Disciplina Claricalis

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-,

La Nueva Biblioteca de Autores Aragoneses se realiza bajo la dirección editorial de José M. ª Pisa Villarro­ ya, qué,

la

dirección

y el

diseño

literaria

de

José-Carlos

y maquetación

4

de

Mainer

Víctor

Ba­

Lahuerta.

5

@

Guara Editorial, S.

A.,

1980, el.

José Oto, 24, Telé­

fono 976.396.480, Zaragoza-14. ISBN: Í4-85303-37-7. Depósito legal: Z-775-80. Impreso en España. Printed

in

Spain.

Número

Registro

Empresas

D I S C I D l l íl ft

Editoriales:

1848/77.

C l f R I C ft l l S Introducción y notas de María Jesús Lacarra Traducción

---------

6

---------

de Esperanza Ducay

A José María

Introducción

-------

11

-------

Presentación

Más

de

sesenta

encuentran

manuscritos

repartidos

por

de

todas

la

Clericalis se

Disciplina

las

bibliotecas

europeas.

Durante la Edad Media sus apólogos eran lugar común de buena parte de los predicadores y podemos reencontrarlos en innumerables autores de la literatura universal.

Pero la

fama alcanzada por la Disciplina Clericalis no debe hacer­ nos

olvidar

que

i>_edrQ.__Alfonso

fue

un

hábil

polemista

y

uno de los primeros transmisores de la ciencia oriental a oc­

cidente. Pese a todos estos valores, que hacen de Pedro Alfonso una

figura destacada dentro de la «historia de la cultura»,

nunca ha recibido el trato que se merece. Quizás haya con­ tribuido a ello su polifacética actividad -médico, astróno­ mo, cosmógrafo, etc.- de la que apenas han quedado no­ ticias ni textos. Su condición de converso convencido pudo contribuir al silencio de sus antiguos correligionarios.

Para

los latinistas es un autor secundario que se mueve con cierta

soltura y pobreza en esta lengua. Queda al margen de la li­ teratura

española

al

no

Tantos inconvenientes

se sigan por

expresado

repitiendo datos erróneos en

ciertas

algunas

haberse

falsas

en

romance . . .

no justifican, aunque explican, que

atribuciones

documentadas

y

su

biografía,

o ignorando su

recientes

historias

dando

nombre en

de

la

ciencia

medieval. Por ello me ha parecido necesario reunir en

ducción

los

datos,

hoy

por

hoy,

más

fiables

una intro­

sobre

su

biografía y su labor. Presento ante el lector mis excusas por haber caído,

quizás, en

la acumulación

de notas eruditas,

pero la figura de Pedro Al fon so de Hu esca bien merece ser conocida libre de tantas confusiones.

13

Biografía

ucho

M

1062 Las pocas noticias que tenemos de Pedro Alfonso (Moisés Sefardí) proceden del

breve prólogo autobiográfico con el

que se abren su Diálogos con1ra los judíos.

Alfonso «glorioso emperador de España», tarde referirá, con su habitual

fidelidad,

nión

que siglos más

Jerónimo Zurita:

má s

arraigado

e halla

otro error

s

fecha del nacimiento de Pedro

cuenta

aparentemente

pues en el citado

Allí nos cuenta

la historia de su conversión y bautismo apadrinado por un

la

«Hoc

autem

con

un

qu

e sit ú a en

Alfonso .

sta opi­

E

fundamento

sólido,

rólogo podemos leer :

p

fatum est

anno a nativitate

Dornini

millesi­

mo centesimo sexto, aetatis meae anno quadragesimo quar­

to»

(E

sto sucedió en el año

1

1 0 6 de la Natividad del

S

eñor,

a los cuarenta y cuatro años de mi edad )'. e ahí el dato

En el año 1106, en la fiesta de los Apóstoles San Pedro

a tópico, reiterado hasta la

D

n el cual

( y San Pablo de. mes de junio, estando el rey Alfonso I en la



ciudad de Huesca (que es la principal cosa de su reino y

de

adonde se

Nedelcou

y

edro Alfonso fue

autizado en

P

cuarenta

cuatro

y

años.

b

in

embargo,

S

s

aciedad, se­

1 1 0 6 a la edad

ya en

1906,

.

C

4

I

debió

celebrar

las fiestas

de su

coronación y

probó,

tras

ue el primer editor

la

consulta

q

bió el agua del Santo Bautismo en la iglesia mayor de ella

lugar de decirnos su edad ,

un judío,

que era en su ley el más enseñado que hubo en

lla ciudad.

Bautizó/o don Esteban, obispo de aque­

Y fue su padre espiritual el rey Alfonso l.

memoria de esta solemnidad se llamó Pedro Alfonso

Y en

la Era

año

38

a.

H

J

ispánica

:

manuscritos,

al este pasaje.

«Hoc autem

E

n

m

E

edro Alfonso daba dos veces la

P

ra Cristiana y otra se­

E

que empezaba a contar a

(

p

artir del

. C . , supuesta fecha de la fundación de las

vinc i as romanas en

1

h

fecha de su bautismo , una según la gún

varios

abía interpretado

caballería), se convirtió a nuestra Santa Fe Católica, y reci­

aquellos tiempos.

de

ro­

p

s p a ñ a ):

fatum

nativitate

est anno a

Domini

millesi­

No todos los lectores del mencionado prólogo han saca­ mo centesimo

Era millesima centesima quadragesima

sexto,

do las mismas conclusiones que el historiador aragonés. De

quarta. » interpretaciones

equivocadas

proceden

diversas

sto sucedió en el año

1 1 0 6 del

(E

S

eñor,

I

144 de

a

l

tradiciones

ra)

E

erróneas

que

han

ido

transmitiéndose

entre

los

críticos,

al­

canzando pareja difusión a la de algunos de los cuentecillos de la Disciplina.

Fernán Pérez de Guzmán refiere en su Mar

n

E



resumen ,

su conversión tuvo lugar el año

n el cómputo cristiano , o el

f!i.!storias (l 512)que Pedro Alfonso era «natural de Cas­

ro desconocemos a qué edad fue bautizado

tilla» y fue bautizado por el «venerable don Estevan, obis­

noramos

po

de Osma»>,

No

es

necesario

aclarar

que

la

su

fecha

de

se­

1106,

1 1 4 4 , según el his pá nico , pe­ y, por tan t o , ig­

nacimiento.

atribución ejando a un lado su conversión , nos faltan datos para

D

castellana entre

parte

Alfonso

de

de

una

confusión

Aragón

y su

entre

Osma

homónimo,

y Osca

emperador

y completar

este

fonso

atallador,

desvaído

perfil

iográfico.

b

édico

de

M

Al­

de el

B

ejemplifica

con

su

cargo

la

pacifica

Castilla y León. Esta última identificación viene favorecida convivencia de distintas comunidades fomentada en el valle por el calificativo de «glorioso emperador» que, en justo ri­

del gor histórico, no podía aplicarse a Alfonso I el

bro por inicia t iva regia.

E

idéntico puesto en en

iajó por Inglaterra

V

y

ocupó

Batallador a corte de

l

E

nri q ue

1,

hacia el año

1110.

1 1 0 6 , lo que ha hecho pensar a varios estudiosos en Al­ Años después, el

fonso VI. dactara tal

noticia biográfica en el mismo momento de su

conversión .

Años

después,

pudo

atribuir

a su

padrino

a entonces le correspondía.

y

ampoco hubo por

T

esos años ningún obispo en la diócesis soriana llamado Por

cable con nigo de

E

el

contrario,

el

nombre

es

fácilmente

steban , maestro de Alfonso el

aca

J

etro



A

y,

más adelante , obispo de

14

B

H

tigo en un documento de tierras en Zaragoza.'. también

la

fecha

de

su

tuando erróneamente en

1

muerte,

aunque

se

e descono­

S

ha

venido

si­

110.



E

Nos quedan sus obras, a veces

identifi­

atallador, canó­

uesca .

ue puede ser el famoso oscense, firmando como tes­

q

el ce

teban.

'P

Pero no hay que suponer que Pedro Alfonso re­ fons',

título que

1 4 de abril de 1 1 2 1 , aparece un

co

camino

junto

para

a ellas

se

reconstruir

acumulan

esta

fragmentarias, enigmática

innumerables

15

como

figura.

atribuciones

úni­ Pero

ue

q

demuestran Alfonso»

la

mitificación

pasará a ser

fabulistas

e

impresores

producciones

del

nombre.

La

firma

«marca de garantía», para

dar

más

«Pedro

utilizada por

categoría

a

sus

contra los cátaros y los judíos. Esta literatura respondía en ocasiones

a

polémicas

Mallorca hacia

reales,

como

la

que

se

originó

en

1 1 8 6 entre unos judíos y un mercader geno­

vés. Sin embargo, muchos de estos escritos resultaban inefi­

6 •

caces

por

el

desconocimiento

y

la

incomprensión

de

sus

autores hacia las creencias de sus oponentes. Dentro de esta corriente destacarán

La obra de Pedro Alfonso

las obras compuestas por judíos con­

versos, como Godofredo de Colonia o Pedro Alfonso, por Aunque el objeto de este prólogo sea introducir al lector en la

Disciplina

Clericalis,

es

ineludible

mencionar,

su conocimiento directo de los adversarios

siquiera Siguiendo

brevemente, la aportación de Pedro Alfonso

una

ficción

ya

consagrada,

Pedro

Alfonso

en otros cam­ adoptó la

pos de la cultura.

8 •

forma dialogada, con

la originalidad de discutir

Y ello por dos razones: en primer lugar, con

su

«alter-ego»:

anterior

«Cuando

defendía

el

cristia­

la fama alcanzada por la Disciplina Clericalis ha oscurecido otros

aspectos

de

la

personalidad

posiblemente más interesantes;

intelectual

en segundo

de su

lugar,

nismo

puse

mis

palabras

a nombre de

Pedro:

el

tengo.

Cuando expresé las ideas del adversario,

tarlas,

las puse en

que

hoy

autor, para refu­

sólo co­ boca de Moisés,

mi

nombre anterior al

nociendo todas las facetas de su obra podemos situar el tex­ bautismo». to que nos ocupa dentro de un aparente diversidad

largo

de

los

12

títulos

en

que

divide

su

panorama más amplio. obra

La

A lo

va

repasando

la

exégesis

de

las

Escrituras,

para

de su obra puede sorprender a

concluir con un intento de armonización entre la ley de los

un lector actual, habituado a la fragmentación de la ciencia

cristianos y la de Moisés. Una mala interpretación del Anti­

en

guo

compartimentos

cada

vez

más

especializados.

Sin

em­

bargo, no hay que olvidar que hasta tiempos recientes la vi­

Testamento,

excesivamente

apegada

a

lo

«escrito»,

explica la aparente disparidad de ambas religiones.

sión del hombre y el cosmos era trabada y unitaria. Como dice Francisco Rico

7,

El

tono conciliador y afectuoso de

olvidemos que dialoga con

se

fundía

la

medicina

y astrología,

cosmografía

Alfonso (no

su otro «yo») contrasta con

la

y crono­ actitud

logía,

Pedro

en esa ciencia plenaria de la realidad

insultante

adoptada

por

otros

polemistas

más

in­

y daba cuenta por igual de la apreciación estética y transigentes. Trata en todo momento de acercarse a su opo­

de los principios de la política.

nente,

lo que le lleva,

por ejemplo, a una curiosa explica­

ción del misterio de la Santísima Trinidad por procedimien­ tos cabalísticos.

Labor apologética

Su prioridad cronológica y la autoridad de su autor hi­ A través de

las palabras de

ginarnos

sorpresa

la

que

Pedro Alfonso podemos ima­

causó

su

conversión

entre

sus

correligionarios. Algunos «decían que lo había hecho por­ que no había entendido bien las palabras de los profetas y de

la

ley»;

otros

«que

fue

por afán

de gloria,

porque yo

veía cómo la Cristiandad superaba a las otras gentes». Ello le indujo a explicar públicamente tal decisión por medio de sus Diálogos contra los judíos. La

obra

debe 'insertarse

en

grupo

de

ratura polémica posterior, pese a que hoy hayan caído en el olvido. Obras tan difundidas en la Edad Media como la en­ ciclopedia de Vicente de Beauvais o la Leyenda Dorada de Jacobo de Vorágine tienen varios pasajes inspirados direc­ tamente en ellos a buscar sus

un

contexto

más

amplio.

El siglo XII vio surgir, al margen de los centros escolares, un

cieron de estos Diálogos unos de los más citados por la lite­

escritores que sirvió

de puente entre la ense­

9•

Pero entre sus páginas no solo hay que ir

razonamientos

argumentos,

Pedro

teológicos Alfonso

ya

que,

recurre

para

con

reforzar

mucha

fre­

cuencia a interpretaciones astrológicas y a aplicaciones mé­

dicas.

Cuando la ciencia es suficiente para explicar los

fe­

nómenos naturales, el polemista cede el paso al científico,

ñanza escolar teórica de la teología y su aplicación práctica

sin entrar nunca en colisión, porque, como explicará Pedro

16

17

Alfonso, la astronomía «si es arte, es cierta. Si es cierta, no

es contraria a la verdad.

De donde resulta que no está en

científica al lado de la celebridad literaria que hasta ahora 10•

le era reconocida»

contradicción con la fe».



(



Alfonso

fue

uno

de

los

primeros

introductores

en

Occidente de la ciencia oriental, en sus diversas facetas de astrónomo, servan

matemático

y cosmógrafo.

Si

bien

no

se con­

muchas obras suyas de carácter científico, sabemos

que, durante su estancia en Inglaterra, tuvo como discípulo

a Walcher,

,..X./;<> '.

clérigo

de origen

lorenés

dedicado

a la

astro­

J..r.;....¡.·,

.FJ.·i1a."y,J.:-

.

�J._·..._

.

.

4'-0-?¡,,,

' .

-r,-,)LJ.

El renacimiento cultural

Labor científica

Pedro



ol. .L... � '-"" .

l.4,í...,..,,.



l.r,

.,-fe.-...;:

"'

,...,....,

... - ,.i..t.)

·

Desgraciadamente la carencia de textos nos impide valorar

en

su justo

Sin

término

embargo,

anuncia

una

el

la

labor

citado

postura

científica

prólogo

a las

renovadora

de

Pedro

tablas

que

lo

Alfonso.

astronormcas

sitúa

entre

los

pioneros del llamado «renacimiento del X I I » . Durante este siglo se produjeron cambios sustanciales en económicas

y sociales

del

Occidente

que

las estructuras

provocaron

una

nomía. En una de sus obras sobre el sistema de graduación

astronómica de origen árabe (De Dracone, no

olvida

tractar

mencionar

sus

a su

enseñanzas.

maestro,

A

de

través

1 1 2 0 ) , Walcher

quien

de

las

confiesa ex­

palabras

del

discípulo llegamos a reconstruir la admiración que produje­ ron

las teorías orientales de

apegado

a

la

tradición

Pedro

Alfonso

latino-eclesiástica;

en e

un

mundo

incluso

deja

entrever algún dato humano del maestro al recordar que, a veces, no podía solventarle todas las dudas porque «había dejado los libros en

transformación del oscuro panorama cultural. dadas

las

políticas,

especiales

características

tardará casi

un

siglo en

de

sus

En España,

circunstancias

producirse un_ despert�r

cultural análogo, aunque pueda atisbarse desde siglos arras un auténtico clima pre-renacentista en el campo de las tra­ ducciones. La labor de Alfonso X no es el inicio sino la cul­ minación

de

una

tarea

callada

de

trasvase

de

la

cultura

greco-árabe al occidente .. Las prime�as versiones científic�s

del árabe al latín se inician ya en el siglo X en el monasterio

el continente».

de Ripoll. Atribuidos a Pedro Alfonso se conservan también cua­ tro capítulos de unas tablas astronómicas ( 1 1 1 5 ) precedidas

mo en

de una introducción

Dálmata

y de un prólogo.

Ambos preliminares

Este trabajo anónimo se va realizando a princi­

pios del X I I por nombres destacados, tanto en Toled� co­ el

Noroeste de España (Pedro Alfonso, .Herman Roberto

Ketinensis

y una

larga

nomina).

De

el la

son de enorme interés para conocer su posición ante la cien­

Península -y de Sicilia- irradian las traducciones que pa­

cia

sarán a Europa.

y

sus

cuanto gran

a

intentos las

para

tablas

paralelismo

armonizarla

guardan,

con

la

según

recensión

con

la

probó

del

religión.

J.

M.

cordobés

En

Millás,

Maslaina

(398/1008) de la célebre obra astronómica de Muhammad

nión

Asimismo, se convertirá en punto de reu­

de numerosos sabios que viajarán

hasta Toledo

para

entrar directamente en contacto con el «nuevo mundo» re­ cién descubierto.

b. Ahmad al-Jwárizrní. Gracias a la traducción latina de las tablas

y

cánones

astronómicos

al-Jwárizmí

de

se

inició

El testimonio del inglés Daniel de Morley, que trabajó en Toledo con Gerardo de Cremona y regresó a Inglaterra

el

Occidente

en

el

cálculo

científico

de

los

movimientos cargado de «una multitud de preciosos libros», es muy ilus­

de

los

astros.

Tradicionalmente

se

venía

atribuyendo

al

inglés Adelardo de Bath el mérito exclusivo de difundir es­ tas tablas gracias a su versión latina de 1 1 2 6 . Sin embargo, como demostró el mencionado hebraísta,

la traducción de

Adelardo del texto de al-Jwa:rizmT/Maslama es posterior a la de Pedro Alfonso, de quien pudo ser discípulo el inglés. De

este

para

la

modo,

concluye

figura

d e . Pedro

Millás,

«hoy

Alfonso

de

podemos Huesca

reclamar

una

gloria

trativo:

«La pasión

por el

estudio

me hizo abandonar

alli

grave autondad en

sus

Permanecí cierto tiempo en

más

a salvajes

que

instalados

con

In:

vi

glaterra.

París,

pe�o no

cátedras, con dos o tres escabeles delante cargados de enor­ mes

volúmenes . . .

Su

ignorancia

les

obligaba

a mantener

una actitud hierática, pero pretendían mostrar la sabiduría

por medio del silencio. Cuand.o intentaban.�brir la bo.ca no hacían

más que balbucear.

Vista la situacron

18 19

procure huir

de estos riesgos . . . Ya que hoy es en Toledo donde se enseña

En

a

filosofía dicen que

la

gente

la

quadrivium,

ciencia

me

árabe,

basada

principalmente

apresuré a dirigirme hacia allí

en

para

el

escu­

char a los_ �ás sabios filósofos del m u n d o » . Pese a la injus­

ta acusacion

contra el

panorama cultural

parisino,

cambio , otros de ellos que creen en las profecías y en la

la filosofía, dicen que es la g ra mát ica ».

Las

zaron

idéntica

actitud

inglés,

bes

a tomar

la

Adelardo

agresiva

ñanza tradicional:

ante

de

el

Bath ,

adoptará

inmovilismo

de

la

una

ense­

«Yo he aprendido de mis maestros ára­

razón

artes

li b erale s,

l l a m adas

asi,

i nicial m ente,

porque

no tend í an al l uc ro y eran propias del hombre li br e , se u tili ­

tuales la ciencia árabe.

viajero

es la filosofía, que precede a

la cita

revela el deslumbramiento que produjo en algunos intelec­

Otro

la sé pt ima

las materias naturales o físicas. Otros, que no se dedican a

por

guía;

te



atado a la cadena de una actitud

contentas

con

seguir

como

uno

clasificación

de

de

la

los

esquemas

c ien c ia .

Según

fundamentales

la

división

para

la

medieval

se

en dos apa rt ado s: el trivium (tres vias) que esta­

agrupaban

ba formado por la gr amáti c a , la dia l é c tica y la retórica y el

quadrivium (cuatro vías) que estaba co n sti tu ido por la arit ­

fabuladora, porque ¿qué

mética, la geometría, la música y la astronomía. El nombre

otro nombre dar a la autoridad más que el de cadena? Igual

de artes tenía el sentido de doctrinas, teorías. En un princi­

que los animales estúpidos son arrastrados por una cadena

pio,

y no saben adonde ni porqué se les arrastra y se conforman

fondo,

con seguir la cuerda, así

ción comenzó a invertirse, como sucedió en la «escuela de

la mayoría de vosotros estáis pri­

sioneros de una credulidad animal y os dejáis conducir en­

las discipli n as del trivium se estudiaban mucho más a pero, ante el empuje de las nuevas ciencias, la rela­

13•

Chartres»

cadenados hasta creencias peligrosas llevados por la autori ­ En

dad que las ha escrito » " . Es todav í a pronto para romper la cadena

(el

mismo

Adelardo

confiesa

camuflar

a veces sus

propias ideas , amparándolas bajo el nombre de u n a autori­

pauta

dad

entre

reconocida),

Gu illermo

pero

hombres

como

Pedro

Abelardo.

de Conches, y el mismo Pedro Alfonso, irá n l i­

las

dencia

a

palabras

de

Pedro

desplazar

las

d i sciplinas

más las

científica.

siete

En

él

no

porque,

refleja

esta

ten­

literar i as

por

una

puede

como

ser

incluida

explica

en

su

carta-proemio, «no es ciencia temática, ni igual en todas las

trumental, de este panorama su

figura

no

resulta a i s l a d a .

late el m is m o esp í ri t u c ie n t íf i c o que se esfuerza por

romper con

gramática

liberales

se

más

lenguas, sino diversa». Le concede un valor puramente ins­

mando eslabones.

D en t ro

artes

La

Alfonso

determinadas tradiciones y abrir nuevos cami­

ya

que,

si

no

existiera,

«alguna

vez

entep­

der í a m os un plural por s ing u l ar , o a la inversa, o un futuro por un presente». Del trivium sólo transige con la dialéctica «y no porque tenga nada de utilidad en sí mis m a , sino por­

nos basados en la razón, la experiencia, la c u riosi d a d . . . Es­

que es útil y necesaria a las otras artes». Es una ciencia que

ta actitud innovadora es perceptible en varios pasajes de su

«no

obra,

otras artes que por ella debieran ser discutidas».

pero

mentaria

mu y especialmente en

t raducci ó n

de

las

el

tablas

preliminar

a su

astronóm icas.

El

frag­

manifiesto

que

sitúa

a

su

autor

en

la

vanguardia

del

sí Comienza

En

también ésta,

tra t ando el le

a las

tema

preocupaba

preguntas

de las siete artes

en

la

Disciplina

li be rales ,

Clericalis.

del dis cí pulo contesta el maestro :

«Te las enumeraré. Estas son las artes: Dialéctica, aritméti­ ca, geometría, séptima guen a

hay

medicina, música, astronomía; acerca de la

variadas

opi n io n es .

fil ós ofos

que

no

y

misma

nadie quisiera

ser

instruido

en

las

las

vía

cinco

reúnen y

para

una las

restantes doble

maestro en la Disciplina

son

v ir tu d:

demás».

Esta

específicamente «Cada

una

es

interrelación

mayor entre la medicina y la a st r onom í a .

cien­

útil

es

en

toda­

Pedro Alfon­

so sigue una creencia general en la Edad M edia , y aún en el

siglo

XVIll,

según

la

cual

existe

una

estrecha

corres­

pondencia entre el curso de una enfermedad, las fases de la

luna y los movimientos de los otros cuerpos celestes. Gra­

si­

cias

a la

los Profetas dicen qu e la s é p t i m a es la n i g r oma n cia .

que

han

20

Los

si

De las seis seleccionadas por el

Clericalis,

tíficas

movi me nto intele c t u al del X I I " ·

que

aplicación

texto,

subtitulado «Carta a los estudiosos franceses», es un autén­ tico

tiene

astronomía de

«es

posible

prever

las

atacar a hombres y animales»

21

enfermedades

y conocer

«los

momentos oportunos para cauterizar,

cortar I hacer

flebo­

velada alusión a todos los que se desplazaban hacia España

tornias, poner ventosas, administrar pócimas, así como los o Italia en busca de la nueva ciencia. Ante ellos se siente su­ plazos

de

terminación

de

fiebres.»

De

hecho

los

estudios perior

médicos y astronómicos

estuvieron

estrechamente

y adopta

una actitud

consciente de

su

papel

trans­

unidos. misor .

El propio Pedro Alfonso, médico de Alfonso el Batallador, de Enrique I de Inglaterra y científico, es un buen ejemplo de esta asociación, aunque sus preferencias se inclinen cla­

Labor didáctica: la Disciplina C/ericalis

ramente hacia la astronomía, «más útil y agradable de co­ nocer que las otras artes».

Coincide también con Bath en

El nombre de Pedro Alfonso va indiscutiblemente asociado

Daniel de Morley y Adelardo de

criticar el anquilosado panorama cultural con

pa­

labras duras. Censura la «costumbre de los sabios de juzgar acerca de las cosas que ignoran y refutar lo que todavía no se ha probado . . . Algunos de estos maestros inexpertos, des­ pués de la lectura de Macrobio y de otros que trabajaron en el

arte

astronómico,

aprendido

bastante.

parecen Pero,

satisfechos

cuando

se

con argumentos lo que creen saber, referirse a lo que han leído». las

disciplinas

científicas,

y creen

les

exige

que

han

demostrar

fallan y no hacen sino

a

la

Disciplina

quizás

su

su

autor

p roduc c i ó n .

Clerica/is, la

su

obra

c onsiderara

Pero

el

como

sa b io ,

más

famosa,

aunque

algo menor dentro de

para

merecer

tal

no.mbre

dentro de la concepción medieval, no sólo estab_a obligado a ad q uirir unos cono c imientos también

en

y P.ºn.erlos

a difundirlos entre sus

discípulos.

pract1.ca,

El

sin?

caracter di­

dáctico de este librito no queda, pues, tan lejos de sus res­ tantes

a c tividades

sino

q ue

es

un

compl emento

i ndis p en ­

sable de ellas.

La señalada preferencia por

encuadradas

en

el

quadrivium,

Pedro Alfonso: ¿ traductor o compilador?

determina en estos nuevos estudiosos un espíritu de escuela basado en la curiosidad, la observación, la experiencia, que Una de las chocará con

los

sistemas tradicionales.

frases del

prólogo ha dado origen

a la contro­

En sus palabras se versia de qué parte corresponde a Pedro Alfonso en la ela­

atisba

un

nuevo

modelo

de

«sabio»

dispuesto

siempre

a boración

aprender y a revisar algunos de sus planteamientos.

de la obra:

La ex­ Por tanto,

periencia científica se enfrenta a la cultura exclusivamente

que

leyeres»,

aconsejará

el

maestro

de

la Disciplina.

Bath

de

Morley,

que me inspiró la idea de

Esta afirmación

permite

sospechar

que

Pedro Alfonso

o figuras hieráticas y balbucientes para fuera

Daniel

Dios,

mi ayuda.

Los

«sabios tradicionales», animales encadenados en imagen de Adelardo de

que

componer este libro traduciéndolo al latín, venga en

libresca. «Lee cuanto tengas a mano, pero no creas todo lo

se comportarán,

según

Pedro Alfonso,

«como la cabra en la viña», «que habiendo llenado su vien­

el

traductor

de

un

texto

l atino

p ree x istente ,

escrito

por él o por otro autor en una lengua oriental. Sin embar­ go,

quizás sea

más acertada la opini ó n de otros

4

estudi
tre con hojas creyó que ya no había allí un fruto mejor. Pe­ que le atribuyen la redacción del conjunto, aunque se mspi­ ro si alguien, estudioso de los astros y de la astronomía, les mostrara algún

fruto más excelente

le despreciarían e insistirían

de esta misma ciencia,

rara esto,

para Dios

ello en le

diversas

habría

fuentes

impulsado

escntas

a reumr

u orales. _Segun los

matenales

Y

más en su error». escribirlos en latín.

Por

último , cierra su carta-proemio con

una

adverten­

cia. Ha llegado a sus oídos que algunos estudiosos se dispo­ nen

a viajar

hasta

tierras

lejanas

para

ampliar

sus

cono­

La presencia en la

Península de dos culturns orientales

-árabe y hebrea- supuso la entrada de la comente n�rra­ tiva y sentencia! a la cjue ambos pueblos eran

muy ahc10-

cimientos. Por ello él les ofrece a continuación el objeto de nados.

Al

desplazarse

árabes

fueron

el

Califato

hacia

Mesopotarnia

los

su búsqueda, sin necesidad de desplazarse. Bajo el tono or­ gu lloso ,

d es t inado

a encarecer su

trabajo,

recibiendo

la

herencia

junto

con

la

se advierte una persa, matizada de india n ismo .

22

griega

23

La confrontación

de tan di-

versos patrimonios culturales no sólo supuso un gran avan­ nacer

ce para los estudios científicos, sino que fue enriqueciendo la

tradición

didáctica

árabe.

Tanto

las

colecciones

de

la

opinión

(v.

gr.,

Ca/ita e Dimna

el

o

Sendebar)

el

como

las

sentencias alcanzaron a

esta

lengua.

un

genero

pensado

entre

los

mados

de

(adab),

«instruir

hebreos

a

veces

ello

es

la

especie

fusión

la

de

deleitando».

circulaban

de

ruda

mé todo

llegando

de

ambas

manual

de

bíblica

y

o del

o l v idad iz a -,

facilite

a combinarse

en

un

eso,

explica

Allí

lo

qu e

obliga

le

a

aprendizaje:

el

c o m pu se

proverbios de los de

proverbios

y

versos

también

proverbios

todo

Por

tra­

conducta

Paralelamente

cuenrecillos

tradición

incluso

y

que

y

mi

li br i t o

parte

árabes,

sirviéndome

de

y

parte

fábulas

de

las

los

de

filósofos y sus enseñanzas,

consejos

parte

y

de

comparaciones

con aves y animales.

reto­

folklore t a l m ú d i ­

La combinación co,

c reaci ó n .

una gran popularidad al ser traduci­

Prueba

nuevo

para

-f r ág il ,

un

dicione� didácticas, no tan dispares como pudiera parecer, en

su

de buscar

das

sobre

cuen­

hum ana tos

autor

del

cómo su intención didáctica choca con la propia naturaleza

género

mixto

de proverbios,

fábulas,

versos y com-

(sijre paraciones

es

tra d i c i o na l

verbios

sentencias

en

li t e r atura

la

Los

di dá ctica .

pro­

musar) con idéntico carácter didáctico.

En

esta

persona

la

encrucijada,

mezcla_ de

med i eval.

En

dad

autor

Pedro

culturas

Alfonso

que

se

aprecia

con

la

configuraba

Disciplina Clerica/is

la

simboliza

su

España

y

míticos

implican

muchas

cesita

atribuidos

una

veces

su

proverbios ,

A éste nos

esrn

relaci.ón

islámica

des tro

junto

su

de

nista

o tras

bíb l i c o s,

de

Eclesiástico-

fuentes hebreas

tradici ó n

Diálogos.

p re g untarle

Pocas

comunidad

cuento

Me c a».

Lo

lorar

labor,

literatura

el

árabe En

por

q ue

qué

libros

como

b i en ,

adoptó

dicho

al

hu ella s

romance,

XV,

« un

h a s ta

la

no

desde

creación

España

de

debe

una

de

sit uar

a

religión

la

servir

obra

al

para

fue

se

a

la

m inusva­

ópt i ca moderna.

obra

den­

protago­

q ue

estableció

ser

a c la r ada

La originalidad

En

re�rear,

de

orgullo .

adaptar,

El

organizar,

residía

etc.,

en

un

la

h abilid ad

legado

cultural

dicen

:

y

de

menos que ne­

s arr ol lada:

«C u i dad ,

disc í pu l os:

Dios

a

«E x p lí c ano s

util i z ar á

Los

d ich o s

autoridades-

los

y

desobe

lo

sintetizan

ón

un

con

neralmente

Así,

raleza.

quedan

del

ele m ent o

un

s

lo

mejor

texto

tér mino

peligros

aclarado

s

lo

no

dientes

va

a

­

la

con

funciona­ los

de

filosófico.

se intenta poner en

rela­

go

, ge­

familiar

al

del

i m plic a

al

lector

mundo

de

acercarse

s i g uiente

el

una

-igual que

pensamiento

retomado

con

con

poetas

un

qu e

que dices.»

versos

s

de

Por medio de las comparaciones ci

la

a

­

natu

y

un

re

simil:

la

Es

a tra­

para

pre­

rey

el

demasiado,

semejante

te

al

quemarás,

tamente alejado, tendrás

no era un valor de primer orden;

mérito

Le

análoga.

otras

por _el contrario, el inspirarse en otras fuentes podía ser un m o ti vo

sus

a

obedientes

Alfonso

Pedro

li d a d

vés de criterios que difieren de los actuales, de herencia ro­ mánica.

ser

a

vez.»

como

a l u d i rá

la

la

exceptuamos

si

hombre

ahora

juz g arla

medieval

permiten

o

varios

Talmud.

el

V Moisés

no

más

sa­ yáis

co n oc í a

t ít u l o

el

cuyos

proceden

«te enaste entre eilos, leíste sus libros y entien­

st

del

su

la

al

lengua ».

la

a

sus

en

textos

es p ecial ,

añade

se

cuenta

los

con

-en

sabios

f am ili a ri­

la

Dijo Sócrates de

pienciales

a

forma condensada de saber

Por

último,

los

e

jemplos

fuego.

y

si

Si

acercas

te

estuvieras

a

él

comple­

frío.

son

la

forma

más

l

du cificada

de presentar una advertencia moral, por lo que resultan es­ pec

ialmente

ade cu a d o s

para

los

jóvenes

o

los

indocto

s . Es­

existente. to

s, atraídos

co

a

poco

por

por

el

lo

velesco

no

cam in o

del

del

bien.

relato,

Cada

irán

uno

entrando

de

los

po­

recursos

-proverbios, versos, comparaciones y ejemplos- implica

La construcción

una dificultad para su asimilación, conforme va avanzando

de la Disciplina Clericalis

el

grado

de

Una vez El la

prólogo,

como

o p o rt u n i d a d ,

sucede

a un q ue

en

tantas

encorsetada

por

ocasiones

los

tópicos,

br i nda de co-

fonso

í

Pod a

24

abstracción

.

i

s

selecc onado

tenía distintos ut ili z ar

l

e

los materiales

modelos para

recurso

de

la

25

básicos,

Pedro

«conformar»

novela

-marco,

mpleado

e



A

su obra. en



Ca/ita,

el

cuentos

Sendebar,

el

se

insertan

las Mil y una noches . . . ,

unos dentro

de

otros.

En

donde

este

los

sistema

-conocido más popularmente como la «caja china» o «las muñecas rusas»- un personaje de un cuento se convierte su vez en narrador de otro y así sucesivamente

la

Disciplina sólo

ejemplo sus

Ill

(Ejemplo de

caballeros

zorra) que episodio

aparece

la

leyó

que

un

dos

15•

veces.

Dentro de

El

rey

del

los tres versificadores) contará a

fabulilla

está

utilizado

a

dia en

IV un

(Ejemplo libro

viviendo.

de

la

y ahora le

Igualmente,

el

mula

y

ya

lo

para

en

obra:

el

prólogo

a esta

la enseñanza escolar:

del

En de

Pedro

para

Alfonso rehuyó el

buscar

otros

sistemas

más libres, situándose así más cerca de los textos religiosos

bíblicos y talmúdicos. Los críticos, acostumbrados a la per­ fecta trabazón de otras colecciones orientales, han destaca­ do la desorganización de la Disciplina.

Pese a lo dicho, re­

sulta dificil admitir que su autor obrara ajeno a toda preo­ cupación artística y acumulara cuentos y sentencias sin nin­

gún sistema que los regulara.

terial tan diverso es una mínima estructura dialogada.

discípulo

entre

sirve

un

padre

y

un

hijo

o el

maestro

La

-

y su

El

para

de

y

los

los

de se

equiparan,

años con

alcanza,

personajes

nombre.

dialogantes

Las

parejas

carecen

Padre-Hijo,

igualándose

así

la

expe­

la adquirida por otros medios.

a partir

del

ejemplo

IX,

su

máximo

El de­

sarrollo. En este caso, los mismos personajes, un maestro y un

discípulo, servirán

de enlace a una cadena de ejemplos

(IX-X-Xl-(Xll)-XIII-XIV-XV-XVI-XVII).

Gracias

a

sus

intervenciones, al concluir cada uno de estos cuentos, van

forjando

su

historia

y

cobrando

una

entidad

propia.

El

maestro, tras el que parece ocultarse Pedro Alfonso,_ expre­ sa sus temores a ser malinterpretado y acusado de ligereza si continúa ejemplificando la astucia de las mujeres. El dis­

contarme

entre

los

discípulos

tisfecho, llegando a exigir las narraciones. El maestro, a�te

tales protestas, cuenta el ejemplo XII (Del rey y su fabulis­ ta),

donde

establece

un

claro

paralelismo

entre el

mundo

narrado y su propia situación en el marco.

para insertar sentencias como ésta:

El discípulo dijo al maestro: «¿Cómo he de por­ tarme

a modo

cípulo se entusiasma por lo escuchado y nunca se da por sa­

A simple vista, el método elegido para engarzar el ma­

conversación

libro

los debates.

Disciplina

la

personalidad

sistema

novela-marco

mi

los

la

Maestro-Discípulo

la

«Redacté

contra

como explica

realidad lo que debió ser el procedimiento más corriente en

riencia de

de

método;

t o r . » Con ello la literatura no hacía más que retomar de la

vez en narrador del «Ejemplo del rústico». Salvo en estas dos ocasiones,

Diálogos

sus

utilidad del

diálogo para hacerlo más accesible al entendimiento del lec­

cuento X I I (Ejemplo del rey y su fabulista) se conviene a su

esquema

estructurar la

recuerda al

fabulista

empleó

judíos, conocía bien

sabios?

maestro: «Guarda silencio en tanto que no te ve­

as en la necesidad de hablar,»

Un

rey

aquejado

insomnio

apremia

a

su

fabulista

Este le responde con

el ejemplo del rústico que, volviendo de una feria con su re­ baño de ovejas,

o bien para dar paso a la narración de un cuento:

de

para que no deje de contar historias.

tenía que hacerles pasar el

rio de

una en

una en una barca diminuta. Con este cuento de cuna, seme­

jante al de Sancho en el episodio de los batanes (Quijote, 1 , Dijo

un

árabe a su

hijo:

«Si

ves que alguno se

encuentra metido en asuntos malos,

pues suele pasar que el caer sobre

no te mezcles,

que suelta el péndulo lo ve

él.»

XX),

el

maestro

fabu lista a

con el ejemplo V, donde el hombre que libera a la serpiente

consigue satisfacer al rey,

insaciable

discípulo.

El

pero no así el

paralelismo

que

el

narrador ha establecido con su historia no es aceptado por el joven.

Este consejo enigmático queda perfectamente ilustrado

su

Los

personajes del

cuento están

unidos por

una

relación de subordinación, y los del marco dialogado, por el afecto.

El

fabulista narraba para vencer el insomnio del

rey y cobraba por ello, mientras que el maestro lo hace pa­

corre gran peligro.

ra instruir, por lo que se ve obligado a proseguir con la mis­

El

recurso

de

presentar

a dos

personajes

dialogando,

conocido de los textos didácticos, supone una forma de es­

cenificar ante el lector el aprendizaje.

26

Pedro Alfonso, que

ma temática hasta que el discípulo complete su aprendizaje. Sorprende, sin embargo, la modernidad de estos personajes que dejan momentáneamente de ser «figuras de cartón» pa-

27

ra rebelarse. Recuerdan también a Patronio, cansado ya de

los distintos elementos que configuran la obra se agrupan

contar y oscureciendo

en torno a estos núcleos temáticos:

más su expresión,

ansioso por seguir escuchando.

frente a Lucanor,

Indudablemente don

Juan

Prólogo (Invocación a Dios)

Manuel no sólo retomó algunos cuentos de la Disciplina, si­ no

que

le

sirvió

de

modelo,

perfectible,

para su

Del temor de Dios

creación

artística.

l.

Prescindiendo de la tenue estructura dialogada, Alfonso

maneja

otros

procedimientos

11.

Pedro

organizativos

Vicios y virtudes humanas (del ejemplo I al V I I I ) . Relación del hombre con sus semejantes: las muje­ res, los vecinos y el rey (del ejemplo IX al X X V I I I ) .

más

sutiles y también más imperceptibles. En la selección de los JI l. temas

tratados

y en

su

disposición

se

observa

un

Relación con Dios. Inestabilidad de los valores tem-

intento

porales (del ejemplo XXIX hasta el

final).

constructivo más o menos logrado. En primer lugar, llama la

atención

la

correspondencia

temática

entre

el

inicio

y

Del temor de Dios

el

final de la obra. En ambos momentos, tras el prólogo y an­

Epílogo (Invocación a Dios) tes

del

epílogo,

agrupa

sentencias

acerca

Del

temor

de

Dentro de ese paréntesis espiritual encuadra un con­

A pesar de esta propuesta, no se trata de un esquema

junto de ejemplos y proverbios destinados a enseñar a vivir

rígido e inflexible. El cambio de unos temas a otros nunca

Dios.

se hará de

en este mundo, sin olvidar la fugacidad de lo terreno.

forma brusca, sino gradual,

buscando siempre

ejemplos o sentencias que favorezcan la transición. Las enseñanzas responden a los propósitos expuestos en el prólogo: ayudar al lector «a la búsqueda y ejercicio de la santa filosofía, por medio de la cual logre un mejor y ma­ yor conocimiento de su propio Creador y aprenda a vivir en moderada

continencia,

así

como

a

precaverse

de

los

Alfonso de

tende

formar

un

individuo

que

«pueda

llamado

sus

un juego de asociaciones,

cuentos

y

consejos

Pedro al

hilo

que le lleva a engarzar ma­

terias en apariencia dispares, pero unidas por algún elemen­

pe­

En síntesis, pre­ ser

desgranando

to común.

La última de las sentencias relativas al temor de

ligros que le amenazan y a caminar en este mundo por una

senda que lo lleve al reino de los cielos».

va

per­

Dios

alude a la hipocresía religiosa, o fingimiento de una falsa devoción.

Esto da pie para hablar de la hipocresía social,

ejemplificada en el centenar de falsos amigos (l), cuya infi­

fecto».

delidad queda al Pero, antes de seguir, quizás merezca la pena aclarar el

padre.

descubierto con

significado del título. La palabra «clérigo» tenía en la Edad

historia del

Media

allá de la muerte.

un

doble sentido,

al

designar

tanto

al

hombre

de

la prueba ideada por el

Para ampliar su enseñanza, éste narrará a su vez la

amigo

íntegro

(Il),

ejemplo

de

fidelidad

más

El tema de la amistad está íntimamente

letras como al de Iglesia. Dos vocaciones íntimamente uni­

vinculado a la «calidad humana» de la persona. Las virtu­

das en

des

este momento histórico pero que, disociadas, per­

miten entender el calificativo de «clérigo» aplicado a Aris­ tóteles

en

el

Libro de Alexandre o las

preferencias

doncella en la Razón de amor por contar con «clérigo e non caballero».

de la

un amante

Quizás cabría traducir el título

indispensables

para

recibir

el

calificativo

de

hombre

justo, con cuya confianza nos podemos honrar, son ahora

detalladas en una serie de proverbios. El prototipo expues­ to

-concorde

hombre sabio,

también

con

entendiendo

ideales

bajo tal

orientales-

denominación,

es

el

no al

como «enseñanza de doctos», lo que justificaría la combi­

atesorador de conocimientos, sino al caracterizado

nación de temas mundanos y espirituales. Tras hablar sobre

rectitud moral. Esto implica saber guardar un secreto con­

las mujeres

y los vecinos, reunirá ejemplos protagonizados

fiado,

aconsejar

acertadamente,

actuar

con

por su

prudencia . . . ;

por reyes -cumbre del poder temporal- para acumular a

virtudes todas que identificaban la sabiduría con la nobleza

continuación

del

sentencias

y cuentos

acerca

de

paso inexorable del tiempo y la vida eterna.

28

la

muerte,

el

En resumen,

alma,

valor escasamente reconocido,

según

Pedro

Al­

fonso, en aquellos tiempos donde se preferían las riquezas

29

exteriores («La sabiduría es resplandor del alma; la fortuna

sabios

es bnllo del cuerpo»).

que no pudieron evitar caer en sus redes.

El que,

evitar

(V),

recuerdo

tras

de

los

detenerse

en

caer

no

en

los

intentes

«malos la

vicios

engañar

tiempos»

mentira, reinantes:

(VI),

presentes

acumule no

no

ayudes

trates

explica

consejos al

como

Salomón,

Aristóteles,

Virgilio,

El maestro, siguiendo a Salomón, trata de anular ante

para

el discípulo la mala imagen de la mujer contraponiendo el

malvado

ejemplo XV, donde una vieja es capaz, gracias a la expe­

com­

riencia acumulada por los años y su ingenio natural, de re­

pañías ( V l l ) , no te dejes seducir por los sentidos ( V l l l ) . Los

solver un problema jurídico. Sin embargo, abandona pron­

protagonistas de estos cuentos obraron

con

y prudentes,

malas

siempre mal y las

consecuencias nefastas de su conducta sirve de ejemplo ne­ gativo para el lector.

to esta idea, manifestando con ello una clara parcialidad, para proseguir con el

relato de dos casos legales resueltos

ahora gracias a la intervención de un

filósofo.

El último de la serie ( V l l l ) , el hombre engañado por el

En los tres últimos ejemplos (XV, XVI y XVll) las víc­

tono placentero de una voz femenina, da paso a cinco cuen­

timas contaban con la ayuda de unos auxiliares, una vieja y

tos donde se ejemplifica la maldad de las mujeres. El anti­

un filósofo, que les ayudaban a salir del apuro. De ahí re­

feminismo,

tomará

característico

tanto de la tradición

cuentística

como de l?s textos bíblicos, se centra aquí en la propensión

trar

Pedro

Alfonso

la

temática

del

engaño

para

ilus­

los riesgos que implica. Los protagonistas de los cuen­

de las muieres hacia la lujuria, lo que conduce a múltiples

tos XIX, XX y XXI caen en su propia trampa, según el clá­

engaños con tal de satisfacer sus deseos.

sico

Una de las claves

esquema

del

«burlador

burlado».

Iguales

peligros

de la popularidad de la Disciplina Clericalis reside, sin du­

corre el que se engaña a sí mismo, aceptando todo lo que le

da, en estos cinco cuentos que despertarían entre sus oyen­

dicen (XXII), lee, o escucha (XX!ll). Contra el exceso de

tes

credulidad propone Pedro Alfonso el ideal de conducta vi­

o lectores

entusiasmo

análogo

al

manifestado

por

el

discípulo. Los tres primeros (IX, X y XI) son variantes de

gilante y realista poco dispuesta a dejarse arrastrar por los

un

tesoros

mismo

esquema,

repetido

a

su

vez

en

numerosos

prometidos

por la

avecilla,

la zorra o el

supuesto

fab/iaux franceses: la mujer aprovecha la ausencia del ma­

ladrón. El hombre sabio, en el aspecto ya analizado, no se

rido para recibir a su amante.

dejaría atrapar así por los sentidos.

inesperado

del

esposo,

tiene

Sorprendida por el regreso

que

recurrir

evitar toda sospecha.

al

engaño

para Antes de cerrar su libro recordando el necesario temor

. de

En el primer cuento (IX) consigue anularle la visión; en el segundo extiende, con ayuda de su madre, una sábana re­

Dios,

narquía.

agrupa

sentencias

y cuentos

en

torno

a la

mo­

El tema es frecuente en los textos didácticos me­

dievales, compuestos muchos de ellos con el fin primordial

cién tejida detrás de la cual huye el amante (X) y en el terce­

de adoctrinar a los príncipes. Pero en su contexto se aprecia

ro deben la mujer y la suegra agudizar su ingenio para en­

claramente una cierta premeditación por parte de Pedro Al­

cubrir no a uno sino a dos amantes. En el ejemplo X l l l la

fonso. Dada la posición ocupada por el rey en la cumbre de

actitud recatada de la mujer queda anulada por el protago­

la estructura social le corresponde un trato especial. Pero, a

nismo de la vieja,

claro antecedente celestinesco, que con­

su vez, el autor juega con su intención moral y es evidente

sigue vencer su resistencia inicial. No es arbitrario que deje

que, tras remontarse a la cúspide, destacará más su propó­

para el final el cuento X I V (Del pozo), donde se demuestra

sito. La fugacidad de la vida y la vanidad de los bienes tem­

la imposibilidad de conocer los engaños de las mujeres. El

porales se subrayan

joven que «empleó todo su tiempo es aprender todo tipo de

misma gradación presente en toda la Disciplina Clerica/is:

arte mujeril» y, posa

en

una

aconsejado por un sabio, encerró a su es­

auténtica

mente víctima

fortificación

de sus astucias.

moralistas repetirán

En

será

igual­

púlpitos y tratados los

hasta la saciedad

30

engañado

la lista de hombres

mediante tres, ejemplos que siguen

la

el primero (XXXII) incluye un epitafio anónimo aplicable al hom bre en general; el segundo (XXXlll), la tumba del más grande de los reyes, Alejandro, y el último (XXXIV) presenta

la

meditación

de

un

31

hombre

entregado

a Dios.

Ante

la

muerte sólo

las oraciones

y el

temor de

Dios son

una respuesta válida. Por

último,

el

sistema

asociativo

utilizado

por

Pedro

Alfonso, no sólo sirve para encadenar los distintos elemen­ tos

por

«semejanza»,

sino

también

por

«oposición».

El

con_t1nu? contraste entre unos valores espirituales (amistad,

sabiduría) y otros temporales (poderes, riquezas) se acentúa

en

la

oposición

barrera lingüística. Era necesario que los textos se traduje­ ran

final

entre

el

Rey

y Dios.

Dentro

de

los

�uento

1 (Del

medio amigo) contrasta con

el

11

(El

amigo

mtegro); a la sene de relatos misóginos (IX, X, X I , XIII y XIV) sigue el ejemplo de la buena mujer; a su vez, el inge­

latín

-esa especie de «esperanto

medieval»- para

quienes desempeñaron, en gran parte, esa labor. Por ejem­ plo, el Calila comenzó a circular por occidente cuando otro judío

converso,

Juan

de

Capua,

hizo

una

versión

latina.

Mientras tanto, las versiones castellanas salidas de la corte quedaban para un

núcleos temáticos también se yuxtaponen ejemplos contra­ rios, lo que contribuye a subrayar la moraleja implícita. El

al

encontrar el camino libre. Y curiosamente fueron los judíos

Los fueron

cuentos

círculo minoritario de lectores.

y proverbios,

rápidamente

una vez traducidos

asimilados

por

el

occidente

al

latín,

europeo,

pasando a introducirse en los tratados de moral, de instruc­ ción de príncipes, etc. fue su utilización

Pero el principal factor de difusión

por parte de los predicadores.

nio natural de la vieja (XV) se enfrenta al cultivado del filó­ sofo

(XVI

XXVI),

(XXXIII). yen

y

XVII).

pone

con

de

La

vanidad

manifesto

la

de

los

monarcas

transitoriedad

de

poder

A veces, incluso los propios cuentos se constru­

análogos recursos.

Dentro del

primero,

los

falsos

amigos del hijo contrnstarán con el medio amigo del padre; en

el

tercero,

supone

una

la actitud

forma

portamientos;

de

de cada uno de los

contrastar

igualmente

en

el

sus

linajes

dieciocho

El

(XXV,

su

empleo

de

ejemplos

dentro

de

la

predicación

de

la

doctrina cristiana remonta a los orígenes mismos de la reli­

gión,

pero

cuando

fue precisamente durante

alcanzó

su

verdadera

los siglos

expansión.

Los

XII

y XIII

autores

de

tratados teóricos insisten en destacar las ventajas de la in­

versificadores

serción de estos «cuentecillos». Son útiles para estimular la

con

piedad

la

sus

com­

inexperiencia

litar

de los

fieles,

la comprensión

ganar

la atención

y retención

del auditorio,

faci­

de ciertos dogmas y,

por

La dualidad

último, sirven de prueba para atestiguar lo dicho. Al públi­

está, pues, presente a lo largo de toda la colección y es una

co «agreste y rudo» -en palabras de Alain de Lille- no le

actitud constante en

dirán nada las máximas de un San Gregorio o San

del hijo hace brillar la experiencia del

faz,

como

anecdótica,

En guió

los

resumen,

por

un

Pedro Alfonso. Todo tiene una doble

mismos

encubren

padre.

cuentos

un

puede

propósito

que,

una

apariencia

afirmarse

que

Pedro

y didáctico

La obra resulta así

a un

Alfonso la

Jeróni­

mo, pero a través de los ejemplos puede llegarle el mismo contenido edificante con más facilidad.

contenido moralizante.

artístico

agrupar sus materiales.

bajo

hora

todo cohe­

rente organizado por un curioso sistema de asociaciones

Entre

se de

lo

las

dicadores

diversas

medievales,

fuentes

de

inspiración

la

de

Pedro

obra

de

los

Alfonso

pre­

fue,

sin

duda, la favorita. Sólo así nos explicamos los más de sesen­ ta

manuscritos

repartidos

por

todas

las

bibliotecas

euro­

que no_ impidió que después algunos cuentos, desligado; de

peas.

su conjunto,

los ejemplos origine la aparición de compilaciones para uso

siguieran

una vida

propia.

Cuando a partir del XIII la importancia creciente de

de predicadores, su nombre y sus cuentos reaparecerán con

harta frecuencia. Los ejemplarios más divulgados, como el de Jacques de Vitry,

La difusión en occidente

Etienne de Bourbon o, en España, el

Libro de los exemplos por a.b.c., recurrirán a la Disciplina. Si

no

podemos

«originalidad»,

atribuir

a

impensable

Pedro en

Alfonso

esa

época,

el sí

mento cabría

de

la

hablar

de «oportunidad», aunque no fuera premeditada. El Occi­ dente ignoraba la tradición didáctica de tan amplia difusión por oriente, porque entre ambos mundos se interponía una

32

Con

una

perspectiva

dente

el

pensar

como

el

«De

miador»,

para

el

en

la

que

espada»,

apariencia

hombre

moderna

desde

no

medieval

un

puede

púlpito

se

resultar

«De

la

muy

edificantes.

no

33

se

sorpren­

contaran

sábana»

planteaba

o

«Del

Sin

el

relatos vendi­

embargo,

tema

en

los

mismos entra

términos.

también

problema

La

conducta

en

el

orden

alguno

el

mezclar

humana

querido el

por

amor

de

los

Dios.

divino

amor, como hará el Arcipreste de Hita,

hombres

No

plantea

con

el

loco

ponen la realidad. Para tratar el pecado de la lujuria o para

como

modelos

negativos

que

Y, por último, la mala suegra es el mundo pecador

ceres

17 •

pues ambos com­

demostrar la maldad de las mujeres estos ejemplos eran ne­

cesarios

ayuno.

que ciega al hombre con la sábana de las vanidades y pla­

había

que

conocer

También mano

en

aparece

el

un

Regimiento de príncipes de Egidio motivo

(«El rayo de luna»).

recuerda

al

ejemplo

Ro­

XXIV

Pero ahora no es el ladrón sino Jesu­

para evitar. El mismo Pedro Alfonso insistirá primero des­

cristo,

de el

las finiestras e teníase en los rayos así como en vigas e los

prólogo

que leer

su

y después

libro con

por boca del maestro

«sutil

en

que hay

otros

intención».

quien

que

«cabalgaba en

mozuelos

querían

el

rayo de sol . . . , entraba

facer

eso

mismo

e

caíanse e facíanse males, ca se quebrantaban Asimismo, eran

al

público.

captar

a

útiles estos cuentecillos para entretener

Cualquier

los

fieles,

estratagema

y los

resultaba

predicadores

válida

medievales

los brazos e feríanse en los rostros»

a

las

por

veces

las piernas e

18•

para

no

en­

contraban incompatible con su oficio adoptar ciertos méto­

No obstante, hay otro aspecto de la difusión menos co­ nocido, pero de innegable interés. Me refiero a la interrela­ ción

cuentos insertados en fueros medievales. En el derecho con­

ofrecida

por

los

juglares,

saltimbanquis,

etc.,

entre

algunos

ejemplos

la

algunos

suetudinario el

de la iglesia, buscando un público que era igualmente soli­

claramente vinculado a las anécdotas de donde derivan. Sin

cielo.

Gracias

a

Malmesbury (s.

un

fiel

cronista

Guillermo

de

XII), conocemos el procedimiento seguido

por el obispo inglés Adelmo (s. tiempo

medieval,

VIII): «La gente, en aquel

semibárbara y muy poco dedicada

a los discursos

divinos, tenía la costumbre de volver de prisa a sus hogares

después

de

cantada

la

misa.

Por

consiguiente,

el

hombre

santo (Adelmo) se colocaba en un puente que había sobre el río que conectaba a la villa con el campo lindante a manera de obstáculo a los que salían, como si estuviera profesando el arte de cantar. Cuando esto lo había hecho varias veces, ganaba así la voluntad y asistencia de la plebe. recurso,

Y por este

poco a poco, insinuaba las palabras de la sagrada

escritura entre otras alegres y entretenidas y así pudo con­ ducir al pueblo a la recta razón»

16•

Algunos cuentos, más o

menos frívolos, de Pedro Alfonso podrían cumplir la mis­ ma función que los discursos de Adelmo. En otras ocasiones,

los

de muchas

y

quienes se establecían los días de fiesta en el mismo recinto

citado por el clérigo del lugar para contarle los deleites del

origen

de

Disciplina

dos de la literatura profana. Eran conscientes de la compe­ tencia

sentencias jurídicas está

embargo, entre la «fazaña» (nombre con el que se conocen estos esbozos narrativos recogidos en los fueros) y la codifi­ cación

legislativa suele haber

un

proceso

de depuración

y

elaboración que lleva a extraer de ese episodio narrativo el precepto jurídico abstracto. Pero no siempre se cumple esto y en ocasiones los fueros recogen el caso jurídico noveliza­

do como ejemplo del precepto. En cofres),

la

Disciplina el

XVI

(Ejemplo

de

(Ejemplo la

ejemplo

XV

(Ejemplo

de

los

de los toneles de aceite) o el

serpiente

de oro)

plantean

auténticos

diez

XVII pro­

blemas jurídicos resueltos sagazmente por una anciana o un

filósofo que dictan la sentencia justa. En otros textos litera­ rios, como el Sendebar o el Poema de Mio Cid,

hay moti­

vos análogos; en el cantar épico Minaya actuará como «de­ positario infiel» entregando unas arcas, supuestamente re­ pletas de tesoros, pero en realidad rellenas de arena. Si va­ mos ahora a los textos jurídicos, encontramos planteados y

moralistas interpretaban estas

novelizados episodios análogos:

¿Qué sucede si un hombre

anécdotas con un método alegórico. El cuento X de la Dis­

cambia suero de oveja aguado por mosto?,

ciplina («De la sábana») se espiritualiza en las Gesta Roma­

deja en préstamo un vaso de estaño diciendo que es de oro?

norum: el marido que se ausenta equivale al cristiano cuya

vida en este mundo mortal es una peregrinación. Su mujer

adúltera es

la concupiscencia y el vicio.

El regreso del es­

poso ausente simboliza el arrepentimiento,

34

la oración

y el

¿o si un judío

Un caso todavía más curioso lo ofrece el Fuero de Jaca, donde, junto a otras «fazañas», se encuentra una muy pró­

xima al cuento V de la Disciplina Clericalis (El hombre y la serpiente). En el cuento de la Disciplina, la versión más an-

35

tigua conservada en peca

de

atada.

la península de este relato, el hombre

desprevenido

El

animal

al

liberar

devuelve

a una

bien

por

serpiente que

mal

y

se

halló

enrosca

al

comiable de transmisión cultural en los más diversos cam­ pos de la actividad humana.

El conjunto de sus textos, en

las distintas áreas que trabaja, manifiestan una misma cos­

cuello de su salvador hasta que ambos acuden a una raposa

movisión

para que dirima el pleito. El astuto juez ordenará reprodu­

cobra valor en el contexto medieval hispano, sino que llega

y

actitud

científica.

Además,

su

labor

sólo

cir ante sus ojos la situación, para lo que es necesario vol­

a alcanzar cierto relieve en

ver a atar al animal, restableciendo así el orden alterado.

de un gran creador -según los datos que poseemos-, pero sí

la cultura europea.

no

No se trata

uno de los numerosos e imprescindibles eslabones entre

En la «fazaña» jacetana un hombre encuentra un nido la de

sierpes

y mata

a todas

menos

a una,

la

cual,

cristiandad

y

el

oriente.

Símbolo

de

una

convivencia

aprove­ pacifica y enriquecedora entre diversos pueblos,

chando que éste duerme,

se enrolla en

su cuello.

lenguas y

Esta vez culturas, el mejor homenaje que podemos ofrecerle es pre­

serán

los alcaldes quienes representen

a la justicia y orde­ sentar

-por primera vez traducido

íntegramente al

caste­

nen repetir la escena. Sin embargo, entre ambos relatos hay llano- el texto más interesante para un lector no especia­ una diferencia sustancial.

La serpiente de la Disciplina ac­ lizado: la Disciplina Clericalis.

tuaba mal guiada por su instinto natural.

El tema conecta MARÍA

con una idea tópica en textos orientales, según la cual la na­ turaleza

originaria

es

inalterable.

Su

conducta

es

JESÚS

LACARRA

normal

dentro de su especie y el hombre ha pecado al desconocerlo

Notas

y abandonarse a su instinto caritativo. La serpiente del ya que actúa en

fuero aragonés tiene una justificación,

venganza contra el

asesino de su

familia.

I Jerónimo

Es el hombre quien ha iniciado la lucha y, en buena lógica, podría

ser

castigado.

Sin

embargo

la

sentencia

del

juez,

da

por

capítulo

2

idéntica

a la

de

la

raposa,

tiene,

según

Mauricio

A.

XXXVI:

Fernán

Molho,

Anafes de fa Corona de Aragón,

ZURITA,

y

Ubieto

M.

D.

Pérez

«Conversión DE

PÉREZ

X X V ! l t ( t 9 1 3 ) , cap.

Soler,

notable

de

un

edición

Anubar,

1967,

anota­

libro

1,

judlo».

Mar de Historias,

GUZMÁN,

109,

Valencia,

«Revue

Hispanique»,

610.

p.

otro valor. Seria una huella de la lucha que enfrentó «a los J

jurisconsultos

tradicionalistas

(que

admitirían

el

Petrus

latina,

de

venganza

privada)

y los

partidarios de las

157,

estos casos novelescos de procedencia oriental es una prue­

la

de

las

interferencias cristiano-arábigas

formación

entre

los

de

este

cristianos

derecho.

circularía

puesto

que

Asimismo, este

nos

material

presidieron indica

que

novelesco

por

a

este

Geschichte Beck'sche

TO,

J.

der

M.

6

de

o tratados-,

sino

que

reaparecen

Judaeos,

ahora

en

citaré

MtGNE,

todos

los

Patrología

textos

revisten

mayor

latinos

dificultad.

Juan Manuel,

salvo

sorprende

honrosas

el

olvido

dispensado

excepciones,

literatur

des

1964,

como

Mittelalters,

vol.

Ill,

pp.

por

los

estu­

Max MANITJUS, CH.

München,

274-277,

o

D.

Devo­

Una bibliografía,

LACARRA,

Madrid,

valle del Ebro(/.ª serie),

GóMEZ

Teodor

11

DE

por

Castalia,

1972,

pp.

189-191.

Documentos para el estudio de la reconquista y re­

(1946),

«Estudios

documento

PASTRANA

Mossen

editó

en

Affonso

20,

p.

Sevilla,

de

Edad

Media

de

la

459.

1642,

Aragonés;

la Historia de la

P.

NYKROG,

les

en Fabliau.x,

Boccaccio,

recogen algunos de sus argumentos, sea

«Pierres

con

En resumen, nos encontramos ante un hombre polifacé­ tico, innovador, inquieto, cuyas obras reflejan un afán en-

Genéve. d'Anfol»

Droz,

y

Th.

1973,

WELTER

gieuse et didactique du ,noyen Oge, Geneve,

directa o indirectamente.

36

no

lateinische

Aragón»,

Pedro

doncella

Shakespeare, etc.,

de

Introducción al estudio de don Juan Manuel y en particular de «El

Corona

ron a la literatura religiosa -en forma de ejemplarios, ma­

Don

partir

Verlags-buchhandlung,

población del

múltiples autores profanos.

ya

462-463;

articulo,

Conde Lucanor».



Pero los cuentos de la Disciplina Clericalis no sólo pasa­

de confesión

A

Sur fa date de fa naissance de Pierre Alphonse, «Ro­

NEDELCOU,

mania», 35 (1906),

conductos orales con anterioridad a su traducción.

nuales

que

4

la tradición jurídica alto-aragonesa de

diosos

ba

536-672.

19• C.

La presencia en

pp.

nuevas ten­ traducidos,

dencias romanistas y canónicas»

Diafogi contra

ALPHONSJ,

principio

su

7

1973),

menciona

recoge

fabliau.x

varios

L'Exemptum

dans

Paris-Toulouse,

numerosos

ados y

trat

fa

1927

atribuidos

fittérature

(reproducido

manuales

de

a

refi­ en

icación

pred

nombre.

F.

Rico, El pequeño mundo del hombre.

en las letras españolas,

i

Madr d

, Castalia,

37

1970,

Varia fortuna de una idea p.

.

267

Véase la interesante obra de J. DE GHELLINK, l 'essor de la tiuératu­

8

re latine au XII" siécte, 9

J.

AINAUD DE

Paris,

1955.

Desclée de Brouwer,

Uno

LASARTE,

versión

«Dialogh, de Pedro Alfonso, «Sefarad»,

cota/ano desconocida de los

111

(1943),

359-376.

Para esta faceta de la personalidad de Pedro Alfonso son indispen­

ro

sables los siguientes estudios de J. M. MILLAS VALLICROSA, la aportación

astronómica de Pedro Alfonso,

«Sefarad»,

111

(1943),

sobre hisroria de la ciencia española, Barcelona, CSIC,

65-105;

tudios sobre historio de la ciencia española, Barcelona, CSIC,

coge,

Universidad,

J.

11

a

1979,

sugestivos

otros

dalos,

La «Carta a los estudiosos

u

los

textos

París, Seuil, citados

de

1957, re­

Daniel

de

Bath en las páginas 23 y 59 respectivamente.

Morley y Adelardo de

citado artículo de J.

Por el

Madrid,

no menciona a Pedro Alfonso.

les intellectuels ou ,noyen áge,

LE GOFF,

junto

12

1960.

C. CROMBtE, en su excelente Historia de la ciencia,

contrario, A. Alianza

Estudios

1949, y Nuevos es­

franceses»

figura como apéndice en

el

Traducción

M. MILLAS.

Para la clasificación tradicional véase, entre otros, el estudio de E.

R. Cuanus, literatura europea y edad media latina, Méjico, FCE,

1976,

pp. 62 y ss.: para la aportación de Pedro Alfonso es interesante el comen­ THORNDIKE en su History o f Mogic and Experimental Science

tario de L.

during the First Thirreen Centuries o f our Era,

New

York,

1923,

1 1 1 , pp.

68-73. M.

14

fue uno de los primeros en defender esta opi­

STEINSCHNEIDER

nión en su voluminoso catálogo Die Hebriiische

alters und die luden als Dolmetscher, Berlin, Granz,

1956). A.

15

pp. 384

Morfología de

PRIETO,

y

s

la

novela,

relación con

otras

scrción empleados en a

Arnor

les

núcleos

la

19 7 5,

I

,

aragoza, Publicaciones del

Z

1979, analizo los

sistemas

de



i

las colecciones de cuentos medievales, así como los

temáticos.

Citado por y

Planeta,

obras posteriores de la literatura española; en mi obra,

de Literatura Española,

Departamento

16

Barcelona,

s. , estudia el sistema organizativo de la Disciplina Clericalis en

Cuentística medieval en España: los orígenes,

princip

Übersetzungen des Miuel­

1893, p. 934 (reproducido en

.

P.

R

rivalidad

KJNKAD

entre

E en

uglares

j

«Ioculatores Dei: el libro de Buen

y predicadores»,

Hito. El libro, el autor, lo tierra, lo época,

en

El Arcipreste de

rcelona, SE RASA,

Ba

1973, p.

116. t7

éase,

V

el Islam, 18

MENÉNDEZ

P1DAL, España, eslabón entre lo cristiandad y

Espasa-Calpe,

1956,

p.

23.

Glosa castellano al «Regimiento de Príncipes» de Egidio Romano,

edición de

p.

R.

Madrid,

J.

Beneyto,

Madr i d ,

Instituto de

Es

tudios Políticos,

1947,

1

11,

1 8 2. 19

M.

MO

LHO,

Difusión del derecho pirenaico (Fuero de Jaca) en el

reino de Aragón, «Boletín de la celona»,

XX

VIII

(

1959-60),

p.

eal Academia de Buenas

R

Letras de Bar­

332.

38

39

• Nota previa

La edición del texto latino hecha por J. Labouderie y reco­ gida luego en la Patrología latina de Migne, vol. 672-706,

quedó

superada

con

la

edición

critica

1 5 7 , pp. realizada

por A. Hilka y W. Soderhjelm (Heidelberg, Sammlung rnit­



tellateinische Texte,

1 9 1 1 ) , que he podido utilizar gracias a

la amable gestión de don Fernando de la Granja. Esta es la que figura reproducida en el apéndice.

Para la traducción

sigo esta misma edición, salvo en contados casos, indicados

en nota, en los que utilizo la publicada por Migne. La obra habia sido ya traducida al castellano -parcial­ mente- en dos ocasiones. En

1946, A. González Palencia

y J. López del Toro reeditaron la edición de Hilka con al­ gunos errores y descuidos.

Para su versión castellana reto­

maron las realizadas en la época medieval supliendo las la­ gunas (Granada, CSlC). Dentro de la Antología de cuentos

de la literatura universal (Labor,

1953) se incluye una ver­

sión donde también faltan algunos pasajes del texto fijado por A.

Hilka.

Mayor ha sido la fortuna de la Disciplina Clericalis en otras lenguas. A Eberhardt Hermes debemos una excelente traducción alemana (Zurich, Artemis Verlag,

1970), tradu­

cida a su vez al inglés (London, Routledge and Kegen Paul, 1977).

En

esta

lengua

ya

existía

otra

realizada conjunta­

mente por J. E. Keller y Joseph R. Jones (Toronto, Ponti­ fical lnstitute Studies,

1969). (E. D.)

41

Prólogo

ijo

Pedro

sús,

Alfonso,

autor

de

siervo

este

libro:

de

Cirsto

Doy

Je­

gracias

a

Dios, que es comienzo sin principio, en el que tienen su origen todos los bienes, fin infinito,

que

da

al

propia

hombre

ciencia

y

plenitud

sabiduría

nos

y

de

razón,

iluminó

con

toda

que

la

bondad,

nos

inspiró

admirable

sabio

con

su

claridad

de

su razón, enriqueciéndonos con la gracia multiforme de su santo

espíritu.

pecador-

la

linterna

celemín do

1,

Puesto

ayudarme

que

me

de

nada

diga

Por

ner

Pues,

mi

ha

dignado

varia

-aun

sabiduría,

concedida

componer

pobre

en

tanto,

este

a

suplicándole

mienzo

se

fue

se

su

no

quede

siendo

de

suerte

oculta

yo

que

bajo

el

por instigación de su propio espíritu me he senti­

impulsado

muchos,

que

con

libro

ella

que

que

obra,

que

Dios,

este

se

y

no

que

sea

que

intentado

al

en

dar

me

para

buen

a

su

inspiró

latín,

mis

utilidad

fin

guarde,

grato

me

traduciéndolo

habiendo

libro

digne

a

de

este

modo

voluntad.

la

idea

venga

de

en

meditaciones,

de

co­

que

Amén.

compo­

mi

ayuda.

muchas

ve­

ces y de varias maneras, averiguar las causas de la creación del

hombre,

fue

he

llegado

destinado,

por

mientras

permanezca

cio

de

santa

jor

y

la

mayor

a

concluir

precepto

en

filosofía,

el

a

medio

de

su

el

ingenio

Creador,

mundo,

por

conocimiento

que

del

la

de

cual

humano

dedicarse,

búsqueda

la

propio

a

y

logre

Creador

y

ejerci­

un

me­

aprenda

a vivir en moderada continencia, así como a precaverse de los

peligros

por

una

que

senda

hubiere

vivido

ciplina,

ha

ce

ser

le

que

de

amenazan

lo

acuerdo

cumplido

llamado

lleve

al

con

aquello

perfecto.

naturaleza humana es

y

a

reino

la

para

caminar

de

los

norma

lo

Consideré,

que

por

en

este

cielos.

de

dicha

fue

santa

creado

otro

mundo

Porque,

lado,

y

si

dis­

mere­

que

la

frágil y necesita ser instruida poco a

poco para no caer en el tedio; teniendo en cuenta su dureza

43

estimé que es preciso ablandarla de algún modo y ayudarle

De la hipocresía

a perder su natural rudeza para que aprenda con mayor fa­ cilidad; y puesto que, asimismo, es muy dada al olvido, ne­ cesita ser aleccionada con muchos ejemplos que le ayuden a recordar. Por todo eso, compuse mi librito parte de prover­ bios de los filósofos y sus enseñanzas, parte de proverbios y consejos árabes, y de fábulas y versos y parte sirviéndome de las comparaciones con aves y animales. No obstante, tu­ ve en cuenta la medida, no fuera a ser que, si escribiera más

de lo necesario, mis escritos sirvieran al lector de carga más que de ayuda; que sean, más bien, para los que los lean o los oigan, ocasión de sentir un mayor deseo de aprender; y que los ya sabedores se acuerden, por lo que aquí se cuenta, de lo que hayan olvidado. Buscando nombre para el librito le

puse

el

de

su

contenido,

esto

es,

Disciplina

clerica/is,

pues instruye al clérigo. También pensé que debía evitar, en la medida de mis conocimientos, que se encuentre en él na­ da contrario

a nuestras creencias o diverso de nuestra

fe.

Para lo cual ayúdeme Dios omnipotente, a quien siempre me encomiendo.

Dijo

obedientes

a

«Explícanos hipocresía; obedecer

Díjole

3

a sus discípulos:

Dios lo

y

que

pues

dices.»

hipocresía

a Dios y a solas,

uno

hipocresía

de

de

sus

la

«Cuidad,

desobedientes El

el

la

cual

no

dice:

simular,

ante

en

cambio,

ser

hombre

vayáis

vez.»

es

discípulos:

que

a

«¿Hay deba

Le

a ser

dicen:

«Evitad los

la

hombres,

desobediente.» otr a

clase

guardarse?»

de

Dice

Sócrates: «Existe el hombre que aparenta obedecer a Dios pública

y ocultamente,

para ser considerado santo

mundo y que, por ello, todos le honren.

por el

Hay otro tipo de

hombre, más sutil que éste, que deja ese tipo de hipocresía para entregarse a otra mayor; pues cuando ayuna o da una

limosna y se le pregunta si lo hizo responde: 'Sólo Dios lo sabe' o 'No' para ser mirado aún con mayor respeto y para

que se diga de él que no es hipócrita, puesto que no desea que sus buenas acciones sean conocidas por otros hombres. Creo, en verdad, que son pocos los que no participan de es­

Amén.

te Si alguien, sin

Sócrates

embargo,

recorriendo este libro con mi­

género

de

hipocresía.

Cuidad

para

que

no

os

vaya

a

ocurrir que, atraídos por ella, os veáis privados del premio

rada y lectura superficial, hallara en él algo en que no se de vuestra acción. Y para que eso no ocurra haced todo con mostró muy cauta la naturaleza humana, le aconsejo que lo recta intención, lea y relea con más sutil atención, y, en último término, de­

sin

buscar obtener gloria por vuestros ac­

tos.»

jo en su mano y en la de todos los formados en la fe católi­ ca la posibilidad de enmendarlo, pues el filósofo, entre las cosas humanas, ninguna considera perfecta.

Dijo otro

filósofo:

«Si te apoyas

firmemente en

Dios,

vayas a donde fueres, todo te será próspero,»

Del temor de Dios De la hormiga, El

filósofo

Henoch,

del gallo y del perro

que en lengua árabe se llama Edric ',

dijo a su hijo: «Que el temor de Dios sea tu mayor cuidado Balaam, que en árabe se llama

y en todo lo que hicieres saldrás ganador.»

Lucaman 4, dijo a su hijo:

«Hijo, que no sea más sabia que tú la hormiga, que reúne Dijo otro

filósofo:

«Todo

teme a quien teme a Dios;

mas todo lo teme quien a Dios no terne.»

en verano lo necesario para vivir en invierno. Hijo, no vaya

a ser más vigilante que tú el gallo, que vela en las horas ma­

Dijo otro filósofo: «Quien teme a Dios, lo ama; quien

tutinas mientras tú duermes. Hijo, que no sea el gallo más fuerte que t ú , que endereza a diez esposas y tú no eres ca­

ama a Dios, le obedece.»

paz de educar a una. Hijo, que no tenga el perro un cora­ Dijo un árabe en unos versos: «No obedeces a Dios, só­

lo

finges amarlo;

verdad

lo

amaras,

y en

verdad

nadie

le obedecerías.

dece.»

podrá creerlo.

Pues,

quien

ama,

Si

de

obe­

zón más noble que el tuyo, que no se olvida de sus benefac­ tores, y tú, en cambio, te olvidas de los tuyos. Hijo, que no te parezca cosa de poco tener un enemigo, ni demasiado te­

ner mil amigos. Esto te digo:»

44

45

l.

II.

Ejemplo del medio amigo'

Ejemplo de un amigo íntegro'

Se me contó de dos negociantes, uno de los cuales vivía en

Un árabe, a punto de morir, llamó a su hijo y le dijo: «Di­ me,

hijo

mío,

cuántos

amigos adquiriste en

6

tu

vida.



El

hijo respondió: «Creo que adquirí cien amigos.» DÍJOie el padre: «Dice el

filósofo: 'No alabes al amigo hasta que lo

hayas probado".» Yo nací antes que tú y apenas puede de­ cirse que logré la mitad de uno. Tú,

¿cómo te hiciste con

cien? Ve a probarlos, para saber si alguno entre todos es tu amigo verdadero,» Dijo el hijo: «¿Cómo me aconsejas pro­ barlos?» Dice el padre: «Pon en un saco un ternero muerto y partido en pedazos, de modo

que el saco quede_ sucio_ de

sangre por fuera, y cuando llegues a casa del amigo, dile: 'Querido

amigo,

maté

involuntariamente

suplico que lo entierres en

a

u!l

hombre;

t�

secreto, pues nadie sospechara

de ti y en cambio, a mí podrás, así, salvar�e·



Hizo el �i;

jo como el padre le mandó. El pnmer amigo al que a c u d i ó le dijo: «Llévate ese muerto a cuestas; puesto que hiciste un mal

sufre el castigo.

No entrarás en

Egipto oídas

y otro

y,

tó cómo habían ido las cosas. El padre le dijo: «Te sucede el

filósofo:

'Muchos

son

los

amigos,

mientras lo son de nombre, pero pocos lo son en la necesi­

dad'. Vete a casa de ese medio amigo que yo tengo y mira a ver qué te dice.» El

hijo

fue y díjole lo mismo que había

dicho a otros. Y él contestó: «Entra en mi casa. No es éste un secreto que deba propagarse entre los vecinos.»

Y ha­

ciendo salir a su mujer con toda su familia, cavó una sepul­ tura. Una vez que estuvo preparada, díjole aquél la verdad, tal como era, y le dio las gracias. Luego refirió a su padre lo ocurrido. Y el padre dijo: «A propósito de amigos como ese dice el

filósofo:

cuando

mundo

el

'El

te

verdadero amigo es el que ayuda

abandona'.»

Dijo

el

hijo

al

padre:

«¿ Viste a un hombre que haya podido conseguir un amigo cornpleto?»

Entonces

dijo

el

padre:

«No

lo

vi,

pero



hablar de uno.» Y a su vez el hijo: «Háblame de él, a ver si, por casualidad,

logro para mi

padre:

se

conocían,

sus tratos

sino

por

de

inter­

fue a Egipto, llevado por sus negocios. El egipcio, habien­

cibió,

gozoso,

en

su

casa.

Le

obsequió

-como

se

hace

entre amigos- durante ocho días, haciéndole gozar de mú­ sicas deleitosas que en su casa tenía. Pasados los ocho días enfermó el

huésped y su amigo,

muy

preocupado,

llamó,

para que le atendieran, a todos los médicos de Egipto. Pero los médicos, habiéndole tomado el pulso y habiendo estu­ diado la orina reiteradamente,

no hallaron en él enferme­

dad alguna, y, puesto que así conocieron que no se trataba de enfermedad corporal, llegaron a la conclusión de que se trataba de mal de amores. Conocido esto por el egipcio se presentó ante él a

la

y le preguntó si

un amigo semejante.» Y el

que

«Muéstramelas indicaré.»

dijo

no

hacían

do tenido noticia de su llegada, salió a su encuentro y lo re­

dos la misma respuesta. Volviendo junto a su padre, le con­

que

y casi

menester,

había en

su

casa alguna

mi casa.» Habiendo

hecho lo mismo con cada uno de sus amigos, obtuvo de to­

mismo

Bagdad

mediarios. Y sucedió que el negociante que vivía en Bagdad

mujer

lo

en

cuando era

amara.

a

todas

A y

esto si

respondió

entre

ellas

el

la

enfermo:

veo,

te

la

Habiendo oído esto le mostró cantoras y servi­

doras, de las que ninguna le gustó; le mostró, después, a to­ das sus hijas, a las que también, como a las otras, despreció y rechazó.

Pero

el

señor

tenía

en

su

casa

a cierta

joven

noble, a la que durante tiempo había educado para hacerla su esposa, y también se la mostró. El enfermo, en cuanto la vio, dijo: «Por ésta muero, en ella está mi vida.» Oído es­

to, el egipcio otorgó la noble joven al enfermo, �on todo lo que él mismo debía recibir con ella, y aun le dio lo que le hubiera dado a la joven, si él la hubiera tomado como es­ posa;

hecho todo esto, y acabado el negocio que le había

llevado allí, volvió el huésped a su patria con su esposa y lo que

con

ella

había

recibido.

Sucedió,

más

tarde,

que

el

egipcio perdiera, por varias causas, sus bienes y, empobre­

cido, pensó ir a Bagdad, a casa de ese amigo que allí tenía, esperando obtener su compasión.

Se puso en camino mal

vestido y famélico, y, llegado .a Bagdad a media noche, no se atrevió a ir a la casa del amigo a tales horas, no fuera a ser expulsado como desconocido;

antiguo para pasar allí la noche.

así,

entró en

un

templo

Y mientras, lleno de an­

siedad, pensaba en mil cosas, aparecieron dos hombres jun­ to al templo, uno de los cuales mató al otro huyendo des-

46

47

pués.

Acudió

muerto

mucha

gente

a los gritos

y preguntándose quien

y encontrando

al

había cometido el homici­

dio, entraron en el templo pensando que podrían encontrar

alli

al criminal.

Pero al que encontraron

fue al egipcio y,

res acostumbrados, le dijo: «Si quieres quedarte aquí con­ migo todo lo que tengo nos será común;

pero si

repatriarte,

mi

repartiremos equitativamente

prefieres

fortuna.»

El

egipcio, atraído por la dulzura del suelo natal, volvió a su

preguntándole quién había matado a aquel hombre, oyeron

patria con una parte de los bienes que antes había entrega­

que decía: «Lo maté yo;» puesto que, así, pensaba acabar,

do.

muriendo, con su pobreza; y de este modo, fue apresado y encarcelado. del

que

Cuando se hizo de día,

salió

condenado

mucha gente que acudió,

a

morir

Una

fue llevado a juicio,

en

la

horca.

Entre

la

según suele pasar, se encontraba

vez

contadas

estas

cosas,

«Difícil será hallar un amigo como

dijo

el

éstos.»

hijo

al

padre:

«También dijo

otro filósofo -siguió el padre- en cuanto a los amigos no

el amigo, en busca de cuya ayuda había venido el egipcio a

probados: 'Guárdate una vez de los enemigos y mil veces de

Bagdad, y, mirando con atención, se dio cuenta de que el

los

detenido era el negociante que había dejado en Egipto. Y

enemigo y podría más fácilmente buscar tu propio

amigos,

porque

quizá,

alguna

vez,

un

amigo

se

hará

daño".»

recordando las bondades que había tenido allí con él, pen­ sando que,

una vez muerto, no podría pagárselas, decidió

sufrir la muerte en su lugar.

Y así, gritó a grandes voces:

«¿Por qué condenáis a un inocente?

No merece la muerte; yo fui quien mató al hombre.» En­ tonces le echaron

mano a él

y,

Del consejo

¿A dónde lo lleváis?

atado, se lo

llevaron

a la

Asimismo otro filósofo: «Guárdate del consejo de aquél a quien se lo pidieras si, no está bien probado que te es fiel.»

horca, absolviendo al otro de la pena. Igualmente otro Mientras

tanto,

el

verdadero

homicida

filósofo:

«Aconseja a tu

amigo,

para

caminaba su bien, todo lo que puedas, aunque no quiera creerte; pues

mezclado en

el mismo grupo de gente viéndolo todo y se es justo que le aconsejes, aunque él, como necio, no siga tu

decía: «Yo maté a aquél y éste es condenado. Este, que es consejo.»

inocente, va al suplicio, y yo, que soy culpable, disfruto de la libertad.

No puedo

Dijo otro: «No reveles tu consejo a todos los hombres,

hallar respuesta, si no lo es solamente la paciencia divina.

¿Cuál es la causa de tal

injusticia?

pues el que retiene su pensar en su corazón es dueño de ele­

Pero Dios, juez justo, no deja delito sin castigo: Para que

gir lo mejor.»

no me castigue con mayor dureza después de mi muerte me entregaré como

reo

de este crimen.

Y así,

salvando

a los

Otro:

otros de la pena, pagaré el pecado que corneti.»

tiene,

Y se lanzó al castigo diciendo: hice, soltad a ese vieron de la

inocente.»

pena capital

«El

pensar,

escondido,

está

guardado

como

en

una cárcel de la que eres el dueño; en cambio, revelado, te atado en

la cárcel, a t i . »

«Aquí me tenéis, yo lo

Los jueces, admirados, absol­

al otro y ataron a éste; pero ya,

dudosos respecto al juicio, lo llevaron junto con los otros

Otro:

«No te asocies con tus enemigos cuando puedas

encontrar otros aliados, pues notarán lo que hicieras mal y

pasarán por alto lo bueno.»

dos ya liberados ante el rey al que, contándole todo lo suce­ dido, también le hicieron dudar. Por decisión común, el rey perdonó a todos el crimen del que se habían acusado espon­ táneamente

con

la

única

condición

de

que

explicaran

las

causas por las que se habían atribuido el delito; y ellos dije­

Dijo un poeta: «Uno de los males peores de este mundo para un

hombre libre es verse obligado,

por necesidad, a

pedir a un enemigo que le ayude.» Preguntó alguien a un árabe: «¿Qué desgracia mayor te

ron la verdad al rey. Absueltos, pues, todos por consenso

ocurrió en este rnundo?»

general,

obligó a ir en busca de un enemigo que me concediera algo

el

hombre de

Bagdad,

que había decidido

morir

por su amigo, lo recibió en su casa y, haciéndole los hono-

48

Dijo el árabe:

que yo deseaba.»

49

«La necesidad me

De que no conviene tener trato

Hubo cierto sabio y egregio poeta, pero pobre y mendi­

con gentes mezquinas

cante, que se quejaba siempre ante sus amigos de su pobre­ za, acerca de la cual hasta compuso versos que decían así:

Dijo

otro:

compañía

«Tú, que repartes, explícame por qué mi parte falta. Tú no

puede servirte de deshonra.» Otro: «No presumas de haber

tienes la culpa, pero dime, ¿a quién debo culpar? Pues si es

sido alabado por algún truhán: su alabanza es para ti vitu­

dura

perio,

y su

«No

te

asocies

vituperio,

con

un

truhán

alabanza.» Cierto

cuya

filósofo,

pasando

mi

por la calle, vio a otro filósofo entretenido con uno de esos

me

mal afamados y le dice:

hacer

quien

se

le

aserneja.»

é l . » «Pues,

unido a

primero.

«Cada

Pero

él

uno gusta de reunirse con

contestó:

«Nunca

me

¿por qué le reías las gracias?»,

sentí

dijo el

Y el otro respondió: «En una gran necesidad has­

estrella,

hecho por t i . diste

es

indudable

que

también

esto

ha

sido

Y entre mi estrella y yo, tú eres mediador. Tú

sabiduría

sin

la sabiduría sin

hacienda: fortuna?

Dime,

pues,

Quédate con

mi sabiduría y dame un poco de dinero.

¡

¿qué una

puede

parte de

No permitas que

yo carezca de aquello cuya falta me obligará a avergonzar­ me!»

ta el hombre más honesto se ve obligado a ir a la letrina.» Dijo cierto

Otro

filósofo dijo:

ras, pero muy

«Hijo,

es difícil elevarse a las altu­

fácil descender de ellas.»

filósofo:

«Puede

otro de tres maneras, según

uno estar en

la necesidad:

relación

con

Eres mayor que

aquel a quien hayas favorecido, en la medida en que lo fa­ voreciste; serás igual que aquel del que nada necesitas; me­ nor, en cambio, que otro del

De la sabiduría

Otro: Otro

filósofo:

«Mejor

es

la

enemistad

del

sabio

que

la

que necesitas.»

«La sabiduría es resplandor del

alma; la fortuna

es brillo del cuerpo.»

amistad del ignorante.» Otro: «La sabiduría vivifica con su brillo a los cuerpos

Otro filósofo: «No estimes en mucho la amistad del ne­ cio,

porque no es

Otro criado

dad de la lluvia.»

duradera.»

filósofo:

entre

«Mejor

sabios

que

la

sin ella muertos, como la tierra seca reverdece con la hume­

es

la

de

un

compañia prudente

de

un

simple

educado

entre

Del silencio

gente indigna.» El discípulo dijo al maestro: «¿Cómo he de portarme para Otro filósofo: «Más dulce es para el sabio una vida du­ contarme entre los discípulos sabios?» El maestro: ra entre sabios que

Otro

filósofo:

una

vida muelle entre los ignorantes.»

«Dos son

las especies de sabiduría:

una

natural y otra adquirida; una no puede durar sin la otra.»

da

silencio

hablar.

en

Pues

tanto dice

el

que

no

te

filósofo:

veas 'El

en

la

«Guar­

necesidad

silencio

es

signo

de de

sabiduría y la locuacidad signo de necedad'.»

«No confíes la sabiduría a los necios, porque no

Otro: «No te apresures a responder hasta que no hayas

la merecen, ni la niegues a los sabios, porque les quitarías

oído el fin de la pregunta, ni intentes resolver una cuestión,

lo que es suyo.»

planteada en público, cuando hayas visto que hay allí otro

Otro:

más Otro: versos:

«Los dones que recibimos

en este mundo son di­

a unos se les da la posesión

de bienes y a otros la

sabio

otro,

que

tú;

ni

respondas

a

una

ni busques obtener alabanza en

nocido.

Pues el filósofo dice:

pregunta

hecha

asunto por ti

a

desco­

'Quien busca gloria por algo

sabiduria.» de lo que no sabe al Uno,

hablando

con

su

hijo,

le dice:

final quedará por embustero'.»

«¿Qué preferirías Otro: «Da tu conformidad a una verdad o comprobada

que se te diera, fortuna o sabiduria?» Y el hijo le contestó: «Cualquiera de estas dos cosas necesita de la otra.»

50

por ti o que te ha sido demostrada. las

palabras

sabias,

porque,

51

como

No te vanaglories por atestigua

el

filósofo:

neró en t i » ; a lo que el poeta contestó: 'Quien

presume

de

sus

dichos

sabios

demuestra

que

es

Haciendo

sabios

y

todo esto

«También, a veces,

ne­

entre cio'.

el

trigo

nace

Pero

centeno.»

el

rey

dijo

así:

«Tú

me

te encontrarás entre los discípulos probaste

tener

menor

sin

alguno.

nobleza

que tu

padre.»

Y lo despidió

prudentes.» pago

El filósofo dice: «Quien quisiera encontrar una solución

prudencia.»

prudente la meditará con

IV. Otro:

otro,

«Quien

se

avergonzare

de

más se avergonzará cuando la

buscar

sabiduría

busque en

Ejemplo del mulo y la zorra'

en

mismo.»



Igualmente Otro: por

«Quien,

breve

por

tiempo,

manecerá en

la

vergüenza,

por

toda

la

no

acepta

duración

vergüenza de la

de

la su

enseñanza tiempo,

ni

villano

per­

ofreció

ignorancia.»

mano,

lo Otro:

«No

todo

el

que

se

llama

sabio

lo

es,

sino

el

presentó

de

versos sabio

recibió

madre

malos.

en

el

buen

Su

letras

muy

ante

de

rey

otro

linaje,

madre,

y brillante

honrosamente,

en

y,

poeta, poco

cambio,

por

pero

su

de

tenía

ingenio.

le

padre

instr uido ,

un

El

preguntó

rey

de

le

her­ no

quién

que era hijo.

aprende y retiene

se

pero

Y él

citó

enseguida el

nombre de su

t í o , a lo que el

la sabiduria.» rey soltó una gran carcajada. Preguntáronle sus consejeros:

Otro:

«A

aprovechará mientos

y la

Otro:

de sus

quien su

fallara

nobleza.

sabiduría

«Al

que

de

falta

en

La

los

conocimientos,

nobleza

necesita

de

poco

conoci­

propios

propia,

poco

abuelos.»

heredar

«Más

de

estimo

mis

aprovecha

mi

propia

nobleza

que

la

que

pude

antepasados.»

los

pastos

jo:

'Tú,

madre?'

linaje, cia,

rey

lo

envidiaban rey un

árabe

presentó

el

y,

hombre

alabáis dió:

prudente e

sus

recibió

versos con

«Señor

y

creéis

a un

de

su

rey,

nacido de tan

cuando

ingenioso,

vil

Así

pues,

el

lo

Sabedor

nobleza, qué

linaje?»

vituperarle»;

rey

El

se

no

de

de su

otros

rey

y el

noble

pruden­

poetas

presentaron

magnificas a esto:

propio

por haber

despidió

pero

Por esto,

¿por

«No es despreciada la rosa

nas.»

rey.

honores.

orgullosos

diciéndole:

tanto

le

poeta

cierto

hallándolos

con

nos

Je

el

dame

algo

El

Y

nacido y contemplándolo,

mulo

poeta

de

noble

cuna,

pero

el

mal

poeta

compuestos,

por

mi

al rey:

«Si

linaje.»

no

los

Dijo

por

grandes

poco

despreció

y

el

los versos,

rey:

ellos:

dijo

que él

le di­

era criatura

mulo:

Así,

igual

se

es

a

preguntar:

'Mi

tio

que

el

un

materno

mulo

animal

avergonzaba

'¿ Tienes

de

éste

es

no

al

y perezoso,

nombrar

o

caballo

reconoció

torpe

de

un

padre

a su

de

asno igual­

padre,

ciencia.»

Luego, volviéndose al

poeta,

me

quién

él

insiste:

se lo dijo;

«Quiero

conoció

e ignorante y dijo a sus que

no

ha

que

así el

digas

rey que su

siervos:

es

padre

«Demos

tu

era

algo

padre.»

de

Y

linaje vil

a éste,

puesto

degenerado,»

De la verdadera nobleza

Un

árabe

dice

pretéritos

a su

padre:

-según

indignos.»

«Me

tengo

ingeniosos,

A lo

admiro

leídosabios,

que contestó el

de

eran

que

en

tiempos

honrados

los

y ahora sólo se honra a

padre:

«Hijo

mío,

no

te

ins­

no

al

«¿Quién

volvió

porque

ahora

admires; a

porque los

los

nobles,

clérigos los

honran

ingeniosos

a

a

los

los

clérigos,

ingeniosos

y

los los

le truhanes

Dijo

libro.»

aña­

nacido entre espi­

honrándole

Dijo

raza'.

nobles y

nada.

un

a

«Más le

truido, ofreció sus versos a un rey. El rey, habiéndolos reci­ bido

en

desconocido por carecer de

los que

«De que veo ahora, con leí

«Una vez, una zorra encontró en

recién

eres?'

hombres nobles,

Sucedió

que

al

dones.

dio

mulo

zorra

padre,

mente

poeta

a un

¿quién

La

buena

Ejemplo de los tres poetas-

Cierto

Y el rey:

fábula

la

como

111.

una

'

Dios. Otro:

ojos,

«¿Cuál?» El rey dice así:

experiencia.»

nobleza

«¿De qué te ríes tanto?» mis

son

honrados

por

los

truhanes.»

El

hijo:

«Tam­

me­

es

tu

bién

vi

que

los clérigos no

son

honrados cual corresponde a

su sabiduría y, por ende, tienen que relajar sus costumbres, padre?»

El

se

lo dijo,

y el

rey

respondió:

52

«La semilla

dege-

53

y sólo entonces alcanzan grandes honores.» Entonces le di­

De las siete industrias

II

jo su padre: «Causa de eso es la ignorancia propia del tiem­ po en

que vivimos.» A lo que el hijo:

«Enséñame,

padre

queridisimo, cuál es la verdadera definición de nobleza.» Y el padre dijo:

«Las industrias son: Equitación, natación, lanzamiento de flecha, pugilato, cetrería, jugar al ajedrez y versificar.»

«Recuerdo que Aristóteles'° contestó así en

una carta a Alejandro, que le había preguntado cómo elegir

De las siete probidades

un consejero: 'Toma -le dice- a uno que sea instruido en

las siete artes liberales, erudito en las siete industrias, cono­

Las probidades son: «No seas glotón, ni bebedor, ni luju­

cedor de las siete probidades, porque yo considero que esa

rioso,

es la nobleza perfecta'.» Y el hijo: «Esa nobleza no se en­

discípulo: «En este tiempo creo que nadie tiene virtudes de

cuentra en mi tiempo; por el contrario, toda la nobleza que

tal clase.»

violento,

embustero,

avaro

ni

descortés.»

El

veo se basa en el oro y la plata, como dice un poeta: 'Las riquezas ennoblecen a los privados de nobleza y la pobreza

De la mentira

oprime a los nobles'. Aleccionó cierto filósofo a su hijo:

«Evita la mentira, que

Un poeta dice a propósito de las desgracias que, en el es más dulce que la carne de las aves.» mundo, ocurren a los nobles:

'Di a los que nos desprecian

por las desgracias que nos ocurren que el mundo a nadie envió más calamidades que a los nobles. mar arroja el

estiércol

preciosas se van a su

¿No ves cómo el

y la paja mientras que las piedras

fondo?

Otro:

«Siendo tan

fácil decir mentira,

¿por qué ha de

ser duro decir la verdad?» Otro: «Si temes decir algo de lo que puedas arrepentir­

¿No ves que en el cielo hay te, preferible es que digas: No, a que digas: S i . »

estrellas

cuyo

número

sufre eclipse sino el por

la

ignorancia

hombres

ignoramos?

Pues

sol y la l u n a ' . »

que

consideran

reina

que

en

sólo

ninguna

Y el padre:

nuestros

deben

tiempos,

gloriarse

ellas

de

«Sucede, que

por

las

los

ri­

Otro:

«Cuida que la cobardía para negar no te ponga

luego en necesidad de mentir, porque es más honesto negar algo que dar largos plazos.»

quezas.» Otro: «Dar tiempo al tiempo, cuando te pidan algo, es, a la vez, manera habilidosa de negar.» Otro: «Si alguien puede salvarse por la mentira, mejor

De las siete artes

se salva con la verdad.» Uno de los discípulos interrogó a su maestro diciendo: «Ya que son siete las artes,

siete las probidades y siete las in­

Cierto acusado fue llevado ante el rey y aunque negó su crimen

fue obligado,

por

fin,

a confesar.

Al cual dijo el

dustrias, querría que me las enunciaras tal como son.» El

rey: «Dos veces serás castigado: una por el delito cometido,

maestro: «Te las enumeraré. Estas son las artes: Dialéctica,

otra por haberlo negado.»

aritmética, geometría, medicina, música, astronomía; acer­

ca de la séptima hay variadas opiniones. Los filósofos que no siguen a los profetas dicen que la séptima es la nigro­ mancia.

En

cambio,

otros

de

ellos

que

creen

en

las

Otro acusado consejeros:

y

en

la

filosofía

dicen

que

la

séptima

es

su

sentencia

crimen acerca

y al decir al de

ese

delito

rey sus que

ha

confesado.» «No asi -dijo el rey-, pues como dice el filó­ sofo

profecías

no negó

«Dicta

'Confesar el pecado es razón de atenuar la pena'», y

la así el reo salió libre del juicio.

filosofía,

que

precede

a

las

materias

naturales o

físicas.

Otros, que no se dedican a la filosofía, dicen que es la gra­ rn á t i c a . »

Sócrates: «Como el hombre mentiroso no debe hallarse entre el cortejo de un príncipe, del mismo modo deberá ser excluido del reino de los cielos.»

54

55

Cierto filósofo dijo a su hijo: «Di que miente quien dice

VI.

Ejemplo del poeta y el giboso"

que el mal deba ser combatido con el mal, porque, corno el fuego no apaga el

fuego, tampoco el mal cede ante el mal.

En

el

cambio

destruye el

corno

agua

mal con el

apaga

el

fuego

así

Un poeta presentó sus versos al rey, que alabó su ingenio,

cualquiera

diciéndole que podía pedir un don a cambio de su trabajo.

bien.»

• Otro: «No devuelvas mal por mal, para que no seas se­ mejante al

malo,

sino devuelve bien,

para que seas mejor

El

poeta

pidió

que

le

permitiera

ser

portero

de la ciudad

por un mes, con el derecho a cobrar un dinero a todo gibo­ so que pasara por la puerta, otro a todo tiñoso, otro a todo tuerto, otro al sarnoso y otro al herniado. El rey se lo con­

que é l . »

cedió así, y dióle carta con su sello. El poeta, recibido el en­ Otro

filósofo:

«No

confíes en

el

mal

si

has escapado,

cargo, se sentó junto a la puerta para ejercer su oficio.

gracias a él, de un peligro, que caerás en otro y no conse­ guirás escapar de la misma manera.»

Dijo un árabe a su hijo: «Si ves que alguno se encuentra metido

en

asuntos

malos,

no

Cierto día quiso entrar un giboso bien envuelto en la ca­ pa, apoyándose en su bastón. Saliéndole al paso el poeta, le

te mezcles,

pues suele pasar

que el que suelta el péndulo lo ve caer sobre

pidió un dinero, que él se negó a dar. violencia contra el

hombre,

El poeta, al usar de

le retiró en

parte el

de la cabeza y, dándose cuenta, entonces,

capuchón

de que también

é l . »

era tuerto, le demandó dos dineros en vez de uno. Tampo­ co quiso pagar y fue retenido.

Intentó huir,

pero, al suje­

tarlo el poeta por el capuchón, quedó al aire la cabeza y se

V.

Ejemplo del hombre y la serpiente" vio que era sarnoso.

Alguien

que

que algunos forzarla

pasaba por un pastores

a dejar

bosque

habían

atado

su contorsión

vio

una serpiente a la

a unos

natural;

el

palos luego de

caminante,

des­

pués de soltarla, la calentó y la serpiente, una vez caliente, comenzó

a enrollarse alrededor de su

estuvo

a

punto

haces?

-le dijo-.

esto

la serpiente:

naturaleza.» un

de

ahogarlo.

salvador,

Entonces

el

hasta que

hombre:

«¿Qué

¿Por qué devuelves mal por bien?» A

ros.

Viéndose

el

con

la

y,

fuerza

Así pues,

giboso al

sin

quedar

cubrióse que tenía sarna en un cuarto dinero. lucha,

cayó

le pidió entonces tres dine­

solución, con ellos.

los

empezó brazos

al

a

resistirse aire,

des­

Le pidió, pues, el poeta

Siguiendo el hombre resistiéndose, en

a tierra

perdiendo

la capa,

con

lo

que se

la

vio

que era herniado. Así que le reclamó el poeta un quinto di­ nero.

Y de este modo el que no quiso pagar uno v i ó s e for­

zado a dar cinco.

«No hago sino lo que corresponde a mi

Dijo él:

Dijo el filósofo a su hijo: «Hijo, no pases nunca por se­

«¿Te hice un bien y me lo pagas con

mal?» Mientras discutían así, llamaron como árbitro a

una zorra y le contaron todo lo sucedido. Entonces dijo la

de de gente inicua, pues el pasar puede ser motivo de parar­ se, el pasarse de detenerse y el detenerse de llegar a la ac­

ción.» zorra: veo,

«No

puedo juzgar

primero, con

esta

causa

mis propios ojos,

sólo

de

oídas,

si

no

lo que ocurrió.» Fue

atada la serpiente corno estaba antes.

«Ahora -le dijo la

VII.

Ejemplo de un clérigo que entró

zorra- escapa si puedes; y tú, hombre, no te ocupes en de­

en la casa de unos bebedores" satar serpientes. ve caer sobre

¿No sabes que quien suelta el péndulo lo

él?»

Se dice que dos clérigos salieron de la ciudad al anochecer Dijo un árabe a su hijo: «Si te vieras agobiado por algo

para pasear. Llegados a un lugar donde se reunían bebedo­

y pudieras liberarte fácilmente, hazlo sin tardanza, porque

res,

si

porque dice el filósofo: 'No se debe pasar por sede de gente

esperas,

puedes,

mientras tanto, ser abrumado con

ma­

dijo

el

uno

a su

amigo:

«Vayamos

por otro camino,

yor peso; no vaya a pasarte lo que al giboso del que habla

inicua'.» «El paso -respondióle su compañero- no daña­

el poeta.» Y «¿qué le pasó?» dijo el hijo.

rá, si no se le añadiera otra cosa»; y, pasando, oyeron una

56

El padre contó:

57

cancioncilla en la casa. Se paró el uno, retenido por la dul­ zura del canto. Su compañero le aconsejó seguir el camino,

1

Habiéndole contado esto acerca de él y su

maestro,

se

fueron ambos de allí.

pero él no quiso. Marchándose, pues, uno, se quedó solo el otro y atraído por la cantinela entró en casa. Oyéndose lla­ mar desde todas las mesas, se sentó y bebió con los otros. Y he aquí que un pregonero, que perseguía

De las malas mujeres

a un espía fugitivo

de la ciudad, entró en pos de él en la casa de los bebedores.

Dijo un

filósofo a su hijo: «Sigue al escorpión, al león, al

Hallado allí el espía fueron apresados él y todos los demás.

dragón,

pero

«Pues

este

-dijo

el

pregonero-

fue

el

refugio

de

Otro

espía, de aquí salió y aquí volvió: todos fuisteis sus cómpli­ ces

y socios.»

ellos,

el

Fueron

clérigo

que

todos con

llevados

gran

voz

a la

horca

y,

proclamaba:

no

sigas a una

mala

mujer

16



este

entre

'Quien

disfruta con la compañía de gente inicua paga, sin duda, el

filósofo:

«Pide a Dios que te libre del

ingenio de

las malas mujeres y guárdate tú mismo de no ser engañado por

ellas.

Pues

se

cuenta

de

cierto

filósofo

que,

pasando

por un lugar en que un pajarero había tendido la red para cazar pájaros, lo vio entregado a actos de lascivia con una

castigo de una muerte inrnerecida'.»

mujerzuela.

Díjole:

'Tú

que intentas cazar

pájaros,

cuida

no vaya a ser que, convertido en pajarillo, seas cazado a la­

VIII.

zo por

Ejemplo de la voz de la lechuza"

ésa'.»

Dijo Se cuenta de dos estudiantes que, llegaron

a un

lugar donde

saliendo de una ciudad,

se oía una

voz muy

sonora

de

cierto

discípulo

a

su

maestro:

«He

leído

en

los

libros de los sabios que el hombre debe guardarse del inge­ nio de la mala mujer y eso mismo dice Salomón en sus Pro­

mujer: cantaba una canción con palabras muy acordes y el

verbios: Si tú -por fábulas o proverbios- recuerdas algún

canto,

ejemplo acerca de eso, querría que me instruyeras n a r r á n ­

musicalmente compuesto,

sonaba deleitable y amo­

roso.

domelo.» «Lo haría a gusto por tí -dijo el maestro-, pe­ ro temo que algunos puedan

leer con

atención

superficial

Retenido por la cantinela se paró el uno; al cual dijo su compañero: «¡Apartémonos de a q u i ! » -y así lo hicieron­

los cuentos que de las artes de las mujeres escribimos para su corrección

«porque apenas

se

deja

uno engañar

incautamente por

de qué modo algunas llaman a sus amantes, sin que lo se­

canto del ave es arrastrado a la muerte».

pan Y de

nuevo

uno de ellos dijo:

«Esta

y para tu instrucción y la de otros; y viendo

el

voz es

sus

maridos

y

para

dar

satisfacción

a su

lascivia

se

más dulce

entregan con ellos a besos y abrazos, crean que la maldad

que la que oímos una vez mi maestro y yo,» «¿Cuál era y

de ellas nos alcanza también a nosotros.» El discípulo: «No

cómo la oísteis?» -dijo el otro-.

temas

« S u c e d i ó -contestó el

primero-, que habíamos salido de la ciudad y oíamos una

otros

eso,

maestro,

muchos

sabios

pues

Salomón

escribieron

en

cosas

sus tales

Proverbios

y

para corregir

voz muy áspera y un canto inarmónico con palabras desa­

sus malas costumbres y no fueron ellos culpados, sino ala­

cordes;

canto

bados. Tú escribe del mismo modo, para nuestro provecho

era ingrato, se demoraba en él como si fuera deleitoso. En­

y no merecerás vituperio sino alabanzas y así, pues, n á r r a ­

tonces me dijo mi maestro: 'Si es verdad lo que dicen que la

me sin tardanza lo que te pido.» Entonces el maestro:

pero el

que cantaba

se repetía y,

aunque el

voz de la lechuza anuncia la muerte de un hombre, esta voz de lechuza sin duda anuncia una muerte'. A lo que yo: 'Me extraña

-respondí-

que

siendo

el

canto

tan

horrible

el

IX.

Ejemplo del vendimiador"

cantor se deleite tanto en él'. Y él me dijo: ¿ 'No te acuerdas el

Fue uno a vendimiar su viña y, viéndolo su mujer, calculó

hombre, aunque no sean buenas: en su voz, su canto y su

de

aquel. filósofo

que

dijo:

'En

que se detendría algún tiempo en su trabajo; y, después de

hijo"?»

haber llamado a su amigo por medio de un mensajero, pre-

58

tres

cosas

halla

deleite

59

paró un convite. Sucedió, sin embargo, que el dueño se hi­ rió un ojo con una rama y volvió a casa antes de lo calcula­ do y sin ver nada con el ojo herido y, llegando a la entrada de su casa, llamó a la puerta. La mujer, comprendiendo lo que pasaba, escondió muy turbada al amigo que habia lla­ mado cual,

y corrió

después

a abrir

la

puerta

entrando muy triste y dolorido,

a su

marido.

mandó que le

El

fuera

preparado aposento y lecho donde poder reposar. Temió la mujer que,

si

entraba en

la habitación,

viera al

amigo es­

condido y le dijo: «¿Por qué tienes tanta prisa por irte a la Dime antes lo que te a c a e c í ó . »

cama?

El

le contó todo

ma;

que te

fortalezca el

fórmulas de encantamiento,

ojo

sano

con

marido,

escapó

una

el

sábana

amigo

que

estaba

escondido.

Entonces

asi?»

A

lo

que

ella:

«Ay,

hijo

mío

A esto dijo el discípulo: «Admirable es lo que acabo de

y

oír pero querría que me instruyeras más porque cuanto más

lo que

comprendo el ingenio de las mujeres, tanto más agudizo el

ción,

se

gustes.»

enderezándose,

que

-contestó-, aparejé muchas de esta clase.»

hasta que el amigo escondido pudo salir sin que el marido ella,

sábana

las mias.» «¿Pero t ú , señora -dijo el marido-, sabes ha­ cer

«Añadiré

fin,

la

do esa sábana ya que está hecha y tejida por tus manos y

mío

Por

marido

dijo la vieja a su hija: «Extiende sobre la cama de tu man­

Y poniendo su boca sobre el ojo sano, lo estuvo cubriendo

cuenta.

tu

punta y dándole la otra a su hija para que a su vez. la sos­

ya me pasó con el ojo herido, ya que tu daño es mi d a ñ o . »

diera

a

lo

artes médicas

no vaya a pasar con él

enseñaremos

tuviera, la estiraba todo lo posible hasta que, burlado así el

que le había sucedido. «Permite -dijo ella-, queridísimo esposo,

antes

hicimos!» Y sacando la vieja una sábana la sostuvo por una

le

dijo:

para

guardarme un

tercero

nuestros

de

ellas.»

y con

él

te

ejemplos.»

Respondió

bastarán,

El

el

para

discípulo:

maestro:

tu

instruc­

«Haz

como

«Queridísimo, puedes estar seguro de que no te pasará con este ojo lo que te ocurrió con el otro. Si te place, ya puedes ir

a

la

cama.»

Entonces el discípulo dice al maestro: «Bien me instruis­

XI.

Ejemplo de la espada

1•

También se cuenta -dijo- que uno, teniendo que salir de

te y lo que me contaste de las artes de aquellas he guardado

viaje,

en

Pero la mujer amaba en secreto a un joven y se lo dijo a su

mi

espíritu

cambiaría

sediento

lo aprendido

y

por

ansioso

todas las

de

aprender,

riquezas

y

no

de Arabia.

confió

madre.

su

mujer a su

suegra

para que se la cuidara.

Esta consintió en el amor y, preparando un

festín,

Pero, si quieres sigue y enséñame lo que podamos transmi­

llamó al amigo.

tir a los venideros para que lo apliquen a su común gobier­

do

no.» «Lo haré», dijo el maestro:

entrar al marido, quedándose la madre con el amante de su

y

hija,

llamó

la

puerta.

Se

sin saber qué hacer,

conderlo.

X.

a

Mientras estaban comiendo, llegó el mari­ levantó

la

mujer

para

hacer

ya que no había sitio donde es­

Y así, mientras la hija iba a abnr la puerta a su

marido, cogió la artera vieja una espada desenvainada y se

Ejemplo de la sábana"

la entregó al joven, y le mandó que al entrar el marido de su

hija,

estuviera

así

ante

la

puerta,

con

la

espada

desen­

Se cuenta de uno que, saliendo de viaje, confió su mujer a vainada en la mano, su suegra.

Pero la mujer tenía un amante y se lo dijo a su

madre que, mando

al

movida por la hija,

amigo,

se

puso

favoreció ese amor y, lla­

a comer

con

él

y con

la

guntaba algo. El hizo lo que le mandaba. Y cuando, abiert� la

puerta,

hija. quién

Mientras comían

llegó

el

marido y llamó

a la puerta.

Le­

vantándose la mujer escondió al amante antes de abrir a su

y que no respondiera si aquel le pre­

lo

eres?»,

extrañó

y

vio el

marido

le dijo.

luego

se

AJ

allí

no

parado,

obtener

asustó.

En

se detuvo. y «¿Tu

respuesta,

esto

dijo

la

primero se vieja

desde

dentro: «¡Calla, querido yerno, no vaya a oírte alguien!» A

marido, el cual, después de entrar, mandó que le prepara­ lo

ran

el

lecho,

pues

quería

reposar porque

que

el

marido

aún

más

maravillado:

«¿Qué

es

esto

estaba cansado. -dijo-,

mi

querida

dueña?»

Entonces

la

mujer:

«Hijo

La mujer, muy turbada, no sabía qué hacer. Pero la madre, mío,

vinieron

aquí

tres

hombres

persiguiendo a éste y no­

al verlo: «¡No corras -dijo- hija mía para preparar la casotras, abriendo la puerta, le dejamos entrar con su espada,

60

61

h�sta que se fueran los que querían matarlo; y él ahora, te­

lo cual

miendo que tú puedas ser uno de ellos, del susto no puede

ñ

contestar.» Y dice el marido: «Dios te bendiga, dueña, que

qu

así

l

has librado a éste de la rnuerte.»

amante de su

Y entrando, llamó al

mujer y le invitó a sentarse a su

lado.

Y des­

é

a

fábula

además

ejem p lo .

El discípulo: «Es admirable lo que me dijiste, y yo cada mujeres.

Y

quiero que aún me cuentes más cosas de su modo de ser

si

no

admiro

más

te cansas;

gratitud.»

la

pues,

Al

atrevida

cuanto

cual

el

audacia

más

de

hables,

maestro:

las

más merecerás 'mi

«¿No

te

bastan

estos

l

o es caudaloso ,

a



muy

gr

ande,

así

ase sus ovejas

p

e

em pe cé. »

qu

b

ue deja

calmó

A

ue el

el

c

el reba­

y

aldeano

q

después te

y



arca pequeña

l

q

ontaré el

fabulista

al

fi

de

nal de

rey

que

quería oír fábulas largas. Conque, si me haces añadir otras,

pués de tranquilizarlo con suaves palabras, Jo retuvo con él

vez

«E

e te hablé

hasta el

anochecer.

l:

o de ovejas

l

E

de

las

ya

discí p u l o:

quien llora lo hace

narradas,

e

ice

«S

en

d

or oficio

intentaré defenderme con

los

p

roverbios

ese

anti gu os

ue

q

o llora con la misma pena que q uie n

p

n

or un dolor de su cuer p o ;

p

y

es seguro

q

ue ese

abu­

f

lista no amaba a su rey tanto como tú me amas a m í . Por­

ue él

q

q

u e ría entretenerlo un

a mí,

ue

soy

oco con sus



«Tres fueron en número pero breve, en total, su contenido.

acortes la narración

Cuéntame uno que satisfaga a mis oídos con su larga dura­

los astutos in g enios de las mu j eres. »

q

tu

f áb ulas , no así

p

ejemplos? ¿Te conté tres y no dejas de pedir?» El discípulo:

disc í pulo.



ue

A

a empezada

y

te

q

su

plico

que

no

ue sigas e x plic á ndome

y

q

l

maestro:

E

ción y así me quedaré satisfecho.» El maestro: <
El discípulo :

«¿Q

ué fue lo

ue pasó, q u erid o

q

m

aestro?»

El

XIII.

Ejemplo de la perrilla que lloraba

21

maestro:

e cuenta

S

q

muy casta

XII.

Ejemplo del rey y su fabulista

ue un hombre de noble familia tenia una esposa

y

regrinación

e dejó

rey

tenía

un

f

abulista

ue solía

q

c

ontarle,

ada

c

a Roma,

e se

qu

n

U

hermosa.

cedió

Su

qu

g

no

quiso

fábulas.

ro ocurrió una

Pe

ez

v

qu

e el

e,

habiendo de ir en

ey, por

r

ponerle

uardara ella misma

a

un

guardián,

pe­ sino

ue confiaba en sus

y

q

noche castas constumbres y en la

ci�co

qu

20

p

robidad de su

h

onradez. Y

re­

p

cierto;

parando cuanto era menester partió mientras que la esposa c

u i dados ,

no

odía dormir ,

p

y,

así,

le

p

idi ó

ue

e contara

q

l

se más fábulas de las acos t umbradas.

El

fa

bulista

c

uedó

viviendo castamente

q

ero sucedió un

día

P

tres_,

pero cortas.

el

Y

rey

p

idi ó más;

no accedió,

él

arecer,

a había contado

p

y

m

u c has .

esto

A

l

e

l

ara ir a la de

p

levaba,

v

ue sea largo ,

q

y

así te

a vecina,

echa

l

olvió a la su y a .

i

y h

f

abulista

y

a bí a un aldeano

ejaré ir a

d

ue tenia mi l sueldos

q

viaje compró dos mil ovejas

o



Y

él , no

fue, mu y

p

c

pasar con sus ovejas.

dos de sus ovejas. as í . »

icho esto el

D

ara

p

hubo

diendo atravesarlo ni

reocupado, a E

no era capaz de llevar,

el rey

or seis dineros

p

uando regresaba,

pu

a negociación que

d

ormir.»

de

ella

con

p

asión

ardiente,

le

n

oven

u

j

envió

,

y

muchos



C

a mujer a todos

L

comenzó: espedía

cedió que ,

odo .

Querría que me

rechazándolos.

ndose

despre­

ciado, sintió tanto dolor que enfermó gravemente.

Iba, sin

d

«H

t

l

la en el camino

V ó

mensajeros deseando ser correspondido. dió el

prudente en

or necesidad, tuvo que salir de

p

ey: enamorado

contases algo

ue ,

r

la «Muchas contaste, pero eran muy breves.

q

pues, su casa

segun su

siendo

y

ontó otras

Y

f

uscar

b

n

u

r

m

ncontr ó , por cada vez,

obligado por

la

62

ado ni

D

or puente,

p

on el

c

n, una

Su­

recida en el

c

ba

ue poder

q

r quil la que

aldeano con

necesidad,

qu

aliendo de

ada una .

v

más que al

abulista se durmi ó .

ue terminara la fábula

q

g

edio

fi

s

c

ran

una

po

y

s

pa ó

el

o



espertólo empero

e hab í a empezado.

A

embargo, v

con

f

l

mancebo,

E

recuencia,

al

mismo

i

v é

sitio

de

onde

d

isto salir a la due ñ a , deseando encontra r la , sin

q

udiera

ena

p

lograrlo.

C

uando

contró con una vieja,

le

llorando

e

d

p

se

en­

vestida con hábitos de religiosa, que

reguntó cuál era su dolor; el joven no quiso descubrir lo

p

que d

estaba

había

ue nunca

pasaba

en

su

alma.

«Pues cuando

escubrir su enfermedad al médico

más sufre por

ella.»

carle su secreto.

Oído esto, el joven

l cual la

A

v

alguien

se niega a

dijo la vieja- tanto

-

decidióse

a comuni­

ieja: «Con la ayuda de Dios he

63

de encontrar remedio para lo que me dices», y separándose de él, se fue a su casa; allí hizo ayunar durante dos dias a una

perrilla

que

tenia

con

ella.

Al

tercer

dia

le

dio,

hambrienta como estaba, pan mezclado con mostaza y a la

El maestro:

«Tengo oído de un hombre que mucho se

esforzó para guardar a la suya, pero nada le a p r o v e c h ó . » El d i s cí pulo al maestro: «D ime lo que hizo para estar bien adiestrado,

por

si

alguna vez me caso.»

El

maestro:

perra, al comerlo, empezaron a llorar los ojos por el amar­

gor. Después fue la vieja a casa de la púdica dueña a la que el

dicho mozo tanto amaba; y fue honrosamente recibida

por

ella,

perrilla. qué

por

sus

hábitos

religiosos.

Iba

seguida

por

Y como la mujer viese llorar a la perra, preguntó

tenia

y

por. qué

«Querida amiga,

no

lloraba.

preguntes

Contestó

la

vieja

qué ocurre porque,

a

esto:

por el

gran dolor, no puedo decirlo.» La mujer más instaba a que lo dijera, a lo cual la vieja: «Esta perrilla que ves era mi hi­ ja, casta y honrada en exceso, a la que un joven amó; pero

tan casta era ella que lo despreciaba, y no quería saber na­ da de su

amor.

El,

de tanto sufrimiento,

XIV.

Ejemplo del pozo"

su

enfermó grave­

mente y mi hija, castigada por la culpa que en ellos h a bí a ,

fue cambiada en p erri l la. » Dicho esto, como agobiada por su pena, rompió a llorar la vieja aqu ella . A esto la mujer: «Y yo querida dueña, que soy cul p a b le de un pecado igual ,

te pre g unto : ¿qué podría hacer? Pues me ama un joven, pe­

H ubo un joven que puso todo su afán todo

su

tiempo

cumplido esto,

en

aprender

todo

quiso casarse.

y senti dos y empleó

tipo

Pero, en

de arte

mujeril

primer lugar,

y,

fue a

pedir consejo. Se dirigió para ello al hombre más sabio de la región y le preguntó cómo podría guardar a la que quería hacer su esposa. El sabio, oyendo eso, le aconsejó construir una casa con

altos

y que, encerrando en

muros de piedra,

ella a la mu jer , le diera comida suficiente y los vestidos ne­ cesarios, y que cui d ara de que en la casa hubiera solamente una puerta y una sola ventana , por la que pudiera ver, pero hecha a tal al t ura que nadie pudiera entrar ni salir por ella. Y el joven , m andado.

oído el consejo del sabio,

hizo como le había

Por la m a ña na , cuando salia de casa, cerraba la

ro yo le desprecié por amor a la castidad y él también sufre

puerta,

del mismo modo. » A lo cual la vieja: «Te aconsejo, queri­

d orm ía, ponía la llave debajo de la almohada. Hizo así du­

da amiga, que, tan pronto como puedas, te compadezcas y

rante largo t iempo. Pero a l gú n d ía, mientras el hombre iba

hagas lo que te pide; no vaya a ser que también tú te veas,

al

como mi h ij a, mudada en perra. Pues si h ubie r a yo sabido

interés a los que iban y venían.

del amor entre ese joven y mi hi j a, nunca ella fuera cam­

mada a la ventana,

y

mercado,

lo

mismo

hacía

cuando

entraba.

Mientras

la mujer solía subirse a la ventana y mirar con Y así,

un día, estando aso­

vio a cierto joven hermoso de cuerpo y

biada en perrilla.» A la cual dice la casta mujer: «Te ruego

de rostro. Tan pronto como le vio ardió en amor por él. Es­

q ue me des un consejo útil para este caso, no sea que tam­

ta

bién

como ya se ha dic h o , empezó a pensar por

yo vaya a transformarme, privada de mi

forma pro­

mujer, abrasada en

pasión por aquel mozo y guardada qué

modo y arte

pia, en perrilla.» La vieja: «Con mucho gusto, por el amor

podría

de Dios y la salvación de mi alma y porque me compadezco

picardía,

de ti, buscaré a ese joven, y, si puedo encontrarlo en algún

dorm ía, e hizo a s í : A d q ui r i ó la costumbre de emborrachar

s i t io, te lo traeré. » A lo cual dio gracias la mujer; y así, la

con vino, cada noche, a su marido, para poder salir más fá­

vieja tramposa hizo lo que había ofrecido: trajo al mozo,

cilmente a encontrarse con

como prometió y los uni ó a ambos.

Pero el mari d o , in s trui d o por las sabias amonestaciones de aquel

hablar

con

discurrió

filósofo

el

hombre amado.

robar

las

su

llaves

amigo

de

Llena su

de

señor

ingenio

y

mientras

y satisfacer su deseo.

y sabiendo que nin g ú n acto femenino podia

El discípulo dijo al maestro: «Nunca oí cosa tan admi­ carecer

de

engañosa

intención,

empezó

a

meditar

qué

rable: parece hecha por arte del diablo.» El maestro: «No planearía su mujer con la abund a nt e y diaria bebida. Y pa­ lo dudes.» El disc í pulo: «Espero que si hay alguien tan sa­ ra averiguarlo fingió estar ebrio.

bio que esté siempre

Ignorante

de eso la m uj e r,

en guardia frente a la posibilidad de levantándose de la cama durante la noche,

fue a la puerta

ser burlado por el arte de la mujer, podrá defenderse de sus de la casa y, abriéndola, salió a encontrarse con su amigo.

mañas.»

Más

64

hete aquí

que

el marido , en el s ilencio de la noche , se

65

levantó

se

y

subió

venir

a

llegándose

sin

la

ruido

mujer,

a

a

la

la

puerta

la

ventana

y

desnuda

bajo

cerró

allí

su

bien

cerrada;

estuvo

camisa;

hasta

la

luego

que

cual,

al

De las mujeres buenas

vio

llegar El

a

casa,

encontró

mucho;

pero,

la

puerta

aun

con

atrancada,

todo,

por

lo

que

llamó.

El

marido

ignorante

de

todo,

se

asustó

oyendo

discípulo

p icard í a

y narraci

viendo

a

su

mujer,

como

ón

preguntaba maestro

quién

era

quien

llamaba.

Y

ella,

pidiendo

perdón

por

que

prometiendo

perdonada,

sino

que

que

su

nunca

más

marido,

lo

haría,

airado,

decía

no

logró

que

no

ser

permitirle

car

su

entrar

culpa

amenazaba

a

y

sus

con

que,

por

padres.

tirarse,

si

Y

no

el

contrario,

ella,

había

gritando

le.Jabría

la

más

había

de

y

puerta,

a

expli­

más,

un

le

bios,

su

había

vida

la

junto

a

y

a amigos

mujer,

el

la

casa

y

así

parientes.

marido

siguió

él

tendría

que

Despreciando

sin

dejarle

dar

las

entrar.

de

amenazas

la

de

pozo

bre

en

,

al

as

í,

e r,

e

,

pozo

rriend

o,

caer

a

,

c ión

cogi

que

,

í

al

al

o r

el

que

en

ruido

de

de

la

puerta

se

í

o do

de

la

caer

a

con

d

ándose

e

d

fias,

sus

oí.

ma

viendo

entr

que

ó,

había

y cerrándola

sido

en

í

d

.

de

falaz y

llena

perdonar

caía

co­

su

m

no

ol



Me

»

de

las

é

artes

el

del

dia

que

mal

blo,

me

éjame

d

y

ella

,

increpándole

juramen

to

y neg

la

e

ándole

ntrada

a

la

todas

de

,

casa

a

las

maneras

«j

Ay,

por

ella

Ya

e

xplicaré

para

o y

la

tus

padres

yendo

que

la

as

así

Y

era

e í

sal as

c

cre

qu

i

noches

on meretrices.»

ir

est

a

s

todas

c

ulpa

hizo.

lo

verdad,

la

es

a

l

y ha

que

al

Los

me

de

y

de

este

modo

la

mu

jer,

li

berada

tes,

o

izo caer

ar

deshonor

o

su

e

en

que

do s ,

su

la

cado

más

de

lo

de

no

,

in

q ue ,

el

i ó

cluso, se

este

h

su

mu

co me t ido .

,

jer,

. Al

ber

colmo

í

desairado

i

ha

cre a

d gnidades

de

marido

perjud c

muchos

sus

calumnia

sobre

bien

sucedió

f r í a. Por

despojado

pe

merec a

sino

estimación

merced a del

í

ella

Pues

mujer.

que, lo

qu

aprovechó

por

ue

h

abía

los

ho

bajado gó él

de

nos

su

,

día

en

sgracia: cido

n

co

el

el

a

y

Prover­

los

m

éritos y

s c í pulo :

mujer

por



e

«B ien

que

El

que

ell

te

Oyendo

ho

nra· cio

apre

castigo

viera

que l

de

a

lo

si

te

tris

i

s

,

lo

í

de

Y

la

me

·

se

maes

l í

ll

es

tro:

parece

sus

sa

sería

su

asa. De ropas

un

le

de

bastón

un

i

a

le

bien

pidió

no

que

al

í

lo

diciendo

í

as ,

í

s

o da

tró

un

que

in

justa·

Sostenía

bando

a

Dio

a

vol

­

por

azas

amen

una

s

su

s,

·

no

cosa,

las

í

no

devolviera.

tal

d a

l

dinero

ñado, tornábase

encon

·

con

ta es

que

su

reten a

de

lo

en

quel, contán­

decían

se

en

que

ayuda

perdido

lo

,

talen

presentó

y

a

uno

­

mil

enga

ñ a.

dec

o

hablarle

Y



de

yéndole contar

a

a

ala

67

de

ba que

ni

·

lle

pasar

, decía que

roga

erm ta

,

se

hombre

el

t

había

y

él

a

dicaron ó

malicia

increpaba

se

in

dinero

an es

castigado.

so

tes

an

entreg

greso,

vecindad

y

sa

regre

re

su

que había

le

Y

ñado, buscó

con

ca

le

Le

hombre que

del

y

enga

ecinos,

maneras

en

c

la

cuitado

ca

de

así

creerlas,

l

e

a

v

e

ía,

eno

viaje

ún h ombre honra­

l que

de

,

su

i

alg

a

jado

de

stafador

el

con

,

y,

en

des erta

dinero.

a l

de

portado

hombre que

con

miembros

í

d as

entarse

hac

él

buenos

hab a

buenas

esto

pres

í

Viéndose

quisieron

propio

u

peculio.

i

hab a

Pero

nunca.

y con

su

,

y

tierra

s

había

si

v aje

cierto.

todo

men

en

su

dinero. Mas

no

vest da

66

di

bien?»

el

la Meca

a

entrar

Egipto

en

quien

a

h ombres

ser

a

luego

quel

s

iba

a

iba

probidad,

ómo se

fiara

ñol fue

espa

su

mere

mbres

El

guales

guardián

de

los

el

alguna

de

confiar

to

c

el

sólo

no

ustodiado

de

que

re

car

q

c

i

:

por

vis

po

n

a

doles

repre

sus

de

de

esto

para

cido

devo viera.

ndieron m u c ho .

le

por

oído

libro

su

ca

A

fiel

tener

acer

".

«Háblame

preguntó

l

lo

bía

cosas Y

l final de

pudiera

cono

de

jabas

yendo

padres,

:

dejar

Prosiguió

algu

n

u

, pensó

sta

c tor !

tuya y bien t u ya,

furtivamente, y

son

hallarse bondad

puede

fica

a

ingenio

maestro

Como

dejarlo

Pero

sedu

que

,

a

ha

que

ellas

signi

buena

su

í

Eg pto.

juro

te

fuera.»

ía:

dec

de

mujer

t idós versos

zar

El

vi­

se

on

chas

mujer

disc pulo

i

a

casa

c

mujeres

Ejemplo de los diez cofres"

ij o : «Mujer

entrar

hecho

has

vein

utili

El

dijeron

g ó

tos. te

mu

buena

una

por

XV.

viejo

que

la

una

­

subió

se

gañado,

y

esposa.»

tomar

las

de

s,

hom

do

. El,

n

e

fortaste. Pero, ¿has

forzara «Sí

én

compuso

dirse

ventana

Dio



ca do

que

y

todas

gu

guarde

i

acercó

casa

le

desaconseja

me

creer que

ardarse

pueda

que

ser

ru do

El

piedra

ardanza

lan

l

e

había

pozo.

que

no

mujer,

que

yendo

o

del

había

verdad

la

t

piedra

o,

la que

ella

detrás

y sin

punto

abierta

marid

era

condióse

inocente

gran

una

u

s

es

saliendo

viendo

que

de

creyera

jer

mu

pensando

quien

ó

y malicia,

inten

l

simple

el

la

con

haría

que

Hecho

j

picardía

,

al

a

ésta

debes

una

cosa nueva.» llena

y

ha

,

farnilia.» S a l omón ,

pozo

cuenta

Mas

como

tambi

celencias me

que

«Nadie mujer

: «N o

y castidad y buena

de

:

la

la por

y

culpa

de

por

muy

mujer

frágiles la calle

iba

quitando

las

piedras

del

camino

de

modo

que

no

daña­

v io q u e ran

los

pies

llorando

piedad,

de

y

lo

los

caminantes.

conociendo

llamó

a

un

La

que

lugar

cual

era

viendo

a

un

extranjero,

apartado

y

le

l

e

hom

movida

preguntó

ciendo:

«Iremos

El

le

contó

todo

tal

como

había

al

cofres y

d r e mos

sucedido.

La

oír

sus

palabras,

contaste,

he

dijo:

«Amigo,

ayudarre.»

de

Y

él:

si

es

verdad

«¿Cómo

lo

que

puedes

ha­ da

cerlo,

i

sierva

tu

tierra

de

trajo.

que

Dios?»

cofres

s

cuyas

Finalmente,

había

con

sido

pintados

buenas

sa

lo

en

Ella

le

a ca

palabras

dijo:

«Tráeme

mandó

de

por

mujer

en

fuera

sus

con

de

h u é sped ,

su

la

estafado

cerraduras

y hechos

a

un

colores

hierro

los

que

el

amigo

dineros

llenara

de

de

él

y

y

que,

i

p edras

me

diez

cerrados

t

guardó

Y

zo así.

hi

la

m

ujer,

do vio q ue todo

í,

como

hab a

mandado

, volvió

a

bre

diez

mbres q ue ,

ho

rayéndo­

en

gañó,

se

ye

ndo

conmi

presenten

a

lle

, y

uno

cuando

se

primero de

el

pare

al

lí,

fila

la

preséntate

ll

con

fío

en

que

Dios

te

erá

s

de

co

mo le

comendara la

re

y

su

empeño,

se

ocio

s

casa

a

de

puso

la

ca

sa

de

l

en

tafador y

sea

de

diez

en

cofres,

d

casa

encomendar

y

la casa

a

clama

re

camino.

ijo: «Un

al

se

la

f

Y

ir

a

se

la

ortuna,

guarde.

la

i

qu

stodia

cu

a

lo

e

é que

s

nin

gún

eres

Así

un

presentó

hecha

l

d nero.

m

» Y mientras

los que

de

jos,

se

sido

defraudado

í

ve a

viejecilla, se

pri

mer

que

me­

fáci lmen t e

su

d i­

qu e

hacer

tratan

con

de

su

i n g en i o los

penetrar

lo

que

una

mujer

hizo

sólo

con

recov

Discípulo:

ecos de

tu

«Así

corazón

lo

creo.

Pero

acción

alguna

si

par e­

por

un

fi

lósofo

bedor de

sa

h a z me

y yo

ella

-a

mí,

g uar d ar é

la

que

soy

fiel mente

tu mi

en

para

poder

hacer

Meca;

q

partícipes,

la

l

eche

de

alguna

la

vez,

filosofía,

a

mis

de

es t e

mo

alimento.»

El

ma e stro :

an­

XVI.

Ejemplo de los toneles de aceite"

Sucedió

que

esos

en

yo te

con

stuvo

pero

u e está

pues,

e

i

cr ados

n

ruego nada

se

un

hom

hon

lle

vaban

l

e la

la

fila de , no

hablaba

os cofres,

l

os otros.

bre

tenia

vidando las

presentó,

o

l

com

el a

le

ofre. Y el que

c

le

había

casa.

El

hi j o

un

ijo

al

que

nas

ape

h

su

a

con

mue r

gran

te

no

esfuerzo

rado,

a

sí,

p ro p orcio n ar y,

si

n

su

a

bargo,

em

lo

cuerpo



aun

que

i

agob ado

la

naturale z a

por

recla­

grandes necesi­

pa­

a

la vez

a

Entre tanto,

l

ol

la

sino

haga cargo de la

qu

no

quería

el

vender

su

casa.

Y

tenía

un

vecino

muy

rico

e, comprársela

para

la

hacer

suya

mayor.

�I

Pero

que

ni

ante

los

ruegos

ni

ante

las

ofert��

dinero qu�na

de

.

endaciones

recom

d i c ho ,

había

guardado

l

e

dine

Y

cuando

el

rico

lo

comprendió

asi,

comen

zo

a

trás

de

pensar de

eo

un

cr

e

vender. la

más

filósofo

un

-ellos

naturaleza-

los

ípulo-

joven

de

b l e : no

agudeza,

con

l fraude

de

hombre bueno y

ás que tú

otro

i

es e

primero

le

más

recuperara

puede

instintivo,»

en

que quería había

admira

s guardarla en tu casa. Puesto que tengo

t

de

m bre

y

con

l todo

dad, el

aguar­

recuperó

é

maba,

reció

este

aun

v i e j ec i lla ,

la

espe­

ero

podía q

m uy

El ,

que�ó

acepte

misma

uiero

no

úi'il

fue

inventar,

estudios

la

ingenio

dejó

oído y yo

que

s _e

d n

mbre de España

quiere

guien

a

ho

de

de

y

ese

de

tu

vu e l t o !» Hizo

bía sido victima

y ahora

que

para

, por m i ,

que

mi

ha

pue

artes

ibido

quien, no olvidada de

anciana

también

quel que

es

hospedado

tes

a

y

rec

l

í

de

bía

de

delicad si

ompañero

c

ha

b u enas

maña

ho

«B i en

sus

c ond i sc íp ulos ,

el

ya

pudiera

el

que

el

memoria

tal

hasta que

«Busca

d i sc

¡ q u é yo



vando un cofre cada

egue



Espera

trajirnos.»

te

nudas. El

c ida

y

i sa .

ya

nero.»

g uardas

hombre

di ­

nuestros

es a

decirle:

go y con tu

nte é l ,

apr

que

el

otros ;

los

las

«Esta

filósofo

por

dio

su te

de

d in ero.

su

D i s cípu l o :

ningún

secretos

que

marcha

en

encuentro

t ba prepa­

cuan

í

ella

que

el

por

as

hom

n atura l

rado

traigan

los

bien

llega

Y

Maes tro:

lo

puso

se

al

lo

aquel

comprara

preciosos

plateado

una,

yo

hombre

fiar.» Y

puedas

que

guarda

y

da de

la

nd o .

aquel de

y

mu­

rando me

fort

su

socio

le

c ontento , jer,

tenía

mi

a

qué

volvamos acaecía.

bre

hombre

ro

de

medios

qué

y

artes

se

valdría

para

arran_carle

la

, evitaba

su

vién­ casa al

mozo,

q uien ,

m edida

en

la

i

entrist eci

de

los

pos ib l e

dolo venir, temiendo que, si volvía a reclamarlo, el otro no trato .

le

ara

confi

el

suyo,

lleno

de

malda

d y

pi

cardía

le

lió

l

sa

a

ro

diciendo :

«Amigo

mi

o,

¿ d ó n de

has

estado

¡Ven

y

toma

el

dinero

que

me diste

que

al

fin

te

encontré

y

ya

a guardar,

me

su

cansa

dinero.

custodiarlo!» Mas

la

vieja,

Y

do

rico

el

aquel

causa

por

la

sa y

ca

joven

porque

i

c erto

día

no

y

podía

dijo:

le

ñar

enga

al

«Déjame

mozo

en

,

esentó

se

i

pr

al q u ler

una



p

pues

así

de

tu

casa,

porque

en

ella q u ie r o

guardar, bajo

él, t

cuperó

re

f n,



queña parte

alegre y gozoso,

al

tanto al

tiempo?

que

e

de cuent

Hasta

ierra

diez

toneles

de

aceite;

nada

te

m o l es t aran

y ganaras

sustento.»

El j oven ,

cuando -con'

la

e

ncomienda-

algo

para

68 69

tu

obligado por la necesidad, accedió y le entregó las llaves de

su

casa;. mientras

tanto

se

fue

a ganar

su

vida

sirviendo,

complacientemente, a hombres libres. Mas el hombre rico

zonaran los pleitos, y asi lo hicieron. En presencia de ellos, dijo

el

juez

habiend? recibido las llaves y cavando en la casa del mozo'.

«Manda,

escondió bajo el suelo cinco toneles llenos de aceite y cinco

les

medio llenos. llaves

tu

de

?U

Hecho es.to, llamó al mancebo y, dándole las

casa,

le

«Joven,

encomiendo

que todos los toneles estaban llenos, darlos.

mi

aceite

los aceptó para guar­

Pero sucedió después de un tiempo que en aquella

<�Amigo�

ven

y

ayúdame

a

sacar

el

aceite

que

enco­

mende hace tiempo a tu custodia y cobrarás el precio de tu trabajo Y t u r e l a . » El joven, oído el ruego, accedió a ayudar al neo en la medida de sus fuerzas. Mas el rico, no olvidan­ do

su

deshonesto

ardid,

compraran el aceite.

trajo

unos

hombres

para

que

Llegados los cuales, sacaron los tone­

les Y encontraron cinco llenos y cinco mediados. Visto eso llamó �I joven el deo dkiendo: custodia

he

perdido

aceite:

del

«Amigo mío, que

te

por tu

entregué

mal�

me

has

defraudado en una parte, por lo que quiero que me restítu­ yas lo que me corresp<: rel="nofollow">nde.» quieras. que

no,.

lo

llevo

que,

puesto

que

había

oído

los

juez,

y

llenos,

diados

haz

que

se

mida

entérate

medir

de

la

el

aceite

cuánto

cantidad

claro

es;

de

de

los

cinco

igualmente

aceite claro

de

tone­

los

que

me­

hay

en

a

tierra el a�ene se encareció. El rico, viendo esto, dice al jo­ ven.

filósofo

ellos. Después haz que se mida, igualmente, el aceite espeso

dijo:

El mozo, sin sospechar el engaño, creyendo

custodia.»

al

pleitos, se sirviera dictaminar. Entonces el filósofo dijo así:

ante

DJchas estas cosas lo cogió y, el

Juez.

El juez,

cuando

lo

vio,

le acuso del dehto, y el joven, no sabiendo como defenderse

de

los

ellos;

cinco haz

toneles

lo

llenos

mismo

con

para

los

que

sepas cuánto

mediados,

y

si

en

hay

en

éstos

en­

cuentras tanto aceite espeso como en los toneles llenos, de­ bes saber que el aceite ha sido robado.

Pero si encuentras

en los toneles mediados la parte de espesor proporcionada al aceite claro que hay en ellos, como habrás podido ver en los toneles que están llenos, debes saber que el aceite no ha sido

robado.»

así se hizo.

El juez,

oyendo

esto, confirmó el juicio,

y

De este modo, el joven quedó libre por el buen

sentido del filósofo. Terminados los pleitos, fue a darle las gracias.

Entonces el

filósofo

le dice:

«¿Nunca

oíste aquel

dicho de un filósofo: 'No compres casa antes de conocer al vecino"?» él

viniera

«¡Vale

a

más

discípulo: gracia

A

de

«j

esto

el

vivir

joven:

«Teníamos

a nuestro

vender

la

casa

lado,» que

la

casa

A lo

tener

un

antes

cual mal

el

de

que

filósofo:

vecino!»

El

Tal es el juicio de un filósofo, y esto es tener la

Dios,

y

con

razón

merece

ser

llamado

Auxilio

de

del crimen .no cometido, pidió demora de un día. El juez se

los Necesitados!» Y otra vez el discípulo:

I� c o n c e d i ó , como era Justo.

cosas que he oído van quedando grabadas en mi mente, in­

losofo,

al

h?mbre mdo

que

muy

hablar

llamaban

bu;no de

el,

Vivia en aquella ciudad un fi.

«Auxilio

y religioso.

fue

a

pedirle

Y

de el

los

Necesitados»

mancebo,

consejo

habiend�

diciendo:

«Si

«Aunque ya las

citan al ánimo a oír rn á s . » El maestro dijo:

«Con gusto te

las contaré», y empezó así:

es

c1;rto lo que de boca de muchos he oído de ti, ayúdame se­ g.u?

tu

costumbre,

porque

me

veo

acusado

sin

razón.»

El

XVII.

Ejemplo de la serpiente

de oro"

filosofo, .tras esc_uchar el ruego del joven, le preguntó si era acusado Justa o injustamente. El joven confirmó bajo jura­

Se cuenta de un rico que, yendo a la ciudad, llevaba consi­ go

mento

que

era

acusado

injustamente.

Convencido

de

la

un

saco

con

mil

talentos

y

además,

en

el

mismo

saco,

sin­

cerid�d y moví.do� piedad, el filósofo dice: «Con la ayuda de Dws te auxiliare. Pero, como hasta el día de hoy en na­ da .tuviste que ver con la justicia, no dejes de presentarte al pleno que yo estaré allí preparado para demostrar tu razón Y la falsedad de aquellos.» Hizo el joven lo que el sabio le mandaba. Cuando se hizo de día, se presentó el filósofo an­ te el Juez, quien luego que lo vio lo llamó por su reputación de sabio Y filósofo y le invitó a sentarse a su lado. Convocó

una serpiente de oro con ojos de amatista. junto.

Y perdiólo todo

Pero un pobre, que iba de camino, lo encontró y lo

dio a su mujer contándole cómo

lo

había encontrado.

La

mujer, oyéndolo, dice: «¡Guardemos lo que Dios nos d i o ! » Al

día

siguiente

iba el

pregonero

por la calle

pregonando

así: «Quien haya encontrado tal tesoro, que lo devuelva y, libre de toda culpa, tendrá además cien talentos.» Oyendo esto el que había encontrado el tesoro dijo a su mujer: «De­

entonces el Juez a acusadores y acusado y mandó que Je ra-

volvamos el tesoro y libres de culpa alguna recibamos, por

70

71

ello,

los cien

talentos.»

Pero la mujer contestó a esto: «Si

Dios hubiese querido que éste tuviera su fortuna, no la hu­ biese perdido.

Guardaremos lo que Dios nos dio.» El que

había

el

ella

hallado

tesoro

se

siempre se negaba.

esforzaba

Y no

por

obstante,

devolverlo,

pero

quisiéralo o no

la

mujer, el hombre lo devolvió y reclamó lo que el pregonero había ofrecido. Mas el rico, lleno de maldad, dice: que

me

falta

otra

serpiente!»

Decía

esto

con

«j

que

este

hombre

tesoro

pobre

es

lo

mío;

que

el

mas

como

pregonero

quería

había

defraudar

prometido,

al

dije

que me faltaba otra serpiente. Pero ahora, rey, compadéce­ te de mí y daré al pobre lo ofrecido.» Así el rey dio lo suyo al rico y el rico a su vez al pobre; y así el filósofo con su in­ genio y buen

sentido libró al pobre.

Sepáis

mala

El

inten­

discípulo:

«Bien

se

ve

que

ésta

es

la

verdad

de

la

ción, para no dar al hombre pobre los talentos prometidos.

filosofía y no me extraña el juicio de Salomón acerca de las

Pero el pobre decía que no había encontrado nada más.

dos mujeres.»

Y

los hombres de la ciudad, poniéndose de parte del rico y sin querer

admitir,

pobre,

lo

-como

sino

!levaron

viendo

ante

con

el juez.

ya se ha dicho antes-,

nada más.

malos ojos

El

pobre

la

fortuna

del

gritaba jurando

De la compañía de los desconocidos

que no había encontrado

Y mientras iban de boca en boca de pobres y ri­

cos noticias de lo ocurrido, llegó el asunto a oídos del rey,

Dice el

filósofo:

«No emprendas camino con alguno, si no

lo conocieras de antes. Si algún desconocido se te uniera en

porque se lo contaron sus ministros. El rey, cuando lo oyó,

el camino y te preguntara a dónde vas, dile que vas más le­

mandó que se le presentaran el rico y el pobre con el tesoro.

jos de lo que pensabas. Y, si lleva lanza, ponte a su derecha

Y cuando se hubieron presentado, llamando a un

filósofo,

y,

si

espada,

a su

izquierda.»

al que daban el nombre de Auxilio de los Desgraciados y a otros

sabios más,

les mandó oír y entender la declaración

del acusador y del

acusado.

El

filósofo,

después de haber

De cómo conviene elegir las vías principales

oído, movido por la piedad, llamó aparte al pobre y le dice: «Dime, hermano, si tienes el haber de este hombre; porque si no lo tienes, con la ayuda de Dios intentaré librarte.» A esto

el

pobre:

encontré.» oír

un

«Dios

Entonces

sabe

dijo

el

que

devolví

filósofo

recto juicio acerca del

asunto,

al

rey:

cuanto «Si

que

quisiérais

os lo d i r é . » El, oyen­

do esto, le rogó que juzgara. Entonces dijo así el filósofo al

Un

árabe adoctrinaba a su

aunque sean

hijo diciendo:

más largas que las sendas.

«Sigue las vías,

Igualmente,

toma

por esposa una mujer virgen aunque sea vieja.» Y asimis­ mo: «Lleva tus mercancías a ciudad mayor, aunque pienses

que allí has de venderlas a precio más bajo.» A esto el hijo: «Cierto es lo que dijiste acerca de las grandes vias.»

rey: «Este hombre rico es muy honrado y digno de confian­ za y fe en todo lo que dice, y no es de creer que pida algo que no haya perdido.

Por otra parte -según mi parecer­

XVIII.

A) Ejemplo de la senda"

creo que este pobre hombre no ha encontrado nada más de lo que devolvió, ya que, si fuera deshonesto, no hubiera de­ vuelto

lo

que

entregó,

al

contrario,

lo

hubiera escondido

todo.» A esto dijo el rey: «¿Cuál es, pues, tu juicio, filóso­ fo?»

El

filósofo:

«Oh,

rey,

coge

el

tesoro

y da

de

él

al

Pues

un

día,

dirigiéndonos

mis

amigos

y yo

a la

ciudad,

cuando todavía estábamos a buena distancia de ella y el sol

se

acercaba

al

ocaso,

vimos

una

senda

que

-a

lo

que

parecía- ofrecía un atajo para ir a la ciudad. Encontramos

pobre cien talentos; y guarda el resto hasta que venga quien

un

pregunte por él, porque no está aquí el dueño de este teso­

aquel sendero.

Y el viejo dice: ir

viejo

al

que

pedimos

consejo

acerca

del

camino

por

«La senda es, ciertamente,

ro; y que vaya este hombre rico al pregonero y le haga pre­

un

gonar un saco con dos serpientes.» Pareció bien ese juicio

pal llegaréis a ella antes que por la senda.» Oyendo eso, lo

al rey y a todos los presentes. Pero el rico que había perdi­

tuvimos por tonto y despreciando el camino nos decidimos

do

por la senda; pero mientras la seguíamos a la derecha y a la

el

saco,

oyéndolo,

dijo:

«Buen

72

rey,

de

verdad

te

digo

atajo

para

a la

ciudad,

73

pero

por

el

camino

princi­

izquierda

anduvimos

llegamos

a

sin

que

duda

la

perdidos

ciudad.

Y

si

hubiéramos

durante

toda

hubiéramos

entrado

ido

dentro

la

noche

por

de

el

sus

y

no

XIX.

y el aldeano"

murallas.

Se B ) Ejemplo

cu

padre

íbamos

respondió

a

la

a

ciudad

nosotros un

enta

esto:

por

«Eso

una

vía

nos

pasó

grande.

otra

vez

cuando

Encontramos

ante

río que, en cualquier modo, teníamos q u e p a ­

garan.

hasta

antes

de

entrar

en

gueses y

dos

ella,

hasta

que

llegamos

a

un

ciente

para

gueses

me

punto

Pero

bur

un

aldeano

un

eso

se

es

no

l

solo

que

quedaba

y

pan

aun

«Poco

dijeron:

cornpañéro.

nuestro

en

momento

que

de

hacer

viendo

un

llegó

p unto

el

co sar

que

iban

a

Meca

la

para orar y pensaron que la comida fuera común hasta que

del vado

lle

El

Ejemplo de los dos burgueses

camino,

Por

lo

ó

se

acab

sino

la

peque

la

ñ o.

Y

pan

tenemos

l.

tenemos

cua

comida

harina

sufi

los

y

mucho

que

currir a ver cómo podemos quitarle su parte de pan en

que

el

camino

se

dividía

en

dos

partes:

una

de

ellas

a

la

ciudad

por

un

vado,

la

otra

por

un

puente.

todo

llevaba

vado,

el

antes

recorrido

a

la

hasta

ciudad.

la

Y

ciudad

el

viejo

es

dos

dijo

que,

millas

por

antes

a

el

la

puente.

ciudad

«Pero,

por

el

sin

embargo

puente.»

por

más

-dijo-,

Algunos

de

los

el

corto

Y

quel

que

a

gañar

en

piado

por

el

vado.

ron

ropas

sus

Pero

mulos

unos

mojadas

y

perdieron

alforjas,

a

y otros,

aún

otros

sus

peor,

se

amigos

Pero

de

ni

impedimento

alguno,

y

que

estaban

A

los

por

cuales

el

«Lo

las

a

la

orilla

del

dice

puente,

hicimos

esto

el

profundidades

río,

el

no

anciano:

os

viejo:

«Si

hubiera

porque

«Ahora

no

lo

del

nosotros

encontramos

llorando

río

su

a

y

los

desgracia

rastrillos

hubiérais

pasado

queríamos

habéis

con

ido

eso.»

Y

alargar

alargado

con

y

Y

A

dejándo­

los, nosotros atravesamos, alegres, las puertas de la ciudad. Así

dice

un

proverbio

que tengo oído:

largo al Paraíso que corto al

'Más

lo

Pero

l

que

decidieron

viera

que

en

vale camino

sueños

los

considera

gaños.

pusieron

el

los

otros

fue

tumbó

de

go

En

nuevo.

De

habi

y

harían

m

ás

el

prodi­

preparaban.

el

pan

to

a medio

uno

de

los

y

apro­

eso,

hicie­

simple

con

después

éndose

le

es

b an

acuerdo

fuego

al

aldeano,

del

se

dado

mientras

,

cocer

echaron

cuenta

se

de

dormían

ó

lo

burgueses

comi

se

a

la

sus

y se

despertó

.

como si estuviese muy asustado por un sueño y llamó a su

y

dijeron:

c a rn i n o . »

más.»

que

a

de

que

ño

redes.

nosotros

ellos

el

y

ú stico,

tipo

sacó

sue rebuscando

r

l

socios,

compa otros

tres

sus

nuestro viejo, que pasamos por el puente, llegamos sin in­ comodidad

los

ahoga­

lamentaban

perdidas.

ta

pan

el

trampa otros

de

al

para

dormir. sar

asi

giosos se comería solo el pan. Decían esto con la intención

llegaréis

nuestros,

como vosotros, también se rieron del viejo y decidieron pa­

dos,

Y

pan y lo pondrían a cocer, y mientras se cocía, dormirían.

de que

solos.»

nosotros

Vimos

entonces a un viejo al que preguntamos cuál de los dos ca­ minos

dis­

y co­

lleva­ merlo

ba

­

bur­

las

ñero

que

puertas

Dios.» Al que

viste

ángeles

»

del

cual

socio:

abriendo

burgueses.

y.

cielo

el

sa?»

que

tierra

,

ñé

me

í

lo

o a

é l:

en

que,

el

ante

enga

ño

dos

Infierno.»

al

y fingía

un

sue

cogiéndome

ñar habían

queriendo

vi

abrían

llevaban

verdad

llevaban

todo

«Que

ángeles

me

es

so

Y

dos

cogiéndome,

«Pero yo

la

pa

« Admirable

aldeano

que

te

pareció

me

dijo-.

tanto

«¿Qué

dice:

pues

el

-le

y

M ientras los

le

admirable:

i ;

dorm r

los

sido

pero

enga­

ñados, lo llamaron para que se despertara. El rústico, astu­

Infierno'.»

tamente y como si se hubiera asustado, respondió: «¿Quién Un árabe instruía a su hijo: «Hijo mío mio? con gas

.�º

mtenc!on

si fueras de ca­

compañero, ámalo como a ti' mismo y no ha­ de

engañarlo,

no

vayas

a

ser



el

llarna?»

me Y

el

engañado,

« Pues,

vez:

o

coi:n

paso

amelo

cuent

a

dos

gueses

bur

ra que sirva

pa

y

un

de

aldeano.

utilidad

a

»

l

E

los

hijo

: «P adre,

venideros.» El

volver?» me

Y

aldeano

que

A

ellos:

les

¿a

d

esto

dos

«Somos

dice:

ónde

«¿ Ya nos

pondió

res

ángeles

nostras,

habéis

fuimos,

el

rús

cogían

otro

del

dos

cielo

y

ángeles

y

,

lo

llevaban

abierta

de

la

ónde

d

compañeros.»



Y

ante

de

tierra,

lo

de

vosotros,

Dios;

ellos

a

í

ten amos

tico: «Acababa

a uno

padre: puertas

tus

vuelto

despu

llevaban

parecer­

abrían

és, al

su

que

las

cogían

al

Infierno.

Y visto esto pensé que ninguno de vosotros volvería más, y me

74

levant

é y

me

í

com

el

pan.»

75

Y

el

e: «Oh,

padr

hijo,

de

-

es

te modo pasó

a los que quisieron engañar a su compañero,

que fueron engañados por

Nedui y por qué no lo esperáis?» El maestro dijo: «Porque

é l . »

no Entonces

el

hijo:

«Les

sucedió

así

como

se

dice

en

un

proverbio 'El que todo lo quiere, todo lo pierde'. Ellos imi­ taron

a la naturaleza del perro,

de los cuales

uno quita la

comida al otro. Pero si hubieran imitado a la naturaleza del

comería

vino

Nedui

tro

dijo

así

muchos, ninguno come hasta que coman todos a la vez; y si

uno enferma de suerte que no pueda comer, los otros ayu­ hasta

-narán

querían

que

portarse

sea

apartado.

según

los

Y estos

instintos

del

debido elegir la de ese animal

de tan

con

comida.

buena

razón

perdieron

su

burgueses, animal,

ya

que

hubieran

suaves tendencias,

y

m á s hubiera

¡Qué

yo querido que les pasase lo que hace tiempo me contó mi maestro que ocurrió al sastre de un

rey,

que

por causa

de

estuviera.» qué

Y comieron .

comiste i s sin estar

que,

aunque

estu v ieras,

no

comerías

Después

yo

y no

me

«Tu maes­

rniel.»

El

se

cuando estaba éste ausente, Nedui dijo al eunuco en

y

secreto:

pasto a

«¿Por

calló, pero pensó de qué modo se lo haría pagar al maestro.

camello, hubieran seguido un ejemplo más amable. Pues la que, cuando se da el

aunque

habéis guardado mi parte?» Al cual el eunuco:

naturaleza del

camello es tal

miel

y dice:

«S e ñ or ,

mi

maestro

pierde

a l g una

vez

el sentido en

un ataque de locura y azota y mata a los que le rodean_ sin saber lo que hace.» A esto dijo el eunuco:

«Si

yo supiera

cuando va a ocurrirle eso, lo ataría y le daría de latigazos para

que

no

hiciese

daño

sin

saberlo.»

Y

Nedui

dice:

«Cuando lo veas mirando por un lado y por otro, y tentan­ do el suelo con

las manos,

y levantándose de su asiento y

cogiendo el escaño sobre el que se sienta, que_ sepas que en­ tonces no está en su juicio y que, si no te cuidas de u y de los

A esto le dijo el padre:

e u n u c o : « ¡ Bendito seas, porque así me guardaré y guardaré

¿Qué

pasó

para el

con

el

«Cuéntame, hijo mío,

discípulo? Tal

á n i rn o . » El

narración

¿qué oíste?

será

un

recreo

hijo:

tuyo s,

te

a los mios!»

dará con

D i c has

una estaca

estas cosas ,

en

la

cabeza.»

un discípulo suyo de nombre Nedui recibió buenos azotes!»

A

esto el

Nedui, al día si g ui en te , es­

condió en secreto las tijeras de su maestro.

Y el cortador,

buscando las tijeras y no hallándolas, empezó a tantear el suelo

XX.

Ejemplo de un discípulo del sastre

con

las

manos

y

a mirar

levantarse

de su asiento

escaño en

donde se sentaba.

y

por

a mover

un

de

lado

y

otro,

a

su sitio con la mano

por

el

Viendo esto el eunuco, llamó

del rey, llamado Nedui2 9 al punto a los suyos y mandó que ataran al cortador y que, para que Me

contó

mi

maestro

que

un

rey

tenía

un

sastre

que

no

azotara a otros ,

le azotaran

Pero el sastre gritaba diciendo así: hacía ropas apropiadas para las distintas ocasiones. tenia con

discípulos

arte

cortaba. que

lo

que

Entre

superaba

costureros, el

maestro

esos

a

sus

cada

uno

cortador

discípulos

del

había

compañeros

en

de

los rey

uno

el

arte

cuales con

de

la

Y éste cosía

maestría

llamado

Nedui

costura.

Acercándose un dia de fiesta llamó el rey a ese sastre que le cortaba sus ropas y le mandó preparar para la ocasión ves­ tidos preciosos para sí

y sus

familiares.

Y para que se hi­

ciera esto pronto y bien encargó de vigilar a los costureros a un

eunuco,

por oficio camarero del

rey,

para que vigilara

su trabajo, no fueran a quedarse algo entre uñas, y le reco­ mendó que les diera lo necesario para el sustento. Y un día los

servidores

sirvieron

al

sastre

y a sus compañeros,

fuertemente

a

él.

Je

«¿Qué mal

hice?

¿Por

qué me dais tales latigazos?» Y los otros, callando, le azo­ taban más fuerte. Cuando estuvieron cansados de vapulear y él de ser vapuleado, lo soltaron que ya no podía con_ su alma.

El sastre,

cuando después de un tiempo

recupero el

aliento, le preguntó al eunuco qué fechoría había cometido. Al cual el eunuco: «Me dijo tu discípulo Nedui que de vez en cuando te daba un ataque de locura y que no se te pa­ saba más que sí eras atado y azotado, y por eso_ te azot_é.» Oído

esto

«Amigo,

el

sastre

llamó

¿de cuándo

a su

sabes

que

discípulo

Nedui

yo estoy loco?»

y le dice: Y el_ dis­

cípulo: «Y tú, ¿desde cuándo sabes que yo no como rniel?» El eunuco y los otros oyendo eso se rieron y pensaron que

para

uno y otro habían tenido lo que merecían. comer,

Y

miel

y

pan

caliente,

los que allí estaban

mer dijo el eunuco:

además

empezaron

de

otros

a comer.

manjares.

Viéndolos co­

«Maestro, ¿por qué coméis no estando

A esto

como

76

el

padre:

«Bien

empleado

le

estuvo,

porque

si

hubiera cumplido lo que Moisés mandó -amar al hermano a sí

mismo - no

le

hu bi era

77

ocurr id o

tal

cosa.»

Instruyó un sabio a su hijo: ta

a un

compañero

tuyo,

no te pase como pasó hijo:

ni

en

«Mira no acuses de una fal­ serio

ni

en

broma,

a dos juglares ante el rey.» A esto el

«Cuéntamelo, padre, te lo ruego.» Y el

De las riquezas

para que

padre:

«Sea.»

Dice otro ni

Ot ro :

XXI.

Ot r o: presentó a un

rey.

vitó a sentarse y comer con

Y el rey, llamándolo, le in­

otro juglar.

«Ni

te

asocies

negocio deficiente ,

a un

«Va l e

más

una

modesta

que

una

casa

y no

con

gran

felicidad

llena de oro y plata.»

Ejemplo de los dos juglares"

Un juglar se

filósofo:

pretendas." ponerte al frente de uno que es próspero.»

Pero

el

«Bu sca

ú til

lo

gran

con

cuidado

prisa.»

que había

Otro: «No mires al que es más rico que tú para que no llegado el primero empezó a envidiar al llegado después, al

te e n vidi e s ; que ya

preferían

el

rey y todos

los cortesanos.

más

bien

mira

al

que es

más

pobre Y da ,

por

Y pensando ello,

gracias a Dios.»

cómo pondría fin a esta situación, se le ocurrió hacer sufrir

O tro:

vergüenza al otro para que de este modo se marchara cuan­

Y así,

to antes. fue

reuniendo

compa ñ ero

y,

mientras comían a escondidas

los

los otros, huesos

t erminada la comida,

el primer juglar

y los

puso

ante

la ri q uez a . »

Ot ro :

insacia bl e

su

dijo : tos

había

sido

Y el

así

rey

lo

acusado

miró

con

dice al

naturale z a, es d e cir, la humana , los huesos . la canina-

mirada

rey:

torva;

mas

el

que

«Señor, hice lo que mi

pedía: comí la carne y dejé

Y mi compañero hizo lo que la suya -es decir, le e x i gí a :

comió

la carne

siempre

sufrirá

por

h a mbre

el

de

más.»

rey y mordazmente le

Otro: «Si q uieres tener, en este m undo, lo_ que baste a la

«Señor, mi camarada ha comido la carne de todos es­

huesos.»

«El

para hacerle avergon­ algo

zarse, ense ñ ó el montón de huesos al

«N o reniegues de Dios en la pobreza, ni te enso­

berbezcas en

naturaleza

no

satisfacción quezas

que

a

deberás un

atesorar

ánimo

puedan

m ucho.

ambicioso,

caber

en

todo

nun c a se apagará la sed de poseer

Y

aun

el

si

ámbito

dar

quisreres

re u nidas del

las

ri­

m u ndo,



y los hu esos .»

Ot ro : tiempo

Del generoso, el avaro y el pródigo

lo

«El

que

gasta

de

lo

suyo

con

parsimonia,

más

hará durar,»

Otr o : «El secreto de la t ran q uilidad es no desear lo aje­ no y de ello se sigue el

disfrutar de paz.»

Dijo el filósofo: «Honra al in f erior a ti y dale de lo tuyo en Ot ro: la medida dé de lo

«El

que qu ier a

abandonar

el

mundo ,

vea

de

no

que quieras que te honre a ti tu superior y te

en

conservar nada de lo

suyo.»

m und a no , porque sería lo mismo que

pretender apagar el fuego con paja.» Ot ro:

«Es

vergonzoso

muy

para

un

hombre

rico

ser

Otro: «El que tiene riquezas, m u c h o se preocupa y pa�a avaro, y es hermoso que un hombre de m e d ian a fortuna sea noches

generoso.»

insomnes,

llegado el

Dice el discípulo :

niega

su

ayuda

a los

que

hay

que

negarla

y

también a los que la necesitan, es avaro. Quien da a los que hay que dar

y a los

El discípulo al maestro:

«Quien da a los que necesi­

tan que se les dé y niega a los que conviene negar, es gene­

Quien

había

fin

atesorado,»

«D ame la definición de generoso, de

avaro y de p r ó d i g o . » El padre:

roso.

pensando en no perdedas; y sufre al

caso de qu e pierda lo que

que no hay que dar, es p r ó d i g o , »

lo

de modo j us t o y para bien

Otro:

parece cosa _Iaudabk que maestro:

«S1 . Pero gasta­

y no lo atesores.»

«No desees los bienes de otro y no sufras por los

que hayas perdido; porque nada de ello se recuperara con el s uf rim i ento.

78

«: Te

uno procure ad q uirir di n ero ?» El

Por lo que se dice q ue » :

79

XXII.

Ejemplo del rústico y la avecilla"

De la credibilidad de los libros

Tenía un hombre un vergel en donde -pues corrían varios

riachuelos- había hierba muy verde, y por la amenidad del ·lugar acudían a él avecillas que cantaban a coro con la va­

ria modulación de sus trinos. descansaba en

su huerto,

Un día, mientras el hombre

una avecilla se posó en un árbol

cantando deleito.5amente. El hombre en cuanto la vio y oyó su canto, la cazo a lazo engañada. Al cual dijo la avecilla: «¿Para qué has trabajado tanto para cazarme?

filósofo

Un

encuentres,

i n struyó a su pero

hijo diciendo:

no creas todo

lo

que

lo que se lee en

eso

en

los

'M uchos

dan

¿Qué pro­

libros

son los

frutos,

los

l i bros.

á rboles ,

árabe

de

a su

hijo

nad�:

un

pn�tonera,

«S1

no

no cantaré ni por ruegos ni por

cantas,

te

Y la

c o rn e r é . »

presente

por

lo

filósofos

diciendo:

o t ro , como le pasó al lobo con los

Y el:

que

algo

que

fruto;

de

dicen:

muchos

cornestibles'.»

oír tus trinos!» L� .contesta la avecilla: «Te esforzaste para

lo

ya comprendí

los

pero no todos dan

pero no todos

Aleccionó un

Pues

y proverbios

dejes

porqu;,

todo lo

A esto le con­

testó el discípulo: «Creo que eso es cierto: no es de creer to­

do

vecho esperas de mi?» A esto dice el hombre: «¡Sólo deseo

precio.»

«Lee

lcas.»

f uturo ,

no

«Hijo

vayas

bueyes

mío,

a perder

no

uno

y

que le prometiera

aldeano,»

avecilla:

«¿Cómo me comerás? Si me comes cocida, ¿qué puede va­

ler un ave tan pequeña? Y mi carne será basta. Si me asas

aún

disminuiré de tamaño.

En

cambio,

XXIII.

Ejemplo del labrador y del lobo

me dejaras es­

si

y del juicio de la zorra" capar,

obtendrías

«¿Qué

utilidad?»

de



gran

La avecilla:

utilidad.»

Y

él

a

su

vez:

«¡Te enseñaré tres maneras Se

c uenta

de un

labrador que un día en que sus bueyes no

de sabiduría que estimarás en más que la carne de tres ter­ querían andar haciendo un surco derecho, les dijo: «Que os neras!» Y él, seguro de lo prometido, soltó al ave. Pero ella coman le

dijo:

«Una de las

cosas

que

prometí

enseñarte es:

grado. creas

en

todo

lo

que

se

te

diga!

Segundo:

¡Lo

que

lobos.»

los

Oyéndolo

un

lobo,

aprobólo

de

buen

¡No Cuando

ya declinaba el

día

y

el

rústico desuncía a

tuyo sus bueyes del arado , se presentó el lobo dicien d o: «Dame

fuere,

consérvalo siempre!

Y tercero:

[No

te lamentes por

los

bueyes que me

«Si

prornetiste.»

lo dije

-respondió

el

lo que hayas perdido!» Dicho esto, la avecilla se posó en el rústico-,

árbol

y,

con

dulces

trinos,

empezó

a decir:

«Bendito

no lo confirmé con

juramento,»

Y el

lobo

a su

sea v ez:

«Tienes que dármelos porque

me

los

ororgaste.»

Lle­

Dios_ que embotó _la agudeza de tus ojos y te privó de pru­ garon por dencia,

p�rque,

si. hubieras rebuscado en

fin

al acuerdo de que iría n ante el

j ue z .

M ientras

los repliegues de i b a n , se encontraron a una zorra, que les dijo,

la muy astu­

rrus entranas, hubieras encontrado una amatista del peso de t a:

«¿A

dónde

vais?»

Ellos contaron a la zorra lo sucedido

una onza.» El hombre, oyendo esto, empezó a llorar, a la­ y

ella

les

dijo:

« Ninguna

falta

os

hace

buscar

otro

juez:

mentarse Y a darse golpes de pecho por haber creído en las pues yo misma dictaré sentencia en justicia.

Pero primero,

promesas de la avecilla. Y el ave le dice: «¡Qué pronto olvi­ dejadme hablar en dast_e lo qu'; te dije!

No te dije:

secreto con

uno de vosotros

y

después

No creas en todo lo que se con el otro, y si pudiera concordaras sin pleito, la sentencia

te

d i ga.

¿Como

crees que haya dentro de mi u n a amatis t a , se

que sea del peso de una onza, si yo no te dije:

Conserva

misma

lo que es tu y o. Y

no peso

¿cómo

tanto?

vas a

tener

mantendrá

en

secreto

me dejaste volar?

Y no

te d i je:

¡ No

lo que

hayas

perdido!

Pues,

¿por

la

que esta

en

mi

cuerpo?»

trataremos

en

común.»

« ¡Dame

primero aparte con

una gallina y o t ra para mi con­

bueyes!»

El labrador se las conce­

qué te dueles por el dió.

Jacinto

no,

h ablando

te lamentes sorte y conservarás tus

po�

si

Así lo acordaron. Y la zorra, el labrador, le dice:

piedr a si

y,

y

Y después

h abló

con el lobo , diciendo:

«Oye,

ami g o ,

Dichas tales cosas y ha­ dados tus méritos , si yo tengo alguna elocuencia , debe tra­

biéndose burlado del r ú stico , la avecilla se perdió, volando , bajar en tu

favor,

y tanto he insistido con el

rústico que,

en el bosque. si

le dejas quietos sus bueyes, te dará un queso tan grande

como un

80

escudo.»

El lobo estuvo de acuerdo. Al cual dice

81

después la raposa: «Deja que el labrador se lleve sus bueyes y Juego

te llevará al

XXIV.

Ejemplo

del

ladrón

sitio donde tiene sus quesos para que y del

puedas elegir, entre muchos, el que quieras.» Y el lobo, en­

rayo de luna

34

gañado por las palabras de la astuta zorra, dejó ir tranquilo al

labrador.

Pero la zorra,

desviándose por un

lado y por

Se cuenta que un

robar.

fue a casa de un

Subiendo hacia

el

hombre rico con

intención

no la oscuridad de la noche, lo condujo junto a un profun­

ventana por la que salía humo y se paró a escuchar, a ver si

do pozo.

había dentro alguien despierto.

Y haciéndole asomarse al pozo, le muestra la for­

de

ladrón

otro, entretuvo al lobo todo lo que pudo, y cuando sobrevi­

la

ce:

alta voz de dónde me viene tan gran

Baja, si quieres y co­

llegó

a una

Pero lo sintió el dueño de

ma de la luna casi llena que se reflejaba en el fondo, y Je di­ «Este es el queso que te prometí.

tejado,

casa y en voz muy baja dice a su mujer: «Pregúntame en fortuna como tengo.

rne.» A esto Je respondió el Jobo: «Baja tú primero y, si no

E

puedes bajar sola, yo haré lo que me digas para ayudarte.»

voz:

Diciendo esto, vieron que descendía colgando hasta el pozo

sido nunca mercader?» Y él: «Guarda lo que Dios nos dio y

una

cuerda

en

uno

de

cuyos

cabos

colgaba

una

cubeta

insiste

mucho

en

saberlo

Entonces



ella

dice

¿de dónde obtuviste tanta fortuna,

«Señor,

en

sin

alta

haber

úsalo a tu placer, y no preguntes cómo he logrado tanto di­

mientras que otra pendía del otro extremo, y esto era de tal

nero.» Pero ella, como le había sido mandado, insistía más

manera

y más en saberlo.

Por fin, como si se viera obligado a ello

por

de

cuanto

que,

si

la zorra

bajaba vio

la

ser

una,

subía

así, como si

la

otra.

Lo

accediera al

que

en

ruego del

lobo entró en una cuba y descendió al fondo. El lobo, con­ «¿Por qué no me coges el queso?»

tento ya con eso, le dice:

La

zorra contesta:

«No puedo

por Jo grande que es,

pero

la

insistencia

cubres «¡Me

nuestro causa

su

secreto

asombro

mujer,

a

dijo

nadie:

que

así:

He

pudieras

«A

sido

ver

si

no

ladrón.»

adquirir

tan

des­

Y ella:

gran

for­

tuna robando y no hayamos oído nunca decir mal de t i ! » «Es que un maestro mio me enseñó un

entra tú en la otra cubeta y ven como me prometiste.» AJ

Y

meterse el lobo en la cubeta, por su gran peso, cayó ésta rá­

encantamiento

pida al fondo, mientras se elevaba la otra con la zorra que

hacia el tejado. Al llegar a la ventana debía cogerme con la

era de peso liviano.

Y la raposilla, llegada al brocal del po­

zo, saltó fuera y dejó al lobo en el fondo. dejado

lo

presente

por

lo

futuro,

Y así, por haber

perdió el

lobo

bueyes y

queso.

él, a su vez, dice: para

cuando,

asaltando

una

casa,

subiera

mano a un rayo de luna y repetir siete veces la fórmula má­ gica,

a saber

'saulem';

así,

entraba

por

la

ventana

sin

pe­

ligro, y cogiendo todo lo que de valor encontraba, arram­ blaba con ello; hecho esto, volvía a cogerme al rayo de luna y,

diciendo

hasta la casa.

Del recibir y probar el consejo

Con

mujer:

hijo,

siete

veces

la

misma

fórmula,

subía

otra

vez

ventana con todo lo robado y me lo llevaba a mi tal

arte

«Hiciste

logré

bien

en

la

fortuna

decírmelo,

que

tengo

pues



Y dice la

cuando

tenga

un

para que no se vea pobre, he de enseñarle tal encan­

Un árabe aleccionó a su hijo diciendo: «Toma consejo del

tarniento.»

Y

díjole

el

marido:

«Ahora

déjame

dormir,

experto porque así podrás acertar con más facilidad que si que tengo

tú mismo,

a tu

riesgo,

lo

mucho sueño y quiero descansar,» Y para enga­

ínrentaras.»

ñar mejor al ladrón, empezó a roncar como si durmiera. Al Otro

amonestó

a su

hijo

diciendo:

«No des

fe a todo

oír todo eso el ladrón se alegró mucho y, diciendo siete ve­

consejo que oigas hasta que esté probada su utilidad; no te

ces la

pase como Je pasó a un ladrón, que creyó en el consejo del

soltó manos y pies y cayó por la ventana adentro de la casa,

dueño de una casa.» A esto le preguntó el

haciendo un gran ruido, y, pues que se había roto un brazo

pasó,

padre?» El padre:

hijo:

«¿Qué

le

fórmula y cogiéndose con la mano a un rayo de luna,

y una pierna, como

que

si

así

comenzó a gemir.

fuera ignorante de

caiste?»

Al

cual

el

todo,

Pero

el dueño de

le dice:

ladrón:

«Yo

«¿Quién

soy

un

la casa, eres tú,

desven­

turado ladrón que se fió de tus palabras falaces.» A esto el

82

83

hijo: «Bendito seas, que me has ensenado a evitar los con­ sejos engañosos.»

E igualmente: «Haz recta justicia entre los hombres y te amarán; no tengas prisa por dar el

pago del bien o el mal,

porque el amigo más tiempo te esperará y más tiempo te te­ El filósofo dice: «Guárdate del consejo ázimo hasta que esté

merá el enernigo,»

ferrnenrado.»

Otro: «No sigas el parecer de quien te aconseja negar el beneficio de otro, porque quien niega un beneficio se acusa

a si

XXV_

Ejemplo de Marlano

»

mismo ante los ojos del que todo Jo ve.» Contó Platón en su libro sobre profecías que habia en Gre­

Otro: «Si te encuentras en buena fortuna muéstrate avi­ sado

para

no cometer errores;

porque con gran

frecuencia

los bienes mayores disminuyen o se pierden.»

cia

un

anciano rey,

cruel

con

sus súbditos.

Y

fue

promo­

vida contra él una dura guerra desde muchas partes.

Que­

riendo saber cuál seria su resultado, mandó llamar a los fi­ lósofos de todo su país y del vecino.

Del beneficio

Una vez reunidos les

dice: «Ya veis qué gran guerra mueven contra mí y también contra vosotros, en lo cual creo que os alcanza alguna cul­

Preguntó un

discípulo a su

maestro:

«Prohibió el

filósofo

negar un beneficio, pero, ¿no hizo distinción entre el bene­

ficio del Creador o el de su criatura?» A esto respondió el maestro:

«Te

digo

que

quien

niega

un

beneficio

niega

a

Dios; y que el que desobedece al rey o al gobernante deso­ bedece a Dios.» El así.» El maestro:

discípulo:

«Ningún

«Explícame cómo puede ser

beneficio procede de criatura a

criatura, sino del Creador, y los que niegan un beneficio re­ niegan

de sus benefactores y,

por ende, niegan

a Dios.»

pa mía. Así pues, si hay en mi algo que deba ser corregido, decidlo y con vuestro juicio me apresuraré a enmendarlo.»

Los filósofos: «De manchas de culpa en ti nada sabemos, e ignoramos a

tres

Jo

días

que

de

a ti

camino

y a nosotros deberá suceder.. Pero, de

aquí

vive

un

hombre

sabio,

nombre Mariano, que habla por el espíritu santo.

de

Envía a

él, pues, a algunos de tus filósofos y él anunciará lo qu� ha de ocurrir en

tu

vida.» Tratado esto así, el rey mando en

busca del sabio a siete filósofos, quienes, cuando llegaron a la ciudad en la que aquél hombre vivía, la encontraron casi deshabitada, y, como preguntaran por la casa de Maria�o,

Del rey bueno y del malo

les dijeron que él y muchos de sus conciudadanos se habían Asimismo: «El rey que es buen gobernante es como el cetro

dirigido

de Dios en la tierra; y el que obedece a ese cetro, obedece a

busca.

Dios;

y el que no le obedece,

Otro filósofo dice: «Guárdate del rey que es feroz como el león pero tiene un ánimo tan débil como el de un n i ñ o . »

«Quien

habla

mal

del

rey,

morirá

antes

desierto.

Oído esto,

los

filósofos

fueron

en _su

legados del rey desobediente. Pues Dios le dio diversas gen­

no obedece a Dios.»

tes

Otro:

al

El sabio, en cuanto los vio, les dijo: «Venid, venid,

de

su

hora.»

en

custodia

cruel.

y

no

fue

de

ellas

gobernante

Justo

smo

Y así Dios, que creó de la misma y no diversa mate­

ria a él y a sus súbditos, le amonestó muchas veces con va­

rias premoniciones, después de haber soportado largo tiem­ po su maldad, para que se corrigiera. Y al fin, dada la per­ tinacia de su ánimo para el mal, sublevó a gentes bárbaras e

Otro: «Más tiempo tolera Dios el reinado de un rey que peca en

su

persona,

si

es bueno y misericordioso para sus

súbditos, que el de un rey justo en su persona, pero malo y

inmisericordes calló.

para

su

perdición.»

Y dicho

esto,

el

sabio

Oído Jo cual, se admiraron los filósofos y todos los

que estaban

presentes.

Al

tercer día pidieron

los

filósofos

cruel para sus gentes.» permiso para marchar a su patria, y a��el hom?r.e ven�:a­

Aristóteles en

una

carta aleccionó

a Alejandro

dicién­

ble,

dando

dole así: «Mejor es gobernar a los tuyos pacíficamente, con

«Volved,

pocos hombres, que tener un gran ejército.»

allí

84

un

prueba

otra vez

de su

espmtu

profético,

dijo:

porque ha muerto vuestro señor y Dios puso ya

nuevo rey para que sea gobernante recto Y amable

85

con

sus ,súbditos.» Oidas estas cosas, de los siete filósofos

que_ habían venido se quedaron tres en el desierto con dicho sabio, ron

Y cuatro regresaron

que todo

a su

había sucedido

país.

tal

Y estos cuatro halla­

como les había sido

pre­

dicho.

las rentas. Y si Je sobreviene una guerra o algo parecido ¿de dónde El

se

procurará

soldados

o el

dinero

para

pagarles?»

hermano: «De algún modo los encontrarernos.» Al cual

dijo el hermano: «Temo que mi fortuna pudiera entrar pa­

Un árabe dijo a su hijo: «No te quedes en la ciudad de un

«Amigo, veo que a tanto alcanzan los gastos del rey cuanto

rey cuyos gastos

fueran

mayores que

la

ra

algo

en

ese

modo;

así

que

adiós,

que

no

quiero

que­

darme más tiempo aqui.»

rerua.»

De la familiaridad con el rey

XXVI.

Ejemplo de los dos hermanos Dijo el filósofo: «Es el rey semejante al fuego. Si te acercas

y de los gastos del rey"

a él demasiado, te quemarás, y si estuvieras completamente alejado, tendrás frío.»

37

Se _cuenta de un rey que, con el consentimiento de todos sus proceres, entregó a un

mo_do

que

cobrara

las

rentas

de

la

provincia,

tratara

los

pleitos Y ordenara su palacio y sus gastos y a los servidores reales. ba

bido

convema,

rango de su se

puso

en

reino.

El cual,

hermano, camino

habiendo sa­

con gran cortejo,

para

ir

a

visitarle.

cuando ya se acercaba a la ciudad, envió por delante un

r1:ensa3ero nendo su

lejana de otro

noncias ?el

como Y

Un hermano de ese familiar, rico mercader, habita­

una c.1udad

que

anunciara

al

hermano

presentars� de improviso.

hermano,

premura

salto el

Y alegre

su

llegada,

tiempo Y luga_r convenido,

que­

Sabedor de la llegada de

otro a su encuentro

semblante.

no

Pasados

refirió al

y lo

recibió con

algunos

días,

en

el

rey, entre otras cosas

que sabia hablan de agradarte, la noticia de la llegada de su hermano: en

rm

El rey I_e dijo:

remo

contigo,

le

«Si tu hermano quisiera quedarse concederé

que

todo

Jo

comparta

contigo, incluso la administración de mis bienes· mas

si no

aceptara el trabajo, le daré muchas posesiones �n es:a ciu­ dad

.Y

le e_x�usaré de obligaciones.

Pero si por amor de su

patria, quisiera repatriar, dale en abundancia mudas de ves­ tidos el

Y todo

lo

que

necesite.»

Oidas las

palabras

del

rey

hermano fue a encontrar al hermano y le contó todo tai

co�o el

rey lo había prometido.

Al cual dijo su hermano:

«S1 quieres que me quede contigo, muéstrame cuántas son las. rent�s del

rey.»

pues cuantos eran Entonces el las

El

se las hizo saber.

los gastos.

También

mercader calculó con

rentas eran

tan

Un árabe consultó así a su padre: «Si he de creer en las

familiar suyo, del que sabía que era

prudente en asuntos del mundo, las riendas de su reino, de

su

Le preguntó des­

a esto le contestó.

propio hermano que

cuantiosas como los gastos.

86

Y le dijo:

palabras padre: a

del

filósofo,

nunca

seré

«Hijo mío, hace falta gran

cortesano.»

Al

cual

el

prudencia para agradar

un rey.» El hijo: «Padre, enséñame cómo, si me viera en

caso de servir

al

rey,

creto.» El padre:

«j

podré

agradarte

por

prudente

y dis­

Para una enseñanza de esa clase serían

necesarias muchas cosas, que ahora no me vienen a la me­ moria quillo!

y

que, quizá, si todas se dijeran, te aburrirían un po­

Pero entre tantas, algunas te diré que podrán serte

útiles, si las observaras.» Al cual el hijo: «Aunque todo es poco para mis ansiosos oídos, ardo, sin embargo, en deseos de oír lo que me prornetes.» El padre: «Quien quiera tener trato con un rey debe cuidar, cuando se acerque a él, de es­ tar en pie cuanto tiempo pueda y de no sentarse hasta que el

rey se lo mande;

y de no hablar, sino cuando sea nece­

sario; y que no se quede más tiempo del que el rey le invite a quedarse; y que guarde secreto de lo hablado; que cuide de estar siempre bien atento a lo que diga el rey, para que éste no tenga que repetir sus órdenes; que haga todo lo que el rey le ordene; tenga buen cuidado de no mentir al rey, de amarlo y de obederle; que

el

qu i zá

rey

odie .

Aun

y

de no asociarse nunca a hombre al

haciendo

todo

esto

y

mucho

no obtendr á del rey gran beneficio.» El hijo:

más,

«Nada

peor puede sucederle a un hombre que servir largo tiempo al

rey

y

no

sacar algún

esto a m u chos , y

por

provecho.»

El

padre:

eso recomienda el

se demore excesivamente en el servicio del Otro

filósofo

provecho

pierde

d ij o:

«Q uien

sucedió

que nadie

rey.»

sirve al rey, por así decir, sin

este mundo y el

87

« Ya

filósofo

otro .»

Del modo de comer

38

t u y o , se alegrará, y si es enemigo, se dolerá por e l l o , » Oído esto, se rió el joven. Al cual el anciano: «¿Por qué ries?» El

El hijo: «¿Por qué has olvidado decirme cómo debe comer

mancebo:

un hombre en presencia del rey?» El padre: «No olvidé de­

Maimundo!

cirlo pues que no hay diferencia alguna entre comer delante

comer.

del

de

rey o en otra parte.» El hijo:

comer,

en

«Pues, dime cómo debo

cualquier sitio que sea.» El padre:

«Cuando

te

hayas lavado las manos para comer nada toques sino la co­

«¡Me

acordé

Pues cierto

de

un

dicho

anciano

que



del

negro

le preguntó cuánto

podía

Y él le contestó: ¿De qué comida, de la mía o de la

otro?

Y el

anciano:

-respondió-

lo

¡De

menos

la

que

tuya,

Maimundo!

puedo!

Y

¿cuánto

¡De de

esa

la

de

otro? dijo el anciano. Y Maimundo: ¡Todo lo que puedo!»

mida, hasta que comas; ni comas pan antes de que se ponga El anciano: «Tú estas recordando ahora palabras de un

otro manjar sobre la mesa para no parecer impaciente; y no pongas en tu boca un trozo tan grande que se salgan las mi­

goloso, perezoso, necio, charlatán y chismoso; y lo que de él se diga es poco para lo que en él se encuentra.» El joven:

gas por un

lado y por otro,

para no parecer glotón;

ni tra­

«Me gusta

mucho que se me cuenten

cosas

de él,

porque

gues el bocado antes de que haya sido bien masticado en tu todas boca,

mueven

a

risa,

y

si

te

acuerdas

de

alguno

de

sus

no vayas a ahogarte; ni tomes la copa antes de tener dichos o hechos.

nárrarnelo,

que será

para



un

regalo,»

la boca vacía, no cobres fama de bebedor; y no hables con la

boca llena para que no se vaya algo de la garganta a la

El anciano:

tráquea y puedas morir por ello; y si vieras un bocado que te guste en el plato que está ante un comensal, no lo cojas, no se diga que eres un pobre rústico. Lávate las manos des­ pués de comer porque es cortés

y saludable;

las manos

no

s

pues por eso

enferman los ojos de muchos, porque se los frotan después de comer con

Ejemplo del siervo Malmundo

XXVII.

Le mandó su dueño, una noche, que cerrara la puerta.

El,

por pereza, no fue capaz de levantarse y, por eso, dijo que

lavadas.»

la El hijo: «Si alguien me invita a comer, ¿cómo responde­

puerta

dueño

ya

a su

estaba

amaneció

dijo

el

ré? ¿Aceptaré enseguida o no?» El padre: «Haz como man­

contestó

que estuviera abierta y, por eso, no quise cerrarla anoche.»

ley

de

los judios.»

Dice así:

«Si

te

invitara alguien,

el

Cuando

da

la

así

cerrada.

«[Maimundo , abre la puerta!» Al cual

siervo:

siervo:

«Señor,

ya

sabía

que

hoy

querrías

pon atención en la persona de quién te i n v i t a . Si fuera per­

Entonces comprendió el señor que la había dejado abierta

sona grande, acepta enseguida, si no, según quien sea, a la

por pereza y le dice: «Levántate,

segunda

ya es de día y el sol ya está alto.»

ham:

o a la

tercera

vez.

Pues

esto

se cuenta

de

Abra·

39

dice:

ángeles

bajo

apariencia

humana,

a

los

que,

con

alimento

con el sueño.

y reponer

fuerzas,

cansados

como

estaban,

Y ellos, como era un gran patriarca, acepta·

a la casa de Loth y siendo invitados una y otra vez a entrar, era

persona

tan

grande,

aceptaron

a puras ins­

tancias.»

En

Un joven preguntó a un anciano: «Cuando sea invitado

a comer

¿qué

debo

hacer?

«¡Mucho!

¿Comeré

poco

o rnucho?»

Al

Pues si el que te invita es amigo

88

otra

¿quieres comer de noche?» Al cual el

es de noche,

déjame dorrnir!»

ocasión

dijo el

mismo

amo

a su

criado

por

la

«Mairnundo, levántate y mira a ver si llueve o n o . »

noche:

Entonces él llamó al perro, que estaba tumbado a la puerta, y,

llegado

centrado

el

can,

le

palpó

secas dijo a su

las

amo:

patas;

y

habiéndolas

en·

« j S e ñ o r , no llueve!»

Otra vez el dueño preguntó al siervo si había fuego en la casa.

cual el anciano:

«¡Si

rostro

ron su invitación. Mas habiendo llegado los mismos ángeles

no

«Siervo infame,

criado:

afable, invitó a entrar en su casa, lavarse los pies, tomar al­

porque

Y le contestó el siervo:

« [ S e ñ o r , si el sol ya está alto, dame de comer!» El amo le

Un día estando sentado a la puerta de su casa, vio tres

gún

haz tus trabajos, porque

Y él, llamando al gato, lo tocó para ver si estaba ca­

liente o no.

El

Y como lo encontrase frío, dijo: «[Señor , n o ! »

joven:

querría

oír

«Ya

de

su

he

oído

ejemplos

charlataneria.»

89

El

de

su

pereza.

anciano:

«Se

Ahora cuenta

que venia su amo del mercado, contento por el buen nego­

algo estable en este mundo tan mudable o quién puede te­

cio hecho, porque había obtenido grandes ganancias.

ner

Y sa­

algo

durable

en

este

mundo,

siendo

todo

transitorio?'»

lió a su encuentro el criado Maimundo. En cuanto el señor Dijo un lo

vio,

temiendo

que,

según

su

costumbre,

empezara

sus charlatanerías, le dijo: «A ver si no me das malas noti­

cias.

Maimundo:

No

te

las

daré;

pero

nuestra

pequeña

perra Bispella ha muerto. Le dijo el dueño: ¿De qué modo ha

muerto?

El

criado:

¡

Nuestro

mulo

se

desbocó

por

un

gran susto y rompió su ronzal y al salir huyendo aplastó a

algo

adverso

El

criado:

Cayó

al

El señor:

pozo

no

te

«Hijo

desconsueles

mío,

ni

cuando te ocurra

entristezcas

porque eso es una manera de renegar de Dios.

Y

en

exceso

a Dios de­

bes alabar siempre, tanto en la adversidad como en la pros­ peridad.

Pues muchas cosas malas suceden a los

hombres

que los salvan de males mayores; y otras que luego son pa­ ra bien.

la perra bajo sus patas!

árabe a su hijo:

con

Y por eso debes alabar a Dios en todo momento y

¿Qué pasó con el mulo?

y murió.

El

señor:

¿Por

qué

se

asustó el mulo? El siervo: Tu hijo cayó del solario, murien­

confiar en El como dijo el poeta:

'Cuando te halles en des­

ventura no te aflijas, déjalo todo en manos de Dios y pien­ sa en el bien futuro; y así te olvidarás de tu desgracia, por­

do de la caída y por eso se desbocó, asustado, el mulo. El señor ¿Qué es de su madre? El siervo: Por el mucho dolerse

que muchas cosas malas suceden que acaban felizrnente".»

de su hijo ha muerto. El señor: ¿Quién custodia la casa? El criado: Nadie; porque se ha convertido en cenizas con todo

lo que en ella había.

El

a su señora se olvidó una candela en la cámara y así se in­ cendió toda la casa. El amo: ¿Dónde está la criada? El sier­ Al querer apagar el

señor:

Y

tú,

cómo

«Los bienes de este mundo no son sin sin impurezas.»

no comerás miel

El señor: ¿Cómo ardió? El siervo: En Otro: «Todo lo mundano es mudable, y el bien que de­

la misma noche en que murió la dueña, la criada que velaba

vo:

filósofo dice:

mezcla:

fuego, cayó de cabeza y murió.

escapaste siendo

tan

tardo?

El

El

ba ocurrirte lo tendrás, aunque no te esfuerces; y el mal que te

está

predestinado,

ni

aun

con

41

siervo:

fuerzas

podrás

Ütro: «El destino hace a veces que uno que poco se es­

Escapé al ver a la criada muerta. Entonces el señor fue muy

fuerza logre sus

contristado a casa de sus vecinos, a ver si alguno quería re­

busca conseguirlos con afán.»

cibirlo y hospedarle.

todas tus

evitarlo.»

deseos y se

lo

niega,

en

cambio,

a quien

'H

Por el camino se encontró a un amigo Otro:

que, al verlo tan triste, le preguntó por qué estaba tan ape­

«El

tiempo

quita

hermosura

al

que

mucho

adorna. Y la tierra traga y devora al que mucho desea.» nado.

El le contó todo lo que le había dicho su siervo; y el Otro: «La gloria del mundo acaba en un abrir y cerrar

amigo se dirigió a su amigo, queriendo consolarlo, con es­ tas

se 42

palabras:

Amigo

mio,

no

te

desconsueles

porque

mu­

de ojos, Y. siendo tan frágil no merece ser ambicionada.»

chas veces toca al hombre tener que soportar tal cúmulo de adversidades

que

desea

acabar

su

vida

aunque

fuere

con

poca honrosa muerte, y al punto le suceden tantas venturas

que

siente

alivio

de

acordarse

de

las

desgracias

XXVIII.

Ejemplo de Sócrates y el rey"

pasadas.

Pues tan grande mudanza de las cosas humanas, siendo in­

Proverbialmente cuentan que Sócrates, huyendo de los tu­

diferente el orden de los méritos, es impuesta por el arbitrio

multos del mundo y deseando una vida campestre, se fue a

del

el

vivir al bosque; y que allí, en vez de casa, se instaló en me­

ejemplo del profeta Job, a cuyo ánimo no apesadumbró la

sumo

rector.

Esto

bien

quedó

confirmado

con

dio tonel, cuyo fondo ponía cara al viento y la lluvia y, la

pérdida de sus bienes.»

parte abierta,

a la alegria del

sol.

encontrado unos cazadores del

mirarlo,

De la inestabilidad de las cosas del mundo

estaban

riéndose

de

Al cual

como hubieran

rey, mientras, parándose a

él

porque

lo

veían

matando

sus piojos, le quitaban, con sus cuerpos, el placer de los ra­ yos del sol. A los que él, con semblante plácido, dice: «Por

«¿Nunca oíste lo que dice el filósofo?: '¿Quién puede tener

90

lo

menos,

no

me

quitéis

lo

que

91

no

sois

capaces

de

dar , »

Irritados

por

tales

palabras,

quisreron

sacarlo

de

aquello

Del término de la vida que

era

su

hogar

y apartarlo

del

camino

persona no ofendiera a la mirada del

para

que

tan

vil

rey cuando éste pasa­

Un ra.

Como no lo conseguían,

le amenazaron diciendo:

disc í pulo

cosas te,

si

no quieres que te ocurra algo malo por tu

nuestro

porque liares,

rey

y

señor,

con

sus

va a pasar por este lugar.» Y el

terquedad,

y

principales

dijo

maestro :

al

«Siendo tan

deleznables

las

«Ve­

fami­

de

este

mundo

larlas como si

¿por

qué

nos

afanamos

fueran duraderas?» El maestro:

en

acumu­

«Porque es

incierto el término de la v i d a .» Y el filósofo dice :

«Trabaja

filósofo, mirándolos por el t i empo f u t u ro como si h u b ieras de mor i r ahora y por

como

a

perros

que

le

ladraran:

«No

es

-dijo-

vuestro

el presente como si hubieras de vivir siempre:", pues es pre­ dueño mi dueño, sino que más bien es siervo de mi siervo.»

f eri b le que después de t u mu erte tengan tus enemigos lo qu e Como oyeran esto,

lo

miraron con cara torva y hasta algu­



has

re uni do ,

a qu e

en

vida

necesites

qu e te ayuden

los

nos propusieron matarlo, pero los menos crueles decidieron

amigos.» perdonarle

la

vida

hasta

discutían así, llegó el puta,

fue enterado,

sucedido;

oír

rey y,

el

parecer

del

rey.

Mientras

preguntando la causa de la dis­

por sus servidores,

de lo que allí había

y queriendo saber si era verdad o m e n t i ra lo q ue

Otro:

«La vida es un tránsito;

h onestidad ,

todo con

por eso procura hacerlo

porque es breve el tiempo de su cur­

so.»

le contaba n, se acercó al filósofo para ver lo que le decía. Y Otro: éste,

como

había

respondido

antes

a los

siervos,

«La

vida

es

como

un

puente:

pasa,

pero

no

te

también

qu edes .» a h ora afirmó que el rey era sim pl e m e nt e , para él «siervo de siervo ».

su

El

a fa blemente

rey

le

sentido de esas p a l a b ras. Al cual el

dignidad de su rostro, dijo:

pidió

q ue

filósofo

aclarase

el

Y otro: «L a v ida es como un puente en el que no hemos

sin alterarse la

de detenernos: su arranque es el vientre materno y la muer­

le

«Mis deseos son mis siervos y

te su final

5 4 •

me sirven, no yo a ellos. Tú, por el contrario, eres esclavo

Dice el poeta: de

tus

deseos

y a ellos sirves, no ellos a t i.

eres esclavo de algo

Está claro que

que está por bajo de mí.» Entonces el

La muer/e es puerta abierta por la que han de pasar lodos

«Lo que está claro en

[los mor/a/es

tus palabras �s que tú no (�Spetas la potencia de mi gloria.»

Pero me pregunto qué morada encon/raremos después de

rey, clavando su mirada en él, dijo:

Al cual el d ic e :

filósofo,

recogiéndose antes en su p en s a m i ent o ,

[atravesarla,

«Sabes tu muy bien que te ha dominado demasiado la

Pues hay una morada de delicias para los que sirven bien a am b i c i ón de las cosas del mundo y que siempre has deseado

Dios, y otra muy distinta para los que merecen su castigo,» pretextos tu

no pasara sin

valor

decir

para obrar,

verdad.

con�idera,

si

por

para que, como tú mismo confiesas

g lor i a.

deseos

quieres,

de

cuan

venia de tu gloria pret é rita ,

mer;

01

tampoco el

Y todo lo h iciste , si se ha de alcanzar

fútil

esa

gloria.

y vana es:

el

La

cual

poderío qu;

pues que ya pasó, no es de te­

que pueda venir de la

futura,

pues su

Un árabe p re g unt ó a su padre: «¿Cómo podré ganar la morada tengas cuando hi j o :

de

de

delicias

más

allí

y su

precioso,

llegues

te

lo

gloria?» ve

El

d án dolo

encontrarás

padre:

«Todo lo

a guardar

bien

en

que

ella,

custodiado. »

y El

«¿Cómo puedo m andar mi d inero a una casa a cuya

llegada es incierta y dudosa; en cuanto al brillo de tu gloria

p uerta todav í a no sé llegar?» El p adre: «Oye lo que hizo el

presente,

hijo

bien consta que es algo tan pequeño, tan pasaje­

de

un

consejero

El

hij o :

real

después

de

la

ro, que puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos; por

padre.»

eso

te n dr é excusa para no o b edecer .» El padre:

dice

poco

el

Cuidad

es

rey de

de res p etar .» a sus

no

Oídas

servidores:

hacerle

las

«Este

palabras del es

un

siervo

filósofo

de

«P adre ,

dímelo

Dios'.

nada molesto ni in co nv eniente .»

92

9J

y

así

m u erte

de

amonestado

su no

XXIX.

Ejemplo del prudente hijo

parece a algunos, el

de un consejero real"

encomendarme a vos.

habiéndola Cierto rey tuvo

un

sabio consejero en el que puso su con­

fianza, el que al fin obedeciendo la ley de la Naturaleza de­

que mi sabio padre os encomendó al

reunido,

ladrones y luego

Pues mi

la

padre reunió un

colocó

donde

me la dejó a m í ,

podían

a quien

fortuna y,

robarla

los

vos la podíais

quitar, o tal que el fuego u otro accidente la hubieran podi­

jó heredero a un hijo, bien educado y cortés. Al cual legó,

do destruir.

antes de morir, la posesión de todos sus bienes, que no eran

guardada para él y para m í . » Entonces el rey le preguntó

pocos, y gi an cantidad de riquezas.

Pasado esto así, el rey

qué había

Mas

hecho

yo

la coloqué allí

de ella.

Oída

donde será muy

la explicación

bien

del joven

y

llamó al joven, le aconsejó resignación ante la muerte de su

comprendida su intención, el rey le alabó ante los circuns­

padre confirmándole cuanto éste le había dado en custodia

tantes

en su testamento y, puesto que la edad del mancebo asi lo

buen

colmándole servicio

que

de

dones

había

y aon

hecho

su

le

recompensó

padre,

con

lo

por

el

que

ad­

De

este

exigía, le invitó a que lo tuviera en el lugar de padre, y el

quirió

Joven, despidiéndose satisfecho, volvió a su casa. Andando

modo, lo que de más precioso tuvo aquel hijo del consejero

mayores

riquezas

que

las

que

antes

tenía.

el tiempo, el rey le echó en olvido y él tampoco se preocupó

real,

de volver.

labras del padre, el hijo dijo: «Ese joven obró sabiamente y

tanto

los

Después de largo tiempo comenzaron a escasear

víveres

en

aquel

país

que

las

gentes

morían

lo almacenó en

la morada de delicias.

Oidas las

pa­

de

dio pruebas de gran bondad. E hizo como mandó el filóso­

hambre. Lo cual viendo aquel joven caritativo se compade­

fo a su hijo, cuando dijo: 'Hijo mío da este mundo por el

ció Y, condoliéndose, abrió sus hórreos y distribuyó su con­

Futuro y ganarás los dos.'

Y así

pasó a ese joven.»

tenido a los necesitados y sacó vino de su bodega y también carnes que tenia y lo dio todo a los pobres. Pero, creciendo la escasez y decreciendo

sus víveres,

ya no

bastaban

De la vida futura

a los

menesterosos. Y así, cambiada por alimentos toda su fortu­

Otro, aleccionando a su hijo, dijo: «Hijo, trabaja pensan­ na,

aún continuó sosteniendo

la vida de los que padecián

do en la vida futura, antes de que te aparte la muerte de tu hambre

y sed

hasta

trueque

por

que tampoco

fue

bastante.

Entonces e rn p e ñ o . »

dio

en

víveres

sus vestidos

y sus

piedras

pre­

Y así pasó un año en el que salvó de la muerte a no

ciosas.

pocos que, si

no, hubieran

perecido.

Había en aquel pais

Otro: «Cuida no vayan a engañarte las delicias munda­ nas y, engañado por sus

falacias, te olvides de que ha de

un notario del rey que, mordido por los celos, envidiaba al

llegar la muerte, para que no te pase como al ladrón que

Joven y a escondidas trataba de mover enemistades contra

entró en la casa de un rico,» Al cual el hijo. «Dime, padre,

él, y así, pretendía excitar la ira del rey con estas palabras:

¿qué le p a s ó ? » El padre:

«Señor, vuestro

la

lenidad

consejero,

de

vuestra

que

tantas

majestad riquezas

hacia le

el

dejó,

hijo

de

por

no

hablar imprudentemente diré que fue demasiado laxa; aho­

XXX.

Ejemplo del ladrón que quiso escoger demasiadas cosas"

r� no tenéis el dinero ni vos ni él, que, sin talento, lo dilapi­ do superfluarnente.» Y el rey, movido por la ira por tales Al cual dijo así: «Necio

Un ladrón entró en la casa de un rico y la encontró llena de

hijo de un sabio, imprudente hijo de un prudente, pródigo

varios tesoros. Maravillado por ello, no sabia cómo elegir,

palabras mandó llamar al joven.

hijo de un hombre que fue generoso ¿cómo has perdido las

entre

riquezas

apartando lo que le parecía de menos valor, pasó el tiempo

cuidadosamente

reunidas

y

que

se

te

dejaron

en

tanta

diversidad

de

riquezas,

las

más

preciosas,

y

herencia para que las conservaras?» A estas cosas el mance­

preocupado por escoger, hasta que la llegada del día puso

bo,

de manifiesto sus malas intenciones. Despertados de impro­

clavados los ojos en

rostro

del

rey

inflamado

la tierra -pues

le intimidaba el

por

dijo:

la cólera-

«Señor,

si

viso

los

guardianes

de

la

casa,

encontraron

al

ladrón

con vuestro permiso puedo decirlo, no fue un necio, como

distraído en elegir. Así que lo cogen y pegándole con látigos

94

95

y estacas, lo echan dentro de la cárcel y luego, pronunciada sentencia,

una

vez

convicto

y

confeso,

fue

condenado

XXXII.

a

Ejemplo del

filósofo

que pasaba por un cementerio"

muerte. El cual, si hubiese pensado que habia de hacerse de d í a , bien se hubiera precavido para no ser azotado o, lo que fue

peor,

para no

perder su

vida.

Se cuenta de un filósofo que, paseando por un antiguo ce­ menterio,

Otro filósofo": «Los bienes de este mundo son transito­ rios como sueños de un hombre dormido que, al despertar,

como

ve

decían así:

desvanecerse

lo

que

poseyó

durante

ellos»,

como

se

cuenta en este ejemplo:

vio

una

lápida de

mármol

que conmemoraba

a

cierto difunto y en ella estaban grabados unos versos que,

dirigidos

por

el

propio

difunto

a

Tú que pasas de largo, sin decir adiós,

los

caminantes,

de/ente.

Y guarda estas palabras en los oídos de tu corazón: Soy lo que tú serás; lo que 1ú eres fui yo mismo, riéndome

XXXI.

Ejemplo del pastor y del mercader"

[de la amarga Muer/e gocé,

Un

pastor

sueño

con

que

ellas

soñó un

que

tenía

mercader

vendiéndolas

mil

ovejas.

quería

luego

ofrecía dos sueldos por oveja.

Le

comprarlas

más

caras;

Pero el

pareció para

su

que

le

sueños­

vendía pedía por cada una, además de los dos sueldos, un denario.

Mientras discutían

Pero cuando,

llegado mi

último día, fui arrebatado a mis

negociar

y soñaba

que -en

en

mientras pude gozar.

asi se desvaneció el sueño.

Y

cuando el pastor comprendió que todo había sido sólo un sueño, casi antes de abrir los ojos empezó a gritar: «Dame

por cada una veinte denarios y llévatelas todas.»

[amigos Y a mis familiares,

la familia huérfana de padre

Me cubrió con tierra y me lloró muerto, Y dio a mis cenizas las últimas ofrendas. Desde entonces la tierra corroyó el brillo de mi rostro, Y en esto,

que yace aquí, quedó la gloria de mi belleza.

De suerte que no reconocerías que yo fui un hombre, si Apareciera, retirada la tierra que me cubre,

ante tu vista.

Reza pues a Dios por mí, con intención pura

Para que me conceda gozar de paz eterna.

De la muerte

Y a los que recen por mi otorgue también

Que lodos juntos disfruten conmigo de los cielos. Así,

mientras

mundo

y se

los hombres ansían los

afanan

de diversos

pasajeros gozos del

modos

por conservarlos,

viene, de improviso, el día señalado, esto es, el fin de su vi­

Releídos estos versos una y otra vez, el filósofo, dejan­ do las cosas del mundo, se hizo ermitaño.

da y les arrebata, quieras o no, lo que tanto desearon. Entonces el hijo: «¿No hay posibilidad de escapar a los lazos de la muerte?» El padre: «No, hijo, porque es incu­

XXXIII.

Ejemplo de la sepultura de oro de Alejandro=

rable su mordisco y no hay manera de evadirse de sus ma­ nos ávidas con las artes de la medicina.» El hijo: «¿Cómo podremos soportarla con menos pena?» El padre: «Haz co­

Se cuenta que la sepultura de Alejandro era de oro y que estaba

mo dice cierto poeta:

puesta

en

un

atrio

accesible

a todos,

al

que

acu­

dieron muchos filósofos, uno de los cuales dice: ¡ Soporta con

Así,

ánimo fuerte lo que no puedes evitar!

la muerte,

de dura,

te parecerá suave.»

«Alejandro hizo un tesoro del oro: ahora por el contra­ rio el oro hace de él

un tesoro.»

Otro: «Ayer todo el mundo no le bastaba: hoy le bastan solo cuatro codos.»

96

97

Otro:

«Ayer

manda en

mandó

sobre

el

pueblo:

hoy

el

pueblo

guos, que todas pasaron y medita:

¿Dónde están los reyes,

é l . »

dónde los príncipes, dónde lo ricos que reunieron tesoros y Otro: «Ayer pudo librar a muchos de la muerte: hoy no puede esquivar sus dardos.»

fueron

tan

orgullosos de ellos?"

Son

ya como los que no

fueron, han terminado corno los que no vivieron, son aho­

ra como flor que cayó del árbol, al que ya no volverá. Pero Otro: «Ayer conducía ejércitos: hoy es llevado por ellos no temas, alma mía, no temas en exceso. Que lo deleznable

a la sepultura,» de las cosas del mundo no sea, para t i , origen de temor; te­

Otro:

«Ayer

oprimía

la

tierra:

hoy

es

oprimido

por

ella.»

me , en cambio , el día de

t

ses

de

C

Otro:

n

e

el

gran

número

u juicio, acobárdate

reador, que es tu juez y

tus

pecados.

c

uando pien­

Acuérdate

de

tu

testigo.»

«Ayer las gentes lo temían: hoy en poco lo apre­

cian.»

De otros dichos de ermitaños Otro: «Ayer tuvo amigos y enemigos: hoy los tiene a to­

dos iguales.» Un

Pero sería muy largo recordar lo que dijo cada uno de los

treinta

y

dos

filósofos

había sido poderosísimo

circunstantes

acerca

del

que

rey.

en

ermitaño

preguntó

este mundo que

maestro:

«Haz

lo

a un

maestro:

me preceda en que

es

bueno

<<¿Qué

el

otro?»

según

tu

podría R

vivir,

esto

el es,

cumple tu o b l i g a c i ó n . » Otro eremita iba gritando por los caminos: en olvido lo duradero por aquello que tiene un

XXXIV.

hacer

espondió

Ejemplo del ermitaño

«N

o echeis

fin.»

Otro clamaba: «Amad a vuestras almas cuanto amáis a

que aleccionaba a su alma

vuestros cuerpos y obtendréis

También un sabio ermitaño aleccionó a su alma de este mo­

do: «Alma mía, piensa y medita lo que haces, ahora que el

Otro:

provecho.»

o os olvidéi s de aquel que no se olvida de vo­

«N

sotros y servid

a vuestro d u e ñ o . »

poder hacerlo está en tu mano, antes de que te vayas de este lugar a la casa de la justicia y a las mismas puertas del lugar

Del temor de Dios

en que has de ser juzgada donde hallarás escrito en un rollo lo que tu mano hiciera en este siglo.

Y ángeles del cielo to­

Otro:

emed a Dios porque el temor de Dios es clave de

«T

mándolo por la derecha y por la izquierda lo desenrollarán

todo bien y vía

y descubrirán

en el Eclesiastés: 'En esto se resumen mis consejos: Teme a

todos tus pensamientos e intenciones.

Serás

juzgada ante Dios y en un platillo de la balanza se pondrá lo que hayas hecho de bueno y en otro cuanto hicieras de malo, y todo será examinado juntamente. Tus hermanos y amigos no podrán hacer nada por tu salvación y habrán de

ara llegar a la gloria.

omo dice Salomón

p

C

Dios y observa sus mandamientos; porque esto es el ser del

hombre .

Y Dios juzgará de todo lo

ue se hace, detenién­

q

dose ante cada error para ver si hubo en él intención buena o mala'

52



abandonarte. Procúrate hoy la redención, esto es: Haz con­ tinuamente sólo el bien.

Y vuelve tu alma a Dios antes de

que llegue el día de rendir cuentas y no digas:

'de mañana

Epílogo

no pasará', porque así, dejándolo para mañana, te enreda­ rá en sus lazos la concupiscencia o tal vez te impida hacerlo

la súbita llegada de tu último día. Así pues, acuérdate del fluir de los días y de las generaciones de los tiempos anti-

98

Por esto,

pues, suplicando a la infinita clemencia de Dios

omnipotente, le imploramos cioso juicio,

colocados

q

en

-

ue, después del día del minu ­

la

99

medida en

que

nos

prece-

dieron nuestras buenas acciones- a la diestra del Hijo, me­ rezcamos

gozar

del

eterno

descanso

con

sus

fieles

en

el

sus

Estudios de

Cultura 4

reino celestial, con

la ayuda del

mismo

para

quien

sea el

honor y la gloria en

unión

ha sido

Padre

y del

Amén.

Espíritu

Santo

por

los

infinitos

siglos

Pensamiento

Español,

Madrid,

Ediciones

pp . 273·354.

figura legendaria del identificado con

un

paganismo árabe que, en di· héroe muy

longevo,

un

poeta

del gnómico y un

siglos.

del

1973,

Lucaman es una

Nuestro Señor Je­

versas épocas,

sucristo,

Hisroria

Hispánica,

de

los

fabulista.

Con esta

última

faceta se le atribuyen anécdotas

penencientes a ta biografía de Esopo y algunas de sus fábulas. La cación con

Balaam remonta a los comentadores del Corán.

hebrea

Sendebor,

del

Lucaman

es

uno

de

los

siete

En

i d e n t i fi ­

la versión

sabios encargados

de

Véase el articulo de B. Heller en la citada Encyc!opédie

educar al principe.

de l'Jsla,n. '

Notas

Esta conocidisima

historia existe en

múltiples

versiones castellanas

redactadas a lo largo de seis siglos: los Castigos e documentos del rey don

Sancho IV, La tarea de rastrear fuentes y paralelismos en

na

Clerica/is

fue

iniciada

por

Víctor

CHAUVJN

relación con la Disciph­ en

Bibliographie des

su

Zifar,

libro de los enxemptos por a.b.c.,

el

libro del Caballero

el

etc. El ejemplo X L V I I I de El Conde Lucanor reúne este

terna

con

DEVOTO en su tntra­

el del amigo integro, como analizó acertadamente D.

ouvrages arabes ou relatifs aux arabes, publiés dans t'Europe chrétienne

ducción al estudio de don Juan Manuel y en particular de «El Conde Lu­

de

canon>.

1810

a

1885,

ScHWARZBAUM,

IX,

Lieja-Leipzig,

1905,

y

completada

por

tntemationat Folklore Motifs in Petrus Alphonsi's «Dis­

ciplina Cíericatis», «Sefarad», XXI ( 1 9 6 1 ) , 267-299; XXII (1962), 321-344; do

XXIII

por estos

Haim

(1963), 54-73.

temas,

17-59 y

Remito a ambos trabajos al lector interesa­

limitándome a indicar exclusivamente

cuento

más

relevantes y también

algunas no mencionadas.

principales

motivos

íolktóricos según

relativa

al

mundo

hispánico

cuando

I

San

Mateo

5:15.

En

ta

no

haya

sido

incorporada

por

antigüedad

el

celemín

era

un

mueble

pe­

Sigo en en

esta

En las sentencias de inspiración bíblica citaré únicamente los paralclis­ Hcrmes recoge en su edición todas las posibles se­

7

una leyenda

musulmana.

el

dum

y

Media alcanzó

una gran

Pitias),

y ss.

454

En

H

el

1558.

J

«Escasez de auténticos

texto de vi x

Patrología traduciendo

la

d u m

(E.D.).

i

ldris aparece identificado con

de donde

Jo

retomaron

los

ria

de

Tiro

(Deca,nerón,

y Gisipo

la

función

árabes.

En

la

Edad

popularidad a través de los ejemplarios y llegó a

confundirse con la tradición de Amicus y Amelius.

moral

de

la

X,8),

Boccaccío, en la histo­

destacará

historia

va

la

materia

perdiendo

novelesca,

terreno.

Con

las

imitaciones de Boccaccio, como la patraña 22 de Timoneda, se iniciará en España

la

segunda

etapa

de

su

recorrido

literario,

El cuento de los dos amigos,

en

deslindes cervantinos, Según

pp.

folklóricos:

El cuento de los dos amigos era conocido ya en la antigüedad greco­

AVALLE-ARCE

mejanzas. 2

medio amigo» y J 401

el

ocasión

lugar de

latina (Damon

mientras

mueble.

pues E.

1972,

motivos

las clasificaciones de la escuela

Sólo se tratarla aquí, pues, de esconder la lámpara debajo de este

mo.s textuales,

Castalia,

siguentes

Asimismo señalo

Schwarzbaum.

queño.

los

amigos».

finesa, hoy adoptadas internacionalmente, y alguna referencia bibliográfi­ ca

Madrid,

reconocerse

las coinciden­

vi xi s t i , los

Bibliografía,

«Prueba de la amistad:

6 cias

Una

pueden

Barcelona, Ariel,

estudiado

recogido

1975, pp.

en

153-21 l .

J.

por

sus

B.

Nuevos

Entre los mo­

per­ tivos

folklóricos

destacan

el

H

1 5 5 8 . 2 «Prueba de la

amistad:

substituto

sonajes bíblicos que ascendieron al cielo, como Henoch o Elias. Se le con· corno asesino", P 3 1 5 «Un amigo se ofrece a morir por otro» y P 325 «Un sidera autor de un conjunto de máximas y diversos inventos, como la geo­ hombre cede su

prometida a un amigo".

mancia, o técnicas útiles, como la escritura o el arte de confeccionar vesti­ dos.

Los astrólogos y alquimistas lo vinculan a Hermes.

de G. Vajda en la Encyclopédie de /'Islam, Brill/Paris,

G.

P.

Maisonneuve,

nouvelle édition,

vol.

1960,

Véase el artículo Leyden E. J.

111.

nopla, yeron

al

frente

de

un

libro

hebreo,

Enoch o libro de /drish (Constanti­

1 5 1 6 ) , lo que originó dos confusiones: que

Pedro

Alfonso

se

habla

algunos investigadores cre­

inspirado en

él,

siendo a la inversa y

otros atribuyeron al oscense la autoría. J

Desde

sentencias

en

la

Disciplina

que

no

aparezca

citado

hay

Sócrates

colección como

de

autor

ejemplos o de

elevados

El tono de estas máximas insiste en la necesi­

han

hallado claros antecedentes

Una

motivo Q 87 «Torpeza

era conocida de los ejemplarios, Según

A.

ESPINOSA,

caballo

puede

Esopo. aunque también apa­

lbn Sabarra.

de donde quizá

En la Edad Media

la retomó

Cuentos populares españolas.

se recoge en la tradición oral. del

para este cuento que

recompensada».

fábula semejante puede leerse en

rece en el libro de las delicias del hebreo

cendienre

Clerica/is apenas

consejos sobre la sabiduría.

No se

clasificarse bajo el 9

Los primeros cuentos de la Disciplina C/ericalis aparecieron posterior­ mente

8

Madrid,

La

Fontaine.

CSIC,

1946,

Recuerda al motivo J 954 «Mula como des­

empleado

por

el

rey

para

la

guerra.

Olvida

men­

cionar a su madre». 10

El

pasaje

remite a una

obra

atribuida

a Aristóteles

de

amplísima

difusión durante la Edad Media. Se trata del Secretum secretorum, especie

dad de «conocerse a sí mismo» como imagen de Dios. En otras ocasiones,

de espejo de príncipes donde Aristóteles,

Sócrates protagoniza anécdotas, siendo entonces un modelo de moral he­

distintos consejos para gobernar.

roica.

diados del XII en una t r a d u c c i ó n latina hecha por el judío converso Juan

del

En

el

ascético.

ejemplo Véase

XXVIII el

será,

articulo

de

confundido

J.

A.

con

Diógenes,

MARAVALL,

La

Sócrates y de los sabios clásicos en la Edad Media española,

100

prototipo

estimación

de

recogido en

En

ayo de Alejandro Magno,

le da

la península era conocida desde me­

Hispalensis, a la que se sumaron en el X I I I

una versión hebrea y una tra­

ducción castellana, con el titulo de Paridad de poridades; en el siglo X I V ,

101

Juan

Fernández de

dose en

Tanto en el

11

Heredia

realizó una traducción

al aragonés, inspirán­

de Hilka como en la Patrología esta, a mi juicio,

texto

La

gracia

20

Los traduzco como creo que deberían

Es un

Esta

fabula, de origen esópico, se ha transmitido en diferentes va­

En unos casos, la serpiente mata a su salvador, en otros, como en

Alfonso y la

se prolonga al

en

«Los

la complicación

dos

amantes,

versión

recogida en

los

fueros,

el

hombre es salvado

insistiendo

auxiliar.

La

en

historia

todavía muy popular en el «Animal

ingrato vuelto al

El

13

cuento

es

más

ingratitud del hombre que olvida recompen­

la

reaparece

en

algunas

folklore hebreo.

ramas

del

Califa

Responde al motivo J

y

han

el

folklore como

triple

«La

tasa»

(motivo N 635), sin embargo, en la Disciplina, como en varios ejemplarios

Jacques

de

es

arrestado

Vitry,

etc.),

aparece con

Responde al motivo N 347.1

14

con

otros

acusado

de

la

forma de cinco tasas.

(«Clérigo que entra en asesinato"),

que

se

los motivos J 451

en

varios

Recuerda también a

ejemplarios, posiblemente derivados de la Disciplina.

esquema un

perse­

fin" (motivos Z

en

cabras

y

países.

1 1

y

La tradición

1,20) es la misma. salvo que las ovejas

la

historia

no

se cuenta para

dormir a

forzado insomnio de la vela.

Un

M.

se

218 y

MoLHO,

Cervantes,

Según María

yos,

raíces folklóricas,

Madrid,

Gredas,

1976,

pp.

SS.

Buenos

Rosa

Aires,

Puerto

LJDA DE MALKlEL, El cuento popular y otros ensa­

Losada, Rico,

1976,

Chile,

p.

47.

se

narraba

e t c . . sin

Argentina,

en

prosa

más

y verso en

innovación

que

mudar las cabras en pavos (cambio que ya trae el Quijote de Avellaneda), o en

palos. El cuento de «La perrilla llorosa» (motivo K

21

1351)

formaba parte

del ciclo del Sendebar y de Las míl y una noches y circuló ampliamente en

una taberna y

repite

y

rasgo innovador en la versión cervantina es el c ó m p u t o de las cabras. Véa­

que de ella derivan (Libro de los enxemptos, Gesta Romanorum, ejemplos de

tradicional

folklore y la literatura de varios

transformado

Andalucía,

en

del

perseguidor

típico «cuento de cuna» o «cuento sin

Don Quijote, sino para entretenerle en el

es

1172.3

cautiverio».

conocido

se

un

1517.1).

Z 12), conocido del

ir ( E . D . ) .

por un tercer personaje que actúa de juez y, en otras ocasiones, el cuento

sar

K

de

que recoge Cervantes (Don Quijote,

12 riantes. Pedro

relato consiste

haciendo

guido" (motivo

intercambiado el rltulo «De las siete industrias» con «De las siete probida­ des».

del

triangular,

Felipe de Trípoli.

«Peligrosidad de las malas ccmpañias» y K 2150 «Ino­

la Edad Media gracias a los ejemplarios. La vieja parece antecedente de la Trotaconventos piedad

de

Juan

Ruiz

y la

Celestina

de

Fernando

de

Rojas.

La

falsa de la que se recubre el personaje va a ser un rasgo constante

en la caracterización del tipo.

La continuación de la historia con el regreso K

«Marido disfrazado visita a su

cente presentado como culpable», presentes asimismo en el ejemplo XLVI

y reencuentro del

de El Conde Lucanor.

mujer») sólo aparece en las versiones orientales. pero no en las occidenta­

15

Este

funciona

ejemplo

como

continuación.

no

tiene

propiamente

carácter

narrativo,

sino

que

La identificación entre el grito nocturno de la lechuza y la

muerte pertenece a la tradición

de varios países.

egipcio este animal se identifica con la muerte,

En el sistema jeroglífico

la noche, el frío y la pasi­

vidad. 16

17

que

les,

prólogo al conjunto de relatos antifeministas que sigue a

marido (motivo

llegando a encantarse en 22

la

1813

India como un

relato

ratura india, de donde posiblemente pasó a Occidente a través del ciclo de los

Siete Sabios.

Boccaccio

cipreste de Talavera en

el

lo

incluyó

en

Corbacho ( 1 1 ,

su 1)

Deca,nerón ( V I I , 4), el y fue

retomado

(Georges Dandin) y Cervantes (El celoso extremeño).

K 1511

Eclesiástico 25:23. Es el

primero de

circularon

una

catalogados

serie de cinco cuentos

como

ciones francesas de la Disciplina. difusión

en

occidente se

hizo

«fabliaux»

desde

(X. las

XI,

XIII

y XIV)

primeras

traduc­

de los ejemplarios como las

Gesta

por

Ar­

Moliére

Responde al motivo

«Marido expulsado». El apartado IX de los Proverbios de Salomón está dedicado a «La

23

perfecta ama de casa». 4

Aparecía ya en el folklore hindú, pero su

a partir

independiente.

Las versiones más antiguas de este cuento se encuentran en la lite­

2

El tema del «Depositario infiel» (motivo K 1667) reaparece en la li­

teratura y en algunos fueros para ejemplificar preceptos juridicos.

El tru­

Romanorum, el Libro de los exemptos, el Scala r;oeli . . . En el siglo XV, el

co de las arcas recuerda al episodio de los judíos en el Poema de Mio Cid.

arcipreste de Talavera

De un modo más novelizado se inserta en el Decamerón ( V I I I ,

recogerá

éste

del libro conocido como Corbacho. sano del 18

y el ejemplo

XIV

calis,

pozo) dentro «El ojo

marido, cubierto».

La

breve

mención

(Las Tesmoforias) indica familiar.

medievales la mas antigua es la que aparece en popularizándose

luego

José

en

la

literatura

De las ver­

a

través

de

los

25

dir J

hasta

dose en 19

fechas mas recientes, en la tradición oral asturiana, según A.

Corresponde al motivo

K

1521.5.1

«El amante escapa ocultán­

la sábana que la mujer extiende para mostrarla al

parte, a su

inserción dentro del ciclo del Sendebar y de Las mil y una noches. Además de ser recogido en

numerosos ejemplarios, en

Francia se conoció como el

«Lai de I'Epervier» y Boccaccio se sirvió de él en el Decamerón ( V I I ,

102

Vida del escudero Marcos de Obregón («Descan­

El interés de estos relatos reside en la habilidad del juez o persona·

los

posos depositados

en

las vasijas por el

aceite acumulado

(motivo

1 1 7 6 . 2 « La medición de los sedimeruos»). El cuento pasó a los ejempla­

rios y la Glosa al «Regimiento de príncipes» de Egidio Romano ( 1 1 1 , cap. XXI) lo menciona al hablar de la labor acertada de los jueces.

Según

Ra­

meline MARSAN, ltinéraire espagnot du con te médíévat (VJJle-X ye siécles),

marido».

La amplísima difusión de este cuento obedece, en gran

10). Según

Literatura",

je auxiliar para resolver el engaño. En este caso, el recurso consiste en me­

tema pervive en el teatro de Lope de Vega o en El viejo celoso de Cervan­

Espinosa.

154-156, en la

«Revista de

ración directa.

la Disciplina Cleri­

religiosa,

«De Pedro Alfonso a Espinel»,

so» V I I I , 3) hay un episodio análogo, sin que haya que suponer una inspi­

ejemplarios, y en la profana, como el Dit du ottcon de Jean de Candé. El

tes y,

FRADEJAS,

IX (1956),

que hace Aristófanes

que los espectadores reconocerían esa historia como siones

(Del

Responde al motivo K 1 5 1 6 . 1

6).

Paris,

Klincksieck,

Africa del 26 dieval

El

1974,

p.

459. el cuento pervive en

la tradición oral de

Norte. cuento,

(motivo

J

conocido 1172.1

en

el

«Bolsa

folklore diferente

103

hebreo a

la

y en

la

perdida»),

tradición aparece

me­

en

el

Parraffuelo de Timoneda (patraña versos autores desde

Caballero (Obras completas,

Fernán

Posiblemente

21

oriental, lshaq:

6) y,

se

presente en

trata

la

con algunas modificaciones. en di­

Vega (Audiencias del rey don Pedro) hasta

Lope de

del

tradición

vol.

desarrollo talmúdica

tomes el camino m á s corto:

«No

XVI). narrativo y en

la

de

una

obra de

máxima

Hunayn

ibn

se aprecia, según

folklore uni­

El arabismo de la versión de Pedro Alfonso

Rameline Marsan, en

la presencia de los dos ángeles re­

scñados por Alá que predicen la muerte de cada humano. 29

El

que aún

relato está

constituido

podia recogerse en

formando una unidad.

por dos anécdotas

En

por

La

30

MES,

und

Sócrates,

Platón

aparece

anécdota se documenta

por

primera

vez en

la

historia de José

fama como

filosóficas.

111,1

lecciones de cuentos. El

36

1
cuento de los dos

hombre

exemplos,

rechaza

una

hermanos y los gastos del

fonuna»)

gran

se

incluye

rey (motivo en

Libro

el

J 347

de

los

Libro de los gatos y los Castigos e documentos del rey don

el

La

37

misma

comparación

entre el

rey

y el

fuego se encuentra en

el

Libro de los engaños, Libro de los Cien Capítulos, El Libro del Caballero Zijar,

los Castigos e documentos ..

Según demostró A.

38

SOLALINDE,

G.

«Híspanic

Una fuente de «Las Par/idas»:

Review» (1934), 241-242, la Partida

1 1 , titulo V I I , ley 4 traduce libremente este pasaje alterando los párrafos y variando algunos detalles.

Génesis 18:

Maimundo corresponde al tipo de sirviente perezoso (motivo L 1 1 4

Según recoge E.

1964, un episodio análogo se atribuyó a distintos persona­ 1 2 8 9 . 1 2 «Dante no co­

Se trata del motivo J

como edita

Cuento de origen oriental,

traduciendo p r o p o n as

pertencientc al

41

folklore búdico y difun­

originariamente la historia de Buda, leyenda

cristiana

del

príncipe

Esta obra.

pasó a Occidente transformada en

Josaphat

y su

maestro

Barlaam.

Su

19 ss.

protagonista

vago»),

de

numerosas

anécdotas.

encadenando siguiendo una gradación.

folklore de varios países, incluido

Hilka ( E . O . ) .

Europa a través de la leyenda de Barlaa,n e Josaphal.

dido en

«Héroe

1-8 y

se

u

q

gat

la

Traduzco

des

i

i

en

España aparece en El Libro del Caballero Zijar y en

la tradición oral

t

a

donat,

í

dem

La historia, recogida

B

motivos

integra en

independientes.

Posiblemente

42

consegui

Q

c

en

el

que

BoBES,

en

este

dístico

ha sido presentado en

folklore

correcta

internacional.

Análisis formatlsta de relatos leoneses, 177· 194.

llena en en

las aguas del

ta

tradición

La

«Archivos

4

aparece en

asturiana

múhiples

(motivo

J

as­ ne­

pasara

a la

tradición

gnómica

un

varias

desde

versiones

un

en

intento de solucionar la dificultad que esos

en

el

aspecto

gramatical

fácilmente su significado.

y que,

por

otro

lado,

Me inclino a dar como

no

forma

la siguente:

Tras

el daño sufrido pudo presentarse al copista as í:

Se se per venustantem saeclun, dedecorat. Er se per optantem terra degtutít et vorat B.

Tyson,

en

( E . O .).

un artículo que no he podido consultar,

The Epiraph

relatos y pervive

1791.3

o f Edward rhe Block Prince, «Buceando

« Med i um

Aevum»,

46 (1977), 98-104, com­

en para

cuatro

versiones

del

epitafio

y rastrea

su

origen

hasta

la

versión

B

anglonormanda de la Disciplina. La

historia del

ladrón

y el

rayo de

luna (motivo

K

1054 «Ladrón 4

persuadido para descender por el rayo de luna») se popularizó a

Califa

eloci

Er se Imlper optantem terra deglutir et vorat

lconc­

busca del queso»). 3

v

El tema del queso -simple reíle jo de la

pozo-

oral

pi g r o

u pi t a

Se selmlper venustaruem saectum dedecorat

D.

también

ofrecían

impedían captar

los cuentos leoneses estudiados por María del Car­

LV l l-L V 1 1 1 ( 1 9 7 5 ) ,

ses».

Espinosa.

pájaro»}.

amenaza del labrador escuchada por el lobo (motivo C 25 «La comida del lobo») se encuentra en

uod

Francia es

los ejemplarios, se descompone en

conocidos

Reaparece en el

Espinosa, todavía pervivía

K 604 «Los tres consejos del

(motivo

un

( E. O .) .

hexámetros conocido corno el «Lai de l'oiseler ». Según A.

es

inser­

la Legenda A urea contribuyó a su populari­

los ejemplarios y en

En

última

como es tu dió A.

frase íntegra de la Patrología:

esta

dera

España,

ep i tafio tardio, cuyo deterioro ha sido la causa de las

dad.

La

tipico cuento acumulativo (motivo Z 46 «Climax de horrores»). donde las desgracias se van

post pon as,

32

y de

la

versión

hebrea

del

Sendebar.

ejemplarios y al fabtrau «Du voleur qui voulut lune». Morris EPSTEIN, the

1-36.

40

no

luna

(1978),

39

He seguido aqui el texto de la Parrofogia,

men

Véase el artículo

The Shadow o f a Philosopher: Medieval Castííían

Rour-n,

H1:.�­

JI

dos

España a

maestro de

Die drei Ringe uus der Frühzeir der Nove/le, GOttingen, Vanderhocck

me huesos».

en

numerosas

El motivo de la «muerte profetizada» (M 3 4 1 . l ) aparecía en varias co­

1265 «Hombre sano teni­

Anuguedades de los judíos ( X I I . 4), siendo conocida en la litera­

Ruprecht,

ción

en

Estos libros, traducidos en

contribuyeron a divulgar su

la «Dísciptina Ctericalis»,

jes. como Diógenes y Dante.

y

con

La venganza del discípulo recuerda a las

francesa comofab/fau (c l.es deux parasites»).

tura

Espino­

loco»).

F1 AVIO,

XIII,

de Nicholas G.

aun­

las versiones modernas, el sastre niega a su

«histonas de locos» reales o fingidos (motivo K do

sucedía

Sancho IV.

independientes,

ta tradición oral zamorana, según A.

aprendiz chorizo en vez de miel.

que

ciencias esotéricas y como autor de máximas

A través de la Disciplina pasó a los ejemplarios y todavía persiste

en la tradición oral marroquí.

igual

hnages o f Plato, «Journal of Hispanic Philology»,

puede resultar el más largo».

a la victoria final del, aparentemente, mas tonto pertenece al versal.

Al

partir del siglo

El tema del sueño competitivo (motivo K 444 «Pan soñado») junto

28

sa,

35

colecciones orientales de sentencias.

Hebrew

nuscripts, estudia en

Version

De

ahí

pasó

el

través

tema

a

los

descendre sur un rayan de

Tales o f Sendebar. An Sdinon and Translation o f

o f

the

Seven

Philadelphia, The Jewish

Sages

Based

on

Unpublished

Publication Society of America,

apéndice los problemas de la transmisión de este cuento.

104

3

del

Ma­ 1967,

La

J

1521.

el

texto

I

árabe

proverbios 44

anécdota,

Una

y

de

Job

Hunayn

a algunos

sentencia

hispano-hebreo 45

pro v erb i almente

«Filósofo cínico

1

lbn

vive

ibn

en un l s h aq.

atribuida

tone!»).

De ahí

a

Diógcnes

( moti vo

la protagonizaba Sócrates en pasó al

Libro de los buenos

ejemplarios.

idéntica se encuentra en

Sabarra.

:21.

105

el

Libro de las detictas del

El ejemplo, clasificado bajo el motivo Q 44 «Recompensa por dar

J6

limosna»,

recuerda a análogos

Talmud.

pasajes del

Reaparece en

varios

ejemplarios. 47

El cuento parece desarrollar una cita de San Mateo (24:43). Pasó al

Libro de los exemplos por a. b. c. y a otros ejemplarios medievales. Res­ ponde al motivo J 2 1 3 6 . 5 . 1

«Un ladrón se detiene para contemplar unos

objetos valiosos antes de robarlos». 4

8

El ejemplo corresponde al motivo J 1473 «Soñador codicioso» co­

nocido especialmente en et 49

Historias

perviven en el se

folklore hebreo.

semejantes

acerca

de

la

vanidad

de

las cosas

terrestres

folklore árabe y hebreo hasta nuestros días.

El tema de la tumba de oro de Alejandro fue conocidísimo en Oc­

cidente

a donde

llegó

a

través

de

autores

árabes

como

Firdawsi

y Al­

Masoudi (las praderas de oro). Aparece en colecciones de sentencias (co­

Texto latino

mo el Libro de los buenos proverbios, los Bocados de oro, el Libro de los

doze sabios), en el Libro de Alexandre (vv. 2506-2507) y fue muy utilizado por

los predicadores para

Corresponde al

motivo

gloria de un rey". según

R.

ilustrar el

«sic

perit

gloria

m u n di » .

L 4 1 3 «Inscripciones como único recuerdo de la

Las sentencias recogidas por Pedro Alfonso proceden,

Marsan, de fuentes árabes, con excepción de la quinta.

Para la

pcrvivencia de Alejandro en las letras hispánicas. véase el interesante estu­ dio de M. Rosa LlDA «Datos para la leyenda de Alejandro en la Edad Me­ dia castellana», Ariel, �1

íhbhu

recogido en

1975, págs. El

tópico

hasta

del

poetas

«Ubi

estilístico,

grandes Pedro

hombres

sunt?»

preocupados

Manrique o Francois quema

La tradición

clásica en

España,

Barcelona,

165-197.

Villon.

consistente o de

Alfonso del

las

tema,

tiene

por el

una

larga

tránsito

del

pervivencia

La pregunta retórica se convierte en en

cosas

véase el

interrogarse

sobre

el

paradero

ya

pasadas.

Para

el

articulo de

Juan

Francisco

empleo

Eclesiastés 1 2 :

la

Jorge un es­ de

que

los

hace

GAITI,

'Ubi s1111t' en la prosa medieval espaifola, «Filologla», 8 (1962), 52

deSde

tiempo como

El

108·109.

13-14.

106

107

Prologus

Dixit libri:

Petrus

Alfunsus,

rum omnium mentum,

est principium,

sapiens

nos sua aspirauit ritate

me

seruus

Christi

Jhesu,

compositor

Gracias ago deo, qui primus est sine principio,

et

qui

fine, tocius

et racionero

boni cornple­

prebet

homini, qui

sapiencia et sue racionis admirabili illustrauit cla­

multiformi

licet

finis sine

sapienciam

huius

a quo bono­

sancti

peccatorem

spiritus sui

deus multimoda

ditauit

gracia.

Quia

uestire dignatus est

igitur

sapien­

cia, ne lucerna michi credita sub modio tecta lateat, eodem spiritu instigante ad multorum utilitatem hunc librum cornponere admo­ nitus sum, ipsum obsecrans, ut huic mei libelli principio bonum fi­ nem

adiungat

displiceat

meque

uoluntati.

custodiar,

ne

quid

in

eo

dicatur

quod

sue

Amen.

Deus igitur in hoc opusculo michi sit in auxilium qui me librum hunc

componere

et

in

latinum

transferre

compulit.

Cum

enim

apud me sepius retractando humane causas creacionis omnimodo scire Jaborarem, -condltorls

ad

sancte studeat liorem

et

humanum

hoc

esse

quidem

deputatum,

ingenium ut

inueni

quamdiu

est

ex in

precepto seculo

in

exercitacione philosophie, qua de creatore suo me­

maiorem

habeat

noticiarn,

et

moderata

uiuere

studeat

continencia et ab imminentibus sciat sibi precauere aduersitatibus eoque tramite gradiatur in seculo qui eum ducat ad regna celorum. Quodsi in prefata sancte discipline norma uixerit, hoc quidem pro qua creatus est

compleuit

debetque perfectus appellari.

eciam hominis esse consideraui cornplexionem: currat,

quasi

prouehendo

quoque eius recordatus,

paucis et

vt

Fragilem

que ne tedium in­

paucis instruenda est;

duricie

facilius rerineat , quodammodo neces­

sario mollienda et dulcificanda est ; quia et obliuiosa est , multis in­ diget

que

oblitorum

faciant

recordari.

Propterea

ergo

libellurn

compegi, partirn ex prouerbiis philosophorurn et suis castigacioni­ bus,

partim ex

uersibus,

prouerbiis et castigacionibus

partim ex

animaliurn

dum tarnen consideraui, ne si

et

uolucrum

arabicis et

fabulis et

sinlilitudinibus.

Mo­

plura necessariis scripserirn, scripta

honeri pocius sint lectori quarn subsidia, ut legentibus et audienti­ bus sint desiderium et occasio ediscendi. Scientes uero per ea que hic

continentur

iniungens,

et

enim clericum

est

oblitorurn nomen

ex

reminiscantur. re:

disciplinatum.

id est

Huic

Vitandum tamen

109

Ji bello

Clericalis disciplina; decreui

nomen reddit

pro possi-

bilitate

sensus

nostre

mei,

credulitati

quod adiuuet

ne

sit

quid

in

nostro

contrarium

uel

tracratu

a nostra

inueniatur

quod

fide diuersum.

me omnipotens deus cui supernitor.

Ad

hieme . el

uxores

Amen.

de Si

quis tamen

currerit

et

quid

hoc opusculurn humano et exteriori oculo per­

in

eo quod

humana parum cauit

natura

uiderit,

subtiliori oculo iterurn et iterurn relegere moneo et demum ipsi et ornnibus enirn

in

catholice

fidei

perfectis

corrigendurn

appono.

nobilior

unum

Arabs

philosophus qui

ne labore.

lingua arabica cognominatur Edric, dixit

- Dixit

alius philosophus:

Qui timet deum, omnia ti­

ment eum; qui uero non timet deum, timet omnia. - Dixit alius h i lo s o p hus: d

eo.

-

ui

Q

Di

deum, diligit deu m;

timer

xit

rabs in

uersu suo:

A

amen te eum amare, el incredi b ile

t

res ei.

F il i ,

benefactorum tuorum

habere

o b liui s cer i s .

ini rn icum

am

N

q

ui amat,

est ;

q

ui diligit deum, obe­

1:

filio

moriturusuocato

suo d i x i t :

audes

amicum,

l

sum

el

un i us

quomodo

si

uix

dimidietatern

t

Vade

ocrates discipulis suis:

i b i perfectus erit

probare

consulis?

fectus sit.

bedire deo,

o

ex

d is c i p u l is :

cauendum sit? obedire se deo eis

idete ne sitis deo obedientes et ino­

lus ideo

p

h yp ocr i sim, facit

ab

et

in maiori

r

cit

Di

eo

nuclea nobis

E

sl enim hypocrisis

E

in E

S

occulto

stne

uero

aliud

ocrates:

i

genus

a

st alius

E

istc

q

hac seducti

-

facite

Dicit

prospera

l

su b tilior

um enim

et

habeatur

dicatur

q

uestri

alius philosophus : q

remio

p

munda in t encione ; i

S

p

q

o mi ni b us simu­ ei

Dicit

unde

hom i n i

h

abeatur et

ab

uel elemosinam

eus scit ! u e l : non ,

D ixit

pater:

hy

pocrita non est

t

Primus

priuemini !

idete

uod

ne

Q

c

abere

h

firmiter inn it eri s ,

igitur

ne

ontingat, queratis!

omnia

sic

In

eodem

ergo rediens nunciauit dixit philosophus: sitate

pauci.

ade

V

lntra domum missa

Cum

autern

ens.

!

ad

on

N

ergo

E

ag

interfectum

sunt

hoc

seculum integrum quidem,

secreturn

cum

omni

Cum

fi li u s

ater:

C

u

tecum

satisfac­

per singulos d

patrem

A

sed

quem

q

uod

in neces­ h

abeo

et

huic a i t . Qui di x it:

dixerat

quod

Fer

­

sus

páter

ontigit t i b i

arnici,

meum

te

sicut

palere

autem

p

familia

care m i,

enim

esponderunt.

amicum

enit et sicut a l i i s

est

r

Dixit

V

uxore

nerno

Fecit

dum numerantur

d i m i d i um

fr ust atim

uenit dixit e i :

quem

omnes

Iecérat ,

t

e

Horninern,

epelias;

s

icinis debeat propala­

sua

sepult uram

fodit.

ille omnia parata uideret, rem prout erar disseruit gra­ einde patri retulit que fecerat.

D

tibi

deficit .

si b i

sed aud i u i .

Hic

Dixit

amicum

At

Pater

est uere amicus

filius

lucratus

Tune

lem m i chi adquisiero !

filius:

ad

patrem:

fuerit?

V

te

idisti

Tune

R enu n cia

uero ait:

qui

Pro

adiuuat ,

tali

cum

h o m ine m

pater:

on

N

michi de eo, si

q

ui

uidi

Iorte

ta­

pater:

erunt

Relatum

est

II:

qui

l i n g u a arabica

uocatur

L ucaman ,

dixit

fi l io

s

formica sapiencior te, que congregar in estate unde

1 1 0

uo :

F ili ,

uiuat

in

De integro amico

michi de duo bus

pto, alter

Egy

sit

M ulti

uide, quid dicat ti b i !

ri.

ue

q

ognoscas

c

Quomodo

s

i ntra b i s .



ergo c e ntu m

filius:

icut fecisti malurn,

responso

Ne

natus

uocum q ue ier i s.

De formica, gallo, cane

Balaam,

Dixit

ar­

di c it :

prior

o rn nes, ut

S

domum meam non

fecisset,

cias

redo eciam paucos esse V

cionem!

Tu

durn

ut

accus forinsecus san g uin e in­

ut

autem amicus ad

amico dicit philosophus:

C

art i c i p en t .

V itulum

en t u m ,

quidem

ad q uisiui .

probare

eum secreto

ut

te

u

q

go

E

amicus!

t i b i,

quot

C

Philosophus

ectum habebit, sicque me saluare poteris.

Exemplum

ne

abere amicos.

h

fil i,

cum ad amicum ueneris, die ei :

Et

interfeci; rogo

ui

D

uia

ne inde gloriam

deo

esse.

ui hanc re linquit

ieíunat

quer i tur si fecerit, responder:

aboris

h

ui in apeno et in occulto

C

liquo hu i us hypocrisis genere non

ornnia

oram

c

hypocrisis,

st horno

homin ibus factum suum nolit propalari. qui

uod dicis. Qui ait :

nobedientem

E

maiori deseruiat:

euerencia

q

ut sanctus ab homini b u s

ostendit ,

honoretur ,

ut

V

Dicunt ei:

imi tt ite h y pocr i s i m !

unus

tu

ne uideatur ti b i

rnille

parer:

m ichi

igitur

comminu t um in sacco repone, ita

obedit ,

S

ixit

lnobediens es deo: simulas

imperauit ,

bedientes in eodern.

e

Fi li,

Die,

probaueris eum .

tibi adquisisti?

omn i um

quis

donec

mortuum super collum tuum !

s

car­

o b l i uiscitu r ,

filius d i x i t :

D

si enim uere amares, obedi­

De hypocrisi

lare

n i rnium

Respondens

itr a r , michi ad q uisiui arnicos.

b

p

D

vel

non

-

us ti fi c a t decem

ne sit can i s

De dimidio amico

adquisieris amicos!

forre

Dixit

suorum

i

Nichil

filio suo: Timor domini sit negociacio tua, et ueniet tibi lucrum si­

it

-

ti b i :

D

u i x i,

d

qui

solam castigare non potes.

sit

humanis inuencionibus perfectum putat philosophus.

De timore Dei

p

u i in rn a t u t i n i s u i g i l at ,

te,

qui

ne

q

gallus forcior

te,

Exemplum

Enoch

gallus uigilancior te,

sit

F il i,

benefactorurn

arum ice

ne

lu

suas,

autem

p

F ili ,

-

tu dormis.

Baldach,

negociatoribus,

nuncios pro sibi necessariis m itte ban t. Baldach,

in

quorum

unus

erat

in

seque solo aud it u cognouerant et per inter­

negociacionem

ret

i

in

1 1 1

Contigit

Egyp

tum.

autem ut

qui

gypciacus

E

erat

audi t o

eius adueruu occurril ei et suscepit eum gaudens in domum suam

te darnpnatur.

el in omnibus ei seruiuit sicut mos est amicorum per · V I I I · dies et

libertare fruor. Quenam causa est huius iniusticie? Nescio nisi sola

ostendit ei omnes manerias cantus quas habebat in domo sua. nitis

·VIII·

diebus infirmatus est.

Quod

Fi­

ualde grauiter dominus

de arnico suo ferens asciuit omnes medicos Egypciacos, ut amicum hospitem

uiderent.

Medici

uero

palpato

pulsu,

iterum

el

iterum

urina respecta, nullam in eo agnouerunt infirmitatem. Et quia per

sit

dei

paciencia.

nullum me

dimittit.

prodam

commisi qui

Hic innocens supplicio depurarur, ego uero nocens

Verum

Ne

deus,

iudex

igitur posterius in

criminis

iustus,

impunitum

scelus

me durius uindicet,

huius

reum; sicque eos a morte absoluendo quod

luam peccatum. Obiecit

se ergo periculo dicens:

feci; istum dimittite inno x ium!

l udices

Me me

autem non parum ad­

hoc nullam corporalern agnouere infirmitatem, amoris sciunt esse

mirantes hunc alio a morte absoluto ligauerunt.

passionem. Hoc agnito dominus uenit ad eum et quesiuit si qua es­

dubitantes hunc cum

set mulier in domo sua quarn diligeret. Ad hec eger: Ostende michi

eique omnia ex ordine

omnes domus tue mulieres, et si

runt. Communi itaque consilio rex eis omne crimen quod sibi im­

ostendarn.

Quo

audito

ei

forte inter eas hanc

ostendit

cantatrices

et

uidero,

tibi

pedissequas:

posuerant

lamque

de iudicio

reliquis prius liberatis ante regem duxerunt

condonauit,

referentes

eo

ipsum

tarnen

eciam

pacto

ut

hesitare compule­

crirninis

sibi

impositi

quarum nulla ei cornplacuit. Post hoc ostendit ei omnes filias: has

causas patefacerent . At illi re¡ ueritatem ei e x posuerunl. Communi

quoque sicut

autem

au t em

et

priores omnino reppulit

dominus

quandam

iam diu educauerat ei.

Eger

erat

Ex

Quo audito dedit

omnibus que erat

ea

cum

p uel l e,

daturus

ei puellam no b i lem

accepturus.

C on t igit

-

retur.

Baldach

in

preterea

Habebat

sua,

quam

uxorem cum

dedit

ei ea que

noctis silencio

negociacione fac­

et

post hec

Egypciacus

ur

pauper effectus cogitauit

ad amicum quem ibi habebat, ut

Iter ergo nudus et

peste

Et

acceperat

autem

nia sua mu h is modis amitteret, et iret

domo

si eam acciperet in u x orem . Hiis completis, ac­

la rediit in pa t r i am.

se quod

in

hac est michi mors et in hac est

uxore cum hiis que cum uxore

cepta

ne g lex it.

arque

puellam

eam acciperet in uxorem; quam et ostendit

ut

uero aspecta hac ai t :

u i ta !

michi

nobilem

famelicus

p eruenit.

arripuit atque

sui

om­

apud

misere­

Baldach

consensu

decreuerat pro

ritu

omnibus absolutis

ipsum

facto

in

indigena qui

domum suam

inquit:

Si

mecum

introdu x it

pro amico

eique omni

mori

honore

manere adquiescis, omnia nobis

prout decet erunt communia; si uero repatriare uo l ueris, que mea sunt equa partem

lance parciamur.

tocius

p atriauit.

porerit

-

talis

substancie

Hiis

itaque

reperiri

amicos non

At

sic

amicus.

probatos:

ille natalis soli dulcedine irretitus

quam

ei

obtu lc rat

relatis -

Prouide

inquit

Dixit

alius

tibi semel

amicis, quia forsitan quandoque amicus poterit

recepit

filius

ad

sicque

patrem:

philosophus

de inimicis et

fiel

re­ Vix

própter

milies de

inirnicus et sic Jeuius

perquirere dampnum t u u m .

intem­

Pudor autem ei obstabat ne domum

De consilio amici

adiret,

Templum

ne

forte

i ncogn i tus

tali tempere domo

expelleretur.

ergo quoddam ant i quum intraui t ut ibidem

pernoctaret.

ltem alius phi l osophus: Sed

cum

i bi

anxius multa secum diu

uolueret , occurrerunt

sibi

Caue

tibi de consilio illius a quo petis con­

duo s i l i u m , nisi tibi sit fidelis cornprobatus. -

uiri

prope

tem p lum

in

ciuitate,

quorum

unus

alium

Consule

clam q ue au f u g it.

Mu h i

ergo ciues

pro

decurrentes

strepitu

l tem

alius phi l osophus:

interfecit amico

tuo

in

bonum

quantum

poteris,

etsi

tibi

creciere

inter­

noluerit. Justum est enirn ut sibi bene consulas, licet rectum ut in­ fectum re pp erierunt, et querentes quisnam hom i cid i um perpetras­ sulsus set,

intrauerunt

templum

sperantes

hom i c idam

ibidem

tuum

non

sequatur

consilium.

-

Alius:

Noli

consilium

repperire. tuum omni reuelare homini; qui enim consilium suum in corde suo

Egypciacum

uero

illic

repperierunt et

scisc i tan t es ab eo quisnam retinet, sui

uirum

interfecisset,

audierunt

ab

ipso

quia

ego

illum

iuris est

melius eligere.

- Alius:

Consilium

abscondi­

interfeci. tum quasi in carcerc tuo est reclusum, reuelatum uero te in carcere

P au p e rt atem

enim suam morte saltem finire uehementer cupie ba t. suo tenet

Captus

et

itaque

incarceratus

est.

Mane

autem

facto

ligatum.

- Alius:

iudices

uero

de

el

morte

condempnatus

ducitur

ad

crucem.

accurrerunt,

quorum

unus

f uit

amicus

Que enim male egeris, notabunt; que

Multi uero bona

more

Ne te associaueris inimicis tuis, cum

producitur alios possis reperire socios.

ante

eius

fuerint,

deuitabunt.

- Di x it

quidam

uersificator:

Est

cuius una de huius seculi aduersitatibus grauioribus libero homini quod

causa

Baldach

adierat.

Et

acucius

eurn

intuens deprehendit

esse nccessftare cogitur

amicum quem in

Egypto reliquerat.

quidam que sibi in Egypto

fecerat,

cogitans eciam quia

post

a quodam

non

poterat,

mortem

eum

magna ducitis?

exclamauit: Non

Quid

mortem

Que

requirere in i m i cum.

maior

aduersiias

Quesiuit

contigit

Arabs:

Necessilas compul i t

me conuenire

tibi

in

i n i mic u m ,

pro ipso subire se decreuit . Voce ut que uolebam

i g itur

si b i subueniat

Arabe:

monem retri­ hoc seculo?

buere illi

ut

Reminiscens itaque bonorum

innocentém

meruit,

ego

condempnatis

uirum

interfeci.

michi concederet.

quove At

illi

iniecerunt manus in eum arque ligatum secum ad crucem traxerunt

De leccatore

aliumque a pena mortis absoluerunt. Homicida uero in eodem ag­ mine hec intuens gradiebatur arque secum ait : Hunc interfeci et is-

112

Al i us:

Ne te associaueris

leccatori,

113

cuius societas

esr

ti bi

dedecus.

Alius: rium

Ne glorieris et

in

uituperium

uiam alium reperit

laude leccatoris,

laus.

-

Quidam

cuius

laus est

philosophus

tibi

uitupe­

transiens

per

philosophum cum quodam leccatore iocantem

atque ait: Simile sibi simile attrahere adamantis est. At ille inquit: Nunquam

me

applaudebas?

sibi At

adiunxi.

ille:

Non,

Ad sed

honestus horno 1atrinam adire.

hoc

transsiens:

magna

Cur

ergo

ei

necessitate cogitur etiam

- Alius

philosophus:

Fili, graue

est arduas ascendere mansiones, et ab eisdem descendere facile est ,

pi enc i e

Melior est

inimicicia

- Alius philosophus:

Non

sapientis quam

arnicicia

habeas pro magno amici­

ciam stulti, quia non est permanens. - Alius philosophus: Melior est

societas

simplicis

inter

sapientes

nutriti

quam

prudentis cum

leccatoribus educati. - Alius philosophus: Dulcior est sapienti as­ pera

uira

inter

sapientes

Alius philosophus:

quam

dulcis

uita

inter

Sapiencie due sunt species:

insipientes.

-

una naturalis, alia

artificialis; quarum una non potest manere sine alia. - Alius: Ne cornrninas stultis sapienciam

quia eis esset

iniuriosum; neque sa­

pientibus eam deneges, quia quod suum est eis auferres. - Alius:

pexeris,

ali i cuiquam

bi

mundi

Quid

dona

diuersa

quibusdam

malles tibi

dari,

an

egenus

et

quibusdam

mendicus,

Quidam

enim

- Fuit

semper

quidam

de

datur

rerum

filio

inquit:

loquens

censum an sapienciam?

rum quodlibet alio indiget. sed

sunt:

sapiencia.

Cui

filius:

Ho­

nec questioni

i g nota

laudem

A lius:

Adquiesce

A lius:

Ne

appetit, uer i tat i

glorieris

in

comprobatur. sapiencie

Quicurnque bcscer pro

facte

P hilosophus

illum

res­ co­

siue

a

te

ibi esse pros­

enim dic i t:

nec laudem Qui

probacio siue

prolate

uerbis

te

respondeas,

mendacem

sapien t ibus

Hec

l u i s,

re

si­ -

obiecte.

ribi

q uia

de

reddit ,

-

p hilo ­

prout

es­

stultus

omn i a faciens connumeraberis inter d i s c i­

prudencie.

arque

erubu e ri t

eandem

festines

nec quesuonem in

cu,n sapienciorem

-

inquirere uoluer i t solucionem

denter

- Alius: Ne

qui in suis uerbis sa pi ent i bus gloria t ur ,

resiatur:

sapienciam

a semetipso

P hilosophus prudenter

ab al i is

inquiri.

dic i t:

i ntell ig et.

inuestigare,

- Alius:

Qui

Qu i

pru­

- Alius:

magis

breui

eru­

tempore

pudore disciplinam non patitur, omni tempore in pudore insi­

piencie

piens

permanebit . - Alius:

est,

sed

qui

discit

et

Non

retinet

omnis qui

sapiens dicitur sa­

sapienciam.

- Alius:

Qui

in

doctrina defeccrit, parum generositas sua ei proderit. Dogruate in­ diget

nobilitas,

desinit Alius: patrum

Huius

possessio,

stulticie.

finis interrogacionis,

appetas pro re tibi incogn i ta.

se

philosophus:

insipientis.

signum

est

fuerit

ternptes,

pulos

Alius

I o q uac i tas

donec

nu e ntu factam soluere

so p hus

De sapientia

et

p ondere

sapiencia

nobilitas, Nobilitas

a me

procedit

Exemplum

uero experiencia.

auorum

nobilitatern

procedens est

- Alius:

haut

michi

congrue cordi

In

quo

reseruat.

plus

quam

sua que

nobilitate.

111:

De tribus versificatoribus

uersificator egregius,

paupertate

sua

amicis

con­

querens, de qua eciam uersus composuit talem sensum exprimen­ tes: Tu qui partiris partes, monstra mea cur michi desit!

Culpan­

Arabs

quidam

cuidam regi

uersificator

prudens

uersus suos obtulit.

honorifice suscepit.

Huic

igitur

et

facetus,

sed

ignobilis

Cuius notara prudencia rex eum inuideban1

alii

uersificatores sua

dus non es, sed die michi: quem culpabo? Nam si constellacio mea superbi est michi dura, a te quoque id factum esse indubitabile esi. Sed in­ ter me et ipsam tu orator et iudex es. Tu dedisti michi sapienciam sine substancia. Die ergo michi: quid faciet sapiencia

sine substan­

cia? Accipe partem sapiencie et da michi partem pecunie!

Ne pa­

rex,

generositate

cur hunc tam

regemque

uili

ortum

conuenientes

prosapia adeo

inquiunt:

Domine

magnificas?

Ad

hec

rex: Quem uit uperare putastis, magis laudastis. lpse uero qui uitu­

perabatur, hec adiunxit: matur.

Rex autem

Rosa ex spinis orta nequaquam

blasphe­

maximis honoratum muneribus eum dimisit.

ciaris me illo indigere cuius dampnum erit michi pudori. - Dixit quidam bene

philosophus: Tribus modis indiget

feceris,

in

eo

maior eo eris;

eris; quo uero indigueris,

quo non

minor eo eris.

unus alio: indigueris,

cuicumque par

ipsius

- Alius: Claritas anime

Coruigir

ut

quidarn

uersificator

nobili

ortus prosapia,

autem disciplinatus regi cuidam uersus suos offerret.

parum

Quos

accep­

tos rex male quippe compositos spreuit nichilque sibi dedit. Jnquit

sapiencia est , census uero claritas corporis esr. - Alius: Sapiencia

igitur uersificator regi. Si non pro uersibus, saltem pro generosita­

corpora mor t ua claritate sua

te aliquid michi tribuas.

uiuificat , uelut

terra

arida

humiditate

Rex ergo: Quis est parer tuus? At ille sibi

indicauit . Ait rex: Semen in te degenerauit. Cui uersificator: Sepe,

pluu i e uirescit.

rex, frumento oritur siligo. Ad hec rex: Te minorem tuum probasti.

quam

patrem

lllumque immunem sic dimisit.

De silentio Exemplum IV: Discipulus

magistro:

Quomodo

cipulos computabor? Magister:

habendo Serua

me

inter

sapientes

De mulo et vulpe.

dis­

s i lencium , donec sit tibi lo­ Alius uersificator item uenit ad regem, patri ignobili, sed matre ge­

qui

necessarium.

Ait

enim

philosophus:

Silencium

esr

signum sanerosa.

lncompositus quidem

incompositos obtulit

114 1 1 5

uersus.

Cuius

Septem artes mater

fratrern

habebat

litterarura

et

facecia

splendidum.

Rex

autem nequaquam eum honorifice suscepit , Quesiuir lamen ab ce,

Vnus ex d i scipul i s

i

nterrogauit magistrum suum el dixi t : Cum

sep­

cuius filius erat. Al ille pretendit ei auunculum suum; vnde rex in t

nimium risum se conuertit , Aiunt ei sui familiares:

Vnde iste tan­

tus risus procedit? Ait rex: Fabulam quandam in libro quodam le­ geram,

quam

hic oculis conspicio.

At

illi:

Que est

illa?

Ait

em sint artes et septem

hec

mich i sicut

s unt

artes:

e

astronornia,

Mulum

nouiter

nat um

uulpis

in

pascuis

inuenit

arque

admirans q

ait: Quis es tu? M u l u s dicit se dei creaturarn esse. Cui uulpis: Ha­ besne patrem aut -

matrero? Mulus ait:

Sicut

ergo

mulus

Auunculus meus est equus

non

recognouit

asinum

patrem

mundana

erubescebat se

ad

pro

inercia sua incognitum.

uersificatorem

ait:

Volo

ut

Rex

indices

pater

et

huic

erat,

et

seruis

ait

suis:

Demus

uolunt

esse

phisica, sunt

v

musica,

nigro­

idelicet qui propheciis et

s ci enciam qui

ut He

sentencie

non sectantur, aiunt

ex illis

Quidarn

E numerab a.

plurimorum

prophecias

precellit ,

uellern

ph

que

res

n

atur a l es

ilosop h ie non

uel

student ,

tune con­

michi

t u u m . At ille sibi ind i caui t. Cognouit ergo rex quia indisciplinatus

Magister:

g eome t r i a ,

diuerse

Aliqui

industrie,

esse af f irman t .

gr arnrnaricam

uertens

losop h i qui

hilosophie credunt,

elementa

suum, eo quod pigrurn et deforme animal est, sic iste patrem suum confiteri

uero

manciam esse sep t imam. p

gencrosus.

Phi

ari t h met i ca,

septima

D

uenam s i l .

septern

se habent enumerares.

dialectica,

rex:

probitates et

patrem

eius uilis de

Septem

probitates

rebus

nostris, quia non degenerat. P

robitates

ero he sunt:

v

re, aucupare, schachis

natare, sagittare, cestibus cena­

Equitare,

Judere,

v

ersificari.

De vera nobilitate Septem industriae Arabs

patri:

ait

Miror me

Jegisse

in

temporibus preteritis nobiles,

facetos, sapientes honora ri, modo uero soli uenerantur leccatores. Ind

Ad quod pater:

Ne

mireris, fili, quia clerici

ustrie

s un t :

Ne

sit

uorax,

luxuriosus,

potator,

x, auarus et de mala conuersacione. -

da

rosos,

faceti

facetos honorant,

Filius:

honorati ; rem.

Vidi

pater ait

Ad quod filius: deffin i cio n em .

illi:

Edissere Et

leccarores

Hoc

michi,

Vt,

pater:

et

ad magnum

quidem ex inercia pater

karissirne,

i nquid,

uenere

temporis

in

epístola

t al i t e r

sua

per epistolam

respondit: Accipe, ai t , talem, qui septem liberalibus a rt ibus sit industriis

eruditus,

septem

edoctus, et ego hanc estimo Hec

eciam

septern

perfectarn

uideo nobilitas,

Glorifican!

gaze

Paupertasque

vt

ait

ins­

probi t at i bus

esse nob i l i tatem.

Et

nobilitas in tempere meo non contingit, immo auri et

tata est quam

filius:

argenti

uersificator:

altam

d

quidarn

de

aduersi t atibus

soph

q

uersus

fecit

istos sub

us:

uam:

sitat

persona nobilium:

mines

m

super

m

Die,

t

fecit

i nquit ,

andem

Et

et

preciosi

Nonne

fun­

Et

insuper nulla quidem pat i tur eclipsim

pater:

x temporis inercia accidit quia

E

est

preter

co

ita,

diu i c i i s

solum

multo

termino addere

Alius

-

rnagis

roganti

philosophus:

ueritate

ui rex:

C

secundo

D

pro

nsirniliter

accusatus

non! neces­

saluatu r.

Si -

est hoc

mendacio Accusatus

uppliciter

p

commisso

unieris: semel

negato.

-

ro

p

Alter

quod

commiserat non negauit.

i

D ­

e crimine confesso iudicium sumet.

D

inqu i t , quia philosophus dicit:

elaxare

r

i

udi c ium.

Confitenti

peccatum

cque liber factus a rege discessit. -

Si

hornines

a

o

Sicut

horno rnendax in principis comitatu non co n uen i t ,

o celorum excludendus erit.

regn

suo:

ie

D

esse

men ti turn

qui

iudicant gloriandum.

117 1 1 6

hilo­

p

dicere:

e s t a n t e regern iudicem negansque crimen imposi­

conuincitur.

rex

racio

es:

c

fili

in

mel i us est

nes­

si

solem et lunam.

Terminum

eruntque qui regi astiterant:

uides

lapides in

nonne uides quod in celo sunl stelle e qu i bus

imus numerum? At

mendacium

est rem negare quam longos ter­

honestius

negandi.

commisso,

Socrat c

uia

A l ius:

tur ,

sil

- Alius

illis

Non

dum uadunt?

paleas,

salua

penireas,

eue

l

dicere?

nos contempnunt quod

contrarium nisi nob ilib u s tantum . stercora et

-

q

alliditas

ueritatem

unde

aue mendacium, quia

C

Cum

Verecundia negandi caue ne inferat tibi

Alius:

ductus

imine arn

mare deuehit

etuas

Al i us:

nob i les

x

seculum nu l li

c

-

graue

m

enciendi,

dare.

uidam

uidetur

ere

-

ilosophus fil i um suum:

uolucrum.

dic

ic!

quid

quod

rc

qua

s

ern

ph

carne

Si

quiliber

que

uidam

est

proferre,

q

nobilitate.

seculi

qui pro aduersitatibus que nobis acc i dunt

q

ul c i u s

tempere

priuatos nobilitate

domum prernit

orrexit

C

cr

ueniunt

esse.

De mendacio

tu

Versificator

h ui u smodi

ueram n obi l it a t is

Aristotiles

sibi ex homin ibus consiliarium faceret,

tructus ,

men­

tempe­

h on o­

contigit ,

quam Alexandro regi composuit mem i nit: qui cum ab eo quereret quem

Hoc

al i ud: quod clerici pro sapiencia sua non sunt

et

facti sunt

vnde

Tune

D i sc i pul u s:

leccatores a leccatoribus ueneran­ re puro neminem

tur.

violentas,

clericos, generosi gene­

-

Quidam philosophus dixit

malum

dicit

malo

uincendum,

quia sicut

ignem ignis non perimit , sic malum malo non cedit.

Vt

igitur ignem aqua extinguit, sic bono malum quilibet destruir. Alius:

Ne reddas malum

ne similis sis malo, sed redde bonum ut

melior sis malo. - Alius philosophus: Ne con fidas in malo si peri­ culum

euaseris,

ut

aliud

ineas,

quia

illud

non

faciet

ut

simile

pertranseas. - Dixit Arabicus filio suo: Si quemlibet uideris malis operibus

pregrauari ,

ne

te

irurorninas,

quia

qui

pendulum

bosus neque fuga ncque auxilio se posse defendi cepit ui resistere defendensque

nem :

se nudatis brachiis apparuit

quartum

ergo

denarium

postular.

habens

C ui

in his irnpetigi­

defendenti

cappam

ab s tulit, et cadente illo in terram herniosum comperit: quintum er­ go

denarium

ab

eo extorsit.

noluit, quin q ue inuitus

Sic contigit

ut

q ui

filio suo:

Fili,

unum

ultro

dare

dedit.

so­ Dixit

Iuerit , super illum ruina erir.

philosophus quidam

sedem gencis ini q ue!

uide ne transeas

Transitus namque causa

fil

per

status, et status

causa sessionis, er sessio causa operis.

Exemplum

V:

De

Transiens quidam

per siluam

inuenit

tentum et stipitibus alligatum. rau it.

Calefacrus

Tune

t ib i

uocata

feci,

est

i nter

monstratum auditum

uidero.

et

i llu d

malo

Q uid,

ordine.

ignoro,

Religatur

Tune

nisi qualiter

per

l aborare!

i nter

discede!

Nonne

a pastoribus ex­

legisti

I llis

Cui

Et

pr i us. tu, o

quod

roturn

Bonum,

euenerat

ut

causa

iudicare

fuerit

Modo, h orno ,

qui

li­

malum ait

sic c o n t end e nt i bu s

hac

De

tandem

Cur

serpens, facio.

uos primurn

ut

et

cepit

inquit, facis?

soluis?

uulp i s :

i t erum serpens

serpens, si potes euadere pente noli

dixit

m i chi

eos ad iu d icium uulpis.

ex

serpere

fouentem

ho rn o :

bono reddis? Naturam meam,

il le ,

serpentem

VII:

Ex e m p lum

est

per

ad oculu m

i nqu i t

uulpis , o

de soluendo ser­

pendulurn sol u erit , su ·

i l lu rn ruina erit?

D ictum

enim est

spaciarentur uenerant.

Dixit

sophus dicit: pondit

duos clericos

exisse.

de

Venerunt

ciuitate

ergo

Arabs

alter socio suo:

filio

suo:

Si

socius:

Transitus

dulcedine cantus. mansit

non

sedir

Monuit

socius

sedensque

cum

aliis

exploratore in illa

post

ire:

de

Et

uersificatore.

dum

filius

quod

contigit

Quidam

VI:

versiñcatore el

De

uersificator

i nqu i t ?

pro

gibboso.

facto donum

clericus

inter

illos

domo

magna

exposceret.

Qui do­

d enarium

et

de

hernioso ha­

beret d e narium. Quod rex concessit et sigillo roborauit. Qui terio suscepto porte assedit et ministerium suum

e git.

mi nis­

Quadam

gibb osus quidarn bene cappatus cum baculo portam intr a uit.

deprehendit

dum

de

capite

dare.

leuat,

fugere uo l uit,

paruit scabiosus.

sed

dare, retentus est , Non

per capucium retractus

Interroga!

die

Cui

Vim in­

gibbosum

monoculum esse: duos ergo denarios postular ,

prius unurn expetiit , Noluit lium

postular. Qui denegat

capucium

a

quo

habens auxi­

capite

n udato

ap­

protinus ille tres denarios. Videns gib-

I 18

fuit:

Ducti

socio

Vndique

preco

Et

re·

uocatus

exploratorern

potancium

intraui l .

hinc exiit , huc red_iit; oro­ sunt omnes ad patibulum,

predicabat

procul

bubonis.

Fertur

de

uenerunt

duobus

discipulis

quod

in

a u d i e b atur ,

locum

ubi

d ubio

omnibus:

Quisquis

mortis immerite pe­

alter

cantilena

diu e rterunt ad

quam

illa,

inde

mortem

uox

delectabilis

Cui

retentus. quia

-

perducitur.

hem

alter, et

quomodo

quadam

ciuita te

ualde

sonora

incompositus

lsta

uerbaque

de t inebatur.

Tune

uox

una

Sub­ - et

deci p itur quod

Euenit,

est

illa

q ua l is

erat

dixit

socius,

asperrima audiebatur et

inord i nate sonabant;

michi

hinc

dulcior

audieramus. Et

illam audistis ? uox

i nson u it.

Diuertamus

uolucris cantu

tauerat, sepius per idem repetebat et suo delectabili

de

femine

amatorius

unus :

pridem

quod a ciuita t e exieramus, et sic cantus

et

socius :

intantum -

ego et magister meus iam

inquit

exeuntes

cuiusdam

uerbaque cantus bene composita erant et cantus ipse

musice constructus ualde

denarium

ecce

d omum

De voce

stitit

uersificatore,

Recedente

intrauit .

Et

VIII:

ret, et ab omni gibboso denarium et scabioso denarium el de mo­

uersificator obuius

a f fuent.

ipse et omnes capli sunt. Hic, in­

uoce

fruitur,

noculo denarium el

ferente

non

l ucratur.

Exemplum

nurn tale expostulat ut se ianitorem sue ciuitaris per rnensem face­

de impetiginoso

philo­

Pater:

uersus faciens regi presentauit, et laudauit rex

ingenium illius iussitque ut

quia

ex­

C?n­

gib­

nas

Exemplum

potatores

Jib er a r i

expectabis

ne tibi contingat

q uomodo ,

aliud

noluit.

illum

socii huius fuistis.

inique gentis consorcio boso

si

domum

p otauit.

ciuitatis fugientem sequens

et Et

uespere ut

1;1hi

Diuertamus alia ura,

nocebit,

solus ill e ctu sq ue cantu

nes conscii et facilius, grauaberis am p li o s.

quadam

locum

fueris aliquo modo

grauatus

et facile possis liberari, non expectes, quia

in

transeuntes audierunt in domo cantilenam. Substitit alter retentus

l nuento

quidam

intrante.

Non est transeundum per sedem gentis inique . Res­

quit , hospicium huius exploratoris Dixit

potatorum

De clerico do m um

Quem mox soluturn calefacere cu­

serpens circa

gatum graue s lr in x it. pro

serpente

homine el

licet

magister:

quique can­

aspero cantu

quasi

Si

quod

uerum

est

homines dicunt uocem bubonis hominis mor t em portendere, tune

1 1 9

ista

sine

cum ille

dubio

cantus

rnichi:

lecratur in

sit

, ox

Non

etsi

filio?

-

sunt

inde

digressi

mortem

horridus,

recordaris

horno,

suo

bu bon is

tam

bona

Vt

cur

illius

non

istud

tantum

philosophi

sint:

de

annunciat.

iste

in

et

se

sua

de

in

qui

ego:

in

Miror,

delectatur.

dicit:

uoce,

suo

Cuí illo

In

suo

magistro

tribus

Et de­

carmine

el

narrauerat ,

ambo.

et

parari

lectum

ras

ut

lectum?

ad

acciderat.

ut

nobis!

tibi

confirmem

iam

de

quid

prius!

sil

os

suum

ad

ra Dixit et

quidam

philosophus

draconem,

sophus:

Ora

tu

ne

ipse

quodam

sed

malam

deum

tem .

philosopho

Cui

huius

d i x i t:

se

ab

prouide

quod

Qui

suo:

ferninam

liberet

aues

Sequere

non

tibi.

scorpionem,

sequaris!

ingenio

conaris,

Alius

ne

est

auceps

quo

q uid a m

ho rn o .

si

placer,

ingenio

super

moriter

tenes,

inquit, mo

tui

rnagistro

precip i u n t

Salomon

ut ab

in

legentes

cionem

i lli u s siue de

suo:

ingenio

prouerbiis

libenter .

carmina

tuam

et

et

fabulis

renarrando

uellem

causa

rete

factus

auicula

daui, Sed

Legi

in

idem

li b ris

et

de

aliorum

dare

credant.

in

custo­

admonet.

Sed tu

Exemplum

de prouerbiis

ali q uid

in

libro

ne

si

nostra

qui

artibus

instruccionem

ad

sirnplici

est

Tu

uit uperium ,

Discipulus: et

cunctacione

scripserunt simili te r sed

sue

uiderint ,

suos

uiris

aduocatos et

d eosculen t ur earum

timeas

Ne

multi

matri

hoc

de

demonstra.

quidam

sapientes

scribens

i ll i s

nequiciam

prauos

inrellexit conuocat ramo

earum

nostram

ad

Et

Qui

uxor

et

percussus

veniensque intelligens

seorsum

intrans

et

diuiciis

quod

ualeamus

in

edissere.

uo l o.

publice

actum

Faciam,

-

de

quod

commen­

commutare

Arabum

transferre

et

animo

ad­

in q uit

ob

ad

domino

grauiter

pro

Quod

parat . Accidit cito

portam

suo

oculo

qui

Vxor

proficiscens

peregre

aurern

a lium

sua

commisi t

uxorem

ad a mauit

quendam

indic a ui t .

Que

non sine

sue

tristis

et

illius

misso

autem

dolens

nun c io

de

filia

fauit

et

amori

et

con­

procum

superuenit

illis

eundem

cum

cepit

maritus

et

illo

hostlum

filia

et

ep u lari.

Et

pul s auit.

Epulanti­

consurgens

procum

abscondit

hostium

et

postea

domino

mu­

a peruit.

intrauit ,

lectus

ut

sibi

precepit;

pararetur

n am

Qui

quiescere

Quod

q ui a

lassus

ui d ens

Turbata

eral.

mater:

monst r emus

Ne

marito

festines,

dub i tauit

mulier

tuo

inquit,

lintheum

filia,

faceret.

quid

quod

lectum

fecimus,

pa ra re,

Et

do­

extrahens

rum

uetula

filie

quan t um

m a ritus ,

subleuandurn

aperire iussit

potuit

unum

quousque

qui

lier

filie sue: Extende

bus

tuis et

meis

lintheum

est

instrueres,

magis cium c i ent.

ad tib i

mei

latuerat

linth e um

contextum.

parare?

Et

qui a

Sicque

dedit.

cornu

illius

illa:

O

egrederetur super

Cui

s u stulit

fili,

plus

lectum

multa

mariti

Et t u ,

et

alte­

audiu i ;

ingenium

et

Di scipulus :

sic

Vt

tibi

ad

delusus

tui, quia domina,

huiusmodi

sed

est

instruccionem

mani­

seis

ta­

parau i.

uellem

illarum

custodiarn exacuor. Respondit

dicam ,

extenso

amicus. Tune ait mu­

maritus:

Mirabile quid

quanto

lintheo

ut

amplius

a ti en d o ,

magíster: exempla

tanto

Adhuc

nostra

ter­

suffi­

placet.

oculo

hos t ium

conuocatum

postea

u i dens

dominus

ut

nichil

domus

pro

prome­

rogata

et

commota

corrigendo

ut i l i t a t e m

uxor

rediret

turbata

hostium

120

quodam

redun­

nos

inde

hoc

morat urum

domum

nim i um

de

De lintheo.

Ad hec disci pulus :

uineam.

diucius

uineam

conuiuiumque

oculo

uidens,

Quod

abscondit

in

pro et

instruxisti,

me

desideranti

uide­

magister:

uindemiaret

circa

amicum

uinee

percusso sauit.

illum

et

i l larum

que

in

Jaudem

sed

promereberis.

Tune

X:

bus

De vindemiatore.

ut

scio

futurorum

uocans

me

Perrexit

Bene

siticuloso

aduocent

hoc, magíster, quia Salomon

culp am ,

nec

coronam

IX:

po­

ani­

le

Exemplum

in d e

socrui .

suam

lin t heum

ruerunt .

lam

correp­

earum

scri bi mu s

nescientibus

expleant ,

ipsis

prouerbiorum talia

secu­

sum

altero e u e n i t .

me­

nec

mores

de

instrueres. Magister: Faciam,

me

mulierum

earum

complecrentes

lasciuia

magistro:

ait

progredere,

ministracionis

uolebat

expetat

quale

descenderé.

re tulis ti

quod

placet

postquarn amasios

eu e n i at ,

fouit

disces­

philo­

peruerse

femine

hoc

siue

uereor

Sed

que

quedam

quomodo

oculo

lectum

ad

artibus

nec

si

lier

licet

erigens: M odo , i n q u i t , karissime vir,

hoc

d iscipu l us

Tune illarum

Dictum si

de

nesciente

magister.

discipulus

Et

tes ,

et de

lasciuien­

eo

s i mile

ne

commune

sanum tamum uiro

sa­

sano

de

philo­

feminarum,

cum

uide

Jeonem

na rnq u e

locum

iuxta

uidit mulierculam

decipere

-

nequam

Dictum

-

t r ans i ens

decipiendis

s o p horum q uibus diat

filio

tenearis.

uisco

Dixit

te

ut

decipiaris

tetenderat auibus

T a ndemqu e se

sit.

t otum

oculum

tuum

dam p num

oculum

quousque amicus a loco ubi abscon d itus erar

De mala femina.

ut

eueniat

ne ita

prope­

ei

Narr a uit q ue

carmine ,

et

i n t rans

tantum

karissime domine ,

percusso, quia

Apponensque

Quid

ei:

ne

uxor

T imuit

uideret , Dixit

i n q u it i ll a ,

Permitte,

euenit

michi

mich i

arte

qu i escere .

posset

ut

la t it an tem

Die

medicinali

num

est

s t e r n i,

arnicurn

cameram

pul­

Exemplum

XI:

De gladio.

amicum cucurr i t.

cameram

Relatum

est,

commisi t

coniugem

inquit,

iterum

suam

quod

socrui

sue

121

quidam

proficiscens

seru a nd a m.

Vxor

peregre

a u tem

clam

iuuenem

uero

quendam

amori

epulantibus

uxor

et

quia

tauit.

Sed

nudum

dum

mariti

loqueretur,

ut

illum

Quo

Ad

? Tune s

no

discederen

s:

Et

ex

Bene

in

i

qui

illis

dulcibus

primum

cum

domina,

que

alloqu

ii s

delin

hoc

huc

hoc

i

s

uetula

hostium

ei

tune

i

aperto

tu

magis

ne

nquit ,

in

maritus

inquit,

race,

es?

exti­

aliquis

cara

te

domi­

ersequentes istum,

p

t.

permisimus,

i nunc

Qu

et

it.

t

secum

i t u m circa noctem

a

xire

te

i

mar ­

m

arte.

e

posset ,

r

.

posset

una

c

tuosam

in

admir

geniis

to

si

ista

? Tria

tibi

aures,

nos

Quid,

i

nim

uerba

care

.

et

quod

graue

sic

i,

ma

dimisi

ex

R

nire�

s

nauicula

Quanto

quem

b u la m

em

d

a

gas

predictis exempli

s

l

me

e;

delib

quod

dilexit eum

Vnde

i hi

desinis

itando

rec

quod

et

regem

quid

i

suum

tandem

ibi

accidit

su

sed

earum

an­

t

fficiunt

a

pauc

i

uerbos tate

ne

co

Iabularorem.

accid t

de

xeris,

di

igare? Discipulus: ,

ali

so­

meas

re­

ntingat

in­

Discipulus:

? Magister:

Dict

ma�

et

quidam

suum

quantum e

n

,

fabulatorem

qu

i

sin

noluit

de

honore. el

in

o

sibi

bulas

narrare

fa

consueuera

t.

Contigit

andem

putare,

c

Hi

cessitate

i

quibusdam

cur s

soll

icitus

fabulas.

minime

lile

autem

i

posset

dorm re

super hoc

tres

e

com

a

Que

.

Quesiuit

enim

x

re

sicut

eciam

iam

piures.

i

u sum

fuerat

l

ile

sibi

quod

ero

u

tenus

nulla

erans

ci os,

iam

narrasti,

sed

breuiss

imas. Vellem

uero

aliqu

que m ult is

producatur

s

et

sic

uerbis,

et

sic

te

i

dorm re

u

o lui t; x:

quidam

i

gociac onem

denariis.

proficiscens i

t.

succrescere

Qui

eo

cum

in

anti q uis

pro

mu n er i ­

Voluit

me

di

e

nim

scipulum

regem

fabulis

mi n ime .

pande

.

Magister :

tam

en

ef

sua

illa

ibat

c

e

su

t.

t

t

a n tu rn

Iuuenis i

et

probitatis

tandem

u i u en d o

quod ne­

r

emeauit.

p lur im o s

et

debat

m

cu

se

Quam ad

amari.

grauare­

gressam uiderat,

dominam

eam

Q u ibus

c o nt e mptum

c

si

infirmitatis honere

nim o

quo

ar

Ro­

semetipsam

caste

uer

propria

diligere cepit

u

o

studio

i

conuenrura uicinam

suam

ad

nis

onfisus

mansit. Accidit

qua

spreui

xori

ii t . Vxor

propria

amore

ficitur

illuc

re

oracionis

satis

ab

negocio

ab

p en i tus

adeo

bus

u

uxorern castam

habe

quod

mori

agens

ret

progenie

e

conuer

ire;

sed

nequa

quam

uit efficere.

desi­

Cui

preual

i

fit

obuia

igionis

anus

habitu

rel

pre

decorara,

que

causa

eum

re

sic

dolo

c

ompelleret. Sed

sed uersabantur

sua

consciencia

tegere uole­

minirne

de

di­

quern

d

A

anus:

Quan

to

is

qu

i

nfirmit atem

uam

medico

s

d

is t u l e r i t ,

tanto

grauior

i

morbo

fuerit. Quo

attritus

au di ­

narrare

ittam.

narrauit

x

ei

e

ordine

que

i

sibi

ant

acc der

et

su

um

propalauit

Con­ Cui

anu

s:

De

h

is

que

i

iam

d x

i sti

dei

au

xilio

medium

re

incepit:

rusticus

Acc dit

iligis.

i li g en t er

forte

comitatu

domo

cupiens

lacr manti

inueniam. Erat

est

qui

Pluri­

re

a m te

perm

presidio

x

secretum.

fabulator

Dictum

dolet

me

dicti

iam

re

to

cessit

d

custodem

i

ardenti

eu m

dolen

eam

reuelare mas

,

regem

amplius

pluresque

narrauit,

m u l t a s . Ad hec

modo

Quodsi

er­ fa­

q

ba t .

xerat

hoc

incepi

em modo uelis subduce­

bilis

cast s

peracro

spectam

nun

no

parata

pulsa

iu ue n i s que in paruas

d

uero

ingenia

alium

i llius

quereos quenam esset audire

me

tu

Permitte

quam

narracion

Contigit

sed

autem

a

dolare

quesiuit

tu

t

e

fi­

est ,

De canicula Iacrimante,

adire,

egrederetur ,

uin­

noctibus

t

et

magnus

grauatur , Neque

corporis

seducere,

m n i b u s prudenter

d que

Discipulus:

dolore

sicut

sam.

ellet

se nt i r e t ,

gulis

sui

inceperat

e

ill

tenim

a uit.

compunccione

promotam

iam

XIII:

u

iuuerus

De rege el fabulalore suo.

habuit

i

formo

t u r . Sepius Rex

qu

e

pacific

es,

compuleris

b or.

cona

eadem

est quod quidam

um

contemptis

XII:

on

prelibata mulierum

nimium

direxit

Exemplum

n

quam

innumerabilis.

Fabulator

alia

fabulator obdor­

dictis

ou

oues

sitate coactus

neces

Fluctus

erre

transuehi duas

t.

inst

numerum

longa

t

erare

xere

is

H

suis

nisi

que

f

ouium

transf

-

uibus

abulam

t

hec:

gestientem

fabulator

precor

sed

r

subte

a cr i m atur et

adeo suis

fabulas

eciam

prouerbiis bu

perducam.

fin

audire

lon

u

ad

grex

o

tándem

Sed

xcitans

suas

cum i

t r a n s i it.

e

et

rusticum

uo

nau culam

presum

m c

magis

magister: Nonne

nondum

unum

enim

minima

autem

s u p r a dictu m

go

illum

Fabulator

commonuit.

q

ualebat .

non

aquam

iquidem

ens



illarum

sufficiet , Magister: Caue

michi

gister,

i

tu

go

gis

nunc

Volo tamen vt adhuc

auges

er

sed

d cas.

Ad

et

i um

Die

ínter

ma

xi s ti;

audaciam.

fuer t

narrau

i

pleat

di

promereberis.

d cendo

nuerunt

ter

ar

non

maiora

Tria

Miranda

erre

f

quer

exiguarn

tandem

i m p one o s

o

iuit.

Exemplum D i s ci p u l u s :

sollicitus

um rustico ues

duas m

abiit

lnuenit

fecit.

sedere

e

do­

i me n s

Et ait

liberasti

hunc

sue

dubi­

Hostioque

respond

modo

uxori

rema­

ante

intrare

tib

filie

faceret

aliquid

est,

uoleban

itaque

arripuit

Quis,

tres

gladio

nichil

amasium

et:

gener,

Quid

interficere factus

stupe

si

iusserat ,

Care

suo

ut

et

obstupuisset,

venerant

fili,

illum

aduocauit

iussitque

staret,

ut

amasio

quid

lila

Quibus

Surrexit

rnarito,

substitit

mirans:

hunc

esse

habeas,

troiens

S cque

Bone

hostium

Fecit

uetula:

magis

cum

erar,

indicauit.

iuuenem.

pulsauit.

non

gladio

uidit ,

cum

intus

hostia

aperto

quem

stare

protinus

asciuit

mater

amasio

stricto

responderet ,

sic

mulier:

Sed

aperiret

commisit

matri

ianuam

intrare.

sua

sue

ille

t

nec

tu

hec

sue

conuiuio

absconderetur

respondente,

na

ali

nichil

Respondit

audiat!

et

et

filie

maritus

non

muit.

ubi

filia

gladium

introitu

ueniens

maritum

locus

quod

paratoque

dominus

dimisit

nens,

amauit,

consensit

qui

mille

solidos

comparauit

redeunte

neque

quod

per

bis

122

mille

magna

pontem

Hic autem

habuit.

oues,

singulas

i nundacio

neque

er

p

in

uad

aqu

um

ne­

senis

arum

tra

nsi-

apud Sf sinapi r

Et

eo

abebat

h

relicto

ad

duo bus

d

onfectum

c

i tud in e

domum

ocul

i

pudice

ieiunanti

i s

e u

propria

i ebus i

femine

ieiunare

larg ta

lacrimari

remeaui

t.

es

ceperun

xit

perre

t.

quam

123

t.

Et

coegit et

Que

d

Post

caniculam die

um gustaret, hec uero

iuuenis

predi

quam

tercio panem pre ama­

anus

ctus

illa

ad

adeo ada-

mauit. Que honorifice pro magna religionis specie ab eo suscepta

aud i to consilio

est , Hanc autem sua sequebatur canicula. Cumque uidisset mulier i

illa

caniculam

lacrimantem,

quesiuit

quid

uuenis

sapient¡s,

domo

ei iusserat egit. Mane uero quando

sicuti

exiba t ,

domus

hostiurn

firmabat,

et

simil i ter

haberet et quare lacri­ q

maretur.

e

d

uando in t rabat ; quando

dormiebat, sub capite

autem

claues

suo

Anus ad hec: Cara amica, ne queras quid sit, quia adeo d

magnus dolor est quod nequeo dicere.

omus

Mulier uero magis instiga­

abscondebat.

die

uero

d

Hoc

longo

autem

tempore

urn iuuenis ad forum iret, mulier sua,

Quadam

egit .

erat solita

ut

Iace­

bat ut diceret. Cui anus: Hec quam conspicis canicula mea erat fi­ ,

ascendit

re

lia,

casta

nimis

et

decora.

Quam

iuuenis

adamauit

quidam;

fenestram

et

eun t es

Hec una die cum ad fenestram adeo

casta

eral

ut

eum

omnino

sperneret

et

eius

amorem

el

regredientes

intente

aspexit.

sed staret ,

uid i t quendam

i

uuenem for­

res­ osum corpore atque

m

f

acie. Quo uiso sta t im illius amore succensa

pueret . Vnde dolens adeo efficitur ut magna egriludine stringere­ fuit . Mulier hec amore iuuenis succensa et

ut

suprad i c tum

cus­

est

t u r : pro qua culpa miserabiliter hec supradicta nata mea in canícu­ tod i ta

cogitare quomodo et

cepit

qua arte posset

loqui cum ada­

lam mutara est , His dictis pre nimio dolore erupit in lacrimas anus to

iuuene.

ma

illa.

l

ipsa

A

plena

ingenio

ac

dolositat i s

arte

cogitauit

Ad hec femina: Quid ego, cara domina, similis peccati cons­ quod claues domini sui

cia,

quid,

inquam,

factura

sum?

Me

etenim

dilexit

ero

sed

castitatis

amore

eum

contempsi,

et

simili

modo

Et

ita e g it .

assueta

dominum suum unaquaque nocte uino

erat

i

Hec

nebriare,

ei ut

contigit. Cui anus:

dormiret.

iuuenis u

quidam,

furaretur dum

securios

ad

amicum

suum

posset

exire

el

suam

uoluntatern

Laudo tibi, cara amica, ut quam cicius poteris explere.

Dominus uero illius

p

hilosophicis iam

monitis si­

edoctus

huius miserearis et quod querit facias, ne et tu simili modo in ca­ ne

nem

rnuteris.

Si

enim

scirem

inter

iuuenem

predictum

et

dolo

filiam

null

os

ueret

iunx

str

sse muliebres actus cepit excogitare quid sua con­

e

frequerui

et cotidiana potacione. Quod ut sub oculo

meam amorem, nunquam mea mutaretur filia. Cui ait mulier cas­ poneret, se t a : " Obsecro

ut

consilium

huius rei

utile dicas,

ne propria

nxit ebr i um esse.

fi

rei mulier inscia de lecto noc­

Cuius

forma te consurgens perrexit ad hostium domus et apeno hostio e x iuit ad

priuata efficiar canicula. remedio

mee et

quia

Anus:

miseret

Libenter pro dei arnore et anime

me

tui

hunc

supradictum

am i cum.

iuuenem

queram, el si quo inueniri poterit , ad te reducam. Cui gracias egit d

uidit.

teruem

iuuenem el sic eos associauit. a

Discipulus ait magistro: Nunquam audiui tarn mirabile quid, et

uam

s

a

ro quod siquis horno tam sapiens erit ut semper timeat se posse de­

mi

cipi

mitter

Magíster:

Audiui

suam custodiret

forsitan de

se

ab

quodam

illius

homine

ingenio qui

custodire

multum

uxorem, sed nichil profuit.

ualebit ,

laborauit

ut

Discipulus: Magisrer,

in

silencio

noctis

suauiter

mulierem

e domum rediens hostium clausum

u

eniam petens et nunquam

ttens nichil prof ec it , sed uir

c

et , sed

sse

e

qui

iuxta domum eral

saliret

et

ita

orte sua amicis et propinqu i s racionem

hac

Exemplum

XIV:

t

Quidam

iuuenis

fuit, qui

totam

intencionem suam el

toturn sen­

eum

dis

sum suum et adhuc 101um ternpus suum ad hoc misil ut sciret om­

ri

nimodam artem mulieris, et hoc facto uoluit ducere uxorem. Sed

s

primitus perrexit querere consilium et sapienciorem illius regionis adiit

hominem

quesiuit

et

uxorem.

qualiter

custodire

posset

Sapiens

uero

audiens

hoc

quam ducere uolebat dedil

sibi

consiliurn

quod construeret domum altis parietibus lapideis poneretque intus mulierem daretque sibi satis ad comedendum et non superflua in­ durnenta,

sese

faceretque ita domurn quod

non esset in ea nisi solum

hostium solaque fenestra per quam uiderer , et tali altitudine et tali composicione per quan nemo intrare posset uel exire. Iuuenis uero

e

s

in

p

a

in

reddere

sue

n e st ra m. fallax

puteurn

lile

cecidisse. implex

s

per­

magis

sonitu Et

atque

Spretis

deceret.

Mulier uero

proiecit



p

sicque de

in

le­

p

puteum

lapidis in puteum ruentis

hoc peracto mulier post insipiens audito

sonitu

pu­ lapi­

uenit, putans uerurn esse quod mulierern audis­

intrauit

autem

el plena arte me

i n t r o i t u mqu e O

r

ipsa

Mulier uero uidens hostium domus apertum et

artis

forisfecisti

ait:

suus audito

Vi

quem

lapidern,

ip­

uteum ruent i s mox et absque mora de domo egrediens cele­

cecidisse.

oblita

uir

puteum

bscondit.

cursu ad

et

ut

intencione

putaret

De puteo.

surnpsit

At

finiret,

uitam

m

calliditate

r mulierem

hostium domus recluderet, in

nisi

minis dorninus sue mulieris intrare non permis it. arte el

nuen i t ; unde

Vi

ait quod eam intrare non

iratus

die michi, quid fecit, ut melius sciam si quam duxero illam cusro­

na

i

se hoc facturam pro­

uum suis parentibus ostenderet.

ma

teum

amplius

s

gis clamans dixit quod

a

aseen­

interrogauit quis esset. Al

nesciret

dire.

Magister:

consurgens

suam nudam reuer­

Qu

udiens et uidens ac si

culpe

sa

mulieris,

suus

nimo multurn condeluit et lamen host i um pulsauit.

hoc puto fieri arte diaboli. Magíster: Ne dubites! Discipulus: Spe­

arte

autem

it ste t it q ue ibi dance in camisia sua

,nulier. El sic anus artificiosa dictis fidem prebuit, et quem promi­ sit reduxit

ir

V

nit ad hostium et apertum clausit et firmauit el fenestram

ue

d

domum

uidens

quia

eretrices

uerum esse

deceptum

ascendit

inquit:

O

non fe­

mulier

tibi

crede!

At

illa

eum

increpans

domus omnimodo facto atque sacramento denegans

eductor, tuum esse

m

esse

hostio

iaboli, permitte me intrare et quicquid michi

condona t urum

s

rendam,

se

firmatoque

adi

u n a q uaque

re.

Et

ita

existlmantes

arque

tuum facinus parentibus tuis os­

nocte es solitus ita furtim a me exire et

egit.

Parentes

increpauerunt

124 125

uero e um .

hec Et

audientes

ita

arque

mulier illa libe-

rata arte sua ílagicium quod meruerat in uirum rerrusit , Cui nichil

commota

profuit,

terrogauit. Ar ille ordine narrauit. Femina uero auditi s uerbis illiu s

immo obfuit

mulierem custodisse: narn iste eciam

accidit

piet are

cumulus miseric quod existimacione plurimorum quod paciebatur

hominis inquit:

meruisse crederetur.

auxilium.

Vnde quidem bonis compluribus pulsus, dig­

nitatibus exutus, existimacione fedatus ob uxoris maliloquium

in­

i nq uit: dem

cestitatis tulit supplicium.

Et

habere

angi p onum

Amice,

ille:

Adduc

decem

in

si

uocauit

uera sunt

Quomodo potes

michi

possis

que

hoc

q uid

ei

retulisti,

facere,

accidisset

feram tibi

ancilla dei?

in­

inde

At

illa

de terra tua, cuius factis et dictis fi­

hominem

ille adduxit.

At

!

et

Deinde decepti socio precepit

cofros exterius preciosis depictos coloribus atque ferro de­

argentato ligaros cum bonis serraturis emere et ad domum sui hos­

De bona femina.

pitis

afferre

Mulier Discipulus: Neme est qui se a mulieris ingenio custodire possir, ni­ si quem deus custodierit , et est

magna

dehortacio.

lieres esse tales, quoniam multis

reperitur

cietatem

hec talis narrado, ne ducam uxorem,

Magister:

posse,

domus. Salomen in

debes

creciere

omnes

et

scias

in

bona

muliere

bonam

bonaque mulier fidelis custos est et

hec:

me con f ortas t i !

Sed audis t i

tamen

que sui sensus in g en i um ni r eret u r m i t t ere

lierern

ter:

Bene

A udiui.

noua.

so­

bona

fine libri prouerbiorum suorum composuit vi­

ginti duos versus de laude arque bonitate mul i er i s bonae. lus ad

mu­

magna castilas atque magna bonitas in

mulieribus,

reperiri

Non

D i sc i pulus:

Refer

michi de

i lla ,

in

quia

D i s cip u­

aliquam mu ­

bonum ?

Magis­

m i c hi res

uidetur

qui

tuam !

quod

te decepit

Et

nia erit.

ego At

et

fuit et uu lt

XV:

Di ctum

fuit

De decem cofris.

michi quod quidam

ibat peruenit in

mendare.

Egyptum.

cogitauit

quod

dimíuere

in

regione cui

ei

et

quam

At

ipse

esse

ib i ,

i lli u s

' unus

primus uenerit ueni et

ita

egit.

parata

euntes ad domum

cito

requiescet

uetula

incepi t.

inqu i t:

iusserat

ait:

qui te

post al i um ad

d om u m

interroga pecuniam

egit.

Que

non obli t a

uen i t cum socio

Et

Quidam

adire;

horno

de

decepti

Hispania

i n cept i

ad domum mecum

hospitat us

antea pecuniam

queritque

itaque

Qui

H ispanus

deserta

suam

pecuniarn

posset

terre

perrexit

Mech,

et dum

intrare uolens et

in

Egypto

dimitteret . fidelis

pecuniam suam comm itt ere .

h ominem

talenta

n om i natum Deinde

commisit.

rediit

ce b at.

At

Ille

cui ille

pecuniam

commisit ,

primum

suam

q ue

est in

ut

eam mei causa in ede

tua

com­

custodias ; et

probitate

perrexit

Et

esset

ostende­

fidelitatis.

factoque

Cui

itinere

et

qu od

commiserat

ah

uero sic

quomodo

miserat ,

eis retulit.

deceptus perrexit tractauisset Vic i ni

eum

ad

ille

do mum

Sed

hom i nes

regionis

cui pecuniam

uero ill i us de eo tal i a

noluerunt , sed nichil hoc esse dixerunt. rat unaquaque die ad

probos

horno

audientes

qu i pecuniam

com­

credere

perdide­

mendatam.

uel ad eum ueniret;

Auditis minis illius

qui

quod

si

faceret, penas ex merito

eum deceperat tristis cepit

redire.

in redeundo obuiauit cuidam uetule pannis heremitalibus indu­ Hec

lle

letus

autem quit:

deceptus preceptorum

p lenus

adducebat

celauerat,

uidit

hominem

ego et

u uero lile

aduentumque eorum i

a liis

uetule

recepit

amice,

non commi u ere t,

fidei

me

tedet

pecuniam

ho­

ne, si pecuniam

i llam !

custodire

gracias

habentem,

t antum

iam diu com­

agens.

surrexit

At

Vetula

atque

in­

estinare

f

donec redeamus et bene serua quod

expecta

-

obli­

lile uero

ubi fuis t i et ubi

tuam mee

pecuniam

autem

a longe

non

socius meus contra cofros nostras et

T

adduximus !

bono

O

pecuniam

accipe

timens

suam pecuniam

quoniam inueni et amado

precipiemus. iam

et

gaudens

ut

nolo ali­

nequicia ac mala arte, ut uidit

pecuniam

arque

Ibimus

fidelem,

cofrum sicut ei preceptum fuerat uenit .

alius qui

Veni

esse et

primus deferens cofrum,

uenit

l nterim

uenientem cui

d i ut i nasti ?

animo

letus

quod

adhuc

quod

potest

acceperat

-

seruauit

expectauit.

Et

ita

ngenio uetule reddita fuit uiro summa pecunie.

D i sci p u l us:

pecuniam redderet .

Quod deceptor audiens increpauit eum dicens ne amplius tale quid eo diceret

hominem

illius qui retinebat iniuste pecuniam

blandisque precibus eum deprecabatur ut

subiret.

bonum

contra eum ita dicendo perrexit:

ad

eo

te

te solum huius pecunie commendacioni adesse.

qui pecuniam celauerat,

ante­

Et

horno

plenus nequicia illum nunquam antea se uidisse di­

illius , et

scio

preter

dum ita loqueretur,

trans­

i

q uesiui t.

et

al i um

iam apparentibus.

uoluisset , interrogauit si aliq u i s

a nti q uum

de suo mille

te.

iter

Precor

requireret ,

quam

Et

qui

implere. preceperat

confido in deum quod reddita tib i tua pecu­

sicut

Mech

aud i ui

minem

de

que

decem cofris seruandam alicui bono homin i donec reuerta t ur

tus post

ibat

illa

perquire,

et

tantum

ipse

predixerat

deceptoris

Et

illum

h omines

uenientes ordine longo ' ; ill ius

comminutis

omn i a

Magíster:

Exemplum

runt

uidit

mecum et curn socio tuo deferant cofros,

decepit

q ui a

illa

ut

Nunc decem

quem

ire

lapidibusque

uero

autem baculo suo fragiles artus sustentabar et per uiam la­

pides laudando deum ne transeuncium pes lederetur locabat . Que uidens hominem flentem - cognouit enim eum esse extraneum -

mirum

cuniam suam recuperaret. facere naturali ingenio et

fuit

ingenium

arque

agister:

M

artificiali,

Bene

ut i le,

do.

Sed si

aliquid

philosophorum

posset

puto

philosophus suo

secreta eciam nature

hu i usmodi

nec

uod leuius uir pe­

q

quod mulier solo fecit naturali ingenio. Discipulos:

Hoc

r imando,

bene cre­

reposuisti in cordis

armariolo, largire michi discipulo, et ego fideli memorie commen­ dabo, ut quandoque condiscipulis lacte philosophico educatis deli­ catissimum

126

I s t ud

quod aliquis p h ilosop h us sub t i li us cogitaret per

largiri

possim al i mentum.

127

M

agister:

Exemplum

XVI:

De decem

eorum nocere falsitati. luuenis autem quod philosophus ei iusserat

tonellis olei.

egit. Contigit quod quidam horno habuit

nichil

preter domum

dimisit.

filiurn, cui post mortem suam

Iste cum magno labore corpori suo

Mane

postquarn

autem uidit

facto

et

accusatum et

precepit

licet magna coactus inedia uendere nolebat.

et

ita

lllis

autem puer

ut

philosophus

sapientem

el

ad

iusticiarn.

Quem

philosophum

uocauit

uocatumque iuxta se sedere fecit. Inde iusticia uocauit accusantem

uix eciam que natura exigit suppeditabat, et tamen domum suam Habebat

uenit

iusticia,

fecerunt.

quod suorum recordarentur placitorum;

uero

iste quendam uicinum ualde diuitem, qui domum pueri emere cu­

sopho quod causas eorum

piebat ut suarn largiorem faceret. Puer autern nec prece nec precio

philosophus:

sic coram

astantibus

audiret et

iusticia

inde iudicium

ait

philo­

faceret.

lnde

Precipe nunc, iusticia, clarum oleum de quinque to­

uendere uolebat , Quod postquam diues ille comperit, quibus inge­

nellis plenis mensurari, et scias quantum sit ibi clari olei; et simili­

niis

ter de quinque dimidiis, et scias quantum clari olei ibi fuerit. Dein­

et

qui bus

iuucnis

que

secundum

posse

contristatus

puerurn

puero

artibus

diues

decipere,

subtraheret

suum

ille

quadam

domum

familiaritatcm

causa die

domus

uenit

ad

deuitauit.

eius

et

cogirauir.

quod

puerum

et

non

At

Deni­

posset

inquit

ei:

O

de

spissum

oleum

de

quinque

plenis

tonellis

mensuratum,

sit

et

scias quantum spissi olei fuerit ibi; et similiter de quinque dimidiis facias mensurari, et

scias quantum spissi olei

in eis sir.

Et si tan­

puer, accommoda michi paruam tue partem curie precio, quoniam

tum spissi olei

in ea sub terra decem tonellos cum oleo custodire uolo, et nichil ti­

scias oleum

fuisse furatum.

bi

lem partem

spissitudinis qualem oleum clarum ibi existens exigir,

nocebunt,

autem

el

coactus

habebis

inde aliquod

necessitare

concessit

sustentamentum et

dedit

illi

uite,

claues

Puer

domus.

inueneris in dimidiis tonellis quantum et in plenis, Et si in dimidiis tonellis inueneris ta­

quod quidem et in plenis tonellis inuenire poteris, scias oleum non

luuenis uero interim more solito liberis liberaliter seruiens uictum

fuisse furatum. Justicia hec audiens confirmauit iudicium, factum­

perquisiuit , At diues horno accepris clauibus curiam iuuenis suffo­

que est

ita.

diens quinque toncllos plenos oleo ibi recondidit et quinque dimi­

placitis

iuuenis philosopho grates reddidit.

Et

hoc modo

iuuenis euasit

sensu

philosophi.

Tune

Finitis

philosophus ait

tri­

illi: Nunquamne illud philosophi audisti: Non emas domum, ante­

buens ait: O iuuenis, oleum meum tibi committo arque in tua cus­

quam cognoscas uicinurn? Ad hec iuuenis: Primum habuimus do­

todia tracto.

rnum, antequam iuxta nos hospitaretur. Cui philosophus: Primum

dios.

Et

hoc

facto

iuuenem

aduocauir

clauesque

domus

illi

luuenis simplex putans omnes tonellos esse plenos in

custodia recepit. At post longum tempus contigit quod in terra illa

uendas domum quam maneas iuxta malum uicinum.

oleum carum fuit. Diues hoc uidens puero inquit: O amice, ueni et

lus: Tale iudicium appparet esse philosophi, et hoc est gracia dei et

- Discipu­

iuua me oleum effodere quod tue iam dudum mandaui custodie,

merito uocatus est hoc nomine Auxilium,Miserorum. - ltem dis­

et

cipulus:

laboris

precio

premium

diuiti

accipies

concessit,

ut

et

tutele.

secundum

luuenis posse

audita

suum

prece cum

eum

iuuarel.

Etsi

iam audita mente sedeant, ad audiendum plura ani­

mum incitant.

Magister inquit:

Libenter tibi dicam.

Et sic incipit:

Diues ucro non oblitus fraudis sue nequissimc adduxit homines, ut oleum

emcrent.

Quibus

plenos tonellos et aduocauit oleum:

puerum

insuper

adductis

terram

ita

dicendo:

quod

tibi

Amice,

causa

com,nisi,

Quapropter uolo ut mea michi restituas. uellet

nollet

ad

aperuerunt

quinque dimidias inuenerunt.

iusticiam deduxit.

et

quinque

Perceptis talibus

fraudulenter

abstulisti.

His dictis eurn accepit et

Justicia eum

uidens accusauir,

sed iuuenis quid contra diceret nesciuit. Sed tamen inducias unius diei quesiuit. Quod iusticia, quia iustum erat, concessit. In ciuitate aurem

illa

Auxilium

rnorabatur

quidam

philosophus,

qui

cognominabatur

Egencium, bonus horno arque religiosus.

luuenis autem

audito bonitatis illius preconio perrexit ad cum quesiuiique ab eo consilium dicens: Si uera sunl que muhis referentlbus de te michi diera sunt, more domestico fer michi auxilium; etenim iniuste ac­ cusor.

Philosophus

audita

prece

iuuenis

interrogauit

si

iuste

uel

iniuste accusarent e u m . luuenis uero quod iniuste accusaretur, fir­ mauit sacramento. Audita rei sinceritate philosophus piel ate com­ motus ait:

Auxiliante deo feram tibi auxilium; sed sicut a iusticia

respecturn

usque in crastinam diem accepisti, quin eas ad placita

dimitiere

noli,

et

ero

ibi

paratus

128

succurrere

Exemplum

XVII:

Dictum

de quodam diuite in ciuitatem eunte quod

De aureo serpente.

tue custodie amisi

tue

ueritat¡

atque

fuit

sacculum

mille talentis plenurn deferret secum et insuper aureum serpentem oculos habentem iacinctinos in sacculo eodem. Quod totum simul amisit.

Quidam

uxori

et

Quod

deus

u ero

quomodo dedit,

mando perrexit:

pauper

inuenisset

iter

faciens

retulit

custodiamus!

ei.

Alia die

uxori:

Reddamus censum,

centum talenta indc habebimus! eum

censum

diamus!

habere,

quod

non

inuenit

et

hoc per

deditque

audiens uiam

reddat et

ait:

ita cla­

absque ali­

Hoc audiens inuentor

!

absque aliquo

peccato

Ad hec mulier: Si deus uoluisset

amisisset.

Quod

deus

donauit,

custo­

lnuentor census quod redderetur laborauit, at ipsa omni­

modo denegauit. et

preco

Qui talem censum inuenit,

quo forisfacto centum talenta inde habeat census dixit

illud

Mulier

preco

Et

tamen

promiserat

uellet nollet expetiit.

mulier, dominus reddidit

Diues autem

plenus

nequicie

ait: Adhuc alium serpentem michi deesse sciatis. Hoc praua inten­ cione dicebat , ut

pauperi

homini

talen ta non

129

redderet

promissa.

Pauper

uero

se

ciuitatis

illius

diuiti

nichil

amplius

fauentes,

inuenisse

pauperi

dicebat.

derogantes

At et

homines

inexorabile

contra fortunam pauperis odium gerentes illum ad iusticiam detra­ xerunt.

Pauper

autem

clamando,

ut

supradictum

est,

se

l

si l

uetula.

-

ibi

quamuis

E1

Fer

ítem:

uil i us

uendere

merces

tuas

Ad

putes.

ad

hec

magnas

fi lius :

ciu i tates ,

Verum

est

quod

dixisti de magnis ui i s.

nichil

amplius inuenisse iurauit. Sed dum sermo huiuscemodi pauperurn diuiturnque perora discurreret, ministris referentibus tandem per­

Exemplum XVIII. a) De semita.

cussit aures regís. Quod simul audiuit, diuitem et pauperem et pe­ cuniarn

sibi

presentari

precepit.

Adductis

ornnibus

rex

philoso­

phurn qui uocabatur Auxiliurn Miserorurn curn aliis sapientibus ad

Nam quadam

die cum ego et socii mei perrexissemus ad urbem so­

le ad occasum appro p in q uante et adhuc Jonge essemus a ciuitate,

se uocauit eisque accusatoris uocern et accusati audire et enodare

uid i rnus semitam que secundum uisum ad ciuita tem ituris prornit­

precepit. Philosophus hoc audiens cornmotus pietare pauperem ad

tebat

se uocauit et ait ei secrete:

l ium

cuniarn

habuer i s ;

quodsi

Die

non

rnichi,

frater,

habueris,

si huius ho rn inis pe­

auxiliarue

deo te liberare

ciui t a t e m

ln d e

stulto

ad regem: Si recrum inde iu d iciurn uobis audire

nauimus.

sophus

fuit

h orno

Iste

diues

bonus

rnultum

est

et

credibilis

et

uenietis

habuimus

plauerit, dicarn. Rex hoc audiens ut indicare! rogauit. Tune philo­ regi:

quid

intrassemus.

michi

q uod

non

amisisset.

quod

uidetur

ex

Et

pauper

iste

alia

parte

credibile

horno

nichil

amplius

per

a quo

s em i tam.

magnam

uiam

insistentes ad

deerrauimus

callem

interrogare

q uam

el

Quam

nox,

ueritatis magnum habet testimo n iurn, el non est credibile eum ali­

quidem

senem

req u isiuimus

consi­

Pro p ius semita ducit ad

c i uitatem quam magna uia, et tamen c ici us per magnam uiam ad

conabor. Ad hec pauper: Scit deus quod reddidi q uan t um i nueni ! philosophus

l nuen i mus

cornpendiurn.

de itinere i ll i us semite. At senex ait:

pergentes

nec

dexteram

ad

fuissemus,

Hoc

audientes

p reterm itt entes

et

ciuitatem

ad

illum

semite

s i nistram ,

p eruen i mus.

procul

dubio

nobis

euenit,

men i a

pro

decli­

quanta

Ac

si

c i u i tat i s

per sub­

i n ue ni t quam quod reddidit, quia malus horno si esset , non quod reddidit redderet, immo to t um celaret. cas

inde,

philosophe?

Philosophus:

O

lnde

rex: Quid autem i udi ­

b)

De vado.

rex, sume censum et da ex

eo pauperi centum talenta, et quod remanserit serua donec ueniat Pater

ad

hec:

qui censum interroget, quia non est hic, cuius iste census sil; et iste horno

duobus

ad preconem et

eat

serpent ibus. Regi autem placuit hoc iudicium atque omni­

bus ibi circumstant i bu s . audiens i n qui t : meum;

faciat interrogare sacculum cum

sed

Bone

Diues

uero qui sacculum perdiderat, hoc

rex, dico tibi in ueritate censum istum fuisse

quia uolebam pauperi

h omini

quod

preco

promiserat

auferre, dixi ad h uc michi alium serpentem deesse. Sed modo, rex, mei

miserere

suum

et

tradidit

sophus

sensu

quod

preco

censum arque

promisit

diuiti,

ingenio

diues

reddam

autem

pauperem

pauperi.

pauperi,

liberauit.

et

-

Rex

ita

inde

philo­

modo

hoc

esse

ingenium

philosophie,

et

alia

uice

cum

transituri

eramus,

a nt e q uam

ciuitatem

nobis iter agentibus in duas partes secta est ciu i ta t em senem

q uem

de

i n t errogau i mus .

uadum ad

ad

duabus

senex ait

Et

que

uiis

quarum Deinde

propius

quod

Sicque una ad

quendam

duceret

breuior erat

uia

ad per

duobus m i liaribus quarn uia per pon t em. Sed

ciuitatem

tamen cicius, quidam

pergeremus

in t rarem u s.

uia:

per uadurn , alia per pontem ducebat.

uid im us,

ciuitatern

inquit,

per pontem

potestis uenire ad civitatem.

ex nostris illum senem sicut

Et

uos uestrum antea deriserunt

D is ci pul us:

et Apparet

Hoc

per magnarn uiarn: preerat nobis fl uuius, quem quoquo

ciuitatem diues

hoc exemplo non

per uadum

iter

aggressi sun t .

d eorum alii socios submersos

Se

est

dim i serun t ,

alii

equos et

sarcinas perdiderunt,

quidam

uero pan­

mirum quod de duabus mulieribus Salomon iudicauit . nos madefactos, alii om n ino amissos de fl euerunt . Sed nos et senex noster qui

De societate ignota Philosophus ait: agnoueris!

Ne

aggrediaris uiam cum aliquo,

Si quisquam tibi

ignotos se in

uia

nisi eum prius

associauerit iterque

tuum inuestigauerit, die te longius uelle ire quam disposueris; el si detulerit lanceam, uade ad dexteram; si ensem, uade ad sinistram.

De sequendis magnis viis.

filium

transiuimus ,

acturam deflentes reperimus.

rastris et sagena tem

perrexissetis,

runt:

hoc

oc fecimus,

magis

ardati estis!

uiam Et

ibus

íle

ntibus et

senex ait: non

Si

quod

leti

audiui:

íl

u minis

ma

i

fl

absque adhuc

uuii cum

nobiscum per pon­

haberetis.

tardare nolebamus.

illis relictis

p rouerbiurn

impedimento et

super ripam

irnped i men t um

quia

t

ale est

T

sine

eos

Qu

perscrutantibus

H

urbis . -

Arabs

pontem

i

N unc

At

illi dixe­

Ad hec senex:

subintrauirnus portas agis ualet longa uia

M

ad paradisum quam breuis ad infernum.

suum castigauit dicens: Sequere calles, quamuis sint

semitis longiores. - Et

per

omni incommodo processimus et

i te m: Acc ipe

130

puellam in uxorem, quamuis

Arabs castigauit

fi

l ium

s u um :

Fili,

si

fueris in uia cum aliquo

socio, dilige eum sicut te ipsum et non mediteris aliquem decipere,

131

ne el

tu

Filius:

decipiaris,

veluti duobus contigit

burgensibus et

rustico.

Pater, refer michi, ut aliquid utilitalis inde capiant posteri.

Pater:

debuissent

uendicare;

eis euenisse aud i u i

euen i s s e

quod fustibus

Exemplum

ti ?

XIX. De duobus burgensibus et rustico.

Dictum

fuit

de

duobus

adeumibus quod

Mech,

et

quam

tune

nisi

tántum

Burgenses habemus,

defecit

uero et

burgensibus essent

illis cibus

farine qua

hoc

rustico

quod

ita

non

panem

dixerunt

causa

donec

ad

remansit

et

prope

eis

paruum

inuicem:

facerent.

Parum

panis

socíus.

Quapropter oportet

partem

panis auferre possi­

mus et quod nobiscum debet, soli comedamus. Deinde acceperunt

panem

facerent panem et coquerent et dum

comederet.

Hoc

artificiose

dicebant,

quia

rusticum simplicem ad huiusmodi ficticia deputabant . Et fecerunt panem

miseruntque in

ignem, deinde iacuerunt

ut dormirent.

Al·

rusticus percepta eorum astucia dormientibus sociis de igne extra­ xit

panem

semicoctum

burgensibus uocauit.

sicut

ui

Mirabile sompnium aperiebant

comedir

sornpno

alter de

C

et

uid i :

nam

et

iterum

pe rt erritus

michi

iacuit .

habes?

uisum erat

quod ego duobus angelis ducentibus et

re

fi

ngebat.

R

usticus uero hoc totum

rusticus:

R

ediis tis iam?

bantque

ante

terra

Rusticus

t

A

ipsi

ducebant.

N

deum;

deinde in

i

lli:

t ego sompniaui

et tamen se dormi ­

alium

euigila­

icut territus es­

s

ocii tu i

S

s

umus.

uo perrex i mus, unde

aperiebant

t

E

is

h

portas celi duo

uisis

alii

putaui

O

fi

redi­

duce­

angeli

une filius:

T

a euenit eis,

h

sicut

Et

-

li, sic euenit eis qui socium decipere uoluerun t, quia

ingenio decepti fuerun t.

et

neminem

uestrum iam amplius red iturum et surrexi et panem comedi. pater:

t

E

michi quod duo

erat

accipiebant

infernum.

ut

Q

unc uisum

uobis accipiebant et

ducebant

t

A

ui

C

A

uero callide et

contra:

d hec rusticus :

A

unum ex

aperta

ille in q uit:

findentibus ducerer

terram

audiebat

Qui sunt qui me uocant?

re debeamus? angeli

t

A

ed burgenses decepti et decipere uolentes

respondit:

de

sociumque

S

ret rusticum uocauerun t. set,

unus

quod duo angeli

me sumentes ante deum

socius: Mirabile est hoc sompnium quod u i disti.

in in f ernum .

ed

S

eu i g i lauit

esset

ai t : Q uid

burgensibus

portas celi

et

N

est:

ui

Q

t

otum uoluit ,

totum

perd i di t. Hec

nos.

l

A

suebat

o

su

autem

natu ­

ed si naturam cameli sequerentur, miciorem naturam imita­

S

rentur. da

am talis est natura cameli: quando insimul datur preben­

N

multis,

edaru;

quod

nullus

eorum

cornedet ,

donec

omnes

insimul

et si unus ita infirmatur quod nequeat comedere, donec re­

moueatur an i malis

alii

ieiunabun t .

naturam

sibi

t

E

isti

assumere,

burgenses mitissimi

132

postquam

animalis

N

ad hec: Die m i chi ,

edui ,

fi li ,

dudum

uidelicet

quid

audis­

F ili u s:

uolebant

naturam

ib i

s

qui ille

Sed

bat.

rari

diuersos diuersis aptos

discipulos sutores

quod

discipulos

u

nus erat nomine

quorum quisquis

habebat ,

N

pro

ficienciam

s

uesres

sibi et suis

curuos

ait

aliis

mederet, eciamsi

adesset.

ui eunuchus : adesses.

recompensare secreto dixit p aciens

eunucho :

Magíster,

Magister

t ille

incisori

quare

edui

N

ait:

Domine,

Et

uideris

consocns

dixit

hoc

edui

Q ui ­

meam

magíster meus

non

comede­

igarem

l

huc et

et

frene­

i hoc

illuc aspicientem

ua sede surgentem et

s

ias

sc

camnum

T

meis prouidebo.

s

esse,

benedicaris,

et

uper

s

insanum

t

A

terramque

e unuc

michi

con­

e

Joris corrigerem.

si tibi et tuis prouideris, capud fuste dolabit. Ad hec quia amado

suo

absente

a nd o q u e

i scirem horam, quando

quod sedet manibus rapientem, tune eum

edui sequenti die magistri

et

reser­

rnagistro

magistro qu

co­

Nedui

michi

quod mel non

facto

absente

mel

u e ni t

S

illum

manibus uerberantem atque

de

cus­

indiscrete circumstantes uerberat at­

inconsulte ageret ,

um

C

et

Quia

et quomodo illud

cogitauit.

sensum perdit et

quid

tuus

N

Deinde

nec partem

tacuil

que interimit. Cu¡ eunuchus : ne

utori b us

ed in una dierum mi­

comederunt.

Et

A

posset,

s

pa­

unum

t qui aderant, comedere ceperunt.

eunuchus:

C

ret,

E

me absente comedistis

eciamsi

tingit,

quos

S

ferculis

comeditis nec illum expectatis? Magíster in q u i t :

sim

nter

ungues obseruaret et eis ad suf­

necessaria ministraret, rogauit.

epulan t ibus

Quare

fie

uis eunuchum , cuius il l ud erat officium ,

comedendum dederunt.

res,

artificiose

l

familiaribus

ut cicius et sine impedimento

nistri calidum panem et me! cum

uastis?

in­

pan­

edui, qui socios arte sutoria supera­

tempere preciosas Quod

todem addidit et ut eorum

ait:

unum

incidebat

incisor regis artificiose scindebat.

magister

precepit ,

bus

ei

ternporibus

die festa ueninte res suorum ad se incisorem pannorum

et

camerariis

in prouer­

ra est canis, cui fauerunt ill i : quorum unus alii cibum auferre cu­ pit .

suo

arrauit michi magister meus quendam regem ha buis s e

cisorem

N

bio dictum

Pater

disc i pulo

Exemplum XX. De regii incisoris discípulo Nedui nomine.

uocauit

solus

c ederentu r.

pro

eciam hoc

uomodo conti gi t disc i pulo, quoniam talis narracio ani m i erit

coqueretur dormirent, et quisquis eorum mirabiliora sompniando uideret,

regis

Quin

meo narrante iam

quic­

comedit

consilium huiuscemodi quod

i ncisor i

magistro

oracionis

uenirent

quomodo sibi

multum

nos habere consilium,

et

uictus,

solum

uidentes

noster

socii

quod

Q

recreacio?

Mech

et merito cibum am i serunl.

uoluissem ,

t ni­

e

hus: Tu

alibus

d i c tis

ui secreto forfices abscondit. At inci­

s

sor quereos forfices et non inueniens cepit manibus terram percu­ tere et huc et il l uc aspicere suaque sede surgere et scamnum quod

sedebat manu demouere.

uocauit clientes et ret ,

grauiter

precepit incisorem ligari et ne aliquos uerbera­

uerberari.

ed incisor clamabat ita dicendo:

S

risfeci? Vt quid talibus me afficitis uerberibus?

A

rando

ue

tacebant.

per

su

Hoc uidens eunuchus statim suos

Quando

autern

assi

l

uapulando, eXosum uite soluerunt ,

133

fuerunt

Qui

Quid

fo­

t illi acrius uerbe­ rberando

respirans,

sed

t

e

ipse

longo tem-

1

1

poris

interuallo

eunuchus:

quesiuit

ab

eunucho,

quid

torisfecisset ,

Cu¡

De divitiis.

Dixit michi Nedui discipulus t u u s quod quandoque in·

sanires nec nisi uinculis et uerberibus correptus cessares, et ideo te

Alius philosophus: Noli associari rei deficienti, et ne postponas te

ligaui

associari rei crescenti. - Alius: Magis ualet parua beatitudo quarn

et

uocauir

uerberaui. et

ait:

discipulus: alii

hoc

Hoc

Amice,

Quando

audientes

audito

incisor

Nedui

discipulum

hec

plena dornus auro et argento. - Alius: V tilia perquire magno sen·

Eunuchus et

su, non magna uelocitate. - Alius: Ne respicias diciorem te, ne in

quando nouisti me esse insanum?

me

me!

riserunt

non cornedere et

utrumque

sciuisti?

merito

suum

penas

Ad

suscepisse

eurn pecces, sed respice pauperiorern te, et inde grates deo redde.

iudicauerunt. - Ad hec pater: Merito hoc illi accidit, quia si cus­

- Alius:

todiret

quod

superbire. - Alius: Qui multa cupit , semper maiorum fame tabes·

ipsum,

hoc ei

Moyses precepit,

ut

diligeret

fratrern suum sicut

se

Non deneges deurn pro

paupertate,

et

pro diuiciis noli

c i t . - Alius: Si uis in hoc seculo t á n t u m habere quantum sufficere

non euenisset.

poierit nature, non mulla decebit te congregare. Et si cupido satis· Castigauit

sapiens

filiurn suum:

Vide ne irnponas aliquod cri­ facere uolueris animo, Jicet congregatis quecumque in loto mundi

men socio tuo, serio siue ludo, ne ita tibi contingat, sicut duobus ambitu continentur diuiciis, sirís tamen ardebit habendi. - Alius: ioculatoribus contigit ante regem. Ad hec filius:

Narra michi, pa­ Qui

ter, obsecro.

Pater:

parce sua dispendit, diu durant ei

possessa.

- Alius:

Radix

Fiat . pacis est aliena non cupere, et

fructus eius est requiem habere. -

Alius: Qui uult relinquere seculum, uideat ne aliquid retineat quod si

Exemplum

XXI.

illius

parcium,

quoniarn

tantundem

ualeret, ac si

paleis ignem

De duobus ioculatoribus. extingueret. - Alius: Qui pecuniam congregar, multum laborat et uigiliis tabescit ne perdat; ad ultimum dolet, quando perdit quod

Venit

quidam

ioculator

ad

regem.

Quem

uocatum

rex

cum

alio obtinuerat. - Dispiculus magistro: Laudas congregare pecuniam?

ioculatore fecit sedere arque comedere. Sed qui prius aderat iocu­

Magíster:

Ita!

Acquire,

sed

iuste et

in

bono dispende nec in the­

lator, cepit inuidere superuenienti quem rex iam sibi preferebat et sauro reconde. - Alius:

Ne desideres res alterius, et ne doleas de

omnes aulici. Quod ne diu duraret , pudorem illi facere, ut sic sal+ arnissis rebus, quoniam dolare nichil erit recuperabile.

Linde dici­

tem aufugeret, cogitauit. ltaque uescentibus aliis ossa latenter pri­ tur quod mus ioculator coadunauít et ante socium posuit finitoque prandio in obprobrium socii coniectarn struem ossium regi ostendit et mor· daciter inquit:

Domine, socius meus omnium istorum ossium ves·

tituram comedir.

Rex

uero eum

toruis oculis respexit.

autern ait: Domine, feci quod natura mea, id est humana, require­ bat , quia carnes comedi el ossa dimisi. Et socius meus fecit quod sua

natura,

uidelicer

canina,

requirebat,

quia

Exemplum

XXII.

De rustico et

avicula.

Accusatus

carnes comedir

et

ossa.

Quidam eral

et

prodigo.

Dixit

Honora minorem te et da sibi de tuo, sicut

uirgultum,

in quo riuulis

fluentibus herba uiridis

ibi

quiesceret

pomario,

quedam

tando delectabiliter sedit.

Quam

deceptam laqueo sumpsit.

Ad

capere,

ut

auicula uidit

quem auis:

uel quod proficuum in

et

uis quod maior te honoret et de suo tibi tribual.

tu

- Alius: Turpe

quidem est multum diuiti homini esse auarurn, mediocri autem ho­ mini

pulchrum

largi

et

dandum

auari est

et

est

et

esse

prodigi

retinet

largum. michi

quibus

- Discipulus subscribe.

retinendum

ah:

Pater: est ,

Diffinicionern

Qui

dat

quibus

largos

est.

El

qui

Cur

te

comedam.

Et

auis:

Quomodo comedes?

aqua, quid ualebit auis tam parua? si assata fuero, multo minor ero. nam

Auis:

facies

quarn

dictis!

me

t ib i

auis

ait:

Secundum:

et

dulci

canore

dicere

Est

quod

cium: ne doleas de amissis !

laborasu

Cui

auis:

me

Pro n i ch i lo,

Si

comederis

ccctam

eciam caro erit h i spida. si me abire d i miser i s,

At

ille

contra:

Quale

At

Et

mag­ profi­

ille securus promissi auem

unum de prornissis: ne tuum

erit ,

semper

credas

habebis.

orn­ Ter·

Hoc dicto auicula arborern conscendit

cep i t:

Benedictus

deus

oculorum clausit et sapienciam tibi abstulit,

134

tantum

can·

audiuit,

tres sapiencie manerias quas maioris

trium uitulorum carnes. Cui

Et

Sed

consequeris.

Ostendam

permisit abire. nibus

ex

utilitatem

cuum?

auarus est.

prodigus est.

arborem

cantum

quia retenta nec prece nec precio cantaba. At ille: Nisi cantaueris,

prohibet quibus prohibendurn est et quibus non est prohibendum, Et qui dat quibus dandum et quibus non est dandum,

super eius

mei capcione sperasti habere? Ad

hoc horno: Solos cantus tuos audire cupio. philosophus:

uolucres modulamine

uocum cantus diuersos exercentes. Quadam die dum in suo ille fa· tigatus

De largo, avaro,

habuit

pro habilitare Joci conueniebant

135

qui

tuorum

quoniam

aciem

si intestino·

1

rum

plicas

meorum

inuenisses.

perqursisses,

Hoc audiens ille cepit

unius ponderis

uncie iacinctum

tlere el dolere arque palmis pee­

locum ubi parantur iltius casei, ut quem uolueris de multis, eligere possis. Sed

lupus astute uulpis deceptus uerbis quietum abire per­

tus percutere, quoniam fidem prebuerat dictis auicule. At auis ait

misit rusticum.

i l l i : Cito oblitus es sensus quem tibi dixi! Nonne dixi tibi: non ere­

lupum

de quicquid tibi dicetur? Et quornodo credis quod in me sil iacinc­

puteurn.

rus qui

puter radiantis ostendit et

deris?

sit Et

unius uncie ponderis, curn ego tora non sim tanti pon­ nonne

dixi

tibi:

quod

tuurn

est,

semper

habebis?

El

quomodo potes lapidem habere de me uolante? Et nonne dixi t i b i :

si

Cui

Quem

super

Descende

!

Vulp i s uero uagando huc et

deuiauit.

si

ueniente obscura

puteum

et

placer

stanti

i nq u i c :

comede!

tos, et si sola deferre non

poteris,

Ad

hec lupus:

Et hoc dicto u i derunt cordam pendentem in eral

urceola ligata et

deban t uu l p is

De libris non credendis.

simulac

filium

suum dicens:

Quicquid

inuenies le­

gas, sed non credas quicquid legeris. Ad hec discipulus: Credo hoc esse: non est uerurn quicquid est in libris. Nam sirnile huic iam legi in

prouerbiis philosophorum:

faciunt

fructurn;

Casrigauit

multi

quod

quasi

uidit ,

Multe sunt arbores, sed non omnes

fructus,

sed

non

Arabs filium suum dicens:

Fili,

omnes

comestibiles.

-

i ntra

rnichi

aliarn

caseum?

Vulpis

urceolam et

ceola

magnitudine

gente

cum

ponderis

in

in cu i us

lupi

capi­

pre

Nequeo

in­

Cur

non

ma g nitud i ne,

sed

Lupo

fundum

pen­

Quod

urceolam

autem inde gauisus ait:

ducta cito

Jeuis.

primi­

altera desdendebat.

ueni sicut spopondisti !

uulpe que eral

ras exil i u i l et

ai t :

Descende

puteum,

precibus

obsequens Lupus

ima

corde altera urceola, et

capite

una surgente

trauit et ad fundum uenit. affers

Philosophus castigauit

ingenio

tali

in alio

in

promi­

ut te iuuem faciam que hortaris.

te

nemoris auia deuolauit.

potuu, deduxit

formam !une semiplene

les?

rustico auis in

quantum

Hic est caseus quem tib i

ne doleas de rebus amissis? Et quare pro iacincto qui in me est de­ Talibus dictis deriso

i l l uc,

nocte ad altum

i n t rante

pet ii t ,

ur­

altera sur­

Que uulpecula tacto ore putei

fo­

puteo lupum d i mis i t. Et ita quia pro futuro quod

presens eral dimisit, lupus boues es caseum perdidit.

ne dimittas pro futuris

presencia, ne forsan perdas utrumque, sicut euenit lupo de bobus

De consilio accipiendo el probando.

promissis a rustico

Castigauit

Exemplum vulpisque

XXIII. De bobus lupo promissis a ruslico

de

indicio.

quo

ipse Ne

nollent

consilio

Lupi

uos comedant!

Quod

lupus

audiens adquieuit. Cum autern dies declinaretur et iam rusticus ab aratro

boues

boues quos tamen

soluisset,

sacramento

concessisti.

uenit

michi promisisti! firmaui.

Firmauerunt

ad

eum

lupus

ita dicens:

-

poteris

do,

fuerit

in

aliquo,

domin i domus

páter,

euenit ei?

ne cont i ngat tibi cuiusdarn

sicut

credidit.

Ad

latroni contigit qui hec

fi lius.

Da rnichi

Ad hec arator: Si uerbum dixi, non

Et

lupus contra:

tandern

Habere debeo, quia

Exemplum X X I V : De lalrone el radio lunae

pactum quod inde irent ad iudi­

cem. Quod dum facerent, uulpi obuiauerunt. Quibus euntibus ait

Dictum fuit quod quidam latro ad domum cuiusdarn xit

uulpi.

Quo tenditis?

Quibus dixit:

Pro

Quorno­

Pater:

callida

uulpis:

quarn sí tu

Alius castigauit filium suum dicens:

credas omni quod aud i es cons i l i o, donec prius an sit ut i le pro­

baturn

Quibus dixit:

filium suum dicens: Accipe consilium ab eodem,

periculose probaueris.

Dictum namque fuit de uno aratore quod boves illius recto tramite incedere.

Arabs

requiris experto, quod sic leuius habere

llli quod

nichilo alium

factum

fuerat

iudicem

narrauerunt

queritis, quoniam

intencione

quarn

fumus

furandi. exibat

Et

ascendens

peruenit,

et

si

tectum

aliquis

ad

i n t us

diuitis

perre­

fenestram

uigilarel

per

auscul­

rectum uobis inde faciarn iudicium. Sed prius permittite me loqui

tauit. Quod dominus dornus cornperit et suauiter sue uxori ait:

consilio uni ex uobis et deinde alii; et si potero uos concordare si­

terroga

alta

ne iudicio, sentencia celabitur; sin aurem, in commune dicetur. At

c ens u s!

Quod ut

ipsi

concesserunt.

Domine,

ait:

Da

boues!

michi

Et

unam

uulpis

primum

gallinam

Arator concessit.

Et

et

locuta scorsum cum

uxori

mee

alterarn,

et

aratore habebis

hoc facto curn !upo locura est dicens:

tatem

ipsa,

est

bat.

facundia

laborare.

Tántum

locuta sum

cum

rustico

quod,

si

tudinern

rn i chi

factum.

Hoc

lupus concessit.

Cui

uulpis

inde

in­

136

cuiquarn

multum

labora! Tune

i n q u i ras,

unde rnichi

fuerat

coactus

magis

quomodo

quod

ipsa

quern

tanta

alta uoce ait:

fac inde

pecunia

ac magis ut

tam

latro

magnum

fui.

At

censum

uenerir l

resciret

ipsa

mer­

uolun­

ait:

latrocinio

At

instiga­ Vide

M i ru rn potu i sti

nunquarn audiuirnus clamorem siue aliquam

137

In­

habeo

precibus sue uxoris inquit dicens:

secreta nostra detegas:

uidetur

adquirere,

m i ch i iste tam magnus

Quod deus donauit, serua et

iniunctum quasi

uenit

magnum habuisti censum, curn nun q uam

i lle:

et non

Demurn

ne

clipei

tuarn

unde

rescias,

tam

Al

sicut ei

boues illius dimiseris omnino quietos, dabit tibi caseurn ad magni­

quit: Concede aratorem boues suos abducere, et ego ducam te ad

vnde

fueris?

cator

Audi, amice, et meritis tuis precedentibus pro te debet mea si qua

uoce,

ca·

lumpniam

cuit

ad

inde.

quod

At

ipse

dicebam

fenestram

ait:

Quidam

quando

accipiebam

super

radium

magíster

tectum

lune

meus

carmen

ascendebarn;

manu

et

me

et

carmen

do­ durare

regnum

et

,

ueniens

meum

sep­ t

cies

et

dicebam,

quicquid

«sauíem»,

scilicet

preciosum

et

ita

inueniebam

descendebam

in

domo

sine

corradens

periculo

mitis

ibus

el

hoc

facto

iterum

ad

radium

ueniebam

!une

et

crude

A le x andrum

dicto

cum

omnibus

in

domo

sumptis

eodem

ad

hospicium

deferebam.

ascedebam

Tali

ingenio

Bene

Iecisti

sua

in

-

persona

sua

Ar

in

Melius

d cens:

peccantis

ep

est

,

bonus sit

si

egi,

i usto

persona

i s t otiles

i

ita

hunc

m

carmine

et

quod uel

sustuleram

lis.

magnam

homines sepcies

in

et

facer

r

i sto l a

si

quem

mal

et

í,

dil

iliciam

igent

quia

t

t e;

enere.

tigauit

ua

s

cas

paucis

cum

nec

I tem:

ulli

properes

expectabit

diucius

Tene

te

am

iu

reddere

t

e

regere

sticiam

mu

diuc

­

gen

regem

tuos

pace

rectam

icus

gentibus

esset

malus

sumebam;

quam et

s

regi

quam

in

t uum

ius

ter i

bon

timebit

te

pos­ inimicus.

sideo

censum

dixisti;

nam

docebo,

habeo.

quando

At

Ar

mulier

filium

dominus

ait:

habuero,

inquit:

ne

pauper

Permitte

me

quod

degat,

amodo

michi

hoc

talia

carmen

dormire,

quo­

XXV:

Ex e m p l um niam

sompno

aggrauatus

quasi

dormiens

stertere

uolo

cepit.

quiescere.

Perceptis

Et

ut

magis

denique

talibus

uerbis

fur Pla

nimls

índe

gauisus

est,

et

dicto

sepcies

carmine

et

as

sumpto

to retulit

i

Jaxatis

lune

manibus

et

ped

ibus

fenestram

per

in

dom

x,

faciens

cecidit

sonum

t

et

frac o

crure

io

et

um

mui

t.

dominus

At

mus quasi

do

tarro:

hec

go

E

i n q u i t : Tu

nesciens

l

sum

i le

x

fur

infeli

es

quis

qui

tuis

qui

Cuius

ibus dictis. -

ita

Ad

hec

fi

lius:

Tu

benedicar

is,

q

uoniam

cons

t u rn . c

-

uius

omn

us:

Ne

benefactum,

ia

cernentis

pecces

uel

Ali

serua

am

,

: Caue

ait

consili

ctas

ere

accusa

quon

iarn

um

a

consilium

quoniam

se

losa

et

monen

gat

qui

t. -

z imum,

dene

Si

Alius:

sepissime

ma

donec

ri s

quod

in

ximum

c

al

­

deneges

ali

m oculis

benefactum

fueris

fermenta­

sit

cora

iquo

bono,

o m m i n u it u r

b

ne

onum

dicite

et

dierum spir

?

creat ure

facturn,

;

st

hoc

pote

tura

ad

factum,

ec

Ad

deo

esse.

sed

;

et

Magister:

uram

ni

si

x

e

ganl

dene

suum

diuis

it

Dico tibi ille

D iscipulu s :

creat

suos

non

ma

deum

.

gistrum

gister:

h

dcnegat

inobediens

ma

denegare

quos

qui

h ibui t

quod

ille

obedit

michi

rac

enefactum t;

et

et

illi

crea

toris

l

est

quomod

i

x

proced t

dene

ben e

tori,

rec

ionem

qui

l

ue

·

denega

ue

e

gant

dene

gant

ita

ilosophus

r

qui

regi

b

proceda

benefactores

ph

tum

non

Nullum

Pro

benefac

Ostende

deo

:

legate

,

per

Rex t

obedi

leo

uirge,

-

deo.

,

et

,

rege

qui

o

um.

His

His ait:

tor

,

sed

obedit

Alius

cui

ante

ph

Jeuis

est

uerax

rectori:

animus

suum

est

multis

gionis

sue

re

ait:

Videte

in

me

et

Grecia

in

e

part

i bus ­

uicine

quam

meum

ma

man

gnum enire

credo

sit

quod

gere

illud

.

Sed

illius

necem

­

dicto

tac

uil

et

qui

eu

reprehenden­

o.

i

corri

est , et

a

ut

mo

ille

il :

ga

uir

qui

i

de

fest nab

non

Custodi

puero

ri e t u r .

138

. -

obedit

te

a

Alius:

Alius:

virge,

ge

re

Qui

q

u id ,

n em . et

gati

immiser

mu

Philos

gís

re

icordes

Die

illis

de

ophi:

ad

et

qui

o

d

a

e

is!

ut

eius

p

t.

m

hospic

tus

ium

t

he­ i

ut

u dit

ei

pe

subditos

rteretur

rtinaci

t

E

­

de

d

iu

­

am

animo

g entes.

ophis

in

guberna

immoderatam conue

m

Qui

Deus enim

hilosophi

philos

­

ali

deserta

petiissen

rec

suscitauit

audientes

per

qui

misi

,

Quos

i llius

et

ius

i.

t

e

ium

tr

uenturu

eum

urbem

non

i llum

malum

tercia

sit

conciuibus

creauit,

barbaras

uer

estra

philosoph

a rum

obis

ophis uestris

u

inobedient

n

uiam

querentibus

correpcionibus

rn o. Quod

uniuersi.

philos

intrauere

qu

quid

o m i n e Marianus,

de

i losophos

lli

nec

prope

ota vita

eum

tamen

omnino

ho

t

Sed

materia

multimodis

n

go

subdidit,

Deus

hic

er

ph

ad

le

i

rn o ,

itauerat

ipse

d uersa

Sed

in

septem

pa

ite,

extitit.

sapiens

ho

errexeruót

uen

s.

scimus

in

oc

h

mirabantur

querenti

bus

l



deum.

terra est:

in

is

naciones

de

nullum

eum

p

tandem

aderant

Ad

inhab

quod

itis

V enite

­

crea

i

us nequiciam

monuit

peract

fuit

aud

non

e

sapiens

uobis

pr us

pass

it u m

gem

ilosophus

tempus

ximum

própter

quod

uestro

it u r.

maximam

immitis

t

eadem

loqu

ita

diuersas

bene

malo

rector

tocius

cognoscimu

quos

quam

inuenere

custodia

tis. lt e m :

i ud i c i o

quidam

nctum

repa

t r i and i

mini, q uoniam

rege bono el

,

aliquid

cor

sit

sa

declarabit.

c

De

si

pore

in

moratur

itu rn

sapiens

benefactum

rex erat

quidam

ma

congregatis

bellum,

Sed

uenturum

uobis

rem

i scip u lu s

Quibus

uestro

Mariani dicturn

enefacto

b

d

.

in

iminalibus

postquarn

ittitur.

lnterrogauil

euentum

gruat

uobis

peccatum.

,

cr

illius

De

creuit

i lia . De

P h i l o s o p h us

Huic

do

dum

uitare

me

sciret

.

credidi

i

fallac

ut

philosophos

uob s

edocuisti

pro

con

michi Ad

pheciis quod

de

crudelis

ge­

brach

dauit

cecidisti?

libro

gentibus

bellum. magnum

in

manu sene

rad o

M a ri an o

De

deciperet ,

qui

t

ille

e

non

malum

mortuus

imposuit

Aud

it i s

predicto

sa

qu

talibu

piente

s in

t

es

ille

dom

prophetic

inus

uester

i sit rectus g uberna t or

de

septern

heremo

i

qu

uenerant

remanentibus

o

,

spiri

et

tu

deus

t rnitis

e

di

xit:

iam gent

philosophis qua

tuor

Reuerti­

nouum

ibus

tribus

repa

­

re

­

subdi

cum

triauerun t.

qui

obedit

ferus est t

dici

Di u c i u s patitur

ibi

reuerendus

t

Qui run

omn

i a,

sicut

eis

predictum

t,

fuera

uera

et

cons

ti t u t a

inuene

­

dispen

­

t.

u

de

Arabs

deus sa

ma

ior

dix

it filio

fuerit

: Ne

suo

uam

q

i

morer s

redditus

.

139

in

ciuitate regís,

cui

us

Exemplum

XX VI:

De duobus fralribus regisque dispensa

gem,

diu possit, nec unquam

srare

loquatur nisi cum opus fuerit; assensu

ccperit

procerum cuidam suo familiari, quem antea cognouerat in secula­

audire

ribus

q

Dicturn

namque

est

quod

esse prudentem,

quidam

tocius

regni

prouincie redditus susciperet, ministros

et

mercator

remotam

dispensas

rex

suorum

habcnas commisit,

ordinaret.

Eius

frater

ciuitatem.

Qui

qui

tocius

domum et domus

placita tractaret,

incolebat

communi

alterius

regni

diues

percepto rumore de

uod dicit

ne oporteat regem

rex,

uodcumque rex precipiat

se homini

r

ege

r

ni

si

ec

n

pse pre­

i

semper sil in t ent us

bis preceptum repetere;

faciat; sed caueat

regem diligat et

quod

ex p reci p iat;

d

fideliter consilium taceat ; el

morari; et q

uideat

onec

sedear,

nec moretur cum

ne regi m e nci a t ur, et

ei obediens; nec unquam associet

sit

uem rex odio habeb i t. Et cum hec omnia et multa alia

q

fecerit , forsitan magnum non habebit de rege pro fi cuum . lius:

ret,

boni acquirere. P á t e r : Hoc multis iam euen i t ; el ideo precipit phi­

iter

incepit.

Premisso

tandem

nuncio,

improuisus ueniret, qui de aduentu suo qua

frater aderat

occurrit

ei

et

appropinquauit.

hilari

uuhu

ne

subirus

aut

fratri rcferret, ciuitati in

Audito

accurate eurn

fratris

suscepit.

aduentu

frater

Transactis

aliquot diebus, prouiso tempore et loco, regi eciam suum

uero

N

ichil

losophus

peius con 1i ngit

- Fi­

fratris sublimacione parare cornitatu prout decuit, ut fratrem uise­

ne

quisquam

philosophus di x i t: seculum perdit et

Q

homini quam diu regi seruire et

nimis

moretur

ui serui t

regi

ut

in

seruicio

ita dicam

s

regís.

n

Et

ichil

aliu

ine for tu nio ,

s

oc

h

ali u d .

fratrem

aduenisse inter cetera que sciebat placere retulit. Cu¡ rex: Si frater tuus tecum - eciam

in meo regno remanere adquieuerit, omnia tecum

mearum

custodiam

rerum

illi

De modo comedendi

- cornmunla esse concedo.

Quodsi laborem renuerit, in hac ciuitate largas possessiones ei da­

Fi l i us:

bo et

medere coram

bo.

omnes consuetudínes el que michi

Si

uero demum

plurima

facere deberet condona­

ractus amore natalis soli

uesrimentorum

mutatoria

et

repatriare

quecumque

ei

uoluerh,

necessaria

pater quare obl it us es dicere quomodo debet

O

ferencia

est

rege?

Pater:

on

N

nter comedere coram

i

f

rege

quomodo ubique debeam comedere.

horno co­

ui dicere, quia nulla dif­

oblitus

et

alibi.

Pater:

Filius:

Cum

Die

ergo

ablueris manus

fuerint, largire cum habundancia! Auditis sermonibus regis frater

ut comedas,

fratrem conuenit et quanta dominus promiserat, ordine retaxauit.

medas panem priusquam ueniat aliud ferculum super mensam, ne

Cui frater: Si uis ut tecum morer, ostende michi quanti sint reddi­

dicaris

tus regis. lpse aurern omnes ostendit.

deíluant

Deinde interrogauit quantas

Iaceret , Quod et ipse indicauit. Tune ipse compu­

dispensas

rex

tauit

cum

fratre quod tantus erat redditus quanta et dispensa.

dixit

fratri: Amice, uideo quod tanta est

Et

regis dispensa quantus et

redditus. Sed si surrexerit bellum regi ues tro uel aliquid tale, unde procurabit milites suos uel unde inueniet eis nummos1 Frater: Ali­ quo

consilio

acquiremus.

pars h u i u s consilii, et

Cui

frater:

Timeo

ne

census

meus

sit

ideo uale, quia nolo hic amplius morari.

impaciens;

quam

patrem:

Si

regi. Cui pater: ter,

1010

credidero

remotus, frigebis. - Arabicus interrogauit uerbis

philosophi,

nunquam

familiaris

Fili, regi placere magna prudencia est.

Filius:

placeat

ti

bi praua

plac cre.

Pater:

Ad

huiusmodi

panas

commasticatum

donec

os

sit

tibi

bolum

gluto;

in

uacuum,

nec

ore ne

comedas;

in

g

ore

tuo,

uinosus ; intret

pusillo

in

Post

rusricitas.

prandium

manus ablue, quia

phisicum

prandia

ilius:

man i bus non ablutis ter g un t ur .

Si quis inuitauerit

me ad

prandium, quomodo respon­

Concedam statim an non? Pater:

orum precipit! Si

inuitantis.

Dicit en i m: Si enim

magna

quis

ac sicut auctoritas

F

I

ude­

inu it aueri t te, uideas personam

persona

uerit,

f

s

tatirn

concede;

sin

Pa­

refertur

uerterentur.

Sed de multis pauca et que si obseruaueris erunt utilia referemus. Ad quem filius:

lo­

utture

au t em, secundum quod erit uel secunda uel tercia uice. Hoc eciam

instruccionem

tedium

g

est et curiale; ob hoc enim multorum oculi deteriorantur , quoniam

de

Abbraham.

Quadam

enim

die dum coram

ianua, transeuntes sub humana specie uidit tres angelos. suam

domum

intrare

honesto

uultu

rogauit ,

Etsi arrectis auribus multa cupio, promissa tamen

autem tectum

ad

magna Loth

persona

eral,

concesserunt

sua sraret uos ipse

Q

pedes lauare,

quoniam

tibi

de

tibi causa mortis; et si uideris bolum

sit

et

perscriberentur,

nec

nec

in parapside coram sodali, ne sumas, ne dicatur

rum refeccionem sumere, lassos artus sompno recreare.

si

mice prius­

ne straguleris;

dicaris

multa essent necessaria, que modo ad memoriam non reuocamus, fortasse

ut

tuo

lucias bolum

tenueris, ne aliquid

tuo

nec co­

ero

erudi me quomodo, si oportuerit me regi seruire, ut prudens el

bene doctus ualeam

tan t um

in in t imam arteriam et sic quod

debo?

cremaberis; si ex

fuerit

sumas

nec

inde , ne dicaris

quaris dum aliquid in ore

F

Dixit philosophus: Rex est similis igni: cui si nimis admotus fueris,

hinc et

bene

pocula

post

De Iamiliaritate rcgis

n i chil tangas nisi prandium donec

eius

cibo­

lpsi uero,

pe t icioni.

Cum

uenissent et iterum atque iterum rogarentur quod

eius subintrarent, quia auctentica non erat persona, uelut

audiendi auidus uehementer efflagito. Pater: Qui uult regi esse fa­

coacti

miliaris, debet

fuero ad prandium, quid faciam? Parum uel nimis cornedam? Cui

uidere omni uisu

mentis quod, cum uenerit ad re-

140

annuerunt.

-

luuenis

senem

141

interrogauit:

Cum

inu i tatus

senex: Nirnis! Quoniam si arnicus ruus fuerit qui te inuitauit, rnul­ tum Ad

gaudebit; quem

audiui

si

autem

senex:

de

Quid

Maimundo

inimicus, dolebit. rides?

nigro.

Puer:

Hoc

audito risit

Recordatus

Quidam

enim

sum

senex

uerbi

quesiuit

qua que uigilabai pro domina, oblita fuit candelam in thalamo, et

puer.

ita combusta est

quod

uus:

ab

eo

lpsa

domus tota.

uolebat

ignem

eius et mortua est.

et

Pedissequa ubi est ? Ser­ cedidit

trabs super caput

Dominus: Tu quomodo euasisti cum tam piger

quantum posset comedere. Cui ipse: De cuius prandio, de meo uel

sis? Seruus:

de alterius?

dominus contristatus ualde ad uicinos suos uenit orans eos ut reci­

At

ille:

De tuo. Maimundus: Quanto minus possum.

Cum

Dorninus:

extinguere,

uiderem

pedissequam defunctam, effugi.

Tune

Senex: De alterius quantum? Maimundus: Quanto rnagis possum.

peretur in alicuius domo et hospitaretur.

Senex: Tu modo recordaris uerborum cuiusdam gulosi, pigri , stul­

amico

ti,

eo

tristaretur. lpse uero retulit ei omnia que dixerat sibi seruus. Ami­

luuenis: Multum placet michi de eo audi­

cus autem desolato retulit uersus amico, ut consolaretur eum, di­

garruli

et

nugigeruli

amplius in eo inuenitur.

et

quicquid

tale

de

illo

dicitur

uel

suo.

re, quia quicquid de eo est , derisorium est. Et si quid de eius dictis

cens:

uel

graues

factis mente retines, eloquere, et habebo pro munere.

Senex:

Qui

cum

uideret

eum

Interea obuiauit cuidam

tristem

interrogauit

Arnice, noli desolari, quia rnultociens contingit aduersitatum

inundaciones

sustinere

quod

quare

ita

homini tam

desideret

eas

eciam inhonesta morte finire; et statirn eueniunt ei tanta commoda quod prorsus dulce sit ei preteritarum rerninisci aduersitatum. Sed

Exemplum

XXVII:

De Maimundo servo

hec humanarum rum

ordine

rerum tam

surnrni

immensa

rectoris

fluctuacio

distinguitur

uariante merito­

arbitrio.

Hec

eciam

Dominus suus precepit ei quadam nocte ut clauderet ianuam. lpse

prophete Iob corroborantur exemplo, cuius animum non pessum­

uero

dedit amissio rerum.

crat

desidia pressus surgere non ianua.

Mane

autem

facto

potuit

dixit

et

ideo dixit

dominus

quia clausa

seruo:

Maimunde,

aperi ianuam! Cui seruus: Domine, sciebam quod uolebas eam ho­ die esse

apertam

et

ideo

nolui

eam

sero claudere.

Tune

primum

De saecularium instabilitate

comperit dominus quod própter pigriciam dimiserat et dixit: Surge fac opus tuum, quia dies est et sol iam altus est. Cui seruus: Domi­

Numquid

ne, si sol iam altus est , da michi comedere! Cui dominus: Pessime

seculo isro, cum mutabile sit, aliquid stabile habere,

serue, uis nocte comedere? Seruus: Si nox est , permitte me dormi­

test in hac uita aliquid durabile, cum sint omnia transitoria, habe­

re!

- Alia uice dixit

dominus seruo

uideas utrum pluat necne! extra ianuam, et

cum

noctu:

Maimunde, surge el

lpse uero aduocauit canem qui iacebat

uenisset canis, palpauit

inuentis siccis domino inquit:

pedes eius.

Domine, non pluit. - Alia uice do­

minus interrogauit seruum noctu an ignis esset in domo. uocato

murilego

ternptauit

an

inuenisset eum frigidum, ait: audiui;

Quibus

calidus

esset

an

non.

Domine, non. - luuenis:

modo garrulitatem eius audire cupio.

lpse uero

Senex:

Et

cum

Pigriciam

Dictum

fuit

eciam

audisti

re? - Arabs dixit aduersi,

noli

quod

filio suo:

nimis desolari

dicit

philosophus:

Fili, cum

Quis

potest

in

uel quis po­

forte contigerit tibi aliquid

nec nimis inde tristari,

quoniam

hoc

est genus deum negandi; sed deum debes semper laudare tam de aduersirate hominibus

quam

de

prosperitate.

que eueniunt

eis

ut

Multa

maiora

contingunt que in bono finiuntur.

Et

enim

mala

mala

contingunt

effugiant;

et

multa

ideo laudare debes deum in

omnibus et in eo confidere, sicut dixit uersificator: Cum fueris in tristicia,

nichil

inde

sollicitus eris,

sed

omnia

in

disposicione dei

quod dominus suus ueniebat de foro letus pro lucro, quia multum

permitte et renuncia semper bonum futurum et ita eris oblitus ma­

lucratus

lorum, quia multa mala eueniunt que in hono

suum.

fuerat.

Et

Quem cum

exiuit

uideret

seruus

Maimundus

contra

dominum

dominus, timuit ne aliquos rumores ut

mos suus erat diceret et dixit: Caue ne dicas michi rumores malos! Seruus: pella

Non dicam rumores malos, sed canis riostra paruula Bis­

mortua

est ,

Cui

dominus:

Quomodo

mortua

est?

Seruus:

Mulus noster exterritus fuit et rupit camum suum et dum fugeret, sub pedibus suis canem suffocauit. mulo?

Seruus:

In

puteum

cecidit

Dominus: Quid actum fuit de et

mortuus

est.

Philosophus ait: comedes

rnel

sine

finiuntur.

Huius seculi bona sunt commixta; non enim

ueneno.

-

Alius:

Quecunque

in

bilis lamen habebis, et mala uiribus deuitare non poteris. - Alius:

ci negant.

- Alius:

Dominus: Se uenustantem semper seculum dedecorat,

cidit ita quod mortuus est, et inde exterritus fuit mulus. Dominus:

Et peroplantem se terra deglutit

et

uorat.

Quid agit genitrix eius? Seruus: Pre nimio dolore nati mortua est. -Alius: nerem

(2uis custodit domum? Seruus:

uertitur et quicquid in

ea erat.

Nullus, quoniam in ci­

Dominus:

Quomodo com­

busta fuit? Seruus: Eadem nocre qua domina mortua fuit, pedisse-

142

sunt

Quod pigro assequi desiderata donant, idem consequi cu pita uelo­

Quomodo exterritus fuit mulus? Seruus: Filius tuus de solario ce­

Dominus:

seculo

comrnutabilia sunt; et que ex eis sunt tibi bona uentura licet sis de­

Quasi in

ictu oculi

Et cum sit

finitur gloria mundi,

fragilis, non exeptanda uidetur.

143

Exemplum

XXVIII:

Prouerbialiter enirn

De Socrate ( = Diogene) et rege

Socratern

dicunt

incertus. Et philosophus ait: Operare pro futuro seculo quasi nunc

seculares tumultus deuitan­

sis

moriturus,

et

pro

presenti

sicut

semper

uicturus.

Melius

est

enim quod post mortero tuam a te quesita habeant inimici quam in tem

et

agrestem

dimidium yrnbri

et

uitam

cupientem

inhabitasse dolium,

eral

quod

apertum

nemus

incoluisse

cuius fundum

iocundo

soli.

et

tugurii

loco

uento opponebat

Quem

et

uenatores regis

inuentum dum intuerentur et illuderent quoniam pedículos suffo­

uita tua egeas quod quasi

tibi

subueniant amici.

transitus: ob hoc itaque cum

- Alius:

Seculum est

honestate tibi omnia prouide,

quia breuis est cursus uite. - Alius: Seculum est quasi pons: tran­ si ergo; ne hospiteris. - Alius: Seculum est quasi pons instabilis:

cantern, ceperunt auertere radiorum solis amenitatem. Quibus ille placido uultu

ait:

rnaris. Talibus

Quod

michi non datis, auferre rnihi non presu­

eum de lare qua degebat expeliere uoluerunt et

irati

cuius

introitus est

Dicit

urerus, et eiusdem mors erit exitus.

matris

in deuia abducere, ne pretereuntis aculas domini tam uilis persona

Mors est

offenderet.

Sed quero post hanc que sit habenda domus.

Quod

non

ualentes

minati

sunt

ei

dicentes:

-

uersificator:

Vade ne

porta patens terrenis peruia cunctis;

quid mali ex proteruitatis studio tibi contingat, quia rex noster et dominus cum

ramiliaribus suis et

primatibus est

hac parte transi­

turus. lllos autem in se latrarues philosophus intuens: Non est, in­ quit , uester dominus meus dominus, sed pocius mei est serui ser­ uus.

Quod

eum

detruncare

audientes et

sentenciam modum

nouercali uultu eum respicientes quidam

proposuerunt,

audirent,

decertarent,

quirens que gesta

parcere rex

minus

ei

uero

improbi

decreuerunt.

adueniens et

Dum

que causa

donec

uero

litigii

in

regis hunc

foret

per­

fuerant uel dicta famulis referentibus cognouit.

Est penas

enim

domus

deliciarum

promerencium.

-

deo

Arabs

famulancium,

interrogauit

est

et

patrem:

diuersa

Quomodo

domum deliciarum et gloriam eius lucrari potero? Pater: Quicquid melius et preciosius habes, repone in ea custodiendum, et inuenies cum illuc domum

ueneris tibi

paratum.

Filius:

Quomodo possum in eam

pecuniam premittere, cuius hostium

Parer:

Audi

Filius:

Páter,

quod

fecit

fare,

filius consiliarii

nec subterfugiam

nondum noui adire?

regis post

obitum

monitis obedire.

patris.

Pater:

Voleos itaque rex que sibi relata erant turpia uerane an fiera fuis­ sent cognoscere, ad philosophum

properauit et

inquirens quid de

se philosophus dixerit, sicut prius famulis ita nunc sibi eum sui ser­

Exemplum

XXIX:

De prudenti consiliarii regis filio

ui seruum esse asseruit. Quorum sentenciam uerborum rex benig­ no affatu diligenter enodari sibi postulauit. Ad quem philosophus seruata

uultus

dignitate

leniter inquit:

Yoluntas quidem subiecta

est et seruit michi, non ego sibi. Tu e conuerso subiectus es uolun­ tati et sibi seruis, non ipsa tibi. ltaque seruus es eius qui michi ser­ uit.

Tune

rex

uerbis tuis,

defixo

paululum

uisu

sic

cepit

loqui:

nichil mee potenciam glorie uereris.

in angustam sue mentis sedem ambicionem mortalium rerum

receptus ait: dominatam

tacita;

sed

patet

in

Cui philosophus

Seis ipse nimium tibi

fuisse et materiam ge­

rendis rebus te obtauisse, quo ne uirtus tua ut ipse nesceret

Yt

fateris conse­

ob cupidinem glorie sicut rei sinceritas est

fe­

cisti adipiscende. Que gloria quam sit exilis et tocius uacua ponde­ ris,

sic

considera:

Tue

preterite

glorie

potencia

utpote

que

iam

Rex

quidam

sapientem

tandem legibus nature

habuit

consiliarium

fauens paruum

et

reliquit

familiarem ,

heredero

qui

bene dis­

ciplinatum et curialem. Cui totam que magna erat possessionem et diuiciarum aceruos subscripsit et morti cessit. Qua racto rex ad se puerum uocauit et de patris occasu ne plus iusto doleret ammonuit et quecunque pater illi

regencia dederat testamento firmauit et

in­

super quod etate eius exigente in patris locum susciperet eum pro­ misit.

lnde ualedicto iuuenis letus ad propria remeauit. Quem rex

obliuioni

tradidit,

temporis

interuallo

adeo

egere

uidens

quod

puer

bone

nec in

ipse

ad

eadem

ciborum indolis

regem

remeare

regione

inedia animo

qua

festinauit.

puer

inerat

periclitarentur condoluit,

Longo

ceperunt

fame.

condoleos

Quod horrea

nulla est, metuenda non est; sed neque futura, cuius euentus dubi­

depleuit et pauperibus distribuit et de penu uinum extraxit et car­

tabilis est et incertus;

nes quas habebat egentibus erogauit. Et crescente penuria decres­

momentanea nulla

parte

quasi

sui

est

in

de presenti constat quia ita parua est quod ictu

oculi

formidanda.

sit -

annullanda:

uerbis rex ait complicibus suis: Seruus dei est! lestum ei

faciatis aut

ob

hoc

ergo

in

Perceptis denique philosophi Videte ne quid n10-

inhonestum.

cens pecunia indigentibus non suffecit. nona

thesauro

sustinere ciosis

non

uitam distulit,

lapidibus

egit.

fame uel

siti

nec suffecit. Et

sic

Pastea

uero dato pro an­

laborancium quousque potuit Hoc idem de uestibus et

transiit

circulus

anni,

in

quo

pre­ non

paucos iam mortis nexibus irretitos liberauit. Erat autem in eadem regione quidam regis prescripti notarius, qui liuoris macula tactus

De vitae termino

puero inuidebat et graues inimicicias contra eum latenter exerce­ ltem discipulus magistro: Cum secularia ita sint exilia, cur prepa­

bat. Qui regem erga puerum in iram exasperabat his uerbis: Domi­

ramus tanta quasi durabilia? Magister: Quoniam uite terminus est

ne, lenitas uestre maiestatis in uestri filium consiliarii, cui pater in-

144

145

finitam reliquit Modo

pecuniam, ne dicam stulte , nimium mollis extitit .

namque

nec

uos

nec

ipse

pecuniam

habetis,

quam

ipse

insulsus superflue dilapidauit. Rex uero talibus in iram commotus

Alius

philosophus:

Huius

seculi

diuicie

sunt

transitorie

sicut

hominis sompnia dorrnientis: qui euigilans quecunque habuerat in aperiendo oculos irrecuperabiliter perdidit sicut uulgo dicitur.

pro puero legauit. Cui talia dixit: lnsipiens lili sapientis, inhers ar­ tificiosi, prodige largi, ut quid diuicias sapienter congregatas et ti­ b i a d seruandum commendatas dedisti perniciei? Ad hec puer uisu in

terram

defixo

-

principis

enim

uultuositatem

utpote

inflammatam luminibus uerebatur: Domine, si pace uestra licet di­ cere,

non

relictus.

ut

quibusdam

uidetur stuhus patre sapienti

uobis sum

Pater etenim meus congregauit thesaurum, congregatum

unde fures rapere possent collocauit et michi cui possetis auferre uel ignis posset comburere siue aliquis casus eripere reliquit. Ego uero

eundem

ibi

collocaui

ubi

Rex autern quid inde fecisset egerat retaxauit.

fideliter

rogauit.

sibi

seruabitur

Exemplum

XXXI:

De opilione et mangone

toruis

et

michi.

Puer uero quid et qualiter

Comperta denique iuuenis astucia remune�atum

Opilio quidam in sompnis mille oues habuit. Quas mango quidam cupiens emere ut

carius

uenderet,

sicut

sompnianti

uisum

fuerat

pro unaquaque oue duos solidos dare uolebat , Sed qui uendebat, cum

duobus

solidis

denarium

pro

unaquaque

poscebat.

precio contendentibus hoc modo sompnus euanuit.

lllis

de

Sed uenditor

dum esse sompnium comperit, nondum apertis oculis clamare ce­ pit: Pro unaquaque michi uiginti denarios tribue, et tecum

abduces!

-

gaudia

sectantes

et

Hunc

uero

in

modum

sunt

quotquot

transeuncia

mundi

rex prius eum coram circumstantibus laudauit, laudato patn� ser­ uiciurn

recompensauit.

Qui

exinde

lucrando

nouas

et

maiores

prioribus diuicias adquisiuit. - Hoc modo quod preciosius habuit

ueniens dies,

id

diuersis

retineant

ut

inhiantes

de

improuiso

est finis uite, intercipit et queque cupita

uelint

no­

lint adimit.

filius consiliarii regis in domo deliciarum thesaurizauit. Auditis

sermonibus

patris

filius

inquit:

luuenis

iste

sapienter

egit et magne specimen bonitatis in se futurum indicauit.

Et

fecit

De morte

sicut philosophus filio suo precepit dicens: Fili, vende hoc seculum pro futuro et utrumque lucraberis.

Item

Quod ita contigit.

filius:

Minime,

Mortis

nexus aliquo

modo

fugere poterimus?

Pater:

quoniam illius incurabílis est morsus nec medicis artibus

eius auaras fugiemus manus. Filius: Quomodo ergo ne sustinebimus?

Pater:

Fac

nimis

ledat

sicut dicit uersificator:

De futuro saeculo Quod uitare nequis constanti sustine mente! Alius corrigens filium suum dixit: Fili, pro futuro seculo operare, antequarn seculares

mors segreget te ab opere. delicie

et

irretitus

fallaciis

Alius:

Vide ne decipiant

secularibus

mortis

Sic que dura

fuit

mora tibi mitis erit.

te

uenture

obliuiscaris, ne tibi contingat sicut latroni domum diuitis ineunti.

Exemplum XXXII: Cui

filius:

Ede, pater quid accidit?

De philosopho

Pater:

per cimiterium transeunte

Dictum est de

Exemplum

XXX:

De latrone qui nimia eligere studuit

quodam

philosopho

quod per antiquum transiens

cimiterium laminam uidit marmoream cuiusdam mortui cineribus superpositam; sed in ea uersus

Domum diuitis fur intrauit et diuersis eam gazis plenam inuenit.

bus loquentis

exprimebant

inscripti

uerba sepulti

pretereunti­

hoc modo:

Hinc stupefactus de diuersis diuersa et de preciosis preciosiora eli­ gere

studendo

curauit

et

quecunque

uilia

relinquens

in

eligendo

tempus consumpsit, donec dies adueniens quid facere uellet dete­

Verba mortui cuiusdam

xit. Expergefacti de improuiso uigiles domus in eligendo furem re­ periunt, capiunt, inde loris et fustibus cesum in ima carceris detru­

Tu

dunt.

Auribus et cordis

Ad

audiens diem

ulJ.imum

ystorias

uenturum

data

sicut

capitalem

subiit

precogitasset,

quod grauius extitit,

de iam

confesso

sentenciarn.

ne

loris

et

sentencia Qui

fustibus

si

tam

prope

cederetur

ne capite priuaretur precauisset.

146

amaras

uel

prope qui transis nec dicis

Sum

quod

Mortis,

hec

'aveto

!'

resiste,

mea dicta tene:

eris; quod es, ipse fui, derisor amare

dum licuit pace

iuuante

frui.

Sed ueniente nece postquam sum

147

raptus

amicis

fac Atque meis farnulis, orba parente dornus Me contexit humo deplorauitque iacentern

ma.

uultus corrosit terra nitorem

Queque fuit

forme gloria magna iacet.

sunt

fuero forte retectus humo.

Ergo deum Vt michi

pro me cum pura mente precare,

perpetua pace frui tribuat.

Et quicumque rogant Vt

mecum maneant in

Itaque

antequam

dierum

antiquorum

Meque fuisse uirum nequeas agnoscere, si iam Ad uisum

et

ueniat

dies

eras reuertar

summonicionis,

et non

rnorabor ,

ad

deum

quia sic

eras­

tinantem te impediet concupiscencia uel forsan retinebit dies extre­

lnque meos cineres ultima dona dedit. Inde rnei

assidue

reuertere et non dicas:

qui

reges, vbi

reminiscere

seculi

omnes

príncipes,

transierunt, vbi

et

et

generacionum

inde

diuites qui thesauros

et inde superbi

fuerunt? Modo sunt sicut qui non

sunt

finiti

qui

bore

cecidit

sicut

quo

Non

timeas,

timeas nim i s ; de seculi aduersitatibus non

pro me, componer in

unum,

me

regione poli.

tui

diem

Memento

iudi c ii,

paueas

tui creatoris

qui

tuorum

Vbi

congregauerunt

fuerunt, modo

non uixerunt, modo sunt sicut

ulterius non redit.

annorum

sensum.

accipe

flos

qui

anima

de ar­

mea, non

timar tuus !

oriatur

multitudinem

Ti­

peccatorum!

tuus iudex est et testis!

Relectis iterum et iterum uersibus istis, secularibus postpositis, factus est heremita philosophus.

De aliis heremitarum dlctis

Exemplum XXXIII:

Heremita

De aurea Alexandri sepultura

quidam

quesiuit

a

quodam

magistro:

hoc seculo quod me precedat in alio? Magíster: Item dicturn est de Alexandro quod sepultura eius foret aurea et in peruio omnibus atrio posita. Ad quam plurimi conuenerunt philo­ sophi,

de

quibus

ait

unus:

Alexander

nunc e conuerso aurum de eo

ex

auro

fecit

thesaurum;

facit thesaurum. - Alius: Heri to­

tus r.on sufficiebat ei mundos: hodie quatuor sole sufficiunt ei ul­ ne.

- Al ius :

Alius:

Heri

Herí

populo

imperauit:

A lius:

Heri

ducebat

Alius:

Heri

terram premebat: hodie eadem pre­

se p ultur e. -

mitur ipse. -

Alius:

A l ius :

-

omnes equales. tibus

quid

Alius heremita per uicos clamabat:

datis obliuioni durabilia pro tur:

Diligite

Alius:

finem

habituris.

animas uestras quantum et

Nolite

- Alius

corpora,

in

Ne tra­

uociferaba­

et proficietis.

-

obliuisci qui non obliuiscetur uestri, et seruite guber­

natori.

mullos potuit a marte liberare: hodie nec eius iacula

citur

est

-

faciam

quod est bo­

hodie populus imperat illi. -

ualuit deuitare. -

deputant .

num in genere tuo !

Quid Fac

quisque

Heri Heri

Sed

exercitus:

gentes eum t i mebant: amicos habuit

et

hodie ab illis

hodie

inimicos:

du­

uilem eum

hodie habet

de triginta duobus philosophis circumstan­

de potentissimo rege dixerit, memorie

longum

De timore Dei

Alius: Timete

et

ad

Ecclesiaste: e�

mandara

fiunt ,

red ucere.

deum, quia

percipiendam Finem

timar

gloriam

domini est clauis ad omne bonum

conductum.

De

quo

Salomon

loquiendi omnes pariter audiamus.

eius obserua; hoc

est

enim omnis horno.

Et

Deum

in

time

cuneta que

adducet deus in iudicium pro omni errata. siue bonum siue

malum sit.

Exemplum

XXXIV:

De herernita Epilogus

suam corrigente animam

Item

heremita

mam:

phil ophus

hoc

modo

uersibus

suam

correxit

ani­

An i ma mea, scias et cognoscas, dum potencia est in manu

Ob

hoc igitur

exoramos, districti

tua,

quid opereris antequam de

qua

manet

tuo

mouearis loco ad

dornum

ris

et

et

ad

portam

loci

iudicii,

tua manus egerit in hoc seculo.

Et

ubi

leges

in

cium et

una

lance

Et

bonis

operibus

a dexteris

filii

dexte­

fidelibus

mereamur

perfrui

in

Et

tuum

omnes tui fratres et

ob

accipe,

id

est:

et

Spiritu

per infinita seculorum secula.

Sancto

amici

bonum

149 148

precedentibus

celesti,

cui est honor et

hoc te deserent et omni­

Hodie itaque redempcionem

aula

Ihesu Christo,

ante deum ueniet tuum iudi­

non inuenient tuam redempcionem, et

nostris

post

sui collocati eterna requie cum

domino nostro

quicquid boni et alia quicquid mali egeris, sed

uno et eodem declarabitur examine.

no dimittent.

iudicii

prestante eodem

rotulo

angeli de celo a

a sinistris discooperient et renunciabunt consilium

quicquid a te fuerit excogitatum.

diem

in suis

quicquid

iusticia

immensam dei omnipotentis clemenciam supplices

quatinus

gloria

cum

AMEN.

Patre

et

Indice

Introducción. . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

11

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

13

B i o g r a fí a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

14

La obra de Pedro Alfonso

16

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Labor apologética . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . • . . . . . . . .

16

Labor científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

18

El renacimiento cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

19

Labor didáctica: la Disciplina Clerica/is. . . . . . . . . . .

23

Pedro Alfonso: ¿traductor o c o m p i l a d o r ? . . . . . . . . .

23

La construcción de la Disciplina Clericalis. . . . . . . . .

24

La difusión en occidente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

32

N o t a s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

37

TRADUCCION. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • . . . . . . .

39

Nota previa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

41

P r ó l o g o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

43

Del temor de Dios

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

De la hipocresía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . De la hormiga, del gallo y del perro l.

Ejemplo del medio amigo

II.

44 45

. . . . . . . . . . . . . .

45

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

46

Ejemplo de un amigo í n t e g r o . . . . . . . . . . . . . . . . .

47

Del consejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

49

De

que

no

conviene

tener

trato

con

gentes

mez-

quinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

50

De la sabiduría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

50

Del silencio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . .

51

III.

Ejemplo de los tres poetas

52

IV.

Ejemplo del mulo y la z o r r a . . . . . . . . . . . . . . . . .

53

De la verdadera nobleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

53

. . . . . . . . . . . . . . . • . .

De las siete artes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

54

De las siete industrias

55

. . . . . . . . . • . • . • . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

55

De la mentira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

55

De las siete probidades

V. VI.

Ejemplo del hombre y la serpiente

. . . . . . . . . . . .

56

Ejemplo del poeta y el giboso. . . . . . . . . . . . . . . .

57

153

X.

Ejemplo de la sábana

XI.

,

Ejemplo de la espada

XII.

Ejemplo del rey y su fabulista

que

entró

en

la

casa

VIII.

. . . . . . . . . . . .

58

De las malas mujeres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

59

IX.

59

XIV.

Ejemplo del pozo

.

65

De las mujeres buenas

.

67

XV.

,

67

.

69

X V I I . Ejemplo de la serpiente de oro

.

71

De la compañia de los desconocidos

,

73

De cómo conviene elegir las vías principales XVIII.

XX.

clérigo

62 63

XIX.

un

. .

Ejemplo de los toneles de aceite

de

61

Ejemplo de la perrilla que lloraba

XVI.

Ejemplo

60

.

XIII.

Ejemplo de los diez cofres

VII.

.

de unos bebedores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ejemplo de la voz de la lechuza

Ejemplo del vendimiador ... . . . . . . . . . . . . . . . . .

XXXII.

Ejemplo del

cementerio XXXIII.

filósofo

que

pasaba

por

un

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Ejemplo

de

la

sepultura

de

oro

de

Ejemplo

ermitaño

que

aleccionaba

97

a

.

73

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

98

A)

Ejemplo de la senda

.

73

De otros dichos de ermitaños. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

99

B)

Ejemplo del vado

.

74

Del temor de Dios

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

99

.

75

E p í l o g o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

99

N o t a s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

100

76

TEXTO L A T I N O . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

107

Ejemplo de los dos burgueses y el aldeano Ejemplo

de

un

discípulo

del

sastre

del

llamado Nedui

rey, .

su alma

del

97

Ale-

jandro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XXXIV.

57

.

78

Prologus

, . . . .

I09

, ..

78

De timore Dei . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . • . • . • . . . .

1 IO

De las riquezas

.

79

De hypocrisi

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • . .

1 IO

XXII.

.

80

De formica, gallo, c a n e . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

110

.

81

Exemplum l. De dimidio amico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1 1 1

Exemplum 1 1 . De integro amico

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

111

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

113

XXI.

Ejemplo de los dos juglares

Del generoso, el avaro

y el pródigo

Ejemplo del rústico y la avecilla

De la credibilidad de los libros XXIIJ.

Ejemplo del labrador y del lobo y del juicio

de la zorra

, . , . , . ,

.

81

De consilio

.

82

De leccatore

, . , . , . • . . . . . . . . .

.

83

De sapientia

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Del beneficio

.

84

Desilentio...

Del rey bueno y del malo

.

84

Exemplurn 1 1 1 . De tribus versificatoribus

. . . . . . . . . . . . .

115

XXV.

.

85

Exemplum IV. De mulo et v u l p e . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

115

De vera nobilitate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

116

Del recibir XXIV.

y probar el consejo

Ejemplo del ladrón y del rayo de luna

Ejemplo de Mariano

XXVI.

Ejemplo de los dos hermanos y de los gastos

del rey

117 1 17

Septem industriae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

117

89

De mendacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . .

11 7

90

Exernplum V. De homine et serpente. . . . . . . . . . . . . . . . .

118

.

91

Exemplum V I . De versificatore et gibboso

. . . . . . . . . . . .

118

.

93

Exemplum VII. De clerico domum potatorum intrarue . . .

119

.

87

Del modo de comer

.

88

XXVII.

.

De la inestabilidad de las cosas del mundo

.

XXVIIJ.

Ejemplo de Sócrates y el rey

Del término de la vida XXIX.

Ejemplo del

prudente hijo de un

real. De la vida futura XXX.

consejero

Ejemplo del pastor

y del mercader

De la muerte

154

Septem probitates

Exemplum V I I I . D e v o c e b u b o n i s . . .

119

.

94

De mala f e m i n a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

120

.

95

Exernplurn

Ejemplo del ladrón que quiso escoger dema-

siadas cosas XXXI.

114 114

, . . .. .• . . .. . •. • .• . . . . . . . . .

86

De la familiaridad con el rey

Septern artes

. . . . .

, . , . • . • . • . . . . . . .

.

Ejemplo del siervo Maimundo

. .

113

IX. De vindemiatore . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Exemplum X. De l i n t h e o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

120

121

.

95

Exemplum XI. De gladio

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

121

.

96

Exemplum X I I . De rege et fabulatore s u o . . . . . . . . . . . . .

122

.

96

Exemplum X I I I . De canicula l a c r i m a n t e . . . . . . . . . . . . . .

123

155

Exemplum X I V . De puteo . . . . . . . . . . . • . • . . . . . . . . . . .

124

De bona femina

.

125

Exemplum XV. De decem cofris

.

125

Exemplum XVI. De decem tonellis olei . . . . . . . . . . • . • . .

128

Exemplum .XVII. De aureo serpente . . . . . . . . . . . . . . • . .

129

De societate ignota

llTULOS ftDftRtCIDOS El convidado

de papel, Benjamín Jarnés

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • . .

130

La muerte hizo su agosto, Ildefonso Manuel Gil

De sequendis magnis vils . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • . .

130

Disciplina clericalis, Pedro Alfonso

Exemplum X V I I I . a) De semita

.

131

b) De vado

.

131

Exemplum XIX. De duobus burgensibus et rustico

.

132

Exemplum XX. De regii incisoris discipulo Nedui domine.

133

Exemplum X X I . De duobus ioculatoribus

.

134

De largo, avaro, prodigo

.

134

.

135

Exemplum XXII. De rustico et avicula

.

135

De libris non credendis

.

136

De divitiis

,

Exemplum X X I I I .

OlROS llTULOS en preparación:

Su línea de fuego, Benjamín Jarnés

De bobus lupo promissis a rustico vul-

pisque iudicio

.

136

Monte Odina, Ramón J.

Sender

De consilio accipiendo et probando

.

137

Vida de Pedro Saputo, Braulio Foz

Exemplum XXIV. De latrone et radio lunae

.

137

Teatro, Ramón Gil Novales

De benefacto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . .

138

Lo Rojo

De rege bono et malo

.

138

Exemplum XXV. De Mariano

139 140

De familiaritate regis

.

140

De modo comedendi

.

141

Exemplum XXVII. De Maimundo servo

.

142

De saecularium instabilitate

.

143

Exemplum XXVIII. De Socrate ( = Diogene) et rege

.

144

De vitae termino

.

144

Exemplum XXIX. De prudenti consiliarii regis filio

.

145

De futuro saeculo

.

146

Exemplum XXX. De latrone qui nimia eligere studuit.

.

146

Exemplum XXXI. De opilione et mangone

.

147

De morte

.

147

XXXII.

De

philosopho

per

cimiterium

lo Azul, Benjamín Jarnés

Obras completas, Miguel Labordeta.

.

Exemplum XXVI. De duobus fratribus regisque dispensa.

Exemplum

y

Bosquejillo de la vida y escritos de José Mor de Fuentes, delineada por el mismo.

tran.

147

Verba mortui cuiusdam

seunte

.

147

Exemplum XXXII l. De aurea Alexandri sepultura

.

148

Exemplum XXXIV. De heremita suam corrigente animan

148

De aliis heremitarum dictis

.

149

De timare Dei

.

149

Epilogus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . • . . . . .

149

156 157

Este libro se acabó de imprimir en Imprenta Tipo-Línea, S . A . , en Zaragoza, el Mallorca, sin, -¡,l día 30 de mayo de 1980.

·.>/.r

La composición del texto fue realízáaa póTFotocoínpos�

cion Tipo-Línea, S. A . , de Zaragoza. Y la encuadernación fue hecha por Encuadernaciones Alba, de Zaragoza.

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159

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