Rompa-su-molde-bill-johnson.pdf

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Rompa su molde por Bill Johnson ©2016 Todos los derechos de esta edición en español reservados por Asociación Editorial Buena Semilla bajo su sello de Editorial Desafío. Escrito originalmente en inglés bajo el título de “Experience the Impossible” por Bill Johnson. Copyright ©2014 por Bill Johnson. Publicado por Chosen Books una división de Baker Publishing Group, Grand Rapids, Michigan, 49516, U.S.A. Todos los derechos reservados. Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS © Copyright 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. Prohibida la reproducción total o parcial, digital, por internet, sistemas de impresión, fotocopias, audiovisuales, grabaciones o cualquier medio, menos citas breves, sin permiso por escrito del autor. Traducción: Carlos Mauricio Páez García Corrección de estilo: María Inés Garzón Diseño y Diagramación: Brenda Bustacara Conversión Digital: John Puerto Publicado y Distribuido por Editorial Desafío Cra. 28A No. 64A-34, Bogotá 111221, Colombia Tel. (571) 630 0100 E-mail: [email protected] www.editorialdesafio.com Categoría: Inspiración, Motivación Producto No.: 600074 ISBN: 9789587371321 Impreso en Colombia Printed in Colombia

Contenido

Introducción 1. La fe no viene por el esfuerzo; viene por la entrega 2. La presencia del Señor en nosotros nos posiciona para los milagros 3. El mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos está en usted, y Él quiere salir. 4. Jesús siempre hizo un milagro, independientemente del nivel de la fe. 5. No es válido disfrutar de la presencia del Señor y no conquistar nada. 6. Es difícil dar el mismo fruto que la iglesia primitiva, cuando valoramos un libro que ellos no tenían, más que al Espíritu Santo que sí tenían 7. La fe es lo que no se aparta de nosotros, cuando encontramos la “plenitud de la fe” de Dios 8. Jesús no hizo milagros para mostrarnos lo que Dios puede hacer. 9. Una iglesia sin poder tiene poco para que el diablo falsifique 10. El camino de la fe es vivir según la revelación que hemos recibido, en medio de los misterios que no podemos explicar 11. Cada pérdida es temporal; cada victoria es eterna 12. El corazón para escuchar la voz de Dios es mucho más importante que la capacidad de oír Su voz 13. Si usted vive con cautela, sus amigos lo llamarán sabio. Usted simplemente no moverá muchas montañas 14. Yo no le presto atención a las advertencias de los posibles excesos de aquellos que están satisfechos con la carencia 15. Jesús estropeó cada funeral al que asistió, incluso el suyo propio 16. La fe crece mediante su uso 17. A veces Dios nos da un promesa, en lugar de responder nuestra oración 18. En la gracia, la capacidad de obedecer se origina en la orden. En la ley, usted termina actuando 19. Su forma de pensar expresa la fe o la marchita 20. El agradecimiento y la sed crean el ambiente para el ensanchamiento 21. No tiene sentido el estudio de la Biblia sin la experiencia de la Biblia 22. Fuimos concebidos para invadir lo imposible 23. Se necesita valor para esperar lo mejor. Cualquier persona sin esperanza puede esperar lo peor 24. Una de las grandes tragedias de la vida es que personas sin amor interpreten la Biblia 25. Usted tiene la autoridad sobre cualquier tormenta en la que se duerma 26. Usted siempre va a reflejar la naturaleza del mundo del cuál sea más

consciente 27. La empatía es la falsa compasión 28. Una fortaleza es cualquier cosa en que la gente confía que no sea Dios 29. Trato de vivir de tal manera que nada se vuelva más importante que mi consciencia de Dios 30. La honra es el ambiente en el que los hijos de Dios llegan a ser los mejores 31. La ignorancia pide entendimiento; la incredulidad pide pruebas 32. Cuando Pablo nos dijo que profetizáramos de acuerdo a nuestra fe, reveló por qué son liberadas tantas palabras proféticas negativas 33. Dios no busca adoración; Él busca adoradores 34. La confianza que Dios tiene en nosotros se mide por lo que Él nos ha confiado 35. Nuestros avances a veces comienzan cuando nos negamos a ser impresionados por el tamaño de nuestros problemas 36. Jesús prepara una comunidad de creyentes que pueda reconocer el origen de una palabra que no entienda 37. Una de mis mayores alegrías es la de estar junto a personas llenas de fe. Pero uno de mis mayores honores es el de estar en medio de la incredulidad 38. Las personas con resentimientos atraen a las personas con quejas 39. Algunos escuchan para aprender; otros escuchan para criticar 40. Los hambrientos se antojan; los satisfechos evalúan 41. Cuando Dios nos da una promesa en lugar de una respuesta, esto revela Su deseo de acercarnos a nuestros propósitos eternos 42. A menudo nos alegramos por los que se humillan bajo la mano poderosa de Dios, pero despreciamos a quienes Él exalta 43. Nuestra mente se renueva o está en guerra con Dios 44. La obsesión de la iglesia por evitar la decepción le ha dado el asiento de honor al espíritu de la incredulidad 45. Los líderes sin pasión les imponen un costo a todos los que les siguen 46. La fe se evidencia en el acto de la obediencia 47. Jesús va a regresar por una esposa cuyo cuerpo se encuentre en la misma proporción a su cabeza 48. Nunca se tuvo la intención de que el cristianismo fuera reconocido por sus disciplinas, sino por sus pasiones 49. En ausencia de la fe viene la desobediencia 50. La esperanza es el terreno donde crece la fe 51. Usted tiene la razón de cuestionar cualquier cosa que piense que sabe acerca de Dios que no puede encontrar en la Persona de Jesús

52. La fe no niega que exista un problema; le niega al problema un lugar de influencia 53. Cualquier área de nuestra vida en la que no tengamos esperanza está bajo la influencia de una mentira 54. La capacidad de Dios para usar la enfermedad para Su gloria no significa que Él apruebe la enfermedad... 55. La fe trae respuestas, pero la fe que perdura trae respuestas con carácter. 56. Vivir con remordimiento será su mayor remordimiento. 57. No es posible alcanzar la verdadera grandeza en el Reino sin valorar la grandeza de los demás. 58. Los milagros con frecuencia se encuentran del otro lado de los inconvenientes. 59. Jesús no nos estaba dando una promesa, cuando anunció que habría guerras y rumores de guerra. 60. A veces nuestro amor por Dios es evidente en lo que odiamos. 61. La mayoría de lo que usted necesita en la vida le será traído. Pero la mayoría de lo que usted quiere, tendrá que conseguirlo. 62. Si los que no caminan con Dios pueden hacer milagros, entonces los que caminan con Él no tienen excusa. 63. Una reacción amarga a los pecados de los demás a menudo es peor que los pecados de los demás. 64. El campo de juego de nuestra fe es tan grande como nuestro reconocimiento de la bondad de Dios. 65. Los adoradores tienen la posición dada por Dios para convocar a las naciones a sus destinos. 66. Es imposible que alcancemos nuestro potencial sin aprender a ministrarnos a nosotros mismos. 67. La fe explora lo que manifiesta la revelación. 68. Cuando Dios dice no, un mejor sí está en camino. 69. El evangelismo en su forma más pura es un desbordamiento de la adoración. 70. Jesús nunca criticó, regañó o corrigió a nadie por haber buscados Sus dones. 71. Dios quiere que tengamos mentes renovadas para que podamos hacer nuestra voluntad. 72. La falsa humildad nos aleja de nuestro destino, pero la verdadera humildad nos lleva a Él. 73. Cuando sometemos las cosas de Dios a la mente del hombre, los resultados son la incredulidad y la religión. 74. Dios nos disciplina para que no nos maten Sus bendiciones. 75. La adulación es la falsa honra. En última instancia es egoísmo, ya que rebaja el privilegio de reconocer la grandeza en la otra persona.

76. Las personas que no se sacrifican no afectan al diablo en nada 77. Si Dios es su siervo, Él siempre le defraudará. Si usted es el siervo de Él, Él siempre superará sus más grandes expectativas. 78. El miedo es silenciado, cuando la fe obra por medio del amor.

Introducción

Dios espera

que cada creyente experimente lo imposible. ¿Suena eso de por sí imposible? ¡Ánimo! Su presencia en nosotros es lo que hace posible lo imposible. Nuestra tarea consiste, en primer lugar, en darnos cuenta que Dios está verdaderamente con nosotros y en segundo lugar, Él quiere que completemos cada tarea dentro de la Gran Comisión para su nombre y su gloria. ¿Por dónde empezamos? ¿Dónde está el huerto en el que moramos a medida que crecemos y damos este fruto del Reino? Oro para que este libro de lecturas cortas, ayude a responder esa pregunta. Exploraremos la fe, la esperanza y el amor, apoyados en uno de los versículos más conocidos y más queridos de la Biblia, 1 Corintios 13:13. Estos tres aspectos de la gracia de Jesús sobre nosotros, y en nosotros, son la rica tierra, lluvia y luz del sol que nos ayudan a crecer a su semejanza y, como Él, desatan el poder del cielo en la tierra. La fe nos conecta con el asunto del poder. La fe es lo que permite que la obra de Dios se realice a través de nosotros de manera eficaz. Todas las personas hemos recibido una medida de la fe. Lo que hacemos con lo que tenemos determina el grado en el que nos movemos en el poder. Sin fe no podemos agradar a Dios.

La esperanza es la anticipación gozosa de lo bueno. Es el lugar donde crece la fe. Es uno de los valores y actitudes más importantes, la verdadera semejanza de Cristo. La esperanza llega al descubrir la bondad perfecta de Jesús, al encontrarle a Él y a sus promesas perfectas. Sin esperanza es imposible vivir la vida a su máximo potencial.

El amor lo cambia todo. Sin amor sólo vemos la desesperanza. Sin amor no tenemos el carácter para ejercitar la fe. El amor encuentra las promesas de Dios. El amor busca las soluciones de un Padre que ama a la perfección. Sin amor sólo vemos la ley y pasamos por alto su deseo de honrarnos con la victoria. Cada una de las setenta y nueve anotaciones en este libro explora estos temas cruciales y termina con una oración y confesión. Si realmente podemos creer que Dios está con nosotros, no sólo vamos a escuchar su llamado de caminar en el poder del Reino, sino se espera que lo hagamos. Jesús nos encomendó sanar a los enfermos, resucitar a los muertos y mucho más. Él dijo que nada será imposible para nosotros. Es hora de que creamos en la palabra del Maestro, y experimentemos lo imposible en su nombre, para su gloria.

1. La fe no viene por el esfuerzo; viene por la entrega

Dios siempre

busca el sacrificio del corazón, ya que es el corazón rendido lo que cree. La fe viene del corazón, no de la mente. Vivir una vida de entrega a Dios sólo puede dar lugar a una fe cada vez mayor. Este lugar de entrega es una expresión de la dependencia de Dios. Tal dependencia proviene de la humildad, lo cual significa básicamente “vernos como Él nos ve”. La dependencia es la entrega manifiesta. Es la apariencia de la verdadera humildad. Así, pues, la fe y la humildad están relacionadas. La fe no es un producto de la inteligencia ni del esfuerzo humano. No es el fruto de nuestro trabajo, o si no sería de origen humano. La fe es de otro mundo, está firmemente anclada en la naturaleza, la presencia y las promesas de Dios. Es vital para una gran fe, aprender a acudir a Él con temor reverente, sabiendo que somos aceptados por Él. La fe no es un producto separado de Él, sino que es por causa de Él. La fe es el resultado de su naturaleza que tiene un impacto en el corazón del creyente. Los sacerdotes del Antiguo Testamento no se podían vestir con lana en la presencia de Dios, ya que la lana podía hacerlos sudar. Recibieron instrucciones de usar lino. La ilustración es bastante clara, no podemos venir ante Dios a través de nuestro propio esfuerzo (sudor). Debemos llegar delante de Él a través de Su esfuerzo, el cual fue concebido para hacernos aceptables ante Él. A la fe se le llama un fruto y un don del Espíritu. Usted nunca ha escuchado a un árbol frutal quejarse y esforzarse para producir el fruto. El fruto en desarrollo es la evidencia de que el árbol mantiene su lugar (permanece) en el suelo con el fin de recibir correctamente los nutrientes, la luz solar y la humedad. De la misma manera, aquellos que permanecen en Cristo no pueden dejar de crecer en la fe, como resultado de estar expuestos continuamente a Su naturaleza

a través de Su Palabra y Su presencia manifiesta. Es un resultado natural así como lo es para un manzano producir manzanas. Cuando me encuentro ansioso, me hago la pregunta más importante, ¿cómo perdí mi paz? Si la puedo responder, por lo general soy capaz de detectar la mentira que creí que provocó tal conflicto en mi alma. Le siguen la confesión y el abandono del pecado, lo cual Dios utiliza para restaurar la paz. Y ese lugar de paz es el lugar donde madura la fe.

Oración Padre, reconozco que Jesús hizo posible que yo viniera ante Ti. Este privilegio no era algo que pude haber ganado. Así que descanso en los logros de Jesús alcanzados a mi nombre. También reconozco que en mi entrega a Ti, Tu corazón se manifiesta a través de mí. Y ese es mi gran deseo. ¡Sé glorificado en y a través de mí en este día!

Declaración Hoy elijo vivir una vida de entrega, creyendo que Dios será glorificado en lo que soy y en todo lo que hago. Vivo de esta manera porque soy altamente favorecido por el Señor. Su paz, la atmósfera del cielo, es mi porción.

2. La presencia del Señor en nosotros nos posiciona para los milagros

El Señor

les habló muchas veces a sus siervos diciendo que estaría con ellos, a lo largo de la Biblia. A veces Él incluso lo describió de la siguiente manera: “El Espíritu del Señor vino sobre ellos”. Hice alguna vez una lista de cada uno de esos encuentros registrados en las Escrituras. Descubrí una verdad interesante: Cada vez que el Señor dijo que Él estaría con alguien, significaba que la persona acababa de recibir una misión imposible. Dios le dio una promesa a Moisés. Estaba relacionada con su misión de sacar a Israel de Egipto y del cruel control del faraón hacia la Tierra Prometida. Una palabra similar le fue dada a Josué, el que se hizo cargo, cuando a Moisés no se le permitió entrar en la Tierra Prometida. A Josué se le asignó conducirlos a su heredad, a pesar de los gigantes y otros enemigos temibles. La misma promesa le fue dada a Gedeón, quien entonces debía librar a un Israel débil y humillado de la mano poderosamente opresiva de los madianitas. Y otra vez, lo mismo ocurrió con los once discípulos restantes, en la Gran Comisión, en Mateo 28. Se vinculó a su misión el discipular a las naciones. Las implicaciones de la presencia prometida son asombrosas. La presencia de Dios requiere algo de nosotros, que (rompamos los moldes) la invasión de lo imposible. Algo siempre se espera de nosotros cuando Dios se manifiesta para estar con nosotros. Es un grave error pensar que el Espíritu Santo está en medio de nosotros simplemente para consolar o animar. Eso es un hecho. ¡Él también está presente para hacer posible la tarea imposible frente a nosotros! Tal vez esto forme parte de lo que el apóstol Pablo quiso que viéramos, cuando le pidió a Dios que nos mostrara la esperanza de nuestro llamamiento (véase Efesios 1:18-19). Uno de mis versículos favoritos, que ha tenido el mayor impacto en mí, tiene que ver con Jesús, el Hijo eterno de Dios: “Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el

Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con Él”. Hechos 10:38

Este versículo nos ofrece una sinopsis de lo que ya se revela a través de los evangelios: Jesús sanó y libró a todos los que acudieron a Él. También revela que la enfermedad proviene del diablo. Pero el Espíritu Santo quería asegurarse de que supiéramos lo que hacía posible la sanidad y la salvación: “porque Dios estaba con Él”. Aunque Jesús es eternamente Dios, y nunca dejó de ser Dios, el Espíritu Santo inspiró a Lucas para escribir esta frase, porque Dios estaba con Él. Esta declaración nos muestra que fue lo mismo para Jesús como lo fue para nuestros héroes del Antiguo Testamento. Cuando Dios está con alguien, se le permite y se espera que la persona invada lo imposible. Esto nos ayuda a conectarnos con nuestra misión dada por Dios, al darnos cuenta de Su presencia en nosotros y al descubrirla, lo cual hace posible lo imposible. A menudo, cuando veo las 10:38 en un reloj, me detengo y dirijo mi corazón a Dios y le doy gracias por la revelación de la naturaleza y Su promesa que se encuentran en la vida de Jesús. Curiosamente, mientras escribía esta cita, miré el reloj en mi teléfono, y eran las 10:38. Estoy agradecido por este pasaje que hará arder el corazón de muchos para que rompan su molde e invadan lo imposible en Su nombre y para Su gloria, pues ¡Dios está verdaderamente con nosotros! Jesús comenzó Su ministerio con una confesión audaz: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para . . .” (Lucas 4:18). La confesión que comenzó Su ministerio también reveló la naturaleza de Su ministerio. Era traerle la libertad a la gente, y fue debido a la presencia del Espíritu de Dios sobre Él.

Oración Ayúdame a ser más consciente de Tu presencia sobre mí, como la esperanza de mi llamamiento hacia lo imposible. Ayúdame a ver mi misión como algo imposible, para que no confíe en mis habilidades sino en las Tuyas. Permite que éste sea un día de gran avance a medida que descubra la maravilla de ser el templo del Espíritu Santo.

Declaración El Espíritu del Señor Dios está sobre mí por la misma razón que descansó sobre Jesús. Acepto el llamamiento a lo imposible, para que Dios sea glorificado en toda la tierra.

3. El mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos está en usted, y Él quiere salir.

La imagen metafórica que Jesús dio en Juan 7:38 del Espíritu residente de Dios es la de un río. Los ríos comienzan en algún lugar y se dirigen a alguna parte. En este caso, el Espíritu de Cristo resucitado inicia con el mismo Dios, quien habita en nosotros y ha de salir de nosotros, para tocar el mundo que nos rodea. Él está en nosotros como un río, no un lago. Él está en constante movimiento. Jesús les dijo a Sus discípulos en Mateo 10:8, que ellos tenían algo para dar, al ordenarles: “de gracia recibisteis, dad de gracia”. El amor exige dar. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio . . .” (Juan 3:16). Si bien creo que Él se refería principalmente a la liberación del Espíritu Santo, la lección podría aplicarse a cualquier cosa que Él nos ha dado, que incluiría cosas como el favor, la misericordia, el amor, el tiempo y el dinero. La lista es interminable, de verdad. Él nos da con la esperanza de que le demos a otros. La forma en que la vida del Señor ha de aumentar en la tierra es mediante aquellos que Él ha favorecido para liberarla a los demás. Curiosamente, conseguimos mantener sólo lo que damos. Esta imagen dice básicamente que como creyentes liberamos, o entregamos al Espíritu de Dios, en nuestras actividades. Si eso es cierto, entonces nos haría bien considerar Su naturaleza y Sus pasiones. Él coopera con los que tienen Su corazón. La compasión representa una parte preponderante de la expresión del corazón de Dios. No se trata de la empatía; ni se limita a que nos identifiquemos con una persona que tenga un problema. La empatía encierra a la persona en el problema, mientras que la compasión la libera. La empatía apoya la identidad de la persona edificada en torno a su problema, tal como una enfermedad, al igual que el ciego Bartimeo. La compasión ve lo que puede ser y lo trae al ahora. Esta metáfora del Espíritu Santo como un río ilustra nuestra vida como un flujo de algo. Este “flujo” ocurre a medida que amamos a

las personas. El poder de Dios se expresa o se libera de nosotros en la vida y el ministerio que son realmente agradables a Él. Hay un flujo que sale de nosotros, cada vez que servimos en el ministerio en Su nombre, declarando Su verdad, sirviendo con Su corazón y demostrando Su poder. Si bien este concepto puede ser un poco abstracto para la cultura racional occidental, sigue siendo el Reino. Toda la vida y el ministerio que es agradable a Él es en realidad una liberación de Su presencia en la situación. Sabemos instintivamente que la vida egocéntrica hace poco para liberar la presencia de Dios en una situación. Por ejemplo, jamás esperaríamos que la sombra de un deprimido seguidor de Jesús cure a alguien. ¿Por qué? Porque, nos guste o no, todos liberamos la naturaleza del mundo del que somos más conscientes, en el mundo que nos rodea. Un creyente deprimido no se centra en la presencia constante de Dios, ni en Su Reino ni en Sus promesas. Es por eso que la depresión tiene un control tan profundo sobre su mente y sus emociones, y trae una nube sobre su espíritu. Pero el que permanece en Cristo, y Sus palabras llenan su corazón, puede esperar el mismo resultado que se encuentra en las Escrituras. El ambiente a su alrededor cambia de acuerdo al ambiente en su interior. Este es el gran impacto del Evangelio vivido en comunidad. Es por eso que al Reino se le llama la levadura. Actúa de manera sutil a través de todos los que le dan paso en su corazón. Entender esta verdad nos permite vivir más intencionalmente. Estamos mucho más predispuestos a darnos cuenta cuándo se libera la presencia del Espíritu de Dios en nosotros, cuando vivimos conscientes de Él en nosotros. El descubrimiento de la naturaleza de lo misterioso es una de las grandes alegrías de seguir a Aquél cuyo nombre es Verdad.

Oración Necesito Tu ayuda para vivir consciente de Ti por encima de todo. Hay tantas cosas que compiten por mi atención, y, por lo tanto, mi afecto, con el que a veces resulta difícil vivir consecuentemente consciente de Tu Espíritu dentro de mí. Pero eso es realmente lo que anhelo. Ayúdame en esta temporada que viene a tener la confianza en Tu presencia permanente, y a dar amor de la manera que Tú lo haces. Gracias por el Espíritu sin medida.

Declaración Confieso con el salmista: “Una cosa he pedido al Señor, y ésa buscaré” (Salmos 27:4). Siempre me deleitaré en el Espíritu Santo, el regalo que me fue enviado por Jesús mismo, y buscaré la mayor manifestación de Aquél indescriptible. Nací para este fin, para conocerlo y para manifestar Su gloria a los que conozco y amo.

4. Jesús siempre hizo un milagro, independientemente del nivel de la fe.

La fe está anclada en la Palabra de Dios. La credibilidad de Su Palabra está ligada a Su naturaleza. Para conocerle, necesitamos un encuentro con Él y experimentar Su naturaleza. Una de las maneras en que la gente le experimenta en las Escrituras es a través de los milagros, las señales y los prodigios. Jesús se refirió con frecuencia al tema de la fe, dejando al descubierto la incredulidad y luego exhortando a la gente a creer. Sin embargo, Él nunca negó un milagro debido a la pequeña medida de la fe. Sanó a todos los que acudieron a Él, sin importar la condición del corazón de la persona. Cuando Jesús abordó la poca fe, nunca lo hizo para humillar ni condenar. Siempre fue para posicionar a la persona para que creciera en la fe, porque sin fe no podemos agradar a Dios. Los milagros hicieron que las personas fueran más conscientes de sus momentos divinos y garantizaron que le respondieran a Dios con mayor confianza, y el resultado de lo que experimentaron fue una mayor fe. No he logrado encontrar una medida más pequeña de la fe, que aquella en el corazón del padre con el hijo que necesitaba sanidad y liberación, cuya historia se narra en Marcos 9. Este padre compasivo pero abrumado vio que los demonios trataron de matar a su hijo mientras él estaba impotente. Lo que empeoró las cosas fue que llevó al niño a los discípulos, pero estos no lo pudieron ayudar. El padre le dijo a Jesús/Dios: “si tú puedes hacer algo . . .” (Marcos 9:22). Imagínese la clase de fe que ni siquiera está segura de que Dios sea capaz. Su clamor desesperado conmovió el corazón de Jesús. Pero antes de que Jesús realizara el milagro solicitado, Él le devolvió la pelota diciendo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (versículo 23). Dicho de otro modo, no se cuestiona la capacidad de Dios para realizar un milagro. La única pregunta que queda es: ¿Va usted a creer? La conocida cita proviene de esta historia: Creo, pero ayúdame en mi incredulidad.

La mayoría de nosotros leemos nuestras Biblias con prejuicios religiosos y culturales más de lo que pensamos. Observe por ejemplo el siguiente versículo: “Si no veis señales y prodigios, no creeréis” (Juan 4:48). Crecí imaginando que Su tono de voz era uno de indignación, porque Él los estaba regañando por la fe débil que requiere de algún tipo de experiencia para creer. Pero, ¿y qué si Él sólo estaba reconociendo como crece la fe? Ese pensamiento parece estar apoyado por el hecho de que Jesús siguió esta declaración con un milagro. ¿Por qué? En primer lugar, los milagros siempre se dieron por Su amor por la gente. Pero en segundo lugar, Él quería que ellos crecieran en la fe. Y Él tenía el proceso para su desarrollo, ver señales y prodigios. Jesús usa la poca medida que tuvo este padre y, a continuación, le posicionó para que creciera, señalando a su atención el corazón, la naturaleza y el propósito de Dios. Los milagros siempre ponen a las personas en condiciones para que crezcan. Todo el Nuevo Testamento confirma este hecho. Depende de ellos, lo que la gente haga en respuesta a lo que Dios hace. Pero el proceso es claro; las personas creen, debido a los milagros. La fe es vital. Agradamos a Dios a través de la fe; la fe es así de esencial. Pero cambiar nuestro enfoque solo a nuestra medida de la fe es ignorar que Jesús nunca castigó a las personas que sabían a quien acudir, incluso si tenían poca fe. Siempre que nos preocupamos únicamente con una medida en particular de la fe, alejamos nuestra atención de Dios y de Su naturaleza que se ve en Sus promesas, hacia nosotros mismos y a lo que llevamos. Ese siempre es un camino sin salida.

Oración Padre Celestial, Tu bondad y Tu misericordia superan mi comprensión. Te amo demasiado porque siempre vas más allá de mis expectativas. Por favor, ayúdame a dejar de evaluar lo bien que estoy; más bien, ayúdame a ocuparme en quién eres y en cómo eres. Acudo a ti como soy, con imperfecciones y debilidades incluidas. Y te agradezco de antemano que Tú completarás la buena obra que iniciaste en mí.

Declaración

Confieso que mi fe no limita la bondad de Dios, y que Dios escogió usar lo débil para avergonzar a los sabios. Fui concebido para creer en Dios. Esa es mi naturaleza.

5. No es válido disfrutar de la presencia del Señor y no conquistar nada.

Isaías se sintió abrumado por lo que vio, cuando estaba delante del Señor, contemplándolo en Su trono. Vio cosas que van más allá de cualquier descripción. Luego oyó que el Señor hizo una pregunta: “¿A quién enviaré?”. Isaías respondió: “Heme aquí; envíame a mí”. La adoración es el ministerio máximo. Pero me encuentro frecuentemente con personas que se consideran a sí mismas grandes adoradoras, pero no hacen nada más fuera de esa actividad. Pongo en duda la experiencia de alguien que diga que tuvo un encuentro con el Señor, pero no está dispuesto a servir. Lo que legitimó la experiencia de Isaías en el trono fue la rapidez con la que se ofreció como voluntario, para responder a la búsqueda de Dios de una vasija dispuesta. Es casi imposible ver Su corazón y luego darle la espalda cuando Él busca un voluntario. Creo en la belleza de la adoración. De hecho, es un gran privilegio para el creyente ser invitado al trono de Dios para ministrarle. Esto no debe tomarse a la ligera. Pero ministrarle y no servir muestra que en nuestra adoración no hemos visto o encontrado Su corazón. Es fácil en una cultura que adora perder el enfoque y en realidad adorar a la adoración, que es amar la música, el ambiente, la alegría de estar juntos como el pueblo de Dios, pero en realidad nunca encontrar el rostro de Dios. Sería como disfrutar la fiesta de un amigo rico. Sus amigos están ahí, hay una sabrosa comida, buena música y un ambiente muy agradable en el recinto. Usted echa un vistazo por el lugar y reconoce al anfitrión, pero usted nunca se le acerca, ni siquiera para expresar su agradecimiento por el evento, su amabilidad y por quién es él en su vida. Es fácil disfrutar de los beneficios de nuestro Amigo, pero rara vez tenemos realmente un encuentro con Él. Todos los que se consideran a sí mismos adoradores entregados a Dios deben hacerse la siguiente pregunta: ¿Mi pasión por Su

presencia se puede medir por fuera de la expresión de la adoración? Si no es así, se deben hacer cambios. Jesús no hizo todo lo que Él hizo para que nosotros no hiciéramos nada. Nuestro amor por Dios se mide por nuestro amor por las personas. Las realidades que no se ven en nuestra vida (nuestro amor por Dios) deben ser medibles en lo que se ve (nuestro amor por la gente). Nuestra vida tiene la esperanza de un impacto eterno. Jesús lo hizo posible, y probable. El gran amor por Dios busca las maneras para demostrar Su amor, al oponerse o al odiar las cosas que Él odia, es decir, las cosas que buscan matar, robar y destruir la vida de las personas. Esta es la misión distinguida dada a Jesús por el Padre y fue transmitida a nosotros en la Gran Comisión. Una de las declaraciones finales de Jesús sobre la comisión fue dada en Juan 20:21: “como el Padre me ha enviado, así también yo os envío”. Los amantes de Dios tienen el privilegio de hacer valer la victoria conseguida en la cruz contra todos los enemigos de la humanidad. Esto, de hecho, forma parte de nuestra expresión de la adoración. El Espíritu de Dios que viene sobre nosotros de una manera única durante la adoración anhela ser visto a través de nosotros por fuera de nuestras expresiones de trabajo, devoción o adoración. La adoración realmente se completa cuando aceptamos con los brazos abiertos el corazón de Dios por la gente y nos esforzamos por ver Su nombre exaltado a través de las victorias que nos ofrece la obra redentora de Jesús.

Oración Gracias por darme el privilegio de ingresar a Tu trono como un adorador. Por favor, ayúdame a no perder nunca de vista por qué se me dio este gran privilegio. También te pido que me ayudes siempre a estar conectado con el latido de Tu corazón, para que siempre pueda tener Tu pasión por la gente.

Declaración El Señor me ha favorecido para estar delante de Él en la adoración. A causa de este favor, tengo la esperanza de poder expresar Su corazón dondequiera que vaya, para que Él sea exaltado en la tierra.

6. Es difícil dar el mismo fruto que la iglesia primitiva, cuando valoramos un libro que ellos no tenían, más que al Espíritu Santo que sí tenían

Pocas declaraciones que hago causan tanto dolor como ésta. Y entiendo por qué. Al leer entre líneas se podría pensar que no valoro las Escrituras o que tengo poco aprecio por ellas. Algunos me acusan de tratar de subestimar el lugar que tiene la Biblia en nuestra vida. Nada podría estar más lejos de la verdad. Si ese fuera el caso, serían justas las reacciones fuertes. Pero no es el caso, y tampoco es lo que se dijo. Debemos mantener el valor de las Escrituras, a la vez que aumentamos nuestro valor por el Espíritu Santo. Aquí no se trata de “esto o lo otro”. Se trata de “ambos y juntos”. Si verdaderamente amamos a Dios, ese amor debe reflejar también una expresión hacia el Espíritu Santo. Somos privilegiados de tener el canon completo de las Escrituras, la Biblia. Muchas personas en la historia pagaron el precio más alto para hacerlo posible. ¡Me encanta la Biblia! Estoy constantemente sumergido en la Palabra, como muchos lo expresarían. Y me esfuerzo constantemente para que la Palabra se sumerja en mí. Este proceso es una de mis mayores alegrías y tesoros. Pero la cuestión sigue siendo: Es difícil dar el mismo fruto que la iglesia primitiva, cuando valoramos un libro que ellos no tenían, más que al Espíritu Santo que sí tenían. Jack Taylor aborda el tema de la siguiente manera: “¡No es Padre, Hijo y Santa Biblia!”. Lo afirma bien. Para muchos, la Biblia ocupó el lugar del Espíritu Santo. ¡Y Él es el autor! La Cosa no ha de reemplazar a la Persona. Existe potencialmente una alianza genial del cielo y de la tierra, cuando aprendemos a escuchar y a trabajar con el Espíritu Santo en nuestro estudio de las Escrituras, y en nuestra vivencia del mandato bíblico de vivir como Jesús lo hizo, invadiendo lo imposible. El temor al final es que enfaticemos en la experiencia por encima de las Escrituras. Tal preocupación es legítima. Se han cometido grandes errores en la iglesia durante esos momentos. Pero lo

contrario es un error mucho más común, e incluso mucho mayor: Es la fe sin la experiencia. Algunos han hecho de esto una virtud. Y a cualquier cosa que le pongamos la etiqueta de una virtud tiene el permiso para quedarse, sin importar cuán incompatible pueda ser con los estándares bíblicos. Se convierte en la nueva norma. Como resultado, los que no tienen la experiencia empiezan a definir lo que dice la Biblia. Nunca le permitiríamos a alguien sin la experiencia de nacer de nuevo que enseñe lo que significa nacer de nuevo. La enseñanza a partir de la experiencia no sólo es aceptable; es necesaria. Debemos preocuparnos sólo cuando la experiencia contradice a las Escrituras. Somos mucho más privilegiados que la iglesia primitiva, porque tenemos fácil acceso al canon completo de las Escrituras. Este maravilloso regalo de la Palabra escrita de Dios nos da una ventaja que la iglesia primitiva no tuvo. Sin embargo, si en su carencia ellos trastornaron al mundo, entonces no tenemos excusa. ¡Porque tenemos la Biblia, y el Autor vive dentro de nosotros! Fue la Persona del Espíritu Santo, quien los revistió de poder, los dirigió, les dio la comprensión de lo que debían hacer con lo que se enfrentaban. Él habló para darle vida a cada parte de sus vidas, porque Él fue la vida de ellos. Este gran regalo del cielo hizo posible que ellos ilustraran la vida de Jesús con precisión no sólo en el carácter y la compasión, sino también en los milagros, las señales y los prodigios. Este amor apasionado por Dios ahora se debe demostrar hacia Aquél que inspiró el libro, la Palabra de Dios. No haga caso a cualquiera que subestime la Palabra escrita de Dios. Pero también tenga cuidado alrededor de cualquier persona que no modele una vida de ternura hacia el Espíritu Santo. La Palabra y el Espíritu nos dan la gran ventaja. Tal vez es por eso que la Escritura dice: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera” (Hageo 2:9).

Oración Padre, permite que este día sea un día de una mayor toma de conciencia y de comunión con el gran tesoro de los cielos: el Espíritu Santo. Quiero conmemorarle como Tú lo haces. Y quiero vivir con Su poder, cumpliendo la comisión dada en las Escrituras. Añoro que el Espíritu de sabiduría y de

revelación descanse sobre mí para que aprenda de forma continua lo que está escrito en Tu Palabra. Que este día sea realmente para la gloria de Dios.

Declaración Declaro que nací para este propósito, y estoy bien facultado para hacerle frente a este día, viviendo en alianza con el cielo y la tierra. Acepto, con gran alegría, el privilegio de ser la morada del Espíritu Santo.

7. La fe es lo que no se aparta de nosotros, cuando encontramos la “plenitud de la fe” de Dios

Cada persona

ha recibido una medida de la fe. Nuestra confianza en Él aumenta, cuando esa fe la utilizamos para disfrutar de Dios y Sus maravillas. La fe bien administrada aumenta la misma fe. La adoración es una de las actividades más profundas para el creyente, debido a que la transformación ocurre en nosotros, simplemente por el efecto de Su presencia en nosotros. Alabar a Dios, como una expresión de la fe, nos da el acceso a más de Dios. Él es fiel, perfectamente fiel. El encuentro con Aquél que es fiel nos adentra en una relación de confianza y de riesgo. Ocurre algo en nosotros, cuando vemos a Aquél que es perfectamente fiel. Imagínese que usted abraza a alguien que usa demasiado perfume. Usted se va con el aroma de su perfume. Del mismo modo, si me acerco a Aquél que es fiel, esto hace que aumente mi fe. Para describirlo más literalmente, la esencia de quién es Él no se aparta de mí, al dejar Su huella en mi corazón y mi mente. La fe es realmente ni más ni menos que tener la confianza en quién es Él. El resultado es una mayor fe. Descubrimos quién es Él y cómo es Él, cuando lo encontramos. La fe está anclada en Su naturaleza y carácter. Este patrón se ve en la vida de aquellos conocidos por su gran fe. Descubrieron a través de la experiencia lo que muchos ya sabían en su teología, que Dios es fiel a Su Palabra. Tal fidelidad es Su perfume, por así decirlo. La fidelidad en Él se convierte en la fe en nosotros, la fe es el residuo. Muchos cometen el error de tratar de hacer crecer su fe a través del esfuerzo y de la autodeterminación. Esto siempre conduce a la decepción y a la frustración. También puede dar lugar a la presunción, que es una fe fingida y devastadora. Utilice la medida de fe que tiene para descubrirlo a Él en aras de conocerle. El resultado es una mayor fe.

Oración Padre, ayúdame a descubrir el tesoro interminable de Tu fidelidad en esta temporada de mi vida. Elijo poner mi atención en quién eres, y voy a resistir la tentación de centrarme en mi nivel de fe. ¡Por favor, que esto sea para la gloria de Dios!

Declaración Sirvo a Aquél que es fiel y verdadero. Él no puede mentir. Este va a ser un día de grandes descubrimientos de quién es Él, más allá de todo lo que pueda imaginar o pensar. ¡Él es la alegría de mi vida! Yo soy un creyente verdadero, que vive para darle gloria.

8. Jesús no hizo milagros para mostrarnos lo que Dios puede hacer.

Las manifestaciones increíbles del poder y de la gloria en el Antiguo Testamento ya ofrecieron un breve vistazo de las maravillas que Dios puede realizar. La creación del mundo mediante la palabra hablada, sin duda establece un valor máximo alcanzado para las señales que hacen que uno se maraville. Jesús vino para revelar algo más, algo bastante inesperado. Él vino para revelar lo que podía hacer el hombre que estaba correctamente relacionado con Dios. Esta revelación está destinada a crear esperanza para una vida llena de propósito. Jesucristo es Dios, eternamente Dios. Él nunca se tomó unas vacaciones de Su divinidad en Su existencia terrenal. En otras palabras, Él es y siempre fue Dios. Pero Su vida terrenal fue igualmente natural, en el sentido que Él también fue completamente hombre. El hecho mismo de que los ángeles fueron a fortalecerle da testimonio de esta realidad, ya que Dios no necesita ese fortalecimiento. Este es uno de los grandes misterios de toda la eternidad. Jesús fue plenamente Dios y plenamente hombre. Pero Jesús habló de sí mismo como el Hijo del Hombre. Él vivió como el Hijo del Hombre. Este punto es absolutamente esencial que lo entendamos, porque afecta la manera en que vivimos. Todavía me impresiona, pero no es algo que yo pueda duplicar, si Jesús siendo Dios hizo milagros de sanar, liberar, multiplicar los alimentos y resucitar a los muertos. Soy un espectador, de lo cual estoy muy feliz si esa es mi misión divina. ¡Pero cuando me doy cuenta que Él hizo lo que hizo como un hombre entregado a Dios, entonces me veo obligado a seguirlo, al descubrir que esa es mi verdadera misión! Y yo nunca podría hacer bien las cosas que Él hizo. Pero no puedo quedarme donde estoy, porque Jesús estableció un estándar para la vida que se puede seguir e imitar.

Hubo dos cosas que hicieron sobrenaturalmente eficaz Su humanidad: Él era libre de pecado y Él vivió completamente bajo el empoderamiento del Espíritu Santo. Esas dos condiciones, nuestra justicia en Cristo y nuestra vida revestida de poder por el Espíritu Santo, se convierten en los ingredientes necesarios para cada hombre, mujer y niño vivos que anhelen aceptar la invitación fascinante que ofrece la vida de Jesús. “Sígueme” ahora cobra un nuevo significado. Jesús no atravesó por todos Sus sufrimientos para que pudiéramos ir a la iglesia; Él hizo lo que hizo para expiar el pecado. Y al hacerlo, Él hizo posible conformar una nueva generación de transformadores del mundo, aquellos que podían mantener el estándar que Él estableció con amor, pureza y poder. Esta realidad es una de las grandes profecías que Jesús pronunció: “mayores obras que éstas hará, porque yo voy al Padre” (véase Juan 14:12). No sólo la vida de Jesús nos obliga a seguir al Hacedor de milagros, también lo hacen Sus promesas. La sangre de Jesús, entonces, nos califica para la primera parte de esta ecuación. Soy justificado, limpiado, purificado, como un hijo perdonado. Esta es una realidad mayor a mi pasado pecaminoso. Ahora me presento ante el Padre, en Cristo. Él me ve como Él ve a Su Hijo, Jesús. Así que sólo permanece una condición. ¿Cuánto estoy dispuesto a vivir bajo la influencia del Espíritu Santo?

Oración Dios Padre, me entrego a ti hoy de una manera fresca. Quiero representar fielmente a Jesús. Gracias por la sangre de Tu Hijo que me hace libre de pecado y me califica para lo imposible. Estoy sediento de ver el Evangelio auténtico vivido más plenamente en y a través de mi vida. Invito al Espíritu Santo a venir más y más sobre mí hasta que Jesús sea lo que la gente vea cuando me mira. ¡Haz este sueño una realidad para Tu gloria!

Declaración Declaro que fui creado para formar parte de la generación de “las obras mayores”. ¡Acepto este llamado de Dios en mi vida, para que el nombre de Jesús sea honrado al máximo en toda la tierra!

9. Una iglesia sin poder tiene poco para que el diablo falsifique

La Buena Nueva de los milagros y las vidas transformadas no trae emoción, trae advertencia, en algunos círculos cristianos. Dios ha estado ausente tanto tiempo, que cuando sucede algo de gran alcance, creen que es el diablo. Por lo tanto, cualquiera de nosotros que ve un milagro y declara la Buena Nueva a los demás, a menudo recibe un montón de advertencias a cambio, sobre la posibilidad de las falsas señales y prodigios. Esa es una preocupación legítima, ya que la Biblia también nos advierte en contra de ellos. Pero tenemos que recordar que tiene que haber algo real para falsificar, ya que el diablo no es un creador. Él no tiene ninguna capacidad creativa en absoluto. En cambio, él es un tergiversador de lo que ya existe. El hecho mismo de que la Biblia advierte del riesgo de las falsas señales y prodigios y los falsos profetas, implica que hay reales para compararlos. Gran parte de la iglesia vive con poco o ningún poder. Los creyentes se sientan cómodamente con la idea de que están bien, porque no se enfrentan a la oposición espiritual. Pero yo podría estar siguiendo el mismo camino, si no me encuentro de vez en cuando con el diablo. Es cierto que un automóvil estacionado legalmente no quebranta ninguna ley. Pero este automóvil fue diseñado para ir a lugares y lograr cosas. El miedo a cometer errores y no hacer bien un ministerio particular ha paralizado a muchos creyentes, y esto es una tragedia. No tienen en cuenta que el perfeccionismo es religión (apariencia sin poder). La excelencia es el Reino. Decirle sí al Rey es el primer paso en el discipulado. Y ser impulsados por el amor hace que sea imposible quedarnos inmóviles. Uno de nuestros más grandes honores en la vida es representar correctamente a Jesús. Esto se hace a través del amor, la pureza y el poder. Lo que valoramos con frecuencia aquí en la tierra tiene poco valor en el cielo. Los creyentes, por ejemplo, a menudo le conceden

el máximo valor a una iglesia sin errores (el automóvil legalmente estacionado). El cielo valora una iglesia que impacta. Las personas en los sistemas bancarios están entrenados para detectar el dinero falso. Su formación, sin embargo, no tiene nada que ver con el dinero falsificado. Dedican enormes cantidades de tiempo para estudiar el real para que el falso sea evidente. Los milagros falsos se vuelven más fáciles de detectar cuando se vive en medio de lo real. Los falsos profetas se destacan entre una multitud de profetas verdaderos. Muchos piensan que se descubre a un falso profeta, cuando es inexacta una palabra profética, pero eso no es necesariamente cierto. Estudie las profecías de Agabo en el libro de los Hechos. Él era un verdadero profeta de Dios, tal como lo reconoció el Espíritu Santo, pero no fueron exactos todos los detalles de su palabra para Pablo. Por esta razón, al creyente se le da la tarea de juzgar la palabra, no al profeta. El falso profeta y el falso hacedor de milagros son fáciles de detectar entre los verdaderos, porque la “esfera sobrenatural” en la que andan, dirigen la atención de los seguidores hacia sí mismos y no hacia el Señor. Ellos viven para construir sus propios reinos, tener sus propios seguidores y atraer a la gente para vivir para ellos.

Oración Padre Celestial, ayúdame hoy a representar bien a Jesús. Me comprometo a Su estándar de amor, pureza y poder. Permite que estas realidades sean cada vez más evidentes en y a través de mi vida, todo para la gloria de Dios.

Declaración Declaro que nací para este fin, y que ya se decidió que debo llevar la presencia y el propósito de Jesús al mundo a mi alrededor. ¡Voy a demostrar Su amor cada día, y a darle gracias de antemano por lo que está a punto de ocurrir! Hago todo esto para la gloria de Dios.

10. El camino de la fe es vivir según la revelación que hemos recibido, en medio de los misterios que no podemos explicar

Me encanta

la revelación. Esta fue lo suficientemente importante como para que Pablo orara para que la recibiera la iglesia en Éfeso. Me encanta cuando Dios abre nuestro corazón para que veamos las cosas que no podríamos ver sin Su ayuda. Una de las mejores experiencias de la vida es cuando Dios abre Su Palabra a un individuo. Todo cambia al ver desde la perspectiva de Dios, empezando por nosotros. Pero el misterio es también importante, como lo es de importante el entendimiento en la vida de un creyente. De hecho, es tan importante como la revelación. Dicho de otro modo, lo que no sé es tan importante como lo que sí sé. La esfera del misterio define cómo vivo mi confianza en Dios en el día a día. Vivir con alegría en medio del misterio es evidencia de gran fe, y como tal se requiere de terreno para cada creyente que anhela crecer en Cristo. Tal vez es por eso que a este Evangelio se le llama “la fe” y no “el entendimiento”. Creer en Dios está en nuestra nueva naturaleza. Hay quienes se oponen a poner demasiado valor en el misterio, recordándonos el mandato bíblico de perseguir el entendimiento. Están en lo correcto, ya que tal búsqueda está claramente establecida en la Escritura para todo seguidor de Jesús. El libro de los Proverbios hace especial hincapié en eso y los discípulos de Jesús lo vivieron. Si bien eso es absolutamente cierto, también debe haber una respuesta victoriosa y sincera que le damos mientras tanto a Él, hasta que Él responda a las preguntas de nuestro corazón. Esa es la gran fuerza de la fe. Se destaca cuando se derrumba el razonamiento. El verdadero problema que nos ocupa es la obediencia. El entendimiento no es necesario para la obediencia; lo es la fe. Si yo obedezco sólo cuando entiendo, he reducido a Dios a mi tamaño, a alguien que siempre tiene que dar explicaciones antes de que yo

responda. Esa es una postura peligrosa para los verdaderos creyentes, ya que hemos sido llamados a una vida de entrega y absoluta confianza. Si bien tal posición puede considerarse sabiduría, en realidad es señal de gran inmadurez, ya que depende del razonamiento humano. Se ha vuelto razonable que alguien sea curado de cáncer. Se está convirtiendo en la nueva norma. Un creyente que se muere de cáncer es un misterio, que yo no entiendo. Lo que sí entiendo es la bondad de Dios. Entiendo que el pago de nuestra sanidad fue hecho en su totalidad por aquella bondad. Y no voy a sacrificar mi entendimiento de la naturaleza de Dios en el altar del razonamiento humano, para tener una explicación cuando el cáncer le quita la vida a alguien. El cáncer está mal. No existe en el cielo, y no puede estar bien que exista aquí en la tierra. Eso violaría nuestra misión en el Padrenuestro. Y yo mismo debo disponerme a ver el nombre del Señor reivindicado desde la aceptación informal del cáncer y otras afecciones, como cosas que Dios usa para hacernos personas más fuertes. Jesús nunca usó ese enfoque con los enfermos. Debemos seguir su ejemplo.

Oración Padre, anhelo el entendimiento de Tu Palabra, Tu naturaleza y Tu corazón por mí. Reconozco que Tú eres bueno. Tú eres mejor de lo que jamás podría haber esperado. Mi clamor es que Tú me concedas la gracia para aferrarse a Ti en medio del misterio, para que no vacile en mi confianza en Ti. Ayúdame a vivir de acuerdo a lo que Tú me has mostrado, sin tropezar con las cosas que siguen siendo un misterio. Siempre quiero representarte bien, manifestándole Tu bondad a las personas con las que tengo el privilegio de servir.

Declaración Declararé la bondad de Dios cuando las cosas se vean bien y sobre todo cuando se vean mal. Mi Dios nunca cambia. Confieso Su gran promesa de invertir cada situación para Su gloria y para mi beneficio. ¡Él es un Padre perfectamente maravilloso, uno, en el que me deleito en celebrar!

11. Cada pérdida es temporal; cada victoria es eterna

Uno de los grandes misterios de la vida es que le ocurran cosas malas a la gente buena. Hay pérdidas y adversidades, incluso para los creyentes auténticos. Basta con mirar la vida del apóstol Pablo para darnos cuenta de esto; naufragios, palizas, hambrunas, mentiras, oposición en todas las ciudades y más. Sin embargo, la marcha es hacia adelante y hacia arriba, hacia el llamado y los propósitos de Dios para nuestra vida. Nuestras circunstancias no nos definen. Ésta es la esperanza primordial para todo seguidor de Jesús. Tales momentos son recordatorios de que no somos perfectos, sino que más bien estamos siendo perfeccionados. Hemos notado que algunos cometen el error de asumir que Dios envió una mala situación con el fin de hacernos creyentes más fuertes. La capacidad de Dios de invertir una situación oscura ha causado que en primer lugar algunos le atribuyan el problema a Él. Esto es un salto poco saludable en la lógica, ya que ese tipo de razonamiento asume que Dios crea el mal para que Él pueda demostrar su bondad. Eso sería como si un padre golpeara a una hija para poder amarla y consolarla. El mal existe separado de Dios. Para muchos de nosotros, debe cambiar nuestra comprensión de la soberanía divina. La incredulidad y la falta de pasión hacen que muchos cedan el paso a las circunstancias oscuras, asumiendo que Dios las envió. Sin embargo, si se trata de un problema de salud, la misma gente irá a un médico para que él o ella solucione lo que ellos dicen que Dios envió a su camino. Es normal luchar contra el mal. Nuestro razonamiento debe volverse bíblico y ponerse al día con lo que sabemos instintivamente que es correcto. La eternidad es la piedra angular de la lógica y la razón. El río de las ideas y los estilos de vida corre sin orillas, sin esa sencilla ancla del alma. Trágicamente, muchas personas obran sin ningún propósito o sentido de la responsabilidad. Vivir con la conciencia de

que vamos a dar cuenta de nuestra vida añade una medida de sabiduría que no se puede alcanzar de ninguna otra manera. Con esto en mente, considere lo siguiente: La eternidad pone en su lugar a la pérdida. Las pérdidas son temporales. Cada adversidad y derrota se ponen en su lugar a causa de la eternidad. Y luego añádale a eso el entendimiento de que la obra del Redentor toma cada mala situación y obra para nuestro bien. Así que cada pérdida no sólo es temporal, sino que en realidad se invierten sus efectos para convertirse en una bendición e incluso en la base para la promoción y el beneficio personal. Y todo eso está relacionado con la pérdida. Es por eso que todo creyente puede vivir con esperanza constante. Ni siquiera las cosas equivocadas tienen la capacidad para hacernos descarrilar. Cada cosa positiva que nos sucede es un elemento básico para nuestro propósito eterno, ya que esta vida es una escuela para la eternidad. Estamos siendo capacitados para gobernar y reinar con Cristo. No vamos a estar sentados en una nube, tocando arpas. Dios es un Dios de progreso continuo. La Esposa será adornada bellamente para Su gloria. Y heredará la plenitud de lo que Él planeó para ella. Es una de esas cosas que probablemente no creeríamos si nos la contaran. Está más allá de nuestros sueños más osados. Esta vida es la preparación para desempeñar ese papel. Las victorias revelan el propósito eterno al quitarle el velo al sistema de recompensas de Dios. Algunos dicen que no están interesados en las recompensas; lo que quieren es conocer a Dios. Tan noble como suena, esto socava seriamente la economía de la fe de Dios. La fe nos obliga a creer que Él existe, y que “es remunerador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). Todas nuestras victorias forman parte de nuestras historias, nuestros testimonios. Estos testimonios serán atesorados por toda la eternidad, ya que cada uno es un elemento básico de nuestras historias. Vamos a conocernos los unos a los otros como somos conocidos y veremos la historia del uno al otro. Nos presentaremos con temor reverente y alabaremos una y otra vez a Aquél que obra tales maravillas en la vida de las personas. Finalmente, vamos a vislumbrar el maravilloso tapiz llamado la historia de la humanidad.

Las victorias son para siempre, ya que nos dan un anticipo del cielo, y nos capacitan para la eternidad.

Oración Padre, por favor ayúdame a mantener Su perspectiva en mis pérdidas. Y ayúdame a darme cuenta que todas estas cosas obran para bien porque Tú eres bueno, y Tú eres Dios. También aumenta mi comprensión de mi propósito eterno, ya que no quiero vivir ignorante de las cosas que pones a nuestra disposición.

Declaración Declaro que Dios hace que todo obre para Su gloria, y para mi bien. ¡Le encomiendo todas mis debilidades, fracasos, triunfos y éxitos, para que Él sea glorificado!

12. El corazón para escuchar la voz de Dios es mucho más importante que la capacidad de oír Su voz

Eric, mi

hijo mayor, tiene sordera profunda. Él es el líder principal de nuestra iglesia local y tiene un don maravilloso para la enseñanza y una unción para los milagros. Juntos hemos visto cientos de milagros relacionados con la sordera. Ha sido maravilloso. Pero él todavía no ha sido curado. Lleva un dispositivo auditivo en un oído, y no puede llevar uno en el otro. Su pérdida de audición está en el rango del 85 al 90 por ciento, por lo que se puede imaginar cómo esto afecta su vida. Sin embargo, su capacidad para funcionar normalmente es un increíble don de la gracia de Dios. Es asombroso para todos los que conocen los detalles. Nunca he requerido que él me oiga mejor. Nunca hablo en voz baja y luego me enojo con él por no escuchar. Mi responsabilidad es ser escuchado. El amor exige que adapte mis acciones para satisfacer sus habilidades. A veces eso significa que hablo más fuerte de lo que haría con otra persona. Si se trata de una habitación ruidosa, me aseguro de que me esté mirando, de manera que se refuerce lo que esté escuchando al ver mis labios. Todos nosotros escuchamos la voz de Dios. No podríamos ser salvos de otra manera. Él nos llamó a sí mismo, y nosotros respondimos y volvimos a nacer. Esa es la única manera en que ocurre la conversión. Jesús describió nuestra capacidad dada por Dios, cuando dijo que Sus ovejas conocen Su voz. Escuchar la voz de Dios es una gracia divina concedida. Pero muchos creyentes son más conscientes de lo mal que es su audición, cuando se comparan con alguien que admiran. Y si bien eso puede ser cierto, es destructivo en naturaleza. El corazón para escuchar es más importante que nuestra capacidad de oír. ¿La razón? Dios asume la responsabilidad de ser escuchado, cada vez que Él encuentra a alguien que desea escuchar. A veces tenemos que salir de la habitación ruidosa, por así decirlo. En otras palabras, tómese tiempo

en silencio para buscar a Dios con las Escrituras en la mano. Dar gracias y disfrutar de Su presencia (Su rostro) es una manera hermosa de activar nuestra capacidad de oír, ya sea débil o fuerte. El encuentro con Su rostro hace mucho para ayudarnos a leer Sus labios. Oírle hablar a través de las Escrituras hace mucho para ayudarme a oírle hablar a mi corazón. Santiago 1:21 describe este proceso de una manera hermosa: “recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas”. La humildad es la condición del terreno que recibe la Palabra. Otra forma de decirlo es: La humildad es la condición del corazón que atrae la voz de Dios a su situación. Y cuando Dios habla, Él siembra la respuesta en el corazón tierno de Sus hijos. La semilla es la Palabra. La Palabra tiene la capacidad de salvarnos. Dicho de otro modo, Su palabra tiene la capacidad de cumplirse en y a través de nuestro corazón. Los corazones humildes oyen bien.

Oración Dios Padre, por favor ayúdame a permanecer lejos de la trampa de evaluar mi capacidad de escuchar por encima de Tu capacidad de ser escuchado. ¡Más bien dirijo mi atención a lo mucho que Tú me amas! Quiero mantener mi enfoque en Ti, no en mis capacidades, ya sean grandes o pequeñas. Yo quiero aumentar mi capacidad de escuchar Tu voz. Pero más que nada, te pido que me ayudes a mantener un corazón humilde, de modo que Tú siempre puedas encontrar un lugar para sembrar las semillas de esperanza y promesa. Te doy gracias de antemano por ayudarme a ser todo lo que Tú me creaste para ser, un oidor de la voz de Dios.

Declaración Fui creado con la capacidad de oír la voz de Dios. Esa capacidad está en mi nueva naturaleza que me fue dada en Cristo. E incluso en mi debilidad, Él es fuerte y es más que capaz de hablar lo suficientemente alto para que yo le oiga. Dispongo mi corazón para ser un oidor de Su voz, ya que sé que vivo por toda Palabra que sale de Su boca. Y declaro que, como oidor de Su voz, voy a hacer todo lo que Él diga que voy a hacer.

13. Si usted vive con cautela, sus amigos lo llamarán sabio. Usted simplemente no moverá muchas montañas

Si bien existe una cautela que nace de la sabiduría, nuestro reto es detectar la falsificación, lo que surge del temor del hombre. Este tipo de miedo es una aflicción del corazón. Nos hace acallar la valentía, preguntándonos lo que alguien va a pensar de nosotros si damos un paso audaz. Creo que este aspecto en particular ha causado un crecimiento más atrofiado en el pueblo de Dios que cualquier otro asunto. Los prudentes a menudo son conocidos por su disciplina y estudio de la Biblia. Por lo general son buenos maestros de los principios de la Palabra de Dios, y guardan silencio aparte de de sus responsabilidades públicas en caso de tenerlas. Estos rasgos pueden todos ser valiosos. Pero tal persona rara vez tiene un efecto en su montaña, por así decirlo. Es mucho más probable que nos enseñe cómo vivir y soportar nuestras montañas. En este contexto, a la timidez se le llama cualquier cosa menos lo que es. Es miedo. Un espíritu tranquilo es del Reino; la timidez no lo es. La historia está llena de historias de hombres y mujeres valientes de Dios que se salieron de la norma aceptable sólo para elevar los estándares de lo que era considerado como la vida cristiana normal. Sus descubrimientos cambiaron la forma en que vivimos, y aún más importante, lo que podemos esperar que ocurra a través de nuestra vida. Pero pagaron un precio. Hoy son los héroes de la fe. Pero en su época, fueron frecuentemente rechazados y calumniados por sus pares. Muchos de ellos murieron solos y fueron despreciados por la iglesia. Tan trágico como parezca, esto revela un problema que todos enfrentamos en alguna medida, pero que no todos estamos dispuestos a aceptar como un reto. Debemos demostrar la vida de Cristo en toda la extensión del amor, la pureza y el poder, sin importar el costo. Smith Wigglesworth fue un hombre así. Su ministerio tuvo un gran impacto en mi familia materna. Mi abuelo me dijo una vez que no a todo el mundo le gustaba Wigglesworth. Por supuesto, hoy en

día es muy respetado como el legendario apóstol de la fe. Pero eso se debe a que él está muerto. Israel hizo lo mismo con sus profetas: Ellos fueron rechazados en su época sólo para ser venerados una vez que habían muerto. Es fácil admirar los logros desde una distancia (ya sea geográfica, o en el tiempo). Es otra muy distinta soportar y respetar a aquellos cuya pasión es vivir un Evangelio auténtico de maneras que desafían nuestras zonas de comodidad. Tal es la naturaleza de la fe verdadera. Ofende a la inmóvil. La fe no se ve en la necedad; ni atrae la atención sobre sí misma. No necesita demostrarse a sí misma, ya que eso por lo general termina en decepción. La fe se centra enteramente en Dios y existe por causa de Él. La fe es activa, y es completamente insatisfecha con teorías e ideales que no pueden ser probados, que no dan fruto. Deriva su vida a partir de la voz y la naturaleza de Dios. Es para Dios, para darle placer y gloria. Tal vida es todo menos una vida cómoda de precaución. Es audaz, valiente, valerosa y arriesgada.

Oración Padre, quiero que mi vida cuente para algo. Para que esto suceda, Tú debes conceder mucha gracia sobre mí. Confieso que he temido lo que otros puedan pensar de mí a costa de tener en cuenta lo que Tú valoras. Perdóname. Estoy cansado de vivir con las montañas que están por fuera de Tus propósitos. Perdóname por darles nombres virtuosos que les han permitido permanecer. Por Tu gracia seré valiente y declararé quién eres sin vergüenza ni miedo.

Declaración Soy valiente y lleno de fe, por mi naturaleza en Cristo. No temeré a ningún hombre, sino que temeré solamente a Dios, y no amaré mi vida hasta la muerte. Acepto esto como el privilegio de cada seguidor de Jesús. ¡Y dejo que se eliminen ahora las montañas para la gloria de Dios!

14. Yo no le presto atención a las advertencias de los posibles excesos de aquellos que están satisfechos con la carencia

El momento

más emocionante en la vida de la iglesia es cuando el Espíritu Santo comienza a obrar con poder. Tantas cosas suceden por fuera de la experiencia habitual que decir que es una temporada de aprendizaje es una enorme subestimación. Y por tanto, comienza la instrucción, se avecina un gran cambio. En medio de los milagros y las vidas cambiadas está el grupo de personas que siempre cuestiona lo que ocurre. Esto no es necesariamente algo malo, ni aunque la humildad y el hambre acompañen a los cuestionamientos y al viaje posterior. De hecho, ninguno de nosotros responde a la obra del Espíritu Santo de la misma manera; ni lo aceptamos en el mismo calendario. Así es como comienza el proceso. La vida adquiere un nuevo significado, de manera individual y colectiva. La tragedia ocurre cuando los cuestionamientos provienen de los guardianes autoproclamados decididos a mantenernos seguros. Les falta el hambre y su virtud compañera de la humildad. Los avivamientos jamás comienzan con los guardianes. Nunca. La preocupación de que algo no sea bíblico ocupa un lugar central, cuando tratamos de comer la carne y tirar los huesos. Todos tendemos a interpretar lo que está delante de nosotros con nuestro conocimiento de las Escrituras, aprendido a partir de nuestra propia historia. El problema es que todos tenemos un conocimiento y una exposición a la verdad limitados. Esperemos que lo que sabemos sea verdad, pero lo que sabemos también es limitado. Esto es cierto para todos nosotros. Por lo tanto, lo que está sucediendo puede ser totalmente de Dios, sin embargo, será rechazado por algunos, ya que es diferente de lo que ya han experimentado. Es bastante gracioso que la mayoría de ellos quieren que Dios haga algo nuevo, siempre y cuando Él lo haga de la manera que siempre lo ha hecho. Algunos cambian a la modalidad de miedo, pensando que las experiencias emocionales son en exceso, y que el exceso es nuestro

mayor peligro. Es cierto que la emotividad le ha causado problemas a la iglesia a lo largo de la historia. Pero la emotividad extrema es fácil de detectar. Más bien, la incredulidad y la resistencia discreta por parte de los escépticos es un enemigo mucho mayor. Es un impostor poderoso, ya que ha sido aceptado en gran parte de la cultura de la iglesia en el mundo como sabiduría e inteligencia espiritual. No es ninguna de las dos. Si valoramos algo equivocado, está autorizado para permanecer. ¿Qué es más peligroso, interpretar las Escrituras por fuera de nuestra experiencia, o interpretarlas a falta de la experiencia? Jamás aceptaríamos una enseñanza sobre la oración de alguien que nunca ha orado. Lo señalo no para decir que cualquier experiencia que una persona dice tener de Dios sea realmente de Dios. Tampoco debemos redefinir el significado de la Biblia, porque un ángel se apareció y le habló a alguien de manera diferente a lo que se piensa que es verdad. La Biblia proporciona el estándar absoluto para la vida y el ministerio. Pero el hecho es que interpretamos las Escrituras ya sea por la experiencia o por falta de ella. Sé que abordar el mover de Dios de esta manera es aterrador para algunos, tal vez para muchos. Pero cuando miro la vida de Cristo y la relación que tuvo con el Padre, y la demostración de la pureza y el poder del Espíritu Santo que fluía de Él, me vuelvo celoso, celoso por lo que fue puesto a disposición de mí mediante Su ejemplo y encargo. Parece ilegítimo desear algo inferior. Se ha temido al exceso desde que existo. He optado por invertir los papeles y ocuparme temerosamente de la carencia. Cuando estoy en la búsqueda de expresiones poco comunes del Evangelio del Reino que se encuentran en la Persona de Jesucristo, lo hago con personas de mentalidades afines, permaneciendo responsables y humildes, pero al mismo tiempo, permaneciendo dispuestos a arriesgarlo todo para obtener el estilo de vida a disposición de todos los que aceptaron contribuir con su encargo. El latido del corazón de la esperanza anula todos los miedos, lo que nos permite apoyarnos en lo que Dios dice y hace. Vivir en esta seguridad trae tal descanso.

Oración Padre, por favor, dame un verdadero discernimiento en esta hora para los desafíos que enfrento con el fin de entrar en una expresión más plena del Evangelio como se encuentra en mi Señor Jesucristo. Anhelo ver todo lo que has destinado para mí en esta vida en ambos reinos de la pureza y el poder. Esta es mi esperanza. Por favor, rodéame de gente con un corazón y una mente afín para que yo pueda ilustrar esta vida en la comunidad. Oro estas cosas para que el nombre de Jesús sea exaltado en toda la tierra.

Declaración Dios dispuso hacer más en y a través de mí de lo que me pueda imaginar. Por lo tanto, dispongo mi corazón, para esperar y anticipar que fluya la vida extraordinaria de Jesús sin problemas a través de mí. Nací para este propósito para Su gloria.

15. Jesús estropeó cada funeral al que asistió, incluso el suyo propio

Probablemente hay

muy pocos creyentes que no se emocionan con lo que Jesús hizo, según lo registrado en los evangelios. Los evangelios contienen los testimonios vivos de la naturaleza y el corazón de Dios, quien ama a la gente más allá de nuestros sueños más osados. El reto viene en nuestra respuesta a lo que Él hizo, que en cierto modo está determinado por nuestra respuesta a algunas preguntas pertinentes. ¿Terminó el tiempo de los milagros cuando murió el último apóstol? ¿O se terminó cuando se completó el canon de las Escrituras? La idea de cesación de ninguna manera se basa en la revelación misma de las Escrituras. Y ciertamente no se puede encontrar en la vida, las enseñanzas ni en las profecías de Jesús, quien representa la teología perfecta. Si bien algunos sostienen esa opinión, su número disminuye continuamente a medida que el ministerio milagroso de Jesús es cada vez más evidente en la iglesia de hoy en todo el mundo. Esto es especialmente cierto cuando el número de creyentes aumenta cada día, como se registra en Hechos. El cese de los milagros es una doctrina inventada por la mente del hombre, creada para que obedezca la creencia de que ya no existen. Si, entonces, creemos que los milagros son para hoy, nos enfrentamos a otra pregunta: ¿Ocurren solamente como actos soberanos de Dios (donde Él los inicia y nosotros observamos), o desempeñamos nosotros un papel en el resultado? Muchas personas del primer grupo se trasladan al grupo que dice que los milagros son posibles, pero sólo si Dios los inicia. Estoy muy agradecido por el avance, pero ese enfoque parece anular el hecho de que a los discípulos se les ordenó sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, etc. (véase Mateo 10:8). No se les manda observar las invasiones soberanas de Dios en las situaciones imposibles. Eso es un hecho, y es la alegría de todo creyente. Pero queda un mandato que exige obediencia y seguimiento de nuestra parte. Dios responde

frecuentemente a nuestra obediencia, ya sea con respecto a un milagro de curación o a la salvación de un alma. La otra pregunta que vale la pena considerar aquí es la siguiente: Si Jesús quiso que nosotros estuviéramos involucrados en la sanidad de los enfermos, en la resurrección de los muertos, etc., ¿qué patrón seguimos? ¿Nos mostró Jesús lo que Dios podía hacer? O ¿Él nos muestra lo que una persona podía hacer cuando se encontraba en una relación correcta con Dios? Creo lo último. Si bien Jesús fue, y siempre ha sido, completamente Dios, Él eligió vivir con las limitaciones de un hombre. Eso nos lleva al siguiente punto: ¿Nos dio Jesús realmente un ejemplo que podía ser seguido por el creyente promedio? ¡Creo que la respuesta es, sin duda, sí! Jesucristo representa la teología perfecta. Él es amor. Y el amor cambia las cosas. No hay constancia de que Él asistiera a un funeral y dejara a la persona muerta. No creo que eso signifique que la gente no deba morir, ya que las Escrituras dicen que la muerte es una cita para cada persona. Pero Jesús parecía encontrarse en situaciones donde las personas fallecían fuera del tiempo de Dios. Como mínimo, deberíamos al menos intentar hacer lo que Jesús hizo, incluyendo resucitar a los muertos. El miedo a hacer el ridículo ante los demás impide que muchas personas respondan a este mandato del Señor. Además, tal vez nunca podremos hacer bien esta tarea. Pero eso no me da el derecho a cambiar la tarea a lo que sí hago bien, y luego llamar eso mi ministerio.

Oración Padre, por favor ayúdame a no quedarme atrapado en una vida de la posibilidad humana. Quiero representarte mucho así como Jesús lo hizo, demostrando la vida de resurrección que Jesús puso a mi disposición. Quiero pensar diferente acerca de las situaciones que parecen desesperadas e imposibles, reconociendo que nada es imposible para Ti. Sólo cuando Tú digas que se ha culminado, quiero dar marcha atrás a mi búsqueda de avanzar. Por favor, ayúdame con esto.

Declaración

Me propuse pasar el resto de mi vida aprendiendo lo que significa vivir una vida con el poder y la presencia de la resurrección. Sé que es de esta manera que mejor puedo representar al Padre de la vida como lo hizo Jesús. ¡El ejemplo que Jesús me dio, junto con Su gran comisión, es suficiente para que yo responda con un sí rotundo! Voy a seguir con todo mi corazón, para la gloria de Dios, nuestro Padre.

16. La fe crece mediante su uso

Pasar demasiado

tiempo de mi vida en los aviones y sentarme en las reuniones es una receta para los problemas de la salud. Tanto el ejercicio como una dieta saludable son vitales para tener una vida exitosa, sin mencionar la vida vibrante que quiero. Le debo a Dios el estar en plena forma. Me he dado cuenta que estas dos áreas son esenciales para el cuerpo, así como para el alma. No me tomó mucho tiempo darme cuenta de que soy mucho más creativo y alerta mentalmente, cuando soy consistente en la disciplina del ejercicio. Hay mucho que decir también sobre el efecto de la actividad física y de comer bien en la vida emocional. Comencé a levantar pesas hace algunos años, ya que ya no podía estar activo en los deportes competitivos de mi juventud. ¡Al hacerlo, me di cuenta que me encantaba! Como familia escogimos esta actividad y noté muy rápidamente su impacto en nuestra vida. No sólo éramos más listos mentalmente, sino que en realidad empezamos a pensar de manera diferente. Comencé por primera vez en mi vida a mirar la comida como alimento. No era que el sabor no me importara, ya que Dios creó la comida para nuestro placer. Más bien fue el hecho de que me di cuenta del efecto que tenía una comida a primera hora de la tarde, sobre la sesión de los ejercicios de la noche. No me gusta hacer las cosas a medias, así que empecé a estudiar los efectos de ciertos alimentos sobre el cuerpo, así como sus efectos sobre mi fuerza y mis niveles de energía. Como resultado, comencé a comer para la sesión del entrenamiento. Esta analogía sirve profundamente en el tema de la fe. La fe es para nuestro corazón/ser interior lo que los músculos son para nuestro cuerpo. La fe es lo que permite que la obra de Dios se haga con eficacia a través de nosotros. “La fe sin las obras está muerta” (Santiago 2:26). Nosotros no nos esforzamos para conseguir la fe. Ese tipo de esfuerzo es anti-productivo. Pero sí nos esforzamos para que ésta crezca, ya que la fe crece con el uso. Todas las personas

hemos recibido una medida de la fe. Lo que hacemos con lo que tenemos determina lo bien que maduramos como discípulos de Jesús. Una percepción adicional sobre la fe que aprendemos del mundo del ejercicio y del estado físico es el hecho de que a veces llegamos a estancamientos en nuestro desarrollo. Un músculo necesita una sacudida para su crecimiento, cuando este alcanza un punto muerto en su desarrollo. Eso se puede hacer de varias maneras diferentes. Una implica trabajar el mismo músculo con un ejercicio diferente, abordándolo desde un ángulo diferente. Nuestra fe a veces se estanca porque nos quedamos atascados en una rutina. Nos acostumbrados a hacer las cosas de cierta manera, en nuestro caminar con Cristo. El ejercicio de ayer que sacudió a nuestro sistema para un mayor crecimiento se convierte en la rutina de hoy. En todos los milagros de Jesús registrados en las Escrituras, ninguno de ellos se realizó de la misma manera que el anterior.

Oración Padre, te creo. Confío en Ti. Aunque me encantan las lecciones de ayer, no quiero que me limiten a una rutina o una fórmula. Por eso te pido que me concedas la gracia de escuchar siempre Tu voz. Es mi vida. Siempre quiero saber lo que Tú dices y haces, para no estancarme en mi fe. Gracias de antemano por la respuesta a esta oración.

Declaración Yo soy una persona de fe. Nací para creer en Dios. Debido a esto, no hay necesidad de que en algún momento me estanque en mi fe. Dispuse mi corazón para glorificar a Dios al depender en Su voz para mi vida.

17. A veces Dios nos da un promesa, en lugar de responder nuestra oración

A menudo

tratamos la oración como si estuviéramos usando una máquina expendedora: Presentamos nuestras peticiones, y, si tenemos suerte, obtenemos las respuestas que queremos. Oramos y Dios responde. Si bien hay algo de verdad en esa idea, no proporciona la imagen completa. De ninguna manera. La oración es una expresión de una relación. Es la interacción del Creador con Su creación, que nos lleva a nuestro propósito eterno. Es la escuela de Dios, que forma a Su pueblo para gobernar y reinar con Cristo. El hecho de saber este sencillo principio nos da la esperanza para todo nuestro caminar con el Señor. Forma parte de la naturaleza de Dios responder a la oración. A Él le encanta satisfacer el clamor de nuestro corazón. Él es un padre, el Padre máximo. La oración representa la alianza entre Él y aquellos creados a Su semejanza. Pero el deseo de su corazón para nosotros es mucho más grande que el hecho de responder a nuestras peticiones de poder pagar el recibo de la luz o lo que sea por lo que estemos orando. Su deseo de edificar a las personas a su semejanza a través del uso adecuado de su autoridad y poder se encuentra en primer plano, ya que todo lo que Dios hace es para este fin, para tener a personas que le representen bien, fielmente. Una gran parte del propósito de Dios para nosotros es hacernos vivir responsablemente. Eso, por supuesto, incluye vivir con rectitud y no para nosotros mismos. Pero es más. Vivir responsablemente es vivir con responsabilidad divina. Se trata de hacer lo que Jesús haría si Él estuviera en nuestro pellejo. Pero incluso eso necesita una aclaración, ya que es lo que Jesús, como el resucitado, ascendido y glorificado, haría si se hallara en nuestro pellejo. La vida del creyente es para demostrar el poder y el propósito de la resurrección sobre todo enemigo de la humanidad. Nuestro papel difiere en las distintas estaciones de nuestra vida. En algún momento, nuestra tarea podría ser simplemente

mantenernos al margen y ver lo que Dios realiza por nosotros. Pero luego eso cambia, y debemos tomar conciencia del cambio. En lugar de ver que Él obre, nosotros obramos. Pero nuestro esfuerzo no es independiente de Él. Todo lo contrario. Él obra a través de nosotros. Él nos equipa con propósito, dándonos una promesa en lugar de la respuesta. De esa manera, nos vemos obligados a aprender a creerle, antes de que llegue la respuesta y luego aprender a ejercer Su voluntad en las circunstancias que sean contrarias a la promesa dada. Esto forma parte de lo que significa ser un colaborador con Cristo. Él trabaja, y nosotros trabajamos con Él. Jesús estaba constantemente capacitando a Sus discípulos para este fin. Es por eso que Él les enseñó a hablarle a una montaña para que se quitara. Fue Su propósito maldecir la higuera que no dio ningún fruto fuera de temporada. Él los condujo a tormentas para ver si habían captado las lecciones poderosas en cuanto a Su discurso. Fue en estas lecciones, superando en número incluso Sus lecciones sobre la oración, que Sus discípulos fueron capacitados para poner en práctica y hacer cumplir la voluntad de Dios en la tierra. Esta es la tarea de cada creyente. Las respuestas a la oración revelan Su bondad. Dios revela Su deseo de conducirnos a nuestro propósito eterno, cuando Él nos da una promesa en lugar de una respuesta. Su anhelo es suscitar personas para las responsabilidades dadas por Él.

Oración Padre, necesito Tu sabiduría para conocer las diferencias en las diferentes temporadas de mi vida. Quiero saber cuándo mantenerme al margen y observarte obrar en mi beneficio y el momento de aceptar mi responsabilidad de hacer cumplir Tus propósitos en la tierra. Por favor, dame la claridad de mente y corazón para este fin, de modo que siempre pueda vivir con la esperanza sólida.

Declaración Se me ha dado el privilegio de orar y ver a Dios obrar a mi favor. Y se me ha dado el gran honor de Su promesa y colaborar con Él para ver Su voluntad hecha realidad en la tierra. Acepto esta misión con emoción reverente, todo para Su gloria.

18. En la gracia, la capacidad de obedecer se origina en la orden. En la ley, usted termina actuando

Uno de

los mayores trozos de buenas noticias que podríamos oír es que somos libres de la Ley. Probablemente sea una simplificación excesiva, pero básicamente significa que ya no tenemos que tratar de ganarnos nuestra justicia a través de lo que hacemos o no hacemos, que, por cierto, es imposible. Por eso necesitamos un salvador. La Ley plantea exigencias sobre el comportamiento que nadie ha sido capaz de cumplir, a excepción de Jesús, es decir, Aquél que en realidad cumplió con los requisitos de la Ley en nuestro nombre, y una vez por todas pudo satisfacer su apetito. Uno de los mayores errores cometidos en la discusión de la ley contra la gracia es la idea de que la gracia no le plantea exigencias al creyente, que la ley requiere de acción y la gracia quiere que solamente “seamos”. Esto simplemente no es verdad. Si bien “morar en Cristo” es una posición increíble de descanso para el discípulo que ama a Jesús, esto no nos exime de la necesidad de la acción y la obediencia. La Ley, por ejemplo, prohíbe el asesinato. Pero la enseñanza de Jesús, la base para el mensaje de la gracia, dice que es igual de malo estar enojado con un hermano e insultarlo. ¡Vaya! Seamos honestos. Es mucho más fácil no matar que no enojarse ni insultar a la gente. Sin embargo, Dios ve la hostilidad de una persona que insulta a otra como la semilla de un asesinato en sí. Si crece y madura en un ambiente de deshonra y rechazo hacia otra persona hasta que esté totalmente formada, terminará en el asesinato. A pesar de que rara vez ocurre, desde la perspectiva de Dios, la semilla es tan podrida como el fruto. Y es la gracia la que da la advertencia. Así que ¿cómo es que la gracia puede ser más exigente que la ley? La naturaleza profunda de la gracia no es que no haga ninguna exigencia de nosotros; es que cada orden viene con la capacidad para realizarla. Otra manera de expresarlo, y tal vez una más

sencilla, es decir, la Ley exige, la gracia habilita. Ésa es la increíble diferencia entre las dos. Cuando Dios habla, Él reviste de poder. Es uno de los ejemplos más gloriosos del corazón del Padre. Su deleite en nosotros inspiró el concepto de colaborar con nosotros. Esta hermosa alianza entre Aquél que es infinito y su creación finita se demuestra bien en Ezequiel 2:1-2: “Y me dijo: Hijo de hombre, ponte en pie para que yo te hable. Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso en pie; y oí al que me hablaba”. Dios le dijo a Ezequiel que se pusiera en pie. Lo siguiente que supo fue que el Espíritu Santo le puso en pie. El mensaje no es que Dios hace las cosas por nosotros, que somos capaces de hacer por nuestra cuenta. Anterior a esta obra del Espíritu en él, el profeta Ezequiel estaba postrado ante el Señor de la gloria, incapaz de moverse. Así que el Señor le dio una orden y luego lo capacitó para cumplirla. El mismo concepto se repite una y otra vez a través de este Evangelio del Reino. Él nos ordena sanar a los enfermos, cuando no tenemos la capacidad para hacerlo. Ceder a la orden de hacer lo imposible es lo que nos conecta con la gracia propicia de Dios. Permanecer en Su amor nos posibilita amar. Santiago destaca este concepto con la siguiente declaración: “recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas” (Santiago 1:21). ¿Dónde está la capacidad de la salvación? Está en la Palabra. Esta es la mejor imagen del proceso de la gracia. La humildad es la condición del corazón tierno. Éste recibe la semilla, la Palabra de Dios. La palabra de la gracia es la que trae la capacidad para llevar a cabo lo que se ordena.

Oración Padre Celestial, me encanta Tu voz y estoy vivo porque me hablas. Muchas gracias por Tu generosa palabra de promesa y esperanza. Ayúdame a reconocer las veces que me has hablado cosas que sé que no puedo hacer, pero soy “honrado” para hacerlas. No quiero que mi estrechez de pensamiento paralice mi potencial, cuando Tú ves las cosas de manera diferente a mí. ¡Recibo Tu Palabra con humildad, confesando que todos los avances son para Tu gloria!

Declaración

Confieso con María, cuando se enfrentó a la tarea más imposible: “hágase conmigo conforme a tu palabra”. Lo imposible ahora es posible, porque mi Padre me ordena hacerlo. Acepto Su Palabra con un corazón humilde para que pueda presentarle el fruto de lo imposible. Y permanezco en Su amor por mí, que a su vez me capacita para amar, para la gloria de Dios.

19. Su forma de pensar expresa la fe o la marchita

La fe

afecta nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos también afectan nuestra fe. Ganar la batalla por la mente es fundamental para el desarrollo de una vida como la de Cristo. Sería un grave error, sin embargo, pensar que la fe proviene de la mente. No. Proviene del corazón. La fe no es de naturaleza intelectual. Las Escrituras dicen: “Por la fe entendemos. . . .”. No es al revés. La fe ayuda a la mente a captar las cosas que normalmente estarían por fuera de su alcance y dispone a la mente para su desarrollo de una manera saludable. La verdadera fe es superior a la razón. Sin embargo, la mente renovada es también importante, mejora la vida de la fe, de la misma manera que los bancos de un río afectan el agua que fluye. Proporciona un curso definido para un propósito divino. La fe afecta mis pensamientos porque las promesas de Dios sobre mi vida son coherentes con mi manera de pensar y le dan forman. En ese caso, el miedo ya no me define, ya que vivo con la convicción de que Dios tiene una respuesta para cada situación. Pero no se limita a la convicción de que hay respuestas a las situaciones difíciles o imposibles. También tengo que pensar de forma diferente sobre mí mismo y los demás, de acuerdo a Su corazón. La fe corrige las percepciones y nos alinea con el corazón de Dios hacia los demás. Esto nos permite hacer lo que Jesús hizo cuando Él llamó al ferviente Pedro quien también era inestable, una roca. Jesús vio correctamente. Otros no lo hicieron. Una mente renovada ve desde la perspectiva divina. En nuestra vida, es el resultado del arrepentimiento, ya que el arrepentimiento, significa básicamente cambiar nuestra forma de pensar. Considera las esferas de la posibilidad que no son naturales, o tal vez con mayor exactitud están más allá de la naturaleza. Los que no tienen a Cristo en el centro de su pensamiento viven dentro de una prisión de restricciones que Dios nunca dispuso. El miedo a menudo dicta

cómo piensa la gente, pero el miedo nunca da el fruto de lo imposible. La sabiduría debería abordar más que la supervivencia; la sabiduría debería conducir a avances orientados al Reino. ¿Cómo cambiaría su pensamiento si nada fuera imposible, si no hubiera remordimientos obsesionándole por su pasado, si usted tuviera los recursos ilimitados para lograr todo su propósito en la tierra? La fe afecta el razonamiento humano mediante la eliminación de los límites y los obstáculos a los que nos hemos acostumbrado. Es hora de dejar que la fe surta su efecto completo en nuestra mente. Simplemente veamos lo que podría ser posible en nuestra vida.

Oración Padre, jamás quiero que mi arrepentimiento sea sólo superficial. Quiero ser inducido profundamente al arrepentimiento, ya que debo tener Tus pensamientos y ver desde Tu perspectiva. Permite que todas las actitudes y pensamientos de mi corazón te agraden en todo momento. Quiero que la mente de Cristo se convierta en mi posesión diaria, mi expresión diaria. Sé glorificado con mi forma de pensar.

Declaración La mente de Cristo es mi herencia. No voy a luchar por lo que se me ha dado gratuitamente. Por la gracia voy a pensar de una manera que glorifique a Dios y me establezca en una fe que cambie las cosas.

20. El agradecimiento y la sed crean el ambiente para el ensanchamiento

Debemos administrar bien los momentos que tenemos con Dios, para acceder a las respuestas que anhelamos. No creo que nos ganemos las respuestas, pero sí creo que podemos impedirles que lleguen, al no responder a las maneras de Su Reino. Debemos prestar atención a lo que Dios valora, para administrar bien estos momentos. Si bien la lista es larga, los dos rasgos más necesarios son el agradecimiento y la sed. Esos dos aspectos de la esperanza, mantenidos en tensión, nos ayudan a proseguir adelante, pero también nos ayudan a mantener un corazón adecuado hacia Él “hasta que llegue la respuesta”. Esta esperanza perdurable es nuestra garantía . . . hasta entonces. Oramos debido a la sed. El deseo adquiere características sobrenaturales, cuando nos conduce a la presencia del Señor para traer una petición. Pero a veces el Señor responde a una oración de manera diferente a lo que esperábamos. Le he visto responder la oración en forma de semilla en lugar del avance completo que estábamos buscando. El agradecimiento es fundamental en ese punto. Una de mis historias favoritas de la Biblia es cuando Jesús multiplicó los alimentos. Juan 6:11 dice que pudieron alimentar a las multitudes con la pequeña ración de alimento, después de que Él dio gracias por lo que tenía. Esa es una declaración bastante extraordinaria. Lo poco se multiplicó en la atmósfera del agradecimiento. He visto demasiadas veces a través de los años cómo las personas malogran sus propios milagros. Permítame darle un ejemplo. Digamos que una persona no tiene movimiento en su brazo izquierdo debido a un hombro rígido, y ella viene por oración. A medida que yo comienzo a orar, ella empieza a mover su brazo, pero aún no con movimiento total. Así que ahora ella puede moverlo unos cuarenta y cinco centímetros desde su costado, pero entonces

es como si encontrara una pared. Casi siempre esa persona va a decir: “No, no se ha sanado todavía”. Algo que odio son las exageraciones. Nunca quiero que alguien finja que ha sucedido un milagro cuando no es así. Pero, ¿qué ocurrió realmente en este caso? En un momento, ella no tenía movimiento. En el siguiente, ella tiene cuarenta y cinco centímetros de movimiento. Es obvio que no es lo queremos que sea, pero ¿por qué es tan raro el agradecimiento a esta altura? Si yo estuviera ahorrando mi dinero con el objetivo de obtener $10.000 dólares para comprar algo muy importante para mi familia, y alguien me diera un cheque por $3.000 dólares, ¿estaría yo agradecido? ¡Por supuesto que sí! Me dirijo en la dirección correcta. Lo mismo sucede con la sanidad u otros tipos de milagros. A veces el Señor nos da una semilla. Y es la atmósfera del agradecimiento lo que libera esa semilla a su potencial. El alimento se multiplicó para Jesús después de que Él dio gracias. Cuando Él estuvo agradecido por el almuerzo de un niño, se volvió suficiente para alimentar a miles de personas. El agradecimiento tiene ese tipo de poder, sobre nosotros y sobre nuestras circunstancias. Si hubiera una característica que yo pudiera desear en los hijos de Dios, sería el agradecimiento. No hay nada que transforme tanto la vida en su impacto sobre la actitud y la conducta como ese simple rasgo. Y es ese rasgo que libera el potencial sobrenatural de las promesas de Dios sobre todo lo que nos concierne.

Oración Padre, necesito ver las cosas como Tú lo haces. Entonces sé que estaría agradecido todo el tiempo. Tú has sido muy bueno conmigo, y Tú mereces el honor de una respuesta de agradecimiento de mi parte en todas las situaciones. Ayúdame a aprovechar las oportunidades que tengo ante mí que parecen tan intimidantes y a invadirlas con un corazón agradecido. Y por favor, ayúdame a no sólo usar esto como una herramienta para el avance, sino, más bien, que sea la expresión honesta de mi corazón esperanzado por Tu fidelidad hacia mí. Gracias.

Declaración

Dios es bueno y Dios es fiel; este es mi motivo de esperanza. Él se ha entregado a las cosas que me preocupan. Debido a eso, voy a honrarlo con agradecimiento antes de que llegue la respuesta. Lo honraré mientras se desarrolla la respuesta ante mis ojos. Y una vez que el avance esté en plena forma, voy a seguir declarando Su grandeza. Pues Él es digno de toda honra.

21. No tiene sentido el estudio de la Biblia sin la experiencia de la Biblia

No es

posible exagerar el valor de la Palabra de Dios para nuestra vida. Es nuestra vida, nuestro alimento, nuestro pan de cada día. Y si bien no es posible exagerar, sí es posible tergiversar. Los líderes religiosos de la época de Jesús lo hicieron muy bien. Jesús confrontó una de esas ambigüedades cuando dijo: “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. (Juan 5:39-40). La vida es el objetivo de la lectura de la Biblia. La vida se mide en sus libertades, sus novedades. La transformación de una persona es el producto final del estudio de las Escrituras. Vivimos de toda palabra que proviene de Su boca. Trágicamente, las personas que no tienen un encuentro con Aquél a quien señalan las Escrituras a menudo son los jueces más críticos de los demás. Terminan trabajando en contra de aquello por lo que piensan que trabajan. Por supuesto, como lo mencioné antes, la iglesia comete un gran error cuando se valora la experiencia más que las Escrituras. Existen historias de horror legítimas en las que un gran engaño entró en la vida de una persona o incluso en un grupo de personas, un movimiento, cuando interpretaron la Biblia a través de sus experiencias. En general, en estos casos, las personas hicieron sus propias interpretaciones de las Escrituras las cuales, en su mente, eran nuevas y frescas. O tal vez vieron a un ángel o tuvieron una visión o algo inusual sucedió que los llevó por el acantilado del razonamiento. El final de estos individuos es el engaño y la esclavitud. En realidad lo he visto de primera mano. Y debe ser una preocupación para cualquier persona que tenga sed de lo que dice la Biblia. Pero no es menos peligroso interpretar las Escrituras aparte de la experiencia. Una vez más, ¿recibiría usted los conocimientos y

la instrucción sobre lo que significa nacer de nuevo de alguien que no lo ha hecho? Lo dudo. Muchas personas critican a aquellos que anhelan experimentar más de Dios, pero yo no confío en los que no lo hacen. No vamos a mantenernos libres del engaño al abandonar la experiencia. De hecho, los que no tienen más sed de Dios ya están engañados. A menudo los círculos religiosos son conocidos por el control extremo que ejercen sobre las personas, situaciones y el entorno que los rodea. El control entonces se convierte en el protagonista del momento. El estudio de las Escrituras sin dejar que el Espíritu Santo nos enseñe nos pone en control. Él siempre nos lleva a Jesús. Ir a Aquél a quien señalan las Escrituras le pone a Él en control. En otras palabras, cuando la Biblia es un fin en sí mismo, nos da una medida de aprendizaje, pero ninguna transformación personal. Uno de los problemas principales que Jesús tuvo con los escribas y fariseos fue su enfoque a las Escrituras. Eran muy distinguidos según los estándares educativos que les rodeaban. Podían citar, recitar y enseñar a otros los mandatos de Dios, junto con los mandatos que crearon a partir de lo que ellos pensaban que Dios quería. Pero no podían hacer lo que les enseñaban a otros a hacer. No hubo la impartición de la gracia que en realidad les permitiera obedecer la Palabra que estudiaban. La conclusión era que no tenían ninguna relación con la Persona de la cual estudiaban; por lo tanto, no había ninguna habilitación para obedecer. Pasaron por alto la parte más importante de la vida a la que ellos pensaban que le habían dicho que sí, a vivir, disfrutar y ofrecer el amor de Dios. No estaban ni cerca. Me encanta demasiado la Palabra de Dios. Está viva. Habla. Cuanto más la leo, más quiero leerla. La sed por la sabiduría y el entendimiento tiene que ser la sed más natural que exista para el discípulo de Jesús. El leer la Biblia con mi corazón bien abierto me lleva a una mayor rendición en la búsqueda de Aquél a quien se señala en todas las Escrituras, a Jesús. Es bueno para mí recordar que si por alguna razón disminuye la sed, hay una solución práctica. En este reino, a usted le da sed, saciándola.

Oración Padre, me encanta el regalo de la sed que me has dado. Confío que Tú nunca me darás una piedra en lugar de pan. Toda mi confianza está depositada en Ti. Tú eres el Padre perfecto, el Dios del amor perfecto, que se deleita en nosotros más allá de nuestra capacidad de deleitarnos en nosotros mismos. Gracias por eso. Y mientras leo diariamente Tu Palabra, por favor ayúdame a ver lo que necesito ver y ser cambiado en todo lo que Tú planeaste para mi vida desde el principio.

Declaración Me encanta la Biblia. Me encanta que Dios hace que ella sea el testimonio vivo de mi maravilloso Salvador, Jesucristo. Acepto el privilegio de tener un encuentro con Aquél a quien señalan las Escrituras. Me deleito en todo lo que dice acerca de mí y del propósito de cambiar mis pensamientos como corresponde. ¡Por la gracia de Dios, voy a tener éxito en estas cosas para que Dios sea glorificado!

22. Fuimos concebidos para invadir lo imposible

Es algo maravilloso ver a Dios usar los talentos naturales y los recursos para lograr sus propósitos. Renunciar a estas áreas de nuestra vida para su uso es vital y refrescante. Pero es trágico cuando el punto álgido de la vida del creyente está en lograr algo que sea humanamente posible. La construcción de edificios, la recaudación de fondos para los proyectos, la entrega de nosotros mismos para satisfacer las necesidades básicas de las personas, ¡todo ello debe hacerse! Ése es el lado práctico de nuestra fe. Sin embargo, cualquiera de los muchos clubes de interés humano en nuestras ciudades también pueden realizar la mayoría de los logros de esta naturaleza. Lo único que necesitamos para alcanzar esas metas es gente, talento y dinero. Si bien estos logros son importantes, no deben ser considerados los ejemplos máximos de esta vida de fe. Además, debemos ser conocidos por el servicio práctico. El además es lo que a menudo se olvida. El además es lo imposible. El Espíritu del Cristo resucitado vive en cada creyente. El poder de la resurrección de otro mundo, que supera la razón, define nuestra naturaleza como seguidores de Jesús. La invasión de lo imposible es nuestro derecho de nacimiento. Le da a Él la oportunidad de manifestar su corazón por las personas, al superar lo que puede hacerse en lo natural. Esta es otra situación de la vida del Reino que no es una alternativa. Debemos construir los edificios, apoyar a los misioneros, alimentar a los pobres y todas las demás cosas que hacemos que demuestran efectivamente el corazón de Dios. Pero esas cosas nunca van a satisfacer el corazón del creyente, ni el corazón del pre-creyente que anhela tener una relación con el Dios todopoderoso. Debemos detener al mentiroso, destructor y ladrón. Para que esto suceda, necesitamos más que el dinero y el tiempo. Necesitamos el poder, del tipo que Jesús llevó a la oscuridad de Su época.

Jesús demostró estas cosas un poco diferente a la forma en que la iglesia aprendió a hacerlas. Él se esforzó por destruir las obras del diablo, que son la muerte, la pérdida y la destrucción. Vemos las huellas dactilares del diablo, donde existen esas tres cosas. Y esas huellas revelan nuestra misión. Por naturaleza, eso significa que nuestra tarea es llevar resurrección como una respuesta a la muerte, ganancia como una respuesta a la pérdida y restauración como una respuesta a la destrucción. Jesús fue muy práctico. Pero ser práctico para Él es diferente a ser práctico para nosotros. Nuestra idea de lo práctico es la de entrenar a perros lazarillos para ayudar a los ciegos. La idea de Jesús de lo práctico era sanar a los ciegos. Lo práctico en Su mundo es poco práctico en el nuestro, sin embargo, completamente necesario. Su misión es nuestra misión. La comisión de Jesús fue la de invadir lo imposible. Nuestro tiempo y talentos son importantes, pero no van a lograr la Gran Comisión.

Oración Padre, necesito realmente Tu ayuda con esto. Con frecuencia reduzco Tu voluntad a lo que puedo hacer con o sin Ti. Perdóname por eso. Ayúdame a ver las situaciones del entorno, de la misma manera en que Jesús las vería. Quiero demostrar Tu corazón por las personas con mi dinero y tiempo, pero también con lo que Tú me has dado de tu mundo, el poder de los cielos. Voy a aceptar Tu corazón hasta que Tu corazón se vuelva el mío.

Declaración Fui concebido para lo imposible. Mi herencia es ver las imposibilidades de la vida que doblan sus rodillas ante el nombre de Jesús, a través de mis labios. Voy a seguir dando y sirviendo, pero también creeré hasta que el poder de Dios se vea en mí. ¡Anhelo esto para que Dios pueda recibir la gloria en toda la tierra!

23. Se necesita valor para esperar lo mejor. Cualquier persona sin esperanza puede esperar lo peor

Leer los

periódicos o ver las noticias en la televisión nos expone a niveles de malas noticias en proporciones desconocidas antes de esta generación. Esta es la generación de la información instantánea. Podemos enterarnos en instantes de una tragedia o una crisis en el otro lado del planeta. Además de eso, las malas noticias se venden. La mayoría de los estadounidenses estuvimos pegados a nuestros televisores durante muchas horas al día para obtener la última explicación posible de lo que sucedió y por qué, tras los ataques terroristas en Estados Unidos en septiembre de 2001. No estoy diciendo que eso estuvo mal. Y no estoy diciendo que las agencias de noticias nunca informan las buenas noticias. Sin embargo, su negocio no puede sobrevivir únicamente de noticas positivas. Una de las editoriales cristianas en los Estados Unidos trató hace muchos años de crear un periódico con solo buenas noticias. Entró en quiebra. Las buenas noticias no se venden, ni siquiera a los creyentes. Mi esposa es la mejor que yo conozca para la oración mientras se transmiten las noticias. Lo hace porque vive con una gran esperanza, pase lo que pase. Es una forma viable de mantenerse informada, y a la vez de vivir de una manera proactiva para motivar las respuestas de Dios en un mundo disparatado y confuso. Sin embargo, el problema persiste, incluso para los intercesores que oran por las noticias. Si no tenemos cuidado, el flujo constante de las malas noticias va a nublar nuestra conciencia de lo que Dios dice y hace. El engaño se afianza y nos posiciona para vivir y actuar a la defensiva, en lugar de seguir respondiendo a la dirección de Dios. Tal inundación de malas noticias puede crear una situación extraña para el creyente: aprendemos a ser animados a través de las malas noticias. Dado que al parecer no podemos resolver la enormidad de la crisis que asuela a todo el mundo, lo único que

queda es mirarlas como una señal de los tiempos. Decimos algo como: “Bueno, es sólo otra indicación de que estamos en los últimos días”. Ser animados con las malas noticias es una perversión. El enemigo elige esta estrategia de bombardear nuestra mente, queriendo apagar nuestra esperanza para el futuro. La desesperanza atrae a lo demoníaco. Cuando Jesús declaró que habrían “guerras y rumores de guerras”, Él no nos dio una promesa; Él describió las condiciones en las que iba a enviar a su ejército para el último día. Estamos aquí para hacer una diferencia. Tenemos que vivir intencionalmente en el espíritu opuesto al del clima imperante, cuando reconocemos un clima espiritual que es diferente al del Rey y su Reino. Si no lo hacemos, vamos a estar influenciados por ese ambiente negativo. Fuimos concebidos por Dios para ser un pueblo de extraordinaria esperanza. Aprender a mantener la esperanza es una de las partes más importantes de la vida del creyente, principalmente porque atraemos lo que estamos buscando. Así que busque buenas noticias. Esté atento a las noticas de lo que Dios hace en el mundo. El número de conversiones en esta hora es asombroso. El gran número de personas que resucitan de entre los muertos escapa nuestra comprensión. La fundación de iglesias está en su punto más alto. La transformación de las ciudades y las naciones está incrementando rápidamente. Los líderes de los países y las industrias están recurriendo a Jesús en cifras nunca antes vistas. Estas cosas son ciertas, absolutamente ciertas. Examine en las Escrituras las promesas de Dios para los últimos días. La Biblia está llena de promesas impresionantes para la época en que vivimos. Si se convierten en parte de su dieta fija, nunca jamás será animado por las malas noticias. Más bien, usted será una fuente de esperanza a todas las personas a su alrededor. La esperanza es un imán. Usted atraerá a su vida a las personas que buscan las respuestas que usted tiene.

Oración

Padre Celestial, gracias por hacerme un ciudadano de Tu mundo, a pesar de que todavía estoy vivo en el planeta tierra. Ayúdame a vivir con la esperanza que sea coherente con Tus promesas. Sé que las tinieblas nunca te han intimidado. No quiero nunca más caer en la mentira de que las tinieblas están ganando. ¡Te honro por el hecho de que no habrá fin para el aumento de Tu gobierno! Tu expresión de autoridad sólo se extiende. Ayúdame a verla y transmitirla bien al mundo a mi alrededor.

Declaración Soy un agente de esperanza; la esperanza eterna y sin fin que mi Padre me dio. No voy a reaccionar a los poderes de las tinieblas. Más bien, voy a responder a lo que Dios dice y hace. Esta es mi posición privilegiada en la vida. Y esto lo haré para la gloria de Dios.

24. Una de las grandes tragedias de la vida es que personas sin amor interpreten la Biblia

Trato inevitablemente

a las personas con juicio, falta de respeto y dureza, cuando mi necesidad de parecer perfecto es mayor que mi deseo de mostrar el amor de Dios. El Antiguo Testamento está lleno de tantos desastres que no es difícil escoger una aproximación airada a la vida y al ministerio. Es decir, hasta que se considera a Jesús. Por eso insisto en la importancia de dejar que el Espíritu Santo sea nuestro maestro cuando leamos la Biblia. De lo contrario, es demasiado fácil enojarse. El Espíritu Santo nos ayuda a leer las Escrituras con la estipulación de que Jesús es la respuesta. Sin Él, sólo vemos las reglas. ¿Ha pensado que gran parte de la iglesia de hoy es conocida por las cosas a las que nos oponemos, en lugar del amor? Considere la política. Gran parte de la iglesia presenta pancartas de protesta, escribe cartas de crítica y denuncia públicamente a los políticos y a otras figuras públicas por sus caminos pecaminosos. Varias organizaciones cristianas han orquestado boicots para obligar a la gente en el poder a seguir los principios bíblicos. Hay un lugar para eso, y funciona en alguna medida. Pero frecuentemente es en asocio con un espíritu político para llevar a cabo los propósitos del Reino. El proceso, con el tiempo, nos va a costar. Jesús dijo: “Si usted vive por la espada, a espada morirá” (véase Mateo 26:52). La forma en que elegimos vivir es la forma en que elegimos morir. Lo que se gana en este caso a través de un espíritu político se debe mantener con un espíritu político, que utiliza el miedo del hombre como una herramienta de manipulación para obtener un resultado deseado. En otras palabras, el fin justifica los medios. El espíritu que nos impulsa en última instancia va a ser el que nos derribe. Pero Jesús obró de manera diferente, completamente diferente.

Los pecadores buscaban la oportunidad de estar con Jesús. El recaudador de impuestos ladrón, Zaqueo, se subió a un árbol sólo para alcanzar a verle. Jesús se auto-invitó a comer a la casa de Zaqueo, al percatarse de este hombre subido en un árbol. La prostituta rompió todo el protocolo para ingresar en la casa de un líder religioso sólo para llorar a los pies de Jesús y lavarlos con sus lágrimas. La lista de estos encuentros es impresionante a través de los evangelios. Cualquier dureza de Jesús siempre estaba dirigida a los líderes religiosos que corrompían su mensaje, al mantener a la gente alejada de la libertad que Él ofrecía. Las personas que no tienen amor ven las cosas de manera diferente. La historia está llena de personas dementes que utilizaron la Biblia para justificar su odio. A su juicio, cualquier oposición hacia ellos la consideraron persecución, que sólo les confirmaba su aproximación adecuada a la vida. Jesús, por su parte, sufrió la persecución a causa de Su amor. La libertad que Él ofreció alteró la lucha por el poder de los líderes religiosos que mantuvieron a la nación en el miedo. Es interesante que Jesús no intimidó a los pecadores y a las personas humildes a Su alrededor; ni tampoco ellos se apartaron de Él debido a Su pureza. Él vivió en perfecta santidad sin transigir, sin embargo, atrajo a los que se consideraron los más grandes pecadores de Su época. La verdadera santidad es la esencia de la belleza real. El amor lo cambia todo. Cambia la forma en que leemos la Biblia, y lo que vemos cuando leemos la Biblia. Sin amor, vemos desesperanza. Perdemos de vista las promesas y respondemos con juicio. En la ausencia de amor, a menudo actuamos con ira, calificándola de justa indignación. Sí, se encuentran los juicios en la Biblia, pero el amor busca las respuestas y las soluciones de nuestro Padre amoroso, quien está más comprometido con nuestro bienestar que nosotros mismos. Los que no tienen el amor sólo ven los requisitos que Dios ha dado y no Su voluntad de liberar el poder del cielo en la tierra, honrándonos con la victoria. Dicha facilitación es Su regalo para todos los que le reciben.

Oración

Padre Celestial, gracias por darnos Tu Palabra, las Sagradas Escrituras. Me ofreces continuamente vida con lo que leo. Gracias por eso. Por favor ayúdame a leer todo con la vida de Jesús en mente, con el Espíritu Santo como mi guía. No quiero nunca que mi deseo de corrección sea mayor que mi amor por Ti y por las personas. De hecho, permite que mi pasión por la verdad venga sólo como una expresión de mi amor por Ti. Sé que estas cosas son posibles sólo a través de Tu gracia. Te agradezco de antemano por permitirme poner en primer lugar el amor.

Declaración Por la gracia de Dios que me fue dada gratuitamente, voy a mostrar mi amor por Dios y Su Palabra, a través de mi amor práctico por la gente. Incluso en mi búsqueda de la verdad, voy a demostrar el corazón de Jesús a los demás, teniendo afecto por aquellos que difieren de mí. Y todas estas cosas las haré para que Dios sea glorificado.

25. Usted tiene la autoridad sobre cualquier tormenta en la que se duerma

Jesús estableció

el patrón para la forma de enfrentar de una manera efectiva las tormentas que amenazan la vida: en reposo. La tormenta que se menciona en Marcos 4:36-41 les produjo mucho miedo a los discípulos. Probablemente pensaron que iban a morir. Lo que hizo que el momento fuera aún más confuso fue que a Jesús no parecía importarle; más bien, Él optó por dormir en la popa de la embarcación sobre un cojín. Le preguntaron por qué no le importó que estuvieran pereciendo, cuando finalmente lo despertaron. Él se levantó y reprendió al viento, y liberó paz sobre el mar. A continuación, Él les preguntó por qué no tuvieron fe. Este momento demuestra cómo funciona el Reino, cómo funciona la fe: Funciona desde el reposo. He visto infinidad de veces cuando creyentes fueron atormentados por un gran temor en una situación horrible y reprendieron en consecuencia al diablo. Por lo general involucraron gritos, lágrimas y amenazas. Pero honestamente nunca he visto que el diablo ceda a estas tácticas. No es que alzar nuestra voz sea equivocado. Sólo que existe una gran diferencia entre la voz alta de fe y la voz alta de miedo. Y créame, el diablo conoce la diferencia. La voz de fe le repele, mientras que la voz de miedo le atrae. Las palabras pronunciadas hacen poca diferencia. A este lugar de reposo también se le puede llamar permanecer en Cristo. Jesús enseñó esto en Su historia sobre la vid y los pámpanos. De la misma manera que una rama se conecta a la vid, así debemos estar conectados a Cristo. Permanecer en Cristo debe convertirse práctico de nuevo. Permanecer significa básicamente que vivimos en una conexión profunda con el corazón, la mente y la presencia de Dios, con Sus promesas. Vivir conscientes del corazón de Dios por nosotros nos mantiene en un lugar de paz. Y la paz es más que la ausencia de algo como la guerra, el ruido o el conflicto. Nuestra paz es la presencia de Alguien. Es el ambiente real del cielo.

Tenemos que volver a donde dejamos nuestra paz, cuando comenzamos a vivir por miedo. Perder nuestra paz usualmente implica hacer un acuerdo mental con una mentira, hasta que nuestras emociones quedan a merced de esa mentira. Los dardos de fuego del enemigo consiguen traspasar nuestros escudos de fe y penetrar en nuestra alma. Los acuerdos hechos en esos momentos obran en contra de los propósitos de Dios para nuestra vida. El arrepentimiento es necesario. El arrepentimiento es el profundo dolor por el pecado que provoca un cambio en el pensamiento. No es completo hasta que nuestros pensamientos se vean afectados. No es completo hasta que veamos que sus promesas y propósitos estén al alcance. La aproximación más fácil para este reto en la vida es mantener la paz en primer lugar. Cultive un valor supremo por la presencia de Dios en su vida. Tenga siempre a su alcance las promesas de Dios para su vida. Memorícelas, cántelas, escríbalas en pedazos de papel; haga lo que tenga que hacer para mantener la mente de Dios delante de la suya, hasta que los pensamientos de Él se vuelvan por instinto en sus pensamientos.

Oración Padre, por favor, dame algún tipo de advertencia cuando esté a punto de abandonar el lugar de paz que Tú creaste para que yo viva. Ya no quiero hacer más eso. Es muy difícil para recuperarme. Recuérdame la verdad cuando esté a punto de considerar una mentira. Y ayúdame a anclar mi alma en Tu presencia, en Tu paz. Gracias por darme el ambiente real de cielo para morar allí ahora.

Declaración Su paz es mi porción. Es mi posesión para siempre. Elijo vivir consciente del Espíritu Santo en mí, y no olvidaré que Sus pensamientos acerca de mí son todos buenos.

26. Usted siempre va a reflejar la naturaleza del mundo del cuál sea más consciente

Este mundo

está lleno de desconfianza, escepticismo e incredulidad. La fe existe, pero rara vez es la norma cultural. Como resultado, la mayoría de los creyentes son más conscientes de la oscuridad a su alrededor que del Reino Celestial del que son ciudadanos. Esta falta de reconocimiento de que nuestra ciudadanía actual está en el cielo nos cuesta enormemente. No sólo cuando muramos, sino ahora, en este mundo de tinieblas. Las personas dan a conocer la realidad del mundo del que son más conscientes, sea bueno o malo. Lo sabemos por instinto. Sabemos, por ejemplo, que si una persona deprimida entra en un lugar, nadie va a ser curado por su sombra (véase Hechos 5:15-16). La imagen es obvia. La depresión a menudo se da al creer una mentira. El semblante de una persona se afecta al ser ésta absorbida con una mentira, lo que tiene un impacto en el ambiente que le rodea. No es un semblante de vida, aliento y salud. Tal individuo a menudo extrae cualquier cosa positiva del ambiente, ya que busca algo para aguantar la siguiente hora. O considere, a manera de otro ejemplo, a las personas llenas de amargura. En lugar de extraer de la atmósfera, llenan el ambiente con tensión y conflicto. Contaminan el entorno, dando a conocer de lo que son más conscientes: la ofensa, el conflicto y la división. Nadie será sanado tampoco por su sombra. La buena noticia es que la luz es mayor que la oscuridad. Cualquier persona que viva consciente de la presencia de Dios nunca está a merced de los que oscurecen el ambiente, ya sea que esas personas estén amargadas o deprimidas o lo que sea. E incluso esto va más allá. A medida que vivamos conscientes de la presencia de Dios en nosotros, es mucho más probable que influyamos nosotros mismos en el entorno. Es verdad. El Antiguo Testamento nos presenta una ilustración profunda de este principio en la vida de Lot. Segunda de Pedro 2:7 nos dice que

Dios “rescató al justo Lot, abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos”. Si bien Lot no tenía los mismos beneficios que tenemos con el Nuevo Pacto, es decir, la presencia constante del Espíritu Santo; otros en el Antiguo Pacto, parecían tener más éxito con ese desafío de lo que tuvo Lot. Daniel es un ejemplo perfecto de eso. Vivía en una sociedad demoníaca, fue contado con las brujas y hechiceros de su época y trabajó para un rey demente llamado Nabucodonosor, quien exigió la adoración de sus súbditos. Pero Daniel no cedió ante la influencia de la oscuridad circundante. Su capacidad de vivir sin ser afectado por todo ello, sin duda jugó un papel en su rol significativo en una de las principales conversiones de toda la Escritura, la de Nabucodonosor mismo. El entorno de Lot superaba lo que él podía soportar. Y a pesar de que era justo, llegó a ser oprimido por la maldad de otros. Ésta, literalmente, disipó la influencia que Dios destinó para que él tuviera. Podemos estar agradecidos de que ese resultado no es inevitable para los creyentes, porque, donde abunda el pecado, tenemos la promesa de que sobreabunda la gracia. La gracia fluye a través de los verdaderos creyentes. Podemos afectar nuestro entorno a través de nuestra relación con la Presencia de Dios, llevando Sus promesas en nuestro corazón. Podemos manifestar el dominio del Rey en el entorno que nos rodea. Las personas que poseen esperanza son capaces de soportar, y soportar bien. La esperanza atrae un gran adelanto.

Oración Padre, por favor, ayúdame a vivir consciente de Ti de la misma forma que Jesús lo hizo. Él estaba continuamente al tanto de lo que Tú hacías y decías, y yo quiero lo mismo. Gracias que Jesús hizo posible que yo viviera en la misma medida de la victoria que Él tuvo. Te doy alabanza y honra por el hecho de que Tú me concebiste como un portador de Tu presencia y me has dado el privilegio de llevarla a un mundo perdido y moribundo.

Declaración Dios me ha permitido vivir por encima de la influencia del mal que me rodea. Celebro el hecho de que, de acuerdo con 1 Juan 4:4, mayor es Él que está en mí que el que está en el mundo. Y esa grandeza se verá a través de mí a medida que viva en la adoración constante a Dios a través del Espíritu Santo.

27. La empatía es la falsa compasión

Gran parte

de lo que se aplaude como la compasión cristiana no es más que empatía. La empatía tiene poca o ninguna esperanza y vive sin poder. Deja a la persona con su aflicción, problema o interrogante, mientras que la compasión la ayuda a adquirir confianza. Jesús, otra vez, establece el estándar en esta materia. Un milagro ocurrió, cada vez que Él “tuvo compasión”, en toda ocasión sin excepción alguna. Su punto de vista de la compasión es muy diferente a la nuestra, por lo que la nuestra debe cambiar. Es como si la compasión fuera el vehículo sobre el que viaja el poder de Dios. Todo ministerio se supone que debe ser de esa manera, dones que viajan en el vehículo del carácter. Los dones y el carácter nunca estuvieron destinados a estar separados. La empatía incluso puede llegar a ser peligrosa, ya que refuerza la identidad de una persona en su aflicción o necesidad. La empatía lo cual es lo mejor que al hombre natural se le pueda ocurrir, tiende a aislar a la persona que necesita del conocimiento de las promesas de Dios que son para el momento, por lo tanto, la empatía no le permite tener la fe necesaria para triunfar. Al espíritu religioso le encanta que nosotros actuemos con empatía ya que ésta valora la forma sin el poder. Estimula la identidad de las personas como víctimas y hace que su única esperanza sea la posibilidad del cielo en el futuro. Si bien eso puede sonar correcto, no es la forma en que Jesús vivió ni en que Él predicó. Su mensaje fue que el Reino de Dios está cerca, aquí y ahora, y al alcance. Aunque el aspecto eterno será glorioso sin medida, es el ahora lo que fue el objetivo de Su mensaje, respaldado por Sus obras, que destruyeron las obras del diablo. Seamos honestos: A menudo es mucho más fácil consolar y mostrar simpatía, al saber que no hay una respuesta simple para el problema de una persona. Trágicamente, nos posicionamos para consolar en lugar de luchar por el milagro, a favor de los que no

parecen luchar por sí mismos. Esto es más fácil que poner nuestra fe en la línea de batalla. La compasión bíblica es el amor de Dios. El amor busca lo mejor. Y el verdadero creyente tiene acceso a lo mejor, al poder del Reino que se libera ahora. La fe actúa a través del amor. Estas dos cosas están eternamente asociadas. La compasión tiene las soluciones del Reino a la vista. El cariño de Dios la vigoriza, Aquél que pagó un alto precio por nosotros para que fuéramos sanados y librados en esta vida. Él no mira un problema y se pregunta si deba ofrecer una respuesta. Él no mira una enfermedad y se pregunta si deba sanarla o no. Se pagó un precio hace dos mil años, para que todos fuéramos sanados. De la misma manera, ese pago hizo posible que todos nosotros fuéramos perdonados. No falta nada en el lado de Dios de la ecuación.

Oración Mi padre y mi Dios, necesito cada día la gracia de forma excepcional. Ayúdame a no aislar a la gente de su necesidad de confiar en Ti. Más bien, quiero que Tu cariño fluya a través de mí, no sólo para dar consuelo a los necesitados, sino también para generar avances en ellos. Ayúdame a reconocer Tu corazón por cada persona y a demostrar Tu bondad de la misma manera en que lo haría Jesús. La gente debe entender cómo eres, y entrego mi vida para este fin, de modo que Tú puedas ser glorificado.

Declaración No voy a limitar mi vida a lo que sea humanamente posible. En su lugar, voy a aceptar el privilegio de permitir que Su corazón de amor y compasión fluya a través de mí. A medida que demuestre su perfecta compasión, voy a buscar y anticipar las respuestas que Jesús traería si Él estuviera en mi lugar. Estas son las cosas que voy a hacer para que Jesucristo sea exaltado en toda la tierra.

28. Una fortaleza es cualquier cosa en que la gente confía que no sea Dios

La confianza es la expresión de la fe. Y cada vez que la gente deposita su confianza en algo que no sea Dios, el enemigo de nuestra alma lo ve como un lugar de acceso legítimo para profundizar en el engaño. Su objetivo es vivir en ello y convertirlo en una fortaleza. Los poderes de las tinieblas se sienten atraídos por la confianza depositada en el lugar equivocado. En realidad, no les importa donde se deposita la confianza, siempre y cuando no sea en Dios. Es por eso que Pablo dijo: “No deis lugar al diablo”. Es posible que un creyente le dé al diablo el lugar reservado sólo para Dios. El libro de Proverbios nos presenta una idea interesante que ilustra esta verdad: “El sabio escala la ciudad de los poderosos y derriba la fortaleza en que confiaban” (Proverbios 21:22). La frase clave es la fortaleza en que confiaban. Si usted observa el lugar dónde la gente deposita su confianza que no sea Dios, encontrará la fortaleza que debe ser derribada. La sabiduría nos permite derribar las fortalezas sobre las ciudades una vez que se hayan eliminado de nuestra propia vida. Jesús imitó un estilo de vida estricto para aquellos que quieran ser sus discípulos. Su enfoque hacia la familia, el dinero, las relaciones, las ocupaciones y similares era diferente del enfoque del mundo que les rodeaba. Algunos piensan erróneamente que Jesús enseñó la pobreza como un estilo de vida. Eso sencillamente no es cierto. Los discípulos tenían que abnegarse con el fin de aprender a administrar correctamente lo que Dios les proveería. Su viaje fue muy similar al viaje de los hijos de Israel en el desierto. Se abstuvieron de cosas con el fin de aprender a administrar la tierra de las promesas que estaban a punto de heredar. Antes de que Jesús dejara la tierra, les instó a que llevaran dinero con ellos en los cintos, lo cual les prohibió llevar al principio. Nunca fue por el dinero; era una cuestión de confianza.

El desafío para nosotros no es si debemos o no tener dinero; el desafío es dónde vamos a depositar nuestra confianza, a pesar de lo poco o lo mucho que tengamos. ¿Cuánto es demasiado dinero? Cualquier cantidad que sustituya a la confianza. Para una persona, es poco. Por otra, es mucho. Cualquier cosa que se gane nuestra confianza, además de Dios, atrae a lo demoníaco. El diablo considera toda la confianza puesta en el lugar equivocado como adoración diabólica, porque él se esconde en sus sombras. La fe también atrae. Pero en lugar de potenciar a la oscuridad, nos volvemos como pararrayos que atraen a las actividades de Dios a nuestro entorno. Incluso los ángeles se ven obligados a llenar tal ambiente, ya que fueron “enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación” (Hebreos 1:14). Ellos están fascinados con nuestra confianza en nuestro Redentor, porque es una posición que nunca tendrán. Confiar en Dios es un privilegio. Vale la pena todo el esfuerzo que hagamos para exponernos y memorizar las promesas de Dios para nuestra vida. Tuve un amigo muy querido llamado Dick Mills, quien ahora está en casa con el Señor. Memorizó siete mil setecientas promesas en la Biblia, en varias traducciones. Era un placer tenerlo cerca, porque él siempre tenía una promesa de Dios para cualquier problema o desafío. Transmitió aliento a miles y miles de personas a través de sus años de servicio fiel al Señor. Este debería ser el estilo de vida normal del creyente, pues éste es realmente el estilo de vida de alguien que mora en Cristo, siempre está consciente de Su presencia y Su Palabra, y arde con la promesa de Dios para cada situación. Éste es el ambiente del cielo que se está convirtiendo en el ambiente de la tierra.

Oración Padre, por favor ayúdame a nunca darle lugar al diablo, al confiar en cualquier cosa que esté en conflicto con Tu corazón por mí. Sé que Tú eres totalmente digno de confianza. Ayúdame a ver las promesas que Tú colocaste en Tu Palabra sólo para mí. No quiero pensar según mis limitaciones, sino según Tus promesas. Déjame ser alguien que sea poseído por Tus promesas,

llevando esperanza a todo el mundo a mi alrededor, sin importar las circunstancias.

Declaración Elijo meditar en las promesas de Dios para mí. No puedo permitirme tener un pensamiento en mi mente que no esté en la Suya. Por eso hoy declaro que mi confianza está sólo en Dios, ya que Él dispuso todo lo necesario para que yo sea exitoso en este desafío.

29. Trato de vivir de tal manera que nada se vuelva más importante que mi consciencia de Dios

La mayoría de nosotros sabemos lo que es estar tan molestos por algo que nos preocupamos por horas o días, a veces hasta el punto de no poder dormir por la noche. Por mucho que tratemos de cambiar el tema de nuestra mente, no podemos soltarlo. En parte, es el resultado del esfuerzo del enemigo por distraernos de las promesas de Dios para nuestra vida. Él tiene la esperanza que perdamos de vista la noción de las herramientas que Dios nos ha dado para la victoria inminente. Tan negativo como lo es estar ensimismado con un problema que no nos deja dormir, es alentador en el siguiente sentido: Esto revela que en realidad sabemos cómo meditar. Sólo que tenemos que cambiar el tema. En la meditación sectaria, las personas vacían su mente. Eso es peligroso porque muchos espíritus buscan entrar en la vida de una persona para llevar la influencia de las tinieblas. Las mentes vacías son una invitación a lo demoníaco. La meditación bíblica es muy diferente. Implica llenar nuestra mente con lo que Dios dice, repasándolo una y otra vez en nuestra mente y corazón hasta que la verdad se arraigue en nosotros. Lo que Dios dice entonces se convierte en algo más que citamos; se convierte en una parte de lo que somos. Pensemos lo que pensemos o en lo que nos centremos afecta nuestras actitudes y semblantes inmensamente. Y si bien la fe no viene de la mente, nuestros pensamientos y actitudes tienen un gran efecto sobre nuestra fe. En pocas palabras, el diablo quiere que estemos abrumados por su obra en la tierra. Sabe que si él puede desestabilizar nuestra esperanza, tiene influencia sobre lo que pensamos y la manera en que pensamos, y en última instancia debilita nuestra fe. El diablo viene a matar, robar y destruir. Somos alimentados en la cultura actual con una dieta constante de noticias sobre la muerte, la

pérdida y la destrucción, las huellas del diablo. Y si le doy vueltas a lo que él ha hecho, voy a vivir en respuesta a él, y él no es digno de afectar mi agenda. Él sencillamente no es digno de tener alguna influencia en mis pensamientos, planes o acciones. Todos nos enfrentamos a desafíos. A veces los problemas son muy personales y desgarradores. A veces afectan la vida de las personas cercanas a nosotros. A veces tienen que ver con una crisis, como una tormenta que amenaza la vida o una guerra o advertencias de conflictos internacionales. No puedo salir de los problemas si estos me abruman. Debo estar convencido de la gran bondad de Dios, así como de la presencia permanente del Espíritu Santo en mi vida. Puedo llegar a ser parte de la respuesta, cuando permanezco consciente de Él. Sin embargo, si llego a estar demasiado preocupado con el problema, es más probable que me convierta en un quejumbroso que espiritualiza tal debilidad llamándola intercesión. Por favor tenga en cuenta que hago énfasis en vivir conscientes del Espíritu Santo en mí y sobre mí, más que del problema. En otras palabras, no sólo busco una declaración doctrinal que me haga sentir mejor en la situación. Lo busco a Él, a la Persona del Espíritu Santo. Busco reconocer a Aquél en quien hay toda seguridad, victoria y alegría, quien continuamente me posiciona para el triunfo, para la gloria del nombre de Jesús. Suena bastante simple en realidad: Permanecer más consciente de Dios que de los problemas. Al menos para mí, la práctica de tal prioridad es más desafiante que el concepto. Sin embargo, sigue siendo verdad. Sea lo que sea en lo que yo me centre determinará si soy un vencedor o una víctima de los problemas que me rodean.

Oración Dios Padre, por favor ayúdame a permanecer consciente del maravilloso don del Espíritu Santo. ¡Gracias por entregarte completamente a mí! No quiero ser una víctima. Quiero vivir de tal manera que Tus propósitos y planes para el mundo que me rodea sean realidad. Gracias por dejarme ser parte del grupo de personas que viven para cambiar el mundo. Recibe toda la gloria por cada área que genera avances en y a través de mi vida.

Declaración Fui especialmente concebido para portar la presencia de Dios de una manera que ayude a otros a ser victoriosos, dándole a Él toda la gloria. Acepto esta misión privilegiada para la gloria de Dios.

30. La honra es el ambiente en el que los hijos de Dios llegan a ser los mejores

Se ha hecho cada vez más énfasis en los últimos años en el tema de la honra. Nos hemos esforzado por desarrollar lo que llamamos “la cultura de la honra”, en nuestra familia e iglesia. Es más que una acción, es un valor fundamental que afecta a toda la vida. Y como tal, su importancia es difícil de exagerar. La honra viene de un corazón de excelencia. La honra es la forma en que demostramos el valor. Si yo tuviera un jarrón de un valor incalculable, probablemente no lo pondría en el patio trasero donde estuviera expuesto a la intemperie o a mis nietos pequeños. Le buscaría un lugar seguro donde yo pueda exhibir su belleza a cualquier persona que entre en mi casa. Lo tendría en un lugar de honor. La honra es una de las expresiones más claras de amor que yo conozca. Crea un ambiente sano y con sentido que les permite a las personas llegar a ser lo mejor. Considere lo siguiente: Hay un acto de honor, y luego hay un estilo de vida de honor. Este último actúa como un invernadero. Es un entorno que les permite a la plantas, la familia, el lugar de trabajo o la iglesia, crecer con más facilidad. Un estilo de vida honorable crea el ambiente que permite el crecimiento de todas las cosas buenas. Los líderes que persiguen una cultura de honra para ser tratados mejor, se olvidan completamente de lo central. Eso sería como un padre o una madre que llega a casa del trabajo esperando que toda la familia se reúna a su alrededor, ocupándose de cada necesidad. Solía recordarme a mí mismo en mi camino a casa de un día en la oficina: “Bill, aún no ha salido del trabajo. Todavía le faltan cuatro horas”. En otras palabras, mi esposa había trabajado duro todo el día, ocupándose del cuidado de los niños. Necesitaba mi amor, ayuda y apoyo. Mis hijos habían estado sin su papá todo el día, y querían y necesitaban jugar. Al pasar por la puerta, podía escuchar el sonido de los pies diminutos corriendo hacia mí y voces gritando: “¡Papá!”.

Era el sonido más hermoso en el mundo entero. Hacer caso omiso de eso y luego obligarles a servirme habría sido absolutamente cruel y absurdo. Abrazaba y besaba a mi esposa y luego jugaba a la lucha con mis hijos. Los honraba, dándoles tiempo y placer. Al honrarles, yo también llegaba a ser mejor. Los asuntos difíciles del día parecían desaparecer en el ambiente creado por el bien de los demás. Como líder, yo soy el que marca la pauta de cómo se vive la honra. Si mi cultura de la honra se basa en la estructura corporativa, no voy a hacer más que exaltar a los más grandes a expensas de los más pequeños. Así es como se formó la escalera corporativa. Muchas iglesias funcionan de esta manera. La honra se ha convertido en el acto de darles a los que son poderosos, con una especial atención a aquellos que han logrado mucho. Más bien, la honra se debe mostrar antes de que exista la capacidad de lograr. Debe ser dado con base en quiénes son las personas, no sólo a lo que han hecho. El bebé en mi regazo y el niño en mis brazos son incapaces de lograr mucho. Pero amarles y honrarles ocurre porque veo lo que aún es invisible. El corazón que honra a los demás ve las cosas en ellos que ellos mismos no ven. Es como si Dios abriera los ojos de los honorables, porque Él puede confiar que ellos respondan con amor. Una verdadera cultura de honra debe tener un impacto sobre los más pequeños entre nosotros, o no es realmente nuestra cultura. Y dado que el ambiente extrae el potencial de las personas mucho antes de que ellos lo vean por su cuenta, se produce ese efecto de invernadero. La honra pone de manifiesto la grandeza que yace oculta. “Hacemos vida” con otros creyentes, en nuestros hogares, lugares de trabajo y en las iglesias. Nuestras relaciones dentro de estas áreas son más sanas, si las abordamos con el concepto de una vida familiar saludable. Una vez que abandonamos el concepto de familia, abandonamos el concepto del Reino. Este enfoque es el que hace posible vivir con honor, la verdadera expresión del amor.

Oración

Padre Celestial, Tú me honras como tu hijo, a pesar de que yo no entiendo plenamente todo lo que se quiere decir con esa expresión de Tu gran amor. Por Tu gracia que obra en mí, me propongo honrar a los demás para que aprovechen todo su potencial. Por favor, ayúdame a ver los momentos que pueda pasar por alto y a demostrar Tu amor de una manera que honre a la gente y te glorifique. ¡Ésta es la cultura que adopto con los brazos abiertos para la gloria de Dios!

Declaración Dios mismo me ha honrado llamándome suyo. No hice nada para merecer este honor, sin embargo, Él me lo da liberalmente. Declaro que tengo el privilegio de reconocer la importancia de los demás y mostrarlo a través de la honra. Porque yo sé que cuando lo haya hecho por los más pequeños entre nosotros, lo he hecho por Dios mismo.

31. La ignorancia pide entendimiento; la incredulidad pide pruebas

Zacarías era

el papá de Juan el Bautista. Un ángel se le apareció y le dijo que él y su esposa, Isabel, tendrían un hijo, a pesar de que no estaban en edad de concebir. Zacarías no podía entender cómo era eso posible. Su respuesta al ángel fue algo impactante: “¿Cómo puedo saberlo con certeza?”. Pedir la prueba fue una tontería. Como resultado, perdió la capacidad para hablar hasta después del nacimiento de Juan. Tal vez fue la manera de Dios de no permitirle que arruinara el milagro. Más daño se ha hecho a través del lenguaje descuidado de lo que probablemente alguno de nosotros sepamos. Tal como dice la Biblia: “la muerte y la vida están en poder de la lengua” (Proverbios 18:21RV60). El mismo ángel se apareció para hablar con María, la elegida, para decirle que iba a dar a luz al Niño el Mesías. También ella tenía poco conocimiento de cómo podría ser posible ya que era virgen. Pero en vez de pedir una prueba, pidió entendimiento. El ángel del Señor le respondió amablemente y le dio instrucciones sobre lo que estaba aún por ocurrir en su vida. A todos nos falta el entendimiento para algunos de los mayores desafíos de la vida. La confianza en Aquél que es digno de confianza es lo que hace que estas situaciones no sólo sean soportables, sino una plataforma para el avance personal en nuestra fe. Si bien las Escrituras nos instruyen para buscar la sabiduría y el entendimiento, el enfoque predominante de la vida del creyente es la confianza. Este es un ingrediente muy esencial de nuestra vida. No hay una relación con Dios sin confianza. Algunas culturas exaltan el escepticismo como una virtud. Su mayor temor es caer en la ingenuidad o ser engañados. El temor a equivocarse les impide realmente estar alguna vez en lo correcto. Tal engaño les vende libros a los temerosos, pero no hace nada para darle forma al curso de la historia, por medio de la fe audaz para la gloria de Dios. El escepticismo se disfraza de sabiduría y es

aplaudido por los que no tienen experiencia. Para mantener sus propias posiciones, cuestionan los derechos de los demás para seguir avanzando. Este tipo de enfoque hacia Dios es atesorado, en algunas culturas de la iglesia, tan aterrador como parezca. Es un enfoque auto-afirmante a lo sobrenatural que, básicamente, niega la participación de Dios en los asuntos del día a día de nuestra vida. Y cualquier persona que se atreva a pensar que Dios realmente se preocupa por esas cosas es rápidamente marcado de delirante. Este es un grupo que solicita la prueba. Reconocer la necesidad personal y pedir sabiduría es una virtud genuina. Esto surge de la humildad, que es el enfoque obligatorio ante el Dios todopoderoso. Ese lugar de confianza generalmente precede al entendimiento que se solicita. Este enfoque infantil deja espacio para que el Dios de la Biblia sea el Dios de nuestra vida cotidiana. La mayoría de la gente ora, de una forma u otra. Pero a veces esas oraciones no son más que exigencias hechas a Dios, diciéndole cómo Él debe probarse a sí mismo para que nosotros sepamos a ciencia cierta; y sin tal evidencia, no vamos a obedecer. Dios no puede ser rehén de nuestras exigencias para la acción, sin importar cuán firme pensemos que la promesa bíblica pueda ser. Ser un seguidor de Jesús no es un contrato con un socio de negocios; es una relación con Dios, quien se da a conocer a los que le buscan. Buscar al Señor es buscar Su voluntad, ya que no podemos querer al Señor sin querer Su autoridad. Este es el corazón del niño que se entrega a Dios. Anhelamos la comprensión de los misterios, pero al mismo tiempo, aceptamos el privilegio de obedecerle, sin importar lo poco que entendamos.

Oración Padre, perdóname por todas las veces que intenté hacer que te probaras a Ti mismo, antes de yo estar dispuesto a obedecer. Por favor ayúdame a oír claramente cuál es Tu voluntad, y dame la gracia para obedecer con valentía, incluso cuando tenga miedo. Quiero que recibas toda la gloria al hacer que este tipo de estilo de vida sea posible para mí.

Declaración

Voy a aferrarme a la esperanza en toda situación, pues el Dios de toda esperanza es mi Padre. Ya no exaltaré el escepticismo; ni voy a abrigar la idea de que la incredulidad sea normal. Soy un verdadero creyente. Y mi nueva naturaleza es de mucha valentía y fe.

32. Cuando Pablo nos dijo que profetizáramos de acuerdo a nuestra fe, reveló por qué son liberadas tantas palabras proféticas negativas

La iglesia debe tener la mayor esperanza, alegría y amor en el planeta. Tales personas deben disfrutar de la vida al máximo al vivir en la voluntad del Señor. Jesús cumplió todo lo que era necesario para que viviéramos con esta actitud. Eso no quiere decir que somos un pueblo sin problemas ni desafíos. Sabemos que no es correcto. Pero en todas las cosas somos victoriosos en Cristo. Quedamos en condiciones para ver el mañana con una fe muy anémica, cuando perdemos la esperanza de vida. Mencioné antes lo extraño que ocurrió con el corazón y la mente de la iglesia en esta generación: Los creyentes aprendieron a ser animados a través de las malas noticias. La tragedia y la crisis son el indicador por el cual la iglesia determina que estamos en los últimos días. Y la tragedia se convierte en una fuente de aliento, puesto que los últimos días culminan con el regreso del Señor. A menudo olvidamos que el profeta que dijo “tinieblas cubrirán la tierra” también dijo “sobre ti aparecerá su gloria. Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer” (Isaías 60:2-3). Esas son declaraciones de esperanza y promesa increíbles. Y son muy superiores a las tinieblas que se tratan en ese capítulo. La ausencia de esperanza a menudo enceguece nuestros ojos a lo que la Escritura dice de nuestro futuro glorioso. Los versículos que anuncian dificultades quedan profundamente ensombrecidos por los versículos de gran promesa, de la misma manera que la luz es superior a la oscuridad. Somos animados por la tragedia, cuando nuestros modos de pensar están fijos en la tragedia como una señal de los tiempos. Vemos cómo se ven afectadas nuestras declaraciones proféticas, cuando aplicamos esa mentalidad a nuestro enfoque de la vida. Es posible que nuestra fe apunte al blanco equivocado, lo cual afecta adversamente el ministerio profético. El resultado es que declaramos la verdad sobre la oscuridad que reina en una situación, pero no

somos capaces de declarar la revelación adicional, que podría ayudar a cambiar esa situación. Es cierto que la profecía predice el futuro, pero también planta las semillas del cambio, generando esperanza y fe en los corazones de aquellos que ven los propósitos de Dios en la tierra. La profunda implicación de la declaración de Pablo es que nuestra fe influye en lo que profetizamos. Las declaraciones sin fe afectan el resultado de los acontecimientos. ¿Es posible llegar a ser un pueblo que, aunque no es ignorante de las tinieblas en este mundo, viva como el antídoto? ¿Es posible que vivamos conscientes de las artimañas del diablo sin llegar a ser excesivamente conscientes de diablo? ¿Es posible estar tan poseídos de las promesas de Dios que sin importar lo que suceda a nuestro alrededor, hablamos con la esperanza de que Jesús hizo posible a través de su resurrección? Yo creo que sí. Y creo que es el momento en que todos nosotros tomemos en cuenta el clamor de Pablo de profetizar de acuerdo a nuestra fe. Que nuestras declaraciones provengan de una gran fe de todo lo que Jesús proveyó.

Oración Padre, por favor ayúdame a no ser ignorante de los trucos y artimañas del diablo. Pero también necesito ayuda para no hacer que ése sea mi enfoque. Quiero ser una persona que declara las promesas en cada situación. Ayúdame siempre a estar más impresionado con Tus respuestas y promesas que con cualquiera de las tragedias que ocurran en el mundo. Por Tu gracia me comprometo a no ser un simple locutor del mal, sino a vivir como parte de la respuesta para mi generación. Ayúdame a ser una persona de esperanza contagiosa.

Declaración Jesús es la razón de la esperanza. Él es mi esperanza, mi futuro y mi victoria. Todas las cosas relacionadas con la vida me pertenecen, debido a Sus logros en el Calvario. Me niego a ser impresionado por el diablo. Las promesas de Dios son mayores que cualquier conflicto o desafío, ya sea personal o internacional. Soy una persona con cada vez más esperanza, y hablaré en consecuencia.

33. Dios no busca adoración; Él busca adoradores

Dios no es un egoísta que necesite de afirmación. Él no trata de mejorar Su grado de popularidad en el planeta tierra y, por lo tanto, nos ordena que le digamos lo bueno que Él es. Dios es bastante seguro de quién es Él. Dios no busca la adoración. Pero Él sí busca adoradores. Hay una diferencia. Considere lo siguiente: Dios es amor. Y el amor siempre elige lo mejor. Él no podría desear nada mejor para nosotros sino que seamos adoradores, porque siempre llegamos a ser como lo que adoramos. No hay nada mejor que Él pueda desear para nosotros sino que lleguemos a ser como Él. Eso es amor, el amor verdadero. La adoración genuina es una experiencia transformadora. Aquí es donde el seguidor de Jesús se encuentra con Dios, Aquél que es glorioso. Sin duda, una parte de esa experiencia es nuestra ofrenda de acción de gracias y alabanza. Eso se convierte en el preludio. No son los ejercicios de calentamiento, en el sentido de que sea la práctica antes del juego real. La ofrenda de acción de gracias y la alabanza es una parte maravillosa de nuestro llamado como “sacerdotes para el Señor”. Tenemos el gran privilegio de servirle en el ministerio con estos sacrificios. Pero Dios responde a nuestras ofrendas. Es bueno recordar que el fuego, la presencia manifiesta de Jesús en el Espíritu Santo, siempre cae sobre el sacrificio. En el Salmo 22:3, nos encontramos con la idea de que Dios habita en nuestra alabanza. La imagen se vuelve cada vez más clara: Le encontramos, a medida que le ministramos. La única respuesta lógica a este encuentro con la presencia de Dios es la adoración. El concepto de la adoración como una experiencia de transformación también se aplica a la adoración de los falsos dioses, ya sea en forma de la promoción propia o de un ídolo real. El escritor deja claro en el Salmo 115, que los ídolos tienen ojos, pero no pueden ver, etc. Y lo mismo ocurre con aquellos que los adoran.

Pierden la capacidad de ver y discernir entre el bien y el mal. Han llegado a ser como lo que ellos adoran. Somos cambiados, a medida que nos encontramos con su gloriosa presencia. Cambiados de gloria en gloria. Se afirma que “cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es” (1 Juan 3:2). Esta declaración se refiere a un acontecimiento futuro. Pero el principio sigue siendo: el verle nos cambia. Tal vez eso es a lo que el apóstol Pablo se refería cuando dijo: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18). Note que él dice que somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen de la gloria de Dios que contemplamos. Llegamos a ser como el que adoramos. El punto es que la gloria es lo que transforma una vida de una manera más profunda que cualquier otra cosa disponible para nosotros como creyentes. No hay mayor privilegio para el creyente que encontrarnos con Su rostro. Éste es el llamado supremo. Y los que le contemplan, en cualquier medida que Él lo permita, reciben cada vez más la gracia para ser como Él.

Oración Padre Celestial, te doy gracias por el maravilloso privilegio que tengo de amarte y adorarte. Gracias porque Jesús me dio el derecho para este honor. Ayúdame siempre a reconocerte por encima del ajetreo y las actividades involucradas con mi fe. El deseo de mi corazón es honrarte con todo lo que soy y ser como Tu glorioso Hijo, Jesucristo. Pido estas cosas para que Tú puedas ser glorificado.

Declaración Jesús me dio el derecho de ser un sacerdote para Dios. Soy bien recibido en Su gloriosa presencia para servirle, de la misma manera que Jesús es bienvenido en Su presencia, porque estoy en Cristo. Declaro que Dios me predestinó para ser como Jesús, y este privilegio de la adoración forma parte de Su plan. Así que yo vivo para que Dios sea exaltado en y a través de mi vida en todo lo que soy y todo lo que hago.

34. La confianza que Dios tiene en nosotros se mide por lo que Él nos ha confiado

Mucha gente piensa que me refiero a la riqueza, al título o a la fama, cuando hago esta declaración. Nunca incluyo esos elementos en la ecuación, pues la verdadera riqueza tiene poco que ver con esas cosas. El sistema de valores de Dios es muy diferente al nuestro, ya que Él mira todo con la eternidad en mente. Además, esas cosas nunca podrían revelar adecuadamente la grandeza de Su corazón hacia nosotros, porque todos ellos son finitos, y Su amor por nosotros es infinito. La confianza que Dios tiene en nosotros se aprecia en Su regalo para nosotros, el gran tesoro de los cielos, el Espíritu Santo, quien es el Espíritu de Cristo. Y con Su presencia viene Su nombre, Su autoridad, Su gloria, Su alegría, Su propósito, Su destino. Esta lista de beneficios no tiene fin. El Espíritu Santo es tan venerado en el cielo que Jesús nos advirtió que blasfemar contra Él es acceder al juicio eterno. Si bien el Espíritu Santo no habla de sí mismo, tanto el Padre como el Hijo hablan de Él con gran amor, respeto y celebración. Y es esa Tercera Persona de la Trinidad que reside en nosotros y descansa sobre nosotros. ¿Cuánto confía Dios en nosotros, y cuánto Él confía en lo que ha hecho en nosotros? Lo suficiente como para darnos al Espíritu Santo, el tesoro del cielo. Ese pensamiento único podría mantenernos con temor reverente por toda la eternidad. Cada aspecto de la vida del creyente se hace exitoso o no de acuerdo a nuestra relación con el Espíritu Santo. Algunos cometen el error de hablar del Espíritu Santo como una “cosa”. Trágicamente, para muchos Él no es una persona a quien se pueda conocer y con quien se pueda interactuar. Tal error es costoso. Es como morir de hambre mientras se está de pie junto a un refrigerador lleno de comida. La respuesta a todo en la vida realmente tiene que ver con nuestro deseo y voluntad de escuchar y ser revestidos de poder por Él. Ya sea que se refiera a nuestra vida personal o a nuestros

ministerios, todo está relacionado con la influencia de esta presencia interior de Dios. Es por eso que cualquier enfoque en nuestra fuerza, nuestra fe, nuestra disposición a obedecer, nuestra entrega, nuestros motivos son totalmente equivocados. Bueno, estas cosas son importantes. Lo son. Realmente lo son. Pero cuando yo soy el centro, confío en mi propia fuerza. Se trata de mí. Se trata de mi perspectiva y mi extremadamente limitada percepción de lo que Dios ya hizo por mí. Y no hay nada más aburrido ni trivial. Pero cuando Él es el centro, tengo la fortaleza para todo lo que se me asigna a hacer. Lo reto a considerar lo mucho que Dios cree en usted y lo que Él ha hecho en usted. Deposite su fe donde Él está. Lo reto a iniciar el viaje para descubrir lo mucho que Dios realmente cree en lo que Él hizo por usted. La respuesta es: Lo suficiente como para confiar en Aquél que es venerado, temido y frágil (en todo sentido correcto) para que viva dentro del ser de cada seguidor de Jesucristo. Cambie el enfoque de usted a Él, de su fe a la fe de Él, de su entendimiento al entendimiento de Él, de su confianza a la confianza de Él, y usted tendrá el valor infinito de seguir el plan predeterminado de Dios para que tenga éxito en todas las cosas que pertenecen a su Reino.

Oración Padre, Tú me sorprendes en todas las formas posibles. Necesito ver de la manera que Tú lo haces, lo cual ni siquiera es posible sin Tu ayuda. Quiero ver la naturaleza profunda de Tu obra a mi favor. Tengo muchos deseos de ver por qué tienes tanta confianza en mí, lo suficiente como para confiarme con el Espíritu Santo. Gracias porque Tú ya has sentado las bases para que esto se responda. ¡Y permite que esta respuesta sea para la gloria de Dios!

Declaración Creo que la obra minuciosa de Cristo en la cruz se hizo por mí. Creo que las perspectivas del Padre pueden ser mías. Así que declaro que la sangre de Jesús satisfizo los requisitos para que yo tuviera al Espíritu Santo. Fui capacitado. Declaro que el Espíritu Santo me habilitó para toda buena obra modelada por Jesús. Fui capacitado. Mi confianza está en lo que Dios hizo por mí. No le voy a deshonrar, al aceptar el miedo por encima de la fe, ni volviendo mi enfoque de Él hacia mí mismo. Mi fe está viva, es práctica y busca hoy en día otra expresión, para que Dios sea glorificado.

35. Nuestros avances a veces comienzan cuando nos negamos a ser impresionados por el tamaño de nuestros problemas

Para mí es común ir a alguna ciudad y escuchar las estadísticas referentes a cómo sólo uno pocos creyentes asisten a la iglesia una vez por semana, o cuántos aquelarres de brujas se celebran en un radio de cuarenta kilómetros a la redonda de la iglesia, o cómo no ha ocurrido un avivamiento en esa ciudad. Es común escuchar cuántos pastores han dejado de servir en la zona, con el fin de ir a vender seguros o seguir alguna otra ocupación aparte del ministerio. Es muy normal enterarse de las personas que necesitan ser sanadas, por las cuales se ora cientos de veces sin obtener ninguna mejora notable, o que su enfermedad les da menos del uno por ciento de probabilidad de supervivencia, o que su enfermedad sea rara. Esta es una verdadera cuerda floja para mí, ya que quiero que las personas sean genuinas y no pretendan que sucedió algo bueno. Sin embargo, la realidad es que: a muchas personas les impresionan sus problemas. Viven por reacción al diablo. No quiero decir que están impresionados en el sentido de tener admiración por el diablo o por el asunto de sus vidas. Pero se impresionan en el sentido de que el problema dejó una huella, una impresión en su mente, por encima de cualquier promesa de Dios o revelación de Su naturaleza extremadamente benevolente. Es como si ellos manifestaran profecías que acarrean su propio cumplimiento, ya que se vuelve cada vez más difícil para ellos ver avances, mientras que el mismo problema desaparece fácilmente en la vida de otra persona que no le impresiona la oscuridad. No hay nada malo con un enfoque honesto a un problema, pero nunca me impresiona el tamaño de un problema si le he visto a Él o sus promesas con claridad. Estoy convencido de que algunas personas no quieren ser sanadas. Oh, les gustaría estar libres del dolor y de la aflicción o de las facturas médicas. Pero la atención a sus problemas en realidad

ofrece una gran aceptación emocional. El tipo equivocado de atención tiene la capacidad de estimular el problema, dándole una razón o una licencia para permanecer. Para algunos, la necesidad de atención y solidaridad es mucho mayor que la necesidad de cualquier otra cosa. Es una tergiversación, para tenerlo claro. Pero no es una actitud tan poco común como uno podría sospechar. Justo cuando usted siente que se están liberando de esta forma de pensar, comienzan una vez más a tratar de convencerlo de la gravedad del problema o de lo raro que es un avance en esa área. Curiosamente es más fácil sentirse bien si no se consigue un avance, cuando el problema parece grande. Este enfoque extraño es en realidad la evidencia de la incredulidad. ¿Recuerda el viejo dicho: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”? La atención que recibo del problema parece segura y estable. Se trata del pájaro en mano, en esta ilustración. El milagro de la sanidad o liberación es mucho más difícil de esperar, pues entonces me enfrento a la posibilidad de la decepción. Se trata de los ciento volando. La mente no renovada valora la seguridad de la empatía sobre la posibilidad de un milagro. Porque con empatía, por lo menos sé qué esperar. El empuje para permanecer libre de la decepción dio lugar a esta desesperanza y a la tergiversación del cristianismo.

Oración Padre, tengo gran necesidad de ver cómo eres. He pasado demasiado tiempo impresionándome con el tamaño de mis problemas, en lugar de quedar abrumado por Tu grandeza, como se ve a través de las promesas de Tu Palabra. Por favor, aumenta la gracia sobre mi vida para contemplarte claramente. Tú eres todo lo que quiero. Quiero complacerte con cada mirada de mi corazón. Permíteme el privilegio de mostrar Tu grandeza a quienes me has dado para alcanzar con Tu amor. Pido estas cosas, todo para tu gloria y honra.

Declaración Declaro por la gracia que me fue dada que ya no viviré reaccionando al diablo, sino que más bien viviré respondiendo a Dios. Sus promesas son inmensas. Él consideró detenidamente todo lo que voy a enfrentar en mi vida y proporcionó las promesas para cada situación. Me niego a alimentar mi alma

con empatía y lástima. Me niego a permitir que mi corazón se conforme con cosas menores. Dios es un Padre perfecto para mí y acepto gozosamente Su perfecta voluntad para mi vida.

36. Jesús prepara una comunidad de creyentes que pueda reconocer el origen de una palabra que no entienda

El ejemplo

más profundo de comunidad en la Biblia es, sin duda, los nuevos creyentes en Jerusalén después del derramamiento del Espíritu Santo. Esto se encuentra en los primeros capítulos de los Hechos. Su amor mutuo era tan poderoso que la Biblia dice que no tenían necesidades. Todas sus necesidades de alimentación, vivienda y empleo fueron satisfechas. Mi parte favorita de esta historia es que nunca se les ordenó la ofrenda sacrificial que tuvo lugar en el contexto de la comunidad. Surgió del amor que sentían por Dios, el cual se ilustra en el amor que se tenían el uno al otro. Esta es una imagen hermosa de amor, de comunidad. Jesús comenzó esta realidad en la vida de los discípulos. Si bien no hay una gran cantidad de información acerca de la forma en que se hicieron cargo de este tipo de necesidades, lo vemos abordando todo, desde el protagonismo, las ofrendas y el servicio hasta el honrarse los unos a los otros. Todos estos son temas relacionados con la comunidad. Parece que estos doce hombres, además de Jesús, vivían en comunidad, ya que viajaban por todo el país predicando el Evangelio del Reino. Se estableció un punto de partida que estalló de manera exponencial en la efusión del Espíritu Santo. He pastoreado dos iglesias diferentes en mi vida. Cada una de ellas tuvo un poderoso derramamiento del Espíritu Santo. El primero de ellos se produjo después de pastorear a un grupo de personas por unos dieciséis años. Aunque siempre hay un cierto grado de sorpresa y muchas preguntas cuando Dios se manifiesta de maneras poderosas, la iglesia permaneció intacta durante esa temporada de grandes cambios. El vino nuevo se vierte en odres nuevos, porque está implicada la elasticidad. Se causó una gran conmoción, cuando el derramamiento del Espíritu vino a la segunda iglesia. Comenzó uno o dos meses después de mi llegada como su nuevo pastor. Como resultado,

alrededor de un millar de personas salió de la iglesia, dividiéndola por la mitad. ¿Cuál fue la diferencia? En la primera iglesia, nuestras relaciones nos ayudaron a capear los misterios que trae un derramamiento. En la segunda iglesia, yo era nuevo y todavía no había construido el sentido de comunidad en la que el vínculo del amor nos mantuviera unidos. Por consiguiente, se marcharon algunas personas maravillosas. Jesús era un orador popular. La gente se abstenía de comida y viajaba grandes distancias sólo para oírle hablar y realizar los milagros que le dieron la credibilidad al mensaje. Pero un día se cuestionó esa popularidad. Había miles de personas presentes. Puede ser que cerca de quince mil personas se habían reunido en torno a Él. Jesús ya había multiplicado los alimentos para alimentarlos. Entonces decidió predicar. El tema de su sermón fue el más ofensivo de su carrera. Anunció que las personas tenían que comer su carne y beber su sangre para tener parte con Él. La comunidad de oyentes se dividió a causa de su mensaje. Debido a eso, pelearon y discutieron entre sí. Se produjo un éxodo masivo. Imagínese usted hablándole a miles de personas, observándolos cómo se dispersan hasta que se queda con doce discípulos. Se puede imaginar cómo se sintieron los discípulos. Estaban en la cumbre de su popularidad, a la espera de que Él pronto se convertiría en rey. Sus aspiraciones se fueron evaporando rápidamente. Él se volvió a Su comunidad, a los doce, y afirmó que Sus palabras “son espíritu”, y que el Espíritu es el que da vida (Juan 6:63). En otras palabras, lo que le acababa de enseñar a la multitud estaba tan lleno del Espíritu Santo, como lo estuvieron los mensajes que les gustaban a las multitudes. Sólo dijo lo que le oyó decir a su Padre. Pero esta vez, la gente no entendió lo que se dijo. De hecho, encontraron Sus palabras ofensivas. Si bien los discípulos tampoco comprendieron el mensaje, reconocieron que cuando Jesús hablaba, recibían vida (véase Juan 6:68). Hay gracia para recibir las cosas de Dios que de lo contrario serían amenazadoras, en el contexto de la comunidad. El amor nos permite extraer la riqueza de la vida que Dios quiere darnos a través de una palabra que todavía no entendamos. Esa es una parte muy

importante de la vida del seguidor de Jesús. Como alguien dijo alguna vez: “Dios ofende nuestra mente para revelar nuestro corazón”. Esto nunca fue más cierto que en Juan 6.

Oración Dios Padre, quiero vivir en el amor como Tú lo concebiste. Ayúdame a no vivir en la independencia y llamarlo obediencia a Ti. Quiero desesperadamente que mi amor por Ti se mida por mi amor por la gente, mi sentido de comunidad. Y en el contexto de la comunidad, ayúdame a aceptar esas cosas que Tú trajiste a mi camino, que fueron concebidas para Tu gloria y para mi beneficio, a pesar de que tal vez no las entienda por completo. Confío en Ti y te bendigo.

Declaración Voy a vivir en el amor. Voy a vivir en comunidad. Mi corazón está dispuesto a glorificar a Dios por la forma en que valoro a la gente. Como resultado, me he propuesto a no reaccionar a las cosas que aún no comprendo, sino que buscaré el entendimiento en el contexto de mi amor por Dios y mi amor por la gente. Hago estas cosas para la gloria de Dios.

37. Una de mis mayores alegrías es la de estar junto a personas llenas de fe. Pero uno de mis mayores honores es el de estar en medio de la incredulidad

El sólo hecho de estar en una habitación llena de personas con fe es una alegría indescriptible. La verdadera fe no es gravosa ni se promueve a sí misma. No es necesario que demuestre su valía. Más bien, ofrece una confianza de la bondad siempre presente de Dios, Aquél que actúa en nombre de los suyos. Una cosa es ver a una persona con una gran fe; es otra muy distinta ver lo mismo de un grupo de personas. Esto en realidad es raro. Pero creo que está a punto de convertirse en la norma. Estoy agradecido de poder decir que esta realidad aumenta casi a diario. Como resultado, son asombrosas las hazañas que se hacen para la gloria de Dios. Este mandato bíblico de la fe lo vive una comunidad de creyentes que tenga el mismo nivel de devoción a Cristo. La variedad de dones y expresiones crea el tapiz más hermoso que he visto en mi vida. Este es el privilegio de vivir en una comunidad de creyentes verdaderos. Pero rara vez se inicia allí. Antes de que haya una comunidad de gran fe, tiene que haber una persona que manifieste su compromiso y diga: “Voy a vivir por la fe, independientemente de cuántas personas se unan a mí”. Los grandes movimientos suelen comenzar con una persona que dice que va a seguir a Dios sin importar quién más le siga. Se trata de honrar a Dios de la manera que le agrada, con gran fe. Desgraciadamente, he escuchado a gente buena que afirma que está a la espera de un cónyuge para creer, antes de seguir a este Dios de lo imposible. Otros esperan a sus familiares o amigos. Y otros quieren que los ancianos de la iglesia dirijan el camino. Independientemente de cuán cuerdo parezca ese razonamiento, es una locura. La cuestión no es: ¿Quién debe creer con nosotros? Es, ¿Qué voy a hacer con el momento delante de mí dado por Dios? La gracia de creer es un don de Dios que no debe ser ignorado a través de la demora. No es un producto desechable. Es el don más precioso de Dios. Si bien yo siempre prefiero poder permanecer en la fe con la gran compañía de verdaderos creyentes, acepto los momentos en que me

veo obligado a estar solo. Esos son los momentos que nos forman. Nos libran de ese miedo terrible del hombre que tan a menudo se le da un nombre virtuoso, como la honra o la sabiduría. Nos damos cuenta en esos momentos de lo que realmente hay en lo más profundo de nuestro corazón. Una palabra de advertencia enhorabuena: A pesar de que atesoro los momentos de adoptar una postura cuando otros no lo hagan, estos momentos no deben permitir que yo ignore el hecho de que todavía soy sólo un miembro de un Cuerpo muy grande, e importan esa rendición de cuentas y la honra. ¿Es posible permanecer en la fe cuando los que deben rendir cuentas no lo hacen? Sí. Nunca rebaje su fe a la de los que lo rodean. Más bien, demuestre la naturaleza auténtica de su fe a través del amor y la honra demostrados a aquellos que cuestionan su sabiduría y posición. Recuerde, la fe obra por amor (véase Gálatas 5:6). Si existe mi fe sin amor, se va a promover a sí misma y con el tiempo va a ser autodestructiva. El amor nunca se promociona a sí mismo. Y tampoco lo hace la fe, cuando obra por amor.

Oración Padre, te doy gracias por todos los momentos que Tú me das para honrarte por medio de la fe, porque Tú eres verdaderamente fiel. Ayúdame a adoptar estos momentos sin temor, e incluso a aceptar el desafío de adoptar una postura cuando sea necesario. Sé que la capacidad de creer cuando los demás se alejan no es a causa de mi grandeza, sino es el producto de tu gracia. Gracias. Quiero simplemente darte la gloria a través de tu maravilloso don de la fe.

Declaración Me encanta el privilegio de estar con gente de gran fe. Y voy a atesorar los momentos en que me encuentre solo, creyendo cuando otros tengan miedo. La gracia de Dios es más que suficiente para mí en toda situación, ya que fui creado para traer gloria a Dios a través de lo que soy y todo lo que haga.

38. Las personas con resentimientos atraen a las personas con quejas

Uno de

los grandes misterios de la vida es cómo las personas con determinados valores, ya sean buenos o malos, atraen a otras personas con los mismos valores. Le puedo asegurar que si pone a una persona que ama el chisme en un entorno de trabajo con un centenar de trabajadores, dentro de un par de semanas habrá atraído a su vida a los que hablan de los demás. Es un fenómeno extraño, pero completamente cierto. Las personas que viven vidas amargas son marionetas del diablo. Atraen el caos demoníaco que trae confusión. La amargura rara vez existe sin razonamiento. Así que al maligno le encanta dar la justificación para que permanezcan resentidas. ¿Qué mejor manera de respaldar lo que está mal, que sumergirlo en la atmósfera del resentimiento justificado? De allí que los quejumbrosos son atraídos a la vida de los resentidos. Cuando esto sucede, es más que una ley natural en la que lo semejante atrae lo semejante, a través del interés mutuo. Ahora se convierte en una ley espiritual, donde los valores internos del corazón ayudan a construir alianzas con el mundo invisible. En este caso, la alianza es con lo demoníaco. La amargura y el resentimiento son tan infames que contaminan a grupos enteros de personas en un período muy corto de tiempo. Hubo momentos en que algunos amigos míos escucharon una y otra vez hablar mal de alguien, y yo no escuché nada, a pesar de que yo estaba involucrado con el mismo círculo de amigos. Me doy cuenta de que podría haber muchas razones para ello. Pero una de la que estoy seguro es que cuando la gente se ofende, son más propensos a no confiar en los que les ofendieron. La única manera segura de separar a los amigos y de destruir la belleza de la unidad es fomentar la sospecha. Las actitudes equivocadas en el corazón de ellos atraen la información que confirma lo que han discernido, fomentando así la división entre los que deben demostrar el amor, la misericordia y la unidad. El corazón es algo hermoso, cuando está

protegido. Pero puede ser infame cuando se le permite al enemigo sembrar semillas de discordia en él. Esta verdad también puede servir para nuestro provecho, en el sentido que los buenos estándares del corazón en realidad atraen las cosas necesarias para sostener esos valores. Pongo en práctica esto como si estuviera tratando de aprender a tocar un instrumento musical o algo que requiera de alguna disciplina similar. He aquí un ejemplo. Los informes de lo que Dios hace nutren la esperanza continua en mi vida. Atraigo a aquellos con historias de grandes avances, cuando valoro los testimonios del poder milagroso de Dios. Es digno de ver. ¡Hay momentos en que la gente casi hace fila para contarme historias de buenas noticias! Los valores del corazón atraen el combustible necesario para mantener esos valores. Observe cómo usted atrae a las personas con gran esperanza y fe, que tienen historias que edifican la fe, si la esperanza y la fe tienen una alta prioridad en su lista de valores. Es sabio reconocer lo que usted atrae a su mundo. Obviamente, no todo lo que le llega a su vida, se debe a que usted lo atrae. Pero es apropiado que lleguemos a ser conscientes de los inusitados patrones, no con el propósito de avergonzar o condenar, sino con el propósito de lograr los cambios de vida necesarios. Esos patrones tal vez simplemente podrían indicar algo en nuestro corazón a lo que hemos estado ciegos. Si se trata de chismes, aléjese de él la próxima vez que vengan. Si se trata de chistes verdes, aprenda a apartarse de esas conversaciones. Deje claro lo que usted valora si es cuestionado. Reajuste el patrón de lo que usted está dispuesto a escuchar, y el cielo respaldará su compromiso y se asegurará de que usted tenga una dieta constante de las cosas eternas.

Oración Padre Celestial, por favor, dame la gracia para que mi corazón rebose con Tus valores. Quiero atraer a mi vida lo que te agrada. Ese es mi clamor. Pero también necesito que me enseñes las cosas que tal vez yo pueda ignorar que no te agradan y traen dificultades a mi vida. Mi mayor deseo es que Tú seas glorificado por quién soy y cómo vivo. Gracias por las promesas que me has dado que me ayudan a mantener la esperanza en todas las situaciones.

Declaración Protegeré mi corazón de las semillas de resentimiento y amargura. Por la gracia de Dios me mantendré alejado de estas cosas, y me entregaré a esas cosas que agradan a Dios. Como resultado ahora soy una persona de gran esperanza. Y mi esperanza está segura en la bondad de Dios, todo para Su gloria.

39. Algunos escuchan para aprender; otros escuchan para criticar

La Biblia declara que el amor “todo lo cree” (1 Corintios 13:7). Dios, obviamente, no estaba dándole cabida a la insensatez ni estaba siendo ingenuo acerca de las cosas que no son ciertas. Eso iría en contra del resto de las Escrituras. Entonces, ¿qué quiso decir Él con esa declaración? Él describe la condición del corazón necesaria para crecer y recibir de los diferentes regalos (personas) que Él puso en nuestra vida. Es difícil recibir de algunas de esas personas por diversas razones. Y a veces nosotros somos el problema, no ellos. De vez en cuando, no podemos oír la verdad de ciertas personas, porque sus gestos son diferentes a lo que creemos que es apropiado. Pueden ser bulliciosos y ruidosos o silenciosos y sutiles. Cualquiera puede parecer equivocado si nuestro trasfondo difiere del de ellos. Esto es por lo general más una cuestión cultural que espiritual, pero no siempre conocemos la diferencia. Ante el temor a equivocarnos, construimos muros de protección, pero a veces la protección destinada a mantenernos a salvo de los errores se vuelve una ley para nosotros. A veces las personas declaran grandes verdades, pero su terminología significa algo diferente para ellos de lo que es para nosotros. Esto se llama la semántica. Una palabra o frase podría significar algo positivo para ellos, pero es una “palabra desencadenante” para nosotros. Los que escuchan para aprender pueden descifrar esta confusión, pero los que escuchan para criticar tienen un momento de máximo esplendor para burlarse del “error” de los creyentes sinceros. La ausencia de amor para escuchar les impide tener una percepción, y, peor aún, deshonran a los siervos del Señor. Yo no soy el único en ser testigo de las reacciones diabólicas de muchas personas que confiesan ser seguidoras de Jesús. No pongo en duda su fe. Pero su celo religioso se apodera de su carácter y

calumnian a la persona con la cual en realidad podrían estar de acuerdo si se tomaran el tiempo para comunicarse. Si tuvieran una relación y vieran cómo se vivía diariamente esa verdad particular, tal vez se convertirían en amigos para toda la vida. Ser un policía que se nombra a sí mismo para el Cuerpo de Cristo es una tarea nauseabunda. El amor es la respuesta. El amor nos posiciona para que tengamos éxito. El amor es una prioridad, cuando estoy en comunidad con un grupo de personas. El amor me pone en un lugar para escuchar a fin de entender antes de saltar a una conclusión. E incluso si llego a la conclusión de que estoy en total desacuerdo con alguien, mi amor me prohíbe rechazar y mofarme de esa persona en mi celo por la verdad. El amor verdaderamente gana, porque el amor todo lo cree. Busca lo mejor en un esfuerzo por entender. Aquellas personas que necesitan siempre tener la razón se convierten en una ofensa, incluso para las personas que están de acuerdo con ellas. El amor ablanda. Suaviza. Hace que la diversidad sea más que tolerable. En el amor, la diversidad es necesaria para permitir una verdadera expresión del Cuerpo de Cristo a este mundo. No hacemos nada más que cualquier otro servicio social en nuestra comunidad, cuando amamos sólo a las personas con quienes estamos de acuerdo. Dios espera y requiere más. Es por eso que el amor todo lo cree.

Oración Padre Celestial, por favor ayúdame a ser mejor oyente que interlocutor. Tengo muchas ganas de entender el corazón de la gente con la que Tú me has relacionado. Y realmente necesito ayuda para no ser rápido para juzgar y criticar a la gente con la que difiero. Gracias porque nos has hecho diferentes entre sí a propósito. Ayúdame a valorar esta diversidad y a nunca oponerme a lo que Tú has hecho. Quiero que mi amor por las personas que difieren de mí sea lo que te traiga la gloria.

Declaración Estoy comprometido con una vida de amor en el contexto de la comunidad. También estoy comprometido con un estilo de vida que aprecia la diversidad. No voy a deshonrar a las personas hechas a la imagen de Dios, en mi búsqueda de la verdad. Más bien, voy a escuchar, con ganas de aprender y

con ganas de entender. Reconozco que este es el camino del amor, y voy a vivir de esta manera para la gloria de Dios.

40. Los hambrientos se antojan; los satisfechos evalúan

Me senté

una vez en un restaurante cerca de una mujer muy desdichada. Su desdicha tenía que ver con la comida que había pedido. Su carne no estaba lo suficientemente caliente. Le pidió al mesero que se la llevara y la trajera de vuelta más caliente. También estaba insatisfecha al segundo intento. El administrador mismo le llevó un nuevo bistec, la tercera vez. Le explicó que la había llevado directamente del fogón a su mesa, cuando ella le dijo que tampoco le gustaba esa. Estaba decidida a quejarse, ya que la estufa, en sí, no estaba lo suficientemente caliente. Los que se vuelven más exigentes con sus comidas son generalmente los que menos hambre tienen. La satisfacción engendra un cierto sentido de esnobismo en nuestro intento por disfrutar de la perfección. Y si bien dichos estándares pueden ser aceptables cuando se paga por una comida cara, el concepto a menudo habla acerca de las condiciones que se encuentran en gran parte de la iglesia. Los que tienen el mayor número de opciones con frecuencia se convierten en los más exigentes. Muchas personas eligen la iglesia a cual asistir en un fin de semana dado dependiendo de quién predica ese día, o del tema del sermón. Sólo los espiritualmente satisfechos tienen esas opciones. El hambre es un fenómeno interesante. Impulsa a la gente a hacer cosas extrañas. Por ejemplo, robar está prohibido en las Escrituras, pero Salomón parecía mostrar solidaridad con el ladrón cuyo robo estaba motivado por el hambre. Y a pesar de que el ladrón debe devolver lo que se robó, Salomón dijo que el hombre no es despreciado en su comunidad (véase Proverbios 6:30). El comportamiento inusual es más perdonable, cuando una persona tiene hambre. Las personas espiritualmente hambrientas a menudo muestran rasgos similares. El protocolo parece esfumarse para los que tienen hambre extrema de Dios. He visto a personas tímidas que se vuelven enérgicas y las complacientes que se vuelven extremadamente

audaces en su fe. Es hermoso. Es algo que seguro cumple la definición de la fe de Hebreos 11:6: “es galardonador de los que le buscan”. Ana experimentó esta misma realidad cuando parecía ebria delante del sacerdote, pero en realidad estaba embriagada con una oración desesperada por un niño (véase 1 Samuel 1:13). Elí entendió y excusó su comportamiento extraño causado por el hambre. Este tipo de hambre surge de la convicción de la bondad de Dios, quien da buenas dádivas a Sus hijos. Existe porque la gente cree que Él cumple sus promesas. La gente rara vez llega a esta conclusión a través del estudio de la Biblia por sí solo. Al final, se requiere la búsqueda diligente de lo que revela la Biblia. No sería una exageración llamar a esto un hambre que “arde por dentro”. La enciende Dios, pero la sustenta la cooperación de la persona. Los satisfechos evalúan. Por lo general, evalúan la experiencia y la enseñanza de otras personas, y su confesión y esperanza. Lamentablemente, algunas personas no tendrían ningún ministerio en absoluto si no pudieran criticar y censurar a los demás. No son conocidos por lo que creen; son conocidos por lo que se oponen. No tienen historia de encender ni de sembrar en el obrar de Dios. Más bien, son conocidos por la crítica de la “comida” que otros disfrutan. Me recuerdan a los críticos de los restaurantes que no saben cocinar. La fe tiene un enfoque diferente hacia la verdad. Sí, el engaño es una preocupación, y, sí, el diablo existe. Pero la fe que se expresa con el hambre está mucho más convencida de la bondad de Dios y su promesa de satisfacer, que de la capacidad del diablo para robar, matar y destruir. El hambre se preocupa por Aquél. Él está disponible para aquellos que le persiguen con abandono temerario. Él viene con la capacidad para mantenerlos a salvo. En el centro de este tipo de fe está la humildad, ya que hace que la persona “se apoye en” una situación, esperando que Dios hable y dé dirección. La fe anticipa lo bueno porque Dios es bueno. La fe con hambre es más crédula que desconfiada.

Oración Padre, por favor ayúdame a ser siempre agradecido por lo que me has dado, pero ayúdame a tener siempre hambre de más. No quiero caer en la crítica de

las experiencias de otras personas a expensas de profundizar contigo en mi propio caminar. Por favor, rodéame con gente que me inspire a tener hambre de más, y que mi vida tenga el mismo efecto en los demás.

Declaración Fui concebido para caminar en la fe y la humildad. Lo puedo hacer porque Dios es bueno, y Él me dio el don de tener hambre. ¡Por esta razón, voy a seguir a Aquél que prometió que yo le iba a encontrar!

41. Cuando Dios nos da una promesa en lugar de una respuesta, esto revela Su deseo de acercarnos a nuestros propósitos eternos

He oído

a alguna gente decir que Dios nos necesita. Esto simplemente no es verdad. Él no necesita nada. Él es y ha sido completamente autosuficiente durante toda la eternidad. Pero siempre hemos estado en Su mente. Y esos pensamientos han sido para nuestro bienestar y bendición, y no nuestra calamidad. Sus ideas para nosotros son buenas, increíblemente buenas. Él tiene grandes sueños para nosotros, al igual que cualquier buen padre los tiene para sus hijos. Él le dijo a Jeremías que Él le conocía antes de que naciera. Dios estaba tan involucrado en Su sueño para ese profeta que Él le experimentó, antes de que existiera. Eso es soñar intensamente, de la forma que Dios es muy capaz de hacer. Aquél que es todo suficiente prefiere la asociación en el que Su resplandor y belleza se vean en los que le adoran por elección. Somos transformados de gloria en gloria, a medida que nuestro corazón esté fijado en Él. Sin embargo, también somos el objeto de Su deseo, somos Su sueño hecho realidad. Él anhela que los que quieran aprender a exhibir Su corazón y Sus caminos, se conviertan en colaboradores en el establecimiento de Su Reino y traigan gloria a Su nombre. ¿Cómo es posible no estar llenos de esperanza, cuando Dios es nuestro Padre? ¡Imposible! El Padre tiene tal anhelo de asociación que Él a veces responde a nuestro clamor de maneras que las malinterpretamos. Nosotros nos fijamos en el problema; Él se fija en el panorama general. Buscamos la intervención; Él busca a hijos e hijas que parezcan, actúen y vivan como su Hijo, Jesús. Él desea que vivamos en la autoridad del poder en la que vivió Jesús. ¿Crees que si Dios contesta cada oración para nosotros, solucionando todos los problemas por los que oramos, tendremos esta transformación personal? No. Seguiremos como los recién nacidos en el hogar en el que se atiende cada necesidad. En ese ambiente, lo único que tenemos que hacer es gritar para llamar la atención necesaria. Él quiere más de nosotros. Tenemos que abordar

los problemas a la mano con la mente de Cristo, ejerciendo el poder y la autoridad que se nos da en su nombre, para que crezcamos. La madurez significa vivir y pensar de manera responsable. Debemos representar a Jesús en nuestra generación. Hay momentos en que Él nos da promesas en lugar de respuestas. Él quiere nuestra participación para que nos convirtamos en creyentes maduros que le representen bien. Aceptar Su proceso nos da el privilegio de formar parte de su respuesta. Él quiere más que ver a alguien sanado o rescatado; Él quiere obrar a través de nosotros. Él quiere que Su pueblo demuestre Su corazón por la humanidad y se convierta en una parte de la respuesta, trayendo Su sanidad, liberación y el espíritu general de avance a cada situación concreta. Nuestra tarea es bastante simple, cuando Él nos contesta una oración: verle obrar y darle gracias. Él obra a favor nuestro de maneras que nos impresionan tan profundamente que nosotros celebramos Su intervención con gran alegría. Nuestra tarea es muy diferente, cuando Él contesta las oraciones a través de nosotros. Esta vez, nuestra respuesta a Su guía es la clave para el avance. Jesús dijo: “Yo sólo hago lo que veo hacer a mi Padre”. El Padre le mostró a Jesús qué hacer para lograr el milagro. Tal colaboración está todavía en el corazón de Dios hoy en día, y Él quiere una Esposa que esté plenamente desarrollada hasta la madurez de su Hijo.

Oración Padre, Tú me asombras. Me asombras en la manera que Tú deseas que yo pueda demostrar Tu corazón al mundo que me rodea. Yo vivo con esperanza debido a ello. Por favor, ayúdame a reconocer cuándo y cómo Tú obras en una situación para que yo no pase por alto las oportunidades que me son dadas para ver que venga Tu Reino. Necesito la sabiduría para saber cuándo se tiene respuesta al clamor de mi corazón para mí o a través de mí. De antemano, te doy gracias por ambas cosas.

Declaración Por la gracia de Dios que se me ha dado, seré fiel a clamar por un avance, y a no tener miedo de usar Su nombre para ayudar a que esto ocurra. Mi corazón anhela que Dios sea glorificado en y a través de mí; por lo tanto, acepto, con alegría, Su anhelo de cumplir Sus propósitos en y a través de mí para que el

mundo sepa cómo es Él. ¡Hago esto para que Su nombre sea exaltado en toda la tierra!

42. A menudo nos alegramos por los que se humillan bajo la mano poderosa de Dios, pero despreciamos a quienes Él exalta

Tenemos una teología para la humildad. Y con razón. Jesús lo enseñó y lo demostró. Apreciamos a las personas que dan su vida por los demás día tras día, que viven con sacrificio por la causa del Evangelio. Con frecuencia nos alegramos cuando están en esa posición. Pero, ¿qué pasa si Dios hace lo que dice que hará en la vida de ellos? El apóstol Pedro declaró: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo” (1 Pedro 5:6). Tenemos una teología para la humildad, pero nos falta una para la bendición y el ascenso. ¿Es posible también que Dios exalte a la gente, por el bien del Evangelio? Obviamente, no me refiero a las posiciones de orgullo e independencia, sino me refiero a las posiciones que les permitan tener influencia sobre la mente de este mundo. Hasta que no podamos resolver algunos de estos problemas del corazón, nunca accederemos plenamente a nuestros propósitos. Una de las razones por las que este tema es tan difícil para el pueblo de Dios es un asunto que ninguno de nosotros queremos reconocer: los celos. El apartarnos del amor nos lleva directamente a este pecado. Es un cáncer que devora el corazón y puede causar, aparte de esto, que la gente buena caiga bajo el hechizo de su propio juicio contra los demás. Tenemos que darle un nombre noble, para que este rasgo nocivo exista en el corazón de un creyente. Discernimiento, carga de intercesión y Dios me dijo. . . son expresiones que se utilizan para ofrecerle un escondite a esta influencia destructiva. Seamos realistas: Es difícil ver a otra persona obtener la cosa por la que usted se ha estado esforzando y orando, o por lo menos deseando en su corazón. Una vez más, el apóstol Pablo nos enseña: “El amor. . . no tiene envidia. . . no busca lo suyo” (1 Corintios 13:4-5). Hasta que usted no se alegre y participe en la promoción de otra persona, no puede estar seguro de estar libre de la influencia de los celos. El enemigo

se esfuerza mucho para provocar este sentimiento, ya que inhabilita a muchos para su propio destino. Y los poderes de las tinieblas temen que accedamos a nuestro destino. La promoción propia es una influencia destructiva, sobre todo en el ministerio. “No busca lo suyo”, aborda este problema. Dios está interesado en nuestra promoción. De hecho, Él está más interesado que nosotros mismos. Pero cuando avanzamos a través de la promoción propia, tenemos que seguir promoviéndonos a nosotros mismos para mantener la posición. Es agotador. Y conduce a los celos. Debemos arrepentirnos de eso el momento en que lo veamos. Aprender a alegrarnos por el ascenso de otra persona es a menudo el requisito previo para nuestro propio ascenso. Se llama administrar las pertenencias de otra persona. Dios se asegura de que recibamos lo que nos pertenece, cuando manejamos bien lo que les pertenece a los demás. Esta es parte de la razón por la que somos llamados a alegrarnos con los que se alegran y a llorar con los que lloran. Debemos suavizar nuestro propio corazón para que podamos aliarnos con la experiencia de las demás personas con las que estamos, para su beneficio.

Oración Padre, ayúdame a alegrarme por el ascenso de Tus hijos de la manera que Tú lo haces. Ayúdame a ver Tu mano en sus promociones para no caer en la trampa de la lucha contra Tu voluntad para sus vidas. Sólo quiero el fomento en mi propia vida para el cual Tú consideres que yo esté listo, sabiendo que el exceso en el momento equivocado podría afectar mi pasión para complacerte en todo. Te ruego estas cosas para que Tú seas glorificado en toda la tierra.

Declaración Dios exalta a las personas en el momento adecuado. Él es el único que sabe cuál es el momento adecuado. Adopto una postura con disposición a honrar a aquellos que Dios honra, porque amo la voluntad de Dios. Hago esto para que el nombre de Jesús se mantenga en el más alto honor en toda la tierra.

43. Nuestra mente se renueva o está en guerra con Dios

Creo que

es seguro decir que todos los tratos de Dios con Su pueblo tienen, de alguna manera, la renovación de la mente como un objetivo principal, porque la mente renovada es de gran importancia para Dios. Sabemos que la fe no viene de la mente; viene del corazón. Sin embargo, la mente renovada aviva la fe. Le proporciona a la fe un contexto para el razonamiento divino. El marco para la mente renovada es la naturaleza y las promesas de Dios. La mente renovada se forja, al vivir conscientes, y a partir, de esa realidad. La mente renovada, por ejemplo, ve realmente el potencial de que el almuerzo de un niño pueda alimentar a una multitud. Este tipo de pensamiento no llega fácil. Los discípulos lucharon con eso, y ellos vieron el despliegue ilimitado de la bondad de Dios que fluía a través de Jesús todos los días. Sin embargo, todavía luchaban con la creencia de que sólo tener una hogaza de pan en la barca no era suficiente para el viaje (véase Marcos 8:14). Y esa reacción embarazosa se repitió en dos ocasiones cuando vieron pequeñas cantidades de alimentos que se multiplicaban para alimentar a grandes multitudes. La palabra arrepentirse significa “cambiar la forma de pensar”. Esto no es un asunto de la mente sobre la materia. Si eso fuera cierto, entonces sólo la persona altamente disciplinada podría arrepentirse. El arrepentimiento es un regalo de Dios. Es la tristeza piadosa por el pecado que le permite a una persona cambiar su perspectiva sobre la realidad, la realidad superior. El arrepentimiento es ver desde la perspectiva de Dios. Esto, entonces, nos da una idea sobre la mente renovada: Es el camino del arrepentimiento. O yo veo desde la perspectiva de Dios, o tengo que arrepentirme. “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la

mente puesta en la carne es enemiga de Dios” (Romanos 8:6-7). La mentalidad de la carne es muerte, y es enemiga de Dios. No hay un término medio, por lo tanto la necesidad de la obra del Espíritu Santo en la renovación de nuestra mente. Debido a que el arrepentimiento es a menudo considerado como auto-humillación y autocrítica, muchos no aprovechan la oportunidad de tener la mente renovada. Quedan demasiado atrapados en sí mismos, como si volverse introspectivos diera lugar a una forma transformada de pensar. En realidad, la introspección le roba a las personas sus momentos divinos de ver realmente como Él ve. Tenemos esperanza en la misericordia de Dios, incluso cuando Él nos convence del pecado. En otras palabras, en algún momento tenemos que cambiar nuestro enfoque de nuestro fracaso, a la capacidad de Dios y a Su deseo de perdonarnos. La parte realmente aleccionadora de esta ecuación es que la mente no renovada está en guerra con Dios, es incapaz de producir buen fruto por su enemistad con Él. El simple hecho de reconocer esa verdad nos ayuda a producir la tan necesaria “tristeza piadosa”. Sin ella, no hay arrepentimiento. Si usted está propenso a caer en la autocrítica como una expresión de su dolor por el pecado, reconozca rápidamente que incluso se debe arrepentir de esa postura. De alguna manera tenemos que aprender a ver el error de nuestros caminos sin hacer que todo se trate de nosotros. Solamente al ver la extraordinaria grandeza de Su amor y misericordia por nosotros, seremos capaces de ver con claridad de lo que Él nos convence sin caer en la trampa del egocentrismo en el nombre del arrepentimiento.

Oración Ayúdame a ver con claridad. Ayúdame a dejar de limitarte a lo que me parece razonable. Quiero ver a través de tus ojos y vivir según Tu naturaleza y tus promesas. Gracias por resolver todos los problemas antes de tiempo en el Calvario para que yo pudiera creer lo mejor, porque Tú eres bueno. ¡Gracias por Tu bondad infinita!

Declaración

La gracia infinita de Dios renueva mi mente. Soy cambiado de gloria en gloria, todo porque Dios es bueno y está plenamente comprometido con mi transformación. Estoy seguro de que Él completará lo que comenzó.

44. La obsesión de la iglesia por evitar la decepción le ha dado el asiento de honor al espíritu de la incredulidad

La esperanza es una de las actitudes y de los valores cristianos más importantes que podemos tener en esta vida. Debemos alimentarla continuamente si en verdad queremos descubrir el corazón de Dios. Sin esperanza, es imposible vivir la vida en todo su potencial. Dios no exige una esperanza ciega, en el sentido de que no tenga una razón de ser. Este tipo de esperanza tampoco se trata de un simple pensamiento positivo, pretendiendo “todo está bien con el mundo”, cuando no todo está bien. En realidad, dicha esperanza es la anticipación gozosa de lo bueno. Llega cuando descubrimos la naturaleza de Dios de la bondad perfecta, al encontrarle y al encontrar Sus promesas perfectas. La esperanza está anclada en la revelación de la bondad de Dios y brota de nuestro corazón de una manera que afecta nuestras perspectivas, actitudes y semblantes. Dado que la bondad de Dios es el mayor absoluto en existencia, es allí donde nuestro corazón debe estar atado para que permanezcamos firmes en esta realidad del Reino llamada esperanza. Como pastor, conozco bien este desafío. Con frecuencia nos da miedo crear expectativas que podrían no cumplirse. Y no existe un pastor decente en el planeta que quiera frustrar a los hijos de Dios con más promesas incumplidas. Nos enfrentamos casi a diario a situaciones imposibles, y ninguna es más difícil que estar con amigos y familiares que se enfrentan a una gran tragedia y preguntan por qué. Como resultado, a menudo escucho a pastores que expresan su preocupación por ofrecer esperanza que sólo se incumplirá otra vez. Entiendo el razonamiento, en el sentido de que a menudo a nosotros nos han dejado la tarea de ayudar a rehacer las vidas rotas e insatisfechas. La exageración en el ministerio es uno de los mayores culpables. Es realmente buena para ofrecer expectativas que es incapaz de cumplir. Ninguno de nosotros queremos estar

involucrados en esa actividad infructuosa. Pero es una tontería absoluta tratar de compensar por ese abuso, al abrazar la ausencia de esperanza. Se convierte en una profecía auto-cumplida, recibimos exactamente lo que esperamos: nada. Protegernos de la decepción es en última instancia, adoptar la incredulidad. Muchos de nosotros hemos recibido una misión imposible: darle sentido a una crisis o tragedia. Si bien se buscan con frecuencia las respuestas, estas rara vez ayudan, al menos no de inmediato. El corazón es el que está lastimado, no el cerebro. Y mientras nos esforzamos por ofrecer consuelo, la única respuesta real es la paz que sobrepasa todo entendimiento. En general, tenemos que renunciar a nuestro derecho a entender, con el fin de obtener ese tipo de paz. Para ponerlo en la práctica, debemos convertirnos en amigos que aman, sirven, se niegan a juzgar o condenar, a la vez que demostramos una confianza inquebrantable en la bondad de Dios. Las personas que han sufrido grandes pérdidas podrían cuestionar todo lo que creemos y defendemos. Pero como amigos, nos mantenemos fieles a la naturaleza revelada de la bondad de Dios, a la vez que asumimos un rol amoroso que trae consuelo y paz a los que están en crisis. Esa posición trae tal seguridad a su mundo que con el tiempo la paz se convierte en su posesión para siempre. He visto cómo muchos tratan de aislarse de la decepción. Ésa es una opción cara, ya que tienen que eliminar todo sentido de la esperanza con el fin de tener éxito. Es una manera desastrosa de vivir, pues donde no hay esperanza, no hay fe. Recuerdo que hace varios años uno de los jóvenes de nuestra iglesia fue llamado a ser un posible miembro del jurado en un próximo juicio. Mientras esperaba en una sala con un centenar de posibles miembros del jurado, notó a un hombre en una silla de ruedas. Se le acercó y le preguntó si podía orar por él para que fuera sanado. La respuesta del hombre fue honesta, quien preguntó: “¿Y qué si no recibo la sanidad?”. Nuestro joven le respondió: “¿Y qué si sí la recibe?”.

Ese simple cambio de enfoque ayudó a este caballero a volver a tener esperanza. En unos instantes, él se levantó de su silla de ruedas dando gracias por su milagro. La esperanza es el comienzo de la vida de los milagros, porque anticipa con alegría a nuestro perfecto Padre celestial para demostrar quién es Él en nosotros, para nosotros y a través de nosotros.

Oración Padre Celestial, con Tu ayuda, no voy a proteger mi corazón de una posible decepción. Más bien, voy a dedicarme a proteger lo que sé de Tu bondad y a siempre creer lo mejor. Tu Palabra afianza mi corazón en la realidad de lo que Jesús logró por mí. Por tu gracia, voy a demostrar esta esperanza en una forma contagiosa, para que los demás depositen su esperanza en el maravilloso nombre de Jesús.

Declaración Así como yo me he dedicado a vivir en el amor, he consagrado mi vida a estar lleno de esperanza. Jesús es la razón de esa esperanza, que hace que mi esperanza sea estable y gloriosa. Viviré de esta manera para que Dios sea glorificado y para que la gente encuentre la salvación en el nombre de Jesús. Y por la gracia de Dios, voy a enfrentar cada día con la anticipación gozosa de lo bueno, la bondad revelada de Dios.

45. Los líderes sin pasión les imponen un costo a todos los que les siguen

Una de las verdades más aleccionadoras en las Escrituras es el descubrimiento de que nuestros errores y pecados nunca nos afectan sólo a nosotros. Cuanto mayor es la responsabilidad en la vida de una persona, mayor es el impacto en aquellos que le siguen. Esta es una verdad ineludible. Y no ayuda decir que cada persona es responsable de sus propias decisiones, como si el líder caído no tuviera responsabilidad. Sucede. Y tiene consecuencias. Sin embargo este principio se aplica a todo el mundo, no sólo a los que tienen un título. (También es importante señalar que las decisiones correctas y costosas de un líder brindan grandes beneficios para aquellos que le siguen. Funciona en ambos sentidos). Este problema, tan trágico como es, se aplica a mucho más que al fracaso moral. Se aplica a la forma como una persona dirige. Padres, tomen nota aquí también, ya que los verdaderos líderes no son sólo los que tienen títulos. Hay una gran historia en la Biblia acerca de Eliseo y un rey (véase 2 Reyes 13:14-25). A través de una serie de acontecimientos, Eliseo estaba en una posición para definir el destino del rey Joás y el impacto de su liderazgo sobre la nación, pero tenía que poner su corazón a una prueba. Eliseo le pidió al rey que golpeara la tierra con las flechas. Joás lo hizo, pero golpeó la tierra sólo tres veces. Eliseo se enojó y dijo que si él simplemente hubiera golpeado la tierra cinco o seis veces, Israel habría aniquilado a su enemigo. Pero ahora Israel tendría sólo tres victorias temporales. Piénselo. Israel, como una nación en su conjunto, estaba destinada a tener tres victorias temporales sobre un enemigo, porque el rey respondió sin pasión al mandato del profeta con las flechas. La obediencia simbólica es desobediencia. El tema en cuestión es el amor. El verdadero amor no es casual y no es conveniente. Por naturaleza es muy perjudicial. Una persona

que se enamora pierde todo sentido de enfoque y parece abandonar sus prioridades habituales. Este amor se mide con la palabra pasión, que es el fuego ardiente del corazón por otra persona. El creyente debería tener este tipo de corazón hacia Dios. Se llama nuestro primer amor. Este amor es evidente en la forma en que nos relacionamos con las personas. Cuando Jesús despejó el templo, sus discípulos recordaron el pasaje de las Escrituras que dice que el celo por la casa de su padre le consumirá (véase Juan 2:17). ¡Nosotros somos esa casa! La pasión de Jesús tiene como objetivo la casa de Dios, Su pueblo. ¿Debemos ser diferentes? Nuestra pasión se reconoce por la forma en que abordamos nuestras tareas dadas por Dios en la vida. Todo lo que hacemos debe ser para el Señor. Todos tenemos flechas en nuestras manos, y otros están viendo lo que hacemos con ellas. Mi intención aquí no es promover el miedo del hombre o suscitar una conciencia malsana de la responsabilidad. Pero tampoco quiero que ignoremos el hecho de que afectamos la vida de las personas de una manera profunda. La prueba más difícil que enfrentamos no es la que sabemos que estamos tomando. Quiero decirle a la persona que me dice que está siendo probado por Dios: “¡Ésta se trata de una prueba con libro abierto, son las más fáciles!”. Las pruebas más difíciles son las que enfrentamos y ni siquiera nos damos cuenta de que eran pruebas hasta que se han terminado. Tal fue el caso de este rey. Si usted es como yo, usted se preguntará por qué el profeta no le dijo que era una prueba. Yo estaría pidiendo que me quitara la prueba, porque ahora yo sé lo que él buscaba. Sin embargo, el problema es que el profeta ya encontró lo que estaba buscando. Encontró lo que estaba en el corazón del rey y sin ninguna presión ni preparación. Tengo que admitir que no siempre me ha ido bien con este tipo de pruebas. En la escuela, yo era muy bueno para estudiar duro justo antes de una prueba, pero me iba mal, si no sabía de antemano lo que se requería. Este no es un tema del cielo o del infierno. Se trata de una prueba para ver cuánto podemos manejar de lo que hemos pedido, sin que nos destruya.

La buena noticia es que nuestra pasión ayuda a encender el corazón de los demás. Las personas que lo observan a usted para tener dirección o inspiración son profundamente afectadas por su simple acto de golpear el suelo con las flechas. El privilegio de todo seguidor de Jesús es vivir enamorado con el celo por la casa de Dios. ¡Golpee el suelo hasta que los que le rodeen obtengan las más grandes victorias!

Oración Padre Celestial, sé que necesito Tu ayuda una vez más. Quiero vivir esta vida con pasión. Pero no puedo fingir. Necesito que me muestres Tu corazón por Tu casa. Necesito ver Tus ojos de fuego que se enfocan en mí, no para mi destrucción, sino para encender mi corazón a fin de que arda como el tuyo. Este es mi deseo, que yo pueda honrarte en formas que aún no he descubierto. Oro por estas cosas para la gloria de Dios.

Declaración Mi corazón arde por Dios. Sé que esto es más que un simple entusiasmo y celo superficial. Mi corazón arde por Él, porque Su corazón arde por mí. ¡Yo lo amo porque Él me amó primero! En el mejor de los casos, sólo puedo reflejar lo que Él tiene en Su corazón. Y es en este sentido que yo consagro mi vida, para exhibir la pasión de Dios.

46. La fe se evidencia en el acto de la obediencia

Una de las trampas en las que caí cuando era joven era pensar que para ser grande ante Dios, tenía que medir mi fe. Leí las historias de los grandes hombres y mujeres de Dios del pasado y deseaba el mismo lugar de importancia e impacto que tuvieron en el curso de la historia. Aunque quería importancia, era la importancia desde la perspectiva de Dios, no del hombre. No tenía nada que ver con la fama ni un gran nombre. Dios sabe quién confía realmente en Él. Eso fue lo que me impulsó. Todos los héroes del pasado fueron personas de gran fe. Se hizo evidente con bastante rapidez que para tener el mismo impacto como el que ellos tuvieron, yo tenía que tener una fe similar, ya que era el ingrediente absoluto para agradar a Dios. Así que traté de medir mi fe y miré a mi interior para hacerlo. Pero cada vez que abría el frasco de la fe para ver lo que había dentro, todo lo que había allí se evaporaba rápidamente. Nunca parecía ser capaz de encontrarla cuando yo la buscaba. Por el contrario, hubo momentos en que yo sabía que Dios me había mandado a hacer algo para lo cual yo no creía tener la fe para hacerlo. En lugar de entrar en el auto-examen, simplemente obedecí. Nunca olvidaré mi momento de hallazgo cuando sentí como si Dios me dijera lo siguiente: No podrías haber obedecido sin fe. Había estado buscando en el lugar equivocado. La grandeza no se encontró mediante la búsqueda de la grandeza. Tampoco se encontró la fe mediante la búsqueda de la fe. Se halló al ceder a Su voluntad y a Sus propósitos. A partir de ese momento he hecho que la obediencia sea el enfoque, en lugar de medir mis reservas de la fe. La fe es el resultado de la rendición, no de la determinación. La fe es la respuesta normal de un creyente hacia Aquél que es perfectamente fiel. Dicho esto, la obediencia entonces se convierte

en la forma más práctica para descubrir la fe en la vida de una persona. Hoy tengo muchos héroes de la fe. Son muy respetados en todo el mundo por su fe y sus hazañas. Conozco personalmente a muchos de ellos, y cada uno se destaca en mi mundo por la obediencia extrema. Digo extrema porque buscan oportunidades para confiar en Dios para lo imposible. Estar con ellos me ayuda. Pero estar con ellos también me pone nervioso, porque restablecen el patrón de lo que yo llamo la vida cristiana normal. No puedo seguir igual, debido a su influencia en mi vida. Nada de importancia eterna se descubre mirando hacia adentro. Sin embargo, mirar con dirección a Dios es todo lo contrario. La gracia, la vida, la fe y todo lo demás de importancia se da a conocer en esa mirada. Prepararme para hacer lo que Él me diga que haga después es para mí un gran privilegio y responsabilidad. Y aunque tal vez resulte extraño para algunos, esto es lo que revela la medida real de la fe por la cual yo vivo. La obediencia es la expresión de la fe auténtica, porque la obediencia es lo que demuestra la confianza, ya que todas las relaciones se basan en la confianza. Un momento de aprender a responder a Su voz hará más para desarrollar mi fe que un millar de años de mirar hacia adentro. Amo y necesito la simplicidad. Tener sólo un medidor en mi tablero de instrumentos, el medidor del corazón obediente a Dios, hace que esta vida de confianza sea mucho más fácil. Por la gracia lo puedo lograr.

Oración Dios Padre, Tú eres digno de confianza más allá de toda imaginación. Y te honro por eso. Por favor, ayúdame a anclar mi corazón y mi mente en Tu fiabilidad, porque siempre quiero que se me encuentre confiando en Ti. No quiero que mi búsqueda de la fe tropiece por la introspección, así que por favor ayúdame a ser consciente de esos momentos cuando estoy propenso a caer en la trampa de pensar que se trata de mí. Gracias de antemano por la gracia para vivir como Tú me concebiste para hacerlo, lleno de fe y completamente fiel.

Declaración Fui creado para confiar en Dios, por naturaleza. No es complicado recibir la tarea de confiar en Aquél que es más digno de confianza en la existencia. Y esto lo haré con mucho gusto todos los días de mi vida, para la gloria de Dios.

47. Jesús va a regresar por una esposa cuyo cuerpo se encuentre en la misma proporción a su cabeza

El regreso

de Jesucristo por su iglesia será uno de los momentos más maravillosos de todos los tiempos. Como tal, se le llama la bendita esperanza. Pero, ¿Para qué regresa Él? ¿Tiene Él que juntar en el cielo a una iglesia dividida que es un rompecabezas? ¿Regresa Él por una Esposa débil y anémica que necesita atención hospitalaria antes de la boda? O, ¿regresa Él por una Esposa que se preparó? Totalmente lista. Madura y gloriosa. Crecí en la cultura de una iglesia donde se albergaba la convicción de que las cosas iban a empeorar en los últimos días, y entonces Jesús regresaría. Si bien no me acuerdo que mi padre lo enseñara, esto formaba parte de la cultura Pentecostal en la que vivíamos. Como resultado, el regreso de Jesús equivalía al rescate de su Esposa, antes de que el diablo engañara y destruyera a todos sus miembros. Es cierto que hay versículos que parecen dar a entender ese resultado, si usted está propenso a verlos. Recuerdo cuando compré mi primer automóvil nuevo, un hermoso Toyota Corolla Fastback de color azul. Eso fue en 1978. Tenía una transmisión de cinco velocidades, aire acondicionado y casetera; todo lo que un hombre podría desear. Fue muy emocionante conseguir algo así de bonito, algo totalmente nuevo. Mi esposa, nuestros dos hijos pequeños y yo cabíamos perfectamente en ese regalo de Dios. Entonces empecé a ver algo que nunca había notado antes: Había muchos Toyotas Corolla Fastbacks en el mundo. Ahora que tenía uno para mí, mis ojos parecían estar entrenados para detectar lo que al parecer había estado allí todo el tiempo. Los noté rápidamente por todas partes, como alguien que tuviera un interés personal en esa marca de automóvil. Los valores internos pueden permitirle ver lo que no veía antes. Lo contrario también es cierto. Los valores internos pueden cegarlo a lo que ha estado allí todo el tiempo. Esto es especialmente cierto sobre la lectura de las Escrituras.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Mis valores están determinados por los valores de Dios? Estamos propensos a llegar a todo tipo de interpretaciones, cuando estudiamos los últimos días. El mayor problema con nuestra teología de los últimos días viene de nuestro estudio de los últimos días. Sé que suena extraño, pero ¿es realmente legítimo estudiar ese tema separado del tema general de las Escrituras? ¿Se trata de un punto único de la teología que se puede asilar de la obra redentora de Jesús para hacernos criaturas nuevas? Pero ¿qué sucede cuando estudiamos el propósito de Dios para la iglesia, o el éxito profundo de la gracia divina que salva, o Su promesa y propósito para el planeta tierra? Permitimos que lo abstracto interprete lo evidente, cuando el estudio de los últimos días define nuestra teología de conjunto para toda la vida. Nuestras interpretaciones de los elementos simbólicos de las Escrituras, como la bestia, los siete sellos, los siete años y otros misterios sin fin, les dan forma a las cosas que son obvias. ¿Es malo el estudio de esas cosas? Por supuesto que no. Hay cabida para ello. Pero es peligroso permitir que lo abstracto redefina lo que sabemos que es verdad. Jesús no nos salvó sólo para salvarnos de nuevo. En realidad esta cita es una mezcla de metáforas, que con frecuencia es peligrosa. Lo hago en este caso para ilustrar las realidades conjuntas: Somos miembros del Cuerpo de Cristo, y también somos Su Esposa. Como miembros de Su Cuerpo, Él es la cabeza. Como la Esposa, somos la razón de su regreso. Nos estremecería la idea de que el cuerpo de un niño tratara de sostener la cabeza del tamaño de un adulto. Sin embargo, esa imagen representa muy bien la teología de muchas personas. ¿Por qué es importante? Si no esperamos terminar victoriosamente, siempre vamos a crear una teología que permita los fracasos y defectos y en última instancia, la tergiversación del ministerio de Jesús en la tierra. No necesitamos una teología que le atribuya poderes a la debilidad y al fracaso. La obra de Cristo en la cruz fue suficiente en Su capacidad para presentarnos impecables y victoriosos, ¡vencedores tanto en pureza como en poder! Jesús va a regresar por una esposa cuyo cuerpo se encuentre en la misma proporción a la cabeza. El vencedor regresará por el victorioso. El Rey de la gloria

volverá por el glorioso. ¡Es por eso que a su regreso se le llama la bendita esperanza!

Oración Querido Padre, quiero vivir la vida en esta tierra de una manera que te honre, una vida de gran gozo y deleite. Pero también quiero mantener mi anhelo por el regreso de tu Hijo. Por favor, ayúdame a mantener mis afectos puros y establecidos en Tus propósitos para esta vida. Es mi deseo reinar en la vida de una manera que las personas acudan a Ti, a través de la abrumadora revelación de Tu bondad.

Declaración Dios es mi fuente de todas las cosas que están relacionadas con la vida y la piedad. Es un privilegio vivir con el gran triunfo victorioso de la resurrección de Jesús, para que toda la gente a mi alrededor descubra la naturaleza de Dios. Voy a hacer esto por la gracia que me ha sido dada, para la gloria de Dios.

48. Nunca se tuvo la intención de que el cristianismo fuera reconocido por sus disciplinas, sino por sus pasiones

Para mí, es una tragedia cuando se reconoce el Evangelio por la disciplina y la forma y no por la verdadera pasión. Creo en la estructura. Pero la estructura debería contener algo. Sabemos que la Biblia habla del vino nuevo que se pone en odres nuevos, para que cuando se expanda, las pieles se estiren. Que quede bien claro, el tesoro no es la piel; el tesoro es el vino. La estructura es importante por lo que contiene. La disciplina contiene y le da valor al tesoro verdadero: el amor como se aprecia a través de la pasión. Una vida disciplinada es vital para que alcancemos todo nuestro potencial. Es difícil leer las epístolas y llegar a otra conclusión. Creo que se puede decir que la verdadera pasión ayuda a desarrollar una gran disciplina. Probablemente no hay mejor ejemplo que el ver a un hombre y a una mujer que se han enamorado. Usted nunca tiene que decirles que se piensen mutuamente. Usted nunca tiene que decirles que se sacrifiquen por el bien del otro. Tampoco tiene que sugerir que dejen de lado otros intereses para que puedan pasar tiempo juntos. Esas cosas suceden de forma automática, lo que nos dice que haremos mucho más de forma natural cuando estamos enamorados de lo que podríamos hacer a través del esfuerzo, ya que de lo contrario sería una obligación. La pasión/el amor genera la mejor disciplina, porque surge del corazón, y dicta fácilmente cómo se vivirá la vida. La iglesia de Éfeso perdió de vista este mismo tipo de amor, el primer amor. Eran conocidos por muchas cosas buenas. Pero lo único que se suponía que debían mantener por encima de todo lo demás era esta primera relación de amor con Dios. El arrepentimiento era el paso necesario, pero ese arrepentimiento tenía que adoptar una forma inusual para conducir a la verdadera restauración. Dios les dijo: “Recuerda . . . arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio . . .” (Apocalipsis 2:5).

A veces, nuestra vida está tan ocupada con actividades espirituales que perdemos de vista por qué estamos vivos, y lo que Dios nos ha asignado a hacer. Se cambian las prioridades simplemente debido a la presión, y el deber reemplaza nuestra pasión. Dios ordena: “¡Recuerda!”. Los recuerdos pueden ser una herramienta muy valiosa para ayudarnos a recuperar el territorio perdido con Dios. Deje todo y recuerde cómo solía sentir, pensar y vivir. Él acompaña esto con la orden: “¡Arrepiéntete!”. Que es confesar y apartarse de cualquier estilo de vida que ponga en peligro una vida de pasión por Jesús. Encuentro muy interesante Su siguiente orden: “Haz las obras que hiciste al principio”. Si esta palabra fuera declarada a un esposo y una esposa quienes necesitaban enamorarse de nuevo, se vería de la siguiente manera: Cómprele flores. Llámela desde el trabajo en su hora de descanso. Piense en maneras de alegrarla. Planee sorpresas para ella que la hagan sentir feliz de que ustedes dos tienen la oportunidad de pasar la vida juntos. Dicha lista es bastante obvia, y la esposa tiene una lista igual, pero usted entiende lo que quiero decir. Ahora traslade eso a su primer amor por Jesús. ¿Cuánto hablaba de Él? ¿Cómo era su vida de oración? ¿Cómo era meterse de lleno en la lectura de la Biblia por primera vez? ¿Cuáles eran los tipos de cosas de las que hablarías con Dios? Estas son todas las obras del principio. Él no está diciendo que usted necesite ganarse Su amor; Él le está llevando a la acción que puede reactivar las pasiones de su corazón simplemente a través de la obediencia. La naturaleza para amar a Dios con abandono temerario se encuentra todavía en usted. Al hacer lo que solía hacer, usted está llamando a esa naturaleza de la pasión de vuelta a la superficie, para que una vez más pueda dictarle cómo se ha de vivir la vida. Hay pocas cosas en la vida más bellas que una pareja mayor aún enamorada. Han envejecido juntos con dignidad, disfrutando del regalo que se les ha dado. Y ese regalo es el uno al otro. Así es la vida del creyente experimentado que aún vive con la pasión del primer amor por el Señor y Salvador, Jesucristo.

Oración Padre Celestial, ayúdame a nunca llegar a estancarme en mi amor por Jesús. Quiero demostrar una pasión sencilla que te traiga un gran honor. Tú has hecho tanto por mí que no puedo imaginarme la vida de otra manera que vivir completamente para Tu gloria.

Declaración Amo a Dios con todo mi corazón. Mi corazón arde con afecto por Aquél que me amó primero. Y es un honor para mí ser un amante apasionado de Dios todos los días de mi vida. Voy a hacerlo para la gloria de Dios.

49. En ausencia de la fe viene la desobediencia

Se requieren dos absolutos del seguidor de Jesús: el amor y la fe. El amor es la mayor manifestación del discípulo de Jesús: “Ellos sabrán que son mis discípulos por su amor” y “El mayor de ellos es el amor”. Pero la fe también es un absoluto, tal como lo declara el escritor de Hebreos: “Sin fe es imposible agradar a Dios”. Pablo unió los dos de forma única en su declaración en Gálatas 5:6: Lo que importa es “la fe que obra por amor”. Demasiados creyentes se hablan a sí mismos en incredulidad al tratar la fe como un bien escaso que sólo unas pocas personas muy especiales pueden alcanzar. Yo lo hice durante muchos años. Siempre terminó en desastre, cada vez que me esforcé por tener fe. La única respuesta lógica parecía relegar la vida de la fe a los gigantes de antaño. Pero nunca pude resolver ese problema en mi corazón, algo simplemente no parecía correcto. Entonces también me di cuenta que tenía que ver conmigo, cuando me di cuenta de que la fe no crece por el esfuerzo, sino que viene a través del sometimiento. Al hacer la fe inalcanzable, elevamos la vida esperada del creyente a un lugar tan alto que queda fuera del alcance para el hombre común. Y si Jesús defendió algo, lo hizo para llevar lo extraordinario al alcance de la persona considerada común. Sus doce discípulos no eran la élite de Su día. Por el contrario, eran comunes, a veces de una manera muy vergonzosa. Sería cruel que Dios les exigiera la fe a Sus hijos, y sin embargo, la hiciera inalcanzable. No es así. Pero tampoco entramos en una vida de fe a través de la voluntad propia ni la determinación egoísta. Es enteramente a través del sometimiento, el sometimiento a Su voluntad, Su corazón, Su naturaleza y Sus promesas. Pablo escribió la declaración más desafiante en este sentido: “Todo lo que no procede de fe, es pecado” (Romanos 14:23). Una

vez más, si la fe es inalcanzable, Dios nos habría destinado para el pecado. Esto, obviamente, no es el caso, ya que toda persona ha recibido una medida de fe. Es un regalo de Dios que nos permite tener éxito. Esta es la misericordia de Dios para cada uno de nosotros. Él exige algo de nosotros y, luego proporciona ese algo para nosotros. Es como un maestro que le exige a usted que pase una prueba para que pueda graduarse, y luego le da las respuestas. Sí, Él es así de bueno. Todo se reduce al uso de nuestra voluntad. ¿Vamos a entregarnos a Sus propósitos y expresar el fruto natural del sometimiento, o vamos a seguir nuestro propio sendero y caminar en la incredulidad? En la ausencia de la fe está el pecado, la desobediencia y todo lo que está en contra de los propósitos de Dios para nosotros.

Oración Padre, comienzo este día declarando mi sometimiento: me entrego a Tu voluntad, Tu corazón, Tu mente. Todo acerca de Ti me fascina y me atrae al placer de servirte. Ayúdame a mantener sencilla esta vida de la fe, ya que Tú me has dado las respuestas a la prueba que quieres que yo pase. Me alegro por Tu bondad continua hacia mí.

Declaración La fe me fue dada como un regalo. Es algo que yo simplemente poseo porque Dios lo quiso así. Y confieso y declaro que es mi honor en la vida demostrar Su fidelidad a través de mi fe. ¡Acepto este privilegio para que Dios sea honrado en toda la tierra!

50. La esperanza es el terreno donde crece la fe

Las promesas dan esperanza. De hecho, todo el Evangelio del Reino de Dios es una promesa continua que les da esperanza a todos sus ciudadanos. Página tras página del Nuevo Testamento nos da razones para anticipar la extraordinaria invasión de Dios en las situaciones imposibles de la vida. El Evangelio se llama la Buena Nueva por esa misma razón. Ciertamente obra en la eternidad, pero la maravillosa noticia es que también obra en el aquí y el ahora. La palabra esperanza no debe relacionarse con el concepto común del deseo. La esperanza no es una posibilidad muy remota, la idea de que tal vez algo bueno podría ocurrir, si tenemos suerte. La esperanza es todo lo contrario. En realidad, significa “la gozosa anticipación de lo bueno”. Los padres de mi esposa solían filmarla a ella y a sus hermanos en la mañana de Navidad, cuando se disponían a entrar en la sala de estar para abrir sus regalos. La cámara y sus luces extremadamente brillantes se instalaban frente a la sala donde los niños armaban bochinche de la emoción. Esperaban a que papá dijera: “¡Feliz Navidad!”. Sabían que algo bueno iba a suceder, y ellos ya estaban felices por ello, a pesar de que “ello” no había ocurrido todavía. Su entusiasmo era verbal, físico y emocional. No había que suponer sobre su condición mental. El hecho de que ellos estuvieran llenos de esperanza era profundamente claro para cualquier persona que los viera. Este es uno de los mejores ejemplos que conozco para ilustrar el verdadero significado de esta palabra poderosa: ¡Esperanza! La gozosa anticipación de lo bueno. Vivir sin esperanza es realmente una vida desperdiciada. Nacimos y fuimos concebidos para vivir con gran esperanza. Por supuesto, esto no elimina los problemas o las dificultades. Todavía tenemos que aprender a lidiar con la decepción. Eso le ocurre a todo el mundo. Pero la esperanza es mayor. La esperanza es el terreno donde crece la fe. La fe tiene como objetivo situaciones específicas; la esperanza es general. Es la confianza general en el deseo, el

compromiso y la capacidad de Dios para hacer que todas las cosas se dispongan para bien. Muéstreme a alguien con gran esperanza, y yo le mostraré a alguien que está en condiciones de obrar con gran fe. La esperanza es el subproducto de lo que pienso, medito y con lo que lleno mi corazón. Las promesas ayudan a generar una gran esperanza. Si yo enfrento cualquier tipo de problema, y no tengo una promesa para ello, voy a estar mal equipado para hacerle frente, y no voy a estar a la altura para lo que era posible. Tenemos un impacto intencional en la medida de la esperanza en la que vamos a vivir y permanecer, cuando nos deleitamos en Sus promesas. Muéstreme a alguien que ignore el mandato de vivir con esperanza, y yo le mostraré a alguien cuya fe no está a la altura de la magnitud del desafío que enfrenta una y otra vez. Este es un problema grave. La esperanza tiene que estar lista mucho antes de que surja la oportunidad de emplearla. Esto es lo que nos permite tener una respuesta inmediata a las cosas que nos desafían. La esperanza de hoy es el terreno de la victoria de la fe del mañana.

Oración Amado Padre celestial, por favor ayúdame a reconocer las promesas que Tú sembraste durante toda mi vida, sólo para mí. No quiero ignorar esas cosas. Ayúdame a vivir lleno de esperanza, y que esta condición del corazón sea contagiosa, para que Tú puedas ser glorificado.

Declaración Dios hizo posible que yo viviera continuamente con esperanza. Él me dio las promesas antes de tiempo para tener una respuesta para lo que venga a mi camino. Mi vida fue minuciosamente considerada y prevista, mucho antes de que yo naciera. El gran Diseñador me concibió para la esperanza. Y voy a vivir con esperanza, para la gloria de Dios.

51. Usted tiene la razón de cuestionar cualquier cosa que piense que sabe acerca de Dios que no puede encontrar en la Persona de Jesús

¿Quién de los seguidores de Jesús sugeriría que el sacrificio de los animales podría expiar nuestros pecados? ¡Nadie! ¿Quién de nosotros promovería una peregrinación al Templo todos los años para que los sacerdotes fueran mediadores entre Dios y nosotros? ¡Ninguno de nosotros! ¿Conoces a alguien que le diría a los enfermos terminales que son impuros, y que tienen que anunciar su presencia cuando caminen por la calle? Nadie que sea un verdadero creyente apoyaría este tipo de prácticas. Sin embargo, ¿se da cuenta de que muchos cristianos realmente hacen cosas similares? Esto sucede cada vez que permitimos que los estándares del Antiguo Testamento superen la revelación que encontramos en Jesucristo para hacerle frente a la enfermedad y al mal. ¿Somos diferentes cuando vemos a Jesús sanar a todos los oprimidos por el diablo en las Escrituras, pero explicamos que Dios aflige con la enfermedad a las personas con el fin de construir su carácter? No. Esa es una práctica atroz. Jesús vino a un planeta huérfano para revelar al Padre, el Padre, que es Amor. Dios nunca había sido revelado adecuadamente antes como el Padre. Jesús vino para ese propósito. Todo lo que Jesús dijo e hizo tuvo ese enfoque principal: revelar al Padre. Todo antes de Jesús tuvo un propósito diferente: revelar la condición perdida de la humanidad y señalar la única solución posible, a Jesucristo el Redentor. La Ley se convirtió en el tutor que llevó a la gente a Jesús como la única respuesta. En ese sentido, la Ley y los profetas son gloriosos y absolutamente perfectos. Pero su momento de aplicación era ese entonces, no ahora. Para mí es un misterio que la gente opte por la Ley que nos pone en evidencia, en lugar de adoptar la Buena Nueva que Jesús vino a revelar. Otra sorpresa para mí personalmente es cómo tantos creyentes se enojan con los que se dedican completamente a seguir a Jesús. En lugar de mirar el ejemplo de Jesús, señalan a Juan el Bautista o a

Elías o incluso a Moisés. Estos hombres fueron todos perfectos para su día. Pero Jesús vino a cumplir todo para lo que ellos vivieron. Él vino a revelar lo que ellos no podían, un Padre que ama a la gente y que pagó el precio de su redención a través del sacrificio de Su Hijo. Es la mejor noticia que pueda existir. Y no tiene por qué ser enturbiada por lo que muchos llaman un mensaje “equilibrado”, un poco de Ley y un poco de gracia. Jesucristo es el mensaje. Él es la Buena Nueva. No hay nada mejor que eso. No es demasiada buena para ser verdad. Es demasiada buena que es verdad. Observe lo que hizo Jesús con los líderes mundiales, cuando busque la mano de Dios en los asuntos del mundo. Observe lo que hizo Jesús con las tormentas, cuando quiera ver si Dios causó un desastre natural. Si usted quiere saber si es la voluntad de Dios que alguien sea sanado, observe los tratos de Jesús con las personas necesitadas. ¿A cuántas personas rechazó Él porque no era Su voluntad sanarlas? Jesucristo es realmente la teología perfecta. Este escrito no responde a todas las preguntas que plantea. No lo escribo tanto para dar las respuestas como para marcar la dirección del pensamiento y del propósito. Los cimientos deben ser sólidos y rectos, en toda construcción. Si no estamos nivelados desde el comienzo, en cuanto más alto sea el edificio, estaremos desviados por un kilómetro.

Oración Padre Celestial, te doy gracias por toda la Biblia. Todo en ella es invaluable para mí. Por favor, dame la sabiduría para reconocer lo que tengo que entender del pasado con el fin de apreciar plenamente lo que Tú me estás diciendo ahora. Reconozco a Tu Hijo como el camino, el único camino, para llegar a Ti como mi Padre. Gracias por eso. Oro por la gracia para demostrar bien Tu vida, para Tu gloria.

Declaración Creo que la Biblia es la Palabra de Dios, y que todo eso es provechoso para mi instrucción. Yo creo que, si bien el Antiguo Testamento es útil para la enseñanza, su mensaje nunca debe superar lo que dijo, puso en práctica y modeló Jesús, para que nosotros lo imitáramos. Creo que Jesucristo vino a revelar al Padre, y que Él le revela a la perfección. Ahora es mi turno. Jesús ahora me envía a mí, así como el Padre envió a Jesús.

52. La fe no niega que exista un problema; le niega al problema un lugar de influencia

Estoy afligido por la frecuencia con que veo que los creyentes tratan de tener fe a fuerza de voluntad, como si la fe fuera un producto de su esfuerzo. La fe no es una opción; se trata de un fruto. Un manzano produce manzanas si está sano y permanece en un ambiente sano. No hay pelea. No hay afán. Nada. Simplemente ocurre como el resultado natural de su naturaleza y ambiente. Somos creyentes. Esa es nuestra naturaleza. Nuestros pecados han sido perdonados y hemos recibido la naturaleza de Jesús como si fuera la nuestra. Forma parte de nuestra naturaleza creer, de la misma manera que creer lo fue en la naturaleza de Jesús. No podemos crear la fe, pero podemos dificultar su creación, viviendo contrariamente a lo que Dios dice que somos. Permanecer en Cristo es la respuesta a más cosas de lo que podamos imaginar. A veces, cuando los creyentes tienen miedo de parecer débiles por la incredulidad, se les vuelve una guerra para demostrar que tienen una gran fe. El problema es que la fe no se hace evidente a través de tales medios. No es jactanciosa. No se promueve a sí misma y no tiene que demostrar su valía. La fe nace del descanso, no del esfuerzo. Es la base sobre la que nos enfrentamos a lo imposible. La gente con frecuencia niega que existe un problema, cuando se esfuerza por demostrar su fe, porque tener un problema parece una señal de incredulidad. Eso no es cierto. Jesús reconoció cuando había un problema. Así lo hicieron el apóstol Pablo y otros escritores de las Escrituras. De hecho, todos los héroes de la fe reconocieron cuando se enfrentaban a algo que no tenía ninguna solución natural. La clave no es darle un lugar de influencia. No vivimos en reacción a la oscuridad; vivimos en respuesta a Dios. Otras veces las personas no niegan sus problemas, sino los llevan en su mente durante todo el día. Algunos llaman a esto una carga de intercesión. Dios lo llama preocupación, la mayor parte del tiempo. La verdadera intercesión reconoce el peso del problema, sin

embargo, las promesas de la Palabra de Dios la avivan. Las dos esferas se mantienen en tensión hasta que cede el problema. (Algunos problemas tienen personalidades detrás de ellos que deben ser tratados). Mi esposa lleva un problema ante el Padre y pregunta: “Entonces, ¿qué vamos a hacer al respecto?”. Ella busca Su corazón, Su dirección. Cuando lo obtiene, ella avanza en la autoridad de Dios para administrar Su voluntad en la tierra. Esto básicamente significa que llevamos el problema únicamente lo suficiente para ganar el corazón del Padre en el asunto. Nunca lo llevamos al punto de quedar impresionados por la magnitud del problema. Eso sería vivir del problema hacia la vida, en lugar de vivir de Dios hacia el problema. Esfuércese por cultivar una conciencia del corazón de Dios en todo lo que le preocupa. Nunca volverá a quedar impresionado por el tamaño de un problema.

Oración Padre, por favor perdóname por querer asegurarme que todas las personas a mi alrededor estuvieran conscientes de la gravedad de mis problemas. Lo siento por hacerlos más grandes en mi corazón que mi conocimiento de Ti. Ayúdame a vivir desde Tu corazón hacia la vida. Ayúdame a vivir impresionado solamente por Ti. Te pido que me ayudes a mantener el nombre de Jesús en el más alto honor.

Declaración Soy un verdadero creyente. Forma parte de mi naturaleza creer en Dios. Me niego a ser impresionado por los logros o las amenazas que vienen de los poderes de las tinieblas. Todos esos poderes y planes ya han sido derrotados por el Cristo resucitado, que vive en mí. Estoy vivo para la gloria de Dios.

53. Cualquier área de nuestra vida en la que no tengamos esperanza está bajo la influencia de una mentira

Dios es un Padre perfecto. Él tiene recursos ilimitados que pone a nuestra disposición para que completemos nuestras tareas. Él también posee la capacidad de mirar hacia el futuro y ver lo que se nos viene encima. Él nunca nos manda a hacer algo y luego nos deja impotentes para que encontremos nuestro camino en su misión. Su gracia es Su presencia que posibilita. Es fascinante para mí que Él me mande a hacer algo, y a medida que me entrego a Sus mandatos, Él realmente realiza Su obra a través de mí. Jesús dentro mí es el que hace posible lo imposible. Él es diligente, fiel y sabio. Él es el amor, la belleza y la maravilla perfectos en todo lo que Él es y hace. Como tal, Él es el Padre máximo que hace todo lo posible para equiparnos hoy para nuestro mañana. Él ha considerado a fondo nuestras habilidades a la luz de Sus propósitos para nuestra vida. Él tomó nuestras debilidades y fracasos en consideración cuando nos llamó. Ninguno de nuestros éxitos o fracasos, debilidades o fortalezas le sorprenden. Cada uno ya se calculó para nosotros y para la tierra en Su plan general. Él es el administrador máximo de todo lo que Él posee, todo le pertenece. Todo está a Su disposición para permitir esta alianza de colaboración misteriosa que tenemos con Él, a fin de llevar a cabo todo lo que se ha propuesto. Nada de eso se gana. Todo es por la gracia. Dios no nos dejó sin ninguna herramienta necesaria para vivir en victoria. Una de las herramientas más esenciales en nuestra caja de herramientas son Sus promesas. Vivir conscientes de nuestras promesas que vienen de Él nos permite que vivamos con esperanza. Nos corresponde a nosotros buscar al Dios de la “Tierra Prometida” para que nos dé lo que necesitamos para la próxima etapa de la vida. No es que tengamos que mendigar; ya es Su idea y Su deseo para nosotros. Pero no se puede exagerar la importancia de tener sed de Su Reino, mientras mantenemos un corazón que sea pobre en

espíritu. Esta condición del corazón atrae los recursos ilimitados de Dios. Habiendo dicho todo eso, todo se reduce a lo siguiente. Cada problema que enfrento, Él ya lo consideró de antemano y me dio las herramientas para hacerle frente victoriosamente. Fuimos concebidos para reinar en la vida. Pero el enemigo obra para causar miedo, intimidación y ansiedad para que perdamos de vista las herramientas que Dios nos dio. Esa desesperanza nos hace casi impotentes, lo cual es la gran contradicción ya que se nos ha dado acceso a todo el poder. Me gusta mirar este asunto de las promesas de la siguiente manera: Es como si Dios accediera a mi futuro y trajera lo necesario para llevarme hasta allí. Y esas son Sus promesas. Conocer a Dios como un Padre amoroso, el único capaz de prepararnos de antemano para todo lo que la vida depare, es establecernos en la vida con una gran confianza total. Esta es la esperanza. Debemos estar dispuestos a vivir con esperanza en cualquier área de la vida. No dependemos de nuestra grandeza, importancia o incluso de una gran fe. Dependemos de un Padre perfecto que pensó en todo.

Oración Padre Celestial, gracias por recibirme incondicionalmente en Tu familia. Gracias por Tu devoción total con mi presente y mi futuro. Por favor, ayúdame a no perder nunca la esperanza en ninguna área de mi vida. Señala cualquier negligencia que todavía exista en mi pensamiento, o en mi percepción de Ti como mi Padre. Te pido todo esto para que pueda representar bien a Tu Hijo, Jesús. Y que todo te traiga la gloria. ¡La gran gloria!

Declaración Mi Padre es perfecto en todos los sentidos. Él no deja nada desatendido, ni es negligente con mi vida. Tengo las razones para tener una gran esperanza, porque el gran dador de esperanza es mi Padre. Voy a proteger mi corazón de las mentiras y las distracciones que traiga el enemigo. Me propongo poder decir con Jesús: “¡Satanás no tiene nada que ver conmigo!”. Hago estas cosas para que pueda presentarle mi vida a Dios como una ofrenda para Su gloria.

54. La capacidad de Dios para usar la enfermedad para Su gloria no significa que Él apruebe la enfermedad...

...de igual manera que la capacidad de Dios para usar el pecado para Su gloria no significa que Él apruebe el pecado El amor

es un descubrimiento constante a lo largo de nuestro caminar con el Señor Jesucristo. Él siempre elige lo mejor para nosotros, porque de eso se trata el amor. La capacidad de Dios para usar las cosas malas para Su gloria ha hecho que algunos piensen que Él sea el autor de ellas. Esta creencia por lo general se barre bajo esa alfombra misteriosa llamada la soberanía de Dios. Si bien me encanta y me deleito en la maravilla de nuestro Dios soberano, me aflige lo mucho que nuestra vida es incompatible con la vida de Jesús, no obstante, se le pone la etiqueta de la voluntad misteriosa de Dios. Dios es soberano. Esa es una verdad absolutamente hermosa, que no entendemos. Pero, ¿es legítimo poner en esa categoría las cosas que Jesús nunca toleró y llamarlo la voluntad de Dios? ¡De ningún modo! Sin duda quiero ser cuidadoso en este tema. Pero también quiero ser semejante a Cristo, lo cual significa ser como Jesús. Él no permitió mucho de lo que nosotros permitimos. La gente suele leer las historias de los evangelios sobre Sus milagros para tener estímulo, pero no como un ejemplo a seguir. ¿Puede utilizar Dios el pecado? Sí. Desde luego que sí. Salomón era hijo de David. Dios amó a Salomón y ordenó que él fuera el rey de Israel. La era de David/Salomón fue la época dorada de la historia de Israel. Sin embargo, la madre de Salomón fue Betsabé. David se casó con ella después de su relación adúltera que condujo al asesinato de su marido, Urías. ¡Ese fue el pecado al máximo! Sin embargo, nuestro Dios soberano fue capaz de tomar estas acciones horribles por parte de David y consolidar a uno de los grandes reyes de Israel. ¿Fue la voluntad de Dios el adulterio y asesinato que

cometió David? No. Dios no quebranta Su propia ley para lograr Sus propósitos. Pero, tal como me gusta decir, Dios es capaz de ganar con un doblete, es decir, Él puede convertir cualquier situación en una mano ganadora. Él es Dios. ¿Puede utilizar Dios la enfermedad? ¡Sí! Lo he visto en innumerables ocasiones. Las familias se reúnen en torno a su ser querido moribundo y hay reconciliación en las relaciones rotas. A menudo, la gente que es desprovista de cualquier pensamiento de Dios comienza a buscar consejos piadosos. Y otros aún comienzan a orar. Es muy hermoso para contemplar. Todo viene de un Dios grande, uno lleno de gran amor, uno que está dispuesto y puede utilizar cualquier situación para Su gloria y nuestro beneficio. Pero llamar a la enfermedad Su voluntad es atribuirle la obra del diablo. Cité anteriormente el siguiente versículo, pero observe de nuevo la forma en que resume tan bellamente esta idea: “Vosotros sabéis. . . cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” Hechos 10:37-38

Jesús es la ilustración de la voluntad de Dios. Él pasó haciendo el bien. Ese bien fue descrito como sanidad y liberación. Hizo esas cosas porque Dios estaba con Él. La presencia de Dios en la vida significa que se esperan ciertos resultados. La sanidad y liberación son dos de esos resultados anticipados. Esto es lo que hace el amor. Dios es bueno. El diablo es malo. La salud y sanidad son buenas. Las dolencias y las enfermedades son malas. No es complicado.

Oración Padre Celestial, te doy las gracias y alabanzas por Tu capacidad de utilizar cualquier cosa para Tu gloria y para nuestro beneficio. Tú me sorprendes porque eres maravilloso. Ayúdame a no volverme tan descuidado en mi pensamiento que te atribuya las obras del diablo. Pero también ayúdame a nunca perder de vista Tu mano en las circunstancias que no sean precisamente las ideales.

Declaración Dios es bueno, siempre es bueno. Dios también es eternamente grande, y Él es capaz de redimir cualquier situación para Su gloria. Por la gracia de Dios, nunca le voy a atribuir las obras del diablo. Más bien, dispondré mi corazón para contemplar el amor redentor de Dios en las situaciones más imposibles. Voy a hacer estas cosas para la gloria de Dios.

55. La fe trae respuestas, pero la fe que perdura trae respuestas con carácter.

Una de las partes más emocionantes de la vida del creyente es ver las respuestas a las oraciones. Y cuanto más imposible el problema, más memorable e impactante es la respuesta. Las respuestas a la oración son el privilegio maravilloso del seguidor de Jesús. Son los productos de colaborar con Dios, un honor que está más allá de nuestra comprensión. Dios responde a las oraciones de forma diferente para cada persona y cada ocasión. Pero si no somos capaces de entender cómo obra Él, podemos terminar frustrados en medio de un gran avance potencialmente enorme. Los creyentes con frecuencia desistimos de la respuesta por la que hemos orado, porque ignoramos la manera como obra Dios. Me gustaría que pudiéramos ver la frecuencia con que Dios responde a nuestras oraciones en el momento en que oramos, pero respuestas en forma de semillas en lugar de las respuestas completamente desarrolladas que buscamos. Clamamos por un gran avance, y en su lugar Dios provee la semilla para ese avance. Pedimos el roble; Él nos da la bellota. El árbol está en la semilla. Entender esa verdad cambia todo en la manera como oramos, y la manera como administramos los momentos que tenemos con Dios. Dios creó las semillas, y las semillas crecen con el cuidado adecuado. Es su manera. Nuestra mayor necesidad a veces es la respuesta, y a veces realmente necesitamos el proceso que trae la respuesta. Queremos una intervención repentina; Él quiere que la respuesta se siembre con toda seguridad en la vida del creyente que haya cedido a Su obra. Su intervención se sustenta a través del desarrollo personal de la persona que hace la oración. En otras palabras, Él quiere que la respuesta tenga un hogar seguro en la vida del creyente que haya aprendido los caminos del Rey.

Oramos frecuentemente por las cosas correctas, pero si las respuestas fueran dadas todas a la vez, estas destruirían nuestra vida. Por esa razón, la fe que perdura es importante para Dios. Nuestro corazón se fortalece de la misma forma que los ejercicios isométricos desarrollan nuestros músculos, cuando aprendemos el arte de la oración centrada e incesante. El carácter se convierte en el músculo que se desarrolla durante el tiempo de espera de una respuesta, mientras se persiste en la oración centrada. La espera que está segura de la respuesta es lo que desarrolla el carácter en la vida del discípulo de Jesús. Las respuestas a la oración son estupendas. Las respuestas a la oración que vienen con un carácter que crece son aún más estupendas. Dios siempre mira el panorama general. El hecho de que formamos parte de Su panorama nos debería sorprender.

Oración Padre, ayúdame a administrar bien los momentos que me das. No quiero dejar pasar la semilla de una respuesta que Tú me brindas, ni dejar de verla convertirse en la razón por la que clama mi corazón. Quiero que se forme en mí la fortaleza de corazón, todo para Tu gloria.

Declaración Fui concebido para recibir las respuestas a la oración. Acepto el hecho de que las respuestas vienen en diferentes formas. Las bellotas crecen para ser robles, y acepto la oportunidad de ver que las respuestas pequeñas que anhelo se convierten en respuestas completamente desarrolladas. Fui creado para este fin: que Dios sea glorificado.

56. Vivir con remordimiento será su mayor remordimiento.

Cada momento

que paso con remordimiento me roba el tiempo para tener un impacto en el presente y sembrar en mi futuro. Una artimaña clara del diablo es hacer que vivamos con remordimiento, ya que se disminuye nuestra efectividad en el ahora. En última instancia, él utiliza esta artimaña para hacernos cuestionar indirectamente el verdadero efecto de la sangre de Jesús y evitar que veamos el impacto total de nuestra fe. El remordimiento es furtivo. La mayor parte del tiempo existe debido a nuestro deseo de vivir una vida que sea totalmente agradable al Señor. Se alimenta de la conciencia. Es así como tiene licencia para permanecer. La conciencia es un regalo maravilloso de Dios, pero su utilidad viene al estar bajo la influencia del Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo nunca quita nuestro pasado de la cobertura de la sangre de Jesús para un reexamen. Dudo que haya una persona viva que no pueda pensar en las muchas cosas que él/ella habría deseado manejar de una manera diferente. Mi lista es larga. Cuanto más reflexiono sobre esas cosas, más le doy lugar a una nube que se posiciona sobre mi mente, distorsionando mis emociones y pensamientos. La esperanza se infecta por una atmósfera de remordimiento. Imagínese a si mismo parado viento abajo de una fogata. Su ropa y pelo olería a humo, mucho después de haber dejado la hoguera. De la misma manera, el remordimiento es el humo que satura todo lo que ponemos en nuestras manos para hacer. El remordimiento deja un hedor que sólo el arrepentimiento puede quitar. Tenemos que aprender a reconocerlo como un enemigo y combatirlo consecuentemente. El remordimiento nos roba la esperanza. Nos descalifica, en el sentido de que nos hace perder el rumbo. Imagínese un brazo dislocado, fuera de su articulación. Todavía está vivo, y es una parte muy importante del cuerpo, pero tiene poca función. El movimiento

está severamente restringido por un dolor terrible. El remordimiento es parecido. Los recuerdos de cuestiones del pasado le traen un gran dolor a la persona que ha perdido de vista la obra transformadora de la sangre de Jesús. He visto a personas que pierden la esperanza por su enfoque en el pasado, a pesar de que se hubieran arrepentido y hubieran confesado sus pecados. Parecería como si estuvieran viviendo en su remordimiento, con la esperanza de convencerse a sí mismos de que estaban verdaderamente arrepentidos por el pecado. Cuando esto sucede, el remordimiento nos impulsa a la tarea de tratar de ganar el perdón. Usted no puede ganarse un regalo; de lo contrario, se convierte en un pago. El perdón es un obsequio maravilloso de Dios. Y ese obsequio nos posiciona para la increíble promesa relacionada con las cosas que nos encantaría cambiar: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28). Dios puede utilizar la peor circunstancia de nuestra vida para Su gloria. Esto es algo que no puedo comprender, pero sé que es verdad. Él es el maestro artesano, capaz de tomar lo que podríamos considerar basura y convertirlo en una obra maestra. Esta es la obra gloriosa de un Padre perfectamente amoroso que se propuso hacer estas cosas para cada uno de nosotros.

Oración Amado Padre celestial, necesito Tu ayuda constante para mirar mi vida de la manera que Tú lo haces. No puedo permitirme mirar a mi pasado de la manera que te desagrade o que me vuelva ineficaz en la vida que Tú me has asignado. Por favor, dame Tu capacidad de mirar incluso los fracasos con gran confianza en Tu compromiso de hacer que esas cosas obren para Tu gloria y mi beneficio. ¡Confío en Ti para estas cosas y te bendigo!

Declaración Dios me perdonó; por lo tanto, me perdono a mí mismo. No voy a acusar a alguien a quien Él no acusa, aunque yo sea ese alguien. Mi perdón es para Su gloria. El remordimiento ya no formará parte de mi vida. No voy a regalarle mi futuro al enemigo de mi alma, que quiere atarme a mi pasado. He sido puesto en libertad. Viviré en la libertad de Jesús para la gloria de Dios.

57. No es posible alcanzar la verdadera grandeza en el Reino sin valorar la grandeza de los demás.

Todavía no

consigo entender la imagen del Rey de reyes poniéndose una toalla sobre Su brazo para lavarles los pies de sus discípulos. Es un ejemplo absolutamente impresionante de humildad. La humildad forma parte del Reino; el orgullo es la raíz de todo mal. Pero la búsqueda de la grandeza no es necesariamente mala. De hecho, parece que los que pasaron tiempo con Jesús tenían deseos latentes despiertos en ellos con respecto a su propio significado. Como resultado de ello Jesús nunca reprendió a Sus discípulos por su deseo de grandeza. Él simplemente lo redefinió, señalando a un niño. Observe de nuevo uno de mis versículos favoritos en este tema: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo” (1 Pedro 5:6). La frase bajo la mano podría ser un cuadro aterrador para alguien criado en un hogar abusivo. Pero cuando nos damos cuenta de que nos situamos bajo la mano de un Padre perfecto y amoroso, apreciamos la oportunidad privilegiada que tenemos. Esta mano es una mano de cobertura y protección. La parte de la ecuación sobre la humildad está bien para la mayoría de nosotros. Por lo menos, el concepto es aceptable, a pesar de que a veces es difícil ponerlo en práctica. Lo que es difícil para nosotros de manejar es la respuesta de Dios a nuestra humildad: “para que Él os exalte”. ¿Qué hacemos con eso? Muchos de nosotros sufrimos o decimos cosas para mermar el honor que se nos da. Sin embargo, si no sabemos cómo recibir correctamente el honor, no tendremos ninguna corona para arrojar a sus pies. Pero un desafío aún mayor viene cuando el honor se le da a otra persona. Muchos creyentes no entienden el proceso de Dios y tratan de socavar esa promoción, exponiéndola como ilegítima. Algunas culturas llaman a esto el “Síndrome de alta exposición”. Si una amapola es más alta que las demás, esa amapola es la que se corta. Este es un hecho trágico y común en algunas culturas de la iglesia,

bajo el nombre de la humildad, por supuesto. Esto está en directa oposición al amor. La Biblia dice humíllense, no que se asegure que todos a su alrededor sean humildes. Desprecio la auto-promoción. Esta interrumpe la oportunidad divina para la promoción de Dios y la reemplaza con su falsificación. El creyente o la creyente echa a perder su propio momento con Dios en un esfuerzo por recibir los méritos, el reconocimiento y la honra. Es triste. Sin embargo, si no tengo cuidado, voy a permitir que mi disgusto por la auto-promoción arruine mi oportunidad para reconocer el ascenso que Dios tiene para otra persona, homenajeando al que Él homenajea. No queremos encontrarnos criticando a quien Él honra. La conclusión es que somos rápidos para aprobar una teología de la humildad, pero ninguna de la bendición, ni de la grandeza. Tal vez reconocemos que de hecho es una mentira la idea de que “cuanto mayor sea la posición que uno tiene en la vida, más espiritual es esa persona”. Pero la respuesta al error por lo general crea otro error. Como resultado de eso, la iglesia es mucho más cómoda con la pobreza que con la riqueza como una señal de la espiritualidad. Ninguna es cierta. El problema no es que alguien reciba una bendición; el problema es que estamos sesgados en nuestra capacidad para mantener la humildad mientras Dios promueve y exalta, y luego proyectamos nuestras luchas sobre la vida de las personas que vemos que nos rodean que son ascendidas. Considere el significado de la palabra exaltar: “elevar o engrandecer”. He aquí una de las definiciones que nos son dadas en una de las grandes obras de referencia (el Léxico Griego de Thayer) utilizadas en el estudio del lenguaje del Nuevo Testamento de la palabra exaltar: “elevar a la misma cima de la opulencia y la prosperidad”. Eso es lo más lejos posible de nuestra comprensión del mensaje del Evangelio. Sin embargo, es bíblicamente sólido y verdadero. A veces las declaraciones de la Biblia son tan magníficas que tendemos a pensar que Dios debe estar hablando de cuando lleguemos al cielo. Pero eso sería una muy mala interpretación de este versículo. Se está hablando del ahora. El

amor no tiene problema en creer esto porque se nutre de ver a otros bendecidos por Dios. Me doy cuenta de que el Internet no siempre revela con precisión lo que está sucediendo en la iglesia, pero puede proporcionar un destello. Permítame ilustrar algo que he notado desde hace varios años. Cuando Dios promueve a la gente de maneras inusualmente obvias, muchos en el Cuerpo lo asumen para advertir sobre estas peligrosas amapolas altas. Si, por ejemplo, un creyente escribe un buen libro que vende algunas miles de copias, no hay ningún problema. La gente suele no molestar a ese autor. Pero si se venden millones de copias, un sinnúmero de personas crean sitios web y videos de YouTube para anunciar que el libro es una herejía. Los celos son un tirano cruel. Distorsiona la realidad y nos priva de la oportunidad de unirnos con Dios en el homenaje a uno de los suyos. Esas son oportunidades invaluables que debemos adoptar y administrar bien. Cuando Dios nos bendice, tenemos que mantener y aumentar el grado de humildad que nos llevó a ese lugar. La bendición no nos posiciona para construir nuestros propios reinos. Simplemente aumenta nuestra responsabilidad para usar Su favor por el bien de los demás. Es la manera en que crece este Reino en impacto e influencia.

Oración Padre Celestial, necesito Tu ayuda constante en esto para que yo no socave Tu obra en la vida de las personas. Me sorprende que Tú quieras honrar a cualquier persona. Pero lo celebro. Ayúdame a ser libre de la sospecha que arruina la vida de tanta gente buena, y ayúdame a ver a quién exaltas. Quiero bendecir a quien Tú bendices y lo que Tú bendices. El deseo de mi corazón es que Tú seas grandemente exaltado por todo esto.

Declaración Voy a homenajear a quien Dios homenajea sin la necesidad de señalar sus debilidades o defectos. Bendeciré lo que Él bendice y utilizaré el favor que se me ha dado para el beneficio de otros. Dios hizo que Su gracia estuviera disponible para mí a fin de que yo pueda tener éxito en esto, todo para Su gloria.

58. Los milagros con frecuencia se encuentran del otro lado de los inconvenientes.

La vida de los milagros es alegre, emocionante y frustrante. Es alegre y emocionante por todas las razones obvias: ¡La gente es liberada y el nombre de Jesús es exaltado! Es frustrante porque los milagros atraen a su vida a las personas que necesitan un milagro, y no todo el mundo que viene se va con lo que ellos vinieron a buscar. Esa ausencia de un milagro nos presenta dos opciones: Una, es que puedo llegar a quedar satisfecho con la ausencia del milagro o, dos, puedo buscar soluciones, respuestas y comprensión, para aprender a ser más eficaz en esta vida a la que Jesús me llamó. Elegí esta última, lo que significa que siempre estoy en la escuela. Una de las lecciones más importantes en este viaje es ver con qué frecuencia ora la gente, a la espera de que Dios acuda a ellos y traiga el milagro. Sin duda hay un precedente bíblico para esta expectativa. Pero si leemos con un corazón abierto los relatos del ministerio milagroso de Jesús, nos daremos cuenta de que ningún milagro ocurrió de la misma manera que otro. Y a veces había una acción requerida antes de que ocurriera el milagro. A veces se requería la acción de Jesús, como escupir en los ojos de un hombre ciego y poner Sus manos sobre él (véase Marcos 8:23). Y a veces se requería una acción de la persona que deseaba ser curada, tal como la de dirigir a otro ciego a lavarse en el estanque de Siloé (véase Juan 9:6). Piense en esa historia por un momento. ¿Le parece un poco extraño que Jesús enviara a un ciego al estanque de Siloé, o a cualquier lugar a este respecto? ¡Él no puede ver! El desplazamiento no habría sido fácil para él. Y si bien algunas veces las personas se curaron conforme iban, no ocurrió lo mismo con este hombre. Su curación se produjo sólo después de que se lavó en el estanque, tal como se le instruyó. Al leer los relatos de los milagros de Jesús, vemos que a veces Jesús le trajo el milagro a la gente, y a veces la gente tenía que hacer

algo para obtener lo que necesitaba. Y aunque podemos decir que Su acción nunca les dio el derecho para obtener el milagro, podemos decir que su obediencia los posibilitó para ello. El viaje al estanque sin duda habría sido un inconveniente para el ciego. Pero se requería para que este hombre fuera sanado. Y para mantener las cosas en perspectiva, no fue una prueba cruel de Dios que se burlaba del ciego. Todo lo que hizo Jesús fue por sabiduría. En este caso, la sabiduría se demostró en la tarea. Jesús habló en otra ocasión con una mujer sobre el milagro que necesitaba su hija (véase Marcos 7:24-30). Ya que Jesús fue enviado a ministrar primero a los judíos, esta mujer sirofenicia no cumplía los requisitos para un milagro en ese momento. Su inconveniente no estaba en la realización de una acción en particular, sino en la superación de la ofensa. Jesús le dijo que no estaba bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros. ¡Vaya, eso parece duro! Se han dividido iglesias por ofensas mucho menores que esta. Pero a través de la interacción de Jesús con los gentiles, vemos que a pesar de que Su tiempo no llegó hasta después de su resurrección, Él siempre obró cuando estuvo presente la fe en los corazones de ellos. En cierto modo, ésta es probablemente la forma en que Él sabía lo que el Padre estaba haciendo; Él reconoció el regalo del Padre que opera en la vida de los gentiles. En cualquier caso, Él puso un obstáculo entre la mujer y su milagro solicitado. Si ella superaba el obstáculo de la ofensa, ella estaría posibilitada para el milagro. Ella lo logró. Y Jesús hizo mención especial de su extraordinaria fe. Lo fundamental es lo siguiente: Pensar que Dios debe venir a nosotros sin ningún tipo de requisitos puede ser uno de los enfoques más arrogantes que podamos tener de Dios. Mucho de lo que clamamos en la vida está del otro lado de los inconvenientes. Aprender a superar las ofensas o aprender a tomar medidas audaces a veces es lo que se requiere de nosotros para estar posibilitados correctamente para el milagro. Es el momento de escuchar y ver lo que Él está haciendo para que no perdamos nuestras oportunidades de lograr un avance.

Oración Dios Padre, ayúdame a no creer que tenga el derecho de exigir que Tú hagas las cosas a mi manera. Sé que Tu corazón ya está a mi favor. Así que por favor ayúdame a alejarme de los temores y las ansiedades que nublan mi capacidad de escucharte. Recibo Tu paz y Tu promesa, y reconozco que Tú estás conmigo por el bien del triunfo y de la victoria que se obtuvo por mí en Cristo. ¡Gracias de antemano por mi victorioso avance!

Declaración El corazón de Dios está a favor mío, no en mi contra. Declaro que la sangre de Jesús pagó por todo, y que estoy en la posición para obtener los avances, señales, maravillas y milagros que necesito. Confieso que Dios me dio la capacidad de escuchar Su voz. Así que dispongo mi corazón para ser un oyente de la Palabra, a fin de que pueda intervenir plenamente en todo lo que Dios dispuso para mí.

59. Jesús no nos estaba dando una promesa, cuando anunció que habría guerras y rumores de guerra.

Él estaba describiendo las condiciones a las que enviaba a su ejército de los últimos días. Observamos anteriormente que a muchos se les ha lavado el cerebro, en esta época actual, para que vean solamente el mal, a la espera de que aumente el mal y luego consolarse con el regreso prometido del Señor. Si bien Su regreso será más importante de lo que alguien podría esperar, nunca fue destinado a ser una misión de rescate. Además, ¿cree realmente alguien que Jesús nos enviaría con una misión que no podría tener éxito o a un futuro sin esperanza? Eso es incompatible con todo lo demás que vemos en los mandatos y los encargos de Jesús. Jesús predijo muchas cosas, incluyendo los desastres que azotarían la tierra. Él no anduvo con rodeos, por así decirlo. También les hizo saber a Sus discípulos que si Él sufrió la persecución, ellos también la experimentarían. Eso es sólo una parte lógica de la ecuación general. Si a los líderes religiosos no les gustaba Jesús, tampoco les iba a gustar a los que lo imitaban y lo seguían. Yo todavía no he visto a nadie que ponga esta promesa de persecución en su refrigerador. No encaja entre las promesas que preferimos leer todos los días. Sin embargo, Jesús a veces pone este tipo de promesas justo al lado de las que yo llamaría “las buenas”. Como la vez que Él les dijo a Sus discípulos que recibirían cien veces más de lo que habían renunciado para seguirle, y lo recibirían en esta vida. Después Él añadió, junto con persecuciones (véase Marcos 10:28-30). Creo que Él hizo eso para que no pudiéramos poner cien veces más las bendiciones en el Milenio. Tendemos a tomar lo mejor, para lo cual tenemos poca o ninguna fe, y ponerlo en algo para lo cual tenemos aún menos entendimiento, el Milenio.

El encargo que Jesús le dio a cada uno de sus seguidores nos da una idea de por qué Él anunció las calamidades y las dificultades venideras. Su encargo era para que nosotros oráramos y sirviéramos de tal manera que este mundo llegara a ser como el cielo: en los valores, la presencia y el propósito. Él simplemente hizo eso cuando le sirvió a la gente. Él dijo una vez si Él echaba fuera demonios, el Reino de Dios había llegado a esa persona (véase Mateo 12:28). En otras palabras, Su mundo venció todo lo que estaba mal con éste que Él estaba librando. En serio, fue la invasión del superior sobre el inferior. La oscuridad se vence cada vez. Nuestro encargo es el mismo. Jesús nos pasó Su misión a nosotros, con la excepción de Su muerte expiatoria: Sólo Jesús, el Cordero justo de Dios, el Hijo eterno de Dios, era capaz de hacerlo. Incluso si tengo una capacidad muy reducida para la misión dada por Dios, no puedo cambiarla con algo en lo que soy bueno, para sentirme mejor acerca de mi vida. No estoy en esto para sentirme mejor acerca de mi vida. Sentirme bien con mi misión, mis dones y mi productividad no es lo que busco. Su voluntad sí lo es. Y me siento realizado en ese proceso. Las guerras, las calamidades y los desastres naturales son nuestra misión. Si somos enviados a ellos, entonces podemos esperar ser usados por Él para llevar Su influencia redentora, así como Su paz, presencia y poder. Es muy parecido a un entrenador de fútbol americano que le dice a su equipo lo que el otro equipo va a tratar de hacer para que no estén sincronizados en lo que saben hacer. Solíamos llamarlo oír los pasos. Cuando el receptor abierto se dirige a atrapar un pase, el defensor quiere que pierda de vista la pelota y escuche solamente sus pasos, lo que representa el hecho de que está a punto de ser golpeado. De la misma manera, los poderes de las tinieblas quieren que oigamos los pasos y perdamos de vista la pelota. En respuesta, Jesús dijo que tenemos toda la autoridad y el poder del cielo para cumplir nuestra misión. ¿Las guerras y los rumores de guerras? Son los pasos. Tenemos la pelota.

Oración

Padre Celestial, me encantan Tus promesas y Tus planes para nuestra vida y para este mundo. Tú eres bueno, y todos Tus planes son buenos. Gracias por dejarme ser una parte. Realmente quiero cumplir mi propósito en esta vida y no ser distraído por las cosas que desvían fácilmente mi atención. Ayúdame a no dejarme impresionar por los planes del diablo. Y ayúdame a vivir enteramente para que se cumplan Tus propósitos en la tierra, y para que Tú seas glorificado por siempre.

Declaración Jesús estaba declarando que Él tenía la pelota, cuando anunció que Él tenía toda la autoridad y que nos enviaba al mundo para la gran cosecha de las almas. Por la gracia de Dios, nunca me van a impresionar los planes del diablo, ya que él no tiene la pelota. Adopto los propósitos de Dios para mi vida, para que Él sea glorificado por siempre.

60. A veces nuestro amor por Dios es evidente en lo que odiamos.

Si hay

amor, debe haber odio. No es amor, amar todo, incluso las cosas que destruyen lo que amamos. Es pasividad. No tener emociones y tolerar todo con la excusa del amor no es amor en absoluto. Esto podría compararse con los padres que le permiten a un vecino llegar y abusar de sus hijos mientras lo observan. No pueden legítimamente pretender que aman a sus hijos. Más bien, son culpables de vivir sin emociones y la responsabilidad de administrarlas bien. Si alguien amenazara a mi esposa y yo no hiciera nada para protegerla, diciendo que Dios usa todas las cosas para Su gloria, usted tendría el derecho de cuestionar mi amor por mi esposa, así como mi cordura. El amor es de índole protector. Si tenemos un tumor canceroso en la piel, vamos al médico para que lo estirpe. ¿Por qué? Porque odiamos lo que podría poner en peligro nuestra salud e incluso nuestra propia vida. Esto es amor que odia. El salmista escribió las siguientes palabras hace cientos de años: “Los que amáis al Señor, aborreced el mal” (Salmo 97:10). Por favor tenga en cuenta que incluso en el Antiguo Testamento, el mandato no era odiar a la gente. Eso sería una expresión ilegítima de este mandato. Dios ama a la gente. Dios odia el mal. El mal destruye a las personas que Dios ama. Como creyentes, a veces les tenemos miedo a las emociones, especialmente las negativas. Sin embargo, la Biblia nos enseña que nos podemos enojar pero no pecar (véase Efesios 4:26). El panorama de nuestros días ha hecho de este un mandato desafiante. Ese panorama se resume en la frase de ser políticamente correcto. Básicamente significa que adaptamos nuestros valores de acuerdo con lo que es popular y con lo que los medios de comunicación y/o los que están al mando consideran correcto; de lo contrario, podríamos ofender. Es extraño ver cómo ocurre esto en la sociedad. Las personas que actúan bajo ser políticamente correctas están

dispuestas a ofender al cuarenta por ciento de la población a fin de no ofender al tres por ciento que ha adquirido el estatus políticamente correcto. Por temor a violar el ser políticamente correctos, los países de todo el mundo permiten que su mayor amenaza ocupe el lugar de honor en sus ciudades, todo en aras de no ofender a nadie. Ser políticamente correcto es vil, ya que sustituye a una cultura impulsada por los valores con una cultura impulsada por el temor. El temor del hombre es la raíz de este problema. Una de las mejores declaraciones que han pasado a primer plano en los últimos años es: “Ama al pecador pero odia el pecado”. Este es un momento en que dicho valor debe ocupar un lugar central, puesto que conlleva la combinación de amor/odio con gran claridad. Nosotros también debemos tener cuidado de odiar solamente el mal y no odiar a las personas, al igual que un cirujano experto utiliza cuidadosamente el bisturí. ¡De hecho, el corazón de Dios hacia la gente es profundo! Tal vez el versículo principal de la Biblia sea: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). El amor de Dios es sacrificado. El amor debe ser visto en el dar. Y lo que se da no es lo que se merece. Jesús nos enseñó que no hay nada realmente especial con dar a alguien lo que se ha ganado. Pero cuando damos en oposición al juicio que se merece, entonces hemos realmente amado bien y dado en consecuencia. Esta verdad increíble se mantiene junto al contraste de odiar el pecado. Y es este amor increíble que revela la bondad de Dios y lleva a la gente al arrepentimiento.

Oración Padre Celestial, sé que odias el mal. No quiero caer en el espíritu del día y perder mi pasión por todas las cosas correctas. Pero tampoco quiero caer en la trampa de odiar a las personas, incluso a las personas malvadas. Por favor, ayúdame para que te represente bien, amando y dando a la gente mucho antes de que puedan ganárselo. Dispongo mi corazón hacia este privilegio, para que Tú puedas ser glorificado.

Declaración

Fui concebido para amar a Dios, amar a las personas y aborrecer el mal. No me asociaré con el espíritu del día y perder mi perspectiva sobre el corazón de Dios, y luego volverme tolerante con las mismas cosas que le roban la vida a la gente. Dispongo mi corazón en esto para la gloria de Dios.

61. La mayoría de lo que usted necesita en la vida le será traído. Pero la mayoría de lo que usted quiere, tendrá que conseguirlo.

Uno de los errores frecuentes que veo a la gente cometer en el ámbito de los milagros es esperar a que Dios acuda a ellos. Dicen: “Dios sabe que tengo sed de avivamiento. Si Él quiere que yo lo tenga, Él sabe mi dirección”. O el más común: “¿Por qué tengo que viajar a esa ciudad o visitar esa iglesia? Dios también está aquí. Él sabe que estamos dispuestos, si es Su voluntad que tengamos un gran mover de Dios. Algunas de estas cosas suenan espirituales, pero en realidad son muy arrogantes. Es absurdo que pensemos que podemos exigirle a Dios que nos busque. Como alguien dijo una vez, los sabios todavía se desplazan. Para que no se entienda mal, todos somos salvos porque Dios nos buscó. No hay duda sobre eso. ¿Encontramos nosotros a Jesús? Quizás. Pero sólo después de que Él nos encontró y se dio a conocer a nosotros. Recibiremos ciertas cosas durante toda nuestra vida, pero sin una búsqueda sincera de Dios y de todo lo que Él tiene para nosotros, es imposible cumplir con nuestros propósitos y destinos. Sólo aquellas personas dispuestas a ser incomodadas con el riesgo, descubrirán algunas cosas. Junto a las promesas de la provisión plena y completa se encuentran los mandatos de “pedir y seguir pidiendo, llamar y seguir llamando, y buscar y seguir buscando”. Nunca pensaríamos en buscar terrones de oro en nuestras salas de estar. Nunca trataríamos de subirnos a una gran ola en nuestros patios traseros. Nunca consideraríamos la idea de pescar salmón en nuestros baños. Tan tontas como parecen estas ilustraciones, revelan que sabemos a dónde tenemos que ir para encontrar lo que buscamos. Dios espera lo mismo de nosotros. A menudo, no se requiere una acción noble, sólo el movimiento que revela la verdadera sed de más. La fe se manifiesta por las acciones. Jesús les dio a los discípulos la autoridad para expulsar demonios (véase Marcos 3:14-15), sin embargo, no pudieron liberar al muchacho cuya historia se narra en Marcos 9. Jesús explicó que eran

necesarios el ayuno y la oración. Si los discípulos ya tenían el poder y la autoridad suficientes, ¿qué hacen el ayuno y la oración? Era para su bien. La oración, el ayuno y la búsqueda ferviente y constante de los propósitos de Dios obran para moldearnos. Nos cambian. Estas expresiones de sed nos transforman en vasijas que pueden contener lo que Dios libera para nosotros. Estamos propensos a perder las mismas cosas que Dios libera para nosotros, sin esas experiencias transformacionales. El resultado es el carácter refinado, que crea un lugar para que Dios libere la pesadez de Su obra en la tierra. Es Su gloria. Vamos a perder rápidamente el don de Dios que se nos da, sin el carácter refinado que sólo puede ser formado a través de la perseverancia. Proverbios 20:21 nos advierte que una herencia ganada demasiado rápido no será al final bendecida. Dios es el dador máximo de la herencia. Y mientras Él nos la da toda de una vez a través de la promesa, sólo la fe puede hacer los retiros. Lo que está en mi poder es diferente de lo que está en mi cuenta.

Oración Papá Dios, nunca quiero asumir que todas las acciones en la vida dependen de Ti. Estoy dispuesto a ir a cualquier parte y hacer cualquier cosa para vivir en todo lo que has prometido. Ayúdame a vivir con sencillez y humildad, estando siempre dispuesto a hacer todo lo necesario para ir al siguiente nivel. Tengo sed de más. ¡Y quiero que el “más” que Tú viertes en mi vida le traiga gloria al nombre de Jesús para siempre!

Declaración Jesús ya me ha dado todo lo necesario para hacerme exitoso ahora y por toda la eternidad. Esto lo hizo en el Calvario. He dispuesto mi corazón para vivir por la fe, haciendo los retiros necesarios para darle la gloria mediante la búsqueda de todo lo que Él tiene para mí en esta vida.

62. Si los que no caminan con Dios pueden hacer milagros, entonces los que caminan con Él no tienen excusa.

El gran

debate sobre si Dios todavía hace milagros o no en medio de nosotros se recrudece en muchos grupos religiosos. Podemos estar agradecidos de que el bando que se opone a los milagros se reduce en número, ya que el poder de Dios se manifiesta cada vez más en todo el mundo. Trágicamente, sin embargo, la duda aún afecta a muchas vidas. Lo que más me preocupa son los nuevos creyentes. Crecen escuchando mentiras y a su vez rechazan su propósito de ser. Pasan por alto la esperanza de su llamado que tiene la intención de mantenerlos con vida y prosperando, independientemente del tiempo en que se encuentren. Puesto que la Biblia ni siquiera enseña remotamente este concepto, que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre, a excepción de cuando Él cambió, los que se oponen a los milagros tienen que tergiversar las Escrituras para que digan lo que quieren. Los versículos que escucho con más frecuencia que se aplican de esta manera son Mateo 7:21-23: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicáis la iniquidad”. La implicación de los detractores es que cuando damos testimonio de los milagros que vemos hacer a Jesús, estamos entre los que no entrarán en el Reino, porque este versículo se dirigió a nosotros, y a las personas como nosotros. Echemos un vistazo más de cerca a lo que Jesús enseñó en realidad en este pasaje. Él identificó tres cosas vitales en este discurso, frente a dos grupos de personas. El primer grupo se trata de los que no entran en el cielo por el simple hecho de llamarle

Señor. Si lo que le llamamos no se respalda con nuestra vida, haciendo Su voluntad, entonces nuestras confesiones de Él como Señor no tienen sentido. ¿Cuál es Su voluntad? Es en la tierra como en el cielo. Jesucristo lo ilustró a la perfección, ya que Él vino a hacer la voluntad del Padre (véase Juan 6:38). Cuando el hombre con lepra quiso ser curado, le dijo a Jesús que si Él quería, podía sanarlo. Jesús dijo que quería. Era Su voluntad (véase Mateo 8:2-3). Una y otra vez la Biblia dice que Él sanó y/o liberó a todos. Usted nunca puede equivocarse, haciendo lo que hizo Jesús. El segundo grupo de personas a quien Él se dirigió hizo lo que pasó por alto el primer grupo. Hicieron Su voluntad, profetizaron, echaron fuera demonios y realizaron milagros. Pero hicieron estas cosas, sin dos prioridades mayores que obraran en su vida. La primer cosa que les faltaba era la intimidad con Dios; Él dijo que nunca los conoció. Dios puede saber todo acerca de nosotros, pero sólo nos puede conocer con conocimiento íntimo en la medida en que nos abramos a Él. Es por eso que la confesión es el comienzo de nuestra relación con Dios. Es el acto de ser francos con Él. En segundo lugar, este grupo de personas también practicó la anarquía. Su vida era incompatible con el propósito de los milagros que realizaban. Los milagros son señales que llevan a la gente a Jesús, y eso conduce a la libertad. La anarquía es lo contrario de la libertad. Por esa razón, estos dos grupos de personas deben apartarse de Él. No puede haber falsos profetas a menos que existan los reales. No puede haber falsas señales y prodigios a menos que existan los reales para compararlos. La falsificación sería inexistente si lo real no existiera primero. Es una necedad en el mejor de los casos que las personas que no tengan señales ni prodigios den razones en contra de ellos. Todo el fuego es un fuego extraño para los que no tienen fuego. ¡Si los que viven sin ley realizan milagros, entonces los que afirman estar bien con Dios deben aún más hacerlos! Simplemente no hay excusa. La oración más reveladora que haya hecho alguien que no sea Jesús tiene que ser la oración de Efesios 1:18-23. He aquí una pequeña parte de ella: “Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su

llamamiento. . . . Y todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo”. Nuestra esperanza está relacionada con el hecho de que todos los poderes han sido colocados bajo Sus pies, y nosotros, la iglesia, somos Su Cuerpo. La demostración de Su poder, a través de las personas que han sido abiertas y honestas ante Él, que se alejan de una vida de anarquía, es esencial para un adecuado testimonio de Jesús en la tierra. Y esto, los verdaderos seguidores de Jesús, es nuestro llamamiento.

Oración Amado Padre celestial, el hecho de que Tú eres el que me llamó a la vida es una esperanza más allá de todos los sueños y deseos. Pero ahora que me has llamado, quiero complacerte, demostrando Tu voluntad. Quiero conocer Tu pasión por las personas y vivir con la conciencia de que nada es imposible para Ti. Me comprometo a demostrar Tu voluntad, según la gracia que obra en mí, todo para la gloria de Dios.

Declaración Fui creado para demostrar la voluntad de Dios. Forma parte de mi ADN dado por Dios para tener sed y anhelar que Su voluntad se demuestre a mi alrededor. No voy a conformarme con menos. Y por Su gracia, voy a manifestar estas cosas para que Él sea glorificado, y la gente pueda ser libre.

63. Una reacción amarga a los pecados de los demás a menudo es peor que los pecados de los demás.

Esta afirmación

tiene muy poco sentido a primera vista. Se han cometido muchas atrocidades a lo largo de la historia. Es difícil imaginar que una respuesta amarga al mal sea en realidad peor que el acto original. En ese sentido, mi afirmación es incorrecta. Pero véalo de la siguiente manera: Jesús, que es perfecto, nos enseñó que los que quieren ser perdonados deben perdonar. La parábola más convincente que Jesús dijo en esta misma línea era acerca de un hombre que había sido perdonado de una deuda asombrosa de millones de dólares, pero que luego se negó a perdonar la deuda de alguien que le debía algo así como veinte dólares. El que originalmente perdonó al hombre con la enorme deuda anuló esa decisión y en su lugar hizo que le encarcelaran por negarse a perdonar la pequeña deuda de su vecino. La idea es bastante clara: Debe perdonar, si usted quiere ser perdonado. Jesús también enseñó que los que son perdonados también deben perdonar. Todos mis pecados estaban en contra de un Dios perfecto. El único que es puro, el único que tiene el derecho absoluto de no perdonar, optó por perdonarme. El menor de los pecados cometido contra Aquél que es perfecto es mucho mayor que el pecado más grande cometido contra otro pecador. Ese es el sentido de la parábola de Jesús. Los que hemos sido perdonados de tales pecados horribles cometidos contra un Dios santo y perfecto debemos demostrar ese mismo perdón por la forma en que tratamos a los demás. Es obligatorio. Hay un efecto devastador en nuestra vida, cuando se comete un pecado en contra de nosotros. ¿Cuál es la única cosa que podría empeorarlo? No perdonar a aquél que pecó contra nosotros. Tal vez hayas escuchado la declaración que dice algo como lo siguiente: “No perdonar porque esperas que la otra persona sufra es como

beber veneno esperando que otra persona muera”. Esa es la naturaleza de la amargura y la falta de perdón. Mata a su dueño. Una de las declaraciones más aleccionadoras en la Biblia acerca de este tema se encuentra en Hebreos 12:15: “Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados”. Esto es un pecado que tiene el poder de contaminar e infectar a muchos otros. La implicación es que las personas inocentes son contaminadas. Jesús habló en otra parte acerca de ser una piedra de tropiezo para los demás, lo cual sería mejor tener una piedra de molino atada alrededor del cuello y ser echado al mar (véase Marcos 9:42). La amargura contamina, causando daños colaterales. Mi falta de perdón me pone en la misma categoría del pecado que desprecio. En ese momento, me vuelvo más como la persona con la que tengo un juicio en su contra. Este tipo de corazón nos ciega a nuestras propias condiciones del corazón, o nunca permitiríamos que tal corrupción entrara en nuestra vida. Con el perdón yo cedo mi derecho a condenar, mostrándole a la otra persona la misma misericordia que quiero que Dios me muestre. Perdonar a los demás es una inversión en mi propio futuro, pues los misericordiosos obtendrán misericordia (véase Mateo 5:7). El amor perdona porque el amor invierte en la libertad de las personas, con frecuencia antes de que la quieran o incluso sepan que la necesitan o que es posible. Lo llamo una inversión debido a la probabilidad de una ganancia, las personas son liberadas. Las personas que son perdonadas mucho antes de que lo quieran o incluso sepan que los necesitan, son mucho más propensas a ser atraídas a un descubrimiento del perdón de Dios. Esta es la belleza de la vida: poder llevar a otros al perdón de Dios.

Oración Amado Padre celestial, gracias por perdonarme. Sé que no hay nada que yo pueda hacer para ganarme un regalo tan invaluable de Ti. Ayúdame permanecer libre de la amargura al ser rápido para perdonar. Y ayúdame a nunca olvidar lo privilegiado que soy de extenderle a los demás el regalo que Tú me has dado, para que Tú puedas ser glorificado.

Declaración Soy perdonado por Dios. No me gané el perdón, pero puedo y voy a darlo. Como representante de Su Reino, voy a dar libremente el obsequio del perdón que me fue dado. Dispongo mi corazón para perdonar rápidamente y cedo mi derecho a exigir el juicio de los demás. Me propongo vivir de esta manera para que Dios sea glorificado a través de mí.

64. El campo de juego de nuestra fe es tan grande como nuestro reconocimiento de la bondad de Dios.

La fe explora las esferas abiertas por las promesas de Dios que se encuentran en la Persona de Jesucristo. Estas promesas contienen algunas de las más grandes revelaciones jamás recibidas por la humanidad. Revelan la naturaleza y el corazón de Dios. Este es el territorio más inexplorado en la existencia. Es eternamente grande y mucho más extenso de lo que uno podría comprender en toda una vida de exploración. Esta es la siguiente gran aventura. Y va a durar por toda la eternidad. Los que nunca hacen la conexión con la bondad de Dios luchan constantemente con la expectativa de la tragedia. Esta lucha crea conflictos innecesarios cada vez que tratan de discernir el origen de un problema. Muchos le atribuyen la clara obra del diablo a Dios mismo, ya que, como hemos visto, creen realmente que Dios es el autor de las cosas malas que suceden para nuestro bien. En otras palabras, el fin justifica los medios. No aceptaríamos este estándar de la lógica en ninguna otra área de la vida. Sin embargo, se ha vuelto común en la teología de muchos, simplemente porque no comprenden la piedra angular de toda la teología, Dios es realmente bueno. Yo sería arrestado por abuso de menores si les hiciera a mis hijos lo que muchos dicen que Dios les hace a los suyos; esto demuestra que hay una buena probabilidad que el engaño esté involucrado aquí. Esto no es tan complicado como muchos lo hacen ver. La bondad en el cielo es al menos tan buena como la bondad en la tierra. Nuestra tarea se vuelve mucho más clara, cuando se resuelve el tema de la bondad de Dios. Hay muchas maneras de ilustrar esta verdad. Las cosas que antes estaban cerradas comienzan a abrirse en su entendimiento, cuando una persona empieza a arder con la convicción de que Dios es bueno. Las esferas de las posibilidades se presentan de una manera que requiere exploración. Y ese es el placer y la alegría de la fe, explorar el mundo de las posibilidades disponibles a través de la bondad de Dios. En vez de vivir en

respuesta a los problemas, con la esperanza de tener avances y soluciones, vivimos de forma proactiva, buscando las oportunidades para que se manifiesten el amor y la bondad de Dios. Veo a diario cómo nuestra familia de la iglesia busca problemas para hacerles frente en el nombre de Dios. Y realmente es asombroso ver lo que sucede cuando los creyentes toman ese enfoque en lugar de una de una postura defensiva, protegiendo lo que tengo en Dios. ¿Recuerda la historia de Jesús acerca del hombre que recibe un talento (una cantidad de dinero) para invertir (véase Mateo 25:24-26) Proteger lo que tenía era la peor opción posible. Este es un Reino de progreso y se requiere de un avance. Mi tesis es la siguiente: Avanzamos en la fe, según nuestro entendimiento y convicción de la bondad perfecta de Dios. Esto nos lleva al desafío del momento, ¿es posible vivir en busca de la bondad manifiesta de Dios en los lugares que nunca la han visto? ¿Es posible buscar los problemas, sabiendo que el propósito de Dios está en la liberación, no en la aflicción? ¿Es posible activar lo suficiente nuestra fe en su bondad a fin de darnos un apetito para ver estas cosas cambiadas que han levantado sus cabezas arrogantes contra el conocimiento de Jesucristo? Mi respuesta es sí a todos estos asuntos. Este es nuestro momento para resolver el tema de la bondad. Y luego a partir de esa convicción, podemos buscar oportunidades para permitir que nuestra fe explore los límites de la bondad que son mucho más extremos de lo que podamos imaginar.

Oración Padre, anhelo ser una persona que arda con la convicción de Tu bondad incuestionable. Estoy cansado de dudar o contaminar uno de los fundamentos más básicos de toda la Escritura: Tu bondad. Sana mi corazón en lo que respecta a esta verdad. Quiero formar parte del cuerpo de personas que Tú encomendaste con todo lo necesario para demostrarle Tu naturaleza al mundo. Mi corazón anhela esto. Y quiero estar seguro de que el mundo ve lo que realmente eres: un Padre perfecto, que es intensamente bueno más allá de toda medida.

Declaración

Confieso con mi boca y creo con todo mi corazón que Dios es perfectamente bueno, todo el tiempo. No existe el mal ni la oscuridad en Él. No hay agendas ocultas en las que Dios realmente se complazca con el castigo o el sufrimiento de la humanidad. Yo, por lo tanto, adopto el llamado de mostrar todos los días la bondad de Dios, y busco los problemas para hacerles frente en Su nombre, para que Él sea glorificado.

65. Los adoradores tienen la posición dada por Dios para convocar a las naciones a sus destinos.

Los adoradores tienen la posición dada por Dios para convocar a las naciones a sus destinos.

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Los Salmos

son cantos de adoración. La naturaleza de la expresión de la adoración según lo prescrito por David se encuentra en ambos lados de la cruz. Se confirma en el primer concilio de Jerusalén en Hechos 15, y le da forma a más que a nuestra música. Define nuestra naturaleza como creyentes, somos ante todo adoradores. Los salmos son más que un complemento a los libros teológicos de las Escrituras: Están llenos de más revelación de lo que creo que por lo general les damos crédito. Estas son las canciones escritas en la gloria de Dios. Existen aquí perspectivas que no podemos encontrar en ningún otro lugar de las Escrituras, que les dan esperanza a las cosas que de lo contrario podríamos perder de vista. El punto de vista de Dios sobre las naciones es una de esas grandes sorpresas que se encuentran en los Salmos. Y si bien hay muchas declaraciones de juicio que se hacen en este libro que son ciertamente apropiadas para la época en que fueron escritas, también hay muchas canciones con temas del Nuevo Pacto, cantadas proféticamente acerca de un nuevo día, nuestro día. Estas canciones las debemos tener en gran estima como aquellas que pueden influir en el curso de la historia mundial. He aquí algunas que demuestran el corazón de Jesús por las naciones:

“Todos los términos de la tierra se acordarán y se volverán al Señor, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti” (Salmos 22:27). Ésta tiene suma importancia para nosotros, porque el Salmo 22 es uno de los salmos mesiánicos más importantes. Aquí se encuentran muchos detalles de la crucifixión de Jesús. Parece legítimo ver que Jesús obtenga la recompensa por Su sufrimiento: naciones, conformadas por familias rendidas que se encuentran en la adoración. “Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra” (Salmos 67:4). El contexto de este versículo es la salvación que visita a las naciones. Este gozo se encuentra en Su salvación y les orienta a Sus propósitos. Pero la revelación de este gran acontecimiento fue dada a los que conocían a Dios como un Padre amoroso, con el deseo de bendecir a Sus hijos (véase Salmos 67:13). “Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre” (Salmos 86:9). Las naciones encontrarán el propósito de su creación. Su designio se revela en su salvación, y luego llegan al punto de partida y adoran. Esta perspectiva fue dada a los que están en la gloria, antes de que se estableciera el Nuevo Pacto. “Y las naciones temerán el nombre del Señor, y todos los reyes de la tierra, tu gloria” (Salmo 102:15). Las naciones, junto con sus líderes, llegarán a tener un temor adecuado de Dios antes de que todo esto termine. Ese temor es el principio de la sabiduría, y la sabiduría tiene un efecto reformista. Esta imagen de la reforma fue dada a los que estaban en la gloria, sirviendo a Dios. “Te alabaré entre los pueblos, Señor; te cantaré alabanzas entre las naciones”. (Salmos 108:3). Esta es una maravillosa descripción de los pueblos del mundo que dan una expresión saludable de alabanza y honor a Dios. En este caso, las naciones están conformadas por personas que se rinden ante su Dios amoroso. “Alabad al Señor, naciones todas; alabadle, pueblos todos” (Salmos 117:1). Este versículo ilustra mi declaración inicial con

toda claridad. Es la imagen de los adoradores que convocan a las naciones ante Dios. Estas canciones salieron literalmente de la gloria de Dios. Ese lugar de la presencia, ese lugar de adoración inmaculada, era el vientre de la revelación del corazón de Dios por las naciones. Descubrimos cuál es nuestra responsabilidad en esa presencia, cantar y declarar los destinos y los propósitos de Dios para las naciones. Tan importante como lo es la sana teología, el propósito detrás del canto y de la declaración de estas canciones de destino va mucho más allá de ser bíblicamente correctos. Es el acto de convocar a las naciones a su razón de ser, y hacerlo desde la sala del trono del Dios Todopoderoso. Este es el privilegio y la responsabilidad de los adoradores. Declaramos sobre las naciones lo que el Padre dice, desde la gloria y con un corazón lleno de gran esperanza.

Oración Padre Celestial, gracias por darnos el gran honor de adorarte con un corazón limpio. Tú lo hiciste posible. Y gracias por dejarnos sentir Tu corazón en el proceso. Quiero decir lo que Tú dices y convocar a las naciones a sus propósitos y destinos. Ayúdame a hacerlo de manera eficaz, todo para Tu gloria.

Declaración Acepto el privilegio de llevar el corazón de Dios por las naciones, a todos los pueblos del mundo. Y por la gracia de Dios que obra en mí, voy a declarar Su corazón por las naciones del mundo, que el Cordero de Dios recibirá la recompensa de Sus sufrimientos. Hago estas cosas para la gloria de Dios.

66. Es imposible que alcancemos nuestro potencial sin aprender a ministrarnos a nosotros mismos.

Una de las lecciones más importantes para aprender en la vida es la manera de ministrarnos a nosotros mismos. Es de vital importancia. Es muy importante que Dios ciegue los ojos y ensordezca los oídos de nuestros amigos más cercanos para que podamos ser posicionados para descubrir lo que Él ya nos enseñó que perdimos de vista. No es un castigo, sino más bien Su bondad que nos lleva a nuestra fortaleza divina. A menudo, este tipo de amor nos posiciona para nuestra mayor promoción. Saber cómo ministrarnos a nosotros mismos tiene su anclaje en lo que Dios dice acerca de nosotros. El ministerio a nosotros mismos se basa en el corazón amoroso de Dios y se aplica directamente al nuestro. Se trata de usar la Palabra de Dios para traer fortaleza, comprensión o simplemente la fe donde nos sentimos débiles o confundidos. La meditación bíblica parece ser un arte perdido en muchas partes de la iglesia. Tal vez hay temor a ella debido a su falsificación, la meditación oriental. La versión sectaria, que lleva a la gente a vaciar su mente, los abre a la influencia externa, y muchas veces, es demoníaca. En la meditación bíblica, llenamos nuestra mente con lo que Dios dice. En ese proceso, lo repasamos una y otra vez en nuestro corazón y mente, hasta que aumenta el entendimiento desde adentro hacia afuera. Puede parecer extraño decirlo, pero muchas veces nuestro corazón lo entiende antes que nuestra mente. Mi corazón puede estallar de emoción por una verdad que yo aún no pueda articular totalmente. Eso está bien. El proceso ha comenzado. Es un proceso divino. No debería sorprendernos descubrir que nuestro espíritu percibe la verdad antes que nuestra mente. Hay algo profundamente sanador y vigorizante que viene sólo de la presencia del Señor. La acción de gracias y la alabanza nos ayudan a entrar a ese lugar. Algo le ocurre al corazón cuando elegimos honrarle a pesar de nuestras pérdidas, problemas o

debilidades. Darle alabanza dirige nuestra atención de nosotros mismos hacia Él. Eso nunca es una mala idea. Cuando esto realmente ha traído la fuerza a mi vida es cuando yo le doy alabanza por las mismas cosas que yo podría cuestionar debido a los problemas que enfrento. Por ejemplo, yo le exalto como el sanador, cuando me enfrento a la amenaza de la enfermedad. Por favor tenga en cuenta que esto no debe ser una expresión simbólica. De hecho, me he dado cuenta que cuanto más oscura es la nube sobre mí, más expresivo me debo volver para manifestar mi corazón por Él. Se llama un sacrificio, lo cual es un paso más allá de la conveniencia. En este punto, regocijarme es lo último que quiero hacer en lo natural. Pero me niego a vivir reducido por lo natural. Por lo tanto, elijo pasar a una esfera superior, llamada la esfera de la fe. Desde ese lugar, me regocijo y me regocijo y me regocijo. Cuando estábamos en el mundo, sabíamos que el gozo precedía al regocijo. Pero en el Reino, el regocijo a menudo precede al gozo. La última parte de mi proceso de fortalecimiento de mí mismo se ve en la compañía que elijo conservar. Me asocio intencionalmente con gente de gran fe, esperanza y amor. Algunas personas lo consumen. Cuando usted es más vulnerable en la fe es cuando usted debe estar más centrado en quienes usted permitirá afectarle. Esto se conoce como sabiduría, y la sabiduría es necesaria, sobre todo cuando se debilita nuestro sistema inmunológico espiritual. Si bien tal vez no parezca como si me ministrara en esta situación, sí lo hago, de hecho, elijo el entorno en el que me propongo vivir. Esto forma parte de la ecuación para la salud. Aunque puede haber algunos que tomen esto como una invitación a la independencia y a la rebeldía, aquellas cosas sólo agravan el problema real. Dios nos describe como miembros de unos a otros, los miembros de Su Cuerpo en la tierra. La imagen es hermosa y más allá de la comprensión. Me resisto a cualquier enseñanza que tienda a conducir a las personas hacia la independencia y la rebeldía. La separación del Cuerpo ha causado que muchos se contaminen. David es mi héroe en este sentido. Experimentó una serie de rechazos: de Saúl, de sus hermanos, de los filisteos a quienes sirvió, de los valientes cuyas vidas salvó de la autodestrucción. Cada una

de estas temporadas parecía alejar cada vez más del propósito de Dios para su vida, de convertirse en el rey de Israel. Poco sabía que lo que parecía alejarlo del trono en realidad lo estaba llevando a la puerta trasera de la sala del trono. Pero la llave que abrió la puerta lo estaba fortaleciendo en el Señor (véase 1 Samuel 30:6). La lección final que lo llevó a su potencial divino, de ser el rey de Israel, fue aprender a ministrarse a sí mismo.

Oración Amado Padre celestial, no quiero vivir abrumado por lo que no entiendo o no tengo el control. Más bien, quiero ver a través de Tus ojos. Tú me ves diferente a la manera que yo me veo, y yo soy el que tiene que cambiar. Así que por favor ayúdame a ver lo que Tú dices de mí de una manera que aumente mi dependencia y deleite en Ti. Te lo pido para Tu gloria.

Declaración La fortaleza de Dios es en mi porción y una parte de mi herencia, pues Él es mi fortaleza. Voy a manifestar Su fortaleza para que Él reciba la honra al ingresar a Sus propósitos para mi vida. Y que la gracia de Dios sobre mi vida le traiga la gloria para siempre.

67. La fe explora lo que manifiesta la revelación.

Imagínese que recibe una gran herencia de miles de hectáreas de tierra. Imagínese a usted parado en una colina y que el abogado le señale una cresta en la distancia, y diga: “Usted es dueño de todo entre aquí y allá”. Luego imagíneselo señalando en otra dirección y anunciando que usted es el propietario de toda la tierra entre aquí y el río. Y continúa con sus descripciones, señalando las cosas en el paisaje que marcan los límites de su herencia. Anuncia que todo le pertenece. Eso, sin duda, sería una gran noticia. No puedo hablar por usted, pero a mí me gustaría explorar cada pedacito de tierra que acabo de heredar. Verlo desde la distancia y estar satisfecho con la propiedad sería un insulto para los que pagaron un gran precio por dejarme algo para disfrutar. Así es en el Reino. Lo que Jesús nos dio, lo que le costó todo, debe ser explorado a fondo. Y la fe es el vehículo que nos lleva a esa gran aventura. Demasiados creyentes pasan la vida parados en esa colina, declarando lo que es suyo, pero en realidad nunca lo experimentan de primera mano. El pronunciamiento de la propiedad incluso envuelve el elemento del orgullo con declaración tras declaración, a medida que proclaman su gran autoridad y propósito. Está bien que eso sea un punto de partida, pero es una gran tragedia cuando nos quedamos allí. Lo que Dios proveyó para nosotros no estaba destinado a ser reducido a una declaración. ¡Más bien, estuvo destinado a ser la invitación a buscar, poseer y disfrutar! Es la invitación a una aventura, el último viaje, pues todo lo que le pertenece a Jesús es nuestro para que lo disfrutemos. Es ilimitado en su alcance y jamás puede ser explorado por completo en esta vida. Pero esa no es excusa para permanecer inactivos. Este Reino se debe disfrutar. Aquí es donde más vale la pena mi vida en el lugar secreto. Es allí, a solas con Dios, donde tengo la responsabilidad y el privilegio

de ser intensamente específico en mis peticiones. Si me encuentro constantemente con personas que se declaran en quiebra, allí está mi tarea. Si parece como si todas las personas con diabetes sacarina se cruzan en mi camino, allí está mi tarea. Si parece como si los matrimonios se desmoronan a mi alrededor, tengo que clamar por el conocimiento y la unción necesarios para ayudar a lograr la victoria en esas situaciones. El Señor utiliza frecuentemente las necesidades de las personas a mi alrededor para avisarme de lo que está disponible para mí a fin de proseguir en Su nombre. No creo que el Señor simplemente quiera que yo lleve Sus cargas. Si bien es importante mostrar compasión y misericordia, también lo es la obtención de las respuestas. Jesús no era conocido por consolar a la gente en sus problemas y luego abandonarlos para que solucionaran las cosas por su cuenta. Dentro del dominio del Rey, el Reino, es la respuesta para cada problema que va a enfrentar la humanidad. Y los que “buscan primero Su Reino” son los que están encargados de las respuestas necesarias para cambiar las circunstancias y transformar a las personas. Este es el hermoso privilegio de los que descubren la inmensidad de esta herencia. Debemos dejar que la fe nos lleve a los lugares en Dios a los que nunca podríamos entrar de otra manera.

Oración Padre, estoy maravillosamente abrumado por todo lo que me has dado en Jesucristo. Está más allá de mi capacidad de comprensión. Y a pesar de que mi herencia sea tan extensa, oro por el don de la insatisfacción santa con el status quo. No quiero estar satisfecho con las teorías en lugar de probar las realidades de Tu mundo que podrían cambiar mi vida, así como la vida de los demás, por toda la eternidad. Por favor, abre mis ojos para ver lo que Tú me has dado para buscar, lo que Tú me has dado para poseer, lo que Tú me has dado para disfrutar. Mi clamor es que Tu nombre sea exaltado, y que la gente sea libre a través de lo que pruebo. Tú eres verdaderamente bueno, siempre bueno. Gracias.

Declaración Me niego a estar satisfecho con las teorías y los ideales de las aulas. Tengo que probar y ver que el Señor es bueno. Mi herencia es inmensa y supera toda comprensión. Pero no está más allá de mi capacidad de probar y ver. Por lo

tanto, me comprometo a una vida de exploración, para que Dios sea glorificado y que la gente pueda ver a Jesús en mí.

68. Cuando Dios dice no, un mejor sí está en camino.

Una persona que vive con un entendimiento permanente de la inmensa bondad de Dios interpreta las cosas del día a día de manera muy diferente que los demás. La oración es uno de esos elementos necesarios de la vida del creyente que a veces es tan dolorosa como gratificante. Puedo admitir honestamente que es el estilo de vida de oración que me ha traído algunas de mis mayores alegrías, que luego se contrastan con algunas de mis mayores frustraciones. Una parte de ese viaje frustrante es aprender qué hacer con un no de parte de Dios. Y a veces lo que es aún peor es el silencio de Dios. Para mí este es más doloroso que el no. He aprendido a consolarme con los Salmos, ya que el salmista mencionó con frecuencia su frustración con el silencio de Dios. Tanto el no como el silencio son cosas que hemos recibido para administrar. Se trata de una parte muy importante del proceso que se llama madurez. Sería incorrecto decir o dar a entender que Dios me ignora o no se preocupa. Incluso si me siento así, tengo que volver a la verdad y aceptar el hecho de que Él es un padre amoroso y perfecto, que sobresale más allá de mis sueños más osados como mi Padre, Papá Dios. Él se preocupa más que yo por cualquier circunstancia o sueño que pueda tener. Él es así de bueno. Muchas veces el silencio de Dios significa que Él ya me dio la dirección, perspectiva o la capacidad para la situación. Usted ha escuchado la frase que dice que le “castigan con el silencio”. Es la forma de castigo que usa esa persona. El silencio de Dios nunca es un castigo. Sólo en el silencio voy a encontrar lo que Él ya puso en mi corazón. Las cosas salen a la superficie en ese lugar, las cuales yo no habría podido escuchar de otra manera. Es como si lo profundo de Dios llama a lo profundo en mí, trayendo a la superficie lo que de otra manera sería desaprovechado. Es doloroso, pero necesario.

Encuentro el no de Dios fascinante, sobre todo cuando se contrasta con lo que Jesús les declaró una y otra vez a Sus discípulos: que podían tener cualquier cosa que pidieran. Es interesante, sin embargo, que cuando Santiago y Juan pidieron el derecho de hacer descender fuego contra los samaritanos, Jesús los reprendió y dijo que no (véase Lucas 9:54-56). El ‘no’ es la carta de triunfo de Dios, que se utiliza cuando un mejor sí está en camino, o cuando un sí socavaría sus propósitos eternos. Una de las grandes historias en este sentido se encuentra en Juan 11. Lázaro está enfermo y moribundo. María y Marta dan aviso a Jesús, diciendo: “el que tú amas está enfermo” (versículo 3). En otras palabras, alguien con el que Usted ya tiene una relación necesita ayuda, lo que debería estar por encima de Su obligación de atender a los extranjeros con los que se encuentra actualmente. Jesús afirma que la enfermedad no es para muerte y se queda donde está dos días más (versículos 4-6). Se hace hincapié en el amor de Jesús por esta familia, y luego se afirma que Él se queda dos días más sin atender a sus peticiones. Muy pocos de nosotros interpretaríamos como amor el estar alejados en el momento de crisis de alguien. Pero eso fue lo que hizo el Dios de amor. Si Jesús hubiera ido inmediatamente a ministrar a Lázaro, ciertamente habría ocurrido una sanidad. Pero como Él esperó, hubo una resurrección. El ‘no’ de un día se convirtió en un sí más grande en otro día. Vivir con la esperanza que encuentra su anclaje en la naturaleza y en las promesas de Dios nos permite descubrir la riqueza de Dios como Padre y mantenernos alejados del pánico. Al administrar bien nuestro corazón, aprendemos a vivir sabiendo que las cosas saldrán incluso mejor que si hubiéramos seguido nuestro propio camino.

Oración Amado Padre celestial, gracias por Tu bondad que sobrepasa todo entendimiento. Descanso en la esperanza de saber que Tú me miras, con el corazón amoroso de un Padre. Ayúdame con mi tendencia a entrar en pánico cuando las cosas no salen de la manera que creo que deberían, y, especialmente, ayúdame y perdóname por las veces que pensé que a Ti no te

importaba. Sé que eso no es posible. Por favor, dame la gracia para nunca volver a ser así. Oro estas cosas para Tu honra y gloria.

Declaración Dios es siempre bueno. Él es un Padre perfecto y amoroso que siempre tiene lo mejor en mente. En lugar de acusarlo de no preocuparse, voy a calmar mi corazón para encontrar Sus propósitos en mis circunstancias más confusas. Declaro que me encanta la voluntad de Dios y voy a ceder a Sus propósitos, todo para Su gloria.

69. El evangelismo en su forma más pura es un desbordamiento de la adoración.

Estos dos

temas están estrechamente entrelazados en el corazón, mucho más de lo que podríamos pensar a primera vista. La única diferencia es el nivel de urgencia: la adoración, si bien es absolutamente adecuada y necesaria ahora, continuará por toda la eternidad, mientras que el evangelismo es solamente para esta vida. Eso podría llevar a algunos a pensar que el evangelismo es la máxima prioridad del creyente. Después de todo, la salvación de las almas es de suma importancia, mientras estemos todavía en este planeta. Es decir, hasta que vea primero a ese Dios amoroso, junto con todas sus expresiones y matices, es en realidad lo que añade definición, poder y presencia a nuestros esfuerzos de evangelización. Hay una poderosa conexión entre nuestro amor por Dios y nuestro amor por la gente. El evangelismo con frecuencia se reduce a que las personas se conviertan en proyectos, y la gente odia ser el proyecto de otra persona. ¿Quién quiere ser el proyecto de algún fanático religioso para que pueda sentirse bien acerca de su devoción a Dios? Nadie quiere ser la marca en la parte posterior de la Biblia de alguien. Tal vez esta sea parte de la razón por la que el evangelismo tiene tan mala reputación. Sin embargo, la evangelización es real y necesaria, un deleite apasionado de nuestro Padre. Él quiere que todos sean incluidos en Su familia. Un tema principal del mensaje del Nuevo Testamento por medio de Jesucristo es que hemos de amarnos unos a otros. Otros para Jesús era más que sólo nuestros familiares o incluso nuestras familias de la iglesia. Para Jesús, se trataba del hombre que fue robado y abandonado para morir hasta que lo rescató el buen samaritano. Para Jesús, se trataba del recaudador de impuestos que se subió al árbol para verle mejor, o la mujer sorprendida en flagrante adulterio. Para Jesús, otros eran Pilato, quien se negó a

ponerlo en libertad, el ladrón que colgaba junto a Él en la cruz y los líderes religiosos que estaban en contra de Sus propósitos. Otros representan a las personas por quienes Él iba a morir. No puede haber mayor amor en nuestro corazón que nuestro amor por Dios. Cualquier cosa que amemos por encima de Él es idolatría. Sin embargo, nuestro amor por Dios, que se muestra a través de la adoración apasionada, agrega combustible y definición a nuestro amor por la gente. Lo segundo se ve reforzado por lo primero. Recuerdo una conversación con un joven de Suecia que amaba mucho a su novia. Tenía miedo a entregarse a Cristo porque pensaba que esto le quitaría su capacidad de amarla. Además del asunto obvio de ponerla antes que a Dios, estaba pasando por alto la maravillosa realidad de cómo afectaría el resto de su vida amar primero a Dios. En mi caso, soy realmente capaz de amar a mi esposa más de lo que podría, si ella fuera la número uno. Esa es otra de esas aparentes contradicciones de la vida en el Reino de Dios. De la misma manera que vivimos al morir, o que somos exaltados al humillarnos, así amo a mi esposa más al amar primero a Dios. Este concepto también es cierto en lo que respecta al evangelismo. Amar primero, mejor y más apasionadamente a Dios, nos libera para amar a las a las personas de una manera más auténtica y eficaz. El evangelismo entonces es avivado por nuestro amor por Dios. Leemos acerca de la abrumadora sensación de la presencia de Dios que uno esperaría, cuando Isaías vio al Señor alto y sublime (véase Isaías 6). Pero la parte que me conmueve más es la respuesta de Isaías. Dios preguntó: “¿A quién enviaré?”. Isaías dijo: “Envíame a mí”. Cualquier persona que realmente adore a Dios ve Su corazón. Y cualquier persona que realmente vea el corazón de Dios tendrá una respuesta similar a la de este gran profeta. “¡Envíame a mí!”. Esto significa que el evangelismo, el ser enviado por Dios a los campos de la cosecha, nunca es mejor que cuando proviene del corazón del adorador que realmente ha visto el corazón de Dios en la adoración.

Oración Mi Padre y mi Dios, te amo. Me encanta adorarte y darte la honra. Tú eres digno de toda gloria, honra y alabanza. Este es mi deleite. Mi pasión es tocar Tu corazón de una manera que te glorifique. Pero por favor ayúdame a nunca caer en la complacencia en mis afectos por Ti a expensas de aquellos que aún no han sido traídos a la familia. Fortalece mi celo por la adoración de una manera que influya en mi pasión por los perdidos. Oro estas cosas para que el nombre de Jesús sea honrado con la más alta reverencia.

Declaración Nací para adorar. Todo acerca de mí es una expresión del diseño de Dios que me permite adorar bien. Él me ha facultado para servirle y ministrarle eficazmente. Lo adopto como un estilo de vida privilegiado para que Dios sea glorificado, tanto en mi adoración, como a través de las personas que son atraídos a Él a través de mi amor.

70. Jesús nunca criticó, regañó o corrigió a nadie por haber buscados Sus dones.

Se ha

vuelto común que la gente hable de buscar el rostro de Dios en lugar de Su mano. Entiendo la idea detrás de eso, ya que una relación con Dios es mucho más importante que un milagro físico. Pero usted no puede encontrar tal razonamiento en ninguna de las conversaciones con Jesús registradas en las Escrituras. El rostro de Dios en esta metáfora representa una relación; Su mano representa lo que Él nos puede dar. Pero para mí, esto es realmente un exceso de información. Les digo a las personas que si han estado buscando Su mano y no Su rostro, que tan sólo miren hacia arriba. No están tan distantes. Una cosa lleva a la otra, según Jesús. A veces la gente sin experiencia les ofrece los consejos más extraños a los que necesitan un milagro. A falta de poder hay una gran cantidad de razonamiento religioso imprudente. El mendigo ciego Bartimeo clamó a Jesús, diciendo: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:47). Él buscaba la sanidad. Jesús no lo regañó ni le dijo que era más importante que conociera al Sanador. Por supuesto, eso es cierto, pero ese no fue el enfoque que tomó Jesús cuando ministró a Bartimeo, o a cualquier otra persona para tal caso. Así que ¿por qué nosotros sí lo hacemos? Probablemente porque con demasiada frecuencia Bartimeo sigue estando ciego después de haber orado por él. Una pareja muy querida para mí acabó de enterarse esta semana de que su bebé recién nacido está completamente sordo. Esa es una noticia devastadora para ellos y para nosotros. Por supuesto, alguien pensó que intentaría ayudarles con su desafío y señaló el hecho de que ser sordo es una bendición. Los sordos logran desarrollar otras partes de su vida para compensar lo que les hace falta por no oír. Incluso si eso fuera cierto, es un razonamiento insensato. Sólo se puede llegar a ideas como esa, en ausencia de los milagros. Jesús mostró el ejemplo a seguir, la autoridad para ser encomendados con

el acceso al mismo poder de lo alto. En cierto modo, el resto depende de nosotros. Jesús tomó un enfoque diferente: “pero si las hago [las obras del Padre, los milagros], aunque a mí no me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre” (Juan 10:38). Jesús estaba bien con que no creyeran en Él (lo cual suena muy extraño decirlo), si creían en las obras que Él hizo. Al creer en las obras, los milagros, sabrían que el Padre estaba en Él y Él en el Padre. Esa es una comprensión impresionante. Jesús vino a revelar al Padre, lo cual no puede hacerse de manera adecuada, aparte de los milagros. Y Él incluso estaba bien con que la gente se preguntara acerca de Él, siempre y cuando no cuestionaran los milagros. Los milagros revelaron al Padre. Como resultado de esta comprensión, ellos naturalmente creían en Jesús. En otras palabras, lo que vino de Su mano los llevó a Su rostro.

Oración Padre Celestial, por favor ayúdame a mantenerme alejado de todas las excusas o razonamientos que podrían aislar a la gente de la valentía de clamar a Ti. Revísteme una y otra vez de poder desde lo alto. Por favor, ayúdame a revelar al Padre a través de una vida de milagros, y a aportar soluciones prácticas a la vida de las personas como lo haría cualquier buen padre. Ayúdame a vivir de esta manera, para la gloria de Dios.

Declaración Jesús llevó a cabo todo lo necesario para que yo siguiera Sus pasos. Y a pesar de que mis esfuerzos no se comparan a los Suyos, me niego a bajar las expectativas de mi vida a una norma aceptable. Acepto el privilegio de revelar al Padre a través de milagros, señales y prodigios. Hago estas cosas para la gloria de Dios.

71. Dios quiere que tengamos mentes renovadas para que podamos hacer nuestra voluntad.

Me doy

cuenta que esta afirmación parece ser un poco exagerada, pero, sinceramente, considérela. Estoy más convencido que nunca que este es el corazón de Dios para cada uno de nosotros. Esta no es una oferta a favor de nuestros derechos como creyentes. No es una nueva enseñanza sobre “Cómo salirse con la suya con Dios”. ¡Todo lo contrario! El Todopoderoso nos transforma para que podamos transformar todo lo que nos rodea. Todos sabemos que la última cosa que necesitamos es más cristianos obstinados que luchen por lo que quieren y piensen que se lo merecen. Un Evangelio centrado en sí mismo no es un Evangelio en absoluto, ya que no es la Buena Noticia que dice ser. También sabemos ahora que Dios no estaba interesado en crear robots que hicieran automáticamente cualquier cosa que fueran programados para hacer. Eso habría sido fácil. La colaboración deliberada es de sumo valor para Dios. Esto es especialmente cierto si tenemos en cuenta que la humanidad es la única parte de la creación que fue creada como Dios, a Su imagen. Nuestro propósito de ser está envuelto en el concepto de colaborar con Él, ayudando a convertir la naturaleza de nuestro mundo en un reflejo suyo. Dios nos restaura a Su propósito de colaborar y reinar con Él, cuando nos salva. No creo que lo hayamos entendido realmente todavía, pero la esperanza de nuestro llamado está relacionada con nuestro ser en Cristo, y sólo a partir de ese lugar, recibimos la autoridad sobre todo nombre y poder que jamás haya existido. Esto fue lo que oró Pablo que entendiéramos. Mire de nuevo los siguientes versículos: Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento . . . y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de

su poder, el cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero. Efesios 1:18-21

Como se puede imaginar, si realmente conseguimos esa parte de la ecuación sobre la esperanza, vamos a preocuparnos mucho menos por el resto. Toda esta vida nuestra se trata de aprender a reinar. El propósito de la oración es aprender a reinar. El propósito de nuestra vida de disciplina y devoción es aprender a reinar. La razón detrás de nuestra necesidad de orden divino en nuestra vida en lo que respecta a la familia, los negocios, la salud y el bienestar general es que aprendamos a reinar. El apóstol Pablo lo describió, diciendo que “más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo” (Romanos 5:17). La versión de los Proverbios de la Biblia Passion Translation capta bastante bien este pensamiento de “reinar en la vida”, página tras página. ¡Me emociona! Nadie que verdaderamente entienda este plan de Dios podría ser arrogante o prepotente. No creo que sea posible. Hay una sensación abrumadora de favor inmerecido en este caso, que nos hace ganar la simpatía de Dios en la adoración. Es un privilegio del nivel más alto. Jesús es Aquél que establece los principios básicos. Él les ofreció a Sus discípulos el trato para toda una vida. Recuerde: Él dijo en numerosas ocasiones que podían tener cualquier cosa que pidieran. No es que esta promesa no tuviera condiciones. Por ejemplo, en una de las promesas, dijo: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7). Jesús, entonces, llegó a decir que este proceso es una de las formas en que el Padre es glorificado. Piense en ello: el Padre es glorificado, mediante el cumplimiento de Su plan, que consiste en que usted obtenga lo que pide. ¡Esto es increíble! Cada vez que recibimos una respuesta a nuestras oraciones, se trata de un testimonio de que en realidad funciona el plan de Dios de colaborar y reinar con Él.

Tal vez esto forma parte de lo que está implícito en Efesios 3:10: “a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en las regiones celestiales”. No tiene vuelta de hoja que toda la creación conozca de la grandeza de Dios a través de Él. Dios quiere que el reino celestial aprenda de los redimidos, que representan bien Su corazón en todos los asuntos. Este es el testimonio de la sabiduría de Dios. Su plan funciona. Todo se reduce a lo siguiente: Nuestra mente debe ser renovada para que usemos esta posición inmerecida de autoridad y responsabilidad de una manera que le traiga gloria. Debe ser coherente con Su corazón, Sus ideales y Sus propósitos. Él anhela ver una generación que pueda pedir lo que quiera, y que se ajuste completamente a Su plan para el planeta tierra. Y con ello Él es glorificado.

Oración Padre Celestial, necesito pensar en grande. Tus planes y propósitos para mi vida son mucho mayores de lo que imaginé. Por favor, enséñame qué y cómo piensas. Quiero usar bien mi vida, para que pueda demostrar Tu sabiduría a todos los poderes en los lugares celestiales. Esto es lo que anhelo para que seas honrado y glorificado.

Declaración No voy a permitir el hecho de estar en una posición que nunca podría ganar que me impida la misión dada por Dios. No se trata de mí; se trata de Él. Él debe ser glorificado por todo lo que existe, porque Su plan de colaborar con Su pueblo ha demostrado ser sabio. Viviré para este fin, de modo que Dios pueda recibir la gloria por los siglos de los siglos.

72. La falsa humildad nos aleja de nuestro destino, pero la verdadera humildad nos lleva a Él.

La falsa

humildad se percibe con frecuencia en la autohumillación, la autocrítica y la auto-condena. La palabra auto en cada una de estas frases nos debe dar una idea de qué tipo de humildad se trata, es una humildad falsa. Es la forma más peligrosa del orgullo, ya que se considera un valor espiritual, que le autoriza permanecer. Como tal, se cuida y protege como si fuera un rasgo piadoso. Jesús nos enseñó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Este es un desafío para aquellos que adoptan el estilo de vida desinteresado de Jesús. Casi parece una contradicción. Pero no lo es. Es una de esas aparentes paradojas de las Escrituras que son esenciales para nuestro bienestar. Nos mantenemos sanos sólo al adoptar simultáneamente ambos lados del asunto. Amarnos a nosotros mismos como Jesús lo describió no nos hace egocéntricos ni egoístas. Es lo que nos mantiene sanos y fuertes en las cosas de Dios. Jesús enseñó esto como el segundo gran mandamiento. Pablo dijo que este papel tiene que ver con sustentar y cuidar nuestra carne (véase Efesios 5:29). Lo hacemos por instinto de muchas maneras si permanecemos emocionalmente saludables. Soy cuidadoso alrededor de las personas que son muy críticas de sí mismas. Aquellas que se juzgan a sí mismas con dureza probablemente harán lo mismo cuando se presente la ocasión, pues tendemos a amar a los demás, de la forma en que nos amamos a nosotros mismos. La Biblia dice: “Que te alabe el extraño, y no tu boca” (Proverbios 27:2). La promoción propia no es una buena manera de vivir. Elogiarse a uno mismo es una práctica repugnante, a menos que la haga un niño de tres años de edad. Entonces es lindo. Pero la madurez implica que dejamos de ver el mundo girando a nuestro alrededor, y asumimos la posición de convertirnos en lo que es mejor para el mundo. Creo que captamos el significado de ese

versículo bastante bien, ya que la mayoría de nosotros no nos sentimos cómodos alabándonos a nosotros mismos, incluso si esto viniera a la mente. Tenemos demasiadas habilidades sociales para hacer tal cosa. Pero es la primera parte del versículo que me tomó por sorpresa un día. Que te alabe el extraño. Voy a ser honesto. Esto es muy incómodo para mí. Pero es una orden. Y tiene que ser aprendida. Las personas honran a un artista cuando reconocen la calidad de un cuadro. El cuadro es una expresión del artista, y este recibe la gloria que le pertenece al artista. El artista no es glorificado por el cuadro que se critica a sí mismo, si eso fuera posible. De manera similar, honramos a Dios cuando honramos a las personas. Él lo toma como algo personal. Esto significa que cuando alguien me honra tengo una responsabilidad ante Dios. En primer lugar, le doy gracias a Dios por el privilegio de ser honrado en Su nombre. En segundo lugar, me doy cuenta que todo el honor que me han dado es inmerecido, en el sentido de que todo lo que es bueno no se originó en mí. En tercer lugar, debo darle ese honor a Él, porque Él es realmente quien se lo merece. Lo que no debo hacer es decirle a la persona que me está elogiando: “Oh, no soy yo; es Jesús”. Rechazar sus esfuerzos para honrar a Dios, al elogiarme es una deshonra para ellos, para Dios y para mí. Acepte la honra, aprenda a disfrutarla sin aceptar los méritos por ella y, finalmente, entréguela a Su legítimo propietario. Tenemos que reconocer en algún momento la obra de la gracia de Dios en nuestra vida para acceder más plenamente a Sus propósitos. Esta confianza se ve con frecuencia en la vida del apóstol Pablo. Y dudo que cualquiera de nosotros dijera que él era arrogante o egoísta. Su confianza en la gracia de Dios trajo la gloria a Dios y estabilidad a sí mismo. Como alguien dijo una vez: La verdadera humildad no es pensar menos de sí mismo; es pensar menos en sí mismo. Nuestros destinos esperan a un pueblo cuya confianza en la gracia de Dios le llevará a donde otros temen ir.

Oración Padre Celestial, sé que todo lo bueno en mi vida se debe a Ti. Tú eres la fuente, y Tú eres la razón. Gracias. Ayúdame a no caer en la práctica

religiosamente aceptable de la autocrítica. Sé que en última instancia te deshonra. Simplemente quiero glorificarte en todo lo que hago y todo lo que soy. Yo te bendigo como el que hace todas las cosas bien, incluso Tu obra en mí. Gracias.

Declaración Me niego a proteger la autocrítica como un valor espiritual, y más bien me esforzaré por reconocer Su obra de gracia en mí. Si soy honrado, le daré toda la gloria a Dios, ya que Él es el autor de todo lo que es bueno en mí. Por la gracia de Dios, no voy a desviar el honor que me ha dado, sino más bien mostraré respeto a la persona que extiende honra, una vez más para que Dios sea exaltado. Hago estas cosas para la gloria de Dios.

73. Cuando sometemos las cosas de Dios a la mente del hombre, los resultados son la incredulidad y la religión.

Cuando sometemos la mente del hombre a las cosas de Dios, los resultados son los milagros y la mente renovada. Las Escrituras dicen por lo menos un par de veces que Dios mora en los cielos y se ríe. Las dos veces que yo sepa es porque Él ve los planes que el enemigo tiene en contra de Su ungido y en oposición a Sus propósitos. Aparentemente, le parece divertido a Dios que los seres finitos piensen que pueden rivalizar astutamente con Él y formular eficazmente estrategias en Su contra, lo dula es un concepto ridículo por supuesto. Tan cierto es eso como que el necio diga que no hay Dios (véase Salmo 14:1). Y es entretenido para decir lo menos, que algunas de las supuestas más brillantes mentes de la época hagan este tipo de declaraciones. Me parece interesante que las personas se pasen la vida estudiando cómo se diseñó el universo, el cuerpo o la vida y terminen pensando que no exista un diseñador. No se puede tener un diseño sin un diseñador. La mentalidad atea influye a veces en la iglesia. No quiero decir con esto que los creyentes lleguen a la conclusión de que Dios no existe. Tenemos mejor conocimiento. Me refiero a que la gente comienza a responder a los asuntos de la vida de la misma manera que sus vecinos ateos, sin darse cuenta de que los procesos de pensamiento no son tan diferentes. Debería ser obvio para nosotros. Y si bien nuestra teología no le da cabida al ateísmo, a veces nuestro estilo de vida sí lo hace. No está bien enfrentar la vida sin tener en el centro de nuestros afectos y búsquedas al Dios que invade lo imposible. Simplemente no está bien, no para cualquiera que confiese a Jesús como Señor.

He notado a menudo que las personas tienen que estar convencidas que ha ocurrido un verdadero milagro. Solicitan las radiografías, los informes médicos, y demás, antes de creer. Entiendo esa necesidad, ya que ha habido muchos engaños a lo largo de la historia. Parece razonable pedir la prueba. Pero no debería ser necesario, no para quien confiese a Cristo. No me malinterpreten: El informe del médico que confirma un milagro es siempre un estímulo. Podemos darle la bienvenida a la confirmación de las obras de Dios por parte de la comunidad médica. Pero el hecho de que la necesitemos para creer no es una señal de fortaleza intelectual; es una señal de debilidad. Es un indicador de que el pensamiento: No existe Dios está clavado profundamente en nuestro corazón. En lugar de convertirnos en personas que persiguen los avances que atraen a miles o incluso a millones al Reino, queremos evidencia de que Él es lo que dice ser: el mismo ayer, hoy y siempre. Él existe, pero muchos piensan que Él es simplemente una fuerza, sin personalidad, ni preocupación, ni propósito. Nada podría estar más alejado de la verdad. Él es Dios: Dios Padre. Él es un verdadero padre que ama a las personas, Él realmente ama a la gente. Someter las cosas de Dios a esa forma de pensar rara vez funciona bien porque tendemos a exigir cosas de Dios que no tenemos ningún derecho a exigir. Él nos ha dejado suficiente evidencia de Su naturaleza y corazón para incitarnos literalmente a cambiar el mundo. Pero cada vez que sometemos nuestra mente a lo que Dios hace, ¡vaya! Se lleva a cabo la transformación. Es hermoso ver una mente bajo la influencia de la obra del Espíritu Santo. Ocurre una transformación que se convierte en el ejemplo glorioso de Su genialidad. Si bien la fe no viene de la mente, es maravilloso ver a una mente que ilustra y mejora la vida de la fe.

Oración Amado Padre celestial, por favor ayúdame a nunca dejarme intimidar por aquellos cuya fuerza intelectual es mayor que la mía. Por favor, ayúdame a ver la plena influencia de mi fe en lo que pienso. Quiero representarte bien, ilustrando cómo piensas acerca de cómo vivo. Me propongo hacer estas cosas para Tu gloria.

Declaración La mente renovada es mi porción, mi herencia en Cristo. Declaro que es la buena voluntad del Padre enseñarme cómo Él piensa, y al hacerlo, Él me ayudará a seguir siendo como un niño para Su gloria.

74. Dios nos disciplina para que no nos maten Sus bendiciones.

Probablemente es

difícil para la mayoría de nosotros imaginarlo, pero Dios quiere realmente bendecirnos más de lo que queramos ser bendecidos. El placer, el gozo, el amor y la belleza son cosas que Él ha hecho. Todas ellas son Su idea. Y no se puede sobrestimar el papel que estas cosas tienen en nuestra vida. Personifican brillantemente Su naturaleza y Su mundo. Las bendiciones de Dios son pequeños gustos del cielo en la tierra. Las bendiciones equivalen a responsabilidades en el Reino. Pero no a manera de castigo. Más bien, una bendición de Dios aumenta nuestra conciencia de Su naturaleza, e incrementa nuestra capacidad para deleitarnos en Él. ¿Qué significa cuando Él dijo que oráramos para que se hiciera Su voluntad en la tierra como en el cielo? ¿Quiere decir eso que existen aquí ciertas cosas que no deberían estar? Eso creo. Y tenemos la autoridad y la responsabilidad de deshacernos de ellas. La enfermedad no existe en el cielo, y, por lo tanto, no debería existir aquí. Entonces, ¿qué pasa si todas las personas por las que oro que tienen cáncer se sanan? ¿Qué pasará conmigo? ¿Se consideraría eso una bendición? En primer lugar, pasaría a ser un nombre muy conocido en todo el mundo en el transcurso de unos treinta días. Aterrizarían diariamente los jets privados en nuestro aeropuerto local con personas portando grandes cantidades de dinero para tratar de convencerme de ir y orar por sus seres queridos, que están demasiado enfermos para viajar. Digamos que yo no pudiera ser comprado, y ninguna cantidad de dinero pudiera disuadirme de lo que Dios me ha llamado a hacer. Todavía tengo un problema: cada vez que oro por alguien, reconozco que para cada ‘sí’ hay mil ‘nos’. Los medios de comunicación, sin duda me darían un tiempo de gracia, jactándose de las cosas maravillosas que se logran. Pero en muy poco tiempo,

buscarían la suciedad en mi vida, al examinar mi basura para encontrar un cheque sin fondos o tal vez una carta airada de un feligrés, o tal vez al hablar con la gente con quien fui a la escuela secundaria para echarle gasolina al fuego. Hemos observado que la controversia vende los periódicos y el tiempo de la televisión, y muchas personas en esas industrias la crearán si tienen que hacerlo. Y luego está la otra tentación, una con la que la mayoría de las personas probablemente no piensan que tendrían un problema, la tentación de pensar que soy algo especial. Después de todo, la gente de todo el mundo quiere tener una audiencia conmigo, debido a mi don de sanar el cáncer. La presión de enfrentar día tras día esa opción es demasiada para muchos. Así que, ¿cree que sería la voluntad de Dios darle ese tipo de don a alguien? Creo que la respuesta es absolutamente sí. Jesús lo hizo. Pero el don me aplastaría, si Dios lo hiciera conmigo de manera prematura. En otras palabras, la importancia de tal responsabilidad superaría mi capacidad de ejercerla fielmente para la gloria de Dios. Así que la gracia está disponible para que hagamos las cosas como las hizo Jesús. Y ese sería el propósito de Su disciplina. Con ella, Él se asegura de que mi corazón se pula lo suficiente para que soporte el peso de lo que he pedido, porque las bendiciones conllevan responsabilidades. Él nos disciplina para que podamos sobrevivir a Sus bendiciones.

Oración Amado Padre celestial, por favor ayúdame a ver Tu bondad todas las veces que Tú me disciplinas con Tu Palabra. Quiero complacerte. Y deseo crecer para tener una estabilidad sólida que conlleve cosas grandes. Quiero que seas exaltado por los dones y bendiciones que Tú me obsequias. Ayúdame a tener éxito en esto para Tu gloria.

Declaración El deseo de Dios de bendecirme es mayor que mi deseo de ser bendecido. Incluso en los tiempos que Él me corrige, es a causa de Su pasión por bendecir. Así que me posiciono como un hijo de Dios que se complace sinceramente en mi Padre celestial, para que Él sea glorificado por todo lo que Él ha hecho en mí.

75. La adulación es la falsa honra. En última instancia es egoísmo, ya que rebaja el privilegio de reconocer la grandeza en la otra persona.

Honrar a

otra persona es una de las expresiones más ricas de amor que podamos dar, tanto para la persona como para Dios. Si veo un hermoso edificio, no elogio al edificio. Reconozco su belleza, pero le doy el mérito al arquitecto y al constructor. De la misma manera, honrar es una de las formas en que le damos gloria a Dios. Es un gran privilegio para todo creyente reconocer la gran obra de Dios en otras personas. Para que sea real, no puede ser deshonesto, y no puede darse con la esperanza de recibir algo a cambio. El apóstol Pablo nos enseña que somos hechura de Dios (Efesios 2:10). Ese vocablo es de donde proviene nuestra palabra poema. Cada vez que honramos a las personas, leemos un poema, la obra maestra de Dios, que Él escribe en la vida de esa persona. Las anima, nos conecta con nuestra misión de ser una fuerza para los demás y le da gloria a Dios. La honra es una cosa hermosa. La adulación, por el otro lado, es algo deshonesto por naturaleza. Es desconsiderada y engañosa, al esperar algo a cambio. A veces los que quieren tener una cultura de la honra, pero que no tienen un valor interno por los demás, recurren a este engaño con el fin de sentirse bien acerca de sus estilos de vida. Es vacía y vana y no logra lo que puede hacer la verdadera honra. La honra requiere una cierta cantidad de discernimiento y don profético para ser realmente eficaz. Y, por cierto, ambas cosas forman parte del ADN espiritual de todo creyente. Está en nosotros. Y podemos tenerlas. Hemos de honrar a las personas en varias áreas. En primer lugar por la posición y el título. Es importante que reconozcamos que tienen sus posiciones, porque Dios promueve y destituye. Es absurdo no honrar a aquél que Dios honra. También es cierto que a veces el carácter de la persona no depende de su cargo. Si, por ejemplo, un agente de policía me intenta parar por infringir una ley,

y sin embargo, me he enterado que él bebe demasiado, no puedo usar eso como una excusa para ignorarle. Tengo que detenerme para honrar la insignia. La honra le corresponde a la persona y al cargo. Honramos debido a los logros. A veces se debe a que la gente obedece a Dios de una manera maravillosa, u obran con excelencia según sus dones, o hacen algo con lo que realmente lucharon por hacer que les aplaudimos. Es una hermosa parte de la vida. Creo que Dios se deleita en esos momentos, ya que Él es Aquél que hizo posibles tales logros. Él es el Padre que se complace en todo lo que Sus hijos pueden hacer. Me encanta el versículo que dice: “Se prepara al caballo para el día de la batalla, pero la victoria es del Señor” (Proverbios 21:31). Esto relaciona nuestros esfuerzos con los logros del Señor y nos revela un secreto, Dios está involucrado en nuestras victorias; por lo tanto, al final del día, le damos toda la gloria. Tenemos el privilegio de reconocer lo que Dios está haciendo en el interior de una persona. Esta honra se da por quién es la persona. Se trata de su ser. Esto no se ve a través de una mirada casual. No, en cambio, se trata de algo que lo perciben sólo aquellos que están en condiciones de celebrar lo que Dios hace. Una de las lecturas de poemas más importantes de mi vida provino de un querido amigo que me contó acerca de las cosas que vio a Dios formar en mí, embrionariamente. Leyó la poesía en mí que yo no podía leer por mi cuenta. En otras palabras, estas cosas estaban vivas, pero aún no eran evidentes a través de los títulos o los logros. Debido a que eran invisibles, había poca tentación para que yo saliera e hiciera realidad esa palabra. En lugar de eso, opté por dejar que la fe y la esperanza fueran el vientre para esta palabra que me fue dada con amor. Hoy vivo lo que fue descrito en esa palabra dada hace unos treinta años.

Oración Mi padre y mi Dios, yo te bendigo por todo lo que has hecho y estás haciendo en mí. Por favor, aumenta mi capacidad de ver lo que estás haciendo en los demás para que pueda honrarte al celebrarlo. Quiero leer la obra maestra, la

poesía que estás escribiendo en sus vidas para que sean animados y fortalecidos y Tú seas exaltado por Tu gran obra. ¡Lo pido para Tu gloria!

Declaración Voy a honrar a los demás con sacrificio. Voy a hacerlo, ya que está dentro de mi capacidad como un seguidor de Jesucristo. No va a ser para mi beneficio. Será para la honra, la fortaleza y el aliento de los demás, y será para la gloria de Dios.

76. Las personas que no se sacrifican no afectan al diablo en nada

Jesús se

hizo pobre para que nosotros fuésemos hechos ricos. Él dio todo para que nuestro camino a la vida eterna estuviera cubierto y pagado. No hay nada que podamos hacer para ganar el amor, el favor o la salvación de Dios. Es un regalo que nos fue dado gratuitamente a cada uno de nosotros a causa de los méritos de Jesucristo, el Cordero del sacrificio. Se nos imparte la salvación simplemente porque creemos que Jesús cumplió con las demandas del Padre necesarias por nuestros pecados. Ninguna cantidad de sacrificio de mi parte, ningún esfuerzo para pagar por mis propios pecados, podría alguna vez calificarme como alguien capaz de obtener mi propia redención de Dios. Sólo Jesús podía pagar ese precio. Sin embargo, la comodidad y el sacrificio no pueden coexistir. El creyente auténtico está llamado a un mayor nivel de vida porque somos favorecidos. “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Recibir Su amor nos faculta para hacer lo mismo que Él hizo. Él estableció el estándar sobre cómo es el amor. Nuestra respuesta es la siguiente: De la misma manera que Él lo hizo por nosotros, lo hacemos en retorno. Así como Él lo dio todo por nosotros, de la misma manera damos todo por Él. Pero esto no es un esfuerzo para ganarnos alguna medida de nuestra salvación. Le doy todo a Él porque tengo el favor. ¿Cómo podría responder de otra manera después de recibir un regalo al cual nunca podría calificar? Mis héroes de la fe son muchos y crecen en número casi a diario. Hay varias cosas acerca de su vida que son exclusivas de los verdaderos transformadores del mundo. Por ejemplo, cada uno de ellos hace sacrificios, pero ninguno es impresionado por ellos. Pablo nos enseñó a presentar nuestros cuerpos como sacrificios vivos. Luego él dijo que esta es nuestra forma razonable de adoración (véase Romanos 12:1). Me parece interesante que en el Reino de Dios, lo intelectual para hacer es ofrecer nuestro cuerpo como una

ofrenda. Tal sacrificio no es para expiar el pecado; es nuestra ofrenda porque nuestros pecados son expiados. Es lo razonable para hacer. La presión de ganar algo de Dios está tan lejos de la vida del creyente como el oriente está del occidente. Es un obsequio. Me encuentro frecuentemente con personas que piensan que está bien vivir sin sacrificios por lo que Jesús hizo por nosotros. Su pensamiento es así porque Jesús lo hizo y no tenemos ninguna necesidad de hacerlo. Esto es cierto, pero sólo en parte. No puedo ganar el perdón. Pero, ¿puedo recibir amor y no amar a cambio? ¿Puedo ser favorecido por Dios y no hacer nada con ese favor? La pregunta que debemos hacer es la siguiente: ¿Qué puedo lograr en Su nombre ahora que estoy autorizado para vivir como si nunca hubiera pecado? Lo que hace estremecer más a los poderes de las tinieblas es ver a un grupo de personas que pagarán cualquier precio, dispuestos a recurrir a cualquier medio, para ver los propósitos de Dios establecidos en la tierra. El poder de las mentiras del enemigo no tiene ninguna influencia sobre aquellos, ya que no le temen a la muerte. El estilo de vida sin miedo de las personas que hacen sacrificios restablece el estándar de cómo esta vida se puede vivir para Jesús. Se restablecen algunas de las directrices para la vida que de alguna manera se perdieron en la era moderna. Estoy agradecido que los héroes de la fe aumentan de nuevo, sin pensar en su propia vida, viviendo sólo para los propósitos y la gloria de Dios. Escribí hace años el siguiente lema para ayudarme a recordar cómo vivir la vida: “No le temas a ningún hombre, témele sólo a Dios, y no ames tu vida hasta la muerte”. Creo que ese enfoque aterroriza con razón a los poderes de las tinieblas, porque el pueblo de Dios puede realmente vivir como el pueblo de Dios, y transformar al mundo para Su gloria.

Oración Amado Padre celestial, acudo a ti en busca de ayuda, ya que sería fácil para mí tratar de ganar lo que ya se compró con la sangre de Tu Hijo, Jesús. Debido a tal regalo que no tiene precio, no estoy satisfecho de vivir una vida de simple conveniencia. Me entrego hoy a Ti, y cada día que sigue, como un sacrificio vivo. Todo mi deseo es que Tú seas glorificado por lo que puedo

lograr para Jesús en respuesta al precio que Él pagó. ¡Mi Dios, sé por siempre glorificado!

Declaración Es un privilegio para mí dar todo para la gloria de Dios. Su sacrificio por mí restablece el estándar de cómo es el amor. ¿Cómo no puedo amarle a cambio? ¡De modo que me entrego como una ofrenda, para que Él sea glorificado por siempre!

77. Si Dios es su siervo, Él siempre le defraudará. Si usted es el siervo de Él, Él siempre superará sus más grandes expectativas.

He notado en los últimos años que, en la medida que la iglesia descubre su propósito en la tierra, un segmento de la población es altamente impulsado a lograr cosas para cumplir con esas expectativas. Es posible llevar a cabo porciones de sus enseñanzas y prácticas y vale la pena considerarlas. Pero hay un error. Las personas que son impulsadas y trabajan duro para lograr lo que consideran que son sus derechos en el Reino, por lo general terminan con mucha frustración desilusión. Cualquiera puede ser fatal. Estoy tan comprometido a memorizar las promesas de Dios y a meditar en ellas, que se puede decir que me han mantenido a veces cuerdo y con vida. Tener esperanza es lo que me despierta en las mañanas. Pero en el momento que considero esas promesas como derechos, me vuelvo un poco más exigente. Mi destino ya no es un viaje a las promesas de Dios. En lugar de eso, se trata de tomar posesión de lo que se me debe como un hijo de Dios. Extrañamente, incluso al escribir esto, reconozco el razonamiento de ellos, porque un hijo de Dios tiene derechos. Y hay un lugar para tomar posesión de lo prometido. Tal vez es la actitud del corazón la que me perturba. Usted puede notar que las personas son más impulsadas que dirigidas cada vez que las cosas no salen como ellos pensaban, oraban o planeaban. Los que son impulsados empiezan a cuestionar lo que está mal con el sistema. Se supone que usted debe poder dar pasos de uno a tres y llegar a la respuesta prescrita. La Biblia no es un libro de matemáticas o de química que le permite seguir una fórmula una y otra vez, mil veces, y obtener el mismo resultado cada vez. Si estuviéramos simplemente tratando con los principios del Reino, funcionaría de esa manera. No es así. Se trata de una relación con el Rey, quien busca que se construyan ciertos rasgos y características en la composición de Sus hijos e hijas, quienes son preparados para reinar con Él. El componente relacional lo cambia todo. Aquellos que son impulsados por el logro

de objetivos, por encima de las relaciones, se encontrarán en un lugar constante de frustración. Y si son honestos, se sienten frustrados con Dios. Si queremos que Él trabaje para nosotros, nos vamos a frustrar mucho. Pero todo es diferente, cuando somos Sus siervos, agradecidos por la oportunidad de servir en Su Reino. Nuestros puntos de vista son diferentes. Cada pequeña bendición es en realidad una bendición. Nada se da por sentado. Y no sólo eso, en realidad encontramos a este maravilloso Rey que nos aparta y que nos dice que Él nos considera amigos. ¡Vaya! Un resultado inimaginable: el Rey de la gloria nos llama Sus amigos. Todo lo que Él hace por nosotros o a través de nosotros ahora es una ventaja. Él nunca decepciona, ya que nuestras expectativas están en conocerle más. Y cuando las cosas no salen como oramos, planeamos o esperamos, nos acercamos, sabiendo que estar con Él es la única cura para un corazón tan herido. Dios responde a nuestras súplicas. Él nos sirve, como lo hizo Jesús con la toalla sobre Su brazo para lavar los pies. Pero Él sigue siendo el Rey de la gloria. Él nunca decepciona, cuando capto el privilegio de servir en Sus atrios y ahora como un amigo de confianza. No, Él nunca decepciona.

Oración Querido Padre y Dios, me encantan mucho Tus promesas. Son mi alimento. La esperanza brota en mi corazón a causa de ellas. Por favor, ayúdame a nunca usarlas contra Ti para obtener lo que quiero, sino a usarlas para que se cumplan Tus propósitos en mí. Oro estas cosas para que Tú seas glorificado, como amigo de Dios que soy.

Declaración Soy un siervo del Dios Altísimo. Y a pesar de que soy un hijo de Dios y amigo del Rey, siempre le serviré con honor. Adopto las promesas de Dios, no como derechos personales, sino como invitaciones para colaborar, a fin de que Sus propósitos se cumplan en mí. Y esto lo hago para la gloria de Dios.

78. El miedo es silenciado, cuando la fe obra por medio del amor.

La fe y el amor son los dos absolutos que se espera que fluyan de la vida de un creyente. No podemos agradar a Dios sin la fe (véase Hebreos 11:6), y el mayor de ellos es el amor (véase 1 Corintios 13:13). La fe nos conecta con el tema del poder, y el amor representa el tema del carácter. Tanto el poder como el carácter son necesarios para ser plenamente eficaces en esta vida como Dios la dispuso. Nunca estuvieron destinados a estar separados. Son las dos piernas en que nos paramos. Estas son las dos caras de la misma moneda, así como el carácter siempre ha de ser el vehículo sobre el que anda el poder. Y luego tenemos el mandato número uno de las Escrituras, que se repite con más frecuencia que cualquier otro: No temas. No debe sorprendernos que la herramienta principal de los poderes de las tinieblas esté dirigida a nuestro propósito supremo, moviéndose en el amor, mostrando Su poder. El miedo paraliza. Todos lo sabemos. Con él perdemos nuestro sentido del equilibrio, lo que distorsiona la forma en que caminamos. El miedo por lo general comienza con una mala idea a la que le dedicamos tiempo para considerar. Reconocer que esos pensamientos son ilógicos rara vez ayuda en el trato con ellos, porque el miedo es espiritual, el miedo es frecuentemente un espíritu. En otras palabras, hay una presencia maligna involucrada, que añade poder al miedo, de modo que a medida que estamos de acuerdo con ello, puede matar, robar y destruir. El miedo confunde. Cuanto más escucho al miedo, más confusión tengo de lo que Dios prometió para mi vida. Si caigo en el miedo, me olvido de lo que Dios me enseñó, pierdo de vista las herramientas que Él me dio, y ya no anticipo el destino que Dios me prometió. No es que yo culpe a Dios; lo sé bien. Simplemente personalizo tanto el miedo, que me siento descalificado para acceder a la plenitud de los propósitos de Dios para mi vida. En ese estado

de ánimo, soy propenso a pensar que simplemente no soy lo suficientemente espiritual, o que no tengo la suficiente fe. El miedo tiene un efecto cegador. Por extraño que parezca, incluso puedo llegar al lugar en el que ya no me acuerdo mucho de lo que Dios ha hecho en mi vida. Esta herramienta se utiliza para hacer que yo, un creyente, me sienta inferior ante los poderes de las tinieblas, cuando es todo lo contrario. El miedo sólo puede tener éxito si desvía mi atención de Dios hacia mí o hacia mis problemas. Todo va cuesta abajo desde allí. Pero el miedo se derrota fácilmente. “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor” (1 Juan 4:18). La respuesta se encuentra en el amor de Dios. Hay momentos en los que dejo de orar por las cosas en mi lista, y dejo de entonar las canciones que amo y que le honran, y dejo todas las demás actividades obvias que tienen un gran valor para el creyente. En su lugar hago una cosa: me siento en la presencia de Dios y digo algo como lo siguiente: “Estoy aquí, quieto, sólo para que me ames”. Entonces dirijo mi afecto hacia Él y espero. Él es tan amoroso que es atraído por nuestra quietud, nuestra postura de inactividad centrada. Algo sucede cuando tomamos una ruta diferente a la que se menciona unos párrafos atrás, cuando no voy a entretener las ideas del diablo, cuando no considero lo que podía salir mal, cuando no me alimento con el temor del hombre, y simplemente dirijo mi corazón al Dios de mi fe. Cuando eso sucede, entonces le causo grandes dificultades al enemigo de mi alma. Pablo dice que en nuestro comportamiento, “de ninguna manera amedrentados por nuestros adversarios, lo cual es señal de perdición para ellos, pero de salvación para nosotros, y esto, de Dios” (Filipenses 1:28). El no tener miedo le recuerda al diablo que él está fracasado, acabado y condenado al juicio eterno, mientras que tiene que vivir con el hecho de que soy uno de los redimidos, salvados por la sangre preciosa de Jesús, con las bendiciones ilimitadas de un Dios amoroso. No tener miedo tiene recompensas para mí y tormento para los poderes de las tinieblas. Seré feliz con cualquiera de esos resultados.

¡Pero tener ambos es sin duda una ventaja!

Oración Padre Celestial, ayúdame a reconocer cuando el enemigo trata de alejarme de Tus promesas, y de Tu presencia. Me comprometo a una fe que fluye a través del amor, para que seas siempre enaltecido.

Declaración Tanto la fe como el amor están en mi naturaleza como un hijo de Dios. Voy a resistir al diablo, sabiendo que él huirá de mí. Él está aterrorizado de mí, debido a mi lugar en el corazón de Dios. Voy a vivir en la fe, por medio del amor, para la gloria de Dios.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Esta es

la cita de todas las citas y la declaración de todas las declaraciones. Lleva implícito el corazón de todo lo que abordo en este libro: la fe, la esperanza y el amor. Estos componentes se expresan maravillosamente en este versículo. El amor da, el Padre perfecto nos dio a Su Hijo. La fe recibe el obsequio del Padre, Su único Hijo. Heredamos la vida eterna y vivimos para siempre en perfecta armonía con Dios, al creer en Jesús. La esperanza se alimenta de la promesa de Dios, tanto para el presente como para la vida eterna. La provisión de la salvación para el cuerpo, el alma y el espíritu la recibimos por medio de Jesús. Se trata de la Buena Nueva en su forma más simple. Este versículo revela profundamente el corazón de Dios, un Padre amoroso. Realmente comienza con este tema, cuando pensamos en traer el cielo a la tierra a través de nuestras oraciones: Dios ama a la gente, la gente responde a Dios, y cada vez que le respondemos, Su Reino está presente. Este dominio del Todopoderoso se descubre a través de la rendición. Nuestra rendición se trata de renunciar al pecado y a la muerte, y ceder a la justicia y a la vida. Se transfiere desde el reino de las tinieblas al Reino de la luz. Este Reino tiene un Padre, lo que significa que toda la actividad del Reino consiste en un acto familiar. Todo en él es sano y progresivo y tiene un futuro. Pero no podemos olvidar una cosa: ¡Dios amó al mundo, al mundo entero! No se trata de reunir a unas pocas almas afortunadas que tengan la oportunidad de escuchar la Buena Nueva. Por lógica, este versículo también nos comisiona, pues ¿cómo podemos quedarnos donde estamos después de escuchar que la vida eterna es para todos los que creen? Se nos ha encargado hacer lo que hizo Jesús: destruir las obras del diablo, anunciar que el Reino de Dios está al alcance de la mano y manifestar la apariencia que tiene el Reino cuando toca las partes quebrantadas de la vida. Hacemos estas cosas al permanecer en el amor, siempre creyendo y aferrándonos a la esperanza, sin importar las circunstancias. Todos los que creen reciben este hermoso privilegio. La vida eterna afecta

la vida actual por el mismo medio utilizado para obtener la vida eterna: la fe. La fe crece en la atmósfera de la esperanza y ha de expresarse a través del vehículo del amor. Acepte el desafío, la invitación y la convocatoria de Dios Todopoderoso, nuestro Padre: Reino de Dios, ¡Venga!

Oración Maravilloso Padre celestial, recibo el obsequio de Tu Hijo, Jesucristo, y me regocijo en la salvación que me ha sido dada. Ayúdame a estar siempre anclado en la esperanza de la eternidad. Y ayúdame a demostrar siempre mi fe a través del amor. Me propongo vivir de esta manera para que venga Tu Reino y se haga Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Oro estas cosas para que Tú seas por siempre glorificado.

Declaración Amo a Dios con todo mi corazón, porque Él me amó primero. Deposito completamente mi fe en Jesús, ya que Él es fiel. Vivo mi vida de tal manera que se cumplan Sus propósitos, en la tierra como en el cielo. Porque mi único deseo es que Dios sea glorificado en y a través de mí.

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