Dulce Y Fuerte - Porque El Amor, Si Es Suficiente

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Porque el amor, sí es suficiente

Table of Contents Summary............................................................................................................1 Me gustas tanto como me fastidias...................................................................2 Noche de viernes..............................................................................................21 Sorpresas..........................................................................................................32 Cuando el cuento se acaba..............................................................................47 Reencuentro.....................................................................................................66 Te odio..............................................................................................................79 Él no..................................................................................................................94 La verdad.......................................................................................................105 Porque el amor sí es suficiente.....................................................................121 Odio las sorpresas y las visitas.....................................................................132 ¿Cuanto más?.................................................................................................149 Lo que pienso de ti.........................................................................................160 Cada pieza en su lugar..................................................................................169 Epilogo............................................................................................................180

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Summary Seis años de diferencia; Él, un niño en cuerpo de hombre. Ella simplemente una niña. Un embarazo y una nueva vida.

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Me gustas tanto como me fastidias Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer Capitulo I Me gustas tanto como me fastidias By Dulce y fuerte ... Estaba en la casa de mi amiga Alice, en su cuarto como cada viernes, desde que nos conocimos a los 8 años en el parque frente a mi casa. Hacíamos todo juntas, ya que ninguna de las dos era muy sociable, en la escuela nos ignoraban, éramos chicas promedio, del montón, a pesar de que Alice es muy bonita, mide 1.59 solo 7 cm. menos que yo, tiene el cabello negro un poco mas abajo de la barbilla, su piel es muy blanca, pero realmente hermosa y tiene unos hermosos ojos verdes, yo en cambio, tengo ojos y cabellos marrón, piel blanca pero sin chiste la verdad, y mejor ya no me describo por que se van a dormir, soy lo que se llamaría común y corriente. Estábamos hablando de todo y de nada en su cama ojeando revistas, cuando su móvil comenzó a sonar, me miro frunciendo el ceño, porque sólo yo o sus padres la llamaban y ya que los tres estábamos en casa era raro --¿Hola? --Atendió dudosa, pero de inmediato se irguió y gritó muy entusiasmada-- ¡Hola! --Sólo pude reír, algo sorprendida por su entusiasmo-¿Cómo estas ingrato? Te anuncio que estaba a punto de sacarte del árbol genealógico por tenernos tan abandonados...Eso no es excusa Edward la familia es primero ¿Qué nunca habías escuchado esa frasecita? -- Edward, resonó en mi cabeza, era el hermano mayor de Alice hacia muchos años que no lo veía desde que tenia 10 y el 16, se fue a estudiar música a la mejor escuela 2

Porque el amor, sí es suficiente de Londres y continuó sus estudios haya, vino hace dos años de visita, sin embargo no nos vimos, por que cuando el llego yo me fui a Florida a visitar a mi madre, cuando volví de mis vacaciones el ya se había ido. Los chillidos de Alice me sacaron de mis pensamientos, ya había colgado el teléfono y estaba saltando en la cama dando grititos de felicidad --¡El vuelve Bella! ¡Vuelve! --gritó tomando mis manos obligándome a saltar con ella --¿Quién vuelve? --pregunté riendo por la escena --¡Edward vuelve! --Gritó dejándose caer en la cama de espaldas soltando mis manos-- ¡Mi hermano vuelve! --Sí, ya me quedo claro que vuelve --Respondí divertida, nos pasamos el resto de la noche hablando sobre el famoso Edward Cullen, había terminado sus estudios en Londres y quería abrir su propia academia de música en Seattle junto a un amigo que viajaría con el, se supone que llegarían a Forks el lunes y se quedarían hasta arreglar todos los detalles de su nuevo proyecto, Alice no cabía en si de felicidad, hacia mucho tiempo que no la veía tan feliz. Resulto ser que Esme y Carlisle, los padres de Alice ya estaban enterados. Llegó el tan ansiado lunes para Alice, ella y sus padres fueron a recoger a Edward y su amigo a Port Ángeles, mientras que yo tuve que ir a la escuela como todos los días. Mi día fue especialmente aburrido, sin Alice, pero me alegraba saber lo feliz que debía estar de ver de nuevo a su hermano y saber que lo tendría por un buen tiempo cerca, al llegar a mi casa mi móvil comenzó a sonar era un mensaje de Alice " Cena en mi casa a las 6:00 p.m. no te retrases Isabella y no te atrevas a faltar, te quiere tu amiga súper feliz. Alice" Eso no me lo esperaba, yo no tenia nada que hacer en una cena familiar de bienvenida, Edward probablemente querría estar con su familia, pero no podía faltar, mi amiga me asesinaría sin piedad. 3

Porque el amor, sí es suficiente A las 5:55 p.m. estaba fuera de la casa de los Cullen, con un vestido negro hasta las rodillas, manga tres cuartos, con escote en V, que no enseñaba mucho, ya que yo no tenia mucho que enseñar y unas ballerianas ya que yo y tacones, no era una buena combinación. Toqué a la puerta bastante insegura hasta que una sonriente Alice me abrió, bestia un lindo vestido verde, muy parecido al mió, sólo que a ella le sentaba mejor, y llevaba unos tacones aunque muy bajos --¡Ya estas aquí! --Dijo alegremente dándome un abrazo --Ya estoy aquí --Repliqué nerviosamente --Ven vamos a dentro o te vas a congelar --Dijo jalándome del brazo y arrastrándome en dirección a la sala, sólo pude reír ante su recién encontrado entusiasmo, ya que siempre era reservada y silenciosa. Al llegar encontré a Esme sentada en uno de los sofás mostrándole un álbum de fotografías a un chico rubio bastante guapo, pero no era Edward definitivamente no, Edward tenia el cabello de un extraño tono cobrizo que me hacia reír y tenia los ojos verdes al igual que Alice sólo que el los cubría con unos grandes lentes ópticos. Alice hizo una mala imitación de tos llamando la atención de su madre y el desconocido, note que al encontrarse la mirada del rubio con la de mi amiga este sonrió de una forma encantadora causando el sonrojo de Alice --Contrólate o el chico va a creer que le prendieron fuego a tus mejillas --Susurré divertida sólo para que ella me escuchara, sus ojos se abrieron más y el rubor aumento un tono. --Bella, cariño, te estábamos esperando --Comentó Esme, mientras dejaba el álbum en el sofá y se levantaba-- El es Jasper Whitlock, amigo y socio de mi hijo Edward y ella es Bella la mejor amiga de Alice --Es un placer Jasper --Saludé con un asentimiento, el respondió de la misma manera y una sonrisa

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Porque el amor, sí es suficiente Entonces un verdadero ángel, entro en mi campo visual, junto a Carlisle, venia un muchacho de 1.85 por lo menos, un espectacular y sensual cabello cobrizo desordenado casualmente, su rostro era tan hermoso que dolía de solo verlo, su blanca piel hacia contraste con su extraño color de cabello y con sus hermosos ojos verdes que brillaban como dos faroles en medio de la noche, seguí con mi recorrido visual para encontrare unos hombros anchos y fuertes que seguían en un par de brazos de ensueño, su pecho me parecía incitarme a tocarlo cubierto solo con esa camisa blanca de rayas grises, con los primeros tres botones abiertos dándome una idea de lo que se podría encontrar bajo la tela, seguí bajando hasta encontrarme con unos pantalones de tela negros que le calzaban perfectos y sentí la imperiosa necesidad de que se girara para ver su trasero, me mordí el labio inferior tratando de controlarme e inconciente ladee mi cabeza para mirar ese glorioso espécimen desde otro ángulo, cuando un codazo por parte de Alice me hizo volver a la realidad, estaba tan absorta en mis pensamientos que no note que todos notaron mi "evaluación" a ese chico, mis mejillas estaban sonrosadas, pero debo admitir que por un sentimiento diferente a la vergüenza que jamás había experimentado antes. Mire a mi alrededor encontrándome con la mirada divertida de Carlisle y Jasper, la pensativa pero cariñosa de Esme y la cómplice de Alice, ahora si estaba roja de vergüenza --Bueno --comenzó Esme muy sonriente-- veo que ya notaste a mi hijo Edward, al parecer lo recuerdas Abrí los ojos por acto reflejo y baje la mirada, el pensaría seguramente que soy una loca ninfomana-- lo recuerdo, es un placer verte de nuevo Edward --¡rayos! Mi voz sonó bastante más ronca de lo normal y creo que utilizar la palabra "placer" no fue una buena idea, ya que todos estallaron en carcajadas --No te recuerdo --Oí su voz entre las risas, levante la mirada y me encontré con la suya, que me estudiaba detenidamente supongo que tratando de recordarme, la decepción que sentí al oírlo decir esas palabras fue mayor de la que esperaba

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Porque el amor, sí es suficiente --Es Bella Swan, la amiguita de Alice --agregó Esme tratando de no reír más, siempre tan amable, pensé, al oír a su madre vi el entendimiento brillar en su rostro --La niña que me perseguía antes de irme a Londres, claro que te recuerdo, ¿sigues acosando a las personas? --se burló sin ningún tapujo, cosa que hizo reír mas a todos los presentes, eso era una gran mentira, yo no lo acosaba ni perseguía, es sólo que me gustaba escucharlo tocar el piano por eso a veces lo buscaba, pero no lo perseguía, que idiota, quise gritarle insultarlo y mandarlo al demonio, pero mi personalidad con tendencia a no llamar jamás la atención y el echo de que acababa de violarlo con la mirada y el pensamiento me orillo a responder con un simple --No --mientras esquivaba su mirada y la de todos los presentes, tras oír mi tono totalmente falto de humor todos pararon de reír, no sin cierta dificultad claro --Bueno, bueno, son cosas de niños, mejor pasemos a cenar --Trató de conciliar Esme, por supuesto no pudo, yo conocía bien a los idiotas como Edward, mi escuela estaba llena de ellos, y les encantaba burlarse de Alice y de mí. La cena paso sin mayores acontecimientos, charlando sobre los planes de los recién llegados en Estados unidos y lo que habían echo en Londres todos estos años, yo no levante mi vista del plato e ignore todo a mi alrededor, hasta que dieron las 8 de la noche y me disculpe diciendo que era tarde y Charly se preocuparía, aunque era una gran mentira, porque mi padre era jefe de policía y tenia turno esa noche así no había nadie en casa. Me despedí con un adiós generalizado para no tener que enfrentarme a él de nuevo Llegue a mi casa y maldije de todas las formas que conocía a Edward Cullen y su perfecto cuerpo echo para el pecado, el tiempo paso así, en una incomoda relación con el hermano de mi amiga, yo por supuesto ya no iba a la casa de los Cullen, así que las noches de viernes las pasábamos en mi casa, Alice insistía en que tenia que darle una oportunidad a su hermano y que probablemente 6

Porque el amor, sí es suficiente seriamos buenos amigos, cosa que yo no tenia planeada para esta o cualquier vida que me tocase vivir Era jueves habían pasado dos meses desde que mi pesadilla se había mudado al continente mas específicamente a la casa de mi mejor amiga, necesitaba unos apuntes de matemáticas y Alice era la única que me los podía prestar, o mejor dicho la única que aceptaría prestármelos, pero había una horrible tormenta en Forks, de esas que te dan ganas armar un arca por si las dudas, las líneas estaban cortadas así que no pude llamarla y mi celular no tenia señal me asome a la ventana, si que había mal clima incluso para el lluvioso Forks esto era demasiado, pero necesitaba esos apuntes, mire las llaves de mi camioneta en la mesita de noche, mi camioneta era resistente y además lo peor que podría pasar seria quedarme a mitad de camino, si eso pasara alguien avisaría a la policía de un coche en medio del camino y Charly me encontraría, nada podía salir mal Una hora y media después estaba en la casa de los Cullen, me había tardado una eternidad por que el camino estaba peor de lo que yo imaginaba, baje corriendo y toque el timbre, Edward abrió la puerta con un pantalón deportivo gris y una camiseta del mismo color pegada a su perfecto torso marcando cada una de sus formas, me quede mirándolo con la boca entre abierta probablemente con la cara mas tonta del país hasta que su voz me saco de mis pensamientos --Toma una foto, te durara más --Se burló el muy maldito, cerré la boca de inmediato y lo mire furiosa --¿Esta Alice? --Pregunté fingiendo no haber escuchado su anterior comentario, ¿Había dicho ya que odio mi personalidad que me obliga a no llamar la atención... Jamás? --No está, fue de compras a Port Ángeles con Jasper y Mamá ¡Rayos!, Todo para nada, masculle un "gracias" antes de echarme a correr a mi vieja camioneta, creo que dijo algo más pero no lo entendí, al llegar a la Chevy me costó horrores abrirla, y la muy maldita no encendió, una y otra vez lo intenté, pero nada. Recosté mi cabeza en el volante maldiciendo mi suerte y 7

Porque el amor, sí es suficiente regañándome por maldecir de esa manera, cosa que se me había echo costumbre desde que Edward entro en mis pensamientos, sentí el sonido de mi puerta abriéndose, así que levante la cabeza de golpe --No puedes irte con esta tormenta es muy peligroso --dijo Edward, que por cierto se veía irreal, con el cabello mojado y las gotas que escurrían por su rostro y acariciaban sus labios, tan besables entre abiertos tratando de recuperar el aliento, tras correr hasta aquí supongo-- nos estamos mojando Bella --habló de nuevo sacándome de mis pecaminosos pensamientos, sin saber lo cierto de sus palabras, y yo no me refería a la lluvia --Sí --respondí medio ida aún-- Mi camioneta no enciende --Él me ayudo a bajar ya que estaba todo muy resbaloso por el barro y corrimos juntos hasta la casa, el cerro la puerta tras de si --Debes cambiarte o pescaras un horrible resfriado, podrías usar algo de Alice --yo simplemente asentí y subí las escaleras había pasado mucho tiempo en la casa de los Cullen y me sentía muy cómoda en ella, claro sin contar el echo de que el hombre que me descontrola en todos los sentidos esta en la misma residencia, me di una ducha en el baño privado de Alice y me puse uno de sus pijamas, era un short y una camiseta de tirantes fucsia, era el único pijama de Alice que me quedaba, ya que ella usaba dos tallas menos que yo, por lo que me quedaba bastante ajustado, Salí de la habitación decidida a enfrentar mis miedos, o mejor dicho mi miedo por él, al llegar a la sala me lo encontré sentado en el sofá de tres cuerpos mirando fijamente un punto en la pared, llevaba el cabello mojado y un pantalón de pijama celeste y una camiseta de algodón blanca ajustada ¡Oh por Dios!, fue todo lo que mi mente proceso, ¿Pero que me pasaba? Yo era chica sensata, que jamás se había fijado en un chico, y en lugar de tener un enamoramiento adolescente normal, me encaprichaba con el perfecto cuerpo del hermano mayor de mi mejor amiga, que por cierto jamás podría fijarse en mi, él ya era un hombre maduro y yo una chiquilla con las hormonas a mil --¿Eso es algo poco adecuado para el clima no crees? --Preguntó caminando hasta quedar frente a mí con una sonrisa ladeada que casi me da un infarto

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Porque el amor, sí es suficiente --La ropa de Alice no me queda --Respondí perdiéndome en sus ojos --O tal vez te pusiste eso para seducirme --Propuso burlón-- ¿Es algo desesperado no crees? Mis ojos se abrieron desmesuradamente, claro que mis hormonas me llevaban a fantasear con él, pero yo no era capaz de hacer algo como eso, me moriría de la vergüenza de sólo pensarlo, así que usando la técnico que adopte desde que lo conocí, simplemente me di la vuelta para irme, camine hasta llegar a la sala de juegos que estaba junto a la sala de estar apoye ambas manos en la mesa de pool y suspire, tendría que pasar la noche allí con el desagradable personaje ese, de un jalón en mi brazo Edward me volvió para hacerle frente, quedando así muy cerca de su rostro, ni siquiera lo oí entrar --¿No me vas a contestar? ¿Sólo sabes escapar? --Preguntó molesto apretando la mandíbula, y eso fue lo que me supero, ¿El muy imbesil estaba molesto ahora? Después de burlarse de mí cada vez que se le antoja, ahora él estaba molesto --¡¿Qué quieres que te diga? --Grité furiosa soltando todo el coraje que tenia dentro, cabe decir que era mucho-- ¡¿Qué me tienes harta con tus comentarios de plomo? ¡¿Qué ya no soporto tus estupideces? ¡O mejor de una vez te digo que te odio! --Tu no me odias --respondió entre dientes frunciendo el ceño, viéndose increíblemente guapo aún furioso, eso me hizo enojar más --¡Claro que te odio! ¡Odio tu carácter! ¡Odio tu arrogancia! ¡Odio tu cuerpo perfecto! ¡Odio tus entupidos ojos que me hacen suspirar como idiota! ¡Odio tu sonrisa que me paraliza! ¡Odio tu voz que me hace estremecer! ¡Odio que tengas este poder sobre mí! ¡Odio que puedas volverme loca de esta manera! ¡Y por sobre todo, Edward Cullen, odio el echo de que yo --seguía gritando como loca ye temblaba de la ira, finalmente termine en un susurro-- jamás voy a producir eso en ti

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Porque el amor, sí es suficiente El estaba respirando con dificultad y seguía con esa mueca de furia en su rostro, esperaba que me sacara de su casa, que me gritara, pero jamás espere que pusiera una mano en mi nuca y otra en mi cintura jalándome en su dirección para chocar sus labios con los míos, casi con violencia, pero era una agresividad placentera, sus labios se movían sobre los míos insistentes, apasionados, haciéndome sentir cosas que no sabia eran posibles, al salir de la sorpresa mi cuerpo reacciono con la misma pasión que el suyo, lleve ambas manos a sus hombros, esos con los que soñé tantas veces y ahora acariciaba sin censura, de pronto sentí su lengua delinear mis labios, jamás había besado a nadie si dejamos a fuera el roce de labios que tuve con Dan por accidente a los 11 y definitivamente no estaba segura de que hacer, sin embargo sentir su lengua contra mis labios me encanto, por lo que quise tocar la suya con la mía, y lo hice, ganándome un estremecimiento de placer, enredé mis dedos en su cabello otro sueño cumplido, era fantástica la sensación de sus hebras cobrizas entre mis dedos, mientras lo acercaba mas a mi, el bajo la mano que tenia en mi nuca hasta mi pierna y comenzó a acariciar mi muslo de manera experta, un gemido salió de mis labios cuando abrió mis piernas con una de las suyas y note algo muy duro contra mi intimidad, puso ambas manos en mis muslos y me levanto sentándome sobre la mesa de Pool, como acto reflejo para que no se alejara enrollé mis piernas alrededor de su cintura, mientras él recorría mi pierna derecha de manera uniforme y con su mano izquierda comenzaba a acariciar mi abdomen por debajo de la blusa, lentamente fue subiendo hasta llegar a mi pecho, pero antes de tocarlo se detuvo y se separó de mi asustándome muchísimo, en ese momento solo pude pensar no le gustó, no le gustó, hasta que habló --Quiero tocarte Bella, pero no lo haré si tu no quieres --dijo mientras trataba de sacar su mano de debajo de mi blusa, pero yo se lo impedí poniendo la mía sobre la suya por encima de la tela --Quiero que me toques --dije sin ninguna vergüenza --Pero parecías asustada --dijo confundido --Tengo miedo de no gustarte, no soy muy bonita y mi cuerpo no es la gran cosa --dije esquivando su mirada, esta vez si sentí vergüenza y mucha, el se 10

Porque el amor, sí es suficiente acerco y beso mi cuello, de una forma capas de enloquecer hasta al mas sensato, siguió dejando besos húmedos mientras subía por mi cuello por mi mandíbula hasta encontrar mis labios, se detuvo --Eres preciosa, no digas tonterías --susurró contra mis labios, y sus palabras más que cualquier otra caricia fueron las que me hicieron desearlo como si el mundo se fuese a acabar ahora mismo --Quiero ser tuya Edward --dije con voz ahogada por que había vuelto a mi cuello, se detuvo en seco y levanto la cabeza para mirarme --¿Qué? --pregunto sorprendido tratando de ocultar una sonrisa-- pero tu eres virgen Me sonroje ante la afirmación --Eso no lo sabes --me defendí sin estar segura de que --Bueno...--dudó-- quizás se le haya escapado a Alice sin querer --termino mirándome con expresión culpable, abrí los ojos sorprendida --Bueno ¿Mi virginidad, supone algún problema? --Pregunté tratando de ocultar mi vergüenza a la defensiva, el sonrió y acaricio mi mejilla --Me encantaría que me regalaras tu virginidad preciosa, pero no quiero que te arrepientas --respondió dulcemente, realmente me encantaba este lado tierno de Edward, yo también sonreí y me sonroje ante lo que pensaba hacer --No lo haré --dije mientras me mordía el labio inferior y ponía mi mano derecha sobre su pecho-- ¿Tu vas ha arrepentirte? --pregunté mientras deslizaba mi mano hasta sus perfectos abdominales, el cerro los ojos y un jadeo salio de sus labios --No --dijo simplemente con voz ahogada, cuando mi mano viajo más abajo hasta llegar a la dureza en su entre pierna abrió los ojos de golpe y me miro lleno de deseo, di un suave apretón mientras reconocía lo que tocaba y el soltó 11

Porque el amor, sí es suficiente un gruñido de placer, que me hizo sonreí, fue directamente a mis labios y los devoro con hambre pasional y llevo su mano izquierda a mi seno donde lo masajeo por sobre la tela haciéndome gemir audiblemente-- ¿Tienes claro que después de esto serás mía y solo mía? --Quiero ser sólo tuya ¡Edward! --Solté su nombre como un gemido al sentir mi pezón atrapado entre sus dedos pulgar e índice --Y lo serás cariño --dijo sacándome la blusa dejando mis pechos al descubierto, pero rápidamente su boca cubrió uno de ellos y su mano el otro haciendo que me arqueara de placer, lleve ambas manos a su cabello dándole ligeros jalones cuando me mordisqueaba o lamía el pezón, comenzó a besar el valle entre mis senos y subió por mi cuello hasta mi boca, donde me besó con increíble sensualidad, mientras yo buscaba a tientas el dobladillo de su camiseta, pero mi inexperiencia y su exceso de habilidad no ayudaron a la causa hasta que bufé frustrada, el rió sobre mi boca --No te rías y quítatela --dije enfurruñada el atrapó mi labio inferior entre sus dientes y tiro de el ligeramente antes de soltarlo, llevándome al borde del abismo de la cordura, se separó lo suficiente y se quitó la camiseta, dándome tiempo de ver su perfecto torso, que por cierto era mil veces mejor de lo que imagina y bastante que lo imaginé, lo recorrí con mis manos, sintiendo cada músculo bien formado de su abdomen y pecho, pase mis insistentes manos por sus hombros --Creo que voy aceptar lo de la foto --dije embobada con ese escultural hombre, el soltó una risita antes de tomarme con firmeza de la cintura y recostarme sobre la mesa de pool, para luego subirse él también y acomodarse sobre mí de tal forma de no cargar su peso en mí, luego se acerco a mi oído --No lo necesitas preciosa, puedes verme o tocarme cuando quieras --susurró sensualmente con voz ronca, antes de mordisquear y lamer el lóbulo de mi oreja --Vas a volverme loca --susurré apenas sintiendo como su mano bajaba por mi abdomen hasta llegar a la cinturilla del shot, tragué pesadamente, quería que 12

Porque el amor, sí es suficiente me tocara ahí, pero estaba muy nerviosa --Si no quieres que lo haga solo dilo --ofreció mirándome a los ojos apoyando su peso en su otro brazo --Estoy nerviosa --dije a modo de respuesta, el me sonrió y me dio un beso diferente, dulce, tranquilo, lento, amoroso, luego de un ultimo roce se separo para mirarme, yo sólo pude sonreír, él tomo eso como mi autorización y bajo más la mano --Abre las piernas cielo --susurró suavemente, simplemente obedecí aunque algo temblorosa, pero decidida, el comenzó a masajear mi monte de Venus, suavemente, haciéndome desear que su mano bajara mas, aunque no estaba segura específicamente donde, poco a poco sus manos hicieron el recorrido que mi mente anhelaba, solo que ellas conocían el camino mejor que yo, me sentí muy húmeda, la verdad pensé que eso podría molestarle pero pareció gustarle en realidad ya que al sentirme un gruñido de placer salio de su pecho, sentí que trazaba círculos en el lugar exacto, de mis labios salían gemidos descontroladamente, pero cuando sentí que introducía un dedo en mi fue mi perdición, un pequeño grito de placer salio de mis labios mientras la fricción producida por sus ágiles dedos me volvía loca, su ritmo era constante y yo quería desesperadamente que lo aumentara, cuando iba a pedírselo introdujo otro dedo que me hizo olvidar hasta mi nombre por un segundo, se acerco a mi oído --¿Te gustan mis dedos de pianista cariño? --preguntó en un susurro mientras lamía nuevamente el lóbulo de mi oreja, sólo pude dar un gritito de satisfacción en respuesta, sacó sus manos de mi entre pierna y en un rápido movimiento, quitó la única prenda que cubría mi cuerpo, no me dio tiempo de protestar, ya que al levantar la vista, vi que se estaba sacando los pantalones y la ropa interior dejando expuesta una gran erección, dos preguntas asaltaron mi mente, la lógica ¿Cabría eso, en mí? Hay que decir que era considerablemente más grande que los dos dedos de Edward juntos y la segunda pregunta bastante más lujuriosa ¿Cuánto me haría sentir tener eso dentro? Si sus dedos me habían echo sentir en la nubes, proporcionalmente eso debería triplicarlo al menos, antes de darme cuenta Edward estaba sobre mi nuevamente listo en mi entrada, 13

Porque el amor, sí es suficiente me besó dulcemente antes de entrar lentamente. Respuesta a la pregunta numero uno, no, no cabe, una punzada de dolor me colmó de la cabeza a los pies enfriando mi cuerpo por completo, traté de no demostrarlo pero cuando Edward termino de entrar en mí, solté un quejido, él se detuvo y me miro a los ojos, antes de besar mis mejillas, luego mi frente, luego mis labios y así siguió de vez en cuando susurrándome al oído que el dolor pasaría, junto a sus tiernas caricias comencé a relajarme hasta que el dolor se esfumó y mi cuerpo fue conciente del intruso, haciéndome arder en deseo otra vez, moví inconcientemente mis caderas y el sonrió antes de salir y volver a entrar una y otra vez, muy lento ayudando a mi cuerpo a adaptarse, después de algunas embestidas suaves mi cuerpo exigió un aumento en el ritmo, cosa que Edward captó ya que comenzó a moverse con más insistencia y pasión, dejando la suavidad atrás. Respuesta a la pregunta número dos. Sí, era el triple y más de lo que me hizo sentir con sus dedos, siguió con las estocadas mientras tocaba y besaba todas las partes de mi cuerpo que se le antojaba, yo sólo podía aferrarme a su cabello u hombros ya que el placer me tenia totalmente cegada. De un momento a otro sentí que mi cuerpo comenzaba a estremecer y temblar a la vez que llegaba a un punto de éxtasis desconocido hasta el momento para mí, mis paredes internas se cerraron alrededor del miembro de Edward haciéndolo explotar en mi interior con un fuerte gruñido mientras me besaba con desesperación. Al separa nuestros labios fui conciente de que estábamos desnudos, sudados y jadeando por aire como si hubiésemos estado debajo del mar por horas, Edward se dejo caer a mi lado y se abrazo a mí, nos quedamos unos minutos así abrazados y en silencio, hasta que Edward se separo de mí y se puso de pies, tomó su pantalón y se lo puso, luego tomó su camiseta y camino hasta mí, me tomo de la cintura y me bajo de la mesa, y me puso su camiseta --A ti te queda mejor --dijo simplemente antes de posar sus manos en mi cintura y dejar un suave beso en mis labios haciéndome sonreír, pero de pronto mi sonrisa se esfumó y fruncí el ceño-- ¿pasa algo? --preguntó algo preocupado 14

Porque el amor, sí es suficiente --Estoy confundida ---Confundida --repitió él, sin entender --Si, confundida, un momento te estas burlando de mí y al siguiente me besas y bueno...--me sonrojé mientras me ponía algo nerviosa ¿Qué se hace o dice después de perder tu virginidad con el chico de tus sueños? --Tú me gustas, me gustaste desde que te vi en la cena de bienvenida --dijo pasándose una mano por su desordenado, ahora más de lo normal, cabello --¿Por eso te burlabas de mí? --Pregunté incrédula, él asintió-- ¿Sabes que eso no tiene sentido? ---Sí, lo tiene, pensé que no te fijarías en mí, así que supuse que si me burlaba de ti tendría tu atención --explicó avergonzado, sólo pude echar mi cabeza hacia atrás y reír-- ok búrlate de mí, eso ayuda con mi autoestima --bromeó abrazándome con fuerza, atrayéndome a su pecho --Es que yo pensé que no te fijarías en mí por que eras un hombre maduro y yo una chiquilla hormonal, pero resulta que en realidad no eres para nada maduro ---Yo soy muy maduro --se defendió con una sonrisa --Tanto como un niño de cinco años que empuja a la niña que le gusta para llamar su atención ---Bueno, es que tu sacas ese lado infantil que realmente ni sabia que tenia ---¿Eso es bueno? --Pregunté insegura --Muy bueno --Respondió sonriendo-- ahora que te parece si vamos a mi cuarto, porque si papá se entera lo que hicimos en su mesa de pool me deshereda

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Porque el amor, sí es suficiente Yo abrí los ojos desmesuradamente por lo que acababa de notar --¡Pueden llegar en cualquier momento y descubrirnos así! ¡Vamos rápido! --dije agitada soltándome de su agarre y buscando el pijama de Alice --Tranquila --dijo soltando una risita mientras me tomaba de los hombros para detenerme-- se van a quedar en Port Angeles por la tormenta y mi padre esta en un congreso en Seattle Suspiré aliviada-- Pudiste decírmelo --solté con el ceño fruncido, cosa que agrando su sonrisa --Te ves increíble cuando estas enojada --respondió simplemente-- irresistible Solo sonreí sin decir nada, ¿Irresistible yo? No era algo que fuese a creer pero era lindo que lo dijese, recogí el pijama de Alice y nos fuimos al cuarto de Edward, donde nos fue francamente imposible separar las manos del cuerpo del otro, aunque las siguientes tres veces usamos protección, eso me dio vueltas la cabeza un par de minitos pero lo deje, ¿Qué posibilidades habían de quedar embarazada por una vez?... Muy pocas supongo Al día siguiente desperté entre sus brazos, ambos estábamos completamente desnudos y para mi sorpresa, me sentía bastante cómoda con la situación, tenia la cabeza apoyada en su pecho y el me tenia abrazada por la cintura, me apoye en mi brazo izquierdo para quedar recostada junto a él, ya no llovía y la luz natural se colaba por los inmensos ventanales de su cuarto dándome una vista perfecta de su rostro y torso que no cubría la sabana, comencé acariciar su rostro con mis dedos, lentamente convenciéndome que era verdad y que él estaba ahí conmigo, el sonrió en sueños y afianzo el agarre en mi cintura. Salí de mis ensoñaciones cuando la realidad me dio como una pared de concreto ¡Era viernes! ¡Y tenía examen de Matemáticas! ¡El 40% de mi calificación semestral! Me levante de la cama de un salto y corrí al cuarto de Alice donde había dejado mi ropa, me puse lo que encontré, tome las llaves de mi camioneta, corrí escaleras abajo y subí a mi vieja Chevy que se apiado de mi y encendió a la primera, llegue a mi casa y subí las escaleras como si mi 16

Porque el amor, sí es suficiente vida dependiera de ello, me cambie a algo mas adecuado ya que me había puesto sólo un abrigo y unas botas en mi desesperación, tome mis cosas para la escuela y volví a mi camioneta gracias a todos los santos, dioses y deidades del universo llegue solo con 10 minutos de retraso así que me tomaron el examen, me fue baste bien excepto por la parte que no estudie ya que no tenia los apuntes, sonreí ante el recuerdo de mi noche, pero mi sonrisa se esfumó enseguida y me golpeé mentalmente por no haberle dejado una nota a Edward. No tenía su número del móvil, así que intente llamando a la casa de los Cullen pero nadie contesto, no quise dejar un mensaje por que alguien más lo podría oír. A la hora de la salida recibí un mensaje de Alice " Estoy bien amiga gracias por preocuparte y llamarme por que no asistí a la escuela, (ESS)* yo también te quiero. Alice" A lo que respondí " Lo siento Alice, tengo la cabeza en la luna te llamo mas tarde y me cuentas. Bella" Justo al enviar el mensaje una mano ajena arranco el móvil de mis manos, levante la cabeza para encontrarme con el idiota de Mike haciéndose el gracioso junto a Erick y Tayler con sus respectivas zorras en primera fila En estos casos mi técnica era, darme la vuelta e irme, pero quedaba el detalle de mi celular --¡Bells! --Dijo con falsa alegría Mike mientras lanzaba hacia arriba y abajo mi teléfono en su mano-- ¿Adonde vas con tanta prisa? --¿Tienes una cita? --preguntó burlona Jessica --Eso nos les importa dame mi móvil Mike --pedí tratando de parecer firme, pero toda la atención que estaba recibiendo, me ponía muy nerviosa

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Porque el amor, sí es suficiente --¿Y sino qué? ¿Vas acusarme con tu papi para que me arreste? --Por favor --volví a pedir sintiéndome bastante incomoda --Ok, ok, eres aburrida toma --extendió su mano hacia mi y yo sonreí mientras me acercaba, pero cuando estuve frente a él, Erick que estaba a su lado jalo mi mochila de mi hombro y me la quitó, mi sonrisa se esfumó y ellos comenzaron a lanzarse mis cosas de un lado al otro, muy maduro de su parte. Estaba muy enojada, pero mi incapacidad para llamar la atención me impedía hacer algo, era eso lo que mas disfrutaban, sabían que hicieran lo que hicieran, yo no diría nada De la nada un hombre bastante más alto que Tayler --el desafortunado que tenía mi mochila-- lo tomó del cuello de la camisa y lo levantó del suelo --¡¿Qué nadie te enseño a no jugar con lo que no es tuyo idiota? --soltó entre dientes Edward mientras le quitaba de las manos mi mochila para luego tirarlo al suelo Nadie dijo nada, simplemente se miraban y murmuraban, Edward le lanzo una mirada amenazante a Mike y a Erick también, los que por cierto se alejaron tan rápido que no me dio tiempo de ver hacia donde, mi héroe personal se dio la vuelta y camino en mi dirección, tomó mi rostro con su mano libre y me planto un increíble beso-- Eso fue por rescatar tu mochila --Susurró sobre mis labios antes de atacarlos nuevamente-- Y eso por dejarme esta mañana sin siquiera una miserable nota --Terminó soltando mi rostro y pasando un brazo sobre mis hombros dirigiéndome a su Volvo, cuando me abrió la puerta del copiloto y puso mis cosas en el asiento trasero iba a replicar pero él me detuvo poniendo un dedo sobre mis labios y negando con la cabeza-- Me lo debes, esta tarde eres mía, y harás lo que yo diga, eso te enseñara a no hacerme despertar solo por las mañanas --solté una risita emocionada sin poder evitarlo --Eso no me molesta pero mi camioneta esta estacionada aquí, no la puedo dejar

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Porque el amor, sí es suficiente --Luego mando a Jasper por ella --respondió con una de sus sonrisas torcidas que me volvían loca --Entonces esta bien --Respondí entrando al auto, el cerro la puerta y lo rodeó para entrar a su lugar --¿Dónde quieres ir? --Preguntó tomando mi mano y besando el dorso de esta, sólo pude sonreír y acércame hasta quedar a milímetros de su rostro --Donde quieras llevarme --Susurré sobre sus labios antes de besarlo. ... . . . ¡Oh sí! Que novedosa idea poner a Edward de hermano mayor de Alice (ESS ) Que por cierto significa E stoy S iendo S arcástica Bueno aunque sea algo repetitivo espero que les guste *batiendo pestañas adorablemente* :D ¿Qué les pareció?... Bueno, en fin espero su opinión sincera como siempre Muchas gracias por leer y les deseo una bonita semana Y si quieren hacerme feliz pásense por mi fic, "Ni en mi mejor sueño" Y si les vale mi felicidad pasen a curiosear jijijij

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Porque el amor, sí es suficiente Un abrazo grande a todo el mundo, y un besote . . . En este momento me encuentro fuera de servicio, deje su mensaje después de la seña...¡Pip!

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Noche de viernes Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer Capitulo II Noche de viernes by Dulce y fuerte ... ...... Estaba en casa de Alice. Sí, como cada viernes, después de que la relación entre Edward y yo mejorara, me decidí a volver a las noches de viernes en casa de los Cullen. Esa era la versión oficial, pero en realidad lo hacia para poder escabullirme y pasar la noche con Edward. Alice se había dormido hace bastante, y yo estaba en la cocina tomando un vaso con leche perdida en mis pensamientos, que desde hace una semana estaban mas revueltos que de costumbre, un fuerte y sonoro beso en mi mejilla me hizo reaccionar, era Edward quien acababa de entrar en la cocina, vestía unos pantalones de tela negros, una camisa blanca con los primero botones sueltos, y una chaqueta negra, fruncí el ceño al ver la hora, eran las 3:30 de la mañana --¿Donde estabas? --pregunté mientras él se acercaba al refrigerador y sacaba una botella con jugo --Afuera --respondió simplemente mientras sacaba un vaso de la alacena y lo llenaba --¿Con Jasper? --seguí el interrogatorio tratando de parecer despreocupada jugando con el vaso en mis manos, él soltó una risita y se acerco a mí, se quito 21

Porque el amor, sí es suficiente su saco y lo dejo en una silla --No estaba haciendo nada malo cariño --dijo a modo de respuesta mientras se sentaba junto a mí-- no es necesario el interrogatorio --continuó muy divertido, idiota, se había dado cuenta, habían pasado tres meses desde la tormenta, y hace dos éramos oficialmente novios, claro, eso lo sabíamos solo los dos, yo no encontraba la forma de decirle a mi padre, "¡Hey Charlie! ¿A que no sabes? Tengo novio y sí, es seis años mayor que yo, pero no te asustes, él me respeta" Y creo que Edward tampoco estaba listo para decirle a los suyos que su novia tiene 17 años, en fin, además de el secretillo nuestra relación es genial, tenemos mucho en común, al principio pensé que quizá seria sólo atracción física, pero cada vez descubro lo maravilloso que es Edward Cullen, tan tierno y preocupado todo el tiempo, además de ser muy inteligente y talentoso. Pero nadie es perfecto y mi maravilloso novio no es la excepción, aún disfruta jugándome bromas y burlándose de mí, juro que a veces quisiera envolver su cuello con una correa y ejercer presión hasta que quede sin aire y suplique piedad, como ahora --No seas absurdo, no te estoy interrogando-- me defendí, el enarco una ceja con una sonrisa burlona-- es sólo curiosidad, a mí me da igual lo que hagas o dejes de hacer, eso es asunto tuyo --termine exasperada, últimamente me era muy difícil controlar mis emociones y mis cambios de humor eran bastante fuertes, me puse de pies dispuesta a marcharme, pero el se levanto al mismo tiempo y me acorralo entre la mesa y su cuerpo --Oh vamos no te enojes, sabes que estoy jugando --explicó mientras ponía un mechón de mi cabello tras mi oreja, pero yo gire la cabeza en un movimiento brusco --Resulta que yo no estoy de humor para tus tontos juegos --respondí bastante molesta --Ok, ya me perdí ¿En que momento pasamos de una agradable conversación a una desagradable discusión? --preguntó juguetón 22

Porque el amor, sí es suficiente --¡Rayos Edward! ¡¿Qué no tomas nada en serio? --casi grité, mientras lo empujaba y caminaba a la salida él me tomo por el brazo y me giró --¿Qué pasa? --preguntó esta vez serio, no respondí sólo esquive su mirada, él suspiró-- ¿Es porque Salí con Tanya esta noche? Cariño ella es sólo una amiga y esta de... --¡¿Qué tú saliste con quién? --Pregunté furiosa-- ¿me vas a decir que llegas a las 3:30 de la mañana a tu casa de una "cita" --dije poniendo énfasis en la palabra cita para que quedase claro-- con cierta mujercita y vestido así? --termine apuntándolo con mi mano libre --Yo siempre me visto así --se defendió soltando mi brazo y mirando su ropa-¿Qué tiene de especial? --¡Que te ves increíblemente sexy y atractivo! --dije lo obvio exasperada, el sonrió y me abrazo por la cintura atrayéndome a su cuerpo --¿Eso crees? --preguntó mientras metía las manos debajo de mi blusa y acariciaba la piel de mi espalda --¡No me distraigas! --acusé mientras trataba de soltarme de su agarre, sin mucho éxito-- ¡y seguramente tu amiguita ya te lo dijo! --Bella llevo una semana lejos de ti --comenzó mientras besaba mi cuello de esa manera que me hacia ver colores donde no los había-- y aunque no niego que me encanta cuando te pones como una gatita enojada --continuó en mi oído jugueteando con el lóbulo de mi oreja-- prefiero aprovechar el tiempo en algo más, te he extrañado mucho cariño Yo me cruce de brazos y me quede muy quieta pensando en hipopótamos y rinocerontes, para no caer en sus redes de perfecta seducción, lo sentí reír en mi cuello, sentir su aliento contra mi piel y sus manos recorriendo mi espalda, no ayudaban a la causa, de un momento a otro me levanto del suelo y me acomodo en su hombro como un maldito cavernícola, iba a gritar, pero él posó una mano en mi trasero dando un ligero apretón dejándome muda unos segundos 23

Porque el amor, sí es suficiente --No grites cielo, porque si los demás despiertan y nos encuentran así, no tendrás como explicar que haces conmigo a esta hora y con mi mano en tu trasero --Tú también tendrías que dar explicaciones --contra ataque mientras él se echaba a andar conmigo aún a cuestas --Yo diría que eres mi chica y tengo la mano en tu trasero porque es una de mis partes favoritas de tu cuerpo --respondió divertido --¿No te importaría que tu familia lo supiera? --pregunté sorprendida mientras subíamos las escaleras --Claro que no, además creo que estarían de acuerdo conmigo, tienes un buen trasero --respondió dándome una palmadita juguetona --No eso tonto, estoy hablando en serio --lo regañé dando un golpe con mi puño en su espalda, el se detuvo y me dejo sobre una superficie mullida --Yo también tontita --dijo dulcemente recostándose sobre mí, apoyando su peso en sus codos y mirándome a los ojos-- el que me da algo de miedo es tu padre, he imaginado dos opciones, o me mata o me encierra de por vida --Yo te llevaría flores a la tumba, o cigarrillos a la cárcel --respondí de mejor humor jugando con su cabello, el frunció el ceño-- ¿Qué? --Hace un momento estabas gritándome y ahora estas bromeado conmigo, realmente estas muy extraña --comentó examinando mi rostro como en busca de algo, simplemente me reí y posé mis manos en sus hombros para luego girarnos y quedar a horcajadas sobre él --No me hagas recordar porque te estaba gritando --pedí con una sonrisa mientras desabotonaba su camisa y descubría su glorioso pecho lo besé por todas partes antes de quitar la estorbosa prenda y lanzarla del otro lado de la habitación, luego bajé mis manos y comencé a desabotonar su pantalón

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Porque el amor, sí es suficiente --Además de extraña, ansiosa --apuntó con una risita ayudándome a quitarle su ropa, lo ignore, simplemente me dedique a desnudarlo lo más rápido posible, realmente estaba muy, pero muy ansiosa. Ya echo mi trabajo me lancé sobre él basándolo con violencia, mi lengua ataco su boca sin pedir permiso mientras enterraba una mano en su cabello y bajaba la otra para estimularlo más, quería que se sintiese igual de desesperado que yo por tenerlo. Comencé a darle firmes y rítmicas caricias a su miembro palpitante mientras el gemía en mi boca, encendiéndome aún más. --No se que rayos te tomaste, pero esto me gusta --pronunció con voz ahogada Me separé de Edward en un movimiento espontáneo, sintiéndome demasiado vestida, mientras él me miraba desconcertado por el repentino movimiento, me quité mi pijama rápidamente y me volví a montar sobre él. Esta vez asegurándome de guiar con mi mano su miembro a mi interior --Cállate y hazme el amor ahora mismo --exigí Soltó un gruñido lleno de excitación cuando lo hice entrar de golpe en mí, nos hizo girar para quedar sobre mí-- Sabes que haría lo que fuese por ti --respondió saliendo de mí y entrando casi al instante de un solo golpe. Un pequeño gritito salió de mis labios, clave los dedos en su espalda y levante mis caderas para que continuara, sintiéndome incapaz de hablar, bajo su boca hasta mi pecho y dando mordiscos y lamidas a mi pezón siguió embistiendo una y otra vez, una de sus manos masajeo mi otro pecho, mientras su mano libre se aferro a la cabecera de la cama para darse más impulso en cada embestida, cada vez más rápido y más fuerte. Nuestros jadeos, gemidos, el choque de nuestros cuerpos desnudos, la suave capa de sudor que nos envolvía a ambos, los gruñidos tan malditamente sensuales que provenían del pecho de Edward cuando gemía su nombre y sentirlo tan dentro con aquella deliciosa fricción me volvía completamente loca, más embestidas desenfrenadas me estaban llevando a la cima, estaba a punto de conseguir mi orgasmo, uno increíblemente satisfactorio --¡Mi hermosa Bella! --gruñó Edward tomando mis piernas y enrollándolas a su alrededor haciéndome sentirlo aún más dentro 25

Porque el amor, sí es suficiente --¡Oh Dios, Edward! --medio gemí, medio grite mientras me sentía embriagar por el placer de mi gran orgasmo, un par de movimientos más y Edward se derramo dentro de mí gimiendo mi nombre de manera posesiva y porque no decirlo, completamente excitante Se dejo caer junto a mi jadeando con una enorme sonrisa que no pude evitar corresponder, a pesar de que él tenia los ojos cerrados y no me vería --Mi abuelo siempre decía --comenzó abriendo los ojos y mirándome intensamente-- "Edward, hacer enojar a una mujer antes del sexo es mejor que cualquier afrodisíaco" Me tomo de la cintura y me acomodo sobre él, dejando descansar mi cabeza en su pecaminoso y bien formado pecho-- El abuelo, siempre tan sabio -- musitó, no pude evitar deslizar mi lengua por las marcas tan definidas frente a mí en su pecho --Ya veo de quien heredaste esa personalidad tan tuya --Bella, para --por supuesto yo ya estaba demasiado excitada otra vez para hacerle caso, seguí besado y lamiendo su pecho, comencé a subir mis labios a su cuello devorándolo por completo --¿Por qué? --pregunté llegando a su oreja, dando mordiscos y lamidas, mientras pasaba mis insaciables manos por sus brazos y él acariciaba mi espalda desnuda sin dejar un lugar desatendido --Porque...--comenzó con la voz estrangulada cuando comencé a frotar mi cuerpo contra el suyo --¿Por qué? --Volví a susurrar esta vez sobre sus deliciosos labios arrastrando mis manos por su pecho asegurándome de tocar todo lo que me fuese posible, subí por su cuello y al fin enrede mis dedos en su cabello jalándolo más cerca de mí-- ¿Por qué quieres que pare bebé? --no le di tiempo de contestar simplemente ataqué sus labios y bebí de su boca salvajemente, hoy no me sentía con ánimos de ser cuidadosa y por el rugido tan increíblemente sensual y 26

Porque el amor, sí es suficiente masculino que salio de su pecho pude notar que a él no le molestaba en lo absoluto Dejé sus labios y bajé por su cuello, su pecho, me arrastre frotando mi cuerpo con el suyo sintiendo su miembro completamente excitado en cada parte del mío a medida que avanzaba, seguí besando y lamiendo las líneas bien definidas de su bien trabajado abdomen y arrastre mi boca hasta el hueso de su cadera donde comencé a morder y succionar tan fuerte que dejaría una marca. Mío. Mientras él me alentaba a seguir Edward comenzó a removerse en la cama impaciente, yo sabía que le gustaba lo que le estaba haciendo, pero también sabía que moría porque mi boca atendiese otra parte más necesitada de su anatomía Al fin mi cabeza estuvo a la altura adecuada, sin muchos preámbulos lo tome todo lo que me fue posible y... -- ¡Maldita sea Bella, me llevas al paraíso con esa boca tuya!-- exclamó jadeante mientras llevaba ambas manos a mi alborotado cabello para guiar mi cabeza según sus deseos Lamía, succionaba y me movía tal y como a él le gustaba, sus suspiros, jadeos, gemidos y gruñidos me daban a entender que lo estaba haciendo bien. Edward se volvía completamente loco con el sexo oral, el mundo podría caerse a pedazos y el sólo diría... --¡Oh por Dios, Bella!--solté una risita mandando vibraciones a su muy excitada masculinidad por lo predecible que podía llegar a ser, otro gruñido escapo de sus sensuales labios en ese momento aumentando el ritmo de sus embestidas a mi boca-- ¡Estas...siendo...muy....mala!--gruñó entre dientes, tratando de sonar severo pero se me hizo tan jodidamente sensual que no pude contener el gemido lleno de lujuria que parecía provenir directo de mi entrepierna caliente y empapada El jugoso y espeso néctar de Edward comenzó a llenar mi boca, lo bebí todo saboreando cada gota y limpiando con mi lengua el miembro perfecto de mi hombre casi perfecto.

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Porque el amor, sí es suficiente Él desenredo sus dedos de mi cabello y se concentro en regularizar su respiración mientras yo gateaba hasta quedar sentada junto a él, sentí algo espeso y calido en la comisura de mis labios, saqué mi lengua para limpiar los restos de Edward que quedaron ahí, justo cuando él abrió los ojos, que se entrecerraron llenos de lujuria y su boca se entreabrió en busca de más aire, al parecer necesitaba más del que estaba consiguiendo Tuve que reírme en ese momento, estaba feliz, Edward me dejaba extasiada con su sola presencia y que decir cuando hacia más que brindarme su compañía como esta noche, me levanté de la cama y volví a ponerme mi pijama, ya tenía que volver al cuarto de Alice Una vez vestida subí a la cama para despedirme, Edward me envolvió en sus brazos y me recostó sobre él-- Quédate --pidió besando mi cuello. --Edward --intenté que sonase a reproche pero sólo sonó a súplica-Para...Alice...tengo que... --Yo trataba de explicar que debía volver al cuarto de Alice y no podía si él seguía tocándome así, y tampoco podía aparecer tan excitada como estaba --¿Por qué? --utilizó mis palabras girándonos para quedar sobre mí --Porque estoy increíblemente caliente y mojada --el rugió en respuesta --Eso suena a que deberías quedarte --bajó su mano derecha dando un apretón cariñoso a mi pecho y luego llegó a mi entre pierna masajeándome por encima de la ropa --Mmm --ronroneó en mi oído-- caliente y mojada --confirmó Un gemido desperado salió de mi boca cuando metió su mano dentro de mi ropa y sus talentosos dedos de pianista me mostraron una vez más que son mágicos, acarició con sus dedos toda mi femineidad lentamente, para introducir tortuosamente despacio uno de sus dedos aumentando el ritmo poco a poco enseñándome a apreciar cada segundo e impacientándome increíblemente

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Porque el amor, sí es suficiente --¡Más, más, más! --supliqué levantando las caderas Edward tomó entre sus dientes uno de mis pezones por encima de la ropa mientras introducía otro dedo y aumentaba el ritmo, haciéndome soltar una mezcla entre gemido y suspiro que sonó vagamente a un "¡Oh, sí!" --Todo lo que quieras bebé --respondió lamiendo mi cuello, otro dedo entro en mí mientras llevaba esos maravillosos labios hasta mi boca y me besaba salvajemente. Yo no dejaba de gemir su nombre una y otra vez --Antes de conocerte no tenía idea de que existía el ángel de la lujuria --susurró antes de morder mi labio inferior y sacar su lengua para jugar --¡Mierda! --Chillé, cuando otro dedo se unió a la fiesta, provocando que me perdiera en el calidoscopio de sensaciones y placer que sólo mi hombre podía despertar en mí Estaba a punto de llegar a la cima, mi orgasmo estaba tan cerca cuando... --¿Edward puedo pasar? --se escuchó la voz de Carlisle del otro lado de la puerta, yo me congelé en mi lugar con los ojos muy abiertos Edward iba a levantarse, cuando enrollé mis brazos en su cuello-- No te atrevas a dejarme así, si no me das mi fabuloso orgasmo ahora mismo, juro que no vuelvo a darte sexo oral lo que queda del año --abrió los ojos desmesuradamente y yo levante una ceja impaciente, volvió a bombear dentro y fuera mientras me tapaba lo boca con su mano libre y con su pulgar estimulaba mi hinchado clítoris --¡Ya voy papa! --Gritó él mientras yo me retorcía debajo de su cuerpo-Vamos amor, córrete antes de que Carlisle nos descubra --esta vez susurró bajito sólo para mí Mis ojos rodaron a la parte de atrás de mi cabeza y la mano de Edward amortiguó mi brutal gemido de placer al sentirme invadida por aquel fuego orgásmico, mi cuerpo se arqueo por completo por voluntad propia simplemente 29

Porque el amor, sí es suficiente dejándose llevar, me tomé un momento para calmarme, mientras Edward se levantaba de la cama y se ponía su pijama --¿Edward? --Volvió a llamar Carlisle, haciendo entrar en razón ¡Oh por Dios! Carlisle estaba al otro lado de la puerta a punto de encontrarme en la cama con su hijo, cuando se suponía estaría en una inocente pijamada con Alice --¡Dame un segundo! --Gritó Edward, quien al ver que no me movía me tomo de la mano y me guió hasta su baño, yo estaba demasiado asustada para pensar Me dio un suave beso en los labios y murmuró un "tranquila" antes de cerrar la puerta, me senté en el retrete con los codos apoyados en las rodillas y mi cabeza enterrada en mis manos, me moriría de la vergüenza si Carlisle me encontraba aquí, sentí la puerta de la habitación abrirse y la voz de Carlisle otra vez ... ...... . . . Mucho tiempo, hasta que me decidí, el final de One-Shot nunca me convenció así que tenía esta idea rondando hace mucho, pero ni en mi mejor sueño no me dejaba avanzar, estaba tantito trabada, pero ya lo termino, así que voy a seguir con este que será cortisimo e intenso. ¡Hey! pasate por aquí http : / / fanfiction - twilight . jimdo . com / de todo para las fanfikeras amantes de Twiligth, notas divertidas, buena musica, un ambiente genial y mucha gente como tú y yo ¿Te das una vuelta? Un abrazin para las niñas hermosas del staff, para mi sonrojoable y adorable Lizzy y a mi maravillosa amiga que amo con locura demencial, ¡Ale te amo!

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Porque el amor, sí es suficiente Un besito dulce Cambio y Fuera. .

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Sorpresas Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer Capitulo III Sorpresas by Dulce y fuerte ... --¿Edward? --Volvió a llamar Carlisle, haciendo entrar en razón ¡Oh por Dios! Carlisle estaba al otro lado de la puerta a punto de encontrarme en la cama con su hijo, cuando se suponía estaría en una inocente pijamada con Alice --¡Dame un segundo! --Gritó Edward, quien al ver que no me movía me tomo de la mano y me guió hasta su baño, yo estaba demasiado asustada para pensar Me dio un suave beso en los labios y murmuró un "tranquila" antes de cerrar la puerta, me senté en el retrete con los codos apoyados en las rodillas y mi cabeza enterrada en mis manos, me moriría de la vergüenza si Carlisle me encontraba aquí, sentí la puerta de la habitación abrirse y la voz de Carlisle otra vez ... --Siento molestarte a esta hora pero me enteré que Tanya esta aquí justamente anoche y no me da tiempo hablar contigo más tarde --comenzó Carlisle, Tanya, yo no conocía a ninguna Tanya, pero era la misma que había nombrado Edward, de pronto todo mi buen humor, excitación e incluso miedo se desvaneció al recordar que Edward había salido con otra mujer y no me explicó nada 32

Porque el amor, sí es suficiente --Sí, está de paso en Port Ángeles, acabó de llegar de verme con ella --respondió un Edward demasiado emocionado para mi gusto --¿Recordando viejos tiempos hijo? --Insinuó un Carlisle demasiado cómplice para mi gusto, apreté los puños molesta, y la risita de Edward sólo logro ponerme mas enojad aún-- En fin sólo quería saber si la invitaste a venir, tu madre y tu hermana están muy emocionadas por ver a la encantadora Tanya Encantadora. Sí, claro una zorra seguramente --La llamaré mañana va a quedarse algunas semanas y anoche comentó que tenia ganas de ver a la familia --respondió Edward aún con esa fastidiosa emoción en la voz --Bien, ya me voy, mi turno en el hospital empieza en media hora, nos vemos --se despidió Carlisle, luego escuché que la puerta se cerraba y unos pasos que se detuvieron frente a la puerta del baño justo antes de que esta se abriera --Eso estuvo cerca --bromeó un Edward demasiado sonriente --Estas muy feliz --observé frunciendo el ceño y cruzándome de brazos --¿Eso es malo? --preguntó algo confundido pero con aquella sonrisa tonta --¿Quién es Tanya? --pregunté para nada contenta, su sonrisa se hizo estupidamente más grande --Una "amiga" de Alaska --dijo haciendo énfasis en la palabra amiga de manera sugestiva-- que esta de paso en Port Angeles --respondió apoyándose casualmente en el marco de la puerta cruzando sus brazos imitando mi posición-- te estas muriendo de los celos --observó con una sonrisa socarrona --Claro que no --mentí descaradamente --Claro que sí, por que estas loca por mí --siguió burlándose él, y ahí estaba el muy maldito sacándome de mis casillas-- sabes que soy demasiado bueno para 33

Porque el amor, sí es suficiente ser real --Claro que no --dije tajante y su sonrisa se esfumo, al tiempo que me ponía de pie-- estoy harta de ti y de tus burlas Edward, se supone que soy tu novia no tu payaso de fin de semana --continué cegada por la ira-- y para rematarla sales con una mujerzuela sin tener la amabilidad de decírmelo --Tanya no es ninguna mujerzuela Bella, creo que estas exagerando --defendió el con una seriedad y dureza que yo no conocía --Claro que no ella es la Encantadora Tanya --solté sarcástica --Estas siendo totalmente irracional --comenzó él-- tú no la conoces, no tienes derecho a hablar así de ella --Y tampoco me interesa conocerla, gracias --solté ácidamente --Dios eres tan infantil --soltó el pasándose una mano por sus desordenados cabellos-- pero eso me ganó por meter a una adolescente inmadura en mi cama Abrí los ojos desmesuradamente ante lo hiriente de sus palabras, ¿eso era yo una chiquilla que calentaba su cama? Mis ojos se llenaron de lágrimas automáticamente --¿Qué dijiste? --susurré incapaz de levantar la voz --No he dicho nada --soltó entre dientes --¡Eres un cobarde, ni siquiera te atreves a decírmelo en la cara, vete con tu perfecta Tanya al mismísimo infierno idiota! --grité antes de salir corriendo de su cuarto para entrar al de Alice. En mi interior esperaba que me siguiera como en las películas y que me dijera que lo sentía que lo había dicho sólo por que estaba enojado y que me quería, pero nada de eso pasó, la protagonista de mi patética película se quedo llorando sentada en el suelo del baño privado de Alice hasta que amaneció, tome mis 34

Porque el amor, sí es suficiente cosas sin despertar a mi amiga, me cambie mi pijama por unos jeans, una blusa y un suéter gris, fui a mi camioneta y conduje muy lento hasta mi casa ya que las lagrimas me impedían ver con claridad, al llegar, vi un enorme jeep estacionado en mi lugar y una sonrisa, aunque bastante triste adorno mi rostro, al entrar a mi casa me vi envuelta en un calido abrazo --¡Pero que tenemos aquí, que sorpresa! --exclamó Emmett con una gran sonrisa --La sorpresa me la llevó yo, esta es mi casa aquí vivo --dije lo obvio medio sonriendo-- ¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo entraste? --Con la llave de repuesto y yo también me alegro de verte --dijo fingiéndose herido, pero de pronto frunció el ceño verdaderamente preocupado-- estabas llorando --afirmó --Me tropecé al subir a la camioneta y me di un golpee muy fuerte --me excusé pobremente pero Emmett era muy inocente así que como sospeché comenzó a reír mientras me despeinaba --Tan distraída como siempre Yo sólo pude sonreír, muy falsamente cabe mencionar, pero sonreír al fin. Emmett era el hijo mayor del mejor amigo de mi padre, éramos muy buenos amigos pero perdimos el contacto cuando él se fue a la universidad hace dos años --Bueno, entonces ¿que te trae por aquí? --pregunté en parte por cortesía ya que sólo quería subir a mi cuarto y deshacerme en llanto, pero en parte también me alegraba la visita sorpresa de mi amigo --He tenido que resolver algunos asuntos en Seattle y me dije ¿Por qué no vamos a ver al viejo Charlie y a la pequeña Bells? y bueno aquí estoy fin de la historia --respondió él dejándose caer en el sofá con cara de estar diciendo algo muy serio e importante

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Porque el amor, sí es suficiente --Genial, ¿te quedaras? --pregunté genuinamente entusiasmada --Sí, el viejo Billy se puso algo sentimental y me hizo prometer que me quedaría una semana al menos --Billy era el padre de Emmett --Alice se va a poner muy feliz de verte --¿Cómo esta la pequeña? También tengo ganas de verla --Esta bien, muy feliz, por que su hermano volvió de Londres hace un tiempo --dije tratando de no hacer una mueca --Eso es genial, no lo recuerdo muy bien, pero si recuerdo que Alice hablaba de él todo el tiempo --dijo como recordando, yo simplemente asentí y cambie el tema, nos pasamos la mañana hablando hasta que cerca de las 10:00 a.m. el teléfono de mi casa comenzó a sonar, era Alice, preguntándome que me pasaba y por que me había ido así, le dije que Emmett estaba de visita en mi casa y por eso me había ido tan rápido, la parte de la visita era cierta. Por la tarde Alice llegó a mi casa con algunas botanas y refrescos para pasar la tarde viendo películas los tres como en los viejos tiempos, no tuve tiempo de estar sola hasta la noche cuando se fueron dejándome en compañía de mi miseria y mis miedos, en estos momentos agradecía que Charlie fuera un hombre obsesionado con su trabajo y pasara todo su tiempo en él. La semana paso así, el día en el instituto, las tardes con Alice y Emmett y mi llanto descontrolado por la noche, y es que no podía evitarlo, porque al quedarme sola sus palabras hacían eco en mi mente y peor no sabia que iba hacer de ahora en adelante sin él. Edward me llamó insistentemente al móvil los primeros días, pero lo apagué el martes sintiéndome incapaz de hablar con el sin dar un patético espectáculo de llanto y pataleta, dándole así la razón ...

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Porque el amor, sí es suficiente Era sábado otra vez, pero no cualquier sábado, hoy era la fiesta sorpresa en casa de los Cullen por el cumpleaños de Alice, claramente yo no podía faltar, pero tampoco me sentía preparada para tener frente a mi a ese espécimen echo a mano que provocaba mi delirio. Me reconfortaba saber que Emmett estaría conmigo, había decidido marcharse mañana por la noche y así ir a la fiesta de nuestra amiga. A las 8:00 p.m. estaba entrando a la gran casa de los Cullen, encontrándome ahí a todo el mundo, excepto a Esme, Alice, Edward y Emmett, la primera estaba encargada de distraer a la segunda hasta las 8:30 p.m. Emmett aun no había llegado y tampoco vi a Edward por ninguna parte, luego me entere que estaba con Esme distrayendo a su hermana. A las 8:29 p.m. una llamada de Esme avisando que estaban a punto de llegar nos hizo apagar las luces a la espera de la festejada, cuando la puerta se abrió y las luces se encendieron, mi corazón se detuvo --metafóricamente hablando-- al ver entrar junto a mi amiga y a Esme, a mi Edward abrazando por la cintura a una mujer espectacular enfundada en un impresionante vestido rojo que le quedaba de maravilla, claro que un hombre como Edward terminaría con un monumento como ese. --¡Bella! --el abrazo de Alice me sacó de mis depresivos pensamientos-- eres mala no me dijiste nada --acusó al separarse con una brillante sonrisa --Era una sorpresa --respondí intentando imitar su entusiasmo, sin mucho éxito --No te preocupes, entiendo --dijo mal interpretando mi estado de animo-- te quiero presentar a alguien --continuó antes de voltearse y gritar-- ¡Edward ven acá y deja de acaparar a Tanya! Un nudo se formo en mi garganta, ¡Genial! ahora tendría que enfrentar a la versión humana de afrodita, cuando estuvieron frente a nosotras, esquive la mirada de Edward y me centre en la chica, alta, de intensos ojos azul cielo, su cabello era de un hermoso tono rubio rojizo y su sonrisa era malditamente 37

Porque el amor, sí es suficiente encantadora, parecía abrazarte sólo con ella. --Ella es Tanya Denali, una vieja amiga de la familia y el amor platónico de toda la vida de Edward --termino Alice con una risita, a mi por supuesto sus palabras me llegaron como patadas en el vientre, quise gritar, llorar y patalear, pero de mis labios solo salio un --Bella Swan --a modo de presentación y saludo --Es un placer Bella --respondió ella sinceramente con una dulce sonrisa-Alice me habla mucho de ti en sus e- mail Quise ser grosera y decirle que yo jamás en mi vida había oído decir su estupido nombre de cabaretera barata, pero su semblante amable y su actitud sincera me lo impidieron --También es un placer --respondí devolviéndole la sonrisa casi sin darme cuenta --¿Y Emmett no vino contigo? --pregunto Alice --¿Quién es Emmett? --preguntó Edward de manera exigente en lugar de curiosa, justo en ese momento la voz grave de mi amigo se escuchó con fuerza --¡Aquí estoy pequeño demonio! --apareció mi amigo detrás de Alice dándole un gran susto --¡Tonto! --dijo Alice riendo mientras él le daba un abrazo, luego Emmett se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla --Hola cariño ¿me extrañaste? --preguntó pasándome un brazo por la cintura y acomodándose a mi lado, me sonroje sin poder evitarlo, por el rabillo del ojo vi como Edward apretaba la mandíbula y asesinaba a mi amigo con la mirada así que sólo respondí tímidamente --Claro que si Em ¿Por qué te encanta hacerme sonrojar? 38

Porque el amor, sí es suficiente --Porque te ves muy divertida, ¿no están de acuerdo? --Se ve muy linda --dijo amablemente Tanya haciéndome sonrojar más, yo quería odiar a esa mujer pero así no se puede-- por cierto soy Tanya Denali --se presentó con mi amigo --¡Ah sí! --Exclamó Alice-- que tonta ustedes no conocen al grandote, Emmett te presento a Edward mi hermano y Tanya una amiga de la familia --luego se volteó a su hermano y continuó-- él es Emmett, el hijo del mejor amigo del papá de Bella y un buen amigo nuestro --Es un placer --dijo alegremente Emmett-- Alice no deja de hablar de ustedes, hacen una bonita pareja --soltó con naturalidad, de un momento a otro sentí nauseas, unas nauseas horribles, ante la espantosa verdad que había dicho Emmett, la habitación comenzó a dar vueltas y me sentí desvanecer, pero los fuertes brazos de Emmett me sostuvieron junto a él --¡Bella ¿estas bien? --preguntó agitado --Yo...no me siento...bien --balbucee antes de caer en la inconciencia Desperté poco a poco, al ser totalmente conciente note que estaba en el cuarto de Alice, Carlisle estaba a mi izquierda, Emmett estaba junto a mi padre en el marco de la puerta, Alice, Esme y Tanya estaban a los pies de la cama y Edward estaba a mi derecha, luego mi atención volvió al marco de la puerta --¿Papá? --pregunté algo confundida él no estaba en la fiesta-- ¿Qué haces aquí? --El Dc. Cullen me dijo que te desmayaste en medio de la fiesta así que vine enseguida ¿Cómo te sientes? --Estoy bien papá --respondí incomoda sintiendo demasiada atención en mí --¿Has comido bien? --preguntó Edward, lo mire y fruncí el ceño

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Porque el amor, sí es suficiente --Eso no te importa --dije de pronto sintiéndome muy molesta de verlo ahí fingiendo preocupación, con su nueva noviecita unos metros mas haya --No seas infantil Bella, ¿Has dormido bien? --insistió --¡Que no te importa! --grité esta vez, mientras aquella palabra parecía taladrar mi mente, infantil, infantil, infantil. --No te pongas así cariño, Edward sólo esta preocupado por ti --intervino amablemente Esme --Es algo tarde para preocuparse --solté sin pensar, dejando a todo el mundo sorprendido --Bella no es culpa del muchacho que te hayas desmayado, tal vez deberías comer mejor o...--comenzó Charlie --¡Claro que es su culpa papá, no lo defiendas! --dije con los ojos llenos de lagrimas --¡¿Podrías hablar claro? --Espetó Edward muy enojado-- ¡¿De qué rayos tengo la culpa? --¡De haberme dejado embarazada a los 17 años para luego cambiarme por una mujer que parece bajada del Olimpo! --grité con todas mis fuerzas sacando lo que había tenido atorado desde hace dos semanas cuando me hice la prueba de embarazo Todo el mundo se quedo en silencio, ni siquiera se movían, era como si se hubiesen congelado en su lugar --¿Estas...embara...zada? --Soltó Edward apenas-- eso es imposible yo fui muy cuidadoso, usamos protección siempre que estuvimos juntos-- continuó él poniéndose de pies y caminando de un lado para el otro despeinando mas su cabello con sus manos, los demás aún no se movían, parecía que no respiraban

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Porque el amor, sí es suficiente --No fuiste tan cuidadoso en la mesa de pool de Carlisle --solté bruscamente --¡Mierda! --Susurró parándose en seco y volteándose a mirarme-- ¿voy a ser papá? --Pregunto claramente asustado, yo simplemente asentí, esperando su reacción-- voy a ser papá-- afirmo esta vez con una pequeña sonrisa bailando en sus labios, corrió hasta la cama y acunó mi cara entre sus manos antes darme un beso lleno de emoción --¡Charlie no! --escuché el grito de Emmett antes de que alguien me separara bruscamente de Edward, enfoque mi vista en cuanto salí de mi sorpresa y vi como mi padre estaba sobre Edward golpeándolo y soltando insultos que yo ni conocía, mientras Carlisle y Emmett trataban de separarlos --¡Papá detente! --grité con todas mis fuerzas mientras las lagrimas corrían por mis mejillas --¡Te voy a matar! ¡Como pudiste abusar de mi hija! ¡Ella es una niña! --siguió gritando y golpeando hasta que lograron separarlos, bajé de la cama de un salto y me abracé a Edward con fuerza --¿Estas bien? --susurré separándome lo suficiente para mirarlo --Perdóname --soltó simplemente traspasándome con la mirada --¿Qué? --pregunté sorprendida --Por ser un idiota, por no cuidarte como debería, pero Bella, quiero estar contigo, sólo contigo, juro que Tanya es solo una buena amiga --respondió atropelladamente y lleno de sinceridad fue cuando me di cuenta de lo tonta que había sido por haberme dejado llevado por mis miedos e inseguridades, en el fondo yo sabía que no tenía motivos reales para desconfiar de él, sin embargó lo hice. -- ¡Yo también quiero estar contigo! ¡Arrg! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho! ¡No tenia motivos para desconfiar de ti! --dije echándome a sus brazos y soltándome a llorar con más fuerza-- ¡tienes razón, soy una niña, una niña 41

Porque el amor, sí es suficiente tonta! --Tranquila, yo dije cosas que no sentía, me molestó mucho pensar que no confiabas en mí --besó dulcemente mi frente-- Y no eres ninguna niña, eres mi mujer. --¡Tu no vas a tener a ese bastardo! --gritó mi padre furioso interrumpiendo nuestro momento, me giré a mirarlo sorprendida, Charlie Swan era un hombre tranquilo y pacifico, no el energúmeno que estaba frente a mí --No es ningún bastardo señor Swan, es mi hijo, se que no es la forma, pero esto iba a pasar tarde o temprano --dijo Edward muy firme poniéndose de pie y arrastrándome con él --Yo no pienso mantener a esa criatura --espetó mi padre con desprecio --Y yo no espero que lo haga, me haré cargo de Bella y de mi hijo desde ahora --¿Qué? --pregunté sorprendida --Si no te desases de ese problema no volverás a entrar a mi casa Isabella --gruñó mi padre llamando mi atención e ignorando por completo las palabras de Edward --¡Es mi hijo papá, no es un problema! --espeté furiosa --Claro que lo es y es también una vergüenza, eres una mujerzuela --gritó acercándose a mí pero Edward me cubrió con su cuerpo --Es mejor se vaya jefe Swan, antes que siga diciendo cosas de las que estoy seguro se va arrepentir --sugirió diplomático Carlisle --Créame Dc. Cullen que nada de lo que he dicho u hecho esta noche será causa de arrepentimiento, si hubiese podido abría matado a su hijo --gruño Charlie

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Porque el amor, sí es suficiente --Suficiente, no voy a permitir que siga con esa actitud en mi casa, le ruego me siga a la salida --intervino una molesta Esme que jamás había visto --No vuelvas a poner un pie en mi casa o a llamarme padre mientras lleves a ese bastardo en tus entrañas --soltó Charlie antes de seguir a Esme a la salida, yo simplemente me abracé a la espalda de Edward ya que me sentía desvanecer otra ves, poco a poco fui cayendo en la inconciencia de nuevo Cuando desperté estaba en el mismo lugar, sólo que esta vez Edward estaba más cerca y sostenía mi mano --Me tenias muy preocupado ¿Te desmayas con frecuencia? --Preguntó Edward antes de besar el dorso de mi mano cariñosamente, le sonreí automáticamente --No, la verdad no me había pasado --Respondí naturalmente --¿Cómo notaste que estabas embarazada? --Preguntó Esme abrazada a Carlisle que no se lo terminaba de creer, me sonrojé ante la forma tan poco prudente de comunicar la noticia y sin poder evitarlo me eche a llorar --Lo siento, no quise armar el escándalo que armé, ¡Oh por Dios! Y en la fiesta de Alice, debe odiarme --solté atropelladamente mientras una profunda angustia se apoderaba de mí, Edward se acerco más y me abrazo cariñosamente --Tranquila cielo, todo esta bien, nadie esta molesto contigo --susurró suavemente mientras acariciaba mi cabello --¿Tú no estas molesto por haber quedado embarazada? --solté la pregunta que mas daba vueltas en mi cabeza --Molesto no cariño, sorprendido quizá, algo asustado, puede ser, pero molesto claro que no --respondió separándose suficiente para quedar frente a frente --Entonces cielo ¿Vas a decirnos cómo descubriste tu embarazo? --insistió Esme, quien parecía estar esforzándose por seguir siendo amable

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Porque el amor, sí es suficiente --Cuando fui conciente que tenia un retraso de tres meses, y recordé que la primera vez que estuvimos juntos no usamos protección, compre una prueba de embarazo y cuando dio positivo compre dos más para estar segura, todas dieron positivo --terminé bajando la mirada --¿Lo sabes hace dos semanas y no me habías dicho nada? --Preguntó Edward dolido-- ¿Terminaste conmigo, sabiendo que estabas esperando un hijo mío? --Continuó claramente molesto-- ¿No pensabas decírmelo Isabella? --terminó entre dientes, sólo pude llorar más --Yo sabia que ibas a enojarte --solté entre sollozos como una niña pequeña, el me abrazo con mas fuerza --No estoy enojado por que estés embarazada, estoy enojado por que me lo ocultaste --Tiene 17 años Edward, es una niña y esta asustada ¿Qué esperabas? --Dijo Carlisle enojado-- quiero que sepas que estoy muy decepcionado, siempre pensé que eras más sensato, Bella es menor de edad Edward --¡Ya lo sé Papá! --Respondió Edward más alto de lo necesario-- ¡No estas diciendo nada nuevo y si lo que quieres es que te diga que me arrepiento de estar con ella, pues disfruta la decepción, por que jamás voy arrepentirme de ello! --Me alegra que lo sepas, porque ahora te tienes que hacer cargo de tus acciones --Y lo haré --respondió besando mi frente, cambiando su tono a uno más cariñoso-- por supuesto que lo haré Después de esto, Edward me levanto de la cama pasando un brazo bajo mis rodillas y el otro en mi espalda para cargarme hasta su cuarto, me dejo en su cama y se sentó en la orilla frente a mí

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Porque el amor, sí es suficiente --Ahora entiendo tus cambios de humor y tus emociones a mil --susurró divertido mientras tomaba mi mano --¿Qué voy hacer ahora? --Pregunté angustiada-- No puedo volver con mi madre, y Charlie ya dejo claras las condiciones para vivir en su casa --Claro que no vas a volver con tu madre --Respondió Edward acariciando mis dedos-- No permitiré que te alejes de mí --acercó su mano libre a mi vientre y lo acaricio suavemente-- Y tampoco tienes que volver con Charlie, yo cuidare de ti --No puedo permitir eso --sacudí mi cabeza en desacuerdo-- claro que no, además soy menor de edad, no puedo simplemente dejar mi casa y ya --No creo que Charlie se molesté por ello según aclaró hace un rato, ¿Crees que tú madre será un problema? --No estoy segura --dije nada convencida, mi madre iba a enloquecer cuando le dijese que estaba embarazada --No te preocupes yo me haré cargo de todo ... ...... . . . Queridísimas amigas, en primer lugar quiero dar las gracias a todas las niñas que me mandaron mp mostrándome su afecto y apoyo, no quiero agrandar una situación pequeña que se torno desagradable, sólo quiero aclararles a las personas que me siguen que sigo siendo yo, no la reencarnación del anticristo ¿vale? Lo que dije fue sacado de contexto, hubo una parte que se retorció como gimnasta rusa para darle un sentido totalmente lejos de lo que yo quería decir 45

Porque el amor, sí es suficiente Y leí un par de comentarios donde "se sorprendían de mi reacción agresiva y mi actitud, que yo no era así" Y yo soy así, fui directa, no la ofendí, insisto, y si lo hice me disculpe por ello, pero no me retracte, porque no hice nada malo Soy fiel admiradora de Rana Husseini y su trabajo contra "Los crímenes en nombre del honor" amigas les aconsejo leer ese libro, y les prometo que su forma de ver el mundo cambiara, la forma de ver a las mujeres y la violencia lo hará, porque cada palabra y cada gesto tiene un significado En fin, ahí muere, no odio a Hale Cullen Anna, no tengo nada en contra suya, sólo quería aclarar aquello. Con respecto al cap. sé que muchas no querían ese embarazo, pero no desesperen, valdrá la pena y no va a ser como todos los fic donde se embaraza, prometo una trama fresca... ¡Lo juro! --grita llorando desesperada Ajajajaj, ups ya me dio el ataque esquizoide, juju, me largo a cosechar pepitas de oro, si me va bien les mando alguito juju, las quiero terrícolas bellas . . . . Deje su mensaje después de la señal... ¡Pip!

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Cuando el cuento se acaba Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer Capitulo IV Cuando el cuento se acaba By Dulce y fuerte ... ...... Solos otra vez, ya era parte de la rutina, Edward pasaba todo el tiempo que podía lejos de nosotros, como si vernos a la cara fuese un continuo recordatorio de lo miserable que se había vuelto su antes perfecta vida. Siempre lo supe, desde el momento en el que me entere de mi embarazo, supe que él iba a odiarme, todo fue perfecto al principio, claro sin contar el desprecio de mi padre y el rechazo de los Cullen. Pero Edward estaba conmigo, con nosotros y nos amaba, nada podía salir mal mientras él me sonriera como solía hacerlo. Pasamos un tiempo en la casa de los Cullen, mientras yo terminaba el instituto, la gente del pueblo, como era de esperarse, se reventó hablando sobre la muy zorra hija del jefe de policía local y el promiscuo don Juan hijo del prestigioso Dc. Cullen. Francamente no me importaba demasiado, pero si me incomodaba muchísimo toda esa atención. Edward estuvo siempre conmigo siendo tan perfecto cada día, preocupado de cada detalle. Alice, la razón principal por la que dejamos Forks, no estoy muy segura porque, pero me odiaba. Aún recuerdo con claridad el día después de su fiesta de cumpleaños. Ella estaba sentada en el último peldaño de la escalera, mirando un punto fijo en la pared, estaba muy nerviosa, ella siempre había estado conmigo y mi 47

Porque el amor, sí es suficiente relación con su hermano era el primer secreto entre ambas -- Buenos días Alice --Saludé tímidamente mientras me paraba frente a ella. No se movió, ni siquiera destrabo su mirada aunque yo estaba bloqueando el lugar al cual miraba antes Suspiré tristemente antes de continuar-- Lo siento, no quise arruinar tu fiesta, sé que estas enojada y probablemente lo merezco, pero todo esto del embarazo me descontrola un poco, no supe que hacia, yo no quise, enserio --solté atropelladamente una incoherencia tras otra hasta que su mirada fría y rencorosa me atravesó -- ¿Crees que estoy molesta por la fiesta? --inquirió poniéndose de pie quedando a pocos centímetros de mi. Sentí como si cada palabra hubiese sido una dolorosa bofetada, sólo pude asentir lentamente como única respuesta mientras luchaba contra las lágrimas. Tras mi respuesta su mueca se volvió aún más colérica y amenazante, nada que hubiese visto antes en el tierno rostro de mi amiga-- Escúchame bien, tú grandísima zorra descarada, no vuelvas a hablarme como si fuésemos amigas, porque no lo somos --habló lentamente marcando cada palabra, se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras -- Alice...por favor --suplique abrazando mi abdomen aún plano inconcientemente Se detuvo un momento sin siquiera girarse sólo para decir-- y no quiero tener nada que ver ni contigo ni con tu bastardo Isabella El llanto de mi hijo me trajo a la realidad, me gustaría decir que es una realidad feliz en contraste a mis recuerdos de mis últimos meses en la casa de los Cullen, sin embargo mi vida se convirtió en un verdadero infierno desde que dejamos la mansión. Un hijo enfermo y una adolescente inútil que mantener era demasiado gasto como para seguir con sus sueños, Edward tuvo que dejar 48

Porque el amor, sí es suficiente sus planes de abrir su propia academia de música junto a Jasper para transformarse en profesor de un instituto en Chicago donde vivíamos actualmente en un pequeño departamento. Esme y Carlisle aceptaron ayudarnos mientras viviéramos en su casa, pero definitivamente no iba a criar a mi hijo en un lugar donde el rechazo hacia nosotros era tan evidente, por lo tanto al dejar Forks tuvimos que mantenernos por nosotros mismos, al principio no fue un problema, Edward tenia la herencia de sus abuelos con lo que planeaba inaugurar la academia, sin embargo las cosas se complicaron en mi séptimo mes de embarazo, tuve un parto de emergencia, gracias a Dios mi hijo sobrevivió pero con serios problemas respiratorios, estuvo en la incubadora sus primeros meses de vida, fue realmente difícil pasar por todas esas cirugías y tratamientos, además de costoso. No pasó mucho tiempo cuando Edward tuvo que buscar un trabajo y decidimos mudarnos a un lugar más modesto, la herencia de sus abuelos se acababa rápidamente y yo me pasaba el día con mi pequeño --Tranquilo bebé, shh, no llores mi amor --Arrullé mientras tomaba a mi pequeño entre mis brazos, meciéndolo rítmicamente ... Miré el reloj mural. Ya era cerca de media noche, apreté mis ojos con fuerza, hace un par de semanas Edward llegaba a casa muy tarde, oliendo a tabaco y demasiado cansado para siquiera hablarme, ni siquiera veía a su hijo y eso no parecía importarle en lo absoluto Yo no había dicho nada, me sentía demasiado culpable por arruinar sus sueños como para exigirle algo más, sin embargo, aquella situación era demasiado, no quería seguir con la sensación de ser un estorbo en la vida de Edward. Como ya era rutina acosté a mi hijo en la cama que solía compartir con Edward, antes, dormíamos los tres, por falta de habitaciones, el departamento tenía sólo un cuarto, además del baño, la cocina y la salita. Pero desde que Edward comenzó a llegar tarde tomó el hábito de dormir en el sofá

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Porque el amor, sí es suficiente Aaron ya estaba dormido, llevaba cerca de una hora y media sentada en la sala esperando a Edward. Había tomado una decisión, sin embargo, no llevaría mis planes acabo hasta hablar con él. Después de todo, seguía siendo mi Edward, al que le entregué mi cuerpo, mi alma y mi inocencia. Por el que deje todo, el padre de mi hijo y al que le entregué mi amor sin restricciones. Desde mi lugar en la pequeña salita, pude ver como entraba, parecía agotado y desdichado, al percatarse de mi presencia su mueca se hizo aún más infeliz. --Es algo tarde --dije obviando el echo de que aunque me vio no me dirigió la palabra --Deberías estar dormida --respondió él --Y tú en casa hace horas --reclamé, él cerro los ojos se recargo en el sofá frene a mí con ambas manos --No voy a discutir --masculló entre dientes --¡No vas a discutir! ¡No vas a mirarme! ¡No vas a hablar! ¡¿Qué rayos harás entonces Edward? ¡¿Esconderte debajo de una roca haber si Aaron y yo desaparecemos y te dejamos en paz? --Solté atropelladamente todo lo que tenía dentro --Puedes bajar la voz --pidió irguiéndose, con voz cansina-- Vas a despertar al niño --¡A tu hijo! ¡Aaron! ¡Dilo maldita sea! ¡Nada va a pasarte por pronunciar su nombre! --¡¿Qué demonios quieres de mi Isabella? --Preguntó en el mismo tono que yo-- ¡¿Qué maldita cosa quieres que no tengas ya? --¡Quiero que seas el de antes! ¡Quiero a mi Edward de vuelta! --Respondí con los ojos llenos de lágrimas de furia, impotencia y dolor ante la frialdad de su mirada 50

Porque el amor, sí es suficiente --Lo siento, pero de él no queda nada --escupió con resentimiento-- Puedes darle las gracias a la vida de mierda que llevamos Nunca pensé que las palabras pudiesen doler de tal manera, no sentí mi corazón detenerse, ni palpitar con fuerza, pero si sentí una fuerte opresión que comenzaba en mi estomago, pasaba por mi pecho y terminaba en un nudo en mi garganta, quemándome por dentro. Era exactamente aquello lo que no quería oír, eran esas palabras a las que tanto temía. Llevé mis manos a mi pecho en un intento por aplacar aquella desagradable sensación y volví a sentarme en el sofá. Mi mundo se desmoronó entonces, en el ultimo tiempo muchas cosas cambiaron en mi vida, sin embargo habían dos que se mantenían firmes, el amor que sentía por Edward y Aaron, por otro lado el echo de que siempre estaríamos juntos. Pero aquella noche algo cambió, yo ya no podía veme compartiendo mi vida con ese hombre frío y resentido, --¿Qué quieres de mí? --Imité su pregunta, cuando lo vi tomar el pomo de la puerta para salir nuevamente --Déjame en paz --respondió, terminando de partir mi corazón --Si es lo que quieres...lo haré --afirmé nada convencida --Gracias --Suspiró cansado ¿Gracias? Era todo lo que diría, ¿Ni siquiera iba a intentarlo? ¿No iba a detenerme? La respuesta a mis preguntas fue el sonido de la puerta al cerrarse... Se había ido, dejándome atrás, sin importarle que yo pudiese irme mientras él no estaba, sin siquiera despedirse de su hijo y una oleada de furia me invadió por completo, durante mucho tiempo callé, más bien durante toda mi vida, aquella estupida incapacidad de llamar la atención me había costado innumerables humillaciones y desprecios, pero ya no más, nunca más. Yo era una mujer joven, fuerte, una madre ante todo y mi hijo no iba a ser pisoteado jamás, él sería un hombre fuerte, y valiente, y para conseguirlo debía 51

Porque el amor, sí es suficiente darle el ejemplo. No lo pensé demasiado, la rabia acumulada durante años, la tristeza infinita, y los pedazos rotos de mi corazón destruido parecían impulsarme a hacerlo, tomé sólo mis cosas, y las de Aaron, para alejarme de todo lo que me atara a la antigua Bella --Nunca más --sentencié cerrando la puerta de aquel pequeño departamento con mi hijo en brazos y mis escasas pertenencias, dejando atrás sólo una nota " Te dejo en paz" fue todo lo que pude escribir sin demostrar todo el dolor que aquello me causaba. Al principio no fue fácil, esta bien, no puedo engañarme a mi misma, jamás lo fue, ni lo será. Edward era parte de mí, en cuerpo y alma, él estaba demasiado dentro, parecía necesitarlo para respirar, sin embargo, el hermoso rostro de mi pequeño me daba fuerzas más que nada, sus brillantísimos ojos verdes, tan parecidos a los de su padre, su cabello indomable de un extraño cobrizo, y su sonrisa encantadora, me daban el valor de seguir. Dejé atrás Chicago para instalarme en Seattle, al principio, dudé, y es que no quería estar tan cerca de Forks, pero llegué a la conclusión de que ni aunque pusiera un continente entero entre ellos y yo, jamás sería suficiente para mí. Sabía que podía acudir a mi madre, ella fue muy compresiva al momento de recibir la noticia, lloró bastante, pero en ningún momento me reprochó, sin embargo, y arriesgándome a sonar extremadamente cliché, mi madre tenía razón con respecto a Edward, él no estaba listo para lo que deberíamos enfrentar, me pidió que me fuese con ella a Arizona, ofreció ayudarme con mi bebé y así podría seguir estudiando, sin embargo mi absurdo y caprichoso amor por Edward me hizo responderle mal a Reneé por atreverse a cuestionar a mi pequeña familia recientemente constituida. Un sollozo escapó de mi pecho al recordar lo último que me dijo antes de cortar el teléfono; Soy tu madre cielo, y una madre siempre esta para sus hijos, no importa que pase, pero recuerda que no estas sola, mamá estará siempre para ti amor 52

Porque el amor, sí es suficiente Pero ¿Cómo iba a presentarme frente a ella ahora? Me moría de la vergüenza, me sentía un fracaso, como mujer, como hija, como amiga, como madre... Debía mejorar, reparar mis errores, antes de buscar a mi madre y disculparme con ella Acababa de llegar a Seattle, mi ataque de ira y repentina valentía se había desvanecido, otra vez había actuado guiada por mis emociones, agregando otro error a mi lista de estupideces cometidas, no me quedaba dinero y estaba sentada en un pequeño parque, el cielo estaba furioso y amenazaba con desatarse en cualquier momento mediante una tormenta --Eres idiota Bella, completamente --Susurré llena de coraje, quitándome cuidadosamente el abrigo para cubrir mejor a Aron --¿Bella? ¿Bella Swan? --Oí una voz suave llamarme llena de incredulidad, levante la vista y frente a mí estaba ella, tan hermosa y encantadora como siempre, mirándome entre preocupada y desconcertada-- Eres tú --Dijo al fin con una pequeña sonrisa, sin darme tiempo a responder se sentó junto a mí-¡Que sorpresa! Pensé que estaban viviendo en Chicago, la última vez que hablé con Edward, me dijo que no pensaban visitar Forks pronto, porque supongo vienen a visitar a tus suegros --comenzó a hablar sin parar-- Podríamos ir a mi casa a tomar algo antes de que se vallan, ¿Dónde esta Edward? Hace mucho que no lo veo, de hecho desde el cumpleaños de Alice, no...--Continuó --Tanya --La interrumpí sonando bastante débil, probablemente porque estaba congelándome y porque me la había pasado llorando desde que Salí de Chicago-- Me da mucho gusto verte, pero no voy a Forks y tampoco vine con Edward, él y yo ya no...--tragué el desagradable nudo que se formo en mi garganta y terminé rápidamente antes de soltarme en llanto una vez más-- ya no estamos juntos, él sigue en Chicago Sus ojos se ensancharon ligeramente de manera incrédula, y su mirada, por primera vez se posó en el bulto entre mis brazos-- ¿Cómo? --Preguntó titubeante pasando su mirada de mis ojos a mi pequeño bulto-- ¿Qué ocurrió? --Diferencias irreconciliables --respondí con una sonrisa amarga 53

Porque el amor, sí es suficiente --Cariño --susurró Tanya envolviéndome cuidadosamente entre sus brazos para no hacerle daño a Aaron-- Se va a solucionar lo sé, él te ama, los ama --rectificó acariciando mi cabello, y no pude resistirlo, volví a llorar, esta vez siendo consolada por la última persona que hubiese imaginado, sin embargo era reconfortante --Ya no Tanya, él ya no nos quiere --Lloriqueé como una niña pequeña --Claro que sí cielo, tranquila --Pidió separándose ligeramente, manteniendo medio abrazo, mientras secaba mis lágrimas con su mano libre-- ¿Dónde se están quedando? --preguntó de manera maternal --Acabamos de llegar...nosotros no, no tenemos donde ir --admití sintiéndome patética, y dejando de lado mi orgullo, probablemente si hubiese estado sola, habría mentido para evitar su lastima, pero no podía dormir en la calle con Aaron --Perfecto se quedaran en mi casa entonces --comunicó con una sonrisa mientras apartaba el abrigo del rostro de Aaron que dormía profundamente-- Es idéntico a él --susurró suavemente --Gracias --Respondí, ignorando su último comentario, levanto la vista y sacudió ligeramente su cabeza --No tienes nada que agradecer --dijo con una sonrisa sincera, la misma que había visto cuando la conocí De alguna manera, esa era la señal que necesitaba, mi decisión había sido la correcta, y alguien haya arriba se había apiadado de mí enviándome un ángel Y así fue, Tanya se convirtió en nuestro ángel protector, una fantástica tía para mi hijo y una hermana para mí. Después de nuestro encuentro en el parque nos llevó a su casa, sencilla pero hermosa, en una zona residencial, era de dos plantas, con un bonito ante jardín, todo un sueño, sin embargo, seguía siendo la casa de alguien más

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Porque el amor, sí es suficiente Pasé tres meses en la casa de Tanya, donde nos hicimos muy cercanas, era una persona increíble, una noche le conté todo lo que pasó durante este tiempo, y ella no dejaba de despotricar contra todos los personajes de mi historia y volvió a consolarme cuando lloré mientras relataba nuestra última discusión y lo culpable que me sentía por pelearme con mi madre cuando no se lo merecía; Ya veras como todas las piezas caen en su lugar, la vida no es tan injusta y tú ya haz tenido tu cuota de penas por toda una vida Yo simplemente sonreía con tristeza, ¿Sería eso posible?... Quería creer que sí, y la verdad las cosas no estaban mal, conseguí el puesto de mesera en un restaurante muy elegante gracias a Tanya, donde ganaba bastante bien, no fue nada fácil coger el ritmo, ya que seguía siendo bastante torpe, pero mis ganas de salir adelante eran más fuertes que mi torpeza endógena. Sintiéndome valiente una vez más, rente un departamento pequeño, pero muy bonito con dos habitaciones, un baño, una cocina, un comedor y una pequeña salita, en cuanto lo vi, supe que era perfecto, podía imaginar a Aaron dibujando en la sala mientras yo preparaba la cena. Tanya se veía triste al despedirse de nosotros, y yo también lo estaba, pero como le expliqué, necesitaba dar ese paso, y no hizo mucha diferencia ya que pasábamos nuestros ratos libres juntas. Ella no volvió a hablar con los Cullen, a pesar de que le dije que no debía hacer eso por mí, ellos eran sus amigos antes que yo, pero ella insistía en que estaba demasiado decepcionada de ellos, en especial de Edward --Edward... --Suspiré involuntariamente, francamente lo extrañaba, claro que sí, pero ya no me sentía como una adolescente dependiente, podía respirar mi propio aire y sentirme bien, podía cuidar de mi hijo y de mi misma sin tener que depender de nadie más, sin deberle nada a nadie, y eso me hacía sentir satisfecha. --¿Mamá? --Habló Aaron frente a mí, moviendo su manita para llamar mi atención

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Porque el amor, sí es suficiente --Lo siento estaba distraída cielo, ¿Qué pasa? --Pregunté sonriendo sin poderlo evitar al verlo, ya era todo un hombrecito de cinco años, casi seis, como repetía últimamente Soltó una risita mientras jugueteaba con sus manos nerviosamente-- Ya sé que quiero por mi cumpleaños --dijo mirándome a través de sus pestañas --¿Sí? --Pregunté sonriendo mientras lo tomaba de la cintura y lo sentaba junto a mí en el sofá de nuestra sala Él soltó una risita antes de responder-- Sí, mami --Y ¿Qué es? --pregunté curiosa --A mi papá --respondió en un tímido susurro, borrando de golpe la sonrisa de mi rostro --Aaron...--Comencé, sin estar muy segura de cómo responder a esa petición --Ya sé que vive en otra ciudad, pero mami, yo tengo dinero y podría comprarle el boleto de avión para que venga, podría prestarle mi cuarto, yo dormiría contigo como cuando era más pequeño --Argumentó rápidamente con sus ojitos brillando de esperanza y...algo de temor, probablemente a que yo desechara su idea Nunca le mentí diciéndole que Edward estaba muerto, o que estaba de viaja ni mucho menos, sólo le dije media verdad, que su papá vivía muy lejos. Cuando me preguntaba por él, le respondía con sinceridad, aún recuerdo como se emocionó al saber que su papá tocaba el piano. Estábamos haciendo las compras de navidad y pasamos junto a una tienda de música, Aaron tenía cuatro años, y quedó hipnotizado por un piano de cola negro --¡Dios! ¡Es un mini Edward! --dijo Tanya mirando a Aaron llena de ternura mientras él miraba encantado el instrumento y atiborraba de preguntas al encargado 56

Porque el amor, sí es suficiente --¿A mi papá también le gustan los planos? --preguntó girándose de golpe al escuchar a Tanya --Piano pequeño, esto es un piano --Corrigió risueño el encargado --Eso --susurró avergonzado, él odiaba equivocarse-- ¿También le gustan a papá? Tanya me miraba con la disculpa plasmada en el rostro, mientras mi pequeño me miraba ilusionado, simplemente suspiré y respondí con toda la sinceridad que pude --Sí cariño, de hecho tenía uno muy bonito y toca muy bien --respondí sintiendo algo de nostalgia La sonrisa de mi pequeño creció aún más y sus ojos parecieron brillar hasta lo imposible mientras rozaba con sus deditos la tapa del instrumento-- Quizá un día me pueda enseñar --susurró bajito, como si hablara consigo mismo Desde entonces siempre se dibujaba junto a Edward y un piano mientras yo los miraba, nunca me los mostró, los pegaba en silencio en las paredes de su cuarto, y si no fuese porque junto a las líneas de colores sin mucha forma escribía "mamá" "papá" y "yo" no lo habría descubierto jamás --Mami, ¿Si crees que se pueda? --Me regresó al presente Aaron, y ¡Rayos! Esa mirada como la del gato con botas en Shrek seguía ahí --Aún falta para tu cumpleaños como para estar hablando de regalos cielo, vamos a la cama, mañana tienes que ir a la escuela --respondí esquivando su pregunta Él simplemente suspiro derrotado, como si supiera que su deseo no se cumpliría, aunque probablemente era mi imaginación Me pasé la noche girando en la cama, buscando la forma de evitar que Aaron siguiera con su idea, sin embargo nada se me venía a la mente 57

Porque el amor, sí es suficiente A la mañana siguiente cuando estábamos frente a la escuela de Aaron recordé que esa tarde la mamá de dos de sus compañeros lo llevaría a jugar al parque, era una de esas citas de juego y yo no estaba muy feliz, Aaron tenía asma y no podía agitarse demasiado. Era difícil hacer entender eso a un niño de cinco años, Pero Maggie, la mamá de los gemelos Daniel y Anne, siempre era muy cuidadosa con Aaron. --Prométeme que vas a cuidarte --pedí acuclillada frente a él para quedar a su altura, acunando su rostro con mis manos --Sí, mamá --dijo soltando una risita por mi dramatismo --Sí, muy bonito, ríete de tu pobre madre --dije fingiéndome ofendida haciéndolo reír más-- Sólo un pregunta más ¿Llevas tu inhalador? Él sacudió su cabeza con incredulidad liberándose de paso de mi agarre y rebusco en su mochila hasta sacar el pequeño artefacto-- Tú misma lo pusiste ahí esta mañana --comentó mientras lo volvía a guardar --Sólo me aseguraba, no te agites y si quieres irte llama a tía Tanya, tengo que trabajar hoy --dije tratando de peinar su cabello...tarea imposible --Ya sé --dijo esquivando mi mano-- ya mamá, vas a llegar tarde, nos vemos luego --dijo besando mi mejilla y huyendo de mí ¡Yo sólo quería peinarlo! ... Aaron (POV) El día en la escuela pasó normalmente, estaba emocionado iba a pasar toda la tarde con Anne aunque eso significara pasarla también con su fastidioso hermano Daniel, que me odiaba tanto como yo a él, pero como mamá me enseñó, nunca era grosero con él aunque él lo fuera conmigo, Siempre se un caballero Aaron, no importa si tratas con asnos, tú jamás te conviertas en uno 58

Porque el amor, sí es suficiente Ya estábamos en el parque, y la mamá de Anne estaba diciendo lo mismo de siempre, no se alejen, pórtense bien bla bla... --...Y no olvides que no debes agitarte demasiado Aaron, o tu mamá va a matarme --dijo desordenando mi cabello, haciéndome sonrojar --Quizá tus papas no te querían demasiado --Dijo burlón Daniel cuando nos alejamos de su mamá --Cállate Daniel --Exigió su hermana --¿Quieres jugar conmigo Anne? --Pregunté tímidamente ignorando a su hermano --Por eso estas descompuesto y no eres normal --Continuó él --Claro Aaron --Respondió Anne con tono avergonzado, ignorando también a su hermano --Quizá por eso tu papá dejo a tu mamá, ella esta descompuesta y por eso tu eres así --soltó bruscamente cuando Anne y yo estábamos alejándonos, y no pude aguantarme --¡Mi papá no dejo a mi mamá! --Respondí muy enojado --Claro que sí, porque es fea igual que tú --siguió molestándome con una sonrisa de niño tonto --¡No es cierto! --Dije avanzando hacia él-- ¡Retráctate! --exigí --Si no me retracto ¿Qué? --Desafió --No le hagas caso Aaron, deja que sea un tonto solo, vamos a jugar --Pidió Anne, Daniel volteó a mirarla pareciendo muy enojado, él siempre era así, parecía que odiaba a todo el mundo, a pesar de tener el mismo cabello rubio y los mismos ojos celestes de Anne, eran muy distintos, ella era muy bonita, con 59

Porque el amor, sí es suficiente sus coletas siempre perfectas y su sonrisa que parecía brillar casi tanto como la de mi mamá, en cambio Daniel era malo y gruñón Iba a hacer caso a Anne como siempre, no podía decirle que no a esos ojitos, cuando el tonto de Daniel la empujo por los hombros y la tiró al suelo --¡Cállate niña tonta! --Gritó él, los ojitos de Anne se llenaron de lagrimas y su labio inferior comenzó a temblar, me sentí, muy, muy, muy enojado e hice lo único que quería en ese momento, darle un puñetazo a Daniel por empujar, gritarle y lo más importante, por hacerla llorar --¡Tú, cállate! --le grité empujándolo y provocando que cayera también-¡Nunca vuelvas a tocarla! --Exigí Luego caminé hacía Anne y la ayude a levantarse-- ¿Estas bien? --Pregunté secando sus lagrimas torpemente con mis dedos, ella asintió y miró al suelo, como buscando algo --¿Margaret? --Preguntó mientras continuaba mirando con el ceño fruncido, antes de preguntar nada ella levantó la vista y clavó su mirada detrás de mí-¡Margaret! --Dijo esta vez preocupada, me giré y seguí su mirada para ver a Daniel corriendo con una muñeca en la mano-- ¡Va a hacerle algo a Margaret! --Tranquila, sólo quiere asustarte --Traté de calmarla --¡No! ¡La última vez quemó a Fiona! --dijo con nuevas lagrimas ¡Diablos! Esos ojitos de nuevo, y el temblor de su labio, miré sobre mi hombro, Daniel ya estaba lejos, la única forma de alcanzarlo sería corriendo, pero...Yo no podía, mamá se iba a enojar mucho conmigo si no le hacía caso, me volví hacía Anne para explicarle que no podía salvar a su muñeca pero al hacerlo vi sus mejillas bañadas en lagrimas y su carita llena de tristeza Bueno... Mi mamá también decía que tenía que ser un caballero, y los caballeros rescatan las muñecas en peligro de las niñas bonitas. Me sonrojé por mi pequeño pensamiento, las niñas no son bonitas, las mamas sí, las niñas son sólo niñas. 60

Porque el amor, sí es suficiente Sin pensarlo demasiado, y avergonzado como estaba, salí corriendo detrás de Daniel, él era muy rápido, y yo era algo...Bueno, torpe, es que jamás corría porque no me dejaban, no tenía práctica. Seguí corriendo, pero demasiado pronto comencé a quedarme sin aire, mi pecho ardía y tuve que llevar una mano a él en un intento por detener el dolor, caí de rodillas al suelo, sentía como si mi cabeza pesara demasiado y no podía contener su peso, jadeaba por aire, aire que no llegaba, todo se volvía borroso y confuso, excepto por el dolor de mi pecho y la desesperante falta de aire --¡Hey! ¡Pequeño! --Oí una voz lejana-- ¡Hey! ¿Estás bien? --Preguntó esta vez más cerca, no podía responder, a penas podía pensar en una cosa --Inha -inhala- Inha- la- lador --Balbuceé entre jadeos desesperados --¡Dios! ¡Estas ahogándote! --Soltó aquel extrañó en tono alarmado, mis ojos comenzaron a cerrarse, y ya no sólo mi cabeza pesaba sino, todo mi cuerpo, no tenía fuerzas para seguir buscando aire y todo se volvió oscuro ... Un olor muy fuerte me obligó a arrugar la nariz, lentamente comencé a abrir mis ojos y no reconocí el lugar, es decir, yo recordaba estar en el parque, y no en esa habitación blanca --Hola --Oí esa voz de nuevo, giré mi cabeza y vi a un hombre de pie junto a una ventana, que se me hizo muy familiar, su cabello estaba desordenado y era de un color cobrizo, sus ojos eran verdes y tenía una sonrisa amable...Muy parecida a la mía-- Al fin despierto --Hola --saludé confundido-- ¿Qué pasó? ¿Dónde esta la señora Kleman? ¿Y Anne? --No sé quienes son esas personas, pero te encontré en el parque, pequeño, estabas teniendo un ataque de asma y te traje al hospital --Respondió en tono amable-- No sabía nada de ti, así que no he podido avisar a tus padre, ¿crees 61

Porque el amor, sí es suficiente que puedas decirme el teléfono de alguno de ellos? --¡Mamá va a matarme! Ella siempre dice que no debo agitarme, y además debe estar como loca buscándome --Dije atropelladamente mientras mi respiración se agitaba, el hombre borró la sonrisa de su rostro y se acercó rápidamente a mí --Tranquilo amigo, respira, yo hablaré con tu mamá, pero tranquilo --Pidió nerviosamente mientras movía sus manos a mí alrededor, parecía que buscaba un interruptor o algo, me causo mucha gracia su actitud y me relaje casi sin darme cuenta mientras soltaba una risita --Esta bien, estoy tranquilo, ahora cálmate tú --bromeé Él detuvo el extraño baile de sus manos y sonrió avergonzado, mientras se rascaba la parte trasera de la cabeza-- Me asustaste...---Aaron --Me presenté, su rostro se entristeció un momento, rápidamente volvió a esbozar una sonrisa pero no fue la misma --Es un gran nombre --Aseguró-- soy Edward Abrí la boca por la coincidencia-- ¡Mi papá se llama Edward! --dije entusiasmado --Es una extraña coincidencia --respondió arrugando la frente-- ¿Cual es tu apellido Aaron? --Aaron Cullen --Dije orgulloso-- Mi papá se llama Edward Cullen, toca el piano --Presumí-- Y muy bien según dice mamá, yo nunca lo he oído, vive muy lejos y nunca nos ha visitado Él pareció más blanco de pronto, sus ojos estaban más abiertos de lo normal y su boca también estaba demasiado abierta --Edward ¿Estas bien? --Pregunté algo preocupado, parecía enfermo 62

Porque el amor, sí es suficiente --¿Qué edad tienes Aaron? --Preguntó él con lo que parecía esperanza --Mmm...Cinco, pronto seis --Respondí algo incomodo por la forma en que me miraba, en ese momento una enfermera morena, entro a la habitación --Veo que ya despertaste pequeño, tienes suerte de que el señor Cullen te haya traído, estaba muy preocupado por ti --dijo ella moviendo las pestañas exageradamente y mirando sólo a Edward --¿Señor Cullen? --Pregunté notando la coincidencia-- ¿Edward... Cullen? ¿Cómo mi papá? --¡Dios! --Susurró emocionado llevándose ambas manos a su cabello, desordenándolo más-- ¡Dios! --Volvió a susurrar esta vez con una gran sonrisa-- ¡Los encontré! --Dijo esta vez riendo abiertamente, e incluso creí ver algunas lágrimas en sus ojos Él era raro... ¿A quién habría encontrado? Y ¿Por qué se llamaba igual que mi papá? ... ...... . . . Holitas (8) Ok, este Cáp. Fue algo rápido, pero no quería ahondar demasiado en drama, no me pongas esa cara cielo, era necesario. .

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Porque el amor, sí es suficiente Por si no lo sabías esto es un mini fic tendrá menos de 9 Cáp. Y no odien a mi Eddie, no es tan malo como parece, sólo no juzguen, que eso es feo juju. . Si quedan dudas me dicen y yo aclaro. . Si lees mis fic en progreso... No se si estarán enteradas, pero en mi país hubo una situación complicada, gracias a Dios mi familia y yo estamos bien, al igual que mi casa, no tuvimos mayores perdidas y esta vez no voy a quejarme de mi mala suerte porque sería una perra mal agradecida, pero mi PC cayó al suelo y después con tanto movimiento un mueble le cayó encima, voy a tratar de rescatar el disco duro porque tenía avanzados los Cáp. De mis demás historias; *¡No dan miedo! *Broken *Un trozo de cielo para mí No podré actualizar pronto porque tengo que empezar de nuevo o esperar. Espero me comprendan, emocional y físicamente estoy bien, mi problema es netamente ese, como decía para mí no fue más que el susto, pero le mando fuerzas a mis compatriotas, que estén tranquilas, verán como todo sale bien, recuerden que la cruz roja esta recibiendo medicamentos, frazadas y alimentos si como yo tuviste suerte, recuerda que hay gente durmiendo en la calle, que perdió todo, nunca sabes cuando puede pasarte a ti. .

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Porque el amor, sí es suficiente Gracias a Jeanine porque tenía este Cáp. Guardado en su PC y por eso pude subirlo...Cof cof cof mi sol personal cof cof cof . Un beso a mis amigas hermosas ¡Dios! Como amo a ese grupo de chuikas juju . Saludos a la hermandad de la flauta negra . Cambio y fuera . En este momento me encuentro fuera de servicio, deje su mensaje después de la señal...¡Pip!

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Reencuentro Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer Capítulo V Reencuentro By Dulce y fuerte ... ...... El camino hacia el hospital se me hizo interminable, unas horas atrás había recibido la llamada de Maggie. Me volví completamente loca cuando me dijo que Aaron había desaparecido en el parque, marqué a Tanya enseguida y entre sollozos le expliqué lo que había ocurrido, ella me pidió que me calmara y que la esperase, cinco minutos después apareció en el restaurante. Íbamos de camino a la policía, cuando mi celular comenzó a sonar, era del hospital, Aaron había sufrido un ataque de asma en el parque y un desconocido lo había llevado a urgencias. Mi nivel de histeria y desesperación aumentó diez puntos al menos al imaginar a mi bebé solo en el parque. --¡Por Dios! --exclamé llevando ambas manos a mi boca para ahogar un sollozo--. ¡Soy una pésima madre! ¡La peor! --continué lamentándome. --No lo eres, no es tu culpa, cielo, respira, Aaron está bien --trató de calmarme Tanya, sin mucho éxito --¡No lo sabes!¡Por Dios, mi bebé!

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Porque el amor, sí es suficiente En ese momento Tanya aparcó en el hospital, y antes de que dijese algo, bajé del auto y corrí hacía la entrada. Después de unos cuantos gritos y amenazas de mi parte, la mujer detrás del mesón me dijo dónde estaba Aaron. Una opresión asfixiante se apoderó de mi pecho a medida que me acercaba a la habitación, las lágrimas bañaban con insistencia mis mejillas y de mi boca escapaban sonidos de angustia e impotencia, eran momentos como éste cuando más odiaba a Edward. Él debería estar conmigo, calmándome, dándome apoyo, cuidando de nuestro hijo. Realmente algunos meses después de dejarlo guardaba la secreta esperanza de que apareciera dándome una buena disculpa y prometiendo cuidarnos. Claro, eso jamás ocurrió y yo me forcé a odiarlo más de lo que lo amé, asegurándome de no hundirme en la tristeza. Cuando ya estuve frente a la puerta indicada, el corazón aceleró su palpitar, estaba aterrada: Aaron era la razón de mi vida y definitivamente no podía seguir sin él. Las risas de mi pequeño detuvieron en seco mis cavilaciones, automáticamente abrí la puerta y me adentré en la habitación encontrando a mi bebé sentado en la cama en medio de la habitación, un hombre estaba sentado frente a él dándome la espalda, no me detuve mayormente en él, sólo podía ver a Aaron riendo alegremente, parecía estar bien, muy bien, de hecho, sus ojos brillaban de una manera única, parecía respirar alegría. El alivio fue tan abrasador que no me cuestioné el porqué de su felicidad, solamente comencé a reír --sonando algo ahogado por el llanto-- y me abalancé sobre él, envolviéndolo en con mis brazos y ocultando mi rostro en su cuello. --¡Nunca! ¡Nunca vuelvas a hacerme algo como esto! --reprendí con voz rota, ahora que lo tenía entre mis brazos, sólo podía llorar.

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Porque el amor, sí es suficiente --Tranquila, estoy bien, no llores, mami --pidió mi pequeño acariciando mi rostro torpemente--. Prometo que ya no volveré a correr, pero ya no llores --insistió. Su vocecita se quebró al hablar y supe que lo haría llorar si no me detenía --Los siento, cielo, no quise hacerte sentir mal --comencé levantando mi cabeza para mirarlo, sus ojitos verdes estaban cristalinos por las lágrimas que amenazaban con desbordarse y su labio inferior temblaba con insistencia--. Mamá no está molesta, bebé, no llores --continué. Él tomó mi rostro con sus pequeñas manitas, limpiando torpemente mis lágrimas. --Perdóname, mami --pidió besando mis mejillas cariñosamente. Simplemente suspiré, sabiéndome incapaz de estar molesta con él. --Sólo dime cómo fue que pasó todo esto, ¿por qué no estabas con Maggie? --pedí. --Daniel secuestró a Margaret y yo la iba a rescatar --explicó él. --¿Quién es Margaret? --pregunté confundida, estaba segura que la hija de Maggie se llamaba Anne. --La muñeca de Anne, ella estaba llorando por eso yo fui a salvar a Margaret, no me gusta verla llorar, me pone triste como cuando tú o la tía Tanya lloran --explicó avergonzado, mirando sus manos mientras sus pálidas mejillas se coloreaban con un adorable tono carmín. --Entonces te alejaste en tu misión de rescate, ¿verdad? --pregunté tiernamente, mientras acariciaba su muy sonrojada mejilla, él asintió suavemente, aún mirando sus manos--. Amor --llamé suavemente, levantando su rostro con mis manos para que me mirase--, ninguna muñeca es más importante que tú, y estoy segura que tu amiguita lo entendería.

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Porque el amor, sí es suficiente --Pero él iba a hacerle daño a Margaret --protestó, afligido. --¡Anne puede comprar otra muñeca, yo no puedo comprar otro Aaron! ¡Eres irremplazable y no volveremos a discutir esto! ¡No te agitaras y punto! --sentencié con más fiereza de la que pretendía, pero aún estaba bastante alterada. --Sí, mami sSusurró él, bajando la mirada nuevamente. Lo abracé en seguida, y besé su frente como si con eso remediara mi ataque de histeria --No estoy regañándote, cielo --expliqué, separándome para tomar su rostro entre mis manos y clavar mi mirada en su mar verde--. Entiéndeme pequeño --rogué con angustia--, lo eres todo para mí... No puedo sin ti Aaron, me aterra pensar que pudo pasar si nadie te hubiese ayudado en el parque...¡Dios! --exclamé incapaz de continuar, sacudiendo mi cabeza alejando esos horribles pensamientos. --Pero estoy bien mamá, Edward me ayudó y me trajo, además me ha cuidado para que las enfermeras no pellizquen mis mejillas --comunicó haciendo una mueca de disgusto. Mi sonrisa por sus ocurrencias duró sólo los siete segundos que tardé en registrar aquel nombre. --¿Edward? --pregunté escéptica, segura de haber oído mal. --Sí, el señor que me trajo, es muy divertido y amable ¡Y no sabes! ¡Se llama igual que mi papá! --me contó entusiasmado. Entonces, recordé el hombre que estaba en la habitación cuando entré, me volteé de golpe y registré con la mirada la habitación, pero no había nadie en ese cuarto además de Aaron y de mí.

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Porque el amor, sí es suficiente --¿D-Donde esta él? ¿E-Esta-Estaba contigo? --pregunté tartamudeando sin poder contenerme. Aaron paseó su mirada por la habitación, su sonrisa fue suplida por un ceño fruncido, cuando notó que estábamos solos. --Estaba aquí cuando llegaste. En ese momento Tanya apareció pareciendo furiosa y nerviosa. --¿Podrías salir conmigo un momento, Bella? --preguntó cruzándose de brazos y pasando su peso de un pie al otro nerviosamente. --Hola, tía Tanya --saludó tímidamente Aaron, supongo que algo intimidado al ver el ánimo de mi amiga. La expresión de su rostro se suavizó enseguida, y le regaló una de sus encantadoras sonrisas a mi hijo. --Hola, mi amor, me alegra que estés bien, le has dado un buen susto a tu mamá --regañó tiernamente. --Los siento --volvió a disculparse mi pequeño. --Lo sé cariño, no fue tu culpa --Calmó ella enseguida Besé la frente de Aaron musitando un: "Ahora vuelvo" antes de ponerme de pie y salir al pasillo seguida de Tanya. --Edward está aquí --soltó seriamente plantándose frente a mí. Cerré los ojos con fuerza mientras me dejaba caer en una de las azules sillas de plástico--. Él trajo a Aaron --continuó, disipando cualquier esperanza de que sólo fuese un alcance de nombres. Abrí los ojos cuando sentí las manos de Tanya en mis rodillas; se había acuclillado frente a mí y me miraba preocupada. 70

Porque el amor, sí es suficiente --¿Hablaste con él? --pregunté--. ¿Sabes qué quiere? Su mueca volvió a endurecerse. --¡Por supuesto que sí! ¡En cuanto lo vi le grité un par de cosas que tenía atoradas en la garganta desde que los encontré a Aaron y a ti en ese parque! --¿Qué te dijo? --pregunté, dándome un bufido molesto de ella. --El muy maldito se atrevió a decirme que no era asunto mío. ¡¿Puedes creerlo? ¡Digo! ¡¿Quién rayos se cree que es? --soltó atropelladamente realmente molesta. --No puede --susurré para mi misma--, él no puede hacerme esto...No puede. Sentí los delicados brazos de mi amiga envolviéndome mientras decía: --No estás sola, Bella, si no lo quieres cerca, a escobazos lo voy a espantar, y si quieres gritarle hasta cansarte yo misma lo amarro para ti --ofreció seriamente. --Gracias --murmuré con una sonrisa floja, mientras deshacíamos el improvisado abrazo. --¿Por qué? --preguntó con fingida confusión--. ¡Oh! --exclamó aparentemente sorprendida cuando rodé los ojos--. No me lo agradezcas, es la ocasión perfecta para mostrar lo bendecida que soy desarrollando el arte de los nudos y los escobazos --comunicó con suficiencia mientras acomodaba su brillante melena sobre su hombro. --Aprecio la intención, pero, no eres graciosa, Tanya. --Entonces no te rías --respondió, levantándose con una sonrisa. --Me rió de lo absurdo de tu intento de humor --expliqué imitando su acción. Se enganchó de mi brazo y me dio un golpecito juguetón en el hombro. 71

Porque el amor, sí es suficiente --¡Cállate! ¡Tú amas mi humor diferente! --Sí, como sea, utiliza tus dones y entretén a mi hijo mientras pregunto si ya podemos irnos --Claro Hitleela --dijo entre risitas, soltando mi brazo para entrar al cuarto donde estaba mi hijo. --Bipolar --acusé ante su cambio radical de humor--, y sigues siendo aburrida --dije antes de que cerrase la puerta. Me encaminé a la recepción con una sonrisa, Tanya tenía muchas cualidades, pero no se le daba nada bien el ser graciosa, a pesar de lo que ella pensaba. Sin embargo mi sonrisa junto a cualquier resquicio de buen humor se desvaneció cuando llegué a la recepción. En una de las sillas de plástico frente al mesón estaba él. Una ola irrefrenable de tristeza me invadió; estaba perfecto, se veía simplemente magnífico, la viva imagen de lo que era cuando lo conocí. Vestía de manera sencilla, pero elegante, y cuando sus ojos se encontraron con los míos, la tristeza se hizo casi incontenible. Sus ojos, sus preciosos ojos verdes brillaban con una intensidad magnífica y sus labios estaban torcidos en una gran sonrisa. Ese brillo, esa sonrisa, esa presencia tan imponente, todo lo que dejó de ser cuando estaba con nosotros y todo lo que al parecer recuperó al dejarnos atrás. Él era feliz sin nosotros, él no nos necesitaba y de eso lo que partió mi alma, como la idiota que al parecer seguía siendo, había esperado algo totalmente distinto, al menos algún atisbo de nostalgia quizá, pero todo lo que encontré fue a un hombre feliz.

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Porque el amor, sí es suficiente Se levantó de su lugar sin desclavar su mirada de la mía, ensanchando su sonrisa. Una brisa de determinación me recordó que ya no era la adolescente asustadiza que una vez fui y que estaba lista para este encuentro. Claro que lo estaba. --¡Bella! --exclamó con lo que parecía emoción, sino conociera nuestra historia, diría que estaba feliz de...verme, y que estaba conteniéndose para no saltar sobre mí, su lenguaje corporal me confundió y decidí ignorarlo, no podía flaquear. --Edward --dije a modo de saludo, fríamente, con un asentimiento, crucé mis brazos sobre mi pecho casi sin darme cuenta--. Supe que trajiste a mi hijo, gracias --dije sinceramente, aunque sin dejar de lado mi actitud. Él negó con la cabeza restándole importancia, sin borrar su sonrisa, y moviéndose nerviosamente en su lugar. --En cuanto lo vi, supe que era especial --explicó sonriendo encantado--. ¡Debiste verlo defender a su amiguita! ¡Realmente es un niño increíble! ¡Increíble! --enfatizó, emocionado. --Lo sé, es mi hijo, no tiene que venir un desconocido a decírmelo para enterarme --solté bruscamente. Esta vez su mueca decayó considerablemente. --No soy un extraño, soy su padre --argumentó mostrando en sus facciones más dolor que molestia. No me conmovió. --¡No me digas! --exclamé--. Te levantaste hoy con ganas de comportarte como un padre orgulloso --me burlé con saña--. Lo siento, Edward, pero mi hijo no 73

Porque el amor, sí es suficiente es un juguete para nadie, --No, claro que no, por favor déjame explicarte --suplicó, perdiendo todo el anterior entusiasmo. --¡¿Qué vas a explicarme? ¡¿El cómo eres un maldito egoísta e inmaduro? ¡¿Cómo lo que perdiste fue más importante que nosotros? --estallé, llena de rencor, pero sin gritar, negándome a armar una escena, tenía demasiada dignidad para ello--. Vete al infierno, Cullen --escupí al ver que no respondía, ni siquiera su rostro deformado por el dolor me ablandó--. Y no te molestes en escribir, estamos bien sin ti. --De acuerdo, no puedo obligarte a escucharme o verme, pero Aaron es mi hijo y tengo derecho a verlo --expresó, estoy segura que eso debió ser una exigencia, pero sonó como una lamentable súplica. --No tienes vergüenza --reclamé guardando la compostura aún--. Tú no tienes ningún derecho, los perdiste cuando nos sacaste de tu vida. --¡Dios, Bella! ¡¿De qué hablas? --preguntó desesperado--. Acepto que no fui el mejor de los hombres, sigo sin serlo, pero estaba ahí, tú me dejaste con una miserable nota. --¡No te atrevas! --solté entre dientes--. ¡No te atrevas a culparme, sabes perfectamente por qué lo hice. Él suspiró frustrado y llevó ambas manos a su desordenado cabello. --Tú me dejaste, llevándote a mi hijo, legalmente tengo derechos, derechos que tu me negaste, mi abogado... --¡¿Qué? --interrumpí horrorizada--. ¡¿Estás amenazándome? --pregunté comenzando a temblar. Era evidente que Edward tenía más recursos que yo, y eso significaba una lucha desigual, él podría quitarme a Aaron--. ¡No vas a quitarme a mi hijo, Cullen! ¡Es mío, yo lo he cuidado, trabajando sin descanso, día y noche! ¡No vas a quitármelo! ¡No puedes! --solté atropelladamente, 74

Porque el amor, sí es suficiente perdiendo la compostura al fin, mientras mis ojos picaban por las lágrimas de furia y temor. --Claro que no --negó enseguida--, sólo quiero verlo, ser parte de su vida, jamás podría sepáralos, no soy el monstruo que crees --terminó en un susurró lamentable. Me detuve a analizarlo un segundo, en ese momento se veía tan vulnerable y angustiado, jamás lo vi así antes, y realmente estaba siendo sincero. Un muy inconveniente impulso de reconfortarlo se apodero de mí, en un momento de debilidad. Afiancé el agarre de mis brazos frente a mi pecho para evitar una imprudencia. Esos sentimientos eran absolutamente inadecuados y absurdos; Yo ya no le amaba, ni siquiera me importaba nada que tuviese relación con él, punto. --Por favor --volvió a pedir--. Haré lo que me pidas, aceptaré cualquier condición. --Aaron no es un juguete, no puedes entrar y salir de su vida cuando se te de la gana --hablé sintiéndome flaquear. --No fui yo quien se marchó --apuntó afligido. --No físicamente tal vez --respondí automáticamente. --Está bien, Bella, será como tú quieras, no quiero discutir, sólo...Yo sólo --suspiró frustrado--. Sólo quiero a mi hijo --explicó. Suspiré. --Dame tiempo --pedí, sin poder negarme, y no sólo por la sinceridad y aflicción de Edward sino porque no podía negarle esta oportunidad de estar cerca de su padre a mi pequeño--. Necesitó asegurarme que no te cansarás, ser padre es para siempre, y no voy a permitir que le hagas daño a Aaron.

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Porque el amor, sí es suficiente Una sonrisa tímida se abrió paso en sus labios. --No voy a decepcionarte --dijo. Yo negué en el acto. --Ya no se trata de nosotros, Edward, sólo de ti y de tu hijo. ... ...... . . . Es idea mía o Bellita esta algo enojadita (?) Holisimas (8) Ya estoy aquí, perdón la tardanza pero no tengo pc y estoy mendigando a mi primo, que no es muy solidario, así que por eso demoro, en fin, aquí esta el cap ¿Qué tal? ¡Esperen! ...¿Quiero saber? Juju . Ya me voy, gracias Jean hermosa por betear el Cáp. Te amo berenjenita de mi corazón . Un besito a mi hermosa Ale, te amo cielo . Saludos a la hermandad de la flauta negra . 76

Porque el amor, sí es suficiente Y a mis amigas de los malos fic (sólo las dos que respondieron el comentario) un abrazo también, ¿No soy graciosa? ¡Oh! Que mal, juro que casi, casi me hace llorar la chica que no recuerdo como se llama, cariño, ojala leas esto, ojala, ojala lo hagas, me da flojera responder en el topic así que esto es lo que opino de tu respuesta a nuestro comentario (De WhiteDemon14 y mío) ¡CHINGATE! Lo sé soy una perra grosera, pero ese sarcasmo barato tuyo no me asusta (8) White asoma la cabeza tímidamente saludando a las lecotras de dulce. Ellas se confunden, ¿Qué hace aquí WhiteDemon14? se preguntan ellas. White carraspea y se sonroja. Hola, a todas. Bueno, yo sólo quería decir que me ofende mucho que alguien se atreva a hablar mal del dialecto de la Flauta. Es una aberración. A mí tampoco me asusta el sarcasmo de las víboras que se hacen llamar "hacedoras del bien", aprendan primero a arreglar su puta cara en un espejo y después traten de arreglar FF, aprendan primero a ver el error que es que ellas existan, y después busquen errores en los fics ajenos, aprendan a respetar lo que a ustedes se les dice con respeto, y después exíjanlo. Mili y yo fuimos en buena onda, y ustedes y su sarcasmo e ironía (que por cierto, cielitos lindos, hasta para el sarcasmo e ironía se necesita talento) creyeron que nos iban a intimidar, pero bendito sea el señor, yo, y sus padres como los padres de ellas...ME LA PELAN! White vuelve a mirar a todas avergonzada por su repentino ataque. -Con todo respeto..Por supuesto. Yo no respeto a quien no me respeta, así que insisto, chinguense .

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Porque el amor, sí es suficiente Siento eso gente normal que no se dedica a molestar a las personas por sus fic, un beso sincero para mis lindas lectoras que adoro, lo juro son lo más . En este momento me encuentro armando una carta bomba, deja tu mensaje después de la señal, pero si eres ella o ella, mejor no dejes nada...¡Pip!

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Te odio Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo VI. Te odio By Dulce y fuerte ... Una sonrisa tímida se abrió paso en sus labios. -- No voy a decepcionarte --dijo. Yo negué en el acto. -- Ya no se trata de nosotros, Edward, sólo de ti y de tu hijo. Un gemido lleno de dolor escapó de sus labios, haciéndome cerrar los ojos en el acto. No es la víctima, no seas idiota, Bella, sólo está fingiendo --me reprendí. --¿Tan malo fui? --oí su lamentable voz demasiado cerca, una alarma se activó enseguida y abrí mis ojos, él estaba cerca, demasiado cerca, sus manos levantándose con dirección a mis mejillas. --Detente --exigí, sin poder evitar el temblor en mi voz, y el temor en mi mirada. --Por favor, por favor, dime cómo --pidió al tiempo que sus manos acunaban mis rostro, al sentir su tacto mis manos se movieron automáticamente, como si estuviesen programadas para ello, ambas contra el pecho de él, empujándolo bruscamente para alejarlo varios centímetros de mí. 79

Porque el amor, sí es suficiente --¡No te atrevas a tocarme de nuevo! --exigí, esta vez furiosa--. ¡Ni siquiera te me acerques! --continué un poco más alto de lo necesario, totalmente alterada por su atrevimiento, y por mi reacción involuntaria al sentirlo... en realidad no quería alejarlo, y eso me enfurecía, porque estaba mal, tan mal. --Lo siento --se disculpó, bajando la mirada, viéndose igual a mi hijo cuando lo regañaba--. Me dejé llevar, perdóname. Respiré para tranquilizarme, una inhalación profunda y una exhalación purificadora, luego me giré hacía el mesón y tome el lápiz que colgaba de un cable que nacía del mismo, y un folleto, garabateé los números de mi móvil y volví a girarme para encararlo. --Piénsalo bien, cuando entres en la vida de Aaron no hay marcha atrás, si en dos días sigues pensando igual llámame --solté bruscamente entregándole el folleto con los números. No dije nada más, ni esperé a que él lo hiciera, ese encuentro no había salido como me hubiese gustado, definitivamente no podía permitir que el asunto se me saliera de las manos. ... --Te volviste loca --murmuró Rosalie enfurruñada, desde el sofá en la sala de mi departamento. --Déjala, Rosalie --me defendió no muy convencida Tanya, sentada junto ésta. --¡Es que es una locura! --exclamó esta vez enérgicamente--. ¡El tipo se merece una patada en el trasero, no salidas dominicales! --No son salidas dominicales --expliqué una vez más--, son visitas supervisadas. --¡Oh, eso es mucho mejor! --dijo sarcástica--. No sólo tendrá tiempo para engatusar a tu hijo y enseñarle lo que es ser un cabrón titulado, también podrá 80

Porque el amor, sí es suficiente engatusar a la madre y enseñarle lo que es ser un cabrón con doctorado. --¡Basta! --gruñí molesta--. Esta decisión no ha sido fácil, pero no tengo alternativa, no voy a hacer pasar a mi hijo de cinco años por una disputa legal, ni mucho menos voy arriesgar su custodia. --Rosalie apoyó sus codos en sus rodillas y escondió sus rostro entre sus manos suspirando frustrada. --Odio ser pobre --masculló haciéndonos reír de manera tensa a Tanya y a mí. Rosalie, la media hermana de Tanya, no era pobre, por supuesto estaba siendo dramática, pero tampoco tenía el dinero para ayudarme. El padre de mis amigas había sido un gran hombre, sin embargo un mujeriego, jamás se casó pero sus múltiples aventuras irresponsables lo llevaron a la ruina; Tanya era la hija mayor del fallecido Eleazar Denali, ella se crió con él, cuando su madre dio a luz no quiso hacerse cargo de ella al saber que Eleazar no se casaría con ella, pero si se haría cargo de su hija. Luego de Tanya, llegó Rosalie, Marco, George, Melinda y finalmente Jennifer, todos de distintas madres. Eleazar era un mujeriego incorregible, pero jamás desatendió de ninguna manera a ninguno de sus hijos, y al momento de su muerte especificó que sus bienes se repartieran en partes iguales para todos, lamentablemente, no era demasiado, debido al escandaloso estilo de vida de Eleazar, sus amantes y sus 6 hijos. Rosalie entró en nuestras vida hace tan sólo un año, fue entonces cuando supe la historia familiar de Tanya, a pesar de lo extraño de la situación, ellas se querían muchísimo. Rosalie era mucho más agresiva e impulsiva que Tanya, pero en el fondo era increíblemente dulce, al igual que su hermana. --Debemos ser positivas --dijo Tanya de pronto--. Edward ha aceptado tus condiciones y parece bastante miserable --continuó explicando su punto--. Tal vez sea sincero. --¡Vamos, Nya! ¡No seas ilusa! --reclamó Rosalie envarándose como si le hubieran dado un choque eléctrico--. Es más que obvio que hace tiempo dejó de ser tu amiguito del Kinder. --Tanya bajó la mirada y una mueca de dolor se 81

Porque el amor, sí es suficiente formó en su rostro. --Lo sé --susurró con pesar, entonces me detuve a pensar en aquello. Jamás hablamos al respecto, yo no sabía absolutamente nada sobre la relación entre ella y Edward antes de conocerme. Quise preguntárselo, como tantas otras veces, pero aunque lo negara en voz alta, sabía muy en el fondo que su respuesta, su historia, podía significar una diferencia en nuestra amistad, no porque le reprochara el haber tenido una relación con él o algo así, sino que llegarían los remordimientos. ¿Qué pasaba si ellos estaban enamorados y yo me interpuse? Quizá por eso Edward era tan infeliz, quizá él la amaba y yo fui sólo una entretención momentánea que tuvo complicaciones, al menos para él, porque para mí Aaron jamás sería un problema. --Esto es demasiado para mí --comunicó Rosalie--. Cuando decidan recobrar la cordura y extirparle los testículos a ese idiota en conmemoración a que tipos como esos no deberían ser padres, pueden buscarme. --¡Dios, Rosalie! --exclamó Tanya con una mueca de disgusto, la aludida no le prestó atención, se me acercó y besó mi mejilla. --Yo consigo las tijeras --me susurró antes de levantarse y despedirse igual de su hermana--. ¡Llámenme! --gritó desde la puerta antes de salir. --Está loca --dijo Tanya con la mueca aún en su rostro. Sólo respondí con una débil sonrisa, demasiado inmersa en las ideas que aún daban vueltas en mi cabeza. --¿Qué pasa? --preguntó frunciendo el ceño esta vez, me conocía demasiado bien. --Sólo pensaba --respondí distraídamente. --Todo va a salir bien --trató de reconformarme, simplemente asentí--. No pensabas en eso --afirmó--. ¿Qué es? --preguntó. 82

Porque el amor, sí es suficiente --Nada, olvídalo. --No lo haré y lo sabes --respondió--, sabes que puedes confiar en mí. --Lo sé, no es nada importante, en serio --mentí. --Bella --insistió, preocupada. Suspiré, acongojada. --No tienes que responder si no quieres, pero... --comencé. --Lo que sea, dilo, estás asustándome. --Edward y tú eran muy cercanos, ¿no? --pregunté insegura. Ella esbozó una nostálgica y triste sonrisa. --Mucho. --Tragué el nudo que comenzaba a formarse antes de que ella lo notara. --Entonces...¿Fue por mí que...que ustedes...? Los ojos de Tanya se abrieron con sorpresa y sacudió sus brazos frente a su rostro negativamente junto a su cabeza. --¡No! --interrumpió mi enredada pregunta--. ¡No, no! ¡No así de cercanos! --aclaró poniendo énfasis en la palabra "así". Yo asentí incapaz de decir nada más, esperando una aclaración, ella pareció reponerse de su sorpresa y rió ligeramente un momento. --¡Por Dios! ¡¿Eddie y yo? --soltó con incredulidad--. Eso habría sido como incesto. --No entiendo --admití tímidamente. --Mi padre y Carlisle siempre fueron amigos, desde la universidad, por lo que cuando era niña pasaba mucho tiempo con los Cullen, Eleazar era un gran hombre, pero no sabía nada sobre niños y mucho menos sobre niñas --explicó 83

Porque el amor, sí es suficiente sonriendo por el recuerdo de su padre--. Así que constantemente estábamos en esa casa, me hice muy amiga de Edward de inmediato, cuando era pequeño no era tan sociable como cuando volvió de Londres, era más tímido y no jugaba demasiado con los demás niños, Alice era muy pequeña, por lo tanto él estaba bastante solo igual que yo, los Cullen eran mi familia, Bella, prácticamente crecí con ellos, pero en especial cerca de Edward, era mi hermano mayor a pesar de tener la misma edad que yo --continuó, mientras flexionaba las rodillas, subiendo los pies al sofá y abrazando sus piernas--. Mi madre jamás me quiso, sólo le importaba amarrar a Eleazar y como no lo consiguió se olvidó de mí, era un estorbo para su pomposa vida --explicó amargamente. --Tanya, no es necesario...--comencé, cuando vi sus ojos llenarse de lágrimas. --Quiero hacerlo, eres mi amiga, mi mejor amiga --explicó--. Rosalie, Aaron y tú son mi familia ahora y las familias no tienen secretos --continuó, simplemente asentí, emocionada por sus palabras cargadas de amor y sinceridad. Cerró los ojos un momento y tomó una gran bocanada de aire, para soltarla de golpe y abrir los ojos, clavándolos en la mesita de café--. Esme fue la única imagen materna que tuve, Alice mi pequeña hermanita a la que enseñé a trenzar su cabello y a quien heredé mis muñecas, Carlisle fue quien me enseñó valores --soltó una sonrisa irónica--; gran fraude. Iba a protestar, pero ella continuó sin darme tiempo. --Edward y yo nunca tuvimos nada romántico, porque jamás nos vimos de esa manera, crecimos como hermanos, y así lo sentimos siempre --sus ojos rojos y llenos de lágrimas a punto de derramase me miraron intensamente--. Cuando nos reunimos en Port Angeles después de su regreso de Londres, estaba tan feliz, tan emocionado, jamás lo había visto así, juro que estuve a punto de irme con él a su casa esa noche para conocerte enseguida--. Contó con una sonrisa en sus labios. --¿A mí? ¿Por qué querías conocerme? ¿Él te habló de mí? --pregunté sin poder contenerme. Su sonrisa se amplió.

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Porque el amor, sí es suficiente --¿Qué si me habló de ti? ¡Me atiborró con todas tus cualidades!--dijo sorbiendo con la nariz y una risita apagada escapó de sus labios--. "¡Es tan hermosa, Tanya, mucho más que un ángel!". "Tienes que conocerla, vas amarla, es imposible no hacerlo". "Sus ojos, son los más bonitos que he visto". "Deberías ver sus sonrojos, son la cosa más adorable que jamás veras". "Mi chica no es sólo hermosa, además es brillante" --decía haciendo una pobre imitación de la voz de Edward. Mis ojos estaban más abiertos de lo necesario, y mi mente trabajaba a mil por hora sin salir de mi asombro, ¿él pensaba todas esas cosas sobre mí? ¿Realmente después de años de no ver a Tanya se había pasado la noche hablando de mí? --Por eso me extrañó tanto que me dijeras que ya no estaban juntos, él te idolatraba --comentó pensativa--. Además, el Edward que yo conocía jamás habría hecho una cosa así --negó con tristeza--, mi hermano jamás lo habría hecho --terminó dejando escapar las lágrimas al fin. Sin pensarlo demasiado me levanté de mi lugar y me senté junto a ella envolviéndola en mis brazos. Ella apoyó su rostro en mi pecho y se abrazó a mí con fuerza, mientras su cuerpo se convulsionaba por los sollozos. Y entonces lo que tanto temí me golpeó con fuerza, la culpa me embargó por completo, pero por otras razones muy distintas. Yo la había separado de su familia, y jamás había visto el real sacrificio que mi amistad significaba en la vida de Tanya, ella me eligió cuando era prácticamente una desconocida, dejando lo único que tenía por lealtad a mí. Esme, Carlisle, Alice, Edward, yo se los quité, yo hice que ella se decepcionara de su familia y que los dejara. Por supuesto esto suponía un increíble dolor para ella, recordé el momento en que Charlie me exigió deshacerme de mi hijo o dejar de llamarlo padre, recordé la frialdad con la que me trató mi mejor amiga, o la ira contenida en los ojos de Esme al verme día a día en su casa, o la indiferencia de Carlisle, pero, 85

Porque el amor, sí es suficiente definitivamente, nada de eso era como lo que Tanya debía sentir, este era mi problema con los Cullen, no suyo, pero ella me eligió. Mis sollozos acompañaron los suyos mientras le pedía perdón de manera inteligible, por los sollozos de ambas, pasamos la mayoría de la noche así aferrada la una a la otra, esa noche comprendí que la vida está llena de complicaciones y desdichas pero definitivamente el dolor es más liviano cuando se carga de a dos y el amor de la amistad podía llegar a ser tan fuerte como el familiar, Tanya era mi familia ahora, y la sangre no tenia importancia alguna. El estridente sonido de mi celular me despertó a la mañana siguiente, mi cuello y costado dolían muchísimo y un incómodo peso sobre mí,me impedía moverme, abrí los ojos con dificultad y vi que era Tanya, seguía aferrada a mí, como si su vida dependiera de ello, y nuevas lágrimas se agolparon en mis ojos cuando las imágenes de la noche anterior inundaron mi mente. --Lo siento --susurré con voz rasposa, el sonido continuaba insistente, me moví con cuidado tratando de no despertarla y recostándola por completo para que estuviese más cómoda. Tomé el aparto que estaba sobre la mesa de café y un gemido desesperado se escapó de entre mis labios al ver la palabra "Asno" en la pantalla de mi móvil. Con un profundo suspiro atendí la llamada, no cruzamos más de cinco palabras como siempre, me ahorraba el saludo de cortesía y le preguntaba que quería, y él respondía de manera monótona. Esta vez llamaba para avisarme que venía en camino, y pude notar la diferencia en su voz, estaba nervioso, hoy conocería a Aaron, oficialmente le diríamos que es su padre, no estaba completamente segura, pero Edward había cumplido pacientemente mis condiciones estas tres semanas, y cada vez parecía más interesado, a pesar de lo que yo esperaba. Tanya despertó a los pocos minutos y recordando la visita de Edward se despidió rápidamente, argumentando que no podría verlo o probablemente le daría un puñetazo.

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Porque el amor, sí es suficiente Con un abrazo más emotivo y fuerte de lo normal nos despedimos, me fui a la ducha y me vestí regañándome todo el proceso por estar esforzándome más de lo habitual. --No me importa lo que piense, no me importa --murmuraba en voz alta, tratando de convencerme. El timbre sonó cuando estaba poniéndome las zapatillas deportivas, por lo que tardé en salir de mi cuarto, el timbre no volvió a sonar a pesar de que estaba demorando...Quizá a propósito. Cuado al fin decidí salir, caminé lentamente hasta la sala, para encontrarme a Edward sentado en el sofá junto a Aaron charlando animadamente. Por un momento me quedé clavada al piso, contemplando la escena, Edward sonreía como cuando lo vi en el hospital y Aaron tenía ese brillo nuevamente, era como si tuviesen una conexión especial, una que yo no comprendía, porque no se conocían de nada, Aaron jamás se sentía a gusto con un extraño, le costó meses adecuarse a Rosalie, y ahora estaba charlando animadamente con un hombre al que había visto sólo una vez. No estaba segura de qué emoción predominaba, si la rabia por la suerte de Edward: él desaparecía de la vida de Aaron durante seis años y, al volver, éste lo recibía con los brazos abiertos; o si el temor por los sentimientos de mi pequeño: era tan frágil a veces, tan bueno, que se me hacía inconcebible verlo triste por alguien que no lo valía, porque Edward no lo valía. --¿Cómo entraste? --pregunté tan brusca como me sentía. Ambos se voltearon por completo desde el sillón de tres cuerpos para mirarme. --¡Mami! ¡Es Edward! --gritó emocionado mi hijo--. ¿No es genial? --Aaron me abrió --contestó dubitativo Edward. Respiré profundamente varias veces para calmarme y no regañar más de la cuenta a Aaron. 87

Porque el amor, sí es suficiente --Genial --mascullé simplemente --¿Estás enojada? --preguntó mi pequeño cauteloso. --No, no lo estoy --respondí, con un tono que demostraba todo lo contrario a mis palabras. --Bien... --dijo Aaron nada convencido--. Mmhm... ¿Mami? --llamó. --¿Si? --Estábamos esperándote, Edward dice que hay algo que van a decirme, no sabía que lo conocías --comentó con inocencia. --Sí, cielo, Edward tiene algo que decirte --confirmé, habíamos acordado que sería él quien le explicara, y francamente me moría por oír su explicación, la única condición impuesta por mí era nada de mentiras. Me senté en el sofá frente a ellos y miré a Edward con la pregunta en la punta de la lengua "¿Estás seguro?". De una manera extraña él pareció leerme y asintió seriamente antes de enfrentar a Aaron. --Esto es complicado, pero primero que nada quiero, no, necesito que me prometas algo --comenzó Edward de manera nerviosa, Aaron frunció el ceño ante la seriedad en el ambiente, me miró un segundo y luego volvió a Edward, y asintió suavemente--. Hay alguien que ha esperado mucho para volver a verte, alguien que te ama con todo su corazón y que te necesita más que nunca y quiere que lo necesites también, este alguien está muy arrepentido porque ha cometido muchos errores, errores que le costaron demasiado caro, pero está muy deseoso de repararlos, o al menos hacer todo lo posible. Un nudo se formó en mi garganta ante la sinceridad y dolor en las palabras de Edward, la intensidad con que miraba a Aaron, como si la vida se le fuera en la aceptación del pequeño, me tenía completamente sorprendida. --No entiendo --manifestó Aaron--. ¿Quién me necesita? 88

Porque el amor, sí es suficiente --Tu papá...él...yo...yo te necesito Aaron --tartamudeó Edward, de manera confusa. Aaron frunció más el ceño un momento, pero luego sus ojos se abrieron de par en par y un jadeo escapó de sus labios. --¡Mi papá! ¡Lo sabía! ¡Tú eres mi papá! --gritó emocionado lanzándose a los brazos de Edward, envolvió sus pequeños bracitos en su cuello, y él parecía casi tan sorprendido como yo, por un par de segundos el pánico me inundó; los ojos de Edward estaban más abiertos que los de Aaron y estaba petrificado en su lugar, pensé que iba a rechazar el abrazo, y cuando iba a levantarme a separarlos, Edward cerró los ojos con fuerza y una mueca de anhelo infinito se apoderó de su rostro mientras abrazaba a Aaron con tal emoción que incluso yo pude sentir. --Mi bebé --lo oí susurrar muy bajo, con los ojos aún cerrados mientras algunas lágrimas escapaban de sus ojos cerrados. --¡Esto es genial, genial! --seguía diciendo Aaron lleno de emoción. Se separó de Edward y corrió hacia mí, abrazándome con fuerza, pude ver por sobre el hombro de Aaron cómo Edward trataba de recobrar la compostura y enjuagaba discretamente sus ojos. --¡Gracias mami! --gritó junto a mi oído distrayéndome. --Ugh... Cariño no grites --le pedí riendo nerviosamente, debía admitir que no esperaba aquella reacción de Edward, estaba confundida, él estaba actuando muy extraño como si en realidad ... ¡No! ¡Suprime el maldito pensamiento, Isabella! --me gruñí. --¡Lo trajiste! ¡Lo sabía! ¡Es igualito a mí, pero más grande y fuerte! --Ddcía con admiración real en la voz. --Yo no lo traje, cielo, él vino a verte porque quería hacerlo --confesé siguiendo mi regla de no mentiras. Aaron se giró tan rápido que me asustó que se hubiese hecho daño

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Porque el amor, sí es suficiente --¿En serio? --preguntó a Edward. Él simplemente asintió, parecía no controlarse del todo aún. --¿Te quedarás? --insistió Aaron. --Tanto como quieran. . .quieras --rectificó al instante, con voz ahogada. Así se pasaron el día platicando de todo, Edward escuchaba con intensidad cada palabra por tonta o intrascendental que pudiera parecer, y miraba con reverencia cualquier manualidad que hubiese hecho Aaron, yo los miraba desde lejos, sintiéndome demasiado interesada para salir de la sala y demasiado incomoda para acercarme, a pesar de los intentos directos de Aaron y otros más discretos de Edward por integrarme. Llegó la noche, después de un día lleno de emociones, Aaron se quedó dormido abrazado a Edward mientras veían una película, aunque quise negarme, Edward lo llevó a su cuarto, maravillándose otro poco en el lugar. Luego lo acompañé hasta la puerta, asegurándome de que se marchara. --Bella --me llamó cuando iba a cerrar la puerta, me detuve y lo mire simplemente--. Muchas gracias --dijo intensamente--. No tienes idea... Esto ha sido --suspiró al verse trabado con sus propias palabras. --No me lo agradezcas, sólo cumple tu palabra --pedí de manera menos hostil, no pude evitarlo, era difícil ser indiferente o fría con este nuevo Edward, por un momento me permití vagar en el pasado e imaginar quéhubiese pasado si las cosas hubiesen sido distintas, si él hubiese actuado así desde el principio. Tan ensimismada estaba que no lo vi acercarse hasta que sentí su tacto quemar en mi majilla derecha y la calidez de sus labios presionar cariñosamente la izquierda, una pequeña, casi imperceptible exclamación de sorpresa brotó de mis labios, y una irrefrenable ola de ira se apoderó de mi cuerpo, ¡no tenia derecho!

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Porque el amor, sí es suficiente Él sabía lo que su cercanía me provocaba, mi cuerpo temblaba ante su tacto y lo vi sonreír, esa sonrisa me recordó al Edward que odiaba, al que me abandonó, mucho antes de que yo lo hiciera, él que traicionó a nuestro ya inexistente amor. Lo empujé igual que la vez anterior y esta ve vez las palabras volaron sin ninguna sutileza. --¡No te me acerques! ¡No me toques! --exigí, furiosa--. ¡Me das asco Edward y no quiero sentirte cerca de nuevo! --Lo siento...Yo --comenzó, pero no se lo permití, no me haría flaquear --Ahórratelo, sólo déjame, no me hagas odiarte más de lo que ya lo hago --dije finalmente antes de cerrarle la puerta en la cara. Para echarme a llorar inmediatamente después descomponiendo mi cara de ira por una lamentable mueca de dolor. --¡Te odio! ¡Te odio! --mascullaba entre lágrimas sabiendo lo falsas de mis palabras, pues no lo odiaba a él, no podía, me odiaba a mí misma por ser débil y dejarlo herirme de nuevo, por dejarlo hacerme llorar. ... ...... . . . Hola (8) Ya sé, soy mala y todo eso, pero, es necesario que Eddie sufra aunque por los rr he notado que no les molesta demasiado, juju, ¿Qué les pareció? .

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Porque el amor, sí es suficiente Ok, eem comentario gracioso de la semana, pues, lo siento no tengo, ah si uno, no voy a cambiar la linea del fic, porque me gusta, y me siento bien con ella, siento mucho si he decepcionado a alguien, pero no siento en absoluto lo que he escrito, ni una sola palabra, todo me gusta y como hago esto por amor al arte literalmente, eso esta bien, así que aviso que el fic no es miel sobre ojuelas, pero tendrá final feliz, no porque me lo hayan pedido, sino porque soy fiel defensora de los finales felices, creo que una buena historia puede tenerlo sin ser arruinada, siento si alguna ya no quiere leerme, porque Bella no lo perdono en seguida y corrio a sus brazos, pero eso habría rayado en lo absurdo, porque nadie en su sano juicio confia y perdona con tanta facilidad, ok me extendi y me puse seria *escalofrio, yo seria* . En fin, gracias por apoyarme gente maravillosa a la que amo con todas las fuerzas de mi yo, excepto con mi chiliwila porque con esa parate de mi yo sólo amo a Eddie, y a Finnik, y a Peeta y a Jasperwow! si amo a mucha gente con mi chiliwila, jojo, pero no le cuenten a mis esclavos sexuales son muy celosos y posesivos, de echo les dije a los cuatro que era virgen cof cof, pero no saben que Carlisle me desvirgino hace tiempo ¡Hey! No me miren así, fue por la ciencia, nada de placer *lalala* . Muchas gracias por betear el cáp. a mi hermana de otra madre, a mi sol personal, Jenabeb, Jeanine o WhiteDemon14 como quieran llamarla; Te amo tanto que golpeo la cabeza contra un pañuelo lleno de cristales rotos que se me incrustan en la cara cortandome y deformandome, y después me pongo sal en las heridas y sale pus de todas partes, mezcladocon sangre, me pincho los ojos con mondadientes y después me pongó limón! Así te amo *llanto* 92

Porque el amor, sí es suficiente . saludos a mi linda Ale que adoro y mi linda Sofi, por supuesto a todas mis lectoras bellas y a la loba aauu! amiga! . En este momento me encuentro haciendo sacrificios por la ciencia con Eddie y Finnik, ni loca respondo, pero deje su kmensaje después de la señal y ahí la atiendo...¡Pip!

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Él no Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo VII. Él no. By Dulce y fuerte ... ...... Mi vida pasó de pacifica, medio depresiva a una mierda muy desagradable. Pero debía recordarme que todo esto era por mi hijo, él estaba feliz, más que eso, parecía flotar en una nube de constante felicidad, y yo no iba a quitarle aquello. Luego de mi ataque de llanto y frustración, me di cuenta que no podía con esto, así que le pedí a Tanya que supervisara las vistas de Edward, no es que él hubiese echo algo malo para necesitar vigilancia, al contrario, siempre estaba preocupado de cada detalle, sin embargo no iba arriesgarme, no confiaba en él, podía dudar sobre muchas otras cosas, pero eso seguía igual. Y lo peor era aquel sentimiento de traición, como si yo estuviese completamente equivocada, como si hubiese cometido el peor error de mi vida y con cada encuentro sólo lograba hacer imperdonable la situación, pero las cosas no eran así, ese era sólo el insano y nefasto poder de Edward sobre mí, y ya no quería sentirme así. No lo había visto desde hacía un mes, sólo nos encontramos en el cumpleaños de Aaron, pero me mantuve lejos de él y no hizo nada para acercarse.

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Porque el amor, sí es suficiente Diciembre había llegado y las fiestas de fin de año de pronto supusieron un verdadero infierno para mí. Aaron estaba decidido a pasar las fiestas con Edward, quería una navidad en familia, y yo no me sentía con el valor para negárselo, ni con las fuerzas para pasar tanto tiempo con Edward. Por lo tanto decidimos actuar como adultos y acordamos junto a mi pequeño, que Aaron pasaría noche buena y la mañana de navidad con Edward y año nuevo conmigo. Mientras íbamos en el coche de Tanya a la casa de Edward debí repetirme unas diez veces que esto era por Aaron, yo no le estaba haciendo ningún favor a Edward, o al menos ninguno por gusto. --¿Estas segura que no podemos estar todos juntos? --preguntó una vez más Aaron junto a mí en el asiento trasero, Tanya conducía y Rosalie iba de copiloto --No es posible, amor --Respondí en un susurró, evitando un tono desagradable con él, no tenía la culpa de nada --¿Por qué no les agrada mi papá? --preguntó enfurruñado tras oír el bufido de Rosalie, y la indudable nota de molestia en mi voz-- Él esta arrepentido por no venir a buscarnos antes, ¿por qué no lo perdonan? --Insistió frustrado. En su absoluta inocencia no comprendía la magnitud de los hechos, él sólo veía que su padre volvía para jugar con él y cuidarlo, era tan fácil hacer feliz a mi pequeño. Aceptaba feliz lo que recibiera, y no estaba segura si eso era bueno o no. --Es complicado Aaron, cosas de adultos --Explicó Tanya sin despegar la vista del camino --Él te quiere --Confesó Aaron mirándome con intensidad y esperanza-- Me lo dijo cuando fuimos al zoológico --Aaron, por favor... --Pedí, sin saber muy bien el que 95

Porque el amor, sí es suficiente --¡Grandísimo animal! ¡Usando a su hijo como celestino! --comenzó a farfullar Rosalie molesta --¡Mi papá no es un animal! ¡Cállate! --Gritó Aaron con los ojos brillando con ira y lágrimas contenidas --¡Aaron! --Lo regañé --¡No! ¡Ustedes no lo conocen! --Continuó --¡Basta! --Exigí con rudeza-- ¡Yo lo conozco, sé perfectamente quien es ese hombre! --Continué cegada por la ira, no podía creer que mi pequeño y tímido Aaron estuviese gritando como una fiera para defenderlo, cuando él no lo valía, sentí un instinto de protección más haya de mi entendimiento, estaba aterrada, Edward estaba demasiado dentro de Aaron y eso podría dañarlo irreparablemente si no le abría los ojos de una vez --¡Claro que no! --Claro que sí, no me hables en ese tono jovencito, soy tu madre, yo fui quien cuido de ti, quien se preocupó por ti todo este tiempo mientras tu queridísimo padre se daba la gran vida sin nosotros, fui yo quien trabajó día y noche para que no te faltara nada, mientras él se olvidaba de ti, me sorprende siquiera que recordara nuestros nombres, él no nos quiere, nunca nos quiso --Solté una palabra tras otra, sin ser completamente conciente a quien estaban dirigidas, estoy segura que de haber estado en completo dominio de mis emociones jamás habría dicho algo como eso a mi hijo Mis palabras fueron crueles y violentas, me sentí un monstruo cuando el labio inferior de Aaron comenzó a temblara con fuerza y su mueca se transformo en puro dolor, lo había herido profundamente, yo misma hice lo que tanto temía hiciera Edward y, me pregunté ¿No sería también un poco responsable de toda aquella situación? Tal vez hubo algo que obvie, que no vi, después de todo era tan sólo una niña asustada a cargo de una nueva vida y con un pasado cargado de negrura

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Porque el amor, sí es suficiente Iba a disculparme, retractarme y decirle que nada de lo que había dicho era cierto, cuando Tanya soltó una exclamación de sorpresa, seguida de una maldición incrédula por parte de Rosalie, no había notado que el carro se había detenido, Tanya bajó tan rápido que trastabilló antes de echarse a correr hacía una casa mediana de blanca fachada. No vi nada que pudiera producir tales reacciones hasta que Aaron gritó aterrado-- ¡Papá! Mi cabeza siguió la trayectoria de su mirada y la sangre se me congeló en las venas, Aaron comenzó a luchar contra la puerta para abrirla, mientras seguía gritando, por la ventanilla pude ver a Tanya lanzándose de rodillas a la nieve junto al cuerpo inerte de Edward, desde mi posición a varios metros pude ver una gran mancha roja alrededor de su cabeza, Tanya movía los labios rápidamente y su cuerpo temblaba de manera violenta, mientras Rosalie llegaba junto a ellos sacando su móvil del bolsillo y llevándolo a su oreja mientras gritaba a todo pulmón-- ¡Necesito una maldita ambulancia ahora! Al fin Aaron abrió la puerta y cayó de bruces a la nieve al salir, por lo violento de sus movimientos, pero no se detuvo a quejarse, se levantó torpemente enseguida y corrió junto a los demás, mi cuerpo parecía congelado en su lugar un pánico que no había sentido en mucho tiempo se apoderó de mi cuerpo, tan fuerte como el día que Aaron desapareció en el parque Todo aquello, pasó en escasos segundos, y la brisa fría se coló dentro del coche haciéndome reaccionar. Mis pies se enredaban al tratar de bajar del coche, mientras mi cuerpo se volvía gelatina, olvide absolutamente todo, sólo podía pensar en aquella horrible escena, mis pies tocaron la nieve al fin y comencé a correr hacia los demás, no podía llegar lo suficientemente rápido y mis ojos se anegaron en lágrimas de temor ¡Él no!

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Porque el amor, sí es suficiente --¡Edward! ¡Edward! ¡Por Dios, abre los ojos! --Suplicaba Tanya entre lágrimas tomando el rostro de Edward con sus manos, mientras Aaron lo abrazaba por la cintura y soltaba sus propios lamentos y tristeza húmeda Rosalie seguía gritando en el teléfono y yo me congelé una vez más a unos pasos de su cuerpo, estaba tan blanco como la misma nieve, y hacía un contraste increíble con la gran mancha roja que rodeaba su rostro. Sangre, aquello era sangre, su sangre, un gemido de dolor brotó desde mi pecho y quemo mi garganta hasta salir de entre mis labios. Demasiadas emociones y pensamientos me inundaron como para expresar alguno con claridad, Rosalie en algún momento había cortado la llamada y estaba junto a Tanya pidiéndole que se calmara que no lo moviera o podría ser peor, tomó el control de la situación y logró despegarlos a ambos del cuerpo de Edward Las características sirenas de una ambulancia resonaron entonces, y me permití respirar cuando vi que los paramédicos se acercaban con agilidad y eficiencia a Edward --¿Son familiares del paciente? --Preguntó uno de ellos, en seguida salí de mi petrificación acercándome al hombre --Lo somos, ¿Puedo ir con él? --Pedí con voz rota y me descubrí a mí misma llorando silenciosa pero desconsoladamente, él hombre me miró con una mueca de compasión y asintió con condescendencia musitando un "Claro" El camino al hospital fue horrible, los hombres trabajaban sobre él, inyectando cosas, y diciendo otras que yo no entendía, mi mano se aferró a la suya y me negué a soltarlo, estaba tan frió y me pregunté ¿Cuánto tiempo habría estado solo, herido y expuesto?. Un sollozo llenó de emociones mezcladas se me escapó a pesar de querer evitarlo, ¡¿Qué rayos había pasado? ¡¿Por qué nadie vio nada? ¡Sus vecinos, tal vez! ¡¿Por qué no llegamos antes? Porque tú no querías verlo --Pude oírme con claridad

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Porque el amor, sí es suficiente Al llegar al hospital todos parecían moverse a una velocidad casi inhumana, sin embargo, no lo hacían demasiado rápido para mi gusto. --¿Es usted familiar del paciente? --Preguntó una enfermera cuando llevábamos diez minutos esperando noticias en la sala de espera, Aaron lloraba desconsolado sentado en mi regazo, escondiendo su rostro en mi cuello, Rosalie estaba de pie junto a nosotros con los brazos cruzados sobre su pecho, los ojos cerrados y el seño fruncido, esa era su manera de apoyarnos, guardando silencio, ya que a ella no le agradaba Edward, pero respetaría nuestros dolor y preocupación. --No exactamente, soy la madre de su hijo solamente --Respondí con voz ahogada --Ya veo... --Continuó la mujer mirando compasivamente el cuerpo tembloroso de mi pequeño-- Lo siento, pero necesitamos a algún familiar directo para... ---Lo sé, mi amiga esta avisando a la familia --Susurré de manera cobarde al imaginarme frente a ellos de nuevo, la enfermera asintió y se marchó. Estaba aterrada, me sentía demasiado vulnerable para enfrentarme a los Cullen, pero no soportaría dejar el hospital sin saber que él estaba bien A los pocos minutos Tanya volvió a la sala de espera con su móvil en la mano, sus ojos estaban absolutamente rojos y las lágrimas se desbordaban con voluntad propia. --Te ves horrible --Me susurró, probablemente tratando de hacerme sonreír, sin éxito alguno --Tú te vez peor --Intenté animarla también, ella esbozó una sonrisa triste --Gracias --Respondió tratando de sonar sarcástica pero la voz se le quebró lamentablemente y su mueca se descompuso por completo, nos abrazó a Aaron y a mí en un rápido, movimiento-- todo va a estar bien, todo, lo juro --Decía, aunque parecía tratando de convencerse a si misma, a diferencia de otras veces 99

Porque el amor, sí es suficiente donde su optimismo siempre era firme Dos horas más tarde nadie nos daba noticias, no lo harían hasta que un familiar directo apareciera y yo maldecía groseramente por la tardanza de los Cullen. Le pedí a Rosalie que llevara a Aaron a comer algo, a pesar de sus reclamos tuvo que hacerme caso, Tanya y yo estábamos sentadas en el piso, una al lado de la otra, su cabeza apoyada en mi hombro y la mía sobre la suya y nuestras manos entrelazadas --Cuando se recupere volverás a hablar con él --Le exigí con un suspiro --Lo haré --Concedió murmurando-- Y tú también lo harás --Sí --Respondí enseguida Ninguna de las dos mencionó la posibilidad de que no saliera de allí, a pesar de que yo lo pensaba y estaba segura que ella también lo hacía. --Buenas noches --Oí desde arriba una voz vagamente familiar de un hombre, levante la vista suavemente al igual que mi amiga, reconociendo la ropa típica de los médicos en pabellón, al llegar al final de mi recorrido visual una bofetada de nostalgia me golpeó Carlisle Cullen, tan elegante como siempre con aquel aíre correcto envolviéndolo, estaba frente a nosotras con una mirada que no supe descifrar, o tal vez no me moleste siquiera en intentarlo --¿Cómo esta Edward? --Pregunté ignorando el hecho de que hablaba con uno de mis fantasmas-- ¿Qué pasó? ¿Esta despierto ya? ¿Puedo verlo? --Pregunté cada vez más ansiosa poniéndome de pie, siendo seguida en la acción por Tanya que escuchaba atentamente --Es algo complicado... --Comenzó dubitativo-- El golpe le ha echo perder mucha sangre, pero eso esta bajo control, hemos hecho las transfusiones necesarias y la herida no presenta complicaciones 100

Porque el amor, sí es suficiente --¡Gracias al cielo! --Exclamé con un profundo suspiro de alivio, mientras Tanya me abrazaba con fuerza, alivio, alegría, muchas emociones que mitigaron las anteriores negativas, algunas risitas nerviosas salieron de entre nuestros labios mientras nos sosteníamos la una a la otra con fuerza --Entonces esta bien, podremos verlo pronto --Aventuró Tanya sonriendo abiertamente, al igual que yo, pero la sonrisa se congelo en mis labios cuando Carlisle negó tristemente con la cabeza, su mueca más preocupada que antes --¿Qué pasa? --Inquirí --La herida no ha tenido complicaciones, sin embargo no logramos estabilizarlo --Comenzó cauteloso, mientras el pánico volvía hacer mella en mi interior-- Al permanecer tanto tiempo expuesto le a causado una neumonía y su cuerpo no esta reaccionando muy bien --terminó cada vez más bajo hasta que su voz fue sólo un susurró --¡Por Dios, Carlisle! ¡Nos haz dado un susto de muerte! --Acusó Tanya-¡Estamos en el siglo XXI, una neumonía no es fatal --Continuó, sonriendo de nuevo, pero algo en el rostro de Carlisle me dijo que no había razón alguna para sentirse feliz Él volvió a negar suavemente bajando la mirada-- No es tan simple Tanya, los pacientes con Leucemia se vuelven mucho más frágiles y una infección como esa podría costarle la vida --¡¿Leucemia? --Solté un jadeó lleno de incredulidad Él levantó la vista enseguida y clavo su mirada en mí frunciendo el seño-- No sé que te habrá dicho pero aún después de todos estos años, Edward parece empeorar al no seguir correctamente los tratamientos --Anunció --Leucemia --Repetí como una afirmación débil esta vez llevando mi mano al hombro de Tanya para sostenerme en pie-- ¿Cuándo? ¿Cómo? --Volví a susurrar sin comprender del todo lo que estaba pasando

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Porque el amor, sí es suficiente --¿No lo sabias? --Preguntó alzando ambas cejas incrédulo, luego su mueca se endureció-- ¿No fue por ese motivo que lo dejaste? --Acusó Levanté la mirada enseguida y antes de preguntar de qué rayos hablaba, tanya interrumpió --¡¿Qué estas diciendo Carlisle? --Exigió mi amiga --Pues es una extraña coincidencia que justo cuando comienzan a pasar necesidades y mi hijo es diagnosticado con leucemia, esta mujer decida que lo dejó de amar y se largue abandonándolo cuando más la necesitó --Respondió otra voz, una femenina, completamente resentida Esme Cullen, estaba detrás de Carlisle mirándome como si fuese la criatura más repugnante que haya tenido el desagrado de conocer Pero mi mente en realidad estaba demasiado lejos para oír cualquier reclamo o acusación sin sentido Edward tenía leucemia. Edward tenía cáncer. Edward podría morir. ... ...... . . . Holsimas (8)

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Porque el amor, sí es suficiente De nuevo yo, espero que no se aburran de mí, al menos antes de acabar el fic jojo, ¿Qué les pareció? Si, sé lo que están pensando y la respuesta es sí, me gustan los hospitales, me provocan...Cosas ajajajajaj . Ok, aclaración mundial, no sé mucho sobre la leucemia, pero me he tratado de informar y he acosado a mi amiga la loba yari y su madre para que me ayuden, pero de todas maneras podría tener algún/algunos errores médicos, si alguien los nota me lo hace saber por favor y yo muy agradecida le mandaré un chuliwil bañado en chocolate ¡Yomi! . Siento mucho no poder responder a sus rr uno por uno como saben me gusta hacer, pero lamentablemente sigo mendigando pc, y mi primo *abucheo general para Antonio* Es alguito desgraciado el infeliz mal nacido egoísta, así que ocupo el pc para escribir a toda velocidad, antes de que me lo quite, por eso estoy actualizando rápido, estoy ocupando todo mi tiempo en el pc para escribir y publicar. Pero me alegra mucho saber sus opiniones . Y bueno es de mal gusto hacer las cosas en publico, pero esto sirve de aclaración generalizada; Me entristece saber que la historia te parece poco creíble y que evidentemente ya no te agrada, no voy a referirme a todos los puntos, pero si sigues interesada te invito a seguir leyendo y descubrir que es lo que pasará, y si no deseas hacerlo, créeme que no voy a tomarlo como algo personal, yo también he dejado historias porque no han sido lo que yo esperaba, sólo te aclaro de la misma manera respetuosa que tu expusiste tu punto que esta historia tiene una trama establecida y no cambiare nada a pedido. Un beso y gracias por acompañarme siempre. . 103

Porque el amor, sí es suficiente A las demás de veras quiero saber que piensan al respecto este Cáp. es decisivo, porque se desencadenaran muchas cosas desde aquí. . Próximo Cáp. Punto de vista de Edward ¿Qué pasó con é todos estos años? ¿qué pasó la noche de la discusión? ¿Qué sintió al saber que Bella se había ido? Y si me alcanza el tiempo el enfrentamiento de Bella con los demás Cullen y como lidiara con la nueva información . Un beso enorme a mi Jenabeb favorita; Te amo tanto que me lancé a un acantilado y caí en las rocas más afiladas traspasando mi carne y matándome lentamente, de hecho los animales salvajes llegaron primero y me cenaron completa y no de la manera agradable.... Y yo te seguía amando . Por cierto, Edward les manda saludos dice algo como "Realmente me encienden las mujeres que dejan rr" yo no entiendo que les quiere decir con eso pero eso les manada a decir Un beso grande . En este momento me encuentro de cabeza tratando de entender la leucemia para fingirme menos burra de lo que soy, deje su mensaje después de la señal... ¡Pip!

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La verdad Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo VIII. Verdad. By Dulce y fuerte ... ...... Edward (POV) --¡No te me acerques! ¡No me toques! --exigió, furiosa--. ¡Me das asco Edward y no quiero sentirte cerca de nuevo! --Lo siento...Yo --comencé, intentando justificar lo injustificable, por supuesto todo esto era mi culpa --Ahórratelo, sólo déjame, no me hagas odiarte más de lo que ya lo hago --dijo finalmente antes de cerrarme la puerta en la cara. --Eres una completa mierda, Edward --Me susurré. Claro que me odiaba, yo mismo lo hacía, como un autómata me aleje despacio, llegué a mi casa casi sin ser conciente de cómo, durante seis años muchas dolencias me habían aquejado, pero definitivamente el rechazo de Bella era mil veces peor que el dolor físico Me dejé caer en el sofá de sala demasiado adolorido y cansado, puse mi brazo 105

Porque el amor, sí es suficiente izquierdo sobre mis ojos y la miseria me envolvió por completo Cada noche era igual, mi mente tenía voluntad propia y me hacía revivir aquellos momentos Cuando Bella me dijo que estaba embaraza me aterré, ¿Sería un buen padre? Me sentía muy presionado, no quería decepcionarla, por alguna razón ella había elegido amarme y no estaba muy seguro porque, como ella siempre repetía yo era un idiota. Sin embargo, no lo dudé ni un segundo, yo los amaba a ella y a mi hijo, por sobre lo que fuera y haría lo que fuera necesario por ellos. La vida en casa de mis padres no fue fácil para nosotros, Bella se dormía llorando y yo sufría con su dolor. Cuando me pidió irnos, se lo concedí enseguida, yo mismo planeaba aquello, sólo esperaba que terminase el instituto para llevar a cabo mis planes, nos fuimos a Chicago y enseguida cancele mis planes para abrir una academia de música en Seattle junto a Jasper, ahora tenía otras prioridades y esas eran mi pequeña familia. Me aseguraría de darles lo mejor a ambos, todo lo demás podía esperar. Cuando Aaron llegó, las cosas se complicaron, pero yo sólo podía dar gracias al cielo por que él y Bella estuviesen bien, los gastos aumentaron y con ellos tuvimos que acomodarnos a un estilo de vida más modesto, en cuanto vi aquel pequeño lugar quise darme un tiro Aaron y Bella merecían algo mucho mejor, y yo no podía dárselos, mi trabajo como maestro servía sólo para los gastos básicos y a penas para los cuidados especiales que necesitaba Aaron. Me sentía frustrado cada vez que veía en las condiciones que debían vivir por mi incompetencia, por supuesto comprendía que por el momento no podíamos aspirar a nada mejor, pero tenía fe en que las cosas mejorarían

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Porque el amor, sí es suficiente Eso hasta que comencé a sentirme mal, horribles dolores de huesos, comencé a perder peso, me sentía todo el tiempo cansado, al principio no presté atención, pero los dolores se hicieron casi insoportables y me ponían de un pésimo humor, mi relación con Bella estaba comenzando a desgastarse y era todo mi culpa. Fui a hacerme una revisión, le dije al dc. Todos los síntomas y él me envió a hacer una serié de exámenes. Cada noche me la pasaba en vela retorciéndome por los dolores y tratando de encontrar una salida para todo. Así que conseguí un segundo trabajo, después de las clases iba a un bar que estaba a unas calles de nuestro departamento, pensé que lo mejor sería permanecer cerca, y además conseguir algo de dinero extra. Odiaba aquel lugar, siempre lleno de mujeres sin vergüenza alguna y hombres con más alcohol que sangre en sus sistema, pero nada importaba cuando llegaba a casa y veía a mi mujer dormida junto a mi pequeño angelito, siempre precian tan cómodos en aquel espacio tan reducido que comencé a dormir en el sofá para darles más espacio. No quería decirle nada a Bella sobre mi segundo trabajo, o mis dolores, porque sólo serviría para preocuparla, y yo no iba a permitir aquello, ella ya tenía suficiente con la actitud de Charlie Swan y los que ahora me avergonzaban llamar mi familia Así que la evitaba siempre que podía, ella parecía ver a través de mí y eso no habría sido conveniente entonces para su tranquilidad Pero todo se salió de control una noche. Había trabajado todo el día en el instituto y luego había pasado la noche limpiando mesas en el bar, pero eso no era lo que me tenía completamente angustiado.

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Porque el amor, sí es suficiente Antes de irme al bar fui al hospital por los resultados de mis análisis, con la sutileza de un boxeador, el Dc. Me dijo que tenía Leucemia, que necesitaba tratarme, habían encontrado la enfermedad en el momento adecuado y mi caso era muy peculiar, estaba en muy buenas condiciones. Escuche cada palabra que salio de él, y en cuento acabó me levanté y me fui sin decir una palabra. ¿Qué podía decirle? No puedo morirme Dc. Porque mi mujer y mi hijo dependen de mí, pero tampoco puedo ponerme en tratamiento porque el dinero no crece de los malditos árboles Un maldito cabrón defectuoso, eso era, ¿Qué rayos iba hacer? Me pase todo el tiempo en el bar buscando la forma de decírselo a Bella, la necesitaba tanto, estaba aterrado, no por mi propia muerte, sino por tener que dejarla, por tener que dejarlos, ellos eran todo para mí, más haya incluso de la vida misma Pero entonces su hermoso rostro herido y sus preciosos ojos llenos de lágrimas al escuchar la noticia, me impidieron decir algo, ella no debía sufrir, jamás y mucho menos por mi culpa, yo jure cuidarla, y ahora iba a confesarle que había una gran posibilidad de que podría dejarla Al llegar al departamento no esperaba encontrármela sentada en uno de los sofás de la sala. No podía hablarle o me echaría a llorar como un niño, rogándole que jamás me dejara, porque estaba asustado. Pero cometí el error de mirarla y mi corazón se partió, ella parecía a punto de llorar a pesar de tener una postura rígida, ella era infeliz, se le notaba considerablemente, yo no era capaz de darle suficiente

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Porque el amor, sí es suficiente Entonces ella habló: --Es algo tarde --dijo obviando el echo de que aunque la vi no le dirigí la palabra --Deberías estar dormida --respondí, evitando mirarla otra vez --Y tú en casa hace horas --reclamó, haciéndome cerrar los ojos, me recargué en el sofá frente a ella con ambas manos, tratando de calmarme, estaba comenzando a sentirme realmente mal --No voy a discutir --mascullé entre dientes, al sentir el familiar dolor en mis articulaciones y huesos --¡No vas a discutir! ¡No vas a mirarme! ¡No vas a hablar! ¡¿Qué rayos harás entonces Edward? ¡¿Esconderte debajo de una roca a ver si Aaron y yo desaparecemos y te dejamos en paz? --Soltó atropelladamente con resentimiento Probablemente me odiaba por arrástrala a esta vida --Puedes bajar la voz --pedí irguiéndome, con voz cansina-- Vas a despertar al niño --continué --¡A tu hijo! ¡Aaron! ¡Dilo maldita sea! ¡Nada va a pasarte por pronunciar su nombre! No comprendí aquello, por supuesto que yo sabía que Aaron era mi hijo, eso me molestó, ella hablaba como si no me importase, como si mi pequeño no fuera nada para mí ya no sabía que hacer para mantenerla feliz y estallé --¡¿Qué demonios quieres de mi Isabella? --Preguntó en el mismo tono que ella dejándome llevar por el calor del momento, sin real intención de hablarle así-¡¿Qué maldita cosa quieres que no tengas ya?

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Porque el amor, sí es suficiente --¡Quiero que seas el de antes! ¡Quiero a mi Edward de vuelta! --Respondió con los ojos llenos de lágrimas; furia, impotencia y dolor, reflejaba su cristalina mirada --Lo siento, pero de él no queda nada --escupí con resentimiento-- Puedes darle las gracias a la vida de mierda que llevamos Por supuesto que no quedaba nada, sus palabras me hicieron entenderlo, no era un hombre completo, estaba enfermo y era incapaz de cuidar de mi propia familia, jamás pondría volver a ser asuelde quien ella se enamoró y eso me aterraba, perderla... No lo soportaría Necesitaba despejar mi mente, calmarme, no quería gritarle o decir algo que no sentía por dejarme llevar, así que caminé hacía la puerta --¿Qué quieres de mí? --Imitó mi pregunta, cuando tomé el pomo de la puerta para salir nuevamente --Déjame en paz --Pedí, dándole una entonación más brusca de la que deseaba, estaba furioso, pero conmigo, no con ella --Si es lo que quieres...lo haré --afirmó nada convencida, algo había en su voz, una vacilación que no comprendí --Gracias --Suspiré cansado, terminando de salir. Caminé durante horas, concentrándome en como arreglar lo que ya había arruinado, con mis dos trabajos y mis dolencias había descuidado a Bella y Aaron, esa fue mi primera conclusión, debíamos hablar y aclarar todo. Mi segunda conclusión fue que esa noche me había excedido al hablarle, no era su culpa que todo estuviese de cabeza. Debía disculparme.

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Porque el amor, sí es suficiente Y mi última conclusión fue que debía decirle que tenía leucemia, ella tenía derecho a saberlo, éramos una pareja y yo no podía seguir fingiendo ser super man y encerrándola en una burbuja porque eso sólo nos estaba alejando. Juntos saldríamos adelante. Recogí unas flores del ante jardín de una casita y fui directo a nuestro departamento, estaba emocionado, hace semanas que no la besaba que no le decía lo importante que era para mí, hace semanas que la evitaba, para que no descubriera nada y esa noche yo planeaba eliminar cualquier secreto y barrera entre nosotros. Entré con una enorme sonrisa, y considerablemente nervioso, ya no estaba en la sala y fui a buscarla a la habitación Nada El baño Nada La cocina Nada No había rastro ni de ella, ni de Aaron en ninguna parte, completamente alterado, iba a salir a buscarlos, cuando una nota llamó mi atención, aquella sentencia me llamaba casi con perversa burla, o al menos así lo veo yo Las flores cayeron de mis manos y mis ojos se anegaron de lágrimas cuando leí las simples y mortales palabras escritas en él " Te dejó en paz" --¡Noo! --Grité, mientras mi cuerpo perdía fuerzas, me aferré a la pequeña mesa mientras mi cuerpo se convulsionaba con horribles sollozos llenos de 111

Porque el amor, sí es suficiente perdida-- ¡No, Bella, no! --Comencé a gemir inundado por un dolor más abrasador que cualquier otro, una incertidumbre se apoderó de mi cuerpo y la preocupación sobre pasó al dolor Saqué fuerzas de flaqueza y salí del lugar a buscarlos, una mujer sola con un bebé a esas horas en aquella parte de Chicago no podría dar como resultado nada bueno. Mi respiración demasiado agitada y mi cuerpo más pesado que nunca no me impidieron recorrer todo el sector, e incluso más haya, hubo un momento en que mi cuerpo no resistió y me sentí desvanecer poco a poco, mientras seguía aferrado a la nota, lo único que ella me dejó. No podía culparla, pues aquello era todo por mi causa. Desperté en un hospital, con Esme, dormida en sofá acomodado junto a mi cama. No tardé demasiado en ser conciente de todo lo que estaba pasando y porque era esme y no Bella la que estaba junto a mí... Ella me había dejado. Comencé a llorar una vez más, me sentía pequeño, como un pájaro herido, y eso me enfurecía aún más. Esa fue la razón por la que no pude mantener a mi pequeña familia unida, por ser demasiado débil Esme despertó y trató de abrazarme, consolarme supongo, nada que pudiese recibir de ella, no cuando había dañado tanto a la mujer que yo amaba El resentimiento contra ellos no disminuyó, al contrarío, cuando vi que Jasper seguía con ellos y ahora era el prometido de Alice me sentí asqueado. ¿Cuan hipócrita podía ser? Ella había humillado y rechazado a Bella por estar conmigo y ella ahora estaba con quien fue mi mejor amigo --Puedes irte al infierno, pequeña hipócrita --Le respondí en un gruñido furioso, cuando intentó hablar conmigo a solas

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Porque el amor, sí es suficiente Sólo hablaba con Carlisle a veces, cuando me sentía menos miserable, él había dicho las palabras correctas para conseguir mi atención --¿Cómo es? --Preguntó un día, con un brillo especial en sus ojos --¿Quién? --Pregunté desinteresado --Mi nieto --Respondió con tristeza-- No sabes como me hubiese gustado estar ahí para verlo nacer --Continuó sinceramente --Él es único --Respondí con una sonrisa floja pensando en lo maravillosote mi hijo-- Es un pequeño ángel --No podía ser de otra forma --Comentó captando mi atención-- Sus padres también son únicos --explicó con una sonrisa tímida --No solías pensar eso --Gruñí al recordar los desaires constantes a Bella por su parte Él negó tristemente con la cabeza antes de susurrar-- Yo también tengo mi cuota de arrepentimientos, hijo Y ¿Cómo culparlo por ello? Pensé en Aaron, yo iba a encontrarlos y pensé en que pasaría si el no me perdonara, que pasaría si el no comprendiera mis arrepentimientos Con Esme, Jasper y Alice era otra historia, ellas se empeñaban en hablar pésimo de mi Bella incluso en mi presencia, a pesar de la cantidad de veces que las mande al demonio sin importarme que llevaran mi sangre, estaban siendo frías y crueles con un ser magnifico. Jasper era una marioneta de Alice, si ella le decía que Hitler había sido un enviado de Dios, Jasper comenzaría a prenderle velas, francamente patético, pues era obvio que ella, no correspondía con la misma intensidad.

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Porque el amor, sí es suficiente Nunca hablé con ellos en buenos términos, y mucho menos hablé de Bella o nuestro hijo, ni siquiera con Carlisle. Pasé demasiado tiempo en aquel hospital, el tiempo perdió su valor cuando Bella comenzó a parecer más un sueño al igual que mi hijo, sin embargo aquella nota me recordaba lo real y doloroso que era todo Viví un tiempo en Chicago, los busque por toda la cuidad, no quedo piedra sin levantar, y ni rastro de ellos, comencé a descuidar mi tratamiento farmacológico y Carlisle lo supo por supuesto, me ofreció ayuda para encontrarlos a espaldas de Esme. Yo no tenía los recursos con los que ellos contaban así que eso aceleraría las cosas, me mude a Seattle en cuento Carlisle me dijo que Bella había tomado un vuelo con ese destino. Me acomodé en una casa cómoda y acogedora en un sector residencial, no pude evitar imaginármelos a ellos conmigo, aquel lugar era perfecto, lo que ella hubiese querido. Y antes de dejarme derrumbar por los recuerdos, salí a dar un paseo a un parque a unas cuadras. En cuanto lo vi, supe que era especial, algo dentro de mí lo gritaba. Claro que lo era, era mi pequeño ángel; Aaron, me volví completamente loco cuando vi a Bella entrando a la habitación confirmando mis sospechas, los deje solos, incapaz de invadir su momento, pero cuando me la encontré en la recepción mi corazón pareció volver a su lugar y a latir Estaba más hermosa que nunca y me permití sonreír como no lo hacía en años, su cuerpo y su rostro eran los de toda una mujer, pero sus ojos seguían siendo los de mi niña ¡Te amo! ¡Te amo! --Quise gritarle y abrazarla cuando la tuve enfrente, tenía aquellas palabras atoradas desde hacía tanto, y ni siquiera la discusión con Tanya unos momentos antes iba a arruinar el momento

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Porque el amor, sí es suficiente Pero ella lo dejo claro, ya no existía un nosotros -- Ya no se trata de nosotros, Edward, sólo de ti y de tu hijo. Así terminé tirado sobre el sofá de la sala lamentándome por mi patética existencia Aunque las cosas desde ahí no fueron tan mal, Aaron y yo nos hicimos muy cercanos, él comprendía mis arrepentimientos y me quería a pesar de todo. No volví a acercarme a Bella, no la presionaría si no me quería cerca, la dejaría en paz., aunque eso significara la muerte de mi corazón El tiempo pasó y llegó noche buena, estaba emocionado, iba a ser mi primera navidad con Aaron, estaba volviendo de comprar algunas cosas, cuando llegué a la entrada perdí el equilibrio por que la acera estaba congelada y caí sin poder evitarlo, mi cabeza golpeó violentamente contra algo solidó, provocando un horrible dolor, y que algo húmedo y calido se derramara en aquel lugar, no pasó demasiado antes de perderme de la realidad. No estaba inconciente lo sabía, podía sentir el desagradable frío azotar mi rostro, o la humedad de la nieve debajo de mí, mis ojos pesaban demasiado, y mi cabeza dolía como los mil demonios Traté de moverme o levantarme, pero no pude solo un quejido de dolor escapó cuando intenté el movimiento. No sé cuanto tiempo pasó, pero me sentía demasiado débil para siquiera respirar, hasta aquella cotidianas acción se estaba volviendo un desafió --¡Por Dios! --Oí una voz femenina exclamar, aunque me pareció más como un espejismo, la voz comenzó a repetir mi nombre con angustia, pero yo a penas la escuchaba, como si estuviese debajo del mar Sentí un peso en mi cintura y un temblor constante en ese lugar, pero no era yo, alguien temblaba y me sacudía con él-- ¡Papi! ¡Papi! --Oí unos balbuceos, 115

Porque el amor, sí es suficiente provenientes de mi pequeño, lo reconocí enseguida y quise moverme para abrazarlo y asegúrale que todo estaría bien, pero no podía moverme --¡Edward! ¡Edward! ¡Por Dios, abre los ojos! --volví a oír, Tanya, mi pequeña hermanita, y aunque ella me odiara yo la seguía considerando como tal Además de sentirme infinitamente agradecido con ella, ¿No había ayudado y cuidado de mis tesoros todo este tiempo? No podía hacer más que quererla, Tanya seguía siendo mi mejor amiga, y la angustia en su voz no hizo más que aumentar mi tormento. Por un momento sólo quise perder el sentido por completo y no tener que escuchar a quienes amaba llorándome, pero tampoco estaba conciente, y demasiado incomodo para estar muerto De un momento a otro deje de sentir el peso en mi cintura y me aterré ¡¿Dónde estaba mi hijo? Pero otras manos comenzaron a moverme, y otras voces me llegaron --¿Son familiares del paciente? --Preguntó una voz masculina --Lo somos, ¿Puedo ir con él? --Pidió otra voz ligeramente rota, la suave voz de mi amor estaba desconsolada, y ni siquiera me permití por un segundo sentir satisfacción por que ella estuviera así por mí, sólo me sentí inútil y desesperado por seguir causándole dolor Las cosas comienzan a ponerse borrosas desde ahí, pero una calidez única que habría reconocido hasta entre las llamas del infierno envolvía mi mano. Ese sólo gesto me llenó de paz e hincho mi corazón de felicidad, permitiéndome soñar con algo que jamás sería. Bella no me quería de ninguna manera ya, lo había dejado bastante claro

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Porque el amor, sí es suficiente -- ¡No te me acerques! ¡No me toques! --exigió, furiosa--. ¡Me das asco Edward y no quiero sentirte cerca de nuevo! Una oleada de desolación arraso como un tsunami por todo mi cuerpo, al recordar aquello, claro que no me quería, me odiaba, sólo cuidaba del padre de su hijo, por Aaron, ella era demasiado buena y no soportaría ver sufrir a nuestro pequeño por mi causa. En algún momento deje de escuchar, y la calidez de mi mano me abandono por completo, dejándome completamente sólo, y entonces lo pensé bien; ¿Quién me extrañaría? Aaron por supuesto, pero ¿era yo realmente bueno para él?, quizá... Bella tuviese razón y fue un error entrar en su vida, ella merecía ser feliz sin mi fantasma atormentándola y Aaron merecía un padre de verdad y no un hombre enfermo, lleno de fracasos. Eran perfectamente felices sin mí, pero definitivamente yo no era nada sin ellos, la pacifica oscuridad comenzó a envolverme y no me resistí, era lo mejor, si la muerte me deseaba con tanta intensidad, yo no daría pelea, porque nadie me necesitaba realmente. Mientras más lejos me sentía de mi cuerpo más alegre era el entorno, me vi envuelto en un montón de recuerdos agradables, la primera vez que Bella y yo hicimos el amor, las interminables noches donde nos pasamos simplemente mirándonos a los ojos mientras yo acariciaba su abultado vientre y le decía cuanto la amaba y ella me miraba como si eso fuera suficiente. El difícil nacimiento de Aaron y la felicidad de ambos al saberlo bien, tantas imágenes y momentos felices, la voz de mi Bella diciéndome cuanto me amaba, las risas alegres de mi hijo. Sí, ellos estarían mejor sin mí, y yo podría pasarme la eternidad simplemente con mis hermosos recuerdos ... ...... 117

Porque el amor, sí es suficiente . . . ¡No me maten! Yo nunca dije que él era malo, o que se iba de fiesta, ustedes pensaron mal de mi perfecto hombre *Mili le da a Eddie una nalgada en su encantador y sensual trasero para que reaccione --Lo siento, pero ya sabes lo que dicen Edward, hay que darle un golpe en el cachete a quien esta en shock --Se excusó pobremente la impúdica chica --pero es en la mejilla, no en el trasero --Se quejó él Mili se encogió de hombros fingiendo una inocencia que todos sabemos no existe ni en los fic --No sabia* Ok eddie esta en Shock porque todas dudaron de él, espero que ya no lo odien, fue todo un enredo y mal entendido del porte del Chiliwil de Eddie . Nataly Cullen: ¡Al fin! ¡Mierda! No iba a decírtelo, porque arruinaría mi política de no hablar de más, pero debo admitir que me molestó un poco que hicieras juicios antes de que el fic terminara, aún podrían pasar mil cosas, que tal si yo en este Cáp. Hubiese puesto que lo de la leucemia era una mentira para enredar a Bella, es posible, en fin, ¿Ahora si te gusta? Me alegra, pero definitivamente no lo hice por tu petición, esa esta era la idea desde el principio, juju 118

Porque el amor, sí es suficiente Los finalez felices son lo mío, y si él hubiese sido malo con ella como parecía en realidad, jamás los habría dejado juntos, eso habría sido pasar a llevar la dignidad de Bella y como soy medio mucho muy feminista jum . Ok gente maravillosa, les agradezco que hayan pasado al reino de Mililandia a leer un poco, estoy trabajando como maquina en los Cáp. Para sacarlos antes de que me quiten el pc Sip, princesa del reino y todo, pero mi malvado primo el Duque Antonio, esta urdiendo un plan en mi contra, creo que se esta aliando con Jeanine para atacar el reino y derrocarme del poder ¡Lo sé! ¡Es una locura! No había habido tal abundancia en la cosecha de Chiliwiles maduros desde hacía años, pero así son los sedientos de poder . Jenabeb preciosa, gracias por tu ayuda, definitivamente mi sol personal, y gracias también a las niñas hermosas que me dejaron sus maravillosos y en algunos casos constructivos comentarios Insisto, no sé demasiado sobre leucemia, pero google y un par de rr me están ayudando con ello . Ale amor, deja de estudiar o te va a explotar la cabecita juju...¡Te amo! . Sofi, no me asesines, que es ilegal juju, un beso corazón (8) .

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Porque el amor, sí es suficiente Ya me voy a empezar el que viene, espero saber que opinan de este cáp. Si les parece mierda de plano me doy un tiro, porque es trascendental para el fic Un beso y bienvenidas a las nuevas lectoras, Mililandia es un reino prospero de Chiliwiles y fríos bollos amasadles . Dama no es la que se abstiene... dama es ser Mili (8) Hay que saber amasar los bollos con clase y distinción ( H) . Estoy pegándome las manos al brazo porque ya se me caen de tanto escribir, deje su mensaje después de la señal...¡Pip!

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Porque el amor sí es suficiente Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo IX. ... By Dulce y fuerte ... --Pues es una extraña coincidencia que justo cuando comienzan a pasar necesidades y mi hijo es diagnosticado con leucemia, esta mujer decida que lo dejó de amar y se largue abandonándolo cuando más la necesitó --respondió otra voz, una femenina, completamente resentida. Esme Cullen; estaba detrás de Carlisle mirándome como si fuese la criatura más repugnante que haya tenido el desagrado de conocer. Pero mi mente en realidad estaba demasiado lejos para oír cualquier reclamo o acusación sin sentido. Edward tenía leucemia. Edward tenía cáncer. Edward podría morir. --¿Qué haces dándole explicaciones a esta mujer, Carlisle? --insistió Esme. --Por favor, Esme, compórtate --exigió.

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Porque el amor, sí es suficiente Mil memorias acudieron a mí en ese momento, muchas piezas encajaron, y la aplastante sensación de angustia predominó. Carcomiendo el alma y atravesando mi corazón. No podía moverme, o responder. Muchas veces había imaginado las razones del cambio de Edward, pero jamás hubiese llegado a aquella conclusión. ¿Enfermo? ¡No! ¡Edward, no! Un desgarrador grito resonó en mi interior, una tormenta de dolor y angustia, porque cada pieza cayó en su lugar, o al menos la mayoría de ellas. Y la revelación más importante: yo lo había dejado, justo cuando él más me necesitaba. --Es lo que hago, Carlisle, estoy comportándome como una madre y no la quiero cerca de mi hijo. Mi cabeza volvió a levantarse, era alguna clase de autodefensa, las palabras acudían a mí automáticamente al sentirme atacada, sin embargo quedaron atoradas en mi garganta cuando una menuda figura entró en mi campo visual. Alice Cullen caminaba hacia nosotros, fue extraño, no se veía como mi vieja amiga, y su rostro estaba cubierto por unas gafas de sol enormes, sin embargo, ésa era Alice y la habría reconocido aun a medio kilometro... Quizá porque al pasar de los años me volví muy sensible ante el peligro. --...Por favor --oí la voz de Tanya, junto a un suave apretón en mi brazo, me giré hacía ella que seguía a mi lado, y me encontré con su rostro suplicante. No había oído lo que me había pedido, sin embargo, estaba demasiado aturdida, dolida, asustada e impactada para hacer algo más que asentir, ella relajó levemente el ceño y articuló un "gracias" sin pronunciar palabra alguna. Volví a asentir, distraídamente y ella me jaló lejos. Si alguien dijo algo más, o el hospital se cayó, no lo sé. Todo se vuelve demasiado confuso entonces, sólo recuerdo haber despertado a la mañana siguiente. Estaba sobre mi cama, aferrada a una almohada y el 122

Porque el amor, sí es suficiente cuerpo completamente tenso a pesar de haber estado dormida. Fui repentinamente consciente de todo lo que estaba pasando, mis puños hicieron más presión en la almohada y el aire se resistía a entrar o salir. Espere el ataque de llanto, la histeria, la desesperación, pero sólo podía presionar con más fuerza mis dedos y mi cabeza estaba cada vez más hundida en la almohada, y ni una lágrima se derramó. Porque yo no quería llorar, mi dolor no me lo permitía, como tampoco me permitía respirar, literalmente, estaba ahogándome a mí misma en mi almohada, no lo pensé, mi cuerpo se movió por sí solo, no quería pensar, no tenía fuerza, quería volver al pasado... Abrazar a mi amiga Alice, ver la mirada orgullosa de mi padre, sentir el afecto de Esme y Carlisle, quería volver y cumplir mis sueños, quería... Mis manos soltaron la almohada y mi cabeza se levantó. Mis pulmones se llenaron de aire con la desesperación de la abstinencia. --¡Egoísta! ¡Perra! ¡Perra, egoísta! --me recriminé jadeando, mientras llevaba mis rodillas a mi pecho y mis manos se volvían puños una vez más pero esta vez en mi cabello. ¡Nada! ¡No cambiaría absolutamente nada! La noche del cumpleaños de Alice mi falso mundo de colores se cayó, conmigo se quedó todo lo real que tenía, y conseguí un nuevo mundo más difícil tal vez, pero absolutamente sincero. Tanya y Rosalie. Conservé a mamá y Emmett. Edward y Aaron. El aire volvió a faltarme pero esta vez, de pura angustia. No cambiaría nada, porque cada decisión me llevó a ellos. Cada lágrima, cada pérdida valió la pena. Llevaba demasiado tiempo convenciéndome de que sólo lo odiaba, llevaba demasiado tiempo repitiendo 123

Porque el amor, sí es suficiente mentira tras mentira. Yo seguía siendo la misma niña frágil que él había conocido, escudada detrás de una falsa actitud fría e indiferente. Unos golpes tímidos sonaron en la puerta. Lleve ambas manos a mis mejillas en busca de resquicios de tristeza húmeda sin éxito. Ni una sola lágrima. La cabeza rubia de Rosalie se asomó ligeramente y con una sonrisa nerviosa terminó de entrar. --De ante mano... lo siento. --La miré interrogante y ella se sentó junto a mí, con un fuerte suspiro tomo mis manos y sin mirarme continuó--: Sé que éste es un momento muy difícil y bueno, Tanya es la que sabe que decir, con su optimismo y yo no tengo tacto, así que probablemente diga algo que no debería, pero créeme no será intencional, ahora mismo no puedo callarme, porque quiero que quede claro, pero probablemente estoy incomodándote. --Rose... está bien --traté de calmar, sin reconocer mi propia voz, sonando tan lejos y apagada. Su sonrisa de disculpa se acentuó--. ¿Dónde está Aaron? --Con Tanya, ya sabes, no le agrado demasiado --medio bromeó. --¿Ellos... lo vieron? --pregunté con el mismo tono lejano, pero un indiscutible dejo de preocupación se coló. Rosalie endureció el gesto y negó enérgicamente. Un suspiro lleno de alivió abandonó mi cuerpo. Me solté del agarré de mi amiga y me levanté despacio de la cama, tratando de mantener el equilibrio --Aún es temprano --comenzó, imitando mi acción--. Podrías... --Tengo que ir al hospital --interrumpí sin mirarla, buscando ropa en los cajones. 124

Porque el amor, sí es suficiente --Descansar --terminó remarcando la palabra, tomándome por los hombros para detener mi ajetreo--. Sé lo que piensas y nada de lo que ha pasado es tu culpa. --Escucha, Rose --comencé, quitando sus manos de mis hombros y clavando mi mirada en la suya--. No tienes idea de lo que estoy pensando, porque ni siquiera yo lo entiendo, no es culpa es algo mucho más fuerte --continué, moviéndome--. Edward me necesita, y voy a estar con él. Y en ese preciso momento, una determinación se apoderó de mí apaciguando los temores y fantasmas, ya habría tiempo de derrumbarme, pero en ese momento tenía que ser fuerte. ... Unas horas más tarde estaba de vuelta en el hospital, seguía convencida de mi decisión, pero no podía negar un sentimiento de temor, me sentía como en una batalla donde yo estaba en seria desventaja. Pasaron las semanas y cada día era más difícil que el anterior. Edward estaba conectado a un respirador artificial y le habían provocado un coma farmacológico, Carlisle me explicó o al menos lo intento, pero mi mente estaba lejos de escucharlo, sólo podía verlo a él, ahí, tan cerca de dejarnos para siempre... Carlisle y yo permanecíamos en la misma habitación durante horas, él no parecía hostil a diferencia de su esposa, siempre era muy amable y solícito. Tampoco preguntó o exigió nada de mí, pero su mirada insistente me era suficiente para saber qué era lo que lo atormentaba. Sin embargo, nunca se lo aclaré. No era tan bondadosa, y seguía guardándole mucho rencor por todo lo que pasó en su casa. Un sentimiento muy humano --concedía Rosalie sin darle demasiada importancia--. Es lógico.

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Porque el amor, sí es suficiente Le agradecía que estuviese ayudándome a estar con Edward, pero no podía simplemente olvidar y perdonar. ¿Edward lo habría hecho? Volví a mirar las atormentadas facciones de Carlisle. No, yo no podía. Las cosas estuvieron tranquilas, la recuperación de Edward iba muy bien, los médicos eran optimistas y yo no podía evitar sentirme contagiada de aquello. Un día me encontré con una increíble sorpresa; Edward ya no estaba conectado al respirador artificial. Según Carlisle, pronto despertaría si todo seguía tan bien como hasta ese momento. Unos días después iba camino al trabajo cuando una llamada de Carlisle entró a mi móvil, y en cuanto lo oí pronunciar "Edward" corrí en dirección al hospital, no lo dejé explicarme simplemente colgué. Aterrada como estaba llegué al fin y ni la guardia nacional me hubiese detenido. Mis pies se movían al mismo ritmo frenético que mi corazón, abrí la puerta de su habitación de golpe, sin pensar demasiado, y ahí mismo me congelé. Abiertos, sus ojos estaban abiertos. Parecía cansado y derrotado, pero estaba de vuelta, el aire escapó de mi cuerpo de golpe y sentí como si hubiese estado reteniendo el aliento todas estas semanas. Mi estruendosa entrada llamó la atención de los ocupantes del lugar; Carlisle, una chica morena y Edward enfocaron su vista al mismo tiempo en mí. Carlisle parecía aliviado, la cara de la chica se tornó de disgustó al verme, y Edward parecía sorprendido. Silencio. Nadie dijo nada, nadie se movió, nadie respiro más fuerte de lo necesario. 126

Porque el amor, sí es suficiente Sus ojos se encontraron con los míos y de alguna manera que no puedo explicar todo fue correcto, todo cayó en su lugar, porque yo estaba viéndolo una vez más y seguía vivo, conmigo... De alguna manera. Mis labios se estiraron lentamente, casi temerosos y definitivamente nerviosos. Mi sonrisa fue pequeña pero absolutamente espontanea y sincera. Sus ojos cansados abandonaron mi mirada para dirigirse a Carlisle llenos de confusión y temor. El silencio parecía no querer dejar el lugar, y cada quién seguía inmóvil. --Hola... --susurré suavemente, llamando la atención de Edward nuevamente--. Estás... despierto --afirmé nerviosamente, caminando hacía él ante la atenta mirada de todos en la habitación. Junto a su cama había una silla que acomode aun más cerca para luego sentarme y buscar con mis manos la suya en la cama, la tomé con cuidado con una de mis manos mientras acariciaba sus dedos y el dorso con la otra. Mi mirada estaba clavada en nuestras manos, así que no sé qué expresión tenían los demás. --Nunca... --comencé, deteniéndome un momento a tragar el nudo en mi garganta--. Nunca vas a ocultarme algo de nuevo --exigí cariñosamente trazando líneas imaginarias en su mano--, no vas darme un susto así, no otra vez --continué, levantando la mirada, sus facciones fruncidas en angustia me partían el corazón, sonreí tímidamente y llevé mi mano derecha a su rostro, acariciándolo con la yemas de mis dedos, por su pómulo, barbilla, llegando a sus labios, trazándolos cuidadosamente--. Vas a curarte y vas hacerme inmensamente feliz el resto de mi vida. --Mi voz se quebró en ese momento y mis últimas palabras sonaron ahogadas por el sollozo que escapó--. Así como yo lo voy hacer contigo. --Deberías irte ahora --oí la tensa voz de la mujer--, Edward debe descansar.

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Porque el amor, sí es suficiente La mano de Edward dio un apretón a mi mano casi imperceptible y sus ojos me dijeron lo que sus labios no pronunciaron. --No me iré --susurré sólo para él, devolviendo el apretón, inclinándome más cerca de su rostro, la comisura de sus labios se elevó lentamente enmarcando su rostro con una sonrisa. --Sácame entonces, Ángela --reté a la muchacha, esta vez en voz alta mirándola desafiante, desde que la conocí me causo desconfianza y por supuesto, la mujer estaba obsesionada con Edward, cosa que no ayudaba en lo absoluto. Una amiga de Alice, extraña elección, la chica era físicamente muy parecida a mí, aunque yo había visto su verdadera cara, su actitud era casi la misma a la que yo tenía a los 17 años. Su mirada helada se dulcificó en cuanto los ojos de Carlisle se fijaron en ella. --No... Yo... --comenzó a balbucear, falsamente intimidada, bajó la cabeza y comenzó a juguetear con sus manos--. Sólo era una sugerencia --terminó susurrando de forma casi inaudible. --Tranquila, Ángela, estoy seguro que Bella lo entiende. ¿No es así? --habló Carlisle, con ese tono, ése que tantas veces oí en su casa, una mezcla de reproche, desaprobación y molestia. Mi mandíbula se tensó en seguida, y me enderecé en mi lugar sin soltar la mano de Edward dejando claro cuál era mi lugar. --No ponga palabras en mi boca Dr. Cullen, he dicho exactamente lo que quise y he actuado exactamente como me siento --aclaré, mirándolo con una actitud indestructible--. No se disculpe por mí, porque soy lo suficiente mujer como para hacerlo por mi misma... si fuera necesario, claro. Carlisle frunció el ceño, acentuando la mueca desaprobatoria. Y yo negué con la cabeza, iba a expresar con palabras lo que me provocaba su actitud, pero la voz rasposa y débil de Edward llamó nuestra atención. 128

Porque el amor, sí es suficiente --Podrías...--comenzó, y me aterré de que él quisiera que yo me fuera, no había pensado en la posibilidad de que ya no me quisiera de esa forma, lo había dejado, y tratado como basura, mi corazón se oprimió ante tal posibilidad y todos mis sentidos estaban puestos en sus siguientes palabras--: ... dejarla en paz --exigió con esfuerzo, luego su mirada volvió a mí. --Lo siento tanto --se disculpó atravesándome con la mirada permitiéndome ver más allá de sus pupilas. Mis ojos volvieron a aguarse y el aíre escapó de un solo golpe de mis pulmones en un jadeo. --También yo --susurré, para evitar que mi voz se rompiera. Quizá fuese una escena extraña, después de todo lo que habíamos pasado estábamos ahí mirándonos como dos adolescentes enamorados, aferrados a la mano del otro. Debíamos empezar de nuevo, reconstruir muchas cosas, pero las bases estaban, porque en realidad, el amor sí es suficiente, el nuestro lo era, y yo confiaba en ello. --Necesito que salgas un momento --oí a Carlisle, salí de mis ensoñasiones--. ¿Bella? --llamó, haciéndome notar que era a mí, giré mi cabeza y noté que Ángela ya no estaba en la habitación y en su lugar había una enfermera--. Sólo será un momento --insistió. Simplemente asentí, y volví a mirar a Edward, a quien al parecer le estaba costando trabajo hablar demasiado, pero su mano apretó ligeramente la mía, como si no quisiera dejarme ir; le sonreí mientra me levantaba de la silla. --Sólo será un momento --dije, besando su mejilla, él me devolvió la sonrisa y musitó un rasposo y forzado "no te alejes". --Nunca más --respondí sinceramente, antes de salir del cuarto, sin dirigirle ni una mirada a Carlisle. 129

Porque el amor, sí es suficiente Iba a llamar a Tanya para que recogiera a Aaron, cuando una mano me jaló con brusquedad, me giré enseguida, y me encontré de frente con Ángela, su mirada fría me recorrió de pies a cabeza, mientras afianzaba el agarre de mi brazo. --Agudiza tus oídos, perra, porque voy a decirte esto una sola vez --comenzó, enterrando las uñas en mi piel, apreté los labios para no esbozar una mueca de dolor o algún sonido humillante--. Me he pasado los últimos 4 años fingiendo ser tú para tenerlo, y no vas a venir a echar por tierra todo lo que he conseguido. --¿Y qué has conseguido, Ángela? --pregunté conteniendo mi ira--. ¿Una noche en su cama escuchando cómo me llama a mí? ¿Una mirada de lástima? ¿Un abrazo al consolarlo, cuando pensaba en mí? --Su mano perdió fuerza y yo logré zafarme --Estás cometiendo un gran error --escupió, furiosa. Esta vez fue mi mirada la que la recorrió de pies a cabeza, y una sonrisa cínica apareció en mis labios. "Patética" articulé de manera muda y me alejé meneando la cabeza con incredulidad... Estaba completamente loca. ... Señoras, señoras, no se pongan violentas que se desiquilibra el cosmos y queda la caga... cargada *lalala* Lo acepto he tardado más que monaguillo en llegar a tercera base, pero no es mi culpa, la culpa es de WhiteDemon14. Sip, la misma, la despiadada Jeanine ha producido una sequía de actualizaciones en Mililandia... Ósea, ella no ha actualizado y eso me deprime, porque necesito mi dosis, =/ En fin, les cuento que Jeanine se vendió por un Chiliwil, ¡Sí! Nos traicionó por el Chiliwil de mi primo el duque Antonio... na más Jean no sabe que el chiliwil de mi primo se mantinie activo menos que la luz amarilla en el semaforo jojo, no le digan que se lleve el chasco sola por traidora.

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Porque el amor, sí es suficiente Buee, queridas compañeras de lucha, espero que les haya gustado el cap. pienso actualizar mañana o pasado, no habrá maratón esta vez *El labio inferior de Mili tiembla como loco* Aún mi manita se está pegando a mi brazo jojo. Un beso y gracias por el beteo Jenabeb, aunque por tu culpa y la del duque Antonio he demorado *lalala* Por cierto, mi hermano el principe Volney, esta tramando algo, lo huelo, así que si desaparezco de nuevo fue culpa de su trasero real. Las quiero mis amazonas... sí todas las que me leen son amazonas como la ven (H) Mensaje de WhiteDemon14: Sí, en primera hola a todas =), en segunda, deja de inventar que beteo tus cap, en realidad jamás te leo (jean mira a mili con cara de "y esta loca, ¿qué?", estoy cansada de leer que me agradeces. En segunda, si no fuera por mí no habrías actualizado, perra grosera y mentirosa, porque yo, queridas lectoras, fui la que actualizó su cap, su computadora es un trozo de popo que no la dejó hacerlo, así que, sí, mili es una malagradecida, pero así la amo. Vale, me voy antes de que me corran, me llama el alien con el chiliwil gigante =D *En este momento me encuentro haciendo la carta anual de chiliwiles maduros en Mililandia, estoy embriagada del jugo de la fruta nativa asi que mejor dejame tu mensaje y cuando el efecto pase te marco... ¡Arde Mililandia!* ... Pip

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Odio las sorpresas y las visitas Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo X. Odio las sorpresas y las visitas. By Dulce y fuerte . ... ...... Iba a llamar a Tanya para que recogiera a Aaron, cuando una mano me jaló con brusquedad, me giré enseguida, y me encontré de frente con Ángela, su mirada fría me recorrió de pies a cabeza, mientras afianzaba el agarre de mi brazo. -- Agudiza tus oídos, perra, porque voy a decirte esto una sola vez --comenzó, enterrando las uñas en mi piel, apreté los labios para no esbozar una mueca de dolor o algún sonido humillante--. Me he pasado los últimos 4 años fingiendo ser tú para tenerlo, y no vas a venir a echar por tierra todo lo que he conseguido. -- ¿Y qué has conseguido, Ángela? --pregunté conteniendo mi ira--. ¿Una noche en su cama escuchando cómo me llama a mí? ¿Una mirada de lástima? ¿Un abrazo al consolarlo, cuando pensaba en mí? --Su mano perdió fuerza y yo logré zafarme -- Estás cometiendo un gran error --escupió, furiosa. Esta vez fue mi mirada la que la recorrió de pies a cabeza, y una sonrisa 132

Porque el amor, sí es suficiente cínica apareció en mis labios. "Patética" articulé de manera muda y me alejé meneando la cabeza con incredulidad... Estaba completamente loca. El encuentro entre Edward y Aaron fue muy emotivo, habian sido semanas muy dificiles para mi pequeño, yo no habia querido que viese a Edward conectado a todas esas maquinas, era muy dificil para mí y no quería ni imaginar como hubiese sido para él. Algunas semanas más pasarón y Edward salió del hospital, Tanya, Aaron e incluso Rosalie y yo, lo llevamos a su casa. No pude evitar emocionarme un poco, aquella casita era hermosa, mientras recorriamos el camino hasta la entrada mi vista recorria el ante jardin y una sonrisa soñadora se instaló en mis labios, que no me abandonó al recorrer el resto de la casa, con grandes ventanales y colores claros dandole luminosidad a cada habitación. Después de un par de horas acompañé a Tanya y Rosalie a la puerta, nos despedimos con un fuerte abrazo. Luego subí al cuarto de Edward donde encontré a Aaron dormido junto a su papá, mientras Edward lo miraba como si quisiera memorizar cada uno de sus rasgos con una sonrisa orgullosa. Esa noche me prometí no volver a ocultar mis pensamientos, no iba a esquivar la felicidad de nuevo, sólo por cobardia. Y aunque estaba decidida, no podría negar que me sentía completamente nerviosa. --Uhm... ¿Edward? --Llamé suavemente, para evitar que me temblase la voz. Él levanó la mirada y su sonrisa creció al verme apoyada en el marco de la puerta, de pronto, él también parecía nervioso. --¿Si? --Dijo, al notar que no continuaba a pesar de tener su atención, una risita nerviosa escapó de entre mis labios. Comencé a jueguetear con mis manos, sintiendome ridicula, pero ya no me retractaría-- ¿Podemos...? --Mi voz sonó más aguda de lo normal, y me detuve a aclararme la garganta, mientras bajaba la mirada--¿Podemos quedarnos contigo esta noche? --Murmuré lo suficientemente alto para que me oyese. 133

Porque el amor, sí es suficiente --Me haz leído el pensamiento --Respondió, levanté la mirada para encontrarlo sonriendo, contagiandome enseguida. --Genial --Exclamé-- Quizá podrías prestame algo para dormir --Comenté, recordando que no había llevado más que lo puesto. Su sonrisa se volvió nostalgica-- Claro, probablemente mi ropa siga quedandote tan bien. Mis mejillas se calentarón y como reflejo lleve una de mis manos a mi rostro, ya nisiquiera recordaba cuando fue la última vez que me habia ocurrido-Gracias --Murmuré caminando hacia el armario, sin mirar tomé una camiseta muy grande y un pantalon deportivo, luego entré al baño para cambiarme, la camiseta me llegaba casi a las rodillas y el pantalon no se mantenia en su lugar asi que decidi no usarlo. Al salir del baño, vi a Edward recostado de lado, con su brazo sobre el estomago de Aaron, ambos placidamente dormidos. Yo planeaba dormir en el cuarto de invitados, pero no pude resistirme al ver tal escena, apagué las luces y me recosté en el otro lado de la cama, posando mi mano sobre la de Edward mientras acariciaba suavemente el lugar donde reposaba, aún en la oscuridad pude ver a Edward sonreir. --Buenas noches, Edward --Susurré, convencida de que estaba dormido --Buenas noches, amor --Respondió, sin abrir los ojos mientras giraba su mano, y entrelazaba sus dedos con los mios. ... El tiempo pareció volar desde ese día, quizá fuese por aquello de que cuando eres feliz el tiempo vuela, y yo lo era. Aaron y yo tecnicamente seguiamos viviendo en nuestro departamento, sin embargo en la practica estabamos siempre en casa de Edward, la mitad de nuestras cosas ya estaban ahí. Todo iba de maravilla, Edward y Aaron estaban cada día mejor.

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Porque el amor, sí es suficiente Nosotros por otra parte teniamos una relacion con extraños limites no impuestos, es decir, dormiamos juntos, siempre que estabamos cerca permaneciamos abrazados, de la mano, o tocandonos de alguna inocente forma, sin embargo, no habiamos pasado de besos en la mejilla, no que no quisera, sino que me ponia absolutamente nerviosa siempre que lo tenia cerca, era como volver a los 17 años, cuando su sóla presencia me hacia hervir en colera y pasión, pero sin atrverme a dar el primer paso. Su tratamiento iba muy bien, y ya ni las insistentes llamadas de su madre lo molestaban. Sin embargo un día comenzó a ponerse extraño, parecía siempre nervioso, hacía extrañas llamadas que mantenia en secreto y desaparecía durante horas. Decidida a no dejarme llevaer por mi imaginacion otra vez, lo llamé para preguntarle derechamente que pasaba, ya era la tercera noche que me pedía que Aaron y yo nos quedaramos en el departamento, Aaron estaba incluso más sorprendido que yo, ya que por lo gerneral Edward era el que más insistía en que jamás nos fuesemos. Pero, nadie contestó en su casa, tampoco su móvil. Me obligué a no pensar en nada, no iba a desconfiar de él. Esa noche apareció en mi departamento, como si no hubiesen pasado tres días sin verle, y con total naturalidad nos llevó a su casa, sin preguntar. Parecía emocionado, y nervioso, pero no pregunté nada. Estaba algo enojada con él por ocultarme cosas, cuando especificamente habiamos acordado no volver a hacerlo. Al detener el auto en su casa bajé sin esperar a que él me abriese la puerta como de cosumbre y quizá la azoté con bastante más energía de la necearia. Edward bajó rpidamente y dio la vuelta para quedar frente a mí. Me miraba preocupado, Aaron seguia dentro del auto y Edward le hizo una seña para que se quedase ahí. Y yo me apoyé en el auto tratando de mantener distancia, para no olvidar el por qué de mi enojo.

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Porque el amor, sí es suficiente --¿Qué pasa, cariño? --Preguntó con dulzura acariciando mi mejilla con la punta de sus dedos-- Pareces molesta. Enarqué una ceja entre incredula y sorprendida, sin embargo, sacudí mi cabeza y suspiré. Aquello era ridiculo. --Resulta que lo estoy --Solté con más brusquedad de la que pretendía. Su ceño se frunció enseguida --¿En serio? --Preguntó, esta vez pareciendo él, sorprendido --¡Sí! --Chillé, pareciendo una niña inmadura, él relajó el ceño y me miró divetido --Esta bien, lo siento, es sólo que no entiendo por qué --Dijo autenticamente confundido. Que tonto... Me sacudí su mano de mi mejilla y me crucé de brazos a la defensiva, algo que sabia hacer muy bien. --Tienes razón --Concedí de manera agria-- Toda la razón --Lo esquivé y comencé a caminar hacía su casa, saqué de mi bolsó las llaves que me había dado hace un tiempo y entré sin esperar a nada, luego caminé hasta la sala y busqué el telefono, cuando estaba marcando Edward y Aaron entraron a la casa riendo, y al verme, comenzarón a mirar a otro lado intentndo contener la risa... Muy graciosos. --¿Hola? --Oí al otro lado de la linea --Hola Tanya --Saludé tratando de parecer serena. --¿Bella? --Preguntó extrañada-- ¿Algo salió mal? --Preguntó preocupada

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Porque el amor, sí es suficiente --¿Algo? ¿Algo cómo qué? --Respondí con otra pregunta confundida-- Edward le dijo algo al oido a Aaron y este sonrió feliz antes de gritar "Gracias papi" Y subir corriendo las escaleras-- Olvidalo, parece que ultimamente todos hablan en clave --Me quejé, Edward rodó los ojos sinriendo como si mi actitud le preciera de lo más graciosa, y enseguida subió detras de Aaron restandole importancia a mi rabieta, haciendome enojar más-- Necesito que vengas por mí. --¿Estas en tu departamento? --Preguntó extrañada --No, en casa de Edward, ¿puedes venir ahora? --Insistí --¡Uh-Oh! ¿Qué pasó? --Cuando vengas te digo ¿Puedes? --Seguí insistiendo, casi de manea grosera --Sí, ya voy, sólo dame cinco ¡No! Veinte minutos --Respondió ansiosa --Gracias --Suspiré antes de colgar. No subí, a pesar de las risas y grtitos emocionados que se oían desde arriba, estaba muy enojada, no desconfiaba de él, probablemente estaba ocultandome algo para sorprenderme, pero eso no quitaba el echo de que estuviese omietiendo informacion, porque aquello de odiar las sorpresas era enserio. dieciseis minutos más tarde el timbre sonó, me levanté de un salto del sofá y abrí a Tanya, que me miraba preocupada. --Tú amigo esta jugando al señor misterioso, y sabe perfectamente como odio que lo haga --Expliqué antes de siquiera terminar de abrir la puerta. Su seño se frunció, como si estuviese decuerdo conmigo y muy disgustada, sin embargo, sus labios estaban apretados tratando de cotener la risa --Que desconsiderado de su parte, mira que tratar de tener un gesto lindo contigo --Comentó falsamente ofendida llevandose las manos a las caderas. 137

Porque el amor, sí es suficiente --No me hagas reir Tanya, que me salen arrugas --Respondí enfurruñada --¡Tía Tanya! --Oí la voz de mi hijo detras de mí. --Hola guapo --Saludó ella acuclillandose para quedar a su altura cuando llegó junto a ella --Cada vez que te veo estas más grande Aaron sonrió encantado y la besó en la mejilla-- Gracias, quiero llegar a ser tan grande como mi papá. Sentí los brazos de Edward envolverme desde atras y luego un suave beso en mi mejilla-- ¿Sigues enojada? --Preguntó suavemente en mi oído sólo para que yo lo escuchase. --Claro que no, no hay razón para estarlo --Respondí soltandome de su agarre-Recuerda que Aaron tiene escuela mañana, no se duerman tarde. Tanya se había levantado con mi hijo en brazos y ya no contuvo la risa al oirme --Entonces es en serio --Afirmó aun riendo-- ¡Vamos! ¿Tan mal le pareció? --Preguntó a Edward ignorando mi precensia. --Ni siquiera me ha dejado mostrarsela --Respondió Edward-- No pensé que iba a molestarle tanto. --Sigo aqui --Me quejé --Deacuerdo, deja la rabieta Bella, Aaron y yo vamos a cenar afuera, así puedes castigar al señor misterioso en privado --Comentó Tanya de manera jocosa, echandose a reir de nuevo, cerró la puerta detras de ella y se fue con mi hijo sin esperar respuesta, Oí la voz amortiguada por la puerta de Aaron preguntando algo como "¿Por qué mamá va a castigar a un señor?" Me giré a mirar a Edward y estaba nuevamente tratando de contener una sonrisa

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Porque el amor, sí es suficiente --Esto te parece muy gracioso ¿No? --Pregunté de manera hostil --Un poco --Respondió él desvergonzadamente, tomando mi mano y llevandome escaleras arriba. --Sea lo que sea, no quiero verlo, o saberlo, o lo que sea --Advertí cuando estabamos frente a la puerta del cuarto que usaba Aaron. Él se detuvo cuando estaba abriedo la puerta con su mano libre y se giró para encararme, esta vez sin atisbo de humor en su rostro, parecía nervioso otra vez y temeroso --¿En serio? --Preguntó con los ojos tristes. Y hasta ahí llegó mi resistencia, porque si habia algo que odiase más, muchísimo más que las sorpresas era verlo triste, sacudí mi cabeza y apreté su mano. --De echo ¿Probablemente estoy exagerando? --Pronuncié más como una pregunta. Él dudó un momento pero luego abrió la puerta y me hizo entrar primero, el aire escapó de mis pulmones en cuanto vi la nueva decoración, en las paredes habían murales de una carrera de autos deportivos muy coloridos, y todo en el cuarto tenia relacion con ello, incluso la cama era un deportivo azul, mis ojos se aguarón al compenderlo todo, por eso los nervios de Edward y el mantenernos lejos de casa, y la repentina felicidad de Aaron. Me giré buscandolo, él seguía en el marco de la puerta, tenía los brazos cruzados sobre su pecho y estaba apoyado ahí, siguiendo todos mis movimientos. Seguía nervioso y yo me senti como una tonta por ponerlo así, aquello habia sido increible, y no sólo por lo que habia echo para Aaron sino por lo que aquello significaba.

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Porque el amor, sí es suficiente Una de las tantas noches en su cuarto en casa de sus padres, hablamos sobre como decorariamos el cuarto de nuestro bebé, Edward insistía en que sería una niña y todo sería muy rosa, muñecas y juegos de té. Yo estaba segura de que sería un niño, y le describí un cuarto exactamente como el que estaba frente a mí, en el departamento habia intentado hacer algo parecido sin mucho exito, ya que además a Aaron le encantaban los autos. Comencé a reir emocionada mientras algunas gotitas saladas escurrian por mis mejillas-- Es... Es hermoso --Susurré feliz. Edward sonrió también y se acercó tomando mi mano nuevamente, besó mi mejilla limpiando mis lagrimas con su mano libre, y luego sin decir nada me llevó a su habitación, una vez más abrió la puerta y me hizo entra primero, la habitación no había cambiado demasiado, eran algunos detalles, como el ededron de un color más calido al igual que la alfombra y las paredes, un bonito tocador, eran detalles que hacian ver el cuarto menos masculino e inpersonal, dandole un toque acogedor y... Nuestro. Sentí los brazos de Edward envolviendome desde atras, esta vez no me alejé, en su lugar me recosté sobre su pecho y envolví mis brazos sobre los suyos-Sé que quizás es demasiado pronto, pero los necesito aqui, siempre --Susurró como si temiese acabar con aquel momento especial. Me giré entre sus brazos y pasé los mios alrededor de su cuello, los suyos hicieron más presión en mi cintura atrayendome más cerca, nuestros rostros estaban a centimetros y respiré hondamente llenandome de su increible aroma, su nariz comenzó a juguetear con la mía de manera cariñosa, mientra cerraba sus ojos --Yo también lo necesito --Murmuré antes de cerrar mis ojos también y dejarme llevar en aquel mágico momento, sus labios provarón timidamente los míos, una caricia tan inocente, tierna e intima a la vez, suspiró sobre mi boca y luego presionó sus labios esta vez con más intensidad, mis manos se movierón a su rostro y comencé a acariciarlo con ternura.

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Porque el amor, sí es suficiente --Nunca te amé tanto como ahora, pero sé que cada día que pasé te amaré un poco más ¿Puedes expicarme como es eso posible? --Susurró sonriendo sobre mis labios, los suyos movienodose suaves pero exigentes sobre los mios. Nunca un momento pudo saber más dulce y fuerte, su amor me embriagó completamente, intenso, férreo y a la vez sus labios me trataban con reverencia, ternura y suavidad. Era extraño como nuestra relación había comenzado y avanzado a mil por hora y en aquel momento sólo estabamos disfrutando el uno del otro, apreciando cada momento. ... Nos habiamos mudado permanente a la casa de Edward, ahora nuestra casa. Había sido magnifico. El cumpleaños de Edward llegó, y planeé un pequeña reunión de amigos para él, Rosalie, Tanya, también habia llegado mi madre junto a asu esposo Phil, Emmett, su hermano Jacob y la novia del chico, Yariana. Estabamos en la sala, simplemente charlando y riendo de algunas anecdotas, Edward estaba sentado en unos de los sofas individuales con una corona de plastico en la cabeza, yo estaba en su regazo con una pequeña tiara, ambas cortesia de Tanya y su obsecion por los jueguetes de cumpleaños. Los demás estaban sentados alrededor, en cualquier lugar, el ambiente estaba muy distendido y todos estaban en confianza, Emmett estaba sentados en el piso, jugueteando con Aaron. Rosalie lo miraban de reojo de vez en cuando siendo sorprendidas y puestas en evidencia por mi madre continuamente provocando las burlas de los demás. Mi mirada se fijó en Yariana, la novia de Jacob, y el bulto en su barriga, tenia seis meses de embarazo, la chica tenia 17 años y no pude evitar sentirme repentinamente protetora, y nostalgica, veía como Jacob la tenía amorosamente abarazada por la cintura y acariciaba su vientre ahi donde su mano descansaba. 141

Porque el amor, sí es suficiente él sólo la miraba a ella, todo el tiempo, mientras los demás reían y se divertían, Jacob la veía a ella, y besaba su cabeza, luego le susurraba cosas al oido que yo no escuchaba, pero lograban arrancar enormes sonrisas enamoradas de la cara de la chica. Para ellos tampoco estaba siendo facil, Billy el papá de Jacob y Emmett, no estaba deacuerdo con la unión de los muchachos porque Yariana era Venezolana, y él viejo Black quería una autentica Quileutte para su hijo, ya que Emmett jamás se vio interesado en esas cosas a diferencia de su hijo menor, quien siempre fue fiel a todas sus tradiciones. Sin embargo, el amor fue más fuerte para Jacob. Sentí como Edward besaba mi mejilla sonoramente atrayendo mi atención a él-- Vas a lograr que me ponga terriblemente celoso de un muchachito --Me regañó de manera juguetona haciendome reir. Presioné mis labios sobre su frente un momento y me recoté en su hombro --Me recuerdan a nosotros --Susurré sólo para él-- Se ven tan felices --Sí, también lo éramos --Comentó en el mismo tonó. Volví a levantar la cabeza para clavar mis ojos en los suyos. --Lo somos --Corregí sonriendo, consiguiendo una igual de su parte. Al parecer iba a responderme algo, pero el sonido del timbre lo interrumpió. Recorrí el lugar con la mirada y vi que todos estaban ahí, completamente confundida me levanté musitando un "enseguida vuelvo" Llegué a la puerta principal con una enorme sonrisa que se congeló en cuanto vi a los visitantes frente a mi puerta. Jasper Wihtlock, quien evitaba mi mirada, su rostro estaba fruncido en verguenza, y su postura parecia de disculpa muda, no habría entendido aquello, si no fuese por la persona frente a él, Alice Cullen, viendose muy diferente a como la recordaba, su cabello negro azabache hasta los hombros perfectamente lacio y peinado, con un pequeño flequillo sobre la frente, maquillada de forma 142

Porque el amor, sí es suficiente sofisticada y vistiendo muy elaborada. Resaltaban sus ojos frios y su sonrisa maliciosa. Ladeó la cabeza y formó una falsa mueca de confusión-- Mira Jasper, no tenía idea que mi hermano tuviese una muchacha de servicio --Comentó de manera casual, llena de desprecio, pero con una sonrisa, aquella mezcla hizo su comentario aun más insultante. --Alice --Susurró Jasper, claramente disconforme, pero sin llegar a un tono de regaño, ella giró su cabeza y le dedicó una mirada mordaz, sólo un segundo, callandolo enseguida. Apreté el pomo de la puerta sintiendome furiosa, iba a cerrala en su cara pero ella se adentró sin ser invitada, y Jasper con un suspiró casi doloroso, la siguió, siempre un paso detras de ella. Iba a seguir avanzando hacía la sala, pero eso no lo iba a permitir, la tomé con firmeza del brazo para detenerla, logrando que se girase, sin atísbo de falsa gentileza, sólo furia, clavando su mirada en mi mano alrededor de su brazo. --¡Largate! --Exigí en un susurró amenazante. Ella sonrió nuevamente de forma maliciosa, y en vez de alejarse, se acercó más a mí, hasta que su nariz rozó la mía, ponendome incomoda-- Obligame RaMe- Ra --Me insultó. Algo en su mirada me hizo soltarla y retroceder, demasiado rencor y dolor, incluso algo de la antigua Alice, sin embargo cuando la voví a mirar no habia nada más que aquella desagradable mujer. --¡Sal de mi casa! --Ordené controlando mi tono para no alertar a los demás. --La casa de mi hermano querras decir --Corrigió-- Tan arribista Isabella --Respondió elvando la miarada al cielo, suspirando-- Si lo hubiesemos notado a tiempo...--Continuó lamentandose.

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Porque el amor, sí es suficiente Cerré los puños a mis costados y respiré varias veces intentando con todas mis fuerzas no golpearla, eso no habría estado bien, la violencia jamás es la salida, eso me repeti una y otra vez. --Tal vez deberiamos irnos...--Comenzó Jasper --¡Cállate, idiota! --Interrumpió Alice fieramente, sorprendiendome por completo, la cara de Jasper se volvió una mueca de dolor mal disimulada, mientras Alice cerraba los ojos y se llevaba las manos a las sienes-- Lo siento, cariño, pero me sobre pasas aveces, lo juro --Se disculpó sin abrir los ojos y con fastidio, como si realmente él tuviese la culpa-- Esperame en el carro. Jasper tensó la mandibula, pero no dijo nada, ni siquiera le dedicó una mirada molesta, y para aumentar mi asombro, obedeció como un perro a su dueño después de ser regañado. Quise interceder por él, decirle mil cosas a Alice, pero por alguna razón no podía, en el fondo sentía mucha pena por ella, había sido una chica tan feliz, y tan especial, para transformarse en un ser humano tan horrible. Cuando Jasper salió, ella sacó de su bolso un sobre marrón y lo dejó encima de la mesita del recibidor. --Hasta pronto, Bells --Se despidió, marcando de manera burlona el diminutivvo que solian usar ella y Emmett para mí. Luego salió cerrando la puerta con suavidad. Tomé el sobre, fruncí el seño al leer: Feliz cumpleaños Edward, con amor tu Ángel Ángela. --¡Perra! --Mascullé, arrepintiendome de no haber molido a golpes a Alice.

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Porque el amor, sí es suficiente Subí a nuestro cuarto, necesitando un minuto para calmrme y no arruinarle el día a Edward, lancé el sobre cerrado sobre la cama, y tomé una almohada para lanzarla al otro lado del cuarto, eso me hizo sentir mejor, luego tomé otra almhoda, algo de ropa y sin darme cuenta estaba lanzando todo a mi paso, completamente furiosa y triste, porque no nos dejaban en paz. Esme llamaba a diario y me insultaba como si nada cada vez que yo contestaba el telefono, Edward cortaba en cuanto la reconocia, y podia ver que de alguna manera aquello también le dolia, mal que mal era su madre. Y aquel ataque frontal de Alice no presagiaba nada bueno. La puerta del cuarto se abrió de golpe y Edward entró con semblante intranquilo, ni siquiera había notado que estaba en el suelo llorando de manera escandaloza junto a la cama, ni que me aferraba a aquel sobre marrón con tanta fuerza que estaba todo arrugado, ni que el cuarto era un verdadero caos, como si hubiese arrasado un huracan. --¡Bella, amor! ¡¿Qué pasa? --Preguntó exaltado, no podía hablar mi garganta etaba cerra, simplemente negué tratando de calamrlo, sintiendome peor, por arruinar su cumpleaños Se dio cuenta que estaba demasiado alterada, así que me abrazó con fuerza, en ese momento notó el sobre entre mis manos, y me lo quitó, enseguida lo abrió y sacó algunas fotos, sus ojos se ensancharón por la sorpresa, pero enseguida cambiaron a pánico, me miró con horror y me tomó firmemente por los hombros. --¡Son falsas, Bella! ¡Te lo juro, amor, jamás te haría algo así, lo sabes! --comenzó a decir desconcertandome-- ¡Por Dios, nisiquiera recuerdo su nombre! --Siguió, y yo sólo respondí con hipidos lamentables-- Sólo sé que es amiga de Alice, pero nada más, te lo juro --Continuó desesperado. Sin poder hablar aún, le quité las fotos de las manos y las vi, el estomago se me revolvió y una tristeza peor me envolvió, llenando de nuevas lagrimas mis ojos.

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Porque el amor, sí es suficiente --¡Bella! --Suplicó Edward, haciendome reaccionar La tristeza fue superada casi en el acto al ver la agonia en sus ojos, él pensaba que no le creía. --¡La voy a matar! --Bramé furiosa haciendo pedazos aquellos horribles montajes, donde aparecian Edward y Ángela sin ropa y en una posision comprometedora. Él ya me había explicado que nunca había pasado nada con ella, ni siquiera recordaba su nombre, y siempre la veía cerca pero supuso que era por su amidtad con Alice. --¡Amor, tienes que creerme no son reales! --Insistió, tomando mi rostro entre sus manos. Me lancé contra sus labios besandolo con desesperacion, reconociendo sus labios como mios, míos, míos, sólo míos. Mis manos volaron a su cabello, enredando en ellos mis dedos atrayendolo más cerca. --¡Te creo! ¡Por supuesto que te creo! --Gemí contra su boca, cuando me tomo por la cintura pegandome a su cuerpo. --Pero... --Jadeó sobre mis labios-- Estabas llorando y...¡Dios! --Exclamó sin concluir la idea. --Alice, estuvo aqui --Murmuré sin darme cuenta a modo de explicacion, él se detuvo en el acto y me alejó para mirarme a los ojos --¿Alice? --Preguntó frunciendo el seño, con la respiracion agitada. Suspiré y acentí, recordando la desagradable visita-- Con Jasper. Su mueca se tensó y negó tristemente-- No puedo creer que mi hermana haya echo esto.

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Porque el amor, sí es suficiente --Lo siento mucho --Intenté consolarlo, apoyó su cabeza en mi pecho y se abrazó a mí, recordandome a Aaron cuando estaba triste. --No entiendo porque no nos dejan en paz --Susurró Tuve que sonreir por la coincidencia, sus palabras y las mías de hacia unos minutos. --Te amo, Edward --Suspiré besando su cabello, él levantó la cabeza sonriendo de lado, como si mis palabras hubiesen bastado para consolarlo. Tomé su rostro con mis manos y lo besé, demostrandole con echos mis palabras-- Feliz cumpleaños mi amor --Musité sobre sus labios. ... ...... . . . Debería darme verguenza, ya sé, prometí cap. y no cumplí, pero ya saben como soy de sinverguenza jojo... Ok, ya en serio, como soy la rena de las disculpas aqui voy, debía un shot de una apuesta, así que estuve ocupada con eso. Espero que hayan disfrutado su paseo por Mililandia hoy, muy pronto el carnaval en la isla del camaron cortado (8) Me voy cantando el himno de Mililandia. Limón (8) Dime Mili Limón 147

Porque el amor, sí es suficiente y canta conmigo esta canción (8) Limón (8) Limón(8) Limoooooón(8) Aprendansela para el carnaval, muack!

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¿Cuanto más? Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo XI. ¿Cuanto más? By Dulce y fuerte . ... ...... Tuve que sonreir por la coincidencia, sus palabras y las mías de hacia unos minutos. -- Te amo, Edward --Suspiré besando su cabello, él levantó la cabeza sonriendo de lado, como si mis palabras hubiesen bastado para consolarlo. Tomé su rostro con mis manos y lo besé, demostrandole con echos mis palabras-- Feliz cumpleaños mi amor --Musité sobre sus labios. ... ...... Unos suaves golpes en la puerta me recordarón que en la primera planta nos esperaban, Edward se levantó primero y me ayudo a ponerme de pie. --¿Está todo bien? --Preguntó mi madre cuando salimos del cuarto --Sí mamá, es sólo un detalle sin importancia --le tranquilicé con una pequeña sonrisa.

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Porque el amor, sí es suficiente --Está bien --Respondió nada convencida sacudiendo la cabeza, mi madre no sabía nada de mi ruptura con Edward, tampoco lo sabía Emmett, desde que dejé Chicago desaparecí para todo el mundo, así que seguían pensando que todo era igual, sólo hacia unos meses había vuelto a hablar con ellos y era la primera vez en años que los veía. Supuse que lo mejor sería guardarme los detalles desagradables. --Tu padre esta abajo Edward, ha insistido en esperarte en la puerta --Informó Renee, no pudé evitar ponerme rigida ante la posibilidad de una nueva discución. --Gracias, vamos en un momento --Respondió Edward dandole una sonrisa tranquila a mi madre, esta asintió y nos dejó solos.-- No tengo que verlo si eso te molesta. Sacudí la cabeza mientras relajaba los musculos tensos de mi cuerpo-- Él no tiene la culpa, estoy segura de que ni siquiera esta enterado --dije más para mí, no era un secreto que la presencia de Carlisle no era de mi agrado por muchas razones, pero si debía ser justa, había actuado de manera correcta durante todo este tiempo respetandonos a pesar de ser obvio que sigue en desacuerdo con nuestra relación. Bajamos las escaleras juntos y en el recibidor estaba Carlisle, pareciendo algo incomodo, pero con aquella aura de autoridad rodeandolo. --Carlisle --Saludó Edward seriamente, casi podía sentir como esaba esforzandose por no reclamarle lo de las fotos. El aludido volteó en nuestra dirección y una sonrisa genuina se formó en sus labios al encontrarse con los ojos de Edward. --Felicidades hijo --deseó acercandose a nosotros-- Te ves muy bien, deberias ir a verme cuando estás en el hospital-- sugirió abrazandolo, Edward respondió con retisencia con un sólo brazo, sosteniendome a mi por la cintura con el otro. --No me gustaría interrumpir tu trabajo --Se excusó de manera monotona. 150

Porque el amor, sí es suficiente --Claro --Concedió separandose de él con una sonrisa triste-- Bella ¿Cómo estás?--Saludó reparando en mi presencia, de manera cortes. --¡Mami! --Oí el grito de mi hijo desde la otra habitación. Cuando registre aquello Edward ya me había soltado y corría hacía la sala de estar. Lo seguí de inmediato y al llegar encontré a Aaron llorando ya en los brazos de Edward-- ¿Qué tienes cariño? --Pregunté preocupada llegando junto a ellos. Aaron me enseñó su mano derecha-- ¡Por Dios!¡¿Qué pasó? --Insistí ansiosa al ver los dedos indice y medio de mi pequeño ensangrentados y con un pesimo aspecto. Tomé su mano como reflejo para examinarlo, pero la solté en seguida al oír el chillido de dolor que emitió Aaron. --Estabamos jugando y de pronto... ¡No lo sé! --Trató de explicar Emmett ansioso-- salió corriendo al jardín y lo oí gritar fui por él y lo encontré así. --¡Cristo, Aaron! ¡Sabes que no debes correr! --Regañé asustada por como se veía su manita y por como lloraba mi pequeño. --Lo- Lo siento mami --Susurró de manera entre cortada por el llanto. --Tenemos que llevarlo a un hospital --Dijo Edward a nadie en particular. --No es necesario --Intervinó Cralisle llamando nuestra atención, estaba de pie en la entrada de la sala-- Yo podría revisarlo --Continuó bacilante. Edward me miró interrogante, dandome la opción de aceptar o declinar la oferta, con suspiro asentí a Carlisle, él sonrió en respuesta y se acercó a Aaron. --Hola Aaron --Saludó-- ¿Te duele mucho verdad? --Preguntó de manera calida, mi pequeño asintió despació-- ¿Me dejas ver? Aaron escondió la cabeza en el cuello de Edward que lo tenia en brazos, y lluego susurró algo que no logré oír-- El señor es medico, él puede curarte 151

Porque el amor, sí es suficiente --Respondió Edward en voz alta. Mi hijo salió de su escondite frunciendo el seño-- ¿Si es doctor, por qué no trae bata? --Preguntó desconfiado, haciendo reir a los presentes. --Está en mi auto, si quieres voy por ella --Ofreció el rubio amablemente. --Ajá --Respondió Aaron sorbiendose la nariz. Una hora más tarde los dedos de mi hijo estaban vendados y había tomado unos analgesicos y antinflamtorios, al parecer sólo se había apretado los dedos en la puerta y se había echo un corte que lo hizo sangrar haciendolo ver peor de lo que era. --¿Mejor? --Preguntó Carlisle despeinando más el alborotado cabello de mi hijo. --Sí --Respondió Aaron-- ¿Cómo te llamas doc? --Carlisle --respondió guardando sus cosas en el maletín. --Y... ¿Puedes curar cualquier cosa? --Insistió Aaron. --Bueno... Lo intento --Respondió jueguetón, recordandome al hombre que era en mi de niñez. --¿Puedes curarme? --Preguntó Aaron ilusionado. --Ya lo hice --Respondió Carlisle confundido-- Aun duele, pero muy pronto sanara por completo. --No la mano --Aclaró mi hijo sacudiendo su cabecita-- ¿Puedes curarme para poder jugar como los demás niños? La estancia quedó en absoluto silencio varios segundos, todos estaban enterados de la enfermedad de Aaron excepto Carlisle que parecía congelado 152

Porque el amor, sí es suficiente en su lugar. --Suficiente de preguntas amigo, ¿No quieres pastel? --Preguntó Edward para cambiar el tema consiguiendolo en el acto. Así continuó la tarde de manera mucho más agradable, Carlisle parecía fasinado con mi pequeño, al igual que los demás. El desagradable incidente de las fotografias pasó a la historia y todo fue risas y alegria. La noche cayó demasiado pronto y los invitados de la pequeña reunión comenzarón a despedirse, hasta que sólo quedo Carlisle. Aaron se durmió en uno de los sofas así que lo llevé a su cuarto mientras Edward despedía a su padre. Realmente no supé de que hablarón pero definitivamente no había sido agradable por el semblante de Edward al volver a nuestro cuarto. No dije nada al respecto simplemente me abracé a él con fuerza cuando estuvimos en la cama, para hacerle sentir que fuera como fuera todo saldría bien, porque estabamos juntos. ... Carlisle comenzó a visitarnos con frecuencia, a decir verdad su presencia no era desagradable, al menos cuando Aaron estaba presente parecía como si el mundo desapareciera y el firme hombre de ciencia quedaba reducido a un consentidor abuelo. --¡Mamaaá! --Volvió a gritar Aaron desde la planta baja, emocionado. Suspiré cansada frente al espejo, había tenido que aumentar mis horas de trabajo para poder cubrir todos nuestros gastos, Edward había insistido en dar algunas clases particulares para aportar pero no era suficiente para sus medicamentos, los de Aaron y los gastos de la casa.

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Porque el amor, sí es suficiente --Date prisa mamá --Susurró Edward besando mi cuello de manera juguetona abrazandome por las espalda. --Si sigues haciendo eso, voy a culparte por demorar papá --Respondí sonriendo, mientras lo veía a travez del espejo. Me giró para quedar frente a él y clavó su mirada en mis ojos cansados dejando de sonreir. --Deberías quedarte en la cama hoy --Comentó pasando sus dedos por debajo de mis ojos-- Te ves cansada. --Gracias por el cumplido --Respondí jugando para que olvidase el asunto, él negó seriamente dandome a entender que no conseguiría mi objetivo.-- Sabes que no puedo, necesitamos el dinero.--expliqué rapidamente antes de presionar mis labios sobre los suyos y desacerme de su abrazó para huír de una posible discución. Bajé rapidamente las escaleras y vi a Aaron con su chaqueta, bufanda, guantes, orejera, gorro y mochila listo para salir. --Vaya, debes ser seguramente el niño más impaciente de todo Seattle --Comenté sonriendo mientras tomaba del armario junto a la puerta mi abrigo y el de Edward, quien justo en ese momento terminaba de bajar las escaleras. No dijo nada simplemente tomó su abrigo --seguía frunciendo el seño-- y salió de la casa. Llegamos al auto en silencio, y el camino al hospital continuó igual. --¿Papi? --Preguntó Aaron suavemente desde el asiento trasero, se veía muy tierno con toda esa ropa, a penas se veía su carita, sus mejillas estaban sonrosadas y sus ojitos parecian asustados. Edward lo miró desde su lugar atravez del espejo retrovisor enarcando una ceja para darle a entender que tenía su atención; su mueca era tan tosca que Aaron 154

Porque el amor, sí es suficiente bajó la mirada avergonzado y comenzó a jugar con el cinturón de seguridad nervioso Le di un codazo frunciendo el seño también molesta, sabía que estaba pasando un mal momento y que odiaba que yo tuviese que trabajar tanto, pero Aaron no tenía la culpa. El auto se detuvo en ese momento, habíamos llegado al hospital, Edward recostó la cabeza contra el volante y suspiró antes de responder desde su lugar en un tono más afable-- ¿Qué pasa Aaron? Más enojada aún al ver su precario intento de ser amable salí del auto y azoté la puerta, luego abrí la de mi hijo y desabroché su cinturón para luego sacarlo rapidamente. Lo tomé con mi brazo derecho sosteniendolo contra mi cadera y con la otra mano su mochila. Pude ver a Carlisle junto a su auto a algunos metros esperandonos-- Hola --Saludé ya junto a él. Levantó su mirada que estaba en su celular para mirarnos, su sonrisa duró sólo un segundo, cuando se percató de la cara que traía y que Aaron estaba escondiendo su cabeza en mi cuello. --¿Hay algún problema? --Preguntó algo ansioso, negué en seguida y por inercia miré detras de mí, Edward estaba junto a la puerta del piloto mirandonos desde ahí con los brazos cruzados y el seño fruncido. --Ya veo... --Susurró Carlisle obviamente percatandose de que algo pasaba-Entonces, ¿Listo para los leones pequeño? --Preguntó cambiando de tema, Aaron levantó su cabecita y lo miró al fin dedicandole una sonrisa triste --Hola abuelito --Saludó estirando sus brazos a él. La sonrisa de Carlisle se hizo imposible, estiró los brazos y tomó a mi hijo. Generalmente Aaron odiaba que lo tomaran en brazos decía que era demasiado mayor para ello, pero cuando estaba triste o preocupado no había otra manera de reconfortarlo.

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Porque el amor, sí es suficiente --Ya debo irme, suerte en el Zoológico --Me despedí besando la frente de Aaron-- Recuerda que no puedes agitarte bebé. A diferencia de otras veces donde hubiese discutido y echo una mueca por la forma de llamarlo, sólo asintió. Me despedí de Carlisle con la mano y caminé al auto, me subi sin mirar a Edward y espere, él hizo lo mismo, todo el camino hasta el restaurante fue intensamente silencioso. Horas más tarde cuando iba en el auto de Tanya de camino a casa pensaba en que estaba siendo injusta con él, definitivamente no había sido su intención ser duro con Aaron y en parte era mi culpa por huír en el baño en lugar de hablar al respecto. Cuando entré a la casa todo estaba en silencio, excepto por la sala donde se oía la suave melodia de sueño de amor* Edward estaba de pie frente a la chimenea mirando fijamente el fuego. --Sea lo que sea que estés pensando, más te vale no estar torturandote con algún pensamiento pesimista o estaras en serios problemas --Dije sin darle tiempo de nada. Cuando sus ojos se encontarón con los míos vi algo que me aterró por completo, parecía triste, asustado, cansado, temeroso y por sobre todo me asustó lo que ya no vi... Esperanza. --Pensé que ya estaba en problemas --Respondió sonriendo tristemente. --¿Qué pasa? --Pregunté ansiosa caminando hasta quedar frente a él-- Edward diemelo ahora-- Exigí tomando su rostro con mis manos. --Necesito un transplante --Soltó de golpe. --¿Un... Transplante? 156

Porque el amor, sí es suficiente --Sí --Confirmó traspasandome con la mirada todos sus temores y preocupaciones, mis brazos se movierón hasta cerrarse en tornó a él con fuerza. Mi respiración estaba agitada, mis ojos picaban y en mi garganta había un nudo ahogandome, sin embargo sólo me concentré en él, en sus temores, en su dolor. --Todo va a salir bien mi amor --Tranquilicé, cuando sus brazos se cerrarón en torno a mí y su cabeza se escondió en mi cuello. --Tiene que salir bien --Susurró él angustiado-- ¡No puedo dejarlos... No puedo! El infantil sollozo de Aaron interrumpió la avalancha de angustia y desesperación que la sola suposición de perderlo me causaba. Nos separamos para ver a mi pequeño con su pijama, los ojos rojos e hinchados igual que su nariz y las mejillas bañadas en lágrimas. --¡Lo siento! --Gimoteó con dificultad-- ¡No te vayas papi! ¡Te juro que me voy a portar bien, ya no voy a ser impaciente! --¿De qué hablas hombrecito? --Preguntó Edward cariñosamente acuclillandose junto a él. --Mamá me dijo que era el niño más impaciente de Seattle y luego tú estabas enojado --Explicó Aaron sorbiendose la nariz-- ¡No te vayas otra vez papá! ¡Seré un buen niño te lo juro, no haré travesuras! --Rogó. --¡Por Dios! --Exclamó Edward abrazando en un rapido movimiento a nuestro hijo-- Nada me hará dejarlos Aaron, te lo juro --Prometió lleno de convicción, desesperación y necesidad-- ya no llores hombrecito no haz echo nada malo, amo tu impaciencia y tus travesuras. Ya no pude controlar las lágrimas, sentía una opresión en el pecho que no me dejaba respirar. Jamás dolía suficiente al parecer, porque con cada nuevo golpe, el tormento se hacía más aplastante.

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Porque el amor, sí es suficiente ......... . . . Hola damas, ¿Qué tal? Yo muy bien con el trasero congelado, pero las ideas fluyendo, el invierno es bueno para mi ¡Yaay! Sueño de amor* Es un tema precioso de Franz Liszt, escuchenla y sueñen con su amoor (8) Notocia. A nuestro querido fic le queda sólo dos cap. , por lo tanto está semana termina Porque el amor, sí es suficiente, tengo todo friamente calculado para que el viernes este completa. Bueeno, un beso a mi querida Princesa Lúthien que el lunes cumplió años *Un aplauso por favor* te amo bonita! Otro beso a Sofi Kill, la más sangrienta y bella asesina, no te podria querer más sería anormal jiji. Jenaa! La alegria de mis días soleados *ya saben que me deprimo cuando hay sol* ¿Donde estás caray? Shias! te ordeno que aparezcas o preparate para morir ahogada en chiliwiles africanos. Yariaana(8) gracias por tu ayuda, en serio eres genial chica loba auu! para ti. Ok, sería. Muchos saludos eh? ya no doy lata, diganme que tal por fis ¡No me abandonen ahora!

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Porque el amor, sí es suficiente Las quiero niñas, quieranme también, no sean malas. ¡Un beso chicas! Cambio y fuera.

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Lo que pienso de ti Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo XII. Lo que pienso de ti. By Dulce y fuerte . ... ...... -- ¿De qué hablas hombrecito? --Preguntó Edward cariñosamente acuclillandose junto a él. -- Mamá me dijo que era el niño más impaciente de Seattle y luego tú estabas enojado --Explicó Aaron sorbiendose la nariz-- ¡No te vayas otra vez papá! ¡Seré un buen niño te lo juro, no haré travesuras! --Rogó. -- ¡Por Dios! --Exclamó Edward abrazando en un rapido movimiento a nuestro hijo-- Nada me hará dejarlos Aaron, te lo juro --Prometió lleno de convicción, desesperación y necesidad-- ya no llores hombrecito no haz echo nada malo, amo tu impaciencia y tus travesuras. Ya no pude controlar las lágrimas, sentía una opresión en el pecho que no me dejaba respirar. Jamás dolía suficiente al parecer, porque con cada nuevo golpe, el tormento se hacía más aplastante. ... ...... Las horas en el hospital se me hicierón eternas, el miedo seguía quemandome 160

Porque el amor, sí es suficiente por dentro y la angustía parecía haberse acentado en mí sin intenciones de marcharse. --Todo va a estar bien --Comentó Tanya, estabamos sentadas en el piso con nuestras manos entrelazadas, mi cabeza en su hombro y la suya sobre la mía. --Lo sé --Susurré menos convencida cada vez-- En realidad no, no lo sé --Rectifiqué acongojada-- cada vez que lo digo lo siento más falso, más lejano. --Debes tener fe amiga --Consoló apretando mi mano-- Ya veras como estaremos todos juntos muy pronto, riendo y bromeando, sin preocuparnos por nada. --Gracias --Susurré mientras las silenciosas lágrimas se habrían paso en mi rostro para caer en el hombro de mi amiga-- Nunca lo huviese conseguido sin ti, gracias --Repetí. Ella no dijo nada, simplemente volvió a apretar mi mano dandome a entender que estaba ahí para mí, como lo había estado desde hacía tanto. Mi mente voló hacía unas semanas atras, justo después de que Edward y Aaron se durmieran esa noche comencé a trazar planes y a la mañana siguiente estaba poniendolos en practica sentada en un pequeño café cerca del hospital general de Seattle. La suave musica de fondo, el olor a café y canela, la calida decoración y el sonido de la gente charlando de manera amena no mitigo ni un poco la angustía que parecía haberse apoderado de mi estomago y amenazaba con salir a cada momento subiendo por mi garganta. --Siento llegar tarde --Se disculpó Carlisle sentandose frente a mí, levanté la mirada que había estado perdida en la espesura de mi café para mirarlo. Se veía cansado y acelerado probablemente acababa de salir de algún turno, sin embargo en mi cuerpo no había cabida para un sentimiento tan corriente como la verguenza.

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Porque el amor, sí es suficiente --No hay problema --Susurré debilmente esquivando su mirada-- acabó de llegar también --Mentí, ya que estaba en aquella cafetería desde hacía más de una hora Su seño se frunció, de esa desagradable manera desconfiada y molesta. --Mira Bella --Comenzó volviendo a tomar sus cosas que había dejado en la silla junto a él-- Si mi hijo y tú tienen problemas, creeme que no voy a interceder de ninguna manera, pero te voy a dar un consejo-- Continuó poniendose de pie-- Es obvio que las cosas no funcionan para ustedes, el cuento que se inventarón obviamente es de papel, ya han cometido suficientes errores en nombre de ese amor, ya no tienes 17 años y él definitivamente no es un muchachito, y si de alguna manera ustedes creen que esta enfermiza relación es buena, piensen entonces en Aaron y lo que él pasa por su disfuncional intento de familia. --No es justo atacar a una persona que ya esta en el suelo --pensé en voz alta. Su mirada de hielo y sus duras facciones calarón tan hondo que sentí por un momento que mi cuerpo no lo soportaría, todo lo que estaba pasando era horrible, una pesadilla del peor tipo y aún así parecía no detenerse. La elaborada coraza que había mantenido se terminó de desquebrajar. --Si te sientes de esa manera sólo estás dandome la razón --Respondió dandose la vuelta con la clara intención de irse. --¿Por qué me odias? --Pregunté tan bajo, que me extrañó que oyese. --No vas a venderme esa actitud de martir, quizá con Edward funcione, y alguna vez ocurrió conmigo pero ya no más --Negó venenoso como jamás lo había visto, apoyando sus manos en la mesa y atravesandome con la mirada-No te atrevas a llorarme, no creo ninguna de tus falsas lágrimas --Remató. --¡¿Martir? --Mastiqué entre dientes con voz contenida, sacudí mi cabeza sintiendome furiosa, triste, aun más decepcionada-- No, tú no vas a prohibirme llorar, porque es todo lo que he tenido siempre.

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Porque el amor, sí es suficiente --Deja la hipocresia de una vez --Exigió golpeando la mesa-- Por años fingiste ser una chica timida y discreta, y de la noche a la mañana apareces embarazada de mi hijo, que conveniente.--Ironizó con una mueca de disgusto-- ¿Qué es está vez Bella? ¿Quieres una casa más grande, un matrimonio glamoroso ¿Por qué estás tan angustiada está vez? Me quedé muda ante semejante acucación, probablemente mis ojos reflejaban lo herida que estaba por su repentina confeción de lo que pensaba de mí, sin embargo, no tuvo piedad alguna. Tiró contra la mesa sus cosas y sacó una chequera, comenzó a escribir furiosamente y luego arrancó la hoja-- Te propongo algo --soltó de pronto apretando el papel en su mano, su rostro estaba rojo de ira y sus ojos brillaban despiadados.-- Dejalos --Pronunció desconcertandome. --¿Q-qué? --Tartamudé sin creer que estuviese diciendo aquello. --Lo dicho Bella, deja a mi hijo y mi nieto --Confirmó dejando el cheque justo frente a mí en la mesa, una insultante cantidad de ceros terminó de colmar mi sistema nervioso --¡Tu hijo necesita un trasplante grandisimo sabelo-todo! --Grité con la vista nublada por mis lágrimas-- ¡No quiero nada de ti o de tu familia! ¡Prefiero ahogarme en el barro antes de aceptar un solo peso tuyo! --Continué tomando el objeto de mi humillación y lo estampé contra su pecho junto a un empujón-¡Pueden irse a la mierda tú y tus conjeturas, y no te atrevas a insultar a mi familia otra vez, porque es mil veces más solida y real que la tuya! Tomé mis cosas y dejé dinero sobre la mesa por el café que había estado entre mis manos intacto durante todo el tiempo. Salí echa un mar de contradicciones, era tan horrible sentirme de esa manera, no lo lograría no lo haría, en cualquier momento me derrumbaría y me perdería en el desconsuelo. Caminé durante horas por las frias calles de la ciudad pensando en que tirarme de un puente no sonaba tan mal.

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Porque el amor, sí es suficiente Llegué a la misma plazoleta donde Tanya nos encntró a Aaron y a mí en nuestro primer día en Seattle, las lágrimas al parecer no se habian detenido sin embargo hasta ese momento lo note, porque el aire comenzó a faltarme, me dejé caer en la misma banca de hacía años y atraje las rodillas ami pecho abrando mis piernas. --¿Bella? --Oí junto a un sueva toque en mi hombro, levanté la cabeza y vi a Jasper Withlock frente a mí-- ¿Estás bien? --No ahora por favor --Supliqué cerrando los ojos con fuerza-- Te lo ruego, ahora no podría soportarlo. --No, por favor no digas eso --Pidió acongojado, abrí los ojos y vi como se acuclllaba frente a mí-- No soy esa clase de persona --Negó con trsiteza-- No lo soy. Busqué detras de él y al rededor a la espera de la entrada de Alice. --¿Entonces que clase de persona eres? --Pregunté desconfiada. --Una persona enamorada --Dijo simplemete-- Sé que tú puedes entenderme. Con un suspiro le di la razón, no eramos tan diferentes, el asunto era que él estaba enamorado de una persona horrible, eso no lo hacía horrible también. --¿Alice te da permiso de hablarme? --Pregunté aun a la defensiva, cerró los ojos como si l hiviese apuñalado y arrugó la frente en dolor. --También me quiere --Se defendió él-- A su manera, pero me quiere. Quise ser cruel y decirle que tal vez si se lo repetía una y otra vez aquello se hiciera realidad, sin embargo me vi reflejada en él, su fragilidad no era distinta a la mía, su temor, su dolor. --Lo siento --Me disculpé suavemente.

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Porque el amor, sí es suficiente --Ella no es mala --Excusó levantandose para sentarse junto a mí-- Es sólo que... --La justificas porque la amas, pero creeme eso no es suficiente cuando en realidad no existen fundamentos. --Algo pasó --Dijo luego de unos minutos en silencio-- Ella era tan alegre, tan amable, tan fragil, y de pronto cambio, cuando nos enteramos de tu embarazo esa misma noche ella parecía otra persona --apoyó los codos en sus rodillas y enterró sus dedos en su cabello-- Llevó años esperando que vuelva a ser la misma o... al menos una explicación. --Estás enamorado de su recuerdo entonces --Refleccioné en voz alta sin querer. Él no replicó, ni discutió, quizá el también lo supiera. --¿Te llevó a algún lugar? --Preguntó finalmente cambiando de tema. --No, bueno, voy al hospital y no está lejos así que prefiero caminar --Expliqué levantandome. --¿Al hospital? ¿Algo va mal con Edward?¿Aaron? --Preguntó levantandose también, pude ver en sus ojos la sinceridad de su preocupación. --Edward necesita un transplante --Confesé casi sin notarlo mientras la voz se me quebraba y nuevas lágrimas caían y la limpiaba con mi palma. --Eso suena grande --Susurró autenticamente afligido. --Lo sé --Respondí, me despedí con la mano y un intento de sonrisa antes de alejarme-- Ha sido un placer verte sin el enemigo. Y aunque en ese momento no lo sabía esa conversación sería el comienzo de algo nuevo e importante.

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Porque el amor, sí es suficiente Carlisle se contactó con Edward ese mismo día y se encargó de los asuntos medicos, en cada encuentro que tuvierón estuve junto a Edward como se lo había pormetido, sin embargo jamás le dedique siquiera una mirada a Carlisle, no me sentía capaz, probablemente si nuestros ojos se encontraran mi boca huviese cobrado vida soltando cada insulto y reproche que albergaba mi mente, y cabe decir que eran demasiados. Cuando hicimos los analisis para buscar un donante, ninguno resultó compaible, sin embargo a los pocos días apareció un donante anonimo compatible, todo estuvo listo en uno días y ahí estabamos Tanya y yo, un horrible escalofrio se apoderó de mi espalda al recordar que hacía unos meses habíamos estado en la misma posicion dandonos consuelo mutuo a la espera de noticias del hombre que ambas amabamos pero de maneras tan distintas. --¿Café señoritas? --Oí la inconfundible voz de Jasper. Tanya se movio tan rápido que me hizo perder el equilibrio. --Ustedes no son bienvenidos aqui --Rugió de pie frente a él con una mueca feroz y los puños apretados, la conocía tan bien que sabía estaba conteniendose para no golpearlo. Ella estaba bastante sensible con todo aquello, por supuesto sabía de las fotografías falsas y de mi encuentro con Carlisle, así que soportaba menos que nunca a todos lo que a su parecer eran una amenaza para nosotros. Miré al rededor y vi que Alice no estaba en ninguna parte, sonreí sin humor-Viene sin el enemigo Soldado, deje que pasé a nuestra trinchera-- Bromeé recordando la conversación en la plazoleta. --¿Uh? --Tanya musitó confusa mirandome mientras me ponía de pie y aceptaba el café que me tendía Jasper-- Bella, él es el enemigo --Reprochó ella marcando cada palabra para que quedase claro. --No, no lo soy --Respondió mirandome a mí, vi en su respuesta, en su mirada que algo había cambiado aunque no supé decifrar el qué, sin embargo 166

Porque el amor, sí es suficiente comprendí que él tenía razón, no lo era.--Me cansé de esperar por un recuerdo. --Explicó haciendome sonreir al entender sus palabras. --Buenas noches --Oí la voz de Carlisle detras de mí, me giré en el acto para verlo junto al medico de Edward, mi respiración se agitó de inmediato y pude sentir cada musculo contraerse. Las palabras no salierón de mí, ni sé si alguién más las pronunció, el mundo se habia detenido para mí porque todo mi futuro, mi vida, estaba en las palabras que ellos pronunciran entonces. ... ...... . . . Buenos días, buenas tardes, buenas noches damas; sólo pasaba a dejar esto y vuelvo a la cueva a escribir, el frio me tiene a mil, maratón otra vez ya saben como cuando casi se me caen las manos de tanto escribir, nos vemos pronto con el final, esta listo pero tengo que revisarloo(8) ¿Qué les parece? ¿Qué creen que pasó? Ps yo no sé la verdad =/ .

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Porque el amor, sí es suficiente Cambio y fuera.

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Cada pieza en su lugar Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Capítulo XIII. Cada pieza en su lugar. By Dulce y fuerte . ... ...... -- Buenas noches --Oí la voz de Carlisle detras de mí, me giré en el acto para verlo junto al medico de Edward, mi respiración se agitó de inmediato y pude sentir cada musculo contraerse. Las palabras no salierón de mí, ni sé si alguién más las pronunció, el mundo se habia detenido, porque todo mi futuro, mi vida, estaba en las palabras que ellos pronunciran entonces. ... ...... Dos años más tarde. El frio aíre golpeaba mi rostro una y otra vez, sin embargo como cada vez que visitaba aquel lugar todo dejaba de exisistir por algunos minutos. --Hola --Susurré acariciando el frio marmol donde estaba grabado su nombre-Pensé que con el tiempo sería más facil pero...--Tuve que detenerme a tragar el nudo en mi garaganta y secar las lágrimas que parecían rios avanzando por mis mejillas-- No lo es --Sollocé finalmente-- ¡Te extraño tanto! --Gemí sin poder 169

Porque el amor, sí es suficiente contenerme-- Siento tanto todo ese tiempo perdido --Continué-- Perdoname --pedí como cada vez que visitaba su tumba-- Y por favor donde estes recuerda que te amo. Una mano se posó en mi hombro reconfortandome-- Él lo sabe. Me levanté de mi lugar y me lancé a sus brazos, esos brazos que seguían siendo los unicos donde el dolor y la culpa me dejaban en paz. --Lo siento, hoy es el gran día y yo aqui arruinandolo --Me discupé. --Tú jamás arruinas nada --Respondió dulcemente acariciando mi cabello. Caminamos en silencio hasta el auto, aun abrazados y el camino hasta nuestro destino fue igual. --¿Nervioso? --Pregunté sacando un espejo de bolsillo y comenzando a arreglar mi maquillaje. --Un poco --Respondió con una risita. En ese momento el auto se detuvo en el estacionamiento del lugar-- No lo estes, haz trabajado duro, todo será perfecto --Profeticé besando su mejilla. En ese momento unos insistentes golpes en la ventanilla llamarón nuestra atención, Tanya pareciendo muy enojada estaba justo fuera de mi puerta apuntando su reloj de pulsera. --¡Jasper me esta volviendo loca por su demora! --Reclamó cuando estuvimos frente a ella-- Por favor dense prisa o juro que cometeré un Jaspercidio. --Eres incapaz de hacerlo estás loca por el rubio impaciente --Me burlé mientras entrabamos al lugar, ella no respondió nada, simplemente me dio una mirada odiosa y se sonrojó hasta lo imposible.

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Porque el amor, sí es suficiente --¡Edward! --Reclamó Jasper en cuanto entramos al lugar-- ¡¿Donde rayos estabas? --También es un placer verte amigo, veo que pasar tanto tiempo con Tanya te ha pegado su mal humor --Bromeó el aludido. Al igual que Tanya, Jasper no dijo nada, pero su mirada viajo nerviosa de Tanya a Edward, como si huviese sido demasiado indiscreto. --Llevamos media hora de retraso por tu culpa, podrías al menos tener la decencia de sentirte culpable --Reprochó Tanya tratando de llevar la conversación lejos de ella y Jasper obviamente. --Lo siento --Me disculpé llamando la atención de todos-- Hoy es el cumpleaños de Charlie y le pedi a Edward que me acompañara a verlo al cementerio, ya saben como me pongo ahí pierdo la nocion del tiempo, fue mi culpa. Todos guardarón silencio entonces, el asunto de la muerte de mi padre era un tema muy delicado, yo no lograba superarlo del todo, había muerto hacía unos meses atras y la herida estaba muy fresca aún. No lograba perdonarme el haberlo perdido sin hablar con él siquiera una vez antes. Edward pasó un barzo sobre mis hombros protectoramente y besó mi frente-No debes disculparte amor, lo sabes. --¡Hey! Pero cambien esas caras, es el gran día, y la gente espera --Dije tratando de relajar el ambiente.-- ¿Donde están los demás? --Pregunté --Están esperandonos, y creo que si no aparecemos pronto estaran en serios problemas con su hijo --Respondió Tanya. --Eso si da miedo --Comentó Edward. Caminamos juntos atravesando algunos pasillos hasta llegar a un gran salón donde había un cocktail preparado y mucha gente platicando y riendo. 171

Porque el amor, sí es suficiente Tanya caminó hacía el ecenario seguida Jasper y Edward. Yo caminé hasta una de las mesas cerca de allí, donde estaba Rosalie al lado de Emmett quien se había mudado a Seattle hacía unos meses, él aseguraba que la decición había surgido sólo para poder estar más cerca de su padre, de Jacob y su sobrina a la que no veía suficiente, claro esa era sólo una parte de la verdad porque yo sabía que Rosalie tenía mucho que ver con aquello, aunque él no lo aceptase, no había podido quitarsela de la cabeza desde que la conoció. Aaron me miró molesto cuando me senté junto a él-- Estás en serios problemas mamá, a menos que demoraran porque estaban haciendo hermanitos --Comunicó mi hijo con seriedad. --¿Perdón? --pronuncié atonita mirando a mi hijo de ocho años-- ¿Haciendo qué? Las risas contenidas de Emmett y Rosalie respondierón a mi pregunta-Ustedes van a explicarselo si comienza a dudar de la cigueña --Amenacé. La sonrisa de Emmett se hizo absolutamente maliciosa-- Puedo hacer eso. Rodé los ojos, por supuesto que sí y disfrutaría avergnzandonos de alguna manera-- Eres un niño Emmett. --Eso no es un insulto mamá --Reclamó Aaron. --Buenas tardes amigos, me complace verlos aqui hoy para comenzar con esta aventura --Comenzó Tanya hablando desde el escenario-- Después de un largo camino al fin estamos aqui, y no es sino... --Así comenzó una ola de discursos, donde los agradecimientos y emociones estuvierón presentes. La verdad me perdí de la mayoria del evento porque estaba demasiado distraída en mi mente, aun no podía creer como todo había salido tan bien, dejando fuera el sorpresivo ataque cardiaco de mi padre la vida no me había dado más que alegrias, Edward ya estaba recuperado, y parecía no haber complicaciones posibles.

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Porque el amor, sí es suficiente Jasper había terminado su relación con Alice, nunca supe que fue exactamente lo que pasó, sin embargo me alegraba muchisimo, nuestro rubio amigo había recuperado la sonrisa y aunque al principio fue dificil poco a poco fue dejando atras al fantasma de Alice, Tanya como lo fue para mí, estuvo junto a él en el dificil proceso de olvido, se hicierón muy amigos, y la verdad no me sorprendió, mi amiga tenía un alma demasiado bondadosa y comprensiva. No era un secreto para nadie execpto para ellos que estaban locos el uno por el otro. Carlisle y Esme; una historia muy divertida, resultó ser que la beata Ángela Weber al no conseguir a Edward intentó seducir a Carlisle, Alice se sintió traicionada por aquel movimiento y desenredó una madeja de mentiras que habían armado juntas para desacreditarme. Los mismos Esme y Carlisle fuerón los que nos contarón sobre el asunto un día que llegarón a nuestra casa, los escuché atentamente en silencio, y en cuanto llegarón a la parte donde estaban muy arrepentidos por haber sido tan injustos conmigo, ni las lágrimas de Esme lograrón conmoverme. --No voy a sonreirles y tranquilizarlos diciendo que todo está bien y que no hay rencores porque a pesar de lo que creen o creyeron, no importa la verdad --Comencé seriamente-- No soy una mentirosa y si hay rencor, mucho, puedo perdonarlos porque todos cometemos errores, pero los suyos fueron demasiados--Continué levantandome del sofá-- francamente creo que no merecía todo aquello, así que si quieren mi perdón lo tienen pero jamás voy a verlos como antes, jamás serán parte de mi familia, porque quien ama no daña.--Terminé saliendo de la sala y al mismo tiempo cerrando ese desagradable capitulo de mi vida. De ahí en adelante ellos seguían visitando mi casa, pero yo me negaba a pisar la suya, no era cuestión de orgullo, simplemente se me hacia increiblemente incomodo y desagradable, en especial la idea de volver a pisar su recidencia en Forks.

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Porque el amor, sí es suficiente Alice por otra parte dejó de existir simplemente para nosostros, según sabía estaba viviendo en New York desde su rompimiento con Jasper aunque no podría asegurarlo. La había visto por última vez dos meses antes de la muerte de mi padre. Tanya, Jasper, Rosalie, Aaron, Edward y yo estabamos en un restaurante celebrando que Rosalie se acababa de graduar en ingeneria mecanica, cuando escucho la maldición de la misma en voz alta. Seguí su mirada y vi como Alice se acercaba a nuestra mesa enfundada en un elegante vestido y con esa sonrisa arrogante. Mi mirada voló de inmediato a Jasper, que parecía a punto de ser sacrificado en el matadero, vi como Tanya tomaba su mano debajo de la mesa y en cuanto sus miradas se encontrarón le sonrió dandole apoyo. --Que desagradable coincidencia --Comentó con desdén Alice, calvando sus afilados ojos en Jasper. --Es justo lo que nosotros pensamos --Atacó Tanya con fingida dulzura poniendo su mano entrelaza con la de Jasper sobre la mesa a proposito a vista de todos. La mueca de Alice nos dio a entnder que definitivamente eso no se lo esperaba --1-0 y en tu cara de chiguagua--Canturreó de buen humor Rosalie. --Bueno, siendo pañuelo de lágrimas Tanya tiene experiencia --Se defendió Alice recobrando la sonrisa maliciosa-- Toma Jazzy --Dijo melosa extendiendole una tarjeta al aludido-- Ya te he echo sufrir suficiente, puedes llamarme ahora y dejar la farsa con ellos. Puedo asegurar que cada miembro en esa mesa estababa conteniendo la respiración, exepto por Aaron quien no entendía que pasaba, pero parecía molesto.

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Porque el amor, sí es suficiente --¿Sabe señora? --Llamó desde su lugar frunciendo su pequeño seño-- La crueldad es el fracaso de la inteligencia --Afirmó miarandola mal-- Tenga un poco de autoestima y dejenos en paz --Terminó tomando su vaso con jugo y bebiendo de él como un pequeño hombrecito. Vi como el brazo de Alice se quedaba alzado hacía Jasper y como este sonreía mirando a mi hijo-- Ya oíste al pequeño Alice, hazte un favor y vete --Dijo él negandose a recibir la tarjeta, pasó un brazo sobre los hombros de Tanya de una manera tan natural que me es imposible asegurar si fue real o parte del espectaculo. En esa ocación parecía realmente herida, aunque me pareció que no fuerón sus sentimientos los afectados sino su orgullo. Jasper estiró la mano para desordenar el cabello de Aaron fraternalmente y este sonrió en respuesta. --¡Eres un maldito bastardo! --Chilló Alice de pronto-- ¡Arruinaste mi vida mocoso de mierda! --Continuó con los ojos llenos de lágrimas completamente fuera de si. Su mano se alzó con la clara intención de golpear a mi hijo pero Jasper --Que estaba a su lado-- Fue más rapido y sostuvó su mano en el aire. --Debes irte ahora Alice --Exigió sin la anterior cortesia, realmente molesto. --¡No! --Gritó a todo pulmón-- ¡Yo era la niña de la casa! ¡Por su culpa perdí a mi amiga, a mi hermano! --Continuó-- ¡A ti! --Todo eso lo perdiste por tus propias acciones Alice, no puedes culpar a un niño por toda la basura que arrastras --Escupió mordaz Tanya poniendose junto a Jasper para cubrir con su cuerpo a Aaron, ya todos nos habiamos levantado yo estaba junto a Edward y Aaron, mientras Rosalie se ponía al otro costado de Jasper.

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Porque el amor, sí es suficiente Los ojos de Alice se encendierón al oír a Tanya y de alguna manera se deshizo del agarre de Jasper y le dio una bofetada a mi amiga arañando de paso su rostro. Jasper se movió en seguida para sostenerla ya que tras el impacto perdió el equilibrio. --¡Eso si es pasarse! --Bramó Rosalie estampando su puño en la nariz de Alice con tal fuerza que hasta yo oí el crujir de su hueso al romperse-- ¡Te metiste con la hermana equivocada! --Volvió a exclamar lista para volver a arremeter contra ella, sin embargo los guasrdias del lugar aparecierón impidiendoselo. --Señoritas, les voy a rogar que se retiren en seguida o me veré en la obligación de llamar a la policia --Pidió el encargado. De inmediato comenzamos a movernos hacía la salida. --¡Edward! --Llamó Alice, el aludido ni siquiera volteó a verla, tomó a Aaron en brazos enseguida como reflejo. --No Alice --Negó trsitemente deteniendose sólo un momento-- Está vez fuiste demasiado lejos, no quiero que vuelvas a acercarte a mi familia de nuevo. --¡Yo soy tu familia! ¡Soy tu hermana! --Chilló histerica mientras sus ojos se volvían cada vez más vulnerables y tristes. --Yo no sé quien eres --Zanjó él tomando mi mano con la suya libre para guiarme a la salida. Ya en el auto, sólo los tres Edward tomó mi mano y la beso cariñosamente-¿Estás bien? --Preguntó suavemente, yo le di una sonrisa triste y asentí-- ¿Y tú, hombrecito? --Indagó mirandolo atravez del espejo retrovisor. --Sí --Respondió pensativo-- ¿Y tú papá? Edward sonrió genuinamente ante la preocupación de nuestro pequeño-- Cada pieza en su lugar compañero.

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Porque el amor, sí es suficiente --Espero que tengas una buena excusa para no haber oído mi increible discurso --Dijo Edward sentandose junto a mí, regresandome a la realidad. --Cariño, lo oí mil veces mientras lo practicabas en casa --Respondí sonriendo-- Pensaba en ti --Continué ante su ceja enarcada interrogante. --Perdonada --Concedió estampando sus labios contra los míos de manera muy poco discreta para el lugar en el que estabamos, haciendome reir por su entusiasmo. El resto de la fiesta transcurrió rapidamente, y de un momento a otro sólo quedaban nuestros amigos y Aaron en el lugar. --Bueno señores, señoritas, creo que es el momento del último brindis --Anunció Jasper apareciendo con una botella de champaña y llenando nuestras copas. --¿Y por qué brindamos? --Preguntó Aaron con su jugo en la mano. --Por la academia de musica y baile una nota de esperanza --Brindó Rosalie. --Por las amigas de mis amigas --Dijo Emmett mirando a Rosalie-- Que sean más mis amigas --concluyó de manera sugestiva haciendonos reir a todos. --Por los amigos --Habló Tanya-- Por los viejos, los nuevos y los que vendran. --Por las segundas oportunidades --Brindó Jasper-- y por las terceras ¿Por qué no? --Agregó provocando otra ola de carcajadas. --Por la familia --Dijo Edward sonriendo con cariño-- Por mi familia... Nuestra familia. --¡Aww! Eres tan niña Edward --Bromeó Emmett aunque era obvio que como a todos sus palabras lo habían conmovido-- Puedes ser mi hermanita.

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Porque el amor, sí es suficiente Más y más risas, de alguna manera entendí que ese era el comienzo de una nueva historia, una donde habría más drama quizá, risas, pero jamás faltaría el amor. Mi sonrisa se ensanchó entonces. --Yo brindo por el amor --Comuniqué alzando mi copa-- Porque el amor, sí es sufiente. Todos dejarón de reir entonces, pero no borrarón las sonrisas de sus rostros, las miradas timidas y coquetas se cruzarón, entonces todos alzarón las copas conmigo. --¡Por el amor! --Dijimos al unisono antes de estallar en nuevas carcajadas. Fin. ... ...... *La crueldad es el fracaso de la inteligencia : Esta frase no es mía ni mucho menos, le oí por ahí o la leí no lo recuerdo, pero aclaro que no es mía, aunque sí me encanta.* Estoy emocionada, este fic fue especial, shias siempre digo lo mismo, pero en serio lo fue porque tuve que decidir entre hacer feliz a los demás o ser consecuente conmigo misma, decidi seguir mi propia linea a pesar de que muchas de las que leyerón el O-S "me gustas tanto como me fastidias" querian una historia sin drama, y bueno como notarón eesta lo chorrea. Intenté ser realista, pero sin perder el toque ficticio que amamos, espero haber conseguido llegar a sus corazoncitos y que recuerden que Dulce y fuerte es más que un seudonimo. Gracias a todas y cada una de ustedes. Vuelvo a la cueva para continuar escribiendo las demás historias. 178

Porque el amor, sí es suficiente Besos congelados. *Fin de la transmisión*

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Epilogo Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer. Epilogo. By Dulce y fuerte . ... ...... La belleza de la verdad es parte de lo que se busca toda la vida y, quizá, más allá de ésta. Pero, ¿qué pasa cuando se encuentra? ¿Cómo saber si es una verdad absoluta o sólo la punta de una realidad totalmente distinta? ¿Y si aquella verdad tiene mucho detrás que la convierte sólo en una pista para llegar al verdadero meollo del asunto? Edward Cullen conducía cuestionándose aquello, habían pasado seis años desde que había visto a su hermana por última vez, durante años había fingido no importarle lo que ocurriese con ella; sin embargo, ¿cómo simplemente negarla y djarla cuando era evidente que estaba más perdida que nunca? -- ¡Edward! --llamó Alice, el aludido ni siquiera volteó a verla, tomó a Aaron en brazos enseguida como reflejo. -- No, Alice --negó tristemente, deteniéndose sólo un momento--, esta vez fuiste demasiado lejos, no quiero que vuelvas a acercarte a mi familia de nuevo. -- ¡Yo soy tu familia! ¡Soy tu hermana! --chilló histérica mientras sus ojos se volvían cada vez más vulnerables y tristes. -- Yo no sé quién eres. 180

Porque el amor, sí es suficiente Tuvo que detener el coche ante el recuerdo que lo golpeó, cerró los ojos apoyando su cabeza sobre el volante y enredó los dedos en su cabello dando ligeros tirones. La culpa lo consumía, era un buen hombre, demasiado, según pensaba su ahora esposa Isabella, la gente solía aprovecharse de su buen corazón, sin embargo, ella siempre estaba ahí para hacerle ver cómo eran en realidad las cosas. Aquello no era su culpa y su esposa lo hubiese sabido, sin embargo, ella no estaba ahí, y no tenía idea de lo que estaba a punto de hacer, aquello era algo a lo que no la expondría. --Buenos días, Edward --saludó un hombre vestido de blanco y con una sonrisa cordial--. Me alegra verte, ella ha preguntado mucho por ti. --¿Quién? --preguntó el aludido con expresión afligida. --Alice --pronunció el hombre con satisfacción haciendo sonreír a su acompañante--. Amber no ha vuelto. Aquella satisfacción no fue contagiada a Edward, no se permitía guardar demasiadas esperanzas, y, después de todo, ¿qué pasaría después? Luego de un par de palabras cordiales el hombre de blanco acompañó a Edward hacia un bonito jardín, donde se podía respirar paz, los ojos verdes del joven se encontraron con otros iguales a los suyos. La pequeña figura que parecía aún más pequeña y delicada en aquella bata de hospital descolorida, se levantó en seguida como si se tratara de un resorte y corrió hacía el muchacho con una enorme sonrisa sincera en el rostro. Hermosa, hermosa sonrisa --pensó Edward con los ojos aguados por repentinas lágrimas amenazando con asomarse. --¡Edward! --gritó entusiasmada colgándose de su cuello.

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Porque el amor, sí es suficiente --¿Cómo estás, Allie? --preguntó cariñosamente él abrazándola por la cintura con necesidad, mientras cerraba los ojos tratando de calmar sus emociones. --Muy bien --respondió separándose de él con la misma sonrisa que flaqueó un momento--. Ahora bien --rectificó--; este lugar no me gusta --dijo finalmente borrando la sonrisa por completo y abrazándose a sí misma mientras miraba a su alrededor. El corazón de Edward comenzó a doler de pronto, podía verlo, entenderlo ahora, por eso sentía que no la conocía, por eso no lograba encontrar a su hermana en aquellos fríos ojos verdes, porque de alguna manera nunca fue ella... Su vida iba de bien a mejor, tenía a Bella que seguía amando con locura, a sus hijos Aaron y Adam, el segundo que resultó una sorpresa igual que el primero pero de una manera diferente, un huérfano demasiado encantador que le robó el corazón a Bella en cuanto lo vio. En fin, era feliz con su familia, amigos y trabajo. Justo entonces cuando nada parecía poder golpearlo de nuevo, recibe una llamada desde el hospital psiquiátrico de Seattle. Cuando culpas a alguien de tu infortunio es fácil olvidar, el resentimiento es la herramienta más eficiente; sin embargo, cuando ese falso castillo de naipes se cae, el golpe es mayor. Trastorno de personalidades multiples, esquizofrenia. ¡¿Cómo nunca nadie lo notó? --continuaba reprochándose una y otra vez. Y era una excelente pregunta, desde niña fue extraña, ésa era la razón por la que no lograba hacer amistad con facilidad, eso hasta que apareció Isabella Swan, según le habían explicado, su familia en continua disfunción había inducido a la niña a armar su propia estabilidad a fuerza adecuando su personalidad a las situación, aquello se salió de control debido a su estado esquizoide, que empeoró al no ser tratado de ninguna forma. 182

Porque el amor, sí es suficiente ¿En qué momento el apellido se volvió más importante que la familia? ¿Dónde estaban sus padres que no notaron que a su hija le ocurría aquello? ¿Dónde estaba él? Demasiado inmerso en sus propios intereses como para notar algo que no fuera una nota musical. La noche que marcó un antes y un después en la vida de todos, su mundo también se derrumbó, una niña insegura y llena de yagas internas vio frente a sus ojos cómo su perfecto equilibrio se iba abajo. Al aparecer, Bella, aceptándola sin más y estando siempre para ella, muchos vacíos se vieron cubiertos. Que sus padres no la vieran, que su hermano estuviese kilómetros de distancia sin siquiera llamarla de vez en cuando para saber que tal estaba, o que pareciera no encajar en la preparatoria perdía valor, porque esa chica había conseguido hacerla sentir apreciada con su amistad sincera. Las voces no eran tan demandantes... Los periodos en blanco comenzaron a ser cada vez más lejanos. Pero esa noche, cuando se sintió traicionada, engañada, otra vez nadie la notaba. Amber era cruel, despiadada, fría, pero nada la hería, nada la lastimaba, porque nada le importaba, Amber era fuerte, mucho mejor que Alice, la pequeña frágil e invisible chiquilla... O eso fue lo que ambas pensaron hasta que la voz herida, desilusionada atravesaron cualquier barrera de Amber. -- ¡Yo soy tu familia! ¡Soy tu hermana! --chilló histérica mientras sus ojos se volvían cada vez más vulnerables y tristes. -- Yo no sé quien eres.

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Porque el amor, sí es suficiente Alice no recordaba aquello, pero Amber sí, y era suficiente para mantenerla muy en el fondo de la mente de Alice. --¿Cuándo me llevaras a casa? --preguntó Alice de pronto con voz esperanzada mirándolo con aquellos ojos de cachorro, sus ojos, los de su hermanita Alice, aquellos que parecían mostrarte su alma. --Pronto --mintió Edward como siempre, acariciando el azabache cabello de ella que volvía a verse de la manera en que solía llevarlo. Alice pudo detectar la mentira en su voz, pero no dijo nada, no le gustaba ese lugar y la única persona que la visitaba era Edward. ¿Por qué no irían sus padres? ¿Bella? El último recuerdo de Alice fue el estar llorando en su cama porque su mejor amiga y su hermano le habían ocultado su relación, se sentía tan pequeña e insignificante, nuevos sentimientos afloraron, unos que no le gustaron, se sintió traicionada, herida y el rencor se expandía por su cuerpo hasta que su mente se desconectó. Luego despertó en aquel lugar, los enfermos están en los hospitales así que no necesitó ni pidió ninguna explicación, ella sólo esperaba curarse. --¿Y cuando vendrá Bella? --preguntó distraída jugando con una flor, o al menos aparentemente distraída, estaba asustada. ¿Se habría enojado con ella? Alice pensaba todo el tiempo en su amiga que estaba embarazada a los diecisiete años, su padre parecía muy molesto, y ella conocía bien a Carlisle y Esme, parecían los padres perfectos, pero detrás de aquello, había una gran maraña de prejuicios y temores al qué dirán. --Bella no puede venir, pequeña --respondió simplemente él, y se preguntó internamente si ella recordaba que le había preguntado lo mismo una y otra vez siempre que la visitaba. --Por el bebé, cierto --Concedió pensando que un hospital no era bueno para ella, habían demasiados enfermos y algunos daban miedo, sin embargo Seth 184

Porque el amor, sí es suficiente siempre estaba cerca para cuidarla, lo vio de pie a algunos metros mirándola con ternura mal disimula, provocando una sonrisa boba en su rostro. Edward notó aquello y no pudo evitar el preocuparse. --Seth es agradable, ¿no? --comentó él con intención, haciendo que ella se sonrojara. --Es muy bueno conmigo. El celular de Edward comenzó a sonar evitando que continuase con su investigación--. Dame un segundo, pequeña --pidió al ver el identificador. --¡Tus hijos volvieron a secuestrar a mi hija! --gritó Jacob en cuanto Edward contestó, una sonrisa divertida surcó su rostro al oírle. -- Tienen catorce años, Jake, no pueden secuestrar a alguien --se oyó que alguien más decía junto a él y una pequeña discusión luego. --¿Edward? --llamó un voz femenina al fin. --Buenos días, Yariana --saludó educadamente. --Hola --saludó con algunas risitas--. No le hagas caso a Jake, los chicos llevaron a Amanda al parque. --Lo imaginé, son traviesos pero respetan la ley --bromeó Edward mirando cómo Seth se sentaba donde él había estado junto a su hermana. --Lo sé, ella los llamó, de hecho, le gusta presumirlos con sus amiguitas --comentó ella bromeando esta vez. --Ya sabes que la consienten como a su hermanita --dijo Edward distraídamente siguiendo los movimientos de Alice--. Harían lo que fuera por hacerla feliz --concluyó, aunque parecía que hablaba de sí mismo.

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Porque el amor, sí es suficiente --Lo he notado --concedió ella. Luego de algunas palabras cordiales se despidieron y él volvió junto a una muy sonrojada y sonriente Alice que reía alegremente con Seth. Unas horas más tarde, Seth acompañaba a Edward a la salida. --Espero verte pronto de nuevo por aquí --Comentó Seth--. Le hace bien verte. --Sabes que no va a curarse, ¿verdad? --Soltó de repente sin poder contenerse--. Sabes que no es gripe, que, por más que lo desees, Alice nunca será normal, nunca será la mujer que esperas que sea. --No sé de qué hablas --se defendió Seth ocultando su oscura mirada de la persistente verde que lo atravesaba. --Lo sabes, he visto cómo la miras --acusó sintiendo lo mismo que hacía unos momentos atrás al verlos juntos--. Esto es lo mejor que estará, ella no va a ... --¡Detente! --exigió Seth de pronto tan alterado como él tomándolo de la solapa de su chaqueta y estampándolo contra la pared sin soltarlo--. ¡Déjalo ya, no tienes derecho! --¡Es mi hermana! --bramó Edward. --¡Una hermana a la que escondes! --acusó Seth furioso--. ¡Eso esperas, ¿no? ¡Que jamás salga de aquí para no tener que enfrentar a tu esposa! --¡No la metas en esto! ¡No tienes idea de lo que ha pasado ella! --rugió Edward empujándolo y liberándose de su agarre. --¡¿Y lo que Alice ha pasado? ¡¿Eso no cuenta? Edward pudo ver el real interés en los ojos de su acompañante, el dolor y el conflicto que tenía en su interior y sintió compasión por él, aunque no suficiente como para callar sus siguientes palabras. 186

Porque el amor, sí es suficiente --No es sano estar enamorado de una mujer de 30 años que cree tener 17 --Soltó de manera monótona, pero aquellas palabras azotaron a Seth mucho más que cualquier grito o insulto--. Tarde o temprano vas a cansarte de esperar, una mujer real llegará y la dejarás; tienes razón, Alice también a pasado por mucho. ¿Puedes culparme por querer evitarle otra despedida? --Ella es real --se defendió Seth volviendo a sentirse molesto--. No voy a dejarla, Edward, pase lo que pase seguiré cuidando de ella no voy a dañarla, de ninguna manera posible. Edward no pudo discutir aquello, porque no había falsedad en sus palabras, lo pensó un momento, y simplemente salió del lugar sin decir nada, mientras conducía a su casa, trataba de comprender cuál era la insistencia del hombre, no había forma de que su hermana pudiese ser para él. Epov Llegué a casa y sentí el alboroto desde la entrada principal. --¡Adam rompió la mesa, mamá! --Exclamó Aaron cuando entraba en la sala de estar, vi como Bella los había sentado en el sofá triple y ella se había quedado de pie frente a ellos, con los brazos cruzados y expresión molesta, junto a ella vi la mesita de café hecha pedazos. Mis hijos, ambos de catorce años, parecían asustados y no era para menos; aquella era la mesa favorita de Bella. --¡Pero fue Aaron el que me retó para hacerlo! --se defendió Adam. --¿Pero cómo terminó así? ¿Tienen un mazo oculto en alguna parte? --preguntó mi esposa mirando la destrozada mesa con pesar. Los niños enfurruñados se miraron, entonces, y en cuanto sus ojos se encontraron, comenzaron a reír seguramente tras el recuerdo de la travesura.

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Porque el amor, sí es suficiente --Perdón, mamá --dijo Adam primero al ver que Bella parecía más triste que molesta--.Fue mi culpa. --Yo también lo siento, mamá, también fue mi culpa --secundó Aaron arrepentido. --Está bien, es sólo una mesa, pero es que no me explico cómo consiguen meterse siempre en problemas --calmó Bella con una sonrisa. Una increíble, fantástica, y hermosa sonrisa. Fue cuando comprendí a Seth, porque yo daría mi vida mil veces por ver esa sonrisa aunque fuese sólo un momento más. Claramente los finalez felices no existen, porque jamás llegamos al final a excepción del día de nuestra muerte. Y, ¿cómo, el dejar a tus seres queridos, podría ser un final feliz? Por lo tanto, podríamos decir que la vida es un lienzo lleno de colores opacos, brillantes, oscuros y coloridos, no es bueno o malo, simplemente cada uno tiene una historia diferente que contar, y al final, todo se verá reducido a quién elegiste ver sonreír. Sus ojos marrones encontraron los míos y supe que mi historia no era feliz o triste, gracias a ella y todo lo que me ha dado, mi historia es simplemente perfecta. ... ...... . Este si es el final de finales, no más de este fic, pero sentía que esta explicacioon era necesaria y creo que esta bien ahí, muchas gracias Jean por betearme el cap. sos grande te re amo adoro eres como mi nube invernal muack!

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Porque el amor, sí es suficiente Bueno si les gustó mi humilde fic las invito a pasar a mi perfil donde encontraran más de mí, si les gusta el grama -advierto final feliz, no escribo finalez tristes- Broken esta en progreso, intenso señoras. Humor, esta ¡No dan miedo! Una comedia sobre amor, fantasmas y divertidas situaciones. Y estoy haciendo un fic con mi amiga WhiteDemon14 "Edwina Cullen" que de verdad esta muy divertido, en mi perfil encuentran summary y link. Un beso a mi angelito colombiano Princesa Lúthien, para mí la bellizima Ale, y a mi Sofi kill, sos lo más mujer yaay! Muchas gracias por acompañarme en este fic, como dije en el cap anterior, ha sido un placer. . Cambio y fuera.

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