Tarot, Un Camino De Desarrollo Espiritual.alba

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ÍNDICE Portadilla Dedicatoria Legales Prólogo Introducción Agradecimientos CAPÍTULO UNO. El tarot, un camino de desarrollo espiritual ¿Qué es el tarot? La historia del tarot CAPÍTULO DOS. El tarot y el proceso de iniciación La iniciación El proceso de indiv iduación según Carl Gustav Jung Interacción energética en la experiencia simbólica CAPÍTULO TRES. El tarot de Marsella Las 78 cartas Los arcanos may ores: la importancia del nombre y del número El simbolismo del cuerpo: el gesto La inf luencia del color CAPÍTULO CUATRO. El tarot y la numerología Correspondencias entre el tarot y la numerología CAPÍTULO CINCO. El tarot y la Kabbalah 2

Correspondencias entre el tarot y la Kabbalah El Árbol de la Vida CAPÍTULO SEIS. El tarot y la astrología Correspondencias entre el tarot y la astrología La astrología y los arcanos may ores La astrología y los arcanos menores La astrología y las cartas de la corte La constitución f ísica de los planetas CAPÍTULO SIETE. El proceso de aprendizaje del tarot Los arcanos may ores Los arcanos menores Las cartas de la corte CAPÍTULO OCHO. La lectura de las cartas Preparación prev ia Las lecturas personales Durante la lectura del tarot CAPÍTULO NUEVE. Los arcanos may ores Comentarios actualizados Impresiones y sensaciones CAPÍTULO DIEZ. El camino hacia la autorrealización El tarot como v ía hacia el desarrollo personal Dos tiradas básicas CAPÍTULO ONCE. El tarot, los sueños y la meditación El tarot en la interpretación de los sueños 3

El tarot en los ejercicios de meditación CAPÍTULO DOCE. El tarot en la interpretación astrológica Tiradas astrológicas Anexo: Tabla f inal de correspondencias Palabras f inales Bibliograf ía

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Tarot Un cam ino de desarrollo espiritual

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Dedicatoria A mis queridos hijos Juan Pablo, Sebastián, Julián, Paula y Fernando, quienes continúan siendo mis “maestros” más amados en esta v ida. A mi amante esposo Bernardo Dias Peixoto. A mi maestro de psicología junguiana Gerónimo Reus. A mi adorada nieta Sophía Dias Peixoto. A todos mis alumnos de las distintas disciplinas durante los últimos treinta años. A todos mis ex alumnos de tarot de los últimos treinta años, y muy especialmente, a los de la segunda generación (hijos de alumnos y de clientes), muchos de los cuales han continuado en distintas disciplinas, el camino pionero iniciado por sus padres que aún continúan trabajando desde entonces consigo mismos y con el tarot. Todos ellos y otros más encontrarán nuev as propuestas, que podrán aplicar a su gusto, para ampliar los conocimientos recibidos oportunamente. Por supuesto, con el tiempo se han implementado algunos cambios, respecto de lo que hay an podido recibir en otras épocas, cambios ev olutiv os, con la intención de propiciar la idea de que esta técnicaexperiencia no es def initiv a ni absoluta, y que puede continuar desarrollándose y ampliándose con el paso del tiempo.

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Silvia Oyuela

Tarot Un cam ino de desarrollo espiritual

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Oy uela, Silv ia Tarot, un camino de desarrollo espiritual . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Alhue, 2013. - (Caminos de transf ormación; 0) E-Book. ISBN 978-987-1260-35-5 1. Tarot. CDD 133.324 24

Copy right © 2007 by EDITORIAL ALBATROS SACI J. Salguero 2745 5.º - 51 (1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina E-mail: inf [email protected] www.albatros.com.ar ISBN: 978-987-1260-35-5

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Para inf ormarse sobre los distintos cursos —personales, grupales o por correo electrónico— que realiza la autora o para comunicarse con ella por cualquier consulta sobre este libro, sugerimos escribir a silv iaoy [email protected] o silv iaoy uela@y ahoo.com.ar

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PRÓLOGO

Este libro nos inv ita a una conexión con nuestra interioridad, con ese espacio sagrado que sabe lo que necesitamos para ev olucionar. Proporciona una respuesta para nuestro peregrino interno que camina buscando conciente e inconscientemente la posibilidad de v iv ir mejor y /o conocer su misión en esta v ida. Por eso, la autora nos brinda una mano que nos cuida y nos guía, que nos llev a a transitar un mundo pleno de sentido que seguramente coexiste con nosotros. A lo largo de sus páginas se puede identif icar claramente cómo v an desarrollándose los conceptos que ahondan en la prof undidad del símbolo: cada una de las descripciones nos abren la puerta y nos permiten ingresar al territorio de cada arcano y experimentarlo en nuestro interior. Así el encuentro se logra, de una tan manera clara, que nos inv ita a v iv enciar el espíritu de los símbolos. Esto seguramente nos induce al inicio de un proceso de sanación. A su v ez, esta transmisión de conocimientos que nos proporciona Tarot. Un camino de desarrollo espiritual, nos motiv a como lectores a abrirnos a otros caminos de ev olución, como el que proponen la astrología, la numerología y la Kabbalah. También, las ref lexiones personales, de mucha riqueza, nos hacen pensar y sentir sobre el tiempo actual y el cambio que estamos transitando. Libros como este son un llamado a nosotros mismos, a v olv er a la esencia y a la unidad con el todo. Estela H. Maglio

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INTRODUCCIÓN

Este libro intenta transmitir los resultados de la experiencia adquirida luego de casi cuarenta años de aprendizaje, observ ancia, práctica y docencia del tarot, sostenidos, en todo momento, por la estimulación recibida gracias a mis clientes y alumnos, a quienes les debía esta síntesis. El tarot ha sido un complemento inseparable en mis trabajos de astrología durante los últimos treinta años, y en el trabajo llev ado a cabo conmigo misma y con mis alumnos de tarot y de la técnica de indiv iduación. El aporte inv alorable del contacto simbólico permanente con las imágenes del tarot ha f acilitado mi f ormación como indiv iduo, como madre, como maestra y como prof esional, y es principalmente por este motiv o, y por haber observ ado sus ef ectos multiplicadores en la experiencia de tantos años con muchísimos alumnos y clientes, que deseé llev ar a cabo esta pequeña obra, con la esperanza de contribuir en benef icio de una mejor utilización del tarot como camino de desarrollo personal. En 1980, al integrar el conocimiento tradicional de la lectura de las cartas del tarot, en su concepción básica de predicción del f uturo, con la psicología junguiana pude encontrar las respuestas a tantas preguntas, sospechas y percepciones que se me presentaban constantemente desde mis primeros contactos con la lectura de las cartas en el mes de enero de 1968. En tal sentido, mi encuentro durante 1980 con el prof esor Gerónimo Reus, persev erante estudioso y el may or dif usor de la obra del Dr. Carl Gustav Jung en la Argentina desde

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mediados de siglo XX, inv estigador y creador de la Técnica de Capacitación Existencial y descubridor de la ev olución de los símbolos del inconsciente colectiv o en el dibujo automático (herencia que me enaltece) transmutó mi v ida entera, como así también todos mis conocimientos teóricos y prácticos. Este encuentro que duró casi dos décadas af ectó mi v ida prof esional y personal para siempre. Hasta ese momento, y o llev aba una “doble v ida”. Por un lado, se encontraban mis estudios, permanentemente interrumpidos, de Psicología en la Univ ersidad de Buenos Aires, mi trabajo como secretaria de directorio en empresas de primerísima línea, las traducciones de distintos idiomas como inglés, f rancés, alemán, italiano y portugués que realizaba, y mi papel de esposa y madre. Por el otro lado, estaban mis estudios esotéricos, la lectura de las cartas, las inv estigaciones de campo realizadas en Buenos Aires (Argentina) y en Río de Janeiro (Brasil), siempre dentro del ámbito de la psicología alternativ a. Desde entonces, la psicología prof unda del Dr. Carl Gustav Jung inv adió todos los campos de mi expresión prof esional: en el tarot, en cuanto al estilo de lecturas durante las consultas y en la modalidad de los cursos; en la astrología, durante los procesos de armado, estudio y dev olución de cartas natales y otros trabajos astrológicos deriv ados; en la apertura a nuev os campos de inv estigación en la técnica de indiv iduación, en mí misma y aplicada a la docencia de alumnos de indiv iduación, en mis cursos de desarrollo creativ o para pintores, actores y artistas en general, donde pude integrar el tarot, la astrología y la psicología junguiana a los cursos para el análisis de los sueños y en los seminarios de psicología junguiana para psicólogos. El contacto simbólico permanente me f acilitó, con el tiempo, realizar una observ ancia “dif erente” de las imágenes en las obras de amigos y clientes pintores, quienes pudieron detectar y experimentar en sí mismos los momentos precisos de su conexión con el inconsciente colectiv o en sus obras de arte. 13

El trabajo específ ico en la docencia con los arcanos may ores para el desarrollo personal es la síntesis de todo un proceso de inv estigación y experimentación que considero necesario poner al alcance de todos. Para explicar mejor la f unción de los arcanos may ores, ha sido necesario incluir a los arcanos menores y a las cartas de la corte con la intención de presentar un cuadro demostrativ o, más completo, de la activ idad de los arcanos may ores sobre los indiv iduos y, en def initiv a, sobre las circunstancias que conf ormarán su destino, consecuencia del hallazgo de la propia identidad. En cada una de las tres partes en que se div ide el tarot, el proceso de aprendizaje se realiza de manera dif erente, correspondiendo a los arcanos may ores el trabajo más complejo y trascendente; tanto para quien recién se inicie en el aprendizaje de esta técnica, como para quien elija comprometerse moralmente con esta enseñanza. La importancia de la observ ación de las imágenes junto a la utilización de div ersos sistemas deductiv os e inductiv os y el planteo didáctico tipo puzzle asociativo hasta llegar al análisis de las lecturas f inales, son la base en que pueden apoy arse, maestro y alumno. Mientras que el proceso de aprendizaje de los arcanos menores es mucho más simple y sencillo, porque constituy en el resultado de la tarea realizada con los arcanos may ores, respecto de las cartas de la corte, he pref erido mencionar solamente la categoría de los personajes, pues la ampliación de los conceptos relativ os a estas imágenes suele constituir una dif icultad que no aporta a nuestro principal objetiv o que es la utilización del tarot como camino de desarrollo personal. Al comienzo de mi tarea docente del tarot en 1981, comencé a observ ar de qué manera mis alumnos se v eían positiv amente af ectados durante el aprendizaje, especialmente, por los arcanos may ores. Dicha af ectación no parecía prov enir únicamente del hecho de haber disminuido su angustia respecto del f uturo, al aprender a “v erlo” o a “conocerlo”, ni de llenar el 14

“v acío de f uturo”, sino que al terminar los cursos era notoria la presencia de una “semilla” en sus v idas, generadora de cambios, en la may oría de los casos trascendentes. Estas “semillas” continuaban germinando, más allá de la culminación de los cursos, mejorando sus estados anímicos, animándolos a un activ o desarrollo espiritual y, con el paso del tiempo, pude conocer de qué manera también f ueron diseminándose en sus f amilias y en sus amistades. Asimismo, estas experiencias inf luy eron f elizmente en mi propia v ida, al poder contemplar cómo se concretaba la parábola del sembrador de mi apreciado Nemer Ibn El Barud, cuando menciona: “¡Af ortunadamente, la may or parte de la semilla cay ó en tierra f értil !”. Durante los primeros cursos, debido a mis antiguas tendencias a la interpretación psicológica, originadas en mi carrera inconclusa de Psicología, recordé que Sigmund Freud adjudicaba a la magia ciertas características de “poder interno” que podrían estar alterando las conductas de mis alumnos. También noté que el Dr. Carl Gustav Jung, denominaba “inf lación del ego” a la arrogancia prov ocada por ciertas prácticas mánticas. Pronto descubrí —con sorpresa al principio y con asombro después— que esos cambios estaban generados en la observ ación e interacción energética con los arcanos may ores que actuaban en mis alumnos como “catalizadores” y “organizadores” del inconsciente, en la gran may oría de los casos, impulsándolos a realizar los cambios necesarios para el logro de una v ida mejor, mucho más cercana a su propia identidad, además del importante aumento en el desarrollo de f unciones creativ as absolutamente nuev as. Recuerdo un curso donde una alumna que escribía poesías, terminó haciendo guiones para teatro; y una compañera del mismo curso, que era actriz, comenzó a dirigir obras de teatro, coincidentemente con la f inalización del curso de tarot. Desde allí en adelante, pude v er empresarios que se transf ormaban en pintores, ingenieros en masajistas y 15

tarotistas, abogados en actores y, a v eces, no surgía lo nuev o sino que se mejoraba, se ampliaba y expandía lo que y a estaba presente, es decir que se autorrealizaban expandiendo su campo de acción-creación en su tarea, pero mejorándola y enriqueciéndola creativ amente. Casos similares se han ido repitiendo en el tiempo y mucho más acentuadamente desde comienzos de la década de 1990, en la que la gran may oría de las personas comenzó a dirigir su atención hacia caminos de desarrollo personal. En estos últimos años, el tarot se ha expandido de manera considerable (y a v eces hasta ha llegado a distorsionarse su v erdadera f unción y objetiv os), por eso creo necesario ef ectuar ciertas recomendaciones de orden espiritual e insistir en que este proceso de aprendizaje e incorporación de imágenes es absolutamente indiv idual (dif erente para cada indiv iduo), que debe llev arse adelante con lentitud y prudencia. Se aconseja prof undizar y respetar las interpretaciones que surjan de la propia interioridad, a partir de las div ersas asociaciones con la numerología, la Kabbalah, la astrología, la simbología del color y el gesto, pero básicamente respetar aquellas que surjan de la propia observ ación contemplativ a, para más adelante poderlas ampliar después de un trabajo prof undo, personal y grupal, con la ev entual lectura de libros ref eridos al tema, de dif erentes autores, que aporten otros puntos de v ista. Para mí, el tarot es un tratado de orden espiritual sobre las energías primigenias que dieron origen al mundo que hoy, gracias a la f ísica cuántica —podemos comprobar—, son capaces de transmutar energías psíquicas conscientes e inconscientes. Por ese motiv o, deben ser tratadas y consideradas con el may or cuidado y respeto. Además de proporcionar la oportunidad de un trabajo prof undo, rico y v ersátil en el conocimiento de uno mismo, el tarot f acilita el hallazgo de las causas que impiden nuestra ev olución personal, brindando la posibilidad de observ ar cómo la v ida se rehace f elizmente, después del reprocesamiento. 16

Este libro permitirá al lector acrecentar su concepto del tarot como medio para la lectura del f uturo y encontrar un nuev o camino para la ampliación de la conciencia, a trav és de una ampliación del propio autoconocimiento, f acilitador del tránsito hacia un contacto f luido con sus propios contenidos psíquicos, algo así como un encuentro “mágico” con su propia arca de tesoros (potenciales) aún no explorados ni experimentados. Con el tiempo descubrirá, sorprendido, que el tarot estaba y a dentro suy o y que este libro sólo lo ay udó a encontrarlo en sí mismo, durante el camino del aprendizaje y, más adelante, a trav és de la práctica. Teniendo en cuenta que esta técnica intenta ser básicamente práctica y lo más parecida posible a los antiguos rituales de iniciación, es que será conv eniente obv iar cualquier tipo de lectura (antes o durante el aprendizaje) relacionado con el tema del tarot y, más especialmente con los arcanos may ores. También es preciso prov eerse, con anterioridad, de los materiales necesarios para el trabajo personal y grupal, siguiendo, paso a paso, en el orden mencionado, cada uno de los escalones para llegar hacia una autorrealización más plena. Se recomienda agregar el trabajo grupal (con la conducción y contención de un maestro especializado y /o psicólogo) al trabajo indiv idual, debido a que al realizarse solamente el trabajo indiv idual, se corre el riesgo de caer en limitaciones conceptuales que darían como resultado la repetición y la f ijación en determinadas interpretaciones e imágenes. Es decir que todos los conceptos estarían siempre ref eridos a sí mismos, o a identif icaciones personales con determinadas imágenes, que obstaculizarían la relación directa, f luida y natural con todos los arquetipos (al ser ellos “núcleos dinámicos colectiv os”, según Jung) del inconsciente colectiv o, además del enriquecimiento conceptual proporcionado por el grupo. Los principiantes podrán encontrar f acilitado el camino hacia el autoconocimiento y quienes se acerquen sólo por mera curiosidad se sorprenderán del resultado obtenido, porque este aprendizaje, en realidad, transf orma a quien lo realiza, lo elev a y 17

únicamente su propia alma será la que determine si acabará siendo una mejor persona. Este libro será de gran utilidad para aquellos que no detienen su búsqueda, para personas prov enientes de todas las prof esiones y f ormaciones que aún sientan que necesitan “algo más”; a los maestros de tarot que deseen darles un plus a sus alumnos, y a maestros de otras técnicas de desarrollo personal como meditación, v isualización creativ a, terapias transpersonales, artes plásticas, talleres de escritura, y oga, reiki, etc. También le serv irá a los astrólogos (por su activ ación simbólica personal y también, en la práctica prof esional, para ampliar y ajustar conceptos relativ os a tránsitos, ascendentes, aspectos astrológicos en general, y aspectos de nodos natales y lunares) Para los psicólogos que deseen experimentar, inv estigar y aplicar un camino nuev o en su propia v ida y colaborar con una herramienta más en la orientación de sus diagnósticos y tratamientos y para los tarotistas que y a presientan ese “algo más” f acilitado por el contacto simbólico.

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Agradecimientos Quiero expresar mi eterno agradecimiento a mi amado marido Bernardo Dias Peixoto, estudioso de antropología y ecología, desaparecido en Brasil en 1979, quien impulsó como nadie mis estudios e inv estigaciones desde principios de 1970. A mi padre del alma Karl H. Schwenger, quien motiv ó desde niña mi interés por el trabajo y los estudios; a mi madrina Adela Mirol; a mi abuela Eugenia Silv ey ra de Oy uela, poetisa mística, escritora y traductora. A la Editorial Albatros, por su plena conf ianza y permanente motiv ación, aplaudiendo su nuev o proy ecto editorial, y a Silv ina Cruz, mi primera maestra de tarot. Al Dr. Vicente Rubino, prof esor-maestro y psicoanalista junguiano, por permitirme conocer el sentimiento de la honra y de la estima compartidas. A todas mis queridas amigas, hermanas de otras v idas, pasadas y f uturas y a mis nuev os amigos y alumnos de Mar del Plata por su generosa bienv enida. Por supuesto a Gerónimo Reus, mi queridísimo maestro de psicología junguiana; a Alf onso Milito, mi “amigo entrañable”, a la Lic. Estela Maglio, ex alumna, por su amistad que me enaltece como indiv iduo y que hoy me honra con su prólogo y me acompaña como muy querida maestra y hermana en mis prácticas de chamanismo; así como a mis queridas maestras de budismo, Cintia Weber y Aurora Michiko Matsubara Hisaki.

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CAPÍTULO UNO El tarot, un camino de desarrollo espiritual

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“La actividad en el arte... es la actividad del espíritu que, bajando por la mente, se concreta en lenguaje, por lo tanto en comunicación, información”. Leopoldo Torres Agüero, en Notas.

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¿QUÉ ES EL TAROT?

Esta pregunta abre las puertas del alma al misterio y a la f ascinación. A lo largo de la lectura de este libro, se v erá que no es una pregunta sencilla de responder, pues el tarot es tan amplio que podría decirse que nuclea todos los conocimientos de la humanidad. Desde tiempos remotos, ha sido un procedimiento inductiv o para la lectura de cartas, apto para adiv inar, predecir, presentir, prev enir o, simplemente, conocer el f uturo. Prof ecías, presentimientos, sueños, la lectura de v ísceras de animales, el v uelo de los pájaros, la lectura de las manos, del té o del caf é, etc., permitieron al ser humano desarrollar a pleno su imaginación, incentiv ado por el contacto directo y permanente con la naturaleza, que iluminó desde siempre su componente div ino. También los dibujos sobre piedra o arena, los dados, las v arillas del I Ching y las monedas chinas f ueron los medios primigenios que lograron llegar hasta nuestros días, gracias al cuidado extremo, el ocultamiento, el camuf laje y la selección cuidadosa de los alumnos iniciados que tan bien supieron guiar los grandes maestros. La transmisión oral —siempre selectiv a— f ue en un principio una especie de “boca a oído” con el agregado de piedras, objetos y amuletos pintados. Poco a poco, f ue perf eccionándose a partir de la aparición de otras disciplinas como la ciencia sagrada de los números, la geometría sagrada, la magia y la alquimia. El tarot conjuga en sus imágenes todos estos conocimientos y muchos otros más. Fue recién en la Edad Media que aparecieron las primeras imágenes transf eridas a géneros, del tipo “gobelinos”, y más

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adelante cuando se transf irieron al papel. Entonces, la primera respuesta a la pregunta de este apartado podría ser que el tarot es un instrumento que permite a la imaginación expresarse de manera pura y sin prejuicios ni preconceptos, en un orden de ideas acordes con las 78 cartas que lo conf orman y que a trav és de su estudio y práctica sistemáticos, f acilitan la predicción del f uturo. Conocido es el uso de las 56 cartas tradicionales que corresponden a los mazos f ranceses y españoles y se utilizan desde tiempos inmemoriales en los v ariados juegos de naipes. Pero además, el tarot proporciona otros benef icios, y a que se trata de un tratado de f ilosof ía hermética apto para colaborar con el desarrollo personal, tal como se v erá más adelante. Mediante su estudio, y especialmente mediante su observ ación metodológica y su práctica, f av orece el autoconocimiento y la autorrealización, acompañado, por cierto, la oportunidad que of rece de conocer el f uturo. Durante su aprendizaje, la contemplación de las imágenes — altamente simbólicas— prov oca una inev itable interacción energética, transf ormadora y trascendente y al descif rar el contenido de los dibujos, surge la tentación consciente de asociarlos con hechos de la historia personal o de otros, esta tarea, realizada concienzudamente, produce una reorganización de la inf ormación interna, a manera de una ecuación simbólica con características ev olutiv as. Este proceso de desarrollo personal, realizado de manera lenta, v a abriendo las puertas de la conciencia hacia nuestra mismidad, unicidad o sí mismo, es decir hacia aquello que nos hace seres únicos, irrepetibles. El magnetismo de las imágenes atrae mágicamente al principiante que se v e seducido ante la promesa de decorrer el v elo que oculta el f uturo. Cualesquiera f ueran las motiv aciones conscientes que lo hay an inclinado a este estudio (simple curiosidad, conocer el f uturo, complementar estudios astrológicos, etc.), las expectativ as del principiante resultarán sobrepasadas, y a que 23

estos contactos v isuales “detonan” en su interior, sugiriendo nuev os datos y aportando inf ormación imprescindible para el logro de un mejor y más prof undo autoconocimiento. La ejercitación más o menos continua del tarot, conv ierte este aprendizaje en una suerte de “juego interactiv o”, que opera antes, durante y después de la observ ación de las f ormas, los colores y los números, activ ando de manera constante la imaginación y permitiendo un v iaje interior de interesantes y sorprendentes resultados. Más adelante, una v ez adquiridos los conocimientos necesarios para su práctica, se podrán realizar lecturas específ icas relacionadas con el desarrollo personal, con la modif icación de conductas a mejorar o aquellas que tengan que v er con la propia f unción prof esional o espiritual, con retratos internos, con la ubicación de conf lictos que impiden el crecimiento, etc. Todas las respuestas obtenidas serán de gran utilidad para aclarar las preguntas más acuciantes del ser humano en estos tiempos de incertidumbre, abriendo las compuertas del alma a una nuev a etapa de ev olución superior, donde, por supuesto, surgirán otras nuev as preguntas. El trabajo sistematizado, ordenado y lento con las imágenes, unido a la v erdadera intención de mejorar, permitirá realizar una prof unda tarea dirigida hacia uno mismo, que se irá f acilitando con las tiradas personales que transf ormarán al observ adorpracticante en el “hacedor de su propio destino”. De esta manera, en su camino de ev olución no podrá v er nunca más a su destino como algo mágico, ajeno a sí mismo, sucediéndose de manera sorpresiv a, cíclica o catastróf ica, sino que comenzará a v erlo como una circunstancia proactiv a en la cual él es su principal protagonista. El tarot es una excelente herramienta para lidiar con el desarrollo ev olutiv o y el autoconocimiento personal, debido a que constituy e la may or expresión v isual, estética y creativ a de toda la historia de la humanidad. También posibilita la def inición de f uturo, como la suma de lo 24

que somos y sentimos como indiv iduos, más lo que hicimos ay er, más lo que podamos llegar a hacer hoy para crecer y mejorar, como si el f uturo se estuv iera escribiendo a cada instante en las páginas del libro de la v ida. Hasta ahora, entonces, el tarot se presenta como un medio para conocer el f uturo y al mismo tiempo como un método o técnica de autoconocimiento, apto para el desarrollo personal. Ambos benef icios se complementan, pues es condición sine qua non conocerse a sí mismo antes de intentar rozar el alma del consultante y penetrar en el templo sagrado de su destino. Sumado a estos dos procesos, el trabajo con el tarot, realizado de manera cuidada y ordenada, nos of rece, espontáneamente, una tercera posibilidad, consecuente con la centración obtenida a trav és de la contemplación de las imágenes simbólicas (color y f orma): el desarrollo del potencial creativ o. Las imágenes despiertan y mov ilizan emociones y pensamientos que determinan una nuev a organización de la energía psíquica, que aumentará notoriamente la creativ idad y la imaginación. En resumen, tres posibilidades nuev as se abren al principiante a partir de este aprendizaje. Pero existen dos más: el tarot f unciona como consejero y puede utilizarse para la interpretación de los sueños. Como consejero, opera siempre con absoluta independencia de los juicios racionales y opiniones personales, y a que dicho consejo se origina en correlaciones numéricas y normalizaciones que excluy en la decisión consciente del lector. Como se v erá más adelante, el consejo surge de la misma tirada de cartas, obv iando la propia disposición interior. En cuanto a su relación con la quinta posibilidad, la de su utilización para la interpretación de los sueños, el tarot contribuy e a aclarar toda la inf ormación prov eniente del inconsciente personal y colectiv o, y a que se trata del mismo material simbólico del que se nutren los sueños. Todo lo mencionado anteriormente, permite declarar al tarot 25

como un “Libro de sabiduría de 78 páginas”, y cabe recordar que sus conocimientos más prof undos siempre han sido transmitidos a los iniciados por maestros espirituales; por lo cual este aprendizaje no puede realizarse de manera burda, despreocupada y distorsionada, como tampoco en f orma autónoma y sin ningún tipo de orientación o contención psicológica.

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LA HISTORIA DEL TAROT

A lo largo de la historia univ ersal, rey es y gobernantes, junto a sacerdotes de primeras y segundas líneas, han compartido el interés por mantener ocultos los conocimientos considerados “sagrados”. Este ocultamiento se v olv ió aún más intenso cuando la Iglesia de Roma instituy ó la persecución y muerte, en Europa y América, de brujos, magos, astrólogos, curanderos, estudiosos de las hierbas, judíos y árabes, bajo los cargos de herejía, así, estos conocimientos se transf ormaron en prof anos o mágicos. De hecho, cada v ez que una religión pretendió sustituir a otra, los v iejos dioses se transf ormaron en demonios con el objetiv o de otorgar más poder a las nuev as ideas. Lo mismo sucede cuando se pretende hacer prev alecer una idea o una costumbre sobre otra: persecuciones y muertes colectiv as se suceden una y otra v ez en el intento de simbolizar el f in de una era, de una religión, de una f orma de pensamiento. A pesar de que este es uno de los motiv os por los que los orígenes del tarot han sido y continúan siendo técnicamente incomprobables, podemos plantearnos v arias hipótesis para aclarar sus comienzos. Los métodos para la predicción del f uturo se remontan a los más tiernos orígenes del ser humano en la Tierra y a sus tribus primigenias (chamanismo), que se apoy aban en la madre naturaleza para ef ectuar sus predicciones: el agua, el f uego, el sonido de la arena en los desiertos, los f enómenos climáticos, los v iajes chamánicos, los sueños... En cuanto al tarot en sí mismo, sus contenidos simbólicos y su f ilosof ía, la primera hipótesis es la que plantea su posible origen en la religión del Antiguo Egipto, que estaba compendiada

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en los 42 libros de Thot (dios egipcio del conocimiento) a quienes los griegos identif icaron con Hermes y lo llamaron Hermes Trimegistro (Hermes tres v eces grande o tres v eces maestro). De su nombre prov ienen los conocimientos “herméticos” (secretos, sagrados) que f ueron selectiv amente transmitidos y cuidadosamente guardados por considerárselos de origen div ino. Según esta teoría, posiblemente la palabra “tarot” deriv e de la combinación del nombre de dos dioses egipcios: Thot y Ra (este último, el dios Sol). Esto permite deducir que, cuando el Imperio romano sometió a Egipto, sus sacerdotes incorporaron los conocimientos egipcios (ambicionados por Roma, pues Egipto era el centro cultural e intelectual de la época, donde se nutrieron f ilósof os y matemáticos griegos y romanos) y estos se expandieron a Europa de la mano de los romanos. Asimismo, cabe la posibilidad de que el término tenga su origen en la palabra latina rota, cuy o signif icado es “rueda” (rueda de la v ida, rueda de la f ortuna). Sobre este punto, también se dice que los egipcios usaban para la adiv inación unas piedras con jeroglíf icos a las que denominaron “théraphim”, que también podría ser la palabra madre de “tarot”. Mucho más adelante, y como argumentación del origen latino de su nombre, una antigua anécdota cuenta que Carlos VI, rey de Francia, ordenó que le env iaran desde Italia un mazo de cartas para juegos, con motiv o de una enf ermedad prolongada y con el deseo de distraerse durante su reposo obligatorio. Otra teoría desarrollada por Papus en su libro Tarot de los Bohemios sostiene respecto del nombre y origen del tarot que f ueron los bohemios y romaníes (gitanos) prov enientes de Asia quienes impusieron, en Europa, el uso de un mazo de cartas para la lectura del f uturo al cual denominaron “tarit”. Pero muchos consideran indudable que el origen del tarot se relaciona con la antigua sabiduría hebrea de la Kabbalah, pues al comparar ambas f ilosof ías —la del tarot y la de la Kabbalah—, existe una asombrosa similitud y correspondencia. Esta semejanza nos inv ita a acercarnos a la posibilidad de que hay an 28

sido los mismos hebreos (prisioneros durante siglos en Egipto y liberados por Moisés, criado y educado en la corte egipcia del f araón Ramsés) los precursores de este sistema de lectura originado en su necesidad de ocultar sus creencias a los egipcios y más tarde a los romanos. Otro punto de apoy o para la hipótesis del origen hebreo de su nombre, es que la palabra “tarot”, v ista en espejo, puede llegar a ser Torá, el libro religioso de los hebreos, quienes además, asimilaron un v alor numérico a sus “letras madres”, un conocimiento adquirido de los egipcios, quienes f ueron los primeros en aplicar este tipo de asociación. Si bien hay muchísimas teorías sobre los posibles orígenes del tarot, existen datos concretos en la literatura europea anterior a la Edad Media. Se encuentran antecedentes claros de la existencia del tarot en los escritos de Dante Alighieri (12651321), Francesco Petrarca (1304-1374) y Michel de Montaigne (1533-1592), que dan prueba ev idente de sus conocimientos sobre algunas de sus imágenes. En cuanto a los antecedentes de div ersos tipos de mazos de cartas, en la India, en el año 1200, existían unas tablillas de diez series o palos, con doce tablillas cada serie, lo que hacía un total de 120 tablillas que se utilizaban para div ersos juegos. Alrededor del año 1300 en Asia, los chinos jugaban con mazos de div ersas cantidades de naipes, pero con imágenes bastante dif erentes de las que conocemos hoy. A partir del 1500, los datos se esclarecen un poco, pues aparece en Europa una gran cantidad de mazos de cartas con dif erencias sustanciales en sus diseños y también en el número de cartas, que se pueden encontrar hoy en museos de Italia, Francia, Alemania e Inglaterra. Estos mazos habían sido elaborados por dif erentes artistas y algunos f ueron promov idos por tarotistas, entre ellos el mazo de Visconti-Sf orza, el más antiguo conocido prov eniente de Italia. En 1600, un mazo de 144 cartas, denominado naibi por los árabes, también puede llegar a dar cuenta del origen de la palabra “naipe”. En resumen, no existe un origen def initiv o comprobable del 29

tarot, ni f echa, ni lugar f ehaciente de su creación, pero teniendo en cuenta el aporte de la antropología en cuanto a las similitudes y semejanzas observ adas en las div ersas civ ilizaciones, e interrelacionando todo esto con las teorías de Jung sobre del inconsciente colectiv o y la sincronicidad, es totalmente probable que se hay a tratado de un f enómeno sincrónico-colectiv o, que operó de manera similar en dif erentes pueblos. Lo cierto es que recién a partir del siglo XVIII comenzaron a organizarse con imágenes los conocimientos f ilosóf icos o sagrados que permanecían ocultos sobre el tarot, y se empezó, poco a poco, a mantener una cantidad más o menos f ija de cartas gracias a la contribución de v arias sociedades secretas, como las órdenes esotéricas y los masones, entre otras. A comienzos del siglo XX, y en sincronicidad con la apertura de las pirámides de Egipto, el nacimiento de la teosof ía y del psicoanálisis, se expandió —primero en Europa y luego en América—, un gran interés por el tarot y los conocimientos esotéricos en general. El mundo occidental abría sus ojos y comenzaba a mirar hacia Oriente, y así f ueron apareciendo mov imientos y grupos de intelectuales que nucleaban a prof esionales de distintas disciplinas interesados en los f enómenos de la mente y del espíritu, y en la predicción. En la década de 1920 —con los av ances producidos en la psicología por Sigmund Freud y cuando Carl Jung f ormula la Teoría de los arquetipos y la Teoría del inconsciente colectiv o—, el tarot comienza a expandirse de tal manera que a comienzos de 1960 desborda los límites de los dif erentes grupos de intelectuales de av anzada para f inalmente alcanzar todos los estratos sociales. Y desde entonces, su ev olución ha sido más que ev idente: primero, se utilizaba solamente para la lectura del f uturo y para ciertos juegos; luego pasó por una etapa de “purif icación” a trav és de su uso como técnica de desarrollo espiritual; para f inalmente arribar a la etapa en la que se encuentra actualmente, de expansión en cuanto a su uso para la lectura del f uturo y como “consejero” respecto de ilimitados 30

cuestionamientos, asidero seguro ante tanta incertidumbre y también como camino de desarrollo personal. En la actualidad, existen más de 250 mazos de tarot dif erentes, entre los que se encuentran el conocido Tarot Egipcio, algunos mazos pintados por artistas plásticos muy conocidos como Dalí y Picasso; y otros hechos en papel de arroz y pintados a mano con tinta china por artistas japoneses. En términos generales, los más grandes tarotistas solían encargar la pintura de sus propias cartas a artistas que traducían sus percepciones y sensaciones. Entre los más conocidos del siglo XX se encuentran los grandes maestros como Arthur E.Waite, Aleister Crowley, Balbi, Oswald Wirth, etc. Todos ellos manif estaron su propia indiv idualidad en la interpretación del Tarot, como así también en las imágenes pero por ejemplo A. E. Wait, nos of rece también la posibilidad de alterar el orden tradicional de los arcanos may ores intercalando la carta XI con la VIII, es decir, La Fuerza con La Justicia, en f unción de un razonamiento personal en la interpretación de ambas cartas. Otra probabilidad es que las mismas cartas utilizadas para juegos en la Antigüedad puedan haber sido puntos de apoy o para la enseñanza utilizados por los maestros iniciáticos, como ref erencia y ejemplos de sus enseñanzas. A partir de esas experiencias magistrales, se abrirían canales de intuición para que estas imágenes arquetípicas se manif estaran, tal como sucede en la actualidad, en las div ersas artes plásticas, la música, la literatura, la poesía, el teatro, etc.

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CAPÍTULO DOS El tarot y el proceso de iniciación

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En este estado irracional, basado en la desaparición del ego, en el abandono del estatismo del observador (...) es cuando la mirada nos lleva a ser eso que miramos y que nos ve (...). Al ser visto por la visión, desaparece la dualidad y brilla la luz del vacío, que todo lo contiene. Leopoldo Torres Agüero, en Notas.

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LA INICIACIÓN

Acceder al conocimiento y a la práctica de la lectura del tarot es una tarea mucho más sencilla, simple y natural de lo que aparenta a simple v ista. En el capítulo anterior, ref erido a su historia, se observ a que el tarot es una síntesis de un sistema u organización simbólica colectiv a, realizada por el ser humano, por inspiración div ina. Prev ia a su utilización como sistema de cartomancia para la predicción del f uturo, f ue utilizado como un compendio de conocimientos y como un medio para colaborar en los procesos de iniciación. Esta organización simbólica con características colectiv as o univ ersales posee un orden intrínseco perf ecto, sólo comparable con las ley es de la naturaleza. Por eso, para acceder a esta “disciplina del espíritu” es necesario, en primera instancia, reconocer su origen primigenio trascendente y luego, su representación simbólica a trav és de sus imágenes de las energías primordiales que dieron origen al univ erso. Para que el tarot pueda ser usado como una herramienta útil para el desarrollo personal es necesario contar con una v erdadera intención y un deseo prof undo de ev olucionar y mejorar. Según Aleister Crowley —el más importante estudioso del tarot de principios del siglo XX— la condición para que todo acto mágico o transmutador pueda concretarse, es la existencia prev ia de un true will, o v erdadero y prof undo deseo de lograrlo. Al descubrirse las pirámides, a principios del siglo XX, se encontraron restos arqueológicos en f orma de imágenes que apoy aban la teoría sobre el uso del tarot como método de iniciación utilizado por los sacerdotes del Antiguo Egipto para

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iniciar el camino del desarrollo personal. Estas imágenes son similares a las del actual tarot egipcio, y sus inscripciones jeroglíf icas, asentadas en el Libro de los Reyes, relatan un proceso de iniciación que los sumos sacerdotes les practicaban a los nov icios que deseaban acceder al sacerdocio. Los dibujos estaban hechos en piedra y se encontraban apoy ados sobre las paredes de un pasillo que conducía al templo. El candidato debía atrav esar este lugar en compañía de su maestro durante el día, observ ar una imagen y al día siguiente, luego de pasar la noche en soledad bajo las imágenes, comentar los sueños que estas le hubieran prov ocado. Luego de repetir este procedimiento durante v arias noches con dif erentes imágenes, el candidato estaba en condiciones de acceder a conocimientos superiores, propios del sacerdocio, tales como el manejo de las hierbas mágicas, los rituales, la alquimia, la astrología, etc. Durante la Edad Media, la may oría de las escuelas iniciáticas y espirituales, como las masónicas y otras, utilizaban las imágenes del tarot como método de iniciación. En 1904, Aleister Crowley, Maestro en grado superior de la Orden Secreta de la Golden Dawn (una de las órdenes secretas más conocidas del mundo y aún v igente), dice haber recibido por transmisión oral y durante sus ejercicios de meditación toda la inf ormación relativ a al tarot que posteriormente v olcó en escritos como The Book of the Law, The Book of Thot, The 777 y tantos otros. Entrar en contacto con los símbolos ha sido una tarea muy simple para la Antigüedad, cuy a relación con las ley es de la naturaleza, con sus creencias espirituales y sus imágenes representativ as, le permitían una interacción simbólica que se realizaba de manera natural. Pero no sucede lo mismo con las personas actuales, pues tiene una relación distante con la naturaleza y una carencia de imágenes de tipo religiosa, que antes sostenían su conciencia. Hoy, los seres humanos requieren, en primer término, la modif icación del estado interno de agitación permanente al que lo llev a el mundo contemporáneo y sus exigencias racionales. Ante esta situación, el ser humano ha intentado esf orzarse para adaptarse 36

a semejante estado antinatural de las cosas, pero sus esf uerzos han traído como consecuencia una may or alteración interna, más enajenación, menor creativ idad y una considerable f alta de desarrollo en todos los planos, que es necesario atender (prestar atención o acudir con energía) de manera urgente y a que af ecta su cuerpo, su psiquis y su alma. Por lo tanto, se hace necesaria una preparación, en el sentido de intentar lograr un estado de conciencia, una may or quietud, similar al estado de contemplación de lo bello o a la observ ación de una obra de arte, a la exaltación de tipo religiosa que se produce durante la oración o en la repetición de mantras, o similar al ef ecto durante la escritura poética, el dibujo automático, la pintura o una música que nos conmuev e de placer. Este estado de conciencia debe ser pleno, pero con cierta colaboración inconsciente; un estado intermedio que conduzca al logro de lo que Jung denominó “f unción trascendente”. De esta manera, se estimula la posibilidad de “v er lo que no se v e” o de “v er al rev és de lo que se v e”; en def initiv a, de esto se trata la iniciación espiritual. La iniciación es un proceso psicológico-espiritual que, en el tarot, se corresponde con un arquetipo o arcano may or, representado por la carta de número XII, cuy o nombre es El Colgado. Esta carta muestra a un hombre cabeza abajo, colgado de uno de sus pies en una rama de árbol que le permite conectarse, en cuerpo y alma, con las ley es de la naturaleza; y que recuerda la posición v ertical inv ersa correspondiente al momento prev io al nacimiento. Esta postura, tan bien utilizada por los y oguis, anuncia un nuev o punto de v ista, generado por la condición prev ia y sine qua non de la autodeterminación y el sacrif icio, conducente a un nuev o estadio de v ida. Por lo tanto, puede decirse que la iniciación es un proceso f ísico-energético-dinámico-psicológico-univ ersal, natural o inducido, capaz de suceder en la v ida de todos, con características trascendentes. Este proceso que en las escuelas iniciáticas era inducido, también puede acontecer de manera natural, casi siempre con anterioridad o durante el 37

pasaje de una etapa de la v ida a otra, siempre con resultados de ev olución o de crecimiento. Puede ocurrir, por ejemplo, por v iudez o ante la propia muerte. Un ejemplo clásico de iniciación, tanto en las sociedades primitiv as como en las religiones contemporáneas como el judaísmo o el islamismo, es en la adolescencia, cuando se abandona la niñez y se penetra en un estadio de preadultez. Este proceso está simbolizado en la may oría de las culturas por determinadas ceremonias o ritos de iniciación simbólicos, que Occidente ha dejado, lamentablemente, de lado y que se realiza con el objeto de llev ar a la conciencia una nuev a condición de “miembro activ o” de una sociedad determinada. En la may oría de los casos, estos jóv enes, v arones o mujeres, en el momento de las ceremonias son separados de sus padres durante un tiempo para luego ser integrados a la sociedad, con cambios y transf ormaciones trascendentes. Es decir que dejan de ser “parte (propiedad) de sus padres”, para conv ertirse en “indiv iduos-miembros participantes” de una sociedad. También encontramos ejemplos signif icativ os de iniciación al bucear en la teología mística cristiana, donde sus muy interesantes principios pueden entrelazarse con los procesos de iniciación que se producen con el estudio del tarot. La def inición misma de la palabra “misticismo” según la Real Academia Española (RAE) aclara el proceso de conexión arquetípica producido durante la iniciación: “El misticismo es una doctrina religiosa y f ilosóf ica que enseña la comunicación inmediata y directa entre ser humano y la div inidad, en la v isión intuitiv a o en el éxtasis”. Se puede decir, entonces, que existen sistemas inductiv os del proceso de iniciación que implican, necesariamente, el paso obligatorio por una serie de estadios, que se repiten en los distintos sistemas f ilosóf icos, escuelas iniciáticas o religiones: la autodeterminación, para luego pasar a los estadios de separación-sacrif icio-esf uerzo-prueba-muerte y posterior renacimiento o nuev o nacimiento. En algunas culturas, a estos procesos se les agrega la “promesa”, de matrimonio, de compromiso, el juramento, o sea 38

la palabra, mediante la cual, simbólicamente, sellan un contrato de compromiso personal, def initiv o, con el opuesto amado, que en el caso del matrimonio simboliza la polaridad de la propia psiquis, f emenina o masculina, representada por el sexo opuesto. Todo este proceso sucede también durante el aprendizaje del tarot, al incorporar nuev os contenidos energéticos elaboradores y elaborantes de las energías psíquicas y de la historia personal. Hasta hace pocos años, el estudio del tarot estaba limitado a quienes accedían a su iniciación en sociedades secretas y escuelas iniciáticas o místicas con el objeto de desarrollarse en un camino espiritual. Actualmente, y coincidiendo con el período histórico de su may or expansión, se hace necesario recuperar sus v erdaderos v alores prov enientes de sus orígenes espirituales primigenios para ev itar el descrédito y deshonra que producen aquellos quienes por f alta de conocimiento lo utilizan de manera burda y v ulgar. El tarot como camino de desarrollo personal pretende colaborar en el hallazgo de un camino trascendente y de v asta ev olución psicológica, que incluy a también una ev olución de tipo espiritual. Ay udará a comprender este proceso de aprendizaje del tarot con los procesos iniciáticos, asociar al tarot con algunas consideraciones generales de la teología mística tradicional sobre las tres v ías de acceso al camino místico, a partir de las cuales se lograría la interv ención de Dios en el alma. Estas v ías son las siguientes: 1.º la v ía de la purif icación; 2.º la v ía de la iluminación; 3.º la v ía de la unión. Las condiciones prev ias para poder atrav esar estas tres v ías, y que f acilitarán el ingreso a la primera, muestran la importancia de alejarse; es decir, de realizar el proceso en soledad, “v aciándose” de uno mismo; esto es dejando de lado conceptos propios o ajenos y prejuicios generados por los f enómenos 39

ambientales o por el ego. Esta condición prev ia también es aplicable al estudio del tarot; y será imprescindible al proceder a la lectura de las cartas.

LA VÍA DE LA PURIFICACIÓN En el caso específ ico del tarot, la purif icación se logra mientras se atrav iesa el aprendizaje propiamente dicho, cuando comienzan las primeras asociaciones entre los arcanos may ores y los arquetipos personales de la propia historia. Pero al igual que lo que sucede durante la meditación budista tibetana, durante la meditación mandálica, mediante la práctica de la observ ancia repetida de las imágenes de los arcanos may ores, objetos del sentimiento por lo sagrado durante siglos, ambas energías las “del observ ador” y las de “lo observ ado” comienzan su tarea de organización psíquica, que dará origen a una nuev a f unción que Jung denominó el “saber sentido”. Esta nuev a f unción representa una “nuev a” f unción inteligente integradora de lo racional y lo emocional, f acilitadora de las prof ecías que nace en esta primera etapa, estableciéndose más f irmemente durante la etapa de la iluminación. Dicha purif icación también permitirá una nuev a actitud (1), de inocencia propia de la niñez, ante la imagen que f acilitará la emergencia de la intuición y la percepción, sin conf rontar, por el contrario, con la razón; sólo la imagen pura actuará libremente en actitud contemplativ a, libre de juicios y preconceptos. La purif icación también incluy e la purif icación de las conductas (may or humildad consecuente con el achicamiento del ego) y a las f ormas de v ida nociv as y perjudiciales para uno mismo o hacia los demás. La v ía de la purif icación se encuentra representada en el tarot por la carta XII, El Colgado.

LA VÍA DE LA ILUMINACIÓN 40

Esta segunda v ía sucede, simultáneamente, durante el encuentro con los arcanos may ores, en la ejercitación de la internalización de las imágenes, portadoras de luz y energía, que prov ocan la activ ación de los arquetipos preexistentes en el inconsciente colectiv o del principiante. Para el Dr. Jung “el “arquetipo” es como un “autorretrato del instinto en la psique similar al eidos platónico, el arquetipo es un a priori para el indiv iduo, son “órganos del alma”, pertenecen al campo de la metaf ísica porque son trascendentales a la conciencia”. Estas imágenes luminosas se encienden o despiertan dentro de cada uno mediante la observ ación y luego se retroalimentan durante las ejercitaciones y posterior práctica en la lectura de las cartas. Esta activ ación también produce ef ectos transf ormadores de energía psíquica, en el momento de la lectura, iluminando el camino, tanto del consultante como del lector, en este caso, el principiante o iniciado. Como las tres etapas son correlativ as, la v ía de la iluminación podrá alcanzarse siempre y cuando se hay a logrado, con anterioridad, atrav esar, f ehacientemente, la v ía anterior de la purif icación. En esta segunda etapa, termina de af irmarse la f unción del “saber sentido”, y el principiante se torna más consciente de haberla adquirido. Es la etapa más rev olucionaria por cuanto producirá las transf ormaciones trascendentales, necesarias en las circunstancias de v ida del iniciado para la posterior etapa de la unión. En el tarot, esta v ía se encuentra representada por la carta número XIII: La Muerte.

LA VÍA DE LA UNIÓN Por último, esta tercera etapa se ref iere al logro de la propia integración o unidad; es la representación simbólica de la unión 41

con Dios, el logro de la integración de la propia oposición (dualidad-conf licto) interior, que Jung asocia con el matrimonio místico-alquímico entre lo f emenino y lo masculino de la psiquis, (ánima y ánimus, respectiv amente). Dicha aleación presupone el logro del estado de centración como estado armónico interno, estable y permanente, o sea de may or f elicidad. Este sería, en def initiv a, el resultado f inal y el objetiv o concreto de todo el proceso de aprendizaje: el logro de la propia centración, y con ello la v uelta a la armonía original, propia de un estado de totalidad (plenitud-completud) que lentamente irá adquiriendo un carácter más estable, permanente y creativ o, y que es la f inalidad, por excelencia, de toda experiencia espiritual propiamente dicha. En el tarot, esta etapa se encuentra representada por la carta XVIIII: El Sol. 1 Actitud en alemán es bewusstseinslagen, que significa “posición de la conciencia”. (Álvaro Cabral: Dicionário de Psicologia e Psicanálise). Río de Janeiro, Expressão e Cultura, 1971.

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EL PROCESO DE INDIVIDUACIÓN SEGÚN CARL GUSTAV JUNG

En el aprendizaje del tarot, integrar la comprensión del proceso de indiv iduación con los procesos iniciáticos tendrá resultados enriquecedores para el desarrollo personal del principiante. Es decir que el aprendizaje del tarot, tal como se lo intenta describir en este libro, es una experiencia iniciática y también un proceso de indiv iduación. Según el Dr. Jung: “Indiv iduación es el proceso psíquico que nos permite llegar a ser un individuo psicológico integral, entendiendo por tal el f actor permanente y trascendente del ser humano”. Para llegar a entender mejor este proceso es necesario, ante todo, dif erenciarlo de lo que comúnmente llamamos “apertura de conciencia” o “dev enir consciente del y o”, pues estos últimos se relacionan más con el concepto de “indiv idualismo”, que se encuentra más conectado con las ideas de egocentrismo, narcisismo y autoerotismo. Paraf raseando a Jung, “la indiv iduación no excluy e al mundo sino que lo incluy e”; es decir, que cuanto más indiv idualizado se encuentre un indiv iduo, tanto más logrará sentirse más f eliz y creativ o, y por lo tanto contribuirá mejor a su propio estado ev olutiv o, que luego pondrá al serv icio de la sociedad en la que se desarrolle su existencia. La indiv iduación es un proceso inconsciente, sensible de ser inducido conscientemente, que colabora en la f ormación de un indiv iduo, permitiéndole una ubicación más cercana a sí mismo, y un acceso permanente y directo a un nuev o sistema de ideas-f uerza de tipo creativ as, generadas como consecuencia 43

de dicho proceso. Acceder a este nuev o sistema conf iere un estado de plenitud y armonización f rente a cualquier circunstancia de v ida. Por otra parte, lo que distingue a un ser humano de otro son los rasgos que emergen de su potencia indiv idual y única; pero en la gran may oría de las personas, esta indiv idualidad está encubierta por las máscaras que conf orman a la misma. Estas máscaras se producen, en algunos casos, como consecuencia del intento y esf uerzo por adaptarse a las costumbres o desarrollarse en el medio en el cual se nace; y en otros casos, por sobreadaptarse a los mismos, casi siempre con consecuencias ev identes y dolorosas. La clav e de las posibilidades de indiv iduación se encuentran en la relación que el indiv iduo establezca con su persona (máscaras). Cuando se identif ica con ella (es decir, cuando cree que su identidad es alguna de sus máscaras) también se identif ica con las circunstancias de las que f ormará parte durante su existencia e irá creando un destino personal, ajeno a su propia esencia, es decir que será como una hoja mov ilizada por el v iento. El proceso de indiv iduación inducido colabora en la f iliación y dif erenciación del indiv iduo con sus máscaras, asegurando una identidad más creativ a y única, al tiempo que permitirá al indiv iduo la plena conciencia de sí mismo que le permitirá decir: “y o soy y o y además poseo una persona”. Cuando el proceso es no consciente (1), el indiv iduo, en algunas épocas de su v ida, presenta ciertas resistencias, pref iriendo optar por el status quo al cual se siente acostumbrado y hasta casi, obligado. Esto sucede tanto en lo indiv idual como en lo colectiv o y se puede observ ar en países que repiten eternamente sus circunstancias históricas primigenias. Dicha resistencia opera conf rontando permanentemente con las propias necesidades ev olutiv as, reduciendo y limitando, muchas v eces, la intensidad del proceso de indiv iduación. Pero cuando este proceso se realiza conscientemente, el 44

inconsciente del indiv iduo o de las sociedades tendrán más oportunidades de no resistir a la tensión-tentación ev olutiv a, gracias a los ef ectos producidos por la activ ación arquetípica propia de las técnicas de indiv iduación, en este caso específ ico del tarot, el ef ecto de las energías resultantes de la relación con los arquetipos o arcanos may ores, actúan como promotoras de la ev olución. Debido a la resistencia a los procesos ev olutiv os, cada indiv iduo ev oluciona a ritmos y ciclos dif erentes, dependiendo de la calidad de las herramientas y oportunidades disponibles, como así también de su propia y única receptiv idad a la potencia de su propia indiv idualidad. El proceso de indiv iduación se realiza de manera más intensa en etapas o ciclos periódicos, coincidentes con los tránsitos astrológicos que se suceden cíclicamente sobre la base de la propia carta natal. Una larga experiencia como astróloga me llev a a introducir un ejemplo astronómico, a ef ectos de aclarar un poco más el proceso que se produce cuando se accede al estudio de los arcanos may ores. Los procesos de v ariación permanente en la participación de la persona con su indiv idualidad es similar a lo que sucede con el Sol respecto de la Tierra. Es sabido que el Sol emana div ersos tipos de energía hacia todos los planetas. La Tierra (en este caso, el indiv iduo) recepciona estas energías debido a su relación con el centro de grav edad electromagnético de la Tierra, (en el caso del ser humano, las proporciones de hierro de su propia sangre y su inconsciente ) conv irtiéndolas en f uerzas, en una proporción acorde con sus propios medios de conducción y transf ormación de energía, detallados en su carta natal. Esto mismo sucede en la psiquis del indiv iduo y también puede observ arse en su carta natal que mostrará claramente cuál es la proporción de conciencia indiv idualizada por sobre su persona; como también mostrará cuáles serán las posibilidades de transf ormación que tendrá dicho indiv iduo para transf ormar sus contenidos psicológicos personales. Este potencial dif iere en cada ser de acuerdo con su estado 45

ev olutiv o y a que no existe ninguna carta natal igual a otra. Asimismo, cada indiv iduo v aría la intensidad y potencia de su conciencia indiv idualizada en los dif erentes momentos de la v ida (tránsitos planetarios, ciclos, progresiones, rev oluciones solares, eclipses). No siempre el ser humano tiene conciencia plena de su indiv idualidad. Generalmente, la conciencia de “y o soy … tal cosa o tal conducta” está identif icada con la persona y sus dif erentes máscaras: soy abogado, soy madre, soy empresario, etc., y estas def iniciones absolutas limitan su desarrollo personal. Para poder indiv idualizarse, es decir, dif erenciarse de sus máscaras y del resto de las personas y reconocerse como indiv iduo único, es necesario primero, el pleno autoconocimiento y luego la utilización de una técnica adecuada f acilitadora de esta tarea. En este caso, la técnica es el propio tarot, pero también puede activ arse mediante la utilización de otras técnicas endoceptiv as (hacia adentro) de base junguiana, como el dibujo automático, el análisis de los sueños desde el punto de v ista de la interpretación simbólica colectiv a y la ejercitación de la imaginación activ a, es decir que ante todo se hace necesaria una rev alorización de la inf ormación interna en detrimento de la inf ormación prov eniente del af uera de uno mismo. Durante el aprendizaje y las ejercitaciones de la observ ancia de los arcanos may ores del tarot se obtiene la posibilidad de activ ar la energía arquetípica-simbólica de sus imágenes que interactúan con las energías propias del principiante, con f ines ordenadores. Dichas energías, elaboradoras y elaborantes del psiquismo personal, generan nuev as f unciones que capacitan a los indiv iduos para una actuación más sabia y más correcta en el camino de la v ida. Una v ez iniciada la práctica de la lectura de las cartas, las imágenes, junto a la ev ocación o inv ocación utilizada, inv itan al inconsciente a expresarse libremente, en su propio orden no lineal, no racional, espontáneo, igual que sucede durante la práctica de la imaginación activ a, en las terapias junguianas, 46

muchas v eces prov ocadas por la utilización de un símbolo o mitologema. Esto es similar a lo que sucede durante los v iajes chamánicos, donde el “animal de poder” conduce al chamán v iajero, actuando como símbolo arcaico o mitologema mediador entre el consciente y el inconsciente, proporcionando la detonación de todas las imágenes posteriores, tendientes al relato prof ético o sanador. En el caso del sincretismo af robrasileño de la religión umbanda con la religión católica, los santos y “caboclos” cumplen la misma f unción simbólica detonante del mensaje prof ético o sanador. En ambos casos, se produce una activ ación neurológica complementaria, producida por el sonido de los tambores similar a la v ibración del planeta, además, por supuesto, del uso de maracas y cánticos, ambos inductiv os de nuev os estados de conciencia. La práctica continua de la observ ancia de los arcanos f acilita, con el tiempo, la integración de los contenidos psíquicos personales (que naturalmente pugnan por integrarse), prov ocada por la activ ación de la energía prof unda prov eniente de los arquetipos. 1 Utilizo el término junguiano “no consciente”, sin discriminar inconsciente personal o colectivo, porque en esta época y en este plano, aparecen también datos del inconsciente colectivo.

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INTERACCIÓN ENERGÉTICA EN LA EXPERIENCIA SIMBÓLICA

Fritjof Capra en su libro El tao de la f ísica, def ine lo que sucede al contemplar las imágenes simbólicas de los arcanos may ores esas corrientes de energía se interrelacionan en el campo del pensamiento no lineal y multidimensional, produciendo f enómenos de resonancia y sincronicidad, que af ectan al observ ador y a lo observ ado. Mientras que el f ísico alemán Heisenberg inaugura el principio de incertidumbre al descubrir que “la observ ación objetiv a de las partículas atómicas es una imposibilidad, pues la misma naturaleza de dichas partículas es tal que el propio acto de observ ación perturba y modif ica el objeto en lugar de f ijarlo y preserv arlo”. En el momento de la observ ación de la imagen y de su color (cromodinámica), se producen distintos procesos neuronales que darán origen a otros procesos perceptiv os, de cognición o de conocimiento, que se interconectan a trav és del f enómeno de resonancia o acción recíproca. El símbolo representado por el arcano may or env ía ondas de inf ormación de div ersas f recuencias o v ibraciones (que v arían de acuerdo con la índole de la inf ormación) y todo esto sucede siempre a la v elocidad de la luz. Es lo mismo que ocurre con los perf umes (olf ato) o con las esencias (absorción papilar y sabor), que interactúan con el plano emocional. Durante el aprendizaje de los arcanos may ores se unen dos f ormas de pensamiento: el racional y el intuitiv o, al igual que sucede durante la may oría de los ritos de iniciación. Por un canal racional (v ía solar o masculina), se asocian y se 48

comprenden intelectualmente todos los datos recibidos (mecanismo de asociación de ideas). El resto del trabajo lo hace el símbolo al interconectarse con una naturalidad absoluta con el inconsciente (v ía lunar o f emenina) y v icev ersa. Por todo lo mencionado, el método de enseñanza del tarot debe ser consecuente con estos procesos inductiv osdeductiv os, es decir que el maestro podrá inducir al alumno, sin proporcionar pautas conceptuales ni def iniciones, sino que le brindará solamente algunas pistas que despierten su propio conocimiento prov eniente de la interacción con la imagen, a partir de la observ ación. Durante la experiencia del aprendizaje grupal, el maestro atento comunica sus conocimientos de una manera indirecta, que responda a la necesidad de cada alumno, sin intentar, en ningún momento, imponer sus propias ideas y conocimientos adquiridos prev iamente sobre la carta en estudio. Este método es similar al estilo de los maestros zen, cuy o sistema, denominado koan, se apoy a en los acertijos, adiv inanzas y preguntas proactiv as. Por lo tanto, el alumno se v e obligado a responder de manera intuitiv a, obteniendo la respuesta desde su propio inconsciente, mientras que el maestro deberá ser capaz de intuir o percibir (en el silencio y a trav és de la observ ancia atenta) las necesidades indiv iduales de sus alumnos para desplegar sus insinuaciones en f orma de preguntas. Esta es una experiencia didáctica intuitiv a conducida por el maestro, quien se permitirá escuchar la v oz interior que le irá dictando, paso a paso, los requerimientos de sus alumnos que, a v eces, trascenderán el ámbito del curso, arriesgándose a penetrar por caminos más personales, que ay udarán al alumno al prov ocar asociaciones emocionales que, oportunamente, darán lugar a la apertura que está buscando. Esta misma experiencia intuitiv a-silenciosa, luego le sucederá al alumno en su experiencia durante la lectura de las cartas, tanto en las tiradas personales como en aquellas que realice en benef icio de otras personas. La relación maestro-discípulo es una interacción energéticoemocional que rev iste una importancia trascendental, pues el 49

maestro derrama su conocimiento sobre el alumno con generosidad y con el mismo amor y respeto que prof esa al tarot. El alumno, a su v ez, responde de la misma manera y a que comienza a interrelacionarse emocionalmente con el tarot; por lo tanto, ambos comparten el mismo interés, con características emocionales similares. Es decir que los tres —maestro-discípulo-tarot— conf orman un triángulo energético y creativ o que f acilitará la experiencia del aprendizaje.

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CAPÍTULO TRES El tarot de Marsella

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“El acto de ver expresa una correspondencia a la acción espiritual y simboliza, en consecuencia, el comprender”. J. E. Cirlot

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LAS 78 CARTAS

La elección del tarot de Marsella de Grimaud para la elaboración de este libro es una decisión personal basada en el alto impacto que producen sus colores bien def inidos. Además, porque desde el punto de v ista estético es simple y sencillo, pero también altamente simbólico. El tarot de Marsella consta de 78 cartas div ididas en tres grupos: 22 arcanos may ores (energías arquetípicas); 16 cartas de la corte (personas); 40 arcanos menores (acontecimientos o circunstancias). La lectura de las 78 cartas consiste en interpretar cómo y de qué manera esas energías arquetípicas de los 22 arcanos may ores interactúan a niv el inconsciente con los dif erentes tipos de indiv iduos representados por las 16 cartas de la corte, prov ocándolos e impulsándolos a producir múltiples y v ariados acontecimientos y circunstancias, que se ev idencian en los 40 arcanos menores. Los arcanos menores junto con las cartas de la corte, conf orman la may oría de los juegos conocidos, y a sea de cartas f rancesas (el bridge, la canasta o el póquer) o de cartas españolas (truco, buracco, etc.). Por razones de idiosincrasia, las cartas f rancesas excluy en a los caballeros (quienes solían atentar contra los rey es, disputándoles su corona) y las cartas españolas excluy en a las reinas, por la imposibilidad de las mujeres de acceder al trono. 53

Todas ellas (las 16 cartas de la corte más los 40 arcanos menores) poseen una serie o palo (bastos, espadas, copas y oros), que las identif ica. Cada una de las cuatro series se relaciona con uno de los cuatro elementos de la naturaleza: Fuego; Aire; Agua y Tierra. Por lo tanto: Cartas Elementos Bastos Fuego Espadas Aire Copas Agua Oros Tierra

Asimismo, cada uno de los elementos tiene su correspondencia con un plano de la v ida del ser humano: Cartas Planos de la vida Fuego plano espiritual Aire plano intelectual Agua plano emocional Tierra plano material

En resumen, en las 16 cartas de la corte y en los 40 arcanos menores, las correspondencias serían las siguientes: Serie/palo Elemento Plano Bastos Fuego Espiritual Espadas Aire Intelectual Copas Agua Emocional Oros Tierra Material

En las cartas de la corte hay cuatro de la misma serie o palo, a saber: 1 rey, 1 reina, 1 caballero y 1 princesa o sota; es decir, que en total serán entonces: 4 rey es, 4 reinas, 4 caballeros y 4 princesas o sotas. 54

En los 40 arcanos menores hay diez cartas de la misma serie o palo (del 1 al 10 de bastos, de espadas, de copas y de oros); por lo tanto, 4 cartas serán poseedoras de la misma numeración, pero con dif erente palo.

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LOS ARCANOS MAYORES: LA IMPORTANCIA DEL NOMBRE Y DEL NÚMERO

La palabra arcano signif ica “oculto, secreto”, y también puede considerarse como “originario” o “perteneciente al arca”. Si consideramos al Arca de Noé que aparece en la Biblia como símbolo de todos los elementos necesarios para dar origen a un nuev o mundo, junto al “Arca de la Alianza” de los hebreos, contenedora de las ley es y mandamientos, v eremos que ambas representan los contenidos del inconsciente colectiv o. Se puede deducir entonces que la palabra arca (que signif ica “cof re” o “baúl”) es la que más se acerca a la idea de que los arcanos may ores son, en def initiv a, símbolos de las energías primigenias que dieron origen al mundo conocido. A continuación presentamos, en una primera etapa, los 22 arcanos may ores con sus respectiv os nombres. En este primer acercamiento, se recomienda tapar el mazo e ir destapando las cartas de a una, identif icando la imagen con el nombre. El Loco El Mago La Papisa o La Sacerdotisa La Emperatriz El Emperador El Papa o El Sumo Sacerdote Los Enamorados El Carro o El Triunf o 56

La Justicia El Ermitaño o El Gran Maestro La Rueda de la Fortuna La Fuerza El Colgado La Muerte La Templanza o La Temperanza El Diablo La Torre o La Casa de Dios La Estrella La Luna El Sol El Juicio El Mundo o El Univ erso Llama la atención que una carta (El Loco) no tenga ningún número, es decir que se le adjudique nominalmente el número cero (en algunos mazos, aparece con el número 22), pero debido a la ausencia del número y no porque lo posee. Otra carta singular es La muerte, que no tiene ningún nombre en el mazo original. Ev identemente, un interesante mensaje oculto han querido transmitirnos nuestros antecesores desde la Antigüedad, y a que estas dos cartas expresan los dos may ores temores de la humanidad y los dos puntos de apoy o del psicoanálisis univ ersal: el temor a la locura y el temor a la muerte. El mensaje podría ser que el ser humano sólo puede trascender cuando v ence esos dos temores primordiales. En el primer caso, sobrev endría lo creativ o y trascendente sin límites; y en el segundo, se podría av anzar f ácilmente hacia los cambios y hacia lo nuev o en todos los planos y en todas las épocas de nuestra v ida. Respecto de los números de los arcanos, sus números son números romanos, pero que dif ieren en su uso respecto de la normalización actual: el IV es IIII, el IX es VIIII, el XIV es XIIII y el XIX es XVIIII. Esto se debe a que en la Edad Media se utilizaba el número I hasta cuatro v eces y no hasta tres. 57

En algunos arcanos hemos agregado un segundo nombre que se podrá encontrar, ev entualmente, en v ersiones de otros autores. Luego de transcurridos unos días, se puede pasar al segundo paso. Aquí se intentará relacionar el número con el nombre de la carta. A continuación, se repite el listado de los arcanos may ores junto con el número correspondiente y se agregan algunas palabras que serv irán de apertura o de primer contacto. Se recomienda seguir este procedimiento en dos pasos consecutiv os (primero asociar el número y luego carta-nombrenúmero-palabras de apertura) procediendo cada v ez de la misma f orma, es decir con las cartas tapadas, ir destapando de a una. El Loco

Caos – Creatividad – Profecía

I

El Mago

Inteligencia – Principio – Unidad

II

La Papisa

Dualidad – Sabiduría – Lentitud

III

La Emperatriz

Amor – Forma – Belleza

IV

El Emperador

Poder – Autoridad – Gobierno

V

El Papa

Puente – Intermediación – Tradición

VI

Los Enamorados

Elección – Definición – Decisión

VII

El Carro

Triunfo – Movimiento – Equilibrio

VIII

La Justicia

Balance – Normas – Leyes

IX

El Ermitaño

Sabiduría – Enseñanzas – Prudencia

X

La Rueda de la Fortuna

Destino – Karma – Transformación

XI

La Fuerza

Fuerza espiritual – Lujuria – Iniciativa

XII

El Colgado

Autodeterminación – Iniciación – Meditación

XIII

La Muerte

Transformación – Cambios – Nacimiento

XIV

La Templanza

Armonía – Unión – Adaptación

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XV

El Diablo

Poderes terrenales – Trabajo – Sexo

XVI

La Torre

Ruptura – Crisis – Quiebra

XVII La Estrella

Oportunidad – Apertura – Libertad

XVIII La Luna

Inconsciente – Fantasía – Delirio

XIX

El Sol

Felicidad – Plenitud – Centración

XX

El Juicio

Reencarnación – Renovación – Análisis

XXI

El Mundo

Totalidad – Obra concluida

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EL SIMBOLISMO DEL CUERPO: EL GESTO

En una tercer etapa de observ ación de los arcanos may ores, se recomienda mirar detalladamente el gesto y la postura de los personajes, intentando def inir su rol. Es conv eniente observ ar que en el tarot de Marsella, los personajes poseen ropas propias de la Edad Media y que algunas f iguras parecen prov enir de la iconograf ía cristiana, como El Papa y La Papisa, mientras que la carta X, La Rueda de la Fortuna, es la única que mantiene una estrecha relación con la mitología egipcia, a partir de sus símbolos. Algunas consideraciones generales procuran —teniendo en cuenta la interpretación del simbolismo del cuerpo— darle un sentido más completo al análisis de las imágenes. Cabe recordar que siempre el costado derecho del cuerpo corresponde al Sol y representa al lado más consciente; tiene que v er con la aplicación de la v oluntad y con el ejecutar o llev ar a la acción, y se asocia con lo masculino de la psique. Por el contrario, el lado izquierdo corresponde a la Luna y representa el lado no consciente, a lo anímico, al psiquismo, a lo emocional, y se asocia con el lado f emenino de la psique. De la misma manera, la parte trasera se asocia con el pasado y la delantera con el f uturo. Un personaje sentado indica una postura general pasiv a, inercia, resistencia, pero también elaboración interna; y un personaje de pie, indica algún niv el de acción y activ idad, como así también mando y energía. Las piernas cruzadas señalan partida (mov imiento) o toma de decisión (acción). La cabeza indica la calidad de la v oluntad y de donde prov iene su capacidad de mando (de acuerdo con el color). La cabeza descubierta muestra que la v oluntad se

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expresa en un orden de ideas. El color colaborará para aclarar aún más el sentido de estas ideas. La cabeza con corona implica una gran transmisión de la radiación energética. El color agrega datos sobre el tipo de energía. Los cabellos son manif estaciones energéticas que se def inirán por su color. El color blanco se considera como ausencia del color, es decir que la v oluntad y el mando prov ienen de un origen superior. En los cabellos dorados el poder mental será más espiritual; en los de color azul, más concreto; cuando se encuentren ocultos o recogidos, la manif estación de la v oluntad se encontrará más contenida. El cuello es la zona que marca la relación entre la cabeza (lo mental) y el pecho (lo anímico). Cuando está descubierto, la comunicación y transf erencia de inf ormación entre ambos planos será más f luida, pudiendo tratarse de una relación más o menos independiente, según sus colores. La cintura se relaciona con el tipo de razonamiento que separa lo corporal de lo anímico, pero impone siempre algún tipo de razonamiento prev io a la acción. Los brazos siempre simbolizan la génesis del accionar, y el color o si es el derecho o el izquierdo aportan sus agregados simbólicos. El brazo caído representa una acción y a ejecutada o, por el contrario, una imposibilidad de accionar. Cuando el brazo está hacia arriba indica algún tipo de conexión dependiendo del color, o el lugar desde donde prov iene la energía.

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LA INFLUENCIA DEL COLOR

Dice Leopoldo Torres Agüero: “El resultado v isible de la f orma o del color es la medición que hace el observ ador, en un momento dado, del estado transitorio de un paquete de ondas”. Para entender la inf luencia de los colores en los seres humanos es conv eniente observ ar sus ef ectos psicológicos armonizadores en la imaginación activ a, en distintos sistemas de meditación y en la v isualización creativ a libre, donde los colores y las f ormas, necesarios para la mejor organización de la psiquis, aparecen sin ser buscados, de manera compensatoria, de acuerdo con las necesidades del inconsciente. Dichas experiencias (de manif estación del color de f orma espontánea) también acontecen durante las ejercitaciones kabbalísticas y chamánicas, y durante las ejercitaciones de la técnica de indiv iduación de Gerónimo Reus, en las que se utiliza un símbolo o mitologema, que concluy e detonando una sucesión de imágenes no prev istas. Lo mismo ocurre durante las internalizaciones de las imágenes de los arcanos may ores del tarot, al autoinducir conscientemente un proceso energético que no concluirá jamás. Como y a hemos dicho, la elección del tarot de Marsella en este libro se f undamenta en la nitidez y brillantez de sus colores primarios y secundarios, propios de este mazo, similares a los colores que pueden observ arse en todo tipo de ejercitaciones como las mencionadas anteriormente. La percepción del color es un proceso neurof isiológico que v aría de acuerdo con la longitud de onda de los colores. Cada color tiene una v ibración energética dif erente y es capaz de

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producir reacciones moleculares distintas en el cerebro y en cualquier parte del cuerpo humano. Los colores también actúan en el campo de las emociones produciendo distintas sensaciones: algunos colores gustan más, otros menos y otros, directamente producen rechazo. De esta manera es como los colores pueden llegar a determinar una importante inf luencia en los estados de ánimo, al subir o bajar su f recuencia v ibracional, acorde con su tonalidad e inclusiv e determinando alteraciones benéf icas o perjudiciales, en temas de salud f ísica. Ya en el Antiguo Egipto se consideraba a los colores como sagrados y mágicos según sus ef ectos; y en la Edad Media, Paracelso mezclaba en sus tratamientos hierbas, música y colores. También los chakras poseen colores que v arían de acuerdo con el estado de activ ación o su bloqueo, en caso de alteraciones psicosomáticas o simplemente energéticas, que pueden ser observ ados con claridad por aquellas personas que hay an desarrollado esa sensibilidad. Los colores de las cartas de tarot de Marsella son siete: blanco, negro, azul, rojo, amarillo, v erde y color carne. Cada uno ejerce una v ibración-acción determinada y se corresponde con una energía que siempre interactuará, al igual que el símbolo, con el canal consciente-no consciente del participante, a trav és de su v isualización, sugestionándolo según su propia estructura psíquica. La mejor f orma de entender la simbología de los colores es preguntarse qué signif ica un color determinado y luego v er qué asociaciones libres surgen. Por ejemplo, la primera pregunta respecto del color rojo podría ser: ¿qué representa el rojo?, o ¿con qué se puede asociar el color rojo? De esta manera surgirán rápidamente, palabras tales como: sangre, algunos ray os del sol, f uego, ira, pasión, situaciones extremas, enrojecer, rojo de v ergüenza, rojo de cólera, una puesta de sol, las f lores rojas de los enamorados, etc. Se debe tomar nota de todas las asociaciones posibles y en 64

especial de aquellas con las que el principiante se siente más identif icado. Se recomienda proceder de la misma manera con los demás colores, e ir deduciéndolos uno por uno. En el trabajo grupal, cada principiante aportará sus propias asociaciones y se considerarán todas las asociaciones obtenidas, acordando luego, en un segundo paso cuáles se tomarán en cuenta. Cuando hay an acordado entre todos la signif icación de cada color, se pasará al siguiente y así hasta descubrir los siete colores. La segunda pregunta podrá ser:¿a qué plano dela persona corresponde el color rojo? Una v ez más, es conv eniente permitir que el grupo obtenga la respuesta, por deducción, nombrando los planos, al estilo “tormenta de ideas”, hasta arribar a alguna conclusión. Así comienza la asociación de ideas, imprescindible para la posterior práctica de la lectura de las cartas. Las normalizaciones colectiv as respecto del color y del plano al que corresponde cada uno, son las siguientes: Color

Plano

Blanco

Material

Negro

Inconsciente

Azul

Intelectual

Rojo

Emocional

Amarillo

Espiritual

Verde

Biológico

Carne

Carnal (necesidades fisiológicas: hambre, sed, sexo, etc.)

Una v ez dicho esto, se deberá interrelacionar las interpretaciones y a v istas de las partes del cuerpo de las f iguras con el color correspondiente. Por ejemplo, si observ amos a El Loco, es conv eniente v er qué partes de su 65

cuerpo son de color rojo y en qué ay uda esta ubicación a su descripción. Qué lugares ocupa el color amarillo, v er como éste se encuentra en distintas zonas de la carta y en base a ello, asociar con lo que sabemos sobre las partes del cuerpo. Luego, realizar lo mismo con los demás colores en la carta de El Loco y, consecutiv amente, ejecutar el análisis completo en el resto de las cartas, siguiendo la numeración. Esta ejercitación produce especulaciones muy interesantes y se podrá reunir inf ormación por demás importante.

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CAPÍTULO CUATRO El tarot y la numerología

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“En el sistema simbolista, los números no son expresiones meramente cuantitativas, son ideas-fuerza, con una caracterización específica para cada uno de ellos”. Juan-Eduardo Cirlot

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CORRESPONDENCIAS ENTRE EL TAROT Y LA NUMEROLOGÍA

Luego de la sorpresa producida por las imágenes del tarot, lo primero que llama la atención es que la may oría de ellas posee un número, que al intentar descif rarlo conducirá al principiante inev itablemente al estudio de la numerología. La numerología es una ciencia que prov iene de los hindúes. Se dice que los sacerdotes la consideraban una ciencia sagrada que recibían por rev elación div ina y que f ueron ellos quienes transmitieron este conocimiento a Pitágoras. Los egipcios y los hebreos también le adjudicaron poderes y potencialidades especiales, relacionando los números con sus alf abetos, de tal manera que es dif ícil conf irmar si la letra existió antes o después que el número. Pero para comprender mejor el origen de los números, es conv eniente asociar esta ciencia con la Kabbalah, pues esta última explica clara y def initiv amente cuál es su origen y cómo se han ido f ormando los distintos números. Si observ amos el Árbol de la Vida, en la sección dedicada a la Kabbalah v emos que todo tiene su origen en una primera manif estación, prov iente de un v acío caótico; es decir, de un 0 absoluto que luego se transf orma en 1; a partir de su contracción, ese número 1 se escinde a sí mismo dando origen al 2, y es el 3 el número que representa la energía desprendida en el momento mismo de la escisión del 1 en el 2. Una v ez generado el 3, se conf orma un triángulo sagrado creativ o al que los católicos denominan el misterio de la Santísima Trinidad. A partir de este punto, y por la acción generadora-creativ a del 3, surge el número 4 como consecuencia directa de la activ idad del 69

triángulo. Los números subsiguientes, hasta llegar al 9, surgen siempre de la suma del 1 a sí mismo, y a que es él quien derrama su energía, dando origen a todos los demás números. El resto de los números, a partir del 10, constituy en combinaciones surgidas de los 9 números originales. NÚMERO 0

SIGNIFICADO Representa a la nada, como también a esa fuerza de vida que aún no se ha manifestado; está representado por el círculo, que no tiene principio ni fin, y por el espacio-tiempo ilimitado de la eternidad.

1

Es el principio, como también la energía propia de la iniciativa, y su existencia permanece en todos los demás números a los que genera por multiplicidad. Se relaciona con la imagen de Dios por poseer las características que el ser humano desde sus comienzos le adjudicó a la divinidad. Por lo tanto es único (porque multiplicado por sí mismo conserva la unidad), omnipresente (ya que está presente en todos los demás números) y omnipotente porque se puede multiplicar hasta el infinito. También indica seguridad en uno mismo, el poder de la voluntad y la energía en acción. Puede representarse por un punto, pero como el punto fijo no existe (ya que todo se mueve permanentemente), en el espacio se transforma en energía con forma de espiral. Es el padre y lo masculino en general.

2

Es el principio de la dualidad y, por lo tanto, representa el primer conflicto humano: la diferenciación. En los mitos, Narciso muere al verse reflejado en el agua y esto enseña a aprender del otro que actúa como espejo de nosotros mismos. Representa el principio maternal y la polaridad del bien y del mal; la luz y la sombra; lo femenino y lo masculino, etc. Pero también representa la adaptabilidad y la enseñanza. Es un número originario y generador de tensión.

3

Es el número de la armonía, la creatividad y el amor; representa al padre, la madre y al hijo. Es la primera oportunidad de dar forma y se representa con un triángulo que posee una energía electromagnética que atrae siempre a otras imágenes similares: creativas o destructivas. Desde el punto de vista psicológico,

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remite al complejo de Edipo, segundo conflicto humano, cuya resolución conduce a la unidad. Asimismo, representa al arte en todas sus manifestaciones.

4

Se asocia con ideas de estabilidad y de materia. Su referencia más concreta son los cuatro elementos de la naturaleza. Está representado por un cuadrado, que es la figura más estable (cuatro ángulos iguales, cuatro lados iguales, dos diagonales idénticas). Se asocia también con el símbolo de la cruz, donde la energía espiritual del 3 penetra la materia y se considera que el trabajo de la creación ha sido concretado. Representa también el sentido práctico y la construcción.

5

Se relaciona con los cinco sentidos sujetos a la voluntad y, por lo tanto, también con la idea de la tentación. Representa la crisis anterior que dará origen a la elección o a la definición. También figura el paso evolutivo de un mundo a otro. Está representado por una estrella de cinco puntas que simboliza al ser humano de pie con la cabeza hacia el cielo, indicando la evolución del plano físico al espiritual. Ilustra al transmisor de la palabra y de la energía.

6

Es la búsqueda de la armonía, la necesidad de encontrar definiciones y equilibrio. En la Kabbalah, es el único que proviene del 1 y para los kabbalistas cristianos simboliza a Jesús. Se representa con una estrella de seis puntas o dos triángulos invertidos. Es el sello de Salomón y la estrella de David que interrelaciona las energías provenientes de lo alto con aquellas de la tierra; por lo tanto, se refiere a la comunión del consciente y el inconsciente. Representa los seis días de trabajo de la Creación y la capacidad de organizar.

7

Es el más sagrado y perfecto de los números (3 + 4), porque contiene a Dios (el 3) y a la naturaleza (el 4). También se asocia a ideas de creación (7 días para crear al mundo), pero esta vez en referencia a la posibilidad humana de producirla. Este número se repite en varios libros de la Biblia y es considerado un número mágico. Es el máximo poder de la conciencia y equilibra la materia con el espíritu. Representa el número del karma y de la estabilidad, ya que puede ilustrarse mediante dos cuadrados; por lo tanto,

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duplica la energía del 4 en el sentido de la estabilidad, pero también de la evolución, que se ampara en la ley de causa y efecto.

9

Es el que contiene la triplicidad del triángulo, por lo tanto se asocia a ideas de sabiduría obtenida mediante la acumulación de la experiencia. Remite a la vibración espiritual más elevada e indica tomar distancia de la materia a través del desarrollo del desapego, de las cosas, de las circunstancias de vida y muy especialmente del ego. También es el número de la iniciación junto con el 12 y del servicio a los demás.

10

Se forma por la interrelación entre el número 1 y el 0, dado que el 9 es el último y todos los números siguientes surgirán de la combinación de los dos dígitos que lo conforman. Marca el fin y el comienzo de un nuevo ciclo.

11

Remite al número 2 (dualidad) y anuncia el comienzo de un nuevo ciclo. Es el 10 más el 1. Por tratarse de un número doble, es el número de los maestros. Todos los números dobles como el 11, 22, 33, 44, etc., son llamados, tradicionalmente, “números maestros”; es decir que todas aquellas personas que lo posean en su número de destino (proveniente de la suma total de todos los números que conforman su fecha de nacimiento), tendrán como misión alguna de las muchas manifestaciones de la enseñanza. Pero estos números dobles también manifiestan una doble polaridad; por lo tanto, puede tratarse de personas que se polaricen en el bien o en el mal, o sea, que pueden ser agentes kármicos negativos.

12

Representa un ciclo completo y la preparación necesaria para uno nuevo; por ejemplo, 12 meses, 12 signos, 12 apóstoles. También es el 3 por la suma del 1 más el 2, y puede verse como el 10 más el 2. Por ser la inversión del 21, también puede asociarse con ese número.

13

Es un número kármico, de prueba y de aprendizaje, que remite al 4. Implica destruir para construir y la muerte de un ciclo que se completa. Puede verse también como el 10 más el 3, o sea que refiere a lo creativo del triángulo original.

14

Es también un número de prueba, capaz de canalizar al número 5; por lo tanto, une un mundo con otro. También puede verse como el

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14

por lo tanto, une un mundo con otro. También puede verse como el 10 más el 4, o sea que refiere a la construcción.

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Remite naturalmente al número 6 y representa la pasión que mueve a la manifestación de una nueva situación. También es conveniente verlo desde la suma del 10 más el 5.

16

Es un número de prueba y representa un tiempo de aislamiento para volver a relacionarse de una nueva manera. Puede concebirse como el 7 o como el 10 más el 6.

17

Remite al número 8 y por lo tanto al Karma y al destino que se abre luego de haberse producido el aprendizaje. También puede verse desde el 10 más el 7.

18

Remite al número 9, o sea, que vuelve la atención sobre la búsqueda espiritual y los viajes internos que se producen como consecuencia de la búsqueda. Convendrá también verlo desde el punto de vista del 10 más el 8.

19

El número 19 hace referencia al 10 y también al 1, ya que al sumar el uno más el nueve, encontramos al 10 y al sumar el uno al cero, llegamos nuevamente al uno. Esto es reducción teosófica a 9, por lo tanto se relaciona con el éxito, la nobleza y la generosidad. También puede verse como el 10 más el 9.

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Remite al 2 más el 0, o sea que vuelve la atención hacia la existencia de dos mundos.

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Se asocia con el 12 y con el 3, e indica creatividad, éxito y premio final de todo el camino recorrido.

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CAPÍTULO CINCO El tarot y la Kabbalah

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“La ciencia hermética, como todas las ciencias reales, es matemáticamente demostrable. Sus resultados son tan rigurosos como los de una ecuación bien planteada”. Eliphas Lévy

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CORRESPONDENCIAS ENTRE EL TAROT Y LA KABBALAH

Se denomina Kabbalah al conjunto de enseñanzas esotéricas, teosóf icas, f ilosóf icas y prácticas del misticismo judío, cuy os orígenes se sitúan —coincidentemente con el Antiguo Testamento— en el momento en que Moisés recibió las Tablas de la Ley, en el Monte Sinaí. Este conjunto de enseñanzas tuv o su origen en rev elaciones primigenias que se mantuv ieron ocultas durante siglos, inclusiv e para los judíos practicantes de la religión tradicional. El término Kabbalah es una palabra hebrea que signif ica “rev elación”, “recepción”, “tradición”. En 1887, hace su primera aparición en Occidente La Cábala de MacGregor Mathers; y a principios del siglo XX, a partir de la obra de las maestras Madame Blav atsky (teosof ía) y Annie Besant, comienza a expandirse su sabiduría, de manera cada v ez más acentuada. Como también, a partir de la primera traducción de la Kabbalah de Gershom Sholem, al inglés, en Israel en 1977, a quien aún se le debe el debido reconocimiento. La base f ilosóf ica de la Kabbalah es una práctica ritual y f ilosóf ica, sostenida en la observ ación de las ley es, la colaboración de los ángeles como mediadores entre Dios y las personas, los números y, principalmente, la meditación y v isualización de las v eintidós letras madre del alf abeto hebreo, selectiv amente suministradas por un rabino-maestro, de acuerdo con las necesidades del solicitante. Dichas v isualizaciones no podrán realizarse nunca arbitrariamente, sin un conocimiento prof undo, ni al azar o sin ningún tipo de asistencia por parte de un maestro especializado o rabino, debido a que la meditación correcta depende de detalles, no 76

siempre conocidos, como una determinada posición corporal, horarios específ icos para la realización de las prácticas, f rente al sol o por la noche, etc. Esto deberá ser orientado y dirigido por quien posea amplia experiencia y conocimientos, pues el ritual incluy e ciertas letras y palabras, algunas de las cuales, no pueden ser pronunciadas. Teniendo en cuenta que la aparición del lenguaje f ue anterior al desarrollo del pensamiento organizado, los seres humanos primitiv os de casi todas las culturas les ha adjudicado al lenguaje v erbal y escrito, características y poderes mágicos, tanto benéf icos como maléf icos, y esto se puede observ ar en bendiciones y maldiciones presentes en todo tipo de escrituras particularmente antiguas, como la Biblia. Leemos en el Génesis de la Biblia como Yahv é se manif iesta en la Creación a partir del v erbo (o la palabra), o de su aliento de v ida, es decir que todo es creado a partir de la palabra fiat, que en latín signif ica “hágase”. Esto ha dado origen al principio esotérico que dice que “numerar o nombrar es crear”. También en el Antiguo Egipto, los rituales originales se basaban en el conocimiento de ciertas letras y números. Al respecto, cabe recordar que los escribas constituían una clase muy especial dentro de la sociedad egipcia (se enterraban cerca de los f araones), debido a la posibilidad de acceder al conocimiento y escritura de las palabras. El nombrar tenía connotaciones muy importantes, tanto es así, que los f araones nunca daban a conocer a sus pueblos sus nombres completos y v erdaderos, sino tan sólo uno o dos, y a que el resto debía permanecer oculto. Saber todos los nombres del f araón le proporcionaría al pueblo un determinado tipo de poder, en primera instancia sobre su f araón, y quien sabe, tal v ez, en una segunda instancia, sobre ellos mismos. Volv iendo a la Kabbalah, lo que torna más interesante su estudio es el idioma hebreo, en sí mismo, pues en él, cada letra representa una palabra y cada palabra está f ormada por v arias letras, enriqueciendo y v alorizando, de este modo, el contenido de cada una de las palabras. Además como cada letra posee un 77

v alor numérico y es un número, en sí misma, posee la simbología propia del número, lo que permite alterar el orden o secuencia de las letras de la palabra sin que pierda su signif icado original. Esto brinda, a la palabra, la posibilidad de transf ormarse, sin v ariar su signif icado, y obtener otros signif icados sin perder su esencia. Estas ejercitaciones, originadas en el idioma hebreo, constituy eron la base del “lenguaje v erde”, que f ue un lenguaje utilizado en los escritos de los ocultistas, justamente para ocultar sus conocimientos y que no se perdieran al suf rir, durante siglos la quema de sus escritos, además de persecuciones, muertes y torturas por parte de la Iglesia católica y sus Tribunales de la Inquisición, por ejemplo, el conocido caso de Michel de Nostradamus y sus cartas y cuartetas que anunciaron los acontecimientos que sucederían en los siguientes quinientos años. El objetiv o del estudio y práctica de la Kabbalah es para los cabalistas, el logro del llamado tikkún, que implica un proceso de corrección y purif icación permanente de toda la existencia. Se considera que el trabajo del ser humano en esta v ida es la restauración de lo div ino en sí mismo y esto se puede alcanzar a trav és del cumplimiento de determinadas ley es, junto a la práctica de dif erentes sistemas de meditación y transmutación energética de origen kabbalísticos, que culminan con la obtención del estado de iluminación. El estudio de estas prácticas simbólicas es tan intenso y de tanta transmutación energética, desde el punto de v ista no consciente, que insisto en la recomendación de realizarlo exclusiv amente de la mano de un rabino especializado en Kabbalah, a partir de una selección prev ia de acuerdo con las características de personalidad y el estadio espiritual del maestro escogido. El consejo de no estudiar sólo la Kabbalah, responde al ritual tradicional de todas las antiguas técnicas de iniciación que, por algún motiv o, se realizaron siempre de la mano de un maestro. 78

Esta recomendación también es v álida para el estudio del tarot, debido a que el contacto simbólico af ecta a cada uno de los principiantes de div ersas maneras y de acuerdo con sus propios y únicos contenidos psíquicos no conscientes, lo cual podrá ser observ ado y redireccionado, más f ácilmente desde af uera por un maestro experto. En el aprendizaje del tarot, se utilizará la Kabbalah solamente como un canal alternativ o de correspondencias que f acilitan el mecanismo de asociación de ideas, mediante la colaboración de las letras-símbolos y los ef ectos transf ormadores resultantes de la mera observ ación del símbolo primigenio del Árbol de la Vida. Dichas asociaciones enriquecerán el estudio de los arcanos may ores y llev arán a una concreta autorrealización personal, proporcionada por el ef ecto transmutador de las letras hebreas en interrelación con la observ ación interactiv a de las imágenes de los arcanos may ores (o arquetipos junguianos). Esta aproximación a la Kabbalah es absolutamente básica y f acilitará la comprensión de la inf luencia de las letras madre del idioma hebreo en los arcanos may ores, como así también la ubicación de los arcanos menores en el Árbol de la Vida.

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EL ÁRBOL DE LA VIDA

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El Árbol de la Vida es el símbolo que compendia todo el conocimiento primigenio de los antiguos hebreos, que dio origen a la f orma de pensamiento judeocristiana, a partir de una interacción prov eniente de div ersos centros energéticos simbolizados con letras y números. Los antiguos maestros lo enseñaban a sus discípulos en el desierto del Sinaí, imprimiendo sus dedos sobre las arenas tibias y diseñando así este árbol sagrado que consta, en total de diez centros de energía (emanaciones), interrelacionados entre sí y prov enientes de una única energía: Kether, el Uno, el Todo. Kether prov eniente de un v acío caótico luminoso, denominado Ain (negativ idad), que es lo mismo decir que prov iene de una existencia negativ a prev ia, ilimitada. Estos centros energéticos son bipolares y prov ienen de una única emanación primigenia, como y a se ha dicho denominada Kether, que signif ica “corona” y que se corresponde con el número 1, es decir que todas las energías posteriores prov ienen de un origen único que representa también al Padre. Esta energía primigenia se escinde a sí misma y se ref leja en Chockmah, que signif ica “Sabiduría” y está representada por el número 2 (dualidad). En el momento de la escisión del Uno en el Dos surge una nuev a energía prov eniente del acto mismo de separación. Esta nuev a energía se denomina Binah, que signif ica “Entendimiento” y por tratarse de una energía básicamente pasiv a y f emenina, representa a la Madre, como inteligencia creadora, capaz de generar f ormas. Estas tres energías conf orman un triángulo inseparable (que los cristianos denominan Misterio de la Santisima Trinidad) capaz de llev ar a cabo la Creación, y que constituy e el origen y el desarrollo, el ciclo completo, de todo acontecimiento humano o 82

div ino, emocional, espiritual, laboral, económico, etc. Desde el punto de v ista de la geometría sagrada de los antiguos egipcios, el triángulo también era un símbolo de creación, en tanto y en cuanto, éste f uera perf ecto (equilátero). Por el contrario, si los lados del triángulo no f ueran iguales, se producirían dif erencias en la tensión y sería el origen de situaciones problemáticas. Para tener en cuenta la enorme importancia que rev iste esta f igura sagrada, observ aremos el triángulo desde el punto de v ista de los orígenes triangulares del ser humano: su madre, su padre y él mismo. Si ese triángulo relacional no f uera equidistante, aparecerían dif erentes situaciones psicológicas complejas, generadas por la dif erencia en la intensidad de la tensión y producidas como consecuencia de las dif erencia entre las interrelaciones entre los componentes. Como el triángulo posee un tipo de energía electromagnética, quienes han suf rido una alteración en los lados internos de la relación triangular primigenia, f amiliar, terminan por atraer hacia sí mismos relaciones triangulares que recrean la misma complejidad. Una v ez resuelta la situación generada por el triángulo conf lictiv o (técnicas de indiv iduación), éste se transf orma instantáneamente en creación, generalmente artística. Volv iendo a la Kabbalah, de esta trinidad kabbalística surge Chesed, número 4, cuy o signif icado es “Misericordia”, y que representa los cuatro elementos de la naturaleza. A partir de los cuatro elementos, se manif estarán los siguientes sephirot (nombre hebreo, plural de las “emanaciones div inas” o centros de energía): Gueburah (Rigor), número 5, Tiphered (Armonía), número 6; Netzach (Amor), número 7; Hod (Inteligencia), número 8; Yesod (Fundamento), número 9; y Malkuth (Reino), que se corresponde con el número 10. Los sephirot son diez en total; los nuev e consecutiv os prov ienen del Uno y son sus ref lejos; es decir que los diez sephirot son los diez estados de ser del Uno, que representa a Dios. Cada sephira o “emanación” o centro de energía tiene un 83

aspecto luminoso y otro oscuro —similar al y ing y al y ang— y se interconectan entre sí mediante senderos o v ías. Estos senderos son senderos de v ida, que cada ser humano elige seguir a lo largo de su propia v ida y dan lugar a la f ormación de un nuev o y dif erente tipo de energía, propio del enlace entre un centro de energía y otro. Constituy en, en total 22 senderos, nominados por las 22 letras “madre” del alf abeto hebreo, y que se corresponden, según Aleister Crowley, con los 22 arcanos may ores. Las 22 letras hebreas (traducidas), ubicadas en los 22 senderos del Árbol de la Vida son las clav es que ay udarán a conectar mejor con los arcanos may ores del tarot. El principio f ilosóf ico de la Kabbalah plantea que todo lo manif iesto prov iene de una existencia anterior a su manif estación en planos inv isibles, pertenecientes a la nada. Estos planos no v isibles pertenecen al ámbito de la luz y el sonido primordial. La concentración-contracción de esos planos ejerce una determinada presión, que dará origen a la primera manif estación: la cristalización de la luz, al igual que sucede con el univ erso a partir de la teoría del Big Bang. Esa primera manif estación denominada Kether luego se derramará y se ref lejará en los demás sephirot, dando origen a todo lo existente. La siguiente tabla de correspondencias hecha por Aleister Crowley muestra el arcano, la letra hebrea correspondiente y la traducción respectiv a de la letra que inducirá a la comprensión del arcano. Las letras no se encuentran en orden alf abético, sino en el orden numérico de los arcanos, para f acilitar su asociación. Número Nombre

Letra

Letra hebrea

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I

El Loco

Aleph

El Mago

Beth

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II

La Papisa

Gimel

III

La Emperatriz

Daleth

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IV

El Emperador

Tsadi

V

El Papa

Vau

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VI

Los Zayen Enamorados

VII

El Carro

Cheth

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VIII

La Justicia

Lamed

IX

El Ermitaño

Yod

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X

La Rueda de la Fortuna

Kaf

XI

La Fuerza

Teth

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XII

El Colgado

Mem

XIII

La Muerte

Nun

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XIV

La Templanza

Samech

XV

El Diablo

Ayin

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XVI

La Torre

Pe

XVII

La Estrella

He

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XVIII

La Luna

Kof

XIX

El Sol

Resh

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XX

El Juicio

Shin

XXI

El Mundo

Tav

En el trabajo personal o grupal es conv eniente tratar de interrelacionar la traducción de la letra hebrea con toda la inf ormación acumulada prev iamente ref erida al arcano y su 95

número correspondiente. Por ejemplo, la primera pregunta que se realizará es “¿Qué tiene que v er el Buey con El Loco?”. Entonces, se av eriguarán las características y comportamientos del buey y así obtendremos datos para la asociación. El buey no tiene conducción propia o rumbo propio, el buey simplemente v a y es f ácil de conducir, posee bondad, tontera, sonsera, mirada perdida, obediencia, etc., características, que en la actualidad son totalmente desv alorizadas, pero que, en la Antigüedad se v aloraban como f unciones ponderables para la predicción o la santidad. Si se desea saber más sobre este arcano, se podrá asociar también con la mitología, con el dios Pan. Toda la inf ormación se irá acumulando en el archiv o o carpeta correspondiente a El Loco, prev isto en el capítulo VII. Luego, se procederá de igual manera con todas los demás arcanos. Se sobreentiende que el interés principal del aprendizaje del tarot es que el principiante realice sus propias asociaciones e inv estigaciones, pues de ninguna manera le será útil para su propio desarrollo personal, aquellas interpretaciones que se les pudiera proporcionar f ácilmente, mediante el dictado de interpretaciones prev iamente normalizadas a lo largo de los siglos. El desarrollo personal se obtendrá a partir, justamente, del trabajo de búsqueda de la inf ormación, buceando en el interior y el exterior pero nunca copiando signif icados obtenidos por otras personas o que bien pueden sacarse del f olleto que acompaña cualquier mazo de tarot o de cualquier libro que se pudiera obtener. Durante estas ejercitaciones, a partir de la v isualización y observ ación de las letras hebreas correspondientes a los arcanos, en su gráf ica original, se produce un trabajo similar al realizado durante la observ ancia de los arcanos may ores. En ambos casos, estas ejercitaciones resultan conducir a la realización personal, siempre y cuando se realicen de acuerdo con la relación estudio-meditación-silencio. 96

Los símbolos, en general, resuenan o repercuten en el interior de sí mismo al igual que los tambores y sonidos ceremoniales utilizados en el chamanismo. Ambos son los puentes que permiten pasar de un mundo a otro, de uno prof ano a otro de dimensiones trascendentes. También los arcanos menores tienen su lugar en el Árbol de la Vida. Los 40 arcanos menores ocupan los lugares correspondientes a los diez sephirot en sus cuatro v ersiones, de acuerdo con el elemento proporcionado por su serie o palo; por lo tanto, podemos hablar de cuatro árboles superpuestos sobre el mismo Árbol de Vida: un árbol de bastos, un árbol de espadas, un árbol de copas y un árbol de oros. De este modo, en Kether o el Uno se encuentran los cuatro unos; de cada uno de los elementos, f uego, aire, agua y tierra, en el 2, los cuatro dos, en el tres los cuatro tres y así sucesiv amente.

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CAPÍTULO SEIS El tarot y la astrología

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“La astrología incorpora la suma de todo el conocimiento psicológico de la Antigüedad”. Dr. Carl Gustav Jung

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CORRESPONDENCIAS ENTRE EL TAROT Y LA ASTROLOGÍA

Esta disciplina permitirá ampliar y comprender mucho más la simbología de las cartas de tarot, a trav és del mecanismo de asociación de ideas (no conf undir con el mecanismo de libre asociación de palabras). Una simple introducción a la astrología bastará para poder establecer las correspondencias necesarias con los arcanos may ores y menores y las cartas de la corte. Primero será necesario comprender que todo, absolutamente todo en el univ erso se corresponde con todo, y que cada uno de los indiv iduos —humanos, biológicos, minerales, materiales, psicológicos—, que f orman este univ erso es tan solo una parte inf initesimal de un todo cuy o origen se encuentra en los cuatro elementos básicos o estados f ísicos en que se manif iesta la materia: Fuego (espíritu), Aire (intelecto), Agua (emociones) y Tierra (materia). Por lo tanto, resulta imprescindible conocer la esencia misma de estos elementos y para ello se deberán ef ectuar las mismas preguntas básicas que los f ilósof os de la Antigüedad buscaron responder: Esta parte del aprendizaje puede llev arse a cabo de manera grupal o indiv idual; pero de manera grupal, será mucho más completo y enriquecedor. Por ejemplo, en el caso del elemento Fuego: 1. ¿Qué es el fuego? 2. ¿Cómo es el fuego? 3. ¿Cuáles son sus características principales desde el punto de vista de la física elemental? 4. ¿Para qué sirve? 5. ¿Qué pasa si falta fuego?

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6. ¿Cómo actúa el Fuego con los demás elementos?

Estas mismas preguntas se repetirán respecto del siguiente elemento Aire y con los subsiguientes elementos Agua y Tierra. Las respuestas a todas estas preguntas nos brindarán la inf ormación necesaria para comprender, en un primer planteo, las características generales de personalidad (def ectos y v irtudes) de las personas pertenecientes a los dif erentes signos de cada uno de los cuatro elementos. Estos ejercicios de preguntas y respuestas respecto de los elementos f acilitarán también una mejor comprensión de uno mismo (1) y de nuestro elemento predominante, de acuerdo a la inf ormación que surja de la propia carta natal, estimulando un mejor autoconocimiento. Asimismo, es recomendable asociar, a medida que se v an ef ectuando las preguntas, cada elemento y cada signo con personas conocidas, para grabar mejor estos conceptos. Sólo al terminar estas ejemplif icaciones se podrá leer cualquier libro de astrología que amplíe los conocimientos deducidos sobre elementos, signos, planetas regentes o cualquier inquietud que se genere como consecuencia de esta ejercitación. Tomando como punto de partida las respuestas a las anteriores preguntas, cabe recordar que los elementos se corresponden con los distintos planos humanos. Por ejemplo, el f uego y sus características de ser caliente, de reunir indiv iduos alrededor de algo que atraiga su atención, de producir combustión, de ser expansiv o, de elev arse hacia lo alto, de purif icar y transf ormar la materia, se corresponden con el plano espiritual. Proceder de igual manera respecto de los demás elementos nos permitirá arribar a las siguientes conclusiones deductiv as: el Aire corresponde al plano intelectual, el Agua al plano emocional y la tierra al plano f ísico.

LOS SIGNOS DEL ZODÍACO 101

Los signos (que son las doce constelaciones que se pueden observ ar desde la Tierra), surgen de div idir la circunf erencia v isual (360º), correspondiente al plano exterior del planeta Tierra, en doce partes iguales. Al realizar esta div isión, quedarán doce ángulos de 30º cada uno. Estos 30º representan a los 30 días, pertenecientes a los doce signos del Zodíaco. A cada elemento le corresponden tres signos, a saber: Elemento Fuego Signos

Aire Aries Géminis Leo Libra Sagitario Acuario

Agua

Tierra Cáncer Tauro Escorpio Virgo Piscis Capricornio

Los tres signos pertenecientes a cada elemento tienen las características generales de cada uno de los elementos, pero se dif erencian entre sí dependiendo de la cantidad de elemento que posean (más o menos Fuego, por ejemplo), modif icando sus características y comportamientos, en cada uno de ellos. Es decir que el mismo elemento se manif estará de dif erente manera, dando origen a una nuev a clasif icación, a saber: Signos f ijos (may or cantidad de un elemento). Signos mutables o dobles (menor cantidad de un elemento). Signos cardinales (a v eces actúan como f ijos y a v eces como mutables). Para poder alcanzar una mejor comprensión de esto, es muy interesante la clasif icación que da el primer gran maestro de astrología en la Argentina, el doctor Eloy R. Dumon, f undador del primer centro de estudios de astrología científ ica en Argentina, (Centro Astrológico de Buenos Aires), en su Manual de astrología Moderna (1983): “Los signos en esta clasif icación se div iden en: cardinal, que simboliza la creación inicial, el impulso a crear y el modo de realizar el comienzo; f ijo, que 102

simboliza el sostenimiento de lo que y a ha sido creado o sea dar estabilidad; y mutable, que simboliza la alteración, transf ormación y adaptación de lo que y a ha sido hecho”. Esta descripción amplía aún más los conceptos deducidos acerca de cada signo, y marca la dif icultad que presentan los signos f ijos para interrelacionarse energéticamente con otros elementos; y la f acilidad de los signos denominados mutables para adaptarse e interrelacionarse con otros elementos. El orden natural en que se encuentran dispuestos los doce signos del Zodíaco (tal como se v en en el espacio) es el siguiente: Aries (Fuego) Tauro (Tierra) Géminis (Aire) Cáncer (Agua) Leo (Fuego) Virgo (Tierra) Libra (Aire) Escorpio (Agua) Sagitario (Fuego) Capricornio(Tierra) Acuario (Aire) Piscis (Agua)

Se observ a con claridad la secuencia de elementos determinantes de una f recuencia de energía dif erente, a la v ez que armónica: Fuego, Tierra, Aire, Agua. Esta relación se repite sucesiv amente hasta llegar a los doce signos. A su v ez, cada uno de los signos posee un planeta que es su “dueño de casa”, es decir un regente (2). Antes de v er cuáles son los planetas regentes de cada uno de los signos, será conv eniente inv estigar en la mitología romana o griega, las muy ricas historias de los dioses del Olimpo, y a que a cada planeta regente se le ha adjudicado, desde los comienzos de la historia 103

(asirios y caldeos), las características e inf ormación relativ a a los dioses Sol, Luna, (considerados como planetas en la astrología tradicional) Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Una v ez analizada la historia del mito, se podrán deducir mucho mejor las características principales de los planetas regentes de los correspondientes signos, integrándolos a los signif icados de cada uno de los arcanos may ores y se entenderá mejor la siguiente tabla de correspondencias: Signo Aries

Regente Marte

Elemento Fuego

Tauro Géminis Cáncer Leo Virgo

Venus Mercurio Luna Sol Mercurio

Tierra Aire Agua Fuego Tierra

Libra Escorpio Sagitario

Venus Aire Marte y Plutón Agua Júpiter y Quirón Fuego

Capricornio Saturno Tierra Acuario Saturno y Urano Aire Júpiter y Piscis Agua Neptuno

Como se puede observ ar en el cuadro algunos planetas regentes se repiten (esto sucede porque en la Antigüedad no existían más que siete planetas incluidos el Sol y la Luna, que se consideraban como planetas, pero lo que v aría es su concepción o actitud de acuerdo a su ubicación en los distintos elementos; por ejemplo, en el caso de Aries (Fuego) y Escorpio (Agua), ambos están regidos por el planeta Marte, que es el dios de la Guerra. Pero no es lo mismo Marte en el Fuego que Marte 104

en el Agua. Marte en el Fuego o en Aries es caliente, f ogoso, directo, dinámico, pionero, impulsiv o, y podría representarse como un soldado peleando en pleno campo de batalla, en un “cuerpo a cuerpo” a sangre y f uego. Y Marte en el Agua, como en el caso de su regencia en Escorpio, se torna mucho más subterráneo, psicológico, estratégico, intenso, magnético y podría representarse como un soldado especialista en planif icación y estrategia militar o psicológica. De este modo, en un mismo acontecer (la guerra) se observ an dos manif estaciones distintas de una misma energía ev idente. En el caso de Escorpio, junto a Marte, Plutón aporta sus características espirituales y transf ormadoras, más prof undas y también kármico-ev olutiv as. Igualmente sucede en el caso de la inf luencia de Venus como regente de Tauro y Libra. No será igual su regencia en la Tierra de Tauro que en el Aire de Libra. En Tauro, Venus —diosa del amor y de las artes— es más concreto y práctico, y se relaciona con el trabajo y lo que se obtiene de él (las posesiones), también con el trabajo con la tierra, con artes concretas como la escultura y la cerámica y, por supuesto, con el amor carnal. En el Aire de Libra, el arte se manif iesta en activ idades mentales como la f ilosof ía, la política y la poesía; y en las artes plásticas, de maneras sutiles y abstractas. El amor se manif iesta en su f orma más pura y romántica: el amor de pareja. Mercurio —el dios de la inteligencia, el comercio y la comunicación— también se manif estará de manera dif erente en Géminis (Aire) y en Virgo (Tierra). En el aire de Géminis, la activ idad de la mente concreta se intensif ica en la v ariabilidad de intereses en los más div ersos temas y muy especialmente en los medios de comunicación. Pero es en la Tierra de Virgo donde el pensamiento se torna más prof undo y analítico, discriminando y razonando los conocimientos de manera total. Es aquí donde la inf ormación se desmenuza en f unción de la búsqueda de la v erdad más plena. Júpiter (Zeus), que es el dios padre de todos los dioses y de 105

todos los seres humanos, el que creó las ley es y cuida de su ejecución, manif iesta plenamente en el Fuego de Sagitario su accionar, y tiende a llev ar a todos hacia la libertad y hacia sus derechos, siempre a un escalón ev olutiv o superior. En este signo, la espontaneidad es absoluta y la palabra, recta y directa como una f lecha. En el Agua de Piscis, el camino hacia la libertad es místico o psíquico, no posee límites ni rumbos f ijos, es la misma energía que se manif iesta en el arte como abstracta y su carácter es básicamente sensible, intuitiv a de otros mundos, transmitiendo la existencia de esos mundos a quienes aún no se atrev en ni alcanzan a imaginarlos. Saturno —dios del tiempo y de la sabiduría—, actúa en la Tierra de Capricornio conv irtiendo a los de este signo en dueños del tiempo. Son conscientes de su sabiduría y de su obtención a trav és de las experiencias, utilizando lo terrenal y concreto para elev arse al plano del espíritu. En el Aire de Acuario, Saturno junto con Urano, priorizan la activ idad de la mente y la relación espacio-tiempo deja de existir para transf ormar las experiencias mentales en percepciones, en pos de la v erdad absoluta y la libertad conceptual. En Leo (regido por el Sol) y en Cáncer (regido por la Luna) se encuentran manif iestos lo masculino (padre) y lo f emenino (madre) del univ erso, que no se repiten en ningún otro signo, debido a su carácter único y a la concentración total de sus f uentes de energía: calórica y electromagnética, que se manif iestan en lo f emenino y en lo masculino primigenios. 1 Este ejercicio también puede realizarse con niños. En la experiencia de cartas natales de niños he comprobado que el conocimiento del elemento primordial colabora en la educación y en el autoconocimiento con padres y niños por igual. 2 Prefiero la acepción “En las órdenes religiosas, encargado de gobernar y regir los estudios”, antes que “Persona que gobierna un estado” (RAE).

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LA ASTROLOGÍA Y LOS ARCANOS MAYORES

Según Aleister Crowley, los 22 arcanos may ores del tarot se corresponden astrológicamente como sigue: ARCANOS

ASTROLOGÍA

I II III

El Loco El Mago La Papisa La Emperatriz

Aire Mercurio Luna Venus

IV V VI VII

El Emperador El Papa Los Enamorados El Carro

Aries Tauro Géminis Cáncer

VIII La Justicia IX El Ermitaño La Rueda de la X Fortuna XI La Fuerza

Libra Virgo

XII XIII XIV XV XVI XVII

Agua Escorpio Sagitario Capricornio Marte Acuario

El Colgado La Muerte La Templanza El Diablo La Torre La Estrella

Júpiter Leo

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XVIII La Luna XIX El Sol XX El Juicio

Piscis Sol Fuego

XXI El Mundo

Saturno

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LA ASTROLOGÍA Y LOS ARCANOS MENORES

Los arcanos menores también tienen sus correspondencias astrológicas, de acuerdo con su serie o palo; es decir que, de los 40 arcanos menores, 10 corresponden a los Bastos (Fuego), diez corresponden a las Espadas (Aire), diez a las Copas (Agua) y diez a los Oros (Tierra). Además, cada uno de los diez arcanos de cada palo se corresponde con un decanato de un signo, y a que cada signo se puede subdiv idir en tres decanatos de diez días para cada uno de ellos. Cada decanato, a su v ez, tiene, en el caso de los arcanos menores, un planeta regente distinto al planeta regente del signo; o sea que el planeta regente del signo cubre, por así decir, a todo el signo, pero cada decanato tiene un (otro) planeta regente que lo acompaña y ajusta sus características. Estas siguientes atribuciones astrológicas también f ueron hechas por Aleister Crowley. Bastos (Fuego) As Elemento Fuego en su estado puro. Dos Primer decanato de Aries (regente Marte). Tres Segundo decanato de Aries (regente Sol). CuatroTercer decanato de Aries (regente Venus). Cinco Primer decanato de Leo (regente Saturno). Seis Segundo decanto de Leo (regente Júpiter). Siete Tercer decanato de Leo (regente Marte). Primer decanato de Sagitario (regente

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Nueve Diez

Mercurio). Segundo decanato de Sagitario (regente Luna). Tercer decanato de Sagitario (Saturno).

Copas (Agua) As Elemento Agua en su estado puro. Dos Primer decanato de Cáncer (regente Venus). Segundo decanato de Cáncer (regente Tres Mercurio). Cuatro Tercer decanato de Cáncer (regente Luna). Cinco Primer decanato de Escorpio (regente Marte). Seis Segundo decanato de Escorpio (regente Sol). Siete Tercer decanato de Escorpio (regente Venus). Ocho Primer decanato de Piscis (regente Saturno). Nueve Segundo decanato de Piscis (regente Júpiter). Diez Tercer decanato de Piscis (regente Marte). Oros (Tierra) As Elemento Tierra en su estado puro. Dos Primer decanato de Capricornio (regente Júpiter). Segundo decanato de Capricornio (regente Tres Marte). Cuatro Tercer decanato de Capricornio (regente Saturno). Cinco Primer decanato de Tauro (regente Mercurio). Seis Segundo decanato de Tauro (regente Luna). Siete Tercer decanato de Tauro (regente Saturno). Ocho Primer decanato de Virgo (regente Sol). Nueve Segundo decanato de Virgo (regente Venus). Diez Tercer decanato de Virgo (regente Mercurio).

Si en la práctica se asocia cada decanato con la f echa de cumpleaños de alguna persona pública o que conocemos, esto f acilitará la retención en la memoria, para siempre, de las 110

interpretaciones se pueden encontrar en el capítulo correspondiente a numerología y contribuirán también a la ampliación conceptual de cada uno de ellos.

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LA ASTROLOGÍA Y LAS CARTAS DE LA CORTE Las 16 cartas de la corte (4 rey es, 4 reinas, 4 caballeros y 4 sotas), se corresponden con los cuatro elementos según el palo o serie, de la siguiente manera: Cartas de la corte

Correspondencias

1 rey – 1 reina – 1 caballero – 1 sota de Bastos

Elemento Fuego (plano espiritual).

1 rey – 1 reina – 1 caballero – 1 sota de Espadas

Elemento Aire (plano intelectual).

1 rey – 1 reina – 1 caballero – 1 sota de Copas Elemento Agua (plano emocional). 1 rey – 1 reina – 1 caballero – 1 sota de Oros

Elemento Tierra (plano material).

Las características relativ as a cada una de las 16 cartas serán las que y a se han mencionado, como así también las generalidades de los signos que corresponden a cada uno de los elementos.

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LA CONSTITUCIÓN FÍSICA DE LOS PLANETAS A los ef ectos de poder realizar el análisis necesario para la Tirada de la cruz, detallamos a continuación las propiedades f ísicas de los planetas que la astrología ha normalizado desde tiempos remotos, aún sin conocerlos tan prof undamente como hoy, en que puede conocerse su real constitución f ísica y química, gracias a los av ances de la ciencia. Planeta Constitución física Sol Caliente y seco Luna Fría y húmeda Mercurio Frío y seco Marte Caliente y seco Venus Caliente y húmedo Júpiter

Caliente, seco y húmedo

Saturno Frío y seco Urano Frío y seco Neptuno Caliente y húmedo Plutón

Caliente, seco y húmedo

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CAPÍTULO SIETE El proceso de aprendizaje del tarot

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“...que la divinidad actúa sobre nosotros sólo podemos comprobarlo por medio de la psique”. Dr. Carl Gustav Jung

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LOS ARCANOS MAYORES

Pero ¿qué ocurre con la psiquis personal y colectiv a cuando lo div ino ha sido sustituido por lo intelectual, el cientif icismo o el consumismo ? ¿Y si a todo ello se le agrega el hecho de que el ser humano se apartó de la naturaleza y sus ley es? ¿Y si además el propio ser humano v a en contra de las ley es de la naturaleza, produciendo y consumiendo, él mismo, tóxicos y contaminantes en contra de sí mismo y de sus congéneres ? Lo que sucede en el ser humano y su mundo desde los comienzos del siglo XX, coincidiendo con la Rev olución industrial y los av ances científ icos, es justamente esto: la separación paulatina de su propia div inidad y su desplazamiento hacia lo externo y lo material. Este acontecimiento detonó un proceso lento de desaparición de imágenes y símbolos sagrados y un aumento de la atención dirigida al intelecto. Y si a esto se le agregan las prof undas modif icaciones producidas en el campo electromagnético de la Tierra, debido a las inesperadas ey ecciones de la masa coronal del Sol que incrementan el ef ecto inv ernadero, se obtiene, como consecuencia lógica, un aumento de la v iolencia, de div ersas patologías psicológicas y f ísicas, y de conductas alienadas. Como si se hubiera abierto el cof re de Pandora, el orden natural que mantenían los símbolos y la naturaleza se ha roto, y la única esperanza que resta está justamente en la naturaleza y en los símbolos primigenios o arquetipos, la única v acuna contra el des-orden. La ley de causa y ef ecto continúa v igente aunque muchos se hay an olv idado de ella. Ya se están contemplando los ef ectos, en los indiv iduos, en la propia naturaleza y hasta en el planeta, por lo tanto, es necesario

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generar nuev as causas y esto se logrará mediante el esf uerzo conjunto pero comenzando con la autorrealización personal y con la colaboración de los arquetipos. Según Jung, “Los arquetipos del inconsciente son correspondencias, empíricamente demostrables, de los símbolos religiosos” y recurrir a ellos, conscientemente, nos conducirá al hallazgo de la “piedra f ilosof al”. Poetas, músicos y artistas mantienen con ellos una relación permanente, como también quienes trabajan con sus sueños, los astrólogos que aún hoy dibujan sus símbolos y los kabbalistas al meditar con sus letras. Af ortunadamente, y como consecuencia de la ley de la compensación, se puede v er, en la actualidad, un aumento considerable de personas en búsqueda de un camino espiritual, muchas v eces a partir de técnicas símbólicas. Por ejemplo: la Kabbalah, el reiki, la astrología, la meditación (libre porque permite la aparición espontánea de símbolos), además de la práctica cada v ez más popularizada del tarot junto con el af ortunado aumento de la atención colectiv a hacia el análisis de los sueños. En def initiv a, una gran parte de la humanidad muestra la necesidad de un may or contacto simbólico para el logro de la tan ansiada unidad interna. Pero esta v ez, la búsqueda no será a trav és de instituciones religiosas, sino como al principio: un contacto directo del ser humano con la div inidad. Hasta tanto todo se transf orme y se inicie una nuev a etapa, es conv eniente autoasistirnos, autorregenerarnos permanentemente y chequear nuestra alma en f orma constante, tal como lo hacemos con nuestro cuerpo f ísico o con nuestro guardarropa. Y el tarot es una técnica de autoay uda para ello, por lo tanto, su aprendizaje hay que encararlo bajo la premisa de que se trata de símbolos, rev estidos de un carácter sagrado. Instrumentos de lo sagrado que se interconectan con nuestra propia sacralidad (consciente e inconsciente) que pueden colaborar con nuestra ev olución. 119

El primer acercamiento a las imágenes de los arcanos may ores produce un cúmulo de emociones, dif íciles de separar unas de otras, dif íciles de identif icar y de def inir. Como si se diera un primer gran paso hacia el encuentro de todas las emociones conocidas por el ser humano desde el principio de su existencia. Más adelante, y a medida que se v an estudiando, uno a uno, se irá aclarando este univ erso emocional que tanto impacta en una primera instancia. Es interesante observ ar que, en la may oría de los casos, lo primero que hacen los alumnos es “abrir sus ojos” más de lo acostumbrado, manif estando un gran asombro, como un anuncio de lo que sucederá con sus almas, a partir de ese momento. Cada uno de ellos siente, dentro de sí, aquellas emociones que se irán reacomodando a lo largo del camino por los 22 arcanos. A medida que se produce el acercamiento, esas emociones, cada v ez más prof undas, comienzan a entrelazarse entre el observ ador (el principiante) y lo observ ado (el símbolo). El arcano, portador de su “propia alma secreta” comienza a interactuar en el alma del que observ a. El resultado será siempre ev olutiv o y “conmoción ante”, especialmente en esta época, en la cual, una parte importante de las almas que pueblan la Tierra está ev olucionando en lo espiritual, de manera v ertiginosa, hacia niv eles de conciencia cada v ez más elev ados. Por lo tanto, nunca será demasiado insistir en que este estudio debe ser realizado de manera cuidadosa, prof unda y seria. El respeto y la conducta moral y ética son imprescindibles durante el estudio, y más aún, durante el uso de estas imágenes, pues se debe ev itar su manipulación v ulgar y despreocupada. Por el contrario, dado que se trabajará con material altamente sensible —esto es “inconsciente”, “espíritu”, “símbolos”, “emociones”, “alma”— se requerirá un máximo de atención y cuidado. El consejo es, entonces, entrar al mundo de los símbolos, sabiendo que se trata de una ejercitación alquímica f acilitadora 120

del v iaje más interesante que se hay a realizado jamás: el recorrido hacia nosotros mismos. A partir de esa primera mov ilización emocional, comienzan a aparecer las primeras asociaciones con la historia personal, propia y hasta f amiliar, inclusiv e colectiv a, que brindarán una gran ay uda para el proceso de desarrollo personal, aportando, muy lentamente, inf ormación imprescindible para la autorrealización. Para completar esta presentación de los arcanos may ores propondremos un ejercicio específ ico que aportará inf ormación primordial sobre y para cada uno de los principiantes. Dicha inf ormación será más completa y objetiv a cuanto menos sepa el principiante sobre los arcanos. Este ejercicio podrá realizarse con pacientes, en el caso de psicólogos, o con clientes en el caso de una consulta de tarot y también en el trabajo indiv idual, a solas. Es un excelente ejercicio, pero puede hacerse una sola v ez. Colocar sobre la mesa los 22 arcanos may ores, de f rente y a la v ista, en f ilas y en orden numérico, desde el 0 hasta el 22. Posteriormente, v isualizar y elegir tres cartas mientras se realizan las siguientes preguntas: 1. ¿Cuál es la carta que más me gusta? 2. ¿Cuál es la carta que menos me gusta? 3. ¿Cuál es la carta que me resulta indiferente? Estas tres cartas obtenidas espontáneamente, sin ningún tipo de inducción prev ia, f acilitarán conocer rápidamente los más prof undos deseos, los conf lictos primordiales, la etapa en la que se encuentra el consultante y hacia dónde se dirigen las energías a f uturo. Durante el trabajo con los arcanos may ores es recomendable complementar este estudio con algún tipo de terapia, con el objeto de aprov echar al máximo el material inf ormativ o mov ilizado y ev itar la posibilidad de quedar identif icado con alguna imagen. (1) 121

Es conv eniente también llev ar a cabo este trabajo de manera lenta, con dedicación plena y con un ritmo constante, a razón de un arcano por semana, inv ariablemente, para darse a uno mismo, y darle también al arcano interior, el tiempo necesario de integración. Esto es necesario para que la activ idad energética del arquetipo-arcano, prov eniente del inconsciente colectiv o, actúe sobre nuestro consciente, prev ias interconexiones con el inconsciente personal y colectiv o. Es muy probable que durante la semana que transcurre entre el estudio de un arcano y otro, aparezca, de alguna manera, el arcano estudiado en las circunstancias de v ida del principiante (por supuesto, de manera simbólica) o en los sueños. Se recomienda prestar mucha atención a los acontecimientos que se produzcan en esos días, y a que pretenden demostrar que la conexión arquetípica se ha realizado, además de manif estar cuál es la v erdadera relación del estudiante con ese determinado arquetipo. Por ejemplo, cuando la tarea se centra en la observ ancia de El Loco, es probable que se tenga un encuentro con algún liny era o v agabundo, o con un artista, que se v iv a alguna experiencia creativ a o de irresponsabilidad total, que surja algún imprev isto o que aparezca una inusitada distracción con consecuencias o sin ellas, algún sueño premonitorio o alguien que prediga algo importante. Lo que sintamos f rente a esa experiencia, expresará nuestra relación con el arquetipo de El Loco y los temas mencionados, marcando para siempre el tipo de relación que mantendremos con él. Debido a la riqueza inf ormativ a que puede aportarnos el arcano al rev és, se aconseja considerar y analizar el arcano teniendo en cuenta que la parte más importante de la carta o imagen es siempre la que ocupa la parte superior, pero dada v uelta. Justif ica mi decisión de considerar las cartas también al rev és, las palabras del Dr. D. T. Suzuki que menciona Fritjof Capra en el Tao de la física: “Habiendo alcanzado el y ang su punto culminante, se retira a f av or del y ing; habiendo alcanzado 122

el y ing su punto culminante, se retira en f av or del y ang”. Es lo que sucede con la energía de los arcanos, y en la v ida, en general, cuando una energía se torna excesiv a, se produce un ef ecto de rebalse; entonces, la carta se da v uelta y modif ica su signif icado, hacia el contrario y v icev ersa. Es recomendable tomar en cuenta todas las interpretaciones que surjan (inclusiv e aquellas que se consideren opuestas o contradictorias), pues todas ellas serán de utilidad cuando llegue el momento de interpretar o leer las cartas, dependiendo del tema que se esté desarrollando. Asimismo se obv iará cualquier tipo de discriminación, en el sentido de si la carta es “buena” o “mala”, es decir que se ev itarán conceptos def initiv os con el objeto de permitir una may or libertad en la interpretación. También se tendrá en consideración que en cada lectura o tema de análisis la carta tendrá un signif icado nuev o y dif erente, ni bueno, ni malo; tan sólo un nuev o y único signif icado, para ese caso en especial. La recomendación en cuanto a realizar primero un trabajo indiv idual y a continuación, un trabajo grupal con la guía de un maestro especializado, se apoy a en la premisa de que la compañía de otras personas interesadas en el tema f acilitará el aporte de las asociaciones, enriqueciendo enormemente el proceso asociativ o y creativ o, además, por supuesto, del enriquecimiento emocional de la experiencia alumno-maestro.

EL TRABAJO INDIVIDUAL Antes de comenzar a trabajar indiv idualmente con los arcanos may ores es conv eniente recordar que los antiguos rituales de iniciación indican que cada adepto diseñaba y armaba sus propias cartas. En la actualidad podemos cumplir con esa disposición colocando autoadhesiv os coloridos o impresos, seleccionados de acuerdo con la elección personal, en la parte anterior de las cartas. Elegir los colores que resulten más relajantes, pegar y recortar los bordes de las cartas, repercutirá en una relación más estrecha con el tarot y nos resultarán más 123

propias. También es conv eniente disponer prev iamente de los siguientes elementos: a. Tiempo para uno mismo, asegurándose de no ser interrumpido. b. Veintidós carpetas o archivos (para la información de cada arcano). c. Un cuaderno para el trabajo personal (reflexiones personales y sueños). d. Tarjetas blancas tipo fichas de 15 x 10 cm (con líneas). e. Marcadores (fibras) de colores (del tipo húmedo). f. Mantel o pañuelo de color agradable. g. Esencias placenteras.

Una v ez preparado el ambiente con esencias y luz intermedia, se debe colocar sobre el mantel una carta por v ez, comenzando por el 0 y siguiendo el orden numérico, siempre dejando a parte el resto del mazo tapado. A continuación, se deberán seguir los determinados pasos: 1. Relajación total y respiración profunda (varias veces). 2. Visualizar la imagen del arcano elegido, permitiendo que sea la imagen misma (lo observado) la que llegue primero al observador. 3. Bajar los niveles de ansiedad propios del deseo de conocimiento. 4. Invertir el proceso (dirigir la atención a la imagen) y observar cuidadosamente la imagen, sin intentar definirla. 5. Esperar. 6. Cerrar los ojos. Internalizar la imagen; es decir, reproducirla internamente. 7. Esperar. 8. Abrir los ojos, mirar la carta y volver a repetir el proceso, lentamente. 9. Escribir en el cuaderno personal las reflexiones, impresiones y emociones que surjan como consecuencia del contacto visual (energético) con el arcano. Detallar la experiencia, permitiéndose asociaciones libres referidas a la historia personal, si aparecieran libremente. No buscar saber ni forzar nada. 10. Usar las tarjetas blancas y los marcadores de colores para bosquejar una imagen similar, respetando o no los colores. 11. Proceder a observar la carta al revés.

ALGUNOS COMENTARIOS: 124

Al v isualizar la imagen internamente, con los ojos cerrados, dejarla ser; es decir, dejarla f luir, que aparezca sola y, entonces, observ arla con libertad, sin preconceptos. Recién en un segundo intento, tratar de recordar los colores originales. No preocuparse si la imagen no aparece en la primera ejercitación. Mantenerse tranquilo y repetir la operación, sin insistir más de tres v eces. No presionar. También puede suceder (durante la observ ación interna) que aparezcan otras imágenes que aparentemente no tengan nada que v er con la imagen que se está trabajando. Se recomienda igualmente dibujarlas en las f ichas blancas, respetando los colores con los que hay an aparecido. Estas imágenes nuev as, inesperadas, prov enientes del inconsciente, son una respuesta a las necesidades del principiante y a su disposición para este tipo de ejercitación: el inconsciente, entonces, actúa como un termostato proporcionando los colores y f ormas que nuestra psiquis necesita para reorganizarse e integrar estas nuev as energías. También es posible (no al principio de las prácticas sino cuando las prácticas v ay an av anzando o cuando se utilice a los arcanos para meditación) que las imágenes, al ser internalizadas o en su carácter de objeto de meditación, adquieran algún mov imiento, emitan algún sonido o nos muestren algún objeto. Si durante las ejercitaciones apareciera algún pensamiento o tema personal pendiente, al igual que suele suceder durante las ejercitaciones de y oga o en las meditaciones del tipo zen, se recomienda seguir el pensamiento hasta el f inal, y luego dejar ir el pensamiento, dejando la ejercitación durante algunos segundos y luego comenzar de nuev o. No f orzar ni esf orzarse en recuperar la imagen. Antes de ejecutar el punto 10, relajarse, respirar prof undo, cerrar los ojos y v olv er a abrirlos, observ ando con libertad los marcadores de colores. Elegir el color que más nos llame la atención y cambiar de color o dejar esa tarjeta y tomar otra tarjeta en blanco, según el v erdadero deseo. Sallie Nichols, en su libro Jung y el tarot recomienda también 125

hacer una v ersión blanco y negro con una f otocopia y y o me permito agregar: lo mejor puede se también pintar la f otocopia. Reiv indicando los procesos de iniciación de los adeptos egipcios, es conv eniente tener siempre cerca el cuaderno personal. Se pueden anotar los sueños que pudieran surgir como consecuencia del contacto simbólico, como también cualquier otro comentario que respecto del arcano. Asimismo, observ ar los acontecimientos y las circunstancias personales o colectiv as que se produzcan a lo largo de la semana en que se estudia la carta y asociarlos con la misma, por escrito. En relación a las carpetas-archiv os, colocar toda la inf ormación obtenida sobre cada uno de los arcanos a manera de expedientes, a los cuales podamos remitirnos para repasar o como una ay uda-memoria en el momento de las primeras lecturas de cartas. Todo este procedimiento permite la incorporación natural de las energías de los arcanos, colaborando con el autoconocimiento al prov ocar asociaciones de índole personal y recuerdos. El resultado obtenido será un mejor reordenamiento de la energía psíquica conducente a una may or apertura de conciencia. Luego de haber trabajado con cada uno de los 22 arcanos may ores en f orma f ehaciente, será conv eniente escribir todo lo que se pueda interrelacionar entre un arcano y el siguiente, es decir de a dos por v ez, al tiempo que se observ an las imágenes.

EL TRABAJO GRUPAL El trabajo grupal, de la mano de un maestro, responde, en principio, al ritual utilizado desde tiempos remotos (relación maestro-discípulo, eternamente v igente) para este tipo de estudios, y es por esta razón que su aplicación se torna mucho más ef ectiv a. Todo ritual ef ectuado desde épocas ancestrales es ef ectiv o por el mero hecho de su repetición en el tiempo y adquiere v alor 126

al quedar inscripto (o encriptado) en el inconsciente colectiv o. Por otra parte, la relación maestro-discípulo contiene un importante intercambio de energía emocional (af ecto-amor) que resulta imprescindible a la hora del aprendizaje, especialmente en el caso del tarot, en que se necesita un tipo de atención prof undamente contenedora. De esta manera, no solamente se enriquece todo el proceso, haciéndolo más ameno e interesante, sino que se añade el intercambio energético-emocional, entre maestro y alumno, primordial en toda técnica de indiv iduación. A esto deberán sumarse las experiencias compartidas cuando se trate de dos o más personas, que aumentarán la ponderación interpretativ a de cada una de las imágenes analizadas, y a que cada uno de los participantes aportan su propio punto de v ista. Durante la realización de este trabajo, el procedimiento más conv eniente es el siguiente: 1. Colocar para su visualización un solo arcano por vez, comenzando desde el 0, El Loco, y continuar en orden numérico con los demás arcanos, repitiendo internamente su nombre para permitir que vayan apareciendo tanto la etimología de la palabra, como otras asociaciones derivadas y relativas a su nombre. 2. Luego, describir el rol que la figura aparenta cumplir a través de la imagen que proyecta. Por ejemplo, en el caso de El Loco, la imagen aparenta ser la de un juglar o la de un arlequín. Definir o buscar antecedentes como también producir o provocar asociaciones A continuación, describir minuciosamente la figura en cuanto a su ropaje, la ubicación de los colores (su significado a la derecha e izquierda del cuerpo), los objetos, animales o plantas que lo rodean, observando la posición y orientación del cuerpo, hacia dónde mira, hacia dónde se dirige y cómo están dispuestas las partes de su cuerpo, tal como se describe en el capítulo III. 3. Analizar su número —el 0, el 22 o su ausencia de número en el caso de El Loco—, y todo lo que pueda aportar a la interpretación de la carta, recurriendo nuevamente al capítulo II de este libro. 4. En un paso posterior, asociar las partes de la figura de acuerdo con la simbología del color (también ver el capítulo III), teniendo en cuenta las zonas del cuerpo ocupadas por cada uno de los colores (relacionar al mismo tiempo con la simbología del cuerpo) e ir deduciendo los significados que surjan como

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consecuencia de tales asociaciones. 5. Asociar la carta con la letra hebrea correspondiente (en este caso sería Aleph) y su traducción (Buey), e intentar asociar la imagen del Loco con el Buey, es decir qué características del buey podrían ser atribuibles a la figura del Loco. 6. A continuación, localizar su ubicación en el Árbol de Vida, en los “aines”, es decir en el plano de la no-manifestación al cual pertenece, es decir al caos previo del cual proviene toda creación, (visualizando, esta vez, al mismo tiempo, las dos imágenes, la del Loco y la del diseño del Árbol de Vida de la Kabbalah, (según se muestra en la figura correspondiente al capítulo V). Tener en cuenta que la letra cumplirá la función de ser una “clave” de apertura a su significado, en el momento de la lectura de las cartas. 7. Observar, seguidamente, la correspondencia astrológica a la que corresponde la carta e interrelacionar sus significados con el elemento, el signo o el planeta regente (ver cuadro de correspondencias del tarot y la astrología en el capítulo VI). 8. Volcar todos los datos obtenidos, durante este trabajo grupal, en las carpetas-archivos correspondientes a cada arcano, sumándolos a la información adquirida en el trabajo individual. 9. Sumar comentarios, impresiones u otras asociaciones provenientes de la mitología o de la alquimia. 10. Hacer una síntesis, que en el caso del Loco podríamos decir que es la Distracción Suprema que permite al artista transformarse en el canal hueco y vacío por donde pasarán las energías propias de la creación artística, como también la actitud inocente y desperjuiciada de la profecía.

Conectarse con El Loco es permitirse el desapego absoluto de las consecuencias, de la crítica y de las ley es de la materia para poder crear. Durante el trabajo grupal, el maestro guardará silencio, permitiendo a los alumnos que se expresen en f orma totalmente libre. La inf ormación necesaria para poder realizar las asociaciones y a ha sido prov ista con anterioridad. Ahora, solamente conv endrá inducirlos para que produzcan sus propias asociaciones libres, es decir prov ocándolos, a v eces a partir de preguntas, como por ejemplo: ¿Qué les parece? ¿Qué opinan sobre tal o cual actitud o pare de la imagen? ¿Qué otro tipo de asociaciones se les ocurre? ¿Qué tiene que v er con cada uno 128

de ustedes? Y luego el silencio... mucho silencio, para permitir que la imagen se exprese a trav és de los que recién comienzan el camino de su propia autorrealización, que, recuerden, será siempre indiv idual. Los alumnos, por su parte, registrarán todas las asociaciones hechas por los compañeros, y a que aquellas que hoy no consideren v álidas, tal v ez más adelante puedan llegar a ser útiles. 1 “Quedar identificados” significa creer que somos la imagen. Esto provoca el fenómeno al cual Jung llama “inflación” y que define como “Una expansión que sobrepasa los límites individuales de la personalidad mediante la identificación con un arquetipo o, en casos patológicos, con una figura histórica o religiosa. En los casos normales, se manifiesta como una especie de soberbia y es compensada por un sentimiento respectivo de inferioridad”. (C. G. Jung: “Glosario” en Recuerdos, sueños, pensamientos. Barcelona, Seix Barral, 1996).

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LOS ARCANOS MENORES

Los arcanos menores representan los acontecimientos o circunstancias que acontecen como consecuencia de la interacción ejercida por los arcanos may ores sobre las personas representadas por las cartas de la corte. Por este motiv o, los arcanos menores no pueden estudiarse de manera deductiv a-asociativ a como se hizo con los arcanos may ores, sino que su estudio podrá realizarse solamente desde una prof unda tarea asociativ a y desde la interpretación de su nombre, asociado con el v alor de su número y el elemento de su palo o serie. También podrá asociarse con el Árbol de Vida de la Kabbalah, superponiendo cada una de las cartas sobre los sephirot correspondientes, de acuerdo con su número. En un paso posterior, una v ez comprendida la signif icación del arcano, se podrá estudiar su correspondencia astrológica, teniendo en cuenta los decanatos a los que correspondan, como así también los planetas regentes de cada uno de los decanatos, pertenecientes a cada signo. Los arcanos menores comprenden 40 cartas div ididas en 4 palos o series. Estos palos o series son los bastos, que se corresponden con el plano espiritual, las espadas, que se corresponden con el plano intelectual, las copas, que se corresponden con el plano emocional y los oros que se corresponden con el plano material. A su v ez, se subdiv iden en 10 cartas correspondientes a cada una de los palos, que v an desde el número 1 hasta el 10. Para realizar este aprendizaje es conv eniente tener una carpeta o archiv o destinado especialmente a los arcanos

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menores, donde se colocarán las correspondencias con la astrología, la numerología y la Kabbalah, además de toda la inf ormación obtenida prev iamente. Es recomendable comenzar observ ando, superf icialmente, su nombre e inmediatamente después su correlación numérica, asociando a la v ez cada una de las cartas con el Árbol de la Vida de la Kabbalah, procediendo de la siguiente manera: 1. Ubicar las 40 cartas, respetando la forma en que se encuentran ubicados los sephirot en el Árbol de Vida; es decir, sobre el número. Así, quedarán 4 cartas del mismo número y de cada uno de los palos o series sobre cada uno de los diez sephirot. De esta manera quedarán superpuestos los cuatro 1, los cuatro 2, los cuatro 3 y así sucesivamente hasta llegar al número 10, correspondiente a Malkuth. 2. A continuación, retirar las cartas correspondientes a tres palos o series y dejar solamente una serie, por ejemplo, la primera, del 1 al 10 de Bastos. 3. Una vez observadas todas ellas sobre el Árbol de la Vida, asociar las interpretaciones de cada sephira con el significado del número y anotar la información obtenida junto a las asociaciones realizadas. Por ejemplo, la primera carta de bastos es el As que se ubica sobre el sephira 1, que se llama kether (corona). Kether es la primera manifestación de la energía integrada, completa, única, omnipresente y todo poderosa, pero como se están estudiando los Bastos, toda esta energía es espiritual, por lo tanto, en este caso es fácil asociarla con el nombre de la carta que es “nacimiento”. La fuente de emanación de la energía espiritual se manifiesta concretamente en un nacimiento que como tal tiene todas las posibilidades contenidas en su número —el 1—, cuya fuerza masculina tiene el ímpetu y la fuerza de todos los comienzos. Puede tratarse del nacimiento de un ser vivo o de cualquier otro comienzo, por lo cual cada vez que salga esta carta, tan fuerte y benéfica, en los comienzos de cualquier situación sus resultados serán sorprendentes. 4. Recién en un paso posterior, incorporar y recordar los nombres que daremos a continuación, intentando retenerlos de a tres por vez. Esto deberá llevarse a cabo lentamente, ya que llevará su tiempo, pues son 40 cartas. No intentar retener el nombre de memoria y a la fuerza, sino que es conveniente dejarlo escrito en la carpeta o archivo y realizar las asociaciones relacionadas con la astrología.

Una v ez acumulados todos los datos obtenidos en las 131

carpetas o archiv os, se intentará nuev amente retener los nombres, siempre comenzando por los Bastos, correspondientes al plano espiritual. Bastos Nombre Uno Nacimiento Dos Dominio Tres Virtud Cuatro Conjunto Cinco Lucha Seis Victoria Siete Valor Ocho Fluidez Nueve Fuerza Diez Opresión

Luego de tener asegurados los conceptos relativ os a los Bastos, se podrá pasar a las Espadas, pero no será conv eniente hacerlo antes. Recordar que las Espadas pertenecen al plano intelectual y mental, por lo tanto sus nombres están relacionados con estos temas. EspadasNombre Uno Dificultad Dos Paz Tres Tristeza Cuatro Tregua Cinco Derrota Seis Ciencia Siete Frivolidad Ocho Interferencia Nueve Crueldad Diez Ruina

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En el caso de las Copas, nos encontramos f rente al plano emocional, por lo tanto sus nombres se relacionan con situaciones de tipo af ectiv o. Copas Nombre Uno Raíz de los afectos Dos Amor Tres Abundancia Cuatro Lujo Cinco Desilusión Seis Placer Siete Depravación Ocho Indolencia Nueve Felicidad Diez Saciedad

En el caso de los Oros, y por relacionarse con el plano material, sus nombres se v inculan con las distintas circunstancias de orden material con las que puede tropezar el consultante. Oros Nombre Uno Armonía Dos Cambio Tres Trabajo Cuatro Poder Cinco Preocupación Seis Éxito Siete Fracaso Ocho Prudencia Nueve Ganancia Diez Riqueza

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LAS CARTAS DE LA CORTE

El aprendizaje de las cartas de la corte es muy simple y sencillo, toda v ez que se hay an aprendido sus relaciones con la astrología y el signif icado de los elementos. Anteriormente, se ha mencionado que las cartas de la corte representan a las personas que proy ectarán en la realidad sus más íntimas relaciones o interacciones con los arcanos may ores. Estas cartas representan a personas conocidas, cercanas o lejanas, con las que se mantiene relaciones de distintos tipos. También alguna de ellas representará al consultante por lo que es interesante ponderar cuál de las 16 cartas será la que lo represente en las tiradas que se realicen. Los cuatro rey es guardan una relación directa con el arcano IIII, El Emperador; por lo tanto, será conv eniente tener muy claros los conceptos relativ os a este arcano para poder luego deriv ar sus interpretaciones, modif icándolas de acuerdo con el plano (palo o serie) en que se presente. También representan a hombres may ores o de posiciones muy def inidas. Las cuatro reinas guardan una relación directa con el arcano III, La Emperatriz; por lo cual se procederá de idéntica manera a la mencionada para los rey es. Ambos son personajes estables y constantes en la v ida del consultante, y las reinas representan mujeres maduras o de posiciones muy estables. En ambos casos se considerará a estos personajes como personas, pero también de acuerdo con la situación que se analice podrá tratarse solamente de las características de personalidad correspondiente al propio elemento que estén representando y que podrán adjudicarse a personas.

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Los cuatro caballeros guardan una relación directa con el arquetipo del héroe, pero el hecho de que estén montados sobre un caballo indica que se tratará de personajes más o menos transitorios en la v ida del consultante o de sus allegados más directos. Los caballeros cumplen f unciones con caracteres temporales y casi nunca f orman parte de lo duradero. En general representan hombres jóv enes o may ores con cierta inmadurez. Las cuatro sotas (algunos autores también las llaman princesas) representan niños o adolescentes, aunque también jóv enes con características adolescentes. También puede tratarse de mujeres muy jóv enes o inestables. El siguiente cuadro será de utilidad para establecer una identif icación más f ácilmente: Cartas de la corte

Bastos (Fuego)

Espadas (Aire)

Copas (Agua)

Oros (Tierra)

Reyes

Padre Jefe

Juez Profesional

Marido

Empresario Trabajador

Reinas

Amiga del alma, fiel

Mujer inteligente

Madre Esposa

Mujer trabajadora Suegra

Abogado Médico Dentista

Novio Amante Amigo del alma

Comerciante Administrador

Joven o niño idealista y sensible

Mujer o joven coqueta, superficial

Caballeros Viajero Amigo temporal Sotas

Mujer o Joven o niño joven con ideas individualista propias

A cada una de las 16 cartas de la corte se le puede agregar las características propias de los signos de Fuego, Aire, Agua y Tierra, según se los v ay a percibiendo a trav és de la práctica. Cuando estas cartas salen al derecho, se acentuarán los dones y v irtudes de los representantes del elemento que se trate. Cuando las cartas salgan al rev és, sus signif icados serán 136

los más negativ os del elemento. Muchas v eces, cuando aparecen al rev és son personajes que v an a ausentarse parcial o totalmente de las v idas de los consultantes.

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CAPÍTULO OCHO La lectura de las cartas

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“El éxito de las obras mágicas depende de la fiel observación de todos los ritos”. Eliphas Lévy

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PREPARACIÓN PREVIA

Prepararse para la lectura de las cartas es como preparase para cruzar un puente desde una realidad conocida hacia una realidad desconocida. Por tal motiv o y, al igual que en el arte del tiro al blanco, es necesario una preparación prev ia, es decir un acondicionamiento f ísico, mental y psicológico que permita adaptarse a un nuev o estado de conciencia apta para la aparición de nuev as circunstancias, desconocidas, que irán presentándose de manera imprev ista. Los pasos a seguir son los siguientes: 1. Relajación y respiración. 2. Utilización de inv ocación, oración o mantra (1). 3. Actitud humilde, propia del desconocimiento del tema. 4. Predisposición a encontrarse sólo con la v erdad. 5. Sinceridad absoluta. 6. Utilización de luz mediana o baja. 1. En cuanto a la preparación f ísica, no dif iere de la mencionada para el estudio de los arcanos may ores y es conv eniente llev arla a cabo de manera consciente, hasta adquirir el hábito. Una v ez adquirido, a trav és de la repetición de la práctica, este paso se realizará automáticamente. Hay que tener en cuenta que es a trav és del cuerpo que transitarán energías div ersas, ajenas a la propia identidad. Se trata, pues, de conv ertirse en juncos (que por su f lexibilidad, tornará la mente f lexible) y cañas (huecos y v acíos) para permitir que esas energías pasen (2) de manera “ilógica” e irracional, a trav és del cuerpo y de la mente. 140

Esas energías f av orecerán dif erentes tipos de interconexiones neuronales que permitirán la expresión pura, no lineal, de una interpretación impersonal y no consciente. Acondicionar el cuerpo signif ica encontrar una postura cómoda, teniendo en cuenta el tiempo que se permanecerá en la misma posición, relajar todo el cuerpo y ay udar a la relajación con la repetición de una respiración prof unda. Puede utilizarse cualquier sistema de respiración, especialmente tipo y oga, que abarque inspiración y exhalación, por la nariz solamente. 2. El objetiv o de la utilización de una inv ocación, oración o mantra, en este caso, es lograr que la mente se apacigüe y se aleje del ritmo acelerado del mundo actual. Esta lentitud prov ocada nos permitirá entrar en un estado propicio a la aparición de imágenes y sensaciones. La selección de la oración, inv ocación o mantra, por parte de cada principiante, dependerá de la búsqueda prev ia y de su pref erencia personal; por lo tanto, deberá utilizarse el que más se identif ique o el que f uera más antiguo, debido a los ef ectos obtenidos por su uso repetido en el tiempo. Todas las opciones serán v álidas en tanto y en cuanto se repita siempre de la misma manera, en todas las lecturas. Respecto de las inv ocaciones, las hay muy antiguas que han legado civ ilizaciones como las egipcias, caldeas, hindúes, hebreas, la alta magia europea, etc. Por ejemplo, entre las egipcias podemos citar una que contiene una doble: “Yo te inv oco IAO que env íes a HRU, el gran ángel, que pase sus manos, inv isiblemente, sobre estas cartas consagradas de arte, para que por medio de ellas podamos obtener el conocimiento de las cosas ocultas para gloria de tu inef able nombre. Amén” (3). Una de las más antiguas, de origen hebreo, es la señal de la Cruz, igualmente utilizada por los cristianos; en ambos casos se repite la trilogía. En hebreo: “Ate, Malkuth, be-Gueburah, be-Guedulah, Amén”. Para los cristianos: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. 141

Entre los cristianos, es f recuente la utilización del Padrenuestro, cuy o origen se puede encontrar en los antiguos hebreos. Esta es una oración de gran poder, debido a su uso repetido a trav és de los siglos y por su instalación prolongada en el inconsciente colectiv o. También el “Gloria” es una oración-inv ocación de prof undos ef ectos por cuanto remite al origen mismo de todas las cosas: “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un Principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén”. Respecto de los mantras, puede utilizarse el que más se desee, de cualquier origen: hindú, japonés, chino, inclusiv e los de origen budista japonés como: “Nam-mioho-rengue-kio”, que representa el mandala del sonido del univ erso que incluy e al todo. O el mantra de origen chino: “Na-mo-amito-fo”, o el tradicional “Om”. Todos ellos f av orecerán la recepción y conexión del principiante con las energías arquetípicas indispensables para una lectura impersonal. 3. Con actitud humilde se hace ref erencia a que la disposición mental deberá ser la de una máxima humildad intelectual. En v erdad, antes de la lectura de las cartas, uno desconoce cuáles se leerán y por lo tanto, de qué se trata aquello con lo que se encontrará. Por este motiv o, se aconseja no elaborar ningún tipo de hipótesis intelectual prev ia, ni prestar atención a supuestos presentimientos respecto de una realidad de la cual conocemos poco o nada. “Dejar al ego arriba de la mesa” es lo que recomiendo siempre a mis alumnos, como así también los prejuicios y las opiniones personales respecto del tema sobre el cual se esté preguntando, para luego poder disf rutar del asombro. 4. La predisposición a encontrarse con la v erdad es muy f ácil, en tanto y en cuanto, ésta sea una característica de la personalidad del principiante o una predisposición natural en la v ida cotidiana del indiv iduo que realiza la lectura de las cartas. Lo mismo sucederá cuando se procure una lectura por parte de alguna otra persona. Será conv eniente observ ar primero la 142

v ida de esa persona y sus intereses primordiales, como así también cuál es el grado de compromiso que la persona tiene con la v erdad. 5. La sinceridad absoluta está relacionada con el punto anterior. Acentuar el cuidado de la sinceridad, como un compromiso moral con uno mismo, en primera instancia; luego, v endrá el compromiso hacia los demás. Este compromiso nos ev itará consecuencias prov enientes de la ley de causa y ef ecto, esto signif ica que si, en algún momento, uno f lexibiliza su sinceridad en pos de adquirir renombre, posición, simpatía, f ama o af ecto o cualquier otra cosa que no sea el compromiso sincero, ello será causa de posteriores ef ectos en la propia psiquis, en la personalidad o en las circunstancias; y estas consecuencias prov endrán de las causas equiv ocadas. 6. Por último, la utilización de luz mediana o baja f av orecerá la activ idad paranormal porque prov oca la activ ación de la glándula pineal, tornando al lector más receptiv o y sensible. También pueden agregarse inciensos o sahumerios que estimularán aún más al lector y armonizarán al consultante, cuando se trate de leer las cartas a otra persona. Sólo entonces, luego de pasar por estos requisitos prev ios se estará en condiciones de comenzar a realizar la lectura de las cartas. 1 En sánscrito, “instrumento de pensamiento”. Invocación de poderes mágicos a través de la palabra. 2 En las religiones afrobrasileñas se denomina “pase” a la limpieza energética que utilizan los médiums para purificar a las personas que lo solicitan. Durante la Edad Media también se denominaba “pase” a la lectura de cartas. 3 IAO es la primera trilogía que se refiere a Isis-Arpokrates-Osiris, hijos del dios Ra. HRU hace referencia a Horus, Rohar-par-krat y Ur. Es decir, que se menciona un doble triángulo capaz de conectar mágicamente.

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LAS LECTURAS PERSONALES

Mantener actualizada la inf ormación prov eniente del inconsciente es la mejor manera de conserv ar la sanidad f ísica y psíquica, y a que, la may oría de las enf ermedades f ísicas dev ienen de todo aquello no consciente que intenta llegar a la conciencia. El tarot también cumple la f unción de mensajero entre los distintos planos de la mente — conscientes y no conscientes—, f acilitando la comunicación f luida entre ellos, y su ejercitación continua colabora con la activ ación de f unciones neurológicas que sólo parecen activ arse mediante el contacto simbólico. Estas f unciones se incrementan cuando el lector realiza sus tiradas personales con la intención consciente de mejorarse a sí mismo y también cuando realiza la tarea de leer las cartas a otra persona, con un objetiv o noble. Pero antes de intentar penetrar en el univ erso del otro, en su alma y en su destino, es recomendable, mediante el estudio, transitar el agradable camino hacia el autoconocimiento. Las prácticas de las lecturas personales constituy en no solamente la f actibilidad de encontrarse con uno mismo, sino también la oportunidad del entrenamiento prev io para el encuentro con el otro. Antes de cada lectura, es recomendable acondicionamiento; y esto consiste en crear el “ambiente interno” más apto posible para f acilitar la comunicación entre los distintos planos de conciencia. Esto se logra siguiendo los pasos descriptos anteriormente en la preparación prev ia. Luego, se iniciará un proceso que, originado en la conciencia, permitirá el ingreso consciente a los arquetipos (o arcanos may ores), que habitan desde siempre en el inconsciente

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colectiv o. Se trata de permitirnos realizar un v iaje hacia la interioridad, lentamente, al igual que cuando permitimos que la música nos llegue. Los sentimientos posteriores a esto serán inev itables, inesperados y siempre trascendentes. Al realizar este v iaje “de ida y v uelta”, el pasaje por el inconsciente personal es imprescindible y así se llega a la clav e de la sanación, que se produce por acción y ef ecto de los símbolos, pues, como energía primigenia, ellos colaboran en la reorganización energética de la psiquis, al tiempo que arrastran o sirv en de v ehículo de canalización de energías residuales. Permitir que el inconsciente se exprese a trav és de la lectura de las cartas, lo mismo que sucede cuando producimos arte, es darle espacio para que de esta manera realice su propio ordenamiento, según sus propias ley es. Cuando se realizan las tiradas personales, la lectura se torna más libre, más abierta, y al mismo tiempo, más secreta e íntima, puesto que no está presente la mirada del otro ni tampoco sus expectativ as. Al realizar este tipo de tiradas, es conv eniente hacer una primera lectura, lo más completa posible, y luego anotarla en algún cuaderno personal, añadiendo la f echa en que ha sido realizada, para luego poder comparar. Sucederá que a medida que uno v a escribiendo, se v a comprendiendo mejor la lectura ef ectuada, y a que v an surgiendo nuev as impresiones, ausentes durante la primera mirada. Al igual que sucede cuando se escriben los sueños (surgimiento de nuev as imágenes y de distintas sensaciones rev eladoras de nuev as posibilidades de interpretación), cuando se escribe sobre la tirada de cartas, las sucesiv as prácticas se amplían mágicamente hasta abarcar una totalidad signif icativ a. Una v ez realizada, es conv eniente dejarla unos minutos sobre la mesa, en reposo, e irse a hacer otra cosa, como leer, escuchar música, beber agua o distraerse. Luego de transcurridos v arios minutos se debe v olv er a v erla y a sentirla. Se notará la posibilidad de una lectura ampliatoria o, de lo contrario, un niv el más prof undo de lectura, como si un nuev o v elo se hubiera descorrido y se pudieran atisbar otras 145

alternativ as. La importancia de agregar la f echa en que ha sido realizada cada tirada radica en la posterior oportunidad de chequearla con la realidad interna o externa, y con acontecimientos que hay an sucedido o con cuestiones que hay amos podido comprender mejor. También es benef icioso agregar el detalle de los arcanos que hay an salido en la tirada, respetando la posición de salida, al derecho o al rev és, pues esto constituirá un elemento de may or apoy o al v olv er a chequear las cartas. Resumiendo, el procedimiento sería el siguiente: 1. Ef ectuar la tirada. 2. Realizar una primera lectura. 3. Escribir. 4. Diseñar la tirada con arcanos. 5. Dejarla reposar. 6. Volv er a leerla. 7. Identif icar lo nuev o. 8. Volv er a escribir. 9. Chequear después de transcurrido cierto tiempo. 10. Agregar las nuev as conclusiones obtenidas. Este tipo de lecturas personales tienen a f av or, como y a se mencionó, la ausencia de la mirada del otro; pero, a la v ez, el lector se encuentra con la dif icultad creativ a de enf rentarse con uno mismo y con la tendencia humana, poco objetiv a, de v erse o “demasiado bien” o “demasiado mal”. En este punto se deberá lidiar con el ego, siempre justiciero y juzgador, para poder hacer una lectura lo más neutra posible. Como si se estuv iera ley endo para otro, o como si lo hiciéramos desde un espejo, se debe desplazar el ego para que sea el “y o superior” quien realice la lectura. Hay que recordar siempre que el camino para la realización está abierto, pues son los arcanos quienes lo mantendrán así. Los arcanos y sus símbolos están siempre disponibles, por lo 146

tanto sólo se trata de detener el tiempo v ertiginoso, en un “instante sin tiempo” y leer desde el sentimiento. Finalmente, tener en cuenta que no es el lector, en realidad, quien lee, sino que éste “es leído” como consecuencia natural de su propia observ ación.

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DURANTE LA LECTURA DEL TAROT

Dice Leopoldo Torres Agüero en sus Notas: “Cuando pinto me v uelv o pintura y mi persona desaparece”, para luego agregar: “Pintar un bambú es como hacer un autorretrato. Para que ello ocurra, primero hay que v olv erse bambú”. Estas son las condiciones imprescindibles para la lectura del tarot: v olv erse imagen, que desaparezca la persona para luego tornarse hueco como el bambú para que los arquetipos pasen por dentro. Es muy común que la gente se pregunte cómo se realiza la experiencia de la lectura de las cartas, inclusiv e quiere saber si se trata de algún f enómeno telepático o de transmisión de pensamiento de una persona a otra. Ninguna de las dos cosas es cierta. Si así f uera, se trataría entonces de un espectáculo circense donde simplemente se repetiría lo que el consultante piensa y las personas consultarían solamente para escuchar lo que y a saben y todos se irían contentos a sus casas. Lo que sucede durante la lectura de las cartas es mucho más “mágico” y prof undo que eso. El lector tiene establecida con anterioridad a la consulta una interrelación estrecha con la simbología del tarot y esta relación sucede entre su inconsciente personal y su inconsciente colectiv o. Por lo tanto, la relación lector-símbolo-inconsciente colectiv o es establecida con anterioridad, por lo tanto el consultante puede estar presente o no, puede participar con sus preguntas o permanecer silencioso, o también puede no saber siquiera que se está ley endo para él, tal es el caso de las personas que preguntan por sus parejas, su trabajo, su jef e, sus amistades o lo que f uera que no esté presente.

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Es decir que el lector puede preguntar, mezclar las cartas, decir los números solicitados y realizar las lecturas necesarias sin la presencia del consultante, y a que, en def initiv a, se trata de la lectura del lector. La participación activ a del consultante se produce al mezclar y cortar las cartas, decir algún número o desarrollar una relación y una conv ersación con el lector que le resultará sanadora y armonizadora, dado que durante la consulta, el lector se encuentra en contacto permanente con la energía lumínica de los símbolos del inconsciente colectiv o que también le transmitirá al consultante, además de la prov isión de una inf ormación organizadora que llenará su v acío de f uturo, muchas v eces angustiante. Así, la consulta termina siendo benef iciosa para el consultante debido al trabajo de interconexión energética del lector con sus símbolos. Dicha interconexión repercute en el consultante permitiéndole transmutar, durante algún tiempo su propia energía. En el momento de la conv ersación es muy importante que el lector hay a desarrollado prev iamente una prof unda capacidad de escuchar al consultante, pero siempre ev itando identif icarse emocionalmente, con su relato. Para el consultante también será muy importante poder ef ectuar una catarsis libremente y sin interrupciones, a ef ectos de poder escucharse y liberarse de las emociones que rodeen al tema que se este tratando. La energía del lugar o ambiente en el que se realiza la ceremonia de lectura del tarot, también se v erá af ectada por la luminosidad de los arcanos del tarot y su ev ocación por parte del lector prov ocará una notable limpieza energético-ambiental. Pero estos niv eles de energía no pueden mantenerse en f orma constante e indeterminada y es por ello que es conv eniente preserv arse y cuidarse a uno mismo antes, durante y después de la lectura de las cartas, para lo cual deberán prev erse los siguientes comportamientos: 1. Cuando se trate de una consulta por parte de un tercero, es 149

conv eniente establecer un tiempo intermedio entre una consulta y otra. Este tiempo podrá aprov echarse para realizar ejercicios de relajación y respiración que permitan eliminar las consecuentes toxinas que pudieran haberse introducido en los cuerpos etéreos del lector. Descansar unos minutos. 2. No es conv eniente atender personas cuy a conf lictiv a sea similar a la del lector por cuanto es ahí cuando se produce una f uerte identif icación con el consultante que puede llev ar al lector a la posibilidad de impregnarse con altos niv eles de contaminación del campo áurico e inclusiv e af ectar el cuerpo f ísico, desagradablemente. Prestar atención cuando aparezca un tema que pueda relacionarse con nuestra propia historia y repetirse “Yo soy y o”, puede ay udar a mantenerse centrado. 3. En cuanto a las consultas realizadas con uno mismo es conv eniente tratar de mantenerse (dentro de lo posible) emocionalmente distantes, siempre dentro de lo posible, más bien como espectadores de una película que no conocemos. No demorar las tiradas personales más allá de una hora. En todos los casos es conv eniente dejar tanto en uno mismo como en el consultante, un punto de apoy o, una semilla de esperanza o el suf iciente “f uego sagrado” que permita organizar la energía psíquica en aras de una mejoría o del deseo en la búsqueda de una f orma de v ida mejor.

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CAPÍTULO NUEVE Los arcanos mayores

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“...los arquetipos ... no se refieren sólo a simples objetos de la representación sino también a factores autónomos, es decir a seres vivientes”. Dr. Carl Gustav Jung

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COMENTARIOS ACTUALIZADOS

Luego de la lectura y las ejercitaciones con el tarot imprescindibles para transitar el camino del desarrollo personal es conv eniente continuar buscando más y más inf ormación respecto de los arcanos may ores para poder aumentar el caudal de lo obtenido mediante la asociación de ideas y los métodos deductiv os explícitos en este libro. Luego de transcurrido cierto tiempo y cierto espacio necesarios para que los conocimientos e impresiones personales se asienten y estabilicen, se recomienda la lectura del libro Jung y el tarot de Sallie Nichols. También para quienes se interesen o trabajen (psicólogos o psicoanalistas) con los mitos, nada mejor que el trabajo realizado por la excelente analista junguiana y astróloga, Liz Greene, junto a Sharman-Burke en El tarot mítico. Estas dos obras son muy modernas y acortarán los tiempos de búsqueda debido a la enorme cantidad de libros existentes sobre el tema de los arcanos may ores. Sin embargo, la experiencia y las inv estigaciones de campo realizadas durante casi cuarenta años me habilitan ciertos comentarios actualizados sobre los arcanos may ores que realizaré más adelante y que podrán resultarles interesantes a quienes recién se inicien. Es oportuno aclarar que en las “Impresiones y sensaciones sobre los arcanos may ores”, en la gran may oría de los casos, añado la f rase: “arquetipo en transf ormación”. Esto se debe a la enorme transf ormación que noto en la manif estación temporal actual de dichos arquetipos, especialmente desde los últimos diez o quince años y de manera cada v ez más acentuada. Por

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supuesto, se trata de apreciaciones personales, con las cuales se puede estar o no de acuerdo. Cuando se habla de las energías univ ersales, primigenias, que dieron origen al mundo conocido, puede deducirse que dichas energías han ido v ariando su manif estación a lo largo de los siglos y también en relación a dif erencias étnicas, geográf icas y socioculturales. Las transf ormaciones más ev identes han sido más perceptibles durante los cambios de eras históricas. En la actualidad, estamos transitando una de esas grandes transf ormaciones, notorias con sólo al observ ar los av ances de la cibernética, la complejidad cada v ez may or de los medios de comunicación, la manipulación ilimitada en el uso de la energía nuclear, las alteraciones electromagnéticas de div ersos orígenes que af ectan permanentemente la atmósf era y el campo electromagnético de la Tierra, las nuev as y permanentes ey ecciones de masa coronal solar, cuy os ef ectos totales son aún desconocidos y que no solamente alteran la energía que recibe la Tierra desde el Sol, sino también transf orman la energía que nos llega desde el resto de los planetas, y el ef ecto inv ernadero debido a la ruptura de la capa de ozono, entre otras causas. Ahora bien, al transf ormarse la energía terrestre, cabe preguntarse también ¿cuáles serán las modif icaciones que nuestro planeta estará prov ocando en los demás planetas y, por consiguiente, en todo el sistema solar? Por lo pronto, se ha comprobado que estas alteraciones energéticas af ectan psíquicamente a las personas, f enómeno especialmente notable en las ciudades hiperpobladas, lejos de la naturaleza, por lo tanto, es posible que las interconexiones entre la conciencia, el inconsciente personal y el inconsciente colectiv o también puedan estar siendo af ectadas y en consecuencia, también la manera en que los arcanos may ores o arquetipos se manif iestan y a que se encuentran en v ías de transf ormación. Ev identemente, y ante la observ ación estadística, puede cerciorarse que los arcanos están polarizándose y este es el motiv o por el cual se hace necesario intentar su conexión desde 154

la conciencia, a trav és del trabajo simbólico y de esta manera, recuperarlos, recordarlos y sostener su v alor original, mediante el estudio de tarot, el análisis de su presencia en los sueños, o trabajando con los mitos. Como se sabe, toda energía, en sí misma, tiene una doble polaridad, positiv a y negativ a, equiv alente a los conceptos de masculino y f emenino, respectiv amente. Por lo tanto, se puede deducir que al modif icarse la intensidad de la energía prov eniente de los arquetipos se produzcan alteraciones ev identes en su manif estación. Por consiguiente, lo que Jung denomina “ánima”, energía f emenina, y “ánimus”, energía masculina —equiv alentes en el tarot a La Papisa y a La Emperatriz, en el caso f emenino; y a El Emperador y a El Papa, en el masculino— están siendo alterados y en v ías de una importante transf ormación. Inev itablemente, la inv ersión de estos arquetipos estimulará, por repercusión, la inv ersión de todos los demás, por lo menos, temporalmente, hasta llegar a alcanzar una nuev a f recuencia y una nuev a manif estación. Antes de pasar a los comentarios propiamente dichos sobre cada uno de los arcanos may ores, creo oportuno señalar cómo ha ido ev olucionando el tarot en la Argentina —en particular en la ciudad de Buenos Aires—, durante los últimos cuarenta y tantos años. En las décadas de 1960 y 1970, la may oría de las consultas las realizaban personas del sexo f emenino, y había muy pocos casos de hombres-consultantes, tales como algunos selectos intelectuales de av anzada, artistas y, ev entualmente, personajes de máximo poder, como militares y políticos. La gran may oría la constituían mujeres interesadas en resolv er cuestiones f amiliares o af ectiv as, especialmente madres, esposas y nov ias preguntando por los estudios o el trabajo de sus hijos, sus matrimonios y nov iazgos, acentuándose el interés primordial en lo predictiv o. Hacia f inales de 1970, f amiliares de desaparecidos buscaban conocer el destino f inal de sus hijos o maridos, y también empezaban a concurrir a la consulta algunos maridos o nov ios 155

que acompañaban a sus mujeres, primero con la excusa de conocerme y luego para preguntar por sus empresas o trabajos, coincidentemente con el quiebre de la industria nacional. A principios de 1980, y gracias a la aparición de la rev ista Uno Mismo (pionera en la integración de lo esotérico con la psicología), f ueron los psicólogos quienes comenzaron a acercarse a la consulta personal, y una v ez realizada la experiencia, luego consultaban, aunque en menor grado, sobre sus pacientes. Esto prov ocó que, con el tiempo, muchos psicólogos utilizaran el tarot para ref orzar terapias, chequear el estado más prof undo de sus pacientes, obtener alguna idea nuev a, propicia, f av orecer la reorientación de sus pacientes, o bien, redef inir identif icaciones no siempre f áciles de percibir en la consulta. El interés generado por el tarot, al tiempo que continuaba su expansión, mov ilizó a licenciados en Psicología, entre ellos, v arios representantes del sexo masculino, ciertos empresarios y comerciantes que f ueron aumentando coincidentemente con los recién iniciados en la política, quienes empezaban a orientar sus destinos hacia la construcción y organización de nuev os y v iejos partidos políticos con la v uelta de la democracia en la Argentina en 1983. Muchos se allegaban con una expectativ a v erdaderamente numinosa, con intenciones sanas y v erdaderas de realizar sus planes sociales, políticos y económicos. En este campo, se f ueron produciendo ciertos acontecimientos que modif icaron considerablemente las consultas, y hacia f ines de los 1980, y durante toda la década de 1990, f ue dif ícil distinguir políticos de empresarios. Los primeros modif icaron sus ideales, cambiándolos por los negocios y metas de tipo económicas; y los segundos, buscaron desesperadamente la f orma de acercarse a los negocios con el Estado. Todo esto incrementó la cantidad de consultantes masculinos, equiparándolos f inalmente con las consultas f emeninas. Durante la década de 1990, se incrementaron mis estadísticas, gracias a la inv itación recibida por parte de dos restaurantes del barrio de Belgrano: La Cuadra y El Solar del Juramento. Así, en el año 1993, me conv ertí, sin 156

proponérmelo, en la primera persona que atendería como astróloga y tarotista en restaurantes, al estilo europeo. En la Argentina, la expansión del tarot y de la astrología se produjo en paralelo con la expansión de una pseudo (1) New Age (que desbordó, distorsionando la v erdad, espacios gráf icos, radiales y telev isiv os), esto coincidió también con la aparición de v ariadas sectas, pseudo-ev angelistas y pseudoumbandistas, que aún hoy continúan produciendo nef astos ef ectos secundarios. De esta manera, personas con sinceros intereses espirituales, terminaron conv irtiéndose en colaboracionistas no conscientes de una propaganda f alsa, originada en propósitos distractiv os y prof ecías absurdas, que no tardaron en prov ocar debacles de todo tipo con la consecuente decepción generalizada que dev ino en cierto desprestigio del tarot y de la astrología, ciencias que en países como Inglaterra, Alemania, Francia y los Estados Unidos se estudian en univ ersidades públicas y priv adas. Los ef ectos positiv os de la expansión del tarot, se pueden v isualizar en el aumento del interés de las personas en la búsqueda de caminos más indiv idualizados hacia su propia realización o desarrollo personal. Es decir que el tarot f ue expandiéndose de una manera nuev a, ampliando su campo de acción, cada v ez más cerca de los postulados de la psicología prof unda junguiana, y como técnica de autorrealización, en ámbitos cada v ez más v ariados y , esta v ez, abarcando f inalmente a todos los estratos sociales. 1 El término “pseudo” está utilizado por su connotación de “falso”. Aprovecho para agregar la palabra “pseudología” que según la definición de la RAE significa: “Trastorno mental que consiste en creer sucesos fantásticos como realmente sucedidos”.

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IMPRESIONES Y SENSACIONES

Detallo, a continuación, impresiones y sensaciones actualizadas sobre cada uno de los arcanos may ores.

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EL LOCO Sensación intermitente e inef able de libertad y creativ idad similar a la que se siente ante la llegada de la primav era y durante el acto creativ o o prof ético. Es el momento de la creación. Representa el Alf a y el Omega, es decir, el principio y el f in. Frenesí. Necedad. En el I Ching se corresponde con el hexagrama 56, “El Andariego”. El extranjero que se encuentra de paso. Desprogramación. Distracción. Carencia de dirección. Ausencia de responsabilidad. Amoral. Arquetipo del héroe (aunque también lo es El Carro). En los cursos, elev a y purif ica la energía general e indiv idual del grupo. Invertido: actos de extrema v iolencia inesperada, v iolaciones, pérdida de control de los instintos por situaciones inesperadas o por casos psicológicos sev eros (a v eces temporales). Imprev istos.

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EL MAGO Estado de conciencia plena, “ser como dioses” en algún tema determinado. Sensación de estar en el centro y sentirse uno mismo. Destreza. Personaje que muestra y esconde a la v ez. Poseedor de los cuatro elementos Invertido: ese mismo dios engañando y robando. Pérdida de ideas aptas ante una situación determinada. Nerv iosismo. Robos. Realidad que no coincide con la intuición. Adolescencia. Mentiras. Indecisión.

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LA PAPISA Arquetipo en transf ormación. Sensación extrema de paz debido al conocimiento y a la comprensión absoluta de las oposiciones. Lentitud ante la exigencia externa o interna de urgencia. Lo no consciente. Sana disociación. Enseñanza gradual. Secretos. Sentido común. Invertido: momento clav e en los cursos de tarot, no todo el mundo resiste este arquetipo, debido a su polaridad crítica. El resultado es la autoexpulsión o abandono del curso, inclusiv e en el día anterior al estudio de la carta, antes de conectar con la carta al derecho, el inconsciente del alumno percibe y deja el curso. Esto sucedió siempre, pero en los últimos diez años se ha producido un aumento notable y llamativ o dado que este proceso se da en may or cantidad de gente y con may or intensidad. Resistencia en caso de dif icultad con la identif icación materna. Consecuencias de la identif icación de la mujer con el masculino colectiv o por prof esión o por trabajo. Competencia con el hombre y desprecio por la mujer, relaciones triangulares y soledad. Disociación enf ermiza. En La Papisa invertida el intelecto se superpone sobre las emociones (generalmente emociones negativ as manif iestas o encubiertas) como consecuencia de una identif icación extremada con el masculino de la psique. La identif icación con esta imágen es cada v ez más f recuente y poderosa. El único camino para colaborar, en estos casos, en la desidentif icación gradual es sostener el plano emocional a trav és de una activ idad creativ a artística. No en f orma directa y a que la negación es la característica constante y todo lo que no prov enga de sí es v isto y sentido como un ataque, por lo tanto he observ ado que las terapias psicológicas, solamente, se hacen imposibles.

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LA EMPERATRIZ Arquetipo en transf ormación. Mujer que se realiza en la creación artística o f ísica, en el amor a los hijos y en el amor univ ersal. Ánima. La esposa f iel. La amiga que no compite. La entrega generosa del amor. Comprensión materna. Invertido: sustitución de senos naturales (alimentación y protección); desv iación de la atención hacia otras partes del cuerpo f emenino (expulsión). Consecuencia: peligrosa inv ersión de los v alores o de la sexualidad f ísica o psíquica. Desborde emocional. Triángulo conf lictiv o. Expulsar. Abortar. Pérdidas.

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EL EMPERADOR Arquetipo en transf ormación. Ánimus. Lo masculino de hoy se encuentra en crisis, al igual que sucede con lo f emenino representado por La Papisa y La Emperatriz. Se manif iesta en el incremento de la homosexualidad y subtipos cada v ez más v ariados y extremos, como el trav estismo y la transexualidad; y, las tendencias hacia lo “metrosexual”, todas estas manif estaciones, características de un extremo narcisismo. Al igual que en La Papisa, este proceso es consecuente con una automarginación acentuada, conducente al aislamiento social, o sea que los resultados son idénticos en ambos casos: soledad y aislamiento. Los gobiernos autoritarios, autócratas o corruptos, el trabajo abusiv o y la capacidad económica como poder adquisitiv o. Padre. Marido. Juez corrupto o que abusa de su poder. Invertido: ausencia de masculinidad. Machismo. Agresión. Gobierno inef icaz. La pérdida de autoridad y poder por abuso. Incapacidad para asumir el rol paterno.

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EL PAPA Arquetipo en transf ormación. Intermediario de energías superiores, capacidad de dar consejos. Idealización paterna. Mediación. Antes, un sacerdote. Hoy, un consejero, psicólogo. Invertido: ausencia de tradiciones y f ormalidades. Falta de identif icación paterna. Pérdida del deseo y misión de enseñar. Desapego. Pensamiento obsesiv o u orientado hacia el pasado.

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LOS ENAMORADOS Decisión que libera. Libre albedrío, f ruto de la centración. Palabra sanadora. Excelente elección. Medios de comunicación. Invertido: triángulo generador de desórdenes en la personalidad. Libre albedrío alterado. Complejo de Edipo mal elaborado. Prensa corrupta o dirigida con alguna intención prev ia. Consecuencias de la interv ención de un idioma sobre otro. Censura de la prensa. Dudas. Poco conf iable.

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EL CARRO Arquetipo en transf ormación. La f amilia. Sensación de haber encontrado el camino. Contacto f luido con el inconsciente. Resolución de conf lictos f amiliares. Marchar hacia la ev olución. El arquetipo del héroe (también lo es El Loco). Las Guerras. Invertido: f amilias disf uncionales. Desórdenes emocionales por f alta de resolución. Temas f amiliares pendientes. Guerras por robo de recursos naturales. Estar en un brete. Dif icultad para conectarse con la realidad.

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LA JUSTICIA Arquetipo en transf ormación. Comodidad e indif erencia ante el suf rimiento de otros. Sensación de calma y equilibrio. Satisf acción posterior al análisis. Análisis y organización de ideas creativ as. Quietud. Ley de causa y ef ecto. Integración del opuesto. Injusticias por f alta de acción. Recompensa. Invertido: insatisf acción sexual y anímica. Desaf uero. Juez incompetente. Injusticias de todo tipo. Consumo ilimitado con consecuencias. Desaf íos a las ley es naturales.

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EL ERMITAÑO Arquetipo en transf ormación. Demoras producidas por las modif icaciones en la relación espacio-tiempo. Maestría en un tema determinado. Actitud prudente y sabia. Agente de aprendizaje. Soledad creativ a. Invertido: negación de la realidad. Alteración en la relación espacio-temporal. Ocultación de v erdades necesarias para la ev olución humana. Distorsión. Ausencia de Verdad. Aislamiento crónico. Egoísmo. Aburrimiento.

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LA RUEDA DE LA FORTUNA Arquetipo en transf ormación. Destino que no permite elecciones ni interv enciones personales. Aumentos en general. Inv ersiones productiv as. Todo es pasajero. Nuev o ciclo. Ef ecto positiv o. Economía expandida. Invertido: inv olución. Regresión. Imposibilidad de crecer y ev olucionar por div ersas causas. Karma negativ o. Dar v ueltas sin resolv er.

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LA FUERZA Arquetipo en transf ormación. Comienzo de un nuev o ciclo, de una nuev a era con preponderancia del dominio y la f alta de libertad. Poder económico por sobre todo lo demás. Conv icción. Invertido: pérdida del control. Seducir para dominar o poseer. Exceso de conf ianza. Sensación de no poder cumplir con las necesidades básicas de cualquier tipo. Falta de f e.

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EL COLGADO Arquetipo en transf ormación. Víctimas inocentes. Autodeterminación. Estado introspectiv o. Introv ersión. Adicciones de todo tipo. Dependencias. Abnegación. Pasiv idad. Rendición. Invertido: Imposibilidad de hacerse cargo. Actitud consecuente con lo edípico. Imposibilidad de dar, asumir, cambiar.

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LA MUERTE Arquetipo en transf ormación. Transmutación. Cambio de estado, de conciencia. Cambio social. Integración de la sombra, o de lo reprimido o negado, tanto positiv o como negativ o. Nacimiento. Matanzas ilimitadas que marcan un cambio def initiv o en una sociedad o país. Cambio impuesto, en la actualidad, muy pocas v eces como consecuencia de la propia transf ormación. Invertido: resistencia del inconsciente y estado regresiv o. La sombra personal y colectiv a no integrada. Torturas. Av asallamiento de los derechos humanos. Resultados inv olutiv os. Contaminación. Inercia. Estancamiento. El mal como arquetipo en cualquiera de sus manif estaciones. Este arcano se encuentra en una f az de transf ormación absoluta, pero observ o que su aparición estadística es may or en su orientación inv ertida que al derecho. Al pertenecer (astrológicamente) al signo de Escorpio y los planetas Plutón y Marte ser sus regentes, estos cambios no son temporales sino def initiv os y absolutos. Esta carta se relaciona con la sexualidad y la polaridad f emenina-masculina en el cuerpo y en la psiquis, y actúa en ambos campos de manera totalitaria. Véase La Papisa y El Emperador en páginas anteriores.

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LA TEMPLANZA Unión. Armonía. Adaptación extrema. Ángel protector. Países extranjeros. Idiomas. Acomodaticio. Alquimia. Compatibilidad. Invertido: separación. Inestabilidad emocional. Disociación originada en la sobreadaptación. Falta de comunicación interna y externa. Sobreadaptación extrema. Conf licto de intereses.

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EL DIABLO Arquetipo en transf ormación. La sombra. Homosexualidad. Hoy representa a los grupos económicos internacionales y también a los bancos que of recen créditos a intereses imposibles de pagar. Letra chica de los contratos y f acturas. Subordinación. Tentación. Tensión extrema Invertido: la sombra no integrada. Pérdidas. Liberación. Recursos naturales en extinción o robo.

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LA TORRE Arquetipo activ ado en el inconsciente colectiv o con motiv o de lo sucedido con las Torres Gemelas en Nuev a York (Estados Unidos, 2001). Desde entonces se repite en f orma permanente en dif erentes épocas. Quiebras, rupturas, caídas. Guerras. Falta de comunicación. Cambios precipitados. Div orcio. Pérdidas económicas y de seguridad interna. Castigo div ino. Invertido: desesperación. Falta de sostén de todo tipo. Restauración o regeneración del cuerpo. Incapacidad para producir cambios positiv os y ev olutiv os. Quedar prisionero.

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LA ESTRELLA Arquetipo en transf ormación. Madre naturaleza. Ley es naturales. Proceso de Indiv iduación. Esperanzas. Madre que guía. Oportunidad. Aspectación astrológica positiv a. Catarsis. Verdad absoluta y plena. Libertad. Invertido: reacción de la naturaleza ante el incumplimiento de las ley es. Indiv idualidad extrema. Egoísmo. Mala aspectación planetaria. Imprev istos de todo tipo. Egoísmo. Agotamiento de f uerzas y capacidades. Restricciones de la expresión.

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LA LUNA Arquetipo en transf ormación. Todo lo no consciente personal y colectiv o en cualquier f ase creativ a o destructiv a. Ilusión. Clandestinidad. Motiv os ulteriores. Alcoholismo. Drogas. Escapismos div ersos. Glamour. Momento de creación artística inconsciente. Invertido: manif estación de neurosis. Inv asión del inconsciente colectiv o. Anorexia. Este arquetipo describe actualmente la inv asión de la conciencia por el inconsciente personal y colectiv o, especialmente por parte de otros arquetipos que se asemejan como personalidad alternativ a. Aparece en casos típicos como ataques de pánico que desaparecen mágicamente una v ez transcurrido el tránsito de Neptuno a las luminarias (SolLuna), debido a su atribución astrológica. También se presenta en casos de personalidad alternativ a. Cuando aparece esta carta en un tema relacional manif iesta relaciones ocultas, pero también expresa problemas psicológicos de ambos componentes de la relación.

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EL SOL Arquetipo en transf ormación. Ha disminuido notablemente su aparición o participación en la realidad; de ese nuev o porcentaje, la may oría de las v eces aparece inv ertido, o sea con su intensidad disminuida. Matrimonio alquímico: integración del masculino y f emenino de la psiquis que produce un estado de f elicidad total. Buenos sentimientos. Sinceridad. Éxito en todos los planos. Centración. Felicidad. Amor. Hijos. Frutos. Brillante inv ersión económica o laboral. Invertido: disminuy e su intensidad sobre las interpretaciones mencionadas anteriormente.

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EL JUICIO Llamado por encima o por debajo de nuestros sueños o ilusiones. Rev elación. O sea que equiv ale a un despertar. Reparación. Perdón. Renov ar. Mejorar mediante el análisis. Juicio f inal. Apocalipsis. Invertido: error. Insistencia en el error. Conf lictos f amiliares. Esf uerzos. Juicio injusto.

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EL MUNDO Arquetipo en transf ormación. Este arquetipo está v ariando sus signif icados en la realidad. El estado de iluminación y plenitud que representaba esta carta, prov eniente de un estado de equilibrio de los cuatro elementos, ha ido mutando en los últimos tiempos. El premio y la coronación, la meta f inal, cómo obtenerla y de dónde prov iene, no siempre coinciden con las posibilidades reales de cualquier indiv iduo Siendo que esta carta tradicionalmente manif estaba lo relativ o a las cuestiones internacionales o v iajes y la centración o sensación de plenitud del alma que logra sus objetiv os, hoy aparece como muy condensada, representando más el f in que el comienzo de situaciones y acentuando bloqueos y demoras. También representa a los grandes monopolios internacionales que atentan contra el libre albedrío. Mudanzas. Invertido: supone f inales de todo tipo, pero muchas v eces inconclusos. Dif icultad en cerrar un ciclo, sin balance.

Como podrá observ arse casi todos los arcanos están en transf ormación, la gran may oría muestra una realidad que acentúa el incremento de los arcanos al rev és y otros han v ariado totalmente sus signif icados. Pero, sin embargo, el tarot , en las más v ariadas consultas, continúa brindando consejos en el sentido de tratar de mantener los principios del arquetipo “al derecho”, o sea, que aconseja mantener la energía arquetípica original y manejarse dentro de códigos éticos y morales, como respuesta o solución a los problemas más div ersos, es decir, mantener esos v alores o principios aún dentro del caos más absoluto En estos tiempos complejos creo que es f undamental recuperar la conciencia y mantener un diálogo abierto con la Sombra personal, además, por supuesto de pedir ay uda y

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redimirnos de culpas y v ergüenzas pasadas, al igual que de todo tipo de dependencias. Además, insisto con el autoconocimiento y la indiv iduación y encauzar nuestras emociones negativ as por canales nuev os, extremando las f ormas de prestar atención a la interioridad, siendo solidarios, generosos y honestos, e “im-pecables” con nosotros y con los demás. Expresar lo creativ o y rev alorizar la inf ormación interna y def endernos de la externa def ectuosa o f alsa. Despertar y aprov echar cada segundo para ay udar a nuestros hijos a v er la realidad y a mantenerse alertas, aún cuando a v eces puedan estar “poseídos” por el medio ambiente enf ermo. Regresar a la naturaleza y sus ley es y exigir a nuestros gobernantes que también lo hagan, antes que sea demasiado tarde y no quede nada para def ender. “Hemos olvidado ingenuamente que bajo el mundo de la razón descansa otro mundo. Ignoro lo que la Humanidad deberá soportar todavía, antes de que se atreva a admitirlo”, según el Dr. Carl G. Jung.

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CAPÍTULO DIEZ El camino hacia la autorrealización

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“En mi opinión, las ideas creadoras muestran su valor en que como las llaves, sirven para “abrir” conexiones de hechos hasta ahora ininteligibles y que permiten al ser humano penetrar más profundamente en el misterio de la vida”. Marie Luise von Franz

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EL TAROT COMO VÍA HACIA EL DESARROLLO PERSONAL

Existen tres pautas primordiales para quienes deseen trabajar a f av or de su desarrollo personal y hacia un estado de may or f elicidad. Estas pautas son de igual intensidad energética y ninguna es más importante que la otra. Las tres son comunes a cualquier otra técnica de indiv iduación, y a que se trata de pautas univ ersales para la concreción de un mismo objetiv o: el camino hacia la autorrealización. Sus orígenes se encuentran en la psicología prof unda de Jung y f ueron elaboradas a partir de la Técnica de capacitación existencial, de Gerónimo Reus. a) Intención: constituy e el v erdadero deseo del indiv iduo que quiere desarrollarse creativ amente. Esta intención tiene una f uerza energética proporcional al v erdadero deseo de llev ar adelante un proceso de automejoramiento. Por lo tanto, al v ariar o disminuir la intensidad del deseo (intención), se modif icará todo el proceso. b) Atención: es necesario tener en cuenta que prestar atención a algo es aportarle energía procedente de nuestro propio centro energético, por lo tanto esto sería “energía dirigida a la imagen”, y v icev ersa. Dicha atención o energía, produce una interacción entre el observ ador (principiante o tarotista) y lo observ ado (los arcanos, el tarot en sí mismo o el propio deseo ev olutiv o), prov ocando una transf ormación energética ev idente en el observ ador, pero también en lo

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observ ado. La intensidad de dicha interacción dependerá de la intensidad en la f recuencia de la práctica. Lo mismo sucede cuando se dirige la atención hacia cualquier tema de interés personal, mediante la dirección de la atención se pone en acción un mecanismo de retroalimentación que dev iene en inf ormación obtenida desde el origen mismo del tema en cuestión (esto sucede de manera no consciente). c) Práctica: es lo que permite la f ormación de una nuev a costumbre (que puede ser la observ ación o la lectura del tarot) que llev ará a constituir un nuev o hábito. A partir de la ejercitación repetida, se activ ará (en el inconsciente del principiante práctico) este nuev o “complejo” del tarot, que se irá retroalimentando a trav és de la práctica. El trabajo realizado con los arcanos may ores, durante el proceso de aprendizaje está f undamentado por: 1. la interacción de la energía arquetípica, 2. la ejercitación realizada durante las asociaciones de ideas y 3. la relación maestro-discípulo que trasciende lo intelectual. Estos tres puntos f acilitan la apertura de canales sensibles que proporcionan al principiante la posibilidad de salir del tiempoespacio conocido y entrar en un “canal sin tiempo”, propicio para que la lectura de las cartas y la comprensión de sí mismo se realice de manera gradual y natural. Luego de haber aclarado y ordenado, conscientemente e inconscientemente, algunos temas personales, otros ef ectos ordenadores se suman a este proceso, como consecuencia del intenso trabajo realizado con los arcanos. Puede observ arse, entonces, que el estado emocional del principiante ha v ariado con respecto al comienzo de este aprendizaje. También el estado de expectativ a, agitación, sorpresa, temor, etc. habrá disminuido considerablemente en f av or de un may or contacto y armonía emocional, proporcionando una más 207

tranquila disposición para recepcionar la inf ormación interna. Esto no es solamente útil para el caso de la lectura de las cartas, sino también para su desarrollo personal. A estos primeros ef ectos se v an añadiendo otros, deriv ados de los mencionados, tales como el desarrollo de nuev as f unciones intelectuales e intuitiv as, la activ ación de f unciones preexistentes y un considerable aumento en la ef icacia de los cinco sentidos. En una primera etapa, es conv eniente que uno tenga elaborada una lista de preguntas para realizarse a sí mismo, o sobre sí mismo, por ejemplo aquellas que siempre acompañaron la existencia con dudas, que resulten primordiales; de esta f orma, puede experimentarse que a may or cantidad de preguntas respondidas, may or será la calma obtenida. Las respuestas, en sí, tienen un ef ecto de redención (del latín redimere, rescatar) sobre los estados de duda y las oposiciones internas (por ejemplo: “¿Será esto o será aquello?”. “¿Seré y o de esta manera o de la otra?”. Para la lectura de las cartas es importante mantener y tratar de desarrollar una actitud de humildad e ingenuidad f rente a la obtención de las respuestas, es decir, una actitud de no saber nada, y a que, en realidad, no se sabe qué es lo que v an a “contar” las cartas, mucho más aún tratándose de preguntas sobre uno mismo. Recordar siempre que leer las cartas correctamente es un ejercicio espontáneo, que dev iene de la práctica, similar al que se realiza cuando se traduce en simultáneo: uno comienza a pensar en el idioma que escucha (en el caso del tarot, el lenguaje simbólico v isual) y luego traduce (v erbaliza) automáticamente, sin pensar, a otro idioma (en el caso del tarot, el lenguaje común). La inf ormación simbólica penetra y despierta al mismo tiempo y este doble proceso unido a la elaboración, sucede en el cerebro, en los hemisf erios derecho e izquierdo, de manera espontánea. Este “penetrar” y “despertar” signif ica que el símbolo despierta a los arquetipos o arcanos preexistentes en el mundo 208

de los instintos personales y colectiv os (no consciente). Por lo tanto, es conv eniente recordar siempre que, durante el aprendizaje, el maestro sólo contribuy e a la apertura de archiv os adormecidos, pero siempre latentes y por ello, este conocimiento debe ef ectuarse solamente por inducción, junto al contacto simbólico y nunca por introducción f orzada (lectura o dictado) ni por medio de la memorización de interpretaciones preestablecidas. A medida que v ay amos respondiendo las preguntas básicas sobre nuestra interioridad irán apareciendo otras, de may or trascendencia. El tarot responde siempre con el tan mentado sentido común, el menos común de todos los sentidos. En cuanto a las preguntas y respuestas sobre el f uturo, la angustia primigenia prov eniente del v acío de mirar hacia adelante comienza a desaparecer para dar lugar a una sensación nuev a y muy interesante. Entonces, ese v acío de f uturo y a no será angustiante sino que por el contrario nos sentiremos preparados para una av entura del alma en pleno desarrollo ev olutiv o, algo así como estar f rente a la hoja en blanco del artista, que parte desde el v acío hacia la concreción de su obra de arte.

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DOS TIRADAS BÁSICAS

Existen dos tiradas básicas, muy antiguas, consideradas de may or utilidad para quienes deseen de v erdad encaminarse hacia su autorrealización personal: la Tirada de la cruz y la Tirada de los siete planetas. Ambas pueden ay udar en este camino, y a que suelen realizarse de múltiples maneras, complementarias, como se v erá más adelante. En todos los casos, los arcanos may ores deberán estar siempre ordenados desde el 0 al XXI, indef ectiblemente, como símbolo proactiv o del propio ordenamiento interno. El procedimiento de mezcla y corte de las cartas será idéntico en los dos casos y cada v ez que se realice una consulta, el ritual (procedimiento) se repetirá siempre de la misma manera. La preparación prev ia a la lectura de las cartas, tal como se detalló en el capítulo VII también será la misma en todos los casos y esto será v álido para ambas tiradas.

TIRADA DE LA CRUZ

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1. 2. 3. 4. 5. 6.

Consultante. Circunstancia. Astral del consultante. Respuesta. Síntesis o canal de la respuesta. Consejo 211

7. Consecuencia del Consejo Esta tirada permite contestar todas las preguntas necesarias que puedan hacerse para el logro del desarrollo personal, como así también sobre el f uturo, presente o pasado de cualquier situación que nos interese conocer. Se realiza solamente con los 22 arcanos may ores que deberán ordenarse desde el cero al XXI. En cuanto a las preguntas personales, es conv eniente recordar las palabras del f ilósof o alemán Arthur Schopenhauer, respecto de “la importancia de la pregunta nuev a, la que nunca hicimos...”, ésta sería la postura más oportuna para las primeras prácticas y para la obtención de los mejores resultados. Sin embargo, existen un sinnúmero de preguntas que pueden hacerse de manera indiv idual, pero dentro de ellas hay algunas que son básicas, comunes, desde siempre, a la may oría las personas. Por ejemplo: ¿Estoy en el camino correcto? ¿Cuál es mi misión en esta v ida? ¿Cuál es el obstáculo que debo conf rontar para mi ev olución personal? ¿Es conv eniente seguir determinado camino? ¿Estoy ev olucionando? ¿Cuál es el sentido de mi v ida? ¿Es correcta la interpretación de mi sueño? ¿Cuál es el mensaje de este sueño? ¿Cómo estará mi salud f ísica? ¿Qué me f alta aprender en esta encarnación? ¿Cuál es el f uturo de tal situación? ¿Hacia dónde me conduce determinada experiencia? Una v ez hecha la preparación prev ia, el primer paso, antes de realizar la tirada, es clarif icar “gramaticalmente” la pregunta a realizar, teniendo en cuenta además quién ocupará el lugar del consultante, cuál será la circunstancia y hacia quién interesa 212

que se dirija la respuesta y el posterior consejo. Esta debe hacerse de la manera más concreta posible y sin ningún tipo de ambigüedad. Si existe dicha ambigüedad, la respuesta no será clara y el trabajo será incorrecto. En el caso de presentarse dudas, separar la pregunta en v arias preguntas. A v eces sucede que se realiza una pregunta cuy a respuesta, en realidad, se teme, por lo tanto, la pregunta se ef ectúa con poca claridad, o también puede suceder, por el mismo motiv o, que se entreguen las cartas de modo ambiguo, o que se equiv oquen los números requeridos, es decir que suelen acontecer distracciones relacionadas con la resistencia del inconsciente del consultante, a la respuesta de la pregunta. Se aconseja analizar muy bien la pregunta y prestar atención a que el procedimiento de la tirada se cumpla correctamente, siguiendo paso a paso el ritual detallado. Otro paso prev io importante es ubicar claramente quién ocupa el lugar del aquí denominado “consultante”, es decir que se debe analizar concienzudamente la pregunta para que pueda responderse con exactitud. En una pregunta determinada, pueden haber tres opciones: a) que el consultante sea la misma persona que consulta; b) que el consultante sea un tercero; c) que existan v arios consultantes, en cuy o caso separar en v arias preguntas. Teniendo en cuenta que es el consultante quien recibe el consejo, se insiste en la necesidad de clarif icar su identidad (nombre y apellido) o aquello por lo que se pregunta. Para comenzar a realizar la Tirada de la cruz, se debe recordar siempre que habrán de ordenarse los arcanos may ores numéricamente desde el cero hasta el XXI, numeración ordenada a la que se retornará una v ez concluida la lectura o cada v ez que se cambie de consultante. Es decir que cuando dentro de la misma tirada se realicen otras lecturas de cartas respecto de otros consultantes, (característica v ariable propia de cada pregunta) los arcanos may ores se ordenarán nuev amente desde 213

el cero hasta el XXI, con el objeto de producir una descarga energética (o purif icación) entre un consultante y otro. Por otra parte, es muy importante que los arcanos may ores estén ordenados al comenzar y al concluir cada lectura. En el caso específ ico de realizar tiradas con el resto de las cartas (arcanos menores y cartas de la corte) la manera de descarga o purif icación es mezclarlas, siempre separadas de los arcanos may ores, que estarán ordenados numéricamente, siete v eces, separándolas en dos mazos e introduciendo uno, dentro del otro.

PROCEDIMIENTO Una v ez ordenados los 22 arcanos, el lector coloca el mazo (oculto o anv erso) sobre la mesa, extendiendo las cartas con su mano izquierda, desde un punto del lado derecho, es decir cruzando la mano izquierda que contiene el mazo, de derecha a izquierda, siempre con las caras cubiertas (sin que se v ean las f iguras) y f ormando un semicírculo, de manera tal que el lector quede en el centro. Luego, se mezclan las cartas o se le solicita al consultante que comience a mezclarlas sobre la mesa, manteniéndolas siempre cubiertas, con las dos manos y de manera circular, es decir, girándolas todas, siempre en círculo y en el sentido contrario a las agujas del reloj, de derecha a izquierda. Las cartas perderán su orden y a que el objetiv o es que el consultante les imprima su nuev o orden, como consecuencia del acto de mezclarlas. Para que la mezcla se realice correctamente y de manera circular, se comenzará a mezclar superponiendo los brazos y las manos, sin v ariar en ningún momento el rumbo circular de derecha a izquierda establecido desde el comienzo. El tiempo requerido para esta mezcla dependerá del deseo del consultante. Cuando el consultante no desee mezclar más, debe pedírsele que proceda a juntar todas las cartas mezcladas, nuev amente 214

en un mazo, requiriéndole, posteriormente, que corte el mazo en tres partes, sin soltarlo, con la mano izquierda y hacia su propio lado izquierdo, juntando luego —libremente, a su entera elección — una parte sobre otra, hasta conf ormar un nuev o mazo. Hasta este punto, el procedimiento es siempre igual para todas las tiradas o lecturas mencionadas en este libro, aún para el caso de tiradas con el resto del mazo. Dicho procedimiento f unciona siempre como ritual introductorio de cualquier lectura de cartas y para que tenga v alidez de ritual, deberá ef ectuarse siempre de la misma manera, sin v ariaciones de ninguna clase. A continuación, el lector toma nuev amente el mazo con su mano (indistinta), observ ando la orientación que el consultante le ha dado a las cartas y respetando siempre la f orma en que el consultante se las ha entregado, sin modif icarlo en ningún momento. Si el consultante y el lector f ueran dos personas dif erentes, insisto en observ ar de qué manera el consultante entrega el mazo al lector. Éste dispondrá de libertad plena al entregar el mazo, pero la condición es que el mazo permanezca con algún tipo de orientación def inida (debido a que la orientación de los arcanos, al derecho o al rev és, no podrá modif icarse, y a que cambiaría el signif icado en la lectura). Esto es necesario aclararlo porque, a v eces, debido a un cierto temor inconsciente a conocer la v erdadera respuesta a la pregunta, el consultante deja el mazo sobre la mesa o lo entrega en la mano del lector de manera neutra, como a lo largo de las cartas en lugar de entregarlas desde el ancho de la misma, no pudiéndose distinguir la v erdadera orientación de las cartas. Esta actitud no consciente puede perjudicar o alterar la v erdad que se busca obtener. Acto seguido, se le solicita al consultante que diga un número cualquiera, elegido al azar, sin pensar, con un máximo de dos dígitos, es decir, desde el cero hasta el 99. Este número debe decirse sin pensar, ni asociar (conscientemente) con absolutamente ningún acontecimiento o número pref erido por cualquier razón personal (cumpleaños de seres queridos, f echas especiales, etc.). O sea que debe ser el primer número que 215

aparezca en la mente del consultante. Cualquier número de dos dígitos debe ser reducido por el lector, en silencio, sin decirlo, a un solo número, o sea que se realiza una reducción a nuev e. Por ejemplo, 78 es igual a 15 que es igual a 6; por lo tanto, el primer número será el 6. El lector procede a colocar sobre la mesa las cartas, de a una carta por v ez, y siempre ocultas o dadas v uelta, hasta llegar al número del ejemplo, es decir a la carta 6. La séptima carta es la que se da v uelta, hacia el f rente, girándola sobre sí misma o simplemente dándola v uelta completamente por delante del mazo. La f orma de dar v uelta las cartas también debe normalizarse en todas las tiradas, es decir que debe ser siempre la misma; pues v ariando el sistema se puede alterar la orientación de las cartas (derecho o rev és) y por tanto su lectura. Una v ez colocadas las seis cartas sobre la mesa, es la séptima la carta que ocupa el primer lugar en la Tirada de la cruz; o sea el lugar correspondiente al “consultante” o carta 1 y tendrá la orientación, de acuerdo a cómo la hay amos retirado del mazo. A continuación, se coloca el mazo sobre las cartas que f ueron apoy ándose de a una sobre la mesa, quedando conf ormado nuev amente un solo mazo. De idéntica manera, se procede para la obtención de la segunda carta, correspondiente a la carta 2, la “circunstancia” (solicitar un número, reducirlo a un dígito, colocarlas sobre la mesa de a una y sacar la carta posterior, respetando su orientación y colocándola sobre la mesa, descubierta). Luego, se coloca el mazo sobre las cartas que están sobre la mesa, aparte de la tirada y conf ormando un nuev o mazo. Para obtener la carta 3, “astral del consultante”, y la carta 4, correspondiente a la “respuesta” se procede igual que los dos casos anteriores. Siempre respetando la orientación que tengan las cuatro cartas base. Las subsiguientes cartas, es decir las cartas 5, 6 y 7, se obtienen de manera dif erente. Para la obtención de la carta 5, correspondiente a la “síntesis 216

de la respuesta”, se suman los números de los arcanos de las cuatro cartas base anteriores y que ocupen los lugares primero, segundo, tercero y cuarto. O sea que la quinta carta es igual a la suma de la primera, más la segunda, más la tercera, más la cuarta. Por ejemplo, si hubieran salido, al derecho o al rev és, los arcanos El Loco, El Mundo, El Sol y La Estrella, el total de la suma de los arcanos sería 57 (no se cuenta a El Loco porque no tiene número). El número obtenido, o sea el 12, no debe reducirse a 9 como cuando obtuv imos las cuatro cartas anteriores, sino que se considerará el número doce y se lo buscará en el mazo. Como el total de los arcanos sumó 57, y 5 más 7 es igual a 12, se buscará el arcano XII, El Colgado, y no el 3, como hubiera sucedido en el caso de la reducción a nuev e. Con el mazo otra v ez todo junto en la mano, se da v uelta de la misma manera en que se dieron v uelta cada una de las cartas prev ias, que se encuentran en posición de lectura. Se busca el arcano correspondiente, o sea la carta XII El Colgado, que tendrá la orientación que surja del siguiente análisis. La orientación de la quinta carta depende siempre de las orientaciones de las cuatro cartas anteriores. Por ejemplo, si todas las cartas, las cuatro, o tres o dos estuv ieran al derecho, la quinta carta se posicionará al derecho. Si , por el contrario, hubiera tres al rev és, la carta central se posicionará al rev és. En el supuesto de que las primeras cuatro cartas están al rev és, se anula la tirada y se comienza todo el procedimiento de nuev o. Si en un segundo intento v uelv en a salir las cuatro cartas base al rev és, se anula nuev amente la tirada, dejándola para algunos días después, sin realizar un tercer intento. Para la obtención de la carta 6, el “consejo”, deben sumarse las cartas correspondientes al primero y segundo lugar (consultante y circunstancia), reduciendo el total de la suma obtenida hasta 21 y buscando el arcano en el mazo, como en el caso anterior. La orientación de esta sexta carta es la misma orientación que tenía en el mazo, sin depender de ningún otro procedimiento. 217

Para la obtención de la séptima carta, correspondiente a la “consecuencia del consejo” debe sumarse el v alor del arcano de la carta que ocupa la tercera posición a la carta de la cuarta posición, procediéndose de idéntica manera que la v ez anterior, es decir buscando en el mazo y colocándola con la orientación que tenga en el mazo. Al concluir la tarea de posicionar las cartas correctamente, se procederá a su lectura teniendo en cuenta las siguientes aclaraciones: 1. Consultante: simboliza el estado-actitud del consultante respecto exclusiv amente a la pregunta que está realizando. De ninguna manera se ref iere a su estado de v ida general o en relación a ningún otro tema. 2. Circunstancia: se ref iere exclusiv amente a cómo se presenta la circunstancia de la pregunta que se está realizando. También puede tratarse del hecho en sí por el cual se está preguntando o, si se preguntara en relación a otra persona, representaría a la persona por la que se pregunta. 3. Astral del consultante: es la suma de las expectativ as, temores y otros presentimientos del consultante (a v eces no conscientes) respecto de la pregunta ef ectuada. 4. Respuesta: representa la respuesta a la pregunta, en sí misma, y cuanto más clara hay a sido la pregunta más concreta será la respuesta. 5. Síntesis de la respuesta: es el canal a trav és del cual se manif estará la respuesta y a v eces también las causas de la respuesta. 6. Consejo: representa el consejo única y exclusiv amente respecto de la pregunta ef ectuada y está dirigido al consultante de la pregunta, también con exclusiv idad. 7. Consecuencia del consejo: sencillamente es la consecuencia de seguir el consejo. Cuando la lectura del consejo resultara dif ícil o poco clara, se pueden dar v uelta las dos cartas que conf orman el consejo, es decir la sexta y séptima, e intentar una nuev a lectura, pero nunca una sola. 218

Bajo ninguna circunstancia esta tirada podrá interpretarse f uera del contexto de la pregunta ef ectuada, por lo tanto, todo comentario que se aparte de ésta sería un error. Algo muy interesante, respecto de la relación espacio-tiempo, sucede luego de la lectura de las cartas. Una v ez respondida la pregunta, se “llena” el v acío de f uturo y pareciera ser que el presente, automáticamente, se “re-llena” de nuev as posibilidades de accionar y ejecutar hacia el f uturo, produciendo, por tanto, una notoria mejoría en las circunstancias generales. Esto puede tener su origen, asimismo, en que muchas inf ormaciones se desechan, dejando espacio para ideas nuev as y también por el sólo ef ecto del contacto simbólico que produce una renov ación de la energía en ambos, lector y consultante.

TIRADA DE LOS SIETE PLANETAS

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1. 2. 3. 4.

Metas o aspiraciones. Organización; rutina. Plano emocional. Plano no consciente. 220

5. Plano intelectual, mental, económico, laboral. 6. Plano de la energía f ísica; acción. 7. Síntesis. Se trata de una tirada muy útil debido a sus posibilidades de aplicación múltiple, a saber: 1. Retrato El retrato nos permite obtener una clara v isión del estado general de una persona determinada o de uno mismo, permitiendo chequear los dif erentes planos de la persona. Esta tirada es absolutamente temporal, al igual que los tests de tipo psicológico que dependen del momento único en que se halla el consultante y puede tener una duración aproximada de una semana en más o en menos y si se realiza otra v ez en ese mismo espacio de tiempo, podrán observ arse interesantes resultados. El benef icio más notorio es el de poder concientizar o llev ar al plano de la conciencia el v erdadero estado interno, aún los estados no-conscientes, clarif icándolos de manera instantánea, inclusiv e las causas originarias de tales estados, no siempre tan ev identes a primera v ista. Esta concientización produce un ef ecto transmutador inmediato de la energía en los dif erentes planos, con la consecuente y posterior sensación de centración y mejoría. Durante los últimos cuarenta años, la v elocidad del pensamiento se ha ido incrementando en relación directa con la rápida ev olución de la electrónica y de los medios de comunicación. Esto se puede observ ar con may or f acilidad en la ev olución creciente del ritmo de pensamiento y captación instantánea en los niños. Por lo tanto, es posible que la utilización de este “retrato” y sus ef ectos instantáneos sobre la conciencia, pueden llegar a responder más f ehacientemente a las necesidades actuales en general, y en particular, a las de las personas de menos de cuarenta años que no logran detenerse en terapias lentas debido a sus 221

necesidades (mucho más inmediatas) de actualización de la inf ormación interna. Ef ectuar este “retrato” una v ez por semana, ay udará a mantenerse armónicos por tiempos cada v ez más prologados. Se recomienda añadir a posteriori del retrato, la siguiente tirada: 2. ¿Qué hacer para mejorar? Ante todo, recordar que cada v ez que se realiza una nuev a tirada, el consultante mezclará y separará las cartas, igual que como lo hiciera en la primera tirada, aunque no sea necesario ordenar nuev amente los arcanos y a que se trata del mismo consultante. Esta tirada no requiere análisis prev io, como sí lo requerirá la tirada anterior y a que los consejos se leen de manera directa, considerando eso sí, los planos de los que se esté hablando. Agregar esta tirada luego del “retrato” duplica las posibilidades de lograr un estado de may or armonía y centración, porque aconseja, en realidad, cómo mejorar en cada uno de los distintos planos de manera muy detallada. Estos consejos parecen coincidir tan plenamente con las necesidades más prof undas de mejoría del consultante que éste los actúa, posteriormente, de manera natural, sin esf uerzos de ningún tipo. No siempre se trata de complementar energías, a v eces los consejos también se ref ieren a mantenerse “estables” en determinados planos y por determinados espacios de tiempo. Tanto los retratos como los consejos para mejorar coinciden absolutamente con las energías que se están mov ilizando a niv el astrológico, y a sea debido a los tránsitos planetarios sobre la propia carta natal, como aquellos que estén accionando desde la rev olución solar, o a las alteraciones energéticas producidas por ef ecto de los eclipses de Sol o de Luna. Resulta de gran utilidad comparar ambas tiradas con la propia carta natal o cualquier otro trabajo astrológico que se desee analizar. 222

3. Retrato de una situación determinada Mediante esta misma tirada se puede acceder al análisis en prof undidad de cualquier situación dada, y a se ésta: anímica, af ectiv a, laboral, de pareja (como entidad), una situación económica, una relación, etc. Siempre que se trate de un análisis, el análisis de los planos será el mismo que se detalla en el procedimiento de la tirada del “retrato”, en sí. Las posibilidades de modif icar la situación estarán dadas por las posibilidades de transf ormación de los participantes. 4. ¿Qué hacer para mejorar cualquier situación dada? Esta pregunta se hace siempre con posterioridad al retrato de la situación y su objetiv o es similar a que se realiza para mejorar uno mismo. Aconseja cómo manejarse en los distintos planos para mejorar la situación que nos interese mejorar. Por tratarse de una tirada de consejo, no requiere de análisis comparativ o prev io y simplemente se experimentará su ef icacia al poner en ejecución los consejos recibidos. 5. ¿Cómo conviene manejarse frente a tal o cuál circunstancia o persona, por el bien de ambos? También en este caso se trata de una lectura solamente de consejo y no requiere de análisis prev io, dichos consejos siempre serán de cumplimiento posible por parte de la persona que pregunta y nunca se tratará de absurdos imposibles de alcanzar. 6. ¿Cómo conviene manejarse para mejorar una relación, o la propia evolución, o el propio aprendizaje, o la salud física, etc.? Estas serían otras preguntas que entrarían dentro de estas tiradas de consejo. También puede preguntarse cómo conv iene manejarse en cuestiones ref eridas a una empresa 223

y /o cada uno de sus departamentos, las proy ecciones económicas o de producción a dif erentes plazos, el planeamiento estratégico, el control de gestión, las inv ersiones a corto, mediano y largo plazo, las políticas de v entas o de compras, de personal, etc. Retrato de una empresa, de una familia, del alma, de la vida anterior, de vidas anteriores para detectar aprendizajes no resueltos, del alma en la presente encarnación, de un país, de una relación, de una persona frente a otra, de una empresa frente a la competencia, de un país frente a otro, de un empleado frente a la empresa en que trabaja y viceversa, etc. Todas estas posibilidades y muchas más que se les pueda ocurrir pueden realizarse con la Tirada de los siete planetas y todas requieren el mismo análisis energético de los planos, tal como sucede en los retratos de las personas. En este tipo de tiradas, se puede detectar con f acilidad cuales son los planos que requieren atención o modif icación. Los que se realicen posteriormente, para mejorar estos retratos se leen como consejos, sin ningún tipo de análisis prev io.

PROCEDIMIENTO Para realizar la Tirada de los siete planetas, en su v ersión “retrato”, se llev an a cabo primero todos los pasos prev ios enunciados para la Tirada de la cruz; es decir, la colocación de las cartas, la mezcla y los tres cortes, hechos siempre de la misma manera detallada anteriormente y que luego deberá repetirse ante cualquier otra tirada que se ef ectúe. La dif erencia estriba en que en la Tirada de los siete planetas no se solicitan nunca números sino que las cartas se colocan, una a continuación de la otra, sobre la mesa, en el orden que se 224

muestra en el dibujo prev isto, desde la primera a la séptima. Para realizar esta tirada correctamente es conv eniente aprender y retener el estado f ísico de los planetas (como explica el capítulo de astrología), debido a que la clav e para el análisis depende de la relación entre la constitución f ísica de un planeta y otro. A continuación, el detalle de la Tirada de los siete planetas tal como se puede observ ar en el dibujo: La carta 1 corresponde al planeta Saturno. Detalla las metas y aspiraciones del consultante. La carta 2 corresponde al planeta Júpiter. Muestra su organización interna-externa y cómo maneja su rutina y su orden. La carta 3 corresponde al planeta Venus. Detalla el f uncionamiento y el estado emocional y af ectiv o. La carta 4 corresponde a la Luna. Muestra lo que el consultante no tiene en consideración, como también cuál es el complejo que está operando de manera prioritaria. La carta 5 corresponde al planeta Mercurio. Manif iesta el plano mental, el trabajo y su relación con el dinero. La carta 6 corresponde al planeta Marte. Representa su energía f ísica y su conducción en la v ida. La carta 7 corresponde al Sol. A v eces es una síntesis de cómo está y otras cómo se lo v e al consultante (no siempre coincide). Con posterioridad a la mezcla y corte de las cartas se colocarán, una a una, las 7 cartas o arcanos may ores, de 225

manera correlativ a, por encima de los planos correspondientes, como puede v erse en la f igura. Prev iamente el lector deberá conocer cuál es la constitución f ísica de los siete planetas que se corresponden con cada uno de los planos de la tirada, (considerando siempre al Sol y a la Luna como en la Antigüedad, o sea también como planetas): Saturno, Júpiter, Venus, Luna, Mercurio, Marte y el Sol. Estas correspondencias pueden v erse en el cuadro de la Constitución f ísica de los planetas en el Cap. VI o en el Cuadro Final. Como los arcanos que se colocarán por encima de los planos también tienen una correspondencia astrológica, con un elemento, signo o planeta que también poseen su correspondiente constitución f ísica, el análisis que deberá ef ectuarse será de tipo comparativ o entre ambas constituciones f ísicas, la del planeta del plano y la del planeta del arcano que se coloque por encima del plano. Las constituciones f ísicas correspondientes a los planos serán siempre los mismos, mientras que las correspondientes a los arcanos, v ariarán cada v ez que se realice la tirada del retrato. Si la atribución astrológica de la carta o arcano f uera un elemento, éste adquirirá temporalmente las características f ísicas del planeta correspondiente al plano donde caiga la carta. Por ejemplo, El Colgado, que se corresponde con el elemento Agua, al caer sobre el plano del Sol adquiere la característica de “caliente” correspondientes al Sol pero no puede adquirir la de “seco”, así siempre que cae en ese ámbito solar, lo hace de manera regular o “más o menos”, y a que una de sus características f ísicas no es posible de adaptarse. O sea, El Colgado es agua. El Sol es caliente y seco. El agua se adapta al calor pero desaparece en lo seco. Si la atribución astrológica del arcano f uera un signo, se considerará la constitución f ísica del planeta regente de dicho signo. Todas las cartas se analizarán comparándolas con los planos 226

correspondientes. De acuerdo con el resultado de estos análisis, se ev idenciarán tres posibles situaciones que darán lugar al tono y al énf asis que deberá contener la lectura: 1. Que ambas constituciones f ísicas sean totalmente armónicas. 2. Que ambas constituciones f ísicas se relacionen parcialmente. 3. Que ambas constituciones f ísicas no se relacionen. Este análisis realizado sobre las 7 cartas da una pauta clara respecto del estado general de la persona, objeto del retrato. Si la may oría de las 7 cartas corresponde al primer caso, el tono de la lectura será más positiv o y a que la persona estará mejor; si correspondiera al segundo caso, estará regular; y si la may oría de las cartas ocupara el lugar del tercer caso, la persona del retrato se encontrará en un estado de alteración energética ev idente. Una v ez obtenidos estos resultados, se pasa a la lectura de la tirada, procediéndose a leer plano por plano y siempre con la tonalidad que surja del anterior análisis. La Tirada de los siete planetas en su v ersión “retrato” es de muchísima utilidad y a que proporciona la oportunidad de poner en un plano consciente todos los planos de nuestra interioridad. La mera recepción de esta inf ormación por parte de la conciencia ordena, reorganiza y mejora el estado general de las personas. Esta tirada sirv e para prof esionales del tarot, la astrología y la psicología, o de cualquier otra técnica de desarrollo personal, pues prov ee rápidamente y en la primera consulta, una detallada inf ormación actualizada sobre el estado general y temporal de una persona.

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CAPÍTULO ONCE El tarot, los sueños y la meditación

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“Los símbolos son vasos comunicantes de la psique con la divinidad y su aparición en los sueños nos devuelven a nuestra naturaleza originaria” Dr. Carl Gustav Jung

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EL TAROT EN LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

Don Francisco de Quev edo en su libro Los sueños, a principios del 1600, decía que: “Durmiendo, sabe él más que otros v elando” (1) y también se encargó de establecer que los sueños eran “de Júpiter” (planeta benéf ico), que “de allí v ienen...” .Esta ref erencia contenía un av iso sobre prestar conv eniente atención a la sincronicidad de la astrología con los sueños y resultará muy interesante para los astrólogos, o para quien conozca su carta natal, observ ar dicha sincronicidad, al igual que más arriba comprobamos la sincronicidad entre el retrato realizado con el tarot y los tránsitos astrológicos. En el caso de los sueños esto se realiza mediante la observ ancia de los tránsitos de los planetas sobre la carta natal del soñante. Los sueños coinciden con los temas que los tránsitos planetarios ponen de manif iesto en el inconsciente y por lo tanto en las circunstancias del soñante. La colaboración del tarot en la interpretación de los sueños constituy e un sueño en sí mismo, el “sueño dorado” de f araones, rey es y gobernantes que recurrían a sus sacerdotes o astrólogos para entender el lenguaje de sus sueños y actuar en consecuencia. El benef icio proporcionado por el tarot como camino de desarrollo personal, junto con todas las tareas y prácticas realizadas con la intención de lograr un may or autoconocimiento y una autorrealización sustentada, no estaría completo si no se añadiera su aplicación en la interpretación de los sueños. Mediante su práctica más o menos constante se podrán comprobar f ehacientemente los f av ores obtenidos gracias a la 230

tarea interpretativ a. Tanto la Tirada de la cruz como la de los siete planetas, una v ez estudiadas y practicadas, son de gran utilidad debido a su altísimo grado de clarif icación en la tarea de la interpretación de los sueños, cuy o v alor es imposible de ponderar. Por supuesto, el primer paso para una correcta interpretación de un sueño es escribirlo al despertar en un cuaderno dedicado a estos ef ectos junto a los detalles que deseen agregarse, como también dibujar las imágenes que se consideren importantes junto a la descripción de las primeras sensaciones respecto de lo soñado. La primera consideración especial a tener en cuenta es que un sueño único puede contener en sí mismo, distintos niv eles de interpretación porque puede contemplarse desde dif erentes puntos de v ista (2). Esta actitud f rente al sueño permitirá arribar a v arias conclusiones, todas ellas sumamente v álidas y enriquecedoras. Cuando un sueño resulte complejo en su interpretación, o sea f actible de div ersas interpretaciones, resultará aclaratorio realizar, por ejemplo, la Tirada de la cruz, en su v ersión del retrato que puede ay udar a dilucidar muchos detalles de los sueños. Cada v ez que soñamos, aparecen preguntas cuy as respuestas resultan siempre útiles e interesantes para nuestro desarrollo personal y que podemos obtener mediante la Tirada de la Cruz, como por ejemplo: 1. ¿Cuál es la interpretación de este sueño desde el punto de vista de la orientación de la conciencia (3)? 2. ¿Cuál es la interpretación de este sueño desde el punto de vista predictivo? 3. ¿Guarda este sueño algún tipo de relación con mis vidas pasadas? 4. ¿ Es éste un sueño de vidas pasadas? 5. ¿ Es éste un sueño de una vida futura? 6. ¿ Es éste un sueño para mí? 7. ¿ Este sueño es para otra persona? (Alumno, familiar o paciente). 8. ¿Cuál es la acción más correcta a seguir, en la vida real, con relación a este sueño? 9. ¿Cuál es el significado concreto de este sueño?

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10. ¿Es éste un sueño proveniente del inconsciente colectivo?

A estas preguntas podrán añadirse otras tantas v ay an surgiendo de la práctica y que f aciliten una mejor comprensión del sueño, sea cual f uere el punto de v ista desde donde nos interese analizarlo, desde lo personal, lo colectiv o. Para interpretar un sueño, también se podrá utilizar la Tirada de los siete planetas en sus dif erentes v ersiones, por ejemplo: 1. “Retrato” del sueño Esta lectura enriquecerá ampliamente cualquier interpretación prev iamente lograda, por cuanto, como se ha v isto, esta tirada permite analizar detalladamente los dif erentes planos del ser, en este caso los dif erentes planos del sueño o los dif erentes planos mov ilizados por este sueño. En el caso especial para su aplicación en la interpretación de los sueños, se modif icarán los signif icados de los planos, quedando los siete planos conf ormados de la siguiente manera: 1.- Plano de Saturno: define al sueño en sí mismo, lo titula. 2.- Plano de Júpiter: define cómo se produjo el proceso argumental del sueño. 3.- Plano de Venus: muestra el tipo de emociones movilizadas por el sueño. 4.- Plano de la Luna: muestra el complejo, mito, arquetipo o contenido, detonante del sueño. 5.- Plano de Mercurio: describe el enlace consciente con eventos acontecidos el día anterior. 6.- Plano de Marte: detalla cuál es la acción o el tipo de energía requerida por el sueño. 7.- Plano del Sol: detalla la síntesis del sueño o la forma en que este sueño aparece en la conciencia.

En el caso de la utilización de esta tirada para la interpretación del sueño, no será necesario analizar si la carta y el plano donde cay ó son af ines o no, como se realiza con los retratos de las personas o de las situaciones. Tampoco es necesario establecer 232

el tono del sueño, ni estimar si el sueño es bueno o malo, y a que el mero hecho de recordar un sueño es una oportunidad sumamente benéf ica para el autoconocimiento y la propia ev olución. Esta Tirada de los 7 planetas puede proporcionarnos inf ormación y también consejos, por ejemplo ante la pregunta consecuente al sueño: como ¿cuáles son los pasos a seguir o el consejo (en el plano de la v ida real o consciente) respecto de este sueño? Por supuesto, la respuesta será el mejor consejo a llev ar a cabo (en el mundo real), en los distintos planos para el benef icio exclusiv o del soñante. Estos planos se considerarán, en este caso, de la siguiente manera: 1. Plano de Saturno: representa al sueño en sí mismo, como también a lo que conviene aspirar o la intención que conviene tener respecto del sueño. 2. Plano de Júpiter: cómo conviene organizarse conscientemente para el logro de esa intención. 3. Plano de Venus: cómo mantener el plano emocional para contribuir a dicho logro. 4. Plano de la Luna: qué es lo que no conviene tener en cuenta o lo que no conviene hacer. 5. Plano de Mercurio: cómo usar el plano racional, consciente, material o laboral. 6. Plano de Marte: acción a ejecutar o qué medidas tomar en la realidad, o cómo acompañar este proceso del análisis del sueño desde lo corporal. 7. Plano del Sol: representa la síntesis del consejo o cómo conviene sintetizar este sueño.

Una v ez concluido el análisis, conv iene copiarlo en un cuaderno o carpeta y guardarlo durante un tiempo. Cuando se v uelv a a releer su signif icado adquirirá nuev as dimensiones. 1 Velar implica tanto “Estar sin dormir el tiempo destinado de ordinario para el sueño” como “Cubrir con velo” y “Ocultar a medias algo” (RAE). 2 Desconozco si existe algún autor que haya arribado a esta conclusión. Me

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apoyo en mis propias conclusiones provenientes de veintisiete años de trabajo personal con los sueños, como así también en veinte años de investigaciones de campo con alumnos y clientes durante las consultas. 3 Esta también es una clasificación propia, entre otras, que vengo utilizando desde hace unos quince años y que ampliaré en mi libro Sueños y proceso de individuación, en elaboración paralela con este libro.

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EL TAROT EN LOS EJERCICIOS DE MEDITACIÓN

Siempre y cuando se hay a realizado, con anterioridad y correctamente, el proceso de aprendizaje —tanto personal como grupal—, el tarot también puede utilizarse para ejercicios de meditación. Esta condición es primordial y conv iene ev itar su realización si no se ha procedido a su incorporación ordenada (también ordinalmente) y dirigida por un maestro. Ignorar esta regla es peligroso para la salud mental, incluso de quienes y a hay an tenido algún tipo de contacto con el tarot, pero que no hay an realizado los estudios de manera indicada en los capítulos relacionados con este tema. De acuerdo con las necesidades indiv iduales —tipo de energía procurada y con qué emociones se desee trabajar—, los arcanos may ores pueden utilizarse de div ersas maneras, siguiendo rigurosamente los pasos prev ios para su incorporación e integración, a saber: 1. Como símbolo único detonante en las ejercitaciones de la imaginación activ a o de las v isualizaciones creativ as libres. 2. En la meditación intencional, con el objeto de integrar el arquetipo y sus v alores (tal como sucede durante el aprendizaje) o con la intención de sanar algún tipo de herida psicológica. 3. En la meditación libre, realizada de manera indiv idual. En el primer caso, sólo pueden practicarlo los psicólogos o psicoanalistas con sus pacientes, con práctica prev ia en la

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imaginación activ a de base junguiana, pudiendo observ arse interesantes resultados, siempre sanadores y ev olutiv os. El segundo y tercer caso serán de utilidad para todos aquellos principiantes que hay an incorporado los arcanos may ores mediante este método de aprendizaje, también para quienes y a sean tarotistas o para aquellos que tengan una práctica simbólica de un cierto tiempo. En los dos primeros casos es conv eniente mirar bien el arcano prev iamente seleccionado, internalizarlo y una v ez f ocalizado, dejarlo actuar libremente. Puede suceder que el arcano se muev a y gesticule simbólicamente, que hable o que se intuy an algunas de sus palabras, siempre en silencio, por supuesto. También puede pasar que se sucedan imágenes o que aparezcan solamente colores. En todos los casos, no se debe interv enir, ni juzgarlos, ni tratar de interpretarlos, ni mucho menos f ijarlos, solamente dejarlos f luir. En el tercer caso, es conv eniente permitir que aparezca algún arcano de manera libre, sin ningún tipo de condicionamiento. A v eces pueden aparecer otras imágenes simbólicas relativ as al arquetipo y no la imagen tradicional que se acostumbra v er en la carta.

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CAPÍTULO DOCE El tarot en la interpretación astrológica

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“Aquello con lo cual no se está conscientemente en contacto, le ocurre como destino”. Dr. Carl Gustav Jung

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TIRADAS ASTROLÓGICAS

En las primeras páginas de este libro se hizo ref erencia a la complementación y ay uda que constituía el tarot en los trabajos de astrología, tal como v eremos aquí más ampliamente. El tarot no solamente es una gran ay uda en cuanto a la clarif icación de temas que hacen a la labor específ ica del astrólogo, sino que su aprendizaje contribuy e de manera manif iesta a su desarrollo personal, que se v erá ref lejado rápidamente en la calidad de sus resultados laborales y personales. Tradicionalmente, es muy poca la inf ormación que recibe el astrólogo durante su f ormación respecto de la importancia psicológica que rev iste el contacto con los símbolos astrológicos con los que trabajará toda su v ida. A pesar de esto, los símbolos cumplen igualmente su tarea de transmitir inf ormación y de intercambiar energía de manera inconsciente. Pero cuando la tarea de integración arquetípica (aprendizaje de los arcanos may ores) se realiza de manera consciente, antes o después de la f ormación primaria del astrólogo, la dif erencia será v isiblemente signif icativ a. En el corto plazo, sus ef ectos, luego de la utilización del tarot como camino de desarrollo personal, serán notorios en su indiv idualidad, transf ormando e iluminando sus trabajos, debido a que la tarea realizada con los arcanos may ores potencia la interpretación de los símbolos astrológicos. En el mediano y largo plazo, la práctica de la interacción simbólica, como resultado de la integración arquetípica, le irá ampliando sus campos de activ idad creativ a, con resultados sorprendentes, dentro y f uera de su área prof esional.

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Varias f unciones comenzarán, entonces, a desarrollarse de manera más que ev idente. Una may or percepción, captación, intuición y sensibilidad producirán lecturas astrológicas abarcativ as de otras especialidades complementarias, jamás exploradas conscientemente. Por supuesto que en el contexto de las tres tiradas que se mencionan en este libro, la tirada astrológica que se detalla a continuación les resultará extremadamente f ácil y útil a los astrólogos, como también lo serán la Tirada de la cruz y la de los siete planetas. En el ámbito de la astrología, la Tirada de la cruz responde preguntas sobre los siguientes temas, por ejemplo: 1. Ajustar el grado del ascendente en más o en menos. 2. Obtener aclaraciones sobre aspectos complejos. 3. Conseguir inf ormación ampliatoria de una casa determinada. 4. Corroborar ajustes horarios. 5. Ampliaciones a otros campos tales como biológicos, ambientales, kármicos, etc. 6. Grado de disponibilidad del consultante para trabajar sus aspectos. 7. Ev aluar residuales kármicos que obstaculizan su ev olución. En cuanto a la Tirada de los siete planetas y sus innumerables v ariables, será muy útil comparar el “retrato” del consultante con su carta natal. En su v ersión “consejo”, esta tirada sirv e para saber cómo manejarse ante distintos temas. Pero la tirada astrológica —que puede ser utilizada por cualquier principiante de cualquier disciplina, interesado en su desarrollo personal— será de máxima utilidad para los astrólogos que pretendan añadir “algo más” a sus lecturas de cartas natales, rev oluciones solares o lunares, eclipses, direcciones primarias y secundarias, etc. Esta tirada puede aportar a la astrología una nuev a v isión de la carta natal primigenia de una persona, y a que se puede preguntar: “¿cómo está su carta natal en el presente?”. Esto 240

permitirá saber qué es lo que el consultante astrológico ha hecho con su v ida, de qué manera a realizado su aprendizaje, en qué etapa de ev olución se encuentra y si ha trabajado o no sus aspectos en los que presentaba más dif icultad. También se puede superponer la tirada a la carta natal, de esta manera se logra resumir, simplif icar, sintetizar y aún integrar conceptos v ariados, como también aspectos y v ariables espaciotemporales en el desarrollo ev olutiv o. La tirada astrológica es la más sencilla para llenar ese v acío de f uturo mencionado en capítulos anteriores. Su utilización contribuy e al desarrollo personal porque permite obtener una v isión más amplia de los dif erentes campos de la personalidad, como así también una v isión generalizada del f uturo respecto de los temas concretos de la v ida. Para realizar esta tirada es necesario saber que el Zodíaco, en su div isión normalizada y tradicional, está div idido en doce partes iguales. Cada una de ellas se corresponde con cada uno de los doce signos, al tiempo que representan los doce ámbitos f undamentales en que se puede div idir la v ida de un indiv iduo, una empresa, un proy ecto, un negocio, etc. Estos ámbitos, dif erenciados, se denominan “casas zodiacales” y será, entonces, necesario conocer algunos signif icados básicos sobre cada una de las casas (o ámbitos de la v ida), para luego poder incorporar las interpretaciones de la carta. CASAS ZODIACALES

SIGNIFICADOS

Casa I o Ascendente

Se asocia con el primer signo, que es Aries (Marte). Es la lente a través de la cual puede observarse cómo se enfrenta la vida. El cuerpo y ciertos rasgos físicos característicos. La vitalidad. Los comienzos.

Casa II

Se asocia con el signo de Tauro (Venus). Capacidades y recursos. Valores económicos y espirituales. El dinero y la materia. Aquellos que valoramos en

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nosotros y en los demás. Casa III

Se asocia con el signo de Géminis (Mercurio). La palabra, escrita y hablada. La comunicación propia y los medios de comunicación, la mente concreta. Los viajes cortos. Estudios primarios. También hace referencia a los hermanos, primos y vecinos, y define las relaciones con ellos.

Casa IV

Se asocia con el signo de Cáncer (Luna). El hogar, la familia, el padre. La forma de concluir las cosas. El final de la vida.

Casa V

Se asocia con signo de Leo (Sol). Representa nuestra individualidad. La creatividad y la producción. Los hijos, novios y amantes. Juegos y actividades. El placer.

Casa VI

Se asocia con el signo de Virgo (Mercurio). Conexión mente-cuerpo. Relación con subordinados. La salud. Comportamiento frente a las relaciones de dependencia.

Casa VII

Se asocia con el signo de Libra (Venus). Relaciones con compromiso. Matrimonio. Sociedades. Las proyecciones. Enemigos manifiestos.

Casa VIII

Se asocia con el signo de Escorpio (Marte-Plutón). Lo que se comparte con otros. El dinero de los otros. Gastos, inversiones, sexo, autorregeneración. La muerte y los cambios.

Casa IX

Se asocia con el signo de Sagitario (Júpiter-Quirón). Deberes y derechos. La mente superior. Viajes. Enseñanzas. Parientes políticos. Juicios.

Casa X

Se asocia con el signo de Capricornio (Saturno). Profesión. Imagen social. El padre. La propia realización.

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Casa XI

Se asocia con el signo de Acuario (SaturnoUrano). Los amigos, los proyectos, hacia dónde nos encaminamos. Conciencia grupal.

Casa XII

Se asocia con el signo de Piscis (Júpiter-Neptuno). Psiquismo. Los enemigos ocultos. El servicio a los demás. El karma.

Esta tirada puede realizarse de tres maneras dif erentes:

TIRADA ASTROLÓGICA I CON ARCANOS MAYORES SOLAMENTE

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El ritual para comenzar es el mismo que en las tiradas y a v istas, pero el hecho de utilizar los arcanos may ores solamente implica más concentración y una may or utilización de las propias energías. Una v ez mezcladas y cortadas las cartas, el lector procederá 244

a ponerlas sobre la mesa en el orden indicado en la f igura.

TIRADA ASTROLÓGICA II CON ARCANOS MAYORES Y EL RESTO DEL MAZO, EN FORMA SEPARADA

245

El ritual v aría y a que los arcanos may ores mezclados y 246

cortados se dejan de lado, y se procede a mezclar y a cortar el resto de las 56 cartas. A continuación, se colocan los 12 arcanos may ores en los lugares correspondientes a las 12 casas como se realizó en la tirada astrológica I y se deja el resto de las cartas aparte. Luego, se mezclan y cortan las demás cartas y se las coloca, de a una, al lado o por encima (rev erso o anv erso) de cada uno de los arcanos may ores, hasta llegar a 12. Seguidamente, se coloca una segunda tanda de cartas, de la misma manera, o sea sobre los primeros arcanos may ores. Quedarían sobre la mesa, entonces un total de 12 arcanos may ores más 24 arcanos menores y cartas de la corte. Es decir, una segunda, tercera, cuarta, etc. tanda... según indica la f igura de la tirada astrológica II.

TIRADA ASTROLÓGICA III CON TODO EL MAZO JUNTO

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248

En este caso, se mezclan todas las cartas juntas, arriba de la mesa.. Se colocan siempre en el orden mencionado en la Tirada Astrológica I desde la 1 hasta la 12, en cada una de las casas. Esta lectura puede hacerse con una sola v uelta de cartas, con dos o con tres, según lo deseado. Recordar siempre que los arcanos may ores deberán estar en orden, del 0 al XXI, aún cuando en esta tirada se v ay an a mezclar con todas las demás cartas. La lectura de la tirada astrológica se realizará una v ez aprendido el signif icado de las casas, interrelacionando dichos signif icados con las interpretaciones de las cartas o de los arcanos que se hay a colocado sobre cada casa.

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ANEXO TABLA FINAL DE CORRESPONDENCIAS N.º

Nombre

Traducción

El Loco El Mago

Letra hebrea Aleph Beth

0 I II III IV V

La Papisa La Emperatriz El Emperador El Papa

Gimmel Daleth Tsadi Vau

Camello Puerta Arpón Clavo

VI VII VIII IX

Los Enamorados El Carro La Justicia El Emitaño

Zayen Cheth Lamed Yod

Espada Cerco Látigo Índice

X

La Rueda de la Fortuna

Kaf

Palma de la mano

XI XII XIII

La Fuerza El Colgado La Muerte

Teth Mem Nun

Serpiente Agua Pez

XIV XV XVI XVII XVIII XIX

La Templanza El Diablo La Torre La Estrella La Luna El Sol

Samech Ayin Pe He Kof Resh

Sostén Ojo Boca Ventana Atrás Cabeza

XX XXI

El Juicio El Mundo

Shin Tav

Diente Cruz

250

Buey Casa

N.º

Corresp. astrológica

Elemento (*)

0

Aire

Aire

I

Mercurio

Seco y frío

II

Luna

Húmeda y Fría

III

Venus

IV

Aries

Fuego

Marte

Caliente y Seco

V

Tauro

Tierra

Venus

Húmedo y Caliente

VI

Géminis

Aire

Mercurio

Seco y Frío

VII

Cancer

Agua

Luna

Húmeda y fría

VIII

Libra

Aire

Venus

Húmedo y Caliente

IX

Virgo

Tierra

Mercurio

Seco y Frío

X

Júpiter

XI

Leo

Fuego

Sol

Caliente y Seco

XII

Agua

Agua

XIII

Escorpio

Plutón Marte

Caliente y Seco

XIV

Sagitario

Fuego

Júpiter

Caliente y Seco

XV

Capricornio

Tierra

Saturno

Frío-Seco

XVI

Marte

XVII

Acuario

Aire

Saturno Urano

Frío-Seco Frío-Seco

Agua

Júpiter Neptuno

Caliente-SecoHúmedo

XVIII Piscis XIX

Planeta (***) Regente (**)

Const. física

Húmedo y Caliente

Caliente y Seco

Caliente y Seco

Sol

Caliente y Seco

251

XX

Fuego

XXI

Saturno

Fuego

Fuego

Caliente y Seco Frío y Seco

*Los planetas no se corresponden con elementos, razón por la cual el casillero permanece en blanco. **Sólo para los signos. ***Sólo para los planetas.

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PALABRAS FINALES

Deseo resaltar, a manera de un último mensaje, la importancia que rev iste, en estos tiempos, el poder acceder conscientemente a los arquetipos mediante el aprendizaje del tarot. El contacto arquetípico adquirido desde la conciencia ev ita la posibilidad de ser “inv adidos” por ellos. Por ejemplo, por los medios de comunicación, las f alsas propagandas, la búsqueda del razonamiento constante, la atención puesta constantemente en computadoras y teléf onos celulares, los f alsos prof etas, los “canalizadores” que y a han sido inv adidos, las noticias ambiguas, el contagio psíquico, la arrogancia del poder, el ego. Ante este estado de cosas constituy e un “deber moral” hacernos mucho más responsables de nuestra alma, tanto como lo hacemos de todas esas obligaciones que cumplimos, a v eces sin tanto placer. Para ello es conv eniente mantener el estado de duda, inv estigar más sobre lo no-consciente, no seguir el ritmo alocado que se presenta como la única posibilidad, sino por el contrario, tomarse un tiempo para todo y mantener el pensamiento crítico, resistiendo estoicamente la maldad generalizada. Para preserv arse de tanta oscuridad queda aún la esperanza de luchar para mantenerse “im-pecables” en la búsqueda permanente de la luz, de la bondad, la moral, la sabiduría y el amor, es decir del “Cristo interno” o “Buda v iv iente”, en nosotros.

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