Manual De Formacion Regional

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JuFrA

Juventud Franciscana

Manual de Formación

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Índice Introducción. 6 Agradecimientos. 7 Iniciación Humano La persona humana 8 Problema Personal. 10 Valores (Servicio, Amor) 12 Autoestima, o Conversión de uno mismo. 13 Los Deberes del Hombre 15 La Alegría. 16 La Comunicación entre las Personas 17 La Amistad. 20 Que es un Grupo, Somos parte de un Grupo. 21 La Familia y Yo. 23 La Obediencia. 26 Iniciación cristiano. La Santa Misa: El Rito. 28 El Padre Nuestro. 31 Los Mandamientos 33 Los Mandamientos de la Iglesia 35 Como orar. 37 Los miembros de la Iglesia 39 Los Jefes de la Iglesia 40 La Fe 42 La Oración. 44 La creación. 46 Dios crea al hombre. 47 Dones dados al hombre 48 La Confesión. 49 Que es un Santo? 51 La Biblia. 52 Iniciación Franciscano. San Francisco de Asís. 53 Personalidad de San Francisco de Asís. 56 LA Conversion en San Francisco. 58 Santa Clara de Asís. 60 El Cristo de San Damián. 61

Formación Humano. 2

Como Quien tengo que ser yo? 64 La Madurez Humana 66 Respeto, dar su Lugar a cada Persona. 68 La Personalidad y el Entorno. 71 EL Aborto. 73 Noviazgo. 75 Etapas en las Relaciones del Noviazgo. 79 Castidad en el Noviazgo y Fidelidad Matrimonial. 81 El Éxito en el Noviazgo. 85 Razones para Terminar un Noviazgo. 87 Sexo y Sentimientos: Es Necesario aprender? 89 Podemos meternos en la vida de los demás? 93

Formación cristiano. Como conocer mi camino?. 94 La Amistad Con Cristo. 95 Que es Pentecostés? 97 El Papa. 99 Historia de la Iglesia Siglo a Siglo. 105 Quien eres? 109 Los Siete Sacramentos. 112 Explicación del Credo. 115 El Apostolado es algo Natural. 116 EL Rosario. 117

Formación Franciscano. San Francisco y su tiempo 123 Sus Primeros Años. 124 La Enfermedad. 125 La Noche de la Libertad. 126 Necesidad de Soledad 127 Francisco de hace amigo de mendigos y leprosos. 128 La Prueba de Fuego. 129 Restaurador de Muros Arruinados. 130 Estalla la Persecución, 131 Francisco Enfrenta a Bernardone, 132 Francisco Se encuentra con su Padre. 133 Llega la Paz y la Alegría. 134 Continúa la Reconstrucción de San Damián. 135 Nueva Ermita. 137 Predica en Asís. 138 El Primer Hermano. 139 Primera Gran Aventura. 141 Convierte a tres Ladrones. 142 La Mesa del Señor. 144 La Perfecta Alegría. 145 Predica a los Pajarillos. 146 Clara y Francisco. 147 Poniendo a Prueba la Humildad de Francisco.. 148 El Lobo de Gubbio. 149 Un Niño Espía a San Francisco de Asís. 151 Subida al Monte de la Verna. 152 Visión del Serafín e impresión de llagas. 154 Los dos últimos Años de la Vida de San Francisco. 156 Francisco, tiempo entre su Enfermedad y su Transito. 161 Ideas y Sugerencias Inspiradas en la Muerte de San Francisco. 164

Permanente Humano. 3

Un Perfil de Jesús: Su Obediencia. 168 La Comunicación en la Familia. 169 Cualidades Intelectuales del Líder Autentico. 175 Cuando las Adolescentes se Embarazan. 180 Sexualidad, Unidad en la Persona. 183 Elección de la Carrera. 185 Aprende a Sufrir. 188 El Mundo Necesita de Grandes apóstoles. 190 Para Ser un Verdadero Apóstol. 191 Medita y Actúa: Una Misión en tu vida. 192 Permanente cristiano. Orar en la Vida Diaria. 193 Seguir a Jesucristo. 196 Vocación Sacerdotal. 199 Comprométete. 200 Cristo Venció las Tentaciones. 201 Pecados Capitales. 203 Las Virtudes Morales o Cardinales. 205 Las Virtudes Teologales 208 La Conversión del Corazón. 210 Jesús y los apóstoles. 212 Los Evangelios, Una Buena Noticia. 219 Permanente franciscano. Estudio Profundo: Que es la JuFrA 222 Relación JuFrA – O.F.S. 223 Camino Vocacional de JuFrA 224 Asistencia Espiritual JuFrA 225 Misión Compartida JuFrA y O.F.S. 227 Nuestra Misión desde nuestra vocación cristiana y franciscana. 229 Vocación Franciscana. Tiene Sentido la Existencia? 232 Vocación Franciscana. Llamados a la Vida. 236 Vocación Franciscana. Saber Acertar. 239 Vocación Franciscana. Ser Persona. 242 Vocación Franciscana. Hacia tu Opción Fundamental 245 Vocación Franciscana. Buscando un Proyecto Futuro. 248 Vocación Franciscana. Jesucristo, Vocación Perfecta. 251 Vocación Franciscana. La Comunidad de los Llamados. 254 Vocación Franciscana. Características Básicas. 257 Vocación Franciscana. El Proceso Vocacional de Francisco. 260 Vocación Franciscana. La Familia Franciscana. 263 Vocación Franciscana. Los Hermanos Menores 266 La Familia Franciscana. 268 A D M O N I C I O N E S [Adm.] 270 Historia de la Orden Franciscana Seglar 274 La Tau. 276 Como Escapa Santa Clara de Asís. 277 La Pobreza en San Francisco de Asís. 279 La Castidad en San Francisco de Asís. 280 La Obediencia en San Francisco de Asís. 282

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Objetivo General. Que el joven a través de las huellas de San Francisco de Asís, alcance una madurez de su persona y logre una estabilidad fraternar; para que pueda dar una respuesta generosa a Dios, conforme al contexto social de su época.

JuFrA Juventud

Franciscana

Introducción 5

Este Manual de Formación Regional esta basado en las Necesidades de las Fraternidades JuFrA de la Región Nuestra Señora de los Ángeles, en la cual los siguientes temas están de acuerdo a las etapas de formación en la JuFrA: JuFrA Iniciación, JuFrA Formación y JuFrA Permanente. JuFrA Iniciación: Son todas aquellas personas de nuevo ingreso, en la cual el joven en un lapso de seis meses conoce lo que es la JuFrA y pos decisión propia desea llevar acabo la formación para formar parte de la Familia Francisca; llevando así el rito de la toma del Cristo de san Damian como símbolo de compromiso para tomar la Tau y seguir de por vida a Cristo a través de San Francisco de Asís, según lo establecido en el Estatuto Nacional JuFrA “Nuestra Vida.” Recordando que en esta etapa el joven de nuevo ingreso no tiene conocimiento de la vida Franciscana y en algunos casos Cristiana, es por eso que primeramente llevaran en los primeros dos meses el Valor Humano, después los otros dos meses el Valor Cristiano, y para terminar su formación como JuFrA Iniciación, el Valor Franciscano, aquí es donde el Joven descubre y decide que si quiere formar parte de Juventud Franciscana, así pues termina su Curso de Iniciación con la toma del Cristo de San Damián. JuFrA Formación: Son todos aquellos hermanos que por decisión propia han querido llevar su formación por el periodo de un año o menos según lo decida el Consejo Ejecutivo Local, para conocer mas profundamente la vida Humana, Cristiana y Franciscana, adentrándose en la Formación y la Vida Franciscana, sirviendo mas en la Iglesia, etc. Recordando que en esta etapa el joven llevara su formación en los tres valores, Humano Cristiano y Franciscano. Ya que el hermano descubrió el querer servir a Dios para toda su vida, hace solicitud al Consejo para Tomar su Tau y Comprometerse ante Dios en la Vida Franciscana. Tomando así su Compromiso permanente con el Rito de la Toma de la Tau. JuFrA Permanente: Son todos aquellos hermanos que por decisión propia han decidido ser miembros de la Juventud Franciscana de por vida según lo establecido en el Estatuto Nacional, sirviendo con amor a los demás, a la Iglesia, a la Familia Franciscana. Aquí el hermano en constante formación y apostolado donde los temas son profundos, conociendo la plena vida Franciscana, sus Escritos, la Biblia, etc. Sugiriendo a los hermanos de la JuFrA no dejen la oración, apostolado, el compromiso diario, ir a misa una vez por semana y hacerlo en Fraternidad una vez por mes.

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La persona humana Bibliografía: Manual de Formación Inicial Primera Etapa O.F.S. Autor: Consejo Nacional de la Orden Franciscana Seglar México. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Objetivo doctrinal y moral. Comprender a través del dialogo y la reflexión, que somos hombres creados a imagen y semejanza de Dios. Valorarse como una persona única e irrepetible para poder valorar a los demás. Introducción. El hombre es un ser valioso; se diferencia de todos los demás seres vivos porque tiene la capacidad de pensar y decidir todos sus actos, es decir posee la inteligencia, la voluntad y la libertad que lo capacitan para realizarse plenamente de acuerdo a su dignidad humana. Desarrollo del tema. Características de la persona y sus valores. Para darnos cuenta del valor que tenemos como personas, es conveniente que reflexionemos sobre nuestras cualidades y que las comparemos con las de otros seres que se encuentran en la creación; para ello, es conveniente realizar la actividad que a continuación presentamos: Dinámica: En el siguiente cuadro están inscritas algunas de las características mas importantes de los seres que conforman y conviven en la naturaleza.   

En la primera columna se encuentran los minerales y como ejemplo de ellos tenemos las piedras En la segunda tenemos los vegetales, por ejemplo: las flores, los árboles, las verduras, etc. En la tercera los animales, por ejemplo: los peces, caballos, aves, etc.

Hermano Formador: sugerimos te auxilies de dibujos u objetos de cada una de las columnas, para que sea más fácil su comprensión. Marca con una  las cualidades que posea cada uno de los miembros de la naturaleza que aparecen a continuación. Los minerales Tamaño Forma Color Peso Se desplazan por si solos Sentidos Instintos Tienen vida Inteligencia Voluntad Libertad personal Dignidad humana Ciclo de vida Sonríen Hablan

Los vegetales Tamaño Forma Color Peso Se desplazan por si solos Sentidos Instintos Tienen vida Inteligencia Voluntad Libertad personal Dignidad humana Ciclo de vida Sonríen Hablan

Los animales Tamaño Forma Color Peso Se desplazan por si solos Sentidos Instintos Tienen vida Inteligencia Voluntad Libertad personal Dignidad humana Ciclo de vida Sonríen Hablan

Las personas Tamaño Forma Color Peso Se desplazan por si solos Sentidos Instintos Tienen vida Inteligencia Voluntad Libertad personal Dignidad humana Ciclo de vida Sonríen Hablan

Bajo este cuadro comparativo podemos observar que el hombre posee características especiales que le distinguen de los minerales, vegetales y animales, es decir, podemos ver las cualidades que lo identifican como persona.

Somos personas

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El hombre se distingue del animal por su alma espiritual con todas sus capacidades: tiene capacidad de tomar decisiones, puede reflexionar sobre el mundo que le rodea, puede recordar las experiencias vividas, tiene libertad, experimentan la voz de su conciencia en sus actos, puede imaginarse el futuro, ser creativo, etc. Actividades que el animal no puede realizar. La naturaleza humana esta constituida de tres características fundamentales, que son: las biológicas, las psicológicas y las sociales. Características biológicas: es un ser vivo, el cual una vez concebido sigue un ciclo de vida; nace, crece, se reproduce y muere; lo mismo que las plantas y los animales. Características psicológicas; piensa con su inteligencia para buscar la verdad y decide con su voluntad para hacer el bien. Características sociales: podemos decir que el hombre es un ser social por naturaleza que necesita el afecto, la comprensión de sus familiares, compañeros, amigos y de sus seres queridos. Incluso para satisfacer sus necesidades físicas o materiales necesita de los demás. El compromiso de ser tú mismo El hombre es persona, es un ser corporal y espiritual, abierto a la eternidad y a Dios. Es una persona valiosa, con inteligencia, con capacidad de adaptación a cualquier medio ambiente, capaz d elegir de amar, de servir a quienes están siempre a su lado. La capacidad de pensar y de decidir nos hace libres y conscientes de lo que podemos hacer con nuestra potencialidad humana, con nuestras manos, pies, ojos boca, etc. Somos co-creadores y corresponsables del mundo que Dios nos ha dado. El valor fundamental de todo hombre es su dignidad, que es la fuente intocable de su persona. Esta es una característica de todas las personas ya sean ricas, pobres, feas, guapas, etc. Tenemos el mismo valor humano que Dios nos ha dado desde la creación. Dios nos crea a su imagen y semejanza, dotados de inteligencia y de capacidad para decidir y elegir. A través de nuestra inteligencia tenemos la capacidad de discernir las acciones buenas y malas. Es a través de nuestra inteligencia y voluntad que podemos buscar, conocer y amar libremente a nuestro Creador. Es necesaria la coherencia de vida, es decir, que lo que sentimos y decimos este de acuerdo con las intenciones de corazón, con nuestra Fe y con nuestros deberes. La sinceridad es necesaria para ser un hombre integro, ya que el hombre integro obtiene de los que le rodean la aceptación y la amistad. Para mejorar día a día es necesario: a) Conocernos a nosotros mismos, reflexionando sobre nuestras cualidades, defectos, gustos, ilusiones, etc. No tengamos miedo del silencio y encontrémonos con nosotros mismos, valorándonos como personas. b) Aceptarnos tal como somos, desarrollando nuestras cualidades y poniendo los medios adecuados para eliminar nuestros defectos. c) Amarnos a nosotros mismos y amar a los demás, alcanzando así, la madurez humana. Dinámica: Contesta las siguientes preguntas. Porque es valioso el hombre? Por ser obra de Dios? Por ser inteligente y tener voluntad propia? Por tener la misión de servir a los demás, que es distinta a la de los otros seres? Menciona alguna otra razón importante por la cual el hombre es valioso Que es ser persona? Explica porque debemos respetarnos entre los seres humanos? Resumen. La persona humana tiene un valor, una nobleza y una dignidad inviolable, que todo el mundo debe respetar. Como consecuencia de la dignidad del hombre, la libertad humana se manifestara en el amor fraterno, en la aceptación, en el servicio y la ayuda al otro, conociéndose y decidiendo ser responsable consciente de sus actos. Compromiso: Que cada uno exprese una acción concreta a realizar en relación con el tema estudiado.

Problema Personal. 8

Bibliografía: La Verdad Sobre el Hombre. Autor: Antonio Gonzáles Roser. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. La vida como problema. Supongamos que, gracias a Dios, gozamos de vida y salud; para que la queremos? Que hacer con nuestro futuro? La vida se nos presenta como un problema de tres caras: 1.- Problema Misterioso. La gente que no ha estudiado, aprende muchas cosas en la escuela de la vida: como trabajar, como educar a los hijos, como cocinar barato y sabroso, como curar medicina natural, etc. Sin embargo hay algunos conocimientos que solo se aprenden en las escuelas: para escriturar un terreno necesitamos los servicios de un notario; para operarnos el corazón vamos con un doctor especializado; para conocer la vida y las ideas de Emiliano Zapata acudimos con un profesor de Historia. El pensamiento humano ha logrado grandes conquistas y ha descifrado misterios increíbles. Sin embargo, se ha topado con obstáculos que no ha podido superar, como el cáncer o el sida. En la vida de todo hombre hay preguntas sin respuestas.     

Como y cuando voy a morir? Que hay después de la muerte? Porque me enamore de tal persona? Porque ese accidente tenia que tocarme? Porque el mal y el dolor? Etc. etc.

2.- Problema Arriesgado. La seguridad es un hogar confortable, pero la libertad obliga al hombre a salir por los caminos del riesgo. Hay, al menos, cuatro rutas posibles:  Hombres que se forjan un proyecto de vida y lo realizan. Que llegan a ser ellos mismos. Que son felices y hacen felices a los demás. Gente positiva, que a pesar de las dificultades, contagian la alegría de vivir. Ojala todos estuviéramos en este camino.  Hombres que nunca alcanzan los ideales a que aspiran, ni llegan a ser ellos mismos. Se pasan la vida manejando un coche ajeno en dirección equivocada. Cuanta gente que galla en su matrimonio, su trabajo o profesión, cuanta gente que nunca llega a tener ideas propias. Que tristeza equivocar la única vida que se tiene.  Hombres que nunca arriesgan. Que jamás abandonan el confortable hogar de la seguridad. Pasan la vida empujando su coche, en vez de subirse en el y prender el motor. Su lema es pasarla sin complicarse la vida. Más que seres humanos parecen vegetales. Cuantas personas que desperdician así su vida.  Hombres que echan a perder su vida o la de los demás. Gente negativa que solo avanza pisando y hundiendo a los otros. Son los frustrados, los amargados, los egoístas, los suicidas, los machos que esclavizan a su mujer. Ojala nadie este en este camino.

3.- Problema Personal

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La vida es un problema que cada uno tiene que resolver. Nadie puede pensar o elegir por nosotros. La responsabilidad de triunfar o fracasar en la vida es de cada quien. Para afrontar y resolver el problema de la vida, ten muy en cuenta estos consejos: Conócete a tu mismo: Reflexiona sobre tu infancia, tu familia, tus cualidades, defectos, gustos, ilusiones, etc. No tengas miedo del silencio fecundo en el que te encuentras contigo mismo. Analiza con serenidad lo que los demás dicen de ti. Acéptate tal como eres: no reniegues de tu origen familiar y social, de tu país, del tiempo que te ha tocado vivir. Ten paciencia con tus limitaciones. Explota al máximo tus cualidades. Pon los pies sobre la tierra. Imagínate lo que quieres ser: Date permiso de soñar, proyéctate. Ponte ideales. Atrévete a pensar en metas ambiciosas, despierta al héroe que duerme dentro de ti. La vida no es un problema de mínimos (irla pasando), sino de máximos (Alcanzar nuestra mayor realización). Tú no eres lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser. Busca la verdad: Investiga, pregunta, reflexiona y analiza todo lo que pasa y lo que sucede a tu alrededor. Busca las causas. Escarmienta en cabeza ajena: Fíjate por que triunfan unos y porque fracasan otros. Sigue la verdad: La verdad que vayas encontrando, síguela; aplícala a tu vida. Quien no vive como piensa termina pensando como vive. El hombre no vale por lo que dice sino por lo que hace. Ama: Dice el sentido común; ama y serás amado. Dice la psicología: La persona que es feliz haciendo felices a los demás, ha alcanzado la madurez humana. Decía San Agustín: Ama y haz lo que quieras. Dice la Biblia: Dios es amor, quien ama, tiene la experiencia de Dios. Francisco supo saltar de una vida superficial y mediocre (Riquezas, fiestas, placer) a una vida arriesgada y autentica, libre hasta la locura, con una capacidad heroica de amar. 1.- Dicen que Dios tiene tres álbumes de cada uno de nosotros:  Uno blanco con todas las fotografías de las cosas buenas y positivas que hacemos;  Uno negro que contiene aquellas fotos que quisiéramos olvidar…  Y uno dorado con los sueños y proyectos que Dios tiene sobre nosotros. Lo que casa uno de nosotros puede llegar a ser. Deja el pasado en manos de Dios y ponte a hojear su álbum dorado. 2.- La muerte es el punto más luminoso de la vida. Redacta tu propio epitafio, es decir, el letrero que quieres que pongan sobre tu tumba. Debe ser una frase corta y que resuma tu vida entera. 3.- Esta es la voluntad de Dios y la razón por la que Jesucristo vino al mundo: He Venido a traer vida y vida en abundancia. Comenta con Dios estos tres puntos. Medítelos en silencio. Comparte con el tus inquietudes y esperanzas. Dinámica: En un cuadro escribe espontáneamente lo que te venga a la cabeza obre estos puntos y muchos otros que se te ocurran. Contesta lo siguiente:  Mi ideal de vida es…  Mi personaje histórico mas admirado es…  La persona mas madura y realizada que yo conozco es…  Mis mayores cualidades son…  Mis principales defectos son…  Mis mejores amigos…  Jesús de Nazareth es para mi…  Francisco de Asís es para mi…

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Valores (Servicio, Amor) Bibliografía: CEMPAJ Autor: Templo de Cristo Rey Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Servicio La comunidad Cristiana se estructura en servicios distintos y variados, mirando todos al bien de l comunidad. Hay diferentes dones espirituales, pero el Espirito es el mismo; hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo, hay diversidad de obres, pero es el mismo Dios quien obra todo en nosotros. El joven debe descubrir y ejercitar las cualidades que Dios le ha dado para ponerlas al servicio de la comunidad Cristiana. Seguramente puede aportar algo valioso y original. La iniciativa no es simplemente suya, lo han llamado y escogido para eso. Una cualidad es lo que hace que una persona o cosa sea lo que es, propiedad, carácter, etc. Hay infinidad de cualidades de cada persona ya se alegre, dinámico, activo, estudioso, responsable, creativo, etc. Todas las personas tenemos cualidades, ya que Dios desde el momento de nuestra concepción ya tenía previsto características y cualidades de cada persona que nos ayudarían a realizarnos y a ser alguien, pero a la vez para usarlas al servicio de los demás. Podemos aplicarlas al servicio de nuestra comunidad, de nuestra familia, del grupo, de la sociedad, etc. Siempre viendo como servir mejor. Sirve, porque el que no vive para servir, no sirve para vivir. Veamos el servicio a nuestra comunidad como un apostolado: ser verdadero apóstol no es fácil. Exige olvidarse de uno mismo y vivir entregado a los demás. Es dejar de pertenecerse para pensar y obrar por otros. Es abrazarse a un ideal de servicio e irse consumiendo lentamente en el. Así como en un cuerpo tenemos muchos miembros pero no todos los miembros tienen el mismo oficio, así nosotros tenemos dones diferentes según la gracia que nos es concedida. Sabiendo que es apóstol aquel que sirve a sus hermanos comprenderás que hay modos muy diversos de realizar un servicio a tu comunidad: tanto el misionero heroico como la religiosa que se oculta en su convento, lo mismo el medico que sirve a los demás como la mama en el sencillo trabajo en casa… todos pueden ser apóstoles si se unen a Dios y de dan a sus hermanos. Unos están llamados al apostolado directo como son los sacerdotes, misioneros, religiosos que tienen como fin principal, entregarse a Dios y a sus hermanos en un servicio a los demás. La mayoría de las personas han de realizar esta acción en medio de las actividades necesarias de la vida. Un padre de familia, un obrero, un estudiante, tiene como fin especial su familia, su trabajo, su escuela y en ese trabajo han de hallar la manera de ser apóstoles. Como serlo nosotros, estudiantes. En primer lugar preparándonos bien para un futuro de servicio. Y ya ahora de muy diversas maneras:  El apostolado de ejemplo: Que parece tan sencillo. Predicar a los demás presentándoles en nuestra vida la buena fe que tenemos.  La acción apostólica directa. Enseñando a los demás el Evangelio de Jesús, dando algún buen consejo cuando es prudente.  O bien pensando seriamente en consagrarnos totalmente a Dios en una vida de apostolado pleno. Cada uno de nosotros ha de pensar el modo propio de cumplir esta noble obligación: servir a los demás. Dios lo quiere. Hay muchos que están esperando de mí esta ayuda, si no la dos, el trabajo de Dios en este mundo quedara incompleto. Amor. El amor es el distintivo fundamental de la persona humana: solo el hombre es capaz de ama. Y este amor tiene su razón de ser en el hecho de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios; y Dios es amor. El verdadero – el Humano, y de modo supremo el amor de Dios – ennoblece y enriquece siempre al hombre. Le hace parecerse un poco más a Dios. El amor es una tendencia del hombre hacia el bien. Solo el bien es por tanto, causa de amor. Si alguna vez se ama un mal es porque se presenta como bien (Bien aparente). Si deja ser un buen lo que se ama, el amor no da fruto y se corrompe. En un sentido más estricto, el amor es la entrega personal y desinteresada a otra persona. La caridad es un verdadero amor por el que el hombre se entrega total y desinteresadamente a Dios y a los demás por Dios. El amor a Dios y al prójimo por Dios reclama obras de nosotros: Es necesario manifestarlo con obras. El Señor nos dio el ejemplo definitivo al que ha de ajustarse nuestras vidas: nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Es necesario mirar a Jesús, a su vida y a su conducta. Jamás las palabras dirán tan bien la realidad del amor como lo hace su modelo vivo. Incluso palabras tan perfectas en su sencillez. Constantemente encontramos en nuestra vida ocasiones de manifestar nuestro amor a Dios y al prójimo. No debemos esperar ocasiones excepcionales para amar. Hemos de aprender a amar en el transcurso de cada día a través del espíritu de servicio, con el trabajo bien hecho, con una conversión amable, sin herir nunca, con la serenidad en los momentos de dificultad o de cansancio.

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Autoestima, o Conversión de uno mismo. Bibliografía: Manual de formación inicial primera etapa O.F.S. Autor: Consejo Nacional de la Orden Franciscana Seglar en México. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Objetivo doctrinal y moral Conocer en que consiste la autoestima y ser capaz de aceptarse. Identificar las cualidades y defectos para mejorar la auto aceptación, buscando los medios que le permitan a uno mejorar su autoestima. Introducción. Cuantos seres humanos mueren sin haber sabido realmente que querían? Que podían hacer? Que los llevaría a ser cada vez mas felices y satisfechos de si mismo? No es difícil encontrar personas que viven en la insatisfacción, en el aburrimiento, angustiadas y sin encontrarle un sentido a su vida. Personas que han tenido trabajo, dinero, familia y pudieron hacer lo que quisieron pero nada les causo ilusión, sienten un vacío interno y llegan a decir; no se si para que vivo. La vida se les pasa sin vivirla realmente; salen de este mundo como si acabaran de entrar en el. El desarrollo del potencial humano que toda persona traemos dentro, es posible de lograrse con base en la sinceridad y honestidad personal; solo así tomaremos decisiones que nos lleven a cambiar o trasformar todo lo que sea posible cambiar y sentirnos mas orgullosos de nosotros mismos y felices de los dones recibidos por Dios. Dinámica. Hermano Formador: Explica a los hermanos que el ejercicio que van a realizar consiste en identificarse solamente cualidades en las personas del grupo.  Para ello pega en la espalda de cada hermano una hoja en blanco.  Divide el grupo en equipo, según el número de hermanos.  Indica a los integrantes del equipo que escriban una cualidad en las hojas de sus compañeros de equipo, de tal manera que al concluir la actividad, cada hermano tenga escritas en su hoja como mínimo 8 cualidades.  Cuida de que todos los hermanos participen  Al terminar pide a los hermanos que examinen su lista y evalúen si se identifican con las cualidades que les fueron manifestadas.  Pide un voluntario para que lea su lista en voz alta. Una vez que le haya leído, se le pregunta si el o ella sabia que tenia esas cualidades.  Luego pregunta al grupo en general que sintieron al leer su lista.  Cierra el ejercicio subrayando la importancia de poder encontrar cualidades en la gente que nos rodea, así como de conocer que la gente puede ver en nosotros cosas positivas que nosotros mismos no conocíamos, sin olvidar que también tenemos características negativas. Desarrollo del Tema. La palabra autoestima se deriva de los vocablos auto, que significa propia y estima que significa conversión basica de toda persona. Esta conversión, que solamente se pueden hacer uno sobre si mismo, depende en gran parte del correcto conocimiento del propio ser. Autoestima significa seguridad, confianza en las propias posibilidades, es además saberse querer a si mismo. La propia conversión tiene, como muchas cosas, defectos y excesos que debemos identificar para no caer en ellos. Baja estimación. Uno de los defectos es la baja estimación o baja valoración. Se manifiesta cuando tenemos sentimientos de que valemos poco o valemos menos que los demás, ya sea porque no somos buenos para hablar, o bien porque no podemos realizar algo considerado importante por nosotros, o por lo que no podemos realizar. Por ejemplo, si alguien desea ser cantante, deportista, etc. Y no tiene talento para ello, debe aprender a reconocer esa limitación, ya que si no es bueno para unas cosas, será bueno para efectuar otras, y es normal que suceda así. Se puede dar esa situación por algunas limitaciones físicas o intelectuales. También se da la baja estima, por el rechazo injustificado de que somos o hayamos sido objeto por parte de nuestros padres, familiares o amigos. La baja valoración produce en algunos casos, sentimientos de culpa, frustración (Sensación de fracaso), tristeza, rencor, depresión, que suelen conducir a los vicios como el tabaquismo, alcoholismo o drogadicción.

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Sobrestimación. Consiste en vanagloriarse por las cualidades personales que nos distinguen de los demás, de manera privada o abierta, es sentirse más que los demás y consiste en una desbordada sobrestimación de las cualidades propias. Una de sus manifestaciones más comunes se da no aceptando sugerencias, no reconociendo errores, limitaciones, defectos a los que por naturaleza humana estamos expuestos. Al no saber manejarla es fácil que nos conduzca a la prepotencia, a la obstinación y a la terquedad; presentaciones regulares de la debilidad humana llamada soberbia. Correcta Estimación. Consiste en estar ubicado en la realidad de lo que somos podemos ser, con los pies en la tierra, con los ojos bien abiertos y apoyados por las virtudes de la sencillez, la humildad y la modestia. La docencia magica de la autoestima (Bramen 1998) nos ayudara a mantener una adecuada estima por nuestra persona, por lo cual te pedimos que recuerdes con frecuencia lo siguiente: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

saber y aceptar que todos tenemos cualidades y defectos. saber que todos tenemos algo bueno de lo cual podemos estar orgullosos. podemos librarnos de conceptos negativos sobre nosotros mismos. aceptar que todos somos importantes. vivir responsablemente de acuerdo a la realidad, reconociendo lo que nos gusta y lo que no nos gusta. aprender a aceptarnos a través de lo que sentimos y somos. liberarnos de la culpa al evaluar lo que queremos y pensamos actuar de acuerdo con lo que deseamos, sentimos y pensamos correctamente, sin tener como base la aprobación de los demás. 9. sentirnos responsables de nosotros mismos, ya que al hacernos responsables de la propia existencia genera confianza en nosotros y en los demás. 10. vivir auténticamente al aprender a ser congruentes entre la forma de sentir y de actuar. 11. fomentar la autoestima en las personas que nos rodean, refleja nuestra propia autoestima. 12. tener la valentía de amarnos como persona y comprender que ese es un derecho que todos tenemos. Resumen. Necesitamos conocernos y estimarnos a nosotros mismos. Recordemos que Dios nos ama por nosotros mismos y el nos amo primero. No puedo tener todo lo que quiero pero si puedo querer todo lo bueno que tengo y trabajar con constancia para eliminar mis defectos. Compromiso. Escribe el compromiso después de saber tus cualidades y defectos.

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La Alegría. Bibliografía: Catholic.Net Autor: Ana Rio. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano La alegría La alegría, como la luz, no hace ruido pero en su silencio transforma la realidad Si se observa cualquier reunión humana, es muy típico detectar que siempre hay una personalidad más relevante que las demás, alrededor de la cuál se centra la atención. La atención la suele acaparar no el más sabio, ni el más inteligente, sino la personalidad que más alegría irradia. El rostro sinceramente alegre parece que produce un efecto imán en los jóvenes y en los niños. ¿Por qué? La alegría genuina se caracteriza por tres rasgos: proviene del interior, ilumina, y es sencilla. En el interior del ser humano es donde se enfrenta la vida y se eligen las actitudes. Una vida llena de sentido es la que contesta cada mañana a la pregunta ¿Vale la pena el día de hoy?, con un SI entusiasta, porque responde pensando en alguien. El sentido de la vida se descubre cuando se ve el rostro feliz de aquel a quien se ama. Por ello la alegría proviene del interior, de la decisión personal de donarse a alguien. Y todos los que alguna vez han hecho la prueba, tienen que aceptar queule resultado es positivo. Hay mas alegría en dar que en recibir. Hace seis años tuve la ocasión de conocer a una adolescente de 14 años a quien detectaron leucemia. En una carta que me escribía desde Estados Unidos donde fue internada, decía: El hospital es un lugar muy bonito, todas las paredes son blancas. Todo está muy limpio y es moderno. La habitación es preciosa, llena de luz y desde la cama veo las nubes. Las enfermeras son todas buenas y amables conmigo. He tenido mucha suerte con los médicos porque me la paso muy bien con ellos. En la planta donde estoy hay muchos niños, y a veces podemos hablar, y eso es muy entretenido. El resto del tono de la carta era semejante, pero... ¿desde cuando un hospital es un lugar muy bonito? ¿Cómo es posible que le hiciera ilusión solamente ver pasar las nubes? ¿Por qué todo el mundo era maravilloso para ella? Volví a leer, unos años mas tarde, aquellas líneas, cuando Alejandra, que así se llamaba, ya había fallecido, y aprendí entonces que quien era maravillosa era ella porque, aunque murió pronto, aprendí la lección fundamental de la vida: vivió hacia fuera, olvidada de sí, e irradió por donde pasara la alegría que la envolvía. La tristeza, el negativismo y el egoísmo crean ambientes oscuros. La alegría agranda el espacio e invita a aventurarse en la esperanza. La alegría, como la luz, no hace ruido pero en su silencio transforma la realidad. Por último, la alegría viene siempre de la mano de la sencillez. Nada de montajes artificiales, de simular posturas para aparecer mas de lo que uno es, ni de complicar las situaciones con novedades excéntricas. El espíritu alegre lo es porque se conoce tal cual es, se acepta y no se compara con los demás. Su felicidad no proviene del tener mas o menos, sino de una decisión de querer ser, y valorarse a sí mismo por las decisiones que puede tomar, como la de amar mas y amar mejor. Quien vive desde la perspectiva del amor descubre que la vida es muy sencilla. El anhelo por alcanzar la alegría sigue escrito en el corazón del hombre con signos indelebles, pero se nos invita a buscarla donde el corazón no la puede encontrar: en el ambiente exterior, en la acumulación de objetos materia.

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Los Deberes del Hombre Bibliografía: La Iglesia Familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña, f.m.s. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Resumen doctrinal. Junto con los inmensos derechos y dones que el hombre recibió de Dios en su creación, adquirió también deberes hacia las cosas, hacia si mismo y hacia Dios. Con los animales y el mundo de la naturaleza tiene el hombre sus derechos de rey de la creación, y al mismo tiempo el deber de ordenarlos correctamente. Cuando el hombre en su trabajo va trasformando el mundo y sirviéndose de el para su beneficio, esta completando su obre. Pero ha de servirse de las cosas como un medio para ser feliz, no como un fin. Consigo mismo el hombre ha adquirido igualmente el deber de desarrollar al máximo sus cualidades, aprovechándolas para vivir mejor y para utilidad de sus semejantes, considerando a cada prójimo sin exceptuar a nadie, como otro yo. Con respecto a Dios el hombre ha de corresponder siempre a su amor, pues solo podré ser hombre en verdad cuando reconozca libremente su amor y se confíe totalmente a su Creador. Su deber de conocer, amar, y servir a Dios lo encuentra explicando en los Mandamientos que El le ha dado y su Iglesia le ordena. Dinámica: Dialoga tu Fe. - Pueden permitirse los adelantes técnicos que vayan contra la creación de Dios o contra la vida del hombre o su dignidad? (Piensa en las bombas atómicas, en los medicamentos para matar ancianos o niños chiquitos…) - De que manera tu (o los hombres) crees que puedes servir mejor al Señor? - Como puedes tu o los demás servir a Dios? - Según esto: En que trabajo se sirve mejor a Dios? Habla con Dios Haz a Dios la oración que hace la Iglesia uno de esos domingos: “Dios Todopoderoso de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor hacia Ti, para que al entregarnos mas completamente tu voluntad, aumentes en nosotros el bien y nos conserves en el con tu constante protección. Por Cristo Nuestro Señor. Amen. Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. Dios me dio todo. Me pide que cumpla sus mandamientos. No olvidare lo que dijo Cristo: Toda ley esta en esto: Amaras a Dios y amaras al prójimo. Actividades: 1. haz un letrero grande y bonito con esta cita de la Sagrada Biblia: “Ama a Dios y Guarda sus mandamientos porque esto es todo el hombre” (Sab. 12, 13). 2. recuerda algún buen ejemplo que has visto y te ha mostrado para que aquella persona Dios era de verdad lo mas importante. Escríbelo. 3. como vas a demostrar hoy a Dios que lo quieres conocer, amar y servir?

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La Comunicación entre las Personas Bibliografía: Manual de formación inicial primera etapa O.F.S. Autor: Consejo Nacional de la Orden Franciscana Seglar en México. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Objetivo doctrinal y moral. Conocer la importancia que tiene la comunicación en las relaciones humanas. Dialogar con los hermanos compartiendo emociones, sentimientos, etc. Para alcanzar la verdadera comunicación y la armonía. Introducción. Ya hemos dicho que el hombre es, por esencia, un ser social. Para su realización necesita vivir en contacto con los demás. La base de las buenas relaciones humanas esta en la comunicación, a través de la cual las personas se transmiten ideas, conocimientos, sentimientos, emociones. Cuando la comunicación falla y no cumple bien su función, las relaciones humanas se deterioran o se distorsionan. La comunicación es la esencia misma de la vida. La comunicación es de tres tipos: 1. Intrapersonal: Es la comunicación consigo mismo mediante la reflexión. 2. Interpersonal: Es el dialogo, el trato directo con nuestros semejantes. 3. Social: Se realiza de una persona a un grupo, no hay trato directo de persona a persona. Dinámica: Esta dinámica se llama Teléfono descompuesto. Escoge a un hermano y solicítale que salga del grupo para recibir un mensaje sin ser escuchado por los demás integrantes. Pide al hermano que abra un sobre con un mensaje elaborado previamente. Ejemplo: Francisco de Asís fue un gran Santo. Reformo a la Iglesia, amanso al lobo, predico a las aves y amo a los leprosos.    

Después de leerlo para si mismo, pídele que pase el mensaje a otro o hermana y este a otro en voz baja, hasta que el mensaje haya sido transmitido a todos los hermanos. El último dirá en voz alta el mensaje obtenido a todo el grupo. Lee el mensaje escrito. Pide a los hermanos que observen si dicho mensaje fue modificado.

Desarrollo del Tema. Elementos de la comunicación. La comunicación interpersonal la entendemos como si fuese una calle de dos sentidos o un circuito que va de la persona que envía un mensaje (Emisor), a la persona que lo recibe (Receptor). Elementos que intervienen en la comunicación. Mensaje

Contenido Emisor (Envía el mensaje)

Canal (Dialogo, Correo, Teléfono, Etc.) Mensaje

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Receptor (Recibe el mensaje)

Retroalimentación La retroalimentación cierra el circuito. El receptor envía su respuesta al emisor con lo cual este sabe que su mensaje fue recibido y comprendido. Cada comunicación, a su vez, implica dos aspectos: contenido y sentimiento o emotividad. El nivel emocional es el más importante de los dos porque condiciona o modifica el contenido. La entonación, la forma y la cadencia con la que se expresan las frases, identifica el verdadero sentido de la expresión.  

Muchas Gracias. Muchas gracias… pero yo no lo quería así.

Barreras de la comunicación. Con frecuencia entre las personas, los grupos y las familias, la comunicación se distorsiona o deforma y pueden deberse a alguna barrera que la obstaculiza. Estas barreras pueden ser: Las Semánticas: se refieren al significado de las palabras que se utilizan. Ejemplo: que entiendes por la palabra ferrocarril? Yo creo que es el conjunto de carros que son movidos por una maquina. No yo creo que se refiere al conjunto de vías de fierro por donde circula la maquina y los carros. Las Psicológicas: Se refiere a cambios emocionales ocasionados por diferentes motivos, por ejemplo, una mala noticia, que se recibe, provoca reacciones incontrolables. Las Físicas: Se refieren a problemas en la capacidad auditiva. Ejemplo: la sordera parcial o total. Este tipo de obstáculos impiden que el circuito funcione correctamente, es preciso superarlos. Existen también dos tipos de comunicación interpersonal: Verbal y no Verbal. En la primera se utiliza el vocabulario; a través de ella la persona da a conocer su personalidad, su educación, su carácter y su temperamento. La comunicación no verbal se expresa a través de gestos, movimientos del cuerpo, poses, etc. Que suplen a las palabras y también dan a conocer la personalidad del expositor. Para ser un buen oyente. Para enseñarnos a oír y comprender, ante todo tenemos que: a) Convencernos de las ventajas que tiene al escuchar atentamente a los demás. b) Interesarnos desde el principio por la persona que habla, por sus problemas y por lo que dice. c) Cada persona es distinta y piensa en forma diversa, según le ha tocado vivir. Para comprender a otro tenemos que escuchar sus puntos de vista y las razones que tiene para actuar en determinada forma. d) Necesitamos mirar al que habla y hacerlo con actitud de interés por lo que dice, pues esto lo anima. Evitemos el bostezar, el toser, etc. e) No nos fijemos en detalles desagradables de la persona que habla, sino únicamente en lo bueno y en las ideas y sentimientos que comunica. f) Una vez entendido lo que otro dice, distingamos los hechos comprobados de las simples opiniones y pensemos si es verdadero y nos conviene. Esto hay que aplicarlo muy cuidadosamente a la radio y a la televisión, no dejándonos arrastrar ciegamente por los mensajes que allí se dan. g) Seamos cuidadosos para no interrumpir a quien habla. Una vez que el ha terminado, toca a nosotros responder con palabras o con hechos. Solo así se da una verdadera comunicación. Notemos que es necesario saber escuchar, pues ello es indispensable para toda buena relación social. Demuestra el interés sincero por las personas, por sus problemas y por sus puntos de vista y el deseo de ayudarles verdaderamente. Escuchar atentamente es caridad, es Amor.

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Reflexión personal. 1.- En mis relaciones cotidianas acostumbro responder antes que el otro termine de hablar? Porque?

2.- Dejo que el otro complete su comunicación? Porque?

3.- Mientras el otro habla, en lugar de escucharle con atención, pienso en lo que voy a responderle? Porque?

4.- Menciona una acción que te lleve a mejorar tu capacidad de escuchar?

Resumen. Podemos mencionar las siguientes reglas de oro para dialogar:  Escuchar con atención y respeto.  No interrumpir cuando otro habla, dejar que termine con sus ideas. No distraerse.  Ser breve para dar oportunidad a que los demás también participen. Compromiso. Durante la semana, entablar una conversación con un familiar, un hermano de la Fraternidad o un vecino, con la finalidad de estrechar relaciones. Y proponerme perseverar en la comunicación día con día, poniendo en practica lo aprendido en clase. Es aconsejable hacer lo siguiente:  Hacer oración por los demás.  Tender los lazos de amor (Manifestar amabilidad, gentileza, atención, etc.)  Mantener un dialogo sincero y abierto.

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La Amistad. Bibliografía: CEMPAJ Autor: Templo de Cristo Rey Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Este tema las amistades debe tocar un poco el corazón de todos. Los amigos valen mucho mas que todo el oro del mundo. Pero, que es un amigo?, es fácil, un verdadero amigo de corazón. Los amigos no se eligen con la cabeza. Un verdadero amigo nace desde el fondo de su corazón, un amigo de corazón es una de las mejores cosas que la vida, ofrece, solo a ese amigo intimo le pueden contar cualquier cosa, la historia sobre la cita de anoche, hablar horas por teléfono con el, el reírse de los buenos momentos, y sobre todo ser ustedes mismos. Se requiere de mucho amor para ser un verdadero amigo, el tipo de amor que no cambia aunque el amigo cambie, no siempre es sencillo querer a alguien por ser el mismo. Parece que las personas quieren que los demás hagan y sean como ellas desean, sin embargo, al hacer amistades, la gente cambia mucho, y los verdaderos amigos siempre están ahí. La mayoría de las ocasiones confundimos este termino de amistad con otro tipo de relaciones, a continuación diremos algunos de los tipos de amistad con que confundimos la amistad sincera o verdadera. Amistad por interés: En esta amistad se busca únicamente el beneficio personal, ya sea material o intelectual sobre la otra persona. Amistad por ocasión: Puede darse cuando te presentan a una persona y no vuelves a tener comunicación con ella, o tal vez la vuelvas a ver y le llamas “amigo”. Amistad por compromiso: Es cuando tienes que tratar con una persona ya sea por relaciones familiares o por necesidad. Amistad por compañerismo: Cuando tienes una relación con otra persona ya sea de trabajo o de estudios. Amistad por Atractivo Físico: Cuando le hablas a una persona con el fin de causar una impresión agradable hacia los demás con respecto a su físico. Al llevar una relación con cierta persona no necesariamente hay una amistad, ya que, como ya lo vimos, para que exista una relación de amistad es necesaria la sinceridad, darse sin interés, se fortalece con la ayuda y aceptación mutua, en la cual, antes de esto, debe haber un profundo conocimiento sobre la persona. El libro del Eclesiástico nos da muchos consejos sobre la amistad, Jesús tuvo también Amigos (Lucas 12, 4) Nosotros debemos buscar sobre todo la amistad con Dios porque los que mueren en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente purificados, viven para siempre con Cristo. Son para siempre semejantes a dios, porque lo ven tal cual es, cara a cara.

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Que es un Grupo, Somos parte de un Grupo. Bibliografía: CEMPAJ Autor: Templo de Cristo Rey Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Un grupo es un conjunto identificable estructurado y durable de personas sociables que desempeñan papeles (u oficios) recíprocos y actúan de acuerdo con normas, valores, fines para el bien común. Las posibles clasificaciones de los grupos son innumerables, y pueden ser de acuerdo con la estructura, oficio, relaciones internar y externas, normas, valores, fines de funciones o permanencia. Existen diferentes tipos de grupos, por ejemplo: Familiar, escolar o educaciones, económico, político, religioso, recreativo, artístico, delictuoso y social. Cada grupo tiene sus propias características fundamentales que lo diferencian uno de otro. El grupo social, por ejemplo: tiene como característica el conocimiento de cada uno de sus miembros, tienen una convivencia y buscan objetivos sin mayor importancia. En cambio, el grupo religioso (Católico), tienen como fin la transformación, la formación de cada uno de sus miembros (Evangelización) y sobre todo su salvación. Las aguas del río, una vez representadas y canalizadas, se transforman en fuerzas productivas al servicio de la vida. Esto se debe a que la dinámica de las aguas ha sido controlada. Cuando no se controlan o son mal controladas, irrumpen de manera salvaje y se transforma en destrucción y desolación. Lo mismo sucede con los grupos humanos. Las fabulosas energías que encierran tomaran el rumbo de la comunicación, la cooperación y la integración, o del conflicto, la agresividad y la disgregación, según el tipo de control o liderazgo que en ellos se ejerza. Dinámica para tomar conciencia de los valores que tiene la vida grupal. Se divide el grupo general en tres subgrupos: El primero con dos miembros, el segundo con tres, el tercero con el resto de los asistentes; cada subgrupo realiza una actividad en lugares distintos, que puede ser una maqueta de una ciudad o de una casa, un logotipo, una representación, organizar un paseo, etc. (Escoger lo que mejor convenga según las circunstancias). Se les dará el mismo tiempo de trabajo a cada subgrupo. Al comenzar el trabajo, el Coordinador observara la realización de este. Y al finalizar la actividad se presentaran los resultados de la actividad de cada uno de los subgrupos, destacando la experiencia vivida. Comentaran como se sintieron y como creen qu ese trabaje mejor. Destacara que en donde hay mas integrantes, existieron mas aportaciones de ideas y se logro un mejor trabajo ya que supieron dividirse el mismo para un mejor resultado, aunque probablemente el grupo mas numeroso haya sido el que mas dificultades encontró en la realización del trabajo, ya que ha debido dedicar mas tiempo para llegar a un mutuo acuerdo. Con esto se pretende animar al joven a que trabaje y se relacione con los demás miembros de su grupo para que valore su vida grupal. La integración de un grupo es la tendencia a mantenerse juntos y de acuerdo, es sentir que perteneces al grupo y que el grupo te pertenece. La integración es sumamente importante para el mejor funcionamiento del grupo de lo contrario habrá divisiones, desacuerdos y problemas.

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La integración es posible lograrla si tenemos en cuenta los siguientes factores.  El interés y entusiasmo por un objetivo común, sentido y vivido como algo que resalte al grupo.  La fuerza atractiva de trabajar en equipo, como el sentimiento de acercamiento a los demás integrantes.  El espíritu de equipo, cuyo objetivo fundamental es al acelerar el proceso de identificación con el grupo, expresado por el sentimiento del “Nosotros”, manifestado por expresiones simbólicas como son cantos, ceremonias, juegos, etc.  La satisfacción de ciertos anhelos personales que exigen la presencia de los demás: Deseo de prestigio, reconocimiento y aceptación.  La necesidad de expresar los propios pensamientos y sentimientos en forma afectiva. A continuación diremos una dinámica de integración que puede ayudarnos a sentirnos parte del grupo. Motivación: En muchas ocasiones no nos damos cuenta como nos ven los compañeros de grupo. Este ejercicio nos da la oportunidad de saber cual es mi situación dentro del grupo. Reflexión individual; Con base en lo que ponemos enseguida en cada numero escribimos el nombre de la persona que queda mejor situada en ese renglón. 1. 2.

Aquí tenemos a alguien que siempre parece pasarla bien y estar contento: ______________________ Aquí tenemos a alguien que siempre esta callado, que habla poco y a quien nadie parece que conoce:______________________ 3. Aquí tenemos a alguien que formula buenos planes: _____________________________ 4. Aquí tenemos a alguien que trabaja siempre bien para el grupo: __________________________ 5. Aquí tenemos a alguien a quien se le ocurre cosas que son interesantes y resultan divertidas: _________________ 6. Aquí tenemos a alguien que quebranta las normas del grupo: _______________________ 7. Aquí tenemos a alguien que goza de mucha simpatía: ____________________________ 8. Aquí tenemos a alguien que riñe y enfada: ________________________ 9. Aquí tenemos a alguien que se le dificulta participar en las actividades del grupo: ________________ 10. Aquí tenemos a alguien que atiende todo con prontitud y facilidad: ______________________ 11. Observaciones personales: _____________________________ Se va leyendo cada pregunta con las diferentes respuestas y todos han de estar atentos para darse cuenta como son vistos por sus compañeros. Ayudara también a que se den cuenta de que tienen un lugar en el grupo.

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La Familia y Yo. Bibliografía: Pastoral Juvenil Coyuca. Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. La familia y yo Reflexión sobre el valor de nuestra familia. OBJETIVO: Reflexionar sobre el valor de nuestra familia. ¿Cómo es?, ¿cómo nos gustaría que fuera?, ¿qué podemos hacer nosotros para lograr que se asemeje a ese ideal? Comprender y perdonar, en vez de juzgar. MATERIAL: Plumones y tres hojas de papel para cada uno. DINÁMICA: Esta dinámica consta de tres pasos.... nuestra relación con papá, con mamá y con nuestros hermanos. En los tres pasos, vamos a contestar las mismas preguntas que aquí sugieren. Pedir mucha sinceridad. Si se juzga conveniente, al terminar, se eligen por parejas y se comenta lo que escribieron y dibujaron. Respetar a quien no quiera platicarlo. 1. ¿Cómo siento mi relación con papá? ¿Por qué? ¿Estoy contenta con ella? ¿Siento que me quiere, que me comprende, que me respeta? ¿Puedo platicar con él? ¿Lo conozco realmente? ¿Y yo, lo quiero, lo comprendo, lo respeto, me intereso por él? ¿Cómo me gustaría que fuera mi relación con papá? ¿Qué puedo hacer yo para mejorarla? (Dibuja ahora a tu papá y a ti, según sientas tu relación actual con él.... de la mano, distantes, abrazados, dando órdenes, platicando, etc.) 2. ¿Cómo siento mi relación con mamá? ¿Por qué? (continuar el cuestionario) 3. ¿Cómo siento mi relación con mis hermanos? (continuar cuestionario) Como esta dinámica es muy profunda, hay que dar el tiempo suficiente, no presionar. Si es necesario, la información del tema se deja hasta la próxima clase. Tradicionalmente hemos esperado que la familia sea ese lugar donde podemos encontrar amor, comprensión y apoyo, aún cuando todos los demás nos fallen; el lugar donde podemos refrescarnos y cargarnos de energía, para poder enfrentarnos al mundo y sus problemas. Ese lugar donde somos amados y aceptados, no por lo que hacemos y por qué tan bien lo hacemos, sino simplemente por ser, por haber nacido, por ser personas. Si en la dinámica, nosotros descubrimos que vivimos todo eso, bien, tu trabajo será mantener y acrecentar la riqueza de esa relación familiar.

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Sin embargo, es probable que muchos de nosotros no estemos muy satisfechos con nuestra relación familiar actual, que, al menos en algunos aspectos, quisiéramos que fuera diferente. Y esto no es difícil de explicar. Si tomamos en cuenta que nuestra familia está formada por personas que tenemos algo en común, que es la sangre, pero que somos totalmente diferentes, pues no existen dos personas iguales, con distinta manera de pensar, de sentir, de ser, con necesidades personales que satisfacer y que van cambiando con la edad y la realidad que vive cada quien, con derechos y obligaciones, con expectativas diferentes, y conviviendo juntos casi las 24 horas, vemos por qué esa relación que debería ser lo máximo, es tan difícil, qué diferente es aceptar a una amiga por una o dos horas, que a un hermano todo el día. La pregunta aquí es, ¿creemos que la familia es necesaria? ¿qué pasaría si no tuviéramos familia? ¿Qué sentiríamos si un día, al regresar de la escuela, nos encontráramos con la noticia de que todos habían muerto en un accidente? A veces es bueno pensar en esto, pues nadie sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido. Por tanto, si consideramos que la familia es necesaria, ¿valdrá la pena estar todos los días renegando, deseando que todos sean diferentes, envidiando a otras familias, o habrá otra forma de vivir más en paz y feliz? Es cierto que nosotros no escogimos a nuestra familia... ellos tampoco pudieron escoger a sus hijos o hermanos... fue en esta familia que Dios quiso que naciéramos.... y si queremos ser felices, conviene que aprendamos a florecer donde hemos sido plantados. Relación con papá y mamá, nuestra primera relación al nacer, fue con ellos. Ellos nos enseñaron a caminar, a hablar y todas aquellas cosas que nos fueron ayudando a crecer. Sin su cuidado, sin su cariño, no habríamos podido vivir. La vida misma la recibimos a través de ellos. ¿Por qué pues es a veces tan difícil esta relación? Hay varios porqués... Estamos creciendo, y hemos descubierto que papá y mamá son seres humanos, con necesidades y limitaciones, con conductas que no nos agradan, y no los seres omnipotentes que creíamos que eran. Estamos buscando ser independientes, romper el cordón umbilical que nos une a ellos. Nos molesta que nos cuiden tanto, que no comprendan que queremos más libertad, más permisos. Esperamos mucho de ellos. Como que el hecho de habernos traído al mundo, los obliga a hacernos y a darnos todo. Nuestra necesidad de amor, de comprensión, de ser importantes para ellos, es insaciable. Nos deslumbra y emociona tanto el mundo exterior, los amigos, las nuevas experiencias, que la casa y la familia nos ahogan. Todo esto es bien natural, es parte de nuestro crecimiento. Así pues, tenemos dos opciones: vivir en guerra con ellos, o buscar formas para vivir en armonía. Una cosa tenemos que tener bien clara.... si nuestra felicidad depende de que papá y mamá cambien y sean como nosotros queremos que sean, hemos decidido ser infelices, pues nosotros podemos cambiar nuestro mundo, pero no el mundo de los demás, si ellos no quieren. ¿Estaríamos dispuestos a cambiar a como cada miembro de la familia quiera? ¿Podríamos darle gusto a todos? ¿Qué se requiere en una familia para que haya armonía y paz? Se requiere comprensión, comunicación, respeto y sobre todo, amor. a) COMPRENSIÓN. Nuestra canción favorita es que nadie nos comprende, que papá y mamá son unos anticuados, que no comprenden que ya no somos niños, que queremos más libertad, que los tiempos han cambiado, etc. Todo eso es cierto.... más, ¿nos comprendemos nosotros a nosotros mismos? Pedimos que nos comprendan cuando nosotros no nos comprendemos. Y, ¿qué tanto comprendemos nosotros a mamá y a papá? ¿Hemos tratado de entender su manera de ser? ¿nos hemos puesto en sus zapatos? Si por ejemplo, no nos gusta que papá tome, ¿nos hemos puesto a pensar por qué lo hace?, le hemos preguntado con interés y cariño, ¿por qué toma? Si mamá anda seguido de mal humor, ¿qué le pasa? Es tan fácil convertirnos en jueces y criticar. Si nosotros queremos ser comprendidos, tenemos también que comprender. b) COMUNICACIÓN. La única manera de que nuestros papás y hermanos sepan realmente cómo nos sentimos y qué pensamos, es comunicándoselos. La única manera de conocer a fondo a papá y mamá y a nuestros hermanos, es platicando con ellos de lo que sienten, piensan y el por qué de algunas conductas que a nosotros no nos gustan. Comprender no es aprobar. Si no estamos de acuerdo en algunas cosas, como por ejemplo permisos, hay que dialogar, para tratar de llegar a un acuerdo. Lo que pasa es que cuando nos niegan algo, en lugar de hablarlo con serenidad, nos enojamos, damos portazos o levantamos la voz y con eso estamos demostrando que no somos dueños de nuestras emociones y que posiblemente no somos responsables como para obtener el permiso deseado. Muchas veces pensamos: ni para qué intento hablar con ellos, nunca me escuchan. No es conveniente adelantarnos a juzgar y cerrar la oportunidad de dialogar. Escojamos el momento oportuno y vayamos abiertos a escuchar también su punto de vista. Si nosotros estamos convencidos de que lo que pedimos es bueno para nosotros, es casi seguro que lograremos convencer a nuestros papás. Los papás aprenden a ser padres a través de sus hijos y de lo que de ellos aprenden. Qué triste que en muchos casos la única

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comunicación que existe entre papás e hijos, son órdenes y regaños, o cuando hay que pedir permisos o dinero. c) RESPETO. ¿Qué significa para nosotros "Honrar a tu padre y a tu madre"? ¿Será llevar serenata y regalos el diez de mayo? ¿o el Día del padre? Honrar quiere decir: respetar, considerar. Respetar a nuestros papás es respetar su manera de ser, de pensar de sentir, de actuar. Es no ponernos en plan de jueces. Respetar su unicidad. Es no burlarnos de sus fallas o tratarlos en forma grosera. Es ayudarlos y motivarlos en su tarea de papás. Es hacer florecer en nosotros todo lo bueno que han sembrado. Así como nosotros nos sentimos felices aquella vez en la escuela, que sembramos un frijol y que germinó y brotó una nueva plantita, así se sienten felices y recompensados los papás, cuando ven que sus hijos van creciendo y superándose. Respetar es cuidar de ellos cuando enferman o envejecen, y no hacerlos un lado porque estorban. Si nosotros queremos que nos respeten nuestra manera de ser, necesitamos respetar. Posiblemente algunos de nosotros nos preguntemos, ¿cómo puedo yo sentir respeto hacia alguien que me ha hecho daño? ¿o que me abandonó cuando era yo un niño? ¿o que nunca me ha demostrado cariño? Etc., etc. Aquí la pregunta es: ¿y sirve de algo guardar enojo y resentimiento contra ellos? Ya hemos hablado de lo que es un resentimiento. Cómo hace pesada la vida, cómo nos priva de la felicidad. Aún cuando no entendamos el por qué de ciertas conductas, hay que aprender a perdonar.... el perdón nos hace libres para disfrutar la vida y para respetarlos, aunque no aprobemos lo que hacen. Ellos no van a cambiar, si no quieren. Aprendamos a respetar, procurando que no nos afecten y lastimen. Y, si nos hemos dado cuenta, que ser papás es una misión muy bella, pero que implica gran responsabilidad por lo mucho que los papás influyen y afectan a sus hijos, hagamos el propósito de prepararnos lo mejor posible para ser buenas mamás y buenos papás el día de mañana. De nuestros papás tomemos todo lo bueno que tienen. Así como cuando una persona se cambia de casa, escoge las cosas mejores para llevarlas consigo y regala o tira lo que ya no quiere o no le sirve, así también nosotros podemos tomar lo que más nos gusta de nuestros papás y hermanos, y no imitar aquello que nos lastima o desagrada. d) AMOR. El comprender, el compartir, el respetar, eso es amar. El amor es el sentimiento más maravilloso que podemos sentir. Y necesita ser demostrado, ya sea con caricias, palabras alentadoras, sonrisas, etc. ¿Les decimos nosotros a papá y a mamá lo que los queremos? ¿y a nuestros hermanos? No llevemos flores a los panteones. Hay que hacérselo saber y sentir, ahorita que están vivos. e) OBEDIENCIA. El respetar a nuestros papás significa también obedecerlos. ¿Obedecer siempre? ¿Obedecer en todo? Cuando fuimos pequeños nuestra experiencia de la vida era muy escasa. Necesitábamos que papá y mamá nos marcaran el camino a seguir. Ahora que hemos crecido, nos molesta que nos digan qué hacer. Casi siempre nos rebelamos ante sus mandatos, como los hemos etiquetado de anticuados, ni siquiera reflexionamos si lo que nos están pidiendo es lógico y conveniente. No hay que irnos a los extremos: rebeldes o totalmente sumisos. El mismo Jesús nos da un claro ejemplo de cómo actuar. En su edad adolescente, toma una decisión independientemente de sus padres; es su misión la que está en juego y debe cumplirla, y así que se los hace comprender a sus padres, extrañados y desconcertados. Pero no produce ruptura en sus relaciones familiares, no se afirma destruyendo, sino que, tras el diálogo y explicación, perdura la unión, la integración y la colaboración obediente. Relación con nuestros hermanos. ¿Por qué casi siempre estamos como perros y gatos? ¿Por qué con los amigos mostramos nuestra mejor cara, y con los hermanos ni nos sonreímos? Es probable que para valorar lo que es un hermano, necesitaríamos meternos en los zapatos de alguien que es hijo único, para sentir la soledad. Cómo se comparten las alegrías y las tristezas y hasta el trabajo de la casa, cuando son varios hermanos. ILUMINACIÓN CRISTIANA DE LA REALIDAD La paternidad y la maternidad es un signo Eucarístico. En la Eucaristía, Jesús se nos presenta en forma de una mamá, puede decir lo mismo. Ella se ha gastado levantándose desde muy temprano para hacer el lunch, para tenernos ropa limpia, para asear la casa, para servirnos la comida caliente. Un día, esos papás serán ancianos, estarán acabados..... y sus hijos, nosotros, estaremos en la plenitud de la vida, con todo el vigor en nuestro cuerpo. Cuántas cosas podía haber hecho papá con su dinero, si no hubiera tenido que mantenernos. Cuánto descanso y tiempo para hacer lo que quisiera, hubiera tenido mamá, si no tuviera que cuidar de nosotros. Más ellos, gustosamente, gastaron su vida, para darnos la vida. Un acto de amor constante, sin vacaciones.

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Obediencia. Bibliografía: Arvo.Com Autor: Mayra Novelo Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Humano. Obediencia La obediencia es una actitud responsable de colaboración y participación, importante para las buenas relaciones, convivencia y el trabajo productivo. Por el contrario, la obediencia nos lleva a practicar una libertad más plena. Una de las cosas que más trabajo nos cuestan es someter nuestra voluntad a la orden de otra persona. Vivimos en una época donde se rechaza cualquier forma de autoridad, así como las reglas o normas que todos debemos cumplir. La soberbia y el egoísmo nos hacen sentir autosuficientes, superiores, sin rendir nuestro juicio y voluntad ante otros pretextando la defensa de nuestra libertad. Parece claro que el problema no radica en las personas que ejercen una autoridad, tampoco en las normas creadas para mantener el orden, la seguridad y la armonía entre las personas, esta dentro de nosotros mismos. Debemos evitar caer en el error de "sentir" que obedeciendo nos convertimos en seres inferiores y sumisos caracterizados por una libertad mutilada. Por el contrario, la obediencia nos lleva a practicar una libertad más plena, porque echamos por la borda el pesado lastre de la soberbia y la comodidad. ¿No son acaso una fuerte atadura e impedimento para obedecer cabalmente? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo obedecer? Razones puede haber muchas, tal vez la más común se da cuando no reconocemos la autoridad de la persona que manda, por considerarla inferior, inepta, molesta o necia; cada vez que la actividad a realizar es contraria a nuestro gusto y preferencia; porque catalogamos las cosas como poco importantes, o debemos hacer a un lado nuestra comodidad y descanso. Cualquiera que sea el caso el resultado es el mismo: un actuar mecánico y porque "no nos queda más remedio", lo cual resta mérito a todo lo bueno que pudiéramos lograr. No podemos negar que algunas ocasiones obedecemos gustosamente, pero lo hacemos por la simpatía que tenemos hacia quien lo pide, o definitivamente no nos cuesta trabajo cumplir con la encomienda. Entonces cabe preguntarnos si la obediencia en nosotros es un valor o es una postura que tomamos de acuerdo a las circunstancias. Debe quedar claro, la obediencia no hace distinciones de personas y situaciones, para que sea realmente un valor, debe ir acompañada de nuestra voluntad de hacer las cosas, agregando nuestro ingenio y capacidad para obtener un resultado igual o mejor de lo esperado. Por tanto, el obedecer es un acto consciente, producto del razonamiento, discriminando todo sentimiento opuesto hacia las personas o actividades. Esto nos lleva a considerar la manera en la que reaccionamos frente a las normas que exigen un cumplimiento: con facilidad desobedecemos las leyes de tránsito, buscamos la manera de simplificar cualquier tipo de trámites, cumplir con menos requisitos o no hacer fila para hacer un pago en la ventanilla correspondiente... no podemos pensar que el mundo debe girar alrededor de nuestros caprichos, sometiendo todo a la aprobación de nuestro juicio. La obediencia requiere docilidad, traducida en seguir fielmente las indicaciones dadas. Si consideramos que algo no es correcto podemos expresar nuestro punto de vista, pero nunca hacer algo distinto o contrario a lo que se nos ha solicitado. Además de ser dóciles debemos tener iniciativa, que consiste en poner de nuestra parte "lo que haga falta" para cumplir mejor con nuestra tarea. Muchas veces se manifiesta a través de los pequeños detalles: La portada y presentación final de un informe, limpiar y colocar perfectamente los muebles que cambiamos de lugar, acomodar en la alacena los víveres que compramos... Ese toque personal y final que ponemos a las cosas complementa magníficamente nuestra obediencia, porque es una manera de identificarnos plenamente con el deseo de quien lo ha pedido, que en el fondo, es la esencia de obedecer.

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En algunos casos y circunstancias, las personas que tienen autoridad pueden solicitar acciones contrarias a la dignidad de las personas y ajenas a los principios morales, como mentir, calumniar, robar... en estos y otros casos, no estamos obligados a obedecer porque nos convertimos en cómplices de acciones reprobables, de las cuales no nos gustaría ser los afectados. Aunque el aprender a obedecer parece un valor a inculcar solamente en los niños, toda persona puede, y debe, procurar su desarrollo. Veamos algunos puntos que te ayudarán a cultivar mejor este valor: - La obediencia no se determina por el afecto que puedas tener hacia la persona que manda, concéntrate en realizar de la tarea o cumplir el encargo que se te encomienda. Tu sentir en nada cambia el contenido de la orden. - Ejecuta las peticiones u órdenes sin calificar si son de tu agrado o no. - Toda encomienda es importante. Si es aparentemente simple, evita pensar que no corresponde "a tu categoría". Si no cumples con las cosas pequeñas, jamás cumplirás con las cosas que consideras como "grandes". - No te quejes por los continuos encargos que recibes. Por una parte se tiene confianza en tu capacidad; por otra, ¿no crees que estás encubriendo tu pereza? - Procura eliminar de tu persona esa visión mediocre de "sólo cumplir". Ten iniciativa: termina las cosas al detalle dando un toque final a todo lo que hagas, es la diferencia entre obedecer y cumplir, y eso, es lo que hace un trabajo bien hecho. La obediencia nos hace sencillos porque nos enfocamos en la tarea a realizar y no en criticar a las personas; generosos por la disponibilidad de tiempo, el interés y entusiasmo que ponemos al servicio de los demás, generando confianza al actuar responsablemente. Podemos ver que la obediencia es una actitud responsable de colaboración y participación, dejando atrás el "hacer para cumplir", que eso lo hace cualquiera, poner lo que esta de nuestra parte es lo que hace de la obediencia un valor, no sólo importante, sino necesario para las buenas relaciones, la convivencia y el trabajo productivo.

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La Santa Misa: El Rito. Bibliografía: Conoce tu Fe. Autor: Cristina Cendona de Danel. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. La Santa Misa: El Rito Explicación detallada de las partes de la Misa. Cuando se asiste a Misa, lo primero que se hace es, la Reunión, que significa IGLESIA - ECLESIA - del griego = Asamblea Reunida. Todos se reúnen. Antiguamente, la preparación para la reunión de todos los que se congregaban para una celebración, se hacía con una procesión solemne. Explicación detallada de la Misa Entrada del sacerdote: Entra el sacerdote quién hace unos gestos que pasan desapercibidos; tales como, una genuflexión y un beso ante el altar. Estos gestos tienen un sentido muy importante y relevante. La Misa se celebra en un altar = alto, presidido por un crucifijo que es imprescindible, ya que ahí se va a llevar a cabo el sacrificio incruento de la Cruz, por lo tanto, es un recordatorio para el sacerdote y los fieles, de lo que ahí va a suceder. La inclinación del sacerdote es el primer acto de adoración y reverencia. El beso al altar significa el beso a la Iglesia. Rito introductorio: La misa comienza con la señal de la cruz, símbolo del cristiano que indica nuestra fe en la Trinidad, la cual debe de ir acompañada internamente de la deliberada y consciente confesión de nuestra fe. Después, el sacerdote abre los brazos en señal de saludo, con uno saluda a Dios y con otro al pueblo. Las frases que pronuncia significa la unión entre el sacerdote y el pueblo: “El Señor.... Y con tu espíritu”. Actos penitenciales: El sacerdote junta las manos en señal de humildad, se hace el primer silencio de la Misa, silencio de reflexión ante la invitación del sacerdote a arrepentirnos. Estos actos concluyen después de haber manifestado una actitud de humildad, un reconocimiento de nuestra condición de pecadores y de haber pedido misericordia con la absolución del sacerdote, pero, no para pecados graves. Sigue el Gloria, canto de alabanza todos los domingos excepto los de la Cuaresma y Adviento. Además de los días señalados como fiestas. Oración colecta: Petición a Dios. Antes de rezarla se hace el segundo silencio, silencio de petición comunitaria. Oración principal de la Misa y dirigida al Padre, donde se pide un bien espiritual, se acomoda a los tiempos litúrgicos y finaliza con una invocación a la Santísima Trinidad. Con esto, termina el rito introductorio. La primera parte esencial de la Misa: La Liturgia de la Palabra: Se lleva a cabo en el ambón. Es una de las partes más importantes de la Misa. En la Misa diaria, hay una sola lectura. Los domingos y días de fiestas hay dos lecturas, siendo la primera, generalmente, del Antiguo Testamento, la segunda, es tomada generalmente, de Hechos, Cartas, Nuevo Testamento. Entre la primera y la segunda, se recita el Salmo Responsorial, parte de canto y parte de meditación. La respuesta al Salmo es para favorecer la meditación. En esta parte, los fieles permanecen sentados con una actitud de atención, para que la Palabra los alimente y fortalezca. Dios habla, hay que escuchar con veneración. Sigue el Aleluya, canto de alegría, preparación para el Evangelio; hay movimiento en el altar, el sacerdote va al ambón. La Misa continúa con el Evangelio. Antes de su lectura, el sacerdote junta las manos y con gran recogimiento, dice: “Purifica Señor mi corazón y mis labios para que pueda anunciar dignamente tu Evangelio”. Éste debe ser leído por el ministro, en caso de que sea un diácono quien lo lea, debe pedirle su bendición al sacerdote. Un sacerdote no le pide la bendición a otro, sólo al Obispo. Si se escucha con atención y con las debidas disposiciones: humildad, atención y piedad, se depositará en el interior de cada fiel, una nueva semilla, sin importar cuántas veces se ha escuchado el mismo Evangelio, siempre habrá algo nuevo. Al finalizar el

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sacerdote dice: “Esta es Palabra de Dios” y besa el Evangelio diciendo: “Por lo leído se purifiquen nuestros pecados”. La Homilía, momento muy importante para la vida práctica de los fieles; no se puede omitir en domingos y días festivos. En la lectura de la Sagrada Escritura, habla Dios; en la Homilía, habla la Iglesia, depositaria de la Revelación, con la asistencia del Espíritu Santo para que se interprete rectamente la Escritura. Hay que escuchar con una actitud activa lo que la Iglesia quiere decir por medio del sacerdote, no hay que juzgarlo. La Homilía es una catequesis, no debe hablarse de otros temas que no sean referentes a la fe y a la salvación. Si no hay homilía, debe haber un silencio meditativo después del Evangelio. El Obispo predica sentado con báculo y mitra. El Credo, nuestra profesión de fe. Se profesan doce artículos, manifestando la fe en Dios, Sólo se reza en domingos y días festivos. En Navidad y en el día de la Encarnación, se arrodilla cuando se dice: “... Se encarnó de María, la Virgen”. La Oración de los fieles: Todas estas oraciones son de petición. Los fieles ofrecen sus peticiones al Señor. Pueden ser hechas por los fieles. Su finalidad es pedir a Dios por las necesidades de la Iglesia:      

Una debe ser por toda la Iglesia Universal. Otra por la jerarquía, el Papa y los Obispos. Por los gobernantes. Por los pobres y necesitados. Por la Iglesia particular o local. Pueden haber más, pero no demasiadas. La introducción y la conclusión debe hacerla el sacerdote.

La preparación de las Ofrendas: Se llevan las ofrendas al altar, lo más conveniente es que los fieles las lleven. Estas son el vino y el pan. Se recoge la limosna, la cual es también una ofrenda. El sacerdote prepara el altar, extiende el corporal, si tiene copón lo destapa. El sacerdote recibe las ofrendas del pueblo. Con las ofrendas, la asamblea no sólo ofrece lo material, sino que simboliza la entrega del cristiano, su total disponibilidad a lo que Dios le tiene señalado. Se entregan los dones que Dios ha dado a cada quien, todo se pone a su disposición. Ofrecimiento del pan y del vino: El pan y el vino se ofrecen por separado. El vino es preparado por el sacerdote que le añade unas gotas de agua diciendo: “Que así como el agua se mezcla con el vino, participemos de la divinidad de Aquél, que quizó compartir nuestra humanidad”. Existe un simbolismo entre el pan y el trabajo, además de que, en el pan hay muchos granos de trigo. Y como dice San Pablo: “Porque el pan es uno, somos muchos un sólo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan” (1 Cor 10, 17). El vino se obtiene de la vid, machacando y pisando, símbolo de dolor, de sufrimiento y se ofrece para convertirlo en la Sangre de Cristo por un deseo de expiación. Con el pan y el vino se ofrece el trabajo, el descanso, las alegrías, las contrariedades; pero sobre todo, el deseo de que Dios acepte a cada quien con sus miserias, y los transforme con su Gracia hasta asemejarlos a su Hijo. El lavatorio de manos: Con este gesto el sacerdote, una vez más, expresa su deseo de purificación y limpieza interior. Esta acción indica que se debe estar puro de todo pecado, lava las manos para purificarlas. El sacerdote dice: “Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado”. Oración sobre las ofrendas: El sacerdote abre los brazos y dice: ”Orad hermanos...”, recordando a los fieles que también ellos ofrecen junto con él, el sacrificio, que no deben ni pueden quedar al margen. Se lee la oración de las ofrendas que expresan a Dios, de modo oficial, los sentimientos y deseos de los fieles, de la Iglesia en relación a las ofrendas, suplicando que las reciba y después de santificarlas, conceda los bienes espirituales que emanan del sacrificio.

La segunda parte esencial de la Misa: Liturgia Eucarística: Suele llamarse canon = regla. Comienza con el Prefacio, que es un canto. Hay diferentes prefacios, unos provienen de la Iglesia oriental, otros de la romana, esto es con el fin de unificar a la Iglesia. Es una exhortación a elevar los corazones dejando todo lo mundano porque en unos momentos Dios se va a hacer presente. Se agradece a Dios su preocupación por los fieles, dando gracias según la fiesta. No se da gracias por cosas materiales en este momento, sino porque fortaleció la debilidad humana y porque con la muerte no se pierde la vida. Luego, el sacerdote nos invita a alabar (Hosanna), junto con los ángeles y arcángeles, y a dar la bienvenida a Cristo que está por venir. Sigue con la Anámnesis, para recordar la conmemoración del misterio pascual. Ofrecimiento de la Víctima Divina. Después viene la invocación del Espíritu Santo o Epíclesis, al poner el sacerdote las manos sobre el cáliz, es el momento para que los fieles se arrodillen. Narración de la institución de la Eucaristía: El canon puede variar, pero, las palabras no varían en la narración. Al terminar la narración, y antes de formular las palabras de la Consagración, el sacerdote se inclina sobre el altar con el fin de separar

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lo que era una narración y lo que ahí va a suceder. El sacerdote eleva primero el pan diciendo las palabras de la Consagración, hace una genuflexión, eleva el vino diciendo las palabras correspondientes y vuelve a hacer una genuflexión. La Consagración es el punto central de la Misa, la parte más importante, porque se vuelve a celebrar el sacrificio incruento de la Cruz. Al terminar el sacerdote dice: “Este es el misterio de nuestra fe”, como invitación a los fieles a que se adhieran conscientemente al misterio de la Iglesia. En esta parte se pide por los vivos, por los santos, se conmemoran a los difuntos y el sacerdote hace su petición personal. El rito de la consagración termina con las palabras: “Por Él, con Él y en Él, al Padre en unidad con el Espíritu Santo, todo honor y toda Gloria por los siglos de los siglos”, es la glorificación de la Trinidad (doxología). Si se analiza éste es el objeto de la creación: la Gloria de Dios. Rito de la Comunión o Plegaria Eucarística: La consumación del sacrificio, el banquete. Comienza con el Padre Nuestro. La oración por excelencia que nos enseñó Jesús. Sus siete peticiones toman un sentido especial cuando se recita, poder sentirse hijos de Dios, contiene todo lo que se da en el sacrificio de la Misa. Oraciones por la paz: Se pide la paz en la oración que enlaza con el Padre Nuestro y la que enseguida se dirige a Cristo. No se pide una paz externa, sino interna. Una paz que exige valor, que es una lucha contra el pecado. Se puede resumir en el encuentro de la Salvación. Cuando se da la paz, se debe de tener una verdadera disposición a ello, ninguna palabra mencionada en la Misa es formulario. La Fracción del pan: el sacerdote parte la hostia consagrada en tres. La más pequeña la junta con las demás. Se invoca al Cordero de Dios, que es el que quita el pecado, lo destruye y que por su sacrificio es el que da la posibilidad del desprendimiento de los pecados. El sacerdote dice una oración con sentimiento de humildad, pidiendo que lo libre de cualquier falta y que cumpla sus mandamientos. La recepción del sacramento, la Comunión: Si no hubiera comunión, la Misa sería incompleta, no hay que olvidar que Cristo, en la Última Cena, nos exhorta a ello. El sacerdote comulga primero, luego la distribuye a los fieles, quienes deben de estar conscientes de lo que van a hacer. Rito de purificación: Luego de haber distribuido la Comunión, se limpian o purifican los objetos sagrados, con el fin de que el cuerpo y la sangre de Cristo no sean mal utilizados o sin la reverencia que se merecen. La acción de gracias: Es elemental detenerse un momento para dar gracias a Dios, que está dentro de los que lo han recibido, y agradecerle todo los beneficios recibidos. Debe de haber una postura de recogimiento. La oración post comunión: Se recita y relaciona la liturgia con la Comunión. Luego, el sacerdote despide a los fieles y les da su bendición, indicándoles, que han de seguir viviendo la Misa.

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Padre Nuestro. Bibliografía: La Verdad Católica. Autor: P. Pedro Herrasti. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Padre Nuestro. ¿No te ha pasado muchas veces que no sabes como hablar con Dios Nuestro Señor, se te dificulta "ORAR" y no encuentras qué decirle? Los discípulos habían visto cómo Cristo le rezaba a su Padre y le pidieron que les enseñara a ellos también a rezar. Jesús les dijo: Cuando oren, digan: PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, VENGA A NOSOTROS TU REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO, DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA, PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN, NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN, Y LÍBRANOS DEL MAL. ¨ Es una oración muy sencilla, pero con un significado muy grande. Vamos a tratar de explicarte qué significa cada cosa que dices: PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO Al rezar el Padre Nuestro, Dios quiso que le llamaras con el dulce nombre de "PADRE", te das cuenta de cuanto te ama Dios, que no quiere que le llames creador sino Padre... el Padre te ama sin condiciones y sin límites. ¡Basta para ser feliz, el saber que eres hijo amado de Dios Padre! Sin embargo, no basta con llamar Padre a Dios, hay que demostrarle tu amor de hijo. ¿Y cómo haces esto? Pues, obedeciendo sus mandamientos y amándole más que a cualquier otra cosa o persona. SANTIFICADO SEA TU NOMBRE - Cuando quieres a una persona buscas que todos le conozcan y le quieran como tú. - Al decirle a Dios "Santificado sea tu Nombre", estás diciendo que lo amas y lo respetas, y que por tanto nunca permitirás que otros le ofendan o le falten al respeto. - Al decir "Santificado sea tu Nombre" también le dices a Dios que quieres agradarle en todo, o sea, hacer lo que El quiera y no lo que a ti se te antoja. VENGA A NOSOTROS TU REINO - "Vivir según su Reino" es vivir de la forma en que Dios quiere, de la forma en que Cristo nos enseño en el Evangelio. - Al decir "Venga a nosotros tu Reino", le pides que siempre se viva en las familias y los pueblos el amor, la paz, la ayuda, la amistad, y no la guerra, la envidia, la violencia, la maldad. HÁGASE TU VOLUNTAD ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO - ¿Quién mejor que el padre para saber que es lo mejor para el hijo? Al decir hágase tu voluntad, le dices a Dios que aceptarás con conformidad y alegría lo que El permita que suceda en tu vida, (aunque algunas veces no lo entiendas, no te guste o te duela). - Dios te ama infinitamente y lo único que quiere es que logres salvarte y llegar al cielo. Cualquier cosa que permita que suceda en tu vida, lo hace porque sabe que es bueno para tu camino de salvación. Así es que, abandónate con confianza plena en manos del

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Padre, que El sabe lo que te conviene para poder llegar al cielo. DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA Aquí le pides a Dios dos cosas: A) Que te ayude a poder tener el alimento del cuerpo: la comida. Fíjate que no dices mi pan, sino NUESTRO pan, y con eso pides que todos tus hermanos del mundo lo tengan. B) Le pides también que te permita seguir recibiendo la COMUNIÓN, pues así como necesitas alimentar tu cuerpo, así la comunión es el alimento del alma y le da fuerzas a tu espíritu. Cada vez que comulgas Cristo mismo es quien entra a tu alma. PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN - Al ser Nuestro Dios el que te dió la vida, es El quien te puede perdonar las cosas que haces mal y no le gustan. - Cristo nos dejo la ¨LA CONFESIÓN, como un medio para conseguir el perdón de Dios. - Aprovecha cuando veas al Sacerdote y pídele que te confiese. Pero es importante que de verdad estés arrepentido de haber desobedecido a Dios y que tengas el propósito de NO volver a hacer ese pecado. - Si estás sin pecado, vivirás tranquilo, sin remordimientos, en paz, en amistad con Dios. - Al mismo tiempo que le pides perdón, prometes a Dios que tú vas a perdonar al que te ofendió, te critico, te golpeo, te robo. - No llenes tu corazón y tu mente, de resentimientos, de odio, de venganza, llénalo de perdón, de disculpa, de amor. - Cristo dice en el Evangelio: De la manera en que tú perdones a los demás, de esa manera te perdonará Dios a ti. NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN Y LÍBRANOS DEL MAL - Con estas palabras le pides a Dios "LA FUERZA" necesaria para decirle NO al demonio que te invita, de una manera muy sutil, a ser flojo ,a decir una mentira, a pegarle a un hijo, a tratar mal al esposo o a la esposa, a ser infiel, a emborracharte, a robar una cosa... - Entonces decir "Líbranos del mal" sería más bien "Señor, líbrame del pecado, líbrame de morir en él, líbrame de ofenderte, haz que siempre te ame, te sirva y pueda un día gozarte por siempre en el cielo". - Fíjate en algo hermosísimo: el PADRE NUESTRO lo rezamos no en singular (Padre mío que estás en el cielo.... perdona mis ofensas....) sino en plural ( Padre Nuestro... líbranos del mal...). Jesús nos lo enseñó así porque quiere que a la vez que piensas en ti mismo al rezarlo, pienses también en todos tus hermanos del mundo. - Como ves, el PADRE NUESTRO es una oración preciosa, que nos llena de tranquilidad al rezarla, pues sabemos que nuestro Padre NOS ESCUCHA. PROPÓSITO DE ESTE MES: El propósito de este mes será rezar todas las noches un Padre Nuestro pensando bien cada frase que dices y enseñarlo a tus hijos y a aquellos que no lo conocen.

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Mandamientos. Bibliografía: La verdad Católica. Autor: P. Pedro Herrasti. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Los Mandamientos. "Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los mandamientos" ¿Qué son los mandamientos de la Ley de Dios? Los mandamientos son LAS REGLAS QUE HA PUESTO DIOS A LOS HOMBRES PARA PODER ENTRAR AL CIELO. Jesús mismo nos dice en el Evangelio: "Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los mandamientos". Muchos, muchos años atrás, un gran hombre llamado MOISÉS, que era el "patriarca", o sea como el jefe o guía del pueblo israelita, fue llamado por Dios Monte Sinaí y ahí Dios le entregó "el decálogo", es decir los 10 mandamientos. Moisés luego los entregó a todo el pueblo. Ahora trataremos de explicarte un poco cada mandamiento:

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1) AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS - Esto quiere decir que Dios debe ser lo más importante en tu vida. Hay que amarlo, respetarlo, vivir cerca de El con la oración y sobre todo ¨cumplir su voluntad¨ en tu vida, o sea hacer lo que El te pida. - Cristo es quien vino a enseñarnos con su vida, el modo en que debemos actuar para amar a Dios. - ¿Qué significa sobre todas las cosas? Que debes cumplir lo que a Dios le gusta MÁS QUE cumplir lo que a ti te gusta; que no te importe el trabajo que te cueste, lo que tengas que dejar, lo que la gente diga; que solo te importe hacer lo que Dios quiere . 2) NO JURARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO - Este mandamiento manda respetar el NOMBRE DE DIOS y respetar también todas las COSAS SAGRADAS (como por ejemplo la Iglesia y lo que hay y lo que hay en ella, los sacerdotes...). - No es correcto decir "te lo juro por Diosito Santo que..." por cualquier tontería. Las promesas en nombre de Dios son cosa muy seria. - Jurar en falso sería tomar a Dios por testigo de algo que no tienes intención de cumplir o que después de prometerlo te hechas para atrás. 3) SANTIFICARÁS LAS FIESTAS - Esto significa que debes dedicar a Dios el día DOMINGO y los días de fiesta de la Iglesia. - En estos días todos los católicos debemos de ir a MISA, a no ser que no podamos por alguna razón seria, como sería una enfermedad grave, una emergencia... - Los domingos y días de fiesta, es obligatorio el "descanso". - ¿Además de los domingos, ¿En qué otros días del año nos obliga la misa? a) El 1o. de enero, en que festejamos la maternidad divina de la Virgen b) El Jueves de Corpus Christi, en que festejamos el día de la Eucaristía c) El 12 de diciembre, día de nuestra patrona y amada Virgen de Guadalupe, madre de todos los mexicanos d) El 25 de diciembre, día de Navidad. 4) HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE - Esto quiere decir que debes AMAR a tus padres, porque Dios te los ha dado, y SER AGRADECIDO con ellos porque les debes la vida y la educación. - A los padres les debes siempre un gran RESPETO, aunque ya no dependas de ellos. - Es también tu obligación ayudar a tus padres con lo material y con tu apoyo y compañía en los años de vejez o en la enfermedad. ¡Cómo no vas a ocuparte de quienes han dado su vida por ti !

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5) NO MATARÁS - Nadie tiene derecho, por ningún motivo, a quitar la vida a otro. Sólo Dios es quien da y quita la vida. - Es pecado mortal el ABORTAR, que no es más que MATAR a tu propio hijo, a una criatura que ni siquiera puede defenderse y que, por pequeñito que sea, ya tiene un ¨alma¨ y ya es hijo de Dios. - Es también pecado contra este mandamiento, el suicidarse. - Este mandamiento pide: a) respetar tu propia vida y salud; por esto no debes beber alcohol en exceso y está totalmente prohibido contaminarte con drogas b) respetar la vida de los demás; por lo que prohíbe la guerra, la tortura, el terrorismo, el secuestro y cualquier acto que atente contra vida de las personas 6) NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS - Este mandamiento incluye varias cosas, y hay que ser muy claros: a) Los hombres debemos aprender a dominar nuestras pasiones, debemos respetar nuestra sexualidad. Esto significa la CASTIDAD b) Las principales ofensas a la castidad son: la lujuria, la masturbación, la fornicación y la pornografía, la prostitución, la violación y las prácticas homosexuales c) Ya casados, nuestro amor debe ser fiel y durar hasta el día de la muerte d) Son pecados mortales también: - El adulterio, o sea tener relaciones con otra persona que no sea nuestro esposo o esposa - El tener más de un esposo o esposa - El abusar sexualmente de cualquier persona y peor de nuestros hijos - El vivir y tener relaciones sexuales con alguien antes de casarse por la Iglesia - El divorciarse y volverse a casar con otro 7) NO ROBARÁS Este mandamiento manda: - Que nadie debe tomar lo que no es suyo, aunque se le antoje mucho, aunque el otro no se vaya a dar cuenta de que algo le falta - Ser ¨justos¨ y caritativos en el uso de los bienes que Dios le ha dado a cada quien - Que respetemos y cuidemos todo lo que Dios ha creado como la naturaleza, los animales... - Que los que debemos hacerlo paguemos nuestros impuestos - No dañar voluntariamente los bienes de otras personas - Cumplir muy bien con nuestro trabajo o empleo - Pagar salarios justos 8) NO MENTIRÁS - Esto quiere decir que debemos decir siempre la verdad a los demás. Mentir es decir algo falso, es engañar. La mentira nos hace sentir culpables y nos mete en muchos enredos - Tampoco está bien enjuiciar o hablar mal de otros - Si alguien miente, debe reparar su mentira, o sea confesar la verdad 9) NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS - Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Si un pensamiento así llega a tu mente, debes desecharlo de inmediato - Para no caer en esta falta es importante no andar viendo películas o revistas sucias, no andar de mirón y vestir con decencia 10) NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS ¿Que significa este último mandamiento? Significa que no debes desear tener lo que otros tienen, no ser envidioso. Dios ha dado a cada hombre lo que El ha querido y a cada uno le pedirá cuenta del uso que de esos bienes haya hecho durante su vida. Significa también que está mal desear desordenadamente la riqueza y el poder. CONCLUSIÓN: Todos estos mandamientos Cristo los resumió en dos: "AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS Y AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO".

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Recuerda por último que Dios te ama muchísimo y que por grandes que sean tus pecados siempre te perdona si te arrepientes y te confiesas. ¡Siempre te da la oportunidad de comenzar de nuevo!

Los Mandamientos de la Iglesia. Bibliografía: La Verdad Católica. Autor: P. Pedro Herrasti. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Los Mandamientos de la Iglesia Un camino en amistad con nuestros guías y hermanos Dios en su infinita misericordia nos envía a su Hijo para darnos la posibilidad de la salvación. Cristo padeció, murió y resucitó por nosotros, con ello, nos obtuvo la redención. Con el fin de continuar su obra redentora, funda la Iglesia, que es la designada por Él como guardiana de los medios de salvación. Escogió a los apóstoles para que gobernaran la Iglesia y les transmitió sus poderes. Les dijo: “Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Mt. 19,16. Los poderes que Cristo le transmitió a los apóstoles son: Enseñar con autoridad la doctrina de Cristo. Por ello, siempre debemos estar atentos a lo que el Magisterio nos dice. La Iglesia nos va enseñando el camino a seguir para obtener la salvación. Santificar por medio de los sacramentos. La Iglesia es la encargada de administrar los sacramentos, Ella es en sí misma, sacramento de salvación. Todos tenemos necesidad de la gracia para salvarnos, solos no podemos, por tanto, no podemos rechazar esta función de la Iglesia. Gobernar mediante leyes que obligan en conciencia. Siempre debemos obedecer al Magisterio en cuestiones de fe. Por esta autoridad que le viene del mismo Jesucristo, la Iglesia puede y debe promulgar leyes que ayuden a los fieles en su camino hacia la Casa del Padre. La Iglesia tiene un doble fin: Un fin último que es la gloria de Dios Un fin próximo, la salvación de los hombres. La Iglesia, como Madre y Maestra que es, para cumplir con su misión da normas para ayudar a los cristianos a cumplir y vivir mejor los mandatos de Dios. Entre estas leyes o normas se encuentran los Mandamientos de la Iglesia. Todas las personas que pertenecen a Ella están obligados a cumplir con ellos. Los mandamientos de la Ley de Dios son inmutables, no pueden cambiar por estar basados en la naturaleza humana, obligan todas las personas, pues están inscritos en la conciencia. El carácter obligatorio de las leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene como fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral. Los mandamientos de la Iglesia son aquellos preceptos dados por la Iglesia para promover el acercamiento a los sacramentos y a la vida litúrgica de todos sus hijos y así ayudarles a participar activamente en la vida de la Iglesia, a cumplir sus deberes con Cristo y beneficiarse de los dones de salvación que Él nos entregó.

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Los mandamientos generales son: Oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar. Todos tenemos la obligación de emplear parte de nuestro tiempo para consagrarlo a Dios y darle culto, esta es una ley inscrita en el corazón. Es ley natural darle culto a Dios, y la Misa es el acto fundamental del culto católico. De este modo la Iglesia concreta el tercer mandamiento de la Ley de Dios y el deber de los cristianos es cumplirlo, además de ser sobre todo un inmenso privilegio y honor. Este mandamiento exige a los fieles participar en la celebración eucarística, el día en que se conmemora la Resurrección de Cristo y en algunas fiestas litúrgicas importantes. El no cumplirlo es pecado grave para todos aquellos que tienen uso de razón y hayan cumplido los siete años. Para cumplir este precepto hay que hacerlo el día en que está mandado, no se puede suplir. Implica una presencia real, es decir, hay que estar ahí y hay que escucharla completa. La Misa o sacrificio eucarístico del cuerpo y la sangre de Cristo, instituido por Él para perpetuar el sacrificio de la Cruz, es nuestro más digno esfuerzo que podemos hacer para acercarnos a Dios, y más útil para conseguir el aumento de la gracia. Confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar. Hay que acudir a este sacramento – como todos los demás, signo sensible eficaz de la gracia, instituido por Cristo y confiado a la Iglesia - para asegurar la preparación para la Eucaristía mediante su recepción que continúa la obra de conversión y perdón del Bautismo. No basta con acudir, sino que hay que cumplir con todos los requisitos que el sacramento impone. El asistir sin cumplir con los actos del penitente, se convierte en una confesión sacrílega. Esto no implica que la confesión frecuente no sea recomendable, sino todo lo contrario, para quienes quieren ir perfeccionando su vida, confesarse con frecuencia es uno de los mejores medios. Comulgar por Pascua de Resurrección. Este mandamiento garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo de Cristo. Siempre hay que comulgar en estado de gracia y cumplir con el ayuno eucarístico. Se debe de recibir la comunión dentro de la Misa, los enfermos incapacitados para asistir a Misa deben de recibir el viático. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia. Esto asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y contribuyen a adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad de corazón. No implica que hacer penitencia durante todo el año no sea de provecho. La abstinencia es una práctica penitencial por la que se le ofrece a Dios el sacrificio de no tomar carne u otro alimento, recordando así y uniéndose a los dolores de Cristo por nuestros pecados. ¿Me obliga la abstinencia? Ayudar a la Iglesia en sus necesidades. El mandamiento señala la obligación de cada uno según sus posibilidades a ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, para poder continuar con su misión. Las necesidades de la Iglesia son muchas. La Iglesia fue querida por Nuestro Señor Jesucristo, su fundador. Ella vela por el bien de los fieles, su misión es ayudar a alcanzar la salvación. Como católicos debemos sentirnos parte de Ella, amándola y defendiéndola siempre.

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Como orar. Bibliografía: La Iglesia Familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña, f.m.s. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Resumen doctrinal. Se te ha dicho lo que es la oración, su importancia, sus cualidades y los momentos especiales de oración, pero… como orar? En realidad no importa como hagamos oración con tal de que la practiquemos. Sin embargo, conviene que sepas los modos principales de hacer oración, para que tomes el mejor o el que más te acomode. Oración Vocal: Como su nombre lo indica, es la que consiste en repetir oraciones o palabras, pensando en lo que se dice, desde luego: por ejemplo rezar el Padre Nuestro, el Ave Maria, etc. O hablar de Dios de alguna cosa. Oración Mental: Es aquella en la que no se pronuncian las palabras, es la inteligencia y el corazón quienes se comunican con Dios. Es dialogar con El: Agradecerle sus favores, pedirles sus gracias; o platicarle de las clases, los juegos, alegrías o tristezas, de la gente del campo o las estrellas… toda la vida y toda las cosas nos pueden servir para unirnos al Señor; lo único que nos separa de Dios es el pecado. Todo lo que a tu te interesa, le interesa también a El… No necesitas ser muy sabio y usar palabras especiales, del mismo modo como platicas con tu papa o tu amigo, así háblale a Dios que es Padre, Amigo… Otras formas de orar las hallas al leer algún pasaje de la Sagrada Escritura; pensar en el, es lo que se llama meditación.  Contemplar un cuadro o una estampa  Acudir un momento a un templo y simplemente estar calladamente en la presencia de Dios.  Repetir pausadamente en tu interior jaculatorias y saludos a Nuestro Señor, a la Sma. Virgen o a los santos. Recurriendo a Maria Santísima aprenderás a orar; ella fue la maestra que enseño a orar a Jesús. Se discípulo suyo. Dinámica: Dialoga tu fe. - Que ventajas tiene la oración vocal? Y la mental? - Hay algo en tu familia que pudieras tu mejorar en este aspecto? - Cuales son las principales dificultades que experimentas en la oración? Habla con Dios. Hoy vas a orar al Señor con tus propias palabras: Puedes hablarle de tu escritorio, del Sol, los deportes, tu bicicleta, tus papas, la patria… o cualquier otro tema que desees… Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. … Hay momentos perdidos: de viaje en el camión, en la formación de filas, al subir las escaleras… voy aprovecharlos para hablar con mi Padre. Procurare hacer alguna visita al Santísimo en algún templo.

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Actividades: 1. Escribe una oración personal a Dios sobre algún asunto interesante. 2. Relee la oración de Frank Borman que a continuación se te presenta y comenta en tu cuaderno como te imaginas el estado de animo del astronauta cuando hacia a Dios esa oración en su viaje. 3. Entre estos diferentes aspectos de una oración, cual crees que deba ser el orden de importancia en ella: petición, adoración, agradecimiento, ofrecimiento, arrepentimiento? 4. Divide el Padre Nuestro: en Una Invocación y siete peticiones. (Esto te ha de ayudar a conocer esta oración y a rezarla bien). 5. Ofrece a tu expositor hacer alguna vez la oración del inicio de la JuFrA hablando a Dios con tus propias palabras. 6. oraciones que debes de saber de memoria: Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria, Credo, Acto de contrición, Consagración a la Sma. Virgen Maria, Invocación al Espíritu Santo, Oración al Ángel Custodio, si no la sabes consigue un libro de oraciones y apréndetelas. 7. Oración de Frank Borman (Astronauta Americano.) Danos, Señor, ojos para poder ver, tu amor en el mundo a pesar del fracaso de los hombres. Danos Fe para confiar en tu bondad a pesar de nuestra ignorancia y debilidad. Danos Sabiduría para que podamos seguir rezando con sincero corazón. Enséñanos lo que cada uno de nosotros puede hacer para favorecer la llegada del Día de la Paz universal. Amen.

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Los miembros de la Iglesia Bibliografía: La Iglesia Familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña, f.m.s. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Resumen doctrinal Muchas veces cuando hablas de la Iglesia o piensas en ella te imaginas a los sacerdotes, a los obispos, al Papa. Crees que ellos son la Iglesia y nosotros simple espectadores. En realidad la Iglesia, como lo aprendiste anteriormente, es una comunidad que nos abarca a todos los bautizados, y en la que cada bautizado puede afirmar: Yo soy la Iglesia, esa es mi Iglesia. Sin embargo, como en toda sociedad, hay diversidad de funciones ordenadas todas al servicio fraterno entre los miembros de la Iglesia. Hay quienes se han consagrado exclusivamente a Dios. Buscándolo solo a El y cooperando directamente en la transmisión del mensaje de salvación. Son los sacerdotes y los religiosos. Han de entregarse totalmente a Dios y siendo modelos de sus hermanos animarlos a llegar a la santidad del modelo principal: Cristo. Cada quien según su vocación sirve a la Iglesia: los obispos, como pastores, dirigiendo, enseñando y santificando a los fieles por medio de los sacramentos: los sacerdotes como los colaboradores íntimos de los obispos; los religiosos y religiosas en distintos monasterios a favor de los fieles: misiones, hospitales, escuelas, etc. Y así, para todo el trabajo principal ha de ser buscar a Dios y lograr la santidad. Cada cual según la propia vocación hemos de construir el reino de Dios, aquí en la Tierra. Obreros, doctores, amas de casa, empleados, ingenieros o estudiantes… todos hemos de mostrar con la vida la gracia bautismal que nos ha consagrado a Dios. Dinámica: Dialoga tu Fe. - Que diferencia hay entre los laicos, los sacerdotes y los religiosos? - Quienes tienen que ser mas santos los sacerdotes o los seglares? - Que tiene mas valor delante de Dios, ser religioso o no serlo? Habla con Dios. Pertenezco al Cuerpo Místico de Cristo; lo bueno que yo hago influye en todo el Cuerpo… lo malo también. Habla con Dios pidiéndole perdón por tus pecados que han ido contra la santidad de tu Iglesia. Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. Como va mi cariño a mis hermanos en casa? Hay algo que mejorar? Que? Actividades. 1. Haz una lista de las congregaciones de religiosos que conoces, sus nombres, sus fundadores, a que se dedican. 2. Que funciones tienen los obispos en la Iglesia? 3. Que función tiene los sacerdotes en la Iglesia? 4. los padres de familia? 5. los profesionistas en la Iglesia? 6. Que función tengo YO ahora en la Iglesia?

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Los Jefes de la Iglesia Bibliografía: La Iglesia Familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña, f.m.s. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Resumen doctrinal Jesús organizo su Iglesia en forma semejante a una sociedad humana. Por ello puso a unos encargados de dirigir a los demás. Al frente de todos coloco a San Pedro, así le dijo: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia… Todo lo que ates en la Tierra será atado en el cielo, y todo lo que desates en la Tierra será desatado en los cielos” (Mt. 16, 18 ss.). Los sucesores de San Pedro, los Papas, reciben igualmente la misión de ser los vicarios de Cristo, es decir, los que están en su lugar. Junto con San Pedro, los demás apóstoles tuvieron el poder de santificar y gobernar a la Iglesia, y ellos a su vez fueron transmitiendo ese ministerio a los obispos. Miles de obispos en la actualidad, dirigen cada una de sus diócesis, formando con el Papa el gobierno central de la Iglesia. Los obispos a si vez se ayudan con los sacerdotes, ministros de Cristo y servidores de sus hermanos, para que la predicación de la Palabra y los sacramentos lleguen a mayor número de hombres. Cada diócesis se divide en determinado numero de parroquias al frente de las cuales esta un cura párroco que es ayudado por sus sacerdotes vicarios. De este modo, con un orden bien establecido, se ordenan los asuntos temporales de la Iglesia, con objeto de que la misión principal: la Alabanza de Dios en la santificación de los hombres, se cumpla mejor. Los cristianos, por nuestra parte hemos de ser siempre para nuestros jefes, súbditos obedientes que les ayudemos a cumplir su trabajo con facilidad y eficiencia, ofreciéndoles:  Nuestra ayuda económica.  Nuestra cooperación en las obras parroquiales.  Nuestra obediencia y respeto a sus disposiciones  Nuestra oración diaria por el Papa y los Obispos.  Y sobre todo, nuestro cariño y comprensión: Nos merecerán de Dios las bendiciones prometidas para lo que atienden a su voz, pues ha dicho: “Quien a ustedes (Obispos y Sacerdotes) escucha, a mi me escucha” Dinámica: Dialoga tu fe - En una nación ha presidentes, gobernadores y alcaldes, en la Iglesia hay algo semejante? - Todas las Iglesias son parroquias? - Todos los sacerdotes son curas? - Que actitud hemos de tomar cuando se critica a un Obispo o a un Sacerdote? Habla con Dios. Es muy difícil ser jefe. El Papa, los Obispos y los Sacerdotes necesitan la ayuda de nuestra oración. Piensa en ellos, en lo que oíste en la clase. Y háblale al Señor. Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. Conseguiré una foto del Papa, la colocare en mi escritorio o mi ropero para acordarme de rezar por el y por los demás jefes de la Iglesia.

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Actividades. A. Del Papa. 1. Como se llama el Papa? (Nombre de Bautismo y de Papa). 2. Que nacionalidad tiene? 3. Cuando fue elegido Papa? 4. Es un papa que ha viajado mucho por el mundo, nombra algunas de las naciones que ha visitado. 5. Recuerdas alguna anécdota de su viaje a nuestra patria? Tienes alguna foto de entonces? B. Tus Obispos. 1. Quien es tu Obispo? (O tus Obispos)? 2. Que ciudad es la cabecera de la diócesis a la que perteneces? 3. Mas o menos cuantas diócesis hay en México? 4. Que es un Cardenal? 5. Cuantos Cardenales ha habido en México? Quienes? C. Tu Parroquia. 1. Que Iglesia es la Parroquia a la que pertenece tu casa? 2. Cuantas Parroquias hay en tu ciudad? 3. Quien es tu párroco? 4. En tu cuaderno pega una foto de su Santidad el Papa y escribe abajo los datos que investigaste sobre el. 5. Que piensas hacer cuando oigas que alguien habla mal de un Obispo o de un Sacerdote (Aunque sea cierto)? Píenselo y escríbelo en tu cuaderno. 6. Que maneras practicas se te ocurren para ayudar en todos sentidos a los Sacerdotes? Escríbelo en tu cuaderno. 7. Investiga el nombre de los Papas que ha tenido la Iglesia en este Siglo. Memoriza.  Quienes ayudan al Papa en su oficio de santificar y gobernar la Iglesia? Ayudan al Papa los Obispos y Sacerdotes.  Que quiere decir que el Papa es Infalible? Que el Papa es infalible quiere decir que tiene asistencia especial del Espíritu Santo y no puede equivocarse cuando habla como jefe y maestro de la Iglesia.

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La Fe Bibliografía: CEMPAJ Autor: Templo de Cristo Rey Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Que es la fe? Lo que no es la fe: Resultado de la reflexión, podemos conocer algo sin que llegue a despertar en nosotros un sentimiento de adhesión; no es tampoco una serie de verdades que el intelecto humano no alcanza a comprender. No viene a complementar las deficiencias de las inteligencia del hombre: El científico, el pensador… que llega a un límite y ahí comienza a creer. No es algo, no adhesión a un sujeto. Lo que es la fe: La fe es una adhesión a alguien sujeto que conocemos y sabemos que nos dice la verdad, es mas, El es la verdad, que esta detrás de las verdades que proclamamos, ejemplo: El credo, Jesucristo. Es el encuentro personal entre Dios y el hombre, entre lo mas profundo del hombre, su Yo y Tu de Cristo. Dios que busca al hombre y le ofrece su salvación y el hombre que acepta y se compromete. Dios que tome la iniciativa ofreciéndole sus dones y los elementos necesarios para que por su esfuerzo logra dar una respuesta personal al Señor, su Palabra, Mandamientos, Sacramentos. El hombre debe corresponder con toda su vida, en forma integra, sin egoísmo, generosa, iluminado todo por amor, en primer lugar a Dios y con una proyección hacia el prójimo. De que sirve hermanos míos, que alguien diga: Tengo Fe si no tiene obras? Acaso podrá salvarle la Fe?... la fe sin obras esta realmente muerta … pruébame tu fe, sin obras y yo te probare por mis obras de Fe (Stgo. 2, 14) Para San Pablo las obras no tienen valor alguno si no tiene Fe en Cristo, que es quien justifica, pero la Fe debe obrar después de la caridad. Nuestra Fe en Cristo nos debe llevar a practicar una vida auténticamente cristiana. Teniendo en cuenta nuestras relaciones con Dios, con el hombre, con el mundo, consigo mismo: Compromiso total; Adhesión a la inteligencia, confianza absoluta, apoyo en Dios, obediencia amorosa; fidelidad a toda prueba: Es fácil cuando todo se presenta de acuerdo a nuestros intereses, no es fácil cuando es la hora de la tribulación; progreso continuo en el conocimiento de Dios, que la vida sea una constante búsqueda de la voluntad de Dios, que en cada momento veamos la mano del Creador del universo y de quien todavía lo sigue conservando. La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios. La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por el. Para dar respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede a todos gustos en aceptar y creer en la verdad. En la fe, la inteligencia y la voluntad humana cooperan con la gracia divina, creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia. El motivo de creer no radica en el hecho que las verdades relevadas aparezcan como verdades e inteligibles a la luz de nuestra razón natural. Creemos a causa de la autoridad de Dios mismo que revela y que no puede engañarse ni engañarnos. Sin embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforma a la razón, Dios ha querido que los auxilios interiores de Espíritu Santo vayan acompañados de las pruebas exteriores de su revelación. Los milagros de Cristo y de los santos, las profecías, la propagación y la Santidad de la Iglesia, su fecundidad y estabilidad con signos ciertos de la revelación, adaptadas a la inteligencia de todos. Motivos de Credibilidad que muestran que el sentimiento de la fe no es movimiento ciego del espíritu.

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El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe estar obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza. Ciertamente, Dios llama a los hombres en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados por su conciencia. Pero no coaccionados… esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jesús. Y aquel que lo envió para salvarnos es necesario para obtener la salvación, puesto que sin la fe es imposible agradar a Dios. La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre. Este don inestimable podemos perderlo. Para vivir, crecer y preservar hasta el fin en la fe debemos alimentarla con la palabra de Dios; debemos pedir a Dios que la aumente. Creemos. La fe es un acto personal: La respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a si mismo, como nadie se ha dado la vida a si mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar con otros de nuestra fe. Creo, es la Fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente, principalmente en el bautismo. Creer entraña, pues, una doble, referencia a la persona y a la verdad; a la verdad por confianza en la persona que la atestigua. No debemos creer en ningún otro que no sea Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La fe es un don sobrenatural de Dios. Para creer, el hombre necesita los auxilios interiores del Espíritu Santo. La fe es un gusto anticipado del conocimiento que nos hará bienaventurados en la vida futura.

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La Oración. Bibliografía: Manual de formación inicial primera etapa O.F.S. Autor: Consejo Nacional de la Orden Franciscana Seglar en México. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. La oración en la vida Cristiana. Objetivo doctrinal y moral Que conozcamos la importancia de la comunicación personal con Dios a través de la oración y esto nos haga crecer en la vida espiritual. Motivarnos para que el dialogo con Dios se convierta en un habito diario. El cual provoque un cambio favorable en nuestra vida. Introducción. Dios nos llama incansablemente a realizar un encuentro personal con el y en respuesta acudimos a dialogar, abriéndole nuestro corazón, por la oración el Cristiano enriquece su vida interior, se posesiona de los ideales de Cristo, crece en el amor a Dios y a los hombres. La oración y la vida Cristiana son inseparables y con una necesidad vital. Desarrollo del tema. Necesidad de la oración. Que es la oración? Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría. La oración es la relación mutua, intima, cordial y directa del hombre con Dios en la que interviene toda la personalidad humana. La oración ha estado presente en toda historia de la salvación como una necesidad del hombre de estar en constante dialogo con su creador. En el Antiguo Testamento encontramos el ejemplo de grandes hombres de oración, entre ellos están: Abraham, Jacob, Moisés, David y otros más. El Nuevo Testamento nos muestra un modelo perfecto de oración que es Cristo, en su oración filial al Padre, hecha con frecuencia, en la soledad y en lo secreto. La oración de Jesús entraña una adhesión amorosa a la voluntad del Padre hasta la Cruz y una absoluta confianza en ser escuchada. Jesús nos enseña una forma sencilla de dirigirnos a Dios como Padre, en la oración del Padre Nuestro. Jesús instruye a sus discípulos para que oren con un corazón purificado, una fe viva y perseverante. Los exhorta a estar alertas para no caer en la tentación: Velad y orad para que no caigáis en la tentación; que el espíritu esta pronto, pero la carne es débil. Las fuentes principales de la oración son:  La Palabra de Dios: Recuerden que la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el dialogo de Dios con el hombre, pues a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras.  La Liturgia de la Iglesia: En la liturgia de la Iglesia la bendición divina es plenamente revelada y comunicada: El Padre es reconocido y adorado como la fuente y el fin de todas las bendiciones de la creación y de la Salvación; En su Verbo Encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por El derrama en nuestros corazones el don que contiene todos los dones: el Espíritu Santo.  La Liturgia de las Horas: Esta llamada a ser la oración de todo el Pueblo de Dios. Esta escriturada de tal manera que la alabanza a Dios consagra el curso entero del día y de la noche. Celebrar la Liturgia de las horas exige no solamente armonizar la voz con el corazón que ora, sino también adquirir una instrucción litúrgica y bíblica más rica especialmente sobre los salmos.

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La Iglesia nos insiste en la oración constante, por la mañana y por la noche, así como realizar la oración personal y la comunitaria. Las formas fundamentales de la oración son:  La meditación.  La oración contemplativa.  La oración de acción de gracias.  La oración de alabanzas.  La oración de petición. Dificultades para hacer oración.  La autosuficiencia.  Las tentaciones frecuentes.  La rutina.  La indiferencia.  La pereza. Estas dificultades ocasionan que la oración sea ineficaz y producen desilusión o tedio, pero contra ellos debemos de esforzarnos en hacer una oración consciente, humilde, confiada y constante. Debemos de tener una actitud de escucha a lo que Dios nos comunica para llevarlo a la práctica. Dinámica. Meditar la oración del Padre Nuestro, comentar con el grupo su contenido y mencionar en que ocasiones se hace oración con el. Resumen. Es importante e indispensable que establezcamos in dialogo con Dios, la forma en que lo hagamos será de acuerdo a las circunstancias y a las necesidades, pediremos la ayuda del Espíritu Santo ara que nuestra oración produzca frutos. Compromiso. Realicemos nuestra oración personal y comunitaria en forma sencilla y humilde. Por la mañana, ofreceremos a Dios las actividades que vamos a realizar en el día y por la noche daremos gracias por todo lo que recibimos durante el día.

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La creación. Bibliografía: La Iglesia, familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña f.m.s. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. La Creación. Dios creó todas las cosas. En su omnipotencia y amor quiso participar a otros la felicidad que en la Santísima Trinidad tenia. En el Génesis, primer libro de la Biblia, encuentras el relato de la Creación. Recuerdas que la Sagrada Escritura no es un libro de ciencias exactas sino la Historia de la Salvación, por eso las teorías acerca del origen y formación de la Tierra no se oponen a la fe. Lo que importa es que reconozcamos que fue El quien directamente intervino en la creación del mundo. Crear, o sea sacar algo de la nada es algo que solo Dios realiza, en la forma que sea. Hemos de hallar a Dios en su creación. En el libro de la Sabiduría se lee: “En la grandeza y hermosura de las criaturas se puede ver claramente la grandeza y hermosura del Creador” (Sap. 13, 1 a 5). Mirando todo lo que Dios ha creado no podemos menos de pensar como Neil Amstrong, el primer hombre que llegó a la Luna, que exclamaba: “Me parece difícil penar que alguien que hubiera visto lo que tuve la ventaja de ver en mi viaje, no esté consciente del poder del Ser Supremo y del arte de su creación”. Dios vió que todo era bueno. Lo vemos también nosotros; y en nuestros trabajos por hacer un mundo mejor, más hermoso, justo y feliz, estamos “completando la obra del Creador y haciendo admirable su nombre en el Universo”. Dinámica: Dialoga tu fe.  Como hemos de entender los seis días de la creación?  Necesitaba Dios crear todas las cosa? Porque lo hizo?  Porque hay quienes a pesar de ver maravillas de Dios no creen en El?  Si Dios hizo todas las cosas bien, porque hay terremotos, volcanes, ciclones que hacen mal? Habla con Dios. Has contemplando el mar, la montaña, las estrellas; has gozado de la frescura del agua, del Sol tibio en el invierno… de todas las cosas. Dios las hizo pensando en ti… Dale gracias!... Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. La fe en Dios es algo que se desarrolla cada día haciendo actos de fe en El. Hoy rezare un acto de fe que hizo el Papa Paulo VI: “Creo en un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Creador de las cosas visibles como es este mundo en el que transcurre nuestra vida pasajera, de las cosas invisibles como los espíritus puros que reciben el nombre de Ángeles, y Creador en cada hombre de su alma espiritual e inmortal”. Actividades. 1. haz un álbum de fotos o vistas de algunas bellezas de la creación. 2. ilustra por medio de esas vistas o recortes los siete días de la Creación en el orden en que los narra la Biblia. 3. investiga algún relato de la Creación del mundo en otro pueblo de la antigüedad: China, la India, aztecas, mayas… y compáralo con la Biblia, que deduces? 4. Copia con muy buena letra el primer articulo del Credo e ilústralo en tu cuaderno: “Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible”. 5. que diferencias hay entre la Creación del mundo por Dios y la que hace un carpintero o un artista de alguna cosa? Es lo mismo? Memorizar. Para que creó Dios todas las cosas? Dios creó todas las cosas para gloria suya y beneficio de los hombres.

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Dios crea al hombre. Bibliografía: La Iglesia, familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña f.m.s. Etapa: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. “Yo hice la tierra y creé sobre ella al hombre” (Is. 45, 12). Resumen doctrinal Habiendo hecho el mundo tan hermoso, Dios va a crear al hombre. Con solemnidad especial nos narra la Sagrada Biblia este hecho: “Dijo Dios: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra, que domine sobre los peces del mar y las aves del cielo, a las bestias y a toda la Tierra. Creó, pues, al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó y los creó hombre y mujer” (Gen. 1, 26 y 27). Varias veces repite la Biblia que lo hizo a “imagen y semejanza de Dios”. Por su alma: espíritu libre e inmortal, y por la gracia fue hecho el hombre parecido a Dios. Como El, los hombres podemos conocer, querer con la voluntad y amar. En el hombre se reúnen todos los reinos de la naturaleza: Participa de la vida vegetal, animal y mineral y ha sido elevado aun más hasta participar de la vida de Dios. Dios lo ha hecho señor sobre todas las criaturas para que las gobierne y haga uso de ellas dando gloria a Dios; lo ha coronado de gloria y honor y lo ha puesto sobre las obras de sus manos, todo lo ha puesto bajo sus pies. La dignidad del hombre y el respeto que hemos de tener a todos nuestros hermanos ha de ser muy grande, más si pensamos que el mismo Cristo se ha hecho hombre como nosotros “El es el hombre perfecto, y cuantos mas nos parezcamos a El, tanto mas hombre seremos”. Dinámica: Dialoga tu fe  que quiere decir la Biblia cuando dice que hizo al hombre del “Barro de la tierra”?  y qué cuando dice que formó a Eva de la costilla de Adán?  Algunas personas afirman que el cuerpo del hombre fue tomado del reino animal, y su alma, creada directamente por Dios. Que opinas? Habla con Dios. Lee lo grande que es el hombre en la creación, y luego en dos coros ora al Señor con el Salmo 8 de la Biblia que esta a continuación: Salmo 8 - Señor, Dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra. Tú que alzaste tu majestad sobre los cielos. - De la boca de los pequeños y de los niños de pecho hiciste salir alabanzas contra tus enemigos, para refrenar al enemigo y al rebelde. - Cuando contemplo tus cielos, obra de tus manos; la luna y las estrellas que tu formaste me digo: - Que es el hombre para que te acuerdes de el? O el hijo del hombre para que lo cuides? - Y lo hiciste poco menor que los Ángeles, lo coronaste de gloria y de honor. - Le diste poder sobre las obras de tus manos, todo lo sujetaste. - Las ovejas y los bueyes, y todas las bestias del campo. - Las aves del cielo y los peces del mar, todo lo que nada por los caminos marítimos. - Señor, Dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra. Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. La dignidad que yo tengo como hombre también la tienen los demás. Los tratare siempre con respeto y caridad. Recordare la frase de nuestro poeta Netzahualcoyotl: “Amo el canto de cenzontle, pero amo mas a mi hermano el hombre”. Actividades 1. copia en tu cuaderno el pasaje del Génesis Cáp. 1. v. 26 2. cual te parece que ha sido hasta ahora la obra mas grandiosa que ha realizado el hombre? Para el futuro que seria lo que mas te agradaría que se hiciera? 3. con algunas graficas o recortes haz un álbum de algo de lo que ha hecho el hombre como “Rey de la Creación”. 4. ilustra de algún modo la Creación del hombre. 5. ilustra el progreso humano desde la prehistoria hasta nuestros días. 6. completa con varias razones esta frase: “La evolución es aceptada con estas condiciones: Memoriza

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Como creó Dios al hombre? Dios creó al hombre tomando para el un cuerpo de la Tierra e infundiéndole un alma espiritual. Como es el alma del hombre? Es un principio espiritual, libre e inmortal creado a imagen de Dios y que forma con el cuerpo una sola persona.

Dones dados al hombre Bibliografía: La Iglesia, familia de Dios. Autor: Manuel Castro Villicaña f.m.s. Etapa: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. Resumen doctrinal Al crear al hombre Dios le hizo varios regalos maravillosos.  Dio a nuestros primeros padres un cuerpo perfecto, hermoso y sano, y un alma inteligente, inmortal…  También les dio poder sobre todas las cosas creadas haciéndolos reyes de esa creación, en la que vivirían felices, esperando gozar eternamente de El, en la otra vida.  El más preciado don que regalo Dios a Adán y a Eva fue el elevarlos a hijos de El por medio de la gracia santificante. Es lo que llamamos don sobrenatural. Todas estas dádivas pasarían a los hombres de generación en generación. Todos habríamos de disfrutarlos en perfecta paz unos con otros. Siempre que Dios proporciona sus dones los da a manos llenas: En el paraíso nos concedió todos estos regalos, y tanto ama al mundo que luego le dará a su Propio Hijo… El amor de Dios no tiene medida. Dinámica: Dialoga con tu fe.  De que manera podemos progresar o aumentar nuestra amistad con Dios?  Eran necesarios tantos regalos a nuestros primeros padres? Porque se los obsequió Dios? Habla con Dios. Dios ama. El es el amor. Nos ha dado todo, y solo pide de nosotros correspondencia a ese amor. Agradece al Señor en tu oración tanto en beneficio. Ofrécele tu esfuerzo por conservar y aumentar la gracia. Compromiso de la JuFrA: Mi respuesta a Dios. Dios me ha dado muchos dones. No deben quedar inactivos. Tengo obligaciones de desarrollar mis capacidades al máximo para ser más y ayudar a mis hermanos a llegar a Dios. Hoy estaré atento en clase. Actividades. 1. haz un cuadro sinóptico de los dones que Dios otorgó a nuestros primeros padres. 2. cada uno de nosotros tiene facultades especiales para tal o cual cosa. Examínate a ti mismo y señala cuales son las tuyas. Para que eres bueno? En que vas a emplear esos dones? Para que los quieres? Para que te los proporciono Dios? Memoriza. Que dones otorgó Dios a los hombres en el Paraíso? Dios otorgó a los hombres dones sobrenaturales como la Gracia, y dones naturales o facultades de cuerpo y alma. Cual fue el don mas grande que Dios hizo a nuestros primeros padres? El don más grande que Dios hizo a nuestros primeros padres fue el de la Gracia Santificante. Que es la Gracia Santificante? Es la vida sobrenatural que Dios nos concede gratuitamente para asemejarnos a El y conseguir la vida eterna.

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La Confesión. Bibliografía: CEMPAJ Autor: Templo de Cristo Rey Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. El fin del Sacramento de la Penitencia (Confesión) es ayudarnos a recobrar la gracia de Dios, perdida por el pecado grave, y a prepararnos a amar intensamente a Dios y a servirlo a El y a nuestro prójimo con nuestra vida. El pecado grave rompe nuestra amistad con Dios, pero Dios nos sigue llamando con su misericordia para que retornemos a la casa del Padre, a gozar de la vida de Cristo y de la alegría del Espíritu Santo. Por voluntad de Dios todos formamos una sola comunidad, en la cual nuestras acciones buenas aprovechan a los demás hombres, y nuestros pecados los perjudican. Por eso el Sacramento de la Penitencia siempre lleva consigo la reconciliación con los hermanos, a los cuales el pecado siempre perjudica. Dios es nuestro Padre, y como bueno que es, quiere perdonarnos cuando nos portamos mal y lo ofendemos. En efecto, solo Dios puede perdonar los pecados, pero Dios ha determinado el modo concreto, el medio para conceder ese perdón. Por eso Jesucristo instituyo un camino (El Sacramento de la Penitencia o Reconciliación) cuando dijo a sus apóstoles: Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengan, lo son retenidos. Este poder que Jesucristo confirió a sus apóstoles, quiso hacerlo extensivo a los sucesores de estos, los Obispos y a sus colaboradores, los Sacerdotes. El camino es claro y así lo mando Jesucristo: para perdonar los pecados cometidos después del bautismo, hace falta la absolución del Sacerdote. Dios nos conoce y sabe de las penas y vergüenzas que pasamos los hombres. Ha querido que nos confesemos con alguien que comprenda perfectamente miserias. El sacerdote es un hombre de carne y hueso que ha recibido el Sacramento del Orden Sacerdotal, por tanto, la potestad de ser instrumento de Dios para oír confesiones: Ser Cristo mismo para perdonar los pecados. Quien dice que se confiesa solo con Dios, parece reconocer que ha hecho mal, pero no por eso esta perdonado. Sigue en pecado y ofende a Dios por despreciar el medio que El mismo estableció para perdonar: La Confesión. Algunas personas piensas que algo es pecado, solo si ellas les parece que así es. El pecado no es algo relativo, ni opinable, ni mucho menos sujeto a votación. Hay realidades, como el pecado, que son objetivas. Cinco pasos para hacer una buena Confesión. Primero: Examen de conciencia. Hay que tratar de recordar todas las faltas cometidas desde la última confesión bien hecha. Que hay que hacer para recordar? Ponerse en presencia de Dios y repasar si se ha pecado contra los Mandamientos de Dios y los Mandamientos de la Iglesia.  Recordar también los deberes de estado que se tienen: en la Familia, el trabajo, etc.  Decir al Sacerdote todos y cada uno de los pecados mortales que se han cometido desde la ultima confesión bien hecha. No es necesario confesar los pecados veniales, pero es recomendable decirlos también.  Hace falta decir: El tipo de pecado mortal, y el número de veces que se ha cometido. Y si no se sabe exactamente el número de veces. Hay que decir el numero aproximado a lo frecuencia con que se ha cometido.  Hay que señalar también si se dieron circunstancias que cambien el pecado. Aquellas que hacer por ejemplo: Que en pecado venial se convierta en mortal. Segundo: Dolor de los pecados. No es necesario sentir ese dolor. Basta saber y reconocer que se ha ofendido a Dios. Es un dolor interior que brota del corazón que tiene fe y se da cuenta de que ha ofendido a Dios que nos ama tanto. A ese dolor se le llama contrición. Para que sean personados los pecados es absolutamente necesario tener dolor: Un dolor de arrepentimiento que nace del amor puro a Dios.

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Tercero: Propósito de no volver a pecar. En efecto, no somos Ángeles y es muy probable que volvamos a pecar, no una, sino muchas veces más; sin embargo, cuando se ofende a una persona, se les dice más o menos. Lo siento, ya no lo vuelvo a hacer. Pues a Dios hay que prometerle lo mismo. Tener una firme resolución de no volver a pecar más. Cuarto: Decir los pecados al Sacerdote. Nada más sencillo que manifestar al Sacerdote la falta de experiencia para decir los pecados. El sacerdote siempre ayudara al penitente para que sea confesión sea bien hecha, las siguientes cada vez mejores. Para confesarse cada vez mejor, hay que aprender haciéndolo. Una cuantas reglas pueden servir para que la confesión sea bien hecha:  Decir al sacerdote el tiempo que ha pasado desde la ultima confesión bien hecha, y si se cumplió la penitencia.  Hablar claramente, que se entienda.  Expresar las ideas en concreto.  Decir todos los pecados y el número de veces que se cometieron.  Tener en cuenta que si voluntariamente se calla un pecado, se comete otro pecado que es mortal y se llama sacrilegio. Quinto: Cumplir la penitencia. Quien peca y confiesa todos sus pecados con dolor y propósito de no volver a pecar mas, tiene que reparar la pena, el castigo temporal, por haber hecho mal. Por eso esta la penitencia, aquello que deja el sacerdote. Por el Sacramento de la confesión, el Cristiano:  Recibe el perdón de sus pecados, de parte de Dios.  Se establece nuevamente la relación de amistad con Dios. O sea, se aumenta la gracia Sacramental  Da fortaleza a la persona para vencer las tentaciones de cometer las mismas faltas.  Compromete al Cristiano con la comunidad para luchar por un mundo mejor.

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Que es un Santo? Bibliografía: Pastoral de Oyuca Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. ¿Qué es un Santo? Las características de aquellos que por su vida, sus obras y su Amor a Dios son ahora Santos. Ser santo es participar de la santidad de Dios. Jesucristo es el Santo de los santos y el Espíritu Santo es el Santificador. Todos fuimos creados por Dios para ser santos, en la tierra y entonces plenamente en la eternidad en el cielo. Perdimos la vida de gracia por el pecado, pero Jesucristo nos reconcilió con el Padre por medio de la Cruz. Por el bautismo recibimos los méritos de Cristo y somos liberados del pecado e injertados en Cristo para ser Hijos de Dios y participar de su santidad. San Pablo usa la palabra "santos" para referirse a los fieles (2 Cor. 13,12; Ef. 1,1) Quien persevera en la santidad se salvará para la vida eterna. Dios quiere que todos se salven (1Tm 2,4), pero no todos se abren a la gracia que santifica. Para salvarse es necesario renunciar al pecado y seguir a Cristo con fe. Por eso San Pablo nos exhorta: "Hermanos: Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor" (Hb. 12,14). La única verdadera desgracia es no ser santos. Veneración de los santos Los primeros santos venerados fueron los discípulos de Jesús y los mártires (los que murieron por Cristo). Mas tarde también se incluyó a los confesores (se les llama así porque con su vida "confesaron" su fe), las vírgenes y otros cristianos que demostraron amor y fidelidad a Cristo y a su Iglesia y vivieron con virtud heroica. Con el tiempo creció el número de los reconocidos como santos y se dieron abusos y exageraciones, por lo que la Iglesia instituyó un proceso para estudiar cuidadosamente la santidad. Este proceso, que culmina con la "canonización", es guiado por el Espíritu Santo según la promesa de Jesucristo a la Iglesia de guiarla siempre (Cf.Jn 14:26, Mt 16:18). Podemos estar seguros que quien es canonizado es verdaderamente santo. La Iglesia no puede contar la cantidad de santos en el cielo ya son innumerables (por eso celebra la fiesta de todos los santos). Solo se consideran para canonización unos pocos que han vivido la santidad en grado heroico. La canonización es para el bien de nosotros en la tierra y en nada beneficia a los santos que ya gozan de la visión beatífica (ven a Dios cara a cara). Los santos en el cielo son nuestros hermanos mayores que nos ayudan con su ejemplo e intercesión hasta llegar a reunirnos con ellos. La devoción a los santos es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que enseña que la muerte no rompe los lazos que unen a los cristianos en Cristo. Los protestantes rechazaron la devoción a los santos por no comprender la doctrina de la comunión de los santos. El Concilio de Trento (1545-63) reafirmó la doctrina católica. Los santos interceden por nosotros. En virtud de que están en Cristo y gozan de sus bienes espirituales, los santos pueden interceder por nosotros. La intercesión nunca reemplaza la oración directa a Dios, quién puede conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero, como Padre, se complace en que sus hijos se ayuden y así participen de su amor. Dios ha querido constituirnos una gran familia, cada miembro haciendo el bien a su prójimo. Los bienes proceden de Dios pero los santos los comparten. Los santos son modelos. Debemos imitar la virtud heroica de los santos. Ellos nos enseñan a interpretar el Evangelio evitando así acomodarlo a nuestra mediocridad y a las desviaciones de la cultura. Por ejemplo, al ver como los santos aman la Eucaristía, a la Virgen y a los pobres, podemos

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entender hasta donde puede llegar el amor en un corazón que se abre a la gracia. Al venerar a los santos damos gloria a Dios de quien proceden todas las gracias.

La Biblia. Bibliografía: Vivencia Cristiana. Autor: Felipe Santos. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Cristiano. La Biblia La Biblia es más que un sólo libro; ¿cuál es su origen?, ¿cómo se divide?, ¿de qué habla?, ¿quién la escribió? La Biblia es el libro más leído en el mundo. Impregna nuestra cultura y nuestra civilización. Es portadora de valores de justicia, libertad y fraternidad. La Biblia narra la historia de la alianza que Dios ha hecho con los hombres. Para los cristianos la Biblia es la Palabra de Dios: creen que Dios el alguien que puede comunicarse con ellos. Dios se ha revelado a Israel por Moisés y los profetas y para los cristianos, por Jesucristo. El da testimonio de las relaciones entre los hombres y Dios: relación hecha de fidelidad y de renuncia. Es un camino largo hacia la libertad y el amor. Es un libro portador de sentido para los que buscan todo en su vida, verdad y la voluntad de Dios. La Biblia, ¿es sólo un libro? La palabra griega “Biblos” significa “libro”. La Biblia es una biblioteca de 73 libros escritos sobre todo en hebreo y en griego en el transcurso de los siglos: La Biblia se divide en dos grandes partes: El Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento o libro de la primera alianza tiene 46 libros: los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, libro de Josué, Jueces, los dos libros de Samuel, los dos libros de los Reyes, los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías, los Salmos, el libro de Job, los Proverbios, Ruth, el Cantar de los Cantares, el Eclesiástico, el libro de las Lamentaciones, Esther, Daniel, Esdras y Nehemías, las Crónicas, el libro de Judith Tobías y los Macabeos. -El Nuevo Testamento o libro de la segunda alianza comprende 27 libros: los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), las Actas de los Apóstoles, las cartas a los Romanos, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses Tesalonicenses, Timoteo, Filemón, Hebreos, cartas de Santiago, Pedro, Juan, Judas y Apocalipsis. ¿De qué países habla la Biblia? De los países de Oriente Próximo, de Egipto a Mesopotamia (Irak( y particularmente de Canaán, situado entre el Mediterráneo y el río Jordán. Es una zona de paso y de comercio deseado desde hace más de 3000 años por los países poderosos. ¿Cómo se escribe la Biblia? La Biblia cuenta la historia del Pueblo de Israel de modo más teológico que histórico. Da un sentido a los acontecimientos más allá de lo que las personas han vivido y entendido. Cada autor está enmarcado en su época, su lengua, su cultura. Hay, pues, una gran variedad de textos y estilos: narraciones de guerra (libro de los Reyes), textos poéticos: narración de la creación, los Salmos, textos de sabiduría: los Proverbios, libro de Job; textos jurídicos: el Levítico. Los autores de los Evangelios emplean a menudo narraciones imaginadas- parábolas- para descubrirnos verdades profundas. ¿Cómo encontrar un texto en la Biblia? Cada libro está dividido en capítulos y en versículos que corresponden a una o dos frases del texto.

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Las referencias indican primero el libro abreviado, después el capítulo y el versículo. Por ejemplo, Mac 2,23-28 significa Evangelio de Marcos, capítulo 2, versículos 23 al 28. Se puede encontrar la lista de los libros al comienzo de cada Biblia.

San Francisco de Asís. Bibliografía: Catholic.Net Autor: Tere Fernández. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Franciscano. San Francisco de Asís. Fundador de la Orden de los Frailes Menores (OFM) San Francisco fue un santo que vivió tiempos difíciles de la Iglesia y la ayudó mucho. Renunció a su herencia dándole más importancia en su vida a los bienes espirituales que a los materiales. Francisco nació en Asís, Italia en 1181 ó 1182. Su padre era comerciante y su madre pertenecía a una familia noble. Tenían una situación económica muy desahogada. Su padre comerciaba mucho con Francia y cuando nació su hijo estaba fuera del país. Las gentes apodaron al niño “francesco” (el francés) aunque éste había recibido en su bautismo el nombre de “Juan.” En su juventud no se interesó ni por los negocios de su padre ni por los estudios. Se dedicó a gozar de la vida sanamente, sin malas costumbres ni vicios. Gastaba mucho dinero pero siempre daba limosnas a los pobres. Le gustaban las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores. Cuando Francisco tenía como unos veinte años, hubo pleitos y discordia entre las ciudades de Perugia y Asís. Francisco fue prisionero un año y lo soportó con alegría. Cuando recobró la libertad cayó gravemente enfermo. La enfermedad fortaleció y maduró su espíritu. Cuando se recuperó, decidió ir a combatir en el ejército. Se compró una costosa armadura y un manto que regaló a un caballero mal vestido y pobre. Dejó de combatir y volvió a su antigua vida pero sin tomarla tan a la ligera. Se dedicó a la oración y después de un tiempo tuvo la inspiración de vender todos sus bienes y comprar la perla preciosa de la que habla el Evangelio. Se dio cuenta que la batalla espiritual empieza por la mortificación y la victoria sobre los instintos. Un día se encontró con un leproso que le pedía una limosna y le dio un beso. Visitaba y servía a los enfermos en los hospitales. Siempre, regalaba a los pobres sus vestidos, o el dinero que llevaba. Un día, una imagen de Jesucristo crucificado le habló y le pidió que reparara su Iglesia que estaba en ruinas. Decidió ir y vender su caballo y unas ropas de la tienda de su padre para tener dinero para arreglar la Iglesia de San Damián. Llegó ahí y le ofreció al padre su dinero y le pidió permiso para quedarse a vivir con él. El sacerdote le dijo que sí se podía quedar ahí, pero que no podía aceptar su dinero. El papá de San Francisco, al enterarse de lo sucedido, fue a la Iglesia de San Damián pero su hijo se escondió. Pasó algunos días en oración y ayuno. Regresó a su pueblo y estaba tan desfigurado y mal vestido que las gentes se burlaban de él como si fuese un loco. Su padre lo llevó a su casa y lo golpeó furiosamente, le puso grilletes en los pies y lo encerró en una habitación (Francisco tenía entonces 25 años). Su madre se encargó de ponerle en libertad y él se fue a San Damián. Su padre fue a buscarlo ahí y lo golpeó y le dijo que volviera a su casa o que renunciara a su herencia y le pagara el precio de los vestidos que había vendido de su tienda. San Francisco no tuvo problema en renunciar a la herencia y del dinero de los vestidos pero dijo que pertenecía a Dios y a los pobres. Su padre le obligó a ir con el obispo de Asís quien le sugirió devolver el dinero y tener confianza en Dios. San Francisco devolvió en ese momento la ropa que traía puesta para dársela a su padre ya que a él le pertenecía. El padre se fue muy lastimado y el obispo regaló a San Francisco un viejo vestido de labrador que tenía al que San Francisco le puso una cruz con un trozo de tiza y se lo puso. San Francisco partió buscando un lugar para establecerse. En un monasterio obtuvo limosna y trabajo como si fuera un mendigo. Unas personas le regalaron una túnica, un cinturón y unas sandalias que usó durante dos años. Luego regresó a San Damián y fue a Asís para pedir limosna para reparar la Iglesia. Ahí soportó las burlas y el desprecio. Una vez hechas las reparaciones de San Damián hizo lo mismo con la antigua Iglesia de San Pedro. Después se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, de los benedictinos, que estaba en una llanura cerca de Asís. Era un sitio muy tranquilo que gustó mucho a

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San Francisco. Al oir las palabras del Evangelio “...No lleven oro....ni dos túnicas, ni sandalias, ni báculo..”, regaló sus sandalias, su báculo y su cinturón y se quedó solamente con su túnica sujetada con un cordón. Comenzó a hablar a sus oyentes acerca de la penitencia. Sus palabras llegaban a los corazones de sus oyentes. Al saludar a alguien, le decía “La paz del Señor sea contigo”. Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros. San Francisco tuvo muchos seguidores y algunos querían hacerse discípulos suyos. Su primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle que era un rico comerciante de Asís que vendió todo lo que tenía para darlo a los pobres. Su segundo discípulo fue Pedro de Cattaneo. San Francisco les concedió hábitos a los dos en abril de 1209. Cuando ya eran doce discípulos, San Francisco redactó una regla breve e informal que eran principalmente consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Después de varios años se autorizó por el Papa Inocencio III la regla y les dio por misión predicar la penitencia. San Francisco y sus compañeros se trasladaron a una cabaña que luego tuvieron que desalojar. En 1212, el abad regaló a San Francisco la capilla de Porciúncula con la condición de que la conservase siempre como la iglesia principal de la nueva orden. Él la aceptó pero sólo prestada sabiendo que pertenecía a los benedictinos. Alrededor de la Porciúncula construyeron cabañas muy sencillas. La pobreza era el fundamento de su orden. San Francisco sólo llegó a recibir el diaconado porque se consideraba indigno del sacerdocio. Los primeros años de la orden fueron un período de entrenamiento en la pobreza y en la caridad fraterna. Los frailes trabajaban en sus oficios y en los campos vecinos para ganarse el pan de cada día. Cuando no había trabajo suficiente, solían pedir limosna de puerta en puerta. El fundador les había prohibido aceptar dinero. Se distinguían por su gran capacidad de servicio a los demás, especialmente a los leprosos a quienes llamaban “hermanos cristianos”. Debían siempre obedecer al obispo del lugar donde se encontraran. El número de compañeros del santo iba en aumento. Santa Clara oyó predicar a San Francisco y decidió seguirlo en 1212. San Francisco consiguió que Santa Clara y sus compañeras se establecieran en San Damián. La oración de éstas hacía fecundo el trabajo de los franciscanos. San Francisco dio a su orden el nombre de “Frailes Menores” ya que quería que fueran humildes. La orden creció tanto que necesitaba de una organización sistemática y de disciplina común. La orden se dividió en provincias y al frente de cada una se puso a un ministro encargado “del bien espiritual de los hermanos”. El orden de fraile creció más alla de los Alpes y tenían misiones en España, Hungría y Alemania. En la orden habían quienes querían hacer unas reformas a las reglas, pero su fundador no estuvo de acuerdo con éstas. Surgieron algunos problemas por esto porque algunos frailes decían que no era posible el no poseer ningún bien. San Francisco decía que éste era precisamente el espíritu y modo de vida de su orden. San Francisco conoció en Roma a Santo Domingo que había predicado la fe y la penitencia en el sur de Francia. En la Navidad de 1223 San Francisco construyó una especie de cueva en la que se representó el nacimiento de Cristo y se celebró Misa. En 1224 se retiró al Monte Alvernia y se construyó ahí una pequeña celda. La única persona que lo acompañó fue el hermano León y no quiso tener visitas. Es aquí donde sucedió el milagro de las estigmas en el cual quedaron impresas las señales de la pasión de Cristo en el cuerpo de Francisco. A partir de entonces llevaba las manos dentro de las mangas del hábito y llevaba medias y zapatos. Dijo que le habían sido reveladas cosas que jamás diría a hombre alguno. Un tiempo después bajo del Monte y curó a muchos enfermos. San Francisco no quería que el estudio quitara el espíritu de su orden. Decía que sí podían estudiar si el estudio no les quitaba tiempo de su oración y si no lo hacían por vanidad. Temía que la ciencia se convirtiera en enemiga de la pobreza. La salud de San Francisco se fue deteriorando, los estigmas le hacían sufrir y le debilitaron y ya casi había perdido la vista. En el verano de 1225 lo llevaron con varios doctores porque ya estaba muy enfermo. Poco antes de morir dictó un testamento en el que les recomendaba a los hermanos observar la regla y trabajar manualmente para evitar la ociosidad y dar buen ejemplo. Al enterarse que le quedaban pocas semanas de vida, dijo “¡Bienvenida, hermana muerte!”y pidió que lo llevaran a Porciúncula. Murió el 3 de octubre de 1226 después de escuchar la pasión de Cristo según San Juan. Tenía 44 años de edad. Lo sepultaron en la Iglesia de San Jorge en Asís. Son famosas las anécdotas de los pajarillos que venían a escucharle cuando cantaba las grandezas del Señor, del conejillo que no quería separarse de él y del lobo amansado por el santo. Algunos dicen que estas son leyenda, otros no. San Francisco contribuyó mucho a la renovación de la Iglesia de la decadencia y el desorden en que había caído durante la Edad Media. El ayudó a la Iglesia que vivía momentos difíciles.

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¿Qué nos enseña la vida de San Francisco? Nos enseña a vivir la virtud de la humildad. San Francisco tuvo un corazón alegre y humilde. Supo dejar no sólo el dinero de su padre sino que también supo aceptar la voluntad de Dios en su vida. Fue capaz de ver la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre. Veía la grandeza de Dios en la naturaleza. Nos enseña a saber contagiar ese entusiasmo por Cristo a los demás. Predicar a Dios con el ejemplo y con la palabra. San Francisco lo hizo con Santa Clara y con sus seguidores dando buen ejemplo de la libertad que da la pobreza. Nos enseña el valor del sacrificio. San Francisco vivió su vida ofreciendo sacrificios a Dios. Nos enseña a vivir con sencillez y con mucho amor a Dios. Lo más importante para él era estar cerca de Dios. Su vida de oración fue muy profunda y era lo primordial en su vida. Fue fiel a la Iglesia y al Papa. Fundó la orden de los franciscanos de acuerdo con los requisitos de la Iglesia y les pedía a los frailes obedecer a los obispos. Nos enseña a vivir cerca de Dios y no de las cosas materiales. Saber encontrar en la pobreza la alegría, ya que para amar a Dios no se necesita nada material. Nos enseña lo importante que es sentirnos parte de la Iglesia y ayudarla siempre pero especialmente en momentos de dificultad.

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Personalidad de San Francisco de Asís. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: Gratien de París, O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Franciscano. PERSONALIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

Infancia y juventud San Francisco era pequeño de talla, tenía el rostro alargado, la frente sin arrugas algún tanto elevada, horizontales las cejas y la tez morena. Sus ojos, medianos y negros, irradiaban una sencilla y franca mirada; su nariz era regular, recta y fina; la barba, rala y negra, como sus cabellos; poco carnosos y pequeños los labios, y la voz vehemente, dulce, clara y sonora; el cuello, delgado; los hombros rectos, cortos los brazos; las manos, finas, con los dedos largos y las uñas salientes; las piernas, delgadas, los pies pequeños y blanda la piel.

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De este retrato físico trazado por la pluma de su primer biógrafo (1 Cel 83) podemos muy bien concluir que Francisco de Asís era de complexión delicada (1). Grácil y bien proporcionado -sin ser hermoso-, poseía uno de esos organismos delicados y exquisitamente sensibles en los que las impresiones del mundo exterior se graban con fuerza, las facultades del placer y del sufrimiento se exaltan con facilidad y las pasiones se revelan violentas y tumultuosas. No bien el joven Francisco Bernardone hubo adquirido la instrucción necesaria para llegar a ser un día hábil y experto mercader, cuando a eso de los quince años, después de una muy piadosa infancia (2), fue asociado al negocio de su padre, al cual se entregó con ardor, siguiendo al propio tiempo la fogosidad de su temperamento, ávido de gloria y placer (1 Cel 2). A los veinte años Francisco ama todo lo bello y todo lo deleitable, lo que ensancha y dilata el corazón y aparece hermoseado de flores; ama los perfumes, los cantos, la luz y los colores, los suntuosos vestidos y las estofas ricas y vaporosas; ama su cielo y su tierra de Umbría. Su imaginación se excita e inflama con las proezas legendarias, los castos amores, las tristes amarguras y extravagantes expiaciones que celebran en sus trovas caballerescas los juglares ambulantes. En el bienestar, actividad y lujo de la casa de su padre saborea a placer la alegría del vivir. Bien es verdad que después de una larga y penosa enfermedad llegó su espíritu a probar cierto desencanto, pero una vez recobrada la salud perdida comienza con su impetuosidad habitual el método de vida agitada y alegre. Su conversión a Dios no se divisa aún en los horizontes de la vida; los festines y los conciertos, los joviales paseos diarios por la campiña de Asís y las rondas nocturnas por sus calles en medio de bandas bullangueras, en las que amigablemente fraternizan jóvenes nobles y burgueses, ocupaban todos sus ocios. Su afabilidad, la elegancia de sus modales y su comunicativa alegría, juntamente con las fastuosas prodigalidades de su generosidad, le habían consagrado rey de aquella juventud libre y licenciosa. En medio de esta atmósfera de "gaya ciencia", en donde se desbordaban los goces y las delicias de los sentidos, su natural vanidad de hijo de un mercader rico y renombrado y su deseo de singularizarse entre sus camaradas, haciendo alarde de un lujo que los demás no podían ostentar, hallaban su natural desarrollo, como también su gusto por los placeres hallaba hartas ocasiones para satisfacerse. ¿Hasta qué grado de disipación descendió por este camino el joven Francisco Bernardone? (3). Ardua empresa se nos antoja precisarlo. Con todo, por graves que se las suponga, sus faltas jamás le precipitaron en el libertinaje; sus frivolidades y devaneos en nada disminuyeron su compasión para con los pobres, ni pervirtieron la natural rectitud de su sentido moral, ni envilecieron la nobleza de su corazón (4). Los primeros deseos de su joven corazón fueron las riquezas, las diversiones y la gloria, y a ellas se entregó ciegamente. Por el contrario, todo cuanto a sus ojos desfiguraba la vida, le conmovía hondamente; por eso la fealdad le repelía, los leprosos le horrorizaban, el dolor de sus semejantes le hacía brotar lágrimas y por los pobres y desheredados de la fortuna sentía una conmiseración tal, que no logró nunca atenuar el trajín continuo de una vida de negocios o placeres (2 Cel 5). A esta sensibilidad tan delicada se unía una memoria fiel y tenaz, una imaginación fresca y viva, objetiva y realista. Francisco examina y comprende -es éste un rasgo que hay que tener en cuenta para el estudio de su espiritualidad- los personajes cuyas hazañas le son contadas y se identifica con ellos. Los paladines de que hablaban las canciones de gesta son tanto como la alegre juventud de que era rey, sus primeros compañeros: el recuerdo de Rolando y Oliveros se conservará siempre en su memoria, aun cuando otro ideal -muy

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diferente por cierto- se haya apoderado de su espíritu, y las gloriosas hazañas de aquellos héroes le servirán también de estímulo en la vida nuevamente abrazada. Pero, preguntará tal vez alguno: ¿acaso una imaginación tan exaltada y una tan sutil y refinada sensibilidad no se desarrollaron con detrimento de la inteligencia y de la voluntad, es decir, de las facultades de pensar y obrar, como suele de ordinario acontecer en los individuos dotados de una naturaleza amable, galante y poética como la suya? ¿No sufría, por ventura, el hijo de Bernardone las inconsecuencias y las veleidades de los seres imaginativos? Bien al contrario, el genio de Francisco -por extraño que el hecho nos parezca- se mostró en muchas ocasiones sumamente equilibrado. Era el hijo de un mercader, muy ejercitado él mismo en el negocio, del cual salía siempre muy airoso. Jamás sacrificó al capricho de sus pasiones los intereses del comercio de su padre, sino que miró siempre por ellos con acierto, prudencia y habilidad: negociante cauto, muy hábil, lo llama Celano (1 Cel 2). Debajo de las apariencias de ligereza y frivolidad se ocultaba un espíritu serio y una voluntad férrea, que no lograban perturbar ni el anhelo de frívolos pasatiempos ni la avidez de lujo o de fiestas. Él sabía reflexionar y obrar después de maduro examen; hallaba tiempo para trabajar y solazarse, y ganaba laboriosamente lo que locamente había disipado. Cierto, no era el don de reflexión lo que le faltaba; pero no se le había presentado aún la ocasión de reflexionar profundamente. Su alma era apasionada, pero no egoísta, codiciosa ni vulgar; había heredado la sagaz prudencia de su padre, pero no su avaricia. Excepción singularísima, en él la prudencia no ponía trabas a la audacia ni al entusiasmo: no era tímido ni melancólico; tan positivo como su padre, era más liberal y más generoso que él. Hijo de mercader, poseía el alma de caballero. De caballero tenía además el temperamento idealista y el gentil donaire. Era cortés y distinguido en sus modales, noble y viril, afable y liberal para con los pobres, sincero, leal, fiel y magnánimo (1 Cel 2-4), animoso, intrépido, decidido y pronto en la acción. ¡Preciosas cualidades, merced a las cuales llegó a ser inapreciable caudillo de multitudes! Fue en el cautiverio de Perusa donde su alma grande, noble y buena, se manifestó verdaderamente tal cual ella era. Mientras sus compañeros de infortunio se dejan abatir por la tristeza y la melancolía, Francisco conserva imperturbable ante esta dura y humillante prueba su buen humor, su generosidad, su bondad, su paciencia, sus sueños de gloria, el dominio sobre sí mismo y su alegre optimismo (2 Cel 4). Las pasiones que bullen y se agitan en su corazón le dan en anticipo la seguridad de que su existencia no ha de ser triste ni vulgar; lo dice así a sus camaradas de cautiverio, y lo repetirá también más tarde, cuando renuncie al negocio, a las fiestas y algaradas y a las expediciones bélicas. Ni aun el lóbrego calabozo, en que lo encerrará su padre, podrá desvanecer sus esperanzas optimistas, sus resoluciones entusiastas. Y es que no era la simple ilusión de una conciencia perturbada lo que descubría en el fondo de su ser, sino la apreciación justa y cabal de las fuerzas latentes que el porvenir le dará claramente a conocer, aunque en una dirección totalmente distinta de la que él en un principio soñara. El trato frecuente con los nobles, la lectura asidua de los romances de caballería y los incidentes de la guerra de Perusa, le habían definitivamente orientado hacia este ideal caballeresco que tan bien cuadraba con la nobleza de su carácter. En sus sueños de gloria había llegado a entrever las posibilidades de ser un día armado caballero en los campos de batalla merced a sus brillantes proezas, y la ocasión se le presentó propicia. Gauthier III de Briena guerreaba a la sazón en Apulia en defensa de los derechos de la Iglesia, y un noble caballero de Asís iba a alistarse en sus filas. Francisco pensó desde luego militar bajo la bandera de este caudillo, y sus padres, que nunca oponían la menor dificultad a sus proyectos, le dejaron partir. Antes de ponerse en camino, absorto con los halagadores pensamientos que le embriagaban, vio en sueños cómo el almacén de su padre se transformaba en palacio; armas y arneses brillaban ahora en el lugar que antes habían ocupado las piezas de tela y en sala magnífica le esperaba bellísima desposada. Francisco no dudó ni un instante, e interpretando el hecho como feliz presagio de su destino, con su habitual decisión se equipó convenientemente y partió. Y, cierto, hubiera llegado a ser un paladín ilustre y la historia nos hablaría hoy del noble caballero Francesco Bernardone, si la gracia divina, cambiando su vocación, no le hubiera convertido en el Pobrecillo que todos veneramos, San Francisco de Asís.

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LA Conversion en San Francisco. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: Gratien de París, O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Franciscano. La Conversión Apenas había llegado Francisco a Espoleto, cuando inesperadamente interrumpió su expedición. ¿Había acaso tenido noticia de la muerte de Gauthier de Briena (junio de 1205)? ¿Le ayudó tal vez a justipreciar la vanidad de la gloria humana el desengaño y decepción producidos por semejante noticia?... Cierta noche oyó, mientras dormía, una voz que con inefable dulzura le llamaba por su nombre, invitándole a seguir al único verdadero Señor. «¿Qué queréis que haga, Señor?», respondió él como San Pablo en el camino de Damasco. Y la voz misteriosa continuó: «Vuélvete a la tierra de tu nacimiento, porque yo haré que tu visión se cumpla espiritualmente». Y sin la menor tardanza regresó a su patria (2 Cel 6). Hasta la fecha Francisco había tenido dividido el corazón entre las preocupaciones de los negocios y las frivolidades de los festejos. Sólo de la teofanía de Espoleto datan los orígenes de su conversión. El sentimiento religioso, muy poco desarrollado desde su adolescencia y hasta debilitado con el continuo ajetreo de los quehaceres comerciales y frívolos pasatiempos, comienza ahora a revivir en su alma. Poquito a poco, de la creencia y práctica comunes a los cristianos de su ambiente y de su tiempo, pasa a una fe muy viva y sencilla, que le muestra más allá de cuanto hace a la vida agradable, dulce y brillante, lo que la rinde verdaderamente grande, fecunda y noble. Este sentimiento se manifiesta luego en su desinterés progresivo del negocio, en el gusto de la oración y meditación en la soledad, y en su mayor generosidad para con los pobres. Rudo combate se alza en su corazón: el porvenir se le presenta todavía incierto. Francisco busca una solución. Se recoge a orar en las capillas desiertas y en las cuevas solitarias de la campiña de Asís. Ahora comprende el verdadero significado de la vida y llora los errores de su conducta pasada. El temor de los juicios de Dios y el arrepentimiento de sus faltas y extravíos invaden su corazón. Francisco ora e implora el perdón del cielo y la luz necesaria para conocer su camino. Y en su alma así preparada se produjo el choque divino, que hizo brillar ante sus ojos rompientes de luz nunca vistos. Tócanos examinar aquí un episodio de su vida, el cual, con ser y todo poco observado, da, sin embargo, a la espiritualidad de San Francisco su carácter peculiar y distintivo. Es de tal importancia este episodio, que el mismo Santo, antes de morir, quiso resumirlo en las primeras líneas de su Testamento con estas palabras: «El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia: porque, como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos, y practiqué la misericordia con ellos. Y al apartarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo». Francisco confiesa, pues, haber comenzado a hacer penitencia después de haber recibido de Dios la fuerza necesaria para vencer la repugnancia que los leprosos le causaban. Ahora bien, ¿qué gracia fue ésta y en qué circunstancias le fue concedida? San Francisco guardó el secreto sobre este particular, y Tomás de Celano no es mucho más explícito en su Vida primera. Solamente nos dice que después de fervorosa plegaria Francisco supo por revelación divina cuanto debía hacer y que esta respuesta hinchó de amor y gozo su corazón (1 Cel 7). En la Vida segunda, empero, para precisar la respuesta emplea las mismas palabras dirigidas al Santo: «Francisco -le dice Dios en espíritu-, lo que has amado carnal y vanamente, cámbialo ya por lo espiritual, y, tomando lo amargo por dulce, despréciate a ti mismo, si quieres conocerme, porque sólo a ese cambio saborearás lo que te digo» (2 Cel 9). Por último, San Buenaventura, al narrarnos en su Leyenda Mayor esta memorable escena, como explicación de la gesta heroica llevada a cabo por Francisco cuando estampó en la frente del repulsivo gafo el ósculo de paz, nos cuenta todos los pormenores de la misma: «Sucedió, pues, un día en que oraba de este modo, retirado en la soledad, todo absorto en el Señor por su ardiente fervor, que se le

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apareció Cristo Jesús en la figura de crucificado...». Y Jesús le habla y le hace el llamamiento que en otro tiempo dirigiera a los Apóstoles: «Si quieres venir en pos de mí, niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme» (LM 1,5). Las palabras reproducidas por San Buenaventura no son, es verdad, idénticas a las de Tomás de Celano, mas, sin género de duda alguna, se trata, del mismo hecho, ya que en entrambos autores, al igual que en el Testamento, el mismo consejo de la abnegación total preludia la caridad de Francisco para con los leprosos. Esta dolorosa visión -anterior al habla milagrosa de San Damián, con la cual no debe confundirse- conmovió hondamente las fibras más delicadas del corazón del joven Francisco, e inmediatamente los ardores del amor divino rebasaron su alma, le colmaron de una alegría imposible de contener e hicieron nacer en él la idea del propio renunciamiento, primer peldaño de la escala de la perfección cristiana. Y ésta no era una idea fría y abstracta, era la idea, o mejor aún, la imagen del renunciamiento encarnado, viviente y palpitante en la visión de Cristo -víctima de caridad-, imagen que impregna su sensibilidad e invade su corazón de un vivo sentimiento de amor. El ideal del amor divino, obrando y revelándose mediante la práctica de las virtudes de pobreza y humildad, acaba de manifestarse a su alma: «Revistióse, a partir de este momento, del espíritu de pobreza, del sentimiento de la humildad y del afecto de una tierna compasión» (LM 1,6). No obstante, no veía aún con toda claridad el porvenir de su vocación; era solamente una indicación más precisa y concreta de las luchas y batallas que tendría que empeñar consigo mismo para responder al llamamiento de Dios. Pero la idea de sacrificio que han despertado en él la visión y las palabras de Cristo se le presenta como algo que infunde espanto a su naturaleza. Él deberá arrostrar las estrecheces y humillaciones de la pobreza, e instintivamente se pregunta si tendrá valor para ello... Resueltamente toma la decisión de probar hasta dónde llegan sus fuerzas, y al efecto repite una y otra vez sus visitas a los leprosos, cuya sola vista -como hemos observado ya- le causaba náuseas (2 Cel 9; LM 1,6). Él huye la compañía de los camaradas que le invitaban con insistencia a que empuñara de nuevo el cetro de mando de la juventud, pero no rehúye desairadamente el honor que se le ofrece. Sus austeras meditaciones no le habían hecho olvidar las leyes de la cortesía, y a trueque de no ser tildado de avaro, acepta una vez más la presidencia de las diversiones juveniles. Su corazón, sin embargo, se elevaba ya muy por encima de aquellos pasatiempos. «Y bien, Francisco -le dicen sus amigos-, ¿tratas acaso de emprender tus expediciones guerreras o has, por ventura, pensado casarte?» «De ninguna manera -respondía él-; yo no partiré ya para Apulia, sino que permaneceré aquí, en donde, después de cumplir muy brillantes hazañas, elegiré por mía a la más noble y más hermosa de las doncellas» (1 Cel 7; 2 Cel 7). ¡Fue aquel día el último de sus fiestas! Las bulliciosas compañías no le volverán a ver; ya no se sentará más a la cabecera de los festines, ni hallará solaz y distracción en los encantos de los trovadores. Ahora busca la compañía y trato de los pobres y de los leprosos. Ni le contenta el socorrer con sus dineros a los sacerdotes necesitados, ni le satisface el despojarse de sus ricos vestidos y trocarlos por los harapos con que se cubren los menesterosos; él mismo emprende el aprendizaje de la pobreza. Durante una peregrinación a Roma, se pierde entre la multitud de mendigos, y, como ellos... extiende su mano (2 Cel 8; LM 1,6). Haciendo lo cual -sin tener conciencia de ello- obra en conformidad con los postulados de la ciencia de los psicólogos, quienes deseosos de concebir los sentimientos conformes a sus ideas, empiezan por practicar los actos. Pero aún le falta dar un paso, el más temible de todos, para "salir del siglo" y llegar a la renuncia total. Su alma, purificada por los combates que ha tenido que sostener contra el orgullo y la natural sensualidad, está preparada para recibir nuevas comunicaciones divinas. En la soledad de la semiderruida iglesia de San Damián contemplaba Francisco amorosamente una pintura de Cristo crucificado, cuando oyó una voz que, proviniendo de la santa imagen, le decía: «Levántate, Francisco, y repara mi casa, que se derrumba». Sobrecogido de espanto, respondió: «Tú sabes, Señor, con cuánto gusto satisfaré yo tu deseo». E interpretando literalmente la orden recibida, una vez recobrado del asombro, se pone a disposición del sacerdote de San Damián, va a Foligno, vende un lote de paños y entrega el precio al administrador de la capilla (2 Cel 10.11; 1 Cel 8.9; LM 2,1). La impresión producida por la voz de Cristo Crucificado ha sido tan honda que jamás el tiempo logrará borrarla de su memoria. Le parece que su renunciamiento no es todavía completo ni guarda proporción con los subidos quilates de su amor. Permanecerá, pues, al lado del sacerdote de San Damián, trabajará en la restauración de la capilla, transportará sobre sus delicados hombros las pesadas piedras y mendigará en la ciudad aceite para la lámpara del Santísimo Sacramento. Francisco será la mofa y el escarnio de la ciudad de Asís. Entonces comenzaron con dureza, muy explicable por cierto, las persecuciones de parte de su padre. Grandemente enojado éste por la transformación obrada en la conducta de Francisco, lo colma de coléricos denuestos y malos tratos, lo encierra en una obscura habitación, e incapaz de doblegar su constancia, lo cita ante el Tribunal de los Cónsules. Pero el joven, resuelto tal vez desde ahora a abrazar la vida eremítica, niega su competencia, por lo cual Pedro Bernardone se ve obligado a citarlo ante el Tribunal del Obispo. Allí, en plena posesión de sus facultades, Francisco abdica la herencia paterna, proclama la rotura de los lazos que le ligaban al mundo, y sale triunfador de los dolorosos combates que ha tenido que afrontar por obedecer la voz de Jesús Crucificado (1 Cel 10-15; 2 Cel 12; LM 2,2-4). Su conversión es completa (año 1206).

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Resumen.- La visión de Espoleto, que despierta en su alma el sentimiento religioso; las palabras del Crucifijo, que le hacen pasar del temor y dolor al amor y entrever el ideal del propio renunciamiento; la heroica abdicación de la herencia paterna, que le separa definitivamente del mundo, tales son las sucesivas etapas de la transformación espiritual de Francisco Bernardone.

Santa Clara de Asís. Bibliografía: Clara de Asís. Autor: Jesús Martí Ballester Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Franciscano. Santa Clara de Asís Fundadora, 11 agosto de 1253.

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Fundadora de la Orden de Damas Pobres de San Damián Nació en Asís el año 1193. Fue conciudadana, contemporánea y discípula de San Francisco y quiso seguir el camino de austeridad señalado por él a pesar de la durísima oposición familiar. Si retrocedemos en la historia, vemos a la puerta de la iglesia de Santa María de los Ángeles (llamada también de la Porciúncula), distante un kilómetro y medio de la ciudad de Asís, a Clara Favarone, joven de dieciocho años, perteneciente a la familia del opulento conde de Sasso Rosso. En la noche del domingo de ramos, Clara había abandonado su casa, el palacio de sus padres, y estaba allí, en la iglesia de Santa María de los Ángeles. La aguardaban san Francisco y varios sacerdotes, con cirios encendidos, entonando el Veni Creátor Spíritus. Dentro del templo, Clara cambia su ropa de terciopelo y brocado por el hábito que recibe de las manos de Francisco, que corta sus hermosas trenzas rubias y cubre la cabeza de la joven con un velo negro. A la mañana siguiente, familiares y amigos invaden el templo. Ruegan y amenazan. Piensan que la joven debería regresar a la casa paterna. Grita y se lamenta el padre. La madre llora y exclama: "Está embrujada". Era el 18 de marzo de 1212. Cuando Francisco de Asís abandonó la casa de su padre, el rico comerciante Bernardone, Clara era una niña de once años. Siguió paso a paso esa vida de renunciamiento y amor al prójimo. Y con esa admiración fue creciendo el deseo de imitarlo. Clara despertó la vocación de su hermana Inés y, con otras dieciséis jóvenes parientas, se dispuso a fundar una comunidad. La hija de Favarone, caballero feudal de Asís, daba el ejemplo en todo. Cuidaba a los enfermos en los hospitales; dentro del convento realizaba los más humildes quehaceres. Pedía limosnas, pues esa era una de las normas de la institución. Las monjas debían vivir dependientes de la providencia divina: la limosna y el trabajo. Corrieron los años. En el estío de 1253, en la iglesia de San Damián de Asís, el papa Inocencio IV la visitó en su lecho de muerte. Unidas las manos, tuvo fuerzas para pedirle su bendición, con la indulgencia plenaria. El Papa contestó, sollozando: "Quiera Dios, hija mía, que no necesite yo más que tú de la misericordia divina". Lloran las monjas la agonía de Clara. Todo es silencio. Sólo un murmullo brota de los labios de la santa. - Oh Señor, te alabo, te glorifico, por haberme creado. Una de las monjas le preguntó: - ¿Con quién hablas? Ella contestó recitando el salmo. - Preciosa es en presencia del Señor la muerte de sus santos. Y expiró. Era el 11 de agosto de 1253. Fue canonizada dos años más tarde, el 15 de agosto de 1255, por el papa Alejandro IV, quien en la bula correspondiente declaró que ella "fue alto candelabro de santidad", a cuya luz "acudieron y acuden muchas vírgenes para encender sus lámparas". Santa Clara fundó la Orden de Damas Pobres de San Damián, llamadas vulgarmente Clarisas, rama femenina de los franciscanos, a la que gobernó con fidelidad exquisita al espíritu franciscano hasta su muerte y desde hace siete siglos reposa en la iglesia de las clarisas de Asís. De ella dijo su biógrafo Tomás Celano: "Clara por su nombre; más clara su vida; clarísima por su muerte".

El Cristo de San Damián. Bibliografía: SanFrancescoassisi.org Autor: Paolo Rossi Etapa de Estudio: JuFrA Iniciación. Valor: Franciscano. El Cristo de San Damián.

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por

El Crucifijo de "San Damián ", que tiene los típicos tratos bizantinos, es un cuadro del siglo XII, de un anónimo pintor de la Umbría; refiere Paul Sabatier. "la imagen del Cristo está muy lejos de semejar al Cristo doloroso que los artistas desde el siglo XIII representarían después. Tiene una expresión indefinida de calme y dulzura; en lugar de cerrar las pálpebras y abandonarse para siempre bajo el peso de sus dolores, él mira, olvida a sí mismo, y la mirada, pura y transparente, no dice: 'Estoy sufriendo', sino: 'Venid hacia mí'". El lienzo, sobre que se pintó el icón, este encolado sobre una lista de nuez alta 190 centímetros, ancha 120 centímetros y espesa 12 centímetros. Se hallaba en la derruida iglesia de San Damián, cuando, en el otoño de 1205, Francisco, que la "gracia" había ya alcanzado, entrado en el oratorio, "empezó a orar ardientemente ante la imagen del Crucifijo" (Leyenda de los tres compañeros, cap. V, n.13). Y rezó: " Altísimo glorioso Señor/ ilumina las tinieblas de mi corazón./ Y dame una fe justa,/esperanza cierta y caridad perfecta,/ juicio y sabiduría, / Señor,/ que yo ejecute tu santo y verdadero mandamiento. Amen". Y el crucifijo " le habló con una bondad conmovedora: 'Francisco,¿ no ves que mi casa está hundiéndose? Ve entonces y restáurala por mí'. Temblando y asombrado, el joven contestó: 'Lo haré de buena gana, Señor' Pero él no entendió: pensaba que se trataba de aquella iglesia que, por su antigüedad, amenazaba un próximo derrumbamiento. Gracias a aquellas palabras del Cristo el se volvió inmensamente alegre y radioso; sintió en su alma que verdaderamente era el Crucifijo que le había dirigido el mensaje. Salido de la iglesia, encontró al sacerdote que estaba sentado allí cerca, y metiendo las manos en la bolsa, le ofreció dinero diciendo: 'Señor, te ruego que compres óleo para que arda una lámpara delante aquel Crucifijo. Cuando habrás terminado este dinero, te traeré otro, según las necesidades'" (Leyenda de los tres compañeros, cap.V, n.13). Cuando, en 1257, las Clarisas dejaron el "locus" de San Damián, para alcanzar la iglesia de San Jorge, tomaron consigo el Crucifijo. Actualmente la preciosa reliquia es "celosamente" conservada en la Basílica de Santa Clara. LA FIGURA DEL CRISTO La figura central del icono es, naturalmente, Cristo, que infunde luz a la composición pictórica entera: "Yo soy la luz del mundo; quien me sigue, no andará en las tinieblas, pero habrá la luz de la vida" (Juan 8, 12). Jesús está de pie, vivo, no enclavado en la cruz. Sus ojos están abiertos, como si mirasen "aquel" Mundo, que, en virtud de su sacrificio extremo, alcanzó a salvar. El lleva un simple velo. Su pecho, su gola, su cuello son muy pronunciados, casi como indicasen el hálito del Espíritu Santo sobre sus discípulos (Juan 20,22), y sobre todos los que se prostran- y se postrarán- en su presencia. Detrás de sus brazos tendidos, de cuyas manos sale un arroyuelo de sangre, en el rectángulo negro, hay la representación de su sepulcro vacío.

EL MEDALLÓN Y LA INSCRIPCIÓN Sobre al Cristo, hay un cerco rojo, en cuyo interno es representada la "Ascensión": Cristo parece salir del cerco; en su mano izquierda, como un cetro real, aprieta una cruz de oro. Sus ropas son doradas como símbolos de la victoria; su banda roja subraya su dominio y su soberanía. Alrededor hay los Ángeles que lo acogen en el Cielo. Abajo hay la dicción, con abreviaturas: IHS NAZARE REX IUDERUM: JESUS NAZARENO REY DE LOS JUDÍOS.

LA MANO DEL PADRE Al interno del semicírculo che está encima del icono, hay la mano derecha del Altísimo, que, con dos dedos tendidos, imparte la bendición, en virtud de los meritos de la Pasión de su Hijo. LA VID MÍSTICA Alrededor de la Cruz hay varios rollos caligráficos, en los cuales es posible individuar la Vid Mística: "Yo soy la vid, vosotros los vástagos ...." (Juan 15, 1-8); ellos recuerdan las palabras de Jesús: "Este es mi mandamiento: que os améis uno a otro como yo os amé. Nadie tiene un amor más grande que éste: dar su vida para sus amigos". (Juan 15, 12-14). A la base de la Cruz, se puede mirar una sección de la roca: es el símbolo de Pedro, primer jefe de la Iglesia. Las conchas, al contrario, son el símbolo de la eternidad. MARÍA Y JUAN(a la derecha de Jesús)

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María y Juan están uno cerca del otro, a la derecha de Jesús (Juan 19,26). La capa de María es blanca: símbolo de victoria (Rev. 3,5), purificación (Rev. 7, 14) y benevolencia (Rev. 19,8). Las gemas en la capa recuerdan las gracias del Espíritu Santo. El rojo obscuro llevado bajo la capa es el símbolo del amor, mientras que el vestido es de púrpura, color que es el símbolo de la Arca de la Alianza (Ex. 26, 1-4). La mano izquierda de María apoya en su mejilla, como para indicar su amor para Juan; su mano derecha indica Juan; mientras que sus ojos, en los cuales se transparenta una ternura indecible, parecen proclamar su aceptación a la invitación de Cristo: "¡Mujer, hé aquí a tu hijo!" (Juan 19,26). Juan, casi alcanzado por la sangre que sale de la herida al costado de Jesús, lleva una capa rosa: símbolo de sabiduría eterna; su túnica es blanca: símbolo de pureza. Su posición es entre Jesús y María, porque él es el discípulo querido por ambos:"¡Mujer, hé aquí a tu hijo!" después dijo al discípulo (Juan): '¡Hé aquí a tu madre!' y desde entonces el discípulo la acogió en su casa" (Juan 19, 26-27).

OTRAS FIGURAS MAYORES (a la izquierda de Jesús) María Magdalena: es una figura muy particular, en cuanto cercana de Cristo; su mano se apoya en el mentón, como para indicar un secreto confiado; lleva un vestido de color escarlata: color del amor; su capa, azul, intensifica este sublime sentimiento. María de Cleopa: está cerca de la Magdalena. La tradición quiere que sea la madre de Jaime. Lleva vestidos de un color de tierra: símbolo de humildad; su capa, verde claro, es el símbolo de la esperanza. Su admiración para Jesús, parece ser indicada por el gesto de su mano derecha. El Centurión de Cafarnaúm: está cerca de María de Cleopa. El, en su mano izquierda, tiene un pedazo de madera, que indicaría la construcción de la sinagoga (Lc. 7,1-10). El niño detrás de su espalda, es su hijo, curado por milagro por Jesús. Las tres cabezas detrás del niño muestran "él y su familia" (Juan 4, 45-54). El pulgar y los dos dedos cerrados del Centurión significan: la Trinidad, mientras sus dedos cerrados representan el misterio escondido de las dos naturas de Jesús el Cristo: "¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!" (Mc. 15,39).

FIGURAS MENORES Longinus: es la figura minuta cerca de la Virgen María. El es el soldado romano que, con una lanza, traspasó el costado de Jesús (Juan 19,33-34). Esteban: es la pequeña figura cerca del Centurión. Esteban sería el soldado que ofreció a Jesús una esponja empapada con el vinagre, después que éste gritó: "Tengo sed" (Juan 19, 28-30). Los Santos desconocidos: en fondo al icono, se individuan las figuras de seis Santos; los eruditos piensan que se trata de los Santos: Damián Rufino, Miguel, Juan Bautista, Pedro y Pablo, todos patrones de las iglesias en los alrededores de Asís. Los daños sufridos por la imagen no permiten, desdichadamente, una identificación precisa Los ángeles que discuten: bajo las manos traspasadas de Jesús, hay dos grupos de ángeles, que, según los expertos, estarían discutiendo animadamente sobre el misterio revelado: "Dios en efecto ha tan amado el mundo que El dio a su Hijo unigénito, para que quienquiera crea en El no muera, mas haya la vida eterna" (Juan 3, 16).

El sepulcro: como ya referido, detrás de Cristo hay el sepulcro abierto. Cristo es vivo. El está de pie sobre el sepulcro.¡ El rojo del amor supera

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el negro de la muerte! Los gestos de los Santos desconocidos y Sus manos indican la Fe. Los dos Santos desconocidos podrían ser Pedro y Juan delante del Su sepulcro vacío (Juan 20, 3-9). El Gallo: en primer lugar, la inclusión del gallo (a la izquierda de la pierna de Jesús) recuerda la denegación de Pedro, que lloró amargamente porque había traicionado a su Maestro. En segundo lugar, el gallo podría ser el símbolo de la proclamación de la nueva alba del Cristo resucitado (Lc.24).

La forma de la Cruz: la forma de la Cruz es particular para permitir al artista umbro de incluir todos los que participaron al drama de la Pasión. A la derecha de la Cruz hay el buen ladrón, llamado tradicionalmente Dismas, de quien Jesús dijo que sería con El en el Reino de los Cielos; a la izquierda hay en vez el ladrón malvado.

Números En el icono se cuentan 33 figuras: 1 figura de Cristo, i mano del Padre, 5 figuras mayores, 2 figuras más pequeñas, 14 ángeles, 2 figuras desconocidas cerca de las manos de Jesús, 1 niño pequeño, 6 figuras desconocidas en fondo a la Cruz y un gallo. Se cuentan además, 33 clavos a lo largo de los marcos apenas dentro de las conchas, y 7 alrededor de la aréola.

Como Quien tengo que ser yo? Bibliografía: Pastoral de Oyuca Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. ¿Como quién tengo que ser yo? La importancia de ser uno mismo. OBJETIVO: Hacernos conscientes de que somos seres únicos e irrepetibles. Importancia de ser uno mismo. DINÁMICA:

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Invitar a cuatro muchachos al centro del grupo. Formados en parejas. Se sientan uno frente al otro. Harán la dinámica del espejo, o sea que todo lo que haga A, lo tiene que imitar B, que es el espejo. Dar unos 4 minutos. Volver a su lugar y pedirles que nos comuniquen cómo se sintieron. ¿Qué nos enseña este ejercicio? En esta dinámica vemos que es difícil ser imagen, o sea, copiar todo lo que otra persona hace. Sin embargo, en la vida diaria, frecuentemente hacemos eso, ya sea porque las personas mayores nos están constantemente diciendo: Aprende a fulanito, compórtate como tu hermano mayor, por qué no podrás parecerte a tu prima... tan linda muchacha.... o porque nosotros buscamos modelos a quien imitar, sean amigos, artistas, profesores, etc. Dios nos hizo a cada persona ÚNICA E IRREPETIBLE o sea que no hay otra persona igual a mí, ni la habrá nunca. Él se tomó la molestia de hacernos distintos, originales. No nos hizo en serie, como muñequitos de papel. Por tanto, la tarea máxima que tenemos es SER NOSOTROS MISMOS. Dice una canción: Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Y es cierto. Tu camino, nadie lo ha caminado, tu vida nadie la ha vivido. Por tanto, hay que aceptarnos como seres únicos, y después, conocer lo mejor que podamos lo que somos y lo que tenemos, para andar nuestro camino y vivir nuestra vida. Es casi seguro que todas nosotros hemos armado alguna vez un rompecabezas, ¿verdad? Allí, cada pieza tiene su lugar, no puede sustituirse con otra. Pues así es el rompecabezas de la vida, cada uno de nosotros tenemos nuestra razón de ser, nadie jamás podrá ocupar nuestro lugar, y lo que nosotros no hagamos, nadie podrá hacerlo. Quedará sin hacerse. Los demás harán lo suyo. Yo tengo que hacer lo mío, dentro de mí mismo, de mi familia, de mi comunidad. De manera que no podemos imitar a nadie. De seguro a nuestro alrededor hay personas que nos encantan como son y quisiéramos parecernos a ellas. Descubrir cualidades que quisiéramos tener es bueno; mas esa cualidad la vamos a integrar a nuestra personalidad. Jamás podremos ser la otra persona. Ella es ella y yo soy yo. Las copias siempre serán eso, una copia. Y nosotros somos originales. Así nos creó Dios. Ser uno mismo quiere decir: Desarrollar un pensar, sentir, actuar y creer propios. O sea, no dejarnos llevar por lo que piensa la gente, el grupo de amigos, el gobierno, la televisión, etc., sin reflexionar, sin pasarlo por la coladera y ver si eso es realmente cierto y conveniente, si nos ayudará a mejorar y a crecer como personas. Un niño cree todo lo que le dicen, todavía no tiene capacidad de reflexión profunda, de informarse. Pero nosotros, que hemos dejado atrás nuestra niñez, ya necesitamos formarnos un criterio propio y no ser borregos, que vamos, (como dice el refrán, ¿a dónde va Vicente? a donde va la gente)... sin saber, sin informarnos, sin cuestionar. Ser únicos, ser originales, es una maravilla, y también una responsabilidad.

ILUMINACIÓN CRISTIANA DE LA REALIDAD Vamos a pensar un momentito cada uno... ¿qué significa para mí ser cristiano? ¿Soy cristiano, porque así me lo han inculcado mis padres, o porque yo quiero y elijo serlo? (Después compartir, si quiere) Ser cristiano quiere decir, haber elegido a Jesús, a Cristo, como nuestro modelo, como nuestro maestro. Es querer imitarlo y poco a poco ir logrando que nuestra manera de pensar, sentir y actuar se asemeje más a Él. Probablemente ahora nos preguntemos... ¿pues no que somos únicos y que no debemos andar queriendo parecernos a otras personas? El ser seguidores de Jesús no contraría lo que hemos hablado hoy. En efecto, nosotros jamás seremos otro Jesús. Sin embargo, todo lo que Él nos enseñó y vivió, para demostrarnos que sí se puede vivir así, si nosotros queremos, son las actitudes básicas que necesita tener la persona que quiera ser realmente feliz.

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Vivir cada día más el amor, la verdad, la paz, la justicia, el respeto a la persona, la sencillez, el compartir y servir, etc., nos llevará al camino de la verdadera felicidad. La segunda pregunta es muy importante. Cuando hablamos de lo que significa ser nosotros mismos, dijimos: desarrollar un creer propio. Esto es, no creer porque así me dijeron desde pequeño que debo creer, sino creer porque estoy convencido, porque yo elijo creer. Pasar de una fe heredada, a una fe personal. Esto es madurar en la fe. Cuando fuimos bautizados, estábamos tan pequeñitos, que ni cuenta nos dimos. Nuestros padres quisieron que desde chiquitos, perteneciéramos a la gran familia de la Iglesia, y recibiéramos las gracias del Bautismo. Pero es muy necesario que ahora, que ya hemos crecido, seamos nosotros los que optemos. Por eso, existe el sacramento de la Confirmación, para que confirmemos nuestra fe cuando ya sepamos lo que estamos haciendo, y voluntariamente optemos por Cristo, que es el único líder a quien vale la pena seguir. Para que nuestra opción tenga bases sólidas, necesitamos conocer aquello por lo que estamos eligiendo. ¿Qué crees que necesitamos hacer si queremos decidir seguir a Cristo o no? Conocer más nuestra religión, leer la palabra de Dios y empaparnos más de lo que es Jesús y lo que nos enseñó, pero sobre todo, experimentar y descubrir la presencia de Dios en nosotros, en los demás, en todo lo que nos rodea y en las experiencias de cada día. Actuar: De todo lo que vimos hoy, ¿qué te gustó más? ¿Qué quieres hacer para ser más tú mismo esta semana?

Respeto, dar su Lugar a cada Persona. Bibliografía: Portal Católico. Autor: Catholic.Net. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano.

La Madurez Humana Esta persona vive en paz y serenidad, firme en sus opciones, coherente con sus determinaciones. Todo este catálogo de cualidades y virtudes no se presuponen, se forman... Hecha la opción fundamental, el siguiente paso es ser coherente con ella, pero el hombre como “imago Dei”, imagen de Dios difuminada por el pecado debe trabajar toda su vida para adquirir esta coherencia. Ahora bien, éste trabajo de identificación con la opción por Dios y por la vida

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virtuosa necesita como plataforma y cimiento de construcción, la madurez humana. Todos conocemos hombres y mujeres que tienen el deseo de vivir de acuerdo con lo que creen, de practicar las virtudes, de conseguir sus metas e inexplicablemente no lo logran a pesar de tener el deseo profundo de lograrlo. Lo que sucede es que falta la formación y madurez humana, faltan los cimientos sobre los cuales poder construir el gran edificio de la santidad y del logro de ser fiel a esa opción fundamental que se ha hecho. Es un hecho que la gracia de Dios es lo que más perfecciona al hombre, pero la gracia no tiene sentido sin el hombre. Necesita un hombre maduro como tierra fecunda para que crezca la semilla. Sin esta base, todo se queda en buenos deseos y buena voluntad, pero nada más. ¡Cuántas personas conocemos que han llegado a fracasos morales, económicos, familiares, sabiendo buen lo que querían y debían hacer, pero sin haber puesto los medios necesarios para realizarlo! Todo esto se debe en gran parte a la falta de madurez humana. Además de ser el cementerio de buenos proyectos, la falta de madurez es causa de inestabilidad y frustración en la vida, pues una persona que vive según las pasiones, según las impresiones del momento, no puede hacer una opción en la vida sin dejar de replanteársela, ponerla en duda, traicionarla, muchas veces, perdiendo así tiempo y energías en una serie de obras emprendidas y nunca terminadas. ¿Qué es la madurez humana? La madurez humana consiste en la coherencia entre lo que se es y lo que se profesa, y que tiene su expresión externa más convincente en la fidelidad y responsabilidad en el cumplimiento de los compromisos y deberes contraídos con Dios, con la Iglesia y con los hombres. Para ello es necesario hacer un esfuerzo constante para lograr la capacidad de tomar prudentes decisiones y opciones definitivas, la estabilidad de espíritu, la integración serena de las fuerzas emotivas y de los sentimientos bajo el dominio de la razón y de la voluntad, de la fe y de la caridad, la actitud de apertura y donación constante a los demás, sin excepción de personas, y la rectitud en el modo de juzgar sobre las personas y sobre los acontecimientos de la vida. La madurez no es una cualidad única, sino una virtud formada por muchos y variados aspectos. Es una gama de actitudes ante la vida. El Vaticano II describe así estas cualidades: estabilidad de espíritu; capacidad para tomar decisiones prudentes; y rectitud en el modo de juzgar sobre los acontecimientos y los hombres.

Ideas erróneas sobre la madurez humana Estas son algunas ideas erróneas sobre la madurez que pueden tener nuestros alumnos y que es necesario que mediante nuestra labor se vaya clarificando. Para algunos la madurez consiste en llegar a una edad en la que se puede hacer todo lo que se quiera, sin límite. A veces sucede que, llegando a cierta edad, el joven es considerado automáticamente “maduro”, lo cual implica el derecho a consumir bebidas alcohólicas y frecuentar ciertos lugares reservados para personas “maduras”. El error fundamental en estos casos, es una concepción unilateral de la madurez. Quienes así piensan se preocupan más de lo que se puede hacer que del por qué hacerlo. Ser maduro es mucho más que poder realizar ciertos actos considerados maduros. En realidad, lo importante es que el joven que llega a esta edad sepa no solamente lo que puede hacer, sino por qué y en función de qué puede hacerlo. El uso de las cosas tiene que estar determinado por un fin que el mismo hombre pone, y no viceversa. El hombre no toma cualquier carretera por el mero hecho de tener un coche. Para saber qué carretera tomar, es preciso tener una idea de dónde quiere ir. Por eso, es necesario que el joven tenga claro un objetivo de lo que se pretende en la vida, lo cual determinará el uso de los medios que tiene.

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Algunas cualidades de la madurez humana. 1. Una persona madura se nos presenta como alguien que ha adquirido la capacidad habitual de obrar libremente. Es decir, una persona que hace opciones conscientes y responsables, con estabilidad, sin tener que pasarse la vida replanteándose sus decisiones, sin adquirir una seguridad y una certeza sobre ellas. Esto no se trata de no cometer nunca errores o de no cambiar nunca de opinión, sino de tener claros algunos principios fundamentales en la vida. 2. Una persona madura ha logrado la adquisición de un dócil y habitual autocontrol emotivo con la integración de las fuerzas emotivas bajo el dominio de la razón. La persona madura no vive a merced de sentimentalismo, impulsos o tendencias, sino que vive de principios, de dominio personal, ce convicciones aunque a veces los sentimientos quieran dominarla. No se aferra a sentimientos o pasiones del momento y recuerda siempre sus principios y su orientación y estado de vida. 3. Una persona madura se comporta según la autonomía de la propia conciencia personal, es decir, según los dictámenes de una conciencia rectamente formada a la luz de la ley natural y de la fe en Dios. El hombre maduro es capaz de sacar de su interior juicios rectos sobre los acontecimientos y los hombres. Es el que no depende de los criterios de moda o las ideas llamativas que pululan a su alrededor, desde los grandes acontecimientos hasta las cosas normales y cotidianas. 4. Una persona madura vive en actitud de donación y de apertura, de servicio, de entrega a los demás. Rechaza todo tipo de egoísmo, de encerramiento en sí mismo, de particularismo y de individualismo. En este punto reside la verdadera madurez cristiana, ya que en ocasiones podemos encontrar personas con control, autonomía, que han hecho una opción en la vida aparentemente noble y viven de acuerdo a ella, pero todo centrados en sí mismos. En este caso no es una verdadera madurez cristiana. La principal señal de madurez cristiana es la capacidad de salir de nosotros mismos y ver por las necesidades de los demás. Estos son algunos de los rasgos más destacados de lo que hemos llamado la personalidad madura, podemos decir en resumen que la persona madura es la que ha aceptado su vida, ha hecho una opción fundamental correcta y es fiel a la misma. Aquella que ha adquirido un control emotivo y no es esclava de sus sentimientos y pasiones, que viene en una actitud de apertura a los demás y sobre todo en una entrega desinteresada y servicial al prójimo. Esta persona vive en paz y serenidad, firme en sus opciones, coherente con sus determinaciones. Para el cristiano maduro, el único fin en la vida es Dios, las demás cosas son sólo medios para alcanzar su fin. Todo este catálogo de cualidades y virtudes no se presuponen. Para adquirirlas el hombre tiene que convencerse de la necesidad fundamental de trabajar. Pero trabajar de una manera eficaz, es decir, colaborando activamente con la gracia de Dios. Así se puede lograr y encarnar esta personalidad madura en la vida como podemos constatar en las vidas de los santos, que son, por ende, grandes hombre. Donde hay un cristiano maduro, hay un hombre auténtico. La autenticidad de vida es el fruto de un cristiano convencido y maduro.

Respeto, dar su Lugar a cada Persona. Bibliografía: Abogados Católicos. Autor: Irma Delgado. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. Respeto, dar su lugar a cada persona Definición y medios concretos para vivir la virtud del respeto Definición El respeto es la virtud por la cual reconocemos y tenemos presente de manera habitual la dignidad de las personas, como seres únicos e irrepetibles, creados a imagen de Dios, con inteligencia, voluntad, libertad y capacidad de amar; así como sus derechos según su condición y circunstancias. Meta: · Descubrir y comprender que toda persona por el hecho de serlo, es merecedora de respeto, independiente de su edad,

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sexo, educación o cultura, desde el momento de la concepción hasta la muerte. · Percibir y vivir el respeto que merecen las personas por sus circunstancias, condiciones y autoridad que ejercen, por ejemplo los padres, jefes, autoridades civiles, los ancianos, etc. · Aceptar que toda persona tiene la misma dignidad y merece el mismo respeto en cualquier momento o circunstancia de su vida; y comprometerse al mismo tiempo en el trabajo de enriquecimiento y ennoblecimiento de la dignidad personal propia y de los demás, viviendo de acuerdo con ella y respetándola en toda circunstancia. · Descubrir el propio valor y dignidad como persona y vivir de acuerdo con ello, como medio para respetar a los demás. · Comprender, aceptar y promover el verdadero valor y dignidad de las personas basados en el SER; comprometiéndose en la construcción de sí mismos según esta verdad y valorando a los demás de acuerdo con ello. · Distinguir en cada persona su dignidad y verla como criatura única e irrepetible, con capacidad de conocer y amar a Dios, y a pesar de todos sus errores y carencias, inmensamente amada por Dios y la cual merece todo mi respeto y comprensión. ¿Por qué debemos fomentar la virtud del respeto? · Porque el respeto es la primera condición para la convivencia entre las personas, e implica el reconocimiento de la dignidad de cada una. El respeto a los demás nos ayuda a saber participar y crecer con ellos. · Porque todo lo que pensemos, hagamos y digamos debe ir de acuerdo con nuestra dignidad. En esto se manifestará el respeto hacia nosotros mismos.. El respeto a nosotros mismos nos permite ser mejores como personas, y nos ayuda a crecer en la virtud, ya que nos conducirá a buscar lo bueno y a descartar lo que nos pueda hacer daño. · Porque en nuestra sociedad se piensa erradamente que debemos regirnos por nuestros gustos y caprichos, aún a costa de pasar por encima de los demás. Esta visión y forma de vivir impide establecer relaciones interpersonales positivas y lleva a la soledad y el vacío. · Porque en algunos ambientes materialistas de nuestra sociedad, se piensa que vale más y merece más respeto el que más tiene, y no el que más es. Esto lleva a poner los ideales e ilusiones en lo material y elimina el sentido trascendente y la posibilidad de una realización y felicidad más profundas. · Porque hay algunos derechos que no proceden de ninguna obra realizada por el hombre, sino de su dignidad como persona humana, y hay otros que adquiere por su manera de vivir y de pensar, al ennoblecer su dignidad. Vivir el respeto significa · Ver a la otra persona como otro yo. Tratar a las personas como a mí me gusta que me traten. · Tratar a los demás, sin distinción, con amabilidad. · No hablar mal de nadie, no burlarme, no criticar, no ignorar a nadie. · Saber escuchar y ayudar cuando alguien requiera de mi ayuda. No hablar solamente yo ni querer imponer mis gustos o caprichos. · Saber ceder, no querer imponer siempre mi voluntad, respetar la opinión de los demás. · Respetar el esfuerzo y cuidar el trabajo de los demás. · Desarrollar al máximo mis cualidades para ser cada vez mejor persona. Nunca pensar que valgo por lo que tengo sino por lo que so · Respetar la intimidad y los sentimientos de los demás. · Ser alegre, generoso y bondadoso, ya que los demás merecen lo mejor de mí por la dignidad que tienen. Qué facilita la vivencia de esta virtud

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· La comprensión, pues nos ayuda a entender al otro y encontrar en él el valor que tiene como persona, independientemente de sus fallos o errores. · La virtud de la caridad manifestada en beneficencia, amabilidad, alegría y bondad. · El descubrir nuestra propia dignidad como hijos de Dios y reconocer esta misma dignidad en los demás. · La convivencia y el trato con otras personas que ayuda a descubrir lo bueno que tienen y a saber escuchar y ceder. · La sensibilidad y delicadeza de espíritu para reconocer abusos y malos tratos a la dignidad de otros. · La virtud de la generosidad que nos lleva a pensar en los otros antes que en nosotros mismos. · Reconocer mi propia dignidad y cuánto me ama Dios por ser quien soy. Ver que los demás son iguales a mí en esto. · Darme cuenta que yo también recibo de los demás un trato respetuoso, y que lo hacen porque reconocen en mí esa dignidad como ser humano. · Ser agradecido con los demás, no acoger los favores y atenciones como obvios y debidos a mi persona. Qué dificulta la vivencia de esta virtud · Una falsa concepción de la persona humana en la cual se le valora por el tener y no por el ser. · El egoísmo e individualismo que lleva a buscar la satisfacción de los propios gustos o caprichos, sin atender al respeto de la propia dignidad y de la de los demás. · El ambiente materialista y utilitario, que lleva a valorar a las personas por lo que tienen o por lo que puedan ser útiles para mí. · Falta de sensibilidad ante las necesidades de los demás. · La sociedad que tiende a ver la masa, y no a la persona.

Para promover la virtud del respeto en el despacho 1. Dar siempre ejemplo de amabilidad y buen trato con todos, independientemente del grado de amistad o simpatía que se pueda tener hacia las demás personas. Propiciar un ambiente de alegría, cordialidad y acogida. 2. Saber respetar las decisiones y opiniones de los miembros de la firma, siempre y cuando vayan de acuerdo con su dignidad de personas humanas. 3. No permitir por ningún motivo la crítica, burla, actitudes prepotentes o juicios a ninguna persona. 4. Tener un trato especialmente amable y delicado a las personas que trabajan conmigo o para mí. Pedir las cosas por favor, dar las gracias, ayudar en lo que se pueda aunque no sea nuestra obligación o responsabilidad. 5. Promover actitudes de sensibilización ante las necesidades de los demás por medio de la ayuda material y la oración. Para saber amar y respetar a cada persona, Jesús en el Evangelio de San Marcos, nos enseña cómo debemos tratar a todas las personas: < todos? por rescate en vida su dar a y servir sino servido, ser venido ha hombre del Hijo el tampoco Porque todos. de esclavo sea que vosotros, entre primero quiera servidor, vuestro grande El vosotros. así No oprimen. las magnates sus tiránicamente gobiernan naciones jefes como figuran los> (Mc 10 42-44). "Pero a ustedes que me escuchan les digo: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los

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maldicen, oren por los que les calumnian. Al que te hiera en una mejilla, ofrécele también la otra; y a quien te quite el manto, no le niegues la túnica. Da a quien te pida, y a quien te quita lo tuyo no le reclames. Traten a los demás como quieran que ellos les traten a ustedes. Si aman a los que les aman, ¿qué mérito tienen? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien a quien se los hace a ustedes, ¿qué mérito tienen? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores se prestan entre ellos para recibir lo equivalente. Ustedes amen a sus enemigos, hagan bien y presten sin esperar nada a cambio; así su recompensa será grande, y serán hijos del Altísimo. Porque Él es bueno para los ingratos y malos. Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso." (Lc 6, 27-36). "No juzguen y Dios no les juzgará; no condenen, y Dios no les condenará; perdonen, y Dios les perdonará. Den y Dios les dará. Les verterán una buena medida, apretada, rellena, rebosante; porque con la medida con que midan, Dios les medirá a ustedes." (Lc 6, 37-38).

La Personalidad y el Entorno. Bibliografía: Portal Católico. Autor: Catholic.Net Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano.

La Personalidad y El Entorno Se ha hecho evidente un cambio en la educación: del autoritarismo y la rigidez se ha pasado a la ausencia de límites, a la comodidad y al “dejar hacer”. Este cambio se hace patente, por lo tanto, conviene buscar un término medio: vivir los horarios para el estudio, y padres y educadores, unidos en este reto, establecer las pautas que se deben hacer cumplir, con la suficiente ascendencia, consecuencia del prestigio y del testimonio personal de los que tenemos el reto de educar. Menos teorías y más hechos En un reciente congreso de filósofos y pensadores de ámbito internacional se analizaron diversas cuestiones relativas a las corrientes de pensamiento actualmente más en boga. Una de las conclusiones más unánimes se refería a algo que quizá, a primera

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vista, puede parecer muy simple. Podría resumirse en que el atractivo de la persona individual tiene mucha fuerza, más que las doctrinas y que las ideologías. Que lo normal es seguir a las personas, más que a las ideas. Y ese natural deseo de emulación, muchas veces casi imperceptible, no es algo que se reduzca a los niños, o al seno de la familia, o a la educación. Siempre, pero quizá más en tiempos de controversias ante los valores, emerge con fuerza inusitada el hombre concreto, el modelo individual. Más que ideas generales, se buscan modelos humanos vivos, personalidades concretas que sirvan de referencia. Se escriben y se venden infinidad de biografías. Se buscan vidas que, por su categoría humana o espiritual, sean dignas de admirar o imitar. La gente no quiere teorías, busca la elocuencia de las obras. A la hora de pensar cuáles son los modelos humanos con los que tienen oportunidad de identificarse nuestros alumnos, podríamos analizar algunos aspectos interesantes. Por ejemplo, Chesterton decía que los profesores son las primeras personas adultas distintas de sus propios padres que el niño conoce con cierta continuidad. Y que, por tanto, de ellos es quizá de quienes más aprenda a hacerse adulto. Desde luego, una razón de peso para elegir bien el colegio al que va. Primero sus maestros, y después sus profesores, tienen un gran protagonismo en su educación. Porque hasta el simple trato humano tiene ya un gran poder formativo o deformativo. Los primeros formadores De todas formas, quizá de unos años a esta parte ha aumentado la influencia de otros muchos modelos. Un deportista famoso, una cantante, o el protagonista de una película o de una serie de televisión, pueden producir en los chicos una fuerte tendencia a asumir detalles que consideran atractivos en el carácter de esas personas. Y lo malo es que a veces esos modelos son muy poco positivos. Quizá de ahí arranque la falta de pautas morales válidas en la vida de algunos jóvenes. Es decisivo que quien está a punto de ser hombre o de ser mujer tenga ante sus ojos modelos atractivos y logrados, de modo que adquieran así criterios de estimación válidos. El entorno es muy importante. A veces lo notan los padres cuando sienten, con dolor, que parece que a los ojos de sus hijos lo menos importante es lo que dicen sus padres. Es una actitud muy propia del adolescente y contra la que resulta difícil luchar de frente. Quizá de modo indirecto puede hacerse más. Muchas veces no basta con charlar con ellos y procurar hacerles razonar, porque quizá su autosuficiencia adolescente les retrae de hablar confiadamente con sus padres.

¿Qué hacer entonces si los alumnos son ya adolescentes? Por tu parte, todo lo que puedas; pero quizá, considerando esto de los modelos y del entorno, procura también que tomen contacto con personas que puedan hacerles bien. Por ejemplo, resumiendo lo que hemos tratado, puede ser positivo: 1. procura elegir bien el colegio y habla con frecuencia con el preceptor o tutor; 2. haz algo por ir conociendo a sus amigos, para poder así darle de vez en cuando algún buen consejo, delicadamente y respetando su libertad; 3. procura, siempre que sea posible, que la televisión se vea en casa de modo familiar: una película bien elegida puede ser una espléndida ocasión para provocar una tertulia donde conozcamos el modo de pensar de nuestros hijos y el eco que tiene en ellos lo que han visto; 4. aplica tu imaginación para que los chicos tomen contacto con ideas y actitudes sensatas; 5. haz lo posible para que se muevan en un ambiente favorable al buen desarrollo de su personalidad: por ejemplo acudiendo a un club juvenil donde puedan pasarlo bien de forma sana, hacer buenos amigos en un ambiente adecuado y recibir una ayuda en su formación; 6. evita esos lugares donde resulta tan fácil verse envuelto en un ambiente de personas con planteamientos inadecuados sobre los modos de divertirse (es sorprendente el porcentaje de alumnos que vuelven irreconocibles a clase después de un verano desafortunado); etc. Si en las edades clave falla el entorno, de poco sirven los razonamientos teóricos con los alumnos. Decía Confucio que no son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino. Un colegio equivocado, un lugar de veraneo de

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bajo nivel moral, o una indigestión habitual de televisión indiscriminada, por ejemplo, pueden echar por tierra muchos esfuerzos hechos en casa por mantener limpias las mentes de los chicos. Si no se actúa sobre el entorno, puede suceder como en aquel dicho del cadáver en la piscina: "Mientras no se saque el muerto, de poco vale echar cloro".

EL Aborto. Bibliografía: Adaptación del texto original de Fernando Pascual Autor: Hedwig Krammer Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. El aborto Hay palabras que de sólo oírlas dan miedo, una de ellas es: “aborto”. Se ha dicho tanto y hay tantas opiniones encontradas sobre el aborto provocado, que de seguro ya mejor ni piensas y prefieres dejar el tema de lado. LO QUE AHÍ SE MUEVE NO ES UN OBJETO, ES UN SER HUMANO Hay palabras que de sólo oírlas dan miedo, una de ellas es: “aborto”. Se ha dicho tanto y hay tantas opiniones encontradas sobre el aborto provocado, que de seguro ya mejor ni piensas y prefieres dejar el tema de lado. Pero tanto el no pensar, como dejar el tema de lado, son posturas muy cómodas ¿no crees? Conviene que estés enterada(o); que tengas opiniones propias, porque de lo que sí puedes estar segura(o) es que en cada aborto muere un poco una madre y deja de nacer un hijo... SI EL QUE ROBA ES UN RATERO, EL QUE ABORTA ES

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ASESINO Quien se aventura a tener una relación sexual sin saber que es muy probable que en ella se dé vida a un nuevo ser, ¡es un irresponsable! Por muy duro que se escuche y rollos que te digan, la vida de un individuo comienza en el momento de la fecundación. En ese momento empiezas a ser hombre (como especie). Por lo tanto, en cada aborto es eliminado un ser humano. Es decir, se comete un homicidio. Sí, así como lo oyes, ¡¡¡un homicidio!!! ¿QUIÉNES ESTÁN A FAVOR DE LA MUERTE? PERDÓN, DEL ABORTO Sin embargo, muchos abortistas no aceptan esta conclusión. Quizá para ello, necesitan afirmar que existen “seres humanos menos hombres”. Me explico: el embrión hasta el día 14, o hasta el primer mes, o hasta las primeras 12 semanas, no es plenamente hombre. De este modo, este grupo establece discriminaciones según las cuales unos embriones (los que cumplen ciertas características) pueden ser protegidos, mientras que otros no. Hay otros defensores del aborto que reconocen que el embrión o el feto, son seres humanos. Pero añaden en seguida que estos individuos se encuentran en desarrollo hasta antes de nacer; y así, son menos importantes que un ser humano ya nacido. Pero si este es el argumento, debes recordar que estás en estado de desarrollo hasta los 17-20 años. Algunos otros abortistas llegan a decirte que existen casos en los que el embrión o feto atenta contra los derechos, la libertad o la salud de la madre. En esos casos, afirman que debería ser lícito el aborto. No obstante, lo mínimo que se exige a cualquier persona es que intente proteger el bien de quien pide sólo un poco de paciencia y un mucho de ayuda para poder continuar una vida que ya existe y que no podemos eliminar sin cometer una grave injusticia. Desde luego, no todos defienden el aborto de la misma manera. Unos quieren permitirlo sólo en algunos casos especiales como: violación o peligro de la vida de la madre. Otros (seguramente pocos), defienden el aborto totalmente libre y gratuito para cualquier mujer y en cualquier momento, sin que nadie pueda oponerse al derecho absoluto de la mujer sobre su cuerpo y lo que pueda originarse dentro de ella. A FAVOR DE LA VIDA En el grupo de los que van contra todo tipo de aborto provocado, hay una gran unidad en el rechazo del aborto, pero no la hay a la hora de ofrecer los motivos de su postura. Unos dicen que van contra el aborto porque la vida es sagrada desde su concepción. Otros, afirman que no sabemos si la vida es o no sagrada, pero en cuanto vida humana merece el respeto y la protección que podamos ofrecer todos, tanto la familia como la sociedad. Un tercer grupo, simplemente, respeta cualquier vida biológica (desde las plantas a los animales) y cree que la vida del embrión humano, por más pequeña que sea, es digna de respeto. LOS BANDOS SE UNEN... Aunque las posiciones sean muy distintas entre unos y otros, puedes encontrar un punto que une normalmente a los dos bandos (abortistas y no abortistas); todos están convencidos de que nadie tiene el derecho de eliminar ninguna vida humana inocente. En las discusiones sobre el aborto tendrías que reconocer este aspecto que une para evitar dar vueltas sobre el aire. Casi ningún abortista admitiría que al pedir la legalización del aborto pide una excepción a esta regla universal. ENTONCES, LA GRAN PREGUNTA SERÍA... ¿Dónde radica la diferencia de los dos grupos? En que algunos piensan que abortar no significa matar a ningún ser humano inocente, mientras que otros sí creen que en cada aborto se comete un homicidio. Para resolver este problema, deberíamos contestar esta pregunta: ¿cuándo empieza un ser humano a ser humano? LO QUE ES INNEGABLE ES QUE... El debate sobre el aborto no debe dejar de lado verdades que nos ofrecen el mundo de la ciencia y del derecho. Pero, debe integrar -y quizá esto sea lo más importante- esos sentimientos que nacen en casi todas las mujeres que perciben algo nuevo en su seno. No importando la edad: aunque sea adolescente, aunque no esté casada, aunque ya haya tenido otros hijos; el instinto materno indica que lo que "allí" se mueve no es un objeto, sino un hijo, un ser humano. ¿PARA QUÉ LLEGAR A ESE PUNTO?

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No puedes olvidar esta verdad sin cometer una grave injusticia hacia tantas mujeres que lloran porque se les hizo fácil un aborto que, en el fondo de su corazón, no querían. Tal vez desde esa experiencia de quien abortó y gime por haber perdido a ese hijo que empezaba a vivir puedas construir un debate sobre el aborto que te lleve, con serenidad y con justicia, a promover una cultura del amor, de la acogida y del respeto… A todos, aunque algunos ocupen ahora un poco de espacio en el seno de una mujer necesitada de apoyo y de esperanza.

Noviazgo. Bibliografía: Pastoral Juvenil Autor: Catholic.Net Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. Todos estos análisis los deben realizar y conocer los jóvenes, en la medida de lo posible; antes de ponerse de novios porque después nace el amor que gobierna todos los actos. El verdadero amor sólo puede parecer en el ser humano maduro y responsable Es un período social y afectivo muy importante porque es el comienzo, la mayoría de las veces, de la vida del matrimonio. Ya lo adelanto: el noviazgo se revive en el tiempo más propio y exclusivo del matrimonio, el de la intimidad matrimonial. Si en matrimonio, ocupa nada menos que ese tiempo; (ver intimidad matrimonial) que rige toda la vida del matrimonio así de prolijo y responsable debe ser ese período. Los jóvenes deben saber los elementos positivos fundamentales a rescatar de él. El amor de los novios es joven, de comienzo, por lo tanto dinámico, ansioso, anhelante, inestable y para que sea permanente, estable, necesita el agregado de la razón con proyección de futuro. En los novios verdaderos, todos sus actos son conducentes a un objetivo común: el matrimonio. Entonces todo este período tan especial y único no es solo para demostrar atracción física sino para que con inteligencia -oyendo la opinión de los padresevalúen sus condiciones personales y establecer si pueden armonizar un matrimonio normal, para toda la vida.

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Aquí está la gran diferencia con la simple atracción sexual que no tiene futuro, es simple atracción genital, sin amor, sin proyectos y peor aún sin responsabilidad. El futuro matrimonio no es curativo de nada: no esperar que el alcohólico deje de beber o el jugador deje de jugar o el haragán se entusiasme por el trabajo, etc. Los novios tienen que saber que el amor que los une evoluciona, no es estático sino se hace monótono; conscientemente no deben permitirlo, evoluciona procurando más felicidad cada día. El compromiso de brindarse mutua felicidad es para siempre; en el hacer feliz a su pareja debe encontrar la propia felicidad. Todo esto es posible solamente si hay amor responsable. Este período es único, por eso no se le debe quitar el encanto ni la emoción que significa; al contrario se lo debe rodear de todo lo bello, bueno, poético pero nadie debe pensar que así será el matrimonio, no porque sea peor o mejor sino porque es otra situación.

Lo poético, encantamiento del noviazgo, todos lo conocen pero la parte de ese noviazgo con proyección al matrimonio es lo que perdurará. No es lo mismo la visita de novios que el vivir en matrimonio. Se debe evaluar y analizar cada uno haciendo abstracción de los sentimientos, análisis que bien realizan los padres porque, repito, jamás se debe pensar que el matrimonio mejorará ningún defecto. El noviazgo se revive, en matrimonio, en intimidad matrimonial. (Todos estos análisis los deben realizar y conocer los jóvenes, en la medida de lo posible; antes de ponerse de novios porque después nace el amor que gobierna todos los actos.)

1.- Las condiciones personales de los novios a. Edad: es primordial en nuestra sociedad tratándose de novios futuros esposos. A diario sabemos que ello interesa poco cuando "forman pareja" porque es siempre de duración efímera, sin futuro; pero al tratarse de matrimonio es de importancia fundamental aunque no son muchos los matrimonio donde ella es muchos años mayor que él. El hombre debe ser mayor que la mujer entre 5 y 10 o más años porque la mujer madura antes que el varón. A los 18-20 años la mujer esta ya en condiciones para ser esposa pero a esa misma edad el joven todavía - en general- no tiene esas responsabilidades. La diferencia de comienzo no es tan grosera como un hombre de 25 años y una mujer de 35 años, pero cuando la mujer llegue a los 70 en plena vejez tendría a su lado un esposo de 60 y la diferencia se hace muy grosera no solo desde el punto de vista social sino del matrimonio, educación de los hijos, de la participación en la sociedad que la edad de los hijos exige en cierto niveles, etc. Aquí tampoco sirve copiar modelos de matrimonios de otros países con groseras diferencias explicadas por otros motivos: herencias, figuración social, políticas, etc. Así como madura antes la mujer también declina antes que el hombre. La menopausia marca un período muy importante en la mujer. Se debe tener muy presente que solo indica que esa mujer no podrá tener más hijos (no es el texto para considerar las modernas técnicas donde mujeres de 50 o más años quedan embarazadas) pero conserva todas sus condiciones de mujer que ella con inteligencia y respeto a su matrimonio sabrá prolongar hasta avanzada vejez como se hace en todos los países cultos (ver menopausia). LA NOVIA, EN LO POSIBLE, DEBE SER 5 A 10 AÑOS MÁS JOVEN QUE EL NOVIO, PARA VIVIR UN BUEN MATRIMONIO EN LA VEJEZ. b. Cultura Lo ideal es que sean de un nivel cultural semejante. El desnivel es nefasto aunque posiblemente sea más tolerada y beneficiosa para el matrimonio la mayor cultura del esposo porque así no habrá un comportamiento instintivo en la intimidad matrimonial, aunque él no obtenga de su matrimonio el cúmulo de satisfacciones que dicho estado debe reportar.

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Calvario inaguantable la inversa: la esposa culta con esposo inculto; jamás aceptar esta situación y la que acceda a ello ya está informada de lo negativo de la misma no solo en la intimidad conyugal sino también en el diálogo diario, en la educación de los hijos, en la vida en sociedad, en la familia, etc. La mujer ya es sutil, delicada y nacida para el amor por mediocre que sea su formación. El hombre si a su incultura se agrega que descuida el aseo personal y un comportamiento íntimo acorde a dicha situación, el matrimonio será un fracaso. Cuanta más educación mayor refinamiento en el comportamiento conyugal

No es que los dos deban ser universitarios, ni los dos esposos abogados, médicos, profesores, etc. pero groseras diferencias de educación actúan contra la armonía del hogar. Las sutilezas, delicadezas, etc. serán compartidas, retribuidas y valoradas y ello será posible si se tiene el mismo nivel cultural. Si la cultura y formación no es pareja no habrá diálogo ni coincidencia en nada. c. Belleza De mucha importancia. Tener presente que el hombre y en especial la mujer no debe ser fea; no se dice que tiene que ser bella. Es cierto que la belleza es relativa pero groseras manifestaciones de imperfección humana no admiten relatividad. Hay un fiel que falla muy poco: la hija será como la madre o muy parecida. Porque no olvidar que el matrimonio es para toda la vida y lo que hoy es bello por su juventud, el devenir de los años hará estragos aún en las más bellas; de modo que se debe comenzar con una buena dosis de reserva de belleza para satisfacer muchos años de vida y que siempre quede algo agradable de ver todas las mañanas. Este aspecto es algo que debe preocupar a la mujer al llegar a la menopausia para no descuidar piel, cabellos, manos, etc. sin olvidar todo lo relativo a la memoria, concentración, capacidad de síntesis, etc., etc. que el médico sabrá medicar como corresponde. d. Relación con los padres En hijos sobre protegidos (ver cordón umbilical), inmaduros, que no cortan la dependencia afectiva infantil hace que el matrimonio sea organizado y conducido por una de las dos suegras, siempre con graves consecuencias. Los novios y en especial la novia deben saber observar esta situación y resolverla antes del casamiento para no mantener un patrón de relación infantil con la madre que siempre tiene mal final. Aquí es cuando deben saber si vivirá con ellos alguna de las suegras -casi siempre- que se ocupará del cuidado de los hijos, de hacer la comida, etc. mientras ellos trabajan. Pero pasados los años la suegra viuda, casi siempre, entrega su casa a los jóvenes esposos para comprar una más grande, por los hijos. Los jóvenes padres tienen, en apariencia, todo resuelto: casa, comida, cuidado de los hijos, etc. por la presencia de la suegra. Ahora la suegra vive en una casa que no es de ella. Pasan los años y la suegra es ahora "la anciana abuela" que vive en la casa de un hijo y de una nuera aunque ella haya vendido su casa para que ellos hayan podido comprar "SU" casa. Pasan los años... las enfermedades propias de la vejez y sobre todo la pérdida de la memoria, etc., etc. transforman a la joven suegra en la anciana que requiere cuidados, molesta día y noche... la solución un asilo o algo parecido. Pero la verdadera solución estuvo cuando recién se casaron: no ocupar la casa de la suegra, ni venderla después; que cada abuela o abuelo tenga su casa y cuando sean muy ancianos buscar una persona que los cuide (o la cuide) en SU casa. Esto es a tener muy en cuenta porque estos jóvenes esposos también llegarán a viejos. 2.- Relaciones interpersonales Sería repetir lo escrito en los capítulos: auto-estima, intimidad matrimonial, evolución maldita, etc. pero dada su importancia se resumen algunos conceptos. Este aspecto es más que fundamental e importante para el futuro matrimonio porque le marca el nivel afectivo y de valorización

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interpersonal: no olvidar jamás que COMO SE INGRESA AL MATRIMONIO ASI SE VIVIRÁ EN EL. El nivel de auto-estima y de valorización será el vivido de novios que se prolongará al matrimonio, más que todo, en intimidad matrimonial En general descuidan este aspecto del noviazgo. Las manifestaciones físicas demostrativas de la pasión amorosa son norma, pero nunca deben ser tales que desvaloricen a la novia y mucho menos lleguen a la humillación para no "perder ese novio" porque no saldrá nunca más de ese bajo nivel (ver auto-estima) SI DE NOVIA CAMBIO AUTO-ESTIMA Y PUDOR POR EL MATRIMONIO NO SE LAMENTE DESPUÉS POR LA CALIDAD DE ESE MATRIMONIO QUE LE TOCA VIVIR PORQUE UD. LO PERMITIÓ Y ESO ES PARA SIEMPRE. AUTOESTIMA Y PUDOR -CASI SIEMPRE DE LA NOVIA -MARCAN EL NIVEL DE CALIDAD DEL MATRIMONIO FUTURO La falta de estos conocimientos es la raíz de muchas desavenencias matrimoniales y causa de tantos matrimonios malogrados. No porque ahora se quieran menos que antes, eso no es cierto. Nunca se ha vivido más ni mejor que ahora, con más confort, más adelanto técnico, más cultura, etc. entonces porqué debemos pensar que la naturaleza justamente en su perfección, que es el ser humano está fallando; no es cierto. La verdad es que los jóvenes tienen un nivel de inteligencia y formación superior cada vez y pequeños obstáculos en el matrimonio es para ellos preocupación y generadores de situaciones conflictivas que no saben resolver. Esto es porque no se les ha enseñado EDUCACIÓN PARA EL MATRIMONIO como se les enseñó otras numerosas asignaturas. Entonces esposos, con esmerada cultura, terminan por recurrir al psicólogo o psiquiatra por los múltiples cuadros que genera un matrimonio desarreglado y que será al final o la separación o la frustración casi siempre de la esposa que termina por sacrificar su vida y todas las posibilidades de felicidad dedicándose exclusivamente a la educación de los hijos, aunque ella no haya tenido ninguna clase de satisfacción.. Los que controlan la enseñanza, la deben ir modificando de acuerdo con las épocas. "Vivimos una época de cambios acelerados sin precedentes y puesto que estos cambios son en buena parte obra humana, es imposible soslayarlos. No queda más alternativa que ajustarse, adaptarse al cambio, controlarlo o perecer"(C. Sagan Los dragones del Edén)

SÓLO HAY VERDADES. Se les debe dar a los jóvenes todos los conocimientos necesarios sobre el tema y entonces sí sabrán como es el matrimonio; cada matrimonio fracasado es el fracaso de nuestro sistema de educación. NO OBLIGUEMOS AL MATRIMONIO A AQUELLOS QUE NO SABEN DE QUE SE TRATA. No olviden los novios que ellos se eligieron, procuraron agradarse hasta que surgió el amor, no como los padres ni como los hijos que no se eligen, que pueden ser 2, 3, 6 o muchos más; pero el matrimonio es uno y llegará el día que los hijos dejan el hogar paterno para organizar sus vidas, pero el matrimonio que por propia voluntad, con autorización de la ley y bendición de Dios formaron debe permanecer por vida. Al matrimonio solo lo une el amor mutuo pero hay algunos valores, como los comentados que no se pueden eludir y que deben ser tenidos muy en cuenta antes de comenzar el noviazgo. Al matrimonio lo une el amor, es cierto, pero un amor inteligente no instintivo. Lo único que el ser humano elige y es de su exclusiva propiedad es el matrimonio, por eso no se parece a nada que se pueda lograr. Todo lo explicado es lo que valoriza al periodo de novios, para que sea vivido con inteligencia y sobre todo con proyección de futuro. Tarde o temprano se darán las situaciones para que en el diario vivir del matrimonio se griten y reprochen conductas permitidas de novios. La que más pierde, la que se desvaloriza es ella. Por eso la mujer debe estar más que preparada para vivir su noviazgo y matrimonio, no para enfrentar al hombre que ama sino para ocupar con inteligencia el nivel que elija, no por simple capricho, sino según su auto-estima, pudor, personalidad y conocimientos de como vivir la relación interpersonal de novios y la intimidad matrimonial de casada.(Ver: intimidad matrimonial) LA MUJER POR SU AUTO-ESTIMA, PUDOR, MADUREZ, CULTURA, VALORIZACIÓN, ETC., ETC. MARCARA EL NIVEL DE CALIDAD DE SU NOVIAZGO Y MATRIMONIO.

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Etapas en las Relaciones del Noviazgo. Bibliografía: Valores Humanos Autor: Dr. Bernabé Tierno. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. Etapas en las relaciones de noviazgo La vida conyugal es algo muy grande. Hay que llegar a ella por sus pasos. Las cosas grandes no se hacen en un día. Necesitan tiempo, preparación, etapas. La vida conyugal es una de esas cosas muy grandes. Hay que llegar a ella por sus pasos. Esta preparación comienza ya desde la adolescencia. El adolescente ha hecho el descubrimiento, aunque todavía elemental, del otro sexo. Se trata de todo un nuevo mundo, físico y espiritual, que tiene que explorar, pero sin precipitarse. Los dos extremos serían funestos: tanto el lanzarse demasiado aprisa, como el retirarse por miedo a posibles peligros. Antes del noviazgo, conviene que los adolescentes y los jóvenes hayan tratado frecuentemente con jóvenes del otro sexo. Esto es imprescindible, no sólo para conocer al otro sexo, sino para conocerse a sí mismo, para estudiar sus propias reacciones y actitudes ante el otro sexo. Uno de los deseos más arraigados en el corazón del hombre es encontrarse con los otros, formar grupo, colaborar juntos. La amistad es un gran valor. La soledad es una triste experiencia. La amistad es un afecto puro, desinteresado y recíproco que nace y se fortalece con el trato. Se basa en la sinceridad y en la generosidad. La simulación, el engaño, la traición, son la muerte de la amistad. La amistad es dar más que recibir.

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En la amistad te aceptan como eres y te valoran por lo que eres, comprendiendo y perdonando tus fallos y limitaciones. La amistad favorece la amabilidad, la jovialidad, la alegría, la bondad, la sinceridad, la generosidad, la cordialidad, el deseo de hacer el bien y la preocupación por los demás. El amigo no es acaparador y posesivo. Respeta tu libertad y no tiene celos de que compartas tu amistad con otras personas. En esto se diferencia la amistad del amor. El amor tiene celos si una tercera persona se interpone entre los dos. La amistad, como el amor, dura toda la vida. La amistad que es pasajera, no es verdadera amistad. Lo mismo que el amor: o es eterno, o no es amor. Quien tiene un verdadero amigo, tiene un tesoro40. Una evolución normal humana exige, por tanto, este trato entre muchachos y muchachas desde los diecisiete años más o menos. Normalmente, y sobre todo al principio, este contacto debe efectuarse en grupos o pandillas. Es mucho más efectivo cuando estos contactos en lugar de estar meramente motivados por el encuentro y el entendimiento mutuo, tiene algún otro fin intermedio, por ejemplo: cultural, benéfico, deportivo. En estas circunstancias, los jóvenes muestran muchas facetas de su personalidad y se dan mutuamente muchos más motivos para conocerse. Si son contactos «para ser conocido» son más superficiales, pueden estar tratando únicamente de «causar buena impresión», y, por lo mismo, camuflando elementos muy importantes de su manera de ser. En cambio en las pandillas en las que los chicos y las chicas realizan algo juntos, inevitablemente darán a conocer innumerables aspectos de su forma de ser. El otro sexo no está meramente en un escaparate, en una postura estudiada y para ser visto; está más en la vida real con sus pequeñas colaboraciones, responsabilidades, circunstancias y conflictos; tiene que hacer algo más que ser visto. Y es que no hay peor manera de conocer a una persona que cuando ésta se ha puesto allí sólo para que la conozcan. Más tarde un chico y una chica comienzan a salir juntos. Salir juntos no es el noviazgo, pero puede ser el preludio. De todas maneras, los que empiezan a salir juntos deben estar convencidos de que ya no se trata de una diversión o de un juego, sino de algo más serio.

Decimos que esta etapa puede ser muy formativa, pues presenta una magnífica ocasión para ejercitar mutuamente la nobleza, la sinceridad, la generosidad y la delicadeza. Dadas sus especiales circunstancias y ocasiones puede servir también de prueba de moralidad y de fuerza de voluntad. Es también una buena ocasión de conocimiento mutuo con vistas a una futura relación más duradera. Es muy importante en este sentido que no se pase demasiado pronto a un estado de noviazgo formal. Y así como habéis empezado a salir juntos con nobleza, para conoceros, así también tenéis que tener sinceridad, lealtad y valor, para separaros, si veis que la cosa no debe seguir adelante. No sólo el seguir, sino también el romper, puede ser un verdadero acto de lealtad. Por lo mismo, debéis hacerlo antes de que la herida sea importante. Es algo que se lo debéis a la otra parte. Y también a vosotros mismos. Caso de no haber seguido adelante en una de estas relaciones, no es preciso encarecer que la delicadeza os obliga a una especial discreción y secreto sobre mutuas posibles confidencias41. «Los daños del enamoramiento prematuro suelen ser graves. »El chico tiene su “hombría” prendida con alfileres, y ella, lo mismo, su “feminidad”. »Si antes de fijarlas bien, se aficionan excesivamente al otro sexo, si tratan excesivamente con el otro sexo, temo que se les peguen costumbres, maneras, amaneramientos. »Y ella debe ser semejante, no igual: ya lo dijo el Génesis. Y él lo mismo. »Pero censuro el exceso, no el trato. Es éste muy beneficioso con tal que no perdamos la cabeza»42. Hay que saber esperar como dijo Gigiola Cinquetti en la canción, con la que ganó el Festival de Eurovisión: No tengo edad... No tengo edad para amarte. Y no está bien, que salgamos solos los dos... Tal vez querrás, tal vez querrás esperarme, que sea mayor, y pueda darte mi amor..

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No todos los chicos que se acercan a las chicas van con buenas intenciones. Algunos, por puro pasatiempo; otros, para aprovecharse de la chica. También habrá quienes lleguen con la sana intención de entablar relaciones formales. No es difícil ver el fin que pretende un chico cuando quiere salir con una chica. Hay chicas que se hacen invitar por chicos al cine, a merendar, etc., a cambio de ciertas concesiones, lo cual no deja de ser un modo de prostitución. La chica que anhela ser una buena esposa, debe huir del «flirteo».

Castidad en el Noviazgo y Fidelidad Matrimonial Bibliografía: El Amor Inteligente Autor: Enrique Rojas. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. Castidad en el noviazgo y fidelidad matrimonial El hombre debe elegir en cada momento no lo más apetecible, sino lo más conveniente para su desarrollo personal. Algunos dicen que si un chico y una chica se quieren para vivir matrimonialmente no necesitan ningún papeleo burocrático. Eso es muy cómodo, pero no es serio. En la vida todas las cosas serias se formalizan con un documento. Si tú le prestas a un amigo un millón de pesetas, no te basta su palabra, por muy amigo tuyo que sea. Te quedas más tranquilo si te echa una firmita en un papelito. Pues el matrimonio es una cosa muy seria, en la que se pone en juego la educación de unos hijos que necesitan un hogar, y eso no puede estar a merced de una pareja que no quiere comprometerse a vivir juntos, y por lo tanto en cualquier momento difícil, por los que necesariamente pasan todas las parejas, uno de los dos podría dejar al otro plantado y marcharse, a veces, precisamente en una edad en la que será muy difícil encontrar nueva pareja, y la soledad atormentará al otro todo el resto de su vida. Además, el amor busca estabilidad. La institucionalización del amor en el matrimonio es algo constante a lo largo de la historia. Aparte de que los hijos tienen derecho a un hogar estable indispensable para su educación. Pero además, los niños pueden traumatizarse al darse cuenta del rechazo de los demás por su situación anómala. Y si se casan después de tener el hijo, el trauma puede ser de alguno de la pareja hacia ese hijo que le ha obligado a casarse contra su voluntad.

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Por eso la Iglesia no está de acuerdo con esas parejas que quieren vivir matrimonialmente, pero sin formalizar el matrimonio 55.Un mismo acto (coito), cambia de valoración moral si cambian las circunstancias (matrimonio) que pueden conceder un derecho que antes no se tenía. Los medios de comunicación nos invitan continuamente al sexo libre. Sin embargo «la sexualidad “desconectada” del amor y de los sentimientos rebaja y envilece a la persona, y conduce a la neurosis» 56. La base de la felicidad matrimonial está en el amor espiritual entre ambos cónyuges. Éste es perdurable, el que no hastía nunca. Y cuanto más pongas de carnal en tu cariño, menos sitio dejas para lo espiritual. Unas relaciones en las que hay concesiones a la concupiscencia, se rebajan, pierden elevación y espiritualidad, es decir, pierden fortaleza en su vínculo fundamental. En cambio, cuando el instinto es frenado por la virtud, una aureola de elevación ilumina ese cariño, y un autodominio y mutuo respeto fortalece el vínculo que va a unirlos para toda la vida. Cuando se da este amor espiritual, el noviazgo es un tiempo de mutua educación: él se hace más puro, deja ciertos amigos, etc., por darle gusto a ella; y ella viste con más decencia, vence más su genio y sus caprichos, etc., por darle gusto a él. Pero cuando el amor del noviazgo está basado sobre la carne y el instinto, ese amor es egoísta, busca sólo su propia satisfacción. El egoísmo adquirirá en el matrimonio proporciones insospechadas. «El amor no puede limitarse a una utilidad placentera que busca su propio provecho» 57. Alegría es la satisfacción por haber alcanzado un deseo. Es saborear algo bueno que esperábamos. La alegría está sobre el placer. El placer está en los sentidos, y la alegría en el alma. La alegría es el camino hacia la felicidad. La alegría es causa de optimismo, satisfacción y regocijo. La alegría enriquece interiormente y hace que la vida merezca la pena de ser vivida. La felicidad se lleva en el alma. Víctor Frankl, fallecido en Viena, a los 92 años, el 2 de Septiembre de 1997, padre de la logoterapia, la «tercera escuela vienesa de psicoterapia», según la cual la motivación psicológica primaria del hombre es la búsqueda del significado de la vida 58, en su obra El hombre en busca de sentido dice:«La felicidad no se puede buscar nunca directamente. Sólo puede venir como consecuencia de haber entregado lo mejor de nosotros mismos por una causa noble».

Dice el Dr. Rodríguez Delgado, que no es lo mismo placer que felicidad. El placer está en los sentidos. La felicidad en el alma. El amor tiene dos vertientes, el cariño, que es amor del alma, y el deseo que es amor del cuerpo. El cariño está hecho de ternura, admiración, respeto, etc. El deseo trata de poseer el cuerpo del otro, culminando en la unión sexual. La diferencia entre amor y deseo está en que el amor se siente atraído por las virtudes de la persona, y el deseo por la belleza corporal 59. «El amor es más espiritual, va más dirigido a la belleza del alma. »Va surgiendo poco a poco con el trato de la persona querida. »El deseo brota más explosivamente. »Va dirigido al atractivo corporal. »Es más violento, busca expresarse en abrazos y besos frenéticos, que son maneras de tratar de poseer el cuerpo del otro. »Son conatos de la unión sexual. »El deseo nace del cuerpo. Se siente en el cuerpo, se dirige al cuerpo del otro.» El amor es menos explosivo y violento. Es más profundo, más satisfactorio. Más reconfortante. Está hecho de ternura, admiración, respeto e identificación con la persona querida 60. «Hoy se habla mucho de sexo y poco de amor» 61. A veces se dan solteros, ya mayorcitos, que han encontrado una pareja con quien hacer vida sexual, y no quieren atarse con el matrimonio. Son unos egoístas que buscan sólo su propia satisfacción, incapaces de amar a nadie, y por lo tanto incapaces de hacer feliz a nadie. Sólo se quieren a sí mismos, y a la larga es inaguantable convivir con ellos. Quienes de solteros quisieron siempre satisfacer sus caprichos, llegan al matrimonio con un alma ferozmente egoísta y un cuerpo ávido de placeres. Como es natural el matrimonio no puede darles todo lo que ellos quieren, y su falta de sentido cristiano les hace infelices incluso en esta vida. El resultado de esto son los fracasos matrimoniales que vemos por todas partes. Muchos se quejan de su matrimonio cuando ya no hay remedio, porque un vínculo indisoluble los ata para toda la vida. Pero pocos caen en la cuenta de que su fracaso matrimonial se debe a que tomaron el noviazgo como una diversión, y contrajeron el matrimonio a la ligera, con frivolidad y sensualidad. Muchos fracasos matrimoniales, muchos matrimonios desgraciados se deben a haber tenido un falso concepto del amor. El cine, las novelas, las canciones de la radio y los seriales están llenos de ideas paganas sobre el amor. Quien bebe en esas fuentes, es natural que sienta los efectos del veneno. El matrimonio es una cosa muy seria, y como todas las cosas serias, requiere su preparación adecuada. La frivolidad, la ligereza, la pasión y el jugar al amor han matado el verdadero amor.

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Los chicos y las chicas se gustan por el atractivo físico, por el instinto sexual, por la satisfacción que el otro les produce a sí mismos. Y esto es egoísmo, no es amor. Y el egoísmo es caprichoso, voluble, pasajero. Estos amores apasionados y egoístas no pueden dar una felicidad estable. Pronto se cansan y ansían cambiar de objeto. Los objetos no se aman. Se utilizan para uno, y luego se tiran o se arrumban. Una chica que no se hace respetar se rebaja a ser un juguete. Y los juguetes duran más o menos, pero terminan arrumbados y olvidados. Me escribía una chica: «Padre, es un asco. Todos los chicos vienen a lo mismo. Si no te dejas, no les interesas». El dejarse instrumentalizar por temor al abandono es un disparate, pues quien instrumentaliza no ama, y quien no ama terminará abandonando. Para algunos chicos, las chicas son como esos objetos que llevan una etiqueta que dice: «Tírese después de usarla».El amor es otra cosa. El amor es dar. Es enriquecer, dignificar, ennoblecer a la persona amada. Nunca gozarla para sí mismo. Eso es egoísmo 62.Y el egoísmo es la muerte del amor, mientras que el sacrificio es la verdadera prueba del amor. Cuando los novios se han templado en el sacrificio por el bien del otro, el matrimonio será una delicia. Pero si lo que han hecho de novios es fomentar su egoísmo, es lógico que su matrimonio sea un fracaso. Ya dijo Aristóteles que «amar es buscar el bien de la persona amada» 63. Santo Tomás de Aquino dijo: «Amar es desear el bien de alguien» 64. Y Sócrates que «el amor es darse» 65.Jean Guitton aprendió de niño estos versos que expresan la misma idea: «Por tu felicidad, daría la mía. Aunque nunca tuvieras que saberlo. Con tal de oír alguna vez en la distancia la risa de la dicha, nacida de mi sacrificio» 66. «El amor, al contrario que el dinero, cuanto más se da, más se tiene; cuanto más generoso, es más grande y más hermoso.

Amor, no es buscar ser comprendido, sino comprender; no es buscar ser perdonado, sino perdonar; no es buscar ser alegrado, sino alegrar; no es buscar ser amado, sino amar. Amar, es saber sacrificarse, hasta estrujarse el corazón por la felicidad de la persona amada. Si no quieres sufrir, no ames; pero, si no amas, ¿para qué quieres vivir?» 67.El ser humano es persona, no es cosa. El amor integra el respeto a la persona, o no es amor, aunque haya manifestaciones eróticas; pues el amor no consiste en la excitación de los sentidos. El auténtico amor no se dirige sólo al cuerpo, sino a toda la persona 68. «El amor es un don en sí mismo y no es posible entregarse a medias. El amor es total, o ya no es amor» 69. «El amor conyugal es un amor de totalidad. Siendo un amor total, tiene que ser un amor definitivo. Un amor total que tiene reservas en el tiempo, no puede ser un amor total... La totalidad del amor es indivisible... Por su propia esencia es fiel y exclusivo. Un amor total no puede ser compartido con varias personas» 70. En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir... Dar es más satisfactorio, más dichoso, que recibir; amar, es más importante que ser amado. Al amar, se siente la potencia de producir amor -antes que la dependencia de recibir siendo amado-. El amor infantil sigue el principio: «amo porque me aman». El amor maduro obedece al principio: «me aman porque amo». El amor inmaduro dice: «te amo porque te necesito» 71. La concupiscencia dice: «Te amo porque eres un bien para mí». El auténtico amor dice: «Te amo porque deseo lo que es un bien para ti». El «amor recíproco» no es el hartazgo de la concupiscencia de cada uno, que es una coincidencia de egoísmos. «La reciprocidad verdadera no puede nacer de dos egoísmos sino que ha de suponer necesariamente el altruismo de cada uno». «Amar es darse y darse significa limitar su libertad en provecho de otro. La limitación de la libertad podría ser en sí misma algo negativo y desagradable, pero el amor hace que por el contrario, sea positiva, alegre y creadora. La libertad está hecha para el amor... El hombre desea el amor más que la libertad: la libertad es un medio, el amor es un fin» 72. El único amor perdurable, el que da una felicidad creciente al paso del tiempo, el único amor que da la máxima felicidad posible en este mundo, es el amor que por encima de la satisfacción propia busca el bien de la persona amada, aunque para ello tenga que renunciar a sus propias apetencias.

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Amor que se busca a sí mismo, fracasa irremediablemente. El amor eleva, la pasión envilece. El amor que busca el bien de la persona amada, llegará a encontrar la verdadera dicha. La experiencia de la vida confirma la verdad de todo esto. Por eso vale tan poco enamorarse del cuerpo, que es amor sexual. Y en cambio, hay tantas garantías de éxito en el amor del alma, que es espiritual. Si lo que buscas, en lo que llamas amor, es saciar tu sed, no amas, desengáñate. Si lo que buscas es servir, ennoblecer, perfeccionar a la persona amada, felicítate: has encontrado el camino del verdadero amor. Y cuanto más haya de esto, más feliz te hará ese amor. Considera despacio estas ideas: -Si te extasías ante su belleza..., es sólo no es amor: es admiración. -Si sientes palpitar tu corazón en su presencia..., eso sólo no es amor: es sensibilidad. - Si ansías una caricia, un beso, un abrazo, poseer de alguna manera su cuerpo...,eso sólo no es amor: es sensualidad. -Pero si lo que deseas es su bien, aun a costa de tu sacrificio..., enhorabuena: has encontrado el verdadero amor 73. No es lo mismo amar a una persona para hacerla feliz a ella, que amarla para que ella, con su amor, nos haga felices a nosotros. Esto segundo es egoísmo. Con todo hay que tener en cuenta que uno puede sacrificarse no sólo por amor, sino también por deseo. Se pueden hacer grandes sacrificios para obtener cosas: un automóvil, una prenda de vestir, etc.; y las cosas no se aman. Sólo se desean. Y cuando se consiguen se cambian por otra cosa mejor, más buena o más moderna 74. «Bajo el nombre de amor circula una mercancía que es su negación y caricatura. Lo grave es que se está vilipendiando el amor verdadero por parte de todos esos falsarios de la sexualidad humana. Lo grave es que a fuerza de presentar una imagen deformada de la sexualidad, se compromete su valor como ser humano» 75. El sexo normal ya no atrae; se está echando mano a extravagancias y perversiones. Están en venta el sadismo y el masoquismo, y, junto a ellos, la homosexualidad masculina y femenina, y todo lo demás.

Se presentan nuevas formas de cohabitación del hombre y de la mujer, como el sexo en grupo, el cambio de parejas, etc. Pero también de estas novedades se irá cansando el consumidor. El ambiente hedonista que nos invade se ríe del amor desinteresado. Sólo le interesa buscar gratificaciones placenteras. No tiene más horizonte que saciar los instintos. No admite otro valor que lo agradable. Éste es el círculo angosto, asfixiante, del erotismo. Aunque, por fortuna, son muchos los ejemplos de un amor generoso, libre de la tiranía del egoísmo y del reduccionismo envilecedor 76.«Erotismo es la separación de la sexualidad del amor conyugal con el fin de procurar gratificaciones placenteras» 77. «La mera explicación de cómo se obtienen sensaciones placenteras ya constituye, de hecho, una incitación al mero erotismo. No forma para el amor, deforma. Lanza por una vía contraria al verdadero amor» 78. La caricia erótica acaricia el cuerpo, la caricia amorosa acaricia el alma. «No convirtamos el amor en algo biológico: “Yo quiero porque siento. Dejo de sentir, dejo de querer”. Esto no es verdad (...) Los sentimientos, con el tiempo, van decreciendo. Lo mismo el dolor por la muerte de una madre que la ilusión de los enamorados. (...) Pero el amor no es lo mismo que el sentimiento. (...) Uno no puede poner el amor, que es lo más importante en la vida de una persona, en manos de una cosa que yo no puedo dominar, como es el sentimiento. El amor está en algo que yo domino: la voluntad. Yo quiero porque quiero querer, porque quiero seguir queriendo. Esto sí está en mis manos, aunque no sienta nada 79.Una madre junto al lecho de su hijo enfermo puede no sentir nada placentero, pero evidentemente que está amando a su hijo.«El secreto está en entregarse. Cuanto más se entrega uno, más quiere. Las cosas a las que uno se entrega, se termina queriéndolas» 80. El hombre, por ser sensible, siente atracción hacia los estímulos gratificantes. Y esto es para él un valor. Pero como al mismo tiempo es espiritual, no puede tener como meta el disfrutar de los estímulos sensibles placenteros. Para él son superiores la verdad y el bien. Orientar su vida según una auténtica jerarquía de valores le hace madurar como persona humana y le otorga paz y felicidad 81. Dijo el Dr. Enrique Rojas, Médico-Psiquiatra, en el Blanco y Negro del 8 de noviembre de 1998: «La sexualidad desconectada del amor conduce a lo neurótico. (...) Hoy estamos asistiendo a una verdadera idolatría del sexo. (...)La sexualidad no es algo puramente biológico, un placer del cuerpo, sino que mira a lo más íntimo de la persona. De ahí que deba estar envuelta por el amor. (...) No tener principios es demoledor» 82. «Un hombre no puede ser feliz cuando se realiza a medias. Cuando se queda por el camino presa de atractivos efímeros. El ser humano se realiza cabalmente cuando pone todas sus potencias al servicio de la realización de las posibilidades más valiosas» 83. «El hombre debe elegir en cada momento no lo más apetecible, sino lo más conveniente para su desarrollo personal» 84. «Lo agradable es un valor. Pero colocar lo agradable en la cima de la escala de valores es hedonismo, que toma como ideal de la vida acumular gratificaciones fáciles y sensaciones placenteras» 85.

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«Haber perdido el sentido del sacrificio debe ser calificado como una de las mayores calamidades del siglo XX. Desde hace dos siglos se viene interpretando todo sacrificio como una represión y una amputación del verdadero ser del hombre. Es éste un error que puede destruir de raíz nuestra vida personal. (...). Conceder la primacía a los valores más elevados constituye el núcleo de la virtud humana de la responsabilidad. (...). La voluntad al servicio de un ideal valioso adquiere una energía indomable (...). El mayor empeño de nuestra existencia debe ser realizarnos como persona humana»

El Éxito en el Noviazgo. Bibliografía: Educación Sexual y Conyugal Autor: Robinson Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. El éxito en el noviazgo Para casarse, es indispensable amarse; para amarse, es preciso conocerse; para conocerse, tratarse; para tratarse, primero hay que encontrarse. La elección de tu pareja es cosa tuya. Pero debes hacerla con mucha cautela. No te fíes de los flechazos, que son muy bonitos para novelas y películas, pero en la vida real poco útiles para hacer ellos solos, felices a los hogares. Tampoco te fíes sólo de tu «vista», que ya sabemos que el amor ciega. Tu madre podría hacerte en esto un excelente servicio. Ella te conoce mejor que nadie; y ella, como nadie, desea tu felicidad; y su espíritu intuitivo verá si la pareja que le presentas podrá hacerte feliz. Si dudas del acierto de tu madre, consulta con una persona seria, competente y desinteresada. Pero no esperes para consultar al embrujo del amor, pues correrás el peligro de no hacer caso a nadie. Cuando notes que tu corazón se interesa, examina con serenidad antes de que pierdas la lucidez. Además de buscar consejo, debes pedirle mucho a Dios en la oración que te dé acierto en la elección, pues es muy importante no equivocarse en una cosa tan transcendental. No olvides el proverbio ruso: «Antes de viajar por tierra, ora; si es por mar, ora dos veces; y si te vas a casar, ora tres. Porque en el matrimonio las tempestades y los naufragios son muy frecuentes». «No se construye un hogar sobre la gracia de una sonrisa, sobre el atractivo de un rostro, sobre la ternura de un instante. Se construye un hogar sobre todo lo que es esencia misma del yo: los pensamientos, los deseos, los sueños, las decepciones, las penas, las esperanzas, las alegrías, las tristezas. El amor implica la puesta en común de todo eso; por ello las relaciones enderezadas a consolidar el amor y a preparar la unión indefectible, deben desarrollarse en ese plan, y exhibir ante el otro ese fondo secreto de sí

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mismo, cada uno de cuyos elementos favorecerá o perjudicará la futura unión» 2. «Durante el estado de enamoramiento quedan notablemente alteradas las facultades perceptivas y deductivas en todo lo que se refiere a la persona amada. Los defectos que existan en dichas personas no se perciben, las cualidades se subliman. La mente ya no está equilibrada sino profundamente inclinada hacia el objeto del amor. El enamorado idealiza a la persona amada y la convierte en el centro de sus aspiraciones. La fascinación que ejerce en ti la persona idealizada puede ofuscarte y ocultarte la realidad. Podéis quedar totalmente ciegos para ver datos y circunstancias que desaconsejan totalmente seguir adelante. »La fascinación puede ser engañosa. El amor de un hombre y una mujer es algo muy serio y tiene que construirse sobre cimientos muy sólidos. »La fascinación es hermosa, pero pasará pronto. Lo que quedará es la vida. Y esa vida, si la construís con el corazón y con la razón, puede ser todavía mucho más hermosa» 3. Para casarse, es indispensable amarse; para amarse, es preciso conocerse; para conocerse, tratarse; para tratarse, primero hay que encontrarse. Muchacha, te aconsejo no dejarte seducir por el cumplimentado hábil, que te fijes a ti misma las condiciones que debe poseer aquél que debe hacerte su esposa. Condiciones sin las cuales tú no aceptarás el compromiso matrimonial. Por orientarte te pongo algunas: Lo que debes valorar ante todo es el valor personal del pretendiente. Después vienen las demás consideraciones: facha, rango, fortuna. Estos dones no son despreciables, pero no son esenciales. Lo esencial reside en el valor humano y cristiano del chico, es decir, su personalidad. Primero que sea cristiano; cristiano convencido, práctico. Y si es piadoso, mejor. El matrimonio con un incrédulo suscitará conflictos de conciencia. Porque después planteará a los hijos el problema de la fe y las prácticas de piedad. No basta, pues, que esté bautizado. Bautizados, no practicantes, llenan las cárceles, y atormentan a sus esposas. Algunas chicas se han engañado en este aspecto esencial de su prometido y más tarde su esposo.

Conscientes éstas de la irreligiosidad de su novio, han ido al matrimonio, con la ingenua idea de convertirlo. En la mayoría de los casos, el resultado ha sido nulo, cuando no, fuente de disgustos profundos para esa joven esposa. Porque después, cuando esa chica pertenece como esposa al marido frío en materia religiosa, éste quiere imponer su criterio a la mujer, y vienen los impedimentos, las dificultades para que esa joven esposa cumpla sus deberes para con Dios. En ese terreno, y durante las relaciones, se puede mostrar tolerante y no agresivo; pero después se manifestará tal cual es, con sus intolerancias, sus prohibiciones, sus repulsas... Puede suceder que ese pretendiente que tú sabes un tanto irreligioso, no sea violento en sus manifestaciones anticristianas. Pero adoptará un tono insinuante, convincente y persuasivo. Y éste, no es menos peligroso: te acabará por conquistar en ese terreno. La triste experiencia nos lo está diciendo. Jóvenes piadosas y buenas, que se unieron en matrimonio con hombres poco religiosos, o nada practicantes, han terminado por ser ellas igual. Después de esta faceta importante y esencial en el joven que admitas como futuro marido, debes tener testimonio claro de la seriedad y sobriedad del muchacho. Ten cuidado con los «calaveras»; lo seguirán siendo, porque no te creo tan ingenua, que pienses, que así por las buenas, y por ti, va a dejar ese hombre ciertos hábitos que ha adquirido tal vez con larga experiencia: mujeriego, trasnochador, dado a la bebida, etc. El uso de las bebidas alcohólicas es uno de los factores más influyentes en los hogares desgraciados. A la chica le halaga el verse deseada sexualmente. Esto puede inclinarla a ser provocativa, pero debe dominarse. La chica provocativa hace daño a los hombres, pero también a sí misma. «La belleza física es, ciertamente, un factor importante y, por eso, debes cuidarla y realzarla con esmero y naturalidad, aunque sin exageraciones, extravagancias y descaros. El atractivo sexual atrae a una parte del hombre, pero vosotras queréis como esposo al hombre entero. No olvidéis que los hombres podrán buscar cierto tipo de mujer para divertirse; pero buscan otro muy distinto para casarse» 4. Más importante que la belleza es el encanto, la simpatía, la gracia, el estilo, la elegancia, el trato, la sonrisa, los gestos, la dulzura, la ternura, la amabilidad, la delicadeza, etc. La belleza femenina atrae a los chicos, pero no es indispensable para casarse. Los hombres buscan, lo que da realce y valor a la mujer: sus encantos, su feminidad y sus virtudes. Las muchachas deben ser elegantes en su modo de vestir y arreglarse, y ser distinguidas, alegres, discretas y dulces en todo su modo de ser. No descuides tu arreglo personal. Pero no quieras conquistar con sólo tu belleza física. Haz que se enamoren más bien de tus virtudes espirituales. De una mujer bella puede un marido cansarse; de una mujer virtuosa jamás se cansará. Tampoco eligen los chicos a las de carácter autoritario, a las dominantes, a las de tono dogmatizante, a las de gesto seco y rígido.

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Buscan el encanto, la dulzura, la amabilidad. «Escúchale cuando él te esté diciendo algo de sí mismo y de sus cosas. Muéstrale atención e interés. Un comentario, una pregunta tuya acertada sobre este tema que él está tratando y..., ya está sintiendo profundamente que tú le comprendes, ya te estás apoderando de su afecto, de su corazón y de todo él» 5. A un chico recto no le gustan las caprichosas, las mimadas, las que tienen su cabecita llena de fantasía, cuyo humor cambia a todo viento: hoy alegre, exuberante; mañana, deprimidas, pesimistas, tristes... Y no te olvides nunca de tu preparación para el hogar. Tu atractivo personal sirve para despertar la inclinación y el amor hacia ti. Pero para que este amor sea perdurable hacen falta además otras cosas. El arte de ser madre es difícil y complicado. Necesita largo aprendizaje. Todo lo que contribuya a tener a tu marido contento fortalecerá vuestro amor.

Razones para Terminar un Noviazgo. Bibliografía: “Obras son Amores y no Buenas… Excusas” Autor: Pbro. Jorge Armando Vázquez Rodríguez. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. Razones para terminar un noviazgo No basta amar a una persona para formar una pareja con ella. Objetivo: Hacer conciencia de los factores por los cuales una relación de noviazgo debería terminar, preparando al joven a relaciones emocionalmente estables. No basta amar a una persona para formar una pareja con ella. Aunque íntimamente ligados, son dos asuntos diferentes. Podemos amar intensa y profundamente a una persona, y al mismo tiempo darnos cuenta de que no podemos formar una buena pareja con esa persona. La relación de pareja es maravillosa, pero también difícil. No es suficiente, para construirla, con lindos sentimientos. Hacen falta otras cosas: madurez, salud emocional, respeto, solidaridad, generosidad, comunicación, proyectos de vida comunes, acuerdo en los principios básicos, flexibilidad... El noviazgo es, precisamente, la etapa para darse cuenta de si dos personas que se aman pueden o no, al cabo del tiempo, formar un matrimonio feliz. Por eso necesitan estar atentos a lo que verdaderamente ocurre en su relación, más allá de la atracción y el enamoramiento. Conviene que estén atentos a los pequeños signos, detalles que pueden estar ocultando problemas graves, como los siguientes, que deben prender una señal de alarma en nuestra relación: 1.- VIOLENCIA. Cuando hay violencia en la relación sea verbal, emocional o física, aunque sea leve, esa relación debe terminar de inmediato. Las esposas de hombres golpeadores, por poner un ejemplo, relatan casi siempre que de novios ya había gritos e insultos. Nunca pensaron que eso empeoraría, la violencia nunca construye una relación. Es una profunda falta de respeto.

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2.- CELOS. Cuando alguno de los dos es celoso, son una señal terrible de inseguridad, de afán de control y de posesión sobre el otro. Sobre estas bases no puede existir el auténtico amor. Los celos, no son, para nada, una prueba de amor. Al contrario, significan que el celoso te considera posesión suya, para su uso y recreación. 3.- DEPENDENCIA EMOCIONAL. Si se necesitan el uno al otro para ser felices. La felicidad es una experiencia interna y responsabilidad de cada quien. Si comparten y enriquecen su felicidad, qué maravilla, pero si dependen del otro para ser felices, si sienten que su vida esta vacía sin el otro, eso no es amor, es dependencia. 4.- ALCOHOLISMO. Cuando uno de los dos bebe más de la cuenta. El alcoholismo es una enfermedad. Los enfermos alcohólicos merecen amor, comprensión y respeto, como cualquier persona. Pero, mientras no se recuperen de su enfermedad, no están capacitados para formar una pareja, mucho menos para ser padres. Hablamos de recuperación, no solamente de dejar de beber. La recuperación significa un cambio profundo de la persona, de su carácter, de su madurez, de su vida espiritual. El alcoholismo es una enfermedad progresiva, de modo que es probable que durante el noviazgo todavía no se manifieste plenamente, pero si hay signos de esta enfermedad, está ahí, por ejemplo beber cada fin de semana, excederse una y otra vez, no poder decir “basta”, aburrirse en reuniones donde no hay alcohol, hacer o decir cosas que no haría o diría sobrio, tomar para escapar de tensiones o problemas o para animarse...

5.- DESEOS DE CONTROL. Si tu novio o novia te presiona a hacer algo que tú no estás de acuerdo porque le parece bueno para ti. Esto puede parecer un detalle insignificante, pero en el fondo hay un enorme deseo de control sobre la otra persona, lo que implica poner obstáculos para que sea ella misma. 6.- NO PUEDEN SER AMIGOS. Si lo que los une es la pasión, el deseo, el enamoramiento; pero no pueden sentarse a platicar; si no se escuchan uno al otro; si no pueden compartir sus vidas como hacen con un buen amigo o una buena amiga, eso que hay entre ustedes no les va a permitir formar un buen matrimonio. 7.- PROBLEMAS PSICOLÓGICOS. Cualquier problema psicológico serio es razón suficiente para terminar un noviazgo, o al menos para plantear la necesidad de recuperación del afectado antes de formalizar más la relación. Problemas como depresión, ansiedad, inseguridad profunda, inmadurez, obsesiones, masoquismo, agresividad, compulsiones, adicciones y otras, deben ser tratados profesionalmente antes de formar una pareja. El miembro sano de la pareja no debe sentirse culpable por dejar al otro con su problemas porque, como ya dijimos, una cosa es el amor y otra la pareja. Podemos amar a alguien con problemas, y apoyarlo y ayudarlo en la medida de lo posible, pero de ahí a formar una pareja hay un abismo. No solamente no es conveniente, sino que no tenemos derecho a hacerlo, por lo menos no si lo que queremos es formar una familia. 8.- MENTIRAS Y OCULTAMIENTO DE ASUNTOS GRAVES. Haber tenido un hijo, por ejemplo, o padecer una enfermedad seria, así como antecedentes penales o situaciones familiares problemáticas, entre otros. Estos asuntos, por sí mismos, no necesariamente incapacitan una relación. Pero el otro debe saber que existen para poder tomar una decisión libre, no con base en engaños. Así que, si alguien sospecha con cierto fundamento que el otro le está ocultando algo grave, es mejor terminar esa relación cuanto antes. 9.- EGOÍSMO. Cada quien sabe cuándo es egoísta y cuándo el otro lo es. El egoísmo no permite que se desarrolle el amor. 10.- JUZGARSE EL UNO AL OTRO. Criticar a sus mutuas familias, no aprobarse, no darle valor a lo que siente o piense el otro. Todo esto habla de que no hay un verdadero encuentro entre los dos. 11.- NO AFINIDAD DE VALORES. No estar de acuerdo en los valores fundamentales de la vida. ¿Cómo podrían construir una vida en común así? 12.- NO ESTAR DE ACUERDO EN DETALLES COTIDIANOS. Por ejemplo como pasar el tiempo libre, que uno le guste bailar y otro no, el tipo de comida, etc., y no ser capaces de tolerarse uno al otro. Si uno de los dos tiene que adaptarse a otro, renunciar a sus amigos o actividades que degustan, esa relación no va a funcionar, porque está partiendo de un cancelar, al menos en parte, de uno de lo miembros.

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Sexo y Sentimientos: Es Necesario aprender? Bibliografía: La Sexualidad en los Jóvenes. Autor: Alfonso Aguiló. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. Sexo y sentimientos: ¿es necesario aprender? Cuanto más vacío está un corazón, más pesa. Madame Amiel Lapeyre El amor y el sexo El amor es la realización más completa de las posibilidades del ser humano. Es lo más íntimo y más grande, donde encuentra la plenitud de su ser, lo único que puede absorberle por entero. Y el placer que se deriva de su expresión en el amor conyugal, es quizá el más intenso de los placeres corporales, y también quizá el que más absorbe. El entusiasmo que produce un enamoramiento limpio y sincero saca al hombre o a la mujer de sí mismo para entregarse y vivir en y para el otro: es el entusiasmo mayor que tienen en su vida la mayoría de los seres humanos. Cuando el placer y el amor se unen a la entrega mutua, es posible entonces alcanzar un alto grado de felicidad y de placer. En cambio –como ha escrito Mikel Gotzon Santamaría–, cuando prima la búsqueda del simple placer físico, ese placer tiende a convertirse en algo momentáneo y fugitivo, que deja un poso de insatisfacción. Porque la satisfacción sexual es en realidad sólo una parte, y quizá la más pequeña, de la alegría de la entrega sexual con alma y cuerpo propia de la entrega total del amor conyugal. —Pero no siempre es fácil de distinguir lo que es cariño de lo que es hambre de placer. A veces es muy claro. Otras, no tanto. En cualquier caso, en la medida en que se reduzca a simple hambre de placer, se está usando a la otra persona. Y eso no puede ser bueno para ninguno de los dos.

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Cuando se usa a otra persona, no se la ama, ni siquiera se la respeta, porque se utiliza y se rebaja su intimidad personal. El terreno sexual ofrece, más que otros, ocasiones de servirse de las personas como de un objeto, aunque sea inconscientemente. La dimensión sexual del amor hace que éste pueda inclinarse con cierta facilidad a la búsqueda del placer en sí mismo, a una utilización sexual que siempre rebaja a la persona, pues afecta a su más profunda intimidad. Al ser el sexo expresión de nuestra capacidad de amar, toda referencia sexual llega hasta lo más hondo, al núcleo más íntimo, e implica a la totalidad de la persona. Y precisamente por poseer tan gran valor y dignidad, su corrupción es particularmente corrosiva. Cada uno hace de su amor lo que hace de su sexualidad. Aprender a amar El hombre, para ser feliz, ha de encontrar respuesta a las grandes cuestiones de la vida. Entre esas cuestiones que afectan al hombre de todo tiempo y lugar, que apelan a su corazón, que es donde se desarrolla la más esencial trama de su historia, está, incuestionablemente, la sexualidad.

El hombre busca encontrar respuesta a preguntas capitales como: ¿qué debo hacer para educar mi sexualidad, para ser dueño de ella?, pues el cuerpo de la otra persona se presenta a la vez como reflejo de esa persona y también como ocasión para dar rienda suelta a un deseo de autosatisfacción egoísta. — ¿Consideras entonces la sexualidad un asunto muy importante? El gobierno más importante es el de uno mismo. Y si una persona no adquiere el necesario dominio sobre su sexualidad, vive con un tirano dentro. La sexualidad es un impulso genérico entre cualquier macho y cualquier hembra. El amor entre un hombre y una mujer, en cambio, busca la máxima individualización. Y para que el cuerpo sea expresión e instrumento de ese amor individualizado, es necesario dominar el cuerpo de modo que no quede subyugado por el placer inmediato y egoísta, sino que actúe al servicio del amor. Porque, si no se educa bien la propia afectividad, es fácil que, en el momento en que tendría que brotar un amor limpio, se imponga la fuerza del egoísmo sexual. En el momento en que la sexualidad deja de estar bajo control, comienza su tiranía. Como decía Chesterton, pensar en una desinhibición sexual simpática y desdramatizada, en la que el sexo se convierte en un pasatiempo hermoso e inofensivo como un árbol o una flor, sería una fantasía utópica o un triste desconocimiento de la naturaleza de la psicología humana. Un cierto “entrenamiento” Sólo las personas pueden participar en el amor. Sin embargo, no lo encuentran ya listo y preparado en sí mismas. Si una persona permite que su mente, sus hábitos y sus actitudes se impregnen de deseos sexuales no encaminados a un amor pleno, advertirá que poco a poco se va deteriorando su capacidad de querer de verdad. Está permitiendo que se pierda uno de los tesoros más preciados que todo hombre puede poseer.

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Si no se esfuerza en rectificar ese error, el egoísmo se hará cada vez más dueño de su imaginación, de su memoria, de sus sentimientos, de sus deseos. Y su mente irá empapándose de un modo egoísta de vivir el sexo. Tenderá a ver al otro de un modo interesado. Apreciará sobre todo los valores sensuales o sexuales de esa persona, y se fijará mucho menos su inteligencia, sus virtudes, su carácter o sus sentimientos. El señuelo del placer erótico antes de tiempo suele ocultar la necesidad de crear una amistad profunda y limpia. Además, una relación basada en una atracción casi sólo sensual, tiende a ser fluctuante por su propia naturaleza, y es fácil que al poco tiempo –al devaluarse ese atractivo– aquello acabe en decepción, o incluso en una reacción emotiva de signo contrario, de antipatía y desafecto. — ¿Y consideras difícil de rectificar ese deterioro en el modo de ver el sexo? Depende de lo profundo que sea el deterioro. Y, sobre todo, de si es firme o no la decisión de superarlo. Lo fundamental es reconocer sinceramente la necesidad de dar ese cambio, y decidirse de verdad a darlo.

Es como un reto: hay que purificar, llenar de higiene la imaginación, de limpidez la memoria, de claridad los sentimientos, los deseos, toda la persona. Es –en otro ámbito mucho más serio– como entrenarse para recuperar la frescura y la agilidad después de haber perdido la buena forma física. — ¿Y no es un poco artificial eso de entrenarse? ¿No basta con tener las ideas claras? En el amor, como sucede en la destreza en cualquier deporte, o en la mayoría de las habilidades profesionales, o en tantas otras cosas, si no hay suficiente práctica y entrenamiento, las cosas salen mal. Para aprender a leer, a escribir, a bailar, a cantar, o incluso a comer, hace falta proponérselo, seguir un cierto aprendizaje y adquirir un hábito positivo. Si no, se hace de manera tosca y ruda. Para expresar bien cualquier cosa con un poco de gracia conviene entrenarse, cultivarse un poco. Cuando una persona no lo hace, le resulta difícil expresar lo que desea. Siente la frustración de no poder comunicar lo que tiene dentro, de no poder realizar sus ilusiones. Y eso sucede tanto al expresarse verbalmente como al expresar el amor. Si no educamos nuestra capacidad de amar y de entregarnos por entero, en lugar de expresar amor nos comportaremos de forma ruda, como sucede a quien no sabe hablar o no sabe comer. Cultivarse así es un modo de aproximarse a lo que uno entiende que debe llegar a ser. Con ese esfuerzo de automodelado personal, de autoeducación, el hombre se hace más humano, se personaliza un poco más a sí mismo. Educar la sexualidad Es una lástima que muchos limiten la educación sexual a la información sobre el funcionamiento de la fisiología o la higiene de la sexualidad. Son cosas indudablemente necesarias, pero no las más importantes, y además son cosas que casi todos hoy saben ya de sobra. En cambio, el autodominio de la apetencia sexual, y por tanto, de la imaginación, del deseo, de la mirada, es una parte fundamental de la educación de la sexualidad a la que pocos dan la importancia que tiene. — ¿Y por qué le das tanta importancia?

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Si no se logra esa educación de los impulsos, la sexualidad, como cualquier otra apetencia corporal, actuará a nivel simplemente biológico, y entonces será fácilmente presa del egoísmo típico de una apetencia corporal no educada. La sexualidad se expresará de forma parecida a como bebe o come o se expresa una persona que apenas ha recibido educación. Necesitamos una mirada y una imaginación entrenadas en considerar a las personas como tales, no como objetos de apetencia sexual. Por eso, cuando en la infancia o la adolescencia se introduce a las personas a un ambiente de frecuente incitación sexual, se comete un grave daño contra la afectividad de esas personas, un atentado contra su inocencia y su buena fe. — ¿No exageras un poco? Aunque suene quizá demasiado fuerte, pienso que no exagero, porque todo eso tiene algo de ensañamiento con un inocente. Romper en esos chicos y chicas el vínculo entre sexo y amor es una forma perversa de quebrantar su honestidad y su sencillez, tan necesarias en esa etapa de la vida. Los primeros movimientos e inclinaciones sexuales, cuando aún no están corrompidos, tienen un trasfondo de entusiasmo de amor puro de juventud. Irrumpir en ellos con la mano grosera de la sobreexcitación sexual daña torpemente la relación entre chicas y chicos. En palabras de Jordi Serra, “no se les maltrata atándolos con una cadena, pero se les esclaviza sumergiéndoles en un mundo irreal”.

Como escribió Tihamer Toth, la castidad es la piedra de toque de la educación de la juventud. Por la intensidad y vehemencia del instinto sexual, esta virtud es de las que mejor manifiesta el esfuerzo personal contra el vicio. Quizá por eso la historia es testigo de que el respeto a la mujer siempre ha sido un índice muy revelador de la cultura y la salud espiritual de un pueblo. Autodominio sobre la imaginación y los deseos Igual que el uso inadecuado del alcohol conduce al alcoholismo, el uso inadecuado del sexo provoca también una dependencia y una sobreexcitación habitual que reducen la capacidad de amar. Y de manera semejante a como el paladar puede estragarse por el exceso de sabores fuertes o picantes, el gusto sexual estragado por lo erótico se hace cada vez más insensible, más ofuscado para percibir la belleza, menos capaz de sentimientos nobles y más ávido de sensaciones artificiosas, que con facilidad conducen a desviaciones extrañas o a aburrimientos mayúsculos. Sobrealimentar el instinto sexual lleva a un funcionamiento anárquico de la imaginación y de los deseos. Cuando una persona adquiere el hábito de dejarse arrastrar por los ojos, o por sus fantasías sexuales, su mente tendrá una carga de erotismo que disparará sus instintos y le dificultará conducir a buen puerto su capacidad de amar. — ¿Y no hay otra solución que reprimirse? Pienso que no es cuestión de reprimirse sino de encauzar bien los sentimientos. Basta que la voluntad se oponga y se distancie de los estímulos que resultan negativos para la propia afectividad. Es preciso frenar los arranques inoportunos de la imaginación y del deseo, para así ir educando esas potencias, de manera que sirvan adecuadamente a nuestra capacidad de amar. Entender esto es decisivo para captar el sentido de ese sabio precepto cristiano que dice: no consentirás pensamientos ni deseos impuros. Quien se esfuerza en esa línea, poco a poco aprenderá a convivir con su propio cuerpo y el de los demás, y los tratará como merece la dignidad que poseen. Gozará de los frutos de haber adquirido la libertad de disponer de sí y de poder entregarse a otro. Vivirá con la alegría profunda de quien disfruta de una espontaneidad madura y profunda, en la que el corazón gobierna a los instintos.

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Podemos meternos en la vida de los demás? Bibliografía: Una Misión en tu vida: El Apostolado. Autor: Lucrecia planas. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Humano. ¿Podemos meternos en la vida de los demás? Seguramente, en algún momento de tu vida, te has encontrado con alguien que te diga: "No te metas en mi vida, no te importa lo que yo hago o dejo de hacer". Tal vez seas tú mismo el que se lo ha dicho a alguien, buscando que te dejen usar tu libertad como te plazca y pensando en que lo que haces a nadie afecta más que a ti. Sin embargo, para todos los que formamos parte de la Iglesia esta frase no es válida, pues al igual que en el cuerpo humano, todos somos importantes y necesarios y, por eso, el mismo Cristo nos ha autorizado a meternos y entrometernos en la vida de los demás. Nos cuenta san Mateo al final de su Evangelio que, después de la Resurrección de Jesús, acudieron los once discípulos a un monte en Galilea donde Él los había citado. Estando ahí, se les apareció Jesús y les dijo: Se me ha dado todo poder en el cielo y la tierra. Vayan pues y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y estén ciertos de que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo (Mt. 28, 18-20). Él mismo nos ha llamado a participar de su misión, a meternos en la vida de los demás para que sean felices aquí en la tierra y alcancen el cielo para el que han sido creados. Hemos recibido el mandato de extender su Reino: reino de verdad, de vida, de justicia, de amor y de paz.

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Tenemos derecho a meternos en la vida de los demás porque todos formamos un cuerpo. En todos nosotros fluye la misma vida de Cristo. Y si un miembro se encuentra enfermo, débil o quizá muerto, todo el cuerpo queda afectado: padece Cristo y sufren también los miembros sanos. El derecho a influir en la vida de los demás por medio del apostolado se convierte en un deber para todos los cristianos: debemos ser levadura que fermente la masa, sal que sazone, luz que ilumine. Debemos aprovechar las oportunidades que se presentan y también aprender a suscitar otras que nos den ocasión de acercar más almas al Señor: sugiriéndoles la lectura de un buen libro, dándoles un consejo, hablándoles claramente de la necesidad de acudir al sacramento de la confesión, prestándoles un pequeño servicio.

Como conocer mi camino?. Bibliografía: Elección de Carrera. Autor: Padre Alberto Hurtado. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. ¿Cómo conocer mi camino? A tu elección se ofrecen varios caminos Ya conoces el plan de Dios sobre la creación: todos los seres, cada ser en particular tiene su misión propia. La misión del hombre no les es impuesta por fuerza, sino que ha sido entregada a su libertad. ¡Privilegio sublime que constituye la grandeza inconmensurable del hombre! A tu elección se ofrecen varios caminos. Terminas tus estudios: ante ti se abre la universidad con sus múltiples carreras; el ejército y la marina; el campo, la industria, el comercio, un empleo, un sitio de obrero; la literatura y el arte. Se abren ante ti igualmente perspectivas más amplias que las carreras mismas, lo que podríamos llamar estados de vida: la vida religiosa, el sacerdocio, el matrimonio. Dentro de estas maneras de vida hay enfoques especiales que te atraerán particularmente: la política, la acción social, la contemplación artística, la vida de oración, el estudio de las Sagradas Escrituras, la Acción Católica. Sentirás quizás una fuerte atracción por la vida social; las fiestas, bailes, diversiones te seducen fuertemente... Los deportes, quizás un deporte especial, el football te atrae irresistiblemente. Todas estas solicitaciones estarán frente a ti y otras mil más, al iniciar tu vida en forma más personal e independiente. ¿A cuál de estos caminos te ha llamado Dios? No ha dejado a tu capricho que seas lo que quieras. Tú tienes vocación para algo, ¿para qué? ¿Cuál va a ser el fin de tu vida? Para el sacerdocio, como para la marina, para el deporte, para la música, para la sociología, para la política, para la Acción Católica hay una verdadera vocación, ¿Cómo conocer la tuya? ¿Qué criterio me permitirá discernir el llamamiento divino? ¿El atractivo que en mí ejercen, el agrado, quizás la felicidad que me ofrecen? Esos criterios tan incompletos no pueden ser la norma para un ser racional y menos para un cristiano. Nuestro criterio ha de ser de orden sobrenatural y debe ser aplicado con la ayuda de una luz sobrenatural, pero esta luz sobrenatural no se nos da ordinariamente en forma milagros, sino que viene a iluminar nuestra razón que discurre apoyándose en los principios de la fe. El milagro es milagro porque acontece muy raras veces en la vida; no hay, pues, que esperarlo en un problema cotidiano que han de resolver todos los hombres, tanto más cuanto que el mismo Creador nos ha dejado herramientas plenamente eficaces para descubrir por vías ordinarias nuestro camino en la vida.

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Con cuánta eficacia nuestro Santo Padre Pío XII al inaugurar este año la Academia Pontificia de Ciencias defendía los fueros de la inteligencia humana para alcanzar la verdad. Nuestra razón participación de la mente divina, nos da a conocer las realidades más fundamentales en que el hombre necesita apoyarse; y todavía cuando se afirma en la revelación de Jesucristo, sus conclusiones pueden llegar a un campo inmensamente más vasto e iluminado por el sol de la verdad divina. Todo hombre de buena voluntad que aplica con sinceridad su alma a la búsqueda de la verdad, puede estar cierto que se cumplirá en él la conocida proposición: "Al que hace lo que está de su parte, Dios no le niega su gracia”. El Espíritu Santo que mora en nosotros, desde el bautismo que nos asiste con sus dones de entendimiento, ciencia, prudencia, es la mejor garantía de éxito en una elección hecha con sinceridad ante la mirada de Dios, aunque no intervenga iluminación milagrosa alguna durante toda nuestra deliberación.

La Amistad Con Cristo. Bibliografía: Pastoral Juvenil de Coyuca. Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano.

La amistad con Cristo Valoración y conocimiento de las características de un verdadero amigo. OBJETIVO: Valorar y fomentar la amistad. Conocer las características de un verdadero amigo. Para tener amigos, hay que ser amigo primero. DINÁMICA: Necesitamos cartulinas, revistas, periódicos, tijeras, pegamento y plumones. 1. Se divide al grupo en equipos de 4. La dinámica consiste en plasmar en la cartulina a EL AMIGO IDEAL a base de recortes y dibujos. 2. En forma personal, cada quien reflexionará quiénes de sus amigos tienen esas cualidades del amigo ideal. 3. Y yo, ¿tengo las cualidades necesarias para ser amigo? ¿Qué me falta? 4. Cada equipo pasará ahora al frente a exponer su cartulina. En el pizarrón o rotafolio, se irá haciendo la lista de las características del amigo ideal. "Un amigo es un hermano que escogemos". A nuestra familia no se nos dio la oportunidad de escoger, pero nosotros sí podemos escoger a nuestros amigos. ¿Se imaginan cómo sería la vida si no tuviéramos amigos? sería triste.... nos sentiríamos solos... pues aunque contamos con el cariño y apoyo en nuestra casa, necesitamos de compañeros de nuestra edad, que estén viviendo la misma realidad que nosotros. Ser amigo es cosa de dos. La amistad es tender un puente entre dos. Cada quién tenderá su parte, su mitad. Si acaso alguno de nosotros considera que no tiene amigos verdaderos, es conveniente que se pregunte si tiene las cualidades que pide a sus amigos. Si da, para poder recibir. Todos sabemos que hay distintos grados de amistad. Unos cuantos, son amigos verdaderos, otros, en realidad son compañeros, o “amiguillos” y también puede haber los malos amigos.

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¿Qué características tiene la amistad verdadera, que es la que nos interesa? Hay tres cualidades básicas, que en realidad encierran a todas las que mencionamos: • Que sea buena • Que sea fiel • Que sea accesible BUENA: Un verdadero amigo busca siempre el bien de la otra persona. No la induce a hacer algo que la dañe en su cuerpo o en su interior. Con un amigo verdadero nos divertimos sanamente. Compartimos lo que sabemos y lo que tenemos. Siempre contamos con su abrazo, su sonrisa, su palabra de consuelo o su crítica constructiva. Por tanto un amigo verdadero no nos invitará a drogarnos, a emborracharnos, a hacer algo de lo que después nos remorderá la conciencia. FIEL: ¿Qué quiere decir esto? Que contamos con ella incondicionalmente. Que no es nuestro amigo sólo cuando las cosas van bien, sino aún cuando hayamos fallado. Con un amigo podemos llorar o reír, rezar, cantar o divertirnos, hablar o estar callados. En una palabra, podemos ser nosotros mismos, sin disimulos, sin tener que quedar bien.

Le podemos confiar lo que nos pasa, sabiendo que no nos va a juzgar. Nos escucha y nos comprende. Posiblemente no apruebe y aplauda nuestra conducta, pero nos respeta y acepta. Jamás le cuenta a nadie lo que le hemos confiado. Por eso nos tenemos tanta confianza, que podemos hablar libremente y sinceramente de todo lo que nos pasa. ACCESIBLE: Para que haya una verdadera amistad, necesitamos estar cerca uno del otro. Saber que está disponible para nosotros, y que, si la necesitamos, la podemos ir a buscar, así sea a medianoche. Si las circunstancias nos separan, hacernos presentes a través de una carta, una llamada, etc. Porque una amistad es como un rosal, necesitamos cuidarlo, regarlo, etc. para que dé rosas. Si nos olvidamos de él y no lo regamos, cuando lo volvamos a buscar, estará demasiado débil para volver a florear, si no es que ha muerto ya. Si a un amigo o amiga lo vemos muy de vez en cuando, será difícil tenernos la confianza suficiente como para descubrirnos ante ella como somos. Y así como a un rosal no lo podemos tapar para que nadie lo vea, porque lo queremos solamente para nosotros, así tampoco a los amigos los podemos sofocar con nuestros celos, queriendo que sean nuestros amigos, y de nadie más. Una amistad necesita libertad. No es fácil ser o encontrar amigos verdaderos, ¿verdad? Sin embargo, tener un buen amigo es el mejor tesoro que podemos tener en la vida. Y no sólo las amigas o amigos de nuestra edad... papá, mamá, la maestra, la hermana mayor... pueden ser amigos de verdad. Que podamos reír o llorar, rezar o cantar con él. ¡Que podamos ser nosotros mismos... si así es, vivir juntos será mucho más hermoso! ILUMINACIÓN CRISTIANA DE LA REALIDAD ¿Cuáles eran las tres características básicas de un verdadero amigo? Ahora pensemos... ¿es Jesús nuestro amigo? ¿Posee Jesús estas características? BUENO: Todo lo que Jesús nos enseñó y vivió, es bueno. Nunca nos pide algo que nos dañe o nos degrade. FIEL: Con Jesús, no tenemos que fingir. Nos podemos presentar tal como somos, con nuestras cualidades y fallas. Así como aceptó a María Magdalena, a Pedro, a pesar de que lo negó tres veces, a los leprosos, a los ciegos, etc. así nos acepta a nosotros. No siempre aplaudirá nuestra conducta, pero nunca nos rechaza. Él, como amigo, quiere lo mejor para nosotros, y hasta dio su vida, con tal de dejarnos trazada una forma de vida que nos hace realmente felices. ACCESIBLE: ¡Jesús y nuestro Padre Dios, siempre están disponibles! La línea telefónica con ellos nunca está ocupada... nos escuchan sin prisa... nos esperan con los brazos abiertos... jamás nos voltean la cara. ACTUAR Después de toda esta reflexión sobre la amistad, ¿qué quieres hacer tú? Si quieren, pueden terminar la sesión cantando: "Amigo".

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Que es Pentecostés? Bibliografía: Pastoral Juvenil de Coyuca. Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. ¿Qué es Pentecostés? El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de los hombres, ha llegado. "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados. . . “(Jn 20,21) Pentecostés, cincuenta días después de la fiesta pascual, cincuenta días de espera que se hacía cada vez más intensa a partir, sobre todo, del día de la Ascensión. Ha sido un período de preparación al gran acontecimiento de la venida del Paráclito. El día de Pentecostés, se rememora ese momento en que se inicia la gran singladura de conducir a todos los hombres a la vida eterna, actualizar en cada uno los méritos de la Redención. En efecto, con su venida, los apóstoles recuperan las fuerzas perdidas, renuevan la ilusión y el entusiasmo, aumentan el valor y el coraje para dar testimonio ante todo el mundo de su fe en Cristo Jesús. Hasta ese momento siguen con las puertas atrancadas por miedo a los judíos. Desde que el Espíritu descendió sobre ellos las puertas quedaron abiertas, cayó la mordaza del miedo y del respeto humano. Ante toda Jerusalén primero, proclamaron que Jesús había muerto por la salvación de todos, y también que había resucitado y había sido glorificado, que sólo en Él estaba la redención del mundo entero. Fue el primer atrevimiento que pronto suscitaría una persecución que hoy, después de veinte siglos, todavía sigue en pie de guerra. Porque hemos de reconocer que las insidias de los enemigos de Cristo y de su Iglesia no han cesado. Unas veces de forma abierta y frontal, imponiendo el silencio con la violencia. Otras veces el ataque es tangencial, solapado y ladino. La sonrisa maliciosa, la adulación infame, la indiferencia que corroe, la corrupción de la familia, la degradación del sexo, la orquesta- ción a escala internacional de campanas contra el Papa. Las fuerzas del mal no descansan, los hijos de las tinieblas continúan con denuedo su afán demoledor de cuanto anunció Jesucristo. Lo peor es que hay muchos ingenuos que no lo quieren ver, que no saben descubrir detrás de lo que parece inofensivo, los signos de los tiempos dicen a veces, la ofensiva feroz del que como león rugiente merodea a la busca de quien devorar. Pero Dios puede más. El Espíritu no deja de latir sobre las aguas del mundo. La fuerza de su viento sigue empujando la barca de Pedro, las velas multicolores de todos los creyentes. De una parte, por la efusión y la potencia del Espíritu Santo, los pecados nos son perdonados en el bautismo y en la penitencia. Por otra parte, el Paráclito nos ilumina, nos consuela, nos transforma, nos lanza como brasas encendidas en el mundo apagado y frío. Por eso, a pesar de todo, la aventura de amar y redimir, como lo hizo Cristo, sigue siendo una realidad palpitante y gozosa, una llamada urgente a todos los hombres, para que prendan el fuego de Dios en el

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universo entero. El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de los hombres, ha llegado. Ahora conocemos a fondo a Jesús y nuestra conducta cambia. Ahora no sólo hablamos de Jesús sino que obramos como Jesús. Hemos sido transformados, conocemos la voluntad de Dios y poseemos la fuerza para dar testimonio del Evangelio. Tenemos una misión que cumplir en el mundo y contamos con la fuerza suficiente para llevarla a cabo. El Espíritu Santo es el amor que nos estrecha con el Padre, con Jesucristo y entre nosotros. Ya no caben aislamientos, segregaciones, sino comunión en el amor. No divisiones, sino unidad. San Agustín nos recuerda que «cada uno de nosotros puede saber cuánto posee del Espíritu de Dios, según el amor que siente por la Iglesia». Aún con lodo, nuestro poseer el Espíritu Santo no es tanto una realidad acabada, cuanto una semilla en evolución que alcanzará su plena madurez cuando seamos definitivamente transformados en Cristo. El Señor dijo a los discípulos: Id y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Con este mandato les daba el poder de regenerar a los hombres en Dios.

Dios había prometido por boca de sus profetas que en los últimos días derramaría su Espíritu sobre sus siervos y siervas, y que éstos profetizarían; por esto descendió el Espíritu Santo sobre el Hijo de Dios, que se había hecho Hijo del hombre, para así, permaneciendo en él, habitar en el género humano, reposar sobre los hombres y residir en la obra plasmada por las manos de Dios, realizando así en el hombre la voluntad del Padre y renovándolo de la antigua condición a la nueva, creada en Cristo. Y Lucas nos narra cómo este Espíritu, después de la ascensión del Señor, descendió sobre los discípulos el día de Pentecostés, con el poder de dar a todos los hombres entrada en la vida y para dar su plenitud a la nueva alianza; por esto, todos a una, los discípulos alababan a Dios en todas las lenguas al reducir el Espíritu a la unidad los pueblos distantes y ofrecer al Padre las primicias de todas las naciones. Por esto el Señor prometió que nos enviaría aquel Abogado que nos haría capaces de Dios. Pues, del mismo modo que el trigo seco no puede convertirse en una masa compacta y en un solo pan, si antes no es humedecido, así también nosotros, que somos muchos, no podíamos convertirnos en una sola cosa en Cristo Jesús, sin esta agua que baja del cielo. Y, así como la tierra árida no da fruto, si no recibe el agua, así también nosotros, que éramos antes como un leño árido, nunca hubiéramos dado el fruto de vida, sin esta gratuita lluvia del alto. Nuestros cuerpos, en efecto, recibieron por el baño bautismal la unidad destinada a la incorrupción, pero nuestras almas la recibieron por el Espíritu. El Espíritu de Dios descendió sobre el Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de ciencia y de temor del Señor, y el Señor, a su vez, lo dio a la Iglesia, enviando al Abogado sobre toda la tierra desde el cielo, que fue de donde dijo el Señor que había sido arrojado Satanás como un rayo; por esto necesitamos de este rocío divino, para que demos fruto y no seamos lanzados al fuego; y, ya que tenemos quién nos acusa, tengamos también un Abogado, pues que el Señor encomienda al Espíritu Santo el cuidado del hombre, posesión suya, que había caído en manos de ladrones, del cual se compadeció y vendó sus heridas, entregando después los dos denarios regios para que nosotros, recibiendo por el Espíritu la imagen y la inscripción del Padre y del Hijo, hagamos fructificar el denario que se nos ha confiado, retornándolo al Señor con intereses.

Dones del Espíritu Santo Los dones que pertenecen en plenitud a Cristo y que nos llevan a cumplir amorosamente la Voluntad de Dios. Los siete dones del Espíritu Santo pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas. Don de sabiduría Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las cosas y en medio de nuestro trabajo y de nuestras obligaciones. Don de inteligencia Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.

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Don de consejo Nos señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás. Don de fortaleza Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda encontramos en nuestro caminar hacia Dios. Don de ciencia Nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios y en lo creado en la medida en que nos lleve a Él. Don de piedad Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre. Don de temor de Dios Nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a evitar todo mal que pueda contristar al Espíritu Santo, a temer radicalmente separarnos de Aquel a quien amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir.

El Papa. Bibliografía: Guía de la Fe. Autor: Church Fórum. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. El Papa Preguntas y respuestas sobre el Vicario de Cristo en la tierra ¿Qué significa la palabra "PAPA"? El término “Papa” procede del griego “Pappas” o “Papas” y significa “papá” o “padre”. Se encuentra testimoniado en Aristófanes (Pax 120), Menandro (Mis 213). P. Levillain observa que en Homero significa “sacerdote”. Como quiera que sea, el término se hizo común en oriente como signo de afecto y respeto para con obispos y sacerdotes. En Occidente hace su aparición a inicios del S. III, progresivamente se fue aplicando a los obispos [Cipriano, Ep 8,8.23,30; 31,36]. Aplicado al obispo de Roma como signo de afecto y respeto se encuentra por vez primera en una inscripción del diácono Severo a san Calixto: Jussu Papae sui Marcellini. Se hizo específico para finales del S. IV y en el V al título se precisa la expresión “Papa Urbis Romae. En el S. VI la cancillería de Constantinopla se dirigió al obispo de Roma con el título “Papa”. Para finales del S. VIII el título se emplea para los solos romanos pontífices. Con Gregorio V (996-999) el concilio de Pavía estipuló que el arzobispo Arnulfo de Milán no se designara así. Gregorio XI (1073-1085) prescribió de modo formal que el título se aplicara definitivamente a los sucesores de Pedro. La expresión “santísimo Padre” se remonta al S. XII y corresponde al significado histórico de “papa”, es decir, “reverendo padre” y con él se relaciona su definición de “pater patrum” , de uso común por parte de los obispos de la Iliria y del África que se dirigían a los sucesores de Pedro en los primeros siglos VI-VII. ¿Cuál es la potestad del Apóstol San Pedro? Es la de ser VICARIO DE CRISTO EN LA TIERRA. (Mateo 16,18-19) Ser Cabeza visible de la Iglesia. Ser el Obispo de Roma. Tener el "PRIMADO DE AUTORIDAD" entre todos los obispos. "Confirmar en la fe a los hermanos Obispos". (Lucas 22»32) Ser el jefe de la jerarquía Católica. Ser infalible en la Doctrina Católica, en materia de Fe y Costumbres". (Vat. I) Tener la asistencia del Espíritu Santo para gobernar a la Iglesia.

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¿Por qué se le llama "PADRE Y PASTOR"? Porque él es el que cuida a todos los hijos de Dios, con cariño y con atenciones de verdadero Padre y vela por la santidad de todos. Por eso cariñosamente le llamamos también "SANTO PADRE". Se le llama "PASTOR" (o Pastor Supremo) porque recibió de Jesucristo el encargo de cuidar el rebaño la Iglesia, que es una forma tradicional de llamar a los fieles católicos. (Juan 21, 15-17). ¿Cómo consta que Jesucristo quiso conceder la Autoridad Suprema de la Iglesia al Apóstol San Pedro? Hay tres textos muy importantes en el Santo Evangelio: MATEO 16, 16-19: "Yo te digo a ti que eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves,, del Reino de los Cielos y todo lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y todo, lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". (Este texto nos habla de la Promesa hecha por Jesús única y exclusivamente a Pedro).

LUCAS 22,32: "Tú confirma en la fe a tus hermanos" - (Es la función directiva en la fe, que Jesús confiere a Pedro). JUAN 211 15-17: Jesús Resucitado le dice tres veces a San Pedro: "Me amas?"; Pedro responde tres veces: -"Sí, Señor, Tú sabes que te amo". Entonces Jesús, por tres veces, le ordena "Apacienta mis corderos, Apacienta mis Ovejas". (Es el encargo directo y explícito de Jesús a Pedro, para que esté al frente de la Iglesia. ¿Qué otros poderes le da Jesús a San Pedro? Los poderes que son comunes al resto de los Apóstoles: Predicar y Bautizar (Mateo 28, 19-20); Hacer milagros (Mateo 10,8); Perdonar o retener los pecados (Juan 20,22-23). ¿Qué significa ser "VICARIO DE CRISTO" en la Tierra? Significa "Hacer las veces de Cristo", enseñando, gobernando, dirigiendo, animando y sirviendo a todos los fieles. Cristo ya murió, resucitó y subió al cielo, pero deja en su lugar aquí en la tierra al Papa, que tiene una especial asistencia del Espíritu Santo para poder cumplir con esta misión de representar a Cristo. ¿Por qué el PAPA es el Obispo de Roma? Porque es el sucesor legítimo de San Pedro, que fue Obispo de Roma y ahí murió como mártir de Jesucristo. Roma es la Diócesis más importante del mundo. Ahí están los restos de San Pedro. ¿Por qué el PAPA es INFALIBLE? Porque el Espíritu Santo lo asiste de manera muy especial para que no cometa errores cuando habla solemnemente ("Ex Cathedra”) como jefe de la Iglesia Universal. Es infalible en materia de Fe y Costumbres. Todo lo cual quiere decir que, por una gracia especial del Espíritu Santo, no puede enseñar doctrinas contrarias a la Doctrina de Cristo. ¿Quién fue San Pedro? San Pedro fue un pescador de Galilea, en Israel, que fue llamado por Jesucristo para que fuera uno de sus 12 Apóstoles (Marcos 1, 16-17). ¿Qué significa el nombre de "PEDRO"? El nombre de "Pedro" significa PIEDRA o ROCA (Juan 1,42; Mateo 16,18) ¿Cómo se llamaba San Pedro antes de que Jesús le impusiera este nombre? Su nombre anterior era "SIMON" (Mateo 16,17). ¿Cómo se llamaba el papá de San Pedro? El papá de San Pedro se llamaba JONAS (Juan 1,42). Tenía ese nombre, pero no era el Profeta que fue devorado por la ballenas ¿Cómo se llamaba el hermano de San Pedro, que también fue Apóstol de Jesús? El hermano de San Pedro se llamaba ANDRES (Mateo 4p 18).

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¿Qué otros familiares tenía San Pedro? San Pedro tenía esposa, pues consta en el Evangelio que Jesús curó a su suegra (Marcos 1,29-31). No consta si tuvo hijos o más familiares. ¿A qué se dedicaba San Pedro antes de ser Apóstol de Jesucristo? Era pescador en el Mar de Galilea (Marcos 1, 16). ¿En dónde vivía San Pedro? En un pueblito llamado CAFARNAUM, junto al Mar de Galilea (Lucas 4,31-38). ¿Qué le dijo Jesús a Simón Pedro para que abandonara las redes y lo siguiera? Jesús le dijo: "No temas, desde ahora serás "PESCADOR DE HOMBRES" (Lucas 5, 10).

¿Cuáles son los datos más importantes de San Pedro, cuando anduvo con Jesús? Seguía siendo buen pescador (Lucas 5,4-7). Era de carácter impulsivo y arrebatado (Marcos 8,32; 14,29-31; Juan 13,6-9)Acompañó a Jesús por todas partes (Lucas 8,51). Fue enviado a Predicar (Lucas 9,1-2). : Cristo le dio poder para expulsar demonios (Lucas 9,12). Acompañaba a Jesús a hacer oración (Mateo 17,1-8; Marcos 14,33). No aceptaba que Cristo tuviera que padecer; por eso Jesús le dijo: "Retírate de mi, Satanás" (Marcos 8,33). Hizo el solemne reconocimiento de Cristo como Mesías y Salvador del mundo (Mateo 16,16). Recibió de Cristo la promesa de que él iba a ser la "roca" sobre la cual Jesús edificarla su Iglesia (Mateo 16,18). A San Pedro le prometió Jesucristo las Llaves del Reino de los Cielos (Mateo 18,19). Bautizaba junto con Jesús y los Apóstoles (Juan 4,1- 2). No quiso que Cristo le lavara los pies (Juan 13,2-12). Negó a Cristo tres veces (Marcos 14.66-72). Lloró cobardemente el haber negado a Cristo (Marcos 14,72). Participó en la "Ultima Cena" de Jesús (Mateo 26,2029). Acompañó a Jesús al Huerto de los Olivos. Mientras Jesús estaba en oración y sudando sangre, Pedro se durmió (Mateo 26,36-46). Le cortó una oreja a un soldado romano llamado Malco (Juan 18, 10). ¿Qué sucedió con San Pedro inmediatamente después de la Resurrección de Cristo? Fue el primero en entrar al Sepulcro vacío (Juan 20,6). Fue testigo de las apariciones de Jesús (Marcos 16,14-18; Juan 20,26-29; Juan 21,1~23). Fue protagonista de la pesca milagrosa (Juan 21,5-11). Le dijo tres veces a Jesús que lo amaba y Jesús por tres veces seguidas le encargó que "apacentara sus ovejas!´ (Juan 21,15-17). Recibió el poder de perdonar los pecados (Juan 20,2223). Cristo le predijo el tipo de muerte que iba a tener (Juan 21,18-19). Permanecía en oración en el cenáculo junto con, la Virgen María y los otros Apóstoles (Hechos de los Apóstoles 1,12-14). Estuvo presente en la Ascensión, de Jesucristo a los Cielos (Hechos 1,6-9). ¿Qué sucedió con San Pedro el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo se posó sobre las cabezas de los Apóstoles en forma de lenguas de fuego? San Pedro el día de Pentecostés se volvió valiente, sin miedo, excelente predicador, que era entendido por los que hablaban otras lenguas, decidido, feliz de predicar a Jesucristo. Ese día se convirtieron las primeras tres mil personas, que fueron bautizadas por San Pedro (Hechos 211-41). ¿Qué fue lo más importante en la vida de San Pedro, después de Pentecostés? Los demás apóstoles lo reconocían como el primero entre ellos (Hechos 15). Predicó con muchísimo valor (Hechos 2,14-36; 3912-26; 517-12). Hizo muchos milagros y curaciones (Hechos 3,1-10; 9932-43). Fue perseguido, encarcelado y milagrosamente liberado (Hechos 2, 1- 1 l).

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Fundó muchas comunidades cristianas (Hechos 4,32-34). Se encontró con San Pablo en Jerusalén (Hechos 9,27). Convirtió a un Centurión Romano (hechos 10, 1-43). Presidió el Concilio de Jerusalén (Hechos 15,1-29). Fundó la Sede de Antioquía, hacia el año 37 Después de Cristo. Curaba con su sombra (Hechos 5,15). Escribió 2 Epístolas dirigidas a los cristianos del Asia Menor, convertidos del Paganismo. Evangelizó en Palestina, en Antioquía (Turquía), el Asia Menor, posiblemente en Corinto (Grecia) y en Roma, donde murió. ¿Cuándo y cómo murió San Pedro? Murió el 29 de junio del año 64 (o 67?) D.C., en Roma, en la Colina Vaticana, en el Circo de Nerón, que fue quien lo mandó crucificar. San Pedro pidió a sus verdugos que colocaran su cruz de cabeza, porque se sentía indigno de que su cruz estuviera de pie, como la de Cristo. ¿Cuáles son los símbolos con los que se representa a San Pedro? La barca y la red de pescador. Las llaves del Reino de los Cielos. El gallo, que cantó para recordarle que había negado tres veces a Cristo. La sombra, con la que curaba (Hechos, 5,15). La cruz de cabeza.

¿Qué significa el "QUO VADIS"? Hay una, antigua tradición romana según la cual, cuando Nerón incendió Roma en el año 64, desencadenó una feroz persecución contra los Cristianos y San Pedro huyó de la ciudad, pero al ir corriendo se encontró con Jesucristo a quien le preguntó: , "QUO VADIS, DOMINE?" (A dónde vas, SEÑOR? ) y Jesús se detuvo y le respondió: -A Roma, para volver a ser crucificado. Entonces San Pedro, entendiendo el mensaje, se regresó a Roma, a ser perseguido y martirizado. (Hay un templo pequeño, a las afueras de Roma, en donde está una piedra de mármol con las huellas de los pies de Cristo). ¿Quién fue el inmediato Sucesor de San Pedro? San Lino de los años 67 a 76 (?) D.C. ¿Cuántos PAPAS ha habido desde SAN PEDRO hasta JUAN PABLO II? 264 ¿Cuántos Papas han sido SANTOS CANONIZADOS? 81 ¿Cuántos Papas han sido ITALIANOS? 212 ¿Cuántos Papas ha habido de otras nacionalidades?52 ¿Cuáles han sido los nombres más usados por los Papas? JUAN (22 Papas); GREGORIO (16 Papas); BENEDICTO (15 Papas); CLEMENTE (14 Papas); LEON (13 Papas; INOCENCIO (12 Papas); PIO (12 Papas); ESTEBAN (9 Papas); URBANO (8 Papas); ALEJANDRO (7 Papas); ADRIANO (6 Papas); PAULO (6 Papas); SIXTO (5 Papas); MARTIN (5 Papas); NICOLAS, (5 Papas); CELESTINO (5 Papas); ANASTASIO (4 Papas); HONORIO (4 Papas). ¿Qué Papa ha cumplido el más largo Pontificado? El Papa PIO IX; 32 Años (De 1846 a 1878). ¿Cuánto tiempo debe durar un Papa en el Gobierno de la Iglesia? Ordinariamente, desde su elección hasta su muerte. (Hay Excepciones). ¿Qué es un ANTIPAPA y cuántos ha habido? Un Antipapa es quien se proclama Sumo Pontífice, sin haber sido legítimamente elegido. Por tanto son IMPOSTORES, carecen de Autoridad y no son Sucesores de San Pedro. Ha habido 38 antipapas. ¿Qué significa o qué es "LA SANTA SEDE"? La Santa Sede es la personificación jurídica de la Iglesia Católica. (Como el Estado es la personificación jurídica de la Nación). Es el Organo Ejecutivo del Gobierno Oficial de la Iglesia. Está constituida por "La Secretaría de Estado", que coordina, unifica, controla y dirige la acción de la "Curia Romana", que consta de varias Sagradas Congregaciones (De la Doctrina de la Fe, La Educación Católica, la Evangelización de los Pueblos, las Iglesias Orientales, Los Obispos, El Clero, Los Sacramentos y el culto

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Divino, Las Causas de los Santos, Los Religiosos e Institutos Seculares) y otros Organismos de servicio, que se llaman: Secretariados, Comisiones y Consejos. Al frente de cada Sagrada Congregación y Dicasterios (Organismos) está un Cardenal. Pero siempre, por encima de todos está el Santo Padre. ¿Puede LA SANTA SEDE tener Relaciones Diplomáticas con otras Naciones? Sí, porque es Sujeto de Derecho Internacional. En efecto, en la mayor parte de las Naciones del Mundo la Santa Sede tiene Embajadores Oficiales, que se llaman "Nuncios", y las Nación es tienen - correspondientemente - sus Embajadores ante la Santa Sede. ¿Cómo se gobierna la Iglesia? La Iglesia no es sólo una realidad espiritual, sino también, por estar compuesta por hombres, es una Sociedad visible. La Iglesia nace de la comunión del "Pueblo de Dios" con el "Obispo" que lo gobierna. Cada Iglesia Local (Diócesis) es una unidad completa, que responde a las finalidades apostólicas primitivas. Todos los Obispos son IGUALES en Dignidad y en poder espiritual. Todos son "Hermanos". Cada Obispo es responsable de su Diócesis y Pastor de su grey, pero, en virtud del ligamen que unía a los Apóstoles, cada uno es también responsable de la Unica Iglesia que reúne y transforma en "Cuerpo Místico de Cristo" a todos los cristianos. La Iglesia Universal, por tanto, es gobernada colegialmente por los Obispos de las Iglesias Locales. Estos se reúnen en CONCILIOS Y SINODOS, pero SIEMPRE CON EL PAPA A LA CABEZA, pues El desempeña un papel, predominante, como Pedro ante los Apóstoles. ¿Cómo se hace la elección de un PAPA? La elección de un Papa se hace en un CÓNCLAVE DE CARDENALES. ¿Qué es un CÓNCLAVE? Es una reunión solemne de los Cardenales que deben elegir a un Papa. La palabra CONCLAVE significa CON LLAVE (Con clave), lo cual nos da a entender que los Cardenales electores (Todos aquellos menores de 80 años) permanecen BAJO LLAVE en la Capilla Sixtina del Vaticano, sin poder salir y sin que nadie extraño pueda entrar. Siguiendo un ceremonial especial, los Cardenales invocan al Espíritu Santo para que les inspire quién debe ser elegido Papa. Las votaciones son en absoluto secreto y poniendo a Dios por testigo. Cada Cardenal elector escribe en una papeleta el nombre de su candidato. Se hace una votación en la mañana y una en la tarde de cada uno de los días que dura el cónclave. Para ser elegido Papa se requiere contar con 2 terceras partes más uno. ¿Cómo conoce el Mundo el resultado de las Votaciones? La Capilla Sixtina tiene una chimenea. Después de las votaciones de la mañana y después de las votaciones de la tarde se queman las papeletas y el humo sale por la chimenea de la capilla Sixtina. Si el humo es negro, significa que aún no ha sido elegido el nuevo Papa. EL HUMO BLANCO es la señal clara e inequívoca de que ya hay NUEVO PAPA. ¿Qué es lo primero que hace un nuevo Papa cuando es elegido? Uno de los Cardenales le pregunta si acepta y, después de la respuesta afirmativa, escoge el NOMBRE que quiere llevar como PAPA. Luego todos los Cardenales se acercan para presentarle su "Respeto y Obediencia". ¿Cómo se anuncia al Mundo la elección de un nuevo PAPA? El primer Cardenal del Orden de los Diáconos sale al balcón central de la Basílica de San Pedro, en Roma, y dice en Latín: "ANNUNTIO VOBIS GAUDIUM MAGNUM: HABEMUS PAPAM" (Le anuncio un grande gozo: tenemos Papa"). El Pueblo reunido en la Plaza de San Pedro aplaude con entusiasma. Después el Cardenal continúa diciendo: "EMINENTISSIMUN DOMINUM ... CAROLUM CARDINALEM WOJTYLA" (El Eminentísimo Cardenal Carol Wojtyla), QUI SIBI NOMEN POSUIT: JOANNEM PAULUM SECUNDUM" (Que se impuso el nombre de JUAN PABLO II). ¿Cuál es el PRIMER ACTO SOLEMNE DEL NUEVO PAPA? Sale al BALCON CENTRAL de la Basílica de San Pedro e imparte su Primera Bendición "URBI ET ORBI" (A Roma y al Mundo). La gente se arrodilla piadosamente, recibe ´la Bendición y aplaude con júbilo. Esa Bendición vale para todos los fieles católicos y hombres de buena voluntad, que en cualquier parte del mundo sigan la ceremonia por radio o televisión. ¿Cuándo toma posesión el SANTO PADRE de su cargo de PASTOR UNIVERSAL de la Iglesia? Desde el momento en que acepta la elección. Con ese acto comienza a ser la Autoridad Suprema de la Iglesia. Sin embargo, hay una SOLEMNE CELEBRACION DEL INICIO DEL PONTIFICADO, que se lleva a cabo en la Plaza San Pedro, con la asistencia de Reyes, Príncipes, Gobernantes, Jefes de Estado, Embajadores, Diplomáticos, Cardenales, Obispos,

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Sacerdotes» Religiosos, Religiosas y Fieles de todo el mundo. Ese día el Santo Padre comunica a la Iglesia y al Mundo las ideas maestras de su Pontificado y recibe los honores de la Guardia Suiza. Dentro de esa Santa Misa el Papa vuelve a impartir la Bendición "URBI ET ORBI". ¿Cuáles son las insignias propias de un PAPA? La Sotana Blanca. La Banda de Seda Blanca, adornada con el Escudo Papal. El Solideo Blanco en la cabeza. El Anillo del Pescador. (Pastor Supremo de la Iglesia). El Pectoral. (Un crucifijo de oro en el pecho, sobre la Sotana Blanca). La Capa Roja. Las Sandalias color Vino. La tiara: Mitra alta ceñida por 3 coronas.

¿Dónde vive el PAPA? En el VATICANO. Oficial y jurídicamente llamado "Estado de la Ciudad del Vaticano", es un Estado independiente, el más pequeño del mundo; mide únicamente 44 hectáreas (menos de medio Kilómetro Cuadrado). El Estado de la Ciudad del Vaticano fue creado en 1929. La Palabra Vaticano significa: "Lugar de Poetas" (En Latín la palabra "Vates" significa Poeta) y es una pequeña colina junto al Río Tíber, donde se levanta imponente y majestuosa la Basílica de San Pedro y el Palacio Pontificio. Todo el Vaticano está amurallado. ¿Cuál es el ORGANO OFICIAL del VATICANO? El ORGANO OFICIAL es el Periódico llamado "L´OSSERVATORE ROMANO", que se publica diariamente en Italiano. También hay una Edición Dominical en Italiano y Ediciones Semanales en Francés, Inglés, Español, Alemán y Portugués. "L ´OSERVATORE ROMANO" se fundó en 1861. ¿Qué otras peculiaridades tiene el VATICANO? Acuña sus propias monedas, con igual peso, tamaño y aleación de las monedas italianas y con el mismo valor legal que la lira. Emite sus propios timbres postales, muy buscados por los coleccionistas. ¿Cuál es el Tesoro del VATICANO? El Vaticano es el Centro de la Cristiandad. Fundamentalmente su tesoro es de índole ESPIRITUAL por la vida de Fe y de gracia que de ahí se difunde al mundo. Pero también hay un gran tesoro de índole ARTISTICA (Pintura, Arquitectura´ Escultura, Música) y CULTURAL (Museos, Historia, Astronomía, Geografía, Literatura, Archivos, Biblioteca, Ciencias). Todo se ha venido acumulado desde hace siglos y constituye un Patrimonio de la Humanidad. ¿Quién cuida al PAPA? LA GUARDIA SUIZA, constituida por 5 Oficiales, un Capellán y 105 guardias. La mayor parte de ellos proviene de Lucerna y de Cantones Suizos de lengua alemana. La altura mínima requerida es de 1.74 mts., pero la mayoría son más altos. Para enrolarse en este "Ejército del Papa" es necesario tener menos de 30 años de edad, pertenecer a honorables familias católicas y haber hecho el Servicio Militar. Sus trajes a franjas amarillas, azules y rojas fueron diseñados por el gran pintor y escultor Miguel Ángel. Usan como arma tradicional la alabarda. Actualmente cada guardia suizo trae oculto en su uniforme un pulverizador de gas lacrimógeno y, a partir del grado de sargento, una pistola y dos granadas modernísimas. La Guardia Suiza fue instituida por el Papa en julio 11 de 1506. Son los encargados de guardar el honor y el Orden en el Vaticano. Cuando el Santo Padre pasa frente a ellos, le saludan de rodillas, en señal de grandísimo respeto y máximo honor.

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Historia de la Iglesia Siglo a Siglo. Bibliografía: Conoce tu Fe. Autor: P. Antonio Rivero. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. Historia de la Iglesia siglo a siglo Estudiar la historia de la Iglesia es estudiar la historia de nuestra familia en la fe. INTRODUCCIÓN Estudiar la historia de la Iglesia es estudiar la historia de nuestra familia en la fe. ¿A quién no le interesa saber sobre la historia de su propia familia? ¿No es verdad que solemos repasar los álbumes de fotos pasadas con regocijo y con emoción contenida? También nos asombramos de algunas fotos que salieron movidas, o un poco oscuras y mal enfocadas. Repasaremos nuestro álbum de fotos; fotos sacadas desde hace dos mil años. Iremos viéndolas juntos con el cariño con que uno va hojeando lo más querido de su familia. De aquellas fotos que salieron muy bien, alegrémonos y demos gracias a Dios. De aquellas que están un poco movidas o medio mal, no nos escandalicemos, sino con respeto y en silencio demos la vuelta a la página, tratando de pedir a Dios por esos momentos difíciles de algunos hijos de la Iglesia, que tal vez desfiguraron el rostro de la Iglesia con su conducta. A todos nosotros nos puede pasar esto, si nos desviamos del espíritu del Evangelio. La Iglesia es la estupenda obra que nos dejó Jesús aquí en la tierra para que le conozcamos a Él a fondo, lo amemos mejor, nos entusiasmemos de Él y extendamos su Nombre por todos los confines de la tierra. Es, pues, en la Iglesia donde nacimos a la vida divina, a la vida de fe. Es la Iglesia la que, como Madre, alimenta nuestra fe en la liturgia y en los sacramentos. Es la Iglesia la que nos protege con sus brazos maternales, cuando nos sentimos desprotegidos. Es la Iglesia la que nos tiende sus manos cuando hemos caído en el camino de la vida. Es en la Iglesia donde queremos vivir y morir en paz. Antes de ir hojeando las fotos siglo por siglo, quiero dejar unos presupuestos, sin los cuales es imposible entender y amar a la Iglesia: 1. La Iglesia es de origen divino: Dios Padre la planeó. Dios Hijo la fundó durante su vida terrena, cuando fue eligiendo a su apóstoles, los fue formando, les ordenó

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celebrar el memorial de su muerte, y con la fuerza de su Espíritu les dejó la misión de continuar su obra y de predicar su Reino; por eso, podemos decir que la Iglesia es “Cristo prolongado”. Y Dios Espíritu Santo la está santificando y llevando a su plenitud. Por tanto, a la Iglesia hay que mirarla con los ojos de la fe; si no, jamás la podremos entender. De esta fe tiene que brotar un amor apasionado a nuestra madre Iglesia y un deseo de dilatarla por todo el mundo. A esto lo llamamos apostolado, que no es fanatismo, sino exigencia del amor a la Iglesia. 2. Diversos nombres dados a la Iglesia: Jesús, para hacernos entender lo que es la Iglesia, quiso explicarla a través de imágenes o figuras: redil, cuya puerta es Cristo; rebaño que tiene por pastor a Cristo; campo y viña, cuyo dueño es el Señor; edificio, cuya piedra angular es Cristo, que tiene a los Apóstoles como fundamento y en el que los demás somos piedras vivas y necesarias. Pero uno de los más hermosos nombres que la Iglesia ha recibido es el de “comunión”. “Comunión expresa más que comunidad, más que hecho social, más que congregación, más que asociación, más que fraternidad, más que asamblea, más que sociedad, más que familia, más que cualquier forma de colectividad humana; significa Iglesia, es decir, hombres y mujeres vinculados en Cristo. Ese cuerpo social, visible y espiritual, es precisamente lo que llamamos Iglesia” (Pablo VI). Esta Iglesia-Comunión exige espíritu de comunidad; la comunión y la comunidad no admiten ni individualismo ni particularismo.

El Concilio Vaticano II ahondó en otra imagen de la Iglesia: la Iglesia como Pueblo de Dios, que peregrina en la historia hacia la plenitud escatológica, es decir, hacia la plena glorificación en Cristo al final de los tiempos; Pueblo de Dios, que convoca a judíos y gentiles, se forma parte de él, no por la carne, sino por el agua y el Espíritu; Pueblo de Dios, que tiene por cabeza a Cristo muerto y resucitado; todos los que formamos parte de ese Pueblo de Dios tenemos la dignidad y libertad de los hijos de Dios; la ley de este Pueblo de Dios es el mandato de la caridad y tiene como fin extender a todos los hombres el Reino de Dios y hacerlo crecer hasta la consumación final. Esta imagen de Pueblo de Dios tiene un contenido profundamente religioso, pues es un Pueblo creado por la elección de Dios y por la alianza que él establece con los hombres. No es un término con sabor político-social, como ha querido manipular y reducir la así llamada “iglesia popular” . 3. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. Así como el alma da vida al cuerpo humano, así el Espíritu da vida a este cuerpo que es la Iglesia, mediante los sacramentos; además, el Espíritu Santo ilumina y guía a la Iglesia durante todos los momentos de su caminar terreno para que permanezca fiel a las enseñanzas de Jesús, su fundador. 4. Las propiedades de la Iglesia: Esta iglesia es una, porque tiene su origen en la Trinidad, porque su única cabeza es Cristo, y porque está animada por un solo Espíritu; y manifiesta esa unidad en una sola fe, unos mismos sacramentos, y una misma jerarquía. Es santa, porque su fundador, Jesucristo, es santo y la vivifica con su Espíritu; porque a través de los sacramentos la santifica, y porque sus frutos más hermosos son los santos. Es católica, porque ha sido enviada a todos los hombres, está abierta a todas las razas, lenguas y naciones, sin excluir a nadie, y porque conserva la totalidad de la fe. Y es apostólica, porque por voluntad de Cristo está cimentada sobre Pedro y los demás apóstoles. 5. Estructura de la Iglesia: Cristo quiso fundar una en la que todos somos iguales por el bautismo, pero al mismo tiempo la quiso gobernada por Pedro y los demás apóstoles. La Iglesia, por tanto es jerárquica, no democrática. Todos somos Iglesia y Pueblo de Dios, sí, pero Cristo dio a Pedro y a los demás apóstoles la misión y la autoridad para guiar, santificar y regir a sus hermanos. Los continuadores de los apóstoles son los obispos y sacerdotes. Por tanto, la Iglesia está formada por los ministros sagrados (obispos, sacerdotes y diáconos), por los laicos y por los religiosos. La misión de los pastores es servir a sus hermanos con la Palabra, con los sacramentos y la caridad, al estilo de Cristo, que vino a servir y no a ser servido. La misión de los laicos, en comunión y bajo la guía de los pastores, es participar en las realidades temporales, ordenándolas según el plan de Dios en Cristo, a fin de que su mensaje llegue y transforme todos los ámbitos sociales. La misión de los religiosos es seguir de cerca las huellas de Cristo practicando los consejos evangélicos, y de esa forma vivir consagrados a Dios, santificar a la Iglesia y dar testimonio ante el mundo de las realidades del Reino de los cielos. 6. ¿Cómo mirar a la Iglesia? Tres miradas podemos lanzar a la Iglesia: a) Mirada superficial:

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La Iglesia se presentaría como una sociedad religiosa más, entre muchas otras. Es la mirada “aséptica” del descreído, de quien no tiene fe. Sólo ve los defectos de quienes están en la Iglesia y al frente de la Iglesia. b) Mirada más penetrante: Reconocerá los valores y la vitalidad de la Iglesia. Discernirá en su unidad y universalidad un conjunto de caracteres maravillosos. Se asombrará del poder espiritual del Papa, afirmando que su origen, desarrollo e influjo constituyen el fenómeno más extraordinario de la historia del mundo. Pero todavía no va al fondo. Es la mirada del estudioso bien intencionado y honesto. c) Mirada de fe: Es la única manera de percibir el misterio de la Iglesia. Con la fe descubrimos que su origen está en Dios, que Cristo la ha enriquecido con su Espíritu y con los medios de la salvación, y que tiene por misión hacer que todos los hombres lleguen al pleno conocimiento de la verdad y participen de la redención operada. 7. ¿Qué es, pues, la historia de la Iglesia y las claves de interpretación? Es un entramado de hechos humanos y divinos, en donde la silenciosa acción del Espíritu Santo se combina eficazmente con la palpable libertad de los hombres. Y las claves de interpretación de la historia de la Iglesia son éstas: a) La historia de la Iglesia sólo se entiende en función de su tarea santificadora y evangelizadora. El Vaticano II definió a la Iglesia como “Sacramento universal de salvación” (Lumen Gentium, 48)...”enviada por Dios, se esfuerza en anunciar el Evangelio a todos los hombres” (Ad Gentes, 1). Sólo a la luz de la fidelidad a esa misión cabe calificar de acertados o equivocados los hechos de sus ministros y de sus fieles.

b) La capacidad de errar de los hombres explica muchos episodios históricos negativos: las herejías, la torpe intromisión de algunos eclesiásticos en cuestiones o ambiciones temporales (aseglaramiento, afán de poder, simonía, etc...), así como las vidas poco edificantes de otros. Estos hechos tristes, recogidos en su historia, no afectan a lo que es la Iglesia. Es más, ponen de manifiesto que ella es divina porque, a pesar de sus hombres, su doctrina se ha mantenido incólume desde que Cristo la predicara, produciendo abundantes frutos de santidad en todos los tiempos. c) La Iglesia, manteniendo los rasgos esenciales determinados por su fundador, Cristo, también ha evolucionado en la historia al compás de los hombres, precisamente porque no es una sociedad desencarnada. Por eso, a la hora de interpretar los hechos hay que considerar el contexto histórico, que explica muchas decisiones y modos de obrar (p.e. la inquisición eclesiástica, Papas que coronaban a los emperadores, lucha por la investidura, etc.). No hacerlo así, es pecar de anacronismo o errores de juicio objetivo. d) La Iglesia es experta en humanismo: iluminada por la revelación de Cristo, Dios y hombre perfecto, y enriquecida por su larga historia conoce en profundidad de las glorías y las miserias del hombre, al que quiere ofrecer la salvación de Cristo. Esto explica:  Que a lo largo de sus veinte siglos haya sabido enjuiciar con tanta libertad y equidad muchas situaciones humanas, venciendo la fuerte coacción de poderosos intereses partidistas: guerras, decisiones de parlamentos, conferencias internacionales, etc.  Que esté en inigualables condiciones para defender la dignidad de la persona humana y los principios morales de su actuación, y para juzgar con la luz de la moral los retos que la ciencia, la cultura o la política ponen a la sociedad. Fruto de todo ello es su doctrina social. 8. ¿Cuál es el fin de la Iglesia? Es predicar a todos los hombres la Buena Nueva de la redención operada por Cristo. Esta salvación de Cristo debe abarcar a todos los hombres sin distinción de clases sociales, y a todo el hombre: en su alma y en su cuerpo. Es un fin, por tanto, sobrenatural pero que empieza en el tiempo, espiritual pero que transforma la realidades de este mundo. 9. ¿Cuáles son los deberes para con la Iglesia? a) Creer en ella: No se puede creer en Cristo sin creer en ella. No se puede ser cristiano sin la mediación de la Iglesia. “Nadie puede tener a Dios por Padre, si no tiene a la Iglesia por madre” –decía san Cipriano. La fe en Cristo nos llega a través de la Iglesia. b) Conocer su doctrina: La doctrina de la Iglesia no es otra que el evangelio de Cristo, que le fue transmitido por los apóstoles y que ella, guiada por el Espíritu de la Verdad, continuamente medita, predica, defiende y aplica a las diversas situaciones en que viven sus hijos y el

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mundo. c) Amar a la Iglesia, Si la Iglesia nos ha engendrado para Cristo, por medio del bautismo, debemos amarla como un hijo ama a su madre: un amor que la comprende, que la apoya, que reza por ella, que se alegra de sus triunfos, que sufre con sus fracasos. d) Cooperar con su misión, para que todos lleguen al pleno conocimiento de la verdad y a la salvación que Cristo nos ha traído con su vida, muerte y resurrección. Así fue al inicio: la Iglesia fue extendiendo su radio de acción gracias a los viajes de san Pablo, a la palabra y ejemplo de los primeros cristianos, y a los milagros con que los apóstoles confirmaban la doctrina de Jesús. Incluso las mismas persecuciones, como veremos, sirvieron, para bien o para mal, para dar a conocer al mundo este fenómeno del cristianismo. e) Defenderla, aunque suframos martirio. Defenderla con la palabra, con los escritos, con el testimonio. Nunca, lógicamente, con las armas o con la violencia, pues se oponen a su esencia que es la caridad. Termino esta introducción con un texto de Hermas, escritor de la primera mitad del siglo II, preocupado de los problemas de la Iglesia de su tiempo. Tuvo una visión con un ángel, que tomó la apariencia de un joven pastor. Y en esto llegó una anciana vestida de esplendor, con un libro en las manos, se sentó sola y saludó a Hermas.

Hermas, afligido y llorando, le dijo al ángel vestido de pastor: -¿Quién es esa anciana? -La Iglesia, me dijo. -Y, ¿cómo es tan anciana? -Porque fue creada antes que todo lo demás. Por eso es tan anciana; el mundo fue formado para ella, dijo el ángel. “En la primera visión la vi muy anciana y sentada en un sillón. En la siguiente, tenía un aspecto más joven, pero el cuerpo y los cabellos eran todavía viejos; me hablaba de pie; estaba más alegre que antes. En la tercera visión era muy joven y hermosa; de anciana tenía tan sólo los cabellos; estuvo muy alegre y sentada en un barranco”. “En la primera visión –dijo el joven- esa mujer aparecía tan anciana y sentada en un sillón, porque vuestro espíritu estaba ya viejo, marchito y sin fuerzas, por vuestra molicie y vuestras dudas...En la segunda visión la viste en pie, con aire más joven y alegre que antes, pero con el cuerpo y los cabellos de anciana, pues el Señor se apiadó de vosotros; vosotros desechasteis vuestra molicie y os volvió la fuerza y os afianzasteis en la fe...En la tercera visión, la viste más joven, hermosa, alegre, de un aspecto encantador; los que hayan hecho penitencia se verán totalmente rejuvenecidos y afianzados” De nosotros, sus hijos, depende que la Iglesia siga joven, lozana y alegre. Y con nuestra actitud de continua conversión y lucha por la santidad iremos hermoseando el rostro de esta madre, que tantos hijos han afeado con sus actos a lo largo de los siglos. Comencemos, pues, a abrir con respeto el álbum de familia, de nuestra familia eclesial desde el principio.

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Quien eres? Bibliografía: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe Autor: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. María... ¿Quién eres? María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca ¿Quién es María? María nació en Nazaret, Galilea, 15 ó 20 años antes del nacimiento de Cristo. Sus padres, según la tradición, fueron Joaquín y Ana. María era judía. Fue educada en la lectura de los libros santos y en la obediencia a la ley de Dios. Hizo voto de virginidad. Se desposó con José estando ambos de acuerdo en permanecer vírgenes por amor a Dios. Un ángel del Señor se le apareció y le comunicó que el Espíritu Santo descendería sobre ella, y que de ella nacería el Hijo de Dios (Lc. 1, 35). María aceptó tan maravilloso destino con estas palabras: «Hágase en mí según tu Palabra», y en aquel instante Jesús fue concebido en su seno. El nacimiento del Niño fue en Belén de Judea y fue acompañado de diversas circunstancias, que refieren los Evangelios de Mateo y de Lucas. ¿Qué se sabe acerca de María después del nacimiento de Jesús? Al cabo de algún tiempo, vemos a María, a José y al Niño instalados en Nazaret. Allí hay un solo episodio notorio: la pérdida y hallazgo del Niño, a los 12 años, en Jerusalén. Fue el tiempo que llamamos de la «vida oculta» de Jesús, su vida de hogar, de familia, de trabajo. Jesús empieza su vida «pública», su vida apostólica y misionera, hacia los 30 años. María lo acompaña, a veces de cerca, a veces más lejos. El Evangelio nos la muestra en Cana asistiendo a un matrimonio, y al pie de la cruz en que Jesús está muriendo. También en varias otras oportunidades. El libro de los Hechos la menciona en el Cenáculo junto a los apóstoles, después de la Resurrección del Señor. La Tradición sugiere que murió en Efeso -en el Asia Menor- en casa de Juan el Evangelista.

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¿Cómo era María? Del Evangelio se desprende que María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca y sincera; que era leal y fiel. María es, como mujer, un modelo para las mujeres. Es también para los hombres el tipo ideal de mujer. ¿En qué consiste principalmente la grandeza de María? En ser madre de Dios. Algunos han dicho que María es madre de Jesús «en cuanto hombre», pero no de Jesús «en cuanto Dios». Esta distinción es artificial y, de hecho, nunca la hacemos. Una madre es madre de su hijo tal cual es o llega a ser. No decimos que la madre de un presidente, por ejemplo, ha sido la madre de él como niño pero no como presidente o que nuestra mamá sea madre de nuestro cuerpo solamente, pero no de nuestra alma que es infundida por Dios. Nunca hacemos esta distinción; decimos simplemente que es nuestra madre. María es Madre de Jesús. Jesús es Dios. Luego, podemos decir que María es Madre de Dios y en eso consiste fundamentalmente su grandeza. ¿Tiene María alguna relación especial con la Santísima Trinidad? Sin duda. Es la hija predilecta del Padre. Se lo dice el ángel el día de la Anunciación: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28). Tiene también con el Espíritu Santo una relación que se ha comparado a la de la esposa con el esposo. Lo dice el ángel: «El Espíritu Santo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño que nacerá de ti será llamado Santo e Hijo de Dios» (Lc. 1, 35). «No temas María porque has encontrado gracia delante de Dios» (Lc. 1, 30).

¿Qué dice la Biblia? Vamos por parte: Es cierto que esos privilegios no están contenidos «explícitamente» en la Biblia. La Biblia, por ejemplo, no habla de la Inmaculada Concepción ni de la Asunción. Pero están contenidos implícitamente en la Biblia. Por ejemplo, en una semilla de rosal no está la rosa. No se ve la rosa, pero ahí está en germen y poco a poco con la savia que viene de la tierra húmeda y con el calor del sol brotará el rosal y en él florecerá la rosa. Así también todo lo que la Iglesia enseña de María ha brotado de la semilla del Evangelio, al calor del Espíritu Santo, que sigue iluminando al Pueblo de Dios y lo lleva a descubrir de a poco toda la riqueza que El mismo ha colocado, como en un germen, en la Escritura inspirada por El. Todo lo que la Iglesia enseña acerca de María es coherente con la imagen de María que nos formamos al leer el Evangelio, con humildad y con espíritu de fe. ¿Qué dicen los evangelios acerca de las hermanas y hermanos de Jesús? El idioma que usaba Jesús y sus discípulos no tiene muchas palabras para distinguir los distintos grados de parentesco. Para todo se usaba la palabra «hermano» y así lo vemos en Génesis 13, 8 y en Mt. 13, 55. Las palabras originales que traducimos en castellano por «hermanos» y «hermanas» significan no sólo los hermanos carnales sino también los primos y otros parientes cercanos. La Virgen María no tuvo otros hijos. Jesús es el «único hijo» de María. Esto se muestra claramente por el hecho de que al morir, Jesús entregó su madre a Juan (Jn. 19, 27). San Pablo dice que Jesucristo es el único Redentor y ¿por qué dice la Iglesia católica que María es corredentora? Así es. Jesús es el único Redentor, pero San Pablo enseña también que nosotros colaboramos a la redención uniendo nuestros sufrimientos a los de Cristo. «Me alegro por lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo» (Col. 1, 24). María sufrió durante la pasión de su Hijo como nadie jamás ha sufrido, porque tenía, más que nadie, horror al pecado, porque amaba a su Hijo más que nadie; porque amaba a los hombres por quienes su Hijo sufría y moría. Por eso ha participado tan íntimamente en la redención. No es ella la redentora; hay un solo Redentor, Jesucristo. Pero se la puede llamar corredentora con toda propiedad explicando bien el alcance de este término. Algunos dicen que los católicos adoran a María como si fuera Dios, o creen en María más que en Dios ¿es cierto esto? Adorar a María sería una idolatría, un pecado contra el primer mandamiento de la Ley de Dios. «Sólo a Dios adorarás» (Lc. 4, 8). Jamás la Iglesia ha enseñado cosa semejante. María es una mujer, una creatura, la más santa de todas las creaturas, pero solamente una creatura. A María la queremos, la veneramos, conversamos con ella en la oración, le damos culto no de adoración que está reservado sólo a Dios, sino un culto de veneración como se lo damos a los santos que, como ella, son seres humanos, simples creaturas; y le

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pedimos que nos haga conocer, amar y seguir a Jesús como ella lo conoció, lo amó y lo siguió. ¿No será que el culto a María distrae del culto a Cristo? No distrae de él, sino que conduce a él. María presintió el culto que le sería dado a lo largo de los siglos, cuando exclamó: «Desde ahora me proclamarán bienaventurada todas las generaciones» (Lc. 1, 42). Ya Isabel, su prima, se lo había anunciado: «Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» (Lc. 1, 48). Los millares de iglesias dedicadas a María, las multitudes de personas que acuden a sus santuarios, los millones de Avemarías que se rezan diariamente en el mundo, han confirmado ese presentimiento y ese anuncio. El que conoce a María la ama, y se esfuerza por darla a conocer y por conocer y amar a Cristo. Se alimenta de su Palabra. Se integra en la vida de la Iglesia, cumple los mandamientos y participa de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía. ¿Cual será la relación de María con Cristo? María es madre. Es también discípula, su más perfecta discípula, su primera y fidelísima seguidora y su inseparable colaboradora. María es un reflejo de la santidad de su Hijo Jesús. Se la ha comparado a la luna que nos ilumina de noche con una luz más suave que la del día y que no es sino un reflejo de la luz deslumbrante del sol. 11. ¿Cuál es la relación de María con la Iglesia? Siendo madre «de Cristo» y, siendo nosotros por adopción, hermanos de Cristo, María es también Madre «nuestra». Así lo dijo también expresamente Cristo en la cruz cuando le dijo a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19, 27). María, siendo discípula y seguidora de Cristo, es nuestro modelo, la que va delante en nuestra peregrinación hacia Cristo, la que nos muestra el camino y nos anima a seguirlo: modelo de fe, de esperanza y de amor. Estando María ahora en el cielo, intercediendo por nosotros, nos encomendamos a ella para que nos ayude a vivir aquí en la tierra como cristianos y alcanzar nuestro destino final que es el cielo.

Los títulos de la Virgen ¿Por qué hablan algunos de la Virgen «del Carmen» y otros de la Virgen «de la Tirana» o de «Lourdes»? ¿Por qué hay tantas imágenes y advocaciones distintas de la Virgen? ¿Son acaso muchas las Vírgenes? La Virgen María es una sola. La que conocemos en el Evangelio, con la fe de la Iglesia, es María de Nazaret, la Madre de Jesús. Los diversos nombres y las distintas imágenes aluden a las circunstancias o misterios de su vida. La Mater Dolorosa al pie de la cruz es una mujer madura, traspasada de dolor. La Virgen del Tránsito o de la Asunción es una mujer transfigurada, entrando en la gloria. Otros nombres se refieren a los distintos lugares en que se celebra su culto: Virgen de Lourdes, de Guadalupe... Pero la Santísima Virgen es una sola. Los miles de artistas que han querido pintarla y esculpirla se la han imaginado cada cual a su manera, buscando, sin embargo, su inspiración en el Evangelio y en la fe de la Iglesia. ¿Qué se debe entender por apariciones de la Virgen? La Santísima Virgen puede, si quiere, intervenir desde el cielo en asuntos humanos por amor a los hombres. Puede «aparecerse» a tal o cual persona, habitualmente a niños o personas humildes, y entregarles un mensaje para que los hombres se conviertan y vuelvan a Dios. ¿Cree la Iglesia, así no más, a cualquiera que dice que se le apareció la Virgen? La Iglesia tiene mucha prudencia y sabiduría y es muy lenta en reconocer una aparición. Primero estudia, averigua y comprueba, a fin de no inducir a nadie a engaño. Y hechas las averiguaciones y después de varios años se pronuncia y reconoce con su autoridad si la aparición es real o ficticia. En algún caso la Iglesia se ha convencido de la autenticidad de una aparición por la santidad de vida del vidente, por la pureza del mensaje entregado o por los hechos ocurridos en el lugar de la aparición: curaciones, conversiones, etc. Esto es lo que ocurrió en Lourdes, Francia, en 1858 y en Fátima, Portugal, en el año 1917. En otros casos la Iglesia ha rechazado las supuestas apariciones o simplemente no se pronuncia esperando que el tiempo establezca la verdad. ¿Cuál es la mejor manera de orar a la Santísima Virgen? La oración principal es la del Ave María que consta de dos partes: la primera parte está tomada del Evangelio, del relato de la Anunciación y de la Visitación: «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28). «Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» (Lc. 1, 42). La segunda parte ha sido agregada por la Iglesia: «Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén».

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¿Qué es el santo rosario? Es una manera de unirnos a la Santísima Virgen María rezando cinco veces un Padre nuestro, diez Avemarías y un gloria, y recordando cada vez un misterio de la vida del Señor. Hay 5 misterios gozosos, que se rezan los lunes y sábado, 5 misterios dolorosos, que se rezan los martes y viernes, 5 misterios luminosos que se rezan los jueves y 5 misterios gloriosos que se rezan los miércoles y domingos. Otras hermosas oraciones a la Virgen son la «Dios te salve Reina y Madre»; el «Bendita sea tu pureza», etc. Cuestionario ¿Qué sabemos de María? ¿Dónde radica su grandeza? ¿Podemos llamar a María «Madre de Dios»? ¿Por qué? ¿De qué nos acusan algunas sectas? ¿Adoramos los católicos a María? ¿Qué significa que le damos culto de veneración? ¿Qué anunció María en lo referente a su memoria? ¿Cómo la recuerda la historia a través de los siglos? ¿Se ha aparecido la Virgen María? ¿Dónde y cuándo? ¿Cuál ha sido su mensaje. ¿Qué es el Santo Rosario? ¿Es bíblica?

Los Siete Sacramentos. Bibliografía: Hombre nuevo.net Autor: Anónimo Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. LOS SIETE SACRAMENTOS "Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brota del trono del Cordero" Apocalipsis 22,1 ¡JESUS SALVA! ¿BASTA ACEPTAR A CRISTO COMO NUESTRO ÚNICO SALVADOR? Si hay una verdad en la que todos los cristianos estemos de acuerdo esta es: Jesucristo es nuestro único Salvador. Porque como dice S. Pedro: "No hay otro nombre por el cual podamos ser salvos." Hechos 4,12. Si es importante saber que Jesús salva, no lo es menos saber ¿COMO SALVA JESUS? En efecto, supón tú que el avión en el que viajas se está quemando. Este avión lleva paracaídas para que puedas salvar tu vida, pero si tú saltas sin paracaídas, o te niegas a usarlo, tú no te salvas. Iahvé salvó a Noé y su familia del diluvio, pero los salvó por medio del arca que Él les mandó construir. Lo mismo pasa con Jesús: Él es nuestro único Salvador, pero si yo no uso los medios que Él me da para salvarme, no me salvo. Lee el pasaje de las diez vírgenes en Mateo 25, 1. Las diez sabían que Jesús era su Señor y Salvador. Las diez esperaban que Jesús las dejaría entrar al Reino, todas ellas sabían lo mismo, todas ellas creían lo mismo, pero sólo cinco se salvaron: las prudentes. Sólo ellas hicieron aquello que Jesús quería: mantener la luz del alma encendida (Lee: Juan 11,9-10). Y cuando llegó el Señor sólo ellas entraron en el Reino. Después llegaron las 5 imprudentes, reconocieron a Jesús como su Señor y así le llaman: "Señor, Señor, ábrenos", pero El les respondió: "No os conozco". ¿Por qué? Porque sabían que Jesús, su Señor salvaba, pero no hicieron lo que

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Jesús, su Señor y Salvador mandaba. Lo mismo pasa con Jesús: Él es nuestro único Salvador, pero si yo no uso los medios que Él me da para salvarme, no me salvo. ¿CÓMO NOS SALVA JESÚS? ¿CÓMO NOS COMUNICA LA VIDA? Jesús nos salva comunicándonos su misma vida. El mismo dijo: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". Esa vida por ser divina y totalmente gratuita la llamamos vida de gracia o vida sobrenatural. Cuando yo vivo en gracia la lámpara de mi alma está encendida, brilla en mí la luz de Cristo; cuando yo vivo en pecado mortal mi lámpara está apagada, vivo yo en tinieblas. Esta vida sobrenatural se me comunica a través de los siete sacramentos. El Papa nos enseña: "Cuando recibimos los sacramentos recibimos la vida de Jesús, vivimos la vida divina, nos asemejamos a Jesús. Es Cristo mismo, con su fuerza, mediante el Espíritu Santo que obra en nosotros esa semejanza." Juan Pablo II a los niños. 22/01/84. LA IGLESIA NOS ENSEÑA Adheridos a las doctrinas de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento unánime de los Padres, profesamos que "los sacramentos de la Nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor Jesucristo" CIC n.1114 ss. Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios, pero como signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por esto se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también la celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir con fruto la misma gracia, rendir el culto a Dios y practicar la caridad.

Por consiguiente, es de suma importancia que los fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y reciban con mayor frecuencia posible aquellos sacramentos que han sido instituidos para alimentar la vida cristiana. "Sacrosantum Concilium" # 59. Estudia CIC (Catecismo de la Iglesia) 1122 ss. ¿PORQUÉ 7 SACRAMENTOS? Porque 7 son las etapas de la vida. Hay una gran semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida sobrenatural" Lee: Catecismo de la Iglesia Católica (CIC n. 1210). 1. En la vida natural hay que nacer. En la vida sobrenatural hay que nacer del agua y del espíritu. Lee: Juan 3,5. Nuestra madre la Iglesia nos engendra por el Bautismo. 2. En la vida natural hay que crecer y dar fruto. En la vida sobrenatural la Confirmación lleva a su desarrollo y hace fructificar esa vida recibida en el Bautismo. Lee: Juan 15,16. 3. Para vivir es necesario alimentarnos. En la Eucaristía Cristo, el Pan de Vida, nos nutre con su cuerpo y su sangre. Lee: Lucas 22, 19. 4. En la vida natural enfermamos y necesitamos medicina para recuperar la salud. En la vida sobrenatural Jesucristo, médico de las almas (Lee: Mateo 9,12), nos ofrece el sacramento de la Reconciliación para sanar las heridas del pecado: Lee: CIC n.1421. 5. En la vida natural buscamos formar un hogar. En la vida sobrenatural Cristo quiere que los esposos se amen como El ama a su Iglesia (Lee: Efesios 5,25): para eso instituyó el Matrimonio. 6. En la vida natural necesitamos de una autoridad que ordene la vida social. En la vida sobrenatural el Reino de Cristo en este mundo exige una autoridad, unos pastores que apacienten las ovejas de Cristo, para ello Cristo instituyó el Sacerdocio. 7. La vida natural llega a su ocaso y morimos. La Unción de los Enfermos nos conforma con la muerte y resurrección de Cristo: Lee: CIC n. 1523. ¿BASTA SÓLO EL BAUTISMO? ¿QUIÉN INVENTÓ EL ARCO IRIS? En efecto, Cristo dijo: "Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios". Juan 3,5. Pero Jesucristo nunca

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dijo: "Basta tan sólo nacer del agua y del Espíritu para entrar en el Reino de Dios". Y ¡claro! ¿cómo iba a bastar? Aquél que es la Vida verdadera ¿cómo nos iba a dar la vida a medias? Si la vida natural tiene siete etapas ¿por qué Cristo iba a hacer la vida sobrenatural menos perfecta? Algunos cristianos objetan: "Yo no veo los siete sacramentos en la Biblia, para mí son un invento de la Iglesia Católica". ¡Claro que no los ves! De la misma manera que tú no ves los siete colores del arco iris si no tienes un prisma. Nosotros sí los vemos porque tenemos un prisma que es la Iglesia. El prisma no inventa los colores de la luz, simplemente los separa y distingue para que tu ojo los pueda percibir con claridad y nitidez. Lo mismo la Iglesia, ella no inventa los sacramentos, simplemente nos ayuda a distinguir con claridad lo que la Biblia enseña. Sin el prisma yo no podría distinguir los siete colores en un rayo de luz. Sin la Iglesia yo no puedo percibir los siete sacramentos contenidos en la luz de la Palabra Divina. LOS SACRAMENTOS EN LA BIBLIA SIETE PRUEBAS DE LA FE Bautismo. "Y acercándose Jesús les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id pues y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Mateo 28,18-19. Confirmación. "Cuando los apóstoles oyeron cómo había recibido Samaria la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan, los cuales bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo". Hechos 8, 14-17.

Eucaristía. "Tomando pan se los dio diciendo: ´Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros, haced esto en memoria mía.´ Así mismo el cáliz... diciendo: ´Este es el cáliz de la Nueva Alianza en mi sangre que es derramada por vosotros´ ". Lucas 22, 19-20. Confesión. "Diciendo esto sopló y les dijo: ´Recibid el Espíritu Santo, a quien perdonéis los pecados les serán perdonados, a quien se los retuviereis, les serán retenidos´ ". Juan 20, 22-23. Unción de los enfermos. "¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con el óleo en el nombre del Señor". Santiago 5,14. Sacerdocio. "Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y ayunando y los encomendaron al Señor". Hechos 14, 23. Matrimonio. "En cuanto a los casados, el precepto no es mío sino del Señor, que la mujer no se separe del marido y de separarse, que no vuelva a casarse o se reconcilie con el marido y que el marido no repudie a su mujer". 1 Corintios 7, 10-11. CONCLUSION. Los 7 Sacramentos, sí están en la Biblia, el que tú no los veas o lo ignores no quiere decir que no existan. Eucaristía. Muchos no obedecen a Cristo que dice: "Haced esto en memoria mía". Otros obedecen pero no creen a Cristo que dice: "Esto es mi cuerpo". Nosotros con Santo Tomás de Aquino confesamos: "La vista, el gusto, el tacto se equivocan, pero yo creo lo que sale de Tu boca." Matrimonio. Jesucristo mandó: "Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre". Lee: Mateo 19,10. Las iglesias de origen protestante autorizan el divorcio. ¿Cómo podemos escuchar a quien no obedece a Cristo? Confesión. Santiago ordena: "Confesaos los pecados unos a otros". Lee: Santiago 5,16. Pero algunos dicen: "Yo no me confieso con ningún hombre pecador como yo, yo sólo me confieso con Dios". ¿De qué sirve saber mucha Biblia si después no obedecen lo que la Biblia manda? Bautismo. Hay quien dice que no hay que bautizar a los niños, porque éstos no tienen pecado. Pero la Biblia enseña que todos

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nacemos con pecado. Lee: Salmo 50 (51) v. 7. Santiago dice: "Si alguno enferma, que llamen a los presbíteros ("ancianos" en griego) de la Iglesia". Lee: Santiago 5,14. ¿A quién llaman ellos si no creen en el sacramento del Sacerdocio? ¿A los ancianos del asilo? ¿Cuál Iglesia? ¿No dicen ellos que la Iglesia es invisible? Como ves, la fuerza de las sectas está en la ignorancia e inacción de los católicos. Cumple tu deber de evangelizar adquiriendo y distribuyendo FE Y EVANGELIO. ORACIÓN. Señor Jesús tú eres mi único Salvador y por eso acepto los medios que tú me das para salvarme. Quiero renacer a la vida por el Bautismo, fortalecerme con tu poder por la Confirmación, alimentarme de ti en la Eucaristía, abrazarte en la Confesión y obedecerte en el Sacerdocio. Amén. Hermano cristiano: Si tú aceptas lo que la Biblia dice ¿Por qué no aceptas los siete sacramentos cuando yo te lo estoy probando con la Biblia? ¿Por qué cuando tú me das una cita, yo sí debo aceptar lo que tú me dices y cuando yo te doy una cita no aceptas lo que yo digo?. Te voy a decir por qué: Porque tú no crees en la Biblia sino en lo que tú entiendes de la Biblia.(Principio protestante del juicio privado). Esto es como creer que el mar es tan sólo el agua que me cabe en el hueco de la mano. Católico confundido: La Iglesia de Cristo te ofrece siete sacramentos. No hay ninguna que te ofrezca más, todas te ofrecen menos. ¿Por qué? Porque a la Iglesia Católica, como a Cristo mismo, todos le imitan pero ninguno le supera. Católico apático: ¿De qué te sirve saber que hay siete sacramentos si vives como si no existieran?

Explicación del Credo. Bibliografía: Conoce tu Fe. Autor: CAtholic.Net Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. Explicación del Credo Las verdades de nuestra religión, de nuestra fe católica. Las verdades de nuestra religión, de nuestra fe católica se encuentran en la oración del Credo. El Credo es lo que creemos los católicos. Si alguien de otra religión nos pregunta ¿qué es lo que creen ustedes los católicos? podemos contestarle con todo lo que rezamos en el Credo. Podemos decir que es como un resumen de nuestra religión. El Credo está dividido en tres partes:  La primera parte habla de Dios Padre y de la obra de la Creación.  La segunda parte habla de Dios Hijo y de la Redención de los hombres.  La tercera parte habla de Dios Espíritu Santo y de nuestra santificación. Estas tres partes contienen doce artículos que abarcan las principales verdades en las que creemos los católicos. Estos doce artículos son: 1. Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra. 2. Jesucristo, Hijo único de Dios. 3. Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen. 4. Jesús fue crucificado, muerto y sepultado. 5. Jesús descendió a los infiernos y al tercer día resucitó. 6. Jesús subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre. 7. Jesús vendrá a juzgar a vivos muertos. 8. El Espíritu Santo. 9. La Iglesia una, santa, católica y apostólica y la comunión de los santos. 10. El perdón de los pecados.

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11. La resurrección de los muertos. 12. La vida eterna. Si nos fijamos bien en todo lo que creemos nos vamos a dar cuenta de lo importante que es Dios y de como nos amó tanto que nos entregó a su Hijo Jesús para salvarnos. Se quedó con nosotros en la Iglesia, nos perdona y nos promete volver a venir. Todo lo que creemos lo debemos de vivir. Debemos demostrar con nuestras obras que creemos en Dios. Se debe notar la diferencia entre un niño que no tiene fe y un niño que sí tiene fe. La vida se vive diferente. Por ejemplo, si yo creo que tengo un Padre Todopoderoso que vela por mí, mis acciones deberán demostrar esa seguridad y confianza. Si yo creo en la Iglesia, la voy a ayudar. El Credo es una forma de profesar nuestra fe. Otra forma de profesar nuestra fe es haciendo la señal de la cruz, que es la señal del cristiano. ¿Qué expresamos cuando nos persignamos? Decimos que creemos en Dios que es uno en tres personas distintas. Esto lo hacemos al decir “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Al trazar la señal de la cruz en nuestro cuerpo, expresamos que creemos en la Encarnación, Pasión y Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Al rezar el Credo entramos en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y con toda la Iglesia.

El Apostolado es algo Natural. Bibliografía: Una Misión en tu vida: El Apostolado. Autor: Lucrecia planas. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. El apostolado es algo natural A todos nos ha sucedido alguna vez que, al asistir a un espectáculo muy bueno o ir de viaje a un lugar hermoso —o al conocer y platicar con alguien famoso—, inmediatamente surgen en nosotros deseos de platicárselo a los amigos, de compartir esa experiencia con aquellos que queremos. Cuando estás emocionado con algo, quieres hablar de ello todo el día y con todas las personas que te encuentres. En eso consiste el apostolado: hablar de ese tesoro que has encontrado, de ese camino a la verdadera felicidad que has descubierto. El apostolado es una señal de amistad. Sería muy egoísta guardarte el secreto para ti solo dejando que tus amigos se vayan por rutas incorrectas. Hacer apostolado significa compartir, significa guiar, significa iluminar a todos los que te rodean para que todos lleguen a su fin, que es Dios. Sin embargo, tal vez en este momento te hagas una pregunta: ¿de qué manera puedo asumir mi llamado al apostolado? Hay diversos tipos de apostolado • El apostolado del testimonio: consiste en actuar siempre bien, en privado y en público; en convencer a los demás del camino a seguir, caminando tú primero. Que al verte feliz y realizado los demás deseen seguirte e imitarte. • El apostolado de la palabra: consiste en hablar de lo que has descubierto. Puedes realizarlo escribiendo libros, dando conferencias o en pláticas informales, durante un rato de convivencia o en la comida, en donde compartas con los demás tus experiencias y tus conocimientos sobre el camino a la felicidad. • El apostolado de la acción: consiste en organizar, dirigir o colaborar en alguna obra o acción específica de ayuda a los demás. Esto se puede realizar a través de la acción social, las misiones o cualquier otra acción que dé a conocer a Dios a los demás.

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• El apostolado de la oración y el sacrificio: consiste en orar, rezar y sacrificarse por los demás. Muchas veces te encontrarás con personas a las que es imposible convencer mediante las palabras o el testimonio. Con ellas, necesitas más que nunca el poder de Dios, recurrir a Él y pedirle su ayuda. En cierta ocasión los discípulos de Jesús llegaron con Él muy desanimados por no poder sacar un demonio, y Cristo les contestó: "Ese tipo de demonios sólo pueden expulsarse con la oración y el sacrificio". (Mt. 17, 21)

EL Rosario. Bibliografía: Tiempos de Fe. Autor: Anónimo. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Cristiano. El Rosario El presente artículo nos transporta a uno de los medios más eficaces que tenemos los cristianos en el camino de la santidad y un excelente medio de oración y meditación de los misterios centrales de nuestra fe. EL ROSARIO. “No todos los ejercicios de piedad, son para todos, hay unos para el sabio, otros para el rústico; unos para el viejo, otros para el joven; unos para el sano y otros para el enfermo; unos para el consagrado, otros para el laico; unos para el casado, y otros para el soltero. La devoción del Rosario, en la cual ninguno puede tener excusa, por ser fácil y acomodada, es para todos”. (Juan López, 1584). Probablemente tú como yo hace tiempo, piensas que rezar el Rosario es un ejercicio piadoso monótono y por tanto aburrido, por lo cual fácilmente puede uno distraerse y no producir ningún beneficio a nuestro crecimiento espiritual. Cuán equivocada estaba al defender estos argumentos, para disculpar mi falta de sensibilidad y conocimiento ante esta magnífica práctica cristiana. Tuvo que acontecer algo muy doloroso en mi vida, para que me refugiara desesperadamente en el rezo del. Rosario y descubriera maravillada que este ejercicio de devoción a María santísima, no solamente no era tedioso, sino que servía a quien lo reza con desesperación, como era mi caso, de remanso de paz que poco a poco al paso de las cuentas y la repetición de las Avemarías iba derramando sobre mi angustiado espíritu, como un bálsamo curativo, la paz que solo puede dar el contemplar los sagrados misterios de Nuestro Señor Jesucristo acompañados amorosamente por nuestra Madre Santísima. Esta experiencia en mi vida me ha llevado a hacer mías las palabras del. Papa Juan Pablo II: “Nuestro corazón puede encerrar en las decenas del. Rosario todos los hechos que componen la vida del individuo, de la familia, de la nación, de la Iglesia y de la humanidad. Vicisitudes personales y del prójimo, y de forma particular, de los que nos son más cercanos, que llevamos más en el fondo del corazón. De esta forma, la oración sencilla del. Rosario mantiene el ritmo de la vida humana”. Cómo cambiaría el mundo, si cada uno de los cristianos tuviera dentro de sus prácticas religiosas el rezo del. Rosario que nos recuerda y pide la sencillez evangélica y la humildad de corazón necesarios para alcanzar el Reino de los Cielos.

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¿Pero cómo se debe rezar el Rosario? Atendiendo a las recomendaciones del. Papa Paulo Vi en su exhortación “Marialis Cultus” nos dice: El Rosario será ponderado en la oración del. Padrenuestro, lírico y laudatorio en el calmo pasar de las Avemarías, contemplativo en la atenta reflexión sobre los misterios; implorante en la súplica, adorante en la doxología del. Gloria al Padre… Haciéndolo de esta forma, se pueden transformar la mente y la voluntad del. hombre por que viviría el misterio de Cristo en el alma de María, reanimando su fe, reviviendo su esperanza, inflamando su corazón en el amor para con Dios, de donde brotaría un intenso amor al prójimo . Y ello por que la repetición de una fórmula clara y sencilla, constituye incluso en el orden comercial el mejor método para inculcar una idea que a la larga se traduciría en una conducta. Quien pide cincuenta veces al día a María Santísima que se acuerde de él a la hora de la muerte terminará por preocuparse de esa hora transformando su vida a imitación de Cristo. Constitución e Historia del Rosario. El Rosario se define como cierta plegaria en honor de la Santísima Virgen María que consiste en el rezo de ciento cincuenta Avemarías, intercaladas por quince Padrenuestros, que la dividen en quince decenas, en cada una de las cuales se medita uno de los misterios de nuestra Redención. Estos quince misterios se dividen en tres series referentes al gozo, al dolor y a la gloria de Jesús y de María. Los misterios gozosos son: La Anunciación, la Visitación, el Nacimiento de Nuestro Señor, la Purificación de Nuestra Señora, el niño perdido y hallado en el Templo. Los dolorosos: La Oración del huerto, la Flagelación del. Señor, la Coronación de espinas, Jesús con la cruz a cuestas, Jesús muere en la cruz. Los gloriosos: La Resurrección del. Señor, la Ascensión del. Señor a los cielos, la Venida del. Espíritu Santo, la Asunción de nuestra Señora, La coronación de María Santísima como reina del cielo y de la tierra.

Pero antes de alcanzar la estructura actual, necesitó de varios siglos para conformar los elementos que lo integran, a saber: · La corona o instrumento para contar. · Las ciento cincuenta Avemarías. · Los quince Padrenuestros, para dividir las Avemarías en quince decenas. · La meditación de los misterios de nuestra Redención. Guía para el rezo del Santo Rosario Introducción T.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. T.- Abre Señor mis labios, para alabar tu nombre y el de Tu Santa Madre. T.- Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por ser tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en que en tu bondad y misericordia infinita, me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a ofender. Amén. G.- Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles R.- Y enciende en ellos el fuego de tu amor. G.- Envía tu Espíritu Creador R.- Y renueva la faz de la tierra. G.- Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén Peticiones Ofrecemos este rosario por... Las oraciones del decenario: cada Misterio, incluye un Padre Nuestro, diez Avemarías, un Gloria, una jaculatoria a María y la Oración de Fátima. G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos

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dejes caer en tentación y líbranos del mal. G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte. G.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia, R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén Misterios y meditaciones Misterios de Gozo: Lunes y sábado 1º La Anunciación del Ángel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios. "Entonces María dijo: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38) Dios escoge por Madre a María, una jovencita de Nazaret, pura, santa, humilde y adornada de todas las virtudes. ¡Qué poco caso hace Dios de las grandezas humanas! Procuraré ser limpio de corazón para agradar a Dios. Mantendré mi pureza y me impondré una fecha fija para mi confesión sacramental. 2º La visita de María Santísima a su prima Isabel. "Y María entrando en casa de Zacarías, saludó a Isabel" (Lc 1, 40) María estuvo tres meses en casa de su prima; y a pesar de que era Madre de Dios, sirvió a Isabel como una diligente empleada. Prometo ayudar a mis semejantes siempre que pueda, tanto en lo espiritual como en lo material. 3º El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en el portal de Belén. "Y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre" (Lc 2, 7) Jesús nos da un ejemplo de humildad contra la vanidad y soberbia de la vida; de pobreza contra el hambre insaciable de riquezas; de mortificación contra el desmesurado afán de delicias. Prometo llevar con resignación las penas, incomodidades y tribulaciones que deba sufrir, por amor a Jesús que quiso sufrir por mi desde el momento de Su nacimiento. 4º La purificación de María Santísima y la presentación de Su Hijo en el Templo de Jerusalén. "María y José llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor" (Lc 2,22) ¿Por qué nos excusamos con tanta facilidad cuando se trata de cumplir con nuestros deberes ? Cumpliré con mis obligaciones sin rebeldía, considerándome criatura de Dios. Acataré las leyes de la Iglesia de Jesucristo, a la que pertenezco. 5º María y José encuentran a Jesús en el Templo, después de tres días. "Después de tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores." (Lc 2, 46) La Sagrada Familia fue al Templo según su costumbre. ¿Tenemos nosotros esta costumbre de ir al Templo por lo menos los días mandados? Encontraron a Jesús en el Templo donde se quedó para demostrar que los hijos tienen voluntad de seguir su vocación y que los padres no deben oponerse a ella. Guardaré siempre el respeto al Templo, Casa de Dios. Procuraré ayudar a los demás a tener devoción a la Iglesia. MISTERIOS LUMUNOSOS (JUEVES) 1° El Bautismo de Jesús en el Jordán. "Tenía Jesús al comenzar su vida pública, unos treinta años. Por aquellos días, como todo el pueblo se bautizaba, vino Jesús desde Nazaret de Galilea al Jordán para ser bautizado por Juan. Y he aquí, que estando Él en oración, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo en forma de paloma se posó sobre Él, y se oyó una voz del cielo que decía: Este es mi hijo muy amado escúchenlo"(Lc. 3, 21-23; Mt. 3,13) 2° Las bodas de Caná

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"Se celebraba una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Fueron invitados también a la boda Jesús y sus discípulos. Y como faltaba vino, María le dijo a Jesús:"No tienen vino". Respondió Jesús: "¿Qué nos va a ti y a mi? Además no ha llegado mi hora". Pero la madre dijo a los que servían: "Haced lo que Él os diga". Había colocadas seis tinajas de piedra y Jesús les dijo: "Llenen de agua las tinajas" Y les dice:"Llévenlo al maestral" Cuando éste gustó el vino dijo: "Todo hombre pone primero el vino bueno y cuando ya han tomado el peor, pero tu has guardado el mejor vino hasta ahora".(Jn 2, 2-11) 3° El anuncio del Reino de Dios "Jesús comenzó a predicar la Palabra de Dios y decía:"Se cumplió el tiempo y ha llegado el reino de Dios: arrepentíos hy creed en el Evangelio" Y su fama se extendió por toda la región. (Mt. 4, 13-17 Mc. 1,15 Lc 4,15) 4° La Transfiguración "Tomando Jesús a Pedro, Santiago y Juan, subió a un monte a orar. Mientras oraba su rostro se transformó, su vestido se volvió blanco y resplandeciente, y Moisés y Elías hablaban con Él. Pedro le dijo a Jesús: Maestro ¡qué bien se está aquí! Hagamos tre tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Mientras decía esto, apareció una nube que los cubrió y salió una luz que decía: "Este es mi hijo elegido, escuchadle". (Lc. 9, 28-36) 5° La Institución de la Eucaristía "Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con sus discípulos y les dijo: "Ardientemente he querido comer ésta Pascua con ustedes antes de padecer, porque no la comeré más hasta que sea cumplida en el reino de Dios. Tomando el cáliz, dio gracias y dijo: tomen y beban todos de el , porque éste es el cáliz de mi sangre que será derramada por ustedes. Después tomó el pan, dando gracias lo partió y se los dió diciendo: Este es mi cuerpo que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mia." (Lc. 22, 14-23) Misterio de Dolor: martes y viernes 1º La oración y agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní. "Y sumido en agonía, insistía mas en su oración" (Lc 22,44) Jesús no tenía la necesidad de orar; pero quiso hacerlo para enseñarnos qué tanto necesitamos hacerlo. Hemos de orar para no caer en la tentación, y si caemos, levantarnos del pecado. Me propongo hacer oración al despertar, antes de dormir y antes de mis actividades mas importantes. 2º La flagelación de Jesús. "Entonces Pilatos tomó a Jesús y Mandó azotarle" (Jn 19,1) Jesús quiso padecer la flagelación para la expiación de los pecados de deshonestidad que marchitan tantas flores juveniles, que roban la salud a tantos cuerpos y que ocasionan la perdición eterna de tantas almas. Huiré de todo acto y espectáculo que repugne la moral cristiana. Evitaré que los pequeños y jóvenes vean programas deshonestos. 3º La coronación de espinas de Nuestro Señor. "Los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza" ( Jn 19, 2) Sí, Jesús es el rey de las inteligencias y de los corazones; Rey que redime de la esclavitud del pecado a los individuos, a las familias, a los pueblos y a las naciones Seguiré la doctrina de Jesús para reinar con El eternamente. Seré valiente para profesar públicamente mi fe y para cumplir sin avergonzarme mis deberes de piedad. 4º El camino hacia el Calvario, llevando Jesús la Cruz a cuestas, por nuestros pecados. "Y Jesús cargando su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario" (Jn 19, 17) Hemos de llevar nuestra cruz, hemos de padecer tristezas y dolores. Nos será difícil caminar entre penas y trabajos. Tendremos nuestras caídas y no nos desanimaremos. Dios lo permite para que pensemos más en la vida eterna que nos espera. Pidámosle que no nos deje caídos. Al sufrir alguna pena, pensaré en lo que padeció Jesús por mí y cuando sea demasiado el sufrimiento le pediré que El sea mi Cirineo. 5º La crucifixión y muerte de nuestro Señor. "Lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio" (Jn 19, 18) Jesús muere por ti, mírale bien. Tiene sus manos clavadas para no castigarte y abiertas para abrazarte. Tiene sus ojos cerrados para no confundirte y abiertos para mirarte amorosamente. Sus labios se cierran para no clamar venganza y se abren para perdonarte. Besaré el crucifijo al levantarme por la mañana y al acostarme. Cuando me llegue alguna tentación apretaré el crucifijo de mi Rosario o el que llevo al cuello.

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Misterios de Gloria: miércoles y domingos 1º La triunfante Resurrección de Jesús. "¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No esta aquí: ha resucitado" (Lc 24, 5-6) Jesús se apareció muy en particular a los pecadores arrepentidos como Pedro, Tomás y la Magdalena. Se ve en esto su bondad y misericordia. Viviré cristianamente para poder resucitar gloriosamente, recordando que una vida cristiana culmina en una muerte cristiana. 2º La admirable Ascensión de Jesús al cielo. "Mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo" (Lc 24, 51) Nuestra verdadera patria no está en la tierra, sino en el cielo, donde no existen ni el dolor, ni la tristeza, ni la enfermedad, ni la muerte. Ahí veremos a Dios, gozaremos de su presencia y estaremos eternamente con El. Pensando que estamos en este mundo, esperando ir a la patria verdadera, procuraré utilizar los dones terrenales en tal forma que me ayuden a ganar el cielo. 3º La venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles. "Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo" (Hch 2, 3-4) Los Apóstoles cambiaron: de tímidos se convirtieron en valerosos, de ignorantes en sabios; de tibios en la fe en fervorosos. Pedro predicó su primer sermón convirtiendo a tres mil personas. No me bastará ser católico; daré testimonio de que he recibido al Espíritu Santo en el Bautismo y lo he aceptado en plenitud en la Confirmación, practicando mi fe.

4º La Asunción de María al cielo en cuerpo y alma. "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" (Lc 1, 45) ¿Nos preparamos nosotros con una vida santa para tener una muerte santa? Pediré siempre a la Virgen Santísima en el Rosario, que sea mi abogada ante Dios en la hora de mi muerte. 5º La Coronación de María Santísima como Reina y Señora del universo. "Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza" (Ap 12, 1) Jesús antes de morir, nos dio a María como nuestra Madre, es nuestra abogada y medianera. Es el refugio de los pecadores. Pongamos en ella nuestra confianza, acudamos a ella en nuestras penas y sufrimientos. Trataré de rezar el rosario todos los días. Al terminar el 5° Misterio G. Por las intenciones del Santo Padre, rezaremos un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria. T. Padre Nuestro, que estás en el cielo... T. Dios te salve María, llena eres de gracia... T. Gloria al Padre... G. Dios te salve María, Hija de Dios Padre, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia.. G. Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia... G. Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia... G. Dios te salve María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin culpa original, llena eres de gracia... T. Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén Letanías Señor, ten piedad de nosotros

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Cristo, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros Cristo óyenos, Cristo óyenos Cristo escúchanos, Cristo escúchanos Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros Dios Hijo redentor del mundo, Dios Espíritu Santo, Santísima Trinidad, que eres un solo Dios Santa María, Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre virginal, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador,

Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel, Espejo de justicia, Trono de la sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso insigne de devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos, Reina de los ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los profetas, Reina de los apóstoles, Reina de los mártires, Reina de los confesores,

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Reina de las vírgenes, Reina de todos los santos, Reina concebida sin pecado original, Reina elevada al cielo, Reina del santísimo rosario, Reina de las familias, Reina de la paz, Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Oremos: Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Francisco y su tiempo Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Para entender a San Francisco de Asís, es necesario conocer el tiempo en el que vivió, los acontecimientos que le rodeaban y el entorno en el que se desenvolvió. Cuando nació San Francisco, la edad media terminaba para dar paso a los siglos del gótico. La caballería con sus ideales no solo era un pensamiento, sino una verdadera institución. No es raro que el joven Francisco aspirara a la vida caballeresca con los honores mundanos que ello ofrecía. Las cruzadas ofrecían, además, para el hombre piadoso una formidable oportunidad para luchar literalmente por Cristo. Por otra parte, aunque la Iglesia es la fuerza disciplinaria y expansiva de su tiempo, en la plebe se propaga la herejía lenta pero profundamente. Existen dos grandes potencias en esta época: la Iglesia y el Imperio, pero comienza una tercera potencia: El Común, es decir, los núcleos de población que viajan, trabajan, producen, trafican y manejan dinero, y con el dinero el Poder. Ahora bien, el catolicismo en Europa todavía no era un hecho. Aun estaba en proceso la conversión de Inglaterra, Alemania, Hungría y Bohemia. Muchas zonas aún eran bárbaras en la propia Alemania, Escocia, Irlanda y Escandinavia. Las fuerzas antiguas subsistían al lado de las nuevas: Imperio, Feudalismo y Caballería, que como ya dijimos, no solo eran palabras, sino vivencia diaria.

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En esos momentos la Iglesia, la obra de los sacerdotes -a veces óptima, a veces deficiente- no proveía la seguridad espiritual ni la autoridad entre el Común. A fines del Siglo XII hay un doble apremio: uniformar la vida más estrechamente al evangelio y convertir las palabras en hechos. En ese momento llega San Francisco de Asís con la perspicacia, la adaptabilidad del mercader heredados de su padre, y de su madre la sensibilidad, la grandeza de ánimo y la Misión. En la perspectiva histórica, San Francisco predicaba mucho de lo mismo que hacían los herejes cátaros, patarenos y valdenses de su tiempo. San Francisco al igual que ellos quería seguir el Evangelio al pie de la letra, incluyendo -y en esto hace una diferencia fundamental con los herejes- lo que se refiere a la autoridad de Pedro, de los Apóstoles y de sus sucesores. Los herejes querían pobreza y castidad, pero la nota herética estaba fundada en la soberbia de su propia virtud. Francisco, al contrario, se dice a sí mismo el último de los hombres: besa la tierra donde pisa un sacerdote. Los herejes pretendían ser evangélicos, pero eran sectarios, con todos los defectos de orgullo, exclusivismo y rebelión propios de las sectas. San Francisco tiene una adhesión total a la iglesia y una humildad inexistente en los herejes. No es raro que los cardenales de su tiempo le vieran con desconfianza. Pero Francisco lograba un cambio fundamental en la Iglesia: predicaba con el ejemplo. Esta noción tan común y familiar en nuestros días, no pertenecía a los siglos XII y XIII. El papa Inocencio III percibía la necesidad de una expansión más espiritual de la Iglesia, que había tenido en los últimos años una actividad más política y de "árbitro" entre los imperios que de labor apostólica, y Francisco es la respuesta a sus plegarias. San Francisco de Asís, se convirtió entonces en el gran transformador de la Iglesia Católica, y este hecho fue piedra fundamental para la construcción del catolicismo que conocemos hoy. Pero el Legado de San Francisco de Asís, pertenece a un capítulo aparte...

Sus Primeros Años. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

La primera etapa en la vida de Francisco, marcada por los sueños, los castillos en el aire y la fantasía caballeresca, está a punto de cambiar. En el corazón del muchacho más popular y más rico de Asís, comenzaba el fermento de una vida única. Nace Juan Bernardone Era el año 1182. La edad media aún no acababa, pero los siglos del gótico ya se asomaban a la puerta. Era una época de guerra, caballería, castillos, fantasías, idealismo y doncellas. En este ambiente fantástico, nació en el seno de una familia de ricos comerciantes un pequeño que fue bautizado con el nombre de Juan. Pietro Bernardone era el más acaudalado mercader de telas, su padre, y Madonna Picca una sensible y amorosa dama proveniente de Provenza (Francia). Juanito no tardó en ser apodado "Francesco" o "Francesito". Su nombre original sería olvidado, y todo el mundo le conocería como Francisco. Un tiempo de guerra Para Italia eran tiempos difíciles. El rey Federico Barbarroja luchaba continuamente contra el pontífice en Roma. Italia guerreaba contra Alemania, e incluso las ciudades vecinas luchaban entre sí.

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En Asís regía un gobernador alemán llamado Conrado, quien se ausentó por unas semanas, ocasión aprovechada por los habitantes de Asís para destruir completamente el Castillo del Gobernador. Con las propias piedras del castillo erigieron una muralla que existe hasta nuestros días. Envalentonados con la victoria y por la calidad de sus defensas, los de Asís declararon la guerra a Perugia, la ciudad vecina. Era el año 1202. En el Puente de San Giovanni, el arte militar de los vecinos de Perugia les otorgó la victoria, y éstos tomaron prisioneros de entre los de Asís. Entre esos prisioneros estaba Francisco. Francisco Prisionero Once meses duró la prisión de Francisco. Es en este encierro e inactividad cuando comienza el Tránsito de Francisco. Todo comenzó ahí. Francisco se convence e de que toda la realidad es efímera y transitoria, de que nada tiene solidez salvo Dios. Comprende lentamente, entre las desesperanzas y la desazón la verdad de su vida: Solo Dios vale la pena. Todo el mundo de Francisco comenzó a desmoronarse: los castillos almenados, las espadas fulgurantes abatiendo enemigos, los caballeros que iban a los campos de batalla bajo las banderas del honor en pos de la Gloria, los títulos nobiliarios conquistados a punta de lanza, la fama difundida en canciones de los rapsodas. En el tiempo de francisco, todos los caminos de la grandeza pasaban por los campos de batalla. Y en el llano de Ponte San Giovanni, todo el mundo, toda la concepción de la vida como había sido durante toda la vida de Francisco, se hacía polvo. Pero, justo en el momento más crítico del encierro, Francisco parece enloquecer: se le ve radiante, feliz, incluso eufórico. Sus compañeros de prisión, notablemente molestos le reclaman el por qué de tanta felicidad. El joven respondió textualmente: "¿Sabéis por qué? Mirad, aquí adentro llevo escondido un presentimiento que me dice que llegará el día en el que todo el mundo me venerará como Santo."

La Enfermedad. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

Francisco: Fiestas, Canciones y Serenatas En 1203 Asís y Perugia hacen un tratado de Paz y los prisioneros fueron puestos en libertad. A su regresó de Perusa, apenas pisó las calles de Asís, echó por la borda sus meditaciones, olvidó los reclamos del Señor y se enfrascó en un torbellino de fiestas. Muerta la sed de gloria, le nacía la sed de alegría. De banquete en banquete, de fiesta en fiesta, Francisco se convertía en el líder indiscutible de la ciudad de Asís: Carismático, generoso y alegre, era seguido por todos lo jóvenes. Dicen que ya desde entonces, Francisco era un muchacho muy generoso, que lo mismo organizaba grandes banquetes para sus amigos, que daba grandes limosnas. La Enfermedad Pero de pronto, su alegría volvió a apagarse. En esta ocasión fue la enfermedad, grave, de extraña naturaleza, de difícil diagnóstico. Durante largos meses atrapó a Francisco con sudores fríos, altas temperaturas, obstinadas pesadillas, debilidad general. La familia pensaba cada noche que Francisco no amanecería. Fue un largo, muy largo convalecer. Su madre amorosa estaría todo el tiempo a su lado.

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Aquel joven empezó a experimentar en estos meses la dulzura de Dios, y entonces Francisco sentía una profunda paz y arranques de Sabiduría. Francisco se levantó y apoyado en un bastón, comenzó a dar unas cuantas vueltas dentro de su aposento. A los pocos días, decidió dar un paseo por la campiña. Encontró a la naturaleza embriagadora, en una mañana azul, en los momentos en que el sol vestía las lejanas colinas de un misterioso tono blanco azul. La vida palpitaba en las entrañas de la madre tierra y se expandía hacia afuera en armonías y colores por medio de insectos, aves, plantas y árboles. La vida sonaba, vibraba. Pero a pesar de eso, Francisco estaba apagado por dentro. El mismo se sintió sorprendido y defraudado. Simplemente, estaba demasiado agotado por la enfermedad. Pasaron los meses y Francisco recuperó sus fuerzas y regresó a los banquetes.

La Noche de la Libertad. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. La Noche de la Libertad En 1204, los ejércitos alemanes se enfrentaban contra los soldados italianos del Papa Inocencio III. Con la llegada de Gualterio de Brienne, empezaron los triunfos. Los católicos se entusiasmaron y los jóvenes de todos los rincones del país corrían a los cuarteles a presentarse como voluntarios. Francisco retomó sus sueños caballeresco y a toda prisa salió de Asís en dirección de Foligno. Al caer la tarde, la expedición llegó a Espoleto. Y esa noche, Francisco escuchó en sueños una voz que le preguntaba: -¿Francisco, ¿adónde vas? -A la Apulia, a pelear por el Papa. -Dime, ¿quién te puede recompensar mejor, el Señor o el Sirvo? -Naturalmente, el Señor. -Entonces, ¿por qué sigues al siervo y no al Señor? -¿Qué tengo que hacer?

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-Vuelve a tu casa y lo entenderás todo. Y a la mañana siguiente Francisco regresó a su casa. Es noche, en Espoleto, acaba todo y comienza todo. Es noche Dios pasó por las latitudes de este hombre. Dios visitó a este amigo. Esa noche, volaron todas las ataduras. Francisco se sentía libre, y no le importaba anda. Sólo su Señor. Francisco se apartaba en ese momento de una vida sencilla y se lanzaba a una ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades, y lo hacía solitariamente. Francisco regresó bañado por aquella presencia. No atendió a las dudas, chismorreos y murmuraciones que su regreso había provocado. A Francisco, todavía bajo los efectos de la visitación, no l importaba lo que dijeran, estaba absolutamente sereno. Había amanecido la libertad.

Necesidad de Soledad Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Tras una vida de fiesta y alegría, Francisco recibe la presencia de Dios como un relámpago. El rico joven comienza a necesitar de la soledad, y encuentra en los pobres una forma de manifestar su amor adiós. Es el principio de una vida de santidad... Necesidad de Soledad Durante tres años, Francisco fue llenándose inexplicablemente de una profunda paz. Le nació una ternura para con todo lo que fuera insignificante o pequeñito. Ya no era capaz de matar a una mosca, ni de pisar una piedra, ni enjaular un pájaro. Le nació todo un río de compasión para con los pordioseros y leprosos. Y una serenidad típica de las montañas eternas, fue velando progresivamente su pequeño rostro. Francisco ya no se sentía bien en medio de aquellas fiestas y decidió acabar con todo. Le aparece una impetuosa inclinación que le acompañaría hasta su muerte: la sed de soledad. Las visitaciones extraordinarias que había recibido despertaron en Francisco un ardiente deseo de estar a solas con el Señor. También era una sed de Dios. El futuro santo comenzó a frecuentar diariamente las soledades que rodean a Así para orar. De tanto vagar por los bosques del Subasio, acabó por encontrar un lugar ideal para sus retiros cotidianos. Era una gruta. Todos los días, ingresaba a las entrañas de la cueva y allá derramaba su alma: expresaba fuertes gemidos, suspiros y lágrimas. Después de largas horas, Francisco salía de la gruta y retornaba a sus labores diarias en la tienda de su padre.

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Tras unas semanas, era tanta su alegría, que todos notaron el cambio. Comenzaba a operarse una transfiguración. El joven aparecía vestido de serenidad y de una extraña alegría.

Francisco de hace amigo de mendigos y leprosos. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. A los pocos meses de trato asiduo y personal, el Señor sacó a Francisco de sí mismo y lo lanzó hasta el fin de sus días al mundo de los olvidados. Primero fueron los pordioseros, luego los leprosos. Francisco llegó a Dios mediante los pobres. Una sensibilidad extraordinaria hacia los más olvidados proveía la raíz del cultivo del trato personal con el Señor. Aunque ya de tiempo atrás era dadivoso con los pobres, se propuso nunca negar limosna a ningún mendigo. Si no llevaba dinero consigo, llegaba al extremo de quitarse la ropa para entregarla a algún pordiosero. Frecuentemente llegaba semidesnudo a casa, y Madonna Pica solamente sonreía discreta, pues sabía bien lo que hacía su hijo. Francisco no solamente daba limosnas. Se aproximaba a cada mendigo y le preguntaba su nombre, le pedía que le contara algo de su vida, le preguntaba por sus esperanzas, se interesaba por su salud. Y mientras tanto, seguía pasando largas horas en la caverna, iluminada por el resplandor de su fuego interior. Hablaba con Dios como un amigo habla con otro amigo. Salía encendido como un tizón, radiante de alegría y emprendía el regreso a casa. Comienzan a aparecer en el espíritu de Francisco dos ramificaciones: una para el Crucificado, y otra para el Gran Señor Dios.

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La Prueba de Fuego. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. A pesar de la nueva profunda vida interior, Francisco sentía una repugnancia indescriptible hacia los leprosos. Estos enfermos le producían un asco insoportable. Los leprosos eran en esos tiempos, fuente de horror, pero al mismo tiempo en cada ciudad había una leprosería donde cuidarles. Una mañana, se topó súbitamente a pocos metros con la sombra de un leproso que le extendía su cuerpo carcomido. La sangre se le encrespó a Francisco en un instante. Todos sus instintos de repulsa se levantaron. El primer impulso fue huir de ahí. Pero un día, en la gruta, el Señor le había dicho: "Querido Francisco: Si quieres descubrir mi voluntad, has de despreciar todo lo que has amado hasta ahora y amar lo que has despreciado. Y en cuanto hayas comenzado a hacerlo, verás cómo las cosas amargas se tornan dulces como la miel, y las que te agradaban hasta hoy te parecerán insípidas y desagradables." Depositó la limosna en manos del leproso, aproximó sus labios a la mejilla descompuesta del enfermo y lo besó con fuerza una y otra vez. Luego estampó besos en su dos manos. El leproso le vio estupefacto, y en los ojos de Francisco apareció una ternura nunca antes vista.

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Restaurador de Muros Arruinados. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Un día, Francisco se encontró con una humilde capilla recostada en una loma. La ermita estaba dedicada a San Damián. En sus muros se veían hendiduras que ponían en peligro el lugar. La hiedra trepaba hasta cubrir los muros laterales. En su interior había un sencillo altar de madera y, a modo de retablo, un crucifijo bizantino. Francisco se quedó a orar frente al crucifijo, y por tercera ocasión, el contacto divino se hizo presente. Esta vez tenía un nombre concreto: Jesucristo. La imagen del Crucificado penetró en el alma de Francisco. Con los ojos elevados, Francisco oró así: -¡Glorioso y gran Dios, mi Señor Jesucristo! Tú eres la luz del mundo, pon claridad, te suplico en los abismos oscuros de mi espíritu. Dame tres regalos: la fe, firme como una espada; la esperanza, ancha como el mundo; el amor, profundo como el mar. Además, mi querido Señor, te pido un favor más: que todas las mañanas al rayar el alba, amanezca como un sol ante mí vista tu santísima voluntad para que yo camine siempre a su luz. Y ten piedad de mí, Jesús.

Y de pronto, nadie podría decir cómo, se oyó claramente una voz que al parecer procedía del Cristo: "Francisco, ¿No ves que mi casa amenaza ruina? Corre y trata de repararla."

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-Con mucho gusto lo haré, mi Señor. -respondió FranciscoFrancisco observó la ermita por fuera, y se dio cuenta del mal estado de la construcción. Se acercó al anciano capellán y entregándole el dinero que tenía le pidió que comprara lámparas de aceite y que las encendiera en su nombre frente al Crucificado. Salió de ahí corriendo. Tenía una misión, aún sin que él supiera muy bien cuál era. Regresó a la tienda de su padre ausente, y tomó telas y cabalgadura. Partió a Foligno, cerca de Asís, y ahí con gran habilidad vendió caballo y mercancía. Regresó a pie hasta la ermita, y le explicó al capellán sus grandes proyectos de restauración, y acto seguido quiso entregar el dinero. Sin embargo, éste no lo aceptó. Además de que Francisco no era conocido en Asís por su prudencia, Bernardone era un hombre colérico e impulsivo, y el anciano no quiso enfrentarse a la furia del comerciante al aceptar una suma tan elevada. Solamente le permitió a Francisco que dejara el dinero en una ventana. Al ver Francisco que el sacerdote rehusaba tan tenazmente la bolsa de dinero, le pidió que al menos, le permitiera morar en su compañía junto a la ermita. El sacerdote accedió. Y por primera vez Francisco no volvió a su casa. Y nunca más volvió a ella.

Estalla la Persecución, Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Después de la larga ausencia, Pietro Bernardone regresó a caso y se encontró con una ingrata novedad: Francisco se había fugado. Los sirvientes y vecinos le dieron la noticia: se había llevado las mejores telas a Foligno y había vendido también el caballo. Y se decía que dormía en la ermita de San Damián... Una turbación profunda se apoderó del mercader: furia, frustración, vergüenza. El muchacho debía terminar de una vez aquellos desvaríos. Bernardone se lanzó a la caza de su hijo. Francisco, al escuchar tan estruendosa persecución, se escondió y no lograron encontrarle. Presa del miedo, Francisco permaneció escondido varios días, hasta que de pronto una gran fuerza y un indescriptible valor se apoderó de él. Era el momento de salir de su escondite.

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Francisco Enfrenta a Bernardone, Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Exhausto, cansado por el ayuno y ojeroso, el cuerpo de Francisco se había debilitado. Pero su espíritu estaba más fuerte que nunca. Regresó a Asís, y la gente no le reconoció y por donde pasaba comenzaban a gritar "¡Un loco! ¡Un loco!" Se burlaron de él, le tiraron basura en la cara, pero Francisco permanecía imperturbable. Pronto llegaron hasta oídos de Bernardone los gritos y el escándalo. Cuando vio que el sujeto de las burlas de todo el pueblo era su propio hijo, se quedó paralizado sin saber si maldecir, blasfemar o llorar. Pero tan pronto se repuso, se abrió paso entre la turba sádica y se precipitó sobre el hijo. Lo arrastró hasta su casa, y le encerró hasta que "entrara en razón." No permaneció mucho tiempo en el encierro. Bernardone tuvo que salir en un viaje de negocios de nuevo, y Madonna Pica puso en libertad a su hijo. Francisco regresó a la Ermita donde permaneció hasta que su padre regresó y fue por él ante la noticia de que la madre había liberado al hijo. Esta vez Francisco no se escondió. Cuando llegó Bernardone con vecinos y autoridad civil, salió pacíficamente el pobrecillo de Asís al encuentro. Cuando Bernardone comenzó a gritar y amenazar, Francisco lleno de tranquilidad le contestó: -Messer Pietro Bernardone: no hay para mí otro señor sobre los horizontes del mundo, sino mi Señor Jesucristo. Sólo de El recibo órdenes. Ni el emperador, niel Podestá, ni Pietro Bernardone, ni las fuerzas de represión, ni los ejércitos de conquista, ni las energías aéreas que militan a las órdenes de la muerte, de la enfermedad o del infierno serán capaces de arrancarme de los brazos de mi Señor Jesucristo. Lo siento señor, ahora pertenezco a las filas de Cristo y de la Iglesia.

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Bernardone encolerizado y sin saber qué otra cosa hacer, le exigió el dinero de las telas. Francisco le señaló la ventana y Pietro tomó el dinero estupefacto. Ante la impotencia, el comerciante decidió acudir al Ayuntamiento de Asís para demandar judicialmente al hijo, pues nadie podía hacerle eso a él, y solo Dios sabía cuántos más bienes había dilapidado el muchacho. Tras la denuncia, la guardia fue por Francisco, pero este les dijo "Los cónsules ya no tiene jurisdicción sobre mí; soy siervo del Altísimo Señor Jesucristo y de la Santa Madre Iglesia." Enterado Bernardone de esto, acudió al Obispado y depositó en manos del señor Guido la querella contra su hijo. El mercader quería que se desconociera a aquel hijo ingrato. Francisco fue notificado. Debía comparecer ante la autoridad Eclesial.

Francisco Se encuentra con su Padre. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Francisco se encuentra con su Padre Francisco deja el mundo, el dinero, a Pietro Bernardone y a su madre, la amable Madonna Pica. Ahora, se queda solo con su libertad y un camino nuevo comienza. Son los años más felices de Francisco... Monseñor Guido le pidió dulcemente al joven que devolviera a su padre todo lo que era de él. Ante el asombro de todo el puedo, Francisco le entregó las pocas monedas y llevaba, y entrando a una habitación cercana se quitó el vestido y doblándolo se lo entregó quedando prácticamente desnudo. Mientras entregaba el vestido exclamó ante la muchedumbre: -"Hasta hoy llamaba padre a Pietro Bernardone. De hoy en adelante llamaré así solamente al Padre nuestro que está en el cielo." El Señor Obispo mandó que le consiguieran algún vestido. Enseguida le llevaron la humilde vestimenta de trabajo propia de un campesino. Francisco pidió greda y trazó en su nuevo vestido una gran cruz. Se había divorciado en ese momento Francisco del mundo y del dinero. Ahora, solo le quedaba el tesoro más grande: La libertad.

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Llega la Paz y la Alegría. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Llega la Paz y la Alegría Era el hombre más libre del mundo. Ninguna atadura lo vinculaba a nada. Nada podía perder, porque nada tenía. El Pobre de Asís, por no tener nada, ni tenía proyecto o ideas claras sobre el futuro. Ni siquiera ideales. Aquí está la grandeza y el drama del profeta: Es un hombre pobre, lanzada por una fuerza superior a un camino que nadie ha recorrido todavía. Era la profunda corriente de la gratuidad. Lo recibe todo, no merece nada. Todo es Gracia: el vestido, la comida, la mirada. El cariño, el consuelo. El que recibe todo, no se siente con derecho a nada. Nada reclama, nada exige, al contrario, todo lo agradece. La gratitud es el primer fruto de la pobreza. El Hermano estaba alegre como nunca, seguía caminando. De pronto, un día, pudo distinguir en el suelo un ciempiés que, atravesaba despacito el sendero. Le nació al instante una profunda y desconocida ternura. Se agachó, puso delicadamente su dedo por donde tenía que pasar el miriópodo. El gusanito escaló lentamente su dedo. Francisco lo miró y admiró largamente, observando con atención sus mecanismos de movimiento. Luego, se aproximó a un arbusto y con suma delicadeza y paciencia depositó al ciempiés en la hoja del arbusto. Por todas partes estaban brotando pequeñas flores amarillas. Tuvo sumo cuidado de no pisar ninguna de ellas a lo largo del día, en el subir y bajar de la montaña. Un día, Francisco caminaba, cuando cayó sobre él una banda de salteadores. -¡Alto! ¡Esto es un asalto! ¡Identifícate! Sin perder la alegría, el Hermano respondió: -Muchachos, soy la trompeta del Emperador que va anunciando su llegada.

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Cuando lo vieron estrafalariamente vestido, medio desnudo, sin atemorizarse dijeron "¡Está loco!". Y descargaron su decepción sobre la espalda de Francisco. Le quitaron lo poco que tenía y lo arrojaron a un foso profundo diciéndole "¡Quédate ahí, afónica trompeta imperial!" Después de mucho luchar, pudo salir de allí. El hermano en ningún instante perdió la paz, no resistió, no perdió la sonrisa. El santo pensó: -Esto muchachos asaltan y roban porque les falta pan y cariño.

Entre las ollas de la cocina Semidesnudo y con hambre, Francisco estaba feliz por haber sido digno de sufrir por el nombre de Jesús. A cierta distancia había un monasterio de Benedictinos, se llamaba San Verecondo. Llegó ahí, golpeó la puerta, salió un monje. Soy un pobre de Dios que desea servir al Señor, dijo humildemente Francisco, he quedado sin casa y sin vestido. Desearía que en nombre del Amor me dieran la gracia de trabajar y ganarme el pan de cada día, y si fuera posible, alguna ropa. Los monjes lo recibieron de limosna y lo pusieron a trabajar de cocinero y de barrendero. Y así estuvo por varios días. No le dieron más que una manta muy delgada y muy vieja. Francisco tiritaba de frío. Le daban poca comida y corría peligro de desmayarse por el hambre. No le dieron una túnica para reponer la que le habían robado. No movido por el disgusto, sino por la necesidad, Francisco se arrodilló frente al superior del convento y le dio gracias por las atenciones y le pidió permiso para marcharse. Más tarde, cuando Francisco era ya un hombre famoso, el Superior del convento lo buscaría y le pediría perdón por haberlo tratado tan duramente como a un mendigo indeseable. Ante la excusa, san Francisco, respondió "Pocas veces en mi vida, he tenido días tan felices como aquellos que pasé en San Verecondo."

Continúa la Reconstrucción de San Damián. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Regresó a Así y visitó el Hospital de los Leprosos, y a cada uno lo saludó con cariño. Pasó varios días entre ellos. No habrá en el mundo madre que haya tratado a su pequeño enfermo con tanta delicadeza. El cariño le brotaba como rocío de las manos. Les lavaba los pies, les vendaba las heridas, les extraía las escamas. Les tocaba las heridas, y al lavarlas, lo hacía con l máxima cautela para evitar el dolor. Sabía los gustos de cada cual en cuanto a las comidas. A la hora de lavarles los pies, sabía a quien le gustaba agua más tibia o más caliente. Había aprendido la historia personal de cada enfermo. Francisco tenía la vivísima impresión de estar tocando a Jesús mismo, de estar aliviando sus penas o sanando sus ideas. Pero el Señor mismo le había ordenado reconstruir la Ermita. Así es que se despidió de los leprosos y regresó a San Damián. Encontró de nuevo al capellán, se arrodilló y le pidió la bendición. Le explicó cómo el señor le había ordenado reconstruir la Ermita. Francisco regresó a Asís, vestido al estilo de los ermitaños, lleno de alegría su corazón, regresó a su ciudad. Con expresión de paz y serenidad en el rostro, recorría las plazas y los atrios de la iglesia. Para muchos, la mayoría, era indiscutiblemente el nuevo profeta de Dios. Otros dudaban de su rectitud, y unos pocos pensaban que estaba loco. Frente a la risa burlona de estos últimos, el hermano pensaba "Es normal que no crean en mí." Antes, mantenía el aceite de la lámpara del crucifijo con su dinero. Ahora tenía que mendigar aceite. Entró al lugar del propietario de grandes olivares donde se elaboraba aceite. Al aproximarse vio en el vestíbulo a sus antiguos amigos. En un instante, se levantaron los restos de su vanidad paralizándole las piernas. Al punto retrocedió y se fue por otra calle.

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-¡Responde hijo de Bernardone! -se dijo a sí mismo- ¿Cómo se le llama a un caballero que reniega de su Señor? Y diciendo esto dio vuelta en redondo y entró a la tienda. Saludó a sus amigos con naturalidad y dijo: -Amigos, la mayoría de la gente piensa que soy un santo. Os contaré lo que acaba de suceder: hace unos minutos venía yo derecho a esta casa para pedir aceite, cuando os vi. Me dio tanta vergüenza que, como un cobarde desertor me escabullí, y si no fuera por la infinita piedad de Dios, sería capaz de peores alevosías. Sus amigos quedaron atónitos. Por amor del Señor pidió un poco de aceite y le dieron varios litros. Con esta preciosa carga descendió a la ermita. Estaba alegre, no por el aceite, sino por el triunfo sobre sí mismo. Francisco también obtenía materiales de construcción: madera, piedras, todo lo que necesitaba para su ermita. Los campesinos que trabajaban en los viñedos le ofrecieron varias horas de trabajo. Todos estaban contagiados por la alegría de Francisco. La restauración avanzó rápidamente.

El capellán era terriblemente desconfiado. Aún en aquellos momentos a veces dudaba. Sin embargo, un día llamó a Francisco y le dijo: -Hijo mío, tus manos no están hechas para manejar argamasa y cantos rodados. El oficio de albañil es muy pesado. Te veo feliz pero extenuado. No eres de roble. Temo que te domine la debilidad. Déjate querer hijo mío y permíteme que te cuide. Desde ese día el anciano le preparaba los mejores guisos. Lo quiso más que a un hijo. Al anochecer, Francisco se retiraba largas horas derramando su alma frente al crucifijo, iluminado por su lámpara de aceite. Todos los días encontraba tiempo para los leprosos. Trataba de igual a igual con los mendigos y trabó amistad con ellos. Se sentaba y departían amigablemente. Los muros de la ermita pronto quedaron restaurados. Tras algún tiempo, Francisco le dijo al capellán: -Te ruego, padre mío, que me disculpes por la decisión que he tomado esta noche. Quiero experimentar viva y directamente el cariño del Padre. El mismo me alimentará personalmente todos los días. Yo mendigaré de puerta en puerta como un hijo de Dios, sin salir nunca de las graciosas manos de la gratuidad. Señor, excúsame por no poder asistir en adelante a tu mesa. Y así, Francisco al filo del medio día recorría calles y con ojos llenos de serenidad pedía limosna. Con una escudilla en la mano, golpeaba las puertas diciendo: -Por amor del Amor, denme algo de comer. En pocos minutos aquella escudilla rebozaba de residuos de comida. Con la escudilla, transpuso las murallas y se sentó. En cuanto agitó un poco aquella mezcla con la intención de comerla, se le revolvió el estómago y sintió ganas de vomitar. -¡Otra vez el burgués! -dijo en voz altaSe levantó para reponerse y superar aquella emergencia.

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-Siempre sucede lo mismo -reflexionó- cuando no pienso en Jesús y me descuido, surge el hombre viejo con sus instintos e impulsos y soy capaz de cometer felonías y hasta de escupir a los pobres. El hombre es arcilla pura, pero no hay que asustarse por eso.

Nueva Ermita. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

Nueva Ermita Terminó la restauración de San Damián, y hacía tiempo que quería restaurar una capillita benedictina del monte Subasio. En la ermita, se decía en Asís, que en vísperas de ciertas solemnidades descendían de noche coros de ángeles. Por esto le de denominó Ermita de Santa María de los Ángeles. Se llamaba también porciúncula que quiere decir "pequeña porción de tierra." Francisco obtuvo el permiso y comenzó la reconstrucción según el método de San Damián. Era un lugar tan bello que Francisco decía "No me extraña que los ángeles celebren sus fiestas en este paraíso." El hermano pasó más tiempo restaurando esta ermita. No tenía prisa. Se sentía completamente feliz. Tras largas jornadas de trabajo, Francisco se disponía a su encuentro nocturno con el señor. Muchas veces, contemplaba las estrellas y decía -"Los que viven en las habitaciones confortables, no pueden entender el lenguaje de las estrellas y el éxtasis del asombro. Solo los pobres son capaces de descubrir las riquezas de la creación. ¡Loado seas mi Señor por la libertadora y Santa Señora Pobreza! Llegó el punto en el que no necesitaba marchar a la ciudad para mendigar el alimento. El Señor mismo le preparaba la comida en el bosque. Según las estaciones se alimentaba de fresas silvestres, moras de zarzales, raíces de algunas plantas.

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A cada cosa que comía decía en voz alta "Gracias mi Señor." Satisfecho, volvía a la Ermita. Cada salida al bosque, sobre todo en los días de sol era una asombrada explosión. Descubría mil mundos. Le parecía que el hombre no era el rey de la creación sin el hermano más pequeñito, porque era el único que podía admirar, y al admirar, el hombre se torna más hermano, más humano. Pensaba "También esto es adorar." Un día frente a un hormiguero se arrodilló frente a un hormiguero y estudió muy de cerca aquella maravilla. Quedó asombrado de tanta actividad y de que las hormigas cargaran cinco o seis veces su peso de manera tan ordenada. Lleno de admiración exclamaba suavemente "¡Señor, Señor!" Conocía y distinguía por su nombre y perfume y sus características a todas las plantas, árboles y arbustos. Ante cualquier de ellos se detenía admirado, se inclinaba y le olía, y por cada uno daba gracias al Señor "Es que ellos no saben hablar" pensaba. Eran estos los años más felices de Francisco, donde no había preocupación, y de haber sido por él ahí se habría quedado por el resto de sus días. Pero era claro que los planes de Dios eran otros...

Predica en Asís. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. A estas alturas, el hermano pensaba hacer vida de ermitaño, instalándose en la ermita restaurada de Santa María de los Ángeles. El hermano de Asís nunca fue una mente ordenadora, nunca hizo análisis ni síntesis, nunca hizo reflexiones teológicos. Era el polo opuesto al hombre teórico e intelectual: vivía su fe momento a momento sin importarle el futuro. Fue el hombre de la improvisación, o en el mejor sentido de la palabra, de la imprevisión. Durante esta época sorprende saber la soledad completa en que Francisco hizo este recorrido espiritual. El Señor mismo fue personalmente su compañero y guía. No consultó a nadie. No buscó conductor de su espíritu. No entró en ningún esquema: ni monje ni sacerdote. El camino recorrido había durado tres años, y había resultado hermoso y liberador. Había sido, también, sumamente doloroso, mucho más de lo que parecía. Un día, el hermano llegó hasta el monasterio benedictino del Subasio. Dijo a los monjes que la ermita estaba ya restaurada y que sería conveniente hacer una celebración eucarística. Convinieron que al día siguiente iría un sacerdote. A la mañana siguiente, comenzó la misa y el hermano ayudaba con gran piedad. Cada oración, cada lectura las acogía cuidadosamente. Llegó el momento del Evangelio y todos se pusieron de pie: -Id y predicad por todo el mundo, no llevéis dinero alguno en los bolsillos, tampoco llevéis bolsa con provisiones, os basta una sola camisa. No necesitáis zapatos ni bastón. Vivid del trabajo de vuestras manos. Al llegar a un poblado preguntad por una familia honorable y alojaos ahí. Siempre que entréis en una casa decid "Paz en esta casa." Sed ingenuos como palomas y perspicaces como serpientes. Si en alguna parte sois rechazados id a otra parte sin protestar. Hay muchos lobos por ahí entre ellos, vosotros no

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sois sino corderitos recentales. Posiblemente os arrastrarán a los tribunales civiles. El Padre colocará en vuestra boca preciso argumentos de defensa. No tengáis miedo, yo estaré entre vosotros hasta e fin del mundo Un relámpago ante sus ojos no hubiera producido tanto efecto como estas palabras. Tuvo la sensación de que se le paralizaba la sangre. Parecía como si las palabras muertas oídas tantas veces de improviso recuperaran vida y resucitaran muertos. Parecía que durante tres años llevaba ante sus ojos una cortina obscura. De repente el Evangelio descorrió la cortina y aparecía frente a sus ojos un horizonte interminable, lleno de claridad. Terminada la misa, se sentía en éxtasis. Tomó el bordón del caminante y lo arrojó lejos. Se quitó los zapatos, se soltó la hebilla del cinturón. Se quitó la túnica de ermitaño. Tomó un rudo saco, lo cortó y lo confeccionó en forma de cruz con capuchón, a semejanza de la vestimenta de los pastores del Subasio. Se ciñó una vulgar cuerda, y santiguándose salió al mundo. Al caminar hacia la ciudad tenía una viva impresión de haber sido armado caballero de Cristo. Radiante siguió por el camino, y al primer campesino que encontró le dijo "El señor te de Su paz". En adelante, así saludaría a toda persona. Se fue a la plaza del municipio en Asís. Comenzó a improvisar. Muy pronto se juntaron los curiosos. Se encaramó a una piedra y subió de tono. Sus palabras eran simples, no grande oratoria, sino palabras breves. Diariamente regresaba a la ciudad. Ahí donde había un grupo se hacía presente el embajador de la paz. Este mensajero no atacaba a nadie: ni al podestá, ni al clero ni a los magistrados. No se presentaba con aires de reformador.

El Primer Hermano. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

El primer hermano Bernardo era un hombre importante. Un hombre rico, un gentilhombre que un día comenzó a pensar: -"Francisco ha acertado: lo tenía todo y lo dejó todo. Se le ve más feliz que a todos nosotros." Un día, Bernardo convidó al Hermano a cenar y lo invitó a quedarse en su habitación. Francisco fingió dormir, y Bernardo extrañamente hizo lo mismo. Sigilosamente, Francisco se levantó y se arrodilló frente a un crucifijo y en voz muy baja dijo "¡Señor, Señor! " Toda la noche, Francisco repitió esas dos palabras con todos los tonos imaginables: de alegría, de arrepentimiento, de tristeza, de dicha. A Bernardo se le hacía un nudo en la garganta. Así estuvo Francisco hasta el amanecer. Fue una noche memorable. A la mañana siguiente, Bernardo dijo a Francisco: -Hermano Francisco, el Señor me dio riquezas y he visto que las riquezas me separan de mi Señor, y yo quiero que El sea mi riqueza. ¿Cómo hacerlo? -Iremos a la Iglesia y el Señor mismo nos manifestará su voluntad. Salieron de casa y pasaron por la casa Episcopal para recoger a Pedro Catani, canónigo de San Rufino y que también quería hacer lo que Francisco. Fueron a la iglesia de San Nicolás y escucharon misa. Una vez terminada, se acercaron al altar. Francisco tomó el misal y lo abrió al azar. Su mirada se fijó en las primeras palabras: "Si quieres ser perfecto, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, después ven y sígueme." Abrió por segunda vez el misal y leyó "No lleves nada para el camino, ni bolsa, ni dinero ni bastón ni doble ropa." Abriendo el libro por tercera vez se encontró con estas palabras: "Si alguien quiere seguirme, niéguese a si mismo, cargue con su cruz y sígame."

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-Amigos, el Señor ha hablado. Sobran comentarios. Más aún, un comentario sería una audacia, quizá una profanación. El señor mismo lo ha decidido: el Evangelio será nuestra única inspiración y legislación, no solo para nosotros, sino también para quienes quieran incorporársenos. ¡En marcha hermanos! Que el evangelio recupere bajo vuestros pies toda su frescura y novedad. ¡Gloria al Gran Dios y altísimo Señor Jesucristo! Los tres regresaron a casa de Bernardo. Entregaron todas las pertenencias del gentilhombre a los pobres. Sin techo, sin una moneda en el bolsillo, sin familia, los tres peregrinos partieron a la Porciúncula. Al día siguiente levantaron tres pequeñas chozas y una cabañita. Los dos nuevos amigos se vistieron igual que Francisco. Esto levantó en Asís gran revuelo: la partida del clérigo más docto del lugar y del gentilhombre más rico de la región dejaron vivamente impresionado a un joven campesino llamado Egidio, quien se dirigió a la Porciúncula.

Ahí se encontró a Francisco y le dijo: -Hermano Francisco, gran amigo de Dios, también yo quiero ser amigo del Señor. Tómame de la mano y llévame hasta el corazón de Dios. Francisco emocionado le dijo cariñosamente: -Hermano mío, queridísimo ¿Sabes lo que ha sucedido esta mañana en la ciudad? Ha llegado el emperador y entre todos los ciudadanos ha escogido a un caballero para camarero secreto de la casa imperial. El tal caballero eres tú. Que la mano del señor te cubra y cada mañana te envíe el Ángel de la Paz. ¿Cómo te llamas? -Egidio, hermano. -¡Cómo me gustaría tener un bosque de Egidios! Con alegría desbordante, Francisco les dijo a los hermanos que había un nuevo miembro en la familia. Hicieron gran alboroto y hubo mucha felicidad. -Desde hoy Egidio, no tienes padres ni hermanos. Seremos para tí madre, padre y hermano. -concluyó emocionado el festejo el pobre de Asís.Vida y Actividad Los cuatro hermanos comenzaron a vivir. No se preocuparon de hacer un horario, menos todavía un estatuto. A pesar de la categoría intelectual de Pedro y organizativa de Bernardo, fue el hermano el que imprimió su sello a aquel grupo y la vida fue brotando espontáneamente. Los hermanos trabajaban como campesinos e iban a la leprosería a atender a los enfermos. Cada día Francisco les decía las actitudes de Jesús, y lo hacía con tanto amor que la distribución del trabajo no parecía una orden. Les daba un cálido abrazo, y con una bendición efusiva se marchaban. Y los hermanos se sentían capaces de ir hasta el fin del mundo y al marchar se sentían ansiosos por volver a la ermita, allí estaban esperándolos con los brazos abiertos y la sonrisa en los labios Francisco y Egidio. Se reunían en la cabaña y cada uno contaba las andanzas del día. El hermano los alentaba y bendecía. Les recordaba las actitudes de Jesús. Así Francisco fue infundiendo un alma a aquel grupito.

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Primera Gran Aventura. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Primera Gran Aventura Un día Francisco les dijo: -Vámonos bajo los estandartes del señor de dos en dos a donde nos lleve el espíritu. En el nombre del evangelio repartid al mundo estas cuatro monedas: el amor, la paz, la alegría y la libertad. Bernardo y Pedro irán al norte. Ellos son fuertes. Yo iré en compañía de la plantita más tierna. Mañana, al amanecer comenzaremos nuestro camino y nuestro cariño mutuo se robustecerá con la ausencia. Al otro día se despidió de ellos. Nunca pensó que aquello le iba a resultar tan duro. No sabía que los amaba tanto. Francisco y Egidio caminaron por los valles y a todos con quien se cruzaban les decían "El señor les de Su paz". Mucho se burlaban de ellos, ante tal saludo les insultaban. Egidio se aproximó a Francisco y le dijo: -Hermano, no entienden este saludo. Creen que estoy burlándome de ellos. ¿Por qué no me permites saludar como todo el mundo? Y Francisco le contestó: -No tengas miedo, corderito, hasta el fin del mundo se va a hacer famosa esta salutación. Tranquilo hijo mío, llegará el día en que hasta los príncipes más encumbrados de la tierra doblarán sus rodillas ante ti por esta salutación. Egidio no parecía ya con tanto júbilo, pero el hermano le hablaba durante leguas y leguas de Jesús. Todos los días, antes de dormir, Francisco se sumía en profunda adoración. Egidio se dormía y el hermano pensaba y suplicaba al señor a el y a sus seguidores el supremo Don de la humildad. Los siguientes días estuvieron llenos de peripecias. Caminaban de aldea en aldea y en las plazas siempre comenzaba Francisco a hablar con una o dos personas. Poco a poco se acercaban más y más curiosos. Muchos les tildaron de locos, otros de peligrosos, los más sensatos decían: "No hay que juzgar precipitadamente. Esto no hablan contra la iglesia ni contra la nobleza ni contra nada, solo hablan de Dios y la paz."

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Cuando iban de regreso a Asís, en algunos lugares que ya habían recorrido no pudieron entrar. Les echaban encima perros bravos y los apedreaban. Pasaron hambre de día y frío en la noche. Francisco vivía en la contradicción: por un lado la alegría de la experiencia de Jesús, por el otro la preocupación de su querido neófito. En su preocupación le dijo a Egidio una vez: -Hijo mío, Egidio, voy a abrirte el corazón: cuando pienso en la humildad de mi señor redentor que cuando era calumniado callaba, o cuando era golpeado no amenazaba, cuando era insultado no protestaba. Cuando pienso en la paciencia infinita de mi señor Jesucristo siento ganas de llorar, y unas ganas locas de que me echen encima barro, piedras, polvo, perros y blasfemias. Sería el hombre más feliz del mundo. Y cuando pienso que todo esto lo hizo por nuestro amor Jesús, siento volverme loco y me nacen alas para gritar "¡El amor no es Amado! ¡El amor no es amado!" Egidio entonces se conmovía y dormía feliz y amanecía animoso. En dos semanas, Egidio había crecido mucho en madurez. En términos de productividad, aquella primera salida apostólico fue un completo fracaso. Ninguna conversión, ningún prosélito y al parecer ninguna conmoción popular. Francisco y Eigidio regresaron a la Porciúncula, allá los esperaban Bernardo y Pedro: era el primer reencuentro. Es difícil narrar cómo se abrazaban, lloraban y se arrodillaban frente a Santa María orando y dando gracias. Todo fue una gran fiesta. Celebraron las peripecias, glorificaron al Señor. Fue un momento de gran amor entre los hermanos. A los pocos días se les sumaron otros tres ciudadanos de Asís quienes se despojaron de sus bienes y se incorporaron a la fraternidad de la Porciúncula. La familia aumentaba. No por eso se inquietaba el hermano, al contrario. Francisco ni llamaba ni escogía a nadie, simplemente recibía hermanos de las manos del Señor.

Convierte a tres Ladrones. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

Convierte a los Ladrones. Yendo una vez San Francisco por el territorio de Borgo San Sepolcro, al pasar por una aldea llamada Monte Casale, se le presentó un joven muy noble y delicado, que le dijo: Padre, me gustaría mucho ser de vuestra fraternidad. Hijo - le respondió San Francisco - , tú eres joven, delicado y noble; se te va a hacer duro sobrellevar la pobreza y austeridad de nuestra vida. Padre, ¿no sois vosotros hombres como yo? - repuso él. Lo mismo que vosotros la sobrelleváis, la podré sobrellevar también yo con la gracia de Cristo. Agradó mucho a San Francisco esta respuesta; por lo que, bendiciéndolo, lo recibió, sin más, en la Orden y le puso por nombre hermano Ángel. Este joven se portó tan a satisfacción, que, al poco tiempo, San Francisco lo hizo guardián del convento del mismo Monte Casale. Por aquel tiempo merodeaban por aquellos parajes tres famosos ladrones, que perpetraban muchos males en toda la comarca. Un día fueron al eremitorio de los hermanos y pidieron al guardián, el hermano Ángel, que les diera de comer. El guardián les reprochó ásperamente: ¿No tenéis vergüenza, ladrones y asesinos sin entrañas, que, no contentos con robarles a los demás el fruto de sus fatigas, tenéis cara, además, insolentes, para venir a devorar las limosnas que son enviadas a los servidores de Dios? No merecéis que os sostenga la tierra, puesto que no tenéis respeto alguno ni a los hombres ni a Dios que os creó. ¡Fuera de aquí, id a lo vuestro y que no vuelva a veros aquí! Ellos lo llevaron muy a mal y se marcharon enojados. En esto regresó San Francisco de fuera con la alforja del pan y con un recipiente de vino que había mendigado él y su compañero. El guardián le refirió cómo había despedido a aquella gente. Al oírle, San Francisco le reprendió fuertemente, diciéndole que se había portado cruelmente, porque mejor se conduce a los pecadores a

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Dios con dulzura que con duros reproches; que Cristo, nuestro Maestro, cuyo Evangelio hemos prometido observar, dice que no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos, y que El no ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a penitencia; y por esto El comía muchas veces con ellos. Por lo tanto - terminó - , ya que has obrado contra la caridad y contra el santo Evangelio, te mando, por santa obediencia, que, sin tardar, tomes esta alforja de pan que yo he mendigado y esta orza de vino y vayas buscándolos por montes y valles hasta dar con ellos; y les ofrecerás de mi parte todo este pan y este vino. Después te pondrás de rodillas ante ellos y confesarás humildemente tu culpa y tu dureza. Finalmente, les rogarás de mi parte que no hagan ningún daño en adelante, que teman a Dios y no ofendan al prójimo; y les dirás que, si lo hacen así, yo me comprometo a proveerles de lo que necesiten y a darles siempre de comer y de beber. Una vez que les hayas dicho esto con toda humildad, vuelve aquí. Mientras el guardián iba a cumplir el mandato, San Francisco se puso en oración, pidiendo a Dios que ablandase los corazones de los ladrones y los convirtiese a penitencia. Llegó el obediente guardián a donde estaban ellos, les ofreció el pan y el vino e hizo y dijo lo que San Francisco le había ordenado. Y plugo a Dios que, mientras comían la limosna de San Francisco, comenzaran a decir entre sí: ¡Ay de nosotros, miserables desventurados! ¡Qué duras penas nos esperan en el infierno a nosotros, que no sólo andamos robando, maltratando, hiriendo, sino también dando muerte a nuestro prójimo; y, en medio de tantas maldades y crímenes, no tenemos remordimiento alguno de conciencia ni temor de Dios!

En cambio, este santo hermano ha venido a buscarnos por unas palabras que nos dijo justamente reprochando nuestra maldad, se ha acusado de ello con humildad, y, encima de esto, nos ha traído el pan y el vino, junto con una promesa tan generosa del Padre santo. Estos sí que son siervos de Dios merecedores del paraíso, pero nosotros somos hijos de la eterna perdición, merecedores de las penas del infierno; cada día agravamos nuestra perdición, y no sabemos si podremos hallar misericordia ante Dios por los pecados que hasta ahora hemos cometido. Estas y parecidas palabras decía uno de ellos; a lo que añadieron los otros dos: Es mucha verdad lo que dices; pero ¿qué es lo que tenemos que hacer? Vamos a estar con San Francisco - dijo el primero - , y, si él nos da esperanza de que podemos hallar misericordia ante Dios por nuestros pecados, haremos lo que nos mande; así podremos librar nuestras almas de las penas del infierno. Pareció bien a los otros este consejo, y todos tres, de común acuerdo, marcharon apresuradamente a San Francisco y le hablaron así: Padre, nosotros hemos cometido muchos y abominables pecados; no creemos poder hallar misericordia ante Dios; pero, si tú tienes alguna esperanza de que Dios nos admita a misericordia, aquí nos tienes, prontos a hacer lo que tú nos digas y a vivir contigo en penitencia. San Francisco los recibió con caridad y bondad, los animó con muchos ejemplos, les aseguró de la misericordia de Dios y les prometió con certeza que se la obtendría de Dios, haciéndoles ver cómo la misericordia de Dios es infinita. Y concluyó: Aunque hubiéramos cometido infinitos pecados, todavía es más grande la misericordia de Dios; según el Evangelio y el apóstol San Pablo, Cristo bendito ha venido a la tierra para rescatar a los pecadores. Movidos de estas palabras y parecidas enseñanzas, los tres ladrones renunciaron al demonio y a sus obras; San Francisco los recibió en la Orden y comenzaron a hacer gran penitencia. Dos de ellos vivieron poco tiempo después de su conversión y se fueron al paraíso. Pero el tercero sobrevivió, y, recordando sin cesar sus pecados, se dio a tal vida de penitencia, que por quince años seguidos, fuera de las cuaresmas comunes, en que se acomodaba a los demás hermanos, en los demás tiempos estuvo ayunando tres días a la semana a pan y agua; andaba siempre descalzo, vestido de una sola túnica; nunca se acostaba después de los maitines.

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La Mesa del Señor. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. La Mesa del Señor El admirable siervo y seguidor de Cristo Messer San Francisco, para conformarse en todo perfectamente a Cristo, quien, como dice el Evangelio, envió a sus discípulos de dos en dos a todas las ciudades y lugares a donde Él debía ir, una vez que, a ejemplo de Cristo, hubo reunido doce compañeros, los mandó de dos en dos por el mundo a predicar. Y para darles ejemplo de verdadera obediencia, se puso el primero en camino, a ejemplo de Cristo, que comenzó a obrar antes que a enseñar. Habiendo asignado a los compañeros las otras partes del mundo, él tomó al hermano Maseo por campanero y se dirigió a tierras de Francia (3). Al llegar un día muy hambrientos a una aldea, fueron, según la Regla, a pedir de limosna el pan por amor de Dios. San Francisco fue por un barrio y el hermano Maseo por otro. Pero como San Francisco era de aspecto despreciable y pequeño de estatura (4), por lo que daba la impresión, a quien no le conocía, de ser un pordiosero vil, no recogió sino algunos mendrugos y desperdicios de pan seco. Al hermano Maseo, en cambio, por ser tipo gallardo y de buena presencia, le dieron buenos y grandes trozos, y aun panes enteros. Terminado el recorrido, se juntaron los dos en las afueras del pueblo para comer en un lugar donde había una hermosa fuente, y cerca de la fuente, una hermosa piedra, ancha, sobre la cual cada uno colocó la limosna que había recibido. Y, viendo San Francisco que los trozos de pan del hermano Maseo eran más numerosos y más hermosos y grandes que los suyos, no cabía en sí de alegría, y exclamó: -- ¡Oh hermano Maseo, no somos dignos de un tesoro como éste! Y como repitiese varias veces estas palabras, le dijo el hermano Maseo: -- Padre carísimo, ¿cómo se puede hablar de tesoro donde hay tanta pobreza y donde falta lo necesario? Aquí no hay ni mantel, ni cuchillo, ni tajadores, ni platos, ni casa, ni mesa, ni criado, ni criada.

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-- Esto es precisamente lo que yo considero gran tesoro -repuso San Francisco-: el que no haya aquí cosa alguna preparada por industria humana, sino que todo lo que hay nos lo ha preparado la santa providencia de Dios, como lo demuestran claramente el pan obtenido de limosna, la mesa tan hermosa de piedra y una fuente tan clara. Por eso quiero que pidamos a Dios que nos haga amar de todo corazón el tesoro de la santa pobreza, tan noble, que tiene por servidor al mismo Dios (5). Dichas estas palabras y habiendo hecho oración y tomado la refección corporal con aquellos trozos de pan y aquella agua, reanudaron el camino hacia Francia.

La Perfecta Alegría. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

La Perfecta Alegría. Iba una vez San Francisco con el hermano León de Perusa a Santa María de los Ángeles en tiempo de invierno. Sintiéndose atormentado por la intensidad del frío, llamó al hermano León, que caminaba un poco delante, y le habló así: ¡Oh hermano León!: aun cuando los hermanos menores dieran en todo el mundo grande ejemplo de santidad y de buena edificación, escribe y toma nota diligentemente que no está en eso la alegría perfecta. Siguiendo más adelante, le llamó San Francisco por segunda vez: ¡Oh hermano León!: aunque el hermano menor devuelva la vista a los ciegos, enderece a los tullidos, expulse a los demonios, haga oír a los sordos, andar a los cojos, hablar a los mudos y, lo que aún es más, resucite a un muerto de cuatro días, escribe que no está en eso la alegría perfecta. Caminando luego un poco más, San Francisco gritó con fuerza: ¡Oh hermano León!: aunque el hermano menor llegara a saber todas las lenguas, y todas las ciencias, y todas las Escrituras, hasta poder profetizar y revelar no sólo las cosas futuras, sino aun los secretos de las conciencias y de las almas, escribe que no es ésa la alegría perfecta. Yendo un poco más adelante, San Francisco volvió a llamarle fuerte: ¡Oh hermano León, ovejuela de Dios!: aunque el hermano menor hablara la lengua de los ángeles, y conociera el curso de las estrellas y las virtudes de las hierbas, y le fueran descubiertos todos los tesoros de la tierra, y conociera todas las propiedades de las aves y de los peces y de todos los animales, y de los hombres, y de los árboles, y de las piedras, y de las raíces, y de las aguas, escribe que no está en eso la alegría perfecta. Y, caminando todavía otro poco, San Francisco gritó fuerte: ¡Oh hermano León!: aunque el hermano menor supiera predicar tan bien que llegase a convertir a todos los infieles a la fe de Jesucristo, escribe que ésa no es la alegría perfecta. Así fue continuando por espacio de dos millas. Por fin, el hermano León, lleno de asombro, le preguntó: Padre, te pido, de parte de Dios, que me digas en que está la alegría perfecta. Y San Francisco le respondió: Si, cuando lleguemos a Santa María de los Ángeles, mojados como estamos por la lluvia y pasmados de frío, cubiertos de lodo y desfallecidos de hambre, llamamos a la puerta del lugar y llega malhumorado el portero y grita: "¿Quiénes sois vosotros?" Y nosotros le decimos: "Somos dos de vuestros hermanos". Y él dice: "¡Mentira! Sois dos bribones que vais engañando al mundo y robando las limosnas de los pobres. ¡Fuera de aquí!" Y no nos abre y nos tiene allí fuera aguantando la nieve y la lluvia, el frío y el hambre hasta la noche. Si sabemos soportar con paciencia, sin alterarnos y sin murmurar contra él, todas esas injurias, esa crueldad y ese rechazo, y si, más bien, pensamos, con humildad y caridad, que el portero nos conoce bien y que es Dios quien le hace hablar así contra nosotros, escribe ¡oh hermano León! que aquí hay alegría perfecta.

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Y si nosotros seguimos llamando, y él sale fuera furioso y nos echa entre insultos y golpes, como a indeseables importunos, diciendo: "¡Fuera de aquí, ladronzuelos miserables; id al hospital, porque aquí no hay comida ni hospedaje para vosotros!" Si lo sobrellevamos con paciencia y alegría y en buena caridad, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta. Y si nosotros, obligados por el hambre y el frío de la noche, volvemos todavía a llamar, gritando y suplicando entre llantos por el amor de Dios, que nos abra y nos permita entrar, y él más enfurecido dice: "¡Vaya con estos pesados indeseables! Yo les voy a dar su merecido". Y sale fuera con un palo nudoso y nos coge por el capucho, y nos tira a tierra, y nos arrastra por la nieve, y nos apalea con todos los nudos de aquel palo; si todo esto lo soportamos con paciencia y con gozo, acordándonos de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta. Y ahora escucha la conclusión, hermano León: por encima de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades. Porque en todos los demás dones de Dios no podemos gloriarnos, ya que no son nuestros, sino de Dios; por eso dice el Apóstol: ¿Qué tienes que no hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido de El, por qué te glorías como si lo tuvieras de ti mismo? Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción podemos gloriarnos, ya que esto es nuestro; por lo cual dice el Apóstol: No me quiero gloriar sino en la cruz de Cristo. A él sea siempre loor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Predica a los Pajarillos. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Predica a los pajarillos Iba caminando con el mismo fervor, cuando, levantando la vista, vio junto al camino algunos árboles, y, en ellos, una muchedumbre casi infinita de pájaros (9). San Francisco quedó maravillado y dijo a sus compañeros: -- Esperadme aquí en el camino, que yo voy a predicar a mis hermanitos los pájaros. Se internó en el campo y comenzó a predicar a los pájaros que estaban por el suelo. Al punto, todos los que había en los árboles acudieron junto a él; y todos juntos se estuvieron quietos hasta que San Francisco terminó de predicar; y ni siquiera entonces se marcharon hasta que él les dio la bendición. Y, según refirió más tarde el hermano Maseo al hermano Santiago de Massa, aunque San Francisco andaba entre ellos y los tocaba con el hábito, ninguno se movía. El tenor de la plática de San Francisco fue de esta forma: -- Hermanas mías avecillas, os debéis sentir muy deudoras a Dios, vuestro creador, y debéis alabarlo siempre y en todas partes, porque os ha dado la libertad para volar donde queréis; os ha dado, además, vestido doble y aun triple; y conservó vuestra raza en el arca de Noé, para que vuestra especie no desapareciese en el mundo. Le estáis también obligadas por el elemento del aire, pues lo ha destinado a vosotras. Aparte de esto, vosotras no sembráis ni segáis, y Dios os alimenta y os regala los ríos y las fuentes, para beber; los montes y los valles, para guarecemos, y los árboles altos, para hacer en ellos vuestros nidos. Y como no sabéis hilar ni coser, Dios os viste a vosotras y a vuestros hijos. Ya veis cómo os ama el Creador, que os hace objeto de tantos beneficios. Por lo tanto, hermanas mías, guardaos del pecado de la ingratitud, cuidando siempre de alabar a Dios. Mientras San Francisco les iba hablando así, todos aquellos pájaros comenzaron a abrir sus picos, a estirar sus cuellos y a extender sus alas, inclinando respetuosamente sus cabezas hasta el suelo, y a manifestar con sus actitudes y con sus cantos el grandísimo contento que les proporcionaban las palabras del Padre santo. San Francisco se regocijaba y recreaba juntamente con ellos, sin dejar de maravillarse de ver semejante muchedumbre de pájaros, en tan hermosa variedad, y la atención y familiaridad que mostraban. Por ello alababa en ellos devotamente al Creador.

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Finalmente, terminada la plática, San Francisco trazó sobre ellos la señal de la cruz y les dio licencia para irse. Entonces, todos los pájaros se elevaron en banda en el aire entre cantos armoniosos; luego se dividieron en cuatro grupos, siguiendo la cruz que San Francisco había trazado: un grupo voló hacia el oriente; otro, hacia el occidente; el tercero, hacia el mediodía; el cuarto, hacia el septentrión, y cada banda se alejaba cantando maravillosamente. En lo cual se significaba que así como San Francisco, abanderado de la cruz de Cristo, les había predicado y había hecho sobre ellos la señal de la cruz, siguiendo la cual ellos se separaron, cantando, en dirección de las cuatro partes del mundo, de la misma manera él y sus hermanos habían de llevar a todo el mundo la predicación de la cruz de Cristo, esa misma cruz renovada por San Francisco. Los hermanos menores, como las avecillas, no han de poseer nada propio en este mundo, dejando totalmente el cuidado de su vida a la providencia de Dios.

Clara y Francisco. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Santa Clara comió en Santa María de los Ángeles con San Francisco y sus compañeros Cuando estaba en Asís San Francisco, visitaba con frecuencia a Santa Clara y le daba santas instrucciones. Ella tenía grandísimo deseo de comer una vez con él; se lo había pedido muchas veces, pero él no quiso concederle ese consuelo. Viendo, pues, sus compañeros el deseo de Santa Clara, dijeron a San Francisco: -- Padre, nos parece que no es conforme a la caridad de Dios esa actitud de no dar gusto a la hermana Clara, una virgen tan santa y amada del Señor, en una cosa tan pequeña como es comer contigo; y más teniendo en cuenta que por tu predicación abandonó ella las riquezas y las pompas del mundo. Aunque te pidiera otro favor mayor que éste, deberías condescender con esa tú planta espiritual. -- Entonces, ¿os parece que la debo complacer? -respondió San Francisco. -- Sí, Padre -le dijeron los compañeros-; se merece recibir de ti este consuelo. Dijo entonces San Francisco: -- Puesto que así os parece a vosotros, también me lo parece a mí. Mas, para que le sirva a ella de mayor consuelo, quiero que tengamos esta comida en Santa María de los Ángeles, ya que lleva mucho tiempo encerrada en San Damián, y tendrá gusto en volver a ver este lugar de Santa María, donde le fue cortado el cabello y donde fue hecha esposa de Jesucristo. Aquí comeremos juntos en el nombre de Dios. El día convenido salió Santa Clara del monasterio con una compañera y, escoltada de los compañeros de San Francisco, se encaminó a Santa María de los Ángeles. Saludó devotamente a la Virgen María en aquel mismo altar ante el cual le había sido cortado el cabello y había recibido el velo, y luego la llevaron a ver el convento hasta que llegó la hora de comer. Entre tanto, San Francisco hizo preparar la mesa sobre el suelo, como era en él costumbre. Y, llegada la hora de comer, se sentaron a la mesa juntos San Francisco y Santa Clara, y uno de los compañeros de San Francisco al lado de la compañera de Santa Clara; y después se acercaron humildemente a la mesa todos los demás compañeros. Como primera vianda, San Francisco comenzó a hablar de Dios con tal suavidad, con tal elevación y tan maravillosamente, que, viniendo sobre ellos la abundancia de la divina gracia, todos quedaron arrebatados en Dios. Y, estando así arrobados, elevados los ojos y las manos al cielo, las gentes de Asís y de Bettona y las de todo el contorno vieron que Santa María de los Ángeles y todo el convento y el bosque que había entonces al lado del convento ardían violentamente, como si fueran pasto de las llamas la iglesia, el convento y el bosque al mismo tiempo; por lo que los habitantes de Asís bajaron a todo correr para apagar el fuego, persuadidos de

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que todo estaba ardiendo. Al llegar y ver que no había tal fuego, entraron al interior y encontraron a San Francisco con Santa Clara y con todos los compañeros arrebatados en Dios por la fuerza de la contemplación, sentados en torno a aquella humilde mesa. Con lo cual se convencieron de que se trataba de un fuego divino y no material, encendido milagrosamente por Dios para manifestar y significar el fuego del amor divino en que se abrasaban las almas de aquellos santos hermanos y de aquellas santas monjas. Y se volvieron con el corazón lleno de consuelo y santamente edificados. Al volver en sí, después de un largo rato, San Francisco y Santa Clara, junto con los demás, bien refocilados con el alimento espiritual, no se cuidaron mucho del manjar corporal. Y, terminado aquel bendito banquete, Santa Clara volvió bien acompañada a San Damián. Las hermanas, al verla, se alegraron mucho, porque temían que San Francisco la hubiera enviado a gobernar otro monasterio, como ya había enviado a su santa hermana sor Inés a gobernar como abadesa el monasterio de Monticelli, de Florencia (2). San Francisco había dicho algunas veces a Santa Clara: «Prepárate, por si llega el caso de enviarte a algún convento»; y ella, como hija de la santa obediencia, había respondido: «Padre, estoy siempre preparada para ir a donde me mandes». Por eso se alegraron mucho las hermanas cuando volvió. Y Santa Clara quedó desde entonces muy consolada.

Poniendo a Prueba la Humildad de Francisco. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Fray Maseo Pone a prueba la Humildad de Francisco. Se hallaba San Francisco en el lugar de la Porciúncula (6) con el hermano Maseo de Marignano, hombre de gran santidad y discreción y dotado de gracia para hablar de Dios; por ello lo amaba mucho San Francisco. Un día, al volver San Francisco del bosque, donde había ido a orar, el hermano Maseo quiso probar hasta dónde llegaba su humildad; le salió al encuentro y le dijo en tono de reproche: -- ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? -- ¿Qué quieres decir con eso? -repuso San Francisco. Y el hermano Maseo: -- Me pregunto ¿por qué todo el mundo va detrás de ti y no parece sino que todos pugnan por verte, oírte y obedecerte? Tú no eres hermoso de cuerpo, no sobresales por la ciencia, no eres noble, y entonces, ¿por qué todo el mundo va en pos de ti? Al oír esto, San Francisco sintió una grande alegría de espíritu, y estuvo por largo espacio vuelto el rostro al cielo y elevada la mente en Dios; después, con gran fervor de espíritu, se dirigió al hermano Maseo y le dijo: -- ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí viene todo el mundo? Esto me viene de los ojos del Dios altísimo, que miran en todas partes a buenos y malos, y esos ojos santísimos no han visto, entre los pecadores, ninguno más vil ni más inútil, ni más grande pecador que yo. Y como no ha hallado sobre la tierra otra criatura más vil para realizar la obra maravillosa que se había propuesto, me ha escogido a mí para confundir la nobleza, la grandeza, y la fortaleza, y la belleza, y la sabiduría del mundo, a fin de que quede patente que de Él, y no de creatura alguna, proviene toda virtud y todo bien, y nadie puede gloriarse en presencia de Él, sino que quien se gloría, ha de gloriarse en el Señor (1 Cor 27-31), a quien pertenece todo honor y toda gloria por siempre. El hermano Maseo, ante una respuesta tan humilde y dicha con tanto fervor, quedó lleno de asombro y comprobó con certeza que San Francisco estaba bien cimentado en la verdadera humildad.

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En alabanza de Cristo. Amén.

El Lobo de Gubbio. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. SAN FRANCISCO tenía un don especial para con las criaturas.... EL LOBO DE GUBBIO y otras historias. En el tiempo en que San Francisco moraba en la ciudad de Gubbio, apareció en la comarca un grandísimo lobo, terrible y feroz, que no sólo devoraba los animales, sino también a los hombres; hasta el punto de que tenía aterrorizados a todos los habitantes, porque muchas veces se acercaba a la ciudad. Todos iban armados cuando salían de la ciudad, como si fueran a la guerra; y aun así, quien topaba con él estando solo no podía defenderse. Era tal el terror, que nadie se aventuraba a salir de la ciudad. San Francisco, movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes, que querían a todo trance disuadirle. Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros, puesta en Dios toda su confianza. Como los compañeros vacilaran en seguir adelante, San Francisco se encaminó resueltamente hacia el lugar donde estaba el lobo. Cuando he aquí que, a la vista de muchos de los habitantes, que habían seguido en gran número para ver este milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó a sí y le dijo: — ¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie. ¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco. Entonces, San Francisco le habló en estos términos: — Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca, has causado grandísimos males maltratando y matando las criaturas de Dios sin su permiso; y no te has contentado con matar y devorar las bestias, sino que has tenido el atrevimiento de dar muerte y causar daño a los hombres, hechos a imagen de Dios. Por todo ello has merecido la horca como ladrón y homicida malvado. Toda la gente grita y murmura contra ti y toda la ciudad es enemiga tuya. Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre ti y ellos, de manera que tú no les ofendas en adelante, y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de perseguirte hombres y perros. Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía San Francisco. Dijo entonces San Francisco: — Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesitas mientras vivas, de modo que no pases ya hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho el mal que has hecho. Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero, hermano lobo, que tú me prometas que

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no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a ningún animal. ¿Me lo prometes? El lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo prometía. San Francisco le dijo: — Hermano lobo, quiero que me des fe de esta promesa, para que yo pueda fiarme de ti plenamente. Tendiéndole San Francisco la mano para recibir la fe, y el lobo levantó la pata delantera y la puso mansamente sobre la mano de San Francisco, dándole la señal de fe que le pedía. Luego le dijo San Francisco: — Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que vengas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios.

El lobo, obediente, marchó con él como manso cordero, en medio del asombro de los habitantes. Corrió rápidamente la noticia por toda la ciudad; y todos, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, fueron acudiendo a la plaza para ver el lobo con San Francisco. Cuando todo el pueblo se hubo reunido, San Francisco se levantó y les predicó, diciéndoles, entre otras cosas, cómo Dios permite tales calamidades por causa de los pecados; y que es mucho más de temer el fuego del infierno, que ha de durar eternamente para los condenados, que no la ferocidad de un lobo, que sólo puede matar el cuerpo; y si la boca de un pequeño animal infunde tanto miedo y terror a tanta gente, cuánto más de temer no será la boca del infierno. — Volveos, pues, a Dios, carísimos, y haced penitencia de vuestros pecados, y Dios os librará del lobo al presente y del fuego infernal en el futuro. Terminado el sermón, dijo San Francisco: — Escuchad, hermanos míos: el hermano lobo, que está aquí ante vosotros, me ha prometido y dado su fe de hacer paces con vosotros y de no dañaros en adelante en cosa alguna si vosotros os comprometéis a darle cada día lo que necesita. Yo salgo fiador por él de que cumplirá fielmente por su parte el acuerdo de paz. Entonces, todo el pueblo, a una voz, prometió alimentarlo continuamente. Y San Francisco dijo al lobo delante de todos: — Y tú, hermano lobo, ¿me prometes cumplir para con ellos el acuerdo de paz, es decir, que no harás daño ni a los hombres, ni a los animales, ni a criatura alguna? El lobo se arrodilló y bajó la cabeza, manifestando con gestos mansos del cuerpo, de la cola y de las orejas, en la forma que podía, su voluntad de cumplir todas las condiciones del acuerdo. Añadió San Francisco: — Hermano lobo, quiero que así como me has dado fe de esta promesa fuera de las puertas de la ciudad, vuelvas ahora a darme fe delante de todo el pueblo de que yo no quedaré engañado en la palabra que he dado en nombre tuyo. Entonces, el lobo, alzando la pata derecha, la puso en la mano de San Francisco. Este acto y los otros que se han referido produjeron tanta admiración y alegría en todo el pueblo, así por la devoción del Santo como por la novedad del milagro y por la paz con el lobo, que todos comenzaron a clamar al cielo, alabando y bendiciendo a Dios por haberles enviado a San Francisco, el cual, por sus méritos, los había librado de la boca de la bestia feroz. El lobo siguió viviendo dos años en Gubbio; entraba mansamente en las casas de puerta en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno. La gente lo alimentaba cortésmente, y, aunque iba así por la ciudad y por las casas, nunca le ladraban los perros. Por fin, al cabo de dos años, el hermano lobo murió de viejo; los habitantes lo sintieron mucho, ya que, al verlo andar tan manso por la ciudad, les traía a la memoria la virtud y la santidad de San Francisco.

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Un Niño Espía a San Francisco de Asís. Bibliografía: Los Grandes – San Francisco de Asís. – Autor: Luis Rutiaga. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Un Niño Espía a San Francisco de Asís. Un niño muy puro e inocente fue admitido en la Orden cuando aún vivía San Francisco (10); y estaba en un eremitorio pequeño, en el cual los hermanos, por necesidad, dormían en el suelo. Fue una vez San Francisco a ese eremitorio; y a la tarde, después de rezar completas, se acostó a fin de poder levantarse a hacer oración por la noche mientras dormían los demás, según tenía de costumbre. Este niño se propuso espiar con atención lo que hacía San Francisco, para conocer su santidad, y de modo especial le intrigaba lo que hacía cuando se levantaba por la noche. Y para que el sueño no se lo impidiese, se echó a dormir al lado de San Francisco y ató su cordón al de San Francisco, a fin de poder sentir cuando se levantaba; San Francisco no se dio cuenta de nada. De noche, durante el primer sueño, cuando todos los hermanos dormían, San Francisco se levantó, y, al notar que el cordón estaba atado, lo soltó tan suavemente, que el niño no se dio cuenta; fue al bosque, que estaba próximo al eremitorio; entró en una celdita que había allí y se puso en oración. Al poco rato despertó el niño, y, al ver el cordón desatado y que San Francisco se había marchado, se levantó también él y fue en su busca; hallando abierta la puerta que daba al bosque, pensó que San Francisco habría ido allá, y se adentró en el bosque. Al llegar cerca del sitio donde estaba orando San Francisco, comenzó a oír una animada conversación; se aproximó más para entender lo que oía, y vio una luz admirable que envolvía a San Francisco; dentro de esa luz vio a Jesús, a la Virgen María, a San Juan el Bautista y al Evangelista, y una gran multitud de ángeles, que estaban hablando con San Francisco. Al ver y oír esto, el niño cayó en tierra desvanecido. Cuando terminó el misterio de aquella santa aparición, volviendo al eremitorio, San Francisco tropezó con los pies en el niño, que yacía en el camino como muerto, y, lleno de compasión, lo tomó en brazos y lo llevó a la cama, como hace el buen pastor con su ovejita. Pero, al saber después, de su boca, que había visto aquella visión, le mandó no decirla jamás mientras él estuviera en vida. Este niño fue creciendo grandemente en la gracia de Dios y devoción de San Francisco y llegó a ser un religioso eminente en la Orden; sólo después de la muerte de San Francisco descubrió aquella visión a los hermanos.

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Subida al Monte de la Verna. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. (Julio-agosto, 1224). Si Francisco visitó el eremitorio de la Verna antes de 1224, de ello no hay memoria alguna. Es más, a juzgar por lo que cuentan los biógrafos, se diría que sólo estuvo allí ese año. Se dice, en efecto, que Francisco salió de Asís con algunos compañeros y tomó el camino que sube por el valle superior del Tíber. Después de pasar una mala noche en el eremitorio de Montecasale, sus compañeros contrataron a un campesino de la villa de Tiso, para que los acompañara con su jumento hasta La Verna. "Eres tú Francisco, de quien todos hablan", le preguntó el buen hombre, nada más verlo. "Sí, soy yo", le respondió él. "Pues procura ser tan bueno como la gente cree que eres, y no la defraudes", sentenció el labriego, lo que hizo que el santo se apeara enseguida del burro y le besara los pies. Era casi a mediados de agosto. En la subida, el calor se hacía insoportable y el campesino, muerto de sed, pedía a gritos un poco de agua. "Vete allí y la encontrarás -le dijo Francisco- El Señor la ha hecho brotar para ti". Así fue; y añaden los cronistas que en aquella ladera nunca hubo manantial alguno. Cerca ya del eremitorio, el grupo se detuvo a descansar bajo una encina y, mientras el santo contemplaba el lugar, se vió rodeado de una multitud de pájaros de toda especie, que manifestaban su alegría con sus trinos y el batir de alas. Alguno incluso se posó sobre él, lo que hizo exclamar: "Me parece que el Señor le agrada que vengamos a este monte". Reemprendida la marcha, enseguida llegaron a un repecho cercano a la cima, donde vivían no más de dos o tres compañeros, en un pequeño eremitorio rodeado de bosques, al borde de una enorme grieta en las peñas, desde donde se divisaba un espectacular panorama. El conde Orlando, apenas supo de la llegada del santo subió a saludarlo y, a petición suya, ordenó a sus hombres que le hicieran una choza o celda al pie de un haya grande, al borde del precipicio y como a un tiro de piedra del oratorio. Al despedirse, esa misma tarde, el conde se ofreció a los hermanos para lo que necesitaran, de modo que pudieran dedicarse enteramente a la oración, libres de preocupaciones, pero Francisco después, a solas, aconsejó a los suyos que no tuviesen muy en cuenta su generoso ofrecimiento, alegando que "hay un contrato entre el mundo y los frailes menores: vosotros le debéis buen ejemplo y él, a cambio, os debe el sustento; mas si un día faltaseis al compromiso, el mundo, con razón, os volverá la espalda". Y añadió: "Tengo intención de quedarme aquí, sólo con Dios y llorando mis pecados. No permitáis que se me acerque ningún seglar. Responded vosotros por mí. Fray León me traerá algo de comer, cuando lo crea conveniente". Cuaresma en honor de San Miguel <(15 agosto - 29 septiembre, 1224). Al cabo de unos días Francisco, queriendo conocer lo que el Señor quería de él, tomó, como de costumbre, los evangelios, oró y lo abrió por tres veces. En las tres ocasiones el texto hablaba del anuncio de la pasión de Jesús, como dándole a entender que tenía que seguir soportando angustias, combates y tribulaciones, mas no por eso se acobardó, pues jamás regateó sufrimiento o sacrificio alguno, con tal que la voluntad de Dios se cumpliera en él. Su sabiduría y mayor aspiración fueron siempre esas.

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Atraído por los signos que el Señor le iba manifestando, Francisco decidió prolongar su estancia allí durante toda una cuaresma de ayuno, entre las fiestas de la Asunción de la Virgen (15 de agosto) y del Arcángel San Miguel (29 de septiembre), de quienes era especialmente devoto. Según su costumbre, buscó el lugar más apartado que pudo, donde no pudiera ser visto ni oído por sus propios compañeros. Lo encontró al otro lado del precipicio, a donde se podía acceder sólo mediante un tronco atravesado a modo de puente. Entonces pidió a los hermanos que le prepararan una celda, y les dio estas instrucciones: "Ninguno de vosotros debe de acercarse aquí, ni ningún seglar. Sólo tú, fray León, vendrás una vez, durante el día, a traerme agua y un poco de pan, y otra vez por la noche, para rezar maitines. Te acercarás a la pasarela y dirás: Señor, ábreme los labios. Y si no te respondo, márchate enseguida". Tales precauciones eran debidas a que no le gustaba que lo sorprendieran en uno de sus frecuentes éxtasis.

Apenas se quedó solo, temiendo que aquel retiro fuese sólo un pretexto para descansar y huir de las fatigas de la predicación, pidió al Señor otra señal de que aquello era voluntad suya. A la mañana siguiente, mientras rezaba, creyó ver la respuesta en los pájaros de toda especie que, uno por uno, sobrevolaban la celda, alegrándolo con sus trinos. Entre ellos había un halcón, que tenía su nido junto a su choza, y cada noche lo despertaba a la hora de maitines, excepto cuando no se encontraba bien; entonces lo dejaba dormir hasta el amanecer. Mas no todo fueron consuelos en aquel monte. El santo confesó al compañero que el demonio lo molestaba mucho por la noche, por eso ayunaba con mayor rigor, a pan y agua, y pasaba las noches en vela, orando y mortificándose. Fray León, cada mañana preparaba el fuego en una choza donde el Santo solía comer, y luego iba a su celda, a leerle el Evangelio del día, pues aún no estaba permitido a los hermanos Menores celebrar la Misa de campaña. Después de las lecturas, tomadas de un breviario que ahora se conserva en Asís, en el monasterio de Santa Clara, Francisco besaba la página con respeto, y luego se iba a comer. Pero un día, el fuego prendió en la choza y él, por el gran respeto que sentía por las criaturas, en especial por el "hermano fuego", no quiso ayudar a los hermanos a apagarlo, limitándose a poner a salvo una piel con la que se tapaba por las noches; mas luego confesó al compañero: "He pecado de avaricia. No la usaré más". Otro día estuvo a punto de despeñarse por el precipicio, mientras buscaba un lugar más recogido para orar en una cavidad formada por enormes bloques de piedra desprendidos y atravesados sobre la hendidura del monte. Una de las piedras cedió y se salvó de puro milagro. según él, era una más de las insidias del diablo. En cierta ocasión, mientras observaba aquella espantosa grieta, se le reveló que la produjo el mismo terremoto que resquebrajó el Calvario en el momento de la muerte de Jesucristo, y que Dios lo había dispuesto así porque en ese monte debía renovarse su Pasión. Francisco quedó tan impresionado, que se refugió enseguida a su celda, a tratar de descifrar aquel misterio. Desde entonces se hizo más frecuente la intensidad y dulzura de la contemplación.

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Visión del Serafin e Impresión de las Llagas. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Visión del Serafín e impresión de las llagas (13-14 septiembre, 1224). El verano tocaba a su fin. Una noche de luna llena, fray León fue, como siempre, a rezar maitines con Francisco, mas éste no respondió a la contraseña. Entre preocupado y curioso, el hermano cruzó la pasarela y fue a buscarlo. Lo encontró en un claro del bosque, de rodillas, en medio de un gran resplandor, con el rostro levantado, mientras decía: "¿Quién eres tú, mi Señor, y quién soy yo, gusano despreciable e inútil siervo tuyo", y levantaba las manos por tres veces. El ruido de sus pasos sobre la hojarasca delató a fray León, que tuvo que confesar su culpa y explicar al Santo lo que había visto. Entonces éste decidió explicarle lo sucedido: "Yo estaba viendo por un lado el abismo infinito de la sabiduría, bondad y poder de Dios, pero también mi lamentable estado de miseria. Y el Señor, desde aquella luz, me pidió que le ofreciera tres dones. Le dije que sólo tenía el hábito, la cuerda y los calzones, y que aún eso era suyo. Entonces me hizo buscar en el pecho, y encontré tres bolas de oro, y se las ofrecí, comprendiendo enseguida que representaban los votos de obediencia, pobreza y castidad, que el Señor me ha concedido cumplir de modo irreprochable. Y me ha dejado tal sensación, que no dejo de alabarlo y glorificarlo por todos sus dones. Mas tú guárdate de seguir espiándome y cuida de mí, porque el Señor va a obrar en este monte cosas admirables y maravillosas como jamás ha hecho con criatura alguna". Fray León no pudo dormir aquella noche, pensando en lo que había visto y oído. Uno de aquellos días se apareció un ángel a Francisco y le dijo: "Vengo a confortarte y avisarte para que te prepares con humildad y paciencia a recibir lo que Dios quiere hacer de ti". "Estoy preparado para lo que él quiera", fue su respuesta. La madrugada del 14 de septiembre, fiesta de la Santa Cruz, antes del amanecer, estaba orando delante de la celda, de cara a Oriente, y pedía al Señor "experimentar el dolor que sentiste a la hora de tu Pasión y, en la medida de los posible, aquel amor sin medida que ardía en tu pecho, cuando te ofreciste para sufrir tanto por nosotros, pecadores"; y también, "que la fuerza dulce y ardiente de tu amor arranque de mi mente todas las cosas, para yo muera por amor a ti, puesto que tú te has dignado morir por amor a mi". De repente, vio bajar del cielo un serafín con seis alas. Tenía figura de hombre crucificado. Francisco quedó absorto, sin entender nada, envuelto en la mirada bondadosa de aquel ser, que le hacía sentirse alegre y triste a la vez. Y mientras se preguntaba la razón de aquel misterio, se le fueron formando en las manos y pies los signos de los clavos, tal como los había visto en el crucificado. En realidad no eran llagas o estigmas, sino clavos, formados por la carne hinchada por ambos lados y ennegrecida. En el costado, en cambio, se abrió una llaga sangrante, que le manchaba la túnica y los calzones. Explicaba fray León que el fenómeno fue más palpable y real de lo muchos creen, y que estuvo acompañado de otros signos extraordinarios corroborados por testigos, que creyeron ver el monte en llamas, iluminando el contorno como si ya hubiese salido el sol. Algunos pastores de la comarca se asustaron, y unos arrieros que dormían se levantaron y aparejaron sus mulas para proseguir su viaje, creyendo que era de día. La aparición de Francisco con los brazos en cruz y bendiciendo a los frailes reunidos en Arlés, mientras San Antonio de Lisboa o de Padua predicaba acerca de la inscripción de la cruz (Jesús Nazareno Rey de los Judíos) debió de ser una confirmación del prodigio, pues los capítulos provinciales, según la Regla, se celebraban en septiembre, en torno a la fiesta de San Miguel (San Antonio estuvo en

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Provenza del 1224 al 1226). Así parece darlo a entender San Buenaventura, cuando escribe que "más tarde se comprobó la veracidad del hecho, no sólo por los signos evidentes, sino también por el testimonio explícito del Santo". Cuando fray León acudió aquella mañana a prepararle la comida, Francisco no pudo ocultarle lo sucedido. Desde aquel instante, él será su enfermero, encargado de lavarle cada día las heridas y cambiarle las vendas, para amortiguarle el dolor y las hemorragias; excepto el viernes, ya que el Santo no quería que nadie mitigara sus sufrimientos ese día.

Las cuatro prerrogativas de la Orden (septiembre, 1224). Francisco aún permaneció dos semanas en aquella celda, hasta concluir la cuaresma, el 29 de septiembre. Uno de aquellos días, sintiéndose triste por el mal ejemplo de algunos hermanos de la Orden, y de otros que abandonaban su vocación, el Señor lo consoló con estas palabras: "¿Por qué te entristeces? ¿No soy yo quien hace que el hombre se convierta y haga penitencia en tu Orden? ¿quién le da fuerzas para perseverar, sino yo? Yo no te he escogido por que seas sabio, ni elocuente, sino por tu sencillez, para que todos sepan que soy yo quien cuida de mi rebaño. Yo te he puesto entre ellos como un signo, para que vean lo que hago en ti, y te imiten. Los que me siguen me tendrán a mí; los que no, perderán lo que creían tener. Por eso, no te aflijas; haz bien lo que haces, trabaja bien lo que trabajas, pues yo he plantado tu Orden en el amor perpetuo. La amo tanto, que si alguno la abandona y muere fuera de ella, yo llamaré a otro, para que ocupe su lugar. Y si aún no ha nacido, yo haré que nazca. Tanto la amo que, aunque sólo quedasen dos o tres hermanos, no la abandonaré jamás". Después de esta revelación, cuando el compañero fue a prepararle la mesa a Francisco, lo encontró sentado delante de la piedra grande y cuadrada que le servía de mesa, y éste le ordenó lavarla, primero con agua, luego con vino y, finalmente, con aceite, porque, según le dijo, "sobre esta piedra ha estado sentado un ángel. Estaba yo pensando en la suerte que correría mi Orden cuando yo no exista, y el ángel me aseguró estas cuatro cosas: que la Orden de los Menores durará hasta el fin del mundo; que ningún hermano de mala voluntad perseverará muco tiempo en ella; que no vivirá mucho quien la persiga de propósito; y que ningún hermano que la ame acabará mal". Alabanzas al Dios Altísimo y Bendición a fray León (septiembre 1224). Durante su estancia en La Verna, fray León atravesó un momento de crisis espiritual y pensó que una palabra del Señor acompañada por una breve nota manuscrita del santo le aliviaría, como ya ocurrió unos meses antes, cuando recibió de él una cariñosa carta autógrafa. Él no le dijo nada a San Francisco, pero éste lo llamó un día y le dijo: "Tráeme papel y tinta, que quiero escribir unas alabanzas que he compuesto para dar gracias a Dios por los beneficios recibidos". Y escribió las Alabanzas del Dios Altísimo (ver el texto en la columna izquierda). Luego, por la otra casa escribió la bendición sacerdotal que se encuentra en la Biblia (Num 6, 24-26) y debajo trazó el signo de la Tau, con que solía firmar sus escritos, y se lo entregó diciéndole: "Consérvalo cuidadosamente, hasta el día de tu muerte". Fray León recuperó la paz y desde entonces conservó la nota en una bolsita que llevaba colgada al cuello, debajo del hábito. Ahora forma parte parte de las reliquias del Sacro Convento de Asís, donde fray León murió y está sepultado, a dos pasos de la tumba de San Francisco.

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Los dos últimos años de la Vida de San Francisco. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: Octaviano Schmucki, O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano.

LOS DOS ÚLTIMOS AÑOS DE LA VIDA DE SAN FRANCISCO Y LA RENOVACIÓN DE NUESTRA VIDA La simpatía casi universal que San Francisco se ha ganado, fue confirmada una vez más por el interés que despertó en todas partes el 750 aniversario de su muerte. Durante aquel año jubilar, los Hermanos Menores Capuchinos celebraron su 78 Capítulo general en el Colegio de San Lorenzo de Brindis, en Roma. El día 13 de julio de 1976, el P. Schmucki, por encargo de su Definitorio general, leía a los Capitulares el presente trabajo, que conserva aquí su peculiar carácter originario, exceptuando el aparato crítico, añadido posteriormente. El A. expone, en primer lugar, el objeto histórico de la celebración jubilar y pasa luego a esbozar las ideas inspiradoras que resultan de los acontecimientos que van desde la mística crucifixión del Santo en el Alverna hasta su nacimiento para la eternidad en la Porciúncula. Dada la extensión del texto original y el abundantísimo aparato crítico, nos hemos visto obligados a ofrecerlos aquí de forma condensada y reducida. I.- OBJETO HISTÓRICO DE LA CELEBRACIÓN JUBILAR Aunque la «hermana muerte», como paso de Francisco de la peregrinación terrena a la gloria celeste, constituya suficiente motivo de profunda reflexión, me parece necesario extender el ámbito de la conmemoración a los dos últimos años de su vida, después de su estigmatización. Mas, dada la multiplicidad de acontecimientos que se suceden desde octubre de 1224 a octubre de 1226, no podré más que delinearlos de un modo general. En esta primera parte quisiera reconstruir rápidamente algunos elementos que se refieren a los dos últimos años de la vida, para seguir después, con más detención, con los últimos días anteriores al tránsito. 1.- Francisco, entre su crucifixión mística en el Alverna y las últimas enfermedades El recuerdo jubilar de las llagas de S. Francisco se celebró hace dos años.1 Según san Buenaventura, el hecho acaeció hacia la fiesta de la Exaltación de la Cruz (14 de septiembre) en 1224 en el Monte Alverna (LM 13,3). Esta experiencia mística supuso un cambio tan determinante en sus dos últimos años de vida, que no se puede prescindir de ella en la presente reconstrucción. Ante todo, las cinco llagas y, en especial, la muchas veces abierta y sangrante del costado, debieron producirle dolores continuos y atroces, y conducirlo, por su carácter de reproducción plástica, a una constante e intensa comunión con Cristo crucificado. Por otra parte, como afirma Celano, Francisco, el Poverello, «deseaba en tanto grado la salvación de las almas y era tal la sed que sentía por el bien del prójimo que, no pudiendo caminar a pie, recorría los poblados montado en borriquillo» (1 Cel 98). Otra característica que distingue los últimos años de la vida del seráfico Padre, es el esfuerzo por disimular la existencia de sus llagas (1 Cel 95, 73 y 107). Los estigmas de las manos y de los pies, por su exterioridad, fueron vistos, durante su vida, por

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bastantes frailes y personalidades de fuera de la Orden. En cambio, las precauciones de Francisco fueron tan ingeniosas, que consiguió ocultar casi totalmente la llaga del costado. Solamente, valiéndose de una estratagema, consiguió fray Elías superar la barrera de reserva del Santo, cuando éste le pidió que sacudiera su túnica empolvada (2 Cel 138). Durante este período de tiempo le fueron compañeras inseparables las «hermanas enfermedades». No es éste el momento para hacer la historia bio-patológica del Santo; baste solamente una rápida indicación de la situación en que se encontraba su salud hacia el año 1224. A la malaria crónica, que sufría desde bastantes años atrás, con la consiguiente anemia grave, tumor esplénico e hinchazón del hígado, se le había sumado, después de la vuelta de Oriente en 1220, el tracoma, es decir, una inflamación grave de la mucosa conjuntiva, de origen vírico. A causa de una alimentación irregular e inadecuada, desde su conversión, estaba enfermo del estómago y de todo el aparato digestivo.2 Este cuadro patológico es puesto de relieve cuando las fuentes antiguas se refieren al origen del Cántico del hermano sol. Empeorando progresivamente la enfermedad de los ojos, el vicario general personal de Francisco, fray Elías, le mandó que se dejara curar por los médicos, probablemente en Asís mismo (1 Cel 98). Como el paciente no encontrase mejoría, fray Elías, tal vez aconsejado por el cardenal Hugolino, protector de la Orden, proyectó llevarlo a Rieti, para confiarlo a un médico renombrado de aquella ciudad (LP 83). Antes de comenzar el viaje, Francisco fue a San Damián, seguramente para saludar y confortar a santa Clara y a sus hermanas. Allí tuvo un ataque de conjuntivitis tracomatosa tan agudo que no podía moverse. A la ceguera casi total, seguida de una granulación de la córnea, se unían un insoportable dolor de cabeza, insomnio y una total intolerancia de la luz. Durante más de cincuenta días estuvo acostado en una pequeña celda oscura para resguardarse lo más posible de la luz. Esta habitación, estrecha e improvisada con paja, fue preparada por los frailes dedicados al servicio de las Damas Pobres, probablemente dentro del recinto de su tugurio. Por si faltaba algo a sus males físicos, era molestado día y noche por una multitud de ratas, que discurrían alrededor y por encima de la cama. Casi aplastado por tantos sufrimientos, el Poverello sintió la tentación del desconsuelo. Pidió insistentemente ayuda al Señor para poder soportar con paciencia sus dolores. En una mística alocución, Dios le dio firmes seguridades acerca del inminente premio celestial, como si ya hubiera entrado en la gloria de su Señor. Entonces, con júbilo extático, brotó de su corazón la lauda del Cántico de las criaturas o Cántico del hermano sol. Poco después de la composición poética y musical del Cántico sobre los cuatro elementos: luz, aire, agua y tierra, Francisco oyó, tal vez aislado todavía en la celducha de San Damián, el enorme escándalo surgido en Asís por la discordia entre el obispo Guido II y el Podestà de la ciudad. Como nadie, ni entre los laicos ni entre el clero, consiguiese restablecer la paz entre los contendientes, Francisco añadió a su lauda la estrofa del perdón. Mandó después a un fraile que convocase al Podestà, junto con los notables de la ciudad, ante el palacio episcopal. Envió otros dos frailes con el encargo de cantar el Cántico del hermano sol. El colérico y rico obispo de Asís había excomulgado al podestà Oportulo, mientras que éste, como defensor no menos decidido de los derechos ciudadanos, en contrapartida, había prohibido a los ciudadanos cualquier clase de comercio con el obispo. Dos juglares entonaron la lauda, cantando con particular relieve la estrofa de la paz. Con palabras de gran simplicidad, Francisco proponía a los protagonistas el ideal evangélico del perdón por amor del Señor y soportar pacientemente cualquier adversidad. Es significativo que la pacificación eminentemente religiosa haya conseguido su objetivo plena e inmediatamente, sin que hubieran precedido tentativas de mediación o propuestas de compromiso (LP 84).3 Probablemente en junio de 1225, el Poverello, todavía gravemente enfermo, fue llevado a Rieti. Para proteger sus ojos de los rayos del sol, le pusieron sobre la cabeza un gran capucho, al que se añadió una venda de lana y lino. Es fácil imaginar los esfuerzos ímprobos que supuso el transporte tan largo de un paciente tan debilitado; Francisco debió llegar extenuado. A su llegada a Rieti fue recibido por toda la Curia romana, que se encontraba entonces en aquella ciudad, y especialmente por el cardenal Hugolino (1 Cel 99). Este detalle histórico permite datar con aproximación la fecha de llegada. Por los repertorios pontificios de actas se deduce que Honorio III permaneció en Rieti, con la Curia, desde el 23 de junio de 1225, hasta el 31 de enero de 1226. Sin embargo, no es posible determinar cronológicamente todos los acontecimientos descritos por las fuentes antiguas respecto a la permanencia del Santo en Rieti. De la Compilación o Leyenda de Perusa (=LP) resulta que, después del encuentro con la Curia pontificia, Francisco se hizo llevar al eremitorio de Fontecolombo, probablemente para librarse de la atención un tanto agobiante para él de las personalidades eclesiásticas que lo trataban de santo. Un médico experto en enfermedades de los ojos iba al solitario lugar, manifestándole al enfermo la intención de «cauterizar la parte superior de la mejilla hasta el entrecejo del ojo que estaba más afectado por el mal». Pero el Poverello, acordándose de la voluntad expresa de fray Elías de estar presente durante la intervención quirúrgica, pidió que se aplazase ésta hasta la llegada del vicario general. Fray Elías, sin embargo, se entretuvo algún tiempo por cuestiones de su cargo. Finalmente, apremiado Francisco por la urgencia del mal a curar y, sobre todo, por obedecer al cardenal protector y al vicario general, consintió en soportar la operación, aun cuando otros médicos la habían considerado inútil. Con un hierro candente, el médico efectuó la terrible operación de cauterizar los vasos sanguíneos entre la oreja y la sobreceja, para secar

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la gran cantidad de líquido inflamatorio, «que día y noche le goteaba por los ojos, desde hacía años». Hay que hacer mención del coloquio de Francisco con el «hermano fuego» antes de la operación. Le pidió que fuera tan gentil, que mitigara su calor (LP 86). La intervención quirúrgica para bloquear el tracoma no produjo el efecto deseado, ya que fue efectuada demasiado tarde y en un cuerpo minado por la enfermedad y por una vida austera en extremo.

Permaneciendo todavía en Fontecolombo, el enfermo fue visitado un día por el médico reatino. Según su habitual cortesía, Francisco pidió a los frailes que le dieran de comer bien. Pero eran tan pobres que se avergonzaron de invitarlo a la mesa. El Poverello, que en materia de obediencia no soportaba reticencias, insistió, apelando a su espíritu de fe. El mismo médico, bastante rico, que hasta entonces había declinado siempre semejantes invitaciones, esta vez manifestó su complacencia en participar de su extrema pobreza. «Entonces, los frailes fueron a preparar la mesa, poniendo, avergonzados, aquel poco de pan y de vino que tenían y la escasa verdura que se habían preparado para ellos». Pero, apenas sentados a la mesa, se presentó a la puerta una mujer que, en nombre de su señora, de un pueblo distante unos diez kilómetros de allí, trajo una cesta llena de manjares (LP 68). El Poverello, seguramente, se encontraba todavía en el eremitorio, cuando en el vecino pueblo de San Elías Reatino se desencadenó una epidemia bovina, que muy probablemente hay que identificar con la enfermedad muy contagiosa de la afta epizoótica. Avisado por un sueño, uno de los campesinos se presentó en el eremitorio pidiendo a los frailes el agua usada para lavar las manos y los pies de san Francisco, a fin de rociar con ella a los animales enfermos. Como si se tratase de agua bendita, el campesino roció los animales enfermos, echados por tierra como muertos, «los cuales, por la gracia de Dios y los méritos de Francisco, se curaron» (LP 94; cf. LM 13,6). Tal vez con la intención de evitarle al médico los viajes desde Rieti a Fontecolombo, o para ser tratado por otros médicos -se dice de uno que le perforó las orejas (LP 86)-, Francisco consintió en ser trasladado más cerca de la ciudad, junto a la iglesia de San Fabián. Según una pequeña noticia del compilador, o sea, el autor anónimo de la Compilación o Leyenda de Perusa, era entonces el tiempo en que maduraba la uva en la pequeña viña que había junto a la casa del sacerdote que atendía la iglesia; por tanto, a finales del verano de 1225. Muchos cardenales y grandes prelados iban casi todos los días a visitar a Francisco, por la reverencia y devoción que le tenían. Los numerosos visitantes que allí acudían no tuvieron muchos escrúpulos en expoliar la viña, de tal manera que el sacerdote se lamentó ante su huésped enfermo de que le había echado a perder la cosecha. Francisco le consoló, anunciándole que recogería mucho más que en los mejores años, como así sucedió (LP 67). Por algunos detalles recordados por Celano en un relato que intenta ilustrar la ilimitada confianza de Francisco en la Providencia divina, parece deducirse que este otro episodio no pudo haber sucedido «en el mismo lugar» (2 Cel 43), es decir, cuando estaba enfermo en el palacio episcopal de Rieti (3 Cel 35). El Poverello, vestido con una túnica vieja, se encontraba seguramente en aquel momento fuera de las murallas, y tal vez junto a la iglesia de San Fabián, cuando pidió a su guardián personal, posiblemente fray Ángel Tancredi, que le consiguiera paño para una túnica nueva. Por esta razón, dice el biógrafo: el fraile fue «hacia la puerta, para ir a la ciudad, a buscar paño»; y delante de la puerta de Rieti, un hombre le entregó paño suficiente para seis túnicas (2 Cel 43). Por motivos no especificados en las fuentes, Francisco aceptó, después de la permanencia en San Fabián, la hospitalidad del obispo de Rieti y, en otro momento, la del canónigo Teobaldo Saraceno. Por más de un motivo, me parece fundada la suposición de M. Bigaroni, quien piensa en un despiste del compilador, el cual localiza en el palacio episcopal de Asís la escena deliciosa en la que los frailes enfermeros insisten a Francisco para que coma; el enfermo respondió que no tenía apetito, pero que tal vez comería si hubiera pescado. «Acababa de decir esto, cuando se presentó un hombre con una canasta en que traía tres lucios bien aderezados y platos de camarones, de los que el santo Padre comía a gusto. Todo se lo enviaba el hermano Gerardo, ministro de Rieti» (LP 71). Los frailes se maravillaron de esto, tanto más porque la estación invernal era la menos indicada para encontrar tales alimentos. La determinación del tiempo y de la clase de alimento excluyen que el suceso ocurriera en las últimas semanas antes de la muerte en la Porciúncula. Mientras permanecía todavía en el palacio episcopal de Rieti, el Poverello se apiadó del canónigo Gedeón, que llevaba una vida bastante mundana, y padecía un mal agudo de riñones. Antes de signarlo con la cruz, lo amonestó severamente a que dejara su mala vida; de lo contrario, sería castigado más fuertemente. Luego le hizo la señal de la cruz en el nombre del Señor, y curó al instante (LP 95; 2 Cel 41).

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En el mismo lugar, según las fuentes, aconteció el episodio de la mujer del pueblo reatino de Posta, la cual estaba enferma también de los ojos, y era atendida por el mismo médico que curaba a Francisco. El médico le había hablado del mal de la paciente y de que era tan pobre que no solamente tenía que atenderla «por amor de Dios», sino que también tenía que asistirla económicamente durante su estancia en la ciudad. Con un lenguaje que caracteriza luminosamente su singular concepción de los bienes materiales y de la solidaridad cristiana, Francisco se dirige a su superior personal, diciéndole: «Hermano guardián, tenemos que restituir lo ajeno». Sorprendido por tal petición, el guardián le pidió una explicación. Francisco le respondió: «Este manto que recibimos prestado de una mujer muy pobre y que sufre de la vista, es preciso devolvérselo». Apenas el guardián le concedió amplia libertad de acción, el Santo, lleno de alegría, llamó a uno de sus íntimos, hombre espiritual, y le mandó: «Toma este manto y también doce panes; vete y di a la mujer pobre y enferma que te indicará el médico que la atiende: "Un hombre pobre a quien prestaste este manto te da las gracias por el préstamo que le hiciste; ahora toma lo que es tuyo"». No es de extrañar que la mujer, ante un lenguaje tan diferente a las costumbres normales de los hombres, se creyera burlada (LP 89). Antes o después de esta permanencia en el palacio episcopal de Rieti, el enfermo fue huésped del canónigo Teobaldo Saraceno. Conforme a su índole artística, Francisco pidió a uno de los compañeros, que en el mundo sabía tañer la cítara (fray Pacífico, «el rey de los versos» o, como parece más probable por el contexto, fray Ángel Tancredi de Rieti), que se hiciera prestar una cítara para que le tocara: «Quisiera que te procuraras en secreto de algún buen hombre una cítara y con ella me cantases algún verso bello y honesto, y luego, acompañados de ella, dijésemos las palabras y alabanzas del Señor, pues mi cuerpo está afligido por esta gran enfermedad y dolores. Querría que de esta forma se redujera el dolor del cuerpo para alegría y consuelo del espíritu». El compilador añade: «Es de saber que durante su enfermedad el bienaventurado Francisco había compuesto las Alabanzas del Señor, que las hacía cantar, a veces, a sus hermanos para gloria de Dios, consuelo de su alma y también para edificación del prójimo». El fraile manifestó cándidamente que tenía vergüenza de pedir prestada una cítara, porque temía que los reatinos, conocedores de su carrera musical anterior, lo creyeran tentado a volver a las costumbres mundanas. Ante tal objeción, el Santo renunció a su deseo. Pero durante la noche siguiente, Francisco estaba despierto, cuando oyó alrededor de la casa donde estaba una cítara que tocaba de una manera sublime. Ello llenó de alegría su corazón y daba gracias a Dios, que le había consolado (LP 66; 2 Cel 126). Tomás de Celano resume esta última estancia de Francisco en Rieti con un balance poco confortante. El mal de Francisco era tan grave, «que para remediarlo en algo se precisaba contar con un especialista extraordinario y echar mano de procedimientos dolorosísimos. De hecho sufrió cauterios en varias partes de la cabeza, le sajaron las venas, le pusieron emplastos, le inyectaron colirios; en lugar de proporcionarle alivio, estas intervenciones le perjudicaban casi siempre» (1 Cel 101). Con estas indicaciones, resulta difícil comprender los criterios que inspiraron a fray Elías el pretender que el paciente, más muerto que vivo, y después de una terapia tan drástica como fallida, fuera transportado, en la primavera de 1226, a Siena (2 Cel 93; 1 Cel 105). Esperaba aún que el célebre médico consiguiera aliviar la oftalmía del Santo. Durante el interminable viaje por Narni, Todi, Orvieto y Acquapendente, hasta Siena, se presentaron en Campigli d'Orcia tres mujeres con tal apariencia externa que Francisco, recobrada un poco la vista, creía que se trataba de una única persona con la presencia física triplicada. Ellas le saludaron a una: «Bienvenida la Dama Pobreza». Creyéndolas necesitadas, el Santo pidió al médico, que se había prestado a acompañarlo en el viaje, que les diera una limosna por amor de Dios. Mirando atrás, ellos no vieron a nadie, aunque se encontraban en una llanura (2 Cel 93). Tanto el número trino de las personas aparecidas como el paso inadvertible del plano real al plano de la visión, recuerdan fácilmente la teofanía, experimentada por Abraham, bajo la forma de tres hombres (cf. Gén 18,1-15). Este relato hace pensar espontáneamente en el rol dominante de la pobreza en el espíritu y en la vida franciscana, considerada como desapego interior de toda actitud posesiva ante cualquier bien. De hecho, tal pobreza, que por antonomasia casi se ha encarnado en Francisco, constituye el alma de la obediencia y de la castidad (cf. LM 7,6). No es gratuito suponer el nexo causal entre esta experiencia mística y el gran realce que asume la pobreza en el llamado «pequeño Testamento» de Siena. Tomás de Celano nos da el cuadro histórico: «Seis meses antes del día de su muerte (es decir, hacia abril de 1226), hallándose en Siena para poner remedio a la enfermedad de los ojos, comenzó a agravarse en todo su cuerpo: su estómago, deshecho por larga enfermedad, más la hepatitis y los fuertes vómitos de sangre, hacían pensar en la proximidad de la muerte. Al tener conocimiento de esto el hermano Elías, que se hallaba distante, púsose inmediatamente en camino...» (1 Cel 105). El compilador, basándose en materiales de los primeros compañeros, completa el relato biográfico hablando de su petición dirigida al moribundo, de bendecirlos y de indicar a la Orden sus últimas voluntades. Llamado fray Benito de Piratro, Francisco le dictó: «Ya que la debilidad y los dolores de mi enfermedad me impiden hablar, voy a dejar expresada a mis hermanos mi última voluntad en tres frases: que, en señal del recuerdo de mi bendición y testamento, se amen y se respeten siempre unos a otros; que amen y respeten siempre a nuestra señora la santa pobreza; que sean siempre fieles y sumisos a los prelados y a todos los clérigos de la santa madre Iglesia» (LP 59).

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Hay que subrayar el fuerte acento puesto sobre el amor fraterno como fundamento inquebrantable de la vida minorítica, la insistencia en la pobreza y la importancia dada al sentido eminentemente eclesial de su fraternidad. Restablecido un poco, después de la llegada de fray Elías a Siena, el Santo fue llevado a «le Celle» de Cortona (1 Cel 105). Durante el viaje encontró a un pobre; Francisco se dirigió a su compañero pidiéndole: «Es necesario que devolvamos el manto al pobrecillo, porque le pertenece. Lo hemos recibido prestado hasta topar con otro más pobre que nosotros». El compañero, que advertía cuánto lo necesitaba el compasivo Padre, se resistía a que, negligente consigo, se cuidara de otro; a lo que el Santo respondió, poniendo en evidencia el aspecto social de los bienes materiales: «Yo no quiero ser ladrón; se nos imputaría a hurto si no lo diéramos a otro más necesitado» (2 Cel 87). Otro hecho semejante sucedió en el eremitorio de «le Celle», donde el Santo «restituyó» otro manto a un pobre, a quien se le había muerto la mujer, dejando a la familia en la miseria (2 Cel 88).

«Al poco tiempo de morar allí, comenzó a hinchársele el vientre; la hinchazón se extendió a piernas y pies, y el estómago se le fue debilitando tanto, que apenas podía tomar alimento. Rogó más tarde al hermano Elías que lo trasladase a Asís. El buen hijo hizo lo que el amoroso Padre le mandó, y, dispuesto todo lo necesario, lo llevó al lugar deseado. Se alegró la ciudad a la llegada del bienaventurado Padre y toda lengua loaba a Dios; el pueblo todo esperaba que presto había de morir allí el santo de Dios, y ésta era la causa de tan desbordante alegría» (1 Cel 105). Para comprender esta alegría, hay que tener en cuenta el extraordinario culto que el hombre medieval tributaba a las reliquias de los santos. Las autoridades civiles de Asís tomaron las oportunas medidas para garantizar el regreso del Poverello, a fin de que la gran rival, Perusa, no consiguiera apoderarse de tan sagrados despojos.

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Francisco, tiempo entre su ultima enfermedad y su transito. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: Octaviano Schmucki, O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. Para evitarle el intenso calor de los meses de verano, el enfermo, presumiblemente a comienzos de julio de 1226, fue trasladado de Santa María de los Ángeles a Begnaia, en Nocera Umbra, una región conocida por lo saludable de sus aires y de su agua. Allí había sido construida recientemente una casa para los frailes. Al agravarse los fenómenos patológicos y sobrevenirle una hidropesía en los pies y en los muslos, los habitantes de Asís se alarmaron. El podestà Berlinguerio de Jacobo de Florencia mandó una embajada de caballeros para escoltarlo hasta Asís. Durante el lento y fatigoso traslado, la comitiva pasó cerca del pueblo de Satriano. Siendo la hora de comer, Francisco envió a toda la comitiva a pedir limosna por las casas, en vez de confiar en su dinero; así experimentarían la generosidad del gran Limosnero (2 Cel 77; LP 96). En ausencia del obispo Guido, que se encontraba en peregrinación a la iglesia de San Miguel, en el monte Gargano de la Pulla (2 Cel 220), Francisco, sin poderse ya mover (1 Cel 107; 2 Cel 210), fue acomodado en una habitación del palacio episcopal de Asís. El pueblo temía que el Santo muriese de noche y que los frailes lo trasladaran a otra ciudad; por eso, determinaron montar guardia todas las noches (LP 99). El compilador, en un relato que tiene todos los signos de credibilidad, nos muestra la gran alegría de espíritu con que el Poverello esperaba su nacimiento para el cielo: «El bienaventurado Francisco estaba muy enfermo. Para confortar su espíritu y para evitar que decayera su ánimo por las muchas y diversas dolencias, con frecuencia mandaba por el día a sus compañeros que cantaran las alabanzas del Señor que había compuesto mucho antes durante su enfermedad. También les hacía cantar por la noche, para edificación de los que, por él, montaban guardia alrededor del palacio». Fray Elías se creyó en la obligación de recordarle que no era el momento indicado para tanta alegría, y que pensase en la muerte. Es tan significativa la respuesta del enfermo, que merece ser citada por entero: «¿Recuerdas la visión que tuviste en Foligno, en la que, según me dijiste, una voz te advirtió que yo no viviría más que dos años? (cf. 1 Cel 109). Antes de tu visión, con frecuencia, de día y de noche, pensaba en la muerte, por la gracia del Espíritu Santo, que despierta todo buen pensamiento en la mente de sus fieles y pone toda palabra buena en sus labios. Pero después de tu visión he procurado con mayor solicitud pensar en la hora de mi muerte». Y añadió con gran fervor de espíritu: «Deja, hermano, que me alegre en el Señor y que cante sus alabanzas en medio de mis dolencias; por la gracia del Espíritu Santo estoy tan íntimamente unido a mi Señor, que, por su misericordia, bien puedo alegrarme en el mismo Altísimo» (LP 99). Muy probablemente en el mes de septiembre elaboró su Testamento, ayudado por el consejo de sus compañeros íntimos. Lo pensó como «recuerdo, admonición, exhortación y mi testamento», con la siguiente intención: «para que la Regla que prometimos al Señor, la observemos más católicamente» (Test 34). Por eso, el seráfico Padre trazó las principales fases de su conversión a la vida «según la forma del santo Evangelio» (Test 14), partiendo de la heroica renuncia de sí mismo al besar al leproso, hasta el saludo evangélico: «El Señor te dé la paz» (Test 1-2; 23).

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En el Testamento son recordados, como puntos particularmente característicos de la vida franciscana: la adoración de la cruz, el culto a la Eucaristía y a todo lo relacionado con ella, la reverencia a los sacerdotes, aun en el caso límite de que sean pecadores públicos, y a los teólogos, como ministros de la palabra divina, la pobreza en el vestir y en las residencias de los frailes, la simplicidad evangélica que declina cualquier predominio cultural, el humilde y asiduo trabajo manual de todos y, en caso de necesidad, el pedir la limosna de puerta en puerta, el ideal de la vida peregrinante, la renuncia a privilegios que eximan a la Orden de la autoridad diocesana, la celebración del oficio divino según la forma de la Capilla pontificia de Roma, la obediencia pronta y absoluta a la autoridad de la Orden. El rico mensaje del Testamento merece, especialmente en este año jubilar, convertirse en objeto de profunda reflexión, tanto personal como comunitaria.

Estando todavía en el palacio episcopal de Asís, fue visitado por el médico Bongiovanni de Arezzo, gran amigo suyo. Al preguntarle Francisco sobre su estado de salud, el médico, con una respuesta evasiva, quiso desviar el tema, pero el enfermo insistió en saber toda la verdad: «Hermano, dime la verdad; yo no soy un cobarde que teme a la muerte. El Señor, por su gracia y misericordia, me ha unido tan estrechamente a Él, que me siento tan feliz para vivir como para morir». Después de una declaración así, el médico no dudó en decirle: «Padre, según nuestros conocimientos médicos, tu mal es incurable, y morirás a fines de septiembre o hasta allá por el 4 de octubre». «El bienaventurado Francisco, que yacía enfermo, extendió los brazos y levantó sus manos hacia el cielo con gran devoción y reverencia, y exclamó con gozo inmenso interior y exterior: "Bienvenida sea mi hermana la muerte"» (LP 100). Al mismo contexto psicológico pertenece el anuncio de la muerte inminente por parte de un fraile anónimo, tal vez fray Elías (LP 7). Francisco hizo llamar a fray Ángel y a fray León para que le cantaran el Cántico del hermano sol, al cual le añadió, en esta ocasión, la estrofa de la «hermana muerte»: «Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal, de la cual ningún hombre viviente puede escapar. ¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal! Dichosos aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad, porque la muerte segunda no les hará mal». El Poverello, durante la última enfermedad, cayó en un estado de ansiedad, creyendo que tenía demasiada condescendencia con su cuerpo. Pidió consejo a un fraile y éste le indicó que sería un pecado contra el Señor abandonar «en necesidad tan manifiesta a un amigo tan fiel (su cuerpo)». Después de dar gracias al fraile por haberle ayudado a superar sus escrúpulos, Francisco se dirigió a su cuerpo y le dijo: «Alégrate, hermano cuerpo, y perdóname, que ya desde ahora condesciendo de buena gana al detalle a tus deseos y me apresuro a atender placentero tus quejas» (2 Cel 211). La conciencia de tener una misión religiosa particular respecto a sus hijos, explica la frecuencia e intensidad con que los bendijo antes de dejarlos (1 Cel 108; 2 Cel 216). Celano anota expresamente que el Santo se encontraba entonces en el palacio episcopal de Asís (1 Cel 108). A finales de septiembre, presintiendo su tránsito, pidió a los frailes que lo llevaran a la Porciúncula, porque quería morir donde había comenzado (1 Cel 108). Cuando los frailes llegaron a la altura del hospital de San Salvador delle Pareti, se hizo poner de cara a Asís para bendecir a su ciudad con una conmovedora oración dirigida a Cristo (LP 5). El enfermo fue colocado probablemente en una cabaña cercana al santuario mariano. Las fuentes antiguas revelan concordemente que Francisco, tanto a lo largo de su vida como antes de morir, había recomendado la Porciúncula como cuna de la Orden minorítica (LP 56; TC 56). Después de una noche de insomnio a causa de una crisis aguda de sus males (tal vez el viernes 25 de septiembre), Francisco, creyendo equivocadamente que era jueves, quiso imitar la última Cena. Pidió que se le leyese el evangelio del lavatorio de los pies (Jn 13,1-15). Después, inspirándose probablemente en los usos monásticos, bendijo pan y lo distribuyó entre los presentes (LP 22; 2 Cel 217; 1 Cel 110). Durante la última semana de la vida del Poverello, entre el sábado 26 de septiembre por la tarde y el sábado 3 de octubre por la tarde, vino a la Porciúncula la noble dama Jacoba Frangipane de Sietesolios, de la familia Normanni, junto con su hijo Juan y una gran comitiva, para ver por última vez a su gran amigo moribundo. El mismo Francisco había indicado a sus compañeros el deseo de que se le advirtiese a ella el estado de salud en que se encontraba, y que trajera todo lo necesario para sus funerales, además de los «mortariola», es decir, «pasteles hechos con almendras, azúcar, miel y otros ingredientes»; esto era lo que ella le preparaba cuando el Santo iba a Roma (LP 8). Cuando los frailes preparaban la carta y buscaban al portador de la misma, he aquí que se presentó la noble dama con su comitiva, trayendo todo lo que Francisco deseaba (3 Cel 37).

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Otra prueba de la gran sensibilidad y de una actitud humana y profundamente equilibrada, es la carta que Francisco hizo enviar a santa Clara. La Santa estaba también muy enferma y se encontraba desconsolada pensando que iba a morir antes de volver a ver «a quien, después de Dios, consideraba como a padre suyo». Al saberlo Francisco, le envió una carta con su bendición, prediciéndole que lo volvería a ver ya muerto (LP 13).4

El mismo día que Jacoba de Sietesolios preparó los pasteles, Francisco se acordó de fray Bernardo de Quintaval, el primer compañero que le había dado el Señor, y lo bendijo (LP 12). Las fuentes, tanto oficiales como anónimas, nada dicen del momento en que Francisco recibió los últimos sacramentos. Con todo, no se puede dudar del hecho, tanto menos por cuanto el enfermo era consciente de la gravedad de su estado y tenía una devoción ardiente al sacramento del Cuerpo de Cristo. Elemento primordial de la actual celebración litúrgica del tránsito de san Francisco es el canto del Salmo 141 (142): «Voce mea». Faltan elementos históricos para suponer que el Santo haya muerto recitando este Salmo; Celano nos dice que, en uno de los últimos días de su vida, entonó con voz débil dicho Salmo (1 Cel 109). Habiendo aprendido a leer y a escribir probablemente con la ayuda del salterio en la escuela parroquial de San Jorge, no sorprende el predominio que este libro tuvo en su piedad. Sabiéndolo de memoria, se le había convertido en alimento espiritual y en habitual oración. 5 «Los pocos días que faltaban para su tránsito los empleó en la alabanza, animando a sus amadísimos compañeros a alabar con él a Cristo» (2 Cel 217). De hecho, llamó a dos íntimos compañeros para que le cantaran el Cántico del hermano sol, junto con la estrofa de la muerte. En estos últimos versos, Francisco alcanza el vértice de una visión mística de la muerte (1 Cel 109; 2 Cel 217). Francisco murió el 3 de octubre, sábado, por la tarde, de 1226, «cumplidos los veinte años de su total adhesión a Cristo en el seguimiento de la vida y huellas de los Apóstoles» (1 Cel 88). El domingo por la mañana, 4 de octubre, el cuerpo muerto del Poverello fue colocado en una arca; reunido el pueblo de Asís y el clero, fue llevado a la ciudad, en medio de cánticos y ramos de olivo. Al llegar el cortejo al monasterio de San Damián, fue quitada la reja de hierro por donde las monjas recibían la comunión. «Los hermanos tomaron de la camilla el santo cuerpo y lo sostuvieron en sus brazos delante de la ventana durante largo rato. La señora Clara y sus hermanas se consolaron muy mucho viéndole, aunque derramaron abundantes lágrimas y sintieron gran dolor, pues después de Dios era él, en este mundo, su único consuelo» (LP 13; 1 Cel 116-117). En la iglesia parroquial de San Jorge, encontró su primer reposo; aquí mismo, más tarde, el 12 de agosto de 1253, sería sepultada santa Clara, la más fiel de todos los discípulos de san Francisco (LCl 48).

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Ideas y Sugerencias Inspiradas en la Muerte de San Francisco. Bibliografía: Franciscanos.Org Autor: Octaviano Schmucki, O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Formación. Valor: Franciscano. IDEAS Y SUGERENCIAS INSPIRADAS EN LA MUERTE DE SAN FRANCISCO Tras el intento de reconstruir los principales acontecimientos acaecidos entre la crucifixión mística del Poverello y su tránsito, parece oportuno confrontarnos con algunos aspectos del ocaso de su vida terrena que, trascendiendo el nivel contingente, reclaman nuestra atención. 1. Al releer los hechos biográficos, llama la atención el vigor con que el enfermo, ya casi sin fuerzas físicas, realizaba su misión religiosa. Quien sufre un mal incurable, del que está perfectamente informado, y está postrado en el lecho por largo tiempo condicionando la libertad ajena, fácilmente se desanima. Este peligro fue tanto más agudo para Francisco por cuanto sus males abatían sus fuerzas físicas con inevitables repercusiones psíquicas. Baste pensar en la ceguera a causa del tracoma crónico y en los males colaterales a la caquexia malárica, como la anemia, el tumor esplénico y hepático, la inapetencia, la digestión irregular, las frecuentes hemorragias de la nariz y de las encías. De donde, no puede menos que sorprender la inquebrantable fuerza de ánimo con que él, en medio de terribles sufrimientos, vivía su vocación evangélica y ejercía su función de fundador. Es significativo a este respecto el testimonio de Celano: Francisco enfermo «se proponía llevar a cabo grandes proezas bajo la jefatura de Cristo, y, a pesar de irse descomponiendo sus miembros, y muerto ya su cuerpo, esperaba que con una nueva batalla había de conseguir el triunfo sobre el enemigo. Es que la virtud no conoce el límite del tiempo, porque espera un premio eterno» (1 Cel 103). El mismo Celano resalta una actitud que es típica en los moribundos, o sea, fijar la mirada del espíritu en el pasado lejano: «Ardía en deseos vehementes de poder volver a aquellos comienzos de humildad, y, gozoso en la esperanza por la inmensidad de su amor, cavilaba en reducir su cuerpo, ya extenuado, a la antigua servidumbre» (1 Cel 103). Con particular esfuerzo cuidaba la serenidad interior, venciendo cualquier preocupación terrena o búsqueda afanosa. Volviéndose a sus hijos les dijo: «Comencemos, hermanos, a servir al Señor Dios, pues escaso es o poco lo que hemos adelantado». Celano añade: «No pensaba haber llegado aún a la meta, y, permaneciendo firme en el propósito de santa renovación, estaba siempre dispuesto a comenzar nuevamente» (1 Cel 103). El Poverello, pues, estaba muy lejos de pensar que había «llegado». Un irresistible impulso interior lo empujaba a acercarse siempre más al ideal de su vocación carismática: vivir como peregrino del Absoluto, hacer en sí mismo de tal modo visible a Cristo que se convirtiese en un símbolo suyo vivo y diáfano, así como abrirse a todas las criaturas con espíritu puro y fraterno. Para las implicaciones espirituales de la exhortación de Francisco: «Comencemos, hermanos», remito a la encíclica de los Ministros generales franciscanos (cf. Selecciones de Franciscanismo, n. 12 (1975) 261-268). Particular atención merecen las aspiraciones concretas del moribundo, que veremos más adelante. Por tratarse de elementos cualificadores del espíritu franciscano originario, no podrán ser postergadas por quien busca una más convincente identidad espiritual. El programa religioso primitivo de la Orden comprende, ante todo, la vida contemplativa, la «minoridad» -no tanto proclamada con palabras, cuanto vivida efectivamente- y la solidaridad con los que sufren y los marginados. 2. Las últimas disposiciones de un moribundo requieren la máxima fidelidad en su ejecución por parte de aquellos a quienes van dirigidas. El pequeño Testamento de Siena y el otro más grande, de Asís, de 1226, constituyen, ellos solos, un amplio objeto de reflexión para todos los hijos e hijas de san Francisco. No es éste el lugar para esbozar sus aspectos más salientes. Con todo, me parece útil hacer algunas indicaciones sobre el género literario y la intención específica del Testamento. No necesita ser demostrado que el Poverello no intentaba redactar un testamento jurídico, disponiendo de bienes materiales.

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De todo el contexto resulta que él quiso trazar algunos elementos de la propia vocación evangélica y de la misión especial de su Orden, para estimular a sus hijos a su observancia. Él lega su bendición paterna y estipula una alianza de perenne caridad con todos aquellos de entre sus hijos que se inspiraran, para la propia vida, en su «testamento espiritual». El Testamento es, por consiguiente, un documento religioso de valor inestimable, incluso porque completa e ilumina los rasgos característicos del carisma franciscano tal como son propuestos en las Reglas y en los otros escritos del Santo. En el Testamento aparece claramente el papel central del misterio eucarístico en la piedad y en el ministerio apostólico de los frailes. Así como san Francisco asumió dócilmente e integró perfectamente las enseñanzas eucarísticas del Concilio IV de Letrán y de Honorio III, 6 tanto en su espiritualidad como en su programa de acción pastoral, así también a sus hijos de hoy les queda mucho por descubrir y por realizar los impulsos doctrinales y espirituales del Vaticano II y de Pablo VI sobre este misterio. Entre sus otras exhortaciones, considero de una particular actualidad el exquisito sentido eclesial de Francisco, como directa o indirectamente deja entrever el Testamento. En un reciente estudio sobre Francisco y el misterio de la Iglesia, 7 he constatado la profundidad y coherencia con que el Santo vivió la comunión eclesial. En ningún escrito, ni en los Opúsculos ni en las Vidas antiguas, se ha encontrado ni el más mínimo vestigio de crítica o contestación, ni siquiera verbal, contra la autoridad eclesiástica, aunque no faltasen, por cierto, ante sus ojos, abusos clamorosos de poder espiritual por parte de los obispos o sacerdotes. Su protesta estaba constituida únicamente por el radicalismo de una vida plenamente conforme a las exigencias del Evangelio. 8 Lenguaje éste que tenía una fuerza persuasiva que era muy difícil no sentir. Después del Concilio Vaticano II se ha puesto de moda sentar incesantemente en el banquillo de los acusados al Papa y a los Obispos, «contestar» todo lo que huele a autoridad y obediencia eclesial, acumular documentos y proclamas destinados la mayoría de las veces a aumentar la montaña de papel de los programas nunca realizados. El sentido de mesura y de discreción, el gran respeto a la autoridad constituida y la admirable fusión entre palabra y vida de san Francisco, podrían contribuir eficazmente a vencer en la Iglesia de hoy la polaridad lacerante entre las varias corrientes y la continua humillación de aquellos que han sido puestos por el Espíritu Santo para apacentar a la Iglesia de Dios (cf. Hch 20,28), así como el refinado pero estéril verbalismo de sínodos, comisiones y consejos a todos los niveles. 3. En los últimos años de la vida del Poverello, destaca el sufrimiento físico debido a las muchas y graves enfermedades. Así, por ejemplo, los ataques de tracoma le causaron cefalea y presiones en el bulbo ocular casi insoportables y sin remedio que las mitigase. Las frecuentes recaídas en la fiebre malaria, junto a la consiguiente dispepsia, lo debilitaron enormemente. Que Francisco, en medio de los dolores lacerantes, postrado por un agotamiento total y sujeto a la continua dependencia humillante de la asistencia de los compañeros, permaneciese alegre, no llamando a sus enfermedades ni siquiera cruces, sino hermanas, constituye uno de los grandes motivos de su grandeza moral. Detrás de esta rara actitud, no se esconde una búsqueda morbosa del dolor en sí mismo, aunque el Poverello, por espíritu de pobreza y de abandono a la divina Providencia, creyese que no podía aceptar el tratamiento de los médicos, hasta que fray Elías no se lo mandó por obediencia (1 Cel 98). De todo el contexto de los dos últimos años de su vida, de los testimonios explícitos de los biógrafos y del calificativo de «hermana» dado a la enfermedad, se deduce que Francisco vivió el martirio de sus enfermedades en comunión íntima con Cristo crucificado. El aguante paciente de los sufrimientos extenuantes lo hizo plenamente partícipe de la obra salvífica de Cristo. En confirmación de lo dicho, baste una cita de Celano: a la pregunta de un fraile sobre qué prefería más, sus enfermedades o un martirio cruento, Francisco respondió: «Hijo mío, para mí lo más querido, lo más dulce, lo más grato, ha sido siempre, y ahora lo es, que se haga en mí y de mí lo que sea más del agrado de Dios. Sólo deseo estar en todo de acuerdo con su voluntad y obedecer a ella. Pero el sufrir tan sólo tres días esta enfermedad me resulta más duro que cualquier martirio. Lo digo no en atención al premio, sino a las molestias que trae consigo». Y añade el biógrafo: «¡Oh mártir! Mártir que toleraba sonriente y lleno de gozo aquello que sólo verlo resultaba dolorosísimo y penosísimo a todos. No había quedado en él miembro que no sufriera intensamente; y, perdiendo poco a poco el calor natural, día a día se iba avecinando el final. Los médicos se quedaban estupefactos y los hermanos maravillados de cómo un espíritu podía vivir en carne tan muerta, pues, consumida la carne, le restaba sólo la piel adherida a los huesos» (1 Cel 107). En una época en que la salud es considerada como el único metro de la vida e, incluso, no se duda en sostener la legitimidad de la eutanasia activa en caso de enfermedades incurables, no es fácil, ciertamente, hacer valer la enseñanza espiritual de Francisco enfermo. Prescindiendo de su negativa a hacerse curar, su comportamiento no ha perdido nada de su perenne actualidad. La experiencia dolorosa de la enfermedad se convierte en «hermana» para aquellos que, en comunión íntima con el Redentor y a la espera confiada del premio eterno, soportan serenamente la propia impotencia y sufrimiento, considerándolos como medio de maduración y purificación interiores, y de enriquecimiento espiritual en favor de los miembros del Cuerpo místico de Cristo (Col 1,24).

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Francisco tuvo el consuelo de ser asistido amorosamente por compañeros que lo amaban de corazón: Fr. Ángel Tancredi, Rufino de Asís, León y, probablemente, Juan «de Laudibus», los cuales «con toda vigilancia, con el mayor interés, con toda su voluntad, velaban por el descanso espiritual del bienaventurado Padre y atendían a la debilidad de su cuerpo, sin recusar molestias o trabajos, consagrados por entero al servicio del Santo» (1 Cel 102). El mismo Pobrecillo, sobre todo al inicio de su conversión, se había prodigado entre los leprosos, «vivía con ellos y servía a todos por Dios con extremada delicadeza: lavaba sus cuerpos infectos y curaba sus úlceras purulentas...» (1 Cel 17). La asistencia espiritual y corporal de los enfermos ha de considerarse como un elemento cualificante del carisma franciscano y capuchino. El año jubilar habría alcanzado un objetivo muy importante, si hubiese suscitado mayor comprensión y dedicación hacia los hermanos y hermanas que sufren enfermedad. No hace falta demostrar que en este esfuerzo los hermanos ancianos, enfermos o inválidos de nuestras fraternidades merecen un lugar de honor. Seríamos incongruentes hasta el máximo, si hablásemos de compromiso social y promoviésemos iniciativas para el Tercer Mundo y, al mismo tiempo, dejásemos sufrir en solitario al hermano, sin visitarlo nunca, incluso durante meses, con el engañoso pretexto de no tener tiempo... 4. Desde esta misma perspectiva hay que considerar la visión mística de la muerte que tenía el Poverello. Él no sufre una especie de fatalismo, sino que vive gozosamente la propia muerte, convirtiéndose en protagonista y transformándola en alabanza divina. No sólo quiso ser cabalmente informado sobre la gravedad de su mal, sino que vivió en primera persona cada uno de los momentos de la aproximación de su tránsito. La serie de acciones simbólicas, particularmente la imitación de la Última Cena, demuestra que Francisco, en los últimos días, experimentaba una participación íntima en la muerte de Cristo (cf. LM 14,4). Otra característica de la muerte de Francisco es la inmensa alegría y esperanza con que esperó la hora suprema. Lo confirma inequívocamente el Cántico de las criaturas, en el que incluso da la bienvenida a la «hermana muerte». No es que a Francisco le pasase desapercibido el gran riesgo que significa para todo hombre el tránsito; de hecho, en su cántico jubiloso habla también de la terrible posibilidad de morir en pecado mortal y de sufrir, consiguientemente, la segunda muerte con el tormento eterno (cf. Ap 2,11). Pero Francisco, tranquilizado explícitamente por una manifestación mística de Dios, está firmemente convencido de que para él la eternidad ha comenzado ya durante su peregrinación terrena. Mirando tan intensamente el punto de llegada y proyectándose totalmente hacia el más allá, el enfermo casi olvida el temible paso. La muerte se transforma de amenaza en amiga, porque acompaña a través del portal que abre el acceso al gozo infinito e interminable. El fundamento del gozo extático con que el Santo salió al encuentro de la «hermana muerte» lo constituye su encontrarse plenamente entregado a la «santísima voluntad». Si este comportamiento le fue siempre congenial desde que el Señor lo llamó a su seguimiento, lo fue de manera todavía más evidente en sus últimas enfermedades. Así lo confirma el episodio que relata san Buenaventura: «A pesar de sufrir en su cuerpo tan acerbos dolores, pensaba Francisco que a sus angustias no se les debía llamar penas, sino hermanas. Cierto día en que se veía más fuertemente afligido que de ordinario por las punzadas del dolor, le dijo un hermano de gran simplicidad: "Hermano, ruega al Señor que te trate con mayor suavidad, pues parece que hace sentir sobre ti más de lo debido el peso de su mano". Al oír estas palabras, exclamó el Santo con un gran gemido: "Si no conociera tu cándida simplicidad, desde ahora detestaría tu compañía, porque te has atrevido a juzgar reprensibles los juicios de Dios respecto de mi persona". Y, aunque estaba su cuerpo triturado por las prolijas y graves dolencias, se arrojó al suelo, recibiendo sus débiles huesos en la caída un duro golpe. Y, besando la tierra, dijo: "Gracias te doy, Señor Dios mío, por todos estos dolores, y te ruego, Señor mío, que los centupliques, si así te place; porque me será muy grato que no me perdones afligiéndome con el dolor, siendo así que mi supremo consuelo se cifra en cumplir tu santa voluntad"» (LM 14,2). El mensaje de Francisco moribundo a los cristianos de hoy me parece actual más que nunca. Ante la evasión y la conjura de silencio en torno al fenómeno «muerte», es necesario renovar el alegre anuncio de la muerte cristiana como paso confiado del estado de peregrinos terrenos a la patria eterna. Es una incalificable injusticia que una ciencia médica, en continuo progreso, siga dejando que tantos hombres de hoy terminen su vida en la inconsciencia y clandestinidad, con un deceso puramente biológico, sin que lo prevean ni mucho menos lo vivan personalmente. De la experiencia de Francisco deberá llegar a sus hijos un fuerte impulso a asumir con pleno conocimiento y alegría cristiana el misterio de la propia muerte, y a ayudar eficazmente a los demás para que consigan vivir su paso a la vida eterna como la «opción final», a saber: que respondiendo a la llamada de la gracia, den a la propia vida, en el momento de concluirla, una determinación definitiva, abriéndose totalmente a Dios. Puesto que el carisma franciscano está esencialmente caracterizado por el ideal del éxodo y del exilio, el momento decisivo del traspaso ofrece el don incomparable de vivir tal espíritu hasta el fondo. Evidentemente, los hermanos enfermos tienen el derecho y además una gran necesidad de ser oportunamente informados y eficazmente confortados para poder vivir la propia muerte en primera persona. Pero es también evidente que esta meta se extiende igualmente al programa pastoral que hemos de desarrollar en los hospitales y parroquias que se nos confíen. Considero que el apostolado entre los enfermos, por su particular connaturalidad con los propósitos espirituales de san Francisco, constituye uno de los campos de acción más auténticamente nuestro.

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Con esto, me parece haber trazado algunas líneas de reflexión suscitadas por la relectura histórica y espiritual de los dos últimos años de la vida del Poverello. Quisiera subrayar que ha sido un ámbito muy limitado de sugerencias, que podrían multiplicarse y profundizarse. Así, han quedado inevitablemente en la sombra muchos temas relativos al Testamento, como, por ejemplo, la constante fidelidad, por una parte, al carisma personal de vida evangélica, incluso en las cambiantes condiciones de su existencia, y, por otra, la dúctil apertura a la voluntad divina en la evolución y clarificación de la vocación, tanto la personal de Francisco como la colectiva de la Orden. Sería, además, muy seductor recoger las enseñanzas referentes a su innato pudor espiritual, ajeno a toda forma de exhibicionismo religioso, y a su comportamiento con las mujeres, transido de gran respeto, naturalidad y bondad. En los sucesos del ocaso de su vida terrena se refleja, finalmente, su visión mística de la naturaleza, de la que el Cántico de las criaturas es sólo uno de los aspectos más iluminadores. Desde cualquier perspectiva que se le observe, Francisco revela aspectos siempre nuevos e inesperados. La razón de una riqueza tan inexplicable brota, como se destaca en la relación de la aparición de Francisco difunto a un hermano (2 Cel 219), de la conformidad e identificación de Francisco con Cristo. La irradiación religiosa de Francisco tiene su fuente perenne en Jesucristo: Francisco vivió el espíritu de Él y actuó tanto el ejemplo de Él como las enseñanzas de Él hasta un grado de sorprendente conformidad. Actuó el Evangelio con tanta viveza en su vida que se convirtió él mismo en alegre anuncio evangélico, referencia espontánea a Cristo y viva imagen de su cruz.

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Un Perfil de Jesús: Su Obediencia. Bibliografía: Cristiandad.Org Autor: Dra. Zandra María Franceschi de Jean-Francois. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. Un perfil de Jesús: Su obediencia Si al escuchar Su llamada, le abrimos la puerta de nuestro corazón, Él que es la Luz, entrará en nuestras vidas e iluminará nuestro mundo. Durante Su vida pública, Jesús, Nos habla de ese amor infinito de Dios al hombre, nos urge a la conversión, a la oración, al perdón y al amor. Los evangelistas nos revelan las diferentes facetas del Rabí y al sumergirnos a través de ellas, Su obediencia resulta un contrapunto que hiere nuestras realidades. Y es que Jesús constantemente nos está invitando a seguirle...imitándole. Cada página de Su vida es una constante llamada impregnada de amor y de obediencia. En un acto de obediencia (Jesús) se somete, voluntariamente, a los designios del Padre, se hace hombre para a través de Su Sacrificio, elevarnos a la condición de Hijos de Dios. Y es que en el maravilloso Jesús, la obediencia alcanza dimensiones imposibles de comprenderse desde los parámetros del Criterio Humano, pues va más allá de las fronteras de nuestro mundo contemporáneo. Es que a Jesús hay que vivirlo para sentirlo para entonces verlo. Lo vivimos al reconocer nuestra nada para sentir Su Divinidad y entonces verlo impregnado en cada obra de Su Creación. De este modo el alma, en un génesis de amor, percibe Su grandeza y se impregna de Su obediencia. Es entonces cuando, el ser humano le reconoce y en un acto de arrepentimiento y conversión se entrega a Sus brazos salvíficos para dócil a Su amor y por la gracia del Espíritu Santo, volver a nacer. Es cuando cobran vida aquellas palabras del Evangelio que nos dice: “ Quienes lo recibieron y creyeron en Él, les concedió el privilegio de llegar a ser Hijos de Dios”. ( Jn..1,12). Gracias a Su obediencia hemos alcanzado privilegio tal. Jesús nos conoce, y siempre, obediente, manso y humilde, continúa Su Salvífica Misión e intercede suplicante al Padre: “Cuídalos con el poder de Tu nombre, el nombre que me has dado. Que estén, completamente unidos, como Tú y Yo”. (Jn. 17,11). Jesús es así: Grande como Dios, obediente como Hijo y Misericordioso como Rey. Se nos presenta HOY en nuestras vidas y nos dice, a ti y a mí, hermano y hermana que me lees: “VEN Y SIGUEME”, “BAJA ENSEGUIDA”, “MIRA YO ESTOY LLAMANDO A LA PUERTA, SI ALGUIEN OYE MI VOZ Y ABRE LA PUERTA, ENTRARE EN SU CASA Y CENAREMOS JUNTOS”. (Mt. 4,19; Lc. 19,5; Apoc.3,20). Si al escuchar Su llamada, le abrimos la puerta de nuestro corazón y obedientes (como Él) lo dejamos todo para seguirle bajando de las equívocas alturas donde nos ubican del mundo sus ídolos, entonces y sólo entonces, el que es la Luz, entrará en nuestras vidas e iluminará nuestro mundo, para que, a imagen y semejanza Suya (como fuimos creados) entendamos que : “Dios es amor, y el que vive en el Amor, vive en Dios y Dios vive en El” según nos enseña Su Palabra.

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La Comunicación en la Familia. Bibliografía: Consultores en Efectividad Organizacional Autor: Jorge Zuloaga y Norah Franco de Zuloaga Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. La comunicación en la familia ¿Cómo generar un ambiente de confianza y vínculos comunicativos efectivos?, ¿de qué manera la familia contribuye en la formación de actitudes positivas a través del diálogo y el silencio? RESUMEN La relaciones familiares, debido al ambiente de seguridad y confianza y a los lazos emocionales y psicológicos que logran desarrollar entre sus miembros, se convierten en un medio natural para que sus integrantes descubran formas para ayudarse y complementarse, satisfaciendo muchas de sus necesidades, especialmente las más profundas y complejas como las emocionales y afectivas. Cuando los miembros de una familia aprenden a comunicarse identificando el: cómo, cuándo, dónde y en que tono hablarse; de tal forma que logran construir una relación positiva y sólida, han dado un paso vital, contribuyendo a que la familia cumpla con su misión al crear condiciones para que todos los involucrados se sientan: queridos, apoyados, tomados en cuenta y con posibilidades reales de ser mejores personas. Para aprender a comunicarse con efectividad dentro de la familia se requiere: tomar en cuenta las diferencias interpersonales, adecuar las formas de comunicación de acuerdo a personas, edades y circunstancias, emplear enfoques específicos para comunicarse con los hijos en sus diferentes etapas de desarrollo, principalmente en la edad adolescente, tener conciencia de los errores y fallas que pueden afectar negativamente el proceso, y saber aprovechar la comunicación como medio para transmitir valores y dar dirección y rumbo a la vida familiar. 1 Elementos básicos para la comunicación dentro de la familia. La sabiduría popular utiliza ejemplos y expresiones muy ilustrativos para facilitar la comprensión de situaciones complejas. Por ejemplo, se dice que se está llevando a cabo un “Diálogo de sordos”, cuando dos personas se tratan de comunicar, pero ninguna de ellas tiene la apertura suficiente para ponerse en el lugar del otro y tratar de comprenderlo. La idea contenida en la expresión “Diálogo de sordos” pone en evidencia el hecho de que la comunicación implica un proceso completo, en el que interviene, por parte de todos los involucrados, tanto el hablar como el escuchar y tratar de comprender lo que se está comunicando. No se trata pues de un simple acto de mandar información. Con frecuencia se considera que hablar es sinónimo de comunicación, sin embargo, el mero hecho de pronunciar palabras y transmitir sonidos no cumple con el verdadero propósito de la comunicación, que se centra en: establecer un lazo entre el que envía un mensaje y aquel que lo recibe. Un ejemplo de esta situación se puede observar en los discursos de algunos políticos, a través de los cuales ponen en evidencia que es posible hablar, hablar y hablar, pero no obstante la avalancha de palabras que se emplean, en realidad no se está transmitiendo ningún mensaje, ni se está haciendo verdadero contacto con quienes escuchan. Ese papel que juegan los mensajes entre las personas que se relacionan entre sí, ha sido analizado con mucha profundidad por expertos, que se han enfocado a analizar la forma como evolucionan los procesos de integración en equipos de trabajo dentro de las empresas, llegando a la conclusión de que cuando las personas reciben mensajes que les hacen sentirse valiosas, importantes,

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respetadas y apreciadas, tienden a tomar una actitud receptiva y abierta, facilitando la integración y el desarrollo de la relación.

A. Relación entre comunicación y relación interpersonal. Los estudios realizados en ese sentido han puesto en evidencia que la comunicación constituye un elemento clave para el desarrollo de una relación, tanto en lo que se dice con palabras como en lo que se transmite a través de comportamientos actitudes y gestos. La comunicación es esencial en las relaciones interpersonales, ya que constituye un medio insustituible para entrar en contacto con las demás personas, conocer sus ideas y captar sus intereses, preocupaciones y sentimientos. También es uno de los mejores recursos disponibles para lograr un mayor acercamiento, desarrollar la intimidad, aclarar los hechos frente a malentendidos y ayudar a que las personas comprendan los puntos de vista de quienes las rodean o se relacionan con ellas. Una relación crece cuando los mensajes que se transmiten entre las personas que la viven manifiestan aprecio, respeto y reconocimiento. Y en contrapartida, la relación se deteriora cuando se transmite desinterés, sarcasmo, cinismo o desprecio. Cuando la comunicación se enfoca en forma constructiva, constituye un poderoso medio para lograr el desarrollo de relaciones positivas, facilitar la comprensión y el apoyo mutuos y un poderoso mecanismo para prevenir o desactivar conflictos. Sin embargo, con frecuencia se hace mal uso de ella, ya que se utiliza para agredir, ofender y lastimar, provocando que en lugar de ser un medio de acercamiento y conocimiento mutuos, sea causa de distanciamiento, separación y ruptura. Cuando la comunicación se utiliza para manipular y agredir, se transforma en enemiga, en vez de ser aliada, en el cultivo de las relaciones entre las personas. B.- La comunicación dentro de la familia. La relaciones familiares, debido a los lazos emocionales y psicológicos que logran desarrollar entre sus integrantes, y al ambiente de seguridad y confianza que pueden llegar a generar, se convierten en un medio en el que sus integrantes, en forma natural y espontánea, pueden ayudarse y complementarse, satisfaciendo muchas de sus necesidades, especialmente las más profundas y complejas como las emocionales y afectivas. Hace poco, un joven de 20 años se suicidó. En la carta que dejó explicando los motivos de su decisión, mencionaba que su vida “no valía la pena porque se daba cuenta de que le resultaba imposible comunicarse con sus padres, pues no lo tomaban en cuenta y solamente lo consideraban como alguien que estaba allí por accidente y a quien debían alimentar, mantener y tolerar”. Un caso dramático y real, que pone en evidencia la importancia de las relaciones familiares en el desarrollo de los lazos emocionales, psicológicos y del ambiente de confianza y seguridad, que todo ser humano requiere para poder dar sentido a su vida. El desarrollo de procesos y formas de comunicación dentro de la familia, juega un papel vital en el establecimiento de relaciones significativas para quienes conviven en el núcleo familiar. Hay estudios que ponen en evidencia que en la mayoría de las familias conflictivas existen serios problemas de comunicación, sea debido a que no han desarrollado mecanismos para favorecer el intercambio de ideas y puntos de vista, o a que tienen muy poca habilidad para comunicarse, provocando que los intentos que hacen para comunicarse, en lugar de convertirse en mecanismos de ayuda, se transformen en fuentes de nuevos y mayores conflictos. Cuando los miembros de una familia aprenden a comunicarse identificando el: cómo, cuándo, dónde y en que tono hablarse; de tal forma que logran construir una relación positiva y sólida, están dando un paso vital, al crear condiciones para que todos los involucrados se sientan: queridos, apoyados, tomados en cuenta y con posibilidades reales de ser mejores personas. Es decir, que al facilitar la construcción de una relación positiva y sólida, están totalmente enfocados a lograr que la familia cumpla con su misión. Para lograr que la comunicación se convierta un recurso a favor de la familia, los integrantes del núcleo familiar deben plantearse con cierta regularidad la siguiente pregunta: ¿La forma como nos comunicamos nos está ayudando a lograr un mayor acercamiento y a desarrollar la intimidad, o es un medio que utilizamos, consciente o inconscientemente, para manipular, ofendernos o agredir? Si se responde con toda honestidad a esa pregunta, el análisis de las respuestas permitirá definir hacia donde se deben enfocar las

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acciones tendientes a lograr que la comunicación dentro de la familia, o comunicación intra-familiar, les ayude a lograr una dinámica familiar positiva, que actúe a favor de todos sus miembros, creando condiciones favorables que les permitan hacer lo necesario para apoyarse mutuamente, desarrollarse y ser mejores.

C. Elementos que influyen en la comunicación intrafamiliar. No es fácil lograr el equilibrio necesario para que la convivencia y la comunicación entre los integrantes de la familia, mantenga un enfoque positivo y constructivo. El proceso de convivir, compartir y desarrollarse a través del contacto intenso y diario con otras personas, es todo un arte, que requiere una actitud positiva y propositiva y el desarrollo de habilidades enfocadas a lograr que la convivencia produzca resultados positivos para todos los involucrados. El desarrollo de esa actitud y habilidades, solo puede darse a plenitud cuando se fundamente en el amor, es decir en el verdadero propósito de aportar lo mejor de uno mismo para contribuir a la felicidad y realización de la otra o las otras personas involucradas. El amor pues, se convierte en el principal motor y motivador, para lograr armonía al convivir con quienes se comparten: las cualidades y defectos, los momentos alegres y tristes y los estados de ánimo positivos y depresivos. Si se quiere asegurar que la comunicación trabaje a favor de la familia, es importante hacer lo necesario para lograr que todo intercambio de palabras tenga un propósito positivo: ayudar, mejorar, aclarar, acercar. Cuando la comunicación pierde ese propósito, fácilmente se distorsiona y se enfoca a: molestar, castigar, maltratar o afectar, provocando un resultado destructivo que va a ser contraproducente para los involucrados, pues se va a revertir, y tarde o temprano los va a golpear, provocando que en vez de ser un factor de unión, se convierta en elemento de distanciamiento y deterioro de las relaciones familiares. Así como en las empresas se buscan resultados, la comunicación en la vida familiar debe enfocarse a lograr objetivos. Es importante que esos objetivos estén claramente definidos, se compartan y se conviertan en un compromiso, adquirido libremente y de común acuerdo primero por los padres, para luego en su momento, involucrar a los hijos. Si en la propia experiencia, la comunicación familiar no está logrado lo descrito anteriormente, seguramente es debido a que se está dejando que los procesos ocurran al azar, en lugar de hacer lo necesario para que los procesos de comunicación, principalmente cuando se trata de aspectos importantes en la vida familiar, tenga un propósito claro y siga un orden para lograrlo. Al comunicar aspectos importantes para la vida familiar, es necesario prever lo siguiente: * Qué decir. Es difícil comunicarse cuando no se ha definido con claridad qué es lo que se quiere decir. Si no hay esa claridad se corre el riesgo de confundir el mensaje con los propios deseos, sentimientos, temores o necesidades, deformando su contenido. * Cómo decirlo. Toda comunicación debe ser respetuosa, pero también tiene que ser adecuada a la temática, a la persona a quien está dirigida y a la situación particular en la que ésta se presenta. * Cuándo decirlo. Siempre hay un mejor momento y un estado emocional adecuado, para lograr mayor receptividad. A veces es conveniente esperar ese momento para lograr una comunicación eficaz. Y luego, ya durante el proceso mismo de comunicación, es importante poner en práctica lo siguiente: * Escuchar con comprensión. Puesto que la comunicación es un proceso de ida y vuelta, se requiere combinar el hablar con el escuchar. Escuchar implica receptividad y disposición a entrar en sintonía con los sentimientos del otro. * Tomar en cuenta los aspectos no verbales. No basta con escuchar las palabras, se requiere disposición y receptividad para poder captar todo lo que la pareja transmite con sus miradas, gestos y posturas. Tomando conciencia también de los propios gestos. Para lo cual se requiere un contacto visual continuo, asegurando que la expresión de la cara demuestre atención. * Verificar la recepción. Al parafrasear algunas de las ideas que ha expresado el otro y realizar preguntas aclaratorias, se puede verificar si realmente se está captando e interpretando correctamente lo que el otro quiere expresar.

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2 La comunicación y el desarrollo de la relación. Así como hay evidencia de que las relaciones entre las personas son responsables en gran parte de la felicidad que experimentan los seres humanos, también está demostrado que las relaciones no se dan en forma automática e instantánea. Toda relación humana es el resultado de un proceso, es decir, de una serie de: acciones, situaciones, elementos y decisiones, que al irse sumando, van llevando a un resultado. El resultado logrado conforme se avanza en ese proceso, puede ser positivo y favorable, o destructivo e insatisfactorio. Las acciones que se realizan en el día a día, en cualquier tipo de relación, y de manera especial en las relaciones familiares, llevan a los involucrados a una serie de resultados que los hace sentirse mas humanos, comprendidos, apoyados, alegres y satisfechos; o por el contrario, los lleva a experimentar frustración y vacío. Las relaciones familiares no pueden dejarse al azar. Si los integrantes de una familia realmente quieren lograr que la convivencia entre ellos sea un medio que les ayude a complementarse, apoyarse y crecer como personas, es decir, a lograr que predominen los aspectos positivos, deben actuar de manera enfocada, propiciando los aspectos que nutren y refuerzan la relación y evitando las situaciones que la afectan negativamente, o la destruyen. Si se parte de la base de que la formación de la familia comienza con la integración y el desarrollo de la pareja, todo lo que se haga para lograr el entendimiento mutuo entre los integrantes de la pareja va a influir en la totalidad de la familia. Por lo mismo, es importante que los esfuerzos enfocados a lograr una comunicación positiva y enfocada a nivel familiar, comiencen en la propia pareja. A. Papel de la comunicación. “La comunicación es uno de los mejores mecanismos con los que cuenta la pareja para desarrollar el entendimiento mutuo; un combustible indispensable para impulsar, consolidar y acrecentar la relación, y a la vez mantener viva la llama del amor; pero para que logre su cometido, es indispensable aprender a dominar su arte, de la misma forma que el pintor experto sabe combinar los colores y aplicar la pintura con trazos armónicos, en mayor o menor cantidad, para generar el efecto deseado”. (1) Una relación crece cuando los mensajes que se transmiten entre las personas que la viven manifiestan aprecio, respeto y reconocimiento. Y en contrapartida, la relación se deteriora cuando se transmite desinterés, sarcasmo, cinismo o desprecio. Ese papel que juegan los mensajes entre las personas que se relacionan entre sí, ha sido analizado con mucha profundidad por expertos, que se han enfocado a analizar la forma como evolucionan los procesos de integración en equipos de trabajo dentro de las empresas, llegando a la conclusión de que cuando las personas reciben mensajes que les hacen sentirse valiosas, importantes, respetadas y apreciadas, tienden a tomar una actitud receptiva y abierta, facilitando la integración y el desarrollo de la relación. “Cuando los integrantes de una pareja se comunican de manera adecuada, se sienten bien consigo mismos, porque logran hacer contacto positivo y real con la persona a quien aman, y ese contacto, les permite expresar sus deseos, preocupaciones y sentimientos, de tal forma que se les facilita sentirse comprendidos y resolver los problemas, normales en toda relación, sin necesidad de agredirse ni ofenderse”. (2) B. La relación como un proyecto. Un proyecto es un proceso planeado, enfocado a lograr un resultado previamente establecido en un tiempo determinado. Para todo matrimonio su relación como pareja debería ser un proyecto enfocado a la felicidad de sus integrantes y en consecuencia, tendrían que trabajar de manera sistemática para asegurar que ese proyecto logre su objetivo. (1) Zuloaga, Jorge y Franco de Zuloaga, Norah. Cómo comunicarse con su pareja para disfrutar más su relación. México: Ediciones Paulinas, 2004, Pág. 15 (2) Ibid. Pág. 16

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Cuando se inicia un proyecto, se definen con claridad los recursos requeridos, el capital con el que se cuenta y las limitaciones y riesgos involucrados en el mismo, y a partir de allí, se hace lo necesario para sacar el máximo provecho de lo que se está poniendo en juego. En el proyecto familiar, sus miembros, comenzando por los padres, deben analizar con qué cuentan y qué les hace falta, es decir, cuáles son sus fuerzas, cualidades, deficiencias y áreas de oportunidad, para que teniendo presente todo eso, aprovechen al máximo lo que tienen y eviten querer construir con lo que no tienen o no podrán conseguir. El desarrollo, fortalecimiento y crecimiento de una relación depende de los involucrados. Si la vida está enfocada a buscar la felicidad, y las relaciones constructivas entre las personas son un factor importante para avanzar por ese camino, vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo para que la convivencia diaria, especialmente en la relación matrimonial y familiar, sea un factor de acercamiento, unión y crecimiento humano. Para lograr ese enfoque se pueden realizar numerosas acciones, de entre las cuales es importante tomar en cuenta aquellas que tienen particular impacto. * Aceptación. Cada integrante de la familia tiene cualidades y defectos. Solo se acepta a cada persona con sus características positivas y negativas y se hace lo necesario para tener presente y aprovechar al máximo todo lo positivo, la relación se reforzará y el trato será agradable y constructivo. * Responsabilidad. Todos los integrantes de la familia, pero en primera instancia los padres, deben asumir la responsabilidad de la relación y hacer lo necesario para que avance hacia su verdadero propósito: la realización y felicidad de todos los miembros de la familia. Para avanzar en esa dirección, deben elegir las actitudes, pensamientos y sentimientos que les pueden ayudar para dirigir las relaciones en la dirección deseada. * Manejo de problemas. Si en la relación familiar las cosas no están saliendo bien, hay que evitar la búsqueda de culpables y esforzarse para encontrar las causas y aplicar soluciones adecuadas. * Poner lo mejor. La familia es un proyecto en el que está involucrada la felicidad de sus integrantes y que para lograr su propósito requiere de: enfoque, decisión y acción, es decir que cada uno de los involucrados ponga en él lo mejor de si mismo. 3 Las diferencias interpersonales y su influencia en la comunicación. “En una ocasión, estando de viaje en una ciudad poco conocida para ellos, un matrimonio se vio en la necesidad de rentar un auto para realizar sus traslados hacia diferentes lugares de la periferia. El esposo conducía el auto mientras se dirigían hacia un lugar específico, cuando cayeron en la cuenta de que ya habían pasado varias veces por el mismo lugar y aparentemente estaban perdidos. De inmediato ella propuso: - Vamos a detenernos en una estación de gasolina, para que pidas información y te orienten…” “Quienes están leyendo este relato, sin lugar a dudas podrán suponer la reacción y la respuesta del esposo. ¡Efectivamente, acertaron! El esposo respondió: - Yo sé perfectamente por donde andamos, no necesito preguntar.- “ “Y siguieron recorriendo las calles de la zona sin llegar al lugar buscado. Finalmente, después de que la esposa insistió dos o tres veces más, el despistado conductor se detuvo junto a un negocio, pidió indicaciones y en unos cuantos minutos más llegaron a su destino. Pero obviamente, no sin que la esposa reivindicara que todo el tiempo había tenido la razón, utilizando la temida frase…. ¡Te lo dije!” (3) Este tipo de historias, forman parte de la convivencia y la relación diaria en la vida familiar y se repiten de mil formas diferentes y con matices muy variados en cada familia, poniendo en evidencia la realidad de esas diferencias, que van mucho más allá de lo físico. Diferencias que pueden resultar de gran valor si se aprovechan para complementar, construir y enriquecer; o que pueden causar enojos y conflictos cuando son ignoradas, incomprendidas o mal manejadas. A. La realidad de las diferencias. Existen numerosos estudios enfocados a detectar y explicar las diferencias existentes entre ambos sexos, menos visibles que las físicas, pero no por eso menos reales. “Hombres y mujeres tienen distintas maneras de pensar y de sentir, hablan idiomas distintos y si no se cae en la cuenta de esas diferencias, se corre el riesgo de malinterpretar”(4) Además de las diferencias entre sexos, en una familia hay diferencias de edad, de personalidad, caracterológicas, de intereses y habilidades y muchas más que podrían formar parte de una larga lista. (3) Zuloaga, Jorge y Franco de Zuloaga, Norah. Cómo comunicarse con su pareja para disfrutar más su relación. México: Ediciones Paulinas, 2004, Pág. 43

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(4) Zuloaga, Jorge y Norah. Secretos para el éxito en la relación de pareja. México: Ediciones Paulinas, 2002, Págs. 51 a 53 Sin embargo, conviene enfocar la atención en algunas de ellas, por el impacto que tienen en la dinámica de la vida familiar.

* Diferencias de carácter. Puede haber personas con mucha decisión y que demuestran una gran seguridad en sí mismas, así como personas que necesitan mucho apoyo y a quienes se les dificulta tomar una decisión sin tener la aprobación de otros. Hay quienes muestran una * Manejo de sentimientos. La forma como los integrantes de una familia manejan sus sentimientos suele diferir. Hay quienes demuestran una gran emotividad y quienes ante una situación complicada se mantienen demasiado ecuánimes, dando la impresión de que no les importa. * Formas de expresión: Hay quienes manifiestan lo que sienten por medio de palabras, les gusta explayarse cuando hablan y les agrada que los escuchen mientras comentan todo con lujo de detalles. En cambio, hay otros que hablan tan poco, que parece que tienen consigna de emplear las menos palabras posibles para transmitir sus ideas. * Formas de relación. A algunas personas les cuesta trabajo abrirse y expresar sus sentimientos, por eso cuando están molestos o enojados, tienden a encerrarse en sí mismos y evitan hablar. También hay quienes necesitan compartir lo que sienten o piensan, por lo cual aprovechan cuanta oportunidad se les presenta para hablar, buscando que se les escuche, se les preste atención, se les demuestre interés, que se les haga sentirse apreciados y tomados en cuenta. B. Cómo capitalizar las diferencias. Todos los seres humanos merecen el mismo respeto, tienen los mismos derechos y comparten la misma dignidad, por el mero hecho de ser personas. Sin embargo, eso no quiere decir que todas las personas sean iguales; afortunadamente existen diferencias y esas diferencias son valiosas porque complementan y enriquecen. Al conocer a los integrantes de cualquier familia, no es difícil caer en la cuenta de que además de las obvias diferencias físicas entre hombres y mujeres, se puede fácilmente observar que entre los integrantes de una misma familia, se encuentran personas que: piensan, sienten, reaccionan y se comunican de formas diferentes. Tomar conciencia de algunas de esas diferencias psicológicas, sociales de comunicación y de relación, resulta de gran utilidad en la vida familiar, pues una mayor comprensión y aceptación de las diferencias, ayuda a manejar la comunicación y las relaciones con mayor habilidad, evitando muchos malos entendidos y permitiendo aprovechar esas diferencias para nutrir la relación, incrementar el respeto y desarrollar la aceptación, el cariño y el amor. La falta de comprensión de las diferencias provoca errores de interpretación, que en lugar de ayudar a lograr una mejor comunicación y entendimiento, provocan distanciamiento y conflicto. Querer que un miembro de la familia piensa, sienta, razone y valore las cosas de la misma manara como lo hace uno mismo es un grave error. Aceptar que los miembros de una familia son diferentes, comprender las diferencias, respetarlas, aprovecharlas como complemento, usarlas para construir, puede ser una fuente enorme de riqueza dentro de las relaciones familiares, pues cuando se piensa así y se actúa así, la relación se alimenta y se da el acercamiento y la comprensión, que generan gran satisfacción en los involucrados. Mejorar la comunicación y la relación a través de la capitalización de las diferencias, en realidad no es tan complicado como parece. No se requiere de una nueva energía extraordinaria. Basta con utilizar el mismo nivel de energía que se está utilizando ahora, pero enfocándola de manera distinta, es decir, tratando a cada persona de acuerdo a sus características particulares, tomando en cuenta sus sentimientos y su manera de pensar. Si se actúa de esa manera, sin lugar a dudas se lograrán resultados muy positivos a favor de la armonía y convivencia familiares.

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Cualidades Intelectuales del Líder Autentico. Bibliografía: Universidad Complutense. Autor: D. Alfonso López Quintas. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. Cualidades intelectuales del líder auténtico El líder debe conocer a fondo el proceso de desarrollo del ser humano, tal como se manifiesta a través de los descubrimientos analizados... Para ser auténtico y, por tanto, eficaz, un líder debe estar bien formado intelectualmente a fin de pensar con el debido rigor, saber prever y ser capaz de orientar a los demás por una vía de desarrollo personal armónico y rico. 1. El líder debe conocer a fondo el proceso de desarrollo del ser humano, tal como se manifiesta a través de los descubrimientos analizados anteriormente La naturaleza está regida por leyes físicas que debemos acatar, so pena de cometer errores irreparables. También la vida personal se halla regulada por ciertas constantes o "leyes" a las que hemos de ajustar nuestra conducta si queremos encaminarnos y encaminar a otros por vías fecundas. Es sintomático que todo tirano -el antilíder que, por afán de poder, sólo ansía dominar al pueblo- pone sumo empeño en que las gentes desconozcan las leyes de su crecimiento como personas. Tras la segunda guerra mundial, un compañero de estudios en la universidad de Munich me prestó un libro que había estado prohibido durante los doce años nacionalsocialistas bajo pena de campo de concentración. Era un libro de divulgación filosófica, en el que se aclaraban con toda sencillez, sin alusión alguna a la vida política, algunas cuestiones básicas de la vida humana, como la distinción entre individuo y persona, colectividad y comunidad, libertad creativa y libertad de elección arbitraria... El tirano quería evitar que el pueblo adquiriera algún poder de discernimiento. El que fomenta la cultura auténtica no es tirano; desea que todas las gentes contribuyan a configurar la sociedad. El que no ofrece al pueblo sino subproductos culturales, presentados falazmente como manifestaciones de auténtica cultura, indica que su meta es dominar al pueblo, no promocionarlo a niveles de pleno desarrollo personal. Por eso el líder auténtico -que es el antónimo del tirano- se propone como meta fundamentar sólidamente sus ideas y convicciones, para ofrecer a las gentes una cultura integral, no medias verdades o afirmaciones faltas de fundamento. La ley básica de la vida humana es la de la apertura al encuentro. Tal apertura sólo es posible en el nivel 2 y en el 3, en los cuales nos relacionamos con ámbitos, los respetamos y estimamos y establecemos con ellos relaciones de presencia, no de fusión -para dejarnos mecer por su hechizo y disfrutar de su contacto- ni de alejamiento -para convertirlos en objeto de dominio-. El ejercicio del dominio sobre cosas y personas parece en principio enaltecer al hombre, pues le da soberanía, pero acaba recluyéndolo en sí mismo y le provoca la asfixia lúdica, pues no le permite hacer juego y encontrarse. El hombre sólo hace juego de verdad cuando se relaciona con realidades valiosas, es decir, dotadas de iniciativa. Si las reduce a

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medios para sus fines, las domina y posee pero no puede encontrarse con ellas y desarrollarse.

Por eso, el líder auténtico opta decididamente por el ideal de la unidad, del encuentro, de la creatividad. No tiende a refugiarse en el mundo infrapersonal, por la comodidad que supone renunciar a la responsabilidad de configurar la propia vida conforme a criterios y actitudes que no vienen prefijados por la especie. Vivir de modo creativo puede resultar incómodo porque implica prestar suma atención, actuar responsablemente, mantener la tensión interior. Pero resulta indispensable en un ser -como el hombre- que es espiritual y, por serlo, goza de inteligencia y se ve obligado a trazar proyectos de vida y elegir, entre las posibilidades disponibles, las que le permitan realizarlos. El animal no está sometido al tormento de la elección. Le basta hacer cuanto le dicta su especie a través de los instintos. Poder configurar un proyecto de vida y optar entre unas posibilidades u otras es la raíz de la creatividad. ¿Vale la pena tener el privilegio de poder ser creativos en la vida? ¿O hubiera sido preferible vivir al dictado de la especie? Ante la hecatombe que supuso la primera guerra mundial (1914-1918), algunos pensadores estimaron que la capacidad de pensar, razonar y planificar mediante el poder de la inteligencia supone la pérdida de la seguridad que nos procuran los instintos y constituye la fuente de innumerables desdichas. De esta valoración arranca la nostalgia por la vida infraespiritual, infracreadora, infrarresponsable, meramente instintiva, que ha caracterizado -desde los años 20 hasta hoy- a diversos pensadores, literatos y artistas. En la decisión a favor o en contra de la vida espiritual e intelectual se juega el sentido de nuestra existencia, pues, si aceptamos nuestra condición espiritual, tenderemos a unirnos con las realidades del entorno por vía de encuentro, y, si la rechazamos, con lo que implica de esfuerzo creador, nos dejaremos fácilmente arrastrar por los estímulos gratificantes y por el afán de poseer las realidades que los suscitan. Esta tendencia a poseer y a dejarse poseer egoístamente da origen a las diversas formas de vértigo. En cambio, si asumimos la responsabilidad de configurar nuestra vida y dotarla de sentido, nos encaminamos hacia las experiencias de éxtasis (1) . Los procesos de vértigo y de éxtasis tienen su origen en la doble reacción del hombre contemporáneo ante el grave conflicto interior que nos plantea en todo momento la necesidad de configurar la propia personalidad en diálogo con las realidades del entorno. Para que pueda crear formas elevadas de unidad, ese diálogo ha de ser generoso, cordial, fiel, paciente, colaborador... Esta colaboración es siempre arriesgada, pues supone el entrelazamiento de dos centros de iniciativa. Si, por afán de seguridad, deseamos dominar a los demás y reducirlos a fuente de gratificaciones sensibles y psicológicas, anulamos la posibilidad del encuentro, nos quedamos aislados y consideramos todo lo distinto de nosotros como externo y ajeno. En cuanto nos aparezca como obstáculo a nuestro proyecto de poseer para disfrutar, lo convertiremos en el enemigo a batir. He aquí cómo la entrega al vértigo es fuente de innumerables conflictos. 2. El buen líder ha de poseer el arte de pensar de modo preciso y riguroso Uno de los cometidos básicos de la tarea educativa es promover en las personas la capacidad de conocer profundamente las realidades, las situaciones y los acontecimientos. Tal conocimiento se logra al verlos en su génesis y su desarrollo. No basta tomar nota de su existencia. Debemos seguir su proceso de gestación para comprenderlos en su raíz. El buen líder es radical en sus planteamientos y soluciones, es decir, se esfuerza por ir al origen de los problemas. Para promover la vocación de liderazgo en los jóvenes, no debemos únicamente facilitarles ideas fecundas, bien configuradas y delimitadas por nosotros. Hemos de sugerirles el modo de llegar a ellas por sí mismos, verlas en estado naciente, entusiasmarse con su riqueza interior y

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transmitir ese entusiasmo a otras personas de forma persuasiva (2).

Este conocimiento genético de la vida humana sólo podemos conseguirlo si cultivamos las tres condiciones básicas de la inteligencia: largo alcance, amplitud o comprensión y profundidad. Ver sólo lo que se ofrece inmediatamente a nuestra vista es una especie de miopía mental que nos impide descubrir lo que se halla más allá. Sorprendes a alguien mirando hacia el interior de una habitación. Lo primero que observas es el significado de esa acción: esa persona intenta percibir algo que está situado más allá de la ventana. Si piensas con largo alcance, procuras descubrir qué es lo que quiere ver y con qué intención. Esta intención otorga un sentido u otro al acto de mirar. ¿Es un acto de espionaje o se reduce a mera contemplación morbosa? ¿Se trata, más bien, de comprobar si se halla en la habitación un familiar que no responde a las llamadas? Para captar el sentido de tal acción, debemos ejercitar un pensamiento "relacional", "comprehensivo", que nos permita vincular diversos elementos. Por ejemplo: la persona que está mirando sabe que su familiar se halla en esa habitación; le ha llamado y no contesta; sospecha que le ha pasado algo y decide mirar antes de pedir socorro. El sentido de esta acción inusual encierra mayor complejidad y hondura que el mero significado de la misma. Si queremos descubrir dicho sentido, debemos pensar de modo penetrante, ir a lo hondo de los acontecimientos y no quedarnos en la superficie de los mismos. Este ejemplo pone al descubierto, debidamente conjugadas, las tres condiciones de la inteligencia madura. En la simple descripción de las mismas resaltan dos niveles de realidad: el físico-objetivo (nivel 1) y el ambital-creativo (nivel 2). Por una parte, alguien quiere ver lo que hay dentro de una habitación cerrada. Es un dato inmediato, fácil de captar -nivel 1-. En un plano superior de realidad y de vida, se da el sentido de tal acción -nivel 2-. Este sentido es más difícil de descubrir pues depende del tipo de relación que tenga el que mira con la persona que desea ver. Tal relación puede ser superficial o profunda, indiferente o amistosa, incomprometida o responsable. Estos dos planos de realidad -el objetivo y el ambital- son distintos y conjugables. Si acertamos a integrarlos debidamente, estaremos en disposición de comprender a fondo lo que es nuestra vida de personas y lo que exige su pleno desarrollo. Este conocimiento ha de poseerlo el líder si quiere orientar fecundamente a las gentes (3) . 3. Una vez conocida la distinción que media entre objetos y ámbitos y la función que ambos tipos de realidad juegan en el proceso de configuración de la personalidad humana, el líder ha de adoptar respecto a cada una de tales realidades la actitud adecuada: La de dominio y manejo respecto a los objetos; la de respeto y colaboración libre respecto a los ámbitos. Intentar dominar los ámbitos equivale a reducirlos de valor, manipularlos y envilecerlos. Con ello se anula la posibilidad del encuentro y se bloquea el desarrollo del hombre, que es, como sabemos, un “ser de encuentro” (4) . Cuando se toma esto en cuenta, se abre uno paso hacia la madurez personal. He aquí una de las claves de orientación que el líder debe transmitir cuidadosamente a las personas: Una persona reducida a medio para ciertos fines podemos dominarla, ponerla a nuestro servicio, pero, al hacerlo, anulamos la posibilidad de encontrarnos con ella. Ambos quedamos bloqueados en nuestro proceso de desarrollo. Para evitar ese riesgo, el líder necesita saber que las relaciones de encuentro sólo podemos crearlas con realidades que presentan algunas características de los objetos -por tener una vertiente material- pero son ámbitos: ofrecen ciertas posibilidades de vida y reciben las que les son ofrecidas. Por eso el líder auténtico se cuida de no reducir los ámbitos a objetos; más bien procura elevar ciertos objetos a condición de ámbitos. No considera, por ejemplo, el avión como una "cosa", sino como un “ámbito”, una realidad que ofrece ciertas posibilidades y puede establecer con el piloto un tipo de unidad estrecha y fecunda. A. de Saint-Exupéry conoció por experiencia este vínculo entrañable que puede establecerse entre el avión y el piloto: "Todo este

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lío de tubos y cables se ha convertido en una red de circulación. Yo soy un organismo extendido en el avión.

El avión produce mi bienestar cuando giro un botón que calienta progresivamente mis ropas y mi oxígeno. (...) Y es el avión quien me alimenta. Antes del vuelo, todo esto me resultaba inhumano. Pero ahora, amamantado por el avión mismo, experimento por él una especie de ternura filial" (5) . 4. El líder auténtico crea modos de unión entrañable con las realidades del entorno Las realidades con las que podemos crear este tipo de unión profunda no son meros objetos. Puede parecer que lo son cuando todavía no hemos entrado en relación operativa con ellas. Una vez que asumimos las posibilidades que nos ofrecen, nos unimos a ellas íntimamente porque las tomamos como “ámbitos”. Dejan, con ello, de sernos distantes, externas y extrañas -como son los objetos- sin dejar de ser distintas. Eso sucede, en un nivel superior al de los artefactos, con un poema o una canción. Si asumimos como propias las posibilidades de declamar o cantar que nos ofrecen, se nos hacen íntimos, de modo que, al guardarles absoluta fidelidad, no nos alienamos o enajenamos; llegamos, por el contrario, a lo mejor de nosotros mismos. Algo análogo acontece en el campo de la acción ética. Cuando ajustamos nuestra actividad al cauce de unas normas o preceptos que, por ser fecundos, promocionan nuestra vida, no anulamos nuestra libertad creativa; la hacemos posible. Restringimos nuestra libertad de elección arbitraria, pero fomentamos nuestra capacidad creativa. Con ello, la relación entre nuestra libertad interior y las normas deja de ser un "dilema" para convertirse en un "contraste". No necesitamos escoger entre uno u otro de los términos que lo forman; debemos sólamente aunarlos, integrarlos. Estamos descubriendo que, al actuar de forma creativa, ganamos una capacidad especial para unirnos estrechamente a cuanto nos viene dado de fuera. Cuando se nos impone una norma y no vemos la forma de asumirla en un proyecto personal, nos vemos llevados a pensar que norma y libertad se oponen, forman un "dilema", que nos obliga a escoger entre la libertad y la norma. En cambio, si ésta nos viene propuesta con autoridad -o poder promotor- a nuestra inteligencia y nuestra libertad, no intentamos ser libres oponiéndonos a ella, sino acogiéndola como un cauce de nuestro obrar. El líder auténtico se cuida de afinar la sensibilidad para conceder a los términos libertad y norma el sentido que presentan en cada contexto. * Si quiero ser libre tocando una obra en un instrumento musical, debo someterme a la norma de la interpretación que es la partitura y todos sus signos. Cuanto más fiel soy a la partitura -que refleja el pensamiento del compositor-, tanto más libremente me muevo por las avenidas de la obra. Aquí libertad significa seguridad, firmeza, conciencia de estar haciendo justicia a la obra y creando una fuente de belleza. * Si estoy dando una conferencia y digo lo que se me ocurre, aunque no tenga coherencia, luminosidad y fuerza persuasiva, no me siento libre interiormente; me veo desconcertado, premioso, inseguro. Empiezo a moverme con libertad cuando limito mi libertad de maniobra y cumplo las exigencias del tema que debo exponer. Entonces adquiero libertad creativa. El buen líder no olvida nunca que la mayoría de las realidades que le rodean son ámbitos, no meros objetos, y no pueden ser reducidos a objeto de posesión y dominio. Los objetos podemos manejarlos con plena libertad de maniobra, dentro del cauce de las leyes físicas y de nuestras potencias fisiológicas y psicológicas. Las realidades ambitales no están a nuestra disposición para manejarlas arbitrariamente sino para colaborar con ellas en orden al logro del valor supremo de nuestra vida: el ideal. Servir al ideal auténtico nos hace libres interiormente. El hecho de dominar las realidades que no son meros objetos parece darnos seguridad y felicidad porque satisface nuestro afán de posesión. Pero pronto nos causa desilusión y tristeza pues nos impide actuar de modo creativo, asumiendo activamente las posibilidades que nos ofrecen tales realidades ambitales.

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5. El buen líder está llamado a fundamentar el Humanismo de la unidad El punto de partida para tal fundamentación consiste en clarificar nuestra actitud respecto a los seres que nos rodean. ¿Me uno a ellos para dominarlos y convertir sus bellas cualidades en fuente de goces para mí, o los trato para crear ámbitos de convivencia, relaciones de auténtico encuentro? Si adopto esta segunda actitud, procuro mantenerme a cierta distancia, la distancia del respeto. Respeto y estimo cuanto están llamados a ser. No sólo no los reduzco de valor, sino que colaboro con ellos para que alcancen su máxima cota de desarrollo. Si opto por lo primero, me empasto con los seres del entorno -para sentir la exaltación de verme arrastrado- y al mismo tiempo me alejo de ellos para dominar esas fuentes de satisfacción. Renuncio, así, a fundar con tales seres un campo de juego común; no me uno a ellos de forma creativa; me hundo en una forma extrema de soledad espiritual (6) . Al no fundar un campo de juego y encontrarme, no capto el sentido y el alcance de las realidades que trato, y tiendo a reducirlas a meros objetos, objetos de disfrute y posesión. Con un objeto sólo podemos relacionarnos de dos formas: o nos alejamos para dominarlo, o nos empastamos para disfrutarlo. Ambos modos de unidad son años luz inferiores al modo de unión que estamos llamados a crear. Al no hacerlo, llegamos a pensar que tal forma relevante de unión es imposible, de suerte que toda persona de nuestro entorno viene a ser para nosotros algo no sólo distinto, sino distante, externo, extraño y ajeno. Con ello se torna inviable el auténtico amor. Respecto a las otras personas parece que sólo cabe adoptar dos actitudes: o el empastamiento de la avidez erótica o el alejamiento de la posesión y la violencia. De ahí que en tantos espectáculos se alíen el cultivo del sexo desvinculado del amor personal y el de la violencia más cruda. Nos hallamos en un punto decisivo, ya que de nuestra actitud respecto a las realidades del entorno -actitud de colaboración respetuosa o de dominio egoísta- proceden dos convicciones opuestas: 1) la vida humana puede llegar a tener pleno sentido, porque es posible crear formas de auténtico amor y encuentro; y 2) nuestra vida es básica e ineludiblemente absurda, pues lo que proclamamos como amor no es sino un mero "canje de dos soledades" (7) . Ahora descubrimos la razón profunda por la que es indispensable clarificar a fondo las cuestiones básicas. Somos "seres de encuentro", y el encuentro implica una relación de presencia. Pero ésta no se confunde con la mera inmediatez o vecindad, y es anulada por la relación de alejamiento. Para entrar en relación de presencia, debemos articular una forma de inmediatez con una de distancia. Tal articulación da lugar a una distancia de perspectiva que nos permite captar el sentido de las realidades que tratamos y que intentamos conocer (8) . El buen líder procura ganar la perspectiva adecuada para lograr un conocimiento exacto de las realidades y los acontecimientos que tejen la vida humana. Si lo consigue, podrá guiarse a sí mismo y guiar a otros por la vía del pleno desarrollo personal. En caso negativo, confundirá unirse y fusionarse, celebrar una fiesta y entregarse a una orgía, alejarse para dominar y tomar distancia para hacer justicia a la riqueza de una realidad. Esta confusión está en la base de múltiples errores básicos, que bloquean el crecimiento de las personas.

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Cuando las Adolescentes se Embarazan. Bibliografía: Sexualidad en el Joven. Autor: P. Clemente González. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. Cuando las adolescentes se embarazan Ser mamá cuando aún no se han cumplido 18 años es una aventura... diferente Ser mamá es una aventura apasionante. Ser mamá cuando aún no se han cumplido 18 años es una aventura... diferente. El embarazo durante la adolescencia presenta normalmente una crisis para la niña que está en estado y para su familia. Las reacciones más comunes incluyen la ira, la culpabilidad y el negarse a admitir el problema. Si el padre es joven también, es posible que se den las mismas reacciones en su familia. El embarazo precoz aparece mencionado entre los primeros comportamientos considerados de riesgo en la adolescencia. Una de las causas se debe a que las adolescentes llegan a ser fértiles aproximadamente 4 o 5 años antes de ser emocionalmente maduras. Las posibles consecuencias adversas que se mencionan, según las cuales las adolescentes embarazadas constituyen un grupo de alta vulnerabilidad social son: - separación de la familia - interrupción de la escolaridad - presencia de problemas de salud y emocionales - necesidad de asistencia pública - fallas en el manejo del bebé - aparición de necesidades especiales para los padres y los hijos El embarazo en la adolescente se asocia con el riesgo más alto de enfermedad y muerte para ambos, la madre y el bebé, ya que se presentan problemas de larga duración en muchos aspectos importantes de la vida, incluyendo el fracaso en la escuela, la pobreza y las enfermedades físicas o mentales. Además suelen privarse de asistencia durante su embarazo, lo que resulta en un riesgo mayor de tener complicaciones. Complicaciones médicas: Las adolescentes encintas tienen un riesgo mucho más alto de complicaciones médicas serias tales como la toxemia, hipertensión, anemia importante, parto prematuro, y/ o placenta previa. El riesgo de muerte para madres de 15 años o más jóvenes es 60% mayor que el de madres de 20 años. Los bebés de madres adolescentes tienen de 2 a 6 veces más de probabilidades de tener bajo peso de nacimiento que esos que nacen de madres de 20 años o más. Esto es casi siempre por ser bebés prematuros, pero el retraso del crecimiento intrauterino (crecimiento inadecuado del feto durante el embarazo) es también un factor. Las madres adolescentes son más dadas a demostrar comportamientos tales como fumar, uso de alcohol o abuso de drogas; alimentación inconsecuente y pobre; o parejas sexuales múltiples. Esto puede poner al bebé en un riesgo alto de crecimiento inadecuado, infecciones, o dependencia química. El riesgo de muerte del bebé durante el primer año de vida se incrementa en relación a la edad de la madre, cuanto menor de 20 años sea. Consecuencias emocionales: Las adolescentes embarazadas pueden tener diferentes tipos de reacciones emocionales, algunas de estas pueden ser que no quieran tener el bebé, o quererlo de manera confusa e idealizada: puede ver la creación de otra vida como un logro extraordinario, pero sin darse cuenta de las responsabilidades que esto conlleva. Quizás quiere al bebé por tener alguien a quien amar, pero no se da cuenta de la atención que necesita la criatura. A menudo, las adolescentes no pueden anticipar que ese bebé tan adorable puede hacer

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demandas constantes o ser muy irritante. Algunas adolescentes se sienten abrumadas por la culpabilidad, ansiedad y el miedo al futuro. La depresión es muy común entre las adolescentes embarazadas. Implicaciones sociales: La adolescente embarazada es un agudo problema para la familia y la sociedad. Una serie de efectos negativos desde el punto de vista social pueden afectar gravemente el futuro de la joven embarazada. 1. Embarazo indeseado. El embarazo en la adolescencia la gran mayoría de las veces es indeseado, al llegar en momentos en que no existe la preparación psíquica, fisiológica ni socio - económica para enfrentar las exigencias de la maternidad. El embarazo indeseado es un laberinto del cual sólo puede salirse por tres puertas, sin que ninguna de ellas sea ventajosa para la adolescente, con todas las graves consecuencias que implica cada una. La joven con un embarazo indeseado puede: (a) Conservar su hijo (b) Tenerlo para darlo en adopción (c) Recurrir al aborto provocado. 2. Madre solterismo. Al decidir tener su embarazo, la adolescente puede tener la necesidad de desafiar y enfrentar el rechazo de la familia, seguido en ocasiones extremas de la expulsión del hogar o ser recluida y encerrada para ocultarla por ser considerada la vergüenza de la familia. Debe soportar la agresión física y psicológica de la familia y la sociedad, siendo rechazada y discriminada, eventos que serán generalmente extendidos al hijo. 3. Ceder al hijo en adopción. Es una decisión que usualmente toman los adultos por la adolescente, impidiéndole a la madre conocer su hijo, conducta que puede ser tremendamente traumática para la joven y con repercusiones negativas en su vida futura. La mayoría de las adolescentes embarazadas, que tienen la oportunidad de decidir por sí mismas, escoge continuar su embarazo y quedarse con su bebé. 4. Aborto provocado. Acto que constituye una afrenta a la vida, realizado en la clandestinidad por personal no idóneo o bajo condiciones ínfimas de higiene y seguridad. Esta opción no sólo va contra la fe y la moral cristianas, sino que va en contra de la naturaleza misma y pone en riesgo grave la vida de la adolescente. 5. Hijo indeseado. El hijo recibido por la adolescente y/o la familia de ésta como un inoportuno, estará expuesto a la agresión física y psíquica, al abandono, al rechazo, al infanticidio, aunque a veces se presenta una aceptación tardía. 6. Abandono escolar. El embarazo de una adolescente escolar ha sido visto como una influencia desfavorable para los demás alumnos y como una señal de desprestigio para el centro educativo. El abandono escolar suele ser definitivo en muchas adolescentes, lo cual conllevará una ausencia de calificación que antecederá un porvenir oscuro dentro del campo laboral. La ausencia de capacitación lleva a subempleo, a permanecer en un bajo status social con pocas oportunidades al progreso. La nula o baja remuneración empeorará el entorno familiar. 7. Matrimonio forzado. El matrimonio forzado suele afectar negativamente a la adolescente y a su pareja, usualmente otro adolescente inmaduro, sin el concepto de la paternidad responsable y sin la capacidad adquisitiva para el sustento de la nueva familia. A veces el matrimonio suele ser producto de fantasías matrimoniales en la inexperta pareja. Este tipo de matrimonios conlleva la dependencia económica a uno de los padres, con la generación de conflictos, rechazo, recriminaciones que suelen llevar a la separación y divorcio. Riesgos potenciales que corren las niñas adolescentes de llegar a quedarse embarazadas * Los contactos sexuales tempranos (la edad 12 años se asocia con un 91% de oportunidades de estar embarazadas antes de los 19 años, y la edad de 13 años se asocia con un 56% de embarazos durante la adolescencia) * El uso temprano del alcohol y/u otras drogas, incluyendo productos como el tabaco * La carencia de interés en la escuela, familia, o actividades comunitarias * Percibir pocas o ninguna oportunidad para el éxito * Vivir en comunidades o escuelas donde los embarazos tempranos son comunes y considerarlo como algo "normal" * Crecer en condiciones empobrecidas * Haber sido víctima de un ataque o abuso sexual, o cuando sus madres a su vez les han dado a luz antes de los 19 años

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Modelos para la prevención del embarazo adolescente La educación en la abstinencia y la virginidad prematrimoniales, fomentan el aplazamiento del inicio en los contactos sexuales hasta que la persona es madura y suficientemente diestra para manejar la actividad sexual en el contexto del amor y capaz de responsabilizarse ante un embarazo y formar una familia dentro del marco sacramental. También existen programas basados y enfocados en el conocimiento de la adolescente sobre su cuerpo y funciones normales. La atención, formación y serena supervisión de los padres y el colegio tienen una función importante en la prevención del embarazo en las adolescentes. Los padres deben dar bases morales y aconsejar con el ejemplo y la palabra a sus hijas acerca de la sexualidad y de los riesgos y las responsabilidades que conllevan las relaciones sexuales y el embarazo. Las clases en la escuela sobre la vida en familia y la educación sexual y el ambiente que se cree en ella en torno al respeto al cuerpo, a la vida y a la sexualidad, pueden también ayudar a prevenir el embarazo durante la adolescencia. Si la adolescente queda embarazada, es imperativo que tanto ella como su familia reciban consejería honesta y sensitiva. Todas las adolescentes embarazadas necesitan comprensión especial por parte de por parte de la familia principalmente, sin olvidar que la futura madre es también adolescente y que debe disfrutar de momentos de juegos y actividades que correspondan a su edad y en la medida de lo posible, proseguir su formación académica, aunque sea en la modalidad de educación a distancia, ya que un embarazo bien llevado no está contraindicado con la escolaridad. También es importante que tenga a su alcance sistemas de apoyo especiales, tanto espirituales y familiares, como gineco-obstétricos y psicológicos, que ayuden a la joven durante el embarazo, en el momento de dar a luz y en su inminente misión de madre.

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Sexualidad, Unidad en la Persona. Bibliografía: Antropología al Derecho en el Matrimonio y su Expresión Ante el III Milenio. Autor: Blanca Alicia Mijares Sentíes. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano.

Sexualidad: Unidad de la Persona La sexualidad humana tiene valor y sentido por su pertenencia al ser del hombre y por afectar al núcleo íntimo de su persona en cuanto tal. El ser humano ha sido modalizado en la corporeidad en varón y mujer, definiéndose así una identidad concreta, del yo irrepetible, como masculino o femenino, que revela el yo personal, por lo tanto, el lenguaje de la sexualidad es la de donación y aceptación mutua del varón y la mujer en reciprocidad e imagen del amor Divino. La sexualidad deberá, por lo tanto, estar al servicio de la comunión interpersonal (significado esponsalicio del cuerpo), que participa del amor creador de Dios (significado pro creativo). Es decir, que la sexualidad es un don de Dios que participa de su amor creador. Sin embargo, después del pecado original, la sexualidad, se ha visto obtacularizada por el desorden de la concupiscencia, que acarrea una ruptura dentro del hombre. Por eso, es importante recalcar que por la dignidad personal de los seres humanos, no es lícito usar a otra persona como objeto. Esto no significa que el respeto a la estructura de la sexualidad sea biologista o moralista sino que, para el cristiano la sexualidad es buena, siempre y cuando se realice de modo verdaderamente humano y como parte integral del amor. El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (fuente de su dignidad) y ha sido redimido por Jesucristo, lo que significa un rotundo sí a la corporeidad, es decir, que le ama en su totalidad, es su unidad corporeo-sexual y espiritual. El ser humano en su propio ser une el mundo material, que es el percibimos con los sentidos y el mundo espiritual, que es el que intuimos dentro de nosotros, gracias a que tenemos conciencia de nosotros mismos como personas. La persona humana es capaz de reconocerse, de poseerse y de darse libremente, es decir, de entrar en comunión consigo misma y con otros seres personales (Dios y los hombres). Al ser un ser personal el ser humano tiene la capacidad de relacionarse con su creador y con los hombres a través de la inteligencia y de la voluntad, para entablar relaciones de amor. Es una facultad que le pertenece a su misma esencia. El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano, el hombre esta llamado al amor en su totalidad. Dios crea al hombre por amor y para el amor. Es la única criatura amada por Dios por sí misma, a la que le ha infundido el alma, le ha hecho un ser personal, un alguien, cuyo fin es el mismo Dios, por eso, el hombre debe glorificar a Dios y debe comportarse a la altura de ésta dignidad. El ser una unidad debe de manifestarse en la conducta del cristiano, a semejanza de Jesucristo verdadero hombre y verdadero Dios.

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El cristianismo posee una visión integral del hombre como una unidad corporeo-espiritual y de su vocación, que forman el criterio ético fundamental para la valoración de la sexualidad. El desorden en el uso de la sexualidad destruye la capacidad de amar de las personas, así como el anticoncepcionismo manipula y envilece la sexualidad. Las visiones reduccionistas de la sexualidad conducen al aniquilamiento del cuerpo y del alma. El amor libre, la homosexualidad y la contracepción son comportamientos que contradicen el significado profundo de la sexualidad. La banalización de la sexualidad, es uno de los factores principales que están en la raíz del desprecio por la cultura de la vida. La revelación reconoce dos modos de realizar ésta vocación al amor: el matrimonio, que permite la realización personal del ser humano por ser parte del amor con el que los esposos se complementan hasta la muerte, para formar una sola carne (una unidad sustancial, psicológica y biográfica), para ayudarse durante la vida y sus cosas y sobretodo para lograr un fin último que es el amor de Dios. Y por otro lado, para transmitir la vida con toda su dignidad y cooperar en la obra creadora de Dios. Si una persona se reserva algo o la posibilidad de decidir de otra manera en orden al futuro al respecto, a la hora de dar su consentimiento para formar un matrimonio, ya no se donaría totalmente y su unión no sería verdadera. Y la virginidad por el reino de los cielos, el hombre es capaz de descubrir con su inteligencia a Dios como el bien supremo y por eso, puede decidirse a donar su vida a El en la vida consagrada, es una vocación en la que la persona se entrega en su totalidad a Dios, aunque no es la vocación más común, se valora cuando el matrimonio cristiano también se valora. En conclusión podemos decir que la sexualidad no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. El cuerpo se convierte así en expresión del ser personal, que puede ser ordenada o desordenada en la medida que se apegue a su unidad substancial, es decir a su naturaleza humana. La sexualidad siempre deberá subordinarse al dinamismo espiritual de donación personal y amorosa de los esposos, de la que es expresión, convirtiéndose en un modo de intercomunicación personal. En éste sentido, la virtud da la castidad aparece como el orden de la unidad substancial, expresión del verdadero lenguaje del cuerpo humano y la integración de la persona humana; que permite alcanzar el ideal de semejanza del amor de Cristo-Esposo e Iglesia-Esposa.

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Elección de la Carrera. Bibliografía: Elección Profesional y Vocacional Autor: Padre Antonio Rivero. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano.

Elección de la carrera Pistas para elegir en dónde podrás servir mejor a Dios y salvarte La elección de carrera es el más importante problema que tiene que abordar un joven. Con razón se afirma que todo el porvenir de un hombre depende de dos tres sí es, dos o tres no es que da un joven entre los quince y los veinte años.

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¿Cuáles son de ordinario para muchos los factores decisivos a la hora de elegir? Está el gusto, la gana, el porvenir económico. Pero sería bueno preguntarse: ¿hay acaso otros elementos o factores para tomar en consideración? Sí. Hay otro punto de vista que es el fundamental para un cristiano: La voluntad de Dios sobre mí, es decir, lo que Dios quiere para mí Los padres de familia y los amigos rara vez ofrecen una verdadera ayuda, pues ellos tampoco eligieron de otra manera. Sus consejos insistirán de ordinario en los mismos aspectos en que se habían fijado ya los jóvenes: interés económico, porvenir, brillo, posibilidades en la vida social de su ambiente. Y así se va formando un criterio que prescinde con toda naturalidad de Dios; más aun, muchos se extrañarían que una consideración sobrenatural -la voluntad de Dios- pretendiera intervenir en un asunto aparentemente tan humano. Y, sin embargo, de una buena elección de carrera, hecha con criterio sobrenatural, dependerá en gran parte la felicidad o desgracia de la vida. La paz de la conciencia, la alegría de corazón; o bien turbaciones, tristezas, desfallecimientos, serán el premio o el castigo de una elección bien o mal hecha. Muchos son los que se lamentan amargamente de estar donde no deben. Malhumorados, neurasténicos o neuróticos, reniegan de su ligereza imperdonable. Quisieran volver atrás...pero muchas veces es tarde y no pueden recomenzar el camino. La eternidad misma está comprometida en este problema de una buena elección de vida. La eternidad depende de la muerte...la muerte de la vida...la vida misma depende, en gran parte, de la carrera. Se sigue, pues, de cuán capital importancia sea considerar maduramente delante de Dios el estado que deba seguir. El famoso luterano -protestante- convertido al cristianismo y luego sacerdote y cardenal de la Iglesia católica, puesto en una de las encrucijadas más trascendentales de su vida, escribió este hermoso pensamiento: “Guíame, luz bondadosa. No te pido que me ilumines toda la senda, pero ilumíname paso a paso. Tú sabes, Señor, que nunca he pecado contra la luz”. Pecar contra la luz es negarse a seguir el destello de su propia conciencia que muestra a cada cual su camino en la vida. Joven que estás abocado al problema de elegir: no peques contra la luz. Pídele a Dios esa luz, deséala; y alcanzada sigue tras ella, como los Magos siguieron la estrella que los llevó hasta Jesús en el portal de Belén.

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DOS CONSEJOS Primer consejo: preguntar a Dios: Señor, ¿qué quieres de mí? Así lo hizo Pablo de Tarso, una vez que se encontró con la luz de Dios. Necesitamos de la luz divina para conocer nuestro camino, ya que ese camino nos ha sido señalado por el mismo Dios. Él ha dado un fin y una misión bien precisa a todos los seres que ha creado. Los astros, el pájaro, el pez, la planta....tienen su propia finalidad. ¿Acaso el hombre no la tendrá? San Alfonso de Ligorio, obispo y moralista, tiene por cierto que, además del llamamiento general de Dios a la felicidad y a la salvación eterna, tiene también un llamamiento especial, en virtud del cual el Señor muestra a cada uno el camino especial, más rápido para alcanzar esa salvación eterna. Conocer este llamamiento especial que Dios me dirige a mí en particular, ha de ser mi gran preocupación de toda la vida, sobre todo en aquellos momentos más decisivos, como es el de la elección de carrera. La vida de un cristiano es un gran viaje que termina en el cielo. Nuestra más ardiente aspiración debe ser realizar ese itinerario, y no exponernos por nada del mundo a perder la estación de término que nos ha de llevar a ese cielo, donde gozaremos de Dios y de los seres amados. La estación de término (cielo) es la misma para cada cristiano, pero el camino y los colectivos para llegar allá es diferente para cada, según el designio y la vocación de Dios. A unos Dios les pide que tomen el colectivo de la medicina que le ayuden en la curación de los cuerpos, a otros de la abogacía para que le ayuden a instaurar el derecho, a otros el mundo artístico para que traduzcan la belleza de Dios en la creación, a otros el matrimonio para que prolonguen en el mundo el canto del amor de la creación, engendrando hijos que conozcan y amen a Dios, a otros para la vida sacerdotal, para que distribuyan la gracia de Dios a los hombres y engendren, alimenten y resuciten hijos para el cielo; otros escogen el colectivo de la investigación, estudio, periodismo para difundir la verdad de Dios y aportar los nuevos inventos; otros se dedican a la defensa del pobre porque ven en ellos un rayo de Dios. La gran preocupación debería ser conocer ese plan de Dios. Nuestra vida, decíamos, es un viaje al cielo, ¿cuál es el camino, el colectivo que Dios quiere que tome yo para llegar allí? ¿Cuál será el que me lleve a mí más rápido, más seguro y dónde iré feliz y contento? Loco llamaríamos a quien llegando a la estación central no se preocupara de averiguar cuál es el tren que lo lleva a su destino, sino que tomara atolondradamente el primero que encontrara, y mucho más aún si se empeñara en tomar uno que va en dirección diferente a la de su estación de término, sólo porque el tren es más moderno, el carro más cómodo, la compañía más agradable.... ¡Pero no le conduce a donde él quiere! Mientras tanto sus compañeros han hecho el viaje en el tren que les corresponde, aunque no tan cómodo y hermoso como el suyo van llegando felices a la estación de término, previendo un bien merecido descanso que les compensa de antemano las incomodidades del camino. En el viaje de la vida muchos van en un tren que no es el propio: es el tren de los descontentos; todos protestan, todos se quejan de todo: los esposos de las esposas, los padres de los hijos, los hijos de los padres, los profesionales de sus clientes, los ciudadanos de su gobierno...Muchos se quejan, ¡porque entraron no en el tren que debían, sino en el que les dio la gana! Y no hay peor consejero que la gana para elegir camino en la vida. Segundo consejo: Elige aquello en dónde podrás servir mejor a Dios y salvarte El padre Alberto Hurtado propone al joven estas preguntas a la hora de elegir en dónde podrá servir mejor a Dios y salvarse: ¿dónde daré más gloria a Dios? ¿Dónde evitaré mejor el pecado? ¿Dónde me será más fácil alcanzar la santidad? ¿Dónde podré ayudar con más eficacia a los hombres? ¿Dónde haré una obra más duradera, más sobrenatural?

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TRES PISTAS Para elegir en dónde podrás servir mejor a Dios y salvarte te dejo tres pistas: 1. Ver mis gustos e inclinaciones: no es lo determinante ni lo más importante Tienen que ser gustos e inclinaciones nobles, hermosas, altruistas. Porque si me muevo por inclinaciones egoístas, perezosas, confort...entonces estas inclinaciones no son buenas consejeras a las hora de escoger carrera. Sólo aquellas inclinaciones superiores que encauzan nuestras mejores cualidades son las que pueden ayudarnos a conocer nuestra carrera. 2. Analizar mis aptitudes, cualidades de que Dios me ha dotado Si tengo dificultades serias para los estudios abstractos, tengo un buen inicio de que Dios no me quiere en la Universidad; si carezco en absoluto de facilidad matemática, no deberá soñar en ser ingeniero; si no tengo gusto artístico, no deberé pensar más en la Arquitectura. Si tengo aptitudes para trabajar con chicos y soy listo, hay indicio de que puedo ser un buen maestro. Si tengo habilidad para pintar....para hablar...para llevar adelante una familia...para hacer grandes apostolados. Quien ha recibido estas cualidades tiene la obligación de hacerlas rendir. Son talentos. ¡Cuántos hay que reciben diez talentos y están rindiendo como si tuvieran cuatro! Están en tareas minúsculas, sin grandes proyecciones, sin oportunidad de elevarse ni humana ni espiritualmente. Están echando a perder los talentos. Sus trabajos no tienen otra perspectiva que la de ofrecerles dinero y vivir al día. 3. El llamado de Dios: se descubre reflexionando en la oración Si aún no ves claro, consulta a un sacerdote o director espiritual, que siempre mirará el bien de tu alma y tu felicidad. CONCLUSIÓN Y ahora que has puesto todo de tu parte, ¡no temas! Dios está contigo. ¡Adelante! Al que hace cuanto está de su parte por conocer la voluntad de Dios, Él no le niega su gracia. Si vienen pruebas puedes tener en tu corazón la profunda alegría de que no has entrado en un camino siguiendo tu capricho, sino porque has creído obedecer la voz de tu conciencia que te revelaba la del Señor. ¡El varón obediente cantará victoria!

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Aprende a Sufrir. Bibliografía: Catholic.Net. Autor: Ángel Llorente Martin. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. Aprende a sufrir No te dejes vencer por el mal, antes bien, vence al mal con el bien Este artículo tiene como finalidad enseñar a los jóvenes a sufrir. ¡Qué raro! ¿No sería mejor y más natural enseñarles a no sufrir? Todos los jóvenes encuentran diariamente ocasión de sufrimiento en múltiples circunstancias: ansiedades, desganas, monotonía y aburrimiento, violencias y marginaciones, acusaciones injustas, rivalidades, envidias, rencorcillos, desprecios por sus gustos, opiniones y opciones, abusos por parte de los mayores y los más fuertes, horarios fijos, estudios insoslayables, discusiones, insultos, olvidos... No te dejes vencer por el mal, antes bien, vence al mal con el bien (Rom 12, 21). Este es un principio formativo de valor extraordinario, pero que muy pocas personas saben o quieren utilizar. Tratar de hacer el bien a todos, incluyendo a los que hacen mal, es muy difícil de poner en práctica. ¡Es tan poco razonable! Devolver bien por mal es un principio cristiano y, como todo lo cristiano, requiere de un modo distinto de razonar. ¿Por qué es tan difícil entender y llevar a la práctica este principio? ¿Por qué es tan difícil llegar a pensar de esta manera? Para formar en nosotros esta manera de pensar es imprescindible leer mucho el Evangelio y contemplar el ejemplo de su máximo protagonista. Pero, desgraciadamente, los cristianos leemos muy poco el Evangelio y el ejemplo admirable de Cristo nos lo sacudimos con el pretexto de que Él era Dios. ¡Así no se puede! La dificultad que ofrece la asimilación de este principio se observa fácilmente en la manera espontánea que tienen de reaccionar los jóvenes, y también muchos niños y mayores, cuando se les llama la atención por molestar o insultar a otro... La respuesta es automática y a modo de justificación: ¡él empezó primero! ¡Ya estamos! La venganza hecha razón de proceder. Devolver mal por mal como razón de justicia, como principio de paz. Cuando noto este tipo de reacciones, mi respuesta es contundente: ¡aguanta! ¿Te parece justo devolver la ofensa y crees que así estáis en paz? NO; la paz se produce si sabes aguantar. La devolución de la ofensa equivale a una declaración de guerra. ¿Para qué se necesita más fuerza, para aguantar o para pelear? ¿Qué es más meritorio? Los jóvenes sabéis responder perfectamente a estas preguntas. Es más fuerte el que sabe aguantar, el que es capaz de mantener su dignidad a pesar de las circunstancias; es más meritorio el perdón de las ofensas... De todas formas, en cuanto te descuidas, intentas devolver la patada. Las reacciones instintivas y violentas del amor propio herido son difíciles de controlar, pero la inteligencia percibe el bien: solamente falta encender una chispa de amor, para que la voluntad se lance a realizar ese bien que tanto nos acerca al modo divino de actuar. La voluntad es rígida como el hierro y sólo se puede doblegar a base de calor, de una razón poderosa que emane de la propia capacidad de amar.

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Algunas veces se compara la vida humana a la de una planta, que sometida a condiciones favorables, se desarrolla con naturalidad. La vida de las personas no es del todo así. Existe una diferencia sustancial: tenemos inteligencia y libertad. El joven debe entender su propio proceso vital, y debe llegar a querer su propio crecimiento y progreso, la planta no. Y a entender y querer, no se llega sin renunciar, sin dolor, sin sacrificio, sin aguante. Sin sufrir es imposible comprender verdaderamente la vida. Los que han sufrido por Dios son más humanos, más sencillos, más felices. Pero el sufrimiento es, en sí, repelente. Sólo hay una manera de sufrir con cierto agrado, con ilusión y con esperanza: sufrir como Jesucristo sufrió y por las razones que Él sufrió. ¿Y si los jóvenes no tienen a Cristo a su alcance?, ¿o si no lo entienden? ¿o si el ambiente en el que se mueven no les ofrece modelos cristianos pacientes, inteligentes y buenos? Están renunciando a formarse con integridad. Cierto, el sufrimiento vendrá... tendrá que aceptarlo sin remisión, "porque lo digo yo". Tendrá que estudiar o trabajar, le guste o no, sin ninguna motivación interior. Aprenderá sin saber por qué. Conocerá muchas cosas, pero... nunca sabrá las dimensiones de la mente propia y del propio corazón. Aprenderá a curar a los demás, pero no a sí mismo. Aprenderá a cobrar por el trabajo, pero no hará un solo mérito ante Dios. De esta manera no llegará a saber jamás lo que es integridad. ¿Qué moderna medicina le curará del sentimiento de impotencia o tristeza? ¿Qué invento mitigará la soledad del alma y del corazón, fuera de la televisión, la música, la computadora o el alcohol y las drogas? Hay que aprender a hacer méritos ante Dios. Si sólo hacemos lo que nos parece, nos apetece, nos conviene o manda la autoridad, ¿dónde queda el mérito personal? Hay que formar la mente y el corazón para captar lo que Dios quiere, y la libertad individual para llevarlo a la práctica con la certeza de estar realizando lo mejor. Si yo te digo: "Sé agradecido con el que te hace algún favor"; "ten cuidado y sólo presta tus cosas a los amigos"; "haz una visita a tu amigo enfermo ya que él fue a verte cuando estabas en el hospital"... estoy dentro de la normalidad. Pero si te digo: "cuando te acusen o te pongan una zancadilla aprovecha para demostrar que eres fuerte y capaz de aguantarte las ganas de tomar venganza"; "cuando te insulten, pregunta por qué, pero perdónales y no te rebajes haciendo lo mismo que ellos"; "si te desprecian, aprovecha el momento oportuno para darles la mano"; "en casa, no te canses de hacer favores sin reclamar nada a cambio"... Para algunos, este modo de pensar parece una imbecilidad, pero para Jesucristo no. Jesús tiene otros modos de pensar y actuar y nos los propone para llegar con mayor rapidez a la felicidad.

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El Mundo Necesita de Grandes apóstoles. Bibliografía: Una Misión en tu vida: El Apostolado. Autor: Lucrecia planas. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. ¡El mundo necesita de grandes apóstoles! Si miras un poco a tú alrededor encontrarás un mundo que se está muriendo por no conocer a Cristo Jesús: • La humanidad, que busca la felicidad en las cosas materiales y, al no encontrarla, se desbarranca en un pozo sin fondo en el que se vale por lo que se tiene y no por lo que se es. • La juventud, marchita, buscando la felicidad en el sexo, la diversión, el alcohol y la droga, porque nadie le ha señalado el camino correcto. • La familia, tambaleante por los embates del divorcio, la infidelidad, el miedo a los hijos, el egoísmo y la falta de comunicación, porque sus miembros no conocen a Cristo. • La Iglesia, sumamente debilitada y herida por los innumerables miembros que se quedaron con una fe infantil, de catequesis de primera comunión y, al no conocer profundamente a Cristo, la abandonan buscando la felicidad en piedras de cuarzo, en los poderes de la mente o en sectas que ofrecen recompensas terrenales. • Cientos de iglesias vacías porque muchos cristianos han dejado de valorar la presencia de Cristo en el sacramento de la Eucaristía, porque no hay sacerdotes suficientes para atenderlas, porque los pocos sacerdotes que hay son ancianos o enfermos, porque los laicos no nos hemos dado cuenta de que somos necesarios para que el Cuerpo funcione a la perfección. Ante esta situación, no podemos quedarnos parados contemplando cómo el mundo se muere por falta de un sentido para su vida. Todos debemos actuar: sacerdotes y laicos; jóvenes y adultos; hombres y mujeres, solteros y casados. El mundo necesita grandes apóstoles, apóstoles de primera división, del tamaño de san Pablo, san Francisco de Asís, san Ignacio de Loyola o santa Teresa de Jesús. Tú puedes, si quieres, ser uno de ellos. La decisión está en ti. Pero si te da flojera, si lo dejas para más adelante, si no deseas hacerlo, debes tener en cuenta que lo que tú no hagas, nadie lo hará por ti. Eres un miembro insustituible de la Iglesia, pues tienes una misión específica y de ti depende el buen funcionamiento de muchos otros dentro de ella.

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Para Ser un Verdadero Apóstol. Bibliografía: Una Misión en tu vida: El Apostolado. Autor: Lucrecia planas. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. Para ser un verdadero apóstol Los apóstoles no nacen de la noche a la mañana. Un gran apóstol se forja día tras día a lo largo de toda su vida. Sin embargo, así como aprendes a hablar hablando y a caminar caminando, la mejor manera de aprender a ser apóstol es haciendo apostolado. Desde este mismo momento puedes empezar a hacer apostolado en cada momento de tu vida: por medio del testimonio, la acción, la palabra y la oración. Poco a poco irás descubriendo que, además de entusiasmo, necesitas también de la formación, la oración y los sacramentos para ser más eficaz en tu actividad apostólica, cualquiera que ésta sea. 1 Formación sólida, continua y sistemática Como decíamos antes, hay muchos cristianos que lo único que conocen de su religión es aquello que les enseñaron para la primera comunión. Tú no puedes ser uno de ellos. Tu fe necesita ir creciendo y fortaleciéndose mediante el estudio profundo de la Sagrada Escritura, de la doctrina católica y de las enseñanzas de la Iglesia. Un medio excelente de formación es la lectura del Evangelio, pues así conocerás a Jesucristo, su pensamiento y su forma de actuar ante todas las situaciones de la vida. Si esta lectura es frecuente, poco a poco te irás pareciendo a Él, así como te pareces en muchos gestos y expresiones a tus papás. Si conoces bien tu fe, si conoces los lineamientos y fundamentos de toda la doctrina, si conoces las últimas noticias dadas por el Papa, estarás mucho mejor preparado para divulgar, anunciar, resolver dudas y defender tu fe con la palabra y la acción. 2 Oración Nadie puede dar lo que no tiene. Si tu intención en el apostolado es dar a Dios a los demás, debes primero llenarte de Dios. Esto lo lograrás mediante la oración y el contacto frecuente con Él. Si no oras, tarde o temprano te pasará lo que sucedió con los ojos y piernas de Mariana: dejaron de servir porque se desconectaron del cerebro. Si quieres iluminar, debes llenarte de luz, y la luz es Dios. Si no mantienes esta unión frecuente con Dios a través de la oración, tu apostolado se convertirá fácilmente en una acción vacía y sin frutos. El mismo Jesús nos lo dijo: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El sarmiento que permanece unido a la vid da mucho fruto. Sin mí nada podéis hacer" (Jn. 15, 5). 3 Sacramentos Jesús nos dejó los sacramentos como herramientas para sobrevivir como Iglesia. Sin los sacramentos, sin la fuerza de Dios que recibimos en ellos, es muy difícil perseverar, pues nuestra naturaleza es débil a causa de estar herida por el pecado. Un gran apóstol se debe alimentar frecuentemente con la Eucaristía y acudir a la confesión para levantarse de las caídas que pueda tener.

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Medita y Actúa: Una Misión en tu vida. Bibliografía: Una Misión en tu vida: El Apostolado. Autor: Lucrecia planas. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Humano. Medita y actúa: Una misión en tu vida Para meditar personalmente • Ya sabes que la Iglesia te necesita. Ahora bien, de acuerdo con tus cualidades, intereses y habilidades, ¿en dónde le puedes ser más útil? • Piensa en la situación de la Iglesia en tu provincia o país: ¿puedes imaginar un plan de apostolado? Ideas para Recordar • El apostolado es algo indispensable dentro de la Iglesia, pues cada miembro es importante y necesario para la vida de los otros miembros. • Jesucristo nos ha autorizado a influir en la vida de los demás, siendo levadura, sal y luz que ilumine su camino. • El apostolado es una señal de amistad; es compartir el tesoro que he encontrado con aquellos que quiero. • El apostolado puede realizarse a través de la palabra, el testimonio, la acción y la oración. • El mundo necesita de grandes apóstoles y tu puedes ser uno de ellos. • No debes olvidar que aquello que tú no hagas, nadie lo hará por ti. • Para ser un gran apóstol se requiere de una sólida formación, de mucha oración y de frecuencia en los sacramentos. Decisiones Sí, no basta con conocer lo que pasa en nuestra Iglesia. Tú necesitas hacer algo concreto por el Cuerpo Místico de Cristo, así que aquí tienes algunas propuestas al respecto: ¡la decisión está en ti! • Haré un serio análisis de mi vida como miembro de la Iglesia para darme cuenta de cuál es mi misión dentro de ella. • Mantendré mi contacto con Jesucristo, cabeza de la Iglesia, por medio de la oración, para no convertirme en un miembro atrofiado e inútil. • Empezaré con el apostolado de la palabra y la oración el día de hoy, aprovechando cualquier oportunidad para predicar y anunciar el camino de la felicidad. • Analizaré cuáles son las necesidades de la Iglesia en mi localidad y me involucraré en alguna acción concreta para solucionarlas.

Orar en la Vida Diaria. 191

Bibliografía: Pastoral de Coyuca. Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano.

Orar en la vida diaria OBJETIVO: Descubrir el valor y la importancia que tiene la oración en la vida del joven, y a si mismo, comprender lo que Jesús nos pide a cada uno de nosotros. PARTIMOS DE LA EXPERIENCIA. Para contestar en grupos: - ¿Por qué algunos jóvenes no rezan? - ¿Es necesaria la Oración en nuestras vidas? - ¿Qué valores aporta la Oración a los jóvenes? - ¿Cómo ha de ser la auténtica Oración? - ¿Cuándo hay que Orar? BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA. A. “LA ORACIÓN CRISTIANA” ¿Puede orar el hombre de hoy? ¿Sabe el hombre de hoy hablar con Dios? ¿Le interesa?. Vivimos en un mundo cada vez más materializado donde predomina la técnica, el consumismo, el bombardeo de noticias y estímulos audiovisuales, la valoración de la eficiencia y de la acción exterior. En este cuadro, la oración no tiene sentido, ya que distrae de la única acción importante en la vida: “la transformación del mundo visible”. Este marco sociocultural influye negativamente en los jóvenes y hace difícil la oración en sus vidas, ya que no propicia la vida en profundidad y la atención a una interiorización basada en el silencio y en la reflexión. B. ¿QUÉ ES ORAR? La oración es una relación personal, consciente y amorosa con Dios. Es un dialogo familiar con Dios o, como decía Santa Teresa, “un trato amistoso con quien sabemos que nos ama”. La oración, por tanto, es una relación vital entre dos personas. Es encuentro personal. Mutua presencia, intimidad gratuita y amistosa. La oración es un DON DE DIOS. La oración, efectivamente, comienza en Dios, actúa la mente y el corazón del hombre y termina en Dios. La Oración no es, pues, una acción meramente humana. Es Dios quien nos mueve a orar, quien nos da la gracia de orar, iluminando nuestra mente por la fe y moviendo nuestro corazón por la caridad. Sin su gracia somos incapaces de hacer oración. La oración es una ACTITUD FUNDAMENTAL DEL CREYENTE. Para el no creyente la oración no tiene sentido, ya que sería un absurdo orar ante la nada. Para el cristiano, la oración es el sustento y el alimento de nuestra fe. En ella expresamos la fe, cimentamos la esperanza y nos llenamos de amor a Dios y a los hermanos. La oración, en este sentido es una necesidad para todo cristiano que desea ser fiel a sus compromisos.

LAS DIFICULTADES QUE TIENEN LOS JÓVENES PARA ORAR.

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A. DE TIPO TEOLÓGICO. - LA FALTA DE FE. La oración no les dice nada porque no ha crecido en ellos la fe. No interiorizan. Tienen una fe débil. Todo lo que se refiere a “rezos”, a Dios, les suena a “Rollos” enfadosos. - MAL CONCEPTO DE LA ORACIÓN. No tienen muy claro en qué consiste la oración: se identifica el “rezar” con el “recitar fórmulas”; la consideran como una imposición. No encuentran sentido a la oración. - LA FALTA DE CONCIENCIA ECLESIAL. Hacen sus oraciones individuales, entendiéndose “a solas” con Dios. Rezan por “sus” problemas y sus propios asuntos. B. DE TIPO SOCIOLÓGICO. - EL AMBIENTE FAMILIAR. Por lo general tal ambiente no les suele ayudar. Algunos no son practicantes, otros no acostumbran hacer oración, etc. Los padres no tienen el cuidado de iniciar en la oración a sus hijos. - EL PRAGMATISMO. La tendencia a considerar lo inmediato y lo útil como criterio de valor, convierte la oración en algo “no rentable”. - LAS FORMAS CONCRETAS DE ORACIÓN. En algunas familias se usan fórmulas caducas de oración. En la parroquia, a veces el lenguaje oficial litúrgico no es el más apropiado para ellos, ya que lo sienten difícil, demasiado teológico, lejano a sus vidas. - EL CONSUMISMO. Vienen con la cabeza llena de cosas y el corazón está como embotado. El ambiente consumista impide la reflexión y el silencio. C. DE TIPO PSICOLÓGICO. - LA RUTINA EN LA ORACIÓN. Se cae en la repetición. No se personaliza. La oración es algo tan usado que llega a perder valor. - LA INCOHERENCIA DE LOS JÓVENES. A veces suelen dejar la oración porque se dan cuenta de que su vida sigue igual y no se comprometen. - EL SILENCIO. Incapacidad para hacerlo. No se vive en un “ambiente de oración”. - LA SUPERFICIALIDAD. Nada de esfuerzo, nada de reflexión. - EL ACTIVISMO. Se está tan ocupado que no se tiene tiempo para nada. ¿Cómo puedo rezar con tantas horas de trabajo o de estudio? - EL PSICOLOGISMO. Algunos jóvenes van a los grupos juveniles a experimentar la amistad. A hacer algo juntos, más que vivir la fe y poder hacer oración. Buscan más el consuelo, la afectividad que hacer un itinerario creyente. - LA COMODIDAD. Los jóvenes que están dominados por las comodidades y llevan una vida egoísta no necesitan a Dios. Si no son sensibles a los problemas de los demás, no tienen motivos para rezar. - EL ESPIRITUALISMO. Algunos practican una oración desvinculada de su vida. Llaman a Dios Padre, pero no construyen fraternidad. EL MAESTRO DE LA ORACIÓN: “JESÚS”. Jesucristo recomienda la oración: “es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer” (Lc 18,1); “ustedes, pues, oren de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos” (Mt. 6,9): “pidan y se les dará, busquen y hallarán” (Lc 11,9)... Jesucristo vive en continua oración: “Se retiraba a lugares solitarios y se daba a la oración” (Lc. 5,16). Jesús ora antes de elegir a los apóstoles, antes de la resurrección de Lázaro, antes de la pasión, etc.

PERO LA PREGUNTA ES: ¿CÓMO ORAR? Para orar no basta presentar una lista de peticiones a Dios, ni contentarnos con repetir mecánicamente algunos “rezos” aprendidos de memoria.

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- ESCUCHA A DIOS. NO HABLES DEMASIADO. Dios tiene para cada uno de nosotros una palabra original, dicha en muchas maneras a lo largo de nuestra vida (encuentros, llamadas, sucesos, inspiraciones). Si no la escuchas, esa palabra caerá al vacío. - ORA CON FE EN NOMBRE DE JESÚS. Para orar es necesario que creamos en Jesucristo, que nos apoyemos en Él... Oremos “en nombre de Jesús”, ya que Dios no puede negar nada a su hijo. - ORA CON HUMILDAD. La oración mana de los corazones humildes. Para orar, por consiguiente, hay que sentirse pobre, necesitado de la gracia de Dios. Como el publicano de la parábola que solamente decía: “Señor, ten compasión de mí, que soy un pecador”. - ORA CON CONSTANCIA. Cristo en el Evangelio nos exhorta a perseverar en la oración, a mantenernos en ella con una actitud constante. Perseverar en la oración significa no dejarla, no cansarse de ella aunque sea difícil, aunque no sintamos nada, aunque nos digan que es inútil. - ORA AMANDO AL PRÓJIMO. Sin amor es imposible la oración. Si el amor al prójimo es sincero y creciente, éste es la más clara señal de que nuestra oración es verdadera. Si no amamos a los demás nuestra oración es una farsa. - ORA DESDE LA VIDA. La oración debe partir de la vida, expresar la vida y comprometer la vida. Por eso hay que orar desde la vida: en los momentos felices y amargos, en el triunfo y en el fracaso. Sobre todo hay que orar en los momentos importantes de la vida: al tomar una decisión importante, al escoger la profesión o el estado de vida, al viajar, en las necesidades personales, familiares, sociales, etc. La oración nos debe llevar a comprometernos más en nuestra vida, a ser más responsables con nuestros deberes cotidianos. - ORA EN COMUNIDAD. Además de la oración individual que se realiza en la sociedad y en la intimidad del corazón humano, es necesaria la ORACIÓN COMUNITARIA con el grupo juvenil y, sobre todo, con la comunidad eclesial (ORACIÓN LITÚRGICA). LA ORACIÓN. • Comienza por saber escuchar. El cielo emite noche y día. • No ores para que Dios realice tus planes, sino para que tú realices los planes de Dios. • No olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración. • Para orar, Cristo te pide una técnica: humildad, confianza y perseverancia. • ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de tus sentimientos e intereses. • No conviertas tu corazón en un monólogo, pues harías a Dios, autor de tus propios pensamientos. • Cuando ores no seas engreído ni demasiado humilde. Con Dios no valen los trucos. Sé cual eres. • ¿Y las distracciones voluntarias? Descuida. • Nunca pienses que cuando hables a Dios Él no te responde. La oración nunca cae en el vacío. • Ten vida de oración, no ratos de oración. EXPERIENCIA COMUNITARIA DE ORACIÓN. Se debe preparar un momento fuerte de reflexión, de la manera que el coordinador crea pertinente de acuerdo a la realidad de su grupo.

Seguir a Jesucristo. Bibliografía: Un Proceso de Formación para los Grupos Juveniles 2. Autor: González Ramírez.

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Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Seguir a Jesucristo CHARLA: “EL SEGUIMIENTO DE JESÚS” A partir de la resurrección, el proyecto del Reino de Dios, anunciado y vivido por Jesús, se presenta a los DISCÍPULOS como una exigencia, como un reto, como un proyecto de vida. Por eso los discípulos siguen el camino que les señaló su Maestro. Aceptan a Jesús como el valor central de sus vidas y se deciden a vivir sus mismas actitudes y a continuar su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra en sus primeros capítulos cómo vivían LOS PRIMEROS CRISTIANOS. Su vida era también un seguimiento de Jesús. Seguían a Cristo en la fe, aceptando su Persona y su doctrina; seguían a Cristo en el culto, por medio de la oración y de la "fracción del pan"; seguían a Cristo en la vida, viviendo la fraternidad y compartiendo los bienes que poseían; seguían a Cristo en el apostolado, llevando el Evangelio a las personas y comunidades que no lo conocían. Hoy, como ayer, Cristo sigue cruzándose en la vida de muchos hombres y mujeres y los invita a seguirlo en el servicio a los demás. Algunos han aceptado la invitación: Martin Luther King, el obispo brasileño Hélder Cámara, el hermano Roger de- Taize (Francia), la Madre Teresa de Calculta, Raúl Follereau, Pedro Casaldáliga, etc. Cristo nos invita también a nosotros a seguirlo. Creer en él es ponerse en camino y seguir sus huellas. EI auténtico seguidor de Cristo es, en primer lugar, aquel que tiene las ACTITUDES FUNDAMENTALES que vivió Jesús: actitudes de servicio, de solidaridad, de liberación, de perdón, de obediencia y entrega total a Dios y a su proyecto de salvación. El seguidor de Jesús, en segundo lugar, es UN TESTIGO del Evangelio que se pone a anunciar y construir el Reino de Dios que está ya en marcha. El seguimiento es un CAMINO DE CRUZ Y SERVICIO. El seguidor no puede esperar mejor suerte que Jesús. El seguimiento exige renuncia, pobreza, humillación, sacrificio. Cruz y servicio son los signos del verdadero seguidor de Cristo. A todos esos jóvenes desorientados, despersonalizados, mediocres, que siguen a las "estrellas" del espectáculo, Cristo los invita a que sigan el camino que recorrió Él: el camino del Evangelio. Un camino que no conduce al desencanto sino a la realización plena y a la felicidad verdadera. COMPROMISOS ¿Cómo puedo ser seguidor de Cristo... ... en mi casa ...en mi escuela ...en mi trabajo ...en mi barrio ...en mi parroquia?

ERES DISCÍPULO DE JESÚS SI... 1. SI clavas sonrisas como banderas en todos los caminos de los que están sentados en la angustia existencial y en la marginación. 2. SI prestas a Cristo tus manos para que siga acogiendo y acariciando a los sin rostro atrayente… si prestas a Cristo tus labios, tu corazón, tu ser entero, para que siga amando a los desheredados de caricias y de los más elementales cuidados. 3. SI pasas por la vida disminuyendo las tristezas y las penas de los hermanos, que es, según el poeta, el trabajo más grande. 4. SI ofreces la propia sangre a cada instante como moneda de rescate por los aburridos y desencantados.

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5. SI tienes manos abiertas para acoger, acariciar, levantar, sostener y ayudar a los débiles y pequeños. 6. SI tienes un estilo festivo de vivir, y el encanto, la sonrisa, el saludo y felicidad son los cuatro pilares de tu personalidad. 7. SI pasas por este mundo brindando alegría y disminuyendo las tristezas de los enganchados a las esclavitudes de la sociedad de consumo. 8. SI repartes a diario el pan de la alegría a los hambrientos del gozo y de la sonrisa. 9. SI te haces fortaleza para el débil, amistad para el abandonado y sonrisa para el desilusionado. 10. SI proclamas que el Cristianismo es una convivencia festiva, un estar de fiesta con Jesús, que es El mejor amigo, porque es el amigo que nunca falla. Si das a entender que el elemento festivo es algo esencial al Cristianismo... Si vives todo esto desde tu corazón, tú, chica o chico, serás "discípulo de Jesús". ¡Evidente! (RICHARD CUADRADO T.) LAS OPCIONES DE JESÚS Jesús opta por no alardear de su rango de Dios, de su poder de hacer milagros, de su condición de Rey o Mesías, de su sabiduría y santidad. Jesús opta con preferencia por los humildes y sencillos, por los niños y los ancianos, por los ciegos y los leprosos, por los pecadores y las prostitutas, por los pobres y los medios pobres, por los que hacen obra de paz. Jesús opta siempre por el amor, por la alegría y la esperanza, por la igualdad y la libertad, por la oración íntima con su Padre, por liberar a los oprimidos, por quitar carga y fuego a la Ley, por las flores y los pájaros, por renunciar a los ejércitos aún de ángeles. Jesús opta desde su propia libertad interior -Él, el hombre libre por excelencia-; desde las limpias raíces de su corazón buscando siempre la voluntad del Padre desde su profunda comprensión de los hombres Y odiarse siendo hermanos.

Jesús, Palabra del Padre, opta no tanto por la palabra sino por la vida: es su vida el anuncio del Reino, es su experiencia lo que convierte en mensaje, es su amistad lo que ofrece, es su muerte la denuncia y la crítica del pecado. Jesús opta y queda comprometido: su carne es carne de dolor, su Madre, una mujer de pueblo, su cuna, la cueva de Belén, sus pajes, pastores que velan al raso, su profesión, carpintero de Nazaret, sus elegidos, pescadores de Tiberíades, su casa, los caminos desérticos de Palestina, su trono real, la cruz del Viernes Santo, sus sacramentos, agua-pan-vino-aceite-amor, su Reino, un pueblo de luces y sombras. Jesús ha optado -y no se vuelve atrás por ti, hermano y por mí, por nuestros amigos y compañeros, por quienes sufren en el hospital, por los que están en paro, por los inocentes que mueren, por quienes... (Juan SANCHIS FERRAIRO)

ORACIÓN Señor Jesús, a tu paso por el mundo, inauguraste un nuevo estilo de ser persona; una forma nueva de ser hombre entre los hombres. De entrada renunciaste al poder y al tener. Por no tener, no tenías ni un palmo de tierra para recostar la cabeza.

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Para ti, el amor nunca fue propiedad privada. Derribaste la barrera entre el pariente y el extraño, el amigo y el enemigo, el pecador y el santo. Tú amaste a corazón abierto; a nadie negaste la amistad y el trato. A libertad ninguno pudo ganarte. Andabas por calles y plazas diciendo tus verdades; saltaban de gozo los pequeños, rechinaban los dientes los sagaces. Unos te odiaban, otros te aclamaban, y tú sin reparar en colores, te dedicabas a hacer el bien a manos llenas. Nunca te faltó un grupo de incondicionales, amigos de verdad. Los Herodes y Pilatos de turno no perdonan; un día acabaron contigo. Pero una mañana de Pascua alguien gritó: "El que matasteis está vivo; aquí hay unos testigos". Señor Jesús, como ayer, hoy nos dices: Amigos veniros conmigo; no traigáis ni cayado de mando ni cartera; dejad los dividendos y vuestra abultada cuenta de egoísmos; el servicio aquí es de valde y a fondo perdido. Desde hoy nos vamos contigo. "Tú lograrás que los sin-amor de esta tierra seamos tu amor; los deformes y feos, tu hermosura; los inquietos, tu descanso; los sin-palabra, tu palabra". Aunque no tengas madriguera ni nido, te seguiremos a donde vayas, entre los más pobres, los más sucios, los más proscritos y perdidos. (A. DANOZ)

Vocación Sacerdotal. Bibliografía: Jornada Vocacional. Autor: Equipo Diocesano de Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Acapulco. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Vocación Sacerdotal El Sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres para servir a los hombres en las cosas de Dios; para ofrecer sacrificios y oraciones por su

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pueblo, y por los pecados propios y ajenos. (Hb 5,1). Es un hombre que tiene limitaciones como todo ser humano, pero al mismo tiempo es distinto de los demás porque Dios lo ha llamado a una tarea muy especial. Es un mediador como Cristo entre Dios y los hombres. Es el hombre de la oración que reza por sí mismo y por sus hermanos. La vocación sacerdotal es una opción de libertad. Dios llama y deja libre al hombre para que acepte o rechace este llamado. Es un don de Dios según las palabras de Jesús : “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que Yo os he elegido a vosotros” ( Jn 15,15). La misión del sacerdote consiste en: - Anunciar a todos la Buena Nueva del Evangelio. - Presidir en la comunidad las celebraciones de la Misa, ofrecer sacramentalmente el Sacrificio de Cristo. - Bautizar, que significa introducir a los hombres con Dios y con la Iglesia. - Administrar la unción de los enfermos, aliviar espiritualmente a los quebrantados de salud. - Bendecir y asistir a la unión de los esposos. Hay tres funciones que realiza el sacerdote: a) Pastor: El sacerdote ha de entregar su vida siempre al servicio de los demás, como Cristo el Buen Pastor, en una entrega que tiene grandes satisfacciones como trabajos y sacrificios. Además, ha de poner mucho empeño en la liberación integral de los pobres y los oprimidos, debe obrar siempre con criterios evangélicos. Debe creer en la fuerza del Espíritu para no caer en la tentación de hacerse líder político o funcionario de un poder temporal. b) Esposo de la iglesia: Es aquel que debe defender los intereses de la comunidad cristiana, vigilar que no se viole la dignidad de la persona. Se puede decir que el Sacerdote anuncia el Reino de Dios que se inicia en este mundo y que tendrá su plenitud cuando Cristo venga al final de los tiempos. Por el servicio de este Reino, el Sacerdote abandona todo para seguir a su Señor. Signo de esta entrega radical es el celibato ministerial, don de Cristo mismo y garantía de una dedicación generosa y libre al servicio de los hombres. c) Cabeza de la Iglesia: Mediante la consagración sacramental, el sacerdote se configura con Cristo y recibe como don una potestad "espiritual" que es participación de la autoridad con la cual Jesucristo, mediante su Espíritu Santo, guía a la Iglesia. Es “Cabeza” en el sentido nuevo y original de ser “Siervo” (Mc. 10,45). La autoridad de Jesucristo Cabeza coincide con su servicio, con su don, con su entrega total, humilde y amorosa a la Iglesia.

La conversión del Corazón. Bibliografía: Pastoral Juvenil Autor: P. Cipriano Sánchez LC. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. La conversión del corazón Jueves después de Ceniza. ¿A quién dirigimos el corazón? ¿Hacia quién me estoy dirigiendo yo? Reflexionar es una conversión que no debe ser solamente una conversión exterior, sino que debe ir sobre todo hacia la conversión del corazón. La conversión del corazón que viene a ser el núcleo de toda la Cuaresma, es vista por la Escritura, como un momento de elección por parte del hombre que debe dirigir a Alguien. La pregunta es: ¿A quién dirigimos el corazón?

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¿Hacia quién me estoy dirigiendo yo? En este período en el cual la Iglesia nos invita a reflexionar más profundamente tenemos que preguntarnos: ¿Hacia dónde voy yo? En la primera lectura Dios pone delante del pueblo de Israel el bien y el mal, diciéndole que puede elegir, decir a quién quiere servir, qué quiere hacer de su vida. Tú también vas a decidir si quieres vivir tu vida amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a Él, o vas a tener un corazón que se resiste. Es en lo profundo de nuestra intimidad donde acabamos descubriendo hacia quién estamos orientando nuestra vida. La Escritura nos habla por un lado de un corazón que se resiste a Dios y por otro lado de un corazón que se adhiere a Dios. Mi corazón se resiste a Dios cuando no quiero ver su gracia, cuando no quiero ver su obra en mi vida, cuando no quiero ver su camino sobre mi existencia. Mi corazón se adhiere a Dios, cuando en medio de mil inquietudes, vicisitudes, en medio de mil circunstancias yo voy siendo capaz de descubrir, de encontrar, de amar, de ponerme de delante de Él y decirle: “aquí estoy, cuenta conmigo”. Jesús en el Evangelio nos presenta esta elección, entre resistencia del corazón y la adhesión del corazón como una adhesión por Él o contra Él: “El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue su cruz cada día y se venga conmigo.” Una conversión que no es solamente el cambiar el comportamiento; una conversión que no es simplemente el tener una doctrina diferente; una conversión que no es buscarse a sí mismo, sino seguir a Jesucristo. Esta es la auténtica conversión del corazón. Jesús pone como polo opuesto, como manifestación de la resistencia del corazón el querer ganar todo el mundo. ¿Qué prefieres tú? ¿Cuál es la opción de tu vida, cuál es el camino por el cual tu vida se orienta, ganar todo el mundo si no te ganas a ti mismo?, pero si has perdido a base de la resistencia de tu corazón lo más importante que eres tú mismo, ¿cómo te puedes encontrar?. Solamente te vas a encontrar adhiriéndote a Dios. Deberíamos entrar en nuestra alma y ver que estamos ganando o qué estamos perdiendo, a qué nos estamos resistiendo y a quién nos estamos adhiriendo. Este es el doble juego que tenemos que hacer y no lo podemos evitar. Nuestra alma, de una forma u otra, se va a orientar hacia adherirse a Dios, automáticamente está construyendo en su interior la resistencia a Dios. El alma que no busca ganarse a sí misma dándose a Dios, está automáticamente perdiéndose a sí misma. Son dos caminos. A nosotros nos toca elegir: “Dichoso el hombre que confía en el Señor, éste será dichoso; en cambio los malvados serán como paja barrida por el viento. El Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo”: ¿Qué camino llevo en este inicio de Cuaresma? ¿Es un camino de seguimiento? Me dice Nuestro Señor: ¿Eres de los que quieren estar conmigo, de los que quieren adherirse a Mí? ¿O eres de los que se resisten?

Comprométete. Bibliografía: Pastoral de Coyuca. Autor: Encuentra.com Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Comprométete OBJETIVO: Hacer conciencia de nuestra actuación como cristianos, y buscar un compromiso más concreto con Cristo, con su Iglesia, con nuestro mundo, con nuestro grupo y con nosotros mismos. DINÁMICA:

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Los tipos de católicos. Se forman 4 equipos (usar algún juego o dinámica para ello) y a cada uno de ellos se les reparte uno de los 4 puntos, mismos que tendrán que representar de la manera que deseen. Cada equipo leerá el párrafo y dará una conclusión. A lo largo de nuestra vida, seguramente nos vamos a encontrar, o ya lo hemos hecho, con diferentes tipos de católicos, que se diferencian por los distintos grados de compromiso o de respuesta que le dan a Dios. 1.- Nos encontramos primero con un tipo de católico que abunda como el pasto; a estos los vamos a llamar: católicos de agua, son aquéllos que lo único que tienen de católicos es el nombre, pues en algún tiempo muy lejano sus padres los bautizaron, pero, aunque son Hijos de Dios, nunca lo han reconocido como Padre; son aquellas personas que se dicen católicos ante la sociedad, pero que no van a misa, no comulgan y ni le hablemos de que se confiesen ni de que hagan caridad con algún hermano; ellos simplemente viven su vida al margen de todo Dios que pueda existir. ¿Conocemos alguno?... creo que sí. 2.- Luego nos encontramos con los católicos de aire, o llamados comúnmente golondrinas, pues van, vienen, vuelven. Son aquéllos que luego de hacer un retiro, un campamento, quedan con todas las fuerzas y son los supercatólicos, pero cuando pasa un poco el tiempo se van porque se aburren. No le encontraron el verdadero sentido a las cosas, entonces, cuando no pasa nada extraordinario, se cansan; pero luego cuando se sienten mal, necesitan o los llaman, vuelven, pero tarde o temprano vuelan hacia lugares más cálidos. ¿Conocemos alguno?... creo que sí. 3.- Tenemos otro tipo de católicos a los que vamos a llamar católicos de plomo, son los famosos fanáticos, ratones de sacristía, santurrones y que cuando lo vemos venir, generalmente decimos: “¡uh, qué plomo!”... ¿alguno quiere ser así? Son aquéllos que andan con la Biblia bajo el brazo para decir a todos que son católicos, será por eso que cuando abren la Biblia todos salen corriendo. Este tipo de católicos quiere resolver todo con Padrenuestros pero sin comprometerse. ¿Conocemos alguno?... creo que sí. 4.- Finalmente tenemos al católico al que debemos apuntar, es el que aguanta todo por todos, y que por eso le decimos católico de fierro. Éste tiene de todo un poco, pues distribuye su tiempo entre el compromiso con Cristo, con su familia (que es también su compromiso) y su trabajo o su estudio. Es aquella persona que no sólo nos va a decir que le pidamos a Dios que solucione nuestro problema, sino que también él nos ayudará, es el católico al cual muchos acuden porque ven en él a un Hombre de Dios, alguien que nunca los va a dejar en banda.

CONCLUSIÓN: Y tú.... ¿de qué lado estás? Jesús te pide que te quedes de su lado. Nos pide que ante su llamado no nos quedemos callados, aunque nos equivoquemos, pero que le digamos el por qué de las cosas. Los fariseos, a quienes tanto criticaba Jesús, hacían lo contrario (Mc. 3, 1-6), cuando Jesús les preguntaba algo, ellos sólo callaban y cuando Él se retiraba ellos murmuraban contra Él; a Jesús no le gusta que hablen a sus espaldas. ¿A ti sí? ¡A mí no!; Él quiere que nosotros le digamos las cosas de frente, si no vamos a ser como los ídolos de los que nos habla el salmo 113b, 1-7: tienen boca y no hablan... y aquéllos que los siguen son iguales. Por eso Jesús nos pide la actitud de Pedro (¡San Pedro!) quien, aunque a veces se equivoca, se anima a hablar (Mt. 16, 13-23). Jesús elogia la buena respuesta de Pedro y corrige su respuesta incorrecta, pero sobre él tiene la confianza de edificar su Iglesia... ¡aunque se equivoque! Y tú.... ¿de qué lado estás? Hay muchas maneras de contestar a Jesús, a este llamado que Él nos hace, sólo es necesario que nosotros nos preguntemos qué vamos a darle a Jesús, y por supuesto que no podemos darle otra cosa que no sea lo que hemos recibido de Él. Las cosas que Él nos propone están siempre al alcance de nuestra mano, tan a mano como los clasificados de un diario, a diferencia de que en estos siempre encontramos lo que buscamos.

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Cristo Venció las Tentaciones. Bibliografía: Pastoral Juvenil Autor: P. Cipriano Sánchez LC. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Cristo venció las tentaciones El hombre que ora, supera la tentación; el que no ora no la supera. No necesitamos estudiar sociología para darnos cuenta de que las tentaciones siguen a cada hombre como su sombra. Son congénitas a cada hombre. No ha existido ningún ser humano, fuera de los casos de Jesús y María, que no haya pecado; no ha habido ningún pecado que no haya sido precedido por una tentación. La tentación tiene carta de ciudadanía en todo lugar y siempre tiene sus papeles en regla para entrar en cualquier momento. Si hay tentaciones, tiene que haber unas fuentes de tentaciones. La Revelación nos dice que el primer pecado histórico del hombre, el de Adán y Eva, entró en el mundo por medio del Tentador, el diablo. A partir de la caída de nuestros primeros padres cada ser humano que nace tiene dentro de sí una fuente de tentación, que llamamos concupiscencias o pasiones desordenadas. Además hay que contar con otra fuente que es el mundo, que presenta un escaparate bastante variado de tentaciones. Por eso, tenemos una triple fuente de tentaciones: el diablo, el mundo y las pasiones desordenadas. Si las tentaciones forman parte de nuestra vida, tenemos que comprender su función y, sobre todo, saber combatirlas.

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Las tentaciones nos ayudan a fortalecer nuestra opción por Dios Antes de entregar un coche a la agencia, los fabricantes tiene que probarlo en la pista de pruebas. Si pasa la prueba lo consideran como un buen coche y digno de la marca que ostenta. La vida del hombre también es como una pista de prueba para ver si él es digno del sello que Dios imprimió en su alma en el momento del bautismo. Las tentaciones son permitidas por Dios para probar nuestro valor. Cada vez que superamos una tentación consolidamos nuestra opción por Dios; también lo contrario es cierto: cada vez que caemos en la tentación debilitamos esta opción por Él. En la vida moral no hay momentos neutros: o actuamos para o en contra de Cristo. El mismo dijo que “no se puede servir a dos señores”. Dado que el hombre es libre se construye a sí mismo: cada uno es “padre” de sí mismo. ¡Qué responsabilidad! Hay que afianzar cada día nuestra opción por Dios; hay que morir a lo que nos ofrece la tentación y hacer vivir más nuestro amor a Dios. Las dificultades hay que afrontarlas y hay que superarlas. Para el que ama, las dificultades son ocasión de oro, los mejores momentos en que puede demostrar su cariño por la persona amada. Hay que dar la vida, es verdad; hay que caer en tierra y hay que morir para vivir y dar fruto. Pero esta norma del Evangelio es dura sólo para los profanos, para los que miran desde fuera. Quien se mete, quien vive de lleno esta actitud, sabe que si es verdad la primera parte, no es menos verdad la segunda: fecundidad, fruto, realización, vida. Cristo venció eficazmente las tentaciones Cuando la casa se está quemando, no es el momento para tomar un curso sobre como extinguir fuegos; cuando el avión va de picada, es inútil sacar la hoja de normas de seguridad para leerlas; cuando estamos hasta el cuello en la tentación, no es el momento para estudiar un Tratado sobre Tentaciones. Lo importante es prever, preparándonos antes. Cristo es nuestro mejor Maestro: Él nos enseña no sólo con su palabra, sino con su ejemplo. Cristo no es como un soldado que aprendió todo en el cuartel, sino más bien en el campo de batalla. Él nos transmite sus experiencias para ayudarnos. Leemos en el Catecismo en el n.539: La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la pasión, suprema obediencia de su amor al Padre.

Para salir victorioso en la tentación Cristo usó tres armas muy potentes: la Palabra de Dios, el sacrificio y la oración. Con estas tres armas podemos superar cualquier tentación. Veámoslas. La Palabra de Dios, la Voluntad expresa de Dios, era lo que pesaba más en la vida de Cristo. El tenía su conciencia bien formada: sabía distinguir entre el bien y el mal. Él sabía exactamente lo que tenía que hacer. Tenía una conciencia recta. Si nosotros no formamos bien nuestra conciencia cristiana, corremos el riesgo serio de caer en la tentación. No basta saber lo que se puede o no se puede hacer, pues es necesario también saber el por qué está bien o está mal. No basta decir: “el Papa dice...” Hay que saber el por qué el Papa dice que está bien o está mal. Recordemos que las cosas no son buenas o malas porque el Papa lo dice, sino el Papa lo dice precisamente porque son buenas o malas. Un católico debe tener UNA FE ILUSTRADA, que significa saber por qué una cosa es buena o mala moralmente. La segunda arma es el sacrificio. Nos puede pasar como le pasó a Eva: “Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista... tomó su fruto y comió” (Gen 3,6). Las tentaciones se nos echan encima con la violencia de una pasión. Las tentaciones son seductoras y pueden enredar nuestra débil voluntad. Es necesario, por eso, tener una voluntad firme y fuerte. Una persona sin fuerza de voluntad seguramente caerá en la tentación. Guardando las debidas distancias, es como una persona que sufre de Sida: no tiene anticuerpos y está propicia a cualquier infección. Una persona sin fuerza de voluntad es como una hoja llevada por el viento: no pone resistencia. La tercera arma es la oración, que es la unión con Dios. Una vez un niño jugaba fútbol y metía muchos goles. Un domingo comenzó a jugar mal y no hizo nada en el partido. Sus amigos le preguntaron qué le había pasado. Éste contestó que como no estaba su padre mirándolo se sentía desanimado e incapaz, pues ese domingo su padre no pudo acompañar a su hijo como siempre lo hacía.

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Algo así pasa en la oración: sentimos la presencia de Dios que nos anima a seguir adelante y vencer. Dijo San Alfonso María de Ligorio: «El hombre que ora, se salva; el que no ora, no se salva». También podemos parafrasear las palabras del Santo: El hombre que ora, supera la tentación; el que no ora no la supera.

Pecados Capitales. Bibliografía: Corazones.Org Autor: Catholic.Net. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Los pecados Capitales Son siete: Orgullo, Avaricia, Gula, Lujuria, Pereza, Envidia e Ira. Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana caída está principalmente inclinada. Es por eso muy importante para todo el que desee avanzar en la santidad aprender a detectar estas tendencias en su propio corazón y examinarse sobre estos pecados. Los pecados capitales son enumerados por Santo Tomás (I-II:84:4) como siete:       

Orgullo Avaricia Gula Lujuria Pereza Envidia Ira.

San Buenaventura (Brevil., III,ix) enumera los mismos. El número siete fue dado por San Gregorio el Grande (Lib. mor. in Job. XXXI, xvii), y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Escritores anteriores enumeraban 8 pecados capitales:

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San Cipriano (De mort., iv); Cassian (De instit. cænob., v, coll. 5, de octo principalibus vitiis); Columbanus ("Instr. de octo vitiis princip." in "Bibl. max. vet. patr.", XII, 23); Alcuin (De virtut. et vitiis, xxvii y sgtes.) El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados. De acuerdo a Santo Tomás (II-II:153:4) “un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal”. Lo que se desea o se rechaza en los pecados capitales puede ser material o espiritual, real o imaginario. 1. Soberbia u Orgullo Consiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios (Catecismo Iglesia Católica 1866) Virtud a vencer: Humildad La virtud moral por la que el hombre reconoce que de si mismo solo tiene la nada y el pecado. Todo es un don de Dios de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. El hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es un valor muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí mismo y al prójimo ante Dios. Es así libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio. La humildad no solo se opone al orgullo sino también a la auto abyección (auto humillación) en la que se dejaría de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su voluntad.

2. La Avaricia Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Es uno de los pecados capitales, está prohibido por el noveno y décimo mandamiento. (CIC 2514, 2534) Virtud a vencer: Generosidad Dar con gusto de lo propio a los pobres y los que necesiten. 3. La Lujuria El deseo desordenado por el placer sexual. Los deseos y actos son desordenados cuando no se conforman al propósito divino, el cual es propiciar el amor mutuo de entre los esposos y favorecer la procreación. Es un pecado contra el Sexto Mandamiento y es una ofensa contra la virtud de la castidad. Como vencer la lujuria: Dios bendijo al hombre y a la mujer con atracción mutua. Mientras ambos viven bajo el amor de Dios, sus corazones buscan el amor divino que es ordenado hacia darse buscando ante todo el bien del otro. El placer entonces es algo bueno pero muy inferior. En comunión con Dios se ama verdaderamente y se respeta a la otra persona como hijo o hija de Dios y no se le tiene como objeto de placer. En el orden de Dios se puede reconocer la necesidad de la castidad para que el amor sea protegido. Es necesario entonces conocer y obedecer el sentido que Dios ha dado a la sexualidad. Pero el pecado desordenó la atracción entre hombre y mujer de manera que el deseo carnal tiende a separarse de propósito divino y a dominar la mente y el corazón. La lujuria crece cuanto mas nos buscamos a nosotros mismos y nos olvidamos de Dios. De esta manera lo inferior (el deseo carnal) domina a lo superior (el corazón que fue creado para amar). Cuando la lujuria no se rechaza con diligencia, el sujeto cae presa de sus propios deseos que terminan por dominarle y envilecerle. La lujuria se vence cuando guardamos la mente pura (lo cual requiere guardarse de miradas, revistas, etc. que incitan a la lujuria) y dedicamos toda nuestra energía a servir a Dios y al prójimo según nuestra vocación. Si nos tomamos en serio nuestra vida en Cristo

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podremos comprender el gravísimo daño que la lujuria ocasiona y, aunque seamos tentados estaremos dispuestos a luchar y sufrir para liberarnos. Un ejemplo es San Francisco, quien al ser tentado con lujuria se arrojó a unos espinos. Así logró vencer la tentación. Virtud a vencer: Castidad Es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según los principios de la fe y la razón. Por la castidad la persona adquiere dominio de su sexualidad y es capaz de integrarla en una sana personalidad, en la que el amor de Dios reina sobre todo. 4. La Ira El sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente. La ira puede llegar a ser pasional cuando las emociones se excitan fuertemente. Virtud a vencer: Paciencia Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades. "Si buscas un ejemplo de paciencia encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo en la cruz sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión "no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca" (Hch 8,32). Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: "Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia" (Heb 12,2). -Santo Tomás de Aquino. Exposición sobre el Credo.

5. La Gula Es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida. Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas: 1- Comer o beber muy en exceso de lo que el cuerpo necesita. 2- Cortejar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que va en detrimento de la salud. 3- Consentir el apetito por comidas o bebidas costosas, especialmente cuando una dieta lujosa está fuera del alcance económico 4- Comer o beber vorazmente dándole más atención a la comida que a los que nos acompañan. 5- Consumir bebidas alcohólicas hasta el punto de perder control total de la razón. La intoxicación injustificada que termina en una completa pérdida de la razón es un pecado mortal. Virtud a vencer: Templanza Moderación en el comer y en el beber. Es una de las virtudes. Vence al pecado capital de gula. La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de exceso, el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y de las medicinas. Quienes en estado de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en las carreteras, en el mar o en el aire, se hacen gravemente culpables (CIC 2290). 6. La Envidia Rencor o tristeza por la buena fortuna de alguien, junto con el deseo desordenado de poseerla. Es uno de los siete pecados capitales. Se opone al décimo mandamiento. (CIC 2539) Virtud a vencer: Caridad La tercera y principal de las Virtudes Teologales. La caridad es el amor de Dios habitando en el corazón. 7. La Pereza Falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedia, ociosidad. Es uno de los pecados capitales. (CIC 1866, 2094, 2733)

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Virtud a vencer: Diligencia Prontitud de ánimo para obrar el bien.

Las Virtudes Morales o Cardinales. Bibliografía: Espiritualidad Renovada. Autor: Padre Antonio Rivero LC. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Las virtudes morales o cardinales Son aquellas sobre las cuales gira toda la vida moral del hombre. INTRODUCCIÓN Se llaman cardinales porque son el gozne o quicio (cardo, en latín) sobre el cual gira toda la vida moral del hombre; es decir, sostienen la vida moral del hombre. No se trata de habilidades o buenas costumbres en un determinado aspecto, sino que requieren de muchas otras virtudes humanas. Estas virtudes hacen al hombre cabal. Y sobre estas virtudes Dios hará el santo, es decir, infundirá sus virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo. Mientras en las virtudes teologales Dios ponía todo su poder sin nuestra colaboración, aquí en las virtudes morales Dios las infundió el día del bautismo como una semilla, pero dejó al hombre el trabajo de desarrollarlas a base de hábitos y voluntad, siempre, lógicamente, movido por la gracia de Dios. Estas cuatro virtudes son como remedio a las cuatro heridas producidas en la naturaleza humana por el pecado original: contra la ignorancia del entendimiento sale al paso la prudencia; contra la malicia de la voluntad, la justicia; contra la debilidad del apetito irascible, la fortaleza; contra el desorden de la concupiscencia, la templanza.

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I. LA PRUDENCIA 1. Virtud infundida por Dios en el entendimiento para que sepamos escoger los medios más pertinentes y necesarios, aquí y ahora, en orden al fin último de nuestra vida, que es Dios. Virtud que juzga lo que en cada caso particular conviene hacer de cara a nuestro último fin. La prudencia se guía por la razón iluminada por la fe. 2. Abarca tres elementos: pensar con madurez, decidir con sabiduría y ejecutar bien. 3. La prudencia es necesaria para nuestro obrar personal de santificación y para nuestro obrar social y de apostolado. 4. Los medios que tenemos para perfeccionar esta virtud son: preguntarnos siempre si lo que vamos a hacer y escoger nos lleva al fin último; purificar nuestras intenciones más íntimas para no confundir prudencia con dolo, fraude, engaño; hábito de reflexión continua; docilidad al Espíritu Santo; consultar a un buen director espiritual. 5. El don de consejo perfecciona la virtud de la prudencia 6. Esta virtud la necesitan sobre todo los que tienen cargos de dirección de almas: sacerdotes, maestros, papás, catequistas, etc.

II. LA JUSTICIA 1. Virtud infundida por Dios en la voluntad para que demos a los demás lo que les pertenece y les es debido. 2. Abarca mis relaciones con Dios, con el prójimo y con la sociedad. 3. La justicia es necesaria para poner orden, paz, bienestar, veracidad en todo. 4. Los medios para perfeccionar la justicia son: respetar el derecho de propiedad en lo que concierne a los bienes temporales y respetar la fama y la honra del prójimo. 5. La virtud de la justicia regula y orienta otras virtudes: a) La virtud de la religión inclina nuestra voluntad a dar a Dios el culto que le es debido; b) La virtud de la obediencia que nos inclina a someter nuestra voluntad a la de los superiores legítimos en cuanto representantes de Dios. Estos superiores son: los papás respecto a sus hijos; los gobernantes respecto a sus súbditos; los patronos respecto a sus obreros; el Papa, los obispos y los sacerdotes respecto a sus fieles; los superiores de una Congregación religiosa respecto a sus súbditos religiosos. III. LA FORTALEZA 1. Es la virtud que da fuerza al alma para correr tras el bien difícil, sin detenerse por miedo, ni siquiera por el temor de la muerte. También modera la audacia para que no desemboque en temeridad. 2. Tiene dos elementos: atacar y resistir. Atacar para conquistar metas altas en la vida, venciendo los obstáculos. Resistir el desaliento, la desesperanza y los halagos del enemigo, soportando la muerte y el martirio, si fuera necesario, antes que abandonar el bien. 3. El secreto de nuestra fortaleza se halla en la desconfianza de nosotros mismos y en la confianza absoluta en Dios. Los medios para crecer en la fortaleza son: profundo convencimiento de las grandes verdades eternas: cuál es mi origen, mi fin, mi felicidad en

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la vida, qué me impide llegar a Dios; el espíritu de sacrificio. 4. Virtudes compañeras de la fortaleza: magnanimidad (emprender cosas grandes en la virtud), magnificencia (emprender cosas grandes en obras materiales), paciencia (soportar dificultades y enfermedades), longanimidad (ánimo para tender al bien distante), perseverancia (persistir en el ejercicio del bien) y constancia (igual que la perseverancia, de la que se distingue por el grado de dificultad). IV. LA TEMPLANZA 1. Virtud que modera la inclinación a los placeres sensibles de la comida, bebida, tacto, conteniéndola dentro de los límites de la razón iluminada por la fe. 2. Medios: para lo referente al placer desordenado del gusto, la templanza me dicta la abstinencia y la sobriedad; y para lo referente al placer desordenado del tacto: la castidad y la continencia. 3. Virtudes compañeras de la templanza: humildad, que modera mi apetito de excelencia y me pone en mi lugar justo; mansedumbre, que modera mi apetito de ira. CONCLUSIÓN Estas virtudes morales restauran poco a poco, dentro de nuestra alma, el orden primitivo querido por Dios, antes del pecado original, e infunden sumisión del cuerpo al alma, de las potencias inferiores a la voluntad. La prudencia es ya una participación de la sabiduría de Dios; la justicia, una participación de su justicia; la fortaleza proviene de Dios y nos une con Él; la templanza nos hace partícipes del equilibrio y de la armonía que en Él reside. Preparada de esta manera por las virtudes morales, la unión de Dios será perfecta por medio de las virtudes teologales.

Las Virtudes Teologales. Bibliografía: Catecismo. Autor: Catecismo. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Las virtudes Teologales Tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza divina. Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino. Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. Son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano. Tres son las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad. La fe La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque El es la verdad misma. Por la fe ‘el hombre se entrega entera y libremente a Dios’. Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. ‘El justo vivirá por la fe’. La fe viva ‘actúa por la caridad’. El don de la fe permanece en el que no ha pecado contra ella. Pero, ‘la fe sin obras está muerta’: privada de la esperanza y de la

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caridad, la fe no une plenamente el fiel a Cristo ni hace de él un miembro vivo de su Cuerpo. El discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella sino también profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: ‘Todos vivan preparados para confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia’. El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: ‘Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos’ (Mt 10, 32-33). La esperanza La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. ‘Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa’ . Este es ‘el Espíritu Santo que El derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna’. La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad. La esperanza cristiana recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido que tiene su origen y su modelo en la esperanza de Abraham en las promesas de Dios; esperanza colmada en Isaac y purificada por la prueba del sacrificio. "Esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones".

La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicación de Jesús en la proclamación de las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas elevan nuestra esperanza hacia el cielo como hacia la nueva tierra prometida; trazan el camino hacia ella a través de las pruebas que esperan a los discípulos de Jesús. Pero por los méritos de Jesucristo y de su pasión, Dios nos guarda en ‘la esperanza que no falla’. La esperanza es ‘el ancla del alma’, segura y firme, ‘que penetra... a donde entró por nosotros como precursor Jesús’. Es también un arma que nos protege en el combate de la salvación: ‘Revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación’. Nos procura el gozo en la prueba misma: ‘Con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación’. Se expresa y se alimenta en la oración, particularmente en la del Padre Nuestro, resumen de todo lo que la esperanza nos hace desear. Podemos, por tanto, esperar la gloria del cielo prometida por Dios a los que le aman y hacen su voluntad. En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, ‘perseverar hasta el fin’ y obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las obras buenas realizadas con la gracia de Cristo. En la esperanza, la Iglesia implora que ‘todos los hombres se salven’. Espera estar en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo: Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo. Mira que mientras más peleares, más mostrarás el amor que tienes a tu Dios y más te gozarás con tu Amado con gozo y deleite que no puede tener fin. La Caridad La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo. Amando a los suyos ‘hasta el fin’ , manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús dice: ‘Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor’. Y también: ‘Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado’. “Fruto del Espíritu y plenitud de la ley, la caridad guarda los mandamientos de Dios y de Cristo: ‘Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor’.

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Cristo murió por amor a nosotros ‘cuando éramos todavía enemigos’. El Señor nos pide que amemos como El hasta a nuestros enemigos, que nos hagamos prójimos del más lejano, que amemos a los niños y a los pobres como a El mismo. El apóstol san Pablo ofrece una descripción incomparable de la caridad: ‘La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. “‘Si no tengo caridad -dice también el apóstol- nada soy...’. Y todo lo que es privilegio, servicio, virtud misma... ‘si no tengo caridad, nada me aprovecha’. La caridad es superior a todas las virtudes. Es la primera de las virtudes teologales: ‘Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad’. El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es ‘el vínculo de la perfección’; es la forma de las virtudes; las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de su práctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. La eleva a la perfección sobrenatural del amor divino. “La práctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios. Este no se halla ante Dios como un esclavo, en el temor servil, ni como el mercenario en busca de un jornal, sino como un hijo que responde al amor del ‘que nos amó primero’: O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la disposición de hijos. La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión: La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos.

Jesús y los Apóstoles. Bibliografía: Cristología. Todo acerca de Jesús. Autor: Equipo P. Enrique Cases. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Jesús y los apóstoles. ¿Quiénes son los apóstoles? ¿Qué misión les encomendó? Jesús, desde el inicio de su vida pública, atrae a muchas personas que se convierten en sus discípulos. Los discípulos lo siguen, quieren escuchar, aprender. Unos serán fieles siempre, otros en un momento dado le darán la espalda. Jesús escoge de entre sus discípulos a los doce apóstoles, a quienes les dará una misión muy importante: continuar la misión. Conozcamos cómo fue la relación de Jesús con sus discípulos: Juan y Andrés Los primeros que tomaron la iniciativa de dirigirse a Jesús fueron Juan y Andrés. Al escuchar las palabras del Bautista, que al mirar a Jesús que pasaba, dijo: "He aquí el Cordero de Dios". Ellos se levantan, buscan a Jesús y le siguen. Sabían bastante bien lo que buscaban, y la ansiedad de sus almas se debía reflejar en todo su comportamiento. Era perceptible un cierto temor al empezar la conversación; por su juventud no saben encontrar las palabras adecuadas; quizá por eso no hablaban mientras seguían a Jesús. Es fácil imaginar una sonrisa en Jesús al ver su timidez atrevida, pues sabe bien lo que quieren; pero no les habla enseguida, deja que hagan algo, quiere que perseveren en la búsqueda.

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La mirada de Jesús De repente, se vuelve Jesús hacia ellos, y les mira. Mucho se ha comentado sobre la mirada del Señor. Jesús mira como Dios y como hombre verdadero, manso y humilde de corazón, sencillo e imponente. Les mira con la inteligencia de una mente preclara en la que no cabida ignorancia natural, y que posee la máxima lucidez humana; les mira con un corazón que ama con perfección humana y divina. Buscadores de Dios Juan y Andrés callan ante la mirada amable y penetrante de Jesús y por fin escuchan su palabra: "¿Qué buscáis?". Jesús acierta en la diana de sus pensamientos. Lo mismo hará con los demás, pero a cada uno le trata de manera distinta, porque todos son diferentes. Juan y Andrés eran dos buscadores de Dios. Su vida -corta todavía- estaba llena de la inquietud del que no se conforma con una existencia mediocre. De hecho, se habían acercado a Juan Bautista en el Jordán, por su prestigio de hombre austero, valiente, sincero y religioso que tenía. Buscaban un maestro coherente, que vive lo que enseña; seguían al profeta del Mesías que ha de venir. Eran buscadores de Dios; esa debía ser su respuesta a la pregunta de Jesús. Pero no lo hacen así, y su respuesta parece extraña, ya que no responden lo que Jesús pide, sino que, simplemente, le preguntan dónde vive. ¿Por qué lo hicieron así? Quizá por una cierta timidez juvenil, o, más bien, porque no se conforman con una respuesta rápida y quieren escuchar con detenimiento a Jesús, con la disposición generosa de hacerse discípulos suyos. Jesús va directo al fondo del asunto: “¿Qué buscáis?”. Es pregunta repetida muchas veces a lo largo de sus años de actividad pública. Él ha venido para encontrar a los hombres, pero también para ser encontrado por ellos. Busca a todos, pero antes que nadie a los buscadores. Habla a todos, pero sabe que sólo será oído por los que tienen oídos para oír. Pedro y Santiago Juan y Andrés hablaron pronto con Santiago y Simón, hermanos suyos. Las cosas se pueden decir y escuchar de muchas maneras. No es lo mismo una comunicación fría y distante, que lo dicho con alegría y entusiasmo. No es igual trasmitir una información rutinaria y anodina, como el estado del tiempo, que manifestar el descubrimiento de aquel que quita todos los males del mundo. Juan y Andrés estaban entusiasmados. Ni podían hablar fríamente, ni podían ser escuchados con indiferencia.

Alegría por el encuentro Durante el tiempo anterior al encuentro con sus hermanos se encontraban como fuera de sí, con un gozo y una alegría más que naturales: habían encontrado al Mesías esperado desde hacia tantos siglos. Les parece sorprendente que precisamente ellos fuesen los afortunados y, además, los primeros. Es cierto que no había en Jesús de Nazaret nada extraño o extraordinario, pero estaban seguros de que era Él; les bastaba el testimonio del Bautista; y una seguridad interior, difícil de explicar, les movía a creer. Seguridad plena Fue Andrés el que abordó a su hermano diciendo lo que llevaba dentro: "Hemos encontrado al Mesías". Así, sin rodeos, con una seguridad sorprendente. No habló de Jesús como un profeta, o un hombre de Dios; le llama el Mesías. No es posible calibrar la primera reacción de Simón. Conociéndole a través de su vida posterior, sabemos de su carácter impetuoso y noble. Simón conocía bien a su hermano y sabía que no era un visionario, no era uno que cree al primero que le cuenta algo extraordinario. Por eso la sorpresa es mayor. Ambos eran pescadores, es decir, hombres prácticos y endurecidos desde niños por los trabajos manuales. Simón parece ser el mayor de los dos, y es comprensible una desconfianza inicial; pero, ¿y si tiene razón este entusiasta de Andrés? Además, por comprobar quién es ese Jesús no se pierde nada. No nos cuentan los evangelios la conversación de Santiago con su hermano Juan, pero debió ser muy similar; quizá hablaron los cuatro, no en vano eran convecinos y compañeros de pesca; lo cierto es que todos acudieron otra vez a escuchar a Jesús. Al encuentro de Jesús Cuando llegaron ante Jesús, mirando a Simón "fijó en él sus ojos". También debió ser una mirada que caló hasta el fondo del alma del recién llegado, y antes de que Andrés hiciera las presentaciones, Jesús habló: "Tú eres Simón el hijo de Juan, tú te llamarás Pedro"(Jn). Siendo más precisos, el nuevo nombre que Jesús atribuye a Simón es Cefas o Piedra, nombre desconocido en Israel. La sorpresa de Simón y de los demás fue enorme. ¿Qué significaba esto? ¿De qué me conoce? ¿Será cosa de mi hermano Andrés? La palabra de Jesús actúa como una simiente lanzada en su alma y dará fruto en el momento oportuno. De momento Jesús deja un tiempo, para que reflexione. El misterio de las palabras de Jesús El pensamiento de Simón debió tener muchos matices. ¿Será cierto lo que me dice mi hermano de que éste Jesús es el Mesías? Parece que me conoce bien, incluso hace una referencia a mi padre. Pero, sobre todo, ¿por qué me ha dado un nuevo nombre? El

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nombre para los judíos contemporáneos de Jesús era más que una palabra para diferenciar a las personas. Un nombre era una vocación. Sólo podía imponerlo quien tuviera autoridad. ¡Cuánto más si se trataba de cambiarlo! Además quien daba el nombre tomaba a su cargo al nominado; se declaraba, de algún modo, su padre o su dueño. Las palabras de Jesús escondían un misterio. Es seguro que lo ocurrido diese más y más vueltas en el interior de Pedro cuando volvió a Cafarnaúm con su familia, y mientras trabajaba con las barcas y las redes: Simón más que buscar, fue buscado, pero el resultado es el mismo que en su hermano. Una llamada fruto de un primer diálogo con Jesús que despierta un interrogante y una inquietud. ¿En qué acabará todo? desde luego no podía ya quedarse tranquilo o indiferente; debía hacer algo y pronto. Pero ¿qué?. Felipe y Natanael El encuentro con Felipe "Al día siguiente quiso Jesús salir hacia Galilea"(Jn). Es entonces cuando aparece en escena el temperamental Felipe. Jesús "encontró a Felipe y le dijo: Sígueme". Es la primera vez que Jesús utiliza el consejo imperativo de seguirle. Nada se nos dice sobre si se dio una conversación previa, o si estaba con Andrés y Pedro sus convecinos de Betsaida. Quizá, estos le habían hablado antes y le habían presentado al Mesías; o bien fue un encuentro en el que Jesús se presenta directamente al que sabe que le está buscando. Sea como fuere, los frutos de esa llamada no pudieron ser más fulminantes: Felipe empieza a hacer apostolado con su amigo Natanael. El cuestionamiento de Natanael Natanael se nos presenta como un hombre prudente que pondera los pros y los contras. Buen amigo, pero cauto. Así, cuando Felipe le dice: "hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley y también los Profetas: Jesús de Nazaret, el hijo de José", Natanael le responde con una cierta incredulidad: "¿de Nazaret puede salir algo bueno?". Natanael objeta los prejuicios sobre una población vecina que no ha tenido ningún hecho relevante en su historia y que tampoco ha tenido ninguna referencia notable en las profecías. Sus palabras son similares a las de los fariseos cuando decían que el Mesías tenía que nacer en Belén. No debió ser fácil convencer a Natanael. Podemos apreciarle como hombre de convicciones firmes y fundamentadas, difícil de convencer; pero hizo caso a Felipe, y fue a ver a Jesús ante el argumento irresistible: "Ven y verás", es decir, "juzga por tí mismo; no te retraigas, pues es tan importante lo que te digo que no investigar a fondo es una locura, aunque yo no sepa explicarme muy bien todavía".

El encuentro con Natanael El diálogo de Natanael con Jesús es muy distinto a los dos anteriores. Jesús estaba aún con otros de los primeros cuando interrumpe la conversación y dice ante todos: "He aquí un verdadero israelita en quien no hay doblez". Natanael debió quedarse sorprendido. El elogio, naturalmente, le agradaba. Pero podía ser una trampa para atraerlo halagando su vanidad, y es muy posible que la primera reacción le endureciese más que ablandarle; sobre todo si era cierto que era un hombre de una pieza. Trucos tan ingenuos, pensaría, no servirían para convencerle. Levantó la cabeza y preguntó cortante: "¿de qué me conoces?". Era como un reto, y Jesús lo aceptó. Quizá acentuó su sonrisa y dijo: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi"(Jn). Natanael y la higuera La respuesta conmocionó a Natanael. ¿De qué higuera hablaba Jesús? Parece claro que Natanael lo sabía bien. Nunca sabremos lo que pasó debajo de aquella higuera, si bueno o malo. Es muy probable que Natanael en ese lugar tuviese algún pensamiento que nadie pudiese conocer, sino el mismo Dios. Quizá le pedía por la salvación de su pueblo, o la pronta venida del Mesías, ya próxima según los vaticinios de los profetas. Lo cierto es que Natanael sintió que aquellas palabras desnudaban su alma. Era un signo. Quien conociera aquello no podía sino ser un enviado de Dios. Por eso, sin que mediara una palabra más, prorrumpió en elogios aún más intensos que los del entusiasta Felipe: "Maestro, tú eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Cree, y sabe muy bien lo que cree. Su fe revela una preparación doctrinal sólida. Jesús sonrió ante la respuesta de aquel hombre íntegro y duro que se entusiasmaba como los jóvenes, por eso añadió una palabras llenas de promesas: "¡Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees! Mayores cosas verás"(Jn). Todos escuchan con asombro. Ya creían en Jesús, y comenzaban a amarle, pero es posible que -en aquel momento- les invadiese un cierto temor, como el discípulo cuando el maestro destapa algo de su sabiduría y le deslumbra, pero mucho más, pues les hablaba de realidades divinas. Jesús sabía que ese asombro era bueno, pues percibían un poco quien era Él, y les adentraba en la experiencia de Jacob, que buscando con esfuerzo la bendición de Dios vio en sueños una escala: "en verdad, en verdad os digo que algún día veréis el cielo abierto y a los ángeles del cielo subir y bajar sirviendo al Hijo del hombre"(Jn). Estas palabras recuerdan la profecía de Daniel en la cual Mesías se presenta como el Hijo del Hombre servido por ángeles, que venía a juzgar y la visión de la escala de Jacob que subía al cielo. Esto se hacía realidad en Jesús. Él se proclama el Mesías esperado. Un estremecimiento recorre el ambiente, todos intuyen que quizá, si es verdad, empieza un mundo nuevo.

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¿Quién era aquel hombre que así conocía a las personas, y con una simple mirada bajaba a lo más profundo de los corazones anunciando, además, que esto era sólo el prólogo de lo que se avecinaba? Se sentían felices y asustados de haber conocido a Jesús. Acababan de descubrir a alguien que se había metido en sus vidas, y hasta el fondo de sus corazones. Cierto es que podían huir o escabullirse con las variadas excusas que sabe construir el egoísmo, pero estaban fascinados por Jesús. Esa es la verdad. El sígueme de Simón, Andrés, Santiago y Juan El lago de Genesaret Jesús había dejado a Juan, Andrés, Santiago, Simón, Felipe y Natanael con una inquietud en el alma. Ahora creen, pero viven igual que antes. Su fe es un semilla que aún debe germinar. Saben que tienen que hacer algo, pero no saben qué. Entonces llega Jesús donde ellos trabajan, acude a buscarlos junto al lago de Genesaret. Este lago es un lugar privilegiado de la naturaleza. Sus medidas son de veinte y diez kilómetros, entre su longitud máxima y su anchura. Ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Lo suficiente para una medida humana y acogedora. Sus aguas dulces son fruto de las altas cumbres del monte Hermón, y las vierte, a su vez, en el Jordán. Le rodea una vegetación arborada y su entorno son prados. En las épocas primaverales la pradera se llena de pequeñas flores que le dan un agradable colorido. La temperatura es deliciosa, ya que es un clima levantino algo alejado de la costa, con vientos provenientes de las cercanas montañas, que atemperan las épocas más calurosas. Los puertos de pescadores se suceden a poca distancia unos de otros, pues la pesca es abundante. Por su emplazamiento, es un lugar donde los hombres pueden vivir a gusto, sin las agresiones del excesivo frío o del calor fuerte, con agua y con luz. Se presta a estar largos ratos al aire libre en conversación amistosa; y las pocas lluvias favorecen más aún estas reuniones con el cielo por techo y sentados en la hierba. Alrededor del lago, a una cierta distancia, se elevan pequeñas colinas desde las que de una mirada se domina todo el lago; las puestas de sol invitan a la oración y a agradecer a Dios la belleza de lo creado. Nazaret está relativamente cerca, aunque alejada de sus orillas; entre las poblaciones que se encuentran allí se puede contar: Betsaida -lugar de nacimiento de Pedro, Juan, Felipe, Andrés y Santiago-; Cafarnaúm -donde vivían Pedro y Andrés cuando Jesús les llamó definitivamente-; Magdala -lugar de la conversión de la mujer pecadora; Tabigha -donde se realizó la segunda pesca milagrosa, la de los 153 peces grandes bien contados-; Tiberíades -localidad romana de mala fama entre los judíos-, y pequeños puertos de pescadores.

El segundo encuentro Este es el marco del segundo encuentro de Jesús con algunos de sus futuros apóstoles. La semilla dejada en su alma en el primer encuentro con el Señor va a dar aquí su primer fruto. Los seis primeros, después de hablar con Jesús, volvieron a sus casas con la inquietud en el alma. No pueden ser indiferentes a lo que han visto y oído. El encuentro con Cristo había sido muy intenso. Jesús había entrado en sus almas hasta lo más hondo. Cierto que ellos habían puesto pocas dificultades y estaban llenos de buena voluntad; pero hemos de reconocer que es difícil acostumbrarse a lo desconocido; y más aún si se trata de un encuentro con el Mesías anunciado por los profetas y esperado durante tantos siglos por los israelitas. Jesús había dicho a unos que era Él a quien esperaban: el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A otro le cambió el nombre. A otro lo entusiasma. Alguien descubre en Él al Hijo de Dios y al rey de Israel. Los detalles del primer encuentro y la hondura de las primeras palabras bullen en su interior, también cuando se dedicaban a sus tareas habituales de pesca. La simiente lanzada a voleo por el sembrador iba desarrollándose en su alma. Iban asimilando lo oído y lo visto. Y esto requiere un cierto tiempo, aunque sea poco. Jesús deja pasar los días para que maduren la experiencia de aquel primer encuentro. Después, los busca para realizar una segunda llamada, la definitiva. Esta llamada es repentina pero la respuesta fue rápida, lo que significa que han reflexionado sobre el primer encuentro. Jesús en Cafarnaúm Después de la manifestación en Judea y Nazaret las almas ya están maduras, y Jesús se presenta en Cafarnaúm. Al verle, los seis sienten un gran sobresalto. La alegría es grande en todos, aunque en alguno apareciese una cierta inquietud, al presentir que aquella visita tan grata le iba a complicar la vida; pero, difícilmente podía seguir su vida como hasta el momento. Lo recibieron con gusto, y Jesús se quedó, con gozo, con sus nuevos amigos. Jesús es quien los elige Jesús que sabe lo que pasa por su interior, se dirige a ellos y les dice: sígueme, o seguidme. El Señor quiere dejar bien claro que no le eligen ellos a Él como Maestro, sino que libremente les elige a ellos como discípulos. La llamada se dio al pasar Jesús cerca de ellos. Parece aparente casual, rápida, como dicha de paso; pero no es así. Cristo los busca,

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ha ido a su pueblo deliberadamente, se dirige con toda intención a la orilla donde están, y pasa por sus vidas en el momento elegido por Él: "Y, al pasar junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo Jesús: Seguidme, y os haré pescadores de hombres. Y, al instante, dejaron las redes y le siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan su hermano, que remendaban las redes en la barca. Y enseguida los llamó. Y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él"( Mt y Mc). ¿Qué quiere decir sígueme? ¿Es un mandato o una petición? No es fácil contestar, pues nos falta conocer el acento con que Jesús pronuncia la palabra. Sígueme tiene algo de mandato y algo de súplica. La Voluntad de Dios se exterioriza en esta palabra, por tanto es un mandato; pero al mismo tiempo suplica una respuesta libre. Es un mandato, pero con un acento amoroso. Es como decir: “si quieres puedes ser mi discípulo, pero ten en cuenta que es Dios quien te lo pide”, o bien: “quiero que me sigas, aunque eres muy libre para decidirte”. No en vano el amor es más exigente que la justicia y cuando es el Amor el que llama, una súplica es un mandato. El contenido de la propuesta ¿Qué contenido tiene la propuesta de seguir a Jesús? Lo vemos claro en la respuesta de los apóstoles: dejar sus ocupaciones, su modo de vida, y vivir como el mismo Jesús. Les pedía un cambio de vida respecto a Dios, y, a la vez: dedicarse a una tarea algo enigmática. Era lógico hacer preguntas, enterarse bien sobre lo que deben hacer; cómo quedaría la familia, las barcas, y mil detalles de determinada importancia. Pero no hicieron preguntas. Creen en Jesús, se fían de Él, y por eso le siguen dejándolo todo. Andrés y Pedro dejaron las redes tal y como estaban. Santiago y Juan dejaron a su padre boquiabierto, aun en el supuesto de que Zebedeo conociera algo por las conversaciones familiares de aquellos días.

La respuesta Dejaron todo "al instante, al momento". No hubo dilación, ni excusas más o menos razonables. Esa prontitud en la entrega es importante. En el caso de estos cuatro apóstoles no era imprudencia, ni una temeridad, pues conocían bien quién era Jesús, y creían en Él, tenían la formación básica que proporcionaba la Ley, unida a la que les había dado Juan Bautista. Si hubiera sido un acto generoso, pero imprudente, Jesús no les hubiera admitido en su compañía. No quiere decir esto que ya fuesen perfectos, ni siquiera de que tuviesen perfecta conciencia de lo que se les pedía. Jesús les llama precisamente para formarlos, y conoce muy bien sus carencias intelectuales y humanas. Pero la valentía, la firmeza, la prontitud en la decisión es necesaria en la generosidad. Seguir a Jesús es convivir con Él. La perspectiva es halagüeña, pero no fácil. Jesús se exige mucho; les conocerá muy de cerca y la experiencia muestra la diferencia entre un trato diario y continuado y uno esporádico. La convivencia diaria permite que afloren defectos: desalientos, malhumor, pereza, espíritu crítico, envidia y tantos otros. Pero sólo esa convivencia hará posible una educación y una formación de filigrana. Las grandes ideas y los consejos sabios se concretarán en correcciones concretas y en costumbres detalladas, como el control de la lengua, la paciencia ante los inoportunos, no dejar nunca para después la oración y mil cosas más. Santiago y Juan dejan a su padre Zebedeo. Pedro, a su familia. No se trata pues de dejar cosas malas o indiferentes, sino realidades tan buenas como la familia. Cabía argüir, como excusa para la entrega, que el cuarto mandamiento es muy importante; pero el primero lo es más, y no pueden estar en oposición. El contenido de la petición del “sígueme” con el que Jesús llama a los discípulos se puede resumir en “comprometerse”. No les muestra al principio todo lo que van a hacer, ni les explica si van a vivir una vida célibe, o alejada de su mujer para el que estuviese casado, ni si tendrán que vivir un determinado tipo de vida, o de estudio. Si les hubiese hablado al principio de la Cruz se hubiesen asustado, y quizá no se hubiesen atrevido a la entrega. Parece claro que, seguirle, equivale a fiarse de Jesús y hacer las cosas como el Maestro les indique. El resto de los apóstoles No conocemos cómo fue la llamada del resto de los apóstoles, excepto en el caso de Leví. La discreción envuelve su vocación. Dos de ellos: Santiago y Judas Tadeo son parientes del Señor, y debió suceder con la confianza de los que se conocen mucho; probablemente le dicen que tienen fe, que creen en Él como Mesías. Jesús les hace ver la dificultad de una familia que no cree en Él. Y cuando les ve decididos, les acepta como discípulos. Seguirle no fue fácil; pues sus otros hermanos se oponen a Jesús. La familia casi entera acabará llamando loco a Jesús. Es lógico que tilden de ilusos a los que siguen a un loco. Cierto que su madre María Cleofé también cree, pero su voz no debió tener ningún peso específico puesto que se trataba “sólo” de una mujer. Ella, sin

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embargo, será, junto a María y otras mujeres quienes acompañarán al Señor durante todos estos años de vida pública. Y en la pasión continuará al pie de la cruz. Su testimonio tiene su valor, aunque no excesivo, en sus hijos. El paso no debió ser fácil. La vocación de Simón el cananeo y de Tomás debió ser un sígueme como los anteriores, pero adaptado a unas circunstancias que invitan a la discreción. El silencio es mayor en el caso de Judas Iscariote, como si los evangelistas se avergonzasen del fracaso de un hombre que empezó bien. La libertad es siempre libertad. La vocación de Leví el publicano El llamado Jesús buscó a Leví el publicano. Escuchemos de él mismo la narración de su vocación: "Cuando partía Jesús de allí (Cafarnaúm), vio a un hombre sentado en el telonio, llamado Mateo, y le dijo: Sígueme. El se levantó y le siguió"(Mt). Jesús, al pasar frente a su mostrador donde alineaba las monedas de los tributos, sólo dice: Sígueme. Y él lo deja todo: dinero, oficio, vida, para hacer lo que le acaba de mandar. Ya no se llamará Leví, sino Mateo, que significa "don de Dios", don de su propia vida a Dios, pero más aún regalo de Dios para un afortunado que ha recibido la vocación de labios del mismo Cristo. El significado de publicano ¿Cómo era Leví antes de la llamada? Sólo sabemos una cosa: era publicano. En la actualidad decir publicano equivale a pecador público, pero la realidad tiene más matices. La situación económica de Israel en tiempos de Jesús era desastrosa: existía una gran pobreza. Para muchos, una de las causas principales de la pobreza consistía en los pesadísimos impuestos con que estaba gravada Palestina. Tanto los romanos, como sus delegados y los sucesivos reyezuelos, como Herodes, rivalizaban en añadir nuevos impuestos, que se sumaban a los que se tributaban al Templo según la Ley.

Pero lo que hacía más insoportables los impuestos era el modo de cobrarlos. Los distintos organismos arrendaban a ricos personajes, o a compañías, el cobro de dichas cargas. Éstos, para asegurarse el beneficio, reclamaban a los contribuyentes el pago de cantidades mayores. Así, de ordinario, hacían fortunas escandalosas. Los subalternos seguían el ejemplo de sus superiores y añadían sobretasas, con lo que se agravaba la mala situación en una cascada difícil de controlar, pues nadie tenía autoridad, ni deseos, de establecer una justicia y una equidad en este terreno. Cuando los que ejercían este oficio eran judíos, eran muy mal vistos por sus compatriotas, que los asimilaban a los pecadores de la peor ralea, y, con frecuencia, acertaban ante la cadena de pecados que suele darse en los que abandonan la Ley de Dios. Despreciado por los judíos ¿Abusaba Mateo de su trabajo como publicano? No lo sabemos. Pero sí es posible asegurar que recibiría el desprecio de los demás judíos, que veían en él a un chupador de sangre, aunque no lo fuera, y le cubrirían con los más groseros improperios, o, al menos, con el desprecio y el vacío. Ese vacío social era superable. La vida acomodada lleva a no dar demasiada importancia a esos detalles molestos. De hecho, es notorio que los publicanos estaban bastante unidos entre sí, pues tanto en la vocación de Mateo como en la conversión de Zaqueo, lo primero que les viene a la cabeza es organizar un convite con numerosos invitados. Muy solos no debían estar, teniendo en cuenta que el dinero facilita muchas amistades, aunque, a menudo, demuestren su fragilidad cuando falta. Pero mientras tanto: comamos y bebamos que mañana moriremos.... Estaba preparado Por otra parte, Mateo percibe la vibración del ambiente ante Jesús. Está bien informado y muchas de las palabras del Señor caen en su alma como la semilla que crece poco a poco, imparable. Es muy posible que sintiese un vacío en el alma que los bienes materiales no conseguían llenar. Con frecuencia, oraciones de los salmos brotarían en su alma espontáneas: "Desde lo hondo grito a Ti grito, Señor; escucha mi voz; estén atentos a la voz de mi súplica. Si llevas la cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora". Esta preparación previa en el interior de Leví hace más comprensible la rápida y generosa respuesta cuando es llamado.

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El, perdón Responder era llenar el vacío, reparar los errores, si los hubo, salir de una vida sin sentido, aunque cómoda, para embarcarse en lo divino. Pero algo muy difícil le quedaba a Leví todavía después de ser perdonado y acogido por Dios. Perdonarse a sí mismo. El pecado, como la vida frívola, dejan su huella y el recuerdo de los anteriores desvaríos intenta intranquilizar. Y sufre. A pesar de la sonrisa del Señor, que le anima una y otra vez a olvidar la vida pasada, le cuesta. Hasta que se instale en su interior, con hondas raíces, la realidad de haber sido acogido y perdonado del todo. Y se hace vida en su interior lo que dice Ezequiel: “Acércate confiadamente al Señor, que no se complace en la muerte del pecador, sino en que se convierta y viva”. El primado de Pedro Tras los duros sucesos de Cafarnaúm, Jesús aparta a los suyos a un lugar solitario. Va a las fuentes del Jordán, en Cesarea de Filipo. Allí, en el silencio y la intimidad, con la fe de la mayoría asentándose, les dirige una pregunta sobre los frutos de los dos años de predicación: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?". Se hizo un silencio. Poco antes le habían abandonado muchos de sus seguidores, y, como es de suponer, le criticarían; a pesar de los numerosos milagros. Los fariseos y los saduceos le contradecían cada vez con más descaro. Es cierto que no faltan seguidores, pero no es un caminar triunfal el suyo, y, entre la gente sencilla, se dicen cosas ridículas. Finalmente se deciden a contestar lo que realmente han oído: "Ellos respondieron: Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o alguno de los profetas"(Mt). La respuesta es evasiva y deprimente. Es como si dijeran: la mayoría ni te conoce, ni te reconoce, a pesar de tu predicación, de tus milagros, y de lo que nosotros mismos hemos dicho de Ti. Después, todos callan. Entonces Jesús lanza un interrogante, directo como un dardo: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?", que es como decir: "y vosotros, ¿me habéis reconocido como Mesías y como Hijo unigénito del Padre?". A estas palabras sigue un silencio denso. Ellos percibían lo humano de una manera directa: comen con Jesús, hablan, le oyen, le ven dormir, en ocasiones aparece cansado, hambriento y con todas las manifestaciones de la humanidad. Pero ¿Captarán lo divino en Jesús? Entonces Pedro eleva su voz con decisión. "Respondiendo Simón Pedro dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Casi las mismas palabras a las pronunciadas ante el milagro de la tempestad calmada, y, además, añade la declaración de que Jesús es el Cristo, el Ungido de Dios, y añade la expresión Hijo de Dios vivo. La fe de Pedro se ha ido afianzando, y la confiesa con precisión y claridad.

La reacción de Jesús va más allá del asentimiento o de la alabanza, pues dice: "Bienaventurado eres, Simón hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos"(Mt). Jesús muestra que la fe de Pedro no es producto ni de la carne -el razonamiento humano- ni de la sangre -la tradición israelita-, sino que es una gracia de Dios Padre a la cual no se ha resistido. Después viene la declaración del primado de Pedro. Da la impresión como si el acto de fe de Pedro fuese una manifestación externa de ser el elegido por Dios Padre para ser la Roca sobre la cual se establecerá la Iglesia. Entonces Jesús le declara el designio eterno de Dios para con él y para la salvación del mundo: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino de los cielos; y todo lo que atares sobre la tierra quedará atado en los Cielos, y todo lo que desatares sobre la tierra, quedará desatado en los Cielos".(Mt) No se trata sólo de la misión de Pedro como roca, sino de la voluntad divina y de Cristo de constituir un Pueblo nuevo, una Iglesia instrumento para la realización del Reino de Dios. Esta Iglesia, contará para ejercer su ministerio de salvación con la presencia de Cristo en ella hasta el final de los tiempos. Pedro será la roca contra la que se estrellarán las asechanzas del Enemigo, y contará con unos poderes y facultades muy superiores a la capacidad de cualquier hombre y de cualquier sociedad: perdonar, regir, enseñar también con infalibilidad si conviene, aglutinar en la unidad a la convocación -común vocación- de los elegidos. ¿Se da cuenta Simón Pedro de todo lo que significan estas palabras? Es muy posible que no, pero algo grande se entreabre a sus ojos. Y queda anonadado y sorprendido. Jesús declara que fundará un nuevo Pueblo de Dios -una Iglesia es un pueblo convocado para dar culto a Dios-, y, en esa Iglesia, Pedro será piedra fundamental para la construcción. A partir de ahora no se entiende a Pedro sin la Iglesia, ni a la Iglesia sin Pedro. La palabra Iglesia utilizada por Jesús significa "reunión de los que tienen una vocación". La Iglesia es la “convocación” de los llamados a ser santos. La palabra hebrea original parece ser “qahal”, que significa una “asamblea del pueblo” que se reúne para escuchar el anuncio de Dios y dar su asentimiento. Cuando el pueblo se dispersa se espiritualiza esta expresión. Iglesia es la expresión griega y la que prevaleció a lo largo de los siglos sobre otros modos. En el nuevo testamento iglesia expresa la asamblea cultual, la comunidad local, la única Iglesia de Cristo Pedro será el fundamento visible de la unidad y la comunión de los santos.

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Sin él la Iglesia no está completa. Simón no podía ser consciente del contenido de estas palabras de Jesús. Desconocía el desarrollo que tendrían a lo largo de los siglos. Pero sí podía darse cuenta de la desproporción entre su propia debilidad y limitación con la grandeza de las promesas de Cristo. Atribuir a un hombre ser roca, perdonar, atar y desatar en el cielo y en la tierra, vencer al maligno a lo largo de toda la historia, supera con creces sus fuerzas, y sólo una acción divina en él y sus sucesores lo pueden explicar. La reacción no puede ser más que la de la humildad ante lo inaudito. El contraste de estas palabras de Jesús con lo sucedido a continuación es sorprendente.

Los Evangelios, Una Buena Noticia. Bibliografía: Catholic.Net Autor: P. Francisco Baena. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Cristiano. Los Evangelios, una buena noticia Los discípulos se convierten en testigos y en promotores de la Buena Nueva

El proceso de composición de los evangelios. Los evangelios, como todo libro de la Biblia, es fruto de un largo proceso. Podemos distinguir varias etapas:  Evangelio anunciado. (28-30 ca). Jesús, con toda seguridad, no escribió nada. Al contrario de los grandes hombres de su tiempo, que escribían grandes tratados de historia, literatura, viajes,... Jesús proclamó el evangelio (=Buena noticia) por Palestina. De dos maneras predica este evangelio: a.- A través de sus palabras b.- A través de su vida  Evangelio transmitido y evangelio vivido. (a partir del año 30). Todo comenzó después de la Resurrección de Jesús. Los apóstoles no se guardan la Buena Nueva para ellos. La comunican por las calles, las plazas, las calles, etc.

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Su mensaje es sencillo y contundente: Vino a este mundo un hombre que nosotros conocíamos. Predicó el Reino de paz, amor, justicia. Lleva en su corazón un amor inmenso: el amor de Dios. Jesús está vivo: ¡Ha resucitado! Junto a esta comunicación de la Buena nueva, comienzan a vivir como lo intentó Jesús. Forman la comunidad de los creyentes en Jesús: La Iglesia. La comunidad de seguidores de Jesús aumenta. Ya no sólo están en Palestina. Hay cristianos que proceden de distinto origen... La Iglesia se universaliza y a todos estos cristianos hay que ayudarles: A REZAR: escribieron la oración de Jesús. A VIVIR como Jesús: escogen frases y sentencias del mismo Jesús sobre el dinero, la bondad, el amor, el seguimiento. A DAR RAZÓN DE LA FE EN JESÚS. Estos relatos, dichos, oraciones,... se fijan en PEQUEÑOS ESCRITOS que circulan entre las comunidades cristianas. Se reúnen estas unidades en colecciones mayores: Relatos de Milagros, Parábolas, dichos y sentencias del Señor...Aunque no hay que olvidar que perdura la transmisión oral. Los misioneros y los transmisores de la Buena Nueva en sus predicaciones: Seleccionan multitud de recuerdos que conservaban de Jesús. Tienden a realizar una síntesis. Legitiman su predicación con alusiones a los testigos existentes (apóstoles). Todo lo que saben lo adaptan a los destinatarios y a sus oyentes. Todo lo que se sabía de Jesús tenía que servir para la predicación, para que suscitara la fe en Jesús o la fortaleciera.

 Evangelio escrito. Ya han muerto los apóstoles y los primeros cristianos por dar testimonio de Jesús. La Iglesia está esparcida por el Imperio Romano y se universaliza. Para que se conserve con fidelidad el mensaje de Jesús, algunos cristianos comienzan a escribir. Estos escritores cristianos (los evangelistas) se sirven de las pequeñas unidades literarias existentes y de las colecciones de relatos (milagros, parábolas, pasión, etc). Existen tres evangelios (Marcos, Mateo y Lucas), que concuerdan en gran parte en lo que dicen. Se llaman SINÓPTICOS. Los tres evangelios organizan sus materiales teniendo en cuenta un esquema fijo: 1.- La época de Jesús junto a Juan Bautista. 2.- Jesús en la Galilea: Predicación del Reino de Dios. 3.- La marcha y el camino hacia Jerusalén. 4.- Sus últimos días: Pasión, Muerte y Resurrección. El evangelio de San Marcos es el más antiguo. Mateo y Lucas montaron su narración evangélica sobre el modelo de Marcos. Mateo y Lucas tienen una fuente común, llamada Fuente Q (viene de la palabra alemana Quelle, que significa fuente), que era un escrito que contenía dichos y sentencias de Jesús. SAN MARCOS fecha: entre los años 60 y 70. Destinatarios: cristianos de origen pagano. Objetivo: mostrar las características del mesianismo de Jesús. Autor: La tradición lo atribuye a Juan Marcos, colaborador de Pablo y después de Pedro Lugar de composición: ciudades de Roma y Antioquía. SAN LUCAS

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Fecha: entre los años 70-90. Destinatarios: comunidades surgidas en el mundo pagano. Objetivo: mostrar las características de los seguidores de Jesús. Autor: Posiblemente Lucas, el compañero de Pablo. Lugar de composición: no hay acuerdo (¿Efeso, Corinto, Roma?). SAN MATEO fecha: Hacia el año 80 o algo después. Destinatarios: cristianos de ascendencia judía. Objetivo: Animar a su comunidad para que siga las enseñanzas de Jesús, modelo y salvador. Autor: Cristiano de origen judío. La tradición lo ha identificado con el apóstol Mateo. Lugar de composición: la región de Siria o Antioquía SAN JUAN Este evangelio rompe el molde de los sinópticos. Se distingue de los otros por su estilo, vocabulario y estructura. La estructura: El camino de Jesús comienza en el Padre y termina en el Padre; el escenario de su vida es Galilea y Judea; sus temas intentaron mostrar a Jesús como manifestación de la verdad divina. Fecha: la redacción última entre los años 90 y 100. Destinatarios: cristianos de la comunidad de Juan evangelista. Objetivo: Jesús se revela como hijo de Dios y salvador del mundo. Autor: La tradición lo atribuye al apóstol Juan. Lugar de composición: Efeso, ciudad de Asia Menor, o la región de Siria lindante con Palestina.

LO QUE ENSEÑA LA IGLESIA HOY Los evangelios fueron escritos por hombres que pertenecen al grupo de los primeros que tuvieron fe (Mc 1,1; Jn 21,24) y quisieron compartirla con otros. Habiendo conocido por la fe quién es Jesús, pudieron ver y hacer ver los rasgos de su Misterio durante la vida terrena. Desde los pañales de su natividad (Lc 2,7) hasta el vinagre de su pasión (Mt 27,48) y el sudario de su Resurrección (Jn 20,7), todo en la vida de Jesús es signo de su Misterio... Su humanidad aparece así como el Sacramento, es decir, el signo y el instrumento de su divinidad y de la salvación que trae consigo: lo que había de visible en su vida terrena conduce al misterio invisible de su filiación y de su misión redentora. (Nº 515 DEL CATECISMO). La Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos (DV 8,3). Esta lista integral es llamada Canon de las Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos (45 si se cuentan Jr y Lm como uno solo), y 27 para el Nuevo Testamento. (Nº 120 DEL CATECISMO). La Palabra de Dios que es fuerza de Dios para la salvación del que cree, se encuentra y despliega su fuerza de modo privilegiado en el Nuevo Testamento (DV 17). Estos escritos nos ofrecen la verdad definitiva de la Revelación divina. Su objeto central es Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, sus obras, sus enseñanzas, su pasión y su glorificación, así como los comienzos de su Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo (DV 20). (Nº 124 DEL CATECISMO). Los Evangelios son el corazón de todas las Escrituras por ser testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador (DV 18). (Nº 125 DEL CATECISMO). El Evangelio cuatriforme ocupa en la Iglesia un lugar único; de ello dan testimonio la veneración de que rodea la liturgia y el atractivo incomparable que ha ejercido en todo tiempo sobre los santos. (Nº 127 DEL CATECISMO).

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Estudio Profundo: Que es la JuFrA Bibliografía: La Juventud Franciscana; Corresponsable y coparticipe de la misión de la O.F.S. Autor: Francisco Javier Salvador. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. QUE ES JUFRA Recordemos, según la Const. En el capítulo 96.2 lo que es JUFRA: La Juventud Franciscana... está formada por aquellos jóvenes... La JUFRA está formada por jóvenes, es decir personas que están en una etapa temporal de su vida, limitada a la juventud, que se inicia en el momento de entrar en la adolescencia y que termina al llegar la madurez personal. ...que se sienten llamados por el Espíritu Santo… Profundizando la propia vocación... La JUFRA es un camino vocacional, que presupone una llamada inicial que se desarrolla hacia una opción de vida. Al ser una llamada, implica por parte del joven su propia respuesta, que se confirma con un compromiso personal ante Dios y en presencia de los hermanos. .. a hacer en Fraternidad su experiencia de vida cristiana... La JUFRA es una experiencia de Fraternidad, es decir una comunidad de jóvenes creyentes, Hijos del mismo Padre, que comparten su fe desde la base del amor. Esta fraternidad se sitúa en el seno de la comunidad eclesial en la cual vive y actúa. ... a la luz del mensaje de San Francisco de Asís, profundizando la propia vocación en el ámbito de la Orden Franciscana Seglar La JUFRA camina a la luz del mensaje de San Francisco de Asís, el joven que descubre y asume progresivamente este proyecto de vida y sus valores. Pertenece a la Familia franciscana como parte integrante de la OFS y considera la Regla de la OFS como documento de inspiración. Pide a los competentes Superiores religiosos la asistencia espiritual y a los responsables seglares la animación fraterna.

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La JUFRA tiene su organización específica... (Const. 96,5) La JUFRA está organizada según sus propios criterios, que pueden ser determinados en sus Estatutos particulares. Tiene sus propias fraternidades y responsables a los distintos niveles y cuenta con una asistencia espiritual y una animación fraterna específica. ... y métodos de formación y pedagógicos adecuados a las necesidades del mundo juvenil... (Const. 96,5). La JUFRA se adapta a las necesidades del mundo juvenil en sus métodos y en el contenido de su formación. Esta formación estará encaminada a que el joven madure su poción vocacional y entre plenamente en el mundo en el que vive. ... según las realidades existentes en los diversos países (Const. 96,5). La JUFRA está presente en muchos países y constituye una realidad muy variada que no se puede uniformar. La situación sociocultural define la realidad de ser joven, las responsabilidades que los jóvenes pueden asumir y sus posibilidades de formación y de acción. Por todo lo expuesto nos tiene que quedar claro que JUFRA no es un grupo juvenil más de la parroquia o de la comunidad eclesial, ni tan siquiera un grupo juvenil franciscano más. La Juventud Franciscana, en el sentido de las constituciones Generales de la OFS, se distingue por: -

La aceptación de la Regla de la Orden Franciscana Seglar como documento inspiracional; El compromiso personal y formal, hecho ante Dios y la Fraternidad, de vivir tal inspiración La pertenencia a la Familia Franciscana como parte integrante de la OFS; el acompañamiento y animación por parte de los franciscanos seglares; Una estructura organizativa con métodos de formación específicos para un camino vocacional, que normalmente, aunque no necesariamente, conduzca a la OFS; Los estatutos nacionales propios, aprobados por el Consejo Nacional de la OFS, o en su defecto, por la Presidencia del CIOFS, que regula las condiciones de pertenencia a la Juventud Franciscana.

Relación JuFrA – O.F.S. Bibliografía: La Juventud Franciscana; Corresponsable y coparticipe de la misión de la O.F.S. Autor: Francisco Javier Salvador. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. RELACION CON LA O.F.S La relación de JUFRA con la OFS, es una relación natural, puesto que ambas pertenecen a la misma familia, formando una unidad en la que no se puede concebir una sin la otra. Ambas persiguen la misma meta que es vivir el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo al estilo de San Francisco, en fraternidad, alegría... Como en cualquier familia, la diferencia generacional y cultural impone ritmos y estilos diferentes en el itinerario a seguir para conseguir dicha meta vocacional. En este sentido, la experiencia de la OFS es muy importante a la hora de acompañar a los jóvenes de JUFRA y ofrecerles medios de conocimiento e integración en la familia franciscana. La relación OFS-JUFRA se puede ver más patente en estos tres puntos: 

Paso de la JUFRA a la OFS: Es un paso natural, aunque no siempre ocurre; surge del hecho que el joven franciscano decide continuar su vocación toda la vida. Pero tengamos claro que profundizar en la vocación es un servicio al joven, no a la OFS o a las Ordenes religiosas.



La pertenencia simultánea JUFRA- OFS: se basa sobre el mismo tipo de razonamiento. La continuidad del camino vocacional de la JUFRA hacia la OFS hace que la profesión en la OFS corresponda a una sublimación del compromiso en JuFrA, dicho de otro modo, el joven de JUFRA en su camino vocacional llega a hacer la profesión en la OFS y participa de la fraternidad de la OFS, pero la formación, por su metodología la puede seguir haciendo en JUFRA.

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La animación de la JUFRA por parte de la OFS, que tiene por objetivo el de promover la vitalidad y la difusión de la JUFRA, de infundir ánimo al joven franciscano y ayudarlo a continuar su camino de crecimiento. Hay tres puntos firmes en esta animación: los mismos responsables de la JUFRA, (profesos de la OFS y claro ejemplo de la pertenencia simultánea); los animadores fraternos y representantes de la OFS en la JUFRA; y los asistentes espirituales. En este punto no me resisto a proponeros ejemplos de animación a la JUFRA como puede ser el celebrar y compartir momentos juntos, como puede ser San Francisco, Santa Isabel de Hungría u otros encuentros. Pero que no sea solamente una invitación, sino convidarles a que participen en la preparación.

ORGANIZACIÓN DE LA JUFRA A lo largo de los años, y animado por las Constituciones de la OFS, JuFrA ha ido adquiriendo una organización semejante a la de la OFS, de forma que casi es una copia de ésta en su organización local, regional y nacional. (Al ser, como he dicho antes, prácticamente una copia de la OFS, creo que no merece la pena dedicarle más tiempo a este punto) Sí que animaré a que dentro de los distintos órganos a todos los niveles haya miembros de la JUFRA y de la OFS. Sé de la dificultad por incompatibilidad de horarios pero es una experiencia enriquecedora y que ayuda a conocer las realidades.

Camino Vocacional de JuFrA Bibliografía: La Juventud Franciscana; Corresponsable y coparticipe de la misión de la O.F.S. Autor: Francisco Javier Salvador. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. CAMINO VOCACIONAL DE JUFRA El objetivo principal de la formación es el crecimiento del joven a nivel personal, cristiano y franciscano, así, como del discernimiento vocacional. Este camino se estructura en tres etapas: Iniciación, formación y compromiso. A la vez que se realiza el proceso vocacional, se va produciendo el acercamiento e incorporación progresiva del joven a la OFS, es necesario que los jóvenes lleguen a descubrir esta realidad y la quieran. En JUFRA hay jóvenes que quieren afirmar su opción vocacional en la OFS y deciden emitir la profesión en la Orden. Las etapas en este camino vocacional son: * Iniciación: Es el período de búsqueda, toma de contacto, acercamiento y acogida que termina con la decisión de iniciar la formación para la promesa en la JUFRA. Para el joven es el primer momento dentro de la JUFRA, donde se pregunta qué significa la fraternidad para él y que pueda aportar él al grupo por su parte, la JUFRA le informa acerca del ideal, exigencias, método y estilo que la caracteriza. La duración dependerá de la situación personal del candidato y de su fraternidad. Pero tenemos que tener en cuenta que es una etapa de iniciación y no es conveniente a largarlo en exceso. Podemos tener como referencia como máximo un año. Si se cree oportuno, los Estatutos nacionales de la JUFRA pueden determinar la duración de este período. La edad mínima para acercarse a la JUFRA también dependerá del desarrollo personal del joven y su situación cultural, pero hay que tener presente que la

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JUFRA es para jóvenes y no para niños. Así mismo, si se cree oportuno, los Estatutos nacionales de la JUFRA determinarán la edad mínima de la entrada en la misma. * Formación: Es el período de formación e integración plena en la vida de la fraternidad. Al término de este período confirman su opción con la promesa personal ante Dios y en presencia de los hermanos Para el joven es el momento de conocer y vivir el evangelio según el ejemplo de San Francisco en el seno de la propia fraternidad. Se requiere siempre voluntad y fidelidad para confrontar la propia vida con el Evangelio, para adquirir progresivamente los valores franciscanos, vividos desde el espíritu de entrega y de servicio hacia los demás. Por su parte la Fraternidad JUFRA le acompaña en el camino de búsqueda y crecimiento espiritual. Los estatutos nacionales de la JUFRA pueden establecer la duración mínima de este período, que no será inferior a un año. Si se cree oportuno, pueden también fijar la duración máxima de esta formación para la promesa de JUFRA. Compete al Consejo local de la JUFRA admitir a los candidatos a la promesa según las modalidades establecidas en su Estatuto nacional. * Profundizar la propia llamada: Es el período de verificación de la llamada en el cual el joven adquiere y profundiza los valores que configuran la espiritualidad franciscana seglar y su misión en la Iglesia y en la sociedad. Para el joven es el momento de descubrir y de traducir a la vida cotidiana la inspiración de la Regla de la OFS, para verificar su verdadera vocación de vida y su respuesta a la llamada de Dios. Lleva consigo vivencias de comunión y participación con los hermanos dentro de la Familia Franciscana y experiencias de misión y de servicio en la Iglesia y en la sociedad. Por su parte la fraternidad ayuda al joven a clarificar y discernir la vocación que mejor responda a sus capacidades e inquietudes. Este período es temporal y no podrá alargarse indefinidamente por el hecho de que el período de tomar opciones, la fase de discernimiento, es solo una etapa en la vida de cada uno. Los Estatutos nacionales de la JUFRA determinarán el final de esta etapa, según la situación cultural y social de su país y que en ningún caso superar la edad de 30 años. (Salvo responsabilidad nacional e internacional, hasta terminar el servicio.)

Asistencia Espiritual JuFrA. Bibliografía: La Juventud Franciscana; Corresponsable y coparticipe de la misión de la O.F.S. Autor: Francisco Javier Salvador. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. ASISTENCIA ESPIRITUAL Es indispensable la asistencia espiritual de la JUFRA por parte de la primera Orden y de la TOR (Cons 96,6). La JUFRA como componente de la Familia Franciscana, necesita la asistencia espiritual para garantizar su fidelidad al carisma franciscano, su comunión con la Iglesia y su unión con la Familia Franciscana (Cf. Const. 85,2). El nombramiento de los asistentes espirituales de la JUFRA corresponde a los superiores Mayores Franciscanos competentes, en analogía con lo establecido en los Estatutos para la Asistencia pastoral y espiritual de la OFS (Estat. Asit. 5,2 11,2). En cuanto sea posible, el servicio del asistente espiritual de la JUFRA y de la OFS sea ofrecido por la misma persona. A veces los jóvenes prefieren determinados asistentes porque sintonizan mejor en “la onda” de sus problemas. Sin embargo, esta facilidad natural de un asistente puede constituir también una tentación muy sutil de liderazgo, de apropiarse el poder para sí mismo y dominar a los jóvenes. Por eso Francisco exhorta frecuentemente a la desapropiación de todo y a estar “sujeto a toda humana criatura por Dios”. Todo bien que el Señor obra a través de los hermanos asistentes no debe ser retenido, sino puesto al servicio humilde de los jóvenes. A la luz de la experiencia constato que hoy no hay un gran entusiasmo en los religiosos franciscanos, exceptuando los ya implicados en la OFS, que muestran su entusiasmo y su interés hacia la JUFRA, lo cual produce escasez de religiosos dispuestos a implicarse en esta labor de asistir a la JUFRA. Las posibles causas las podemos encontrar en:  

Desconocimiento de lo que es JUFRA y de las posibilidades que ofrece como futuro a construir. La propia realidad actual de la JUFRA que no aparece lo suficientemente atractiva como realidad juvenil franciscana en las distintas parroquias o comunidades eclesiales dirigidas por franciscanos, y que se decantan por otros grupos juveniles.

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(Quiero resaltar el esfuerzo que se está haciendo en España por parte de la Junta Nacional de JUFRA para ofrecer a la primera Orden y la TOR una pastoral juvenil enfocada hacia JUFRA. Se están teniendo contactos y conversaciones en este sentido con los responsables de pastoral juvenil de las distintas provincias de la primera Orden y la T.O.R) Puede ser también que el religioso, acostumbrado a ser líder de sus grupos, no acepta ser un mero colaborador en la animación del grupo. Lo ideal es que hiciera el mismo camino que el grupo y contribuye a su orientación velando por su fidelidad a la familia Franciscana, a la fe de la Iglesia y al Evangelio.

La asistencia tiene como finalidad lo siguiente: -

Favorecer la comunión con la Iglesia, garantizando la integridad de la Fe y la disciplina eclesiástica (Cf. CIC 305; y Const 85.2) Ser testigo de la espiritualidad franciscana religiosa, del afecto fraterno de los religiosos hacia la OFS y del vínculo de comunión entre todos los seguidores de S. Francisco (Cf Const. 89.3) Cooperar en la formación inicial y permanente de los hermanos y hermanas de la OFS (Const. 89.4) Alimentar la vida cristiana por medio del servicio pastoral y sacramental a las fraternidades (Cf. Const. 91.3) La asistencia se debe prestar según el presente estatuto que es común a las cuatro órdenes religiosas (OFM, OFMconv,OFMCap, TOR). Tal servicio debe hacerse colegialmente bajo todos los niveles superiores al local (Const. 87.1; 88; 90,1-4) La asistencia es una ayuda, pero no sustituye la responsabilidad de los Ministros y de los Consejos seglares en la guía, coordinación y animación de las Fraternidades (Const. 86.2)

Siguiendo las líneas indicadas por el P. Ben Brevoort OFMCap, en su artículo, para asistir a la JUFRA, entresaco algunas nociones que cito casi literalmente. El asistente debe intentar acompañar al joven en una “experiencia de fraternidad” inspirada en las opciones evangélicas de Francisco para que profundice en su propia vocación. Para ello el asistente ha de “estar” presente con los jóvenes para conocerles mejor, conocer sus nuevas ilusiones, participar de sus experiencias y en sus discusiones, participar en la vida de la fraternidad, debe saber escuchar, esperar, tener paciencia y ser fiel. No basta hacerse presente algunas veces, sino estar siempre, con regularidad, y nunca dejarse desanimar. Por otra parte el asistente debe tener muy clara la meta a la que tiende el grupo (la experiencia de JUFRA es una experiencia de crecimiento). JUFRA es un camino vocacional en lo que todo lo que se haga forma parte de un camino hacia una meta clara y definida. Puede haber dudas sobre el trayecto, pero nunca sobre la meta. El asistente es signo fraterno de los religiosos hacia los jóvenes, y su vocación vivida con ilusión es de suprema importancia para el joven. El asistente debe de estar convencido de que dedicar el tiempo con los jóvenes es ganarlo para la familia franciscana.

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Misión Compartida JuFrA y O.F.S. Bibliografía: La Juventud Franciscana; Corresponsable y coparticipe de la misión de la O.F.S. Autor: Francisco Javier Salvador. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. MISIÓN COMPARTIDA (JUFRA Y OFS) Quisiera recordar las palabras que dijo Fray José Angulo Quiles, Ministro General de la T.O.R. cuando hizo entrega de las Nuevas Constituciones: “La fuerza renovadora del Espíritu que llamó a Francisco a la penitencia y le propuso reconstruir la Iglesia, nos llama también a nosotros a la conversión continua y a servir a los hermanos mediante las obras de misericordia, dando testimonio del Evangelio en el mundo de hoy con todos sus problemas y esperanzas”. Nos ha tocado vivir este tiempo, para unos el mejor, para otros el peor, para unos época de creyentes, para otros de incrédulos, para unos primavera de esperanza, para otros invierno de desesperación. Nosotros debemos aportar lo nuevo, no hacer lo que ya está hecho, sino lo que todavía queda por hacer. Esto en la línea del lema de este capítulo: “la Novitas Franciscanas”. San Francisco en su testamento recuerda los momentos principales de su vida con esta expresión: Y el Señor... El Señor está en el origen de cada experiencia y descubrimiento de Francisco. Y sobre todo la vida la celebra como un don del Señor. El don fundamental para cada uno de nosotros es la vida; y dentro del don de la vida, el don del hoy, de la hora en que nos ha tocado vivir. Debemos situarnos en la fase actual de la historia, con escucha atenta de los signos de nuestros tiempos, para conocer la realidad en que nos movemos.

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Juan Pablo II decía: “hay que mirar a la casa de este mundo con sus valores y problemas, sus inquietudes y esperanzas, sus conquistas y derrotas”. Mirar a la casa con realismo, pero con simpatía y esperanza, en la certeza de que el amor de Dios no disminuye y continúa animando este mundo y este tiempo. La casa de nuestro mundo Nos encontramos con el fenómeno desconcertante de los sistemas nuevos de información, comunicación, finanzas, producción ante los que no cabe ni la aceptación acrítica, ni el rechazo preconcebido; son fenómenos positivos, pero ambivalentes. Así, está muy difundido el sentido de conexión internacional y de interdependencia mutua; pero no disminuye el número de pobres y de discriminados, ni aumenta el sentido de la solidaridad. Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores. Aprendimos a amar una vida pero no a vivirla plenamente. Hemos llegado a la luna y regresado pero tenemos problemas a la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro vecino... Estos son tiempos de personas más altas con caracteres más débiles, con más libertad pero menos alegría, con más comida pero menos nutrición; un tiempo con demasiado en la vidriera y poco de puertas a dentro. Aumenta el número de los que usan internet, pero no se reduce el número de analfabetos. La globalización crece en la sociedad de consumo pero a costa de otras partes de la población. Continúa la riqueza en manos de pocos y aumentan los pobres absolutos.

Las relaciones internacionales no se configuran en la relación este-oeste, sino en la desigualdad norte-sur. La globalización crea una feroz competencia y agresividad, excluyendo a quienes no están en esta lógica, que se suma a otras muchas exclusiones: racismo, sexismo, violación de derechos etc. Muchas personas se sienten obligadas a cambiar de domicilio y de modo de vivir, condicionado por el mercado de trabajo. La capitalización, la avidez del tener, y la visión utilitaria del lucro y la acumulación en el uso de los recursos naturales, introducen la “depredación”, produciendo un desarrollo insostenible y un deterioro de la calidad de vida. Este desequilibrio produce una crisis de incapacidad de ordenar valores y relaciones a una vida digna y plena. La persona se vacía espiritualmente: confunde valores, prioridades y necesidades vitales. No sabe recrear estructuras básicas de la vida, descubrir nuevos estilos de vida, acoger el anhelo de libertad y realizar los deseos emergentes. Sin el soporte para afrontar los desafíos del tiempo presente, está sujeto a caídas y es presa fácil de sistemas e ideologías. El joven no es ajeno al tiempo que le toca vivir. El centro del joven de hoy es la “estética de lo cotidiano”. Las cosas cotidianas (vestidos, diversiones, coches, tiempo libre) le conducen a la vida de la calidad de la aventura: que sean bellos y provoquen sensaciones placenteras. Existe una sensación de vida fuertemente individualista. La experiencia inmediata, la imagen y la sensación se convierte en su “religión civil”. No le importa si él u otros tendrán pan o vestido el día de mañana, lo que le preocupa es el tipo de pan o de vestido, o el programa de ordenador o el coche que tiene o desearía tener. Su fe en el progreso le hace ser escéptico, inquieto, sin ilusiones y realista. Desconfía de los mitos del pasado y de las promesas del futuro. Experimenta lo efímero de las instituciones, las estructuras familiares, las ocupaciones y las promesas. No halla su identidad en la profesión, la familia o la religión. Su identidad se compone de partes individuales, de experiencias parciales, sin un modelo total existente. Espacio para la esperanza: Parecería que este tiempo sólo pone problemas y obstáculos inalcanzables a nuestro deseo y a nuestro compromiso de encarnar el evangelio, que propone valores irrenunciables de solidaridad, de gratitud y de opciones personales y comunitarias a largo término. Pero se puede afirmar con realismo que se ofrecen nuevas posibilidades al Evangelio y a la Iglesia. Estamos invitados a responder adecuadamente a los signos de nuestro tiempo, no debemos temer a nuevas y audaces iniciativas o propuestas, para poder concretar, con fantasía y creatividad, nuevos caminos para nuevas situaciones.

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Nuestra Misión desde nuestra vocación cristiana y franciscana. Bibliografía: La Juventud Franciscana; Corresponsable y coparticipe de la misión de la O.F.S. Autor: Francisco Javier Salvador. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Nuestra misión desde nuestra vocación cristiana y franciscana La corresponsabilidad y coparticipación de la JUFRA de la misión de la OFS, participa de su doble responsabilidad: por un lado como bautizados adquirimos un compromiso de misión, pues nos convertimos en apóstoles de Cristo, Apóstol quiere decir enviado. Y se nos invita a ir a esta misión con la mentalidad renovada del Vaticano II. En el discurso sobre Novitas Franciscanas de nuestra hermana Carol Gentile y de Fray Lester Bach, nos refrescaron el mensaje de dos documentos que hoy más nunca nos reclaman la sociedad a los cristianos y franciscanos, por su actualidad , y me estoy refiriendo a la Gadium et Spes y la Lumen Gentium. La Eucaristía, al finalizar nos recuerda nuestro compromiso de testimoniar y anunciar. Antes con el “ite, misa est”, ahora con el “podéis ir en paz”, no es otra cosa que lo que habéis vivido y compartido en la celebración ir a anunciarlo. Nuestra hermana Carod decía el otro día: “No podemos recibir a Cristo en la Eucaristía, y después volver a nuestras casas, a nuestro trabajo y quedarnos sin participar en el mundo de alrededor de nosotros”. Y por otro lado como franciscanos: El gran don que hemos recibido es el modo franciscano de vivir el Evangelio. “La Regla y la vida de los franciscanos seglares es esta: guardar el santo Evangelio siguiendo el ejemplo de San Francisco que hizo de Cristo inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres” (Regla OFS 4). En otro punto de la Regla nos recuerda nuestra misión: “Sepultados y resucitados con Cristo en el Bautismo, que los hace miembros vivos de la Iglesia y a ella más estrechamente vinculados por la profesión, háganse testigos e instrumentos de su misión entre los hombres, anunciando a Cristo con la vida y con la Palabra. Inspirados en San Francisco y con él llamados a reconstruir la Iglesia, empéñense a vivir en plena comunión con el Papa, los Obispos y los sacerdotes, en abierto y confiado diálogo de creatividad apostólica” (Regla OFS 6)

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Lo anterior, enunciado en la Regla, viene desarrollado y ampliado por las Constituciones: “Llamados a colaborar en la construcción de la Iglesia como sacramento de salvación para todos los hombres y constituidos por el bautismo y la profesión testigos e instrumentos de su misión, los franciscanos seglares anuncian a Cristo con la vida y con la Palabra”. Su apostolado preferente es el testimonio personal en el ambiente en que viven y el servicio para la edificación del Reino de Dios en las realidades terrenas.” (CC.GG. 17,1) La JUFRA y la OFS en cuanto que tienen una misma meta, un mismo fin: vivir el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo al estilo de Francisco de Asís, son responsable y coparticipes de la misma misión. En ambientes distintos pero no exclusivos. Nuestra misión en la sociedad actual no es fácil, pero a veces, basta con mirar a nuestras raíces franciscanas para encontrar propuestas. Así: Frente a una juventud dispersa y llena de depresiones a imagen de la sociedad en la que vive, ofrecer y testimoniar experiencia contemplativa. Lo que Francisco vivía y predicaba a los demás era lo que contemplaba. Y contemplar para él era tener una visión equilibrada y real de lo que es Dios, el hombre, el mundo y la historia. “Hagan de la oración y de la contemplación el alma del propio ser y del propio obrar” (Regla OFS 8). Expresiones de la contemplación son: la alabanza y la acción de gracias, sobre todo en la Eucaristía; pero abarca toda la vida y toda la historia personal. Lo específico franciscano es tener una mirada amorosa, un vivir afectivo que se traduce en simpatía y cortesía hacia todos los seres y toda la naturaleza. La contemplación es abrir los sentidos a la belleza de la creación y a sus contradicciones: a la alegría en Dios y a los sufrimientos de los hombres. Esto no es fácil, por eso es necesario unir el deseo de la voluntad, el impulso de la inteligencia y el silencio de la interiorización. Frente a una juventud solitaria, enganchados a los MP3 y los ordenadores, ofrecer y testimoniar la Fraternidad. Para Francisco es fundamental el descubrimiento de Dios como Padre. Esto le ayuda a comprender que todos somos hermanos, porque uno solo es nuestro Padre (Mt 23, 8-9; 1R 22, 35-36) De la mirada contemplativa brota la vida fraterna, la misión y la comunión con la creación y con las personas. Somos hermanos todos de una misma familia que se conocen, respetan y ayudan mutuamente. Se nos pide autenticidad en nuestra manera de vivir personal y como familia franciscana en la Iglesia. Esta certeza de ser hermanos, desemboca en una experiencia, la de la misericordia. El perdón, la ternura, el respeto, la atención, el cuidado, la paciencia, el servicio desinteresado... son los signos de la calidad de vida de hermanos. “... acojan a todos los hombres con ánimo humilde y cortés, como don del Señor e imagen de Cristo. El sentido de la fraternidad les hará felices y dispuestos a identificarse con todos los hombres, especialmente con los más humildes” (Regla OFS13) Frente a una juventud cómoda y asentada, ofrecer y testimoniar la fraternidad itinerante. Francisco ve a los hermanos como fraternidad de peregrinos y forasteros, pacíficos y humildes. Esta itinerancia conduce al encuentro con los “leprosos” de nuestro tiempo, como dinamismo constructivo de conformarse al modo de ser de Cristo y es prueba de nuestra conversión. Esto cultiva la escucha atenta de las necesidades de los hermanos y la disponibilidad sin límites. Y conlleva la caridad como soporte primero e indispensable, y el diálogo oportuno y necesario. La Regla nos recuerda: “estad presentes con el testimonio de la propia vida humana y también con iniciativas valientes, tanto individuales como comunitarias en la promoción de la justicia, y en particular en el campo de la vida pública, comprometiéndose en cosas concretas y coherentes con la fe” (ReglaOFS15) Ante los desafíos y signos de nuestros tiempos, esto se debe concretar en un testimonio vivo de la experiencia de Dios y de su contemplación: sensibilidad crítica, audacia profética, respeto y solidaridad con todos y discernimiento del Reino de Dios en culturas distintas. Frente a una juventud intolerante, ofrecer y testimoniar diálogo. “El diálogo es en nuevo nombre de la caridad (VC 74), Y urge hoy por el pluralismo religioso, las exigencias por la paz, y la promoción humana. Estamos llamados a ser signos proféticos de una contracultura positiva que conduzca a la integración del otro, a la solidaridad con oprimidos, a la opción por los pobres. Hay que mostrar que es posible superar las diferencias y crear unidad.

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Hay que superar los odios al extranjero, las tendencias separatistas, lo importante es vivir intensamente la palabra de Pablo: la cuestión no es el ser “hebreo o griego, esclavo o libre, hombre o mujer”, (Gál 3,28-29), porque todos somos uno en Cristo y herederos de la promesa. Se halla en el corazón de cada uno de nosotros el anhelo de una verdadera fraternidad en todos los ámbitos: en la Orden, en la Familia Franciscana, en la Iglesia, en la creación. Es un anhelo cuyas huellas visibles son nuestra disposición para acoger, el esfuerzo para dialogar y el deseo de justicia, paz y respeto por la creación. Frente a una juventud consumista, ofrecer y testimoniar la justicia, paz y salvaguarda de la creación. El desafío más grande es ser signo de una cultura de vida comunitaria y de paz, en contraste con las tendencias actuales de cultura del tener, del hacer y del consumir. Nuestra implicación es ser solidarios con las personas y la creación y ser signos proféticos que denuncian lo que destruye la dignidad de las personas y de la creación. Todo intento de favorecer la paz, la justicia y la salvaguarda de la creación es inseparable de la calidad de nuestra vida evangélica. Esto obliga a un esfuerzo por vivir la relación entre compromiso por un mundo en plenitud y fidelidad cotidiana a la propia vocación. Frente a una juventud que busca la libertad en el dinero, el poder, la imagen... ofrecer y testimoniar la pobreza, la desapropiación. La pobreza radical de Jesús, que nada tiene para sí y todo lo recibe del Padre, nos sugiere un estilo de vida que es elocuente y audaz en el contexto cultural que vivimos. Es asumir con alegría que somos criaturas de Dios. Hemos de alejar de nosotros el delirio del poder y la influencia sobre los demás. La publicidad, que decide las necesidades e impone los “valores”, no nos ayuda a dar a los bienes su verdadero significado y su finalidad. Una vida sencilla y sobria, construida sobre lo esencial, proclama que no es el tener lo principal de la existencia, sino el ser. Esto es posible y urge llevarlo a cabo. Y presupone una opción por la minoridad, y el servicio humilde y alegre. Debemos, en cualquier campo, promover y difundir una mentalidad y unos criterios que favorezcan el desarrollo integral para todos.

Conclusión: Una misión abierta En este mundo que sufre y transmite signos de esperanza, se nos pide ser promotores de una “nueva cultura de esperanza y solidaridad”. Debemos superar el egoísmo personal y colectivo, a favor del compartir, la cerrazón a favor del diálogo y la colaboración. Se nos recomienda ser personas pacíficas e instrumentos de paz y reconciliación. Gracias a muchos hermanos de la Juventud Franciscana y de la Orden Franciscana Seglar, este camino ya se ha iniciado. Debemos continuarlo con paciencia y determinación, con confianza y perseverancia. Nuestra credibilidad y fuerza evangelizadora depende de nuestra apertura a la solidaridad, a la gratuidad, al compartir recursos y esperanzas. En un mundo en el que no es fácil anunciar el Evangelio con palabras, es decisivo nuestro testimonio de un Dios que es “el bien, sumo bien, todo bien” (Aid3)

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Vocación Franciscana. Tiene Sentido la Existencia? Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: www.PastoralVocacionalFranciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. En este tema queremos compartir contigo algunas inquietudes que con alguna frecuencia vienen a nuestra mente y que, estamos seguros, también se te han comenzado a presentar a ti, porque son inquietudes propias de todo hombre y sabemos que tú ya no eres ese niño que hacía preguntas elementales y se satisfacía con cualquier respuesta, sino que, como un hombre normal, has comenzado a plantearte interrogantes de fondo, sobre todo en ciertos momentos de calma y reflexión. Sí, porque el hombre es un ser que interroga constantemente a la vida. A veces parece que las cosas pierden ese sentido simple que tienen todos los días y nos parecen tan maravillosas, que nos llenan de admiración o, tan terribles, que producen en nosotros confusión. Entonces brotan en nosotros preguntas tales como: ¿Qué sentido tiene la existencia...? ¿Qué es el hombre? ¿Quién soy yo? ¿Por qué la vida? ¿Para qué el universo? y muchas otras. Como comprenderás, se trata de preguntas fundamentales, porque afectan la propia vida, se relacionan con nuestro futuro y nuestra felicidad. Nadie puede permanecer indiferente ante ellas. EL ORIGEN Y EL FUTURO DEL UNIVERSO Algunos de estos interrogantes empiezan a tener respuesta a la luz de las ciencias, pero a su vez nos plantean interrogantes más serios. Así, si nos asomamos al universo, sabemos que mucho antes de las cosas animadas ya existían las inanimadas: los minerales, los vegetales... la materia. Pero, ¿desde cuándo?. Las fechas son tan remotas que desbordan nuestra capacidad de cálculo. Es todavía más difícil responder si nos preguntamos: ¿de dónde procede la materia? ¿Qué existía antes de que se formaran los planetas, los astros, las galaxias? Y en medio de todo esto, ¿por qué comenzó la vida?

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Si miramos al pasado más reciente del mundo, comprobamos que ha habido progresos: el promedio de vida del hombre es hoy mucho mayor que el de hace doscientos años; cada vez es menos duro el trabajo material por el invento de las máquinas; la medicina ha avanzado notablemente frente a enfermedades que hasta hace poco parecían incurables, como la lepra; hoy podemos comunicarnos con una facilidad tan pasmosa, que ya casi tocamos las estrellas con las manos. Pero cada vez el hombre destruye más aceleradamente las reservas naturales, tala y quema los bosques, acaba con los recursos hídricos, hace invivibles las ciudades por la contaminación del aire y por el ruido; nunca como hoy se han dado tantos asesinatos en masa ni el hombre ha sido tan sofisticado para exterminar la vida humana aún desde el vientre materno, ni ha atentado contra la salud física y mental de las nuevas generaciones con las drogas alucinógenas; jamás como hoy la humanidad se encontró ante el peligro inminente de autoeliminarse en pocas horas por medio de las armas nucleares. Ante todo esto es lógico que nos preguntemos: ¿Qué nos espera? Ciertamente nuestro futuro es incierto

¿DE DONDE VENIMOS? ¿HACIA DONDE VAMOS? Centrando ahora un poco más la atención sobre nosotros mismos, preguntémonos por nuestro origen: ¿de dónde venimos? Los modernos estudios del evolucionismo y de la antropología nos han demostrado que las especies de hombres con un ángulo facial muy reducido, con la frente y el mentón muy semejantes a los de los simios, pero que ya caminaban erguidos, usaban utensilios de piedra muy primitivos y se alimentaban de la caza ("antropopithecus"). Pero, ¿desde cuándo esos seres vivientes pasaron de animales a hombres? ¿Cuándo dejaron de ser "algo" para convertirse en "alguien"? ¿Cómo sucedió aquello?... Aún no tenemos una respuesta. Sabemos que, a pesar de estos datos que se pueden remontar a medio millón de años, la historia del hombre no alcanza más que a cerca de 5.000 años atrás. Y aún dentro de estos 5.000 años, la historia de tu pueblo o ciudad es muy corta. Si investigas hacia atrás sobre el origen de sus primeros pobladores o sobre los ascendientes de tu propia familia, pronto llegarás a una oscuridad completa. Entonces se renuevan las preguntas que cada uno de nosotros se hace: ¿De dónde vengo? ¿Cómo entronca mi vida con las épocas pretéritas? En este momento de la historia estamos presenciando los notables avances de la ciencia bio-genética: ya se reproducen en probeta y cada vez se logrará precisar con más certeza no sólo el sexo sino las características físicas y hasta psíquicas de los niños que habrán de nacer. Sabemos que cada hombre es algo irrepetible y que no puede ser reducido simplemente a un conjunto de células analizables al microscopio. ¿Cómo explicar, entonces, el salto del cruce de células a la persona que se decide, que piensa? ¿Cuándo y cómo se da el nacimiento de un nuevo centro de pensamiento y de amor? El hombre que nace, que crece y evoluciona progresivamente nunca tiene su futuro asegurado y con toda lógica se hace las preguntas que tú ya varias veces te has formulado: ¿Qué será de mi? ¿Cuál será mi futuro? ¿Me irá bien o me irá mal? ¿Seré feliz o seré desgraciado? Y el futuro resulta aún más incierto cuando nos colocamos ante la realidad ineludible de la muerte: ¿Cuál será mi fin?, ¿cuándo me llegará la muerte? ¿cómo? Querido amigo: los interrogantes se podrían multiplicar, pero basten estos por hoy para que reflexiones un poco y empieces a sacar algunas conclusiones importantes para tu vida. Ojalá no las dejes pasar. Aunque sea, una sola, anótala en tu diario personal para que después la compartas con nosotros. Por ejemplo: "A pesar de que como persona humana soy tan importante, me siento tremendamente limitado... o "En medio de mis interrogantes e incertidumbres, tengo la certeza de que existo, de que soy "alguien" y de que fuera de mí y de este mundo hay otro "Alguien" que dio comienzo a la vida, que ordenó el universo, ...lo anima y le da sentido, que tiene las respuestas que yo no sabría dar..."

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ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENTARIAS 1. Consíguete un cuaderno o una libreta para anotar tus reflexiones personales. Será tu "diario" aunque no es necesario que escribas en él todos los días; te servirá para no dispersarte y para fijar mejor tu reflexión. Allí se irán acumulando muchos temas que más tarde te podrán ser útiles. Sobre todo, te ayudará a ver tus progresos y la obra de Dios en tí. Es importante que lo tengas sólo para ti, no para mostrarlo a otros; no te debes preocupar, tanto, de hacer frases bonitas, o de pulir la redacción. Comienza escribiendo en él las conclusiones que has sacado al leer este tema, tal como te lo sugeríamos anteriormente. 2. Lee atentamente el siguiente párrafo del Concilio Vaticano II. Piensa si estás de acuerdo con la solución que allí se propone. Por qué sí, o por qué no. Anota tus respuestas en tu diario: «En realidad de verdad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano. Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. Como criatura que es, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo, limitado en sus deseos y llamado a una vida superior. "Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún, como enfermo y pecador, no raramente hace lo que no quiere y deja de hacer lo que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad. Son muchísimos los que tarados en su vida por el materialismo práctico, no quieren saber nada de la clara percepción de este dramático estado, o bien, oprimidos por la miseria, no tienen tiempo para ponerse a considerarlo.

"Muchos piensan hallar su descanso en una interpretación de múltiples maneras. Otros esperan del solo esfuerzo humano la verdadera y plena liberación de la humanidad y abrigan el convencimiento de que el futuro reino del hombre sobre la tierra saciará plenamente todos sus deseos. Y no faltan, por otra parte, quienes, desesperando de poder dar a la vida un sentido exacto, alaban la insolencia de quienes piensan que la existencia carece de toda significación propia y se esfuerzan por darle un sentido puramente subjetivo. "Sin embargo, ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales: ¿qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? ¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?" Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo a fin de que pueda responder a su máxima vocación y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que sea necesario salvarse. Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro. Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre 3. Trata de sacar durante cada semana dos o tres ratos para hacer tu oración personal. Bastarían sólo 10 o 15 minutos para cada momento. Busca un lugar tranquilo, bien sea en tu casa o en el templo. Deja a un lado tus preocupaciones y dedícate a dialogar con Dios. Por ahora te proponemos cuatro pasos: 1. 2. 3. 4.

Para comenzar haz una pequeña oración personal al Señor, pidiéndole que te ilumine y te dé su gracia. Lee atentamente alguna de las citas bíblicas, que te ofrecemos a continuación y aplícate el texto, es decir, pensando que tú mismo hablas a Dios o que él directamente se dirige a ti. Si alguna frase o alguna palabra te llamó la atención repítela, piensa en ella, deja que te broten ideas o sentimientos al respecto; trata de aplicar lo leído a tu propia vida. Para terminar, dale gracias a Dios y recita lentamente el Padre Nuestro.

TEXTOS BÍBLICOS PARA TU ORACION -Salmo 90 (89); Al darme cuenta de lo corta y frágil que es, mi vida, acudo, a Dios para que tenga piedad de mí y realice su obra a través de mí. -Lucas 12. 22-32: Dios me ama y cuida de mi más que de las aves del cielo y los lirios del campo.

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-Romanos 7. 14-25: Sólo la gracia de Dios, por medio de Jesucristo, puede atacar ese mal que hay en mí, que hago sin querer. -Salmo 139 (138): Puedes orar con él en varios momentos, así: vv. 1-6: La sabiduría de Dios abarca toda mi existencia vv. 7-12: El saber de Dios se hace presencia total en mi vida vv.13-18: La presencia, del Señor invade toda mi vida, cuán grande es Él, cuan pequeño soy yo. vv. 23-24: Que yo camine por el camino del Señor. -Romanos 5, 12-21: Jesucristo es el único que puede atacar de raíz el mal que hay en él mundo. Sólo en Él y a través de Él podré encontrar solución para mis males e incertidumbres. -Salmo 91 (90): Ante las amenazas y las incertidumbres que amenazan hoy al mundo y a mi propia existencia, Dios es mi refugio y mí fuerza para la lucha. -Salmo 8: Dios es el autor de mí vida. Lo alabo porque me ha creado, porque se ha fijado en mí a pesar de mi pequeñez, me ha hecho “poco inferior a los ángeles" para que dominara todo lo creado". -Mateo 28, 16-20: Si Jesucristo prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, yo no temeré; le pediré siempre su compañía -Hechos 17, 24-28; Dios no se encuentra lejos de, nosotros. «En él vivimos, nos movemos y existimos”. CUESTIONARIO 1. Qué conclusión has sacado o que reflexiones te ha sugerido la lectura de esta primera carta de acompañamiento 2. De las frases siguientes, señala la que te parezca más correcta: a. Ante las incógnitas que nos plantea el futuro, la existencia del hombre sólo tiene sentido en la medida en que se vista y se alimente bien y sepa gozar de la vida. b. Como no puedo dar respuesta a todas mis inquietudes sobre mi pasado ni sobre mi futuro, preferiría no haber nacido. c. El hombre es un peregrino de la verdad y de su propia felicidad. 3. Para brindarte una ayuda en tu reflexión sobre aspectos importantes de tu vida personal y un medio de diálogo con quienes te estamos acompañando en tu maduración cristiana y vocacional, te proponemos que escribas una "autobiografía". Será algo muy fácil y sencillo. La puedes hacer por partes, cuándo y como quieras. Puedes empezar por tu familia. Basta que te dejes guiar por las pautas que te daremos a continuación. Léelas primero, ojalá varias veces. Reflexiona sobre cada uno de estos aspectos en forma muy personal. Si consideras que hay otros elementos importantes que no aparecen aquí, puedes agregarlos con toda libertad. Procura escribir cuando estés tranquilo y puedas concentrarte en esto, pero no dejes pasar el tiempo. Hazlo espontáneamente, dejándote guiar por lo que te vaya surgiendo, sin preocuparte por el estilo ni por la lógica. a. Tus padres: ¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Como son? (características principales de su manera de ser). b. Tus hermanos: ¿Cuántos son? ¿Qué lugar ocupas entre ellos? ¿Cómo te entiendes con ellos? ¿Con cuál de ellos te entiende mejor y peor? ¿Cuáles son los problemas más importantes que tienes con ellos? (p.ej. te humillan, te sienten superior, hay algunos más preferidos que otros de tus padres ... c. Ambiente de tu hogar ¿Cómo son tus relaciones con tus papás? ¿Cómo son las relaciones entre tu padre y tu madre, ¿A cuál de tus padres te pareces más y por qué? ¿Cuáles son los principales conflictos que vives en tu, hogar? ¿Como son las relaciones de tu hogar con tus amigos, parientes y vecinos?

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d. ¿Qué opinas sobre el ambiente social de tu hogar: ¿colaboran con la comunidad, diferencian entre blancos y negros, ricos y pobres? ¿Crees que son aburguesados? ¿Qué opinas sobre la educación que recibiste en tu hogar: te sientes satisfecho? ¿Hay algún desencuentro de tus padres? ¿Por qué? Comprenderás que estos temas no son más que una ayuda a larga distancia y que no bastarán por sí solas para cumplir el importante proceso de discernimiento en que te has comprometido contigo mismo. Por eso será importante que ores con frecuencia para que el señor te ilumine e indique el camino que debes seguir, que consultes a personas responsables y de tu confianza, que trates de realizar alguna actividad o servicio dentro de la comunidad, grupo o parroquia a la que perteneces, especialmente a los pobres y marginados y que participes en las jornadas o convivencias que te pueden proponer en los centros más próximo a tu residencia.

Vocación Franciscana. Llamados a la Vida. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Después de los muchos interrogantes que nos hacemos en el primer tema sobre el sentido de la existencia humana y las incógnitas que nos plantea el pasado y el futuro del universo, al menos una idea nos ha debido quedar clara: que el hombre es un eterno inquieto por la verdad y un peregrino de la felicidad. Todo hombre ha sido creado para ser feliz, es decir, que cuando el hombre recibe la vida, recibe por lo mismo una llamada a la felicidad. Nuestra existencia tiene sentido en la medida en que nos vayamos acercando a la felicidad; por ello, acercarse a la felicidad es irse realizando plenamente como hombre. Tú también has sido creado para ser feliz ya en esta vida. Quien te llamó a la vida no quiso hacer de ti un hombre desgraciado, un frustrado o un hombre triste, sino un ser feliz, plenamente realizado. La llamada a la vida significa entrar en el proyecto de la felicidad, pero ese proyecto se desarrolla lenta y progresivamente; no está hecho de una vez. Más aún, es un proyecto que debe ser descubierto, a veces con esfuerzo. Descubrir se proyecto que ha sido trazado para cada uno de nosotros es, en último término, descubrir el plan de Dios, porque es Dios el que nos ha llamado a la vida y por lo mismo a la felicidad LAS CUATRO RELACIONES DE LA VIDA Si el hombre es un ser llamado a la vida, es necesario que recordemos cuáles son las grandes dimensiones de la vida y las relaciones que, como hombres, tenemos con ella. Las cuatro dimensiones son: ←

Relación con nosotros mismos

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Relación con los otros Relación con el mundo Relación con Dios

CON NOSOTROS MISMOS El hombre ha sido considerado, y no sin razón, como un micro-cosmos, es decir, un universo en miniatura. Ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Nuestro cuerpo, con todos sus componentes perfectamente proporcionados y lo que lo anima; nuestro psiquismo con todas sus posibilidades y proyecciones; ese elemento espiritual que está latente en nuestra existencia y que nos resulta tan intangible pero que a la vez nos da la capacidad de pensar, de transformar las cosas, de amar, de decidirnos, de comprometernos; esa nota que nos hace únicos, intransferibles, irrepetibles... todo esto constituye la primera dimensión de la vida y la más cercana a nosotros mismo Ante esta dimensión a veces no suficientemente conocida por nosotros, nuestra primera obligación es la de profundizar en nuestra propia intimidad y descubrir las riquezas que hay en nuestro propio ser para poderlas valorar y desarrollar convenientemente. RELACIÓN CON LOS OTROS El hombre no fue creado para vivir solo; es un ser llamado a convivir con otros. Un hombre solo no podrá hablar, ni pensar, ni amar. Es indispensable la existencia del hombre sin la presencia de otros semejantes; se hace casi que imposible. Al niño no le basta que la madre lo nutra y lo cuide; esto lo podría hacer una máquina. Necesita, ante todo, quien lo ame y lo tenga en cuenta como persona. Sólo a través de la amistad, la confianza en el otro, la solidaridad, el amor, adquiere su plenitud la vida humana. Frente a esos "otros" el hombre debe aceptarlos y darse a ellos como hermanos que son.

RELACIÓN CON EL MUNDO No solamente convivimos con los demás sino con las cosas del mundo. Desde que vimos la primera luz, entramos en contacto directo con la naturaleza: el aire, el agua, los minerales, los vegetales, los animales. Más aún, las células de nuestro propio cuerpo son parte de ese mundo material, hasta un punto tal que no podríamos llegar a tener un pensamiento ni tomar una resolución sin los procesos de nuestras células cerebrales. Con relación a este mundo estamos llamados a transformarlo alegre y responsablemente, no como esclavos de las cosas sino como señores de ellas o, mejor, como hermanos del universo; debemos contribuir a que las cosas del mundo cumplan sus propios fines y no para unos pocos sino para todos los hombres. RELACIÓN CON DIOS La vida del hombre reclama por sí misma la existencia de un ser superior que le dio la existencia, sembró en su alma el anhelo de la felicidad y el reclamo constante a la bondad. Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a descubrirnos la gran incógnita que siempre había frente a Dios enseñándonos que ante todo es un Padre. Así como Jesucristo es imagen y semejanza del Padre, de igual manera el hombre, es una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. Frente a ese Dios, nuestra actitud debe ser, por tanto, la de unos hijos agradecidos; amor espontáneo y alegre, obediencia, agradecimiento... Como bien te puedes imaginar, no siempre es fácil conciliar estas cuatro dimensiones de la vida. Más aún, en ocasiones sentimos tensiones cuando tratamos de conocer y desarrollar nuestra propia manera de ser, libre y responsablemente frente a un mundo del que debemos ser transformadores, frente a los otros de quienes debemos ser hermanos, y frente a Dios de quien debemos ser hijos. No obstante, aunque nos exija esfuerzos dolorosos, es indispensable que vivamos ese proyecto, para dar así respuesta a la llamada a la vida y a la felicidad que hemos recibido. Te deseamos que lo realices plenamente. Animo ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENTARIAS 1. Abre la Biblia en el libro de Isaías 45, 9-13 e Isaías 48, 12-16. Anota en tu diario las frases que más están de acuerdo con los temas tratados en tema 2. 2. Siéntate un rato ante la televisión o abre uno de los periódicos recientes y analiza: a) ¿Qué noticias, espectáculos o programas dan signos de que el hombre está transformando el universo?

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b) ¿A través de qué hechos descubres que el hombre se está haciendo esclavo de las cosas del mundo? c) ¿Encuentras alguna noticia o algún espectáculo que manifieste que las cosas del mundo están sirviendo a no sólo a unos pocos? Escribe tus observaciones en tu diario y coméntalas con alguno de tus compañeros. 3. ¿Qué tal te ha ido en la oración personal? ¿Has sido fiel a ella? ¿Has sabido sacar algunos ratitos a la semana para comunicarte en la intimidad con Dios?. Aunque no sientas todas las veces el mismo entusiasmo, persevera, no te desanimes. Te proponemos a continuación algunos textos de la Biblia o algunas formas para hacer tu oración. Salmo 19 (18): Dios es grande; todo lo ha hecho con sabiduría y belleza. Me siento desbordado por su bondad y por eso lo alabo y le doy gracias. Sabiduría 11, 21-42, 2: Lee despacio cada una de estas frases y háblale con cada una de ellas a Dios. Juan 1, 35-39: Jesús me invita también a mi a conocerlo. Salmo 96 (95): Dios me ha llamado a conocerlo; por eso lo alabo. Isaías 40, 28-31: En mis desánimos y desfallecimientos, Dios es mi fortaleza. Romanos 8 14-17: Si tengo el Espíritu de Dios, le diré confiadamente: "Padre" y le prometeré portarme como un hijo. Salmo 97 (97): La grandeza de Dios me sobrepasa. El es la alegría para los que obran rectamente. Por eso lo alabo le doy gracias. Jeremías 1, 4-8: Antes de que yo naciera, Dios pensó en mí y me llamé. Lucas 5, 27-32: Yo pertenezco a la categoría de Leví el publicano; Jesús se acerca a mí a pesar de mis pecados y me invita a ser mejor. Si puedes ponerte en contacto con la naturaleza, trata de orar observando un árbol, una flor, una fuente, los insectos, las aves ... mira detenidamente una de estas cosas en silencio; después, ante la admiración que suscite en ti, dile a Dios lo que te brote espontáneamente. CUESTIONARIO 1. Según el texto de la carta, completa las frases siguientes: a. "Acercarse a la__________________ es irse realizando plenamente como_________________" b. "Descubrir ese ______________________ que ha sido trazado para cada uno de nosotros es, en último término, descubrir el _____________________________________________________________ c "Sólo a través de la amistad, la confianza en el otro, la solidaridad, el amor, adquiere _______________________________ la vida humana. d. Debemos contribuir a que las cosas del mundo cumplan sus propios fines, Y no ____________________________ sino_________________________" 2. ¿Crees que la llamada de Dios lleva al sacrificio o a la felicidad? Por qué? _____________________________________________________________ ______________________________________________________________ _____________________________________________________________ 3. Para qué continúes con tu "autobiografía" te presentamos hoy algunas pautas con el fin de que te guíes en la descripción de tu historia personal. Recuerda que las preguntas no pretenden ser más que ayudas y que si tienes que decir algo que no se encuentra en las preguntas, debes hacerlo con toda libertad. HISTORIA PERSONAL

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a. Tus recuerdos de infancia: Cuenta lo que te parezca más importante, de tus recuerdos de niño por ejemplo, tus juegos preferidos, tus personajes más admirados, hacia qué se dirigía, tu fantasía, cuáles eran tus principales temores. ¿Eras un niño amante de la competencia? ¿Agresivo? ¿Tímido? ¿Obediente? ¿Cooperador? ¿Rebelde? ... ¿qué elementos o aspectos de tu vida de niño crees que te están marcando en tu manera de ser actual? b. Tus amistades: Eres persona de muchas o pocas amistades? Tus amistades son superficiales o profundas? ¿Duran mucho o son pasajeras? ¿Eres sociable o solitario? ¿Qué piensas de la amistad? ¿Eres estimado o tenido en cuenta, o ignorado, o ridiculizado por tus compañeros? ¿Por qué te tratan así? ¿Perteneciste o perteneces a alguna asociaci6n? Ante los grupos eres espontáneo, o tímido, o sumiso, o emprendedor, o agresivo, o retraído... Te cuesta mucho hablar de ti mismo? Por qué? Te sientes satisfecho de tu manera de relacionarte con los demás? Te consideras muy dependiente o independiente de los demás? c. Tus estudios o trabajo: ¿Tienes buen rendimiento? ¿Te sientes integrado al grupo de estudiantes¿ ¿Cuáles son tus intereses y pasatiempos? ¿Has ocupado cargos en donde estudias? ¿Cómo te entiendes con los superiores?

Vocación Franciscana. Saber Acertar. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Y ya que hablamos de discernimiento vocacional, consideramos importante dedicar este tema a pensar un poco acerca de lo que es la vocación y las exigencias que trae seguir cualquier vocación. En primer lugar es necesario precisar que la palabra "vocación" quiere decir "llamada" y que, en su sentido más amplio, significa esa fuerza interior, que impulsa el hombre hacia su realización como persona y al cumplimiento de sus propios fines. Ya en el tema anterior veíamos cómo todos los hombres fuimos llamados a la vida, es decir, recibimos una vocación a la existencia y por lo mismo a la felicidad Dos fuerzas Pues bien, dado que estás empeñado en clarificar tu propia vocación es conveniente que sepas que en toda vocación auténtica entran dos elementos muy importantes, a manera de dos clases de fuerzas: unas que están dentro de cada persona y otras que están fuera de ella Fuerzas internas de la vocación Estas fuerzas se expresan en ese deseo que cada uno de nosotros siente de ser uno mismo, de vivir su propia verdad, de buscar y realizar su propio proyecto de vida. Este deseo no es un simple capricho egoísta, sino que pretende dar respuesta a la llamada ("vocación") a la vida que hemos recibido y busca dar sentido a nuestra propia condición humana. Sabemos que cada uno fue llamado a una experiencia única, irrepetible e irreemplazable, pero a la vez semejante a la de otros y comprometido con la vida de otros.

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Fuerzas externas de la vocación Estas fuerzas son las exigencias que nos presentan y proponen la sociedad, la época que nos toca vivir, la comunidad... Ellos nos ofrecen formas concretas de realización personal y a la vez el escenario o el marco dentro del cual nuestra realización se hace concreta. La razón de esto es que fuimos creados para vivir en comunidad y nuestra vocación, tiene que traducirse en algo específico, para que no se quede como en el aire y fuera del tiempo. Si no se tuvieran en cuenta estas fuerzas, no pasaríamos de ser unos ilusos frustrados, o unos solitarios individualistas, que viven a espaldas de la comunidad y del mundo UN SECRETO PARA ACERTAR Si quieres tener éxito en la elección que estás haciendo, debes saber conjugar las dos fuerzas:  tu proyecto interior = "lo que yo espero de los otros y de mi pueblo para mi realización personal” (fuerzas internas);  junto con lo que los demás te proponen y te exigen = "lo que la comunidad y mi pueblo esperan de mi" (fuerzas externas) En otros términos, el secreto para acertar en la respuesta a tu vocación a la vida, está en saber descubrir tu papel en la tarea de la comunidad, en transformación del mundo y en el plan de Dios. Esperamos que estas reflexiones te sirvan para construir tu futuro feliz. Léelas de nuevo y medítalas. Compleméntalas con las lecturas y ejercicios que te proponemos a continuación. Si después de leer y meditar esta carta o las anteriores no te han quedado suficientemente claras algunas ideas, puedes escribirnos confiadamente y con el mayor gusto trataremos de aclarar tus dudas. Ya sabes que nuestro deseo es servirte de la mejor forma que podamos.

ACTIVIDADES Y LECTURAS 1. Lee atentamente estos dos párrafos y subraya en ellos las frases que más te gusten: “Frente a su propio proyecto vital, cada persona tiene una doble urgencia: por una parte, buscarla, hallarla, reconocerla; por otra, atreverse a asumirla, decidirse a jugarse por ella. Esta es la tarea de la vocación. Es el encuentro con el tesoro del relato evangélico: el tesoro una vez descubierto produce profunda alegría, transforma sustancialmente la vida, exige una nueva decisión; el dejarlo todo en función de aquello que toca y transforma la vida. Algunos, sin embargo, o no buscan, o habiendo encontrado el tesoro, no creen conveniente o no son capaces de tomar decisiones vitales frente a él. El hombre puede desertar de su vida, coger una máscara e interpretar un personaje falsificando su real destino personal. La lealtad a la vocación es una tarea dura y la alegría que ella propone no se alcanza sin trabajo. Siempre surgirán en la historia de cada cual las trampas o barreras que entraban peligrosamente el camino vocacional. No obstante, la fidelidad a la propia vocación si bien es difícil, es también posible. Es cierto que requiere valentía, esperanza, imaginación; es cierto que requiere de apoyo y presencia de otros. Sin embargo lo más verdadero que se puede decir de la vocación es que su seguimiento, la lealtad a ella, es la única alegría permanente, es la única actitud que produce crecimiento y desarrollo maduro de la identidad, intimidad y creatividad personales. La lealtad ciertamente, es dolorosa pero la deslealtad es muy triste y, no pocas veces, sórdidamente destructiva 2. Trascribimos la canción Por qué vivir, interpretada por el cantante Julio Iglesias. Medítala y cántala si puedes. ¿Encuentras en ella alguna relación con el tema de nuestra carta? Unos que nacen, otros morirán, unos que ríen, otros llorarán; aguas sin cauce, ríos sin mar, penas y glorias, guerras y paz.

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Siempre hay por que vivir, por que luchar; siempre hay por quien sufrir y a quien amar; al final las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuaran, la vida sigue igual Pocos amigos que son de verdad, cuántos te halagan si triunfando estás; y si fracasas tú comprenderás, los buenos quedan, los demás se van. En cualquier parte o en cualquier lugar hay hombres buenos que al morir se van y mientras mueren no hemos de olvidar, los buenos viven sin pensar en más. En cualquier parte o en cualquier lugar hay grandes obras para realizar, sólo en la entrega se podrá lograr un mundo humano de fraternidad

3. Continuamos ofreciéndote algunos textos para facilitar tu oración personal. No pretenden ser más que una ayuda, de manera que si algún día hay un acontecimiento especial en tu vida o una idea que motiva tu oración, no es necesario que acudas a ellos; déjate llevar tranquilamente por lo que ese día te parece importante y a partir de eso comunícate sin esfuerzos con Dios; háblale como al gran amigo que es. Lucas 5.15-16: Después de predicar y servir a los necesitados, Jesús se retiraba para orar. Le prometo hacer lo mismo y le pediré que me ayude a perseverar. Mateo 6.5-6 Mi Padre. Está en lo secreto; él ve mi secreto. Oraré confiadamente sin muchas palabras, a ese Padre. Lucas 10-21-22: Jesús ora con gozo y no solamente pide cosas sino qué alaba y bendice al Padre Dios. ¿Hago yo lo mismo Luces 6.12-16: Después de toda una noche de oración, Jesús llama a sus discípulos. Yo también quiero perseverar en la oración, Señor, para escuchar mejor tu llamada. , Mateo 6.7-13: Así como Jesús enseñó a orar a sus discípulos, así me está enseñando ahora a mí. Trataré de seguir lentamente cada una de las palabras que me enseñe Jesús. Lucas 18, 9-14 Para encontrarme con mi Padre debo partir de mi verdad, de lo que soy. Haré el esfuerzo de orar no como un fariseo sino como el publicano. Marcos11, 20-25: Cuando hago oración, es mi fe tan fuerte como la que propone Jesús? ¿Estoy dispuesto a perdonar como quiero Jesús?. Señor aumente mi fe. Señor, enséñame a perdonar. Lucas 22,39-46: Jesús ora en los momentos de angustia. Tu oración es pedir saber hacer la voluntad del padre. ¿Cómo es mi oración? ¿Acaso prefiero dormir como los discípulos? Cuando San Francisco de Asís estaba en una situación semejante a la tuya, recitaba frecuentemente esta oración, para buscar la voluntad de Dios. Recítala también tú, despacito y ojalá te la aprendas de memoria: ¡OH alto y glorioso Dios! Ilumina las tinieblas de mi corazón. Dame fe recta, esperanza cierta, y caridad perfecta; acierto y conocimiento para cumplir tu santo y veraz mandato. Amén CUESTIONARIO

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1. Enumera las "fuerzas internas" y lo que esperas y necesitas de los otros para tu realización personal y enumera “fuerzas externas” y lo que crees que te exige esta época que te ha tocado vivir 2. ¿Bajo qué aspectos crees tú que se relaciona la vocaci6n con el servicio a los demás? TU IMAGEN PERSONAL a. El concepto de ti mismo: ¿Estás satisfecho con tu actual manera de ser y de actuar? ¿Cuáles son tus principales cualidades y defectos? ¿Qué te gustaría cambiar o corregir? ¿Te sientes capaz de lograr lo que quieres? ¿Cómo piensas que te ven los demás? ¿Qué opinión tienen de ti? ¿Te preocupa lo que los demás piensan o dicen de ti? b. Ideales y aspiraciones: ¿Cuáles son las metas que te gustaría lograr en los próximos tres años? ¿Qué características personales te gustaría lograr? ¿Si pudieras cambiar el mundo a tu gusto, dentro de un sano realismo, cómo lo harías y qué papel te gustaría desempeñar en él? ¿Cuáles son las principales trabas o dificultades que encuentras para realizarlo?

Vocación Franciscana. Ser Persona. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Como seguramente recordarás, en los temas de las dos cartas anteriores se le ha dado mucha importancia a la persona humana, al propio yo. En ellos se hablaba de las cuatro dimensiones de la vida. Una somos nosotros mismos, aunque muchas veces no nos conocemos suficientemente. El gran papel que juegan las llamadas fuerzas internas, es decir, nuestro propio yo, en la clarificación y en el éxito de nuestra propia vocación. Pues bien, ante esto es lógico que dediquemos este tema a reflexionar acerca de lo que es la persona humana. Lo primero que tendremos que hacer es tratar de acercarnos a lo que significa "ser persona” por medio de una definición. Siguiendo a un autor podemos decir que la persona es:    

un ser racional, capaz de conocerse a sí mismo distinto de los demás e idéntico a sí mismo, independiente y libre, dueño de sus actos y responsable de ellos,

 indivisible, completo, único. La persona humana es completa cuando tiene y es consciente de sus tres dimensiones: el cuerpo, el alma y el espíritu. Veamos cada una de ellas: a) El cuerpo

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Es un conjunto de elementos físicos, armónicamente integrados, con funciones orgánicas propias y que a la vez es manifestación y expresión sensible del alma. El cuerpo humano es una obra maravillosa de Dios y un don que Él nos hace. Ha sido considerado en la Biblia como templo del Espíritu Santo. A pesar de su perfección y belleza, está limitado por la enfermedad y la muerte. b) El alma Es ese principio vital que anima e integra el cuerpo humano; a pesar de ser simple, constituye como el motor que regula los pensamientos y la capacidad de amar. Al igual que el cuerpo, el alma es también obra del poder creador de Dios pero, a diferencia de él, es inmortal. Considerada en sí misma tiene sus limitaciones, en cuanto no siempre nos da una claridad completa sobre la verdad y frecuentemente nos lleva a decisiones erróneas. c) El espíritu Es la misma vida de Dios en el hombre, o sea, aquel dinamismo sobrenatural que lo hace Hijo de Dios, mediante el cual no sólo complementa las dos anteriores dimensiones, sino que transforma a la persona, dignificándola y sublimándola. Lo único que limita al espíritu es el pecado. PERSONA Y PERSONALIDAD Conviene no confundir la persona con la personalidad. A diferencia de lo que decíamos antes acerca de la persona (puedes volver a leer), la personalidad es:    

el conjunto de todos los valores de la persona, que, colocados en relación y al servicio de las demás personas humanas, hacen que cada hombre tenga una estructura propia, y que sea distinto e independiente de los demás

Es bueno también hacer distinción entre las "personas" y los «personajes". Muchos de estos últimos son personas sin personalidad, elevados a la categoría de "personajes” por los medios de comunicación (radio, prensa, televisión), únicamente basados en intereses superficiales, como ocurre con ciertos artistas, reinas de belleza, deportistas, políticos, etc. Muy relacionados con la personalidad, pero distintos de ella, son el temperamento y el carácter. EL TEMPERAMENTO Es aquella fuerza ciega e instintiva que nos lleva a reaccionar espontáneamente en determinadas circunstancias. Esta fuerza está en nosotros como resultado de nuestra constitución corporal y de la herencia, es decir, es innata y no se puede cambiar, aunque se puede (y se debe) modificar, educar, perfeccionar. Se podría decir que el temperamento constituye como la materia prima del carácter y de la personalidad. Los estudios han distinguido varias clases de temperamento (Ej. colérico, apasionado, sanguíneo, sentimental...) para facilitar el análisis de uno mismo, aunque a la hora de la verdad nos resulta imposible ser clasificados totalmente en uno de esos temperamentos, porque ordinariamente no se dan en estado puro. De todas maneras resultaría muy conveniente que, con la ayuda de alguien, te analizaras para que descubrieras tu temperamento dominante. EL CARÁCTER Como lo indica su mismo nombre, es como una marca o sello que le imprimimos a nuestra común manera de comportarnos y de enfocar las ideas. Se va haciendo tan fuerte y tan constante, que llega a constituir como nuestra fisonomía psicológica. En la conformación de esta fisonomía influyen muchos factores, como el temperamento, la voluntad, el ambiente externo que nos rodea, la educación recibida, el esfuerzo propio, el estilo de vida que se lleva, etc. No se puede confundir el carácter con la terquedad, ni con el mal genio, ni con la impulsividad, ni con la inflexibilidad. Tener carácter es poner al servicio de la inteligencia

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la conciencia formada por principios rectos junto con la voluntad firme. En otras palabras, tener carácter es saber lo que hay qué hacer... y hacerlo. Apreciado amigo: aunque el tema nos daría para escribir muchas páginas, bástenos estas ideas para recordarte lo importante y lo valioso que eres tú como persona, a la vez que la responsabilidad que tienes en el conocimiento y en la integración de ti mismo. Sólo con una personalidad definida se puede llegar a decisiones vocacionales válidas. Recuerda que a través de la constancia es como se conquistan los grandes ideales. ¡Adelante! ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENTARIAS 1. Lee detenidamente estos párrafos y anota en tu diario personal la reflexión que te brote espontáneamente después de la lectura: "El hombre es definido como animal racional. El es un ser complejo; es simultáneamente alma espiritual y cuerpo animal y no llegará a alcanzar una personalidad humana perfecta mientras no realice la síntesis de estas dos fuerzas polares. Ciertamente, en esta vida, tal síntesis será siempre relativa, será tarea que no se acaba, nunca una conquista definitiva; siempre exigirá vigilancia, renuncias, combates. Conocemos la tendencia del mundo materialista: negar el espíritu para poder vivir la vida animal. Es uno de los extremos posibles. Una de las tentativas de querer escapar a la tensión permanente y simplificar la vida. Pero tal simplificación no es sino un cortocircuito. La eliminación del polo opuesto y con ello la paralización de la vida y del progreso. El hombre es un ser consciente, libre y responsable. Esta verdad tan conocida y básica para el cristiano, ha sido olvidada o ridiculizada en el mundo moderno. Pero el resultado de ello ha sido un vacío tremendo. La falta del sentido de la vida ha dado por resultado numerosos casos neuróticos. Es necesario aceptar integralmente la realidad de la naturaleza humana: no sólo nuestra espiritualidad sino también nuestro cuerpo, nuestra biología y nuestro psiquismo. Así evitaremos posibles trastornos y neurosis, y despejaremos el camino hacia la perfección" 2. Trata de reunirte con uno o varios de tus amigos y, junto con ellos, haz el siguiente análisis: de todos los personajes que figuran hoy en la opinión pública de tu país y del mundo, (políticos, cantantes, deportistas, etc.). Y señala: a) Uno que sea un personaje sin personalidad. Indíquese por qué. b) Uno que sea personaje con personalidad. Señala por qué 3. En los textos bíblicos que hoy te presentamos como una buena ayuda para tu oración personal, notarás que no hay una distribución por semanas; la finalidad es que tú mismo los distribuyas como quieras, entre otras razones porque esperamos que ya te resulten pocos únicamente tres días a la semana y que ya estés sintiendo el deseo de aumentarlos. Recuerda que sólo, a través de una oración frecuente y perseverante se puede conocer el querer de Dios sobre nuestro futuro. Como seguramente te diste cuenta, los textos que te ofrecimos en la carta anterior se referían a la oración, a su importancia y a la forma como debemos comunicarnos con el Espíritu Santo. Él juega un papel muy importante en nuestra vida; sólo en la medida en que nos abramos a su acción, podremos conocer los designios de Dios sobre nosotros. Con su asistencia, tu discernimiento te llevará a decisiones seguras. CUESTIONARIO 1. Tu temperamento  Trata, de describir tu propio temperamento  ¿Crees tú que eres una persona de carácter? Por qué?  Analízate a la luz de la definición de "persona" que aparece en la carta y anota aquí los aspectos que te hacen ver que tú también estás llegando a ser persona. 2. ¿Crees tú que seguir una vocación especial transforma a la persona? ¿Bajo qué aspectos?

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TU AFECTIVIDAD a. Tus emociones: ¿Te sientes querido y aceptado por los demás? (hogar, amigos, etc.) ¿Eres estable en tus afectos? ¿Sabes querer y comprometerte con lo que quieres? ¿Tienes tendencia a la tristeza o a la alegría? ¿Qué tiendes a hacer cuando sientes rabia o molestia? ¿Qué es lo que más te hace sufrir en este terreno? b. Tus relaciones afectivas: ¿Has tenido novia? ¿Qué has aprendido de tu noviazgo? ¿Qué piensas del matrimonio? ¿Cómo te imaginarías a "tu" compañera ideal? ¿Has tenido alguna experiencia negativa en este terreno afectivo? ¿Qué piensas del celibato de los religiosos y sacerdotes? c. Instrucción sexual ¿Crees tener una buena información sexual? ¿Tienes muchas dudas al respecto? ¿Cómo te has instruido sobre este particular? ¿Crees tener buena formación sexual? ¿Qué inquietudes o problemas de maduración sexual ves en ti?

Vocación Franciscana. Hacia tu Opción Fundamental Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Después de haber recordado en el tema anterior los principios fundamentales sobre la persona humana, con los cuales esperamos que hayas podido tener una visión de conjunto sobre ti mismo, debemos volver al tema que traemos entre manos, es decir, tu proceso de discernimiento vocacional. Dentro de los pasos que se deben dar para cualquier elección humana, se llega a un momento crucial, en el cual el hombre pone en juego su libertad, pero también su futuro, a través de lo que los psicólogos llaman la "opción fundamental" ¿QUÉ ES UNA OPCION FUNDAMENTAL? Empleando palabras sencillas, podemos decir que la "opción fundamental" es aquella decisión que el hombre toma libre y conscientemente sobre la orientación o el destino que ha de tener toda su vida. Esto quiere decir que, cuando el hombre hace su opción fundamental, compromete la esencia misma de su "ser-hombre" porque le quiere dar un sentido a su existencia según su manera de interpretarse a sí mismo, a los otros, al mundo, a Dios. Así, por ejemplo, el que se determina por conseguir dinero y posesiones, etc., le da al mundo material el máximo valor y a él condiciona todos los demás valores: la persona humana, los bienes del espíritu.

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Otro ejemplo: quien se dedica a adquirir fama, privilegios, poderío, etc. parte de sí mismo como opción fundamental y deja en un segundo plano otros valores que de suyo son superiores, como Dios, la convivencia, el servicio a los demás, etc. DOS RAZONES Se dice que la opción es fundamental por dos razones: a. Porque compromete nuestra vida no durante unos días, unos años, sino durante toda nuestra existencia. b. Porque no se refiere a uno o a varios aspectos de nuestra persona, sino a nuestra vida entera, en su globalidad. Según esto, cuando tú haces tu opción fundamental, decides de una vez cuál será tu proyecto vital en sus grandes rasgos, puesto que tomas una decisión que determina y condiciona todas las restantes decisiones que tomes en tu futuro. Pero lo más serio de todo esto es que no puede darse un hombre completo mientras no haya hecho su opción fundamental. Hay personas que llegan a la edad adulta pero que no son maduros por dentro, que carecen de una verdadera configuración interior, porque no han hecho su opción fundamental. Por ello van al vaivén de doctrinas y determinaciones ajenas, viven el proyecto de otros, otros deciden por ellos y son desarticulados, incoherentes... no son felices. Para que el hombre sea verdaderamente hombre, tiene que hacer su opción fundamental IMPORTANCIA Como ves, esto de hacer una opción fundamental es sumamente importante para tu vida, es algo que no podrás eludir si de veras quieres ser un hombre normal y completo. Por lo mismo, si ella condiciona toda tu existencia, todo tu proyecto vital, no puede dirigirse hacia cualquier objetivo pasajero, hacia una meta material, hacia cualquier proyecto humano. Debe apuntar hacia una meta trascendental, hacia algo que asegure tu felicidad eternamente.

EXIGENCIAS: La importancia que tiene la opción fundamental nos hace varias exigencias. Veamos las tres principales: 1. Que se haga inteligentemente, a plena conciencia, es decir, con conocimiento de causa, lo cual supone una preparación adecuada; estudiar, consultar, meditar, orar ... 2. Que se haga libremente, con el pleno ejercicio de la voluntad, sin coacciones de ninguna especie, sin dejarse presionar por otros y sin actuar por sentimentalismos o emociones pasajeras. 3. Que se haga responsablemente, es decir, con toda la seriedad que exige, puesto que no se trata de un pasatiempo ni de un ensayo, sino de algo trascendental para la vida, en la que se juega definitivamente nuestro futuro. Responsabilidad significa también asumir fielmente, hasta el final, sin echar pie atrás, la decisión tomada. LOS TRES ENEMIGOS DE LA OPCION Como todo lo que es importante y exigente, la opción fundamental también tiene sus propios enemigos. Es bueno que los conozcas para que andes prevenido y no interfieran tus decisiones: Un primer enemigo, aunque no el más peligroso, son las dificultades y obstáculos que se presentan para seguir cualquier vocación. Ordinariamente no son problemas insalvables, pero que tienen que darse, porque todo lo grande y noble se gesta en la lucha y el dolor. Aprender a superarlos es un enriquecimiento y un abrirse horizontes hacia la conquista de nuestros ideales. Un segundo enemigo, éste sí muy peligroso por ser tan sutil y tan difícil de detectar, es el adormecimiento, el acomodamiento; esa especie de inercia que hace a muchos dejarse llevar tranquilamente por la corriente de lo que otros piensan y deciden sin oponer resistencia ni buscar por sí mismos, por el temor de desagradar a la familia, o de hacer algo diferente de lo que hacen los amigos, o por no salirse de la común manera de actuar en el pueblo o la ciudad.

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El tercer enemigo de la opción fundamental es la inseguridad. Se da en aquellos que son conscientes de que dentro de sí hay como una fuerza íntima, algo distinto y singular que les invita a dar un paso en grande, pero no se atreve a asumir riesgos por temor a fracasar, no afrontan compromisos ni aceptan responsabilidades porque desconfían de sí mismos y prefieren quedar en el anonimato sin decisiones claras, sin opciones de vida. Y que baste esto por hoy, querido amigo. Ojalá que tú también estés ya a punto de hacer tu opción fundamental. Esperamos que estas sencillas reflexiones te sirvan para ello. Léelas de nuevo y medítalas aplicándolas a ti mismo. Mientras tenemos el gusto de recibir tu hoja de respuestas, te ofrecemos nuestra oración, a fin de que el Señor te ilumine y te de valor para decidirte. LECTURAS Y ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 1. En la primera carta te proponíamos que iniciaras un "diario personal". ¿Cómo te ha ido con esta experiencia?. ¿Has sido perseverante en ella? Ojalá no te canses. Recuerda que es algo privado, íntimo y que, por lo tanto, no exige mucha perfección en el lenguaje; lo importante es que logres expresar lo que piensas y sientes. Es bueno recordar también que no se trata de un diario romántico o sentimental, sino más bien de un ideario: allí quedarán consignadas las ideas, reflexiones e inquietudes que te broten a partir de las lecturas, conversaciones o acontecimientos de la vida diaria, aunque no es necesario que escribas todos los días. Las ventajas que te traerá serán grandísimas: te dará disciplina personal, te ayudará a expresarte cada vez mejor y a profundizar en tu reflexión; más tarde podrás verificar tus progresos. Te proponemos que, después de leer el tema 5 y los párrafos siguientes, anotes en tu diario lo que en definitiva te queda claro sobre lo que es la opción fundamental y las razones por las cuales la consideras importante para tu vida concreta.

2. "En la perspectiva dinámica, existencia, hay una sola definición que puede expresar casi adecuadamente toda la riqueza del ser humano: el hombre es un ser-llamado. Pese a las prevenciones bastante justificadas contra las conclusiones demasiado apresuradas de un finalismo ingenuo, lo que la historia y las ciencias nos enseñan parece autorizar la hipótesis de que todos los seres naturales de nuestro universo tienden a un fin, aunque no estemos en condiciones de saber cuál es el fin de cada ser particular. Estos seres naturales llegan a él por la fuerza de un automatismo inmanente, de una especie de fatalidad biológica. El hombre debe escuchar fuera de él el llamamiento que lo invita a tomar en su mano la realización de su propio destino. Debe descubrir la voluntad particular y personal del Creador respecto de él, y perfeccionarse a sí mismo conforme a las indicaciones de esta voluntad. El hombre indudablemente, no debe sacarse a sí mismo de la nada. En cada momento de su existencia se descubre a sí mismo como un dato a partir del cual debe marchar adelante, haciéndose. Para responder al llamamiento, debe explotar y realizar plenamente todas las virtualidades de su yo situado. Ya se trate de los dones corporales, ya de los espirituales, nada debe uno dejar sin cultivo; nada de lo que Dios ha dado es superfluo para la realización de la vocación, del destino maravilloso del hombre... Sólo hay existencia auténtica para la persona que vive conscientemente su vocación. El descubrimiento de ésta reviste entonces extrema importancia en el drama existencial de todo hombre. Cada uno sabe por experiencia que este descubrimiento está lejos de ser fácil, justamente porque la vocación no es un destino fabricado previamente" 3. Es muy probable que ya hayas experimentado algunas dificultades en tu oración, bien porque no hayas sabido buscarte el tiempo y el lugar adecuados, o bien porque te cansas al no saber qué decir. Sobre esto último es bueno que recuerdes que orar no es hablar siempre; también es escuchar, y para ello es necesario callar. Si Dios está presente en su Palabra, entonces nos habla a través de ella. Nosotros debemos escucharla cuidadosamente. Ordinariamente estamos muy acostumbrados a "oír", pero muy poco a "escuchar". En un diálogo, la persona que tiene el mensaje es la que más debe hablar. Dios es esa persona. El siempre tiene un mensaje para ti, pero es indispensable que escuches. Por tanto, cuando ores no es necesario que hables siempre. Lee la Palabra con atención y calla; al silencio exterior agrega el silencio interior. Relájate, reposa en Dios, medita, calla, escucha... después, háblale si quieres.  Mateo 13, 1-23: Los que no tienen embotado el corazón, ésos son los que oyen. Dichosos nuestros oídos porque oyen.  Lucas 2, 4150: Jesús habla a su Padre y les hace conscientes de su compromiso con su Padre-Dios.

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Juan 1, 35-51: Jesús dialoga con los discípulos de Juan y establece con ellos una amistad basada en la verdad. Lucas 4, 1-13: Jesús habla al tentador y se muestra fiel en el cumplimiento de su misión. Juan 3, 1-16: Jesús habla con Nicodemo y le despeja las dudas sobre las exigencias del Reino. Lucas 5, 1-11: Jesús habla a Simón y a los otros pescadores y los invita a una tarea más importante que la pesca. Juan 4, 5-15: El diálogo de Jesús con la mujer samaritana le descubre a ella el camino de la vida. Lucas 5, 12-14: Jesús habla al leproso y lo limpia de la lepra. Juan 5, 1-9: Jesús habla con el enfermo de la piscina y le trae la salud. Lucas 6, 6-11: Jesús habla a un hombre que le pide ayuda. Juan 8, 1-11: Maravilloso diálogo en el que Jesús emplea palabras de comprensión y misericordia. Lucas 7, 11-17: Las palabras de Jesús producen consuelo a una madre afligida. Juan 11, 17-7: Diálogo de Jesús con Marta que la llena de esperanza. Lucas 8, 40-48: Jesús habla a la mujer y la fortalece en su fe. Juan 12, 20-28: Jesús habla a dos de sus discípulos para descubrirles las exigencias de su misión y de la de todo el que lo quiera seguir.

CUESTIONARIO 1. ¿Cada uno de nosotros siente que lo atraen ciertas fuerzas diferentes y a veces opuestas entre sí, hasta el punto que le dificultan tomar una opción. En base a esto, ¿cuáles son las tendencias encontradas que más te dificultan decidirte por una opción fundamental? 2. ¿Crees tú que ya has hecho una opción fundamental en tu vida? ¿Cuál? 3. De los tres enemigos de la opción fundamental, cuál (o cuáles) es el que más te presenta dificultades?

Vocación Franciscana. Buscando un Proyecto Futuro. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Con el ánimo de seguir acompañándote en el discernimiento que estás haciendo de tu propia vocación, hoy te proponemos un tema que juzgamos de capital importancia, por cuanto te servirá para dar una orientación definitiva al camino que deseas emprender. Como recordarás, al tratar en temas anteriores sobre la importancia que tiene la "opción fundamental", veíamos que en ella se juega toda la existencia y todo el futuro del hombre, por tanto, apuntar hacia una meta que asegure su felicidad eternamente, es muy importante. Pues bien, sólo logrará asegurarse esta meta trascendente quien haga su opción fundamental dentro del gran proyecto que ha trazado Dios para el hombre. Por eso dedicaremos este tema y los siguientes a hablar sobre este gran proyecto y a invitarte a que sitúes tu opción vocacional dentro del mismo, ya que se trata de un proyecto seguro. UN PROYECTO DE AMOR Lo primero que debemos tener en cuenta es que el proyecto de Dios es un plan de amor que lleva a una salvación o liberación integral de todo el universo y de todos los hombres. Pero se trata de una liberación ofrecida, no impuesta; corresponde a una invitación hecha por Dios, a una "llamada" que él hace a todos los hombres y que supone una respuesta de cada uno para asociarse a dicho plan. UN PLAN POR ETAPAS

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Como se trata de un proyecto para seres que viven en el tiempo, el plan de Dios se ha venido realizando a través de varías etapas distribuidas a lo largo de la historia. Aquí distinguiremos cinco. Probablemente tú ya las conoces muy bien y por ello nos reduciremos a describirlas brevemente; además, no nos interesa hacer aquí un tratado de teología sino ofrecerte la oportunidad de que encuadres tu opción fundamental dentro del gran panorama del plan de Dios. 1.- la primera etapa es la de la creación. Corresponde al deseo de Dios de hacer de la humanidad una gran familia unida. Para ello creó el universo y colocó al hombre, hecho a su imagen y semejanza, como rey de la creación. Pero el hombre dijo NO al plan amoroso de Dios y se reveló por soberbia. Sin embargo Dios no lo abandonó y le dio una segunda oportunidad prometiéndole un Salvador, mediante el cual se pudiera llevar a cabo su proyecto inicial. 2.- La segunda etapa es la de la preparación de la salvación. Para ello Dios se sirvió de un pueblo a través varios pasos sucesivos: primero llamó a un hombre llamado Abraham y lo constituyó padre de dicho pueblo. Muchas años más tarde, cuando el pueblo se hizo numeroso y fue reducido a la esclavitud en Egipto, Dios suscitó al caudillo Moisés, quien dirigió la salida del país de la esclavitud y configuró al pueblo como tal durante la experiencia del desierto. Cuando el pueblo se asentó en la tierra prometida, Dios escogió a los Jueces para que promovieran la defensa del pueblo y luego a los Reyes para que lo gobernaran y le dieran la unidad social, política y religiosa que necesitaba. Como el pueblo se dividió aumentaron las injusticias de los poderosos, y el pueblo se alejó cada vez más de Dios, fueron enviados los Profetas, es decir, unos hombres servidores de la comunidad, defensores de los pobres y de los oprimidos, que a su vez recordaban al pueblo la fidelidad a la Alianza y le hacían tomar conciencia de sus pecados; los Profetas también anunciaron la venida del Salvador. 3.- La tercera etapa es la de la inauguración de la liberación con la venida de Jesucristo. Jesús vino a anunciar que Dios es Padre de todos los hombres; indicó el camino para alcanzar la liberación total y poder llegar hasta el Padre. Jesús demostró también que Dios es el Padre amoroso de todos los hombres no sólo con sus palabras, sino también con sus hechos y con la bondad de toda su vida. Vino también a “inaugurar " un nuevo orden de cosas llamado el Reino de Dios, con el cual se dio comienzo a la salvación para todos los hombres querida por su Padre. Ese reino de Dios es una comunidad de pobres, de limpios de corazón, de amigos de la paz, de luchadores por la Justicia, de perseguidos; una comunidad sin odios, ni divisiones, ni mentiras, ni vicios... Como inaugurador de la salvación, Jesucristo es el gran libertador del pecado y de la muerte por medio de su propia muerte y su resurrección.

4.- La cuarta etapa es la del nuevo pueblo fundado por Jesucristo, conocido como la Iglesia. Para la organización de ese nuevo pueblo, Jesucristo escogió a doce trabajadores, a quienes instruyó durante algún tiempo y a quienes participó, después de su resurrección, del poder de su Espíritu, para que salieran con valor y entusiasmo a anunciar la buena noticia de la salvación. Con su predicación y su animación, se extendió por todo el mundo la comunidad de los seguidores de Jesucristo, o sea la Iglesia. La misión de la Iglesia es la de dar a conocer a todos los hombres la persona y el mensaje de Jesucristo. 5.- La quinta etapa es la del perfeccionamiento de todo en Jesucristo y se realizará en la eternidad, después de la muerte. Como bien sabemos, todos somos imperfectos porque somos inacabados. También la Iglesia, ese nuevo pueblo de Dios, debe mejorar todos los días mientras camina por la historia, porque también ella es imperfecta. Pero llegará el día en que todo se perfeccionará en Jesucristo, es decir, cuando llegaremos a la liberación total y alcanzaremos la salvación prometida y querida por Dios. Querido amigo: es en este plan maravilloso dentro del cual Dios te está invitando también a ti a orientar tu vida. Só1o en él los otros proyectos tendrán dimensiones de eternidad y no se reducirán a simples caprichos egoístas o a la satisfacción de intereses pasajeros, Pero vale la pena recordar que es un PLAN PROPUESTO, NO IMPUESTO, porque Dios respeta profundamente la libertad del hombre; en ti está el saber dar la respuestas ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENTARIAS 1. "Desde siempre el hombre ha pretendido conseguir la felicidad: alcanzar todo aquello que sacie sus necesidades y aspiraciones durante un tiempo sin fin. De diversas formas trató de obtenerlo en su caminar histórico. El mito de Prometeo fue la versión pagana del hombre que pretende realizarse a sí mismo por sus propios méritos, sin necesidad de la divinidad, que simplemente niega o le resulta opresora. El fracaso de sus esfuerzos, de todos es conocido: el espejismo del paraíso terreno se le escapa cada vez más de sus manos cuando pretende arrebatarlo, o el dios-Zeus castiga al gigante Prometeo a vivir encadenado a una roca y a caminar cargado con ella, cuando pretende robar el fuego divino para los humanos. Algunas ideologías, entre ellas las marxistas no distan mucho de esta visión.

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Al fallar en su intento, la humanidad recurre a otra estrategia: pretende hacer un contrato con la divinidad, en virtud del cual el hombre conquista su felicidad respondiendo con sus obras y méritos a los talentos que Dios le da. Los criterios de la justicia humana se aplican a la divinidad: ésta tiene que retribuir en conformidad con las buenas obras; la conclusión es evidente: si el bueno progresa, es porque la divinidad le bendice, y si el malo sufre, es porque la divinidad castiga sus culpas. La experiencia, sin embargo, muestra muchas veces lo contrario: el hombre bueno y justo padece, mientras el malo prospera en este mundo. Esto da a entender que “los caminos de Dios no son los caminos de los hombres”. En una ideología capitalista, muchos piensan de esta forma. Pero la libertad de Dios resulta desconcertante y paradójica para el hombre. Rompe los moldes humanos; no por lo negativa y tacaña, sino por lo positiva y generosa. La historia humana no es la manipulación odiosa de un Dios que nos predetermina al fracaso. El proyecto de Dios, tal como se nos ha revelado por su Hijo, es un sueño optimista y gratuito que va a realizar a través del tiempo, en la historia libre de los hombres. La historia del hombre y del mundo dependen del misterio salvador de Dios. Y como Dios es justo, fiel a sus proyectos y promesas, debemos confiar siempre en él, aún a pesar de nuestros pecados, porque “donde abundó el delito, sobreabundó la justicia" (Rom. 5, 20) y, por Jesucristo se llevará a cabo la instauración del Reino, del "sueño optimista que Dios tuvo en la eternidad "con relación al hombre y a la historia". 2. Al leer atentamente los párrafos anteriores, trata de distinguir las tres formas como el hombre ha pretendido conseguir la felicidad. A la luz de esta lectura y del texto del tema anterior, dedícate a pensar un rato si realmente tu opción fundamental se encuadra dentro del plan de Dios y trata de explicártelo, dando algunas razones. Escribe tus reflexiones en tu diario personal.

TEXTOS PARA TU ORACION              

Isaías 43, 1-5: Dios te ha llamado por tu nombre y se te ofrece como tu gran seguridad. Isaías 45, 1-4: El Dios que te ha llamado te allanará las dificultades. Éxodo 31, 1-6: Cuando Dios llama para una misión, da los dones y las cualidades necesarias. Isaías 41, 8-13: Dios te eligi6. No temas, porque él está contigo. Isaías 42, 5-7: A ti también te llama Dios para servir a los marginados. Isaías 50, 45: Cada mañana Dios tiene un mensaje para ti; basta que quieras escucharlo. Proverbios 1,20-23: Es necesario estar siempre dispuestos para escuchar la llamada del Señor. Proverbios 8,1-13: Al llamarte, Dios te va formando paulatinamente en la verdadera sabiduría. Mateo 22, 1-14: También tú fuiste llamado al banquete... ¿Cuál ha sido tu respuesta? Mateo 20, 1-16: Los trabajos y las horas son diferentes, pero para todos hay una llamada. Mateo 9, 9-13 A pesar de ser pecadores, también nosotros hemos sido llamados. Mateo 4, 18-22: Los pescadores lo dejaron todo y lo siguieron ¿Y tú? 1 Corintios 1,26-31: Dios llama a los pobres y a los débiles de este mundo. Romanos 8,28-30: Para todos nosotros Dios tiene un plan de amor.

CUESTIONARIO 1. Según la lectura de esta carta, ¿en cuál de las tres formas propuestas por el hombre para conseguir la felicidad te inscribes tú? ¿Por qué? 2. ¿Crees tú que ya has entrado conscientemente en el proyecto de Dios? ¿Por qué? ¿En qué etapa de ese plan te encuentras ahora?

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3. Con las guías que te daremos a continuación, finalizará tu auto-biografía. En este momento suponemos ya que en ti hay una vocación o, al menos, una inclinación fuerte hacia la vida religiosa, hacia la actividad misionera o hacía el sacerdocio. Por ello el tema propuesto es el del la Vocación, pero entendida como vocación específica dentro de la Iglesia. HISTORIA DE TU VOCACION - ¿Cuánto tiempo hace que brotó en ti la inquietud por la vida religiosa? ¿Dónde,... - ¿Cómo nació esta inquietud? ¿Qué hechos te han llevado a pensar que podrás llegar a ser religioso o sacerdote? ¿Hay alguna persona que te haya ayudado o que haya influido en este proyecto?... - ¿Qué motivaciones te impulsan a seguir la vida religiosa, o misionera, o sacerdotal?... - ¿Cuál es la imagen del religioso o del sacerdote ideal que tú tienes? Es decir, el tipo de sacerdote o de religioso que te gustaría llegar a ser. - ¿Qué Ordenes o Congregaciones religiosas conoces? ¿Hacia cuál te sientes inclinado? ¿Por qué?

Vocación Franciscana. Jesucristo, Vocación Perfecta. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Esperamos que hayas leído con mucha atención el tema anterior y que te haya servido para comenzar a orientar tu respuesta vocacional, por una dirección segura, es decir, según el plan maravilloso que Dios ha trazado para el mundo y para cada uno de nosotros. En esta carta te proponemos que continúes ahondando en la misma reflexión por medio de la figura de Jesucristo quien, como punto culminante que es el proyecto de Dios, se constituye en el prototipo del que es llamado y del que responde. Estamos convencidos de que cualquier decisión que se tome dentro del plan de Dios, debe estar iluminada por las enseñanzas y por el ejemplo de Jesucristo. Como comprenderás, nos resultaría imposible tratar de presentar en dos páginas todo lo que significa la vocación de Jesucristo; tampoco sería necesario hacerlo aquí. Nos referimos, por tanto, únicamente a tres momentos de su proceso vocacional tal como son narrados por los evangelistas. Por ello, antes de seguir adelante en la lectura de esta carta, te pedimos que tomes la Biblia en el Nuevo Testamento y la abras en los pasajes que te indicaremos a continuación: Lucas 2.41-52

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Aquí nos encontramos con un Jesús que ya cumplido los doce años, es decir, que ha llegado a la edad en que los muchachos de Israel están obligados a observar todos los preceptos de la Ley. Pero lo más importante de este relato no es que Jesús aparezca ya obligado a cumplir la Ley, sino que empiece a hacerse consciente de su vocación y a asumir las responsabilidades que se desprenden de ella. Las inquietudes y los interrogantes que surgían en su alma de adolescente empezaron a encontrar una respuesta al hallarse en el templo; comprendió que ese templo era su propia casa porque era la casa de Dios, al que descubría cada vez mejor como su verdadero Padre. Por ello se explica la respuesta-pregunta, aparentemente tan dura, que dirigió a María:” ¿No sabías que yo debo estar en las cosas de mi Padre?” Este Jesús, que está ya en los umbrales de la juventud, descubre, pues, su vocación y asume la gran tarea de su vida: dedicarse a las cosas de su Padre. Siente que frente a su vida se extiende un gran proyecto de horizontes ilimitados y comienza a asumir la responsabilidad de descubrirlo y de apropiárselo, aún a costa de la incomprensión de sus padres terrenos, de las contradicciones que le vendrían después o de la misma muerte. Comprendió que su vida no era una bagatela, ni un pasatiempo en discotecas, ni una evasión a través de los efectos de la droga Mateo 3,13 – 14, 11 Como habrás notado, este largo párrafo del Evangelio se refiere a dos episodios de la vida de Jesús: su bautismo y las tentaciones en el desierto. Aunque aparentemente son dos hechos separados, es bueno tener en cuenta que hay una estrecha relación entre ellos, pues ambos son dos momentos importantes de la preparación inmediata de Jesús para cumplir la misión que le encomendara el Padre y, por lo mismo, para realizar su vocación. De todo lo que se narra a propósito del bautismo, debemos resaltar aquí esa experiencia personal que tiene Jesús al salir del agua, cuando se abren los cielos y desciende sobre él “Espíritu de Dios”. En la Biblia el “espíritu” es el principio de la vida; es el mismo que incubaba sobre las aguas durante la creación, o el que impulsaba a los hombres de Dios en el Antiguo Testamento y los confirmaba en su misión, o el que actuó en la concepción milagrosa en el seno de la Virgen. En el caso de Jesús, recibir el Espíritu confirmado con las palabras de complacencia del Padre, es llegar a la máxima claridad de su vocación y, a la vez obtener la consagración como enviado para servir a los hombres. El episodio de las tentaciones aparece a continuación de la investidura de Jesús como enviado de Dios y muestra a las claras que también él tuvo que afrontar dificultades para poder seguir su vocación. Al igual que cualquier hombre, Jesús sintió las tentaciones de lo fácil y placentero en provecho del propio egoísmo (1ª tentación), del prestigio y de lo espectacular que da brillo y fama (2ª tentación) y de conseguir dominio terreno (3ª tentación). Son tres espejismos al alcance de quienes quieren triunfar. Pero Jesús sabía que había venido para invertir la escala de los valores y que buscaba el servicio en vez del éxito. Permanecer fiel a este propósito fue toda su alegría. Lucas 4,16-22 Este texto presenta a un Jesús que comienza a realizar su misión como predicador, es decir, en quien se ha cumplido el proceso inicial de su vocación. Vale la pena que te fijes especialmente en dos cosas: la primera, que Jesús aparece con una conciencia muy clara acerca de su vocación y asumiendo plenamente su misión. Por ello dice que el texto de Isaías se ha cumplido “hoy” en él y reconoce que ha sido ungido, que el Espíritu del Señor está sobre él. La segunda, es que Jesús define su misión como un “proclamar un año de gracia del Señor”, el cual consiste en traer el gran don de la libertad. En efecto, dice que “trae la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos y la libertad a los oprimidos”. Ese “hoy” que comienza con él, es un tiempo de salvación total; su misión es la de predicar la buena noticia a los pobres y de liberar a todo el hombre y todos los hombres de lo que los oprime y esclaviza. Y sabemos que Jesucristo cumplió plenamente esta misión, que a lo largo de toda su vida dio una respuesta al llamamiento que le hizo su Padre y que, por ser fiel a esta misión, aceptó la muerte en la cruz a fin de sellar con su propia sangre el compromiso que había hecho. Por eso Dios lo resucitó, para probar que su testimonio era verdadero. Todo lo que hemos visto hasta aquí no es más que una breve muestra acerca de lo que significa la vocación de Jesucristo. No obstante, estamos seguros de que ya estás comprendiendo mejor lo impensable que sería pretender resolver una vocación dentro del plan de Dios sin hacer referencia a la vocación de Jesucristo. En él se dio la máxima cercanía de Dios con el hombre y es él quien mejor nos puede acercar a Dios. A través de una larga historia había sido prometido y anunciado y después de su resurrección los ojos de todos siguen puestos en él, porque en él se centran los más profundos anhelos del género humano. Por todo esto deseamos muy vivamente que, más que antes, a partir de hoy la persona de Jesucristo se constituya en el punto de referencia obligado durante el proceso de discernimiento de tu propia vocación que estás viviendo. ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENRAIAS

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1. Busca en el Nuevo Testamento Efesios 1, 3-14. Leer atentamente este himno cristológíco, destacando especialmente: a) El papel de Jesucristo en el plan salvador del Padre, b) La relación que hay entre la vocación de Jesucristo y tu propia vocación. (Copia en tu diario las frases más significativas sobre cada uno de estos dos puntos y escribe a continuación tus comentarios personales al respecto). 2. En los párrafos siguientes subraya las frases que te parezcan más interesantes: "Cristo viene a ser la clave de todo proyecto vocacional. En él se encuentran en plenitud los rasgos de la vocación: es el perfecto "siervo de Dios", siempre a la escucha de la voz del Padre para obedecerle. Tiene una conciencia nítida de su elección: sabe que viene de arriba, que pertenece a otro mundo, que tiene un destino único: el destino del Hijo del Hombre. La vocación del Hijo del Hombre no puede ser como la de los demás hombres, un cambio de existencia que se ignora; como Abraham que parte "hacia la tierra que yo te mostraré” (Génesis 22,1). No, Jesús sabe de dónde viene y a donde va. Tiene un destino único, señalado no solamente por una vocación eterna, sino que todo su ser es misión y salvación Jesús es el Ungido del Señor que se va a revelar como el elegido de Dios y como aquel que llama a quien quiere. En adelante es Él quien llama. Jesús de Nazaret se arroga una función antes reservada a Yahvé. Llegado el momento llama, y “llama a quien quiere" (Mc. 3,13). Reclama para sí la absoluta iniciativa de sus llamadas, aunque sus elegidos se lo hayan pedido antes" (Jn. 15,16).

TEXTOS PARA TU ORACION "Busca para la oración no un tiempo de relleno, el hueco que te queda en tus quehaceres, sino el mejor momento del día, el más propicio, el menos tenso. Lugar tranquilo, con el menor ruido posible, sin excesiva luz. Hay quienes dan una importancia capital a la postura corporal. A mi juicio, hay que aprender a relajarse; pero basta que adoptes una postura ni tensa ni cómoda. Más importancia tiene el cuerpo como expresión y realización del encuentro. Sentado, en disponibilidad; postrado, en adoración; con las manos alzadas, significando tantas cosas... La oración necesita ser cuidada no sólo en su ejercicio, sino en la vida entera. Por ejemplo, ¿crees que se puede orar sin cierta disciplina interior, sin un ritmo mínimamente sereno de actividades? Entre otras cosas, no conviene olvidar aquello de Santa Teresa, que "oración y comodidad no se compadecen"           

Lucas 11, 13-16: Jesús despierta la admiración de los que lo ven y escuchan. ¿Cómo reaccionas tú? Mateo 16, 13-16: También hoy Jesús te pregunta: ¿Quién soy yo para ti? Marcos 6, 1-3: Jesús es admirado por su sabiduría. Marcos 10,41-45: Jesús no vino para ser servido sino para servir y dar su vida por nosotros. Mateo 10, 37-39: Jesús quiere que en su amor se reubiquen todos los demás amores humanos. Lucas 14, 28-33: A Jesús no le gustan las cosas hechas a medias. Mateo 10, 34-36: Seguir a Jesús supone cortes radicales. Marcos 3, 1-6: Jesús no obra o deja de obrar por el "que dirán”. Mateo 23, 13-28:Jesús dice la verdad y condena la hipocresía. Juan 13, 4-17: Jesús es humilde y nos invita a serlo. Mateo 25, 32-46:Jesús se identifica con los pobres y los que sufren.

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Marcos 2, 1-12: Jesús tiene predilección por los despreciados. Lucas 6, 20-23: Jesús atiende especialmente a los pobres y los que sufren. Juan 2, 23-25: Jesús conoce nuestra debilidad. Mateo 18, 21-22:Jesús sabe perdonar y nos invita a perdonar.

CUESTIONARIO 1. Escribe la frase de la carta que más te ha llamado la atención. 2. Después de leer de nuevo cada uno de los tres grandes párrafos de esta carta, trata de confrontar tu proceso vocacional con los tres momentos de la vocación de Jesucristo allí presentados: a) Ante Jesús que toma conciencia de su propia vocación. b) Ante Jesús que clarifica su vocación y vence las dificultades que se oponen a ella c) Ante Jesús que orienta definitivamente su misión hacia un campo determinado: la liberaci6n de los pobres y oprimidos. Anota los resultados de tu reflexi6n, tal como te encuentras en este momento ante cada uno de estos tres pasos.

Vocación Franciscana. La Comunidad de los Llamados. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Es muy probable que al encontrarte en tema anterior con un Jesucristo que descubre y asume de forma tan admirable su propia vocación y su misión liberadora, tú te hayas sentido un poco perplejo al confrontar con él tu proceso de discernimiento vocacional y no hallar caminos más asequibles para tu situación concreta. Pues bien, hoy te queremos indicar cuál es el camino ordinario trazado por Jesucristo para seguirle. Ese camino es la Iglesia LA IGLESIA = LLAMADA La primera cosa que conviene recordar es que la Iglesia también entra en la dinámica de la vocación, pues ella es la gran llamada por el Padre Dios para continuar la obra de su Hijo. Su mismo nombre está indicando este hecho, pues "Ekklesia", en griego, quiere decir "la convocada". "la llamada". La Iglesia es, pues, "la con-vocación" o la asamblea, o el pueblo de los hijos de Dios, elegidos por él en Jesucristo antes de la creación del mundo, como se dice en el hermoso himno de la carta a los Efesios 1,3-14 que te invitábamos a leer en el tema anterior. Este himno

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tiene que ver con nosotros, pues tanto tú como nosotros formamos parte de esos elegidos, de esos llamados. Somos Iglesia, algo concreto, personas vivas, no piedras muertas. ¿PARA QUÉ LA IGLESIA? Conviene recordar también que la Iglesia no es una asociación de privilegiados, sino un signo y un instrumento de unión con Dios y entre los hombres. Su misión es continuar la obra de Jesucristo, o sea anunciar la buena noticia de la salvación y servir de germen y de fermento del Reino de Dios. Por ello se la conoce como "la servidora" de Dios y de los hombres. Su misión es servir y el dinamismo para servir lo recibe del Espíritu de Jesucristo; su fuerza no está, por tanto, en el prestigio, ni en el número de sus miembros, ni en el poder, ni en su organización, ni en sus riquezas, sino en el Espíritu Santo. Así que, si tú te sientes interpelado por Jesucristo y miembro vivo de la Iglesia, debes sentirte involucrado en tu misión de servicio a la evangelización de todos los hombres. Tú y nosotros debemos ser signos e instrumentos de unión con Dios y los hombres. TRES FORMAS DE RESPONDER Ahora bien, ¿Cómo realizan los miembros de la Iglesia la misión que les ha sido encomendada? Si haces una lectura atenta de 1 Corintios 12,4-30 te será fácil responder a esta pregunta. De una manera bastante gráfica este texto de San Pablo explica cómo dentro de ese único cuerpo que es la Iglesia se dan múltiples servicios, según los dones específicos que cada uno ha recibido de Dios y las exigencias de la humanidad. Estos servicios constituyen las llamadas "vocaciones particulares" dentro de la Iglesia. En realidad son especificaciones de la única vocación del pueblo de Dios, es decir, formas concretas de responder a la llamada que le hizo el Señor y de realizar su misión según los dones que el Espíritu de Dios concede a cada uno de los cristianos. En la Iglesia se distinguen tres vocaciones particulares: el laicado el presbiterado la vida religiosa EL LAICADO Es un miembro del Pueblo de Dios llamado a integrar la familia, la sociedad, la economía, la política, el deporte y todas las demás actividades humanas en Jesucristo. Con su trabajo el laico consagra, el mundo a Dios y hace que la creación cumpla sus fines; con su testimonio de vida y con su esfuerzo deliberado contribuye a que los problemas de la humanidad encuentren solución a la luz del Evangelio de Jesucristo; en su vida familiar y especialmente a través del matrimonio, transforma el hogar en primera célula vital de la gran comunidad de los hijos de Dios. EL SACERDOCIO MINISTERIAL Es aquel cristiano que recibe una vocación especial para edificar la comunidad de los creyentes mediante la proclamación y la explicación de la Palabra de Dios, para santificarla mediante la administración de los sacramentos y para gobernarla a través del servicio de la autoridad. Por el sacramento del Orden, el cristiano se incorpora al ministerio jerárquico de la Iglesia, por medio del cual se constituye, junto con los Diáconos, en colaboradores inmediatos de los Obispos, en quienes reside la plenitud del sacerdocio. La totalidad de los Obispos junto con el Papa y bajo su dependencia, constituyen el Colegio Episcopal, el cual es el encargado de la enseñanza y del pastoreo del pueblo de Dios, como continuador que es del Colegio apostólico. EL RELIGIOSO Es aquel bautizado (presbítero o laico) que se compromete a hacer un seguimiento radical de Jesucristo observando el Evangelio según una específica forma, de vida, denominada ordinariamente "Regla", y la profesión de los consejos evangélicos o votos de castidad, pobreza y obediencia. Su contribución a la misión de la Iglesia se da a través del testimonio de su vida (humildad, fraternidad, pobreza...) de su intercesión orante y de su participación activa y decidida en los distintos frentes de la evangelización y del servicio a la comunidad humana (misiones, educación, hospitales, cuidado de los ancianos...). En los tres casos (testimonio, contemplación y actividad) se dan diferencias entre los distintos Institutos religiosos, según el carisma de cada uno. Abrigamos la confianza de que estas notas te permitan seguir clarificando tu vocación. Vale la pena que las leas de nuevo, las medites y, a partir de ellas, eleves una oración espontánea al Señor. Cuenta también con nuestra oración en la que esperamos permanecer unidos ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENTARIAS

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1. Lee atentamente el siguiente párrafo y confronta su contenido con el del tema. Anota en tu cuaderno de apuntes (diario) los elementos nuevos que has encontrado. "En nuestra mentalidad, la Iglesia representa a menudo la sociedad de los cristianos que profesan el mismo credo y se juntan para celebrar la Eucaristía. La hemos reducido a veces al Papa y los Obispos, cuando decimos: "la Iglesia enseña que...". Para Pablo y todas las comunidades primitivas, la Iglesia es ante todo el nuevo pueblo de Dios, habitado y animado por el Espíritu y religado, identificado místicamente al cuerpo vivo de Cristo. Los creyentes están llamados por Dios a formar un solo cuerpo, el Cuerpo mismo de Cristo, que se desarrolla progresivamente hasta la plenitud de su madurez. Un cristiano de la época primitiva, captaba la Iglesia con una resonancia muy rica: "Ekklesia". En el griego corriente, la palabra designaba la asamblea cívica, convocada regularmente, o cualquiera otra reunión. En el mundo judío tenía un sentido religioso muy fuerte: la asamblea del pueblo santo, llamado y reunido por Dios en el desierto, y aún la asamblea del pueblo de Israel a todo lo largo de la historia. Para los primeros cristianos, reunirse el día del Señor, era responder al llamado de Dios que convocaba a los suyos para un encuentro común con El. Juntos escuchaban la Palabra de Dios y celebraban la fracción del Pan, conscientes de ser el Pueblo de la nueva alianza. Todas las diferencias, sin ser olvidadas, eran asumidas en una unidad espiritual más amplia. En un pluralismo social, tan marcado como el de hoy, los cristianos se reconocían como llamados a formar un solo cuerpo" 2. La lectura que colocamos a continuación te será de grande utilidad para el discernimiento que estás haciendo; es el proceso antropológico o humano que se da en toda vocación. Estamos convencidos de que tu ya has vivido algunos pasos de ése proceso. Al leerla, trata de aplicarla a tu situación concreta. No olvides anotar la reflexión que hagas en tu diario personal. "La vocación es un llamamiento personal a la conciencia más íntima y modifica radicalmente la existencia humana, no sólo en su condición exterior sino en el corazón. Este llamamiento es una invitación a realizar el mejor tipo de hombre que yo soy capaz de ser. La vocación no se me da hecha: debo construirla. Esta vocación no es individual, sino que implica una realización comunitaria.

La vocación, considerada como respuesta, nos da una dimensión antropológica. El hombre pasa por un proceso que tiene estos pasos Intuición: momento en que un individuo se plantea la posibilidad de ser llamado. Búsqueda. Una conciencia de búsqueda ante las posibilidades que plantea la posible respuesta Inseguridad: el hombre teme equivocarse ante aquello sobre lo que tiene que decidirse y optar. Crisis: la intranquilidad y la inseguridad ante la respuesta que debe dar el hombre frente a la llamada de Dios, le crea cierto tipo de crisis y objeciones de tipo familiar, afectivo, profesional, económico, etc. Opción: cuando el individuo logra superar la crisis provocada por la posible respuesta, opta por un determinado tipo de compromiso, el cual constituirá su opción vocacional. Estilo de vida: las opciones que el individuo tome lo llevarán a asumir un determinado estilo de vida, a la manera de Jesús. Según sean unos elementos más fuertes que otros, optará por ser misionero o por los pobres, los enfermos o los niños, por la vida consagrada o por el sacerdocio, etc. Este esquema antropológico no se da definitivamente, sino que es cíclico. El hombre continuamente debe estar realizando su respuesta a Dios 3. TEMAS PARA LA ORACION

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El primer tema para tu oración en este momento brota seguramente de la situación que estás viviendo. Con la ayuda de la lectura precedente probablemente has logrado puntualizar el momento de tu proceso. Pero no basta que lo analices racionalmente; es necesario que lo ores. No obstante, te ofrecemos también hoy algunos textos bíblicos que te pueden ser útiles. El joven que está en búsqueda, debe ser ante todo un hombre de esperanza; por eso te invitamos a que ores sobre el tema de la esperanza.               

Salmo 25,1-7: La esperanza que se apoya en Dios no será confundida. Jeremías 17,7-8: El hombre que confía en Dios, lo puede llamar "su esperanza". Isaías 12,1-6: La esperanza excluye el miedo. Salmo 130: El pecador arrepentido espera el perdón de sus pecados. Mateo 5,312: Jesús promete la posesión de los bienes de] reino de Dios. Romanos 8,18-25: Esperamos la liberación de los hijos de Dios. Salmo 40,1-6: Si ponemos nuestra esperanza en Dios, nos librará. 1 Tesalonic. 5,16-24: La esperanza se dirige a Dios que es fiel. Romanos 15, 7-13: Cristo cumple las promesas hechas a los patriarcas. Salmo 43,3-5: La esperanza produce la alegría. 1 Tesalonic. 4,13-14: El cristiano se distingue de los que no tienen esperanza. 2 Pedro 3,10-14: Esperamos otra tierra y otros cielos. Romanos 5,1-5: Nos alegramos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios. 2 Tesalonic. 2,13-17: Cristo nos anima dándonos un consuelo eterno y una esperanza feliz. 2 Pedro 1,3-11: Pongamos empeño en afianzar nuestra vocación y elección.

CUESTIONARIO 1. ¿Cuál es la misión de la Iglesia? 2. Después de leer 1 Corintios 12,4-30, escribe aquí una breve reflexión personal para explicar cómo entiendes hoy tu futura ubicación en la Iglesia? 3. Analiza detenidamente las características con que aparece el laico, el presbítero y el religioso. Según ese análisis: a) ¿Crees que alguna de las tres vocaciones particulares" es más perfecta que las otras? ¿Por qué? b) ¿Con cuál o cuáles de las tres te identificas más por ahora? ¿Por qué?

Vocación Franciscana. Características Básicas. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Como habrás notado, en los últimos temas hemos cambiado un poco el enfoque de gran tema de la vocación que nos ocupa: si en los primeros temas considerábamos la vocación como fenómeno humano que es, especialmente como proceso psicológico, también lo estamos considerando como un hecho teológico. Por ello la hemos visto como la invitación que Dios nos ha hecho para tomar parte en su grandioso plan de salvación; hemos tratado de mirar algunos rasgos salientes de Jesucristo, el llamado por excelencia y el que mejor ha sabido responder (Carta 8); finalmente hemos visto la manera conveniente de dar una respuesta concreta a la llamada dentro de la Iglesia (Carta 9). Quisiéramos que conservaras esos temas como telón de fondo para éste, en el cual trataremos de sacar, a manera de resumen, las constantes de la vocación desde el punto de vista teológico. En efecto, de todo lo anterior, podemos deducir cuatro constantes características de la vocación 1) Es una llamada de Dios

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Si en sentido general toda vocación es una “llamada", según la etimología de la palabra (“vox” = voz; “vocare” = llamar), en sentido teológico esa "llamada" procede de alguien que es identificable: Dios. El Padre Dios llama al hombre y por medio de su Hijo Jesucristo, le manifiesta su proyecto de salvación. Y lo guía por medio del Espíritu Santo Dios, pues, toma la iniciativa, elige, busca, comienza el diálogo; por ello decimos que la vocación es un regalo, una gracia. En la Biblia se encuentran muchísimos casos en los cuales se presenta y se explica esta llamada; puedes leer, Jeremías 1,4-10; Isaías 49,1-5; Lucas 1,15; Gálatas 1,15; Romanos 8,29, Los cristianos fuimos llamados por Dios a la vida de la gracia en la Iglesia el día de nuestro Bautismo; este sacramento nos da la certeza de la llamada. Entre todos estos llamados el Espíritu distribuye la variedad de sus dones y organiza la comunidad de los creyentes según la diversidad de los carismas. 2)...para cumplir una misión Toda llamada implica una misión, es decir, una tarea que se debe cumplir. Sin esta tarea no se justificaría la llamada. Más aún, la misión sirve para concretar la llamada, pues quien conoce la tarea que se le propone y la acepta, se sitúa mejor en la vida, ya que se aplica a cumplirla sin dudas ni confusiones. La tarea consiste en hacer propia y prolongar de alguna manera la misma misión que Jesucristo le encomendó a los apóstoles, o sea ir y anunciar a todas las gentes el Evangelio y bautizarlas (Cf. Mateo 28, 19-20). Esta misión se cumple de múltiples formas y a través de diversos géneros de vida sugeridos o inspirados por Dios. En todos los casos de vocaciones narrados por la Biblia se encuentran también las misiones concretas, como lo puedes ver, p. ej. en Isaías 49,5-6; Mateo 10,1.5-15; Marcos 16,15-20; Hechos 13,3.44-49.

3)...que exige una respuesta La vocación no es una fuerza ciega ni una imposición absoluta que Dios hace; es una propuesta que el hombre conoce y analiza según sus aptitudes e inclinaciones, pero también a la luz de su disponibilidad y fidelidad a la gracia El hombre responde sabiendo que responde y a quién responde. La respuesta no es, por tanto, un acto inconsciente sino un movimiento racional y consciente, en el cual el hombre asume voluntaria y libremente todas las consecuencias de la llamada. La Biblia nos presenta también varios modelos de respuesta, como se puede ver, p. ej en Mateo 4,18-22, Marcos 2,13-14; Mateo 13,3-9. 18-23. Se debe advertir que en el texto sagrado las respuestas aparecen presentadas sintéticamente y, por lo mismo, como dadas de un momento para otro, pero en realidad casi toda vocación sigue ordinariamente un proceso de maduración que se acomoda a la maduración de la personalidad, a través de la cual se hacen cada vez más claras las exigencias de una vocación y las propias capacidades para seguirla. 4)...dentro de una comunidad Además de ser un acto personal, fruto de una elección de Dios y de una respuesta del hombre, la vocación tiene también una dimensión comunitaria, en cuanto la comunidad eclesial es formadora, beneficiaria y juez de las vocaciones de sus miembros. Como formadora, la comunidad condiciona la respuesta de la persona, en cuanto la puede favorecer o estorbar. Esta comunidad se refiere a la familia que vio nacer al sujeto de una vocación, a la escuela que lo educó, a la sociedad dentro de la cual actúa, a la Parroquia, etc. ACTIVIDADES Y LECTURAS COMPLEMENTARIAS

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1. La primera actividad que debes realizar es hacer las lecturas de la Biblia que aparecen en el texto de la carta. Léelas detenidamente, no como quien cumple una tarea, sino como quien desea descubrir en ellas un mensaje para el momento especial que está viviendo. No es conveniente que las leas todas de una vez. Al meditar cada una de estas citas bíblicas, anota tus reflexiones en tu diario (ideario) personal; esto te ayudará a concentrarte mejor. Y a propósito, ¿cómo vas con tu diario? ¿has sabido perseverar? ¿has podido superar la tentación de dejarlo? Recuerda que hoy como nunca necesitamos reflexionar y éste es uno de los mejores medios para lograrlo. 2. EL MITO DE NARCISO.- El antiguo mito griego de Narciso, que encontrarás a continuación, expresa pintorescamente una de las realidades más profundas de la existencia humana. Indudablemente tiene mucho que ver con el momento que estás viviendo; por eso valla pena que lo leas y lo reflexiones. "Atraídas, por la belleza del adolescente Narciso, las ninfas del bosque le seguían, sin que pudieran lograr atención alguna de parte de él. Cierto día, Narciso descubrió su propia imagen reflejada en el agua y quedó fascinado de sí mismo y se enamoró de su propia belleza, hasta el punto de perder casi la razón. Alucinado y tembloroso, permaneció largas horas inmóvil contemplándose en el espejo del agua. Luego tendió sus brazos hacia la laguna; viendo entonces cómo la imagen que se reflejaba en la superficie tendía los brazos hacia él y convencido de que el silencioso joven le esperaba amoroso, se arrojó al lago para abrazar a aquel en quien cifraba su amor. La muerte de Narciso fue la consecuencia de un acto de adoración de si mismo. Las hermosas ninfas, al perseguirlo, no encontraron en su lugar más que una linda florecita, blanca y amarilla, el "narciso" en la que Zeus había convertido, como castigo, al bello Narciso". Este mito refleja muy bien el sentido profundo de lo que a veces es el hombre: cuando éste se encierra en si mismo, en su egoísmo, y no se da a los demás, se autodestruye, convertido en algo inferior a si mismo. Y es que el hombre ha nacido para más: para salirse de sí mismo en una actitud de servicio. El Vaticano II nos asegura: "La índole social del hombre de muestra que el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la propia sociedad están mutuamente condicionados... La persona humana, por su propia naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida social. La vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga accidental. Para ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, al diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación”.

3. LOS RELATOS BIBLICOS DE VOCACIÓN En temas anteriores a éste hemos anotado varios textos bíblicos que se relacionan con llamadas que Dios ha hecho a varias personas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Como lo podrás verificar tú mismo, todos estos relatos bíblicos de vocación conservan una estructura semejante, a pesar de que los personajes, las circunstancias y las misiones son diferentes. En todos los relatos hallarás los siguientes elementos comunes: Introducción, teofanía, misión, objeción, signo acreditativo y conclusión: a. Introducción: Centra el relato dentro de un contexto histórico, el cual sirve de marco de referencia sobre la vocación, de la que se va a hablar. b. Teofanía: Dios se hace presente, a través de un signo, símbolo o voz, que despiertan la curiosidad, admiración, temor de quien observa este fenómeno: la zarza de Moisés, la voz en ella, las brasas encendidas en Isaías. c. Misión: Es el núcleo de todo el relato vocacional; Dios llama a alguien a cumplir un cometido, el cual es el objetivo del llamado. Esta misión diferente en todos los relatos vocacionales, es lo que más enriquece el estudio de estas vocaciones bíblicas. d. Objeción: Expresa las dificultades que el escogido presenta al llamamiento. e. Signo acreditivo: Dios confirma la vocación resolviendo las objeciones y dando una señal. f. Conclusión: Aparece como realización de la vocación Te presentamos a continuación algunos de estos relatos para que los analices tú mismo a la luz de la estructura precedente, en algunos el esquema es más claro que en otros, pero de todas formas intenta la confrontación.

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Éxodo 3,1-4,23.- Vocación de Moisés 1 Samuel 3,1-21.- Vocación de Samuel Jonás 1,1-3,10.- Vocación de Jonás Isaías 6,1-13.- Vocación del Profeta Amós 7,10-17 Cf. 393-8.- Vocación de Amós 1 Samuel 16,1-13; 17,37.45; 23,2.- Vocación de David Génesis 11,31-12,9.- Vocación de Moisés

CUESTIONARIO 1. Escribe aquí el análisis de uno de los relatos bíblicos de vocación que te proponemos en la hoja de actividades complementarias. 2. ¿Qué reflexiones ha suscitado en ti la lectura del mito de Narciso? 3. Después de haber estudiado las cuatro características básicas de la vocación y de analizar tu propia Vocación en este momento a la luz de ellas, expresa aquí por escrito los resultados a que has llegado.

Vocación Franciscana. El Proceso Vocacional de Francisco. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano EL PROCESO VOCACIONAL DE FRANCISCO Es para nosotros motivo de gran alegría de saber que has llegado ya a este tema de acompañamiento. Ahora más que antes quisiéramos que sintieras la fuerza y el cariño de nuestro franciscano saludo de PAZ y BIEN, pues precisamente con estos temas damos un paso más en la temática a través de la cual te hemos venido acompañando en tu discernimiento vocacional: a partir de hoy te propondremos las enseñanzas y te presentaremos la obra dejada por el hermano San Francisco de Asís, como un camino concreto para tu realización como persona y para seguir a Jesucristo. La mejor enseñanza que te puede brindar en este momento el hermano de Asís es precisamente la de su propia experiencia de vida, cuando se hallaba en un momento semejante al que tú estás viviendo: su discernimiento vocacional, llamado por sus biógrafos “conversión inicial". PROCESO DE LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO Ante todo conviene decir que esta conversión fue un proceso lento, de casi seis años, a pesar de que frecuentemente se suele presentar como si hubiese sido de un día para otro. Prácticamente se inició cuando tuvo que soportar la dura prueba de la cárcel de Perusa a la edad de 20 años y se prolongó hasta poco después de haber cumplido los 26.

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En segundo lugar fue progresivo, en el que un horizonte le descubrió otro nuevo y en el que poco a poco fue obteniendo distintos logros, a manera de etapas, hasta que despejó todas las incógnitas y logró sentirse seguro en el camino elegido. Por último, fue un proceso doloroso, en cuanto significó para él sostener muchas luchas interiores, pasar jornadas y noches enteras interrogándose sin hallar respuesta, afrontar los conflictos con su familia y las burlas de la sociedad y asumir múltiples renuncias. UN PROCESO DE ENCUENTROS Diríase que la conversión inicial de Francisco se dio en un proceso de encuentros. Fueron varios, algunos de ellos muy difíciles, pero todos vívidos en un clima de fe profunda, la cual lo llevaba a la reflexión silenciosa, a la oración frecuente y a compartir confiadamente sus inquietudes con algún amigo sincero, con el Capellán de San Damián v hasta con el Obispo de Asís ENCUENTRO CONSIGO MISMO Fue quizás el primer encuentro que experimentó el joven Francisco. Su adolescencia había transcurrido superficialmente entre las fiestas juveniles, los cuidados de su madre, el derroche en vestidos lujosos y en afanes de gloria, secundados por la secreta complacencia de su padre, pero, sobre todo, en medio de la irresponsable seguridad que le daba la cuantiosa fortuna de su padre. El fracaso en la batalla de Perusa y los rigores de la cárcel seguidos de la enfermedad y las contrariedades, le obligaron a fijarse en si mismo, a mirar su propia realidad, a pensar que su existencia tenía una razón de ser y una misión que cumplir, a reconocer sus limitaciones y a preocuparse por dar una orientación precisa a su vida y señalarle una meta determinada. ENCUENTRO CON EL HOMBRE El encuentro consigo mismo no fue un aislamiento egoísta sino que lo llevó de inmediato a pensar en el otro, particularmente en el hombre que vivía las crudas realidades de la pobreza, la enfermedad, el desprecio y la opresión. Aquí también vivió un proceso que tuvo diversas expresiones: la generosidad para con los mendigos, el regalo de su armadura a su amigo pobre para que no se sintiera humillado, el compartir la mesa con los menesterosos de Asís, el primer ensayo como mendigo en las plazas de Roma, el servicio a los leprosos de Asís, el despojarse de sus vestiduras ante el Obispo y constituir desde entonces un pobre de verdad. Este encuentro tiene su máximo simbolismo en el famoso episodio del beso al leproso

ENCUENTRO CON JESUCRISTO En la medida en que Francisco descubría al hombre y lo miraba a la luz de la fe, se le fue iluminando la figura de Cristo. Cada vez fue entendiendo mejor la encarnación de Jesús el cual, siendo rico, quiso nacer como el hijo pobre de una mujer pobrecita y vivió pobremente en una aldea miserable y desconocida. Sus frecuentes ratos de oración ante el crucifijo de San Damián le ayudaron a descubrir el valor de la pasión y de la muerte de Jesús quien, al abrazar la cruz y ser clavado en ella, asumió todas las opresiones, humillaciones y esclavitudes que sufren los "menores" de este mundo. ENCUENTRO CON EL EVANGELIO Hacia el final de la conversión inicial de Francisco, hubo un hecho que marcó el punto culminante de su vida: el encuentro con el Evangelio. Sucedió una mañana, cuando se hallaba participando en la celebración eucarística en la iglesia de la Porciúncula. El pasaje evangélico que fue proclamado indicaba una forma específica de vida para los discípulos de Jesús y les señalaba una misión determinada. Francisco prefirió que el sacerdote de la Iglesia le explicara el texto para tener una mejor comprensión del mismo y, sólo después de ello, hizo su opción definitiva: vivir según se lo indicaba el Evangelio ENCUENTRO CON LOS HERMANOS Poco tiempo después de que Francisco se dedicó a vivir fielmente según el Evangelio, muchos hombres y mujeres empezaron a fijarse en él, atraídos por la autenticidad de su vida, y quisieron vivir como él. Uno después de otro se lo fueron manifestando, hasta que muy pronto se vio rodeado de varios hermanos. Esto constituyó para el Pobre de Asís otro encuentro maravilloso, pues descubrió que esos hermanos son verdaderos regalos de Dios, entre los cuales y con los cuales había sido llamado a manifestar el amor que el Padre nos tiene a todos. Por eso su opción vocacional tuvo como nota determinante la fraternidad.

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Estos encuentros fueron definitivos para Francisco no sólo porque siguieron paulatinamente los pasos de un proceso vivido con toda la sinceridad de su espíritu, sino porque ellos marcaron con un sello muy característico su respuesta personal a la llamada que el Padre-Dios le había hecho. Es nuestro deseo de que el recuento del proceso de discernimiento vocacional del hermano Francisco te sirva para iluminar y animar tu propio proceso. Los pasos que él dio fueron muy firmes y seguros. No siempre es fácil repetir todos esos mismos pasos con idéntica intensidad, pero al menos sí es deseable establecer con ellos alguna confrontación de tu propio discernimiento. LECTURAS Y ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 1. El hombre Francisco. Primero siente el atractivo seductor de la pompa mundana, más pronto ha de sufrir el desencanto; vuélvese luego a las empresas militares y le ataja una voz sobrenatural que no destruye, sino que guía y transforma la índole natural de Francisco, para levantar en el edificio de la gracia. Cabe, pues, suponer que su índole, simpatizante con todas las criaturas, no era para darse a las armas, ni por oficio ni para conquistas. La pasión por el mundo caballeresco fue tal vez lo único que lo lanzó a la empresa de Apulia. ¿Qué otro resquicio quedaba abierto en el cielo de la gloria humana? ¿Las letras? No respondían a su férvida necesidad de acción. Entonces le venció en sus ambiciones el Rey de Reyes, y en su desmesurada capacidad de amar prendiole el Crucifijo. Mientras vivió para el mundo, luchaban en él el caballero y el mercader; una vez resuelto a vivir para Dios hermanáronse en él el solitario y el apóstol, el genio del caudillo y la dulzura del místico, la audacia de la conquista y la austeridad del renunciamiento, el amor de Dios y de las criaturas y el desapego de estas, que le hacen singular entre los mismos santos"

2. Descubrimiento de la nueva misión. "Eso es lo que yo quiero, tras lo cual voy, y lo que deseo hacer de todo corazón". "Francisco estaba en Misa. Oía el Evangelio que decía: Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dalo a los pobres. No lleves nada para el camino: ni bastón, ni talega, ni dinero. El que quiera seguirme que renuncie a sí mismo y me siga” Lo importante es la búsqueda. Lo importante es procurar satisfacer las ansias del corazón. El que busca, halla. El que busca, se verá satisfecho. El que se formula una pregunta, encuentra la respuesta. La vida es un interrogante y una respuesta. Francisco estaba en búsqueda. Encontró la respuesta en las palabras de Cristo. Cada persona tiene su tarea que realizar en la humanidad. Cada uno tiene su propia misión. Deja su traza en la historia de la humanidad el que descubre su misión y la ejecuta. Francisco encontró su misión y la cumplió. ¿Cuál es tu misión? ¿Has experimentado ya la alegría de exclamar: ¿"Es eso lo que deseo hacer con todo mi corazón"? ¿Has pensado vivir una serie de años y no en gozar del placer de pronunciar esas palabras? ¡Sería la frustración de toda tu vida! ¿Y quién desea llegar al fin de su existencia frustrado? ¡Es indigno del ser humano¡

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¡No te quedes allí inmóvil! "Francisco es una espina que te está hiriendo para que te muevas..." Después de leer este segundo párrafo, haz una reflexión escrita, partiendo de los interrogantes que se hacen en esta lectura. 3. Temas para tu oración. Además de la temática propia de, esta carta, que de suyo te brindará motivo para tu oración, te ofrecemos a continuación algunos textos sobre la esperanza, deseando que te sean útiles          

Salmo 119,1 73-80 "Señor espero en tu palabra. 1 Pedro 1, 3-9 “Nuestra esperanza es viva y actuante". Hechos 24. 15-16 “La esperanza en la resurrección nos anima”. Hebreos 6, 9-10 "Nuestra esperanza perseverante será recompensada". 1 Tesalon. 5, 4-11: "Vale la pepa luchar". 1 Timoteo 6. 17-19: No poner nuestra esperanza en lo que pasa 1 Pedro 1, 13-21 “Esperamos porque Dios nos llamó a ser santos”. Efesios 1, 17-20 “Pidamos al Padre ilumine nuestra esperanza”. Tito 2, 11-14 “Esperamos la manifestación de Dios”. Salmo 146 “Alabemos a Dios nuestra esperanza”.

CUESTIONARIO 1. Se dice en tema 10 proceso de encuentros de Francisco fue vivido dentro de un clima de fe profunda, expresada en formas diversas. Destaca estas formas y explica con tus propias palabras el significado que ellas han tenido en tu discernimiento vocacional. 2. Haz una confrontación de tu proceso vocacional con cada uno de los encuentros de Francisco y describe ampliamente pero con sencillez lo que hayas experimentado en tu caso personal de cada uno de ellos. 3. Después de leer atentamente las dos lecturas complementarias, haz una reflexión personal a manera de síntesis sobre lo que más te ha llamado la atención de las dos.

Vocación Franciscana. La Familia Franciscana. Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano En éste tema te queremos presentar una visión de conjunto sobre la herencia de San Francisco, es decir, sobre la numerosa familia que tuvo origen en él y sobre los principales pasos que esta familia ha dado a lo largo de la historia. Si nos arriesgamos a intentar esta síntesis, no es con un interés triunfalista, sino para aportar un nuevo elemento a tu discernimiento, a fin de que puedas ubicar mejor tu opción vocacional. TRES ÓRDENES Una de las características de Francisco fue su sentido de hermandad. Bien pronto se dio cuenta de que con los hermanos y a través de ellos, Dios lo llamaba a una misión importante, y por ello escribió una Regla, o norma de vida y se decidió a fundar una Orden con sus primeros compañeros, a los cuales rápidamente se sumaron muchos hombres de toda clase y condición social; es la conocida como Primera Orden Franciscana.

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El proyecto evangélico de Francisco no solamente sedujo a los hombres, sino también a las mujeres de su época. Fue precisamente en torno a una noble y valerosa joven de Asís, llamada Clara, como se formó el primer grupo de las Damas pobres del conventico de San Damián, el que bien pronto se multiplicó en muchos otros grupos, dando origen a la Segunda Orden franciscana (Clarisas). Pero era tan fuerte y tan arrollador el ideal que animaba a Francisco, que contagió también a muchos hombres y mujeres los cuales, al no poder abandonar sus compromisos familiares y seculares, decidieron seguirle a su manera en lo que bien pronto se conoció como la Tercera Orden Franciscana. MOVIMIENTOS DE REFORMA Con el paso de los siglos, estas tres Ordenes fueron sufriendo transformaciones progresivas debidas al influjo de las ideas y de los acontecimientos religiosos, políticos y sociales propios de cada período histórico, así como a los fenómenos internos que se dan en toda institución humana cuando se desgastan sus estructuras y, especialmente, en este caso, cuando en la práctica pierde fuerza el ideal primitivo propuesto por el fundador. Fue precisamente el deseo de fidelidad al ideal original de Francisco el que motivó, ya desde el primer siglo de la familia franciscana, una serie de movimientos de reforma en distintas épocas de la historia. La mayoría de ellos buscaba volver a la austeridad y pobreza primitivas como a la vida de oración y contemplación en lugares apartados llamados eremitorios. Algunos de estos intentos reformísticos se radicalizaron en tal forma, que llegaron a ser causas de verdaderos conflictos sociales o degeneraron abiertamente en indisciplina eclesiástica y hasta en grupos heréticos como ocurrió con algunos de los llamados "espirituales" a comienzos del siglo XIV. PRIMERA ORDEN. TRES RAMAS Como es de suponer, el éxito y la duración de estos movimientos no fue siempre igual. Frecuentemente era la misma autoridad eclesiástica la que se encargaba de suprimirlos o de consagrarlos con su aprobación oficial. Por cuanto se refiere a la Primera Orden, fue definitiva la intervención pontificia durante las primeras décadas del siglo XVI para la división de la misma en tres ramas. En efecto, en 1517 la Orden fue dividida en la rama de los Conventuales y la de los Observantes. De éstos últimos surgió diez años, después la rama de los llamados Capuchinos, como fueron identificados por el pueblo. Bien pronto al lado de los Observantes fueron surgiendo otras tres reformas conocidas como los Reformados, los Recoletos y los Álcantarinos; a fines del siglo pasado (1897) estos cuatro grupos fueron integrados en la rama conocida oficialmente como los Hermanos Menores

SEGUNDA ORDEN. TRES RAMAS En la Segunda Orden franciscana también se introdujeron movimientos de reforma, a veces inspiradores y animadores de los de la Primera Orden, como ocurrió con las Clarisas Coletanas (impulsadas por Sta. Coleta de Corbie), y otras inspirados por la Pri mera Orden, como lo hicieron, los Capuchinos con las Clarisas Capuchinas. Además de las Clarisas con sus respectivas reformas, pertenecen. a la segunda Orden las Concepcionistas que fueron fundadas en Toledo (España) en 1489 por Sta. Beatriz de Silva con inspiración cisterciense, pero poco después adoptaron la Regla de Sta, Clara y fueron adscritas a la Segunda Orden. TERCERA ORDEN. UNA MULTITUD La evolución de la Tercera Orden revistió características propias: Dentro de ella se distingue el grupo de los laicos, conocido hoy oficialmente como Orden Franciscana Seglar (OFS). A lo largo de su historia la OFS ha contado entre sus filas a hombres y mujeres de las más diversas categorías sociales: reyes, mendigos, jóvenes, políticos, literatos, amas de casa, científicos, conquistadores, obreros, obispos, hombres de negocios, padres de familia, etc. Aunque durante algunas épocas ha pasado por momentos difíciles, siempre ha logrado sobrevivir gracias, sobre todo, al gran atractivo que tiene San Francisco. Ya a finales del primer siglo franciscano comenzaron a presentarse manifestaciones típicas de la Vida Religiosa en el seno de la Tercera Orden Franciscana. Estas manifestaciones se fueron consolidando paulatinamente hasta que adquirieron forma de vida comunitaria ya a finales del s. XIII y poco después se organizaron en Congregaciones. Así nació la Tercera Orden Regular franciscana (TOR), la cual recibió del Papa una regla propia por primera vez a comienzos del siglo XVI. En el seno de la TOR se

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agrupan varios Institutos religiosos de inspiración franciscana, los cuales se hicieron particularmente numerosos a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Hoy estos Institutos son más de 400, en su mayoría femeninos, con un total de cerca de 200.000 miembros. Esperamos que estos datos, a pesar de lo sintéticos y fragmentarios, te sirvan para formarte una idea acerca del curso que ha tomado a lo largo de la historia esa corriente espiritual que tiene su fuente en San Francisco de Asís y de la cual tú, por gracia de Dios, pretendes formar parte. Ojalá que, si esto sucede, llegues a ser un heredero responsable de tan grande herencia. LECTURAS COMPLEMENTARIAS A lo largo de sus casi ocho siglos de existencia, el Movimiento Franciscano ha producido la más variada y rica gama de personajes, entre los cuales la santidad se alterna con la ciencia, el arte, el servicio apostólico y la contemplación mística. Resultaría enojoso y por demás arriesgado pretender hacer una lista completa de todos ellos. Piénsese, por ejemplo en los más de 120 santos canonizados, en los cerca de 230 beatos y en los 5 Papas franciscanos. Bástenos, por tanto, ofrecer algunos nombres, a manera de ilustrativa, de algunos representantes de esta numerosa familia. San Antonio de Padua (+ 1231): Teólogo y predicador de fama entre grandes multitudes, adornado con el don de los milagros. A través de los siglos ha sido indudablemente el más popular de los Santos franciscanos. Santa Rosa de Viterbo (+ 1252). Terciaria franciscana, mujer del pueblo, apóstol de las calles contra el emperador excomulgado Federico I en favor del movimiento comunal, pero sin dureza ni violencia. Santa Clara de Asís (+ 1253) Llamada "la plantita de San Francisco", fue a la vez su más fiel discípula y la mejor intérprete de su espiritualidad. Se distinguió por su espíritu contemplativo y por su valiente experiencia de la pobreza. Es reconocida como la fundadora de la segunda Orden Franciscana San Buenaventura de Balneorregio (+ 1274): Cardenal de la Iglesia, teólogo, místico, biógrafo, de San Francisco, Ministro General de la Orden y hombre clave en la vida y organización de la misma durante la mitad del sigo XIII y en la organización del Concilio de Lyon. Fray Rogerio Bacon (+1292): Hombre prodigioso en quien la fe teológica se conjugó admirablemente con la ciencia física, las matemáticas, la astronomía, las ciencias naturales, la geografía y el conocimiento de las lenguas. En muchas de sus teorías, se adelantó a varios descubrimientos que se hicieron famosos posteriormente ton Leonardo Da Vinci, Galileo, Cristóbal Colón y otros.

Beato Juan Duns Escoto (+ 1308): Teólogo y filósofo de gran altura, llamado el "Doctor Sutil” por su gran penetración, ha sido considerado el maestro por excelencia de la escuela teológica franciscana. San Juan de Capistrano (+ 1456): Legado pontificio y predicador en Misiones de gran importancia, primero en Irlanda y España, luego en el oriente de Europa, en donde tuyo un papel de primer orden, especialmente en la campaña contra los turcos para liberar a Belgrado. Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (+ 1517): Hombre de gobierno, regente de España durante el tiempo de los Reyes Católicos, promovió la renovación científica y humanística y se preocupó por organizar y fortalecer la reforma de la Orden en su patria y en la evangelización en tierras de América. Fray Pedro de Gante (+ 1572): Humilde hermano legó franciscano considerado uno de los fundadores de la nación mejicana, jugó un papel decisivo no sólo en la evangelización sino también en la cultura: fundó y dirigió en México un colegio con más de mil indígenas y tradujo en lengua azteca un catecismo para ellos. San Francisco Solano (+ 1610): Misionero intrépido y predicador incansable en tierras peruanas; aliviaba sus fatigas cantando con su lira alabanzas a la Santísima Virgen.

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San Maximiliano Kolbe (+ 1941): Gran apóstol de la Inmaculada y mártir de la caridad al ofrecerse como víctima de los exterminadores nazis, para salvar la vida de uno de tus compañeros de prisión. TEMA PARA TU ORACION Esta vez te proponemos la siguiente oración compuesta por San Francisco: Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, concédenos por ti mismo a nosotros, miserables, hacer lo que sabemos que quieres y querer siempre lo que te agrada, a fin de que, interiormente purgados, iluminados interiormente y encendidos por el fuego del Espíritu Santo,, podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y llegar, por sola tu gracia a tío, Altísimo, que en perfecta Trinidad y en simple unidad vives y reinas y estás revestido de gloria, Dios omnipotente, por todos los siglos de los siglos. Amen". CUESTIONARIO 1. ¿Qué sentido tiene para ti esta visión global de la historia de la familia franciscana? 2. ¿Qué motivó el surgimiento de los movimientos de reforma? 3. ¿Qué opinas tú sobre la existencia de tantos grupos y ramas en la familia franciscana a lo largo de su historia? 4. ¿Crees tú que podrías pretender ser continuador de esa variada herencia que se origina en San Francisco? Al considerar la diversidad de personajes, hacia qué tipo de heredero te quisieras aproximar?

Vocación Franciscana. Los Hermanos Menores Bibliografía: Pastoral Vocacional Franciscana Autor: Pastoral Vocacional Franciscana.org. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano Hoy quisiéramos, completar el tema iniciado anteriormente, al ofrecerte en este una visión un poco más amplia sobre la rama de los Hermanos Menores y sobre una de las entidades que la Orden Franciscanas tiene en España, a la cual pertenecemos nosotros y de la cual, espero, que algún día tú también pueda formar parte. La rama de los Franciscanos o Hermanos Menores (O.F.M), como es llamada oficialmente desde fines del siglo pasado, ha sido indudablemente la que más movimientos de reforma ha conocido a lo largo de la historia de la Familia Franciscana. Después de la unificación hecha por el Papa León XIII en el año 1897, ha permanecido unida en su esfuerzo de ser fiel al ideal de San Francisco y de contribuir a la construcción del Reino de Dios.

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En este momento los Hermanos Menores somos alrededor de 18.000 distribuidos en todos los Continentes y en un total de 90 países, aunque no en iguales proporciones. Así, el número más alto se encuentra todavía en Europa y en América, en tanto que en África, Asia y Oceanía la presencia de los hermanos equivale aproximadamente a un 10 por ciento, aun que esta proporción tiende a aumentar en todos los países del Tercer Mundo, gracias a los programas que se están impulsando en los últimos años, como el llamado “Proyecto África”. En América Latina el número de los Hermanos Menores sobrepasa los 5.000, es decir, que se aproxima cada vez más al 25 por ciento de su número total. No es fácil evaluar el significado de la presencia de estos 20.000 Franciscanos en el mundo, puesto que no hay instrumentos aptos para medir ese dinamismo espiritual que ellos deben poseer y transmitir a los demás hombres. Lo único que se puede hacer es describir genéricamente el tipo de actividad que realizan, la cual abarca los más diversos aspectos. Téngase en cuenta que alrededor del 85 por ciento de los hermanos son clérigos, lo cual ha llevado a muchos a desempeñar actividades clericales, tales como la animación de Parroquias, la administración de Sacramentos, la predicación, la catequesis, etc. En algunas partes los hermanos se dedican con entusiasmo a las misiones populares y a la predicación de ejercicios; en otras predomina la actividad docente en escuelas públicas, o en colegios y universidades propias. Durante las últimas décadas se ha notado la predilección creciente de varios hermanos por insertarse en medios obreros, entre los campesinos, los marginados sociales. En América Latina y en los demás países del Tercer Mundo cada vez se siente más viva la necesidad de comprometerse con el pueblo y de contribuir a su liberación integral, bien sea impulsando y animando proyectos de promoción comunitaria, o bien evangelizándolos a través del testimonio silencioso de una forma de vida simple en medio de la gente sencilla. ORGANIZACIÓN Todo este pluralismo de opciones y de actividades aparece animado y coordinado por el Ministro General, a quien acompañan y colaboran varios Consejeros o Definidores Generales, nombrados en representación de las distintas regiones del mundo o de grupos lingüísticos. La sede ordinaria del Gobierno Central de la Orden se encuentra en Roma; es la llamada Curia General. Visita la Web ofm.org El nombramiento del Gobierno General se hace en el Capítulo General, el cual se reúne ordinariamente cada seis años para evaluar la actividad de la Orden, para darle las nuevas orientaciones que necesita y para revisar su legislación. Dicho Capítulo es la máxima autoridad de la Orden y a él asisten por derecho propio todos los Ministros de las Provincias La Orden está compuesta por Provincias y por otras entidades menores, dependientes de éstas. A la cabeza de cada Provincia hay un Ministro con su respectivo Definitorio o Consejo de colaboradores. Las Provincias celebran también periódicamente sus Respectivos Capítulos, durante los cuales se revisa la actividad de los hermanos, se elaboran proyectos de servicio y se provee a la elección del Ministro y Definidores (consejeros). Nosotros pertenecemos a la Provincia de Valencia, Aragón y Baleares, conocida con el nombre de San José. Deseamos que estas notas aclaren un poco más tu horizonte vocacional y te ayuden en tus próximas decisiones. Quedamos a la espera de tu respuesta y, si es posible, de tus comentarios personales sobre lo que te hemos comunicado en este tema LECTURAS COMPLEMENTARIAS "Paradójicamente, es en la hora de la reducción numérica, del envejecimiento, de los cuestionamientos profundos, cuando se manifiestan señales de vitalidad, lo mismo en el viejo tronco común de la Orden como en los nuevos retoños que afloran. Enumeremos primero algunos de los rasgos de la renovación general que se percibe en todos los grupos, sobre todo religiosos, de su familia. En primer lugar, renovación de la oración y deseo de la vida contemplativa. Si la oración comunitaria ha vuelto a adquirir importancia, si en la mayoría de las comunidades de hermanos y hermanas es regular y adquiere matices litúrgicos (canto, adaptación del espacio, gestos, etc.), ello se debe, indudablemente, a la reforma conciliar, pero también a la toma de conciencia de su puesto en la vida franciscana. En cuanto a la vida dedicada particularmente a la búsqueda de Dios y a la oración (el "eremitorio" de la tradición), sí sería exagerado decir que florece en todas partes, existen algunas realizaciones y otras se están tanteando. En todo caso de ello están convencidos los superiores y numerosos hermanos es el camino obligado para una renovación a fondo. Según el testimonio de la historia, los orígenes de la vida franciscana y todas las renovaciones que ha experimentado en el curso de su historia, han germinado en la soledad de los eremitorios. También las relaciones fraternas y el servicio de la autoridad experimentan una evolución globalmente positiva. Todos son invitados a la responsabilidad mutua a participar en los bienes y los trabajos, a tomar decisiones comunes, a participar en los bienes y los trabajos. La autoridad de los ministros y demás responsables intenta modelarse de acuerdo con la actitud de Jesús de lavar los pies a sus discípulos, como Francisco invita a hacerlo a sus hermanos. Su presencia entre los hombres intenta ser más cercana, más

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familiar; las separaciones, a menudo artificiales han desaparecido; hay más contacto con la vida de los hombres, con sus preocupaciones y sus esperanzas. La mayor parte de los hermanos y hermanas, por supuesto en la línea de los documentos oficiales, están convencidos de que su misión esencial en la Iglesia y en el mundo es vivir la vida evangélica, proclamando así con la vida, y si se presenta la ocasión con la palabra, la venida del Reino de Dios. Si en general, se es muy discreto respecto a la pobreza, se debe a que, al abandonar con razón sus expresiones antiguas que desentonaban con nuestro tiempo, aún no se han encontrado otras nuevas que resulten convincentes. Por eso se habla más de moderación en el uso, de compartir con los pobres, de vivir entre ellos, cosa que, por lo demás, practican ciertos hermanos y hermanas. Lo que hasta aquí se ha descrito sucintamente es una renovación general, que afecta poco o mucho al conjunto de la familia. Pero también hay formas más nuevas, más sorprendentes también, que se merecen algo más que una simple mención: me refiero a lo que se llama "pequeñas fraternidades". Se trata de una corriente que se ha manifestado sobre todo entre los hermanos, pero igualmente en ciertas congregaciones de hermanas. Estas fraternidades intentan a la vez una vuelta a las tradiciones primitivas de la Orden y una respuesta a los cambios del presente. Abandonando las estructuras conventuales de la vida (convento, hábito, número importante de hermanos), reencuentran las exigencias de los orígenes: domicilio alquilado y móvil, trabajo asalariado como medio de subsistencia, proximidad a los hombres. En ciertas fraternidades, el compromiso social y político ha sido intenso; la mayoría se sitúan como una presencia en medio de los hombres. Incomprendidas a veces e impugnadas, (especialmente a causa de numerosos fracasos y abandonos, y también por una cierta secularización), ejercen, sin embargo, influencia en la vida de la Orden y han sido para muchos un signo de esperanza y de futuro” TEMA PARA TU ORACIÓN. Esta vez también te proponemos el texto de una oración que te puede ser de grande utilidad para el momento que estás viviendo: "Señor Jesús, deseo que mi vida no pase como una sombra, sino que produzca frutos abundantes en esta tierra, aún incluso después de mi muerte. Para ello, como San Francisco, quisiera elegir no los bienes de esta tierra, sino a ti y el camino de la cruz, en la pobreza y en la renuncia a todo deseo mundano. Haz que mi vida, por un tal camino produzca abundancia de frutos, que podré cosechar arriba, y ya que aquí abajo actuarán benéficamente como bendiciones para el mundo que me rodea, cambiando las situaciones penosas. Por amor a ti, quiero sacrificar todo lo que es pasajero: riqueza y honores, a fin de conseguir los tesoros imperecederos, de los que muchos podrán beneficiarse en la tierra. Amen". CUESTIONARIO 1. ¿Qué opinión te merece la actividad desarrollada tradicionalmente por la Orden y el rumbo que está tomando su actividad durante las últimas décadas? 2. ¿Crees que es compatible la organización de la Orden con la simplicidad de San Francisco? ¿Por qué? 3. A partir de la lectura complementaria, destaca cuatro rasgos que marcan el deseo de renovación de la familia franciscana.

La Familia Franciscana. Bibliografía: Manual de Formación Inicial Primera Etapa O.F.S. Autor: Consejo Nacional de la Orden Franciscana Seglar México. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. La Familia Franciscana Objetivo Doctrinal Hacer consciente al hermano de que la Orden Franciscana Seglar, forma parte de la gran familia que tiene San Francisco de Asís al servicio de la Iglesia. Objetivo Moral Que el hermano se integre en la vida de la fraternidad y la considere como parte de la Familia Franciscana. Introducción Francisco cuando asistió a una misa en la Porciúncula escuchó atentamente el texto evangélico del discurso acerca de la Misión a sus discípulos y apóstoles (cf. Mateo 10, 1-10) Desde entonces, fiel a la inspiración divina, comenzó a plasmar en sí la perfección evangélica y a invitar a los demás a hacer penitencia (Cf Leyenda Mayor 3,2)

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Así fue como algunos jóvenes, impresionados con su ejemplo, se animaron a hacer penitencia, y lo quisieron seguir rumbo a la patria, al bien infinito. Poco a poco el número de sus discípulos se fue incrementando, de tal manera que, para el Capítulo de las Esteras en el año 1221, lograron reunirse cerca de cuatro mil frailes.

Desarrollo del Tema a) Historia de la Familia Franciscana Sobre el origen de la Familia Franciscana veamos el testimonio que nos da Fray Tomás de Celano: Eran muchos los que, despreciando los cuidados de este mundo, entraban en sí mismos movidos por la vida y la doctrina del bienaventurado Padre Francisco, y se sentían atraídos al amor y ala reverencia del Creador. Bajo la moción de la inspiración divina muchas personas nobles y plebeyas, clérigos y laicos, se acercaban a San Francisco, ofreciéndose a vivir en adelante bajo su dirección y magisterio. A todos ellos comunicaba el riego abundante de gracias celestiales, que desbordaban de su espíritu y hacían crecer en el campo de sus corazones flores de virtudes. Hombres y mujeres seguían su ejemplo, su regla y sus enseñanzas; así hemos de proclamarlo, artífice incomparable de la renovación de la Iglesia y de la victoria de la triple milicia de los elegidos. A todos ellos daba una norma de vida y, según el estado de cada uno, le indicaba con sinceridad el camino de la salvación (cf 1 Celano 37). A través de casi ocho siglos de existencia, la Familia Franciscana ha manifestado la riqueza del carisma que recibió, aumentando el número de los santos franciscanos que ha dado la Iglesia. De igual forma han aumentado el número de Institutos religiosos con la espiritualidad franciscana. De esta gran familia forman parte la llamada Primera Orden conformada por 4 obediencias: • Orden de los Frailes Menores Observantes • Orden de Frailes Menores Conventuales • Orden de Frailes Menores Capuchinos • Tercera Orden Regular L a Segunda Orden está integrada por las Hermanas de vida Contemplativa: • Clarisas • Clarisas Capuchinas • Concepcionistas Y finalmente la Tercera Orden, conocida anteriormente como la Venerable Orden Tercera o terciarios. Actualmente es conocida como Orden Franciscana Seglar. Así mismo existen institutos de Religiosas y de Religiosos de inspiración Franciscana. Dinámica • En grupos de dos o tres hermanos dibujar un árbol de la gran Familia Franciscana. • Compartir con los demás hermanos los sentimientos que te ocasionan el hecho de sentirte llamado a formar parte de esta gran familia. Resumen Hemos visto que desde el siglo XIII, clérigos y laicos, hombres y mujeres de distintas clases sociales, quisieron seguir a Cristo a ejemplo de San Francisco. Con el tiempo fueron surgiendo las distintas ramas de la gran Familia Franciscana. Una de esas ramas es la Orden Franciscana Seglar, la más numerosa en miembros. Hemos constatado que esta gran familia la ha inspirado el mismo Espíritu Santo. Compromiso Visitar algún convento, acercarse a platicar con algún hermano Fraile, Religiosa o un hermano de la Orden Franciscana Seglar. Compartir nuestra experiencia con el grupo.

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A D M O N I C I O N E S [Adm.] Bibliografía: Escritos Completos de San Francisco de Asís. Autor: www.franciscanos.org Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano.

Cap. I: del Cuerpo del Señor. 1

Dice el Señor Jesús a sus discípulos: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí. 2Si me conocierais a mí, ciertamente conoceríais también a mi Padre; y desde ahora lo conoceréis y lo habéis visto. 3Le dice Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. 4Le dice Jesús: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me habéis conocido? Felipe, el que me ve a mí, ve también a mi Padre (Jn 14,6-9). 5

El Padre habita en una luz inaccesible (cf. 1 Tim 6,16), y Dios es espíritu (Jn 4,24), y a Dios nadie lo ha visto jamás (Jn 1,18). 6Por eso no puede ser visto sino en el espíritu, porque el espíritu es el que vivifica; la carne no aprovecha para nada (Jn 6,64). 7Pero ni el Hijo, en lo que es igual al Padre, es visto por nadie de otra manera que el Padre, de otra manera que el Espíritu Santo. 8De donde todos los que vieron al Señor Jesús según la humanidad, y no vieron y creyeron según el espíritu y la divinidad que él era el verdadero Hijo de Dios, se condenaron. 9Así también ahora, todos los que ven el sacramento, que se consagra por las palabras del Señor sobre el altar por mano del sacerdote en forma de pan y vino, y no ven y creen, según el espíritu y la divinidad, que sea verdaderamente el santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, se condenan, 10como lo atestigua el mismo Altísimo, que

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dice: Esto es mi cuerpo y mi sangre del nuevo testamento, [que será derramada por muchos] (cf. Mc 14,22.24); 11y: Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna (cf. Jn 6,55). 12De donde el espíritu del Señor, que habita en sus fieles, es el que recibe el santísimo cuerpo y sangre del Señor. 13Todos los otros que no participan del mismo espíritu y se atreven a recibirlo, comen y beben su condenación (cf. 1 Cor 11,29). 14

De donde: Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo seréis de pesado corazón? (Sal 4,3). 15¿Por qué no reconocéis la verdad y creéis en el Hijo de Dios? (cf. Jn 9,35). 16Ved que diariamente se humilla (cf. Fil 2,8), como cuando desde el trono real (Sab 18,15) vino al útero de la Virgen; 17diariamente viene a nosotros él mismo apareciendo humilde; 18diariamente desciende del seno del Padre (cf. Jn 1,18) sobre el altar en las manos del sacerdote. 19Y como se mostró a los santos apóstoles en carne verdadera, así también ahora se nos muestra a nosotros en el pan sagrado. 20Y como ellos, con la mirada de su carne, sólo veían la carne de él, pero, contemplándolo con ojos espirituales, creían que él era Dios, 21así también nosotros, viendo el pan y el vino con los ojos corporales, veamos y creamos firmemente que es su santísimo cuerpo y sangre vivo y verdadero. 22Y de este modo siempre está el Señor con sus fieles, como él mismo dice: Ved que yo estoy con vosotros hasta la consumación del siglo (cf. Mt 28,20).

Cap. II: del Mal de la propia voluntad. 1

Dijo el Señor a Adán: Come de todo árbol, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas (cf. Gén 2,16.17). 2Podía comer de todo árbol del paraíso, porque, mientras no contravino a la obediencia, no pecó. 3Come, en efecto, del árbol de la ciencia del bien, aquel que se apropia su voluntad y se enaltece del bien que el Señor dice y obra en él; 4y así, por la sugestión del diablo y la trasgresión del mandamiento, vino a ser la manzana de la ciencia del mal. 5De donde es necesario que sufra la pena.

Cap. III: De la Perfecta Obediencia. 1

Dice el Señor en el Evangelio: El que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser discípulo mío (Lc 14,33); 2y: El que quiera salvar su vida, la perderá (Lc 9,24). 3Deja todo lo que posee y pierde su cuerpo el hombre que se ofrece a sí mismo todo entero a la obediencia en manos de su prelado. 4Y todo lo que hace y dice que él sepa que no es contra la voluntad del prelado, mientras sea bueno lo que hace, es verdadera obediencia. 5Y si alguna vez el súbdito ve cosas mejores y más útiles para su alma que aquellas que le ordena el prelado, sacrifique voluntariamente sus cosas a Dios, y aplíquese en cambio a cumplir con obras las cosas que son del prelado. 6Pues ésta es la obediencia caritativa (cf. 1 Pe 1,22), porque satisface a Dios y al prójimo. 7

Pero si el prelado le ordena algo que sea contra su alma, aunque no le obedezca, sin embargo no lo abandone. 8Y si a causa de eso sufriera la persecución de algunos, ámelos más por Dios. 9Pues quien sufre la persecución antes que querer separarse de sus hermanos, verdaderamente permanece en la perfecta obediencia, porque da su vida (cf. Jn 15,13) por sus hermanos. 10Pues hay muchos religiosos que, so pretexto de que ven cosas mejores que las que les ordenan sus prelados, miran atrás (cf. Lc 9,62) y vuelven al vómito de la propia voluntad (cf. Prov 26,11; 2 Pe 2,22); 11éstos son homicidas y, a causa de sus malos ejemplos, hacen que se pierdan muchas almas.

Cap. IV: Que nadie se apropie la Prelacia. 1

No he venido a ser servido, sino a servir, dice el Señor (cf. Mt 20,28). 2Aquellos que han sido constituidos sobre los otros, gloríense de esa prelacía tanto, cuanto si hubiesen sido destinados al oficio de lavar los pies a los hermanos. 3Y cuanto más se turban por la pérdida de la prelacía que por la pérdida del oficio de lavar los pies, tanto más acumulan en la bolsa para peligro de su alma (cf. Jn 12,6).

Cap. V: Que nadie Ensorbebezca, Sino que se gloríe en la cruz del señor. 1

Considera, OH hombre, en cuán grande excelencia te ha puesto el Señor Dios, porque te creó y formó a imagen de su amado Hijo según el cuerpo, y a su semejanza (cf. Gén 1,26) según el espíritu. 2Y todas las criaturas que hay bajo el cielo, de por sí, sirven, conocen y obedecen a su Creador mejor que tú. 3Y aun los demonios no lo crucificaron, sino que tú, con ellos, lo crucificaste y

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todavía lo crucificas deleitándote en vicios y pecados. 4¿De qué, por consiguiente, puedes gloriarte? 5Pues, aunque fueras tan sutil y sabio que tuvieras toda la ciencia (cf. 1 Cor 13,2) y supieras interpretar todo género de lenguas (cf. 1 Cor 12,28) e investigar sutilmente las cosas celestiales, de ninguna de estas cosas puedes gloriarte; 6porque un solo demonio supo de las cosas celestiales y ahora sabe de las terrenas más que todos los hombres, aunque hubiera alguno que hubiese recibido del Señor un conocimiento especial de la suma sabiduría. 7De igual manera, aunque fueras más hermoso y más rico que todos, y aunque también hicieras maravillas, de modo que ahuyentaras a los demonios, todas estas cosas te son contrarias, y nada te pertenece, y no puedes en absoluto gloriarte en ellas; 8por el contrario, en esto podemos gloriarnos: en nuestras enfermedades (cf. 2 Cor 12,5) y en llevar a cuestas a diario la santa cruz de nuestro Señor Jesucristo (cf. Lc 14,27).

Cap. VI: De la Imitación del Señor. 1

Consideremos todos los hermanos al buen pastor, que por salvar a sus ovejas sufrió la pasión de la cruz. 2Las ovejas del Señor le siguieron en la tribulación y la persecución, en la vergüenza y el hambre, en la enfermedad y la tentación, y en las demás cosas; y por esto recibieron del Señor la vida sempiterna. 3De donde es una gran vergüenza para nosotros, siervos de Dios, que los santos hicieron las obras y nosotros, recitándolas, queremos recibir gloria y honor.

Cap. VII: Que el Buen Obrar siga a la ciencia. 1

Dice el Apóstol: La letra mata, pero el espíritu vivifica (2 Cor 3,6). 2Son matados por la letra aquellos que únicamente desean saber las palabras solas, para ser tenidos por más sabios entre los otros y poder adquirir grandes riquezas que dar a consanguíneos y amigos. 3Y son matados por la letra aquellos religiosos que no quieren seguir el espíritu de la divina letra, sino que desean más bien saber únicamente las palabras e interpretarlas para los otros. 4Y son vivificados por el espíritu de la divina letra aquellos que no atribuyen al cuerpo toda la letra que saben y desean saber, sino que, con la palabra y el ejemplo, la devuelven al altísimo Señor Dios, de quien es todo bien.

Cap. VIII: Del pecado de envidia, que se ha de evitar. 1

Dice el Apóstol: Nadie puede decir: Señor Jesús, sino en el Espíritu Santo (1 Cor 12,3); 2y: No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno (Rom 3,12). 3Por consiguiente, todo el que envidia a su hermano por el bien que el Señor dice y hace en él, incurre en el pecado de blasfemia, porque envidia al mismo Altísimo (cf. Mt 20,15), que dice y hace todo bien.

Cap. IX: Del Amor. 1

Dice el Señor: Amad a vuestros enemigos, [haced el bien a los que os odian, y orad por los que os persiguen y calumnian] (Mt 5,44). 2En efecto, ama de verdad a su enemigo aquel que no se duele de la injuria que le hace, 3sino que, por amor de Dios, se consume por el pecado del alma de su enemigo. 4Y muéstrele su amor con obras.

Cap. X: Del Castigo del Cuerpo. 1

Hay muchos que, cuando pecan o reciben una injuria, con frecuencia acusan al enemigo o al prójimo. 2Pero no es así, porque cada uno tiene en su poder al enemigo, es decir, al cuerpo, por medio del cual peca. 3Por eso, bienaventurado aquel siervo (Mt 24,46) que tiene siempre cautivo a tal enemigo entregado en su poder, y se guarda sabiamente de él; 4porque, mientras haga esto, ningún otro enemigo, visible o invisible, podrá dañarle.

Cap. XI: Que nadie se altere por el pecado de otro. 1

Al siervo de Dios nada debe desagradarle, excepto el pecado. 2Y de cualquier modo que una persona peque, si por esto el siervo de Dios se turba y se encoleriza, y no por caridad, atesora para sí una culpa (cf. Rom 2,5). 3El siervo de Dios que no se encoleriza ni se conturba por cosa alguna, vive rectamente sin propio. 4Y bienaventurado aquel que no retiene nada para sí, devolviendo al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios (Mt 22,21).

Cap. XII: De cómo conocer el Espíritu del Señor. 1

Así se puede conocer si el siervo de Dios tiene el espíritu del Señor: 2si, cuando el Señor obra por medio de él algún bien, no por eso su carne se exalta, porque siempre es contraria a todo lo bueno, 3sino que, más bien, se tiene por más vil ante sus propios ojos y se estima menor que todos los otros hombres.

Cap. XIII: De la Paciencia. 1

Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9). El siervo de Dios no puede conocer cuánta paciencia y humildad tiene en sí, mientras todo le suceda a su satisfacción. 2Pero cuando venga el tiempo en que aquellos que deberían causarle satisfacción, le hagan lo contrario, cuanta paciencia y humildad tenga entonces, tanta tiene y no más.

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Cap. XIV: De la Pobreza de Espíritu. 1

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3). 2Hay muchos que, perseverando en oraciones y oficios, hacen muchas abstinencias y mortificaciones corporales, 3pero, por una sola palabra que les parezca injuriosa para sus cuerpos o por alguna cosa que se les quite, escandalizados enseguida se perturban. 4Estos no son pobres de espíritu, porque quien es de verdad pobre de espíritu, se odia a sí mismo y ama a aquellos que lo golpean en la mejilla (cf. Mt 5,39).

Cap. XV: De la Paz. 1

Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9). 2Son verdaderamente pacíficos aquellos que, con todo lo que padecen en este siglo, por el amor de nuestro Señor Jesucristo, conservan la paz en el alma y en el cuerpo.

Cap. XVI: De la Limpieza del corazón. 1

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8). 2Son verdaderamente limpios de corazón quienes desprecian las cosas terrenas, buscan las celestiales y no dejan nunca de adorar y ver, con corazón y alma limpios, al Señor Dios vivo y verdadero.

Cap. XVII: Del Humilde siervo de Dios. 1

Bienaventurado aquel siervo (Mt 24,46) que no se exalta más del bien que el Señor dice y obra por medio de él, que del que dice y obra por medio de otro. 2Peca el hombre que quiere recibir de su prójimo más de lo que él no quiere dar de sí al Señor Dios.

Cap. XVIII: De LA Compasión del Projimo. 1

Bienaventurado el hombre que soporta a su prójimo según su fragilidad en aquello en que querría ser soportado por él, si estuviera en un caso semejante (Gál 6,2; Mt 7,12). 2Bienaventurado el siervo que devuelve todos los bienes al Señor Dios, porque quien retiene algo para sí, esconde en sí el dinero de su Señor Dios (Mt 25,18), y lo que creía tener se le quitará (Lc 8,18).

Cap. XIX: Del Humilde siervo de Dios. 1

Bienaventurado el siervo que no se tiene por mejor cuando es engrandecido y exaltado por los hombres, que cuando es tenido por vil, simple y despreciado, 2porque cuanto es el hombre delante de Dios, tanto es y no más. 3¡Ay de aquel religioso que ha sido puesto en lo alto por los otros, y por su voluntad no quiere descender! 4Y bienaventurado aquel siervo (Mt 24,46) que no es puesto en lo alto por su voluntad, y siempre desea estar bajo los pies de los otros.

Cap. XX: Del Religioso bueno y del Religioso Vano. 1

Bienaventurado aquel religioso que no encuentra placer y alegría sino en las santísimas palabras y obras del Señor, 2y con ellas conduce a los hombres al amor de Dios con gozo y alegría (cf. Sal 50,10). 3¡Ay de aquel religioso que se deleita en las palabras ociosas y vanas y con ellas conduce a los hombres a la risa!

Cap. XXI: Del Religioso Frívolo y locuaz. 1

Bienaventurado el siervo que, cuando habla, no manifiesta todas sus cosas con miras a la recompensa, y no es ligero para hablar (cf. Prov 29,20), sino que prevé sabiamente lo que debe hablar y responder. 2¡Ay de aquel religioso que no guarda en su corazón los bienes que el Señor le muestra (cf. Lc 2,19.51) y no los muestra a los otros con obras, sino que, con miras a la recompensa, ansía más bien mostrarlos a los hombres con palabras! 3Él recibe su recompensa (cf. Mt 6,2.16), y los oyentes sacan poco fruto.

Cap. XXII: De la corrección. 1

Bienaventurado el siervo que soporta tan pacientemente la advertencia, acusación y reprensión que procede de otro, como si procediera de sí mismo. 2Bienaventurado el siervo que, reprendido, benignamente asiente, con vergüenza se somete, humildemente confiesa y gozosamente satisface. 3Bienaventurado el siervo que no es ligero para excusarse, sino que humildemente soporta la vergüenza y la reprensión de un pecado, cuando no incurrió en culpa.

Cap. XXIII: De la Humildad. 1

Bienaventurado el siervo a quien se encuentra tan humilde entre sus súbditos, como si estuviera entre sus señores. 2Bienaventurado el siervo que permanece siempre bajo la vara de la corrección. 3Es siervo fiel y prudente (cf. Mt 24,45) el que, en todas sus ofensas, no tarda en castigarse interiormente por la contrición y exteriormente por la confesión y la satisfacción de obra.

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Cap. XXIV: Del Verdadero amor. Bienaventurado el siervo que ama tanto a su hermano cuando está enfermo, que no puede recompensarle, como cuando está sano, que puede recompensarle.

Cap. XXV: De nuevo sobre lo mismo. Bienaventurado el siervo que ama y respeta tanto a su hermano cuando está lejos de él, como cuando está con él, y no dice nada detrás de él, que no pueda decir con caridad delante de él.

Cap. XXVI: Que los Siervos de Dios honren a los clérigos. 1

Bienaventurado el siervo que tiene fe en los clérigos que viven rectamente según la forma de la Iglesia Romana. 2Y ¡ay de aquellos que los desprecian!; pues, aunque sean pecadores, nadie, sin embargo, debe juzgarlos, porque solo el Señor en persona se reserva el juzgarlos. 3Pues cuanto mayor es el ministerio que ellos tienen del santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, que ellos reciben y ellos solos administran a los demás, 4tanto más pecado tienen los que pecan contra ellos, que los que pecan contra todos los demás hombres de este mundo.

Cap. XXVII: De la Virtud que ahuyenta al vicio. 1

Donde hay caridad y sabiduría, allí no hay temor ni ignorancia. Donde hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni perturbación. 3 Donde hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia. 4 Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni vagancia. 5 Donde está el temor de Dios para custodiar su atrio (cf. Lc 11,21), allí el enemigo no puede tener un lugar para entrar. 6 Donde hay misericordia y discreción, allí no hay superfluidad ni endurecimiento. 2

Cap. XXVIII: Hay que esconder el Bien para que no se pierda. 1

Bienaventurado el siervo que atesora en el cielo (cf. Mt 6,20) los bienes que el Señor le muestra, y no ansía manifestarlos a los hombres con la mira puesta en la recompensa, 2porque el Altísimo en persona manifestará sus obras a todos aquellos a quienes le plazca. 3Bienaventurado el siervo que guarda en su corazón los secretos del Señor (cf. Lc 2,19.51).

Historia de la Orden Franciscana Seglar. Bibliografía: O.F.SMEXICO.Com Autor: Eugenio Amezquita Velasco O.F.S. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Orden Franciscana Seglar (OFS) Fundación de la Orden Tercera, de los Penitentes Seglares: En tiempos de San Francisco ya existían asociaciones seglares de tipo penitencial, muy variadas y sin conexión entre ellas, surgidas, por lo general, a la sombra de hombres santos, monasterios, canónigos o movimientos religiosos. También los movimientos evangélicos o pauperistas, católicos o no, contaban con este tipo de rama secular, e Inocencio III aprobó la forma de vida de algunas de ellas, como los Humillados de Milán (1201) y los Pobres Católicos (1212). Los Penitentes, por tanto, ya existían individual y corporativamente, antes que San Francisco fundara el Orden de los Hermanos y Hermanas de la Penitencia. Él mismo y sus compañeros, antes de la aprobación de la Regla, se autodenominaban "Penitentes de Asís". Por tanto, no puede decirse que él fuera el fundador de todos, aunque sí de aquellos que, animados por el ejemplo y la predicación suya y de sus hermanos, quisieron llevar una vida más austera y evangélica, sin abandonar sus casas y sus compromisos familiares o laborales. Puesto que la predicación de los hermanos menores consistía en exhortar a la conversión o "penitencia", no es de extrañar que pronto surgieran en torno a ellos un núcleo de seglares deseosos de vivir como penitentes en sus propias casas. La idea de fundar la Orden franciscana seglar parece que le vino a Francisco a raíz de una predicación en Cannara (1212), cuando muchos de sus habitantes, hombres y mujeres, querían marcharse con él. Según el autor del Anónimo de Perusa, muchos casados decían a los hermanos: " Tenemos esposas y no nos permiten abandonarlas, Enseñadnos, pues, un camino para poder salvarnos". Y fue entonces cuando "fundaron una Orden que se llama de Penitentes, y la hicieron confirmar por el sumo Pontífice”.

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Que San Francisco fundó la Orden de los Penitentes o Terciarios lo dicen todas las fuentes primitivas, empezando por fray Tomás de Celano, el cual, al describir poéticamente en su Vida Primera (1228-29) los primeros frutos de la predicación itinerante del Santo y de sus compañeros, añadía que “ por todas partes resonaban himnos de gratitud y de alabanza, tanto que muchos, dejando los cuidados de las cosas del mundo, encontraron, en la vida y en la enseñanza del beatísimo padre Francisco, conocimiento de sí mismos y aliento para amar y venerar al Creador. Mucha gente del pueblo, nobles y plebeyos, clérigos y legos, tocados de divina inspiración, se llegaron a San Francisco, deseosos de militar siempre bajo su dirección y magisterio. Cual río caudaloso de gracia celestial, empapaba el santo de Dios a todos ellos con el agua de sus carismas y adornaba con flores de virtudes el jardín de sus corazones. ¡Magnífico operario aquél! Con sólo que se proclame su forma de vida, su Regla y doctrina, contribuye a que la Iglesia de Cristo se renueve en los creyentes de uno y otro sexo, y triunfe la triple milicia de los que se han de salvar”. Y concluye: “ A todos daba una norma de vida y señalaba con acierto el camino de salvación, según el estado de cada uno ". Poco después, fray Julián de Spira (1232-1235) veía en las tres iglesias restauradas por Francisco el signo de las tres Órdenes que él fundó, dando “ley” a cada una, y explicaba que “la primera quiso que el nombre de Hermanos Menores fuese, en medio están las Pobres Señoras, y Penitentes de uno y otro sexo abraza la Orden Tercera ”. De la Orden de los Penitentes dirá en otro momento que “no es de mediocre perfección, y está abierto a clérigos y laicos, vírgenes y continentes y casados, y comprende, para su salvación, a ambos sexos”. También la Leyenda de los Tres Compañeros relaciona las tres Ordenes fundadas por él y confirmadas cada una “en su momento, por el sumo pontífice " con las tres iglesias que restauró, y con la Santísima Trinidad, de la que el santo fue muy devoto. San Buenaventura, por su parte, dice que " numerosas personas, inflamadas por el fuego de la predicación, se comprometían a las nuevas normas de penitencia según la forma de vida recibida del hombre de Dios "; y explica que dicho estado de vida estaba abierto a clérigos y seglares, vírgenes y casados de ambos sexos y que fue San Francisco quien determinó que se llamaran " Hermanos de la Penitencia”.

El mismo cardenal Hugolino, siendo papa, escribía a Santa Inés de Praga en junio de 1238 y hacía referencia a las tres Órdenes fundadas por el santo, entre ellas " los colegios de penitentes”. Hasta nosotros ha llegado el llamado "memorial de propósitos" una Regla de la Orden de los Hermanos y Hermanas de la Penitencia que se dice comenzada en el año 1221. Que fue fundada por San Francisco ese año lo confirman el beato Francisco de Fabriano en la segunda mitad del siglo XIII, y la Crónica de los XXIV Generales en el s. XIV. Así pues, lo más probable es que la decisión de fundar una orden para seglares la tomara Francisco en 1221, durante la celebración del capítulo general o de las esteras, de acuerdo con los ministros y demás religiosos. Probablemente fue entonces cuando se dió el visto bueno al proyecto, dejando para más adelante la redacción de un memorial o regla, en espera de que el santo y el cardenal Hugolino pudiesen elaborarlo juntos, cosa que se hizo, según parece, el verano siguiente, en Florencia. La intervención del cardenal protector de la Orden, futuro papa Gregorio IX, en la redacción de la regla para los Penitentes está confirmada por algunos testimonios. Fue el mismo Hugolino, según la Chronica Minor” de un fraile de Erfurt, quien “ dió confirmación pontificia a las dos órdenes que Francisco había fundado, la de las Pobres Damas consagradas y la de los Penitentes, una orden esta que abraza a ambos sexos y a clérigos, casados, vírgenes y continentes ”. Y el bien informado biógrafo de Gregorio IX decía que " en el periodo en que fue obispo de Ostia, Hugolino instituyó y llevó a término las nuevas Órdenes de los Hermanos de la Penitencia y de las Hermanas Reclusas”. Y añade: “ Y también guió a la Orden de los Menores, cuando esta se movía con paso vacilante, elaborando para ellos una nueva Regla y dando forma, de ese modo, a aquel movimiento aún informe, designando a San Francisco como ministro y jefe ”. Hoy nadie pone en duda que el cardenal Hugolino, protector de la Orden, ayudó de manera decisiva a San Francisco a dar un orden jurídico a la segunda y a la tercera orden por él fundadas. Los penitentes franciscanos, considerados " Hermanos y Hermanas de la III Orden de San Francisco " por Gregorio IX poco después de la muerte del Santo, experimentaron enseguida un notable crecimiento junto con los hermanos Menores. El 18 de agosto de 1289, el papa franciscano Nicolás IV, con la bula " Supra Montem ", les dió una nueva Regla, que estuvo en vigor durante siglos, hasta que León XIII la actualizó con la bula " misericors Dei Filius " del 30 de mayo de 1889. Después del Concilio Vaticano II, en un clima de mayor compromiso y de mayor autonomía, reconocida a las organizaciones seglares comprometidas especialmente en la vida cristiana y en el apostolado, con la aportación de destacados terciarios de todo el mundo, se redactó la Regla actual, que el papa Pablo VI aprobó con la bula " Seraphicus Patriarca " del 4 de junio de 1978.

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La Tercera Orden Franciscana, o la Orden Franciscana Seglar, como hoy se llama, ha dado la Iglesia un gran número de Santos y Beatos. Entre los literatos, artistas y científicos que han dado su nombre a la Orden conviene destacar a Giotto, Dante, Palestrina, Perosi, Galileo, Galvani, Volta, Cristobal Colón, Lope de Vega, etc., todos personajes que, haciendo honor a San Francisco, han dado testimonio de su gran intuición de hacer asequible a todos su estilo de vida religiosa.

La Tau. Bibliografía: www.franciscanos.org Autor: Leonhard Lehmann, O.F.M.Cap. Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. El signo «TAU» (T) Significado y tradición de la «tau» La Tau «T» es la última letra del alfabeto hebreo. Decimonona letra del alfabeto griego, que corresponde a la que en el nuestro se llama «te». Pero es también una señal o signo, todo un símbolo. San Francisco profesaba una profunda devoción al signo Tau, del que habla expresamente el profeta Ezequiel (9,3-6) y al que se refiere implícitamente el Apocalipsis (7,2-4). Con ella firmaba cartas y marcaba paredes, y sanaba heridas y enfermedades. En el ánimo de Francisco pudieron influir el discurso con que Inocencio III abrió el Concilio IV de Letrán, la cruz en forma de tau que llevaban los monjes antonianos sobre el escapulario, la liturgia y el arte sagrado, etc. Para el Santo, la Tau, como la cruz cristiana, era signo de conversión y de penitencia, de elección y de protección por parte de Dios, de redención y de salvación en Cristo. Desde hace algunos decenios, se ha revalorizado el uso de la Tau en la familia franciscana; se la ve frecuentemente en libros, revistas, cuadros, etc., y la llevan sobre sí, como signo distintivo, muchos hermanos y hermanas tanto de la Primera como de la Tercera Orden, sea ésta religiosa o seglar. Para profundizar en su significado recogemos algunos textos: Tratado de los milagros, de Celano: «La señal de la Tau le era preferida sobre toda otra señal; con ella sellaba Francisco las cartas y marcaba las paredes de las pequeñas celdas» (3 Cel 3). Leyenda Mayor, de S. Buenaventura: «El hermano Pacífico... mereció ver de nuevo en la frente de Francisco una gran Tau, que, adornada con variedad de colores, embellecía su rostro con admirable encanto. Se ha de notar que el Santo veneraba con gran afecto dicho signo: lo encomiaba frecuentemente en sus palabras y lo trazaba con su propia mano al pie de las breves cartas que escribía, como si todo su cuidado se cifrara en grabar el signo tau -según el dicho profético- sobre las frentes de los hombres que gimen y se duelen (Ez 9,4), convertidos de veras a Cristo Jesús» (LM 4,9). Cf. 2 Cel 106; 3 Cel 3 y 159; LM Pról 2; LM Milagros 10, 6 y 7; Lm 2,9; Ll 2.

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Ezequiel 9,3-6: «Yahvéh llamó entonces al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura, y le dijo: "Recorre la ciudad, Jerusalén, y marca una tau en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en ella". Y a los otros oí que les dijo: "Recorred la ciudad detrás de él y herid. No tengáis piedad, no perdonéis; matad a viejos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres hasta que no quede uno. Pero no toquéis a quien lleve la tau en la frente. Empezad por mi santuario"». Apocalipsis 7,2-4: «Luego vi a otro ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro ángeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar: "No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios". Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel» (Cf. Ap 9,4). Inocencio III en el Concilio IV de Letrán el año 1215: Después de describir la triste situación de los Santos Lugares hollados por los Sarracenos, el Pontífice lamentó los escándalos que desacreditaban el rebaño de Cristo y lo amenazó con los divinos castigos si no se enmendaba. Evocó la famosa visión de Ezequiel, cuando Yahvéh, agotada la paciencia, exclama con voz poderosa: «"Acercaos, vosotros que veláis sobre la ciudad; acercaos con el instrumento de exterminio en vuestras manos". Y he aquí que seis hombres llegaron con sendos azotes en sus manos. Entre ellos estaba un varón vestido de lino, con recado de escribir a la cintura. Y díjole Yahvéh: "Recorre Jerusalén, y señala con una TAU las frentes de los justos que se encuentren en ella". Y dijo a los otros cinco: "Recorred la ciudad tras él, y exterminad sin piedad a cuantos encontréis; mas no toquéis a ninguno que esté señalado con la TAU". "¿Quiénes son -continuó el Papa- los seis varones encargados de la venganza divina? Ésos sois vosotros, Padres conciliares, que, valiéndoos de todas las armas que tenéis a mano: excomuniones, destituciones, suspensiones y entredichos, habéis de castigar implacablemente a cuantos no estén señalados con la TAU propiciatoria y se obstinen en deshonrar la Cristiandad».- «En su discurso de Letrán, Inocencio III había señalado con el signo Tau a tres clases de predestinados: los que se alistaren en la cruzada; aquéllos que, impedidos de cruzarse, lucharen contra la herejía; finalmente, los pecadores que de veras se empeñaren en reformar su vida» (O. Englebert, Vida de S. Francisco de Asís. Santiago de Chile 1973, pp. 226 y 238).

Como Escapa Santa Clara de Asís. Bibliografía: Catholic.Net Autor: Pedro García, Misionero Claretiano Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. Como escapa Santa Clara de Asís. Todos conocemos –¡y tanto que lo conocemos!– Francisco de Asís, el Santo más popular en la Iglesia. Pero, ¿sabemos algo de su compañera Santa Clara? Es una Santa que no mete ningún ruido. Y, sin embargo, lo que Francisco es como hombre lo es Clara como mujer. Clara fue la mayor conquista de Francisco para Dios. Una Santa extraordinaria como pocas, revestida de extrema sencillez. Un día recibe en su monasterio la visita nada menos que del Papa, que llega desde Roma, dispuesto a librar a aquella mujer y a sus compañeras de tanta pobreza como han profesado y en la que viven felices. El Papa le dice resuelto: - Quiero que tengan rentas y posean tierras para asegurar la vida de la comunidad. - ¡Santo Padre! ¡No es eso lo que hemos prometido! - Ya lo sé. Pero yo puedo desligaros de esa promesa. - Bien, Santo Padre. A cambio de ella, deslígueme de mis pecados, pero no de imitar a Nuestro Señor Jesucristo. El Papa tuvo que rendirse. ¿Qué iba a contestar a una razón como ésta? Clara, al igual que Francisco, se había desposado con la Dama Pobreza, y no había más remedio que vivir totalmente pobre. Cuando le llegue la muerte a Clara, otro Papa vendrá desde Roma hasta Asís para visitarla y despedirse de ella. Clara quiere besar los pies al Papa, al mismo tiempo que le pide su bendición y la indulgencia plenaria antes de morir. El Papa rompe a llorar conmovido:

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- ¡Quiera Dios, hija mía, que no tenga yo más necesidad de la misericordia divina que tú! Esto ha sido la vida entera de Clara: todo pobreza, contra la cual no pudo un Papa, y todo inocencia, pasmo también de otro Papa, que vienen a Asís para poder hablar con esta mujer celestial. Clara había nacido de familia rica y caballeresca. Bonita, muy bonita, era solicitada por muchos que soñaban, y con razón, en una vida feliz con tan distinguida señorita. Pero Clara, con sus dieciocho estupendos años, escucha y ve a Francisco, su paisano, aquel joven apuesto a quien había sonreído también mucho la vida, y decide seguir sus mismos pasos. Presiente una batalla campal con los de su familia, que la quieren casar a todo trance. Y en la noche del Domingo de Ramos, sin que nadie se dé cuenta de la huida, se escapa de la casa paterna y corre a campo traviesa hasta la iglesia de los Angeles donde la esperan Francisco y sus compañeros. Clara será la primera de una legión de muchachas que se jugarán la vida por Jesucristo metidas en conventos de clausura, dedicadas solamente a la oración y al sacrificio, abrazadas siempre con Jesucristo Crucificado. Llegada al templo, se abraza al altar, se despoja de sus vestidos de seda, cubre su cuerpo con un áspero sayal y calza sus pies delicados con unas sandalias de madera. Todos están muy contentos. Pero les domina una grave preocupación.

- Clara, ¿cómo han quedado los de tu casa? - No lo sé, pero me lo imagino. Apenas se hayan dado cuenta de que me he escapado, se habrán puesto en plan de persecución. Pronto o tarde van a venir aquí. Pero me voy a prevenir y estar preparada. - ¿Y qué piensas hacer? - Ahora mismo se lo digo. ¡Traigan unas tijeras!... Sin mirárselo más, se hace cortar de unos tijeretazos su espléndida cabellera y con un velo austero cubre la calamidad en que ha quedado la cabeza. A los suyos, que llegan furiosos, les dice resuelta, quitándose el velo: - No puedo ir con vosotros ahora. Esperad al menos a que me crezca otra vez el pelo. No hubo más remedio que dejarla en paz y que siguiera el rumbo escogido para sí y sus compañeras. Esta muchacha de dieciocho años, la incondicional discípula de San Francisco, inicia con su monasterio una cadena interminable de conventos donde se encerrarán tantas y tantas jóvenes generosas, sin más ilusión que vivir para su Esposo Jesucristo en oración continua. Francisco la quiere tanto, y la ve tan llena de Dios, que más de una vez le consulta sus dudas. Sobre todo cuando Francisco se está preguntando con angustia, porque no ve claramente la voluntad de Dios: - ¿Y mis frailes, qué van a hacer mis frailes? ¿Sólo oración? ¿O los voy a lanzar también a las obras de apostolado? Clara lo tranquiliza: - Mándalos a trabajar por la Iglesia y por Dios. Nosotras nos dedicaremos por ellos solamente a la oración. Nosotras les sostendremos con nuestras plegarias. Se ha hecho célebre en la vida de Clara su milagro con la Eucaristía. Clara está gravemente enferma, y le avisan que las tropas del rey Federico II han tomado la ciudad de Asís y están ya rodeando su convento de San Damián. La enferma se levanta, toma de la iglesia la custodia con el Santísimo, ante el cual están en adoración las monjas, sale resuelta a la portería, traza con la custodia la cruz, se desbaratan los soldados sitiadores, y vuelve la paz en los alrededores del convento y en toda la ciudad. Clara, como Francisco, nos dicen lo mismo a todos: Amad la vida que Dios os da, que la vida es bella. Pero que sea Dios quien llene vuestra vida entera...

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La Pobreza en San Francisco de Asís. Bibliografía: Consejos Evangélicos. Autor: Fr. Michael Higgins, TOR Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. La pobreza en San Francisco de Asís. El abrazo de San Francisco a la pobreza nació de un amor por Jesús que lo consumió y de un deseo ardiente por vivir según el Evangelio. No se trataba de una simple imitación externa de Cristo, o simplemente de una renuncia a posesiones materiales, y menos aún de un intento de acción social o de testimonio. San Francisco abrazó la pobreza porque Cristo lo abrazó, como una fuerza motriz que dirigía su misión apostólica. La pobreza vivida como la vivió San Francisco, reconoce que uno no es autosuficiente y que todo, en definitiva, viene de Dios, incluso la vida misma. Como indica Thaddeus Horgan, SA, en sus reflexiones sobre la Regla TOR, “Francisco se desnuda no tanto para apartarse de las cosas de esta tierra, sino para liberarse de todo aquello que no es Dios. Como Cristo, también Francisco percibió el mundo como un don de Dios que nos ayuda a lo largo del camino hacia la vida plena... y, entonces, como valor interiorizado, la pobreza evangélica es una actitud del corazón que proclama con esperanza y con alegría la necesidad que todos tenemos de Dios y que sólo el Señor es Dios”.1 La pobreza permite a toda la creación tener sus propios derechos. En vez de ser considerados con una finalidad funcional y de avidez, tanto las personas como las cosas son vistas y respetadas como sacramentos de un encuentro con Dios. El ideal de la pobreza franciscana se expresa mejor con el término “simplicidad”. Guiados por esta virtud, somos sensibles a la presencia de lo Divino en todas las cosas. Y esto, a su vez, nos impulsa a vivir abandonados al amor y todo el bien de Dios. Todo acontecimiento, toda persona pueden ser vistas, por lo tanto, como una epifanía de lo Divino. Esto aparece muy claro en la

1

Horgan, Thaddeus, Turned to the Lord, Pittsburgh: Franciscan Federation, 1987: pp.52-53.

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vida de San Francisco, cuando abraza al leproso y cuando es capaz de ver en él un hijo de Dios, y no simplemente una creatura enferma y temible. El elemento clave que subyace a este tipo de idea de la pobreza es el desafío de ver todas las cosas y todas las personas como son realmente – como Dios las ve – y relacionarse con ellas a través de estas lentes. Cuando nosotros no nos consideramos la medida de todas las cosas, entonces el mundo queda liberado y puede ser sí mismo. El uso inteligente y respetuoso de las cosas de esta vida es su inevitable resultado. De una manera estupenda, el artículo 11 de la Regla de la OFS capta la esencia de la idea franciscana de la pobreza: “Cristo, confiado en el Padre, aún apreciando atenta y amorosamente las realidades creadas, eligió para Sí y para su Madre una vida pobre y humilde; del mismo modo, los Franciscanos seglares han de buscar en el desapego y en el uso, una justa relación con los bienes terrenos, simplificando las propias exigencias materiales; sean conscientes, en conformidad con el Evangelio, de ser administradores de los bienes recibidos, en favor de los hijos de Dios. Así, en el espíritu de las «Bienaventuranzas», esfuércense en purificar el corazón de toda tendencia y deseo de posesión y de dominio, como «peregrinos y forasteros» en el camino hacia la casa del Padre”. El artículo 15 de las Constituciones generales presenta algunas consecuencias prácticas del “espíritu de desprendimiento” que la Regla exige. Comienza indicando que: “Los franciscanos seglares intenten vivir el espíritu de las Bienaventuranzas, y especialmente el espíritu de pobreza. La pobreza evangélica manifiesta la confianza en el Padre, activa la libertad interior y dispone para promover una más justa distribución de las riquezas”. 2 Los párrafos del artículo 15 que siguen son estimulantes: “Los franciscanos seglares, que mediante el trabajo y los bienes materiales deben proveer a la propia familia y servir a la sociedad, tienen un modo propio de vivir la pobreza evangélica.”. 3 Para lograr esto se requiere “reducir las exigencias personales para poder compartir mejor los bienes espirituales y materiales con los hermanos, particularmente con los últimos”. 4 Además, “Adopten una posición firme contra el consumismo y contra las ideologías y las posturas que anteponen la riqueza a los valores humanos y religiosos y que permiten la explotación del hombre.”. 5 En una palabra, a los franciscanos seglares se les pide que “vean” el mundo a través del filtro del Evangelio y actúen en consecuencia.

La Castidad en San Francisco de Asís. Bibliografía: Consejos Evangélicos. Autor: Fr. Michael Higgins, TOR Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. La castidad Aparte de la mención del voto en el primer capítulo de la Regla de la Primera Orden, San Francisco no menciona la castidad en sus otros escritos. Más bien se centra en la necesidad de que los hermanos y hermanas busquen el reino de Dios y tengan una mente y un corazón puros. En varias de sus exhortaciones pone el acento en el hecho de que Dios busca o desea gente que, con el corazón y con el espíritu puro, esté dispuesta a servir, amar, rendir honor y adorar a Dios. En la Regla de 1221 San Francisco escribe: “Ruego a todos los hermanos, tanto a los ministros como a los otros, que, removido todo impedimento y pospuesta toda preocupación y solicitud, cómo mejor puedan, sirvan, amen, honren y adoren al Señor Dios, y háganlo con limpio corazón y mente pura” (Rnb XXII, 26). San Francisco repite este desafío en la Carta a los Fieles, Segunda redacción, un documento dirigido a los terciarios y muy probablemente escrito en el tiempo en el cual el Santo estaba escribiendo la Regla no bulada para los frailes. Y afirma: 2

3

4 5

CC.GG. 15,3.

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“Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y mente pura, porque esto es lo que sobre todo desea cuando dice: los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad” (2CtaF 19). Según Francisco, la única respuesta adecuada a Dios es la adoración, el amor y la atención directa a la voluntad de Dios. En la Admonición XVI, después de haber citado Mt 5,8: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”, escribe: “Son verdaderamente de corazón limpio los que desprecian lo terreno, buscan lo celestial y nunca dejan de adorar y contemplar al Señor Dios vivo y verdadero con corazón y ánimo limpio” (Adm XVI,2). Para San Francisco toda relación debería basarse en el amor y la adoración a Dios y debería estar guiado por una mente y un corazón puros. Y, es ésta la base para una vida de castidad, una vida que debería hacernos más capaces de amar. Siguiendo el modelo del Santo, la Regla de la OFS no trata en un modo específico el tema de la castidad. Sin embargo, repite su exhortación a los frailes y a los penitentes: amar y adorar a Dios y dejar que este amor llegue a los otros. El artículo 12 afirma: “Testigos de los bienes futuros y comprometidos a adquirir, según la vocación que han abrazado, la pureza de corazón, se harán libres, de este modo, para el amor de Dios y de los hermanos”. Como indica el artículo 17, el primer lugar en este amor debería tener sus raíces en la familia. Y exhorta: “Vivan en la propia familia el espíritu franciscano de paz, fidelidad y respeto a la vida, esforzándose en convertirlo en el signo de un mundo ya renovado en Cristo. Los casados particularmente, viviendo la gracia del matrimonio, den testimonio en el mundo del amor de Cristo a su Iglesia. Con una educación cristiana, sencilla y abierta, atentos a la vocación de cada uno, recorran gozosamente con sus hijos su itinerario espiritual y humano”.

Las Constituciones generales son todavía más específicas – y piden a los franciscanos seglares que “a men y vivan la pureza de corazón, fuente de la verdadera fraternidad”:6 “Los franciscanos seglares consideren a su familia como el ámbito prioritario en el que viven su compromiso cristiano y la vocación franciscana; en ella concédanle tiempo a la oración, a la Palabra de Dios y a la catequesis cristiana, y defiendan el respeto a la vida desde su concepción y en toda circunstancia, hasta la muerte. Los casados encuentren en la Regla de la OFS una valiosa ayuda para recorrer el camino de la vida cristiana, conscientes de que, en el sacramento del Matrimonio, su amor participa del amor que Cristo tiene a su Iglesia. El amor de los esposos y la afirmación del valor de la fidelidad son un profundo testimonio para la propia familia, la Iglesia y el mundo”. 7 Tanto la Regla como las Constituciones desafían a los franciscanos seglares a amar – amar a Dios, amar a sus esposas si son casados, amar a los hermanos y a las hermanas de su fraternidad, amar a la Iglesia y a sus ministros, amar a todos y amar a la creación. Se trata del desafío de amar como Dios ama, con una mente y con un corazón puro. ¡Un enorme desafío! Naturalmente para los hermanos y las hermanas casadas de la Orden, una de las características que distingue el abrazo secular de la vocación franciscana es lo que justamente se llama “castidad conyugal”. El Catecismo de la Iglesia Católica indica que: "El amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona "reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad"; mira una unidad profundamente personal que, más allá de la unión en una sola carne, conduce a no tener más que un corazón y un alma; exige la indisolubilidad y la fidelidad de la donación recíproca definitiva; y se abre a la fecundidad. En una palabra: se 6 7

CC.GG. 15,4 CC.GG. 24,1.

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trata de características normales de todo amor conyugal natural, pero con un significado nuevo que no sólo las purifica y consolida, sino las eleva hasta el punto de hacer de ellas la expresión de valores propiamente cristianos". 8 El Pontificio Consejo para la Familia lo expresa así: “La sexualidad humana es un bien: parte del don que Dios vio que «era muy bueno» cuando creó a la persona humana a su imagen y semejanza, y «hombre y mujer los creó» (Gn 1, 27). En cuanto modalidad de relacionarse y abrirse a los otros, la sexualidad tiene como fin intrínseco el amor, más precisamente el amor como donación y acogida, como dar y recibir. La relación entre un hombre y una mujer es esencialmente una relación de amor: «La sexualidad orientada, elevada e integrada por el amor adquiere verdadera calidad humana». Cuando dicho amor se actúa en el matrimonio, el don de sí expresa, a través del cuerpo, la complementariedad y la totalidad del don; el amor conyugal llega a ser, entonces, una fuerza que enriquece y hace crecer a las personas y, al mismo tiempo, contribuye a alimentar la civilización del amor”.9 El documento continúa diciendo que, sin este amor, los hombres y las mujeres se convierten en objetos y los hijos en un obstáculo. Sólo a través del amor respetuoso, la sexualidad humana puede encontrar su plenitud. Por esta razón, una vida sexual activa y mutuamente respetuosa puede ser considerada y abrazada como un elemento esencial de castidad conyugal.

La Obediencia en San Francisco de Asís. Bibliografía: Consejos Evangélicos. Autor: Fr. Michael Higgins, TOR Etapa de Estudio: JuFrA Permanente. Valor: Franciscano. La obediencia A través de una experiencia de conversión a menudo difícil y dolorosa, San Francisco descubrió que la vida tiene sentido sólo cuando se escucha atentamente la voz de Dios y se sigue su voluntad. Y la obediencia franciscana no consiste en otra cosa que en este deseo de escucha atenta de la voluntad de Dios de un modo concreto y práctico. En su Testamento San Francisco reflexionaba sobre los efectos que este tipo de obediencia tenía en su vida. Es claro que el Santo experimentaba a Dios como una presencia activa y una guía que lo conducía más allá de su estrecha visión del mundo hacia algo más nuevo y más grande. Así escribe: “El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia... el Señor mismo me condujo entre ellos (los leprosos)... el Señor me dio una tal fe en las 8 9

Catecismo de la Iglesia Católica 1643, Sección II, Cap. III, Art. VII, parte V: Los bienes y las exigencias del amor conyugal. Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: Verdad y significado (Vaticano, 8 diciembre 1995) n. 11.

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iglesias... el Señor me dio y me da tanta fe en los sacerdotes... el Señor me dio hermanos... el Altísimo mismo me reveló que debería vivir según la forma del santo Evangelio... el Señor me dio el decir y escribir sencilla y puramente la Regla y estas palabras...”. San Francisco nos dice que ha sido siempre el Señor quien le mostraba qué hacer en los momentos más importantes y decisivos de la vida. El Santo respondió a esta acción divina con obediente colaboración. San Francisco descubrió en la vida de Jesús el ejemplo fundamental de obediencia a Dios. Como indica de un modo excelente la Carta a los Hebreos, cuando Jesús ha venido al mundo dijo: “Sacrificio y oblación Tú no quisiste; pero me has formado un cuerpo. Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. Entonces dije: ¡He aquí que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad! (Heb 10,5-7). Cada aspecto de la vida y de la misión apostólica de Jesús ha sido modelado por su intenso deseo de seguir la voluntad del Padre. Hasta cuando afronta un muerte humillante y dolorosa su obediencia, su escucha atenta a la voluntad divina le dará resolución y coraje: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.» (Mc 14,36). El fundamento de la obediencia franciscana supera la adhesión a nuestras reglas de vida o a las constituciones y estatutos que guían nuestras Órdenes. Surge de un íntimo y amoroso seguimiento de Jesús, recibe fuerza del Espíritu Santo, y conduce a una íntima relación con el Padre. Solamente así podemos entender las dimensiones prácticas de la obediencia. Para San Francisco, uno de los primeros ámbitos en donde se vive la obediencia es la fraternidad. La fraternidad franciscana no es solamente un grupo de gente que se han puesto de acuerdo para vivir juntos o para compartir la vida. Se trata de una realidad nacida de la obediencia a la inspiración divina y a una atenta escucha del Evangelio. Es sólo entonces que se puede convertir en el “lugar privilegiado para desarrollar el sentido eclesial y la vocación franciscana, y, además, para animar la vida apostólica de sus miembros”. 10 Es importante enfatizar el carácter profundamente evangélico de la obediencia franciscana. Tanto para los franciscanos, individualmente, como también para la fraternidad en su conjunto, es necesaria una constante búsqueda de la voluntad de Dios y la disponibilidad a abrazar esta voluntad y seguirla – también cuando esto es difícil y requiere sacrificio. La obediencia no es otra cosa que la escucha atenta y devota de la voluntad de Dios que nos llega a través de la mediación de una variedad de canales y la disponibilidad a seguirla. En primer lugar, tenemos las Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, las reglas y constituciones de nuestras Órdenes, los ministros de nuestra fraternidad, los hermanos y las hermanas de nuestra fraternidad, y los esposos y la familia para nuestros hermanos casados.

Una vez más, la Regla de la OFS capta el espíritu de San Francisco en su presentación de la obediencia. “Asociándose a la obediencia redentora de Jesús, que sometió su voluntad a la del Padre, cumplan fielmente las obligaciones propias de la condición de cada uno, en las diversas circunstancias de la vida, y sigan a Cristo, pobre y crucificado, confesándolo aún en las dificultades y persecuciones”. 11 Este artículo de la Regla es citado y comentado por las Constituciones generales: “Cristo pobre y crucificado”, vencedor de la muerte y resucitado, máxima manifestación del amor de Dios al hombre, es el “libro” en el que los hermanos, a imitación de Francisco, aprenden el porqué y el cómo vivir, amar y sufrir. En Él descubren el valor de las contradicciones por causa de la justicia y el sentido de las dificultades y de las cruces de la vida de cada día. Con Él pueden aceptar la voluntad del Padre en las circunstancias más difíciles y vivir el espíritu franciscano de paz, rechazando toda doctrina contraria a la dignidad del hombre. 12 Estos documentos son claros al indicar que Jesús, que siempre fue atento a la voluntad del Padre, es el ejemplo de la obediencia franciscana. Él es el “libro” que dirige y guía la vida de los franciscanos, seglares y religiosos. Conclusión 10

Regla OFS III,22. Regla OFS II,10. 12 CC.GG. 10. 11

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Los consejos evangélicos desafían a los franciscanos a vivir una vida basada en los Evangelios sobre el ejemplo de Jesús, que vivió una vida pobre, casta y obediente. No hay mejor camino para ir “del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio”. 13 Pensando en esto, y sin simplificar demasiado este fundamento esencial, podemos decir que la pobreza, la castidad y la obediencia son elementos constitutivos de una vida centrada en el Evangelio. Ayudan a definir nuestras relaciones con Dios y el modo cómo vivir nuestra vida en el mundo. Si bien es diversa la modalidad con la cual los seglares y los religiosos viven los consejos evangélicos, la idea y el espíritu subyacente a ellos son iguales para todos los franciscanos. Y ofrecen una espléndida guía para saber cómo vivir la vida, a partir de una relación íntima con Dios. La pobreza nos anima a valorar el mundo – y en él todo y a todos – como lo hace Dios. Nos impulsa a reconocer la dignidad inherente a todas las personas y a usar los bienes del mundo de una manera respetuosa. La castidad nos anima a amar como Dios ama, con pureza de corazón y de mente, y nos desafía a que expresemos nuestra sexualidad en sintonía con nuestra vocación y estado de vida. Conduce a amar como corresponde. La obediencia nos anima a escuchar con atención la voluntad de Dios y a tener el coraje de dejarnos guiar por su voluntad de manera que informe toda nuestra vida. Conduce a vivir como corresponde.

13

Regla OFS I,4.

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