Taide Y Alondra M G (1)

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Capitulo Uno El viento soplaba fuerte llevándose las hojas sueltas de los arboles mientras arrastraba consigo la basura de la calle descuidada y polvosa, la tierra entraba en los ojos causando la molestia cotidiana, y los hacía ponerse de un rosa suave mientras los tallabas. En medio de la plaza central de la ciudad se encontraba ella, sentada en una banca oxidada mientras observaba que una señora tapaba a su pequeño hijo en su carriola, mientras que unos turistas se tomaban fotos y una niña hacia berrinche ante la vergüenza que sentía su madre de que las miradas se voltearan hacia ellas contemplando el espectáculo de su pequeña. Un inocente suspiro salió de su pecho al darse cuenta de que ya eran las 01:30pm y que él no llegaba y no se veía venir por ninguna parte. <<Se supone que debería de estar aquí, ¡tiene una hora y media de retraso! ¡No vendrá, no vendrá!>> Al tiempo en que escucho al señor de los helados con su característica campana decidió marcharse y hacer algo productivo, ¿Quién se creía para hacerla esperar de esa forma? Los niños que jugueteaban con un balón viejo pasaran a un lado de ella y la hicieron caer al piso de un empujón. << ¡Mierda! >> Pensó sin decir nada a los niños tan solo fulminándolos con una mirada impregnada de enojo que causo que estos se fueran corriendo huyendo de la furibunda chica que yacía en el suelo. -¡Alondra!, espera ya llegue. La voz del agitado chico llamo su atención mientras se ponía en pie y sacudía sus pantalones de mezclilla deslavados por el huso constante. -Al fin-contesto molesta por su tardanza. -Lo siento, no pude llegar antes, el trabajo estaba muy pesado, lo siento, espero que no estés molesta. El joven mozo, un chico de 25 años alto delgado y de cabello corto al rape, con una característica perforación en la ceja en la cual llevaba una argolla dorada, probablemente de fantasía que brillaba con los rayos de sol que le daban en ella. -Como sea- contesto restándole importancia a su impuntualidad- no importa. -¿Esperaste mucho? -Algo. -Lo siento flaca- decía mientras la abrazaba y le plantaba un ruidoso beso en la mejilla. -Descuida, no puedo pedirte que seas puntual cuando sé que no usas reloj. Mientras el cariñoso chico la seguía abrazando con suma fuerza y ella trataba de verse lo más feliz que podía ocultando diestramente su enojo y la desgana que le producían las melosas caricias del chico. <> Pensaba dando suspiros que su apuesto novio mal interpreto. -Deja de pensar en mí, ya estoy aquí mi vida. -Te amo Héctor- contesto mintiendo al joven sonrojado, pero aun peor mintiéndose a sí misma. Alondra tenia años con Héctor, su novio desde los 15 años cuando él se le declaro detrás de un enorme edificio donde ella vivía con su padre. <>

Las dos simples palabras parecían tan huecas en su mente, ¿Cómo podría saber si eso era amor?, no conocía a nadie más, nunca salió con más chicos para comparar emociones, lo único que sabía con certeza era que esas eran las palabras que él quería escuchar, y al hacerlo se sentía feliz y su felicidad la hacía sentir bien aunque ella no compartiera el sentimiento, aunque en lugar de felicidad ella solo sintiera paz por la monotonía de decirlo. -Y yo a ti flaca.-Se acercó a sus labios y los besó con pasión. Parecía que podía escuchar el corazón de Héctor latiendo acelerado por el roce de sus labios, pero el suyo estaba tranquilo, sin mostrar alteración, como si estuviera muerto o por lo menos eso le parecía a ella que trataba de emocionarse como él lo hacía pero no conseguía ni un salto de alegría de su órgano vital encargado de bombear la sangre que corría por sus venas. << ¿Por qué no siento nada?>> Se reprochaba mientras él seguía devorando su boca con sus labios fríos helados como el corazón de Alondra. -Vamos por algo de beber- propuso el joven mientras la arrastraba consigo hacia un puesto de aguas frescas. << Lo mismo de siempre, a mis 20 años espero sentir más emoción, llevo con él 5 años y no logro quererle como el a mí, por más que intento amarle no lo consigo, ¿estoy mal?, será mi culpa, ¿podre amar de verdad a alguien?, o ¿esto es el amor?, de ser amor lo que siento no entiendo por qué le dan tanta importancia, es decepcionante>> Este tipo de pensamientos no era algo raro en ella, desde el principio de su relación pareció no sentirse exactamente enamorada. No lograba encontrar el porqué de esos sentimientos, Héctor era guapo, simpático, trabajador además siempre la respetaba y se desvivía en atenciones hacia ella pero todo esto parecía no ser suficiente para lograr conquistarla. << ¿Se dará cuenta de que no siento lo mismo?>> Su cabeza seguía dando vueltas con estas ideas mientras Héctor le contaba su día con emoción pero ella seguía ausente interrogándose por no sentir lo que se supone. Solo asentía con la cabeza mientras el reía con su historia y la rodeaba por la cintura con uno de sus largos y fuertes brazos producto del trabajo duro de cargador en el mercado. -¿Qué tal el baile?- pregunto este a Alondra que parecía volver a su realidad al lado de Héctor. -Bien, vamos a tener una presentación, tengo que ir esta tarde a las 5 a un ensayo para la presentación. -Lo aras increíble, eres la mejor bailarina del mundo, pronto estaremos en Rusia y serás parte de su valet. -Gracias, pero la presentación esta vez es de música más moderna, creo que es una especie de hip hop, nos presentaremos junto con un DJ nuevo. -Sera genial amor, tu eres la mejor de todas. Ella solo sonreía mientras él tomaba su mano para continuar dando su paseo. ********** El sol le daba directamente en los ojos, pero el cansancio le impedía levantarse, así que soluciono el problema poniendo su almohada sobre su cara para que la luz ya no la molestara. La noche había sido muy larga y sus parpados parecían sellados por un hechizo que les impedía abrirse. -¡Levántate de una buena vez, floja holgazana! Gritaba una voz enfurecida mientras tocaba la puerta de su habitación, sin obtener ningún sonido de contestación.

-Levántate ¡Taide!, ¡Taide! Párate, son las 12 del día, ¡tienes que levantar tu perezoso trasero de la cama! Una especie de chillido agudo ahogado por la almohada que reposaba en su cara pareció escucharse. -¡Ya voy!- grito después de un rato para posteriormente abrir la puerta y encontrar a Top esperando en la puerta con un vaso de jugo de naranja en la mano. -Taide deberías de despertar más pronto, eso de dormir tanto te hace daño cariño. -Sí Top- contesto sin darle importancia- o debería decir mamá Top. Este pareció enojarse por el comentario de su amiga que bebía del vaso de jugo mientras se dirigía al espejo más cercano en el tocador. -Ay aja- dijo molesto- que simpática la nena, veo que su majestad despertó de buenas. -Con tus hermosos gritos histéricos cualquiera se levanta de buenas- dijo esta mientras buscaba imperfecciones frente al espejo. -Me preocupo por ti, deberías de alegrarte. -Me alegro Top, eres como la hermana que nunca tuve. -Y tú como el hermano que si tuve pero que me detesta por ser lindo y el feo, pero te quiero más a ti Tai. -Y yo a ti Top, eres un lindo de primera hermoso. -Y tu una preciosa, chiquis- se acercó a su amiga en el espejo y la abrazo con fuerza mientras esta sonreía. -Taide, estás demasiado plana- dijo Top con la mano en el pecho de su amiga- tengo más tetas yo que tú. -¡Oye!-repuso esta mientras se alejaba de su amigo con un salto- no hagas eso, cuando lo haces pienso que tal vez no eres tan gay como pensaba. -Tranquila, sigo amando a Tom Cruce y Brad Pitt, solo era una observación. Creo que se debe a lo delgada que eres, tu delgadez hace que tus curvas sean menos prominentes. -¿Tú crees?, pero si como y mucho- decía mientras se miraba en el espejo tocando su pecho solo para encontrar que Top tenía razón y si estaba demasiado plana. -Lo sé amiga, te envidio, yo para mantenerme así tengo que matarme en el gimnasio mientras que tu llevas años sin pararte en un sito de esos, lo peor es que comes pizza, hamburguesas, burritos y toda clase de comida sin preocuparte. -Hablando de eso tengo ganas de una torta de huevo con jamón y salchicha con mucho picante, me la preparas en lo que me visto. -Ya que- dijo este mientras salía de la habitación. Taide busco algo en su armario lleno de ropa que no alcanzaba a ponérsela toda ni aunque usara una prenda diferente durante todo un año. Saco unos pantalones de mezclilla negra, una blusa de tirantes, se vio en el espejo, tomo su cepillo y lo paso sobre su cabello corto solo para desenredar los pocos nudos que se le formaban. Al bajar a la cocina encontró su alimento en la mesa en donde Top la esperaba sentado mientras leía una revista. -¿Ya?- dijo este al verla llegar- no te peinaste ni nada. -Lo hice, solo que no se nota. -Deberías dejarte el cabello largo, tal vez como el de una chica- dijo algo apenado. -Todos deberíamos de hacer cosas, pero no las hacemos- contesto mientras comía lo que estaba en el plato que no se parecía en nada a lo que había pedido, en su lugar encontró una rebanada de pizza que había sido descongelada en el microondas. -Tienes que ver un lugar esta tarde a las 5, es donde te presentaras. -¡Que aburrido!- contesto con enfado- es necesario que valla.

-Sí lo es, no tienes remedio, deberías de estar feliz de que te valla bien en esto de la música. -Supongo- contesto mientras miraba por la ventana del apartamento hacia la calle. Su mirada se clavó en esa calle por la que pasaban tantas personas apuradas por llegar a su destino, todos corriendo sin darse el tiempo para mirar, o si tan siquiera para respirar, pero ¿Qué respiro agradable podrían darse?, el aire era contaminado, el esmog era su principal componente, los carros humeantes y el humo de los cigarrillos de la gente nerviosa se mesclaban con el aroma de una alcantarilla destapada. << Todas las personas parecen iguales, no encuentro diferencia entre ellas, nadie especial >> -Taide ¿estás bien?- pregunto Top acercándose a la ventana. -Si solo que pensaba en que todos allá afuera parecen tan iguales. -¿Otra vez con eso de la persona especial? -Sí, es solo que me niego a creer que todo el mundo sea tan parecido, tan hueco, tan gris, tan falto de color. -Tan falto de diversión- interrumpió Top- lo que te hace falta es alguien que sea especial para ti. -Tu eres especial- contesto esta sin separar los ojos de la calle. -Sabes que no me refiero a eso, a alguien a quien amar, alguien que te amé y que te haga feliz. -¿Tú crees? Pregunto suspirando. << Alguien a quien amar >> ********** -Alondra tengo que irme, te llevo a tu casa. - Ofreció Héctor. -Sí. Alondra se fue a su casa en el coche viejo y destartalado de su novio. El reloj daba las 3 de la tarde mientras ella descansaba en el viejo sofá de la sala de su pequeño departamento, mientras cambiaba de un canal a otro en busca de algo bueno en la televisión, suspirar fue lo único que le queda después de dar un vistazo breve a los 400 canales del cable. Sin más por hacer se dirigió a la cocina que se encontraba al lado, y se dispuso a cocinar algo sencillo para comer, lo único que encontró en la dispensa fue una sopa instantánea que preparo para después comerla. Los fideos flácidos e insípidos deslizaban por sus labios hasta su boca y se destruían con el movimiento de su quijada para después ser deslizados por su garganta, mientras ella miraba una mancha de humedad en la pared. << Parece un conejo >> Pensó mientras sonreía por haber encontrado esa chistosa forma en su pared. Después de su comida algo deprimente tomo sus cosas y se dirigió hacia el metro para llegar a su trabajo, eran las 4:20pm, le quedaba algo de tiempo, si tenía suerte podría llegar un poco pronto. Las personas pasaban a su lado sin prestarle atención, codazos y empujones la acosaron al entrar en la estación, y el vagón no fue de lo mejor, un bebe no dejo de llorar en todo el camino, la cantidad excesiva de personas que lo ocupaban hacia que ese sitio se sintiera tan caliente como el desierto del Sahara, el aroma mezclado de todo, sudor, comida, tabaco, alcohol y otro aroma raro que no pudo distinguir mesclado con perfumes de diferentes marcas era adormecedor y nauseabundo, pero después de haber pasado tantos años usando ese servicio parecía ser tan odioso como la primera vez.

Su pecho suspiro de nuevo empañando la ventana del vagón, mientras personas bajaban en esta estación y otras apenas subían. Después de dos paradas más por fin llego a su destino, bajo de prisa antes de que las puertas se cerraran, miro al reloj que marcaba las 4:43, tenía que darse prisa, salió de la estación lo más rápido que pudo para caminar tres calles más para llegar al salón en el que tenía ensayo, 4:55 lo había logrado. Se dirigió veloz mente hasta el camerino donde las chicas se cambiaban, después de su cambio de ropa salió corriendo a donde el coreógrafo los esperaba para ensayar. Al sonar la música su cuerpo se movía rítmicamente a su compas, su cuerpo parecía estar manejado por un titiritero que la movía sin que ella lo pudiera evitar, cada nota la hacía más feliz que la anterior, y sentía que unas enormes alas salían de su espalda cerca de sus omoplatos y le permitían volar, mientras bailaba era libre de ser ella misma, sin tener que pedir permisos, solo era Alondra, nadie la cuestionaba y podía volar sin miedo. Después de danzar al ritmo de la melodía guiada por el coreógrafo pero poniendo su toque, el ensayo termino y quedaron de verse mañana a la misma hora para ensayar de nuevo. El camerino estaba cerrado y sus cosas se habían quedado adentro, se había entretenido con el coreógrafo poniéndose de acuerdo con algunas cuestiones y cuando se hubo desocupado el camerino había cerrado, no podía irse así vestida, así que busco la ventana más cercana para volarse, pero no tuvo éxito con su plan al ver que todas eran demasiado altas. << Demonios >> Pensaba mientras caminaba en busca del conserje que tenía las llaves. Vio al señor doblar en la esquina del pasillo alejándose de ella, cuando hubo dado vuelta en busca del señor un obstáculo que no descifro en el momento la hiso caer al suelo. -Ouch. Escucho un quejido que le indico que era una persona. -Lo siento- contesto de prisa antes de levantarse a ver de quien se trataba. -Descuida, venias muy rápido, ¿quieres que llamemos al seguro? -No será necesario, yo estoy bien ¿y tú? Al levantar la vista encontró una mano extendida que se ofrecía a ayudarla, levanto más la visto y distinguió a quien la ayudaba. Lo primero que sus ojos encontraron fue unos ojos negros que la miraban y una sonrisa asomada discretamente en un rostro perfectamente fino, esos ojos negros eran enmarcados por unas cejas castañas y unos pequeños hoyuelos eran ligeramente perceptibles en sus mejillas, su piel pálida y blanca que contrastaba con lo negro brilloso de sus ojos, un cabello rubio corto y desalineado. -Estoy bien, no fue una colisión muy fuerte, ¿enserio estás bien? -Sí, lo estoy- contesto Alondra después de ver de arriba abajo a la persona con la que choco. Tenía corte de chico, pantalones de chico, camisa de chico con un estampado de calavera, pero sus labios eran demasiado rojos y carnosos además de bien cuidados como los de una chica, su voz era muy femenina y su rostro le pareció angelical. -Ok, ten cuidado por donde andas, no quiero que sufras un accidente- contesto la persona que se encontraba enfrente de ella antes de despedirse con una sonrisa y un movimiento de mano. << ¿Quién era?, no le había visto antes, pero era una… o un… como sea parece ser amable, tal vez sea un chico muy mono >> Pensó mientras le miraba alejarse por el pasillo.

De repente recordó su problema, corrió con el conserje y al encontrar al amable sujeto este accedió a abrirle sin problemas. ********** -Taide, ¿Dónde estabas? -Dando la vuelta al lugar, Top, habrá una función de baile moderno el día de mi presentación ¿cierto? -Sí, ¿por? -No nada, solo que vi una bailarina y lo recordé. -Ok, espera- dijo este viendo a su amiga de arriba abajo- ¿esa es mi camisa de calavera? -Sí, me gustó. -Pero no la pediste. -Tienes un año si usarla. -Tienes razón quédatela, te sienta bien, pareces un chico guapo. -No te enamores- contesto esta sonriendo. El lugar parecía bueno, tenía buena acústica y espacio para muchas personas. Después de charlar con el dueño durante un momento Taide no tardo en aburrirse y salir con el pretexto del baño. Pasó por el lugar en donde había encontrado a la bailarina que la arroyo pero ella no estaba. << ¿Quién sería?, llevaba prisa >> Después de su intento de búsqueda pareció darse cuenta de que no tenía ningún motivo para buscar a la bailarina. << Era guapa, tenía lindos ojos marrones, y su cabello negro azulado le iba bien con su tono de piel, tal vez me tiña el cabello para dejar de ser rubia >> Al darse cuenta de sus pensamientos una sonrisa se mostró en su rostro para después mover la cabeza como sacudiéndose esas ideas de la mente. Después de su visita al salón en que se presentaría subió al auto con Top, le pidió que condujera y ella se cambió al asiento del copiloto. Estaba oscureciendo, algunas estrellas se asomaban en el cielo mientras el viento soplaba más frio que antes y las farolas de las calles se encendían. -¿Qué pasa menonita? -No soy menonita. -Lo siento Tai, ¿Qué pasa güerita de rancho? -Nada, ¿debe de pasar algo? -No, solo estas muy callada. -No tengo nada- después de un suspiro al cristal y un alto de semáforo se animó a hablar- hace rato en el salón ese me paso un pequeño accidente. -¿Qué te paso, estas bien?- pregunto Top alarmado. -Sí estoy bien, solo choque con una bailarina que iba corriendo, no nos vimos y chocamos, me pareció que tenía algo de prisa. -Ya veo, ¿se enfadó? -No lo creo, cuando me pare le dije si quería que llamara al seguro y ella sonrió de mi broma, después le pregunte si estaba bien y me fui. -¿Cómo era? -Bueno, era de mi altura creo, joven, su cabello era negro azulado, tenía ojos marrones y su risa era simpática. Al describir a la bailarina del incidente ella no pudo evitar sonreír al recordarla. -¿Cuál era su nombre? -No tengo idea. -¡No le preguntaste!

-No, ¿tenía que hacerlo? -Claro… que tal si le ponemos uno. -¿Quieres rebautizarla? -Sí, exacto, ponerle un nombre para referirnos a ella. -¿Qué se te ocurre? -Choque. -No lo creo- contesto Taide riendo de la poca imaginación de su amigo. -Bueno, Macaria, Teófila, Fetibundia, Casimira. -Ninguno me parece adecuado. -¿Qué se te ocurre a ti Taide? -Bueno, algo como Venus. -¿Venus? -Sí, se dice que las mujeres somos de allí, y ella es una chica, así que sí. -¿Cómo sabes que es una chica? -Si era un chico la cirugía le quedo de maravilla. Después de una charla bacía con Top sobre cirugías estéticas Taide comenzó a recordar el momento del encuentro con Venus. << No era un chico, era una linda chica distraída, muy distraída ¿la volveré a ver? >>

Capitulo Dos

La mañana de Alondra era demasiado rutinaria a su parecer. Se despertaba, tendía su cama, barría y trapeaba su habitación y la sala/cocina, después tomaba un baño, y en punto de las 8:00am salía corriendo a su empleo en tienda de un familiar, salía al mediodía y paseaba con Héctor o iba a visitar la casa de su padre. Esa mañana en particular se despertó más temprano que de costumbre, termino de hacer los deberes de la casa, desayuno cereal y se metió a la ducha. El agua tibia sobre su piel relajaba cada musculo de su cuerpo, mientras la espuma del jabón desaparecía de su piel recordó el accidente de ayer. Cerró los ojos y le pareció ver de nuevo a la persona con la que choco. Recordó cada detalle de ella, todo más claro y nítido que el mismo instante en que ocurrió todo. << Era una chica>> Su duda había desaparecido, estaba segura que se trataba de una mujer y no de un hombre como ella había pensado. << Era una chica, no sé cómo me pude haber confundido antes, era una chica, aunque vestía como hombre estoy segura de que era una chica, esos labios eran demasiado perfectos ¿Cómo sería besarlos? >> Al darse cuenta de lo que pensaba sintió sus mejillas muy calientes y sintió vergüenza por sus pensamientos.

<< ¿Qué demonios estoy pensando?, no es normal, debe de ser porque desperté muy temprano, solo eso >> Su trabajo en la tienda consistía en hacer los presupuestos y encargarse de surtir lo que era necesario. Antes de terminar en el local Héctor llego de sorpresa para visitarla. -Hola- saludo sin tanto entusiasmo como a él le hubiera gustado. -Hola, ¿todo bien? -Sí, ya casi termino- contesto guardando unos documentos. -Vamos a dar la vuelta. -Vale- contesto tomando su chamarra de algodón del respaldo de la silla. Mientras daban la vuelta a la manzana pasaron por un lugar donde vendían accesorios. ¿Quieres entrar?- sugirió el, llevándola de la mano adentro de la tienda. Después de ver varias pulseras coloridas y collares de diferentes tamaños salieron con una pulsera con un dije de corazón que Héctor le regalo. -Gracias- dijo ella sonriendo. -De nada- él se acercó y la besó. Mientras sus labios seguían sobre los de ella no pudo evitar recordar su pensamiento de la mañana. << ¿Cómo será besarla? >> Al pensar esto con los ojos cerrados pudo verla en su mente. Sin evitarlo se imaginó besándola, imagino que esos labios que sentía sobre los de ella no eran los de Héctor sino los de la chica. Con esto en su mente comenzó a besarle con más pasión, deseando que al abrir los ojos fuera real, sus caderas comenzaron a acercarse más a las de Héctor y sus manos se deslizaron suavemente por toda su espalda. << Sera más estrecha >> Sintió un bulto en el pantalón del chico y se alejó lo más rápido que pudo, apenada por su conducta. -Nunca me habías besado de esa forma. Debió gustarte mucho- dijo el sonriendo. -Síasintió ella con la cabeza, mientras el, la tomaba de la mano para caminar. << ¿Qué estoy pensando?, no puedo pensar en cosas como esa>> Después de su arrebato momentáneo fingió sentirse mal para que el la dejara y se fue a su casa. << Necesito dormir eso lo arreglara >> Se fue a su habitación, se acostó sobre la colcha y serró los ojos esperanzada de que el dormir le quitara esos pensamientos.

Se vio en sueños a si misma besando a esa chica, se vio tocando su mejilla y besando esos labios carnosos de color rojo, se imaginó desnuda frente a ella mientras la abrasaba… -¡No! Grito al despertar de su sueño, se dio cuenta de eran las 4 de la tarde y tenía que irse al ensayo. Lavó su cara tomo su mochila y se fue por el mismo camino que había tomado el día anterior. Después del ensayo preguntó a todos sobre la chica, pensó que podría tratarse de otra bailarina, pero todos afirmaron no conocer a nadie con esas características. Sentada en una banca en un parque cercano se preguntó ¿Por qué pregunto por ella?, no tenía motivos para verla, quizás si la veía de nuevo se le quitaría la tentación y el deseo. << Solo es por el choque, no es importante >> Se repetía tratando de creerlo por más absurdo que a ella misma le parecía. ********** Sentada en la cama de su cuarto mirando a la pared llena de posters de cantantes y con algunos carteles en donde ella era anunciada, así paso la tarde Taide, sin más que hacer, Top salió con un amigo, se encontraba sola en su casa. Entre el vacío de su mente recordó a su familia, su padre maldiciéndola mientras su madre lloraba desconsolada y ella salía corriendo con su maleta de color rosa, lista para no volver, con tan solo unos ahorros que tenía. Recordó como subía al autobús secando sus lágrimas, mientras el conductor sellaba su boleto, pareció ver entre los posters la carretera que se extendía a lo largo y que en aquella ocasión le había parecido interminable. Vio a la chica sola temerosa que estaba en la estación de autobuses sin saber a dónde ir, recordó cuando tocó en la calle por monedas y consiguió el trabajo en el bar, recordó cuando toco su primera tornamesa y la alegría que contagio a los clientes con el ritmo de sus mezclas. Todos estos recuerdos parecían tan lejanos, aunque fue tan solo hace dos años, antes de ser DJ profesional y tener buen empleo, antes de conocer a Top, antes de poder estar en su departamento lujoso y espacioso, antes de poder comprar la plasma gigante que decoraba su sala. << Tanto tiempo ha pasado, en ocasiones parezco olvidar lo que fui, pero me enorgullece ser lo que soy, Taide, esa soy ahora Taide >> Después de recordar y entristecer por el pasado recordó que no vale la pena hacerlo, tomo su chaqueta de cuero y salió a caminar.

La calle era ruidosa, la gente parecía haber perdido los modales en esa parte de la ciudad. Después de caminar se dirigió al parque cercano, lo recorrió tres veces, lo único que encontró fue invitaciones de chicos y pedidas de número de teléfono. El aire de afuera le agradaba, ver en su sombra como el viento despeina su rubia cabellera, sentir la brisa sobre su rostro, incluso en ocasiones disfrutaba del aroma de las flores aunque le dirá alergia. Camino hasta que se hiso tarde, volvió a su casa, descanso, tomo una ducha y apago las luces para conciliar el sueño. Por la mañana se despertó más temprano que de costumbre, después de la última presentación se había cansado mucho, pero ahora estaba muy recuperada de la desvelada. Tomo café caliente, preparo el desayuno y salió a comprar equipo. Regreso a mediodía con audífonos nuevos, cables nuevos y una pelota morada que le causo gracia en una juguetería. << ¿Para qué quiero una pelota morada? >> Se preguntó al llegar. Después de probar el equipo y jugar revotando la pelota en la pared apareció Top, sonriendo. -Vamos esta noche a un lugar, escuche que habrá una fiesta de máscaras. -¿No tienes con quien ir? -Sí tengo Tai, solo quiero que tú te diviertas. -No lo sé- después de haber rebotado la pelota en la pared más de 20 veces contesto-sí vamos, será divertido. Después de ver programas en tv que eran repeticiones de hace años se dispuso a vestirse. Opto por usar alguna de sus prendas decentes, un vestido dorado que encubría su falta de curvas fue la mejor opción que pudo encontrar. Salió en su auto y se dirigió al lugar en donde se encontraría con Top, al entrar le dieron una máscara a cada uno y se dirigieron a disfrutar de la fiesta. ********** <> Se decía Alondra que veía como las personas encubiertas con sus antifaces disfrutaban bailando.

Héctor la llevo al baile de máscaras porque un amigo había conseguido entradas y Alondra no supo decir que no. -¿Te diviertes?- preguntaba Héctor a gritos mientras se movía al ritmo de la música. Alondra no contesto, se limitó a asentir con la cabeza mientras se bambaleaba a los lados fingiendo bailar como los demás. Después de unas canciones Héctor la tomo de la mano y la llevo a uno de los lugares más apartados de la fiesta. Sin decir palabra se abalanzo sobre sus labios, Alondra sentía el olor pestilente a licor emanado de su boca, el sabor a cerveza quedo por un momento en sus labios y casi sintió que vomitaría. Héctor continuo besándola torpemente como bestia, mientras ella trataba de apartarlo suavemente. Una mano paseo por sus caderas y fue detonante para que Alondra aumentara la fuerza de sus empujones. -No, ¿Qué haces? -Eres mi novia- dijo el con voz ronca y palabras algo confusas- no me digas que no quieres, tenemos 5 años y tú no das nada. Sin decir más volvió a encimarse sobre el frágil cuerpo de Alondra. -No, detente- lo aparto de nuevo pero este intento acercarse, acto seguido ella le lanzo una bofetada que dejo la marca de sus estilizados dedos sobre su mejilla. -¿Por qué?, tienes a otro, de seguro a él si le das todo lo que te pide y a mí me tienes como tu tonto. -Claro que no, solo que no quiero que me toques de esa forma. -En 5 años no te había dicho nada, pero creo que ya es tiempo de decirte que no estaré esperándote por siempre Alondra, es ahora o nunca. -Entonces nunca, terminamos- al terminar la frase salió corriendo del lugar a donde la había llevado, sus ojos estaban cristalinos y su visión comenzó a tornarse borrosa por las lágrimas, corrió por una escalera y llego al único lugar silencioso el techo.

Comenzó a llorar sin contenerse, se arrancó el antifaz con lentejuelas que le habían dado en la entrada, y lo arrojó al suelo con rabia. Después de llorar por un momento se acercó al barandal que enmarcaba el contorno del edificio y contemplo la ciudad oscura o por lo menos eso esperaba ver pero solo la encontró iluminada con las luces de farolas y de autos que circulaban, por anuncios

fosforescentes de luces de neón y una luna que increíblemente se dejó apreciar esa noche.

********** Después de bailar con Top y unos amigos que este encontró allí, pareció sentirse un tanto acalorada con el tumulto y el baile enérgico que había hecho. Subió a las escaleras para tomar el aire fresco de la azotea. <> Se decía mientras continuaba con paso medio lento subiendo por la escalera que parecía más larga de lo que imagino y más empinada de lo que se veía. Al abrir la puerta vio en el suelo un antifaz muy parecido al que ella traía, lo levanto y busco rápidamente a su dueño, a una orilla del barandal metálico pintado de rojo aluzado por la enorme farola que estaba en el techo y la luz proveniente del establecimiento de al lado vio la figura de una mujer muy cerca del barandal. <<Se suicidara>> Pensó alarmada mientras caminaba a paso veloz hacia la mujer. -No lo hagas, no es la solución, el suicidio no es bueno. Al escucharla la mujer giro lentamente hacia ella, su rostro estaba oscuro por una sombra que no permitía verla. -Sé que el mundo es una mierda, pero hasta la mierda puede tener cosas buenas-titubeo sobre lo convincente que podría sonar su argumente y entre su preocupación escucho la risa de la mujer- te estas riendo, vez el mundo no es tan malo, no saltes. No me conoces ni yo a ti, pero creme que no es buena idea saltar- se quitó el antifaz y continuo- los problemas no son tan graves como parecen, después de meditarlos todos se vuelven diminutos, solo necesitas pensarlo. La risa de la mujer era más fuerte y movía la cabeza con negación. -No me quiero matar, pero si lo hubiera pensado tus argumentos me convencerían de no hacerlo. -No te mates- dijo sin escuchar lo que la mujer decía- un momento, ¿no estabas queriendo saltar al vacío y caer de cara al pavimento? -No, solo miraba como las luces en conjunto con la luna iluminan la ciudad, vez es lindo ¿no?

En ese momento se sintió como una tonta al creer que iba a presenciar un suicidio horrible. -Desperdicie mis dos libros de psicología con alguien que no se iba a matar, ahora me siento tonta, debería saltar- dijo riendo apenada por su tontería. -No te mates, el mundo es una mierda pero incluso la mierda tiene sus cosas buenas-dijo la mujer imitando su tono de alarma. -¡Dios! Tienes razón, no lo hare, eso sí anima a la gente, perdona por pensar que querías ya sabes- levantó la mano y la estampo contra la otra para después hacer un sonido de “paz”. -Descuida- contesto un poco triste. Taide se acercó más y se colocó a su lado para ver la ciudad como la mujer había dicho, sin ver su cara. -¿Quién lo hiso?- pregunto mientras recorría con la mirada el panorama. -¿A qué te refieres?- pregunto la mujer viendo hacia la calle. -Te lastimaron, lo sé, soy medio mensa pero también sensitiva, detecto en tu voz algo de tristeza. -De donde yo vengo lo llamamos ser medio bruja. -Tal vez- contesto Taide sonriendo- pero no negaste mi afirmación, así que estoy en lo correcto, no vale la pena, si esa persona te lastimo no deberías de darle importancia, me han lastimado tantas veces, pero con el paso de los años he aprendido que no necesito la aprobación de nadie para la felicidad. -Lo dices como si tuvieras muchos años, te vez joven. Taide levanto la mirada hacia el rostro de la desconocida la cual era iluminada por las luces del letrero del restaurante de enfrente. -¿Tú? No me conoces- dijo Taide moviendo la cabeza. La chica la miro y sonrió dulcemente. -¿Te arrepientes de no haber llamado al seguro? Taide sonrió y se sonrojo levemente. -¿Me recuerdas? -Claro, no suelo chocar con todas las personas que me encuentro, solo que contigo hice una excepción. -Harás que me sienta especial- dijo Tai mientras sonreía- no creí que me reconocieras.

-No lo descubrí de inmediato, pero tu voz y tus ojos te delataron.

-Valla, que buen ojo tienes para recordar personas, yo en ocasiones olvido hasta el nombre de mi mejor amigo… espera como se llama- puso su dedo índice sobre su labio¡no lo sé! Le dicen Top, pero no creo que sea su verdadero nombre ¿o sí? -Ok, eres distraída. -Lo dice la chica que me llevo de corbata. -Lo siento, no te había visto. -Descuida solo bromeaba. Por cierto soy Taide. Estiro la mano y la chica de enfrente la apretó con seguridad. -Soy Alondra- dijo mientras la estrechaba. -Bien Alondra, ¿me dirás que pasó? Alondra suspiro y se apartó del barandal. -Termine con mi novio. -Lo siento. << ¡Qué bien!>> Pensaba Taide mientras se mostraba falsamente triste por ello. -Sí, las cosas no andaban bien, pero que hay de ti… -¿Qué? -¿Novio? -¿Dónde? -No, ya enserio. -Ok, no, soltera libre y sin compromisos, no espera con compromisos, tengo trabajo que hacer que requiere mi tiempo. -Entiendo. Oye una pregunta, ¿Por qué vestías así? -La playera de Top, la tome prestada, y no suelo arreglarme mucho para revisar la resonancia y los contratos. -Entiendo, ¿bailas? -No, yo nací con un problema llamado “descoordinación de la música con los pies”.

-No es difícil, solo tienes que dejar que la música te guie.

-Es complicado para mí, tú eres bailarina, así que debe de resultarte fácil, naciste para ello. -¿Entonces qué es lo que tú haces? -Mover los cuerpos de las demás personas con sonidos rítmicos y contagiosos que las hacen ser ellas mismas sin mascaras. -O sea… -DJ, hago mezclas, creo canciones. Taide parecía relajarse un poco después de la impresión que le causo ver a Venus, como la bautizo con Top, se había preguntado si la volvería a ver, y allí la tenía, en la azotea de un antro a media noche sola y recientemente soltera. Mientras más platicaba con ella, más sentía que la conocía de antes, era como si estuvieran conectadas o algo. -Cambió- dijo Taide sonriendo. -¿Qué? -El tono de tu voz, ya no muestra tristeza ni nada de eso, se escucha igual que antier que chocamos. -¿Enserio? -Sí, solo necesitabas despejarte.

**********

Alondra había encontrado a esa chica en el lugar en donde menos lo espero, en la azotea de un antro, la tenía frente a ella, esta vez no vestía como chico, lucía un hermoso vestido que la hacía ver más guapa que antes, sus labios tenían brillo que los hacia verse más apetitosos que antes, su cabello peinado y unos enormes pendientes circulares enmarcaban su rostro de porcelana. No sabía que decir exactamente, desde que escucho el grito de “no te mates”, supo que se trataba de ella, la ropa la había confundido un poco pero su voz y los ojos negros brillosos que contrastaban con su piel eran inconfundibles.

Su voz parecía consentir a sus tímpanos con suaves besos cada vez que hablaba, su sonrisa y la forma en que movía las manos para hacer sus ademanes la cautivaban cada vez más. El recuerdo de que termino con Héctor hacía pocos minutos se había borrado de su mente, la tristeza que sintió por ello desapareció y su atención y sus sentidos se concentraron por completo en Taide. << Solo necesitaba verte de nuevo>> Pensó para sí misma mientras Taide seguía sonriendo mientras veía los letreros a lo lejos. -Distraerme era el secreto, gracias-dijo cuándo pudo pensar en que contestar sin sonar rara. -Ya sabes, si necesitas a alguien que te distraiga, llámame, 01-800-Taide y te atenderé con gusto. -Tu línea de la salud. -De la felicidad diría yo. Héctor, y desearía saber por qué. >> -¿Siempre eres así? -¿Cómo? -Tan divertida. -Bueno, algunas veces, también puedo ser seria, ruda, callada, y suelo sonrojarme con facilidad, además de que estoy un poco loca en ocasiones, no como los ataques de neurosis de Top, pero a veces me pongo especial. -Así que te sentiste especial por la excepción que hice contigo. Alondra no podía dejar de ver como las mejillas de Taide tomaban un color rosado mientras ella se encogía de hombros, le parecía lindo que lo hiciera. -Te dije que me sonrojo con facilidad, siento que mis mejillas se calientan, debo de haberme puesto rosita ¿verdad? -Algo- contesto Alondra mientras ella sentía caliente otra parte del cuerpo, y podía escuchar los aleteos en el estómago. -Me alegro de haberte vuelto a ver. -¿Por? -Me agradas, no eres una loca psicópata que destaza a las personas con las que se topa.

-Solo a las que no vuelvo a ver. -En ese caso más vale que nos veamos de nuevo, soy demasiado joven para morir, pero si me tocara quisiera que fuera haciendo algo divertido, saltando en paracaídas, rapeleando, escalando, conduciendo un auto de carreras, algo emocionante para presumir en el cielo. -Te gustan los deportes extremos. -Algo, pero no me dejan hacerlo, Top teme que lo deje solo. Mientras Taide mencionaba en nombre de su amigo Alondra parecía ponerse celosa, no le gustaba que ella sintiera tanto cariño por ese chico que según no era su novio. -Tengo que irme- dijo Alondra al ver su reloj. -Claro, ten cuidado, y no dejes que nada te lastime, y si alguien lo hace avísame y yo me encargo, no por nada he practicado kracmaga por un año. -Lo are, pero no tengo tu… -Oh claro- Taide saco una tarjeta de su bolso y se la dio a Alondra- es el teléfono de mi móvil, cuando me necesites no dudes en llamar. -Creí que era 01-800- Taide. -Lo cambie por problemas de línea. -Nos vemos. -Nos vemos. Alondra salió del lugar rumbo a su casa, la tarjeta de Taide la llevaba apretada entre su pecho preocupada por no perderla celosa de que se la arrebataran. La sonrisa de esa chica con la que el destino decidió juntarla de nuevo la había llenado de una luz indescriptible, se sentía feliz de haberla vuelto a ver, esta vez mejor que antes, con más claridad, de haber podido hablar con ella, de obtener una manera de localizarla, sentía que una especie de brillo celestial cubría aquel pedazo de papel en el que se encontraba escrito el número de esa chica. <> Con todo esto en su cabeza se fue en un taxi a casa y se fue a dormir mientras apretaba la tarjeta aun entre sus manos cerca de su pecho.

Capitulo Tres

Taide bajo corriendo las escaleras de rato que Alondra se fue, trato de verla de nuevo pero no la encontró, tardo mucho en reaccionar para pedirle su número. <> Mientras perdía el sentido de la dirección en que se encontraba por culpa de la multitud de cuerpos danzantes que se aglomeraban a su alrededor y la arrastraron con ellos por toda la pista sin que ella pudiera salir por algún hueco. Después de empujones y reproches logro escabullirse a una orilla en la que vio a Top platicando con alguien. -¿Dónde estabas, creí que te habías ido? -Estaba tomando un poco de aire en la azotea, me tengo que ir es tarde. -Claro Tai, es la una de la mañana. -Es muy tarde, nos vemos. Se despidió con un beso de su amigo que se notaba un tanto ebrio y animoso. Salió a la calle pero era imposible que la alcanzara a ver, encendió su auto y se fue a su casa. La voz de Alondra le parecía un tanto sexy a decir verdad, además tenía unas prominentes curvas que marcaban las circunferencias de su cuerpo, era justo lo que Taide había soñado como persona especial. <<Es hetero, tiene, mejor dicho tenia novio, no puede verme de esa forma, tan solo debió de haber pedido mi numero por cortesía, nunca llamara, lo sé, no lo hará, pero me queda la satisfacción de haber disfrutado de su sonrisa>> Eso le era suficiente para no sentirse tan triste, el hecho de haberla conocido era un triunfo aunque no lograra nada, esta conducta podría ser conformista para ciertas personas, pero libraba a Taide de decepciones, uno siempre debe de estar prevenido para lo malo, no deseándolo solo previniendo los imprevistos de la vida. No había pasado ni siquiera una hora de que se acostó intentando descansar cuando se dio cuenta de que conciliar el sueño le sería muy difícil. El cuarto estaba demasiado caliente, gotas de sudor diminutas se deslizaban por su frente, las cobijas parecían asfixiar su piel.

Con paso perezoso se levantó y abrió la ventana para que el aire pudiera refrescar la habitación, le hubiera sido más fácil adaptar la calefacción en el termostato, pero decidió que suficiente daño tenía el ambiente como para sumarle más contaminación aun. Dio vueltas alrededor de la habitación, por más que intento sentirse con sueño no lo consiguió, la falta de sueño por las madrugadas eran frecuentes en su vida, conciliaba el sueño alrededor de las 6:00am y despertaba a las 12:00pm, con Top pensando que dormía mucho cuando en realidad dormir mucho era uno de sus deseos más anhelados. En la habitación oscura que recorría a siegas recordó su equipo, si ella no dormía por qué no hacer algo productivo con su tiempo. Tomo su tornamesa y comenzó a jugas con los sonidos, consiguió unas nuevas mezclas que le gustaron, tomo su equipo de grabación y comenzó a gravar sus nuevas mezclas, las combino con frases y pedazos que ella decidió cantar, en dos horas cuarenta minutos tenía una nueva canción, por lo general componer le costaba mucho tiempo incluso meses, pero en esta ocasión la inspiración estaba de su lado. Como siempre en punto de las 6 de la mañana se encontraba poniéndose cómoda para dormir. ********** En cuanto el despertador sonó Alondra se levantó, lista para realizar todas sus labores del día, después de un sándwich salió de prisa a la tienda, termino más rápido que de costumbre y salió para dar una vuelta. <> Mientras se dirigía a su casa para aburrirse un rato en cuanto cruzo la calle se encontró con Héctor que aguardaba a su llegada. -¿Podemos hablar de lo que ocurrió?- pregunto cuando esta estuvo lo suficientemente cerca. -No tenemos nada que hablar, dijiste lo que pensabas. -No, eso no es lo que pienso yo te amo. -Pero yo no, no te lo había dicho pero desde hace mucho no siento lo que se supone que debería de sentir, lo siento, lo mejor será que dejemos las cosas como están, busca a alguien que te amé como mereces. Sin decir más palabras siguió su camino y entro a su casa, sin voltear a ver la expresión de Héctor, era demasiado el tiempo que había pasado y demasiadas dudas estaban en mente.

Recostó su cabeza en el respaldo del sofá y se puso lo más cómoda que pudo, había tomado la decisión de no volver a ver a Taide, y aria lo posible por cumplirlo. Cerró los ojos y se resignó a obedecer su decisión. Las horas pasaron y ella seguía inerte en ese sofá sin decir ni hacer nada, estaba en blanco, no se permitía pensar en nada por miedo a que esos pensamientos raros volvieran. Al llegar la hora de parir a su ensayo decidió irse más temprano e ir caminando, no quiso permitir que los aromas del metro le permitieran perderse en su mente. Escucho la música pero no la sintió, las alas que sentía salir de su espalda no aparecieron y su cuerpo se movía con mucho esfuerzo por seguir a los demás, la luz que brillaba en sus pies con sus movimientos no destello como siempre pareció apagarse poco a poco hasta dejarla en penumbras. Todos notaron su falta de interés por lo que era lo que más disfrutaba en la vida, le preguntaron si estaba enferma o algo, pero ella solo sonrió y dijo que se encontraba un poco cansada. Hiso su maleta y se fue a su casa dispuesta a seguir con su vida sin Taide en ella.

**********

Los días fueron pasando, Taide realizo varias presentaciones una por noche durante toda la semana, faltaba un día para ir a la inauguración de ese sitio en donde se supone que Alondra se presentaría, tenía más de 8 días sin saber nada de ella. Top preguntaba qué era lo que le sucedía pero ella solo decía que el estrés por fin la había atrapado en sus garras. -Taide tú no te estresan con nada, eres la chica más relajada y tolerante a la frustración que conozco. -Bueno, ya sucumbí ante él, no es nada. -¿Segura?, desde la noche de la fiesta de máscaras estuviste rara, primero te mirabas muy feliz y de la nada una nube negra callo sobre ti y te apago por completo. -No exageres, solo me siento cansada de las fiestas, además esa nueva canción salió muy bien y necesito sacar más como esa. -A mí no me engañas, ¿Qué paso en ese lugar? -Bueno, recuerdas a la chica con la que choque.

-Sí- contesto asintiendo con la cabeza-¿Qué paso con ella? -La vi en ese lugar, platicamos, se llama Alondra y había terminado con su novio, después de platicar quedamos en volvernos a ver y no he tenido noticias de ella. -Ya veo- contesto mientras se levantaba del sofá que había estado ocupando por más de una hora- la quieres volver a ver, te gusto. -No me gusto, es hetero, solo me preguntaba que paso con ella. -Dijiste que era bailarina, así que mañana por la noche se tendrá que presentar en la apertura del lugar, la podrás ver y saber que ocurre con ella, dijiste que termino con su novio, tal vez aun esta libre. -Dije que tenía novio, con testículos, hombre, es hetero así que no tengo oportunidad de nada. -Creí que habías dicho que no te gustaba. -Tal vez me atrae un poco, pero sabes que siempre me fijo en lo imposible. -No olvides que lo imposible no existe, solo es cuestión de que lo intentes. <> La invitación de Top pareció resonar en su cabeza una y otra vez, intentar algo con esa chica, conocía muy poco sobre ella, y estaba segura de que jamás la vería de esa forma, podría intentar ser su amiga, ¿pero eso sería suficiente?, lo lograría conformarse con ser una amiga, ¿resistiría a sus impulsos?, su mente parecía confundirse con tantos pros y contras de la idea de su amigo. Entre la soledad de su alcoba esa noche como siempre el sueño tardo en llegar, no podía dejar de pensar en lo que le había propuesto Top, tratar de entablar una amistad con esa chica, tratar de conocerla más, podría resultar insoportable y sus sentimientos hacia ella desaparecerían, lo que más le asustaba es que resultara ser encantadora y que lejos de desenamorarse de ella termine queriéndole más. La habitación se sintió inexplicablemente helada, el calor que había sentido en ella tiempo atrás había desaparecido, el frio penetraba en sus huesos y la hacía estremecerse acurrucada en su cama con más cobijas de lo habitual. El tiempo parecía detenerse y por más que trataba de dormir no lo conseguía, su mente daba vueltas alrededor del recuerdo de esa chica de Alondra, y se preguntaba qué era lo que ella estaría haciendo…

**********

La luz del día le hiso despertar, realizo los deberes del diario antes de salir a realizar su trabajo, salió pronto y se dirigió a casa para prepararse antes de la inauguración. Lista y

sin nada más que hacer dio un vistazo por la ventana para observar a las personas callejeras mientras corrían a sus trabajos, casas o cualquiera que fuese su destino. Miraba completamente ajena a ellos y a su vida. <<Sera correcto sentirse como me siento>> La duda la interrogaba y por más que intentaba darle una respuesta no lo conseguía, ¿Cómo saber que algo es correcto o no?, nadie puede decir que algo sea del todo correcto o incorrecto, ¿es correcto si no lastimas a nadie, aunque sea a ti a quien lastiman? <> Su mentalidad era que por qué razón una persona como Taide se preocuparía o se molestaría en recordar a una chica como ella, además de que el hecho de que esa chica vistiera de tal manera la primera vez en que la vio no significa que tenga que ser así. Alondra fue criada con la religión católica muy apegada a lo que la iglesia considera correcto, la unión de ese tipo no era normal, y según el sacerdote de la iglesia a la que solía ir esas personas estaban condenadas al infierno. Con esa idea en la mente lucho contra su persona y se hiso a la idea de que así no es normal, que es malo. El hecho de que una chica despertara tantas emociones en ella la tenía en completo pánico, temía que esto la condenara, aunque en sus adentros se preguntaba ¿será malo realmente?, ¿Quién dijo que lo fuera? Recordó de pronto sus años de la infancia, cuando estos temas le eran completamente ajenos, recordó lo feliz que era sin preocupaciones y de pronto después de 5 años con un chico al que nunca había querido realmente y después de conocer a una chica por accidente, sintió que su corazón latía de nuevo. Al platicar con Taide se había sentido bien, sentía que el solo movimiento de sus labios al hablar la hacían feliz, cada vez que ella sonreía era como si su corazón iniciara una carrera sin fin y latía más rápido hasta sentir que saldría de su pecho, sentía que su corazón estaba tan acelerado y que tal vez logro salir, salió y ahora ya no estaba con ella, sino que se lo había llevado Taide consigo. Se sintió increíblemente mal, avergonzada de pensar en esas cosas, de haberse imaginado haciendo cosas que no son correctas con esa chica de ojos negros hipnóticos. Tomo sus cosas y se marchó al salón para bailar en la inauguración, no tenía que huir de ella se convenció de que la había olvidado, cosa que la alegro un poco y la lleno de tristeza al mismo tiempo.

Las luces de colores llenaban el lugar, todo lo que antes había visto completamente vacío se encontraba ahora lleno de cosas, sillas decorativas con formas muy llamativas, un bar con bebidas embriagantes de todos los países que podría imaginarse, desde una simple cerveza hasta el vino más fino, no había nada que le faltara; la tornamesa del DJ estaba puesta las bocinas instaladas en zonas específicas para garantizar un audio impecable, la pista lucia brillante y limpia, lista para sus pasos de baile que indicarían la apertura del lugar. En medio de esa pista de pronto se sintió diminuta, como si el lugar la tragara y no pudiera hacer nada para escapar, no se sentía capas de bailar como antes, sus ojos marrones perdieron su brillo y la ilusión que reflejaban se había desvanecido como un montón de cenizas arrastradas por la brisa del viento. Con un suspiro salió de allí y se dirigió al camerino donde su vestuario y sus compañeros la esperaban, juntaron sus manos y entre todos lanzaron un grito de apoya antes de salir. Por miedo a verla no salió del camerino hasta que la hora de bailar había llegado, esperaba que en esta ocasión las alas salieran de su espalda y pudiera volar como antes, pero la tristeza parecía haberlas atado o aun peor cortado para que no volvieran a mostrarse. Las luces se apagaron dejando todo en oscuridad, un presentador comenzó a hablar a la muchedumbre que se encontraba en el lugar mientras todos tomaban sus lugares. La música se escuchó aún más fuerte que en los ensayos, todos bailaban pero ella se sentía perdida sin saber a dónde ir, se convirtió en un estorbo para los que se encontraban danzando en la pista con audacia, viro la visa hacia la mesa donde supuso encontrar a Taide, al ver hacia ella contemplo una sonrisa y un movimiento de mano que la saludaba. Las alas escondidas en su interior rompieron las cadenas que las ataban, sintió el calor en su cuerpo y se preparó para dejarlas salir por completo, sus pies eran más agiles que nunca y los sentía tan ligeros como pluma, la luz que alguna vez la había iluminado al bailar resplandeció de nuevo con un brillo segador que ella nunca había imaginado, coda movimiento era realizado con la perfección como característica principal, los ojos tristes parecían alegres y más resplandecientes que antes, su cabello se agitaba con un ritmo perfecto como si danzara con ella, y cada vez que miraba hacia arriba encontraba la sonrisa de esa chica que controlaba la música moviendo la cabeza con el ritmo ajustando cada control para perfeccionar el sonido.

********** Cada movimiento del cuerpo de Alondra parecía más mágico ante la mirada de Taide, sentía como con su música esa chica se mostraba tan feliz, notaba la sonrisa que se dibujaba en su rostro mientras estaba en la pista de baile, por más que intentaba no verla

no lo conseguía, sus ojos eran atraídos en su dirección como abeja a la miel, parecía que las luces se opacaban ante esa chica de curvas perfectas. No quería que la música se detuviera temiendo que se alejara de su vista y no la volviera a ver. Sin tiempo que perder y antes de que la canción terminara, dejo algo preparado y dejo a Top en su lugar para salir corriendo antes de que Venus se alejara de ella.

**********

La música termino y con la última nota las alas de Alondra se escondieron de nuevo dejándola con la respiración agitada y la satisfacción que la acompaña después de tan placentero baile. Busco lo más rápido que pudo a la chica de la tornamesa pero en su lugar estaba un chico que aplaudía con entusiasmo, la sonrisa que había permanecido en su rostro se desvaneció por completo. <> Desilusionada y entristecida salió de la pista con los demás y se dirigió a su descanso mientras contenía las ganas de llorar que sin ningún motivo razonable la habían embargado.

**********

Corrió lo más rápido que sus pies le permitían, se abrió paso con empujones y poco le importo el daño que causara tenía que llegar lo más rápido posible. Fuera de la pista de baile vio la silueta de la chica que se alejaba hacia los camerinos, corrió desesperadamente hacia ella sin idea de que decir. Después de correr como loca la perdió por completo, sin idea de a dónde ir doblo en la misma esquina donde la había conocido tan rápido como un rayo hasta que se topó con un obstáculo en el camino que la hiso caer. -Lo siento- dijo al pararse de prisa- es la segunda vez que me pasa algo así. -Que gracioso también es la segunda vez que me pasa a mí.

Se dio cuenta de que era ella, estaba de nuevo cara a cara con ella, aun llevaba el vestuario del baile, no supo que decir, solo sonrió por unos instantes. -Pensare que lo haces apropósito. -Esta vez eras tú la que corría con mucha prisa- contesto sonriendo. -Lo siento. Se quedaron sin decirse nada solo mirándose y sonriendo hasta que Taide rompió el silencio. -Bailaste increíble, realmente eres buena. -Gracias, espero que si les haya gustado. Eso fue lo único que Alondra pudo contestar aunque en realidad lo que quería decir era <<Espero que te haya gustado>> -Claro que les gusto fue genial, y si no fue así deben de estar ciegos. -Gracias, ¿a ti te gusto? Taide pareció pensar en la respuesta. -Claro que me gustó, fue una coreografía muy buena. Aunque lo que realmente pensaba era << Me gustas tú más que todo>> -¿Cuál era la prisa que tenías?, digo que tenías prisa puesto que estabas corriendo. -Yo… solo tenía que llegar a mi lugar de trabajo. -Ok, pero corrías al lado contrario de tu lugar de trabajo. -¿Enserio?- contesto Taide avergonzada de ser sorprendida en la mentira. -Sí, si fueras para atrás llegarías a tu mesa. -Entonces me he perdido- contesto sonriendo mintiendo a la chica que la miraba incrédula. -¿Te llevo para que no te pierdas?, podrías llegar a Kazajistán sin darte cuenta. -Lo agradecería si lo hicieras. -Vamos. Tomo su mano y la llevo con ella a su sitio. Taide sentía como la suave mano de Alondra apretaba la suya para no perderla entre la multitud de gente que estaba en la pista, sentía que sus piernas temblaban tan solo por el contacto de su piel pero lo disfrutaba de manera sobrenatural.

********** <> Pensaba Alondra alarmada. <> -Listodijo al llegar a lugar en que se encontraban los controles. -Gracias por librarme de llegar a Kazajistán-contesto Taide poniéndose en los controles.

-De nada. Parece difícil- dijo Alondra después de darle un vistazo a todos los controles que Taide manejaba diestramente. -No lo es tanto, solo tienes que escuchar cómo suena, encontrar un buen ritmo, escuchatomó los audífonos que tenía al lado y los coloco en los oídos de Alondra con sumo cuidado acercándose un poco más a ella. -Se escucha bien- contesto después de haber despegado los audífonos de sus oídos. -Es lo único que tengo que hacer, detectar si suena bien. Taide comenzó a mesclar sonidos con una grabación que traía y el ritmo la hiso moverse animadamente mientras las personas de abajo festejaban y aplaudían a su sonido. -Tienes muy buen ritmo. -No tanto como tú que eres la profesional de la danza aquí, enséñame unos movimientos. Pensándolo por algunos segundos Alondra comenzó a bailar junto a Taide que imitaba sus movimientos a la perfección sorprendiendo a Alondra. << ¿Qué estoy haciendo?, me siento feliz al estar con ella>> Mientras seguían bailando al ritmo de las mezclas de Taide tres chicas se acercaron a donde ellas estaban. -Hola, eres Taide verdad, soy tu fan eres muy buena con las mezclas- dijo una de las chicas que se acercaba a saludar a Taide. -Gracias, no soy tan buena solo me divierto. -Y nos diviertes- completo otra chica- puedo tomarme una foto contigo. -Claro- contesto esta mientras posaba con la chica- solo toma mi lado sexy por favor. -Todos tus lados son sexys- contesto la chica que abrasaba a Taide para la foto. Alondra comenzó a sentir enojo primero hacia las chicas y después contra Taide que sonreía al lado de esa desconocida.

No le gustaba la idea de que ella estuviera al lado de esas chicas que vestían con ropa que dejaba muy poco a la imaginación, detestaba que ella les sonriera y les hablara de una forma tan amable. -Escuchamos que buscas buenas voces que llamen la atención para gravar y aquí tienes tres candidatas dispuestas- dijo la chica que había tomado la foto. -Sí, buscaba una voz, veo que el chico de la entrada les dio información verdad-contesto viendo al chico que impedía que las personas se acercaran demasiado a donde Taide se encontraba. -Sí él nos dijo, también comento algo sobre tu estado civil- dijo la chica que seguía abrasando a Taide. Alondra sintió que su sangre comenzó a hervir de rabia y coraje, aunque se decía a si misma que ella no tenía que sentir eso, no era nada de ella y tenía el derecho a coquetearle a quien quisiera. -Ok- contesto Taide para después aclarar su garganta y apartase un poco de la chica que la abrazaba- lamento decirles que ya encontré una voz que me agrado y que me ayudara con lo que tengo que gravar, les presento a mi amiga Alondra, ella ara las grabaciones, pero si las necesito las busco, datos con mi amigo de la entrada. Las chicas voltearon en dirección de Alondra que solo miraba en silencio hasta el momento. -Yo…-bacilo un poco pero al ver las señales que Taide le hacía por detrás de las chicas, ella apunto a las tres, formo una pistola con los dedos índice y pulgar y fingió darse un tiro en la cabeza para después unir las manos en señal de súplica- le ayudare con las grabaciones. -Que lastima- dijo la chica de la cámara- si necesitas algo llámame- dijo mientras se despedía de Taide. -O a mí- dijo la chica que le pidió la foto. -Nos veremos muy pronto- dijo la tercera chica que al igual que las demás se despidió de Taide con un beso en la mejilla. Taide solo sonrió a las tres chicas y asintió con la cabeza mientras estas se marchaban lejos a la pista de baile. -Te debo una, me dio algo de miedo. -Y eso ¿fue…? -Admiradoras acosadoras. -¿Te pasa seguido?

-Solo de lunes a domingo- contesto sonriendo- esto debió de darte una mala imagen de mí, aun no comprendo porque lo hacen. Alondra observaba como Taide regresaba a los controles mientras se encogía de hombros. <> Quiso gritarle pero no tuvo el valor para decirlo, tenía miedo de lo que pudiera pasar, de que se alejara de ella. -Tal vez les gustas- dijo algo apenada. -Que mal gusto deben de tener, si fuera ellas me figaría en alguien menos… yo. -¿Cómo que menos tú? -Sí, alguien más extrovertida, más desinhibida, creo que piensan que porque me la paso de fiesta en fiesta soy más atrevida. -Así que no te agrada que sean tan lanzadas. -Bueno me levantan el ánimo, pero si me incomoda un poco, en una ocasión me lanzaron un sostén a la cara. -Wow, ¿Qué hiciste? -Lo tome y dije en el micrófono que se los agradecía pero que era muy grande para mí era copa doble D. -Y ¿ninguna de ellas te gusta? Después de hacerle esta pregunta se dio cuenta de que tal vez no debió de haberlo dicho, Taide se quedó callada un momento mientras la miraba sorprendida por el cuestionamiento, Alondra sintió que se sonrojaba, quería salir huyendo del lugar pero antes de que sus piernas siguieran la orden de su cerebro Taide contesto. -Bueno no puedo decir que son feas porque mentiría, pero ninguna me gusta, no son lo mío. La última frase se encerró en la cabeza de Alondra, “No son lo mío”, eso quería decir que no era les como ella pudo pensar, era heterosexual, con esta información se sintió como una tonta por pensar diferente, no sabía que decir, hubiera preferido que le digiera que alguna le había gustado, pero con ese “no son lo mío” había descartado toda posibilidad de que ella pudiera lograr que se interesara en ella. -Entiendo- dijo mirando a otro lado. -Lo de tu voz era cierto, me gustaría que gravaras algunas frases, podríamos hacer algo interesante con ellas.

-No sé si pueda. -Por favor, sé que es mucho encaje después de que me salvaste de esas chicas, pero enserio tengo unos proyectos en los que tu voz me vendría muy bien. -Yo no canto. -No necesitas cantar es solo cuestión de que hables. Si aceptaba tendría el pretexto para volver a verla, podría pasar tiempo con ella y conocerla más, después de todo no era gay así que sus pensamientos se quedarían en solo eso, pensamientos que son imposibles de materializar y que con el tiempo desaparecerían como ya lo habían hecho ideas anteriores. -Ok te ayudare con eso. -Perfecto, el estudio de grabación no está disponible pero tengo el equipo necesario en mi casa ¿Cuándo tienes tiempo? -Pasado mañana al medio día. -Me parece perfecto, te espero en mi hogar, te anoto la dirección- saco una hoja de una libreta que estaba en un cajón, anoto los datos y se los entrego. -Ok nos veremos allí. Después de esa pequeña charla continuaran bailando y riendo hasta que la fiesta se dio por terminada y se fueron a sus casas. Alondra estaba más angustiada que antes, se había dispuesto a no volver a ver a Taide y ahora tenía un compromiso con ella, le aterraba estar junto a ella, pero lo disfrutaba a la vez, el simple rose de la piel de Taide la hacía sentir felicidad, sentía que vibraba y quemaba, pero esa sensación le encantaba, con Héctor nunca llego a sentir nada ni remotamente parecido. Capitulo Cuatro

Se levantó mucho más temprano que lo normal, en la noche se había tomado unas pastillas que la habían hecho dormir durante un buen tiempo, odiaba ese medicamento pero para estar lista a la hora lo tomó. Recogió todo perfectamente, pensó en sacar el equipo de su habitación pero decidió no hacerlo porque allí el ruido de la ciudad no se escuchaba. Estaba ansiosa por que ella apareciera, después de haberla encontrado de nuevo en la inauguración, después de haber bailado con ella y la expresión de su rostro con el encuentro de las fans estaba segura de que no le era indiferente. <<Sintió celos, estoy segura de ello, vi su expresión y por las barbas de mi abuelo que eran celos, no le soy indiferente>>

Recogió de nuevo hasta cerciorarse de que todo estaba en su lugar y se marchó a comprar alimentos para la despensa antes de que ella llegara, no quería que al llegar no tuviera nada que ofrecerle a sí que se marchó decidida a llenar los anaqueles de comida y cosas para ofrecerle. ********** Después de trabajar se cambió y se puso de lo mejor que encontró en su armario, se puso perfume nuevamente y acomodo su cabello hasta que estuvo satisfecha de su resultado. Vio la dirección de nuevo y se dio cuenta de que estaba bastante lejos, si tomaba el metro el aroma se le imprecaría, o por lo menos esto fue lo que ella pensó, un camión no es muy seguro, así que opto por un taxi, saldría más caro pero llegaría en mejores condiciones. El edificio en que se encontraba su departamento era enorme, y bastante lujoso, subió por el elevador hasta su piso y comenzó a buscar en las puertas el número que estaba descrito en el papel que ella le había dado. Antes de tocar el timbre se armó de valor y suspiro lo más hondo que le fue posible. Taide abrió la puerta y la recibió con una enorme sonrisa. -Adelante- dijo está indicándole el camino. Su departamento era espacioso, la sala de estar era grande, tenía una buena televisión en la sala y los muebles muy limpios que combinaban con el color de las paredes, tenía una repisa en la que se encontraban varios discos ordenados, tenía cuadros algo surrealistas decorando la pared y una foto de ella con el chico que estaba en la inauguración al que hiso referencia cuando las chicas se acercaron, de inmediato supuso que se trataba de su amigo Top. -Lindo- dijo al entrar más adentro. -Gracias, es lo mismo que yo dije en cuanto lo vi. -Tienes muy buen gusto. -Ni tanto, no es mío, es de mi manejador, él se encarga de todo esto, de hecho lo único que te puedo decir que es todo mío es el llavero de mis llaves, lo traje desde mi hogar natal. Al escuchar que esas cosas no eran suyas como ella lo había supuesto sintió que tal vez Taide fuera más real y no como toda una celebridad que ella había supuesto que era. -Así que no es tuyo.

-No, sé que lo paga con lo que gana de mis presentaciones pero no es mío, y a decir verdad no me molesta. Sé que me explota pero hago lo que me gusta y no me falta lo esencial así que estoy feliz y agradecida por eso. -Pensé que serias una princesita con criados que hacen todo lo que mandes y órdenes. -Lamento romper tus ilusiones pero solo soy una chica que hace lo que le gusta y no anhelo tener criados ni nada de eso, ya soy lo bastante perezosa como para aunar esclavos. -Entonces no encontrare a un unicornio rosa que hayas comprado en parís. -Si hubieras llegado 5 minutos antes lo hubieras visto, uno de mis sirvientes lo llevo a pastar volando hasta Escocia. -Espero tener suerte la próxima. Taide sonrió con las ocurrencias de Alondra y la invito a tomar asiento. -Mira, tengo estas frases que son las que quiero que gravemos- tomo unas hojas de la mesa y se las dio a Alondra. Alondra fue pasando las hojas leyendo las frases hasta que encontró una escrita con tinta roja. “Top + Taide= amor por siempre” Escrito en medio de un enorme corazón con un dibujito de una chica tomando de la mano a un chico. -Esta ¿Cómo la digo?- pregunto mostrándole la nota. Al verla Taide pareció sorprenderse, la leyó vio los dibujos y sonrió, se levanto fue por una pluma y comenzó a dibujar un monstruo que le arrancaba la cabeza al chico. -Mejor- dijo mostrándole el cambio a Alondra que sonrió al verlo. -Tu novio se enojara. -No es mi novio, es mi amigo loco. -Esto parece de un novio no de un amigo. -Es mi amigo, además el no desea que yo sea su novia, lo que él quiere es encontrar un novio guapo a quien amar. Y tendré malos ratos pero no malos gustos para salir con él. Al escuchar que su amigo era gay sintió que se relajó más, no tenía motivos para sentir celos, y al darse cuenta de que de nuevo estaba sintiendo celos por ella se sintió tonta de seguir con esas ideas. -No es feo. -No es lo mío, pero quieres algo de beber antes de comenzar.

-Agua estaría bien. -Vale- se dirigió a la cocina y regreso con un vaso de agua-¿lista? -Lista. -Bien, el equipo lo tengo en mi habitación porque es el único lugar donde los ruidos de afuera no se escuchan, así que vamos. Taide se levantó y se dirigió a su cuarto, Alondra la siguió un poco nerviosa y temerosa a la vez. Entro en la habitación, las paredes tapizadas de posters y algunos anuncios en los que aparecía Taide, la cama grande con mucho espacio, y en una esquina acomodado el equipo de grabación. -Ok, toma asiento. Alondra se sentó en una de las sillas que estaban a un lado del equipo. -Lo único que tienes que hacer es leer las frases frente al micrófono y listo. -Ok. Alondra realizo lo que Taide le indico mientras esta movía botones y ajustaba sonidos, después de trabajar durante un rato Taide sugirió un descanso. -¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto? -Como tres años. -Se ve que es lo que te gusta. -Lo disfruto mucho, al igual que tu del baile. -¿Cómo sabes que disfruto el baile? -Porque cuando te vi bailar se notaba que lo gozabas, la sonrisa de tu rostro era enorme, y las personas suelen sonreír cuando hacen lo que les gusta. -A las dos nos mueve la música, tú la creas y yo la bailo. -Así es, la música nos une. -Oye, no he visto ninguna foto familiar ¿Qué pasa con tu familia? -Bueno- Taide suspiro con tristeza- mi familia me expulso de sus vidas y yo he hecho lo mismo con ellos. -Lo siento. -Descuida, fue lo mejor para ambas partes. -¿Ocurrió algo feo?

-Más o menos, me dijeron que para ellos había muerto ese día, así que ante ellos morí, deje de ser Carla para ser Taide. -Taide no es tu verdadero nombre. -No de nacimiento, pero Carla murió para el mundo y Taide nació ese día. Alondra no pudo evitar que la tristeza de las palabras de Taide se le contagiara, no podía entender como una familia puede dar por muerto a uno de sus integrantes de una forma tan cruel, sintió ganas de llorar y un coraje inmenso al pensar en lo que ella pudo haber sufrido. -Lo siento debió de ser difícil- en cuanto termino la oración se lanzó a abrazar a Taide que se mostró temerosa al inicio pero correspondió al abrazo. Se aferró a ella con fuerza, su cerebro le indicaba a sus brazos que la soltaran pero estos se negaban rotundamente, no querían apartarse de ella, puso sus manos sobre su nuca y comenzó a acariciar su cabello, con los ojos cerrados recargo su cabeza sobre el hombro de Taide que rodeaba su cintura con sus brazos frágiles, el corazón de Alondra latía tan fuerte y rápido que creyó que Taide lo escucharía y le preguntaría que pasaba, separo lentamente su cabeza del sitio donde la había acomodado tan placenteramente y quedo a centímetros de los labios de Taide, no podía apartar la mirada de esos ojos negros. La mano de Taide acaricio lentamente la mejilla de Alondra con ternura y suavidad, cada milímetro de piel que era recorrido por esa suave mano parecía cosquillear ligeramente antes de arder deseando ser tocado de nuevo. Alondra vio los labios rojos y carnosos de Taide tan cercanos y el deseo de besarlos apareció en ella más fuerte que antes, jamás en su vida había querido con tantas ganas besar unos labios como deseaba hacerlo ahora, su voluntad se quebraba cada vez más, pronto desistiría y dejaría que sus deseos la dominaran por completo cada instante que pasaba teniendo esos labios tan cerca y sin poder disfrutarlos era tan doloroso como ajugas clavadas en todo su cuerpo, su respiración se hiso más lenta por unas décimas de segundo para después acelerarse a la velocidad de la luz, no aguantaría mucho en esa situación, era cuestión de segundo para que se armara de valor y la besara, el miedo comenzó a apoderarse de su cuerpo, sus piernas temblaron y creyó que caería al piso, una de sus manos se deslizo por la espalda de Taide y se alojó en el hueco de su estrecha cintura.

**********

El calor de su cuerpo era acogedor y placentero. Podía sentir la textura de sus senos sobre los suyos, su mira penetraba en su alma y escudriñaba para encontrar lo que Taide pensó perdido. Sus suaves mejillas bajo sus

dedos temblorosos y su respiración tan cercana a sus labios. <> Un frio penetrante la invadió acompañado de miedo, pero el calor de Alondra logro calentarla y ahuyentar al miedo llenándola de valor. Estaba decidida a besarla a poner las cartas sobre la mesa y aceptar sus consecuencias. Los labios inseguros de Taide se acercaron más a los delicados y dulces labios de Alondra, parecían estar listos para atacar después de haber asechado a su presa sigilosamente esperando el momento perfecto para su envestida, cinco centímetros separaban a sus hambrientos labios de su festín y antes de que estos recorrieran la escasa distancia…

-¡Taide estas en casa! Los gritos inconfundibles de Top llenaron el silencio que había antes, el sonido de sus respiraciones fue remplazado por la fuerte voz de su amigo inoportuno. Taide sintió cierto alivio al escucharlo, estando tan cerca de los labios de Alondra cambio rápidamente de dirección y beso inocentemente su mejilla. -Es Top- dijo antes de salir por la puerta. Abrió la puerta de la entrada para que su amigo pasara. -Creí que no estabas no abrías. -Lo siento estaba grabando algo en la habitación con Alondra. -Un video xxx. -No, algo para una nueva canción. -Lamento interrumpir chula. -Descuida tendría que agradecerte me salvaste de cometer una locura. -¿Qué ibas a hacer? -Casi le doy un beso, pero no pasó nada gracias a ti. -Lamento arruinar tu ligue.

**********

Alondra se quedó paralizada por unos segundos asimilando lo que había ocurrido, o mejor dicho lo que no había ocurrido; le costaba trabajo comprender lo que la había hecho actuar de esa manera, en su vida se había comportado así con alguien y mucho menos con una mujer. <<Estuve tan cerca, si ese chico no hubiera llegado no me habría contenido más>> Se quedó en la habitación tomando un poco de aire para tranquilizarse, lucho por regularizar su ritmo cardiaco y trato de salir del shock que le había provocado la situación.

**********

-¿Qué te trae por aquí? -Solo venía a decirte que salimos para Europa a un festival mañana por la noche volamos, por fin se nos hiso la invitación. -¡Que! Increíble, tenía un año queriendo ser invitada y por fin se nos hiso. -¡Felicidades Taide! -Increíble- seguía diciendo mientras se llevaba las manos a la cabeza- te besaría de inmediato. -Pues hazlo, no te quedes con ganas. -Vale- abrazo a Top y lo beso repetidas veces en la mejilla- es fantástico. ********** Alondra salió del cuarto para buscar a Taide que comenzaba a tardar.

Al llegar a la sala encontró a Taide abrazando fuertemente al chico de la foto mientras besaba sus mejillas. -Nos vamos a Europa- grito el chico sin que ninguno de los dos se diera cuenta de que Alondra se encontraba presente. Taide soltó al chico y volteo al lugar en que Alondra estaba, la miro con una sonrisa en su rostro y tomo sus manos. -Iré al festival- dijo feliz- por fin lo logre.

Alondra la abrazo para felicitarla y sonrió con la noticia aunque por dentro sintiera que le clavaron una daga en el corazón, la herida era profunda y comenzó a sangrar de inmediato, dolía, quemaba y punzaba cruelmente. -Felicidades, es estupendo. -Gracias deseaba tanto esto- Taide recordó la presencia de su amigo- lo siento no los he presentado, Alondra él es Top, Top ella es Alondra. -Mucho gusto- dijo el chico antes de besar el costado de la mano de Alondra- bueno, solo venia decirte para que hicieras tus maletas, nos vemos mañana a las 9 de la noche en el aeropuerto. -Nos vemos. El chico salió dejándolas solas de nuevo. -Así que mañana te vas. ********** Una loza de concreto pareció caer sobre Taide al darse cuenta de que tendría que irse y no volvería en por lo menos 6 meses. -Sí- contesto tremendamente triste y deprimida. -Te ira maravillosamente bien- dijo Alondra con el tono que Taide había hablado antes. -Gracias- Taide agacho la cabeza y puso sus manos sobre su nuca. -No suenas tan contento como antes. -Me iré por 6 meses, es mucho tiempo. -Cumplirás uno de tus deseos. -Creo que tienes razón, además no hay nadie que sufra mi ausencia, no debería de preocuparme, hasta podría quedarme más tiempo. La sola idea de que Taide se quedara termino de fulminar a Alondra que solo la vio y comenzó a llorar. -No, por favor no llores- Taide abrazo de nuevo a Alondra que se encontraba sentada a su lado en el sofá. -Lo siento, es solo que pensé en lo mucho que te extrañaran esas tres chicas de antes. -Oh- dijo Taide apartándose y llorando con ella. -Ahora ¿por qué lloras tú? -También extrañare a esas tres- dijo sonriendo causando que Alondra riera levemente. ¿Solo a ellas?

Taide abrazo de nuevo a Alondra. -Solo a ti- susurro en el oído de Alondra. -Te echare muchísimo de menos- contesto sin soltarle. -Gracias amiga, pero nos volveremos a ver. -No te quedaras. -No podría, si sé que me extrañaras. -Te extrañare mucho, cuando regreses espero algo. -¿Quieres que te traiga un novio europeo, lo prefieres alemán, francés, británico, portugués o español? <> -Con un llavero sería suficiente-contesto sonriendo. Capitulo Cinco

La maleta estaba preparada, todo empacado no faltaba nada por guardar, era cuestión de llegar al aeropuerto y listo se encaminaría a su sueño. Las nubes pasaban y Taide las contemplaba por la ventana, no decía nada solo miraba el cielo azul que la hacía sentirse diminuta como un grano de arena en la playa. Cada forma asimétrica que encontraba tan cerca le recordaba que se alejaba más, Top hablaba y hablaba ansioso por llegar y comenzar a comprar cosas a lo loco, planeaba comprar camisas, trajes, pantalones, cuadros, zapatos finos, estaba más entusiasmado que la misma Taide que solo sonreía y asintió a todo lo que su amigo le decía. Con los ojos un tanto inflamados por no dormir y la espalda adolorida por la incomodidad de su postura durante todo el viaje llego a donde tenía que llegar, su primera parada, quedo sorprendida al contemplar el esplendor de la bella ciudad, todo era nuevo para ella, y sintió que su corazón bailaba de alegría en su pecho. ********** Alondra llegaba del trabajo y continuaba con su rutina normal, no tenía ganas de nada, más sin embargo cumplía con sus obligaciones, todo le parecía vacío, no dejaba de pensar en que no volvería a ver a Taide durante mucho tiempo. Pensó que con el tiempo sus sentimientos se aclararían y podría dejar de sentirlos pero no pasaba nada, todas las noches soñaba con Taide soñaba con haber tenido el valor de

besarla el día en que tuvo la oportunidad aunque ¿Qué cambio hubiera tenido?, no por ello Taide se hubiera quedado y era demasiado egoísta de su parte estar pensando de esa manera. Mientras caminaba a su audición para la obra un corte comercial que pasaba en una de las televisiones exhibidas en una famosa tienda departamental llamo su atención. “Taide es una de las nuevas promesas de la música electrónica y la tenemos aquí para ustedes” La chica de pantalones ajustados y cabello espectacular esta justo al lado de Taide que la saludo con un beso en la mejilla y sonrió a la cámara. “¿Taide es cierto que planeas sacar un disco aquí en Europa?” “Si así es, se me ha presentado la oportunidad de sacar un material aquí y pues la pienso aprovechar esperando que al público le guste” “Se ha escuchado que tienes un dueto con Nan ¿es cierto?” “Bueno algo hay de eso” Después de esa pregunta un sujeto se acero a Taide después esta se despidió con un saludo y un beso a la audiencia y se alejó. Alondra no podía creer haber visto a Taide en la televisión, lo mejor era que le estaba yendo bien, aunque eso significaba que no la vería en un tiempo más prolongado del que había supuesto. Siguió su camino rumbo a su audición, entro en el enorme teatro en que sería la audición, tomo su número y espero pacientemente su turno. La música se escuchó fuerte y cada célula de su cuerpo se activó con esta y comenzó a moverse de una forma tan rítmica que parecía mágica, las alas de siempre se desplegaron y bailo lo mejor que pudo, intentando que el fuerte aleteo la llevara a donde Taide aguardaba, cada movimiento estilizado y con gracia, cada parte de su cuerpo acomodada perfectamente, todo fue un éxito y la obra la esperaba, era un musical bueno, ya había tenido otras temporadas en las que le había ido de maravilla y en esta ocasión regresaría por cuarta vez a petición del público. Después de su baile un la esperamos mañana para el ensayo la emocionó por haber obtenido un lugar en el escenario. <<Espero que Taide la esté pasando bien, se fue hace dos semanas y la única noticia que he sabido de ella es esa breve entrevista que salió en la tv”>> A pesar de no verla se seguía preocupando por ella, no había momento en el día en que no se preguntara que era lo que Taide hacía, a cada segundo la recordaba sonriendo escuchaba su voz y recordaba el día en que la conoció, como esos ojos la atraparon y la atrajeron de inmediato, nadie sabía de sus sentimientos, temía a lo que las personas pudieran pensar de ella a como pudiesen reaccionar.

La mañana fue calurosa el calor de mayo era muy fuerte y las personas se ponían de malas, Alondra de levanto del mejor humor que le fue posible, tenía su ensayo que en esta ocasión seria de 11 de la mañana a 3 de la tarde. Cada paso que daba para llegar a su ensayo la llenaba de entusiasmo, esperaba que todo saliera bien, que las cosas fueran buenas que su danza mejorara cada vez más. Al salir del ensayo uno de sus compañeros la detuvo. -Hola, yo… tú bailas muy bien. -Gracias, tú no lo haces mal. -Me preguntaba si quisieras ir a comer algo conmigo, no sé lo que se te antoje, aunque si no tienes tiempo yo ye entiendo, bueno debes de ser una chica muy ocupada… El chico continuaba hablando y no había señales de que se fuera a detener, Alondra lo escuchaba y veía como se sonrojaba, lo miro detenidamente y cuando él estaba llegando a la parte de que la tierra gira sobre su propio eje, interrumpió. -Me gustaría ir a comer contigo. -¿Enserio?, es genial. -Sí, Alondra. -Oh, lo siento, Damián. -Un gusto Damián. -Lo siento por hablar demasiado, siempre que hablo con una chica linda me pasa eso. -Descuida, te entiendo. Comenzó a caminar con el simpático chico que se tomaba su tiempo para estructurar sus oraciones; él era un chico no muy guapo pero no se podría decir que fuera feo, al igual que ella era bailarín, tenía un tiempo trabajando en musicales, y era divertido, su padre no aprobaba que el fuera bailarín, para el señor su hijo tendría que ser un prestigiado doctor o un abogado. Alondra se reía de las historias que Damián le contaba con lujo de detalles y se podría decir que hasta con cierta exageración. -Desde entonces no huso nada que sea de color naranja, me trae mala suerte- decía el chico antes de beber de su refresco. -Órale, no imagine que hubiera toros daltónicos que confundan el naranja con el rojo. -Pues ese toro lo era, debió de haber sido un problema de nacimiento o que se yo, pero desde ese día me prometí no usar nada color naranja en frente de un toro daltónico. -No creo que haya toros daltónicos pero bueno. -¿Qué tal tú, no tienes ninguna historia? -Bueno no me he topado nunca con un toro.

En ese momento en la televisión del lugar salió de nuevo la entrevista corta de Taide, Alondra no perdió detalle de cada una de las palabras de Taide, cada movimiento, y obviamente Damián lo noto. -¿Pasa algo?, ¿te gusta la música electrónica? -Sí, bueno, esa chica Taide la conozco. -Yo también pasaron un concierto de varios DJ y allí estaba tiene ritmo. -No, yo me refería a que la conozco en persona. -¿Cómo la conociste cuéntame? -Bien- los ojos de Alondra se iluminaron al recordar, y comenzó a contar como chocó con ella, como la encontró después en la fiesta y que hiso una grabación para ella. -Tu historia es algo peculiar, pero parece que ella te… -Me ¿Qué? -Bueno, cuando hablas de ella parece que tus ojos se hacen más grandes y se iluminan, sonríes cuando hablas de ella, y lo que me contaste de las cosas que decían, todo era como si se hubieran estado coqueteando o algo. Alondra se quedó sin palabras, no podía decir nada porque en realidad era un poco cierto o por lo menos si de su parte, pero no podía decirle que sí que le coqueteaba y que quería con ella. -No, solo fue una amiga, además es probable que no la vuelva a ver. -Eso me alivia, pensé que no tendría oportunidad. -¿De qué? -De gustarte- contesto el rápidamente, para inclinarse y besar a Alondra. Alondra no se retiró, dejo que este la besara de manera muy suave dulce, no se sintió como Héctor, fue muy diferente, mejor con algo más, algo difícil de explicar que ni siquiera Alondra entendía a ciencia cierta, era solo… diferente.

**********

Una gota caía tras otra, rompiendo en el pavimento que se veía empapado por completo, las personas de afuera corrían esquivando los charcos que se empezaban a formar, las manecillas marcaban las 10 de la mañana, los días anteriores habían sido iguales, lluviosos y grises, el sol no se dignaba en aparecer y el frio no antojaba nada que no fuera permanecer recostado en la cama disfrutando de un deliciosa chocolate caliente y

así lo hacía, en la comodidad del hotel viendo programas de televisión en un idioma que no entendía mientras criticaba el vestuario de los conductores. La puerta del dormitorio se abrió y con una roja y enorme bufanda enredada en el cuello, unos pantalones de color amarillo pollo y unos zapatos azules apareció Top con un paraguas empapado en la mano. -Buenos días señorita floja- dijo al entrar y recostarse en la cama a un lado de Taide. -Buenos días señorito…- se detuvo un segundo a verlo y sin más dijo- señorito pantalón amarillo chillón. -Es amarillo pollo de hecho. -Como sea- contesto quitándole importancia. -¿Estas depre? -No. -¿Qué pasa? -Nada. -No me salgas con eso de “nada”, no estás contenta por estar aquí, ya tenemos todo un mes en este maravilloso lugar. -Lo sé, tenemos un mes aquí, o 720 horas o 43200 minutos. -Cuando comienzas a sacar matemáticas es claro aviso de tristeza, además de que me asustas, nadie hace ese tipo de cuentas de una manera tan rápida. -Vamos, no es raro, además estoy muy feliz vez- comenzó a sonreír de manera muy exagerada, no podía enseñar más dientes. -Ok, eso da más miedo que tus cuentas matemáticas. -Grosero- ignoro a su amigo y tomo de su taza de chocolate que se encontraba un tanto frio. Top observaba con sumo detalle como su triste amiga tomaba de su taza y hacia unos gestos de desagrado. -Conos a un chico- continuo este- es muy guapo además de que es casi un príncipe o algo así es de la realeza. -¡Felicidades! Por fin encontraste a tu príncipe azul. -No es negro. -Bueno del color que sea, felicidades, por lo menos uno de nosotros saldrá con alguien.

-Ya- dijo este satisfecho de haber encontrado el motivo de la tristeza de su amiga que seguía con la vista clavada en la televisión- es por esa chica hetero, la bailarina. -¿Qué?, ¡no!- grito esta con voz chillona- no es por eso. -Bien, entises vamos a dar un paseo. -Está lloviendo- dijo está levantando las manos al cielo- cae agua de arriba abajo. -Ya chistosa, párate existe el paraguas. Se levantó a regañadientes, obligada por su amigo que la aventaba para que se levantara, salió de la cama con un pijama de algodón que parecía tener ranas por todasnpartes, se cambió sin ningún apuro en frente del chico que zapeaba canales en busca de algo decente que ver. Salieron a la calle casi desierta solo con alguno que otro intrépido que al igual que ellos salió a buscar algo que hacer. Cada charco que se encontraban se veía mancillado por la bota de Taide que los pisaba justo por en medio para mojar a su quejumbroso amigo que de niña malcriada no la bajaba. -Entremos a esa cafetería, allí no habrá charcos que te diviertan mojándome. -Vale, cobarde. -Precavido. Entraron al pequeño local, había tan solo dos mesas ocupadas, en total solo había 6 personas y dos meseras y la cajera; al entrar Taide y Top echaron un vistazo al establecimiento ante la mirada de una señora que se encontraba platicando con la cajera. Tomaron su mesa y ordenaron algo caliente que les quitara un poco el frio que tenían. -Gracias- dijo Taide a la joven sonriente que le llevo el café. -De nada, si se te ofrece algo llámame. -Claro. La joven se alejó y se perdió en la cocina. -Mañana tendrás un día muy ocupado, nos la pasaremos en el estudio para sacar tu disco. -Ok- contesto mientras veía por la ventana como las gotas deslizaban sobre el cristal una tras otra como compitiendo por llegar al final. -¿En qué piensas? -¿Las personas serán igual que las gotas de lluvia? Tan parecidas y diferentes. -Tal vez- contento viendo lo que ella miraba decepcionándose de no encontrar más que agua en un ya mojado cristal.

-¿Qué debería comprarle? -¿A quién? -A Alondra, dijo que con un llavero sería suficiente pero no creo que sea lo indicado. -No volverás en 8 o 9 meses, no deberías de preocuparte por eso, además no tienes la seguridad de volverla a ver. -Pero tampoco tengo la seguridad de no volverla a ver. -Tu razonamiento es cierto en cierto modo. -No caigas en redundancias. -Lo siento, no recordaba que eras tan especial en ese aspecto. -No te sientas, amor. -Claro que no mi vida. Mientras estos sequian diciéndose cosas que solo ellos sabían que eran broma una señora de setenta años que entraba al lugar se les quedaba viendo mientras notaba cada ademan afeminado de Top, y cada movimiento o pose masculina de Taide. -Santo dios, que alrevesados. Dijo la señora, o por lo menos esto fue lo que a ellos les pareció escuchar. -Vez eres muy nena para ser hombre- dijo Taide sonriendo. -Y tu muy hombre para ser nena. -Somos raros- contesto Taide riendo a carcajadas que contagiaron a Top que no dudo en unirse a ella.

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-Alondra me pasas las palomitas por favor. -Claro Damián- se estiro y paso el recipiente lleno de palomitas hasta las manos de Damián que se encontraba en el otro lado de la cama. -No has sabido nada de tu amiga. -¿Qué amiga?- pregunto está tratando de recordar. -La chica que te movió. -Taide- un suspiro traiciono a su subconsciente. -Exacto ella.

-No ya ha pasado un mes y medio desde la última vez en que la vi, escuche que le iba bien en Europa. -¿Aun sientes algo? -Amistad. -Ya no más. -No, desde que te encontré no he pensado en ella de esa forma. Alondra sabía que lo que estaba diciendo era mentira, se negaba a aceptar que pudiese sentir algo por ella, desde ese día en que conoció a Damián se hicieron amigos, le tuvo la suficiente confianza como para contarle lo que había sentido con Taide, y desde unas semanas atrás comenzaron a salir como novios.

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Las luces tintineaban mientras los cuerpos seguían moviéndose con los contagiosos ritmos, Taide movía la cabeza al compás marcado por sus mezclas, el lugar vibraba de energía de erotismo emanado de las jóvenes parejas que danzaban en la pista todas y cada una de ellas con su muy particular estilo. Saltaba contagiada por el ambiente, pedía aplausos y complacía a su público con música cada vez más movida. Después de seguir alimentando la fiesta su labor termino y se dirigía de nuevo a su departamento que decidió rentar por el tiempo que duraría allí. Una cafetería abierta a esa hora de la madrugada llamo la atención y decidió entrar para tomar un tradicional chocolate caliente con unos churros. La amable camarera tomo su orden y lo más rápido que pudo la entrego hasta la mesa en que esperaba Taide, la ciudad de madrugada era más hermosa que de día, sus calles iluminadas con farolas, estrellas visibles en el cielo, chicos divirtiéndose en algún centro nocturno. Con unos soplos de antemano de dispuso a probar su chocolate caliente, el vapor empaño sus enormes gafas que enmarcaban sus ojos, el dulce característico de su bebida y el sabor de sus churros de vainilla era algo que disfrutaba. <<Si sigo así voy a engordar>> Pensó mientras mordía un churro. Una chica entro al lugar se acercó a la camarera y ordeno un café, Taide la miro de reojo y continuo disfrutando de sus alimentos.

Sacó la libreta de su bolso, un pequeño cuadernillo con pasta de cuero en el que solía escribir poesía o algún pensamiento que atareara su mente, “las reflexiones de la poetisa Taide” así era como Top solía llamarlas, con pluma en mano comenzó a escribir. ANTES DE TI Despierta entre sueños durmiendo por la vida, así vivía antes de ti, antes de que tu mirada traspasara mi escudo y que tu sonrisa desactivara mis armas, antes de encontrar el beso anhelado entre tus labios, la caricia perdida entre tu piel, y la sonrisa oculta entre tus sabanas. Antes de que el cielo fuera mi hogar y las nubes fueran mi suelo, antes de perder la cabeza entre tu cintura, y enloquecer al compás de tus caderas.

Se quedó viendo la página durante unos segundos antes de decidirse arrojarla por los aires lejos de ella. <> Recordó que no se encontraba en su casa en donde podía arrojar la basura sin ningún problema así que se paró a buscar su basura, recorrió el lugar en donde creyó que el papel había caído, tres vueltas alrededor y no consiguió ver muestras de su objetivo. -Debes cuidar más tu arte, yo pienso que es bueno. La chica que había llegado hacía apenas unos instantes era quien hablaba, Taide le dirigió una sonrisa para encontrar que su basura estaba justo en la mano de la chica.

-No es arte, es solo…- Taide dudaba de que decir, ella no lo consideraba arte ni mucho menos, para ella era solo uno forma de des estresarse un poco- pasatiempo. -Pues es muy lindo para ser solo un pasatiempo, es arte. -Supongo que para algunas personas lo es, pero todos vemos el arte diferente. La chica le dio la hoja de papel a Taide que la acepto sonriendo. -¿Para quién es? -¿Qué? -Tu poema, es bonito debe de ser para alguien. -No, de hecho no es para nadie en especial, es solo algo que nació de improviso. -Entonces no lo escribiste para nadie. -No. -Si a mí me dicen algo así me enamoraría de inmediato. -Yo pensaría que es muy cursi. -Me gusta lo cursi. -Espero que encuentres a tu escritor para que te escriba cosas mejores que esta. -¿Tú no eres escritora? -No, eso no es lo mío. -Lo haces bien para no serlo. -Gracias… -Marcela, lo siento siempre olvido presentarme. -Descuida yo tampoco lo he hecho, soy Taide. -Taide, es un poco peculiar. -Es artístico, con ese nombre me conocen la mayoría de las personas. -Y ¿cuál es real? -Carla, creo tengo tanto tiempo que nadie me llama así que en ocasiones lo olvido. -Ok, Carla es un gusto conocerte. -Igualmente Marcela.

-Creí que sería la única chica que estaría en una cafetería a las 3 de la mañana. -Bueno salí del trabajo y me pareció buena idea pasar a tomar algo. -¿Trabajas hasta las tres de la mañana? -No, termine a las 2 solo que llevo tiempo aquí. -Trabajas demasiado tarde- comento Marcela que empezaba a sospechar que el trabajo de Carla no sería del todo decente. -Sí hasta que el cliente diga- Taide comenzaba a sospechar que Marcela pensaba mal, pero disfrutaba ver como sus mejillas se sonrojaban- termino hasta que están demasiado agotados como para moverse, en ese instante sé que he terminado, o por lo que hayan contratado en ocasiones 4 a 6 horas en una ocasión lo hicieron por doce horas creo que ese sujeto no se sentía bien, termine ajotada y creo que alucinaba las luces de colores. Mientras Taide continuaba hablando el rostro de Marcela se ruborizaba al imaginar en lo que esa chica podría trabajar. << ¡Es puta!>> Pensaba alarmada. -Tienes mucho aguante- dijo un poco desconcertada ante la impresión de que pasara hasta doce horas con su “trabajo”. -Cuando haces algo que te gusta el tiempo pasa volando. -Supongo, yo no estoy en contra de eso es solo que no pensé que… te gustara no parecía que fueras… Taide comenzó a reír al escuchar como la pobre chica trataba de salir a flote. -¿Te estas riendo?- pregunto Marcela un tanto molesta. -Lo siento, es que es muy chistoso perdona enserio- Taide seguía riendo a carcajadaspiensas que soy p-u-t-a –logro decir un tanto seria antes de volver a estallar a carcajadas. -Pues… ¿no lo eres? -No- dijo Taide muy seria después de su ataque de risa- soy DJ, toco en las mejores fiestas del país además de que sacare un disco de música electrónica, pensé que me veía decente. -Lo siento es que dijiste que trabajabas de noche y me pillaste en la depravación, lo siento. -Descuida, sabía que pensabas eso solo quería ver tu reacción. -¿Experimentabas conmigo? -Más o menos, ahora soy yo quien se disculpa, y ¿tú que haces? -Soy licenciada en sociología.

-Wow, que interesante. -Algo. -Y sales a las tres de la mañana a tomar café. -No, salgo a buscar hadas. -¿Encontraste alguna? -No, solo a una DJ poeta. -Que mal, las hadas son más interesantes y lindas. -Puede ser. ¿Es lo único que has escrito? Me refiero al fragmento de poema. -No he escrito más cosas solo que no son buenas. -Me gustaría algún día poder verlas. -¿Qué tal ahora? Taide saco su cuadernillo y mostro su contenido a la chica curiosa que había conocido, cada página cada verso parecía ante el criterio de Marcela más hermoso que el anterior. -Son buenos, muy buenos. -Gracias. -¿Segura que no son para nadie? -No, nadie. -Te molestaría si me los adueño. -Claro que no, serán para ti. -Gracias. -¿Dijiste que te enamorarías si alguien te dice algo así? -Sí, ¿me dirás algo así? -¿Quieres que lo haga? -Sí. -Ok- Taide aclaro su garganta y comenzó a leer uno de los fragmentos de uno de sus escritos que decía: Y el dolor embriaga mi cuerpo y lo adormece, después de tanto dolor ya parece no sentir, mi corazón se acostumbra a sufrir, y comenzó a ver lo como “amigo”, amigo, el cual no lo piensa dejar,

se ha instalado en mi pecho, y no lo planea abandonar. Cuando te pienso… quiero llorar, llorar amargamente por no tenerte, quiero reír, reír sin razón aparente, quiero gritar, gritar por la desesperación de no estar contigo, quiero enmudecer, enmudecer al tener tus labios contra los míos, tu cuerpo unido a mí, tus ojos conectados con los míos con miradas que encienden el fuego que se esconde en mi alma. Pero despierto de mi largo sueño, sueño que me lleva hacia ti, a tocarte en mi mente, a sentirte imaginaria torpemente ilusionada, a decirte al oído las palabras que emergen de mi corazón, y en el más hermoso de los instantes… todo se desvanece, frente a mis ojos expectantes deseosos de ti, y despierto llorando, por no tenerte, por no poderte olvidar. -“Cuando te pienso”, ese es de los mejores que leí, eres buena. -Gracias, es solo pasatiempo. -No lo dejes Carla. -¿Carla?

-Dijiste que en ocasiones olvidabas que ese era tu nombre, yo te lo recordare cada vez que te vea. -¿Quieres volverme a ver? -Me encantaría volver a leer más de tu poesía si ni te molesta. -Para nada.

Capitulo Seis

-¿Quieres ir al cine? -Lo siento pero no puedo, tengo cosas que hacer. Damián miraba con cierta desilusión a Alondra que tan solo guardaba sus cosas en su maleta. -Tengo que hacer algunas cosas en la casa. Después de su éxito en el teatro como bailarina más obras la habían mantenido ocupada, consiguió lo suficiente para dejar su departamento y mudarse a uno mejor. Abrió la puerta y se encontró con su nuevo hogar, los últimos 5 meses habían sido bastante productivos en su vida. Realmente no tenía nada que hacer, lo que quería era estar un rato sola, después de pasar todo este tiempo al lado de Damián todo el día a todas horas le hacía un poco de falta tener su espacio libre para ella. Se sentó en el sofá que acababa de comprar la semana anterior, encendió la pantalla y se puso a ver tv mientras comía papas fritas con salsa picante. Un programa de videos musicales llamo su atención, un video de música electrónica con un ritmo muy contagioso aparecía en pantalla. <<Parece buena canción, tiene muy buen ritmo>> Una fuerza desconocida la motivo a levantarse del sofá y comenzó a bailar. La imagen de aquella ocasión en que bailo con Taide en la inauguración llego a su mente, recordó como cada movimiento la acercaba un poco más a ella, sonrió al recordar como la chica movía la cabeza al ritmo de la música mientras seguía haciendo sus mezclas. <>

Suspiro al recordar su nombre y una lagrimo se deslizo lentamente por su mejilla, humedeciendo todo a su paso. Una sonrisa triste se dibujó en su rostro y sintió por un momento los brazos de Taide abrazándola en aquella ocasión en que casi la besa. <<Si lo hubiera hecho…>> La música dejo de sonar y el presentador del programa apareció en pantalla. “Buena rola, de las mejores del disco de esta chica todo paree marchar bien para Taide, a continuación lo más reciente de Ina” En cuanto escucho el nombre de Taide su cuerpo se estremeció, y sintió el salto de un agitado corazón, no se suponía que debiera de sentirse de esa forma, no tenía por qué sentirse así, o eso era lo que a ella le parecía. -Taide. Se encontró a si misma gritando su nombre sin que nadie pudiera escucharla. -Taide. Dijo en un susurro acompañado de más agua salada que se deslizaba desde sus ojos por sus mejillas, tenía 5 meses sin verla, sin saber nada más que lo poco que escuchaba por televisión. <> Sentada en el sofá viendo hacia ningún punto en específico no pudo evitar recordar la forma tan peculiar en que la conoció, como se cruzó en su camino de forma tan imprevista, el aroma de su cabello, la forma en que su sonrisa adornaba su rostro. <> ********** Sentía que sus pulmones le exigían a gritos más oxígeno, cada bocanada de aire parecía pequeña por más que se esforzara en inhalar más profundo parecía no conseguirlo, fijo su mirada en el proyectil que se acercaba veloz hacia ella, saltó para alcanzarlo en el aire y tiro lo más fuerte que pudo, tenía que conseguirlo, no era tiempo de duda, no se podía permitir fallar, la derrota no era una opción válida… el blanco balón viajo veloz por el golpe de Taide, cruzo al otro lado de la cancha y se clavó en el suelo con fuerza sin que nadie pudiera hacer nada para detenerlo. -¡Ganamos! Dos de tres, somos los amos del voleibol- grito Top levantando las manos para después abrazar a la alegre Taide que no dejaba de saltar de alegría.

-Ganamos, tienen que pagar la apuesta- recordó Taide a los abatidos chicos del otro lado de la cancha. -Vale- contesto con enfado- yo pago las bebidas. -Vamos no es mi culpa ser buena en el juego. -Taide tienes suerte- contesto Max con cierta envidia que hiso que Taide sonriera. -Deberíamos de salir a divertirnos más seguido- propuso Marcela que se dirigía a tomar un poco de agua. -Estoy de acuerdo, hace falta el tiempo de recreación, en especial para la loca neurótica de Top- dijo Taide riendo antes de ser golpeada en la cara por una toalla que este le arrojo. -Jajaja, que graciosa- contesto este con sarcasmo. -Niños no os pelees. -Marcela dile que no me moleste. -Taide ¡no lo molestes! -Ok, abuelo, no molestare al bebe. Todos rieron por el tono de niña chiquita con que Taide contesto al regaño de Marcela mientras se dirigían a las regaderas para ducharse antes de salir a tomar algo. La tarde era grandiosa, el sol estaba ocultándose y el cielo se cubría de diversos tonos de naranja mezclados con un suave azul y un blanco de algunas nueves solitarias que se divisaban antes de ser deformadas hasta desaparecer por un viento refrescante que soplaba. -Carla, ¿estás bien?- pregunto Marcela al darse cuenta que no dejaba de ver por la ventana mientras suspiraba completamente desconectada de lo que sucedía en la conversación que se llevaba a cabo en la mesa de un pequeño bar del centro. -Sí, solo pensaba aun poco, no es nada. -¿Pensabas en esa chica? -No- trato de mentir pero cinco segundos después no pudo sostener su mentira- sí, pensaba en ella. -¿Y qué pesabas sobre ella? -Pensaba en que es lo que estará haciendo, en si estará con alguien, en si ha chocado con más personas, y en si me recordara como la loca que choco con ella y que pensó que era una loca suicida.

-No le has visto en 5 meses- dijo Marcela levantando todos los dedos de la mano izquierda- y dijiste que era hetero, no deberías de atormentarte con ella. -Tienes razón- suspiro dando un último vistazo al cielo antes de integrarse a la conversación de sus amigos. -Max dijiste que había un bar de ambiente cera ¿no? -Sí, está a tres calles de aquí. -Deberíamos de ir. -No sé Top, en esos lugares por lo general hay solo hombres. -Vamos Taide, no estarás sola estarás con Marce, no creo que ella tenga problemas con acompañarte si no hay nada que te interese. -Marce ¿te gustaría ser la niñera de Taide?- pregunto Max que se levantaba de su silla. -Claro yo la cuido- dijo esta levantándose como lo estaban empezando a hacer todos en la mesa. Un enorme lugar oscuro con luces de colores que aluzaban de vez en cuando en el momento en que pasaban por el lugar en donde estabas. Una gran pista de baile repleta de parejas que no dejaban de moverse, la mayoría demasiado ebria como para moverse bien. -Vamos a bailar las dejamos- Max tomo la mano de Top y lo llevo a la pista en donde comenzaron a moverse levantando los brazos y dando unos cuantos saltos. -Se ven tan lindos juntos- comentó Marcela mientras ambas chicas los observaban. -Sí, Top y Max hace una hermosa pareja. -¿Y cómo van los poemas? -No son buenos, pero bien, ¿Cómo van las personas y su comportamiento? -Pues normal, no ha cambiado mucho la sociedad, el comportamiento humano es igual que ayer. -Magnifico. -Carla, no es bueno que sigas así. -Así significa… -Tan cerrada, deberías abrirte más. -¿Abrirme a qué? -Sonara trillado pero al amor.

-Estoy abierta al amor. -No lo estas. -Si lo estoy, solo que nadie me tira la onda. -No es cierto, si giras a la derecha a un lado del chico con mostacho gigante hay una chica que no deja de verte. -Te está viendo a ti- dijo está viendo discretamente hacia donde Marcela le indicaba. -Hagamos una prueba, mira hacia ella y saluda. -¿Qué? -Vamos. Taide obedeció lo que Marcela le dijo, miro hacia la chica y levantó su copa en señal de saludo, la chica hiso lo mismo y se encaminó hacia ella. -Viene hacia acá. -Viene por ti Carla. Antes de que Taide pudiera decir algo la chica estaba parada frente a ella. -Hola- dijo Taide un poco nerviosa- ¿Qué tal? -Hola, ¿puedo sentarme? -Claro- Taide se recorrió un sitio para que la chica tomara asiento al lado de ella. -Ok, soy Marcela- extendió la mano para saludar a la chica que se había sentada en el asiento en donde Taide había estado- y esta chica tan tímida es Taide. -Un gusto- la chica saludo a Marcela- así que Taide y Marcela, mi nombre es Bricia, y ustedes dos son… -Amigas- completo Taide- somos amigas. -¡Genial! Eso quiere decir que no son nada más que amigas. -Exacto, solo amigas- continuo Taide. -¿Seguras?, Marcela tú no has dicho nada. -No hay más que decir, es cierto solo somos amigas. -Que bien, ¿llevan mucho de conocerse? -No solo 4 o 5 meses, Marce y yo nos conocimos hace poco, pero nos hemos llevado muy bien. -¿Dónde se conocieron?

-En un café a las 3 de la mañana. -Sí, recuerdo que alguien pensó mal de mí- dijo Taide lanzándole una mirada acosadora a Marcela. -Bueno, me dijiste que hacías algo que gozabas mucho y que terminabas muy tarde, además de que empezaste a usar un doble sentido que aria que cualquier persona pensara mal, pude haberte preguntado cuanto cobrabas. -Te hubiese contestado con la verdad, de mil euros para arriba, soy algo cara, pero valgo la pena- contesto Taide sintiéndose orgullosa de ella. -¿Qué haces? -Música- contesto Taide. -Eres esa DJ, la de la canción de la radio, estuviste en el festival de hace poco. -Sí estuve allí. -Wow, es grandioso conocer a una persona como tú, eres algo famosa. -Solo un poco. -No pensé que fueses de estas ondas. -A decir verdad, si soy de estas ondas, pero no es un secreto ni nada de eso. -Mi pequeña bollera- dijo Marcela jalando la mejilla de Taide que solo se quejó por el jalón. -Ustedes dos harían buena pareja- dijo Brisa mientras sonreía. Taide se quedó callada al igual que Marcela que solo se ruborizo. -¿Tú lo crees? -Sí, se ve que hay algo especial entre ustedes, ¿aún no se declaraban su amor? No me digan que lo he hecho por ustedes eso le quita romanticismo. -No hay ningún amor que declarar, solo amistad- contesto Taide que reía secamente como si le hubiera parecido gracioso. -Sigan negándolo, pero sé que hay algo. Una chica que acababa de llegar con el sujeto del mostacho comenzó a llamar a Bricia que se despidió para ir con ella. -¡Qué graciosa chica, además de imaginativa! Un amor que declarar, que ocurrenciasdijo Taide antes de tomar de un trago lo que quedaba en su copa. -Sí, imaginativacontesto Marcela viendo hacia otro lado. -¿Pasa algo? -No, solo que las luces son molestas.

-Entiendo, salgamos por un poco de aire. Taide y Marcela se abrieron paso hacia la salida, mientras Bricia se despedía de ellas con un movimiento de mano. -¿Segura que todo está bien?- pregunto Taide preocupada. -Sí, solo caminemos un poco. Comenzaron a caminar en silencio, sus pasos las guiaron hasta el café en que se habían conocido. -Que coincidencia, el café. -Sí que raro, ¿quieres entrar? -Se me acaban de antojar unos churritos calientitos con chocolatito espumoso, es lo que tomaba ese día. -Vamos. Entraron al café, en donde la misma camarera de la otra vez las atendió, después de unos cuantos minutos en silencio regreso con sus respectivas órdenes. -Carla. -Si- contesto esta con un churro en la boca que hacía que no se le entendiera del todo. ¿Están buenos tus churros? -Claro, come están ricos- Taide acerco el plato en que estaban sus churros para ofrecer uno a Marcela que lo tomo, lo sumergió en su chocolate y lo probó. -Nada mal. -Marce yo… -Sí Carla. -Yo solo quería decirte que… este… los churros son ricos. -Lo son, bastante. -Marce este… yo… soy torpe para esto. -¿Comer churos? -No, me refería a hablar sobre cosas. -¿Qué cosas? -Matemáticas. -¿Matemáticas? -Sí, sobre tiempo, te conocí hace 4 meses y medio, el día 15 serán 5 meses, a las 3 de la mañana lo que quiere decir que te conozco desde hace 139 días, que son algo así como

3,336 horas que son iguales a 200,160 minutos que son iguales a 12,009,600 segundos que es igual a… -Ok, no sabía que pudieras hacer eso- interrumpió Marcela antes de escuchar el ultimo cálculo de Taide. -Te dije que era torpe para hablar de esas cosas, ¿te parezco rara? -Claro, es por eso que me gustas. -Sí supuse que te tenía que parecer rara, nadie sano hace ese tipo de cuentas que no son muy innecesarias, pero lo que te quería decir no era exactamente eso, yo quería decirte que la verdad es que… Taide se quedó callada al darse cuenta de lo que Marcela había dicho, no le puso atención al principio o solo había estado en shock por lo que escucho, sus ojos se abrieron más y dio un trago al chocolate caliente que termino por quemar su lengua ligeramente. << Dijo que le gusto, pero ¿Cómo?, ¿a qué se refirió?, a que le gusto como amiga o algo más, tal vez la he mal entendido>> -¿Perdón? ¿Qué?- pregunto Taide. -¿Qué de qué? -No nada, debo de estar delirando, pero deberíamos de hacer algo, lo que sea. -¿Qué te parece si vamos al gato cantarín? -¿Qué es eso?- pregunto Taide, no había escuchado hablar de ese lugar. -Es un lugar en donde no hay música electrónica, allí solo hay bandas en vivo, pequeñas y desconocida pero buenas, además de que tienen concursos de canto, poesía, oratoria y en ocasiones hacen debates. -Suena bien, vamos. Terminaron sus bebidas y salieron rumbo al lugar. El pequeño lugar estaba mejor iluminado que el otro, en el escenario una chica gritona cantaba algo obre un chico que la dejo y que no la valoro lo suficiente. Se sentaron en uno de los cómodos asientos, los asientos eran diferentes a los de los otros sitios, estos eran cómodos, era como estar sentado en el sofá de tu casa, tenían un lindo color azul cielo, había algunos rojos e incluso uno de color verde muy llamativo. Taide se sentó plácidamente en uno de los asientos al lado de Marcela, pidieron café para mantenerse activas. -Es lindo, muy cómodos los asientos, ¿Por qué no me habías traído? -Temía que no fuera de tu agrado.

-Pero si es muy lindo, claro que es de mi agrado. -Carla ¿por qué has hecho todas esas cuentas del tiempo que llevamos conociéndonos? -No tengo idea, soy muy rara. -Lo eres, eres rara, divertida, agradable. -No olvides muy sexy y guaperrima. -También eso. Taide miro el lugar y suspiro, Marcela por su parte miraba a Taide detenidamente. Los minutos pasaban y ellas solo charlaban sobre cosas sin sentido, un montón de platica bacía sin importancia alguna, solo por charlar.

**********

El telón se bajó y un estruendoso escandalo provocada por las palmas de los asistentes que chocaban entre si alegres ovacionando el espectáculo, con la respiración aun agitada salieran a escena para hacer reverencia a su público que los aclamaba con más fuerza al momento en que todos reaparecieron en escena. Miraba, buscaba entre el público pero no encontró nada, simplemente no estaba… Buscar entre el público deseando que estuviese allí se le había hecho costumbre, siempre que terminaba la presentación la buscaba con ilusión, soñaba con verla allí aplaudiendo, la veía sonriendo junto con su amigo Top, veía como una hermosa sonrisa se dibujaría en su rostro al ver de nuevo esos labios rojos que tan cerca había estado de besar, de pronto el mundo entero quedaba deshabitado y solo quedaban ellas dos, sin nadie que pudiera verlas, se visualizaba acercándose corriendo a donde ella la esperaba, miraba el reflejo de su rostro en esos ojos negros, la abrazaba con toda la fuerza con que sus brazos se lo permitían y comenzaba a acariciar su corto y despeinado cabello rubio, por momentos sentía las manos de Tai en su cintura y podía escuchar los latidos desesperados de su corazón, conforme desplazaba sus manos sobre el contorno de su cuerpo tan delicada y suave, sentía el calor que subía desde su entrepierna hasta sus mejillas los movimientos involuntarios de su cadera que se acercaba más a la chica de los hermosos ojos negros, se inclinaba lentamente para besarla y a escasos milímetros de sus labios se desvanecía en el aire dejándola sola por completo, el teatro se derrumbaba y lo que de principio parecía un hermoso sueño se convertía inesperadamente en una pesadilla, en la cual se encontraba sola, entre animales salvajes, bestias que se mofaban de ella al ver su sufrimiento. Esa pesadilla se repetía al término de cada función, su mente jugaba con ella dándole la esperanza de encontrarla allí pero se la arrebataba de forma cruel una y otra vez. Las noches eran igual, soñaba con encontrarla de nuevo y por alguna razón antes de besarla por primera vez desaparecía y Damián aparecía en su lugar.

Los besos tiernos de Damián que en un principio la habían hecho sentir algo le eran ajenos e indiferentes, los recibía sin entusiasmo y los contestaba de forma fría que Damián no tardo en notar que las cosas tal vez no marchaban bien. La pregunta de Damián era siempre la misma “¿Estas bien?”, le preguntaba preocupado por lo que pudiera estar sucediendo, pero siempre se encontraba con un “si estoy bien”. Los días pasaba y Alondra seguía sin mostrar algún tipo de entusiasmo, tenía 7 meses sin saber nada de la chica que conoció por accidente y su relación estaba a cada momento más distante con Damián. La televisión daba algunas noticias sobre el clima, sismos de baja intensidad se habían registrado pero nada de qué preocuparse, la chica de espectáculos saludo a la audiencia luciendo un diminuto vestido en color azul turquesa que dejaba poco a la imaginación, entre una pasarela de artistas en una entrega de premios vio a Taide o por lo menos eso creyó, se acercó a la pantalla para verla con detenimiento, ¡era ella! No había duda de que se trataba de ella, había una chica a su lado, iban tomadas de la mano sonriendo saludando a todo el mundo, cuando alguien se acercaba a hablar con ellas sonreían y se abrazaban con fuerza, la mano de Taide rodeo la cintura de la desconocida chica la beso en la mejilla para despedirse posteriormente der reportero que las había entrevistado. Para algunos este acto pudo a ver sido inocente sin importancia, pero Alondra sintió un dolor agudo en su pecho, la forma en que Taide sonreía al lado de esa chica, el inocente beso en su mejilla, sus ojos se sintieron húmedos y el delineador tiño de negro las lágrimas que corrían por sus mejillas. <<Se veía feliz, me alegra que lo sea >> Limpio las lágrimas negras, arreglo su cabello y salió a la calle a caminar hacia ningún lado en especial. Una brisa refrescante golpeo su rostro y se sentó en una banca de un parque viejo. Niños corrían de un lado a otro, parejas de novios paseaban tomados de la mano o besándose, una bolsa bacía de patatas era arrastrada por el viento, se levantó y la depósito en el contenedor de basura de la esquina, una pelota de colores llego rodando hasta sus pies, unos niños de entre 8 o 10 años le pidieron que se las regresara, ella asintió y la pateo hasta ellos, personas pasaban de un lado a otro, todas en su tema sin que ella les pareciera importante, cada paso que daba parecía sentirse más pesado que el anterior, tomo el celular, llamo a Damián y acordó una cita para el cine a las 8.

**********

Uno tras otro los autos pasaban al lado de su ventanilla y solo los miraba de reojo sin nada más interesante que hacer. -Taide deberías de ir con Marcela hace días que no la vez.

-Sí, Top, aunque las cosas están un tanto incomodas en ocasiones. -Te gusta. -No lo sé, abecés pienso que si, después recuerdo a Alondra y creo que no, pero después Marce es tan linda que siento que sí. -Eres demasiado complicada, hace un año que no sabes nada de esa chica, tienes a Marce que es una increíble y sexy chica y tú dudas recordando a la bailarina. -Soy rara, además lo más probable es que regresara con su novio, además es hetero, no debería de preocuparme tanto por ella, y no llevo un año sin saber de ella apenas han pasado 10 meses. -Casi un año. Sin más palabras llegaron a la cita de trabajo, acordaron el trato para que Taide se presentara. La tocada fue buena, tuvo éxito cada vez era más conocida y la invitaban a más eventos importantes. En medio de la sala de su departamento jugando cartas con Marcela. -¿Qué piensas Carla? -Recuerdas el día en que esa chica dijo que si había arruinado la declaración de amor. -Sí, fue incomodo en cierta forma. -Sí, recordé a Alondra y pensé en que es probable que ella este feliz con alguien, y es injusto que no me dé la oportunidad de conocer a alguien, así que estaré respectiva al amor. -Eso es genial. -Sí, por ello saldré a ese bar de ambiente. -¿Iras a ligar? -No, iré a divertirme. -Es genial- contesto Marcela con alegría. -Gracias por apoyarme. Esa noche el color era más fuerte que las noches anteriores, se sentía el sudor en la frente al estar adentro de la habitación, Taide se arregló y salió a buscar diversión. Bailo con algunas chicas, todas parecían querer lo mismo, y ella no podía sentir nada por ninguna, después de 10 canciones con diferentes chicas se sintió cansada y se

dirigió a la barra para tomar algo, un trago simple no muy elaborado sirvió para refrescarla un poco. -¿Ya encontraste algo interesante? -No aun no- Taide dio la vuelta y encontró a Marcela vestido con un diminuto y provocador vestido negro que nunca le había visto puesto, la observo de arriba abajo con la boca abierta- ¡qué bien te vez! Estas que matas. -Gracias, ¿te gusta? -Te vez genial, ¿Para quién te vestiste así? Debe de gustarte mucho. -Lo hice para una chica que supe que estaría receptiva al amor. -Pues al verte así se enamorara de inmediato- dijo sonriendo mientras Marcela se sentaba a su lado. -¿Qué dices si intentamos algo? -Suena interesante- se acercó más a Marcela y le susurró al oído- ¿Qué quieres intentar? -Qué te parece esto. Marcela se inclinó lentamente y beso los labios de Taide mientras esta serraba los ojos por instinto, la suavidad de los labios de Marce sobre los suyos fue tan refrescante que no dudo en saciar su sed besando repetidamente cada vez con más ganas que la anterior. -Genial- dijo Taide al despegar sus labios de los de Marcela que sonreía al verla- me parece genial, y que tal si bailamos un poco. Tomó la mano de Marcela y la arrastro hasta media pista de baile, la noche se hiso larga, bailaban y tomaban para volver a bailar, después del décimo trago comenzó a sentir que su cuerpo actuaba solo, perdió el sentido de lo que pasaba y quedo en negros…

Capitulo Siete

Una brazo rodeaba su cintura, su cabeza parecía palpitar y estar lista para estallar en cualquier momento, el reloj marcaba las 9 de la mañana, el sol iluminaba el día y quemaba sus pupilas con sus rayos que se asomaban por la ventana abierta de la habitación, siguió con la mirada el brazo que la rodeaba y encontró el cuerpo de Marcela, se encontraba sumida en un sueño tan profundo que la luz del sol y los ruidos de la ciudad parecían no tener ningún efecto en ella. << ¿Qué hice? >> Se preguntaba mientras se zafaba lentamente del brazo que la rodeaba.

Se acercó a la ventana y se asomó por ella para encontrar a una activa ciudad, miro por la calle y escucho unos silbidos y gritos de unos hombres que se encontraba en la esquina del edificio de al lado, miro hacia abajo y se dio cuenta de que estaba desnuda. -Diablos- dijo antes de serrar de prisa la ventana y las cortinas. Miro la habitación detenidamente, ropa en el piso, algunas cosas tiradas, la colcha estaba en medio de la habitación y su mente parecía no recordar nada de lo sucedido. Se dirigió a la regadera y se ducho con agua fría que refrescara su cuerpo y se mente, lucho en vano por recordar algo, todo parecía tan confuso, recordaba haber besado a Marcela pero lo que hiso después era lógico sin necesidad de recordarlo. << ¿Qué paso conmigo?, yo no había actuado así con nadie, ¿Qué hice? ¡Dios! >> Salió de la ducha, se vistió con lo que encontró y despertó a Marcela que seguía dormida. -Marce levántate son las 10:37 de la mañana. Marcela abrió los ojos y se encontró con Taide que la miraba con ternura. -Es tarde- dijo en un bostezo. -Lo es- contesto Taide. -¿Puedo usar tu ducha? -Toda tuya- contesto Taide que salía de la habitación- si necesitas ropa adelante. Marcela se levantó, encendió la regadera y se dio una refrescante ducha. Taide preparaba unos panqueques para desayunar mientras trataba de recordar todos los acontecimientos de esa noche sin éxito alguno. << Me acosté con ella >> Pensó resignada en que lo había hecho y un lo siento no solucionaría nada. << No lo puedo creer, ¿tendré que disculparme? Al final de cuentas somos dos adultos que sabían lo que hacían, no creo que sea necesaria una disculpa, podremos seguir como si nada >> Pensando en que podría seguir como si nada hubiese pasado se sintió más tranquila, esperaba que Marcela lo viera de la misma manera que ella, no tenía nada de malo, no es que alguna quedara embarazada o algo parecido. Inhalo profundamente y suspiro pensando que no podía hacer nada más para intentar cambiar lo que había hecho, había dicho que estaría receptiva al amor y lo intentaría, intentaría enamorarse y dejar de pensar en la chica con la que un día se topó y se enamoró en un instante. Marcela era una buena chica, era buena amiga y tenía una belleza tanto exterior como interior, no sería difícil enamorarse profundamente de ella, era un sueño de chica. Pero Taide seguía pensando en Alondra, por más que luchaba por no recordarla, por olvidarla y no sentir nada por ella, no lo conseguía.

********** -¡Acepto! Contesto emocionada ante los aplausos de los asistentes, todos coreaban felicitaciones a la feliz pareja; la chica limpiaba algunas lágrimas que había derramado por la emoción, él le ponía nervioso la argolla de compromiso que había comprado con tanto esfuerzo, la espera había sido larga pero por fin había tenido el valor suficiente para pedirle que unieran sus vidas por la eternidad. -Me haces el hombre más feliz del mundo, te amo- dijo el guapo chico de traje gris antes de besar a la chica que lucía un vestido con estampado floral. Después del beso apasionado salían 10 chicas con vestido de novia bailando una canción sobre la felicidad del matrimonio, y entre esas chicas estaba Alondra, al término de la canción 10 chicos vestidos de novio salían a bailar otra canción que contaba lo feliz que les hacía encontrar a la mujer perfecta. Tenían tres minutos para cambiarse y salir a bailar la siguiente canción de la obra, vestidos de novia salían volando para ser cambiados por trajes de damas de honor que acompañarían a la novia, para comenzar a bailar una nación de despecho en cuanto apareciera la amante de Juan Francisco y la obra tomara su giro inesperado. Alondra se había convertido en una experta en cambiarse de ropa en poco tiempo, los vestidos entraban y salían con facilidad de su delgado y estilizado cuerpo. -Entran en 5, 4, 3, 2, ahora chicas corran- anunciaba el encargado mientras las chicas desfilaban rumbo al escenario al ritmo de la canción que indicaba la llegada de la novia a la iglesia. La obra termino con los aplausos del público y la reverencia de los actores y bailarines hacia su público que los ovacionaba emocionado. -Alondra ¿quieres ir a tomar algo esta noche? -Claro. -Paso por ti. Alondra salió hacia su casa, tenía hora y media para arreglarse y salir con Damián. Se puso un vestido plateado que resaltaba su busto, un maquillaje sencillo y unos lindos tacones fueron suficientes para hacerla ver espectacular. Damián llego a tiempo como era su costumbre, subieron al auto y este la llevo hasta un bar. -¿Es aquí? -Sí Alondra, me dijeron que era un buen lugar.

Alondra contemplo la fachada del lugar, era el mismo lugar al que Héctor la había llevado a la fiesta de máscaras en que se encontró a Taide, siempre había tratado de evitar los lugares en que la había visto por miedo a tener alguna reacción, temía sentir lo que estaba experimentando en ese momento, sentía que su corazón se aceleraba al recordarla, deseaba subir de inmediato a la azotea y encontrar a Taide allí de nuevo, esta vez no tendría dudas en besarla, lo aria sin que le importara nada, tenía la confianza de hacerlo porque sabía que era imposible encontrarla de nuevo. Entro del brazo de Damián que se encontraba alegre, la decoración era diferente, aunque no podía afirmarlo, la música era buena, y el amiente muy agradable, Damián bailo y se portó con ella como de costumbre, como todo un caballero de la mesa redonda. -Tengo que ir al tocador- se disculpó Alondra para separarse un poco de Damián que solo sonrió y asintió con la cabeza. Subió por las escaleras que la llevarían a la azotea, llego y miro a todas partes en busca de una señal de Taide pero no encontró nada, se recargo en el barandal donde 11 meses antes había estado con Taide, miro al infinito cielo oscuro que la rodeaba y suspiro. -¿Dónde estás? Pregunto a la nada mientras las sirenas de una ambulancia llamaron su atención por unos segundos.

**********

Taide miraba el amanecer desde la azotea de su edificio, su reloj marcaba las 5 de la mañana con 34 minutos, el sol se asomaba juguetón en el cielo mientras unas tímidas estrellas se escondían en el cielo para volver a aparecer por la tarde. -Deben de ser las 11 de la noche allá, ¿Qué estarás haciendo Alondra? Preguntaba en dirección al cielo como si esperara que él le diera la respuesta. -¿Me recordaras? Sonrió para si al darse cuenta de que era estúpido preguntarle al cielo esperando respuestas, lo único que podría encontrar como respuesta era alguna gracia de alguna paloma que volara sobre su cabeza.

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Permaneció unos momentos viendo las estrellas antes de resignarse a bajar y regresar con Damián.

-¿Todo bien?- pregunto este en cuanto Alondra volvió a su lado. -Sí, todo bien, solo tome un poco de aire en la azotea pero todo bien. -¿Segura?, no deseo que vayas a enfermar o algo. -No todo bien, es solo que quería ver el cielo por un momento. -¿Querías ver el cielo de esta contaminada ciudad? -Sí, una vez alguien dijo, la vida es una mierda pero hasta la mierda tiene sus cosas buenas, la ciudad está contaminada, pero algún quedan algunas estrellas que admirar. -Eso de que hasta la mierda tiene cosas buenas es dudoso, ¿Quién lo dijo? -Alguien- contesto Alondra sin decir que esa persona había sido Taide, sabía que el tema le molestaba un poco a Damián, así que lo omitió para no hacer que él se sintiera mal. -Pues esa persona no era muy atinada, yo no encuentro nada bueno en la mierda, pero sus razones tendría para decirlo- tomo un traga de su cerveza y llevo a Alondra a bailar a la pista. Regreso a su casa a la una de la mañana, después de despedirse en la puerta de Damián estaba cansada, se quitó los zapatos, se sacó el vestido veloz y se puso un camisón para dormir. Las seis de la mañana era su hora de despertar, durmiera lo que durmiera las seis era el tiempo para levantarse y comenzar su día, ya no trabaja en la tienda de su tío, recogía su habitación, se ponía ropa deportiva y salía a correr al parque, regresaba se duchaba, hacia trabajos domésticos, iba a visitar a su padre o daba una vuelta por la ciudad antes de ir a ensayar para en las tardes presentarse en la obra. Su padre la esperaba feliz de verla, él era un adulto mayor, padecía de una enfermedad que le imposibilitaba moverse con facilidad, Alondra lo visitaba lo más seguido que podía. -Hola papá- lo saludo con un beso en la mejilla. -Hola hija, ¿Cómo va todo con Damián? -Bien, estamos muy bien. -Me alegro, ¿piensan casarse? -No lo hemos hablado, es muy pronto. -Entiendo hija, tranquila, solo decía- se disculpaba el señor sonriendo antes de ser atacado por una tos fuerte que lo hiso sentarse en el sofá para descansar. -¿Cómo sigue de la garganta? -Mejor hija, no te preocupes por mí.

-¿Qué tal esta Mario? -Tu hermano igual que siempre, el otro día llego con su… amigo- contesto con enfadodijo que se casarían pronto y que estábamos invitados, la invitación está en la mesa-dijo apuntando en dirección al sobre de color azul que retozaba en ella- me duele que sea así. Alondra veía el sobre y lo tomo en sus manos. -¿No iras? -No hija, no es porque no quiera- sonrió levemente- solo que no puedo, pero ve tu si lo deseas. Alondra puso el sobre en su bolso y se sentó a platicar con su padre. Al llegar a casa le dio u vistazo a la invitación. Esperamos su asistencia en el enlace matrimonial entre Mario y Jennifer que se llevara a cabo el día 22 de agosto del presente año en la hacienda El Márquez a las 12 horas. -Será en tres semanas, supongo que debo de ir- dijo para si antes de prepararse para salir a la obra.

**********

-¿Estás hablando enserio? Preguntaba molesta mientras Taide se encogía de hombros escondiendo la mirada de los ojos acusadores de Marcela. -Lo siento- dijo sollozando. -¿Lo sientes?, no puedo creer que no la ellas podido olvidar, no la ves desde hace ¡un año! -Desde hace un año 6 días para ser exactos, que es igual a 371 días, 8,904 horas 534,240 minutos lo que es lo mismo a más o menos 32, 054,400 segundos desde la última vez que la vi. Marcela mira impresionada de la facilidad con la que Taide hacia sus cuentas mentales, no sabía si serian exactas pero sí que impresionaba cuando lo hacía. -Te iras para buscar a la hetero con la que chocaste una vez. -Sí. -Estás loca.

-Sí. -No puedo creer que te valla a decir esto pero, hazlo, búscala, lucha por conseguir estar con ella y tráela para que la conozca de una vez y sepa si vale la pena. -Eres genial sabes, pensé que me sacarías los ojos o algo parecido. -Lo pensé, pero son muy lindos como para quitártelos, además de que no podría arrancarte el cabello a jalones, te vez muy bien con cabello largo, no la has cortado desde hace mucho, ya creció bastante, además que con ese color más ósculo luces más linda. -Sigues coqueteando. -Es inevitable. -Te extrañare, salgo mañana por la mañana. -Y yo, espero que vuelvas pronto con esa chica. -Lo are, volveré. Después de un abrazo fuerte y fraternal y un ligero zape en la cabeza de Taide proporcionado por Marcela, se despidieron con la promesa de algún día volver a verse. Taide tenía todo preparado, sus maletas estaban listas, tenía sus ahorros y un futuro asegurado, no faltaba nada, estaba dispuesta a irse. Al amanecer salió rumbo al aeropuerto y antes de abordar escucho los gritos histéricos de Top que corría de prisa tras ella. -¿Qué haces aquí?- pregunto en cuanto esté la alcanzo. -No planeabas dejarme solo ¿o sí?

Top entrego sus papeles a la señorita que autorizaba su entrada al avión y entro con Taide. -¿Por qué te vas conmigo? -Eres como mi hermana, no dijiste un día que yo era como el hermano que nunca tuviste. -Yo recuerdo haber dicho que eras la hermana que nunca tuve. -Bueno y tú el hermano que no me habla- contesto Top sonriendo para después abrazar a Taide. -¿Crees que es loco?

-Sí. -¿Por qué me apoyas? -Porque eres mi hermana o hermano, además de que me necesitaras, si algo sale mal estaré para ti. -Eres un lindo. -Lo sé soy lo máximo. -Súper guay. Las nubes pasaban a un lado de la ventanilla por la que Taide miraba, recordó como hacía tiempo atrás miraba por la ventanilla del avión esperando algo nuevo, emocionada, deseando volver para verla y allí estaba de nuevo, volando en busca de una chica que no sabía que paso en su vida y que tal vez estaría casada. Regreso a su departamento que era de ella oficialmente, se encontraba limpio, Top había contratado a alguien que lo limpiara para cuando ella llegara, todo estaba muy ordenado, todo como lo había dejado, el tiempo pareció no haber pasado en ese lugar. Se dejó caer en la cama y se durmió para por la mañana salir en busca de Alondra. Se levantó a las 6 de la mañana, tomo una ducha y salió rumbo al lugar en que la había conocido, pregunto por ella pero nadie supo darle alguna razón de su paradero. Hablo con el coreógrafo pero no sabía nada de ella. Fue al bar en el que la había visto en la azotea pero no encontró nada. Top hablo con conocidos que sabían sobre baile en compañías de valet pero nadie sabía de ella. Paso todo el día tratando de dar con un indicio de su paradero pero no encontró nada. -Tai, mañana continuaremos, descansa. -Sí Top, mañana continuaremos. Como lo prometieron continuaron con la búsqueda pero no tuvieron éxito, nadie sabía de Alondra, nadie en las compañías de danza, nadie podía decirle donde estaba, la semana paso más rápido de lo que se dio cuenta y continuaba buscando sin éxito. -Tai, ya tenemos toda la semana y no hemos dado con ella, tal vez cambio de ciudad o algo. -Top, tengo que encontrarla. -Recorrimos todas las compañías de baile, hable con todos los bailarines que conozco y nadie la ha visto, y si descansas. -¿Quieres que me rinda? Me acompañaste desde el otro lado del mundo para decirme que me rinda.

-Taide no está. Las palabras de Top retumbaron en los oídos de Taide, “no está” había viajado para no encontrarla, se sintió frustrada, triste y enojada. Después de dos días sin levantarse de la cama se resignó a tratar de seguir, sin perder las esperanzas de encontrarla. -Taide, escuche que el ejercicio ayuda en la depresión. -Que bien Top. -Mañana saldrás a correr al parque por la mañana. -No tengo ganas. -Lo aras yo me encargo. Sin darle más importancia a las palabras de su amigo continúo comiendo su helado de vainilla francesa. El reloj marcaba las 6:40 de la mañana, Top entro con un sartén y una cuchara y comenzó a chocar los instrumentos de cocina entre sí para despertar a Taide. -Levántate a correr mamacita. -No quiero loco, deja dormir. -Levántate Carla. -No soy Carla. -Taide párate o ya verás. -No te tengo miedo. Top tomo un vaso de agua de la mesa de noche a un lado de la cama y lo vertió sobre la cabeza de Taide que se levantó de un salto. -Ahora cámbiate. -Ya voy- dijo desanimada mientras se dirigía al baño a regañadientes. Salió con un pants rosa y unos tenis negros, top la llevo en su auto hasta el parque y le dijo que corriera y desquitara su frustración. ********** Solo faltaban dos vueltas más para terminar, solo eso, cerró los ojos para sentir la brisa sobre su rostro y perdió de vista el camino. Un golpe la hiso caer al piso. -Lo siento fue mi culpa- dijo parándose mientras se sacudía.

-Descuida, hace más de un año me paso algo similar. -Que chistoso a mí también- recogió sus audífonos del suelo- ¿quieres que llame al seguro? -No hace falta estoy bien, espera yo hice una broma similar con…

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-No hace falta estoy bien, espera yo hice una broma similar con… Taide levanto la vista hacia la chica con la que había chocado, una sonrisa la recibió, unos ojos color marrón con unos labios rosas, el cabello un poco más corto que la última vez y de color café rojizo. Una enorme sonrisa se dibujó en los labios de Taide. -Deberías de ir con más calma- dijo finalmente- chocar es un mal hábito.

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Esa voz parecía tan familiar, esa chica de cabello castaño parecía familiar, dudo por unos segundos que se tratara de ella pero el brillo de esos ojos era inconfundible. -No tengo la costumbre de chocar con todo el mundo, solo que decidí hacer una excepción contigo. -Ahora me siento especial- contento sonriendo Taide que seguía viendo fijamente a Alondra. -Tu cabello ha crecido mucho. -Sí, algo, lo malo es que ahora tengo que peinarme porque si no lo hago si se nota, estaba pensando en cortármelo. -Te vez muy bien así. Alondra quería decirle que se veía mucho más hermosa a como la recordaba pero no tuvo el valor de hacerlo, había deseado tanto este momento en que la encontraría de nuevo y ahora que la tenía a un lado no sabía qué hacer, no sabía si besarla y abrazarla o solo saludarla y evitarla.

-Gracias, tú también te vez muy bien, no esperaba encontrarte de golpe, eso de encontrarnos chocando no es muy normal. -Tienes razón, es raro. Alondra sonrió al ver a Taide detenidamente, cada parte de ella su cabello largo que caía sobre sus hombros y los mechones que estaban sobre su frente en ese fleco, la sonrisa perfecta y los ojos negros que en tantas ocasiones veía en sus sueños. -Temía que me hubieras olvidado. -No suelo olvidar con facilidad, además dijiste algo sobre un novio español, o portugués. -Diablos- dijo Taide poniendo una mano sobre su nuca- olvide al chico, pero traje a Top, no sé si te sirva de algo. Alondra sonrió por el ofrecimiento de Taide. << Te quiero a ti >> -No dijiste que él era gay, no creo ser de su agrado. -De algo debe de servir, a mí me ha servido mucho. Alondra vio sorprendida a Taide por la afirmación que esta le hacía. -¿Te ha servido? -Sí- contesto tranquila- nadie sabe más sobre productos y tratamientos de belleza como el, además de que escucha cuando lo necesito y me apoya en mis locuras. -Creo que te es demasiado útil como para quitártelo. -No lo negare, es increíble. ********** Taide estaba emocionada, contenta y reprimía sus gritos de emoción para no parecer rara ni nada por el estilo, la sonrisa de Alondra era mucho más hermosa de lo que recordaba y deseaba abrazarla pero, ¿parecería muy extraño? -¿Te ha ido bien en tu viaje? -Sí, fue divertido, además de educativo. ¿Te ha ido bien aquí? -Sí, la obra va muy bien, y Damián es bueno… Alondra se detuvo antes de completar la oración. -¿Damián? Él es tu novio- intuyo Taide algo triste. -Sí.

Taide sintió la estocada directa al corazón, fue un ataque certero y cruel, la hirió gravemente pero lucho por verse lo más entera posible. -Que bien que estés con alguien- su voz sonaba demasiado entusiasmada, ese era su método para ocultar su dolor. -Sí, pero ¿Qué hay de ti?, tus locas fans. -Siguen locas. -Por ti, ¿Qué te parece si te invito a desayunar? -Estaría bien- contesto Taide antes de que empezaran a caminar rumbo al local. -Pensé que no volvería a verte. -Lamento desilusionarte pero aquí me tienes, ¿deseabas verme de nuevo? -Sí, deseaba verte de nuevo. Se quedaron en silencio mientras el ruido de cucharas que mezclaban la azúcar y el café reinaba en el lugar, acompañado de palabras revueltas por conversaciones que no tenían relación una con otra. -Cuéntame sobre Damián- Taide dijo esto por cortesía no le interesaba conocer nada de Damián, de hecho lo odiaba sin siquiera conocerlo, lo detestaba por estar con Alondra. -Bueno, él es un compañero de obra, me invito a salir y bueno ahora somos novios. -Que simple- murmuro Taide antes de tomar un sorbo de su café. -Ahora cuéntame que tanto hiciste en Barcelona. -Nade con tiburones, jugué tenis con vacas espaciales que realizaron un trio con elefantes cosmonautas mientras yo bailaba regeton con marcianos. -Sí que te aburriste- Alondra comenzó a reír de imaginar tan peculiar escena. -En realidad, solo trabaje y conocí nuevos amigos. -Y bailaste regeton con marcianos. -Sobre todo eso, me hubiera encantado que vieras que bien perreaban esos marcianos. -Eres muy divertida. -No olvides, guapa inteligente y mega sexy. -Sobre todo eso. Taide dio un vistazo a las personas del lugar, todas en su pequeño mundo, miro a la caja y llamo a la camarera.

-Disculpe señorita, podría traerme un chocolate caliente y unos churros rellenos de cajeta. -Claro, veré si tenemos churros. -¿Churros? No crees que son demasiados carbohidratos. -Cuando cumpla 39 me preocupare. -Cuando tengas diabetes y colesterol alto. -Bueno, son mi debilidad, además me traen buenos recuerdos. -¿Qué recuerdos?- pregunto Alondra mientras se recargaba en el respaldo de la silla. -Me recuerdan a Marce, la conocí comiendo churros a las tres de la mañana en un café, desde entonces nos volvimos muy buenas amigas. -Así que salías a comer churros a las tres de la mañana. -Solo cuando la ocasión lo ameritaba. La camarera llego con la orden de Taide, se la entrego y se retiró. -Espero que sean igual de ricos- tomo un churro lo sumergió en el chocolate y lo mordió- está muy rico, prueba- acerco hacia Alondra la taza de chocolate y le dio un churro. -Sera demasiada azúcar. -Vamos, no es que vayas a engordar con una vez. -Si engordo tú serás la culpable- tomo el churro lo sumergió y lo mordió- bastante rico. -Te lo dije. -Comías churros en donde estuviste. -Sí entre otras cosas- contesto Taide atragantándose con un churro. -¿Cómo que cosas? -Bueno, me encantaba salir a comer paella, y hacían unas bebidas muy exóticas en los bares. -Pura fiesta contigo. -También tengo mi lado romántico- dijo Taide antes de darse cuenta de lo que le estaba diciendo- no solo fiesta, hay muchas otras cosas que me gusta hacer como contemplar el cielo. -Y evitar suicidios.

Taide comenzó a sonreír recordando la ocasión en que pensó que Alondra se quería suicidar. -Sí tengo complejo de heroína. Y ¿Qué más has hecho aparte de conocer a tu príncipe azul? Alondra se tornó seria en el momento en que Taide menciono lo de su príncipe azul, y Taide lo noto pero no hiso mención alguna, no le agradaba hablar de él, no lo conocía pero no le agradaba solo por el hecho de que el pudiera estar con Alondra de la forma en que a ella le gustaría estar. -Estoy trabajando en una obra musical, es diferente a lo que había hecho pero es muy divertido. -Ya veo, ¿en qué teatro estás? -En el teatro blanquita de 7 a 9 de la noche. -Quiero verte, me encantaría ver como lo haces. -Solo bailo no es la gran cosa. -Clara que lo es, estar haciendo algo frente a las personas es muy difícil, ¿Cuándo tienes función? -Lunes, miércoles y sábados. -Hoy es lunes así que poder verte. Taide miro a su celular en el que había un mensaje de Top que le comunicaba que tenía que verla de inmediato. -Es tarde- dijo Alondra al checar que Taide revisaba su móvil- te veré en la obra. -Te veré allí. ********** Alondra llego a su casa después de correr con el corazón más acelerado que cuando corría, la emoción la invadía por completo y en cuanto cruzo la puerta para entrar a su departamento no contuvo un enorme grito que necesitaba soltar. -¡Si, está aquí de nuevo! ¡Ya volvió! Comenzó a saltar sobre el sillón, para después bailar por la sala como si se hubiese sacado la lotería. -¡Dios! Quería abrazarla, besarla, decirle que la extrañe tanto y no soltarla nunca, se veía más hermosa que antes, y me vera hoy ¡ira a verme! Por qué no la abrace- miro a su alrededor y se dio cuenta de que no había nadie que la escuchara- debo dejar de hablar sola, tal vez ya estoy loca.

Se dejó caer en el sofá repleto de huellas de la suela de su tenis, y suspiro profundamente. -Taide por fin regresaste- dijo antes de comenzar a reír al darse cuenta de que seguía hablando sola. Cada recuerdo de la imagen de Taide parada frente a ella parecía tan perfecto, cada rasgo de su rostro le parecía inmensamente hermoso, pero… ¿debería parecerle así? ********** Taide caminaba lentamente de regreso a su departamento, se sentía contenta por haber encontrado a Alondra por accidente, pero la felicidad se eclipsaba rotundamente por el sentimiento de tristeza al saber que tenía a alguien más, ¿Qué podía esperar?, no era como si Alondra la fura a esperar o algo, ¿Por qué estar soltera cuando es tan hermosa?, lo más importante por que esperar a una chica cuando eres hetero y lo que te gusta son los hombres. Se veía a sí misma como una idiota por haber imaginado que tal vez tenía alguna oportunidad, solo la conocía poco, se puede decir que nada, ¿Qué esperaba? ¿Una hermosa historia de amor donde ella volvía y Vivian felices eternamente? Un grito de furia se ahogó en su interior contenido por el miedo a la vergüenza de que las personas en la calle pensaran que estaba loca. Abrió la puerta y la azoto con fuerza llamando la atención de Top que descansaba plácidamente en el sofá. -¿Pisaste mierda de perro?- pregunto mientras apagaba el televisor. -La encontré- dijo más molesta que contenta- estuve con ella, platicamos. Top sonrió y abrazo a Taide para festejar, sin embargo no recibió respuesta alguna que mostrara una pisca de entusiasmo. -No luces contenta, estabas deprimida por no encontrarla, la encuentras y luces como mierda de perro. -Gracias- dijo sin ánimos- una chica ama escuchar que luce como mierda de perro, no hay nada más halagador en el mundo. Top se sentó a un lado de la decaída Taide y comenzó-¿Qué paso? Pelearon, te dijo algo, te lastimo ¿Qué? Taide noto que Top estaba auténticamente preocupado por ella-No peleamos. -¿Entonces? Deberías de estar feliz. -Lo estoy- Taide saco un suspiro que la había estado asfixiando por un rato- solo que ella…

-Ella ¿Qué? Habla no le pongas más emoción de la necesaria. -Ella tiene novio- grito furiosa- tiene novio, es hetero, ella esta con alguien, y yo dejo todo para venir y ella- aclaro su garganta para seguir gritando- esta con un hombre, me siento tan estúpida, hice todo un cuento en mi cabeza de que ella podría haber estado interesada en mí, y yo pensé que… soy una idiota gigante. Top miraba con la boca abierta, no pensó que las cosas pudieran ser así, no por el hecho de que la chica estuviera con alguien, eso sí paso por su mente, lo que no había imaginado era que Taide se pusiera tan mal. -No puedes deprimirte por eso, no es la única mujer en el mundo, ¿Qué tal Marce? Tú y ella…- no pudo completar la frase, no sabía en realidad que tanto habían llegado a ser, o más bien no sabía que tanto Taide la había querido. -Top, ¿Qué hago aquí? -¿Estar gritando como loca histérica? -No exactamente aquí ahora, sino aquí, ¿Por qué regrese? -Porque necesitabas ver a esa chica que no conoces más que su nombre. -Correcto- dijo Taide tranquilizándose- ¿Por qué me lo permitiste? -No podía hacer nada para que no lo hicieras, sabes que cuando algo se te mete en la cabeza no hay poder humano que te haga cambiar de opinión. -Correcto- dijo de nuevo con más calma- ¿Qué debo hacer? -Olvidarte de ella, volar a Barcelona ir por Marce y casarte para que yo done mi esperma y tengas gemelos idénticos a mí. Taide arrugo la cara imaginando gemelos idénticos a Top deteniéndose antes de vomitar. -No quiero gemelos idénticos a ti, no me quiero casar, no quiero irme del país, no quiero estar lejos de… Taide se detuvo abruptamente al darse cuenta de lo que iba a decir. -Ok, la quieres, pero es hetero tiene novio. -Y prometí verla en su musical donde sale bailando esta noche y no sé qué demonios hacer. -Eso es obvio- grito Top- no vallas. -Tengo que ir, se lo prometí, además- Taide dudo de que lo que fuera a decir sería correcto pero lo dijo- está más hermosa de lo recordaba, y dijo que le alegraba verme, y platicamos sobre churros y ella hiso la broma que yo dije hace más de un año cuando chocamos por primera vez y recordó lo que le dije sobre sentirme especial y yo… estoy hablando de ella contigo y enojada porque tiene novio y no sé. -Bien- dijo Top secamente- vamos.

-¿Enserio? -Sí, vamos, después podremos no se amputarte una pierna, despellejarte y bañarte en limón. -¿Qué?- Taide estaba desconcertada con las palabras de su amigo. -Sí, bueno, te encanta sufrir ¿no? -Definitivamente no. -Entonces ¿Por qué quieres ir? -Porque le prometí que iría. -Si no vas ¿lo notara? -No sé- la pregunta de Top tenía mucho sentido, si Alondra no la notaba ¿Por qué ir? No valía la pena torturarse viéndola y saber que no podría tenerla, era innecesario, pero Alondra la había recordado, si no había olvidado a la chica con la que solo hablo unas pocas ocasiones, significaba que la notaria- iré, solo por educación, iré le diré que es genial aunque apeste y después no la veré de nuevo, solo iré por que dije que lo haría. -Fingiré que te creo, pero iré contigo. -Aun no te he invitado. -No me has dicho que no valla y para mí eso es una invitación en todos los sentidos. ********** Después de dar tres vueltas en el camerino de las bailarinas ante las miradas de admiración Alondra sentía que su corazón estaba más rápido que la primera vez que salió al escenario, sus nervios se habían controlado de forma moderada pero en esta ocasión estaban por completo desatados. -Alondra, tranquila aras una zanja en el piso- dijo una de las bailarinas. -Lo siento estoy algo nerviosa. -Se nota, estas peor que la noche de estreno, ¿todo bien? -Sí, solo que alguien vendrá a verme por primera vez, y yo estaba pensando en que no debo de decepcionarla. -Oh, vendrá un familiar. -No una amiga, o eso creo- no sabía por qué había llamado a Taide amiga, no podía considerar esto como verdad o mentira, bueno no la conocía del todo, más de un año sin verla y ahora se sentía terriblemente nerviosa y temerosa de desilusionarla.

********** -¡Dios llegaremos tarde! -Lo siento ¿me veo bien?- preguntaba mientras ponía una mano en su cintura. Top la vio detenidamente de arriba abajo, camino alrededor de ella, inclino la cabeza ligeramente de lado- Te vez demasiado bien para no querer volverla a ver. -Entonces ¿voy bien? -Estas bien, si fuera hetero te la metía. Taide sabía que esa era una de las formas en que su amigo alagaba a las personas, así que solo sonrió y se dirigió a la puerta para salir. El teatro estaba lleno, Taide y Top lograron conseguir asientos en la cuarta fila frente al escenario, Taide tenía en mente la firme idea de decirle algo amable a Alondra antes de no volverla a ver en su vida. Las luces del teatro bajaron y el escenario fue el único que quedo completamente iluminado, una chica salió a escena y comenzó a hacer su monologo sobre su hombre perfecto, Taide odio la canción, le pareció que hacia parecer que todas las mujeres necesitaban de un hombre para poder ser felices, y eso era una opinión con la que discrepaba rotundamente. La canción tono un ritmo más movido y una serie de bailarinas salió a acompañar a la chica que bailaba con un enorme girasol como si de su príncipe azul se tratara. Busco con desesperación a Alondra hasta que la encontró, la vio como sonreía a los presentes, moviéndose contagiando de alegría a los presentes, no sabía como pero el resto de las bailarinas parecieron desaparecer de escenario, Taide miraba detenidamente los movimientos de Alondra detenidamente, le parecía que cada uno de ellos la invitaba a sonreír y acerarse a ella para abrazarla.

**********

Alondra salió con el corazón martillando de forma preocupante, sus ojos viajaban alrededor del teatro, buscando detenida y desesperadamente en cada butaca esperanzada en encontrar a Taide. Cuarta fila frente al escenario, en la butaca número 15, allí sus ojos encontraron lo que tanto buscaba.

Un hermoso vestido azul que dejaba expuesto ligeramente el inicio de sus pechos, y una enorme sonrisa que hiso que Alondra se derritiera y se sonrojara al darse cuenta de lo que Taide provocaba en ella. Al término de cada canción y mientras se cambiaba de vestuario lo único que deseaba era volver al escenario para volver a ver Taide. La obra termino, salió como siempre con todos a dar una reverencia al público y vio a Taide aplaudir y después levantar un pulgar en muestra de aprobación. Se cambió a velocidad luz, estaba lo más rápido que podía, deseaba ver a Taide, preguntar cómo le pareció. Salió corriendo y encontró a Taide platicando con el chico que recordaba como Top, su cabello estaba muy corto y tenía algunas luces en el cabello, se veía muy apuesto a decir verdad, cualquier persona que viera pensaría que se trataba de dos novios que platicaban alegremente. -Hola- saludo tratando de sonar lo más casual que podía. -Hola, estuviste genial- Taide sonrió de forma que a Alondra se estremeció con la belleza de la chica- oh, él es Top mi amigo. -Hola- saludo el chico estirando la mano para estrechar la mano de Alondra. -Hola Top. Antes de que alguno de ellos pudiera decir algo más Alondra sintió las manos de Damián sobre su cintura, este acto la hiso sentir incomoda, así que se retiró lo más rápido que pudo. -Hola amor- saludo Damián en cuanto Alondra se separó de él. -Hola- Alondra acepto el beso de Damián sin mucho animo realmente- ella es Taide y el Top- presento Alondra en cuanto Damián la dejo. -Hola Damián es un gusto conocerte- dijo Taide estrechando la mano del chico. -Igualmente- dijo mientras sonreía- venía a invitar a Alondra a cenar, se nos pueden unir si lo desean. -Realmente no queremos interrumpir su cita- contesto de inmediato Taide. -Pero si nos están invitando amablemente sería una grosería no aceptar- dijo Top abrazando a Taide. -No desearía incomodar- replico Taide. -No es ningún inconveniente- dijo Alondra- nos encantaría que nos acompañaran.

-En ese caso vamos- dijo Top con una amplia sonrisa. -Excelente, ¿traen algún vehículo?- pregunto Damián. -Sí, nosotros los seguiremos en el auto.

**********

-¡Oh, sí excelente idea!- decía Taide con sarcasmo- vamos a cenar con Alondra y su flamante novio, si, después podemos ir por esa fabulosa ducha en limos después de arrancarme la piel, o y podría comer mi propio ojo con un poco de salsa picante. -Vamos Taide, yo sé que la querías volver a ver, además podrá servir para que te des cuenta de que no vale la pena seguir colada por ella. -¿Me odias? -No, te amo por eso lo ago. Taide lanzó un pujido y zapateo en el coche golpeando su rodilla. -Tranquila- dijo Top que conducía detrás de Damián. -¿Cómo quieres que me tranquilice?- pregunto nerviosa- tendré que soportar verlos juntos, amándose, besándose ¿y yo? Solo viento torturándome. -No del todo, le gustas. -¿Qué? -Sí, lo vi en la forma en cómo te miraba. -Ahora propones que le quite al novio, estás loco, no sé por qué no me opuse a que tu vinieras debí de haberte dejado en tu casa eres un… -Tranquila- contesto riendo haciendo que Taide se molestara aún más- no me refería al novio, yo hablaba de ella, Alondra, le gustas. -Gracias por decirme lo que quiero escuchar, pero no es bueno que me alientes falsas esperanzas. -No lo estoy diciendo por que sea tu mejor amigo, lo digo porque mi gayder es más fino que el tuyo, mira, hagamos un trato, te dejare sola con ella, lo intentare y cuando eso suceda tú platicaras con ella, y trataras de conseguir una cita con ella, si ella acepta es que si siente algo por ti. -O que solo quiere ser mi amiga. -Si es eso, pues solo se su amiga y ya. -No es así de fácil, no estaré a gusto, no será bueno para mi salud emocional.

-Pero estarás cerca de ella. -¿Qué te hace creer que quiero estar cerca de ella? -Sí quisieras estar lejos hubieses fingido malestar o algo para evitar que estemos aquí. -Podría no habérseme ocurrido. -No lo creo, pero fingiré que si- dijo Top antes de detener el auto a un lado del de Damián. Taide sabía que Top tenía razón, por lo menos en que ella quería estar cerca de Alondra, y le molestaba. << Ser su amiga es mejor que nada >> Pensó mientras bajaba del auto. El lugar parecía agradable, era sencillo, y acogedor, un chico con un saxofón entretenía a la gente. La mesa era para cuatro, Top se sentó junto a Taide, Alondra junto a Damián, Taide quedo frente a Alondra, suspiro para sus adentros como forma de prepararse para lo que viniera. -Así que son novios- comenzó Top- ¿Cuánto llevan juntos? -Casi un año- dijo Damián sonriendo mientras Alondra se escudaba en su bebida. -Que bien- dijo Top. -Y ustedes ¿Cuánto llevan? Taide se quedó petrificada, no podía concebir la idea de que el novio de Alondra haya pensado que ella y Top era algo más, sintió ñañaras de solo imaginar que eso pudiese ser remotamente cierto. -No somos novios- se dispuso a aclarar de prisa Taide ante la mirada divertida de Topsolo amigos. -Harían una linda pareja- comento el ingenuo Damián. << De hecho me gusta tu novia>> Al darse cuenta de sus pensamientos Taide sonrió, lo que se pudo mal entendido para los demás. -¿Se divirtieron en su viaje? Taide se sintió aliviada del cambio de tema que propuso Alondra y le lanzo una mirada agradecida. -Sí que si- dijo Top- fue muy divertido. Conocimos amigos nuevos y aprendimos mucho.

-¿Viajaron? -Así es Damián- contesto Taide- viajamos a Europa, pasamos por varios países aunque duramos más tiempo en Barcelona. -Wow, que interesante. -El trabajo- dijo Top- es gracias a eso, el trabajo. Damián escuchaba con atención y parecía sorprendido.

Taide lo miraba detenidamente tratando de entender que era lo que había hecho que Alondra se enamorara de él, pero no encontró algo especial, para ella solo se trataba de otro hombre nada diferente a los demás. ********** Conforme la velada avanzaba, Alondra se perdía más en los ojos de Taide, cada sonrisa que dirigía amable al contestar alguna pregunta de Damián, cada movimiento de ella, miraba detenidamente como una ligera vena se notaba en el cuello de Taide, como sus orejas sin lóbulo mantenían algunos cabellos alejados de su rostro, se perdía al ver como sus labios bebían del vaso, sus labios, y la pregunta que se hiso alguna vez volvió a surgir ¿Qué se sentirá besarla? Top y Damián comenzaron a hablar de accesorios para auto, y parecían muy entretenidos, Taide sonría con la conversación y Alondra solo participaba cuando le preguntaban. -Vi que tenías unos rines cromados- comentaba Top a Damián. -Sí, son geniales, y tengo unos accesorios en la cajuela. -¡Oh! Debo verlos- exclamo Top. -Vamos- dijo Damián levantándose- Alondra regreso. Alondra sabía que Damián amaba presumir las cosas de su auto así que solo sonrió y asintió con la cabeza. -Hombres y sus autos- dijo Taide sonriendo en cuanto se fueron. -Lo sé, son desesperantes- era la primera vez en toda la noche que ellas dos platicaban realmente y alondra se sentía ligeramente nerviosa. -Eso es de las pocas cosas que no me gustan de Top. -Por cierto- dijo Alondra- siento la intromisión de Damián, no quiero que te sintieras incomoda con eso.

-Descuida, solo tengo una duda. Alondra se sintió intrigada, ¿Qué duda podría tener?- Claro, ¿de qué se trata? -Dime, ¿Top y yo hacemos buena pareja? Alondra se sintió extrañamente decepcionada por la pregunta, y aún más por pensar que a Taide le pudiera interesar saber si hacían una buena pareja o no- Sí, creo que se ven bien juntos- dijo mientras tomaba un poco de agua para refrescar su garganta que se había resecado. -¿Enserio? Le comentare algo- dijo Taide divertida. -Creí que él era ya sabes… -¿Gay?- pregunto Taide completando la frase de Alondra. -Sí, ¿no lo es? -Sí, lo es, pero es lindo, si no fuera por los pequeños detalles saldría con él. Alondra se sintió enojada al oír que Taide saldría con su amigo. -Bueno, sería bueno que pudieras- se sentía torpe por haber dicho eso. -Él culpable de tu casi suicidio de la azotea ¿no era Damián? -No, Damián es…- no sabía que decir, no se le ocurría ningún adjetivo para describir a Damián- bueno- fue lo que termino diciendo, bueno ¿solo eso le parecía? -Me alegra que no sea él el culpable de eso. -¿Por qué recuerdas lo de la azotea?- las palabras salieron de su boca como el agua fluyendo de una cascada. Sabía que el camino del recuerdo podría desembocar en el casi beso. -Bueno, encontrar a la chica que me arrollo en una azotea merece ser recordado, ¿lo habías olvidado? Las últimas tres palabras de Taide habían ido acompañadas de cierta tristeza, o por lo menos esa era la impresión de Alondra. -No, no lo he olvidado, eres difícil de olvidar. <> -¿Enserio?, eso es bueno ¿Qué más recuerdas? <>

Antes de que todas estas palabras salieran de su boca la voz de Damián y Top indico su regreso y estuvieron en la mesa antes de que Alondra pudiera decir algo más. -Este chico sabe mucho de autos- dijo Damián- es muy bueno. -Sí, lo es- dijo Taide sonriendo.

**********

La conversación se centró en temas que no eran de interés el clima y similares, Taide estaba aburrida de la conversación y miraba ocasionalmente Alondra. -Voy al tocadorse disculpó para salir de la mesa. Estuvo a punto de escuchar lo que Alondra recordaba, ¿podría ser que Top tuviera razón? Se dirigió a una pequeña puerta que la llevo a la calle, el aire fresco le hiso sentir mejor. -Esto no es el tocador. -Se parece mucho a los que hay en Europa. -¿Enserio? -No, era broma- dijo sonriendo. -No te dediques a la comedia- dijo Alondra parándose a su lado. -Bueno lo tendré en mente- suspiro profundamente- las estrellas de aquí me gustan, son diferentes a las que vi allí. -Supongo- contesto Alondra viendo a la misma dirección en el cielo que Taide. -¿Es raro? -Solo contaminado- contesto Alondra pensando que se refería al cielo. -No me refería al cielo. -¿Qué es raro? -Prácticamente no nos conocemos, pero nos recordamos, teníamos más de un año sin vernos pero no nos olvidamos, bueno por lo menos no hemos olvidado que nos conocemos. -Supongo que podría ser raro. -Oye, que te parece si intentamos ser amigas- sugirió Taide.

-Seria genial, podemos conocer un poco más una de la otra. -Entonces ¿lo intentamos? -Intentemos. -Ok Alondra, seremos amigas. -Amigas- hiso eco Alondra sonriendo para estrechar la mano de Taide. << ¿Amigas? Eso no es lo que quiero, pero puedo empezar por allí>> Capitulo Ocho

Amigas, esa palabra daba vueltas por su mente, ser amigas, ¿sería posible eso? Aguantaría las ganas de resolver su duda de que se sentiría besar a Taide. El camino a su casa había sido aburrido, la conversación de Damián se le había escapado por completo, no escucho ninguna sola palabra que él le hubiese dicho, solo asintió y sonreía cuando le preguntaba o mejor dicho cuando ella pensaba que él le preguntaba. Las horas corrían tan lento que parecía por instantes que el tiempo se congelaba, el techo de la habitación se sentía enorme ante la mirada cansada de Alondra, daba vueltas en la cama sin conciliar el sueño, la sonrisa de Taide y el sonido de su voz seguían presentes en su cabeza. ¿Qué es lo que debía hacer? Tener a Taide como amiga sería mejor que no ser nada, pero sus sentimientos se sentían tan confusos, recordaba cada palabra que Taide dijo y se sentía feliz de que quisiera ser amiga. ********** -Bien, solo tienes que colocarlo en el centro. -¿Seguro? -Sí, solo en el centro, no pasa nada, solo relájate y golpéalo lentamente, con suavidad y delicadeza. -Vale. Taide tomo el palo de golf y golpeo con mucha suavidad la pelota para hacerla pasar por el centro del hipopótamo de plástico que obstruía la entrada al hoyo. -No puedo creer- decía Top llevándose las manos a la cabeza- eres terrible- grito al ver como la pequeña pelota de golf salía volando alejándose más de 10 metros de su objetivo.

-¡Oh! Vamos ni que tú fueses Tiger Wolf. -No se puede ser tan terrible como tú, que bueno que eres DJ, como deportista apestasTop corrió por otra pelota para ejecutar su tiro. -Presumido- murmuro entre dientes cuando este estuvo lo suficientemente lejos como para escucharle. -Tai, ¿Qué tal todo con tu Venus? -Pues… no le he llamado ni nada, y de hecho no tengo su número, ni forma de localizarla. -¡Que! La buscas durante más de un año, y cuando por fin la encuentras no pides sus datos- el chico suspiro mientras miraba al cielo implorando paciencia- eres tonta para ligar chicas. -Y tú todo un macho no- contesto con ironía y sarcasmo, mientras Top la miraba con una mirada fulminante. -Pues yo por lo menos ligo, chicos pero ligo, no como otra. -Bla- gruño Taide- tira macho. Top acomodo su gorra, lamio uno de sus dedos para sentir la dirección del viento, miró fijamente al objetivo y dio su tiro, la pelota viajo, paso por en medio del hipopótamo de hule y se insertó en el hoyo. -Tiro en uno- grito sonriente. -Presumido- contesto Taide con la mirada en dirección a su amigo que bailaba feliz por su victoria. ********** Las nubes en forma de corazón, o tal vez eran mariposas, había un tigre y un delfín, miraba atenta antes de que se transformaran o desaparecieran, y suspiraba al recordar su rostro. Alondra permaneció sentada en la misma banca en el parque hasta que fueron las 2 de la tarde, esperaba que Taide apareciera por el lugar y la pudiera volver a ver, prometieron ser amigas, pero no tenía forma de comunicarse con ella. -¿Dónde estarás?- pregunto con dirección al horizonte. Caminó entre la gente distraída, sumergida por completo en el recuerdo de Taide, esperando verla pronto, deseaba verla, pero ¿tendría el valor para hacerlo? Sabia su dirección anterior, no había vuelto hacia allá desde la ocasión en que fue a casa de Taide, pero recordaba donde quedaba, se animó a intentar y se dirigió hacia la casa de Taide, lo probable seria que ya no viviera allí, pero tenía que intentarlo, aunque a decir verdad le aterraba más pensar que tal vez la podía encontrar.

El pasillo iluminado del edificio parecía más grande que la última vez, la puerta estaba frente a ella, pero no tenía el valor de tocar, ¿Qué haría si la encontraba?, ¿Cómo podría excusar que llegara sin ser invitada? Tomo una gran bocanada de aire y toco la puerta esperando no encontrar a nadie; dio tres golpes y pensó que no había nadie en casa, no tenía que explicar el hecho de haber llegado hasta allí. Se dio la vuelta, pero antes de que se marchara la puerta se abrió dejando ver cuáles eran sus intenciones. -¿Alondra?- Taide estaba en la puerta, llevaba el teléfono en una mano. -Yo, solo pasaba por aquí y decidí pasar a saludar, pero si estoy en mal momento lo entiendo. -No, para nada- se excusó- te llamo luego cuídate Marce te veré pronto, muy pronto-dijo en la bocina mientras Alondra entraba a su departamento. -¿Una amiga? -La mejor de todas- contesto Taide al momento en que colgaba- toma asiento, ¿gustas algo de beber? -No gracias estoy bien. -Vale, dime en ¿qué te puedo ayudar? -No te vengo a pedir nada, solo saludar es todo. -Viniste solo para saludarme- concluyo Taide un tanto dudosa de que eso fuese del todo cierto. -Sí, solo saludar a una amiga- Alondra sabía que eso no era lo que realmente quería, pero sintió que no podía decirle “vengo porque me gustas y me moría de ganas de verte”, lo que ocurriría seria que Taide se riera de ella y la corriera, y no se sentía preparada para el rechazo. -Bueno, dime ¿Qué tal todo? -Bien, bueno desde anoche las cosas no han cambiado mucho. -Digo ¿no hay nada que no me hallas contado?, no sé, sobre Damián, o algo. -¿Quieres saber sobre mi novio? -Sería bueno saber si te merece o no. -¿Qué harías en caso de que no me merezca? -Te consigo otro. -¿Enserio?- pregunto Alondra incrédula.

<<Me gustaría que tú quisieras salir conmigo, me gustaría estar a tu lado>> -Sí, claro, no será difícil encontrar un chico que quiera salir contigo, no eres tan fea. -¿No soy tan fea? Eso quiere decir que si lo soy. -No quise decir eso- se excusó Taide alarmada por haber ofendido a Alondra. -Descuida, bromeaba. Alondra vio la sonrisa de Taide y sintió una enorme sensación de alivio, esa sonrisa era quizás la más hermosa que había visto en toda su vida. -Grosera-contesto sonriendo. -Me gustas cuando te enojas-dijo Taide despreocupada. Las palabras “me gustas” retumbaron en los oídos de Alondra, Taide había dicho que le gustaba o solo era el producto de su imaginación, la idea de que Taide pudiese sentirse remotamente atraída hacia ella le pareció irreal y absurda. -¿Te gusta mi ceño fruncido? -Me gusta que tu nariz se arrugue un poco, es tierno, como un conejito, los conejitos son tiernos, de hecho yo tenía un conejito cuando tenía 4 años, se llamaba Titi. -¿Titi?, ¿Qué paso con él? -Bueno, un día, mi tío llego diciendo que comeríamos conejo, busque a titi para darle su zanahoria y no lo encontré, después de eso… -Lo siento- contesto Alondra imaginándose lo que seguía de la historia. -Yo lo siento más, después de eso a mi padre le gustó comer conejo y titi fue el siguiente dos semanas después. -Wow, yo pensé que titi había sido el primero. -No, mi tío sabía que yo amaba a titi. -¿Lo extrañas? -Sí, extraño verlo comer zanahorias. -Lo único que se me ocurre decirte es que él está en un mejor lugar. -Sí, lo sé, siempre quiso ir a California, supongo que debe de estar asoleándose en la playa. -¿Qué?, que no tu papa se lo comió. -¿A mi tío? -Yo hablaba de Titi. -A sí, él está en un mejor lugar, está en algún lugar en el mundo junto con las aguas negras.

-No lo dudes- Alondra comenzó a reír por lo que Taide decía, solo ella podría ver la vida de esa forma, sin tanto problema, poniendo un toque de alegría. -Casi lo olvido- dijo Taide levantándose del sofá- discúlpame un momento. Alondra espero paciente a que Taide regresara, cuando esta lo hiso llevaba una pequeña caja en la mano. -Te traje algo- dijo dándole la caja. -No tenías que hacerlo, pero ¿Cómo supiste que me volverías a ver? No lo olvidaste. -No sabía si te volvería a ver, solo deseaba volver a hacerlo. -Gracias- Alondra abrió la pequeña caja de color rojo que Taide le había dado, abrió lentamente para ver que una hermosa pulsera bañada en plata la esperaba, la saco de la caja para verla bien, tenía el nombre de Alondra grabado al lado de un dije de hada en color dorado- es hermosa-dijo al ver el hada y darse cuenta de que no era una hada sino dos que se entrelazaban entre si tomadas de la mano. -¿Entonces si te gusto? -Me encanta- Alondra estiro la mano invitando a Taide a que le pusiera la pulsera. -Listo- dijo al terminar de sujetarla a la delgada muñeca de Alondra. -Gracias, las hadas son geniales. -Me alegra que te gusten, no estaba segura de que fuera de tu agrado, pero con un poco de ayuda me decidí por esta, que a decir verdad me encanto en cuanto la vi. -¿Top te ayudo a elegirla? -No, me ayudo Marce. << ¿Marce? >> Se preguntaba Alondra, era la segunda vez que la mencionaba, Marce era la persona con la que estaba hablando en el momento en que ella llego pero ¿quién sería? -¿Tu amiga de hace un momento? -Sí, ella fue de gran ayuda, es buena. << ¿Buena?, ¿Por qué le parece buena?, y lo más importante buena en qué sentido, esa Mare parece importante en su vida, y eso me molesta, me molesta que sonría al decir su nombre, que sus ojos tengan ese brillo mientras la palabra Marce emana de sus perfectos labios >> -Cuéntame más sobre esta Marce. -Ella es una amiga, la conocí en un café al arrojar una hoja con un poema al suelo, cuando lo busque resulto ser que ella lo tenía, platicamos y nos hicimos amigas, le

encanta todo lo que tiene que ver con hadas, duendes, y todo lo relacionado con el bosque y lo natural, es licenciada en sociología. -Suena muy interesante, parece ser importante para ti. -Sí lo es. -¿Cómo luce físicamente? -¿Físicamente? Bien es alta de 1.72m tiene cabello castaño claro, de tez blanca, ojos color miel, y en general es muy guapa. -¿Te parece guapa? -Claro, lo es, muy guapa, además de que es muy buena onda, súper dulce y comprensiva. Cada elogio que Alondra escuchaba que Taide dirigía hacia esa chica que ella no conocía la hacía odiarla más, no necesitaba verla para detestarla, aborrecía el hecho de que Taide la considerara importante, que le pareciera guapa, que le gustara. -Parece perfecta- dijo luchando por parecer feliz aunque estuviera ardiendo en rabia y coraje, aunque los celos la desasieran por dentro cada vez que Taide mencionaba su nombre. -Lo es, muy perfecta, como la canción de Miranda, la que dice “eres exactamente lo que yo siempre soñé, eres tú, no necesito más, te amare lo que dure la eternidad, eres exactamente, perfectamente lo que yo siempre espere, perfecta para mí, mi amor” esa canción me gusta. Alondra estaba maravillada, Taide no cantaba hermoso, de hecho era algo desafinada, pero su voz a Alondra le parecía melodiosa, escucharla era un deleite para los oídos de Alondra, un martirio para los demás mortales en el mundo. -¿Ella es perfecta para ti? ¿Te gusta?- su boca tomó el control y pregunto desobedeciendo todas las instrucciones de su cerebro que le ordenaba que no lo hiciera. -¿Quieres decir gustar de amar? < -¿La amas? a ella a una mujer. -No, a ella no la amo. -¿Estas enamorada de alguien? -No lo sé, preguntaría si tú lo estas, pero es obvio que amas a Damián.

Amar a Damián, eso no había cruzado por su mente, Damián era parte de todo esto, Alondra sabía que Damián la amaba con todo el corazón pero ella no podía decir lo mismo, por un momento llego a pensar que lo amaba, pero ese sentimiento se desvaneció en cuanto vio nuevamente a Taide, ¿amar a Damián? <> Se dio cuenta de sus pensamientos y se sintió apenada, por no poder decir la verdad. -Amor, es un sentimiento fuerte. -Claro que es fuerte, nos hace hacer cosas tontas. -¿Qué es lo más tonto que has hecho por amor? -No sé cómo contestar eso, por lo general soy quien espera las locuras de la otra. -Así que hacen locuras por ti- Alondra sonrió al escuchar esto- ¿Qué es lo más loco que han hecho? -Me han arrojado sostenes a la cara. -Pero son fans. -Si pero es por amor, ¿Qué es lo más loco que has hecho por amor? -No he tenido el valor de hacer algo loco. -Deberíamos de intentarlo, sería divertido, algo como un reto. -Sobre cuál de las dos se atreve a hacer algo más loco por amor. -Si- dijo Taide emocionada- yo hare algo muy loco, tú haces algo que creas que será más loco que lo que yo are, al final vemos quien tiene razón, Top lo decidirá. -¿No habrá favoritismo? -Creme, Top va a estar más en tu favor. -Vale- Alondra estiro la mano para sellar el trato con Taide. -Vale. ********** Alondra sonreía mientras estrechaba su mano. << ¿Qué locura estoy haciendo? Apostando contigo sobre que hare algo más loco por ti, que lo que tu hagas por tu novio, debo de estar muy loca, esto debería de darme la victoria>>. -No me dirás quién te gusta- digo Alondra en tono de súplica después de cerrar el trato. -No.

-Dime y seré tu amiga. -Si no te lo digo ¿no serás mi amiga?- pregunto Taide riendo por la promesa de amistad. -Te lo diré, su nombre es K te, y su apellido es In-porta. -Entendí- dijo algo desanimada- pero no es gusto, yo no te diré quién me gusta. -No tienes que hacerlo, es obvio que es Damián tu novio. -No puedes saberlo. -¿Te gusta alguien más? -No contestare a eso. -No tienes como contestar, es claro que se trata de él, solo quieres que yo crea que hay alguien más para que yo te diga de quien estaba hablando. -No me dirás. -No. Alondra giro los ojos- Ya que- contesto resignada por la negativa de Taide. <>. -¿Vamos a comer algo? Te invito a comer ¿Qué dices? -Digo que tengo hambre- contesto Alondra sonriendo. -Entonces vamos- Taide se levantó del sofá, tomo las llaves de su auto y salió al lado de Alondra. El tráfico de la ciudad era tan espantoso como de costumbre, los autos contaminaban a diestra y siniestra. Un pequeño restaurante casual fue el elegido, no por méritos propios, sino porque era el único lugar que tenía un buen estacionamiento. -Esta Marce es importante para ti, debió de haber sido difícil para ti dejarla. Taide se vio sorprendida por el comentario de Alondra ¿le importaba que Marce fuera importante? -Sí, bueno, ella es una estupenda amiga, pero yo tennia que volver por… alguien. << ¿Qué fue eso? No puedo creer lo tonta que soy, no puedo decir ese tipo de cosas>> ¿Por quién? -¿Por quién qué? Pregunto Taide tratando de hacerse tonta con la respuesta. -¿Por quién volviste?

-¿A dónde? -Al país. -Porque lo extrañaba. -¿A quién? -Al país, en especial la comida. -¿Qué solías comer por allá? Taide se sintió aliviada de que Alondra comprendiera que no quería hablar sobre eso y decidiera cambiar de tema. -Por lo general comía de todo lo que podía, me posesione con los churros, la comida china, lo sé, no estaba en china pero tenían buenos restaurantes allí, o y por supuesto las pastas y la tortilla española. -Eres de buen comer. -Sí, ni que lo digas soy de buen diente, disfruto de la comida. -Tu cuerpo no lo demuestra. -Bueno mi metabolismo es rápido. -¿No haces ejercicio? -No, no mucho ¿y tú? -Soy bailarina. -Lo siento, era obvio. -Descuida, pero creo que la actividad física es buena. -Bailar es bueno, y si uno lo hace bien como en tu caso es mejor- dijo Taide notando que podría parecer raro que le digiera cosas así- lástima que yo no lo hago bien-comento tratando de recuperar lo que pudiera. -Bueno, podría darte algunas lecciones. <> -Eso sería genial. Podrías hacerlo, sería bueno para mis ligues. -Sera un placer ayudarte a ligar.-Alondra sonreía- oye. -Sí. -Hace rato, cuando hablamos de Marce, te pregunte si ella te gusta, y no abordamos el tema, pero… no quiero ser… -Ok, sé por dónde van las cosas, no sé si allá necesidad de contártelo pero, si te hace sentir incomoda yo lo entenderé porque no es algo que las personas entiendan a la primera, y entiendo que hay religiones y eso pero yo… Taide no sabía cómo decírselo, no es como si ella estuviese muy adentro del armario, pero era incomodo decirlo, no pensó que hubiera necesidad. -No tienes que decir nada, yo no estoy en contra, de hecho la mayoría de mis compañeros son gais- Alondra se sonroja al darse cuenta de lo que le estaba diciendo.

-Ok, esto es raro. No es fácil decirlo, pensé que las personas lo asumían, pero si estas incomoda yo. -No- interrumpo Alondra- no me molesta que seas, bueno, me agrada tu amistad, y dijimos que intentaríamos ser más amigas y eso no es algo que tenga relevancia para mí ni nada de eso. <> -Vale, entonces sobre las lecciones. -¿Qué te parece si mañana por la tarde paso a tu casa? -Claro Alondra. -Vale. ********** <> Alondra pensaba en que casi había cometido un gran error en el restaurant, quedo de pasar mañana por la tarde a casa de Taide, aposto sobre hacer algo loco por amor, y eso le parecía el inicio de las locuras, Taide era homosexual lo que le daba la posibilidad de tener algo, la idea paseaba por su mente tan tentadora y excitante. <> Sonreía al pensar en ello, le parecía que sería de lo mejor, y pensar en sus labios tan perfectos la sonrosaba más. Por fortuna en la comodidad de su casa y privacidad de su mente nadie podía notar nada. Las horas pasaban y Alondra seguía pensando en Taide, en todo lo que había cambiado con el tiempo, noto el largo de su cabello, le pareció que se miraba más guapa que antes. Su mente estaba bastante enredada, sabía que podía tener algo con Taide, pero… ¿eso era lo que quería? Mientras caminaba al departamento de Taide Alondra no dejo de pensar en lo que le diría, la apuesta de hacer algo loco por amor la había tenido pensando toda la noche. << Si te beso, seria loco, seria por amor, ¿sería perderte?>> Había planeado en su mente todos los escenarios posibles en cómo podría besarla, el pensamiento la ilusionaba, y la excitaba. -Hola, llegas pronto- saludo Taide al abrir la puerta. -Un poco- contesto Alondra que miro su reloj, para darse cuenta de que era bastante pronto, el reloj marcaba las 3:30pm, sintió pena por llegar tan pronto. -Pasa, estaba por comer algo, ¿gustas?

-Claro- Alondra entro en el departamento, cajas de películas yacían sobre el sillón-¿Qué tienes para comer?- pregunto ignorando las películas. -Bueno, estaba por calentar pizza en el microondas, para ver una película. -Pizza y película, ¿esperabas a alguien? -No, así paso mis comidas en soledad. -Bueno, lamento arruinar tus planes. -Descuida, me alegra que los arruines. Taide se dirigió a la cocina mientras Alondra revisaba las películas en el sofá. Observo los títulos, “Habitación en roma”, “El último suspiro”, “Rosas rojas”, “Lost and delirius”. << Todas son lésbicas >> -Supongo que ninguna te apetece, veré si tengo algo más hetero- Taide la sorprendió viendo los títulos. -No- contesto de inmediato- a decir verdad esta me llamo la atención- tomo una al azar y se la mostro. -¿Segura?- pregunto Taide incrédula mientras levantaba una ceja. -Sí, ¿acaso no es divertida? -Es muy divertida, ¿realmente la quieres ver? -Claro, suena interesante- Alondra vio el título en la caja, junto con la imagen de dos chicas- me gusta Roma, creo que es una ciudad romántica. -Vale, cuando dicen Roma, romance es en lo primero que pienso, pero estás plenamente consciente de que este romance es chica/chica y tal vez un poco fuerte para ti. -Yo aguanto ¿Qué es lo peor que puede pasar? -Que te vuelvas lesbiana- contesto Taide sonriendo- o que vomites sobre mi sofá. -Prometo no vomitar sobre tu sofá. -¿Y sobre lo de volverte lesbiana? -¿Quieres que te prometa que no lo seré? Las palabras sonaron más coquetas de lo que pensó en un principio, tenía valor, demasiado, y sentía que eso sería algo bueno para avanzar un poco. << La locura comenzó, debo de estar chiflada>> -No se puede prometer eso- contesto Taide algo seria- simplemente ocurre.

-¿Cómo te ocurrió a ti? -Bueno, había una chica que me gustaba, la bese, y descubrí que si me gustaba, después hubo otra y bueno, siguieron algunas más y ahora aquí tienes el resultado, una reinona. -No pareces el típico estereotipo de la reinona. -Bueno, los estereotipos suelen ser equivocados. -¿Fue difícil declarártele a esta chica? -Sí- contesto sorprendida- fue difícil, Alondra, fue muy difícil, no sabía mucho del tema, lo peor que me podría haber sucedido seria que digiera que no y no me volviera a hablar, así que tome aire y la bese, después le dije que me gustaba. -¡La besaste primero! -Pensé que si primero hablaba se iría al escucharme. Alondra se sintió molesta. -Así que la besaste antes de que te quedaras sin oportunidad. El tono de Alondra había sido claramente de… celos. -Sí- Taide se veía divertida en cierta forma- mira en ocasiones un beso dice más que mil palabras. -¿Qué es todo lo que puede decir un beso? -Bueno- Taide se sentó al sofá al lado de Alondra, acomodo su cabello detrás de su oreja y comenzó- un beso puede decir tanto, por ejemplo: cuando una madre besa a su hijo recién nacido en la frente, ese beso dice que lo ama, por ser parte de ella, cuando besas a tu abuela en la mejilla, quiere decir que…- Taide dudaba de que decir- que le quieres mucho, o que tu madre te obligo. Es como ¿Qué dicen los besos de Damián? Alondra nunca se había preguntado eso. << ¿Qué dicen sus besos? No es como si los deseara, creo que no sé lo que dicen, no me provocan nada>> -Pues- dijo vacilante- no tengo idea. -¿No? Bueno, es tu novio, deben de decir algo. -No dicen nada, no creo sentir nada. << Que te he dicho, no debería de seguir así, deja de verme de esa forma, con cariño, ¿será lo que sientes? >> -Uau, no esperaba eso, tienes el derecho de decirme que no me meta en lo que no me importa pero… ¿lo amas? << Amor, no siento eso por él, no siento eso por nadie, más que por ti >>

-No, - se dio cuenta de lo que dijo y trato de componer-no lo sé, es, bueno, no tengo mucho con que comparar, Héctor fue mi único novio antes, así que no se si lo ame. -Entiendo, no soy nadie para decirte que es el amor, pero, supongo que cuando amas a alguien no hay momento en que no pienses en ella, deseas su compañía, disfrutas de estar cerca, aunque no la puedas tocar, aunque no le puedas decir lo que sientes, te pierdes en su sonrisa y te das cuenta de que amas el sonido de su vos, de que sus ojos son los más hermosos que has visto en tu vida, te preguntas ¿Cómo será besarla?, sentirla más cerca, poder tocarla, y por estar con ella podrías hacer cualquier cosa, como cruzar el mundo de nuevo, volver para animarte a hablar, y poder decirle lo que sientes. -Poder decirle te amo, y no se el porqué, poder decirle cuanto la extrañaste, y que deseas estar con ella si te acepta. Te encanta el aroma de su cabello- Alondra contesto sin darse cuenta. -El perfume de su piel e incluso cuando frunce el ceño. Alondra sintió que su corazón le martillaba en el pecho salvajemente. <> Le repetía a su corazón sin lograr tranquilizarlo. ********** << No la beses, no la beses, mira a otra parte, piensa en perritos muertos, gatos atropellados, besar a la abuela, Top en tanga, si Top en tanga >> Taide sentía el impulso de besarla, estaba a su lado, en el sofá, hablando sobre cómo será el amor, solo escasos treinta centímetros las separaban. Después de quedarse viendo mutuamente sin decir palabra Taide rompió el silencio. -Es una chica muy guapa, la de esta película, ambas son muy guapas, es buena- se levantó del sofá y puso el DVD. -Suena interesante. -Lo es, es muy buena, voy por la pizza. Taide entro a la cocina, saco la pizza del microondas, y se dirigió con Alondra. -Gracias- contesto Alondra al momento en que Taide le dio la comida. -De nada. La película estaba en curso, ninguna de ellas había dicho ni una palabra, Taide temía quitar los ojos de la película y encontrarse con la mirada de Alondra. -No puedo creerlo, no debería casarse- dijo Alondra al ver la película.

-Bueno, no debería, eso no es padre, hay muchas hetero que se aprovechan y solo te usan para experimentar, son crueles. -¿Saldrías con una hetero? -¿Tienes una en mente? -Solo preguntaba. -No lo sé, depende, creo que tal vez no. Alondra se quedó callada por un gran rato hasta que en una escena erótica Taide se animó a preguntar. -¿Usarías a una lesbiana para experimentar? -Nunca. Alondra no tardo ni medio segundo en contestar. -¿No te mueve experimentar? -No me gusta utilizar a las personas, podría enamorarme pero no experimentar. << Enamórate de mí >> Ordeno Taide mentalmente. -Vale- dijo sin nada que agregar. -Solo; vale. Taide miro a Alondra con sorpresa- Bueno, sí, no sé qué decir, es como si me salieras. -La película esta buena, es entretenida. -Lo es, pero ¿te enamorarías de una mujer? -Sí, tu eres lesbiana no debería de sorprenderte. -Bueno, yo pensé que eras hetero, aunque estas diciendo que lo arias no que lo estas, dudo que algún día lo estés. -¿Cómo lo sabes? -¡Lo estas! -… -No tienes que decirlo, solo asiente si estoy bien. Alondra no hiso señal alguna. << Lo está, sé que lo está, no pierdo nada, solo debo hacerlo, le diré que…>> Dejo la idea colgada, no se atrevió a pensarla, sabía que si pensaba en algo que decirle no encontraría nada, así que se levantó del sofá, se paró frente a la televisión y la apago. -¿Qué pasa?- pregunto Alondra levantándose frente a Taide alarmada por su reacción. Taide no dijo nada, se acercó a Alondra, acaricio su mejilla y la beso.

Presiono sus labios contra los de Alondra que no se negaron al movimiento, acerco su cuerpo lo más que pudo, mientras sentía como las delicadas manos de Alondra rodeaban si cintura. Detuvieron el beso, solo para mirarse la una a la otra. La mirada de Alondra decía mucho, y sus labios la habían delatado. << Me amas, lo sé, tus labios me lo comprobaron, me amas >> ********** Suaves, frescos, deliciosos. Así era como Alondra definía a los labios de Taide. -Un beso dice más que mil palabras- dijo Alondra al separarse de Taide un poco-ahora te entiendo. Sin dar oportunidad a una respuesta, se acercó de nuevo y la beso otra vez. No podía separarse de esos labios, se había preguntado tantas veces ¿Cómo sería besarla?, y la respuesta estaba clara, increíble, besarla era increíble. -Gane- dijo Taide sonriendo- esto es lo más loco que he hecho, temía tanto perderte. -Ganaste, ahora, yo no sé cómo decirte esto. Taide se quedó desconcertada por lo que Alondra le pudiera decir. -Humm. -No te quiero. Dejar de besar. Alondra beso de nuevo a Taide, quería estar más cerca de ella, quería tenerla solo para ella, la arrojo al sillón y la siguió besando. Cada vez mejor, más rico, más excitante, no podía pensar, estaba perdida, hambrienta de Taide. -Espera- la detuvo Taide. -¿Qué pasa?- pregunto preocupada. -El control me está molestando- se levantó un poco y arrojo el aparato lejos- ¿te asustaste?, no creas que deseaba detenerme. -Bueno, no pienso parar. -No dejare que lo hagas… Epilogo MARIPOSAS

Mil mariposas volaron en el cielo en el momento en que te vi, sus alas eran coloridas y llenaron el cielo de tonos diversos que causaron conmoción, mientras mis ojos se clavan en los tuyos y mis labios luchaban con un “hola”, y tu sonrisa delicada, tan solo asomada entre unos labios tan rojos como manzana. Cuando caí en que eras real no pude evitar la marcha acelerada de mi corazón, mientas las mariposas rodeaban el lugar tal vez imaginarias o quizás de verdad, los colores que veía me inundaron de emoción, y por un momento quise cantarte una canción. Sentí el suave salto que dio mi cuerpo al tocarte como simple saludo, mientras tu nombre decías con una sonrisa. De pronto mi mundo dio un vuelco tremendo, y mi piel se erizó al escuchar tu voz, la prisa que mantenía mi corazón por llegar a su destino parecía abrumante, pero no tanto como tú; y tu cálida presencia. Las mariposas se posaron sobre mi cabeza, comenzaron a danzar, dándome ideas del futuro, diciéndome con suma certeza que tú estarías en él.

Dos segundos pasaron y ya te amaba con locura, sin saber más que tu nombre me arriesgue sin censura a besar tus labios con ternura. Cinco minutos después no querías liberarme, entre respiraciones dijiste: “tan solo quiero amarte”.

Las mariposas nos rodearon envolviéndonos entre sus alas, y las personas nos miraba tal vez algo asqueadas. Nuestra indiferencia a los demás solo causaba su enojo y es que con cada beso lo desfrutábamos más, mientras las alas se agitaban con júbilo y los colores se mezclaban ante las miradas. Diez minutos después ya éramos más que desconocidas había algo… Las mariposas volaron con cadencia al compás de la melodía de los corazones, y las voces de incautos desaparecieron en tu presencia al no entender más de razones. El rojo de tus labios se mezcló

con el suave rosa de los míos, y las formas de nuestros cuerpos se distorsionaron en una danza de viento y escarcha de color, desmoronando lo que fue la ilusión de los mortales, al hoy convertirnos en seres espectrales ajenos al mundo aparte. Cincuenta años después las mariposas aun vuelan, buscando lo que fue el inicio de mi novela. Taide. -¿Tú lo escribiste? -Sí. -No esta tan mal, hay peores. Taide la miro arqueando una ceja- Vale. -Bromeo, me encanta, te amo. -Y yo a ti. Unieron sus labios en un beso suave y tierno. -¡Un momento! -¿Qué pasa Alondra? -Aún no han pasado 50años, solo han pasado 10. -Vamos por 40 más, ¿Qué dices? -Mejor 60.

Taide miro pensativa al cielo estrellado- Vale- dijo finalmente, ofreciendo su mano para sellar el trato-Te amo. -Un beso dice más que mil palabras. Taide sonrió divertida antes de que Alondra la abrasara y le diera un beso profundo, mientras las estrellas brillaban y la luna mostraba su belleza. -¿Podrías ir tú?- pregunto Taide -Yo fui la última vez. -Vamos las dos. -Se parece a ti en lo llorón- dijo Alondra tomando a Mark de la cuna. -Y a ti en lo berrinchudo- contesto Taide abrasando al bebe- los amo, frunce el ceño igual a ti Alondra. -Amas eso de mi ¿no? -Amo todo de ti… Antes de que pudieran hacer otra cosa, Mark interrumpió con un sollozo. -Ven con mami Taide. El niño se tranquilizó y las luces se apagaron… FIN

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