Los 9 Secretos De La Kamanostra.pdf

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INDICE Prólogo

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Una relación debe comenzar con un propósito

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Hay que diferencia el placer del amor

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No hay que confundir el rol de pareja

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Es necesario aprender el lenguaje de nuestro amor

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Ante el verdadero amor debemos entregarnos plenamente

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La sexualidad se disfruta sin prejuicios ni complejos

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Valerse de la seducción para fortalecer la relación

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Ser tolerante ante las indisposiciones sexuales

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Desechar los mitos y tabúes sexamentales

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Amar, pero también ser amado

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Bibliografía

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PROLOGO 4 PRINGAS DE MI TINTERO SIN COMENTAR Al comenzar a locurear sobre el contenido de los 9 Secretos de la Kamanostra, me pregunté una y otra vez si tenía sentido el escribir un libro más sobre sexualidad… dicho en mi tapabulario… sobre relaciones sexamentales… y, por más vueltas que le daba a las pobres neuronas de mi cerebro, sólo se me ocurría una simple respuesta: “si tenía sentido”, porque, a pesar que existen chorrocientos de escritos sobre sexualidad, el sexo sigue siendo objeto de controversias y prejuicios en nuestras sociedades latinas. Existe tanta desinformación e información sexual amarillista, que la poca información buena que llega a nuestros oídos y a nuestra mente no logra evitar que adolescentes y jóvenes sigan aventurando y jugando a la ruleta rusa con su práctica sexual, teniendo como resultados embarazos no deseados, maternidades y paternidades precoces, familias disfuncionales o inexistentes para estas nuevas crías y, oportunistamente, haciendo más lucrativo el negocio de los abortos. Y con toda esa maraña de ideas y bajo el entendido que “una relación de pareja no es tarea fácil y sólo logra ser verdadera y auténtica cuando ambos, juntos y a la vez, luchan y se esfuerzan para que así sea, sin importar que tan difícil y dolorosa pueda ser”, me lancé a parir este libro, pero tratando fuera un poco diferente a los demás, que no fuera tan del montón, pues consideré que era importante y necesario contribuir a que hombres y mujeres reconozcan su derecho a disfrutar plenamente de su sexualidad sin el velo del “pecado de la concupiscencia”, pero de manera responsable y honesta con ellos y ellas mismas… y con sus parejas. Y… y para que no se me acuse de irrespeto a la diversidad… quiero aclarar que… cuando me refiera a “pareja”… aunque doy a entender que es la compuesta por “hombre y mujer”… aclaro… no me refiero exclusivamente a una pareja heterosexual, sino a cualquier tipo de pareja, porque en toda relación de pareja… incluso en las homosexuales (sea gay o lésbica)… hay quien hace el

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papel de hombre y quien hace el papel de mujer, independiente de que ahora se diga que uno/una es sujeto activo y el otro/otra sujeto pasivo. Al final, no es más que un simple juego de palabras… Bueno… volviendo al origen de esta diarrea mental… su principal propósito es contribuir con un grano de arena a comprender que el sexo no es sólo “abrir piernas y meter pene”, es mucho más amplio y significativo que eso y debemos funcionar adecuadamente como seres humanos para no generarnos complejos de culpabilidad, ni frustraciones sexamentales, ni sentirnos fracasados como hombres o mujeres, ni asumir o incumplir responsabilidades con hijos o hijas no deseados,… etcétera… etcétera… Si este libro contribuye a despertar la inquietud de realmente educarnos sexualmente para comprender nuestra sexualidad en toda su magnitud e implicaciones, y dejar de verla de manera parcial y mecánica, creyendo que mientras más parejas o aventuras tengamos seremos mejores hombres o mujeres, habremos logrado un gran paso que nos permitirá vivir nuestra sexualidad con menos temor, ansiedad y tropiezos. Y antes de comenzar a develizar los secretos de la Kamanostra… quisiera brindarles como preludio cuatro pringas poéticas de mi tintero… I Que bella sensación sentir tu cabellera enredada entre mis dedos y viajar por tu mirada hasta tu tierno corazón, deleitar mis labios con el néctar de tus besos y sentir en tu pecho el latido de tu amor.

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II Mis caricias buscan tu piel, mis labios preguntan por tus besos, mis suspiros ansían tu miel, gritando “te amo” cual un rezo. Un “te necesito” está en mi pecho, mis manos te buscan de noche, esperando tu calor en mi lecho y tu pasión en un derroche. Saber que tan pronto es tu “pronto” para que mañana pueda ser hoy.

III Quiero verte desnuda cabalgando sobre mí, sentirte mujer sin dudas en un loco frenesí. Con mi boca recorrer tu geografía, cual escarpada montaña, y provocarte húmedas fantasías al penetrar en tus entrañas. Quiero sentir tu cuerpo sudado, jadeando de placer, sentir un orgasmo inusitado, un orgasmo de mujer. Y al final tu cuerpo desnudo desplomarse sobre mí, enlazarnos cual un nudo, esperando el reprís.

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IV Este amor que florece dentro y fuera de tu piel, proyectado en tu mirada, musitado por tus labios, entonado en nuestros corazones, es tu amor por mí, es mi amor por vos, es nuestro amor desafiante de normas y tradiciones, de prejuicios mundanos, que busca perpetuarse en nuestro presente y… más allá.

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PRIMER SECRETO UNA RELACION DEBE COMENZAR CON UN PROPOSITO Aunque sé que esto que voy a decir ya es requeté sabido por todos y todas, creo que una recordadita no nos caería mal… Y es que, tarde o temprano, y a medida que vamos viviendo, nos llegamos o nos volvemos a contagiar con la picazoncita del gusanito de la atracción sexual hacia otra persona… u otras personas. Y esta picazón no a todos ni a todas nos da por igual, algunos y algunas le tienen pavor a este tipo de aventura de vida… otros y otras, en cambio, son más aventados o aventadas… pero, independiente de como sea, lo cierto es que, muy difícilmente, nos logramos capear de vivirla, pues casi todos y todas, en algún momento de nuestra existencia, pasamos por esta experiencia. Y… como dicen por allí… que el diablo es diablo y la carne es carne… y cuando pican las ganitas cada quien busca cómo rascárselas… ni modo… Pero… lo que trato de recalcar… es que esta picazoncita es la que nos lleva a intentar una relación… o aventura… de tipo amorosa con la persona que, en ese momento, nos sacude el piso… nos mueve el tapete… con la persona que nos emociona y nos hace ver estrellitas psíquica, sexual y/o sentimentalmente. Sólo que… en este tipo de relación (que para los propósitos de este y los siguientes escritos llamaremos sexamental), querámoslo o no, involucramos tanto pasiones sexuales como emociones afectivas o sentimentales, aunque se trate de una simple aventura, de un simple ligue casual, o de un compromiso serio, ya que, por lo general, independiente de la intención de la otra persona, sentimos que nos tratan como si realmente sintieran algo bonito por uno o una, 5

y, casi siempre, terminamos creyendo y creando expectativas en torno a la continuidad y estabilidad de esa relación. No me digan que se les sacudieron todas las neuronas con eso… A ver… a ver… barajémosla más despacio… para que lo asimilen mejor… En toda relación sexamental necesariamente se presenta uno o más de los siguientes tres elementos:  Pasión, aquello que nos provoca el deseo de estar y preferir a esa otra persona con frenesí,  Intimidad, lo que nos une y conecta más a una persona en una relación,  Compromiso, lo que nos induce a decidir y elegir amar y mantener ese amor hacia una persona. Y, de acuerdo a cómo se presenten esos tres elementos en nuestra relación, podremos determinar, realmente, en qué tipo de relación sexamental nos hemos embarcado, o sea:  Si es un simple encariñamiento que nos atrae hacia la otra persona.  Si es un simple capricho por poseer a la persona, producto de una atracción desmesurada.  Si es porque nos sentimos comprometidos o comprometidas por respeto o gratitud hacia la otra persona.  Si es por un simple romanticismo en el que estamos dispuestos o dispuestas a darlo todo sin esperar nada a cambio.  Si es por la costumbre de vivir tanto tiempo junto a esa persona y se siente cariño y respeto hacia ella, pero no hay pasión alguna.  Si es por “rigio” o terquedad de conservar a la otra persona por el placer sexual que nos da. 6

 Si es porque sentimos un amor verdadero hacia la persona y hemos alcanzado un sentimiento de plenitud y gratificación por su compañía e interacción. Pero bien, independiente de todo lo anterior… y de manera indiscutible… es que a la mayoría nos encanta el inicio e intermedio de la o las películas sexamentales que protagonizamos… el clavo es como termina o terminan esa o esas películas. Y es ahí donde comienza nuestro rosario sexamental… Y es comprensible, porque la mayoría de nosotros y nosotras, por las cosas que nos dicen y nos inculcan, en algún momento de nuestra vida, podemos llegar a sentir miedo a vivir y terminar solos o solas nuestra existencia, a desperdiciar nuestra juventud y a no llegar a saber lo que es amar de verdad a otra persona, a no continuar con la tradición social o familiar de llegar a tener una familia propia, a lo que puedan decir de nosotros o nosotras nuestras amistades o nuestros vecinos, sí… así como se lee… la mayoría de nosotros y nosotras desarrollamos miedo, de una forma u otra, a no llegar a ser como los o las demás, a no poder reproducir el modelo de vida social que la sociedad… o nuestra familia… nos impone como el ideal. Pero… ojalá esto fuera así de simple… y no pasara a más… Porque… si nos fijamos en la otra cara de la moneda… también hay muchos y muchas que sienten un miedo terrible al compromiso, a la relación seria con otra persona, a la responsabilidad de formar y mantener un hogar, a tener que lidiar con el cuido y educación de hijos e hijas, aunque lo disfracen con la mampara que aman ser libres para hacer lo que les plazca y cuando les plazca. Y no es para más, porque a diario vemos o conocemos, en vivo y a todo color y en pantalla gigante, chorrocientos de casos y ejemplos de parejas separadas, de familias disfuncionales o desintegradas, de matrimonios destruidos, de mujeres y hombres traumados o amargados por sus experiencias sexamentales pasadas, etcétera… etcétera… y un largo etcétera. Y a nadie le gusta pasar por esos tragos amargos… 7

Tan así, que llegamos a sumergir nuestra mente y nuestra vida en un torbellino paradójico de no saber qué hacer ni para dónde agarrar ni qué decidir como lo mejor para nuestras vidas, pues… si nos corremos nos matan… y si nos quedamos… también nos matan. Peor todavía cuando se nos mete en la cabeza creer, y lo defendemos a capa y espada, que con sólo los sentimientos de las personas implicadas en la relación sexamental basta como único ingrediente necesario para el buen funcionamiento de la misma. Otros prójimos y otras prójimas están “más peor”, pues creen que la base para una relación estable depende de un buen acoplamiento sexual y de intereses y preferencias personales y sociales similares. Bueno… hagamos un paréntesis, porque aquí cabe aquello que Bob Marley decía a los hombres sobre las mujeres con quienes se relacionan sexamentalmente:

“Puedes no ser su primero, su último o su único. Ella amó antes y puede amar de nuevo. Pero si ella te ama ahora, ¿qué otra cosa importa? Ella no es perfecta, tú tampoco lo eres y ustedes dos nunca serán perfectos. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces, si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía, no está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper, su corazón. No la lastimes, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enojar y extráñala cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor. Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica que es perfecta para ti...’’

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Aunque, leyéndolo y pensándola bien, valga la aclaración, también es aplicable a las mujeres con respecto a los hombres. Pero bueno… mejor comencemos a desenrollar un poco este trompo sexamental… antes que se nos enrede. Hay dos cosas ciertas en la vida sexamental:  No todas las mujeres son para todos los hombres, ni todos los hombres son para todas las mujeres, y  Mientras se está viva o vivo, siempre hay un loco o una loca tras nuestros huesos, pretendiendo tenernos un día en la cama, con buenas o malas intenciones, pero tenernos en la cama… así de simple. Si aceptamos como verdades lo anterior, significa que siempre va haber alguien con quien pasar ratos agradables, con quien besarnos, abrazarnos, apapacharnos y, por qué no decirlo, con quien echar nuestros polvitos, nuestras ganitas al aire, con quien ponernos, de vez en cuando y de cuando en vez, con los ojos semáforos, los pies cucharas y el fundillo hecho un nudo. Sé que algunos y algunas dirán… o pensarán… entonces… ¿para qué complicarnos la vida buscando una relación seria y estable que, al final de cuenta, puede terminar en fracaso y sufrimientos...y hacer añicos nuestra existencia? Y ahí está la pregunta del millón... Así que mejor rebobinemos la película y comencemos del comienzo… Para desgracia y mala suerte nuestra, a lo largo de la vida no se nos educa para comprender el proceso de la vida, ni para pensar con autonomía, sino para imitar patrones de vida en base al tanteo y error, o sea, a ir probando y probando hasta que las cosas nos salgan bien, lo que, evidentemente, nos hace más vulnerables al fracaso y a la frustración.

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Ya me imagino que alguien por ahí debe estar arrugando la cara y preguntándose… ¿y… los tantos años que pasamos en la escuela… y, si acaso y corrimos con suerte, en la universidad… dónde quedan?… ¿qué se hacen? Pues… amigos y amigas… lamentablemente… sólo quedan reflejados en un cartón… perdón… en un título… pues va a depender de nuestra capacidad de retención… mejor dicho… de nuestra memoria… para poder recordar y mantener en la cabeza la sarta de teorías y fórmulas que nos transmiten de manera mecánica, repetitiva y fragmentada, pero que… si lo analizamos bien… eso tampoco nos prepara para comprender y afrontar la vida, sino más bien para ambicionar y competir por modelos de vida y confort que nos inculcan como ideales… en buen español… para ser consumistas compulsivos. Es decir, se nos entrena para pensar siempre y ante todo en nuestros propios intereses, en nuestra propia comodidad… para ser individuos particulares. Suena cruel, pero es cierto, pues aprendemos a hacer a un lado a los y las demás, a fin de lograr nuestras metas… y nuestras ambiciones… esas metas y ambiciones que nos van a convertir en un gran hombre o en una gran mujer "de bien”. Lo anterior nos lleva, ineludiblemente, a dividir la sociedad en dos bandos: los que tienen éxito y los que se quedan rezagados y fracasan, lo cual implica tener que vivir y convivir en una sociedad en conflicto constante entre nosotros y nosotras y los otros y otras, que, obviamente, también quieren y ambicionan lo mismo que nosotros o nosotras queremos. Dicho de otra manera, se nos inculca y esclaviza a la imitación de modelos, de patrones de vida que, supuestamente, nos harán vivir de manera segura, sin riesgos, pero eso no es vivir, porque no nos permite descubrir la verdadera belleza de la vida, no nos permite comprender que la vida no es esa cosa fea llena de destrucción, violencia, pobreza y mezquindad en la que la hemos convertido, no nos permite conocer y practicar nuestra verdadera responsabilidad con las demás personas, criaturas y elementos que conforman nuestro planeta y universo. Y… como dicen los señores y las señoras holistas… no nos permite comprender que todo tiene que ver con todo, o sea, todo lo anterior, inevitablemente, 10

también tiene que ver con nuestra vida sexamental, y, por tanto, lo reproducimos y lo replicamos en ella. Está bien… más despacio para que lo podamos leer y comprender con letra clara y sin manchones. Lo ideal sería que se nos educara para desarrollar la capacidad de pensar libremente, sin miedo al qué dirán, sin fórmulas ni estereotipos del bien vivir, que se nos educara para descubrir por nosotros y nosotras mismas lo que es real, que se nos educara para poder actuar con libertad y comprender el verdadero proceso de la vida… pues, así, otro gallo nos cantaría, ya que… entonces y sólo entonces… podríamos hacer gala de nuestra verdadera inteligencia humana. ¿De qué diablos estoy hablando… ah? Simple y sencillamente que… la primera barrera para una verdadera relación sexamental, plena y satisfactoria… es cultural. Así como lo leen… Y es que tenemos nuestras mentes tan bloqueadas con tantos prejuicios y mitos sobre la sexualidad humana, con tantos modelos falsos y mercantilizados de lo que es ser hombre y mujer ‟ideal”, de lo que debe ser un hogar y una familia, que nos auto-inutilizamos para poder amar con todo nuestro ser, para descubrir la verdadera naturaleza de la persona amada y poder determinar, con plena conciencia, que vale la pena profundizar en la significación y estabilizar en el tiempo esa relación, ese sentimiento, o, en el peor de los casos, darnos cuenta que se trata sólo de una ilusión, que se trata sólo de un espejismo emocional. Y… desgraciadamente… esa incapacidad de discernimiento nos puede llevar a ser desdichados o desdichadas por el resto de nuestros días. Pues… al no saber cómo amar a plenitud, al no saber valorar en su justa dimensión a la persona elegida, al no saber lo que realmente queremos hacer con nuestra vida, obvio, nuestra mente, nuestra existencia, no sólo se vuelven candidatas al fracaso y la frustración, sino que caen en la rutina… y… en toda 11

rutina… sólo hay aburrimiento, insatisfacción, frustración, deterioro y decadencia. ¿Que qué quiero decir con todo esto? Pues obvio… que cualquier relación sexamental que emprendamos debe tener siempre un propósito y una razón de ser para nuestra vida. Por tanto, es necesario e imprescindible poder determinar y definir cuál es el propósito de cualquier relación sexamental que entablemos, poder descubrir la diferencia entre el sentimiento verdadero y el “voy a probar que tal me va”, entre lo que queremos recibir desde su inicio hasta su final y “lo que nos pueden dar”, entre lo que realmente buscamos y “lo que creemos encontrar”. No sé trata del por qué y para qué amo… sino del por qué y para qué estoy estableciendo una relación sexamental con una persona. Porque… cuando somos capaces de descubrir y conocer por nosotros o nosotras mismas a la persona con quien queremos compartir nuestra necesidad y percepción de lo que implica y constituye amar de verdad, somos capaces de erradicar cualquier temor, cualquier barrera, cualquier prejuicio que obstruya o destruya nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestro significado de la vida. Pero… para ello necesitamos ser libres, gozar de libertad de pensamiento, de actuación, de expresión, libres no para hacer lo que nos plazca, cuando nos plazca, con quien nos plazca y donde nos plazca… eso no es libertad… libres para poder descubrir, valorar y comprender todo el proceso de amar y ser amado o amada a plenitud, con respeto y reciprocidad. Aunque… por si las moscas… si nuestra intuición o discernimiento lógico no nos permite descubrir y conocer bien a la persona a quien hemos elegido para entablar una relación sexamental… una buena alternativa es aplicarnos la 12

prueba de los 7 velos, o sea, develizar, con honestidad y sinceridad, cada una de las siguientes interrogantes:  Velo Blanco: ¿Qué cualidades y/o malos hábitos percibimos en la persona con quien nos queremos relacionar?  Velo Celeste: ¿Cómo nos sentimos realmente con las cualidades y malos hábitos de esa persona?  Velo Rojo: ¿Realmente sentimos que será una relación provechosa que valga la pena?  Velo Morado: Aparte de las descritas en el velo blanco, ¿qué otras cualidades desearíamos tuviera esa persona?  Velo Negro: ¿Qué malos hábitos consideramos y deseamos debe corregir necesariamente esa persona?  Velo Amarillo: ¿Qué posibilidades y disposición real para cambiar hemos percibido en esa persona?  Velo Verde: ¿Realmente estamos dispuesto o dispuesta a tolerar y aceptar tal cual es a esa persona sin cambio alguno? Y dicen que si develizamos de manera positiva los últimos dos velos, tendremos una buena probabilidad de no equivocarnos con la elección de esa persona. Pero todo… todito lo anterior… no significa… de ninguna manera… que no vamos a correr el riesgo de fracasar en esa relación sexamental, que no podamos equivocarnos en la valoración de la persona, claro que sí… pues no dejamos de ser humanos y humanas ni estar libres de errores, pero, al menos, estaremos claros y claras del horizonte de vida hacia donde nos dirigimos y las razones por las que ansiamos y queremos tener nuestra propia familia, nuestro propio hogar, por las que nos comprometemos en una relación sexamental. Por eso, hay que tener mucho cuidado en no ver la relación sexamental como una inversión mercantil, en la que damos pero buscando sacar buen provecho de lo invertido. Ni podemos encasillar esa relación en lo superficial, en el 13

fachadismo, en donde valga más la figura física, lo popular de la persona, el prestigio que podemos ganar, las facilidades y lujos económicos que podemos lograr y el placer sexual que nos puedan dar. Por Dios… y ahora… ¿qué diablos quiero decir con todo esto? Bueno… me imagino que ya se dieron cuenta… si… que ya se dieron cuenta que es vital comenzar por aprender a conocernos tal cual somos y lo que necesitamos afectivamente, para así poder saber realmente que nos llena y emociona, y nos permita comprender que tan valiosa es la persona que está a nuestro lado para nuestra estabilidad y convivencia sexamental. Por otro lado, para no caer en la necedad de postergar las muestras de aquellos detalles simples que hacen vibrar nuestro ser y llenan de gozo nuestro corazón. Ni más ni menos… así es… Por eso, es de vital importancia comprender y asimilar que una relación sexamental jamás debe ser para quebrantar nuestra razón de vida, sino más bien para fortalecerla, no debe ser para escapar de nuestras debilidades y penurias, sino para encontrar nuestro par y luchar en conjunto por nuestro mutuo bienestar, no debe ser para humillarnos, sino para afirmarnos como personas libres y valiosas. En fin… una relación sexamental debe ser fuente para nuestra vida, para nuestra felicidad y armonía, nunca un peligro ni una trampa mortal que nos cause agonía. Para ello, es importante tomar en cuenta, a la hora de querer elegir pareja, las siguientes recomendaciones: 1. Sea usted mismo/misma y no trate de jugar roles… ni de “sustituir a…” 2. No se involucre con una nueva pareja mientras no haya podido superar sus experiencias pasadas o resentimientos acumulados, pues no podrá ser feliz con una pareja hasta que no sea feliz con usted mismo/misma.

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3. No repita los mismos errores al elegir una nueva pareja, recuerde que ciertas personas están fuera de su límite pues no comparten sus mismas metas ni sus mismas intenciones… 4. Las relaciones sexamentales no son sólo sexo, por eso, antes de tomar cualquier gran decisión, aprenda a conocer bien a la otra persona en todas sus facetas. 5. No intente cambiar a la otra persona ni pretenda hacer que lo/la ame, el amor se manifiesta por sí mismo y se percibe cuando es verdadero, sólo que a veces nos obsesionamos y cegamos por la atracción o las falsas esperanzas. 6. Elija a su pareja no por su atractivo físico o socioeconómico, sino porque lo/la cuida, se interesa en sus detalles y lo/la hace sentir y vibrar bien. 7. En una relación sexamental, la honestidad y sinceridad deben anteponerse al “ser agradable”, por eso, deben ponerse en práctica mientras se tenga oportunidad, para luego podría ser demasiado tarde. 8. Nunca ponga a la otra persona en un pedestal ni espere que permanezca allí, permítale su espacio para que pueda manifestarse tal cual es. 9. Nunca olvide… si no puede confiar en la otra persona, usted no ha logrado una relación de pareja. 10. Y… finalmente… si se va estar con alguien es porque se ama y se desea… no porque se necesita. Si entendimos toda esta verborrea… habremos develizado el primer secreto de la Kamanostra para una relación sexamental sana, satisfactoria y armónica.

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SEGUNDO SECRETO HAY QUE DIFERENCIAR EL PLACER DEL AMOR ¿Sabían que cuando a Buda se le preguntó la diferencia entre gustar y amar, él respondió: “cuando te gusta una flor, la arrancas… cuando amas una flor, la riegas todos los días”? ¿Qué nos quiso dar a entender con eso? Simple, cuando nos gusta algo o alguien, simplemente lo tomamos y usamos sin importarnos lo que pueda suceder con ese algo o alguien, únicamente importa complacer nuestro ego… nuestro antojo y capricho. Dicho en pocas palabras, darnos un gusto con ese algo o alguien. A esto se le conoce como hedonismo, o sea, la búsqueda del placer por el placer mismo (para que no nos compliquemos la lengua, llamémosle sólo “placer”). En cambio, cuando se ama algo o a alguien de verdad, no se busca sacar provecho de ese algo o alguien, más bien se cuida y se estima para que perdure porque se siente que vale la pena conservarlo y que tiene una profunda significación para nuestra existencia. A esto se le llama amor. Y… cuando nos referimos al plano meramente sexual… el placer… por el placer mismo… es sólo atracción física… por tanto, es individualista y le huye al compromiso, por eso no es una relación sana, pues se basa en el egoísmo, en la desconsideración y es excluyente, no valora ni le interesa nada ni nadie, no le importa la suerte de la otra persona, únicamente su propia conveniencia, deseos y satisfacción. Ahondando más en este punto… el mero placer sexual… como todo placer… es superficial y pasajero, sin significación alguna, y lo único que queda, después de esa sensación deliciosa que nos da, es el vacío… ni más ni menos… pero ese vacío no lo siente sólo una de las partes… lo sienten ambos. 16

Sin embargo, el amor sexual… pero el de a de veras… es todo lo contrario, es respetuoso, accesible y altruista, procura no causar daño intencionalmente, acepta a la otra persona tal cual es… sin reproches presentes ni futuros, y se consolida en la reciprocidad y generosidad. Por tanto, una relación sexamental motivada sólo por el deseo y la atracción sexual, lo único que va a procurar es lograr un máximo placer sexual… pero de manera individual… en cambio, si es motivada por el amor verdadero, lo que se va a procurar es la satisfacción sexual mutua y compartida de la pareja. No nos engañemos, el placer sexual se puede lograr con cualquier hombre o cualquier mujer, y por cualquier medio, pero la verdadera satisfacción y realización sexual únicamente se logra cuando hay amor de verdad entre y en ambas personas. Fíjense bien que estamos hablando del amor mutuo y compartido, del amor sano y bien entendido, cuya principal búsqueda es alcanzar la identificación, el acoplamiento, la satisfacción y el crecimiento sentimental y sexual en y para ambos. O sea, no nos estamos refiriendo a ese amor unilateral, obsesivo y enfermizo que cree que mantendrá su relación con la otra persona… que la mantendrá siempre a su lado… si hace cualquier cosa por ella, aunque sufra, aunque se humille e, incluso, aunque se le vaya la vida en el intento. Este es un tipo de amor compulsivo que sólo le da gusto a un egoísmo desmesurado que existe en la otra persona. Hagamos un breve intermedio a esta verborrea… Sólo para recordar que, para que una persona vaya a la cama con otra y acceda a tener sexo, independiente sea por placer o por amor, existen 7 motivaciones principales, a saber: 17

 Por excitación espontánea, la cual es producto del momento y las condiciones favorables que existen en ese instante para que se dé ese acercamiento… ese enchufe… íntimo.  Por ganas rezagadas… en buen español: por calentura… por andar en alas de cucaracha… que con cualquier endulzamiento al oído cae.  Por estar ya amarrado el combate, o sea, porque ya existe una cita previa con ese fin.  Por ocultarse al qué dirán, es decir, algunas persona prefieren ir a un motel, hotel o cuarto y que suceda lo que tenga que suceder, que exponerse a que otras personas la vean con quien anda.  Por complacer a su pareja (casi siempre al hombre), tanto insiste la otra persona que se termina cayendo en sus redes, sin que importe si se tienen ganas (deseos) o no de hacerlo.  Por despecho, dicho en mejor español… por vengarse de otra persona por algún desplante o mala jugada que le haya hecho (se mal cree que con eso se le va hacer daño a la otra persona, cuando en realidad es uno o una misma quien se hace el daño).  Por intereses creados, es decir, por el provecho que puede sacarle a la persona si tiene sexo con ella. Ok… volvamos a lo que estábamos… Vamos a tratar de poner un poquito más el dedo sobre la llaga… Un error muy frecuente que cometemos en las relaciones sexamentales por mero placer sexual, es creer y esperar que la otra persona va satisfacer nuestras necesidades y deseos sexuales, porque es una exigencia y obligación sexual de su parte, sin importar para nada su estado anímico o sus disfunciones sexuales o de salud.

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Y esto es así, porque en toda relación sexamental por placer lo que se busca es que la otra persona responda cabalmente a nuestras expectativas sexuales del momento, independiente de todo. Volvamos hacer un paréntesis para recordar las diferentes formas de lanzarse sexualmente con otra persona, o sea:  Aventura, cuando se entabla un romance de corta duración para pasar bien durante una temporada, sea de vacaciones, de estudio, de participación en un grupo, o de trabajo, a sabiendas que, finalizada la temporada, finalizará el romance y cada quien volverá a su punto de inicio sin compromiso alguno. Como quien dice… después del ñaca ñaca… cada lora a su guanacaste y no hay nada perdido.  “Jodedera” o pasatiempo, cuando se entabla una conexión sexual sólo por la curiosidad de saber qué se siente con o cómo se comporta sexualmente la otra persona.  Amigo o amiga con derechos, cuando se entabla una relación sexual en la que prevalece la independencia de ambas personas y el no compromiso entre ellas por lo que pueda suceder con o surgir de esa relación. Generalmente en este tipo de relación se termina involucrando sentimientos y provocando estragos emocionales.  “Canita al aire”, cuando tenemos ganas o deseos de desahogarnos sexualmente y aprovechamos la oportunidad de poder hacerlo con alguien que nos inspira agrado, sea que ya se conozca a la persona o que se esté conociendo en ese momento.  Ligue o afinque, cuando se entabla una conexión sexual casual con una persona, sea en una fiesta, reunión o evento, a fin de poder beneficiarse de manera exclusiva de su compañía y pasar agradable el momento, sin importar la interacción sexual que se pueda derivar de esa conexión. Generalmente, esa interacción sexual estará en dependencia de la intensidad sexual que se le dé o del reto sexual que se provoque.  Desliz, cuando se entabla una conexión sexual con una persona en momentos de vulnerabilidad emocional, sentimental, mental o sexual. 19

Generalmente, esta conexión es provocada por una confusión afectiva desmesurada hacia la persona por su forma compasiva de tratarnos y mostrarnos comprensión en ese momento, aunque en algunas ocasiones puede también darse por estados de exaltación eufórica provocada por la excesiva ingestión de licor o de alguna droga psicotrópica o por las circunstancias del momento. Pero… pero… pero… en ninguna de estas formas de relación se le puede considerar a la otra persona como pareja. Ser pareja significa ser la persona par que, sin quitarle ni cambiarle nada, se acopla a nosotros y nos complementa para que nos podamos sentir completo o completa, satisfecho o satisfecha y realizado o realizada en la vida, por tanto, el nivel de exigencia sexual es menor, pues al acto sexual se le antepone, de manera implícita, la comprensión y tolerancia ante cualquier eventualidad disfuncional. También es importante señalar que, por lo general, una relación sexamental por placer no es más que una forma de solapar nuestra incapacidad para tomar una pareja de manera estable, por miedo al compromiso y a la responsabilidad que toda relación sexamental sana y gratificante conlleva. Ya se me elevó el gas… Pero… antes que se me olvide y lo sepa el diablo… Es preciso aclarar que las necesidades sexuales de una persona son propias de ella misma, por tanto, le corresponde a ella misma lograr su propia satisfacción, pues eso, por duro que se lea, no es responsabilidad de la otra persona con la que tiene sexo. Así es… pues lo más que puede hacer la otra persona es contribuir (con su actividad sexual) a que podamos lograr esa satisfacción. Es decir, no es el hombre quien hace llegar al orgasmo a la mujer, ni la mujer quien hace llegar al orgasmo al hombre, cada quien llega por sí mismo, obviamente, con la ayuda de la otra persona, pero si la otra persona no está dispuesta ni motivada a llegar, aunque se le hagan todas las posiciones del Kamasutra… no va a llegar. 20

Ahora bien, ¿por qué he venido diciendo relación sexamental por placer y no simplemente eventualidad sexual? Porque… querámoslo o no, aceptémoslo o no, tarde o temprano, ese tipo de relaciones llegan a afectar anímica y sentimentalmente a las personas que las practican, pues así como les pueden provocar sentimientos de culpa o vacío, así les pueden hacer sentir confusas e incluso promiscuas. O sea, este tipo de relaciones, al final de cuentas, sí llegan a tener sentido y significado en la vida de uno o una, aunque, en su momento, se le niegue abiertamente, o, cuando se recuerdan, se le omite. Indiscutiblemente, una relación sexamental por amor no es algo que ocurre simplemente porque sí y se mantiene en el tiempo por sí mismo, no… necesita que haya un involucramiento decidido y firme de cada una de las partes, pues el amor no funciona por medio de piloto automático, ni, mucho menos, es algo que nos va a dispensar un disfrute permanente y sin cambios. La relación sexamental por amor es algo que se edifica, consolida y fortalece día a día, y de manera permanente y continua, pues el amor procura lograr y mantener armonía, seguridad y equilibrio dentro de la convivencia con la otra persona, de manera nos podamos sentir felices y satisfechos por compartir nuestra existencia con esa persona. Es más, una relación sexamental por amor sólo termina, o se dirige hacia su autodestrucción, cuando la incertidumbre y la insatisfacción la invaden de manera constante, cuando el deseo de continuar esa relación sólo viene de una de las partes, cuando tratamos de forzar las situaciones reinventando los hechos, transformando la realidad y esperando imposibles. Dicho en palabras sencillas, si ambas partes no cuidan al mismo tiempo ese amor, sino abonan a diario para su crecimiento, fortalecimiento y consolidación, el amor se acaba, el amor se muere, hasta que no queda de otra que aceptar lo irreversible, hasta que lo más sano para ambas personas es saber y tener que retirarse a tiempo y mientras el equilibrio emocional propio se los permita, de modo se pueda dar una última muestra de grandeza, como es… ofrecer cada quien su ayuda y generosidad para que todo termine en armonía, sin intereses ocultos ni exigencias enmascaradas. 21

Quedemos claros y claras que sólo hay dos únicas similitudes entre la relación sexamental por placer y la relación sexamental por amor:  En ambas se puede experimentar agrado sexual, o sea, llegar a sentirse bien sexualmente con la otra persona, pero… no nos confundamos… en la relación por placer este agrado es motivado por la atracción y el mero placer sexual, en cambio… en la relación por amor el agrado es motivado por la afirmación, retribución y satisfacción sexual que se siente de manera mutua y recíproca.  Ambas son temporales, pero esa temporalidad depende de nuestra elección y decisión de vida, siendo la relación por placer más efímera que la relación por amor, pues… en esta última… ambas partes buscan cómo perpetuarse en el tiempo. Pero… a pesar de todo esto… ninguna de las dos formas de relación puede ser encasillada como buena o mala… así… de manera generalizada… pues la calificación de cada una de ellas va a depender de la valoración que haga cada persona por sí misma, así como de la valentía que muestre para aceptar la responsabilidad y las consecuencias que la práctica de cualquiera de ellas conlleve para su vida. Y con esto, espero haberles revelado el segundo secreto de la Kamanostra…

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TERCER SECRETO NO HAY QUE CONFUNDIR EL ROL DE PAREJA Algo que muchas veces olvidamos y descuidamos en nuestra vida sexamental, es que, en el amor, con detalles simples se cautiva a la otra persona y también con detalles simples se le pierde. Y por más que se nos diga… y se nos diga… y se nos diga… también se nos olvida que las muestras de afecto y atracción sexual hacia una pareja deben cultivarse y darse no sólo durante el acto sexual (por si no se entiende… no sólo cuando se está cogiendo…), sino fuera del mismo, es decir, es necesario aprender a expresar, espontánea y libremente, nuestra sexualidad en todo momento y en todo lugar de la convivencia sexamental. Y es que hay sus cuatro prójimos y prójimas por allí que no han terminado de entender que el acto sexual es sólo un escalón en el camino hacia la unidad y consolidación de una pareja, es apena una mínima parte… aunque no menos importante… del propósito de una relación sexamental por amor. Entonces… mis queridos lectores y lectoras… el aprendizaje más importante que se nos debe quedar en nuestras cabecitas… es que… para la buena práctica de una relación sexamental por amor… a nuestra pareja la debemos tratar con respeto, brindarle la atención necesaria, demostrarle satisfacción y deleite por su compañía, evidenciarle nuestro amor, adorar los instantes de intimidad, dedicarle tiempo exclusivo para estar juntos y aprender a interpretar su lenguaje corporal amoroso. Por eso, el primer paso a dar… para superar cualquier brecha que obstruya la perduración en el tiempo de nuestra relación sexamental… es lograr comprender que la práctica de toda relación sexamental por amor debe estar cargada de tres grandes ingredientes:  Afectivos: amor, respeto, solidaridad, aceptación, inclusión, pasión, gratificación y un enorme etcétera.  Sublimables: palabras, olores, detalles, sonrisas, miradas y gestos. 23

 Sexuales: jugueteos (o escarceo), abrazos, besos, caricias y sexo propiamente dicho (copular, coger, follar,… como quieran llamarle). ¿Casi nada, verdad? Pero, bueno, no nos quedemos aquí parqueados y comencemos a desmenuzar cada uno de estos ingredientes… Y… como es lógico… tenemos que comenzar por el afectivo… Pues sí, porque… para que pueda darse una relación sexamental por amor… es imprescindible… en primer instancia… un fuerte componente afectivo, y esto quiere decir que ambas personas se formen la conciencia que son pareja, que se identifiquen como pareja, y que tengan esa voluntad de compartir y aprender juntos como pareja, que asuman de manera compartida la responsabilidad de deliberar y tomar decisiones de forma conjunta como pareja, y de buscar un sano equilibrio entre sus requerimientos individuales y los de pareja.

Porque amar es aceptar a la persona tal y como es, con sus cualidades pero también con sus defectos, y aceptar no significa conocer sus cualidades y defectos, ni pensar que podemos hacerla cambiar o moldear a nuestros gustos e intereses (no se trata de hacer una escultura o una artesanía), se trata de no olvidar que es una persona de carne y huesos, única y auténtica, que piensa, siente y desea, a la que podemos apoyar y ayudar para que crezca, para que sea mejor cada día, para que alcance sus sueños y brille… individual y socialmente… con luz propia. ¿Ya se me asustaron con tantas exigencias? 24

No es para menos… pero vale la pena… Por eso… tranquilos y tranquilas… tómenlo por el lado amable… Lo que pasa es que el amor es un proceso sentimental y emotivo, es un proceso de identificación, aceptación, intercambio y acoplamiento afectivo, por elección y decisión propia, entre dos personas, que buscan, en este sentimiento, una gratificación emocional, sentimental, pasional y/o material para ambas partes (o, al menos, pero no es lo adecuado, para una de ellas). Por tanto, una relación sexamental por amor, o sea de pareja, requiere adaptaciones y readaptaciones por parte de cada uno para poder sobrevivir como pareja por mucho tiempo, y esto es muy diferente a “hacer el esfuerzo” y a “tener buenas intenciones”. Lo cual nos va a resultar obvio si tomamos en cuenta que las personas cambian, las situaciones cambian, las expectativas cambian, las necesidades cambian, todo cambia, por tanto, las parejas, forzosamente, también tienden a cambiar, pues tienen que adecuarse a sus realidades, pero… y aquí está el meollo de la dificultad… aceptar ese cambio nos es muy difícil… así es… pues nos resulta más fácil y cómodo mantener una postura individualista y egoísta en la que todo se acomode a nuestra conveniencia e intereses. ¡Ah!... pero las cosas no son tan sencillas como quisiéramos… Una relación de pareja no puede existir si ambas partes no colaboran, de manera evidente y honesta, en la puesta en práctica de algunas cualidades claves y necesarias para que se establezca una relación sexamental por amor sana, tales como compañerismo, solidaridad, bondad, amabilidad, consideración, comunicación, ajuste armónico mutuo a los hábitos de cada uno, participación conjunta en algunas actividades, consenso en valores y temas importantes, reciprocidad (en lugar de coerción), y clara demostración de respeto mutuo. Así es… y no hay vuelta de hoja… Es más… esta compleja, pero gratificante, relación sexamental por amor requiere de tiempo para su desarrollo y madurez, ya que implica respetar la libertad y espacios sociales de cada uno, implica aflorar la espontaneidad en la 25

expresión de nuestro afecto, implica el compartir la franqueza y la informalidad como elementos fundamentales para lograr una relación satisfactoria, implica la práctica del diálogo como medio para el conocimiento recíproco como pareja, implica desarrollar actividades que ambos puedan compartir y disfrutar… y… algo muy importante… superar de manera conjunta los conflictos. En resumen y pocas palabras, implica considerar la vida de pareja como una realidad convivencial del día a día durante los 365 días del año. Y para poner un granito de arena a su relación de pareja… aquí les dejo algunas recomendaciones básicas: 1. Nunca deje de ser atractivo o atractiva para su pareja, procure ser siempre agradable y no una persona fastidiosa… ese es el mejor atractivo que podemos dar. 2. Asegúrese que su pareja esté siempre contenta/contento de verle y, si alguna cosa le molesta, dígalo… pero con humor 3. No permita que el sol se oculte acompañado por su enojo, Sea el primero o primera en decir “lo siento”, pues nada vale tanto como para amargarse la vida. 4. No menosprecie a su pareja y aprenda a reconocer sus propias fallas, nada mejor que aceptar las diferencias y aceptar lo que se tiene en común. 5. Dedique tiempo para el romance y nunca esté demasiado ocupado u ocupada para el amor, pues nada más confortante que transmitir pasión a su vida de pareja y estar seguro/segura que cuando hace el amor está haciendo el amor. 6. Sea parte de la vida de su pareja pero no trate de controlársela… respete su privacidad y no se ofenda si le pide algo de espacio. 7. Aprenda cuando escuchar y cuando actuar, pero, sobre todo, cuídese al hablar y no haga que sus conversaciones diarias sean siempre sobre alguien más. 26

8. Trate a su pareja mejor que a su mejor amigo o amiga y déjele saber si a usted no le agrada alguna de sus amistades. 9. No se haga el mártir o la mártir, ni viva desenterrando las cosas pasadas una y otra vez, pues las amarguras no ayudan ni abonan a la relación de pareja. Recuerde que una moneda siempre tiene dos caras y, por el hecho de ser pareja, no tienen por qué tener ambos las mismas reglas. 10. Aunque los parientes son parte del paquete de una relación sexamental, no permita que sus padres, familiares o amistades controlen sus sentimientos ni su relación. Bueno, creo que con todo lo anterior es más que suficiente para que podamos comprender la gran importancia de este tercer secreto y lo clave que resulta para una relación sexamental este componente afectivo. Pero… todavía nos faltan dos ingredientes más para poder completar y darle sabor y forma al pastel. Así que… sigan leyendo y a ver qué tal nos va con el desmenuce del componente sublimal.

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CUARTO SECRETO ES NECESARIO APRENDER EL LENGUAJE DE NUESTRO AMOR Recordemos que cuando nos referimos al componente sublimal, nos referíamos a elementos como las palabras, los olores, los detalles, las sonrisas, las miradas y los gestos. Pero… aquí necesitamos ir más despacio… ya que… sin querer queriendo… nos podemos meter en tremendos líos… Así como lo leen… Porque el ingrediente principal del componente sublimal es el lenguaje corporal, lo que implica que, si no lo sabemos expresar bien, puede prestarse a malas interpretaciones y, si se dan esas malas interpretaciones, nos puede salir la venada careta con nuestra pareja. Y, para que podamos comprender y asimilar mejor su implicancia y efecto en la relación sexamental, principalmente por amor, tenemos que desmenuzarlo uno a uno. Así que, a aventarle reata se ha dicho… Y comencemos con las Palabras… Las palabras (o lenguaje verbal si lo prefieren) es una herramienta poderosa, y por cierto la más idónea, para comunicar y dar a entender nuestras ideas, pensamientos, deseos y sentimientos… principalmente a nuestra pareja. Pero… y dependiendo de cómo las utilicemos… pueden llegarse a convertir, por excelencia, en el elemento más perturbador de la armonía en nuestra relación de pareja. Dicen por allí que muchas veces no hay palabra mal dicha, sino mal interpretada… o mal entendida. 28

Y… precisamente… allí está el talón de Aquiles del lenguaje verbal… Dicho de otra manera, en una comunicación verbal podemos estar diciendo las palabras más bellas o la grosería más sutil, la verdad más sincera o la mentira más grande, pero su impacto, su repercusión, no va a depender propiamente de las palabras utilizadas, sino de cómo esas palabras sean interpretadas por nuestra pareja. Y… el rollo de todo esto… es que una pareja que no se comunica adecuadamente (o que no le dedica el tiempo necesario para comunicarse mutuamente), además de crear tensión y malestar en su convivencia como pareja, se auto receta una alta dosis de probabilidades para terminar en fracaso su relación sexamental, más si uno de ellos… o ambos… no se siente escuchado o comprendido, lo que, obviamente, se transformará en una clara y letal amenaza para la perdurabilidad de la relación. Es cierto que un buen nivel de comunicación y entendimiento entre una pareja no es suficiente garantía para asegurar el éxito de su relación, pero también es cierto que es un requisito imprescindible para que ese éxito se pueda alcanzar. Pero… ¿qué implica una buena comunicación? Pues, una buena comunicación implica ser receptivos a los mensajes que nos envía nuestra pareja y tener una buena disposición para hablar sin centrar la conversación a nuestros propios criterios y deseos, ya que, cuando la comunicación en la pareja se da de manera forzada e individualista, lo único que se logra es provocar un ambiente tenso entre ambos y facilitar el estado de conflicto y de discusión. Por eso… para lograr una buena comunicación… lo primero que hay que aprender es a percibir cuando nuestra pareja está o no en disposición para conversar. 29

Asimismo, hay que aprender a respetar su deseo de abordar o no un tema, a veces bastará con posponer su abordaje hasta que nuestra pareja considere que las circunstancias son propicias para hacerlo. Cuando esta indisposición ocurre en nuestra pareja, a lo único que podemos y debemos aspirar es a fijar, siempre de manera conjunta, el momento y lugar para abordar ese tema en un futuro, o… mejor aún… esperar que la conversación surja de manera natural y espontánea. Pero… algo que jamás debemos perder de vista y de práctica… es mantener siempre una actitud abierta al diálogo como un hábito cotidiano, o sea, estar dispuesto a escuchar lo que nuestra pareja quiera contarnos, consultarnos o preguntarnos. Recuerden… cuando somos capaces de escuchar bien, tenemos la mitad de la comunicación hecha. Por otra parte, también es preciso llenarse de paciencia y tolerancia… Así es… llenarse de paciencia y tolerancia para poder comprender a nuestra pareja en todo momento y situación, aunque tenga sus arranques de enojo u hostilidad, pues… y con mucha más razón en esas circunstancias… tenemos que mantener la calma y la sensatez (quién sabe cómo… pero hay que hacerlo...) para comprender las razones por las que está y actúa así. Debemos ser capaces de mantener una decisión, firme y voluntaria, de adoptar una actitud coherente, pertinente y afectiva ante nuestra pareja, de manera contribuya a mejorar la comunicación entre ambos, pero teniendo mucho cuidado de no cometer ninguno de los siguientes errores:  Utilizar mensajes acusadores, amenazantes y/o exigentes, por ejemplo: “¡Como sigás así… me voy a ir de la casa!”.  Hacer “generalizaciones” usando palabras como “siempre…”, “nunca…”, “todo…”, “nadie…, “nada…”, ya que éstas nos pueden hacer caer en consideraciones o acusaciones falsas o absurdas, pues no es posible que una persona haga “siempre” mal las cosas, o que “nunca” se ocupe de uno, o que “nada” le importe. 30

 Etiquetar a nuestra pareja con términos descalificadores o despectivos, tales como “sos un desastre…”, “sos demasiado egoísta…”, “sos un/una inútil…”, pues estos generalmente no responden a la realidad y nos dejan poco margen para fomentar un diálogo constructivo.  Utilizar preguntas tipo reproche, tales como “¿Es que te parece normal…?” “¿Te parece bonito…?”, pues esto lo que denota, generalmente, es ironía o sarcasmo, además de implicar un tono acusatorio, que, por lo general, puede provocar malestar en la pareja que lo recibe y, a menudo, estallar en una reacción agresiva-defensiva. Por eso… amigos y amigas… Porque… si descuidamos estos cuatro puntos… lo más probable que nos puede suceder… es que nos enredemos en ataques y contra-ataques estériles y sin sentido, que lo único que van a generar es malestar emocional y tensiones inútiles, hasta sumirnos en un estado conflictivo lleno de estrés y/o depresión. Nada cuesta tener un poco de cuidado con esto, y que las palabras, o lenguaje verbal, no nos sirva sólo para señalar o enrostrar errores, defectos o fallas a nuestra pareja, pues lo único que lograríamos es herir su susceptibilidad y alejarla cada vez más de nosotros, además que también contribuiría a que se extinga esa llama de amor que dio lugar a nuestra relación sexamental. Dicho en cristiano, que nuestra lengua no se convierta en un arma viperina y ponzoñosa contra nuestra pareja. Ahora le toca a los Olores… Aunque les parezca increíble, desde los albores de la humanidad, los olores han servido como instrumentos de comunicación para y entre hombres y mujeres, tanto para expresar sus deseos de atracción y seducción sexual como para identificarse y distinguirse corporalmente entre y con las demás personas. Me imagino que más de alguna vez han conocido a o escuchado de hombres y mujeres que, a través del olor, distinguen a una persona de otra y hasta perciben su presencia o llegada. 31

Ya sé… ya sé… que se deben estar preguntando… ¿a dónde quiere llegar este prójimo con esto? Pues… a intentar quitar de la cabeza de algunos hombres y de algunas mujeres la creencia que los olores que se perciben de nuestro cuerpo nada tienen que ver con la comunicación corporal, que no son parte de la comunicación que debe establecerse en una relación sexamental, que no son parte de nuestro lenguaje para seducir, que todo se reduce a un simple “ganas son ganas y a quitárselas se ha dicho”… Pues… se equivocan… claro que sí tienen que ver… y mucho. Pero, para ello, necesito refrescarles el cerebro con un poquito de historia al respecto. Resulta que… según nos cuenta la historia… a principios del siglo XVIII, las clases burguesas dominantes iniciaron e impulsaron toda una campaña (bajo el lema de la salud y la higiene) de cambio de hábitos personales que apuntaba a eliminar los “malos olores” del cuerpo y a promover un refinamiento estético social (disculpen lo meloso de estas frases… lo que quise decir fue… “a promover el andar perfumado para oler sabroso”) que sirviera como etiqueta de distinción y reputación personal, lo que, perceptiblemente, produjo una disminución de la tolerancia olfativa entre las personas, incentivó un mayor uso y consumo de los productos de belleza e higiene personal y descalificó la importancia de los olores en el comportamiento e intercambio sexual humano. En pocas palabras… los olores, naturales e innatos, de nuestro cuerpo no pudieron escaparse de los intereses mercantiles de las sociedades burguesas. Para mayor remate, esa antipatía contra los “malos olores” dio lugar al establecimiento de relaciones de exclusión entre los grupos sociales y entre las mismas personas, pues, al pregón de un convincente discurso médico-higienista y la instauración de barreras olfativas sociales, se legitimó más la distancia entre personas del mismo sexo, de sexo contrario o de preferencia sexual distinta, atribuyéndose el mal olor a las clases o etnias sociales “inferiores”, a las personas “sin cultura ni educación”, lo que se manifestó con la generalización de expresiones despectivas tales como: “olés a mozo”, “andás hediondo a negro”, “olés a mono”, “olés a perro”, “olés a puta”, etcétera, etcétera,… 32

Y esta descalificación olfativa caló tanto en las relaciones sociales, que se dio mayor importancia a la apariencia estética personal que a la verdadera naturaleza sexual de los olores corporales entre hombres y mujeres. Sin embargo, como una ironía y contradicción de la vida, ya… desde épocas muy antiguas… se promovía el uso de perfumes para atraer mejor a los y las amantes, principalmente en las culturas orientales. Nos cuenta don Enrique Coperías, sobre las costumbres de la antigua Grecia, que en “Referencia a una puta fina” (Ateneo, IV, 229a), se puede leer: “Se perfumaba la piel para atraer a los amantes y rociaba las piernas con nardo de tarsos y metopión de Egipto. Recubría sus axilas con menta y sus cejas con mejorana de Cos y sahumaba su cabellera con incienso. El ungüento de Chipre corría entre sus senos y el licor de rosas de Feselis embalsamaba su nuca y sus mejillas. Se untaba de esencia por la cintura antes de alquilarse por cien dracmas.” Y es que los olores que se perciben de nuestro cuerpo no sólo pueden producir una sensación agradable o desagradable al sentido del olfato de nuestra pareja, sino que es capaz de estimularle el recuerdo de una infinidad de eventos gratos y/o no gratos ocurridos en su actual o pasada relación sexamental. Obviamente, la tolerancia a nuestros distintos olores corporales dependerá de la subjetividad y cultura de nuestra pareja, o sea, de sus gustos e idiosincrasia particulares, pero, y sobre todo, de la intensidad de sus sentimientos, de sus deseos y de las circunstancias que envuelvan el momento. En base a lo anterior, y considerando que dicen por allí que “el amor entra por el olor”, debemos valorar la necesidad o no de cuidar muy bien los olores de 5 zonas corporales muy sensibles en una relación sexamental: 1. …el aliento… al hablar, al besar, al jadear… no vaya a ser y nos huela a alcantarilla, al punto de matarle toda inspiración a nuestra pareja, Pero… no sólo se trata de higiene bucal, sino también de higiene y salud digestiva, que nuestro estómago e hígado no emanen olores que puedan 33

desagradar a la otra persona o… cuidado… no vaya a ser que estemos padeciendo de una fuerte halitosis. Es decir, no basta con cepillarse los dientes todo el santo día, también hay que revisar y cuidar el estado de salud de nuestros órganos digestivos; 2. …las axilas… o sea, bañarse bien a diario y usar un buen antitranspirante, porque podría suceder que el olor que transpiremos anestesie o espante a nuestra pareja; 3. …los genitales… igual que lo anterior… higiene diaria… pero no sólo encimita… también por dentro de la vagina o debajo del prepucio del pene, para que no se vayan a convertir en bomba lacrimógena a la hora del sexo oral; 4. …los pies… pero no sólo es lavárselos, sino también secárselos bien y, si es posible, aplicarles un buen talco absorbente y anti-bacterial que los proteja de posibles olores desagradables para nuestra pareja, o sea, evitar que retumben a zorrillo al momento de quitarnos el calzado; 5. …y… por último… y por qué no… las flatulencias… para ello es necesario cuidarnos bien de los alimentos que ingerimos, sobre todo antes de y durante cualquier encuentro sexamental, por ejemplo, una combinación de frijoles, aguacate y huevo cocido… por favor… nos puede provocar pestilencias que harían salir despavorida a cualquier pareja, por muy enamorada que esté. Aunque, (nunca falta su humorista por allí) hubo alguien que dijo que “las parejas que se pedorrean juntos, permanecen juntos”, bueno… tal vez nos quiso decir que esa es la máxima muestra de tolerancia olfativa que una pareja se puede conceder mutuamente. Aclaro… lo anterior no es un tratado de todas las precauciones olfativas a tener en cuenta, simplemente son algunos de los cuidados que podrían tomarse cuando de olores se trata, más aún cuando apenas estamos en la etapa de enamoramiento, pues es en esta etapa que sabemos poco, o casi nada, sobre las preferencias (entre ellas las olfativas) de la otra persona. Obvio, apenas la estamos conociendo.

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Y… ¡ojo… mucho ojo… hombres!... existen fuertes evidencias experimentales que demuestran que la mujer posee un sentido del olfato más agudo y mejor que el hombre, y que este es más agudo durante su período de ovulación. Así que… no vaya a ser que… por un olor mal puesto… se nos arme un tremendo zaperoco… Pero… pero… tampoco hay que ser tan alarmistas ni esquemáticos ni cuadrados… Pues… no existe una escala olfativa universal que permita establecer, de manera generalizada o específica, los diferentes grados de atracción o repulsión a los olores en una persona. Sí… así es… Un mismo tipo de olor no es aceptado o rechazado por todo tipo de hombre ni todo tipo de mujer. Hay mujeres que le resulta afrodisiaco el olor a sudor de su hombre y les provoca estimular ardientes deseos amorosos, pero también hay otras que ni pío les hace, que más bien les resulta repulsivo. Así como hay hombres que les fascina y excita el olor del sudor de su mujer (más aún el olor vaginal), tanto que mientras más fuerte mejor, como era el caso de Napoleón, que cuentan las malas lenguas… junto con la mía… que le pedía a su mujer Josefina no se bañara para poder gozarla “conservada en su jugo”. Y es que por los olores se han establecido, incluso, grandes prejuicios sociales… como es el caso de algunas sociedades donde domina el machismo, donde, por sus olores, a las mujeres se les clasifica en tres categorías olfativas:  discreta y sobria para la mujer de bien, de hogar, de buena familia;  exquisita y deliciosa para la mujer seductora;  excesiva y extravagante para la mujer impura, promiscua o prostituta.

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Categorías que no pueden, obviamente, ser consideradas ni generalizadas como una regla social, porque de todo da la viña del Señor. Pero… jóvenes ilustres beneméritos de la patria… hay dos olores que ningún hombre ni ninguna mujer se pueden escapar… Así es, porque esos olores son como su sello, su distintivo personal… me refiero al aura seminalis del hombre (u olor del semen o esperma) y al olor de fémina de la mujer (u olor de la vagina y de las feromonas). Se afirma por allí que “la atracción sexual entra por los ojos”, pero que, para que ocurra “la química entre los sexos”, la responsabilidad le corresponde a las feromonas. Y no es para menos, para la mayoría de los hombres el olor vaginal proveniente de las mujeres en su etapa fértil les es más atractivo que el proveniente en otro momento. Por tanto, es muy probable que la atracción hombre-mujer pueda ser feromonal. No en vano se ha dado en llamar a las feromonas “el perfume del sexo”, pues es capaz de estimular al hombre a la relación sexual, por eso no es de extrañarse que, en el transcurso de la historia humana, la práctica de perfumarse el cuerpo esté asociada a la sexualidad. Es más, entre las mujeres fue famoso y de gran aceptación el perfume de Berliner, el cual era elaborado a base de feromonas humanas. Y es que la palabra feromona proviene de dos palabras griegas: “pherein” que significa transferir, y “hormone” que quiere decir excitar, o sea, transferir excitación. Y no faltan por allí quienes afirman que la alteración del olor fémino (u olor vaginal) es provocado por el aura seminalis (semen) de los hombres (dicho en cristiano, cuando el hombre eyacula dentro de la vagina de la mujer), pero esta 36

alteración es distinta y particular a cada hombre con quien la mujer copule (léase: “coja”). Un tanto similar ocurre con el hombre, su pene adquiere un olor diferente después de introducirlo en la vagina de una mujer, el cual también es distinto y particular a cada mujer con quien copule (léase: “coja”). Por eso, y no es de extrañarse, que un hábito común de muchos hombres y muchas mujeres es bañarse después de un encuentro sexual… ¿por qué será?... ¿por higiene o precaución?... descúbralo usted mi querido lector o querida lectora. Con toda la retahíla anterior no nos queda más que aceptar la existencia de un lenguaje quimio-sensorial entre hombres y mujeres, principalmente a través de las feromonas, lenguaje que nos aclararía el por qué de esa sensación que se experimenta durante el proceso de atracción, en el que sentimos que se nos corta la respiración y nos brinca el corazón. Y le tocó el turno a los Detalles… Al comienzo de esta conversa dijimos que en el amor con detalles simples se cautiva a la otra persona pero también con detalles simples se le pierde. El meollo de este rollo está en… ¿qué entiende cada hombre y cada mujer por detalle simple?... y ¿qué importancia le da cada hombre y cada mujer a los detalles en una relación sexamental? Lo primero que nos debe quedar claro es que la historia de toda relación sexamental es, precisamente, la suma de todos y cada uno de los detalles que se expresen durante la convivencia de pareja, tanto de los que provocan reír como de los que provocan llorar, de los que conforman el día a día de la relación como de los que rompen la rutina del presente o alientan esperanzas hacia un futuro mejor. Es decir, un detalle simple es toda demostración de cortesía, amabilidad, afecto, comprensión, tolerancia, dedicación, conmemoración y satisfacción que, de manera peculiar y especial, se tiene hacia la pareja. Pero, no nos vayamos a equivocar… 37

Los detalles no se expresan únicamente con regalos ni sólo en fechas especiales (cumpleaños, aniversarios, navidad, San Valentín, año nuevo, etc.), aunque no lo creamos, los detalles se expresan también en los gestos, en las sonrisas, en la atención que prestamos a la otra persona, en el apoyo que le damos, en las muestras de amor que le dispensamos a diario con o sin motivo especial alguno, etcétera, etcétera, etcétera... Así es… Por eso, para la buena marcha y armonía de nuestra relación sexamental, es de vital importancia hacer que los detalles formen parte importante de nuestra cotidianidad como pareja, deben ser ese lenguaje especial con el que le digamos “te amo” a la otra persona (esto no implica que no se lo digamos o que se lo dejemos de decir con palabras), de manera que sienta que es parte importante de nuestra vida y que siempre está presente en nuestra mente y en nuestros recuerdos. En pocas palabras, los detalles son esas muestras repentinas y espontáneas que nos sacan de la rutina y nos transportan sutilmente a un momento de ternura y regocijo con nuestra pareja: dedicarle un poema, una invitación inesperada a bailar, un suave beso en la nuca, obsequiarle una flor, invitarle a cenar, una cita en un motel, salir a pasear, ir juntos al cine, prepararle un bocadillo delicioso, regalarle una tarjeta romántica, etcétera… etcétera… etcétera… Son tantos y tantos detalles sencillos que tenemos a nuestra disposición para poder ofrecer a nuestra pareja sin tener que esperar motivo o fecha especial alguna, que no se justifica el no motivar una sonrisa de satisfacción y gratificación en nuestra pareja en cualquier momento de nuestra convivencia sexamental. ¿Y quién puede resistirse al encanto de una dulce y bella Sonrisa?... Y es que la sonrisa es un ingrediente tan importante de nuestro lenguaje corporal sexamental, pues nos permite mostrarnos favorable o halagüeño con nuestra pareja, a fin de agradarle, halagarle, adularle o atraerle con dulzura y suavidad.

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Tomen en cuenta que la sonrisa es una de las primeras formas de comunicación de todo ser humano, que se manifiesta desde los dos o tres meses de edad, principalmente, en todas las actividades que compartimos con nuestra madre. Parece mentira, pero la sonrisa es el lenguaje por excelencia con que hombres y mujeres manifestamos nuestro estado de ánimo, con que expresamos nuestro sentir, pensar y existir en un momento dado, pero no es un lenguaje corriente, no… no… no… es un lenguaje único e individual… es propio y particular a cada hombre y a cada mujer… dicho en español, la forma de sonreír de cada quien no puede ser fotocopiada… perdón… copiada. Es más, es a través de la sonrisa que creamos un vínculo particular, una identificación afectiva con nuestra pareja (así como con otra u otras personas). Porque una sonrisa verdadera da un efecto bello, armónico y saludable a toda emoción y estado de ánimo que se produzca en una mujer o en un hombre, efecto que se refleja claramente en todo el rostro. Dicen por allí que el ser humano es, de todos los animales, el único capaz de sonreír, y que la sonrisa constituye un signo de su racionalidad. Pero… pero… pero… lamentablemente… a medida que se va creciendo y por la educación que se recibe, el ambiente en que se convive y las presiones sociales con que se enfrenta a diario, las expresiones de alegría en hombres y mujeres, entre ellas la sonrisa, se van reduciendo y se van falseando. Sí, así como lo leen, sólo comparen que de 300 veces al día que los niños y niñas ríen como promedio hasta los seis años, un adulto con costo ríe de 3 a 19 minutos al día… ¡Qué les parece, ah…! Por eso… en toda relación sexamental… es necesario que… tanto hombres como mujeres… comprendan y se apropien del significado de la sonrisa, que la hagan parte de su sentido de humor como pareja, que sea una condición básica de la 39

originalidad de su relación, y, sobre todo, que sea parte de su capacidad de interacción cotidiana. Ya que… la sonrisa… además de proporcionar un estado de bienestar, de calma, de tranquilidad, de serenidad y de optimismo… protege el equilibrio anímico de la pareja, le ayuda a afrontar con mayor serenidad las situaciones adversas y contribuye a que vean la vida con mayores oportunidades y esperanzas. Pero… como ya dije… no toda sonrisa tiene una expresión positiva, pues así como se puede sonreír de manera sincera, también se puede sonreír de manera falsa. Sí… con una sonrisa le podemos comunicar a nuestra pareja cualquier cosa… desde sinceridad, alegría, complicidad o timidez hasta falsedad, desconfianza, burla, desprecio o inconformidad, aunque, algunas veces, también puede ser expresión de temor, dolor o tristeza. Basta con que nos fijemos en la posición de los labios, la expresión de la mirada, la elevación de las mejillas y el arqueo de las cejas para darnos cuenta de la intencionalidad de una sonrisa. Pero, como en toda expresión humana, no siempre es fácil distinguir la intencionalidad de una sonrisa, pues, generalmente, dependerá de que tan bien conozcamos a nuestra pareja, o de qué tan hábil sea nuestra pareja para manipular o fingir sus sonrisas. Y es que podemos sonreír para mostrar complicidad con nuestra pareja, para manifestar nuestra satisfacción por su llegada a casa o a la cita, para seducirla, para evidenciar incomodidad ante una situación, para disimular nuestros momentos de estrés, para controlarnos en los cambios significativos de nuestra vida, o, simplemente, para forzar un rostro agradable para la fotografía que nos pide. O sea, no es posible dar un solo significado a la sonrisa, su significado dependerá del contexto o momento que estamos viviendo, de nuestra propia personalidad y capacidad para sonreír, y de nuestra pareja a quién va dirigida la sonrisa. 40

Por eso, tengamos siempre presente que, en una relación sexamental, a través de una sonrisa verdaderamente auténtica, se puede brindar ternura, educar, contagiar alegría y transmitir amor. Porque la sonrisa, en una relación sexamental, es una forma de hablar desde el silencio para alentar a la pareja, para decirle "aquí estoy con vos", "sigamos adelante", "lo siento", "te amo"... y tantas y tantas cosas que fortalecen, consolidan y unifican la perdurabilidad de esa relación. Y para muestra un botón… ¿qué ocurre cuando la expresión del rostro de nuestra pareja es muy seria, sin la más mínima sonrisa en su boca ni en sus ojos?... inmediatamente nos hace pensar que está molesta, enojada o alterada, o que nos está reprochando o acusando de algo, y eso, obviamente, nos inquieta y nos hace que actuemos de acuerdo a la percepción e interpretación que hagamos, en ese momento, de la situación, lo que, probablemente, nos va impulsar, si no logramos controlarnos, a mostrarnos agresivos o agresivas, o a apartarnos de él o ella. Por tanto, una sonrisa no es insignificante ni inofensiva en una relación sexamental, tampoco debe pasar por desapercibida en la convivencia de pareja, pues con ella expresamos y nos expresan emociones y sentimientos, y, sobre todo, porque es parte inherente e innata de nuestra personalidad, comportamiento y conducta. En resumen, conocer bien a nuestra pareja no es sólo conocer sus gustos y preferencias, es saber también interpretar los mensajes que nos transmite a través de sus sonrisas, ya que esto vendrá a contribuir a una mejor armonía y unidad en nuestra relación sexamental. ¿Y qué me dicen del hechizo cautivador de una Mirada?... “Una mirada luminosa alegra el corazón”… dice uno de los proverbios de Salomón. Y es que una mirada especial nos puede hacer sentir una sensación tan placentera… y a veces tan perturbadora… que es capaz de provocar, en nuestro yo interior, el llamado “flechazo” hacia una persona. 41

Y no es para más… porque la expresión de nuestros ojos… o de nuestra mirada… es el reflejo más aproximado de lo que sentimos dentro de nosotros o nosotras con respecto a lo que está ocurriendo en nuestro exterior, pues esa expresión es nuestra primera reacción hacia cualquier situación que estemos viviendo en un momento dado.

Recordemos que… dentro del proceso de comunicación no verbal… la mirada es el elemento más primordial e importante del lenguaje corporal, pues es a través de ella que se expresa cuándo y cuánto nos agrada o desagrada algo, cuándo y cuánto aceptamos o rechazamos algo. Sí, la mirada nos permite emitir y transmitir un montón de información… a través de señales visuales… con las que logramos expresar intenciones, emociones, actitudes, posturas o estados mentales dentro de una relación sexamental. Es más, en una relación de pareja, a través de la mirada logramos evadir el silencio, pues por medio de ella hablamos, nos expresamos, nos damos a entender, por eso dicen que “al buen entendedor, basta con una mirada”, y por siglos se ha afirmado que “una mirada dice más que mil palabras”, y no falta por allí quienes sostienen, junto conmigo, que “los ojos son el espejo del alma” (…y también del deseo sexual… agrego yo). Así es… la mirada nos delata ante nuestra pareja, cuántas veces nos han descubierto en una mentira con tan sólo una mirada, o nos han hecho ruborizar, o nos excitan, o se dan cuenta que estamos enamorados, o nos… etcétera, etcétera, etcétera… pues la mirada tiene un poder de comunicación tan alto que lo que expresamos a través de ella es infinito.

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Porque… ya sea que hagamos una mirada firme y sincera, o de enojo, o huidiza, o de sumisión, o desenfocada, o elevada, o lateral, todas ellas sólo tienen un propósito: “comunicar a nuestra pareja una gran diversidad de expresiones emocionales”. Si no me creen, fíjense cómo una mirada fija de nuestra pareja puede causarnos miedo, aunque también puede invitarnos a tener un encuentro sexual. Una mirada puede revelar a nuestra pareja la sinceridad de nuestra sonrisa, nos puede hacer ver más atractivo o atractiva (más coqueto o coqueta…diría yo…). Porque… una mirada, así como puede ser un gesto de amor, también puede encubrir un engaño de manera inesperada. Dicen que la luminosidad de las pupilas en una mirada, es un indicador de nuestras actitudes, pues cuando nos entusiasmamos nuestras pupilas se llegan a dilatar hasta cuatro veces su tamaño normal, pero cuando estamos de mal humor, molestos o nuestra actitud es negativa, nuestras pupilas se contraen. Igual pasa cuando somos deshonestos o tratamos de ocultar algo, nuestra mirada no logra enfrentar por mucho tiempo la de nuestra pareja. Pero cuando encontramos a nuestra pareja atractiva u hostil o desafiante, somos capaces de sostenerle la mirada por mucho tiempo. Algunos estudiosos han logrado comprobar que cuando lo que se siente por otra persona es amor, la mirada se dirige hacia la cara, pero cuando lo que se busca es sólo deseo sexual, la mirada suele dirigirse primero al cuerpo, no a los ojos. También se ha llegado a comprobar que las mujeres miran más que los hombres, sobre todo, cuando ya han establecido un contacto afectuoso, pues se sienten menos inhibidas. Sí, las mujeres dan mayor importancia a lo que se transmite a través de la mirada. Y es que nadie puede negar que la mirada la usamos mucho en nuestras conquistas amorosas, pues nos resulta sencillo expresar nuestro deseo sexual con los ojos, mirando insistentemente a las zonas erógenas de la otra persona 43

de manera pausada y de arriba hacia abajo, indicándole que toda nuestra atención está centrada en ella o en él. Así que, si ese tipo de mirada está dirigida a nosotros o nosotras y no tenemos la más mínima intención de caer en esa provocación, lo mejor es que apartemos la vista. Por eso… un consejo sano que nuestros ancestros nos daban para las relaciones sexamentales… era: “ama a tu pareja tiernamente y enciende su pasión con una simple mirada”. Incluso hay un poema oriental que dice en una de sus estrofas: “Me acompaña

el recuerdo su mirada hambrienta de amor y su cuerpo estremecido aún de placer…”

Por eso… no en balde se dice por allí que para ligar bien con otra persona, se la debe mirar al menos un 60 a 70% del tiempo, así comenzará a sentir simpatía por nosotros o nosotras. Un hombre, cuando se siente atraído por una mujer, fija su mirada en los ojos de ella y los recorre intensamente, pasa por el mentón y la dirige hacia las otras partes de su cuerpo. Si la mujer se interesa por él, puede que le devuelva una mirada del mismo estilo. Del mismo modo se dice que, cuando una mujer está enamorada, no le da vergüenza mirar al hombre, y puede mantener su vista clavada en él con determinación y sin temor, como también lanzarle miradas cuando está distraído, escondido o pasa delante de ella. El Ananga Ranga, libro hindú sobre el amor, da un consejo sabio a los hombres para el momento de tener relación sexual con una mujer: “Luego de penetrarla, en el continuo vaivén, nunca deje de mirarla”. Por su parte, el Kamasutra no se queda atrás y nos aconseja: “[El hombre…] cuando la coge, debe apretarle con las partes a las que ella dirija la mirada”. Y, a como nos dice la doctrina Tántrica, para la práctica del sexo “la fusión de las miradas permite a la pareja establecer una íntima y profunda comunicación”. 44

¿Qué nos quieren decir con todo esto, ah? Pues, ni más ni menos, ni menos ni más, que el deseo de amor inicia con una mirada agradable. En la tradición árabe se afirma que “cuando el hombre mira a su mujer y ella lo mira, Dios posa sobre ellos una mirada de misericordia”, lo cual no es más que una forma de instar a hombres y mujeres a no inhibirse del placer sexual, pues consideran que Dios se los ha dado por naturaleza y le es lícito. ¿Ven cuan poderosa resulta ser una simple y sencilla mirada para la relación sexamental… y… cuántas cosas se pueden transmitir a través de ella a nuestra pareja…? Y… no es para más… pues la manifestación de nuestra sinceridad, ciertamente, está ligada a la mirada, ya que en ella se encierra la realidad de nuestro sentir de modo más evidente que en ninguna otra parte de nuestro cuerpo. Podemos esconder las manos o dejar de hablar, pero la mirada sigue allí, hablando por nosotros, vulnerable a las demás miradas. Con apartar o taparnos los ojos no nos serviría de nada para escapar de nuestra realidad, al contrario, se evidencia más cualquier incomodidad o malestar. Se dice que “es posible desnudar a una persona con los ojos”, y se afirma esto porque existe la creencia que la mirada encierra un sentido de apropiación de las cosas, lo que significa que, cuando alguien nos mira fijamente, está apropiándose de nuestra persona con la mirada. Se han fijado que cuando le pedimos a nuestra pareja que nos diga la verdad, porque sospechamos que nos oculta algo, le pedimos que nos lo diga mirándonos fijamente a los ojos, porque consideramos que, de esta forma, vamos a tener certeza sobre ese algo que no hemos visto y que sólo ella tiene conocimiento de algún modo. Algo demostrable hasta el momento, es que esa actividad escudriñadora de los ojos es tan evidente que, para muchas personas, la mirada fija es un elemento incuestionable de exploración sexual, de igual manera que la mirada de reojo, pues ambas se usan para transmitir interés amoroso si se combinan con una elevación en las cejas. 45

Es más… deberíamos siempre observar la mirada de nuestra pareja para cerciorarnos si aún nos presta la debida atención o si todavía le atraemos, pues cuando se está frente a alguien a quien se desea, los ojos se humedecen y aumentan de brillo, además las pupilas tienden a aumentar su tamaño. Igual, si nuestra pareja nos mira porque el deseo sexual es mutuo… sus pupilas también se agrandan. Por tanto, en toda relación sexamental, la mirada es el complemento idóneo y por excelencia, que cae como anillo al dedo, para cualquier tipo de conversa que queramos establecer con nuestra pareja a través de la voz. Y quiero concluir todo este zaperoco con un proverbio árabe (válido para cualquier tipo de relación sexamental) que dice: “quien no comprende una mirada, tampoco entenderá una larga explicación”. Y concluimos con los Gestos… Hace más de un millón de años que hombres y mujeres empezaron a comunicarse entre sí mediante distintos movimientos del cuerpo, mediante un lenguaje no verbal que les permitía enviar mensajes sin hacer uso de la palabra. Y los gestos… eran parte de ese lenguaje corporal. Y es que, a través de las posturas de nuestro cuerpo, de nuestras manos, de nuestros brazos y de nuestro rostro, podemos expresar una multitud de sensaciones, somos capaces de expresar hasta 1,000 emociones posibles, somos capaces de manifestar infinidad de estados de ánimo, tales como la felicidad, la tristeza, la ira, el asco, la sorpresa, el miedo y el desprecio. Albert Mehrabian, a través de numerosos estudios, logró demostrar que el 55% de la comunicación entre dos personas se realiza por medio del lenguaje corporal. Y… la relación sexamental… no se escapa del significado e importancia de los gestos, pues con los gestos revelamos, indiscutiblemente, nuestros sentimientos y percepciones sobre la pareja con quien estamos conviviendo. 46

Por eso, hay que considerar los gestos como parte esencial de la cultura sexamental que aprendemos, conscientes o inconscientemente, de nuestra familia, de nuestro contexto social y de la realidad que nos rodea. Cada gesto que nos exterioriza nuestra pareja es como una palabra que puede tener diversos significados y, para conocer ese significado de manera correcta, debemos ser capaces, igual que hacemos con las palabras, de conceptualizar ese gesto como parte de una frase que expresa la verdad sobre los sentimientos y actitudes de nuestra pareja. Por tanto, podremos decir que somos comprensivos o comprensivas cuando seamos capaces de leer bien las frases no verbales que nos exterioriza nuestra pareja y las comparamos apropiadamente con las que nos expresa verbalmente. Se dice que un gesto puede ser más sincero que la palabra que lo acompaña. Hay que tener claro que el lenguaje verbal y el no verbal no son independientes entre sí, más bien se complementan, por eso debe entenderse la palabra como apoyo del gesto y no a la inversa. Aunque, a menudo, suele darse un carácter contradictorio en esta correlación, ya que las palabras pueden decir una cosa y los gestos negarla. Pero, cuando se da esta contradicción entre gestos y palabras, hay que darle un mayor voto de confianza a los gestos. Dicho de manera chapiolla, los gestos, en toda relación sexamental, son más que importantes, pues confieren el verdadero significado a los mensajes que nos quiere transmitir nuestra pareja. Por eso, la clave para interpretar correctamente el lenguaje del cuerpo es observar, cuidadosamente, los grupos de gestos que nuestra pareja nos exterioriza y cómo estos concuerdan entre sí. Dicho de otra manera, los gestos no se pueden juzgar de manera aislada e individual, sino como un conjunto de ellos dentro de un determinado contexto. Para lograr una comunicación armónica dentro de una relación sexamental, tenemos que aprender a delimitar y reconocer la justa relación entre lo que se 47

dice y lo que gestualmente se expresa, sobre todo porque los gestos no tienen un mismo valor entre las distintas culturas o en los distintos lugares del mundo. Por otra parte… es necesario tomar en cuenta… para evitar malos entendidos con nuestra pareja… que en toda forma de comunicación interpersonal, sea verbal o no verbal, siempre se establecen zonas… las que constituyen nuestro espacio personal… para delimitar nuestro radio de separación con los y las demás. Estas zonas de separación también forman parte de nuestro lenguaje corporal, de nuestro lenguaje gesticular, y cualquier alteración de las distancias a estas zonas, implica un cambio de significación al tipo de comunicación que entablamos con esa o esas personas. Hagamos un paréntesis para incrementar nuestra cultura general… Se han definido cuatro distancias zonales de separación con los y las demás, a saber:  Zona íntima (de 15 a 45 cm): es la que definimos como territorio de privacidad, al que sólo permitimos la entrada a los o las personas que consideramos muy cercanas a nosotros o nosotras emocionalmente.  Zona personal (entre 46 cm y 1,22 metros): es la que fijamos en una reunión social, en la oficina o en una fiesta para incluir en ella a las personas conocidas.  Zona social (entre 1,22 y 3,6 metros): es la que nos separa de las personas extrañas, de la gente que no conocemos bien.  Zona pública (a más de 3,6 metros): es la distancia cómoda que utilizamos para dirigirnos a un grupo de personas. Bueno, después de este paréntesis cultural, tratemos de retomar el hilo de nuestra conversa…

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Ya se dejó bien claro que no todos los gestos tienen el mismo significado ni la misma importancia dentro de una relación sexamental, también que existen diferentes tipos de gestos y, por tanto, diferentes niveles de importancia. Entre los diferentes tipos de gestos más reconocidos tenemos:  Los llamados gestos “emblemas”… que significan palabras, como decir “no” con el movimiento de la cabeza de un lado a otro, o decir “adiós” con el movimiento de la mano.  Los gestos “ilustradores”… o sea, los que acompañan a una palabra, tales como los ademanes de las manos, para ilustrar y recalcar todo aquello que se dice, además que imponen un ritmo específico a lo que se narra.  Los “reguladores”… los que regulan el flujo de una conversación con señales sutiles, tales como el contacto visual, los movimientos de cabeza o un cambio en la postura corporal. Son específicos según la cultura de la persona.  Los “adaptadores”… son manipulaciones que efectuamos con algún tipo de objeto o parte del cuerpo, mejor conocidos como tics nerviosos, y nos ayudan a encontrar un modo de adaptación ante una situación que nos incomoda. Funcionan como barrera corporal.  Los “emocionales”… constituyen un lenguaje universal y nos ayudan a expresar nuestras emociones mediante la aparición y desarrollo de gestos faciales. Este tipo de gestos revela nuestro estado anímico con cierto tipo de entusiasmo. No obstante, es importante señalar que, en la medida que nuestra pareja se hace mayor (o nosotros o nosotras mismas nos hacemos mayores), muchos de sus gestos (o de nuestros gestos) se volverán más afinados y menos obvios, por lo que serán más difícil de interpretar, lo que nos implica una constante adaptación a sus cambios gestuales para su mejor comprensión e interpretación. También tenemos que considerar que, en los últimos tiempos, los cambios sociales nos desplazan hacia un contexto más visual, donde lo que se ve es más 49

importante que lo que se lee y lo que se experimenta directamente tiene mucho más valor que lo que se aprende de otra persona, lo que, obviamente tiene una fuerte incidencia en nuestra convivencia como pareja, pues repercute seriamente en nuestro patrón de gestos. Por tanto, tenemos que aprender a evolucionar, paralelamente a las épocas o culturas sociales en que vivamos, para mejorar y adaptar nuestra comunicación corporal como pareja, ya que, lógicamente, un buen comunicador cautiva, pero no por el mensaje que envía, sino por cómo lo envía. ¿Me imagino que ya se dieron cuenta que con esto me estoy refiriendo a todo el lenguaje corporal del que disponemos para comunicarnos con nuestra pareja? Pues si… porque si leyeron bien todo este palabrerío… ya se habrán dado cuenta la gran importancia que tiene el buen uso del lenguaje corporal en toda relación sexamental, tanto para evitar los malos entendidos y los pleitos estériles como para sentir que la convivencia con nuestra pareja si vale la pena. Y… ¿servirá para algo más? Por supuesto que sí… Nos sirve para seducir a nuestra pareja, para enviarle mensajes cautivadores y se interese por nosotros o nosotras, y, obviamente, para que caiga en nuestras redes amorosas. Así es… porque, señores y señoras, señoritas y señoritos, seducir es, básicamente, atraer o agradar a la otra personas tanto por nuestra personalidad física o social como a través de una conversa. Es como nos dice la psicóloga Vallejo-Nájera: “…nos encanta que nos seduzcan

porque, principalmente, nos están ofreciendo placer…”.

Porque una persona seductora, más allá de su físico, es aquella que sabe comunicar. Podemos ser la persona más bella, pero si entre nuestras cualidades no está la de la seducción, si no tenemos ese encanto que cautive, que atraiga a los o las demás, ni la hora conseguimos. 50

Así como lo leen… Y para rematar, la comunicación y la seducción son dos procesos que van muy juntitos y entrelazados. Por eso, si logramos manejar de manera adecuada y pertinente nuestro lenguaje corporal… habremos develizado el cuarto secreto de la Kamanostra.

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QUINTO SECRETO ANTE EL VERDADERO AMOR, DEBEMOS ENTREGARNOS PLENAMENTE Dicen los expertos que existen cuatro circunstancias por las que puede darse una relación sexual:  …por experimentar, o sea, cuando queremos tener o agregar una experiencia sexual más a nuestra vida, ya sea para satisfacer nuestra curiosidad o conocimiento o para mejorar nuestra práctica. Generalmente se basa en la atracción sensorial,  …por conciencia, es decir, cuando la relación sexual con la otra persona no se basa en una atracción sensorial, sino porque nos embarga la certeza que es la indicada o el indicado para nuestra vida. Generalmente se basa en el conocimiento que tenemos de la persona por el tiempo que llevamos de conocerla o por la forma

especial de tratarnos con ella,

 …por convencimiento, o sea, cuando nos convencemos a nosotros o nosotras mismas… o nos convencen… que esa relación es la indicada para nuestra vida, aunque lo que sintamos por esa persona no sea realmente amor. Generalmente se basa en la conveniencia material, profesional y/o económica,  …por sensualidad, es decir, cuando el sentido y la razón de ser de la relación descansa en una simple atracción y deseo sexual por poseer a la otra persona… o ser poseído o poseída por esa persona… Generalmente se basa en un deseo obsesivo hacia la otra persona.

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Y ustedes… ¿en qué tipo de circunstancia se encuentran? Bueno… bueno… tranquilos… tranquilas… eso es sólo para meterle un poco de reflexión a la conversa… no tienen que contestárselo ahorita (pero deberían)… así que sigamos… Los sexólogos nos dicen que en toda relación sexamental entran en juego diez elementos importantes: el escarceo (o juegos de exploración y calentamiento), los abrazos, los besos, las caricias (incluida la forma de tomarle el pene al hombre o de tocarle la vulva a la mujer), los arañazos, los mordiscos, las maneras de emitir gemidos, el sexo oral, las maneras de acomodarse durante se coge y las iniciativas del hombre y la mujer. Y… precisamente… a los primeros siete aspectos… es que nos vamos a referir en esta conversa… Así que… tomen asiento en primera fila que ahí vamos… Vamos a comenzar diciendo que cada acto sexual (para los mal hablados como yo… léase…”cada cogida”) que una pareja experimenta es único e irrepetible, pues es un momento de “aquí y ahora”, por tanto, la pareja debe dejarse llevar por las sensaciones y sentimientos que experimentan en ese momento, en el que la espontaneidad y las iniciativas son más que apetecibles e indispensables. Dicho en buen español, cuando el deseo y la acción de coger se juntan, no debe haber regla alguna para limitarla ni detenerla, no existe un “dejémoslo para más tarde” ni un “después te lo repongo”. Porque, aunque se haga después, la magia y el encanto de ese momento se perdió y es irremplazable. Pero… cuidado… no se trata de protagonizar una telenovela o película erótica en la que a la pareja le agarra sofoque por desnudarse… y el hombre busca desesperado como penetrar el pene en la vagina de la mujer lo más pronto posible…. ¡Huácala…!... de sólo pensarlo me dio cosa… porque esa es una forma brusca e insípida de tener sexo…

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Tanto el hombre como la mujer deben aprender a mirarse a los ojos, sentir la sincronización de su respiración, contemplar, sin prisa, los encantos de sus cuerpos desnudos y fusionarse en un deseo erótico mutuo que de apertura a los abrazos, besos, caricias… ¡Híjole…!... me adelanté demasiado que ya parece relato porno… Bajémosle al gas… y comencemos este festejo pasional desde el inicio… Y démosle paso al Escarceo… Antes de realizar cualquier acto sexual propiamente dicho, lo primerito que debe hacer la pareja… es jugar entre sí… con toda la espontaneidad y sensualidad que puedan, de manera despierten y establezcan un ambiente de romance y tentación erótica, que exponga, excite y potencie en sus corazones… y en su cuerpo… sus pretensiones sexuales, de suerte que, encendidas las ganas de coger, pongan mano a la obra y se entreguen con todas sus fuerzas y deseos. Y este debe ser el preludio, el comienzo obligatorio de todo acto sexual (al que los sexólogos le llaman “escarceo amoroso”), pues esto nos permite probar y establecer que tan dispuesta está nuestra pareja para tener un “combate mortal” sexamental en ese momento. ¡Ojo!… que no se nos olvide nunca que todo acto sexamental es entre dos personas y para deleite de esas dos personas… no un quita ganas individual. Repasemos una vez más esto del escarceo amoroso para que nos quede bien claro y no se nos olvide la próxima vez que tengamos un encuentro sexamental con nuestra pareja. Aquí vamos… El escarceo amoroso no es más que juguetear con él o con ella antes de realizar el acto sexual, lo cual incluye… contarse historias divertidas, decirse cosas insinuantes sin caer en lo grotesco, tocarse con los dedos en sus partes sensibles, chuparse sus lenguas, frotar el pene sobre la vulva de la mujer y viceversa (con o sin ropa), tocarle los senos a la mujer (encima o debajo de su blusa), apretar con las manos sus traseros… en fin… hacer todo aquello que 54

pueda excitar a ambos... pero… nunca… nunca el hombre debe encaramarse encima de la mujer para penetrarla… hasta que sepa que ella tiene deseos y ganas de hacerlo. Y… ¿cuándo es ese momento?... Cuando ella da sus señales corporales para ello, o sea, cuando se dilatan sus pupilas, su mirada se fija hacia su hombre y su aliento lo exhala con fuerza. Una vez aclarado lo anterior… podemos continuar con el siguiente elemento de todo festín sexamental… Ni más ni menos… ni menos ni más… que los abrazos…

Si pudiera extasiarme ante su cuerpo exquisito y consumirme en la pasión, en el brillo de sus ojos, me ceñiría fuertemente a su cuerpo y me perdería en su mar de abrazos infinitos. …nos dice bellamente un poema del Ananga Ranga… Y es que en una relación sexamental, el abrazo es mucho más que estrechar entre los brazos a la pareja, es más que una expresión física de comunicación corporal… el abrazo en una pareja es una forma especial y agradable de tocarse, de aceptarse mutuamente, de alimentar sus sentimientos. Porque… con el abrazo… la pareja se transmite amor, apoyo, seguridad, alegría y unidad. Dicen por allí que un abrazo nos sirve para consolar, excitar y desahogarnos. Por algo John Lennon nos decía… “…nada funciona mejor que tener a alguien que te ama abrazándote…”… y es que... jóvenes beneméritos y beneméritas de la patria… abrazar es inyectarle vida al corazón y, por ende, a la relación de pareja. 55

Es más, el abrazo es el gesto más fácil y sencillo para demostrarle afecto a nuestra pareja, para conseguir que nuestra armonía sexamental sea mejor, y, lo que es más importante, no necesita de un momento o lugar especial para ofrecerlo o recibirlo. Brihad Aranyaka, de la tradición veda, al referirse a los abrazos, nos dice… “abrazando a su bien amada, el hombre olvida el mundo entero, a la vez lo que está en él y lo que está fuera de él”. Y tiene mucha razón, porque los verdaderos sentimientos no necesitan motivos, ni razones, ni día, ni lugar, ni hora para demostrarse, solo hay que dejarse llevar por ese amor que se lleva dentro y expresarlo de manera espontánea. Los abrazos en una pareja pueden expresarse de muchas formas, desde pasar por delante de la persona amada y, con cualquier pretexto, tocar su cuerpo con un roce del nuestro, hasta apretar con fuerza su cuerpo contra cualquier superficie y trabar el nuestro con el suyo de manera efusiva y ardiente. ¡Qué bien se siente al ser abrazado!... es que se experimenta una sensación tan agradable y acogedora… al sentir el pecho y el vientre de la persona amada apretando nuestro torso, con su cabeza inclinada sobre nosotros mostrándonos intimidad, sintiendo su mano o sus manos frotar nuestra espalda suavemente o acariciar nuestro cabello y nuca, para, al final, soltarnos poco a poco y mirándonos a los ojos nos diga “te amo”. ¿Y quién no se ha sentido halagado o halagada y súper cuando su pareja llega por detrás y rodea su cintura con los brazos y descansa sobre su hombro la cabeza? ¿Acaso su primer impulso no es acariciar los brazos de su pareja y arrullarse suavemente en su cuerpo? O… ¿a poco me van a decir que no es bonito ver a un par de tortolitos caminar abrazados por las calles? Ah… ah… ah… pero tengan cuidado… no se les vaya a ocurrir darle a su pareja un medio abrazo o un abrazo rápido o un abrazo en “A” (aquel en que el cuerpo, echado hacia atrás, no hace contacto con el de la otra persona)… porque esos… esos… sólo se le dan a las personas que estamos conociendo o que nos caen 56

bien... pero nunca a nuestra pareja, pues el abrazo en una pareja es una interacción tan íntima que debe ser saboreado… lenta y cálidamente… por ambos. Pero… no quiero decir con esto que nuestra pareja va aceptar o disfrutar siempre nuestro abrazo… no… por eso… cuando esto ocurra… cuando sintamos que nuestra pareja no disfruta nuestro abrazo… debemos ofrecer la oportunidad de una comunicación franca y abierta para poder entender qué le sucede y saber qué hacer para superarlo. En resumen, en una relación sexamental, el abrazo es un gesto muy tierno y suave, pero firme y apasionado, que tiene una cualidad espiritual, íntima y sentimental, y en el que entran en contacto la frente, la mejilla, los ojos, la boca, los pechos y el vientre. Por eso, todo abrazo debe darse con el corazón y con ternura, sin límite de tiempo, a plenitud y de manera genuina y sincera, para que en él se pueda sentir un amor puro e incondicional. Ya hasta me ericé de tanto abrazo… Pero sigamos… que esto se va poniendo más candente… Porque ahora nos toca hablar sobre el beso… Esa delicia sexamental que nos hace perder la noción del tiempo y elevarnos al séptimo cielo… ¿Verdad que sí? Bueno… a ver cómo nos va con esta conversa… Y con su permiso… comenzamos… Pensándola bien… creo que nada mejor que con una estrofa poética del Ananga Ranga para comenzar… 57

Desnudé el lazo de sus cabellos y arrojé lejos su guirnalda de flores, luego probé sus labios y el néctar de su sonrisa... y besé con arrebato la colina de sus senos. Y es que el beso es la expresión más clara de nuestras muestras de cariño, sentimientos, deseos, emociones y pasiones. Obvio, ya que… para las parejas… la forma más empleada y preferida para iniciar su entrega y aceptación sexamental es a través del beso, sobre todo, el beso en la boca. Según el Tantra, el beso en la boca es, comúnmente, la confirmación de la atracción erótica entre dos personas, la primera expresión de amor en una pareja y una de las prácticas eróticas más voluptuosa que el ser humano pueda conocer. Y esto nos lo deja bien claro Sigmund Freud cuando afirma que “la boca es el primer lugar donde se asienta el deseo sexual”. Es más, los besos, cuando constituyen una expresión constante y cotidiana de la relación sexamental, contribuyen a mantener a la pareja unida, a que su relación dure más y sea más satisfactoria. Pero… ojo… no me estoy refiriendo a los besos de contratados, esos que apenas rozan los labios y se dan como si están en una carrera de relevo… no… y mil veces no… me refiero a los besos cálidos, profundos y apasionados. Así es… me estoy refiriendo a esos besos que activan todos los músculos de nuestro rostro, nos suben la presión sanguínea y la aceleran a 150 pulsaciones. 58

¿Ya se los están imaginando, verdad? No se me exciten… y mejor sigamos… El beso, en una relación sexamental, es una práctica completamente natural, es un deseo innato de acoplarnos con nuestra pareja, es la fusión de los dos cuerpos por medio de los labios. Por tanto, para que un beso sea sublime y nos provoque un verdadero placer, debe haber una conexión física y mental en la pareja, debe hacer sentir que tanto el hombre como la mujer son número uno en besar, debe permitirnos la libertad para dejarnos vivir y disfrutar el momento a plenitud. Pero… ¿por qué preferimos besar a una persona y no a otra, aunque, supuestamente, ambas tengan el mismo sentimiento hacia nosotros o nosotras? Elemental… mis queridos amigos y queridas amigas… no todo hombre es receptivo a la forma de besar de una mujer… ni toda mujer es receptiva a la forma de besar de un hombre. Así es… el modo de besar de un hombre o una mujer puede funcionar con determinadas parejas, pero no con todas. Y no es que sean malos besadores o malas besadoras… no… simplemente es que no hacen una buena combinación con esa persona, no se produce esa buena química sexamental que se necesita para seducirla… eso es todo. Aunque, se dice que las mujeres dan mayor importancia a los besos que los hombres, lo cual se explica porque al hombre lo que le interesa es “otra cosa” y el beso no es más que un medio para conseguirlo. Sólo pónganse a pensar que hay mujeres que pueden acceder a coger con un hombre, pero no aceptan besarlo ni ser besadas en la boca. Y es porque las mujeres, a través del beso, buscan saber si ese hombre puede convertirse en ese alguien con quien compartir su vida… o todo lo contrario.

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Dicen algunos estudiosos… que las mujeres, en general, se sienten atraídas por el olor de hombres que portan un código genético distinto al de ellas, ya que, así, tratan de asegurar una mejor descendencia… y un beso… les ayuda a detectar esa información de manera subconsciente. Por eso… para las mujeres es fundamental y decisivo que, para involucrarse en una relación seria, el hombre sepa besar, ya que un mal primer beso puede determinar, desde el arranque, el final de todo intento de relación, mientras que un buen beso puede ser el comienzo de una historia romántica. O sea, el primer beso entre un hombre y una mujer es un momento crítico que puede determinar el avance o el fracaso en el proceso de elección de pareja. Un poco más del 60% de las atracciones sexamentales, terminan después del primer beso. Esto… según lo reportan algunos estudios… es porque una persona recibe mucha información sobre otra persona al besarla, ya que un beso transmite olores, sabores, sonidos y signos táctiles que afectan de acuerdo a cómo se perciban entre sí. Esto quiere decir… así sin asco y sin anestesia… que un buen y una buena amante deben conocer y practicar la mayor variedad de besos posibles, asimismo, deben saber dosificarlos en las distintas zonas del cuerpo de su pareja. ¿Y cuáles son las zonas del cuerpo más indicadas para aplicar los besos?... Pues... contando con los dedos… me dan siete lugares donde más se deben dar, y son:       

Los ojos Las mejillas El cabello La boca Los pechos El cuello Los hombros 60

Es más… aprender a besar requiere constancia, creatividad y paciencia, ya que el número de formas diferentes de besos es innumerable, formas que están influenciadas por la cultura y las normas sociales. Así es… aunque… no obstante… se ha evidenciado que alrededor de un 97% de mujeres les gusta que el hombre las bese en el cuello, pues lo consideran como una zona intensamente erótica y excitante. Según el Kamasutra, existen 22 formas diferentes de besar… Si las quieren practicar, ahí les va… 1. El beso de costado o ladeado: Es el beso más común que se da, en el que ambos inclinan sus cabezas en direcciones opuestas, para tener un mejor contacto con los labios y penetrar mejor… la lengua. 2. Beso inclinado: Es un beso dulce en el que uno de ellos echa su cabeza hacia atrás, mientras que el otro lo toma del mentón y lo besa. 3. Beso directo: Este es un beso largo y apasionado, consiste en chupar o mordisquear los labios como si fuera una fruta y acariciarlos con la lengua… dicen que a veces es más excitante que el clásico beso francés (el que se da usando las lenguas). 4. Beso presión: Es el beso con el que podemos iniciar o terminar un encuentro sexamental. Es sólo presionar los labios con fuerza con la boca cerrada... pero sin mantener la presión por mucho tiempo, no vaya ser que los dientes se claven en la parte interior de los labios. 5. Beso superior: En este… uno de los dos muerde el labio superior de su pareja, quien, a su vez, devuelve el gesto besándole el labio inferior. 6. Beso broche: Se trata de sujetar con los labios los de la pareja. Ah… pero si se toca con la lengua los dientes, las encías, la lengua o el paladar de la pareja… entonces… se llama “lucha de lengua”. 7. Beso palpitante: Se trata de depositar un montón de besitos cortos, mientras se recorre la boca y las comisuras de los labios de la pareja. 61

8. Beso contacto: A este… yo le llamo beso de contratado, pues apenas se hace contacto con los labios… con costo se toca con la lengua la boca de la pareja. 9. Beso para encender la llama: Este beso se da en las comisuras de los labios… y dicen que es para encender la “llama de la pasión” en la pareja. 10. Beso para distraer: La idea es llamar la atención de la pareja cuando está concentrada en otros menesteres, como el trabajo o la televisión, y se trata de besarle otras partes del cuerpo como la nuca, la frente, los ojos, el pecho, los hombros, etcétera. 11. Beso nominal: Es sólo tocarse los labios con dos dedos después quese han estampado un buen beso. 12. Beso con pestañas: No se trata del típico beso esquimal, sino más bien de recorrer las pestañas de la pareja con besos. 13. Beso con un dedo: En este se recorre con un dedo los labios de la pareja por dentro y por fuera. 14. Beso con dos dedos: Aquí se tocan y presionan los labios de la pareja con dos dedos ligeramente mojados. 15. Beso que despierta: Este beso se da en las sienes, de manera suave, para despertar a la persona amada. 16. Beso que demuestra: Se acostumbra dar por la noche y a la vista de la gente, se trata de besar suavemente la mano o el cuello de la pareja para demostrarle afecto. 17. El beso del recuerdo: Después de un duro combate sexamental, y cuando ambos están descansando ya con las ganas satisfechas, uno de ellos recuesta su cabeza en el muslo de su pareja y lo besa. 18. Beso transferido: Cuando, mirando fijamente a la pareja, se besa a un niño o niña que se tiene en el regazo o su foto o una imagen o cualquier cosa, de manera pueda captar que, en realidad, ese beso es para ella. 62

19. Beso lagrimoso: Este es un beso “telepático”… aunque no hay garantía que reciba el mensaje… se trata de besar la fotografía de la pareja cuando se le extraña tanto. 20.Beso viajero: Son besos que, con la mirada y la imaginación, recorren todas las “partes” del cuerpo de la pareja como una forma de excitarla. 21. Beso al pecho: Con los labios mojados se besan los pezones de la pareja y, si se puede, se presionan suavemente con los dientes. 22.Beso con reloj: Más bien debería ser “sin reloj”, porque la idea es olvidarse de todo y concentrarse únicamente en las caricias y besos que se le da a la pareja y lograr que la experiencia sea más placentera para ambos. Interesante… ¿verdad? Pero como nunca falta un pelo en la sopa… aquí les va un poco de cizaña… Ni modo pero así tiene que ser… Resulta que el beso no siempre podemos relacionarlo con la sensación de estar enamorado o con que tengamos una alta estima hacia alguna persona… no mis muchachitas y muchachitos… así no funciona el mundo… muchas veces se besa a otra persona sólo por pasar un rato calenturiento con él o ella… Así que… focus… no se engañen ni se formen falsas ilusiones o expectativas… ni crean en santos que orinan… ni vayan a creer en la existencia de un gran y apasionado amor… sólo porque alguien la o lo besó… recuerden que el beso es sólo uno de los tantos ingredientes que hay que tomar en cuenta en el amor… y… así como puede expresar el más bello y sincero sentimiento… así puede encerrar las más frívolas, indecorosas y/o perversas intenciones… Nunca olviden… no todas las personas… así como no en todas las culturas… expresan su amor a través de los besos. A propósito de eso… ¿sabían que algunas culturas lo hacen tocando sus narices (ciertas etnias indígenas de Nueva Zelanda y Canadá)… o que, en otras, se 63

tocan sus brazos o piernas, o que, en otras… otras… se muerden las pestañas en condiciones íntimas (Islas Trobriand, Papúa, Nueva Guinea)…? Por otra parte… el beso no sólo se utiliza para expresar sentimientos… también se utiliza como saludo… y esto… también difiere en cada cultura… por ejemplo… en Japón no son muy dados a besarse y menos en público, pero en las culturas medio-orientales los hombres se saludan con tres besos (uno en cada mejilla y al final en la frente) y en Francia lo hacen con cuatro besos. Permítanme hacer de nuevo un paréntesis en la conversa para darles un dato curioso sobre el beso… ¿sabían que el beso se manifestó como expresión de cariño entre las personas adultas hasta el siglo VI en Europa, pues antes sólo se consideraba como una forma de afecto para los niños?... Sólo imagínense que, en la Edad Media, el caballero que besaba a una dama estaba obligado a casarse con ella. Eso… si era clavo… ¿no creen? Bueno… cambiemos de “look” al beso y veámoslo ahora a través del microscopio de la ciencia… ¿Sabían que está requeté comprobado que en la acción de besarse se libera un montón de sustancias químicas en nuestro organismo que, en conjunto, producen bienestar, alegría y salud…? Pues… ni más ni menos… así es… y entre esas sustancias están… la adrenalina que eleva nuestro ritmo cardiaco, la oxitocina que nos brinda una sensación de bienestar, la endorfina que ataca la depresión y los estados de tristeza, etcétera, etcétera, etcétera,… También se ha comprobado que en la saliva de los hombres hay una hormona que… si se intercambia por días o semanas con una mujer… hace que ella se sienta sexualmente más receptiva hacia él. Y hay más… en un estudio publicado por el periódico Pravda, se expone que la acción de besar reduce el colesterol, ayuda a prevenir la caries, fortalece el 64

sistema inmunológico, mejora la conservación de la piel y se queman, al menos 12 calorías, por beso. Cómo quien dice… besar es bueno tanto sexamentalmente como para nuestra salud… ¿Qué tal… ah…? Y pensar que muchas parejas disminuyen la frecuencia de los besos conforme pasa el tiempo… reduciendo la actividad de besarse a meros “piquitos”… y con los cuales se conforman para mantener… dicen ellos que viva… la llama de su relación sexamental. Y ya para terminar, quiero concluir con algunos consejitos interesantes que se pueden tomar en cuenta para mejorar la habilidad de besar:  Elijamos bien el momento para besar, asegurándonos que tanto la otra persona como nosotros tengamos verdaderas ganas y ánimo para perdernos y fusionarnos en un beso. O sea, que nos sintamos románticos, que no estemos estresados o distraídos, que el lenguaje corporal de ambos indique que es un momento adecuado y, sobre todo, que tengamos privacidad.  Actuemos siempre con calma… el sofoque no deja nada… y cuando besemos a nuestra pareja… que sea a un ritmo que le dé oportunidad de aceptar o rechazar el beso… pero… sin portamos demasiado lentos… no vaya a ser que hagamos se pierda la chispa del momento.  Hay quienes recomiendan cerrar los ojos mientras se besa… dicen que besar con los ojos abiertos se asocia con deshonestidad y falta de sinceridad… también dicen que cerrar los ojos ayuda a concentrarse y disfrutar de lo que está pasando en nuestros labios… eso… compruébenlo ustedes…  Hay que besar como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, pues el dar muchos besos rápidos y ligeros no tiene ninguna emoción ni sensualidad.  Cuando nuestra pareja no responde a nuestros besos, simplemente dejemos las cosas tal como están y esperémonos para más tarde… o para otro día. 65

 Aprendamos a variar la forma de besar, pues en la variedad está el gusto y porque no hay dos besos exactamente iguales… el insistir en mantener un mismo tipo de beso puede provocar empalago a nuestra pareja. Pero… cuidado… los besos fuertes hay que reservarlos para cuando ya estemos seguros o seguras que nuestra pareja se siente cómoda con nosotros o nosotras.  Las manos… esas manos… hay que saberlas usar para tocar el cuerpo de nuestra pareja, ya que esto ayuda a que se mejore la sensación romántica del beso y ambos se sientan más conectados. Sólo como consejos… se pueden colocar las manos en el trasero de la pareja y luego deslizarlas lentamente hacia su espalda o hacia su rostro y cabello. También se puede acariciar suavemente su hombro para demostrarle que nos sentimos cómodos o cómodas con su compañía, o podemos sostener su rostro colocando nuestras manos en sus mejillas y cuello. Pero… y si así se prefiere… simplemente rodearlo o rodearla con los brazos en un cálido abrazo.  Insisto… aprendamos a leer el lenguaje corporal de nuestra pareja... no hay una forma “correcta” de besar… entendamos que el besar ‟bien” requiere de aprender a dar y recibir, ya que todos y todas besamos de manera diferente y disfrutamos diferentes cosas durante un beso. Por eso… prestemos atención a todas aquellas señales que nos indiquen qué estamos haciendo bien, qué le gusta a nuestra pareja y qué lo o la hace sentir cómoda.  Recordemos… no a toda pareja se besa de la misma forma que a las parejas anteriores… así como lo leen… aunque a las anteriores les haya gustado nuestra forma de besar… cuando se está con nueva pareja, se tiene que aprender a identificar sus gustos y adoptar un estilo que sea cómodo para ambos.  Un buen beso requiere de práctica y se mejora con el tiempo, lo importante es que nuestra pareja se sienta cómoda cuando la besamos. Si el primer beso

no

fue

estelar…

no

significa 66

que

ambos

estén

condenados

románticamente… paciencia y a seguir besándose hasta que se encuentre un ritmo que funcione para ambos.  No tomemos las cosas con demasiada seriedad y dramatismo. Si un tipo de beso no le gustó a nuestra pareja, simplemente hagámoslo chiste, le pedimos disculpa y ya… lo volvemos a intentar. El frustrarnos después de un mal beso, sólo hace que nuestra pareja se sienta incómoda.  Si realmente nos gusta la forma en que nos besa nuestra pareja, digámoselo, y si algo no nos gusta, también digámoselo, pero… por favor… abordemos el tema de forma delicada y sin olvidar elogiar algo que nuestra pareja haya hecho bien y que nos gustó.  Si nuestra pareja es honesta y nos dice la verdad, tratemos de no reaccionar de forma exagerada ni mostrarnos ofendidos, lo único que podemos lograr es que se sienta reacia a comunicarse con nosotros o nosotras en el futuro.  Por favor… no olvidemos decirle a nuestra pareja lo atractivo o atractiva que él o ella se ve y lo mucho que nos gusta.  No hay recetas mágicas para saber cuánto tiempo debe durar un beso, simplemente hay que disfrutarlo hasta que uno de los dos se separe lentamente (por lo general, se hace al mismo tiempo).  Finalmente, seamos una pareja activa y creativa, no nos quedemos paralizados o paralizadas ni actuemos como objeto sexual, hay que participar y deleitarnos del encanto de besar. Y… para cerrar con broche de oro… no está de más compartir un pensamiento de Sheril Kirshenbaum sobre la naturaleza del beso que, a mi parecer, cae como anillo al dedo: “Hay variedad de idiomas, de colores de piel, de normas sociales, pero el beso, aunque tome distintas formas, sigue siendo una de las costumbres compartidas que más nos humanizan”. ¿Les gustó?

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Espero que sí, pero… no olviden… que lo más importante de toda esta verborrea… es que… cuando estemos besando… no tenemos que pensar en todo esto… lo único que tenemos que hacer es dejarnos llevar, vivir el momento y disfrutar. Bueno… ahora le toca el turno al mejor complemento de todo beso y abrazo… ¿Ya adivinaron cuál es?... Pues… ni más ni menos que… …las dulces y tiernas Caricias… No es un más decir que las caricias son el alimento indispensable para el desarrollo de una relación sexamental sana entre dos personas, pues a través de ese contacto corporal compartido se reconoce mutuamente la pareja. También porque todo hombre y toda mujer necesita que lo y la acaricien, necesita sentirse amado y amada. Así como se lee… porque la peor tragedia que puede ocurrirle a un hombre o a una mujer… es el sentirse ignorado o ignorada… Y es que… cuando somos acariciados… no sólo sentimos una sensación agradable y excitante, sino que también nos sentimos aceptados y aceptadas, valorados y valoradas. Porque las caricias es ese lenguaje maravilloso que habla sin palabras… que nos permite comunicar un universo de sensaciones… y expresar cercanía, ternura, presencia, cariño, amor, deseo, pasión... y un enorme etcétera... a nuestra pareja. Resumiendo… las caricias son ese toque amoroso de intimidad y de expresión de afecto que nos acerca más a nuestra pareja. Esto me recuerda la primera estrofa de un poema de amor, escrito en Menfis o en Tebas (Egipto) hacia 1500 a. c. y que decía: 68

¿Hay un momento más hermoso? Estoy contigo y tú inflamas mi corazón. Tomarme y acariciarme cada vez que entras a mi casa ¿no es eso el placer? Cuando buscas tomar mis caderas y mis senos ¡no los dejes! Ah… pero el Kamasutra no se queda atrás y nos dice: Ya que la especie no es distinta, el esposo y la esposa buscan el mismo placer; por esto hay que acariciar a la mujer para que ella sea la primera en alcanzar el deleite. Y… es así… porque tanto el hombre como la mujer… requieren del contacto humano como una necesidad fisiológica, así como requieren del agua y la comida. Pero… mucho ojo… toda caricia debe ser de ternura y afecto, debe ser sincera y deseada, debe existir una conexión y comunicación afectiva entre la persona que la da y la que la recibe. Sólo entonces puede considerarse una caricia. Aunque hemos sido educados y educadas en una cultura donde las normas, mitos y tabúes restringen la sexualidad y, por ende, las caricias (“no toqués”, “no te dejés tocar”, etcétera), no debemos ni podemos permitir que estos prejuicios dificulten que la caricia sea nuestra forma natural de comunicación sexamental, ni podemos sentirlas como amenazas a nuestra integridad personal. Afirman los sabios orientales que, antes de una relación sexual, hay que estimular el deseo de la mujer mediante abrazos y besos, rasguños, mordiscos, caricias y otros halagos amorosos, ya que así se afecta sus sentidos y se le apartan de la mente la timidez y la frialdad. Pero… nos aconsejan que… preliminarmente… las caricias deben efectuarse sobre las manos, las orejas, la nuca, el vientre, la cintura y la parte interna de 69

los muslos... pues las caricias en los pechos y genitales deben realizarse en una fase más avanzada del encuentro sexamental. Por otra parte… hay que tener siempre especial cuidado de practicar las caricias, al igual que los abrazos y besos, conforme al gusto de ambos… y hay que esforzarse con ellas de manera se logre excitar… lo suficiente… las pasiones de la pareja y se ponga a punto para la unión sexual. Y es que… a través de la experiencia sexamental… se aprende que las posibilidades de acariciar afectuosa y sensualmente a nuestra pareja son prácticamente ilimitadas, tanto en cuanto a la forma como al lugar corporal. Por tanto… cada mujer y cada hombre… deben procurar conocer bien… como la palma de su mano… todo lo concerniente al cuerpo de su pareja, para aprender a excitarlo de forma lenta pero segura, y para ir descubriendo, poco a poco, cuáles son las partes de su cuerpo donde experimenta más placer y estímulo al ser acariciado. Está más que comprobado que toda la piel de la mujer es una zona erógena que responde muy bien a roces, caricias y besos. Sin embargo, existen ciertas áreas donde la estimulación causa una excitación más intensa… los genitales (los labios, el clítoris y la parte interna anterior de la vagina), la cabeza (sienes, frente, párpados, mejillas, cejas y cabello), la boca, los lóbulos de la oreja, el cuello, los pechos (especialmente los pezones), alrededor del ombligo, la parte interna del muslo, el ano, la espalda, las nalgas, las manos, el vientre y las axilas. En cambio… los puntos erógenos del hombre son más puntuales… los genitales, el cuello, las orejas, los párpados, el pecho (especialmente las tetillas), la palma de las manos, la espalda y el ano. Cuidadito… y se nos olvida que las mujeres se excitan poco a poco, más lentamente que los hombres… y es que los hombres son más sensibles a la excitación y pueden alcanzar muy rápidamente el orgasmo, por eso es importante que la mujer mantenga un ritmo moderado y dosificado al acariciarlo, si se quiere terminar el “combate” sexual como debe de ser… ambos luchando hasta el final, porque... si no se toma este cuidado… el hombre 70

le tendrá que provocar el orgasmo a la mujer por medio de toques y de caricias con los dedos… porque no puede ni debe dejarla a medio camino… En buen español y a lo chapiollo… el conocimiento y la práctica apropiada de las caricias permiten al hombre y a la mujer satisfacerse plenamente… y… para lograrlo… deben brindar a su pareja las caricias de manera continua, hasta ver que el vello de su cuerpo se eriza y se escucha el sonido inarticulado de su respiración, así como su jadeo entre dientes apretados. Pero… pero… pero… por lo general… cuando llega al momento del máximo placer sexual… alguien de la pareja (casi siempre el hombre)… o ambos… queda tan noqueado… que experimenta cierta indisposición a seguir cogiendo... entonces… a sabiendas que ya se ha alcanzado el éxtasis y se ha disfrutado plenamente… lo más sensato y recomendable es contenerse y evitar iniciar nuevamente otro “combate” sexual a lo inmediato... lo mejor es plantear una “tregua", durante la cual los besos y las caricias mantendrán el deseo entre los dos… por si las moscas… y se reinicia el combate. Esto me trae a la memoria los 5 escalones del placer sexual que nos han transmitidos las culturas orientales, que dicen: 1. La pareja se desnuda y se coloca en un sitio cómodo, para acariciarse de manera preliminar, sin sofoque, besándose tiernamente en la boca, cara y cuello. Duración mínima: 1 hora. 2. Ambos se acuestan de lado, con el cuerpo y la mirada hacia una misma dirección (posición de las cucharas), o sea… más en español… el hombre abraza a la mujer por la espalda, para disfrutar ambos de la proximidad de sus cuerpos, el hombre besa a la mujer en la zona del cuello, y viceversa, dependiendo quien esté detrás. También puede hacerse de frente para que ambos puedan tener la misma oportunidad de besarse. Duración mínima: ½ hora. 3. Luego viene la caricia de los pechos y los genitales… pero… con roces muy suaves, sin mucha presión ni apuro. Duración mínima: ½ hora. 4. Después… cuando ya sus cuerpos estén más candentes, ambos deben intensificar las caricias en sus genitales. El hombre más constante e 71

intenso, la mujer más lento y con menos intensidad, para que su hombre no eyacule muy rápido. 5. Y… finalmente… viene el postre del momento… realizar la penetración con movimientos suaves y profundos, y disfrutar de la relación hasta llegar al orgasmo. ¿Excitante… verdad? A ver a cuántos de ustedes le dan ganas de ponerlo en práctica… Pero… bueno… ya me estoy metiendo en otras honduras… Sigamos… Dicen que una caricia no sólo es un símbolo de afecto y amor, sino que, dependiendo de donde se reciba, puede tener un significado peculiar. Por eso… me he permitido la libertad de incluir los significados que, según algunos expertos, dicen tener las caricias:  Caricias fogosas en los brazos: implica una fuerte necesidad de intimidad contenida.  Caricias en el cabello: Indica un amor tierno y sincero, si los dedos juguetean con mechones de cabello a manera de peinar. Si, por el contrario, se trata de jalones de pelo simulados, podría tratarse de algún tipo de resentimiento oculto que se viene a la mente.  Caricias en los labios: Es una fuerte demanda apasionada por besar y ser basado o besada, indica que la intimidad es lo más importante para esa persona.  Caricias en las manos: Solicita solidaridad, complicidad, necesidad de ser entendido o entendida.  Caricias en el rostro: Depende: si se abraza el rostro con una mano mientras se besa, indica que el amor es un sentimiento profundo y limpio. Si los labios 72

besan y las manos se vuelven inexpresivas, muy probablemente la mente está muy lejos de la persona a la que se besa.  Caricias en el cuello: Invita a la pareja a relajarse y disfrutar de una intimidad más intensa. Por lo general, el cuello es una zona erógena de alto impacto, los latidos del corazón se hacen eco y el nerviosismo de quien recibe la caricia se hace más evidente. Aunque es un tipo de caricia que parece inocente, oculta un profundo contenido erótico.  Caricias en los muslos o la cola: Si se dan en público, es una evidente demostración que busca marcar territorio. En la intimidad, en cambio, representan parte de la comunicación afectiva madura en la pareja.  Caricias con la mirada: Si denotan una mirada profunda y enamorada dice sin duda una poesía maravillosa. Perderse en la mirada de unos ojos amantes es una confirmación eterna de compromiso y lealtad.  Caricias con los pies: Si los pies se soban de manera juguetona, es un símbolo de que habrá un segundo ‘round’ amoroso. Si uno de los dos utiliza el pie como una manera de indicar un objeto o pega como al descuido el pie de la otra persona para captar su mirada… ¡Cuidado!… esa es la característica de una persona con alteraciones agresivas ocultas y que, en algún momento, intentará demostrar que domina a la pareja en todo sentido. Y… para cerrar magistralmente este tema… Tengamos siempre presente que, en una relación sexamental, la persona acariciada se siente amada, animada, cuidada y refuerza su identidad como pareja. Además, aumenta su autoestima, la aleja de la soledad, la tranquiliza y hace que recupere el placer de su cuerpo, lo que… indudablemente… mejora su sexualidad. En conclusión… las caricias contribuyen a crear lazos de unión, cohesión y sentido de pertenencia con la pareja, ya que hace que la otra persona se sienta amada y protegida. 73

Y como ipegüe a esta conversa… Aquí les dejo otros tipos de Incitaciones Amorosas… Me imagino que, más de alguna vez, a algunos o algunas de ustedes les ha ocurrido que… en el arrebato del combate sexamental… hayan caído en manifestaciones de excitabilidad y desenfrenos pasionales, que les han inducido a recurrir, de manera instintiva, a otros estímulos sexuales para aumentar el placer y la fogosidad del encuentro… estímulos como mordiscos, rasguños, toques, manipulación del cabello y/o gemidos. A poco… y ya se los están imaginando… ¿ah…? Pero… como cualquier otra práctica sexamental… estos tipo de estímulos no son experimentados por todas las parejas, incluso hasta hay parejas que tan sólo pensar en probarlos le desagrada, tal vez por razones culturales, ideológicas, religiosas o meros prejuicios. Tampoco nos vamos a poner en el plan que hay que hacer todo y a la vez… no… cada pareja debe experimentar y adecuar sólo aquellas técnicas y estímulos que les son agradables, les atraen o, simplemente, les despierta curiosidad. Pero… bueno… basta de tanto bla, bla, bla… y pasemos a conocer y saber cómo se practica cada uno de estos estímulos… quien quita que en algún momento sexamental se haga uso de uno o más de ellos. Hay algunos entendidos en la materia que consideran los rasguños, toques y manipulación del cabello como variantes de las caricias, y a los mordiscos como variantes de los besos. Por tanto… cuando hablamos de mordiscos (en lo personal, prefiero llamarles “mordisqueo”, porque no se trata de clavarle los dientes a nuestra pareja ni de arrancarle el tuco de pellejo), nos referimos a aprisionar con nuestros labios… y suavemente con los dientes… algunas partes de su cuerpo, como los labios, el lóbulo de la oreja, el cuello, los pezones, el trasero,… bueno… y cualquier otra parte que se nos ocurra.

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Pero… pero… pero… que no se nos pase la mano… porque hay parejas que lo hacen para “marcar territorio”, o sea, para que otros u otras sepan que esa persona “les pertenece” sexamentalmente… Y eso… de que a uno lo dejen “marcado” o le estampen un solemne “chupete”… como que no a todos ni a todas nos cuadra… por eso… antes de tirarse la cerca y hacer esto… debe haber un mutuo acuerdo de ambos dos juntos a la vez… Según nos dice… el Kamasutra… hay ocho tipos de mordisqueos (para que no se les olvide ni se les pase la mano)… veamos: 1. El mordisco de jabalí, este se da, por lo general, en los hombros. 2. El de la nube quebrada, que se da en el pecho. 3. El mordisco escondido, dicen que para que no se vea se da en el labio inferior. 4. El mordisco clásico, o sea, mordisquear y mordisquear la mayor extensión de piel posible. 5. El punto, que es todo lo contrario del anterior, aquí sólo se mordisquea una pequeña extensión de piel. 6. La línea de puntos, es el que se da en los muslos o en la frente. 7. El coral y la joya, este se da juntando los labios y los dientes, supuestamente los labios son el coral y los labios la joya. 8. La línea de joyas, este es el clásico mordisqueo con todos los dientes. Algo que siempre me ha llamado la atención… y todavía no me convence… es que… para el Kamasutra y el Ananga Ranga… la finalidad de los mordiscos es que el hombre deje una marca en la mujer… si no me creen aquí les dejo textualmente lo que dicen… “…marcas penetrantes y duraderas que el esposo, en el ardor de la pasión y el dolor de la separación, cuando está por iniciar un viaje hacia tierra lejana, deja sobre el cuerpo de su esposa. Tras su partida, ella mirará esas marcas, y lo recordará con el corazón anhelante”… 75

Pero… repito… e insisto… no a todos ni a todas le agrada quedar con una marca en la piel… por tanto, antes de que les salga la venada careta… mejor háblenlo y pónganse de acuerdo con su pareja. Y un tanto parecido pasa con los rasguños… Así que… voy a comenzar por decirles que hay once partes del cuerpo sobre las cuales las parejas pueden usar presión con las uñas (yo prefiero decir… “con la yema de los dedos”…)… ¿leyeron bien… verdad…?... presión con las uñas… no ensartar las uñas y dejar la piel como tela de araña… por consiguiente, hay que aprender a aplicar de manera muy cristiana esta presión. Las zonas para usar presión con los dedos son: el cuello, las manos, los muslos, los senos, la espalda, los costados del cuerpo, las axilas, el pecho, las caderas, el pubis, la zona de los genitales y las mejillas… pero… para este tipo de caricia hay que saber escoger el momento adecuado, por ejemplo, cuando se está encendido o encendida y con todas las ganas de coger o cuando se les desinfla el encanto de la pasión carnal. Pero… repito… al igual que con los mordiscos… debe hacerse de mutuo acuerdo con la pareja… ¿Ok…?... Entonces… sigamos… Me imagino que están con la curiosidad de saber a qué me refiero con los toques, pues bien… los toques son una forma de caricia que… como su nombre lo dice… consiste en tocar o golpear suavemente (no dar piñazos hasta moretear a la pareja) sobre ciertas partes del cuerpo de nuestra pareja. Estos toques pueden darlos cualquiera de los dos, ya sea con la palma de la mano abierta, o con el dorso de la mano, o con la parte inferior o carnosa de la mano cerrada, o con la parte interna de la mano, ligeramente ahuecada (simulando una cabeza de cobra). ¿Y en qué partes se puede dar estos toques? 76

Pues nada menos y nada más que…  Por debajo de las costillas, con la palma abierta.  En el pubis y los alrededores de los genitales , también con la palma abierta.  En el pecho y los pezones, con el dorso de la mano.  En la espalda y la cadera, con la mano cerrada.  En la cabeza, también con la mano cerrada. Ah… pero cuando se trata de activar el deseo sexual de nuestra pareja… Nada mejor que una suave caricia o manipulación del cabello… Sobre todo… si esta activación del deseo la ansiamos en el momento en que nuestra pareja despierta. Aunque hay muchas formas de enredar… perdón… de manipular el cabello de nuestra pareja, existen cuatro formas clásicas de hacerlo… y son las más practicadas… a saber: 1. "La jugada del dragón”, cuando de toma con amor la parte trasera del cabello de la pareja… mientras se le abraza bien apretadito... esto se hace de pie y con las piernas entrecruzadas. 2. “El mechón del amor", cuando, de manera mutua (o sea, ambos dos), se sujetan con ambas manos el cabello por encima de las orejas… intercambiando con pasión… ricos besos en la boca. 3. "El beso ondulado o sinuoso", cuando se atrae a la pareja por la extremidad del cabello (no se le jala con fuerza) y… de manera simultánea… se le besa. 4. "El cabello sujetado", aquí se toma el cabello de nuestra pareja… entre las palmas de la mano… por detrás de la cabeza y se le besa, al mismo tiempo, el labio inferior.

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Y… ya finalmente… y para cerrar con broche de oro… tenemos los gemidos o sonidos inarticulados que se producen cuando el combate sexamental está en su máxima temperatura. Aunque algunos consideran los gemidos como expresiones propias de la mujer, también los hombres no dejan de expresarlos cuando se retuercen de placer. Pero… lo peor… es que hay muchas mujeres que reprimen estos gemidos, algunas por falta de privacidad para poder coger con libertad, otras por prejuicios sociales o religiosos, otras por temor a que el hombre pueda pensar mal de ellas… y otras porque los “tarúpidos” de sus parejas se los reprimen. De lo que se pierden… ah… Pero bueno… de todo hay en la viña del Señor… Dicen los entendidos en la materia que estos gemidos puede ser de muchas formas, desde un sonido de golpeteo martillante (como cuando caen grandes gotas de lluvia) que se generan con los labios, pasando por sonidos graves y profundos que se producen con un mínimo esfuerzo de la nariz y también por la boca, hasta el de silbido de serpiente que se produce sólo con la boca. También están los gemidos de rumor sordo, como el retumbar de un trueno lejano y es producido por la garganta, sin ayuda de los músculos nasales. Y… finalmente, el gemido de sonido crujiente, como el de un bambú que se rompe, el cual se produce al golpear la punta de la lengua contra el paladar y moverla con rapidez mientras se lanza el gemido. Obviamente, el dulce y deleitante sonido de estos gemidos multiplica el goce sexual y estimula el combate sexamental. A poco que no… ah…. Y con esto… damitas y caballeritos… hemos develizado el quinto secreto de la Kamanostra.

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SEXTO SECRETO LA SEXUALIDAD SE DISFRUTA SIN PREJUICIOS NI COMPLEJOS Bueno… sigamos con lo que comenzamos en la conversa anterior… Y… como aquí se trata de develizar secretos… vamos a comenzar esta conversa revelando el gran secreto ancestral… la regla de oro milenaria que hombres y mujeres deben poner en práctica para disfrutar al máximo sus relaciones sexamentales… Lean bien… esta regla de oro es tanto para hombres como para mujeres… ¿Están listos y listas?…. pues,… ahí les va… Bien… esta regla de oro que data de siglos y siglos atrás… es que… …en el sexo… …se haga en la cama o donde se haga… …no hay ni debe haber… …regla alguna… …todo debe transcurrir conforme a la inspiración, excitación, creatividad, iniciativa y espontaneidad de la pareja, a como ambos se sientan bien y lo disfruten al máximo y a plenitud, pero… sobre todo… sin barreras, sin prejuicios, sin tabúes y sin mitos. Así como lo leen… A la hora de coger… no hay Kamasutra ni Ananga Ranga ni Mayasutra ni sexo tántrico que valga… lo que importa es que ambos, tanto el hombre como la 79

mujer, se sientan bien, lo disfruten plenamente y queden totalmente satisfechos al final del combate. Pero… por fa’… no se me aceleren tanto… Ya leyeron que dije… ambos… o sea… los dos… tanto el hombre como la mujer… Así es… pues ambos deben estar de acuerdo y dar su consentimiento voluntario a todo el zafarrancho sexual que vayan hacer… no es que “porque esto a mí me gusta… vos estás obligada u obligado a hacerlo”… Pero… lo anterior… no significa que algunas orientaciones para mejorar nuestra práctica sexamental no caigan bien… o que no ayuden a intensificar nuestro comportamiento sexual como pareja… Y de eso se trata esta conversa… Así que… adelante… a ver si no se me excitan antes de tiempo… Y comencemos reconociendo … como una condición sine qua non… que… en toda relación sexamental… tanto la mujer como el hombre y tanto el hombre como la mujer… ambos… y al mismo tiempo… deben ser protagonista de y en esa relación… pues no se trata de que el hombre se coge a la mujer y la mujer se deja coger del hombre… ni viceversa… porque ninguno de los dos es objeto sexual del otro, ambos tienen que ser sujetos sexamentales activos, ambos tienen que poner de su parte para que la relación funcione y para que puedan voltear los ojos de placer. Tampoco se trata de meter el pene en la vagina y al ñaca ñaca se ha dicho, no, pues no están filmando un video porno ni tienen que demostrar a nadie que tan experto o experta son al coger. (Nota: si los dos quieren y les gusta… pueden filmarse para verse después… en un relax… que tan excitados estuvieron durante el combate… pero esto no sería ni podría ser su principal propósito sexual para coger) Un combate sexamental se trata de sentirse identificados y cobijados por el calor de sus cuerpos… sentirse excitados y estimulados por la suavidad de sus 80

caricias y la pasión de sus besos… y… obviamente… que, al final, la mujer presione con su vagina el pene del hombre y el hombre haga presión con su pene en la vagina de la mujer (también se vale hacerlo con uno o dos dedos si el “pajarito” no responde)… para buscar ese punto que a cada quien le haga charchalear (menearse, moverse) de placer… y llegar a su máxima intensidad sexual hasta explotar en un éxtasis orgásmico. Pero… cuidado… no hay que acelerarse tanto… No hay que olvidar jamás que… en una relación sexamental… las caricias delicadas y apasionadas… son el mejor preámbulo (comienzo… en español) para dar inicio a una larga noche (o día… o tarde… o madrugada) de combate sexamental y para convertirla en una exquisita experiencia, sí… ni más ni menos… así mismísimo es… quítense de la cabeza que todo tiene que ser agresivo, con intensos tocamientos (que no llegan a caricias) con las manos y un mete-saca y saca-mete constante de pene. Que nos quede claro que el amor no consiste en mirarse el uno al otro y tirársele encima como tigre o tigresa, tal como nos mal enseñan las películas o telenovelas dizque eróticas, sino más bien se trata que los dos compartan, busquen y persigan un mismo propósito sexamental. Y es que en el amor… hay cinco palabras que en una relación de pareja jamás se deben olvidar ni dejar de practicar: paciencia, comprensión, confianza, ternura y voluntad, tanto en el hombre como en la mujer, o sea, debe ser recíproco. Para una sana y gratificante relación de pareja… cualquier momento y lugar es bueno para motivar un encuentro íntimo, no sólo en la cama ni sólo cuando se van a acostar (ni sólo cuando se va a un motel), puede ser en la cocina mientras se prepara el desayuno (o el almuerzo o la cena) o cuando se está sentado en la sala viendo la tele o se está en el porche viendo lo que pasa en el vecindario o cuando uno de los dos se está bañando o en el jardín o en el carro o… etcétera… etcétera… etcétera. Hay que recordar siempre que la verdadera relación sexamental se hace con el día a día de la convivencia en pareja y con detallitos simples pero románticos, y que lo único que se necesita para dar riendas sueltas a nuestra sexualidad es un poco de intimidad. 81

Las mujeres… como los hombres… no dependen de una época concreta de celo (embramamiento como decían nuestros abuelos)… ni se tiene que esperar a tener sueños eróticos… ni a tener ganas sexuales acumuladas... para poner en manifiesto nuestra pasión y deseo sexamental… suficiente con poner un poco de imaginación y un poco de fantasía erótica… para que ambos se eleven a un momento de excitación sexual desenfrenada, para que ambos aceleren los latidos de sus corazones y bombeen tanta sangre a sus genitales para que, al final, estallen en un orgasmo multicolor. Y es que no hay cosa más deliciosa y excitante que acariciar… con la yema de los dedos… o con la palma de la mano… la vulva de una mujer, besar frenéticamente su boca y jugar con sus labios vaginales como si fueran pétalos de rosa, para, cuando la mujer comience a rechinar de excitación, penetrar con el pene (o con los dedos si no hay de otra) al interior de su territorio vaginal. ¡No me digan que ya se me pusieron mojaditos y mojaditas! Mejor le bajo un poco el gas… no vaya a ser y se me alboroten demasiado… Pero… es que no tiene sentido que estemos negando lo que somos… seres humanos… vivos… de carne y huesos… ni podemos vivir alejados de nuestra naturaleza básica… la sexual… pues no somos fantasmas sin cuerpos… tampoco podemos vivir reprochándonos por nuestro físico… ni de nuestra sexualidad… como si fuera algo perjudicial y pecaminoso, algo por lo que debamos sentir vergüenza y culpabilidad… mucho menos pensar que sólo lo espiritual y lo mental es bueno y puro. Y es que a pesar de que hoy por hoy mucho se predica la igualdad de género, las nuevas generaciones todavía arrastran muchos prejuicios sociales y sexuales… sobre todo las mujeres… pues, incluso, muchas llegan a caer en la sumisión. Lamentablemente, todavía nos hace falta amor propio, respeto por nuestro cuerpo y el de nuestra pareja, sentirnos dueñas y dueños de nuestras vidas… Y eso… muchas veces… provoca que las mujeres crean que su sexualidad pertenece a su pareja, que es su obligación dársela en bandeja de plata y renunciar a sentirla como una experiencia que les debe dispensar placer… aún en las que se proclaman liberadas. 82

Sólo hay que ponerse a pensar que palabras como “zorra”, “puta”, “perra”, “calzón flojo”, “querida”, “culo loco”, son todavía utilizadas para calificar a las mujeres sexualmente activas, y, lo que es peor, son utilizadas entre y por las mismas mujeres. Peor aún, muchas veces olvidamos que el placer sexual no se vende, ni se exhibe, ni se esconde en los escaparates de una tienda, ni es con dinero que se va adquirir o lograr. El secreto para la plena satisfacción sexual en pareja está y reside en la mente, a veces atontado o adormecido, pero ahí está, todo está en dejar que nuestra sexualidad salga y se exprese libre y espontáneamente… sí… así de repente y ya… pues es lo inesperado lo que mantiene vivo el romanticismo y la atracción sexual. Para ello, sólo basta dar rienda suelta a la imaginación, a nuestra creatividad e iniciativa, pero… pero… pero… cuidado… la imaginación es una capacidad que puede atrofiarse si no se ejercita, si no se le da uso. Por eso… hay que tomar en cuenta siempre que si no se sitúa lo sexual como una prioridad elevada dentro de la relación de pareja, rápidamente se perderá el interés del uno por el otro y, lo que es peor, la calidad de los combates sexamentales, así como también se extinguirá la llama de la pasión. ¿Leyeron bien, verdad? Dije como una prioridad… no como la principal prioridad… Ok… espero que lo hayan entendido con todas sus letras… Sigamos… Hay que considerar que en este rollo de las relaciones sexamentales, nadie nace sabiendo y nadie es lumbrera en la materia, este conocimiento es algo que se va adquiriendo con el tiempo, la experiencia y la práctica, pero… paso por paso… no de romplón… Y… lo más sorprendente de todo esto… es que lo que le funciona a otra u otras parejas, o nos funciona con otra u otras personas, no necesariamente nos va 83

funcionar con la persona que estemos en ese momento… lo que significa que… esta destreza es específica y ajustada a cada pareja. Por eso, es muy importante que una mujer y un hombre conozcan no sólo el cuerpo de su pareja, sino también su propio cuerpo, ya que, cuando se desconoce, posiblemente cueste lograr una práctica sexamental plena y placentera, pues casi siempre se comete el grave error de empezar por el final: queriendo alcanzar el orgasmo lo más pronto posible, sin disfrutar ni del momento ni del vaivén y la calidez de los cuerpos, con eso… lo único que se consigue es una sensación de frustración y fracaso cuando no se logra… y todo por esta simple y desatinada torpeza. Por otra parte, se tiene que estar claro que de primas a primeras la pareja no va a charchalear frenéticamente de placer en un combate sexamental, aunque ya hayan tenido experiencias sexuales con otras personas… es necesario que el cuerpo de uno se habitúe al cuerpo del otro para lograr un adecuado acoplamiento… y… para eso… es necesario que entre ambos se hayan dado, cabalmente y por lo menos, unos doce encuentros sexamentales antes. Ahora bien, una pareja no se debe conformar sólo con “llegar al orgasmo”, no y mil veces no, la meta debe ser llegar bien, llegar mejor y llegar al límite. No se debe ir al combate sexamental pensando que nuestra pareja sólo tiene una forma única de llegar al orgasmo… no… eso es una gran mentira… mentira que utilizamos para no quejarnos por la falta de calidad en el combate sexamental (principalmente las mujeres)… sépanlo y estén claros y claras que hay una gran gama de orgasmos y diferentes métodos para conseguirlos, y… saberlos… es tarea y obligación de toda pareja durante toda su convivencia sexamental. ¿Se fijaron...? Dije “durante toda su convivencia sexamental”… Pues… los gustos y las formas para lograr quedar satisfechos van a ir cambiando con el tiempo y se tienen que ir ajustando en el tiempo, a menos que se quiera caer en la rutina y el fastidio sexual… o sea, terminar con la magia de la relación y del amor que se profesen. 84

Metámonos bien en la cabeza que cada mujer y cada hombre tiene su forma particular de llegar al orgasmo… Pero… también tengamos claro que con caricias suaves se lograrán orgasmos dulces, ligeros y largos que no saturarán las terminaciones nerviosas del pene ni del clítoris y permitirán repetir el combate sin haber descansado. En cambio, con caricias agresivas se lograrán orgasmos violentos e intensos, de esos que hacen gritar y que dejan a la pareja tan agotada y tan sensible que les resulta insoportable el más mínimo roce en sus genitales, por tanto no pueden seguirse acariciando para un nuevo combate hasta después de un descanso. Pero… depende de cada quien la forma y estilo que prefiera en ese momento, pues para gustos… colores, olores y sabores… ¿no creen ustedes? Por eso, algo importante… que no se debe olvidar... es que, en dependencia de la intensidad con que la pareja se excite y se estimule para el combate sexamental, así va a ser la intensidad del orgasmo que se va lograr. La fórmula es… a cada momento sexamental le corresponde un orgasmo particular… o sea, no siempre que haya combate se va a lograr llegar al orgasmo o tener el mismo tipo de orgasmo. Es muy importante variar los escenarios para los encuentros íntimos de las parejas, así como variar la intensidad del romance preparatorio correspondiente (dicho en cristiano… variar el tipo de escarceo entre la pareja). O sea, si se va hacer como siempre… en la cama… pues, por lo menos, tratar de cambiar de decorado o añadir algo de morbo a la situación (totalmente desnuda o desnudo e insinuante, con las piernas abiertas frente a la pareja, diciendo palabras eróticas… o… por qué no… palabras porno) o cambiar la posición de rutina por otra (de pie, de rodillas, sentada en una silla, con las piernas sobre la mesa...)… o… o… o… También hay que saber escuchar al cuerpo, si realmente quiere tener combate o no, si quiere tener orgasmo o prefiere quedarse tranquilo… sin excitación. Moraleja… ¿para qué forzar al cuerpo si no tiene ganas? 85

En resumen, la pareja debe propiciar el combate sexamental cuando ambos… lean bien: “ambos”… sienten la necesidad y el deseo de hacerlo, cuando en ambos hay disposición para hacerlo, pues no es obligatorio hacerlo sólo porque al hombre o a la mujer le dieron ganas de coger y a quitárselas se ha dicho. No niego que… en un momento dado… sólo él o ella pueda tener ganas de coger, pero, cuando esto sucede, lo más sano y correcto es que se busque la forma de despertárselas a su pareja para que los cuerpos y mentes se pongan parejos. No se trata de coger todos los días por desayuno, almuerzo y cena y su respectivo ipegüe, se trata de buscar la calidad sexamental y no la cantidad. No porque se coja más… se ama más. Pues no siempre se necesitan súper orgasmos para demostrar que se está bien sexamentalmente, muchas veces uno bueno, bonito y rápido resulta satisfactorio y suficiente. Por eso… hay que dedicar el tiempo necesario… y sin prisa… a acariciase… ambos… de arriba abajo, de abajo arriba, de la cabeza a los pies, de los pies a la cabeza. No hay que irse directamente a la vagina o al pene, hay que entretenerse con los pezones, el ombligo, el interior de los muslos... hay que dejar que la excitación envuelva a ambos hasta volverse insoportable… y, sólo entonces, deleitarse con las sensaciones que produzca sentir el pene hundido en la vagina… y tratar de alargar esas sensaciones lo máximo que se pueda. Y… aunque el orgasmo se haya logrado, hay que seguirse acariciando mutuamente… puede ser… quien quita… que, en menos que canta un gallo, ambos sientan ganas de echar otro “polvo”… perdón... de combatir por otro orgasmo. A continuación una importante advertencia para nosotros… los honorables hombres… “NO TODO ESTA EN EL ORGASMO, TAMBIEN EL DESPUES ES IMPORTANTE PARA NUESTRAS ADORADAS MUJERES”. La explicación de esto… es que, sexamentalmente, el hombre funciona diferente a la mujer, y una de esas diferencias es que la mujer continúa sintiendo placer después del orgasmo, por eso es que se cabrea tanto… 86

perdón… se molesta mucho cuando el hombre se quita de ella enseguida… o… peor todavía… se baja de la cama… o se duerme ahí no más… cuando termina. Para las mujeres, el que el hombre la siga arrullando después del combate… les permite sentirse complacidas y a gusto con la cogida... pues para ellas no sólo significa su propia satisfacción, sino que dieron una buena batalla y lograron que su pareja quedara satisfecha con su protagonismo sexamental. Ahora bien…. hay que tomar en cuenta que si el orgasmo fue rápido y violento, este placer será breve, con palpitaciones en el vientre y, a veces, un dolorcito agradable; pero si el orgasmo fue lento y largo, este placer las hará conocer el séptimo cielo y su cuerpo quedará lleno de sensaciones indescriptibles, tan así que le costará aterrizar a la realidad. Por supuesto que no se puede obviar la motivación o las motivaciones que excitaron al combate sexamental, porque… recuerden… si se da una situación especialmente erótica o una fantasía bien elaborada, además de la delicia mental que se siente, se intensificará el orgasmo y se alargará la satisfacción sexual después de llegar. Por eso… mis queridos amigos… aunque les parezca que la mujer ya terminó… no se equivoquen… ella todavía sigue sintiendo… y dejarla sola en ese momento es como que le hayan hecho un coitus interruptus y no la buena cogida que acaban de protagonizar. Bueno… pongámosle un poquito más de picante a este cocktail sexamental… A menudo leemos o escuchamos sobre cuáles son las mejores posturas y técnicas para llegar al orgasmo… y nos encontramos con sendos listados de posiciones… que las 10 mejores… que las 101 posiciones del Kamasutra… que los trucos sexuales que más excitan a la mujer… o al hombre… y un enorme etcétera… Es decir… se nos intenta brindar un recetario de posturas y acrobacias sexuales, supuestamente para que no nos quedemos a medio gas o con las ganas rezagadas a la hora de coger, pero lo cierto de todo ello… es que sólo existen cuatro únicas formas para coger: 87

1. 2. 3. 4.

Acostados. De pie. Sentados. De rodillas.

Y sólo existen tres posturas básicas: 1. El hombre encima de la mujer, ya sea que la mujer tenga sus piernas extendidas, flexionadas o elevadas, o que el hombre esté sobre su espalda. 2. La mujer encima del hombre, ya sea frente a frente o que la mujer le dé la espalda al hombre. 3. Ambos de lado, ya sea frente a frente o que la mujer le dé la espalda al hombre. Y con estas formas y posturas se pueden hacer chanchadales… perdón… malabares… contorsiones,… combinaciones… cualquier cosa que nuestra imaginación, creatividad e iniciativa nos inspire… y para muestra un botón… la mujer podría estar acostada y el hombre de pie frente a ella. Es decir… la forma de coger se puede variar a gusto y antojo de la pareja, de acuerdo a cómo se sientan cómodos con sus cuerpos a la hora del combate. Por ejemplo, si el hombre está encima de la mujer, la mujer puede poner sus piernas rectas… o flexionadas… o las puede enrollar a la cintura… o presionarlas sobre el pecho… o sobre los costados… o apoyarlas sobre los hombros del hombre. Ven cómo con estas pequeñas variantes y sin mucha ciencia ni evocación a nuestros ancestros milenarios… se logran seis posiciones sexamentales diferentes… y… si a ello le agregamos distintos lugares donde hacerlo (la cama, el piso, el sofá, el césped, una mesa, un escritorio, sobre la escalera, en una colchoneta, y etcétera, etcétera, etcétera…)… comenzaríamos a hacer un manual porno… perdón… erótico de posiciones.

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Así de fácil y sencillo es, todo radica en la imaginación, iniciativa y creatividad de la pareja. ¿Entonces…? ¿Cuál es el alboroto con esto de las posiciones sexamentales? Ninguno… simplemente se trata de variar el menú del banquete erótico… para no aburrirse ni caer en la rutina. Pero… para que lo sepan y les quede claro… el truco no está en cuántas posiciones se hagan en un mismo combate sexamental, sino en lograr cuatro maniobras esenciales: 1. Encontrar el ángulo perfecto que permita la penetración profunda del pene en la vagina de la mujer. 2. Estimular bien las zonas erógenas de ambos, sobre todo el punto G. 3. Alcanzar una excitación máxima. 4. Conseguir llegar ambos al orgasmo con todas las ganas. Disculpen, pero permítanme hacer un pequeño paréntesis para aquellos y aquellas que no saben dónde diablos se encuentra el bendito punto G. Resulta que… en la mujer… el punto G… cuyo nombre se deriva de Ernest

Grafenberg (el prójimo que lo dio a conocer)… es un tejido suave y esponjoso,

de aproximadamente dos pulgadas, que se localiza dentro y a lo largo del ¨techo¨ de la vagina... detrás del hueso púbico… o sea, a la entrada de la vagina… y para localizarlo basta introducir uno o dos dedos en la vagina (algo doblados hacia arriba). Este punto G se expande cuando se estimula sexualmente, incrementando el placer de la mujer (por las hormonas que produce). Pero… aunque no lo crean… también el hombre tiene su punto G… este está en el ano… a unos 5 centímetros de la entrada… y funciona igual que el de la mujer. 89

Bueno… después de este breve corte… que espero no me les haya cortado la inspiración ni las ganas de… …seguir leyendo… …no sean mal pensados… …sigamos… Estaba diciéndoles que la clave de cualquier posición sexamental es conseguir que tanto la mujer como el hombre lleguen al orgasmo con todas sus ganas… Que no se queden… ninguno de los dos… por donde cayó el avión... Aunque… no hay que olvidar que al hombre le es más fácil llegar al orgasmo… en cambio a la mujer… le toma más tiempo… Lo crítico de esta pequeña gran diferencia… es que… cuando el hombre llega al orgasmo… se detiene…, y ya… se acabó… y, por lo general, no le pone mente a que si la mujer llegó al orgasmo o no… a si se quedó a medio palo (a medio camino) con todas las ganas reprimidas habidas y por haber… La razón de este caos… es muy simple… los cuerpos funcionan de manera inversa, el hombre es ardiente y veloz al inicio, en cambio la mujer tarda en excitarse y terminar… como dicen por allí… va al suave. Por eso, hay que acariciar… y saber excitar bien… a la mujer… para que ella sea la primera en alcanzar su orgasmo… porque el del hombre… ese viene por añadidura. Y si el hombre termina primero… ¿qué se puede hacer? ...pues a hacer uso de las pocas fuerzas que le quedan para que la mujer logre terminar, sea a través de caricias y estimulaciones con los dedos o practicándole sexo oral… pero algo tiene que hacer… Porque…. que la mujer tiene que terminar… tiene que terminar… a como dé lugar… a menos que se bloquee y pierda el encanto de ese momento. 90

O sea… en todo combate sexamental… no se trata de cantidad sino de calidad… como decía el viejito… “puede ser unito, pero bien hechito”… Resumiendo, cuando el hombre logra prolongar su mete-y-saca por mucho tiempo, coadyuva a que la mujer logre un estallido orgásmico a plenitud y quede súper satisfecha… pero… si el hombre lo que le echa es un “polvo de gallo”… es decir, tarda más en meterla que en sacarla… y le vale balín si ella consigue o no terminar… obviamente que la mujer quedará totalmente insatisfecha, con las ganas reprimidas y, por ende, con el carácter enchichado (irritado). Para los que todavía se están preguntado el por qué… resulta que… la manera en que la mujer consigue su satisfacción sexual es de forma continuada, o sea, desde que comienza el combate hasta que termina y un rato más… en cambio el hombre logra su satisfacción final cuando logra disparar los cañonazos seminales de su escopeta. ¿Cómo es la naturaleza, verdad? Y… aquí es… precisamente… donde entran en juego las benditas posiciones… …como un medio práctico para coadyuvar a retrasar la eyaculación del hombre… o… en el peor de los casos… para ayudarle a contener su eyaculación precoz… y permitirle aguantar para mientras la mujer logra subir al máximo la temperatura de su caldera y pueda explotar orgásmicamente al final del combate. ¿Ahora sí les quedó claro…? Pues bien…. sabemos que el sexo es una conversación física entre dos personas… y… de la actitud que ambos muestren desde un inicio… se va lograr hacer la gran diferencia con otros encuentros anteriores. Porque el sexo… damas y caballeros… es más que simples y diferentes piruetas y ángulos con nuestros cuerpos, ya que en el sexo debe haber creatividad, debe haber innovación a nuevas y hermosas sensaciones compartidas.

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Porque en el sexo… cuando se experimentan nuevas ideas, nuevas posiciones… es como esculpir con pasión… es como pintar con amor… la más bella obra viviente. Por eso… los grandes pensadores de tiempos remotos sabían y definían el sexo como un arte. Con esto…. ya estamos listos y listas para hablar de posiciones… Y… ¿por dónde comenzamos?... Pues obvio… con una serenata de besos, abrazos, caricias y susurros románticos y eróticos para nuestra pareja… Y sólo después de esta serenata… deberá empezar la hora del combate sexamental… a menos que los dos ya estuvieran en alas de cucaracha por adelantado… y el combate da inicio con el striptease de ambos cuerpos… de una manera lenta y erótica…. Y por favor… no vayan a salir con aquello que cada quien se desnuda por su cuenta y de manera separada… No… y mil veces NO… El desnudarse también debe tener un toque de sensualidad y ensueño, debe estar acompasado de caricias, juegos y picardías... y… nada más excitante… que el hombre vaya desnudando poco a poco a la mujer, a la vez que la mujer desnuda poco a poco al hombre. Por fa’… no se sofoquen… al suave… para que el banquete tome buena sazón… y quede en su punto… como debe ser… Una vez desnudos… deben acariciarse… ambos… con todo su cuerpo, serpenteándolo de manera amorosa y sensual sobre el de su pareja… que sea una tentación e invitación a un exquisito festín sexual… que se escuche y se sienta la dulce sinfonía jadeante de la respiración y de los latidos de ambos corazones excitados. 92

Y… después… ¿Qué viene después… ah…? Buscar cómo reducir el estado de ansiedad del hombre para que retarde su eyaculación… y elevar el grado de excitación y clímax de la mujer para que llegue primero al orgasmo. Y aquí está el primer detalle… ¿cómo lograrlo? Por el momento… se me ocurren tres maneras… 1. Adecuando el ritmo y la intensidad de las caricias… lentas y suaves para el hombre… fogosas para la mujer… 2. Con un buen masaje corporal… principalmente al hombre… pero esto no significa que a la mujer no se le vaya a dar… 3. Con una buena “mamada” o chupada”… lo que llamamos sexo oral… como primer plato del banquete sexamental, ya sea que la mujer saboree con su boca el pene del hombre… o el hombre con su lengua aprisione el clítoris de la mujer y meta la lengua después en la vagina… o ambos se agasajen con un apasionado 69. Por eso… voy hacer un paréntesis… y dar algunos tips básicos para hacer sexo oral como debe ser… deliciosamente… Para las mujeres…: 1. Juegue con la cabeza del pene... y deje, maliciosamente, que él vea en su mirada cuánto le está gustando chupar su pene. 2. Nunca actúe como si fuera un favor que le está haciendo al hombre. Tal vez, por meros prejuicios o por asco o por timidez, sienta que no le gusta chupar… pero… 93

al menos… debe intentar aprender y a no rendirse si, al principio, no lo hace bien. Quizás le guste con el tiempo. Hay mujeres que tienen orgasmos chupándole el pene a su pareja. Ahora, démosle vuelta a la tortilla… y vamos con los hombres… Un hombre… lo primero que debe recordar es que a la mayoría de las mujeres les preocupa cuánto gusta su cuerpo al hombre… para ellas es importante que el hombre le diga que es bella, que le diga qué partes de su cuerpo le gustan más, que le diga cualquier cosa que la haga confiar lo suficiente como para dejar que un hombre lleve su rostro entre sus piernas y la mire en vivo y a todo color. En pocas palabras, les importa mucho que el hombre aprecie sus cualidades únicas de mujer y le digan lo que las hace especial. En segundo lugar… para una mujer… encontrar un hombre que le mame bien su cuchumbo… equivale a haber encontrado un tesoro sexamental… y… por tanto… no se va ni puede darse el lujo de dejarlo escapar fácilmente… Por eso… para los hombres: 1. Acaricie y juegue con su preciosa vulva. 2. Chupe siguiendo la ruta hacia sus partes superiores hasta encontrarse con su clítoris. 3. Haga dibujos con la punta de su lengua en la parte interna de su muslo (el punto más delicado de la mujer para ser incitada y excitada)… y acérquese tentadoramente a su vulva… a las mujeres les encanta. 4. Cuando la mujer estremezca su cadera con movimientos cadenciosos y trate de forzarlo para que acerque más la boca sobre su vulva, hágalo y bésela suavemente usando la lengua. 94

5. Cuando sienta que ella está alcanzando el orgasmo, ponga los labios en forma de O y empiece a chupar el clítoris suavemente, mientras observa su cara y su reacción. Y siga chupando más fuerte y más fuerte siguiendo el vaivén de sus movimientos hasta lograr que levante la pelvis en el aire por la tensión del orgasmo viniendo… siga su compás sin oponerse… y espere a que termine… manteniendo siempre la boca en el clítoris. 6. Si lo hace correctamente conseguirá que ella tenga múltiples orgasmos. Recuerde que una mujer está excitada una hora entera antes de tener un orgasmo. 7. Después que ella llegue al orgasmo, no la deje sola, háblele, acaríciele su pecho y su cuerpo con delicadeza, y continúe haciéndole el amor suavemente hasta que se haya relajado. ¿Copiado…? Espero que sí… y muy bien… Pero… recuerden… estos sólo son tips… simples consejos… El sexo oral puede convertirse en una excitante experiencia sexamental… pero depende de cómo se haga y se deje hacer… por eso… hay que tomarse su tiempo, practicar a menudo, prestar atención a las reacciones de la pareja y desarrollar un modo de hacerlo adecuado y especial para él o para ella… y… sobre todo… divertirse y hacerlo divertido. El sexo oral no se restringe sólo a la región genital, todo el cuerpo es sensible y merece ser besado, acariciado y chupado por entero (claro que algunas partes son más sensibles que otras y varía de una persona a otra). Por tanto… y para no correr el riesgo de desagradar… hay que ir despacio, nunca al grano. Hay parejas que son demasiado sensibles y pueden incomodarse, peor si no están lo suficientemente excitadas ni preparadas mentalmente para estas experiencias. Por otra parte… hay que tomar en cuenta que el sexo oral puede hacerse de manera alterna (primero el hombre a la mujer o la mujer al hombre)… o ambos 95

al mismo tiempo… puede hacerse acostados, de pie, sentados… puede ser el hombre encima de la mujer, o la mujer encima del hombre, o en posición de “perrito”… o con las piernas flexionadas o con las piernas hacia arriba… en fin… el menú es tan amplio y variado que no da lugar a aburrirse ni caer en la rutina. Ah… pero no todo es color de miel en el sexo oral… Y hay algo importante que todos y todas tenemos que saber… Y es que… a quien se lo estén haciendo… se sentirá bien a un inicio… pero… al cabo de un rato… sus genitales se podrían poner inmunes a esa sensación. Cuando se note esto, es momento de cambiar de estrategia sexual, pues se corre el riesgo que nuestra pareja se aburra o pierda la excitación… y… a ninguna mujer le agrada que el pene del hombre con el que está se desinfle… así como a ningún hombre tampoco le agrada que el cuchumbo de la mujer con la que está se enfríe. Ambos quieren ver a su pareja constantemente estimulada, por lo menos mientras dure el combate, para que “ambos” puedan llegar a ese punto de explosión orgásmica. Bueno… suficiente de mamadas y chupadas… perdón… digo… de sexo oral… Sigamos con otro platillo del buffet sexamental… la penetración… Ya con anterioridad se dijo que existen muchísimas formas y posiciones para que el pene penetre en la vagina de la mujer, pero que en su mayoría sólo son chorrociento de variantes. Para conocer con lujo de detalles todas estas variantes… hay también chorrociento de libros, tales como Kamasutra, Smaradipika, Ananga Ranga, Panchasayaka, Ratikallonlini, Tantra, Mayasutra… y una enorme cola de etcéteras. Por eso, me voy a limitar a describir únicamente las ventajas y desventajas de las formas y posturas básicas de penetración… ya que para las variantes… o leemos un buen libro sobre posiciones sexuales… o recurrimos al mejor recurso vivencial: nuestra iniciativa, imaginación y creatividad. 96

Así que… allí se va… sin asco y sin vaselina… Tanto para los hombres como para las mujeres, la forma más clásica y universal para coger es… acostados... Esta forma de tener sexo admite tantas variantes para el hombre… así como para la mujer… que llega a ser muy atractiva y excitante para ambos… de manera ninguno caiga en el aburrimiento y la rutina… además les permite mirarse… abrazarse… y apreciar fácilmente las diversas sensaciones sexamentales que cada uno de ellos experimenta. La primera variante es la de la mujer tendida en la cama sobre su espalda, ya sea con las extremidades extendidas… o con las extremidades flexionadas… o con las extremidades elevadas… para gustos… colores… La mujer con las extremidades extendidas es una posición que muchos identifican con el comienzo sexamental de la adolescencia... generalmente se asume que es por falta de experiencia… o por timidez… o por pudor. En cambio… cuando la mujer flexiona sus extremidades… logra una mayor comodidad y un mejor acomodamiento para tener sexo con suavidad y sin sofocarse… para poder apretar con sus muslos las caderas del hombre… y/o para mover su cintura con más soltura y con movimientos circulares o verticales. Otra forma de penetración que permite esta variante… es la de costado… lo cual permite a la mujer… igual que al hombre… sentir ricas y excitantes sensaciones… ya que su vulva y clítoris pueden ser bien estimuladas… ya sea que ella apoye sus piernas sobre las caderas del hombre de manera su vagina quede en dirección del pene… o que el hombre posicione una pierna entre las de ella.

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Otra forma pintoresca… es la del hombre sentado entre las piernas de la mujer… las que engancha sobre las suyas… de manera ella quede a horcajadas y bien abierta… y… ahí se va pa’ dentro. Y para los que les fascina hacer piruetas… aquí les va esta sugerencia para su menú sexamental… el hombre… una vez que haya penetrado a la mujer en posición normal… gira lentamente alrededor de ella realizando una media vuelta completa… se queda ahí para que se acaricien y se muevan de la forma y el tiempo que quieran… y… después… el hombre vuelva a girar, siempre lentamente, hasta quedar nuevamente como en la posición inicial. Pero… como siempre hay un pelo en la sopa… el que el hombre esté encima de la mujer tiene sus desventajitas… la principal es que sólo el hombre tiene buena libertad de movimiento, en cambio para la mujer su movilidad es limitada (igual que su estimulación)… otra es que el pene no penetra con profundidad y se corre el riesgo que se salga de la vagina si la mujer no la aprieta adecuadamente… Siguiendo con esto de las desventajas… cabe advertir que… para las posiciones contorsionistas… se requiere que el hombre tenga buena agilidad para mantenerlas por mucho tiempo y no fatigarse. Por otro lado… si los movimientos de la mujer resultan demasiado estimulantes para el hombre… fácilmente pueden provocarle una eyaculación precoz o un estallido rápido de su orgasmo… la bendita ley de la gravedad… Pero… pero… pero… lo peor de todo… es que si no se es muy creativo… o no se practica con moderación… esta forma de coger puede llegar a ser muy aburrida. Ah… pero… cuando nos referimos a las posturas con las extremidades de la mujer elevadas… esto ya son otros cien pesos… y de los buenos… ¿Por qué…? 98

Elemental… mi querido Watson… Cuando la mujer eleva sus extremidades… no sólo favorece una penetración más profunda y vigorosa del pene… sino que logra una buena estimulación para su vagina… ya que ésta se comprime sobre el pene… además... las sensaciones sexuales que alcanza son muy intensas, especialmente si el hombre eyacula en esta posición. Pero… aquí viene el pero… estas posturas requieren de mucha agilidad y buena condición física por parte de la mujer, ya que se trata que ella ponga sus extremidades o sus pies sobre los hombros o sobre el pecho o sobre los costados del hombre… o flexione sus extremidades y lleve sus muslos hacia su busto o su vientre… o coloque sus nalgas al borde de la cama o de la mesa y apriete la cintura del hombre con sus piernas… o apoye su cintura y sus nalgas sobre las rodillas y muslos del hombre… o ponga sus piernas en cualquier posición que se le ocurra a la hora del combate… ya sea ambas extremidades a la vez… o sólo una… o alternándolas. Y si lo anterior fuera poco… viene el hombre y le hace más pesada la maroma… ya que, por lo general, utiliza sus rodillas o piernas o muslos como soporte, con las que hace presión hacia adelante para inducir una mayor penetración de su pene y facilitar sus movimientos pélvicos. Lo más chistoso con todo esto… es que la mujer seguirá teniendo limitada su soltura para moverse… a la vez que requerirá estar muy bien lubricada para evitar que la penetración le sea dolorosa… por eso… es que se recomienda que este tipo de posturas no se hagan al inicio de un combate sexamental, sino ya muy adentrados en el fogueo. Pero… con todo y todo… hacen… charchalear a la mujer… y… sentir que la vida se le escapa al hombre… Ahora… damitas y caballeritos… …démosle vuelta a la tortilla… …y veamos la segunda variante de coger acostados… 99

…las posturas en que la mujer está encima del hombre… En esta variante la mujer escoge si se acuesta cara-a-cara de manera extendida sobre el hombre… o si lo hace de espalda… o si se sienta sobre él. Si se decide por acostarse extendida cara-a-cara sobre el hombre… lo hará… inicialmente… con las piernas abiertas para facilitar la penetración… una vez que el pene esté adentro bien acomodado… ella apretará sus piernas e iniciará sus movimientos de manera horizontal… hacia arriba y hacia abajo… o puede mantener sus pierna abiertas y apoyarse sobre sus manos para facilitar su movimiento… o hacer que el hombre abra sus piernas para deslizar sus extremidades entre ellas. Como ya habrán podido notar… estas posturas son muy íntimas y permiten un mayor contacto de los cuerpos, favorecen la estimulación del clítoris y permiten mantener las paredes vaginales más apretadas para alcanzar sensaciones más intensas. Pero… como era de esperarse… la penetración no va ser muy profunda y la abundancia de movimientos será muy limitada. Ahora… si la mujer decide colocarse de espaldas al hombre… obviamente… requerirá buena agilidad de su parte y no sufrir de problemas de espalda… ya que… una vez que haya guiado el pene hacia el interior de su vagina… ella va balancear su cuerpo hacia atrás para estimular a su pareja con movimientos de vaivén horizontal o vertical… ya sea tendida totalmente o tomando apoyo con sus manos y piernas. Vale comentar que en esta postura se corre el riesgo que el pene se salga de la vagina de manera involuntaria, sobre todo cuando los movimientos son demasiados rápido e incontrolados. 100

Y… de más está decir… que siempre habrá poca holgura para moverse… pero… ya lo dije. Así que sigamos… Ahora… cuando la mujer elige sentarse sobre el hombre… Oh la la… ella se siente libre y más activa… pues puede escoger su ritmo, su velocidad y su tipo de movimiento o vaivén (horizontal, vertical o circular)… y hasta puede hacer que el hombre llegue rápido a su orgasmo… además… la penetración transversal le ofrece sensaciones diferentes, pues le estimula muy bien sus paredes vaginales. En este tipo de postura… la mujer puede estar de frente o de espalda al hombre… puede apoyarse en sus pies o ponerse de rodillas por ambos lados de la cadera del hombre… o, si está de frente, puede deslizar una de sus piernas por debajo de las del hombre… o colocarse como le dé su regalada ganas… ¿Y el hombre?... Pues el hombre… al igual que cuando la mujer está abajo… puede estar con las extremidades extendidas… flexionadas… elevadas… acostarse totalmente sobre la cama o el piso o una mesa… o a la orilla de la cama o de la mesa… en fin… como les plazca a ambos y las circunstancias lo permitan o lo requieran… Pero… a veces… la mujer se emociona tanto… que provoca la salida involuntaria del pene… por eso… debe tener cuidado de mantenerlo bien apretado en su vagina. Por otro lado… también las mujeres pueden hacer piruetas en esta postura… ya sea girando alrededor del hombre… o haciendo que el hombre flexione sus extremidades para ella sentarse en sus nalgas (apoyando su espalda sobre los 101

pies de su pareja) e iniciar un delicioso vaivén vertical o circular con un movimiento ondulatorio de su cuerpo… pero… para esto… necesitan que su pareja tenga muy buena resistencia para aguantar y dominar esta posición. Bueno… llegamos a la tercera variante… ambos tortolitos de lado… Esta es una variante muy íntima de máximo contacto entre la pareja… pues les permite mirarse, abrazarse y acariciarse sin que ninguno se sienta dominado por el otro. Obvio, esta variante no nos permite profundidad en la penetración ni movernos a nuestro gusto y antojo… pero si el hombre pliega bien sus muslos entre los de la mujer… prueben… y van a ver que se va hasta el tronco… perdón… hasta el fondo. Por otra parte… esta variante se puede hacer abrazándose frente a frente con los brazos y las piernas…. así como dando la espalda a la pareja… que… generalmente… es la mujer la que lo hace… lo que permite apretar las caderas de la pareja con las piernas… obvio… dependiendo de quién ponga las suyas en medio. También pueden abrazarse sólo pegaditos… pero… de esta forma… hay que moverse al suave… para que el pene no se salga repentinamente. Y… cuando la mujer se acurruca de espalda al hombre… éste… además de penetrarla… puede acariciarle el pecho… estimularle el clítoris… besarle la nuca… mordisquearle las orejas… etcétera… etcétera… etcétera… ¿Cuántas cosas se pueden hacer acostaditos… verdad? Imagínense que en esta simple palabreada… hemos hecho referencias a más de 100 posiciones… así como lo leen… y no se asusten… que cuidado y son más… Pero… bueno… Se acuerdan que otra forma de coger es… sentados…

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Pues… bien… de lo que se trata es que el hombre se sienta en una silla… o… a la orilla de la cama… o… si aguanta… de cuclillas… y la mujer se sienta encima de él a horcajadas… ya sea de frente o de espalda… o… si prefiere… también se puede de lado… Si bien es cierto la mujer… en esta postura… logra tener un control total del combate… también es cierto que le permite más confianza en ella misma para encontrar los movimientos correctos que maximicen su placer. Pero esto no quiere decir que al hombre no le proporcione placer o que no le vaya del todo bien… al contrario… le permite tener las manos libres para dar todavía más placer a su pareja… acariciando sus senos, sus nalgas o su clítoris… al punto de llevarla más fácilmente al orgasmo. Y no es para menos… porque… además de ser una postura cómoda y poco agotadora… permite una penetración profunda y le facilita a la mujer una buena estimulación del clítoris… así como hacer una gran variedad de movimientos con su pelvis… pero… lo mejor de todo… es que ayuda a retrasar el orgasmo a los hombres que sufren de eyaculación precoz. Por otra parte… en ocasiones nos puede servir como posición transitoria para pasar de la posición sentada a una posición acostada sin interrumpir la penetración. Y… para las parejas traviesas e impacientes… resulta práctica para tener sexo en la oficina o en los servicios higiénicos de un lugar público. Una variante a esta posición… es que la mujer se siente sobre una silla… o a la orilla de la cama… o de una mesa pequeña… el hombre se ponga de rodillas… y la penetre… mientras ella aprieta alrededor de la cintura de su pareja con sus piernas… y… si quieren ponerle más picante a la postura cuando la mujer esté sentada sobre el borde de la cama o de una mesa… suavemente la mujer se va inclinando hacia atrás hasta quedar acostada… mientras el hombre se va poniendo poco a poco de pie sin dejar de penetrarla. Para hacerse en la oficina… ¿verdad? Bueno… bueno… dejemos de imaginar cosas… y sigamos… 103

Ahora le toca el turno a la famosa postura de “perrito”… Es decir… una forma de coger en la que la mujer se pone en “cuatro patas”… apoyándose en sus rodillas y codos… sea dejando su cuerpo recto… asemejando a un “perrito parado”… o inclinando su cuerpo hacia adelante posando su cabeza sobre la superficie… asemejando a un “perrito jugando”… y… el hombre… se echa sobre su espalda y la penetra… Aunque algunas mujeres puede llegarse a sentir desvalorizadas por esta forma de coger… y otras quejarse por sufrir rasguños en sus rodillas… la verdad es que esta postura ofrece una buena estimulación de las paredes frontales de la vagina y del punto G… además que la penetración que se logra es viva y profunda. Lo que algunas parejas no saben… o no se han dado cuenta… es que la mujer no tiene que ponerse necesariamente de rodillas… basta que tome apoyo sobre el borde de la cama o de una mesa… lleve sus caderas hacia atrás… y el hombre hace el resto… O… si están sobre la cama… la mujer puede hacerla más cómoda utilizando varias almohadas para que le sirvan de apoyo a su cuerpo y codos… es más… podría ir deslizando poco a poco su cuerpo hasta quedar totalmente acostada boca abajo… con el hombre encima que cuida no se salga el pene o de no interrumpir sus movimientos de mete-y-saca. Y… ya para terminar este vaivén de penetraciones… Sólo nos queda hablar de la última forma de coger… de pie…

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Esta es una forma muy práctica y excitante para coger en cualquier lugar y circunstancia… más aún cuando se agarra a la pareja de imprevisto… El problema… es que… es una forma bastante difícil para realizarla… si las estaturas de la pareja son muy… pero muy… diferentes… o si el peso de la mujer está muy pasado para la capacidad “atlética” del hombre… sobre todo… cuando el hombre quiere tener suspendida a la mujer sobre su pene… Como ya se habrán dado cuenta… existen diferentes maneras de coger de pie… desde frotar el pene sobre la vulva de la mujer (estando cara-a-cara)… esperar que la frotación abra naturalmente la vulva para permitir una penetración superficial del pene… hasta suspender a la mujer sosteniéndola por las nalgas y la espalda… en esta última postura… la mujer requiere agarrarse bien a la espalda del hombre y enlazar, de la manera la más firme, sus piernas alrededor de la cintura del hombre… aunque… una forma de facilitar esta hazaña atlética… es que la mujer apoye su espalda a una pared… hagan la prueba… qué sabemos y se hacen expertos y expertas en esta posición suspendida… O… ¿ya lo son?... Bueno… esta recomendación es para los y las que todavía no lo han hecho o se les ha dificultado hacerlo… Finalmente, una variante para hacerlo de pie… es la de la mujer de espaldas al hombre… en la que ella se agacha hacia adelante para facilitar el ángulo de penetración… y que sea más profunda… también la mujer puede apoyarse sobre una pared o una ventana… o apoyar su busto sobre una mesa o un escritorio… así no se agota mucho y el hombre queda a sus anchas… metiendo el pene con todas sus ganas… Bueno… Considero que toda esta verborrea sobre las posiciones es más que suficiente… Es mejor pasar a la acción… que es más gratificante que estar leyendo al respecto…

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Sólo quiero finalizar… diciendo… que no hay necesidad de complicarse la vida haciendo un inventario de cuántas y cuáles posiciones hemos o nos han hecho… Además que los nombres de las posiciones varían de un país a otro… de un grupo social a otro… pueden llamarse el misionero… la carretilla… candelita chorreada… la barca… el columpio… la rueda… el fotógrafo… la estrella… el pulpo… el cangrejo… 69… la cuchara… y un enorme etcétera… pero todo se reduce a cómo nos acomodemos y coloquemos nuestras extremidades al momento de coger… Lo más importante… como ya he repetido hasta el cansancio… es acoplarse y acomodarse a como ambos se sientan cómodos y a gusto… y puedan disfrutar del combate sexamental a plenitud… y que ambos puedan estallar en una indescriptible explosión orgásmica que les haga charchalear y sentir que la vida se le escapa por un hoyito… Y ya con esto… jóvenes ilustres beneméritos de la patria… espero haberles develizado el sexto secreto de la Kamanostra…

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SEPTIMO SECRETO VALERSE DE LA SEDUCCION PARA FORTALECER LA RELACION Voy a comenzar esta conversa con una cruda realidad… las relaciones de pareja estables no existen. Por lo menos… no en nuestro universo... Así como lo leen… las relaciones de pareja son inestables… Y es obvio… porque la mayoría de los procesos en el universo son inestables… por tanto, nosotros… hombres y mujeres… parte integrante del mismo y partícipes de las mismas leyes físicas… estamos sujetos a esa misma inestabilidad. Aunque la mayoría de las personas desean estabilidad en sus relaciones de pareja, eso no es posible... ya que los continuos desacuerdos en la convivencia humana mantienen en zozobra la vida de pareja. El rollo de todo esto es que… algunos desacuerdos logran resolverse en el momento… pero otros… pero otros… se quedan en “stand by”… esperando que sea el tiempo el que se encargue de aclararlos y/o resolverlos… y… mientras esto sucede… recurrimos a los típicos y tensos silencios durante horas… días… y hasta meses… a tal punto que de un “hola y adiós” no se pasa... hasta que llega la reconciliación… la cual puede darse de la manera más calma posible… o con un derroche sexamental apasionado y desatado. Pero… pero… pero… esos problemitas que vamos dejando solapados, que no hemos sido capaces de resolver, rara vez se curan con el tiempo… y pueden desembocar más adelante en grandes embrollos irreconciliables. ¿Cuál es la mecánica con que funciona esto…?

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Simple… se empieza por no hablar de las pequeñas cosas, que, en su momento, no parecen importantes… y se acaba por no abordar aquellos temas de suma relevancia para la pareja… quedándose en simples y tristes trivialidades. Y eso… señoras y señores… es inestabilidad. Lo más triste es que este tipo de vida puede perdurar años… pero… a eso no se le puede llamar ni considerar una relación estable… en lo absoluto. Lamentablemente, hay relaciones que así funcionan… Ahora… si esa no estabilidad conduce a la ruptura de la pareja… lo más probable es que sea lo mejor para ambos, ya que ello permitirá que cada quien siga su camino… sin complicaciones… sin impedimentos… que les impidan seguir creciendo. Si al contrario, los problemas son puestos en común y los convertimos en un motor para el crecimiento mutuo… ya eso son otros cien pesos… ya se puede vislumbrar una mayor perdurabilidad de la relación… pero siguen siendo relaciones maravillosamente inestables, que son sometidas a continuas pruebas que se superan a base de atención continua, mucho amor y autenticidad, que reconocen sus propias limitaciones pero ponen un faro de luz en la oscuridad. Es decir… que hay pleitos… hay pleitos… que hay problemas… hay problemas… pero no se niegan ni se disfrazan… más bien se aprovechan como una oportunidad para el crecimiento como individuos y como pareja. Recordemos… que lo que impulsa a buscar pareja no es sólo el llamado biológico de conservación de la especie ni la simple búsqueda de un contacto físico más íntimo... es también el anhelo, consciente o no, de una unión más profunda, de un intercambio de energías a niveles que trasciendan el plano físico-biológico… y el deseo de nuestra mente por alcanzar el placer y la gratificación que una relación de pareja promete. Por otra parte… no hay que olvidar que la mente… así como es capaz de crear… también es capaz de inventarse una relación… que así como puede negarse las diferencias… también puede potenciar las afinidades... y… de la misma forma que la mente puede inventarse una relación… también la puede destruir. 108

Ni más ni menos… esa es la realidad… basta una simple mirada, basta un simple gesto,,, basta una frase totalmente vacía de intención,,, para que provoque en la otra persona una reacción en cadena de pensamientos “tóxicos”… pensamientos que se pueden disparar en una acalorada discusión… o desencadenar una ristra de decepciones de consecuencias impredecibles. Dicho en cristiano… muchas veces… “una tontería” puede desencadenar una desagradable discusión… que a su vez puede convertirse en una chorrera de reproches y señalamientos mutuos… y ya… todo se pone color de hormiga… en la cuerda floja… y le damos a probar a nuestra relación el trago amargo de la inestabilidad. Y estas ineludibles situaciones… son las que hacen… a veces… que vivamos el amor, la ternura y la pasión a tiempo parcial. Como decía un prójimo… vivir destellos de amor con dosis de ternura y brotes de pasión… Y me pregunto… y les pregunto a ustedes… ¿vale la pena “dejar pasar el tiempo”?... ¿Es sano caminar uno al lado del otro pero no exactamente juntos? Bueno… a mí que me registren… pero… a mi leal saber y entender… digo que no… Más bien considero que una relación sexamental auténtica es aquella que se produce en calma… con una mentalidad más profunda y abierta… y de la que broten pensamientos y posturas no condicionadas. Dirán que soy un romántico soñador… por creer que lo ideal de toda relación sexamental es vivirla desde una paz… desde una serenidad… que dé espacio para que el amor, la ternura y la pasión se integran. Y eso es una relación auténtica… que no siga el guion de los cuentos de hadas ni de los príncipes azules… sino el guion de la vida real… donde las dificultades aparecen y los roces surgen... pero que son puestos en común, son observados y resueltos, a veces con gran esfuerzo, pero resueltos al fin. En este tipo de relación sexamental se dice que hay autenticidad porque nada se solapa… porque se pone luz donde hay oscuridad… porque se camina juntos y 109

se crece juntos… porque cada quien se enfrenta cara a cara con sus limitaciones y con las de su pareja, sin miedos ni tapujos… porque el placer lleva a ambos al éxtasis… porque la rutina no existe… porque todo se vive con más intensidad… porque cada día es nuevo y trae “de todo”… y hay plena disposición y voluntad para el cambio. Obviamente… que la forma de expresar e integrar el amor, la ternura y la pasión en cada relación sexamental depende del nivel de conciencia y voluntad existente en la pareja. Lo anterior implica evolucionar como persona… como pareja… ya que… cuanto más evolucionado esté el hombre y la mujer, será más probable que experimente relaciones de calidad... pues su tendencia será relacionarse con personas que estén en un nivel de evolución similar al suyo. Pero… ¿qué debemos entender por evolución…? En una relación sexamental… se concibe como evolución… la aptitud que un hombre o una mujer logra desarrollar para mostrarse tal cual es realmente, para vivir el aquí-ahora mediante acciones directas sin interferencias ni prejuicios. Pero… no nos confundamos ni enredemos… ni la cultura ni el conocimiento son factores determinantes para lograr una relación de calidad… porque… una relación de calidad es aquella que no se planea… que no sigue patrones ni pautas… que no necesita guías ni gurús… ni libros de autoayuda… es una relación que se vive desde dentro hacia afuera y no al revés… que se vive desde la autenticidad que todos llevamos en nuestro interior. Es decir… no necesitamos leer chorrocientos de libros… ni asistir a una chorrera de conferencias o sesiones terapéuticas… para comprender lo importante que es para nuestras vidas el aquí-ahora, para entender que cualquier libro maravilloso o sesión terapéutica de auto-ayuda sólo representa un “mapa”, no nuestro territorio vivencial... que sólo es un dedo que nos ayuda a apuntar a la luna, pero no la luna. Así mismísimo es… 110

Pues no se necesita ser culto… ni utilizar palabras sofisticadas… para tener cerca a una pareja que desborde amor del bueno por nosotros… probablemente ya la hemos tenido cerca en alguna ocasión. La experiencia enseña que hay parejas que no han necesitado mapas ni dedos que apunten… parejas que incluso pueden ser analfabetas… para vivir una relación de calidad… porque ni el lenguaje refinado ni el conocimiento sobre la autenticidad de una relación de pareja… es condición necesaria o suficiente para poder ser capaz de vivirla. El poder mantener… o no… una relación de calidad con otra persona… con un alto grado de intimidad a todos los niveles… depende de que ambos se mantengan dentro de un determinado rango de afinidad. ¿Y qué diablos tiene que ver todo esto con lo de valerse de la seducción para fortalecer una relación? Calma… calma… que el universo no se hizo en un día… Ahorita mismo vamos a eso… Pero… para que podamos entender mejor este rollo de la seducción con la relación sexamental de pareja… es importante tener siempre en cuenta que… cuando se quiere aprender a atraer a una persona como pareja… hay que ser capaz de comunicarse con la parte más profunda de esa persona… Me imagino que ahorita se estará preguntando… ¿por qué?... Lo que pasa es que la atracción no se da a nivel intelectual... sino a nivel instintivo y emocional… aunque les cause dudas… no vamos a convencer a nadie con argumentos científicos para que se sienta atraída o atraído por nosotros o nosotras... Voy a barajársela más despacio… Para atraer la atención de una o más personas que nos rodean en un preciso momento… ¿qué necesitamos?... simple… hacer todo un despliegue… voluntario o 111

no… de encantos personales… dicho en palabras sencillas… seducir a la otra u otras personas… Y… aquí está el detalle… hay personas que seducen sin proponérselo y otras que no lo consiguen por mucho que se lo propongan… Y… para mantener siempre viva la llama de la pasión en nuestra relación de pareja… es necesario que aprendamos a seducirla… tanto el hombre a la mujer… como la mujer al hombre… Para ello… no se necesita ser especialmente bella o guapo, ni especialmente delgada o atlético, ni especialmente nada de lo que podría atraer a simple vista… lo que se requiere es… saber cómo hablar con la otra persona… sentir empatía con sus sentimientos… poder adaptar el ritmo sexual al de esa persona sin ningún esfuerzo... comprender y sentir casi como esa otra persona… O sea… tenemos que aprender a conceder la misma importancia a saber escuchar y ser buen comunicador... no es habitual en las parejas saber escuchar… así como saber utilizar la palabra adecuada en el momento oportuno… y ambos ingredientes conducen a una complicidad y a una intimidad tal… que se hace frecuente comentarios como: “nunca le había contado esto a nadie”… o… ”nunca me había sentido tan unida o unido a alguien en tan poco tiempo”… Esta identificación afectiva que se produce en una pareja les permite atreverse a un contacto más íntimo... y… ¿qué pasa con lo sexual?... eso se incorpora a la relación de una forma tan natural como inevitable. Hay que tener bien claro que el reto no es llevar a la mujer o al hombre a la cama en el mínimo tiempo posible... el reto es llegar a la cama con una mujer amiga o un hombre amigo en el mínimo tiempo posible. No hay frase más bella… que escuchar a nuestra pareja... decir con plena convicción… “sos la mujer o el hombre de mi vida”… Por otra parte…

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Cuando en la pareja surgen dudas acerca de la dedicación… de la entrega que se tiene hacia ella… es de vital importancia la explicación… el argumento que utilizamos para aclarar esas dudas… Y… el argumento clave es “vivir el momento”… el que nuestra pareja asimile que estamos con ella al cien por ciento… que no existe nadie más en ese momento… porque en ese momento sólo están los dos y es para los dos… porque es el instante que tienen para entregarse y compartir… y que les toca vivir y disfrutar al máximo... y que ninguna persona… que en ese momento no esté presente… interfiera con lo que están viviendo… Nada más convincente que ser capaz de vivir el momento de forma natural… para vencer cualquier resistencia o duda latente en la pareja… para poder actuar espontáneamente sin interferencias ni secuelas provenientes del pasado… para vivir intensamente la relación y no pensar en nada más… Pero… cuidado… Recordemos que no todas las mujeres ni todos los hombres responden al mismo tipo de incitación… al mismo tipo de seducción… aunque haya patrones comunes a la mayoría… pues esto tiene que ver no sólo con la persona misma, sino también con el ambiente en el que se establece la relación. Asimismo… hay que tener mucha prudencia… para que este esfuerzo de la pareja por mantener viva su pasión sexamental no se convierta en un pasatiempo ni en una forma de vida trivial… Porque… jamás… jamás… se nos debe olvidar que la sexualidad debe ser un medio para expresar amor… pero… nunca… nunca… debe ser el propósito de la relación de pareja… nunca debe ser nuestro fin. Tenemos que dejar actuar el amor que llevamos dentro hacia nuestra pareja… el resto viene por añadidura… ya lo decía la canción… lo que será… será. A veces decimos… y creemos… que la pareja ideal para uno… no existe… y… entonces… nada más fácil que “armarla” como se arma un rompecabezas… pieza por pieza… el rollo es que esas piezas las encontramos en diferentes personas… y… aquí es donde nos complicamos la existencia… porque comenzamos a 113

relacionarnos con diferentes parejas... a ver como encajan en ese rompecabezas… y con la esperanza podamos integrarle las piezas de “nuestro ideal” que no posee. Y eso… eso sí es harto difícil… Porque las piezas no sólo son físicas… sino también emocionales y espirituales... Y allí es donde nos conformamos con vivir cada uno de esas piezas por separado... hasta que ocurre lo inevitable… llegar al hastío... cansarnos de andar probando y probando encontrar a esa pareja ideal… Y es obvio… porque… a través de este “tanteo y error”… jamás vamos a lograr como resultado una relación sexamental completa… misión imposible... mis queridos amigos y queridas amigas… Una relación sexamental completa puede darse, pero no separándola en piezas… mucho menos tomando esas piezas de diferentes personas… Así como lo leen… la relación sexamental completa se vive de manera integral... no se puede separar lo sexual de la ternura, de la intimidad absoluta, de la complicidad total... no… y mil veces no… no se puede… el amor no se puede separar en piezas... y si alguien me dice que si se puede separar... con mucho respeto le diría… que eso no sería amor... podrá ser cualquier otra cosa… menos amor. Amor es sentir a la persona… a la que se está amando… en cada centímetro de la piel… sin importar en qué parte del cuerpo esté ubicado ese centímetro... porque cuando contemplamos cuerpo… nos faltan manos para acariciarlo… labios para besarlo… palabras para expresar lo que sentimos… con sólo su aliento podemos llegar al éxtasis. Demasiado romántico… tal vez… pero así es… Porque ya no hay linderos que nos separen… ya no somos dos cuerpos... ya no somos dos individuos... El placer sexual deja de ser un objetivo... podemos pasar uno o más días sin coger… pero nos cuesta pasar un día sin la alegría de nuestra pareja... porque nos da placer con sólo mirarla… con sólo oír el tono de su voz... 114

con sólo el roce de los labios de su boca… el contacto de su piel con la nuestra... es un placer tan inmenso… una unión tan completa... que el tiempo se detiene… que se nos vuelve un instante único… en el que no existe un antes ni un después... pues su mirada, su sonrisa, su olor, sus caricias, su tono de voz se vuelven un detonante para un desborde de pasión sexamental. Pero… desgraciadamente… a veces no nos damos cuenta de lo que estamos viviendo… de cómo lo estamos viviendo… de cómo estamos llevando nuestra relación… Resultado… Podemos llevar años de estar viviendo el amor en pareja y siempre seguimos con la jodarria de buscar un “algo más”… que… en la mayoría de los casos… ni siquiera sabemos qué estamos buscando… Y repetimos… con esta forma de actuar… y por muchos años… y con muchas personas diferentes… al final… sólo nos queda la sensación de estar hartos y/o hartas… al borde del aburrimiento infinito… Y estas son las caídas que nos confunden y apartan de nuestro propio yo… de nuestro auténtico ser... por eso… lo fundamental no es el vivir o no en pareja... lo fundamental es crecer como persona... evolucionar como hombres y mujeres… vivir la relación en pareja como una experiencia de transformación mutua que no se altere en el curso de nuestras vivencias… Es conveniente mantener siempre en mente que una relación de verdad no se puede aprender de los libros o videos... es necesario vivirla… se puede tener decenas de relaciones de pareja y no saber lo que es el amor… y se puede tener o haber tenido sólo una… y vivir en el amor de forma permanente. Y es que pasar por tantas relaciones no garantiza que se sea capaz de vivir una relación de verdad… a veces… resulta más bien ser un impedimento… porque se puede convertir en un hábito muy difícil de desprender… en una conducta que puede ser muy doloroso revertir... y créanme… es un tipo de conducta poco envidiable… porque… salir de ella… no sólo cuesta... sino que nos hace inseguros y dependientes… 115

Aunque no me lo crean… Y es que cuando se vive en múltiples relaciones… muchas veces resulta insoportable el “después”... porque llega el momento en que el estar con la pareja es distinto, sus besos no saben a otra cosa, nos volvemos insensibles a sus caricias... y buscamos cualquier excusa para “huir”… pues… simplemente… ya sus palabras no nos suenan bonitas… ni creíbles… La clave está en saber vivir cada momento con plena conciencia… conocer nuestras propias limitaciones y las de nuestra pareja y aceptarlas… pero no resignarse a la perpetuación de esas limitaciones… y… lo más importante… vivir plenamente el momento… porque… nos querámoslo o no… es todo lo que tenemos... y si ese momento podemos compartirlo con una pareja que “vibra” en una frecuencia similar a la nuestra... ¡Eureka!... nos sacamos la lotería… Pero… pero… pero… no confundamos el amor con el deseo… les puede salir la venada careta… El deseo es lo que nos mueve a llamar por teléfono a alguna pareja como un simple protocolo que preceda a un encuentro sexual en busca de un momento de explosión sexo-placer... pero… cuando eso termina… sólo queda lo superficial… el vacío… la sensación de una relación cualquiera… y llega lo inevitable… el “después”... la huida... Porque… cuando uno colecciona conquistas… deja de ser importante el “cómo” se consigue… lo único que importa es pasar el rato… y comenzamos a decir… a la persona que tenemos enfrente… justo lo que quiere oír… sin importar si es verdad o no… sólo halagar y llevar a la cama a esa persona... y para ello exageramos cualidades, inventamos adulaciones… hasta envolver a la persona en una nube de fantasías engañosas… creadas para la ocasión... que nos resulta un arma prácticamente infalible para que la persona crea que está rendida ante alguien muy “sensible” que sabe reconocer lo que vale de verdad, que ha encontrado por fin a alguien con quien vale la pena mantener una relación “de verdad”... pero… lo que esa persona no alcanza a percibir… es que al final… esa ilusión desaparece... Pero esto se podría evitar si tan sólo nos diéramos cuenta de qué es lo que buscamos… no qué tipo de persona buscamos… porque lo que se busca no es una 116

persona muy diferente al resto… no es una relación especial… lo que se busca es a uno mismo… una relación en la que nuestro auténtico ser se manifieste… alguien con quien compartir lo mejor de nosotros o nosotras mismas… y quiera ayudarnos a llevar las riendas de nuestra vida… Por eso… resulta fundamental que la pareja se guste muchísimo en todos los sentidos... comenzando por gustarle muchísimo a nuestra pareja... no es sano mantener una relación en la que la pareja no se guste ni física ni emocionalmente… que no se seduzcan… voluntariamente o no… el uno al otro… que no sean conscientes del impacto que causa en su relación sexamental la carencia de atracción… … y… lo peor de todo… que sean prisioneros del tiempo… que no vean lo que la vida les ofrece en cada momento... que no sean testigos de sus propias vidas… que no sean capaces de observar el ritmo de su relación sexamental… que no comprendan cómo funciona y cuál es su propósito… El decir frases como: “no me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida” o “si la vida o el universo me han llevado a esta situación es por algo, y no estaría aquí si las cosas no hubieran ocurrido así”... no es más que delegar nuestra responsabilidad y sus consecuencias en manos de otras personas o entidades… Y nada más fácil y genial que esto… Está bien aceptar lo pasado como algo irreversible y mirar hacia delante… pero eso… a afirmar que “todo está bien tal y como ocurrió”... son otros cien pesos… porque… aunque sea cierto que no se sería ni se estaría aquí tal y como se es y está ahora… no se puede negar que se hubiese podido estar mucho mejor si se hubiera prescindido de alguna que otra metida de pata... y este reconocimiento no es para lamentarse… sino para que nos sirva de lección y escarmiento para no volver a resbalar con la misma cáscara… para que no nos castiguemos por los posibles errores cometidos en el pasado, pero sí estemos muy atentos al presente, porque somos los principales arquitectos de nuestra vida. Y así… damas y caballeros… hemos develizado el séptimo secreto de la Kamanostra…

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OCTAVO SECRETO SER TOLERANTES ANTE LAS INDISPOSICIONES SEXUALES Bueno… vamos a comenzar con dos malas noticias… La primera es que no todo encuentro sexual es de charchaleo… volteadera de ojos… gemidos… contorsiones corporales… ni de explosiones orgásmicas… Que así debería de ser… así debería de ser… Pero… no en todos los casos es así… ni en todos los casos podemos culpar al hombre o a la mujer de este desencanto sexamental… La segunda es que no siempre nuestra pareja nos va a corresponder sexualmente… y… hasta cierto punto… puede ser razonable… pues no todos los días tenemos ganas de coger… Pero… cuidado… cuando esta segunda situación sucede con mucha frecuencia… hay que ponerle mente… porque se puede estar dando una de las siguientes razones… 1. Que nuestra pareja finja un malestar físico (dolor de cabeza o de espalda, cansancio, dolor en el vientre o en el estómago, etcétera) para rechazar el combate sexamental… o 2. Que nuestra pareja no tenga las condiciones físicas o psicológicas suficientes para disfrutar un encuentro sexual… Así como lo leen… hay hombres y mujeres que… por naturaleza física, psíquica o emocional… se encuentran indispuestos para cumplir cabalmente con un combate sexamental…

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Desgraciadamente la conducta sexual humana es altamente variable… que… a veces… resulta extremadamente insoportable o extremadamente dificultoso responder adecuadamente a nuestra pareja… ¿Que a qué se debe esto? Bueno… cuando se da la primera razón… es claro y evidente que nuestra pareja ya está harta de nosotros o nosotras… que sólo está conviviendo con nosotros o nosotras por conveniencia o por apariencia… y trata al máximo de minimizar los encuentros sexamentales… Es en estas situaciones que se pueden dar las “horas extras” sexamentales fuera de casa de manera solapada con otras actividades… para que lo entiendan mejor… se busque una pareja “emergente”… no sólo para quitarse las ganas… sino para que le sirva de paño de lágrimas a su situación de pareja… Si la situación es muy crítica… lo más probable es que ambos… juntos a la vez… requieran terapia de pareja… y… no es que la pareja no pueda arreglárselas por sí sola… lo que pasa es que… la mayoría de veces… es muy sano y recomendable contar con una tercera persona que sirva de árbitro imparcial entre ambos… tanto para facilitarles que se digan las cosas a calzón quitado… como para orientarlos a encontrar y experimentar una solución consensuada y adecuada para su conflicto. Ahora… si su situación todavía no ha llegado a niveles efervescentes… lo que necesitan es paciencia, tolerancia y mente abierta… para poder sentarse y dialogar sobre lo que les está pasando y están sintiendo… y ser lo suficiente honestos para reconocer cada quien sus propias fallas y las fallas de los dos… y para tener la suficiente entereza y valentía para disculparse y estar dispuesto y dispuesta a esforzarse al máximo para superarlas… obviamente… con la participación de los dos… de manera conjunta… No se crean que es fácil… que es hágase la luz y la luz se hizo… requiere de tiempo… porque es un camino largo de recorrer… en el que habrán nuevas caídas… pero que… con el apoyo mutuo y recíproco… podrán atravesarlo… Pero… que quede bien claro… es un esfuerzo de los dos… no sólo de uno… recuerden que una sola golondrina no hace verano… 119

Ahora bien… cuando lo que se manifiesta es la segunda razón… Aquí si se complica más la cosa… Pues se dice que es debido a las numerosas alteraciones físicas y/o psíquicas que se presentan en las motivaciones, en los rendimientos e incluso en las necesidades eróticas específicas de los personas. A tal punto… que los estudiosos en este tema… la han encapsulado en dos grandes bandos:  Los que encuentran la actividad sexual muy placentera y tienden a repetirla, porque presentan capacidad para admitir más abiertamente las fantasías y pensamientos eróticos, así como tienden a ser menos puritanos para juzgar la conducta sexual de los demás.  Los que reaccionan de forma menos positiva ante los estímulos sexuales y tienden a evitar la actividad sexual. Ya hablando más en pasta… los que no sufren y los que sufren de alguna forma de disfunción o trastorno sexual… O sea… que hay hombres y mujeres que pueden presentar alguna alteración persistente en su organismo o en su mente que incide y les afecta su conducta… interés… y respuesta sexual esperada… Y... a este tipo de alteraciones… es que nos vamos a referir en esta conversa… ya que… con la razón anterior… la buena disposición y decisión de la pareja para superarla es suficiente… en cambio… con ésta… se requiere de un tratamiento más específico y especializado… Pero… vayamos despacio y con buena letra… no se me sofoquen… Ya que estas alteraciones pueden experimentarse desde el inicio de la actividad sexual o aparecer después de un período de funcionamiento sexual satisfactorio... puede que solamente ocurra en ciertas circunstancias (o en ciertas condiciones específicas) de encuentro sexual o en todas las situaciones que se tenga actividad sexual… pueden ser graves o leves… 120

Ya en la terminología médica… estas alteraciones se diferencian en “orgánicas” o “psicológica-funcionales”. Pero mejor sigamos a lo chapiollo para que no nos enredemos… Lo anterior… obviamente… representa… para las parejas… serias dificultades para una relación sexamental sana, adecuada y mutua… por lo que es vital aprender… no sólo a tener en cuenta… sino también a ser tolerantes y tener disposición de ayuda cuando nos toque enfrentarnos a un hombre o una mujer disfuncional. Es fácil decir que una relación sexamental se inicia con el deseo mutuo… el que nos lleva a la excitación… y culmina con al orgasmo de ambos… lo que conlleva a un final adecuado del encuentro íntimo… y a quedar plenamente satisfechos… Y digo que es fácil… porque es una forma demasiado mecánica y estática de conceptualizar la actividad sexual entre las parejas… como si en ello no tuviera que ver el comportamiento y condiciones físicas, psíquicas y emocionales de cada uno de ellos… Y… como ya he dicho… un combate sexamental no es un video porno o una película o telenovela erótica… nada más lejos de la realidad… A veces… nos queda el sabor insípido de la insatisfacción… Y no hay sólo una… hay chorrocientas razones para ello… ¿Quieren saber algunas…? Como no oigo lo que contestan… ni modo… ahí les va… Los factores que pueden contribuir a la insatisfacción sexual podemos encontrarlos en…  Una información sexual inadecuada… que únicamente sirve para sumirnos en la ignorancia sexual o en creencias sexuales distorsionadas… por ejemplo lo que nos trasmite los videos pornos… 121

 Una autoimagen negativa carente de habilidades sociales ante las demás personas y… específicamente… ante nuestra pareja.  Una alteración en nuestra expresión emocional, afectiva y sexual ante nuestra pareja.  Una ausencia o escasez de fantasías eróticas o una existencia exagerada de fantasías sexuales “desviadas”.  Una rigidez excesiva a la hora de intimidar con nuestra pareja.  Una vida sexual experimentada muy precozmente (a temprana edad) o ausencia total de la misma.  Un desmoronamiento precipitoso de la magia sexamental, cayendo en la rutina o aburrimiento sexual.  Un acontecimiento o experiencia relevante de nuestra vida sexual que nos resulta muy estresante o traumatizante.  Un trastorno en la salud física y mental.  Un trastorno de personalidad. Aunque les resulte algo insólito… algunos investigadores… han llegado a considerar que las disfunciones sexuales son más frecuentes en las mujeres que en los hombres… Pero… todavía falta para llegar a una conclusión definitiva… aunque algunos resultados indican que esta indisposición las sufren alrededor de un 63% de las mujeres… en cambio los hombres sólo en un 40%... Pero… bueno… a como va la ciencia… pronto se tendrá certeza si realmente es así o no… Sin embargo, en lo que si se ha avanzado mucho… es en determinar los diferentes tipos de disfunción sexual que pueden sufrir hombres y/o mujeres… tales como: 122

 Ausencia o pérdida del deseo sexual, como la frigidez, los trastornos de baja actividad del deseo sexual, la repulsión a lo sexual… y se presenta cuando la persona afectada disminuye o inhiben su iniciativa sexual, no parece tener percepción del atractivo de su pareja, es menos receptivo o receptiva a los reclamos sexuales y demora… todo lo que pueda… la frecuencia de sus relaciones sexuales, las que disminuyen de forma notable… y no es que dejen de participar en el combate sexamental… no… hasta pueden responder cabalmente… pero lo hacen con un entusiasmo por no dejar, de forma mecánica y con un mínimo de placer llegando a casi o totalmente nulo.  Rechazo sexual y ausencia de placer sexual… se trata de un miedo intenso e irracional hacia el sexo y… por consiguiente… se evita todas o casi todas las conductas sexuales con una pareja.  Fracaso de la respuesta genital, como la impotencia, los trastornos de la erección, el trastorno del estímulo sexual… o sea… es la manifestación de incapacidad… persistente o recurrente… para obtener o mantener la respuesta de lubricación… propia de la fase de excitación hasta la terminación de la actividad sexual.  Disfunción orgásmica, como la falta de orgasmo o la inhibición orgásmica… en otras palabras… se trata de una incapacidad para llegar al orgasmo a través de la estimulación coital… en español… de la penetración… determinándose por una ausencia o retraso excesivo del orgasmo.  Eyaculación precoz… se dice que esta disfunción afecta alrededor de un 40% de los hombres menores de 50 años… y no es más que la incapacidad del hombre para controlar su eyaculación… es decir… el hombre puede lograr una erección sólida en su pene… puede tener un escarceo sexual cómodo… pero… lastimosamente… cuando intenta penetrar… o logra penetrar… no puede controlar la eyaculación… y zas… se produce… se eyacula de forma rápida… antes de los cinco minutos de excitación, o con el solo roce del pene, o, en algunos casos, con menos de 20 vaivenes o movimientos…

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 Vaginismo… que no es más que la aparición… persistente o recurrente… de contracciones voluntarias de la musculatura externo vaginal… las que se asocian con un miedo irresistible… y relativamente irracional… a la penetración.  Dificultad o dolor en la penetración (dispareunia)… pero que este dolor genital no esté relacionado con el vaginismo o con la falta de lubricación.  Impulso sexual excesivo, como la ninfomanía (o sea, el exceso desmedido de deseo sexual en la mujer) y la exaltación morbosa de los genitales (satiriasis)… Tranquilos… tranquilas… no pretendo hacerles todo un discurso médicocientífico de las disfunciones sexuales… lo que pretendo es que… antes de mal juzgar a su pareja por no responder a sus expectativas sexamentales… traten de conocer bien el origen de su indisposición… no vaya ser y condenen a un justo de pecador… Y no se necesita de bolitas mágicas para adivinar que… para poder vivir plenamente la sexualidad sin el estrés de cuánto va a durar el combate sexamental… o si se va poder disfrutarlo… o si se va hacer gozar a la pareja... la clave es saber controlar la situación con la debida información y entrenamiento… y esto requiere decisión y voluntad… es sencillo… pero requiere un poco de esfuerzo y dedicación… y… por supuesto… documentarse o asesorarse de fuentes seguras y calificadas… Sólo pónganse a pensar que las indisposiciones sexamentales no sólo pueden tener un origen físico (orgánico dicen los especialistas)… sino también puede que su causa sea de origen psicológico… y entre ambas causales se nos arma un listado de posibles causas que no es jugando… Sólo denle una ojeadita a lo siguiente… Cuando se habla de causas orgánicas… podría ser por un estado de embarazo… o después de un parto… o por la menopausia… podría ser por una enfermedad cardiovascular… por diabetes… por trastorno renal… o problema testicular… por artritis… por una trastorno neurológico… o una infección o deformación genital… o podría ser por una diálisis… o una cirugía que altere nuestra imagen 124

corporal… o podría ser por algún fármaco que estemos tomando como algunos antidepresivos… o para la presión… o para la ansiedad… o para la epilepsia… o diuréticos… o podría ser por ingerir sustancias tóxicas como licor o drogas… Ya se fijaron… y eso que sólo es una reseña… y si hablamos de las causas psicológicas… pa’ qué les digo… aquí la lista es más extensa… sólo por curiosidad les detallo algunas de ellas… Educación moral y religiosa restrictiva Relaciones deterioradas entre la madre y el padre Inadecuada información sexual Experiencias sexuales traumáticas, sobre todo durante la infancia Inseguridad en el rol psicosexual durante los primeros años Trastorno de la personalidad Disfunción sexual previa Infidelidad Expectativas poco razonables sobre el sexo Disfunción en la pareja con la que se está cogiendo Alguna falla esporádica en algún encuentro sexual Reacción a algún trastorno orgánico Edad (y cambio en la respuesta sexual como consecuencia de ésta) Depresión y ansiedad Anorexia nerviosa Estrés Aborto (en algunas ocasiones) Ansiedad ante la actividad sexual Anticipación de fallo o fracaso Sentimientos de culpabilidad Falta de atracción entre los miembros de la pareja Escasa comunicación entre los miembros de la pareja Problemas generales en la relación de pareja Miedo a la intimidad Deterioro de la autoimagen Escasez de estímulos eróticos Escaso tiempo dedicado al galanteo o caricias antes de pasar a la penetración  Alcoholismo  Drogadicción                           

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Para que vean que lo mío no son tapazos matinales… Si tomamos como base diferentes estudios realizados, una relación de pareja es altamente positiva… en cuanto al sexo… aclaro… cuando se tienen en mente los siguientes factores:  la capacidad de flexibilidad en la pareja para hacer cambios o adaptarse a nuevas circunstancias…  la habilidad de notificar a la pareja los deseos y las cosas que disgusten de su práctica sexual… así como la aptitud de saber escuchar, comprender, aceptar y responder a las sugerencias de la pareja…  la búsqueda activa de la intimidad, de sentirse próximos mutuamente, cuidando y preocupándose activamente que se dé una correspondencia recíproca…  el sensación de confianza y compromiso en la relación de pareja, de manera se compartan sus cosas de manera espontánea y desinhibida…  la existencia de atracción erótica entre ambos…  la concesión y el respeto de la autonomía, libertad y responsabilidad hacia la pareja de manera mutua... Si algo de esto falla… cataplum… el grado de satisfacción sexual se quebranta… y de allí pueden aparecer trastornos… e incluso aversión… por la relación sexual... Pero… las cosas puede que no queden hasta allí… pues se pueden complicar aún más… si a ello se agrega una reincidencia y una rutina en los hábitos sexuales… lo que nos podría llevar al cansancio y al aburrimiento… Por eso… jóvenes ilustres beneméritos de la patria… cuando este desastre sexual ocurre… lo que tenemos que hacer de manera urgente e inmediata… es un cambio de estímulos y comportamientos sexuales.

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Supongo que ya se habrán dado cuenta que la gran variedad de causales que se presentan en las indisposiciones sexuales en hombres y mujeres… así como las enmarañadas interacciones que se establecen entre dichas causales… hacen difícil establecer una receta universal para su tratamiento… pues cada indisposición debe tratarse de acuerdo a sus causas específicas, a las diferencias individuales de quienes las sufren… y a las características socioculturales de su desarrollo y crecimiento como persona. Estos tratamientos pueden ser desde intervenciones psicoterapéuticas o farmacológicas… hasta la posibilidad de una intervención quirútgica… Por eso… ni modo… hay que buscar ayuda profesional… Porque tratar una indisposición sexual no es nada sencillo… mucho menos de un día para otro… además que lleva mucho tiempo reconocerla y asimilarla… pero se puede lograr llegar a disfrutar de una sexualidad placentera con la pareja... El único consejo válido de manera general… la clave de oro para el tratamiento de toda indisposición sexual… es el cambio de actitud… si no se cambia de la postura negativa y deprimente a una postura positiva y digna… si no se quitan de nuestra mente cualquier autoimagen negativa o emoción de angustia qué únicamente sirven para perturbar nuestras vidas y comportamientos… Pero… y como nunca falta un pero… para que ese cambio suceda… la persona tiene que tener plena convicción y disposición… y… sobre todo… actuar… Asimismo… se debe hablar claramente con la pareja… sin pudor y con mente abierta… para que pueda comprender la situación y colaborar con el tratamiento… pues… a medida que se incrementan los diálogos entre ambos… la situación se va mejorando y la relación de pareja se torna más amigable… y… hasta cierto punto… habrá mayor nivel de excitación… ya que… aunque no lo creamos… es una forma de crear un clima sexual íntimo entre ambos… Hay muchas formas de tratar las disfunciones sexuales… lo importante es perseverar… pues no hay nada mágico todo toma su tiempo… los resultados no son inmediatos… se van dando paulatinamente… pero eso no significa que se tenga que dejar un tratamiento… que no se vaya a lograr el objetivo deseado… no se trata de vivir soñando… sino de despertar y hacer realidad el sueño… 127

Tomar la decisión de cambiar y emprender la acción para cambiar… esa es la clave… independiente del tiempo que se tome… Y con esto… señores y señoras… señoritas y señoritos… hemos develizado el octavo secreto de la Kamanostra…

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NOVENO SECRETO DESECHAR LOS MITOS Y TABUES SEXAMENTALES Antes de desenredar este trompo… me gustaría que quedáramos claros y claras que… para que una pareja sexamental pueda tener una relación saludable y firme… ambos deben aprender a compartir mutuamente sus vidas… y no pretender dirigir la vida del otro… Porque una relación de pareja no es una convivencia romántica que nos viene a librar o a separar de los problemas de la vida cotidiana y los altibajos de las personas… no… Una relación de pareja es algo mucho más serio y requiere de mucha práctica… pues su encanto y éxtasis hay que aprender a descubrir. El rollo es que muchos hombres… así como muchas mujeres… no saben cómo vivir en pareja… e inician este episodio existencial con sueños insostenibles y expectativas irreales… y… lo peor del caso… es que no saben siquiera que esperan dar y recibir en la relación… Y… mis queridos y queridas colegas… cuántos sufrimientos y expectativas frustradas se pudieran evitar si tanto el hombre como la mujer trataran de consensuar lo que pueden dar y lo que esperan recibir de su pareja antes de comprometerse. Así como se lee… y es que suena bonito cuando escuchamos “soy toda tuya o todo tuyo”… y… más bonito aún… “todo lo mío es tuyo”… pero eso… eso… no es más que mero romanticismo… una forma de endulzarle el oído a nuestra pareja… porque no es cierto… nadie… pero nadie… se da por entero a la otra persona… siempre nos quedan cosas propias y privadas… Si no fuera así… ¿qué creen ustedes que pasaría?... Pues… obvio… perderíamos nuestra libertad y autenticidad… dejaríamos de ser sujetos para convertirnos en objetos… dejaríamos de ser protagonistas en la relación para ser esclavos o esclavas en ella… 129

Y la relación de pareja no se trata de eso… no es dejar de ser uno mismo o una misma… es consensuar dos personalidades muy… pero muy diferentes… en una sola relación… Pero… lo más irónico de todo este rollo… es que… independiente de lo que se dé y cuánto se dé… jamás será suficiente para satisfacer los gustos… preferencias… necesidades… y/o intereses de nuestra pareja… Y… no es que eso sea malo cien por ciento… Por supuesto que no… salvo cuando eso se convierte en posturas de exigencias e intransigencias hacia la otra persona… Pero… volviendo con lo que estábamos… lo que eso significa… es que toda pareja… por simple e inevitable ley de la vida… cambia forzosamente a través del tiempo… cambian sus gustos, preferencias, necesidades e intereses… porque la vida es dinámica y no estática… porque las personas tienen que crecer y evolucionar… para bien o para mal… por tanto… siempre van a querer más… siempre van a demandar más de su pareja… Entonces… ¿cuál es la clave mágica de todo esto?… simple… hasta qué punto ambos… hombre y mujer… están dispuestos a dialogar y consensuar sus gustos… preferencias… necesidades y/o intereses de manera puedan encontrar ese punto de equilibrio que les permita alcanzar satisfacción por lo que dan y lo que reciben… a sentirse realizado o realizada con su pareja tal cual es en cada etapa de su vida… Y es que a veces nos llegamos a enredar tanto… que perdemos esta perspectiva de la vida sexamental… Más… si a ello le agregamos la creencia errónea que toda relación en pareja se comporta igual entre una pareja y otra… entre una cultura y otra… entre una ciudad y otra... y… mi querido y querida Watson… lamentablemente no es así… cada relación en pareja actúa con reglas propias y totalmente diferente a las demás parejas… lo que funciona bien en una pareja… o cultura… o ciudad… podría ser una verdadera catástrofe en otra pareja… cultura… o ciudad. Y es que una relación de pareja sólo se fortalece y estabiliza a través de la 130

práctica mutua y consensuada… a través del tiempo… y… aunque la práctica no nos hace perfectos ni perfectas… si nos capacita para superar muchos fallas y discrepancias que se nos presentan en el camino sexamental. Por eso… no sucumbamos ante el romanticismo de pretender etiquetar a nuestra pareja como “mi mejor amigo o amiga”… no… porque una relación de pareja está muy por encima de una amistad… Me explico… Es muy cierto e indiscutible que todo lo bueno que se pueda decir y encontrar en una relación de amistad… es igualmente aplicable… sin qué quitarle ni qué ponerle… a una relación sexamental con amor… pero… Y aquí está el pero… En una relación de pareja se da mucho más... Porque con un amigo o amiga podemos compartir cosas íntimas… muy cierto… pero no vivimos con él o ella nuestra intimidad… nuestro día a día… no compartimos… de manera conjunta y recíproca… el mismo techo… ni los mismos intereses y metas… ni la solución de todos nuestros problemas económicos, de salud o personales… ni constituimos con él o ella una familia y un hogar… cada quien vive su vida de manera independiente y particular… bajo sus propios intereses y reglas… Por eso… la amistad no es ni puede ser sinónimo de pareja… aunque… no se pueda negar la posibilidad que… con el tiempo… un amigo o amiga pueda llegar a ser nuestra pareja… pero… en ese momento… deja de ser nuestro amigo o amiga… para convertirse en nuestra pareja… No trato de negar o desvalorizar la existencia de un amigo o amiga que pueda llegar a ser nuestro o nuestra confidente de todas nuestras cuitas… con quien compartimos sin trabas las cosas más importantes que nos suceden y los aspectos más significativos de nuestra vida… con quien establecemos una relación con un alto grado de transparencia y sinceridad… Ni quiera la araña… 131

Lo que trato de enfatizar… es que… en una pareja… la cercanía física, emocional y existencial es continua y compartida día tras día… es una lucha constante por encontrar ese punto de equilibrio y consenso en el que sea posible convivir en armonía y unidad con nosotros o nosotras mismas y nuestra pareja… Ya me los imagino sorprendidos y sorprendidas… y además hechos un rollo… con eso de buscar un punto de equilibrio y consenso… Pero… así es… Y… para que les quede más entendible y digerible… fíjense bien… Con un amigo o amiga… cualquier problema o intimidad compartida… por lo general… se tratará de condimentar con un poco de humor, de risas y expresiones amables y de solidaridad… con una pareja no siempre es así… a veces la agobiamos con nuestros problemas y temores… o con nuestros comportamientos y desatinos… Pero… ¿por qué se da esto…? Simple… porque tanto el hombre como la mujer desean que su pareja hable… piense… y se comporte de acuerdo a sus ideas de perfección e intereses personales… y se olvidan que… aunque sean y vivan como pareja… siguen teniendo su propia forma de ser… siguen siendo una persona única e imperfecta… y son, ante todo, personas interdependientes… no dependientes… ni esclavo o esclava de su pareja… ni propiedad de nadie… Tomemos en cuenta que cuando se vive en pareja… a huevo se tienen que ajustar a las rutinas diarias… vestirse, comer, trabajar, hacer sus necesidades fisiológicas, coger, etcétera, etcétera… en horarios sincronizados y condicionados... o sea… tienen que ajustar sus actos, hábitos, deseos y experiencias a posibilidades de cumplimiento y aceptación mutua… sin caer en falsas esperanzas ni en ilusiones de un ideal romántico. Por otra parte, porque no podemos hacer de la relación de pareja la continuación del éxtasis romántico del noviazgo… no… y mil veces no… 132

Porque todo el romanticismo que se vive y practica durante el noviazgo… se ve afectado y limitado por la proximidad y el contacto diario que se da en la vida de pareja… además de todos los inconvenientes y problemas que surgen por la cotidianidad de la sobrevivencia social… pero… esto no quiere decir que el romance debe morir… no… porque cuando el encanto que los unió como pareja se termina y es reemplazado por la rutina de la vida diaria... obviamente que el enfado, la infelicidad y el hastío afloran… y declaran el fin de la relación… o… en muchos casos… institucionalizan una vida insípida de pareja por conveniencia o apariencia. Por eso es que una pareja debe aprender a enamorarse de por vida… pero no como un instinto o como un proceso automático de hágase la luz y la luz se hizo… ni por un descalabro de la conciencia de pareja que es y debe ser una obligación el corresponderse… no… mi muchachitos y muchachitas… este enamoramiento debe darse a través del descubrimiento de cualidades dignas de ser amadas y el encuentro de una armonía compartida que provea satisfacción mutua… Olvidémonos de la falacia del “amor a primera vista”… podrá existir la pasión o la atracción a primera vista… pero no el amor… el amor requiere del pasar del tiempo para florecer en toda su belleza y esplendor… para poder surgir… ¿Leyeron bien lo que acabo de escribir…? Dije que el amor “surge”… no se encuentra ni aparece por arte de magia… Es cierto que hay sus cuatro locos y locas que dicen estar “locamente enamorados o enamoradas” y apenas acaban de conocer a la prójima o prójimo… y piensan que han encontrado el verdadero “amor romántico” y que podrán mantenerlo… Y… obvio… el resultado será un tremendo trancazo y decepción sexamental… porque muchas veces nos obsesionamos tanto con aquello de “amar y ser amados”… que descuidamos los otros aspectos que conlleva la vida de pareja. Nos olvidamos de realzar nuestro auténtico atractivo interpersonal… nuestro potencial para ser amado o amada... de cultivar intereses y valores comunes... de desarrollar un afecto de pareja que se comparta lentamente y nos brinde 133

calidez, seguridad y confort... Porque el afecto sexamental no debe darse ni puede ser sólo un instante apasionado y fiero que se extinguirá terminado el instante… para esa gracia… no nos compliquemos la existencia buscando una relación sexamental de amor… y dirijamos nuestros fierros hacia una relación de aventura y placer… sale más barato y menos complicado emocionalmente… Si comenzamos a indagar con nuestras amistades… nos vamos a dar cuenta que cuando se vive en pareja… más rápido que veloz se descubre que la otra persona no tiene todos los atributos del héroe o heroína de nuestros sueños... pero lo más significativo de este descubrimiento… es que… si realmente amamos a esa persona y deseamos perdurar esa relación… tenemos que ser capaces de ajustarnos a esa realidad… No hay que caer en el juego patriarcal de buscar con afán una compañera que nos dé ternura y seguridad… que sea la madre ideal para nuestra prole… que nos haga charchalear en la cama con los placeres sexuales más exóticos de la fantasía porno... tampoco en la fantasía del compañero “príncipe azul” que será el padre y la pareja ideal de nuestro castillo encantado… el sostén y proveedor abundante de la familia… el amante sexual experto… porque… ambas pretensiones… son realmente anormales... muy distantes de la realidad social en la que vivimos… Pues una persona puede ser racional y responsable en unos aspectos de la vida, pero abandonada e irresponsable en otros… la clave está en que no llegue a sentirse atrapada en la agonía de una relación sexamental que la consuma toda de manera caótica y la haga infeliz. Por otro lado… al entablar una relación de pareja… hay que tener mucho cuidado cuando las similitudes e intereses, tanto culturales como sociales, son extremadamente diferentes en ambos, porque… lo más probable… es que esa disparidad en sus condiciones sociales les causen conflictos y alejamientos como pareja… sea porque tengan serias diferencias en sus perspectivas económica o porque su nivel académico… o su carencia… se torne en materia de discordia o complejos sociales en su vida real… y un chorro de etcéteras… De ahí… damas y caballeros… la imperiosa necesidad de encontrar y saber 134

consolidar el amor de pareja… por encima del amor romántico pero sin desterrar el romanticismo en la pareja… porque sólo un amor correspondido, recíproco, honesto y reflexivo… permitirá a la pareja cimentar y disfrutar de una relación sexamental realmente exitosa... permitirá a la pareja perdurar y estabilizarse en el tiempo… y esto… aquí y en la Conchinchina… es mejor, más profundo y gratificante que afanarse por imitar cualquier romanticismo de una novela rosa o de un cuento de hadas. Parte de esas historias rosas o de hadas es el consagrado “amor eterno”… el “vivieron felices para siempre”… Y es que… no es lógico pensar que un hombre o una mujer no van a cambiar a través del tiempo… que no puedan cambiar sus intereses, necesidades afectivas o expectativas individuales o sociales… que no puedan llegar a sentir desilusión o frustración de su relación sexamental… Eso no es tan así… tampoco digo que deba ser así… Pero… estemos claros y claras… muchas veces… un hombre o una mujer… aunque tengan una feliz relación de pareja… llegan a enamorarse de otra mujer o de otro hombre… arriesgan su relación sexamental por involucrarse sexualmente con otra persona... ¿Por qué se da esto? No hay una respuesta única… enredarse en relaciones extras puede responder a muchas razones… lo más lamentable es que sólo algunas se corresponden a defectos o conflictos en la pareja... Así como se lee… Las relaciones sexuales con otras parejas pueden deberse a que el hombre o la mujer o ambos se sientan sexualmente frustrados… y… por eso… buscan en otra u otro el placer que no pueden obtener de su pareja... en otros casos… el problema no está en la relación de pareja, sino en la persona en sí… a veces el hombre o la mujer se siente inseguro o insegura de su propio atractivo físico y técnica sexual… y anda probando para demostrarse a sí mismo o misma que puede atraer a otra persona y hacerla gozar en la cama... en otros casos 135

porque tal vez son tan intensos o intensas sexualmente que pocas o pocos pueden seguir su ritmo en un combate... en otros por simple curiosidad de querer saber cómo sería el combate con alguna persona en particular… en otros lo toman como un antídoto para el aburrimiento… etcétera… etcétera… etcétera… El asunto es que las razones para tener y mantener relaciones extras son muy variadas y diferentes... descubrirlas… es tarea particular y propia de cada pareja… Pero… algo que hay que aclarar muy bien… es que ningún hombre le quita la mujer a otro hombre… así como ninguna mujer le quita el hombre a otra mujer… porque el tener o no relaciones extras depende de la elección y decisión de la persona… eso de que “se le metió como la pobreza”… no es más que un cuento para minimizar y solapar la verdadera naturaleza y motivo de esa o esas relaciones extras… Tampoco se puede afirmar que estas relaciones extras provoquen inevitablemente la ruptura de la pareja… así como pueden ayudar a mantener unida a la pareja… también puede ser que pase en tinieblas la pelota y no ocurra nada… así como pueden llegar a ser absolutamente destructivas… En pocas palabras y a lo chapiollo… las relaciones extras pueden ser un acontecimiento terapéutico que una más a la pareja… así como nos pueden saber a una torta de chocolate rellena de arsénico… Lo importante en todo esto es que tanto el hombre como la mujer deben estar conscientes de lo que van hacer… por qué y para qué lo van hacer… y las consecuencias que se les puedan venir… de manera personal y en su relación de pareja… al tener y mantener una relación extra… para que después no anden con sentimientos de culpabilidad por lo que hizo y/o sigue haciendo ni salga con la babada de echarle la culpa a la “debilidad de la carne”… Por eso… es trascendental que ambos… de manera conjunta… procuren… y tengan como propósito fundamental de su vida en pareja… mantener una comunicación franca abierta… en la que no prevalezcan los prejuicios ni el qué dirán ni intereses particulares mezquinos… sino el conocerse, comprenderse y aprender a tolerarse a partir de la sarta de defectos, imperfecciones y… 136

obviamente… cualidades y bondades que tienen cada uno. Recordemos que no hay reglas ni comportamientos inflexibles que se apliquen mecánicamente a todas las parejas… A cada santo su novenario… Pero… pero… pero… si el gusanito de la culpabilidad por alguna relación extra le está carcomiendo por dentro… lo más sensato sería… desahogarse y contarle el rollo a otra persona de plena confianza (que no vaya a andar con el pito y el tambor)… pero que no sea su pareja… porque una confesión de este tipo… a la pareja… puede tener un efecto devastador y destructor en la relación… peor si esa persona confía ciegamente en uno o una… Una verdad básica que hemos repetido hasta la saciedad… es que una buena relación de pareja no se da sola... se crea… y se crea en base a concesiones mutuas… en compartir la vida de cada uno pero sin pretender dirigir la del otro u otra… en ajustar mutuamente sus idiosincrasias… Es decir… en toda relación de pareja se necesita algo de dedicación mutua y recíproca… requiere de adaptaciones y readaptaciones personales… requiere compañerismo, trabajo en equipo, metas comunes e interacciones respetuosas… Pero… cuidado… una relación de pareja es mucho más que la suma de estos detalles... Pues una relación de pareja sin amor… sin atracción… sin protección… sin comprensión… sin consenso en cuestiones de gustos e intereses… se vuelve tan estéril e insípida como una papa sin sal... Y es obvio… porque… independiente que una pareja son dos personas diferentes…. de distintas familias, de combinaciones únicas de genes y cromosomas, de experiencias sociales, psicológicas y sexamentales diversas… son dos personas que se fusionan para constituir una entidad cohesionada… Pero… esto no quiere decir… que los dos “tortolitos” van andar siempre juntos… pegados como llavero… pegados como mozotes… tampoco que van a ir juntos a 137

todos lados, que van hacer todo junto, que van a compartirlo todo... que van a dejar de funcionar… de manera absoluta… como individuos y sólo van a poder interactuar como pareja… No… mis queridas damitas e ilustres caballeritos… las cosas sexamentales no son así… Porque… en una relación de pareja… así como hay actividades compartidas… también debe haber suficiente separación… suficiente espacio… para permitir el crecimiento individual y la esencial privacidad de cada uno… Porque ser una pareja amorosa implica tener la debida consideración hacia la otra persona… y no causar que la relación se torne agotadora y tediosa… a tal punto que… aunque estén juntos… se sientan desesperadamente solos… Estemos claros y claras que… presionar a nuestra pareja… no es una buena receta sexamental… obvio… a la mayoría nos disgusta muchísimo que nos empujen o presionen a hacer algo que no queremos hacer... o que no es de nuestro agrado o preferencia… Y con esa actitud lo único que podemos lograr es que surjan resentimientos… que se promuevan peleas entre ambos... Por eso… es sano que las decisiones más importantes que puedan tener impacto en la relación de pareja… o en el hombre o en la mujer… sean tomadas de manera conjunta... pero sin dejar de pensar de forma independiente. No olvidemos que “preguntar” es muy diferente a “decir” y “exigir una explicación”... que “pedir permiso” no es lo mismo que “determinar si existen buenas razones para cambiar de parecer” o “elegir por cuenta propia el estar o salir con la pareja”... es decir… el conversar las cosas con la pareja no significa que se necesita su bendición para poder actuar de manera independiente… menos que vamos a subordinar y limitar nuestra capacidad de decidir y elegir por nosotros o nosotras mismas… no… pues una relación de pareja no es sinónimo de esclavitud ni una película de terror en vivo... ni una bola de hierro que nos ata y anula nuestra libertad… No se trata de amputarnos como seres sociales… ni como seres humanos de 138

carne y huesos… no se trata de mutilarnos como hombres y mujeres que tienen pensamientos, deseos, acciones, sentimientos y expresiones propias… Se trata de compartir… convivir… coexistir… y sobrevivir dentro de una relación como personas diferentes con una naturaleza social y personal particular pero con una alta disposición y voluntad de ajustar para formar y constituir una realidad social acoplada en un mismo vínculo sexamental… Así que… por favor… no hagamos responsable a nuestra pareja de nuestros sentimientos, emociones y felicidad… Por lo general… nos cuesta o nos resistimos a entender que las demás personas nos harán lo que nosotros o nosotras les permitamos que nos hagan… nos dirán lo que nosotros o nosotras estemos dispuestos a prestarles nuestros oídos… ¿Qué quiero decir con esto…? Hubo alguien que dijo una vez… que “la acción no siempre trae felicidad, pero no hay felicidad sin acción”… Traducido al cristiano… La felicidad no está en hacer lo que nos gusta y nos plazca… la felicidad está en que nos guste lo que hacemos… Por tanto… la felicidad no puede ser un fin… ni una meta… de la vida en pareja… tampoco un estado permanente de satisfacción… de sentirse realizado por los logros alcanzados… No… y por favor… no se me enreden… Parte inevitable de la vida son los problemas, los trastornos emocionales, las desilusiones y las frustraciones… así como lo son las soluciones a los conflictos, las emociones positivas, las ilusiones y los logros alcanzados… Querer escapar de eso… ¿quién sabe?... permítanme el margen de la duda… ya les dije… es inevitable… y tratar de ignorarlo… lo único que podemos lograr es más frustración… más reproches en contra de uno o una misma… y… por 139

supuesto… en contra de nuestra pareja… y… lo más triste e irónico… mayor infelicidad… Lo más sano… aunque no lo parezca… es dejar de preocuparnos por alcanzar la felicidad… porque… la verdad de las cosas… ésta no se logra de manera directa... se logra a través de todas nuestras actividades... cuando nos hacemos responsables de nuestros propios sentimientos y actos… cuando procuramos que todas nuestras acciones… o la mayor parte de ellas… sean lo más placenteras posible… Repito… no podemos hacernos felices a nosotros o nosotras mismas… ni contribuir a la felicidad de nuestra pareja… por arte de magia… ¿Leyeron bien lo anterior…? Contribuimos a la felicidad de nuestra pareja… o de otras personas… pero no somos responsables de su felicidad… cada persona es responsable y se genera su propia felicidad… o infelicidad… Así es… aunque no nos guste… no es responsabilidad de nuestra pareja el que nos sintamos feliz o no… Por eso… mantengamos siempre en mente que la felicidad, generalmente, es transitoria… pasajera… no es un estado final… ni definitivo… ni duradero… al que podamos llegar. Benjamín Franklin nos hizo hincapié que la “felicidad humana no es producida tanto por grandes momentos de gran éxito, que rara vez ocurren, sino por pequeños avances que ocurren cada día”. Y… Abraham Lincoln… le echó segunda señalando que “la mayoría de los individuos son tan felices como sus mentes se lo permiten”. No se me espanten ni se me pongan demasiado románticos… Lo anterior no niega… ni intenta decir… ¡válgame Dios!... que nuestras acciones… o las acciones de nuestra pareja… no puedan colocar obstáculos en nuestro camino a la felicidad… no… y es súper obvio… es más fácil estar feliz 140

junto a una pareja afectuosa, de buen humor y protectora, que con otra agresiva, rencorosa y criticona... pero de eso a decir que “mi pareja me hace infeliz”… hay mucha distancia… y, sobre todo, que es muy inexacto... Lo que influye en nosotros o nosotras no son las cosas que ocurren… o que hacen o nos hacen los demás… sino la interpretación que hacemos de las mismas y el grado de importancia que les damos lo que nos arrastra a complicar y amargar nuestra existencia… Y créanme…. no hay nada más desagradable que una vida en pareja sin amor… una relación mantenida por miedo, culpa u obligación... el resultado… es simple… una relación vacía, hueca, que dura sólo por presiones sociales, o “por el bien de los hijos e hijas”. Una relación de pareja donde no existe la cooperación, la comunidad de intereses… no es más que una hipocresía social. Y antes de terminar esta verborrea… y… a propósito de hijos e hijas… permítanme decirles… principalmente a las bellas damitas… no los involucren en los pleitos ni desavenencias de pareja… Un hijo… o una hija… no arregla… ni salva… ni mejora… una mala relación de pareja… Podrá ser una excusa para retrasar su separación… pero tarde o temprano… la pareja se va a separar… o… en el peor de los casos… seguirán viviendo juntos por mera conveniencia o prejuicio… pero sin nada de amor ni pasión sexamental… Así que… por fa’… no los embarren en sus conflictos… una relación de pareja sólo la pueden mejorar o salvar el hombre y la mujer… Y… ¿cómo? Sacando los trapitos sucios al sol y al viento… lean bien… sacando… no señalándose… porque en todo pleito o problema de pareja… ambos tienen igual cuota de culpa… sí… tanto peca el que hace como el que se deja hacer… 141

Por eso… es tan vital e imprescindible… para mantener la unidad y estabilidad de la pareja… el no atragantarse con las cosas que no nos gustan o que nos incomodan en la relación… pues sólo así… somos capaces de entender… comprender… y tolerar… a nuestra pareja… Y si todavía están libres de toda responsabilidad paternal y maternal… pero la relación está mal… si ya no hay química… y cada quien jala agua para otro lado… quítense de la cabeza que con un embarazo se va a remediar la situación… no traigan criaturas a sufrir de manera irresponsable… primero… resuelvan la situación de pareja… y… cuando ya hayan logrado limar sus asperezas y consolidar la relación… denle riendas sueltas a la fábrica… antes… NO… Un hijo y una hija… tienen derecho a ser concebido o concebida… esperado o esperada… y recibido o recibida… con amor… no por accidente… o porque un tiro salió desperdigado por allí y dio en el blanco… Y… si ya existen… tienen derecho a un hogar… con papá y mamá… o con uno de los dos… pero un hogar donde reine la tranquilidad… la comprensión… la tolerancia… y… sobre todo… el amor… no donde se les dé caramelos en el infierno… ya decían nuestros abuelos y abuelas… “más vale frijolitos con amor, que pollito con dolor”… Bueno… hasta aquí… Ahora… y ya para terminar… quisiera poner algunos puntos sobre algunas íes… Primero… las parejas no deben vivir “pegoteados” como chicle… por fa’… dense mutuamente una cuota importante de libertad y espacios... Segundo… practiquen el afecto de pareja… de manera recíproca... en vez de la atracción y excitación romántica… y… sobre todo… mucho respeto… tan suficiente como para darse cuenta que es necesaria cierta dedicación a nuestra pareja para mantenerla interesada por nosotros o nosotras… Tercero… no olviden que toda persona es capaz de atraer y ser atraída por otras personas… no se duerma en sus laureles… ni den por cierto que ya tienen comiendo de su mano a su pareja… 142

Cuarto… las parejas deben aprender y afirmar su capacidad de negociar, ajustar y evitar roles rígidos o imperativos… lo que… por supuesto... requiere de mucha madurez en ambos para aceptar su cuota de responsabilidad en pro de su propia felicidad… Quinto… ser pareja no es sinónimo de ser sajurín… así que… mis queridos y queridas jóvenes… cero lecturas de mente… cero estar adivinando lo que está pensando o sintiendo la otra persona… cero intentos de convertir el uno al otro en “una mejor persona”… Y tiene que ser así si desean que la relación se estabilice y perdure… Y no es nada del otro mundo… sólo se trata de mantener la unidad en…  Sus metas... la compatibilidad en la vida de pareja presupone algunas actitudes similares en los aspectos esenciales de su vida compartida... y… además… que sean mutuamente aceptable…  Su convivencia… o sea… dedicarse tiempo… porque no son dos individuos con personalidades idénticas… y tienen que aprender a subordinar algunos de sus deseos individuales en aras de una convivencia armoniosa... a obtener acuerdos y concesiones mutuas… a tener siempre presente que cuando dedicamos demasiado o todo nuestro tiempo al logro de nuestras ambiciones personales… lo más probable es que la relación colapse…  Las actividades… propias y de pareja… porque se necesita algún acuerdo sobre las actividades recreativas, educativas, religiosas y económicas que se realizarán de manera individual y como pareja... sin intereses mezquinos ni controladores… sino, más bien, integradores… que posibiliten desarrollar una relación de pareja satisfactoria... Y… por fa’… nunca olviden que… cuanto más similares sean los intereses de la pareja… más fácil les será alcanzar metas mutuamente agradables… Y con esto… damas y caballeros… hemos develizado el noveno secreto de la Kamanostra… 143

CONCRETANDO AMAR, PERO TAMBIEN SER AMADO Bueno… comenzamos a develizar los secretos de la Kamanostra de manera poética… pues vamos a terminar de la misma manera… Pero… sólo permítanme enfatizar en algo… Amar… es una bella experiencia… que nadie debe perderse durante su estadía en esta vida… Pero… entendamos bien… que no sólo se trata de amar… sino también de ser amado… pero con dignidad y reciprocidad… porque nadie… pero nadie… debe ser mendigo de sentimientos… ni arrastrarse por una limosna de afecto… Por eso… creo que el siguiente poema… con el que cerramos toda esta verborrea… nos viene como anillo al dedo… Amarnos es… encontrarnos orgásmicamente sin barreras ni medidas, que nuestras almas aprendan a estar aquí y ahora… no en el pasado. Amarnos es… aprender a transformar los venenos en miel… aprender a compartir nuestras cosas, nuestras vidas, nuestro todo, lo bello que tenemos, de manera positiva y sin esconderlo.

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Amarnos es… no pensar qué somos, ni estancarnos en los prejuicios, ni en el qué dirán. Amarnos es… ser uno en la nada, donde el amor fluya sin temor al fracaso… aunque se equivoque… sin temor a desaparecer… aunque se aleje… sin temor a la muerte… aunque se acabe.

Amarnos es… entregarse sin dudas, como una experiencia vivaz para que nuestras almas puedan evolucionar… como una única manera de conocer y vivir el amor en una eternidad finita.

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BIBLIOGRAFIA Para armar todas estas locuraciones sexamentales escurqué entre muchos libros, videos, ensayos, folletos, tesis o simples escritos de cerebritos que se tomaron el tiempo de tratar de explicar y explicarse el comportamiento y la práctica sexual de hombres y mujeres. De algunos escritos logré recopilar los datos para citarlos “formalmente”, pero de otros, lamentablemente, no, aunque de todas formas a todos ellos les estoy muy agradecido por haber contribuido con este mi intento de libro, que espero sea de utilidad. Bien, voy a iniciar esta lista de agradecimientos con los escritos sin muchas referencias: a. “100+ tips de comunicación no verbal” de Lenguaje Corporal Org, 2014. b. “Amor al primer mordisco” de Agustín Yagüe, 2007. c. “Cómo conocer a las personas por su lenguaje corporal” de Leonardo Ferrari, Librería Tus Buenos Libros. d. “Cómo practicar Sexo Tántrico” de Abraham Vatek, Ediciones Lea. e. “¿Cuál es el papel de las feromonas en la conducta sexual humana? ” de Rosalinda Guevara Guzmán, 2004. f. “Cuando el cuerpo comunica” de Alba García Alcántara, 2012. g. “De la mirada y la seducción” de Carolina Serrano Barquín y otros, 2011 h. “El Arte de besar” de Sheril Kirshenbaum, 2013. i. “El Arte del Sexo Tántrico” de Kevin Adams, 2012. j. “El Arte de la Sexualidad en China”. 146

k. “El lenguaje de los gestos” de Sandra Ma. Cerro, 2006. l. “El original árabe del Kama Sutra español” de Luce López-Baralt, 1990. m. “Historia Sexual del Cristianismo” de Karlheinz Deschner, 1974. n. “Importancia de los besos en la sexualidad ” del Centro de Atención Psicológica y Desarrollo de Habilidades (CAPYDHA). o. “Kama Sutra” de Mallanaga Vatsyayana. p. “Kama Sutra Ilustrado”. q. “La Caricia” de Silvia Cayuela Mulet. r. “Lo que decimos a través de la mirada ” de Marta Jiménez Serrano, 2014. s. “Los secretos del triunfo sexual” de Gustavo Fernández, 2001. t. “Mi amigo clítoris” de Reyna Canalla, 2012. u. Revista “Nueva Convivencia Sexual”, Nos. 1 y 2, de Grupo Editorial Babilonia, España, 1989. Entre los escritos formales tenemos: 1. Alava, Ma. Jesús, Cuidando el Amor, Dirección General de Familia, Madrid, España, 2007. 2. Blake, Claudia, Kama Sutra: A position a day 365 days a year, DK Publishing, Estado Unidos, 2014. 3. Calla, Ramiro, Tantra: El Arte del Amor Consciente, Ediciones Librería Argentina, España, 2005. 4. Coperías, Enrique M., El Sexo y el Amor en la Historia, G y J España Ediciones, España, 2004. 147

5. Frabetti, Carlos, Contra ese Amor, Ediciones Imaginación, España, 1992. 6. Gorguet Pi, Iliana, Comportamiento Sexual Humano, Editorial Oriente, Cuba, 2008. 7. Larrea Killinger, Cristina, La Cultura de los Olores, Ediciones Abya-Yala, Ecuador, 1997. 8. Luna, Mario, Sex Code, Ediciones Nowtilus S.L., España, 2007. 9. Malla, Kalyana, Ananga Ranga, Long seller S. A., Buenos Aires, Argentina, 2004. 10. Pajares Gómez, José Luis, Los Ojos, Universidad Complutense de Madrid, España, 2001. 11. Rodríguez Jiménes, Olga, Relación entre satisfacción sexual, ansiedad y prácticas sexuales, Revista Pensamiento Psicológico, vol. 7, No. 14, pag. 41-52, Colombia, 2010. 12. Templar, Richard, The Rules of Love, Pearson Education Inc., Estados Unidos, 2008. Y otra cantidad de escritos de autores desconocidos, pero también de mucha importancia para poder desenrollar toda esta verborrea. A todos ellos, muchísimas gracias.

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Al comenzar a locurear sobre el contenido de los 9 Secretos de la Kamanostra, me pregunté una y otra vez si tenía sentido el escribir un libro más sobre sexualidad… dicho en mi tapabulario… sobre relaciones sexamentales… y si tenía sentido, porque, a pesar que existen chorrocientos de escritos sobre sexualidad, el sexo sigue siendo objeto de controversias y prejuicios en nuestras sociedades latinas. Existe tanta desinformación, que la poca información buena que nos llega no logra evitar que adolescentes y jóvenes sigan aventurando y jugando a la ruleta rusa con su práctica sexual, teniendo como resultados embarazos no deseados, maternidades y paternidades precoces, familias disfuncionales o inexistentes para estas nuevas crías y, oportunistamente, haciendo más lucrativo el negocio de los abortos. Bajo el entendido que “una relación de pareja no es tarea fácil y sólo logra ser verdadera y auténtica cuando ambos, juntos y a la vez, luchan y se esfuerzan para que así sea, sin importar que tan difícil y dolorosa pueda ser”, me lancé a parir este libro, pero tratando fuera un poco diferente a los demás, que no fuera tan del montón, pues consideré que era importante y necesario contribuir a que hombres y mujeres reconozcan su derecho a disfrutar plenamente de su sexualidad sin el velo del “pecado de la concupiscencia”, pero de manera responsable y honesta con ellos y ellas mismas… y con sus parejas. Su principal propósito es contribuir con un grano de arena a comprender que el sexo no es sólo “abrir piernas y meter pene”, es mucho más amplio y significativo que eso y debemos funcionar adecuadamente como seres humanos para no generarnos complejos de culpabilidad, ni frustraciones sexamentales, ni sentirnos fracasados como hombres o mujeres, ni asumir o incumplir responsabilidades con hijos o hijas no deseados,… etcétera… etcétera… Si este libro contribuye a despertar la inquietud de realmente educarnos sexualmente para comprender nuestra sexualidad en toda su magnitud e implicaciones, y dejar de verla de manera parcial y mecánica, creyendo que mientras más parejas o aventuras tengamos seremos mejores hombres o mujeres, habremos logrado un gran paso que nos permitirá vivir nuestra sexualidad con menos temor, ansiedad y tropiezos.

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