad de Juan). No bastaba con confesar a Cristo, sino que hubo que remitirse a Jesús y a lo concreto de su vida y actuar. No sólo vuelven a Jesús, sino que lo hacen de una manera específica: narrando su vida y su destino; aunque tal narración no es biografía sino teología. Todas las narraciones evangélicas, hacen de Jesús el personaje central por distintas que sean las comunidades. Tobas presentan una estructura fundamental de la vida de Jesús: inicio, desarrollo de su misión, enfrentamiento con los poderosos, persecución y muerte; de manera que la recuperación de su persona histórica ofrece la posibilidad de un seguimiento de Jesús más real 79. En la carta a los Hebreos, se insiste en que el Jesús glorificado es el Cristo, el Sumo sacerdote. Relacionado con la sangre, el sufrimiento y la muerte; el nombre de Jesús no es intercambiable con el de Cristo. En la primera carta de Pedro, se apela a Jesús no sólo como modelo, sino como inspirador de las actitudes necesarias ante el sufrimiento, sufrir con Jesús es sufrir con Jesús.

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IBID. p. 190 Cfr. SOBRINO J. Jesucristo liberador… O. C.p. 87-88

47 En la primera carta de Juan, se da una recuperación de Jesús ante la presencia de pospeligros gnósticos y docetistas; relaciona la confesión de Cristo con la confesión de Jesús. “Lo importante en el Nuevo testamento, es que se” trata de una recuperación dinámica y salvífica, y no sólo de añadir conocimientos a cerca de Jesús para que coexistan con el Cristo creído en la fe. Y que se que se trata sobre todo, de una recuperación necesaria siempre que surgen las preguntas más hondas por la identidad de las comunidades. Para obtener respuesta tienen que volver a Jesús” 80. Resumiendo esto, puede decirse que se vuelve a Jesús para: “a). tener conocimiento de y realizar la identidad cristiana: ser cristiano es, en definitiva, ser como Jesús. b). para defender esa identidad contra el peligro fundamental de manipular al resucitado: el resucitado es el crucificado y no otro. c). para mantener la fortaleza y la esperanza en tiempos de tribulación y persecución: fijos los ojos en Jesús”81. En seguida, se hará mención de una interpretación sobre la Cristología del Nuevo Testamento. a). Desde un conservadurismo poco crítico: muestra una cristología identificada con la auto-evaluación de Jesús. Jesús conocía y expresaba desde el principio lo que la Iglesia decía acerca de él después de la resurrección (fundamentalismo de hoy y todas las Iglesias cristianas hasta el s. XVIII). b). Desde un liberalismo poco crítico: afirma que no hay continuidad entre el Jesús histórico (que realmente vivió) y el Cristo de la fe (del que se habla en los evangelios), por lo que queda reducido a un bueno hombre, nada más. c). Desde un liberalismo crítico: sostiene que la cristología del Nuevo Testamento es creación de la Iglesia primitiva. d). Desde una postura existencial (Bultmann): admite una equivalencia funcional entre la cristología de la Iglesia primitiva y la proclamación propia de Jesús acerca del Reino. La resurrección de Jesús no es importante sino la predicación sobre él. 80 81

IBID. p. 86 IBID. p. 87

48 e). Desde los estudios bíblicos críticos con fe: proponen una continuidad entre el Cristo de la fe y la auto-evaluación de Jesús de Nazaret. Tiene dos ramas: una continuidad explícita; especialmente con respecto a los títulos “Mesías, Profeta, servidor, Hijo de Dios. Es una posición cerca del conservadurismo poco crítico. Y otra es una continuidad implícita; afirma que Jesús no admitió títulos, solamente utilizó “Hijo del Hombre”, pero no negó otros títulos.

1.2. En la Patrística. La época patrística puso los fundamentos de la cristología mediante las definiciones conciliares, esclareció lo que había que creer sobre Jesucristo (su contenido). Aparecen diferentes e irreconciliables la fe con la cultura y filosofía. Hecho que se resalta en la predicación de san Pablo en el Areópago de Atenas (17,16-34), cuyos ecos amargos resuenan en la carta a los Corintios (1, 17-31). El cristianismo aparece entonces, como contrario al Lógos griego y es considerado como una novedad irracional y propuesta inaceptable. Se desarrollará pues, una cristología bíblica. Tarea primordial de las concepciones cristológicas de allí surgidas, será esclarecer la naturaleza de la afirmación “Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”. A partir de aquí, surgirán muchas interrogantes sobre la existencia real de un ser con estas características ¿será posible que un hombre sea el Señor, el Hijo de Dios?, ¿es posible esto? Desde este instante, las concepciones sobre Jesús, tendrán dos enfoques fundamentales; por un lado, ver a Jesús desde el misterio trinitario de Dios, comprendiéndolo como el Hijo encarnado; por el otro, el descubrirlo como el Mesías y Señor a partir de su vida y del acontecimiento de la Pascua. Sin embargo, surge una doble problemática para la cristología de aquel tiempo: ¿cuál es la relación de Jesús, confesado Verbo e Hijo, con Dios? ¿Cuál es la relación del Verbo eterno con la carne, que ha tomado de una mujer en el tiempo?82. Ante tales cuestiones, empiezan a desarrollarse varios enfoques sobre la persona y figura de Cristo y, a continuación, se mencionan algunos de los más importantes, tanto en la defensa, como en la desviación de sus posturas cristológicas.

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Cfr. IBID. p. 192

49 a). Padres apostólicos. Se basaron en los escritos bíblicos, con lo cual iluminaron el significado del cristianismo y su desarrollo cristológico a finales del primer siglo y comienzos del segundo. Entre ellos destacan los siguientes. San Ignacio de Antioquía; su contribución cristológica se enfoca hacia la Eucaristía, en la cual está la presencia real de Cristo y es un vehículo de unión espiritual con la Sangre de Cristo. San Policarpo de Esmirna; Obispo de Esmirna. Su contribución a la cristología fue la defensa de la encarnación de Cristo, utilizando un lenguaje semejante al de la primera carta de san Juan en contra del gnosticismo y en contra de los docetistas. Pseudo-Bernabé (Epístola de Bernabé); escrita alrededor de 131 d. C. Su contribución fue el hablar de la pre-existencia de Cristo. b). Padres apologistas. Aquellos padres, que con sus obras y argumentos pretendían refutar y defender las acusaciones contra la Iglesia, denunciando el paganismo e intentando exponer la fe cristiana en términos filosóficos según sus contemporáneos. Resaltan los siguientes. San Justino “el Mártir-testigo” (100-165 d. C.); proveniente de familia pagana. Su contribución radica en que Cristo es Dios, pero también es “El Logos” en línea con san Juan (Jn. 1, 1-9), quien ilumina a toda la humanidad. c). Padres occidentales del s. III. Son aquellos que escribieron el latín en el oeste de Grecia. Destacan estos. Hipólito de Roma; discípulo de san Ireneo; primer anti-papa de la historia en contra de Calixto urbano (223-230) y Ponciano (230-235); después se reconcilió con Roma. Fue mártir en 235. Su contribución cristológica, aunque cayó en el subordinacionalismo, se manifiesta en que escribió en contra del modalismo y del patripasianismo. Quinto Séptimo Florencio Tertuliano; originario de Cartago hacia el 115 d. C., abogado de profesión. Aunque en 207 adoptó una postura montanista su contribución cristológica es que es el primero en aplicar el término Trinitas a las tres personas; así, habla de la trinidad de la divinidad, Padre, Hijo y Espíritu santo.

50 San Cipriano de Cartago; nació entre el 200-210 d. C. Su contribución a la cristología está en relación con la Eucaristía, incide especialmente en el carácter sacrificatorio de la cena del Señor que es repetición del sacrificio de Cristo (Epist. LXIV, 14) Clemente de Alejandría (Tito Flavio Clemente; 150-215 d. C.) Su contribución cristológica consiste en que es uno de los fundadores de la teología especulativa, así como el que da importancia al Logos en la Trinidad. Orígenes; Nació en Alejandría hacia el 185 d.C. Su contribución cristológica consiste en que utilizó mucho el término trinidad, rechazando el modalismo; afirmaba que el Hijo no tuvo principio, ni hubo un tiempo en que no existía o no fuera. Dio vida al término consubstancial (homo-eusios): el Hijo es de la misma sustancia del Padre; lo utilizó en contra del arrianismo. Teodoro de Mopsuestia; nació en Antioquia, murió en 428 d. C. Su aportación a la cristología, entró en discusión al ser acusado de ser nestoriano, enseñando que en Cristo existen o hay dos personas. d). Padres orientales (325-451). Son aquellos padres que, estando en territorio griego, escribieron en griego, sirio y armenio. De ellos, destacan los siguientes. San Efrén el sirio; Nacido en Mesopotamia (actualmente Irak) a principios del s. IV, fue impulsor del culto mariano y el movimiento monástico en oriente. Atacó los excesos subordinacionalistas de Orígenes, el arrianismo y el gnosticismo. San Cirilo de Jerusalén (315-387);. Su aportación a la cristología radica en que tomo una postura antiarriana, utilizando en (H)omousios niceno. San Cirilo de Alejandría; nació en la segunda mitad del s. IV d. C. Su contribución cristológica se da en contra del arrianismo y el nestorianismo, anticipando la idea de la dualidad de las naturalezas existentes en Cristo. Gregorio de Niza (335-385) Participó en el Concilio de Constantinopla en 381 d. C. Su aportación cristológica se refiere a las dos naturalezas de Cristo. San Juan Crisóstomo (boca de oro); llamado así, debido a sus homilías y denuncias en contra de los ricos y sus excesos, y la necesidad de atender a los pobres. Realizó una cristología en términos del Homo-ousia.

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e). Padres occidentales. Son aquellos padres que escribieron en el este griego en latín, en el s. IV d.C., destacando los siguientes. San Ambrosio de Milán; nació en 337; respetado por católicos y arrianos. Su aportación cristológica ha sido de gran importancia, pues desarrolla la idea de que en Cristo hay dos voluntades, la humana y la divina, así como dos naturalezas. San Agustín de Hipona (354-430) Su pensamiento radica en una magnífica conjunción entre fe y razón, aunque fue influenciado por una cosmovisión neoplatónica, hablando de la inmortalidad del alma. Su contribución cristológica es al afirmar que en Cristo hay dos naturalezas, humana y divina, pero una sola persona. Todos estos padres, realizaron sus enseñanzas de acuerdo a dos enfoques; primero que nada, expusieron la fe en Cristo como algo accesible y capaz de vivirse, y en segundo lugar, para defender esta misma fe, en contra de las posturas erróneas y extremistas que llegaron a considerarse como herejías, entendidas como la inclinación hacia la humanidad o divinidad a cerca de Cristo. Se trataba de “enseñanzas populares en grupos (o personas) convertidos a medias, que no habían asimilado del todo el Evangelio, el que usaban como una cómoda confirmación de ideas religiosas sacadas de otras fuentes”83. Fueron una desviación de la doctrina ortodoxa ó del camino ortodoxo, de la regla de fe, en este caso, de la fe cristiana, ya hacia la sola humanidad de Cristo, o su sola divinidad.Estos extremos, fueron condenados en los Concilios de Nicea (325), Primero de Constantinopla (381), Éfeso (431), Calcedonia (451) segundo de Constantinopla (553) y tercero de Constantinopla (681)De estas, a continuación se mencionan las que resaltan más.

Herejías de extrema izquierda Énfasis sobre la humanidad de Cristo

Herejías de extrema derecha Énfasis sobre la divinidad de Cristo

Adopcionismo. Consiste en negar la divinidad de Cristo, considerando solamente hombre sobre el cual ha descendido el E. S. o el Verbo (Pablo de Samosata, o un ser divino inferior (Luciano de Antioquia). Cristo fue adoptado por Dios como Hijo.

Gnosticismo. Consiste en designar en sentido amplio los movimientos religiosos que pretenden situar la salvación únicamente en el conocimiento de los secretos divinos e ignorar los valores humanos. En sentido estricto, se refiere a la orientación del pensamiento, judío, griego, cristiano

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GONZÁLES C. I. El desarrollo dogmático en los concilios cristológicos, CELAM, 1993. p. 19

52 Arrianismo. Consiste en afirmar que hubo un tiempo en que el hijo de Dios no existió, pero fue una de las primeras criaturas de Dios. Por lo tanto, el hijo es “dios”, un demiurgo, y no “Dios”, un ser que aunque es dotado de divinidad fue creado; tuvo principio, y no era de la misma sustancia del Padre, pero era intermediario entre Dios y la creación. Subordinacionalismo. Consiste en afirmr que el Hijo estaba subordinado al Padre y al Espíritu Santo. Nestorianismo. Consiste en afirmar que en el Cristo que se encarnó había dos personas, una divina, y una humana, vinculadas por el amor de Dios; María, no fue madre de Dios (la persona divina), sino solamente de madre de Cristo (la persona humana)

durante los s. IV y V que proclama una dualidad (lo bueno y lo malo) que separa la creación y redención, alma y cuerpo, de las especulaciones sobre la encarnación de los divino en el mundo, de las teorías de la redención que pretenden liberar los espíritus humanos de la materia en que están encerrados, con el fin de que se les permita el retorno a su lugar original, la divinidad. Niegan así la encarnación de Dios en el mundo, esto es, Jesucristo hecho carne y también la salvación de la carne. Apolinarismo. Consiste en defender la divinidad de Cristo, el cual no tuvo un espíritu y-o alma racional, ya que este puesto fue ocupado por el Logos divino. Docetismo. Consiste en afirmar que Jesús habría sido un Dios que tenía solamente la apariencia de hombre y por lo tanto, no habría sufrido realmente en la cruz. Monofisismo. Consiste en afirmar que en Cristo hay solamente una persona, la divina, pero con dos naturalezas. Monotelismo. Consiste en afirmar que en Cristo hay una sola voluntad, y es divina. Modalismo (sabelianismo) Consiste en afirmar la unidad en la tres personas divinas, la divinidad de Cristo. Sólo hay un principio divino, y los nombres de Padre, Hijo y Espíritu Santo designan manifestaciones, aspectos o modos bajo los cuales, la realidad divina se nos presenta. Hablar de la creación es hablar del Padre, de la Encarnación es hablar del Hijo, de la santificación es hablar del Espírtu Santo. Son por tanto, tres nombres para un mismo y único ser divino. Marcionismo. Consiste en afirmar que Jesús no es ni el Mesías del A. T., ni nació de la virgen María. Al derramar su sangre, redimió solamente las almas que están en poder del demiurgo. Monarquianismo. Afirma que Dios es Uno, y el Hijo y el E. S. no tiene sustancia personal, sino son sólo manifestaciones de Dios

Desde el tercer Concilio de Constantinopla (681) no hubo desarrollo alguno en las doctrinas sobre Jesús, hasta el siglo XX, especialmente, en el Concilio Vaticano II. Por su parte, en los Concilios de Laterano (1215), Lyón II (1274), Florencia (1442), Trento (1547), y Vaticano I (1892) solamente se repitieron y reclasificaron las definiciones de los primeros Concilios. Por tanto, puede verse claramente que los

53 enfoques y reflexiones que se realizaron durante este tiempo de la época patrística y de la edad media, fue meramente desde el aspecto teológico 84.

1.3. En la escolástica. En esta época, Las afirmaciones de Nicea, Éfeso y Calcedonia constituyen los fundamentos de la Cristología medieval escolástica; estas expresan el misterio de Jesucristo con la ayuda categorías como persona, naturaleza divina, naturaleza humana, conceptos derivados de la metafísica-teológica. Se realizan especulaciones sobre la fe basadas en las Sagradas Escrituras, en textos patrísticos y en escritos filosóficos. Se da la sistematización de las convicciones logradas hasta entonces por la fe y la razón, se organizó coherentemente las realidades creídas (su forma). Aparece Cristo como el revelador de la razón, el Logos supremo y la plenitud de la verdad. Surgen las grandes síntesis y explicaciones cristianas entre la fe y la razón, entre la particularidad de la historia y la razón universal, entre la individualidad de Cristo y el carácter absoluto de la verdad 85. Destacan, San Anselmo, Santo Tomas, san Buenaventura, aunque solamente se menciona algo de los dos primeros. San Anselmo de Canterbury: en su obra “Cur Deus homo” trata de responder a la pregunta de porqué Dios se hizo hombre a partir, por una parte, de la caracterización de la esencia de Dios y de su correspondiente actuación salvífica. La solución de tal cuestión, el intellectus del misterio de Cristo, y del acontecimiento salvífico, resulta de ambos extremos, si bien la determinación originaria de ambas piedras angulares está veladamente condicionada por la Idea cristiana de la redención. Así pues, sólo la encarnación de Dios, la muerte en la cruz, y la misericordia divina que en ella se manifiesta son capaces de conducir al ser humano y a la historia de la salvación. Santo Tomás de Aquino: incluye la metafísica como un nivel de comprensión autónoma; muestra la misma relación fundamental entre Dios, la antropología y la teoría de la creación, por un lado, y la cristología por otro. De sus reflexiones cristológicas, ha dejado un gran documento llamado Summa Theológiae. Dios y el ser humano, son definidos de manera sistemática desde el misterio de Jesucristo, y se 84 85

Cfr. O. GONZALES DE CARDEDAL, Cristología… O. C. p. 178-230 Cfr. IBID. p. 322

54 comprende conceptualmente desde su relación tanto su cristología como el acontecimiento redentor. La tercera parte de la Summa Theológie, se ocupa de Jesucristo, Hijo de Dios y del ser humano, de los misterios de su vida, y de su acción en la historia a través de los sacramentos86. Las reflexiones teológicas y sobre todo cristológicas entre s. XIV y XV, condujo entre otros a dos figuras –que nada más se mencionarán- que tuvieron su aportación, desde su perspectiva, al desarrollo cristológico. Destaca Francisco Suárez y Martín Lutero; ambas cristologías se oponen entre sí. El primero, desarrolla una cristología de corte trascendental-metafísico; en cambio, Lutero, realiza una cristología que parte de la comunicación graciosa de Dios con el pecador87. El s. XVI es el punto cumbre de la experiencia de Cristo en clave soteriológica como justicia del ser humano (Lutero y Trento) y como vida para el ser humano (místicos españoles). En el s. XVII, la cristología queda a merced de un psicologismo místico, amenazador de su entraña (quietismo, visionarismo, fenómenos paranormales, etc); de allí que, al agotarse la época francesa con Berulle, Olier, Condren, san Vicente de Paúl, san Francisco de Sales, Lallemant, quienes ofrecieron obras sobre espiritualidad cristológica, surgieron polémicas sobre el quietismo y la manualística teórica sobre mística; o también, en manos de la metafísica. A pesar de todo esto, en la reflexión cristológica no habrá grandes reflexiones. La mayoría de los tratados cristológicos que se encuentran en estos siglos, hasta la mitad del s. XX serán o bien de historiadores de la cristología patrística (Petavio, Thomassin, etc) o de comentadores de la summa teológica de santo Tomás: algunos dominicos como Cayetano, Bañez; salmantiences como Gonet, Billuart, Gotti, Juan de santo Tomás, etc.; jesuitas como Toledo, Vásquez, Maldonado. Desaparece la cristología de ancho horizonte que presentaba el Nuevo Testamento y la Patrística para quedar centrada en tres cuestiones:

86 87

Cfr. HUNERMANN P. Cristología, Herder, Barcelona, 1997, p. 245-260 Cfr. IBID. p. 274-275

55 - La primera es la naturaleza de la unión hipostática y su constitutivo formal o cómo pensar la persona para expiar que la humanidad de Jesús, unida al verbo, sea plenamente humana y sin embargo no sea persona. - La segunda es el motivo de la encarnación; donde se da la controversia se la encarnación tiene un valor intrínseco o se dio a partir del pecado del ser humano. - La tercera es sobre la naturaleza y modo de la redención o la respuesta al Cur Christus mortuus?88

1.4. En la época moderna. En esta época, siendo negada la fe o puesta en tela de juicio o entre paréntesis, se da una reduplicación de la razón en relación con Cristo; algunas veces para recuperarle en clave nueva y más profunda, y otras veces, para negar todo esto. Con la exaltación de la razón, realizó la discerción de la fe, la búsqueda de sus fundamentos racionales y la verificación de sus orígenes históricos, la verificación de su universalidad y absolutez salvífica en diálogo con otras formas de fe. Se desarrollaron las cuestiones de porqué creer (posibilidad y fundamento de la fe) Siendo negada la fe o puesta en tela de juicio o entre paréntesis, se da una reduplicación de la razón en relación con Cristo; algunas veces para recuperarle en clave nueva y más profunda, y otras veces, para negar todo esto. En el caminar de la historia aparece la cristología racionalista idealista, vista desde los ojos de los filósofos (Descartes (1596-1650) y Pascal, Hegel, Spinoza (16321677),

Leibniz

(1646-1716),

Kant

(1724-1804),

Kierkegaard

(1813-1855),

Schleiermacher (1768-18349, etc), los cuales piensan a fondo a Cristo. Primero, los metafísicos y los moralistas; después, los políticos y los historiadores. Surge aquí la cuestión: ¿es posible escindir la realidad única de Cristo y comprenderlo desde la mera razón, sólo con categorías filosóficas, en la medida en que es objeto mundano, al margen de su personal pretensión de ser revelador del Padre y de vivir en reciprocidad de conciencia y de amor con él, al margen de su condición objetiva de dios encarnado? Así pues, la cristología en adelante, va a quedar afectada tanto En su fundamentación como en su desarrollo por lo siguiente: ¿es posible la revelación de 88

Cfr. IBID. p. 323-324

56 Dios en un mundo que se rige por leyes fijas?; ¿tiene capacidad el mundo de acoger la iniciativa divina y mediarla hasta la conciencia humana?; ¿pueden los seres humanos percibir tal revelación divina y percibir su sentido? A partir de esto, la cuestión principal ya no será tanto creer en cristo sino por qué creer en Cristo; qué garantías tiene Cristo para que creamos en él y sobre todo si, además de la creación y razón originarias de Dios, existe otro orden nuevo de realidad: el de la revelación y el de la fe y la relación entre los dos. Por lo tanto, el interés de la filosofía por Cristo, que culminará con la aportación de Hegel, se acrecienta en el momento mismo en que se reclama, afirma y consolida la autonomía de la razón, que se va a afirmar frente a Cristo y no sin Cristo 89. “Frente al pensamiento sistemático de cuño ontoteológico, los esquemas cristológicos nacidos a finales del s. XIX en adelante toman como punto de partida el acontecimiento de Cristo en su aspecto histórico, e intentan desplegar desde ahí toda su plenitud de significado”90. Aparece también D. F. Strauus (1808-1974) quien mostrará que Jesús debe ser considerado como el portador de una verdad eterna sobre los seres humanos, la idea innata en la razón humana universal, siendo así el cristianismo la religión de la humanidad, la del Dios hecho hombre o del hombre hecho Dios, que para él es lo mismo; y en pura cristología histórica con Renan que revela una actitud entre lúdica y cínica, que no resiste el análisis histórico, ni filosófico. Más tarde, Harnack con su obra la esencia del cristianismo de 1900, intentó recuperar la figura del Jesús galilea como exponente realizador de la idea del Reino de Dios en el mundo. Para él hay una división insuperable entre el Jesús predicador (evangelios) y el Jesús predicado (dogma de la Iglesia) 91. La obra de A. Schweitzer: De H. Samuel Reimarus a Drede, la investigación sobre la vida de Jesús (1906-1913) es como la memoria y al acta de defunción de la cristología liberal positiva.

89

Cfr. Cfr. GONZÁLES DE CARDEDAL O. Cristología… O. C. p. 337-339 HUNERMANN P. Cristología… O. C. p. 423 91 A él la Iglesia responde con don documentos: el Decreto del santo Oficio Lamentabili del 3 de julio de 1907, y la encíclica de Pío X Pascendi del 8 de septiembre de 1907, pues lo identificaban y declaran no sólo irreconciliable, sino amenazador de la fe cristiana (Cfr. IBID. p. 424). 90

57 También, aparece una cristología poética, la cual, los teólogos están llamados a integrar con los demás enfoques cristológicos. De esta, solamente se mencionan algunos autores europeos como: Holderlin, Jean Paul Richter en Alemania; Hopkins, Oscal Wilde en Inglaterra; Péguy y Verlaine en Francia; Miguel de Unamuno en España92. En el s. XX se da el desarrollo de la cristología crítica gracias al impacto de los estudios bíblicos y del método histórico crítico, existencial, desarrollada por Bultmann, y devocional, que no estando de acuerdo con ninguna de las dos, promovió una devoción por Cristo. Se han desarrollado también otros enfoques asistendo por un lado, a las relecturas filosóficas y espirituales de Cristo por Blondel en un sentido y por H. Bergson en otro, el cual, ve en Jesús al iniciador de una religión dinámica y realizador de aquel amor a Dios y al prójimo que tiene en los místicos sus exponentes consumados; Cristo es el supermístico. R. Bultmann(1884-1976), con su obra Jesús, lo reinterpreta en clave existencial, resalta la significación de Jesús en su autenticidad, obediencia, decisión y justicia, las cuales, separa de su historia. Según Bultmann, este aspecto histórico no se le puede conocer, ya que, no hay fuentes históricamente utilizables. Ya que esto deriva de la vida y necesidades de la Iglesia; esto supondría sustituir la fe por la razón; equivalente a sustituir la fe por las obras. Por su parte, Kasemann, Bornkamm, ebeling, entre otros, contra Bultmann afirman lo siguiente: que hay partes esenciales de la historia de Jesús que son recuperables, que las comunidades primitivas dieron importancia a esa historia de Jesús en la tierra, por lo que redactaron los evangelios, y que por lo tanto, la historia su historia era indispensable para la fe en el Cristo glorificado de la comunidad cristiana. 93 Exegetas posteriores, protestantes como católicos, de manera distinta, han realizado un esfuerzo por recuperar en torno a Cristo, sus dichos (J. Jeremías), sus hechos (F. Mussner), y su persona (H. Schurmann). En este sentido, han cumplido una labor de mucha eficacia a los avances cristológicos, siendo de gran ayuda para el creyente.

92 93

Cfr. GONZALES DE CARDEDAL O. Cristología…O. C. p. 339-340 Cfr. IBID. p. 340-341

58 En este sentido, se han realizado diversas maneras de recuperación cristológica. Kart Barth (1886-1968) y la teología dialéctica frente a la teología liberal de Harnack, que reconstruyen una cristología descendente y donde se ve a Cristo en tres momentos: - El Señor como siervo; Jesucristo, siendo verdadero Dios, se convirtió en esclavo. - El Señor como Señor; Jesucristo, no sólo Hijo de Dios, sino Hijo del Hombre, en cuanto siervo es elevado al Señor. - El verdadero testigo; Jesucristo es la única Palabra de Dios que se tiene que escuchar. Hans Von Baltazar (1905-1987), sobresale en la misma línea; ofrece una cristología estética, una cristología dramática y una cristología lógica. - Cristología estética; Cristo es la figura definitiva de la revelación que hay que oír, ver, tocar y percibir; la cual, acogida con su luz propia, es garantía de su propia verdad y credibilidad, como la belleza, el amor, la persona del otro. - Cristología dramática; Cristo es una libertad en acto, entregada, un don del amor entregado dentro de un mundo de violencias encontradas; el cual, revela su persona realizando su misión de servicio expresando la belleza suprema de su forma en el desgarro y deformación de la cruz. - Cristología lógica; Cristo es la Palabra que hay que oír; entreteje la Palabra divina con la humana, la lógica del eterno con los seres humanos pecadores. K. Rahner (1904-1984); repensó la cristología a partir de la encarnación, como la expresión suprema de la Creación, en cuanto acto de Dios que gesta una realidad otra que él y en la que él a su vez es, en la que suscita una libertad con la que le otro surge autónomo y en la que él se da a sí mismo hasta el límite. Ofreció una cristología en tres aspectos: - Cristología trascendental; la que piensa los fundamentos de posibilidad para que la encarnación no aparezca como hecho intrínseco, extraño o insignificante para la vida humana. - Cristología dogmática-sistemática; la que piensa y sistematiza los contenidos concretos de la revelación y del Dogma.

59 - Cristología existencial; la explicita la fecundidad espiritual, santificadora de la historia, persona, misterios, exigencia, gracia y promesa de Cristo. “Rahner, no se cansó de recalcar la verdadera huamanidad de Cristo y de rechazar una comprensión de la encarnación como ocasional visita de Dios a este mundo, disfrazado de ser humano”94. “Insistió en concebir la humanidad de Cristo sacramentalmente: Cristo es realmente hombre, y su humanidad concreta es la exégesis del Dios trascendente, su sacramento entre nosotros. La carne de Jesús es la manifestación concreta de Dios en y para este mundo y es el camino concreto para acceder al misterio de Dios. Fuera de esa humanidad vano será buscar el lugar de la comprensión de Cristo y de la comprensión de la fe en Dios”95. W. Pannenberg, de confesión protestante; ha realizado

una fundamentación

escatológica de la cristología. En Cristo se da una orientación hacia el futuro absoluto, ya que su historia fue vivida y contada en el contexto de la apocalíptica que unía principio y fin del mundo, sentido de la historia, venida del Mesías y resurrección de los muertos. Por su parte E. Jungel comprende el ser de Dios desde la cruz de Cristo Otro enfoque que se da a la cristología es a partir de América Latina, propiamente con la teología de la liberación; resaltan entre sus pensadores G. Gutiérrez, L. Boff y J. Sobrino en sus intentos por explicitar de manera teórica y práctica la dimensión mesiánica esencial al cristianismo. A partir de las dos categorías fundamentales de este enfoque son la praxis como el lugar real de la verdad concreta y los pobres como destinatarios del evangelio, la cristología de la liberación ha intentado traducir como mucho realismo aquello que se contiene en las expresiones bíblicas sobre la redención, ya que los seres humanos tienen mucha necesidades y dificultades, y de todas ellas tienen que ser redimidos; y el Evangelio, no puede anunciar el Reino de Dios en un vacío de realidad histórica, ya que los seres humanos, aunque insertados en las realidades terrenas, entre esperanzas y dificultades, todos ellos son hijos de Dios, y están llamados a la plenitud de la vida 96. 94

SOBRINO J. Jesucristo liberador…. O. C. p. 69 IBID. p. 69 96 Cfr. GONZÁLES. DE CARDEDAL O.. Cristología. O. C. p. 342-345 95

60

El Concilio Vaticano II (1962-1965) es el máximo acontecimiento cristológico del s. XX. En la Iglesia. Declara a Cristo, en sus documentos, como el fundamento de todo el actuar de la Iglesia hacia el interior y el exterior de ella, tomando en cuenta la cuestión histórica y la proclamación de fe que se hace de su persona.

En los últimos años del s. XX apareció una nueva cuestión sobre la cristología, desarrollada desde un enfoque feminista. Propone la afirmación de la mujer con igual dignidad, derecho y autoridad dentro y fuera de la Iglesia como de la sociedad. “Hay que repensar qué significa que Cristo sea varón, que acogiera a las mujeres superando discriminaciones sociales, que otorgase a todos la misma dignidad por ser hijos de Dios más allá de la diferencia sexual. Así, aparece una nueva hermenéutica femenina de la Biblia en general y en especial, de la Cristología” 97.

2. Enfoque desde el dogma cristiano. La transmisión de la fe en Cristo está en el centro de la fe cristiana y del dogma de la Iglesia. Por lo tanto, todo el desarrollo de la doctrina cristiana y del magisterio que cuida de tal deposito, se ha desarrollado en varios documentos, algunos de los cuales se mencionan a continuación.

2.1. En el Magisterio de la Iglesia a). En el Concilio Vaticano II. Aunque no dedicó ningún documento para hablar sobre Cristo, el Concilio Vaticano II, y el centro de su atención no fue la cristología de manera directa sino la misión de la Iglesia en el mundo de hoy (naturaleza y misión de la Iglesia, el ser humano, la Revelación y el Evangelio en el mundo actual), implícitamente se refirió a Cristo como plenitud y consumación de la Revelación de Dios en Jesucristo (Dei Verbum), como el fundamento y forma de la Iglesia a través de su ministerio, de su muerte y resurrección(Lumen Gentium), como el origen y contenido de la liturgia (Sacrosanctum Concilium) y como clave para la interpretación de la existencia humana, proponiendo a Cristo muerto y resucitado como respuesta al enigma de la existencia, el 97

IBID. p. 349

61 dolor, y la muerte humana (Gaudium et spes)98. El único documento que se refiere a Él es el decreto Cristus Dominus, pero sólo en el título, pues trata de la función pastoral de los obispos en la Iglesia, también como una función fundamental de su obra, pero encomendado a los obispos en la Iglesia. Se citan a continuación unos números del Vaticano II: “Dios habló muchas veces y de muchas maneras por los profetas, últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo (Heb. 1,1)… Por lo tanto, quien ve a Jesucristo, ve al Padre (Cfr. Jn. 14, 9). El, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la Revelación y la confirma con testimonio divino; a saber, que Dios está con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y la muerte y para hacernos resucitar a una vida eterna”99. “El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Nueva, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde siglos en las Escrituras (Cfr. Mc. 1, 15; Mt. 4, 17). Este Reino, se manifiesta a los seres humanos en las palabras, en las obras y en la presencia de Cristo”100. De manera que la misión de la Iglesia es “continuar, bajo la guía del Espíritu Santo, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido” 101. También los demás documentos del Concilio Vaticano II tienen de manera implícita a Cristo; por ejemplo, el decreto Ad gentes, que se refiere a la actividad misionera de la Iglesia, presenta esta función de la Iglesia “como una prolongación de la misión de Cristo, en la cual, está activo el Señor mismo” 102. “El Vaticano II ha llevado a cabo una contribución esencial a la historia de la Cristología, no tanto en el aspecto de la elaboración de la problemática conceptual, cuanto en la manera en que acoge sus nuevos planteamientos, acuñados ahora en unas fórmulas que resultan accesibles a la Iglesia en su conjunto. A la vez, añade a las

98

Cfr. IBID. p. 346 DEI VERBUM. en Concilio Vaticano II, constituciones, decretos, declaraciones, n. 4. 100 LUMEN GENTIUM. en Concilio Vaticano II, constituciones, decretos, declaraciones, n. 5. 101 GAUDIUIM ET SPES, en Concilio Vaticano II, constituciones, decretos, declaraciones, n. 4 102 HUNERMANN P. Cristología… O. C. p. 432 99

62 declaraciones cristológicas anteriores un capítulo nuevo y de suma importancia sobre el Señor resucitado y activo en la Iglesia a través de su Espíritu” 103. b). En el Catecismo de la Iglesia Católica. El catecismo, destaca una parte para exponer que la Iglesia en el proceso de evangelización y catequesis, tiene como fundamento la persona de Jesucristo, en su vida terrena y en su característica de Hijo de Dios, y da los fundamentos de la fe cristiana que se profesa. Solamente aquí se mencionan dos números del catecismo, los cuales dicen así: “Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. He aquí, la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios: Dios ha visitado a su pueblo, ha cumplido las promesas hechas a Abrahán y a su descendencia, lo ha hecho más allá de toda expectativa: El ha enviado a su Hijo amado”104. “Creemos y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judío de una hija de Israel, en Belén en el tiempo del Rey Herodes el Grande y del emperador Cesar Augusto I; de oficio carpintero, muerto crucificado en Jerusalén, bajo el procurador Poncio Pilato, durante el reinado del emperador Tiberio, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que ha salido de Dios (Jn. 13, 3), bajo del cielo (Jn. 3, 13; 6, 3), ha venido en la carne, porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad 105. También se afirma que Jesucristo es el Hijo único del Padre, la Palabra eterna, el Verbo e imagen substancial del Padre, quien al encarnarse, asumió la naturaleza humana sin perder la divina; por lo tanto, es verdadero Dios y verdadero hombre y único mediador entre Dios y los seres humanos106. c). En documentos de Juan Pablo II. La primera encíclica del pontificado de Juan Pablo II de 1979, fue dedicada precisamente a Cristo, Redemptor hominis y "centrum universi et historiae". 103

p. 433 C.E.C. n. 422 105 IBID. n. 423 106 IBID. n. 479-480 104

IBID.

63 En el documento la Iglesia en América de 1999, en el primer capítulo se refiere a los encuentros con Cristo. Primero, al narrar algunos encuentros con personas distintas: con la samaritana (Jn. 4, 5-42); con Zaqueo (Lc. 19,1-10); con María Magdalena (Jn. 20, 11-18); con los discípulos de Meaux (Lc. 24, 13-35); con Saulo (Hch. 9, 3-30), se pone en claro que Jesús utilizó la vida ordinaria como lugar de encuentro con sus contemporáneos, quienes al contacto con él, cambiaron de dirección su vida. A partir de esto, se proponen algunos lugares de encuentro con él: 1. En la Sagrada escritura: leída a la luz de la Tradición, del Magisterio de la Iglesia y profundizada en la meditación, oración y confrontación con la vida. 2. En la sagrada Liturgia: en el celebrante, en el altar del sacrificio (de la mesa y de la palabra; en los sacramentos, en la Eucaristía, en la comunidad. 3. En las personas, especialmente los pobres, con quienes Jesús se identifica. Bien puede decirse que se propone una cristología existencial, encarnada en la vida107.

2.2. En América Latina. Las Conferencias Episcopales Latinoamericanas, sobre todo de Medellín, Puebla y Santo Domingo, constituyen un acontecimiento eclesial sumamente valioso por muchas razones, pero de un modo especial, por la doctrina teológica y cristológica de sus documentos. Aunque el tema de fondo que unifica todas las Conferencias es la Evangelización, se pueden señalar esto como un seguimiento de la invitación de Jesucristo a sus discípulos de anunciar el evangelio a todos (Cfr. Mt. 28, 19-20). En Medellín, el ser humano; en Puebla, la Iglesia; en Santo Domingo, Jesucristo. Las tres contienen en sí una cristología de fondo. a). Medellín108 En el marco de la evangelización, el tema dominante de esta Conferencia que se realizó en 1968, es el desarrollo integral del ser humano, el cual es considerado desde

107

Cfr. JUAN PABLO II. La Iglesia en América, exhortación apostólica postsinodal, n. 8-12 Marcó uno de los períodos más ricos y complejos de la historia eclesial latinoamericana, significando para el continente, una lectura concreta y audaz del Concilio Vaticano II que acabada de concluir tres años antes (Cfr. MELGUIZO YEPES G. en Medellín, revista de teología y pastoral para América Latina, vol. XXXII, n. 126, 2006) 108

64 la óptica de la liberación integral. Esta perspectiva acaba de dar a Medellín su identidad doctrinal, espiritual y pastoral. Conforme a esto, la evangelización ha de servir a un desarrollo integral de la humanidad y de los pueblos, por Cristo, con El y en El. En su introducción, presenta a Cristo de manera activa en la historia, quien anticipa su gesto escatológico no sólo en el anhelo impaciente en los seres humanos por su total redención, sino en aquellas conquistas que, como signos pronosticadores va logrando la humanidad de hoy a través de su actividad realizada en el amor 109. La enseñanza de Medellín no fue simplemente una repetición, sino una auténtica asimilación de las enseñanzas conciliares y pontificias para los pueblos latinos. Afirma que “La Iglesia Latinoamericana centró su atención en la humanidad de este continente, que vive un momento decisivo de su proceso histórico. De este modo ella no se ha “desviado” sino que se ha “vuelto” hacia el hombre, consciente de que “para conocer a Dios es necesario conocer al ser humano” (n.1). Se trata de buscar situar la obra salvadora de Jesús en el hoy de la realidad latinoamericana y caribeña, de relacionar su mensaje con las contradicciones que se viven en el contexto de América Latina110. b). Puebla111. Reunida del 27 de enero al 13 de febrero de 1979- Se quiso continuar a Medellín. Pero también se quiso dar un paso adelante. Puebla no se clausura en la perspectiva de Medellín: desarrollo y liberación integral, sino que se lanza a una reflexión más amplia sobre “comunión y participación”, que debe definir la vida interior de la Iglesia. La acción evangelizadora en Puebla es presentada en el espíritu de dos categorías complementarias: comunión y participación. Desde el fundamento de la Trinidad Santísima, misterio frontal de comunión y participación, a través de la encarnación redentora de Cristo y la misión de su Espíritu, se origina el misterio de la Iglesia, y por la Iglesia. Y en ella, se constituyen los centros 109

110

111

Cfr. MEDELLÍN, segunda conferencia del episcopado Latinoamericano, introducción, 1968, n. 5 http://www.mercaba.org/DicT/TF_cristologia_5.htm

Actualizó derroteros, anunció con claridad la verdad sobre Jesucristo, sobre la Iglesia y sobre el ser humano, constituyendo un eco y aplicación de la E. N. de Pablo VI en 1975(Cfr. MELGUIZO YEPES G. en Medellín… O. C. 126)

65 de comunión y participación, operan sus agentes, se usan los medios apropiados, y se ejerce la acción misionera. La Iglesia debe siempre, con amor gratuito, amar a todos, y por eso, tener preferencia con los más necesitados. Puebla elige en esta categoría a los pobres y a los jóvenes. La Iglesia debe servir a la sociedad y a su cultura, colaborando con quienes la construyen. Debe servir a la sociedad nacional e internacional en el reconocimiento de la persona humana en la verdad de su misterio, como señora del mundo y como encaminada a su destino divino 112. c). Santo Domingo113. Se reunió del 12 al 28 de octubre de 1992. Santo Domingo tiene lugar en el clima espiritual de la celebración de cinco siglos de la evangelización y de la fe de América. Empieza con la confesión de fe, termina con una hermosa oración pidiendo la gracia de empeñarse por “una nueva evangelización”, en una Iglesia decididamente misionera, en una promoción integral del pueblo latinoamericano y caribeño y por una evangelización inculturada. Santo Domingo es, sin duda, un momento de la tradición latinoamericana, en la única tradición universal. Su contribución cristológica fue la centralidad de Cristo en el contenido y el método de la Evangelización, además de sus enseñanzas en temas como la familia, la mujer y la defensa de la vida, la evangelización de la ciudad y el papel de los movimientos eclesiales, la actividad de las sectas, el problema del consumismo. Coloca a Jesucristo como el centro del designio amoroso de Dios 114. Jesucristo ayer, hoy y siempre fue un sello de todo Santo Domingo. Después de haber confesado a Jesucristo Evangelio del Padre, lo propone como Evangelizador viviente en su Iglesia para desarrollar allí los tres grandes temas que le había señalado el Santo Padre en su Discurso Inaugural, que tanto influyó en toda la asamblea: la nueva Evangelización, la promoción humana y la cultura cristiana. 112

http://multimedios.org/docs/d000420/p000002.htm No pudo ser sino hijo de la doctrina de Juan Pablo II. Tuvo que enfrentarse a dos coyunturas: la memoria de los 500 años de una primera evangelización y la necesidad de dar respuesta a los desafíos de una cultura nueva mediante el proyecto pastoral global de la nueva evangelización. Tuvo a la mano dos encíclicas recientes: una, profundamente misionera, la Redemptoris Missio de 1990, y la otra de corte social, la Centessimus Annus de 1991; y dos exhortaciones apostólicas: la Christifidelis Laici de 1988 y la Pastores Davo Vobis de 1992. (Cfr. MELGUIZO YEPES G. en Medellín…O. C. 126) 114 Cfr. SANTO DOMINGO, cuarta conferencia del episcopado Latinoamericano, 1992, n. 3 113

66

Jesucristo es la Verdad eterna que se manifestó en la plenitud de los tiempos. Y precisamente, para transmitir la Buena Nueva a todos los pueblos, fundó su Iglesia con la misión específica de evangelizar. «Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda criatura» (Mc 16,15). Se puede decir que en estas palabras está contenida la proclama solemne de la evangelización. Así pues, desde el día en que los Apóstoles recibieron el Espíritu Santo, la Iglesia inició la gran tarea de la evangelización. San Pablo lo expresa en una frase lapidaria y emblemática: «Evangelizare Iesum Christum», «anunciar a Jesucristo» (Ga 1,16). Esto es lo que han hecho los discípulos del Señor, en todos los tiempos y en todas las latitudes del mundo 115.

3.3. Otras cristologías116. Alrededor del Vaticano II, las llamadas cristologías progresistas, reconocieron que era necesario recuperar a Jesús de Nazaret por razones de identidad cristiana, obvias, aunque ignoradas, y por razones de relevancia social y pastoral” 117. Actualmente, se han desarrollado una amplia cantidad de posturas e interpretaciones en torno a Jesucristo; muchos de ellos, con la ayuda de los avances científicos e históricos, han tratado de ofrecer una perspectiva nueva y actualizadora sobre lo que hoy dice su figura y mensaje. Aquí, sólo se mencionan algunos de ellos. 3.1.

Desde una perspectiva antropológica; es decir, desde las aspiraciones

humanas. El Jesús que salva es quien interpela por el anuncio del Evangelio y así, invita a una existencia auténtica y movida por el amor y no por el egoísmo, según R. Bultmann; Jesús, como ser humano y Dios, es la realización máxima de la estructura espiritual de la humanidad, según Kalr Rahner; Jesús es el terapeuta que libera a los seres humanos de la angustia, de la culpa y de la ley, ayudándoles a descubrir su dignidad de rey y el componente maternal de la divinidad (E. Drewermann).

115

Cfr. HTTP://MULTIMEDIOS.ORG/DOCS/D000420/P000002.HTM Cfr. Apartado tomado de BUENO DE LA FUENTE E. Diez palabras clave en Cristología…O. C. p.36-40 117 SOBRINO J. Jesucristo liberador… O. C. p. 69 116

67 3.2. Desde las formulaciones dogmáticas; Jesús aparece como la forma o la figura, convincente por su propia armonía y belleza, que seduce a quien lo contempla como la expresión del amor que se comunica en todo su esplendor, según Von Baltasar; Jesús es la Palabra que expresa y revela la intimidad de Dios, según L. Bouyer; Jesús el lugar privilegiado del encuentro con los seres humanos, según Olegario González de Cardedal. 3.3. Desde una experiencia negativa de los seres humanos; Jesús aparece como un recuerdo peligroso, el cual, que se hace presente a las víctimas en el seno de una sociedad satisfecha en sus ideales de emancipación y de progreso, según J. B. Metz; Jesús es Dios crucificado o el Mesías en camino que avanza hacia la eternidad desde los sufrimientos de los seres humanos, desde los abismos de la historia y desde la agonía de la naturaleza, según J. Moltmann, y la ecología; Jesús es la realización de una humanidad nueva que en medio de las injusticias abre el camino hacia una utopía que niega la legitimidad del presente para abrir nuevos senderos, según J. I. Gonzáles Faus. 3.4.

Desde una perspectiva contextual, es decir, desde aquellas posturas que

pretenden interpretar y actualizar a Jesús desde el contexto en que se encuentra el teólogo (cultural, religioso, social, económico, político. Esto implica a grupos o personas marginados, que en los contextos ya mencionados, para los cuales Jesús puede ser ala vez palabra de salvación e instancia crítica frente a poderes inhumanos que provocan la irredención experimentada hacia el sufrimiento y la infidelidad. Se mencionan cuatro maneras de presentar a Jesús, desde un contexto muy distinto, pero lo sobresaliente es que se presenta al mismo Jesucristo. a). Desde la teología africana; para hacer su figura más comprensible a los habitantes del continente negro, se ha recurrido a cuatro categorías o títulos centrales en la cultura y mentalidad africana, estos son: jefe, antepasado o hermano mayor, maestro de iniciación, senador. Estas categorías reflejan experiencias reales del pueblo africano, y por lo tanto, el utilizarlas, ayuda a que se comprenda mejor la figura y misión de Jesucristo.

68 Es cierto que presentar a un Cristo dulce y bondadoso, no dice nada absolutamente a los africanos, al contrario, hace que se quede a distancia su mensaje. b). Desde la teología feminista; pretende también, denunciar las cristologías que se centran en el Jesús varón, predicador de la paciencia y la humildad, ya que ha sido utilizado como el legitimador de un patriarcalismo que ha provocado el sometimiento de las mujeres a través de los siglos. Un salvador, difícilmente puede ser el salvador de las mujeres, y por ello se considera a Jesús como un enviado de la sabiduría que rompe todo tipo de clasismo o de la tipificación de la sociedad, en aras de una igualdad en dignidad de ser hijos de Dios por encima del sexo y de las posibilidades económicas. c). Desde la teología de América Latina o de la liberación; la reflexiones cristológicas que se han hecho en este continente, se introducen en el proceso de volver al Jesús histórico. Se elaboró una cristología dialéctica, que arranca del Jesús histórico, y de las manifestaciones liberadoras de Dios, por un lado, y de la estructuración actual del mundo por el otro, que divide entre pobres y ricos por necesidad de un sistema injusto; según este contexto, no hay pobres, sino empobrecidos; por tanto, ni el evangelio, ni la salvación pueden tener resonancia y actualidad sino se posicionan en uno de los polos de tal dialéctica. El compromiso de los creyentes latinos, y de su seguimiento a Jesús ha de fundamentarse y concretizarse en la transformación de las estructuras injustas. d). Desde la teología asiática; Se ha producido una reflexión cristológica en línea de la teología de la liberación teniendo como fundamento la pobreza generalizada y la profunda religiosidad en los asiáticos. Pero, la aportación más sobresaliente de la teología asiática es el repensamiento de la figura y persona de Jesús desde las categorías propias de las tradiciones religiosas del continente. Han planteado también la cuestión de la unicidad y singularidad de Jesús en el contexto de la multiplicidad de religiones

4. Relación entre el Cristo de la fe y el Jesús de la historia. Hablar de Jesucristo, no es sólo hablar de un ser humano que vivió y murió, sino también de un futuro que todavía está por venir, pero que en algún sentido está ya aquí

69 -una posibilidad permanente. Además, se ha de permanecer fiel al depósito de la tradición auténtica y autorizada sobre el Cristo de la fe, como ha llegado desde los apóstoles en la primera generación cristiana. Porque, si Jesucristo fue adorado y proclamado como la segunda persona de la Santísima Trinidad en los orígenes del cristianismo, entonces, habiendo estado presente durante más de dos mil años, estará en el nacimiento del tercer, cuarto y quinto milenio, y al final del mundo. Los cristianos de hoy en día siguen creyendo que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (Hebreos 13,8). Tomando prestada una frase de San Agustín podría decirse que: el Cristo exaltado y el Jesús histórico y su mensaje permanecerán como «una belleza siempre antigua y siempre nueva». A continuación se proponen unas definiciones que enmarcan los enfoques sobre su persona y figura; también, una distinción entre la controversia

del

Jesús

histórico

y

el

Cristo

de

la

fe.

4.1. Definiciones sobre Jesucristo. Después de haber considerado los aspectos dogmáticos, históricos, científicos, es bueno proporcionar algunas definiciones sobre Jesús, para hacer una distinción entre los enfoques que se han mencionado. a). El Jesús real: es el Jesús tal cual existió. Especialmente el Jesús antes de iniciar su ministerio, pero también Jesús durante su ministerio. Todo lo que él pensó, hizo y dijo realmente. Sus mismísimas palabras. Este Jesús en su totalidad es definitivamente inalcanzable. b). El Jesús de la fe: es la respuesta de fe de los primeros discípulos a su encuentro con el Jesús histórico. El Jesús de la fe es la aceptación del Jesús histórico en la práctica de fe de los primeros cristianos. Esta vivencia de fe está ya en los mismos 4 evangelios. Los métodos de historicidad, ayudan a que se distinga en el texto de los cuatro evangelios al Jesús de la historia y el Cristo de la fe. c). El Jesús histórico: es el Jesús que se puede re-construir a partir de los datos bíblicos, utilizando todos los métodos histórico-críticos disponibles y los criterios de historicidad. Este Jesús es históricamente existente, aunque no se identifique con el Jesús real en su totalidad histórica. No es sólo una reconstrucción intelectual, sino que se encuentra efectivamente al interior del Jesús real. En la reconstrucción del Jesús de la historia se acentúa fundamentalmente la plena humanidad de Jesús. El Jesús

70 histórico tiene realmente rostro humano, tiene conciencia humana, corazón y sentimientos humanos. Incluso, se habla históricamente de la fe de Jesús. Además se habla de preferencia del "movimiento de Jesús", pues Jesús no es solo el, sino el con sus discípulos y discípulas. En la afirmación del Jesús histórico se combate no tanto contra la herejía que niega la divinidad de Jesús, sino contra la herejía dominante en toda la Iglesia actual que niega su humanidad, y se inclina a su divinidad. d). El Jesús teológico: es el Jesús definido básicamente en los 6 primeros concilios: Nicea (325 d. C.), Constantinopla (381 d. C.), Efeso (431 d. C.) y Calcedonia (451 d. C.), segundo de Constantinopla (553) y tercero de Constantinopla (681), necesarios para definir el dogma cristológico frente a la fragmentación de las herejías, que amenazaban seriamente la unidad de la Iglesia y del imperio romano en aquella época. Algunos Padres compararon estos Concilios con los evangelios, pero el problema Es que llegaron a sustituir a los 4 evangelios; y más aún, anularon o sustituyeron al Jesús histórico presente en los evangelios por el de la fe. El credo, el Catecismo y la teología posteriores

se

construyeron

sobre

tales

Concilios 118.

4.2. Entre el cristo de la fe y el Jesús histórico. Jesucristo es una totalidad que, dicho ahora de forma simplificada, consta de un elemento histórico (Jesús) y de un elemento trascendente (Cristo), y lo más específico de la fe en cuanto tal es la aceptación no sólo del aspecto trascendente, sino también el histórico119. Una cuestión que es fundamental para las reflexiones teológicas de la actualidad es ¿son los mismos el Cristo de la fe y el Jesús de la historia (el que vivió en Nazaret)?, ¿son los mismos, el Cristo de la fe particular de cada persona que se considera cristiano, de las películas recientes, de los y las biblistas de hoy, tanto católicos como no católicos y el profesado por la Iglesia, tradicionalmente enseñado? Son pues, tantas las interpretaciones a cerca del significado de Jesús de Nazaret y de los eventos y hechos históricos asociados a su existencia (vida y enseñanzas); y por otro lado, son tantas las personas que han citado el nombre de Jesucristo para justificar sus acciones eclesiales y humanas, y sus propios intereses. 118 119

Cfr. HTTP://WWW.MERCABA.ORG/FICHAS/RELAT/BUSQUEDA_JESUS_HISTORICO.HTM Cfr. SOBRINO J. Jesucristo liberador… O. C. p. 59

71 Se han realizado muchas publicaciones y aclaraciones superficiales sobre su enseñanza, y han surgido muchos grupos religiosos que aseguran tener la verdad exclusiva sobre Jesucristo; Así, como muchas investigaciones profundas a cerca de su vida y de sus implicaciones para la vida cristiana en relación tonel actuar social y para la Iglesia de hoy Aunque lo que se sabe sobre él por las

fuentes no cristianas, y las

investigaciones que han hecho un esfuerzo por acercarse a él, y lo que se conoce de su persona y actuar por medio de los evangelios implica una visión de fe, hoy en día, no puede afirmarse que estos dos aspectos sean adversos o contradictorios. Más bien, se sabe lo suficiente como para asegurar que Jesús, a los ojos de sus contemporáneos fue un personaje fuera de lo común, cuya vida, en sus dichos y hechos, estuvo definida por una vocación excepcional. “Si los evangelios narran acciones de Jesús, como sanador, si la enseñanza del Reino se transmite especialmente en un numeroso conjunto de parábolas, si se nos han transmitido en ellos abundantes controversias de Jesús con los dirigentes judíos, si se nos han conservado colecciones de logia o palabras de Jesús, enriquecidas por la comunidad cristiana primitiva con entera libertad, si numerosos textos dibujan un Jesús que se acerca a los pecadores y marginados de la sociedad, estamos convencidos de que este conjunto de tradiciones acerca de Jesús no se habrían plasmado por escrito y transmitido de no haber tenido como referente a un Jesús histórico” 120. Mientras se interpreta a Jesucristo se ha de tener cuidado al hablar tanto de el ser humano de Nazaret, como del Cristo, que se le encuentra en el kerigma de la Iglesia. Sí se puede afirmar, con las investigaciones científicas e históricas que, la mayor parte de los títulos que se aplican a Jesús en los evangelios no provienen del Jesús de la historia, sino que son estos desarrollos cristológicos de la comunidad primitiva. No puede aceptarse que estas maneras de llamarlo surgieran a partir de la nada, es decir, de algo que en realidad no existió; es decir, sin haber encontrado una base firme en un Jesús que vivió en realidad, un Jesús de la historia. Y si sus seguidores no hubieran visto en él algo especial como una apertura hacia lo divino, 120

TAMAYO ACOSTA J. J. Diez palabras clave en Jesús de N… O. C. p 122

72 difícilmente podría haberse realizado una explicitación intensiva posterior de los rasgos de su personalidad histórica121. “Aunque no podamos escribir la vida de Jesús en detalle –y tal vez nunca podamos llegar a escribirla- en el actual estado de la investigación estamos en condiciones de afirmar que, si no es el perfil definido de su personalidad, se pueden recuperar ciertamente los rasgos característicos de la misma y, a grandes trazos, su estilo totalmente peculiar de vida. Porque, no sólo el Cristo de la fe, también el Jesús de la historia resulta difícil de enmarcar dentro de una determinada definición. Para rescatar la imagen del Jesús de la historia, hemos de recordar también que la fe en Cristo se encarna en la historia, pero no se agota con ella” 122. “Los primeros creyentes fueron confrontados con muchas realidades históricas en vida de Jesús y con la experiencia de la resurrección. Y a través de esas experiencias fueron reflexionando sobre quien era aquel Jesús, hasta llegar a confesarlo como el Cristo. Pero, también es válido en la actualidad, aunque no de la misma manera. En el presente, al creyente se le ofrece ya de algún modo el resultado de ese camino recorrido antes por otros: la fe en Cristo. Pero sería una ilusión pensar que ahora ya podemos captar en directo el final del proceso sin recorrer (existencialmente, por supuesto, pero también reflexivamente) el camino que llevó a formularlo. Y ese camino comenzó con Jesús de Nazaret. Jesús puede ser comprendido como el camino al Cristo”123. Es precisamente en la historia concreta de Jesús y en la globalidad de su vida en la tierra donde se arraiga y motiva el carácter salvífico absoluto de su llamada existencial como el Cristo exaltado por sus seguidores de ayer y hoy. En Jesús la historia llega a su más alta densidad existencial y salvadora, puesto que su existencia (actos, palabras, actitudes, milagros, acontecimiento pascual) es al mismo tiempo salvación definitiva para los seres humanos en vista de la plenitud del Reino. Confesar a Jesús como el ser humano verdadero a través del cual se ha mostrado el verdadero Dios, es problema teórico, pero, en definitiva, sólo se dilucida en una práctica: la de ser hoy, historizadamente, como Jesús. “Para llegar a confesar con 121

Cfr.IBID. p. 123. IBID. p. 123 123 SOBRINO J. Jesucristo liberador…O. C. p. 61 122

73 sentido que Jesús es el Cristo se necesita conocer a Jesús, conocer y analizar aquellas realidades suyas que permitan dar el salto de la fe: Jesús es el Cristo” 124.

124

IBID. p. 61

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