Zen Tiro Con Arco

AMETH YUSEF HERRERA

ZEN EN EL ARTE DEL TIRO CON ARCO Empezamos por decir que el hecho de comparar la hazaña intrínseca del experimentado y consiente tirador con arco, con la labor nuestra de la materialización del espacio concebido en sueños y experiencias pasadas, nos lleva primeramente a la escasa relación de inicio como juta a estos dos temas que, siendo sinceros con nosotros mismos al principio no terminamos de entender del todo. Pero comprendemos que más allá del laborioso trabajo técnico del tirador que es para sí, un mismo esfuerzo físico se compara con la labor material y técnica de nuestro trabajo no como pensadores de espacio en contexto con la sociedad actual sino como un trabajo meramente técnico que carece de significado como valor, sino es en más el esfuerzo por un trazo perfecto. Pero más allá, nos damos cuenta y nos comparamos en nuestra actividad como profesionales y lo largo del tiempo de formación estricta y parametrizada, que nuestra capacidad del trazo de alguna u otra forma debería estar conectada, como el arco es a su hacedor una extensión, una forma de comunicación de su interior a lo exterior. A su intención como arquitecto amalgamado a la sociedad que aunque no quiera está atado ella. Una intención más allá de lo técnico que como se plantea no se puede llagar enseñar. Por sí mismo anqué el maestro quiera es labor dependiente de todo tirador sentir la flecha aun con los ojos cerrados, de todo hacedor de arquitectura sentir cada trazo. Cada espacio aun con los ojos cerrados. Nuestra labor es susceptible al desprecio común por esto debe hacerse bien. Y con esta premisa de – no se enseña, se siente - tendremos nuestra puesta, nuestro valor como materializadores en la actividad del espacio. Cosa que en nuestra vida de formación debería pensarse para hacer esa tipología del espacio no meramente histórico, más la conciencia del tipo almática.