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ROMANOS VERSO POR VERSO

Un recorrido expositivo de la epístola a los Romanos

Hugo Efraín Vásquez

“Al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén” Romanos 16:27

Título: Romanos verso por verso Autor: ©Hugo Efraín Vásquez Fecha: 2019 1ª edición Registro de Propiedad Intelectual: 1907231511734. ©Todos los derechos reservados No se permite la reproducción total o parcial de esta obra por ningún medio, sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotografía, sin permiso de previo de su autor.

ÍNDICE 1.- INTRODUCCIÓN A LA EPÍSTOLA A LOS ROMANOS 2.- Introducción (1:1-15) 3.- El Evangelio y la justicia de Dios (16-17) 4.- Condenación: La necesidad de la justicia de Dios (Ro 1:18-3:20) 5.- Justificación: La provisión de la justicia de Dios (Ro 3:21-5:21) 6.- Santificación: La demostración de la Justicia de Dios (6:1-8:39) 7.- Restauración: El conflicto de Israel y la justicia de Dios (Ro 9:1-11:36) 8.- Aplicación: La conducta de la justicia de Dios (12:1-15:13) 9.- Conclusión, últimas palabras de Pablo Bibliografía:

1.- INTRODUCCIÓN A LA EPÍSTOLA A LOS ROMANOS 1.1.- Importancia de la Epístola a los Romanos La Epístola a los Romanos es uno de los escritos bíblicos que como cristianos tenemos la obligación de estudiarlo a profundidad. El Apóstol Pablo hizo un gran esfuerzo por explicar de una manera sistemática, por lo menos más que en sus otras epístolas, las grandes doctrinas cristianas. Como lo expresa Jhon Stott en su comentario a Romanos esta es una especie de “manifiesto cristiano”[1] La Iglesia en todas sus generaciones ha reconocido la importancia del texto de Romanos. Desde los padres de la Iglesia hasta tiempos de la Reforma. En donde fue el estudio correcto de esta carta la que llevó a los primeros reformadores a cuestionarse la doctrina y práctica de la Iglesia Católica. Recordemos el texto que a Lutero le iluminó su entendimiento de la Fe: “De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe.” Romanos 1:17[2] Sobre esto Lutero comentó: “Ansiaba grandemente entender la Carta de Pablo a los Romanos, y nada se interponía en el camino, a excepción de esa sola expresión <>, porque yo consideraba que significaba aquella justicia mediante la cual Dios es justo y obra con justicia al castigar a los injustos…. Medité día y noche hasta que…. Comprendí la verdad de que la justicia de Dios es aquella justicia mediante la cual, por gracia y simple misericordia, nos justifica por fe. A partir de allí sentí que había renacido y que había entrado por puertas abiertas al paraíso. Todas las Escrituras adquirieron un significado nuevo, y en tanto antes <> me había llenado de odio, ahora se había convertido para mí en algo inexpresablemente dulce y con un amor que iba en aumento. Este pasaje de

Pablo vino a ser para mí el portal de entrada al cielo”.[3] En fin, esta carta es uno de los Escritos que ha impulsado la gran mayoría del pensamiento teológico a lo largo de la historia. Por esta razón es de suprema importancia que todo estudiante de la Biblia se familiarice con esta epístola, que adquiera herramientas adecuadas para la interpretación de esta, para poder aplicar su mensaje en sus vidas y ministerios. 1.2.- Autor y Propósitos de la Epístola El autor de está Epístola, la tradición nos ha enseñado que fue Pablo. En realidad, muy poco se ha puesto en duda la paternidad Paulina de este escrito. En cuanto a los propósitos por los cuales Pablo escribe se ha comentado mucho. Existen desde los comentaristas que piensan que Pablo escribe un compendio de la doctrina cristiana, apartado de cualquier influencia cultural o situacional de su época. Mientras otros tienden a dar demasiada importancia a las circunstancias históricas descuidando el carácter de Palabra de Dios que tiene, no solo Romanos, sino todo escrito bíblico. Por esta razón en este curso abordaremos este texto desde el método hermenéutico conocido como “Gramático – Histórico” 1.3.- Método de interpretación El método de interpretación al que como cristianos evangélicos hemos considerado mayoritariamente como el método correcto es el método “Gramático-Histórico”. Que consiste en acercarnos al texto bíblico teniendo en cuenta: 1. Las características del idioma en el que fue escrito el texto. Para esto es importante si no tenemos las bases de griego y hebreo necesarias, poder contar con varias traducciones de la Biblia y notar de qué manera los traductores han entendido el texto en su idioma original. En el caso de Romanos el griego que Pablo utilizó fue un griego Tolomaico. En otras palabras, un dialecto que se usaba en el sistema

jurídico. Probablemente por esa razón Pablo utilizó un secretario que se identifica como Tercio. 2. El género literario en el que fue escrito el texto. Sabemos que no es lo mismo leer una poesía o las noticias en el diario, cada uno requiere un método de interpretación diferente. De igual manera en la Biblia encontramos varios géneros literarios cada uno con características diferentes en cuanto a su interpretación. El libro de Romanos tiene un género literario que se denomina “Epistolar” y se caracteriza por ser una carta que se dirige no a un individuo en particular sino a una comunidad en general. Sin embargo, dentro del texto nos encontraremos con otras figuras literarias, como metáforas, símiles, citas de textos proféticos. Etc. 3. El contexto histórico en el que fue escrito el texto. Cada pasaje de la Biblia nace en diferentes circunstancias históricas. Cada una con diferentes características, culturales, sociales, religiosas, etc. Que debemos tomar en cuenta para entender el mensaje original de un texto bíblico. 1.4.- Contexto histórico de Pablo al escribir “Romanos” Probablemente Pablo escribía desde Corinto durante tres meses que pasó en Grecia, poco antes de zarpar hacia el este. Es probable que por el año 57 d.C, en su tercer viaje misionero. .[4] Menciona en su carta que se proponía visitar tres lugares: 1) Jerusalén. A donde llevaría el dinero que las Iglesias griegas han contribuido para los cristianos empobrecidos de Judea (15:25) Cabe recalcar aquí la actitud de Pablo al posponer su viaje a Roma para aportar con esta colecta a los cristianos de Jerusalén. 2) Roma. Pablo menciona que, a pesar de verse frustrado en ocasiones anteriores para visitar a la Iglesia de Roma, tiene la confianza de que ahora si lo va a poder hacer.

3) España. Con el fin de continuar la obra misionera pionera “donde Cristo no sea conocido” (15:20,24,28). Roma se encontraba de una manera estratégica en la mitad del compromiso misionero de Pablo, ya que estaba entre Jerusalén, que era una gran carga para Pablo por el bienestar de su pueblo y España que significaba su compromiso por expandir el Evangelio entre los gentiles. Por tal razón los propósitos de Pablo de visitar Roma y de escribirles con anterioridad tienen mucho que ver con esto. Ya que posiblemente Pablo quería descansar un poco en Roma a parte de buscar el apoyo necesario para su viaje a España. También está claro en esta Epístola que, aunque Pablo no fue el fundador de la Iglesia de Roma. De la cual poco sabemos de su origen. Él quería establecer sus credenciales apostólicas ya que posiblemente su ministerio no era muy conocido entre ellos y la mejor manera de hacerlo era exponerles de una forma integral el Evangelio que predicaba. Sin embargo, los propósitos de Pablo al escribir Romanos, no se limitan a su situación ni a sus planes de visitarlos, sino que también responden a circunstancias en las que se encontraban los propios cristianos de Roma. 1.5.- Contexto histórico de los cristianos en Roma. La Iglesia de Roma era una comunidad mixta, estaba compuesta tanto por judíos como por gentiles y estos eran la mayoría (1:5,13; 11:13). Esta diferencia étnica y cultural, como es de esperarse causaba muchos conflictos, que incluso llegaban al campo teológico, ya que la forma de ver la fe de los judíos difería mucho de la de los gentiles. Según muchos estudiosos, entre ellos Wedderburn [5] dice que los cristianos judíos de Roma representaban un “cristianismo judaizante”, que consideraba al cristianismo simplemente como parte del judaísmo y por tanto exigían que sus seguidores observaran la ley judaica. Incluso muchos expertos han podido ver a los cristianos judíos como “los débiles” de los capítulos 14 y 15. Con esto en mente se entiende mejor el porqué de estos pasajes en la Epístola. Ya que mientras los “débiles” prestaban demasiada atención a los asuntos ceremoniales y alimenticios, por otro lado, los “fuertes” despreciaban a los que seguían innecesariamente esclavizados a la ley. Por tal razón Pablo

escribe con el propósito de reconciliar a estos dos grupos; ya que él era una persona idónea para este fin, porque tenía su corazón en los dos lados de la controversia. Por un lado, él mismo era judío amante de su propio pueblo. (9:3) y por otro lado había sido comisionado por Dios para llevar el Evangelio a los gentiles (11:13). En todo esto podemos ver la providencia de Dios que guio a Pablo a desarrollar esta maravillosa Epístola en la que se explica de una manera completa el Evangelio de Jesucristo. En la que predominan dos temas: 1) La salvación solamente por la fe, independientemente de cualquier obra que el ser humano pueda hacer. Este fue el punto que impacto de manera importante la vida de Agustín de Hipona y posteriormente de Martín Lutero. La sola fide y sola gratia. 2) Pablo hace mucho énfasis en la igualdad entre judíos y gentiles. Argumentando que tanto unos como otros son culpables de pecado ante Dios (3:23) y todos necesitan de igual manera la fe en Jesús para salvación. Tanto de gentiles como de judíos son las promesas hechas al pueblo de Israel, ya que los gentiles han sido hechos parte del pueblo de Dios, puesto que los descendientes de Abraham son por la fe y no por la carne. Este tema de Israel y el Pueblo de Dios ha causado grandes controversias especialmente en nuestro tiempo con la incursión de la posición teológica conocida como “Dispensacionalismo” que afirma que Israel no ha dejado de ser el Pueblo elegido por Dios y Dios tiene un propósito diferente para Israel y otro para la Iglesia. De esto trataremos más profundamente conforme avance el curso. 1.6.- Características especiales 1.- De todas las Epístolas de Pablo. Romanos es la más sistemática. Puede leerse como un tratado teológico bien elaborado más que como una carta. 2.- Gran énfasis en la doctrina cristiana. El número y la importancia de los temas teológicos que se tratan en esa carta son excepcionales: el pecado, la gracia, la elección, la salvación, la fe, la justificación, la santificación, la redención, la muerte y la resurrección.

3.- El uso extenso de citas del Antiguo Testamento. Aunque Pablo regularmente emplea citas del Antiguo Testamento en sus cartas, en Romanos estas citas sostienen todo su argumento. (9-11) 4.- Una preocupación intensa por Israel. Pablo escribe de la condición actual de este pueblo, de su relación con los gentiles y de su salvación final. 5.- Según muchos estudiosos Pablo en Romanos se inspira en la Epístola a los Gálatas; ya que aborda los mismos temas de una manera más elaborada.

2.- Introducción (1:1-15) 2.1.- Pablo identificado con el Evangelio (1) 1:1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para anunciar el evangelio de Dios[6]

Como es costumbre en sus cartas Pablo comienza identificándose, pero de manera interesante en esta epístola Pablo se describe más de lo usual. Probablemente porque tenía en mente que los cristianos de Roma no lo conocían personalmente y uno de sus propósitos era presentar las credenciales de su ministerio en Roma. “Pablo, siervo de Cristo Jesús” La primera palabra que observamos que usa para identificarse es “siervo” en griego doulos[7], que literalmente significa esclavo. Como todos sabemos, un esclavo es alguien subordinado ante un señor o un amo. En este caso Pablo identifica que su dueño es Jesucristo. Un aspecto interesante del concepto de esclavitud en la mentalidad judía es que esta podía ser obligada, o también voluntaria y por amor. Un ejemplo de esto encontramos en Deuteronomio 15:12-17 Teniendo esto en mente y recordando que Pablo en muchas ocasiones habló también de la libertad que obtenemos en Cristo Jesús es de suponer que aquí se hace referencia a una decisión de someterse a Cristo por amor no por obligación. Al analizar el tema de la decisión personal que debemos tomar esto no implica en ninguna manera que podemos decidir un día si ser siervos y al siguiente no. La decisión es de por vida. (Deuteronomio 15:17) Podemos profundizar en el tema de la sujeción al Señorío de Cristo al analizar Lucas 17:7-11 “Llamado a ser apóstol” Inmediatamente Pablo se identifica con su llamado a ser apóstol. Como es conocido este término técnicamente significa “Uno enviado”. Sin embargo,

en el Nuevo Testamento sabemos que se convirtió en una posición de autoridad para los doce delegados directamente por Jesús y también Pablo; ya que el mismo relata haber sido testigo de Cristo resucitado y encomendado directamente por él. 1Corintios 9:1 ¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes el fruto de mi trabajo en el Señor? 9:2 Aunque otros no me reconozcan como apóstol, ¡para ustedes sí lo soy! Porque ustedes mismos son el sello de mi apostolado en el Señor. [8]

Pregunta para el diálogo ¿Cómo entendemos hoy el ministerio del Apostolado? “apartado para anunciar el evangelio de Dios” De una manera interesante aquí Pablo usa para “apartado” el término griego aforismenos[9] que puede ser traducido como delimitar o separar; y es la misma palabra que da origen al término fariseo. Puede ser que aquí el autor que antes de ser cristiano se identificaba con esta secta del judaísmo ahora se refiere a él mismo como fariseo, pero del Evangelio. Es decir, puede tener la intención de hacernos notar desde ya el contraste entre la Ley y el Evangelio. La misma expresión usa para identificarse en Gálatas 1:15 “Sin embargo, Dios me había apartado desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia. Cuando él tuvo a bien”[10]

Notemos que, aunque el Apostolado era una posición de autoridad, Pablo siempre reconocía que él había sido llamado solamente por la gracia de Dios. Nunca se sintió merecedor de su llamado. Ya que sabía que incluso en su vida anterior él fue perseguidor de la Iglesia de Dios.

2.2.- Descripción introductoria del Evangelio (1:2-5) 1:2 que por medio de sus profetas ya había prometido en las sagradas Escrituras. 1:3 Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana era descendiente de David, 1:4 pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor. 1:5 Por medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe. [11]

El versículo 1 nos dejó claro que el Evangelio tiene su origen en Dios. Es decir, no tiene que ver con la sabiduría humana. “que por medio de sus profetas ya había prometido en las sagradas Escrituras” En este verso nos advierte que ya había sido confirmado por los profetas en las Escrituras. De esta manera Pablo confirma la autoridad de las Escrituras del Antiguo Testamento, es decir no niega las raíces judías del cristianismo; pero las une con el Nuevo Testamento y en especial con el Evangelio. Es decir, el Antiguo Testamento sin el Evangelio no está completo.

“Este evangelio habla de su Hijo” Aquí Pablo nos habla del contenido en sí del Evangelio. Que tiene su origen en Dios, pero nos habla de su Hijo. Es decir, el contenido del Evangelio es Jesucristo. Nos tomaremos aquí algunas líneas para hablar del origen exegético del término Evangelio. El cual proviene del griego Euangelion. Que literalmente solo significa un “buen mensaje” o “buena noticia” Eu = Bueno Angelios = Mensaje; noticia[12] Sin embargo, el Evangelio cristiano no se limita al anuncio de cualquier buena noticia, sino que está relacionado con la obra de Jesucristo. Esta reflexión nos aleja de cualquier interpretación liberal de la Biblia en la que se limite el Evangelio y el evangelizar a solamente hacer buenas obras o a la labor social. Ideas trasmitidas principalmente por la conocida Teología de la liberación o por las interpretaciones racionalistas y liberales de las Escrituras. No podemos imaginar a un Pablo ni a ninguno de los Apóstoles apartando la labor de evangelizar de la persona de Jesucristo. Ni siquiera se limita al anuncio del Dios (YHWH) del Antiguo Testamento. Lo cual indica la independencia que tiene el cristianismo del judaísmo.

Pregunta de aplicación ¿Estamos conscientes que predicar el Evangelio conlleva necesariamente hablar de Jesús y no solamente de Dios en sentido genérico? “que según la naturaleza humana era descendiente de David” Esto nos habla de la naturaleza humana e histórica de Jesús. Para los cristianos del primer siglo era mucho más fácil relacionar el cristianismo con la figura del Jesús histórico. Mientras que el tiempo pasa es más complicado mirar a Jesús como un ser histórico y se resalta más la imagen del Cristo de la fe. “pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección” Pero Pablo no se queda ni se limita al Jesús histórico, sino que inmediatamente habla de la naturaleza divina. La traducción literal de este versículo ha dado algunos problemas a los eruditos. Ya que como lo leemos en la traducción NVI que es la que estamos usando se podría interpretar como lo han hecho algunos de manera equivocada que solo luego de la resurrección Jesús fue declarado Hijo de Dios. Pero como sabemos en la doctrina cristiana esto sería una herejía ya que Jesús siempre fue Hijo de Dios. Es decir, siempre tuvo una naturaleza divina. Para entender un poco este conflicto vamos a involucrarnos un poco en la exégesis de este texto. Lo primero que debemos resaltar es que el término “designado” en el griego es Jorizo[13], que se puede traducir también como nombrado, decretado, o declarado. Es decir, puede significar que en el momento de la resurrección se le reconoció como Hijo de Dios. No porque en ese momento haya sido hecho como tal. La segunda cosa importante que tenemos que tener en cuenta es la expresión “Hijo de Dios” que si bien es cierto teológicamente relacionamos con la

naturaleza divina de Cristo, ya que Jesús mismo se identificó como tal para diferenciarse del resto de la humanidad. Sin embargo, en sus orígenes históricos podemos remontarnos a una expresión usada para designar a David como rey de Israel y a sus descendientes. Un ejemplo de esto lo encontramos en el Salmo 2: Salmo 2:7 Yo proclamaré el decreto del SEÑOR: «Tú eres mi hijo», me ha dicho; «hoy mismo te he engendrado.[14]

Este era un texto que se repetía en la coronación de un rey descendiente de David. Por tal razón el término Hijo de Dios también se convirtió en la esperanza del Mesías que tenía que venir. Un tercer factor importante en este versículo y que es lo que ha dado problema a los traductores es saber si la expresión “con poder” se aplica a la designación de Jesús o al título Hijo de Dios. Sino miremos la diferencia con las traducciones RVC y TLA “pero que conforme al Espíritu de santidad fue declarado Hijo de Dios con poder, por su resurrección de entre los muertos”. RVC “Jesucristo murió, pero Dios lo resucitó por el poder de su Espíritu, y con eso demostró que Jesucristo es el poderoso Hijo de Dios”. TLA

En estas traducciones podemos ver que los traductores se ponen de acuerdo en adjudicar la expresión de poder el griego Dinamis[15] al título de Hijo de Dios y no a la designación De acuerdo con Douglas J. Moo en su comentario a los Romanos escribe: “… este versículo no significa que la resurrección dejara claro lo que Jesús ya era, sino más bien que esta le llevó a alcanzar una posición completamente nueva. No obstante, esto no quiere decir que Jesús se convirtiera en Hijo de Dios en el momento de su resurrección; siempre lo fue. Pero si llegó a ser Hijo de Dios con poder”[16] “Él es Jesucristo nuestro Señor” Nuevamente aquí tenemos una alusión a la divinidad de Cristo y una identificación directa con el Dios del Antiguo Testamento ya que el término

“Señor” del griego Kirios[17] en la Septuaginta, (traducción griega del Antiguo Testamento) reemplaza a la Palabra YHWH (Yave o Jehová) “Por medio de él, y en honor a su nombre recibimos el don apostólico” En este versículo Pablo nuevamente afirma que su llamado a ser Apóstol es por medio de Jesucristo. El nombre de Jesús es el que debe llevarse toda la gloria en el ministerio de Pablo. “para persuadir a todas las naciones” Esta es una expresión muy importante ya que, desde el inicio de la epístola, Pablo deja claro que el alcance del Evangelio es para todas las naciones y no solamente para el pueblo judío. Este concepto del amor de Dios para todas las naciones también se encontraba de alguna manera en el Antiguo Testamento, pero solamente fue clara con la venida de Jesús. Podemos analizar el libro de Jonás para mirar en el Antiguo Testamento la preocupación de Dios por las demás naciones. Por esta razón la prédica del Evangelio obligaba que Pablo abandone cualquier orgullo racial y reconozca el amor y la preocupación de Dios por todas las personas. “que obedezcan a la fe” La respuesta al Evangelio debe ser la fe, esto nosotros lo conocemos de memoria, pero, notemos que Pablo habla de que la respuesta al Evangelio es la “obediencia a la fe”. Esta expresión la repite en el verso 16:25 en la conclusión de la Epístola. “El Dios eterno ocultó su misterio durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado por medio de los escritos proféticos, según su propio mandato, para que todas las naciones obedezcan a la fe”[18]

Preguntas para la reflexión ¿En que se relacionan la fe con la obediencia? ¿Cuál es la relación de la fe y las obras?

2.3.- Los romanos (1:6-15)

1:6 Entre ellas están incluidos también ustedes, a quienes Jesucristo ha llamado. 1:7 Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser santos. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz. 1:8 En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe. 1:9 Dios, a quien sirvo de corazón predicando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que los recuerdo a ustedes sin cesar. 1:10 Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitarlos. 1:11 Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca; 1:12 mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos. 1:13 Quiero que sepan, hermanos, que aunque hasta ahora no he podido visitarlos, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes, tal como lo he recogido entre las otras naciones. 1:14 Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos, instruidos o ignorantes. 1:15 De allí mi gran anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma[19].

El autor de la Epístola luego de identificarse a él mismo y de introducir el tema del Evangelio, ahora pasa a hablar de sus destinatarios; de lo que él conoce de ellos y de sus deseos para con estos. “Entre ellas están incluidos también ustedes, a quienes Jesucristo ha llamado” En el versículo 5 nos dejó claro de que el Evangelio era para todas las naciones, y aquí aclara que entre ellas están también los romanos. Esto es algo que nos hace ver la mayoría de creyentes gentiles que eran parte de la iglesia de Roma. Aquí nos introduce también la descripción de los creyentes de Roma a los cuales se refiere como a los que “Jesucristo ha llamado” sobre esto profundiza en el siguiente versículo: “Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser santos” Solamente escuchar el nombre de la ciudad de Roma podía despertar muchas emociones en tiempos antiguos ya que Pablo escribe prácticamente a la capital del mundo de aquella época. Recordemos que cuando Pablo se identificó a si mismo utilizó términos como “llamado” y “apartado”. En este versículo utiliza términos similares para referirse también a los romanos; incluso los llama también “amados de Dios”. Para un judío de aquellos tiempos hubiera sido impensable referirse de esa manera a las naciones gentiles; ya que, en primer lugar, el amor de Dios

según ellos era exclusivo para la nación de Israel, lo mismo que el llamado. Sin embargo, aquí estos términos Pablo los adjudica también a los romanos. La naturaleza del Llamado en este versículo es un tema en el que nos detendremos un momento. La traducción NVI que estamos utilizando dice “…llamados a ser santos” mientras que existen traducciones como la Reina Valera de 1909 que dice “…llamados santos”. Pregunta para el diálogo: ¿Encontramos alguna diferencia en el sentido de la frase según estas traducciones? El texto griego tomado del Textus Receptus (TR) dice: kletois agiois[20], literalmente “llamados santos”. Dice el comentarista Elvis L. Carballosa: “El vocablo “llamados es un adjetivo verbal que modifica al sustantivo Santos. Literalmente dice <> quizás sería mejor decir <<santos por llamamiento>> “[21] Mientras que las traducciones al español hacen énfasis en el aspecto continuo y futuro de la santificación en el griego nos encontramos con el énfasis en la santidad posicional después del llamamiento. Personalmente no encontré algún autor que explicara el criterio por el cual la mayoría de las traducciones al español optan por esa traducción. Sin embargo, lo que si está claro es que en la doctrina cristiana la santidad tiene este doble aspecto: posicional y progresivo. Es decir, somos santos posicionalmente ya que somos apartados para Dios, pero también somos llamados a vivir en santidad lo cual es el aspecto progresivo de la santificación. La paradoja de la fe cristiana es que “somos llamados a llegar a ser lo que somos” Con esta descripción de los creyentes de Roma Pablo nos muestra que él no se sentía un cristiano privilegiado, sino que las características de “amados por

Dios” “llamados a ser santos” son de todo cristiano. “Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz” “Gracia y paz” son un saludo característico del apóstol autor de esta epístola. Probablemente tiene un sentido mucho más profundo que el que nosotros imaginamos, ya que combina la palabra “gracia” del griego Jaris, el elemento central de la fe cristiana, con la palabra “Paz” del griego Eirene pero a la vez tomado del hebreo Shalom que era en ese tiempo y es actualmente también el saludo característico del judaísmo. De esta manera el apóstol crea un saludo original del cristianismo pero que lo une con sus raíces judías del Antiguo Testamento. También podemos notar aquí que la Gracia y la Paz provienen de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Lo cual nos hace pensar en la igualdad que existe entre las dos personas de la Trinidad. “En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe” Nuevamente podemos ver el nombre de Jesucristo como mediador e intercesor de las cosas que como cristianos hacemos. Pablo da gracias a Dios por los creyentes de Roma y en especial porque en el mundo entero se habla bien de su fe. Podemos notar con esto que el autor no se siente mal por no haber sido el fundador de la iglesia, más bien siente alegría por el trabajo que alguien más hizo con ellos. No encontramos alguna envidia ministerial. También es interesante notar el alcance que tenía la fe de los romanos, ya que Pablo dice que en el mundo entero se hablaba bien de su fe. Obviamente Pablo está usando una figura literaria llamada hipérbole, que consiste en una exageración de la realidad. Ya que no “todo el mundo” conocía la fe de los romanos, probablemente solo la mayoría del mundo conocido por Pablo, y probablemente solo entre los cristianos. Sin embargo, si se debe admirar el impacto que la vida de fe puede tener en nuestro entorno. Preguntas de aplicación: ¿Sentimos envidia o celo ministerial con otros cristianos quienes obtienen resultados que nosotros quisiéramos en el ministerio?

En nuestro entorno ¿se habla bien o mal de nuestra fe? “Dios, a quien sirvo de corazón” Pablo que en el inicio de la carta se identificó como siervo de Jesucristo utilizando el término Doulos, literalmente esclavo; aquí en cambio utiliza la palabra Latría[22] que literalmente significaba servicio en sentido general pero muchas veces se lo usaba para referirse al servicio espiritual a los dioses; que en otras ocasiones se traduce también como adoración. De ahí proviene el término “idolatría”. Véase Mateo 4:10 en donde Jesús usa este término para referirse al servicio exclusivo a Dios. La traducción Reina Valera es más literal en este texto y lo traduce como el TR “… a quien sirvo en mi espíritu”. La NVI nos hace ya una interpretación de lo que Pablo quiere decir con la expresión “en mí espíritu”. También se puede traducir “a quien sirvo con todo mi ser”. “es testigo de que los recuerdo a ustedes sin cesar. Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitarlos” La oración de Pablo por los romanos era sincera ya que ponía a Dios por testigo. También era perseverante “sin cesar” y “siempre”. Probablemente en parte también es una hipérbole, pero expresa la intensidad de sus peticiones. Pregunta de aplicación: ¿Tendríamos el valor de poner a Dios por testigo de que estamos orando por alguien más? La oración de Pablo era para que por fin se le abran las puertas para visitar Roma. Podemos ver la respuesta de Dios a estas oraciones en parte en 15:2229. Sin embargo, al analizar el viaje de Pablo a Roma descubriremos que no fue un viaje próspero ya que lo hizo como prisionero, tuvo un naufragio, un encuentro con una serpiente y como dice la tradición, probablemente murió

ejecutado en Roma. Dios tenía sus planes y a la final todo resultó para el bienestar del Evangelio. Pablo mismo era consciente de estas cosas, podemos ver Filipenses 1:12. Otro factor importante al analizar los impedimentos que tenía Pablo para visitar a los romanos es que Dios mismo pudo ser quien lo impedía ya que si no hubiese sido así no tendríamos esta Epístola que como ya hemos mencionado para muchos es el centro del Nuevo Testamento. Véase Hechos 16:7. Pregunta de aplicación: ¿Estamos conscientes de que aún las dificultades que vivimos pueden ayudar al bienestar del Evangelio? “Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca” Cuando nos encontramos con la frase “don espiritual” muchas veces lo primero viene a nuestra mente es la lista de dones espirituales de 1 Corintios 12:4-11 o de esta misma Epístola en 12:3-8; y nos imaginamos a un Pablo que impone las manos sobre la gente y esta sobrenaturalmente recibe un “don espiritual”. Sin embargo debemos recordar que en el griego Jarisma o “don” es simplemente un regalo; y un regalo espiritual que Pablo podía hacerles a los romanos era el simple hecho de compartir la Palabra de Dios con ellos, o animarles y confortarles de alguna manera. Por esta razón es que en el siguiente versículo lo aclara: “mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos” Es decir, no solo Pablo esperaba dar algo a los romanos, sino que también esperaba recibir algo de ellos. Pablo no se sentía el salvador de la iglesia de Roma. Esta es una actitud muy interesante y digna de imitar para un misionero, pastor o cualquiera encargado de predicar el Evangelio y edificar la Iglesia. Pregunta de aplicación:

¿Reconocemos que al hacer la misión de Dios y predicar el Evangelio en algún lugar y a cualquier grupo de personas, no solo vamos a dar, sino que también podemos recibir algo? “Quiero que sepan, hermanos que, aunque hasta ahora no he podido visitarlos, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes, tal como lo he recogido entre las otras naciones” Recoger algún fruto no necesariamente se refiere a algo económico. Lo más probable era que Pablo quería predicar el Evangelio en Roma y que más personas se añadan a la Iglesia, por eso la comparación “tal como lo he recogido entre las otras naciones”. En los siguientes versículos aclara que su propósito para ir solamente es el Evangelio: “Estoy en deuda con todos” Pablo usa la expresión estoy “en deuda” queriendo dar a entender que él se siente con la obligación de predicar el Evangelio. Es decir, no porque él haya adquirido esa deuda con las personas. Sino porque Dios mismo le dio ese encargo y le puso en posición de estar en deuda hasta no entregar el encargo a su destinatario. Este sentimiento de obligación lo podemos ver también en: 1Corintios 9:16 Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio! [23]

Pregunta de aplicación: ¿Sentimos nosotros la carga y la obligación de predicar el Evangelio a las demás personas como si tuviéramos una deuda con ellos? “sean cultos o incultos, instruidos o ignorantes. De allí mi gran anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma” Pablo nos deja ver nuevamente el alcance universal del Evangelio. Tanto para “cultos o incultos” en otras traducciones y como está literalmente “griegos y bárbaros”. Ya que de la misma manera en que los judíos discriminaban a los no judíos y los llamaban “gentiles” los griegos también discriminaban a los no griegos llamándoles “bárbaros”. Pero de ahí el anhelo de Pablo de

unificar a todas las naciones de la tierra en el llamado a ser parte del Pueblo de Dios. Al decir, “Instruidos o ignorantes” se hace referencia también a la universalidad del Evangelio, no solo geográficamente sino también culturalmente. Podemos terminar la introducción con la reafirmación de que la motivación principal de Pablo es la de predicar el Evangelio.

3.- El Evangelio y la justicia de Dios (16-17) 1:16 A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. 1:17 De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está [24] escrito: «El justo vivirá por la fe.»

Nos encontramos aquí con lo que muchos han llamado el centro de la Epístola a los Romanos. O El corazón de esta. Ya que parece ser que el resto de la carta es solamente una explicación de lo que argumentó en estos dos versículos. 3.1.- Poder, propósito y alcance del Evangelio (1:16) “A la verdad” La partícula griega gar se refiere a una razón usada muy a menudo en una argumentación. La Reina Valera traduce “Porque”. Aquí Pablo pretende explicar sus razones y motivos para predicar el Evangelio. “no me avergüenzo del evangelio” Esta es una frase que ha motivado a misioneros, predicadores y cristianos en general a lo largo de la historia de la Iglesia. Es una declaración que llena de valor. Aun cuando reconoce también que en muchas ocasiones sintió temor de hablar, esto no era por vergüenza del mensaje sino por las limitaciones humanas. (1 Corintios 2:1-5) Otro asunto interesante para analizar es que cuando Pablo exclama “no me avergüenzo”. Esto se puede entender en un sentido pasivo, que solamente Pablo no sentía vergüenza del mensaje. Sin embargo, algunos expertos en lenguas antiguas opinan que Pablo estaba usando una expresión que por medio de una afirmación que niega algo para enfatizar el apego a lo opuesto[25]. Como cuando alguien dice: “no me causa gracia tu comentario” lo que en realidad quiere decir es que “me molestó tu comentario”. En otras palabras, lo que queremos afirmar es que Pablo no solo que no se

avergonzaba del Evangelio, sino que se sentía orgulloso del mismo. Un concepto más activo. Y esto se lo puede comprobar con toda su vida y testimonio. “pues es poder de Dios para la salvación” El Evangelio es poder de Dios. Como ya mencionamos anteriormente esta es una expresión que Pablo la usa repetidamente, ya que era parte de sus convicciones y de su experiencia personal. Esto da como resultado que por esa misma razón él no se avergonzaba del Evangelio. Mientras más conocemos y experimentamos el poder del Evangelio menos nos avergonzamos. El término poder en griego es dinamis[26], de donde provienen las palabras dinamita o dinámico. Trata de expresar que el poder de Dios es un poder que actúa con fuerza, pero no es estático más bien dinámico. El propósito del poder de Dios actuando en el Evangelio es para salvación. Este es un tema bastante amplio, por tal razón lo vamos a analizar de una manera más detenida. ¿Qué significa Salvación? Salvación es un término que técnicamente se lo puede definir como la liberación de algún mal. Y es un término de los que más se repiten en toda la Biblia. Para el pueblo de Israel la mayoría de las ocasiones, la Salvación estaba limitada solamente en cuestiones terrenales, y se referían a aquellas veces en las que Dios les libera de algún mal temporal. Por ejemplo, liberándoles de alguna nación extranjera, de alguna enfermedad física etc. El Nuevo Testamento nos presenta desde sus inicios a Jesús como el Salvador de la humanidad. En la misma epístola a los Romanos Pablo se identificó como “Siervo de Cristo Jesús”. Recordemos que el término Cristo del griego, es equivalente al hebreo Mesías. Quien era el Salvador esperado por los judíos.

Mat 1:21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» [27]

En conclusión, podemos decir que para entender la Salvación en el Nuevo Testamento debemos considerar que la principal liberación que el ser humano necesita es la del pecado. Pero esto no quiere decir tampoco que la salvación apunte solamente al perdón de pecados, sino también nos coloca en una nueva posición, y con una nueva naturaleza delante de Dios. Tampoco está limitada solo a la parte inmaterial del ser humano. La Salvación Bíblica es integral. Dios está interesado en todo nuestro ser, inmaterial y material. Por eso la esperanza cristiana es la de una resurrección corporal. Es decir, vivir la Salvación de Dios tiene que ver con tener correctas relaciones con Dios, pero también con mis semejantes, preocuparme de mi vida espiritual, pero también de cómo está mi cuerpo, mi mente, mi vida social etc.

“de todos los que creen” Nuevamente nos encontramos aquí con el aspecto universal de la Salvación. No está limitada aquí a un grupo específico de personas. Este ofrecimiento universal de salvación se encuentra en muchas partes del Nuevo testamento. Desde Juan 3:16 uno de los versículos más conocidos se nos dice que “todo aquel que crea”. “de los judíos primeramente, pero también de los gentiles” La prioridad de los judíos en la Salvación es un asunto que puede ser mal entendido y mal interpretado. Teológicamente se refiere a la prioridad que tuvo el pueblo de Israel en ser los destinatarios principales de la revelación de Dios por medio de las Escrituras. De ellos vino Cristo. Pero también existe una prioridad histórica ya que con ellos comenzó la Iglesia en el Nuevo Testamento. No se refiere a que Dios tenga una preferencia especial por el pueblo judío. Esto nos aclarará Pablo más adelante.

3.2.- La Justicia de Dios por la fe (1:17) “en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios” Después de darnos las razones de por qué Pablo no se avergüenza del Evangelio, argumentando que es poder de Dios. Ahora pasa a explicar un poco más esta situación y afirma que el Evangelio revela, es decir saca a la luz la Justicia que proviene de Dios. El tema de la Justicia de Dios era lo que atormentaba la mente y el espíritu del gran reformador Martín Lutero. Ya que como el mismo lo comenta en sus “Confesiones” esto le hacía ver un Dios despiadado que solo esperaba castigar al pecador; y en vista de que él mismo no podía vivir sin pecar la justicia de Dios era razón de temor constante. Hasta que al encontrarse con este pasaje de Romanos pudo comprender cómo el Evangelio nos muestra una faceta diferente de la Justicia de Dios. Mientras que la NVI dice: “Justicia que proviene de Dios”. La traducción RV y otras traducciones dicen: “La justicia de Dios”. Son un poco más literales al TR que dice: dikaiosyne theou[28]. Literalmente “Justicia de Dios”. ¿Qué quiso decir Pablo con que el Evangelio revela la justicia de Dios? Muchos de los estudiosos coinciden en que la Justicia de Dios revelada en el Evangelio puede entenderse de tres maneras. a)

b)

c)

La Justicia que es inherente al carácter de Dios. Es decir, Dios es Santo y no comete ninguna injusticia. Por lo mismo Dios se mantiene fiel a las promesas hechas a los antepasados en el Antiguo Testamento. El Evangelio nos revela la justicia que es requerida para el ser humano, y que nadie pudo vivirla sino solo Jesús, y por eso él fue el que murió por toda la humanidad. La Justicia que nos es imputada a los creyentes por medio de la fe en Jesucristo. El resto de la Epístola y en especial el capítulo 4 nos explicará de mejor manera cómo nos es imputada a nosotros la justicia de Dios.

Estos tres aspectos de la justicia de Dios se los puede mirar en este pasaje: Romanos 3:25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; 3:26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús[29].

Sin embargo, podemos ver aquí que el criterio de los traductores de la NVI ha sido dar más importancia al punto c) de nuestro análisis. En base también a los siguientes versículos que analizaremos inmediatamente. “la cual es por fe de principio a fin” Literalmente dice el TR “De fe y para fe”. Antes de adelantarnos a dar la interpretación adecuada a la frase, detengámonos a hacer un pequeño análisis del término fe. El griego Pistis según el diccionario Strong del Nuevo testamento nos dice que este término puede ser traducido como: fe, credibilidad, confianza, fiel o fidelidad[30]. Esto lo podemos comprobar en otros pasajes del Nuevo Testamento como: Tit 2:10 No deben robarles sino demostrar que son dignos de toda confianza (pistis), para que en todo hagan honor a la enseñanza de Dios nuestro Salvador.[31]

La RV traduce aquí como “lealtad” Entonces, volviendo a nuestro texto que dice “de fe y para fe” podemos tener las siguientes interpretaciones: a) De la fidelidad de Dios a nuestra fe. Es decir, todo comienza con el carácter justo y fiel de Dios y termina en nuestra fe. b) De la fe que tuvo un individuo y es trasmitida a otro. De esta manera la justicia de Dios es revelada en todas partes. c) Es solo una expresión que resalta la importancia de la fe en toda la vida del cristiano, por eso la NVI traduce: “por fe de principio a fin” Muchas veces se ha enseñado que la fe para salvación es aquella que nos hace creer en Jesús, en su muerte y resurrección. Pero posteriormente a la Salvación debemos experimentar una nueva fe que nos santifica, nos da confianza en Dios y que es parte del fruto del Espíritu. Sin embargo, personalmente coincido con los traductores de la NVI en que la idea es que la

misma fe que deposito al inicio es la que ejercito en mi proceso de santificación, precisamente para vivir como alguien que ha sido justificado por Dios. A todo esto, podemos resumir que La justicia de Dios comienza con la fe, permanece con la fe y termina con la fe. “tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe.»” En este texto Pablo hace una cita de Habacuc 2:4. Por esta razón vamos a trasladarnos un momento al Antiguo Testamento para comprender este versículo en su contexto original, que probablemente es como Pablo lo entendió. Hab 2:4 »El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe. [32]

En el contexto de Habacuc, el pueblo vivía muchas injusticias y opresión por parte de naciones extranjeras y el profeta intercede por el pueblo. Dios le responde y le habla de los pecados e injusticias de esas personas, pero le promete también que el pueblo de Israel a quien llama justo vivirá por su fe. ¿Qué quiso decir Dios con el que es justo vivirá por la fe? ¿Eran los judíos justos delante de Dios? Vamos a analizar exegéticamente este texto: Tsaddíc emuná kjaiá Literalmente dice “El justo (por fe o en fe) vivirá” [33] Por eso muchos comentaristas opinan que una traducción más adecuada sería: “el que por la fe es justo vivirá” o Como dice la RV de 1909: “El que es Justo en su fe vivirá” Es decir, la traducción NVI puede prestarse a una mala interpretación ya que aparenta dar la justicia al individuo y la permanencia y la vida a la fe. Mientras que en el hebreo es más claro que la justicia no es del individuo, sino que es la fe la que hace al ser humano justo. Esta es la manera en la que Pablo entendió el texto pues como lo cita en el griego del Nuevo Testamento sigue el mismo orden lingüístico del hebreo. Similar a la Reina Valera. Dice el TR: Díkaios ec Pisteos, literalmente “Justo en/por fe”.[34] Como conclusión podemos decir que este texto de 1:17 es la afirmación clave

de toda la epístola y como ya dijimos fue lo que hizo descansar el corazón de Martín Lutero y de muchos otros que se han sentido incapaces de cumplir a la perfección la Justicia de Dios y se han desesperado por temor al castigo divino. Mientras que Pablo nos revela aquí a ese Dios que es justo, pero a la vez por medio del Evangelio de Jesucristo nos perdona y nos hace justos por medio de la fe.

4.- Condenación: La necesidad de la justicia de Dios (Ro 1:18-3:20) Luego de que Pablo nos hablara de la justicia de Dios que se revela en el Evangelio, pasa ahora a explicarnos el porqué de la necesidad de la justicia de Dios. Es decir, no solamente es necesario mostrar la cura cuando el paciente no conoce o rechaza su enfermedad. Por esta razón es que en los programas de rehabilitación de Alcohólicos Anónimos el primer paso es reconocer que se tiene un problema. Es decir, esta sección nos enseña que el problema no es que haya gente injusta, el problema es que algunos creen que son justos. En estos pasajes Pablo comprobará que de la misma manera que el ofrecimiento de salvación es universal, también el pecado es universal. Todos han pecado (3:23) desde los gentiles que viven desordenadamente, los filósofos que se creían más éticos que los demás y los judíos que tienen la Ley de Dios escrita. 4.1.- Gentiles injustos (Ro 1:18-32) 1:18 Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad.

Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo” Nuevamente Pablo usa el término Gar[35] que se utiliza para expresar un argumento, y que en otras traducciones se usa “Porque”. Ahora el autor toca un tema delicado: La Ira de Dios. Pregunta para el diálogo: ¿Qué significa la ira de Dios, cuando en otras partes de la Biblia la ira es algo negativo? (Gálatas 5:20) Lo primero que debemos tener en cuenta es que la Ira a la que se refiere Pablo en Gálatas, como una de las obras de la naturaleza pecaminosa, es la ira humana, que por lo general está motivada por sentimientos egoístas y con

deseos de venganza. Pablo mismo en Efesios hace una diferencia entre la ira y el pecado que se puede desprender de ella. Efesios 4:26 «Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados [36]

Utiliza el verbo orgé, que es el mismo de Romanos 1:18. La Ira de Dios se refiere a una indignación justa en contra del pecado, es decir, en palabras de Jhon Stott es una santa hostilidad hacia el mal. [37] Esto se desprende del carácter santo de nuestro Dios, que por naturaleza no puede tolerar aquello que está en contra de su voluntad. Pablo nos dice también que la Ira de Dios viene revelándose, es decir se está dando a conocer y manifestándose. Posteriormente nos aclarará cómo se manifiesta y se hace evidente. “contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad” Aquí encontramos cuál es el objeto de la ira de Dios: La impiedad y la Injusticia de los seres humanos. La impiedad del griego asébeia se refiere a la indiferencia del ser humano para con Dios. Mientras que la injusticia del griego adikía tiene que ver con las malas relaciones con los seres humanos[38]. Podemos notar aquí que Dios está interesado no solamente por nuestra relación con él, sino también por nuestra relación con los demás. Podemos decir que la impiedad y la injusticia resumen a todos los pecados, de la misma manera en la que Jesús resumió todos los mandamientos: (Mateo 22:36-40) El resultado del pecado en el mundo es que obstruye la verdad de Dios. Pablo nos mostrará más adelante como la voluntad de Dios siempre ha sido darse a conocer al ser humano, pero el pecado en el corazón de este es el que distorsiona la verdad. 4.1.1.- La Revelación Natural 1:19 Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. 1:20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.

Nuevamente Pablo profundiza más en sus argumentos. En esta ocasión nos presenta una apología evidencialista de la existencia de Dios, en base a lo que en teología se conoce como la Revelación General o Natural. Pablo concluye su argumento con la frase: “de modo que nadie tiene escusa”. No existe ningún ser humano que pueda alegar el día del juicio que no tuvo evidencias de la existencia de Dios. Aún las culturas antiguas de Sudamérica como los Incas, conocían de un Dios creador al que denominaban Pachacamac, cuya representación o manifestación visual era el Sol. “De modo que nadie tiene escusa” nos da a entender que todo ser humano tendrá que responder según el grado de revelación al cuál haya tenido acceso.

4.1.2.- Rechazo de la Revelación Natural el origen de toda impiedad e injusticia 1:21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. 1:22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios 1:23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles.

En el versículo 20 Pablo citó la Revelación Natural como un medio en el que Dios se ha dado a conocer a todas las culturas. De esta manera argumentó que nadie tiene escusa. También mencionó que la Ira de Dios estaba en contra de toda impiedad e injusticia. Ahora pasa a explicarnos cómo es que el rechazo de la Revelación Natural de Dios es la causa de toda maldad de los seres humanos. Especialmente se enfocará en los primeros versículos en la idolatría que es el colmo de la impiedad. A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios En la lección anterior ya dejamos claro que todos de alguna forma han

conocido a Dios. El verbo griego es Ginosko y hace referencia a un entendimiento intelectual[39]. Pero el problema ahora es que, a pesar de haber conocido a Dios, “no lo glorificaron como a Dios”. Notemos que según el argumento de Pablo la acusación que tiene Dios sobre cada cultura está basada en el acceso que hayan tenido a la Revelación de Dios. El término griego para glorificar es Doxázo que se puede traducir como dar gloria, estimar valioso, honrar o también alabar[40]. Es decir, dar gloria a Dios es reconocer quien es él, lo que ha hecho, lo que hace. Y al mismo tiempo reconocer quienes somos nosotros delante de Dios, reconocer que si hacemos lo que hacemos o somos lo que somos es solo por la fidelidad y misericordia de Dios. Esto es lo que conocemos también como la alabanza a Dios. Algo que debe ser parte de nuestro día a día, parte de nuestra manera de vivir. “ni le dieron gracias” El autor nos presenta en esta sección un proceso de degradación moral que parte del rechazo del conocimiento de Dios. a) Si no reconocemos a Dios b) Dejamos de darle gloria, c) Y ahora como consecuencia de eso dejamos de darle gracias. El agradecimiento a Dios representa nuestra dependencia de él, es reconocer que todo en la vida proviene de Dios. ¿Cómo nos sentimos nosotros cuando la gente es ingrata? Las culturas gentiles debían reconocer que todo proviene de Dios, el fruto de la tierra, los animales, el calor del sol etc. Razones suficientes para estar agradecidos. Jesús en el conocido Sermón del Monte también argumenta que el amor de Dios se expresa a toda la humanidad por medio de la naturaleza. Mat 5:43 «Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Mat 5:44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, Mat 5:45 para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.

La gratitud tiene la particularidad que nos mueve a ser recíprocos, nuestro servicio a Dios debe ser fruto de nuestra gratitud. “sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos” El verbo griego mataioo que en la NVI vemos que se traduce como “extraviaron, mientras que la RV traduce “se envanecieron” puede significar literalmente “se hicieron tontos o perversos”. [41]. Por esta razón la TLA lo traduce de esta manera: Rom 1:21 pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en hacer lo malo y en puras tonterías. [42]

La expresión “inútiles razonamientos” viene del griego: dialogismos, que literalmente significa “debate, discusión, argumentación”. Platón es conocido por la recopilación de muchos de sus escritos a los que se les ha denominado Diálogos. Pero seguramente Pablo está hablando de las discusiones de los antiguos Sofistas, que muchas veces no llegaban a nada bueno. Es por esta razón que la NVI agrega el adjetivo “inútiles” que no tienen las otras traducciones. Es decir, los razonamientos en sí mismos no son malos. Dios nos ha dado entendimiento y razonamiento para usarlo. El problema es cuando llevamos nuestros pensamientos más allá de lo que ha sido revelado por Dios. Podemos notar aquí como continua el proceso de decadencia moral: a) Si no reconocemos a Dios b) Dejamos de darle gloria, c) Y ahora como consecuencia de eso dejamos de darle gracias. d) Nos extraviamos en nuestros razonamientos El resultado aquí es que sin Dios lo que dicta el bien y el mal son los razonamientos humanos, y como incluso nuestra mente es parte de nuestra naturaleza caída podemos terminar justificando como ética cualquier acción. En nuestro tiempo existen grandes ejemplos de esto como: El debate por los derechos de la comunidad LGBTQ tema que Pablo topará más adelante. El aborto. La Eutanasia. El sexo prematrimonial Etc. Por medio de debates, argumentaciones y razonamientos muchos justifican estos hechos como morales y acusan de intolerantes si alguien piensa lo contrario.

Si no existe una base de ética absoluta, se puede justificar como moral cualquier cosa.

Pregunta de aplicación: ¿Estamos conscientes de que la Biblia es nuestra base absoluta de ética o tenemos la tendencia de razonar con la Biblia cuando algo no nos conviene? “y se les oscureció su insensato corazón” Ahora podemos ver cómo el resultado de este proceso es la degradación del corazón del ser humano. Todo comenzó con no reconocer a Dios. El proceso de degeneración quedaría de la siguiente manera: a) b) c) d) e)

Si no reconocemos a Dios Dejamos de darle gloria, Y ahora como consecuencia de eso dejamos de darle gracias. Nos extraviamos en nuestros razonamientos Se oscurece el corazón

Sabemos que en la biblia la oscuridad muchas veces es sinónimo de lo malo, contrastando con la luz que es lo bueno. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12). El corazón, en la cultura judía es una metáfora de lo que tenemos en nuestro interior, sentimientos, pensamientos, y el motor de nuestra voluntad. Por tal razón afirmar que el corazón de la humanidad gentil se ha oscurecido es dejar claro que todo el ser está en tinieblas. A continuación, Pablo se va a referir a una de las principales manifestaciones de un corazón entenebrecido: “Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles” Nuevamente se hacer referencia que cualquier sabiduría que no tome en

cuenta a Dios se vuelve necedad y una de las principales consecuencias de no tomar en cuenta a Dios y de tener el corazón oscurecido es la idolatría. En el caso de las culturas gentiles era muy claro que se cambió la gloria de Dios por la de los seres creados. Ya que en muchas de ellas es común la adoración a animales, fenómenos natrales o al mismo ser humano. Parece ser que todos los seres humanos hemos sido programados para adorar. Y si no conocemos o no tomamos en cuenta al Dios verdadero esa adoración tiene que necesariamente manifestarse hacia cualquier otro objeto. Por esta razón es que la idolatría moderna occidental es igual de reprochable, ya que, aunque no se enfocan en imágenes o seres creados, si se convierte en un Dios a otras cosas como la fama, el dinero, el poder, el prestigio etc. Todos los seres humanos ateos o creyentes tienen un Dios o dioses a quien adoran y por quien viven. 4.1.3.- El Juicio de Dios contra la maldad de la humanidad 1:24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. 1:25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén. 1:26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 1:27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. 1:28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. 1:29 Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, 1:30 calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; 1:31 son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. 1:32 Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican.

Después de haber argumentado el proceso que lleva a la humanidad a la oscuridad de su corazón y a la idolatría. Ahora Pablo pasa a explicar de qué manera se manifiesta la ira de Dios con la que comenzó todo su argumento en contra de los gentiles.

“Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones” La manera principal en la que se manifiesta la ira de Dios es por medio de su juicio al “entregar” a los seres humanos a sus malos deseos. Este es un tema que debemos comprenderlo de una manera correcta, ya que no quiere decir que Dios sea el que haya decretado el pecado de los seres humanos. Si no más bien como vimos en el versículo anterior fue todo un proceso el que llevó al oscurecimiento de sus corazones, a partir del rechazo del conocimiento de Dios. Esta idea se repite en el verso 28. 1:28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

El término que usa Pablo es Paradídomi que puede traducirse también como “rendirse” o “ceder” [43]. Es decir, lo que se quiere expresar es que Dios dejó a los pecadores a su propia suerte. No pone freno a su maldad. Esta idea está mejor expresada en la TLA. Rom 1:24 Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas. Rom 1:28 Como no han querido tener en cuenta a Dios, Dios los ha dejado hacer todo lo malo que su mente inútil los lleva a hacer. [44]

El abandono de Dios a los seres humanos en sus pecados más que permisivo es judicial. Es la manifestación de su ira. Una ilustración que nos puede ayudar a comprender este asunto es la de aquella persona que lleva a pasear a su perro con una correa, pero mientras caminan el perro no quiere dejarse llevar, sino que jala a su dueño por donde él quiere. Llega un momento en el que el dueño se cansa de esto y suelta al perro para siga su camino. Pregunta para el diálogo: ¿Será que Dios juzga nuestros pecados al abandonarnos a las

consecuencias de estos? Una cosa importante de resaltar es que mientras que en el verso 24 la entrega es a los malos deseos del corazón, en el 28 es a la depravación de su mente. Por esta razón las consecuencias del versículo 24 son diferentes a las del 28. “que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros” Lo que encabeza la lista de pecados en base a los malos deseos del corazón es la impureza sexual. La Biblia resalta en muchas ocasiones de una manera especial este pecado. Y en esta ocasión tiene mucho que ver con el mismo hecho de la Revelación Natural de Dios. Ya que lo que resalta en los versículos posteriores es el pecado de la homosexualidad o lesbianismo, que precisamente cambian el orden natural creado por Dios. 1:26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 1:27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.

Este es un tema que ha causado polémica en tiempos modernos, ya que los defensores de los derechos humanos han acusado a las iglesias que han querido mantenerse fieles al texto bíblico de intolerantes. En muchos países se han creado leyes en contra de las predicaciones desde el púlpito en contra de las prácticas homosexuales. Incluso existe toda una teología que trata de defender los derechos de los homosexuales, y por esta razón muchas iglesias toleran este pecado e incluso han ordenado pastores homosexuales. Es importante conocer este tema para poder defender la verdad de las Escrituras sin dejarnos influenciar por el criterio humanista del mundo que nos rodea. John Stott en su comentario a los Romanos lista los argumentos de esta teología:

a) Muchos argumentan que la clase de homosexualidad que se practicaba en tiempos de Pablo era lo que se llama “pederastia”. Es decir, eran gente adulta que abusaba de menores de edad. Si bien es cierto, no podemos negar que existía en la cultura griega especialmente, la costumbre de que hombres importantes tengan un amante joven. Esto incluso era justificado en los escritos de los filósofos. Se cuenta que personajes como Alejandro Magno o Sócrates tenían este tipo de amantes. Sin embargo, la denuncia del pecado que hace Pablo en este texto se basa en invertir el orden natural de Dios, no en el abuso a menores de edad. b)

Otros también argumentan que tener relaciones contrarias a la naturaleza es tener relaciones contrarias a la orientación sexual de cada persona. Es decir, si alguien tiene atracción por el mismo sexo, tener relaciones homosexuales sería parte de su naturaleza y no sería pecado. Los pecadores serían aquellas personas heterosexuales que tienen relaciones homosexuales. Ante esto tenemos que decir que el concepto de tratar de diferenciar “orientación sexual” de “práctica sexual” es un concepto moderno. En el tiempo de Pablo era lo mismo.

c) Existen además otros argumentos como que la denuncia de Pablo era en contra de la perversión sexual, que tenía que ver con la práctica de orgías y cosas semejantes. Pero nuevamente acotamos que la denuncia de Pablo es de invertir el orden natural de la sexualidad. [45] Además, debemos acotar que este pecado es denunciado no solamente en este texto sino en toda la Biblia. Un ejemplo es: 1Co 6:9 ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales.

El término “sodomita” se lo utiliza en relación a Sodoma de la cual era conocido el pecado de la homosexualidad. El TR dice arsenokoítes[46] que literalmente puede traducirse como el que tiene relaciones sexuales con

varones. En incluso antes de eso se incluye el termino malakos que significa afeminado. Esto lo podemos comprobar en otras traducciones como la RVC: 1Co 6:9 ¿Acaso no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se equivoquen: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se acuestan con hombres[47]

“y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión” Este texto es de difícil interpretación ya que Pablo no especifica cuál es el castigo que merecía su perversión. No sabemos si se refiere al estado de condenación y de muerte eterna en el que vive el ser humano sin Dios, o si son otras las consecuencias que se experimenta al cometer este tipo de inmoralidades sexuales. No se puede descartar también la teoría de que Pablo esté hablando del surgimiento de enfermedades de trasmisión sexual. Ya que la experiencia confirma que la única manera segura de mantenerse libre de este tipo de enfermedades son las relaciones monógamas. Pregunta para el diálogo: ¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a una persona homosexual que asiste a la Iglesia? Como ya mencionamos anteriormente las consecuencias a las que entrega Dios al ser humano luego del versículo 28 son de carácter moral. 1:29 Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, 1:30 calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; 1:31 son insensatos, desleales, insensibles, despiadados.

Si enumeramos los pecados que contiene el verso 29 veremos que tienen que ver con el egoísmo del ser humano. De igual manera en los versos 30 y 31 toda esta clase de pecados tienen sus raíces en el egoísmo. Sin embargo, sobresale la frase: “enemigos de Dios” o cómo dice la RV “aborrecedores de Dios” es decir, a este punto la depravación del ser humano que comenzó solo con la indiferencia ante el creador se vuelve de carácter activo en odio hacia

Dios. Ya que el término es theosthygeis que literalmente es aborrecer u odiar. [48] “Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican” Pablo concluye aquí su argumento con la idea con la que comenzó el mismo. Dice: “saben bien” o “habiendo entendido”. Haciendo referencia a que la Revelación Natural de Dios en la creación es suficiente para dejarle al ser humano sin escusa delante de Dios, pues la realidad de un Creador que sostiene y gobierna nos invita a pensar que vivir en contra de las reglas naturales implantadas por él nos hace merecedores de la muerte. Sin embargo, el texto nos muestra que la depravación en el ser humano es tal, que no sólo practica el pecado, sino que aprueba o alienta a otros a que lo practiquen también. De esta manera podemos entender más claramente cómo el ser humano que comenzó siendo indiferente ante Dios se vuelve enemigo de él.

4.2.- Judíos injustos (Ro 2:1-3:8) Luego del argumento tan completo del capítulo 1 acerca de la culpabilidad de la humanidad gentil, ahora en este capítulo Pablo se va a referir al pueblo judío. 4.2.1.- Moralistas que juzgan y se condenan a sí mismos 2:1 Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. 2:2 Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. 2:3 ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? 2:4 ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?[49]

“Por tanto” “Por tanto” quiere decir, sobre la base de todo lo dicho antes lo dicho antes. Es decir, esta sección no se puede leer separada de su contexto. “no tienes excusa tú, quienquiera que seas” Pablo aquí pasa a hablar con un lector hipotético “tu, quienquiera que seas”. La mayoría de los comentaristas coinciden en que el auditorio al que se refiere Pablo aquí es a los judíos, ya que en versículo 17 lo afirma claramente: “Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios”

También es comprensible para muchos que se refiera a los judíos ya que cambia de auditorio y como hemos visto en otras ocasiones para Pablo la humanidad estaba solamente dividida entre judíos y gentiles. Sin embargo, algunos como Jhon Stott piensa que el auditorio del 2:1 al 2:16 es más general y no se refiere solamente a los judíos sino a todo aquel moralista que pretende juzgar a los demás por sus acciones en base a sus

creencias filosóficas, como en el caso de los Estoicos. [50] Por eso la expresión “quienquiera que seas”. Mientras que del 17 en adelante se dirige exclusivamente a los judíos. Aunque Pablo no nos aclare aquí quien es el “tu” al que se refiere, el resto del pasaje es de gran aplicación general. “cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas” Sea judío o gentil aquí encontramos una denuncia en contra de todo aquel que juzga a los demás, mientras que practica las mismas cosas. Los judíos basaban sus juicios en la ley, mientras que los filósofos moralistas también lo hacían según sus sistemas de ética. Pero al mismo tiempo tener la ley escrita o en la conciencia no es garantía de practicarla por lo tanto eso no los justifica delante de Dios. Al contrario, cuando alguien juzga a otra persona mientras se practica el mismo pecado, se condena a uno mismo. Esa idea se repite en: 2:3 ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos?

Muchas veces los judíos pensaban que por el hecho de poseer la Revelación de Dios Escrita en su ley eso ya les daba una posición especial delante de Dios y creían que tenían la libertad para seguir pecando. El Comentario Bíblico del Nuevo continente expone la siguiente ilustración: Muchos conductores cuando aprenden a manejar un carro, pero todavía no obtienen su licencia se cuidan de cometer cualquier infracción de tránsito. Pero cuando se obtuvo la licencia cada vez se cuida menos y piensa que tiene la libertad de saltarse algunas reglas. Así muchas veces los judíos creían que por tener la Ley de Dios y ser el Pueblo elegido por Dios tenían la libertad de saltarse las reglas. [51] Preguntas para la aplicación: ¿Será que como cristianos muchas veces nos condenamos a nosotros

mismos en ocasiones cuando juzgamos a los no cristianos mientras cometemos las mismas cosas? ¿Pensamos a veces que el haber depositado la fe en Jesús nos da la libertad de saltarnos ciertas reglas? “Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad” Mientras que los seres humanos hacemos nuestros juicios comparándonos los unos con los otros, Dios es el único que puede juzgar conforme a la verdad, ya que él es la verdad y la única fuente de moral absoluta. “¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?” Este texto nos aclara que la bondad de Dios no es una excusa para pecar, sino que al contrario quiere llevarnos al arrepentimiento. Es un falso concepto de la bondad y del amor de Dios cuando pecamos pensando que a la final Dios nos va a perdonar. Cuando al contrario al hacer eso estamos “despreciando las riquezas de la bondad de Dios”. Es decir, según este texto la bondad de Dios se expresa en su tolerancia y su paciencia. Ya que Dios tiene paciencia al pecador y no le otorga el castigo de sus pecados el momento en que peca, sino que espera que se arrepienta. Pero esto no quiere decir que Dios no vaya a hacer justicia contra el pecador. Si bien es cierto Jesús cumplió las demandas de la justica y de la ira de Dios al morir en la cruz, pero esto se aplica solamente a aquellos que han depositado su fe en él. Para los demás solo les aguarda el justo juicio de Dios. De esto se habla en los siguientes versículos. 4.2.2.- El Juicio de Dios 2:5 Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. 2:6 Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».

2:7 Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. 2:8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. 2:9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles; 2:10 pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles. 2:11 Porque con Dios no hay favoritismos. 2:12 Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. 2:13 Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen.[52]

“Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».” Como dijimos anteriormente el amor de Dios no anula su justicia ni la manifestación de su ira. En este texto se habla de un día en especial en el que Dios juzgará a cada persona y pagará a cada uno según lo que hayan hecho. Este punto puede causar confusión entre algunos lectores que se preguntarán: Si la salvación es por fe, ¿Por qué los juicios en la Biblia son por obras? Es verdad que en todas partes en donde se menciona el día del juicio se hace alusión a las obras de cada uno un ejemplo de esto es Salmo 62:11-12 Sin embargo, la Biblia también es clara que por las obras nadie será salvo sino por la fe.

Pregunta para el diálogo: ¿Cómo podemos reconciliar estos conceptos del juicio por obras y la salvación por fe? El versículo que sigue dice: 2:7 Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.

De aquí podemos reflexionar en que ¿Quién puede perseverar en las buenas

obras, buscar gloria e inmortalidad, sino sólo aquel que ha depositado su fe en Jesús? Como dice el apóstol Santiago “la fe sin obras es muerta” (Santiago 2:17) y Pablo asegura que hemos sido “creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10) Es decir sólo “En Cristo” hacemos las obras que a Dios le agradan, o como Jesús mismo lo aclara “separados de mí no pueden hacer nada” (Juan 15:5) “Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles” En este texto se menciona en cambio el castigo para la humanidad injusta y se resume en dos palabras “sufrimiento y angustia”. Esto es una muestra clara de que no existe el concepto equivocado de la aniquilación del alma. Sino que aquel que muere sin Cristo luego de ser juzgado experimentará alguna clase de sufrimiento y angustia. En esta parte debemos comentar que la doctrina del castigo eterno o infierno según las traducciones latinas tiene gran cantidad de opositores en el mundo secular ya que les parece incompatible el carácter amoroso de Dios con la existencia de dicho infierno. Pero lo que estas personas no toman en cuenta es que el amor de Dios de ninguna manera anula su justicia. De otra manera Dios simplemente perdonaría los pecados de la humanidad sin necesidad del sacrificio de Jesús. “Porque con Dios no hay favoritismos. Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen” Este texto es claro en que Dios no mirará de forma diferente o con favoritismo al judío por ser descendiente en la carne de Abraham, ni por tener la ley escrita, sino que de igual manera serán juzgado como los gentiles que no tienen la ley. En conclusión, sobre este tema podemos decir que el hecho de que el juicio

será por las obras no quiere decir que las obras salvarán a nadie. Ya que como Pablo mismo argumenta, tanto la Revelación Natural de los gentiles y la Revelación especial de los judíos solo sirven para dejarlos sin escusa delante de Dios, no para salvarlos. Porque como la epístola lo aclarará luego, nadie ha podido cumplir lo que la ley exige.

4.2.3.- La ley moral escrita en el corazón 2:14 De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. 2:15 Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. 2:16 Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio. [53]

Este pasaje nos ayuda a reflexionar sobre una gran verdad que se conoce como: la ley moral escrita en el corazón. Muchos apologistas han usado como uno de los argumentos de la existencia de Dios el “argumento moral” que enseña que existen ciertos valores que se consideran como absolutos en diferentes culturas y por todas las etapas de la historia. El argumento dice que eso es parte de la Revelación General de Dios en la conciencia de los seres humanos, o como dice el texto “la ley escrita en el corazón” 2:15 Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.

“De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley” Tener la ley escrita en el corazón es una clara muestra de porque no todos los seres humanos son ladrones o asesinos etc. Y hay muchas personas que sin conocer la ley de Dios son más morales y éticos que otros. Esto nos lleva a cuestionar cómo entendemos el concepto tradicional de “depravación total”. Esta no implica que todos los seres humanos sean totalmente malos o que todo lo que hagan está mal. Sino que simplemente nos expresa que todas las

áreas del ser humano tienen algo de la naturaleza caída. Pero aquí Pablo nos da a entender que puede haber gentiles que sin la ley cumplan lo que la ley exige, esto se debe a que existe cierta manifestación de “gracia común o general” por medio de la Revelación de la ley moral en el corazón. Claro está que esto no garantiza la salvación de nadie ya que la salvación fuera del Evangelio implicaría perfección y esto nadie lo ha logrado. Pero si implica que hay seres humanos que tienen más conciencia de la moralidad de Dios que otros. “Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio” Para concluir esta sección Pablo nos recuerda que el juicio final será por medio de Jesucristo. Y finaliza diciendo “como lo declara mi evangelio”. Ya que el Evangelio no trata solamente del amor de Dios sino también del juicio a los pecadores.

4.2.4.- Los judíos y la ley de Dios 2:17 Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios; 2:18 que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 2:19 que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 2:20 instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 2:21 en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 2:22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? 2:23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley? 2:24 Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.» 2:25 La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. 2:26 Por lo tanto, si los gentiles cumplen los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados? 2:27 El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito y la circuncisión, quebrantas la ley.

2:28 Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. 2:29 El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.[54]

“Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios” Como ya mencionamos en la sección anterior Pablo usa nuevamente el pronombre personal “tú” para referirse a su interlocutor, pero mientras en los versos anteriores ese “tú” podría abarcar tanto a judíos como a moralistas gentiles que juzgan a los demás, ahora se refiere exclusivamente a los judíos. La expresión “llevas el nombre de judío” tiene su explicación ya que luego del exilio el pueblo de Israel comenzó a identificarse en su mayoría con la tribu de Judá. Pablo aquí comienza su argumento en contra de los judíos usando los temas más sensibles para ellos, y los que les llenaban de orgullo. La ley, su relación especial con Dios, y posteriormente mencionará también la circuncisión. La expresión “te jactas de tu relación con Dios” literalmente dice el TR kaujasai en teo y se puede traducir como lo traduce la RV “te glorias en Dios” o también “te glorias de Dios” [55] Pero la idea aquí, dicen los expertos es que el pueblo judío se sentía orgulloso de su condición como pueblo elegido por Dios o también de su concepción del monoteísmo que era única en su tiempo. Lo interesante aquí es que la misma expresión usa Pablo en 5:11: Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación[56]

Pero en esta ocasión se refiere a los cristianos, ya que solo por Jesucristo podemos tener una relación con Dios, no por tener la ley escrita como creían los judíos. “que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de

los que están en la oscuridad, instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad” La principal ventaja del pueblo de Israel era la de tener la ley que como dice Pablo es la “esencia misma del conocimiento y de la verdad” Es decir, todo conocimiento humano está supeditado a la verdad de las Escrituras. Y de esta fuente de verdad era poseedores los israelitas. Pero más adelante Pablo aclarará que el tener el conocimiento de la Palabra de Dios no garantizaba la salvación de nadie No puedo dejar de sentir esa intencionalidad sarcástica que Pablo ha usado en otras ocasiones al referirse de esta manera a los judíos. “estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en oscuridad” Parece que en estos versos está citando un pasaje de Isaías 42:6: «Yo, el SEÑOR, te he llamado en justicia; te he tomado de la mano. Yo te formé, yo te constituí como pacto para el pueblo, como luz para las naciones,[57]

En este pasaje Isaías está hablando de la misión del Siervo del Señor que, según la interpretación de muchos judíos, era una imagen de la misión del pueblo de Israel. Es por eso por lo que me parece que Pablo usa el sarcasmo ya que Pablo tenía claro que el Siervo del Señor no era Israel sino el Mesías. Y que el pueblo por sí mismo no podía ser guía de las otras naciones y luz en la oscuridad. Sino que el único que es la luz de las naciones es Jesús. (Juan 8:12) “en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley?” La idea que Pablo quiere trasmitir aquí es que el conocimiento de lo bueno y lo malo, no nos capacita para hacer lo bueno. Y por eso confronta aquí a los judíos que se creían maestros de los gentiles, pero no se enseñaban a sí mismos.

Menciona tres pecados que hubieran sido impensables especialmente para un maestro del judaísmo: el robo, el adulterio y la idolatría. Probablemente lo hace porque puede ser que conocía de algunos casos. En cuanto a la idolatría dice: “Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos?”. Probablemente se refiere a la hipocresía de algunos judíos que ni siquiera se acercaban a los templos paganos, pero se daba muchos casos en los que estos mismos judíos a escondidas robaban de esos templos. Pregunta de aplicación: ¿Cómo nos sentimos cuando tenemos que predicar en contra de pecados que nosotros mismos practicamos? Por todas estas razones podemos comprender la inmensa responsabilidad que conlleva el querer ser maestro de la Palabra de Dios. (Santiago 3:1) Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.» Aquí Pablo cita un texto de Isaías 52:5 Y ahora ¿a quién tengo aquí? Mi pueblo es llevado injustamente; los que lo dominan lo hacen aullar de dolor, y mi nombre es blasfemado todo el día y sin cesar. —Palabra del Señor.[58]

En el caso de Isaías los gentiles blasfemaban el nombre de Dios al ver la condición en la que estaba el pueblo por causa de su pecado. Decían “Donde está su Dios que los salve”. Pero Pablo aquí también relaciona con la blasfemia que otras personas pueden hacer al ver el pecado y la hipocresía de los que se dicen conocedores de la verdad. “La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. Por lo tanto, si los gentiles cumplen los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados? El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito y la circuncisión, quebrantas la ley”

En esta sección Pablo topa otro de los puntos sensibles para los judíos, que es la circuncisión. Esta fue una señal del pacto que Dios hizo con Abraham y con toda su descendencia. Por esta razón este ritual se convirtió en la puerta de entrada al pueblo de Dios. Sin embargo, parece que muchos judíos se olvidaron de que este solo era una señal externa, que no tenía ningún poder mágico ni regenerador, y parece que el solo hecho de estar circuncidados les hacía sentir especiales aun cuando no estén viviendo de acuerdo con las leyes de Dios. Incluso existían algunos dichos rabínicos como: “Los hombres circuncidados no descienden a la Gehena” [59] Aquí Pablo aclara que la verdadera circuncisión es interior, del corazón y si un judío que está circuncidado y no obedece la ley es igual a un incircunciso. De la misma manera argumenta el caso hipotético de un gentil que si cumple lo que la ley dice viene a ser como un circuncidado delante de Dios. En otras palabras, lo que Dios quiere es que se cumpla su voluntad y no que se descanse en ceremonias religiosas, como también lo eran los sacrificios, y en este caso la circuncisión. (Isaías 1:11-17) “Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente” Esta es la conclusión lógica de todo lo argumentado anteriormente. Lo que realmente hace a alguien parte del pueblo de Dios no tiene que ver con asuntos externos como la circuncisión para los judíos o el bautismo cristiano. Sino que el verdadero pueblo de Dios es aquel que está circuncidado del corazón y esto es obra del Espíritu de Dios. Dice el libro de Deuteronomio que Dios mismo circuncidará el corazón de su pueblo para que puedan amarlo. Cito la traducción Reina Valera de este texto: Deuteronomio 30:6 »El Señor tu Dios circuncidará tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y tengas vida. (RV)

4.2.5.- Objeciones judías 3:1 Entonces, ¿qué se gana con ser judío, o qué valor tiene la circuncisión? 3:2 Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios. 3:3 Pero entonces, si a algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios? 3:4 ¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito: «Por eso, eres justo en tu sentencia, y triunfarás cuando te juzguen.» 3:5 Pero si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo en términos humanos.) 3:6 ¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo? 3:7 Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador? 3:8 ¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación![60]

En el capítulo anterior Pablo concluyó que ante los ojos de Dios no hay diferencia entre judíos y gentiles. Como es de suponerse esta idea debía tener mucho rechazo entre los lectores del pueblo de Israel. Por esta razón aquí Pablo responde algunas objeciones que se le podían presentar. “Entonces, ¿qué se gana con ser judío, o qué valor tiene la circuncisión?” La forma en la que Pablo escribe y argumenta presentando un interlocutor imaginario al que le escribe y al que le responde las preguntas que este le podría plantear es un estilo literario conocido como “diatriba”. Era utilizado mucho por los filósofos del tiempo de Pablo. [61] La primera objeción que se presenta en el texto es sobre cuál es la ventaja de ser parte del pueblo de Israel si en el capítulo anterior Pablo cuestionó radicalmente la interpretación general de la ley y la circuncisión afirmando que ni lo uno ni lo otro garantizaba la salvación del pueblo. Por obvias razones un judío debía razonar y decir ¿Cuál es la ventaja entonces? A esto Pablo responde: “Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios”

A esta objeción Pablo menciona solamente una ventaja. Aunque dice “En primer lugar” luego no menciona ninguna otra ventaja; hasta llegar al capítulo 9 en donde si hará referencia a algunas otras ventajas de ser judío. Parecer ser que para Pablo la ventaja más importante y en la que se podrían resumir las demás es que a los judíos se les confió las palabras mismas de Dios. Es decir, el Pueblo de Israel fue el primero en recibir la Revelación Especial de Dios. Para comprender esta situación podemos imaginarnos el caso de un niño que nace en un hogar cristiano. ¿En qué aventaja a otro niño que nace en un hogar ateo? Como diría Pablo, podemos responder que en mucho le aventaja ya que tiene el privilegio de conocer la Palabra de Dios desde su infancia. Sin embargo, el hecho de nacer en este hogar de creyentes, no le hace automáticamente cristiano. Si este niño no deposita su fe en Jesús ante los ojos de Dios es igual que un no creyente. “Pero entonces, si a algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios? ¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito: «Por eso, eres justo en tu sentencia, y triunfarás cuando te juzguen.»” Pablo continua con el planteamiento de preguntas retóricas, imaginándose las principales objeciones que se le podía presentar. En esta ocasión nos presenta la objeción acerca de la fidelidad de Dios. ¿Quería decir esto, que si los judíos pecaron Dios dejó de ser fiel a sus promesas? La respuesta de Pablo, dicen los estudiosos del griego bíblico es muy enfática, los signos de admiración no alcanzan para expresar la intensidad de sus palabras “De ninguna manera”. “Dios es siempre veras” quiere decir que Dios siempre dice la verdad, aunque el hombre mienta. Dios sigue siendo fiel a su Pacto. Pablo cita aquí el Salmo 51:4.

“Pero si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo en términos humanos.) ¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo?” Continuando con esta línea de pensamiento se nos presenta otra objeción, que como dice Pablo es fruto de una mente humana caída. Ya que solo un no regenerado puede plantearse este argumento: Si mi injusticia hace que sobresalga la justicia de Dios ¿Por qué Dios me castiga? Esta es una inquietud que sale de aquellas personas que no han experimentado la gracia de Dios y que solo han escuchado hablar de ella. La misma inquietud se repite posteriormente en el verso 7: Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador?[62]

Pero la respuesta de Pablo nuevamente es contundente “De ninguna manera” ya que si esto fuera así Dios dejaría de ser justo y eso está en contra del carácter de Dios. Recordemos que Dios es amor, pero también es justo y el precio por el pecado se lo debe pagar. Caso contrario Cristo hubiera muerto en vano. Y precisamente la gloria de Dios se manifiesta también en su juicio; al contrario de la objeción que Pablo presenta en este pasaje. “¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación!” Parece que Pablo tenía que enfrentarse con personas que le acusaban de enseñar que podemos pecar sin ningún remordimiento porque sólo así se manifestaría la gracia de Dios. Pero como el apóstol responde esas son solo calumnias (Blasfemias en el griego). Como ya lo hemos mencionado esto es una tergiversación del mensaje de la gracia de Dios. Mucha gente en nuestro tiempo mal entiende el mensaje de la gracia de Jesucristo. Y piensan que la salvación por la fe sola es un permiso para seguir

pecando. Pero como nuestro apóstol dice en esta epístola, este sería un pensamiento muy humano. Ya que una mente regenerada por el Espíritu de Dios sabe que no tiene sentido pensar de esa manera. Ya que más se glorifica Dios al salvar al pecador y convertirlo en una nueva Criatura que solamente perdonando sus pecados. Una ilustración que podemos usar para comprender este tema es el de una funeraria que sabe que para que su negocio prospere la gente debe morir. Pero esto en ninguna manera convierte a la muerte en algo bueno. Y peor aún si al dueño de la funeraria se le ocurre matar gente para crecer en el negocio. Seguiría siendo un delito y merece el castigo. [63] De la misma manera el pecado siempre será malo, ya que es atentar en contra de la voluntad de Dios. Aun cuando por el pecado podamos experimentar la gracia de Dios. Eso no nos justifica para seguir pecando.

4.3 Humanidad injusta (3:9-20) Continúa Pablo con su diálogo literario y en este pasaje concluirá definitivamente en la culpabilidad de toda la humanidad. 4.3.1.- Descripción y alcance de la naturaleza pecaminosa 3:9 ¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los gentiles están bajo el pecado. 3:10 Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno; 3:11 no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. 3:12 Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!» 3:13 «Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.» «¡Veneno de víbora hay en sus labios!» 3:14 «Llena está su boca de maldiciones y de amargura.» 3:15 «Veloces son sus pies para ir a derramar sangre; 3:16 dejan ruina y miseria en sus caminos, 3:17 y no conocen la senda de la paz.» 3:18 «No hay temor de Dios delante de sus ojos.»[64]

“¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los

gentiles están bajo el pecado” En el pasaje de 3:1-8 nuestro autor se planteó la interrogante sobre los privilegios de ser judío, a lo que concluyó que los privilegios eran grandes, pero se limitó en esa ocasión a mencionar el beneficio de ser los poseedores de la ley de Dios. Ahora nuevamente se plantea la pregunta sobre si entonces ¿los judíos son mejores que los gentiles? A lo que responde nuevamente de forma enfática “de ninguna manera”. Ya que como mostramos en la lección anterior esta ventaja de tener la ley era solamente de responsabilidad más que de seguridad eterna. Y cómo Pablo lo aclara en este pasaje tanto los judíos como los gentiles se encuentran bajo pecado. La expresión “bajo pecado” requiere un análisis más profundo ya que la expresión en griego Hupo puede significar que tanto judíos como gentiles están bajo la sumisión del pecado. Es decir, no solamente que han pecado, sino que están bajo el poder del pecado. Aquí Pablo nos muestra al pecado como una fuerza que actúa en el ser humano, esclavizándolo por su poder. La misma idea comunica en Gálatas 3:22 Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen.[65]

De aquí podemos desprender ya el concepto de “naturaleza pecaminosa y de pecado original” que el mismo autor tratará con más detalle posteriormente en su epístola. Naturaleza pecaminosa y pecado original La Biblia nos enseña en el libro de Génesis que el pecado entró en el mundo cuando Adán y Eva desobedecieron a la voluntad de Dios. Pablo nos dice esto también en 5:12. También sabemos que después de Adán y Eva algo cambió en los seres humanos, parece que todos nacen con una predisposición heredada para pecar.

Durante la historia del cristianismo muchos teólogos trataron de explicar lo que sucedió. Agustín de Hipona fue uno de los primeros en sistematizar el concepto de que a partir del primer pecado todos los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa que les imposibilitaba completamente hacer algo bueno. De ahí nace el concepto de Depravación total. Es decir, el hombre perdió su libre albedrío para decidir entre pecar o no. Por aquel mismo tiempo aparece en escena un monje conocido como Pelagio quien enseñaba que el ser humano no perdió nunca su libre albedrío y que lo único que se hereda de Adán es el ejemplo de lo que es pecado, es decir una naturaleza externa pecaminosa más no una interna. El conflicto entre estos dos teólogos tambaleó la doctrina de la Iglesia en los primeros siglos, pero con el tiempo se llegó a un consenso en una doctrina que se la conoce como semi-pelagianismo. Que enseña que lo que el ser humano hereda de Adán es una naturaleza enferma por el pecado, pero no totalmente depravada. Es decir, aunque el ser humano nace con la inclinación a pecar por la debilidad de su naturaleza todavía tiene libertad para decidir. Esta es la posición que prevaleció en la iglesia por muchos siglos. Solamente en tiempos de la reforma protestante por medio de Lutero, Calvino y otros se retornó a la doctrina Agustiniana de la Depravación Total. Que como una consecuencia tenía que presentar la doctrina de la predestinación, ya que si el ser humano no podía decidir por Cristo tenía que ser Dios el que determine quien creerá y quien no. Tiempo después de darse la reforma protestante nos encontramos con el teólogo Jacobo Arminio quien a pesar de ser calvinista se cuestionó la doctrina de la predestinación y propuso otro concepto que es el de gracia general. Arminio no cuestionó la Depravación total, por eso no se lo debe confundir con el semipelagianismo, pero pensaba que la gracia de Dios que capacita a que el ser humano crea o no en Cristo estaba disponible para todos, con la diferencia en que la decisión de aceptar o no esta gracia radica en el ser humano. Ante estas posiciones tenemos que ser sinceros y reconocer que la Biblia no nos da una respuesta clara sobre las consecuencias del pecado original en la

naturaleza de los seres humanos que nacen después de Adán y Eva. Aunque los debates entre grupos cristianos han sido acalorados, debemos reconocer que desde siglos atrás no se ha podido llegar a un consenso sobre el tema. Los versículos que vienen a continuación respaldan la posición de la mayoría de los cristianos protestantes en cuanto a los alcances de la Naturaleza Pecaminosa o lo que se conoce como ya mencionamos como la Depravación Total. “Así está escrito:” En esta sección Pablo hace una descripción detallada de todo lo que comprende la Naturaleza Pecaminosa en el ser humano. Y para eso hace uso de varias citas entremezcladas del Antiguo Testamento. Esta práctica de usar diferentes citas y unirlas en un solo hilo para expresar una idea ya era una práctica rabínica en los tiempos de Pablo. Las citas que se usa en el pasaje que viene son: (Eclesiastés 7:20; Salmo 14:1-3; 53:1-3; 140:3; Isaías 59:7; Proverbios 1:16) El armar todo su argumento en base a citas del Antiguo Testamento apartadas las unas de las otras, nos muestra la gran capacidad que tenía Pablo para usar las Escrituras y también su ejercicio constante de memorizarlas. “No hay un solo justo, ni siquiera uno” Con estas palabras comienza nuestro apóstol a describir el alcance de la Naturaleza Pecaminosa. Como ya vimos, es por medio de una cita de Eclesiastés 7:20. Muchos autores en especial liberales pueden argumentar que las citas que Pablo toma son en su mayoría de libros poéticos en donde los autores usan una figura literaria conocida como Hipérbole. Esto es una exageración poética. Como cuando uno dice: “Todo el mundo fue al concierto”. Sabemos que no todo el mundo fue al concierto, pero es una exageración para ilustrar que mucha gente si fue.

Desde esta perspectiva muchos dirán que no quiere decir que no exista absolutamente nadie que sea justo. Si no más bien es una exageración que ilustra como estaba la situación en el contexto en el que se escribieron estos textos. Sin embargo, debemos mencionar que, aunque las citas en su contexto original pueden ser una hipérbole, esto no quiere decir que la forma en las que Pablo las usa en su epístola sigan siendo así. Si no más bien Pablo las usa para defender un argumento que ya dejó claro anteriormente que todos, judíos y gentiles están bajo el pecado. Es decir, las citas no son la base de su argumento, sino que refuerzan el mismo. El argumento comenzó desde el capítulo Uno. Por esta razón nuestra declaración doctrinal como iglesia protestante es que nadie puede alcanzar la Salvación por medio de las obras, ya que todos han pecado (3:23)

“No hay nadie que entienda” La Naturaleza Pecaminosa afecta todas las áreas del ser humano y Pablo comienza por decirnos que lo primero que está afectado es el entendimiento, es decir la mente. De ahí parten todos los demás pecados. Por eso, aunque Dios se haya revelado en la naturaleza el ser humano no ha podido leer esta revelación de Dios y ha distorsionado la verdad. “nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!” Estos versos nos dirigen a la voluntad del ser humano que está corrompida. “Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.» «¡Veneno de víbora hay en sus labios!» «Llena está su boca de maldiciones y de amargura”

Aquí se hace alusión a una parte muy importante del ser humano como es su boca. La expresión “Sepulcro abierto” nos da una imagen muy fuerte de lo que puede salir de nuestros labios en algunas ocasiones. La “víbora” es un símbolo del pecado. Eso es lo que hay en la boca del ser humano. “llena de maldiciones y amargura” esto es comprobable de manera muy simple para quienes conducen en una ciudad con mucho tráfico. “Veloces son sus pies para ir a derramar sangre; dejan ruina y miseria en sus caminos, y no conocen la senda de la paz.” Luego se pasa a mencionar otra parte del ser humano. Sus pies. Estos son “veloces para derramar sangre”. Es decir, la violencia, el rencor, el sentimiento de venganza. Son de alguna manera universales en el género humano. Aunque las leyes que se escriben se supone que luchan por la paz, esta ha sido siempre utopía para la humanidad. Las leyes podrán mejorar, pero el ser humano no. Sin Cristo en el corazón la humanidad camina de mal en peor. Al contrario de lo que piensa la ideología humanista o la teología posmileniarista el mundo no podrá mejorar por esfuerzos humanos. Solo la intervención sobre natural nos dará el mundo ideal en un futuro. «No hay temor de Dios delante de sus ojos.» La conclusión del pasaje es esta. Ya que la raíz del pecado es no buscar a Dios. El alejamiento de Dios es el pecado. Por medio de este elaborado argumento paulino podemos comprender que Depravación Total no implica que todas las cosas que el ser humano haga sean malas. Sino que significa que todas las áreas del ser humano se encuentran afectadas por el pecado. Mente, sentimientos y voluntad. El teólogo J J Packer al respecto comenta: “nadie es tan malo como podría serlo mientras que por otra parte nadie es tan bueno como debería serlo” [66]

4.3.2.- Propósito de la ley 3:19 Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios. 3:20 Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado. [67]

Luego de darnos una descripción detallada de los alcances de la naturaleza pecaminosa en base a pasajes del Antiguo Testamento. Pablo pasa a aclarar que no se trata solamente de los gentiles sino de la humanidad en general. “Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella” Por medio de esta afirmación el autor aclara que se refiere también a los judíos, ya que ellos eran los que estaban bajo la ley. Ya que muchos judíos podrían excusarse diciendo que los textos citados del Antiguo Testamento se refieren a los gentiles, como lo indica el contexto del Salmo 14. Sin embargo, Pablo insiste en la culpabilidad de los judíos y la siguiente frase lo aclara. “para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios” Aquí se deja en claro que nadie podrá excusarse delante de Dios en el día del Juicio. Y la expresión “que todo el mundo se calle la boca” es un duro golpe en contra del orgullo judío. La misma idea se repite en el verso 20 “nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley” Mientras que los judíos creían que solamente tener la ley les justificaba delante de Dios y los hacía miembros del pacto. Pablo insiste en su argumento que las obras de la ley no justifican a nadie, ya que nadie ha podido cumplirlas en su totalidad. “más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado” Aquí Pablo nos da un adelanto de lo que es el propósito de la ley.

Posteriormente en los capítulos 6-8 profundizará este tema. Pero lo que aquí nos dice es que ya que la ley no da perdón de pecados su propósito es hacernos consientes del pecado. Es decir, la ley nos diagnóstica la enfermedad, pero no nos da la cura.

5.- Justificación: La provisión de la justicia de Dios (Ro 3:21-5:21) Solo luego de haber diagnosticado la enfermedad se puede hablar de la cura. Eso es lo que el apóstol procede a hacer en esta sección. 5.1.- La fuente de la justicia (Ro 3:21-31) 5.1.1.- Cristo la fuente de la justificación 3:21 Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. 3:22 Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, 3:23 pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, 3:24 pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. 3:25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; 3:26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús. [68]

Este pasaje del 21 al 26 por muchos estudiosos es considerado doctrinalmente el centro de toda la carta. Ya que aquí Pablo comienza su explicación a profundidades de algunas verdades ya anunciadas en 1:17 Algunos también ve en el versículo 21-24 un paralelo con el conocido Juan 3:16. Porque / Pero ahora Tanto amó Dios al mundo/ Sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Que dio a su Hijo unigénito / justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo Para que todo el que cree/ a todos los que creen. De hecho, no hay distinción No se pierda, sino que tenga vida eterna / por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. En definitiva, esto nos muestra que estos pasajes resumen de buena manera el mensaje del Evangelio y de la Biblia entera.

“Pero ahora” Con estas palabras Pablo comienza una nueva sección que expresa la realidad de que una nueva era ha llegado. Ahora existe algo que no ha sido revelado en tiempos anteriores. Esto no quiere decir que la humanidad antes de Cristo no podía disfrutar de los beneficios de su muerte. Sino que simplemente ahora se ha manifestado claramente.

“sin la mediación de la ley se ha manifestado la justicia de Dios” Nuevamente se toma como punto central el tema de la Ley. La idea aquí es lo que Pablo ya ha dejado claro en varias ocasiones. Por medio de la ley nadie puede ser justificado delante de Dios. Sin la mediación de la ley en nuestro tiempo también podríamos interpretarlo como, sin la mediación de nada más, ni buenas obras, ni sacrificios etc. “de la que dan testimonio la ley y los profetas” Aquí Pablo nuevamente crea un vínculo con el Antiguo Testamento haciendo énfasis en que el argumento que está elaborando ya estaba revelado desde el Antiguo Testamento. Aun cuando no estaba claramente visible el tema del sacrificio de Jesús ya se lo podía ver por medio de la fe. “Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo” Este aspecto de la justicia de Dios que es imputada a los que creen en Cristo Pablo lo va a profundizar más adelante. Lo aquí podemos adelantar es que esta justicia de Dios que ha sido manifestada en Jesucristo ha sido manifestada una sola vez históricamente. Pero se la revela continuamente cada vez que predicamos a Cristo. Por eso es por lo que nos llega por medio de la fe en él. Esta idea la repite en el verso 26: “pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús”

También en 1:17 hablamos más sobre el tema de la fe. “a todos los que creen. De hecho, no hay distinción” Esta es una expresión de la universalidad del Evangelio. “a todos los que creen” significa que la posibilidad de obtener la justicia de Dios está al alcance de todos. “no hay distinción” es un golpe nuevamente ante el amor nacionalista del pueblo del Israel. “pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” La realidad de que todos han pecado Pablo ya lo ha dejado claro en su argumento desde al capítulo 1. Pero aquí nos muestra una de las consecuencias del pecado y es: “estar privado de la gloria de Dios”. Este es un texto que debemos analizarlo detenidamente ya que puede prestarse a algunas interpretaciones. Lo primero que debemos tener en cuenta es el término jutereo que la NVI traduce como “privados” literalmente significa “destituidos” como lo traduce la RV y hace referencia a la degradación de un rango militar[69]. Y también doxa que se traduce como gloria. Aunque en otras ocasiones puede referirse a la verdadera alabanza a Dios. De aquí se puede tener 3 diferentes interpretaciones: a)

Somos destituidos de la verdadera alabanza a Dios. Perdimos el privilegio de tener una vida de adoración sincera. b) Somos destituidos de aquella gloria inicial con la que fuimos creados, ya que al decir que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios implica que de alguna manera éramos partícipes de la Gloria de Dios. Pero con el pecado fuimos destituidos, bajados de rango. (1 Corintios 11:7) c) Para muchos estudiosos la Gloria de Dios es una imagen del Espíritu Santo. Y decir que fuimos destituidos de su gloria implica en que perdimos el Espíritu Santo. Al analizar este tema podemos darnos cuenta de que hay algo de las tres posiciones en la verdad bíblica. “pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó, Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación“

Este pasaje es muy importante para la doctrina cristiana ya que nos encontramos con tres términos que se los debe analizar por separado: justificación, redención, y expiación. a) Justificación.- Es la figura jurídica en la que se declara como justa a una persona delante de un tribunal. Dentro de la doctrina cristiana la justificación se refiere al hecho de que por medio del sacrificio de Cristo Dios nos declara justos. No por nuestra justicia sino por la fe en Cristo. Justificación no significa que ya comenzamos a vivir como justos. Esto tiene que ver más bien con la redención, regeneración y santificación. Cosas que están relacionadas, pero no son lo mismo. b) Redención.- viene del griego apolytrosis[70] que significa la compra de un esclavo. Se refiere al hecho de que Jesús en su sacrificio en la cruz nos compró para él. Y al hacernos parte de él por obvias razones nos “regenera” lo que significa un nuevo nacimiento. Una nueva vida solamente posible en Cristo. De ahí en adelante comienza el proceso de parecernos más a Jesús, es decir de vivir como justos. Pero a esto lo llamamos “santificación”. c) Expiación.- Aquí tenemos que aclarar que la traducción NVI no es literal ya que el término es hilasterion[71] que literalmente significa “propiciación” como lo traduce la RV. Y quiere decir “aplacar la ira”. Y era un concepto usado por las religiones paganas en las que se ofrecía sacrificios para aplacar la ira de los dioses. Esto para muchos cristianos puede sonar escandaloso ya que no se imaginan a un Dios airado como los de las demás naciones. Y piensan que Pablo usa este término solamente por compararlo con el Antiguo Testamento en donde el propiciatorio era la parte superior del arca del pacto en donde se derramaba la sangre de los sacrificios. Dice Éxodo 25:22 Yo me reuniré allí contigo en medio de los dos querubines que están sobre el arca del pacto. Desde la parte superior del propiciatorio te daré todas las instrucciones que habrás de comunicarles a los israelitas.[72]

Sin embargo, debemos reconocer que el concepto de aplacar la ira de Dios no es antibíblico ni similar al de las naciones paganas. Ya que el tema de la ira de Dios manifestándose sobre la humanidad ya lo

analizamos en el capítulo 1. Además, en las naciones paganas cuando se tenía que aplacar la ira de los dioses se lo hacía por medio de sacrificios incluso humanos, más en la fe cristiana la única forma aplacar la ira de Dios sobre el pecado fue por el sacrificio de Jesús no por ningún mérito humano. No podemos hablar de un Dios justo y santo que no manifieste una ira santa por el pecado. Esto aspectos que hemos analizado: justificación, redención, regeneración, santificación y propiciación son producto de la gracia de Dios. Es decir, él tuvo la iniciativa en todo esto. Por su amor. Y todos ocurren simultáneamente. Con excepción de la santificación que es un proceso que dura toda la vida. “que se recibe por la fe en su sangre” Este versículo es muy importante ya que nos muestra que todo esto tiene como punto de partida la fe. “Fe en su sangre” es una expresión simbólica para referirse a la confianza en el sacrificio de Cristo en la Cruz. Este texto nos lleva a cuestionarnos la posición reformada que afirma que antes de que el ser humano pueda creer tiene que ser redimido y regenerado. “para así demostrar su justicia” Esto es muy importante. Dios muestra su justicia por medio del sacrificio de Jesús. Porque cualquiera podría preguntarse ¿Cómo es un Dios justo si perdona y no castiga al culpable? Dice Proverbios 17:15 Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el SEÑOR aborrece.[73]

Sin embargo, Dios muestra su justicia ya que no solamente perdona el pecado sino que también se efectuó el castigo correspondiente sobre Jesús. Este concepto vuelve al cristianismo más lógico con respecto al ser de Dios de lo que otras religiones quieren argumentar. Por ejemplo, en la fe musulmana que también creen en la salvación por la gracia de Dios. Sin embargo, afirman que para ser justificados delante de Dios solo se debe implorar su perdón por medio de todos sus rituales. Pero como ya

mencionamos el concepto de un Dios justo que no castigue el pecado no es muy lógico ni consecuente con el concepto de Justicia. 5.1.2.- Defensa de la justificación 3:27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe. 3:28 Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige. 3:29 ¿Es acaso Dios sólo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí, también es Dios de los gentiles, 3:30 pues no hay más que un solo Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y, mediante esa misma fe, a los que no lo están. 3:31 ¿Quiere decir que anulamos la ley con la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la ley.[74]

Como conclusión a su argumento anterior Pablo plantea nuevamente tres preguntas: 1.- ¿Dónde, pues, está la jactancia? Esta pregunta tiene que ver con la tentación de sentirse orgulloso por sus propios méritos en la Salvación. A esto Pablo responde que toda jactancia queda excluida y no por la observancia de la ley sino por la fe. “Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige” Nuevamente una afirmación que confirma la doctrina cristiana de la justificación por la fe. En este punto debemos comentar que cuando se enfatiza esta doctrina en tiempos de la reforma protestante, Lutero solía aumentar a este versículo la palabra Sola para dejar claro que la Salvación es solo por fe. De esta manera podemos comprender que la teología católica pueda encontrar respaldo también en esta epístola ya que aquí no se menciona la palabra Sola. Sin embargo, tenemos que notar que la intención de Lutero no era un problema de traducción sino más bien de una correcta interpretación ya que visto en todo su contexto es lógico que Pablo quiso decir es que el ser humano es justificado solamente por la fe. Otro asunto importante que debemos notar aquí es que la fe se contrapone

con todo mérito de obras. Es decir, la fe tampoco es algo de lo que nosotros deberíamos o podríamos jactarnos. Muchas veces se acusa a las teologías no reformadas de pensar en la fe como un mérito del ser humano del cual podría jactarse. Pero esto es falto a la verdad. La fe es precisamente el reconocer con humildad que no existe nada en el ser humano que pueda ser aceptado por Dios. Es simplemente aceptar con agradecimiento que todo el mérito en la Salvación le pertenece a Dios.

2.- ¿Es acaso Dios sólo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Esta pregunta tiene que ver con el orgullo racial que tenía el pueblo de Israel. A lo cual Pablo afirma que Dios es tanto de los gentiles como de los judíos y que la justificación por la fe es un don de Dios para todos. Sobre el tema de la circuncisión profundizará más en el capítulo 4. 3.- ¿Quiere decir que anulamos la ley con la fe? Anteriormente ya comentamos que el propósito de la ley era precisamente guiar al ser humano a reconocer que se necesita de la Salvación de Dios. Pero ¿qué quiso decir Pablo al mencionar que por la fe confirmamos la ley? Ante esta inquietud algunos comentaristas piensan que cuando se usa la expresión “La Ley” no siempre se refería solamente a la Torá o el Pentateuco de nuestras Biblias. Sino que muchas ocasiones era una expresión que se refería a todo el Antiguo Testamento. Y esto tiene mucho sentido ya que en el siguiente capítulo el propósito de Pablo es mostrar como en el Antiguo Testamento los hombres de Dios fueron justificados también por la fe y no por las obras. De esta manera la justificación por la fe confirma lo que ya decían las Escrituras.

5.2.- El ejemplo de la justicia (Ro 4:1-25) Para mostrar su argumento Pablo recurre al ejemplo de dos personajes claves en el Antiguo Testamento y en la historia del Pueblo de Israel como son:

Abraham y David. Abraham el padre del pueblo y David el padre del Mesías. 5.2.1.- La justificación de Abraham 4:1 Entonces, ¿qué diremos en el caso de nuestro antepasado Abraham? 4:2 En realidad, si Abraham hubiera sido justificado por las obras, habría tenido de qué jactarse, pero no delante de Dios. 4:3 Pues ¿qué dice la Escritura? «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia.» 4:4 Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor sino como una deuda. 4:5 Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia. [75]

El ejemplo de Abraham es básico para mostrar el punto de la justificación por la fe en el Antiguo Testamento. “En realidad, si Abraham hubiera sido justificado por las obras, habría tenido de qué jactarse, pero no delante de Dios” Pablo nos deja claro que Abraham no fue justificado por las obras. Si bien es cierto la Biblia no nos presenta a Abraham como un mal hombre. Más bien puede ser que tenía algo de justicia en su actuar. Sin embargo, delante de Dios es imposible que pueda jactarse. La santidad y las demandas de Dios para el ser humano no tienen nada que ver con la justicia relativa que podamos vivir en esta tierra.

Pues ¿qué dice la Escritura? «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia.» Aquí Pablo cita un texto de Génesis 15:6 Abram creyó al SEÑOR, y el SEÑOR lo reconoció a él como justo[76]

Este pasaje está en el contexto del Pacto que hace Dios con Abraham y le muestra sus promesas. Abraham no era por sus obras merecedor de las promesas de Dios. Pero lo fue por medio de la fe.

“Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor sino como una deuda. Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia” Este ejemplo de justificación, y la ilustración tomada del trabajador y su salario nos muestran el aspecto de Dios de dar a alguien lo que no se merece o lo que es lo mismo. La gracia de Dios. Cuando una religión que se dice llamar cristiana invierte este principio y enseña que la Salvación es el pago que le corresponde al ser humano por sus obras. Llámense mandamientos, penitencias o sacramentos. Anula por completo el concepto de gracia divina. Uno de los principios fundamentales de la fe cristiana. Muchos han querido anular el argumento paulino de la justificación por fe al compararlo con Santiago 2:14-26, ya que en el verso 24 dice: Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no sólo por la fe [77]

Este pasaje en ninguna manera contradice el mensaje de Romanos. Simplemente Santiago se encarga de corregir el falso concepto de fe, y la mala interpretación a la que puede prestarse una lectura simple de la justificación por fe de Romanos. Podemos notar que para Santiago las obras son un producto o una evidencia de la fe, ya que en el verso 2:18 dice Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras.

Es decir, las obras que agradan a Dios no pueden venir de ninguna otra fuente que no sea la fe. (Hebreos 11:6) Entonces cuando Santiago dice que: Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no sólo

por la fe Se refiere a la falsa fe, a la solamente intelectual. La que como ya hemos mencionado no es la fe que justifica al pecador. La verdadera fe produce obras. En 2:26 dice: Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta

Incluso en el ejemplo mismo de Abraham, el caso que nos pone Santiago, cuando ofreció Abraham a Isaac, fue posterior a su justificación por la fe. Es decir, fue una evidencia de haber sido justificado por Dios. No la causa de la justificación. 5.2.2.- La justificación de David 4:6 David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras: 4:7 «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! 4:8 ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!»[78]

Este es otro ejemplo de la justificación por la fe “David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras” Aun cuando dice la Biblia que David era un hombre conforme al corazón de Dios. No fue justo por sus obras: por matar a Goliat, por defender al pueblo en muchas ocasiones, por escribir los mejores Salmos. Sino que lo fue por la fe. «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!» Este pasaje nos muestra otro aspecto de la justificación que es: no darle al pecador lo que se merece. O lo que conocemos también como la misericordia de Dios. David reconoce que el pecado es perdonado solamente

por Dios y esto es motivo de dicha.

5.2.3.- La justificación por fe y la circuncisión 4:9 ¿Acaso se ha reservado esta dicha sólo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es también para los gentiles? Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe como justicia. 4:10 ¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Fue antes o después de ser circuncidado? ¡Antes, y no después! 4:11 Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a éstos se les toma en cuenta su fe como justicia. 4:12 Y también es padre de aquellos que, además de haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro padre Abraham, quien creyó cuando todavía era incircunciso. [79]

Nuestro autor retoma el tema de Abraham para mostrar una verdad que afectaría a muchos judíos. Y es que la justificación no tiene nada que ver con la circuncisión. Es precisamente por esta razón que no existe diferencia entre judío y gentil. ¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Fue antes o después de ser circuncidado? ¡Antes, y no después! Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Para respaldar su argumento Pablo muestra que en el caso de Abraham la justificación fue antes de ser circuncidado. Es decir, la circuncisión fue una señal externa de que su fe se le había tomado en cuenta como justicia. Aquí podemos establecer un paralelo con el rito cristiano del bautismo en agua. Al contrario de lo que enseña la Iglesia Católica este no tiene ningún valor ni regenerador ni justificador. Si no que solo es el sello exterior de nuestra fe interior. Esto también es un punto en contra de las iglesias protestantes que bautizan niños. Quienes, aunque no creen en el valor regenerador del bautismo pero invierten el orden que se presenta en este pasaje. Primero la justificación por medio de la fe y luego la señal exterior.

Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a éstos se les toma en cuenta su fe como justicia. Y también es padre de aquellos que, además de haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro padre Abraham, quien creyó cuando todavía era incircunciso. Este pasaje es una muestra de que Pablo estaba seguro de la continuidad en cuanto a la Salvación por medio de la fe desde el Antiguo Testamento. Abraham es padre de todos los que creen, nos muestra que el mismo plan tiene Dios para con Israel y para la Iglesia. Tanto unos como los otros son Pueblo de Dios por medio de la fe. Pregunta para el diálogo: ¿Tienen Israel y la Iglesia un diferente futuro escatológico? 5.2.4.- Justificación por fe en las promesas de Dios 4:13 En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante la fe, la cual se le tomó en cuenta como justicia. 4:14 Porque si los que viven por la ley fueran los herederos, entonces la fe no tendría ya ningún valor y la promesa no serviría de nada. 4:15 La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 4:16 Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común 4:17 delante de Dios, tal como está escrito: «Te he confirmado como padre de muchas naciones.» Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran. 4:18 Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!» 4:19 Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. 4:20 Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, 4:21 plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. 4:22 Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia. 4:23 Y esto de que «se le tomó en cuenta» no se escribió sólo para Abraham, 4:24 sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. 4:25 Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.[80]

En esta sección Pablo nos explica cómo la fe de Abraham estuvo basada en la confianza en las promesas de Dios. Vamos a analizar algunos versículos

importantes: “En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante la fe, la cual se le tomó en cuenta como justicia” Después de haber contrastado tantas veces la fe y la ley Pablo sigue profundizando mucho más en su argumentación y en esta ocasión topa el tema de la promesa que Dios le hace a Abraham. Ser heredero del mundo hace referencia de alguna forma a todas las promesas que se le hicieron a Abraham: (Génesis 12:1-3; Génesis 15:5-7) Las promesas de Abraham estaban en dos ámbitos: La tierra que iba a poseer y la descendencia que sería muy numerosa. “Porque si los que viven por la ley fueran los herederos, entonces la fe no tendría ya ningún valor y la promesa no serviría de nada. La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham;” Pablo en este pasaje deja claro que Abraham recibió la promesa por la gracia de Dios mediante la fe que este manifestó en que Dios podía cumplir sus promesas. Recordemos también que las promesas de Dios no tienen nada que ver con la Ley ya que fueron dadas siglos antes de que la Ley fuera dada a Moisés. En cuanto a la fe y la confianza que tuvo Abraham en Dios se describe más adelante en el texto en 4:17-22 Es muy interesante analizar los puntos esenciales de la fe de Abraham: Tuvo fe en que Dios puede dar vida a los muertos y puede crear cosas de la nada. Creyó contra toda esperanza ya que por su avanzada edad y porque la matriz de Sara estaba muerta, era prácticamente imposible que pueda tener descendencia.

Nunca flaqueó su fe ni se debilitó, sino que, al contrario, se fortaleció por la confianza en que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. Estos factores característicos de la fe de Abraham son un ejemplo para nosotros acerca de cómo debe ser nuestra fe y confianza en Dios. En los momentos difíciles de nuestra vida recordar el poder de Dios para cumplir lo que promete nos puede fortalecer y animar para seguir adelante. Esto claro está entendiendo de una forma hermenéuticamente correcta las promesas de Dios. “esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común” Una vez que se ha dicho que la promesa no tiene que ver con la ley, viene la conclusión lógica del asunto y es que la promesa no es solamente para la nación de Israel, los descendientes de Abraham según la carne. Sino que es para todo aquel que es hijo de Abraham según la fe. Esto nos ayuda a comprender que es un error de interpretación bíblica el pensar que las promesas dadas a Abraham tengan que cumplirse hoy todavía solamente con el pueblo de Israel. La epístola a los Romanos nos enseña claramente que todas esas promesas se cumplen hoy con la Iglesia. De esta manera la descendencia de Abraham se vuelve imposible de contar. Y en cuanto a la tierra que se debe poseer es importante recordar que nuestra herencia es de Nuevos Cielos y Nueva Tierra. Un pasaje que nos aclara esta situación se encuentra en Hebreos 11:9-10 11:9 Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, 11:10 porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. [81]

Y más adelante en los versículos 13-16 dice: 11:13 Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. 11:14 Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. 11:15 Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido

oportunidad de regresar a ella. 11:16 Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad.

Es interesante notar que el mismo Abraham a quien se le prometió la tierra de Canaán no tenía puesta en esa tierra su esperanza sino más bien en la ciudad de “cimientos sólidos de la cual Dios es arquitecto y constructor”. Incluso sus descendientes a quien también se les prometió la tierra se consideraron “extranjeros y peregrinos en la tierra” porque buscaban una patria mejor “la celestial”. “Y esto de que «se le tomó en cuenta» no se escribió sólo para Abraham, sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación” Si las promesas dadas a Abraham son también para nosotros hoy, de igual manera que la confianza de Abraham en esas promesas lo justificó, también a nosotros la fe y la confianza en las promesas de Dios hoy nos justifica. Sin embargo, el objeto de nuestra tiene algunas diferencias. Ya que mientras la fe de Abraham era hacia el futuro, hacia algo que no había aún acontecido. Nuestra fe en cambio es hacia el pasado, hacia el cumplimiento supremo de todas las promesas de Dios en Cristo Jesús. Mientras que Abraham creía que Dios tiene el poder de levantar a los muertos, nosotros creemos que él lo hizo en Cristo. Creemos que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.

5.3.- Las bendiciones de la justicia (5:1-5:11) 5.3.1.- Cinco privilegios de la justificación 5:1 En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 5:2 También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. 5:3 Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento

produce perseverancia; 5:4 la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. 5:5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. [82]

“En consecuencia” Aun cuando en el TR no se encuentra esta expresión, es claro que lo que sigue a continuación es un resumen de lo que como consecuencia de la justificación los cristianos experimentamos. “ya que hemos sido justificados mediante la fe” Es importante notar que el tiempo de la justificación es un presente aoristo, algo que sucedió de una vez por todas. Esta justificación por medio de la fe, de la cual Pablo ya nos ha hablado extensamente en los capítulos anteriores nos hace participes de algunos privilegios de los cuales podemos enumerar cinco: 1) Tenemos paz con Dios “tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” En primer lugar, lo que podemos experimentar luego de ser justificados mediante la fe en Cristo es la paz para con Dios. La Biblia nos dice que sin Cristo el ser humano está en una posición de enemistad con Dios por medio del pecado, pero por medio del sacrificio de Cristo somos reconciliados con Dios. 5:10 Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!

También 2Co 5:19 dice: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación[83]

Esta reconciliación produce paz en nuestra relación con Dios. Cabe recalcar también que no se trata de una experiencia subjetiva de paz emocional, sino que es un acontecimiento objetivo, e histórico de restaurar las correctas relaciones de Dios con los seres humanos.

Recordemos que para el pueblo de Israel la paz (Shalom) es mucho más que solo una experiencia emocional. Se refiere también a las correctas relaciones y a la armonía entre Dios y los seres humanos entre sí. Aun cuando el término que usa Pablo en griego es Eirene de seguro su mente estaba en el Shalom hebreo. 2) Tenemos acceso a la gracia “tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes” Por medio del sacrificio de Jesús nosotros disfrutamos de las bondades de Dios y tenemos acceso a las mismas por medio de nuestra relación restaurada con Dios Dice Hebreos 4:16 Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.[84]

Tenemos acceso a disfrutar de la misericordia de Dios experimentada especialmente en el perdón constante de nuestros pecados, por eso la expresión “en la cual nos mantenemos firmes” 3) Tenemos esperanza de alcanzar la gloria de Dios “Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios” Así como Pablo nos dijo en 3:23 que fuimos “destituidos de la gloria de Dios” y mencionamos que existen tres posibles explicaciones a esto. Ahora nos dice que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Esto nos muestra un aspecto futuro de la salvación por cuanto es “esperanza”. Pero también podemos darnos cuenta de que hay aspectos de la gloria de Dios que ya los recuperamos: ya vivimos una relación de alabanza a Dios, ya recuperamos el Espíritu de Dios en nosotros. Pero al mismo tiempo la imagen y semejanza de Dios en nosotros que fue nuestra gloria inicial no se ha restaurado completamente, y es parte de nuestra esperanza futura. Dice 1Co 15:42-43 Así será también en la resurrección de los muertos: Lo que se siembra en corrupción, resucitará en

incorrupción; 15:43 lo que se siembra en deshonra, resucitará en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucitará en poder.

Y 1Co 15:49 Y así como hemos llevado la imagen del hombre terrenal, así también llevaremos la imagen del celestial.[85]

Esto nos ayuda a mirar el aspecto de la teología cristiana del “ya si pero todavía no” 4) Nos regocijamos en nuestros sufrimientos “no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza” Este es un aspecto de la salvación muy importante por lo incomprensible que es para la mente no regenerada. ¿Cómo puede alguien regocijarse en sus sufrimientos? Primero tenemos que aclarar que el término que la NVI traduce por “regocijarse” en el verso 2 en el griego es Kaujáomai que literalmente se puede traducir como “gloriarse” o “jactarse” con lo hace la Reina Valera.[86] Entonces no se trata de un sentirse bien y a gusto en medio de la tribulación, sino más bien de sentirse orgulloso en medio de esta ya que sabemos que existe un propósito superior al enfrentarla. La palabra que la NVI traduce por sufrimientos es en el griego thlipsis que la Reina Valera traduce como tribulación y en otras partes del Nuevo Testamento se ha traducido como “aflicción” y “persecución”. Literalmente significa “presión” u “opresión” es decir es todo aquello que presiona u oprime nuestro ser. [87] Pablo nos dice que nos gloriamos en el sufrimiento ya que es en estas situaciones en las que se forma en nosotros la cualidad de la perseverancia. Y la perseverancia forma la entereza de carácter. Es decir, somos moldeados por Dios en medio del sufrimiento. Nuestro carácter se forma en medio de la

tribulación. Conocer esta realidad, de que Dios tiene un propósito en medio de cualquier situación da como resultado en nosotros la esperanza. 5) Dios ha derramado su amor en nosotros “porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado” Un privilegio muy especial que disfruta alguien justificado es el conocimiento y la experiencia del amor de Dios derramado en nuestro corazón. Esto se produce por medio de su Espíritu que pasa a habitar en nosotros cuando somos reconciliados con Dios. Esta es la primera mención en Romanos del Espíritu Santo. En los próximos capítulos profundizará más al respecto cuando aborde el tema de la santificación en la cual el Espíritu de Dios juega un papel principal. Aquí podemos decir que la experiencia del amor de Dios en nuestro corazón es el resultado de lo anteriormente expuesto como: tener paz con Dios, acceso a la gracia, esperanza de alcanzar la gloria de Dios y esperanza en medio del sufrimiento.

5.3.2.- Explicación del amor de Dios 5:6 A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados. 5:7 Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. 5:8 Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. 5:9 Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios! 5:10 Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida! 5:11 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación.[88]

Esta sección es una de las porciones más claras acerca del amor de Dios reflejado en el sacrificio de Jesús en la cruz.

“A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados” En los capítulos del 1 al 3 Pablo mostró la pecaminosidad del ser humano y por consecuencia la incapacidad de salvarse a sí mismo. Aquí nos explica que el sacrificio de Jesús por los malvados fue establecido en el tiempo señalado. Dios es el Dios de la historia y nada escapa de su control. “Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” Este pasaje nos presenta un contraste entre la naturaleza humana y la divina. Mientras que en el ser humano no es natural el sacrificarse por los demás y mucho menos entregar la vida por otra persona. Para Dios eso fue la muestra de su amor. Entregar su vida por nosotros cuando todavía éramos enemigos de Dios por nuestros pecados. Este es el acto de amor más grandioso en la historia de la humanidad. “Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!” Como ya mencionamos anteriormente la justificación es un acto presente aoristo, que tiene consecuencias a futuro como lo es la “salvación del castigo de Dios” literalmente dice: “salvos de la ira”. Que tiene que ver con la liberación de la condenación final de los impíos, pero que probablemente también hace alusión a la “ira de Dios que se manifiesta con toda la humanidad” en 1:18. “Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!” En el verso 10 se explica nuevamente la reconciliación con Dios por medio de la muerte de Cristo, pero se agrega el hecho de que “con mucha más

razón” seremos salvados por su vida. Este énfasis futuro en la salvación no contradice el aspecto presente del que se hace mención en otras partes del Nuevo Testamento como en Efesios 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, 2:5 nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!

Sino que probablemente Pablo está pensando en el tiempo futuro en donde se realizará el Juicio de Dios. “Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación” Este texto nos presenta un contraste con 2:17, en donde de los judíos se dice: Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios;

Ya que el término que se usa para regocijarse en 5:11 y jactarse en 2:17 es el mismo (Kaujáomai) Y la idea es que mientras que los judíos se jactaban de la ley pensando en que en ella estaba su relación con Dios, los cristianos nos jactamos en Dios, pero por medio de nuestro Señor Jesucristo.[89] 5.4.- Explicación teológica de la Justificación (5:12-21) En esta porción Pablo concluye el tema de la justificación y lo hace dándonos una justificación teológica de la misma, en base a las figuras de Jesús y Adán. El estudio y la interpretación que cada uno de a este pasaje influirá de gran manera en la teología personal. 5.4.1.- La muerte consecuencia del pecado de Adán 5:12 Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron. 5:13 Antes de promulgarse la ley, ya existía el pecado en el mundo. Es cierto que el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley; 5:14 sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir. [90]

“Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio

del pecado entró la muerte” La afirmación de que por un solo hombre entró el pecado en el mundo es una referencia directa al pecado de Adán. Pablo convierte a Adán como el responsable aun cuando la primera en pecar fue Eva. Esto puede ser un factor importante para entender la responsabilidad del hombre en el matrimonio como líder espiritual de su familia. La consecuencia de ese pecado que el pasaje nos presenta es la muerte. Esto es una clara referencia a Génesis 2:17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.

Algunos teólogos han sugerido que la muerte a la que se refiere este pasaje es la espiritual. Ya que inmediatamente luego del pecado de Adán y Eva ellos no murieron, sino que fueron separados de la presencia de Dios. Sin embargo, una lectura cuidadosa del texto en Génesis 3:19, nos ayuda a comprender que la muerte física si fue una consecuencia del pecado. “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás.”

Por tal razón podemos afirmar que la muerte a la que se refiere Pablo en Romanos es la muerte física. Aunque podría ser que quede incluida también la muerte espiritual. Esto lo analizaremos más adelante. “fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron” La muerte que es la consecuencia del pecado ahora vemos que de alguna manera pasa a toda la humanidad. ¿Cuál es la razón para que la muerte pase a todos? Pablo inmediatamente ofrece una respuesta “porque todos pecaron”. Pero ¿De qué manera sucede esto? ¿Se refiere al pecado que cada uno comete en imitación al pecado de Adán? o ¿se refiere a que en Adán todo pecamos? La lectura de este versículo y su aplicación inmediata nos sugiere que la

causa por la que la muerte pasó a todos los seres humanos es por el pecado que cada uno cometió. Esto estaría en concordancia con la posición Pelagiana de la que hemos hablado anteriormente. Incluso con la Semipelagiana que afirma que heredamos de Adán una naturaleza corrupta y enferma que nos lleva a pecar, pero sin embargo la paga del pecado sigue siendo por el pecado de cada uno, no por el pecado de Adán. Sin embargo, al leer este versículo en su contexto podremos comprender que la interpretación más acertada sería que todos morimos porque pecamos en y con Adán; porque todos compartimos las consecuencias del pecado de Adán. Es decir, todos tendremos que morir no solamente por nuestros pecados personales sino porque Adán pecó. Esto lo podemos ver al leer los versículos 13 y 14: 5:13 Antes de promulgarse la ley, ya existía el pecado en el mundo. Es cierto que el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley; 5:14 sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir. [91]

Aquí la explicación de nuestro autor es que; aunque la gente desde Adán hasta Moisés poseía la Revelación Natural de Dios y tenía cierta ley moral a la cual obedecer, su pecado no lo hacía culpable de quebrantar un mandamiento expreso directamente de Dios y sin embargo la muerte también reinó en todos ellos, por culpa del pecado de Adán. Esto incluye también a los pueblos paganos que no conocen a Dios y a los niños pequeños que no tiene conciencia de pecado. También es importante notar que en los versículos 16 y 17 se enfatiza que la muerte es el resultado de un solo pecado cometido por un solo hombre: 5:16 Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con una multitud de transgresiones. 5:17 Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo. [92]

Otro argumento importante a favor de esta interpretación es la comparación

que hace Pablo entre Jesús y Adán. Ya que si el texto quiere decir que nosotros morimos por nuestros pecados en imitación a Adán también significa que la justicia de Jesús se hace nuestra por nuestros actos de Justicia en imitación a los de Jesús. Y esto obviamente es contrario al mensaje del texto en donde se enfatiza como veremos luego que es la justicia de Jesús la que se hace nuestra sin mediación de nuestras obras. Esta idea de que Adán fue representante de toda la humanidad y nosotros pagamos las consecuencias de lo que él hizo es bastante difícil de aceptar para nuestras mentes occidentales en donde culturalmente se ha enfatizado el individualismo. Pero es más fácil de aceptar en culturas orientales en donde la colectividad está por encima del individuo. Lo importante para nosotros sería analizar el énfasis que la Biblia le da a la colectividad, y por lo menos en la iglesia de alguna manera todos somos responsables de todos. Pregunta para el diálogo: ¿Es la muerte espiritual también una consecuencia heredada del pecado de Adán?

5.4.2.- Comparación entre Adán y Cristo. 5:15 Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos! 5:16 Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con una multitud de transgresiones. 5:17 Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo. 5:18 Por tanto, así como una sola transgresión causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a todos. 5:19 Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos. 5:20 En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, 5:21 a fin de que, así como reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.[93]

“Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos!” Luego de dejar claro que por el pecado de Adán todos tenemos que morir, inmediatamente introduce el tema de la gracia de Dios; la cual no tiene comparación con la transgresión de Adán. Ya que, aunque en alcance el pecado llegó a toda la humanidad, con mucha más razón el don de gracia que nos ofrece Dios en Jesús puede abundar para toda la humanidad. Entonces tenemos que plantearnos una pregunta ¿Por qué no son todos salvos y si todos pecadores? Muchos autores universalistas encuentran en este texto una justificación de su postura de que algún día todos los seres humanos serán salvos; ya que la misma idea se repite en el verso 18: 5:18 Por tanto, así como una sola transgresión causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a todos.

Algunas traducciones bíblicas como la Reina Valera han traducido en el verso 15 “muchos” en lugar de “todos”. Esto tiene su explicación ya que el término griego es polus que también puede significar “una gran cantidad”. Por eso en el verso 19 que es un pasaje paralelo la NVI traduce la misma palabra como “muchos”[94] 5:19 Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.

Sin embargo, no sucede lo mismo en el verso 18 en donde el término es Pas que necesariamente se tiene que traducir como “todos” como lo hacen la mayoría de traducciones.[95] Pero entonces ¿Qué significa que todos serán salvos? Para responder esto tenemos que tomar en cuenta que Pablo, al contrario de lo que piensan los universalistas, en Romanos ya habló también de la condenación de algunos:

2:5 Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. 2:8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. 2:12 Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados.

Teniendo en cuenta que Pablo no puede contradecirse a sí mismo en una misma epístola tenemos que concluir que el “todos” del verso 15 y 18 no se refiere a toda la humanidad. Para comprender a que se refiere con “todos” tenemos que tener en cuenta que en el verso 15 se habla del don que vino por la gracia de Jesucristo abundó para todos. Es decir, está disponible para todos. Pero no necesariamente todos lo reciben. Esto lo explica en el verso 17. 5:17 Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo.

Por tal razón podemos entender el “todos” del verso 18 como “todos los que reciben”. Esta interpretación está en concordancia con Juan 3:16. El amor de Dios (Gracia) es para todos, pero se hace efectiva en “todo aquel que cree”. Y también recordemos que el énfasis principal de la epístola a los Romanos es la salvación por Fe. “Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con una multitud de transgresiones” Pablo sigue argumentando que no se puede comparar la Gracia de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. Ya que, si un solo pecado llevó a tanta condenación, la Gracia de Dios es mucho más inmensa porque no se trata de un solo pecado sino de todos los de los seres humanos que recibimos la gracia de Dios.

Una afirmación importante en este versículo es que, si el resultado del pecado de Adán fue el juicio, el resultado del don de Dios que tiene que ver con la obediencia de uno (Cristo en el verso 19) es la justificación. “En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, a fin de que, así como reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor” Pablo concluye esta sección de su epístola recordándonos cuál era el papel de la ley, de lo cual ya hablamos en otras ocasiones, sirvió para dejar en evidencia el pecado. Pero aquí se afirma que donde abundó el pecado “sobre abundó la gracia”. Dando nuevamente primacía al papel de la Gracia de Dios. Un asunto muy importante para considerar es que estas expresiones “sobre abundó” del verso 20; “cuanto más” del 15; “con mucha más razón” del 17. Nos pueden llevar a pensar, como lo afirma Jhon Stott en su comentario, en la posibilidad de que la cantidad de personas que serán salvas al final del tiempo superará en gran manera a la cantidad de personas condenadas[96]. Y de esta manera se cumple la promesa a Abraham de que su descendencia no podrá ser contada.

6.- Santificación: La demostración de la Justicia de Dios (6:1-8:39) Una vez que Pablo dejó sentadas las bases teológicas de la justificación por gracia se dispone ahora a abordar el tema de la santificación. 6.1.- Muertos al pecado, el significado del bautismo 6:1 ¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? 6:2 ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él? 6:3 ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? 6:4 Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. 6:5 En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. 6:6 Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; 6:7 porque el que muere queda liberado del pecado. 6:8 Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él. 6:9 Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. 6:10 En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios. 6:11 De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. 6:12 Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. 6:13 No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia. 6:14 Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia. [97]

“¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera!” Pablo retoma su modo de argumentar por medio de preguntas y respuestas. En este caso parecía hasta el capítulo cinco que se puede interpretar que el creyente tiene libertad de pecar ya que sus pecados han sido pagados y cada

pecado aumenta la gracia de Dios. Por esta razón es necesario el argumento que Pablo presenta a continuación sobre la vida nueva del creyente. Y la respuesta a la pregunta es: “de ninguna manera”. Un término muy enfático como lo hemos expresado anteriormente.

“Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?” “Nosotros” se refiere a todos los creyentes. “Muertos al pecado” es una expresión que muchas veces puede ser mal entendida. Pregunta para el diálogo: Si hemos muerto al pecado ¿Por qué todos los cristianos seguimos pecando? Muchos han tratado de explicar está metáfora de manera que signifique que como un muerto pierde todos sus sentidos de la misma manera el cristiano debe insensibilizarse completamente ante el pecado. Es decir, el pecado ya no debería tener ninguna influencia en el. Lastimosamente la experiencia de nuestras vidas muestra lo contrario, el pecado sigue teniendo influencia en nuestra naturaleza. Entonces interpretar de esa manera el versículo puede ocasionar frustración. Por esta razón podemos entender que no fue eso precisamente lo que Pablo quiso decir con “muertos al pecado” ya que en muchas ocasiones exhorta a los cristianos a dejar de pecar. Incluso en 8:13 afirma: “Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán”[98]

En este versículo se nos pide dar muerte por medio del Espíritu literalmente a nuestra “carne”. Esto en un tiempo progresivo. Mientras que en 6:2 el “hemos muerto al pecado” está en un tiempo aoristo, significa que sucedió una sola vez y para siempre. Entonces la pregunta sería ¿Cómo podemos morir a lo que ya hemos muerto?

Para comprender que es lo que quiso decir Pablo con esto debemos interpretarlo tomando en cuenta como utiliza la misma expresión en otro texto: 6:10 En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios.[99]

Aquí se dice que Cristo murió al pecado, pero es imposible que Cristo pueda morir al pecado en el sentido de que ya no tenga poder sobre él, ya que nunca lo tuvo. Más bien se puede entender que la muerte al pecado se refiere al pago de la pena por el pecado que en toda la Biblia se afirma que es la muerte. Por eso en el 9 dice: 6:9 Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. [100]

De la misma manera podemos entender que nuestra muerte al pecado es una muerte judicial, al identificarnos con la muerte de Cristo. 6:11 De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.[101]

Y decimos que es judicial ya que en el verso 7 la NVI traduce: 6:7 porque el que muere queda liberado del pecado.

Mientras que la RV es más fiel al TR y traduce: 6:7 porque el que es muerto justificado es del pecado.

Posteriormente se explica de qué manera nosotros nos podemos identificar con la muerte de Cristo. “¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre,

también nosotros llevemos una vida nueva” Aquí se introduce el tema del bautizo y su significado. La inquietud que surge es ¿Se trata del bautismo en agua o solamente del bautismo espiritual? Muchos suelen interpretar que solamente se trata del bautismo espiritual al aceptar a Jesús como Señor y Salvador ya que la palabra baptizo significa sumergir[102], pero muchas veces se lo puede entender también como unir, y esa es precisamente la idea que Pablo quiere trasmitir “bautizados para unirnos con Cristo”. Y de esta manera se puede argumentar que no es necesario el bautismo por inmersión sino solamente por aspersión, como lo realiza la Iglesia Católica y algunas Iglesias Reformadas. Sin embargo, hay muy buenas razones para pensar que no solamente se refiere al bautismo espiritual de ser unidos con Cristo sino también a la ceremonia del bautismo en agua precisamente por la comparación de la sepultura y resurrección de Cristo. Ya que en el verso 5 la RV traduce lo siguiente: “Porque si nos hemos unido a Cristo en semejanza de su muerte, así también nos uniremos a él en su resurrección”

En el TR se usa la palabra jomoímoma que se puede traducir como “forma” o “semejanza” [103]haciendo alusión a la manera en la que deberíamos ser bautizados. Lo importante en este texto es que nos da la clave de lo que es la regeneración y la santificación. Ya que al ser unidos a Cristo en su muerte resucitamos a una nueva vida es decir tenemos un nuevo nacimiento. Y como veremos de aquí en adelante el permanecer en esta unión es lo que podemos llamar santificación. Esta es la idea que Jesús quiso expresar en Juan capítulo 15:4-5 “Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado. Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él”

La naturaleza que teníamos en Adán, recordando el paralelismo del capítulo 5, ha sido crucificada con Cristo. Y de esta manera el “cuerpo pecaminoso” literalmente el “cuerpo de pecado” pierde su poder. Nuevamente surge la inquietud ¿Si perdió su poder, porque seguimos pecando? Una explicación a esto puede ser el comprender el término griego katargeo que está en su voz pasiva y no necesariamente significa destruir,[104] como la RV traduce o aniquilar totalmente sino como la NVI traduce “perder su poder” puede significar, pero no en su totalidad, al menos todavía no. Este hecho de estar unidos con Cristo en su crucifixión es lo que nos da el poder para ya no ser esclavo del pecado sino vivir para Cristo. Sin embargo, aunque esto ya sucedió una vez, es también un proceso continuo de entregarse a Cristo esto lo muestra en los siguientes versículos. “Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia” Aquí el apóstol no exhorta a vivir un proceso continuo de santificación, participando activamente en no permitir que el pecado reine en nuestro cuerpo, a no obedecer a los malos deseos ni ofrecer nuestros miembros a la injusticia. Al contrario, la clave de la santificación como hemos dicho una y otra vez es ofrecerse más a Dios. Esto es una acción de día a día. Presentar nuestros miembros es una metáfora de presentar todas las áreas de nuestra voluntad al servicio de Dios. “Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia” El resultado de esta entrega continua a Cristo es que el pecado ya no tenga dominio sobre nosotros. La expresión “porque ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia” es un recordatorio de que no se trata de nuestras propias fuerzas cuando tratamos de obedecer cierto código de ética, sino de la gracia

de Dios la cual nos capacita para vivir libres del pecado. Después de todo lo argumentado podemos comprender de mejor manera la tensión teológica del “ya sí, pero todavía no” en cuanto a la santificación. Ya somos santos, pero no todavía perfectos. Ya crucificamos nuestra naturaleza pecaminosa pero no está totalmente destruida.

6.2.- Esclavos de Cristo 6:15 Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 6:16 ¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia. 6:17 Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. 6:18 En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia. 6:19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. 6:20 Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. 6:21 ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! 6:22 Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.[105]

“Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!” Esta pregunta es un claro paralelo de la del versículo 1: 6:1 ¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde?

Con mínimas diferencias como: “pecar” en lugar de “persistir en el pecado” y “estar bajo la gracia” en lugar de “para que la gracia abunde”. Sin embargo, el sentido es el mismo. Y en los dos casos la respuesta del apóstol es “de ninguna manera”. Parece que Pablo quiere repetir el mismo argumento de aquí al resto del

capítulo 6. Pero con un cierto cambio de énfasis muy importante si los percibimos correctamente. “¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia” En la primera parte del capítulo 6 la respuesta de Pablo fue que fuimos unidos a Cristo por medio del bautismo: En cambio, en esta sección la respuesta es que nosotros nos entregamos como esclavos a Cristo para obedecerle. Es decir, la primera parte es una actitud pasiva “fuimos unidos” porque “fuimos bautizados”. Es lo que Dios hace por nosotros. Mientras que en la segunda parte es una actitud activa “nos entregamos”. De esta manera estas dos porciones nos muestran una especie de sinergismo en la santificación. Dios y nosotros actuando conjuntamente. Nuestra parte es una entrega total a la esclavitud a Cristo. Este concepto de entrega a la esclavitud puede sonar extraño, ya que siempre tenemos en mente que un esclavo es tomado a la fuerza. Sin embargo, en la cultura judía existían aquellos esclavos hechos por voluntad. Ya sea por una necesidad económica o porque querían continuar sirviendo a sus amos luego de ser liberados por ley. Claramente Pablo habla aquí de una entrega voluntaria. También es importante notar que la entrega a Cristo no se trata de perder una libertad para ser esclavo, ya que si no se es esclavo de Cristo se es esclavo del pecado; no existe otra opción. “Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia” Pablo exalta a Dios con acción de gracias por estas verdades. En este versículo se puede identificar los pasos que llevan a nuestra conversión o regeneración:

1.- Éramos esclavos del Pecado 2.- Nos sometimos a la enseñanza trasmitida 3.- Somos liberados del pecado y esclavos de la justicia Notemos que para Pablo someterse a la enseñanza, ser esclavo de la justicia, o ser esclavo de Cristo; es lo mismo. Todo comienza con someterse de corazón a la Palabra de Dios. Ser liberados del pecado significa que ya no estamos en el dominio de este. No significa que ya no vamos a pecar, nuestra naturaleza sigue siendo débil pero ya no somos dominados completamente por el pecado. Sino que estamos en el camino de la santificación. “Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad” Pablo dice que habla en “términos humanos por las limitaciones de la naturaleza humana” o de la carne (sarx) literalmente[106]. Es porque la esclavitud es solamente una metáfora para explicar nuestra entrega exclusiva a la obediencia de Cristo. Pablo comienza a hacer una comparación entre las dos esclavitudes. Y lo primero que podemos notar es que las dos son progresivas servir al pecado lleva más y más a la maldad mientras que servir a la justicia lleva a la santidad. En estos textos podemos comprender cada vez mejor la clave de nuestra santificación “ofrecer nuestros miembros para servir a la justicia”. Esto es lo que lleva a la “santidad”, la cual es de carácter progresivo. Llegar a la santidad es equivalente a llegar a ser como Jesús. “Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la

santidad que conduce a la vida eterna” Sigue la comparación entre las dos esclavitudes. Ser esclavo del pecado nos libera de la justicia y produce frutos que solamente avergüenzan y finalmente conducen a la muerte. Mientras que el servicio a Dios produce fruto de santidad y finalmente conduce a la vida eterna Aquí si encontramos un paralelo entre muerte y vida, ya que probablemente Pablo está hablando de la muerte eterna como la consecuencia final del pecado, o lo que el Apocalipsis llama la segunda muerte. Apocalipsis 20:14 “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” Esta es la conclusión del capítulo 6 nuevamente recalcando la paga del pecado que es la muerte mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús. Debemos notar que el pecado exige un pago que merecemos, mientras que la vida eterna es un regalo (Jaris) es la gracia de Dios que nos da lo que no merecemos. Y recibimos este regalo “en Cristo Jesús” es decir “unidos a Cristo” y “sometidos como esclavos a él” él es nuestro Señor. Es importante recordar que todo el argumento del capítulo 6 es para responder la pregunta de ¿Por qué no seguimos pecando si estamos en la gracia? Y la respuesta de Pablo fue: Porque estamos unidos a Cristo en su muerte y tenemos nueva vida por su resurrección y porque somos esclavos de la Justicia y libres del pecado. 6.3.- Alegoría del Matrimonio Para seguir profundizando en el tema de la santificación, y para responder a la pregunta ¿Cuál es el papel de la ley en el discipulado cristiano? Ahora que Cristo nos ha regenerado. Pablo usa la siguiente metáfora. 7:1 Hermanos, les hablo como a quienes conocen la ley. ¿Acaso no saben que uno está sujeto a la ley solamente en vida? 7:2 Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive; pero si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo.

7:3 Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre. 7:4 Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios. 7:5 Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte. 7:6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.[107]

“Hermanos, les hablo como a quienes conocen la ley. ¿Acaso no saben que uno está sujeto a la ley solamente en vida?” Pablo reconoce su relación fraterna con los destinatarios de su epístola al llamarlos hermanos. También reconoce que ellos están familiarizados con la ley. Probablemente se refiera a la ley judía, pero por el argumento que viene a continuación puede ser que esté refiriéndose también a la ley romana. Recordemos que los romanos son conocidos como los Padres del Derecho. La comparación que Pablo hace es que solamente quien vive puede estar sujeto a la ley. Literalmente dice “la ley se enseñorea” del griego Kyrieuo,[108] solamente de quien vive. La lógica de Pablo es que una persona muerta no tiene ningún deber legal. “Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive; pero si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo. Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera, aunque se case con otro hombre” Pablo procede a explicar su punto anterior con una metáfora tomada del matrimonio. Una mujer casada tiene obligaciones legales con su esposo mientras este vive. Y si se une a otro hombre es considerada adúltera. Sin embargo, si el esposo muere ella queda libre de toda obligación con él y es libre también de unirse con cualquier otro hombre. “Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios”

En esta sección Pablo ha recibido muchas críticas por la alegoría que usa. Ya que al inicio dijo que cuando uno muere queda libre de cualquier ley, luego al compararlo con el matrimonio dijo que cuando el esposo muere la mujer queda libre de la ley para con su esposo. Y ahora vuelve a decir que uno es el que muere a la ley mediante la crucifixión de Cristo. Y por eso le pertenecemos ahora a Cristo. Parecería que no existe una lógica en la comparación del matrimonio y por esto se ha dicho que es una pobre comparación. Sin embargo, tenemos que entender que el propósito de esta alegoría es trasmitir una idea, no tratar de dar a cada detalle una explicación. Y es que al estar unidos con Cristo en su muerte también la ley muere para nosotros y estamos libres para poder unirnos a Cristo. Siguiendo con el análisis de este pasaje la pregunta que surge es: ¿De qué manera hemos muerto a la ley por medio del cuerpo crucificado de Cristo? Recordemos que en el capítulo anterior Pablo dejó claro que por medio del bautismo nosotros nos identificamos con la muerte de Cristo. Es decir, en nuestra conversión también morimos con Cristo. Pero ¿Por qué al morir con Cristo morimos a la ley? Para responder a esto tenemos que recordar la idea que se trasmitió en 6:2: ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?

Es decir, al morir en Cristo, morimos a la ley y también al pecado. Esto quiere decir que de alguna manera se relaciona lo uno con lo otro. Cuando comentamos sobre la muerte al pecado de 6:2 dijimos que no se refería a dejar absolutamente de pecar, sino que tenía un sentido legal es decir se refiere a la muerte que es el pago que exigía la ley por el pecado y que se efectuó en la muerte de Cristo. Por tal razón decir que al morir en Cristo morimos a la ley se refiere también al mismo asunto legal. Con la muerte de Cristo cumplimos las exigencias de la ley. El resultado de esto es que ahora le pertenecemos a Cristo, que haciendo alusión a su resurrección “al que fue levantado de entre los muertos” es la causa de que ahora podamos dar fruto para Dios. Nuevamente nos

encontramos con la clave de la santificación “dar fruto por estar unido a Cristo”. “Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte” “Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba” Literalmente “nuestra carne” del griego Sarx[109] recordemos que la NVI siempre lo traduce de esa manera cuando por carne se quiere hacer alusión a nuestra naturaleza libre del control del Espíritu de Dios es decir a nuestra naturaleza antes de la conversión. Es natural que en nuestra naturaleza no regenerada la ley antes de ser algo positivo se convirtiera en algo negativo ya que despierta las malas pasiones por hacer lo que es prohibido. Y el resultado también es dar fruto, pero para muerte. “Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito” “Pero ahora” Es decir luego de nuestra conversión y regeneración, Pablo afirma que hemos sido liberados de la ley. Vamos ahora a analizar ¿Qué significa que hemos sido liberados de la ley? En el capítulo 6:14 lo dijo también de la siguiente manera: “Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia”

Esto significa que ¿ya no tenemos que obedecer ninguna regla de la ley? Para comprender esto, debemos primeramente analizar de qué se trata el contraste que hace Pablo entre ley y gracia. Y como hemos mencionado antes se trata solamente del medio de justificación. Es decir, ya no somos justificados por la ley sino por la gracia. Pero mientras que en 6:14 se refería a la justificación, ahora en 7:6 se refiere

a la santificación y cuando afirma que “hemos quedado libres de la ley” es para que podamos “servir a Dios con el poder que nos da el Espíritu y no por el mandamiento escrito”. Es decir, de igual manera el proceso de nuestra santificación no es por obedecer la ley sino por seguir la voluntad del Espíritu de Dios. En Gálatas 5:18 Pablo dice: “Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley”

De esta manera comprendemos que Pablo no quiere decir que la ley ya no tenga ninguna relación con la vida del cristiano. Si no que ahora el cristiano cumple las demandas de la ley por amor y por obediencia al Espíritu de Dios. Esto lo podemos comprender en versículos como: 8:4 a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu.

Sin embargo, la labor del cristiano es saber interpretar la ley de manera espiritual. Saber comprender cuales son las áreas de la ley que ya fueron cumplidas por Cristo especialmente en lo ceremonial. Y saber discernir el significado moral de los mandamientos. Por eso Pablo afirma al igual que lo hizo Jesús: 13:8 No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.

Dice William Barclay sobre este tema: “Cuando uno dirige su vida mediante la unión con Cristo, ya no lo hace por obediencia aun código de ley escrita que de hecho despierta el deseo de pecar, sino por la lealtad a Jesucristo en lo íntimo del espíritu y el corazón. No la ley, sino el amor es el móvil de su vida; y la inspiración del amor puede hacerle capaz de lo que la imposición de la ley era incapaz” [110]

6.4.- La Ley y el pecado (7:7-25)

Luego que Pablo nos dejó claro que la salvación no es por tener la ley sino por gracia, y luego nos habló de que la santificación tampoco es por obedecer la ley sino por obedecer al Espíritu de Dios. En el resto de este capítulo procederá a defender con más argumentos el papel de la ley en la vida del cristiano.

6.4.1.- El pecado se aprovecha de la ley 7:7¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No codicies.» 7:8 Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto. 7:9 En otro tiempo yo tenía vida aparte de la ley; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí. 7:10 Se me hizo evidente que el mismo mandamiento que debía haberme dado vida me llevó a la muerte; 7:11 porque el pecado se aprovechó del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató. 7:12 Concluimos, pues, que la ley es santa, y que el mandamiento es santo, justo y bueno. 7:13 Pero entonces, ¿lo que es bueno se convirtió en muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien fue el pecado lo que, valiéndose de lo bueno, me produjo la muerte; ocurrió así para que el pecado se manifestara claramente, o sea, para que mediante el mandamiento se demostrara lo extremadamente malo que es el pecado.[111]

¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No codicies.» Al estilo muy característico de Pablo continúa en su epístola imaginando un diálogo por medio de preguntas y respuestas. En esta ocasión y en vista de que en la sección anterior al afirmar que hemos muerto a la ley esto podía prestarse a malentendidos de que la ley en sí es mala. Por eso ahora pregunta: “¿Qué concluiremos? ¿Qué la ley es pecado?” y responde nuevamente con su tajante “de ninguna manera”. E inmediatamente aclara que lo que hizo la ley es que él se diera cuenta de lo que es el pecado, y pone un ejemplo en base al décimo mandamiento que dice

“no codiciar…” “Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto” Luego de lo comentado anteriormente, aquí nos aclara que no fue entonces la ley el problema si no el pecado (a quién lo representa como de forma personal) quien se aprovechó de la oportunidad y despertó toda clase de codicia. Parece ser que es parte de la debilidad de la naturaleza humana el desear precisamente lo prohibido solamente por ser prohibido. Agustín de Hipona en su libro “Confesiones” relata el siguiente suceso: “Que una vez, en su juventud, robó unas peras con sus amigos, pero no lo hizo porque tuviera hambre, ni siquiera porque le gustara el sabor de las peras (las peras robadas terminaron alimentando a una piara de cerdos). San Agustín concluye que no era la fruta lo que le daba placer, sino el delito mismo: Era el pecado lo que daba sabor a las peras"[112] Cuando Pablo menciona que aparte de la ley el pecado está muerto quiere decir que el pecado solamente es pecado si existe una ley que lo condene. “En otro tiempo yo tenía vida aparte de la ley; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí” Este es un versículo que ha traído una serie de problemas a los intérpretes bíblicos. Ya que no se han puesto de acuerdo en cuanto a quien se está refiriendo Pablo. Aunque el texto a simple vista es claro de que Pablo mismo está contando una experiencia personal, sin embargo, al detenernos a analizar el texto hay algunos asuntos que no concuerdan del todo. Este texto se divide en tres tiempos: 1.- Antes tenía vida sin la ley 2.- Vino la ley y el mandamiento 3.- El pecado cobró vida y murió

Si decimos que Pablo está contando su experiencia deberíamos preguntarnos: ¿Cuándo Pablo tuvo vida sin la ley? Algunos han dicho que se refiere a su infancia antes del Bar mitzvah en donde se comprometía con la ley de Dios. Sin embargo, no podemos estar seguros de eso ya que un judío desde su infancia conocía la ley y el mandamiento por lo tanto el pecado también le era imputado. Y también es difícil pensar en que antes de la ley “Tenía vida” ya que la vida de la que se habla aquí no es solamente un “vivir aparte de la ley” o como traduce la RVC: “En un tiempo, yo vivía sin la ley” Si no que se trata de la vida espiritual por el contraste que existe en la parte final del versículo en donde dice que el pecado cobró vida y yo morí. En donde obviamente se refiere a la muerte espiritual. Y cómo nosotros sabemos ningún ser humano que no conoce la ley por más bueno que sea tiene vida eterna. Pero una interpretación del texto un poco más adecuada sería que lo que Pablo está relatando es una experiencia existencial de conversión de ser un judío normal a ser un fariseo obsesionado con el cumplimiento de la ley. Y cuando dice que “tenía vida aparte de la ley” se refiere a una experiencia de auto justificación, de un judío que está contento con guardar por lo menos exteriormente los mandamientos y en su experiencia piensa que tiene vida. Pero cuando tuvo su experiencia y conversión a ser un fariseo cobró conciencia que la ley iba mucho más allá que una simple auto justificación externa, sino que había asuntos de la ley que tenían que ver con nuestros deseos internos y en donde no podemos engañarnos a nosotros mismos, es el ejemplo que Pablo mismo relata del décimo mandamiento: (7:7) Ya que la codicia es un asunto del corazón, y aunque los demás mandamientos se los podía cumplir exteriormente y así justificarnos a nosotros mismos. Pero la codicia nos muestra que hay pecados en el corazón que no son visibles ante las demás personas. Y es ahí cuando Pablo comprende la intensidad del pecado y experimentó la muerte. “Se me hizo evidente que el mismo mandamiento que debía haberme dado vida me llevó a la muerte; porque el pecado se aprovechó del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató”

De aquí muchos podían comprender que por lo tanto la ley es mala, pero Pablo explica que no es la ley sino el pecado que habita en nosotros lo que nos llevó a la muerte. Ya que el propósito de la ley es guiarnos en la voluntad de Dios, es decir, llevarnos a la vida. La misma idea está desarrollada en los versículos posteriores 12-13

6.4.2.- El conflicto con el pecado Luego de dejar claramente establecido que la ley no es mala y que el problema después de todo es solamente el pecado y nuestra naturaleza dominada por él. Ahora empieza una sección que enfrenta el problema del pecado en la naturaleza humana. 7:14 Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado. 7:15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. 7:16 Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena; 7:17 pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo sino el pecado que habita en mí. 7:18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. 7:19 De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. 7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí. 7:21 Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. 7:22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; 7:23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo. 7:24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? 7:25 ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado.[113]

“Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado” La conclusión de que la ley es espiritual nos da a entender que tiene un origen divino mientras que Pablo se identifica como “meramente humano” aunque en el TR la palabra es sarkinos[114] que literalmente se traduciría carnal. Y así cobra más lógica el contraste entre lo espiritual de la ley y lo carnal (pecaminoso) del ser humano.

En esta sección los intérpretes bíblicos se han encontrado nuevamente con la dificultad de entender quién es el “yo” al que Pablo está personificando Y el debate ha sido siempre si se trata de alguien antes de su conversión (no regenerado) o después de su conversión (regenerado). Vamos a analizar las dos posiciones: No regenerado Muchos afirman que la experiencia que relata Pablo se refiere a una persona antes de su conversión y los argumentos son los siguientes: Un cristiano regenerado difícilmente se referiría a sí mismo como “meramente humano” (Carnal, literalmente) Un cristiano no puede decir que es esclavo del pecado, cuando en textos anteriores Pablo declaró que ya somos liberados del pecado. También en el verso 23 dice que el pecado le tiene cautivo. 7:23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo.

Y por último la afirmación del verso 24: 7:24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?

Parece muy fuerte como para que la diga un cristiano que ha conocido el amor de Dios. De esta manera se afirma que Pablo se está refiriendo a él mismo, pero antes de su conversión o también de una manera general a cualquier persona no cristiana. Y cuando los textos hablan de que se deleita en la ley de Dios o que en su interior quiere hacer lo bueno, es porque en su experiencia como judío aún sin ser regenerado por el espíritu de Dios el ya anhelaba hacer la voluntad de Dios. Regenerado Los que afirma que Pablo está ablando de su experiencia luego de la

conversión tienen los siguientes argumentos: Los verbos con los que Pablo trabaja están en presente está hablando de una experiencia actual. En el verso 18 afirma que el desea hacer o bueno. Y como Pablo mismo lo argumentó anteriormente un no convertido difícilmente deseará hacer lo bueno. 7:18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.

De igual manera la idea de los versos del 19 al 21 es que él quiere hacer el bien. En el versículo 22 afirma que se deleita en la ley de Dios y un no cristiano no se deleita en la ley de Dios. 7:22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios;

También en el verso 23 nos dice que la ley de Dios está en su mente, algo que solo sucedería en un cristiano. 7:23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo.

Desde esta perspectiva se afirma que lo que Pablo relata es su experiencia actual de lucha contra el pecado y de una manera general la experiencia de un cristiano. Y que en los pasajes que se dice que es “esclavo del pecado” o “miserable de mi” son exclamaciones emocionales que, aunque no sean ciertas es lo que un verdadero cristiano siente al confrontarse con las exigencias de la Palabra de Dios. Solución propuesta: Recordemos que el tema de la regeneración puede tener básicamente dos perspectivas; una es ontológica que quiere decir que el momento que conocemos a Jesús experimentamos un cambio total de nuestro ser de manera que ahora deseamos hacer la voluntad de Dios por nosotros mismos.

Desde esta perspectiva es lógico que una persona regenerada no podría decir que es esclavo del pecado, o que está cautivo del mismo. Tampoco una persona regenerada podría decir que “no puede hacer el bien que quiere” porque precisamente la regeneración se trata de capacitarnos para hacer el bien. Pero existe otra perspectiva de entender la regeneración que es más acciológica, que quiere decir que Dios no nos cambia en nuestro ser, pero si cambia nuestras acciones en la medida en la que permanecemos junto a él. Juan 15:4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.

Desde esta perspectiva podemos comprender que si puede ser la experiencia de alguien que ha sido regenerado por su relación con Dios, pero que comprende que no es por él que puede hacer las cosas sino por su relación con Dios, en otras palabras, por el trabajo del Espíritu en su vida. Entonces esta persona si puede decir que el (en sí mismo) es esclavo al pecado y está cautivo del mismo. Y también que el (en sí mismo) no puede hacer el bien que quiere. Y que él (en sí mismo) es un miserable en donde nada bueno habita. Así podemos aplicar este texto a las luchas espirituales que todo cristiano tiene, pero recordando que esto sirve para animarnos que por la misma razón no debemos luchar solos, ya que no podremos por más que queramos y lo intentemos. Por esta razón inmediatamente el capítulo 8 introducirá el tema del Espíritu Santo en nuestra santificación. 6.5.- Medio y fin de la Santificación (8:1-39) Una vez que ha quedado claro la ineficacia de la ley para producir la santificación en el ser humano. En este capítulo Pablo va a profundizar en cuál es el medio, y cuál es el fin de la santificación.

6.5.1.- Santificados por el Espíritu 8:1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, 8:2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. 8:3 En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, 8:4 a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. 8:5 Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. 8:6 La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. 8:7 La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. 8:8 Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. 8:9 Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. 8:10 Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. 8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. 8:12 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. 8:13 Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 8:15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 8:16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 8:17 Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. [115]

En esta porción de las Escrituras nos encontramos con una mención muy amplia a dos términos: Espíritu y Naturaleza pecaminosa (Carne). Por esta razón vamos a detenernos un poquito a analizar lo que Pablo quería decir con cada uno de estos términos. Carne.- Del griego Sarxs literalmente se refiere a la materia de la que está conformada nuestro cuerpo. Y aunque en ciertas ocasiones Pablo si la usa en ese sentido como, por ejemplo: 1:3 Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana (Carne) era descendiente de

David

Pero en la mayoría de las ocasiones al hablar de Carne se refiere a la naturaleza humana y todas sus debilidades por el pecado por eso la NVI traduce “Naturaleza pecaminosa” Es muy probable que el uso que hace de carne como algo negativo se deba en parte a alguna influencia helenística especialmente platónica en la ideología de Pablo. Ya que recordemos que para gran parte de la filosofía griega existía esta dualidad entre cuerpo y espíritu en donde el cuerpo o lo material es malo mientras lo espiritual es bueno. Sin embargo, esto no quiere decir que la idea en sí que Pablo quería trasmitir sea esa ya que la dualidad presente en estos textos entre carne y espíritu no se refiere necesariamente al espíritu del ser humano sino al Espíritu de Dios. La única mención a nuestro espíritu en todo el pasaje se encuentra en: 8:16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios

También es importante notar que no solamente Pablo sino la Biblia entera rechazan la posición de que la carne sea algo malo en sí mismo. Recordemos Juan 1:14 Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

En este contexto Juan escribe precisamente para contradecir a algunas sectas pre gnósticas que afirmaban que el Cristo nunca se hizo carne, sino que solo tomo la forma de carne. Espíritu.- Del griego Pneuma significa soplo, aliento o espíritu. En el contexto de este pasaje es claro que se refiere al Espíritu de Dios. Aunque algunos intérpretes piensan que en algunos de los casos se refiere al espíritu humano. Esto también se puede entender por las influencias platónicas que nos hablan de la batalla entre la carne y el espíritu. Por esta razón algunas traducciones como la RV en algunos casos han traducido espíritu con minúscula para hacer referencia al espíritu humano y en otras Espíritu con mayúscula cuando piensan que se refiere al Espíritu de Dios. Sin embargo,

hay que aclarar que en el griego no hay mayúsculas ni minúsculas para diferenciar estos términos. Y después de analizarlos llegaremos a la conclusión de que se trata del Espíritu de Dios. Vamos ahora si a comentar los textos: Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Este “Por tanto” es una conclusión no solo de la sección anterior sino de todo el argumento de toda la epístola ya que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” equivale a decir que en Cristo Jesús hemos sido justificados. Condenación es lo contrario a Justificación. Y sobre todo esto trato en los capítulos del uno al cinco. Pero inmediatamente lo conecta con los siguientes capítulos que habló de la santificación ya que afirma que al estar unidos a Cristo Jesús tenemos una ley del Espíritu que nos da vida y que nos libra de la ley del pecado y de la muerte. Sobre esto nos explica posteriormente: En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Esta porción es importante analizarla por completo ya que nos presenta un resumen completo de lo que significa el Evangelio. Comienza recordando el punto que dejó claro en el capítulo 7 de que la ley por sí sola no podía darnos la santificación ya que nuestra naturaleza pecaminosa anulaba su poder. Es decir, hasta este punto todos terminamos exclamando como Pablo “Miserable de mi” Pero por esta misma razón Dios

envió a Jesús, a quien lo identifica como su propio Hijo, para diferenciarlo de los profetas a quienes también envió en otro tiempo. Queda así planteado el argumento de la encarnación de Jesús, básico del Evangelio. Luego topa el tema de la expiación y dice: “Para que se ofreciera en sacrificio por el pecado” De esta forma se efectuó el pago por nuestros pecados y de esta manera “Las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros” Esto se refiere al aspecto de la justificación. Es decir, hasta aquí Pablo nos habla de la encarnación, la expiación y la justificación. Pero el Evangelio no estaría completo si no existiera la última parte del texto que dice: “que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu”. Esto se refiere a la Santificación. El fin de la obra de Cristo no es solo la justificación sino la santificación. Es decir, solo porque he sido justificado es que puedo ser santificado. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Aquí se introduce un tema muy importante en la vida del cristiano que es “la mente”. Debemos comprender que nuestra mente es en realidad lo que nosotros somos y lo que hacemos. Todo parte de la mente. Entonces si nuestra mente es guiada por nuestra naturaleza pecaminosa nos vamos a fijar solamente en los deseos de tal naturaleza. Por contraposición si vivimos una vida dependiente del Espíritu nuestra mente estará fija en las cosas del Espíritu. Y esta es la diferencia entre la muerte y la vida. Por tanto, hablar de una mente que fija la atención en las cosas de la carne es por consiguiente hablar de una mente no regenerada, ya que le lleva a la muerte, “es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios ni es capaz de hacerlo” Lo que podemos afirmar aquí es que al vivir con Jesús mi mente es renovada por medio del Espíritu de Dios, lo cual implica convicción, y solo las

convicciones correctas me llevan a tomar decisiones según el Espíritu lo cual me lleva a la santificación. La misma idea la afirma en 12:2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Pregunta para la reflexión: ¿Pueden existir como a veces se afirma creyentes carnales, es decir dirigidos por la carne? Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. La realidad de todo cristiano debe ser la afirmación que hace Pablo ahora: “ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu” Esta es la solución al dilema del capítulo 7. A continuación, viene la afirmación que nos ayuda a comprender que lo que se trata aquí es del Espíritu de Dios, no de nuestro espíritu. Porque dice: “Si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes”. Esto es porque cuando estamos unidos a Cristo automáticamente tenemos al Espíritu de Dios, que en este pasaje también se lo nombra el Espíritu de Cristo. Estos textos nos ayudan a comprender también que tener el Espíritu de Dios depende de tener a Cristo. Es decir, es algo que sucede el momento mismo de la conversión, no es una experiencia posterior. La realidad de que la Santificación sea solamente posible por el Espíritu de Dios estaba ya anticipada desde el Antiguo testamento Dice Ezequiel 36:26-27 36:26 Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.

36:27 Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes.

La consecuencia también de tener el Espíritu de Dios en nosotros es que, aunque el cuerpo esté muerto, es decir destinado a la muerte. Nosotros tendremos vida Por el Espíritu que está en nosotros. Este tener vida se refiere a la realidad de la resurrección como lo explica en los siguientes versículos: 8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» Aquí se introduce el tema de la relación filial que tenemos con Dios como hijos suyos. La afirmación “Los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” no contradice en nada a la doctrina cristiana de que los hijos de Dios son los que están unidos a Cristo, usando la terminología de Romanos. Sino que significa que todo aquel que está unido a Cristo y por consecuencia es hijo de Dios, también es guiado por el Espíritu de Dios. El tener el Espíritu de Dios nos adopta como hijos de Dios y nos hace clamar “¡Abba! ¡Padre!”. El hecho de utilizar los dos términos Abba la forma aramea de papá y Padre en el griego pater, puede ser una forma sutil que Dios es Padre de Judíos pero también de griegos. El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. La afirmación de que el Espíritu de Dios le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios puede que se esté refiriendo a alguna experiencia

existencial. Pero no necesariamente emocional, ya que las emociones son subjetivas. Teniendo en cuenta el contexto en el que se da importancia a nuestra mente en el proceso de ser guiado por el Espíritu pienso que se trata de una convicción espiritual, pero al mismo tiempo intelectual. Que obviamente parte de una experiencia vivencial, no necesariamente racional. Luego Pablo nos muestra las bendiciones de ser hijos de Dios, como el ser herederos y coherederos con Cristo, pero al mismo tiempo se presenta la responsabilidad que representa el que tendremos que padecer con él. Pero esto apunta a la gloria venidera. De la cual profundizará en los próximos versículos. Pregunta de aplicación: ¿De qué manera experimentamos la convicción que nos da el Espíritu de Dios de que somos hijos de Dios?

6.5.2.- La esperanza futura 8:18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. 8:19 La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, 8:20 porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza 8:21 de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 8:22 Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. 8:23 Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. 8:24 Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? 8:25 Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. 8:26 Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 8:27 Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. [116]

Luego de que Pablo termina su argumento sobre la lucha de la naturaleza

pecaminosa en contra del Espíritu. Comienza ahora una sección que trata de la esperanza del cristiano para el futuro. “De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros” Recordemos que en la sección anterior Pablo habló de que los cristianos sufriremos con Cristo. Y que el hecho de ser partícipes de Cristo por estar unidos a él también nos hace herederos y tendremos parte en su Gloria. Ahora en esta sección nos mostrará que las ventajas de tener parte en su Gloria no son necesariamente algo presente, sino más bien es una esperanza futura. Ya que el presente está generalmente caracterizado por el sufrimiento. Esto no era extraño para los lectores del primer siglo, pero parece que actualmente en algunos contextos se quiere evitar el tema del sufrimiento en la Iglesia. Y se quiere cambiar el mensaje cristiano a un positivismo de alguna manera contrario a la Palabra de Dios. “La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza” En este pasaje se personaliza de alguna manera a la creación, del griego Ktistis que literalmente significa todo lo creado[117], con excepción del ser humano. Y se dice que “aguarda con ansiedad” esto lógicamente es una prosopopeya, una figura literaria característica del Antiguo Testamento en donde se acostumbra a dar características personales a la naturaleza. (Salmos 19:1) Aquí en este texto podemos comprender cómo la creación misma fue maldecida en Adán y por eso aguarda con ansiedad el momento en el que el Pueblo de Dios pueda vivir perfectamente como hijos de Dios. Génesis 3:17 “Al hombre le dijo: «Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te

prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida”

Es muy interesante notar que la frase “fue sometida a frustración” usa el término mataiotes que se puede traducir también como algo absurdo o vanidad[118]. Y es el término que se utiliza en la Septuaginta en Eclesiastés 1:2: “Lo más absurdo de lo absurdo, —dice el Maestro—, lo más absurdo de lo absurdo, ¡todo es un absurdo!”

Parece que todo el libro de Eclesiastés fuera un comentario de porque la creación es absurda o sometida a frustración como dice la NVI. Esto quiere decir que en sí misma la creación ha perdido su propósito y va rumbo a la destrucción. Es decir, la creación también comparte el sufrimiento del que Pablo habla en estos versículos. Por eso en el verso 22 dice: “Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto”

Pero también tiene al igual que nosotros una esperanza de restauración. “de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios” Aquí Pablo nos explica cuál es la esperanza que la creación tiene. Y es de ser liberada de la corrupción que la esclaviza. Y esto se alcanzará cuando se dé la completa libertad de los hijos de Dios. En este punto es importante notar que el autor no está hablando de una destrucción o aniquilación final de la creación. Sino más bien de una liberación. Y en este punto vale aclarara que los pensadores cristianos han debatido la cuestión de la continuidad o discontinuidad de la creación en la vida eterna. Tenemos que mencionar que, desde los primeros pensadores, los Padres Apostólicos ya existían estas dos escuelas, representadas por los de la escuela de Antioquía quienes tenían un origen judío en donde la esperanza tenía que

ser cien por ciento en esta tierra. Mientras que los de la escuela de Alejandría quien con mucha influencia del Neo-Platonismo, que consideraba siempre lo material como malo tenían una esperanza cien por ciento celestial. Frente a estos dos puntos de vista nosotros debemos recordar que en la Biblia se hace mención de una discontinuidad representada por “cielos nuevos y tierra nueva”: Apocalipsis 21:1 “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar”

Pero al mismo tiempo hay muchos textos también que nos muestran una continuidad de una creación restaurada: Mateo 19:28 “—Les aseguro —respondió Jesús—que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para gobernar a las doce tribus de Israel” Hechos 3:21 “Es necesario que él permanezca en el cielo hasta que llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas, como Dios lo ha anunciado desde hace siglos por medio de sus santos profetas” Colosenses 1:20 “y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz”

Como podemos ver en estos versículos como en Romanos, hay una esperanza de que cuando Cristo venga restaurará todas las cosas, es decir la creación misma. Es muy probable que la imagen de “Cielos Nuevos y Tierra Nueva se refiera también a la restauración de todas las cosas. Recordemos que nosotros también en Cristo somos “Nuevas Criaturas”. De esta manara pienso que tanto la continuidad y discontinuidad que existirá en el Reino Venidero es semejante a la continuidad y discontinuidad que existirá con nuestros cuerpos restaurados en la resurrección de los muertos. Eso parece dar a entender en los siguientes versículos. Pregunta para el diálogo: ¿Cómo afecta la idea de continuidad o discontinuidad nuestra

responsabilidad de cuidar el medio ambiente? “Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo” Debemos notar aquí que los dolores de parto son cuando se espera dar a luz una nueva vida. Son dolores con esperanza y regocijo. Esa debe ser la actitud no solo de la creación sino de quienes somos hijos de Dios y quienes tenemos esperanza de que algo mejor va a suceder en el tiempo de Dios. En este texto se muestra claramente la tensión teológica que se presenta en toda la Biblia del “Ya si, pero todavía no”. Pues como dice Pablo nosotros ya tenemos las “primicias” del Espíritu. Ya somos hijos de Dios, pero todavía aguardamos lo que habremos de ser. Aguardamos al igual que la naturaleza la redención de nuestro cuerpo. “Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia” Debemos recordar en todo momento que el cristianismo es una fe de esperanza. No debemos caer en falsos positivismo en donde el Reino de Dios ya se lo vive en su plenitud con todas sus bendiciones, ya que esto es falso. Todavía hay muchas cosas que “no se ven” y por eso dice Pablo que es la esperanza. Y la esperanza siempre tiene su motivación con el sufrimiento. Si bien es cierto es importante estar seguros de que ya vivimos el Reino de Dios en el ahora, especialmente dentro de la Iglesia. Pero todavía esperamos el tiempo en el que Dios sea quien intervenga sobrenaturalmente y restaure todas las cosas. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los

corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Este pasaje nos habla de las bendiciones actuales de vivir en el Reino y es la presencia del Espíritu quien intercede por nosotros, cuando por nuestro sufrimiento no sabemos qué pedir, cuando no entendemos lo absurdo de la naturaleza y la creación. Y es muy importante notar que el Espíritu mismo gime al igual que la naturaleza y al igual que nosotros. Los gemidos que “no pueden expresarse con palabras” difícilmente se debería entender como el famoso don de lenguas o glosolalia ya que lo que Pablo quiere decir es que el Espíritu gime sin necesidad de palabras. Ya que usa el término alaletos que literalmente es “sin palabras”. [119]

6.5.3.- Resumen de la esperanza cristiana Rom 8:28 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. 8:29 Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 8:30 A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. [120]

En este pasaje Pablo continúa hablando de la esperanza cristiana y hace un resumen de lo que esta significa. Lo hemos separado como una sección especial por la importancia que algunos de sus términos han tenido en la teología. “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” “Sabemos” Esto expresa una certeza muy importante en la vida cristiana. Pues mientras hay cosas que no sabemos también hay cosas que si podemos conocer, y por eso la exclamación de Pablo en este versículo es muy importante. Ya que mientras en el pasaje anterior estuvo hablando de la esperanza del cristiano en medio del sufrimiento y de que en ocasiones por

eso mismo no sabemos que pedir a Dios. Ahora nos muestra algo que si podemos saber y que de igual manera alimenta nuestra esperanza y es que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman”. Esto de ninguna manera significa que todas las cosas nos van a salir bien, ya que contradeciría sus argumentos anteriores acerca de que tenemos que sufrir con Cristo. Más bien es una esperanza fundada en la soberanía de Dios que implica que a pesar de nuestros sufrimientos Dios está obrando para que el resultado final sea el bienestar nuestro. Ejemplos de este obrar soberano de Dios lo podemos encontrar en otros pasajes de la Biblia; como cuando José comprendió que todo su sufrimiento fue parte del plan providencial de Dios: Gen 50:20 “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente”

O como cuando Jeremías comprendió en medio del exilio que su pueblo vivía que Dios tenía un plan mejor: Jeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. 29:12 Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. 29:13 Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón”

El hecho de que esta bendición especial de Dios esté limitada solamente a quienes lo aman, no quiere decir que Dios no esté buscando el bien ni obrando para el bien de los seres humanos que rechazan el amor de Dios. Ya que la Biblia mismo nos dice que el deseo de Dios es que todos se arrepientan y que todos lo conozcan. Sino que solamente los que aman a Dios, en otras palabras, los que han conocido el amor de Dios son los que pueden experimentar y ser consientes que el plan de Dios va más allá de las circunstancias presentes y tiene un propósito mejor. Una Ilustración que nos puede ayudar a comprender esta situación es cuando nosotros vamos al médico quien nos receta algún tratamiento doloroso. Si nosotros no tenemos confianza en el médico solamente tendremos presente el

sufrimiento del tratamiento, pero si confiamos en el médico nuestra esperanza estará puesta en la recuperación posterior de nuestra salud. Cuando Pablo afirma que esto es para los que “conforme a su propósito son llamados” quiere decir precisamente que no fue el ser humano quien decide amar a Dios, sino que es Dios quien amó primero. “Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” En esta porción de la Epístola nos encontramos con este famoso término “predestinación” que ha sido objeto de debate entre los teólogos de todas las edades de la historia de la Iglesia. La pregunta que tenemos que plantearnos es ¿Qué es la predestinación? ¿Significa que todo lo que sucede ya está determinado por Dios y que no cuentan en nada nuestras decisiones? Es decir ¿El destino eterno de cada persona sea el cielo o el infierno ya está previamente decidido por Dios? Antes de pasar a hacer el comentario exegético de este versículo vamos primero a hacer un recorrido histórico de lo que se ha creído acerca de la predestinación. La Iglesia primitiva Lo primero que tenemos que reconocer es que la iglesia primitiva no contaba con una teología sistemática que fundamente sus creencias. Sin embargo, al analizar el tema de la predestinación en los escritos de los “Padres apostólicos”, es muy difícil encontrar este tema incluido en su pensamiento; es más, el énfasis en el libre albedrío y en la justificación por obras en ellos es muy grande, como afirma Mildred Bangs Wynkoop: “…. Creían (Los Padres apostólicos) que la voluntad humana tiene la libertad para elegir el bien o el mal, Dios o el pecado”[121] Agustín y Pelagio Agustín nació en el año 354 en el norte de África quien como ya hemos

mencionado cuando comentamos sobre la doctrina de la depravación total, pensaba que la libertad del ser humano se perdió después de la caída de Adán, y desde entonces el ser humano no puede hacer nada bueno, y necesita de la gracia de Dios que lo capacite para ir a Él. Así nace sistemáticamente la doctrina de la predestinación que tuvo mucha influencia posteriormente. Por este tiempo aparece también en escena un monje Británico conocido como Pelagio, del cual no se tienen muchos datos biográficos, y conocemos de él en muchos de los escritos de Agustín. Este monje reaccionó en contra de las doctrinas de la gracia de Agustín y afirmaba que el ser humano no ha perdido nunca la capacidad para elegir entre el bien y el mal y lo único que se hereda de Adán es el ejemplo de lo que es pecado. Por todo esto Pelagio afirmaba que ningún niño debe ser bautizado pues no tiene pecado. Pelagio fue condenado por la mayoría de los teólogos en aquel tiempo, ya que hay que reconocer que su acercamiento a la naturaleza pecaminosa y a la gracia salvadora es demasiado simple. Pero también hay que tener en cuenta que las doctrinas de Agustín tampoco fueron bien vistas en su totalidad y se desarrolló un nuevo punto de vista que se lo conoce hoy como semipelagianismo. También debemos decir que Agustín a diferencia de Calvino nunca habló de una doble predestinación, es decir el solo hablaba de predestinación para salvación, no para condenación, ya que fundamenta sus doctrinas en el amor de Dios y no en su soberanía como decían los teólogos reformadores (Bonilla, 2007). Incluso es muy difícil saber según Agustín que sucedía con las personas condenadas, ya que ciertas ideas de este teólogo dan a entender que existe la posibilidad de purificarse luego de la muerte, esto dio origen posteriormente a la doctrina del purgatorio aceptada por la Iglesia Católica. Dice el Doctor Yattenciy Bonilla en su libro “Cristo y el Cristianismo, dos grandes enemigos”: “Agustín no habla del infierno, él dice que todas las almas se purifican para llegar al cielo, ¿Eso significa que todos los hombres se salvan? Agustín no contesta directamente esta pregunta”[122] La reforma protestante Estas ideas acerca de la Predestinación, presentadas por Agustín tuvieron una influencia notable en los primeros reformadores, quienes rescataron

conceptos como la depravación total de la naturaleza y la salvación solamente por fe. Una de las afirmaciones de la reforma dice “sola fe” mientras otra dice “sola gracia”. Lo que en un inicio puede presentar un problema lógico ¿Somos salvos por fe o por la gracia de Dios sin necesidad de la fe? o lo que es lo mismo ¿Por fe o por decreto divino? Estas inquietudes poco a poco fueron resueltas al colocar a la fe como un resultado de la gracia divina que opera en el ser humano. De esta manera la predestinación jugó un papel muy importante en la reforma protestante y para muchos de estos teólogos la conclusión lógica de Agustín que fue la predestinación individual se convirtió en el principio de su teología; y aún hoy todas las interpretaciones bíblicas de las iglesias reformadas tienen que cuadrar con esta doctrina, más que con la exégesis bíblica. Calvino y Arminio En el siglo XVI fueron algunos los teólogos protestantes que presentaron sus doctrinas de la predestinación, como Lutero y Zwinglio. Sin embargo el que ordenó más sistemáticamente todas estas doctrinas fue Juan Calvino (15091564). En su gran obra titulada “Institución de la religión cristiana” Este teólogo dejo gran parte del pensamiento aceptado por las Iglesias reformadas. Al igual que Agustín, Calvino creía que la condición del ser humano era de una incapacidad total para hacer el bien, por causa del pecado de Adán, por tanto, es solamente la gracia de Dios que actúa solo en algunos individuos la que puede dar al ser humano la fe que salva. Sin embargo, a la pregunta sobre el origen del mal, Calvino no aceptaba tan sencillamente como Agustín que la maldad radique en la libre voluntad de las criaturas antes de la caída, ya que como hemos dicho la soberanía de Dios jugaba un papel muy importante en su teología. Lo que le llevaba a afirmar que de alguna manera las acciones pecaminosas de sus criaturas fueron decretadas por Dios, ya que nada escapa de su soberanía, pero al mismo tiempo la elección hacia el mal de las criaturas es voluntaria, lo cual no hace a Dios culpable del pecado, y la manera en que esto pueda entenderse, será siempre un misterio. Algún tiempo después cuando las doctrinas de Calvino estaban comúnmente aceptadas entre la mayoría de los protestantes nos encontramos con Jacobo Arminio (1560-1609) quien fue un pastor protestante en Amsterdam, y que

después de estudiar algunas obras sobre la predestinación, desarrolló la doctrina que se conocería posteriormente como Arminianismo. Arminio también creía que el ser humano es incapaz de buscar a Dios, por esta razón no podemos confundirlo con el pelagianismo, sin embargo a diferencia de Calvino, este afirmaba que la gracia que capacita al ser humano para creer en Jesús es otorgada a todos, porque Cristo murió por todos, por esto la fe es don de Dios, pero al mismo tiempo el ser humano puede rechazar esta gracia, lo cual no excluye que en algún momento el creyente también puede perderla; Y lo que es muy importante, Arminio hizo notar que bajo la doctrina de la predestinación individual, y después de estudiar los escritos sobre los decretos divinos de los seguidores de Calvino; la obra de Cristo en la cruz jugaba un papel secundario en la salvación, ya que todo estaba decretado. Aunque esta doctrina también fue rechazada por muchos en su tiempo, la influencia posterior de los teólogos arminianos fue considerable, se hizo sentir con más fuerza en tiempos del teólogo Juan Wesley, fundador de las iglesias Metodistas. En nuestro tiempo no podemos hablar de un consenso general en cuanto a las doctrinas de la gracia, ni incluso de una mayoría en una u otra teología, pues mientras las Iglesias reformadas siguen sosteniendo las doctrinas de Calvino, existen también gran cantidad de denominaciones cristianas, algunas también históricas, como los Anabaptistas y Metodistas y muchas contemporáneas, que rechazan radicalmente el punto de vista a cerca de la predestinación de la teología reformada.

Exégesis del Texto Luego de haber hecho este recorrido histórico pasemos a analizar exegéticamente el versículo en cuestión es este caso la palabra que se usa por predestinación es proorisas que proviene de proorizo y se puede traducir como: ver, ver desde antes, o predestinar. Incluso comenta el Dr. Yatenciy Bonila, especialista en lenguas muertas, que antiguamente esta palabra no tenía ninguna relación con la palabra predestinar, sino que el significado más antiguo es “llamar, convocar”. Aunque no figure en la mayoría de los diccionarios que más se usa, se puede descubrir en diccionarios

especializados.[123] Pero también nos encontramos con otro término que según el versículo es la causa de la predestinación, porque dice: “a los que antes conoció” en griego proginosko, y lo que ha causado controversia a los intérpretes bíblicos es que precisamente este término se lo puede usar en dos sentidos: Se puede referir al conocimiento anticipado de Dios de ciertos individuos lo cual ha llevado a algunos teólogos arminianos a afirmar que la predestinación está basada en el conocimiento anticipado de Dios a cerca de quienes iban a creer en él. Aunque el texto no lo dice explícitamente si es una opción de interpretación. La crítica que se hace a esta posición es que en última instancia la salvación estaría en la decisión del ser humano y no en la gracia de Dios. Por otro lado, muchos intérpretes se han basado en que el término ginosko también se puede referir a un apego emocional entre dos personas. Por esta razón aseguran que el texto se refiere a que Dios predestina a aquellos a quienes él amó de antemano. La crítica a esta posición sería que asegura que el amor de Dios está limitado solo a ciertas personas. Existe una posición que trata de hacer una conjunción entre el preconocimiento de Dios y al mismo tiempo la soberanía de Dios y se la conoce como Molinismo. Esta fue una posición propuesta por un teólogo católico Luis de Molina en medio de los debates teológicos de la reforma protestante. Hoy ha sido revivida por teólogos evangélicos como William Lane Craig. El Molinismo afirma que como Dios conoce todo lo que va a suceder, pero también conoce todo lo que podría suceder en determinadas circunstancias. Es decir, Dios no solo conoce los que van a creer en él sino también él sabe quienes creerían y quienes no creerían si las circunstancias fueran diferentes. De esta manera Dios puede soberanamente decretar las circunstancias adecuadas para que crean los que él quiere que crean pero sin interrumpir el libre albedrio de los seres humanos. Cabe recalcar que la mayoría de molinistas modernos aseguran que Dios establece las circunstancias de manera que la mayoría de personas sean salvas. Solución propuesta. Frente a este debate acerca de la predestinación pienso que lo que no se ha

tomado en cuenta y que este versículo en especial lo menciona es el propósito de la predestinación. Rom 8:29 Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

El propósito mismo de la predestinación es que seamos transformados a la imagen de Cristo y esto es un propósito de Dios para con toda la humanidad. Recordemos nuevamente que “él no quiere que nadie se pierda” La misma idea se puede ver en el texto de Efesios 1: 4-5 “Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor 1:5 nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad”

Aquí también figura algo importante, que es lo que sigue al término “predestinó”: “para ser adoptados como hijos suyos”. Esto nos da la clave para interpretar el texto. No está Pablo aquí ni en Romanos 8:29 sustentando cualquier doctrina de la predestinación individual; peor aún una doble predestinación de unos para salvación y otros para condenación; lo que Pablo aquí está argumentando es que todos los que estamos “en Cristo” fuimos llamados o predestinados “para ser adoptados” como hijos de Dios, Y para ser “transformados a la imagen de su Hijo” Y el conocer de antemano probablemente si se refiera al amor de Dios, pero que es por toda la humanidad, es decir Dios de antemano amó a todos los seres humanos y predestinó que los que crean en él sean transformados a la imagen de Cristo. Sobre el tema de la predestinación individual profundizaremos más cuando analicemos el capítulo 9 de esta Epístola. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.

Después de todo lo mencionado anteriormente podríamos afirmar de igual manera que el llamado de Dios entonces es para toda la humanidad, y como lo afirma en otros pasajes el llamado es por la Palabra de Dios. Y lo que sigue a este pasaje es la consecuencia de aceptar el mensaje de la Palabra de Dios. Somos justificados y también glorificados. Sobre el tema de la justificación basta con lo comentado en los capítulos anteriores. Pero lo que sí es interesante es que ahora se menciona a la glorificación como un hecho pasado. A esto podemos comentar que nuevamente vemos la tención teológica entre el ya sí, pero todavía no de la vida de la Iglesia. Ya que si bien es cierto por culpa del pecado hemos sido separados de la gloria de Dios, por la muerte de Cristo ahora somos ya partícipes de la gloria de Dios, aunque todavía no se haya manifestado lo que vamos a ser en un futuro cuando físicamente incluso seamos glorificados por la resurrección.

6.5.4.- Victoria en Cristo Rom 8:31 ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? 8:33 ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. 8:34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. 8:35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? 8:36 Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» 8:37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 8:38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,[g] ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, 8:39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.[124]

Pablo termina su serie de bendiciones de la vida cristiana con uno de los pasajes más hermosos en las páginas de la Biblia. Aquí nos ayuda a profundizar en la magnitud del amor de Dios por medio de Cristo Jesús y lo hace por medio de preguntas.

“¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” “¿Qué diremos frente a esto?” es la pregunta que conecta este pasaje con lo tratado anteriormente acerca de las bendiciones de la vida cristiana. Aquí Pablo nos invita a reflexionar que, si este mismo Dios que nos creó, nos conoció de antemano, nos predestinó, justificó y glorificó; está de nuestra parte. ¿Quién puede ponerse en contra? Esto no quiere decir que no habrá gente que se oponga, ya que Jesús mismo nos dejó claro que si lo habría. Pero si nos ayuda a darnos cuenta que, aunque se opongan al final nadie podrá salir vencedor. Debemos notar que esta pregunta tiene un condicional “Si”. Es decir, es una promesa que se aplica para el pueblo del cual está hablando en este capítulo.

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?” Esta siguiente pregunta también puede levantar algunos malentendidos; ya que en la experiencia de nuestras vidas siempre hay cosas que consideramos que nos hacen falta. Y muchos podríamos exclamar “a mí no me ha dado generosamente todas las cosas”. Pero lo que tenemos que comprender es que Pablo sitúa su pregunta luego de recordarnos que Dios no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros. Por eso esta pregunta es más bien un recordatorio de que al darnos a Cristo ya nos dio todo lo que nosotros necesitamos. Y nos invita a no pensar por un momento en las necesidades materiales sino más bien en nuestra necesidad espiritual que ha sido totalmente satisfecha en la cruz de Cristo. Y por esta razón las bendiciones futuras no tendrán comparación con las aflicciones presentes.

“¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica” Esta es otra pregunta que no podemos tomarla de manera aislada, ya que

existen muchos que nos acusan: nuestra conciencia, el enemigo, los no cristianos etc. Pero lo importante es que al hablar de que la justificación viene de Dios, significa que ningún argumento en contra nuestra prevalecerá ya que fuimos justificados por la vida y muerte de Jesús. Sobre la doctrina de la justificación Pablo habló en los cinco primeros capítulos de la epístola. Aquí solamente podemos mencionar que Pablo puede estar citando al libro de Isaías 50:8-9: Cercano está el que me justifica; ¿quién entonces contenderá conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es mi acusador? ¡Que se me enfrente! ¡El SEÑOR omnipotente es quien me ayuda! ¿Quién me condenará? Todos ellos se gastarán; como a la ropa, la polilla se los comerá.

¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. Esta pregunta está en relación con la anterior ya que toda acusación busca como objetivo una condenación. Pero en nuestro caso la condena ya fue pagada por Cristo y a nosotros ya no nos espera ninguna condenación. Recordemos que en 8:1 esta promesa es para los que están unidos a Cristo. La afirmación de que “Cristo está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” nos invita a pensar en la obra de intercesión presente de Cristo. Es decir, Jesús sigue activo en nuestras vidas intercediendo por nosotros “a la derecha de Dios” se refiere a su posición de exaltación, como Dios mismo y como mediador entre Dios y los hombres.

“¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?” Esta nueva pregunta de carácter retórico ofrece una serie de posibles respuestas, pero para dejarnos en claro que ninguna de ellas es verdad. Nuevamente debemos aclarar que en nuestra propia experiencia podemos ser tentados a pensar que Dios se ha alejado de nosotros cuando vivimos las circunstancias enumeradas por Pablo. Pero el propósito mismo del apóstol es hacernos comprender que no depende de nuestras emociones ni de nuestras

circunstancias el amor de Dios por nosotros no cambia. “Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!” Pablo nos recuerda que está escrito que vamos a enfrentar todas estas tribulaciones. Esta es una cita del libro de los Salmos 44:22, dejando claro que como cristianos vamos a enfrentar este tipo de dificultades. “Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” Esta promesa es muy importante ya que nos recuerda que, aunque tenemos que enfrentar todas estas dificultades tenemos ya la victoria y aunque no la experimentemos nosotros como presente para Dios ya lo es ya que la victoria en Cristo sucedió en el pasado y es garantía de nuestro futuro. Dice Juan 16:33 Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.»

Pregunta de aplicación: ¿De qué manera podemos experimentar el amor de Dios en medio de las circunstancias difíciles de la vida? “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” Aquí Pablo comienza una nueva lista de cosas que tenemos que descartar como algo que nos aparte del amor de Dios. Y lo hace afirmando su convicción “Estoy convencido”. Es importante señalar que muchas veces

nuestras convicciones son las que nos ayudan a seguir adelante. El que no persevera en su misión es porque no estuvo convencido del propósito de esta.

7.- Restauración: El conflicto de Israel y la justicia de Dios (Ro 9:1-11:36) Los capítulos del 9 al 11 han generado controversia entre los estudiosos bíblicos. Para muchos parece ser que Pablo hace un paréntesis en todo lo que viene tratando en la epístola para explicar de mejor manera la relación entre Israel y la Iglesia de Dios. Sin embargo, existen pasajes muy profundos y por lo mismo difíciles de interpretar por lo tanto vamos a hacerlo con mucho cuidado para no forzar el mensaje bíblico a nuestro sistema doctrinal. 7.1.- La soberanía de Dios (9:1-33) El capítulo 9 de esta epístola tratará sobre el tema de la soberanía de Dios en la elección de Israel. 7.1.1.- Privilegios de Israel 9:1 Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo. 9:2 Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. 9:3 Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza, 9:4 el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas. 9:5 De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén. [125]

“Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo” El apóstol Pablo podía decir con libertad que lo que va a decir a continuación es verdad y ponía como confirmación su propia conciencia la cual estaba dirigida por el Espíritu Santo. Es importante tener en cuenta que la conciencia del ser humano natural se encuentra distorsionada y no siempre dice la verdad. Pero un hijo de Dios debe dejar el control de su conciencia al Espíritu Santo. Esto también es parte del proceso de santificación, ya que en nuestra vida mortal seguirán existiendo cosas por las que tenemos “cargo de conciencia” sin necesidad y otras por las que deberíamos tener “cargo de

conciencia” y no tenemos. Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza Pablo siempre se identificó con el Pueblo de Israel y en este pasaje podemos ver el inmenso amor que él tenía por su pueblo. Y como ya mencionamos anteriormente él podía poner a Dios como testigo de la afirmación siguiente: “Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos”

Esta es una afirmación digna de admiración ya que es una muestra del mismo amor de Dios que habita en el corazón de Pablo. Ya que es solo el amor de Dios el que nos enseña a sacrificarnos a nosotros mismos por el bienestar de los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús en la cruz. Él fue maldecido por el bienestar de la humanidad. Una actitud similar la encontramos también en Moisés en Éxodo 32:31.33 32:31 Volvió entonces Moisés para hablar con el SEÑOR, y le dijo: —¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses de oro! 32:32 Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito! 32:33 El SEÑOR le respondió a Moisés: —Sólo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí.

En los dos casos, tanto Moisés como Pablo están dispuestos a sacrificar su propia salvación por la salvación de sus hermanos. Esto nos da una muestra de la pasión y la motivación que tenía Pablo al predicar el Evangelio especialmente a los de su propio pueblo.

Pregunta de aplicación: ¿Cuál es nuestra motivación al predicar el Evangelio?

“el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina,

los pactos, la ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas” Aquí Pablo menciona algunos privilegios del Pueblo de Israel: La adopción como hijos. - Aunque en el Antiguo Testamento no existía la idea de ser hijos de Dios individualmente. Por eso nadie en el Antiguo testamento llamaría a Dios Padre Nuestro. Pero si hay ciertos pasajes que nos dan entender que consideraban a Dios como Padre del pueblo como en Éxodo 4:22 Entonces tú le dirás de mi parte al faraón: “Israel es mi primogénito.

O Jeremías 31:9 Entre llantos vendrán, y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín

La Gloria Divina. - El Pueblo de Israel fue testigo presencial de muchas manifestaciones del poder y de la Gloria de Dios. Los Pactos. - Aunque los pactos divinos que comenzaron con Adán no fueron exclusivos del pueblo de Israel. Es a ellos a quienes se les dio más específicamente la voluntad de Dios contenida en la ley. La Ley. - Como ya lo mencionamos ellos fueron privilegiados de tener por escrito la voluntad divina. El privilegio de adorar a Dios. - Se refiere al culto en el templo que también fue privilegio de Israel. Contar con sus promesas. - Por ser los destinatarios primeros de la revelación especial de Dios ellos conocían de antemano las promesas de Dios.

“De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén” Continuando con los privilegios de Israel aquí llegamos al mayor de todos ya que de la descendencia de los patriarcas nació Jesús, el mesías prometido. Este versículo para muchos es una declaración muy clara de la divinidad de Cristo. La NVI dice: “Quien es Dios” la RV: “El cual es Dios” La TLA: “El gobierna sobre todas las cosas y es Dios”. Sin embargo, existen ciertas objeciones a que la traducción correcta sea esta, por ejemplo la Biblia de las Américas traduce: “de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén” El problema es que en el texto griego no existen las comas ni otros signos de puntuación y es difícil saber si el “Dios” se refiere a Cristo, o si es una oración separada de exaltación a Dios Padre quien es bendito por los siglos. Cito el TR: ων οι πατερες και εξ ων ο χριστος το κατα σαρκα ο ων επι παντων θεος ευλογητος εις τους αιωνας αμην[126] “De los Padres provino Cristo según la carne y está sobre todo Dios bendito por los siglos amén.” En base a esto algunas sectas como los Testigos de Jehová y otras quienes no aceptan la divinidad de Cristo han argumentado que la oración “Dios bendito por los siglos” no pertenece a Cristo. Los Testigos de Jehová quienes tienen su propia traducción de las Escrituras (TNM) dice: “a quienes pertenecen los antepasados y de quienes [provino] el Cristo según la carne: Dios, que está sobre todos, [sea] bendito para siempre. Amén”[127]

Sin embargo debemos mencionar que la inclusión de estos dos puntos ( : ) para separar las oraciones ya es una interpretación equivocada. Ya que un análisis semántico y exegético del texto nos permite observar las siguientes consideraciones: 1.- El versículo mismo parece presentar un contraste de las dos naturalezas de Cristo: Según la carne descendiente de los Patriarcas, pero al mismo tiempo Dios que está sobre todas las cosas. 2.- Pablo mismo en sus otros escritos ha incluido afirmaciones concretas sobre la divinidad de Cristo: Filipenses 2:5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 2:6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Colosenses 2:9 Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo 3.- La interpretación tradicional de este texto desde los primeros padres de la Iglesia ha sido la de adjudicar el título de Dios a Cristo. Por tal razón podemos considerar adecuadas las traducciones NVI y RV. Ya que el versículo es una declaración clara de la divinidad de Cristo y de su unión hipostática.

7.1.2.- La elección del verdadero Israel En este pasaje Pablo explica sobre la elección soberana del pueblo de Israel, pero al mismo tiempo advierte sobre quienes pertenecen realmente a este pueblo.

9:6 Ahora bien, no digamos que la Palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son Israel. 9:7 Tampoco por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos. Al contrario: «Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac.» 9:8 En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa. 9:9 Y la promesa es ésta: «Dentro de un año vendré, y para entonces Sara tendrá un hijo.» 9:10 No sólo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac. 9:11 Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina, 9:12 no en base a las obras sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: «El mayor servirá al menor.» 9:13 Y así está escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú.» 9:14 ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! 9:15 Es un hecho que a Moisés le dice: «Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla, y seré compasivo con quien yo quiera serlo.» 9:16 Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios. 9:17 Porque la Escritura le dice al faraón: «Te he levantado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra.» 9:18 Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer. [128]

“Ahora bien, no digamos que la Palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son Israel” Como ya lo mencionó anteriormente en esta misma epístola. Ante sus declaraciones era lógico que se levanten algunas objeciones del pueblo judío. Y Pablo se adelanta a responder argumentando que no es que la Palabra ni las promesas de Dios dadas a Israel hayan fallado, sino que no todos los descendientes según la carne son realmente miembros del Pueblo de Dios. Lo mismo que en 2:28-29: Para continuar con su argumento Pablo usa algunas Ilustraciones tomadas de la Escritura. La primera es con respecto a la descendencia no de Ismael sino de Isaac quien fue el hijo de la promesa. Es decir, aunque Abraham tuvo descendencia también por Ismael, solo son contados como miembros del Pueblo de Dios los hijos de Isaac a quien Pablo usa alegóricamente como los hijos de la promesa. La segunda Ilustración está tomada de los hijos de Isaac. Jacob y Esaú: Este es un argumento muy sólido en cuanto a la soberanía divina en la elección de

Israel ya que Pablo argumenta que independientemente de las obras que hayan hecho Jacob o Esaú, Dios ya tenía un plan por medio de la elección de Jacob. Se deja claro aquí que la elección de Israel no era por nada de lo que ellos hayan hecho. Sino por la soberanía de Dios. Debemos mencionar aquí que, aunque este pasaje se use muchas veces para argumentar a favor del tema de la predestinación individual, no debemos olvidarnos de que Pablo está tratando con la objeción del Pueblo de Israel sobre su elección como nación. De esto vamos a profundizar más con el siguiente versículo.

“Y así está escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú.»” Este es uno de los versículos más usados para justificar la doctrina de la Predestinación individual, y más aún incluso de la doble Predestinación. Por esta razón vamos a analizar este pasaje en su contexto, dejando que la Biblia se interprete por sí misma y no en base a un sistema de creencias o en base a una confesión de fe. En el versículo 9:13 Pablo cita un texto del libro de Malaquías 1:3. Algunos dirán que este texto declara enfáticamente la elección incondicional de Dios, pues más adelante en el verso 15 refiriéndose a Moisés y Faraón Pablo dice: “Dios tiene misericordia de quien quiere tener misericordia, y endurece el corazón de quien quiere endurecer el corazón”.

Y continua en 9:16: “Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios”.

Aquí debemos seguir recordando que se refiere a la elección de Israel. Y también nos encontramos con la clave de interpretación de todo el pasaje “la elección depende de la misericordia de Dios”

Pregunta para el diálogo: ¿De quién tiene Dios misericordia? Si analizamos el contexto en el que nace este pasaje veremos que Pablo está hablando sobre los judíos quienes reclamaban el ya no ser parte de la nación elegida por Dios, y si leemos ese mismo pasaje en Malaquías, veremos que la Biblia se está refiriendo a la elección del pueblo de Israel, Jacob es Israel, y Esaú representa a las naciones paganas, quienes fueron rechazadas por Dios, pero en base a sus idolatrías y rechazo del único Dios, no porque Dios sea arbitrario en aborrecer a los seres humanos. En cuanto al amor a Jacob, se está refiriendo a la elección que Dios hizo por Israel, no por las buenas obras de esta nación, sino por gracia y misericordia de Dios. Pero la elección de Israel jamás significó la reprobación del resto de Naciones, al contrario, Dios eligió a Israel para bendecir al resto de naciones, pues por medio de ellos vendría el Mesías, como la promesa que le hizo a Abraham “En ti serán benditas todas las naciones de la tierra” (Génesis 12:2). De igual manera la elección del nuevo Israel, el de la fe, no puede significar la reprobación del resto de seres humanos, sino que hemos sido elegidos para llevar el mensaje de la salvación a todas las naciones de la tierra. No caigamos en el error que cayó el pueblo de Israel en muchas ocasiones a lo largo de su historia, de sentirse los únicos amados y elegidos por Dios. Otra clave importante que nos indica que la comparación entre Esaú y Jacob no tiene nada que ver con la elección para salvación la encontramos en la historia misma de estas dos personas. Mientras que Jacob fue elegido por Dios para continuar con su plan, esto no significó de ninguna manera la condenación de Esaú, ya que este aun cuando en un tiempo aborreció a su hermano, la historia terminó bien, los dos se reconciliaron y no podemos por los hechos afirmar que Esaú fue predestinado para condenación. Otro factor para tener en cuenta es que el termino aborrecer, del griego Miseo[129] no necesariamente quiere referirse al odio como nosotros lo

entendemos. Sino simplemente como amar menos o con menos prioridad. Ya que Jesús mismo lo usó para referirse a la prioridad que debe significar él por sobre nuestras relaciones familiares: Dice Lucas 14:26 «Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Vemos en este pasaje como la NVI traduce “sacrifica el amor” mientras la RV traduce “aborrece” porque el término griego es el mismo Miseo. ¿Quiso decir Jesús que no debemos amar a nuestra familia? De ninguna manera. Con respecto a la pregunta que nos planteamos anteriormente: ¿De quién tiene Dios misericordia? La respuesta la podemos encontrar en el verso 11:32, cuando Pablo está ya concluyendo su discurso a cerca de la Inclusión de los gentiles, el rechazo de una gran parte de Israel y la salvación del remanente de la fe, y dice: “En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos”. Aquí es claro, Dios quiere tener misericordia de todos. Y si leemos el resto del Nuevo Testamento sin necesidad de un prejuicio doctrinal, esta verdad es clara, Dios ama a todos y su oferta de salvación es para “…. Todo aquel que en él cree” (Juan 3:16). “Porque la Escritura le dice al faraón: «Te he levantado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra.» Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer” En la sección anterior tratamos el tema de la elección de Dios en base a su misericordia “…tiene misericordia de quien él quiere tenerla” Pero ahora nos encontramos con la segunda parte de esta afirmación que es la que para muchos implica una doble predestinación: “endurece a quien él quiere endurecer”.

Para comprender esta afirmación debemos plantearnos la siguiente pregunta ¿Existe alguien quien no haya tenido el corazón duro antes de encontrarse con la gracia de Dios? En Los primeros capítulos de esta epístola Pablo argumentó de una buena manera que nadie es inocente delante de Dios. La culpabilidad recae sobre todos. Es decir, no existe nadie a quien Dios haya endurecido el corazón que no haya tenido ya endurecido su corazón. Esto lo podemos comprobar al analizar la historia misma de Faraón de quien se refieren estas palabras. Ya que fue el mismo quien endureció su corazón al revelarse a la voluntad de Dios. Y lo que sucedió es que Dios para mostrar su poder, como dice el texto, simplemente le permitió seguir en su endurecimiento. Algo similar a lo que ya planteamos al analizar la ira de Dios en el capítulo 1: 1:24 “Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros” 1:28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

Sobre estos versículos comentamos que la manera en la que se manifiesta la ira de Dios es juzgando al pecador al abandonarlo a las consecuencias de su propio pecado. No porque Dios haya decretado tal pecado. Sino simplemente dejando de poner un freno a su maldad. Lo mismo podemos afirmar sobre el endurecimiento del corazón de Faraón. Esto lo seguiremos tratando en la siguiente sección.

7.1.3.- La soberanía de Dios en la elección 9:19 Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?» 9:20 Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?” » 9:21 ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? 9:22 ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo y estaban destinados a la destrucción? 9:23 ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su

misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria? 9:24 Ésos somos nosotros, a quienes Dios llamó no sólo de entre los judíos sino también de entre los gentiles. 9:25 Así lo dice Dios en el libro de Oseas: «Llamaré “mi pueblo” a los que no son mi pueblo; y llamaré “mi amada” a la que no es mi amada», 9:26 «Y sucederá que en el mismo lugar donde se les dijo: «Ustedes no son mi pueblo”, serán llamados “hijos del Dios viviente” .»[130]

En la sección anterior Pablo dejó establecido el principio de que Dios es soberano para elegir a un pueblo. En el caso de Israel ellos fueron elegidos por la misericordia de Dios, no por las cualidades del pueblo. También dejó claro que no todos los descendientes de Israel según la carne son verdaderos Israelitas. Esto levantaría más inquietudes en sus oyentes y Pablo se adelanta para dar una respuesta. Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?» Esta es precisamente la inquietud que puede surgir en la mente de cualquier cristiano que no comprende de una manera adecuada la doctrina de la predestinación. Ya que si quitamos valor a las decisiones y aplicamos todo a la soberanía de Dios. La objeción presentada es válida. Sin embargo, Pablo trata esta objeción también de una manera muy profunda y que lastimosamente también muchas veces ha sido mal entendida. “Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?” Lo primero que Pablo deja claro es que nosotros no somos quien para pedirle cuentas a Dios por sus actos. Él es el alfarero nosotros el barro, él es el Creador nosotros la creación. Él tiene todo el derecho de hacer con el barro, con su creación lo que él quiera. Lo que si debemos comprender que lo que Pablo condena aquí no es a un corazón sincero que de vez en cuando no comprende la voluntad de Dios sobre ciertas circunstancias de su vida, y levanta algún clamor pidiendo la respuesta de Dios al por qué de sus

decisiones. Sino más bien Pablo está condenando a aquel que le pide cuentas a Dios. Aquel que con orgullo le reclama a Dios por sus circunstancias considerándolas injustas. Nuestra posición más bien en medio de todo debe ser la de humildad reconociendo que nosotros no somos quien para comprender la voluntad de Dios. Recordemos el ejemplo de Job, quien levanta algunos clamores sinceros a Dios en medio de su sufrimiento. Y aunque Dios no condena de ninguna manera la actitud de Job, y tampoco le da una respuesta adecuada a sus inquietudes, si le hace ver que Job no es quien para comprender la voluntad de Dios. Y la actitud de Job terminó siendo de humildad delante de la majestad de Dios. Job 40:1 El SEÑOR dijo también a Job: 40:2 «¿Corregirá al Todopoderoso quien contra él contiende? ¡Que le responda a Dios quien se atreve a acusarlo!» 40:3 Entonces Job le respondió: 40:4 «¿Qué puedo responderte, si soy tan indigno? ¡Me tapo la boca con la mano! 40:5 Hablé una vez, y no voy a responder; hablé otra vez, y no voy a insistir.» 40:6 El SEÑOR le respondió a Job desde la tempestad. Le dijo: 40:7 «Prepárate a hacerme frente. Yo te cuestionaré, y tú me responderás. 40:8 »¿Vas acaso a invalidar mi justicia? ¿Me harás quedar mal para que tú quedes bien? 40:9 ¿Tienes acaso un brazo como el mío? ¿Puede tu voz tronar como la mía?[131]

Pregunta de aplicación: ¿Qué tan fácil o difícil es en medio de los problemas aceptar que nuestra mente es limitada para comprender la voluntad de Dios y descansar con la idea de que él es Justo, bueno y soberano? “¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios?” Aquí es donde nos encontramos con el tema de la soberanía de Dios. Debemos tratar de manera conjunta los siguientes versículos: 9:21 ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? 9:22 ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia

a los que eran objeto de su castigo y estaban destinados a la destrucción?

Las preguntas que aquí se plantean son de manera retórica para mostrar el punto de que Dios como dueño y alfarero tiene todo el derecho de hacer con la arcilla lo que él quiera hacer. Pero nuevamente debemos tener en cuenta de que el hecho de que Dios tenga todo el derecho para hacerlo no quiere decir que Dios actúe de una manera injusta. Aquí la palabra clave es “destinados” del versículo 22; ya que en base a esta afirmación paulina muchos piensan que Dios predestinó a algunos para salvación y otros para condenación. Pero lo primero que tenemos que notar es que el término griego es: Katartízo que puede significar: hacer apto, completar, constituir, perfeccionar, perfectamente, preparar, remendar, restaurar, unir.[132] Por eso la Reina Valera traduce: 9:22 ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira que estaban preparados para destrucción?

Y el diccionario Vine nos hace caer en cuenta que está en el original en voz media, lo que quiere decir que los vasos de ira se prepararon a sí mismos para la destrucción[133] Por esta razón en el verso 23 la Reina Valera nos da a entender que los vasos de Gloria en cambio fueron preparados directamente por Dios: 9:23 ¿Y qué si, para dar a conocer las riquezas de su gloria, se las mostró a los vasos de misericordia que él de antemano preparó para esa gloria?

Ya que en este caso usa otra palabra que es: proetoimazo que si significa preparar de antemano.[134] Por eso al comparar el verso 22 con otras traducciones, por ejemplo, con la TLA, encontramos un sentido muy distinto: “Algo parecido ha hecho Dios. Ha querido dar un ejemplo de castigo, para que todo el mundo conozca su poder. Por eso tuvo mucha paciencia con los que merecían ser castigados y destruidos”.

Esto nos ayuda a entender el verso 9: 18 “….a quien quiere endurecer endurece”.

Y en cuanto a la expresión que Dios “soportó con mucha paciencia a estos vasos” me recuerda la conocida afirmación de 2 Pedro 3:9: 3:9 El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.

“¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria? Ésos somos nosotros, a quienes Dios llamó no sólo de entre los judíos sino también de entre los gentiles” Con todo lo mencionado anteriormente podemos comprender este versículo de una mejor manera. Ya que nos da a entender que Dios permitió la maldad y el pecado de los seres humanos comenzando desde la caída de Adán. Precisamente para mostrar después su misericordia con los que de antemano él preparó para su Gloria. Sobre el tema de a quienes el preparó de antemano, ya lo tratamos con anterioridad al analizar la doctrina de la predestinación. Y en este caso es más clara la idea de que lo que Pablo está argumentando es a favor de la elección de la Iglesia, y de la inclusión de los gentiles en el Pueblo de Dios. Precisamente para dar respuesta a las objeciones de los judíos a cerca de su posición como pueblo privilegiado. Y para argumentar su posición cita pasajes del Antiguo Testamento que nos muestran que el plan de Dios estaba no solamente con los judíos sino también con los gentiles. 9:25 Así lo dice Dios en el libro de Oseas: «Llamaré “mi pueblo” a los que no son mi pueblo; y llamaré “mi amada” a la que no es mi amada», 9:26 «Y sucederá que en el mismo lugar donde se les dijo: «Ustedes no son mi pueblo”, serán llamados “hijos del Dios viviente” .»

7.1.4.- Solo un remanente salvo 9:27 Isaías, por su parte, proclama respecto de Israel: «Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, sólo el remanente será salvo; 9:28 porque plenamente y sin demora el Señor cumplirá su sentencia en la tierra.» 9:29 Así había dicho Isaías: «Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera dejado descendientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra.» 9:30 ¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe.

9:31 En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. 9:32 ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo», 9:33 como está escrito: «Miren que pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca que hace caer; pero el que confíe en él no será defraudado.»[135]

Ahora Pablo procede a argumentar una importante verdad. La salvación de solo un remanente del pueblo de Israel. “Isaías, por su parte, proclama respecto de Israel: «Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, sólo el remanente será salvo; porque plenamente y sin demora el Señor cumplirá su sentencia en la tierra” Luego de sentar las bases en el Antiguo Testamento sobre la inclusión de los gentiles en el Pueblo de Dios. Ahora Pablo cita a Isaías para mostrar precisamente la idea que ya se ha mencionado de que no todos los Israelitas son Pueblo de Dios, sino que existe solo un remanente preparado por Dios. Esta idea es muy importante en el libro de Isaías a tal punto que Isaías a su hijo le puso por nombre Sear Yasub que significa “un remanente volverá”. (Isaías 7:3)

El pasaje de Isaías es una cita de 10:22, pero vamos a leerlo un poco en su contexto: Isa 10:20 En aquel día ni el remanente de Israel ni los sobrevivientes del pueblo de Jacob volverán a apoyarse en quien los hirió de muerte, sino que su apoyo verdadero será el SEÑOR, el Santo de Israel. Isa 10:21 Y un remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios Poderoso. Isa 10:22 Israel, aunque tu pueblo sea como la arena del mar, sólo un remanente volverá. Se ha decretado destrucción, abrumadora justicia. Isa 10:23 Porque el Señor, el SEÑOR Todopoderoso, ejecutará la destrucción decretada en medio de todo el país. [136]

En este caso se refiere a la conquista del reino del norte por parte del imperio Asirio, esto se dio por causa de la rebeldía del pueblo de Israel. Sin embargo, Dios promete que de todos los Israelitas habrá un remanente que será salvo.

Ahora Pablo lo aplica a la salvación del Israel de la fe, es decir el verdadero Israel dentro del Israel de la carne. El mismo caso se refiere en el verso siguiente: 9:29 Así había dicho Isaías: «Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera dejado descendientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra.»

Esta cita es tomada de Isaías 1:9, de igual manera le vamos a ver desde su contexto: Isa 1:7 Su país está desolado, sus ciudades son presa del fuego; ante sus propios ojos los extraños devoran sus campos; su país está desolado, como si hubiera sido destruido por extranjeros. Isa 1:8 La bella Sión ha quedado como cobertizo en un viñedo, como choza en un melonar, como ciudad sitiada. Isa 1:9 Si el SEÑOR Todopoderoso no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra

Aquí se hace alusión a la historia relatada en Génesis de Sodoma y Gomorra en donde toda la ciudad fue destruida, pero sobrevivió también un remanente con Lot y su familia. Nuevamente Pablo lo aplica a la salvación del Israel de la fe.

“¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe” He aquí la conclusión de todo lo escrito anteriormente sobre la elección de Israel y la inclusión de los gentiles en el plan de Dios. Sobre la inclusión de los gentiles Este texto nos deja en claro que ellos no buscaban la justicia, lo mismo que Pablo aclaró en el capítulo 2 y 3 de su Epístola sobre la depravación total de la humanidad. Pero ellos la han alcanzado. Aquí debemos recordar que todo el argumento del capítulo 9 se resume en la soberanía de Dios en la elección, y que esta depende de la misericordia de Dios. Por eso podemos comprender ahora cómo es que los gentiles que no buscaban la justicia la encontraron. Pero Pablo retoma el tema

de la fe como causa de la justificación. “En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así” Siguiendo la misma línea de pensamiento se plantea la pregunta ¿Entonces por qué no consiguió Israel la justicia? Si Israel soberanamente fue el pueblo elegido por Dios ¿Por qué la mayoría están ahora afuera del plan de Dios? Y si la elección depende solamente de la misericordia de Dios ¿Por qué esa misericordia no obró en la mayoría de los judíos? Entonces nuevamente nos encontramos con el aspecto de la fe. Israel no buscó la justicia por la fe sino por sus propias obras, pensando que ellos por si mismos al obedecer la ley eran capaces de justificarse delante de Dios. Es decir, fue su orgullo el que les impidió alcanzar la justificación. Con todo esto en mente podemos comprender mejor que cuando Pablo dice que “tiene misericordia de quien quiere tener misericordia y que endurece al que quiere endurecer” y que “la elección depende solamente de la misericordia de Dios” Dios no es totalmente arbitrario en hacer su elección, sino que existe una condición que es la fe. Gran parte del pueblo de Israel no fue elegido no simplemente por una elección soberana de Dios, sino por su falta de fe.

7.2.- El problema de Israel (10:1-21) Este es un capítulo muy importante que nos habla de la búsqueda equivocada de la justicia por parte de Israel, y de cómo la salvación por la fe está disponible para toda la humanidad. También es un complemento al capítulo anterior en el que enfatizó la soberanía de Dios en la salvación. Mientras que en este se habla de los factores humanos que intervienen en la salvación. 7.2.1.- La búsqueda equivocada.

10:1 Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos. 10:2 Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. 10:3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. 10:4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia. 10:5 Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas.» [137]

“Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos” De la misma manera en la que comenzó el capítulo anterior Pablo nos muestra su deseo ardiente de que los miembros de Israel lleguen a ser salvos. También se resalta el hecho de que el apóstol era consciente de que sus oraciones podían influir en la voluntad de Dios para salvación. “Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios” El hecho de que muchos judíos mostraban un celo especial por Dios es innegable. Tenemos como ejemplo al mismo Pablo de Tarso perseguidor de los cristianos. Por eso ahora puede declarar de su propia experiencia sobre la pasión de Israel por Dios. Sin embargo, existe un gran problema en la manera en la que Israel estaba buscando justificarse delante de Dios, y Pablo dice que fue por su falta de conocimiento. En este caso, se refiere al entendimiento equivocado de la justicia de Dios revelada en las Escrituras. Es decir, lo que no comprendieron es que la justicia “proviene de Dios” y no es un atributo al que el ser humano pueda llegar por sí mismo. Entonces todo su afán y esfuerzo por llegar a Dios no les servía de mucho, como dice el libro de Proverbios: Dice Proverbios 19:2 “El afán sin conocimiento no vale nada; mucho yerra quien mucho corre”

Sabemos por el testimonio del Nuevo Testamento y en especial por los primeros capítulos de esta epístola que la búsqueda de la justicia personal para llegar a Dios es un esfuerzo en vano y ese error puede terminar en orgullo personal. Que parece ser el error en el que cayó el pueblo de Israel ya que, aunque se esforzaban por el cumplimiento de la ley dice Isaías 64:6 “Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento”

Y Pablo nos recuerda en 10:5 por medio de una cita de Levítico 18:5: 10:5 Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas.» Lev 18:5 “Observen mis estatutos y mis preceptos, pues todo el que los practique vivirá por ellos. Yo soy el SEÑOR”

Tarea imposible para un ser humano. “De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia” Como ya hemos mencionado en otras ocasiones en este estudio el decir que Cristo es el fin de la ley no se refiere a que con Cristo la ley quede totalmente anulada. Sino más bien a que con él se dio el verdadero cumplimiento de la ley. Él fue el único en cumplirla a la perfección y por esa razón al depositar nuestra fe en él somos justificados.

7.2.2.- La verdadera búsqueda de la justicia 10:6 Pero la justicia que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” (es decir, para hacer bajar a Cristo), 10:7 o “¿Quién bajará al abismo?” » (es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). 10:8 ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: 10:9 que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10:10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.

10:11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado.» 10:12 No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, 10:13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».[138]

Una vez que Pablo dejó claro la manera equivocada en la que buscaban la justificación el pueblo de Israel. Ahora pasa a explicarnos la forma correcta en la que un ser humano puede ser justificado. Pero la justicia que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” (es decir, para hacer bajar a Cristo), o “¿Quién bajará al abismo?” » (es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: Como ya estaba establecido en capítulos anteriores la justicia de Dios se basa en la fe y no en el cumplimiento de la ley. Pero para responder a la manera en la que nosotros podemos encontrar esa fe y esa justificación Pablo procede a citar algunos versos de Deuteronomio 30:11-14 30:11 »Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. 30:12 No está arriba en el cielo, para que preguntes: “¿Quién subirá al cielo por nosotros, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo?” 30:13 Tampoco está más allá del océano, para que preguntes: “¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado del océano, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo?” 30:14 ¡No! La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas.

La forma en que Pablo interpreta este pasaje es muy importante y digna de análisis, ya que en su contexto Deuteronomio está hablando de la Palabra de Dios, es decir en el contexto Judío, de la Ley. Y lo que Dios por medio de Moisés les está diciendo al Pueblo es que cumplan los preceptos de la Ley y que estos mandamientos no son imposibles de cumplirlos. Aparentemente es una contradicción con todo lo que Pablo afirma acerca de la Ley y la justificación. Sin embargo, la forma en que aquí aplica estos textos es comparando a la Palabra de Dios con Cristo mismo, para darnos a entender que Cristo no está lejos ni en el cielo ni en el abismo sino que el

acceso a Cristo es decir la fe está tan cerca como en nuestros labios y nuestro corazón.

“que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo” Ahora Pablo pasa a explicarnos de que se trata la palabra que tenemos en nuestros labios y en nuestro corazón. Esta es probablemente una de las declaraciones confesionales o credos más antiguos en la Iglesia cristiana. Es muy importante notar que parece ser que Pablo la cita en forma de la poesía hebrea por el característico paralelismo que encontramos en esta confesión. Pablo hace primeramente dos afirmaciones: Confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor y creer en nuestro corazón que Dios lo levantó de entre los muertos. Debemos notar que el hecho de confesar no puede estar separado en ningún momento con el hecho de creer con el corazón. Las dos cosas van de la mano. Más aún cuando pensamos en el contexto de la iglesia de los primeros siglos en donde confesar no se refería a un simple repetir de labios para afuera la fórmula “Jesús es el Señor”. Hoy podemos hacerlo sin ningún problema, pero en aquel tiempo una confesión de ese tipo podía costarles la vida, ya que para los romanos Cesar era el Señor, y si alguien no lo confesaba de esa manera era sentenciado a muerte. Por tal razón si alguien confesaba a Jesús como señor tenía que estar realmente convencido de esto, es decir debía creer con el corazón. Pregunta para el diálogo: ¿Podemos hoy como cristianos caer en el error de separar el confesar con nuestra boca del creer con el corazón? “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo”

Esta siguiente sección del texto nos habla de las consecuencias del acto de confesar con nuestra boca y creer con el corazón. Es importante recordar que como mencionamos antes esta sección es probablemente una especie de verso. Y por lo mismo recoge un estilo muy característico de la poesía hebreo que es el paralelismo sinonímico. Es decir que se escriben dos frases paralelas, con diferente contenido, pero para remarcar el mismo significado. Un ejemplo de esto podemos verlo en: Salmos 19:1 “ Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos” Habacuc 1:2 “¿Hasta cuándo, SEÑOR, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves?”

Al tomar en cuenta esto podemos darnos cuenta de que las dos afirmaciones de Pablo: Porque con el corazón se cree para ser justificado y con la boca se confiesa para ser salvo, no se están refiriendo a dos aspectos diferentes, sino que son dos afirmaciones paralelas para afirmar la misma verdad. Y esto también nos invita a pensar en la importancia de no separar estos dos aspectos de la fe, la confesión y la convicción.

“Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado.” Para seguir probando su argumento Pablo sigue citando textos del Antiguo Testamento y en esta ocasión cita a Isaías 28:16. “Por eso dice el SEÑOR omnipotente: «¡Yo pongo en Sión una piedra probada!, piedra angular y preciosa para un cimiento firme; el que confíe no andará desorientado”

Tanto Pedro como Pablo han identificado a Jesús como la piedra angular que menciona Isaías. Y la confianza en él como la clave de la salvación. Dice 1 Pedro 2:6 “Así dice la Escritura: «Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado.»”

“No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan” Pablo deja claro que en la Iglesia de Dios que está compuesta por judíos que han reconocido a Jesús como el Mesías y también por gentiles que han tenido fe en él. Las diferencias raciales ya no deben existir. Ahora somos un solo pueblo con un mismo Señor. La misma idea la encontramos en Gálatas 3:26-29 3:26 Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, 3:27 porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. 3:28 Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. 3:29 Y si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.

Es importante señalar que aquí Pablo nos lleva a comprender que incluso los gentiles que pertenecen a Cristo también son descendencia de Abraham y herederos de sus promesas. Es decir, las promesas hechas al pueblo de Israel por medio de Abraham se cumplen con la Iglesia. No deberíamos esperar un cumplimiento exclusivo para el pueblo judío en el futuro. Es importante también notar que cuando Pablo dice que Dios “bendice abundantemente a quienes lo invoquen” el término que usa para invocar es epikaleomai que también puede ser traducido como “apelar”[139] y si recordamos que el griego que usó Pablo para escribir romanos es un griego ptolomaico usado en las cortes legales de roma, puede ser que el sentido que le quiera dar a la acción de invocar a Jesús sea precisamente el de apelar a él como nuestro defensor frente al juicio de Dios.

“porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo»” A continuación, Pablo vuelve a citar el Antiguo Testamento y en esta ocasión

lo hace con Joel 2:32 “Y todo el que invoque el nombre del SEÑOR escapará con vida, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá escapatoria, como lo ha dicho el SEÑOR. Y entre los sobrevivientes estarán los llamados del SEÑOR”

Este texto que también es citado por Pedro en su discurso de Hechos, retomando todo el contexto profético y escatológico del libro de Joel. Hechos 2:21 Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.”

Lo importante aquí es notar que los dos autores identifican a Jesús como el Señor del que Joel está hablando. Especialmente Pablo aquí en Romanos en los versos anteriores aclaró que la confesión es que “Jesús es el Señor”. Y mientras que en Joel se usa aquí el nombre propio de Dios YHWH. Por eso la Reina Valera traduce “el nombre de Jehová”. Es decir, esta es una afirmación muy clara de la divinidad de Cristo y su identidad con el Dios del Antiguo Testamento. Al invocar el nombre de Jesús estamos invocando el mismo nombre de Dios. 7.2.3.- La Evangelización 10:14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? 10:15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!» [140]

Después de que Pablo dejó claro que la Salvación se obtiene tras la confesión de que Jesús es el Señor. Y también citando a Joel nos dijo que todo el que invoque el nombre del Señor será Salvo. Ahora pasa a plantearse algunas objeciones que pueden nacer en la mente del lector: 1.- ¿Cómo invocarán a aquel en quien no han creído? Para poder invocar su nombre la gente debe primero conocer el nombre y creer en él. Es decir, reconocer la realidad de que él murió y resucitó para pagar el precio de nuestros pecados y que debemos reconocerlo como Señor de nuestras vidas. 2.- ¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído?

Así como para poder invocar tienen que creer, para poder creer tienen que escuchar. El mensaje obviamente es Cristo, sin embargo, hay algo interesante en la traducción de este texto. Dice el TR: Pisteusousin hou ouk ekousan = Creer en aquel que no han oído[141] Aunque la mayoría de las traducciones incluyen “de quien” dicen algunos comentaristas que otra posible traducción puede ser: “Como creerán en aquel a quien no han oído”. Ya que el mensajero sigue siendo Jesús a través de sus enviados. 3.- ¿Cómo creerán si no hay quien les predique? Para predicar Pablo usa la Palabra Kerigma que puede traducirse también como “proclamar”[142] Debemos recordar que en el tiempo del apóstol Pablo los medios de comunicación eran los heraldos. Aquellos que hacían proclamaciones públicas en las plazas. Por eso el cristianismo adoptó este medio de comunicación para trasmitir su buena noticia. En nuestro tiempo los medios de comunicación son varios y muy avanzados. Pregunta para la reflexión: ¿Cómo aprovechamos nosotros los medios de comunicación actuales para proclamar la Buena Noticia?

4.- ¿Quién predicará sin ser enviado? Pablo usa el término Apostello para referirse a enviado, pero reconociendo que no se trata del apostolado como posición de autoridad sino como un misionero del Evangelio.

Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas! Nuevamente Pablo deposita la autoridad de sus palabras en las Escrituras. Esta vez cita a Isaías 52:7

“¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»!”

En este pasaje Isaías escribe sobre el pueblo exiliado en Babilonia y se refiere al mensajero que da la noticia de que Dios los iba a salvar. Pero aquí Pablo lo aplica al mensajero que lleva las Buenas Nuevas del Evangelio. Como conclusión de esta porción podemos decir que Pablo nos indica cual es el proceso para llevar a cabo la Evangelización. Se necesita de siervos enviados, que proclamen las Buenas Nuevas. Para que la gente escuche, algunos crean, invoquen el nombre del Señor y se Salven.

7.2.4.- La razón de la incredulidad de Israel 10:16 Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?» 10:17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. 10:18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! «Por toda la tierra se difundió su voz, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!» 10:19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice: «Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación; voy a irritarlos con una nación insensata.» 10:20 Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban; me di a conocer a los que no preguntaban por mí.» 10:21 En cambio, respecto de Israel, dice: «Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo desobediente y rebelde.»[143]

Ahora que Pablo dejó claro que la Salvación viene por medio de la evangelización, se adelanta a dar respuesta a las preguntas y posibles explicaciones que algunos quieran dar a la incredulidad de Israel.

Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?»

Aquí Pablo cita un texto de Isaías 53:1 En el que precisamente se habla del Siervo de Dios o Siervo sufriente que en el libro de Isaías es una imagen del Mesías. Por esta razón en el verso siguiente dice: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo”

Ya que como dijimos anteriormente la Palabra que nos da salvación es la Palabra de la cual Cristo o el Siervo de Isaías es el mensajero, pero también es el mensaje.

Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! «Por toda la tierra se difundió su voz, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!» Luego Pablo pasa entonces a plantearse las preguntas sobre cuáles pueden ser las razones por las cuales Israel es incrédulo. Y la primera explicación podría ser: ¿Entonces ellos no oyeron el mensaje? A lo que responde rotundamente que sí lo escucharon. Para esto cita un texto del Salmo 19:4. Si leemos este pasaje en su contexto veremos que se trata de que la creación misma es la que proclama el mensaje: Salmo 19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos 19:2 Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber 19:3 Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, 19:4 por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabellón para el sol

Puede ser que aquí nuestro apóstol esté tratando de recordar lo que ya mencionó en el capítulo uno, de que nadie tiene escusa del conocimiento de Dios ya que lo conocido de Dios es evidente por la creación. 1:20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.

Pero por otro lado puede ser que Pablo lo esté aplicando también a la comunicación del Evangelio por medio de la Iglesia Usando una figura literaria conocida como hipérbole, ya que no literalmente todo el mundo a

escuchado el Evangelio, pero probablemente en todas partes en las que había judíos en el tiempo de Pablo ya se había predicado el Evangelio. Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice: «Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación; voy a irritarlos con una nación insensata.» Entonces viene la segunda posible explicación. Entonces si ya escucharon ¿Puede ser que no entendieron? Pero Incluso ante esta explicación Pablo parece no estar satisfecho y por eso cita a Deuteronomio 32:21 en la parte B del versículo, pero en la parte A, se habla del rechazo de Israel a Dios. 32:21 Me provocaron a celos con quien no es Dios como yo, y me enojaron con sus ídolos indignos. Pues yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son pueblo; voy a irritarlos con una nación insensata

Con esto puede ser que quiera dar a entender que los gentiles que ni siquiera buscaban a Dios e incluso se los llama insensatos entendieron el Evangelio, ¿cómo puede ser que los judíos no lo comprendan? Si no más bien se trata de que ellos lo rechazan. Por eso en los siguientes versículos cita nuevamente a Isaías: Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban; me di a conocer a los que no preguntaban por mí.» En cambio, respecto de Israel, dice: «Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo desobediente y rebelde.» En esta ocasión la cita es de Isaías 65:1-2. Un texto que si lo leemos en su contexto nos habla mucho de la gracia que Dios tiene. Isa 65:1 «Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, le dije: “¡Aquí estoy!” 65:2 Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo rebelde, que va por mal camino, siguiendo sus propias ideas. 65:3 Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso en los altares; 65:4 que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en vigilias secretas; que come carne de cerdo, y en sus ollas cocina caldo impuro;

65:5 que dice: “¡Manténganse alejados! ¡No se me acerquen! ¡Soy demasiado sagrado para ustedes!” Todo esto me fastidia como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día!

La gracia de Dios manifestada de manera activa hacia los gentiles, por un lado, ya que, aunque ellos mismo no buscaban a Dios, fue él quien toma la iniciativa de hacerse conocer, es decir de revelarse a ellos. Pero parece ser que mucho más activa fue la gracia de Dios para con Israel ya que a ellos “extiende sus manos” es decir como si Dios rogara que se acerquen a él. Pero Israel continuamente lo rechaza y sigue sus propios caminos. Que, aunque conocen la Palabra de Dios ellos prefieren hacer su propia voluntad e incluso se creían demasiado sagrados y rechazaban a las naciones gentiles. Por esta razón podemos concluir que el rechazo a gran parte de Israel no fue por desconocimiento o falta de entendimiento sino por necedad y rechazo de la voluntad de Dios. Otra cosa muy importante para tener en cuenta es que aun cuando desde el capítulo 9 Pablo fue muy claro sobre la soberanía de Dios en la elección de Israel aquí nos deja ver también el papel fundamental que juega la responsabilidad humana.

7.2.5.- La inclusión de los Gentiles en el Plan de Dios 11:11 Ahora pregunto: ¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De ninguna manera! Más bien, gracias a su transgresión ha venido la salvación a los gentiles, para que Israel sienta celos. 11:12 Pero si su transgresión ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá! 11:13 Me dirijo ahora a ustedes, los gentiles. Como apóstol que soy de ustedes, le hago honor a mi ministerio, 11:14 pues quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos. 11:15 Pues si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a la vida? 11:16 Si se consagra la parte de la masa que se ofrece como primicias, también se consagra toda la masa; si la raíz es santa, también lo son las ramas. 11:17 Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del

olivo. 11:18 Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti. 11:19 Tal vez dirás: «Desgajaron unas ramas para que yo fuera injertado.» 11:20 De acuerdo. Pero ellas fueron desgajadas por su falta de fe, y tú por la fe te mantienes firme. Así que no seas arrogante sino temeroso; 11:21 porque si Dios no tuvo miramientos con las ramas originales, tampoco los tendrá contigo. 11:22 Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ti. Pero si no te mantienes en su bondad, tú también serás desgajado. 11:23 Y si ellos dejan de ser incrédulos, serán injertados, porque Dios tiene poder para injertarlos de nuevo. 11:24 Después de todo, si tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza pertenecías, y contra tu condición natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¡con cuánta mayor facilidad las ramas naturales de ese olivo serán injertadas de nuevo en él! [144]

Después de que Pablo haya dejado bien establecido su punto sobre la posición actual del pueblo de Israel. Ahora pasa a explicar esto por medio de una analogía tomada de la vida y la agricultura del pueblo. Y también aborda el tema del futuro de Israel. Ahora pregunto: ¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De ninguna manera! Más bien, gracias a su transgresión ha venido la salvación a los gentiles, para que Israel sienta celos. Si la posición actual del pueblo de Israel es de rechazo, por lo menos, de la mayoría del pueblo. La pregunta ahora es: ¿Qué pasará en el futuro? ¿Dios los ha rechazado eternamente? A esto Pablo responde: “De ninguna manera” y más bien dice que el rechazo de Israel es parte del plan soberano de Dios para que la salvación, es decir la predicación del Evangelio pueda llegar a los gentiles. Pablo sabía esto de su propia experiencia ya que como podemos ver en el libro de los Hechos, muchas veces tuvo que dirigir su predicación a los gentiles porque fue rechazado por los judíos. Como ejemplo podemos citar Hechos 13:46 Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles.

Pero el plan de Dios continua, y luego de traer la Salvación a los gentiles,

Dios usará a estos para causar celos en el pueblo de Israel de manera que los Israelitas también lleguen a la Salvación. Por eso es por lo que luego en el verso 14 se repite esta idea: 11:14 pues quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos.

Y es también lo que Pablo citó en 10:19: 10:19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice: «Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación; voy a irritarlos con una nación insensata.»

Debemos aclarar aquí que los celos o envidia a la que Pablo se refiere, la que trae salvación a Israel no son la envidia o celos mal sanos que son pecado, producto de un deseo ilegítimo de lo que otro tiene. Sino más bien son un legítimo deseo de experimentar las mismas promesas de Dios que están disponibles para todos. Pero si su transgresión ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá! El siguiente paso en el plan de Dios con respecto a Israel y al resto de naciones es que cuando Israel sea restaurado traerá bendición para todo el mundo. La misma idea se repite en el verso 15: 11:15 Pues si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a la vida?

La bendición que traerá al mundo entero la restauración de Israel es “una vuelta a la vida”. Esta frase ha sido objeto de estudio por muchos exégetas y se han propuesto tres posibles interpretaciones. 1.- Pablo se refiere a la resurrección al final de los tiempos, ya que mucha de la literatura apocalíptica relacionaba la restauración de Israel con la resurrección de los muertos. Sin embargo, es difícil encontrar bíblicamente una justificación para esta interpretación.

2.- Pablo se refiere a la vuelta a la vida espiritual. Es decir, a la nueva vida que ya tenemos los cristianos en Cristo. Sin embargo, aquí también podemos decir que no encontramos relación alguna entre la restauración de Israel y la Nueva Vida que ya poseían los cristianos antes de esta restauración. 3.- Existe una tercera interpretación que es más probable, y dice que Pablo está hablando simbólicamente de algo así como un avivamiento. Similar al profetizado por Ezequiel 37:3 en el relato de los huesos que vuelven a la vida. Pareciendo dar a entender que la restauración de Israel traerá un despertar a toda la Iglesia del Señor. Si se consagra la parte de la masa que se ofrece como primicias, también se consagra toda la masa; si la raíz es santa, también lo son las ramas En este versículo Pablo parece dar a entender que el hecho de que los israelitas al ser descendientes de los patriarcas disfrutan de algunos privilegios. Al comparar la masa consagrada y la raíz con los patriarcas y las promesas y pactos divinos. Pero esto no implica que Israel tenga un modo de salvarse aparte de la fe en Jesús. Todo esto lo explica en los siguientes versículos: Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. Pablo nos deja claro que algunas ramas, refiriéndose a gran parte de los israelitas, han sido desgajadas, es decir separadas del Pueblo de Dios. Lo que representa el Olivo de la ilustración. Y que los gentiles, representados por las ramas de olivos silvestres han sido injertados, es decir, hechos parte del Pueblo de Dios. Y por esta razón disfrutan de las mismas promesas y pactos que se hizo con los patriarcas, representado por la sabia nutritiva de la raíz del olivo. Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti.

Aún a pesar de que gran parte del Pueblo de Israel se encuentre en un estado de rechazo, esto no quiere decir que debemos creernos mejores que ellos, ya que debemos recordar todo el tiempo que la Salvación, tanto para unos y para otros es fruto de la gracia y la misericordia de Dios, no por nuestras buenas obras, por eso Pablo aclara que: “No eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti.” Tal vez dirás: «Desgajaron unas ramas para que yo fuera injertado.» De acuerdo. Pero ellas fueron desgajadas por su falta de fe, y tú por la fe te mantienes firme. Así que no seas arrogante sino temeroso; En estos textos nos encontramos con la razón por la que Israel ha sido rechazado y es precisamente por su falta de fe. Es decir, la misma fe que a los gentiles les mantiene firmes. Otra cosa importante es que la fe que se exhorta tener no es una fe momentánea y posicional, sino una fe continuada, en la que toca mantenerse firme. Esto es un llamado para los cristianos a no enorgullecerse por su fe y más bien a continuar temeroso. Esto me recuerda a otro dicho del mismo apóstol: Filipenses 2:12 Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia—lleven a cabo su salvación con temor y temblor,

Pero, ¿De qué tenemos que estar temerosos? En los siguientes versículos Pablo nos da una respuesta. porque si Dios no tuvo miramientos con las ramas originales, tampoco los tendrá contigo. Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ti. Pero si no te mantienes en su bondad, tú también serás desgajado. Pablo expresa claramente que por la falta de fe rechazó a gran parte de Israel, y de la misma manera lo hará con los gentiles si no se mantienen en su bondad. Y también hace hincapié en la severidad de Dios para los que cayeron. Es decir, a los que en algún momento estuvieron con Dios y luego

dejaron de estarlo. La exhortación de este texto, a mantenerse en la bondad de Dios con la advertencia de que si no lo hacen serán desgajados. No tiene mucho sentido desde la perspectiva calvinista de la Perseverancia de los Santos. Muchos argumentarán que los que tienen fe verdadera siempre van a perseverar, pero la inquietud sigue siendo la misma. Si es así ¿Por qué la advertencia continuada no solo en romanos sino en toda la Biblia a perseverar?

Y si ellos dejan de ser incrédulos, serán injertados, porque Dios tiene poder para injertarlos de nuevo. Después de todo, si tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza pertenecías, y contra tu condición natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¡con cuánta mayor facilidad las ramas naturales de ese olivo serán injertadas de nuevo en él! Aquí encontramos la respuesta en cuanto al futuro de Israel. El hecho de que actualmente se encuentre en una posición de rechazo no quiere decir que sea eterna. Sino más bien Dios sigue brindándoles la oportunidad de ser restaurados, pero no por ningún otro medio que no sea el de la fe. Si quieren volver a ser parte del Pueblo de Dios tienen que “dejar de ser incrédulos”. 7.2.6.- La Salvación de todo Israel 11:25 Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles. 11:26 De esta manera todo Israel será salvo, como está escrito: «El redentor vendrá de Sión y apartará de Jacob la impiedad. 11:27 Y éste será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados.» 11:28 Con respecto al evangelio, los israelitas son enemigos de Dios para bien de ustedes; pero si tomamos en cuenta la elección, son amados de Dios por causa de los patriarcas, 11:29 porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento. 11:30 De hecho, en otro tiempo ustedes fueron desobedientes a Dios; pero ahora, por la desobediencia de los israelitas, han sido objeto de su misericordia. 11:31 Así mismo, estos que han desobedecido recibirán misericordia ahora, como resultado de la misericordia de Dios hacia ustedes. 11:32 En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos. [145]

Aquí Pablo nos habla de un misterio. Y este es que, aunque gran parte del

pueblo de Israel se haya endurecido, solamente permanecerá así hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Y luego dice que todo Israel será Salvo. Entonces, surge la inquietud. ¿Se refiere Pablo a todo el pueblo judío sin distinción? ¿Se refiere al Israel de la fe, o sea la Iglesia? ¿Solamente está hablando del remanente que será salvo por la fe? Muchos autores han tratado de responder a estas preguntas. La teología dispensacionalista insistirá en que esta es una promesa de salvación para el pueblo judío, solamente por ser parte del pueblo sin necesidad de la fe en Jesús. Pero al analizar este texto comparándolo con todo lo argumentado en el capítulo 11 de Romanos, nos daremos cuenta de que Pablo no deja lugar a dudas de que la salvación tanto para judíos como para gentiles solo es posible por medio de la fe en Jesús. No existe otra manera. Por otro lado, tampoco podemos afirmar como lo hacía Juan Calvino que todo Israel sea una alusión a la Iglesia. Ya que es obvio el contraste que el texto nos presenta entre Israel y los gentiles. Entonces, Me atrevo a afirmar que todo Israel en realidad se refiere al pueblo judío, sin embargo, pienso que la expresión “todo” no necesariamente se refiere a todos sin excepción, ya que al igual que dice “la plenitud de los gentiles” y se refiere a los gentiles que serán salvos por fe, la expresión todo Israel se refiere a la plenitud de los judíos que también serán salvos por fe. En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos. En esta declaración Pablo aclara que, aunque Dios tiene misericordia de quien él quiere tener misericordia. Él quiere tener misericordia de todos. Doxología (11:33-36) 11:33 ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! 11:34 «¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?» 11:35 «¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?» 11:36 Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.[146]

En el final de este capítulo Pablo nos presenta una doxología, que es una de

las más hermosas expresiones de alabanza y admiración de la soberanía de nuestro Dios. Y reconoce que, la sabiduría humana no podrá nunca comprender de manera perfecta muchos de los misterios de nuestro Dios.

8.- Aplicación: La conducta de la justicia de Dios (12:1-15:13) 8.1.- Una entrega total (12:1-2) 12:1 Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. 12:2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. [147]

Aquí Pablo comienza una sección nueva en su epístola. Que tiene que ver con la aplicación de todos los fundamentos teóricos expuestos hasta este punto. Esto es un gran ejemplo para todo expositor de la Palabra de Dios, quien tiene la obligación de llevar esta Palabra a la vida práctica de todos los seres humanos. Dice William Barclay sobre este tema: “Puede debatirse con los problemas más profundos de la teología; pero siempre acaba con las demandas éticas que gobiernan la vida de todo el mundo”[148] “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” Es muy interesante como nuestro apóstol se dirige a los hermanos en la Iglesia, los cuales ya quedó claro que son judíos y gentiles, pero para rogarles, es decir levantar una súplica por lo que ellos tienen que hacer. Esto nos hace pensar que si bien es cierto Pablo tenía autoridad como apóstol para demandar un estilo de vida en la comunidad. Aquí presenta una súplica, ya que, en la vida cristiana la decisión de vivir conforme a los propósitos de Dios tiene que ser una decisión personal. Y con mucha más razón cuando se trata de ofrecerse uno mismo como sacrificio espiritual para Dios. Con esta expresión Pablo hace referencia al sistema sacrificial muy bien conocido por el pueblo judío. Pero ahora nos deja claro que el sacrificio tiene

que ser nuestro propio cuerpo, y que al igual que un sacrificio de animales en el Antiguo Testamento tenía que estar sin mancha y en perfectas condiciones, ahora se menciona que nosotros debemos presentarnos de una manera santa y agradable a Dios. Otra cosa importante que tenemos que mencionar es que para los lectores de origen griego esta expresión puede causar consternación ya que “ofrecer el cuerpo” no tendría mucho sentido bajo la filosofía platónica en donde el cuerpo es malo y lo espiritual es lo bueno. Sin embargo, Pablo aplica este mismo término para dejar claro que a Dios debemos ofrecernos por completo, y que nuestro mejor sacrificio es nuestra vida entera ofrecida a Dios, por medio de actos de justicia, los cuales realizamos con nuestros cuerpos. También debemos mencionar que para Pablo la motivación para vivir de esta manera se encuentra en “las misericordias de Dios” de las cuales ya habló de una forma teórica en todos los capítulos anteriores de la epístola, pero ahora tienen que aterrizar en nuestra vida práctica. “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” Continua Pablo con su petición, y pide a sus lectores que no se amolden al mundo actual. Con esto nos da a entender que un cristiano nunca debe comportarse como un camaleón y adaptarse a las circunstancias. Si no más bien la ética cristiana siempre nos presentará diferentes desafíos al no estar de acuerdo con los criterios del sistema en el que vivimos. La manera en la que tenemos que hacerlo es: “ser transformados mediante la renovación de la mente”. Esto es muy importante, ya que solo una mente renovada y transformada por la Palabra de Dios estará dispuesta a confrontar los pensamientos del sistema dominante.

8.2.- Los dones espirituales (12:3-8)

12:3 Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. 12:4 Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, 12:5 también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. 12:6 Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; 12:7 si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 12:8 si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría. [149]

En esta sección Pablo hace algo que es muy característico en él y es, comparar a la Iglesia cristiana con un cuerpo. Ya lo ha hecho en: 1 Corintios 12:12-27. Y ahora lo vuelve a mencionar con la intención de que nadie dentro de la Iglesia se considere superior a otra persona. La analogía del cuerpo nos hace pensar en la necesidad que tenemos de cada parte de nuestro cuerpo. Dentro de la Iglesia cada uno posee diferentes dones, lo cual nos hace diferentes, pero no superiores ni inferiores. Si no más bien nos complementamos los unos a los otros al poner nuestros dones al servicio de toda la Iglesia. Los dones que Pablo menciona son: 1) Profecía. Tenemos que recalcar que en el Nuevo Testamento no se relaciona este don con la predicción del futuro. Si no más bien Pablo dice en 1 Corintios 14:3 que el que profetiza lo hace para exhortar, consolar y edificar. Y esto solo es posible por medio de la predicación de la Palabra de Dios. 2) Servicio. Mostrar amor por medio de actos en favor de la Iglesia. 3) Enseñanza. Dice William Barclay “No basta con proclamar el mensaje de Cristo; también hay que explicarlo”[150] 4) Exhortación. Tiene que ver con la confrontación del pecado. Pero siempre el objetivo es animar y motivar a cada cristiano a perseverar en el camino de Dios 5) Compartir. Una característica imprescindible en la vida cristiana tiene que ser siempre la generosidad.

8.3.- Características del amor fraternal (12:9-21) 12:9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. 12:10 Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. 12:11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. 12:12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. 12:13 Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad. 12:14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. 12:15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. 12:16 Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben. 12:17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. 12:18 Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. 12:19 No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor. 12:20 Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.» 12:21 No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.[151]

“No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos” Esta palabra “todos” se repite dos veces en estos versículos para enfatizar que el amor que debemos vivir es para todo ser humano. En este pasaje es claro que el amor no está limitado para los hermanos. 12:14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.

En el tiempo de Pablo quienes perseguían a los cristianos eran los no creyentes y es a ellos a quienes debemos bendecir también. Jesús en el Sermón del Monte también fue muy claro en cuanto al amor a los enemigos. El amor a todo ser humano es parte de la imitación de Dios ya que Dios ama a todos los seres humanos. (Mateo 5:44-48) En este pasaje Pablo nos muestra algunas formas de cómo mostrar de una manera práctica el amor por los demás:

“Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose” Pablo nos manda a amarnos como hermanos y a respetarnos como tales. La Biblia nos manda a reconocer en cada uno de los seres humanos la imagen de Dios y el valor que cada uno tiene por ser creado por Dios. Y a tratarnos de esa manera. También. La Biblia nos manda a no ser orgullosos y tratar a los demás como inferiores, sino más bien debemos dar un trato de honra, reconociendo siempre lo bueno de los demás antes que lo nuestro. El trato de respeto y honra no está limitado a los amigos sino también a los enemigos12:14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.

Esto es muy importante ya que como seres humanos pensamos que debemos un trato de respeto solo a quienes nos respetan. Un dicho popular dice: “respétame para que te respete”. Pero la Biblia es muy clara en que debemos responder con bendición incluso a quienes nos maldicen. Esto es una muestra de que queremos imitar a Jesús. (1 Pedro 2:23; 3:9) Rom 12:13 Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad. Rom 12:15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.

Una forma muy práctica de mostrar nuestro amor es cuando ayudamos a los necesitados y cuando somos hospitalarios. Es muy importante en la fe cristiana el identificar y hacer lo posible por suplir las necesidades de los demás. Algo muy importante en la vida cristiana es poder identificarse con el dolor de los demás, y también con sus alegrías.

Es importante tener en cuenta en cuanto al mandamiento de llorar con los que lloran, esto implica el comprender el dolor y no hacer de menos o querer aconsejar nada más. ¡Ojo! No dice: “hagan reír a los que lloran” Como ya mencionamos anteriormente este también es un asunto no solo para nuestros amigos sino también para nuestros enemigos. Esto lo explica Pablo en los versículos del 17-21. Incluso debemos procurar hacer lo bueno a quienes nos hacen daño. Este es un asunto muy importante ya que Jesús también lo enfatizó en el Sermón del Monte. No se trata solamente de no devolver el mal, sino que el mandamiento es más activo y se trata de devolver con bien el mal. Dar de comer y dar de beber a nuestros enemigos significa que vamos a buscar activamente el bienestar de ellos. Y esto es muestra de que queremos imitar a nuestro Dios, ya que esto es lo que Jesús hizo por nosotros. Dios su vida por nosotros aun cuando éramos sus enemigos. “Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.»” Es muy importante reconocer que el amor que vivimos servirá como testimonio delante de los que no conocen a Jesús. Él también dijo que “en esto conocerán que son mis discípulos si se aman los unos a los otros” (Juan 13:35) Muchas veces queremos que nos identifiquen por muchas cosas, como no bailar, no tomar, no fumar, no decir malas palabras etc. Cosas que están bien. Pero no debemos descuidar la verdadera razón por la que deben identificarnos que es el amor. Pablo nos dice que al devolver con bien el mal que nos causan hacemos que se avergüencen de su conducta, es decir los llevamos a reflexionar sobre sus acciones y es más fácil que acepten la fe en Jesús. Literalmente dice que “brazas de fuego amontonaremos en su cabeza” pero la intención es la misma. Llevar a la reflexión y al arrepentimiento por las acciones cometidas.

8.4.- El cristiano y la autoridad civil (13:1-3) 13:1 Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. 13:2 Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo. 13:3 Porque los gobernantes no están para infundir terror a los que hacen lo bueno sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres librarte del miedo a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás su aprobación, [152]

Aquí Pablo aborda un tema que no ha muchos cristianos les debe haber parecido lo correcto. El respeto a toda autoridad civil bajo el principio de que toda autoridad es puesta por Dios. Principio que Pablo lo reitera en este texto. “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él” Teniendo en cuenta la soberanía de Dios debemos tener claro que nadie en el mundo tendría ninguna autoridad si Dios no es quien se la da. Así que nuestra responsabilidad como cristianos es reconocer aún en esto la soberanía de Dios y aceptar la autoridad de las nuestros gobernantes. Tenemos que reconocer también que este texto puede ser usado abusivamente por parte de las autoridades. Muchas veces pretendiendo argumentar que aquí Dios permite y aprueba cualquier acción de parte del gobierno ante la cual todos los cristianos tienen que sujetarse. Sin embargo, como sabemos, a la Biblia la debemos interpretar con la misma Biblia en todo su contexto. Entonces, nos daremos cuenta de que existe un límite ante el cual cada cristiano debe decidir si obedecer o no a la ley civil. Y este es la voluntad de Dios. Recordemos las Palabras de Pedro y Juan ante el Sanedrín en Hechos 5:29 —¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás

apóstoles—

Es decir, cuando el estado manda lo que Dios prohíbe o prohíbe lo que Dios manda, el cristiano tiene la responsabilidad moral de decidir obedecer primero a Dios y resistir a la autoridad civil. La Biblia está llena de ejemplos de desobediencia civil por causa de la justicia. (Las parteras en Egipto, en el caso de Moisés. Daniel y sus amigos bajo los reinados de Nabucodonosor y Darío) También tenemos que comentar que el hecho de que las autoridades sean puestas por Dios, no quiere decir de ninguna manera que Dios sea el responsable de sus acciones. Es decir, los gobernantes son libres de decidir si siguen el principio para el cual fueron puestos: Servir a Dios e impartir justicia u obedecer a otro tipo de principios que no vienen de Dios. Por eso es por lo que en Apocalipsis capítulo 13 se dice que la Bestia, que representa según muchos estudiosos al imperio de Roma, recibe su autoridad del Dragón, o sea de Satanás. Es decir, Dios le permitió llegar a esa posición de autoridad, pero sus acciones no fueron guiadas por Dios.

8.4.1.- La responsabilidad de las autoridades civiles (13:4-7) 13:4 pues está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces debes tener miedo. No en vano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para impartir justicia y castigar al malhechor. 13:5 Así que es necesario someterse a las autoridades, no sólo para evitar el castigo sino también por razones de conciencia. 13:6 Por eso mismo pagan ustedes impuestos, pues las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas precisamente a gobernar. 13:7 Paguen a cada uno lo que le corresponda: si deben impuestos, paguen los impuestos; si deben contribuciones, paguen las contribuciones; al que deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor, ríndanle honor.

Después de hablar sobre la responsabilidad del cristiano frente a la autoridad

civil, Pablo nos lleva a pensar en las responsabilidades de estas autoridades. Las cuales son: Recompensar la bondad y castigar la maldad. Lo cual es “Para nuestro bien”. “pues está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces debes tener miedo. No en vano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para impartir justicia y castigar al malhechor” Es por esto por lo que Pablo reconoce que las autoridades están al servicio de Dios. Es decir, son el instrumento que Dios usa para mantener el orden en la sociedad y de alguna manera ejercer un juicio en contra de la maldad. Pero, este versículo nos presenta el ideal de Dios para las autoridades. Y Pablo sabía que solamente es un ideal ya que en la práctica esto no se cumple. Por lo general las autoridades humanas son falibles y muchas veces no hacen la verdadera justicia. (A Pablo lo apresaron injustamente. A Jesús mismo lo crucificaron injustamente) Por esta misma razón debemos ir reconociendo que al mismo tiempo que Dios les da autoridad civil a ciertos seres humanos. También les da cierta responsabilidad. Y esta muchas veces no la cumplen. Sobre cuál es la manera correcta en la que las autoridades deberían ejercer el castigo Pablo no es específico, pero sin embargo creo que debemos leer este texto dentro de su contexto en donde Pablo está hablando del amor y la misericordia. Otro asunto importante es que Pablo habla de una responsabilidad doble, al castigar la maldad, pero también aprobar y promover el bien. Y esto es algo que no se realiza mucho en nuestra sociedad. Hasta que punto las autoridades fomentan y promueven las virtudes de los ciudadanos, en comparación con los castigos y prohibiciones que la ley presenta. Es algo que debemos cuestionarnos.

“Por eso mismo pagan ustedes impuestos, pues las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas precisamente a gobernar” En vista del servicio que debería prestar el estado al individuo es necesario que este colabore con sus impuestos. Lo cual sabemos que también fue aprobado por el mismo Jesús. Dice Lucas 20:25 —Entonces denle al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios.

Aunque en el contexto en el que Pablo lo dice en Romanos, sabemos que es no solamente por simple sujeción, sino que es por causa del servicio que el estado presta al individuo. Aunque el debate político sobre cuáles son los servicios que el estado debería prestar y cuáles son los impuestos que las personas deberíamos pagar. Es algo que no lo podremos solucionar con la Biblia. Es un debate que se queda en lo político, entre partidarios de izquierda y de derecha. Mientras que unos piensan que el Estado no debe cobrar muchos impuestos y que muchos de los servicios deberían ser privados y no estatales. Los otros por otro lado piensan que el estado debería prestar más servicios y para eso se necesita de más impuestos. Sin embargo, si es importante aprender a reconocer el derecho de las autoridades civiles de recolectar los impuestos y nuestra responsabilidad de pagarlos.

8.5.- Fuertes y débiles (14:1-23) 14:1 Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. 14:2 A algunos su fe les permite comer de todo, pero hay quienes son débiles en la fe, y sólo comen verduras. 14:3 El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas, y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado. 14:4 ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de

su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo. 14:5 Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. 14:6 El que le da importancia especial a cierto día, lo hace para el Señor. El que come de todo, come para el Señor, y lo demuestra dándole gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y también da gracias a Dios. 14:7 Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí. 14:8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 14:9 Para esto mismo murió Cristo, y volvió a vivir, para ser Señor tanto de los que han muerto como de los que aún viven. 14:10 Tú, entonces, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú, ¿por qué lo menosprecias? ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios! 14:11 Está escrito: «Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios.» 14:12 Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios. 14:13 Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. 14:14 Yo, de mi parte, estoy plenamente convencido en el Señor Jesús de que no hay nada impuro en sí mismo. Si algo es impuro, lo es solamente para quien así lo considera. 14:15 Ahora bien, si tu hermano se angustia por causa de lo que comes, ya no te comportas con amor. No destruyas, por causa de la comida, al hermano por quien Cristo murió. 14:16 En una palabra, no den lugar a que se hable mal del bien que ustedes practican, 14:17 porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo. 14:18 El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes. [153]

Después de haber profundizado en el tema del amor, ahora Pablo pasa a tratar un asunto práctico en el que como cristianos debemos aplicar el amor en nuestras relaciones dentro de la Iglesia. En este pasaje se trata de dos grupos de cristianos: los fuertes y los débiles. Sobre a quién se refería Pablo como débiles en la Iglesia existen cuatro puntos de vista diferentes: 1.- Eran cristianos que antes eran gentiles idólatras y por eso ahora tenían muchos problemas de conciencia al comer ciertos alimentos que habían sido sacrificados a los ídolos. Esto por el aparente paralelo con 1 de Corintios 8:911

8:9 Sin embargo, tengan cuidado de que su libertad no se convierta en motivo de tropiezo para los débiles. 8:10 Porque si alguien de conciencia débil te ve a ti, que tienes este conocimiento, comer en el templo de un ídolo, ¿no se sentirá animado a comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos? 8:11 Entonces ese hermano débil, por quien Cristo murió, se perderá a causa de tu conocimiento.

En este caso es claro que se trataba de comer ciertos alimentos sacrificados a los ídolos. Sin embargo, aunque los principios que se enseñan en Romanos son los mismos, no sabemos con seguridad si los débiles en Roma eran este tipo de cristianos. Ya que en esta carta no se menciona el tema de la carne sacrificada a los ídolos. 2.- Eran cristianos de una filosofía asceta, que se abstenían de vino y carne, como de otros placeres. Sin embargo, no hay evidencia de que Pablo esté tratando con este punto de vista. 3.- Eran judíos legalistas que obligaban a otros cristianos a guardar la ley. Sin embargo, Pablo en toda su carta estuvo en contra de aquellos judíos que pensaban que por obras se podía ganar la salvación. Entonces no es probable que Pablo los trate como cristianos. 4.- Un punto de vista que es más aceptado es que eran cristianos de origen judío que no caían en el extremo del legalismo, ya que no obligaban a otros a cumplir con las leyes, pero ellos si experimentaban muchos problemas de conciencia y continuaban con las prácticas correspondientes a alimentos y a días de fiesta. Y Pablo los llama débiles en el sentido de que el tema de la salvación solamente por la fe todavía no les da cierta libertad de conciencia y siguen atados a algunas obras de la ley.

8.5.1.- Principio 1. Recibir al débil “Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones” Es claro en todo el pasaje que para Pablo los débiles estaban equivocados y los fuertes tenían la razón. Sin embargo, esto no es motivo para menospreciarlos o para entrar en discusiones.

“Recibirlos” quiere decir, aceptarlos como parte de nuestra comunidad cristiana. “A algunos su fe les permite comer de todo, pero hay quienes son débiles en la fe, y sólo comen verduras” Aquí se nos presenta el tema de discusión y la diferencia fundamental entre débiles y fuertes. Algunos comían de todo, otros solo verduras, probablemente porque en ciertos contextos no había ningún tipo de carne que haya sido sacrificada bajo las normas judías. Otro tema de discusión eran los días festivos: 14:5 Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones.

Es decir, el problema principal de los débiles era dar demasiada importancia dentro de la vida cristiana a asuntos que ya no tenían un valor relevante dentro de la fe. El hecho de que a estos cristianos les siga causando problemas de conciencia el guardar ciertos días o el comer ciertos alimentos es la razón por la que Pablo los llama débiles, mientras que los fuertes tienen más claro cuales son los asuntos fundamentales de la fe cristiana.

Pregunta para el diálogo: En nuestro tiempo ¿Cuáles pueden ser esos asuntos que causen controversia entre cristianos?

8.5.2.- Principio 2. Respetar las convicciones de otros cristianos “El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas, y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado. ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo”

Es muy importante en la vida cristiana tener convicciones sobre diferentes practicas alimenticias, y culturales. El problema se da cuando por mis convicciones juzgo a los demás cristianos que no comparten lo que yo pienso sobre ciertos asuntos. Esto claro esta dentro del marco de asuntos que no son fundamentales dentro de la fe, como en este caso el tema de los alimentos y de los días santos. Notemos que el asunto del respeto entre los dos grupos es mutuo. Los débiles no deben condenar a los fuertes y los fuertes no deben menospreciar a los débiles. Pablo en este asunto enseña que cada uno se mantenga firme en sus propias convicciones mientras este seguro de que es algo que dará gloria a Dios. Y al reconocer que los hermanos que piensan diferente también tienen la motivación de dar gloria a Dios, entonces debemos frenarnos de juzgarlos por sus prácticas. 14:5 Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. 14:6 El que le da importancia especial a cierto día, lo hace para el Señor. El que come de todo, come para el Señor, y lo demuestra dándole gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y también da gracias a Dios.

“Tú, entonces, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú, ¿por qué lo menosprecias? ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios!” En este versículo se presentan dos razones fundamentales para no juzgar las convicciones ajenas. Lo primero es nuestra relación de hermandad. Somos hermanos por tanto debemos amarnos y respetarnos como miembros de la misma familia. Y segundo, porque al final todos seremos juzgados por Dios algún día. Jesús advirtió en alguna ocasión que con la misma medida que juzgo a los demás seré juzgado.

8.5.3.- Principio 3. Cuidar al débil y no poner tropiezo “Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano” Una vez que comprendemos el asunto de no juzgarnos unos a otros debemos proponernos no poner tropiezos ni obstáculos a los demás. “Yo, de mi parte, estoy plenamente convencido en el Señor Jesús de que no hay nada impuro en sí mismo. Si algo es impuro, lo es solamente para quien así lo considera” Pablo deja claro que él piensa que los fuertes son los que tienen la razón. Y argumenta que su convicción es en base a lo que ha aprendido de Jesús mismo. Probablemente haciendo alusión a las discusiones de Jesús con los fariseos sobre asuntos de pureza ritual. Cuando dice “No hay nada impuro en sí mismo” debemos recordar que se refiere a este tema de pureza ritual y externa, y no moral. Ya que es claro para Pablo que en lo moral si existen cosas impuras y puras en si mismas. “Ahora bien, si tu hermano se angustia por causa de lo que comes, ya no te comportas con amor. No destruyas, por causa de la comida, al hermano por quien Cristo murió” Aun cuando Pablo está convencido de que no hay nada impuro, si recomienda a los fuertes tener cuidado de lo que comen frente a los hermanos débiles. Primero por amor, porque eso le causará problemas de conciencia, y segundo porque se puede destruir con esa actitud el proceso de discipulado de esa persona, ya que puede verse tentado a participar de las acciones de los fuertes aún cuando no estén de acuerdo con sus convicciones. 14:19

Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua

edificación. 14:20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todo alimento es puro; lo malo es hacer tropezar a otros por lo que uno come. 14:21 Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano. 14:22 Así que la convicción que tengas tú al respecto, mantenla como algo entre Dios y tú. Dichoso aquel a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace. 14:23 Pero el que tiene dudas en cuanto a lo que come, se condena; porque no lo hace por convicción. Y todo lo que no se hace por convicción es pecado.[154]

8.5.4.- Principio 4. El Reino de Dios es lo más importante “porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo” En esta sección Pablo deja claro que hay cosas que son más importantes como para quedarnos en divisiones por cosas que no son relevantes. En el Reino de Dios lo importante es: La justicia.- Ya que somos justificados por la fe en Jesús, ahora nuestra responsabilidad es vivir de acuerdo a la justicia de Cristo. Paz.- Es decir, debemos hacer todo lo posible por vivir dentro del camino del amor entre quienes formamos parte del Reino de Dios. Alegría.- Es decir la esperanza que compartimos en la completa restauración de nuestras vidas en el Reino de Dios.

8.6.- Sigan el ejemplo de Cristo 15:1 Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. 15:2 Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. 15:3 Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo sino que, como está escrito: «Sobre mí han recaído los insultos de tus detractores.» 15:4 De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. 15:5 Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al

ejemplo de Cristo Jesús, 15:6 para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 15:7 Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. 15:8 Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas, 15:9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, como está escrito: «Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré salmos a tu nombre.» 15:10 En otro pasaje dice: «Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios.» 15:11 Y en otra parte: «¡Alaben al Señor, naciones todas! ¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!» 15:12 A su vez, Isaías afirma: «Brotará la raíz de Isaí, el que se levantará para gobernar a las naciones; en él los pueblos pondrán su esperanza.» 15:13 Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. [155]

Conectando con la sección anterior y con el tema del amor, ahora Pablo nos enseña que todo esto es parte de seguir el ejemplo de Jesús. Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. Nuevamente Pablo menciona a fuertes y débiles dentro de la Iglesia. En el idioma griego el término que utiliza para los fuertes es dinatoi, que viene de fuerza o poder, y adinatoi para los débiles que es todo lo contrario. [156] Como habíamos mencionado Pablo se identificaba como parte del grupo de los fuertes, ya que tenía el poder de identificar cuáles son los asuntos fundamentales de la fe, y diferenciarlos de aquellos aspectos secundarios, como cuestiones de alimentos y fiestas religiosas. Mientras que los débiles, probablemente eran cristianos de origen judío que todavía no tenían el poder para abandonar por completo sus tradiciones y las seguían viendo como cosas fundamentales para la fe. Pero el llamado de Pablo en este versículo es para los fuertes, quienes deberían ser un apoyo para los débiles en lugar de ser una piedra de tropiezo, y las razones para todo esto las explica a continuación.

Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo sino que, como está escrito: «Sobre mí han recaído los insultos de tus detractores.» La responsabilidad de los fuertes, y no solo de ellos sino de todos en la Iglesia es “agradar al prójimo para su bien con el fin de edificarlo”. Probablemente Pablo conocía casos en donde los fuertes hacían burla de los débiles, o los débiles juzgaban a los fuertes, es por esa razón que la exhortación es a buscar el bienestar y la edificación de los demás. Pero, lo importante en este texto es que se nos introduce a Jesús como el ejemplo del cuál debemos tomar esta actitud. Al decir “ni siquiera Cristo se agradó a si mismo” nos está enseñando que el amor a los demás nos debe llevar a negarnos a nosotros mismos por los otros. Me recuerda las palabras de Pablo en Filipenses 2:5-8 2:5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 2:6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 2:7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. 2:8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!

Este es uno de los pasajes más claros en toda la Biblia sobre lo que significa el amor de Dios por nosotros, cómo lo mostró prácticamente y de igual manera nos muestra el ejemplo que ahora nosotros debemos seguir. En este pasaje de Romanos Pablo nos presenta la misma idea, así que Jesús no pensó en si mismo si no en nosotros, así también nosotros no pensemos en nosotros sino en el bienestar de los demás, en especial si nos consideramos fuertes en la fe, aceptemos, apoyemos y busquemos el bienestar y la edificación de quienes no lo son. Otra cosa importante en este versículo es que Pablo cita un texto del Salmo

69:9 El celo por tu casa me consume; sobre mí han recaído los insultos de tus detractores.

Es importante mencionar que Pablo recoge muchos Salmos a los que se los llama mesiánicos, ya que, aunque en su contexto sea David quien esté hablando, es el Espíritu Santo el que inspira para hablar de los futuros padecimientos de Jesús. En este caso se dice: “sobre mi han recaído los insultos de tus detractores” y nos invita a mencionar que, aunque a Jesús muchos lo insultaron y lo maltrataron, así también nosotros deberíamos en lo posible, recibir el insulto o la ofensa del que se crea fuerte o débil, y no responder con otra ofensa, sino más bien buscar su bienestar. Este es un principio que tanto Jesús como Pablo ya lo han establecido en sus escritos. De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. A propósito de la cita que hizo Pablo del Antiguo Testamento en el verso anterior, ahora nos aclara que todo lo que está escrito en el Antiguo Testamento es para nuestra edificación. Este es un tema muy interesante cuando como cristianos acostumbramos a centrarnos en el Nuevo Testamento y descuidamos el estudio del Antiguo Testamento. Sin embargo, vemos como Pablo siempre habla de la importancia de este, y aunque este claro que ya no estamos bajo las leyes que este nos presenta, si existe una continuidad en cuanto a los requerimientos morales que Dios pide de nosotros y también, como dice este versículo de Romanos, las historias del Antiguo Testamento nos alientan para perseverar y para mantenernos en nuestra esperanza. Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en

armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. Este texto contiene el mensaje central de todo el pasaje. Primero, haciendo énfasis al Dios del Antiguo Testamento que mencionó anteriormente que nos infunde aliento y perseverancia, ahora dice que ese mismo Dios nos debe conceder el vivir juntos y en armonía. Y como ya dijimos, todo esto siguiendo el ejemplo de Cristo. Si nos ubicamos en el contexto del que Pablo ha estado tratando, en donde había diferencias entre la forma de entender la fe entre los fuertes y los débiles, si unos daban más importancia a días y alimentos que otros, y esto causaba controversias en la comunidad. Entenderemos porque el énfasis ahora de vivir juntos y en armonía. Pregunta de aplicación ¿Cómo se puede vivir en armonía cuando pensamos diferente? El versículo nos dice que debemos tener un mismo corazón para alabar a Dios. Tener un mismo corazón es distinto a tener una misma mente. Tener un mismo corazón es aprender a tener una unidad de propósito más que de pensamiento. Es decir, dentro de la comunidad cristiana debemos aprender a aceptarnos con nuestras ideas, aunque no estemos de acuerdo. Obviamente tenemos que reconocer que hay sistemas de pensamiento que salen del marco de la Palabra de Dios, y a eso Pablo mismo se ha opuesto en muchos de sus escritos, pero también hay cosas que no son fundamentales en donde si podemos pensar diferente y aceptarnos a pesar de todo. Y esa aceptación mutua también debe estar basada en la aceptación que Cristo mismo ha hecho por nosotros aún a pesar de nuestra maldad.

Si Jesús nos acepta como somos ¿Quiénes somos nosotros para juzgar al hermano que piensa diferente? Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, como está escrito: «Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré salmos a tu nombre.» Pablo nunca ha desestimado la importancia del pueblo judío dentro del plan de Dios, y eso lo confirma en esta porción, donde vemos que en Jesús se mostró la fidelidad de Dios para con su pueblo. Pero añade que también por medio de Jesús los gentiles también pueden ahora glorificar a Dios por su compasión. A continuación, Pablo hace algunas citas del Antiguo Testamento para mostrar su punto de que en los planes de Dios estaba la unidad entre judíos y gentiles 15:10 En otro pasaje dice: «Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios.» 15:11 Y en otra parte: «¡Alaben al Señor, naciones todas! ¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!» 15:12 A su vez, Isaías afirma: «Brotará la raíz de Isaí, el que se levantará para gobernar a las naciones; en él los pueblos pondrán su esperanza.»

Estos textos son citas de Deuteronomio 32:43, Isaías 11:10, Salmo 18:49 El texto de Isaías 11:10 merece especial atención Isaías 11:10 En aquel día se alzará la raíz de Isaí como estandarte de los pueblos; hacia él correrán las naciones, y glorioso será el lugar donde repose.

Aquí Isaías habla de la raíz de Isaí, la cual es una referencia al Mesías, y a él correrán todos los pueblos. Esto claramente nos habla también de la inclusión de los gentiles en el plan de Dios. Entonces, si generalizamos un poco el mensaje de la unidad y armonía que se

debe vivir en la Iglesia, vemos que nuestro autor está pensando no solamente en la unidad de fuertes y débiles, sino también en la unidad entre judíos y gentiles. Y si generalizamos un poco más podremos ver que estos pasajes nos hablan en contra de cualquier discriminación del orden que sea, político, cultural, ideológico racial Etc. Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo Para muchos autores este versículo es ya una conclusión en cuanto al contenido en si de la epístola. Ya que en los pasajes siguientes Pablo escribe ya de forma más personal. Aquí topa nuevamente el tema de la esperanza que solamente en Dios podemos tener. Del gozo y la paz que disfrutamos quienes creemos en él. Y todo esto es por medio del Espíritu Santo. Es una manera muy hermosa de concluir los argumentos presentados anteriormente y un ejemplo de la oración que debemos practicar los unos por los otros.

9.- Conclusión, últimas palabras de Pablo 9.1.- El ministerio de Pablo con los gentiles 15:14 Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros. 15:15 Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos asuntos, como para refrescarles la memoria. Me he atrevido a hacerlo por causa de la gracia que Dios me dio 15:16 para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles. Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. 15:17 Por tanto, mi servicio a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo Jesús. 15:18 No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras, 15:19 mediante poderosas señales y milagros, por el poder del Espíritu de Dios. Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria. 15:20 En efecto, mi propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno. 15:21 Más bien, como está escrito: «Los que nunca habían recibido noticia de él, lo verán; y entenderán los que no habían oído hablar de él.»[157]

En la sección anterior Pablo concluye con el contenido de la carta, de aquí en adelante es prácticamente una conclusión típica de la correspondencia del primer siglo. Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros. Por esta porción de la epístola podemos darnos cuenta de que Pablo no está escribiendo a cristianos nuevos en la fe o a una comunidad que se encuentre llena de pecado, sino más bien la descripción de este versículo nos dice que eran bondadosos, es decir practicaban las verdades de la fe cristiana, pero también abundan en conocimiento. Es decir, vemos como en ellos teoría y practica son cosas que van de la mano. El hecho de que hayan sido capaces de instruirse unos a otros nos lleva a pensar que probablemente existían muy buenos maestros de la fe en la Iglesia

de Roma. Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos asuntos, como para refrescarles la memoria. Aunque Pablo estaba claro que ellos tenían un conocimiento suficiente del Evangelio, les escribe como él mismo expresa, para refrescarles la memoria. Aunque, podríamos decir que estas palabras son fruto de la humildad de Pablo ya que es muy probable que muchas de las verdades expresadas en Romanos en realidad fueron conocimientos nuevos para sus lectores. Me he atrevido a hacerlo por causa de la gracia que Dios me dio para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles. Nuevamente vemos como Pablo reconoce que todo su ministerio fue realizado solamente por la gracia de Dios. Y también nos explica que su llamado fue para ser ministro de Cristo para los gentiles. Tarea que llevó a cabo con mucha excelencia, ya que fue el instrumento usado por Dios para incluir a los gentiles como parte de su pueblo. Esto lo recalca más adelante en los versículos 17 y 18 en donde menciona que el servicio para Dios para él es motivo de orgullo, y continúa reconociendo que la obra solo la ha hecho con el poder de Dios. Por medio de Palabras y de obras 15:17 Por tanto, mi servicio a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo Jesús. 15:18 No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras 15:19 mediante poderosas señales y milagros, por el poder del Espíritu de Dios. Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria.

Pablo reconoce que su predicación estuvo acompañada de poderosas señales y milagros. Estos respaldaban su mensaje, y al mismo tiempo, estas señales y milagros no provenían de Pablo, sino que eran por el poder del Espíritu de Dios.

Pregunta para la aplicación: ¿De qué maneras podemos llevar a cabo la evangelización por medio de palabras y de obras? En nuestro tiempo, tal vez no sean frecuentes las manifestaciones sobrenaturales que respalden el mensaje del Evangelio, sin embargo, los milagros siguen estando presentes. Cada vez que una vida es cambiada, cada vez que alguien siente compasión por las necesidades de los demás. De esa manera Dios sigue mostrando su poder. Un corazón cambiado es igual a un muerto resucitado. Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. Aquí nuestro autor compara su ministerio con el de un sacerdote. Recordemos que parte de los deberes sacerdotales en el Antiguo Testamento era el de ofrecer las ofrendas y los sacrificios para Dios. Entonces, para Pablo su trabajo entre los gentiles, y los gentiles mismos serían una ofrenda para Dios. Este texto no quiere decir en ninguna circunstancia que el ministerio sacerdotal esté en vigor solamente para ciertas personas con un llamado especial delante de Dios. Si no que, al igual que como se anunciaba en tiempos de la reforma protestante el ministerio sacerdotal es un ministerio para todo cristiano. El sacerdocio universal del que hablaba Martín Lutero. Esto quiere decir, que al igual que Pablo, todos somos llamados a presentar ofrendas a Dios por medio de nuestro trabajo, al llevar la Palabra de Dios a quienes no lo conozcan.

En efecto, mi propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno. Más bien, como está

escrito: «Los que nunca habían recibido noticia de él, lo verán; y entenderán los que no habían oído hablar de él.» El apóstol Pablo tenía un llamado especial y era el de llevar el Evangelio en donde este no había sido predicado. Sin embargo, nosotros no podemos sacar alguna aplicación universal de este texto, ya que en muchas ocasiones si es necesario y oportuno edificar sobre fundamento ajeno, ya que la obra de Dios no termina con la predicación del Evangelio ni con la plantación de alguna Iglesia, sino que esto prosigue al trabajar por el crecimiento de cada cristiano. Dice 1 Corintios 3:6 Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.

Sin embargo, parece ser que Pablo relacionaba su ministerio con las profecías del Siervo de Dios en Isaías. Ya que aquí se hace una cita de Isaías 52:15 Del mismo modo, muchas naciones se asombrarán, y en su presencia enmudecerán los reyes, porque verán lo que no se les había anunciado, y entenderán lo que no habían oído.

9.2.- Los futuros viajes de Pablo 15:22 Este trabajo es lo que muchas veces me ha impedido ir a visitarlos. 15:23 Pero ahora que ya no me queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años anhelo verlos, 15:24 tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje. 15:25 Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, 15:26 ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén. 15:27 Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación hacerlo. Porque si los gentiles han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales. 15:28 Así que, una vez que yo haya cumplido esta tarea y entregado en sus manos este fruto, saldré para España y de paso los visitaré a ustedes. 15:29 Sé que, cuando los visite, iré con la abundante bendición de Cristo. 15:30 Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que oren a Dios por mí. 15:31 Pídanle que me libre de caer en manos de los incrédulos que están en Judea, y que los hermanos de Jerusalén reciban bien la ayuda que les llevo.

15:32 De este modo, por la voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes por algún tiempo. 15:33 El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén.[158]

Después de dar una explicación del porque de su carta, ahora les comunica sus próximos proyectos. Este trabajo es lo que muchas veces me ha impedido ir a visitarlos. Pero ahora que ya no me queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años anhelo verlos, tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje. En este texto ofrece una justificación del por qué no había podido ir antes a visitarlos. Por causa de todo el trabajo que explicó que tenía para con los gentiles. Parece ser que por las regiones por las que Pablo recorría ya no había lugares en dónde no se haya predicado el Evangelio. Esto es un trabajo digno de admirar. Pero es aún más digno de admiración el hecho de que ni aún así Pablo se sentía satisfecho con su ministerio, sino que él esperaba hacer aún más para Dios y por eso se propone viajar a España. Pregunta para la reflexión: ¿Existen momentos en los que nos sentimos satisfechos con nuestros ministerios o esperamos todavía poder hacer algo más para el Señor? Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén. Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación hacerlo. Porque si los gentiles han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales. Así que, una vez que yo haya cumplido esta tarea y entregado en sus manos este fruto, saldré para

España y de paso los visitaré a ustedes. Antes de visitar Roma y luego España Pablo pretendía ir a Jerusalén a llevar la ayuda material que había recolectado de Macedonia y Acaya para los pobres de aquella Iglesia. Pablo menciona que ellos lo hicieron de buena voluntad pero que también era su obligación hacerlo. De alguna manera los cristianos gentiles estaban en deuda con la Iglesia de Jerusalén ya que de ellos recibieron las bendiciones de conocer a Jesús y ser herederos también de las promesas hechas a esa nación. Cuando pensamos en las ofrendas que damos en nuestro tiempo, deberíamos aplicar los mismos principios, de hacerlo con buena gana, es decir con alegría, como Pablo mismo menciona en 2 Corintios 9:7 Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.

Pero al mismo tiempo debemos recordar que tenemos un deber para con Dios y para con su Iglesia. De aportar a las necesidades económicas de la misma. Sé que, cuando los visite, iré con la abundante bendición de Cristo. Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que oren a Dios por mí. Pídanle que me libre de caer en manos de los incrédulos que están en Judea, y que los hermanos de Jerusalén reciban bien la ayuda que les llevo. De este modo, por la voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes por algún tiempo.

Después de su viaje a Jerusalén Pablo saldría para España. Y como mencionamos en la introducción a este curso, Roma estaba ubicada de una manera estratégica entre Jerusalén y España, y le serviría a Pablo hacer ahí una parada para descansar, conocer a los creyentes de Roma y también recibir apoyo de ellos para continuar su viaje. Pero el apoyo más grande que Pablo pide de sus lectores en este pasaje es que

lo acompañen en oración. Ya que reconocía que la obra no se hacía por medio de su habilidad o su capacidad, sino solamente por el poder de Dios. Las oraciones que pide son específicamente para que los incrédulos de Jerusalén no pongan trabas a su misión, y también para que los cristianos de origen judío acepten las ofrendas que llevaba, ya que probablemente todavía exista un sentimiento de rivalidad con los cristianos judíos, pero es probable que por esa misma razón fue Pablo quien se encargó de llevar las ofrendas y de esa manera ser un intermediario entre ambos pueblos. Todos estos textos que hemos tratado en esta lección nos enseñan que la obra misionera de Dios se logra por medio de tres cosas: 1.- Por medio de personas que sientan el llamado de Dios para llevar el Evangelio a dónde Jesús no sea conocido 2.- Por medio de los recursos económicos de personas que lo hagan con buena voluntad pero que también sienta la obligación delante de Dios de contribuir a su obra 3.- Por medio de las oraciones de otros cristianos. Ya que la obra de Dios se hace solamente con el poder de Dios. El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén. Esta es una despedida tradicional del pueblo judío. Que Pablo aplica ahora a la Iglesia de Roma, fruto del cariño que sentía por la Iglesia a pesar de no haberla conocido. 9.3.- Saludos personales (16:1-16) 16:1 Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas. 16:2 Les pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo. 16:3 Saluden a Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús. 16:4 Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los gentiles

les estamos agradecidos. 16:5 Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia. 16:6 Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes. 16:7 Saluden a Andrónico y a Junías, mis parientes y compañeros de cárcel, destacados entre los apóstoles y convertidos a Cristo antes que yo. 16:8 Saluden a Amplias, mi querido hermano en el Señor. 16:9 Saluden a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi querido hermano Estaquis. 16:10 Saluden a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo. Saluden a los de la familia de Aristóbulo. 16:11 Saluden a Herodión, mi pariente. Saluden a los de la familia de Narciso, fieles en el Señor. 16:12 Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor. Saluden a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado muchísimo en el Señor. 16:13 Saluden a Rufo, distinguido creyente, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí. 16:14 Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. 16:15 Saluden a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que están con ellos. 16:16 Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo les mandan saludos. [159]

Como es costumbre en las cartas de Pablo y también en la correspondencia del primer siglo nuestro autor termina su carta con una serie de saludos personales. En Romanos específicamente Pablo cita a muchas personas, más que en sus otras epístolas, probablemente por su deseo de establecer buenas relaciones con esta Iglesia. Aunque es solo una lista de saludos, hay muchas cosas interesantes para nuestra reflexión y para la aplicación de la vida cristiana en el siglo XXI. Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas. Les pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo. La primera persona en la lista es la hermana Febe. De quien se dice que era diaconisa de la Iglesia de Cencreas. Aquí podemos comentar que, aunque el término Diákonos significa solamente siervo[160], y todo cristiano es llamado a ser un siervo en este sentido. Parece ser que Febe tenía algún ministerio

específico en la Iglesia, por eso se enfatiza que era “diaconisa de la iglesia de Cencreas”. Esto nos lleva a otro punto del que profundizaremos más adelante. Muchas veces se ha acusado a Pablo como machista y que no permitía la participación en el ministerio de las mujeres. Pero como se muestra en esta lista, hay gran cantidad de nombres femeninos que servían e incluso lideraban procesos en las iglesias locales. Saluden a Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús. Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los gentiles les estamos agradecidos. Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia. Aquí nos encontramos con Priscila y Aquila, una pareja muy querida por Pablo con quienes compartió el ministerio en otros lugares como Corinto y Éfeso, cuando ellos tuvieron que ser exiliados en el 52 D.C después del edicto del emperador en Roma en contra de los judíos. Esta pareja trabajó mucho con Pablo por el bienestar del Evangelio. Probablemente eran personas de buenos recursos económicos ya que en donde iban tenían una Iglesia en su casa. Dice 1 Corintios 16:19 Las iglesias de la provincia de Asia les mandan saludos. Aquila y Priscila los saludan cordialmente en el Señor, como también la iglesia que se reúne en la casa de ellos.

Algo también importante a destacar es que cuatro de las seis veces que Pablo los menciona en sus cartas nombra primero a Priscila. Algo muy contrario a las costumbres del primer siglo en donde oficialmente se tenía que nombrar primero al esposo. Parecido a la forma de referirse en la actualidad como “Señor y Señora …” La razón por la que Pablo hace esto ha sido objeto de debate entre los

estudiosos, ya que para muchos esto es una muestra de que Priscila tenía una posición de liderazgo superior a la de su esposo Aquila. Esto sería un punto a favor de quienes abogan por el liderazgo femenino en la Iglesia. Otra prueba a favor de esta posición es que desde tiempos muy antiguos la Iglesia dio tanta importancia a Priscila que una de las Iglesias más antiguas de Roma y que existe hasta hoy tiene el nombre de Santa Prisca. (Priscila es el diminutivo de Prisca) Por otro lado, aquellos estudiosos que no están de acuerdo con el liderazgo femenino en la Iglesia adjudican esto a una historia de la tradición de la Iglesia de Roma que decía que Priscila era una mujer que provenía de una familia de la nobleza que se casó con un artesano judío. Y por esta razón tenía más importancia en la correspondencia que su esposo Aquila. Sin embargo, como hemos comentado esto es solamente parte de la tradición, y de las suposiciones de algunos estudiosos. Tenemos que mencionar también que más allá de este texto de Romanos, para poder sacar una conclusión a cerca del papel de la mujer en el liderazgo cristiano tenemos que estudiar todo el testimonio bíblico y del Nuevo Testamento al respeto. No podemos hacerlo de un solo texto apartado de su contexto en cuanto al resto de las Escrituras. Es decir, la discusión es más amplia que un solo versículo. Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junías, mis parientes y compañeros de cárcel, destacados entre los apóstoles y convertidos a Cristo antes que yo. En este versículo se nombra a María, otra mujer trabajando en el Evangelio. Pero, lo más conflictivo para algunos, nuevamente se encuentra en la pareja Andrónico y Junias, de quien se dice que eran destacados entre los apóstoles. ¿Cómo puede ser que a una mujer se la nombre dentro de los apóstoles? Nuevamente nos encontramos con dos grupos en debate. Por un lado, muchos argumentan que no se puede negar que el nombre Junias es femenino, y no se

puede negar tampoco que Pablo la esté nombrando apóstol. Y esto confirmaría la hipótesis de que la Biblia no prohíbe el liderazgo femenino. Pero, por otro lado, quienes no están de acuerdo con esta posición argumentan que el nombre Junias en el griego originalmente debía haber sido Junías que es un nombre masculino y que probablemente se confundió en las copias del Nuevo Testamento. Sin embargo, esto es solo una teoría que parte de la presuposición de que no podía una mujer ser apóstol. Otro argumento que propone esta posición es que la expresión “destacados entre los apóstoles” no se refiere a que ellos mismos eran apóstoles, sino más bien a que los apóstoles respetaban a esta pareja. Pero nuevamente debemos mencionar que esto es solo una teoría que parte de una presuposición. Una cosa que podemos comentar en medio de esta discusión, es que el término apóstol en el idioma griego simplemente significa “uno enviado”, y no necesariamente siempre que se lo usa es para referirse a los doce apóstoles que recibieron autoridad de parte del Señor Jesús. Si no que Pablo también lo puede usar en el sentido de que Junias fue una mujer enviada a predicar el Evangelio, como misionera en nuestros tiempos. Pregunta para el diálogo: ¿Cuáles deberían ser los límites, si los hay, en cuanto al liderazgo de las mujeres en la Iglesia?

Saluden a Amplias, mi querido hermano en el Señor. Saluden a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi querido hermano Estaquis. Saluden a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo. Saluden a los de la familia de Aristóbulo. Saluden a Herodión, mi pariente. Saluden a los de la familia de Narciso, fieles en el Señor. Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor. Saluden a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado muchísimo en el Señor. Saluden a Rufo, distinguido creyente, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí. Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. Saluden a

Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que están con ellos. Los versículos desde el 8 al 15 nos presenta una serie de nombres de los que lastimosamente no tenemos mucha información aparte de esta carta más que alguna que otra teoría en base a tradiciones cristianas. Sabemos sin embargo que cada uno de ellos debieron tener sus propias historias y testimonio de fe, ya que probablemente eran personas reconocidas en la Iglesia. Y más que todo Pablo está contento y agradecido por su servicio en el Señor. Una cosa muy importante que podemos mencionar es que existen algunos estudios sobre los nombres del primer siglo en donde se llega a la conclusión de que varios de los nombres expuestos en esta lista pertenecían a esclavos, que probablemente habían sido liberados. Lo que nos daría una impresión de que en la Iglesia de Roma específicamente en el primer siglo había una gran cantidad de cristianos de una clase social relativamente baja.[161] Y teniendo en cuenta de que en otras partes del Nuevo Testamento también se habla de cristianos de clases sociales altas, deberíamos reflexionar en cómo en la Iglesia estas barreras deberían desaparecer. Otra reflexión que podemos sacar de estos pasajes es que la Iglesia del primer siglo se reunía en casas. Y aunque esto no deba ser necesariamente una regla para las Iglesias de hoy ya que esto respondía a las necesidades contextuales de su tiempo en dónde los primeros cristianos no tenían acceso a templos grandes ni a lugares públicos. Si nos debe llevar a reflexionar sobre la importancia de las Iglesias locales Y en la comunión que debe existir en ellas y entre ellas.

9.4.- Instrucciones Finales (17-23) 16:17 Les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos. 16:18 Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos. 16:19 Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho;

pero quiero que sean sagaces para el bien e inocentes para el mal. 16:20 Muy pronto el Dios de paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes. 16:21 Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. 16:22 Yo, Tercio, que escribo esta carta, los saludo en el Señor. 16:23 Saludos de parte de Gayo, de cuya hospitalidad disfrutamos yo y toda la iglesia de este lugar. También les mandan saludos Erasto, que es el tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto.

Ahora que vamos llegando al final de la epístola, Pablo hace algunas recomendaciones muy importantes para la Iglesia

Les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos. Es interesante que lo último que recomienda Pablo a la Iglesia de Roma es cuidarse de los falsos maestros. No sabemos si esto era un problema en aquella Iglesia, pero Pablo siempre estuvo pendiente de hacer estas recomendaciones en muchas de sus cartas. En esta ocasión dice que aquellos que enseñan cosas diferentes al Evangelio que se les ha enseñado por lo general causan divisiones y dificultades en la Iglesia, y esto si es un gran mal dentro del cristianismo.

Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos. Estos falsos maestros, dice Pablo, no sirven a nuestro Señor. Ya que causar división en la Iglesia y cambiar la enseñanza del Evangelio, son cosas que no vienen de Dios sino del maligno. La motivación que tienen estos individuos es servir a sus propios deseos, es decir, están motivados por el egoísmo, la vanagloria y el culto a si mismo. Y la estrategia que usan es usar palabras suaves y lisonjeras, para engañar a los

ingenuos.

En nuestro tiempo esto no ha cambiado mucho. Se conocen muchos ejemplos de supuestos maestros de la Palabra de Dios que engañan a muchos por su forma de hablar, tienen una buena oratoria, pero una falsa enseñanza. Por esta razón es muy importante que como cristianos no nos dejemos engañar por las palabras elocuentes, sino más bien que nuestra mente esté llena de la Palabra de Dios para poder poner a prueba toda enseñanza. En cuanto a las motivaciones de los falsos maestros hoy en día, son prácticamente las mismas. Son personas que se sirven a ellos mismos, que aman los homenajes, el dinero y la vanagloria.

Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho; pero quiero que sean sagaces para el bien e inocentes para el mal. Nuevamente Pablo hace énfasis al testimonio de la Iglesia de Roma. Pero nunca está de más, recordarles el estar precavidos. “Ser sagaces para el bien” Es decir, tener las habilidades necesarias para obrar de acuerdo con la voluntad de Dios. Pero “inocentes para el mal” tiene que ver con mejor ignorar todo lo que es contrario a la voluntad de Dios

Muy pronto el Dios de paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes. Este texto tiene que ver con una esperanza escatológica. Algún día Dios derrotará completamente todas las fuerzas del mal, representadas por Satanás.

La imagen de Satanás siendo aplastado probablemente viene del conocido versículo de Génesis 3:15 al que algunos llamas el Protoevangelio Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar

.

A continuación, Pablo hace su acostumbrada despedida “que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes” Esto es extraño, algunos manuscritos, aunque no la mayoría terminan la carta en esta sección, y ahí tendría sentido esta expresión Paulina. Otros manuscritos en cambio repiten esta despedida en el versículo 24, Pero tampoco son la mayoría, es por eso por lo que la NVI no incluye el verso 24. La mayoría de manuscritos antiguos incluyen esta expresión en el verso 20 y también contienen todo lo que sigue a continuación. Y terminan la epístola con la doxología de los versos 25-27.

Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. Yo, Tercio, que escribo esta carta, los saludo en el Señor. Saludos de parte de Gayo, de cuya hospitalidad disfrutamos yo y toda la iglesia de este lugar. También les mandan saludos Erasto, que es el tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. En esta sección encontramos algunos saludos personales. Nombre de personas que han sido colaboradores con Pablo en el ministerio, entre ellos el mismísimo Timoteo, Lucio, quien algunos piensan que puede tratarse de Lucas también compañeros de Pablo. Jasón y Sosípater. Vemos también como Pablo uso un secretario para escribir esta carta, Tercio, quien aprovecha la ocasión para también enviar saludos personales. Y también se incluyen tres nombres más: Gayo, Erasto y Cuarto. 9.4.- Doxología Final 16:25 El Dios eterno ocultó su misterio durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado por medio de los escritos proféticos, según su propio mandato, para que todas las naciones obedezcan a la fe.

16:26 ¡Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, 16:27 al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén.

Esta es una conclusión digna de toda esta epístola que tanto ha enseñado a la fe cristiana durante toda la historia de la Iglesia. Una conclusión adorando a nuestro Dios. Es importante reconocer que toda la teología enseñada a lo largo de estas páginas desenfoca en el todo del ser humano. Adorar a Dios. Caso contrario no serviría de nada todo nuestro conocimiento intelectual, si no vamos a darle la Gloria a Dios en cada cosa de nuestra vida.

El Dios eterno ocultó su misterio durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado por medio de los escritos proféticos, según su propio mandato, para que todas las naciones obedezcan a la fe. El misterio que ha estado oculto durante los siglos es la verdad del Evangelio, de la Salvación por gracia, por medio de la fe en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Que, si bien es cierto, ya había sido anunciado de alguna manera por medio de los escritos del Antiguo Testamento, pero solo ahora lo podemos entender claramente. Y el resultado tiene que ser que, todas las naciones obedezcan a la fe, nuevamente mostrándonos que la fe es mucho más que una creencia intelectual, es más bien algo que lleva a la obediencia.

¡Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén. La epístola termina con la promesa de que el Evangelio y la predicación

acerca de Jesucristo, es algo que se lo experimenta en el día a día y es algo que puede dar fortaleza para enfrentar las dificultades de la vida. Por esta misma razón debemos glorificar el nombre de Dios en cada área de nuestra vida, y en cada momento de esta. “Al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén”

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