La Terapia De Dios.pdf

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Queridos amigos, A medida que la incidencia del coronavirus se ha intensificado, las Misas públicas han sido canceladas en toda Venezuela. Este es un estado muy doloroso e inesperado para nosotros como católicos. Los animamos a orar y a confiar en la Eucaristía es una ocasión verdaderamente de gracia, muy agradable a nuestro Señor. Jesús sabe que anhelamos estar unidos a él en la Sagrada Comunión. Muchos de nosotros hemos comenzado a seguir las misas televisadas, radiadas o transmitidas por Internet. Es una magnífica opción en estas circunstancias. Pero incluso si no pueden hacer eso, les animo a seguir orando con el PAN DIARIO DE LA PALABRA durante estos días, por mucho que duren, confiados en que en mediante la oración y meditación Jesús permanece cerca de ustedes. Por favor, animen a otros, especialmente aquellos que están luchando en este momento, a orar con el PAN DIARIOA DE LA PALABRA utilizando el acceso gratuito en línea o con en PDF. Además, ofrecemos, en nuestra página web www. sanpablove.com , una selección de libros en PDF para

que ustedes puedan compartir en familia y no salir de sus casas. Por último, recordemos que, aparte de la Misa, el Santo Rosario es una de las formas de oración más poderosas y eficaces que tenemos. Es una forma probada en el tiempo y probada por los santos para entrar profunda e íntimamente en los misterios de la vida de Cristo, y de unirnos a las intenciones y poderosa intercesión de Nuestra Señora. En este día que conmemoramos a Santa María en sábado, el Santo Padre ha invitado a todo el mundo para que se uniera a él en el rezo del Rosario por la protección de las familias, y muchas diócesis han alentado a la gente a rezar el Rosario para poner fin a esta pandemia. Especialmente en este momento, el Rosario puede ser un salvavidas espiritual. Podemos orarlo por nosotros mismos, por nuestras familias y por todos aquellos que están sufriendo y muriendo, aquellos que ni siquiera conocemos. Confiamos en que la Virgen del Coromoto está con nosotros, a nuestro lado, como lo ha prometido estar, ahora y en la hora de nuestra muerte. En Cristo Maestro Camino, Verdad y Vida, Miembros de la A.C Sociedad de San Pablo de Venezuela

León Hual

de

PARA CURAR EL ESTRÉS, LA ANSIEDAD, O CUALQUIER PADECIMIENTO, NADA MEJOR QUE DIOS

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PRÓLOGO

Llevo varios días dedicado a la lectura, análisis y ponderación de “LA TERAPIA DE DIOS” y a fe que me he visto sorprendido gratamente y fuertemente impactado por su ¿contenido?, ¿pedagogía? No sé, simplemente por su conjunto. Seguramente usted se va a extrañar –hasta casi no creerlo– de lo que voy a decirle. No importa, le diré lo que realmente he sentido en la lectura analítica de su libro. Considero que el libro “LA TERAPIA DE DIOS” está llamado a hacer mucho bien a mucha gente. Es un obra notable (y ¡no se espante!) en cierto sentido, de lo mejor que he leído. El libro cautiva, la atención queda prendida y el lector no lo puede soltar de las manos; su estilo es directo, personal, simple. Las verdades –digamos el mensaje– no sólo están bien masticadas y fácilmente digeribles, sino hermosamente expuestas, 5

con relieves vivos, colores variados y comparaciones modernas. Al autor se le siente próximo, familiar, cálido, amigo; en suma, se comunica con el lector. La pedagogía es excelente con moderadas reiteraciones, ordenada y evolutiva, rigurosamente analítica, simple, sin complicaciones; en suma, muy práctica. El mensaje o contenido es notablemente positivo, evangélico, liberador, con una presencia eternamente presente de Dios-Amor. Hay un aliento de vida que sopla desde la primera hasta la última página. Lo felicito de todo corazón y deseo que Dios mismo sea su mayor recompensa. Ignacio Larrañaga Bogotá, enero 6 de 1986

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INTRODUCCIÓN El estrés, la ansiedad, la depresión y muchos otros padecimientos, destrozan nuestras vidas y acarrean problemas tremendos. El autor de este libro padeció durante muchos años un agotador estrés que lo sumía en depresiones terribles y lo hacía profundamente infeliz. León Hual requirió de tratamiento especializado (psiquiatras, psicólogos, etc.), sin embargo, en esa búsqueda por resolver sus problemas, se acercó a Dios y encontró en Él la palabra, el alimento y la terapia para recuperar la salud y la felicidad.

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1. AL PADECER

UNA ENFERMEDAD

Al padecer una enfermedad, mientras el cuerpo se desgastó en sufrimientos, la salud parece una promesa lejana y ausente. Hay pacientes que han perdido la fe y su malestar los envuelve en una atmósfera cargada de desaliento y desesperación. Padecer un estrés constante, dejarse llevar por el nerviosismo o perder sistemáticamente el sueño por preocupaciones que martillean sin cesar la mente es, también, una grave enfermedad. Cómo quisiéramos que esas tensiones desaparecieran y volviéramos a ser confiados y felices, como en otros días. Hay personas que cuando las cosas les salen mal o cosechan fracasos en la vida, se sumen en un estado de depresión angustioso y terrible: su mente les reprochó cruelmente los errores cometidos, se desgarran interiormente y se producen a sí mismos daños 8

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que, partiendo de la desesperanza, van a desembocar en el alcohol o en otros recursos inútiles que les destruyen el cuerpo y les arruinan los cimientos mismos de su hogar. El hombre, en ocasiones, siente que es ya un inútil, que no tiene caso seguir viviendo y medita seriamente en quitarse la vida: su depresión ha hecho crisis y la persona no es más que una basura que deambuló sin rumbo y sin sentido. Para tu tranquilidad, existe un método sencillo de curación, tan fácil que tú mismo lo podrás utilizar sin ayuda de terceras personas. Su acción es rápida y eficaz: tú no tendrás que esperar mucho tiempo para comenzar a sentir alivio y verdad en tu espíritu. Tus enfermedades y males irán desapareciendo. La Terapia de Dios actúa como un bálsamo de salud; tú disfrutarás de la vida como un amanecer pleno de esperanza... La mente es poderosa y dentro de nosotros se fraguan, como en un complicadísimo laboratorio, una cantidad de vericuetos a veces siniestros, que nos arrojan a un caminar sin sentido en el que vamos de la mano con la soledad y la tristeza. Cuántas veces hemos escuchado: “Ya estoy cansada, he agotado todos los medios: mi mal no tiene 9

remedio”. “Ese médico lo único que busca es la manera de sacarme más dinero...”. “Me está matando esta ansiedad y no sé ya qué hacer...”. La Terapia de Dios actúa, básicamente, a través de la comunicación Suponte que tú deseas obtener algo importantísimo para tu vida, de lo cual depende tu realización personal y el bienestar de tu familia. Tú debes entrevistarte con un alto ejecutivo, quien tiene en sus manos la decisión: positiva, para que te encamines al éxito; negativa, para sumirte, quizás, en la desesperación. Sabes que su tiempo es oro y ensayas las muchas maneras de abreviar tu mensaje hasta recortarlo a sólo cinco, quizás cuatro minutos. La noche anterior no duermes piensa y piensa… “¡No!, esta última forma de expresarse es mejor que lo primera..., aquí hay que cambiar algo”, etc., etc. Con tu discurso ya ensayado tú te presentas a la entrevista. La hora y media que este señor te hace esperar te parece eterna y los nervios te consumen, mientras ves cómo pasan otras personas que ni siquiera han hecho antesala. Tus manos te sudan y tú te preguntas cómo te atenderá este señor tan im10

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portante. Finalmente, te hacen pasar a un despacho elegante, pero vacío. Ahí no hay nadie, todavía; el señor es tan prominente que tiene dos, quizás tres privados y quizá en estos momentos estará acabando de atender otros asuntos. Cuando al fin aparece el hombre, te saluda deprisa y te dice que le expreses, brevemente, de qué se trata tu asunto. Tú sientes que el mundo se te cae encima y te pones mucho más nervioso; cuando empiezas a hablar se te traban un poco las palabras. Percibes que el señor consulta su reloj y ve, insistentemente, hacia una determinada puerta, como si esperara alguna llamada. Tú sientes que el señor no te está escuchando cabalmente, quizás por elemental educación te oye, pero su mente está en otras cosas, no en el mensaje que tú le estás expresando. Sales frustrado, no te has podido comunicar. Tú no vas a conseguir lo que quieres, no te han dado la oportunidad de escucharte. Imagina ahora que estás en una reunión en donde no conoces a nadie. Todas las personas, con un aire de mucha importancia, están lejos de tu alcance y tú, de pie, solo como un tonto, te sientes hacer 11

un papel de lo más ridículo. Quisieras desaparecer de ese lugar, o bien, participar en la conversación de algún grupo de personas, o sea: poderte COMUNICAR con alguien. Tu problema es uno: no tienes comunicación. En muchas ocasiones estamos ansiosos de platicar con quien quiera que sea, es como una necesidad de desahogarnos y darle salida a aquello que traemos adentro, pero... aquella persona, en lugar de escucharnos, quiere que nosotros la escuchemos a ella; de esas gentes que sólo saben hablar de “yo... mí... me... conmigo”. Aquella persona no está dispuesta a escuchar a nadie, tan sólo quiere que la escuchen a ella. Es frustrante, NO PUEDES TENER COMUNICACIÓN. Para tu sorpresa, la mayor frustración no es por falta de comunicación con los demás, sino porque TÚ NO PUEDES COMUNICARTE CONTIGO MISMO. De ahí nacen las frustraciones más terribles y, en una gran cantidad de casos, son las que producen nuestras enfermedades y nuestro malestar. Tú vas a aprender a COMUNICARTE CONTIGO MISMO y de esta comunicación, como si fuera un milagro, brotará la recuperación de tu salud y bienestar. 12

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2. COMPOSICIÓN DEL SER HUMANO I

Generalmente se ha aceptado que el ser humano está compuesto de dos elementos: 1. Alma, espíritu, mente o inteligencia. 2. Cuerpo, sentidos: vista, oído, tacto, olfato, gusto.

CUERPO A L M A

Figura No. 1

El ser humano es una maquinaria asombrosamente perfecta, mejor que cualquier reloj de precisión, mejor que los sofisticados sistemas para lanzar satélites al espacio. 13

Entre mente y cuerpo existe una comunicación admirable: las manos obedecen, al instante, los mandatos de la mente, lo mismo que las piernas o cualquier otra parte del cuerpo. La perfección consiste, en gran parte, en la armonía y comunicación que existe entre las diferentes partes de nuestro cuerpo. La mente es una computadora asombrosa que gira sus órdenes y el cuerpo las obedece tan fielmente como un acetato de alta fidelidad. — ¡Pide auxilio! Y el hombre se baja inmediatamente del coche descompuesto y agita las manos a los otros vehículos. — ¡Da vuelta a la derecha! Y el conductor aplica la palanca que señala con la luz intermitente. ¡Qué maravilla de comunicación entre mente y cuerpo! En muchísimos casos la comunicación entre mente y cuerpo es tan estrecha que los dos elementos actúan como uno solo: yo voy manejando y percibo el peligro de chocar contra un coche que se ha frenado súbitamente. Mi pie derecho pisa violentamente el pedal del freno. Esta acción es impensada, un acto reflejo, automático, como un recurso angustioso para evitar el impacto. En este caso no ha habido tiempo de establecer una larga comuni14

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cación entre la mente, que da la orden de frenar, y el pie, que ejecuta el mandato: la comunicación de estos elementos de nuestro ser es automática, integrada, como un sexto sentido, para librarnos del peligro y conservar la vida. Lo mismo sucede cuando, aun sin verla, percibimos que alguien nos tiró una piedra: la cabeza baja rápidamente y la piedra pasa rozando nuestros cabellos. La comunión entre mente y cabeza fue un reflejo impensado, automático: así de bien funcionan los elementos de nuestro ser; se hacen uno para librarnos de los peligros; su comunicación (o comunión) es perfecta. Ahora consideremos qué pasaría si, estando por chocar contra el auto que se detuvo súbitamente, nuestro pie derecho no obedeciera la orden de frenar: chocaríamos horriblemente y quizás las consecuencias fueran fatales. Yo tendría que estar loco para no frenar enérgico; sólo un demente dejaría que él y su familia se estrellaran en forma brutal. No se concibe que una persona normal deje de frenar en estos casos y vaya al matadero. Supongamos ahora que hay un loco, tonto, tarado, o como queramos llamarle, que no frena, choca 15

impresionantemente; dos de los niños mueren y los otros tres tripulantes van a dar al hospital, sumamente graves. Analicemos qué sucedió: la mente le dio la orden de frenar al pie, pero éste por razones inexplicables no frenó. La tragedia tuvo lugar porque no hubo armonía entre mente y cuerpo, porque la comunicación de la mente (S. O. S. ¡Frena!) fue como un grito en el desierto: el pie no le hizo caso a la orden; el cuerpo no respondió al llamado de la mente. No hubo armonía entre los dos elementos de este chofer. Volvamos a nuestras enfermedades y padecimientos. En muchísimos de los casos son ocasionados porque no existe armonía o comunicación entre los elementos de nuestro propio ser. Es más, el estrés, el nerviosismo, la ansiedad y muchísimos otros padecimientos que tenemos que soportar día con día, son provocados precisamente por esa falta de armonía o comunicación entre los elementos de nuestro propio ser. Guiados por La Terapia de Dios, aprenderemos a tener una comunicación integral con nosotros mismos y, a través de esta comunicación, nuestras tensiones y aflicciones irán desapareciendo. 16

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Veíamos que generalmente se ha aceptado que el ser humano está compuesto de dos elementos: 1. Alma, espíritu, mente o inteligencia. 2. Cuerpo, sentidos: vista, oído, tacto, olfato, gusto. Sin embargo, podríamos considerar que el ser humano NO está compuesto sólo por estos dos elementos, sino por TRES y el más importante, o sea, el fundamental, ha sido lamentablemente olvidado.

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DATOS DEL LIBRO Autor: Linda Duque ISBN: 9789803506391 Formato: 14.5 * 22.5 cm. Páginas: 160

Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

Eti que te interesas ser mejor persona cada ste libro ha sido escrito especialmente para

día de tu existencia. La lectura de todos estos capítulos, lo único que requiere es franqueza y valentía para que tú puedas reconocerte, proyectarte e identificarte con las diversas, situaciones esbozadas. El lector tiene toda la libertad del mundo para acometer este libro en el orden que le sea más interesante o conveniente. Linda Duque, habla de situaciones que nos acontecen todos los días: valores y virtudes. 18

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3. COMPOSICIÓN DEL SER HUMANO II

“Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Gén. 1, 26). Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer; o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos; o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y Jesús les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 37-40). Dios es el principio y el fin de todo ser humano. Dios es el único cauce sobre el que puede discurrir mi vida, que fuera de su cauce, se perdería entre las arenas del desierto. Dios es como la raíz del árbol que lo nutre de vida para que se llene de follaje y ofrezca frutos. Hay árboles que permanecen erguidos aun cuando su 19

raíz se ha secado: ya no dan frutos, ya no se visten de follaje, viven muertos. Para entender mejor la estructura o composición de nuestro propio ser, veamos la figura número 2: Cuerpo Alma

D I O S

Figura No.2

Dios es el Camino, la Verdad y la Vida… y también la felicidad. Sólo en Dios puede encontrarse la paz y la realización plena del hombre. Dios esconde su tesoro entre los harapos del pordiosero y detrás de la expresión triste del pobre muchacho que nos importunó cuando limpió el parabrisas de nuestro coche. El hombre es poderoso Dios, en su infinita sabiduría, hizo poderoso al hombre, veamos: Dios dispuso que el cuerpo de todo ser humano debe morir: convertirse en polvo. Sólo Él sabe el día y la hora. Todos tenemos que morir. 20

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Dios tiene facultad de vida o muerte sobre el cuerpo humano. El hombre, sin embargo, es poderoso: el hombre, y sólo el hombre, tiene facultad de vida o muerte sobre su propio espíritu. Y aún más: EL HOMBRE TIENE FACULTAD DE MATAR O DESTRUIR LO MÁS IMPORTANTE DE SU SER, es decir, el hombre tiene poder suficiente para extirpar a Dios de sí mismo y arrojarlo fuera de su propio ser. Según la figura número dos, el ser humano está compuesto de: l. Dios. 2. Alma, espíritu, mente o inteligencia. 3. Cuerpo, sentidos: vista, oído, tacto, olfato, gusto. El hombre puede desterrar de sí mismo a Dios, elemento fundamental de su vida y... vivir muerto aun cuando tenga, quizás, mucho poder, muchos servidores, abultadas cuentas en los bancos... Mientras el hombre no se llene de Amor, es decir, mientras el hombre no se llene de Dios, no podrá alcanzar la paz de su espíritu, la realización plena de su vida y, por consiguiente, la felicidad.

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¿Cuál es el mayor mandamiento de la Ley?... El mandamiento más importante es: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Hay otro que es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mt 22,36-40). No existe otro mandamiento mayor que éstos. Si yo tuviera que definir a Dios con sólo una palabra, ésta sería indudablemente Amor. Creo, profundamente, que Dios nos creó por amor. Por amor es que todo existe en la vida. Recuerda, hombre, que tú fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios. Tú te deshaces y no puedes dormir pensando y angustiándote sin poder resolver tus problemas: la ansiedad te corroe y padeces un estrés terrible que no te deja en paz. Es fácil resolver tus problemas, todo es cuestión de que entiendas que DIOS ES LO MÁS IMPORTANTE DE TU PROPIO SER. Si tú aprendes a comunicarte con Dios, vas a lograr una comunión y armonía, plena de paz, dentro de tu propio ser. Tu felicidad se extenderá, como un abrazo, para abarcar generosamente a quienes están cerca de ti. 22

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4. LA COMUNICACIÓN

En cierta ocasión encarcelaron a un reo y lo refundieron en una celda desquiciante, enloquecedora: durante tres meses no vio a nadie, tan sólo escuchaba los pasos de la persona que, por arriba de la celda, le arrojaba todos los días su alimento. Un día percibió que en la solitaria prisión habían encerrado a otro preso y que quedaba en la celda contigua, separada seguramente por un gruesísimo muro. El primer reo se las ingenió para comunicarse con su compañero y, pasado un tiempo, pudieron, a través de golpecillos en la pared, platicarse sus inquietudes y estados de ánimo: esa comunicación era el único hilo del que pendía su esperanza y su sostén para soportar la crueldad a la que eran sometidos. Es a través de señales y cambios de luces que un avión comunica su presencia cuando cruza vertiginosamente los cielos. 23

Al cumplir veinte años de casados, el novio llevó serenata a su esposa. Al final, los violines tocaron “Júrame”... No hubo necesidad de cantar la canción, la melodía comunicaba todo aquel precioso recuerdo cuando por primera vez unieron sus mejillas y compartieron la ilusión de vivir juntos. Asimismo, un ramo de flores comunica, en ocasiones, muchísimo más que el discurso más florido. El jefe de publicidad de una empresa presentaba su programa de televisión ante los ejecutivos de la compañía; era un despliegue de ingenio e innovación. El hombre estaba nervioso, no sabía qué reacción tendrían los jefes. Atrás del publicista estaba el gerente de compras, quien había colaborado en los novedosos planes publicitarios; este compañero posó su mano sobre el hombro del publicista y le comunicó una tranquilidad y confianza que difícilmente le hubiera podido transmitir con la palabra hablada. Dos prominentes banqueros están casi de acuerdo para cerrar un trato multimillonario y atrevido. Frente a ellos están los empresarios que erigirán el más fabuloso centro comercial del país. Ya se han estudiado los pros y los contras, ya se ha discutido 24

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exhaustivamente todo y..., persiste la duda. Uno de los banqueros busca los ojos de su colega, lo toca, rápidamente, con una mirada que no deja duda: es negativa. Los bancos no financiarán la obra. A esos empresarios no conviene darles un no tajante, hay muchos negocios de por medio... El banquero utilizará su mano izquierda, pero… ese crédito no se concederá: una mirada lo ha comunicado todo. Me encuentro en un banquete y, de buenas a primeras, sin estar yo preparado, me orillan a hablar y expresar mi opinión sobre un intrincado asunto. Mi esposa, por abajo de la mesa, toma mi mano y me comunica tal confianza que me anima a levantarme y hablar tranquilamente, sin miedo. La palabra, oral o escrita, es el elemento que generalmente se ocupa para comunicamos; existe, sin embargo, la comunicación espiritual, la que se enlaza con el pensamiento y transporta una plenitud hermosísima que nos llena el corazón, por ejemplo: yo estoy en el aeropuerto, esperando a mi ser querido. Consulto mi reloj: faltan tres cuartos de hora. Toda la noche y todo el día anterior estuve pensando en ella, que representa para mí toda la felicidad y la razón de vivir. Ella, en el avión, consulta su re25

loj: faltan tres cuartos de hora. Yo sé que ella piensa en mí y vive de la confianza de saberse amada y recordada. Nuestro pensamiento nos comunica esa ilusión de que ya muy pronto nos veremos y podremos abrazarnos y besarnos. Hay un enorme cariño dentro de esa comunicación, no hace falta vernos para estar comunicados. El avión se detiene, le ponen la escalerilla y aun cuando no podemos oírnos, pues el ruido de las turbinas es ensordecedor y el aparato está demasiado lejos, nos comunicamos mil emociones agitando los brazos y alcanzamos a adivinar una sonrisa de inmensa alegría. Pasada ya la aduana, finalmente podemos abrazarnos y en ese estrechar los cuerpos, estamos uniéndonos íntimamente en pensamiento y cariño, en ilusión de continuar nuestras vidas como un solo sendero lleno de esperanza. ¡Cuánto nos hemos podido comunicar sin decirnos palabra alguna! Así, de esa manera, es como yo he de comunicarme con Dios y, al lograrlo, estaré comunicándome conmigo mismo. La comunicación armónica entre todo mi ser es la que traerá nuevamente la salud y la paz, la alegría y la felicidad. 26

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Dos seres que se aman, que comparten el diario alimento del alma y del cuerpo, que alojan sus sueños bajo el mismo techo, cierto día, con motivo de un viaje, tienen que estar separados durante unas días. Hombre y mujer se encuentran separados por cerca de tres mil kilómetros, pero los dos están comunicados aun cuando no gasten en conferencias de larga distancia. Él piensa mucho en su esposa y en sus dos hijas, a las que adora con todo el corazón. Ella piensa en su marido, todo su sostén y su razón de vivir. Entre ellos dos existe una comunión: es una comunicación espiritual. No hace falta diálogo para que exista esa comunicación. Con el pensamiento él estará acariciando a su esposa y ella lo extrañará vivamente como una necesidad de abrazarlo y sentirlo cerca; pero la comunicación espiritual entre los dos existe, es tan real como la añoranza de sentirse cerca, es la comunicación hermosa de amar y... saberse amado. ¿Qué es lo que une a estos dos amantes tan estrechamente? Los une algo que los dos tienen en común: el amor. Él es completamente diferente a ella en sexo, color de piel, carácter, constitución física, inteligen27

cia, cualidades, etc. Hay algo, sin embargo, que es exactamente igual en los dos seres: el amor. Los dos han sabido albergar dentro de sí mismos al amor y lo han cultivado, día con día, como se cuida la niña de los ojos, como un verdadero padre y una verdadera madre cuidan de sus hijos. El amor los une y los comunica sin importar los días de separación; existe unión espiritual entre los dos, unión que es posible gracias al amor. Cuando no hay amor, no hay vínculo que pueda unir, no existe comunicación. Para que aprendamos a curarnos de nuestros males, es muy conveniente que estemos de acuerdo en identificar la palabra Dios con la palabra amor. Las dos palabras tienen cuatro letras; las dos se escriben con mayúscula; las dos palabras significan lo mismo. Si recordamos la figura número dos, en la que aparece la estructura o composición de nosotros mismos, veíamos que lo más importante de cada ser humano es Dios. Bien, ya estamos preparados para hablar más en confianza, ya nos entendemos mejor. Imaginemos un anuncio luminoso, de esos que se encuentran en las grandes avenidas y que está cambiando continua e incesantemente: Dios Amor Dios Amor... 28

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Este juego de imágenes, como lo veremos más adelante, va ser la varita mágica que nos devolverá, poco a poco, la salud. Este comprender y entender a Dios como amor es lo que alejará de nosotros el estrés, la falta de confianza, el nerviosismo agotador y muchos otros padecimientos. Lo que buscamos, como locos en la vida, es que nos hagan caso, que nos tomen en cuenta, que nos quieran. NO que nos olviden. NO que nos tiren de locos. NO que nos desprecien. El amor es lo que mueve al mundo. El amor es el anhelo más apremiante del hombre. Amor es lo que da una madre a su hijo recién nacido, incapaz de valerse por sí mismo. Amor es alimento más necesario que el trigo, más vivificante que el agua. El ser humano, al buscar la caricia, el aplauso, el reconocimiento, está buscando tan sólo una cosa: ser amado. A mí me encanta cuando la empleada del supermercado me saluda con una sonrisa, es decir, cuando es amable. La realización del ser humano es así de simple: Amar — Ser amado.

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DATOS DEL LIBRO Autor: Ignacio Larrañaga ISBN: 9789803504892 Formato: 11 * 15.5 cm. Páginas: 208

Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

E

ste libro no pretende el sueño imposible de eliminar de raíz las penas de la vida, pero sí mitigarlas, arrancar algunas espinas, sanar algunas heridas, enjugar muchas lágrimas para que el lector pueda sentarse por fin a la sombra fresca de la arboleda para respirar, dormir y soñar en paz. Este libro no le defraudará.

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5. EL LENGUAJE DE DIOS

Según hemos visto, la Terapia de Dios nos ayudará a sanar mente y cuerpo, teniendo como elemento fundamental la comunicación con Dios. Tú estás acostumbrado a comunicarte generalmente por medio de la palabra, de viva voz o escrita; aprenderás, sin embargo y muy fácilmente por cierto, el lenguaje de Dios, es más, te va a encantar. El amor, que vive en ti, se despliega generosamente llenando de colorido las flores y vistiendo de pureza las cimas de los volcanes. Al amanecer el alba luce diferentes tonos y el crepúsculo, como un eco, imita la magia de teñir los cielos. La corneta es como un suspiro que se le ha escapado al amor y las estrellas destellan su luz como si nos guiñaran con cariño los ojos. Al pasear por los bosques, hemos escuchado el canto de los árboles: el viento suave que mece los follajes produce un verdadero canto que llena de 31

magia y hace soñar y, mientras contemplamos esos paisajes pintados por la mano maestra del amor, sentimos su lenguaje como algo real, vivo y latente y entramos en comunicación con la naturaleza. En los rojos, bermellones, carmines y naranjas-oro del atardecer existe un lenguaje. Mientras yo contemplo embobado el hechizo de la inspiración de Dios, tal parece que el cielo dialogara conmigo mostrándose a cada momento diferente, como si sus palabras fueran los colores y sus frases el efecto que producen sobre el cielo del atardecer. Concebimos a Dios lleno de amor, que todo lo abarca, que todo lo abraza y lo llena de su espíritu creador: el espíritu del amor. ¿Cómo ha de ser nuestra comunicación con Él? Muy sencillo: una comunicación de amor. Analicemos el lenguaje de Dios y lo haremos nuestro, más rápido y fácilmente que un niño cuando aprende la lengua moderna. Dios comunica a través del espíritu Todas las cosas fueron hechas para el hombre: el agua nos comunica alivio para la sed, los cereales y los frutos nos comunican saciedad para el ham32

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bre, el trigo nos comunica alimento al ser la base del pan... pero, no sólo de pan vive el hombre... Hacen falta las flores para enviarlas como mensajeras del cariño a un ser querido, hacen falta los árboles para darnos sombra, hace falta la alta montaña para lograr que nuestros ojos se eleven hacia el cielo... El avaro que se pasa todos los segundos de su vida imprimiendo billetes con el sudor de mucha gente, no tiene tiempo de comunicarse con la naturaleza, de disfrutar el rumor de las olas del mar, el vuelo encantado de las gaviotas. El enfermo que se la vive lamentándose de que Dios ya se olvidó de él, que sus males no tienen remedio, se desespera y desahoga su mal humor con todos los que se le paran enfrente... Igual que el avaro, no se ha dado tiempo para comunicarse con el verdadero sentido de la vida: el amor. El nervioso, el ser preñado de estrés, el que todas las cosas las quiere resolver él mismo, está perdido: hay muchas cosas que él jamás podrá resolver, existen miles de factores que están fuera de sus manos. Tú, si quieres curarte, tienes que aprender el lenguaje del amor. Es facilísimo, como todo, sólo es cuestión de práctica; sin embargo, aquí te llevare33

mos como quien dice de la mano para que inicies tu caminar por el único sendero que te llevará a la salud: el amor. ¿Recuerdas el lenguaje de las caricias? ¿El lenguaje de la comunicación espiritual de los esposos que se aman y que están a tres mil kilómetros de distancia? Así es el lenguaje de Dios, como una caricia espiritual que tu espíritu va a ir percibiendo más claramente, como cuando captas algo con la vista. Y tú dirás, tal vez, mi problema está precisamente en que no tengo fe. No te preocupes, la fe puede alcanzarse e irse acrecentando. — “Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han ‘visto y han creído” (Jn 20, 28-29). — “Él extendió la mano, tocó y dijo: ‘Quiero, queda limpio’. Y al instante quedó limpio de su lepra” (Mt 8, 2-3). — “Si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: desplázate de aquí hacia allá, y se desplazará, y nada os será imposible” (Mt 17, 20-21).

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6. EL ENFERMO

El enfermo que se encuentra sumido en su desesperanza ya no tiene fe, le han hecho tanto que llega a dudar que Dios lo quiera o que lo tome en cuenta. El vicioso que siente que su voluntad le flaquea y no puede decir no a la tentación, ya no le queda nada de fe. ¡Si tuviera, al menos, un poquito de fe!... se lamenta el pobre... y sigue bebiendo. No te preocupes, la fe puede alcanzarse; existe un comino seguro: COMUNICACIÓN CON DIOS. Tal vez tú digas: Pero, ¿cómo voy a comunicarme con alguien en el que no creo? Si Dios me ha abandonado, si estoy solo. La Terapia de Dios funciona con todos, no importa que crean poquito o que hayan perdido la fe, todo es cuestión de seguir los pasos que nos van a llevar a conseguir la fe. Estos pasos se llaman, tú ya lo sabes, comunicación con Dios. 35

Déjate llevar de la mano, como un niño, y sigue fielmente estas indicaciones. ¡Deja de preocuparte como si tuvieras en la mente un disco rayado! Cierra los ojos. Piensa que estás en la presencia de Dios. Piensa que Dios te está escuchando. ¡Comunícate con Él! Dile, por ejemplo: Señor, perdóname, pero yo no tengo fe, te estoy hablando porque así me lo sugirieron, pero dudo mucho que tú me estés oyendo. De chico me enseñaron a rezarte pero tú me pareces un ser lejano, muy distante de mi alcance. ¿Sabes?... me gustaría tener fe, pensar que tú me vas a ayudar, que pronto puedo estar sano y entonces volveré a ser alegre y gozaré de la vida... No tengas miedo de decirle todo lo que quieras a Dios; quéjate con confianza con Él de que no te hace caso, desahógate de la amargura que llevas dentro. Dile lo que se te ocurra, pero ¡por favor!, comunícate con Dios. Eso es lo que te hace falta, que te pongas en su presencia y le hables. — “Cuando oren, háganlo así: Padre Nuestro que estás en los cielos...” (Mt 6, 9-13). Tú piensa que eres hijo de Dios. Imagínate que un hijo tuyo te abandona y permanece alejado unos 36

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tres años en los cuales no sabes nada de él. ¿Cómo reaccionarías si tu hijo querido, aquel que ha dejado la herida de la ausencia en tu corazón, te llamara por teléfono y te dijera: Perdóname, me he portado mal, lo reconozco; pero mira, ya no te voy a abandonar, el domingo, como a las cuatro llego a la casa? Dios puede vivir, tener un templo en tu corazón... si tú así lo quieres. Continúa en la presencia de Dios. Quéjate de las medicinas que no te hacen efecto, desahógate. Quéjate de los médicos, de las inyecciones, de los análisis, de todo, no importa que no tengas por ahora fe. Tú hazlo. Comunícate con Dios, sigue hablándole de ti, de lo que te preocupa, de lo que tú quisieras ser. Dios te escucha. Sigue comunicándote con Dios, sigue hablando. Cuéntale tus cosas, cuéntale todo lo que quieras. Desahogarse es una magnífica terapia. Cuando tú le cuentas tus penas a una persona que te quiere y que tú sabes que te está escuchando con interés, aunque esa persona no te dé soluciones a tus males, tú ya estás sintiendo el alivio de la comunicación. La comunicación es una excelente terapia. La comunicación con Dios alcanza la fe. Busca a Dios, tan 37

frecuentemente como tú sientas necesitarlo. Cierra los ojos. Comunícate. No te preocupes de que tú no sientas nada. No te angusties de que pasen, quizás, los días y tú sientas que estás igual, que no mejoras en el camino de la fe. Persevera comunicándote. Hazlo. Comunícate... Otra vez. Otra... ¿Recuerdas que hablamos del lenguaje de Dios? Tarde o temprano tú vas a ir percibiendo su lenguaje. El lenguaje de Dios es paz que tu alma va a valorar. El lenguaje de Dios es el amor que te va a acercar a Él, a tus semejantes, a ti mismo. El lenguaje de Dios es fe. Tú vas a experimentar esa fuerza que, al nacer endeble, tímida, se irá fortaleciendo hasta llegar a mover montañas... Todo esto a través de una sola cosa: la comunicación con Dios. La plática con Dios, como si se tratara de una conversación con un amigo, recibe también el nombre de oración.

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7. EL ENFERMO EN PLENA CRISIS

Cuando el hombre se deja consumir por la ansiedad, pierde la esperanza y trata de desahogarse en vicios que lo sumen aún más en su decepción. Los valores que ha asimilado durante toda su vida parecen desvanecerse; llega un momento en que no le importa ya su familia, su trabajo, su responsabilidad. Un vicio, cualquiera que éste sea, ata al hombre y lo esclaviza; la voluntad ya no responde y el ser humano se vuelve una caricatura grotesca, un sucio comediante que causa lástima. Cuando hemos perdido la voluntad de ser libres, es decir, cuando un vicio encadena nuestra libertad, hemos de reconocernos enfermos: hay necesidad de una adecuada terapia para devolvernos la salud. Es agotante pasarse las noches sin dormir y estar siempre con la tensión y en lucha contra nosotros 39

mismos. Llega un momento en que parecen cerradas todas las puertas y... seguimos igual. No hay fuerza capaz de detenernos. Nada hay que nos haga reaccionar. De los males que padece el ser humano, los que genera la mente, que es poderosísima, son quizás los más despiadados, los más difíciles de sobrellevar. Es más, muchos padecimientos orgánicos tienen su raíz en esa mente nuestra que sigue siendo creadora por naturaleza, pero cuando funciona mal, se vuelve impecablemente destructora. ¿Qué hacer en esta encrucijada? ¿Qué hago yo conmigo mismo que tal parece que cada día estoy peor? Todo nuestro proceder se origina dentro de nosotros mismos y tiene una explicación: no hay efecto sin causa. Si procedemos mal es que algo, dentro de nosotros mismos, anda mal. Mucha gente acomplejada, fácilmente irritables, ordinarias o poco amables, actúan así porque han sufrido, en su cuerpo o en su espíritu, profundas lesiones, las más de las veces en su tierna infancia que les han provocado traumas muy fuertes: sus muy variadas expresiones pueden resumirse en una sola raíz: LES FALTÓ AMOR. Su reacción es lógica: 40

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les resulta muy difícil dar amor. De alguna manera tienen que desahogarse. Es algo inconsciente, una herida que permanece en nuestro interior y que no puede cicatrizarla el tiempo, se mantiene dolorosamente viva. El subconsciente en cada uno de nosotros es una computadora de superprecisión que recoge todas las sensaciones de nuestra vida y en un momento dado, cuando menos lo esperamos, sin saber por qué, nos invade la tristeza, el enojo, la desesperación, el miedo, la desconfianza... ¿Por qué soy yo así de inestable? ¿Por qué estando bien, de repente empiezo a sentirme mal? ¿Qué hay dentro de mí que produce estas tensiones? Muchas personas han utilizado con éxito el psicoanálisis, pero con largas sesiones durante mucho tiempo, con desgaste físico, emocional y monetario. Existen terapeutas que han logrado muchísimo a base de la comunicación que el paciente ha tenido con ellos, de la cual han sacado la información necesaria y, partiendo de sus conocimientos, de su experiencia y de una lógica atinada, han ordenado terapias adecuadas que llegan a devolver la tranquilidad y la confianza al paciente. 41

Existe, sin embargo, una terapia segura que no requiere de grandes esfuerzos, gratuita como el aire, sencilla como la palabra: La Terapia de Dios. Veíamos la fuerza tremenda de nuestro subconsciente; bien, coloquemos este elemento nuestro dentro de la composición del ser humano (ver figura número dos). Quedaría dentro del elemento 2: mente, inteligencia, alma, espíritu, subconsciente. Bien, lo más importante del ser humano, según lo hemos visto, es Dios (ver nuevamente la figura número dos). Yo estoy hecho a imagen y semejanza de Dios. Hay muchísimas cosas dentro de mí mismo que no me puedo explicar, porque lo más difícil que hay en el mundo es conocerse a sí mismo. Yo fallo lamentablemente y no sé por qué. Ya no sé qué es lo que debo hacer. Sigue esta terapia Piensa en Dios, quien lo sabe todo. Él tiene todas tus respuestas. Tú te puedes devanar los sesos tratando de explicarte tus dudas y difícilmente conseguirás las respuestas. Dios las sabe, pero además, Dios te ama, Dios es Amor. 42

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Tú has de aprender a confiar tus cosas a Dios y a ponerlas en sus manos. Dentro de lo que tú quieres arreglar, hay miles de factores que no están a tu alcance. Ponte en las manos de Dios. Confía. ¿Te cuesta trabajo?... ¡Naturalmente que sí! A caminar se aprende dando traspiés, como los niños que se dan mil golpecillos antes de andar con seguridad. Lo importante es que tú quieras aprender a caminar por el sendero de Dios. Dios es tu padre, Dios te ayuda. No desconfíes, déjate llevar y haz, fielmente, lo siguiente:

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DATOS DEL LIBRO Autor: María Fontaine ISBN: 9789587151855 Formato: 10 * 14 cm. Páginas: 112

Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

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ste libro proporciona motivaciones de inspiración cristiana para aprender a relacionarse con los que nos rodean. Sabemos que es un arte el relacionarnos bien con los demás, porque cada uno somos diferentes. Sin embargo, es posible trabajar día a día para construir relaciones fraternas basados en las enseñanzas de Jesús. Él sabe como llegar al corazón del hombre y quiere compartir ese secreto contigo. ¡Aprovecha la oportunidad que tienes de aprender del mejor Maestro! 44

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8. COMUNÍCATE CON DIOS

1) Ponte en la presencia de Dios y dile, por ejemplo: Señor, yo no sé lo que me pasa; me estoy preocupando tontamente y nada arreglo pensando que me van a salir mal las cosas. Tú, Señor, lo sabes y lo puedes todo, ayúdame; mira, soy tu hijo y me siento débil, dame la mano para que salga adelante de este asunto... Otro ejercicio mental fabuloso, que produce una gran tranquilidad, es pensar y analizar una oración, digamos, el Padrenuestro. Tú puedes hacerlo más o menos así: Padre nuestro que estás en los cielos... PADRE, o sea papá, el que trae el alimento al hogar. Mira, Papá, yo necesito alimentar mi espíritu que se siente débil, dame ese alimento tuyo que se llama paz y confianza. QUE ESTÁS. ¡Mira!... Se te habla de tú, con la confianza de un ser querido. Yo necesito hablar con 45

alguien que me comprenda, ¿podrías enseñarme a comunicarme contigo?... EN LOS CIELOS. Sí, estás en los cielos, pero tú dijiste: “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”. ¿Sabes?... Yo quiero permanecer en ti y necesito tanto que tú estés conmigo. Sé que estás en el cielo y en todo lugar, pero aquí me han dicho que tú estás en mí mismo; yo quiero que me ayudes, me hace mucha falta... Y así puedes tú solo continuar. ¿Notas la diferencia que existe entre recitar un Padrenuestro en forma mecánica, sin pensar, como un loro y, por el otro lado, establecer una verdadera comunicación con Dios? Tú puedes recitar el mismo Padrenuestro sin analizarlo, tal y como nos lo enseñó Cristo, pero pensando lo que estás diciendo, es decir, comunicándote real y verdaderamente con Dios. 2) Acepta la voluntad de Dios: aquí está el inicio de tu curación; que aceptes la voluntad de Dios, que estés conforme en que padezcas tu enfermedad. Tú puedes decirle a Dios lo siguiente: Señor, me cuesta muchísimo trabajo aceptar tu voluntad de que yo siga 46

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enfermo; me gustaría aliviarme pronto y la verdad yo no sé porqué permites que no me haya podido curar. Estoy de acuerdo en que se haga tu voluntad pero… ten piedad de mí, yo sé que tú puedes: mandarme la salud. Quien acepta la voluntad de Dios, pero de corazón, de verdad, no de dientes para fuera, recibe un bálsamo de consuelo pleno de paz. El gran secreto de la felicidad en la vida del ser humano está, precisamente, en estar conforme con la voluntad de Dios. Dios tiene en sus manos la vida de mi cuerpo y la de mis seres queridos. ¡Qué difícil es aceptar la muerte de un hijo joven, pleno de salud y de facultades! ¡Qué difícil es aceptar que la poliomielitis marque de por vida a mi hija! ¡Qué duro resulta, muchas veces, aceptar la voluntad de Dios! Y ese, justamente, será el principio de tu curación. Acepta tu enfermedad, Dios sabrá por qué te la mandó. Acéptala. Ten confianza que si Dios lo permitió es por algo positivo que te traerá beneficios. ¿Te resulta difícil admitirlo? Naturalmente. Es difícil, muy difícil. Pero nada logras lamentándote y haciéndote pedazos interiormente. Si quieres curarte: ¡Acepta tu enfermedad! Y ahora, el punto medular de tu curación. 47

DATOS DEL LIBRO

Autor: Antonio Pérez Esclarín ISBN: 9789803508883 Formato: 14.5 * 21.5 cm. Páginas: 176 Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

A

todos nos gustan los cuentos; por ello, los de este libro están dirigidos a los niños en general, desde los cuatro hasta los cien años. No olviden nunca que “si no se hicieren como niños, no entrarán en el reino de la pedagogía”. Después de cada uno de los cuentos, están algunas preguntas y actividades que ofrecen pistas para promover la curiosidad, la investigación, acceder a nuevos aprendizajes y sobre todo alimentar la necesaria reflexión humanizadora que nos lleve a vivir cada vez más plenamente nuestras vidas y a comprometernos en trabajar por un mundo mejor. 48

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9. CONFÍA EN DIOS

Tú vas a obtener resultados increíbles si haces una cosa: aprende a ponerte en las manos de Dios. Abandónate a la voluntad de Dios. Él es tu padre, no te va a fallar, jamás. Ten absoluta confianza en que Dios te ama y te ve como a un hijo. Tú puedes confiar en tu Padre. El hombre se destroza a sí mismo embrollando su mente con preocupaciones y tensiones nerviosas que lo acaban y, después de darle mil vueltas al asunto, resulta que tú estás preocupadísimo por muchas cosas que tú no puedes hacer, que dependen de otros factores, de otras personas. ¿Qué ganas preocupándote inútilmente? Dios se encargará de ayudarte y tú lo vas a percibir claramente. Existe una técnica o un plan de trabajo: a) Pon tu confianza en Dios. b) Trabaja. Tú te vas a esforzar solamente por 49

todo aquello que está dentro de tu alcance lograr. Jamás te vas a preocupar por lo que tú no puedes hacer, es decir, lo que depende de terceras personas. Tú vas a hacer tu máximo esfuerzo. Recuerda: nada menos que tu máximo esfuerzo. Antes de salir a trabajar todos los días, analiza la situación, con calma, en presencia de Dios; pídele que te ayude a pensar qué es lo que más te conviene hacer. Una vez que decidas qué es lo que vas a hacer: ¡Hazlo! Recuerda: pon tu mejor esfuerzo. c) No te preocupes si tus problemas no se solucionan pronto. Tú no debes apurarte ni estar nervioso de que tus males todavía no se alejan de ti. Mira, vamos a manejar el concepto del ÉXITO: tú tendrás el mayor éxito si cumples TU PLAN DE TRABAJO a toda tu capacidad. Recuerda que el éxito final, o sea, lo que tú quieres conseguir, depende de muchos factores externos. Hay ocasiones en que conseguir algo cuesta muchísimo trabajo, pero tú te vas a preocupar únicamente de lo que está en tus manos hacer e irás teniendo éxito diariamente si aportas cada día tu mejor esfuerzo. No imagines el éxito como una meta, sino como un diario caminar; todos los días aportando tu me50

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jor esfuerzo. Todos los días poniéndote en las manos de Dios y confiando en Él. La embrollada madeja del interior tuyo envuelve traumas que te han dejado heridas y, sin quererlo tú, de buenas a primeras, te sumen en un estado de pesimismo, tristeza, depresión y tú piensas que no sirves para nada, que no tienes voluntad y mil tonterías más. Confía en Dios como terapeuta. Él te dará, con su hermoso lenguaje de paz, las respuestas que buscas. El asunto que te angustia y que depende de tu esposo(a) quizás, o está fuera de tus manos, pero al alcance de las manos de Dios. Confía en Dios, él es buen abogado. Cuando a ti se te cierran los caminos, la oración, o sea, la comunicación con Dios, te abre una puerta ancha, amplia, para que dejes trabajar a Dios. Tú jamás podrás estar seguro de que aquello que tú quieres lograr es lo que te conviene. Tú piensas que sí y te afanas y te desvives por lograrlo, pero sólo Dios sabe si será provechoso para ti. 51

Confía en Dios, él es el mejor padre. Dios sabe qué es lo que te manda y por qué lo hace. Confía en Dios. ¿Te sientes infeliz, fracasado? ¿Haces todo tu esfuerzo y... fallas? Oye, ¿y has hecho tu mejor esfuerzo ante la presencia de Dios?... ¿Has mezclado a Dios en tus cosas? Confía en Dios, él es la felicidad. ¿Tu matrimonio padece la enfermedad de la incomunicación? ¿Ya el calor del cariño es un recuerdo envuelto en el tiempo? ¿La rutina y el hastío presencian su caminar árido, sin sentido? CONFÍA EN DIOS. ÉL ES LA FUENTE DEL AMOR. DIOS ES EL AMOR MISMO. Dios y sólo Dios va a traer a tu hogar ese renacer de cariño y esperanza. Confía en Dios. ¿Tu enfermedad ha hecho crisis? ¿Ya no la aguantas? ¿Ya te desesperaste?... COMUNÍCATE CON DIOS. No tardarás en percibir su lenguaje. El lenguaje de Dios es perceptible como el calor de una caricia, como ese delicioso reaccionar tuyo cuando recibes un elogio. ¿Necesitas pruebas, signos visibles, para poder confiar? Los tendrás. Dios te enviará signos visibles 52

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que podrás percibir claramente. Todo es cuestión de que hagas, fielmente, lo que hemos dicho: 1. COMUNÍCATE CON DIOS. 2. ACEPTA SU VOLUNTAD. 3. CONFÍA EN DIOS. Y pronto recobrarás la salud.

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DATOS DEL LIBRO Autor: Gabriele Amorth ISBN: 9789587158373 Formato: 14 * 21 cm. Páginas: 240

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Epósito para provocar. Es

l Último exorcista. Es un título puesto a proobvio que yo no soy el último exorcista que haya quedado en este mundo. Después de mí vendrán otros que ya están aquí, y hasta son jóvenes. Pero somos tan pocos en el mundo que cada uno de nosotros en su batalla diaria se siente de manera inevitable como si fuera el último, el último exorcista llamado a pelear contra el gran enemigo, el príncipe de este mundo Satanás. 54

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10. LA COMUNICACIÓN CON DIOS

La comunicación que tengas con Dios se va a convertir en un verdadero diálogo. ¿Esto quiere decir que así como yo voy a expresarle a Dios mis cosas, Dios me va a expresar algo a mí? Efectivamente, la respuesta es afirmativa, sin duda alguna. Tu comunicación con Dios será un verdadero diálogo, no una comunicación unilateral. Dios tomará parte activa. Recordarás, cuando empezamos a hablar de comunicación, que resulta frustrante hablar con una persona con la cual no podemos establecer una verdadera comunicación. Imagínate qué absurdo sería si tu comunicación con Dios fuera algo así como estarle hablando al viento... ¿Recuerdas que consideramos ya cuál es el lenguaje de Dios y cómo tú puedes ir aprendiendo su lenguaje? El lenguaje de Dios es un lenguaje de Amor. 55

Lo que buscamos todos en la vida, desesperadamente, es que nos den amor, que nos quieran, que nos regalen una caricia, una sonrisa de aprobación. Dios que, como ya lo vimos, es el Amor mismo, se va a expresar a través de darte Amor y tú lo vas a percibir, verdaderamente, con más claridad que si lo captaras con tu vista: tú creerás porque lo estarás viviendo real y palpablemente. No esperes, desde luego, oír la voz de Dios como si se tratara de otra persona similar a ti. Fíjate bien cómo funciona un diálogo entre dos seres humanos: a) Uno habla y el otro escucha. b) El otro habla y uno escucha. En cambio, en mi diálogo con Dios sucede lo siguiente: a) Yo hablo y Dios escucha. b) Dios se expresa en mi vida como un eco de Amor envolvente, cariñoso, pleno de verdad. Yo puedo percibir, sentir ese lenguaje de Dios, ya sea al momento en que yo estoy hablando, o bien, a partir de las mil circunstancias que rodean mi vida. Explicaremos esto más claramente: Si yo he puesto toda mi mente, todo mi corazón, todo mi ser cuando me comunico con Dios, puedo 56

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tener la absoluta certeza de que Dios va a participar en ese diálogo que yo he iniciado. — “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá” (Lc 11,9). Imagínate la comunicación con Dios como un conducto seguro por medio del cual tú viertes tu plática a Dios y Él se comunica contigo a través de amor. Ese es el lenguaje de Dios: el Amor. Dios te dará un mayor amor a ti mismo, muy diferente al egoísmo. Será un verdadero amor. Tú te comprenderás mejor, entenderás mejor tus cosas y, algo increíblemente valioso, aprenderás a aceptarte a ti mismo, aprenderás a perdonarte, a aceptar que te has equivocado, que tus posibilidades, en aquellas circunstancias de tu vida, fueron pobres. Aceptarás tus errores, tus limitaciones. Tendrás el bálsamo del perdón… a ti mismo. Porque si es difícil perdonar a los demás, es mil y mil veces más difícil perdonarse a sí mismo. Si es difícil aceptar las fallas de los demás, es mil y mil veces más difícil aceptar que yo me he equivocado. El lenguaje de Dios se expresará a través del perdón a ti mismo, que será como una nueva esperanza en tu vida. ¿Por qué te sentías defraudado? ¿Por qué 57

te abandonabas a un vicio y dejabas de luchar? ¿Por qué ya no creías en ti mismo? El lenguaje de Dios es Amor que traerá ese perdón y aliviará las heridas de los traumas que están latentes en tu subconsciente, desde hace quién sabe cuanto tiempo. ¿En qué momento sentirás el lenguaje de Dios? Depende de muchos factores; lo podrás percibir, en ocasiones, de inmediato y otras veces el lenguaje de Dios será quizás imperceptible al principio, pero irá creciendo en ti hasta sentirte envuelto en ese amor que tú tan afanosamente buscas. Dios es Amor. El lenguaje de Dios lo captarás en ti mismo cuando sientas que amas más a tus seres queridos, que amas más a la gente. Comunícate con Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente, con todo tu corazón... Dios te comunicará su comprensión, su apoyo, su perdón; en una palabra: su Amor. Recuerda una cosa: Dios es el que siempre perdona. — “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces? Jesús le respondió: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mt 18, 21-22). 58

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11. MI COMUNICACIÓN CON DIOS Podría yo comparar mi vida, sin Dios, con un desierto. No prosperan en él las plantas ni se cosechan frutos y yo me pierdo en mi egoísmo, dentro de la soledad y la aridez. Un solo elemento hace falta para que ese desierto se llene de verdor y cosechemos uvas y mil frutos más: la presencia de un río. Esa es la imagen de mi comunicación con Dios: como un enorme Nilo que va llenando todo de verdor, de flores y frutos y es más generoso cuanto más amplio se vuelve, cuando lleva más caudal de agua. La existencia de un río de comunicación en mi vida depende únicamente de mí, de que yo quiera, de que yo sienta la necesidad de esa agua que me va a dar la vida. Existen las más variadas formas de comunicación y vamos a irlas degustando como se saborea un alimento delicioso. 59

Oraciones tradicionales Por ejemplo, el Padrenuestro; mismo que yo puedo recitar, con calma, pensando cada una de las frases, sintiendo el mensaje hermoso que quiero comunicar con cada idea. Vale más un Padrenuestro en el que se pone toda la mente que muchas oraciones recitadas mecánicamente, sin pensar. Plática con Dios Así de simple: una plática, una comunicación sencilla. No hace falta ir hasta un templo para hablarle a Dios, pues Él vive dentro de mí. Yo puedo sentarme en la banca de un parque y dedicarme a contemplar, sin prisa, el vuelo de los pajarillos o la caída de las hojas. Es posible que allí, sin darme quizás cuenta, tal vez en forma espontánea, comience a platicarle mis cosas a Dios y sienta el alivio de la comunicación. No es difícil platicar con Dios, como todo, sólo es cuestión de intentarlo una y otra vez. Lo más probable es que muy pronto empecemos a hablar con Dios tan animadamente como lo hacemos con el compañero de trabajo. 60

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Oración en voz alta De la misma manera que se reza una oración conocida en voz alta, en compañía de otras personas, puedo yo decirle a Dios, por ejemplo: Señor, ayúdame; tú sabes que tengo este grave problema y no sé cómo resolverlo. Haz que todo salga bien, ilumina mi entendimiento para que diga solamente lo que conviene; yo te pido, Señor, que tú hables por mí, que seas tú quien arregle todo. Es posible que, siguiendo mi ejemplo, otro de los presentes se anime a orar: Dios mío, yo te pido que alivies a mi esposa, que no se vayan a complicar las cosas. Recordemos las palabras de Cristo: “Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 19-20). El otro día tuve una experiencia muy grata; además de hacer nuestras preces en forma espontánea cada quien, nos tomamos de las manos y así, bien enlazadas nuestras necesidades, fuimos diciéndole a Dios, cada quien con sus propias palabras, lo que 61

sentía y necesitaba: Fue una comunicación más estrecha; nuestras manos, que sostenían las carencias de los compañeros, sentían también el calor de la comunicación, el alivio de nuestras tensiones y todos compartimos la esperanza de que nuestras preces habían sido escuchadas cabalmente. El canto Hemos escuchado, tal vez: El que canta ora dos veces. El canto tiene una comunicación muy hermosa, plena de verdad. Cuando cantamos sin miedo, poniendo el corazón en la voz, nuestra comunicación es excelente. El canto de las demás personas parece como una ofrenda que se junta a la nuestra para ofrecerse a quien puede darnos todo aquello que necesitamos. Lectura de la Biblia Está ahí el mensaje mismo de Dios, Su alimento, Su consuelo. Abre tu Biblia en cualquier parte. Lee unos párrafos. Medítalos, Piensa por un momento qué te quiere decir Dios hoy. Leer la Biblia es una excelente comunicación con Dios, es como un amigo que te está enseñando a 62

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orar, a platicar con Dios. El día de hoy aparta un poco tus quehaceres y abre tu Biblia… vale la pena que dejes que hable Dios en tu vida... Oración en familia Es un lazo de unión entre esposo, madre e hijos. Qué cosa más natural y hermosa que una familia una sus voces para darle gracias a Dios, para pedirle lo que necesita. Puede adquirirse la costumbre de rezar unas breves oraciones por la noche y, antes de entregarse al descanso, tener un momento de comunicación con Nuestro Padre Dios. Si tú eres católico, puedes comunicarte estrechamente con Dios por medio de la santa misa, de la cual hacemos amplios comentarios en los capítulos adicionales a “La Terapia de Dios”. Al final se encuentra un capítulo acerca de la comunicación con la mas hermosa de todas las criaturas.

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DATOS DEL LIBRO

Autor: Antonio Pérez Esclarín ISBN: 9789803505561 Formato: 14.5 * 21.5 cm Páginas: 208 Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

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n libro de Antonio Pérez Esclarín que intenta guiar al lector a plantearse en serio su vida y a buscar de un modo decidido su plenitud y su felicidad. Cada lector podrá alcanzar su meta cuando se esfuerce por conocerse en profundidad, se quiera cada vez más y busque con decisión el camino de la propia felicidad. 64

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12. UNA FALTA DE AMOR

Aplica toda tu atención a este capítulo, lo vas a entender perfectamente y, al asimilarlo, estarás en posición de sanar, sin lugar a dudas, Es hora de resolver tu problema, no de aplazarlo y dejarlo para mañana, como lo has hecho en repetidas ocasiones. Hoy vamos a resolver definitivamente el problema. Veamos qué es lo que está sucediendo contigo; es posible que tú te encuentres en uno, o en varios, de los siguientes casos: Depresión Estás totalmente desanimado, ya no tienes confianza en ti mismo; piensas que eres un inútil y ya no sirves para nada, que tu voluntad no te funciona, que has fracasado totalmente y hasta te llegas a preguntar: ¿qué caso tiene ya seguir viviendo así? ¿Qué es lo que sucede dentro de estos estados depresivos?... 65

Sucede que tú te castigas despiadadamente a ti mismo, te refugias en tu fracaso como un masoquista que se goza en el sufrimiento. Es un estado totalmente anormal. Tú, cuando no estás sumido en tus depresiones, eres amable, alegre, simpático, gentil con los demás, pero cuando te hundes en la depresión das un cambio total como del día a la noche: Te vuelves encerrado en ti mismo, llegas a odiarte y, por consiguiente, te molestan las personas que están cerca de ti, te vuelves rudo en tu trato aún con los seres queridos que te rodean. ¿Qué pasa contigo? ¿Qué está sucediendo?... La explicación es una sola: existe una gravísima falta de amor... a ti mismo. Pesimismo Tus molestias físicas te han agobiado a tal punto que llegas a la desesperación, pierdes la fe y quisieras reñir y expresar tu malestar ante cualquiera que se te pare enfrente. Te sientes la víctima y aún llegas a pensar que tus padecimientos son un castigo que Dios te manda por tus faltas cometidas. Te atormentas todo el día y toda la noche y en lugar de resolver algo, a cada momento te precipitas 66

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más en tu desaliento. Vayamos al fondo de las cosas: ¿Qué es lo que está pasando realmente contigo?.. Te pasa lo mismo que en el caso anterior: tienes una grave falta de amor... a ti mismo. El estrés, la ansiedad, el estado de angustia Tú te imaginas a la persona con la que tienes que hablar y te figuras todo lo que le vas a decir y lo que ella te va a responder; pero piensas a veces ideas tan absurdas y fuera de lugar que sólo tú las puedes concebir. Al cabo de unos momentos tu mente está enredada en mil angustias y ansiedades y tú te encuentras a punto de estallar. ¿Qué es lo que está sucediendo en el fondo en este caso? También aquí sucede lo mismo: Hay una enorme falta de amor... a ti mismo, al no tomar para nada en cuenta al Amor que debe existir dentro de ti y que tú has olvidado. Tú te estás crucificando inútilmente y lo sabes bien. Entonces: ¿Por qué sigues atormentándote y sufriendo en forma absurda? ¿Por qué?... Si tú tuvieras un poquito de Amor a tu propia persona, dejarías de atormentarte, buscarías a Dios, 67

que está en ti mismo, y pondrías en sus manos tus angustias y tus tensiones. Pero no te preocupes, ese estrés terrible va o desaparecer totalmente, tú vos a percibir cómo se aleja y se esfuma. Por el momento haz sólo una cosa: piensa bien en todo lo que estamos diciendo, concéntrate. Malas relaciones en el matrimonio: con la esposa con los hijos Cuando tú llegas malhumorado a casa y no quisieras que te hablaran; te molestas de todo, hasta de que abrieron la puerta o de que prendieron la luz; riñes por cualquier cosa o pones cara de mártir. ¿Por qué actúas así? ¿Por qué te atormentas y haces infelices a los que te rodean? Lo que sucede, en el fondo, es lo mismo que en los casos anteriores: existe una enorme falta de amor a ti mismo, falta de amor hacia los demás. Cuando tú expulsas de ti mismo a Dios: Tú, en un momento de tu vida, con esa libertad y poder que Dios puso en tu mente y en tu voluntad, decides que Dios es un estorbo en tu vida y expulsas 68

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de ti mismo a Dios. Trabajas y ganas bienes y hasta llegas a tener éxito en determinados campos, pero, repetimos: ¿Qué sucede?... Tú sientes un vacío tremendo que a veces no sabes explicar por qué existe; vives insatisfecho y no puedes encontrar la felicidad que tanto anhelas. Tú no puedes deshacerte de Dios aunque lo hayas arrojado fuera de ti; sabes bien que fuiste hecho a Su imagen y semejanza. Tú fuiste creado por Amor y te has sumido en un egoísmo que te corroe, que te hace sufrir profundamente. Ahora lleguemos al meollo, al centro mismísimo del problema, a la raíz de tu mal: Los traumas o las graves lesiones que tú has sufrido en tu vida y que han dejado una huella dolorosamente imborrable en tu subconsciente. Recuerda cómo es que han comenzado en ti esos estados depresivos... Tú te sientes bien, estás normal y de pronto te tornas melancólico y comienzas a atormentarte, pierdes la fe y te sumes en tu desesperación. ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué ese cambio tan brusco y repentino? Vamos a analizar la situación: 69

Un trauma sufrido en la tierna niñez o en cualquier otra etapa de tu vida se ha alojado en tu subconsciente juntamente con las muy desagradables sensaciones que tú experimentaste en esos momentos y que quisieras olvidar para siempre. Tu subconsciente es un avaro que guarda todas esas sensaciones de flagelante dolor y, en determinados momentos, ante ciertos estímulos, te los vuelve a reflejar, pasados muchos, muchísimos años después de que el trauma fue originado. Este trauma pudo ser, por ejemplo: golpes físicos recibidos ya sea solo o en presencia de otras personas; castigos rigurosos en la escuela frente a tus compañeros que representaban, en aquellas circunstancias, la mayor parte de tu mundo. Insultos o violencia recibida, sobre todo, de seres queridos en los que tú habías depositado tu confianza y fue un sufrimiento terrible para ti desengañarte al recibir esas experiencias tan dolorosas. Pues bien, todos esos traumas y graves lesiones a tu persona, física o moral, tú los recibiste y guardaste en tu subconsciente como graves y dolorosas faltas de amor. Tú te sentiste rechazado en un determinado momento, a ti se te castigó brutalmente, 70

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a ti no se te trató con amor. Ahora fíjate muy bien lo que pasa contigo cuando esos traumas se reflejan en ti hoy en día y te atormentan: Tú vuelves a vivir, inconscientemente, aquellas sensaciones terribles de falta de amor que experimentaste cuando tus traumas se provocaron, muchos años atrás.

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DATOS DEL LIBRO Autor: María Fontaine ISBN: 9789803504007 Formato: 10 * 14 cm Páginas: 100

Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

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l Presente libro contiene 150 mensajes de amor, de consuelo, de inspiración, y de instrucción. Son breves pero muy conmovedores. Todos ellos se escribieron directamente de Jesús. Es posible que ciertos pasajes den la impresión de haber sido escritos especialmente para ti. Otros tal vez no se apliguen a su sitaución actual. Sin embargo, todos exprean el gran amor de Jesús por sus hermanos. La clave de este libro es la fe. 72

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13. FORMA DE CURAR LA FALTA DE AMOR

La falta de Amor se cura, naturalmente, con Amor. Si tu ser está enfermo, falto de Amor, tú habrás de llenarlo de Amor para sentirte saludable. Pero, ¿dónde está el Amor que puede curarte?... El amor El Amor verdadero, aquel que hace germinar las flores y cantar a los arroyos, se encuentra solamente en Dios. El Amor a ti mismo, que te traerá el perdón que tú mismo te estás negando, se encuentra solamente en Dios. El Amor que es entrega a los demás y que exige sacrificio, solamente se encuentra en Dios. El Amor, aquella fuerza tremenda que se necesita para desprendernos de nuestro egoísmo, solamente se encuentra en Dios. 73

El Amor es Dios, Él es la fuente; tú te desprendiste de sus manos como una caricia de Su Amor. Amor es el anhelo mayor del hombre. Es por Amor que vivimos y nos sostenemos en la lucha. Cuando la madre arrulla al bebé o cuando el papá, agotado por el trabajo, regresa a casa, esas caricias o risas del nene, que se alegra de ver a papi, son como un renacer que ahoga el cansancio y llena de paz... Vale la pena vivir para sentir ese tierno toque del Amor... del niño. Vale la pena vivir para sentir las manitas que juguetean como si quisieran palpar, en nuestro rostro, el significado de las cosas... El Amor es la razón misma de nuestra existencia. Ama y vivirás... Si tú no tienes Amor, vives muerto, como un árbol al que se le ha secado la raíz. Todo lo que tú tienes que hacer para sanar es alimentarte de Dios. Todo lo que tú tienes que hacer para ser feliz es llenarte de Amor. Recuérdalo: Dios es lo mismo que Amor. Como vas a conseguir el amor: Comunicándote con Dios. Eso es todo: comunícate con Dios.

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La mejor inversión Cuando tú inviertes, digan cien, para ganar mil en forma inmediata, estás haciendo una excelente inversión. Cuando tú inviertes algunos minutos al día, comunicándote con Dios, para ganar 24 horas de paz, de vida tranquila, libre de estrés y tensiones nerviosas y, además, vas a dormir y a saborear tu descanso, tú estás haciendo una notable inversión. Algunas indicaciones de como emplear mejor aquellos minutos Al estar orando, trata de olvidarte de todos tus problemas, en esos momentos sólo vives para comunicarte con Dios. Tú no debes preocuparte de que te cueste trabajo concentrarte; todo lo irás logrando, poco a poco, a base de constancia, de esfuerzo, Si tú te entregas en cuerpo y alma a seguir tus oraciones o la lectura que hagas de la Biblia, tú te podrás concentrar cabalmente en tu trabajo, en los asuntos que tienes que resolver durante el día. Tú vas a ir sintiendo cómo ese bálsamo de Amor de Dios te va curando tus tensiones y tus preocupaciones. Cuando te comuniques con Dios, trata de hacerlo con toda tu confianza. Dios no te falla. Nunca. 75

Importante: Imagina a Dios como un Papá, lleno de Amor, dispuesto a tenderle la mano al hijo que la necesita y se la está pidiendo. Piensa que un hijo tuyo sufre un accidente y te vienen a avisar. Tú abandonas lo que estás haciendo y vuelas a ver qué le sucedió a tu hijo, sangre de tu propia sangre, Amor de tu propio Amor. Tú ves que lo atienda el mejor médico y haces todo lo que esté en tu mano para que sane pronto. Igual sucede con Dios. Dios es Papá que te va a ver con el mayor cariño, que te va a dar su consuelo y Su Amor. Jamás imagines a Dios como un juez que te va a castigar por aquello que te reprocha tu conciencia. No caigas en ese error tremendo. Dios es juez, sí, también es sabio, todopoderoso y tiene mil atributos más; pero, sobre todo, es Amor. Si tú, poco a poco, al comunicarte con Dios, lo haces pensando que te estás dirigiendo a la fuente misma del Amor, estarás en el camino correcto.

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14 DIOS ES COMO UN ESPEJO... QUE REFLEJA AMOR

Veamos qué sucede cuando tú te comunicas con Dios: Es como si tu comunicación fuera un cauce que llega a un enorme espejo. Este espejo, como las luces increíbles de un atardecer lleno de colorido, refleja Amor, que es el lenguaje de Dios. Ese Amor tú lo vas a percibir como: — Perdón: Cuando, sin sentirlo quizás, va yas perdonándote a ti mismo; tú irás sintiendo el bálsamo de la liberación. — Alivio: Esos traumas que tanto te han atormentado, van a ser cubiertos por un terciopelo de Amor que los hará desvanecerse, como una tarde borrosa que se llena de luz cuando cesa la neblina y se alejan las nubes. 77

— Comprensión: Tú vas a poder comprender y... perdonar tus errores y las faltas de los demás y, por consiguiente, tus propias faltas. — Cariño: Tú, que te habías tratado a ti mismo con rigor, que quizás te habías refugiado en el alcohol o en cualquier otro vicio, te vas a ir sintiendo arropado por un cariño delicioso que llenará tu espíritu de paz. — Deseo de sonreír: Tú habías olvidado sonreír. Vas a aprender a regalar a los demás el mejor obsequio: una sonrisa de aprobación y de gratitud. El espejo refleja mil maravillas más Tu comunicación con tus hijos, con tu esposa, con tus seres queridos mejorará increíblemente. Inténtalo. Comunícate con Dios, constantemente, día a día, y percibirás Su lenguaje en forma tan palpable como todo aquello que capta tu vista o tu oído. Tú verás cómo se resuelven tus problemas sin casi darte tú cuenta. Tus relaciones serán más plenas con tu esposa. Te harás amigo de tus hijos, podrás entenderlos, comprenderlos. Es posible que quien 78

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halla estado en el error seas tú mismo, no ellos. Era tu Amor el que les hacía falta a tus hijos. Ese Amor que tú, por estar tan preocupado en ti mismo, no les habías podido dar. Es tu comunicación la que estará obrando el milagro. Dios perdona siempre. Cualquier falta tuya por grande que tú creas que es, será perdonada, si tú te arrepientes, reconoces que obraste mal y estás dispuesto a no volver a hacerlo. Dios escucha. Dios siempre escucha. Todo es cuestión de que tú te comuniques con Dios. Esa es toda la terapia: terapia de Dios, porque Dios está en ti mismo y quizás tú lo has olvidado. Imagínate que tu eres un vaso… que se encuentra vacío. Para que ese vaso pueda dar algo tiene, primero, que llenarse. La realización mayor, más plena del hombre, es dar Amor. Tú has de llenarte de Dios para que tu riqueza sea inagotable y puedas compartirla con los demás.

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DATOS DEL LIBRO

Autor: Antonio Pérez Esclarín ISBN: 9789803508364 Formato: 14.5 * 21.5 cm. Páginas: 208 Nota: Si te interesa conseguir este título puedes contactarnos vía whatsApp, la información en la página 109

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ste libro trata de ayudar a las personas a vivir con pasión, a convertir cada momento y cada experiencia en un acto responsable y creador. Quiere ser una invitación a conquistar la libertad para en todo amar y servir, invitación a vivir desviviéndose, haciendo de la vida que nos fue regalada, un regalo para los demás. Venimos del corazón de Dios y nuestro destino es volver a ese mismo corazón para disfrutar eternamente las bondades y dicha de su amor. 80

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15. DIOS ESTA EN TODOS LOS HOMBRES DEL MUNDO

En cada ser, pobre o inteligente, brillante o limitado, vive Dios en toda su belleza y su Amor. En aquel que es capaz de amar a sus hermanos y ver por su bienestar, aunque se declare ateo, Dios se aloja en él. Dios habita en el cristiano como también en un mahometano o en un budista. Dios es universal. Acoge todos los corazones del mundo, Ama a todos, pues todos son Sus hijos. Todos los caminos conducen a Dios. Dios está en aquel que es capaz de respetar las creencias y tradiciones de su hermano, es decir, vive en todo aquel que está dispuesto a Amar. El hombre de la selva, que no conoce a Dios, percibe su poder tan en carne viva como la mujer que abre su esperanza a la vida de un nuevo ser. 81

Nezahualcóyotl, quien vivió varias décadas antes de la llegada de los españoles, intuyó la existencia de un ser único, creador de todas las cosas y a él se refiere con estas expresiones: “El inventor de todas las cosas, el inventor de sí mismo, el que con flores pinta y con cantos nos mete en tinte”. “Tloque Nahuaque, el ser por quien todo vive. Señor: si Tú te mueves, caen flores; eres Tú mismo el que se esparce”. Nezahualcóyotl se retira al bosque de Tetzcotzinco a orar. Percibe que Huitzilopochtli y todos los demás dioses son apenas una representación errónea de un solo poder, de un solo corazón, de un solo Amor. El Rey de Texcoco llega a la conclusión de que a Dios se llega por medio de la oración y la penitencia y allá, en su intimidad de comunicación con el Señor de la Cerca y el Junto, Nezahualcóyotl da a luz sus más hermosas poesías que son como flores del campo que el rey va recogiendo para volverlas a las manos que inspiraron sus colores y su encanto.

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Una constante oración —(tu salud completa) Cuando el ser humano ha acogido a Dios dentro de su corazón se convierte en un templo vivo del Señor. Cuando tú has hecho de Dios el centro, la razón misma de tu vida, estás cumpliendo con el mandato evangélico. Tú, además de ser feliz, inmensamente feliz, adquieres por añadidura, un aroma de verdad que se eleva al cielo y que alaba a Dios: todo lo que tú hagas durante el día será una oración: ya sea que teclees la máquina de escribir o que manejes el torno, que transportes las mercancías o que des órdenes a tus empleados: todo es ya una oración a Dios. Tu vida es grata al Señor porque tú cumples su voluntad. Tú amas a Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con toda tu mente y, por lo tanto, cumples sus mandatos. No sólo son oración tus preces de la mañana o las de la noche; toda tu vida, en sí, es una preciosa oración, como si ese templo de Dios, que eres tú, estuviese elevando un incienso de esperanza a la Palabra del Señor. Toda tu vida adquiere un valor sobrenatural, como una aureola de paz, de consuelo, de Amor, que ilota en torno tuyo y es una alabanza, 83

la más hermosa de los tiempos; tu conformidad con los deseos de Dios. Tú estarás durmiendo acaso y ese descanso, como un recostar tus sueños en la promesa, será un latir de corazón que sostiene siempre, así el hombre repare inconscientemente sus fuerzas y su esperanza... Oración tuya será el caminar, el obsequiar el don de tu sonrisa a los demás, la palmada de consuelo que das a tu hermano, el apretón de manos con el que recibes al amigo. Será oración los besos que das a tu esposa y los cariños que haces a tus hijos y la comunicación preciosa que tienes con las gentes cuando has asimilado el don de Dios o sea, el Amor que vive en ti como en un templo. Es oración tu respirar mismo y el latido de tu corazón, los rasgos de tu firma que dibujan tu personalidad en el papel y la canción del aire cuando responde, con eco el tono de la voz de un hijo de Dios. Fin de la terapia de Dios Continuamos con siete capítulos adicionales dirigidos a quienes profesan la Fe Católica.

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16. UNA CONSTANTE ORACIÓN

1. La santa Misa ¿Sabes tú qué es la Misa? La Misa es la renovación del sacrificio de Cristo que se perpetúa a través de los siglos y en torno a todos los hombres del mundo. “Cuantas veces esto hiciereis, hacedlo en memoria mía”. Imagínate que tú, personalmente, asististe al sermón de la montaña y que presenciaste el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Es lo mismo. El Pan de Vida, que es Cristo, se multiplica, como el colorido del alba, para comunicar salud y paz, esperanza y Amor a todos los hombres y a todos los pueblos del mundo. Dios sólo espera algo... Que tú quieras acogerlo Que tú quieras recibirlo, Que... Por fin... Ya comiences a comunicarte con Él 85

Es como si se ofrece un suculento banquete, al que a ti te invitan, pero... Tú no vas. ¿Qué puede hacer quien te Invitó?... Tú eres el que te estás perdiendo el banquete. También resultaría lo mismo que a un enfermo le dijeran: Existe un médico que puede curarte, todo lo que tienes que hacer es ir a verlo. ¿Habría un enfermo que no fuera a ver a ese médico?... El primer beneficio increíble que tú vas a recibir por medio de La Santa Misa es que vas a poder concentrarte. Cuando tú padeces estrés, la tensión nerviosa es tremenda, tu mente da vueltas como un rehilete loco y la ansiedad te consume: Tú no puedes concentrarte cabalmente en lo que estás haciendo, siempre dominan en ti las preocupaciones, el desasosiego. Tú quisieras concentrarte y estar libre de tensiones, pero no puedes. ¡Ahora sí vas a poder liberarte de esas pesadillas! Ve a Misa. Sigue al pie de la letra estas indicaciones: Arrodíllate, persígnate y haz una pequeña oración. Disponte a participar en La Santa Misa que ahora comienza. Lo primero que hacemos es pedirle 86

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perdón a Dios por nuestras faltas. Contesta, en voz alta, al sacerdote. —Señor, ten piedad de nosotros. —Señor, ten piedad de nosotros. —Cristo, ten piedad de nosotros. —Cristo, ten piedad de nosotros. Si el sacerdote, o alguna otra persona, cantara estas plegarias, contéstalas tú cantando, en voz alta, sin miedo, aunque no vayas entonado. Tú canta. Ahora se recita una oración que en cada Misa es diferente. Tú eres todo oídos y vas repitiendo mentalmente las palabras que escuchas. Lecturas: Las lecturas son hermosísimas: están tomadas de La Biblia y son pasajes del Génesis, de Los Hechos de los Apóstoles y de otros libros. Siempre dibujan en nuestra mente preciosas enseñanzas; nos sugieren mil cosas y tienen la virtud de hacernos sentir más cerca de Dios. Salmo responsorial: Los salmos son excelentes! El sacerdote dice: —Probad y ved qué bueno es El Señor. Esto se repite tantas veces cuantas el ministro detenga su voz. 87

Cada vez que lo repitas, piensa y siente lo que estás diciendo. Hay salmos que llenan de magia tu mente, que te envuelven como si fueran un manto de viento suave, como una caricia largamente esperada: El Señor es compasivo y misericordioso! ¡Yahvé, Dios mío, a Ti me acojo! En la angustia Tú me abres salida! Cada día es un nuevo salmo... Cada día es una nueva enseñanza. Va a llegar el día, muy pronto, en que cuando vayas camino de la iglesia, irás pensando: ¿qué salmo tocará hoy? Y entonces tendrás la Ilusión de ir a saludar a Dios con la esperanza de acogerlo dentro de tu corazón. Después viene el Aleluya: Si el Aleluya se canta, participe; no te vayas a quedar callado. El tono que a Dios le encante es el tono de la fe. Si tú cantas en voz alta, a manera de que te escuchen los demás, tu fe se Irá acrecentando. Participe en el banquete, deguste los platillos que se sirven en La Santa Misa; no seas un simple observador. 88

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¿Notas la diferencia que existe entre: Ir a Misa los domingos, por compromiso, por costumbre?..., y, por el otro lado, ir a Misa Porque es una necesidad de tu espíritu, porque es un alimento que hace falta como el agua misma. Antes de proseguir con La Santa Misa, digamos algo sobre el templo al que tú asistes. Mira: el ser humano, como ya lo vimos, es espíritu, pero también es cuerpo visible y sensitivo. Escoge muy bien el templo al que irás a Misa, toma muy en cuenta estos puntos: • Que tenga un buen equipo de sonido. Que la voz del sacerdote llegue nítida y clara hasta tus oídos. • Busca el templo adecuado y si hay necesidad de cambiar, ¡hazlo! • Escoge el que más te convenga, si es que tienes la oportunidad de elegir entre varios. • Fíjate muy bien en la actitud del sacerdote: escoge al ministro que más te eleve, con su piedad, a Dios. En una palabra: Elige el templo que más te guste. Ir a Misa es un placer; busca que sea lo más completo posible. 89

2. El Evangelio Quiere decir: buena nueva. Es la palabra y la enseñanza misma de Cristo. Tú, como Santo Tomás, creerás porque tendrás la oportunidad de sentir, en ti mismo, la presencia de Dios. Esos milagros de hace dos mil años se repetirán en ti al devolverte la confianza, el perdón a ti mismo y, desde luego, el perdón hacia los demás; la tranquilidad, la paz… la felicidad. La Palabra de Dios es como un rocío que permanece por los tiempos. Su mensaje es una voz viva que canta en nuestros corazones. Sus pasos, como en los santos lugares, vuelven a tener eco como si respondieran a la voz del tiempo... Escucha la Palabra de Dios con el mayor recogimiento, con todo interés. El sacerdote dice: “Proclamación del Santo Evangelio según san Juan. Y tú vas captando las palabras como si fueran semillas; creí como la tierra no se preocupa de que germinen, tampoco te preocupes tú. Cada evangelio tiene su enseñanza, su mensaje, un colorido de flores... 90

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Es la voz de Cristo que, como un milagro, se multiplica a través de los siglos, a través de las gentes, a través de la fe. La Palabra de Dios es como un ropaje, lujosísimo, que cubre la pobreza del cuerpo endeble y enfermizo. La Palabra de Dios es salud y esperanza, es fuerza y cariño. La Palabra: El Verbo, se hace carne y habita entre nosotros: En muy breve tiempo aprenderás a degustar el Evangelio y te pesará llegar tarde a Misa... Tú te preguntarás, ¿de qué trató el Evangelio de hoy? Y harás planes para llegar a tiempo el día de mañana en que no perderás nada. No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4) Tú atesorarás en ti mismo el don de la sabiduría cuando aprendas a decir: Hágase, Señor, tu voluntad. Tú poseerás ese don maravilloso de la fe y podrás decir: Señor, si Tú quieres, puedes curarme. Y Dios, a través de su lenguaje maravilloso, te responderá: Sí quiero. Queda curado; tu fe te ha salvado. Asimila, atesora cada una de las palabras del sacerdote, como si fueran monedas de oro. Acoge 91

el mensaje. Ve pensando en lo que te quiere decir. Cristo. Él tiene un mensaje, diferente para cada ser. ¿Has captado ya qué te quiere decir Cristo hoy?... En La Santa Misa celebramos el renacimiento del sacrificio de la Cruz. Cristo murió, derramó su sangre, por todos nosotros... Cristo, como en los santos lugares, está presente y su voz se escucha; es por la fe que recibimos su mensaje. Esa fe irá creciendo en ti y, como un grano de mostaza que es pequeñísimo, se convertirá en una planta grande, frondosa, llena de fruto. Por eso, toda la Biblia está llena de verdad, de enseñanza, de consuelo; en El Evangelio está la flor de la vida: la voz misma del Hijo del hombre. 3. El ofertorio Se ofrecen el pan y el vino que se convertirán en el cuerpo y la sangre de Cristo. En muchas ocasiones se elevan cantos. Participa. Canta. Disfruta estos momentos. Para ti no hay otra cosa que estar en la casa del Señor. Los problemas y las preocupaciones han quedado lejos. 92

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Es hora de cantar: “Te presentamos el vino y el pan bendito seas por siempre, Señor”... Mientras el sacerdote recita las palabras del ofertorio, piensa un poco en ese pedazo de pan, en esa porción de vino... En este momento son simplemente especies visibles: pan ácimo, uva fermentada.., ese pedazo de pan es igual a muchos otros; todavía no tiene nada en especial. Esa porción de vino es igual al resto del líquido que ha permanecido en la botella. Son dos especies comunes y corrientes. Pero esas especies, sin nada en particular, se van a convertir en el cuerpo y la sangre de Cristo. Cristo se hará presente en el altar, de la misma manera que lo estaba cuando consagró las especies en compañía de los apóstoles. Esas especies de pan y de vino son como la oscuridad de la noche que, por el tacto maravilloso de los rayos de sol, se transforma en un amanecer pleno de promesa... Imagínate a las especies de pan y de vino como a tu propio cuerpo y sangre. Sin la palabra de Dios permanecen iguales: cuerpo y sangre, enfermedad y carencias, pero cuando a 93

tu cuerpo y a tu sangre las toca la Palabra de Dios, tú te transformas en un templo vivo… en el cual habita Dios. Ofrécete a Dios, como un pedazo de pan. Dile que infunda en ti su espíritu y su gracia. Dile que tienes deseos de amar más a tu familia, a tu esposa, a tus hijos, a ti mismo... Dile que te ofreces, al igual que ese vino y ese pan que te acoja en sus manos que te dé la salud y la felicidad. La Santa Misa continúa con preciosas oraciones y cantos. Llegamos ahora a la parte medular, fundamental del Sacrificio. 4. La consagración “Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: ‘Tomad, comed, este es mi cuerpo’. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se las dio diciendo: ‘Bebed de ella todos porque esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados’ (Mt 26, 26-28). Los discípulos, sentados a la mesa del Señor, tomaron un pedazo de pan de la misma manera que nosotros lo hacemos cuando nos acercamos a co94

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mulgar; sin embargo, el significado de comer ese pan, ya consagrado, es la realización plena de los deseos de Cristo. Que comamos Su cuerpo como el alimento fundamental de nuestra vida. Nosotros tenemos un cuerpo visible, sensible: el hombre necesitaba de signos materiales: el pan y el vino, para entender que no sólo el espíritu es el que se alimenta de Dios, sino todo el hombre y que el pan o alimento esencial de los hijos de Dios es, precisamente, Dios mismo hecho hombre. Es un mandato de Cristo que tañe su Amor por siglos y siglos... La Consagración son las mismas palabras del Señor preferidas en mil idiomas pero en un solo lenguaje: el del Amor. La Consagración es un trigo que florece en el mar o una vid que llena de esperanza al desierto. La Consagración son las mismas manos y la misma voz de Cristo, en cualquier parte del mundo… si florece en nosotros la fe. Recordemos al centurión aquel que dijo a Cristo: “Señor, ya no hace falta que vengas a mi casa, di tan sólo una palabra y mi siervo quedará sano”. Y Cristo respondió: “En verdad os digo que jamás había encontrado tanta fe. Hágase según tú lo has creído”. Y 95

el enfermo sanó en aquel preciso Instante, Cuando tú asistes a La Consagración, escuchas las mismas palabras que pronunció Cristo ante sus apóstoles. En ti está creer que aquellas son las palabras del Señor. Está en ti y sólo en ti seguir contemplando esa hostia como otro de tantos pedazos de pan... La fe te permite creer que en el altar, por medio de las palabras de La Consagración, se está haciendo presente el mismo Cristo que se nos ofrece como alimento. La Consagración es el momento en que tú estrecharás aún más tu comunicación con Dios. Arrodíllate, ofrécete a El con todas tus fuerzas, con todo tu corazón, con todo tu ser. Dile que te abandonas en sus manos y que quisieras tener la misma fe de aquel centurión. Haz esta oración: Sí, creo, pero aumenta en mí la fe. Cuando tú, poco a poco, a través de tu diario caminar para encontrar al Señor, vayas sintiendo en ti cómo se hace presente Cristo, podrás decir, tal vez, como aquel hombre: Di tan sólo una palabra y yo quedaré sano. Y Cristo, con ese lenguaje maravilloso suyo, se expresará en ti...

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Sentir bonito: Tú no debes preocuparte de que sientas o no bonito. La fe es una fuerza, tremenda, capaz de arrancarle a Dios la salud para tu cuerpo y para tu espíritu. No te preocupes, jamás, de que no sienta nada o que tal o cual día tú sentiste muy bonito. Eso no tiene nada que ver. El camino de la fe es un conducto de comunicación tuya con Dios. Tú vas a poder captar realmente lo que es la fe cuando las dificultades y los contratiempos no te acobarden ni te debiliten. Tú vas a sentir la fe cuando aprendas a confiar plenamente en Dios, Nada ni nadie podrá perturbar tu paz... Tú sentirás que la fe es una fuerza que sostiene aun en los momentos más difíciles de tu vida. La fe se incrementa a través de la comunicación con Dios. No te preocupes, tu fe crecerá imagínala como una plantita a la que hay que regar todos los días, cuidarla. Esa pequeña planta será, mucho antes de lo que tú imaginas, un árbol frondoso, lleno de protección. 97

La consagración es Presencia viva de Cristo en el altar. Es la fe, tu fe, la que hará posible que sientas en ti mismo el mandato del Señor: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo. Tomad y bebed, esto es mi sangre”. Entonces, cuando tú hayas acogido, hecho tuyo el mandato de Cristo, podrás escuchar, en las palabras del sacerdote, la voz misma del Señor y en ese pedazo de pan sabrás que está La Palabra, aquella que puede curarte... aquella que te dará la vida... 5. El Padrenuestro Durante La Santa Misa recordamos la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén. Ya hemos visto que oración es lo mismo que comunicación con Dios. Cuando el sacerdote vaya recitando el Padrenuestro, tú ve siguiendo cada una de sus palabras y pensando bien cada frase. 98

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Tu comunicación te va a ir librando, casi sin notarlo, de tus tensiones. El hecho de que pienses en las palabras de Cristo y que te dejes envolver por su mensaje, te permitirá concentrarte en cada uno de los asuntos que tienes que atender durante el día. Tú notarás, con grande alivio, que mientras mejor te comuniques con Dios, tus cosas caminarán mucho mejor. La comunicación con Dios es conducto del que pende una vida sana, llena de fruto. Por medio de ese conducto-comunicación recibiremos La Palabra: la paz, el consuelo, la salud... Si en alguna ocasión te hacen esperar y tú no tienes nada que hacer, ensaya esto: piensa qué te dice a ti cada una de las frases del Padre nuestro: verás que encuentras mensajes muy valiosos. A ti se te puede ocurrir alguna oración, ya vimos que orar no es otra cosa que comunicarse con Dios; mientras más confianza tengamos, mejor será la plática. De esa plática con Dios, llena de confianza, posible que brote la poesía: Papá Dios que vives en eternidad de paz y amor pon ritmo de alabanza a mis pasos para que se encaminen con gracia al corazón mismo de tu ser. Oye: tus deseos son órdenes para mí pero me cuesta trabajo perdonar: 99

Dame generosidad en el perdón, alimento para mi cuerpo y fortaleza a mi espíritu hecho a imagen y semejanza tuya. Papá: Préstame tu mano para que no caiga y libra a mi familia de todo peligro y de todo mal. Te queremos mucho. Recuerda, cuando reces el Padrenuestro, que a Dios le hablas de tú, con la confianza y el cariño de un hijo que abraza y besa a su padre... La Santa Misa concluye con el banquete más espléndido de los siglos. Ponte tu traje de gala, limpia el polvo del camino, porque tu Papá, el que te ama con todo su corazón, se alegra de que hayas vuelto tus brazos a Él. El banquete es en tu honor: La Comunión. 6. La Comunión Comunión quiere decir comunicación estrecha, íntima. En la Comunión tiene lugar, a través de la fe, el acto de Amor más hermoso que puede contemplar el mundo: El Amor se convierte en vínculo que hace de dos seres uno solo. El hombre que estaba enfermo, sana. El campo que estaba árido se llena de ver100

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dor y de frutos. El alma que estaba herida con traumas se cura, como si La Comunión fuera un agua de vida y salud. Imagina a un padre amantísimo que lo da todo por su hijo. Aun de terminado momento, cuando el hijo es ya mayor de edad, un día, sin mayores explicaciones el joven se aleja y jamás se vuelven a tener noticias suyas. El joven se hace hombre y pasan muchos, muchos años... Triunfa en la vida, alejado de sus padres; gana muchos bienes, prestigio y poder. Se casa y él, a su vez, tiene varios hijos. El mayor de ellos tiene casi el mismo tono de voz, la misma forma de caminar y hasta de sonreír del padre, no en balde ha heredado sus genes; el parecido de ambos es asombroso: la gente llega a decir que parecen como dos gotas de agua. El padre deposita en su hijo mayor toda su confianza y pone en sus manos las riendas de sus grandes negocios pero, un día, aquel hijo abandona la casa paterna y jamás vuelve a saberse nada de él. Este hombre de negocios siente en sí mismo lo que él, un día, hizo a sus propios padres. Se arrepiente, llora su falta y vuelve lleno de humildad a la 101

casa de sus progenitores. No hay necesidad de pedir perdón; sus padres, desde que adivinan su figura a lo lejos, salen a recibirlo. Lo abrazan, lo llenan do besos y ordenan la más grande fiesta en su honor. Aquella casa, en la que siempre había existido un vacío, se llena como un sol, de Amor, de luz, de felicidad: El hijo ha vuelto. Entre los padres y el hijo, que regresa a casa, existe una comunión estrecha de Amor y aquel Amor es tan grande que quisiera abarcar más, compartirse con los demás. Hacen falta muchos invitados para que compartan la felicidad que se desborde... Hasta que tú has sentido en carne propia la herida del desamor, has podido comprender... Cuando las heridas te deprimen y te hacen sentir infeliz, Insatisfecho, tú tienes el remedio a la mano: Vuelve a casa. Regresa a tu Padre. Mira: Tu parecido con Él es muy grande, tú fuiste hecho a Su imagen y semejanza. Lo único que te hace falta para sanar es amor... a ti mismo. Tú te estás produciendo tus heridas, tú te 102

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estás castigando inútilmente, eres tú mismo el que no puedes perdonarte. La Comunión es bálsamo que cura todas las heridas. La Comunión es comunicación de amor de paz de salud completa. La Comunión es el amor mismo que penetra en ti y se queda dentro para formar, con tu vida, una sola vida: la del amor. Tú puedes buscar, como un loco, mil satisfacciones en la vida; la única que te llenará, que colmare tus inquietudes es el amor: amor a tu esposa, a tus hijos, a tus padres, a la gente... y lo más difícil de conseguir: amor a ti mismo. Cuando tú te desgarras y te haces pedazos interiormente, tú no te estás amando a ti mismo. Cuando tú te dejas dominar por ese angustioso estrés y piensas que ya no tienes remedio, que tus nervios van a llegar a estallar... tú no te amas a ti mismo. Tú te castigas, sin piedad. A ti te falta una sola cosa: que acojas en ti mismo al amor, que lo recibas y lo aprisiones dentro de tu propio ser. El amor se ofrece a ti por medio de un pedazo de pan. El amor es vínculo. Tú notarás que, poco a poco, tú querrás compartir el amor con los demás. Ya no 103

serás el enfermo que busca consuelo... Tú querrás llevar consuelo a las gentes. Tú sentirás la necesidad de amar, de comunicarte mejor con los demás. Amar es darse, entregarse, servir. La Comunión te dará la completa felicidad en tu vida. La Santa Misa termina cuando el sacerdote nos dice: Idos en paz, nuestra Eucaristía ha terminado. Si tú has recibido a Cristo y te has unido a Él con todo tu corazón, no te preocupes, tus huellas irán esparciendo la paz...

NUESTRA COMUNICACIÓN CON MARÍA. 7. La más hermosa de todas las criaturas Cuenta un poeta que, cierto día, Dios alentó su inquietud de saber cuál de todas sus creaciones era su obra maestra: Contempló el canto de la cascada y las sonrisas infantiles. Vio los hoyitos que los niños hacían a la oscuridad de la noche para dejar pasar la luz de sus miradas. 104

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Contempló un atardecer como si las luces, las nubes y hasta el viento mismo cantaran sus amores al Creador. Escuchó la voz adormecida del mar que arrullaba con encajes de espuma blanca. Su mirada fue siguiendo el vuelo del ruiseñor que pintaba con su canto la ilusión misma de vivir... De pronto, como si escuchara el eco mismo de su corazón El Señor posó su mirada en el encanto de una madre que protegía los sueños de su niño... El Señor quiso, a semejanza del hombre, tener también el tesoro infinito de una madre... Cuando once de los apóstoles abandonaron a Cristo, María estuvo siempre al pie de la Cruz. Cuando Jesús era niño debió recostar sus sueños en el cariño de su madre. A petición de Ella, fue que el Señor hizo su primer milagro. Comunicación con María: ¿Cómo crees tú que Cristo quiera a su propia Madre?... ¿Piensas que El Señor sería capaz de negarle 105

algo a mamá?.. Si hablamos de mujer… Ella fue la más cercana a su corazón. Cristo mismo es un suspiro del corazón de su Madre. Comunícate con María: Háblale de tus penas, desahógate. ¡Dile todo lo que sientes! Ello puede ayudarte. María intercederá por ti. Comunícate con María. Tus oraciones de la noche pueden ser un misterio del rosario y, si las haces en familia, con las voces de los niños, su comunicación tendrá un mensaje de cariño más hermoso. Ella es la obra maestra del Señor, es su consentida, es la niña de sus ojos. El milagro de las Bodas de Canaán puede repetirse en ti, el vino que Cristo te ofrece por las manos de Su Madre es el vino más rico de los tiempos: EL AMOR.

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Prólogo ....................................................................... 5 Introducción ............................................................... 7 1. Al padecer una enfermedad .................................. 8 2. Composición del ser humano I ...........................13 3. Composición del ser humano II ..........................19 El hombre es poderoso........................................20 4. La comunicación ..................................................23 5. El lenguaje de Dios ..............................................31 Dios comunica a través del espíritu....................32 6. El enfermo .............................................................35 7. El enfermo en plena crisis ...................................39 Sigue esta terapia.................................................42 8. Comunícate con Dios ..........................................45 9. Confía en Dios ......................................................49 10. La comunicación con Dios ................................59 11. Mi comunicación con Dios ...............................63 Plática con Dios....................................................60 Oración en voz alta..............................................61 El canto..................................................................62 Lectura de la Biblia................................................62 Oración en familia................................................63 12 Una falta de amor ...............................................65 Depresión..............................................................65 107

Pesimismo.............................................................66 El estrés, la ansiedad, el estado de angustia ....67 Malas relaciones en el matrimonio: con la esposa con los hijos..................................68 13 Forma de curar la falta de amor ........................73 El amor...................................................................73 La mejor inversión ................................................75 14 Dios es como un espejo......................................77 El espejo refleja mil maravillas más.....................78 15 Dios esta en todos los hombres del mundo ...........81 16 Una constante oración ......................................85 1. La santa Misa ...................................................85 2. El Evangelio ......................................................90 3. El ofertorio .......................................................92 4. La consagración ...............................................94 5. El Padrenuestro ..............................................98 6. La Comunión .................................................100 7. La más hermosa de todas las criaturas .............................................................104

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