Casas Astrología Cabalística

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CASA DE LA ASTROLOGÍA CABALÍSTICA

CASAS I, V Y IX. ELEMENTO FUEGO

Casa I o Ascendente. Quiénes somos, de dónde venimos... estas son las preguntas reiteradamente formuladas a lo largo de toda la historia de la humanidad y la respuesta se halla seguramente en la totalidad, la que se expresa a través de las sucesivas encarnaciones, pero que trabajamos a nivel individual. Muy a menudo se confunde el significado del Ascendente y el Sol, ya que los dos programas nos hablan del Yo. Para la Astrocábala está claro, sobre todo si tomamos como referencia el Árbol Cabalístico y vemos que la consciencia más elevada del ser humano se sitúa en el 61 Sephirah, Tiphereth-Sol, mientras que el Ascendente lo ubicamos en Malkuth, el 10º y última Sephirah. Cuando el Ego Superior decide realizar una determinada experiencia situará el Sol en un punto determinado del Zodíaco. Entonces esta experiencia se inicia por dentro y desde el interior se irá abriendo paso hacia el exterior, hacia Malkuth. El objetivo de ese Yo nuclear es el de conseguir que el comportamiento exterior del individuo sea conforme al impulso inicial. Para ello cuenta con toda una serie de herramientas. Una de las más importantes es el Ascendente, que corresponde a ese Yo físico, que es el encargado de administrar los contenidos enciclopédicos, la memoria, por así decirlo del ser humano, para que la tarea del Yo superior se haga en las mejores condiciones. Es por ello que decimos que los hábitos o rasgos de carácter adquiridos en una existencia anterior vienen marcados por las tendencias del Ascendente en esta vida. Es como si la personalidad que empezó por dentro en una existencia pasada, ha llegado a las capas exteriores de la personalidad. El Ascendente es la manera a través de la cual percibimos la realidad de las cosas, de forma totalmente subjetiva y también cómo nos observan los demás por ser el primer escaparate. Es el programa subjetivo. Si el Ascendente se encuentra en un signo de Fuego, será el impulso, el valor, es espíritu, la voluntad, los valores morales. Si es en un signo de Agua, será el amor, las

emociones, los sentimientos los que se verán exaltados. En Aire, será la lógica, la razón, el pensamiento, la estructura mental, la cooperación, la expresión oral y en Tierra, tendremos la experiencia material de las cosas, la madurez, la capacidad de cristalización. Los significados más prácticos de la Casa I son lo siguientes: Reflejan la personalidad. Es la Casa del Yo profano. La iniciación de las cosas. El nacimiento, la manera a través de la cual nos enfrentamos a la vida, los rasgos físicos, el carácter, la forma de encarar la vida, el Yo aquí dentro en relación al Yo aquí fuera, cómo nos ven los demás. Pertenece al grupo de Casas personales, al primer cuadrante y a la Trinidad del espíritu. Es una Cardinal o sea Yod y en posición Yod. Es el poder del Yo individual en la influencia colectiva.

La Casa V Hemos averiguado quiénes somos?. Nos decidimos a explorar que podemos llegar a hacer de lo que somos. Si en la I hallamos gradualmente el sentido de nuestra función cristalizadora en la tierra, a través de la V nuestra consciencia de lo que somos debe empezar a movilizarse. Es un sector que nos revela lo que poseemos de forma innata y lo que podemos llegar a hacer con todo ello, La V tiene varias definiciones, ser el factor suerte en nuestra vida, donde generamos nuestra creatividad, los dones, las obras, los hijos. También se conoce la V como el lugar donde podemos descubrir a las almas gemelas, esos amores que llegan a nosotros como llovidos del cielo, activando lo más noble y bondadoso que hay en nosotros. El amor con mayúsculas es el que se inscribe en este sector, porque es el que no pide nada a cambio de su entrega y que es capaz de recibir sin preguntarse el qué, cómo y cuándo. Simplemente se dedica a recibir, a sentirlo en lo más profundo de su alma como un regalo de Divina procedencia. De ahí que podamos comprender que cuando el despliegue de la voluntad se ejerce colectivamente y desinteresadamente, se reciben recompensas, premios a nuestras iniciativas, a nuestro trabajo, a nuestra bondad, a nuestros estudios.

Las creaciones y la libertad de actuación. La consciencia al verse proyectada de forma providencial tratará de construir un espacio en el cual pueda trabajar en plena libertad. También nos habla de quien tiene tablas para ejercer la enseñanza, la expresión artística. El deporte, la competitividad, como atributos de Fuego, por su brillo y capacidad de mostrar su estampa y el tiempo libre por lo bien que nos hace el gozo y la plenitud. Es una Casa Yod en posición He, o sea de interiorización.

Casa IX Filosofía de Vida, grandes viajes, elevación, grandes cambios. La Casa IX se asocia al signo de Sagitario Es el sector que se refiere a nivel más trascendente al Pensamiento. Repletos de buenos propósitos de la etapa anterior, en la Casa V, donde la suerte, el Amor, los hijos, las obras, la libertad se derrama en nuestro interior, ahora toca exportar todo ello al exterior, que el mundo lo vea, compruebe nuestros dones. La Casa IX se asocia a los cambios de ubicación, de mentalidad, de filosofía de vida, a los grandes ideales que transforman nuestra realidad, ya que los cambios en nuestra personalidad moral y trascendente modifican el espacio humano en el que vivimos y es cuando entramos en contacto con personas o situaciones distintas a la realidad que hasta el momento del cambio habíamos vivido. Así al efectuar ese movimiento, es como si efectuáramos un viaje. La dinámica de la IX nos aleja constantemente de los condicionantes, de las estructuras caducas, o las que tenemos que variar imperativamente. Si ese viaje interno no se produce es cuando surge la imperiosa necesidad de viajar físicamente. Cuando la vida nos invita a viajar, a movilizarnos es para preguntarnos, qué estamos buscando en una tierra distinta. Esa toma de consciencia puede producirse a nivel moral, espiritual si la IX está en signos de Fuego, en las emociones, sentimientos, si esta Casas se sitúa en un signo de Agua. Cambios de estructuras mentales, si se trata del Aire o materiales si está en Tierra. La IX es la Casa donde buscamos la “Verdad”, los “porqués” de la existencia, el sentido de la vida en toda su manifestación, para que, desde esas perspectivas, la realidad de nuestros sentimientos, de nuestras

creencias, de nuestro comportamiento o creación de estructuras en la sociedad sea un perfecto reflejo de la dinámica cósmica. La Casa IX nos propone ampliar la visión de las cosas y buscar experiencias que nos ayuden a explorar otros campos de información como son los estudios superiores. Es una Casa Yod en posición Vav, o sea exteriorización del mensaje.

CASAS IV, VIII Y XII. ELEMENTO AGUA El elemento Agua es el más comprometido porque representa la etapa de las emociones que resultan siempre inciertas, un material que cuesta dominar, comprender y canalizar

La Casa IV La Casa IV, representada genéricamente por el signo de Cáncer, es donde se produce literalmente la “caída” de los mundos espirituales, representados por los signos de Fuego, (Yod), a un mundo inferior, el del Agua, (He). La espiritualidad ha de iluminar el mundo impenetrable de las emociones para alumbrar una parcela que sin esta ayuda se mantendría en las tinieblas. Se le atribuye el lugar que nos habla de la Madre, la cuna de los sentimientos, el útero, la seguridad que nos facilita el hogar. La Casa IV lleva se refiere a la información de la Madre primordial desde donde la personalidad emotiva nace y donde se reintegra, siempre volvemos a las raíces. No nos habla de la personalidad de nuestra madre, sino de cómo deseamos o necesitamos vivir ese cobijo. Es la percepción de la unidad interior de la que salimos, nos identificamos, nos desapegamos y a la que volvemos para reconfortarnos, para reintegrarnos y sentirnos seguros. La IV canaliza las apetencias interiores, nostálgicas. Es un sector genérico de sentimientos puros, vivos, que transmiten la vida y que nos invitan no generar polución o estancamiento emocional, tarea difícil teniendo en cuenta que solemos apegarnos mucho a las situaciones. Nos expresa cómo construimos nuestro Yo interior desde la base que

constituyen las raíces del ser, del hogar, de la infancia, de nuestra relación con la madre, por lo que determinará nuestra manera de construir nuestra propia sociedad, familia o el lugar en el que echaremos raíces. El alma profundiza en los significados hasta convertirlos en experiencias. Y el alma se cobija primero en un útero, sale a la luz y se identifica con la madre, con la familia, con los condicionamientos, pero no se determina por ellos, sino que busca ese “lugar” llamado hogar, para vivir la mejor opción de desarrollo. Los sentimientos que se desenvuelven en la Casa IV son los sentimientos que necesitamos vivir para experimentarnos a nosotros mismos. Las vivencias de los distintos emplazamientos de la IV son nuestras experiencias personales y la manera de resolver los problemas prácticos en la vida. Es una Casa regida por la Luna.

La Casa VIII Un sector que corresponde genéricamente a Escorpio, un signo complejo, profundo y de numerosos matices. A la Casa VIII se le atribuye el valor de Eros y tanatos, el amor y la muerte, las herencias, los amores secretos, la pasión, la trascendencia por ser el sector que nos obliga a una primera revisión de contenidos, se trate de nuestros recursos humanos, divino y profanos. Los deseos cobran fuerza y nos llevan a experimentar los límites, nos pone en ascuas, ¿qué hacemos con lo que somos, cómo administramos los contenidos de la psique que son los que florecerán desde la IV?. Es una Casa de interiorización, donde el individuo ha de proceder a la depuración de sus emisiones internas para llegar a esa regeneración. Por ello se le atribuye a la Muerte el símbolo de transmutación. Es una Casa regida por Marte, que le confiere la fuerza del Fuego y de esa cooperación nace la vida, la gestación, la generación de almas al torrente de la existencia. Ese es el trabajo alquímico de la Casa VIII, que por una parte nos invita a vivir la expresión de la energía de la vida, pero a la vez la transmutación. Es también la Casa de la energía sexual, el vehículo de energía vital que nos ha de llevar

necesariamente a una condición más elevada, hacia la liberación de energías superiores. A través del sexo podemos descubrir nuestra propia revelación interna y nuestra capacidad de compartir, ya que en el éxtasis nos fundimos con algo “superior” a nosotros mismos. Los goces de la VIII no se refieren únicamente a los del placer sexual, sino también a la sublimación de nuestros sentidos, las emociones puras, elevadas darán lugar a una amplia gama de “placeres”, desde vibrar con la belleza de un amanecer o de una melodía, a la expresión del arte, la contemplación de la magia del universo a través de los sentidos. Sin embargo, para llegar a este estadio será muy necesario depurar, liquidar, transmutar muchas emociones estancadas. La activación de la Casa VIII nos sugiere la idea de ahondar en el sentido de la vida y de la muerte. Hallamos en la VIII las consecuencias de esa “pérdida”, los temores ocultos, la inquietud por la supervivencia, emocional, física, económica. Es por ello que se le atribuye a la VIII el dinero de los demás, las herencias, los valores del pasado, la forma de enfrentarnos a las carencias y la capacidad de reconectarse con ese pasado interno que necesariamente tenemos que asimilar. Como decía R.M. Rilke: “si mis demonios me abandonan, temo que mis ángeles levanten también el vuelo”.

La Casa XII La Casa XII, asociada genéricamente el signo de Piscis, es una Casa He regida por Júpiter, en co-regencia con Neptuno. Es un sector al que se le atribuye la expresión final de las emociones, donde se viven y se “sufren” las experiencias emocionales generadas en un pasado ancestral. Es la más humana de todas las Casas, un espacio cósmico donde el ser humano pasa revista a sus anteriores actuaciones. La astrología tradicional nos dice que es la Casa de las pruebas, de las dificultades, del karma y puede entenderse con ello que es donde el ser humano deberá someterse a un reajuste, que lo lleva a la evidencia de que debe afrontar sus “deberes” con el plan que la creación le ha reservado.

A través de la IV plantamos la semilla de nuestra individualidad emocional, trabajamos potencialmente el amor en su faceta de emanación. En la VIII experimentamos con esas emociones, tratamos de integrarlas y no ahogarnos, debemos aprender a nadar, a sumergirnos, para volver a emerger. Si todo ello se ha hecho correctamente, en la XII experimentaremos el placer de dar amor, o eso debería ser. Nuestros sentimientos hacia los demás deben ser armoniosos, exentos de conflicto, sabiendo dar amor sin temor. Sin embargo, si en nuestra cuenta del debe y del haber hay un saldo pendiente, ese guión estará lejos de cumplirse y cargaremos con las consecuencias de nuestros actos y negarnos al desapego estaremos aumentando las cargas existenciales. Nuestra actitud será entonces determinante a la hora de vivir futuras experiencias sentimentales. Las emociones-Agua-Deseos es un elemento rebelde por naturaleza, muy a menudo enemigo de nuestro Yo más elevado. Es por ello que se le atribuye a la XII el sector de los “enemigos” además del inconsciente colectivo. Los enemigos que aparecen en la XII son fruto de nuestras propias creaciones. No obtenemos lo que pedimos, más bien lo que creamos. Por lo tanto, cuando se activa este sector bélico en nuestra vida deberemos ser sinceros y ver dónde se pudo originar el conflicto en vez de volcar hacia el exterior todo el rencor hacia ese enemigo potencial que trata de hacernos “daño”. La privación de libertad, los impedimentos, los engaños, la cárcel están bajo los auspicios de la XII. Todo ello es fruto del empeño de nuestros sentimientos en no querer encajar una realidad que no ofrece condiciones para su existencia. Sabemos que la XII trae a menudo amargas lecciones, como consecuencia de la negación a buscar en la profundidad de nuestro inconsciente todo aquello que refuerza el miedo, los temores, los fantasmas que se acumulan en nuestro interior. Pero la Astrocábala también atribuye las recompensas a este sector. Cuando hemos saldado cuentas llegan los premios por aquellas acciones puras y elevadas que sepamos acometer. Es por ello que cuando estamos en periodo de Casa XII, liquidación de circunstancias y objetivos, no solo nos tiene que llegar la depuración, sino también la confirmación de las buenas acciones o tareas que hayamos podido crear.

CASAS VII, XI Y III. ELEMENTO AIRE Las Casas de Aire Las Casas de Aire representan la trilogía de la construcción del pensamiento. Empieza por el impulso de las ideas, para edificar el templo del pensamiento y exportar ese material por la última de las Casas de Aire.

Casa VII, relaciones sociales y de pareja La Casa VII es una Casa de Aire, Vav para la Cábala, regida por Venus, expresando los valores de Libra. Es el canal a través del cual circulan las semillas de nuestra unidad reconquistada. La Casa VII se encuentra en Oposición con la I o Ascendente, la del Yo personal, y se despliega hacia la parte del “nos”, lo que tenemos que ver de ese “otro Yo” que está en el espejo. Así la Casa VII será la consciencia de los otros “ahí fuera” con respecto al Yo aquí dentro. Es el canal que representa la búsqueda de aquellos que poseen las cualidades que complementan con las nuestras, ya que las exigencias de la Creación han hecho que seamos una mitad escindida, el reflejo del otro, se trate de pareja o sociedad. Es lo que buscamos en el exterior de nosotros para ser capaces de reconquistar esa unidad perdida. Solemos confundir el término de pareja ideal con el de media naranja, y de lo que se trata es de encontrar la naranja entera! Una vez hecho el trabajo, podemos sentirnos completos y, o bien ya no necesitaremos la pareja externa, porque la hemos conquistado en el interior o la que encontramos es realmente el complemento ideal, superados los condicionantes, las necesidades, los apegos y las farsas de poder que elaboran el guión que dice “ tengo lo que necesitas para que dependas tanto de mí, como yo de ti”. Una vez conquistado el auténtico poder del Yo ya no pueden darse relaciones basadas en antiguos paradigmas. Pero mientras tanto, deberemos trabajar el guión de la Casa VII que nos perfila a la pareja y las relaciones que necesitamos para evolucionar. Por lo tanto, en la Casa VII están todas aquellas tendencias que buscamos como punto de apoyo. Es frecuente

que proyectemos a través de la pareja todas aquellas frustraciones o deseos no cumplidos. Tanto sus cualidades como defectos nos son ocultos, ya que forman parte de nuestras propias tendencias, y son las que progresivamente se nos van revelando. Tal y como decía Jung ” cuando una situación interior no se hace consciente, acontece afuera como hado o destino”. Este es un axioma cabalístico de primer orden, pero que la psicología ha aceptado plenamente y gracias al cual podemos trabajar abiertamente el concepto de que cuanto más tratemos de “tapar” una tendencia para que ésta no salga al exterior, más nos la encontraremos reflejada fuera. La Casa VII es también el sector de las asociaciones, de la respuesta de la sociedad frente a nuestras propuestas. Cuando se activa la VII nos permite centrar nuestra atención en lo que se nos pide desde el exterior, buscamos la aceptación. Una vez hemos podido o sabido reintegrar las cualidades de la Casas VII en nuestro Yo interno, seremos capaces de ofrecerlo a la sociedad. No hay cualidad que pueda expresarse si antes no ha sido integrada a nuestra personalidad (Ascendente).

Casa XI, grandes amigos, proyectos e ideologías. La Casa XI es una Casa Vav regida por Saturno en co-regencia con Urano, expresando los valores acuarianos. Constituye el canal a través del cual el bien y el orden que hemos plantado en el mundo nos son legítimamente restituido. En la Casa VII nos hemos buscado a la pareja idónea que sirva a nuestros propósitos y una vez trascendido todo ello, en la XI aparecerán aquellas personas dignas de nuestro trabajo humano, esos amigos y protectores que sienten y piensan como nosotros. Son esos viejos conocidos que nos han seguido de ciclo en ciclo y que están más allá de las contrariedades que producen la incomodidad del trabajo emocional cuando se vive en un inicio. En la XI tal vez nos encontraremos a nuestros enamorados de etapas anteriores, los que fueron nuestros amantes y cónyuges y que ahora, una vez pulidos los trabajos propios de la etapa sentimental, aparecen

para tendernos la mano, porque corresponde a la sublimación del amor particular por el amor universal, tal y como nos lo ofrece el signo de Acuario en su más pura esencia. Con la XI reconocemos al otro como parte de nuestra identidad. Es por ello que se le asocia también al grupo, a los grandes ideales y a los proyectos de vida, donde el ser humano se religa al colectivo para trabajar en la gran obra de la creación. La consciencia de grupo se instala en nuestros mecanismos internos. En la Casa XI se manifiestan las tendencias de la identidad del ser humano en relación con su medio social, la renuncia a su individualidad en favor de lo colectivo, la proyección de esa identidad hacia un rol más allá de sí mismo. La Amistad en mayúscula es la que en teoría no pide nada a cambio de su entrega, de su protección, de su ayuda. Ser capaz de proyectarse hacia el otro porque sientes que el otro es parte de ti mismo. El objetivo final es el del amor desinteresado, un amor sin condiciones porque este es el ideal de Acuario. Carls Rogers, fundador de la psicología humanista dijo: "Cuanto más profundamente ahonda el individuo en su propia identidad, más descubre la totalidad de la raza humana”. Es una Casa de Aire, donde la lógica del pensamiento establece sus leyes y trata de percibir lo que está más allá del funcionamiento aparente de las cosas, lo que subyace en las capas interiores y en definitiva de donde se crean nuevas formas de realización. Es la Casa de los inventores y del futuro.

La casa III La Casa III es Vav regida por Mercurio, expresando los valores de Géminis. Es Por mediación del lenguaje que el mundo de las palabras, las ideas, los conceptos y su descripción componen un espacio donde nos movemos. En la III se activa el intelecto que define, delimita, instruye. La mente concreta es análoga a las actividades del lado izquierdo del cerebro, el del pensamiento racional, el que recopila hechos, controla, clasifica, se expresa. ¿Cómo son nuestros pensamientos, cómo utilizamos esa parte cerebral?, la Casa III nos lo desvela. Todo lo que abarca lo que nuestros

sentidos pueden ver en el dominio de lo inmediato está bajo los auspicios de la Casa III. Lo que nos conecta con el cotidiano, el entorno y que nos instruye como seres humanos en el aquí y ahora. Se sabe que “los otros” suelen manifestar partes dormidas de nuestra propia personalidad, les “obligamos” a estar, a actuar, elaboramos guiones en los que son co-protagonistas de nuestra historia. Cuando no vivimos las experiencias en su totalidad nos las arreglamos para que “otros” las personifiquen, hermanos, vecinos, conocidos, y las pautas de comportamiento que no asumimos de esas personas más inmediatas, los hermanos, suelen reproducirse en el compañero, el jefe, el amigo, etc... La Casa III es también la etapa de escolaridad, el modo en que nos movemos en un entorno donde todos aprenden, donde hay maestros que también nos influencian. Es el sector donde se activan una gran cantidad de conexiones neuronales, lo que nos mueve nuestros impulsos de aprendizaje, la curiosidad. Cuanto más activamos nuestro intelecto, más ensanchamos nuestra capacidad de aprendizaje. La Casa III también escenifica los desplazamientos cortos, aquellos que nos proporcionan sensaciones inmediatas, que nos movilizan. Es importante recordar que el contexto en el que nos relacionamos determina en gran parte nuestro comportamiento frente a las disposiciones que establecemos con el entorno. Es nuestra actitud lo que cuenta y con ella los patrones de comportamiento adquiridos durante la infancia y que forman parte de la memoria celular. En la Casa III esos patrones se modulan y se convierten en hábitos.

CASAS X, II Y VI. ELEMENTO TIERRA Las Casas de Tierra Después de haber experimentado con todas las Casas Yod de Fuego, Casas He de Agua, Casas Vav de Aire, llegamos al estadio de las Casas de Tierra que se definen como la Trinidad de la Materia y se asocian a la expresión de la existencia material de las cosas. Son Casas de objetivos concretos que actúan en el medio social en los diferentes registros de lo que nos transmite la realidad vivida.

Casa X, capacidad profesional. Relación con el padre. 2ºHe-Yod La Casa X se asocia al signo de Capricornio, primer signo de Tierra donde tienen lugar los trabajos de construcción de la realidad material. Representa la etapa de cristalización de los propósitos humanos. Lo que fue una experiencia interior pasa a ser poco a poco una realidad exterior. Sin embargo, todo pasa por un proceso de aprendizaje. Es por ello que no podemos siempre situarnos en un puesto de director y hemos de pasar por la etapa de aprendiz para ir escalando peldaño a peldaño la maestría. En el sector X se supone que esta perfección está llegando a su punto culminante y que nos sobran habilidades para llevar a cabo la cristalización del objetivo primigenio. Se asocia a la profesión teniendo en cuenta que el estado evolutivo tiene que haber alcanzado un grado de maestría y la sociedad nos lo reclama. Se sitúa en el punto más elevado de Carta frente a la Casa IV, la de la Madre. Los planetas emplazados en la Casa X expresan las cualidades que más destacarán en nuestra vida Y ¿a qué nos religamos en la primera etapa de la vida? Pues a algo mayor que nosotros mismos, la figura del padre. Por ello se le atribuye a la Casa X al padre físico y/o también de una referencia espiritual, trascendente. Es la casa de la ambición; de los logros sociales, de nuestra contribución al mundo y la necesidad de ser reconocidos. Los antiguos griegos creían firmemente que cuando un ser humano realizaba un acto heroico y verdaderamente noble se le recompensaba con el honor de ser convertido en una constelación en el cielo que luciría toda la eternidad. No

sólo podemos ubicar la profesión en la Casa X sino más bien el enfoque que le damos a nuestro trabajo, ya que la profesión que escogemos puede verse reflejada en otros sectores de la Carta. La activación de este sector perfila la facilidad o la capacidad para gestionar el sector laboral. La correspondencia de la Casa X con el padre físico nos ayuda a comprender como percibimos a nuestro padre, que es lo que necesitamos ver en él y la influencia que tendrá sobre nosotros, el poder que ejerce su autoridad. Es también la ley y el jefe.

Casa II. Bienes y Ganancias. Seguridad Material. 2º He-He La Casa II se relaciona genéricamente con Tauro, 2° signo de Tierra, donde la abundancia material ha de ser una realidad tangible. Es por ello por lo que se relaciona este sector con las ganancias, los bienes, las riquezas, la seguridad material. El ser humano consigue a través de la Casa II el contravalor de sus esfuerzos, es decir aquello de lo que ha sido merecedor. La Casa II también nos habla de las riquezas de que dispone el individuo, así como de lo que le da seguridad. No todos los valores son materiales. Hay quienes consideran que el amor da seguridad, otros que lo hacen la adquisición de poder o de ideas. Todo dependerá de donde se ubique la Casa II, si en signos de Fuego, de Agua, de Aire o de Tierra. A través de la Casa II nos conectamos con la parte más tangible de nuestra personalidad. Hay un objeto u objetivo que deseamos y que trataremos de alcanzar. No sólo se establece nuestra relación con el dinero, sino con todo aquello que podemos considerar como un bien, una riqueza, un valor. Por otra parte el emplazamiento de la Casa II nos informará acerca de las facilidades o dificultades para obtener ganancias, para rentabilizar nuestro potencial creativo. La Casa II muestra lo que deseamos, valoramos o apreciamos. Tomar conciencia de lo que somos como valores potenciales de “algo” que subyace en nuestro interior forma parte del guión de esta Casa. En la Casa II se inscriben los deseos de “poseer” algo, alguien, dinero, ideas, sentimientos, o cualquier otra cosa que nos suponga seguridad.

Casa VI. Servicio Y Salud. 2ºHe-Vav

Querer ser aquello que uno realmente es constituye lo opuesto a la desesperación. Søren Kierkegaard La Casa VI es el sector que nos invita a definirnos conociendo las limitaciones, a entrar en la dinámica del servicio obligatorio como parte del tributo que tenemos que rendir para llegar a la perfección recuperando la naturaleza virginal. Hacer inventario de nosotros mismos. Desde la Casa I vamos elaborando un guión, lo que en los signos y Casas de Fuego se elaboraba a nivel de conciencia, de voluntad, compartiendo ideales profanos y divinos. Del Fuego al Agua agotábamos las experiencias

emocionales,

compartiendo

pasiones,

luchas

emocionales.

Descubrimos lo que es la fuerza de conexión, de la unión con el elemento racional de la mente, el Aire, para después construir y gozar de la experimentación práctica de nuestros recursos, de las lecciones aprendidas que deben servirnos para hacer algo coherente en el ciclo de Tierra. Pero llegados al punto de la casa potencial de Virgo, la Casa VI, un nuevo gran ciclo debe comenzar y para ello debemos irremediablemente desprendernos. Ya no hay canales donde vaciar nuestros depósitos. No podemos retener nada, debemos soltar lastre porque lo que no es expulsado acaba deteriorándose. Obstruir ese canal ocasiona perturbaciones de salud. Todos los compromisos adquiridos, las deudas, las experiencias deben llegar a su fin y ser anuladas, pero en la cuenta del debe y del haber no siempre nos salen los números. Eso es lo que produce la enfermedad. Debemos ser responsables de nuestros actos, los que saltan de ciclo en ciclo hasta llegar al canal de la Casa VI, donde se identifican con tal o cual experiencia. Es por ello que la Astrología tradicional se refiere a este sector como el de los subordinados, los inferiores jerárquicos, la humildad, los animales domésticos, los instintos, los hábitos que no nos convienen, las molestias, lo que no podemos ambicionar y sí acatar. La Casa VI establece el puente de acción entre lo que somos por dentro y la relación con lo de fuera, con nuestros 4 cuerpos. La Casa VI establece un límite, estructura un horario, nos somete a lo que cada uno nos identificamos. Somos lo que comemos, lo que creemos, lo que proyectamos, lo que lloramos u optimizamos. Ahí encontramos muchos de los porqués de las nuevas enfermedades, las que no dejan

rastro en la piel, sino que están en el alma: La angustia existencia, el miedo a vivir, a morir, a enfrentarnos con lo desconocido, a seguir con lo conocido. También se le atribuye a la Casa VI la naturaleza del trabajo que hacemos, porque el trabajo es visto como una fatiga, como una molestia, como una obligación. Somos un todo indisoluble de la Gran Máquina Cósmica. Cada célula “sabe” lo que tiene que hacer, cada uno debe tener la conciencia de actuar. Eso es la armonía del Universo que nos pide organización consciente para funcionar al unísono, porque lo que pensamos y sentimos afecta a nuestro cuerpo. La Casa VI es un canal, su clave es dejar fluir para acompasarse al ritmo del universo.

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