Diana De Ricci - Abrazados Por La Pasión

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Ja'Rol Slone y

han estado juntos durante años, pero

últimamente un deseo que no pueden ignorar ha ido aumentando entre ellos. Un vacío que ninguno quería admitir por temor a la reacción del otro y al dolor. Una necesidad sin rostro, una mujer a la que saben que van a encontrar. Una mujer que se unirá a ellos completándolos de una manera jamás visto o anticipado.

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capítulo uno Ja’Rol abrió las puertas dobles de caoba de la oficina de Slone. — ¡Traci acaba de renunciar! —Parecía que el hombre que estaba detrás del escritorio no había escuchado su entrada. —dije que... —Te he oído. —Slone escribía sin pausa. —Por favor cierra las puertas. Ahora todo el mundo de los tres pisos de arriba y por debajo de nosotros conoce nuestra situación. Ja’Rol carraspeo a su socio, mejor amigo y amante. Con las puertas cerradas detrás de él, atravesó el gran espacio hasta llegar al escritorio. Grandes cristales tintados dejaban ver una impresionante vista de la ciudad detrás de Slone. Él sabía que estaba ahí. El hombre trabajaba como un perro, una vez dentro de las oficinas. Lujosa, con cuero, madera y una alfombra gruesa, la habitación estaba llena de todas las necesidades modernas, desde una gran pantalla de T.V hasta una máquina de expresso. Había una hilera de sillas y una larga tumbona a un lado para cuando se alargaban las tardes o se hacía tarde en la noche para descansar. Esencialmente era una oficina que destilaba poder. Slone trabajaba incansablemente en mantener Pasaje Náutico funcionando sin problemas. Y cuando Slone no podía, Ja’Rol tomaba el relevo y lo hacia él. Caminando hacia la cafetera, tomo una taza, la relleno y vertió una cuarta parte de crema de avellana dentro. Después de revolver y probarla, lo declaro perfecto y se dio la vuelta. — ¿Que vamos hacer con Traci?

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—Me imagino que encontrar un reemplazo. —Respondió Slone, todavía distraído con su computadora. Frustrado por ser ignorado, Ja’Rol jugaría sucio para obtener la atención de su amante. Se imaginó a los dos desnudos, arrodillado enfrente de Slone, jugando con su enorme miembro entre sus labios. Casi ronroneo con la imagen que lleno su visión. Slone detuvo las manos y lo miro. — ¡Ja’Rol! — ¿Si? — Respondió con toda inocencia. Slone se sonrojo cuando la imagen tomo vida propia. Recargándose en un librero cercano a Ja’Rol cruzo las piernas para disfrutar de su café. Y de las reacciones de Slone. Sus pestañas bajaron, discretamente saboreando el efecto que tenía sobre su Slone. — ¿Pasa algo? Solo cuando Ja’Rol imagino tomar la pesada longitud de Slone en su boca, Slone gruño con un gemido de necesidad. — ¿Tengo tu atención ahora? — Le pregunto lo más desinteresado posible, aunque su propio cuerpo empezaba a palpitar con lo que él provocó. —Mierda. —Siseo Slone. Sentado en su silla, con los hombros atrás, acomodandose su pantalón ajustando. — ¿Mira lo que hiciste? Descubrir esa inflexible necesidad hizo a Ja’Rol lamerse los labios, saboreando el café, pero deseando probar otra cosa. Dejando escapar un suspiro arrepentido, dijo: —Lo siento. No debí hacer eso, pero maldita sea, hombre. A veces no me pones atención. Esto es serio. Traci se fue. — ¿A dónde se fue? Finalmente, interesado. —Se va a mudar con su prometido al otro lado del estado. Nada de lo que le dije la mantuvo aquí. — ¿Te preocupa que ella hable?

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Ja’Rol hizo un movimiento con la mano. —No, ella no es así. Guardar los secretos era prácticamente una formalidad en ella, nunca sabrías que secretos guarda de los demás. —Mirando a Slone, él añadió, —ella sabe acerca de nosotros. — ¿Que somos gay? —Que somos dragones. Slone parpadeo y se quedó helado. — ¿Cómo? —El cristal a su espalda podría haberse escarchado de lo rápido que el aire se enfrió. —Ella nos vio regresar al ático después de volar. Es inusual que llegara tan temprano en la mañana, pero dijo que no podía dormir y supo que había algo que la mantenía despierta. Así que vino temprano. Muy temprano. Solo dijo que realmente no importaba. Somos buenos jefes, excelentes empleadores y que ella vendería a su madre por quedarse, pero no quiso vender a su prometido. — ¿Desde cuándo lo ha sabido? —La voz de Slone se había vuelto mortalmente tranquila, pensando en la necesidad de mantener sus identidades secretas. —Déjame ver. —Él reflexiono. —Casi cinco años. —A pesar de que ninguno de los dos lucia mayor de treinta, cinco años para ellos era un poco más que un abrir y cerrar de ojos en la duración del tiempo. Pasaje Náutico era en realidad su quinta empresa conjunta. — ¿Y nunca pensaste en decirme? —rugió Slone— golpeado su escritorio. Ja’Rol negó con la cabeza. —No, recién me lo dijo, cuando me dio su renuncia hace una hora. —Tomo un sorbo de café. —Honestamente, ella no es una joven que piense en explotarnos. Tiene cincuenta años, divorciada, una segunda oportunidad con una pareja. El hecho de que sus jefes fueran dos dragones no echará eso a perder. Slone lo fulmino con la mirada y Ja’Rol tuvo la urgencia de aclararse la garganta. — Hablamos mucho.

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—Obviamente. —Respondió Slone con una mirada y un tono gracioso. — ¿Algo más que no me hayas dicho? ¿Algo más que hayan hablado para que me dé un paro cardiaco? Ja’Rol escondió su sonrisa detrás de su taza. Cuando Slone comenzaba a burlarse, Ja’Rol sabía que iba a estar bien. Tuvo cierta preocupación cuando le contó a Slone que alguien sabía su secreto, pero después de hablar con Traci, después de saber que ella lo sabía hacía tanto tiempo y que nunca dudo o cambio sus hábitos de trabajo o el trato diferente, él sabía que al final todo iba a estar bien. Luego frunció el ceño. —Pero, ¿cómo vamos a remplazarla? ¿Y con quién? —Pon un anuncio. Por alguna razón, Ja’Rol no estaba interesado en eso. ¿Quién sabe qué clase de chiflado trataría de entrar a la más grande y más aclamada empresa de diseño de ingeniería aeronáutica de la ciudad para descubrir sus secretos? Los líderes del mundo podían estar sonriendo cuando ellos hablaran en la misma habitación, pero todavía se pasaban notas como niños de escuela. Lo último que cualquier hombre quería es que sus prototipos de prueba fueran bombardeados en alguna nueva máquina de guerra. — ¿Qué tal alguien de casa? Ja’Rol termino su café, saboreando lo último de la caliente bebida endulzada. Quería otro, pero ya había tomado dos esa mañana, uno más era su límite usual. La cafeína lo ponía caliente. Podía controlarlo, pero si él no tenía cuidado, Slone estaría acostado sobre su espalda. Probablemente por la pequeña broma que le hizo al otro hombre con la mamada visual. Con un suspiro, dejo la taza y se alejó. —Siempre puedes cambiarlo a descafeinado. —Ofreció Slone con un brillo de comprensión en su mirada. Sus ojos eran extraordinarios. Uno de ellos, de solido verde pálido claro, el otro una mezcla de zafiro y oliva que hacia volar la imaginación de Ja’Rol.

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Ja’Rol sonrió. Ahora que lo tenía en su cabeza, Slone probablemente lo mantendría en sus pensamientos. —Viviré. Además me gusta el ímpetu. Se lo que voy hacer. —Eres un adicto a la cafeína. — Slone lo acuso con una carcajada de tenor. Él solo se encogió de hombros sin molestarse en negarlo, luego se sentó en una de las acolchonadas sillas de cuero frente al escritorio. —Así que Traci... —Vamos a echar una mirada y vemos a quien podemos mover a jefe de administración. Si no hay nadie, vamos a tener que buscar afuera. Ja’Rol junto los dedos. No estaba convencido con la idea, pero en realidad, ¿qué otra opción tenían?

*** Ja’Rol abrió la puerta de la oficina, buscando en la sala de espera. — ¿Señora Blythe? Una jubilada con mirada de sargento se levantó. Ja’Rol oculto su decepción. ¿Una compañía de casi 700 y esto era lo mejor que podían encontrar? Cuarenta y cinco minutos más tarde, le permitió regresar a la señora Blythe a su departamento. Encerrado de nuevo en la oficina Ja’Rol se hundió en su asiento, era todo lo que podía hacer para no hacer una bola a la lista y la libreta y tirarla por la borda. —Seis entrevistas y nadie tiene lo que buscamos. — ¿Qué es lo que estás buscando? —Preguntó Slone, refiriéndose a él detrás del escritorio. —Por lo menos dos estaban sobre calificados e incluso la señora Blythe manejaría nuestro piso como un barco.

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Ja’Rol rodo la cabeza de lado a lado en el cuero negro de la silla, mirando fijamente el techo. —Lo sabré cuando la vea. —Era la mejor respuesta que podía dar. No estaba realmente tan seguro. Solo sabía que no quería a la abuela de Matusalén dirigiendo la oficina. — ¿Estás seguro que es un “ella”? —él reflexiono. — ¿Eh? —Sigues diciendo “ella”, como si fuera una conclusión inevitable. —Slone se levantó y se dirigió a la silla que ocupaba Ja’Rol. Él tenía un porte acechante, elegante, con una clara presencia dominante. Combinado su pelo negro y espeso, con sus increíbles ojos y una boca que sabía de placer y control, simplemente estaba delicioso con sus pantalones negros y su chaqueta del traje. —Has estado muy absorto en esto. —Los hábiles dedos de Slone se enterraron en sus angostos hombros. Una rara muestra de afecto en el trabajo por otro hombre. Ja’Rol parpadeo, derritiéndose bajo las talentosas manos de Slone. —Supongo que es una reacción machista, pero ningún candidato varón ha estado interesado en el puesto. Bajando para susurrar, Slone soplo en su oreja. — ¿Hay algo más? —él pregunto. Levantando la vista hacia el hombre que se cernía sobre él, Ja’Rol entendió. El corazón le latía con un ritmo acelerado, esperanzado. —Tú también lo sientes, ¿no? — ¿Incompleto? —Pregunto Slone con un gesto débil, todavía lo sostenía con intimidad por los hombros. Se hundió en cuclillas a lado de la silla. —Lo siento, desde hace meses. No estaba seguro de si lo estaba imaginando o no. Luego, hace unas semanas, comencé a sentirlo en ti. Mi mayor preocupación era que estuviera imponiendo mis anhelos y deseos hacia ti. Ja’Rol levanto la mano, el pulgar suavizando el pliegue débil que mostraba sobre la ceja. —No lo haces. No sé cuándo me di cuenta, para ser honestos. Te amo. — Inclinándose, Slone acepto el suave beso en la barbilla, acercándose a él para rozarse los labios.

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Un gemido bajo emano de él. —No puedo. —Él se alejó con pesar y con un suspiro, se hundió más en la silla gemela. —Es por eso que tú has estado como león con una astilla clavada en la pata. Tú sabía lo que estabas buscando y sabias que la única que necesitamos no está aquí. Ja’Rol asintió. ¿Qué sentido tenia discutir? En algún lugar en sus entrañas, él lo sabía. Hubo un inmenso alivio, también, de saber que no estaba solo en esta situación. Lo último que quería era herir a Slone. Traer a un tercero, sobre todo a una mujer que no podía evitar desear, una mujer que tampoco conocía... había pasado más de una noche peleando consigo mismo sobre si ignorar el deseo o tratar de encontrar el camino para explicárselo a su amante. Ya que habían estado juntos por décadas. La sensación de sentirse incompleto se había ido acumulando en su interior y lo había ido confundiendo, pero ahora comprendía que significaba, solo necesitaba encontrar una manera de llenarlo. —No quería arruinar lo que compartimos. Estoy contento, pero hay algo que falta. Creo que al poder hablar con Traci, el tener una mujer cerca constantemente, ayudaba a ignorar el abismo, pero no puedo esperar más tiempo. — Sintió un leve rubor en sus mejillas, incapaz de mirar a los ojos al otro hombre. —No puedo dejar de mirar los pechos de Jericka. Pero soy reacio a abrir las puertas. No soy bueno para buscar solicitantes. —No exactamente. Tú ya sabes lo que necesitamos. Y en verdad, estamos buscando a dos mujeres. Una que va a trabajar con nosotros... —Y otra que nos ame. —Finalizo Ja’Rol pensativo. — ¿Funcionaria si fuera una que haga las dos cosas a la vez? Slone se revolvía en su sillón, ambos estirados y desgarbados con la mirada hacia arriba. —Es posible, pero lo que necesitamos es una diosa que también tenga el calibre de sargento de la señora Blythe. Ambos necesitamos organización. —Y a alguien para mantener a la chusma fuera del piso. — Ja’Rol sonrió. —Mamá te adora. Ja’Rol rio entre dientes. No se le podía pasar nada a Slone.

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— ¿Así que pongo un anuncio? — Ja’Rol rodo su lengua, odiando que la idea le secara la boca. —Es la única manera. Esperemos que nuestra diosa conteste. No sé cuánto tiempo te puedo soportar tan taciturno. — ¿Taciturno? — Resoplo Ja’Rol. —Solo espera a esta noche, guapo. —Créeme, lo hare. —Slone le guiño un ojo y luego se impulsó fuera de la silla para volver a trabajar. Un momento después, Ja’Rol se fue a discutir sobre el anuncio con Recursos Humanos, enviando una rápida plegaria para que encontraran lo que necesitaban y lo que ambos ansiaban.

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Capítulo dos Brigit dio la vuelta en la tercera esquina ¿o era la cuarta?, buscando la puerta correcta. Desafortunadamente todas lucían igual, caoba oscuro pulido con accesorios de oro. Ya que eran oficinas privadas, ninguna tenia nombre, mucho menos números. No importaba. Ella nunca encontraba a su madre al primer intento, no importaba cuanto trabajara en ello. Una alfombra gris y verde silenciaba sus pasos. Palmeras en maceta se alienaban en el pasillo como vibrantes centinelas verdes. La decoración era moderna, sobria y de buen gusto. No era lo que ella hubiera esperado teniendo en cuenta que su madre siempre se jactaba de la empresa. La última vez que había estado en las oficinas había sido varios años atrás, antes de que se hubiera ido a vivir con su padre y su madrasta a Los Ángeles. Brigit no recordaba los pasillos. ¿Por qué habría de hacerlo? Deteniéndose frente al par que pensaba que eran las correctas, ella llamo. Una voz masculina, le contestó en respuesta o eso creyó escuchar. Caray. Strike uno. Bueno tal vez él sabría indicarle. Respondiendo al saludo de entrar, lo hizo, balanceando la puerta hacia adentro. —Hola, siento interrumpir. —Comenzó diciendo. Ante el sonido de su voz, una cabeza con cabellera oscura se levantó, dejando al descubierto los ojos más extraños que jamás había visto. — ¿Te puedo ayudar? Verde y azul. No. Uno era verde y el otro era un mosaico de azul y verde. —He dicho, ¿te puedo ayudar? Brigit se enfocó y señalo al que parecía un poco contrariado por la interrupción, su silencio o ambas cosas. —Oh lo siento. —Paso con mano nerviosa por su corto pelo rubio. No era difícil míralo. Pero resultaba difícil dejar de mirarlo, era hermoso. Robusto, con

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traje. Hermoso. Se lamio los labios, recordando que él le había hecho una pregunta. — Estoy buscando a mi mamá. Pero fracase. No puedo recordar donde está su oficina. El hombre con los ojos más exquisitos se enderezo en su silla. —Y tu madre es... —Traci Boothes. El hombre frunció el ceño. —Traci nos dejó hace más de un mes. — ¿Qué? — Brigit parpadeo rápidamente. — ¿Cómo llegaste a este piso? —La secretaria de abajo... — balbuceo ella...— ¿ella se fue? — ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había hablado con su madre? ¿Por qué no le dijo que se iba? — ¿Cuál es el problema? Brigit se dio la vuelta y tuvo que mirar hacia arriba. Oh Dios. Otro sexy y delicioso hombre apareció justo detrás de ella. No tan oscuro, pero igual de guapo. Su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. Sus pezones se tensaron y tuvo que tomar aliento para tratar de aliviar la sensación. No sirvió de nada. Olía increíble. Cualquiera que fuera la colonia que llevaba, ella la compraría para tenerla. —Por favor. —El hombre de pie hizo un gesto hacia ella para que entrara en la oficina. Retrocedió, incapaz de alejarse. En silencio, la puerta se cerró detrás de él. El seguro de la puerta sonó para ella como un disparo de rifle. Él se apoyó contra la puerta y cruzo los brazos sobre su pecho, un pecho que suplicaba, ya fuera para tener o tocar. Alzando la mirada hacia él, fijando la mirada en la de él. En su piel creció la tensión. El calor quemaba en esos ojos dorados únicos. Un deseo que él no trato de ocultar. Su cuerpo dolía mientras ella respondía, incapaz de ignorar la primitiva llamada de hombre a mujer. Todo sucedía muy rápido, con una prisa vertiginosa, contra la que no podía luchar aunque quisiera. Solo tenía una opción. Tenía que salir corriendo.

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Brigit se dio vuelta. Tenía que salir pronto. Él otro hombre se puso de pie y se movió alrededor del escritorio. —Lo siento. ¿Ella se fue? — Brigit pregunto con la esperanza de que alguno le diera una respuesta. Él que ella miraba se acercó. —Sí, hace como cinco semanas. ¿Tú eres su hija? Brigit siguió su marcha hasta que se detuvo a uno o dos pasos de distancia. Ambos hombres, grandes, altos e intensos, la bloquearon. —Brigit. —Acertó chillar. Él hombre con los ojos únicos levanto la cabeza para mirar encima de ella. Asintió con la cabeza, aunque su ceño fruncido no desapareció por completo. —Ja’Rol reconoce el nombre, pero ambos creíamos que la hija de Traci era mucho mayor y estaba con su padre. Brigit se quedó boquiabierta. —Espera, ¿mayor? ¿Qué esperabas? ¿Cabello gris como ella? Tengo veintiocho años, muchas gracias. Y si, estaba con mi papá. Acabo de llegar a casa de pasar el verano en Paris. No había hablado con mamá desde antes de irme. —Ya veo. — Luego ante sus ojos, pareció que él cambiaba, perdiendo la postura de sospecha. Ofreciendo su mano, dijo, —Soy Slone Wilkes y este es Ja’Rol David. Mil disculpas. No esperábamos ninguna visita y nadie nos ha notificado que estabas de camino. Ella vacilo, luego le dio la mano. No había razón por no ser educada. — ¿Por qué? ¿Tiene secretos profundos y oscuros en este piso? — Susurro, acercándose. — ¿Cadáveres? Ja’Rol se acercó por detrás de ella riendo entre dientes. —No a ambas, pues estamos casi solos aquí. Desde que tú mamá se fue... —Enmudeció y los dos hombres parecían con el corazón roto. —Espera, ¿no era solo tu secretaria o algo así? Ja’Rol rio en respuesta. —Difícilmente. Esa mujer conocía este negocio, nuestra agenda como un reloj. Tenemos que seguir sin ella, se negó a quedarse con nosotros. — Ella ha llamado. Tengo su número. ¿Eso te ayuda?

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— ¡Oh sí!, por favor. Por lo general aparezco sin aviso y no es problema. Supongo que no se dio cuenta que época del año era. Slone la guio hasta un asiento. — ¿Son cercanas? — Él se sentó frente a ella mientras que Ja’Rol fue a la computadora de Slone y escribió algo. —Bastante cercanas, aunque vivir en una ciudad lejana deja lagunas. —Admitió, luego se mordió el labio. ¿Por qué demonios iba a revelar algo como eso a estos dos desconocidos? —Nosotros te ayudaremos a encontrarla. — Dijo el que estaba sentado frente a ella, tranquilizándola. —Ella podía haber trabajado con nosotros, pero era más cercana a Ja’Rol. —Slone no es del tipo de los que confraterniza. —Añadió Ja’Rol, escribiendo en un pedazo pequeño de papel. —Pero él es el jefe de jefes, por así decirlo, por lo que se le olvida pretender ser un humano a veces. Brigit sonrió ante la burla. Slone deslizo una mirada descontenta al hombre de la computadora, cuando alzo la vista solo se encogió de hombros. —Es cierto. Tú entras aquí y te olvidas que hay un mundo fuera de esas puertas. —Alguien tiene que mantener el negocio. Ese comentario provoco una fila de risas fuertes. Aclarándose la garganta, Ja’Rol rodeo el escritorio para apoyarse enfrente de ella. Sostuvo el papel en sus dedos. —Antes que te lo de, ¿puedes demostrar que eres su hija? Brigit frunció el ceño. Su licencia no serviría. Su madre se había quitado el apellido de su padre. No es que realmente la culpara. Era largo y griego... literalmente. —Se cuándo es su cumpleaños. — Ella ofreció. Ja’Rol asintió. —Dispara. —23 de mayo —mirando sus expresiones, ella se dio cuenta que ellos no sabían si estaba en lo cierto. —Háblale, o deja que hable con ella. —Les dirá que no soy una asesina.

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—Bueno, excepto con las plantas de la casa, pero no se puede tener cargos por homicidio horticultor, ¿verdad? Ja’Rol se rio otra vez. —Es graciosa. Entre los dos, él parecía el más relajado de ambos. —Está bien. —Slone asintió hacia el teléfono y Ja’Rol lo agarro, marco y espero. —Hola Traci. No, la compañía no ha quebrado, ni se ha quemado. —Él puso los ojos en blanco. —Parece que tenemos una visita que está buscándote, tu hija. Seguro. —Él le ofreció el teléfono. Brigit lo tomo agradecida. —Hola mamá. — ¡Oh cariño! ¿Ya es septiembre? —No suenas tan emocionada. —Respondió Brigit, sin saber si debía estar molesta o no. — ¡Oh! No es eso. Te juro, mi amor. Es solo que bueno... —ella suspiro. — Me voy para Las Vegas en dos días. Gene y yo vamos a casarnos este fin de semana. Estoy ocupada con los detalles, las reservaciones y perdí la noción del tiempo. — ¿Realmente te vas a casar? — Brigit grito, casi saltando de la silla. — ¡Con papi Gene! —Grito. Vio por el rabillo del ojo a los dos hombres sonriendo. Bueno esa confusión estaba aclarada. —Estoy muy contenta mamá. Mereces todo lo que él te da. — ¡Brigit! Brigit soltó una risita. —Bueno, mamá. Quiero decir que es bueno para ti. —Sí lo es. El único inconveniente fue la mudanza, pero ahora todo está bien. ¿Fuiste a las oficinas a buscarme?

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—Bueno, sí. Estoy aquí con Slone y Ja’Rol. —A ella le gustaba hablar. —Y estoy usando su ocupado tiempo de trabajo para convencerlos que no estoy loca, aunque esto último todavía está en debate. La risa de su madre era alegre. —Te quiero, cariño. Coge un bolígrafo. Te voy a dar todos los detalles. —Está bien. — Mirando hacia arriba, se encontró con Ja’Rol que le extendía una pluma y libreta. —Adelante—. Rápidamente consiguió toda la nueva información de su madre, con la fecha en que regresaría. — ¿Quieres que me una a ustedes en Las Vegas? — ¿Podrías? ¿Cuál es tu agenda? —Te llamare en la noche. —Está bien, cariño. ¡Besos! —Besos. —Luego devolvió el teléfono. — ¿Ven? No solo no estoy loca. Acabo de ser incluida en la boda. — Lucho contra el impulso de sacarles la lengua. Al menos a Ja’Rol. Lo entendería. Slone era increíblemente reservado. No quería insultar a ninguno de los ex jefes de su madre. — ¿Las Vegas, eh? —Ja’Rol pregunto. —Dos días. —Brigit recorrió sus dedos por su pelo. ¿Cómo iba a sacar adelante todo eso? No tenía mucho dinero en efectivo y un vuelo para dentro de cuarenta y ocho horas iba costar una fortuna. El autobús sería más barato, pero ¿podía hacerlo en dos días? —Vamos a sorprender a tu madre. — Ja’Rol ofreció. —La extrañamos. Estuvo con nosotros por mucho tiempo. — ¿Cómo? — pregunto, cuestionando a los dos.

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—Dinos donde te vas a quedar y tu número. Nosotros organizaremos todo para pasarte a buscar. Vamos a volar. El regalo perfecto para decir adiós a tu madre. — Slone se sentó, mirándola, apenas parpadeo. — ¿Eso no interrumpirá su semana? Ja’Rol sonrió. —Va a valer la pena. Después de darles su información, ella tomo un par de números en caso de que algo cambiara. Prometió empacar y estar lista a las siete de la noche siguiente para coger el vuelo con ellos. Poniéndose de pie, ella noto de nuevo la forma en que se paraban ante ella, altos y anchos. Ambos la vieron con un brillo protector y Ja’Rol con más que un atisbo de deseo. Era indiscutible lo que vio en él. También lo sentía, pero sentirse atraída por ambos la confundía. Solo pensar en eso hacía que sus pezones se apretaran más. Sintiéndose desconcentrada, estrechó sus manos, luchando por ocultar el temblor así como el calor que quemaba subiendo por su brazo y aterrizando en su estómago. Rezumbaba por sus venas un flujo de lava caliente que se detenía entre sus piernas, haciéndola humedecer con deseo como si se quemara parada en medio de los dos. —Hasta mañana. — Dijo Slone. Su voz se redujo a un timbre bajo. El tipo de voz que hace que las mujeres se desmayen a sus pies. Brigit casi lo hace. —Gracias por todo esto. —Dijo, tratando de mantener los pies sobre la tierra. Olía tan bien como Ja’Rol. Maldita sea. ¿Que llevaban? Tenía que comprarlo. —Estamos encantados de poder ayudar. Debes estar con tu madre cuando ella comparta sus votos con su nuevo marido. Decadente. Brigit estaba viendo una personificación. Se lamio los labios. — ¿Mañana por la noche?

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—Siete en punto. — Slone respondió. Sosteniendo su mano la levanto y paso el dorso de sus nudillos por sus labios, solo un pequeño roce de calor en su la piel. Su cuerpo palpitaba y su coño se humedecía. Mierda. Tengo que salir de aquí antes de que entre en combustión. —Déjame acompañarte a la salida. —Ofreció Ja’Rol. Casi paralizada por la necesidad, Brigit lo siguió. Slone abrió la puerta y con una mano en su espalda, dejo que Ja’Rol la guiara al ascensor. —Te acompaño hasta abajo. — Le dijo. Brigit asistió con la cabeza. —Puedo tomar un taxi. — ¿Un taxi? — Ja’Rol la miro fijamente, con los ojos amplios. — No para la hija de Traci. Bajare y llamare para que traigan mi coche. ¿Ya estas instalada en el hotel? —Sí, —respondió, quedando sin aliento. —Bien. — ¿No es necesario que me lleves? ¿No cuesta tanto dinero ir hasta mi hotel en un taxi? —Eres nuestra invitada ahora, así como nosotros los seremos en la boda de tu mamá. Y cuidamos a nuestros huéspedes. Sintió que era una batalla perdida, así que decidió no provocarlo. Subirse en el ascensor fue una tortura. No tan grande como Slone, con su cabello castaño oscuro y ojos color miel dorados, era la perfección. Decadencia y perfección. Y estaba a punto de estar encerrada en un avión por horas con esos dos hombres. Brigit se tragó un gemido, cruzando los brazos para ocultar su excitación.

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Capítulo tres —Ella es perfecta. — Ja’Rol se quedó inmóvil en el ascensor, aunque no tocarle otra vez lo mataba. —Ella no lo sabe. Pero podemos enseñarle. Paciencia. Ahora que la hemos encontrado —o ella nos encontró. —Reflexiono Slone humildemente. —Vamos a tomarnos el tiempo necesario para convencerla de lo que significa para nosotros. Ja’Rol estuvo detrás de ella, le llego el más dulce aroma de su cuerpo, se juntó con el suyo. La rapidez de su excitación le había sorprendido y al instante supo quién era ella. Trasmitiéndole eso a Slone con un grito de victoria. Más cauto que Ja’Rol, él tomo su tiempo para evaluar a la intrusa, pero acordó que no había error. Brigit era la mujer con la que habían estado soñando, un sueño sin rostro que les había dejado tanto dolor con una necesidad que no podían saciar. De alguna manera, tenía mucho sentido que fuera la hija de Traci, teniendo en cuenta la amistad que habían compartido a través de los años. Aunque antes de conocer a Brigit en persona, Ja’Rol nunca había considerado la posibilidad. Tenía una estatura perfecta, con curvas exuberantes y pechos y caderas hechos para complacer. Cabello de oro fluía alrededor de su cara para terminar en pequeñas hebras en sus hombros, un rizo suave sobre su ojo derecho. Sus ojos lo habían cautivado de tan azules. Una o dos veces, él tuvo que refrenar su mirada para que no viera como la admiraba. No sabía cuánto tiempo la había estado mirando fijamente o donde exactamente. Si no se hubiera colocado detrás de ella se hubiera ruborizado con sus pensamientos. Ahora bien, el ascensor estaba lleno de su atrayente olor, acariciándole cómo lentos dedos arañando de hambre a través de su cuerpo. Cuando estuvo pensando sobre lo que

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necesitaba nunca imagino que se sentiría así. Brigit no lo había mirado de nuevo ya que las puertas se habían cerrado. Quería reclamar su atención, pero en cambio, mantuvo sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones y sus ojos hacia adelante. — ¿Sentiste su reacción? —La voz de Slone se deslizo a su mente. —Profundamente. Ya puedo sentir el filo de sus pensamientos. Brigit estaba nerviosa e insegura acerca de nosotros. Cree que se está aprovechando, que habría sido mejor rechazar la oferta. —Siempre has sido más abierto a los pensamientos humanos. —Admitió Slone. —Voy a conseguir el jet y la habitación estén listos y preparados para mañana. Ha pasado mucho tiempo desde que fuimos a las Vegas. Ja’Rol sintió la juguetona y sensual sonrisa y tuvo que bajar la barbilla para ocultar la suya. — ¿Ahora quien está jugando sucio? —Te amo. Ja’Rol suspiro con ansias, sacudiendo la cabeza. — ¿Todo bien? —Pregunto Brigit, mirándolo fijamente desde abajo de sus pestañas. La planta baja se acercaba a toda prisa. Al menos no hubo paradas a lo largo del camino. Contra toda lógica, Ja’Rol no quería compartir el espacio con alguien más que no fuera Brigit. Tampoco quería dejarla ir. Quería aprender más sobre ella. Quería pasar horas hablando con ella. Y más. El macho en él quería sujetarla contra la pared del ascensor y devorarla a bocados lentos y apasionados. El caballero en él mantuvo las manos donde estuvieran ocultas del efecto que tenía sobre él. —Solo recordando. Tu madre era algo realmente especial para nosotros. —Estoy segura de que le encantaría escuchar eso. — Brigit se mordió el labio inferior, después de una pequeña vacilación añadió, —papá no siempre fue bueno, fue más bien condescendiente y burlón hacia ella. Un buen proveedor, pero un horrible ejemplo de masculinidad. — ¿Es por eso que estas tan feliz de que se case con su Gene?

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—Su Gene. — Brigit se rio. —Me encanta eso. En realidad, sí. Él la trata como toda mujer debe ser tratada, es respetuoso, amoroso y la ama. Él no cambia porque yo esté ahí o si sus amigos llegan para una noche de póquer. Él deja que todo el mundo sepa que ella es la luz de su vida. Son mayores y cada uno estaba establecido, no es fácil realizar este ajuste. El ascensor freno un momento después, las puertas se abrieron. Incapaz de resistirse, él puso la palma de su mano sobre la espalada y la guio hacia la recepción. — ¿Judy podrías llamar a Carl y decirle que traiga el sedán? La señorita Brigit necesita un coche para regresar al hotel. —Por supuesto. —La mujer apenas parpadeo, levanto el receptor para realizar la llamada. — ¿Entonces estará complacida de tenerte allá? —Ella estará encantada. —Sus ojos lo miraron, azul profundo como el Océano Atlántico. —Entonces será nuestro regalo personal hacerte llegar ahí. —Realmente, no... — ¿Y que su regalo no llegue? Sería una locura. —Bromeo él, sonriendo con una ligereza que le calentó el alma. Haría cualquier cosa para que esta hermosa rubia sonriera como lo hacía ahora por su broma. —Mañana en la noche, a las siete. Llegaremos a más tardar a las ocho y media. La indecisión luchaba en sus facciones. Levantando una mano él le toco la mejilla. —Por tu mamá. — Su corazón latía con fuerza ante el simple contacto. ¿Que se sentiría besarla? Habían pasado décadas desde que había besado a una mujer. Desde que conoció a Slone. Su suavidad seria única y adictiva. —Él me quiere besar.

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Ja’Rol parpadeo, sorprendido de que sus pensamientos fueran tan claros, tan rápido. Si hubiera alguna duda con esto quedaba claro. Solo las almas que se complementan entre sí pueden oírse o hablar con el otro. Después de la sorpresa de oír su voz. Él reconoció lo que esas palabras habían sido. Como no quería asustarla, dejo que sus dedos se alejaran. Dios, si, si lo haría. Pero no aun. No ahora. — ¿Señor? — Una voz masculina les interrumpió. Un suspiro salió de su boca. Se enderezo. Brigit solo le llegaba al hombro, atrayendo a su naturaleza protectora. Carl era un empleado de confianza, aunque era un macho. Ja’Rol cavo profundamente para encontrar su fría profesionalidad, porque lo último que realmente quería era dejarla ir con él. —Carl, por favor. Lleve a la señorita Brigit a su hotel. De hecho si te necesita hoy o mañana, por favor estate atento. Brigit va viajar mañana y necesitara ir de compras. — ¡Oh no!, yo no podría. —Insisto. Los taxis son indisciplinados y en pocas palabras, inmundos. Al margen, Carl te ayudara si lo necesitas. — ¿Ayudar? —Brigit pregunto, su mirada volteo hacia atrás y fue a aterrizar en Carl. —Ja’Rol quiere decir protegerla. Es parte de mi trabajo. —Le informo con facilidad. Brigit se cruzó de brazos, un desafío en su postura. — ¿Para todas sus mujeres? Carl y Ja’Rol intercambiaron una mirada y ambos rieron en voz baja. Carl sabía la verdad sobre él y Slone, pero no revelaría eso. —Venga conmigo señorita Brigit. Es un placer para mí ser de alguna ayuda para usted. — Carl se dio la vuelta en su talón y se detuvo, dejando su pregunta sin respuesta. —Adiós Brigit. Fue un honor conocerte.

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Brigit torció sus labios en debate, por un lado y el otro. Eventualmente, la necesidad y la oportunidad ganaron a la sospecha. —Adiós. —Respondió Brigit y luego le ofreció su mano. —Acepto tu oferta de llevarme a la boda de mi madre. —Pero voy a encontrar una manera de compensar por ello. Ja’Rol escondió una mueca por sus determinados pensamientos. Lo último que quería era que esa mujer les debiera algo por su generosidad, teniendo en cuenta cuan egoísta en verdad era realmente su motivo. Tomándola suavemente, le dijo adiós y la vio irse con Carl por el vestíbulo hasta las puertas de servicio laterales. —Increíble. —Murmuro a su amante que se encontraba un piso sobre su cabeza cuando Brigit estuvo fuera de su vista. — ¿Crees que ella nos acepte? — Con una leve sonrisa a Judy, se dirigió al ascensor, apretando el botón de los pisos superiores. — ¿Crees que nos acepte siendo dragones? — Fue la respuesta de Slone. Esta vez Ja’Rol suspiro más profundo. Entendía la intención de Slone. Una cosa a la vez. Las puertas se abrieron y entro automáticamente. En el recorrido, no tuvo otro pensamiento. — ¿Qué pasa con su edad? — ¿Qué quieres decir? Tú solo eres un siglo más grande. — Señaló con humor irónico Slone. Quien era considerablemente mayor que Ja’Rol. —Exactamente. ¿Ella envejecerá? —No, si nos acepta plenamente, nuestras almas se juntaran y vivirá tanto como nosotros. Ja’Rol cruzo las manos detrás de su espalda, pensativo ahora no estaba seguro de su futuro. La deseaba, amaba a Slone y no quería hacerle daño a cualquiera de los dos o destruir lo que ya tenía. Sabía que Slone sentía el mismo deseo por la rubia llena de vida. El deseo de saborear y tocar había sido un eco floreciente en los pensamientos de su amante todo el tiempo que habían hablado en la oficina. Podía estar controlándolos pero Ja’Rol sabía que los tenia. —Ven a mí. —Dijo Slone, seduciéndolo en tres palabras.

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*** Slone se levantó del escritorio cuando sintió la llegada del ascensor. Al hacer clic al último botón para arreglar las reservaciones y tener listo el jet para el servicio del día siguiente, sintió una descarga de anticipación viendo el parpadeo de la pantalla. Por fin la habían conocido. Después de meses de esconder sus ansias de su amante, aplastando la culpa porque le estaba mintiendo y estafando a Ja’Rol de alguna manera, y luego descubrir que ambos sentían el vacío, la aparición de Brigit le había quitado un peso de encima. Los dos hombres habían pasado décadas juntos. La rareza de que esto les pasara a ellos solo podría significar que estaban destinados a encontrarla o su vacío seria profundo, el deseo nunca los hubiera preparado para su encuentro. Slone estaba totalmente de acuerdo de que era perfecta para ellos. El pelo rubio corto, ojos tan azules que un hombre podía caer en ellos y un cuerpo que se hizo para el tacto y las caricias de un hombre. Ja’Rol era dos centímetros más bajo que él, lo que significaba posición, Brigit llegaba al pecho de Slone. Se relamió los labios, imaginándola entre ellos. Esto lo hizo vibrar con un gemido de deseo. Brigit no era demasiado delgada, era una mujer bastante en forma, con cuervas. Se rio entre dientes. Ahora entendía el comentario de Ja’Rol sobre que mirara sus senos. Gracias a dios, Brigit nunca sospecho lo que Slone estaba haciendo, y mucho. Su camisa no era provocativa, simple y cortada de manera uniforme. Fue una llana apreciación de macho el seguir la forma de sus pechos debajo de la tela color crema, la V de la camisa se burlaba de él con la pálida piel en el hueco de su garganta. Sacudiendo la cabeza con pesar, no pudo dejar de imaginarse la firme, redondeada forma de su culo en los vaqueros. La mujer tenía un cuerpo divino. —Debería darte vergüenza. —Ja’Rol se burló de él.

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— ¿Puedo evitarlo siendo Brigit tan hermosa? — Pregunto mientras la puerta de la oficina se abría hacia adentro. Apago el monitor, sonriendo al atractivo rostro de su amigo. Nunca se cansaba de mirar a esos ojos dorados oscuros o recorrer con sus dedos el espeso y extenso cabello que le llegaba hasta su camisa de color. Largo pero ordenado. Justo de la manera que a Slone le gustaba. Ja’Rol deslizo una mano alrededor del cuello de Slone, trayendo sus cuerpos juntos. Slone lo agarro de la cintura, sintiendo la sangre endurecer su miembro ya adolorido. Estar sentado frente a Brigit lo había dejado caliente y hambriento. Y Ja’Rol era el hombre para aliviar ese dolor, aunque ahora que la habían encontrado, el vacío de lo incompleto se difuminaba. —La necesitamos. —Murmuro Ja’Rol con comprensión, dando lentos besos en la barbilla de Slone, haciendo una pausa, le dijo —pero tenemos que tener cuidado. Brigit ya se siente en deuda con nosotros por llevarla. Slone asintió con la cabeza, sabiendo lo que había sentido Ja’Rol de la despampanante rubia que había sacudido sus vidas para siempre. —Vamos arriba. Necesito más que esto. —Necesitaba a Brigit tanto como a Ja’Rol, pero juntos llenarían el hambre que ella había dejado tras su inesperado despertar. Ja’Rol ofreció sus labios y Slone le robo un beso prolongado y lleno de promesas, a continuación dio un paso atrás. —Esto es magnífico. —Dijo Slone, tomando el bulto que se formaba en la parte delantera de los pantalones de Ja’Rol. —Tú amas la anticipación. —Dijo Ja’Rol, obviamente absteniéndose de moverse, permitiendo a Slone la vista, con las manos rígidas a los costados. —Me encanta que me des esa emoción, —dijo, bajando los parpados con un tinte erótico. El calor entre ellos chisporroteaba en el aire. Caminando por la puerta con un mutuo propósito, se dirigieron hacia el ascensor privado que los llevaría a las suites del ático en la planta superior.

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Las puertas metálicas apenas se cerraron cuando Slone tuvo a Ja’Rol contra la pared. Ambos se quitaron las corbatas para abrir sus camisas en una bien practicada danza. Ja’Rol siseo de placer cuando Slone gano la carrera, tirando suavemente de un dorado pezón rígido. Se besaron caliente y llenos de pasión, Slone ávidamente tomo lo que Ja’Rol ofrecía. Las lenguas se batían mientras las camisas se deslizaban de los hombros, dejando a ambos desnudos. Pecho contra pecho, piel contra piel, Slone se presionó contra él, frotando para sentir el roce de sus cuerpos. Se estremeció cuando Ja’Rol deslizo sus manos sobre sus hombros y pecho para cavar sus dedos alrededor del cuero de su cinturón. —Quítalo. — Jadeo, muriéndose por sentir su miembro en manos de su amante. Deslizando el cuero aflojo la cintura mientras que segundos más tarde, calientes dedos se zambulleron dentro de sus pantalones. Él gimió bruscamente ante el contacto. El calor canto en sus venas cuando Ja’Rol acaricio lentamente su miembro, jugando con su necesidad. Ja’Rol bajo la cremallera, tomándolo con ambos puños y el cuerpo de Slone se tensó. El fuego serpenteo por su columna vertebral. Metiendo los dedos rígidos en el espeso cabello marrón, encontró la boca hambrienta de Ja’Rol, saqueando su esencia caliente, el deseo lo hacía más dulce. Ja’Rol encendía a Slone como ningún otro en su vida. Y cuando uno vive por algunos siglos, tiene tiempo para comparar. Estaba jadeando cuando se separó de los suculentos labios. El débil ring de la campana resonó. No lo había imaginado. Las puertas abiertas esperaban pacientemente. Con cuidadosos pasos, encamino a Ja’Rol hacia la puerta de la sala de estar que estaba a solo unas pulgadas de las puerta del ascensor. Era uno de los beneficios de vivir en el mismo edificio donde tenían la empresa, sin gastar tiempo o molestándose por llegar a casa.

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Con los dedos de Ja’Rol creando olas de calor con cada caricia sobre su pesada carne, tenía que concentrarse para terminar de quitarse su propia camisa y sus zapatos. Sus pantalones cayeron en un montón arrugado para que pudieran salir sus calzoncillos. Era glorioso estar desnudo, con las manos de Ja’Rol sobre él. Sin dudarlo, el tiro del cinturón de Ja’Rol liberándolo y lo despojo de sus pantalones y ropa interior con la atención enfocada. Se lamio los labios. —Me encanta tu pene. —Destacaba gruesa y orgullosa, tensa y palpitante de deseo. Ninguno tenía que liderar con vello corporal por elección, así sus bolas colgaban visibles debajo de esa barra preciosa. —Te deseo. Slone grito de placer cuando Ja’Rol añadió presión a sus cariñosas manos en respuesta a los pensamientos que despertaba Slone. Antes de parpadear alejando las estrellas, Ja’Rol estaba ante él arrodillado. —Yo primero. — Luego se tragó la cabeza de la polla de Slone, y este se estremeció, perdido en el gran arrebato de sentimientos. La húmeda y apretada succión de su boca caliente se deslizaba arriba y abajo de su pene haciendo que Slone vacilara sobre sus pies. Su mano rápidamente llego entre sus muslos, ahuecando su pesado saco y haciéndolo estremecerse. El calor de la lengua de Ja’Rol bailo a lo largo de su longitud, girando en su sensible piel, entonces suavemente succiono su endurecida cabeza entre sus hechiceros labios. Slone gimió ajeno a todo menos a la sensación de la lengua de Ja’Rol sobre sus bolas. Después de ponerles la justa atención, regreso a su juego favorito, la larga polla de Slone. —Se siente bien. — Gimió él, hundiéndose en la opresión que se iba construyendo. La urgencia de derramarse en la garganta de Ja’Rol latía con fuerza contra él cuando lo trago profundamente, rastrillando con sus dientes suavemente sobre su piel. —No, — declaro. Jadeando se le hacía demasiado difícil poder hablar. Solamente se sostenía con la fuerza de sus dedos clavados en el revuelto pelo de Ja’Rol. —En ti. ¡Ahora! Ja’Rol se separó para sentarse y quitarse la ropa. Tambaleándose sobre sus pies, Slone busco en la mesa cercana uno de sus escondites, palmeando el tubo para enfrentar de nuevo a Ja’Rol. Como dragones, no necesitaban condones entre ellos, ya que no podían

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coger o trasmitir enfermedades, pero hizo una nota mental de asegurarse de tener protección a mano cuando estuviera con Brigit. Lo última cosa que él quería es que ella estuviera nerviosa cuando las cosas subieran al siguiente nivel, porque tenía pocas dudas de que ellos tendrían la oportunidad. Brigit los deseaba tanto como ellos a ella. Cerrando el cajón, se dio la vuelta para encontrar a Ja’Rol tendido, mirándolo con una pequeña sonrisa maliciosa en sus labios. —Lo siento no pude llegar a la habitación. —Se disculpó Slone a su amante, su mirada se fijó donde yacía en el suelo de la entrada, esperando, como un sacrificio duro lleno de deseo hecho solo para él. Las emociones y la necesidad lo llenaron mientras se sentaba en el piso junto a su delicioso hombre. —Simplemente ámame. — Ja’Rol susurro, la pasión oscurecía sus profundos ojos miel. —Te necesito. Slone doblo la cintura y con amor le recorrió con la lengua la congestionada cabeza de su polla, lamiendo las primeras perlas de crema. Él murmuro en agradecimiento. Amaba el sabor. El líquido caliente, salado rodo sobre sus labios y lo lamio. Ja’Rol entre dientes levanto las caderas en codiciosa necesidad. Los dos hombres estaban a punto, sus cuerpos lloraban uno por el otro, ambos deseando a la mujer que habían querido desde hacía meses y por fin la habían descubierto. Después de untar con lubricante sus dedos, recorrió con ternura el agujero de Ja’Rol, el hombre cogió aliento cuando el lubricante calentó su piel. Las pestañas color marrón revolotearon por encima de sus ojos, ocultando su belleza, pero no su reacción ante su toque. Los músculos saltaron y flexionaron sobre sus hombros mientras la sensación los llenaba a ambos. Deslizando un dedo y luego dos en su pasaje, sintió la entrega de Ja’Rol, como se relajaba, y gemía por más. Frotando su miembro con lubricante, Slone no lo hizo esperar mucho tiempo. Montando entre sus piernas, se acomodó y suavemente rompió la tensión del musculo exterior. No importaba cuanto quisiera follar a Ja’Rol, nunca le haría daño. El apasionado

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acoplamiento no era nuevo para cualquiera de ellos, pero intencionalmente dañar era repugnante para ambos. Embistiendo dentro y fuera, Ja’Rol desplazo una pierna, creando espacio para un ángulo más profundo y Slone no ignoro la súplica silenciosa. El aliento silbo entre sus dientes cuando los apretó, sus gemidos se alargó mientras Slone torció una rodilla para entrar en contacto con la glándula. Ja’Rol grito, sus dedos se abrieron y cerraron tomando de Slone una y otra vez. El semen se filtraba por el pene de Ja’Rol en pequeñas gotas. Slone bajo la velocidad, dejando que Ja’Rol recuperara su aliento. Quería correrse, pero no antes de que ambos estuvieran complacidos. Podrían llegar al borde una y otra vez antes de sucumbir finalmente. Al tocar la mente de su amante, se sorprendió al encontrar en sus pensamientos a Brigit. La instintiva reacción lo golpeo con una punzada de celos, hasta que llego a ver el cuadro completo. Y le encanto. —Muéstrame más. —Le ordeno a Ja’Rol. Los parpados de su amante se abrieron de golpe, sus ojos culpables por haber sido sorprendido in fraganti en su lujuria. Inclinándose hacia adelante, Slone le beso el pecho, pasándole la lengua por el arete que tenía en su pezón, luego subiendo hacia los hambrientos labios de Ja’Rol. —No estoy celoso. Ella encaja perfectamente entre nosotros. Ya lo verás. — ¿No estás enojado? —Le pregunto. —Lo estuve, por un segundo. ¿No te he complacido? —Él se retiró hasta que solo su cabeza estaba dentro de Ja’Rol, sostuvo un agarre firme, embistiendo lo más profundo que podía, las bolas de Slone golpearon sólidamente contra el culo de Ja’Rol. La cabeza de este se dobló sobre su cuello, un gruñido de placer vibro en su pecho.

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—Como nadie más. —Se lamio sus labios, su pulso latía con fuerza en su cuello, ásperos escalofríos sacudían su cuerpo. Slone gruño en demanda. —Entonces muéstrame más. —Embistiendo profundo se dio cuenta que lo que vio en la mente de su amante lo había excitado realmente, creando más ansias por la exuberante rubia, por su cuerpo, por su sabor, para verla a ella y a Ja’Rol retorciéndose juntos. A partir de mañana, tendrían por misión cortejarla para que se uniera a ellos, completándolos. Y los deseos de Ja’Rol eran absolutamente decadentes en su imaginación, reflejando las diferentes fantasías propias que había tenido. Su amante no era tímido al nombrar sus deseos, deseaba llenar el cuerpo de ella con su gruesa y venosa polla golpeando su piel con cada empuje poderoso entre ellos dos. Sentirla deslizándose contra él, encima de él, lamer su dulce piel y saborear su gusto. Ja’Rol lo estaba volviendo loco de deseo por la mujer y ¡ella no estaba allí! Agarrando su carne dura con la mano, le dijo, —Imagínala. Imagínate su apretado coño envuelto alrededor de ti mientras yo te lleno. — Los gemidos de Ja’Rol eran profundamente animales. —Nosotros dos montándote. —Mierda Slone. —Gimió él. El cabello castaño oscuro reboto cuando movió su cabeza de un lado a otro con desenfreno, perdido en el placer de lo que su propia imaginación creaba para ellos. Slone embistió el culo de su amante, acaricio su polla con la mano, redoblando el calor, creando oleadas de éxtasis abrasador, ahogándose hasta que Ja’Rol perdió el ultimo hilo de control físico. Sabiendo lo que Ja’Rol deseaba, él le dio la imagen del coño de Brigit goteando sobre su polla mientras ella bombeaba arriba y abajo. Los pechos llenos rogarían por su boca. La mandíbula de Slone se apretó cuando el orgasmo de Ja’Rol exploto en su mano, salpicando su pecho con un grito de liberación. La opresión golpeo su columna vertebral y sus bolas como un torno. El orgasmo de Ja’Rol hizo que su pasaje se contrajera envolviendo su miembro, enviando fragmentos de placer azotando a través de todo su cuerpo. La imagen de ella clavada entre los dos, cada miembro llenado su cuerpo tanto como les era posible para traer su placer, se estrelló contra Slone y rugió, abrazando a su amante mientras su propio orgasmo llegaba.

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Entumecido, derramo su liberación a borbotones, Ja’Rol lo capturo, ordeñándolo hasta que ambos quedaron agotados. Recuperándose antes de desplomarse hacia adelante, Slone entrelazo sus dedos con la mano de Ja’Rol, ninguno se movió, despreocupados por el lio. —Te amo. — Jadeo Slone, en busca de aire. La adrenalina envió choques residuales por su torso. Algunos aterrizaron en sus bolas y cada uno lo hizo gruñir con el recuerdo de su placer compartido. Alcanzándolo, Ja’Rol le dio un beso amoroso en sus labios. —Te amo también. — Dijo con un suspiro de satisfacción.

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Capítulo cuatro Brigit suspiro cuando Carl llevo el sedán en un lento avance. Habían entrado en el aeropuerto por la parte trasera, cosa que ella no esperaba. En ese punto el frente de las terminales ni siquiera aparecía, por fin había llego a la conclusión que no viajarían en un vuelo comercial. —Nunca voy a poder pagar esto. — Murmuro. Varios aviones se destacaban en el asfalto, las aves de metal silenciosas valían una fortuna. Las luces brillantes hacían que todo resplandeciera como hielo. — ¿Señorita? Brigit estaba ansiosa, encontró una pregunta en la mirada azul turquesa en el espejo. —Nada Carl. Gracias de nuevo por haberme traído. —Trato de sonreír, pero dudaba que se viera muy real. No fue tan malo esperarlo en el hotel del vestíbulo. Esto sin embargo, no lo esperaba. —El placer es mío. Luego el coche se detuvo y Brigit se enderezo. Carl al salir del coche, se acercó a la puerta y la ayudo a salir del vehículo. El avión más cercano tenía la escotilla abierta, un enorme jet privado blanco con rayas negras y verdes como los colores de la oficina. El golpe sordo del maletero le dijo que Carl había agarrado sus cosas. Dándose la vuelta hacia él, estaba lista para decirle que la llevara a la puerta principal cuando una cara conocida apareció en el umbral. Oh, dios. ¿Tenía que lucir tan bien en vaqueros? Su cabello castaño estaba apenas fuera de lugar, corriendo a lo largo de su sien, dándole un aspecto peligroso, ¿cómo si necesitara más? El traje y la corbata se habían ido. En su lugar, llevaba un equipo de sexys vaqueros y camisa de algodón que era más de

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lo que un hombre legalmente podía usar. Imposible no hacerlo, su mirada se posó hacia el sur y su corazón le dio un vuelco, no debía hacer eso, se reprendió, concentrándose en su rostro bien afeitado. Lucho contra el impulso de pasar de un pie a otro mientras Ja’Rol se acercaba. —Gracias Carl. Vamos a tomar el relevo de nuestra encantadora huésped desde aquí. —Ja’Rol dijo acortando la distancia al unirse con ellos. Carl entrego su pequeño bolso y maleta cuando los alcanzo. — ¿Es todo lo que tienes? Brigit escucho, pero solo oyó curiosidad, no condescendencia en la pregunta. —Viajo ligera. Un hábito adquirido de padres con mucha actividad. Slone asomo la cabeza por la puerta. —Vamos ustedes dos. La torre va a autorizar nuestro despegue. La lluvia está en el horizonte y quiere los cielos despejados para los aviones más grandes. Su última oportunidad de cambiar de opinión se desvaneció. Con el peso de su cálida mano calentando su espalda, Ja’Rol la guio hasta la puerta. —Es bueno verte de nuevo Brigit. —Slone la saludo con una sonrisa. Brigit se detuvo en el umbral. —Mira, realmente aprecio esto, pero no puedo dejar que lo hagan. Ya era bastante malo cuando pensé que ustedes estaban pagando mi vuelo. Esto... — ella movió su mano abarcando el avión. —Esto está más allá de cualquier cosa que pueda pagarles. — ¿Pagarnos? — Pregunto Ja’Rol apretujándose adentro y luego moviéndose para darle espacio. Los dos hombres eran anchos en comparación con ella, pero no parecían decididos a abrumarla. —Todos vamos a la misma boda, ¿no? —Bueno, sí, pero... —Entonces acompáñanos.

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Brigit miro a uno y otro. Había expresiones pacientes en ambos. ¿Tan malo sería pasar unas horas de lujo con dos de los hombres más atractivos que jamás había tenido la suerte de conocer? Nada decía que tuviera que quedarse con ellos. Le habían ofrecido un modo para llegar a Las Vegas, eso era todo. Podría descubrir cómo sería el resto allá, hablando con su mamá. Brigit cedió, aunque le dolía hacerlo. —Está bien. —Sr Wilkes, la torre nos autoriza. — Un hombre vestido en un apretado uniforme se situó en la puerta de la cabina. —Estamos arreglando eso. Denos cinco minutos. — Le informo al capitán. Ja’Rol deslizo sus maletas en un compartimento y le pidió la mano. —Déjame enseñarte el avión antes de despegar. Deslizo su mano en la gran mano, una llama de calor recorrió su brazo al instante. Una reacción física como ninguna que hubiera conocido antes. Apenas registro que Slone levantaba la trampilla para cerrar la puerta, asegurándola, toda su atención fue absorbida por la ola de necesidad que la invadió. Brigit siguió la suave guía de Ja’Rol cuando le mostro la cabina, pero estaba un poco descolocada. No podía superar el calor que se construía en su palma. Casi toda su mano se perdía en la suya. No era una mujer pequeña, pero a lado de estos dos, se sentía absolutamente frágil. —Y este es el baño. —Lo siento. —Dijo Brigit cerrando los ojos a través de la neblina de lujuria. Respira se ordenó a sí misma. Eso casi la ayudo. —La habitación. — Aclaro Ja’Rol. —Oh, cierto, cierto. —Brigit lo sintió más que nada cuando él le indicó un lujoso asiento de cuero, ajustando el cinturón en su cuerpo.

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—Todos tenemos que usarlos, pero una vez que estemos en altura, puedes moverte. — Ja’Rol no estaba haciendo nada más que sujetar su cinturón, pero cada toque de sus manos o dedos enviaba una nueva ola de gritos de necesidad a través de su torrente sanguíneo. Deseaba ser tocada, tanto que su piel quemaba. El repiqueteo de los motores comenzó a sonar fuerte, el arranque se construyó cuando el avión se preparó para el despegue. Ja’Rol se sentó delante de ella y Slone se sentó a su lado. Luego en conjunto, giraron sus sillas. Brigit los miro fijamente. —Relájate. — Dijo Slone con dulzura. —Nuestros pilotos están entre los mejores. El clima lo hará un poco irregular, pero va a despegar muy pronto. Entonces se estaban moviendo. ¿Está mal que las vibraciones del avión a toda velocidad en la pista viajaran a través de su sistema, que le hiciera apretar sus muslos mientras el cuerpo le dolía de necesidad? Flexiono las manos en los apoyabrazos de madera. A propósito intento aflojarse dos veces, luego renuncio a tratar de relajarse. El pavimento zumbaba bajo el jet, luego una sensación de nauseas, durante unos dos segundos, justo antes de que su estómago se contrajera. Brigit gimió. Doblo la cintura, y agarro su estómago. Su visión se hizo borrosa cuando el dolor la atravesó. Perdió la noción de donde era arriba. — ¿Brigit? — Unas manos acariciaban sus hombros y otra aparto el pelo de sus ojos. —Respira. Brigit tomo aire, golpeada con el peor caso de nauseas que podía recordar. Cerró los ojos y espero a que pasaran, sumergiéndose en la calma negra que corrió hacia ella.

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— Brigit está sufriendo. —Dijo Ja’Rol a Slone. La ansiedad tejía a través de su pensamiento. Slone suavemente poso su mano en la frente de Brigit y cerró los ojos, tratando de llegar a su ser físico. —Está muerta de hambre. — La preocupación por su salud y la ira de que ella no se cuidara, hizo su tono enérgico. — ¿Qué? — Ja’Rol continuo masajeando la espalda de Brigit, frotando su cuerpo inconsciente mientras Slone la sostenía en sus fuertes brazos. No sintió la inclinación del avión. Slone frunció el ceño. —Carl la llevo al hotel ayer, ¿verdad? —No le pregunte, pero ella nos dio esos números de teléfono y un número de habitación. Slone negó con la cabeza. —Ella se quedó en un refugio. No ha comido en días, por lo menos dos. — ¿Por qué? Haciendo caso omiso de la respetar la vida privada de Brigit, sabiendo que probablemente pagaría por la indiscreción, él se metió en sus recuerdos. Cuanto más profundo excavaba Slone, más dura se volvía su expresión, las imágenes de su padre en primer plano eran la causa de su miseria. Abuso verbal y control malicioso, un hombre cruel. La pelea más reciente había sido emocionalmente horrible, brutal. Sin duda que Traci no tenía idea de la conducta del hombre hacia su hija. Brigit había dicho la verdad. Ella había regresado a los Estado Unidos de un viaje de París, he ido en busca de Traci directamente desde el avión hasta su puerta. Había llegado antes a casa para escapar de su padre, dejando a él y a su madrastra en Francia. Su esperanza era encontrar a su madre para recuperarse y lamerse las heridas. —Nunca más. —Fue la declaración contundente de Ja’Rol.

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Slone estuvo de acuerdo con él. Brigit nunca más se quedaría con ese hombre. —La hemos abrumado, pero ella es más como su madre que como su padre. — Slone señalo. Le soltó el cinturón, la cargo fácilmente para tomarla de su asiento y colocarla encima de él acunándola en sus brazos. Brigit se apoyó en su pecho como un gatito. Ja’Rol abrió el compartimiento y cogió una manta, que abarco tanto a Brigit como a Slone. —Voy a calentar algo ligero para que coma. — En la cocina lleno tres tazas dos con agua y una con Ginger ale, dándole las tres a Slone. Preocupados por la salud de su mujer, no dijeron mucho los treinta minutos siguientes, hasta que Brigit empezó a moverse. —Despacio, cariño. — Slone le acaricio la espalda, reconfortándola cuando ella se puso rígida en sus brazos. —Estas a salvo — ¿Cómo? — Abrió mucho los ojos azules mientras el calor le inundaba las mejillas, desconcertada al encontrarse en sus brazos y buscado alguna manera de poner espacio entre ellos con evidente tensión. —Te desmayaste. — Entrecerró los ojos hacia Brigit sintiendo su necesidad de huir. Ja’Rol quizás leía sus pensamientos fácilmente, pero Slone leía sus reacciones y no estaba dispuesto a dejarla moverse un centímetro. —Ni siquiera lo pienses. No hasta que hayas comido y bebido algo. Brigit aparto la mirada, su rubor se propago. Ja’Rol se agacho a su lado, justo en frente de ella. — ¿Por qué no nos lo dijiste? Habríamos cuidado de ti. —Porque no los conozco. — Susurro con voz seca. Slone tomo la taza de Ginger ale, sosteniéndola para Brigit. —Bebe, luego vamos a resolver esto. —Su padre la ha manipulado con los alimentos la mayor parte de su vida. Está acostumbrada a no comer.

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El gruñido silencioso de Ja’Rol era claro para Slone. —No más. —Luego le dio a Slone una amplia sonrisa con todos sus dientes. — ¿Si lo encontramos puedo respirar sobre él? Slone rio entre dientes, escondiéndose en el cabello de Brigit. —Niño malo. —Ja’Rol sólo se encogió de hombros. Inhalando en su oreja, su aroma lleno sus pulmones. —Es dulce y cariñosa. Ya estoy descubriendo sentimientos por ella. — No pudo contener el temor en su corazón y no trato de ocultarlo. —Va a necesitar mucho amor. —Dijo Ja’Rol su mirada caliente se desvió sobre la rubia en brazos de Slone. —Ella no ha tenido muchos modelos masculinos. Creo que es por eso que esta tan feliz de que su madre encontrara a Gene. Lo ve como una excepción a la regla, alguien que su madre merece después de estar con su padre. Slone atrapo la mirada melosa del otro hombre. — ¿No cree que merece lo mismo? — Era una época diferente desde la última vez que Slone tuvo una compañera femenina. ¿Cómo no podía saber que se merecía toda la galantería? Ja’Rol sacudió la cabeza con tristeza. —Es una de las creencias femeninas que he visto a través de los años. Quedan condicionadas a creer que son indignas, por cualquier tipo de razones. Se resistirá porque su padre le ha enseñado que no es digna. Slone se quedó en silencio durante varios minutos, dejando que ella sorbiera el Ginger ale a su propio ritmo, su mente era un torbellino. Mirando por encima de su cabeza, le dijo a Ja’Rol, —Voy a dejar que respires en el después de que yo lo haga. Ja’Rol se dio la vuelta para ocultar su carcajada, sus anchos hombros temblaban por la risa. Slone se dio cuenta de que ella casi se acababa la bebida y le entrego el agua. Tomando la taza que ella había bebido. —Bebe. —Ya no quiero más. — Ella negó a tomar la taza.

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—Estas deshidratada y débil. Te desmayaste por que el despegue te hizo sentir mareada y con nauseas. — Slone le llevo la taza a los labios. —Bebe. Le dijo con ternura. — Por favor. Sus labios se moldearon al borde de la taza y su mirada se centró en su suave boca. Slone tuvo que sostenerse de una voluntad fugaz para contener el calor que puso su miembro rígido. Era hermosa, una niña abandonada en comparación con ellos, pero con un cuerpo exuberante. —Slone. — Le advirtió Ja’Rol. —Contrólate. Slone respiro hondo y cerró los ojos y la imagen de la fascinante criatura en su abrazo. —Es más fácil decirlo que hacerlo, mi amigo. Un toque mental de conmiseración y comprensión lo ayudo a sacarlo más. —Lo sé, amor. Es única, ¿verdad? —Única, frágil y maravillosa. Cuando termino con la taza, Slone envolvió sus brazos alrededor de ella y apoyo la cabeza en su hombro. Momentos después, los tentadores aromas de la sopa de pollo llenaron la cocina y la parte trasera del avión. Ja’Rol se acercó con un tarro alto y humeante y una cuchara. —Toma esto, Brigit. Te ayudara a calmar el estómago. Brigit lo miro con recelo. — ¿Por qué eres tan amable? Ja’Rol sonrió con indulgencia, su mirada se centró en la de Slone. —Creo que eso es lo que llaman una pregunta capciosa. —Con su atención en ella, le respondió. —Porque eres la hija de una amiga cercana, una mujer que trabajo con nosotros durante una década. Porque es nuestra manera de ser y porque en este momento, necesitas a alguien que te cuide.

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—Casi tengo treinta años. — Replico, dando a entender que estaba bien por sí misma. Entonces alzo la barbilla con firmeza en su mandíbula. La risa de Slone fue profundamente escondida. — ¿Espíritu de lucha? Creo que tu evaluación de ser una persona espabilada está muy cerca de la verdad. Los labios de Ja’Rol se torcieron en respuesta a la declaración de Slone, aunque se mantuvo enfocado en Brigit. —Sí, lo eres y no me importa tu edad, todos necesitamos un poco de cuidado tierno en nuestras vidas. — Le dijo ofreciendo el tarro otra vez y esperando hasta que acepto. Parecía que iba a ser una batalla de voluntades. —Tengo más paciencia que tú resistencia. Murmurando incoherencias, Brigit palmeo la taza, cambiando ligeramente la posición en Slone para tomarse el líquido caliente. Quien tuvo que tragarse el gemido ahogado cuando Brigit froto su trasero sobre su miembro. Ja’Rol se puso de pie y tomo la silla más cercana. Ambos hombres se miraron en silencio, dejando que comiera la sopa en paz. — ¿Sabe tu madre como te trata tu padre? — Le pregunto Slone en voz baja cuando se terminó la sopa y devoro los últimos fideos. Ja’Rol cogió la taza y la puso en la cocina, regresando a escuchar. Cuando Brigit trato de liberarse, Slone la sostuvo rápido. —Soy demasiado pesada, para ti. —Lo regaño. —Yo juzgare eso y no, no lo eres. — Slone envolvió la manta alrededor de ella con más fuerza, su estratagema para evitar contestar no funciono en absoluto. Brigit se quedó mirando la pared del avión durante varios minutos. Por último, se enrosco más cerca, quizás inconscientemente buscando la calidez y protección del hombre debajo de ella, le dijo: —No, él se ha comportado así desde que mamá lo abandono. He hecho la misma rutina por muchos años, quedándome la mayor parte del tiempo con mamá. Luego, cuando mi padre se volvió a casar, se ofreció a que fuera y me quedara con

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él y Bianca en California. Ella es buena, pero es un tapete para mi padre. Podía limpiar sus zapatos con su vestido favorito y ella no protestaría. Creo que se le subió a la cabeza y lo transfirió a mí. — Brigit se levantó, mirando a Slone. —Espera, ¿cómo de diste cuenta? Acabo de conocerte. —No quiero mentirle. —Slone rápidamente le dijo a Ja’Rol, buscando a su mejor amigo por encima de la mujer en sus brazos. —Pero todavía no podemos decirle. Primero debemos hablarlo. Ja’Rol se inclinó hacia adelante, con los codos sobre las rodillas. Junto sus manos, su expresión era solemne. —Brigit, Slone y yo tenemos un talento. Algunos lo llaman sobrenatural o dones. Uno de ellos es que somos capaces de ver dentro de las personas. Cuando tú te desmayaste, teníamos que saber que tan grave era, si necesitabas que te lleváramos al hospital de inmediato. Perdona, por leerte sin permiso, pero era necesario. —Bueno, eso definitivamente no es decirle. —Slone mentalmente se burló de Ja’Rol. La mirada oscura de esté se endureció con la reprimenda. —Esconderle todo solo creara más dudas. Las explicaciones más profundas pueden venir después. —Bien. En silencio, Slone espero por su reacción, pero no era feliz con el juicio de Ja’Rol. — ¿En serio? —Incredulidad y duda se mezclaban en su tono. — ¿Que puedes hacer? —Lo que hicimos fue mirar en tus recuerdos para ver que había causado tu desmayo y el comportamiento de tu padre es lo que apareció. —Dijo Ja’Rol. Brigit se desplomo. —Oh. —Sabemos que no fuiste a un hotel y que has tenido problemas con tu padre. — Slone espero, sin saber cómo iba a reaccionar, o como continuar. — ¿Algunas vez le dijiste a tu madre?

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Brigit negó con la cabeza. —No. — Brigit jugó con la manta, sus dedos cerrándose sobre la tela. —No había vivido con él durante algún tiempo, pero necesitaba un lugar para quedarme cuando perdí mi trabajo. Para ayudarme a olvidar la situación. —El sarcasmo salió en su voz. —Él se ofreció a incluirme en sus vacaciones en Paris y yo no tenía otros planes. Desgraciadamente, estando más lejos de casa su comportamiento se hizo intolerable. Así que volví a casa. — Brigit sonrió. —Y los encontré a ustedes dos en lugar de mi madre. — ¿A qué te dedicas? —Slone descubrió que una vez que comenzó quería saber más. —Trabajo de oficina principalmente. No estaba bien pago, pero me ayudaba a tener un techo sobre mí. Slone calmo su alegría interior. Si ello tuviera mucha suerte... no importaba sus necesidades. Brigit era primero. La acomodo, sabiendo que Brigit era cada vez más consciente de su posición, le permitió deslizarse sobre sus pies, pero rápidamente la sentó de nuevo y escondió la manta a su alrededor, sin darle la oportunidad de discutir. —Bueno, nos encontraste, lo cual nos hace muy felices. —Slone le dijo. Sintió el ceño de Ja’Rol antes de convertirse en realidad. —Y antes de que lo pienses, tú no eres un caso de caridad. —Ja’Rol cruzo sus brazos y arqueo la ceja. —También podemos oír tus pensamientos. Brigit se quedó sin aliento. — ¡Bueno, deténganse! —No es intencional. En este momento estas sensible. — ¡No lo estoy! — Brigit los miro a ambos. Ja’Rol se rio entre dientes y miro a Slone, con una sonrisa de satisfacción. — ¿No lo está? Casi me engaña.

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—Descansa y termina el agua. — Slone levanto la mano para detener sus protestas. —Todo. Brigit abrió la boca, sus dedos agarraron la manta mientras ella gruñía las palabras. — ¡Pero no estaba pensando nada! —Cariño, no necesitas hacerlo. — Respondió riendo con gusto, con ganas de sentirla en sus brazos nuevamente. —Estaba en tus ojos. Cada deseo, de aquí en adelante. — Inclinándose hacia adelante, le dio un suave beso en la frente. —Porque tú vales mucho para nosotros. Ja’Rol también le dio un beso y los dos hombres se pasaron a la parte delantera de la cabina para darle espacio.

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Capítulo cinco Brigit miro a los dos hombres sentados a no más de cinco metros de distancia. Ellos hablaban en voz baja, unas cuantas hojas de cálculo y un ordenador portátil estaban en la mesa de arce blanqueada entre ellos. La cabina estaba decorada con tonos verdes y ébano con una moqueta blanca que suavizaba el interior, así como la madera de arce en las paredes laterales y recuadros. El lujo era igual que en sus oficinas, nítido, pero no ostentoso. Al parecer, hicieron el diseño con una idea de lo que querían trasmitir. Estudiar el interior de la cabina le dio la oportunidad de recuperar el aliento. Tomo tiempo, pero su mundo poco a poco se fue enderezando de nuevo. Lo último que quería era ser acunada en sus fuertes brazos. Ni siquiera se dio cuenta que se había desmayado. Giro su asiento de cuero afelpado para mirar la ventana, y se burló de sí misma. Si, como si me desmayara todo el tiempo. Por supuesto no recordaba haberlo hecho. Tenía un poco de dinero, pues había pensado que necesitaría tomar un taxi a casa de su madre, pero cuando eso fracaso y Carl la llevo al hotel donde les había dicho que se hospedaba, solo tuvo que caminar unas cuantas cuadras para llegar al albergue de mujeres. Muy consciente de su peso, ni se acordó de ingerir comida el día anterior. Lo había pagado hoy con un ataque de nervios y vértigo. Había estado más que nerviosa desde que se despertó esa mañana, para empezar. Durante la llamada de la noche anterior, había confirmado con su madre que esos dos hombres que habían venido a rescatarla eran más que caballeros. A regañadientes, también porque quería estar ahí para su madre, iba a dejar que la agasajaran con un boleto de avión. ¡No en un maldito jet!

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Una tos y un murmullo de disculpa fueron acallados por el leve zumbido de los motores. Entonces recordó lo que había dicho Ja’Rol sobre ser capaz de oírla. Echo un vistazo hacia ellos, ambos tenían su atención en algo de la computadora portátil, una intensa discusión sobre algo que no podía discernir. Ninguno le prestaba ni un poco de atención. Tal vez tenían que estar más cerca. Rezo para que fuera verdad. Era desconcertante saber que alguien podía oír tus pensamientos más íntimos. Empinando el último vaso de agua, hizo lo dicho y bebió en pequeños tragos. No se había dado cuenta de lo débil que se había sentido hasta que se había despertado en el abrazo de Slone apenas capaz de mover un miembro. —Aquí, déjame. — Slone se situó en su hombro, esperando pacientemente a que vaciara la taza. Se la entrego y sin preguntar él regreso con una de repuesto. —Haznos saber si quieres más sopa. Hay mucha. O si quieres algo más. Tenemos un par de horas antes de llegar a Las Vegas. Brigit tomo las tazas y las puso a su lado. —Gracias. ¿Slone? — Al decir su nombre detuvo su retirada. Slone la miro por encima de su hombro. —Gracias por lo que dijiste antes. Ambos me ha hecho sentir muy especial. Una sonrisa que ella jamás podía haber imaginado ilumino naturalmente su melancólico rostro. —Estamos contentos. Queremos que te sientas cómoda. —Y feliz. Brigit parpadeo. —Lo estoy. — Respondió estremeciéndose interiormente. ¿Se imaginó eso? Era su voz, sabía que lo era. Pero ¿cómo? — ¿Puedes oírme? — Slone la observo con avidez ahora, con la cabeza ligeramente inclinada en un ángulo, como si estuviera examinando algo de gran interés. Ese algo era ella. Se tapó la boca para no gritar, asintiendo con la cabeza. Slone se pasó una mano por la cara. —Esto está sucediendo mucho más rápido de lo que había pensado.

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— ¿Qué? — La oscuridad se había profundizado fuera del avión mostrando el cielo nocturno a su paso. Las luces interiores estaban empezando a encenderse. Y no tenía donde huir. Estaba atrapada en el avión con dos hombres que no conocía. Incluso aunque su madre le hubiera dicho lo perfectos que eran, ella no los conocía. —Nada de lo que haya que temer, cariño. No sabía que fueras tan abierta a ninguno de nosotros. Es una bendición. Vamos aprender donde está tu pared mental así no la cruzaremos accidentalmente, hasta que estés en mejores condiciones para controlar la vía. Entrenamiento es todo lo que necesitas. Es notable que ya estés demostrando señales. —El asombro teñía su voz, su mirada llena de adoración. — ¿Mostrar señales? — Chillo ella. —Así es, habilidoso. Dale más cosas de que preocuparse. Ella se movió nerviosa en el cuero suave de la silla con las manos apretadas, mirando a los dos hombres. Dos hombres que realmente no conocía nada. — ¿Qué son ustedes? ¿Porque los puedo oír? Ja’Rol se puso de pie con movimientos controlados. —Slone piensa que ya estas fuera del shock, no tan débil como hace un rato. — Con un gesto de aceptación, continuo. —Creo que Slone tiene razón. No queremos asustarte, pero no decirte nos está matando a ambos. — Ja’Rol se sentó en una silla cercana y Slone hizo lo mismo. —Estás emocional y físicamente débil. —Apoyándose en sus codos de nuevo, se encontró con sus ojos profundos. —Todo lo que necesitas saber es que estas a salvo, de nosotros y con nosotros. No podríamos hacerte daño aun si nuestras vidas dependieran de ello. Si, te escucho ahora y como tú acabas de descubrir, nos puedes oír. Es natural para nosotros, es nuevo para ti. — Ja’Rol levanto una mano para detener sus preguntas que querían salir a borbotones. — Con eso queremos decir que con el tiempo te acostumbras. Tomará unos ajustes y tú te mereces el derecho de conocernos, que llegues a confiar en nosotros. Por ahora, somos tres nuevos amigos que van asistir a una boda.

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—Tal vez haya un poco de diversión si logramos quebrar la banca de un casino o dos. — Slone añadió con un codazo juguetón, queriendo aliviar la tensión que estaba segura que todos sentían. Ja’Rol sonrió. —Sí, eso también. No se puede llegar a Las Vegas y no encontrar una manera de perder por lo menos un poco de dinero. — Enfrentándola de nuevo su expresión se había tornado seria. —De alguna manera, tú nos encontraste cuando nosotros necesitábamos algo, y nosotros te encontramos cuando tú necesitabas algo. Vamos a ver si podemos hacer que esas dos necesidades funcionen, ¿de acuerdo? —Es una locura. Incluso si me oyes, ¡ustedes están locos! Ninguno mostró reacción a sus gritos interiores cuando salvajemente los miro a uno y otro. ¿Estaban diciendo la verdad y no espiándola a propósito? ¿Podían hacer ellos eso? ¿Y de que estaban hablando, necesidades y encuentros? cuando ambos continuaron esperando expectantes por alguna respuesta, ella se obligó a asentir. Lo primero que iba hacer cuando aterrizara el avión seria alejarse como la mierda de ellos. ¿En que se había metido? —Lo creas o no. — Dijo Slone en voz baja. —No queremos verte preocupada por eso. Incluso aunque hubieras estado en perfecto estado de salud, nosotros no habríamos hecho menos por ti. — Él hizo una pausa y Ja’Rol cogió su brazo y lo apretó. Brigit juraría que vio realmente el flujo de apoyo y fuerza entre ellos junto con una corriente del visible afecto en ambos. —Ja’Rol y yo somos muy cercanos. Lo que él quiere, yo lo quiero y viceversa y cuando se trata de ti, ambos estamos de acuerdo. — ¿Qué hay acerca de mí? —Pregunto deseando que sonara incluso más fuerte. Por desgracia, el ratón enfrentando al león probablemente sonaba más fuerte que ella enfrentando a estos dos hombres. — ¿Sería demasiado pedirte que solo seas nuestra amiga? ¿Para empezar a confiar en nosotros? ¿Alguno ha hecho cualquier cosa para hacerte dudar de tu seguridad? ¿Dudar de nuestras intenciones?

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Brigit considero a ambos, observando sus rasgos tranquilos y expectantes, pero nada más. — ¿Aparte de “leer la mente”? Ja’Rol sonrió y Slone parpadeo. — ¿Leer la mente? —Sí, eso. Slone rio entre dientes, con los hombros sacudiéndose con su risa. —Uh, eso fue inesperado, aunque pronto tendrá más sentido para ti, y será una maravillosa sorpresa. Brigit no estaba tan segura de eso. — ¿Que van hacer cuando aterricemos? —Ir a dormir. —Declaro Ja’Rol inmediatamente. —No sé Slone, pero yo estoy agotado. — ¿Dónde me voy a quedar? —En la suite de al lado. — ¿No con ustedes? —Brigit tiro el borde de la manta, contenta de tenerla, una pequeña barrera de protección, aun tan frágil como podía ser. —No. Era más fácil poner ambas suites bajo la reserva de la compañía. —Slone explico. —Nosotros no hacemos esto a menudo, por lo que la ocasional perdida es un derroche. — Se inclinó hacia ella. — ¿Eso ayudara a aliviar tus preocupaciones? — Slone le dio a Ja’Rol una sonrisa significativa. —Además, estamos de camino a ver a Traci, tú madre. Enojar a cualquier mamá es lo último de la lista. Brigit se rio y luego se la trago antes de que se escapara por completo. —A las madres no les importa enfadarse, sobre todo en sus bodas. Brigit observo que la estaban mirando, pero no había ninguna amenaza, ninguna presión.

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—Sé que es inesperado Brigit. —Dijo Slone en un tono tranquilizador—Conócenos. Danos una oportunidad. Brigit parpadeo. ¿Qué quiso decir...? Estaría en la suite junto a la de ellos. —Espera, ¿ustedes dos? —Ella saco una pierna por debajo de si para sentarse en ella. Ja’Rol separo las manos y curvo una sobre la de Slone. —Hemos estado juntos durante algún tiempo. — Ja’Rol contuvo la respiración. — ¿Eso te molesta? El miedo al rechazo nublo la expresión de Ja’Rol. Brigit se dio cuenta que ellos habían tomado un gran paso al admitir sus intenciones y no asustarla al decirle eso tan pronto. — ¿Son... gay? —Había pensado que eran grandes amigos, compañeros de largo tiempo de la universidad, si, gay, no. Nunca lo vio venir. —Para hacer más fácil las explicaciones, eso es lo que permitimos a la gente pensar o suponer. —Slone le dijo—. Esto va más allá de una relación sexual. —La tensión anudaba sus hombros. —No es que no queremos que sepas la verdad, pero no queremos abrumarte más. — ¿Entonces ustedes no son gay? ¿Bisexuales? —Les pregunto vacilante. —Es más un factor de atracción mutua. —Dijo Ja’Rol tropezando con la explicación. Se aclaró la garganta. —Estamos comprometidos entre nosotros desde hace años, pero conocerte... — Ja’Rol lucho, su voz temblaba. Slone enrosco sus dedos en los suyos, ofreciéndole apoyo. —Bueno probablemente has descubierto como nos afectas. Brigit se sorprendió al ver que crecía una llamarada roja en la garganta de Ja’Rol, su mirada intensa evitando la suya. —Todo lo que queremos es una oportunidad, Brigit. —Slone lo dijo con sinceridad. —Danos tiempo y todo se explicara y tendrá sentido. — ¿Y si decido que no quiero tener nada que ver con ninguno de los dos? Que no lo puedo hacer... ¿lo que sea que sea esto?

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En la expresión de ambos hombres creció el dolor, sus hombros cayeron milímetros. —Entonces respetaremos tus deseos y te dejaremos en paz. —Respondió Slone. Brigit mordisqueo el interior de su mejilla. Sabía que había más, probablemente una montaña, que no estaban diciendo, ya sea porque estaba fuera de consideración o por algún otro razonamiento, no podía adivinar. Pero Slone tenía razón. Ellos no habían hecho nada que le causara pánico o que le hiciera creer que no quería decir lo que dijo. Con una excepción. — ¿Y toda esa locura, como la lectura de mente será explicada? —Completamente. —Dijeron los dos como uno. — ¿Qué tengo que hacer? —Pregunto, intentando evitar la sospecha, pero esta estaba ahí. Como dos chicos que entran a una tienda de dulces, sus expresiones se aligeraron, el peso de sus dudas y temores se desvaneció. —Danos tiempo. Vamos a cuidar de ti. No volverás a quedarte con tu padre. — Slone declaro con firmeza. —Ya sea que te hospedes con nosotros o no, nunca te verás en la necesidad otra vez. —Este fin de semana es una manera perfecta para comenzar. Sin el stress del trabajo, la alegría de la boda de tu madre. Y me lo permito decir... —exclamo Ja’Rol con un brillo diabólico en su mirada —dos hombre guapos para todos tú deseos. —Una pregunta más. —Ambos asintieron. — ¿Por qué yo? — ¿Por qué no? —Ja’Rol parecía absolutamente perplejo por su pregunta. Brigit suspiro con disgusto, deseando poder hundirse en la silla, bueno, más de lo que ya estaba. —Porque estoy gorda.

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— ¿En serio? — Slone se paró, la alcanzo, instándola a ponerse de pie. Quitando la manta, él se volteó para colocarla en la silla. Descanso su barbilla en la palma de su mano mientras caminaba primero hacia un lado y luego al otro, rodeándola. — ¿Ja’Rol, tu vez la “gordura” que dice ella que tiene? Ja’Rol se paró a su lado, mirándola. Ese olor embriagador que había descubierto el día anterior emanaba de ambos hombres y la envolvió. Respiro profundamente casi con duda cuando una nueva ola de conciencia la recorrió enviando a su cuerpo un zumbido de excitación. —No seas tonto. —Le espeto ella. Cruzando sus brazos, estaba decidida a ocultar la casi instantánea reacción que tenía por su cercanía. Frunció el ceño a ambos por turnos. Había elegido una blusa básica de color amarillo pálido, nada de volados, sus vaqueros estándar de un azul deslavado y zapatillas de deportes. Ropa confortable. Aunque viendo a ambos hombres, ella se preguntó si notaban su ropa. —No cariño. —Negó Slone. Tirando de sus brazos, sostuvo su mirada. —Yo veo a una mujer con una figura encantadora, un bello rostro con ojos deslumbrantes y dentro de todo eso, un sentido de humor y honor que me hace sentir humilde. Brigit negó con la cabeza. El loco estribillo estaba empezando a ganar ímpetu. Sabía cómo lucia. Su padre nunca escatimo un momento para decirle lo gorda que estaba o que tan seguido necesitaba abstenerse contra “dejarse llevar” con la comida. En su mente, sabía que su padre era un cabrón, pero era difícil desafiar algo que había oído a cada paso. No era obesa, pero no podía usar bikini y esa parecía ser la línea que trazaban los hombres cuando veían una mujer así de gorda. La línea era cuanta carne podían exponer en público. — ¿Tal vez deberíamos ser más específicos? —Ronroneo Ja’Rol en su oído. El corazón de Brigit le dio un vuelco en la garganta y un ruido sordo como el deseo salió a la vida.

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Capítulo seis Ja’Rol se situó cerca de su hombro, sin tocarla, pero unos centímetros más y se tocarían. Su pelo rubio se balanceaba sobre sus hombros en una cortina azotada por su agitación interior. Su mirada fue de Ja’Rol a Slone. Pero no estaba nerviosa y ni temerosa. —Ella está enojada. La confusión de Ja’Rol se hizo más profunda. — ¿Por qué pensamos que es hermosa? —Porque cree que queremos algo y por eso le mentimos. Ja’Rol suspiro. —Si queremos algo. A ella. — Poniendo sus manos sobre sus caderas le dio la vuelta con cuidado. —Brigit. Puede que nunca creas lo que te decimos, pero entiende esto. Nosotros lo creemos. Lo puedes ver con nuestros propios ojos. Los labios de Brigit se separaron con sorpresa. Sus ojos azules sin fondo brillaron en la tenue luz de la cabina. La noche llenaba las ventanas del avión, el brillo de las estrellas como telón de fondo. Nada comparado con los destellos brillantes de sus ojos. Bajando, Ja’Rol no dejo su mirada vigilante. Cuando se detuvo, Ja’Rol estaba sobre sus labios, anticipando el momento siguiente, para sentirla. Pequeños jadeos rozaron su boca, el movimiento irregular de sus pechos crecía y decaía demostrando que estaba afectada. —Su olor es adictivo. —Murmuro la voz de Slone cuando cerró la brecha enjaulándola entre sus cuerpos. Ja’Rol apenas lo reconoció, la intención de cada matiz de parar o alejarse antes de que reclamara el regalo esperando por él. Las doradas pestañas estaban a la deriva cuando sus labios se levantaron por los suyos. Con tanta ternura como deseo, elimino la mera distancia entre ellos y sintió sus labios por primera vez.

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Dulces, delicados y tentadores, encajaba en él. Brigit tembló bajo sus manos, pero no se apartó. Entonces Ja’Rol sintió el toque tentativo de las palmas de Brigit subiendo por sus brazos, y él se estremeció en respuesta. Más suave que Slone, su boca se ladeo cuando la toco, saboreándola. Acariciando sus labios con la lengua, enviando un tirón de hambre a través de él. Slone la cubrió ahora, su glorioso cuerpo entre ellos. Brigit no se resistió ni se congelo cuando las manos de Slone fueron hacia arriba y le acaricio desde las muñecas sobre los hombros de Ja’Rol hasta su columna. La acción hizo que Brigit se presionara claramente sobre la longitud de Ja’Rol, dejando sin posibilidad de ocultar el bulto adolorido de su erección en sus pantalones vaqueros. —Impresionante. — La voz de Slone se había vuelto más profunda, su lujuria sobre la superficie. Inclinándose, se enterró en el cuello de Brigit, acariciando su pelo hacia un lado para encontrar la línea de su garganta. Los sonidos de succión por sus besos llegaron a Ja’Rol, inflamándolo más. Los besos de Brigit se hicieron más apasionados, contra la boca de Ja’Rol, conducidos por la respuesta, a la dual asistencia. Las juguetonas caricias de los dedos de Slone sobre su cintura fueron exquisitas, luego se había ido cuando Slone ahueco el culo de Brigit a través de los pantalones vaqueros. El ligero apretón que le dio la hizo temblar y gemir debajo de los labios de Ja’Rol. —Solo una probada por ahora, amor. —Slone le advirtió a Ja’Rol en privado. —Necesita descansar incluso aunque no lo crea. Debemos tomarlo con calma. Ja’Rol odiaba estar de acuerdo, pero Slone tenía razón. Brigit necesitaba a alguien que tuviera sus mejores intenciones de corazón y ellos se ofrecían voluntariamente. Tampoco quería correr el riesgo de que no se quedara. Empujando entre sus deliciosos labios, él encontró su lengua y jugó con ella, tentándola más allá, queriendo más, deseándolos más. La deseaba como no podía recordar desear a otra mujer. Cuanto más se perdía en el beso, menos quería parar, las advertencias de Slone rápidamente desaparecieron debajo del puro disfrute de su tacto y beso. Quería darse un festín con ella, saborearla por todas partes y sentir que lo envolvía alrededor de su pene con su caliente

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cuerpo. Lentos escalofríos rodaron por su columna mientras la memoria fantástica regreso, muy cerca de ser realidad.

*** Slone estaba cautivado. Mirar como su amante besaba a Brigit era embriagador. Odiaba ser la voz de la razón, pero con un día de descanso y una alimentación adecuada recorrerían un largo camino con la mujer entre ellos, sobre todo cuando se la llevaran a la cama. Citas cortas durante las jornadas de trabajo eran una cosa, pero explorar pausadamente el alto placer era lo que los dos preferían. La intimidad era un regalo, no una liberación a dar por sentado. Deslizando sus manos por debajo del dobladillo de su camisa entre los cuerpos marcados, Slone encontró sus pechos y gimió. Su peso completo llenaba sus palmas. Sus pezones estaban tensos y extendidos, rogando por el tacto, labios, caricias. Dejo caer besos en sus hombros, deslizo los dedos por debajo de la banda del sujetador y comenzó a jugar con las protuberancias duras. Gemidos estremecidos y jadeos llenaron la cabina. Eran los más sensuales sonidos que pudiera recordar haber escuchado. Slone recogió el sujetador hacia arriba, exponiéndola al aire de la cabina y al excitante roce de la camisa de Ja’Rol. La cabeza de Brigit cayó en su pecho, su cara era el espejo de la felicidad cuando Ja’Rol libero sus labios. Bajando la cabeza, él se pegó en uno de sus pezones, chupándolo junto con el dedo de Slone en su boca al mismo tiempo. —Mierda. — Refunfuño Slone. La construcción del dolor en su pene se estaba volviendo intolerable. La lengua de Ja’Rol los envolvía a los dos, tirando del dedo y la

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carne con cortas y cuidadas succiones o lentos golpetazos, lánguidas caricias de su lengua. El miembro de Slone presiono contra su culo en reacción, ansiando la curva suave contra él. Bajos gemidos fluyeron de ella. Se aferraba a Ja’Rol con los dedos clavados y se apoyaba en Slone. —Delicioso. — Susurro Ja’Rol cuando finalmente levanto la cabeza. Encontrando la boca de Brigit, él inmediatamente metió la lengua dentro de ella. Slone observaba el baile con ojos hambrientos. Luego noto que los besos de Ja’Rol eran más cortos, cada vez menos apasionados, cada vez más íntimos, y por un instante no pudo entender por qué quería dejar de amar a la divina criatura que tenían. Había estado tan atrapado en el momento, que casi había tirado su propia regla por la oleada de placer, por la sensación de su dulce cuerpo entre sus duras figuras. Cuando Ja’Rol la soltó esta vez, Slone jalo la barbilla de Brigit hacia él, para finalmente tener su sabor. Húmeda y caliente, sus labios eran decadentes. El latido de su ingle era fuerte, exigiendo liberación. Su lengua era malvada, jugaba con la suya. El temor de que Brigit rechazara la idea de tener a los dos rápidamente se desvaneció bajo el calor de su beso. El poder de su boca, el movimiento atractivo de su lengua entre sus labios, demostró que estaba dispuesta a ver a donde la llevarían. Slone rezo que no fuera solamente por la emoción del momento, que deseara quedarse. Entonces Brigit curveo un brazo por encima de su cabeza, tirando de él, apretándolo y Slone gimió, un sonido de profunda hambre que los hizo vibrar a todos. Sus pezones parecieron endurecerse aún más por debajo de la punta de sus dedos. Estaba tan excitada, lista. Un soplo conducido con el olor de su crema lleno su cabeza. Slone vacilo si debía continuar o no. Brigit necesitaba descansar. Necesitaba cuidados, no ser atacada. Brigit debió sentir su intención de retirarse. Su voz fue tan impresionante como los primeros rayos del amanecer. —No te detengas, — declaro la voz de Brigit, —por favor. Slone gruño, sabiendo que no debía hacerle caso.

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—Por favor Slone. ¡Oh, dios! —Grito en su mente, su boca todavía siendo prisionera de la suya, su lengua batiéndose con la de él y Slone se estremeció todo el camino hasta sus rodillas. Buscando a través de sus energías, se dio cuenta de que Ja’Rol había deslizado una mano en la parte delantera de los pantalones de Brigit y había encontrado su núcleo empapado, acariciando y jugando con su clítoris hasta que ella tembló. —Necesitas descansar. —Te necesito. — Respondió Brigit, demasiado arraigada en el momento como para tener miedo de la intimidad telepática o quizás ni sabía que lo estaba haciendo. Slone estaba cediendo, Slone lo supo. Ja’Rol había encontrado sus pecho para mamar de nuevo, su mano profunda en sus pantalones vaqueros. El sutil movimiento de sus caderas se hizo evidente del placer que Ja’Rol le daba, entrando y saliendo de su sedoso calor. Entonces Brigit lo sorprendió. Apoyándose en el pecho de Slone, dejo caer su mano del hombro de Ja’Rol para ahuecar su miembro detrás de la cremallera. Sus piernas casi cedieron de sostener su peso. Brigit frotaba contra el fuerte y exigente. —Brigit. —Yo sé lo que estoy haciendo. — ¿Estás segura? — Pregunto la suave voz de Ja’Rol, para que lo oyeran los dos. — ¡Oh, dios, si! ¡Se siente tan bien! Por favor, no sé detengan. —Ja’Rol...ayúdame. Ella se siente tan bien. Slone no obtuvo respuesta, en vez de eso se oyó el obvio sonido de una cremallera bajando. En ese instante, Slone perdió el control completamente. Slone no había planeado seducirla en el vuelo. La voz de la razón, aunque débil, era que debía cuidar de Brigit. Entonces Brigit gimió, un grito largo, un jadeo de placer y la voz débil del sentido común fue arrastrada por la necesidad combinada con el hambre. Él sostuvo su peso mientras Ja’Rol tiraba de los pantalones, liberándolos, haciendo que cayera hacia sus zapatos. A raíz de esos movimientos de Ja’Rol, él noto que ella tenía un anillo en el dedo del pie izquierdo, una banda de plata. Su enfoque regreso a los toques de su húmeda y

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caliente lengua que le acariciaban la garganta, sus dientes marcaron pequeños bocados mordisqueando. Sujetando la parte inferior de su sujetador, tiro de él y de su camisa sobre su cabeza, dejándola completamente desnuda para su entero disfrute. Slone dejó caer la ropa en la silla con la manta. Asegurándose que Brigit estuviera de pie, se alejó para rodearla. El brillo de su piel, el tono pálido, la hacía más femenina contra la coloración de tono profundo de Ja’Rol y de él mismo. Ambos tenían un tono similar en sus escamas cuando se convertían en dragones, ricamente matizados en arcilla. Brigit era como un diamante entre ellos. —Es hermosa. Eres hermosa. — Susurro. Con pereza los ojos de Brigit voltearon hacia él, el azul tan oscuro, que se reflejaba en ellos. Sus dedos cavaron entre el grueso cabello de Ja’Rol cuando él la beso y le acaricio los muslos. Sacando su camisa de sus pantalones, Slone se arrojó a un lado mirando su disfrute sin aliento. Hábilmente, Ja’Rol deslizo los dedos entre la plenitud suave de sus muslos, enviando una nueva sacudida de deseo corriendo para todos. Slone siseo, no preparado por la ola de sensaciones. Lo que uno sentía, todos lo sentían. La unión había comenzado. Esperaba que todos estuvieran listos, porque a partir de ahora, con sus primeras señales de aceptación las emociones solo crecerían más fuertes. Parado junto a ella, Ja’Rol avanzo hacia atrás con ella hasta que se detuvo con sus pantorrillas contra una silla de piel. Bajando, encontró sus labios, entrando en ella con un beso caliente antes de instarla en silencio a que se sentara. Ja’Rol rápidamente se quitó la camisa y se aflojo los pantalones vaqueros, con un suspiro de alivio inconfundible. —El bolsillo de la mochila. —Susurro Ja’Rol en la mente de Slone antes de bajar de rodillas entre las piernas de Brigit. Parpadeando, le tomo un momento a Slone comprender la solicitud. Los condones y lubricante. Los había guardado porque no tenía planes para ello. Corriendo al

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compartimento del equipaje en la parte delantera de la cabina, abrió la puerta y busco en el bolso grande, agradeció cuando su mano se cerró sobre el bolsito de baño. Al volver, su lujuria golpeo de nuevo al encontrar a Ja’Rol cavando fuerte con su lengua contra el coño de ella, chupando y succionando su rosada carne. Sus jadeos y gemidos eran música para sus oídos, fuertes jadeos haciendo que sus pechos se movieran en un delicioso ritmo. Slone tuvo que tragar, saborearla por medio de Ja’Rol y su disfrute solo llevó a que su deseo por esa mujer fuera mayor. Pateando sus zapatos, se despojó de sus pantalones y de su ropa interior, su dura y rígida miembro sobresalió delate de él. Noto sus ojos fijos en él tan pronto como Brigit capto que estaba desnudo. Sus labios se alzaron con señal burlona. Brigit levanto su mano, envolvió sus dedos alrededor de su longitud y apretó. — ¡Mierda! — Slone se tensó y se estremeció, su toque era como fuego sobre su piel, que se vertía en sus venas. Brigit le acaricio, tirando de él más cerca. Apoyándose en un codo, ella lo condujo a su boca, trayéndolo profundamente con el primer empuje. La habitación giro por un momento y Slone condujo sus dedos en su sedoso cabello solo para mantenerse de pie. Su boca era mágica, caliente, hábil, apretada y cada aspiración tiraba más profundo alcanzando sus bolas y tensándolas con cada movimiento. Ja’Rol apoyo una de sus piernas sobre el brazo del asiento, dejando al descubierto su reluciente piel. Slone apenas podía pensar, mucho menos hablar, con su boca conduciéndolo a él, caliente y apretado. El aroma de ellos combinado de deseo lleno su cabeza, y él tuvo que tragar para encontrar humedad. Los gemidos de excitación crecían. El dedo de Ja’Rol la follaba mientras frotaba con su lengua su clítoris. Entonces Brigit grito, el sonido amortiguado por su boca llena. Ja’Rol lamia y chupaba, manteniéndola inmóvil para atrapar cada gota de su orgasmo. Brigit temblaba, su cuerpo ondulaba, tratando de sentir la sensación de su boca.

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—No voy a durar. — Slone les advirtió. Agarrando el respaldo de la silla maniobro para darle control total a ella. Fue la mejor idea que pudo haber tenido. Las sensaciones eran espirales a través de su cuerpo, haciéndole jadear en cada movimiento. Se metió en el ritmo que ella había puesto, bombeando su longitud en su boca, sintiendo la resistencia de sus dientes y la suave paleta de su garganta. La cabeza de Slone colgaba hacia atrás. Las luces estallaban a través de su visión como grandes bolas apretadas, la necesidad de explotar a pocos segundos. Ja’Rol se puso de pie y dejo caer sus pantalones vaqueros, se deslizo un condón sobre su palpitante pene. La cabeza de Slone estaba girando. — ¡Dios, si! Haz que se corra de nuevo. — Su boca era increíble, chupando fuerte, su excitación igualando la de ellos. Él no podía espera a sentirla por sí mismo, su caliente coño cerrándose sobre su polla mientras él se estrellaba contra su cuerpo maduro, montando la ola de éxtasis. —Únete a mí. —Ofreció Ja’Rol. —Siéntelo conmigo. Slone gruño, mirando a su amigo sosteniéndola cerca, levantándola hasta que ellos se encontraron, luego se deleitó con el puro éxtasis cuando Ja’Rol lentamente la atravesó, llenándola. Brigit se retorcía y gemía, sus ojos se cerraron cuando el placer hizo erupción a través de ellos, un caleidoscopio de sensaciones que estallo sobre todos como una bola de fuego. Inclinándose hacia adelante, Slone fue capaz de capturar la boca de Ja’Rol con un beso duro, corto, tratando de mantenerse de pie tan solo unos cuantos minutos más. — ¡Oh, dios mío! —Exclamo ella, bombeándose contra el miembro que la llenaba. Luego trago a Slone otra vez, todos alcanzando el éxtasis. El contante golpeteo de Ja’Rol la condujo a tragar más el pene hinchado de Slone, tomando lo que nadie había hecho antes. — ¡Ja’Rol! —Slone se vino. El pulso de su orgasmo se derramo a través de su cuerpo. A través de Ja’Rol, él sintió su reacción, sus ondulaciones, su insistencia por más. El apretar de su coño cuando capturo la polla de Ja’Rol. Slone sintió el calor de su cuerpo, el tobogán resbaladizo y el empuje a través de su conexión. Su mente se había reducido a las sensaciones de esos movimientos. El sudor se había desatado sobre sus hombros.

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Los gemidos de Brigit aumentaron, retorciendo su cuerpo para satisfacer los empujes de Ja’Rol. No hubo advertencia. Su boca lo trago profundo, Ja’Rol la llenaba con su cadera moliendo, sacudiendo hacia adelante y el mundo de Slone se desvaneció en un estallido de luz. Casi al mismo tiempo, Ja’Rol se sacudió rígido con un rugido mientras empujaba hacia adelante, buscando más de su caliente cuerpo. Brigit se estremeció cuando su orgasmo la meció, chupando la polla más duro en forma de pulsos de adrenalina que rodaban sobre ella. El vacío se apodero de todos ellos por una enésima de segundo. Sus pulmones se congelaron. Su corazón dejo de latir. La única sensación fue el caliente y dulce tirón de su boca y el látigo de su lengua mientras tragaba la liberación de Slone, la apretada y caliente hambre de Brigit y el éxtasis de Ja’Rol que compartían. Se sintió como si durara para siempre, aunque no lo suficientemente largo. Con prisa, el tiempo lo golpeo como una patada de caballo, directamente sobre su plexo solar. Temblando, Slone se derrumbó sobre sus rodillas, encogiéndose en la silla para no herir a Brigit o dejar que cayera con él. Los brazos de ella rodearon su cuello naturalmente, con la cabeza en su hombro. Ja’Rol se inclinó hacia adelante, con la cabeza sobre su vientre lo alcanzo para reunirse con él también. Slone observo la escena, saboreo sus reacciones, recordó su dicha y entusiasmo compartido tanto con él mismo y con su amante y supo que lo único que haría que el vínculo fuera irrevocable ahora era que Brigit los aceptara en su forma de dragón. Porque ellos no eran naturalmente humanos, la magia de sus almas también tenían que ser apaciguadas. Sabía que él ya estaba perdido tanto como su corazón lo estaba. Dejando caer un beso en su húmeda sien, rodo una mirada hacia Ja’Rol, sus pechos se levantaban y caían cuando ella tomaba aire. Sus usuales ojos café dorados estaban desenfocados, con sus emociones alborotadas cuando sus miradas se encontraron.

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Sus corazones estaban profundamente entrelazados. Nunca hubo secretos entre los dos hombres. —Lo sé, Slone. —Dijo en voz baja Ja’Rol solo para él. —Ella es nuestra. No puedo dejarla ir. —Vamos a encontrar la manera. —Respondió llevando a la deriva sus dedos por el pelo de Brigit, su cuerpo entero relajado con su amante. Entonces, alcanzando los dedos de Ja’Rol, Slone los atrapo dentro de los suyos. Su respiración se detuvo cuando, media dormida Brigit cubrió a ambos con su mano suave, uniendo a los tres. Se preguntó si ella tenía un atisbo del mensaje que estaba ofreciéndoles y lucho para no dejarse ir demasiado lejos por el momento.

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Capítulo siete Brigit se quedó mirando la mesa de noche. Dos de la mañana, aunque su reloj interno estaba más cerca de las cuatro. De cualquier manera, estaba acostada en la cama, mirando los brillantes números, sin poder dormir. Todavía estaba en estado de shock por lo que había hecho en ese avión. Cerró los ojos, pero no puedo evitar seguir pensando. Luego tuvo que hacer el ridículo en la limusina de camino al hotel. Enterrando la cara en la almohada, dejo escapar un grito. ¿Por qué tuvo que decir todo eso? Ahora iban a pensar que era una puta maleducada o algo así. Decirles que había sido divertido. ¿Divertido? Cristo. ¿Divertido? El sexo había sido el mejor de toda su vida. No pudo quedarse sentada y quieta todo el tiempo entre ellos y quedarse callada. Se veían absolutamente deliciosos y relajados y todo eso la hizo sentir como que debía llenar el silencio, porque no se sentía para nada relajada después de lo que había pasado entre ellos. Desafortunadamente, su boca no siempre estaba en contacto con su cerebro en momentos como ese. Ambos le habían preguntado si estaba bien, si estaba cansada, si la habían lastimado de algún modo. No tenía ni idea. Todavía estaba temblando, incluso ahora, horas más tarde. Así que por supuesto, al no poder hacer frente a eso, dio una burlona respuesta que ni siquiera podía recordar, su boca en total marcha mientras su cerebro no. Al menos no habían tomado su estupidez en serio. Habían sido unos caballeros, asegurándose que estuviera cómoda en su suite y que cualquier cosa que pudiera necesitar por la noche la podía pedir.

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Bueno, cualquier cosa excepto dormir. Dejándose caer sobre su espalda en el cómodo colchón, miro el techo. La habían ayudado a vestirse, la alimentaron de nuevo, mimaron y se aseguraron que estuviera cómoda y en general la adoraron como princesa. Ellos obviamente tenían a la chica equivocada. Se mordió su mejilla, tratando de relajarse y fracaso. Renunciando gruño, tiro las mantas para ponerse de pie y busco una camiseta larga. No había traído una bata, pues tenía una de franela larga desde hacía años. Poniéndosela, marcho hacia la puerta que separaba a las dos suites con la sala de estar. La habitación era preciosa y muy grande, no podía verla claramente. Levanto la mano y luego se congelo, sus nudillos a milímetros de la madera. ¿Debería? ¿Qué podía decirles? Vaya, lo siento, pero son tan condenadamente sexys que perdí la cabeza y decidí que me gustaría tener la oportunidad de hacer algo una vez más. Soltó un bufido. Sí, porque las posibilidades de que se repitiera eran casi nulas. Su cabeza se hundió en la madera. Pero era más que eso, al menos los primeros cinco segundos lo fueron, para ella. Pensaba que había sentido su cariño, creyendo que su pasión era real, y no solo un tipo extravagante de—chicos—gay—que—deseaban—variar. Frunció el ceño. Sabía que no había sido así, pero entonces, ¿que fue? ¿Y realmente, porque ella? Tirando los extremos de su camiseta para protegerse, levanto la barbilla y llamo a la puerta. Si ellos estaba dormidos lo dejaría pasar, pero no podía dormir con la idea de que pensaran que era una pedazo de vagabunda corriendo por una emoción barata. No era así, intencionalmente o de otra manera. La puerta se abrió casi de inmediato y considerando que la suite era idéntica, con el dormitorio al otro lado de la puerta de enlace... Miro hacia arriba a Ja’Rol. — ¿Te he despertado? Ja’Rol negó con la cabeza, con el pelo un poco esponjado y descuidado. —No podía dormir.

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Brigit trato de sonreír. —Yo tampoco. — Se abrazó a sí misma. — ¿Podemos hablar? Dio un paso atrás y la dejo entrar, cerrando la puerta. — ¿Están los dos despiertos? Como si hubiera dicho su nombre, Slone apareció en la puerta del dormitorio. Ambos llevaban pantalones de pijama negros y nada más. En cuanto a Ja’Rol, se dio cuenta que tenía un arete en un pezón. Algo que se le había perdido totalmente en la euforia sexual anterior. Brigit aparto la mirada, decidida a no dejar que su cuerpo obtuviera lo mejor de ella otra vez. Pero maldita sea... sacando su aliento, lo alejo de su mente. —Yo quería hablar de lo que paso antes, entre nosotros. — Slone asintió con la cabeza y señalando una silla en la sala de estar de la suite. —Nosotros entendemos. Tomamos ventaja de ti cuando no debíamos de haberlo hecho. —Slone parecía listo para dar batalla, a la espera de la flagelación verbal. Brigit se quedó sin aliento y se enderezo en su silla. — ¡No! Por favor, no crean lo que dije en el coche. —Se encogió un poco, deseando poder convertirse en una bola pequeña y acabar rodando fuera de la habitación. —No soy tan débil, ni entonces ni ahora. — Se ruborizo. Aquí es donde se ponía difícil. —No dije que pararan. De hecho, recuerdo que suplique que no lo hicieran. Lo que dije... — aparto la mirada, incapaz de mantenerla en sus miradas vigilantes, —no fue solo una emoción barata. No para mí. Slone y Ja’Rol compartieron una leve mirada. Brigit lamio sus labios y se estabilizo, ignorando el latido de su corazón. No podía distraerse con toda la maravillosamente tonificado y dura carne masculina. —Pero tú estabas enferma. — Argumento Ja’Rol —estuvimos de acuerdo en cuidar de ti y... — A ella le encanto cuando el calor le llego hasta el cuello. Se veía tan adorable, – ambos compartimos la culpa.

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Bueno, esto parecía un argumento perdido. No iban aceptar su responsabilidad y darse cuenta de que realmente era culpa de ella, eso hizo que su corazón se derritiera un poco. —Aparte de eso, luego... —Brigit mordió su mejilla, — ¿por qué yo? ¿Fue porque estaba disponible? ¿Todos teníamos horas que matar? Si ustedes dos son pareja, no veo donde entro yo, incluso con lo que dijeron en el avión. Slone se puso de pie y se unió a Ja’Rol, alcanzo su mano y la hizo ponerse de pie. — Entonces creo que es hora de explicarnos un poco más acerca de eso. — ¿Recuerdas lo que dijimos que todo sería explicado, con el tiempo? Brigit parpadeo. No había olvidado exactamente lo que ellos podían hacer, pero definitivamente no quería pensar en ello. En respuesta, Brigit asintió con la cabeza. Sabía que no podía eludirlo, no con los dos mirándola con tanta expectación. Slone la atrajo más cerca, luego soltó su mano. —Nosotros no tenemos que estar tocando y podemos estar a kilómetros de distancia. Ja’Rol y yo hacemos eso tan fácil como tu llamar a otro es normal para ti. El corazón de Brigit latió de nuevo. Ellos la miraban, simplemente esperando. Aturdida, recordó que pidió explicaciones. — ¿Te das cuenta que hablamos telepáticamente en el avión? — Pregunto Slone con cuidado. Brigit parpadeo. ¿Se había dado cuenta? Sus ojos se abrieron. — ¡Oh, dios mío! Lo hice o ¿no? —Ella tartamudeo. — ¿Cómo? ¿Por qué? — ¿Recuerdas esos talentos y dones que te dije que teníamos? ¿Al igual que la telepatía? —Ja’Rol dijo.

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Un rayo de luz atravesó las cortinas en la ventana, el resto que nunca duerme, la vida nocturna escondiéndose tras la vista. Reflejando la alfombra donde él estaba parado, creando una luna creciente de color rojo. Parecía que se formaba alrededor de él, acunándolo en el profundo color. Su habitación era una imagen de espejo, con el baño, sala de estar lleno de sofás y sillas. Cristal y flores adornaban la habitación. Elegante pero discreta, esto era el tipo de habitación que ellos tomaban para esas revistas de viajes. Volviendo a la pregunta, cuando Brigit en lo único que pudo hacer fue asentir, el continuo, —Slone y yo somos...diferentes. Nosotros no nos consideramos gay porque en nuestra especie no hay homosexuales. Se puede amar a quien sea, puedes estar con quien sea, si la atracción es mutua y sus almas responden una a la otra. Nosotros estamos respondiendo a ti, de la misma manera que tú lo haces con nosotros. Sentimos lo que tú sientes. —Lo que es importante para ti es la atracción y la forma en que nos sentimos atraídos entre nosotros, ambos. Tú te sientes atraída por nosotros, ¿verdad? — Pregunto Slone con una leve duda. Brigit miro hacia las ventanas, incapaz de mirarlos. —De alguna manera ya lo saben. —Sí, los dos lo sabemos. —Ronroneo Ja’Rol bajando las pestañas haciendo que su mirada lanzara chispas—esa es otra señal para nosotros, para ti. Esto no ocurriría si tu alma no respondiera a la nuestra, llegara a nosotros. — ¿Quieres decir la telepatía? —Ella chillo. —Es por eso que tú nos puedes oír. Porque puedes hablar con nosotros con solo tus pensamientos. Es prueba de lo que nos está arrastrando juntos. Incluso ahora, tu cuerpo se está calentando, deseando, porque estás aquí. Nosotros, los tres estamos más juntos que solos. — Los ojos de Ja’Rol estaba creciendo más calientes, como si una chispa de deseo en ellos los iluminara desde adentro —no es raro para una pareja encontrar un tercero, especialmente si ellos son del mismo sexo. No con nosotros.

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Brigit dio un paso atrás. Brigit no tenía ni idea de qué demonios quería decir con la parte de nosotros. ¿Eran una secta? ¿Una religión? —Bueno, esto va más allá. No sé qué a que están jugando. Yo no quería que tuvieran una idea equivocada de que era demasiado fácil por permitir lo que paso. — Brigit dio otro paso atrás hacia su cuarto, usualmente no soy así y tampoco desmayándome, no debería haberlo hecho. Realmente aprecio que me trajeran aquí por mi madre y me dieran una habitación para alojarme. —No puedes negar que nos deseabas —dijo Slone. —Puedo. —Brigit contesto de repente sintiéndolo como una opción para escapar. – Mírenme. — Solo porque estaba atraída por ellos no quería decir que tenía que actuar en consecuencia. Una vez más. Brigit giro sobre sus talones y se dirigió por la puerta de su habitación. Había suficiente luz para ver y un montón de silencio para escuchar. —Espera. —Llamo Ja’Rol muy suavemente y Brigit se detuvo y su respiración suplico. — ¿Por qué huyes? —Antes de que pudiera dar otro paso, él estaba de pie detrás de ella. Brigit sintió su calor a lo largo de su columna vertebral, —te lo dije antes. Te deseamos para algo más que sexo, pero estamos tratando de explicarte las cosas con calma sobre todo porque hemos tenido tan poco tiempo para explicarte las cosas. Te queremos con nosotros. — Él descendió y apretó los labios contra su hombro. —Nosotros te deseamos porque eres hermosa. — Ja’Rol le dio otro beso delicado debajo de la oreja. —Te deseamos porque nos completas, porque te necesitamos. ¿Crees que la telepatía sucede con cualquier mujer? ¿Que cualquier mujer podría volvernos locos como tú lo haces, con necesidad, con un deseo tan espeso que incluso ahora, estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para permanecer tranquilos porque tu estas asustada, cuando lo que queremos es amarte?— Le coloco las manos en su cintura — ¿cuándo queremos estar profundamente dentro de ti, gritando todos de placer? —Él le mordisqueo la oreja. El corazón de Brigit latió apresurado como un tatuaje en su pecho. — ¿Te hago sentir así? —Su toque estaba haciendo su voz sin aliento.

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Slone se puso de pie frente a ella, una vez más, enjaulándola, aunque menos intimo que antes, entre sus cuerpos. —Igual que eso y más. —Pero... Slone apretó un dedo en sus labios. —Nunca más vas a decir nada acerca de que eres gorda. ¿Ha quedado claro? Eres hermosa y exuberante y perfecta para nosotros. Cree en lo que nosotros vemos y también lo veras. — Una tierna sonrisa salió de sus labios. — Creo que Ja’Rol y yo vamos a tener una charla con tu padre. Tú debes tener familia, sin embargo, ningún de nosotros permitirá que su conducta hacia a ti continúe él te respetara, a pesar de lo que sienta. Le tomo un segundo a Brigit entender eso. —Espera. ¿Ustedes van a pelear por mí? Slone se encogió de hombros, indiferente. —Es una manera de hablar. Protegemos a los que nos importan. Y no te equivoques, nosotros nos preocupamos por ti. —Pero apenas me conocen. — Brigit gimió. ¿Estaban desilusionados? No se sentía como si estuviera en peligro, aun siendo inferior en número y dominada por los dos. Ellos no habían sido más que gentiles en todo. —No es cierto. Tu madre siempre hablaba de ti, de tus hazañas, tu carácter y logros. —Ja’Rol se negaba a dejar que se apartara, sus dedicadas manos descansaron en sus hombros. —Si hubiéramos tenido algún indicio de que eras la indicada después de conocer a tu madre por tanto tiempo, hubiéramos ido por ti, pero hasta ahora al menos uno de nosotros tres había estado preparado. Slone y yo descubrimos que estábamos careciendo de lo que necesitábamos con algunas semanas de diferencia. Nos tomó un tiempo admitir eso porque no queríamos lastimar al otro por desear a una mujer, algo que no nos había pasado en todos estos años que hemos estado juntos. Complicaba las cosas que nosotros no tuviéramos idea de quién era esa mujer o que aspecto tenia, solo que ambos la necesitábamos. Slone asintió. —Todo lo que dice es verdad.

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Ja’Rol la rodeo parándose junto a Slone frente a ella, envolviendo un brazo alrededor de la otra cintura. —Estamos pidiendo solo una oportunidad. —Él se inclinó para examinar los ojos de Slone y luego dijo, —si te conocemos y queremos conocerte mejor. —Esto es una locura, ¿saben? — ¿Brigit lo estaba considerando? ¿Una relación...de tres? — espera están hablando de algo permanente, ¿no? ¿Esto no es una aventura de fin de semana? —Su mente estaba lentamente desentrañando eso, tomando años para darse cuenta de toda esta situación. Slone le cogió las manos y las atrajo presionando las palmas en su pecho. —Si tú nos quieres. Brigit parpadeo. Brigit era un nudo y los tomaría en un minuto de Nueva York, pero... ¿realmente ellos la querían? —Con cada célula de mi ser. —Susurro Slone en su mente. —Vamos a la cama. —Ordeno Ja’Rol con ternura. —Solo vamos a abrazarte. —Pero la habitación... Eso es un desperdicio. —Dijo Brigit ¿esa es tu mejor objeción? necesitaba una bofetada para asegurarse de que aún estaba prestando atención. Slone se acercó para susurrarle al oído. —Somos dueños del hotel. Creo que la habitación está bien. Brigit trago saliva. — ¿Ustedes son dueños de la Era Dorada? —Cómo crees que obtuvimos las suites de los propietarios. —Slone tuvo el descaro de sonreír con una ceja arqueada por primera vez desde que ella había entrado en la habitación, luciendo completamente relajado. Su boca se abrió, luego la cerró con un chasquido, tragando saliva. Ja’Rol se dirigió hacia el dormitorio. —Vamos, estoy cansado y si no podía dormir antes, la única manera en que lo haga ahora es con ustedes dos aquí. Así que, traigan sus

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culos ya. —Él ordeno con voz alegre. Entonces, como para demostrarlo, bostezo, sonriendo tímidamente. —No se puede discutir con la voz de la razón. —Slone se encogió de hombros y entro en el dormitorio también, a plena vista, ambos dándole tiempo para que se hiciera a la idea de acompañarlos o salir. Echando un vistazo a la puerta de su habitación, ella pudo imaginar su cama, grande y vacía. Giro para mirarlos, ellos estaban parados a cada lado de la cama, esperando. ¿Una cama con dos hombres cuidadosos que la deseaban, o una cama vacía y un techo? Espero unos minutos, esperando algún tipo de comentario que le diera una señal, pero ninguno la presiono. Ellos le estaban dando la oportunidad de hacer su propia elección. Ja’Rol enfrento a Slone a través de la blanca y extensa cama y por solo un instante, sintió una oleada de dolor, desgarrador y quebradizo viniendo de él. Luego dejo caer la barbilla, su mirada cayó en la cama y sus ojos se cerraron. Algo dentro de ella se derritió completamente. Realmente la querían. Ellos creían que la necesitaban. Y por el momento, no quiso lastimarlos más. Se acercó a los pies del colchón. El brillo en sus ojos se ilumino cuando se hizo evidente que ella había tomado su decisión. Brigit tomaría su elección y tendría que vivir con las consecuencias, independientemente de que si se iba o se quedaba. Aunque mirando a los dos, viendo sus deseos reflejarse en sus rasgos, descubrió que empezaban a tocar sus pensamientos, pensamientos que de repente estaba muy consciente, a pesar de que sabía muy adentro, que ellos no lo estaban proyectando. ¡Oh dios mío! ¡Los estoy sintiendo! Y ninguno lo está forzando. Solo añadía peso a su argumento, que durante una fracción de segundo, la hizo flaquear cuando los hechos de su verdad la abrumaron. Reafirmando su voluntad, se quitó la franela y la dejo caer al suelo a los pies de la cama. En tan solo su camiseta para dormir, se arrastró hasta la cama y se hundió en una almohada. —Divertida camiseta. —Slone se rio entre dientes.

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Brigit sonrió, sabiendo lo que veía. Era el Happy Bunny1 diciendo, “lindo pero casi un demonio”. Los dos se metieron en la cama. Slone se apretó contra ella mientras Ja’Rol la rodeo con su hombro, dejando que su cabeza descansara en la curva de su cuerpo. No había nada sexual en su tacto, a la vez que se estiraba para sentirse cómodo. Slone tiro de la manta y Ja’Rol los cubrió a todos. —Buenas noches cariño. —Susurro Slone antes de pulsar un beso suave en sus labios. Ja’Rol lo siguió, rozando su nariz con la de ella y luego se acostó con un suspiro relajado. —Buenas noches. —Murmuro Brigit y cerro sus ojos. El calor de sus cuerpos la envolvió, consolándola y en pocos minutos, sintió el peso de sueño arrastrándola.

1 Happy Bunny es el nombre de un personaje de una serie de pegatinas, botones, tarjetas de felicitación, carteles y otras mercancías vendidas en EEUU.

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Capítulo ocho Ja’Rol se movió y Brigit se trasladó con él, con la cabeza sobre su pecho. Temblores sacudieron su espina dorsal cuando ella distraídamente golpeo la barra perforada en su pezón. A él le encanto cuando ella o Slone jugaban con él porque le daba una dulce punzada de dolor. Ja’Rol sabía que Slone lo había amado desde la primera vez que se habían venido juntos. Estaba contento de que Brigit pareciera igualmente fascinada y no sintiera repulsión por él. Enrosco un brazo alrededor de ella, disfrutando de su cercanía. Ella exhalo un suspiro. — ¿En serio? ¿Él ve los dibujos animados en la mañana? Ja’Rol se río entre dientes, siendo capaz de oír la televisión en la sala. —Tiene algunos favoritos pecaminosos placeres. —Ustedes dos me sorprenden. —Brigit murmuro, meciendo la cabeza para frotar la mejilla con su pecho. La luz del sol estaba bloqueada por las gruesas cortinas, dejando la habitación gris, en la penumbra antes del amanecer. Cuando escucho el tema musical y conociendo a Slone, supo que eran poco más de las nueve. Suspiro con satisfacción pura y le fue imposible moverse. — ¿Los has visto? —A veces, pero creo que a Slone le gusta la tranquilidad y la inocencia pura que hay en ellas. — ¿Nunca le has preguntado? Unos grandes y brillantes ojos azules se abrieron, sus pestañas revolotearon mientras lo contemplaba, despertando tan rápido como él y tan lento como fuera posible.

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—No, porque él sabe que lo amo, con dibujos animados y más. No es el único con capricho. —Le dijo con una risita simple en los labios. — ¿Oh? — Brigit se cambió de posición para descansar su barbilla en la palma de su mano, para observarlo mejor. — ¿Cuáles son tus caprichos? —Me encanta la cafeína. —Susurro, como si se tratara de un secreto nacional. Brigit se rio. — ¿No, nos encanta a todos? No podría vivir sin ella cuando estaba trabajando, no me siento una persona por la mañana si no la tomo. Ja’Rol metió sus dedos en los rizos despeinados. —En la mayoría de los casos, yo sería capaz de estar de acuerdo, pero la cafeína tiene un efecto en mí. — ¿Ah? —Brigit pregunto, mirándolo curiosamente. —Me pone cachondo. Es un afrodisiaco para mí. No puedo beber mucho café y por principios evito los refrescos. — ¿En serio? —Completamente. ¿Qué hay de ti? ¿Alguno secreto malvado? — le encanto cuando ella se echó a reír, tan alegre y femenina. —Muchos si le preguntas a mamá. — Sus ojos se dispararon muy abiertos. — ¡Oh, mierda! ¡Mamá! le prometí que iba llamarla para que pudiéramos ir a comprar vestidos este fin de semana. —Ve por su número. — Ja’Rol la insto, sin embargo sentía dejarla ir. Su calidez era del tipo que se hundía en un hombre, dentro de su piel, calentándolo hasta los huesos. Ja’Rol la vio mientras salía de la cama y se escabullía hasta su cuarto. Sentado en el borde de la cama, pensó que se podía duchar ya que Slone estaría pegado a la tv por lo menos otra hora. Entonces oyó la puerta que separaba las suites abriéndose.

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Segundos más tarde, Brigit llego corriendo al dormitorio y aterrizo con un grito en la cama junto a él. —Salude a Slone con la mano. —Dijo sin aire. – Él me lanzo un beso. Ja’Rol rio de sus payasadas. Trepando en la cama, cogió el teléfono y marco el número de la hoja de papel entre sus dedos. — ¡Mamá! ¡Lo logre! — Su exuberancia era brillante. –Nunca lo vas a creer. Ja’Rol y Slone están aquí conmigo. Me trajeron. ¡Soy tu regalo de bodas! ¿No son asombrosos? — Rio sonoramente de algo que su madre dijo. —Voy a dejar que hagas eso entonces. Necesito asearme. ¿Cuándo y dónde? Ja’Rol espero a que ella terminara la llamada, repitiendo las instrucciones antes de colgar. Se dio cuenta de que Slone había llegado a la puerta, sus brazos y tobillos cruzados mientras se apoyaba en el marco, capturando a la fiera de su habitación. Brigit cubrió los labios con una mano, los ojos brillaban como el mismo sol con su alegría mientras sus hombros empezaron a temblar. Un profundo color rojo de sus mejillas crecía mientras trataba de ocultar su risa. No duro mucho. — ¡Oh dios mío! Creo que interrumpí algo. — Brigit cayó hacia atrás, rompiendo en vendavales de risa sin aliento. — ¿Que interrumpiste? —Le pregunto Slone, una ligera sonrisa siguió a Brigit. Cuando comenzó a hacer sonidos, música, jadeos. Ja’Rol y Slone la escucharon confundidos, entonces Ja’Rol cayó en cuenta y lo compartió con su amante. Música porno. Ella los interrumpió en la cama. — ¿Estás segura? —Pregunto Slone, riéndose entre dientes, pero luchando por no hacerlo. —Si fuera alguien diferente a mi madre, —dijo sorbiendo aire para hablar, —le preguntaría por detalles, escuche cosas que una hija no debería. —Entonces se cubrió el rostro y gorgoje más risa. — ¡Oh dios! — Chillo.

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Momentos más tarde sus dedos limpiaron por debajo de sus ojos para coger las lágrimas que salieron libres, y dijo, —Por lo menos sé que está feliz. Realmente feliz. Ja’Rol le dio a Slone una mirada insinuante desde donde estaba sentado, cogiendo la atención del otro hombre. —Tenemos un par de horas antes de que te encuentres con ella en el centro comercial. Estaba a punto de tomar una ducha. ¿Alguien quiere restregar mi espalda? — Torciéndose, se encontró con la rubia en su cama, — ¿o mi parte delantera? —Mmm —murmuro ella— suena divertido. ¿Puedo usar mi lengua? Brigit tuvo la temeridad de lamerse los labios como si degustara algo decadente en ellos después de hacer la sugerencia. Ja’Rol gimió. La mujer era una bruja, lanzando hechizos sobre él y ella ni siquiera lo sabía. —Si vas a usar tu lengua, quiero lavarme primero. —Dijo Slone, enderezándose para caminar al lado de la cama, una chispa, un brillo juguetón en sus ojos diciendo que él quería ser incluido en sus planes. —En realidad esto podría ser divertido. —Brigit dijo mirando a los dos. Se sentó al lado de Ja’Rol en sus rodillas. Inclino la barbilla, mirando hacia arriba, se encontró con la mirada de Slone. Buscando a Ja’Rol a través de su hombro, ella pidió que se parara con Slone. —Quiero verlos a ambos. —Brigit explico con un ronroneo gutural. Con Ja’Rol hombro a hombro con Slone, ella se puso de pie y camino alrededor de ellos, de la misma manera que Slone hiciera el día anterior en el avión. Ja’Rol siguió cada uno de sus pasos con atención sin pestañar. La excitación surgió debajo de su piel, anticipando, esperando. Ninguno trato de ocultar la plenitud creciente llenando el frente de sus pijamas. —Ayúdenme a entender esto. —Cualquier cosa. —Susurro Slone, su caliente mirada seguía sus pasos con avidez. —Si yo entro en esto, ambos sienten que soy de ustedes, por igual. —Brigit dijo, buscando en ellos una respuesta. — ¿Estoy en lo correcto?

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Ja’Rol aspiro su dulce olor, el encanto de su piel creo estragos en su interior, haciéndole buscar profundamente su voz para responder. —Sí. —Entonces eso significa, lo justo sería, que ustedes dos son míos. Mis amantes. De nadie más. Yo no creo en las relaciones abiertas —les informo. —Sin lugar a dudas. —Slone confirmó. Ja’Rol vio como subían y bajaban sus pechos mientras Brigit pensaba en sus siguientes palabras. Sus curvas era pesadas, llenando la camisa de dormir con una curvatura sexy y atractiva que le hacía agua la boca. —Estoy dispuesta a tratar de entender. Estoy dispuesta a probar esto. No hay razón para negar que me gustan los dos o que ustedes son mejores que el sexo cubierto de chocolate. Slone la interrumpió colocando una mano en su mejilla. —No habrá ninguna competencia por complacer a uno más que al otro. Ja’Rol y yo te deseamos para nosotros. Sin celos, no importa con quien, todos juntos o de a dos. — Él se inclinó y tomo un sorbo en la misma esquina de sus labios. —Tu nos haces sentir tan calientes. Va tomar tiempo para que todos podamos encontrar nuestro ritmo. Entonces Ja’Rol y Slone contuvieron el aliento con un gemido, sin estar preparados. Las palmas de las manos de Brigit se deslizaron por la parte delantera de sus pijamas encontrando la carne palpitante de sus excitaciones. —Creo que no hace falta mencionar que nunca he hecho nada como esto. —Dijo en tono comedido, de pie delante de ambos. —Lo estás haciendo muy bien. —Slone murmuro con voz ronca, siguiéndola con los ojos entre abiertos. Con una suave presión, insto a ambos a dar unos pasos lejos de la cama. Ja’Rol habría hecho cualquier cosa por ella en ese momento. El calor de su palma quemaba su eje y ella ni siquiera le habían tocado la piel todavía. Hundiéndose en sus rodilla, ella tiro de sus ropas liberándolos, ambos la ayudaron dejando que se juntaran alrededor de sus pies.

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Casi al unisonó, patearon sus pijamas despejándolas, quedaron desnudos y duros ante ella. Ja’Rol tuvo que controlar sus rodillas, la expresión sensual de Brigit mientras tomaba lo que tenían que ofrecer. Luego ella envolvió una femenina mano alrededor de cada eje y no pudieron ocultar el temblor que les creo. —Alguien dijo que quería ser bañado por mi lengua. —Susurro Brigit, mirando a través de sus pestañas, como una hechicera. Sin esperar respuesta, se acomodó para descansar sobre sus pantorrillas y hábilmente paso su lengua por el miembro de Slone, luego por la de Ja’Rol. Su corazón dio un vuelco en sus costillas, luchando por escapar mientras la sensación rasgo a través de su cuerpo con el ligero contacto. Lava se disparó por sus venas mientras la veía tomar la cabeza de su miembro entre sus labios, chupando con pequeños sonidos de succión. Su mano acariciaba arriba y abajo el eje de Slone con un ritmo constante, luego cambio, dándole el mismo dulce cielo que acababa de darle a Ja’Rol. La mano de Slone salió disparada y agarro la cadera de Ja’Rol, mientras su cuerpo se estremecía cuando Brigit cerró la boca en su cabeza llena de sangre. —La boca más dulce. —Dijo con voz áspera. La cabeza de Slone se hundió en su cuello, su boca se abría mientras la sensación se vertía a través de él, tan fuerte que Ja’Rol no tuvo que verlo, salía de Slone en oleadas de puro éxtasis. Juntos cogieron la camiseta de dormir de Brigit y se la pasaron por la cabeza. Completos y redondos, sus pechos estaban rogando por su tacto. —A la cama. —Logro decir Ja’Rol con un gruñido más que otra cosa. Con una mano en cada brazo para ayudar a levantarla, sentaron a Brigit en el borde de la cama. Ja’Rol estaba a su lado, llenando una mano con su teta pesada. Ella se estremeció cuando el raspo con una uña su pezón, la piel se apretó para que jugaran más. Slone animo a Brigit a abrir las piernas, dejando al descubierto los labios brillantes de su sexo. Un soplo de aliento hizo que ambos se estremecieran de necesidad.

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—Es tan sexi — escucho Ja’Rol. El hambre de Slone era tan fuerte, que los recorrió a todos como una subida de tensión —tengo que probarte. —El deseo hizo que los ojos de Slone brillaran como gemas que resplandecían. Ja’Rol vio que ella liberaba el miembro de Slone, su boca dejo un rastro brillante de pasión mientras se lamia los labios. —Nunca lo he dicho. —Dijo Brigit con una timidez en su deseo que negaba la seductora que habían estado causando estragos en sus miembros. — ¿Qué quieres, cariño? —Slone la invito, sus dedos peinaban su pelo. —Cómeme. —Con mucho gusto. —Slone no dudo, bajando al suelo entre sus sedosos muslos. Cuando Slone levanto una pierna de ella para ponérsela en el hombro, extendiendo sus labios para ser disfrutados, y ella gimió suave y largamente. Sus ojos revolotearon mientras la sensación la envolvía, con tal fuerza que Ja’Rol la sintió al mismo tiempo. Entonces su boca estaba en la miembro de Ja’Rol de nuevo, chupando y lamiendo mientras bombeaba arriba y abajo. La suavidad de sus labios y el gesto juguetón de su lengua tuvo a su corazón acelerado contra sus costillas. Ja’Rol tuvo que sostenerse de una rodilla para no colapsar ente las embestidas de su malvada boca. Ja’Rol los miro a ambos, su miembro entrando y saliendo de esos dulces labios y Slone lamiendo y jugando con ese coño, lo volvían loco de lujuria. Nunca habían esperado sentir esto, una necesidad tan fuerte, juntos, con ellos, Ja’Rol sabía que se dirigía a algo que nunca había sentido, y ellos irían con él. Sus pechos pesados se alzaron mientras ella jadeaba en busca de aire, su mano acariciaba constantemente el pesado eje de su miembro, la otra apuntalaba su cadera. —Eres increíble Brigit. —Susurro Slone, profundizando en su caliente, húmedo calor con su rígida lengua. — Sabes tan bien. Dulzura

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Hacer un pensamiento parecía ser imposible.

*** Slone se zambullo profundamente, chupando el relleno entre sus labios, saboreándola en su lengua, encontrando la deliciosa miel una y otra vez mientras sorbía y lamia. —Necesito estar dentro de ella —envió la necesidad a Ja’Rol. Su miembro le dolía y se hincho más mientras imaginaba como se sentiría su caliente coño sujetándolo, abrazándolo en éxtasis, mientras él bombeaba dentro y fuera de su canal. La imagen que Ja’Rol mando a Slone lo impresiono, cada nervio lloraba de hambre. —Dios, sí. Por favor. Tiernamente, ellos se estiraron con Brigit en la cama, ambos succionando su cálida carne, lamiendo los pezones tensos y gruesos, lamiendo la dulce piel o dándole besos en su abdomen y en sus muslos. Adorándola, hasta que gimió por más, por cualquier cosa. Slone encontró los preservativos, que habían dejado a propósito, un paquete en ambas mesitas de noche. Dejo el lubricante sobre la mesa, la anticipación le excitaba más. Vio a Ja’Rol besar a Brigit, sus dedos llegando a su cuerpo para jugar ligeramente con su clítoris. Los dedos de Brigit estaban sobre su pelo, sus caderas subiendo en apelación por más. —Eso es muy sexi —les dijo Slone —me encanta verlos a los dos. —El destello de una sonrisa juguetona en su mente fue la respuesta de Ja’Rol. — ¿Brigit? —Slone pregunto a Brigit. — ¡Sí! Dios, por favor.

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Se colocó detrás de Brigit, atrajo su cadera hacia arriba, abriendo su sexo, su eje descansando, adolorido. Necesitado. Luego, con una ternura que se hundió en su alma, lleno su cuerpo. —Mierda —gruño, dejo caer su cabeza hacia atrás. Brigit era mejor que cualquier cosa que pudiera haber imaginado. Apretada, cálida, resbaladiza, no conocía nada con que medir la sensación. — ¿Esto es mejor? —Ja’Rol pregunto, succionando profundamente de sus pezones, pellizcándolos con el ritmo de Slone. —No, pero es diferente. Los amo a los dos. —Los pensamientos de Slone se convirtieron en tortuosos gemidos mientras embestía a Brigit, su miembro deslizándose con su crema. —Esto solo va a mejorar. —Dijo Ja’Rol, deslizándose desde donde yacía junto con ella. Agarrando las caderas de Slone, mordió su apretado culo, dejando la marca de sus dientes en la carne, el dolor de la mordida llevo a Slone dentro de Brigit, ambos temblando mientras un rayo caía sobre su espalda. —Me gusta eso —logro decir, esperando por Ja’Rol. La cama se movió con el peso de Ja’Rol centrado detrás de Slone. Él freno sus caderas y gimió cuando la presión de los dedos lubricados toco su culo. La mente de Brigit estaba consumida con la euforia sexual cuando Slone se sumergió un poco más dentro de su mente para garantizar su comodidad. Asegurándose de su placer, porque tanto él como Ja’Rol querían complacerla. Slone suspiro, relajándose cuando la gruesa cabeza del miembro de Ja’Rol se instaló entre sus nalgas. Todo lo que él podía decir fue un gemido fuerte, sintiendo a su amante. Una lenta respiración se filtró a través de sus dientes cuando Ja’Rol se hundió en Slone con amoroso cuidado. — ¡Oh dios! Eso se siente... —su gemido fue largo y terroso, estremeciéndose a través de su cuerpo cuando Ja’Rol comenzó un ritmo lento meciendo a los tres al unisonó. Slone

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la acorralo apretándola contra su pecho, un suave seno rellenando su palma. Los empujes de Ja’Rol lo conducían más profundo en Brigit, jadeos de placer femeninos crecieron a gritos mientras el impulso los llevaba a todos. El éxtasis los arqueo a los tres. Los dedos de Brigit se clavaron en la cama, empujando con más fuerza en sus embistes. Los gritos de ella se convirtieron en gritos guturales de pasión, su cuerpo ondulaba, arrastrándose contra las embestidas profundas con fuerza. —Slone. —La voz de Ja’Rol fue una advertencia grave, su punto culminante en espiral, a punto de correrse. —Córrete conmigo Brigit. Déjame sentir tu crema. —Ronroneo Slone, apretando hacia abajo el eje de Ja’Rol. Un silbido duro de placer estallo detrás de él. La mano de Ja’Rol en la cadera de Slone los unía a todos, Slone era el ancla de todos ellos. El cuerpo de Brigit era una tormenta de fuego, disparando chispas de pasión. La ola de su orgasmo subiendo, subiendo, atreviéndose a estrellarse, pero no. —Imagínate, amor, llenándote, conduciéndonos en ti. —Slone apretó los dientes, sintiendo su cuerpo retorcerse en respuesta. El orgasmo de Slone corto su cuerpo por la mitad con el éxtasis, su grito lleno la recamara con un rugido masculino. La voz de Ja’Rol se hizo eco, tieso mientras empujaba su propio orgasmo llevándolo sobre el pico y el mar de sensaciones. Como uno, ambos hombres buscaron a Brigit y la llevaron cada vez más alto para su liberación. Todo su cuerpo de Brigit estaba colgando de un hilo, oponiéndose contra la agonía del orgasmo de Slone. Caliente y húmeda, sus jugos se deslizaron de su cuerpo, cubriendo su miembro y goteando como miel sobre sus bolas. Se sintió que tardaba una eternidad antes de que la tensión feliz de los tres comenzara a bajar. Respirando con dificultad, Slone la atrajo más cerca, abrazando sus hombros dentro del abrazo de Ja’Rol. —Increíble, —susurro Ja’Rol, su respiración jadeante acometía sobre la oreja de Slone —nunca había sido de esta manera.

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Slone asintió en silencio. Brigit añadía algo al sexo, algo único y tan maravilloso como ella. Sosteniéndola en sus brazos, todos repletos y lánguidos, compartiendo un tipo de cielo que nunca habían encontrado. Harían lo que fuera necesario para ganarla por completo. Y teniendo en cuenta lo que habían compartido con ella y en un espacio tan corto de tiempo, él rezo para que su secreto final no fuera la gota que derramara el vaso.

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Capítulo nueve Brigit estaba detrás de su madre. —Por favor, pónganse cara a cara. —Dijo el predicador con una suave sonrisa. Traci se volvió y cuando Gene pidió por sus manos, las deslizo en la suyas. Brigit parpadeo para no dejar que las lágrimas salieran, todavía no. La ceremonia fue dulce y corta. Brigit no podía evitar sentirse eufórica por su madre. Brillaba ligeramente con una felicidad que Brigit sabía nunca había tenido antes. Orquídeas blancas y amarillas pálido enmarcaron el arco sobre la pareja. Las flores estaba a juego con el vestido amarrillo claro que Traci habían escogido para su momento especial. Las flores fueron un regalo de Slone y Ja’Rol y la mamá de Brigit los había adorado, muy contenta de tener a los dos hombres ahí. Las palabras finales fueron pronunciadas y Brigit suspiro. Ella no estaba segura, pero creía que había escuchado un dejo melancólico proveniente de Ja’Rol al mismo tiempo. Después, deslizaron el par de anillos de oro entre sí, Gene se inclinó y beso a su novia. —Te amo —susurro justo antes de besarla. Fue entonces cuando Brigit cedió. Un brazo de Ja’Rol la abrazo sobre sus hombros y Slone le ofreció un pañuelo. La sonrisa de Traci era brillante cuando miro a su hija. —Estoy tan feliz por ti, mamá. —Logro decir, sonando demasiado llorona. —Me alegro que estés feliz por mí. —Dijo Traci, abrazándola fuerte.

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Gene se inclinó y le dio un beso en la mejilla cuando Traci la soltó. —Me alegro que pudieras venir, cariño. Una garganta se aclaró. —Todo lo que necesito ahora son sus firmas. —Dijo el predicador, sonriendo calurosamente. Sostuvo el libro de firmas para ellos, luego con broche de oro presento la copia de la licencia para ellos. —Les deseos años maravillosos. —Gracias. —Dijo Traci. Slone se inclinó y le dijo al predicador algo. — ¡Oh, por supuesto! Yo estaría feliz. —Gracias. —Entonces, mirando al grupo dijo — ¿Quién está listo para pintar de rojo la ciudad? — ¿Ustedes no tiene otros planes? —pregunto Traci. —Ninguno, mamá. Esta noche es para ti y papá Gene. —De hecho, —dijo Ja’Rol guiándolos a todos afuera de la capilla. —Nuestro regalo está esperando. Traci se quedó sin aliento. — ¡Una carroza! —Dos prístinos caballos blancos con terciopelo rojo adornaban los faetones, los conductores en los escalones con elegantes trajes negros solo esperaban sus instrucciones. —Llámalo nuestro regalo de fiesta de despedida. — Explico Slone con una sonrisa diabólica. —Que no tuvimos una cuando te fuiste. —La mudanza... —Trato de explicar aparentemente con una disculpa en su voz y movimientos. Ja’Rol negó con la cabeza, sin dejar que ella continuara. —Así que ahora podemos y gran parte con mayor razón. La noche es tuya. El alquiler esta pagado por el tiempo que tú quieras.

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Brigit tiro de la manga de Slone cuando Traci tomo un momento para acariciar y hablar con el caballo. — ¿Qué le dijiste al predicador? —Le pedí que enviara flores a la habitación de tu madre. Van a estar ahí antes de que ella llegue. Mirando a los dos hombres, casi se ahogó en sus palabras, lágrimas de felicidad obstruía su garganta. —Ustedes dos han hecho de este día muy excepcional para mi madre. No sé cómo darles las gracias. —Cualquier cosa por hacerte feliz, amor. —Murmuro Slone, inclinándose para darle un suave beso en la parte superior de la cabeza. — ¿Quién tiene hambre? —Pregunto Ja’Rol. Momentos más tarde con Gene y Traci en el frente del transporte y Brigit flanqueada por sus dos hombres en la retaguardia, avanzaron con ruido de cascos por la ciudad del pecado, su noche acababa de empezar. Cada uno de ellos sujetaban una de sus manos, Brigit se sentía absolutamente querida. Ella no podía creer lo lejos que estos dos hombres habían ido para asegurarse que el día de la boda de su madre fuera perfecto. Los vestidos, las flores, los carruajes. Su madre siempre recordaría esto, el día de su boda con papá Gene, porque los dos hombres a su lado lo habían hecho espectacular. Slone había hablado con Gene y Brigit consiguió derramar toda la idea. Después de confirmar que la atención no suponía un prejuicio para su placer, tanto él como Ja’Rol habían tomado gran satisfacción por hacerlo. Y esa generosidad había calentado a Brigit. Nunca habían visto a su madre tan feliz. Relajada, dejo que su cabeza descansara en el hombro de Slone, deslizando las manos para descansar en los muslos masculinos. Sintió el deseo comenzar a encenderse con ese contacto inocente y sonrió. —Ustedes dos. Paciencia—. Los reprendió con un gemido mental. Ella parpadeo cuando Slone respondió, olvidando que la oían si ellos querían. —No entiendes, cariño. Nosotros te deseamos tanto como respiramos, y no va a parar.

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Ella se sentó atónita en silencio mientras las calles y las luces pasaban junto a ellos. Ja’Rol la miró con una mirada de deseo desde su otro lado, con los ojos errantes sobre ella como si fuera un lujo decadente. Un escalofrió de excitación recorrió su espina dorsal en respuesta. Esperaba que apreciaran la pequeña decadencia que habían comprado esa tarde, además del vestido que llevaba, cuando había acompañado a su madre de compras. Afortunadamente su madre había estado en el probador y no los habían visto. Hubiera sido un difícil tratar de explicarle.

*** Ja’Rol miro hacia adelante, su mano cubría la de ella que estaba en su pierna. El calor de su piel debajo de su palma creaba un impulso de deseo. Slone tenía razón. El deseo, la necesidad, nunca se iría, seguía a fuego lento debajo su piel. No tardaría mucho para que esa necesidad se convirtiera en un infierno rugiente por ella, por ellos. Se resistió a aprovechar la tentación de tocar la pierna de él, la nerviosa energía e impaciencia recorriéndolo ahora. — ¿Cuándo le vamos a decir? —Ja’Rol no era estúpido. Sabía que Slone ansiaba completarlo tanto como Ja’Rol, pero hasta ahora, no había habido ninguna mención de llenar esa brecha final en su relación. Lo que era necesario para mantener a Brigit, lo que sería infundirla con sus magias, sus almas. Y ellos le darían un pedazo a ella para que lo guardara y cuidara. —Pronto. Hoy ha sido para ella y para Traci. Ya has visto lo que ha significado para ellas. Ja’Rol no lo podía negar. Pero una pizca de miedo se había cavado insidiosamente en él cuando ella, esa tarde, había estado fuera con su madre por horas. —Le comprare un teléfono celular. — Ja´Rol le informo a Slone.

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—Paciencia amor. En eso, ella está bien. Apenas está aceptando los términos que le ofrecimos. ¿No la sientes cuando tiene dudas? Ja’Rol miro a Slone y luego aparto la mirada. —Por supuesto que sí. Tiene muchas dudas y carecen de fundamento. — ¿Tenían fundamento cuando me conociste? —Slone empujo suavemente. Ja’Rol giro para encontrarse con su singular mirada. —Cuando yo... ¿por qué eres hombre? Slone asintió. —Soy un siglo más viejo que tú. He visto un par de cosas y sabía que no esperabas que esto sucediera con nosotros. Ja’Rol atrapo su silbido de exasperación detrás de sus dientes. No, él no había esperado unirse con un hombre. Había sido el último hijo de sus padres y aunque lo habían visto madurar, murieron cuando él era joven, por lo menos en términos dragón. —En verdad, nunca espere aparearme con Inara o amarla como lo hice, pero ella me enseño a no luchar contra el destino y este amor, está más allá de nuestro control. Ja’Rol ofreció su compasión abierta. —No hablas mucho de ella. —Era una mujer maravillosa, cuyo tiempo llego antes de lo que cualquiera de nosotros hubiera esperado. Sabía que era siglos más vieja que yo. No sabía lo que significaba para nosotros hasta que ella se fue. Slone se detuvo y miro a la calle, su expresión en blanco, sus pensamientos bajo llave en su interior. Fue uno de los raros casos en que Slone no se abría fácilmente, y por respeto, Ja’Rol no empujo. La cabeza de Ja’Rol se hundió una fracción. —Así que ¿paciencia? —Aunque él la odiaba. No quería perder a la mujer que tanto habían llegado a amar. —Solo un poco más. Le pedimos que aprendiera a confiar en nosotros, que nos conociera, tenemos que darle esa oportunidad. Y sí, yo también la amo. Los amo a los dos.

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—Yo también te amo. —Respondió Ja’Rol fácilmente. —Y sería un idiota si no la amara tanto, —sonriendo de manera autocritica termino con, —no soy tonto. La boca de Slone se curvo y la diablura ilumino sus ojos. En ese momento Ja’Rol quería besarlo, pero ambos eran disciplinados, al menos lo suficiente como para no atacarse entre ellos en la parte trasera de un carruaje tirado por caballos. Las promesas en los ojos de Slone decían que él había esperado el beso y mucho más. Después de la cena, Traci y Gene preguntaron si podían tener el carruaje para que los llevara de tour. —Vayan y diviértanse. —Les dijo Slone, ofreciéndoles la oportunidad de escapar sin culpa. Después de los besos, abrazos y promesas de ponerse en contacto antes de que se fueran a casa, Traci y Gene desaparecieron con su guía para la noche. —Ella está muy feliz. —Respiro Brigit, con un anhelo silencioso en sus palabras. Ja’Rol quería llenar ese anhelo con todo lo que Brigit pudiera desear, con todo el amor de que dos hombres podría compartir con ella. — ¿Estás cansada? —Slone le pregunto. —No, aunque creo que la cena me tranquilizo. Esa increíble cena de mariscos, quien hubiera pensado. —Ese fue Ja’Rol, —explico Slone con una sonrisa que coincidía con el brillo de sus ojos. —Escoge lo mejor con los ojos vendados. —Bueno, me convenció. —Respondió ella sonriendo hermosamente para los dos. Tomo un elaborado aliento para que Ja’Rol se recordarse que no iban ir de inmediato arriba. —Déjame despedir al carruaje. Creo que podemos andar desde aquí. —Dijo Slone. Ja’Rol asintió con la cabeza.

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Slone se alejó y él se acercó a Brigit, bajando la voz solo para ella. —Quiero besarte, —sus ojos azules brillaron en respuesta, —quiero llevarte arriba y tratarte como el postre de chocolate que comiste de esa manera tan juguetona. Todavía me duele. Un calor comenzó a extenderse en sus mejillas y su rostro se agacho para tratar de esconder su placer ante el deseo de él. Slone camino detrás de ella y la sujeto entre sus brazos mientras tomaba su cintura con las manos. Hundió la nariz en su cuello y Ja’Rol vio que sus ojos se cerraban con sensualidad cuando su deseo cobro vida. —Hueles maravilloso esta noche, amor. —Él dejo unos cuantos besos lentos en su hombro, luego se enderezo. – ¿Qué te gustaría hacer, Brigit? La noche es joven. —Vamos a caminar — respondió ella, tentando a los dos con una atrayente sonrisa encantadora. — ¿Te quieres cambiar? — Pregunto Ja’Rol. A los dos les había encantado el vestido que había comprado para la ceremonia. Una simple gasa en rosa pálido con ribete de satén, era inocente pero atrevido con una línea baja de busto y media espalda desnuda. Flotaba alrededor de su cuerpo con cada movimiento. Con sandalias de tacón bajo solo la hacía unos centímetros más alta, dando a sus piernas sedosas el tipo de atención que realmente merecían. Había sido difícil dejarla salir de la habitación sin arrancarlo de sus dulces curvas. El vestido creado para ella gritaba al mundo la hermosa mujer que había debajo de su forma, burlándose de cualquiera que mirara los atisbos de la piel pálida y exuberancia femenina. Ella pasó un brazo a cada uno diciendo, —Ahora, ¿cuál sería la diversión de lucir fabulosa si estuviéramos caminando con ropa de calle? — Su risa alegre, juguetona hizo que varias cabezas voltearan en las puertas del casino hacia la calle al sonido. —Tienes razón. — Señalo Slone. Él torció el brazo y Ja’Rol hizo lo mismo, dejando que ella encajara perfectamente entre los dos. — ¿Debemos, cariño? La sonrisa en Brigit de sus labios perfectos robo el corazón de Ja’Rol por completo.

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Capítulo diez Brigit se enfocó. — ¿Lo estoy haciendo bien? Slone sonrió. —Muy bien. — ¿Pueden oírme ambos? Los dedos de Ja’Rol cubrieron la de ella en su brazo. —Sí. —Él respondió, bajando para rozar un beso ligero en sus labios. — ¿Cómo puedo hablar con uno solo? —Les pregunto. —Es más una concentración directa. —Se detuvieron delante de las fuentes bailarinas del Bellagio. — ¿Cómo voy a saber si estoy haciendo lo correcto? —Ya has demostrado ser muy capaz, el resto es solo práctica. —La voz de Slone era cálida y rica, fluyendo a través de su mente. —Los dos vamos a ayudarte a reconocer la sensación. Lo creas o no, pero los dos tenemos una cierta vibración que supongo proyectamos. — ¿Así que eso hará que sea más fácil para distinguirlos? —Completamente. —Termino Ja’Rol. Ella asintió con la cabeza, pensando en lo que habían dicho, al darse cuenta de que tenían razón. Ella podía saber quién estaba hablando. Al igual que sus voces tenia cierto tono o timbre, así también sus pensamientos. Deslizándose de sus escoltas, ella palmeo la barrera de concreto diseñada entre la acera y el agua, balanceándose hacia adelante y atrás sobre sus talones, observando el juego de agua y luz.

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Los focos se encendieron y el sonido de las cuerdas empezó a flotar sobre el gran lago. El espectáculo comenzaba. — ¿Les puedo preguntar algo a los dos? Ellos apoyaron sus codos con ella, encajonándola, pero solo para estar cerca. — Cualquier cosa cariño. —Slone junto sus manos, su concentración sincronizada con el ritmo de la sinfonía musical. — ¿Qué quisieron decir en el avión? ¿Y esta mañana? Dijeron “nosotros” como si fuera una religión diferente. ¿Tiene algo que ver con nosotros, con todos nosotros? Slone y Ja’Rol intercambiaron miradas y ella juro que Ja’Rol quiso decir algo, abrió la boca y la cerró con un chasquido. Gruño y apartó la mirada evitando la suya mientras exhalaba un suspiro. — ¿Qué? —No es nada de lo que necesitas preocuparte, amor, —dijo Slone. Con una mano en alto acaricio la mejilla de ella. —Simplemente, no queremos apresurarte. Nos conoces de unos pocos días. No es suficiente para que tú estés segura. — ¿Segura? — Susurro. El calor de la mirada de Slone era hipnotizarte. La mano de Ja’Rol se curvo en su cadera y él se giró hacia ella, su pecho presionando más cerca de su espalda hasta que su aliento calentó su oreja. — ¿No nos crees cuando decimos que te cuidaremos? —Si lo creo. Slone le rozo con sus labios donde su dedo acababa de estar. — ¿Crees que es posible amar sin condiciones? Su piel sintió como su labios se habían tildado de ella, sus temperaturas se elevaron claramente a través del cuerpo de Brigit.

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—Por qué lo hacemos, nosotros lo creemos. —Dijo Slone envolviendo una de sus manos entre las suyas. —Te queremos a ti como dijimos esta mañana. Y si, seria permanente, si tú puedes aceptar todo acerca de nosotros. La más ligera brisa soplo sobre ellos, el calor de las calles desapareció bajo el frio húmedo del aire del lago. La Franja estaba repleta con grupos de sonidos y luces y la gente que pasaba, reía o hablaba, pero nadie los molestaba. Eran ellos tres y nadie más. — ¿Aceptarlos? —Su voz era casi inexistente — ¿que ustedes ya eran amantes? Slone negó con la cabeza y Ja’Rol dejo besos ligeros en la piel cerca de su oreja. —No, cariño. Aceptar lo que realmente somos. Ella se estremeció y tan cerca como ellos estaban, no encontró manera de esconderlo más. No creía que él estuviera tratando de sonar amenazador, pero lo hacía. — No entiendo. —Lo sé amor. — Slone retrocedió, dejando espacio para respirar. Incluso Ja’Rol se enderezo, aunque ninguno la dejo completamente. —Vamos a volver a la habitación. Quiero sostenerlos a los dos. Necesito sentirte y no puedo hacerlo aquí. Cada uno agarro una mano, sus zancadas se ajustaron a las de ella mientras paseaban con intención de ir a su hotel. Apenas habían pasado unos metros antes de que ella se detuviera, casi congelada. —Esperen. —Ambos se dieron la vuelta frente a ella, sin soltarla. Ella se lamio los labios, sus entrañas era un enjambre de confusión. — ¿Están diciendo que me aman? — paso los ojos verdes y azules a los miel marrón y de ida y vuelta. No había nada falso o fingido en ninguna expresión de los hombres. — ¿En solo dos días? No me conocían antes de que me presentara en la oficina hace tres días. El corazón le pateo a un ritmo duro golpeando contra su pecho. No era así como pasaba. El amor nunca trabajaba de esa manera y nunca para ella.

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— ¿Nos creerías si ambos dijéramos que si? —Slone pregunto, paciencia y comprensión tejían sus palabras, sintiéndolo a través de su contacto. Los ojos de Brigit se cerraron. No era posible, ¿verdad? Ella les tenía cariño. Ambos habían sido excepcionalmente maravillosos, con ella y su madre. Y como él había dicho, no habían hecho nada para generar desconfianza en ella. —No lo sé. —Admitió. —No temas de nosotros, cariño. — Murmuro Slone, acercándose para susurrar en su oído. —No dejes que tu pasado te haga ver algo que no está allí. No dejes que arruine esta preciosa oportunidad. —Luego cuando él la beso, tan suavemente en los labios, ella se tambaleo. Cuando abrió los ojos, ambos la miraban. —Vamos a amarte, Brigit. —Porque sí, ya te amamos. Las emociones la sorprendieron, pero la sorpresa era una de las más grandes. —Lo sienten, ¿verdad? —Completamente. —Dijeron ambos al unísono. Brigit estaba casi congelada, el único movimiento eran sus ojos, moviéndose de uno a otro. No podía empezar a preguntarse cómo podían estar tan seguros. Para ellos, era simple y lo aceptaban. Ella no tenía tanta suerte. — ¿Quieres estar con nosotros? —Ja’Rol se inclinó hacia adelante y luego con destreza sorbió en su oído antes de pararse recto otra vez. Brigit se lamio los labios y asintió. Lo hacía, en el sentido básico. Ella lo sabía. La voz de Ja’Rol le susurro atreves, el tono tan dulce en sus sentidos como una brisa de primavera sobre un campo de flores silvestres. —Quiero besarte tanto en estos momentos. Desde el momento en que entraste en la habitación con esos rizos sobre tu ojo desafiando

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la noche. — Una sonrisa acompañaba sus palabras, un recuerdo revoloteo entre ellos al inicio de la velada. Slone lanzo la siguiente seductora insinuación. —Desde que te vi en tus apretados pantalones vaqueros, tengo ganas de apretar en esas mejillas firmes. Quiero pasar mi lengua por el centro, jugando contigo. Tu culo es perfecto, firme y una delicia a la vista. Esto le llego, que con su telepatía estos dos hombres podían hacer mucho más sin restricciones. Su seducción audaz estaba derritiéndola en el concreto de la acera. Y lo peor, no eran tímidos al expresar sus deseos por ella, incluirla. Para tenerla. Brigit se estremeció, aunque sus pasos no vacilaron cuando ellos la guiaron para que volviera a caminar de nuevo. La letanía continuo durante las siguientes tres cuadras, esa seducción mental en sus sentidos. Descripciones de sus deseos, hambrientas imágenes. Los tres besándose y desnudos. O Ja’Rol lentamente amándola mientras Slone disfrutaba de la energía de su manera de hacer el amor. Slone y Ja’Rol le mostraban que el amor era incondicional. Si ellos no hubieran dirigidos sus pasos, ella se hubiera mantenido congelada en la acera por el resto de la noche, perdida en el asalto sexual de los hombres y sus deseos más profundos. Con ella, para ella. En el momento en que se subieron al elevador hacia sus habitaciones, era una masa temblorosa de nervios, de necesidad. El deseo serpenteaba a través de ella, calentando su sangre. Su pezones se habían endurecido, frotado sin piedad contra la copas de su sostén, disparando calor profundo en su torrente sanguíneo. Las bragas que llevaba estaban empapadas con la prueba de su excitación. Apenas oyó la cerradura en la puerta cuando la llave se insertó. Slone la abrió, pero no la empujo toda hacia dentro. —Conoce esto Brigit. Ella alzo la mirada para encontrarlo estudiándola. Su pulso no se había reducido en absoluto. Cuando trago, había poca humedad. Su respiración se había vuelto jadeos cortos, durante los últimos veinte minutos. Ardía. Su cuerpo entero estaba sensible. Vivo.

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—Esto nunca fue por el sexo. Es solo una manera de demostrar nuestro amor por nosotros mismos. Esperamos que tú puedas amarnos a los dos. —Dijo él su voz de tenor pecaminosamente rica, más de lo habitual. —Los dos. —Oyó un susurro de deseo de Ja’Rol. Ella dudo cuando Slone abrió la puerta. — ¿Que esconden, entonces? — Ella paso los dientes por su labio inferior una vez más, tratando de calmar el llanto que demandaba su cuerpo. Poco ayudo. Slone miro por encima de su cabeza y ella supo que ellos estaban hablando. Esa vibración se sentía aun pero no podía oírlos. Ambos la miraron y pareció que ambos habían llegado a un acuerdo. —Esta noche, cariño. Danos esta noche y cuando estemos mañana en casa, te lo diremos. No es justo para ti que lo hagamos aquí, donde no tienes a donde ir si... —Slone se detuvo y cerró los ojos. Tomo aliento. —Es algo muy importante para nosotros. —Ustedes tiene sida. — Ella casi chillo tratando de decirlo. ¡No! No tendrían que haber hecho todo esto, no la habrían arriesgado, o ¿no? La inmediata respuesta de ellos suavizo la fiebre de miedo y preocupación. Ambos Ja’Rol y Slone negaron con sus cabezas. —No, no somos capaces de desarrollar o contagiar enfermedades humanas. Brigit inclino la cabeza, incapaz de apartar la mirada de aquellos ojos intensos. — ¿Humanas? — ¿Porque diría algo así? —Mañana. Lo prometemos. — Murmuro Ja’Rol. Él puso sus manos en su cintura, su cálido aliento cuando se inclinó para mordisquear su cuello. —Esta noche te necesitamos. Ambos te necesitamos. — Su voz se convirtió en un nuevo sonido de murmullo delicioso. Respiro justo debajo de su oreja. —Y yo creo que nos necesitas.

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Tiernamente la acompaño a la habitación pasando por Slone que cerró la puerta con el letrero de “no molestar”. La habitación estaba en penumbra, solo dos luces laterales encendidas, muy separadas, dando un aura sensual a la habitación. Las cortinas estaban cerradas en su mayoría, una delgada línea de luz entraba en la habitación a la mitad. Un jarrón de cristal en el centro de la mesa brillaba casi en desafío a la oscuridad, capturando cualquier parte de luz y la enviaba de vuelta a la habitación. Brigit iba delante de Ja’Rol, sus suaves manos en su cintura mientras él la guiaba en la tenue habitación. Succiono suavemente en su pulso, enviando choque que rebotaba por su columna vertebral. El roce de sus dientes hizo que su coño se apretara y ella sintió un gemido construirse. Sus ojos parpadearon. —Eso es muy sexy. —Respiro Slone. — Belleza absoluta. Yo podría verlos para siempre, justo así. Brigit abrió los ojos y se encontró a Slone frente a ella, su mirada bicolor fluía a través de ella, acariciándola con absoluto asombro y afecto. Con un ligero toque, él llevo sus dedos a su cara, trazando un lado de su mejilla para recorrer hacia bajo su mandíbula. Ja’Rol nunca se detuvo, la lengua y los labios adoraban su garganta. —Tú eres una obra de arte, Brigit. —Entono Slone, ahuecando su mandíbula, inclinándose, moldeando sus labios en los de ella en una suave reivindicación de su boca. La presión firme lanzo el gemido que ella había estado contenido y él ronroneo en respuesta. Brigit se agito cuando colmo sus labios, con hambre abierta y reuniéndose con su empuje. La cremallera en la parte posterior de su vestido se deslizo con un sensual ritmo, dejando al descubierto la piel desnuda. El tejido de la chaqueta del traje de Ja’Rol rozo contra ella cuando se movió, agregando más sensaciones en espiral a través de su cuerpo. Su mente estaba metida en la cama, sucumbiendo a los embates duales de seducción. No podía pensar más allá de lo que hacían, donde tocaban. Con manos cuidadosas, se deslizo el vestido de sus hombros. Ja’Rol lo quito de su cuerpo, sus labios

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siguieron su camino, presionando besos cálidos hasta los hombros, luego por la espalda mientras se arrodillaba detrás de ella para deslizar el vestido liberándolo. Oyó como lo puso con cuidado en la silla más cercana. Slone deslizo ambas mano en su pelo, sosteniéndola mientras profundizaba el beso, devorándola en pequeños incrementos de placer. Cada respiración arrastraba sus pezones contra su pecho, enviando sensaciones de deseo por el cuerpo de Brigit. El susurro de ropa a su lado hizo que ella y Slone voltearan. Ja’Rol se quitó su chaqueta. Antojándose de la sensación de su cuerpo, ella se estiro hacia él y extendió su mano sobre su pecho. Un estremecimiento sacudió su cuerpo, sus ojos se cerraron en respuesta. Como si comprendiera su deseo, él se acercó y dejo caer los brazos. —Por favor, —le susurro. Slone se quitó su chaqueta, dejándola caer en la mesa del centro. Sabía que por la mañana la ropa estaría por todas partes, pero en ese instante lo único que quería era a ellos, desnudos. Uno a uno los botones se abrieron, deslizo la camisa de sus hombros con manos fuertes. —Me encanta esto. —Murmuro ella, no había tenido la intención de hablar mientras se inclinaba y lamia sobre el pezón perforado. El gruñido de Slone lleno la habitación. Mirándolo con diablura ella agrego, —necesitas a ambos, así que Slone puede compartir. —El gemido que lleno ambos pechos hizo que su coño vibrara, haciéndola manchar sus bragas de deseo. Slone se paró a su lado y ella hizo lo mismo, movió la camisa para poder morder y lamer las puntas de sus pezones, duro ahora entre sus labios. Escalofríos recorrieron sobre su cuerpo cuando ella lo hizo. Cuando ella llego a sus cinturones, ellos movieron la cabeza. —Todavía no, cariño. —Dijo Slone. Alzándola entre sus fuertes brazos, cruzo la habitación y la sentó en la mesa del comedor.

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— ¿Qué? — Pregunto ella sin aliento. ¡Nadie había hecho eso! Estos dos hombres la hacían sentir femenina y deseada. —Absolutamente divina. — Dijo Slone, sus dedos rozaron por detrás de su cuerpo hasta parar en sus rodillas. —Ja’Rol y yo estamos listo para el postre ahora. —La mirada que le dio a través de sus oscuras pestañas brillo de significado. —Eres una bruja esta noche, jugabas con nosotros con tu cuchara sobre el pecador chocolate que llamas pastel. — ¿Lo hacía? Casi como un plan, los dos recorrieron con sus manos sus piernas, desde sus pantorrillas hasta el interior de sus muslos, abriendo sus miembros. Con un poco de urgencia, ella se acostó hacia atrás apoyándose en los codos. —Lo hacías. —Ja’Rol confirmo. Metiendo la mano detrás de ella y desabrochándole el sujetador. Deslizándolo libre, lo arrojo sobre su hombro y soltó una risita, su intensidad era increíble, pero su alegría parecía ser muy alta. Ellos la querían e iban a disfrutar de cada minuto de su “postre”. Juntos lamieron sus pezones. Brigit se perdió en la sensación del ligero rayo que la golpeaba con cada latigazo de sus lenguas. Brigit se quedó sin aliento cuando ellos ronronearon, gimió cuando mordieron. Temblores sacudieron su cuerpo entero hasta que no estuvo segura si sería capaz de respirar a través del placer. —Quiero ver mi postre. —Susurro Ja’Rol, tirando de su muslo. —Muéstrame tu cremoso coño. Brigit floto en la mesa, incapaz de soportar por más tiempo. Por un segundo ellos la sostuvieron para quitarle las bragas, entonces, como si fuera el último recurso, ellos sostuvieron sus piernas abiertas, exponiendo su sexo chorreante y la devoraron por turnos.

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Capítulo once Brigit no recordó mucho el vuelo a casa. Había dormido durante la mayor parte. Slone y Ja’Rol la habían mantenido la mitad de la noche despierta, amándola, consintiéndola. Parecía que era un acuerdo que volviera con ellos hasta... hasta ahora estaba decidido. Ellos le habían prometido un lugar para quedarse, una forma de mantenerse con independencia de su elección, simplemente porque la amaban y no querían que caminara sin rumbo con su familia en otro lado. Nunca había conocido a alguien tan desinteresado como estos dos hombres. La decisión de ellos no estaba basada en animarla o para influir en ella. Brigit lo sabía en el fondo, donde sentía sus intenciones. Era una cuestión de hecho. El único problema que no esperaban era encontrar que el padre de Brigit, Marion Giannopoulos, los operaba en el vestíbulo del edificio cuando entraron para regresar al ático. — ¡Papá! —Brigit contuvo el aliento—, sorprendida e insegura. Un hombre corpulento de pelo rubio cortado a rape se levantó. —Brigit, —le dio la bienvenida. Ella se detuvo vacilante, conocía ese tono. Al igual que conocía a ese hombre y sabía lo que se acercaba. —Va estar bien, cariño. —Susurro Slone confortándola. Sus dos chicos se detuvieron justo detrás de ella, acompañándola. Apoyándola. —Tu madre me dijo que regresarías y supuso que vendrías aquí primero. Yo esperaba que estuvieras en California después de tu rabieta. Como si ella fuera una niña que necesitara guardián. Se cruzó de brazos. — ¿Esperabas? Y eso no fue una rabieta. Esa fui yo diciendo basta.

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Su padre apenas le dio una mirada de rechazo. —Recoge tus cosas —miro la maleta con desdén— te vas a quedar conmigo hasta que encuentres trabajo. —Acecho hacia adelante, brusco y esperando un poco de discusión, esperando que ella lo siguiera de regreso a la puerta. No había discusiones con su padre. Él se aseguró de eso. No era de extrañar que mi madre lo hubiera abandonado, lo haría también. —Ella tiene trabajo. —Declaro Ja’Rol con facilidad. —Es nuestra administradora. —Imposible. Difícilmente sabe archivar. —Su padre se burló. —Rápidos reflejos. —Respondió ella. —Pero no va ser suficiente. Y para que conste sé archivar. Ella sintió sus risas suaves, calmándola del insulto. —Míranos cariño. —Ronroneo Slone. Slone dio un paso adelante, parcialmente escondido detrás de Brigit. —Tengo que pedirle educadamente que deje estas dependencias. Su antagonismo no es bienvenido. Su actitud hacia Brigit no es bienvenida, tampoco. —Dijo con un tono de advertencia. —Le recomiendo que la próxima vez que enfrente a esta mujer, lo haga con mucho cuidado. — ¿Quién coño eres? Los ojos de Brigit se abrieron ante el desafío. — ¡Papá! Basta. Este no es el lugar. Ja’Rol dio un paso adelante y Slone se reunió con él hombro a hombro, bloqueándola detrás de ellos. Impidiendo que su padre la viera. Ellos se inclinaron, bajando la voz, pero igual los oyó con claridad. —Somos los hombres que te veremos estacado y cocinado en el desierto, si alguna vez vuelves a lastimar a Brigit. Sabemos acerca de tu abuso. Sabemos que la controlas y cuanto le ha afectado. Eso se detiene aquí y ahora. —Slone no levanto la voz. En verdad no tenía que hacerlo.

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—Ella miente. No se puede confiar en lo que dice. —Trato de empujar a Slone y Ja’Rol, pero ninguno se movió. —Ahora, salgan de mi camino. Tengo un avión que tomar. Toma tus bolsas Brigit. Ella se quedó sin aliento. Esas palabras la golpearon como un cuchillo, cortando a través de ella. — ¿Esto es lo que mamá tuvo que vivir? —La realidad la golpeo como una bola de demolición de tres toneladas. Su padre la despreciaba. Y en este momento no importaba porque. La sorpresa la dejo tambaleándose. —Tu madre se fue porque no podía tomar órdenes. Las mujeres pertenecen donde siempre han pertenecido. A la casa. Nada más que para la puta reproducción. Ella jadeo, sintiendo su rostro palidecer. Si iba a decir algo más su padre no tuvo la oportunidad. Slone lo agarró del brazo y con un solo golpe lo dejo inconsciente en el vestíbulo, luego se enderezo y acomodo su camisa. — ¿Carl? —Slone llamó. La imagen congelada en el tiempo del vestíbulo a media mañana gano vida de nuevo mientras las personas regresaban a sus quehaceres. Brigit observo como Slone le daba órdenes a Carl para ayudar a su padre a encontrar su camino al avión y para asegurarse que se iba en él. — ¡Sí señor! —Carl cargo a su padre con la ayuda de un guardia de seguridad, metiéndolo dentro del sedán con la real intención de ser poco cuidadoso con él. — ¡No esperaba que hicieras eso! —Brigit lo miro boquiabierta, y luego se enfureció con el hombre que tenía delante. —Nadie va a faltarle el respeto a ninguna mujer en mi presencia. Nunca. —Dijo Slone con la mandíbula apretada, su cara estaba roja. —Vamos arriba así discutimos nuestro problema. Ja’Rol se acercó a Judy y le dejo órdenes para que las bolsas fueran enviadas hasta el ático cuando fuera posible, luego antes de que pudiera detenerlos los tres se amontonaron en el elevador.

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Con solo deslizar su tarjeta, ellos omitieron los pisos de oficinas, el elevador subió como cometa a lo más alto. Brigit abrió la boca, pero Ja’Rol la corto. —Todavía no. —La aconsejo con cautela. —Slone necesita calmarse. Nunca lo he visto comportarse de esa manera. Dándose cuenta de lo que quiso decir, se inclinó para mira a su otro amante. Oscuro y amenazante su atención estaba en la puerta. No encontraba suavidad en su expresión cincelada. Eso la golpeo, él estaba realmente furioso con su padre. Brigit llevo una mano a su antebrazo, tenso y sólido como una roca bajo sus dedos. —Slone. — Susurro. — Todo está bien. La cabina frenó y se detuvo con un movimiento suave, luego las puertas gemelas se abrieron, dándole el primer punto de vista de su domicilio compartido. Slone levanto una mano, haciendo un gesto para que fuera primero. Brigit dio unos pasos y se detuvo, sin saber qué hacer. Ja’Rol enrosco su brazo en su cintura. —Va estar bien. — ¿Nunca habían hecho esto? —Pregunto ella mirando como Slone caminaba de la sala de estar a una habitación que no podía ver. Ja’Rol negó con la cabeza. —Él nunca lo ha tenido que hacerlo por mí y la última mujer que fue insultada delante de él fue décadas atrás por lo menos. Brigit se sintió mal del estómago. —Todo este tiempo pensé que solo era un imbécil con una mentalidad troglodita. Pero él me desprecia. — Susurro ella, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y jadeo buscando aire, pero hizo poco para aliviar el dolor que sus palabras habían causado. —No, desprecia a todas las mujeres. Tú lo has visto. Tú sabes la verdad. ¿Trata a alguna mujer diferente que a ti o a tu madre? — Ja’Rol la trajo hacia su cuerpo, sus brazos envueltos protectoramente a su alrededor. Ella tomo varias respiraciones, luego logro sacudir la cabeza. —No. No tenía ni idea.

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Unos minutos más tarde ella le pregunto. — ¿A dónde fue Slone? —Está en la ducha. Es su forma de distraerse. —Apoyo su barbilla en la parte superior de su pelo. – Él va estar bien, pronto. — ¿No es común que reaccione de esa manera? ¿No se enoja? —Ella se inclinó para buscar la cara de Ja’Rol. Sus oscuros ojos como la miel calientes por ella. —Por supuesto que se enoja, ¿pero rabia? No, no es así. —Él la abrazo más cerca, moldeando su cuerpo contra el suyo— se preocupa por ti, lo mismo que yo. Ninguno de los dos quiere verte maltratada, por ninguna persona. Su voz era baja, apenas una brizna de sonido, su aliento barrió su pelo. Luego sus labios estaban presionando los suyos, pequeños besos que la calmaron y consolaron. — ¿Porque sabes tan dulce? — reflexiono, su boca fluía en ella para encontrar la curva de su cuello. — ¿Buen jabón? — Brigit le contesto, suspirando una risita. Ella grito cuando él le golpeo en el culo una vez. —Burlona —rozo un rápido beso en sus labios. —Slone pregunta si estas lista para hablar. — ¿Porque te está preguntando a ti y no a mí? Yo puedo responder. —Porque sabe que te decepciono. —Respondió el, mirándola con ojos que decían la verdad. —Ja’Rol todos cometemos errores. Slone no cometió uno hoy. —Espero que te sientas así cuando hayamos terminado. —Dijo Slone detrás de ella. Brigit se dio la vuelta y lo vio, su piel todavía húmeda por el roció, su cabello secado con la toalla bajo sus caderas. — ¿Estabas en la ducha?

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—El frio extremo me ayuda a reenfocar. Te debo una disculpa por ello. No importa cuánto me molesto tu padre, no debí haberlo hecho, pero no me arrepiento. Saliendo del abrazo de Ja’Rol, ella se encamino hasta Slone. Con un dedo en su barbilla, le dijo. —Está bien. Me tomo por sorpresa. Nunca me hubiera imaginado ese tipo de reacción de parte de ustedes. — ¿No estás enojada? —la miro, ligeramente confuso. —En realidad no. No por defenderme, independientemente contra quien era. El alivio aligero la tensión en sus hombros. Él la tomo en sus brazos y la abrazo. — No te merezco. —Dijo, dejando caer besos en su cara. La dejo en el suelo un momento después. —Ja’Rol. —Le tendió la mano y juntos se pusieron delante de ella. Nunca habían visto dos hombres más felices que los que la miraban en ese momento. —Nos preguntaste si estábamos enamorados de ti. La respuesta es un inequívoco sí. Te deseamos, en muchas maneras. —Slone tomo una de sus manos y tomo a Ja’Rol con la otra, entonces, juntos, bajaron ante ella. —Eres el ancla de nuestros corazones. Te estamos pidiendo que te quedes, nos aprecies como nosotros a ti. Solo tenemos una cosa que mostrarte y si tú aceptas, entonces todo lo que pase se convertirá en una sólida unión. — ¿Cómo lo de la lectura de mentes? —pregunto, sonriendo cuando ellos rieron. —Exactamente como lo de la lectura de mentes. —Dijo Slone con una sonrisa igual ente el recuerdo. —Entendemos que no vamos a poder casarnos, pero juntos estaremos completos. ¿Entiendes? Eso la hizo vacilar. —Es decir, ¿si estoy bien con su gran secreto, luego nosotros, por azar de una mejor explicación, nos casaremos? —Ella se mordió el labio—. Ese es un gran paso.

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—Lo sabemos. —Dijo Ja’Rol. Ambos se pusieron de pie, luego él se fue y cerró todas las persianas de la sala principal, envolviéndolos en un espacio sombreado de secretos e intimidad. —Aquí es donde se hace más difícil. — Continúo Slone, suavemente—. En nuestro dormitorio, tenemos un balcón. Enfrenta la parte trasera del edificio y si alguna vez te has dado cuenta, no hay nada más alto que este edificio por varias cuadras. El vidrio es a prueba de balas y se extiende en todo nuestro ático, pero en esa habitación, es más que eso. Hay escaleras a la azotea y paredes ocultas alrededor de todo el edificio. Lo creamos de esa manera y solo nosotros y el diseñador y los constructores saben de eso. Y ninguno de ellos vive en este plano. — ¿Plano? —Repitió ella, confundida. —Lo preferimos. —Admitió Ja’Rol—. Aquí estamos estimulados, tenemos un ambiente donde progresar. En casa somos uno de muchos. Nuestras habilidades son las mismas. Ella estudio a ambos, pero no vio nada que pudiera hacerle creer que no estaban cuerdos. — ¿Quieres sentarte? La siguiente parte puede ser abrumadora. Ella se dio la vuelta, buscando en el ático con ojos ciegos. —Por supuesto. — Las dudas comenzaron a vagar en serio por su mente. ¿En que se habían metido después de todo? Ja’Rol le tomo la mano y pidió que se sentara y luego comenzó a desabrocharse la camisa mientras caminaba para reunirse con Slone. Él dejo caer la toalla. En cuestión de segundos ambos quedaron desnudos ante ella. —Es por esto que nuestro ático es especial. —Explico. Los dos hombres se apartaron unos pasos y luego como uno, empezaron a cambiar de forma. Su mandíbula cayó abierta. Sus dedos se aferraron como garras al cuero de la

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silla. La incredulidad irrito su estómago, haciendo que su corazón se acelerara salvajemente. Las musculosas piernas crecieron más gruesas, los cuerpos se alargaron. Colores profundos invadieron cada uno de los órganos, endureciendo en placas y escamas. Entonces, increíblemente, alas comenzaron a formarse a partir de sus hombros. Como piel con venas finas, se extendieron hacia afuera y batieron una vez, luego se retractaron, conscientes de su limitado espacio. Uñas rayaron la alfombra, pero sus pasos eran ligeros, lo suficiente como para no dañar las finas capas. Al final, con sus formas definidas, las cabezas cambiaron, se convirtieron como espadas pero más delgadas. Incluso tan grande como era el ático, habían alcanzado el techo y tenía que agacharse para no golpear sus cabezas. Con cautela, ellos se agacharon y luego dejaron de moverse. Ambos centrados en ella. Incluso sus ojos habían cambiado de color. Ambos eran casi negro ónix, pozos de vacío que la reflejaban. — ¿Qué son? —Ella enuncio cada palabra, negándose a tartamudear sobre ellos. La voz de Slone entro en su mente en primer lugar. —Somos dragones. Somos mágicos, humanos y dragones. Brigit miro, congelada esos dos pares de ojos negros sobre ella. —Es por eso que podemos hablar telepáticamente, porque como somos capaces, nuestras compañeras pueden también, dentro de lo razonable. Ella se quedó mirando al de la derecha. Slone. Su intento de humor cayó plano. La sorpresa hizo que fuera difícil formar pensamientos completos. —Sí, sigo siendo yo. —Explico él con una dulzura que ella había llegado a reconocer. —Puedo decir quién es quién por su color. Como tu piel. —Brigit señalo. Ella aflojo los dedos con esfuerzo, juntando las manos en su regazo para ocultar su temblor.

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—Es uno de los factores. Es muy raro encontrar un dragón pálido en forma humana. No venimos en tonos pálidos. —Dijo con un tono ligero burlón. Grandes, ojos negros tinta parpadearon hacia ella, como si compartieran una broma. —Expliquemos. —Vamos a cambiar de nuevo. —Le informo Ja’Rol. —Va ser menos estresante para ti. Antes de que pudiera discutir, comenzaron a contraerse, suavizando la piel, sus miembros tomando forma. Incluso la masculinidad cincelaba sus rostros, ojos que ella reconoció. Bocas que había besado. —Somos considerablemente más viejos, por cierto. —Dijo Slone, buscando la toalla del suelo para cubrirse las caderas. Ja’Rol se puso los vaqueros, pero nada más. — ¿Cuánto más? —Ella miro a Ja’Rol. —Tu dijiste que décadas atrás... —Sí. Slone tiene doscientos quince años. Yo solo noventa y ocho. Ella se dejó caer en la silla, pasmada ante el bombazo. —Bendito infierno. Yo solo tengo veintiocho. ¿No es como asaltar una cuna o algo así? Ja’Rol se rio entre dientes. —No, porque en realidad vivimos varios siglos y al compartir con nosotros, tú también lo harás, —asintió a Slone una vez. —No siempre es tan fácil, el tiempo lo hace difícil, pero puede hacerse y se ha hecho. Para nosotros y muchos otros. Slone desapareció en la cocina. Ella podía oírlo mover cosas por ahí, quizás botellas. Vasos. Un momento después, el regreso con tres vasos llenos con vino, uno a la mitad de lleno que los otros dos. Se sentaron enfrente de ella en el sofá de dos plazas. —Es por eso que no hay homosexuales entre ustedes. —Murmuro. Ella empezó a agitar el vino blanco, observando el juego dorado del líquido mientras se movía dentro de la copa. Tratando de luchar a brazo partido con lo que habían mostrado.

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—Como hemos dicho. Es porque respondemos de formas diferentes que no son típicas. Ja’Rol se inclinó hacia adelante, con las manos ahuecando el vino, sus palabras lejanas mientras recordaba. —Cuando conocí a Slone, yo tenía apenas treinta años. Había previsto encontrar una pareja, sabía que era inminente. Encontrarla en un hombre me sorprendió. Sabía que era posible, así como las relaciones vienen en diferentes maneras, pero no lo había esperado. Su amor y paciencia nos ha vinculado juntos en formas que nunca espere conocer. —Cuando levanto los ojos, capturo los de ella. —De la misma manera lo siento por ti, es mucho más de lo que había esperado encontrar. —Alcanzando una de las manos de Slone, su voz era un ronroneo bajo de sentimiento. —No puedo vivir sin ninguno de ustedes. Slone siente lo mismo. Pero no podemos obligarte. No es un hecho. — ¿Qué les pasa si no puedo? —Ella bebió el vino ocultando la aspereza de su voz. —Haremos lo que te prometimos. Tú tienes trabajo, un lugar donde quedarte, y... — Slone suspiro ásperamente —te dejaremos en paz. Pero no voy a mentir. Lo que sentimos no moría. No te podemos reemplazar. Ella se levantó. —Pero tú estabas con alguien antes de Ja’Rol. Tú mismo lo dijiste que habían estado acoplados antes. Slone asintió. Froto sus manos en el pelo, sin levantar la mirada, les dijo: —Inara era increíble, especial pero incluso en nuestro mundo no podemos vivir para siempre. Regresamos para compartir lo mejor de nuestro tiempo en el lugar que ella conoció. Murió antes de que hubiéramos estado juntos seis años. Era raro. —Un estremecimiento sacudió duro sus hombros. —Fue una lección que aprendí de la manera más dura. El amor llega de muchas maneras. Luego enfrento a Ja’Rol añadiendo. —Algo que tú nunca conociste. Había conocido a Inara por décadas. Era la mejor amiga de mi madre, pero por eso mismo ella se negaba, sufrió y nunca me culpo.

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Brigit parpadeo para bloquear las lágrimas. Ja’Rol puso un brazo alrededor de los hombros de Slone, sujetándolo lo acerco. —Ella lo sabía —susurro entrecortadamente — y nunca lo forzó. — ¿Cómo te enteraste? ¿Qué hiciste? —Brigit se inclinó hacia adelante. La sonrisa de Slone era burlona. —Mi madre me consoló. —Estas bromeando. ¿Vanessa? La sonrisa de Slone no era cruel. —Sí, mi madre — puso la cabeza en el hombro de Ja’Rol —es por eso que te adora. La voz de Slone era baja, cruda. Estaba haciendo todo para que comprendieran. — Cuando nos acoplamos, nuestra vida aumenta. Negarla le robo sus más preciados años. Ella sabía lo que estaba haciendo. Brigit levanto sus dedos a sus labios, ocultando su jadeo. —Cuando encontré a Ja’Rol, jure que no le negaría nada. —Y no lo hizo. —Dijo Ja’Rol con ternura, este entrelazo sus dedos atreves del cabello corto de Slone, tranquilizándolo. —Y ahora estoy yo. —Dijo Brigit. Los dos hombres la miraron. Ella levanto una mano. —No digo que no, pero... — contuvo el aliento— esto es mucho para procesar. — ¿Lo de ser dragones te asusta? —Slone pregunto, enderezándose aunque dejo una mano en el muslo de Ja’Rol. —En realidad no. Una parte de mi piensa que es increíble. Una parte de mi pregunta cuando voy a despertar. —Ella sorbió el vino de nuevo, entonces no se molestó

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por los modales, simplemente tomo lo que quedaba. Mirando el vaso vacío, luego a ellos, — ¿supongo que eso es; “dentro de lo razonable” que no voy a ser capaz de hacer? — reflexiono. —No, pero como nuestra compañera, eres libre para ir a nuestro mundo con nosotros en cualquier momento. —En serio, ¿en otra dimensión? —La excitación la atravesó ante la idea. Ambos asintieron. —Denme un par de días. —Dijo ella finalmente después de varios minutos de contemplación. —Sé que no era lo que querían oír, pero esto pasó de un viaje de fin de semana a algo permanente. —Ella chasqueo sus dedos. Esto no era algo que pudiera estar de acuerdo en poco tiempo. — ¿Dónde estarás? —Pregunto Ja’Rol expresando su preocupación por ella, una preocupación que ella sintió plenamente. —Voy a estar cerca y no, no en el refugio. Voy a encontrar un hotel para pasar un par de noches. —Puso su vaso sobre la mesa, junto al de Slone que casi no toco. —Solo tengo que asimilar esto. —Esperando compresión, añadió tranquila — ¿por favor? Sin discutir, se pusieron de pie. —Dame unos minutos para vestirme. —Luego que Slone salió de la habitación. Ja’Rol corrió la distancia entre ellos en la habitación hasta que se paró frente a ella. —Yo entiendo. Los dos lo hacemos. —Ahueco su cara y cuando le acaricio las mejillas con sus pulgares, ella sintió un nudo en la garganta. —Te amo. No trates de racionalizar eso. No trates de excusarlo. Slone te ama, también. Juntos estamos completos. — El susurro de su voz se hizo más bajo. —Sé que lo sientes. —Sí, pero yo apenas te conozco… —No es cierto. Tú nos conoces justo ahora más que nadie más y nos conocerás más. —Él saco una respiración estabilizada. Ojos color café miel se clavaron en los suyos. —Yo

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sé que no puedo hacer que te quedes. Solo sé, no importa que decidas, estamos aquí. Te amamos. Tan dulce como la primavera, él presiono sus labios a los de ella, un beso que expresaba todo lo que no estaba diciendo. Ella casi dijo que lo haría en ese momento, bajo el calor del beso. —No. Necesitas tiempo y vamos a respetar eso. Ella nunca se iba a acostumbrar a eso. Besar a Ja’Rol, y escuchar a Slone en su mente.

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Capítulo doce —Gracias por dejarme que me quede contigo madre. —Estaba sentada en la mesa, terminando su plato de huevos. Llevaba un par de días ahí, pues con trabajo y todo, no habían tenido oportunidad de platicar mucho acerca de la razón por lo que estaba allí desde el principio. Aparentemente, su madre iba a solucionar ese problema. — ¿Los chicos saben que has venido aquí? Las cejas de Brigit se alzaron. — ¿Los chicos? Ella hizo un gesto con la mano por encima del hombro sin molestarse en explicar, haciendo otra porción de huevos revueltos para Gene en la estufa. —Sí y no. Saben que no estoy en la ciudad, que me fui más lejos. Estoy segura de que independientemente, lo saben. Ellos pueden entrar en mi cabeza si quieren. —Pero no lo harán. —Ella puso el plato de Gene para el desayuno. —No son así. — ¿Cuánto hace que sabes acerca de ellos? —Cinco años, pero lo sospechaba desde antes. Ellos no envejecen. Se ven tan endiabladamente guapos como lo hacían cuando empecé allí casi veinte años atrás. —Pero ellos dijeron diez. —Trabaje con ellos durante diez años. Estuve en Náutica, casi tanto como de divorciada. Tuve suerte cuando nos mudamos allí. Me contrataron y el resto es historia. — ¿Cómo sospechaste? No hay nada como ellos en el mundo real.

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—Cariño. — Dijo Traci dulcemente. —Hay cosas por ahí que no están en el mundo real. Solo tienes que saberlo cuando las ves. Brigit puso la barbilla en su puño. — ¿Qué quieres decir? —Confía en mí en esto. El hecho de que seamos la raza humana, no quiere decir que seamos la única raza. — ¿Hablas en serio? —Ella le dio a Brigit lo que ella llamaba la mirada de “tu madre sabe” Brigit la miro boquiabierta. — ¿Pero cómo lo sabes? No tenemos magia ni nada. —No, lo tenemos, pero algunas personas tienen más... —Traci buscaba la palabra —la mente abierta, supongo. Podemos aceptar lo que otros no. — ¿Papá? Traci se apresuró a negar con la cabeza. —No. Él era el epitome del blanco y negro. Y era lo único en su mundo que alguna vez estaría bien. — ¿Puedes verlos? — Brigit nunca habían conocido nada de eso, pero sospecho que hasta Slone y Ja’Rol, nunca lo hubiera entendido tampoco. —Yo puedo. Estaba sorprendida de que tu no pudieras, pero eso era más por tu padre sofocando tu naturaleza que otra cosa… Odie tener que dejarte con él. —El sonido de zapatos en la sala le dijo que Gene estaba caminando hacia ellas. —Hola, cariño. — La saludo con un ligero beso en la parte superior de la cabeza. — ¿Dormiste bien? —Lo hice. Gracias por permitirme… —Shh. La familia no tiene por qué dar gracias. Aunque lavar los platos no estaría de más.

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Brigit se rio. Principalmente porque Gene le habían guiñado el ojo cuando le dijo eso. Lo que no era una expectativa o un deber, como su padre se lo hubiera ordenado. Si es que le hubiera permitido comer. —Está bien, amor. —Traci se acercó y la beso en la frente. —Me acabo de dar cuenta que no estás preocupada por lo que sucede. —Dijo Brigit, sentándose más erguida en la silla. Buscando entre su madre y padrastro, ella comenzó a preocuparse, pero no duro mucho tiempo. Traci le dio a Gene una taza de café y se sentó con ellos. —No, no lo estoy. —Ella le dio un sorbo a su café, indiferente al acto. Brigit pasó el dedo por el borde de la taza. —Y si… ¿si fueran los dos? —Ella levanto las pestañas y rápidamente bajo la vista de nuevo. — ¿Los amas a los dos? Su mirada brinco a Gene. Cariño, soy viejo pero no estoy ciego. Puedo ver a una milla de distancia cuanto te adoran esos jóvenes. Brigit estaba segura que su mundo se había vuelto completamente al revés. Su madre sabía que ellos eran dragones. Gene estaba de acuerdo con un trío, una relación ménage. Incluso su madre era indiferente. —Sí. —Logro decir a través de un nudo en la garganta. —Entonces, ¿qué diablos estás haciendo abatida por aquí? —exigió descaradamente su madre y con un movimiento de muñeca indico que se fuera de la mesa —vuelve a la ciudad. — ¿Estas realmente de acuerdo con esto?

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—Brigit, siempre y cuando tú seas feliz, honesta y verdaderamente feliz, estaría bien si te casaras con un trol. —Su madre golpeo una mano sobre su boca. —Maldición. No hagas caso de eso, de acuerdo, nena. — ¡Mamá! ¿Cómo sabes estas cosas? —Brigit sacudió sus manos con exasperación. Un rubor ilumino la cara de Traci. —Una vez que aprendes de esas cosas, la vez en todas partes. Pero no puedes hacerlo una noticia sensacionalista o te buscaran los hombres de bata blanca. —Gene cubrió su mano y Traci suspiro con una sonrisa, calmándose una vez más. —Simplemente, se feliz, nena. Haz lo que te haga feliz. Brigit salto de las sillas y abrazo a su madre. —Gracias mamá. Muchas gracias. — Inclinándose, ella frunció el ceño y besuqueo fuerte la mejilla de Gene. —Gracias—. Ella le susurro, luego salió disparada de la habitación del comedor para empacar.

***

— ¿No les puedes advertir, de acuerdo Carl? —No señora. —Sonrió Carl dejándola salir del coche en las puertas de entrada de Náutica. —Solo estoy contento de verla regresar. —Él le guiño un ojo y camino con ella para que pasara por Judy. Luego ella se subió al elevador. El corazón de Brigit latía rápido mientras el ascensor subía. Llamar a Carl había sido una idea brillante y Brigit estaba agradecida de que Ja’Rol lo hubiera puesto a él literalmente de guardia para ella. Sus bolsas esperaban en el coche, pues le había dicho que las guardara por unas horas. El próximo encuentro podría tomar tiempo. Y cuando Carl solo tuvo una sonrisa en respuesta a su petición, ella aparto la mirada, sonrojándose más.

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Respiro hondo, rezando para que no interrumpiera algo. Había sido muy cuidadosa de mantener sus pensamientos, incluso para no darles la alerta de que ella estaba en camino. Cuando el ascensor se abrió en su piso de trabajo escuchó solo silencio, creía que estaban trabajando... no podía llegar al ático sin una tarjeta, por lo que esperaba encontrarlos a los dos aquí. Enderezo su vestido halter, se dirigió hasta las puertas de Slone. No llamo esta vez, tampoco. Empujando las dos, entro en su despacho como si estuviera caminando a través de las puertas de vaivén de un salón de antaño. Con mucha valentía y una oración. Su mirada cayó sobre los dos, Slone sentado en su escritorio, Ja’Rol inclinado sobre el borde mientras miraban la pantalla de la computadora. Ambos se giraron bruscamente por su sorpresiva entrada abriendo sus ojos. Se veían tan bien. Ajustados suéteres y pantalones. Y al igual que siempre, un mechón de pelo de Ja’Rol habían caído acariciando su sien. —Hola cariño. Ya estoy en casa. —Brigit dijo con voz cantarina. Debió hacer un buen trabajo en mantener su mente en blanco o estaban cumpliendo su promesa de no rastrearla. No esperaba tomarlos por sorpresa al encontrarlos. Ja’Rol, se enderezo, con la boca abierta succionando aire. Slone se levantó de su silla. Los dos en cámara lenta. —Brigit. —La profunda voz de Slone le mando escalofríos a su columna. Dios, los habían extrañado a los dos. —Te echamos de menos, cariño. Sus ojos se centraron en Slone cuando la vibración de su voz lleno su mente. Juntos caminaron hacia el frente del escritorio. Ahora que ella estaba ahí, sintió una punzada de nervios atacándola. El corazón le dio un vuelco y escucho sus latidos en la cabeza.

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Brigit lucho para no torcer las manos en el tejido de punto de la falda. Había elegido algo suelto que ocultara lo que estaba bajo el vestido. ¿Porque había sido valiente para usarlo? Los dos hombres se detuvieron a unos metros enfrente de ella. Brigit trago saliva. Buscando en sus caras, por cualquier señal de shock, ella dijo con un temblor en su voz que no pudo evitar. —Si digo que los amo, ¿alguno dirá algo? ¿Por favor? La expresión de Ja’Rol rápidamente se calentó, creciendo en una sonrisa. — ¿Qué tal si lo dices nuevamente? Ella entrecerró los ojos ante la broma. — ¿Por qué? Slone se acercó hasta que se paró cerca de ella, mirando sus ojos. —Porque nos debes una semana. —Luego cerro la brecha y reclamo sus labios en un profundo beso, envolvió sus brazos alrededor de su cintura en un abrazo apretado. Brigit lo acogió cuando el exigió ser admitido, jugando con sus labios con trazos. Ella se pegó a él, Slone jugaba contra su lengua malvada hasta que estuvo jadeando tan fuerte como ella. — ¿Por favor, nos vas a decir que te vas a quedar? — Los enigmáticos ojos de Slone la estudiaron ella y no se escondió de él. —Me quedo. —Murmuro, pasando los dedos por su mandíbula, sintiendo la tensión. Casi como si hubiera luchado hasta el final de la batalla, relajo los hombros y un suspiro lleno se le escapo. A lo lejos oyó el clic de una cerradura. —He desactivado el asesor a esta planta. No seremos molestados. —Dijo Ja’Rol.

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Brigit miro por encima del hombro al oír la voz de Ja’Rol a medida que se acercaba hasta ellos, sus ojos ardían brillantes como los de un tigre. La enorme cualidad animal en el hombre le ponía la piel de gallina en los brazos. Juntos, le sacaron el vestido por la cabeza. —Brigit. —Gimió Slone—, su mirada barría su cuerpo. —Mierda. —Susurro Ja’Rol. Ambos parados en silencio apreciando lo que veían. — ¿Supongo que a ambos les gusta? —Pregunto ella conteniendo el aliento. El calor en sus expresiones hizo que su cuerpo ardiera. En respuesta Ja’Rol cayó de rodillas y lamio su cadera, siguiendo la costura de la casi trasparente ropa que cruzaba su cuerpo hasta cubrir sus pechos. La pieza terminaba en una delgada banda atada a una tanga, dejando casi nada a la imaginación. — ¿Dónde lo encontraste? —Slone rasgo la tela roja donde se juntaba como una bandolera, tocando ligeramente sus pechos. Brigit jadeo una corta respiración mientras sus pezones se fruncían. —En las vegas. Comprando. Dejo caer su cabeza cuando la sensación la invadió. Slone ahueco su mandíbula, chupando la sensible piel a través de su clavícula mientras palmeaba un seno provocando el pezón a uno más apretado y necesitado. Al mismo tiempo Ja’Rol comenzó a amasar su culo chupando y lamiendo su cadera, sus manos se deslizaban arriba y abajo de sus piernas, instándola a ensanchar la postura. Cuando lo hizo, le acaricio el coño enviando un rayo de deseo profundamente en su torrente sanguíneo. Sus ojos se cerraron en el doble ataque. Agarrándose para mantenerse de pie, engancho los dedos en el cinturón de Slone. El piloto automático tomo control y ella lo deslizo libre, aflojando la cintura de sus pantalones. Brigit no se detuvo allí. Deslizando la cremallera hacia abajo, metió la mano en la parte delantera de sus pantalones y encontró su miembro, deslizo la palma de su mano sobre la plenitud intensa… Slone gimió.

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Un segundo después, él la estaba besando apasionadamente, empujando entre sus labios, saboreándola. Ella acaricio su longitud y lo bombeo con lentos movimientos. Su coño le dolía por sentir su grosor dentro de ella, estirándola hasta que se corriera sobre él. Ja’Rol la ayudo a quitarle los pantalones a Slone, luego sintió la lengua caliente de Ja’Rol sobre su clítoris. Ella gimió, sacudida por la necesidad que corría por su cuerpo, volviéndola liquida. La presión de sus dedos contra su coño tomó el lugar de los labios mágicos y la hizo gemir. Slone se introdujo en ella, haciéndola temblar incontrolablemente. Rompiendo contra el poderoso beso de Slone, ella miro abajo y vio la causa de los profundos gemidos de Slone. Ja’Rol estaba chupando sus bolas, sorbiéndolos, girando su lengua alrededor de ellos. Ella se estremeció y se dejó caer de rodillas en la gruesa alfombra al lado de Ja’Rol, incapaz de mantenerse de pie. Sosteniendo la carne firme de Slone, ella empezó a chupar la cabeza, deslizándose sobre la piel con repetidas chupadas y lamidas. Ella siguió los deseos de él, atrayéndolo profundamente, lamiendo la piel sensible de abajo, bombeando arriba y abajo del venoso eje. Ja’Rol no paro y en unos segundo Slone gemía en voz alta, jadeando fuerte advirtiéndoles que lo estaban complaciendo enormemente. —Córrete por mí, bebe. —Susurro ella. — ¡Mierda Brigit! —Gimió Slone y Ja’Rol ronroneo de placer. La punta suave de su miembro se deslizo más profundamente en su boca y él grito, flexionado en el placer mientras su orgasmo lo atravesó y bajo hasta su garganta. Respirando pesadamente, miro hacia él y sintió que su amor la abrasaba.

*** Ja’Rol atrajo a Brigit más cerca, chupando sus labios gruesos antes de reclamarla en un profundo y lento beso.

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Presionando su frente con la de ella. —Te echamos de menos, cariño. —Profundo como el terciopelo, sus ojos azules brillaban. —Yo también los extrañe. —Levanto una mano, acariciándolo tiernamente, pasando sus dedos a través de su pelo. La había echado mucho de menos tanto que parecía lastimado. Slone se despojó de su camisa y la dejo caer en el suelo. —Ustedes dos están demasiado vestidos — murmuro, ahuecando sus barbillas para acercarlos a compartir un beso. Mientras Ja’Rol se desnudaba, Slone adoraba a Brigit. —Tienes la boca más sexy, cariño. Me puedes chupar cuando quieras. Ja’Rol sonrió cuando ella se ruborizo. Él entendía completamente el sentimiento de Slone. La mujer era fascinante. Cuando ella levanto una mano para liberar la corbata del cuello, Ja’Rol la detuvo. —Déjala. —Reuniéndose con su mirada expectante, añadió. —Por ahora. Desnudo se arrodillo con ellos. Los ojos de Brigit lo comían, redescubriendo sus cuerpos. Ella jadeo ligeramente por la sorpresa. — ¡Te perforaste! — ¿Te gusta? —Pregunto Ja’Rol, viendo la sonrisa de Slone por detrás de ella, consciente de lo que había encontrado. Se movió masajeando sus hombros, dejando caer besos delicados por su piel desnuda. —Me encanta. —Ella levanto una mano y se detuvo, esperando. – ¿Está bien? ¿Está curado? Ja’Rol asintió. —Solo me tomó unos días para sanar. Sin embargo todavía estoy sensible. —En lugar de la barra sola, ahora tenías dos anillos de oro con un cordón de oro ubicado en cada uno. Su ligero toque le mando electricidad, creando un silbido de placer. Sus pestañas se cerraron sobre los ojos desenfocados. —Pensé que tomaba mucho más tiempo que solo unos días. —Ella se inclinó hacia adelante y soplo su aliento sobre su reciente obra. Dedos como garras se clavaron en la alfombra.

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—Toma más tiempo para los humanos. Cambiando acelera la curación. Ella levanto una ceja arqueada. —Tramposo. Ja’Rol hizo un mohín juguetón. —No me gusta mucho el dolor. Brigit se recostó en el pecho de Slone en silencio, sus caricias continuaron sobre brazos y hombros. Sus manos vagaron y ahora estaban tomando y jugando con sus pechos. —Eso se siente bien. —Ella suspiro las ultimas silabas, perdida en el creciente calor. Él le susurro en su oído. —Tienes pechos hermosos, cariño. Exuberantes, completos y me encantan tus pezones. Pequeños, tan dulces. —Ja’Rol siguió los movimientos de Slone, frotando la ligera tela de su ropa interior para provocar sus pezones, sus picos llenos coloreados y arrugados por la necesidad. Ella se estremeció en los brazos de Slone. Ja’Rol deslizo las palmas de las manos hacia arriba de los tobillos. Instando a que se relajara apoyándose en el cuerpo firme de Slone, Ja’Rol se estableció entre sus muslos. —Hermosos, de hecho. — Murmuro. Poco a poco deslizo la delgada franja de tela roja fuera de su reluciente coño, barriéndolo con su lengua una vez. Ella abrió la boca y maulló en respuesta. —Quiero sentirla entre nosotros. —Susurro la voz de Slone a través de la mente de Ja’Rol. —La necesito. —Como yo. —Respondió él. —Esta noche, ella será nuestra. Flácida en el abrazo de Slone, sintió sus manos rodando sobre sus pechos y jugando con sus pezones, haciéndola retorcerse. Cuando Ja’Rol extendió sus labios y empujo profundo con su lengua, ella gimió. — ¿Alguien ha estado aquí, mi amor? — Usando toques muy tiernos, Ja’Rol utilizo la crema que goteaba de su abertura para calentar su roseta.

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— ¡Oh, dios! —Ella casi lo grito cuando la sensación se disparó en ella, sorprendiéndolos a todos con la profundidad de su reacción, una reacción que no era de miedo. Ella lo quería. —No, nunca. Slone jalo un poco más fuerte sus pezones, causando rápidos golpes a los pezones de Ja’Rol en un eco de placer. Él ronroneo, lamiendo profundamente, provocándola en el culo al mismo tiempo. Rápidos jadeos sacudieron su cuerpo. Ja’Rol chupo con fuerza sobre su clítoris y ella se sacudió. La crema brillaba en sus labios y él los lamio, ansiaba su sabor. Cuando jugó con su clítoris de nuevo, facilito un solo dedo en su culo en su liberación. Ella se corrió fuerte, sin pausa, con un gemido casi gruñido por la presión. Ja’Rol sintió el cuerpo tenso de Slone, su placer engrosaba su sangre. —Respira, cariño. Deja que tu cuerpo se relaje. Ja’Rol sorbió su coño, lamiendo en lentos gesto juguetones hasta que estuvo chupando duro su clítoris. Dentro y fuera en su pasaje, consiente de no lastimarla y Brigit se entusiasmó, su cuerpo lo ansiaba y él se lo dio. — ¡Oh! —Ella se arqueo sobre Slone cuando su orgasmo se precipito a trasvés de su cuerpo. —Ábrete para mí, amor. Eso es todo. —Suavemente trabajo dos dedos dentro y fuera de su cuerpo cuando ella ladeo la pierna. —Esta tan apretada, Slone. Tan caliente. Slone llego hasta bajo por su cuerpo y comenzó a frotar y jugar con su clítoris. Entre ellos, Brigit estaba casi ciega de lujuria. Slone rodo sus pechos y acaricio su coño mientras Ja’Rol lamia su jugo, enterrando su boca en su coño. Suavemente él trabajo su culo hasta que ella se soltó naturalmente, hasta que empezó a empujar por más. Cuando se corrió de nuevo, fue un grito gutural que lleno la oficina. Deslizándose de su cuerpo, Ja’Rol se puso de pie, localizando rápidamente condones y el lubricante en el

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cajón de al lado del escritorio de Slone. Rodar uno sobre su miembro caliente era terriblemente erótico. Él quería sentir su cuerpo, necesitaba sentir su satisfacción tanto como la suya. Slone la ayudo a ponerse de pie, con los brazos echados rodeando su cuerpo, en camino hacia atrás, hacia el sofá. Ja’Rol los encontró allí, extendiéndose al par del cuero caoba. Con un par de tirones, Slone trabajo el nudo para libérala de la ligera ropa que llevaba puesta. Contoneando sus caderas, ella lo ayudo hasta que cayó al suelo, más un montón de cuerdas que otra cosa. —Ven aquí cariño. —Ja’Rol le hizo señas con los brazos abiertos, esperando su calor. Suave y balanceándose su cabello acaricio sus mejillas. Arrastrándose en el sofá con él, se sentó sobre las caderas de Ja’Rol. Este gimió cuando ella descanso su húmedo e hinchado centro justo sobre su polla. Juntando la cara entre las palmas de sus manos la acerco a sus labios. —Follame, Brigit. Por favor. El aire en sus pulmones se congelo cuando ella se dejó caer sobre su eje. Sus parpados semi abiertos, ojos sensuales, atractivos, sus doradas pestañas le daban un aura que solo intensificaba profundamente el azul. Con las manos en sus hombros, ella movió las caderas y jadeo. Él se movió con ella, lentamente, construyendo el calor entre ellos. Ella gimió con un tiro de estremecimiento bajo el agudo placer de la mordedura de Slone, mordisqueo y chupo la carne firme, su columna se torció y se arqueo hacia Ja’Rol, llevándolo profundo. Ja’Rol se perdió en la sensación. —Hazlo de nuevo —Ja`Rol le rogo a Slone. Ella se estremeció cuando Slone lo complació, el delicioso fuego inundo su sangre. Ja’Rol la beso, dejando que ella encontrara su ritmo a medida que bajaba desde la punta. Jadeos la sacudían y él la abrazo un poco más apretado, manteniéndola inmóvil, mirando su expresión. —Ja’Rol ella esta tan caliente. No puedo esperar a estar en ella. —Slone la

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había penetrado de nuevo, asegurándose de su preparación antes de hundir su longitud entera en ella. Juntos, se metieron en su acogedor cuerpo. El ronroneo de Brigit retumbo en el pecho de Ja’Rol seguido de un gemido bajo. La tumbona se movió ligeramente con Slone descansando una rodilla detrás de ella, con la mano en la espalda, acariciándola, calmándola. —Respira lento cariño. —La voz de Slone tejió sobre ellos. Sus ojos se abrieron de golpe y busco a Ja’Rol. —Un culo dulce. Perfecto. —Ja’Rol sintió como el peso de Slone lo apretaba en el sofá. —Eso es todo amor. Como uno, los tres gimieron cuando Slone se sentó con Brigit en medio. Ja’Rol la vio, la sintió temblar y lentamente se movió cuando ella lo hizo, tomando un ritmo lento. Sus dedos se clavaron en el cuero debajo de él. Él ahueco su cintura. Su coño se apretó y lo hizo apretar los dientes. Slone encontró el ritmo. Brigit se quedó sin aliento. —Oh Dios, oh dios, oh dios, oh dios... —se convirtió en una letanía, su voz tan hambrienta de placer, lleno con necesidad con que ambos la satisfacían. —Si Brigit, siéntenos. — Ja’Rol retiro el cabello de la cara. —Querida hermosa. El placer de Slone estaba esperando, llenándolos tanto como ella estaba llegando a él. Ja’Rol sabía que estaban sintiendo su euforia como un éxtasis diferente a cualquier cosa que jamás habían conocido los tres, consumiéndolos. —Somos tuyos. —Susurro Ja’Rol encontrando su vidriosa mirada. —Somos uno. Nosotros te pertenecemos y te amaremos siempre. —Ella parpadeo por sus dulces palabras. Luego sus carnosos labios se entreabrieron, un gemido se deslizo libre y ella hizo lo que nadie esperaba que ocurriera tan pronto. Se abrió completamente, absorbiendo sus necesidades, sus amores, sus hambres y lo devolvió, entregándose a ellos. Brigit los abrazo y devolvió el amor y la confianza con un pedazo de su alma. La voz de Ja’Rol se volvió ronca mientras sus gruñidos se profundizaban, pululaban por el inesperado correr del amor de la mujer en sus manos.

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Los empujes de Slone crecieron en fuerza, conduciendo a todos juntos, saboreando la misma fiebre, sintiendo la misma felicidad. Ja’Rol se arqueo, llenándola, sus paredes le apretaron con cada estocada en ella. Sus bolas dolían, se sentía tan bien. —Por favor nena. —Susurro él—. Tan bueno. Con un grito de éxtasis puro, ella se vino, sofocándola, sorprendiendo a Ja’Rol por la fuerza del mismo. Slone rugió, entrando en su culo. Verla y sentir la felicidad de ambos envió a Ja’Rol al borde. El pulso de su orgasmo corrió por sus venas, llenando su miembro hasta que pensó que iba a estallar. Cada chorro de su semilla se estrelló a través de él. Sus gemidos salieron desde su garganta, su corazón latió un fuerte ritmo contra las costillas. Con un último suspiro, él se derritió en el sofá, con un brazo alrededor de Brigit y una mano sosteniendo a Slone.

*** Ja’Rol parpadeo a la difusa luz de la mañana que entraba entre las cortinas y bostezo. Alzando un brazo, se encontró con un lado de la cama vacío, pero la dulce respiración de Brigit le dijo que estaba allí. Entonces oyó los sonidos en la tv en la sala. —Dibujos animados. —Trato de reír, pero no estaba lo suficientemente despierto para ello. —Vuelve a dormir. —La voz de Slone fue una risa baja. —Creo que lo haré. Te amo. —El dormido murmullo de Ja’Rol paso a través de sus pensamientos. Curvándose alrededor de la calidez femenina en la cama con él, cerró los ojos y se acurruco en las almohadas y el grueso edredón. —Te amo. —Le susurro Slone en su mente.

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—Los amo a los dos. —Escucho Ja’Rol la drogada dormida voz de Brigit. Justo antes de un aliento elaborado trajo una descarga en su pecho. Luego se sumió en un sueño más profundo dentro de sus brazos. Ja’Rol volvió a caer dormido, envuelto en sus amores.

Fin.

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