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SKS-067 JUNIO 7, 2006

MARÍA CRISTINA WIRTH LUIS E. SÁNCHEZ BROT

Crear Vale la Pena: el presupuesto como herramienta de gestión George Steiner decía “De Kandinsky o un canon de Bach pueden surgir los impulsos soterrados para la metamorfosis social y política”. Era miércoles 4 de abril de 2002 cuando Rodrigo Kon, Director Ejecutivo de Crear Vale la Pena (en adelante CVLP) recorría el camino habitual que separaba su casa de la organización donde trabajaba hace más de 7 años. Si bien el trayecto lo hacía en piloto automático aún se sorprendía de los contrastes que veía por la ventanilla de su auto. El paisaje de casas lujosas y puestos de vigilancia se transformaba -en pocas cuadras- en un asentamiento de casas de chapa y madera. El exclusivo barrio de La Horqueta y la villa de La Cava eran tan solo un ejemplo de la brecha ente ricos y pobres de la cual Kon era testigo aquella y todas las mañanas. Kon llegó a la oficina de CVLP ubicada en Boulogne, Partido de San Isidro a las 10:00 en punto. La agenda de trabajo de aquel día era exigente y la lista de pendientes enorme. Un mensaje en su escritorio lo sorprendió. Inés Sanguinetti -Presidenta Ejecutiva de CVLP- quería hablar con él. “Debe ser algo importante” pensó Kon, “Inés nunca llama cuando está de viaje”. Kon devolvió el llamado al instante. En los primeros segundos de conversación intercambiaron saludos e información trivial. Luego Inés dijo,”Rodrigo, tengo una mala noticia.” Kon enmudeció al escuchar la novedad. Inés Sanguinetti estaba en Berlín cuando recibió el “mail del temblor”. Con su humor habitual, Sanguinetti apodó así aquella nota de cinco líneas donde el principal donante de CVLP comunicaba que había decidido reducir al 50% las donaciones para el próximo período. Exactamente la mitad del subsidio en comparación con la etapa anterior. Sanguinetti regresaba a Buenos Aires el viernes 6 de abril a primera hora y quería reunirse ese mediodía con el comité ejecutivo de CVLP.

________________________________________________________________________________________________________________ Este caso fue escrito por la Profesora María Cristina Wirth y el Profesor Luis E. Sánchez Brot bajo la supervisión del Profesor Gabriel Berger, todos de la Universidad de San Andrés, como parte de la colección de casos SEKN. La elaboración de este caso utilizó la investigación realizada por Carolina Gowland y Gabriel Berger. Los casos de enseñanza son desarrollados exclusivamente para servir como base de discusión en un ámbito educativo y no constituyen respaldo a personas u organizaciones, no ilustran el manejo efectivo o inefectivo de una situación administrativa, ni deben considerarse fuentes primarias de información. Algunos datos y situaciones presentadas en el caso han sido creadas para facilitar su utilización como herramienta de enseñanza. Copyright © 2006 Universidad de San Andrés. Para adquirir copias del caso o solicitar autorización para reproducirlo en todo o en parte, contactar a [email protected] o a 5411-4725-7000 interno 7117. Ninguna parte de este documento puede ser reproducida, almacenada en base de datos, utilizada en hojas de cálculo, o transmitida en cualquier forma (incluyendo métodos electrónicos o mecánicos, fotocopias, grabaciones o cualquier otro) sin el permiso de la institución mencionada al comienzo de este párrafo, titular del derecho de autor que protege a esta obra. A la fecha de publicación de este caso, la SEKN estaba formada por AVINA, EGADE, Harvard Business School, INCAE, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de Los Andes, Universidad de San Andrés, Universidade do Sao Paulo, FGV-EAESP, IESA, ESADE y Universidad del Pacífico

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Crear Vale la Pena: el presupuesto como herramienta de gestión

“Me encantaría que participe también Juan en la reunión” dijo Inés antes de cortar. Juan Peña, presidente de la Fundación El Otro, esposo de Inés y co-fundador de CVLP había tenido históricamente gran influencia en las decisiones estratégicas de la organización. Kon canceló las reuniones que tenía por la tarde. “¿Y ahora, cómo se sigue? Murmuró en silencio.

Inés Sanguinetti y los orígenes de CVLP Inés Sanguinetti, fundadora de Crear Vale La Pena (CVLP), era bailarina y coreógrafa de profesión, y estudió paralelamente en los años 70 sociología en la Universidad del Salvador de Buenos Aires. En dos oportunidades fue becada por el American Dance Festival, y participó en el International Choreographers Program en 1990 y en el Linkage Program en 1991, ambos auspiciados por la Fundación Rockefeller y USIS, una agencia de cooperación internacional de los Estados Unidos. Trabajó en el grupo Nucleodanza, co-dirigió una compañía de danza independiente junto con Gustavo Lesgart. Realizó giras en el interior del país e internacionales, en Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y Asia. Inés Sanguinetti recibió numerosos premios y reconocimientos durante su carrera. El arte representaba para ella una necesidad básica, como comer o dormir. Su convicción más fuerte radicaba en sostener al arte como fuerza transformadora ligada a la construcción de identidad y sentido social. Sanguinetti solía decir “Allí donde la pobreza material desvaloriza, el arte puede portar el sentido de la existencia e integrar socialmente”. CVLP nació en 1991 como una iniciativa ad hoc del Programa de Apoyo Escolar de la Fundación El Otro.1 Sanguinetti recordaba que en sus inicios la Fundación El Otro no tenía claro como operar en el barrio La Cava para revertir condiciones de pobreza. La Cava era uno de los asentamientos irregulares más densamente poblados del Gran Buenos Aires. No había servicios cloacales, ni de recolección de residuos, ni de alumbrado público. Lo habitaban emigrantes de otras provincias del país y de países limítrofes. Sanguinetti situaba el origen de la fundación de esta manera: Cuando yo me sumo a la Fundación El Otro, era un momento en que la Fundación estaba repensando su destino. Se armó un grupo que se llamó Mano a Mano formado por gente de la Fundación, líderes del barrio y personas que se sumaban a pensar estrategias para generar proyectos para revertir condiciones de pobreza. Ahí apareció en mí esta idea del arte como acción sistemática. Sanguinetti recordaba que en aquellos primeros años surgió en su mente la asociación entre la situación de exclusión social y falta de identidad con las posibilidades que podría brindar una formación artística. Cuando la Fundación El Otro definió cómo operar para brindar ayuda a estos chicos del barrio de La Cava, se armó un programa de apoyo escolar que incluía un curso de arte que organizaba Inés Sanguinetti. Al principio el programa de arte consistía en talleres de música, guitarra, canto y danza que se dictaba en la Escuela Domingo Savio. La escuela estaba ubicada a pocas cuadras de La Cava y la mayoría de los alumnos eran parte de la población objetivo, pero también se sumaban otros chicos que no estaban incluidos en el programa de apoyo escolar. Al poco tiempo comenzó a crecer significativamente la asistencia de los chicos a este programa.

1 La Fundación El Otro se originó en julio de 1990 con el objetivo inicial de acompañar a niños en contextos de exclusión social en zona norte del Gran Buenos Aires, principalmente en el barrio La Cava y sus alrededores. En 1996/97 la Fundación El Otro asiste el nacimiento de Crear Vale la Pena como organización independiente, centralizando las funciones de administración y desarrollo de recursos y la evaluación de los programas.

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La evolución de CVLP En 1996 se creó formalmente la Fundación CVLP, desarrollando en la Argentina un programa de inclusión social que integraba la educación en las artes, la producción artística y la organización social como medios para la promoción y el desarrollo social e individual de personas provenientes de contextos de pobreza. CVLP sostenía la centralidad del arte como fuerza transformadora ligada a la construcción de identidad y sentido social del individuo en términos de inserción ocupacional y profesional. Según relataba Sanguinetti, CVLP se focalizaba en dos problemas: la pobreza y la exclusión. Para CVLP la pobreza era un problema económico, pero la exclusión era una condición individual y social que superaba lo material- Sanguinetti planteaba así la cuestión “La exclusión va erosionando poco a poco los basamentos en los que se sostiene una identidad socialmente valorada hasta convertirse en una identidad marginada y, por supuesto desprestigiada y excluida.” Junto a Sanguinetti empezó a trabajar en CVLP como director ejecutivo el antropólogo Rodrigo Kon, quien aportó su experiencia docente y de trabajo social en el campo educativo y recreativo con niños, jóvenes y adultos. Kon recordaba que el programa de arte se había comenzado a desarrollar en los denominados Centros Culturales Comunitarios (CCC). Los CCC eran espacios para la creación, la formación, la participación y la generación de proyectos. Estos centros se organizaron a partir del deseo de jóvenes y adolescentes en situación de pobreza, de acceder a una formación profesional artística, pedagógica y organizativa de calidad. La creación de estos centros comunitarios, que eran gestionados por los mismos vecinos del barrio, permitió el desarrollo de talleres de formación artística, de computación, de incentivación a la lectura, de formación docente, de formación de trabajadores del arte (grabación, sonido, iluminación, escenografía, maquillaje artístico, vestuario, etc.), la instalación de bibliotecas y videotecas, la producción de objetos y servicios artísticos, capacitación en desarrollo de estrategias comunicacionales (boletín, cartelera, folletos, muestras), la realización de espectáculos y la producción de obras. Los cursos y los talleres eran brindados en forma gratuita. El primer CCC que se formó fue "Puertas al Arte" en 1997 ubicado próximo al barrio de La Cava. En 1998 se inauguró "Joven Creativo" en la zona del Bajo Boulogne –en el que viven unas 6.500 personas en 900 viviendas de construcción y precariedad variadas-, y finalmente se agregó en el año 2000 el CCC "Apostando al Futuro", que se estructuró dentro de una organización comunitaria ya existente en el Barrio San Roque en la localidad de San Fernando del Gran Buenos Aires. Para financiar los centros comunitarios y sus actividades, la Fundación CVLP disponía inicialmente de recursos provenientes de fondos provistos por la Fundación El Otro, aportes de socios y auspiciantes. A partir de 1998 se incorporó el financiamiento del Programa de Atención a Niños y Adolescentes en Riesgo, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (Proame); y más tarde se concretó el financiamiento de la Fundación Avina (en dos etapas) y el apoyo de recursos de la Fondation de France.

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Al contar con nuevos recursos CVLP multiplicó sus acciones, reprodujo los talleres, contrató nuevos docentes, adquirió equipamiento y se terminaron de cubrir los cargos de coordinación (de organización social y administración, de producción artística, de comunicación y de educación). También se logró financiar las coordinaciones barriales, formadas por participantes de los CCC que por sus condiciones de liderazgo, compromiso e interés en las actividades que se realizan en los CCC tenían la responsabilidad de la coordinación ejecutiva. Este logro fue reconocido por las autoridades de CVLP como un cambio cualitativo en el desarrollo organizacional, ya que se multiplicaron las posibilidades de implementar actividades. Hasta el momento CVLP había brindado servicios a más de 4820 alumnos que pasaron por los cursos de diversas disciplinas artísticas: música, danza, teatro, plástica, etc., actividades que se habían realizado en los Centros Comunitarios Culturales. La organización ya había formado 45 docentes y 120 personas que se capacitaron en el programa de formación profesional (operadores, técnicos de escena y producción). Asimismo, a partir del financiamiento externo apareció la posibilidad de aumentar la visibilidad de las producciones artísticas de los centros, llevándolas a teatros o centros culturales en los que se presentaban grupos profesionales o consagrados. Las producciones artísticas que CVLP organizaba eran producciones conjuntas de todos los centros culturales comunitarios e integraban a participantes de todos los barrios. A las muestras habituales en los centros comunitarios se sumaron los espectáculos fuera de los barrios: en el Centro Cultural Recoleta, Teatro del Sur, festivales artísticos, etc. Sanguinetti recordó así el primer espectáculo que realizaron en Recoleta:2 Una vez que había madurez en las obras para sacarlas al circuito profesional sin que el comentario fuera "los chicos pobres, ¡pobres los chicos!", sino "los chicos pobres, ¡no lo puedo creer!", nos fuimos a hacer el primer espectáculo que se llamó "de la Cava y del bajo Boulogne a la Recoleta"....y ahí se armó algo que no ha parado hasta ahora que es ir a introducir las producciones de los barrios en el circuito profesional. También con Europa, sabiendo que iba a funcionar porque estaban todas las protecciones y toda la contención. No llegaba nadie solo, llegaba una organización, todos los que subían al escenario estaban respaldados por un programa, por una institución. La presentación en La Recoleta del espectáculo de La Cava a La Recoleta fue un hito, una oportunidad de mostrarse afuera y fue vivenciado como un logro para CVLP. Kon revivió el éxito obtenido de la siguiente manera: Allí estaban artistas conmoviendo por su arte, su capacidad de emocionar, su creatividad, su calidad y no porque venían de La Cava. Allí estaban ellos creando un espacio de identidad social colectiva, dando sentido a sus vidas y a lo que cada uno puso para que la producción artística fuese posible, desde el que estaba en el escenario, el que estaba a cargo de la iluminación, el sonido, hasta los acomodadores de los de los espectadores. La generación de los circuitos culturales otorgó visibilidad a CVLP permitiendo una exposición de las premisas que sustentan su propio hacer: el arte como medio de integración social.

2 El Barrio de la Recoleta es uno de las zonas más tradicionales de la ciudad de Buenos Aires. Allí se encuentran lugares históricos y de gran valor cultural para la ciudad como ser el Cementerio de la Recoleta, la Iglesia del Pilar, el Museo de Bellas Artes y el Centro Cultural Recoleta donde CVLP realizó el espectáculo mencionado.

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El testimonio de Edgardo, un joven de 22 años alumno del CCC Joven Creativo, ayudaba a comprender el impacto que tenía la participación de los jóvenes en los CCC y el hecho de poder llevar las producciones de los barrios a otros circuitos y poder enriquecerse en este intercambio. El centro a todos los que estamos metidos nos ayudó mucho. A conocer lugares, a mostrar lo que sabemos, a poder mostrarnos, a salir a otros lugares, otras provincias.... Sin darnos cuenta nos estamos capacitando, todos sin darnos cuenta estamos estableciendo otro vocabulario, otro léxico, yo me acuerdo lo que era antes y lo que soy ahora.... hace 5 años estaba encerrado haciendo nada o en la calle. Ahora tengo un camino, un rumbo.... A partir de este primer espectáculo en Recoleta, el director ejecutivo resaltó el cambio de visibilidad para la organización: La oportunidad de Recoleta y la estrategia comunicacional fue entrar desde espectáculos, y a través de ahí empezaron a salir las notas en el periódico La Nación. Nos permitió posicionar a Crear en otro aspecto. Nos empezamos a encontrar con que Crear existía. La gente sabía lo que era Crear y no habíamos cambiado mucho nuestro trabajo. La nota de La Nación a Inés en Recoleta fue muy fuerte. (Ver Anexo 1)

El presupuesto de CVLP Hasta el año 2002 CVLP se sostenía con donaciones que recibía en un 80% de un solo donante. La noticia de que el principal donante había decidido reducir al 50% las donaciones para el próximo período activó un alerta rojo en la organización. La delicada situación que atravesaba el país3 tampoco contribuía a mejorar el panorama del director ejecutivo. En un intento por frenar el caudal de pensamientos y ponerse en acción, Kon se dispuso reunir toda la información necesaria para realizar un análisis de las alternativas futuras mediante una proyección de ingresos y gastos y así tomar rápidamente las medidas correctivas. Kon comenzó a preparar el informe que presentaría en la reunión del consejo directivo acordada para el viernes 6 de abril. Inmediatamente, Kon le pidió a Verónica Lewkowics, Coordinadora del Área de Organización Social y a su vez responsable del Departamento Administrativo, que le trajera los presupuestos económico y financiero que se habían aprobado para los próximos tres meses. Estos presupuestos se habían preparado en base a las donaciones comprometidas con anterioridad y que se recibirían en mayo por $ 20.000, en junio por $ 24.000 y en julio por $ 23.000.4 Lewkowics dijo que cuando preparó estos presupuestos había contado con los ingresos que generarían los recitales preparados para el trimestre mayo-julio, por los que pensó recaudar en concepto de entradas la suma de $ 5.000 en mayo, $ 6.000 en junio y $ 7.000 en julio, y con los gastos también adicionales por el alquiler de los salones para estos recitales cuyos valores en cada uno de los meses proyectados eran los siguientes: mayo $ 1.000, junio $ 2.000 y julio $ 1.000.

3 En Diciembre de 2001 la Argentina cayó en una profunda crisis. En el campo económico, los esfuerzos por mantener la paridad del dólar/peso aceleraron la crisis política institucional que terminó con la renuncia del Presidente Fernando de la Rúa y su reemplazo por un gobierno provisorio: el país entró en default, se devaluó fuertemente el peso, se congelaron los depósitos bancarios y se pesificaron con una sustancial quita real. Todo esto llevó aún a mayores niveles de desocupación (cercanos al 20%) y a un incremento de la pobreza a nivel general. 4 La tasa de cambio en Argentina en abril de 2002 era de $2,75 por cada dólar estadounidense.

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En cuanto a los gastos de personal, la totalidad de las personas que prestaban servicios en la administración central lo hacían en forma part-time y facturaban honorarios que se pagaban mensualmente y totalizaban la suma de $ 5.000. En los Centros Comunitarios trabajaban en el 2002 quince profesores que cobraban honorarios, facturando mensualmente la suma de $ 3.000 La movilidad y viáticos de profesores, asistentes y participantes de los Centros Culturales Comunitarios insumían unos $ 2.000 adicionales por mes. Los responsables de la coordinación de los CCC cobraban honorarios estimados en $ 10.000 por mes. Los centros comunitarios necesitaban alquilar los espacios en los que llevaban a cabo los talleres y otras actividades, y este gasto representaba $ 1000 mensuales. Las actividades de los centros también requerían materiales didácticos, comunicacionales y de escenografía que se estimaban en $ 6.000 mensuales. La administración central incurría en una serie de gastos tales como: gastos de energía eléctrica, gas y teléfono, que se estimaban en $1.000 por mes; los gastos bancarios, de papelería, útiles de escritorio y diversos de que representaban $ 1.000 por mes; y los gastos de movilidad asignados a la administración central que insumían $ 1.000 por mes. Los presupuestos que preparó Lewkowics fueron analizados por Kon quien vio con sorpresa que permanentemente había un déficit financiero, situación que no era la que él suponía, pues las donaciones a recibir ya comprometidas, deberían cubrir los gastos generados por la organización. Lewkowics le explicó que desde el punto de vista financiero los ingresos y egresos de fondos se producían en los meses indicados en el presupuesto financiero aprobado, que se había preparado siguiendo el criterio de lo percibido o criterio de caja, pero que desde el punto de vista económico el resultado era positivo, aunque en el período proyectado se producía un déficit de fondos. Para probar su afirmación, Lewkowics le mostró el presupuesto económico, cuyas cifras se habían preparado siguiendo el criterio de lo devengado para la determinación del resultado, y que contenía, además de las cifras comentadas anteriormente, un compromiso irrevocable de donación de $ 91.000 cuyo ingreso se produciría en el mes de agosto. "No te olvides", le recordó Lewkowics, Hicimos un convenio con la Asociación de Jubilados Juan Benito Pérez. Les ofrecimos 50 entradas para los recitales de julio, un total de $ 1000, con la ventaja -para ellos- de pagarlas recién en el mes de septiembre. Además, el trabajo que hará el programador de computación en julio para mejorar el software de la administración central, recién lo pagaremos en el mes de agosto, y son $ 1.300. Y hay otros gastos del trimestre mayo-julio para los cuales podemos dilatar los pagos. Aquí los tengo. Y le mostró un listado de gastos que se devengaban en el trimestre mayo-julio pero que no se pagaban en el mismo período. (Ver Anexo 2) Kon escuchó las explicaciones de Lewkowics, verificó el listado de gastos, y se quedó pensando. ¿Estaba realmente equilibrada la situación, aún antes de considerar la disminución de ingresos anunciada por el donante principal? Se propuso analizar los presupuestos con mayor detenimiento. Sin embargo, había que tomar decisiones que permitieran resolver el problema que le había anunciado Inés Sanguinetti: la drástica reducción de los ingresos previstos. Eran las 20:30 del jueves 5 de abril y Kon todavía seguía en la oficina.

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Las alternativas consideradas El avión de Sanguinetti aterrizó con una hora de atraso en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, un remise la estaba esperando para llevarla directamente a CVLP. La reunión con el comité ejecutivo se había acordado para las 12 horas. El comité ejecutivo estaba formalmente integrado por Kon, Sanguinetti y las tres coordinadoras de áreas (Educación, Producción Artística y Organización Social). La agenda del día estaba clara para todos: estudiar la situación económica-financiera generada por la pérdida de una parte importante de los ingresos y las posibles alternativas estratégicas que debían implementarse en el futuro. Kon abrió la reunión presentando la primera propuesta a analizar. Hemos invertido mucho esfuerzo en nuestro objetivo de autogestión de los centros comunitarios, de desarrollar a sus líderes. Creo que están aprendiendo a administrar los fondos que suministramos. Podríamos intentar que aprendan a autofinanciarse, a recaudar los fondos que necesitan para subsistir. Lewkowics ha preparado una estimación de los recursos que podrían recaudar los centros si los asistentes a los cursos pagaran una cuota mensual y si trataran de inscribir nuevos alumnos que abonen cuotas. "Los gastos de los centros", acotó Lewkowics, " se clasificaron en fijos y variables: los fijos son los que están discriminados en nuestros presupuestos; los variables corresponden a materiales que necesitan los alumnos en las clases, y los estimé en $ 5 por participante aproximadamente. De este modo podría estimarse un punto de equilibrio, y quizás algunos alumnos no necesiten pagar…". La presidente ejecutiva, desanimada, se preguntó si esta sería una alternativa alineada con los objetivos de CVLP, pues la presencia de personas ajenas a los centros comunitarios podría afectar la forma de actuar de los integrantes originales. "¿Se imaginan un taller de música en el que participan chicos del barrio que no tienen dinero ni para viajar, junto con chicos "de afuera" que pagan una cuota, por pequeña que sea? ¿Cómo se generarán iguales oportunidades de participación y de construcción de identidad, si algunos están socialmente más valorados porque pueden pagar una cuota, y otros no?". Se produjo un largo silencio. Para romper el silencio, Juan Peña - tesorero de CVLP e invitado especialmente a la reuniónseñaló la debilidad que suponía para CVLP la falta de subsidios o ayuda estatal –nacional, provincial o municipal- para los CCC. La presencia del Estado como cofinanciador facilitaría la continuidad de estos centros como autónomos y sumaría legitimidad al proyecto para financiadores externos. Se aceptó seguir investigando esta posibilidad aunque en años anteriores no habían tenido éxito, porque lograr algún aporte estatal podría estabilizar la situación económica futura. "Pensemos en otra alternativa." sugirió Kon. "Podríamos insistir en el desarrollo de nuevos donantes institucionales e individuales. No es fácil, pero tenemos una trayectoria y tenemos programas exitosos. Lástima que en nuestros presupuestos no se vean todos los recursos con los que contamos, aunque no sea dinero constante y sonante. Estamos haciendo mucho más que lo que se refleja en los informes contables." "Esto quizás pueda solucionarse," terció Juan Peña. "Es muy probable que si valorizamos las horas donadas por los voluntarios que colaboran con CVLP, y los materiales y alimentos recibidos para los CCC, nos encontremos con valores muy superiores a las cifras recibidas en el mismo período en dinero". Lewkowicz, que tenía algunas cifras sobre de las donaciones en especie, señaló:

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Recordemos que la limpieza de los salones para los recitales la lleva a cabo en forma gratuita la Municipalidad de cada localidad. La tarea, si se tuviera que pagar quizás podría cuantificarse en $100 mensuales, dada la cantidad de horas que dedica el personal de la Municipalidad que se encarga de tal función, antes y después de cada recital, teniendo en consideración el sueldo y las cargas sociales que tales personas generan. Además, durante los recitales colaboran personas que invierten 1.000 horas de trabajo, cuyas planillas de asistencia se firman y son controladas por los respectivos responsables. El valor asignado es de $ 12.700, y se calcula en base a sus remuneraciones en otras organizaciones. “Y no olvidemos que también recibimos materiales gratuitos para todas las personas que asisten a los talleres a los tres CCC," aportó Kon, Más los refrigerios para los profesores y alumnos, más las clases para nuestros docentes dictadas en forma gratuita por profesores especializados, el asesoramiento legal y contable por el cual no pagamos nada, … La semana pasada justamente estuve realizando un cálculo del precio de mercado que habría que pagar para comprar estos materiales y estos servicios que nos donan. ¿Se imaginan a qué valor total llegué? Aproximadamente $ 30.000 mensuales. Inés propuso que se cuantificaran los recursos recibidos en especie, ya fueran bienes o servicios, y se incorporaran a los presupuestos que se presentaban a los donantes. Sin embargo, quedaba pendiente una solución de emergencia, porque las nuevas donaciones de fondos futuras eran solo expectativas y además el ingreso de los fondos se podría demorar, mientras todo el país estaba atravesando un período de crisis económica generalizada. ¿Deberían reducir gastos drásticamente en el trimestre mayo-julio? ¿Qué rubros se podrían disminuir sin afectar significativamente las actividades? ¿No deberían conversarse estos problemas con los propios interesados? A esta altura del análisis, alguien planteó incluso la posibilidad de solicitar un préstamo durante el período deficitario. ¿Se podría devolver? Con todas las alternativas planteadas y las proyecciones a la vista, el comité ejecutivo continuó la reunión que debía finalizar con una decisión que definiría la estrategia futura de la organización. La continuidad del proyecto estaba en peligro.

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ANEXO 1: El arte como herramienta para la inclusión social.

Historias Solidarias El arte como herramienta para la inclusión social http://www.lanacion.com.ar/04/05/17/dg_602000.asp Chicos de barrios carecientes participan de diversos talleres Funcionan en La Cava, en el Bajo Boulogne y en San Roque Asisten 800 personas Un grupo está realizando una obra en el Centro Cultural de la Cooperación Al ritmo del hip hop, de una zamba y de danzas contemporáneas, mezclado con piquetes y cacerolazos, expresan la exclusión social y la violencia cotidiana. Son 18 chicos de barrios carecientes que se presentan en el Centro Cultural de la Cooperación con su espectáculo de danza-teatro. Este es un proyecto de la Fundación Crear Vale la Pena, que desarrolla programas de inclusión social a través del arte con tres centros culturales comunitarios en La Cava, en el Bajo Boulogne y en San Roque, de San Fernando. "Nunca me imaginé llegar hasta acá, todavía no lo puedo creer", dice Andrea Coria, de 29 años, bailarina del espectáculo llamado "Die Niemands" (Los Nadies). Andrea tiene dos hijos, vive en La Cava y desde hace cuatro años estudia en el centro cultural. "El baile me guió por el camino bueno, me atrapó y no me dejó seguir por el de la delincuencia y el de la droga. La sociedad donde yo vivo es bastante brava", considera Braian Moya, de 16 años, de La Cava, mientras baila hip hop. "Estoy cumpliendo un sueño", afirma Nacho González, de Villa Jardín, que también es bailarín. Hace diez años que Inés Sanguinetti, bailarina y socióloga, junto a su marido, Juan Peña, se acercaron a barrios con dificultades económicas para llevar adelante proyectos artísticos. "Nos reunimos con personas de contextos de pobreza para darles una oportunidad, y eso se cristalizó en los centros", dice Inés, que además es la directora de la obra. "Expresarse implica colaborar en la producción del sentido de una comunidad. El pobre pierde el derecho de ser un productor cultural. Lo que va a modificar sus vidas no es un plan Trabajar, sino una cultura y una sociedad diferentes", sostiene la bailarina. Son 800 integrantes, de siete a 30 años, que asisten a los 90 talleres semanales gratuitos de danza, hip hop, teatro, música, plástica y canto. "El objetivo es dar oportunidades de producción cultural a los que no las tienen e integrar a los que la sociedad expulsa. El arte es una necesidad básica para todos", afirma la directora de la obra. "Die Niemands" se estrenó el 6 de marzo último en Hamburgo, Alemania. El grupo fue invitado por los organizadores del Festival Pay-Mas, para un encuentro de artistas que desarrollan producciones culturales como una forma de favorecer los procesos de cambio social hacia la equidad. "Fueron muchas emociones juntas: viajar en avión, conocer otro país, tocar la nieve", recuerda Andrea. "Fue una experiencia que marcó mi vida", concluye Gabriel Espinosa, guitarrista, que afirma que por medio de la música puede evadirse de los problemas y luchar por sus sueños. Los que quieran colaborar pueden hacerlo desde $ 5. Deben llamar por el 011-4700-1600. Quienes deseen ver la obra pueden hacerlo los jueves, a las 21, en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Las entradas cuestan $ 10. Más información en www.crearvalelapena.org.ar María Helena Ripetta

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ANEXO 2: Gastos devengados en el trimestre mayo-julio, a pagar en períodos futuros. Los otros gastos devengados a pagar que Lewkowics había considerado eran los siguientes: 1.

Uno de los profesores que presta servicios en un CCC cobrará sus honorarios, por $ 300-, en el mes de agosto.

2.

Para alquilar los salones para los recitales, los propietarios obligan a contratar un seguro contra incendio durante los tres primeros meses que se pagará en el mes de septiembre y cuyo costo asciende a $ 100-.

3.

Además de las sumas usuales a pagar en concepto de luz, gas y teléfono durante el trimestre se consumirán por estos conceptos otros $ 1.000-, para el desarrollo de los recitales, que serán pagados durante el mes de agosto.

4.

Durante el mes de julio se contratará el uso de fotocopiadoras ajenas a la organización por $ 200 que se pagarán durante el mes de agosto. Corresponde a material para los cursos.

5.

Durante el mes de julio, uno de los profesores que atiende varios centros comunitarios utilizará un vehículo de su propiedad en lugar de los viáticos que normalmente cobraba. Se le reconocerá la suma de $ 100- en concepto de gastos de movilidad, cifra que se le pagará durante el mes de agosto.

6.

La responsable de la administración central viajará a un congreso en Tucumán el último día del mes de julio mediante la utilización de un pasaje aéreo que se debe pagar en el mes de agosto por $ 300-.

7.

Los bienes de uso utilizados en la administración durante el trimestre, que son propiedad de CVLP, generaron en concepto de amortización la suma de $ 1.500-, y los utilizados para el dictado de cursos una suma similar ( $ 1.500 ).

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