Maestría En Teología Espiritual: “resumen Del Capítulo V Del Libro Teología Espiritual, Escrito Por Saturnino Gamarra”

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Maestría En Teología Espiritual “Resumen del capítulo V del libro Teología Espiritual, escrito por Saturnino Gamarra” Asignatura: Teología Espiritual

Presentado por: Oliver Acosta Luis Figueroa Bany Pineda

Juticalpa, Olancho; 2 De Marzo De 2015

Índice

La Caridad/Amor en la Persona Cristiana. .......................................................................................... 2 I.

La perfección de la persona y la caridad/amor. ...................................................................... 2 I.I El hecho de la caridad en la antropología cristiana................................................................. 2 I.II La peculiaridad del planteamiento de la perfección por la caridad/amor. ............................ 3

II.

Naturaleza de la caridad.......................................................................................................... 3 II.I La caridad de Dios.................................................................................................................. 3 II.II La caridad en nosotros .......................................................................................................... 4

III.

La afectividad en la caridad ................................................................................................. 5

III.I Descripcion de la afectividad ................................................................................................ 5 III.II La afectividad en la escritura................................................................................................ 5 III.III La afectividad en la historia delcristianismo ....................................................................... 6 III.IV El porqué de la vigencia de la afectividad hoy .................................................................... 6

La Caridad/Amor en la Persona Cristiana. El ser humano que participa en la naturaleza divina por su procedencia, debe contar con el amor como algo esencial de su identidad, recordemos que Dios es amor (1 Jn 4,7). El estudio de la caridad en la teología espiritual debe responder a objetivos claros: 1. Señalar el papel que juega la caridad en la vida y en la persona del cristiano. ¿La caridad es un elemento más en la vida cristiana o es su elemento más fundamental? 2. Plantear la integración de la persona cristiana desde la caridad. ¿Cabe una unidad de la persona sin el factor integrador de la caridad? 3. Clarificar la naturaleza de la caridad. ¿La realización de la persona cristiana y su perfección son obra de la caridad? ¿Todo amor realiza y perfecciona a la persona? 4. Potenciar la afectividad dentro de la caridad. ¿Puede entenderse la caridad sin la afectividad?

I.

La perfección de la persona y la caridad/amor.

A menudo se afirma que el hombre encuentra la felicidad en el amor y que el objetivo de su existencia es amar, también se afirma que el amor es el acto fundamental de la vida cristiana y que la perfección de la persona radica en la caridad. Se determinara si el planteamiento anterior cuenta con una aprobación general y si es único.

I.I El hecho de la caridad en la antropología cristiana. Este apartado pretende que se tome conciencia de la primacía de la caridad en el proceso de la persona del cristiano y en su perfección.

a) Existe un interés por tener el amor como el dato radical de la identidad del humano. Juan Pablo II, en la encíclica Redemptor hominis, afirma: “El hombre no puede vivir sin amor”(RH 10). b) El nuevo testamento es muy explícito en la afirmación de la primacía del amor a Dios y al prójimo, Jesús deja bien claro al afirmar que del amor a Dios y al prójimo es lo más importante de toda la ley y los profetas (Mt 22,34-40). San Pablo reconoce la primacía de la caridad, cuando afirma que los dones más excelsos no son nada sin la caridad y termina diciendo ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, pero la mayor de ellas es la caridad. (1 Cor 13, 1-13) c) En la tradición, relación entre la perfección y la caridad se considera evidente y que no necesita demostración. En la época patrística, san Clemente Romano afirma: “Todos los elegidos de Dios son perfectos en la caridad, porque sin caridad nada hay grato a Dios”. En la edad media, Santo Tomás afirma: “La perfección de la vida cristiana se considera especialmente según la caridad”. En los siglos XVI-XVII, el punto de conflicto estuvo en la naturaleza de la caridad, en la relación entre el amor de Dios y el amor de sí, entre el amor puro y amor interesado. San Juan de la Cruz afirma la relación entre el amor y la perfección de la persona cristiana. Actualmente, los tratados de teología espiritual presentan la

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caridad como factor unificador de la espiritualidad y estructurador de la persona cristiana. También el concilio Vaticano II ha subrayado la primacía de la caridad relacionándola con la perfección de la persona y con la transformación del mundo.

I.II La peculiaridad del planteamiento de la perfección por la caridad/amor. No todo planteamiento de la realización de la persona incluye el amor como su factor básico. Depende de diversos condicionamientos: a) De la antropología que se profesa. Ninguna de las antropologías de corte materialista, puede afirmar que el amor es un factor integrador de la persona. El budismo plantea un programa de caridad hermoso, pero le falta la experiencia de la gratitud desde el amor recibido por Dios. En el misticismo hindú, se hace énfasis en la unidad entre el yo personal y el Absoluto, en este caso el amor a Dios no tiene espacio. En la antropología cristiana, se acentúa el ser personal del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, se sitúa la relación interpersonal de comunicación, de amistad y de amor con Dios. b) También dentro del cristianismo, el lugar de la caridad depende de la forma en que este es presentado y vivido. En otros tiempos hubo concepciones cristianas erróneas que se relegaba a segundo plano la función de la caridad. Todavía hoy existen planteamientos incompletos de la caridad: 1) Se mira la caridad como compromiso y se la reduce a él. 2) Se reduce el amor a una vivencia intimista de la persona y no se la considera principio motivador del compromiso de la persona.

II. Naturaleza de la caridad. II.I La caridad de Dios a) El termino “caridad” La caridad tiene una cualificación que es difícil que sea recogida en el término amor, con las connotaciones que éste tiene actualmente. Los escritores del Nuevo Testamento tenían a su disposición varios términos que significan amor, pero tenían una gran preferencia por agape, que significa un amor de elección, de estima y de preferencia. b) La caridad en la trinidad Dios es el origen de la caridad, porque Dios es caridad. Lo esencial del cristianismo es la caridad, porque el Dios de los cristianos es el Dios amor, uno en tres personas. El “amor Fontal” es la caridad de Dios Padre: una paternidad y una filiación y de una y de otra una espiración de amor, un Espíritu Santo que es el Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo. Hay una caridad infinita y eterna, que es la misma vida de Dios. c) La caridad de la trinidad o caridad descendente La comunión de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu no es solo objeto de nuestra contemplación, es mucho más. La Trinidad-Amor llega a nosotros por medio de: 1) El amor del Padre al Hijo encarnado, Dios Padre se da a Jesucristo como Padre en sentido estricto, de manera que el hombre Jesús únicamente es Persona en cuanto que Dios es su Padre.

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2) El amor del Padre también llega al mundo pecador, este amor es de donación porque nos da al Hijo para que vivamos la vida de hijos (1 Jn 4,9.10.14). 3) El amor de Jesús a los hombres. Jesucristo nos ama con el mismo amor increado con que ama al Padre: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros” (Jn 15,9). 4) El Espiritu, que es don del Padre (Jn 14,16-17.26; 15,26) y es don de Jesucristo (Jn 16,7; 20,22).

II.II La caridad en nosotros Una designación esencial de los nacidos de Dios es el amor; el cristiano autentico es un ser que ama, algunos puntos esenciales de esto son: a) “Permaneced en mi amor” (Jn 15,9) La caridad del hombre solo puede explicarse a partir de la caridad de Dios. Nuestro amor no es otra cosa que el amor de Dios Trino, esta es su referencia esencial. b) La relación de la caridad con la fe y con la esperanza La fe, presente en toda la sagrada escritura, tiene un gran protagonismo en el Nuevo testamento y por consecuencia en la teología. La espiritualidad le ha reconocido a la fe, y le reconoce, un papel fundamental e irrenunciable para la vida del cristiano. La fe tiene una respuesta integral a la autocomunicación de Dios, aunque incluya la esperanza y el amor, la fe es una decisión englobante de la persona. La oscuridad de la fe tiene que ver con el crecimiento del cristiano que va de fe en fe, la oscuridad lo acompaña siempre. La abnegación de la fe, no es nada más que la entrega confiada, más allá de los sentimientos y de las impresiones, al Dios que se comunica, esta autodisciplina es un aspecto esencial del camino de la fe. Junto con la fe esta la esperanza, que adquiere mucha importancia en el momento actual de la sociedad. La espiritualidad ha tenido y tiene muy en cuenta los contenidos esenciales de la esperanza para cultivarlos y para vivir de ellos. Estos son: La confianza sin límite en Dios, la espera tensa de la salvación como participación del hombre, el aguante paciente y perseverante en las pruebas y en los sufrimientos y la audacia confiada, sostenida por la certeza del amor y del poder de Dios. Es necesaria la mutua interacción de la fe, la esperanza y la caridad, las tres están vitalmente unidas entre sí y no pueden entenderse por separado. c) El amor a Dios y el amor al hermano. Su relación La insistencia en el amor al hermano es de siempre, porque es la entraña del cristiano, y es también nueva, por su concreción histórica. El amor concreto al prójimo adquiere incesantemente en la historia, por necesidad, formas nuevas y distintas, según sean las situaciones históricas en las que las personas se encuentran. Muchos textos bíblicos afirman una implicación mutua entre el amor a Dios y el amor a los hermanos: “Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40), solo para indicar alguno. Jesús vivió la autodonación incondicional al Padre desde su filiación divina; en esta misma clave debe situarse al cristiano, que al “al ser y vivir en Cristo” participa en la comunión de vida, también de amor de Cristo con Dios. En una religión de revelación el descanso en Dios tiene un valor en sí y no solo en función de nuestras relaciones con los hombres: y esto porque Dios es Dios. Ignorar el simple estar

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con Dios como con el amado, “sin hacer nada”, significa eliminar el núcleo mismo del cristianismo. d) La estructura de la caridad/amor Debe reconocerse la radicalidad del amor en la persona humana, que llega a lo profundo de ella misma y abarca a toda la persona, porque se ama con toda la persona. La caridad/amor es operativa y afectiva, no puede reducirse a amar con obras. En el amor la persona responde al bien descubierto como tal para ella, es decir, el amor es la respuesta a un valor. No hay caridad sin amor a sí mismo. La caridad/amor supera el amor a si mismo mediante la benevolencia, el amor gratuito y desinteresado. No existe amor sin reciprocidad, el amor es dialógico, lo encontramos en el amor de la Trinidad y en la relación de amor de cristo encarnado. La caridad cristiana tiene un carácter universal y rechaza la idea de selectividad, de preferencia y mucho más de exclusión, esto adquiere su garantía en el comportamiento fraterno con las personas que se cruzan en la vida de cada día. La libertad está siempre presente en el amor, nunca se es tan libre como cuando se responde con amor a la oferta de amor en Cristo. El gozo acompaña siempre el amor; la alegría, la esperanza, la visión positiva de la vida son la fieles compañeras, aun en medio de las dificultades, de la caridad/amor.

III.

La afectividad en la caridad

Se subraya la afectividad dentro de la caridad cristiana por las siguientes razones: a) Por no desnaturalizar la caridad. Si es urgente subrayar y potenciar el compromiso operativo de la caridad, en la misma medida, debe potenciarse su dimensión afectiva. b) Por responder al objetivo de la teología espiritual, que es la vida cristiana en la persona concreta. Plantear la vida cristiana en lo íntimo de la persona implica entrar en su afectividad. c) Porque es una exigencia urgente del momento alimentar y orientar la afectividad del cristiano en el proceso de su vida espiritual. Es fundamental para la espiritualidad la educación de la afectividad, es por lo mismo tarea de la teología espiritual. d) No se trata de que la afectividad sea un componente más que debe ser integrado en la unidad de la persona, sino, de que la caridad/afectividad sea el factor integrador de la persona cristiana.

III.I Descripcion de la afectividad Una definición genérica de caridad es: la resonancia activa, en la conciencia del hombre, de la relación existencial con el ambiente y de su estado vital. Otra definición de afectividad es: aptitud o capacidad de sentir y promover los afectos. Junto a la afectividad psico-orgánica y la afectividad superior, que hace referencia a la atracción hacia lo estético, hacia un ideal, está la afectividad espiritual, cuyo punto fundamental está en la participación de toda la persona, desde todos sus niveles, de la “Vida en Cristo”.

III.II La afectividad en la escritura La terminología afectiva se hace presente en la escritura: a) En el antiguo testamento

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La cercanía de Dios en el antiguo testamento es el punto de partida de la relación de Dios con el hombre, que culmina en alianza. En este contexto de la alianza se señala: 1) El amor paterno-maternal de Dios con su pueblo. Ahora, pues, escucha, Jacob, siervo mío, Israel a quien yo elegí. Así dice Yahveh que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda: No temas, siervo mío, Jacob, Yesurun a quien yo elegí (Is 44, 1-2). 2) El amor esponsal de Dios para con su pueblo Israel. Yahveh con amor gratuito toma por esposa a Israel en el desierto, a la salida de Egipto. Asi dice Yahveh: De ti recuerdo tu cariño juvenil, el amor de tu noviazgo, aquel seguirme tú por el desierto, por la tierra no sembrada (Jer 2,3). 3) El amor de Dios amigo. La garantía de la relación de Israel con Yahveh es la amistad que Dios sella con Abraham: Y tú, Israel, siervo mío, Jacob, a quien elegí, simiente d mi amigo Abraham (Is 41,8). b) En el nuevo testamento La afectividad adquiere una profunda cualificación en el amor de Jesucristo, desde el que se entiende el amor cristiano. 1) El término “agape” se utiliza con preferencia sobre otros términos, pero la afectividad de la caridad depende, además, de otras circunstancias en las que se vive el amor. 2) La autodonación de Jesús al Padre a favor de los hombres descansa en la relación entrañable del hijo encarnado con el Padre. 3) Dios se muestra “amable” para el hombre en Cristo. La creación no es suficiente para manifestar la “amabilidad” de Dios porque no nos lo presenta dándose, y, como consecuencia, la respuesta del hombre al Dios creador es de reverencia y adoración, pero no de un afecto personal. 4) La relación de Jesús con los discípulos es un capítulo importante para captar la afectividad en el amor. 5) Jesús presenta el amor del padre con rasgos pronunciados de afectividad.

III.III La afectividad en la historia delcristianismo La afectividad en la vida del cristiano queda fuera de duda al ser un elemento esencial de la caridad. Pero la valoración de la vida afectiva ha tenido sus variaciones, para ello están al alcance los comentarios y homilías que se han escrito del Cantar de los Cantares, las aportaciones de cada uno de los autores a los distintos versículos del Cantar, deja al descubierto la vida afectiva de quien vive en Cristo. En el siglo XII, caracterizado por la presencia de grandes personalidades de la vida cristiana, nace lo que ha venido a llamarse espiritualidad afectiva, cuyos rasgos son: la comprensión desde la experiencia, la sabiduría con fruición y el conocimiento por el amor. Actualmente se ha tomado conciencia de la importancia de la afectividad en la vida humana y de su incidencia en el comportamiento. Pero tambien es el momento en el que se pide una adecuada valoracion de la afectividad, con su correspondiente cultivo.

III.IV El porqué de la vigencia de la afectividad hoy La afectividad es imprescindible como integradora de la unidad de la persona. Es un principio psicológico y espiritual el de la integración de la persona en unidad.

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Es insuficiente la presentación de la caridad-operatividad. Aunque siempre se haya definido y se defina al cristiano por la caridad, también ha existido y existe el peligro de despojar a la caridad de su componente afectivo y reducirla a simple observancia de los mandamientos o a la respuesta a un proyecto de vida, susceptible de cambio según las apreciaciones personales, al servicio de los demás. Es insuficiente el compromiso sin la gratuidad. La diversificación puede degenerar en deformación cuando la potenciación del compromiso o la gratuidad sea exclusiva, por lo tanto debe existir una relación entre ambos, suponiendo una relación de integración según la cual la gratuidad está presente en el compromiso y viceversa. Es insuficiente el planteamiento del cristianismo desde la mera ética. Este planteamiento incluye en sí mismo una nueva relación, necesariamente afectiva, con Dios, cuyo cultivo plantea las cuestiones del proceso de la afectividad en la relación con Dios y de la afectividad en la oración. Es insuficiente el planteamiento del cristianismo como mero seguimiento de Jesús. No seguimos a Jesús para hacernos hijos, sino que le seguimos siendo ya en él hijos, por lo tanto debe estar presente la afectividad de hijo. Es insuficiente el conocimiento racional sin la afectividad. Para el conocimiento profundo de las personas y de Dios es del todo necesario el amor. El estancamiento en el conocimiento de las personas puede indicar una paralización afectiva. El amor está necesitado de lucidez, debe procurar el bien de la persona. La caridad/amor/afectividad es la que estructura la persona cristiana. Con todo lo planteado anteriormente, se puede decir que la caridad/amor/afectividad están presentes y son esenciales en la estructuración de la persona.

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