11.- Diaz Mancha Juan A - Valoracion Manual.pdf

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Valoración manual

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Valoración manual

Juan Antonio Díaz Mancha Departamento de Fisioterapia, Universidad de Sevilla Escuela de Osteopatía de Madrid (EOM)

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© 2014 Elsevier España, S.L. Travessera de Gràcia, 17-21 - 08021 Barcelona, España Fotocopiar es un delito (Art. 270 C.P.) Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, dibujantes, correctores, impresores, editores...). El principal beneficiario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha su contenido. Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» existencia de nuevas ediciones. Además, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes. Este libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso fuera de los límites establecidos por la legislación vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción, grabación o cualquier otro sistema de recuperación de almacenaje de información. ISBN (versión impresa): 978-84-9022-591-2 ISBN (versión electrónica): 978-84-9022-701-5 Depósito legal (versión impresa): B. 13.442 - 2014 Depósito legal (versión electrónica): B. 13.443 - 2014 Servicios editoriales: Fotoletra, S.A.

Advertencia La medicina es un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas precauciones de seguridad estándar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigación básica y clínica habrá que introducir cambios en los tratamientos y en los fármacos. En consecuencia, se recomienda a los lectores que analicen los últimos datos aportados por los fabricantes sobre cada fármaco para comprobar la dosis recomendada, la vía y duración de la administración y las contraindicaciones. Es responsabilidad ineludible del médico determinar las dosis y el tratamiento más indicado para cada paciente, en función de su experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudieran generarse a personas o propiedades como consecuencia del contenido de esta obra. El Editor

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A mi mujer y a mis hijos

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Colaboradores Aitor Vaquero Garrido. Fisioterapeuta Virginia Acosta Mateos. Fisioterapeuta Paula García Pastrana. Fisioterapeuta

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Prólogo

El examen clínico es una parte fundamental del diagnóstico. Desgraciadamente, en la actualidad la medicina tiende a desdeñar la valoración física del paciente en beneficio de procedimientos de diagnóstico por la imagen y estudios biológicos. Sin embargo, un examen físico correctamente efectuado es parte fundamental del diagnóstico de los trastornos del aparato locomotor, y no es posible ignorarlo. En Valoración manual, el Dr. Juan Antonio Díaz Mancha nos proporciona una importante y exhaustiva compilación de los diferentes tests diagnósticos en reumatología, traumatología, ortopedia, neurología, oftalmología, otorrinolaringología, patología vascular y medicina interna. Las descripciones de las pruebas son claras y detalladas, y están perfectamente ilustradas mediante fotografías y dibujos.

Esta obra, muy completa, nos libera de la tarea de realizar largas búsquedas en la literatura científica y nos proporciona una amplia información sobre los tests de las diferentes especialidades que necesitamos para tomar las decisiones terapéuticas más acertadas en nuestro ejercicio profesional cotidiano. Se trata de una herramienta fundamental a la hora de realizar un diagnóstico clínico, por lo cual es indispensable en la formación de fisioterapeutas, osteópatas y médicos, y de gran interés tanto para estudiantes como para profesionales experimentados. François Ricard D.O-MROFE Director de la Escuela de Osteopatía de Madrid Internacional Presidente de la Scientif c European Federation of Osteopaths

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Prefacio

La elaboración de la presente obra ha perseguido desde su inicio una meta clara: guiar la práctica clínica hacia el diagnóstico más certero posible y convertirse, a través de la exposición de un gran número de pruebas, en un manual accesible e imprescindible para todo profesional sanitario en su práctica diaria. Para la planificación y realización de un tratamiento eficaz, es imperativo un buen diagnóstico que conduzca al profesional sanitario hacia el éxito terapéutico. El diagnóstico, por definición, incluye tres fases claramente diferenciadas: la anamnesis, la inspección y la palpación. Es importante insistir en que la palpación de nuestros pacientes es una parte integral e imprescindible del diagnóstico, y que por tanto no debe ser sustituida por pruebas complementarias como las pruebas de laboratorio o de diagnóstico por imagen. Es cierto que dichas pruebas proporcionan imágenes de una calidad óptima, pero debe recordarse que conllevan un gasto muy elevado para las distintas entidades que las financian y que, demasiado a menudo, se abusa de su utilización, retrasando el proceso de diagnóstico y haciéndolo inaccesible económicamente. Obviamente dichas pruebas tienen también su lugar, y, en definitiva, no hay que olvidar que el diagnóstico se alcanza mediante un sumatorio de indicativos diagnósticos: una prueba por sí sola no debe constituir un juicio clínico final, sino que deben emplearse distintos tests de diferente índole (manuales, de laboratorio o radiológicos) para confirmar el diagnóstico y hacerlo lo más fiable posible. No obstante, en este proceso no debe nunca descuidarse

un recurso tan importante como el que nos ha sido regalado: nuestras manos. Así pues, para garantizar una buena calidad asistencial, el profesional sanitario se ve en la obligación de convertir sus manos en la mejor herramienta de valoración. Sólo de esta forma se optimizan los recursos y se facilita el proceso diagnóstico que, en muchas ocasiones, es simple. Cabe destacar que el diagnóstico es el componente más importante y necesario de la práctica clínica de cualquier profesional sanitario, y que sin él no es posible un procedimiento terapéutico eficaz. Es con ello en mente que, en la presente obra, hemos recopilado un sinfín de pruebas manuales de valoración, basándonos en una experiencia de 20 años en asistencia clínica diaria y en una amplia búsqueda bibliográfica. El lector podrá encontrar herramientas suficientes para abordar a su paciente de forma global, concibiéndolo no como un mero conjunto ordenado de huesos y músculos, sino como un sistema equilibrado de estructuras físicas, químicas y emocionales. Para conseguir este fin, hemos incluido pruebas de valoración que van más allá de las traumatológicas u ortopédicas. Se hacía necesario un manual que, de una forma rápida, también instruyera al profesional en el diagnóstico de patologías vasculares, neurológicas, otorrinolaringológicas, oftalmológicas o de medicina interna. De esta forma, se abre un amplio campo de posibilidades diagnósticas que permiten mejorar la calidad asistencial y reconocer situaciones de emergencia que requieran tratamiento precoz o derivación al servicio de urgencias. No obstante, debemos

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Prefacio

señalar que el muy extenso primer capítulo, dedicado a la valoración en reumatología, traumatología y ortopedia, lo hemos dividido en subcapítulos dedicados a cada una de las diferentes estructuras anatómicas, respondiendo a motivos puramente didácticos; esta organización del contenido pretende facilitar la consulta y el estudio de las pruebas, sin perjuicio de la importancia, ya subrayada, de concebir el abordaje diagnóstico de una forma global. Todas las pruebas de valoración se presentan de modo fácilmente comprensible y guiadas

paso a paso, con objeto de que puedan ser reproducidas sin dificultad. Asimismo, en cada una de ellas se expone no sólo el resultado patológico sino también el que se halla dentro de la normalidad, ya que es absolutamente imprescindible conocer los estados óptimos de salud para entender, a partir de ellos, la enfermedad. Finalmente, deseamos agradecer a todas aquellas personas que han colaborado en la obra de forma desinteresada y esperar que ayudemos al lector a convertirse en un profesional sanitario con mayúsculas.

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Agradecimientos

Vaya nuestro agradecimiento en primer lugar a Alejandro Hornillo, a Mª Antonia Vega, a Dania Rivero, a David Vaquero y a Nabila Sillero por su colaboración desinteresada como modelos para las ilustraciones de este libro. Gracias también a Julio César García Garnateo por sus aportaciones a los dibujos presentes en esta obra. A Federópticos Cabildo, y especialmente a Desiderio y a Ricardo, gracias por proporcionar el material necesario para muchas de las pruebas incluidas en este libro. A Promoción optométrica, nuestro agradecimiento por facilitarnos desinteresadamente

imágenes de su web para usarlas en esta obra. A Centros Palomar de Barcelona y a su director el Dr. Fernando Palomar, gracias por facilitarnos desinteresadamente diversas ilustraciones. Finalmente, a Visualmat y, en especial a su directora Dña. Rafaela Garrido, nuestro agradecimiento por gestionar la obtención de permisos para incluir las imágenes de su página web de forma desinteresada en la presente obra.

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Índice de capítulos

1

La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia 1 1.1.

COLUMNA

1

Columna cervical 1 Prueba de Aspinall 1 Prueba de deglución 2 Prueba de Jackson 2 Prueba de Spurling o de compresión foraminal 3 Prueba del escaleno 4 Signo de Bakody 5 Test de Sharp-Purser 6 Prueba de la arteria vertebral 6 Prueba de rotación de la columna vertebral cervical 7 Prueba de rotación de la cabeza en extensión máxima 8 Prueba de rotación de la cabeza en flexión máxima 9 Prueba funcional segmentaria de la columna vertebral cervical 10 Prueba de Soto-Hall 10 Prueba de percusión 11 Prueba de O’Donoghues 12 Prueba de tracción foraminal o de la columna vertebral cervical 12 Prueba de caudalización de los hombros 13 Prueba de compresión máxima del agujero intervertebral 14 Prueba de compresión en flexión 14 Prueba de compresión en extensión 15 Prueba de distracción 16

Prueba de compresión del plexo braquial 16 Prueba de inestabilidad lateral atlantoaxial 17 Prueba de Naffziger 18 Signo de Boyce 18 Columna dorsal y tórax 19 Prueba de amplitud torácica 19 Prueba de aproximación escapular 20 Prueba de aproximación costal anteroposterior 20 Prueba de aproximación costal lateral 22 Prueba de compresión de las costillas 23 Prueba de compresión lateral de las costillas 23 Prueba de compresión costal anteroposterior 24 Prueba de compresión del esternón 25 Signo de Adam 26 Signo de Schepelmann 26 Prueba de inspiración/espiración 27 Prueba de detención del deslizamiento 28 Prueba funcional segmentaria de la columna vertebral dorsal en extensión 28 Prueba de Johnson 29 Prueba del trapecio 30 Signo de Beevor 32 Signo de Bethea 32 Prueba de elasticidad (springing test) 33 Columna lumbar 33 Prueba con la pierna estirada 90-90 33

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Índice de capítulos

Prueba de hundimiento del mentón 34 Prueba de Betcherewis 35 Prueba de Cram o prueba del arco 35 Prueba de Bekhterev 37 Signo de Linder 37 Signo de Bonnet (signo del piriforme) 38 Prueba de la bicicleta 39 Prueba de elevación de las piernas rectas 39 Prueba de Thomas 40 Prueba de Brudzinski-Kernig 40 Prueba de Wadsworth 41 Prueba monopodal de equilibrio 42 Prueba de Hoover 42 Signo de Schober 43 Prueba del psoas 44 Prueba de Naffziger lumbar 45 Prueba de Milgram 46 Prueba del cuadrante 46 Prueba de estiramiento del nervio femoral 47 Prueba de distancia dedos-suelo (DDS) 48 Maniobra de Valsalva 49 Prueba de elevación de la pierna en hiperextensión 50 Prueba de la marcha 51 Prueba de la moneda para los ligamentos interespinosos 51

1.2.

PELVIS

52

Prueba de abducción con presión 52 Prueba de estrés sacroilíaco 53 Prueba de Gaenslens para la pelvis 54 Prueba de Gaenslens 55 Prueba de Gillet o prueba de la cigüeña monopodal 57 Prueba de la nalga 58 Prueba de Lagarre 59 Prueba de las tres fases (hiperextensión en tres etapas) 60 Prueba de Mennel 61 Prueba de movilización de la articulación sacroilíaca 62

Prueba de Patrick 63 Prueba de Piedallu 64 Prueba de presión sobre el ilion 64 Prueba de Yeoman 67 Prueba de elasticidad de la articulación sacroilíaca 67 Prueba de Derbolowsky 68 Standing flexion test (prueba de flexión en bipedestación de la sacroilíaca) 69 Prueba de fijación de la articulación sacroilíaca 70 Prueba de Squish 72 Prueba de posición de sentado con las piernas estiradas 73 Prueba de Erichsen 74 Prueba de Goldthwait 74 Hip drop test 75 Prueba de Rotes Querolle 76 Prueba de Thompson o de alargamiento del miembro inferior 76 Prueba de Downing 77 Prueba de movilidad de la sínfisis del pubis 79 Prueba de compresión de las alas ilíacas 79 Prueba de movilidad de las ramas púbicas 80

1.3.

MIEMBROS SUPERIORES 81

Cintura escapular 81 Prueba de la lata vacía (músculo supraespinoso) 81 Prueba de Yergason 82 Prueba de Speed 83 Prueba de Ludington 84 Drop arm test 85 Prueba del rascado de Apley 86 Prueba de Apley (scratch test) 87 Prueba de pinzamiento cruzado 88 Prueba de pinzamiento de Neer 89 Prueba de pinzamiento de Hawkins y Kennedy 89 Prueba de inyección-impingement según Neer 90 Prueba de presión de la articulación esternoclavicular (AEC) 91

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Índice de capítulos

Prueba de tracción de la articulación acromioclavicular (AAC) 92 Prueba de compresión de la articulación acromioclavicular (AAC) 93 Prueba de compresión 93 Prueba de compresión y deslizamiento 94 Prueba de deslizamiento 95 Prueba de liberación anterior 96 Signo de la tecla de piano 97 Prueba de aprehensión 97 Signo de aprehensión inferior 98 Prueba de aprehensión anterior 99 Prueba de aprehensión posterior 100 Prueba de aprehensión posterior en bipedestación 101 Signo del surco 102 Prueba del cajón anterior 102 Prueba del cajón anterior según Gerber-Ganz 103 Prueba del cajón posterior 104 Prueba del cajón posterior según Gerber-Ganz 105 Prueba del cajón anterior y posterior (pasiva) 106 Prueba de translocación de Jobe 107 Prueba de Feagin 108 Prueba del chasquido 108 Prueba de crepitación 109 Prueba de O’Brien 110 Prueba de estiramiento del plexo braquial 111 Prueba de abducción del hombro 111 Prueba de contractura del pectoral mayor 112 Prueba de Rockwood 113 Prueba del fulcro 114 Prueba del bíceps 115 Prueba de Rowe 116 Prueba de empuje o tracción 116 Prueba del resalte 117 Prueba de Kibler 118 Prueba de Yocum 119 Prueba de Jobe 119 Prueba de Gerber 120 Prueba de Patte 121

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Prueba de Gilcreest 122 Prueba de luxación bicipital 122 Prueba de atrapamiento supraescapular 123 Prueba inespecífica del músculo supraespinoso 124 Prueba de aducción cruzada (signo de Dugas) 124 Prueba del arco doloroso (painful arc) 125 Prueba de Ellman 126 Prueba del supraespinoso según Blackburn y cols 127 Prueba rápida de combinación de movimientos 128 Signo de Codman 128 Signo de la superficie de la mano 129 Signo del dedo 130 Signo de bursitis 130 Signo de Dawbarn 131 Prueba del músculo subescapular 132 Prueba del músculo infraespinoso 133 Prueba de los músculos redondos 133 Prueba de aducción horizontal forzada 135 Prueba de aducción forzada con el brazo colgando 135 Prueba de desplazamiento horizontal de la clavícula 136 Prueba inespecífica del tendón del bíceps 137 Prueba de Abott-Saunders 138 Prueba de Hueter 139 Prueba del ligamento transversal del húmero 139 prueba de flexión horizontal de thompson y kopell 140 prueba de lippman 141 Prueba de DeAnquin 142 Signo de Beru 142 Prueba de distensión 143 Prueba del tirador 144 Prueba de Leffert 145 Prueba de Fukuda 145 Prueba de Hamilton 146 Signo de Bryant 147 Codo 147 Prueba de Cozen 147 Prueba de Cozen invertida 148 xvii

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Índice de capítulos

Prueba resistida del codo de tenista 149 Prueba pasiva del codo de tenista 149 Prueba del codo de golfista 150 Prueba activa para epicondilitis 151 Prueba de hiperextensión 151 Prueba de hiperflexión del codo 152 Prueba de flexión del codo 153 Prueba de presión en varo 154 Prueba de presión en valgo 155 Signo de Tinel para la corredera epitrocleoolecraniana 155 Maniobra de Mills 156 Prueba de la inestabilidad lateromedial del codo 157 Pivot shift para el codo 158 Maniobra de compresión del pronador redondo 159 Maniobra de compresión del supinador corto 159 Prueba de esfuerzo en supinación 160 Prueba de la silla (chair test) 161 Prueba de Bowden 162 Prueba de Thomson 162 Prueba de Mill 163 Prueba de movimiento de sobrecarga 164 Prueba de extensión sobre el antebrazo 165 Prueba de Tinel para el pronador redondo 165 Prueba de Tinel para la fosa epicondiloolecraniana 166 Muñeca, mano y dedos 167 Prueba de golpeteo o percusión 167 Prueba de la tecla del piano 167 Prueba de la disociación radiocubital 168 Prueba de compresión de los dedos 169 Prueba de Finkelstein 170 Signo de Hoffmann-Tinel 171 Signo de Murphy 171 Prueba de Watson 172 Prueba de tensión en valgo de los dedos 173

Prueba de tensión en varo de los dedos 173 Prueba de Boyes 174 Prueba de Elson 175 Prueba de Durkan 175 Prueba de rechinamiento 176 Prueba de inestabilidad mediocarpiana 177 Prueba de bamboleo 178 Prueba de inestabilidad lateromedial del pulgar 178 Prueba de inclinación cubital forzada 179 Prueba del músculo flexor profundo de los dedos 180 Prueba del músculo flexor superficial de los dedos 180 Prueba de los músculos flexor largo y extensor largo del dedo pulgar 181 Prueba de extensión del pulgar 182 Prueba de Muckard 183 Prueba de Grind 183 Prueba de Linburg 184 Prueba de supinación 185 Prueba de pronación 185 Signo del círculo 186 Prueba de la musculatura intrínseca 187 Prueba de flexión de la articulación de la muñeca 188 Signo de Biernacki 188 Prueba de Bunnell-Littler 189 Prueba del flexor del dedo 190 Prueba de Tinel para el canal de Guyón 191 Prueba de British 192

1.4.

MIEMBROS INFERIORES 192

Cadera 192 Test de las puntas de los dedos 192 Prueba de la contractura del músculo recto femoral 193 Prueba de extensión de la articulación de la cadera 194 Prueba de sostenimiento de la mano según Thomas 195 Prueba de compresión según Noble 195 Prueba de Ober 196

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Índice de capítulos

Signo de Drehmann 197 Prueba de Anvil 198 Prueba de dolor a la sacudida axial de la pierna 199 Signo de TrendelenburgDuchenne 199 Prueba del telescopio 200 Prueba de Roser-OrtolaniBarlow 201 Prueba de Galeazzi-Ellis 202 Signo de rigidez en extensión de la cadera y la zona lumbar 203 Prueba de displasia de cadera según Kalchschmidt 204 Prueba del cuadrante o batida de la cadera 206 Línea de Nélaton 207 Prueba de Craig 207 Prueba del piriforme en laterocúbito 208 Prueba del piriforme en procúbito 209 Prueba para el diagnóstico de asimetría longitudinal de las piernas 210 Prueba para el diagnóstico de asimetría longitudinal aparente de las piernas 211 Dismetrías del miembro inferior 211 Prueba de Ely 212 Prueba del trípode 213 Prueba de Fabere para la articulación coxofemoral 214 Maniobra de Weber-Barstow 214 Signo de Ludloff 215 Prueba de Renne 216 Prueba del acortamiento isquiotibial 217 Prueba de Phelp 217 Prueba del fulcro 218 Signo de Allis 219 Prueba de extensibilidad del piramidal 219 Prueba del pliegue 220 Rodilla 221 Prueba de la rótula bailarina 221 Prueba de desplazamiento de la rótula (glide test) 222

Prueba de basculación de la rótula (tilt test) 222 Signo de Zohlen 223 Prueba de inducción de dolor por presión en las carillas articulares 224 Prueba de crepitación (prueba del crujido) 225 Prueba de aprehensión rotuliana según Fairbank 225 Prueba de McConnell 226 Prueba de supresión de la subluxación 227 Prueba de Dreyer 228 Prueba de tracción y presión de Apley (grinding test) 228 Prueba de McMurray (signo de Fouche) 230 Prueba de Bragard 231 Signo de Payr 232 Prueba de desplazamiento con sensibilidad dolorosa de Steinman 232 Prueba de Steinmann 233 Prueba de Böhler-Krömer 234 Prueba de Merke 235 Prueba de Cabot 236 Signo de Finoschietto (signo del salto) 237 Signo de Childress 238 Signo de Turner 238 Prueba de compresión medial y lateral Según Anderson 239 Prueba de entrecruzamiento (cross over test) según Arnold 240 Prueba de rotación con compresión según Pässler 240 Signo de Tschaklin 241 Prueba de Wilson 242 Prueba de abducción-aducción (prueba valgo-varo) 243 Prueba de Lachmann (cajón en subextensión) 244 Prueba de Lachman anterior 245 Prueba de Lachman posterior 245 Prueba de Lachmann en decúbito prono 246 Prueba de Lachmann estable 247 xix

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Índice de capítulos

Prueba de Lachmann sin tocar al paciente 248 Prueba de Lachmann activa 248 Prueba del cajón anterior 249 Prueba del cajón anterior con flexión de 90° de la rodilla 250 Prueba del cajón posterior en flexión de 90° 251 Prueba del cajón posterolateral débil 252 Prueba del cajón máximo según Jakob 252 Prueba activa del cajón 253 Prueba de desplazamiento de pivote o prueba de Galway (pivot shift test) 254 Prueba de desplazamiento progresivo del pivote según Job (graded pivot shift test) 255 Prueba de desplazamiento del pivote inverso según Jakob (pivot shift test inverso) 256 Prueba de desplazamiento del pivote modificada 256 Prueba de desplazamiento medial (shift test interno) 257 Prueba de desplazamiento suave del pivote (soft pivot shift test) 258 Prueba de Martens 259 Prueba de Losee 259 Prueba de Slocum 260 Prueba de Noyes 261 Prueba de dejar paso según Jakob (giving way test) 262 Prueba de Lemaire 263 Jerk test según Hughston (prueba del resalte) 264 Prueba de contracción del cuádriceps 265 Prueba del corredor dorsal 265 Signo gravitatorio (prueba del recurvatum) 266 Prueba de rotación externa-recurvatum según Hughston 267 Prueba de desplazamiento (shift) dinámico posterior 268 Prueba longitudinal del tendón y el ligamento rotulianos 268 Prueba de aprehensión rotuliana 269

Prueba de percusión o de resalto de la rótula 270 Prueba de ordeño cutáneo 271 Prueba del cuádriceps o del ángulo Q 271 Prueba de crepitación medial-lateral 272 Prueba del rebote 273 Prueba de opresión rotuliana (signo de Clarke) 273 Prueba de Noble 274 Prueba del pliegue de Hughston 275 Prueba de Godfrey 90/90 276 Prueba de combadura posterior (prueba de cajón de gravedad) 276 Prueba de Slocum con rotación interna de la tibia 277 Prueba de Slocum con rotación externa de la tibia 278 Prueba del cajón posteromedial de Hughston 279 Prueba de cajón posterolateral de Hughston 280 Prueba de recurvación de rotación externa 280 Prueba de extensión total 281 Prueba de inestabilidad lateral: varo forzado 282 Prueba de inestabilidad medial: valgo forzado 283 Prueba de derrame 284 Prueba de Macintosh 284 Prueba de Jakob 285 Prueba de Dejour 286 Prueba de Arnold 287 Prueba de aprensión de Smillie 288 Prueba de inclinación rotuliana 288 Prueba de Hughston 289 Prueba de O’Donoghue 290 Prueba de Anderson 290 Prueba de la plica mediopatelar 292 Prueba de la plica de Hughston 292 Prueba de Oni 293 Prueba de Loomer 294 Prueba de traslación posterior dinámica 295 Prueba de la uña del pulgar 296 Signo de Cleeman 297

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Índice de capítulos

Tobillo y pie 297 Prueba de Grifka 297 Signo de Strunsky 298 Prueba de desplazamiento de los dedos 299 Test del crujido 300 Prueba de compresión de Gänsslen 301 Prueba de percusión del metatarso 302 Prueba de compresión de Thompson (prueba de compresión en pinza sobre la pantorrilla) 302 Signo de Hoffa 303 Prueba de percusión del tendón de Aquiles 304 Prueba de las cuñas laterales 305 Prueba de flexibilidad del pie 305 Prueba de corrección del antepié en aducción 307 Prueba de estabilidad externa (e interna) de la articulación del tobillo 307 Prueba del cajón 308 Prueba del clic de Mulder 310 Prueba de presión sobre el talón 310 Signo de Tinel 311 Signo del torniquete 312 Prueba de inclinación astragalina (inversión) 313 Prueba de inclinación astragalina (eversión) 313 Prueba de tracción de Thomson 314 Prueba de golpeteo o percusión 315 Línea de Feiss 316 Prueba de compresión del hueso largo 317 Prueba de balanceo 317 Prueba de Kleiger 318 Prueba para los peroneos laterales 319 Prueba de Copeland 320 Prueba de dislocación de los tendones peroneos 321 Prueba del cajón anterior de tobillo en decúbito supino 322 Prueba del cajón anterior de tobillo en procúbito 323 Signo de succión 323 Prueba de O’Brien 324

Ángulo aquíleo-calcáneo 325 Prueba de alineación antepié-retropié 326 Torsión tibial 327 Prueba de compresión tibioperonea 327 Prueba de inversión forzada de tobillo 328 Signo de la cola del astrágalo 329 Prueba de posición neutra del astrágalo 330 Prueba Simmond 331 Prueba de corrección del antepié aductus 332

2

La valoración manual en Neurología 333 2.1. PRUEBAS DE VALORACIÓN PARA PATOLOGÍA NEUROLÓGICA 333 Prueba de marcha de talones y de puntillas 333 Prueba de la caída 334 Prueba de tracción del nervio femoral 334 Prueba de Pheasant 335 Test de pinchazo-roce 336 Prueba de la marcha a ciegas o de Babinski-Weil 337 Prueba de la silla rotativa 338 Prueba de fijación 338 Signo de Babinski o reflejo cutáneo plantar 339 Prueba de Romberg 340 Signo de Rossolimo 340 Signo de Oppenheim 341 Prueba de Lasègue (straight leg raising test) 342 Prueba de Bender Gestalt 343 Prueba de Binet/Binet-Simon 343 Prueba de completar frases de Rotter 344 Prueba de Crafts 345 Prueba de dedo-dedo 345 Prueba de dedo-nariz 346 Prueba de dibujar a una persona según Koppitz 347 xxi

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Índice de capítulos

Prueba de fijación de Bárány 349 Prueba de Fournier 350 Prueba del habla distorsionada biaural 351 Prueba de Kuhlmann 351 Prueba del laberinto de Porteus 351 Prueba de Lichtheim 352 Prueba de talón-rodilla 352 Signo de André Thomas 353 Signo de Baillarger 354 Signo de Barré 354 Prueba de búsqueda de un nistagmo 355 Signo de Cantelli 356 Signo de Charcot 357 Signo de Chvostek, de Chvostek-Weiss 358 Signo de Gowers 358 Signo de Guilland 358 Signo de Hirschberg (reflejo aductor del pie) 359 Signo de Hoffman 360 Signo de Kernig 360 Signo de Kleist 361 Signo de Klippel-Weil 362 Signo de Léri 362 Signo de Marie-Foix 363 Prueba de Phalen 364 Prueba de Phalen inversa 364 Prueba de rugosidad 365 Prueba de sostenimiento de una aguja 366 Prueba de sostenimiento de una llave 366 Prueba de prensión del manguito 367 Prueba de Ochsner 368 Prueba de la botella según Lüthy 368 Prueba de la “O” 369 Prueba de sujeción en la palma de la mano 370 Prueba de sujeción grosera 370 Prueba de unión dactilar 371 Prueba rápida de funcionalidad del nervio mediano 371 Prueba rápida de funcionalidad del nervio cubital 373

Prueba rápida de funcionalidad del nervio radial 374 Signo de Duchenne 374 Signo de Froment 375 Signo de Lasègue en sedestación (prueba de reclinación) 376 Signo de Lasègue-Moutaud-Martin (signo de Lasègue cruzado) 377 Signo de Thomsen 377 Signo femoral de Lasègue (signo de Lasègue invertido) 378 Prueba de Abel 379 Prueba de Holmes-Steward o prueba del rebote 379 Prueba de las manos 380 Prueba de Moberg 380 Signo de Barraquer-Bordas 381 Signo de Dutemps-Cestan 382 Signo de Jousset 382 Signo de Legendre 383 Signo de Negro 383 Signo de Radovici 384 Signo de Revilliod 385 Signo de Ruggeri 385 Signo de Souques 386 Signo de Trömmer 386 Signo de Weiss 387 Signo de Westphal-Pilcz 388 Prueba de Goldscheider 388 Prueba del arco 389 Prueba de Bragard 389 Prueba de indicación de brazos extendidos: test de Barré 390 Prueba de pisoteo de Romberg 391 Prueba de tensión dural 392 Prueba de Mittelmeyer 392 Signo del túnel carpiano 393

2.2. PRUEBAS PARA LA VALORACIÓN DE LOS NERVIOS CRANEALES 393 Nervio craneal I: nervio olfatorio 393 Nervio craneal II: nervio óptico 394 Nervio craneal III: nervio motor ocular común 395 Nervio craneal IV: nervio patético o troclear 396

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Índice de capítulos

Examen del fondo de ojo 434 Test de hipoconvergencia ocular 435 Signo de Bell 436 Prueba de Bodal 437 Prueba del nistagmo 437 Prueba de Cohn 438 Prueba de Cuignet 438 Prueba del destello oscilante (swinging flashlight test) 439 Prueba de Dolman 440 Prueba de Donders 440 Prueba de Duane 441 Prueba de Hering 442 Prueba de King-Devick 442 Prueba de la linterna 443 Prueba del tambor optocinético 443 Signo de Abadie 444 Prueba de Ballet 444 Signo de Bard 445 Signo de Brunati 445 Signo de Graefe 446 Prueba de la mirada 446 Prueba de Becker 447

Nervio craneal V: nervio trigémino 397 Nervio craneal VI: nervio motor ocular externo o abducens 398 Nervio craneal VII: nervio facial 399 Nervio craneal VIII: nervio vestibulococlear 400 Nervio craneal IX: nervio glosofaríngeo 401 Nervio craneal X: nervio neumogástrico o vago 403 Nervio craneal XI: nervio espinal 403 Nervio craneal XII: nervio hipogloso 404

2.3. PRUEBAS PARA EL EXAMEN NEUROLÓGICO 405 Examen neurológico 405 Valoración de la raíz nerviosa C5 Valoración de la raíz nerviosa C6 Valoración de la raíz nerviosa C7 Valoración de la raíz nerviosa C8 Valoración de la raíz nerviosa D1 Valoración de las raíces nerviosas D12, L1, L2 y L3 416 Valoración de la raíz nerviosa L4 Valoración de la raíz nerviosa L5 Valoración de la raíz nerviosa S1

3

406 408 410 412 414

418 420 422

La valoración manual en Oftalmología 425 Test de Ishihara 425 Test de Landolt 425 Test de Snellen 426 Prueba de inclinación de la cabeza de Bielschowsky 427 Test de contraste 427 Cover test 428 Test de Farnsworth 429 Test de Frisby 429 Test de Holmgren 430 Test de Lea 431 Test de Random 431 Test de la rejilla de Amsler 432 Test de la mosca 433 Test de Lang 433 Prueba de los músculos del ojo 434

4

La valoración manual en Otorrinolaringología 449 Prueba de Lewis 449 Test de Bing 450 Test de Bonnier 450 Test de Gellé 451 Test de Rinne 452 Test de Weber 453 Test de Schwabach 454 Test de Stenger 454 Prueba de desviación del índice de Barany 455 Prueba del balance de volumen alternante 456 Prueba del balance de volumen biaural alternante 456 Prueba del balance de volumen monoaural (BVM) 457 Prueba calórica 457 Prueba de Chimani-Moos 458 Prueba de Erhard 458 Prueba de la fístula o de Lucae 459 xxiii

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Índice de capítulos

Prueba ambulatoria o del tiempo de claudicación 487 Prueba de Collens-Wilensky 488 Prueba de Herz 489 Prueba de Hines-Brown 489 Prueba de Pratt 490 Prueba de Fabere-Patrick 491 Signo de Woss 492 Prueba de claudicación intermitente en el miembro inferior 492 Prueba de claudicación intermitente en el miembro superior 493 Prueba de Rancurel 493 Prueba de Levine 494 Prueba de Korotkov 495 Prueba de Lewis y Pickering 495 Prueba de Eustis 496 Prueba de Tuffier 496 Prueba de Moszkowicz 497 Prueba de Ochsner-Mahoner 498 Signo de Oliver-Cardarelli 498 Prueba de Crowe 499 Signo de Drummond 499 Prueba de Hertzel 500 Prueba de Leriche 501 Prueba de Loewenberg 501 Signo de Müller 502 Posición marcial de firmes 502 Maniobra de Halstead 503 Prueba de Eden 504 Signo de Homan 504

Prueba de Fränkel 460 Prueba de Gault 460 Prueba de Lombard 461 Prueba de Proetz 461 Signo de Brown 462 Signo de Hennebert 463 Prueba del espejo 463 Prueba de Corradi 464 Prueba de Eitelberg 465 Prueba de Gardiner-Brown 465 Prueba de Kabatschnik 466 Prueba de Poch-Viñals 466 Prueba de Block-Steiger 467 Prueba de Politzer 468 Prueba de Broadbent 468 Prueba de Elsberg 469 Prueba de Hautant 469 Prueba de aceleración armónica 470 Prueba de Dix-Halpike 471 Prueba de Fitzritson 471

5

La valoración manual en Patología Vascular 473 Prueba de Roos 473 Maniobra de Adson 474 Prueba dactilar de Allen 474 Prueba de Allen (prueba del cierre del puño) 476 Prueba de la arteria vertebral según George (test de Klyn) 476 Prueba costoclavicular 477 Prueba de Wright 478 Prueba de Homans 479 Prueba de Lowenberg 480 Prueba de Ratschow-Börger 481 Prueba de Perthes 481 Prueba de Trendelenburg 482 Test de insuficiencia vertebrobasilar 483 Prueba de hiperabducción 484 Prueba de Gibbon y Landis (circulación periférica) 484 Prueba de Pachon 485 Prueba de Sandrock 486 Prueba de Rumpel-Leede 486 Signo del arlequín 487

6

La valoración manual en Medicina Interna 507 Signo de Murphy 507 Signo de McBurney 507 Signo de Aaron 508 Prueba de Flack (eficiencia física) 509 Prueba de Haagensen 510 Prueba vasopresora con frío 510 Prueba de Bittorf 511 Prueba de Blaxland 512 Prueba de Cope 513 Prueba de Glénard 513 Prueba de Aufrecht 514 Prueba de Bassler 515

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Índice de capítulos

Signo de Binda 515 Prueba de Carnett 516 Prueba de percusión de Cattaneo 517 Prueba de percusión de Cejka 517 Prueba de Chauffard 518 Prueba de Donelly 519 Prueba de de la Camp 519 Prueba de Ewart 520 Prueba de los estertores 521 Signo de Federici 522 Signo de Hamburguer 522 Signo de Jacob 523 Signo de Kocher 524 Prueba de Lloyd 524 Prueba de Lucatello 525 Signo de Marañón 526 Prueba de Markle 527 Prueba de Meltzer 528 Prueba de Mortola 529 Prueba de Naunyn 529 Prueba de Pérez 530 Prueba de Pitfield 531 Prueba de Reder 532 Prueba de percusión de Rotch 532 Signo de Saegesser 533 Prueba de Satter 533 Prueba de Soesi 534 Prueba de Stiller 535 Prueba de Thomayer 535 Signo de Tressder 536 Signo de Troisier 537 Prueba del témpano 537 Signo de Wilms 538 Signo de Zugsmith 539 Prueba de Arnoss 539 Prueba de Brittain 540 Signo de Brown 541 Prueba del enfurtido 542 Prueba de Crampton 543 Prueba de Sumner 544 Prueba de Chase 544 Signo de Manson 545 Prueba de exploración de las hernias inguinales 546

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Pruebas especiales

547

Prueba de vitalidad pulpar 547 Signo de la bandera 547 Prueba de Blumberg 548 Prueba de la medida de la abertura de la boca 549 Prueba de Graupner 549 Prueba de Henderson 550 Prueba de los tres vasos de Guyon 551 Prueba de Mendelsohn 551 Prueba de la moneda 552 Prueba de Penzoldt-Dehio 552 Prueba de percusión de Abrahams 553 Prueba de percusión de AldamizEchevarría 554 Prueba de Anderson 554 Prueba de percusión de Bamberger 555 Signo de Benzadon 555 Signo de Biermer-Gerardt 556 Prueba de percusión de Bird 557 Prueba de auscultación de Brenner 557 Signo de doble ruido ascítico 558 Prueba de percusión de Erni 558 Prueba de la fóvea 559 Prueba de Gerhardt 560 Prueba de percusión de Kelloch 560 Prueba de Korányi 561 Prueba de Leotta 561 Prueba de Mannkopf 562 Prueba de Mathieu 563 Signo de Mirchamp 563 Prueba de Prehn 564 Signo de Riesman 564 Prueba de Schaer 565 Prueba de percusión de Williams 566 Prueba de percusión de Wintrich 566 Prueba de Budin 567 Prueba del raspado de Darier 567 Prueba de capacidad de mantenimiento de la postura según Matthias 568 Prueba de abertura de la boca con los ojos abiertos y cerrados 569 Maniobra puño-percusión 570 xxv

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Capítulo 1

La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia 1.1. Columna COLUMNA CERVICAL PRUEBA DE ASPINALL Esta prueba se usa para determinar una al­ teración de la estabilidad de la articulación entre el atlas y el axis (primera y segunda vértebras cervicales). Pone de manifiesto una inestabilidad atlantoaxoidea por alteración del sistema ligamentoso de dicho complejo articular.

Posición del paciente Tumbado, en decúbito supino con la cabeza por fuera de la camilla. Con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a la cabeza del paciente en finta doble orientado hacia los pies del mismo. Con una mano, el terapeuta toma un contacto en copa bajo el occipucio con los dedos orientados ha­ cia los pies del paciente, de forma que coloca sus dedos índice y corazón en la parte posterior del atlas a ambos lados de la línea media. Con la otra mano toma un contacto bajo el mentón a través de la segunda comisura de los dedos.

© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Ejecución del test El terapeuta realiza una pequeña flexión cervical estabilizando el occipucio sobre el atlas. Manteniendo esta posición, aplica una fuerza de desplazamiento anterior sobre el atlas con la ayuda de los dedos de la mano en contacto con el occipucio.

Interpretación del test Es posible que el paciente describa una sensación en la garganta motivada por el desplazamiento anterior del atlas en direc­ ción al esófago, permitido por la hipermo­ vilidad de la articulación atlantoaxoidea debida a la alteración del sistema de sos­ tén ligamentoso. En este caso la prueba es positiva. A veces se puede apreciar un chasquido al movimiento, indicativo de una insuficiencia de sostén por lesión del ligamento transverso del atlas que puede presentarse por una causa traumática o por una anomalía congénita de la apófisis odontoides. También es posible realizar la prueba en posición neutra o ligera extensión del raquis cervical.

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posible obstrucción anterior de la columna vertebral por una subluxación, protrusiones que cursan con osteofitosis, inflamación de partes blandas o un tumor en la zona cervical anterior. El terapeuta debe pedir al paciente que man­ tenga la posición neutra de flexoextensión de la columna cervical durante toda la prueba, ya que la extensión, de por sí, dificulta la deglución y podría falsear el test.

FIGURA 1-1  Prueba de Aspinall.

PRUEBA DE DEGLUCIÓN Esta prueba pone de manifiesto una ines­ tabilidad de la columna cervical alta. Se utiliza de forma complementaria con otras pruebas de valoración, ya que por sí sola no tiene validez alguna.

Posición del paciente Sentado, con los brazos a lo largo del tronco, las manos reposadas sobre los muslos y la cabeza en posición neutra.

Posición del terapeuta De pie junto al paciente.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que realice una deglución.

Interpretación del test La prueba se considera positiva si existe un dolor o dificultad para tragar que indicaría una

FIGURA 1-2  Prueba de deglución.

PRUEBA DE JACKSON En un principio, el test de Jackson se des­ cribió para valorar una afectación discal cer­ vical en el caso de hernias discales. No obs­ tante, estudios posteriores han observado que no todos los test de Jackson positivos cursan con afectación discal, ya que es posible que un test de Jackson positivo sea producido por un síndrome facetario. Sin embargo, una

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afectación discal siempre va a dar un test de Jackson positivo y en conclusión, en el caso de que la prueba sea negativa, se puede afirmar sin temor a error que no existe en ese paciente una lesión de tipo hernia discal. Es por esto por lo que este test se usa más para descartar una afectación discal que para afirmar que exista.

estabilizando al paciente por la parte superior de sus hombros.

Posición del paciente

Interpretación del test

En sedestación, con los brazos extendidos a lo largo del tronco, las manos reposadas sobre los muslos y la cabeza mirando al frente.

El resultado se considera positivo si aparece un dolor cervical con irradiación a un brazo del paciente. Esto indicaría una posible afec­ tación discal o un síndrome facetario. Para determinar la raíz afectada, es interesante conocer la distribución del dolor. Como se ha indicado en la introducción al test, en el caso de que no aparezca dolor cervical con irradiación al brazo se puede descartar una afectación discal cervical.

Posición del terapeuta En bipedestación detrás del paciente en fin­ ta doble orientado hacia el mismo, con los dedos de ambas manos entrelazados y apo­ yados sobre la parte superior de la cabeza del paciente. Los codos del terapeuta se colocan

Ejecución del test El terapeuta aplica una compresión axial des­ cendente y progresiva sobre la cabeza del paciente a través de las manos colocadas en la parte superior de la misma.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

PRUEBA DE SPURLING O DE COMPRESIÓN FORAMINAL Por el propio mecanismo del procedimien­ to, esta prueba debe realizarse con mucha precaución en pacientes que padezcan alte­ raciones que cursen con fragilidad ósea, tales como las osteoporosis graves o en pacientes con antecedentes de tumores. Esta prueba se utiliza para detectar problemas discales en caso de neuropatías de atrapamien­ to del raquis cervical que cursen o no con ra­ diculopatías. Asimismo, es útil también para detectar síndromes facetarios a nivel de las carillas articulares de las vértebras cervicales.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del cuerpo, las manos reposadas sobre los muslos y la cabeza en posición neutra. El paciente debe estar relajado.

Posición del terapeuta FIGURA 1-3  Prueba de Jackson.

De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia el mismo con una mano plana en la parte superior de la cabeza de este.

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Ejecución del test La prueba se realiza en tres posiciones según Bradley: la primera, en posición neutra de la columna cervical; la segunda, en extensión de la columna cervical, y la tercera, en extensión de la columna cervical y rotación del lado de la neuralgia cervicobraquial. En cada una de las posiciones, el terapeuta debe realizar un golpe seco pero suave con la ayuda de su puño sobre la mano que tiene en el vértex del paciente.

Interpretación del test Durante la compresión se produce un aumento significativo de la presión en los discos intervertebrales cervicales por aumento de la tensión en las fibras del anillo fibroso, por lo que en caso de afec­ tación discal de tipo hernia se producirá un aumento considerable de los síntomas

del paciente. Además, durante la extensión cervical se produce una disminución por es­ trechamiento del agujero intervertebral de entre un 20% y un 30%, por lo que en caso de irritación de una raíz nerviosa o de las carillas articulares se producirá un aumento del dolor. Por último, la presencia de dolor durante la extensión y rotación homolateral pone de manifiesto una compresión de la raíz nerviosa. Los síntomas se desencadenan en el territo­ rio correspondiente al dermatoma de la raíz nerviosa afectada.

PRUEBA DEL ESCALENO Esta prueba se utiliza para detectar la presen­ cia de un síndrome de los escalenos.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del tronco y la cabeza en posición neutra.

Posición del terapeuta Sentado a la cabeza del paciente, orientado hacia los pies del mismo.

Ejecución del test El terapeuta, con la ayuda del dedo índice de una mano, debe aplicar una presión man­ tenida durante unos 30 segundos sobre la inserción distal del escaleno anterior a nivel del tubérculo de Lisfranc.

Interpretación del test

FIGURA 1-4  Prueba de Spurling.

En el caso de que aparezca un dolor en el pecho, en el cuello, en la zona interescapular o en el territorio de las raíces nerviosas C8 y D1 correspondientes a la cara interna del antebrazo y brazo, el test será positivo. Es importante realizar un diagnóstico di­ ferencial con una patología neurovascular (test de Adson) o una hernia discal de la columna cervical baja, ya que los síntomas que presentan estas tres patologías son muy parecidos.

1.1. Columna | Columna cervical

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Interpretación del test La disminución o la desaparición de los síntomas tras la realización de la prueba es compatible con una compresión de las raíces nerviosas del plexo braquial que po­ dría tener su origen en una hernia discal o en una compresión radicular a nivel de la columna cervical baja. Esta disminución de los síntomas se debe a que el movimiento de abducción sumado a la rotación externa del hombro acorta las raíces nerviosas y dis­ minuye la tensión sobre las raíces inferiores, produciendo un cambio clínico significativo de disminución del dolor, tanto en casos de protrusión discal como en casos de estenosis foraminal debida a un osteofito. Un aumento del dolor durante la maniobra podría interpretarse como un incremento de la presión en el desfiladero interescalénico o en el desfiladero costoclavicular, y, por tanto, una compresión del plexo braquial a estos niveles. FIGURA 1-5  Prueba del escaleno.

SIGNO DE BAKODY Esta prueba se usa para detectar una posible afectación de tipo compresivo de las raíces nerviosas cervicales en el caso de una neu­ ralgia cervicobraquial.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos extendidos a lo largo del tronco, las manos reposadas so­ bre los muslos y la cabeza en posición neutra.

Posición del terapeuta En bipedestación detrás del paciente en finta doble orientado hacia el mismo.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con la muñeca del paciente del lado de la neuralgia y lleva el miembro superior pasivamente en abducción y rotación externa del hombro hasta colocar la mano sobre la parte superior de su cabe­ za. Esta prueba se puede realizar también de forma activa.

FIGURA 1-6  Signo de Bakody.

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TEST DE SHARP-PURSER

Ejecución del test

Este test se usa para detectar una posible inestabilidad de la columna cervical alta. Es un test muy inespecífico que debe combi­ narse con otras pruebas para determinar un diagnóstico fiable.

Con la mano anterior, el terapeuta realiza un deslizamiento anteroposterior del frontal, lo que impone un movimiento del occipucio con respecto al atlas y de este con respecto al axis.

Posición del paciente

Interpretación del test

En sedestación con los brazos extendidos paralelos al cuerpo y la cabeza en posición neutra, con el cuello en ligera flexión.

El test será positivo si aparecen signos de dolor en la región cervical, que se traducirá en una posible inestabilidad atlantoaxial por afectación del plano ligamentoso.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta do­ ble, orientado hacia este con la cabeza del paciente a la altura de su pecho. La mano anterior toma un contacto a nivel del frontal y la mano posterior toma un contacto a nivel del occipucio.

PRUEBA DE LA ARTERIA VERTEBRAL Esta prueba se usa para detectar una insu­ ficiencia vertebrobasilar. Es imprescindible realizarla para cualquier tratamiento que in­ cluya manipulaciones de alta velocidad en la columna cervical.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos estirados a lo largo del tronco y la cabeza por fuera del margen superior de la camilla.

Posición del terapeuta Sentado a la cabeza del paciente, orien­ tado hacia sus pies. Toma un contacto con ambas manos sobre el occipucio del paciente.

Ejecución del test

FIGURA 1-7  Test de Sharp-Purser.

El terapeuta coloca de forma pasiva la ca­ beza del paciente en extensión, rotación y lateroflexión máxima homolateral, y, man­ teniendo esta posición durante 30 segundos, pide al paciente que mantenga abiertos los ojos para observar las reacciones que pue­ den suceder en los mismos. La prueba se rea­ liza primero de un lado y después del otro, manteniendo 30 segundos cada posición;

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es importante llevar a cabo la maniobra de forma bilateral, ya que en las distintas posiciones, izquierda y derecha, una arteria se estira y la otra se comprime, por lo que ambas pueden dar síntomas.

Interpretación del test El test se considera positivo si aparece nis­ tagmo acompañado de vértigos, mareos, sudoración o en general síntomas neurove­ getativos derivados de la afectación de las arterias vertebrales. Esta prueba puede hacerse también con el paciente en posición sentado para evitar el falso positivo derivado de la estimula­ ción de los conductos semicirculares pos­ teriores en un vértigo posicional paroxís­ tico benigno de origen otolítico, ya que esta prueba podría emular a la maniobra de Dix-Halpike.

PRUEBA DE ROTACIÓN DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL Esta prueba se usa para detectar posibles ano­ malías por restricción de movilidad o dolor en la columna cervical a la movilización de la misma.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente Sentado relajado, con los brazos paralelos al tronco reposando las manos sobre sus rodillas.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma un contacto con las manos a ambos lados de la cabeza.

Ejecución del test FIGURA 1-8  Prueba de la arteria vertebral. A. Po­ sición de decúbito supino. B. Posición de sedestación.

El terapeuta realiza de forma pasiva una rotación máxima sin forzar a la izquierda y después a la derecha.

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Interpretación del test La prueba es normal si la amplitud de la mo­ vilidad en rotación es simétrica y con un tope elástico al final del movimiento. En caso de existir alteraciones, se nota un tope seco que aparece antes de completar el arco normal de movimiento y una asimetría en la amplitud de los movimientos normales a la izquierda o a la derecha. Si el tope y el dolor aparecen pronto, al inicio del movimiento, pone de manifiesto una alteración de la columna cervical alta de tipo artrosis, bloqueo o infección; si aparece a mitad del recorrido articular, la alteración corresponde a la columna cervical media, y si aparece al final de la amplitud articular, indica un problema o en la columna cervical baja o en la columna dorsal alta, ya que la rotación de la columna cervical se va a trans­ mitir hasta la vértebra D5.

La aparición de otros síntomas, tales como mareos, vértigos o nistagmo, ponen de ma­ nifiesto una alteración vascular cervical o un problema del sistema vestibular que habrá que descartar con las pruebas pertinentes.

PRUEBA DE ROTACIÓN DE LA CABEZA EN EXTENSIÓN MÁXIMA Esta prueba se usa para valorar la parte baja de la columna cervical, la columna cervico­ dorsal y la columna dorsal alta.

Posición del paciente Sentado, relajado, con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie lateralmente al paciente en finta doble orientado hacia este. Con la mano posterior toma un contacto sobre el occipucio y con la mano anterior toma un contacto a nivel del mentón.

Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva una ex­ tensión de la columna cervical del paciente y, manteniendo dicha extensión, realiza una rotación a un lado y después al otro.

Interpretación del test

FIGURA 1-9  Prueba de rotación de la columna verte­ bral cervical.

La extensión cervical máxima bloquea el seg­ mento cervical alto, por lo que el movimiento en rotación se realiza solo con la columna cervical baja, la zona cervicodorsal y la columna dorsal alta. La presencia de dolor con limitación de la amplitud en rotación con el cuello en extensión pone de manifiesto alteraciones degenerativas tipo artrosis de la columna cervical media-baja o de la columna dorsal alta (menos frecuente). Hay que tener en cuenta la posibilidad de que aparezcan vértigos; si es así, hay que descartar un posible problema vascular de la arteria vertebral o un problema a nivel del sistema vestibular, que hay que valorar con las pruebas correspondientes.

1.1. Columna | Columna cervical

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y, manteniendo la misma, lleva a cabo una rotación a un lado y después al otro.

Interpretación del test La flexión máxima de la columna cervical bloquea el segmento cervical por deba­ jo de C 2 , por lo que el movimiento en rotación se realiza solo con la columna cervical alta, esto es, occipucio, atlas y axis. La presencia de dolor con limitación de la amplitud en rotación con el cuello en flexión pone de manifiesto alteraciones degenerativas tipo artrosis de la columna cervical alta. Hay que tener en cuenta la posibilidad de que aparezcan vértigos; si es así, hay que descartar un posible problema vascular de la arteria vertebral o una alteración del sistema vestibular que tendremos que descartar con las pruebas oportunas.

FIGURA 1-10  Prueba de rotación de la cabeza en extensión máxima.

PRUEBA DE ROTACIÓN DE LA CABEZA EN FLEXIÓN MÁXIMA

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Esta prueba se usa para valorar posibles alteraciones en la parte alta de la columna cervical.

Posición del paciente Sentado, relajado con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas en sus piernas.

Posición del terapeuta De pie lateralmente al paciente en finta do­ ble orientado hacia este. Con la mano pos­ terior toma un contacto en el occipucio, y con la mano anterior toma un contacto en el mentón.

Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva una flexión de la columna cervical del paciente

FIGURA 1-11  Prueba de rotación de la cabeza en flexión máxima.

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PRUEBA FUNCIONAL SEGMENTARIA DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL

De pie, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

la apófisis espinosa de la vértebra un nivel superior a la que va a valorar. Con una toma de pico de pato, la mano posterior del tera­ peuta contacta con la apófisis espinosa de la vértebra a valorar. El terapeuta realiza un empuje en dirección craneal con su mano anterior produciendo un leve ascenso de los niveles superiores a la vértebra a valorar. La mano posterior valora la movilidad vertebral del segmento con el cual contacta, de tal forma que lleva a cabo un empuje posteroanterior, lateral y rotatorio a la izquierda y a la derecha.

Ejecución del test

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para analizar la movili­ dad segmentaria del raquis cervical.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta

El terapeuta pasa el brazo de la mano anterior por delante de la cara del paciente de tal for­ ma que tome un contacto abrazando la cabeza del mismo. Con el borde cubital de la misma mano, contacta con la superficie inferior de

El terapeuta ha de percibir la movilidad de cada segmento vertebral, apreciando posi­ bles restricciones en una dirección u otra. La prueba ha de realizarse en todo el conjunto vertebral cervical.

PRUEBA DE SOTO-HALL Esta prueba trata de realizar un análisis fun­ cional inespecífico de la columna cervical.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos reposando paralelos al tronco.

Posición del terapeuta De pie, a la cabeza del paciente en finta ade­ lante en dirección caudal.

Ejecución del test

FIGURA 1-12  Prueba funcional segmentaria de la columna vertebral cervical.

El terapeuta toma un contacto con la mano craneal bajo el occipucio y con la mano cau­ dal globalmente sobre el esternón. Le pide al paciente que realice una flexión cervical activa, de tal forma que intente contactar el mentón al manubrio esternal. Una vez llegado al final de la amplitud activa, el te­ rapeuta aumenta de forma pasiva la flexión cervical del paciente a la vez que realiza una compresión anteroposterior con la mano esternal.

1.1. Columna | Columna cervical

Interpretación del test La presencia de dolor en la zona de la muscu­ latura corta de la nuca al aumentar de forma pasiva el movimiento indica la posible exis­ tencia de una patología ósea o ligamentosa de la columna cervical. Igualmente, la aparición de dolor durante la fase activa del movimien­ to pone de manifiesto una afectación mus­ cular de la columna cervical.

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terapeuta toma un contacto sobre el frontal del paciente mientras que el codo del mis­ mo brazo estabiliza el hombro homolateral reposando delante de la articulación glenohu­ meral. La mano posterior queda libre.

Ejecución del test Se realiza una ligera flexión pasiva de la columna cervical del paciente. Con la mano posterior, el terapeuta percute con la ayuda de sus dedos las apófisis espinosas de la co­ lumna cervical del paciente.

Interpretación del test La prueba se considera positiva si aparece dolor durante la maniobra. El dolor localiza­ do, no radicular, podría indicar una fractura, una afectación ligamentosa o una afectación muscular. En el caso de aparecer dolor de tipo radicular, indicaría una posible afecta­ ción de las raíces nerviosas de la columna cervical.

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FIGURA 1-13  Prueba de Soto-Hall.

PRUEBA DE PERCUSIÓN Esta prueba se utiliza para el diagnóstico de una alteración a nivel de la columna cervical, ya sea de tipo muscular, ligamentosa, ósea o radicular.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco dejando caer sus manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta doble orientado hacia este. Con la mano anterior, el

FIGURA 1-14  Prueba de percusión.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE O’DONOGHUES Esta prueba se usa para diferenciar si un dolor a nivel de la columna cervical tiene un origen en el sistema ligamentoso o un origen en el sistema muscular.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test Este test consta de dos partes. En un primer momento, el terapeuta pide al paciente que realice de forma activa los movimientos de la columna cervical de rotación a ambos lados, lateroflexión a ambos lados, flexión y exten­ sión, observando si aparece dolor en alguno

de estos movimientos. En una segunda fase del test, el terapeuta resiste con la ayuda de su mano aquel movimiento que era doloroso en la fase anterior.

Interpretación del test La aparición de dolor al movimiento activo que mejora o desaparece durante la contrac­ ción muscular contra resistencia indica una posible afectación ligamentosa. Sin embargo, si el dolor aumenta en la segunda fase del test con el movimiento contrarresistencia, indica una afectación muscular.

PRUEBA DE TRACCIÓN FORAMINAL O DE LA COLUMNA VERTEBRAL CERVICAL Esta prueba se usa para diferenciar dolores en la columna cervical, en los hombros o en los brazos. Indica si el dolor es de tipo radicular por compresión de las raíces nerviosas debi­ do a un pinzamiento vertebral en la columna cervical.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta do­ ble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto en copa con la mano posterior bajo el occipucio. La mano anterior toma un contacto bajo el mentón a través de la pinza formada por el primer y segundo dedos de dicha mano.

Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva una trac­ ción axial cefálica progresiva con un ligero componente de deslizamiento anterior mien­ tras el paciente permanece relajado.

Interpretación del test FIGURA 1-15  Prueba de O’Donoghues.

La disminución de las molestias radiculares durante la realización de la prueba indica una

1.1. Columna | Columna cervical

irritación de las raíces nerviosas debida a una patología de tipo compresiva ya que la manio­ bra produce una descompresión de los niveles intervertebrales de la columna cervical. Antes de esta prueba se debe realizar la valo­ ración de la arteria vertebral, la cual se verá sobreestirada en la tracción axial durante la ejecución de la misma.

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Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con una mano en la parte superior del hombro a explorar y la otra mano en la parte superior de la cabeza.

Ejecución del test El terapeuta ejerce una presión en dirección caudal de un hombro y a la vez una laterofle­ xión de la columna cervical hacia el lado opues­ to con la idea de separar ambas estructuras. La prueba se debe realizar primero en un lado y después en el otro para comparar resultados.

Interpretación del test El test se considera positivo si aparece una radiculalgia del lado contrario a la latero­ flexión del raquis cervical, lo que indicaría una afectación dural o de las raíces nerviosas. También es posible que aparezca dolor sin componente radicular, es decir, circunscrito a

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FIGURA 1-16  Prueba de tracción foraminal o de la columna cervical.

PRUEBA DE CAUDALIZACIÓN DE LOS HOMBROS Esta prueba se usa para valorar una posible neuralgia cervicobraquial en casos de atrapa­ miento a nivel de la emergencia de las raíces nerviosas de la columna cervical en el agujero de conjunción o bien de atrapamiento del ple­ xo braquial en su recorrido cervicotorácico.

Posición del paciente Sentado, con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos, relajado.

FIGURA 1-17  Prueba de caudalización de los hombros.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

la zona del cuello o en la parte horizontal del trapecio; esto revelaría una posible afectación muscular del trapecio, del esternocleidomas­ toideo o de la musculatura de la columna cervical en general.

PRUEBA DE COMPRESIÓN MÁXIMA DEL AGUJERO INTERVERTEBRAL Esta prueba se utiliza para hacer un diag­ nóstico diferencial entre un problema de la columna cervical de tipo imbricación de cari­ llas articulares y una afectación muscular cervical.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie observando al paciente.

Ejecución del test El terapeuta pide al paciente que realice de forma activa una rotación, una inclinación lateral del mismo lado y una extensión de la columna cervical.

Interpretación del test Este movimiento implica un cierre má­ ximo del agujero de conjunción del mis­ mo lado de la rotación e inclinación de la columna cervical, con lo que se produce un estrechamiento y consecuentemente una irritación de las raíces nerviosas ho­ molaterales. La aparición de dolor local homolateral pero no irradiado indica una afectación de las cari­ llas articulares de tipo imbricación. Si por el contrario el dolor aparece en el lado con­ tralateral, indica una afectación muscular de tipo distensión. La aparición de dolor de tipo radicular indica una afectación de las raíces nerviosas por una patología discal o artrósica cervical.

FIGURA 1-18  Prueba de compresión máxima del agujero intervertebral.

PRUEBA DE COMPRESIÓN EN FLEXIÓN Esta prueba se utiliza sobre todo para com­ plementar los resultados obtenidos con la prueba de Jackson. Algunos autores la des­ criben como una variante de la prueba de Jackson o como la prueba de Jackson en sí; sin embargo, hemos podido constatar que son pruebas completamente distintas aunque complementarias. En este caso, esta prueba también aporta información acerca de la mus­ culatura o del sistema ligamentoso.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas en sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orien­ tado hacia este. El terapeuta coloca ambas ma­ nos con los dedos entrecruzados sobre la parte superior de la cabeza del paciente (vértex),

1.1. Columna | Columna cervical

mientras que sus codos reposan estabilizando la parte superior de los hombros del paciente.

PRUEBA DE COMPRESIÓN EN EXTENSIÓN

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza sobre todo para com­ plementar los resultados obtenidos con la prueba de Jackson. Como reflejamos en el apartado anterior, hemos podido constatar que son pruebas completamente distintas aunque complementarias. En este caso, es­ ta prueba aporta información acerca de las carillas articulares de la columna cervical.

El terapeuta realiza una flexión de la columna cervical del paciente y en esta posición lleva a cabo una compresión axial en dirección caudal.

Interpretación del test Se considera positivo si aparece dolor duran­ te la prueba. El dolor puede ser localizado o radicular. En caso de ser localizado, puede indicar una lesión ligamentosa o muscular de la columna cervical; también es posible que el dolor se deba a una afectación de los cartílagos de las carillas articulares cervicales y si se acompa­ ña de una maniobra de Valsalva positiva, in­ dica una lesión discal de la columna cervical. En caso de que el dolor sea radicular, indica una afectación de las raíces nerviosas, po­ siblemente por una afectación del tipo de hernia discal.

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FIGURA 1-19  Prueba de compresión en flexión.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con ambas manos con los dedos entrecruzados a nivel del hueso frontal del paciente.

FIGURA 1-20  Prueba de compresión en extensión.

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Ejecución del test De forma pasiva, se realiza una extensión de la cabeza del paciente de unos 30°. En esta posición, el terapeuta realiza una compresión axial en dirección caudal.

Interpretación del test Un dolor en la columna cervical que se alivia con esta maniobra indica una protrusión pos­ terolateral. Por lo general, el aumento del dolor en esta posición se debe a una lesión de las articulaciones interapofisarias, ya que esta posición imbrica las carillas articulares.

Si el dolor aumenta al realizar la maniobra, indica una afectación del sistema capsuloli­ gamentoso de la columna cervical al poner en tensión dicho sistema. Igualmente un aumento del dolor durante la realización de la maniobra nos indica una posible afectación de la musculatura de la columna cervical, especialmente de la mus­ culatura monoarticular del raquis.

PRUEBA DE DISTRACCIÓN Esta prueba sirve para determinar una posible afectación del sistema capsuloligamentario o del sistema muscular monoarticular de la co­ lumna cervical. Está contraindicada en caso de inestabilidad importante de la columna cervical.

Posición del paciente Sentado, con los brazos extendidos a lo largo del tronco y la cabeza en posición neutra. Las manos reposan sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta do­ ble orientado hacia este. Con la mano pos­ terior, el terapeuta toma un contacto bajo al occipucio mientras que con la mano anterior contacta bajo la mandíbula del paciente. FIGURA 1-21  Prueba de distracción.

Ejecución del test El terapeuta realiza una lenta y progresiva tracción axial hacia el techo de la cabeza del paciente.

PRUEBA DE COMPRESIÓN DEL PLEXO BRAQUIAL

Interpretación del test

Esta prueba sirve para determinar una lesión mecánica de la columna cervical que curse con afectación del plexo braquial.

Si el dolor desaparece al realizar la maniobra, se puede concluir que se debe a un atrapa­ miento radicular, ya que la maniobra tiende a separar las carillas articulares produciendo una descompresión de las raíces nerviosas de la columna cervical.

Posición del paciente Sentado, con los brazos extendidos a lo largo del tronco, las manos apoyadas en sus muslos y la cabeza en posición neutra.

1.1. Columna | Columna cervical

Posición del terapeuta De pie detrás del paciente en finta doble orientado hacia el mismo. El terapeuta toma un contacto estabilizador a nivel del trape­ cio del lado sano. Con la otra mano, toma un contacto a través del segundo y el tercer dedos sobre el plexo braquial en el triángulo formado por el músculo esternocleidomas­ toideo, la clavícula y la parte anterior del músculo trapecio superior.

Ejecución del test El terapeuta realiza una compresión progre­ siva con sus dedos sobre el plexo braquial.

Interpretación del test

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En caso de que la prueba sea positiva, apare­ ce un dolor irradiado al hombro y a todo el miembro superior de carácter radicular que indica una afectación de tipo compresivo del plexo braquial.

FIGURA 1-22  Prueba de compresión del plexo bra­ quial.

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PRUEBA DE INESTABILIDAD LATERAL ATLANTOAXIAL Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble lesión de inestabilidad del segmento de la columna cervical alta (C1-C2).

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos extendi­ dos a lo largo del tronco y la cabeza apoyada en la camilla.

Posición del terapeuta De pie, a la cabeza del paciente en finta doble orientado hacia los pies de este. El terapeuta toma un contacto con la yema de ambos de­ dos índices en la punta de la transversa del atlas de un lado y en la punta de la transversa del axis del otro lado.

Ejecución del test El terapeuta realiza una fuerza contraria con los dedos de forma que trata de deslizar el

FIGURA 1-23  Prueba de inestabilidad lateral atlan­ toaxial.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

atlas hacia un lado y el axis hacia el lado opuesto.

Interpretación del test El test se considera positivo si existe un movimiento excesivo más allá del movi­ miento normal. Este deslizamiento es indi­ cativo de una lesión de inestabilidad de la articulación altantoaxoidea, posiblemente por una fractura de la apófisis odontoides del axis.

PRUEBA DE NAFFZIGER Esta prueba pone de manifiesto una posible lesión de las raíces nerviosas a nivel de la columna cervical.

Posición del paciente Tumbado en decúbito supino, con los brazos a lo largo del tronco y la cabeza en posición neutra.

Posición del terapeuta Sentado a la cabeza del paciente orientado hacia los pies del mismo. El terapeuta toma un contacto con sus dedos índices para loca­ lizar las venas yugulares del paciente.

Ejecución del test

FIGURA 1-24  Prueba de Naffziger.

SIGNO DE BOYCE Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un divertículo de Zenker o divertículo faringoesofágico.

El terapeuta procede a comprimir las venas yugulares del paciente durante 30 segundos; transcurrido este tiempo, le pide al paciente que tosa enérgicamente.

Posición del paciente

Interpretación del test

Posición del terapeuta

En caso de que la prueba sea positiva, apa­ rece un dolor que indica una lesión de com­ presión de las raíces nerviosas de la columna cervical. Esta prueba se basa en la hipótesis de que la compresión yugular bilateral au­ menta la presión en el espacio intratecal, la cual se ve incrementada por la tos. Dicho incremento de presión es el responsable del dolor. En caso de mareos u otros síntomas similares, la prueba debe suspenderse inme­ diatamente.

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Ejecución del test El terapeuta contacta con las yemas de los dedos índice, corazón y anular de una mano en la parte lateral del cuello del paciente a la altura de la laringe. Seguidamente realiza un desplazamiento lateral empujando la laringe hacia el lado opuesto a la mano en contacto con el cuello. La otra mano estabiliza la

1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

cabeza tomando un contacto a nivel posterior en el occipucio.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta percibe un sonido de tipo aéreo inusual, se puede pensar en la existencia de un di­ vertículo faringoesofágico o divertículo de Zenker.

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Posición del paciente En bipedestación con los brazos paralelos al tronco. Esta prueba también se puede realizar en sedestación.

Posición del terapeuta En bipedestación detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

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El terapeuta rodea el tórax del paciente con la ayuda de una cinta métrica de forma que en las mujeres se coloca por encima del pe­ cho y en los hombres por debajo de este. El terapeuta solicita al paciente que realice una inspiración máxima seguida de una apnea inspiratoria; tras esto, le pide que realice una espiración máxima seguida de una apnea

FIGURA 1-25  Signo de Boyce.

COLUMNA DORSAL Y TÓRAX PRUEBA DE AMPLITUD TORÁCICA Esta prueba sirve para medir la capacidad de expansión y retracción del tórax durante los movimientos respiratorios, por lo que es útil en casos de patologías que cursen con una disminución de la amplitud torácica, tales como el asma, el enfisema pulmonar o en general cualquier patología respiratoria.

FIGURA 1-26  Prueba de amplitud torácica.

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espiratoria. El terapeuta anota la diferencia de amplitud torácica entre la inspiración y la espiración máximas.

Interpretación del test Se considera normal una diferencia en la amplitud del tórax entre la inspiración y la espiración máximas que no sea inferior a 3 cm ni superior a 5-6 cm. En patologías respiratorias tales como las alteraciones infecciosas o tumorales de la pleura y en la pericarditis, se aprecia una inspiración y una espiración dolorosas, con limitación de la amplitud torácica. En patologías tales como el asma bronquial o el enfisema pulmonar, se observa una limitación dolorosa a la es­ piración.

PRUEBA DE APROXIMACIÓN ESCAPULAR Esta prueba sirve para objetivar una altera­ ción mecánica en las vértebras dorsales altas.

Posición del paciente En decúbito prono con los miembros supe­ riores a lo largo del cuerpo y la cabeza en posición neutra.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta adelante a la altura de las caderas del paciente orientado hacia la cabeza de este. El terapeuta toma un contacto con la parte anterior de las cabezas humerales del paciente.

Ejecución del test El terapeuta trata de aproximar ambas es­ cápulas mediante una tracción de los hom­ bros hacia el techo y hacia atrás.

Interpretación del test La prueba se considera normal si no aparece dolor a dicho movimiento. En caso positivo, aparece dolor sobre las raíces nerviosas co­ rrespondientes a las vértebras dorsales por una restricción de la movilidad de estas.

FIGURA 1-27  Prueba de aproximación escapular.

PRUEBA DE APROXIMACIÓN COSTAL ANTEROPOSTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble fisura o fractura costal.

Posición del paciente Tumbado decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, del lado a valorar a la altura del tórax del paciente en finta doble orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test El terapeuta toma contacto con la palma de la mano superior en la parte posterior del tórax

1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

del paciente a nivel del grupo costal a eva­ luar. Con la palma de la mano inferior, toma contacto sobre la parte anterior del tórax del paciente a la misma altura que la otra mano. Seguidamente, con la mano inferior realiza un empuje del tórax contra la otra mano, en sentido anteroposterior. Luego, y de forma súbita, quita el contacto de la misma.

Interpretación del test

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Si a lo largo de la prueba (compresión o descompresión) aparece un cuadro álgico

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agudo en el paciente, se puede pensar en la existencia de una contusión, una fisura o una fractura costal. En este caso, la prueba es positiva. Si antes de llevar a cabo la prueba, el tera­ peuta observa alguna deformación torácica, se reserva la realización de dicha prueba, pues la deformación podría ser indicativa de una afectación costal importante, es­ pecialmente en el caso de que exista un mecanismo traumático como etiología del dolor.

FIGURA 1-28  Prueba de aproximación costal anteroposterior.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE APROXIMACIÓN COSTAL LATERAL Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de afectación costal por contusión, fisura o fractura.

Posición del paciente Tumbado en decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente a la altura del abdomen en finta adelante mirando a la cabeza de este.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con la pal­ ma de una mano sobre el lateral del tórax

FIGURA 1-29  Prueba de aproximación costal lateral.

del paciente a la altura del grupo costal a evaluar. La otra mano toma contacto de la misma forma y a la misma altura en el otro hemitórax. Seguidamente, el terapeuta realiza una compresión bilateral del tórax del paciente, de forma que intente apro­ ximar ambas manos. Una vez realizada la compresión, quita los contactos de forma súbita.

Interpretación del test Si a lo largo de la prueba aparece un dolor agudo en el tórax del paciente, se puede pen­ sar en una afectación por contusión, fisura o fractura del cartílago costal. Se dice entonces que la prueba es positiva.

1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

PRUEBA DE COMPRESIÓN DE LAS COSTILLAS Esta prueba sirve para detectar una res­ tricción en la movilidad de las costillas. También es útil para determinar una fisura o una fractura costales o para diagnosticar una neuralgia intercostal.

Posición del paciente Sentado, con los brazos relajados paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este con el tórax y el abdo­ men apoyados en la espalda del paciente.

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El terapeuta pasa sus brazos por los huecos formados por los brazos y el tórax del pacien­ te rodeándolo, con los dedos de sus manos entrecruzados en la parte anterior del tórax.

Ejecución del test El terapeuta realiza una compresión antero­ posterior y lateral con la ayuda de sus brazos.

Interpretación del test La presencia de dolor local indica restric­ ción de movilidad costal en relación con las vértebras, los cartílagos o el esternón al no aceptar el movimiento impuesto por la compresión. También es posible observar un dolor radicular de detrás hacia delante, que indica una neuralgia intercostal. Por último, la imposibilidad por parte del paciente de aguantar la prueba pone de manifiesto una posible fractura o fisura costal.

PRUEBA DE COMPRESIÓN LATERAL DE LAS COSTILLAS

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Este test sirve para determinar una patología costal de tipo esguince, fisura o fractura. Hay que tener especial precaución si se observa una deformación torácica en un paciente con un antecedente de traumatismo torácico, ante el cual esta prueba está contraindicada por posible afectación pulmonar o por el da­ ño que se puede causar al llevar a cabo la ma­ niobra.

Posición del paciente En decúbito supino, relajado con las piernas extendidas y los brazos estirados a lo largo del cuerpo, ligeramente inclinado del lado a testar.

Posición del terapeuta

FIGURA 1-30  Prueba de compresión de las costillas.

De pie, a un lado del paciente a la altura de la pelvis en finta adelante orientado hacia la cabeza de este. El terapeuta toma un contacto con la mano interna abierta en la parte lateral de la parrilla torácica a nivel del grupo costal a explorar. La mano externa o lateral toma

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

un contacto a la misma altura en la parrilla costal opuesta.

Ejecución del test El terapeuta realiza una presión lateral lenta y progresiva aproximando ambas manos. Una vez llegado al final de la elasticidad costal y habiéndola mantenido unos segundos, suelta lentamente dicha presión hasta quitarla por completo.

Interpretación del test La prueba se considera positiva si aparece dolor o en la compresión o en la liberación de la presión del grupo costal, lo que indica una afectación costal del tipo contusión, es­ guince o fractura.

PRUEBA DE COMPRESIÓN COSTAL ANTEROPOSTERIOR Este test sirve para determinar una patología costal del tipo de un esguince, una fisura o una fractura. Hay que tener especial precau­ ción si se observa una deformación torácica en un paciente con un antecedente de trau­ matismo torácico, ante el cual esta prueba está contraindicada por posible afectación pulmonar o por el daño que dicha prueba pueda causar.

Posición del paciente En decúbito supino, relajado con las piernas extendidas y los brazos estirados a lo largo del cuerpo ligeramente en abducción del lado a testar.

Posición del terapeuta De pie, a la altura de la pelvis del paciente en finta adelante orientado hacia su cabeza y del lado de la zona costal a investigar. El terapeuta toma un contacto con la mano externa abierta en la parte posterior de la parrilla torácica al nivel del grupo costal a explorar. La mano interna o medial toma un contacto anterior en la misma zona costal de forma que coge el grupo costal a ex­ plorar tanto a nivel anterior como a nivel posterior.

Ejecución del test El terapeuta aplica lenta y progresivamente una presión anteroposterior. Una vez lle­ gado al final de la elasticidad costal y ha­ biéndola mantenido unos segundos, suelta lentamente dicha presión hasta quitarla por completo.

Interpretación del test

FIGURA 1-31  Prueba de compresión lateral de las costillas.

Se considera el test positivo si aparece dolor en la compresión o en la liberación de la presión del grupo costal, lo que indica una afectación costal del tipo contusión, esguince o fractura.

1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

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refuerza el contacto colocándola encima de la primera.

Ejecución del test El terapeuta presiona el esternón con ambas manos en dirección anteroposterior, hacia la camilla.

Interpretación del test El dolor localizado en la zona anterior del tórax puede estar causado por una fisura o una fractura costal, mientras que si el do­ lor es a nivel posterior, sugiere un bloqueo vertebrocostal, que puede ser a nivel de las articulaciones costotransversas o de las arti­ culaciones costocorpóreas.

FIGURA 1-32  Prueba de compresión costal anteropos­ terior.

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PRUEBA DE COMPRESIÓN DEL ESTERNÓN Esta prueba sirve para diferenciar entre un dolor en el tórax de origen articular por la restricción de movilidad de las articulacio­ nes costotransversas o costocorpóreas y una lesión del tipo fractura o fisura costal.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a la cabeza del paciente en finta doble orientado hacia sus pies. El terapeuta toma un contacto con una mano plana globalmente en la parte anterior del esternón; la otra mano

FIGURA 1-33  Prueba de compresión del esternón.

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SIGNO DE ADAM

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para diferenciar una escoliosis estructural de una escoliosis fun­ cional, es decir, una actitud escoliótica.

Si durante la flexión de tronco aparece un abombamiento en un hemitórax, se con­ cluye que se trata de una escoliosis es­ tructural; por el contrario, si la flexión de tronco hace desaparecer la curvatura escoliótica, se concluye que se trata de una actitud escoliótica o una escoliosis funcional.

Posición del paciente En bipedestación con los brazos a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta Detrás del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión cervical máxima, una flexión de tronco de unos 90° y que deje los brazos colgando de forma relajada.

SIGNO DE SCHEPELMANN Es una prueba que se utiliza para realizar el diagnóstico diferencial de un dolor en el tórax por una neuralgia intercostal o por una pleuritis.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre la ca­ milla.

Posición del terapeuta En bipedestación detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que incline el cuerpo hacia un lado y hacia el otro alter­ nativamente.

Interpretación del test

FIGURA 1-34  Signo de Adam.

Si el dolor aparece en el lado de la inclina­ ción, se concluye que puede tratarse de una neuralgia intercostal ya que la lateroflexión homolateral cierra los espacios intercostales del mismo lado produciendo un atrapamien­ to de los nervios intercostales, mientras que si el dolor aparece en el lado contrario a la lateroflexión de tronco, es compatible con un signo de pleuritis por el estiramiento de la pleura que se produce del lado contrario a la lateroflexión.

1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

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Interpretación del test Si el paciente presenta un cuadro álgico a lo largo de toda la maniobra, al coger aire y al soltarlo, se puede pensar en una posible fisu­ ra o fractura costal, en una subluxación de la unión del cartílago con el hueso costal o en una afectación de la musculatura torácica. En este caso se diría que la prueba es positiva. Si el terapeuta observa que la respiración que está realizando el paciente es muy superficial por la presencia de dolor, se puede pensar en una posible fractura de las costillas, ya que este tipo de patología suele presentar sintoma­ tología álgica a la movilidad global del tórax. Como signo común en fracturas, fisuras o subluxaciones constocondrales, cabe destacar un cuadro álgico que se intensifica cuando el paciente estornuda o tose.

FIGURA 1-35  Signo de Schepelmann.

PRUEBA DE INSPIRACIÓN/ ESPIRACIÓN

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Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación costal por fractura.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos sobre los muslos, o en decúbito dor­ sal con los brazos reposados sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que tome todo el aire que pueda durante la inspiración y que suelte rápidamente el aire en el menor tiempo posible.

FIGURA 1-36  Prueba de inspiración/espiración.

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PRUEBA DE DETENCIÓN DEL DESLIZAMIENTO Esta es una prueba dinámica que el paciente realiza activamente para poder valorar la presencia de deslizamiento vertebral de la columna dorsal.

Posición del paciente Con las rodillas flexionadas y sentado sobre sus talones.

Posición del terapeuta En bipedestación a un lado del paciente, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente una flexión de tronco hacia delante hasta que tenga

su pecho contra sus muslos y los brazos extendidos en contacto con la camilla, no perdiendo el contacto del glúteo con sus talones. En esta posición final, el terapeuta puede observar que hay un deslizamiento posterior de las vértebras una a una, apare­ ciendo las apófisis espinosas un poco más prominentes.

Interpretación del test Cuando la columna dorsal del paciente es flexible, se detecta el deslizamiento vertebral sin ningún problema, observándose cada es­ pinosa en una curva armoniosa. Por el contrario, si la columna dorsal del paciente presenta una cifosis fija y mante­ nida aunque se haga la flexión vertebral, de forma que no se detecte el deslizamiento vertebral, la prueba es positiva e indica una restricción en la movilidad de la columna dorsal, puesto que las vértebras no se des­ lizan.

PRUEBA FUNCIONAL SEGMENTARIA DE LA COLUMNA VERTEBRAL DORSAL EN EXTENSIÓN Esta prueba se utiliza para valorar la movili­ dad de las vértebras dorsales.

Posición del paciente Sentado, con los dedos entrecruzados en la parte posterior del cuello y los codos en con­ tacto delante de la cara.

Posición del terapeuta

FIGURA 1-37  Prueba de detención del deslizamiento.

De pie, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con su mano anterior sobre los co­ dos del paciente, abarcándolos. Con la mano posterior toma un contacto en pico de pato sobre la apófisis espinosa de la vértebra a valorar.

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1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

29

Ejecución del test

PRUEBA DE JOHNSON

Con su mano anterior en contacto con los codos del paciente, el terapeuta va introdu­ ciendo movimientos de flexión, extensión, lateroflexiones y rotaciones de la columna dorsal, mientras que con la mano posterior valora la capacidad de cada vértebra de seguir los movimientos.

Esta prueba valora el alineamiento vertical de la columna dorsal descrita por Johnson y Saliva. Se basa en que en el caso de no existir una adecuada alineación entre los segmentos de la columna vertebral, el peso vertical no se transmite a la pelvis, sino que lo hace sobre el segmento “desalineado”.

Interpretación del test

Posición del paciente

La mano posterior del terapeuta ha de percibir una correcta movilidad de cada segmento vertebral. Si encuentra una resistencia a la movilidad, puede existir una disfunción de movilidad en ese nivel vertebral.

De pie, con los brazos a lo largo del tronco y la cabeza en posición neutra.

FIGURA 1-38  Prueba funcional segmentaria de la columna vertebral dorsal en extensión.

Posición del terapeuta De pie detrás al paciente en finta doble orien­ tado hacia este.

FIGURA 1-39  Prueba de Johnson.

30

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta coloca ambas manos sobre la región superior de los hombros del pacien­ te y aplica una compresión axial hacia el suelo.

Interpretación del test En condiciones normales, la fuerza axial generada por el terapeuta debe transmitirse a la pelvis. La prueba se considera posi­ tiva si aparece dolor en el área a estudiar, consecuencia de la falta de alineación de la columna vertebral.

PRUEBA DEL TRAPECIO

evaluar del paciente y aproxima la oreja homolateral al hombro. El paciente sos­ tiene esta postura. El terapeuta coloca una palma de la mano sobre la oreja del mismo lado a evaluar y la palma de la otra mano sobre el hombro homolateral. Seguidamente, el terapeuta le pide al pa­ ciente que mantenga esta posición mien­ tras el primero intenta separar el hombro de la oreja. • Para las fibras medias, el terapeuta coloca el hombro del lado a evaluar del paciente en una separación de 90° y la palma de la mano del mismo lado mirando al techo. El paciente ha de mantener esta posición.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción del músculo trapecio.

Posición del paciente Dependiendo de la porción del vientre mus­ cular que se quiera evaluar, la posición del paciente será diferente:

• En el caso de que se pretenda evaluar las fibras superiores, en sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos. En • el caso de que se pretenda evaluar las fibras medias o las fibras inferiores, tum­ bado en decúbito prono con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta

• Para evaluar las fibras superiores, de pie, en finta doble detrás del paciente y ligeramente desviado del lado a va­ lorar. • Para evaluar las fibras medias o las fibras inferiores, de pie a la cabeza del paciente en finta adelante, ligeramente desplazado del lado a valorar y orientado hacia los pies del paciente.

Ejecución del test

• Para las fibras superiores, el terapeuta eleva el muñón del hombro del lado a

FIGURA 1-40  Prueba del trapecio. A. Evaluación de las fibras superiores. (Continúa.)

1.1. Columna | Columna dorsal y tórax

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FIGURA 1-40 (cont.).  B. Evaluación de las fibras medias. C. Evaluación de las fibras inferiores.

El terapeuta contacta con la palma de la mano externa sobre el tercio medio del brazo del lado a evaluar del paciente y realiza un empuje de este hacia el suelo. Con la otra mano, el terapeuta palpa la contracción de las fibras musculares. • Para las fibras inferiores, el terapeuta lle­ va a cabo las mismas acciones que para el trapecio medio con la excepción de que la separación del hombro es de 120°.

Interpretación del test La incapacidad del paciente de mantener la posición ante la resistencia del terapeu­

ta es indicativa de una disfunción del mús­ culo trapecio, según la porción valorada. Este se encuentra hipotónico si al empezar a realizar la acción el brazo se desploma. Se dice que el músculo es hipertónico si es capaz de aguantar la resistencia del terapeuta 3 o 4 segundos, tras los cuales el brazo se desploma (por hipoxia debida al espasmo). En ambos casos la prue­ ba es positiva. Finalmente, se habla de normotonía cuando el paciente resiste la acción del terapeuta. Este último caso es indicativo de una buena función muscular del trapecio.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

SIGNO DE BEEVOR

Posición del paciente

a medida que el cuello va flexionando, se puede pensar en una parálisis de la muscula­ tura abdominal baja. Esto se produce por una incapacidad funcional de los músculos rectos del abdomen.

En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos sobre los muslos.

SIGNO DE BETHEA

Posición del terapeuta

Esta prueba se utiliza para valorar la movili­ dad costal durante la respiración.

Esta prueba se utiliza para valorar una paráli­ sis de la musculatura abdominal baja.

En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de la columna cervical hasta contactar el mentón con el tórax.

En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos colocadas sobre los muslos.

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta ob­ serva que el ombligo del paciente asciende

En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 1-41  Signo de Beevor.

FIGURA 1-42  Signo de Bethea.

1.1. Columna | Columna lumbar

Ejecución del test El terapeuta contacta las yemas de los dedos de las manos con la porción lateral de las costillas superiores del paciente por debajo de las axilas. Seguidamente, le pide a este que respire ampliamente.

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posterior, acentuando su dolor, que de forma característica será profundo, sordo y de difícil localización en el caso de que esté afectado.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe a lo largo de la prueba que un hemitórax se expande menos que el otro, puede pensar en una disfunción de movi­ lidad costal alta del lado de menor expansión.

PRUEBA DE ELASTICIDAD (SPRINGING TEST) Esta prueba se utiliza para localizar altera­ ciones de movilidad de la columna vertebral de tipo restrictivo.

Posición del paciente En decúbito prono, con los brazos extendidos a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta En bipedestación, en un lateral del paciente en finta doble y orientado hacia este.

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Ejecución del test El terapeuta palpa con los dedos índice y me­ dio de su mano caudal las apófisis articulares de las vértebras torácicas a explorar. Con el borde cubital de la mano craneal, situada transversalmente sobre los dedos que realizan la palpación, se ejercen ligeras presiones en dirección posteroanterior que se transmiten a través de los dedos de la mano caudal sobre las apófisis articulares (o bien las láminas) del segmento vertebral que se explora.

Interpretación del test Si la función articular se encuentra intacta, ceden con ligera elasticidad las apófisis arti­ culares o bien las láminas. La ausencia o el exceso de elasticidad orienta sobre un tras­ torno de la movilidad segmentaria (bloqueo articular o hipermovilidad articular). Por otra parte, es una prueba de provocación, especialmente del ligamento vertebral común

FIGURA 1-43  Prueba de elasticidad.

COLUMNA LUMBAR PRUEBA CON LA PIERNA ESTIRADA 90-90 Esta prueba se utiliza para valorar una re­ tracción de los músculos isquiotibiales.

Posición del paciente En decúbito supino con las rodillas extendi­ das y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, junto al paciente en finta doble late­ ralmente a este a la altura de su pelvis.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test En primer lugar, el terapeuta le pide al pacien­ te que flexione las caderas a 90°. Después, el terapeuta toma un contacto con su mano inferior bajo las rodillas del paciente para mantener la posición. Los pies caen relajados hacia la camilla. Seguidamente le solicita al paciente que extienda tanto como pueda las rodillas, primero una y después la otra.

PRUEBA DE HUNDIMIENTO DEL MENTÓN Esta prueba se utiliza para el diagnóstico de po­ sibles atrapamientos a nivel del nervio ciático.

Posición del paciente En sedestación, al borde de la camilla con los pies colgando y las manos colocadas sobre sus rodillas.

Interpretación del test

Posición del terapeuta

La prueba es positiva si al realizar una ex­ tensión activa máxima de la articulación de la rodilla queda un flexo superior a 20° en la rodilla a explorar e indica una retracción de los músculos isquiotibiales que frenan la extensión completa de la misma.

De pie, delante del paciente en finta adelante orientado hacia este.

FIGURA 1-44  Prueba con la pierna estirada 90-90.

FIGURA 1-45  Prueba de hundimiento del mentón.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un doble mentón, esto es, una flexión de la columna

1.1. Columna | Columna lumbar

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cervical alta y después, una flexión cervical, y, manteniendo esta posición, introduce una extensión de una de las rodillas y una flexión dorsal de tobillo. Inmediatamente después se vuelve a la posición neutra para repetir la prueba con la otra pierna.

Interpretación del test Se considera positiva la prueba si aparece dolor en cualquier fase del proceso de la técnica que impida terminar la secuencia. Esto indica afectación del nervio ciático por atrapamiento del mismo.

PRUEBA DE BETCHEREWIS Esta prueba se usa para valorar una disfun­ ción neurológica del nervio ciático por un atrapamiento del mismo.

Posición del paciente En sedestación al borde de la camilla, con los brazos relajados a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 1-46  Prueba de Betcherewis.

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Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de la columna cervical; mante­ niendo dicha flexión, le pide que extienda la rodilla del lado afecto y que realice una flexión dorsal del tobillo del mismo lado. La prueba se debe realizar de forma alternativa en ambas piernas del paciente.

Interpretación del test El test se considera positivo si aparece un dolor de tipo radicular en el territorio del nervio ciá­ tico cuando el paciente estira la rodilla. El dolor de tipo ciático puede aparecer en la zona lumbar y/o en la parte posterior del muslo y de la pierna. Es posible encontrar dolor en la parte poste­ rior de una de las piernas cuando el paciente realiza la prueba con la otra; en este caso la prueba también se considera positiva.

PRUEBA DE CRAM O PRUEBA DEL ARCO También llamada “Bow String Test”, tie­ ne como objetivo evidenciar la existencia de una radiculopatía lumbar de origen mecánico por compresión sobre el nervio ciático.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos paralelos al cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente a la altura de los pies de este en finta adelan­ te orientado hacia la cabeza. Con la mano caudal toma en pinza el pie homolateral

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

y con la mano craneal toma un contacto sobre la rodilla de la misma pierna que evalúa, de tal forma que los dedos del segundo al cuarto reposen bajo el hueco poplíteo.

Ejecución del test La primera parte de la técnica consiste en realizar una flexión de la cadera del pacien­ te con la rodilla en extensión haciendo que se desencadene el dolor; inmediatamente después se lleva a cabo de forma pasiva una ligera flexión de rodilla de unos 20° hasta que los síntomas desaparezcan; en este momento, el terapeuta presiona con

su índice en la línea media del hueco po­ plíteo durante unos segundos hasta hacer reaparecer el dolor. Es importante que al realizar la flexión de la rodilla, el terapeuta mantenga el mismo grado de flexión en la cadera del paciente.

Interpretación del test En caso positivo, el paciente refiere do­ lor radicular tras la compresión poplítea, que indica tensión del nervio ciático, bien en la zona de la columna lumbar baja o bien en la glútea; se debe a una afectación por compresión del nervio ciático.

FIGURA 1-47  Prueba de Cram. A. Primera fase. B. Segunda fase.

1.1. Columna | Columna lumbar

PRUEBA DE BEKHTEREV Esta prueba se utiliza para valorar la pre­ sencia de una posible afectación del nervio ciático.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, a un lado del paciente.

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forma paralela. Seguidamente y partiendo de la posición inicial, el terapeuta le pide al paciente que vuelva a repetir el gesto pero esta vez extendiendo las rodillas de forma alternativa.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de realizar la acción con ambas piernas a la vez y además, cuando repite la acción de forma alternativa, no pue­ de llevar a cabo el gesto, se dice que la prueba es positiva y, por lo tanto, el terapeuta puede pensar en una afectación del nervio ciático del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una extensión de las dos rodillas de

SIGNO DE LINDER Esta prueba se utiliza para valorar la pre­ sencia de una posible afectación del nervio ciático.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas reposadas sobre la camilla con extensión de rodillas.

Posición del terapeuta

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En bipedestación, a la altura de la cabeza del paciente en finta adelante orientado hacia los pies del mismo.

Ejecución del test El terapeuta abarca con una mano la ca­ beza del paciente tomando contacto en el hueso occipital. Seguidamente, indu­ ce de forma pasiva una flexión cervical máxima.

Interpretación del test

FIGURA 1-48  Prueba de Bekhterev.

Si tras llevar a cabo el gesto se activa en el paciente sintomatología álgica en el reco­ rrido del nervio ciático, se puede decir que el paciente presenta una afectación del nervio ciático.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

el paciente. Con la mano craneal, contacta sobre la rodilla homolateral. La mano caudal abarca el pie del mismo lado por el empeine.

Ejecución del test El terapeuta realiza una aproximación y ro­ tación interna de la articulación coxofemoral del lado a evaluar.

Interpretación del test La prueba es positiva cuando al llevar a cabo la maniobra, aparece en el paciente la sin­ tomatología dolorosa y/o parestésica en el recorrido del nervio ciático. La positividad de la prueba está relacionada con la com­ presión del nervio ciático a nivel del músculo piramidal de la pelvis.

FIGURA 1-49  Signo de Linder.

SIGNO DE BONNET (SIGNO DEL PIRIFORME) Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una neuralgia compresiva del nervio ciático por espasmo del músculo piramidal de la pelvis.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo. La pierna del lado a valorar se encuentra en flexión de rodilla, de tal forma que la planta del pie homolateral contacte con la camilla. La otra pierna se sitúa con extensión de rodilla.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las caderas orientado hacia

FIGURA 1-50  Signo de Bonnet (signo del piriforme).

1.1. Columna | Columna lumbar

PRUEBA DE LA BICICLETA Esta prueba se utiliza para valorar afecta­ ciones de tipo radiculares por alteración foraminal lumbar.

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valorar (con la palma de la mano hacia abajo) para fijar la extensión de las rodillas.

Ejecución del test

En bipedestación, a un lado del paciente.

Una vez que el paciente esté relajado por completo, el terapeuta debe realizar una flexión de las caderas de forma pasiva con las rodillas en extensión para levantarle las piernas lentamente hasta que el paciente sienta dolor o tensión.

Ejecución del test

Interpretación del test

El terapeuta le pide al paciente que enderece la espalda y que inicie el pedaleo.

El test se considera positivo si aparece dolor lumbar durante la realización de la maniobra. En caso de que el test sea positivo a menos de 70° de flexión de cadera, indica afectación de la articulación sacroilíaca. Por el contrario, si el test es positivo a más de 70° de flexión de la cadera, indica afectación de la columna lumbar.

Posición del paciente Sentado encima de una bicicleta estática.

Posición del terapeuta

Interpretación del test Si transcurridos unos minutos el paciente continúa pedaleando sin modificar la postura de la espalda, la prueba es negativa. Si por el contrario, cuando el paciente lle­ va un tiempo de pedaleo, realiza una ante­ flexión de tronco, se puede pensar en una afectación de origen compresivo lumbar. En este caso, la prueba es positiva, ya que el paciente intenta incrementar el espacio foraminal que se ha visto reducido por alguna patología flexionando el tronco, porque de esta forma aumenta de tamaño y alivia la sintomatología.

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PRUEBA DE ELEVACIÓN DE LAS PIERNAS RECTAS Este test se usa para diferenciar si un dolor lumbar tiene una causa a nivel de la articula­ ción sacroilíaca o a nivel de la columna lumbar.

Posición del paciente En decúbito supino con las rodillas extendi­ das reposadas sobre la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta do­ ble a la altura de las tibias orientado hacia este. Con la mano caudal toma un contacto debajo de los tobillos del paciente y con la mano craneal toma un contacto sobre el ter­ cio inferior y anterior del muslo del lado a

FIGURA 1-51  Prueba de elevación de las piernas rectas.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE THOMAS También llamada prueba de extensibilidad del psoas, es una prueba que sirve para valo­ rar el estado de dicho músculo.

Posición del paciente En decúbito supino; con sus manos lleva las rodillas al pecho fijándolas en esa posición.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta adelante a la altura de sus caderas orienta­ do hacia la cabeza de este. Coloca la mano craneal bajo la columna lumbar del paciente y la mano caudal abarcando el tercio distal de la tibia del lado a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta baja lentamente hacia la exten­ sión la pierna del lado del cual quiere exa­ minar el músculo psoas. Se deben examinar ambas piernas de forma alternativa.

Interpretación del test Se considera normal si el paciente es capaz de extender completamente la pierna sobre la camilla sin aumentar la lordosis lumbar. El test es positivo si al extender la cadera sobre la camilla se produce un aumento de la lordosis lumbar. La prueba también es po­ sitiva si el paciente no es capaz de extender completamente la pierna sobre la camilla produciéndose un flexo de rodilla y cadera. Existe otra forma de realizar este test que consiste en colocar al paciente en decú­ bito supino con las caderas y las rodillas extendidas sobre la camilla, y realizar una flexión máxima de la pierna contraria a la que se quiere evaluar. La prueba se considera normal si al flexionar al máximo la cadera, la pierna contraria se queda reposando en la camilla; sin embargo, en caso de afectación del músculo psoas, al realizar una flexión máxima de la cadera, la otra pierna se levanta de la camilla evidenciando un flexo de cadera y rodilla.

FIGURA 1-52  Prueba de Thomas.

PRUEBA DE BRUDZINSKI-KERNIG Esta prueba se usa para evidenciar la presen­ cia de una lesión mecánica en la columna lumbar.

Posición del paciente En decúbito supino con los dedos de sus manos entrecruzados detrás de la nuca y las rodillas y las caderas en flexión, de tal forma que la planta de los pies reposen sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta doble a la altura de las caderas orientado hacia este. La mano craneal toma un contacto bajo el occipucio mientras que la mano caudal abarca el tercio inferior de la tibia del lado a explorar.

1.1. Columna | Columna lumbar

Ejecución del test En esta posición, el terapeuta realiza con la mano craneal de forma pasiva una flexión má­ xima de la columna cervical y, manteniéndola, lleva a cabo una extensión lenta y progresiva de una de las dos rodillas. Se debe evaluar la reacción a la prueba en las dos piernas, por lo que primero se realiza en una y después en la otra.

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Interpretación del test

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El principio es similar a la prueba de Lasègue, ya que persigue incrementar la tensión neural.

PRUEBA DE WADSWORTH Esta prueba se usa para valorar el grado de inestabilidad vertebral de la columna lumbar baja y de la zona de la charnela lumbosacra.

Posición del paciente

En caso positivo, el paciente refiere dolor en el cuello y, especialmente, en la zona de la columna lumbar durante la extensión de la rodilla, que desaparece cuando se fle­ xiona la rodilla; ello es indicativo de irrita­ ción de las meninges, pinzamiento de la raíz nerviosa o irritación dural, que aumenta con la elongación de la médula espinal.

En decúbito prono con los miembros infe­ riores fuera del plano de la camilla y los pies reposando en el suelo.

FIGURA 1-53  Prueba de Brudzinski-Kernig.

FIGURA 1-54  Prueba de Wadsworth.

Posición del terapeuta En bipedestación a la altura de la pelvis del paciente lateralmente a este en finta adelante orientado hacia la cabeza del paciente.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta coloca las yemas del segundo y el tercer dedos de ambas manos sobre las apófisis transversas de L4 produciendo una ligera compresión posteroanterior. A con­ tinuación el terapeuta le pide al paciente que eleve los pies suspendiéndolos a unos cen­ tímetros del suelo.

Interpretación del test La prueba se considera positiva si el dolor desaparece cuando el paciente eleva sus pies, ya que pone de manifiesto una inestabilidad del raquis lumbar bajo, porque en esas cir­ cunstancias la musculatura paravertebral actúa estabilizando el raquis lumbar y por esto desaparece el dolor.

PRUEBA MONOPODAL DE EQUILIBRIO Esta prueba se utiliza para la valoración de una posible afectación mecánica de la co­ lumna lumbar.

Posición del paciente De pie en apoyo monopodal.

Posición del terapeuta De pie frente al paciente en finta doble orien­ tado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que, man­ teniendo el equilibrio sobre la pierna de apoyo, realice una ligera extensión de la columna lumbar. La prueba se debe realizar con ambas piernas para poder comparar los resultados.

Interpretación del test Los síntomas de dolor en la región lumbar pueden relacionarse con la zona de la por­ ción interarticular, que a veces se asocia con espondilolisis. En este caso, se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-55  Prueba monopodal de equilibrio.

PRUEBA DE HOOVER Esta prueba pone de manifiesto un proceso patológico inespecífico de la columna lum­ bar. Es una prueba útil para detectar posibles simulaciones por parte del paciente de una patología de la columna lumbar.

Posición del paciente Tumbado en decúbito supino, con los brazos extendidos a lo largo del tronco y extensión de rodillas, de forma que la piernas reposen relajadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente a la altura de los pies de este en finta adelante orientado hacia su cabeza. El terapeuta coge una de

1.1. Columna | Columna lumbar

las dos piernas del paciente de forma que la mano caudal toma un contacto bajo el talón y pone la mano craneal a la altura de la rodilla para fijar la extensión de la misma.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que levante la pierna que no está fijada con la rodilla en extensión mientras sujeta la otra. El test se debe realizar en ambas piernas.

Interpretación del test Se considera normal que el paciente pueda levantar la pierna solicitada sin problemas. En caso de dolor real a la maniobra, el pa­ ciente no puede levantar la pierna solicitada o bien lo hace empujando con el talón de

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la pierna contraria hacia la camilla, lo que aporta información sobre una posible lesión inespecífica de la zona lumbar del paciente. En caso de simulación, el paciente refiere que no puede levantar la pierna; sin embargo, no se nota ninguna presión en la mano bajo el calcáneo de la pierna contralateral.

SIGNO DE SCHOBER El test de Schober mide el grado de elas­ ticidad del raquis, de las articulaciones co­ xofemorales o de los músculos isquiotibiales, teniendo en cuenta que la movilidad global del raquis depende de la sumatoria de las movilidades parciales de todos los segmentos que la constituyen.

Posición del paciente De pie con los brazos a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

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Ejecución del test Con la ayuda de un rotulador, el terapeuta realiza una marca horizontal a la altura de la vértebra S 1 y otra 10 cm por encima de esta primera. Le pide al paciente que se incline hacia delante y mide la distancia entre ambas marcas. A continuación, le vuelve a pedir al paciente que extienda el tronco y mide nuevamente dicha dis­ tancia.

Interpretación del test

FIGURA 1-56  Prueba de Hoover.

Patologías de tipo degenerativo e infeccioso conducen a una limitación de la movilidad de la columna y, con ello, de la flexibilidad de las apófisis espinosas. Se utiliza sobre todo para determinar el grado de discapacidad en patologías tales como la pelviespondilitis anquilosante. Lo normal es que cuando el paciente flexione el tronco, las dos líneas se separen unos 15 cm y cuando vuelve a extender el tronco se apro­

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

FIGURA 1-57  Signo de Schober. A. En flexión. B. En extensión.

ximen hasta los 8-9 cm. Una disminución de dichos rangos indica una afectación de la elasticidad de la columna lumbar, de las arti­ culaciones coxofemorales o de los músculos isquiotibiales.

PRUEBA DEL PSOAS

Posición del terapeuta En bipedestación lateralmente al paciente en el lado que se quiere valorar en finta doble a la altura de las rodillas orientado hacia este.

Ejecución del test

Esta prueba detecta la presencia de una pato­ logía de la columna lumbar, de la articulación sacroilíaca o de la articulación coxofemoral producida por una afectación del músculo psoas.

El terapeuta le pide al paciente que eleve la pierna sin flexionar la rodilla; aproximada­ mente a mitad del recorrido articular, realiza con la mano superior una presión inesperada y súbita sobre la zona anterior del muslo del paciente llevándolo a extensión de cadera.

Posición del paciente

Interpretación del test

En decúbito supino con las piernas en ex­ tensión de rodillas y los brazos a lo largo del tronco reposados sobre la camilla.

La extensión súbita mientras el paciente realiza flexión provoca una activación de los husos neuromusculares del psoas,

1.1. Columna | Columna lumbar

45

reposadas sobre la camilla con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble en la cabeza del pacien­ te orientado hacia los pies de este.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión de las venas yugulares del paciente con las yemas de los dedos índices de ambas ma­ nos. Esta compresión ha de mantenerse unos 10 segundos. Pasado este tiempo, le pide al paciente que tosa enérgicamente.

Interpretación del test Si tras la realización de la prueba aparece en el paciente un cuadro álgico a nivel de la

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FIGURA 1-58  Prueba del psoas.

provocando un espasmo reflejo de este que tracciona de las vértebras lumbares. Se considera el test negativo si esta maniobra no genera dolor a nivel de la columna lumbar, la articulación sacroilíaca o la articulación coxofemoral. En caso de que aparezca dolor, la prueba se considera positiva e indica una patología de la columna lumbar o de la pelvis, como por ejemplo la espondiloartrosis, la espondilitis o una hernia discal.

PRUEBA DE NAFFZIGER LUMBAR Esta prueba se utiliza para valorar una afecta­ ción de tipo mecánica de la columna lumbar.

Posición del paciente En decúbito supino, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las piernas

FIGURA 1-59  Prueba de Naffziger lumbar.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

columna lumbar, el terapeuta puede pensar en una afectación lumbar de tipo mecáni­ ca. En este caso, se dice que la prueba es positiva. La presión sobre las venas yugulares genera un aumento de presión en la zona intratecal, y la tos del paciente aumenta de forma súbita esta presión. Si existe una afectación de la columna lumbar, este aumento súbito de presión genera el dolor.

PRUEBA DE MILGRAM Esta prueba pone de manifiesto una posi­ ble lesión de atrapamiento nervioso a nivel lumbar.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos cru­ zados sobre el pecho y las piernas con las rodillas extendidas reposadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente y observán­ dolo.

Ejecución del test

FIGURA 1-60  Prueba de Milgram.

El terapeuta le pide al paciente que eleve los pies unos 10 centímetros del plano de la camilla manteniendo las rodillas extendidas. Ha de mantener la posición durante al menos 30 segundos.

PRUEBA DEL CUADRANTE

Interpretación del test

Posición del paciente

La prueba positiva se considera si aparece dolor en la zona lumbar y/o en la cara pos­ terior de las piernas, lo que indica un posible compromiso radicular. Hay que comprobar antes de realizar la prueba si el paciente tiene una muscula­ tura abdominal normotónica, ya que una debilidad en la misma podría falsear la prueba y producir dolores o molestias que no se deben a la inestabilidad articular segmentaria.

De pie, con los miembros superiores a lo largo del tronco.

Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación mecánica de la columna lumbar.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma contacto con la palma de sus manos sobre los hombros del paciente. Seguidamente le pide que lleve a cabo una

1.1. Columna | Columna lumbar

extensión de tronco, de tal forma que contacte el occipital en el pecho del terapeuta. En esta posición el terapeuta solicita al paciente que realice una lateroflexión y rotación homola­ teral al lado doloroso.

Interpretación del test Si al llevar a cabo el gesto aparece un cua­ dro álgico en la zona de la columna lum­ bar afecta, el terapeuta puede pensar en una afectación mecánica de la columna lum­ bar. En este caso se dice que la prueba es positiva. La presencia de dolor es indicativo de una disminución del espacio foraminal y, en mayor medida, de una afectación

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de las carillas articulares de las vértebras lumbares.

PRUEBA DE ESTIRAMIENTO DEL NERVIO FEMORAL Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por compresión del nervio femoral.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas reposadas sobre la camilla con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante en dirección craneal a la altura de las rodillas del paciente.

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Ejecución del test El terapeuta flexiona la rodilla del paciente del lado a valorar unos 90° y toma con­ tacto con su mano caudal sobre la cara anterior de la rodilla del mismo lado. La mano craneal abarca el pie del paciente. Seguidamente, contacta su pecho con la cara anterior de la tibia del lado a evaluar. El terapeuta se va dejando caer sobre la pierna poco a poco, induciendo una flexión de rodilla. De la misma forma, con la mano sobre la rodilla va induciendo extensión de cadera.

Interpretación del test

FIGURA 1-61  Prueba del cuadrante.

Si al llevar a cabo el gesto, aparece dolor en la zona de la columna lumbar o a lo largo del recorrido del nervio femoral, se puede pensar en una afectación por compresión del nervio femoral. En este caso la prueba es positiva. El terapeuta ha de distinguir el dolor por es­ tiramiento del nervio femoral del dolor por afectación de la musculatura anterior del muslo.

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forma que sus brazos, manos y dedos queden completamente extendidos y relajados hacia delante. Para llevar a cabo la flexión anterior de la columna vertebral, el paciente realiza de manera activa: 1. Flexión de las caderas bilateralmente. 2. Flexión del raquis lumbar siguiendo la que empezó la cadera, sobre todo en L5-S1. 3. Por último, colocación de la pelvis en retroceso de forma que la flexión de la columna vertebral llegue a su máxima amplitud. De la misma forma, al final de la anteflexión el terapeuta ha de medir con una cinta mé­ trica la distancia entre la punta de los dedos y el suelo.

Interpretación del test

FIGURA 1-62  Prueba de estiramiento del nervio femoral.

PRUEBA DE DISTANCIA DEDOS-SUELO (DDS) Esta prueba se utiliza para valorar la elas­ ticidad de la columna vertebral.

Posición del paciente En bipedestación con los pies juntos y las rodillas completamente extendidas.

Posición del terapeuta A un lado del paciente en cuclillas para poder realizar la medición resultante con la ayuda de una cinta métrica.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una anteflexión de la columna vertebral de

En caso de que aparezca dolor en el primer momento de la anteflexión, el terapeuta puede deducir que el paciente presenta una posible restricción de la articulación coxo­ femoral. Si, por el contrario, la sintomatología dolo­ rosa aparece en la segunda parte del movi­ miento, se puede pensar en la existencia de una disfunción del raquis lumbar o de las articulaciones sacroilíacas. De igual modo, si la sintomatología se acen­ túa en la tercera parte de la anteflexión, el terapeuta puede pensar en una alteración de la columna lumbar alta o dorsal. Para poder valorar de forma objetiva la am­ plitud que tiene la columna vertebral así co­ mo su flexibilidad, hay que descartar posibles adaptaciones, compensaciones o zonas fijas de la articulación de la cadera y de la colum­ na vertebral propiamente dicha, así como las posibles variaciones de la curvatura cifótica armónica o no que presente el paciente. Tam­ bién es importante tener en cuenta los mo­ mentos en los que el paciente presenta dolor o desarmonía en el movimiento de flexión y enderezamiento al realizar dicha prueba,

1.1. Columna | Columna lumbar

lo que da una señal de que la flexibilidad de la columna no es la adecuada y está siendo posiblemente adaptada. Por lo tanto, la distancia que se obtiene tras la medición entre la punta de los dedos del paciente y el suelo depende sobre todo de la movilidad de la columna vertebral lumbar, del estado de la musculatura isquiotibial, de la presencia o no del signo de Lasègue y del buen estado de la cadera, siendo un signo inespecífico para tenerlo en cuenta de forma aislada, por lo que hay que validarlo con otras pruebas complementarias. Así, se puede tener en cuenta dicha prueba de forma aislada para poder observar el efecto terapéutico antes y después de realizar un tratamiento y saber si ha habido cambio o no.

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La medición en centímetros de la distancia dedos-suelo tiene un interés añadido en ciertas patologías; por ejemplo, en la es­ pondiloartritis anquilosante esta distancia es superior a 40 cm.

MANIOBRA DE VALSALVA La maniobra de Valsalva impone un aumento significativo de la presión torácica y abdo­ minal por un intento de exhalar aire con la glotis cerrada. Cuando se ideó, la primera intención de esta prueba fue para expulsar pus del oído medio en patología otorrino­ laringológica. Este aumento de presión se da de forma fisiológica al toser, estornudar o defecar. Esta prueba también provoca un aumento de la presión intracraneal, por lo que está contraindicada en patologías tales como el glaucoma. En ortopedia y traumatología se usa para el diagnóstico de hernias inguinales o de hernias discales del raquis.

Posición del paciente En sedestación con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación junto al paciente.

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Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una inspiración máxima, momento tras el cual le pide que realice una espiración for­ zada máxima sin expulsar el aire; como para defecar.

Interpretación del test

FIGURA 1-63  Prueba de distancia dedos-suelo (DDS).

Esta maniobra aumenta la presión intraabdo­ minal que induce un aumento de la presión intradiscal en todos los niveles de la columna vertebral. La presencia de dolor o un aumento del mis­ mo si ya existía en el raquis lumbar, cervical o dorsal, pone en evidencia una afectación discal con posible hernia. Asimismo, también puede aparecer dolor en la zona medial del

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ligamento inguinal, lo que indica una posible hernia inguinal. Otras maniobras que también aumentan la presión intraabdominal, y por tanto la presión intradiscal, son la tos y el estornudo.

la mano craneal contactando sobre la cara anterolateral de la pierna sana algo por enci­ ma de la rodilla manteniendo a la misma en extensión. La mano caudal toma un contacto a nivel del calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta flexiona pasivamente la cadera sana del paciente mientras mantiene la rodilla en posición extendida. La otra pierna queda reposando en la camilla.

Interpretación del test Se considera positiva la prueba si el paciente refiere dolor lumbar o ciático a la manio­ bra. Este dolor indica afectación discal de la columna lumbar.

FIGURA 1-64  Maniobra de Valsalva.

PRUEBA DE ELEVACIÓN DE LA PIERNA EN HIPEREXTENSIÓN Esta prueba se usa para el diagnóstico de una lesión discal de la columna lumbar.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación lateral al paciente en finta doble a la altura de las tibias de este, con

FIGURA 1-65  Prueba de elevación de la pierna en hiperextensión.

1.1. Columna | Columna lumbar

51

Fajerstajn describió por vez primera esta prueba, también conocida como prueba de elevación de la pierna con el paciente tum­ bado o prueba de Lhermitt. Al practicar esta prueba, se aplica un estiramiento dural sobre ambos lados de la extremidad inferior y por esto el paciente puede percibir dolor radicular en la pierna situada contra la camilla.

PRUEBA DE LA MARCHA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de tipo compresiva a nivel de la columna lumbar.

Posición del paciente De pie, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que adop­ te una posición erecta de la espalda y que comience la marcha a lo largo de la sala. Transcurridos unos minutos el paciente ha de sentarse y descansar.

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Interpretación del test Si durante la marcha el paciente adopta una posición de anteflexión de tronco, el tera­ peuta puede pensar en una afectación por compromiso a nivel del raquis lumbar. En este caso, se dice que la prueba es positiva y el terapeuta ha de indicarle al paciente que tome asiento y que continúe con la anteflexión de tronco con el fin de aliviar la sintomatología. Esto se produce por una compresión excesiva del espacio foraminal como consecuencia de alguna otra patología. En un estado de extensión lumbar, el espacio foraminal dis­ minuye considerablemente de tamaño. Y al contrario, la flexión aumenta el espacio y lo libera de la compresión.

FIGURA 1-66  Prueba de la marcha.

PRUEBA DE LA MONEDA PARA LOS LIGAMENTOS INTERESPINOSOS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de los ligamentos interes­ pinosos a nivel lumbar.

Posición del paciente En decúbito prono, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas. Se coloca una almohada bajo el vientre del paciente con el fin de disminuir la lordosis lumbar y abrir así los espacios interespinosos de las vértebras lumbares.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de las vértebras lum­ bares orientado hacia este.

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Ejecución del test El terapeuta toma una moneda y con el canto de la misma realiza una pequeña compresión sobre el espacio comprendido entre las dis­ tintas apófisis espinosas de las vértebras a todo lo largo del raquis lumbar.

Interpretación del test Si durante la realización de la maniobra se genera un proceso álgico justo en el espacio interespinoso comprimido, se puede pensar en una posible afectación del ligamento inte­ respinoso de ese nivel vertebral. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta misma prueba se puede realizar en los ligamentos interespinosos a nivel de toda la columna vertebral. Hay que tener en cuenta que al realizar esta maniobra se están valorando igualmente los ligamentos supraespinosos, por lo que es de utilidad realizar una palpación manual de los mismos para descartar una patología de dichos ligamentos. Si durante la palpación manual no aparece sintomatología dolorosa que sí aparece durante la palpación con la ayuda de la moneda, se puede concluir que existe una disfunción de los ligamentos interespinosos al nivel estudiado, ya que la palpación manual no incide directamente sobre estos al no poder meter el dedo en los espacios interespinosos.

FIGURA 1-67  Prueba de la moneda para los ligamen­ tos interespinosos.

1.2. Pelvis PRUEBA DE ABDUCCIÓN CON PRESIÓN Esta prueba se realiza para evaluar una po­ sible disfunción en la articulación del hueso ilíaco con el sacro.

Posición del paciente Tumbado de lado, de forma que la hemipelvis a evaluar se encuentra arriba, con la rodilla en extensión. La pierna sobre la camilla se en­ cuentra con la rodilla y la cadera en flexión, au­ mentando la base de sustentación del paciente.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta doble detrás del paciente a la altura de su pelvis orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano craneal a nivel de la cresta ilíaca del lado a evaluar. La mano caudal contacta con la cara externa del tercio distal del muslo.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una separación de la cadera de la pierna a va­ lorar. Una vez en esta posición, el terapeuta

1.2.  Pelvis

ejerce resistencia a la separación intentando llevar la pierna a valorar hacia aproximación.

Interpretación del test Se dice que la prueba es positiva cuando se produce o incrementa un cuadro álgico en el territorio de la articulación sacroilíaca. Es importante que el terapeuta diferencie entre el territorio de dolor de la articulación sacroilíaca y de la cadera, pues al llevar a cabo la maniobra en pacientes con afectación coxofemoral puede generar un falso positivo. La incapacidad del paciente de llevar a se­ paración la cadera, sin experimentar ningún cuadro álgico, puede ser significativo de una disfunción del tono muscular del músculo glúteo medio o del músculo glúteo menor.

53

PRUEBA DE ESTRÉS SACROILÍACO Esta prueba de utiliza para la evaluación de disfunciones en las articulaciones sacro­ ilíacas.

Posición del paciente La prueba está subdividida en dos partes:

• en la primera, el paciente está en decúbi­ to dorsal con los miembros superiores a lo largo del cuerpo y las rodillas exten­ didas; en • la segunda, el paciente se encuentra en decúbito lateral con el lado a valorar arriba, con la rodilla en extensión, y la pierna contralateral con flexión de rodi­ lla y cadera, aumentando la base de sus­ tentación.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente en finta ade­ lante, a la altura de la cadera de este, en di­ rección craneal para la primera parte de la prueba y en finta doble detrás del paciente a la altura de la pelvis para la segunda parte de la prueba.

Ejecución del test

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• En la primera parte de la prueba, el tera­

FIGURA 1-68  Prueba de abducción con presión.

peuta toma un contacto con sus escafoi­ des en las espinas ilíacas anterosuperiores a brazos cruzados, es decir, la mano dere­ cha va a la hemipelvis derecha y la ma­ no izquierda, a la hemipelvis izquierda. Seguidamente, el terapeuta realiza una compresión con ambas manos hacia la camilla. En • la segunda parte de la prueba, el tera­ peuta reposa el talón de la mano inferior sobre la hemipelvis del lado a evaluar; la otra mano refuerza el contacto. Una vez tomados los contactos, el terapeuta realiza una compresión hacia la camilla. Es necesario que el terapeuta lleve a cabo la acción en ambas hemipelvis para la comparación posterior.

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FIGURA 1-69  Prueba de estrés sacroilíaco. A. En decúbito supino. B. En laterocúbito.

Interpretación del test

• La primera parte de la prueba sirve pa­ ra valorar los ligamentos sacroilíacos anteriores. Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, se genera un cuadro álgico sobre la región glútea y posterior del muslo, se puede pensar en afectación de ligamentos anteriores; en este caso se dice que la prueba es positiva. La • segunda parte de la prueba se utiliza para estudiar la afectación de los ligamen­ tos sacroilíacos posteriores. Si al llevar a cabo la compresión el terapeuta aparece un cuadro álgico en la región posterior de la pelvis, es significativo de afectación de los ligamentos posteriores de la pelvis. En este caso la prueba también es positiva.

PRUEBA DE GAENSLENS PARA LA PELVIS Esta prueba se utiliza para evaluar posibles alteraciones de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente Tumbado de lado, con el miembro a valorar arriba con la rodilla y la cadera en extensión. La pierna que está pegada a la camilla en triple fle­ xión lo más cerca posible del tórax del paciente.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta doble detrás del paciente a la altura de la pelvis orientado hacia este. La mano superior toma un con­ tacto a nivel de la articulación coxofemoral de la pierna a evaluar del paciente, mientras

1.2.  Pelvis

que la mano inferior pasa por debajo de la misma y abarca la articulación de la rodilla por su cara interna; la tibia reposa sobre el antebrazo del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta lleva la cadera del miembro a evaluar del paciente a extensión, mantenien­ do estable con la mano superior la hemipelvis del lado afecto.

Interpretación del test

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La prueba es negativa si el paciente no presenta ningún tipo de dolor al llevar a cabo la acción el terapeuta. Se dice que la prueba es positiva si aparece un cuadro álgico en la articulación sacroilíaca o en la cadera, generado por posible afectación en la articulación sacroilíaca.

FIGURA 1-70  Prueba de Gaenslens para la pelvis.

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PRUEBA DE GAENSLENS Esta prueba se utiliza para diferenciar si un dolor sacroilíaco tiene un origen en la arti­ culación sacroilíaca o tiene un origen en la columna lumbar.

Posición del paciente En decúbito supino próximo al borde de la camilla del lado a valorar, con los brazos a lo largo del cuerpo. Las piernas reposan sobre la camilla con extensión de rodillas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

FIGURA 1-71  Prueba de Gaenslens. A. Primera variante. Posición de partida. Afectación en la articulación sacroilíaca. (Continúa.)

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FIGURA 1-71 (cont.).  B. Primera variante. Evolución. C. Segunda variante.

Ejecución del test Existen dos variantes a la hora de llevar a cabo la prueba:

• En la primera variante, el terapeuta le pide al paciente como punto de partida que realice una flexión máxima de ambas caderas colocando las rodillas lo más pegadas al pecho que pueda. Una vez colocado en esta posición, le pide que su­ jete el miembro del lado sano con ambas manos de forma que los dedos queden entrecruzados en la parte anterior de la tibia. Seguidamente, le pide al paciente que de forma activa realice una extensión de la cadera del lado a explorar hasta co­ locar la pierna colgando por fuera de la camilla.

• En la segunda variante el paciente co­ mienza con las piernas en extensión reposando sobre la camilla; a partir de aquí el terapeuta le pide que deje caer la pierna del lado a explorar en extensión por fuera de la camilla y por último que realice una flexión máxima de la pierna del lado sano, mantenida con sus manos.

Interpretación del test Si en la primera variante el paciente no presenta dolor cuando ambas caderas están flexionadas pero aparece la sintomatología álgica cuando lleva a cabo la extensión de la cadera del miembro a valorar, se puede pen­ sar en una afectación de origen sacroilíaco, ya que en esta posición la columna lumbar

1.2.  Pelvis

está protegida por la disminución de la lor­ dosis que produce la retroversión pélvica al inducir una flexión de caderas. Para la segunda variante, la aparición de dolor sacroilíaco cuando el paciente reali­ za una extensión de cadera que desaparece al realizar la flexión del miembro inferior del lado contrario traduce una lesión de la columna lumbar; sin embargo, en el caso de que el dolor persista aún cuando rea­ liza la flexión de la pierna contraria, hace pensar en una lesión de la articulación sa­ croilíaca.

PRUEBA DE GILLET O PRUEBA DE LA CIGÜEÑA MONOPODAL

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Interpretación del test Se dice que la prueba es negativa cuando al llevar a cabo el movimiento de flexión de cadera, el terapeuta percibe de forma táctil y/o visual que el pulgar que tiene sobre la espina ilíaca posterosuperior del mismo lado desciende. Si hay disminución de movilidad en la articu­ lación, el terapeuta no percibe con su pulgar ningún movimiento de tipo descendente o lo percibe ascendente en la espina ilíaca pos­ terosuperior de la hemipelvis a valorar; en este caso se dice que la prueba es positiva y se concluye que existe una restricción de movilidad a nivel de la articulación sacroi­ líaca en cuestión.

Esta prueba se usa para evaluar restricciones de movimiento de la pelvis a nivel de las articulaciones sacroilíacas.

Posición del paciente De pie, mirando a la pared con sus manos apoyadas sobre ella, y los pies a la misma altura con unos 5 cm de separación entre ellos.

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Posición del terapeuta En sedestación, a la espalda del paciente con la cabeza al mismo nivel que el sacro de este. El primer dedo de una de las manos del terapeuta toma contacto con la espina ilíaca posterosuperior del mismo lado. El primer dedo de la otra mano toma contacto con la espina ilíaca posterosuperior del lado contrario.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de cadera del miembro inferior del lado a valorar. El terapeuta comprueba la movilidad de la articulación sacroilíaca de un lado y realiza la misma acción en la otra hemipelvis.

FIGURA 1-72  Prueba de Gillet o prueba de la cigüeña monopodal. A. Posición de partida. (Continúa.)

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Seguidamente, con la rodilla de la pierna a evaluar extendida, provoca una flexión de la articulación coxofemoral. Ante la apa­ rición de algún cuadro álgico en la región pelvitrocantérea (alrededor de 40° y 50°), el terapeuta dobla la rodilla y continúa con la flexión de la articulación coxofemoral.

Interpretación del test Se dice que la prueba es negativa cuando de­ saparece el dolor después de que el terapeuta doble la rodilla del paciente; en este caso hay que pensar en otra patología de tipo radicular. Por el contrario, la prueba es positiva cuando el dolor no cesa tras la flexión de rodilla. Las afectaciones mecánicas más comunes que generan dolor en la región pélvica o

FIGURA 1-72 (cont.).  B. Evolución.

PRUEBA DE LA NALGA Esta prueba se utiliza para valorar afecciones de origen pélvico o coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias orientado hacia la cabeza del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma contacto con su mano cra­ neal sobre la parte anterior de la rodilla de la pierna a valorar, mientras que con su mano caudal abarca el calcáneo del mismo lado.

FIGURA 1-73  Prueba de la nalga. A. Extensión de rodilla. (Continúa.)

1.2.  Pelvis

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Posición del terapeuta En bipedestación, en finta doble en el lado a valorar a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma contacto con la mano superior sobre la parte anterior de la rodi­ lla mientras que con la mano inferior abarca el calcáneo de la pierna a valorar. Seguidamente, lleva la articulación de la cadera y la articulación de la rodilla a 90° de flexión cada una. En esta posición, el terapeuta conduce de forma pasiva la ca­ dera a separación y la rota externamente acercando el calcáneo a la línea media del cuerpo.

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FIGURA 1-73 (cont.).  B. Flexión de rodilla.

coxofemoral son las disfunciones sacroilía­ cas y lumbares y la inflamación de la bursa coxofemoral. Comprobada la positividad de la prueba, el terapeuta ha de llevar a cabo un diagnóstico diferencial.

PRUEBA DE LAGARRE Esta prueba se utiliza para discernir entre una disfunción de la articulación sacroilíaca o de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros supe­ riores a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión, reposando sobre la camilla.

FIGURA 1-74  Prueba de Lagarre.

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Interpretación del test Dependiendo de dónde se produzca la sin­ tomatología álgica, el terapeuta determina si el origen de la lesión es sacroilíaco o co­ xofemoral. El dolor sacroilíaco o sobre la nalga hace pensar en afectación sacroilíaca, mientras que el dolor sobre la cadera sugiere un proceso artrósico o cualquier disfunción de cadera. La posición que adopta la articulación coxofemoral durante la maniobra genera estrés en la cápsula articular; por eso, si existe disfunción de la cadera, aparece el dolor.

• En la segunda parte de la prueba, el terapeuta lleva la pierna a extensión de cadera con la rodilla extendida. La mano craneal bloquea el sacro. • En la tercera parte, la mano caudal repite el gesto de extensión de la arti­ culación coxofemoral con la rodilla en extensión, mientras que la mano craneal bloquea la columna lumbar a partir de la vértebra L5. En esta parte, la mano pue­ de ir bloqueando el resto de vértebras lumbares y evaluando el movimiento en cada nivel.

PRUEBA DE LAS TRES FASES (HIPEREXTENSIÓN EN TRES ETAPAS) Esta prueba se utiliza para diferenciar afec­ taciones de la articulación coxofemoral, de la articulación sacroilíaca y de la columna lumbar.

Posición del paciente En decúbito ventral, con las rodillas en ex­ tensión y los brazos a lo largo del tronco, reposados sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble en el lado a evaluar a la altura de los muslos del paciente orientado hacia este. La mano inferior del terapeuta abarca la rodilla por la parte interna, de tal modo que la palma de la mano contacta con la cara anterior de la rótula. La mano superior varía la posición según las distintas partes de la prueba.

Ejecución del test La prueba está dividida en varias partes:

• En la primera parte, el terapeuta lleva la pierna a extensión de cadera con la rodilla en extensión. La mano craneal, bloquea la pelvis.

FIGURA 1-75  Prueba de las tres fases (hiperextensión en tres etapas). A. Contacto pélvico. (Continúa.)

1.2.  Pelvis

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FIGURA 1-75 (cont.).  B. Contacto sacro. C. Contacto lumbar.

Interpretación del test

PRUEBA DE MENNEL

En condiciones de salud óptima, ninguna de las maniobras llevadas a cabo en la prueba genera dolor. Si aparece el cuadro álgico al bloquear la pelvis, se puede pensar en una afectación de la cadera o en una contractura muscular del psoas o del músculo cuádriceps. Si se activa la sintomatología álgica cuan­ do el terapeuta bloquea el sacro, se puede pensar en una disfunción de la articulación sacroilíaca. Si la sintomatología se genera en la última parte de la prueba (bloqueo de la columna lumbar), se puede pensar en una afectación de la bisa­ gra lumbosacra o en una disfunción vertebral lumbar.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta adelante en el lado a evaluar a la altura del tercio superior del muslo orientado hacia la cabeza del paciente. La mano inferior abarca la rodilla por la parte interna y toma contacto con la cara anterior de la rótula. La mano superior contacta glo­ balmente sobre el sacro.

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Ejecución del test El terapeuta bloquea el sacro con la mano superior mientras que con la mano inferior lleva la articulación de la cadera a extensión.

Interpretación del test En personas sin disfunción sacroilíaca, la acción del terapeuta no genera dolor. Si al extender el terapeuta la articulación coxofemoral se activa un cuadro álgico en el recorrido de la articula­ ción sacroilíaca del paciente, se puede pensar en alguna disfunción de esta articulación. Otra alternativa de la prueba permite al terapeuta llevarla a cabo con el paciente tumbado de lado con la pierna a valorar arriba y ambas rodillas en flexión. Situado detrás, el terapeuta bloquea el sacro y lleva la pierna superior del paciente a extensión de la articulación coxofemoral.

FIGURA 1-76  Prueba de Mennel.

PRUEBA DE MOVILIZACIÓN DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA Esta prueba se utiliza para la valoración de una posible disfunción de movilidad de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito ventral, con las extremidades superiores a lo largo del tronco y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie, en finta adelante en el lado a evaluar a la altura de las caderas del paciente orien­ tado hacia la cabeza de este. El terapeuta toma un contacto sensitivo con la yema de

FIGURA 1-77  Prueba de movilización de la articu­ lación sacroilíaca.

1.2.  Pelvis

los dedos de la mano inferior en la interlínea articular sacroilíaca. La otra mano toma un contacto a través de los dedos segundo a quinto en la parte anterior de la hemipelvis del lado a evaluar, a nivel de la espina ilíaca anterosuperior.

Ejecución del test El terapeuta realiza una tracción de la pelvis hacia posterior, mientras que con la mano si­ tuada sobre la articulación sacroilíaca percibe los movimientos.

Interpretación del test En pacientes sin afectación en la articulación sacroilíaca, el terapeuta aprecia la movilidad de la articulación sacroilíaca al llevar a cabo la acción. Si el terapeuta no aprecia los movimientos y la articulación se mueve en bloque o se activa un cuadro álgico al inducir el movimiento, se puede pensar en una disfunción de movilidad de la articulación sacroilíaca.

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Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve de forma activa el miembro del lado a valorar a abducción de cadera, acercando la rodilla hacia la camilla. Cuando ya no pueda más el paciente o cuando haya contactado la rodilla con la camilla, el terapeuta ejerce un poco de presión sobre ella hacia el suelo. El terapeuta contabiliza la distancia entre la rodilla del lado afecto y la camilla. Después de esto, realiza la prueba en el miembro contralateral.

Interpretación del test En pacientes que no presentan afectación sa­ croilíaca ni de la articulación coxofemoral, la rodilla del lado a evaluar contacta normal­ mente con la camilla. Si por el contrario exis­ te mayor distancia de la rodilla a la camilla en algún miembro y aparece un cuadro álgico

PRUEBA DE PATRICK Esta prueba se utiliza para discernir entre una posible alteración de la articulación de la cadera o de la articulación sacroilíaca.

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Posición del paciente En decúbito dorsal, con las extremidades superiores a lo largo del tronco. El miem­ bro inferior del lado a valorar se encuentra en flexión de rodilla de 90° y en abducción de cadera, de tal forma que la planta del pie contacte con la cara interna de la rodilla de la otra pierna, que se encuentra reposada en la camilla con extensión de rodilla.

Posición del terapeuta De pie en el lado a valorar, en finta adelante en dirección craneal, a la altura de las rodillas del paciente. La mano interna del terapeuta contacta con la espina ilíaca anterosuperior de la hemipelvis contralateral para bloquear­ la. La otra mano toma contacto sobre cara interna de la rodilla del miembro a valorar.

FIGURA 1-78  Prueba de Patrick.

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cuando el terapeuta realiza la compresión, se puede decir que existe algún tipo de dis­ función en ese miembro. El terapeuta notará tensión en la musculatura encargada de la aproximación de la cadera. La afectación muscular puede tener un origen coxofemoral o sacroilíaco. Cuando existe dis­ función coxofemoral, el dolor se presenta en la misma articulación y la limitación de mo­ vimiento es débil y progresiva. Cuando existe disfunción de la articulación sacroilíaca, la zona de dolor se encuentra alrededor de la línea sacra y la limitación del movimiento es brusca y súbita. Hay que considerar también como posible detonante de la positividad de la prueba una disfunción de origen en la columna lumbar.

PRUEBA DE PIEDALLU Esta prueba se utiliza para evaluar los movi­ mientos del sacro con respecto a los huesos ilíacos.

Posición del paciente Sentado, con los brazos a lo largo del tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación o en cuclillas detrás del pa­ ciente. El terapeuta toma un contacto con ambos pulgares sobre las espinas ilíacas pos­ terosuperiores.

PRUEBA DE PRESIÓN SOBRE EL ILION

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para evaluar afectacio­ nes de la articulación sacroilíaca.

El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de tronco, acercando las manos hacia los pies.

Interpretación del test En personas sin afectación de la articulación sacroilíaca, ambas espinas ilíacas descienden al llevar a cabo el movimiento de flexión de tronco y el terapeuta lo percibe con sus pulgares. Si existe alguna disfunción en la articulación sacroilíaca, el dedo del terapeuta situado sobre la correspondiente espina ilíaca posterosuperior asciende acompañando al sacro, ya que el ilíaco no puede realizar el movimiento de rotación posterior.

FIGURA 1-79  Prueba de Piedallu.

Posición del paciente La realización de la prueba comprende varias partes en las que el paciente adopta distintas posiciones que por orden son: 1. En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas. 2. Tumbado de lado, con el miembro a valorar arriba con la rodilla en extensión y el miembro contralateral en flexión de cadera y rodilla sobre la camilla, aumen­ tando la base de sustentación. 3. En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

1.2.  Pelvis

4. En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta

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1. En bipedestación, a un lado del paciente a la altura de la pelvis en finta adelante en dirección craneal. Contacta con el talón de la mano derecha sobre la es­ pina ilíaca anterosuperior derecha y la mano izquierda sobre la espina ilíaca anterosuperior izquierda, de modo que el terapeuta se encuentra con los brazos cruzados. 2. En bipedestación, en finta doble por de­ lante del paciente a la altura de la pelvis

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orientado hacia este. Ambas manos con­ tactan con el hueso ilíaco a valorar en su parte externa. 3. En bipedestación, a un lado del pa­ ciente en finta adelante a la altura de las caderas orientado hacia la cabeza de este. Las manos contactan con cada una de las crestas ilíacas por su borde externo. 4. En bipedestación a la altura de la pelvis del paciente en finta adelante en dirección craneal. La mano inferior contacta encima del sacro; la otra ma­ no, colocada sobre la primera, refuerza el contacto.

FIGURA 1-80  Prueba de presión sobre el ilion. A-D. Posiciones 1 a 4. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

FIGURA 1-80 (cont.). 

Ejecución del test 1. El terapeuta realiza un empuje con las manos hacia la camilla como para abrir los huesos ilíacos. 2. El terapeuta realiza un empuje con las manos hacia la camilla, comprimiendo el hueso ilíaco. 3. El terapeuta realiza un empuje intentando unir ambas manos como para cerrar los huesos ilíacos. 4. El terapeuta realiza un empuje compri­ miendo el sacro hacia la camilla.

Interpretación del test 1. Si al realizar el gesto el terapeuta se activa la sintomatología álgica a nivel de la zona glútea o el muslo, se puede

pensar en afectación de los ligamentos sacroilíacos anteriores. 2. Si se genera un cuadro álgico o este in­ crementa al realizar la acción, se puede pensar en una disfunción de la articula­ ción sacroilíaca que se está valorando. Por lo general, esta disfunción engloba a los ligamentos posteriores de la articulación. 3. Si aparece dolor en la articulación sacroi­ líaca al realizar la prueba, se puede rela­ cionar con afectación de los ligamentos posteriores de la articulación sacroilíaca que producen la disfunción. 4. Si se genera un cuadro álgico al llevar a cabo el movimiento el terapeuta, se puede pensar en una disfunción de la articula­ ción sacroilíaca.

1.2.  Pelvis

67

PRUEBA DE YEOMAN Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble disfunción de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en dirección craneal. Con la mano caudal toma contacto sobre la parte anterior de la rodilla de la pierna homolateral. Con la mano craneal toma un contacto abarcando el calcáneo de la pierna del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta realiza una flexión de rodilla de 90° de la pierna del lado a evaluar. Una vez en esta posición, induce una extensión de la articulación coxofemoral del mismo lado.

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Interpretación del test A medida que el terapeuta induce la exten­ sión de la articulación de la cadera, se van poniendo en estrés distintas estructuras. La aparición de dolor en la primera fase de la extensión es indicativo de afectación de ligamentos posteriores de la articulación sa­ croilíaca. En la segunda fase se genera estrés en los ligamentos sacroilíacos anteriores. En base a esto, se puede concluir que si el te­ rapeuta percibe la presencia de dolor en la arti­ culación sacroilíaca, se trata de una afectación ligamentaria anterior o posterior. Si por el con­ trario el cuadro álgico se genera en otras zonas distintas a la de la articulación sacroilíaca, el terapeuta ha de pensar en otras estructuras. Si la sintomatología se genera en la zona lumbar, se puede pensar en la afectación de las carillas articulares lumbares. Si se genera dolor en la parte anterior del muslo, se pue­ de pensar en afectación muscular de la zona anterior del muslo o en tracción del nervio femoral.

FIGURA 1-81  Prueba de Yeoman.

PRUEBA DE ELASTICIDAD DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA Esta prueba se utiliza para evaluar la movili­ dad y la capacidad elástica de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito ventral, con las rodillas en ex­ tensión y los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de la pelvis orientado hacia este.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test

Interpretación del test

Con el dedo índice de una mano, el tera­ peuta contacta en la articulación sacroilía­ ca sobre el brazo menor de esta (interlínea articular a la altura de la primera vértebra sacra). Con la otra mano, el terapeuta con­ tacta con la eminencia hipotenar sobre la uña del dedo índice que está en contacto con la articulación. Seguidamente, lleva a cabo con esta última mano una compresión hacia la camilla. Repite la secuencia sobre el brazo mayor de la articulación sacroilíaca (interlínea articular a la altura de la tercera vértebra sacra).

Si el terapeuta lleva a cabo el movimiento y la articulación responde de forma elástica a sus exigencias (tanto al empuje como a la vuelta a la posición inicial), se puede decir que no existe fijación sacroilíaca, por lo que la prueba es negativa. La prueba es positiva si el terapeuta percibe un tope brusco y súbito después de cierta mo­ vilidad; se puede pensar en una alteración de hipermovilidad sacroilíaca. Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta no percibe movimiento alguno, se puede pensar en una disfunción de hipomovilidad de la articulación sacroilíaca. Ambos casos pueden cursar con un cuadro álgico.

PRUEBA DE DERBOLOWSKY Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble disfunción de movilidad de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal. El terapeu­ ta toma contacto con ambos pulgares justo debajo de los maléolos tibiales del paciente para medir la altura de estos.

Ejecución del test Tras observar la disposición de los maléolos, el terapeuta le pide al paciente que se incor­ pore en la camilla con una anteflexión de tronco, de forma que acabe sentado con las rodillas en extensión y las manos apoyadas sobre la camilla.

Interpretación del test FIGURA 1-82  Prueba de elasticidad de la articulación sacroilíaca.

En condiciones normales, al realizar el paso de tumbado a sentado aumentan bilateral­ mente la longitud de los miembros inferiores

1.2.  Pelvis

y descienden por igual ambos maléolos gra­ cias a la correcta movilidad de las articula­ ciones sacroilíacas. Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta percibe que un maléolo tibial descien­ de más que el otro, puede ser indicativo de una disfunción de movilidad de la ar­ ticulación sacroilíaca del lado que no des­ ciende. La positividad de la prueba no es suficiente para diagnosticar una disfunción de hipo­ movilidad de la articulación sacroilíaca, ya que la disminución del alargamiento de una de las dos piernas puede deberse a la afectación muscular de los isquiotibiales o a una pierna corta anatómica, y no a una res­

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tricción de la movilidad de la articulación sacroilíaca.

STANDING FLEXION TEST (PRUEBA DE FLEXIÓN EN BIPEDESTACIÓN DE LA SACROILÍACA) Esta prueba se utiliza para la valoración de posibles disfunciones en la articulación sa­ croilíaca.

Posición del paciente De pie, con las extremidades superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este. Con sus pulgares contacta sobre las espinas ilíacas posterosu­ periores.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una anteflexión de tronco con las pier­ nas estiradas.

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Interpretación del test

FIGURA 1-83  Prueba de Derbolowsky.

El terapeuta ha de percibir el movimiento de los ilíacos a través de las espinas ilíacas pos­ terosuperiores. En un paciente sin afectación sacroilíaca, los pulgares del terapeuta han de ascender ligeramente o mantener la misma posición. En pacientes con disfunción sacroilíaca, el pulgar del terapeuta del lado afecto as­ ciende acompañando el movimiento del sa­ cro mucho más rápido que el pulgar del lado sano, ya que en el ritmo lumbopélvi­ co durante la flexión de cadera el sacro se mueve antes que el ilíaco, mientras que en caso de fijación o bloqueo sacroilía­ co, el ilíaco se comporta como lo hace el sacro.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

• En la primera, el terapeuta contacta am­ bos pulgares con las espinas ilíacas pos­ terosuperiores. • En la segunda, un pulgar contacta en la espina ilíaca posterosuperior a valorar y el otro pulgar contacta con la apó­ fisis espinosa de la segunda vértebra sacra. En • la última parte de la prueba, uno de los pulgares contacta con la apófisis es­ pinosa de la segunda vértebra sacra y el otro pulgar contacta sobre el isquion del lado a valorar.

Ejecución del test

• En la primera parte de la prueba, el te­ rapeuta observa si están al mismo nivel ambas espinas ilíacas posterosuperiores.

FIGURA 1-84  Standing  flexion test (prueba de flexión en bipedestación de la sacroilíaca).

PRUEBA DE FIJACIÓN DE LA ARTICULACIÓN SACROILÍACA Esta prueba se utiliza para la valoración de posibles disfunciones en la articulación sa­ croilíaca.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En cuclillas, detrás del paciente orientado hacia este. La prueba presenta tres partes:

FIGURA 1-85  Prueba de fijación de la articulación sacroilíaca. A. Contacto en ambas EIPS.

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1.2.  Pelvis

71

FIGURA 1-85 (cont.).  Prueba de fijación de la articulación sacroilíaca.B. Contacto en sacro y en EIPS. C. Contacto en sacro e isquion. D. Evolución del test.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

• En la segunda y en la tercera partes, el terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una flexión de la articulación coxofemoral y de la articulación de la rodilla de tal forma que intente contactar la rodilla con el pecho. Ambas partes se realizan de forma bilateral.

Interpretación del test En la primera parte de la prueba, una espina ilíaca posterosuperior se encuentra a distinto nivel que la otra si existe disfunción en la articulación sacroilíaca. Una vez que el terapeuta observa el desnivel de las espinas, procede a valorar cuál de las dos se encuentra en disfunción. Si al flexio­ nar la cadera, la espina ilíaca posterosuperior del lado a valorar no desciende, desciende poco o asciende, es significativo de una dis­ función de la articulación sacroilíaca de ese lado. En la tercera parte de la prueba, al flexio­ nar la articulación coxofemoral, el contacto sobre el isquion debe descender. Si no des­ ciende, desciende poco o asciende, se puede pensar en una disfunción de la articulación ­sacroilíaca del lado a valorar.

la línea media, como si quisiera unir sus manos.

Interpretación del test En pacientes sin ningún tipo de disfunción en la articulación sacroilíaca, esta prueba no activa la sintomatología álgica. Si el paciente se queja de dolor en el recorrido de la ar­ ticulación sacroilíaca, se puede pensar en una afectación de los ligamentos sacroilíacos posteriores. Aunque esta prueba pretenda valorar la afec­ tación de los ligamentos posteriores de la articulación sacroilíaca, la profundidad de percepción del dolor al llevar a cabo la ac­ ción indica si se corresponde con una afecta­ ción de estos ligamentos o con una disfunción anterior de la articulación sacroilíaca por

PRUEBA DE SQUISH Esta prueba se utiliza para valorar la afecta­ ción de los ligamentos sacroilíacos de la parte posterior de la articulación.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta adelante a la altura de las caderas en dirección craneal. Toma contacto con el talón de las manos sobre las espinas ilíacas antero­ superiores de forma bilateral.

Ejecución del test El terapeuta realiza una compresión bilateral y oblicua en dirección de la camilla y hacia

FIGURA 1-86  Prueba de Squish.

1.2.  Pelvis

resistir el movimiento de rotación posterior que el terapeuta le induce con dicha prueba.

Ejecución del test

En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una flexión de forma bilateral de la ar­ ticulación coxofemoral y de la articulación de la rodilla y que levante la pelvis de la camilla. Seguidamente, vuelve a llevar las piernas a la posición inicial. Este gesto tiende a equilibrar la pelvis. Tras esto, contacta con sus pulga­ res sobre los maléolos tibiales por su borde caudal y le pide al paciente que se incorpore de la camilla con una anteflexión de tronco manteniendo la extensión de las rodillas.

Posición del terapeuta

Interpretación del test

En bipedestación, en finta doble a los pies del paciente orientado hacia este.

Si un maléolo, a priori más bajo, desciende menos que el otro al pasar a la posición

PRUEBA DE POSICIÓN DE SENTADO CON LAS PIERNAS ESTIRADAS Esta prueba se utiliza para valorar posibles disfunciones de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente

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FIGURA 1-87  Prueba de posición de sentado con las piernas estiradas. A. Equilibración de la pelvis. B. Anteflexión del tronco con rodillas extendidas.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

de sentado, el terapeuta puede pensar en una disfunción de rotación de ilíaco de ese lado. Igualmente, si un maléolo en principio más alto desciende más que el contrala­ teral al pasar el paciente a la posición de sentado, el terapeuta puede pensar en una disfunción de rotación del ilíaco de ese lado.

PRUEBA DE ERICHSEN Esta prueba se utiliza para valorar posibles alteraciones de tipo inflamatorio de las arti­ culaciones sacroilíacas.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta adelante a la altura de las caderas orientado hacia la cabeza de este. Con los talones de las manos, toma contacto sobre la cara externa de ambas crestas ilíacas.

FIGURA 1-88  Prueba de Erichsen.

Ejecución del test

PRUEBA DE GOLDTHWAIT

El terapeuta realiza un empuje con ambas manos en dirección medial, como si quisiera unir las manos.

Esta prueba se utiliza para valorar posibles disfunciones sacroilíacas.

Interpretación del test Si el paciente no percibe dolor alguno du­ rante la realización de la prueba, esta es negativa y no cabe pensar en una disfunción sacroilíaca. Por el contrario, si al realizar el gesto el terapeuta, aparece dolor en el reco­ rrido de la articulación sacroilíaca, se puede pensar en una afectación de es­ ta articulación. En este caso la prueba es positiva.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta adelante a la altura de las caderas en dirección craneal. Toma un contacto sensitivo sobre la columna lumbar del paciente con la mano superior; la otra mano abarca el calcá­ neo de la pierna homolateral.

1.2.  Pelvis

Ejecución del test El terapeuta realiza pasivamente una fle­ xión de la articulación coxofemoral del paciente del lado a valorar con la rodilla en extensión.

Interpretación del test Si el paciente no percibe dolor en el recorrido de la flexión de cadera, no existe disfunción ni sacroilíaca ni lumbar. Si aparece sintomatología dolorosa al realizar el gesto el terapeuta antes de que llegue el movimiento a la columna lumbar, se puede pensar en una disfunción sacroilíaca. Si el dolor aparece cuando el terapeuta nota que el movimiento llega a la columna lum­

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bar, se puede pensar en una disfunción de origen lumbar.

HIP DROP TEST Esta prueba se utiliza para valorar posibles disfunciones de movilidad de la articulación sacroilíaca y de la columna lumbar.

Posición del paciente En bipedestación, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que se colo­ que de lado sobre un escalón o taburete, de tal forma que la pierna del lado a valorar se sitúe al borde del escalón o taburete y la pierna del miembro inferior del lado sano se encuentre suspendida en el aire. Seguidamente, el pa­ ciente ha de descender la pierna elevada para tocar el suelo realizando un movimiento de descenso global de la hemipelvis y latero­ flexión lumbar. Alternativamente lleva a cabo ascensos y descensos del miembro inferior del lado a estudiar.

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Interpretación del test

FIGURA 1-89  Prueba de Goldthwait.

En condiciones normales, la espina ilíaca del lado a valorar desciende de manera armónica unos 25° respecto a la horizontal. Este des­ censo se acompaña de un movimiento de la­ teroflexión lumbar hacia el lado contralateral. En este caso se dice que la prueba es negativa. Si el terapeuta percibe un descenso anor­ malmente disminuido de la hemipelvis a valorar (desciende menos de 20°-25°) acompañado de una lateroflexión lumbar disminuida, casi inexistente, se puede pen­ sar en una posible afectación de la movili­ dad lumbopélvica. Se dice entonces que la prueba es positiva.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

pensar en una posible disfunción de la articu­ lación sacroilíaca. En este caso se dice que la prueba es positiva. La relación entre la positividad de la prueba y la afectación de pelvispondilitis es impor­ tante. Por lo tanto, decir que si la prueba es positiva conduce a realizar pruebas más es­ pecíficas para determinar la disfunción.

FIGURA 1-90  Hip drop test.

PRUEBA DE ROTES QUEROLLE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En bipedestación, en apoyo monopodal. Con la pierna del lado contralateral al que hay que evaluar en flexión de rodilla y cadera, de tal forma que se encuentra elevada.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test

FIGURA 1-91  Prueba de Rotes Querolle.

PRUEBA DE THOMPSON O DE ALARGAMIENTO DEL MIEMBRO INFERIOR

El terapeuta le pide al paciente que realice varios saltos en apoyo monopodal.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la articulación sacroilíaca.

Interpretación del test

Posición del paciente

Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico a nivel sacroilíaco, se puede

En decúbito prono, con los miembros supe­ riores a lo largo del cuerpo y las rodillas en

1.2.  Pelvis

extensión. El paciente coloca los pies por fuera de la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado contrario a la pel­ vis a valorar del paciente en finta adelante a la altura del abdomen del mismo en dirección caudal. Con la eminencia hipotenar de la ma­ no interna toma contacto sobre la espina ilíaca posterosuperior del lado a evaluar. La otra mano se sitúa sobre la anterior abrazando la tabaquera anatómica para reforzar el contacto.

Ejecución del test El terapeuta realiza un empuje sobre la es­ pina ilíaca posterosuperior del lado a valorar en dirección de los pies del paciente y hacia

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el suelo de forma suave y lenta, observando en todo momento el pie del mismo lado para percibir posibles cambios durante el empuje de la pelvis.

Interpretación del test En condiciones normales, al realizar el tera­ peuta el empuje sobre la pelvis del lado a es­ tudiar, la pierna homolateral ha de descender y realizar una rotación externa de forma glo­ bal debido a la transmisión del movimiento de rotación del hueso ilíaco a lo largo del miembro inferior del paciente. En este caso se dice que la prueba es negativa. Si al realizar el empuje el terapeuta perci­ be que el miembro inferior homolateral no desciende, se puede pensar en una posible afectación de hipomovilidad sacroilíaca. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE DOWNING Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito supino, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

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Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de la pelvis del paciente en dirección caudal. Con la mano proximal toma contacto sobre la parte interna de la ro­ dilla, mientras que la caudal abarca el hueso calcáneo homolateral.

Ejecución del test

FIGURA 1-92  Prueba de Thompson o de alargamiento del miembro inferior.

Previa a la toma de contacto, el terapeuta ha de señalizar con un rotulador la parte más prominente del maléolo interno del miem­ bro a valorar y calca la misma línea en el maléolo contralateral. Así queda señalizada sobre el maléolo interno del miembro con­ tralateral que vamos a evaluar una línea que le sirve al terapeuta como guía para valorar la movilidad sacroilíaca.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

La prueba consta de dos partes: 1. En la primera parte, el terapeuta induce una rotación anterior del hueso ilíaco a valorar producida por la puesta en tensión de los ligamentos ileofemoral y pubofe­ moral. Para ello realiza una flexión de 90°, una rotación externa y aproximación de cadera del miembro a valorar. Segui­ damente, conduce el miembro hacia la posición inicial de extensión. Tras esto, señaliza con rotulador la altura de la parte más prominente del maléolo tibial en el miembro contralateral. 2. En la segunda parte, el terapeuta induce una rotación posterior del hueso ilíaco a valorar producida por la puesta en tensión del ligamento isquiofemoral. Para ello rea­ liza una flexión de 90°, rotación interna y

separación de cadera del miembro a valo­ rar. Seguidamente, conduce el miembro a la posición inicial de extensión. Tras esto, señaliza con rotulador la altura de la parte más prominente del maléolo tibial en el miembro contralateral. Entre ambas partes, el terapeuta realiza una equilibración de la pelvis, pidiéndole al pa­ ciente que flexione las rodillas, apoye los pies sobre la camilla y levante la pelvis llevando de forma pasiva las piernas a la posición neutra.

Interpretación del test Si en la primera parte de la prueba la línea dibujada se mantiene a la misma altura que la primera o desciende muy poco, se puede pensar en una disfunción de rotación pos­ terior sacroilíaca. En condiciones normales,

FIGURA 1-93  Prueba de Downing. A. Fase de alargamiento. B. Fase de acortamiento.

1.2.  Pelvis

la rotación anterior hace que la pierna se “alargue” y la marca de rotulador queda más baja que la primaria. Si en la segunda parte de la prueba la línea di­ bujada se mantiene a la misma altura que la pri­ mera o asciende muy poco, se puede pensar en una disfunción de rotación anterior sacroilíaca. En condiciones normales, la rotación posterior hace que la pierna se “acorte” y la marca de rotulador queda más alta que la primaria. Con los movimientos inducidos por el tera­ peuta, se tensan los ligamentos coxofemora­ les, que en condiciones normales permiten la movilidad de los ilíacos sobre el hueso sacro.

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en una posible afectación de hipomovilidad de las ramas pubianas.

PRUEBA DE MOVILIDAD DE LA SÍNFISIS DEL PUBIS Esta prueba se utiliza para valorar posibles alteraciones de movilidad a nivel de las ramas pubianas.

Posición del paciente En bipedestación, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta

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En cuclillas, delante del paciente con la ca­ beza a la altura del pubis. El terapeuta toma un contacto con la yema de los dedos índice y corazón de las manos sobre cada una de las ramas pubianas.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una transferencia de carga de una pierna a la otra. Repite el gesto hacia el otro miembro inferior.

Interpretación del test En condiciones normales, cuando el paciente realiza la transferencia hacia un lado, la rama pubiana homolateral asciende y la contrala­ teral desciende. Si el terapeuta percibe que la rama pubiana homolateral al movimiento no asciende o la contralateral no desciende, se puede pensar

FIGURA 1-94  Prueba de movilidad de la sínfisis del pubis.

PRUEBA DE COMPRESIÓN DE LAS ALAS ILÍACAS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la articulación sacroilíaca.

Posición del paciente En decúbito lateral con el lado a explorar arriba. Los miembros inferiores se colocan en una posi­ ción de semiflexión para estabilizar al paciente.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble a la altura de la pelvis orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

con ambas manos superpuestas en el borde externo del hueso ilíaco que queda arriba, inmediatamente por fuera de la espina ilíaca anterosuperior.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión con ambas manos a la vez hacia el suelo.

Esta prueba no indica solamente la lesión de los ligamentos sacroilíacos del lado que está arriba, sino de los dos, ya que al realizar la compresión existe una tendencia a abrir ambas articulaciones sacroilíacas. Igualmente, el hecho de que aparezca dolor durante la realización de la prueba puede indicar una lesión inflamatoria aguda de la articulación sacroilíaca.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra aparece en el paciente un cuadro álgico a nivel posterior de la articulación sacroilíaca, se puede pensar en una afectación de los ligamentos sacroilíacos posteriores como consecuencia de una dis­ función articular.

PRUEBA DE MOVILIDAD DE LAS RAMAS PÚBICAS Esta prueba se realiza para valorar la movi­ lidad analítica de las ramas púbicas en torno a la sínfisis del pubis.

Posición del paciente En decúbito dorsal con los brazos reposando a ambos lados del tronco y lo más próximo al borde del lado a evaluar de la camilla co­ mo sea posible. Las rodillas se encuentran extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble a la altura de la pelvis del paciente de lado a evaluar orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano craneal de forma sensitiva a nivel de la parte superior de la rama púbica del lado a evaluar. La mano caudal toma un contacto a nivel de la rodilla homolateral.

Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva primero un movimiento de flexión de cadera y des­ pués de extensión de la misma; en ambos casos el movimiento debe tener amplitud máxima.

Interpretación del test

FIGURA 1-95  Prueba de compresión de las alas ilíacas.

En condiciones normales, cuando realiza una flexión de la articulación coxofemoral, el terapeuta debe notar que la rama púbica del mismo lado asciende, sobre todo al final del movimiento. De la misma forma, cuando el terapeuta induce al paciente una

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

81

FIGURA 1-96  Prueba de movilidad de las ramas púbicas. A. En flexión. B. En extensión.

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extensión de la articulación de la cadera, de­ be notar que la rama púbica del mismo lado desciende, sobre todo al final de la amplitud articular.

Alteraciones en la biomecánica normal de las ramas púbicas durante la flexión o la ex­ tensión de la cadera traducen una lesión de tipo bloqueo articular de la sínfisis del pubis.

1.3. Miembros superiores CINTURA ESCAPULAR PRUEBA DE LA LATA VACÍA (MÚSCULO SUPRAESPINOSO) Esta prueba se utiliza para valorar una posible disfunción del músculo supraes­ pinoso.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores en separación de 90° de hombro y con una aproximación horizontal de los mismos de unos 30°. Los pulgares han de señalar al suelo imprimiendo una rotación interna de la articulación glenohumeral.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente en finta doble orientado hacia este, contactando sus manos con los miembros superiores a nivel del ter­ cio distal del cúbito por su cara craneal.

Ejecución del test El terapeuta ejerce una fuerza descendente sobre los antebrazos del paciente de tal forma que intente pegárselos al tronco. Este último ha de vencer la resistencia del terapeuta en sepa­ ración tratando de mantener la posición inicial.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de vencer la acción del terapeuta de forma que los brazos tien­ den a caer en sentido de la aproximación, se

puede suponer una afectación del músculo supraespinoso. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si el paciente no puede vencer la resistencia por imposibilidad funcional sin dolor, el te­ rapeuta puede pensar en afectación del nervio supraescapular. En cambio, si es la aparición de un cuadro álgico la que imposibilita la acción, se puede pensar en un proceso tendi­ noso o en una afectación del vientre muscular del músculo supraespinoso.

PRUEBA DE YERGASON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del tendón de la cabeza larga músculo bíceps braquial.

Posición del paciente Sentado, con el miembro superior a valorar en contacto con el tronco, el codo en flexión de 90° y la palma de la mano mirando al suelo, en pronación de antebrazo.

Posición del terapeuta Delante del paciente, ligeramente lateralizado del lado a testar en finta doble, orientado hacia este. La mano externa toma un contacto sen­ sitivo a través de la yema de los dedos sobre la corredera bicipital. La otra mano contacta abarcando la muñeca del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice dos movimientos a la vez: primero que oriente la palma de la mano a evaluar hacia el techo realizando un movimiento de supinación del antebrazo y después una flexión del codo. El terapeuta ha de resistir ambos movimientos. El plano de movimiento debe ser paralelo al esternón del paciente para evitar posibles compensaciones de rotación del húmero.

Interpretación del test FIGURA 1-97  Prueba de la lata vacía.

Si el paciente presenta dolor en el tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial al llevar a cabo el gesto, se puede pensar en

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

una afectación de este. Entonces se dice que la prueba es positiva. El terapeuta puede au­ mentar aún más el estrés sobre el tendón in­ crementando la presión con la mano craneal a nivel de la corredera bicipital. Que la prueba sea positiva puede ser indi­ cativo de una tendinitis de la porción larga del músculo bíceps braquial. También puede ser indicativo de una afectación o rotura del ligamento transverso; en este último caso, en la mayoría de las ocasiones se produce una luxación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial que es palpable por el terapeuta. También hay que tener en cuenta que si aparece un chasquido durante la realización de la prueba puede ser indicativo de tenosinovitis.

83

PRUEBA DE SPEED Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la porción larga del mús­ culo bíceps braquial.

Posición del paciente De pie o sentado, con el miembro a valorar en flexión de 90° de la articulación gleno­ humeral y el codo en extensión. El paciente coloca el antebrazo en supinación de forma que la palma de la mano mira hacia el techo.

Posición del terapeuta De pie en finta adelante lateralmente al pa­ ciente del lado a valorar orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior sobre el tercio superior del húmero palpando con las yemas de los dedos la corre­ dera bicipital. La mano anterior contacta con el tercio distal del cúbito por su cara anterior.

Ejecución del test El paciente ha de flexionar aún más la ar­ ticulación glenohumeral, de tal forma que lleve la palma de la mano hacia el techo. El terapeuta resiste el movimiento intentado llevar el brazo del paciente hacia el suelo. Tras finalizar la prueba en un miembro, se ha de llevar a cabo en el miembro contralateral.

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Interpretación del test

FIGURA 1-98  Prueba de Yergason.

Si el paciente es incapaz de vencer la resis­ tencia del terapeuta por impotencia funcional o por la aparición de un cuadro álgico, se puede pensar en una posible afectación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta puede aumentar el estrés del tendón de la porción larga del músculo bí­ ceps braquial incrementando su compresión a nivel de la corredera bicipital con su mano posterior. Si el músculo testado presenta una gran hi­ potonía, el terapeuta no puede descartar una rotura tendinosa importante.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una contracción isométrica de ambos músculos bíceps braquiales a la vez.

Interpretación del test Si al realizar la prueba el paciente se produ­ ce un cuadro álgico a nivel del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial en alguno de los dos miembros, se puede pensar en un proceso tendinoso de la porción larga de este músculo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Una contracción de menor calidad en alguno de los dos lados también puede ser indicati­ vo de una tendinitis de la porción larga del músculo bíceps braquial.

FIGURA 1-99  Prueba de Speed.

PRUEBA DE LUDINGTON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación tendinosa de la porción larga del músculo bíceps braquial.

Posición del paciente En sedestación contactando con las palmas de ambas manos sobre el hueso occipital de forma que los dedos quedan enlazados los unos con los otros en la parte posterior de la cabeza del paciente.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este. Con las ye­ mas de los dedos índices de sus manos, toma contacto sobre los tendones de la porción larga del músculo bíceps braquial de cada lado.

FIGURA 1-100  Prueba de Ludington.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

En todo momento de la contracción, el tera­ peuta ha de percibir el tendón. Si es incapaz de palparlo durante la contracción bicipital, se puede pensar en una rotura o en una lu­ xación de este por disfunción del ligamento transverso que lo mantiene dentro de la co­ rredera bicipital. Por otro lado, si el paciente es incapaz de colocar los miembros superiores en la posi­ ción inicial, significa una imposibilidad de movimiento en rotación externa y separación de húmero. En este caso hay que valorar toda la musculatura que forma parte del complejo articular de la cintura escapular.

DROP ARM TEST Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la musculatura del com­ plejo escapular, especialmente del músculo supraespinoso.

o es incapaz de devolverlo hasta la posición inicial de forma lenta, se puede pensar en la existencia de una posible disfunción mus­ cular del complejo escapular, en la mayoría de casos por afectación o rotura del músculo supraespinoso. En este caso se dice que la prueba es positiva. En ocasiones el brazo cae súbitamente debido a la disfunción muscular. Que la prueba sea positiva no implica que la impotencia funcio­ nal vaya acompañada de un cuadro álgico. En la primera fase de la prueba, en vez de llevar el terapeuta el miembro del paciente a separación, le puede pedir que este lo haga de forma activa. Si es incapaz de realizar este gesto, el terapeuta no puede llevar a cabo la prueba, en este caso sería igualmente positiva.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos, o de pie con los brazos a lo largo del cuerpo.

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Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desvia­ do del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano externa abarcando la muñeca homo­ lateral. La otra mano reposa sobre la porción superior de la escápula del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de separación glenohumeral de 90°120° manteniendo el codo homolateral en extensión. Seguidamente, le pide al paciente que mantenga el brazo en esta postura y pa­ sados unos segundos que lo lleve lentamente a la posición inicial.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de mantener el brazo en la posición anteriormente señalada

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FIGURA 1-101  Drop arm test.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DEL RASCADO DE APLEY Esta prueba se utiliza para valorar posibles disfunciones a nivel de la movilidad del com­ plejo articular del hombro.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos colocadas sobre los muslos, o de pie con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, al lado del paciente en finta doble.

Ejecución del test La prueba consta de varias fases: 1. En la primera fase, el paciente tiene que realizar una aducción del hombro a va­ lorar de tal forma que se toque con la

yema de los dedos la porción superior del hombro del lado contralateral pasando el brazo por delante del tronco. 2. En la segunda fase y partiendo desde la posición inicial, el paciente ha de flexio­ nar completamente el hombro y llevarlo a rotación externa con el codo en flexión para tocarse la apófisis espinosa de las primeras vértebras dorsales. 3. Por último y partiendo desde la posición inicial, el paciente ha de realizar una extensión y una aducción posterior del hombro del lado a valorar y llevar a cabo una rotación interna de esta articulación con el codo en flexión, de tal forma que se palpe con el dorso de la mano las apó­ fisis espinosas de las vértebras dorsales medias.

FIGURA 1-102  Prueba del rascado de Apley. A-C. Partes 1 a 3.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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PRUEBA DE APLEY (SCRATCH TEST) Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de la musculatura del complejo escapular.

Posición del paciente De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que se pal­ pe con la yema del dedo índice del lado a valorar la porción superior del hombro contrario pasando el brazo por delante de su tronco.

FIGURA 1-102 (cont.). 

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Interpretación del test Si el paciente presenta alguna dificultad o imposibilidad de llevar a cabo algún gesto de los mencionados anteriormente, el terapeuta puede pensar en una posible inestabilidad del hombro. En este caso se dice que la prueba es positiva. Dependiendo de la fase en la que se en­ cuentre la incapacidad funcional, el tera­ peuta observa si se trata de una limitación a la flexión, extensión, aproximación, separa­ ción, rotaciones o campaneos escapulares. Es importante que el paciente realice todas las fases de forma bilateral y que el terapeuta compare ambos hombros. De la misma for­ ma, no solo se valora la incapacidad de mo­ vimiento, sino que también se ha de evaluar la calidad de este.

FIGURA 1-103  Prueba de Apley (scratch test).

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de realizar el gesto o aparece un cuadro álgico al llevarlo a cabo, el terapeuta puede pensar en la presencia de una posible afectación de la musculatura del com­ plejo escapular, en la mayoría de los casos del músculo supraespinoso. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta ha de valorar en qué movimiento se encuentra la limitación funcional: rota­ ción, aproximación o flexión glenohumeral. También debe realizar un diagnóstico dife­ rencial con una afectación del hombro de tipo artrosis.

PRUEBA DE PINZAMIENTO CRUZADO

hombro. En este caso se dice que la prueba es positiva. Dependiendo de la localización exacta del dolor, el terapeuta puede discernir la estruc­ tura que presenta la afectación. Si el cuadro álgico se presenta en la parte superior, la disfunción puede ser por afec­ tación de la articulación acromioclavicular. Si el cuadro álgico se presenta en la zona anterior, se puede pensar en afectación de los músculos supraespinoso, bíceps braquial o subescapular. Si el dolor aparece en la parte dorsal de la articulación, se puede pensar en una afectación de los músculos infraespinoso o redondo menor, o en una afectación de la porción posterior de la cápsula articular.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción del hombro.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos colocadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior sobre la región dorsal de la escápula homolateral. La mano anterior abarca el codo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta conduce el brazo del lado a ex­ plorar del paciente hacia los 90° de flexión de la articulación glenohumeral, con el co­ do en extensión. Seguidamente realiza una aproximación horizontal anterior máxima del brazo.

Interpretación del test Si al realizar el gesto aparece en el paciente un cuadro álgico, se puede pensar en la pre­ sencia de una posible disfunción a nivel del

FIGURA 1-104  Prueba de pinzamiento cruzado.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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PRUEBA DE PINZAMIENTO DE NEER Esta prueba se utiliza para la valoración de una afectación del espacio subacromiodel­ toideo.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al cuerpo y las manos sobre los muslos, o de pie con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, del lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. La mano posterior toma contacto con la espalda del paciente a nivel de la porción dorsal de la escápula. La mano anterior abarca el tercio proximal del cúbito homolateral.

Ejecución del test El terapeuta orienta la palma de la mano del lado a evaluar hacia el suelo, generando una rotación interna máxima de la articulación glenohumeral. Manteniendo el codo del lado a evaluar en extensión, conduce el hombro hacia flexión máxima.

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Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, se genera a nivel del hombro del paciente un cuadro álgico agudo, se puede pensar en un pinzamiento de la musculatura del hombro a nivel del espacio subacromiodeltoi­ deo o impingement. Mayormente se implican en esta disfunción el músculo supraespinoso y el tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial. Esta lesión se debe a un compromiso es­ tructural debido a una disminución del espa­ cio subacromial que genera un choque de la porción inferior del acromion y del ligamen­ to acromiocoracoideo con la estructura afec­ tada (músculo supraespinoso, tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial o bursa del músculo deltoides).

FIGURA 1-105  Prueba de pinzamiento de Neer.

PRUEBA DE PINZAMIENTO DE HAWKINS Y KENNEDY Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del hombro a nivel del espacio subacromial.

Posición del paciente Sentado con las brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos, o de pie con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie lateralmente al paciente en finta doble orientado hacia este. Con la mano anterior, toma contacto abarcando la articulación del codo del miembro a evaluar, mientras que con la mano posterior contacta sobre la par­ te superior del hombro del mismo lado, de

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

forma que el pulgar reposa a nivel superior del acromion y los demás dedos sobre la parte superior del extremo externo de la clavícula.

Ejecución del test El terapeuta induce una flexión de codo de 90° del lado a evaluar. Seguidamente, conduce el brazo hacia los 90° de abducción del hombro y, partiendo de esta posición, realiza una flexión horizontal de 45° del mismo hombro y una rotación interna de la articulación glenohumeral, de forma que la mano queda orientada hacia el suelo. La prueba consiste en realizar un punto fijo en la parte superior del hombro con un empuje hacia el suelo de la mano posterior mien­ tras el terapeuta realiza una elevación del

codo del paciente con la ayuda de la mano anterior.

Interpretación del test Si se genera un dolor agudo en el hombro del paciente cuando el terapeuta lleva a cabo la acción, se puede pensar en una posible afectación por compromiso del espacio suba­ cromial o impingement. Con la prueba, el terapeuta pone en compro­ miso las estructuras del espacio subacromial (músculos supraespinoso, porción larga del músculo bíceps braquial y bursa deltoidea) por compresión entre la parte superior de la cabeza del húmero y la porción inferior del acromion y ligamento acromiocoracoideo. La sintomatología álgica aumenta por la aproximación de la tuberosidad menor del húmero con la coracoides cuando se conduce el miembro hacia el hombro contralateral.

PRUEBA DE INYECCIÓN-IMPINGEMENT SEGÚN NEER Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un impingement como posible causa de dolor en el hombro.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble del lado a valorar del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta aplica anestesia (scandinibsa, por ejemplo) en el hombro a valorar del paciente mediante una inyección en la porción sub­ acromial. Seguidamente, le pide que realice el movimiento doloroso motivo de la consulta.

Interpretación del test FIGURA 1-106  Prueba de pinzamiento de HawkinsKennedy.

Si el dolor desaparece tras la infiltración de anestesia o decrece en gran medida, se puede

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

pensar en la existencia de una afectación de las estructuras subacromiales. Por el con­ trario, si el paciente no percibe cambios en la sintomatología álgica, el terapeuta tiene que buscar otra causa del cuadro álgico distinta al impingement.

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la porción proximal de la clavícula con el manubrio del esternón.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en el lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma contacto con la palma de la mano posterior fijando la es­ cápula a través de la espina de la misma. La mano anterior contacta con las yemas de los dedos índice y corazón sobre la parte superior de la porción clavicular interna, cerca de la articulación esterno­ clavicular.

Ejecución del test Con la mano anterior, el terapeuta lleva a cabo un empuje sobre la clavícula hacia el suelo y hacia el esternón del paciente, mien­ tras que con la mano posterior estabiliza la escápula homolateral.

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Interpretación del test

FIGURA 1-107  Prueba de inyección-impingement según Neer.

PRUEBA DE PRESIÓN DE LA ARTICULACIÓN ESTERNOCLAVICULAR (AEC) Esta prueba se utiliza para valorar la pre­ sencia de una posible afectación en la ar­ ticulación esternoclavicular que relaciona

Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, apa­ rece en el paciente un cuadro álgico agudo o la movilidad de la articulación esternoclavicular aumenta de forma anormal, se puede pensar en la existencia de una afectación del liga­ mento esternoclavicular superior y, posi­ blemente, del ligamento costoclavicular o liga­ mento axial que une la clavícula a la primera costilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si antes de llevar a cabo la prueba, el terapeuta percibe una deformidad en la articulación, no debe realizarla. De la mis­ ma forma, si piensa que puede existir una afectación traqueal, la prueba ha de ser rea­ lizada de una forma más prudente.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

La mano anterior abarca el codo del paciente del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta flexiona 90° grados el codo del paciente y tira de él en dirección caudal y medial, de tal forma que se imprima una depresión del hombro del lado a valorar. La mano craneal percibe la movilidad de la articulación acromioclavicular.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta se produce un cuadro álgico agudo en el pacien­ te o el movimiento sobre la articulación está anormalmente aumentado, se puede pensar en una disfunción de la articulación acromio­

FIGURA 1-108  Prueba de presión de la articulación esternoclavicular (AEC).

PRUEBA DE TRACCIÓN DE LA ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR (AAC) Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la articulación acromio­ clavicular.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. Con las ye­ mas de los dedos índice y corazón de la mano posterior, el terapeuta toma contacto sobre la articulación acromioclavicular homolateral.

FIGURA 1-109  Prueba de tracción de la articulación acromioclavicular (AAC).

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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clavicular por afectación de los ligamentos coracoclaviculares y acromioclavicular. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si se percibe deformidad estructural sobre la articulación, el terapeuta se reserva la realización de la prueba, pues esta se hace innegable a la inspección.

PRUEBA DE COMPRESIÓN DE LA ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR (AAC) Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la articulación acromio­ clavicular.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente, en finta doble orientado hacia este. La palma de la mano posterior toma un contacto sobre la parte superior de la escápula del lado a evaluar. Con las yemas de los dedos índice y corazón de la mano anterior, el terapeuta contacta con la articulación acromioclavicular a homolateral.

FIGURA 1-110  Prueba de compresión de la articula­ ción acromioclavicular (AAC).

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Ejecución del test El terapeuta comprime hacia el suelo con la mano posterior la escápula del paciente. Con la mano anterior, percibe la movilidad de la articulación acromioclavicular.

Interpretación del test Si el paciente percibe dolor agudo cuando lleva a cabo el gesto el terapeuta o este último observa un movimiento anormalmente au­ mentado en la articulación acromioclavicular, se puede pensar en una posible afectación ligamentaria acromioclavicular o coracocla­ vicular. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si se hace evidente a la inspección una anor­ malidad estructural de la articulación, el te­ rapeuta se reserva la realización de la prueba.

PRUEBA DE COMPRESIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por compromiso del espacio subacromial.

Posición del paciente De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo de forma activa una flexión máxima del hombro del lado a valorar con el codo en

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

extensión, de tal forma que la punta de los dedos se orienten hacia el techo.

PRUEBA DE COMPRESIÓN Y DESLIZAMIENTO

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del hombro por inestabilidad del mismo.

Si se presenta dolor agudo cuando el paciente lleva a cabo el gesto, se puede pensar en una posible afectación del tendón del músculo su­ praespinoso o del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial a su paso por el espacio subacromial. Antes de llevar a cabo la prueba, el tera­ peuta ha de estudiar una posible afectación del hombro por inestabilidad, pidiéndole en este caso que realice rotaciones internas y externas humerales con el miembro pegado al cuerpo y/o en separación de 90°. Uno de los primeros signos de la inestabilidad es la incapacidad de realizar estas rotaciones.

Posición del paciente Sentado en un taburete, con los brazos para­ lelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble ligeramente desviado del lado a explorar orientado hacia este. El terapeuta contacta con las yemas de los cuatro últi­ mos dedos de la mano interna sobre la parte superior de la porción media clavicular del lado a valorar y la yema del pulgar sobre la cara posterior de la escápula, de tal forma que la mano se encuentra con forma de gan­ cho. Con las yemas de los cuatro últimos dedos de la otra mano, contacta la parte anterior de la cabeza humeral a valorar, con la yema del pulgar sobre la parte posterior de esta.

Ejecución del test El terapeuta induce pasivamente un despla­ zamiento de la cabeza humeral en sentido medial y craneal, de tal forma que impac­ te el húmero a valorar contra la glena del omóplato. Seguidamente, lleva a cabo des­ lizamientos en sentido anteroposterior de la cabeza humeral con la misma mano. La mano interna del terapeuta limita la movilidad de la escápula.

Interpretación del test

FIGURA 1-111  Prueba de compresión.

Si el terapeuta percibe un movimiento excesi­ vo en la articulación glenohumeral testada, se puede pensar en la existencia de cierta ines­ tabilidad de la misma. En este caso, se dice que la prueba es positiva. La porción ines­ table vendrá indicada según la dirección del movimiento excesivo.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

Durante la realización de la prueba, el tera­ peuta no sólo estudia el movimiento glenohu­ meral, sino que observa también la aparición de sintomatología álgica o chasquido por afectación del rodete glenohumeral. La coaptación de la cabeza humeral so­ bre la glena del omóplato es de capital importancia para la fiabilidad de los re­ sultados de la prueba, pues si no se lleva a cabo de forma correcta, el movimiento es más amplio y puede generar falsos positivos.

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Posición del paciente De pie o sentado, con las palmas de las manos sobre las caderas, generando una flexión de codo y una rotación interna de los hombros.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la palma de la mano posterior sobre la parte superior del hom­ bro del lado a valorar, de tal forma que la yema del dedo índice repose sobre la porción anterior acromial. La mano anterior contacta sobre el codo del paciente.

Ejecución del test

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Con la mano anterior, el terapeuta realiza una compresión en dirección longitudinal

FIGURA 1-112  Prueba de compresión y deslizamiento.

PRUEBA DE DESLIZAMIENTO Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del rodete de la glena escapular.

FIGURA 1-113  Prueba de deslizamiento.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

superior, es decir, intentando impactar el húmero en la glena del omóplato. El paciente ha de llevar a cabo el movimiento contrario llevando el hombro hacia el suelo, intentando vencer la resistencia que le ofrece el tera­ peuta.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente un cuadro álgico agudo en la porción anterior de la articulación glenohu­ meral, se puede pensar en una afectación del rodete glenoideo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si además de la sintomatología dolorosa exis­ te un problema de desgarro de esta estructura, el terapeuta posiblemente pueda percibir un leve chasquido.

damente, disminuye de forma súbita la in­ tensidad de la compresión sobre la cabeza humeral.

Interpretación del test Si al disminuir la compresión de forma súbita aparece en el paciente sintomatolo­ gía dolorosa o esta se intensifica, se puede pensar en una inestabilidad glenohumeral. En este caso se dice que la prueba es po­ sitiva. La aparición de dolor al realizar la prueba le indica al terapeuta que el miembro valorado se encuentra en un estado de subluxación continua que visualmente se hace impercep­ tible. A esta situación, Protzman la designó como “inestabilidad oculta”.

PRUEBA DE LIBERACIÓN ANTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad de la cintura escapular.

Posición del paciente En decúbito dorsal, en el borde de la camilla del lado a valorar, con el miembro superior a evaluar en separación de hombro de 90°, sobresaliendo el brazo de la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta adelante en el lado a valorar en dirección craneal. Con la mano externa toma contacto abarcando la parte dis­ tal del cúbito del paciente del lado a valorar. La mano interna contacta con la eminencia hipotenar sobre la cara anterior de la cabeza del húmero homolateral.

Ejecución del test El terapeuta imprime una rotación externa del húmero a través de la supinación del antebrazo del paciente con la mano externa. La mano interna del terapeuta realiza una compresión en dirección del suelo. Segui­

FIGURA 1-114  Prueba de liberación anterior.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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SIGNO DE LA TECLA DE PIANO Esta prueba se utiliza para valorar la exis­ tencia de una subluxación acromioclavi­ cular.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre los muslos, o de pie con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a evaluar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con las yemas de los dedos índice y corazón de una mano sobre la cara superior de la porción acromial de la clavícula del lado a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta realiza un empuje caudal de la clavícula a evaluar. Seguidamente, quita el contacto de la clavícula. FIGURA 1-115  Signo de la tecla de piano.

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Interpretación del test Al realizar el terapeuta el empuje sobre la clavícula en principio anormalmente as­ cendida, la sitúa en su posición normal. Si al quitar los contactos se vuelve a producir un ascenso excesivamente anormal de la clavícula, se puede pensar en una afectación de inestabilidad de la articulación acromio­ clavicular. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta decide realizar la prueba cuando durante la inspección observa un ascenso anormal de la clavícula de un lado. Para confirmar que el ascenso de la claví­ cula no es un tipo de variedad anatómica sino una inestabilidad, se ha de llevar a cabo la prueba en ambos miembros, com­ parándolos.

PRUEBA DE APREHENSIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad de la cintura escapular.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta ade­ lante orientado a la cabeza del paciente. La mano interna toma contacto con el codo del lado a valorar y la mano externa abarca la articulación radiocubital inferior del mismo lado.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta induce una separación de 90° a 130° del hombro a evaluar. Seguidamente, lleva el húmero hacia rotación externa.

Interpretación del test Si el paciente presenta temor, acompañado o no de dolor, a que se produzca una luxación anterior de la cabeza humeral con respecto a la glena escapular, el terapeuta puede pensar en una afectación de inestabilidad anterior glenohumeral. Entonces se dice que la prueba es positiva. La prueba ha de realizarse de forma suave y armoniosa, sin brusquedad, pues puede producirse una luxación humeral anterior. El temor que experimenta el paciente durante la prueba se hace evidente por alguna mueca

de la cara o por tensión muscular del miem­ bro que se está valorando, pues seguramente haya padecido a lo largo de su vida alguna luxación con sensación similar. A modo de seguimiento, el terapeuta puede anotar los grados de separación y rotación a los cuales se produce la reacción adversa. De la misma forma, según los grados a la que se produzca, el terapeuta puede determinar si existe afectación del músculo subescapular o del ligamento glenohumeral medio o inferior. Si existe únicamente dolor sin temor, el terapeuta tiene que descartar otras posibles patologías de la cintura escapular.

SIGNO DE APREHENSIÓN INFERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una afecta­ ción por inestabilidad de la cintura escapular.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos, o de pie con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente desviado del lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la palma de la mano interna sobre la porción superior de la cabeza humeral. La otra mano abarca el codo del paciente.

Ejecución del test El terapeuta induce con la mano externa una separación de 90° del miembro a valorar con el codo en extensión y una supinación de antebrazo de unos 45°. En este punto, rea­ liza con la mano interna un empuje hacia anterior y en dirección del suelo de la cabeza del húmero simulando una luxación anterior de la cabeza humeral.

Interpretación del test FIGURA 1-116  Prueba de aprehensión.

Si durante la realización de la prueba el pa­ ciente no permite que el terapeuta siga con la

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

maniobra por miedo a la luxación, se puede pensar en una inestabilidad anterior de la articulación glenohumeral. En este caso, se dice que la prueba es positiva.

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Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta adelante ligeramente desviado del lado a explorar orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano interna sobre la parte superior de la cabeza humeral a valorar. La otra mano toma un contacto con la parte dis­ tal del antebrazo.

Ejecución del test Con el contacto distal el terapeuta lleva a cabo una separación del hombro con el codo en flexión y realiza una rotación externa de húmero, de forma que los dedos queden orientados hacia el techo. En este punto, se lleva a cabo un empuje con la mano interna en dirección anteroinferior. Dependiendo del ligamento glenohumeral a valorar, la separa­ ción debe ser de 120°, 90° o 60°. La misma ejecución de la prueba puede lle­ varse a cabo con el paciente en supino, con la salvedad de que sólo se inducen en este caso los parámetros de separación y rotación externa de la articulación glenohumeral.

Interpretación del test

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FIGURA 1-117  Signo de aprehensión inferior.

PRUEBA DE APREHENSIÓN ANTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad de la cintura escapular a través de la valoración de los ligamentos glenohumerales anteriores.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos, o en supino con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico en el hombro del paciente y una contracción muscular de defensa, se puede pensar en una afectación de inestabi­ lidad glenohumeral anterior. Se dice que la prueba también es positiva en ausencia de dolor. El temor por una posible luxación anterior de hombro se hace evidente cuando el paciente detiene al terapeuta durante la realización de la prueba. La variante con la posición del paciente en decúbito supino permite al terapeuta llevar a cabo una compresión de la cabeza humeral en dirección del suelo. Ese gesto alivia la sintomatología álgica y reduce la contracción muscular de defensa, signos que reaparecen cuando el terapeuta quita el contacto. El terapeuta no puede dar la prueba como positiva por el simple temor del paciente a

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

la luxación; tienen que aparecer el resto de signos descritos. Si durante la realización de la prueba aparece una incapacidad de movimiento del hombro valorado, el terapeuta puede pensar en una afectación del plexo braquial; a esto se le conoce como “signo del brazo muerto”.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelan­ te orientado hacia la cabeza del paciente a la altura de su tórax. El terapeuta toma un contacto con la mano interna sobre la parte anterior de la articulación glenohumeral. La otra mano abarca el codo del lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una flexión de la articulación glenohumeral hasta los 90° y una pronación máxima del antebrazo, induciendo una rotación interna de la articulación gleno­ humeral. Seguidamente, realiza un empuje longitudinal del húmero en dirección del suelo, de tal forma que emule un movimiento de luxación posterior de la cabeza humeral con respecto a la glena escapular.

FIGURA 1-118  Prueba de aprehensión anterior.

PRUEBA DE APREHENSIÓN POSTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción por inestabilidad posterior del hombro.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo.

FIGURA 1-119  Prueba de aprehensión posterior.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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Interpretación del test

Interpretación del test

Si el paciente se muestra reacio cuando el terapeuta lleva a cabo la prueba e impide la realización de la misma, se puede decir que esta es positiva. En este caso, hay que pensar en una posible inestabilidad glenohumeral posterior. Esto es debido a la aprehensión que ex­ perimenta el paciente por la sensación de una nueva luxación glenohumeral. También es posible la aparición de do­ lor durante la realización de la prueba por una excesiva laxitud de las estruc­ turas que estabilizan posteriormente la articulación.

Si durante la realización de la prueba se produce una sensación de aprehensión en el paciente y/o dolor en el hombro del lado a valorar de tal forma que evite la realiza­ ción de la misma, se puede pensar en la presencia de un proceso de inestabilidad posterior glenohumeral. Entonces se dice que la prueba es positiva. El gesto que realiza el terapeuta genera una subluxación posterior glenohumeral que unida a la inestabilidad puede producir una luxación; de ahí que el paciente experimente cierta aprehensión.

PRUEBA DE APREHENSIÓN POSTERIOR EN BIPEDESTACIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad glenohumeral posterior.

Posición del paciente De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta toma contacto con la mano ante­ rior sobre el codo del lado a valorar y condu­ ce el miembro hacia una separación de 90° a 110° y a una aproximación anterior de unos 25° de la articulación glenohumeral con el codo en extensión. Sitúa la otra mano sobre la parte superior del hombro homolateral, de tal forma que el pulgar esté en contacto con la coracoides y el resto de dedos reposen sobre la espina del omoplato. Seguidamente, lleva de forma pasiva y progresiva el hombro a valorar hacia flexión y realiza un leve empuje anteroposterior a lo largo del eje longitudinal del húmero.

FIGURA 1-120  Prueba de aprehensión posterior en bipedestación.

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SIGNO DEL SURCO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble inestabilidad inferior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta

cabeza humeral y el borde caudal del acro­ mion. Si esta distancia es menor a 1 cm, la inestabilidad inferior es de grado I; si la dis­ tancia se encuentra entre un 1 cm y 2 cm, de grado II, y una distancia mayor a 2 cm indica una inestabilidad de grado III. Que la prueba sea positiva suele indicar una inestabilidad de tipo multidireccional, ya que la inestabilidad glenohumeral inferior no se suele encontrar de forma aislada.

De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. Con la mano pos­ terior, toma contacto sobre la parte superior del omóplato del lado contralateral. La otra mano contacta con el tercio distal del húmero del lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta fija con una mano el hombro contralateral mientras que con la otra realiza una tracción caudal de la parte distal del húmero del lado a valorar hacia el suelo. La mano del paciente está en todo momento en contacto con el muslo.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un descenso anormal del húmero con respecto a la glena escapu­ lar, se puede pensar en una afectación por inestabilidad inferior glenohumeral. Se dice entonces que la prueba es positiva. En la mayoría de los casos este descenso anormal es percibido visualmente por el terapeuta como un surco en la zona superior del hombro próxima al acromion, resulta­ do del aumento de la distancia entre el acro­ mion y la cabeza del húmero por distensión del sistema ligamentoso. Una alternativa a la realización de la prueba permite llevarla a cabo con una separación de 90° de la articulación glenohumeral. En este punto el terapeuta realiza un empuje del húmero en dirección al suelo por la parte más próxima a la cabeza humeral. Esta alternativa permite ver el surco con mayor claridad. El descenso humeral se puede cuantificar de tal forma que se mide la distancia entre la

FIGURA 1-121  Signo del surco.

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por inestabilidad anterior glenohumeral.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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Posición del paciente En decúbito dorsal, próximo al lateral de la camilla del lado a evaluar, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta adelante orienta­ do hacia el paciente. Con la mano craneal, toma contacto sobre la parte superior de la escápula del lado a valorar, de tal forma que el pulgar se sitúe encima del acromion y el resto de dedos se dirijan a la porción pos­ terior de la escápula. La otra mano abarca el tercio proximal del húmero homolateral.

Ejecución del test El terapeuta conduce pasivamente el miembro a evaluar hacia una separación de hombro de 75°-80°, hacia una aproximación anterior y una rotación externa de 10° cada una. Seguida­ mente, realiza una leve distracción y un empuje anterior del húmero del miembro a valorar.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test Si al realizar la prueba el terapeuta percibe una traslación anterior excesiva de la cabeza humeral en relación con la glena escapular, se puede pensar en una posible afectación de inestabilidad glenohumeral anterior. Se dice entonces que la prueba es positiva. La mayoría de las veces la percepción de inestabilidad anterior glenohumeral va acompañada por un cuadro álgico leve, por aprehensión por parte del paciente y por un chasquido que puede indicar una alteración del rodete glenoideo. El terapeuta puede cuantificar la inestabilidad glenohumeral proporcionándole de forma subjetiva una serie de grados (de I a III) según su gravedad, siendo el grado I la más leve de las formas de presentación de la ines­ tabilidad y el grado III, la más grave de ellas. También es posible que la inestabilidad curse en algún periodo con retracción de las estructu­ ras periarticulares; este hecho puede confundir al terapeuta a la hora de realizar el diagnóstico.

FIGURA 1-122  Prueba del cajón anterior.

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR SEGÚN GERBER-GANZ Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad anterior glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal próximo al lateral de la camilla del lado a explorar, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta doble orientado ha­ cia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano craneal sobre la parte superior de la escápula del lado a valorar, de tal forma

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

que la yema del pulgar se sitúe sobre la co­ racoides y el resto de dedos palpen la parte posterior de la escápula. La otra mano abarca el tercio proximal del húmero.

Ejecución del test El terapeuta conduce el miembro a evaluar hacia una separación de hombro de 80°-120°, ha­ cia una aproximación anterior de 20° y hacia una rotación externa de 30°. Seguidamente, realiza un empuje anterior del húmero del miem­ bro a valorar.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un exceso de movi­ lidad anterior de la cabeza del húmero con respecto a la glena escapular, se puede pensar

en un proceso de inestabilidad anterior de la articulación glenohumeral. En este caso se dice que la prueba es positiva. Al llevar a cabo la prueba también puede aparecer un chasquido acompañado o no de sintomatología álgica, que puede indicar la existencia de una afectación del rodete gle­ nohumeral.

PRUEBA DEL CAJÓN POSTERIOR Esta prueba se utiliza para evaluar una afectación de inestabilidad posterior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal próximo al lateral de la camilla del lado a evaluar, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar a la altura de la cabeza del paciente en finta adelante en dirección caudal. Con la mano inferior, toma contacto abarcando el codo del paciente. La otra mano contacta con la región posterior de la escápula de tal forma que la yema del pulgar repose sobre la porción anterior del húmero en su parte más próxima a la coracoides.

Ejecución del test El terapeuta induce una flexión del codo del lado a valorar de 120°, una separación de la articulación glenohumeral de 90°-120, una aproximación anterior de 25°-30° de la mis­ ma articulación, una rotación interna humeral y un descenso del brazo hacia la camilla de 80°. En este punto, el terapeuta realiza un empuje con el pulgar de la mano superior hacia el suelo.

Interpretación del test

FIGURA 1-123  Prueba del cajón anterior según Gerber-Ganz.

Si el terapeuta percibe un movimiento pos­ terior anormalmente elevado de la cabeza humeral con respecto a la glena escapular acompañado o no de un cuadro álgico, se

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

puede pensar en una afectación del hom­ bro por inestabilidad glenohumeral pos­ terior. Se dice entonces que la prueba es positiva. En condiciones de inestabilidad, puede exis­ tir cierta aprehensión por parte del paciente al llevar a cabo la maniobra el terapeuta, ya que emula una subluxación posterior de la cabeza humeral. La presencia de un chasquido durante la maniobra es significativa de una afectación del rodete glenoideo. El terapeuta puede cuantificar la inestabilidad glenohumeral a través de tres grados, siendo el grado III el de mayor inestabilidad y el grado I, el de menor.

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PRUEBA DEL CAJÓN POSTERIOR SEGÚN GERBER-GANZ Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad glenohumeral posterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal próximo al lateral de la camilla del lado a valorar, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente a la altura de la cintura escapular en finta adelante orientado hacia la cabeza de este. Con la mano superior, toma contacto sobre la parte posterior de la escápula de tal forma que la yema del pulgar repose sobre la cabeza humeral. La otra mano contacta con el tercio distal del húmero del lado a valorar.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test Con la mano caudal, el terapeuta conduce el hombro del paciente hacia una flexión de 90° y una aducción horizontal de 20° a 30° de la articulación glenohumeral. Con el pulgar de la mano superior, ejerce una compresión del húmero hacia el suelo. En este punto, lleva a cabo con la mano inferior una compre­ sión longitudinal del húmero hacia el suelo acompañada de una rotación humeral interna, aumentando en cierto grado el parámetro de flexión glenohumeral.

Interpretación del test

FIGURA 1-124  Prueba del cajón posterior.

Si el terapeuta percibe un desplazamiento posterior anormalmente aumentado de la cabeza humeral con respecto a la glena es­ capular acompañado o no de sintomatología álgica, se puede pensar en una afectación de inestabilidad de la articulación glenohumeral. Otra alternativa consiste en realizar la prue­ ba en sedestación. En este caso, el paciente tiene los miembros superiores a lo largo del tronco. El terapeuta contacta con una mano sobre la parte superior de la escápula del

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

lado a valorar, de tal forma que el pulgar reposa en la parte posterior de la glena del omoplato y el dedo medio contacta con la porción anterior de la cabeza humeral. La ejecución de la prueba consiste en llevar a cabo una compresión de la cabeza humeral con el índice del terapeuta hacia posterior, de tal forma que se induzca una rotación interna humeral. En el caso de que exista inestabilidad, el desplazamiento de la cabeza humeral se ve aumentado con respecto a la glena escapular. Es posible que al realizar la prueba el tera­ peuta observe una subluxación posterior de más de la mitad de la superficie de la cabeza humeral.

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR Y POSTERIOR (PASIVA) Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de inestabilidad de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente ligeramente desviado del lado a valorar en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la mano interna sobre la parte superior de la escápula del lado a valorar, de tal forma que el pulgar repose sobre la espina del omóplato y el res­ to de dedos, sobre la clavícula. Con el pulgar de la otra mano, toma contacto con la parte posterior de la cabeza humeral próxima a la glena escapular, y el resto de dedos, con la cara anterior de esta. Una vez toma­ do el contacto, el terapeuta induce con la mano externa un movimiento de traslación anterior y posterior de la cabeza humeral, bloqueando con la otra mano la escápula y la clavícula.

Interpretación del test

FIGURA 1-125  Prueba del cajón posterior según Gerber-Ganz.

Si el terapeuta percibe un desplazamiento anormalmente aumentado en alguna direc­ ción (anterior o posterior), se puede pensar en una afectación de las estructuras periarti­ culares que estabilizan la articulación gleno­ humeral. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta maniobra puede ir acompañada de dolor. También se puede utilizar esta prueba para percibir una disminución en la capacidad de movimiento normal de la articulación glenohumeral, descartando así una posible disfunción de tipo bloqueo articular.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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contacta con el talón sobre la porción anterior de la cabeza humeral.

Ejecución del test Con la mano craneal, el terapeuta realiza un empuje hacia el suelo sobre el húmero del lado a valorar.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, el paciente percibe una disminución de la sintomatología álgica y de la aprehensión, se puede confirmar la inestabilidad anterior de la articulación glenohumeral. Esta prueba tiene sentido realizarla tras ha­ ber llevado a cabo la prueba de aprehensión anterior, pues la translocación de Jobe dis­ minuye en gran medida la sintomatología

FIGURA 1-126  Prueba del cajón anterior y posterior (pasiva).

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

PRUEBA DE TRANSLOCACIÓN DE JOBE Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad anterior glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con el miembro a valorar en separación de 90° de la articulación gle­ nohumeral y en supinación del antebrazo de forma que la palma de la mano mira al techo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta adelante en di­ rección craneal. La mano externa abarca el tercio inferior del antebrazo. La otra mano

FIGURA 1-127  Prueba de translocación de Jobe.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

de la inestabilidad. Si se encuentra una prueba de aprehensión anterior positiva y la translocación de Jobe es negativa, el terapeuta ha de pensar en otra afectación distinta a la inestabilidad glenohumeral anterior como la única causa posible de los síntomas.

PRUEBA DE FEAGIN Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad glenohu­ meral.

Posición del paciente De pie, con el miembro a valorar en separa­ ción de 90° con el codo en extensión.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este, con el antebrazo del lado a evaluar apoyado sobre el hombro del terapeuta. Este último toma contacto con los dedos de las manos cruzados sobre la porción craneal del húmero a nivel del músculo deltoides.

FIGURA 1-128  Prueba de Feagin.

Ejecución del test

PRUEBA DEL CHASQUIDO

El terapeuta realiza un empuje oblicuo del húmero en dirección hacia suelo y hacia anterior.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra el terapeuta percibe un desplazamiento anormalmente excesivo en el miembro valorado, se puede pensar en una posible afectación de ines­ tabilidad glenohumeral en el sentido del empuje. Es posible que durante la realización de la prueba el paciente muestre temor a una po­ sible luxación y no permita que se realice de forma completa, hecho que no asevera por sí solo la posible inestabilidad.

Posición del paciente Sentado o en decúbito dorsal, con el miembro a valorar en separación de la articulación gle­ nohumeral y flexión de codo, ambos de 90°.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble a la altura de la cintura escapular del paciente orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano craneal abarcando la parte proximal del húmero de forma que el pulgar quede en la parte anterior del mismo

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

y los demás dedos reposen sobre la parte posterior. La mano caudal toma un contacto sobre la porción distal del húmero.

Ejecución del test Con la mano craneal, el terapeuta lleva a cabo una compresión axial en sentido proximal so­ bre el húmero del lado a valorar, de tal forma que se impacte la cabeza humeral con la gle­ na escapular. Con la mano inferior imprime rotaciones máximas (internas y externas) de la articulación glenohumeral.

Interpretación del test Si al realizar las rotaciones máximas el te­ rapeuta percibe un pequeño chasquido y un movimiento anormal en la corredera bicipi­ tal, se puede pensar en una afectación por

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subluxación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta ha de discernir el tipo de chas­ quido, pues también puede ser debido a una afectación del rodete glenoideo.

PRUEBA DE CREPITACIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del rodete de la glena escapular.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de la cintura escapular en dirección craneal. Contacta con la eminencia hipotenar de la mano interna sobre la parte anterior del húmero homolateral a nivel de su extremo proximal. La otra mano toma contacto abar­ cando la porción distal del húmero a nivel del codo.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta induce una separación de 90° y rotación externa máxima de la articulación glenohumeral. Seguidamente, realiza un em­ puje en sentido anterior de la cabeza humeral y con esta describe movimientos circulares alrededor de la glena escapular.

Interpretación del test

FIGURA 1-129  Prueba del chasquido.

Si el terapeuta percibe un sonido de tipo crepitación cuando lleva a cabo el desplaza­ miento de la cabeza humeral, se puede pensar en una afectación del rodete de la glena es­ capular. Hay que tener en cuenta dos factores cuando se lleva a cabo la prueba. El primero de ellos es que si el paciente presenta inestabilidad glenohumeral y aprehensión cuando el te­ rapeuta induce el movimiento, no se puede llevar a cabo la prueba de forma óptima, ya que el paciente impedirá su progreso.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

El segundo factor es que al realizar la prueba, la cabeza humeral impacta con la parte supe­ rior del rodete y no con la inferior, es decir, que se puede dar el caso de que la prueba sea negativa y, en cambio, sí exista afectación de la parte inferior del rodete.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano anterior abarcando el tercio medio del antebrazo del miembro a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que continúe flexionando y aproximando la articulación glenohumeral en contra de la resistencia im­ puesta por él. Seguidamente, repite la acción induciendo rotación externa del húmero.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un chasquido o se activa sintomatología álgica durante la reali­ zación de la prueba, se puede pensar en una

FIGURA 1-130  Prueba de crepitación.

PRUEBA DE O’BRIEN Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del rodete de la glena escapular.

Posición del paciente De pie o sentado, con flexión de 90° de la articulación glenohumeral, aproximación anterior de esta de 30°-45° y rotación interna máxima del húmero. El codo se encuentra en extensión.

FIGURA 1-131  Prueba de O’Brien.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

afectación del rodete de la glena escapular en su porción craneal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Este tipo de afectación recibe el nombre de SLAP. Esta prueba es muy fiable a la hora de diag­ nosticar este tipo de patologías. Para una mayor exactitud, se puede llevar a cabo la prueba generando el terapeuta una resistencia excéntrica en vez de isométrica.

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pensar en una afectación de la raíz nerviosa por alteración facetaria. La realización de la prueba está contraindica­ da en casos de fracturas o luxaciones de las vértebras cervicales.

PRUEBA DE ESTIRAMIENTO DEL PLEXO BRAQUIAL Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por compresión del plexo braquial.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente ligeramen­ te desplazado del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la palma de la mano interna en la parte lateral de la cara del lado a evaluar. La otra mano lo hace sobre la porción superior de la escápula del mismo lado.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test Con la mano facial, el terapeuta induce una lateroflexión cervical contralateral al lado a evaluar. Seguidamente, con la otra mano lleva a cabo una compresión de la cintura escapular del paciente hacia el suelo.

Interpretación del test Si al realizar la prueba el terapeuta aparece sintomatología dolorosa y parestésica en el miembro evaluado, se puede pensar en una afectación por compresión del plexo braquial. Entonces se dice que la prueba es positiva. Si por el contrario únicamente aparece la sin­ tomatología álgica a nivel cervical, se puede

FIGURA 1-132  Prueba de estiramiento del plexo braquial.

PRUEBA DE ABDUCCIÓN DEL HOMBRO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la cintura escapular.

Posición del paciente Sentado, con los brazos colocados a ambos lados del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos, o en bipedestación con los miem­ bros a lo largo del cuerpo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta De pie, en finta doble detrás del paciente lige­ ramente desviado del lado a valorar orientado hacia este.

• En el caso de que el dolor aparezca en el rango articular de 170° a 180°, es posible que se deba a un problema a nivel del raquis cervicotorácico.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una separación máxima del hombro del lado a valorar. Seguidamente le solicita que flexione el codo, de tal forma que la palma de la mano repose sobre la región cervical posterior. Posteriormente hay que realizar la prueba en el miembro contralateral.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente sintomatología dolorosa en el hombro valorado, se puede pensar en una afectación de la cintura escapular. Con este movimiento se evalúa la abducción del hombro y la rotación externa humeral. A lo largo del recorrido del movimiento se movilizan distintas articulaciones: la articulación glenohumeral, la articulación acromioclavicular, la articulación esterno­ clavicular y el plano de deslizamiento omo­ torácico. Dependiendo del momento y a los grados de movilidad a los que aparece la sin­ tomatología, el terapeuta puede pensar en la afectación de una u otra articulación o de los músculos que lleven a cabo los movimientos descritos:

• En el caso de que el dolor aparezca en el rango articular de 0° a 80°, es posible que se deba a un problema a nivel de la articulación glenohumeral. En • el caso de que el dolor aparezca en el rango articular de 80° a 120°, es posible que se deba a un problema a nivel de la articulación omotorácica o de la articu­ lación acromioclavicular. En • el caso de que el dolor aparezca en el rango articular de 120° a 170°, es posible que se deba a un problema a nivel de la articulación omotorácica o de la articu­ lación esternoclavicular.

FIGURA 1-133  Prueba de abducción del hombro.

PRUEBA DE CONTRACTURA DEL PECTORAL MAYOR Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del músculo pectoral ma­ yor.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros su­ periores en flexión máxima de hombro, rotación externa y flexión de codo, de tal forma que los dedos de ambas manos estén entrecruzados y en contacto con la región cervical posterior.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

Posición del terapeuta En bipedestación, a la cabeza del paciente en finta doble mirando hacia los pies de este. El terapeuta toma un contacto con los talones de las manos sobre los codos del paciente.

Ejecución del test El terapeuta realiza un empuje de los codos del paciente hacia el suelo induciendo una abducción de los brazos de este.

Interpretación del test En condiciones normales el terapeuta es capaz de conducir de forma pasiva los codos hacia la camilla, de tal forma que entren en contacto o se sitúen a la altura de la misma. En este caso se dice que la prueba es negativa.

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Si al llevar a cabo el empuje uno de los dos codos no entra en contacto con la cami­ lla, se puede pensar en una afectación por retracción muscular del músculo pectoral mayor. En este caso se dice que la prueba es positiva. El estiramiento de un músculo pectoral mayor afecto puede generar la activación de sintomatología dolorosa, aunque esta no tiene por qué producirse. Antes de realizar esta prueba, es importante haber descartado la afectación articular de alguna de las articulaciones del complejo articular del hombro, ya que es posible que en caso de existir, la prueba dé un falso positivo.

PRUEBA DE ROCKWOOD Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de inestabilidad de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente Sentado, con los brazos colocados a ambos lados del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del pa­ ciente ligeramente desplazado del lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. Con la mano interna, toma contacto sobre el codo del lado a evaluar, mien­ tras que con la otra mano abarca el tercio distal del antebrazo a nivel de la muñeca homolateral.

Ejecución del test

FIGURA 1-134  Prueba de contractura del pectoral mayor.

El terapeuta realiza una rotación externa humeral y una flexión de 90° de codo del miembro a valorar con este pegado al tórax. Seguidamente, le induce una separación de la articulación glenohumeral de unos 45° y continúa rotando externamente aún más el húmero. Posteriormente repite la acción con el hombro en separación de 90° y 120°.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test

PRUEBA DEL FULCRO

Si el paciente experimenta una sensación im­ portante de aprehensión y/o sintomatología álgica durante el recorrido articular, se puede pensar en una posible afectación de inestabi­ lidad glenohumeral anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. En caso de inestabilidad, la mayoría de las veces esta aprehensión suele ser mayor en separación de hombro de 90°. En las otras amplitudes no es tan llamativa. Dependiendo de la amplitud articular a la cual se genere la sintomatología y la aprehen­ sión, el terapeuta puede identificar la posible causa de la inestabilidad atendiendo a las es­ tructuras periarticulares que intervienen en el movimiento.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad anterior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal pegado al borde de la camilla del lado a valorar, con separación de 90° de la articulación glenohumeral a evaluar y el codo homolateral en semiflexión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta adelante orientado hacia la cabeza del paciente. Toma contacto con la palma de la mano interna so­ bre la parte posterior de la cabeza humeral del lado a valorar, abarcando el hombro por la porción posterosuperior. La otra mano sostiene el antebrazo del mismo lado por el tercio medio del cúbito.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo con la mano externa una extensión de la articulación glenohume­ ral sacando el brazo por fuera de la camilla, a la vez que induce una supinación máxima del antebrazo.

Interpretación del test

FIGURA 1-135  Prueba de Rockwood.

Si al llevar a cabo la acción el terapeuta apa­ rece en el paciente sintomatología álgica y/o aprehensión, se puede pensar en una afecta­ ción de inestabilidad anterior glenohumeral. En este caso se dice que la prueba es positiva. La mano situada debajo de la cabeza humeral actúa a modo de fulcro para aumentar en gran medida el desplazamiento anterior de la ca­ beza humeral. De ahí el nombre de la prueba. Algunos autores citan que si en un principio no aparece la aprehensión ni la sensación de inestabilidad, ha de mantenerse el empuje al menos durante un minuto, tiempo suficiente para fatigar al músculo subescapular y provo­ car que sólo actúen como medios de fijación la cápsula articular y los ligamentos anteriores.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

115

Ejecución del test El terapeuta conduce el brazo del paciente hacia 90° de separación de la articulación glenohumeral e induce una rotación externa del húmero. Seguidamente va aumentando de forma progresiva la rotación externa gleno­ humeral. Cuando el terapeuta perciba algún signo de aprehensión en el paciente, pausa el movimiento de rotación externa, momento en el cual le pide al paciente que de forma activa-resistida realice flexión de codo.

Interpretación del test Si en el paciente remite la sensación de apre­ hensión cuando lleva a cabo el movimiento de flexión de codo, se puede pensar en una afectación de la porción superior del rodete glenoideo. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-136  Prueba del fulcro (prueba de reduc­ ción).

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PRUEBA DEL BÍCEPS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del rodete glenoideo de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar a la altura del tórax del paciente en dirección craneal. La mano interna toma un contacto abarcando el codo homolateral. Con la otra mano sos­ tiene el antebrazo del mismo lado a la altura del tercio distal del cúbito.

FIGURA 1-137  Prueba del bíceps.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Es importante que el paciente realice una flexión de codo de forma específica y sin añadir ningún tipo de compensación. Esta prueba es bastante efectiva en procesos de inestabilidad glenohumeral.

PRUEBA DE ROWE Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de inestabilidad de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las yemas de los dedos de la mano del miembro a evaluar en contacto con la porción cervical posterior, de tal forma que se encuentra en separación y rotación externa glenohumeral y flexión de codo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta adelante en dirección craneal. El terapeuta toma un contacto con la palma de la mano interna sobre la porción posterior de la cabeza humeral, abarcando el hombro desde su porción superior. La otra mano contacta con la palma sobre el codo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje con la mano externa hacia el suelo, de tal forma que el codo descienda hasta la altura de la camilla mientras fija con la mano interna la cabeza del húmero del mismo lado.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente sensación de aprehensión y/o sintomatología álgica, se puede pensar en una posible afectación de inestabilidad de la articulación glenohumeral en su porción anterior. Esta prueba se presenta como una alternativa a la prueba del fulcro.

FIGURA 1-138  Prueba de Rowe.

PRUEBA DE EMPUJE O TRACCIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de inestabilidad de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal. El miembro a valorar se encuentra en flexión de codo de 90°, sepa­ ración de la articulación glenohumeral de 90° y aproximación anterior de la misma de unos 30°.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta adelante en dirección craneal. Con la mano interna, toma contacto abarcando la porción proximal

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

del húmero. La otra mano sostiene el tercio distal del cúbito del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje de la ca­ beza humeral en dirección al suelo con la mano interna. A la vez, genera con la mano externa una tracción hacia el techo del miem­ bro superior del mismo lado.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente sensación de aprehensión y/o sintomatología álgica, se puede pensar en la existencia de una posible afectación de ines­ tabilidad glenohumeral. En este caso se dice que la prueba es positiva.

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PRUEBA DEL RESALTE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de inestabilidad posterior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En decúbito dorsal. El miembro a valorar se encuentra en flexión de 90° de la articulación glenohumeral, rotación interna de húmero y el codo en flexión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular en finta adelante en dirección craneal. Con la mano interna abarca la porción craneal del húmero. La otra mano toma contacto con el codo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje lon­ gitudinal con ambas manos del húmero del lado a valorar en dirección hacia la camilla, de tal forma que lo impacte con la glena escapular. Seguidamente, induce de forma pasiva un movimiento de apro­ ximación horizontal de la articulación glenohumeral.

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Interpretación del test

FIGURA 1-139  Prueba de empuje o tracción.

Si al llevar a cabo la maniobra se produce una subluxación posterior de la cabeza hu­ meral en relación con la glena escapular, se puede pensar en una posible afectación de las estructuras posteriores que estabilizan la articulación glenohumeral. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta se da cuenta de que se ha producido una subluxación de la articu­ lación cuando percibe un pequeño resalte. Cuando vuelve a la posición inicial tras realizar la maniobra, percibe otro resalte, este segundo debido a la reducción de la subluxación.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

imaginaria entre ambos ángulos escapulares inferiores y la línea media del cuerpo. Cuan­ do ya tiene localizado este punto, le pide al paciente que adopte distintas posiciones: 1. con los brazos relajados a lo largo del tronco; 2. con las manos sobre la cintura, a modo de “jarra”; 3. separación máxima de ambos hombros en rotación interna de la articulación glenohumeral. El terapeuta ha de observar la posición de las escapulas respecto al último punto dibujado.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe a lo largo de la prue­ ba un desplazamiento externo anormal de

FIGURA 1-140  Prueba del resalte.

PRUEBA DE KIBLER Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad de la musculatura que estabiliza la cintura escapular.

Posición del paciente De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma un rotulador y realiza un punto justo en el ángulo escapular inferior de cada lado. Luego realiza otro punto que coincidiría con la intersección de una línea

FIGURA 1-141  Prueba de Kibler.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

alguna de las dos escápulas o una separación de la parte interna de estas con respecto al tórax, se puede pensar en una disfunción de la musculatura que fija la escápula a la línea media del cuerpo y al tórax. Esta prueba conforma una visión de la es­ tática del paciente en distintas posturas y no refleja una situación funcional. Para ello el terapeuta puede pedirle al paciente determinados movimientos del tronco o de los miembros inferiores. De esta forma el estudio de la estabilidad escapular será más preciso. Dependiendo de las asimetrías escapulares, el terapeuta puede pensar en ciertas disfuncio­ nes estructurales como causa de ellas. Si la sintomatología álgica le impide al pa­ ciente adoptar alguna de las tres posturas, el terapeuta ha de buscar posibles alteraciones a nivel del complejo articular del hombro.

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Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra aparece en el paciente sintomatología álgica en la región anterior del hombro, se puede pensar en una posible afectación de la región subacromial. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE YOCUM Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del espacio subacromial.

Posición del paciente Sentado, con el miembro a valorar en aduc­ ción anterior, de tal forma que contacte la palma de la mano del lado a estudiar sobre la parte superior del hombro contralateral.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente ligeramente desplazado del lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. Con la mano externa, toma contacto encima del codo homolateral. La otra mano contacta con la región dorsal de los dedos del paciente, que se encuentran sobre el hombro contrario.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que eleve el codo del lado a valorar hacia el techo, sin despegar la mano del hombro contralateral mientras el terapeuta resiste dicho movi­ miento.

FIGURA 1-142  Prueba de Yocum.

PRUEBA DE JOBE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del músculo supraespinoso.

Posición del paciente En sedestación. El miembro superior del lado a valorar se encuentra en separación de 90° por la articulación glenohumeral y 30° de aproximación anterior de esta, y el húmero y el antebrazo del mismo lado, en rotación interna y pronación, respectivamente.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente des­ plazado en el lado a valorar en finta doble. El terapeuta toma un contacto con la mano interna sobre la región superior del hombro del mismo lado. La otra mano toma contacto sobre la porción cubital de la articulación radiocubital inferior.

Ejecución del test El paciente ha de mantener la posición mien­ tras el terapeuta realiza un empuje de la mu­ ñeca del brazo a valorar con su mano externa en dirección al suelo.

Interpretación del test Si durante la maniobra aparece sintomato­ logía álgica o incapacidad de mantener la

postura por el empuje llevado a cabo por el terapeuta, se puede pensar en una afectación del músculo supraespinoso a nivel del ten­ dón. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE GERBER Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del músculo subescapular.

Posición del paciente En sedestación. El miembro a valorar ha de estar en extensión, aproximación posterior y rotación interna de la articulación glenohu­ meral, y el codo, en flexión, de tal forma que contacte con las apófisis espinosas de las vér­ tebras torácicas a través del dorso de su mano.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble ligeramente desplazado en el lado a valorar orientado hacia este. Con la mano ex­ terna, toma contacto sobre la espina escapular homolateral. La otra mano contacta abarcando la mano del paciente del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una fuerza con la mano del lado a valorar en dirección posterior, de tal forma que la separe de la espalda. El terapeuta aplica resistencia a este movimiento impidiendo que lleve a cabo la acción.

Interpretación del test

FIGURA 1-143  Prueba de Jobe.

Si durante la realización de la prueba aparece sintomatología álgica y/o incapacidad fun­ cional de realizar el gesto, se puede pensar en una afectación del músculo subescapular. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si el paciente es incapaz de mantener la po­ sición inicial, el terapeuta tiene que valorar la existencia de alguna otra afectación de estructuras periarticulares glenohumerales, tales como la lesión de los ligamentos o de la cápsula articular.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

121

Ejecución del test El paciente ha de llevar la mano hacia el tera­ peuta de tal forma que imprima una rotación externa de la articulación glenohumeral. El terapeuta resiste el movimiento a través del contacto de la mano externa.

Interpretación del test Si aparece en el paciente sintomatología álgica focalizada en la región posterior del hombro, se puede pensar en una posible afec­ tación del tendón del músculo infraespinoso. En este caso se dice que la prueba es positiva. De forma analítica la abducción glenohume­ ral hace que la prueba sea más específica, ya que si no se introdujera este parámetro, la va­ loración de la rotación externa glenohumeral sería más global.

FIGURA 1-144  Prueba de Gerber.

PRUEBA DE PATTE

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Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del músculo infraespinoso.

Posición del paciente En sedestación. El miembro a valorar se encuentra en abducción de 90° de la arti­ culación glenohumeral y flexión de codo de 90°.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble ligeramente desplazado en el lado a valorar. La mano interna toma contacto sobre la parte superior de la escápula del mis­ mo lado. La otra mano, la externa, abarca la articulación radiocubital inferior.

FIGURA 1-145  Prueba de Patte.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Si existiese rotura de los haces musculares del músculo infraespinoso, visualmente se podría percibir cierta hipotrofia en la porción infraespinosa escapular.

PRUEBA DE GILCREEST Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la porción larga del mús­ culo bíceps braquial.

Posición del paciente En bipedestación. Las extremidades supe­ riores se encuentran en flexión de 30° de la articulación glenohumeral y las palmas de las manos mirando al techo, de tal forma que se imprima una supinación de ante­ brazos.

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente en finta doble orientado hacia este. Con las palmas de la mano, toma contacto sobre el tercio distal del antebrazo de cada lado.

Ejecución del test

FIGURA 1-146  Prueba de Gilcreest.

El paciente ha de elevar hacia el techo ambos miembros superiores, movimiento que resiste el terapeuta.

PRUEBA DE LUXACIÓN BICIPITAL

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del músculo bíceps braquial a su paso por la corredera bicipital.

Si al realizar la prueba aparece en el paciente sintomatología álgica que le conduce a una impotencia funcional impidiéndole llevar a cabo la acción, se puede pensar en una afectación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial. En este caso se dice que la prueba es positiva. Como alternativa, se puede incluir una resis­ tencia a través de pesos de 2 o 3 kg, en vez de resistir el movimiento el terapeuta. También es posible realizar la prueba de forma unilateral y comparar los resultados entre ambos miembros superiores.

Posición del paciente En sedestación. El miembro del lado a valorar se encuentra en ligera separación y en rota­ ción externa de la articulación glenohumeral.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente des­ plazado del lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. Con la mano interna, toma contacto a través de la yema de los dedos índice y corazón sobre la corredera bicipital. La otra mano contacta con el codo

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

del mismo lado, abarcándolo desde su por­ ción anterior.

PRUEBA DE ATRAPAMIENTO SUPRAESCAPULAR

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por compresión del nervio supraescapular.

El terapeuta induce a través de la mano externa unas rotaciones alternativas externa e interna máximas del húmero. Con la mano interna ha de percibir los movimientos pro­ ducidos en la corredera bicipital.

Interpretación del test

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Posición del paciente Sentado. El miembro superior del lado a valorar se encuentra a 90° de separación de la articulación glenohumeral.

Si el terapeuta percibe una movilidad excesi­ va de la porción larga del tendón del músculo bíceps braquial que hace que este se luxe de la corredera, se puede pensar en una afecta­ ción o rotura del ligamento transverso de la corredera bicipital. En este caso, la prueba es positiva.

Posición del terapeuta

FIGURA 1-147  Prueba de luxación bicipital.

FIGURA 1-148  Prueba del atrapamiento supraescapular.

En bipedestación, a la espalda del paciente desplazado del lado a valorar en finta adelan­ te orientado hacia este. Toma contacto con la mano externa abarcando la articulación radiocubital inferior del mismo lado, mante­ niendo la posición del miembro superior en

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

abducción de 90°. La otra mano reposa sobre la porción superior del hombro homolateral.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una aducción anterior del hombro del miembro a valorar.

Interpretación del test Si el paciente refiere la aparición de sintoma­ tología álgica difusa en la región posterior del hombro, se puede pensar en la existencia de una compresión del nervio supraescapular, en la mayoría de los casos a su paso por la escotadura coracoidea. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Aparte de sintomatología álgica, un atrapa­ miento nervioso suele cursar con una dis­ minución de la fuerza de los músculos a los que inerva. Por ello, el terapeuta puede percibir en este caso cierta atrofia muscular y movilidad activa reducida.

Interpretación del test Si aparece en el hombro del paciente sinto­ matología álgica o impotencia funcional que le impide mantener la posición del miembro, se puede pensar en una afectación tendinosa del músculo supraespinoso. En este caso, se dice que la prueba es positiva. El hecho de que la prueba sea positiva tam­ bién se puede deber a la afectación del mús­ culo deltoides, por lo que hay que realizar más pruebas manuales para obtener un buen diagnóstico diferencial.

PRUEBA INESPECÍFICA DEL MÚSCULO SUPRAESPINOSO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del músculo supraespinoso.

Posición del paciente Sentado. El miembro superior del lado a valorar se encuentra en 90° de separación de la articulación glenohumeral y el codo extendido.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente desplazado del lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. Con la palma de la mano externa, toma contacto sobre la porción proximal del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test El paciente ha de mantener la posición del miembro a valorar mientras el terapeuta le ofrece una resistencia realizando un empuje de este hacia el suelo.

FIGURA 1-149  Prueba inespecífica del músculo su­ praespinoso.

PRUEBA DE ADUCCIÓN CRUZADA (SIGNO DE DUGAS) Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la cápsula articular de la articulación glenohumeral.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

Posición del paciente Sentado. El miembro a valorar se encuen­ tra en 90° de flexión y rotación interna de la articulación glenohumeral y flexión de codo.

Posición del terapeuta De pie, del lado a valorar en finta doble orien­ tado hacia el paciente. Con la mano posterior toma contacto sobre la porción superior de la escápula homolateral. La otra mano abarca el tercio proximal del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce en el miembro a valorar una aducción anterior de hombro de unos 40°.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece en el paciente sintomatología álgica en

125

la parte posterior de la articulación glenohu­ meral, se puede pensar en una afectación de la parte posterior de la cápsula de esta arti­ culación. En este caso, se dice que la prueba es positiva. A la hora de llevar a cabo la prueba, la si­ tuación del proceso álgico puede ayudar al terapeuta a discernir las posibles causas de este. Si el dolor se produce en la unión del acromion con la clavícula, puede pensar en una afectación articular o en un síndrome subacromial. Si por el contrario el dolor se encuentra en la región anterior del hombro, puede pensar en una afectación por infla­ mación de la bursa subcoracoidea o en una alteración de la porción anterior de la cápsula o de la glena escapular.

PRUEBA DEL ARCO DOLOROSO (PAINFUL ARC) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la región subacromial.

Posición del paciente De pie con los miembros a lo largo del cuer­ po, o sentado con los brazos paralelos al tron­ co y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta

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De pie, del lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una separación máxima del hombro del miembro superior del lado a evaluar sin fle­ xionar el codo. Otra alternativa permite al terapeuta llevar a cabo la separación de hombro de forma pasiva a través de un contacto con su mano anterior sobre el codo homolateral.

Interpretación del test

FIGURA 1-150  Prueba de aducción cruzada.

Si aparece durante la realización de la prueba sintomatología álgica alrededor de los 70° y 120° de separación de hom­

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

bro, se puede pensar en una afectación por compresión del músculo supraespinoso a nivel del tendón en el desfiladero subacro­ miodeltoideo. Si la sintomatología aparece después de los 120° de separación de hom­ bro, el terapeuta puede pensar en que existe una relación con la articulación acromio­ clavicular. En ambos casos, la prueba es positiva. El terapeuta ha de tener en cuenta que pueden existir falsos negativos debido al aumento del espacio subacromial produ­ cido por la conocida paradoja de Codman al realizarse una rotación automática del húmero del paciente que salve a dichas estructuras del atrapamiento durante la prueba.

PRUEBA DE ELLMAN

FIGURA 1-151  Prueba del arco doloroso.

FIGURA 1-152  Prueba de Ellman.

Esta prueba se utiliza para valorar una posible alteración de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente Tumbado en decúbito lateral, con el miembro a valorar arriba en flexión de 90° de codo reposando sobre el tórax.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble a la altura de la cintura es­ capular orientado hacia este. Con la palma de la mano superior, toma contacto sobre la porción lateral de la cabeza humeral. La otra mano refuerza el contacto de la primera.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje de la cabeza humeral hacia el suelo. Seguida­ mente y manteniendo la compresión, le pide al paciente que realice de forma activa rotaciones internas y externas de la arti­ culación glenohumeral a valorar de forma alternativa.

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peuta toma un contacto con la mano interna abarcando el tercio medio del húmero del mismo lado.

Ejecución del test El paciente ha de mantener la posición mien­ tras el terapeuta realiza un empuje en direc­ ción del suelo.

Interpretación del test

Interpretación del test

Si durante la realización de la prueba aparece sintomatología álgica en el hombro del lado valorado, se puede pensar en la existencia de un estado de degeneración articular entre la cabeza humeral y la glena escapular. En este caso, la prueba es positiva. El empuje del terapeuta hace que la ca­ beza humeral tenga absoluta congruencia articular con la glena escapular. A partir de ahí, cualquier dolor puede ser produ­ cido por una afectación en los márgenes articulares.

Si durante la maniobra aparece sintomato­ logía álgica o incapacidad de mantener la postura por el empuje llevado a cabo por el terapeuta, se puede pensar en una afectación del músculo supraespinoso a nivel del ten­ dón. En este caso, se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DEL SUPRAESPINOSO SEGÚN BLACKBURN Y COLS

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Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación tendinosa del músculo supraespinoso. Según los autores que des­ criben la prueba, es la única forma de aislar de forma específica la acción del músculo supraespinoso.

Posición del paciente En decúbito ventral, próximo al borde de la camilla del lado a valorar. Con el miembro superior a evaluar en separación de 90°100° de la articulación glenohumeral, en extensión máxima de codo y en supinación de antebrazo, de tal forma que el primer dedo de la mano esté orientado hacia el techo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del paciente a la altura de la cintura escapular en finta adelante en dirección craneal. El tera­

FIGURA 1-153  Prueba del supraespinoso según Blackburn y cols.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA RÁPIDA DE COMBINACIÓN DE MOVIMIENTOS Esta prueba se utiliza para valorar posibles restricciones de movilidad de las distintas arti­ culaciones que configuran la cintura escapular.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que contacte la yema de los dedos de la mano del miembro

a valorar con la porción superior de la es­ cápula del lado contralateral pasando el brazo por detrás de la cabeza, de tal forma que el antebrazo quede en contacto con la parte pos­ terior de esta. Seguidamente y volviendo a partir de la posi­ ción inicial, el terapeuta le indica al paciente que contacte el dorso de la mano del lado a evaluar con el ángulo inferior escapular del miembro contrario, esta vez pasando la mano por detrás de la espalda.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe que el paciente es inca­ paz de llevar a cabo el gesto de forma correcta y completa, se puede pensar en una afectación de la cintura escapular del lado valorado. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Esta prueba muestra afectaciones globales. Después el terapeuta debe limitar y estudiar los distintos movimientos de forma especí­ fica para precisar el tipo de afectación y las estructuras implicadas con mayor exactitud.

SIGNO DE CODMAN Esta prueba se utiliza para valorar posibles afectaciones a nivel de la cintura escapular.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble ligeramente desplazado del lado a valorar orientado hacia este. Con la mano interna, toma contacto sobre el margen superior de la escápula homolateral, de tal forma que el pulgar repose sobre la parte pos­ terior de la misma y el resto de dedos sobre el acromion. Con la otra mano abarca el tercio proximal del húmero del mismo lado.

Ejecución del test FIGURA 1-154  Prueba rápida de combinación de movimientos.

Con la mano externa, el terapeuta induce de forma pasiva los movimientos que pretenda

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

valorar en el hombro del paciente. Con la mano interna va palpando los distintos puntos de la cintura escapular para apreciar posibles alteraciones. Luego lleva a cabo la misma operación pero esta vez el paciente ha de rea­ lizar los movimientos de forma activa.

SIGNO DE LA SUPERFICIE DE LA MANO

Interpretación del test

Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

El terapeuta ha de apreciar alteraciones de movilidad en las distintas estructuras que con­ figuran la cintura escapular y cambios que se produzcan en estas: posibles chasquidos glenohumerales, afectaciones tendinosas de la porción larga del músculo bíceps braquial, puntos de dolor o afectaciones articulares. Cuando el terapeuta localiza alteraciones y estructuras implicadas, realiza una valoración más específica de cada una de ellas.

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FIGURA 1-155  Signo de Codman.

Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en fin­ ta doble orientado hacia este, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que contacte la mano del lado contralateral al miembro que se evalúa con la parte del hombro que presenta la sintomatología álgica.

FIGURA 1-156  Signo de la superficie de la mano.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test

Ejecución del test

Si al tocarse el hombro a valorar el paciente uti­ liza la palma de la mano para indicar la super­ ficie de dolor, el terapeuta puede pensar en una afectación de tipo glenohumeral o subacromial. En este caso, se dice que el signo es positivo.

El terapeuta le pide al paciente que se toque con la mano del lado contralateral al miem­ bro que se evalúa la porción del hombro que presente el dolor.

SIGNO DEL DEDO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación a nivel del complejo articular del hombro.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en fin­ ta doble orientado hacia este, observándolo.

Interpretación del test Si al tocarse el hombro a valorar el paciente utiliza la yema de un dedo para indicar la superficie de dolor, el terapeuta puede pensar en una afectación de tipo acromioclavicu­ lar o de tipo tendinoso, como por ejemplo del tendón del músculo bíceps braquial o del tendón del músculo supraespinoso. En este caso, se dice que el signo es positivo.

SIGNO DE BURSITIS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción del espacio subacromial en el caso de una bursitis de la bolsa serosa presente en este.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble mirando al paciente. El terapeuta toma un contacto con la yema del segundo y tercer dedos la mano posterior sobre la porción subacromial anterior, de tal forma que la del primer dedo repose sobre la parte pos­ terosuperior de la cabeza humeral. La otra mano abarca el tercio proximal del húmero del miembro a valorar.

Ejecución del test

FIGURA 1-157  Signo del dedo.

Con la mano anterior, el terapeuta induce un movimiento de extensión glenohumeral en el miembro a valorar. Seguidamente rea­ liza una pequeña compresión con la mano posterior sobre el espacio acromial. Con el pulgar puede realizar un empuje longitudinal del húmero hacia el suelo para exponer aún más el espacio subacromial.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

131

Interpretación del test

Posición del paciente

Si durante la realización de la prueba aparece o se intensifica la sintomatología álgica, el terapeuta puede pensar en una afectación subacromial. En este caso se dice que el signo es positivo. En gran medida la afectación subacromial suele aparecer como una bursitis. El terapeuta tiene que realizar un diagnóstico diferencial para distinguir entre una posible afectación de la bursa subacromial y de las distintas es­ tructuras que discurren por el espacio suba­ cromial.

Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente desplazado del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. Con la yema de los dedos índice y cora­ zón de la mano interna, toma contacto sobre la porción anterior del espacio subacromial. La otra mano abarca el tercio proximal del húmero del mismo lado.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta induce con la mano externa una separación pasiva de la articulación glenohu­ meral hasta los 90°. A lo largo del recorrido articular, la mano interna va realizando suaves compresiones sobre el espacio subacromial.

FIGURA 1-158  Signo de bursitis.

SIGNO DE DAWBARN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación subacromial.

FIGURA 1-159  Signo de Dawbarn.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test Si a lo largo de la prueba se produce sinto­ matología dolorosa a nivel del espacio suba­ cromial, el terapeuta puede pensar en una afectación de tipo bursitis subacromial. En este caso se dice que el signo es positivo. Sin la presión sobre el espacio subacromial, puede suceder que la separación del hombro no genere dolor, ya que el músculo deltoides anterior protege la bursa subacromial.

PRUEBA DEL MÚSCULO SUBESCAPULAR Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del músculo subescapular.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

se puede pensar en una afectación del tipo elongación, rotura o hipotonía del músculo subescapular. De la misma forma, al ser el músculo sub­ escapular un rotador interno de la articu­ lación glenohumeral, la contracción activa del músculo puede ayudar al terapeuta a valorar la fuerza y el tono del mismo. Por ello, si el paciente no es capaz de vencer la resistencia ejercida por el terapeuta en la segunda parte de la prueba, se puede pen­ sar en una disfunción del músculo subes­ capular. En ambos casos se dice que la prueba es positiva. La mayoría de veces, una disfunción mus­ cular por rotura genera un cuadro álgico leve a la contracción activa.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble des­ plazado del lado a valorar orientado hacia este. Con la mano externa, toma contacto abarcando el extremo inferior del cúbito del mismo lado. La mano interna estabiliza la cintura escapular tomando un contacto con la porción superior del omóplato.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una ligera abduc­ ción del hombro (lo suficiente para que el miembro superior no esté en contacto con el tórax del paciente). En primer lugar se induce una rotación externa glenohumeral máxima. Seguidamente y partiendo desde la posición inicial, el paciente ha de intentar tocarse el abdomen con la mano del lado a valorar, de tal forma que se produzca una rotación interna glenohumeral. El terapeuta resiste este movimiento.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento de rotación externa glenohumeral anormalmente aumentado comparado con el contralateral,

FIGURA 1-160  Prueba del músculo subescapular.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

133

PRUEBA DEL MÚSCULO INFRAESPINOSO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del músculo infraes­ pinoso.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos, o de pie con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de 90° de codo sin separar el brazo del tórax. Seguidamente, toma con­ tacto abarcando con la mano anterior la porción caudal del cúbito del mismo lado. El terapeuta le pide al paciente que aleje la mano a valorar del tórax, de tal forma que realice una rotación externa de la articula­ ción glenohumeral, movimiento que este resiste.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de vencer la resistencia ejercida por el terapeuta por incapacidad funcional acompañada o no por sintomatología álgica, se puede pensar en una afectación del músculo infraespino­ so. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Dependiendo del grado de disfunción, el terapeuta sospechará de rotura del músculo infraespinoso, ya que esta no suele ir acom­ pañada de un cuadro álgico. Una variante de la prueba permite realizarla partiendo desde una posición inicial de 90° de separación glenohumeral y 30° de aduc­ ción anterior, posición en la que se evita la acción del músculo deltoides.

FIGURA 1-161  Prueba del músculo infraespinoso.

PRUEBA DE LOS MÚSCULOS REDONDOS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de los músculos redondos.

Posición del paciente En decúbito prono, próximo al borde de la camilla del lado a valorar, con abducción gle­ nohumeral de 90° y flexión de codo de 90°. El miembro sobresale por la camilla de tal forma que los dedos de la mano se encuen­ tran en dirección al suelo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar a la altura del tó­ rax del paciente en finta adelante en dirección craneal. Toma contacto con la mano externa

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

abarcando el tercio distal del antebrazo ho­ molateral. Con la yema de los dedos de la otra mano, palpa el vientre muscular para valorar la calidad de la contracción.

Ejecución del test Para el músculo redondo mayor, el terapeuta induce una rotación interna del hombro del lado a valorar, de tal forma que el antebrazo se encuentre en el plano de la camilla. Se­ guidamente el paciente ha de mantener la posición mientras el terapeuta intenta llevarlo a rotación externa. Para el músculo redondo menor, el terapeuta induce una rotación externa del hombro del lado a valorar, de tal forma que el antebrazo se encuentre en el plano de la camilla. El paciente ha de mantener la posición mien­

tras el terapeuta intenta llevarlo a rotación interna.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe una incapacidad del paciente de mantener las rotaciones en contra de resistencia acompañada o no de dolor, se puede pensar en una disfunción muscular de alguno de los dos músculos redondos. Si existe disfunción en la rotación externa, el músculo afecto es el redondo menor, y en la rotación interna, el redondo mayor. En ambos casos se dice que la prueba es positiva. Por otro lado, si con el paciente en bipedestación el terapeuta percibe visualmente una rotación del miembro interna o externa en un estado de relajación muscular, se puede pensar en una afectación de alguno de estos dos músculos.

FIGURA 1-162  Prueba de los músculos redondos. A. Redondo mayor. B. Redondo menor.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

PRUEBA DE ADUCCIÓN HORIZONTAL FORZADA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción de la articulación acromio­ clavicular.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. Toma contacto con la mano anterior abarcando el tercio distal del húmero del mismo lado. La otra mano contacta con la porción superior de la escápula del lado contralateral.

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Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un movimiento de flexión de 90° de la ar­ ticulación glenohumeral con el codo en extensión. Seguidamente, lleva a cabo un movimiento de aproximación horizontal anterior máxima del brazo del lado a va­ lorar, de tal forma que intenta contactar el antebrazo con la cara anterior del húmero del lado contrario.

Interpretación del test Si se intensifica o aparece sintomatología álgica sobre el punto de unión de la clavícula con el acromion, el terapeuta puede pensar en una afectación de la articulación acromio­ clavicular. En este caso, se dice que la prueba es positiva. El resultado positivo en esta prueba viene dado por la puesta en tensión del sistema ligamentoso acromioclavicular.

PRUEBA DE ADUCCIÓN FORZADA CON EL BRAZO COLGANDO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la parte anterior del hombro.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

De pie, con los miembros superiores relaja­ dos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. Con la mano posterior, toma contacto abarcando el tercio distal del húmero del lado a evaluar. Con la otra mano contacta sobre la porción superior de la escápula del lado contralateral pasando el brazo por delante de la cabeza del paciente.

Ejecución del test FIGURA 1-163  Prueba de aducción horizontal for­ zada.

El paciente ha de llevar el hombro unos grados hacia la extensión. Seguidamente, realiza un movimiento de aproximación pos­

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

terior, movimiento que el terapeuta tiene que resistir.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO HORIZONTAL DE LA CLAVÍCULA

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación en la movilidad de la articulación acromioclavicular.

Si durante la realización de la maniobra aparece o se intensifica un cuadro álgico en la porción anterior del hombro, el terapeu­ ta puede pensar en una posible afectación articular acromioclavicular o subacromial. En este caso se dice que la prueba es po­ sitiva. Para asegurar el origen de la lesión, el tera­ peuta puede inocular un anestésico a nivel subacromial; esto hace que el dolor cese du­ rante la realización de la prueba si el origen de la disfunción reside en el espacio sub­ acromial.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble des­ plazado del lado a valorar orientado hacia es­ te. Toma contacto en pinza con el índice y el pulgar de la mano interna abarcando la mitad externa de la clavícula del lado a evaluar. La otra mano estabiliza con un contacto en pinza a través de los dedos índice y pulgar sobre el acromion del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una movilización de la clavícula de forma global, valorando todos los movimientos posibles mientras que con la mano externa realiza un punto fijo sobre el acromion.

Interpretación del test

FIGURA 1-164  Prueba de aducción forzada con el brazo colgando.

Si el terapeuta percibe movimientos de la cla­ vícula anormalmente aumentados acompaña­ dos de sintomatología álgica o no, se puede pensar en una afectación de la articulación acromioclavicular. En este caso, se dice que la prueba es positiva. El terapeuta ha de llevar a cabo pruebas más específicas para diagnosticar el tipo de afectación. Normalmente los procesos ar­ trósicos cursan con sintomatología álgica a la realización de esta prueba. Si, fruto de una subluxación, el terapeuta percibe el signo de la tecla de piano, puede pensar en una afectación ligamentaria. Este signo se produce por el ascenso de la cla­ vícula secundario a una tracción muscular ante la falta de fijación ligamentaria. El tera­ peuta la desciende hacia la posición normal

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

con una ligera presión, pero esta vuelve a ascender debido a la tracción. De la misma forma, el terapeuta puede apre­ ciar una disminución de la movilidad de la clavícula con respecto al acromion, en este caso la prueba será igualmente positiva.

137

para despegar el brazo del tórax), en fle­ xión de 30° de codo y en pronación del antebrazo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. Toma contacto con la mano anterior abarcando la articula­ ción radiocubital inferior del mismo lado. La mano posterior contacta con el codo del mismo lado.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El paciente ha de llevar a cabo un movi­ miento activo de supinación del antebrazo, movimiento que tiene que resistir el tera­ peuta.

FIGURA 1-165  Prueba de desplazamiento horizontal de la clavícula.

PRUEBA INESPECÍFICA DEL TENDÓN DEL BÍCEPS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación tendinosa del músculo bíceps braquial.

Posición del paciente De pie, con el miembro a valorar en ligera separación glenohumeral (lo suficiente

FIGURA 1-166  Prueba inespecífica del tendón del bíceps.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece sintomatología álgica en el húmero del paciente a la altura de la corredera bicipital, se puede pensar en una afectación tendinosa de la porción larga del músculo bíceps bra­ quial. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Si por el contrario el cuadro álgico se deli­ mita a la porción anterior de la articulación glenohumeral, el terapeuta puede pensar co­ mo causa del síntoma una posible afectación del músculo infraespinoso.

PRUEBA DE ABOTT-SAUNDERS

la corredera bicipital acompañada o no de un chasquido, se puede pensar en una afectación tendinosa de la porción larga del músculo bíceps braquial a su paso por la corredera bicipital, en la mayoría de los casos por una subluxación debida a la rotura del ligamento transverso que estabiliza el tendón del bíceps dentro de la corredera bi­ cipital. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Hay que realizar un diagnóstico diferencial atendiendo a la región en la que aparezca el chasquido, ya que este también puede ser debido a alguna afectación subacromial o coracoidea.

Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por luxación tendinosa del músculo bíceps braquial.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente des­ plazado en el lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. Toma contacto con la yema del segundo y tercer dedos de la mano interna sobre la corredera bicipital. La otra mano abarca el tercio distal del antebrazo del paciente del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a ca­ bo una separación del hombro de 120° con el codo en extensión. En esta posición, realiza una supinación del antebrazo. Seguidamente, el paciente ha de ir aproximando horizontal y lentamente el brazo hacia el tórax. Con la mano interna, el terapeuta percibe los cam­ bios que se puedan producir en la corredera bicipital.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece sintomatología dolorosa a lo largo de

FIGURA 1-167  Prueba de Abott-Saunders.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

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PRUEBA DE HUETER

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial.

El paciente ha de realizar un movimiento de flexión de codo en contra de la resistencia que el terapeuta imprime en extensión.

Posición del paciente

Interpretación del test

Sentado, con el miembro a valorar en unos grados de flexión de hombro (para separarlo del tronco), extensión de codo y supina­ ción del antebrazo.

Si el terapeuta percibe visualmente una con­ tracción anómala del músculo bíceps bra­ quial, se puede pensar en una afectación por una posible rotura tendinosa de la porción larga de este músculo. En este caso, se dice que la prueba es positiva. En estos casos se puede visualizar el signo de la bola caída, en el cual se observa una concentración anormal del vientre muscular en su porción distal, como si hubiera una bola dentro del músculo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano anterior abar­ cando la porción distal del cúbito del mismo lado. La mano posterior fija a nivel del codo homolateral contactando con la porción pos­ terior del mismo.

PRUEBA DEL LIGAMENTO TRANSVERSAL DEL HÚMERO Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del ligamento transversal del húmero que mantiene el tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial dentro de la co­ rredera bicipital.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Sentado. El miembro del lado a valorar se encuentra en separación de 90° de la arti­ culación glenohumeral, en rotación interna máxima de la misma articulación y en ex­ tensión de codo.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente ligeramente desviado del lado a valorar en finta adelante orientado hacia este. Contacta con la yema de los dedos índice y corazón de la mano interna sobre la corredera bicipital. La otra mano abarca la porción distal del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test

FIGURA 1-168  Prueba de Hueter.

El terapeuta induce con la mano externa una supinación máxima del antebrazo que pro­ voca una rotación externa del hombro. Con

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

la mano interna, el terapeuta palpa posibles cambios que se produzcan a nivel de la co­ rredera bicipital.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un chasquido o re­ salto en la corredera bicipital acompañado o no de dolor, puede pensar en una luxación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial, fruto de una afectación del ligamento transversal del húmero. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Si, por el contrario, el terapeuta no percibe la luxación pero sí se produce la sintomatología dolorosa podría pensar en una tendinopatía de la porción larga del músculo bíceps bra­ quial.

PRUEBA DE FLEXIÓN HORIZONTAL DE THOMPSON Y KOPELL Esta prueba se utiliza para valorar una posible disfunción del nervio supraes­ capular.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo un movimiento de 90° de separación de la articulación glenohumeral con el codo en extensión. Seguidamente, ha de realizar una aproximación anterior máxima acom­ pañada de flexión de codo, de tal forma que contacte el antebrazo del lado a evaluar sobre la porción superior de la escápula del lado contralateral.

Interpretación del test

FIGURA 1-169  Prueba del ligamento transversal del húmero.

Si al llevar a cabo la maniobra se produce sintomatología álgica en la región supraes­ pinosa y/o lateral de la escápula que se irradia a la porción proximal del húmero, se puede pensar en una afectación por un posible atra­ pamiento del nervio supraescapular, ya que la posición produce un estiramiento de dicho nervio. En este caso, se dice que la prueba es positiva. La zona de atrapamiento más común del nervio supraescapular se encuentra a nivel del ligamento transverso escapular. El terapeuta ha de tener en cuenta que los movimientos realizados durante la prueba pueden poner en evidencia disfunciones de tipo acromioclaviculares, por lo que es necesario diferenciar los dos tipos de dis­ funciones para no llegar a diagnósticos erróneos.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

141

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una pequeña mo­ vilización del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente un cuadro álgico a nivel de la corredera bicipital, se puede pensar en un proceso tendinoso de la porción larga del músculo bíceps braquial. En este caso, se dice que la prueba es positiva. En ocasiones el terapeuta es capaz de sub­ luxar el tendón de la porción larga de este músculo. En este caso se puede pensar en una posible afectación del ligamento transversal del húmero que mantiene a dicho tendón den­ tro de la corredera bicipital.

FIGURA 1-170  Prueba de flexión horizontal de Thompson y Kopell.

PRUEBA DE LIPPMAN

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación tendinosa de la porción larga del músculo bíceps braquial.

Posición del paciente De pie, con el miembro del lado a valorar en leve abducción de hombro (lo suficiente para separar el brazo del tórax) y flexión de codo de 90°.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente desplazado en el lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta palpa con la yema de los dedos índice y corazón de la mano interna el tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial en la corredera bicipital. La otra mano abarca el codo del mismo lado.

FIGURA 1-171  Prueba de Lippman.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE DEANQUIN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble desplazado del lado a valorar orientado ha­ cia este. Con la yema de los dedos índice y corazón de la mano interna toma contacto sobre el tendón de la porción larga del mús­ culo bíceps braquial a nivel de la corredera bicipital del miembro a evaluar. Con la otra mano abarca el tercio distal del húmero homolateral.

Ejecución del test El terapeuta induce una ligera abducción de hombro (lo suficiente para separar el brazo del tórax del paciente). Seguidamente, lleva a cabo una pequeña compresión sobre el tendón a través de su contacto con la mano interna mientras realiza rotaciones humera­ les internas y externas de forma alternativa con la mano externa.

Interpretación del test Si aparece en el paciente a lo largo de la maniobra un cuadro álgico a nivel de la corredera bicipital, se puede pensar en una afectación del tendón de la por­ ción larga del músculo bíceps braquial. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Acompañando al cuadro álgico, el terapeuta puede percibir una subluxación del tendón. En este caso puede pensar en una posible afectación del ligamento transversal hu­ meral.

FIGURA 1-172  Prueba de DeAnquin.

SIGNO DE BERU Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por luxación del tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial.

Posición del paciente En bipedestación. El brazo del lado a valorar se sitúa en flexión de codo de 90° y en supi­ nación del antebrazo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado del paciente a valorar en finta doble orientado hacia este. El te­ rapeuta toma un contacto con la yema de los dedos índice y corazón de la mano pos­ terior sobre el tendón de la porción larga del músculo bíceps braquial a su paso por

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

la corredera bicipital, justo debajo de la terminación del músculo deltoides. La otra mano abarca el tercio medio del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente una con­ tracción activa-resistida del músculo bíceps braquial en flexión de codo y supinación del antebrazo.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe con su mano posterior un chasquido o un movimiento anormal del tendón en la corredera bicipital, se puede pensar en una afectación por luxación o sub­ luxación del tendón de la porción larga del

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músculo bíceps braquial. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Esta luxación o subluxación se debe a una afectación del ligamento transverso humeral y suele estar acompañada, en la mayoría de ocasiones, de un proceso álgico.

PRUEBA DE DISTENSIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la porción larga del mús­ culo bíceps braquial.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abar­ cando la porción proximal del húmero. Con la otra mano contacta sobre el tercio medio del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta conduce el brazo a valorar hacia extensión de la articulación glenohumeral y extensión de la articulación del codo, con el antebrazo en pronación.

Interpretación del test

FIGURA 1-173  Signo de Beru.

Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo en la cara anterior del hombro o a lo largo de la porción lar­ ga del músculo bíceps braquial, el terapeuta puede pensar en una afectación por disten­ sión de este músculo. En este caso se dice que la prueba es positiva. De forma alternativa, el terapeuta puede pe­ dirle al paciente que, partiendo de la posición inducida, lleve a cabo una supinación activa de antebrazo o flexión de codo o de hom­ bro; de esta forma se solicita en mayor grado la acción del músculo bíceps braquial.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El paciente ha de realizar un movimiento de extensión glenohumeral del miembro del lado a valorar, movimiento que resiste el terapeuta.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se per­ cibe un movimiento anterior anormalmente aumentado de la cabeza humeral con respecto a la glena escapular, se puede pensar en una afectación de inestabilidad y subluxación anterior glenohumeral. En este caso, se dice que la prueba es positiva. En la gran mayoría de casos, esta prueba va acompañada por una sensación de aprehen­ sión.

FIGURA 1-174  Prueba de distensión.

PRUEBA DEL TIRADOR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad anterior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente De pie. El miembro del lado a valorar se encuentra en flexión máxima de hombro, de forma que los dedos de la mano queden orientados hacia el techo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano anterior abar­ cando el tercio medio del antebrazo homo­ lateral. La otra mano contacta con la región posterior del hombro del mismo lado.

FIGURA 1-175  Prueba del tirador.

1.3. Miembros superiores | Cintura escapular

PRUEBA DE LEFFERT Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble inestabilidad anterior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente

145

coracoides. La otra mano estabiliza el brazo del mismo lado abarcando el tercio distal del húmero.

Ejecución del test

En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos.

El terapeuta lleva a cabo un empuje anterior de la cabeza humeral con el pulgar de la mano posterior.

Posición del terapeuta

Interpretación del test

De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior sobre la porción superior de la escápula ho­ molateral, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara posterior de la cabeza humeral, el índice, en la anterior, y el corazón, en la

Si al llevar a cabo la prueba el terapeuta percibe que el dedo índice que se sitúa sobre la porción anterior de la cabeza humeral se desplaza anteriormente más que el dedo corazón de la misma mano, se puede pensar en una afectación de subluxación anterior glenohumeral. En este caso, se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales el desplazamiento anterior de ambos dedos ha de ser similar.

PRUEBA DE FUKUDA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de subluxación posterior de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente desplazado en el lado a valorar en finta doble orientado hacia este. Con el primer dedo de la mano interna, toma contacto sobre la espina de la escápula del mismo lado. Los demás dedos entran en contacto con la porción anterior de la cabeza humeral. La mano externa abarca el codo del mismo lado.

Ejecución del test

FIGURA 1-176  Prueba de Leffert.

El terapeuta lleva a cabo un empuje pos­ terior de la cabeza humeral con los dedos de la mano interna, valiéndose del contacto del pulgar como fulcro del movimiento.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test

Ejecución del test

Si el terapeuta percibe un movimiento pos­ terior anormalmente excesivo de la cabeza humeral con respecto a la glena escapular, puede pensar en una afectación por subluxa­ ción posterior glenohumeral. En este caso, se dice que la prueba es positiva.

El terapeuta toma una regla y contacta con ella sobre la cara lateral del miembro a va­ lorar, desde el epicóndilo hasta la porción externa del deltoides sobrepasando la línea horizontal del acromion.

Interpretación del test Si la regla toma contacto con el acromion de la escápula del lado valorado, el terapeuta puede pensar en una afectación del tipo luxa­ ción de la articulación glenohumeral o atrofia del músculo deltoides. En este caso, se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales la regla no debe contactar a la vez con el epicóndilo y el acromion debido al volumen del músculo deltoides y al correcto posicionamiento

FIGURA 1-177  Prueba de Fukuda.

PRUEBA DE HAMILTON Esta prueba se utiliza para valorar una posible subluxación de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En bipedestación, con los miembros superio­ res extendidos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 1-178  Prueba de Hamilton.

1.3. Miembros superiores | Codo

de la cabeza del húmero en la glena es­ capular. Si contacta con ambos a la vez, es señal de una deformidad anatómica fruto de alguna alteración muscular o articular.

SIGNO DE BRYANT Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble luxación de la articulación glenohumeral.

Posición del paciente En bipedestación, con los miembros superio­ res extendidos a lo largo del cuerpo.

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Ejecución del test El terapeuta observa la parte anterior de los pliegues axilares del paciente.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe que el pliegue axilar de un lado se encuentra descendido y au­ mentado de tamaño con respecto al otro, se puede pensar en una afectación por luxación glenohumeral de ese lado. En este caso, se dice que la prueba es positiva.

CODO

Posición del terapeuta

PRUEBA DE COZEN

En bipedestación, delante del paciente orien­ tado hacia este, observándolo.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la musculatura epicondílea.

Posición del paciente Sentado, con el brazo del lado a valorar en fle­ xión de codo de 90° y pronación del antebrazo de forma que la palma de la mano mire al suelo.

Posición del terapeuta Sentado, en el lado a valorar orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abarcando el codo a evaluar. La otra mano contacta sobre la cara dorsal de la mano del mismo lado.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que cierre la mano y que lleve la muñeca hacia extensión. Seguidamente, el paciente ha de continuar el movimiento de extensión de muñeca y desviación radial de la mano mientras el terapeuta resiste dichos movimientos.

Interpretación del test

FIGURA 1-179  Signo de Bryant.

Si durante la realización de la prueba se ac­ tiva un cuadro álgico a nivel del epicóndilo humeral acompañado en la mayoría de los casos de una alteración del tono de la mus­ culatura epicondílea, se puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epicondílea, es decir, en una epicondilitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

de la mano homolateral, de forma que el pulgar quede en la cara dorsal y los dedos segundo a quinto queden en la parte palmar de la misma.

Ejecución del test El paciente ha de realizar activamente un mo­ vimiento de flexión de muñeca, movimiento que tiene que resistir el terapeuta.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico focalizado a nivel de la epi­ tróclea humeral acompañado en la mayoría de los casos de una afectación del tono de la mus­ culatura epitroclear, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epitroclear, es decir, en una epitrocleitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-180  Prueba de Cozen.

PRUEBA DE COZEN INVERTIDA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción a nivel de los músculos epi­ trocleares.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos sobre los muslos. El miembro superior del lado a evaluar se encuentra en supinación de antebrazo y extensión de mu­ ñeca. El codo se coloca en una posición de flexión de unos 20°.

Posición del terapeuta Sentado, en el lado a valorar del paciente orien­ tado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abarcando el codo a evaluar. La otra mano contacta con la palma

FIGURA 1-181  Prueba de Cozen invertida.

1.3. Miembros superiores | Codo

149

PRUEBA RESISTIDA DEL CODO DE TENISTA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación muscular/tendinosa a nivel del epicóndilo humeral.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos sobre los muslos. El paciente realiza de forma pasiva una flexión de codo de 90° y una pronación del antebrazo del lado a valorar de forma que la palma de la mano queda mirando al suelo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abarcando el codo del miembro a evaluar. La otra mano contacta con la cara dorsal de la mano homolateral, evitando el contacto con las articulaciones interfalángi­ cas distales.

Ejecución del test El paciente ha de realizar una extensión ac­ tiva del dedo corazón de la mano a evaluar. El terapeuta resiste el movimiento.

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Interpretación del test Si aparece sintomatología álgica aguda a ni­ vel del epicóndilo humeral acompañada en la mayoría de casos de una alteración del tono de la musculatura epicondílea, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa a nivel de esta musculatura, es decir, una epi­ condilitis. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta puede ser más selectivo en esta prueba, ya que dependiendo del músculo que se quiera evaluar la resistencia se llevará a cabo en el segundo dedo (músculo extensor radial largo) o el tercer dedo (músculo exten­ sor radial corto).

FIGURA 1-182  Prueba resistida del codo de tenista.

PRUEBA PASIVA DEL CODO DE TENISTA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación a nivel de la musculatura que se inserta en el epicóndilo humeral.

Posición del paciente Sentado, con el miembro a evaluar con el brazo del lado a explorar en flexión de 90° y extensión de codo de forma que el brazo reposa globalmente sobre la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un con­ tacto con la mano anterior abarcando la mano homolateral. La otra mano estabiliza el codo del mismo lado.

150

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test

PRUEBA DEL CODO DE GOLFISTA

El terapeuta induce a través del contacto an­ terior una pronación radiocubital del miem­ bro a evaluar. Seguidamente, lleva a cabo una flexión pasiva de la muñeca de forma que estire la musculatura epicondílea.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación tendinosa de la musculatura epitroclear del húmero.

Interpretación del test

Sentado, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando en sus rodillas.

Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo a nivel del epicóndilo humeral, se puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epicondílea. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta puede localizar el tendón del músculo afecto con la yema de los dedos de la mano posterior. Otra variante permite que esta prueba se lleve a cabo con cierta flexión de codo.

FIGURA 1-183  Prueba pasiva del codo de tenista.

Posición del paciente

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. Con la ye­ ma de los dedos índice y corazón de la mano posterior, toma contacto sobre la epitróclea humeral a evaluar. La mano anterior toma un contacto a nivel de la parte anterior de la mano del mismo lado.

FIGURA 1-184  Prueba del codo de golfista.

1.3. Miembros superiores | Codo

151

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva en el miembro a evaluar un movimiento de su­ pinación radiocubital, extensión de codo y extensión de la muñeca.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece un cuadro álgico agudo focalizado a nivel de la epitróclea del miembro eva­ luado, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epi­ troclear. En este caso se dice que la prueba es positiva. La zona de dolor de la tendinitis de la mus­ culatura epitroclear es común con otras dis­ funciones, como puede ser la afectación por atrapamiento del nervio cubital. El terapeuta ha de realizar en este caso un buen diagnós­ tico diferencial.

PRUEBA ACTIVA PARA EPICONDILITIS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación tendinosa de la musculatura epicondílea.

Posición del paciente

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En sedestación, con el miembro del lado a evaluar en pronación radiocubital y el codo ligeramente flexionado de forma que el brazo queda globalmente apoyado en la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente. Con la mano posterior el terapeuta abarca el codo del lado a evaluar. La otra mano toma contacto sobre la cara dorsal de la mano del mismo lado a nivel del tercer dedo.

Ejecución del test El paciente ha de realizar un movimiento de extensión de muñeca acompañado de des­ viación radial. El terapeuta opone resistencia a ambos movimientos.

FIGURA 1-185  Prueba activa para epicondilitis.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo a nivel del epicóndilo humeral, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epi­ condílea. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE HIPEREXTENSIÓN Esta prueba se utiliza para evaluar una po­ sible disfunción a nivel de la cápsula de la articulación del codo.

Posición del paciente Sentado o en bipedestación, con el miembro del lado a evaluar en extensión de codo y supinación de la articulación radiocubital.

152

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abarcando el codo del lado a valorar. Con la otra mano abarca el tercio distal del cúbito del mismo lado, a nivel de la muñeca.

Ejecución del test El terapeuta induce pasivamente una exten­ sión del codo del lado a evaluar hasta su am­ plitud máxima.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe hiperextensión de co­ do de tal forma que lo movilice superando la amplitud normal del mismo y perdiendo la

verticalidad del antebrazo, se puede pensar en una afectación capsular anterior de la articulación del codo. En este caso se dice que la prueba es positiva. En algunos casos, la hiperextensión puede generar un cuadro álgico agudo. El aumento de la laxitud de la cápsula ar­ ticular puede deberse a una afectación por desgarro capsular. El tipo de tope o freno de movimiento le es de mucha ayuda al terapeuta para poder discernir la causa de la hiperextensión, de tal forma que un tope seco y brusco puede ser compatible con una lesión de tipo articular, mientras que un to­ pe elástico puede estar en relación con una afectación de tipo muscular. Esta prueba también pone en tensión el sis­ tema ligamentoso anterior de la articulación del codo, por lo que sirve para determinar una posible afectación del plano ligamen­ toso.

PRUEBA DE HIPERFLEXIÓN DEL CODO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción articular o capsular a nivel del codo.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente ligeramente desplazado en el lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano interna abarcando el codo del mismo lado. Con la otra mano toma contacto sobre la porción distal del antebrazo homolateral.

Ejecución del test

FIGURA 1-186  Prueba de hiperextensión.

El terapeuta induce de forma de pasiva a través del contacto de la mano externa una flexión de codo hasta completar el rango articular.

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1.3. Miembros superiores | Codo

153

FIGURA 1-187  Prueba de hiperflexión del codo.

FIGURA 1-188  Prueba de flexión del codo.

Interpretación del test

Posición del paciente

Si durante la realización de la prueba el tera­ peuta percibe una alteración de la movilidad de la articulación del codo acompañada de un cuadro álgico, se puede pensar en una afectación de la misma. En este caso se dice que la prueba es positiva. Dependiendo del tope con el que se encuentre el terapeuta al llevar a cabo la movilización, puede discernir qué estructura está afectada. De esta forma la disfunción puede tener un origen muscular, tendinoso, ligamentoso o articular.

PRUEBA DE FLEXIÓN DEL CODO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación por atrapamiento nervioso a nivel de la articulación del codo, especialmente a nivel del nervio mediano.

Sentado con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos, o de pie con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que realice de forma activa una flexión máxima de codo del lado a valorar y que la mantenga alrede­ dor de 3-5 minutos.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico a lo largo del recorrido del

154

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

nervio mediano a su paso por la porción an­ terolateral del antebrazo y a nivel de los tres primeros dedos de la mano, se puede pensar en una afectación por posible atrapamiento del nervio mediano. En este caso se dice que la prueba es positiva. Dependiendo del recorrido del dolor, el te­ rapeuta también puede discernir qué nervio presenta el atrapamiento. Si el dolor se irra­ dia hacia la porción medial del antebrazo y dedos meñique y anular, se puede pensar en compresión del nervio cubital.

PRUEBA DE PRESIÓN EN VARO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del sistema ligamentoso a nivel del compartimento externo de la arti­ culación del codo.

Posición del paciente En sedestación con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos sobre los muslos, o de pie con los miembros a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta En bipedestación, del lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeu­ ta toma un contacto con los dedos segundo a quinto de la mano posterior sobre la epi­ tróclea humeral. La mano anterior abarca el tercio distal del antebrazo del mismo lado, abrazando a nivel de la muñeca.

Ejecución del test El terapeuta conduce el miembro del lado a valorar hacia una extensión de codo. Seguidamente realiza un par de fuerzas: una con la mano posterior, que realiza un empuje en dirección externa, y otra con la mano anterior que induce un movimiento de aproximación de antebrazo a la línea media. Con esta pareja de fuerzas, se introduce un movimiento de varo que tiende a abrir la interlínea articular externa, poniendo en tensión los ligamento laterales externos del codo.

FIGURA 1-189  Prueba de presión en varo.

Interpretación del test Si durante el empuje aparece en el paciente sintomatología dolorosa a nivel del epicón­ dilo humeral o el movimiento se encuentra excesivamente aumentado, el terapeuta puede pensar en una afectación de los ligamentos laterales externos del codo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Con el par de fuerzas, el terapeuta consigue estresar los ligamentos externos del codo, el foco de un dolor agudo si presentan alguna afectación. Con esta maniobra también se pone en es­ tiramiento el nervio radial a su paso por la corredera epicondiloolecraniana, por lo que en caso de aparecer dolor durante la prueba es importante determinar si tiene un carácter radicular que pueda hacer pensar en una afectación de dicho nervio.

1.3. Miembros superiores | Codo

PRUEBA DE PRESIÓN EN VALGO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación ligamentaria a nivel del compar­ timento interno de la articulación del codo.

155

corredera epitrocleoolecraniana, por lo que en caso de aparecer dolor, el terapeuta debe descartar la posible afectación de este nervio con pruebas más específicas.

Posición del paciente En sedestación con los brazos a lo largo del tronco y las manos sobre los muslos, o de pie con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con el talón de la mano pos­ terior sobre el epicóndilo humeral. La mano anterior abarca el tercio distal del antebrazo homolateral, abrazándolo a nivel de la muñeca.

Ejecución del test El terapeuta conduce el miembro del lado a va­ lorar hacia una flexión de 20° a 30° del codo. Seguidamente realiza un par de fuerzas: una con la mano craneal, que realiza un empuje en dirección de la epitróclea humeral (hacia medial), y otra con la mano caudal que induce un movimiento de separación de antebrazo, de tal forma que se introduce un movimien­ to de valgo del codo que tiende a abrir la inter­ línea articular interna estirando los ligamentos laterales internos de la articulación del codo.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test Si durante el empuje aparece en el paciente sintomatología dolorosa a nivel de la epitró­ clea humeral o el movimiento se encuentra excesivamente aumentado, el terapeuta puede pensar en una afectación de los ligamentos laterales internos del codo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Con el par de fuerzas, el terapeuta consigue es­ tresar los ligamentos internos del codo, foco de un dolor agudo si presentan alguna afectación. Es importante controlar las compensaciones de rotación humeral, ya que puede generar falsos negativos de la prueba. Con esta maniobra también se realiza un es­ tiramiento del nervio cubital a su paso por la

FIGURA 1-190  Prueba de presión en valgo.

SIGNO DE TINEL PARA LA CORREDERA EPITROCLEOOLECRANIANA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por atrapamiento nervioso a nivel del codo. Es especialmente útil en caso del atrapamiento del nervio cubital a nivel de la corredera epitrocleoolecraniana.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

156

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en fin­ ta doble ligeramente desplazado del lado a va­ lorar orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano externa abarcando el tercio medio del cúbito del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta realiza una pequeña percusión con la yema del primer dedo de la mano interna sobre la fosa epitrocleoolecraniana. También puede realizar la percusión con la ayuda de un martillo de reflejos.

nervio cubital cuando el terapeuta percute sobre la fosa epitrocleoolecraniana, se puede pensar en un posible atrapamiento del nervio cubital a su paso por esta fosa. De forma general no se suele producir un cuadro álgico a la percusión nerviosa. Si esto se produjese, el terapeuta debe descartar la presencia de un neuroma. La sintomatología parestésica tras la percu­ sión se relaciona con el crecimiento nervioso, es decir, a medida que un nervio se regenera aumenta la longitud de la parestesia. De es­ ta forma se puede tener información de la mejoría de un tratamiento a nivel nervioso.

Interpretación del test Si aparece sintomatología parestésica aguda momentánea a lo largo del recorrido del

MANIOBRA DE MILLS Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación tendinosa de la musculatura que se inserta en el epicóndilo humeral.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a evaluar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeu­ ta contacta con la mano anterior abarcando la mano del lado a valorar. Con la otra mano contacta sobre la cara posterior del codo del mismo lado.

Ejecución del test Con el contacto anterior, el terapeuta induce de forma pasiva en el miembro del lado a valorar una pronación de la muñeca y flexión de la mano y los dedos. Seguidamente, lleva el hombro del paciente hacia los 90° de fle­ xión glenohumeral. Por último, el terapeuta realiza con la mano anterior una extensión máxima del codo.

Interpretación del test FIGURA 1-191  Signo de Tinel para la corredera epi­ trocleoolecraniana.

Si durante la prueba aparece en el paciente sintomatología álgica a nivel del epicóndilo humeral, se puede pensar en una afectación

1.3. Miembros superiores | Codo

tendinosa de la musculatura epicondílea. En este caso se dice que la prueba es positiva. En ocasiones, el territorio de dolor se extiende a lo largo del recorrido de la musculatura afecta. Con la mano posterior, el terapeuta puede situar el punto exacto del foco y origen de la sintomatología álgica. Es común en el codo confundir sintomatología de origen tendinoso y nervioso; por ello se hace necesario afinar mucho en el diagnóstico dife­ rencial utilizando más pruebas diagnósticas.

157

Posición del paciente En sedestación, con el miembro del lado a valorar en 15-20° de flexión de codo y su­ pinación de la articulación radiocubital de forma que la mano quede mirando al techo.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente. Con la mano anterior, el terapeuta toma contacto abarcando la porción distal del cúbito homolateral. El talón de la otra mano contacta con el epicóndilo del co­ do del mismo lado, mientras que el resto de dedos lo hacen sobre la epitróclea humeral.

Ejecución del test

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La prueba consta de dos partes, la primera para valorar el sistema ligamentario externo y la segunda, para el interno: 1. Para evaluar el sistema ligamentario externo, el terapeuta induce una tracción con la mano craneal en dirección externa, mientras que con la otra mano lleva el antebrazo del paciente hacia aproxima­ ción a la línea media, de tal forma que se induzca un movimiento de estrés en varo. 2. Para evaluar el sistema ligamentario in­ terno, el terapeuta induce un empuje con la mano craneal en dirección de la línea media del cuerpo, mientras que con la otra mano lleva el antebrazo del paciente hacia la separación, de tal forma que se induzca un movimiento de estrés en valgo.

Interpretación del test

FIGURA 1-192  Maniobra de Mills.

PRUEBA DE LA INESTABILIDAD LATEROMEDIAL DEL CODO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación ligamentosa a nivel de la articulación del codo.

Si el terapeuta aprecia un aumento excesiva­ mente anormal de la articulación y/o apari­ ción de un proceso álgico a nivel articular, se puede pensar en una afectación del sistema ligamentario interno o externo del codo. De esta forma, con la primera parte de la prueba se estresa el sistema ligamentario externo y con la segunda, el interno. En ambos casos se dice que la prueba es positiva. Una vez que el terapeuta haya concluido que existe una afectación interna o externa del

158

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

codo, el tope de la amplitud del movimiento le ayuda a saber el alcance de la lesión. También es posible que la prueba sea positiva por una afectación de los nervios radial y cubital, ya que la maniobra pone en tensión dichas estructuras a su paso por la corredera epicondiloolecraniana y epitrocleooolecra­ niana, por lo que en caso de ser positiva hay que realizar pruebas más específicas para determinar la posible lesión de dichas es­ tructuras nerviosas.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con el miembro del la­ do a valorar en flexión de hombro de unos 170° a 180°, extensión completa de codo y en supinación máxima radiocubital.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de la cintura escapular del paciente en finta ade­ lante en dirección craneal. Con la mano externa, toma contacto sobre la porción distal del cúbito del lado a evaluar. La otra mano abarca el codo del mismo lado contactando con el talón de la misma sobre el epicóndilo humeral.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje en direc­ ción de la línea media del cuerpo con la mano

FIGURA 1-193  Prueba de inestabilidad lateromedial del codo.

PIVOT SHIFT PARA EL CODO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad del codo.

FIGURA 1-194  Pivot shift para el codo.

1.3. Miembros superiores | Codo

externa a medida que va induciendo de forma progresiva con la otra mano flexión de codo.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un aumento anormal­ mente excesivo del movimiento lateral del codo acompañado de una sensación de temor a una posible luxación por parte del pacien­ te, se puede pensar en una afectación de los elementos de estabilidad de la articulación del codo. En condiciones normales la laxitud ligamen­ taria acompañada de la rotación humeral al llevar a cabo la flexión de codo favorecen una pequeña luxación de la articulación hu­ merocubital. De la misma forma, durante la realización de la prueba se puede apreciar una posible subluxación de la articulación radiohumeral, luxación que se reduce alre­ dedor de los 45° de flexión de codo.

159

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se genera una sintomatología de tipo adormecimiento en el recorrido del nervio mediano por la porción lateral del antebrazo y/o los tres primeros dedos de la mano, se puede pensar en una afectación por una posible compresión del nervio mediano. En este caso se dice que la prueba es positiva. En este caso, la sintomatología se debe a un atrapamiento del nervio mediano a nivel del músculo pronador redondo.

MANIOBRA DE COMPRESIÓN DEL PRONADOR REDONDO Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación por atrapamiento del nervio me­ diano a nivel del músculo pronador redondo.

Posición del paciente

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En sedestación, con el codo del miembro del lado a valorar apoyado sobre la camilla de tal forma que esté flexionado unos 20°. La articulación radiocubital del mismo lado se encuentra en pronosupinación neutra.

Posición del terapeuta En sedestación, delante del paciente orienta­ do hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano externa sobre el codo del lado a evaluar. La mano interna abarca la mano del paciente del mismo lado como para saludarlo.

Ejecución del test El paciente ha de llevar a cabo una flexión de la mano y pronación radiocubital, mientras el terapeuta induce una resistencia a ambos movimientos.

FIGURA 1-195  Maniobra de compresión del ­pronador redondo.

MANIOBRA DE COMPRESIÓN DEL SUPINADOR CORTO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por atrapamiento del nervio radial a nivel de la arcada de Fröshe formada

160

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El paciente ha de realizar de forma activa un movimiento de supinación radiocubital del miembro a valorar, movimiento que resiste el terapeuta.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece sintomatología parestésica y/o álgica a lo lar­ go del recorrido del nervio radial, se puede pensar en una afectación por compresión de este nervio entre las dos hojas superficial y profunda del músculo supinador corto, esto es, la arcada de Fröshe. En este caso se dice que la prueba es positiva. Con esta maniobra el terapeuta pone en ten­ sión el músculo primer radial y supinador corto, puntos usuales de atrapamiento del nervio radial y origen de la sintomatología.

PRUEBA DE ESFUERZO EN SUPINACIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación articular a nivel del codo.

Posición del paciente FIGURA 1-196  Maniobra de compresión del ­supinador corto.

Sentado, con el brazo del lado a estudiar reposando sobre la camilla de forma que el codo queda en extensión.

p­ or las dos hojas superficial y profunda del músculo supinador corto.

Posición del terapeuta

Posición del paciente En sedestación, con el codo del miembro del lado a valorar apoyado sobre la camilla de tal forma que esté flexionado unos 20°. La articulación radiocubital homolateral se encuentra en pronosupinación neutra.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orien­ tado hacia el paciente. El terapeuta toma contacto con la mano posterior sobre el codo del lado a evaluar. La otra mano abarca la mano homolateral del paciente, como para saludarlo.

En sedestación, delante del paciente ligera­ mente desplazado del lado a valorar orientado hacia este. Con la mano externa, toma con­ tacto sobre el epincóndilo del codo del lado a evaluar. Con la otra mano contacta abarcando el tercio inferior del cúbito del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce pasivamente de forma enérgica y súbita una supinación de la articu­ lación radiocubital del lado a valorar.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente un cuadro álgico

1.3. Miembros superiores | Codo

161

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que, con el miembro del lado a valorar en extensión de codo y pronación de la articulación radiocu­ bital, coja una silla abarcándola con los dedos de la mano. Seguidamente ha de elevarla en el aire gracias a una flexión del hombro sin variar la posición inicial.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece sintomatología álgica aguda a nivel del epicóndilo humeral y/o alteración del tono

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FIGURA 1-197  Prueba de esfuerzo en supinación.

agudo a nivel del codo acompañado o no de disminución anormal del arco de movi­ miento, se puede pensar en la afectación de algunas de las estructuras que configuran el complejo articular del codo, sean de la naturaleza que sean (ósea, ligamentosa, muscular, etc.). En este caso se dice que la prueba es positiva. Una vez que el terapeuta localiza la afecta­ ción del codo, ha de realizar pruebas más específicas de las estructuras para obtener un diagnóstico más certero.

PRUEBA DE LA SILLA (CHAIR TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación tendinosa a nivel del epicóndilo humeral.

Posición del paciente De pie, con los miembros a lo largo del cuerpo.

FIGURA 1-198  Prueba de la silla (chair test).

162

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

muscular, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epi­ condílea. En este caso se dice que la prueba es positiva. Al elevar la silla se produce un aumento de la actividad de esta musculatura. En un estado patológico se genera un cuadro álgico al con­ traerla de forma activa-resistida.

PRUEBA DE BOWDEN Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible afectación tendinosa de la musculatura epicondílea.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le proporciona al paciente un esfigmomanómetro que previamente ha sido llenado, y lo sostiene con la mano del lado a valorar. Seguidamente le indica que apriete el manguito hasta superar unos 2530 mmHg. Mientras el paciente lleva a cabo la acción, el terapeuta continúa llenando el manguito.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece sintomatología álgica aguda a nivel del epicóndilo humeral, se puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epi­ condílea. En este caso se dice que la prueba es positiva. Aunque el foco de dolor sea el epicóndilo humeral, pueden aparecer de forma simultá­ nea molestias a lo largo de los vientres mus­ culares epicondíleos. Esta prueba está descrita para valorar la mus­ culatura epicondílea; no obstante, hay que tener en cuenta que también valora la mus­

FIGURA 1-199  Prueba de Bowden.

culatura epitroclear, por lo que en el caso de aparecer sintomatología álgica en la zona epi­ troclear durante la realización de la prueba, hay que realizar pruebas complementarias para el diagnóstico de la posible afectación de la misma.

PRUEBA DE THOMSON Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la musculatura que se inserta en el epicóndilo humeral.

Posición del paciente De pie, con el miembro del lado a valorar en extensión de la muñeca y extensión máxima de codo. La mano permanece cerrada.

1.3. Miembros superiores | Codo

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abarcando la porción distal del antebrazo homolateral. La otra mano contacta con la cara dorsal de la mano del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que mantenga una posición de extensión de la muñeca del lado a valorar mientras ejerce una fuerza sobre esta para llevarla hacia flexión.

Interpretación del test

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Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente un cuadro álgico agudo a nivel del epicóndilo humeral y/o a lo largo de la

FIGURA 1-200  Prueba de Thomson.

163

musculatura epicondílea, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa de la mus­ culatura epicondílea. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE MILL Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la musculatura que se inserta en el epicóndilo humeral.

Posición del paciente De pie, con el miembro del lado a valorar en pronación radiocubital, codo en flexión de 90° y extensión de la muñeca.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble orientado hacia el paciente. El terapeuta toma

FIGURA 1-201  Prueba de Mill.

164

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

un contacto con la mano anterior abarcando la porción inferior del cúbito. Con la otra mano contacta con el codo del mismo lado para estabilizarlo.

Ejecución del test El paciente ha de llevar a cabo de forma acti­ va un movimiento de supinación radiocubital, movimiento al cual el terapeuta opone resis­ tencia.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo a nivel del epicóndilo humeral y/o en el recorrido de la musculatura epicondílea, el terapeuta puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epicondílea. En el caso de que la sintomatología desenca­ denada por la realización de la prueba sea de tipo radicular, hay que realizar pruebas para el diagnóstico diferencial con una afectación del nervio radial a su paso por el supinador corto.

PRUEBA DE MOVIMIENTO DE SOBRECARGA Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la musculatura que se inserta en el epicóndilo humeral.

FIGURA 1-202  Prueba de movimiento de sobrecarga.

de 90° de codo. Seguidamente, lleva a cabo una pronación radiocubital y, de forma simul­ tánea, una extensión máxima de codo.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. Con la mano posterior, toma contacto sobre el epicóndilo humeral homolateral.

Ejecución del test El paciente ha de realizar de forma activa un movimiento de flexión de muñeca y flexión

Interpretación del test Si a lo largo de la prueba aparece en el paciente sintomatología álgica a nivel del epicóndilo humeral y/o a lo largo de la mus­ culatura epicondílea a su paso por el ante­ brazo, se puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epicondílea. En este caso se dice que la prueba es po­ sitiva. Si aparte de la sintomatología álgica apare­ cen signos parestésicos, el terapeuta puede pensar en una posible compresión del nervio radial.

1.3. Miembros superiores | Codo

PRUEBA DE EXTENSIÓN SOBRE EL ANTEBRAZO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la musculatura que se inserta en la epitróclea humeral.

Posición del paciente Sentado, con el miembro del lado a valorar en flexión de 90° de codo y supinación a nivel de la articulación radiocubital.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano anterior abar­ cando la porción final del cúbito del lado a valorar, mientras que la otra mano estabiliza a nivel del codo del mismo lado.

165

Ejecución del test El paciente ha de realizar un movimiento de extensión de codo, movimiento al cual el terapeuta opone resistencia.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo a nivel de la epitró­ clea humeral y/o a lo largo de la musculatura epitroclear, se puede pensar en una afectación tendinosa de la musculatura epitroclear.

PRUEBA DE TINEL PARA EL PRONADOR REDONDO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación por atrapamiento del nervio me­ diano a nivel del músculo pronador redondo.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente li­ geramente desplazado del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. Con la mano externa, contacta abarcando la muñeca del mismo lado.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta induce con la mano externa en el miembro a valorar 20° de flexión de codo, extensión de muñeca y supinación máxima de la articulación radiocubital. Seguidamen­ te, induce una extensión máxima de codo y con la yema del dedo índice de la otra mano realiza unas percusiones secas a nivel de la parte medial del músculo pronador redondo (porción anterior del extremo superior del antebrazo).

Interpretación del test

FIGURA 1-203  Prueba de extensión sobre el antebrazo.

Si aparece sintomatología parestésica aguda momentánea a lo largo del recorrido del nervio mediano cuando el terapeuta percute sobre el músculo pronador redondo, se puede

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente ligeramente desplazado del lado a valorar en finta doble orientado hacia el mismo. El terapeuta toma un contacto con la mano interna abarcando la mano del miembro a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo con la yema del dedo índice de la mano externa una serie de percusio­ nes sobre el surco formado entre el olécranon y el epicóndilo humeral, mientras que la otra mano estabiliza el antebrazo del mismo lado.

Interpretación del test Si tras las percusiones se genera en el pacien­ te sintomatología parestésica a lo largo del

FIGURA 1-204  Prueba de Tinel para el pronador redondo.

pensar en un posible atrapamiento del nervio por espasmo muscular. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta prueba también se puede realizar con la ayuda de un martillo de reflejos.

PRUEBA DE TINEL PARA LA FOSA EPICONDILOOLECRANIANA Esta prueba se utiliza para evaluar un posible compromiso del nervio radial a su paso por la fosa epicondiloolecraniana.

Posición del paciente Sentado, con el codo en ligera flexión y ante­ brazo en prono-supinación neutra.

FIGURA 1-205  Prueba de Tinel para la fosa epicon­ diloolecraniana.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

167

recorrido del nervio radial por el antebrazo y mano a nivel del dorso de la misma, se podría pensar en una afectación por atrapamiento de este nervio a su paso por la corredera forma­ da entre el epicóndilo y el olécranon. Se diría entonces que la prueba es positiva. Esta prueba puede igualmente realizarse con la ayuda de un martillo de reflejos.

MUÑECA, MANO Y DEDOS PRUEBA DE GOLPETEO O PERCUSIÓN Esta prueba se utiliza para valorar la pre­ sencia de una posible fractura a nivel de las falanges de los dedos.

Posición del paciente Sentado o de pie, con el dedo a estudiar en­ cima de la mesa de tratamiento en extensión, de manera relajada.

Posición del terapeuta Sentado o de pie, en el lado a valorar del paciente orientado hacia este.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto a través de la mano posterior con el dedo a evaluar, mien­ tras que con la yema del dedo índice de la otra mano realiza una percusión firme en la parte distal de dicho dedo. También es posible rea­ lizar la maniobra con la ayuda de un martillo de reflejos para llevar a cabo la percusión.

Interpretación del test El hecho de que al ejecutar la prueba apa­ rezca un dolor importante en la zona percu­ tida indica la posibilidad de que exista una fractura que debe ser estudiada mediante el correspondiente análisis radiológico. En este caso se dice que la prueba es positiva. En caso de que el paciente presente en el de­ do o en la mano en general una importante deformación, no es conveniente realizar di­ cha prueba, ya que la percusión puede agra­

FIGURA 1-206  Prueba de golpeteo o percusión.

var la lesión. En este caso debe ser valorada mediante otros procedimientos.

PRUEBA DE LA TECLA DEL PIANO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la articulación radiocubital inferior.

Posición del paciente En sedestación, con el miembro a valorar so­ bre la camilla, en pronación del antebrazo de forma que la mano se oriente hacia la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente. Con la mano interna, el tera­ peuta toma un contacto en pinza con el extremo inferior del radio. La otra mano toma un contac­ to en pinza a nivel de la epífisis distal del cúbito.

Ejecución del test Con la mano externa, el terapeuta lleva a cabo un empuje de la epífisis distal del cúbito en di­

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del paciente En sedestación con el miembro a valorar sobre la camilla en pronosupinación neutra.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente. Con la mano posterior, el terapeuta toma contacto abarcando la porción inferior del cúbito abrazando la muñeca. La ma­ no caudal se encuentra en contacto con la mano homolateral del paciente, como para saludarlo.

Ejecución del test Partiendo desde la pronosupinación media, el terapeuta induce con la mano caudal una supinación máxima de la articulación radio­ cubital inferior a valorar, mientras que con la mano craneal estabiliza a nivel del extremo distal del antebrazo. Seguidamente, y partien­ do de nuevo desde la posición inicial, induce un movimiento de pronación máxima de la misma articulación.

Interpretación del test

FIGURA 1-207  Prueba de la tecla del piano.

rección al suelo, mientras que con la otra mano realiza una fijación del extremo distal del radio.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento anormal­ mente aumentado, acompañado o no de dolor, a nivel del cúbito, puede pensar en una afectación de la articulación radiocubital inferior. En este caso se dice que la prueba es positiva. La afectación de la articulación radiocubital a nivel distal implica la posibilidad de que exista alguna lesión a nivel ligamentario o capsular.

PRUEBA DE LA DISOCIACIÓN RADIOCUBITAL Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación radiocubital inferior.

Si el terapeuta percibe al inducir el movimiento de supinación radiocubital inferior que la epí­ fisis distal del cúbito se subluxa en dirección posterior (parece que desaparece visto desde una posición anterior), se puede pensar en una afectación de inestabilidad posterior de la arti­ culación radiocubital inferior. En condiciones normales el cúbito acompaña el movimiento de supinación realizando un desplazamiento ven­ tral. En condiciones patológicas este movimiento puede presentar cierta limitación de movilidad. Si el terapeuta percibe al inducir el movi­ miento de pronación radiocubital inferior que la epífisis distal del cúbito se subluxa ven­ tralmente, puede pensar en una afectación por inestabilidad anterior de la articulación radiocubital inferior. El terapeuta percibiría a nivel posterior un hueco fruto del despla­ zamiento anterior del cúbito. En condiciones patológicas este movimiento puede presentar cierta limitación de movilidad. En ambos casos se dice que la prueba es po­ sitiva y se corresponde con una subluxación

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

169

FIGURA 1-208  Prueba de la disociación radiocubital. A. Supinación. B. Pronación.

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posterior o anterior, respectivamente, del cúbito a nivel distal.

Ejecución del test

En sedestación o bipedestación con la mano relajada sobre la camilla, de forma que la palma de la misma repose sobre ella y los dedos se encuentren separados.

El terapeuta toma un contacto con su mano pos­ terior en la falange proximal de la articulación interfalángica a explorar. La otra mano contacta en pinza con los dedos índice y pulgar abarcan­ do la falange distal de la articulación interfa­ lángica a evaluar. Una vez realizada esta toma, el terapeuta va a llevar a cabo una compresión axial en dirección al carpo desde la falange dis­ tal de la articulación interfalángica a evaluar, evitando que dicho dedo realice flexión alguna. En una segunda fase de la prueba, se toma un contacto a ambos lados de la articulación interfalángica distal y se repite la acción.

Posición del terapeuta

Interpretación del test

Sentado, en el lado a valorar del paciente orientado hacia este.

Si al ejecutar la prueba el paciente percibe molestia o dolor, indica la presencia de una

PRUEBA DE COMPRESIÓN DE LOS DEDOS Con esta prueba se pone en evidencia cual­ quier posible fractura que presenten las fa­ langes de la mano.

Posición del paciente

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

posible fractura en la zona donde se encuen­ tre el cuadro álgico. En este caso la prueba es positiva. En caso de que se observe una deformación a nivel de las manos del paciente es aconse­ jable no realizar dicha prueba, puesto que puede dar un falso positivo debido a la alte­ ración de las articulaciones en sí.

Posición del terapeuta A un lado o enfrente del paciente orientado hacia este, abarcando con una mano el tercio distal del cúbito del lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que con los cuatro últimos dedos de la mano a explorar abrace el pulgar de la misma, dejándolo alo­ jado en la palma. Seguidamente, le pide al pa­ ciente que realice de forma activa una flexión forzada del pulgar con ayuda de los demás dedos y una inclinación cubital de la muñeca.

Interpretación del test El hecho de que el paciente realice este movi­ miento y muestre signos de dolor, hace consi­ derar la prueba positiva, indicando la posible existencia de una tenosinovitis de DeQuervain. Para asegurar que se trata de dicha patología y no de una degeneración por artrosis o cualquier otra patología, hay que solicitar al paciente la misma maniobra con la mano contraria.

FIGURA 1-209  Prueba de compresión de los dedos.

PRUEBA DE FINKELSTEIN Esta prueba se utiliza para realizar el diagnós­ tico de una tenosinovitis de DeQuervain, que consiste en una inflamación de la sinovial de los tendones de los músculos abductor largo y extensor corto del pulgar.

Posición del paciente Sentado o de pie con la mano sobre la mesa de tratamiento en pronosupinación radiocu­ bital neutra.

FIGURA 1-210  Prueba de Finkelstein.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

171

SIGNO DE HOFFMANN-TINEL Esta prueba se utiliza para valorar un posible atrapamiento del nervio mediano a su paso por el túnel carpiano.

Posición del paciente Sentado, con el miembro a valorar apoyando el codo sobre la camilla en supinación máxi­ ma de antebrazo.

Posición del terapeuta Sentado o de pie, del lado a valorar miran­ do hacia el paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior abarcando el tercio medio del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta sitúa bajo la muñeca del pa­ ciente una cuña de tal forma que la mano caiga en extensión. Seguidamente realiza unas pequeñas percusiones con la yema del dedo índice de la mano anterior sobre la región ventral de la muñeca, a la altura del canal carpiano. También puede realizar di­ chas percusiones con la ayuda de un martillo de reflejos.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test Si el hecho de realizar las percusiones hace aparecer sintomatología parestésica acom­ pañada o no de dolor en los tres primeros dedos de la mano en cuestión, se puede pensar en una afectación por atrapamiento del nervio mediano a su paso por el túnel carpiano. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de las ocasiones la sintoma­ tología se produce en los dedos de la mano, aunque también pueden desarrollarse por el antebrazo. Si esta sintomatología se extiende en el tiempo y afecta en gran medida a la con­ ductibilidad, el terapeuta tiene que valorar una afectación física del nervio más que un simple problema de atrapamiento del mismo.

FIGURA 1-211  Signo de Hoffmann-Tinel.

SIGNO DE MURPHY Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación articular a nivel del hueso semilunar.

Posición del paciente Sentado o de pie con la mano en pronación relajada sobre la mesa de tratamiento.

Posición del terapeuta Detrás o a un lado del paciente, sentado o de pie, según se encuentre este.

Ejecución del test El terapeuta le solicita al paciente que de manera activa realice una flexión metacarpo­ falángica e interfalángica de todos los dedos de la mano, de forma que cierre el puño. En esta posición el terapeuta observa la situación del tercer metacarpiano.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test

Posición del terapeuta

En condiciones normales, cuando el paciente cierra la mano se puede observar que el ter­ cer metacarpiano sobresale con respecto al segundo y al cuarto. El signo es positivo en caso de que el tercer metacarpiano no sobresalga con respecto al segundo y cuarto, lo cual se debe a una alteración del hueso semilunar que hace que el deslizamiento sea incongruente y no se produzca de forma fluida.

Sentado frente al paciente ligeramente des­ plazado del lado a valorar. Con la mano externa toma un contacto abrazando la articulación radiocubital inferior. La mano interna toma un contacto en pinza a través de los dedos índice y pulgar sobre el hueso escafoides, mientras que los demás dedos reposan sobre la eminencia tenar.

Ejecución del test Con ayuda de la mano interna, el terapeuta realiza de forma pasiva una compresión axial, del escafoides contra el radio y, manteniendo dicha compresión axial, realiza una ligera flexión y una inclinación radial de la muñeca.

Interpretación del test En caso de que el paciente refiera dolor o un chasquido articular a la realización de las maniobras, la prueba es positiva e indica la posible existencia de una subluxación,

FIGURA 1-212  Signo de Murphy.

PRUEBA DE WATSON Con esta prueba se puede valorar la posible alteración entre los huesos del carpo en la articulación que forman el escafoides con el semilunar.

Posición del paciente En una posición sentada con el antebrazo del lado a estudiar en pronosupinación neutra, sobre la mesa de tratamiento.

FIGURA 1-213  Prueba de Watson.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

presentando inestabilidad articular en el com­ plejo escafoides-semilunar; esto es debido al estrés que se le ha provocado al realizar la maniobra.

173

dedo para evaluar la articulación metacarpo­ falángica, siendo la disfunción de esta zona conocida como pulgar del esquiador por una alteración del ligamento colateral.

PRUEBA DE TENSIÓN EN VALGO DE LOS DEDOS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción a nivel del compartimento interno de las articulaciones interfalángicas.

Posición del paciente Sentado en una posición relajada con la mano sobre la mesa de tratamiento en supinación del antebrazo, de forma que la palma de la mano queda orientada hacia el techo.

Posición del terapeuta En sedestación lateralmente al paciente del lado a estudiar mirando hacia este. Toma un contacto con la mano posterior a través de la pinza formada por sus dedos índice y pulgar a nivel de la parte proximal de la articulación interfalángica a explorar. La otra mano toma un contacto en pinza con los dedos pulgar e índice sobre la parte distal de la articulación interfalángica a explorar, sin dejar más que la articulación a estudiar entre los contactos.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test

FIGURA 1-214  Prueba de tensión en valgo de los dedos.

Durante la prueba el terapeuta realiza un es­ trés de la articulación interfalángica objeto de evaluación hacia valgo, de forma que la parte interna de la articulación se abre y la externa se cierra.

PRUEBA DE TENSIÓN EN VARO DE LOS DEDOS

Interpretación del test

Posición del paciente

En caso de que dicho estrés muestre en la articulación una amplitud anormalmente au­ mentada con o sin dolor, se puede pensar que existe una alteración del ligamento lateral interno de la articulación interfalángica en cuestión. La prueba debe hacerse siempre comparando ambos lados. Además de las articulaciones interfalángicas, esta técnica se puede utilizar en el primer

Sentado en una posición relajada con la mano sobre la mesa de tratamiento en supinación del antebrazo, de forma que la palma de la mano queda orientada hacia el techo.

Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción a nivel del compartimento externo de las articulaciones interfalángicas.

Posición del terapeuta Sedestación lateralmente al paciente del lado a estudiar. El terapeuta toma un contacto con la mano posterior a través de la pinza formada

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

por sus dedos índice y pulgar a nivel de la parte proximal de la articulación interfalángi­ ca a explorar. La otra mano toma un contacto en pinza con los dedos pulgar e índice sobre la parte distal de la misma, sin dejar más que la articulación a estudiar entre los contactos.

Ejecución del test Durante la prueba el terapeuta realiza un estrés de la articulación interfalángica objeto de eva­ luación hacia varo, de forma que la parte externa de la articulación se abre y la interna se cierra.

Interpretación del test En caso de que dicho estrés muestre en la articulación una amplitud anormalmente au­ mentada con o sin dolor, se puede pensar que existe una alteración del ligamento lateral externo de la articulación interfalángica en cuestión. La prueba debe hacerse siempre comparando ambos lados.

PRUEBA DE BOYES Esta prueba se utiliza para valorar el tendón central del músculo extensor común de los dedos en la inserción a nivel de la articula­ ción interfalángica proximal.

Posición del paciente Sentado con la mano en pronación radiocu­ bital sobre la mesa de tratamiento y con las articulaciones interfalángicas y metacarpofa­ lángicas en flexión, relajadas de forma que el puño queda cerrado, a excepción del dedo a estudiar, que queda en extensión.

Posición del terapeuta En sedestación, del lado a valorar mirando hacia el paciente. Toma contacto con la mano posterior bloqueando la articulación interfa­ lángica proximal del dedo a estudiar, dejando libre la articulación interfalángica distal.

Ejecución del test La prueba consiste en solicitar al paciente que realice una flexión activa del dedo a valorar, de manera que la articulación interfalángica proximal esté extendida (bloqueada por el terapeuta) y la articulación interfalángica distal, flexionada.

Interpretación del test

FIGURA 1-215  Prueba de tensión en varo de los dedos.

Para poder realizar una flexión de la articu­ lación interfalángica distal manteniendo la proximal en extensión, hace falta que actúe el músculo flexor profundo de los dedos, mien­ tras que el músculo flexor superficial queda bloqueado. Este bloqueo se realiza gracias a la acción del músculo extensor común de los dedos. Si el paciente no es capaz de realizar una flexión de la falange distal manteniendo la proximal en extensión, se puede pensar en una lesión o rotura del tendón del mús­ culo extensor común de los dedos en su in­ serción en el dedo que se está estudiando. En este caso se dice que la prueba es posi­ tiva.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

175

Ejecución del test La prueba consiste en solicitar al paciente una extensión activa del dedo a estudiar mientras que el terapeuta resiste dicho movimiento oponiéndose al mismo.

Interpretación del test Si en el transcurso de la prueba el paciente no consigue realizar correctamente la extensión de la articulación, está disminuida o presenta limitación a la movilidad, se puede deducir la posibilidad de que exista una disfunción de la zona central del músculo extensor común de los dedos. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-216  Prueba de Boyes.

PRUEBA DE ELSON Esta prueba se utiliza para evaluar una lesión del tendón del músculo extensor común de los dedos a nivel de la articulación interfa­ lángica proximal.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente En sedestación con la mano en pronación radiocubital sobre la mesa de tratamiento, de forma relajada, con los dedos semiflexio­ nados.

Posición del terapeuta En sedestación en el lado a valorar orien­ tado hacia el paciente. Toma un contacto en pinza con los dedos índice y pulgar de la mano posterior a nivel de la falange pro­ ximal del dedo a explorar. Con la yema del dedo índice de la mano anterior, contacta en la cara dorsal de la falange distal del mismo dedo.

FIGURA 1-217  Prueba de Elson.

PRUEBA DE DURKAN Esta prueba se utiliza para valorar una neu­ ropatía de atrapamiento a nivel del nervio mediano.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del paciente En sedestación con la mano sobre la mesa de tratamiento en supinación radiocubital de forma que la palma de la mano mire al techo.

tad del tercer dedos, indica la posibilidad de atrapamiento o compromiso nervioso del me­ diano a nivel del túnel carpiano. Por tanto, la prueba es positiva.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE RECHINAMIENTO

En sedestación frente al paciente orientado ha­ cia este. Toma un contacto en pinza con ambas manos sobre la región del carpo del miembro a valorar, de forma que sus pulgares se coloquen superpuestos en la región media del carpo en su cara palmar (túnel carpiano) y el resto de los dedos reposen en la cara dorsal de la muñeca.

Con esta prueba se pone en evidencia una disfunción o alteración de tipo artrósico de la columna del pulgar; especialmente estudia una rizartrosis trapeciometacarpiana o una artrosis metacarpofalángica.

Ejecución del test

En sedestación con la mano sobre la mesa de tratamiento en pronación de forma que la palma de la mano mire al suelo.

El terapeuta realiza una compresión directa con sus pulgares a nivel del túnel del carpo, en la zona del nervio mediano durante apro­ ximadamente un minuto.

Interpretación del test Si el paciente manifiesta adormecimiento a nivel de la zona del primer, segundo y mi­

Posición del paciente

Posición del terapeuta En sedestación lateralmente al paciente en el lado a valorar mirando hacia este. Toma un contacto con la mano posterior estabilizando el carpo del mismo lado. La otra mano toma un contacto en pinza con el pulgar y el índice sobre el primer dedo o sobre el primer me­ tacarpiano, dependiendo de la articulación que se quiera valorar (metacarpofalángica o trapeciometacarpiana).

Ejecución del test Con su contacto anterior, el terapeuta realiza una compresión axial impactando desde dis­ tal a proximal el primer dedo; una vez rea­ lizada dicha compresión, lleva a cabo mo­ vimientos de rotaciones en ambos sentidos para generar una fricción en la articulación que se está valorando.

Interpretación del test

FIGURA 1-218  Prueba de Durkan.

Si durante el desarrollo de la maniobra el paciente presenta molestias, dolor, rigidez o limitación articular, se puede indicar que la prueba es positiva, existiendo la posibilidad de que haya un proceso degenerativo de tipo artrósico o bien una disfunción ósea por lu­ xación o fractura de las superficies articulares de la columna del pulgar. En este caso se dice que la prueba es positiva.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

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Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva movi­ mientos de extensión y desviación cubital máximos de la muñeca del miembro a valorar del paciente.

Interpretación del test Si el paciente refiere dolor a nivel de los hue­ sos del carpo, se puede pensar que existe una disfunción de los elementos que componen las articulaciones del mismo a nivel capsular o a nivel ligamentoso. En este caso se dice que la prueba es positiva. Estas disfunciones pueden no mostrar nin­ guna alteración a nivel de una imagen ra­ diológica, por lo que no se puede contrastar dicha información, a no ser que se utilice un ecógrafo para la verificación de la lesión en el tejido blando de la cápsula articular de los huesos del carpo.

FIGURA 1-219  Prueba de rechinamiento.

PRUEBA DE INESTABILIDAD MEDIOCARPIANA Con esta prueba se valoran los elementos capsuloligamentosos que componen la arti­ culación mediocarpiana del paciente.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente En sedestación con el codo apoyado sobre la mesa de tratamiento, en supinación del ante­ brazo de forma que la mano queda mirando al techo.

Posición del terapeuta Delante del paciente en sedestación orientado hacia este ligeramente desplazado del lado a valorar. Con la mano interna toma un contac­ to a nivel de la articulación radiocubital infe­ rior para estabilizarla. La otra mano contacta con la mano del mismo lado, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara palmar de la cabeza de los huesos metacarpianos y el resto de los dedos lo hagan sobre la región dorsal.

FIGURA 1-220  Prueba de inestabilidad mediocar­ piana.

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PRUEBA DE BAMBOLEO

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una alteración a nivel de los huesos del carpo, especialmente entre los huesos pi­ ramidal y semilunar.

El terapeuta realiza las maniobras de estrés de la región de manera pasiva, llevando a cabo, junto con una compresión longitudinal hacia proximal, inclinaciones en dirección cubital y radial de forma alterna.

Posición del paciente En sedestación con la mano del lado a es­ tudiar sobre la mesa de tratamiento en supi­ nación radiocubital, de tal forma que el dorso de esta contacte con la camilla y la palma de la mano mire al techo.

Posición del terapeuta En sedestación delante del paciente ligera­ mente desplazado del lado a valorar orien­ tado hacia este. Toma el carpo del paciente con un contacto de los pulgares en la zona anterior de los huesos a estudiar (piramidal y semilunar), adaptando el resto de los dedos alrededor de la muñeca por su cara dorsal.

Interpretación del test Si el paciente presenta dolor, chasquido articular o hipermovilidad asimétrica hacia un lado u otro durante la ejecución de la prueba, puede indicar la existencia de al­ teración o disfunción de ambas estructuras óseas. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE INESTABILIDAD LATEROMEDIAL DEL PULGAR Esta prueba se utiliza para evaluar las es­ tructuras que mantienen en congruencia la articulación del primer dedo de la mano, sobre todo ligamentos colaterales y acce­ sorios.

Posición del paciente Sentado con la mano relajada sobre la mesa de tratamiento en pronosupinación radiocu­ bital neutra.

Posición del terapeuta Sentado lateralmente al paciente mirándolo. La mano posterior toma un contacto con la cabeza del primer metacarpiano. La mano anterior realiza una pinza entre sus dedos índice y pulgar para tomar contacto con la falange proximal del primer dedo de la mano homolateral.

Ejecución del test

FIGURA 1-221  Prueba de bamboleo.

El terapeuta realiza de forma pasiva un mo­ vimiento hacia abducción del pulgar con su mano anterior, abriendo el compartimento interno de la articulación metacarpofalángi­ ca del primer dedo de la mano del paciente, mientras que con la otra mano estabiliza la base del primer metacarpiano.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

179

un contacto abrazando la articulación radio­ cubital inferior para estabilizarla. La otra mano toma un contacto a nivel de la mano del paciente como para saludarlo.

Ejecución del test A través de su contacto anterior, el terapeuta realiza una compresión longitudinal hacia proximal sin desviar la muñeca, dejándola encajada de manera lineal. Una vez reali­ zada la compresión, va añadiendo una in­ clinación cubital de forma que se estresen las estructuras del compartimento radial de la muñeca.

Interpretación del test Si durante el transcurso de la prueba el paciente refiere dolor en la zona puesta en estrés (borde radial de la muñeca), la prueba es positiva y, por tanto, hay que concluir que el ligamento triangular del borde radial de la muñeca está en dis­ función. FIGURA 1-222  Prueba de inestabilidad lateromedial del pulgar.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Si durante el desarrollo de la prueba el paciente refiere dolor en la zona interna de la articulación, puede indicar que el test es positivo y traduce una afectación del sis­ tema ligamentoso y capsular de la articula­ ción metacarpofalángica del primer dedo.

PRUEBA DE INCLINACIÓN CUBITAL FORZADA Con esta prueba se intenta valorar la inte­ gridad del ligamento triangular situado en la zona radial de la muñeca.

Posición del paciente Sentado con la mano sobre la mesa de trata­ miento en una posición relajada, con el ante­ brazo en pronación de forma que la palma de la mano quede mirando a la camilla.

Posición del terapeuta Sentado en el lado a valorar del paciente orientado hacia este. La mano posterior toma

FIGURA 1-223  Prueba de inclinación cubital forzada.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DEL MÚSCULO FLEXOR PROFUNDO DE LOS DEDOS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la musculatura flexora de los dedos de la mano.

mano produce dolor al paciente, no pudien­ do esclarecer el diagnóstico acertado de una afectación tendinosa en caso de que dicha artrosis esté presente.

Posición del paciente Sentado con la mano sobre la mesa de trata­ miento en una posición relajada en supina­ ción radiocubital, de forma que la palma de la mano esté orientada hacia el techo y los dedos ligeramente extendidos.

Posición del terapeuta Sentado a un lado o delante del paciente, sin dejar de observarlo durante el transcurso de los movimientos que le irá indicando a lo largo de la prueba.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice de forma activa una contracción de la mus­ culatura flexora del dedo a valorar. Mientras lleva a cabo esta acción, el terapeuta opone algo de resistencia a nivel de la falange distal del mismo. Es importante hacer esta prueba de forma específica dedo a dedo, y no testar todos a la vez.

Interpretación del test Si el paciente presenta debilidad durante la flexión de los dedos, se puede indicar que la prueba es positiva y concluir que existe la posibilidad de una disfunción en el tendón del músculo flexor de los dedos. Por otro lado, si además de debilidad durante el transcurso de la prueba se genera dolor en el dedo evaluado, es posible que el paciente padezca una tenosi­ novitis de dicho tendón, que tiene que ser debi­ damente valorada con pruebas más específicas. Es importante observar en la mano del pa­ ciente las deformaciones que presente de­ bidas a una degeneración articular por una afectación de tipo artrósica de los dedos. Por ello hay que tener cuidado, ya que en este caso el simple movimiento suave de la

FIGURA 1-224  Prueba del músculo flexor profundo de los dedos.

PRUEBA DEL MÚSCULO FLEXOR SUPERFICIAL DE LOS DEDOS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible disfunción a nivel de la musculatura flexora de los dedos de la mano.

Posición del paciente Sentado con la mano sobre la mesa de tra­ tamiento. El antebrazo se coloca en supi­ nación de forma que la palma de la mano quede mirando al techo y los dedos abiertos con ligera semiflexión de las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas.

Posición del terapeuta Sentado delante del paciente, mirándolo.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

Ejecución del test Se solicita al paciente que realice de forma activa una flexión de las articulaciones proxi­ males (metacarpofalángicas e interfalángica proximal) del dedo a evaluar. El terapeuta fija los dedos que no se van a valorar para que no falseen la prueba con diferentes compen­ saciones, por lo que mientras que se evalúan los dedos de manera individual el resto deben permanecer extendidos.

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de la maniobra, es posible que también pre­ sente una afectación de la vaina tendinosa de dicha musculatura.

PRUEBA DE LOS MÚSCULOS FLEXOR LARGO Y EXTENSOR LARGO DEL DEDO PULGAR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación tendinosa de la musculatura del primer dedo de la mano.

Interpretación del test

Posición del paciente

Si el paciente no es capaz de flexionar de manera activa el dedo evaluado ni, sobre todo, las articulaciones proximales, existe la posibilidad de que se trate de una disfunción a nivel del tendón del músculo flexor super­ ficial de los dedos. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si además de incapacidad de movimiento, el paciente refiere dolor durante la realización

Sentado con la mano sobre la mesa de tra­ tamiento, en pronosupinación radiocubital neutra.

Posición del terapeuta Sentado en el lado a valorar orientado ha­ cia el paciente. La mano posterior toma un contacto a través de la pinza formada por el primer y segundo dedos para estabilizar la articulación metacarpofalángica del pulgar del lado a valorar.

Ejecución del test La prueba consiste en solicitar al paciente que realice de forma activa una flexión y extensión, de forma alternativa, de la falange distal del primer dedo de la mano mientras el terapeuta mantiene la estabilización del segmento proximal.

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Interpretación del test

FIGURA 1-225  Prueba del músculo flexor superficial de los dedos.

En el caso que el paciente no sea capaz de rea­ lizar los movimientos activos de flexión y ex­ tensión, se puede pensar en la presencia de una disfunción a nivel de los tendones de los mús­ culos flexor largo y extensor largo del pulgar. En este caso se dice que la prueba es positiva. Que la prueba sea positiva puede ser debido tanto a un desgarro como a una inflamación de la vaina de los tendones de estos músculos. También es posible que el paciente refiera dolor a la realización de alguno de los dos movimien­ tos, indicando esta situación la posible presen­ cia de un proceso tendinoso a nivel del músculo flexor largo o extensor largo del pulgar.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

de forma pasiva y cerrar los demás dedos abarcando al primero, de forma que lo abra­ cen y lo mantengan alojado en la palma de la mano; una vez colocado en esta posición se le solicita al paciente que realice una se­ paración, apertura y extensión del pulgar, movimiento que resisten los dedos que lo abarcan.

Interpretación del test En caso de que el paciente no sea capaz de llevar a cabo dicha maniobra, se puede in­ dicar la posibilidad de lesión o compromiso a nivel del nervio radial que ocasiona una debilidad muscular en la zona inervada por este. En este caso se dice que la prueba es positiva. Por otro lado, en caso de que el paciente también presente una degeneración articular importante, cuando realice dicha prueba re­ ferirá dolor o chasquido articular. FIGURA 1-226  Prueba de los músculos flexor largo y extensor largo del dedo pulgar.

PRUEBA DE EXTENSIÓN DEL PULGAR Con esta prueba se evalúa la alteración o dis­ función del nervio radial a nivel de la mano del paciente.

Posición del paciente Sentado con la mano sobre la mesa de tra­ tamiento en pronosupinación radiocubital neutra.

Posición del terapeuta Sentado a un lado o frente al paciente orien­ tado hacia este. Toma contacto por medio de la mano posterior estabilizando a nivel de la muñeca. La mano anterior contacta sobre la parte dorsal de los dedos de la mano a valorar.

Ejecución del test La prueba consiste en realizar una aproxi­ mación del pulgar hacia la palma de la mano

FIGURA 1-227  Prueba de extensión del pulgar.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

183

PRUEBA DE MUCKARD

Interpretación del test

Con esta prueba se pretende esclarecer el diag­ nóstico de una tenosinovitis de DeQuervain, inflamación de la vaina del tendón de la mus­ culatura separadora y extensora del pulgar.

Frente al paciente o en el lado a valorar orien­ tado hacia este. Toma contacto con la mano posterior a nivel de la articulación radiocu­ bital inferior del lado a evaluar, abarcándola.

Si con dicho movimiento el paciente refiere dolor en la zona radial que se propaga hacia el pulgar y antebrazo, además de compre­ sión, inflamación o calor, se puede indicar que el paciente presenta una posible infla­ mación de la vaina tendinosa de la muscula­ tura separadora y extensora del pulgar. En este caso se dice que la prueba es positiva. Antes de realizar la prueba, hay que tener cuida­ do y fijarse bien en las deformidades presentes en la mano del paciente, de forma que dicha degeneración articular por sí sola puede pro­ vocar dolor sin la necesidad de realizar ningún estrés previo para tensionar la zona y evaluarla.

Ejecución del test

PRUEBA DE GRIND

El paciente ha de llevar a cabo una inclina­ ción cubital activa de la mano a valorar, con las falanges completamente extendidas y el pulgar aproximado a la línea media de la palma de la mano.

Con esta prueba se evalúa la articulación más proximal del primer dedo, en la zona del carpo y metacarpo del mismo, esto es, la articulación trapeciometacarpiana.

Posición del paciente Sentado con la mano a valorar en pronosupi­ nación neutra sobre la mesa de tratamiento.

Posición del terapeuta

Posición del paciente Sentado con la mano en pronosupinación radiocubital neutra relajada sobre la mesa de tratamiento.

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Posición del terapeuta Frente al paciente o en el lado a valorar senta­ do orientado hacia este. Con la mano posterior toma contacto a nivel de la articulación de la muñeca. La mano anterior contacta en pinza a través del pulgar e índice sobre la parte distal del primer metacarpiano de la mano a valorar.

Ejecución del test La prueba consiste en la realización por parte del terapeuta de una movilización del primer dedo de la mano alrededor de sus ejes de movimiento, en toda su amplitud articular.

Interpretación del test

FIGURA 1-228  Prueba de Muckard.

Si al realizar un movimiento que provoque estrés articular el paciente ofrece resistencia y además presenta debilidad o disfunción articular, aparte de que pueda deberse a una

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

degeneración articular de la zona evaluada, se puede indicar que la articulación carpometa­ carpiana del primer dedo de la mano presenta incongruencia por desgaste. En este caso se dice que la prueba es positiva.

posterior abrazando la muñeca homolateral. La otra mano contacta a través de la yema del dedo índice sobre la cara dorsal de la falange distal del pulgar de la mano del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta coloca el pulgar del paciente en la palma de la mano de forma pasiva. Una vez realizado este gesto, induce, también de forma pasiva, una desviación cubital de la mano para poner en tensión todo el compar­ timento externo de la muñeca homolateral. Los demás dedos quedan en extensión.

Interpretación del test Si durante el transcurso de la prueba el pa­ ciente realiza de manera involuntaria una flexión a nivel de la falange distal del segun­ do dedo, se puede decir que existe una mal­ formación congénita del tendón de la mus­ culatura flexora de los dedos y aductora del pulgar, las cuales se encontrarán fusionadas. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-229  Prueba de Grind.

PRUEBA DE LINBURG Con esta prueba se puede evaluar la malfor­ mación congénita del tendón de la muscula­ tura flexora del primer dedo, así como de la musculatura flexora profunda de los dedos.

Posición del paciente Sentado, con la mano sobre la mesa de trata­ miento en una posición relajada con el antebrazo en posición de supinación de forma que la pal­ ma de la mano quede orientada hacia el techo.

Posición del terapeuta Sentado en el lado a valorar del paciente, mirándolo. Toma un contacto con la mano

FIGURA 1-230  Prueba de Linburg.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

PRUEBA DE SUPINACIÓN Esta prueba se utiliza para valorar una afecta­ ción de los músculos supinador corto y supi­ nador largo; también sirve para discernir si la lesión tiene una causa muscular o si la causa se debe, por el contrario, al atrapamiento del nervio radial que los inerva.

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cidad de trabajo de los músculos supinadores del antebrazo que actúan sobre todo en ex­ tensión de codo. Si no se tiene en cuenta este aspecto, el test puede dar resultados erróneos.

Posición del paciente Sentado con el brazo del lado a estudiar apoyado sobre la mesa de tratamiento con una ligera flexión del codo y el antebrazo en pronación con la palma de la mano hacia abajo en contacto con la mesa.

Posición del terapeuta Sentado en el lado a valorar del paciente orientado hacia este. Con la mano posterior, toma contacto abarcando el codo homolateral y con la otra, a nivel de la mano homolateral, como para saludarla.

Ejecución del test

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La prueba consta de dos partes: en un primer momento se le solicita al paciente que realice de forma activa una supinación del antebra­ zo de forma libre; en la segunda parte de la prueba se le solicita una supinación, pero esta vez aplicando una resistencia al movimiento.

FIGURA 1-231  Prueba de supinación.

Interpretación del test

PRUEBA DE PRONACIÓN

Si el paciente no es capaz de realizar la supi­ nación del antebrazo de manera activa, indica una posible disfunción de la musculatura por compresión del nervio radial, que es el que lo inerva. Si durante el movimiento contra resistencia aparece dolor; se puede pensar en una afec­ tación de dichos músculos o de los tendones de los mismos (tendinitis). Es importante tener en cuenta la musculatura que interviene en la biomecánica del movi­ miento de la supinación, de forma que sa­ biendo que el bíceps es supinador en flexión de codo, no hay que tener una flexión de codo importante, ya que se está valorando la capa­

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la musculatura pronadora del antebrazo.

Posición del paciente Sentado, con ambos miembros superiores sobre la camilla en supinación radiocubital de forma que las palmas de las manos quedan orientadas hacia al techo.

Posición del terapeuta De pie, en frente del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma un contacto con sus manos con las palmas de las manos del paciente.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test

SIGNO DEL CÍRCULO

El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo de forma activa un movimiento de pronación radiocubital de ambos miembros superiores a la vez. Seguidamente y partiendo desde la posición inicial, realiza la misma acción, pero esta vez el terapeuta le opone resistencia a la pronación.

Con esta prueba se intenta determinar una posible alteración a nivel del túnel del carpo y, por lo tanto, un compromiso del nervio mediano.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de vencer la resis­ tencia del terapeuta, se puede pensar en una afectación del nervio mediano que se traduce en debilidad de la musculatura pronadora. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que tener en cuenta que aunque el pacien­ te sea capaz de vencer la resistencia del tera­ peuta, no significa que no exista lesión del nervio mediano, pues si esta se produce en la región caudal del codo, el pronador redondo sigue realizando su función de forma íntegra.

FIGURA 1-232  Prueba de pronación.

Posición del paciente Sentado con la mano en pronosupinación neutra sobre la mesa de tratamiento en una posición relajada.

Posición del terapeuta En sedestación del lado a evaluar orientado hacia el paciente. Toma contacto con la mano posterior a nivel de la muñeca homolateral, abarcándola.

Ejecución del test La prueba consiste en la realización de ma­ nera activa por parte del paciente de la unión de los pulpejos de los dedos pulgar e índice,

FIGURA 1-233  Signo del círculo. A. Normal. (Continúa.)

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

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Posición del paciente Sentado con el codo del miembro a valorar sobre la mesa de tratamiento y la mano en pronosupinación radiocubital neutra en una posición relajada.

Posición del terapeuta Frente al paciente o a un lado de este orien­ tado hacia el mismo. Toma contacto con la mano posterior abarcando la muñeca del lado a evaluar.

Ejecución del test La prueba se realiza con la ayuda de un folio o de una hoja de papel que debe sostener el paciente entre el cuarto y quinto dedos de la mano a explorar, mientras el terapeuta intenta sustraerla.

Interpretación del test Si el paciente no es capaz de mantener la hoja entre sus dedos, se puede indicar que existe FIGURA 1-233 (cont.).  B. Patológico.

describiendo un círculo entre las falanges y el metacarpo de ambos.

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Interpretación del test Si el paciente no es capaz de realizar dicho círculo y en vez de eso describe una pinza o un pico de pato, se puede concluir que exis­ te una lesión del nervio mediano, que produ­ ce una debilidad de los músculos inervados por este. En este caso, se dice que la prueba es positiva. Esta lesión del nervio mediano debe ser con­ firmada con pruebas más específicas.

PRUEBA DE LA MUSCULATURA INTRÍNSECA Con esta prueba se consigue esclarecer la alteración neuropática a nivel del nervio cubital, que se encarga de inervar la mus­ culatura intrínseca de la mano, entre otras estructuras.

FIGURA 1-234  Prueba de la musculatura intrínseca.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

una compresión a nivel del nervio cubital que hace que se vea alterada la musculatura inervada por este. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que tener en cuenta las zonas en las que el nervio cubital puede estar comprimido, de forma que si alguna de las pruebas anterior­ mente descritas para valorar un atrapamiento del nervio dan positivo, forzosamente la mus­ culatura inervada por este está alterada.

Si la deficiencia o dificultad es tanto activa como pasiva sin resistencia por parte del te­ rapeuta, es posible que el paciente presente una parálisis o compromiso total del nervio mediano.

PRUEBA DE FLEXIÓN DE LA ARTICULACIÓN DE LA MUÑECA Con esta prueba se evalúa una posible afecta­ ción neuropática del nervio mediano a nivel del antebrazo.

Posición del paciente Sentado con las manos sobre la mesa de trata­ miento con una supinación de ambos antebra­ zos, para poder compararlos posteriormente durante el transcurso de la prueba. Las manos se colocan con los dedos extendidos.

Posición del terapeuta Sentado frente al paciente o del lado a valorar orientado hacia este. Toma contacto con la ma­ no posterior abarcando la muñeca del miembro homolateral. La otra mano contacta con la cara palmar de los dedos de la mano del mismo lado.

Ejecución del test En un primer momento el terapeuta le pide al paciente que realice de forma activa una flexión de la articulación de la muñeca. Seguidamente y partiendo de la posición neutra, realiza el mismo movimiento, pero esta vez en contra de la resistencia impuesta por el terapeuta.

Interpretación del test Si el paciente no es capaz de realizar los movimientos requeridos en el transcurso de la prueba, se dice que presenta una afectación parcial de la inervación de dicha musculatura. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-235  Prueba de flexión de la articulación de la muñeca.

SIGNO DE BIERNACKI Esta prueba se realiza para valorar una posi­ ble afectación del nervio cubital.

Posición del paciente Sentado o en supino, en una posición rela­ jada. Coloca la mano en supinación de ante­ brazo reposando sobre la camilla, de forma que la parte dorsal contacte con esta.

Posición del terapeuta De pie o sentado del lado a valorar o frente al paciente. Toma contacto con la mano posterior abrazando la muñeca del lado a evaluar.

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

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Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta le solicita al paciente que rea­ lice una extensión de los dedos cuarto y quinto para valorar su funcionalidad, así como el control en la ejecución del movi­ miento.

Sentado con la mano en pronación radiocu­ bital sobre la mesa de tratamiento, relajada y ligeramente en extensión.

Interpretación del test Si el paciente no es capaz de realizar de ma­ nera selectiva una extensión de estos dedos o esta se lleva a cabo débilmente, se puede indicar que presenta una afectación del ner­ vio cubital, que puede ser de tipo parálisis o compresión.

Posición del terapeuta Sentado del lado a valorar orientado hacia el paciente. Toma un contacto con la mano posterior a nivel de la cabeza del hueso me­ tacarpiano del dedo a estudiar, de forma que coloca en ligera extensión la articulación me­ tacarpofalángica. Con la mano anterior toma un contacto en pinza a través de la articula­ ción interfalángica distal del mismo dedo.

Ejecución del test Antes de realizar la prueba se evalúan los movimientos pasivos de las articulaciones del dedo para, posteriormente y una vez vistas las restricciones articulares a tener en cuenta, rea­ lizar un testing muscular contra resistencia de estos músculos. Así, se fija en extensión el dedo a valorar, primero la falange proximal y luego la distal, o al revés, para solicitar flexión de dicho dedo, evaluando de manera específica el movimiento de la falange distal y media.

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Interpretación del test

FIGURA 1-236  Signo de Biernacki.

PRUEBA DE BUNNELL-LITTLER Con esta prueba se lleva a cabo la evaluación de los músculos interóseos y lumbricales de la mano, así como de la articulación interfa­ lángica proximal.

En caso positivo, el paciente no es capaz de flexionar las falanges mientras se encuentren en extensión. Si se le suprime esa extensión fijada y es capaz de realizar una completa flexión de las falanges, se puede pensar que presenta rigidez en la musculatura intrínseca. En el caso de que aun suprimiendo la ex­ tensión que fija la metacarpofalángica, el paciente no es capaz de flexionar las falanges o lo hace de manera limitada, se puede decir que existe la posibilidad de que presente rigidez articular. En caso positivo, y por tanto de que exista un compromiso muscular importante que haga de esta una zona con isquemia, se afecta la libre realización de movimiento de más de una falange.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test En la primera parte de la prueba, el pa­ ciente ha de llevar a cabo de forma activa un movimiento de flexión de la articula­ ción interfalángica distal, mientras que el terapeuta fija a través de su contacto las articulaciones interfalángica proximal y metacarpofalángica. En la segunda parte de la prueba, el terapeuta cambia el contacto fijando con sus dedos índice y pulgar la articulación metacarpo­ falángica del lado a valorar y dejando libre la interfalángica proximal. Seguidamente, le pide al paciente que flexione esta articu­ lación.

Interpretación del test Si el paciente no puede llevar a cabo la se­ gunda parte de la prueba pero sí la primera, se puede pensar en una posible afectación tendinosa y/o nerviosa del músculo flexor FIGURA 1-237  Prueba de Bunnell-Littler.

PRUEBA DEL FLEXOR DEL DEDO Esta prueba se utiliza para evaluar la mus­ culatura flexora y los nervios de los dedos de la mano.

Posición del paciente En sedestación o bipedestación, con los de­ dos de la mano a estudiar en extensión de las articulaciones interfalángicas, exceptuando el dedo a valorar, y supinación radiocubital.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, en el lado a valorar del paciente, mirándolo. El terapeuta toma un contacto con la mano anterior en pinza con el pulgar y el índice sobre el dedo a valorar a nivel de las articulaciones inter­ falángica proximal y metacarpofalángica, dejando libre la articulación interfalángica distal en un primer momento y la distal des­ pués.

FIGURA 1-238  Prueba del flexor del dedo. A. Fijación interfalángica proximal. (Continúa.)

1.3. Miembros superiores | Muñeca, mano y dedos

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Posición del paciente En sedestación o bipedestación con una su­ pinación del antebrazo del lado a estudiar, de forma que la palma de la mano quede orienta­ da hacia el techo con los dedos en extensión.

Posición del terapeuta Delante del paciente en finta doble orientado hacia este ligeramente desplazado en el lado a valorar. Con la mano externa toma la mano del paciente con una pinza de sus dedos a nivel de los dedos del lado a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta realiza una extensión de la mu­ ñeca y dedos del paciente con la mano exter­ na, mientras que con la otra percute sobre el canal de Guyón con la yema del dedo índice.

Interpretación del test La prueba es positiva si aparece dolor o sensación de parestesias en la cara anterior

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FIGURA 1-238 (cont.).  B. Fijación metacarpofalángica.

superficial de los dedos. Si por el contrario no puede llevar a cabo ninguna de las dos partes, se puede pensar en una posible afectación tendinosa y/o nerviosa del músculo flexor superficial y profundo de los dedos. Para que el terapeuta realice correctamente la prueba de evaluación y diagnóstico de los flexores de los dedos, debe evaluar de ma­ nera pasiva los movimientos de flexión que presentan los dedos a evaluar antes de que el paciente los flexione de manera activa, para descartar así cualquier tipo de alteración articular o de tejido blando.

PRUEBA DE TINEL PARA EL CANAL DE GUYÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble lesión de atrapamiento del nervio cubital a nivel del canal de Guyón formado por el gancho del hueso ganchoso y el ligamento pisoganchoso.

FIGURA 1-239  Prueba de Tinel para el canal de Guyón.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

del cuarto y quinto dedos de la mano del paciente. Esta prueba también se puede realizar con la ayuda de un martillo de reflejos, per­ cutiendo con este en la zona del canal de Guyón.

Interpretación del test La prueba es positiva si tras unos segundos de compresión aparece en el paciente sinto­ matología de tipo parestésica o dolorosa en la muñeca y en la mano.

PRUEBA DE BRITISH Esta prueba se utiliza para valorar un posible atrapamiento del nervio mediano a nivel del túnel carpiano.

Posición del paciente Sentado con el codo en flexión de 90° apo­ yado sobre la camilla.

Posición del terapeuta Sentado o de pie frente al paciente orientado hacia este. Con una mano abraza la muñeca del lado a valorar a nivel de las estiloides del cúbito y del radio.

Ejecución del test La prueba consiste en realizar una com­ presión gradual de la muñeca del paciente, que hay que mantener durante unos se­ gundos.

FIGURA 1-240  Prueba de British.

1.4. Miembros inferiores CADERA TEST DE LAS PUNTAS DE LOS DEDOS Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de la musculatura isquiotibial.

Posición del paciente Sentado, de forma que las dos piernas se encuentran sobre la camilla con extensión de rodillas.

Posición del terapeuta De pie o sentado, en el lado a valorar del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión máxima de rodilla y cadera con el miembro inferior contrario al lado a valorar, de tal forma que acerque la pierna al tórax. Con la mano homolateral abarca la parte anterior de la tibia y sostiene la pierna en

1.4. Miembros inferiores | Cadera

flexión. Seguidamente, le indica al paciente que se palpe con la yema de los dedos de la mano del lado a estudiar, la punta de los dedos de los pies del miembro inferior que reposa sobre la camilla en extensión de rodilla.

Interpretación del test Si durante la prueba aparece sintomatología álgica a lo largo de la cara dorsal del muslo acompañada de incapacidad de llevar a cabo la acción de tocarse los pies, se puede pensar en una afectación de la musculatura isquio­ tibial. En este caso se dice que la prueba es positiva. En algunas ocasiones la incapacidad de llevar a cabo la acción no se corresponde con sintomatología dolorosa. A pesar de ello, la prueba sigue considerándose positiva. Hay que tener en cuenta el recorrido y tipo de dolor, ya que la prueba puede generar un falso positivo a la hora de valorar una afectación articular de cadera o una compresión a nivel del nervio ciático. Un signo muy típico de

193

afectación de la musculatura isquiotibial, aparte de la disminución de la movilidad, es la aparición de un cuadro álgico en la parte pos­ terior de la rodilla a nivel del hueco poplíteo.

PRUEBA DE LA CONTRACTURA DEL MÚSCULO RECTO FEMORAL Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del músculo recto anterior del cuádriceps.

Posición del paciente En decúbito dorsal, desplazado al borde cau­ dal de la camilla de tal forma que la rodilla coincida con el margen inferior de esta y las tibias cuelguen.

Posición del terapeuta De pie, lateral al paciente, observándolo.

Ejecución del test El paciente ha de llevar a cabo una flexión máxima de cadera y rodilla del lado contrario al que se evalúa y tomar contacto con ambas manos abarcando la porción anterior de la ti­ bia del mismo lado. El terapeuta observa la reacción de la pierna del lado a valorar.

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Interpretación del test

FIGURA 1-241  Test de las puntas de los dedos.

Si el terapeuta percibe que la pierna del lado a valorar se eleva de la camilla cuando la contralateral va hacia el pecho, se puede pensar en una posible afectación muscular del recto anterior del cuádriceps. En este caso se dice que la prueba es positiva. La flexión de la cadera que se encuentra sobre la camilla secundaria al movimiento de flexión hacia al pecho del otro miembro puede deberse también a una afectación muscular del psoas ilíaco o a disfunciones lumbares o pélvicas, por lo que hay que tener en cuenta estas afectaciones para realizar un buen diagnóstico diferencial. Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo la maniobra es que una afecta­ ción del músculo cuádriceps puede generar un cuadro álgico a nivel de la rótula.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

la mano externa sobre la cara anterior de la rodi­ lla del miembro a estudiar. La otra mano toma contacto globalmente bloqueando el sacro.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un as­ censo de la pierna a valorar, de tal forma que se genere extensión de la articulación coxo­ femoral manteniendo la rodilla homolateral en extensión.

Interpretación del test A través de esta prueba el terapeuta puede percibir cuándo acaba el movimiento coxo­ femoral y pélvico y cuándo comienza el movimiento lumbar. Si el terapeuta percibe un movimiento de exten­ sión coxofemoral anormalmente disminuido, se puede pensar en una afectación de la mus­ culatura flexora de la articulación de la cadera. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-242  Prueba de la contractura del músculo recto femoral.

PRUEBA DE EXTENSIÓN DE LA ARTICULACIÓN DE LA CADERA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito ventral, desplazado hacia el bor­ de inferior de la camilla, de tal forma que este último coincida con las espinas ilíacas anterosuperiores.

Posición del terapeuta De pie, en el borde inferior de la camilla en finta adelante orientado hacia la cabeza del paciente ligeramente desplazado del lado a valorar. El terapeuta toma un contacto con la palma de

FIGURA 1-243  Prueba de extensión de la articulación de la cadera.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

PRUEBA DE SOSTENIMIENTO DE LA MANO SEGÚN THOMAS Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de los músculos flexores de la articulación coxofemoral; es especialmente útil para el diagnóstico de una retracción por espasmo del músculo psoas.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta

195

Hay que tener en cuenta que una afectación de la flexión de cadera puede compensarse a través de un aumento de la lordosis lum­ bar, de forma que el terapeuta ha de percibir también los movimientos que suceden en la columna lumbar a lo largo de la prueba. En condiciones normales, cuando finaliza el movimiento de la pelvis, la pierna a valorar tiene que continuar reposando sobre la camilla. Es importante llevar a cabo un buen diag­ nóstico diferencial, ya que puede generar un falso positivo patologías de tipo artríticas o disfunciones de movilidad articular.

De pie, en el lado a valorar del paciente en finta adelante a la altura del muslo orien­ tado hacia su cabeza. El terapeuta toma un contacto con su mano inferior sobre la cara anterior de la rodilla homolateral. La otra mano contacta con las apófisis espinosas de las vértebras lumbares.

Ejecución del test

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El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una flexión activa de cadera y rodilla de la pierna contralateral a la que se explora en dirección del pecho y que la sostenga a través de un contacto con ambas manos en la porción anterior de la tibia. Seguidamente percibe los movimientos que se producen en la pierna que se encuentra sobre la camilla (miembro a evaluar) y los que se producen en la columna vertebral lumbar.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba el tera­ peuta percibe que la pierna a evaluar se eleva de la camilla hacia flexión de la articulación coxofemoral, se puede pensar en una afecta­ ción de la musculatura flexora de cadera. En este caso se dice que la prueba es positiva. Para valorar el grado de contracción de la mus­ culatura flexora, el terapeuta puede observar el hueco que se genera entre la rodilla de la pierna evaluada y la camilla al realizar la prue­ ba. Cuanto mayor sea este hueco, mayor es la retracción de la musculatura flexora de cadera.

FIGURA 1-244  Prueba de sostenimiento de la mano según Thomas.

PRUEBA DE COMPRESIÓN SEGÚN NOBLE Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble disfunción del músculo tensor de la fas­ cia lata a nivel de su tendón de inserción, la cintilla iliotibial.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas mirando a la cabeza del paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano caudal abarcando el calcáneo de la pierna homolateral. La otra mano contacta con la cara anterior de la rodilla del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una flexión de 50° de la articulación coxofemoral y una flexión de 90° de rodilla. A través de la mano craneal, el terapeuta realiza una leve compresión en la porción distal lateral del fémur homolateral. Se­ guidamente y conservando los parámetros de compresión y flexión de la articulación coxofemoral, el terapeuta va induciendo de forma lenta una extensión de la rodilla del mismo lado. Los últimos grados de exten­ sión los debe realizar el paciente de forma activa.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo a lo largo del reco­ rrido del músculo del tensor de la fascia lata, se puede pensar en una posible afectación del mismo. En este caso se dice que la prueba es positiva. El tensor de la fascia lata alcanza su mayor actividad en los últimos 35° de extensión de rodilla, grados en los cuales aparece con mayor frecuencia el dolor ante una afectación de este músculo. Si a lo largo de la prueba aparece sinto­ matología álgica a nivel de la porción pos­ terior del fémur, el terapeuta puede pensar en una afectación de la musculatura is­ quiotibial.

FIGURA 1-245  Prueba de compresión según Noble.

PRUEBA DE OBER Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de la musculatura abductora de la articulación de la cadera, especialmente del músculo tensor de la fascia lata.

Posición del paciente Tumbado de lado, con el miembro a valorar arriba con extensión de rodilla y la cadera en posición neutra. La pierna que se sitúa en contacto con la camilla, en flexión de rodi­ lla y cadera, que servirá para estabilizar al paciente.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente a la altura del sacro en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la mano superior sobre la articulación coxofemoral del lado a evaluar. La palma de la otra mano contacta con la porción interna de la rodilla del mismo lado.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

Ejecución del test El terapeuta induce unos grados de exten­ sión de la articulación coxofemoral del lado a valorar para alinear el miembro inferior con la pelvis. Seguidamente realiza un movimiento de aproximación coxofemoral hacia la camilla a la vez que impide el mo­ vimiento de inclinación de la hemipelvis homolateral. En los últimos grados de apro­ ximación, el terapeuta suelta la pierna del paciente para que la acción de la gravedad complete el rango articular en aproximación de cadera.

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La disfunción muscular no tiene por qué ir acompañada de sintomatología álgica, aun­ que en condiciones normales suele aparecer. Al haber incapacidad de completar el rango de movimiento en aproximación, el miembro a valorar no entra en contacto con la camilla y se queda suspendido en el aire. Antaño la prueba se llevaba a cabo con la ro­ dilla del miembro a valorar en flexión de 90°, pero en este caso la tensión ejercida sobre la cintilla iliotibial es menor. Además, con la rodilla flexionada se pone en tensión otras estructuras que podrían alterar los resultados de la prueba.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra el terapeuta percibe que la aproximación de la articu­ lación coxofemoral del lado a valorar se encuentra disminuida, se puede pensar en una posible afectación de la cintilla ilioti­ bial. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE DREHMANN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y los miembros inferiores rela­ jados sobre la camilla, con las rodillas en extensión.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de los muslos mirando hacia la cabeza del paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano superior sobre la parte posterior del extremo craneal del fémur del paciente. La otra mano abarca el calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva flexión de la articulación de la cadera y de la rodilla del miembro inferior del lado a valorar de 90° cada una.

Interpretación del test

FIGURA 1-246  Prueba de Ober.

Si el terapeuta percibe una rotación externa coxofemoral, acompañada o no de dolor cuando se lleva a cabo el movimiento de flexión de rodilla, se puede pensar en una afectación articular coxofemoral, ya que en

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

condiciones normales el movimiento de fle­ xión de rodilla no debe ir acompañado de una rotación de la cadera. En este caso se dice que la prueba es positiva. Dentro de las afectaciones articulares, se pueden encontrar procesos patológicos de epifisiolisis de la cabeza del fémur, artrosis o procesos tumorales.

dirección a los pies. La mano superior va a tomar un contacto abarcando la porción distal del conjunto tibia/peroné del lado a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta levanta de la camilla el pie del lado a valorar, de tal forma que induzca una leve flexión de la articulación de la cadera manteniendo la extensión de la rodilla. Con la mano inferior lleva a cabo una serie de percusiones con el puño cerrado en la parte inferior del calcáneo en dirección longitudi­ nal, como si quisiera impactarlo en la mortaja tibioperoneal.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece en el paciente un cuadro álgico a nivel de la articulación coxofemoral o a lo largo de la parte proximal del fémur, se puede pensar en una afectación de esta articulación. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-247  Signo de Drehmann.

PRUEBA DE ANVIL Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de los tobillos del paciente en

FIGURA 1-248  Prueba de Anvil.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

En la mayoría de las ocasiones el dolor tiene su origen en un proceso artrósico coxofemo­ ral o en una pérdida de sujeción parcial de la prótesis, en caso de haberla. Por lo general, el recorrido del dolor orienta en gran medida al terapeuta sobre la causa del mismo, ya que un dolor por el borde lateral suele estar relacionado con afectación de la diáfisis femoral; por el borde interno, con afectación del cotilo del hueso ilíaco, y si el dolor es en la columna lumbar, puede estar relacionado con algún proceso discal.

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En la mayoría de ocasiones estas ­afectaciones de cadera suelen coincidir con procesos art­rósicos o alteración protésica, en el caso de que la hubiera. Si al llevar a cabo la acción no se produce dolor en la misma articulación coxofemoral o la ingle pero sí se produce en la espalda, el terapeuta tiene que pensar alguna afectación lumbar de tipo discopatía.

PRUEBA DE DOLOR A LA SACUDIDA AXIAL DE LA PIERNA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y la pierna a valorar en flexión de cadera y rodilla, de tal forma que contacta la planta del pie con la camilla.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en di­ rección a su cabeza. El terapeuta abarca con ambas manos la articulación de la rodilla del miembro a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta sitúa el pie del miembro a valo­ rar sobre la región anterior de la rodilla de la pierna contralateral, de tal forma que la por­ ción distal del peroné esté en contacto con la cara anterior de la tibia. Seguidamente realiza varias tracciones longitudinales del fémur.

FIGURA 1-249  Prueba de dolor a la sacudida axial de la pierna.

SIGNO DE TRENDELENBURGDUCHENNE Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la musculatura pélvica.

Interpretación del test

Posición del paciente

Si durante la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo a nivel de la ingle, se puede pensar en una posible afectación de la articulación coxofemoral. En este caso se dice que la prueba es positiva.

De pie, con los miembros superiores a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente, observándolo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que separe un pie del suelo a través de una flexión de la articulación coxofemoral y de la rodilla del mismo lado, de tal forma que se encuentre en apoyo monopodal. Seguidamente observa la postura que adopta el paciente. Se repite la acción con el miembro inferior contralateral.

Interpretación del test Si el terapeuta observa que la hemipelvis contralateral al miembro en apoyo se encuen­ tra descendida en comparación con la otra he­ mipelvis, se puede pensar en una afectación de la musculatura pélvica, en gran parte el músculo glúteo medio. En este caso se dice que la prueba es positiva. Cuando el paciente se encuentra en una po­ sición monopodal la musculatura pélvica de la pierna de apoyo ha de mantener elevada la hemipelvis contralateral para equilibrarla y que se encuentre a la misma altura que la

homolateral. Por lo tanto, si esta se encuentra descendida y en desequilibrio con la otra, se puede pensar en una afectación del tono de esta musculatura. Antes de llevar a cabo la prueba, el terapeuta puede percibir la afectación de esta muscula­ tura viendo cómo anda el paciente. Es típico de estas disfunciones musculares observar cómo la pelvis del lado afecto se desplaza lateralmente de forma excesiva. Esta misma musculatura evaluada en la prue­ ba le proporciona estabilidad a la articulación coxofemoral. Por lo tanto, la debilidad de la musculatura pelvitrocantérea está muy relacionada con las subluxaciones de cadera. El signo de Duchenne se relaciona con la lateroflexión lumbar homolateral al miem­ bro afecto como medida para restablecer el equilibrio en el espacio.

PRUEBA DEL TELESCOPIO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible luxación congénita de la articulación coxofemoral en niños.

Posición del paciente En decúbito dorsal.

Posición del terapeuta Sentado, en el lado a valorar, a la altura de las caderas del niño orientado hacia este. El terapeuta toma contacto con la mano inferior abarcando el tercio proximal de la tibia cerca de la rodilla de la pierna del lado a estudiar. La otra mano toma contacto con la articu­ lación coxofemoral a evaluar, de tal forma que el primer dedo se encuentra en contacto con la parte posterior del trocánter mayor del fémur y el segundo dedo con parte anterior del mismo de forma que la mano se coloca en pronación.

Ejecución del test FIGURA 1-250  Signo de Trendelenburg-Duchenne.

El terapeuta induce en el miembro a valorar una flexión de la articulación coxofemoral y de la rodilla de 90° cada una. Seguidamente

1.4. Miembros inferiores | Cadera

realiza dos movimientos alternativos: prime­ ro tracciona longitudinalmente del fémur y luego realiza un empuje en la misma direc­ ción pero en sentido opuesto, coaptando la articulación coxofemoral.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe a través de su con­ tacto craneal un movimiento anormalmente excesivo de la cabeza femoral con respecto al cotilo pélvico, se puede pensar en una posible afectación por luxación congénita de cadera. En este caso se dice que la prueba es positiva. En los casos en los que existe luxación, el terapeuta puede percibir visualmente cómo el miembro inferior aumenta con­ siderablemente de longitud durante la tracción y disminuye en la coaptación. Es igualmente importante y complementario a esta prueba observar los pliegues que

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se forman en la parte anterointerna de los muslos del bebé para valorar la simetría de los mismos.

PRUEBA DE ROSER-ORTOLANIBARLOW Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de la articulación de la cadera en los recién nacidos.

Posición del paciente En decúbito dorsal.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble a los pies del bebé. Contacta con una mano sobre la parte an­ terior del muslo del lado a valorar, de tal forma que el primer dedo entra en contacto con la ingle y el resto de los dedos palpan el trocánter mayor del fémur homolateral. La otra mano abarca la rodilla del miembro inferior del mismo lado.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta induce sobre el miembro a va­ lorar flexión de cadera. La prueba consta de dos fases: 1. En la primera, el terapeuta induce un mo­ vimiento de aproximación coxofemoral del lado a evaluar y un empuje longitu­ dinal en dirección de la de la camilla. Seguidamente, se imprime un empuje en dirección lateral con el primer dedo sobre el trocánter mayor femoral. 2. En la segunda y sin variar la intensidad del empuje longitudinal de la primera, el terapeuta induce un movimiento de separación coxofemoral.

Interpretación del test

FIGURA 1-251  Prueba del telescopio.

A través de la prueba el terapeuta induce un movimiento de luxación de cadera (primera fase o signo de Barlow) y un movimiento de reducción de la luxación (segunda fase o signo de Ortolani).

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Si el terapeuta percibe de forma táctil pri­ mero la inestabilidad de la articulación que la conduce a la luxación y luego un chas­ quido fruto de la reducción, se puede pensar en una afectación de inestabilidad congénita de cadera. En este caso se dice que la prueba es positiva. El chasquido será audible por el terapeuta. Atendiendo a lo percibido por el terapeuta, se puede cuantificar el grado de luxación: grado I, inestabilidad articular, no se percibe chasquido; grado II, presencia de subluxa­ ción coxofemoral; grado III, luxación con capacidad de reducción, y grado IV, luxación coxofemoral grave. Esta prueba adquiere gran importancia en los recién nacidos, aunque es probable que en los primero días de vida no exista chasquido articular durante la reducción.

PRUEBA DE GALEAZZI-ELLIS Esta prueba se utiliza para evaluar asimetrías en miembros inferiores.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas y caderas flexionadas, de tal forma que las plantas de los pies se encuentren en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta De pie, a los pies del paciente en un primer momento y lateralmente al paciente des­ pués.

Ejecución del test

FIGURA 1-252  Prueba de Roser-Ortolani-Barlow. A. Signo de Barlow. B. Signo de Ortolani.

El terapeuta sitúa su mirada horizontalmente a la altura de las rodillas y observa la situa­ ción y la altura de las mismas. Luego lleva a cabo la misma acción pero esta vez obser­ vando lateralmente al paciente.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

203

Interpretación del test En condiciones normales, en la posición en la que se encuentra el paciente las rodillas se ven de forma simétrica, a la misma altura y a la misma profundidad. Si el terapeuta percibe que una rodilla presen­ ta mayor altura que la otra, se puede pensar en una afectación por asimetría tibial. Si percibe que una rodilla está más profunda que la otra, es decir, una sobresale más que la otra en un plano anteroposterior, se puede pen­ sar en una afectación por un fémur asimétrico. En caso de luxación de cadera, el fémur pa­ rece más largo que el contralateral. Hay que tener en cuenta que una luxación de ambas articulaciones coxofemorales falsea los re­ sultados de la prueba.

SIGNO DE RIGIDEZ EN EXTENSIÓN DE LA CADERA Y LA ZONA LUMBAR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación discal o medular. Esta prueba es especialmente útil como complementaria en el diagnóstico de meningitis en niños.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal. El terapeuta toma un contacto a través de sus manos abarcando ambos calcáneos del paciente.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un movimiento de flexión coxofemoral con las rodillas en extensión de ambos miembros inferiores a la vez.

Interpretación del test FIGURA 1-253  Prueba de Galeazzi-Ellis. A. Antero­ posterior. B. Lateral.

Si cuando el terapeuta intenta realizar la fle­ xión de la articulación coxofemoral de ambos miembros no la puede llevar a cabo mante­

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

niéndose esta articulación en extensión de tal forma que el paciente levante el sacro de la camilla, se puede pensar en una posible afectación de origen lumbar. En este caso se dice que la prueba es positiva. La afectación puede ir desde una discopatía a una reducción del espacio foraminal por un proceso tumoral o espondilolistesis. La prueba también es positiva en el caso de una meningitis.

2. En la segunda, en decúbito ventral con flexión de 90° de la articulación de rodi­ lla del miembro a evaluar, de forma que la planta del pie homolateral esté orien­ tada hacia el techo. 3. En la tercera, en decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodi­ llas en extensión.

Posición del terapeuta 1. En la primera fase, de pie a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este, con las manos contactando sobre la porción superior de los hombros. 2. En la segunda fase, de pie del lado con­ trario al que se va a evaluar en finta ade­ lante a la altura de la cadera en dirección distal. Toma un contacto con la mano inferior abarcando la porción distal del peroné del lado a evaluar. La otra mano toma un contacto con el trocánter mayor de la articulación de la cadera del mismo lado. 3. En la tercera fase, de pie a la altura del muslo en finta adelante del lado contrario al que se va a evaluar orientado hacia la cabeza del paciente. El terapeuta toma un contacto con el talón de la mano superior, reforzándolo con la inferior, sobre la porción anterior del trocánter mayor del fémur. FIGURA 1-254  Signo de rigidez en extensión de la cadera y la zona lumbar.

PRUEBA DE DISPLASIA DE CADERA SEGÚN KALCHSCHMIDT Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación por luxación de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente La prueba consta de varias fases en las que el paciente adopta distintas posiciones: 1. En la primera, de pie en apoyo monopo­ dal sobre el miembro a valorar.

Ejecución del test 1. El terapeuta induce rotación del tronco del paciente del lado contrario al del miembro inferior a valorar; de esta for­ ma se produce una rotación externa de la cadera. 2. A través del contacto inferior, el terapeuta tracciona de la pierna hacia su cuerpo, de tal forma que induce una rotación externa coxofemoral. Con la otra mano de forma simultánea ejerce cierta presión sobre la región glútea. 3. El terapeuta realiza con ambas manos un empuje en dirección del suelo de la

1.4. Miembros inferiores | Cadera

porción anterior del trocánter mayor del fémur.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

1. Durante la maniobra de la primera fase se genera en el paciente una rotación externa máxima de la articulación coxo­ femoral acompañada de extensión de la misma. Si a lo largo de ella aparece un cuadro álgico a nivel de la región inguinal acompañado de un intento del paciente de realizar una anteflexión de tronco para aliviar la sintomatología, se puede pensar en una posible luxación coxofemoral. 2. Si durante la realización de la segunda fase aparece un cuadro álgico a nivel de la ingle del lado a evaluar, se puede pensar en una afectación por una posi­

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ble luxación de la articulación coxofe­ moral. 3. Si durante la maniobra realizada en la tercera fase se genera sintomatología álgica a nivel de la cadera evaluada y el terapeuta percibe al tacto que la cabeza femoral se encuentra anteriorizada, se puede pensar en una posible afectación por luxación de la articulación coxofe­ moral. Las luxaciones de cadera suelen generar dolor durante la marcha y la bipedes­ tación a nivel de la región inguinal y/o en la región trocantérica. De todos modos, en ocasiones no siguen este patrón, por lo que hay que realizar un diagnóstico dife­ rencial con afectaciones pélvicas, sacras y lumbares.

FIGURA 1-255  Prueba de displasia de cadera según Kalchschmidt. A-C. Fases 1 a 3. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

máxima de rodilla del miembro a valorar. Se­ guidamente, realiza un empuje longitudinal del fémur en dirección del suelo. Sin dejar de realizar el empuje y de forma simultánea, induce pasivamente un movimiento de apro­ ximación y rotación externa de la articulación coxofemoral, de tal forma que lleve el pie del miembro a valorar atravesando la línea media del cuerpo. Una vez valorada la rotación ex­ terna, lleva a cabo el mismo gesto sin quitar contactos hacia rotación interna de cadera, generando movimientos de rotación interna y externa, alternativamente.

Interpretación del test Si durante la prueba aparece sintomatología dolorosa a nivel de la cadera o la región in­ guinal, temor a este proceso álgico y/o algún chasquido audible, el terapeuta puede pensar en una posible afectación de la articulación coxofemoral. En este caso se dice que la prueba es positiva. FIGURA 1-255 (cont.).

PRUEBA DEL CUADRANTE O BATIDA DE LA CADERA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación coxofemoral.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de la cadera del paciente en dirección craneal. El terapeuta toma un contacto con la mano superior sobre la rodi­ lla del miembro a evaluar. Con la otra mano contacta abarcando la porción distal de la tibia del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un movi­ miento de flexión de 90° de cadera y flexión

FIGURA 1-256  Prueba del cuadrante o batida de la cadera.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

A través de esta prueba el terapeuta localiza una posible afectación de cadera de forma inespecífica. La sintomatología puede estar debida a algún proceso artrósico o artrítico, afectación acetabular o inestabilidad, por ejemplo. Es por ello que el terapeuta ha de realizar pruebas más específicas para con­ cretar el tipo de lesión.

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proceso de luxación coxofemoral, en el que la cabeza del fémur se sale del acetábulo.

LÍNEA DE NÉLATON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble alteración en el ángulo cervicodiafisario del tipo coxa vara o coxa valga.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante mirando hacia la cabeza del paciente.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta dibuja una línea imaginaria que tiene su origen en la espina ilíaca anterosu­ perior y, pasando por el vértice superior del trocánter mayor del fémur, finaliza en la tube­ rosidad del isquion del lado a valorar. Seguida­ mente, localiza a través de una palpación con la yema de los dedos de una mano el trocánter mayor del fémur homolateral. Lleva a cabo el mismo gesto en la cadera contralateral.

Interpretación del test Si el terapeuta localiza el trocánter mayor del fémur en una posición más craneal que la línea anteriormente descrita, se puede pensar en una posición de la articulación coxofemo­ ral en valgo o coxa valga. Si el terapeuta localiza el trocánter mayor del fémur en una posición más caudal que la línea anteriormente descrita, se puede pensar en una posición de la articulación coxofemo­ ral en varo o coxa vara. Este posicionamiento en varo de la articu­ lación coxofemoral está relacionado con un

FIGURA 1-257  Línea de Nélaton.

PRUEBA DE CRAIG Esta prueba se utiliza para valorar un posible aumento del ángulo de anteversión del cuello del fémur.

Posición del paciente En decúbito ventral, con el miembro del lado a valorar en flexión de 90° de rodilla, de forma que la planta del pie homolateral se oriente hacia el techo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las caderas del paciente orientado hacia este. El terapeuta toma un con­ tacto con la yema de los dedos índice y corazón de la mano craneal sobre la porción anterior del trocánter mayor del fémur. La otra mano abarca el tercio distal de la tibia homolateral.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de apro­ ximación del pie del paciente a la línea media y de separación alternativamente, de tal for­ ma que conduce el miembro inferior pasiva­ mente a rotación externa e interna de cadera. Cuando el terapeuta perciba que el trocánter mayor se encuentra paralelo al plano de la camilla le indicará al paciente que mantenga de forma activa esa posición. Seguidamente, se dirige a los pies de la camilla y ayudado de un goniómetro mide el ángulo formado entre la tibia del lado a valorar y la camilla.

Interpretación del test En la literatura se describe el ángulo de an­ teversión como aquel que resulta de la inter­ sección de las líneas que se sitúan sobre la tibia en la posición inicial y final de la prueba. Por ello también se podrían utilizar estas refe­ rencias como forma de medición de este. Sin embargo, al utilizar la camilla como medida de referencia al medir el ángulo se proporciona mayor fiabilidad a la prueba. Por tanto, una vez obtenido el valor del ángulo anteriormente descrito, el terapeuta ha de restarlo a 90º para obtener el ángulo de anteversión del fémur. Si el terapeuta obtiene un ángulo de ante­ versión mayor de 15º, se podría decir que el paciente presenta anteversión femoral. Por el contrario, si el ángulo es menor de 8º, el terapeuta podría decir que el paciente presenta retroversión femoral. Hay que tener en cuenta que la anteversión femoral produce una rotación interna coxofe­ moral, de tal forma que previa a la realización de la prueba el terapeuta puede inspeccionar cómo el paciente presenta los pies y las rodi­ llas orientados hacia a la línea media. Por otro lado, una retroversión femoral se relaciona con rotación externa de cadera y pies y rodi­ llas orientados hacia fuera. Dependiendo del grado de anteversión femoral, el paciente ten­ drá mayor o menor probabilidad de padecer afectaciones de la articulación coxofemoral. Una variante de esta prueba es el test de Ryder, que permite llevar a cabo la medición con el paciente en decúbito supino con las

FIGURA 1-258  Prueba de Craig.

rodillas en flexión de 90º o en sedestación con las piernas colgando por el borde de la camilla. Para realizarlo se mide el ángulo que se obtiene entre la posición que adopta la tibia cuando la cabeza femoral está paralela al plano de la camilla y la línea vertical (po­ sición de partida). Esta alternativa está más indicada en el ámbito de la pediatría.

PRUEBA DEL PIRIFORME EN LATEROCÚBITO Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación del músculo piramidal de la pelvis.

Posición del paciente Tumbado de lado, con el miembro del lado a valorar arriba. La pierna que reposa sobre la camilla se encuentra con extensión de rodilla. La otra pierna presenta 60° de flexión de la articulación coxofemoral y 100° de flexión de rodilla. El dorso del pie homolateral re­ posa sobre la porción posterior de la rodilla que se encuentra sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble a la altura de las caderas. El terapeuta toma un contacto con la mano superior sobre

1.4. Miembros inferiores | Cadera

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la cresta ilíaca del lado a evaluar. La otra ma­ no contacta con la porción lateral de la rodilla del mismo lado.

fémur, el terapeuta puede pensar en un com­ promiso del nervio ciático a su paso por el músculo piramidal.

Ejecución del test

PRUEBA DEL PIRIFORME EN PROCÚBITO

El terapeuta fija la pelvis con la mano supe­ rior mientras que con la otra mano realiza un empuje sobre la rodilla hacia el suelo, de tal forma que se induce una rotación interna de la articulación coxofemoral.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe dificultad de movi­ miento o aparece un cuadro álgico a lo largo del recorrido del músculo piriforme, se puede pensar en una afectación de este músculo. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de casos la sintomatología álgica como consecuencia de la afectación del músculo piramidal se presenta a nivel de la cadera y el sacro. Si el dolor se irradia hacia la zona glútea o la región posterior del

Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble disfunción de tipo espasmo o retracción a nivel del músculo piramidal.

Posición del paciente En decúbito ventral, con flexión de 70°-80° de las dos rodillas, de forma que las plantas de los pies se encuentren orientadas hacia el techo.

Posición del terapeuta En bipedestación, próximo al borde inferior de la camilla en finta doble orientado hacia la cabeza del paciente. El terapeuta toma un contacto con la palma de las manos sobre la región interna de cada uno de los dos pies.

Ejecución del test El paciente ha de mantener unidas ambas ro­ dillas mientras el terapeuta ejerce una fuerza de separación de los tobillos del mismo.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test

FIGURA 1-259  Prueba del piriforme en laterocúbito.

Si durante la prueba aparece un cuadro ál­ gico a nivel de la zona glútea y/o a lo largo del recorrido del nervio ciático, el terapeuta puede pensar en una posible afectación del músculo piramidal. En este caso se dice que la prueba es positiva. La afectación del músculo piramidal puede comprimir al nervio ciático a su paso por la zona glútea. Al pedir una contracción activaresistida del músculo, la compresión nerviosa es mayor y se reproduce la sintomatología típica de la ciática. De la misma forma, cuando el músculo pira­ midal se encuentra en acortamiento, induce un movimiento de rotación externa de la articulación coxofemoral que limita en gran medida la rotación interna.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test Si al llevar a cabo la medición el terapeuta obtiene que la diferencia de longitud entre un miembro inferior y otro es mayor de 1 cm, se puede pensar en una posible dismetría de los miembros inferiores. A través de esta medición se obtienen los datos para pensar en una dismetría de los miembros inferiores, pero no se sabe si tiene su origen en una diferencia de longitud del fémur o de las tibias o en la existencia de coxa vara, por ejemplo. Esta prueba proporciona una idea global y sirve como preámbulo de un estudio radio­ lógico para aseverar la dismetría. En opinión del autor, esta prueba es muy poco fiable, ya que no tiene en cuenta el posible as­ censo y descenso que se produce en la espina ilíaca anterosuperior como consecuencia de las rotaciones posteriores o anteriores que el hueso ilíaco puede realizar sobre el sacro, que pueden falsear completamente los resultados. FIGURA 1-260  Prueba del piriforme en procúbito.

PRUEBA PARA EL DIAGNÓSTICO DE ASIMETRÍA LONGITUDINAL DE LAS PIERNAS Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible asimetría en la longitud de los miembros inferiores.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de las tibias orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma una cinta métrica y realiza una medición de la línea imaginaria que une la porción caudal de la espina ilíaca antero­ superior y la porción distal del maléolo tibial del mismo lado.

FIGURA 1-261  Prueba para el diagnóstico de asime­ tría longitudinal de las piernas.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

PRUEBA PARA EL DIAGNÓSTICO DE ASIMETRÍA LONGITUDINAL APARENTE DE LAS PIERNAS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible dismetría de los miembros inferiores.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros supe­ riores a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de las tibias orientados hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma una cinta métrica y realiza una medición de la línea imaginaria que une el ombligo y la porción más inferior del ma­ léolo tibial. Ha de llevar a cabo la medición en ambos miembros inferiores.

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Interpretación del test El terapeuta compara ambas mediciones. Si resulta de la comparación que una línea es menor que la otra en una medida superior a 1 cm, se puede pensar en una disfunción de la estática de la pelvis. No es una prueba concluyente, por lo que los hallazgos se han de refutar con pruebas radiológicas. En opinión del autor, esta prueba es muy po­ co fiable ya que no tiene en cuenta posibles desviaciones fasciales que se pueden produ­ cir en el ombligo como consecuencia, por ejemplo, de una cicatriz por una intervención quirúrgica (apendicitis o cesárea).

DISMETRÍAS DEL MIEMBRO INFERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible dismetría de los miembros inferiores.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión. La separación entre ambos pies ha de ser de aproximadamente 15 cm.

Posición del terapeuta En bipedestación, lateralmente al paciente en finta doble orientado hacia este.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test Ayudado de una cinta métrica, el terapeuta mide la longitud de una línea imaginaria que se situaría entre la espina ilíaca anterosupe­ rior y el maléolo peroneal del mismo lado. Se lleva a cabo la misma acción en los dos miembros inferiores.

Interpretación del test

FIGURA 1-262  Prueba para el diagnóstico de asime­ tría longitudinal aparente de las piernas.

Si el terapeuta percibe una diferencia entre ambos miembros superior a 1,5 cm, se puede pensar en una dismetría importante de los miembros inferiores. Si existe menos dife­ rencia entre ambos, puede o no ocasionar sintomatología, pero se encuadra dentro de la normalidad.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Se aconseja tomar las medidas utilizando como referencia el maléolo peroneal, pues el vientre muscular interno del cuádriceps puede alterar las mediciones. El origen de una dismetría es muy variable, ya que puede ser debido a muchos factores: diferencias de medidas de fémur o tibia, afectaciones musculares o articulares lum­ bares, pélvicas o de miembros inferiores, por ejemplo. En opinión del autor, esta prueba es muy poco fiable, ya que no tiene en cuenta el posible ascenso y descenso que se produ­ ce en la espina ilíaca anterosuperior como consecuencia de las rotaciones posteriores o anteriores que el hueso ilíaco puede realizar sobre el sacro, que falsean completamente los resultados.

PRUEBA DE ELY

FIGURA 1-263  Dismetrías de miembro inferior.

FIGURA 1-264  Prueba de Ely.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del músculo recto anterior del cuádriceps.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia la cabeza de este. Con la mano craneal, toma contacto sobre la porción posterior del trocánter mayor del fémur. La otra mano abarca la porción distal de la tibia homolateral.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva flexión de la articulación de rodilla del miembro a valo­ rar. Con la otra mano percibe los movimientos de la articulación coxofemoral. Lleva a cabo la misma acción en el miembro contralateral.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento de flexión de la articulación coxofemoral secun­ dario a la flexión de rodilla, se puede pensar en una afectación del músculo recto femoral. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales, la flexión de rodilla no debe generar un movimiento secundario de flexión de cadera. Debido a una contracción del músculo recto femoral, el movimiento se transmite a la articulación coxofemoral.

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una posible afectación de la musculatura is­ quiotibial. En este caso se dice que la prueba es positiva. La inclinación posterior del tronco se realiza porque el paciente intenta buscar una posición en la que la musculatura isquiotibial no le ge­ nere tensión en la región posterior del muslo. El terapeuta ha de tener en cuenta que si el paciente tuviese alguna afectación por com­ presión de alguna raíz nerviosa a nivel del plexo sacro, al inducir el movimiento de ex­ tensión de rodilla el resultado sería el mismo que en el caso de que tuviera una afectación de la musculatura isquiotibial, una inclina­ ción posterior del tronco. Esto puede generar falsos positivos. El diagnóstico diferencial le lleva al terapeuta a precisar el tipo de lesión con la realización de pruebas más específicas.

PRUEBA DEL TRÍPODE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la musculatura isquiotibial.

Posición del paciente En sedestación, al borde de la camilla. La parte posterior de las rodillas coincide con esta y los pies cuelgan hacia el suelo. Las manos reposan sobre los muslos.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante en dirección craneal. La mano inferior contacta abarcando la porción distal de la tibia homolateral. La otra mano entra en contacto con las apófisis espinosas de las primeras vértebras dorsales.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de exten­ sión de la rodilla del miembro a valorar con el contacto de la mano caudal.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe que el paciente realiza una inclinación posterior del tronco cuando lleva a cabo la maniobra, se puede pensar en

FIGURA 1-265  Prueba del trípode.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE FABERE PARA LA ARTICULACIÓN COXOFEMORAL Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del músculo psoas ilíaco.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del paciente en finta adelante a la altura de las tibias orientado hacia su cabeza. Con la mano interna toma contacto sobre la espina ilíaca anterosuperior contralateral al miembro a evaluar. La otra mano contacta con la rodilla homolateral.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva en el miembro inferior a valorar una flexión de 90° y rotación externa de la articulación coxofe­ moral y una flexión de la articulación de la rodilla, de tal forma que el maléolo peroneal se sitúe sobre la porción anterior de la rótula contralateral. Seguidamente, induce con la mano externa un empuje en la parte interna de la rodilla en dirección del suelo, generan­ do separación de la articulación coxofemoral. La otra mano bloquea la hemipelvis del lado contrario durante toda la prueba.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe una limitación de movilidad coxofemoral a la separación, de tal forma que la rodilla del lado a estudiar se encuentre en un plano superior a la con­ tralateral, se puede pensar en una afectación del tono del músculo psoas ilíaco. Si no existe ningún tipo de afectación, la rodilla del miembro a valorar debe entrar en contacto con la camilla o a la altura del plano de la misma. Si esto no ocurre, el terapeuta tiene que valorar una posible disfunción ar­ ticular o muscular.

FIGURA 1-266  Prueba de Fabere para la articulación coxofemoral.

MANIOBRA DE WEBER-BARSTOW Esta prueba se utiliza para equilibrar la pelvis en un paciente en el que se pretende valorar una posible dismetría en las extremidades inferiores.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros infe­ riores dispuestos en flexión de la articulación coxofemoral y rodilla, de tal forma que las plantas de los pies se sitúan en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies de la camilla en finta doble en dirección craneal. Toma

1.4. Miembros inferiores | Cadera

contacto con las palmas de las manos sobre cada uno de los dos empeines del paciente, de tal forma que el primer dedo de ambas manos se sitúa en la porción inferior de los maléolos tibiales.

Ejecución del test El terapeuta bloquea ambos pies y le indica al paciente que separe el sacro de la cami­ lla con un movimiento de elevación de la cintura pélvica. Seguidamente, el paciente ha de volver de forma lenta y progresiva a la posición inicial. Una vez realizado el ges­ to, el terapeuta induce de forma pasiva un movimiento de extensión de ambas rodillas y confronta los pulgares que se situaban sobre los maléolos tibiales.

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Interpretación del test Si el terapeuta percibe que ambos pulgares se encuentran en una posición distinta, puede pensar en la existencia de algún tipo de dis­ metría de los miembros inferiores. Esta prueba sólo le proporciona al terapeu­ ta la idea de que existe alguna dismetría; por ello, debe realizar pruebas de medición más específicas que le ayuden a determinar el origen de esta y a precisar el diagnós­ tico.

SIGNO DE LUDLOFF Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del músculo psoas ilíaco.

Posición del paciente En sedestación, con la espalda en apoyo y las piernas extendidas a lo largo de la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta le indica al paciente que realice un movimiento de elevación de las piernas con las rodillas en extensión, de tal forma que separe el calcáneo de la camilla. La maniobra debe realizarse primero en una extremidad y después en la otra.

Interpretación del test

FIGURA 1-267  Maniobra de Weber-Barstow.

Si durante la realización de la prueba se genera una sintomatología álgica a nivel de la fosa ilíaca acompañada, en la ma­ yoría de los casos, de imposibilidad de mantener la postura, se puede pensar en una posible afectación del músculo psoas ilíaco. En este caso se dice que la prueba es positiva. Con el movimiento anteriormente descrito se activa el músculo psoas de forma selectiva. Ante cualquier signo de imposibilidad de realizar el gesto, el terapeuta ha de pensar en este músculo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

paciente que realice un apoyo monopodal del miembro a evaluar. Seguidamente y sin variar la presión, le indica que realice una flexión de 30°-40° de la rodilla del mismo lado.

Interpretación del test Si a lo largo de la prueba se genera un cuadro álgico a nivel del epicóndilo femoral presio­ nado por el terapeuta y a lo largo de la cintilla iliotibial, se puede pensar en una afectación del músculo tensor de la fascia lata. En este caso se dice que la prueba es positiva. Alrededor de los 30° de flexión de rodilla es cuando el músculo tensor de la fascia lata tiene más potencia. Además, en esta amplitud la cintilla iliotibial se sitúa justo encima del epicóndilo femoral externo.

FIGURA 1-268  Signo de Ludloff.

PRUEBA DE RENNE Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del músculo tensor de la fascia lata.

Posición del paciente En bipedestación, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En cuclillas, en el lado a valorar orientado ha­ cia el paciente. Toma contacto con la yema del primer dedo de ambas manos sobre el epicón­ dilo femoral externo del miembro a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta realiza una pequeña presión sobre el epicóndilo femoral a la vez que le pide al

FIGURA 1-269  Prueba de Renne.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

217

Para darle intensidad a la prueba, se le puede pedir al paciente que realice pequeñas rota­ ciones de la pierna del lado de la rodilla en apoyo monopodal.

Posición del terapeuta

PRUEBA DEL ACORTAMIENTO ISQUIOTIBIAL

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la musculatura isquiotibial.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros infe­ riores en flexión máxima de la articulación coxofemoral. Ambas manos del paciente sos­ tienen la porción posterior de los fémures para mantener las piernas elevadas mientras que las rodillas caen en flexión.

En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este.

El terapeuta le pide al paciente que lleve la rodilla del miembro a valorar hacia extensión máxima. El gesto se puede realizar también de forma pasiva por medio de la ayuda del terapeuta.

Interpretación del test Si al final de la extensión de rodilla se man­ tiene un flexo de más de 20°, se puede pensar en una afectación de acortamiento de la mus­ culatura isquiotibial. En este caso se dice que la prueba es positiva. Es posible que a lo largo de la maniobra aparezca un pequeño cuadro álgico a nivel de la parte posterior del muslo; el terapeuta ha de identificar si la molestia tiene un origen muscular o radicular.

PRUEBA DE PHELP Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación muscular del recto interno del músculo cuádriceps.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el borde inferior de la camilla en finta doble en dirección craneal. Contacta con ambas manos abarcando cada uno de los calcáneos del paciente.

Ejecución del test

FIGURA 1-270  Prueba del acortamiento isquiotibial.

El terapeuta induce de forma pasiva un movimiento de separación de ambas arti­ culaciones coxofemorales. Cuando ya no puede separar más las piernas, lleva a cabo un movimiento de flexión de 90° de ambas

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

rodillas. Seguidamente, continúa induciendo el movimiento de separación de las caderas.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un incremento de los grados de separación coxofemoral cuando las rodillas se encuentran en flexión en compara­ ción a cuando están extendidas, se puede pen­ sar en una posible afectación de acortamiento del músculo recto interno, ya que es el único aductor de cadera que atraviesa la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Cuando las rodillas se encuentran en flexión, se genera una relajación de las fibras mus­ culares del recto interno. Si el músculo no se encontrara en acortamiento, aun con las rodillas en extensión alcanzarían su amplitud máxima.

FIGURA 1-271  Prueba de Phelp.

PRUEBA DEL FULCRO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por fractura de la porción superior del fémur.

Posición del paciente En sedestación, con los las tibias colgando por el borde de la camilla, los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente ligera­ mente desplazado del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. Toma contacto con el antebrazo de la mano externa sobre la porción posterior del fémur a valorar, de

FIGURA 1-272  Prueba del fulcro.

1.4. Miembros inferiores | Cadera

forma que quede perpendicular al fémur del paciente. La otra mano contacta sobre porción inferior de la región femoral anterior inmediatamente por encima de la rótula.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje con la mano interna sobre la porción anterior fe­ moral en dirección al suelo, intentando bajar la rodilla.

Interpretación del test

219

Interpretación del test Si el terapeuta puede introducir el dedo sin oposición por parte de la musculatura y al hacerlo aparece un cuadro álgico agudo en la región, se puede pensar en una afectación por fractura del cuello femoral. Cuando se fractura el cuello femoral, se pro­ duce un desplazamiento caudal del trocánter mayor, que genera una debilidad de la mus­ culatura y que facilita al terapeuta la com­ presión con el dedo índice.

Si durante la realización de la prueba apare­ ce un cuadro álgico agudo sobre la porción del muslo en contacto con el antebrazo del terapeuta, se puede pensar en una posible fractura de la diáfisis femoral. Para que la prueba sea más exacta, el terapeuta ha de llevar a cabo la maniobra a lo largo de toda la porción proximal del fémur, para intentar detectar el punto exacto del origen de la fractura.

SIGNO DE ALLIS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble fractura del cuello femoral.

Posición del paciente

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Tumbado de lado con el miembro a valorar arriba con flexión de ambas rodillas y cade­ ras, o en decúbito dorsal con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente a nivel de las rodi­ llas en finta doble orientado hacia este. En caso de que la prueba se lleve a cabo en decúbito supino, el terapeuta se coloca en el lado a valorar a la altura de las rodillas en finta adelante en dirección craneal.

Ejecución del test El terapeuta introduce el segundo y el tercer dedos de una mano en el espacio que se en­ cuentra entre al trocánter mayor del fémur y la cresta del hueso ilíaco, es decir, a la altura del cuello femoral a valorar.

FIGURA 1-273  Signo de Allis.

PRUEBA DE EXTENSIBILIDAD DEL PIRAMIDAL Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por acortamiento del músculo piramidal.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del paciente En decúbito prono, con las rodillas en flexión de 90°, de forma que las plantas de los pies queden orientadas hacia el techo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la cabeza del paciente en finta doble en dirección caudal.

cadera ha rotado internamente menos que la otra, se puede pensar en una posible afecta­ ción por falta de extensibilidad del músculo piramidal de ese lado. En este caso se dice que la prueba es positiva. Un acortamiento del músculo piramidal se traduce en una excesiva rotación externa de cadera y una disminución de la capaci­ dad de rotación interna.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que deje caer los pies hacia fuera manteniendo las rodillas juntas la una contra la otra, de tal forma que realice un rotación interna de ambas articu­ laciones coxofemorales. Se han de observar ambos miembros inferiores y apreciar posi­ bles diferencias entre ellos.

PRUEBA DEL PLIEGUE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la articulación coxofemoral en bebés.

Posición del paciente

Interpretación del test

En decúbito supino.

Si el terapeuta percibe que un pie se encuen­ tra más alto que el otro, es decir, que una

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del bebé en finta doble orientado hacia este. Toma contacto con ambas manos abarcando las piernas del bebé a la altura de las rodillas, de forma que las yemas de los pulgares reposen sobre la cara interna de estas.

Ejecución del test El terapeuta une las piernas del bebe entre sí y las aproxima a la camilla con las rodillas extendidas. Manteniendo esta posición, el terapeuta observa posibles modificaciones en los pliegues formados en la parte interna de los muslos del bebé.

Interpretación del test

FIGURA 1-274  Prueba de extensibilidad del pira­ midal.

Si el terapeuta percibe una asimetría en di­ chos pliegues, se puede pensar en una posible afectación de la articulación coxofemoral. En este caso se dice que la prueba es positiva. La asimetría de los pliegues formados en la cara interna de las piernas del bebé aparece frecuentemente en patologías tales como la displasia de cadera o la luxación congénita de la misma. La prueba también es positiva en caso de luxación de cadera postparto.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

221

primer y segundo dedos de la mano craneal a nivel del polo superior de la rótula del miem­ bro a valorar, mientras que con la mano caudal toma el mismo contacto en el polo inferior.

Ejecución del test La prueba consiste en realizar una compre­ sión sobre la rótula en dirección de la cami­ lla por parte del terapeuta. Seguidamente y sin quitar la presión, induce movimientos de deslizamientos laterales internos y externos, alternativamente.

Interpretación del test En condiciones normales al impactar la pa­ tela contra los cóndilos femorales se debe percibir una clara restricción de la movilidad de la misma en el sentido lateral y medial.

FIGURA 1-275  Prueba del pliegue.

RODILLA

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PRUEBA DE LA RÓTULA BAILARINA Con esta prueba se puede evaluar la exis­ tencia de un derrame de líquido sinovial en la articulación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal en una posición relajada con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie en el lado a evaluar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Toma un contacto en pinza con el

FIGURA 1-276  Prueba de la rótula bailarina.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Si cuando el terapeuta realiza dichos movi­ mientos, la rótula no presenta resistencia a los mismos o la resistencia es mínima y se percibe una sensación elástica, la prueba es positiva e indica un posible derrame sinovial de la articulación.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO DE LA RÓTULA (GLIDE TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de condropatía rotuliana.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo y un rulo bajo las rodillas, que se encuentran relajadas en ligera flexión.

Posición del terapeuta De pie en el lado contrario a la pierna a eva­ luar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Toma con­ tacto con el primer y segundo dedos de ambas manos sobre los dos polos superior e inferior de la rótula del lado a valorar, abarcándola.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una movilización de la rótula de un lateral a otro. Si durante el transcurso de la maniobra se observa que existe una elasticidad importante a tener en cuenta, le puede solicitar una contracción isométrica del músculo cuádriceps y reali­ zar la misma maniobra de desplazamientos laterales de la rótula.

FIGURA 1-277  Prueba de desplazamiento de la rótula (glide test).

PRUEBA DE BASCULACIÓN DE LA RÓTULA (TILT TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de los retináculos rotulianos.

Interpretación del test

Posición del paciente

En caso positivo, el paciente refiere moles­ tia y chasquido articular debido a una con­ dropatía rotuliana. Si al realizar la prueba, la rótula presenta un desplazamiento amplio, se puede decir que existe una alteración ligamentosa que puede generar una luxación de la misma. También hay que tener en cuenta la posibi­ lidad de que exista un desgaste articular por artrosis, que ocasionará dolor de dicha zona.

En decúbito dorsal con los brazos a lo largo del cuerpo y con un rulo bajo las rodillas, en ligera flexión.

Posición del terapeuta De pie en el lado contrario al miembro a va­ lorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. La mano craneal toma un contacto sobre la parte ante­ roinferior del fémur. La mano caudal toma un

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

contacto a nivel de la parte anterosuperior de la tibia. Los pulgares quedan reposando en el borde interno de la rótula, de forma que el de la mano craneal queda en la parte del ángulo superointerno y el de la mano caudal, en la parte del ángulo inferointerno.

Ejecución del test El terapeuta realiza un deslizamiento de la rótula del paciente, empujándola con ambos pulgares en dirección al cóndilo femoral externo.

Interpretación del test En condiciones normales, la rótula debe mantenerse lineal a la altura del centro de la articulación femorotibial.

223

Si al movilizar lateralmente la rótula el terapeuta percibe una pequeña retracción o imposibilidad de llevar a cabo el gesto, se dice que la prueba es negativa. Por el contrario, si durante la realización de la maniobra existe un exceso de elasticidad de forma que se presenta un desplazamiento demasiado fluido y amplio, la prueba es positiva, con la consiguiente posibilidad de luxación articular. Para una correcta evaluación y diagnóstico, hay que comparar siempre con el miembro contralateral.

SIGNO DE ZOHLEN Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de una posible condromalacia rotuliana.

Posición del paciente En decúbito dorsal sobre la mesa de trata­ miento con los brazos a lo largo del cuerpo, un rulo bajo las rodillas y las piernas exten­ didas en una posición relajada.

Posición del terapeuta De pie en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Toma contacto con las dos manos superpuestas sobre el polo superior de la ró­ tula del mismo lado.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión en dirección caudal de la rótula del miembro a valorar. De forma simultánea, el paciente ha de realizar activamente una contracción del músculo cuádriceps del mismo lado, que in­ duce una extensión de la pierna y que tiende a desplazar la rótula en sentido craneal.

Interpretación del test

FIGURA 1-278  Prueba de basculación de la rótula (tilt test).

Si el paciente refiere dolor cuando se realiza la maniobra, la prueba es positiva y el tera­ peuta puede pensar en una posible afectación de condromalacia rotuliana. En este caso, es probable encontrar una lesión de desgaste (artrosis) de los cartílagos rotulianos.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

el polo superior de la rótula, y con el primer y segundo dedos de la mano caudal sobre el polo inferior de la misma.

Ejecución del test La prueba consiste en realizar unas moviliza­ ciones pasivas de la rótula del lado a explorar, de forma que se inducen desplazamientos laterales y mediales alternativos de la misma.

Interpretación del test Si el paciente presenta dolor durante el desa­ rrollo de la prueba, esta es positiva, de forma que se puede indicar la posible existencia de alteración funcional en el tendón rotuliano así como artrosis degenerativa de la articulación femoropatelar.

FIGURA 1-279  Signo de Zohlen.

PRUEBA DE INDUCCIÓN DE DOLOR POR PRESIÓN EN LAS CARILLAS ARTICULARES Esta prueba se utiliza parar valorar una posi­ ble afectación del tendón rotuliano.

Posición del paciente En decúbito dorsal sobre la camilla con las rodillas apoyadas sobre un rodillo, colocado en el hueco poplíteo de forma que quedan en ligera flexión.

Posición del terapeuta De pie a la altura de las rótulas del paciente, en el lado contrario a la pierna que se quiere valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con el primer y segundo dedos de la mano craneal sobre

FIGURA 1-280  Prueba de inducción de dolor por presión en las carillas articulares.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

225

PRUEBA DE CREPITACIÓN (PRUEBA DEL CRUJIDO)

erecta, de forma que se coloque en posición de cuclillas.

Esta prueba se realiza para la valoración de una condromalacia rotuliana.

Interpretación del test

Posición del paciente En bipedestación con los miembros superio­ res a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación delante del paciente orien­ tado hacia este, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que lleve a cabo flexión de ambas rodillas con la espalda

Si al llevar a cabo la maniobra se genera en la rótula del miembro a valorar un pequeño chasquido, se puede pensar en la presencia de una afectación a nivel del cartílago patelar. En este caso se dice que la prueba es positiva. La afectación del cartílago está relaciona­ da de forma directa con la condromalacia rotuliana. Esta prueba suele ir acompañada de dolor du­ rante su ejecución, que aumenta la fiabilidad de los resultados.

PRUEBA DE APREHENSIÓN ROTULIANA SEGÚN FAIRBANK Con esta prueba se evalúa una posible alte­ ración del complejo femoropatelar de tipo luxación de la rótula.

Posición del paciente En decúbito dorsal con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas, en una posición relajada.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie en el lado contrario al miembro in­ ferior a evaluar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. La mano craneal toma un contacto sobre la parte anteroinferior del fémur homolateral. La mano caudal contacta a nivel de la par­ te anterosuperior de la tibia. Los pulgares quedan reposando en el borde interno de la rótula, de forma que el de la mano craneal queda en el margen superior y el de la mano caudal, en el margen inferior.

Ejecución del test

FIGURA 1-281  Prueba de crepitación (prueba del crujido).

La prueba consiste en llevar a cabo una com­ presión forzada de la rótula hacia el cóndilo femoral externo; una vez realizada esta manio­ bra, el terapeuta le pide al paciente que flexione de manera activa la articulación de la rodilla.

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Interpretación del test

PRUEBA DE MCCONNELL

En caso de que el paciente como respuesta refleja a la maniobra durante la prueba rea­ lice una contracción involuntaria del mús­ culo cuádriceps, el test es positivo y existe la posibilidad que sufra una subluxación o una luxación de la rótula. Aparte de esa con­ tracción muscular, el paciente refiere dolor tanto en la flexión como en la extensión, es decir, durante toda la prueba. El terapeuta ha de ser sutil a la hora de la evaluación de la rótula y no excederse en sus movimientos para no agravar la lesión en caso de haberla, y en todo momento debe comparar con la rodilla sana, en la cual en un primer momento el paciente no refiere dolor.

Con esta prueba se intenta evaluar la presen­ cia de una condromalacia rotuliana.

Posición del paciente Sentado con las piernas suspendidas hacia el suelo, por el borde de la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación en el lado a valorar del pa­ ciente orientado hacia este. Toma contacto con la mano craneal sobre la parte anterior y distal del muslo de la pierna a evaluar, de forma que agarra en pinza la parte superior de la rótula con los dos primeros dedos. La mano caudal abarca el tobillo del mismo lado.

Ejecución del test La prueba consiste en poner en tensión la zona femororrotuliana a través de contrac­ ciones isométricas del músculo cuádriceps resistidas por el terapeuta y realizadas a dis­ tintos grados de amplitud de rodilla (a 120°, a 90°, a 60° y a 30° de flexión), intentando buscar la aparición de dolor femororrotu­ liano. Una vez encontrada la posición de flexión en la que aparece el dolor, se lleva la pierna de forma pasiva a extensión máxima de rodilla. A partir de aquí, se induce un deslizamiento lateral de la rótula del pa­ ciente y, manteniéndola, se lleva la rodilla de nuevo al arco de movimiento en el que apareció el dolor. Seguidamente se vuelve a pedir al paciente que vuelva a realizar una contracción isométrica en extensión de rodilla.

Interpretación del test

FIGURA 1-282  Prueba de aprehensión rotuliana según Fairbank.

Si durante el desarrollo de la prueba el pa­ ciente refiere dolor en la articulación de la rodilla y desaparece o disminuye cuando el terapeuta lleva la rótula hacia medial, se con­ sidera que la prueba es positiva. En este caso el terapeuta puede considerar la presencia de condromalacia rotuliana.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

227

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo movilizaciones laterales externas e internas de la rótula con la ayuda de la mano superior, dependiendo del lado que se quiera evaluar, a la vez que le pide al paciente que realice de forma activa una flexión de rodilla contrarresis­ tencia.

Interpretación del test Si cuando el paciente flexiona la rodilla con la rótula fijada hacia un lado o hacia el otro nota que no existe ninguna fijación que haga que no se luxe o subluxe con respecto al fémur, se puede pensar en una afectación de subluxación rotuliana. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-283  Prueba de McConnell.

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PRUEBA DE SUPRESIÓN DE LA SUBLUXACIÓN Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una subluxación lateral de la articula­ ción femororrotuliana.

Posición del paciente En decúbito dorsal con los miembros inferio­ res sobre un rulo a la altura del hueco poplíteo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la al­ tura de las rodillas del paciente en finta doble orientado hacia este. La mano superior toma un contacto en la rodilla de forma que agarra en pinza la rótula homolateral, mientras que la mano inferior toma un contacto sobre el empeine del pie del mismo lado.

FIGURA 1-284  Prueba de supresión de la subluxación.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE DREYER Con esta prueba se evalúa el tendón del mús­ culo cuádriceps a nivel de su inserción en la zona superior de la rótula.

Posición del paciente En decúbito dorsal con las piernas estiradas, con el hueco poplíteo sobre un rodillo pro­ vocando una ligera flexión de las rodillas.

Posición del terapeuta De pie en el lado a evaluar en finta doble a la altura de las rodillas orientado hacia este.

Ejecución del test La prueba consiste en solicitar al paciente que realice una extensión de la articulación de la rodilla elevando el talón de la camilla, de forma que realice una contracción activa del músculo cuádriceps. Si en un primer mo­ mento no puede realizar dicho movimiento porque aparece dolor, el terapeuta debe tomar contacto con la mano caudal en la porción anterior del tercio distal del fémur del mismo lado, de tal forma que el borde cubital de la mano contacte con el polo superior de la rótula justo encima del tendón del músculo cuádriceps; una vez colocado el contacto, ejerce una fuerza compresiva en dirección de la camilla. La otra mano refuerza el contacto de la primera. Seguidamente y estabilizando la rodilla, le solicita de nuevo al paciente la extensión de rodilla y elevación de la pierna.

Interpretación del test La prueba es positiva y existe la posibilidad de desgarro del tendón del músculo cuádri­ ceps cuando el paciente es capaz de elevar y extender la pierna con la consecuente contracción del músculo cuádriceps tras el empuje realizado por parte del terapeuta por­ que el dolor ha desaparecido. Este fenómeno ocurre porque se le da un nuevo punto de inserción al músculo cuádriceps, evitando o descargando la presión que ejerce sobre su inserción cada vez que se contrae.

FIGURA 1-285  Prueba de Dreyer.

PRUEBA DE TRACCIÓN Y PRESIÓN DE APLEY (GRINDING TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de los meniscos. Fue dise­ ñada para explorar el cuerno posterior del menisco interno; no obstante, conociendo la biomecánica meniscal, se puede adaptar con el fin de evaluar los cuatro cuernos de los meniscos.

Posición del paciente En decúbito ventral con la rodilla del lado a valorar en flexión de 90°, de tal forma que la planta del pie homolateral se encuentre orientada hacia el techo.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la rodilla que se valora en finta doble a la altura de esta, orientado hacia el paciente. Toma un contacto con la mano inferior sobre la planta del pie del lado a evaluar. La otra se sitúa sobre la porción posterior del tercio distal del muslo homolateral, bloqueándolo.

Ejecución del test A través de su contacto de la mano caudal, el terapeuta ejerce un movimiento de rotación en la rodilla del paciente hacia un lado y ha­ cia el otro. Seguidamente, procede a llevar a cabo una compresión hacia la camilla del pie del paciente con la mano caudal y, sin modificar el parámetro de compresión, rea­ liza rotaciones internas y externas de la tibia del mismo lado.

229

es más específica para valorar los cuernos anteriores. Antes de realizar la prueba, se recomienda valorar posibles bloqueos y dolores de rodilla durante los movimientos de flexoextensión y de ambas rotaciones. También se recomienda llevar a cabo la prueba en distintos grados de flexión de rodilla para localizar mejor el lugar de la afectación meniscal. Esta prueba no puede adquirir la importan­ cia que merece si no va acompañada de la prueba de distracción, ya que con la reali­ zación de ambas se puede discernir mejor entre una afectación ligamentaria y una meniscal.

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Interpretación del test Si el paciente refiere dolor o molestia cuando se llevan a cabo los movimientos de rotación de la tibia sin compresión sobre la rodilla, se puede decir que existe la posibilidad de que las estructuras ligamentosas y capsulares de la rodilla se encuentren en disfunción. En cambio, si dicho dolor aparece cuando se comprime la articulación, puede existir algu­ na lesión en los meniscos, siendo estresados o valorados el cuerno posterior del menis­ co interno y el cuerno anterior del menisco externo cuando se induce una rotación ex­ terna de la tibia (acompañado de alteración en la cápsula y de los ligamentos laterales de la rodilla), y siendo estresados el cuerno posterior del menisco externo y el anterior del menisco interno cuando se induce una rotación interna de la tibia (acompañado de disfunción de los ligamentos mediales y de la cápsula articular). Otra posibilidad permite valorar lesiones meniscales si se posiciona al paciente con la pierna a evaluar en extensión fijando una ro­ tación hacia interna o externa según se quiera evaluar, aunque esta posición de extensión

FIGURA 1-286  Prueba de tracción y presión de Apley (grinding test).

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE MCMURRAY (SIGNO DE FOUCHE) Con esta prueba se evalúa una posible alte­ ración meniscal, así como de sus estructuras adyacentes. Originariamente la prueba de McMurray se diseñó para valorar el cuerno posterior del menisco interno; no obstante, el conocimiento de la biomecánica meniscal hace posible modificar la prueba para valorar el resto de los cuernos de los meniscos de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal con el miembro del lado a valorar en flexión coxofemoral y de rodilla, de tal forma que la planta del pie se encuentre apoyada sobre la camilla.

• Para valorar el cuerno anterior del menisco externo, el terapeuta parte des­ de una extensión de la rodilla y realiza un movimiento de rotación externa de la tibia y un valgo de rodilla; desde esta posición realiza una flexión de la misma. • Para valorar el cuerno anterior del menisco interno, el terapeuta parte des­ de una extensión de la rodilla y realiza un movimiento de rotación interna de la tibia y un varo de rodilla; desde esta posición realiza una flexión de la misma.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un chasquido articular medial o lateral acom­

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a eva­ luar a la altura de las rodillas en finta adelante en dirección craneal. Toma un contacto con la mano superior sobre la articulación de la rodilla en la interlínea articular externa. La otra mano abarca el talón del pie homolateral por la zona interna del mismo, de tal forma que el borde medial del pie se encuentre en contacto con el antebrazo del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta eleva la pierna del lado a valorar de tal forma que separe el talón de la camilla y, dependiendo del cuerno y del menisco que quiera valorar, procede de la siguiente forma:

• Para valorar el cuerno posterior del menisco interno, el terapeuta parte desde una flexión de rodilla y realiza un movi­ miento de rotación externa de la tibia y un valgo de rodilla; desde esta posición realiza una extensión de la misma. • Para valorar el cuerno posterior del menisco externo, el terapeuta parte desde una flexión de rodilla y realiza un movimiento de rotación interna de la tibia y un varo de rodilla; desde esta posición realiza una extensión de la misma.

FIGURA 1-287  Prueba de McMurray (signo de Fouche).

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

pañado o no de dolor, se puede indicar que existe la posibilidad de desgarro meniscal. Hay que ser precavido a la hora de diagnos­ ticar la lesión o la alteración meniscal y hay que corroborar el resultado con otras prue­ bas que generen estrés en dichas estructuras. Para valorar una lesión meniscal no basta con una simple palpación de la interlínea articular de la rodilla del paciente que genere un cuadro álgico, pues también puede ser una afectación de los ligamentos colaterales aparte de una alteración o una disfunción meniscal.

PRUEBA DE BRAGARD Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del menisco interno.

231

Interpretación del test Si a lo largo de la maniobra se produce un cuadro álgico a nivel de la articulación femo­ rotibial en la parte externa o interna, se puede pensar en una posible afectación meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si la sintomatología aparece en la parte me­ dial de la articulación femorotibial durante el movimiento de rotación tibial externa y extensión de rodilla, se puede pensar en una afectación del menisco interno. De la misma forma, si el cuadro álgico desa­ parece en la articulación femorotibial durante el movimiento de rotación tibial interna y flexión de rodilla, el terapeuta debe pensar en mayor medida en una lesión meniscal interna.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro inferior a evaluar en flexión coxofemoral y de rodilla, de tal forma que la planta del pie se encuentre en contacto con la camilla.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias en dirección de la cabeza del paciente orientado hacia este. Con la mano inferior toma contacto abarcando el calcáneo del lado a valorar, de tal forma que la planta del pie repose sobre el antebrazo del terapeuta. La otra mano contacta con la porción anterior de la rótula del mismo lado, de forma que los dos primeros dedos abarquen la porción anterior de la interlínea articular de la rodilla.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva una flexión de 90° de la rodilla del lado a valorar a la vez que realiza una rotación externa de la tibia. A continuación, lleva la rodilla a extensión sin cambiar la rotación. Seguidamente y partiendo de extensión de rodilla, se realiza una flexión de la misma con rotación interna tibial.

FIGURA 1-288  Prueba de Bragard.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

SIGNO DE PAYR

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

La prueba consiste en la realización por parte del terapeuta de una compresión alternante hacia la camilla de las rodillas del paciente.

Posición del paciente

Interpretación del test

Sentado con las piernas cruzadas a nivel de las tibias del paciente, de tal forma que las rodillas se encuentren flexionadas y las cade­ ras en flexión y en rotación externa.

Si durante el transcurso de la prueba el paciente refiere dolor en la zona medial de la interlínea articular de la rodilla, se puede indicar la presencia de una posible afectación del menisco (cuerno posterior). Además, en ocasiones se puede oír un chasquido articular debido al pinzamiento del menisco que se está valorando.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente en finta doble orien­ tado hacia este. Toma un contacto con ambas manos sobre la porción medial de las rodillas del paciente.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO CON SENSIBILIDAD DOLOROSA DE STEINMAN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En supino en una posición relajada con las piernas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a evaluar a la altura de los tobillo del paciente en dirección craneal orientado hacia este. Con la mano superior toma un contacto en el hueco poplíteo de la pierna homolateral, de tal forma que el pulgar repose sobre la interlínea articular externa y el resto de dedos lo hagan sobre la porción interna de la misma pasando la mano por detrás de la articulación. La otra mano abarca el tercio distal de la tibia del mismo lado.

Ejecución del test

FIGURA 1-289  Signo de Payr.

El terapeuta induce de forma pasiva mo­ vimientos de rotación interna y externa de tibia variando los grados de flexión de rodilla según la porción meniscal que se quiera evaluar, de forma que para evaluar los cuernos posteriores coloca una posición de semiflexión (ya que en flexión los menis­

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

cos retroceden), mientras que para valorar los cuernos anteriores coloca una posición de semiextensión (ya que en extensión los meniscos avanzan).

Interpretación del test

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Si en el trascurso de la prueba el paciente refie­ re dolor en la zona medial de la rodilla durante la rotación externa de tibia, se puede indicar la posibilidad de afectación meniscal interna. En cambio, si la sintomatología dolorosa aparece en la zona lateral durante la rotación interna de la tibia, se puede pensar en una posible afectación del menisco externo. Con la flexión a distintos grados de ampli­ tud, se observa en qué parte del menisco se encuentra la lesión.

FIGURA 1-290  Prueba de desplazamiento con sensi­ bilidad dolorosa de Steinmann.

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PRUEBA DE STEINMANN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal con un rodillo bajo el hueco poplíteo manteniendo las rodillas en ligera flexión, en una posición relajada.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a valo­ rar en finta adelante a la altura de los tobillos en dirección craneal. Toma un contacto con la mano superior en el hueco poplíteo de la pierna homolateral, de tal forma que el pulgar repose sobre la interlínea articular externa y el resto de dedos lo hagan sobre la parte

FIGURA 1-291  Prueba de Steinmann.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

posterior de la rodilla. La otra mano abarca el tobillo del mismo lado.

Ejecución del test La prueba consiste en la realización por parte del terapeuta de una rotación interna o exter­ na de la tibia, de forma que mientras flexiona y extiende la pierna, le incide un pequeño empuje de la cara externa de la articulación de la rodilla, generando estrés al valgo.

Interpretación del test Si durante el transcurso de la prueba el paciente refiere dolor en una de las zonas lateral o me­ dial de la rodilla, indica afectación meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Con esta prueba se evalúa sobre todo la afectación del menisco interno, de forma que con una rotación externa de tibia, el paciente refiere dolor a nivel de la interlínea en la zona medial de la rodilla.

rodilla, generando un estrés en valgo de la misma. Seguidamente, y sin modificar este parámetro, conduce pasivamente la pierna del lado a evaluar hacia flexión y extensión de rodilla. El terapeuta ha de repetir la prueba estre­ sando la rodilla en varo, llevando a cabo un empuje con el contacto superior hacia el cóndilo femoral externo.

Interpretación del test Al realizar la inclinación hacia varo o valgo de la rodilla, los meniscos se encuentran presionados de forma que el paciente re­ fiere dolor en el menisco interno cuando se incline la rodilla en valgo o en el me­

PRUEBA DE BÖHLER-KRÖMER Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal con los brazos a lo largo del cuerpo y con las rodillas extendidas, re­ posadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a valo­ rar en finta adelante a la altura de los tobillos del paciente en dirección craneal. Toma un contacto con la mano superior sobre el hueco poplíteo homolateral, de tal forma que el pul­ gar repose sobre la interlínea articular externa de la rodilla y, pasando por detrás de esta, los demás dedos queden en la interlínea articular interna. La otra mano abarca el tercio distal de la tibia del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce un empuje con su ma­ no superior sobre la porción externa de la

FIGURA 1-292  Prueba de Böhler-Krömer. A. Flexión y valgo. (Continúa.)

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

235

PRUEBA DE MERKE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente De pie en una posición relajada con los bra­ zos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En cuclillas en el lado a valorar. Toma con­ tacto con la mano inferior abarcando el tobi­ llo homolateral. La otra mano contacta con la porción lateral de la rodilla del mismo lado.

Ejecución del test

FIGURA 1-292 (cont.).  B. Flexión y varo.

El terapeuta estabiliza la pierna del lado a valorar a través de su contacto inferior. Seguidamente, le pide al paciente que fle­ xione unos grados ambas rodillas y que eleve el miembro inferior contralateral del suelo llevando a cabo una flexión de cadera y rodilla de forma que se quede en apoyo monopodal. Por último, realiza movimientos de rotaciones del tronco, de forma que se induzca rotación interna y externa del fémur sobre la tibia, la cual queda fijada al suelo por el peso del cuerpo.

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Interpretación del test nisco externo cuando se estrese en varo. Este fenómeno se debe a que existen dos cóndilos femorales; esto hace que durante el movimiento en valgo, que aparentemente abre el compartimento interno de la rodilla, la parte externa del cóndilo femoral interno comprima los cuernos tanto anterior como posterior del menisco interno. De la misma forma, durante el movimiento de varo que aparentemente abre el compartimento ex­ terno de la rodilla, la parte interna del cón­ dilo femoral externo comprima los cuernos anterior y posterior del menisco externo. En ambos casos se dice que la prueba es positiva.

Si durante el transcurso de la prueba el pa­ ciente refiere un dolor que va en aumento al realizar los movimientos de rotación, se puede pensar en una posible afectación meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si la sintomatología aparece en rotación in­ terna de fémur sobre tibia, indica una posible lesión o afectación del menisco interno. Y si aparece en rotación externa de fémur, se puede pensar en una afectación del menisco externo. Además, hay que tener en cuenta la posible lesión de los ligamentos laterales, los cuales se tensan en esta posición, por lo que hay que contrastar los resultados con otras pruebas específicas de estas estructuras.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

craneal sobre la articulación femorotibial a nivel externo, anteriormente al ligamento lateral externo. Los demás dedos de la mano reposan sobre la porción interna de la mis­ ma articulación. La mano caudal abarca la porción distal de la tibia del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta ejerce cierta presión con el pulgar sobre la interlínea articular externa de la rodi­ lla. Seguidamente, el paciente ha de llevar a cabo un movimiento de extensión de la rodilla a valorar, movimiento que resiste el terapeuta sin modificar el parámetro de compresión.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se genera un cuadro álgico agudo a nivel de

FIGURA 1-293  Prueba de Merke.

PRUEBA DE CABOT Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del menisco externo.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con el miembro inferior del lado a valorar en separación coxofemoral y flexión de rodilla, de tal forma que el ma­ léolo peroneal se encuentre sobre la porción anterior de la rótula contralateral. Los brazos se encuentran paralelos al tronco.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de los tobillos del pacien­ te en dirección craneal orientado hacia este. Toma contacto con el primer dedo de la mano

FIGURA 1-294  Prueba de Cabot.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

la interlinea articular externa de la rodilla acompañado de impotencia funcional, se puede pensar en una posible afectación de la porción posterior del menisco externo. En este caso se dice que la prueba es po­ sitiva. La posición que adopta el paciente imprime un estrés en la articulación de la rodilla en varo y rotación interna, hecho que aumenta la tensión a nivel del cuerno posterior del menisco externo. La región de la rodilla en la cual aparece la sintomatología coincide con el paso del tendón del músculo poplíteo, hecho que hace que a la prueba se le conozca con el nombre de signo poplíteo.

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Interpretación del test Si el paciente presenta afectación o altera­ ción del ligamento cruzado anterior cuando el terapeuta tracciona anteriormente la ti­ bia, esta realiza un desplazamiento ventral anormalmente aumentado y, por tanto, el menisco interno está afectado debido a la falta de fijaciones ligamentosas en el cuerno posterior. La prueba es positiva si al realizarla se percibe un chasquido articular o un resal­ te, lo que indica la afectación del menisco interno por desgarro del cuerno posterior ante la afectación del ligamento cruzado an­ terior.

SIGNO DE FINOSCHIETTO (SIGNO DEL SALTO) Con esta prueba se pretende valorar la afec­ tación del ligamento cruzado anterior y del menisco interno.

Posición del paciente En decúbito dorsal, en una posición relaja­ da con los brazos a lo largo del cuerpo. El miembro inferior a evaluar se encuentra en flexión de 45° de cadera y 90° de rodilla, de tal forma que la planta del pie contacte con la camilla.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta Sentado sobre el dorso del pie del paciente, en el lado a evaluar orientado hacia su ca­ beza. Toma un contacto con ambas manos abarcando el tercio proximal de la tibia, de tal forma que los pulgares contacten con la región anterior de la misma y el resto de de­ dos reposen sobre el hueco poplíteo.

Ejecución del test La prueba consiste en la realización por parte del terapeuta de una tracción de la tibia hacia anterior, de forma que intente realizar un des­ plazamiento anterior de la misma con res­ pecto al fémur.

FIGURA 1-295  Signo de Finoschietto (signo del salto).

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

SIGNO DE CHILDRESS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente De pie en una posición relajada, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie frente al paciente en finta doble, ob­ servándolo.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que de manera activa se coloque con las rodillas completa­ mente flexionadas (de cuclillas), de forma que sus talones estén en contacto con la región

glútea. Una vez colocado en la nueva postura, debe caminar sin cambiar de posición.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se ge­ nera un cuadro álgico a nivel de alguna de las rodillas del paciente, se puede pensar en una posible alteración o lesión meniscal. Puede ser que la aparición de la sintomatolo­ gía se produzca simplemente con la adquisi­ ción de la posición de cuclillas. Si además el paciente es incapaz de realizar la marcha de pato o nota un chasquido articular doloroso, es muy probable que exista un pinzamiento a nivel del cuerpo posterior del menisco.

SIGNO DE TURNER Con este signo se valora la afectación a nivel del menisco interno por una causa neuropática.

Posición del paciente En supino, en una posición relajada con un rodillo bajo el hueco poplíteo con las piernas ligeramente flexionadas.

Posición del terapeuta En el mismo lado de la pierna a evaluar en finta doble a la altura de las rodillas. Toma contacto con la mano superior en la porción anterior del tercio distal del muslo, de tal forma que el pulgar repose sobre la interlí­ nea articular externa de la rodilla y el resto de dedos sobre la cara interna de la misma articulación.

Ejecución del test El terapeuta, ayudado de un martillo de refle­ jos, lleva a cabo una serie de estimulaciones mecánicas a nivel del tendón infrarrotuliano para activar el reflejo. También puede realizar la maniobra con estimulaciones térmicas en la zona medial de la articulación de la rodilla.

Interpretación del test FIGURA 1-296  Signo de Childress.

Si durante el transcurso de la prueba el pa­ ciente refiere hiperestesia en la cara interna

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

de la rodilla, se puede indicar que esta está producida por una irritación constante a nivel del nervio safeno interno. La irritación de este nervio se produce por una afectación a nivel del menisco interno, ya que el externo no puede llegar a irritarlo.

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Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la rodilla a eva­ luar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma contacto con la mano inferior abarcando el calcáneo del mismo lado, de tal forma que la planta del pie repose sobre antebrazo del terapeuta. El pulgar de la otra mano se sitúa sobre la interlínea externa de la articulación de la rodilla, mientras que el resto de dedos lo hacen sobre el hueco poplíteo del mismo lado.

Ejecución del test

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El terapeuta conduce la pierna a valorar hacia una flexión de rodilla de 45° a la vez que realiza un empuje a través del contacto superior hacia la línea media, generando es­

FIGURA 1-297  Signo de Turner.

PRUEBA DE COMPRESIÓN MEDIAL Y LATERAL SEGÚN ANDERSON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal con un rodillo bajo el hue­ co poplíteo, con las piernas semiflexionadas y relajadas.

FIGURA 1-298  Prueba de compresión medial y lateral según Anderson.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

trés hacia valgo. Seguidamente lleva la rodi­ lla de forma pasiva unos grados hacia exten­ sión estresándola en varo. Así va induciendo movimientos circulares de la articulación, estresando sus estructuras y poniéndolas en tensión.

Interpretación del test Si durante el desarrollo de la prueba el pa­ ciente refiere dolor y/o fricción a nivel de la interlínea de la articulación de la rodilla, se puede pensar en una posible rotura o desgarro meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que tener cuidado con las presiones ejercidas sobre la articulación, ya que si el ligamento cruzado anterior se encuentra alterado, se puede provocar una subluxación de la tibia con respecto al fémur en la puesta en tensión de la valoración meniscal.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se ge­ nera un cuadro álgico en la rodilla del lado a valorar acompañado de una sensación de desplazamiento anterior anormalmente au­ mentado de la tibia con respecto al fémur ho­ molateral, se puede pensar en una afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE ENTRECRUZAMIENTO (CROSS OVER TEST) SEGÚN ARNOLD Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente De pie en una posición relajada y con los miembros superiores y las piernas extendidas en un primer momento.

Posición del terapeuta De pie en el lado contrario al de la pierna a evaluar. Con la planta de su pie toma contac­ to sobre el dorso del pie del paciente del lado contrario, fijándolo al suelo.

Ejecución del test El terapeuta le solicita al paciente que, sin flexionar la pierna del lado a evaluar, lleve a cabo una contracción isométrica del mús­ culo cuádriceps homolateral y cruce ante­ riormente la pierna contralateral realizando una rotación del tronco hacia el lado de la pierna a valorar.

FIGURA 1-299  Prueba de entrecruzamiento (cross over test) según Arnold.

PRUEBA DE ROTACIÓN CON COMPRESIÓN SEGÚN PÄSSLER Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente Sentado al borde inferior de la camilla con las rodillas flexionadas, los pies cayendo

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

hacia el suelo y las manos apoyadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie delante del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma contacto con am­ bas manos abarcando el tercio proximal de la tibia del lado a evaluar, de tal forma que los pulgares reposen sobre la porción anterior de la interlínea articular femorotibial y el resto de los dedos sobre la región posterior de la rodilla.

Ejecución del test El terapeuta coloca la porción media de la tibia del lado a valorar entre sus piernas,

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sosteniéndola en el aire con la rodilla exten­ dida. Seguidamente realiza un movimiento de rotación interna y externa de la tibia a la misma vez que genera estrés en varo y valgo, respectivamente. Todo ello hace que se genere un movimiento de circunducción de la rodilla. La maniobra se realiza en varios grados de flexión de rodilla.

Interpretación del test Si el paciente refiere dolor cuando se rea­ lizan las circunducciones en la rodilla, la prueba es positiva, así como si el dolor queda reflejado en la zona medial o lateral de la interlínea, siendo muy probable la exis­ tencia de lesión meniscal y/o estructuras adyacentes.

SIGNO DE TSCHAKLIN Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible afectación meniscal.

Posición del paciente En supino, con los brazos a lo largo del cuer­ po y las rodillas extendidas.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie en el lado de la pierna a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del pa­ ciente en dirección craneal orientado hacia este. Con la mano superior toma contacto sobre la cara anterior de la rodilla homolate­ ral. Con la otra mano abarca el calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test

FIGURA 1-300  Prueba de rotación con compresión según Pässler.

La prueba consiste en un primer momento en realizar una evaluación de las piernas del paciente de manera comparada, de forma que se observe la diferencia de trofismo muscular entre una pierna y otra. Tras esto se realiza un testing muscular tanto del cuádriceps (vasto interno y externo sobre todo) como del sar­ torio, oponiendo el terapeuta una resistencia en su desarrollo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Para valorar el sartorio, el terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una flexión de rodi­ lla y cadera acompañada de rotación externa de tibia, de forma que el paciente ha de llevar el talón de la pierna a valorar en dirección a la cadera contralateral. El terapeuta resiste este movimiento.

Interpretación del test Si durante el desarrollo de la prueba el pa­ ciente presenta disminución de tono o atro­ fia del músculo cuádriceps acompañado de hipertonía del músculo sartorio, el signo es positivo y el paciente compensa la debilidad del músculo cuádriceps por la afectación meniscal anterior.

PRUEBA DE WILSON Con esta prueba se valora un trastorno del cartílago articular de la rodilla debido a una necrosis avascular del cóndilo femoral in­ terno, también conocido con el nombre de osteocondritis disecante.

Posición del paciente En decúbito dorsal en una posición relajada con un rodillo bajo el hueco poplíteo de am­ bas piernas, de forma que las rodillas queden en ligera flexión. Los brazos se encuentran a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado que se va a evaluar en finta doble a la altura de las tibias del pa­ ciente orientado hacia este. Toma un contacto con la mano superior sobre la porción anterior del tercio distal del fémur del mismo lado, contactando con el pulgar sobre la interlínea externa femorotibial y el resto de dedos sobre la región interna de la misma. La otra mano abarca el calcáneo del mismo lado contactan­ do el antebrazo con la planta del pie.

Ejecución del test La prueba consiste en que el terapeuta sujeta la rodilla por el polo superior de la rótula palpan­ do con sus dedos la interlínea articular de la zona interna. Seguidamente conduce el miem­ bro a valorar hacia flexión de rodilla y rotación interna y externa de tibia, alternativamente.

Interpretación del test

FIGURA 1-301  Signo de Tschaklin.

Si al palpar la zona interna de la interlínea articular de la rodilla el paciente refiere dolor que se mantiene cuando induce los movi­ mientos de flexión y rotación interna de la tibia y se alivia o desaparece con la rotación externa de la misma, se puede indicar que el test es positivo y que probablemente presente osteocondritis disecante. Si además de la aparición de dolor durante la maniobra, el paciente presenta derrame articular, el diagnóstico es aún más fiable.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

243

ambas manos abarcando el tercio proximal de la tibia, de tal forma que los pulgares re­ posen sobre la parte anterolateral de la línea interarticular femorotibial y el resto de dedos contactan con la parte posterior de la rodi­ lla. La porción distal de la tibia y el borde lateral del pie se encuentran en contacto con el abdomen del terapeuta, quien estabiliza la pierna con el antebrazo.

Ejecución del test Con sus manos en contacto con la interlínea articular de la rodilla del paciente para fijar la zona distal entre el antebrazo y el abdo­ men, el terapeuta realiza un bostezo articular primero en valgo y luego en varo, palpando la laxitud ligamentosa con ambos pulgares.

FIGURA 1-302  Prueba de Wilson.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

PRUEBA DE ABDUCCIÓNADUCCIÓN (PRUEBA VALGO-VARO) Con esta prueba se valora la presencia de un posible desequilibrio lateral interno y externo de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, en una posición relajada con las rodillas extendidas y los brazos repo­ sando sobre la camilla a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la articulación de la rodilla a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal orientado hacia este. Toma un contacto con

FIGURA 1-303  Prueba de abducción-aducción (prue­ ba valgo-varo).

244

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test La rodilla del paciente se encuentra estable si el bostezo articular hacia valgo se realiza sin ninguna alteración del ligamento lateral interno ni de ninguna otra estructura. En el bostezo articular hacia varo, con la rodilla flexionada unos 20° aproximada­ mente, pueden influir en el diagnóstico el ligamento cruzado anterior y el tendón del músculo poplíteo, por lo que hay que tener en cuenta el grado de apertura articular y compararlo siempre con la pierna sana para ver la elasticidad ligamentosa que presenta el paciente.

PRUEBA DE LACHMANN (CAJÓN EN SUBEXTENSIÓN)

rodilla, en sinergia muscular, manteniendo la posición.

Interpretación del test Si durante la prueba la tibia presenta un des­ plazamiento anterior anormalmente aumen­ tado con respecto al fémur, se puede pensar en la existencia de una posible afectación del ligamento cruzado anterior, por lo que la prueba es positiva. No hay que caer en resultados erróneos positivos, tales como casos de posible sub­ luxación posterior de rodilla por rotura del cruzado posterior, o en resultados erróneos negativos por contractura de los isquiotibiales o por una mala ejecución de la prueba.

Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal con la rodilla a valorar flexionada entre 15° y 30°, con la planta del pie reposando sobre la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Con la mano superior toma un contacto sobre la porción anterolateral del tercio dis­ tal del fémur del mismo lado. La otra mano abarca el extremo proximal de la tibia, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara anterior y el resto de dedos bajo el hueco poplíteo.

Ejecución del test La prueba consiste en que el terapeuta induce a través de su contacto inferior un desplaza­ miento anterior de la tibia mientras estabiliza el fémur con la mano superior. A la vez que lleva a cabo esta maniobra, le pide al paciente que mantenga una contracción isométrica de la musculatura flexora y extensora de la

FIGURA 1-304  Prueba de Lachmann (cajón en sub­ extensión).

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

PRUEBA DE LACHMAN ANTERIOR

245

Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del ligamento cruzado anterior.

de tal forma que el pulgar repose sobre la parte anterior de la misma y el resto de dedos bajo el hueco poplíteo.

Posición del paciente

Ejecución del test

En decúbito dorsal, con la rodilla del lado a valorar flexionada unos 20°-30° con los brazos colocados a lo largo del cuerpo.

El terapeuta estabiliza el fémur a través de su contacto superior mientras induce de forma pasiva un desplazamiento anterior de la tibia con la mano inferior.

Posición del terapeuta De pie en el mismo lado de la pierna a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal orientado hacia este. Toma un contacto con la mano superior sobre la porción anterolateral del tercio distal del fémur homolateral. La otra mano abarca internamente el extremo proximal de la tibia,

Interpretación del test Si al desplazar la tibia hacia anterior con respecto al fémur, el movimiento está anor­ malmente aumentado, se puede pensar en un posible desgarro del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que fijar bien la articulación y realizar la prueba descartando la posibilidad de afecta­ ción del ligamento cruzado posterior, ya que podría falsear los resultados obtenidos.

PRUEBA DE LACHMAN POSTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente

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En supino con la rodilla del lado a valorar flexionada unos 20°-30° y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta

FIGURA 1-305  Prueba de Lachmann anterior.

En bipedestación en el mismo lado de la pierna a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma un contacto con la mano superior sobre la porción anterolateral del tercio distal del fémur, cerca del polo superior de la rótula. La otra mano abarca el extremo superior de la tibia por su parte anterior, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara externa de la rodilla y el resto de dedos, sobre el margen interno de esta, próximo al polo inferior de la rótula.

246

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test La prueba consiste en que el terapeuta ejerce una presión o empuje a través de su contacto inferior sobre la tibia en dirección a la ca­ milla, a la vez que estabiliza la articulación femorotibial con el contacto de la mano superior.

Interpretación del test Si al realizar la prueba se nota que la tibia presenta un desplazamiento posterior anor­ malmente aumentado con respecto al fémur, se puede indicar que existe la posibilidad de una afectación del ligamento cruzado pos­ terior, con una rotura parcial o total. En este caso se dice que la prueba es positiva. Es importante que en el momento del desa­ rrollo de la prueba la rodilla presente una

rotación tibial neutra, ya que en caso con­ trario puede dar falsos positivos.

PRUEBA DE LACHMANN EN DECÚBITO PRONO Esta prueba se utiliza para valorar el ligamen­ to cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito ventral, con la rodilla del lado a valorar en flexión de 90° grados, de tal forma que la planta del pie se encuentre orientada hacia el techo, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie en el mismo lado de la pierna a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma un con­ tacto con la mano superior en el tercio medio de la región posterior del fémur homolateral. La otra mano abarca el extremo proximal de la tibia del paciente, de forma que el dorso del pie del mismo lado repose sobre la región superior del hombro del terapeuta.

Ejecución del test La prueba consiste en la realización por parte del terapeuta de un desplazamiento anterior de la tibia con respecto al fémur, estabilizan­ do este último a través del contacto superior.

Interpretación del test

FIGURA 1-306  Prueba de Lachmann posterior.

Si el paciente presenta hemorragia articular (hemartrosis) y al realizar el deslizamiento de la tibia el movimiento se encuentra anor­ malmente aumentado pero es firme y suave, se puede pensar en una posible rotura parcial o completa del ligamento cruzado anterior. En caso de que el paciente no presente hemo­ rragia alguna y refiera dicho desplazamiento de la misma forma, puede que se trate de una antigua lesión del ligamento o bien que este sea hiperlaxo. En los dos supuestos se dice que la prueba es positiva.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

247

margen inferior de la rótula y el resto de dedos bajo el hueco poplíteo. La otra mano reposa sobre la parte anterior del extremo inferior del fémur, en contacto con el polo superior de la rótula. Para mayor comodidad y estabilidad, el terapeuta coloca su muslo y rodilla bajo el hueco poplíteo homolateral, generando una ligera flexión de la pierna del lado a valorar.

Ejecución del test La prueba consiste en que el terapeuta realiza una tracción anterior de la tibia con respecto al fémur, fijando este último con su mano superior.

Interpretación del test Si durante el desarrollo de la prueba el pa­ ciente presenta un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la tibia con res­

FIGURA 1-307  Prueba de Lachmann en decúbito prono.

PRUEBA DE LACHMANN ESTABLE

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Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal con la rodilla del lado a valorar en flexión de 20° o 30°, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a eva­ luar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Toma un contacto con la mano inferior abarcando internamente el tercio proximal de la tibia, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara anterior de la misma en contacto con el

FIGURA 1-308  Prueba de Lachmann estable.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

pecto al fémur, se puede indicar que presenta rotura parcial del ligamento cruzado anterior. A veces el paciente presenta una musculatura hipertrofiada y desarrollada que no permite mover adecuadamente la tibia para su va­ loración, por lo que hay que testar la mus­ culatura para evaluar una posible disfunción o alteración de la misma.

PRUEBA DE LACHMANN SIN TOCAR AL PACIENTE Esta prueba se utiliza para valorar afecta­ ciones de las estructuras estabilizadoras de la rodilla.

Posición del paciente En sedestación con las piernas a lo largo de la camilla, con la rodilla del lado a valorar semi­ flexionada. Con sus manos abarca la porción distal del fémur del lado a evaluar, entrecruzan­ do los dedos en la región posterior del mismo.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente en finta doble a la altura de las rodillas de este, observándolo. Mantiene la horizontalidad de la mirada al mismo nivel que la tuberosidad tibial del lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que separe el calcáneo del lado a valorar de la camilla manteniendo la rodilla en flexión, de tal forma que se eleve la pierna hacia el techo a través de una flexión de cadera ayudado por la tracción de las propias manos del paciente.

Interpretación del test Si durante el desarrollo de la prueba la tu­ berosidad tibial presenta un desplazamiento anterior anormalmente aumentado con res­ pecto al fémur, indica la posible presencia de una disfunción de la cápsula ligamentosa, así como de algunas de las estructuras adyacen­ tes, sobre todo ligamento cruzado anterior y ligamentos laterales. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-309  Prueba de Lachmann sin tocar al paciente.

PRUEBA DE LACHMANN ACTIVA Esta prueba se utiliza para valorar una afec­ tación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, en una posición relajada con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie a la altura de las rodillas del paciente en finta doble. Mantiene la horizontalidad de la mirada a la altura de la tuberosidad tibial del lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta le solicita al paciente que de mane­ ra activa eleve de la camilla la pierna del lado

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

a valorar manteniendo la extensión de rodilla, de tal forma que el calcáneo se separa de la camilla por medio de una flexión coxofemoral. Para que el paciente tenga más fuerza a la hora de elevar la pierna, el terapeuta coloca la pier­ na contralateral en flexión de cadera y rodilla de forma que se fija el pie sobre la camilla.

Interpretación del test

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Si durante la ejecución de la prueba el paciente presenta un desplazamiento anterior anormal­ mente aumentado de la tuberosidad tibial, in­ dica la posibilidad de que el paciente presente una rotura del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Al contraer el músculo cuádriceps, existen otras estructuras que quedan evaluadas secundaria­ mente al llevar a cabo la maniobra, como por ejemplo el menisco interno, que se comprimirá.

FIGURA 1-310  Prueba de Lachmann activa.

249

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una afec­ tación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y con la cadera y la rodilla del lado a valorar en flexión, de tal forma que la planta del pie homolateral reposa sobre la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación sobre el dorso del pie del lado a valorar en dirección craneal. Toma un contacto con ambas manos abarcando el tercio proxi­ mal de la tibia, de tal forma que los pulgares reposen en la parte anterior de la misma sobre la interlínea articular femorotibial y el resto de dedos se entrecruzan en el hueco poplíteo.

FIGURA 1-311  Prueba del cajón anterior.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una tracción ante­ rior de la tibia del lado a valorar del pacien­ te, de forma que genere un desplazamiento anterior de la misma con respecto al fémur. Hay que solicitar al paciente que perma­ nezca en una posición relajada, para que se mantenga la musculatura isquiotibial y el músculo cuádriceps sin tensión alguna.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe durante el desa­ rrollo de la maniobra un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la ti­ bia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible alteración o rotura total o parcial del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

• En la segunda, el terapeuta induce una rotación externa de tibia de unos 15° y lleva a cabo una tracción de la misma produciendo un desplazamiento anterior con respecto al fémur. • En la tercera, el terapeuta induce una rota­ ción interna de unos 30° y lleva a cabo una tracción de la misma produciendo un des­ plazamiento anterior con respecto al fémur.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe durante la prueba un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior.

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR CON FLEXIÓN DE 90° DE LA RODILLA Con esta prueba se pretende evaluar la inte­ gridad del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal en una posición relajada, con la cadera y la rodilla del lado a evaluar flexionadas, de forma que la planta del pie homolateral repose sobre la camilla.

Posición del terapeuta Sentado, sobre el dorso del pie del lado a eva­ luar en dirección craneal. Toma un contacto con las manos abarcando el tercio proximal de la tibia, de tal forma que los pulgares repo­ sen a ambos lados de la rodilla sobre la inter­ línea articular femorotibial y los índices palpen la musculatura isquiotibial.

Ejecución del test La prueba se efectúa en tres fases:

• En la primera, el terapeuta lleva a cabo una tracción de la tibia del lado a valorar, de tal forma produce un desplazamiento anterior de la misma con respecto al fémur.

FIGURA 1-312  Prueba del cajón anterior con flexión de 90° de la rodilla.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Para poder apreciar posibles afectaciones de inestabilidad, el terapeuta lleva a cabo la maniobra con la tibia en rotación interna y externa; así puede valorar las distintas es­ tructuras estabilizadoras anterointernas y anteroexternas, respectivamente. Hay que tener en cuenta que los pacientes con lesiones de rodilla suelen contraer la mus­ culatura adyacente como medio de protección ante la lesión, de forma que el cajón anterior puede dar falsos negativos o positivos según cómo posicione la rodilla el paciente. También hay que tener en cuenta que un re­ sultado negativo, no significa que la lesión no existe, ya que quizá esté siendo compensada por la contracción de la musculatura que la rodea, de manera que esta protege y estabiliza la articulación.

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Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra el terapeuta percibe un desplazamiento posterior anor­ malmente aumentado de la tibia con respec­ to al fémur, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si el terapeuta percibe un desplazamiento posterior anormalmente aumentado de la tibia con respecto al fémur acompañado de un bostezo articular lateral cuando se lleva a cabo la maniobra en rotación interna o exter­ na de tibia, se puede pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores posterointernos o posteroexternos, además del ligamento cruzado posterior. El paciente ha de estar relajado para que la musculatura no altere la prueba.

PRUEBA DEL CAJÓN POSTERIOR EN FLEXIÓN DE 90° Esta prueba se utiliza para evaluar la inte­ gridad del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y la cadera y la rodilla del lado a valorar flexionadas, de forma que el pie homolateral repose sobre la camilla.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta Sentado sobre el dorso del pie del lado a va­ lorar en dirección craneal. Toma un contacto con ambas eminencias tenares sobre la parte anterior de los cóndilos tibiales, de forma que los pulgares reposen a ambos laterales de la in­ terlínea articular femorotibial, abrazando con el resto de los dedos la parte posterior de la tibia.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje de la tibia, de forma que genere sobre esta un des­ plazamiento posterior con respecto al fémur, produciendo rotación interna o externa según las estructuras estabilizadoras que se preten­ dan evaluar.

FIGURA 1-313  Prueba del cajón posterior en flexión de 90°.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DEL CAJÓN POSTEROLATERAL DÉBIL Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente Sentado en el borde de la camilla, con las piernas flexionadas y los pies en dirección al suelo, en una posición relajada, con las manos apoyadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación delante del paciente ligera­ mente desplazado del lado a valorar orien­ tado hacia este. Toma un contacto con las eminencias tenares sobre los cóndilos tibiales homolaterales, de forma que los pulgares

reposen sobre la interlínea articular femo­ rotibial. Sitúa la planta del pie del miembro homolateral sobre la parte anterior de su muslo para estabilizar la pierna durante la maniobra de exploración.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje de la tibia, de tal forma que genere un desplazamiento posterior de esta con respecto al fémur.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba el terapeuta percibe un desplazamiento pos­ terior anormalmente aumentado de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación por rotura parcial o total del ligamento cruzado posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DEL CAJÓN MÁXIMO SEGÚN JAKOB Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En supino, con los brazos a lo largo del cuer­ po y la cadera y la rodilla del lado a valorar flexionadas, de forma que la planta del pie homolateral repose sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias orientado hacia la cabeza del paciente. Con la mano superior toma contacto abarcando el tercio proximal de la tibia del mismo lado, de forma que el pulgar repose sobre la región lateral de la interlínea articular femorotibial y el resto de dedos lo hagan sobre la porción interna de la misma. La otra mano contacta con el calcáneo del mismo lado, de tal forma que la planta del pie repose sobre el antebrazo del terapeuta.

Ejecución del test FIGURA 1-314  Prueba del cajón posterolateral débil.

El terapeuta lleva a cabo una tracción de la ti­ bia a través de su contacto craneal, generando

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

253

un desplazamiento anterior de la misma con respecto al fémur. Manteniendo la tracción, observa y palpa el desplazamiento anterior de la meseta tibial y si este se encuentra aumen­ tado hacia uno de los laterales de la rodilla.

En esta prueba hay que tener en cuenta que la pierna no queda tan fijada como se necesita para una valoración efectiva, por lo que el deslizamiento anterior de la tibia puede ser aumentado y dar un falso positivo.

Interpretación del test

PRUEBA ACTIVA DEL CAJÓN

Si durante el desarrollo de la prueba el te­ rapeuta percibe un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la tibia con res­ pecto al fémur comparándolo con la rodilla contralateral, se puede indicar que el paciente posiblemente presente una rotura total o parcial del ligamento cruzado anterior, así como de los ligamentos laterales que puedan verse afecta­ dos por dicha subluxación de la articulación. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Con esta prueba se evalúa la funcionalidad del ligamento cruzado anterior y posterior en la articulación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y la cadera y la rodilla del lado a valorar en flexión, de forma que la planta del pie homolateral repose sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación en el mismo lado de la rodilla a evaluar en finta adelante a la altura del borde inferior de la camilla en dirección craneal. Toma contacto con una mano sobre el dorso del pie de la pierna a valorar, de forma que impida el movimiento y quede fijada la rodilla.

Ejecución del test

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El paciente ha de llevar a cabo una extensión activa de rodilla, movimiento resistido por el terapeuta fijando el pie a la camilla. Seguida­ mente el paciente realiza flexión de rodilla, que vuelve a resistir el terapeuta.

Interpretación del test

FIGURA 1-315  Prueba del cajón máximo según Jakob.

Si durante el desarrollo de la prueba el te­ rapeuta percibe un deslizamiento anterior anormalmente aumentado de la tibia con res­ pecto al fémur, se puede indicar que existe la posibilidad de una rotura parcial o total del ligamento cruzado anterior. Si por el contrario, en vez de solicitarle al paciente contracción del músculo cuádriceps para ex­ tender la rodilla, el terapeuta le pide que lleve a cabo flexión para contraer los músculos isquiotibiales, se puede evaluar la posible existencia de una rotura total o parcial del

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

ligamento cruzado posterior, mostrando la tibia un deslizamiento posterior anormalmen­ te aumentado. En ambos casos se dice que la prueba es positiva.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la pierna a valo­ rar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Con la mano superior toma contacto sobre la rodilla del mismo lado, de forma que el primer dedo de la mano repose sobre el la parte lateral de la cabeza del peroné y los demás dedos lo hagan en la parte posterior de la rodilla. La otra mano abarca el extremo distal de la tibia del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta realiza una compresión longitu­ dinal proximal a través del contacto inferior, impactando la tibia contra el fémur, e induce un movimiento de rotación externa y sepa­

FIGURA 1-316  Prueba activa del cajón.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO DE PIVOTE O PRUEBA DE GALWAY (PIVOT SHIFT TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas, de forma que las piernas se encuentren en una posición relajada sobre la camilla.

FIGURA 1-317  Prueba de desplazamiento de pivote o prueba de Galway (pivot shift test).

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

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ración de tibia, estresando la articulación de la rodilla hacia valgo, ayudado del contacto superior. Seguidamente y sin modificar pará­ metros, conduce la pierna primero a flexión y luego a extensión de rodilla.

va estresando las diferentes estructuras liga­ mentosas de la cápsula articular, induciendo alternativamente un movimiento de flexión y extensión de la articulación de la rodilla.

Interpretación del test

Si el paciente presenta rotura parcial o com­ pleta del ligamento cruzado anterior, las estructuras adyacentes laterales y mediales también presentan alteraciones funcionales al llevar a cabo la prueba, de forma que el paciente tiene un desequilibrio importante la­ teral o medial en la articulación de la rodilla, además de un desplazamiento anterior anor­ mal de la tibia con respecto al fémur por una insuficiencia de sostén de dicho ligamento. En este caso se dice que la prueba es positiva.

En caso positivo, el hecho de realizar la ma­ niobra de provocación produce que la tibia del paciente se anteriorice y que al flexionar la rodilla se pueda percibir un crujido arti­ cular debido a la presencia de una alteración de la articulación por inestabilidad de las es­ tructuras que la mantienen en congruencia. En esta prueba es importante tener en cuenta que se pueden obtener falsos positivos si el pa­ ciente presenta lesión completa del ligamento lateral interno o de la cintilla iliotibial, algún tipo de meniscopatía o degeneración articular.

Interpretación del test

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO PROGRESIVO DEL PIVOTE SEGÚN JOB (GRADED PIVOT SHIFT TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de inestabilidad de la articulación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie en el mismo lado de la rodilla a eva­ luar en finta doble a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este. Con la mano craneal toma contacto sobre la porción an­ terior del tercio distal del fémur en contacto con el polo superior de la rótula, de forma que el pulgar repose sobre la interlínea articular externa femorotibial y el resto de dedos, en la parte interna de la misma. La otra mano abar­ ca la porción distal de la tibia homolateral.

Ejecución del test El terapeuta realiza movimientos de rotación interna y externa de la tibia, de forma que

FIGURA 1-318  Prueba de desplazamiento progresivo del pivote según Job (graded pivot shift test).

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO DEL PIVOTE INVERSO SEGÚN JAKOB (PIVOT SHIFT TEST INVERSO) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación a nivel del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y la rodilla del lado a valorar en flexión, de forma que la planta del pie homo­ lateral repose sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie en el mismo lado de la pierna a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente orientado hacia su cabeza. Con el talón de la mano superior toma contacto sobre la cara externa de la rodilla del mismo lado, de forma que el pulgar repose sobre la porción lateral del extremo distal del fémur y el resto de dedos a nivel del hueco poplíteo. La otra mano abarca el extremo distal de la tibia homolateral.

Ejecución del test El terapeuta induce un estrés en valgo de la rodilla del lado a valorar llevando a cabo un empuje con la mano craneal hacia la línea media del cuerpo. Seguidamente y mante­ niendo el parámetro de compresión, conduce la pierna hacia extensión de rodilla.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO DEL PIVOTE MODIFICADA

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una afec­ tación del ligamento cruzado anterior.

Si durante el desarrollo de la prueba se pro­ duce un desplazamiento posterior anormal­ mente aumentado de la tibia con respecto al fémur, acompañado de un bostezo articular interno excesivo de la rodilla, se puede decir que el paciente posiblemente presente lesión en el ligamento cruzado posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Dicha lesión se ve acentuada si además presenta inestabilidad la articulación de la rodilla por alteración ligamentosa de las estructuras adyacentes que estabilizan la articulación de manera secundaria.

FIGURA 1-319  Prueba de desplazamiento del pivote inverso según Jakob (pivot shift test inverso).

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas sobre la camilla, en una posición relajada.

Posición del terapeuta De pie al mismo lado de la pierna a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del pa­ ciente en dirección craneal. Toma contacto con la mano superior sobre la región externa de la rodilla del lado a estudiar. La otra mano abarca el tercio distal de la tibia del mismo lado.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Ejecución del test A través del contacto inferior, el terapeuta in­ duce una rotación interna de la tibia del lado a valorar. Seguidamente realiza un empuje con la mano superior hacia la línea media, generando un estrés en valgo de la rodilla. Sin modificar ningún parámetro, introduce flexión de rodi­ lla con aproximación y separación de cadera alternativamente, de forma que estresa las diferentes estructuras de la rodilla, valorando los desplazamientos tibiales que se produzcan.

Interpretación del test Si al realizar la prueba el terapeuta percibe un desplazamiento anterior anormalmente aumen­ tado de la tibia con respecto al fémur, sobre todo en la zona lateral de la misma, se puede

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pensar en la posibilidad de una inestabilidad de la rodilla por subluxación anterior de la tibia. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de ocasiones, esta subluxación anterior de la tibia coincide con una rotura parcial o total del ligamento cruzado anterior.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO MEDIAL (SHIFT TEST INTERNO) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior o posterior.

Posición del paciente En supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas sobre la camilla, en una posición relajada.

Posición del terapeuta De pie en el mismo lado de la rodilla que se va a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Con la mano superior toma contacto sobre la porción anterior del tercio distal del fémur, de forma que el pulgar repose sobre la cara externa de la rodilla. La otra mano abarca el extremo craneal de la tibia.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta induce a través de la mano in­ ferior un desplazamiento de la tibia hacia abducción. De forma simultánea, lleva a cabo con la mano superior un empuje del fémur hacia la línea media, generando con ambos movimientos un estrés en cizallamiento de la articulación de la rodilla.

Interpretación del test

FIGURA 1-320  Prueba de desplazamiento del pivote modificada.

Si durante el desarrollo de la prueba, el te­ rapeuta percibe un desplazamiento interno anormalmente aumentado de la tibia con res­ pecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En caso de que el desplazamiento anormal de la tibia fuera externo con respecto al fémur, se podría pensar en una posible disfunción del ligamento cruzado posterior.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

repose sobre la cara anterior del extremo proximal de la tibia y el resto de dedos bajo el hueco poplíteo. Con la otra mano abarca el pie homolateral por su porción externa, repo­ sando el pulgar sobre el empeine y el resto de dedos en la planta del mismo.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de se­ paración de cadera. Seguidamente realiza una rotación interna de tibia. Sin modificar los parámetros anteriores, conduce la pierna homolateral a flexión y extensión de rodilla, alternativamente. Mientras lleva a cabo la movilización, puede inducir, a su vez, una compresión axial impactando la tibia con el fémur y un empuje anterior de la tibia.

FIGURA 1-321  Prueba de desplazamiento medial (shift test interno).

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO SUAVE DEL PIVOTE (SOFT PIVOT SHIFT TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas en una posición relajada sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la rodilla a eva­ luar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección caudal. Con la ma­ no superior toma contacto sobre la porción interna de la rodilla, de forma que el pulgar

FIGURA 1-322  Prueba de desplazamiento suave del pivote (soft pivot shift test).

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

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Interpretación del test

Interpretación del test

Si el terapeuta percibe durante el transcurso de la prueba una subluxación anterior de la tibia con respecto al fémur cuando se lleva la rodilla a extensión y una reducción durante la flexión, se puede indicar que existe la posibilidad de que el paciente presente inestabilidad articular por lesión del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Siempre hay que tener en cuenta que el paciente no debe presentar dolor en ningún momento durante el transcurso de la prueba.

Si el paciente presenta afectación del liga­ mento cruzado anterior, durante el transcurso de la prueba se reduce la posible subluxación presente en la zona lateral o externa de la rodilla al realizarle el bostezo articular con la rodilla flexionada. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE MARTENS Esta prueba se utiliza para valorar una afec­ tación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas sobre la camilla, en una posición relajada.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, en el mismo lado de la rodilla a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del pa­ ciente en dirección craneal. Con su mano supe­ rior toma contacto sobre la porción externa del tercio distal del fémur del mismo lado. La otra mano toma un contacto con el extremo proxi­ mal e interno de la tibia, de forma que el pulgar repose sobre la interlínea articular interna femo­ rotibial y el resto de los dedos se sitúen sobre la cabeza del peroné. La tibia del lado a valorar se encuentra estabilizada entre el antebrazo de la mano inferior y el abdomen del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta induce unos grados de flexión de la rodilla del paciente del lado a evaluar. Segui­ damente lleva a cabo un empuje de la rodilla hacia la línea media de forma que genere un estrés al valgo. En esta posición y sin modifi­ car parámetros, el terapeuta realiza un par de fuerzas: con la mano caudal realiza un empuje de la tibia hacia el techo y con la mano craneal un empuje del fémur hacia la camilla.

FIGURA 1-323  Prueba de Martens.

PRUEBA DE LOSEE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad en rotación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros su­ periores a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias en dirección craneal. Con la mano superior toma contacto sobre la región anterior de la rodilla a evaluar reposando el pulgar sobre el margen externo de la porción proximal del peroné. Con la otra mano abarca el tercio distal de la tibia del mismo lado, de tal forma que contacte la pierna entre el flanco del abdomen y el antebrazo del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta induce con la ayuda de la mano inferior de forma pasiva un movimiento de rotación externa tibial y flexión de unos 40° de rodilla. Seguidamente, lleva cabo un empuje de la rodilla hacia la línea media con la mano superior, induciendo tensión en valgo. A continuación conduce el miem­ bro inferior hacia extensión de rodilla sin bloquear el movimiento de rotación tibial. Simultáneamente a la extensión, el pulgar de la mano superior anterioriza el extremo proximal del peroné.

Interpretación del test Si durante la maniobra se produce un mo­ vimiento de subluxación anterior de rodilla por su porción externa acompañada o no de un chasquido, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Es importante tener en cuenta la rotación externa tibial que el terapeuta induce en el inicio de la prueba, ya que reduce una posible subluxación anterior. El resto de la maniobra ha de llevarse a cabo sin bloquear la rotación, pues debido a la rotación interna producida durante la flexión se induce un estrés del ligamento cruzado anterior. Hay que tener en cuenta que una subluxación tibial posterior previa a la maniobra podría falsear los resultados de la prueba, por lo que es importante realizar un diagnóstico diferencial con esta lesión.

FIGURA 1-324  Prueba de Losee.

PRUEBA DE SLOCUM Esta prueba se utiliza para evaluar la estabi­ lidad anterior, lateral y medial de la articula­ ción femorotibial.

Posición del paciente Tumbado de lado con la pierna a evaluar arriba, con el miembro en contacto con la camilla en flexión de cadera y rodilla para dar estabilidad al paciente, y la pierna a valorar con la rodilla extendida. Una posición alternativa permite llevar a cabo la prueba en decúbito dorsal, con el miembro inferior a valorar en flexión de rodilla y cadera, de tal forma que la plan­ ta del pie homolateral repose sobre la ca­ milla.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

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Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente en finta do­ ble a la altura de las rodillas orientado hacia este. Toma contacto con la mano craneal sobre la porción lateral del tercio distal del fémur del lado a valorar. La otra mano abarca el extremo craneal de la tibia por su parte externa. Si el paciente se encuentra en decúbito dorsal, el terapeuta se sitúa sentado sobre el dorso del pie del lado a valorar.

Ejecución del test A través de su contacto inferior, el terapeuta induce un desplazamiento anterior de la tibia con respecto al fémur y cierta compresión hacia la camilla, generando un estrés al valgo de rodilla. Seguidamente y sin modificar es­ tos parámetros, el terapeuta lleva a cabo un movimiento primero de rotación interna de tibia de unos 30° y luego de rotación externa de tibia de 15°.

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Interpretación del test Si el terapeuta percibe durante el trans­ curso de la prueba un movimiento de sub­ luxación anterior del fémur con respecto a la tibia, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es po­ sitiva. Esta subluxación anterior del fémur se pro­ duce en una posición de rodilla cercana a la extensión, de forma que dicha subluxación queda reducida cuando se lleva la pierna a flexión. Si existe un desplazamiento anterior anor­ malmente aumentado de la tibia con respecto al fémur cuando se lleva a cabo la prueba en rotación interna de la misma, se puede pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores anteroexternos de la rodilla. Si por el contrario la alteración se encuentra en rotación externa, se puede pensar en una afectación de los elementos estabilizadores anterointernos.

FIGURA 1-325  Prueba de Slocum.

PRUEBA DE NOYES Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por inestabilidad anterior de rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia su cabeza. Con la mano superior toma contacto sobre la porción externa del extremo superior de la tibia del lado a evaluar. La otra mano contacta unos centímetros por debajo de la primera por la cara interna de la misma. De esta forma el

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

resto de la tibia queda estabilizada entre el abdomen y el antebrazo del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta conduce el miembro a valorar a una flexión de rodilla de 20°. Seguidamente, ejerce con ambas manos una tracción de la tibia desplazándola anteriormente hacia el techo en un plano sagital en relación al fémur. En este punto de la prueba, palpa con la yema de los dedos índices los músculos isquioti­ biales en su porción distal. A continuación, el terapeuta induce de forma progresiva un movimiento de flexión de rodilla.

Interpretación del test Si tras realizar la tracción de la tibia, el tera­ peuta percibe que la porción distal del fémur

se desplaza excesivamente hacia posterior y cuando lleva la rodilla a flexión esa pos­ terioridad se reduce (alrededor de una am­ plitud de 30° en flexión), se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE DEJAR PASO SEGÚN JAKOB (GIVING WAY TEST) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por inestabilidad femorotibial anterior.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores a lo lar­ go del cuerpo y el hombro del lado contrario a la pierna que se va a valorar en contacto con una pared, de forma que se encuentre apoyado sobre esta. Las dos piernas han de soportar la misma carga.

Posición del terapeuta De cuclillas, a la espalda del paciente li­ geramente desplazado del lado a valorar orientado hacia este. Toma contacto con la mano externa abarcando la porción lateral del extremo distal del fémur del lado a evaluar. La otra mano abarca internamente el extremo caudal de la tibia homolateral.

Ejecución del test El terapeuta induce un empuje del fémur hacia la línea media con su mano externa. Simultáneamente, desplaza la tibia en sepa­ ración. Esto provoca un estrés en valgo de la rodilla. Sin variar ningún parámetro, se le pide al paciente que lleve a cabo una flexión de ambas rodillas, de forma que se ponga de cuclillas.

Interpretación del test

FIGURA 1-326  Prueba de Noyes.

Si durante la realización de la prueba se produce un desplazamiento anterior anor­ malmente excesivo de la tibia con respecto al fémur acompañado de una sensación de

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

aprehensión, se puede pensar en una posible afectación por inestabilidad anterior de la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Una de las principales causas de esta sublu­ xación de rodilla suele ser la rotura parcial o total del ligamento cruzado anterior.

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Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este. Con la mano superior toma con­ tacto sobre la porción externa del tercio distal del fémur del lado a evaluar, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara anterior del mismo y el resto de los dedos lo hagan bajo el hueco poplíteo. Con la otra mano abarca la porción caudal de la tibia homolateral.

Ejecución del test

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El terapeuta induce un movimiento de ro­ tación interna de tibia a través del contacto inferior; simultáneamente, realiza un empuje con la mano superior hacia la línea media, generando un estrés en valgo de la rodilla. A partir de esta posición, el terapeuta lleva a

FIGURA 1-327  Prueba de dejar paso según Jakob (giving way test).

PRUEBA DE LEMAIRE Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

FIGURA 1-328  Prueba de Lemaire.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

cabo un desplazamiento del miembro inferior a valorar primero hacia flexión y luego hacia extensión de rodilla.

Interpretación del test Si durante la prueba se aprecia un desplaza­ miento anterior anormalmente excesivo de la porción externa de la tibia en relación al fémur, que se reduce en una amplitud de 35°50° de flexión de rodilla, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

JERK TEST SEGÚN HUGHSTON (PRUEBA DEL RESALTE)

excesivo de la porción externa de la tibia en relación al fémur, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta subluxación que se genera en la articu­ lación femorotibial suele ocurrir a una am­ plitud de 20° de flexión de rodilla. Se puede llevar a cabo una alternativa menos específica de este test, con rotación externa de tibia e induciendo en principio menos grados de flexión de rodilla. La inestabilidad producida en esta prueba hace pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores anteriores de forma global.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro inferior a valorar en flexión de 65°-70° de rodilla, de tal forma que la planta del pie homolateral repose sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma contacto con la mano inferior abarcando internamente el tercio distal de la tibia del paciente. Los dedos de la otra mano contactan con la porción posterior de la rodi­ lla homolateral, bajo el hueco poplíteo.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un movi­ miento de rotación interna de la tibia homola­ teral. Simultáneamente, realiza un empuje de la rodilla con su mano craneal hacia la línea media; así se genera un estrés en valgo. Sin variar los parámetros, el terapeuta conduce la rodilla hacia extensión máxima.

Interpretación del test Si durante la prueba el terapeuta aprecia un desplazamiento anterior anormalmente

FIGURA 1-329  Jerk test según Hughston (prueba del resalte).

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

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PRUEBA DE CONTRACCIÓN DEL CUÁDRICEPS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del ligamento cruzado pos­ terior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro del lado a valorar en flexión coxofemoral de 45°, flexión de rodilla de 90° y rotación externa de tibia. De esta forma la planta del pie homolateral se encuentra en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente a la altura de las rótulas, situando la horizontal de la mirada al mismo nivel que la rodilla a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que eleve la pierna del lado a valorar a través de una flexión de cadera, separando el contacto del pie con la camilla. Seguidamente, ha de rea­ lizar de forma activa una extensión de la rodilla. De esta forma se genera una con­ tracción activa del músculo cuádriceps.

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Interpretación del test Si el terapeuta aprecia un desplazamiento anormalmente excesivo de la porción ex­ terna de la tibia en sentido posterior con respecto al fémur cuando el miembro se encuentra en la posición inicial y se redu­ ce con la contracción activa del músculo cuádriceps, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado posterior. En este caso se dice entonces que la prueba es positiva. Normalmente, la reducción completa de la subluxación posterior tibial se encuen­ tra a los 25°-30° de extensión completa de rodilla.

FIGURA 1-330  Prueba de contracción del cuádriceps.

PRUEBA DEL CORREDOR DORSAL Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo lar­ go del cuerpo y los miembros inferiores en flexión de 45° de cadera y 90° de flexión de rodillas. De esta forma las plantas de los pies se encuentran en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar orientado hacia el paciente a la altura de las rótulas, situando la horizontal de la mirada a nivel de las rodillas del paciente.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El paciente ha de mantener por sí solo la po­ sición de los miembros inferiores con la mus­ culatura lo más relajada posible.

Interpretación del test Si el terapeuta aprecia un desplazamiento posterior anormalmente excesivo de la porción proximal de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado pos­ terior. En este caso se dice que la prueba es positiva. La afectación del ligamento cruzado pos­ terior genera una subluxación de la tibia en dirección posterior en comparación con el miembro contralateral.

SIGNO GRAVITATORIO (PRUEBA DEL RECURVATUM) Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del ligamento cruzado pos­ terior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro inferior del lado a valorar en 90° de flexión coxofemoral y rodilla, de tal forma que la planta del pie se encuentre en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta ade­ lante a la altura de las rodillas en dirección craneal. Con la mano superior toma con­ tacto sobre la porción anterior de la rodilla homolateral. La otra mano contacta con el tercio distal de la tibia, abarcándola internamente.

Ejecución del test El terapeuta introduce de forma pasiva una flexión de cadera y rodilla de 90° y sostiene la pierna relajada del paciente. Seguidamente quita de forma súbita su mano del contacto craneal y observa po­ sibles cambios a nivel de la articulación femorotibial.

Interpretación del test

FIGURA 1-331  Prueba del corredor dorsal.

Si el terapeuta aprecia un desplazamiento posterior anormalmente aumentado de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación por des­ garro o rotura del ligamento cruzado pos­ terior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Se puede llevar a cabo la prueba de la mis­ ma forma pero con la rodilla en extensión. Así, si existe afectación del ligamento cruzado posterior, el terapeuta puede per­ cibir un aumento excesivo del recurvatum femorotibial.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

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Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de flexión de caderas con las rodi­ llas en extensión, de tal forma que separe las piernas del paciente de la camilla.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra el terapeuta aprecia un desplazamiento posterior anor­ malmente aumentado de la porción externa de la tibia con respecto al fémur acompañado de una rotación externa de la articulación femorotibial, se puede pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores del compartimento posteroexterno de la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-332  Signo gravitatorio (prueba del re­ curvatum).

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PRUEBA DE ROTACIÓN EXTERNA-RECURVATUM SEGÚN HUGHSTON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad posterior de la porción externa de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el borde inferior de la camilla en finta doble en dirección craneal orien­ tado hacia el paciente. Toma contacto con las manos abarcando ambos calcáneos del paciente.

FIGURA 1-333  Prueba de rotación externa-recurva­ tum según Hughston.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Una alternativa permite realizar la prueba encontrándose el terapeuta del lado a valorar e induciendo un movimiento de extensión de rodilla partiendo desde cierta flexión. Un contacto sobre la porción lateral externa de rodilla permite apreciar mejor la subluxación posterior de la tibia.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO (SHIFT) DINÁMICO POSTERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad posterior de la articulación femorotibial.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a evaluar en finta adelante a la altura de las rodillas en dirección craneal. Toma contacto con la mano caudal abarcando el calcáneo del lado a valorar. La otra mano se sitúa sobre la región anterior de la porción distal del fémur del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva en el miembro a valorar un movimiento de flexión coxofemoral y de rodilla de 90° cada uno, manteniendo neutra la rotación tibial. Segui­ damente, a través del contacto caudal con­ duce la rodilla del paciente hacia extensión.

Interpretación del test Si llegando al final de la extensión de rodilla (últimos 20° grados) el terapeuta percibe un desplazamiento de la porción tibial externa hacia posterior con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación en subluxación posterior de rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta debe valorar con pruebas más específicas el causante de la posible inestabi­ lidad posterior (ligamento cruzado posterior, ligamento lateral externo, ligamento arquea­ do, tendón recurrente o cápsula articular).

FIGURA 1-334  Prueba de desplazamiento (shift) dinámico posterior.

PRUEBA LONGITUDINAL DEL TENDÓN Y EL LIGAMENTO ROTULIANOS Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de desplazamientos de la rótula en sentido craneocaudal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado contrario a la pierna a va­ lorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Ejecución del test Ayudado por un goniómetro, el terapeuta rea­ liza una medición de una línea imaginaria que uniría los polos superior e inferior de la rótula. Seguidamente, lleva a cabo otra medición de la distancia existente entre el margen inferior de la rótula y el tubérculo de la tibia homolateral.

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Interpretación del test

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PRUEBA DE APREHENSIÓN ROTULIANA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad femoropatelar.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Gracias a los datos obtenidos de las medi­ ciones y comparándolos con la rodilla con­ tralateral, el terapeuta puede discernir el posicionamiento de la rótula con respecto al fémur y a la tibia. Un desplazamiento de la rótula anormalmente aumentado o disminui­ do en dirección craneal o caudal puede ser el preámbulo de alguna lesión de rodilla.

Posición del terapeuta

FIGURA 1-335  Prueba longitudinal del tendón y el ligamento rotulianos.

FIGURA 1-336  Prueba de aprehensión rotuliana.

En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Con los pulgares de ambas manos, toma contacto sobre el margen externo de la rótula del miembro a valorar. El resto de dedos reposan sobre el margen interno de la misma.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test

Interpretación del test

El terapeuta realiza movilizaciones de la rótula con los pulgares, desplazándola hacia la línea media. Seguidamente la moviliza con el resto de los dedos hacia el cóndilo femoral externo, separándola de la línea media.

Si al llevar a cabo la prueba el terapeuta per­ cibe con su contacto rotuliano cierto rebote al ser comprimida la rótula o algún chasquido, se puede pensar en la presencia de derrame intraarticular. En este caso se dice que la prueba es positiva. Para dar más exactitud a la prueba, el tera­ peuta puede medir los círculos rotulianos superior, medio e inferior, y compararlos con los del otro miembro. Es importante que el terapeuta haga un buen diagnóstico diferencial entre el derrame intraarticular y la bursitis prerrotuliana. En ambos casos se produce el rebote de la rótula, pero en la bursitis no hay derrame intraarticular.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, aparece en el paciente una sensación de aprehensión, se puede pensar en una posible afectación de inestabilidad de la articulación femoropatelar. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de los casos, el paciente ex­ perimenta esta sensación porque ha padecido anteriormente episodios de subluxación o luxación rotulianas.

PRUEBA DE PERCUSIÓN O DE RESALTO DE LA RÓTULA Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un posible derrame intraarticular de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del pacien­ te orientado hacia el mismo. Con la mano craneal toma contacto en la región supra­ rrotuliana. La otra mano palpa con la yema de los tres primeros dedos la porción anterior de la rótula.

Ejecución del test El terapeuta realiza una presión en direc­ ción del suelo sobre la porción suprarro­ tuliana, desplazando la rótula en dirección caudal. Manteniendo esta presión, lleva a cabo un empuje de la rótula hacia el suelo con la mano inferior, impactándola contra el fémur.

FIGURA 1-337  Prueba de percusión o de resalto de la rótula.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

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PRUEBA DE ORDEÑO CUTÁNEO

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de líquido intraarticular en la articulación de la rodilla.

El terapeuta ha de apreciar la existencia de inflamación en la rodilla. Seguidamente, tie­ ne que llevar a cabo pequeñas compresiones en las regiones donde perciba la inflamación.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas orien­ tado hacia el paciente. Con los dedos índice y corazón de ambas manos, toma contacto sobre el margen interno rotuliano del lado a evaluar. Los dos pulgares lo hacen sobre el margen externo.

Interpretación del test Si el terapeuta aprecia por medio de las com­ presiones signos de líquido intraarticular, se puede pensar en una posible afectación de alguna de las estructuras internas de la rodi­ lla, que tiene como resultado un derrame en la cápsula articular. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DEL CUÁDRICEPS O DEL ÁNGULO Q Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación femoropatelar.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura del borde inferior de la camilla en dirección craneal.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta localiza dos líneas imaginarias: la primera une la espina ilíaca anterosuperior con la porción media de la rótula, y la segunda une el tubérculo tibial anterior con la porción media de la rótula del lado a valorar. Segui­ damente, dibuja ambas líneas a su paso por la rótula. Ayudado por un goniómetro, mide el ángulo que resulta de la unión de ambas líneas. De esta forma se obtiene el ángulo Q.

Interpretación del test

FIGURA 1-338  Prueba de ordeño cutáneo.

Si el terapeuta obtiene un ángulo Q anormal­ mente aumentado o disminuido, se puede pensar en una posible afectación a nivel de la articulación femoropatelar.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Dentro de la normalidad, el ángulo Q adquie­ re un valor de unos 13° en el sexo masculino y de 18° en el femenino. Esta prueba se usa cada vez menos, ya que no presenta la fiabilidad de otros tests. Esta prueba puede generar una ayuda diagnós­ tica pero no puede ser concluyente por sí sola.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en dirección craneal. Con la mano superior toma contacto sobre la porción anterior del tercio distal del fémur homolateral. Con la otra mano abarca internamente el calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de flexión máxima coxofemoral y de la rodilla del lado a valorar. Seguidamente lleva a cabo movilizaciones en rotación ex­ terna e interna de la tibia, alternativamente.

Interpretación del test Si durante la realización de la maniobra apa­ rece sintomatología álgica o un chasquido a

FIGURA 1-339  Prueba del cuádriceps o del ángulo Q.

PRUEBA DE CREPITACIÓN MEDIAL-LATERAL Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

FIGURA 1-340  Prueba de crepitación medial-lateral.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

nivel de la interlínea articular femorotibial, se puede pensar en una posible afectación por desgarro meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Una variante de la prueba permite llevar a cabo la misma acción pero estresando la articulación femorotibial en varo y valgo.

PRUEBA DEL REBOTE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del paciente.

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Toma contacto con la mano craneal sobre la porción anterior de la rodilla del lado a es­ tudiar. La otra mano abarca internamente el calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de flexión de rodilla. Seguidamente y a través del contacto caudal, conduce el miembro hacia extensión dejando que caiga la rodilla hacia la camilla en los últimos gra­ dos de la misma.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe que al final de la am­ plitud articular en extensión existe un tope plástico o en rebote, se puede pensar en una posible afectación meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE OPRESIÓN ROTULIANA (SIGNO DE CLARKE) Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la articulación fémoro-patelar.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta En bipedestación, del lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas orientado ha­ cia el paciente. Toma contacto con la mano craneal sobre el margen superior de la rótula del lado a evaluar, de tal forma que la co­ misura de unión del primer y segundo dedo coincida con la porción superior de la rótula. El primer dedo reposa sobre el borde externo y el segundo sobre el interno de la misma.

Ejecución del test

FIGURA 1-341  Prueba del rebote.

El paciente ha de llevar a cabo una con­ tracción del músculo cuádriceps del lado a valorar, mientras que el terapeuta impide el ascenso de la rótula llevando a cabo una com­ presión de esta en dirección caudal.

274

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Interpretación del test

PRUEBA DE NOBLE

Si durante la maniobra aparece un cuadro álgico agudo en la rodilla valorada, se po­ dría pensar en una posible afectación de la articulación fémoro-patelar. Se diría entonces que la prueba es positiva. La prueba ha de llevarse a cabo de forma bi­ lateral y a distintos grados de flexión de rodi­ lla (30°, 60° y 90°) para ser más específico a la hora de señalar la porción rotuliana más afectada. El hecho de que la prueba sea positiva es­ tá relacionada en muchas ocasiones con la posibilidad de que exista una condromalacia rotuliana. Por lo tanto es aconsejable en estos casos realizar un diagnóstico diferencial para ser más preciso.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble disfunción de la cintilla iliotibial.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y la pierna del lado a valorar en flexión de 90° de rodilla y cadera.

Posición del terapeuta En bipedestación, del lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma con­ tacto con el primer dedo de la mano supe­ rior sobre el epicóndilo femoral externo, reposando el resto de dedos en la porción anterior del extremo distal del fémur. La otra mano abarca internamente el calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo cierta presión sobre el epicóndilo femoral externo con el contacto superior. Simultáneamente, con la mano in­ ferior induce de forma pasiva movimientos de flexión y extensión de rodilla alternati­ vamente.

Interpretación del test

FIGURA 1-342  Prueba de opresión rotuliana (signo de Clarke).

Si durante la realización de la prueba se genera un cuadro álgico a nivel del epi­ cóndilo femoral externo, se podría pensar en una posible afectación de la cintilla iliotibial. Se diría entonces que la prueba es positiva. En la mayoría de ocasiones, cuando existe afectación de la cintilla iliotibial, la sinto­ matología álgica se hace más aguda a los 30° de flexión de rodilla. A esta amplitud el ten­ dón reposa exactamente sobre el epicóndilo femoral externo, por lo que el contacto del terapeuta lo irritará.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

275

Ejecución del test El terapeuta induce un desplazamiento de la rótula hacia la línea media del cuerpo con la mano craneal. De forma simultánea, conduce con la mano caudal la tibia hacia rotación interna, y la rodilla, hacia flexión primero, y luego hacia extensión.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se genera sintomatología álgica y/o presencia de chasquido articular en el compartimento interno de la rodilla, se puede pensar en una afectación de la rótula. En este caso se dice que la prueba es positiva. Una afectación rotuliana viene acompañada de pliegues patológicos a nivel de la rodi­ lla. El posicionamiento de los pliegues en

FIGURA 1-343  Prueba de Noble.

PRUEBA DEL PLIEGUE DE HUGHSTON

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Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación a nivel de la rótula.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del paciente orien­ tado hacia este. Toma contacto con la eminen­ cia tenar de la mano superior sobre el margen externo de la rótula homolateral; el resto de dedos reposan sobre la porción medial de la articulación femorotibial. La otra mano abarca la porción distal de la tibia del mismo lado.

FIGURA 1-344  Prueba del pliegue de Hughston.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

relación con la articulación de la rodilla ayuda al terapeuta a localizar la lesión de la rótula.

PRUEBA DE GODFREY 90/90 Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de inestabilidad a nivel pos­ terior de la articulación femorotibial.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo. Los miembros inferiores se en­ cuentran en flexión de 90° de la articulación coxofemoral y a 90° de flexión de rodilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del pa­ ciente orientado hacia este. Con la mano inferior toma contacto abarcando ambas piernas por el tercio medio posterior de las tibias.

Ejecución del test El terapeuta ha de situar ambas rodillas y am­ bos pies a la misma altura mientras observa las posiciones de las tibias y las mantiene en rotación neutra. A continuación, realiza un empuje hacia el suelo de la porción anterior de ambas tibias con la mano libre, a través de un contacto en pico de pato sobre el tubérculo tibial anterior. Tras esto, percibe cualquier cambio a nivel de las rodillas.

Interpretación del test Si una vez que ha equilibrado ambas rodi­ llas el terapeuta observa que una de las dos tibias se encuentra desplazada en dirección al suelo con respecto a la otra, se puede pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores posteriores de rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de las ocasiones este des­ plazamiento tibial suele producirse por una afectación del ligamento cruzado posterior.

FIGURA 1-345  Prueba de Godfrey 90/90.

PRUEBA DE COMBADURA POSTERIOR (PRUEBA DE CAJÓN DE GRAVEDAD) Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por inestabilidad posterior de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo, el miembro a valorar en flexión de 45° de la articulación coxofemoral y flexión de 90° de rodilla, y la planta del pie homolateral en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado contrario al que se va a valorar en finta doble orientado hacia del paciente. Mantiene la horizontalidad de la mirada a nivel de la rodilla a evaluar.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Ejecución del test El terapeuta percibe la situación de la tibia con respecto al fémur. Seguidamente, el paciente ha de llevar a cabo una contracción isométrica de los isquiotibiales del lado a valorar.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba el terapeuta percibe una posición de la tibia anormalmente posterior con respecto al fé­ mur y en relación con la pierna contralateral, se puede pensar en una posible afectación de inestabilidad posterior de rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta inestabilidad puede tener origen en una afectación del ligamento cruzado posterior, liga­ mento arqueado o ligamento oblicuo posterior.

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PRUEBA DE SLOCUM CON ROTACIÓN INTERNA DE LA TIBIA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad anterior en rotación de rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro a valorar en fle­ xión de 45° de la articulación coxofemoral, flexión de 90° de rodilla y rotación interna de 20° de tibia. La planta del pie del miembro a evaluar permanece en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación sobre el empeine del paciente en el lado a valorar en dirección craneal. El terapeuta toma un contacto con la porción posterior de tercio proximal de la tibia entre­ cruzando los dedos de ambas manos a nivel del hueco poplíteo. Los pulgares reposan sobre la cara anterior de la misma.

Ejecución del test El terapeuta realiza con ambas manos una tracción anterior de la tibia del paciente, de tal forma que genere un desplazamiento de esta con respecto al fémur.

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Interpretación del test

FIGURA 1-346  Prueba de combadura posterior (prue­ ba de cajón de gravedad).

Si el terapeuta percibe un desplazamiento an­ terior anormalmente aumentado de la porción externa de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación de inestabilidad anterior de los elementos del compartimento externo de la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Que la prueba sea positiva hace que el tera­ peuta deba realizar pruebas más específicas para valorar si existe alteración a nivel del ligamento cruzado anterior y/o de la cápsula articular. Para que no se generen falsos negativos, el te­ rapeuta ha de tener en cuenta dos premisas: la musculatura isquiotibial ha de estar relajada

278

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

y la rotación interna no puede ser excesiva, ya que en ambos casos se genera un aumento de la estabilidad de la rodilla por tensión del ligamento lateral externo.

de 45° de la articulación coxofemoral, fle­ xión de 90° de rodilla y rotación externa de 20° de tibia. La planta del pie del miembro a evaluar permanece en contacto con la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación sobre el empeine del pie del lado a valorar en dirección craneal. Abarca la porción posterior de tercio proximal de la ti­ bia entrecruzando los dedos de ambas manos. Los pulgares reposan sobre la cara anterior de la misma.

Ejecución del test El terapeuta realiza una tracción anterior de la tibia del paciente con ambas manos, de tal forma que genere un desplazamiento de esta con respecto al fémur.

Interpretación del test

FIGURA 1-347  Prueba de Slocum con rotación interna de la tibia.

PRUEBA DE SLOCUM CON ROTACIÓN EXTERNA DE LA TIBIA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad anterior en rotación de rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro a valorar en flexión

Si el terapeuta percibe un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la ti­ bia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación de inestabilidad anterior en rotación. En este caso se dice que la prueba es positiva. Este desplazamiento anormal de la tibia hace pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores del compar­ timento anterointerno de la rodilla. De esta forma, que la prueba sea positiva hace que el terapeuta deba realizar pruebas más es­ pecíficas para valorar si existe alteración a nivel del ligamento cruzado anterior, del ligamento lateral interno o de la cápsula articular. Para que no se generen falsos negativos, el terapeuta ha de tener en cuenta dos premisas: la musculatura isquiotibial ha de estar relajada y la rotación externa no puede ser excesiva, ya que en ambos ca­ sos se genera un aumento de la estabilidad de la rodilla por tensión del ligamento lateral interno.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

279

en la porción posterior del tercio superior de la tibia. Los dos pulgares reposan sobre la porción anterior de esta.

Ejecución del test A través de ambas manos, el terapeuta induce un desplazamiento posterior de la tibia del lado a valorar con respecto al fémur.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento pos­ terior anormalmente aumentado de la porción interna de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación de ines­ tabilidad posterior en rotación interna de tibia. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-348  Prueba de Slocum con rotación ex­ terna de la tibia.

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PRUEBA DEL CAJÓN POSTEROMEDIAL DE HUGHSTON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad posterior en rotación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro inferior a valorar en 45° de flexión coxofemoral, 90° de flexión de rodilla y 25° de rotación tibial interna. La plan­ ta del pie homolateral reposa sobre la camilla.

Posición del terapeuta En sedestación sobre el empeine del lado a valorar, en dirección craneal. Toma contacto entrecruzando los dedos de ambas manos

FIGURA 1-349  Prueba del cajón posteromedial de Hughston.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Si la prueba tiene un resultado positivo, el terapeuta debe realizar un diagnóstico dife­ rencial para valorar de forma específica los elementos estabilizadores que intervienen en este movimiento: ligamento cruzado posterior, ligamento lateral interno, liga­ mento oblicuo posterior y cápsula articular.

PRUEBA DE CAJÓN POSTEROLATERAL DE HUGHSTON Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este. Con la mano superior toma contacto sobre la porción externa del tercio distal del fémur del lado a evaluar. La otra mano contacta con el tercio distal de la tibia por su cara anterointerna, abarcándola.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de 25°30° de flexión de la rodilla a valorar. Segui­ damente y bloqueando con la mano superior el fémur, lleva a cabo un empuje con la mano caudal en dirección de la camilla.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra se produce un movimiento posterior de la tibia exce­ sivamente anormal con respecto al fémur, se puede pensar en una posible afectación a nivel del ligamento cruzado posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Con la maniobra se produce un movimiento de subluxación posterior de la tibia, movi­ miento que debería estabilizar el ligamento cruzado posterior. Dependiendo del despla­ zamiento, el terapeuta puede discernir entre una rotura parcial o total de este.

FIGURA 1-350  Prueba del cajón posterolateral de Hughston.

PRUEBA DE RECURVACIÓN DE ROTACIÓN EXTERNA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad posterior en rotación.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta doble a los pies del paciente orientado hacia este. Toma contacto abarcando con las manos el primer dedo de cada pie.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Ejecución del test El terapeuta tracciona de ambos dedos hacia el techo, de tal forma que separa las piernas de la camilla induciendo un movimiento de flexión de ambas caderas con extensión de rodillas.

Interpretación del test Si durante la realización de la maniobra aparece en algún miembro inferior un movi­ miento anormalmente aumentado en rotación externa de tibia e hiperextensión de rodilla, se puede pensar en una posible afectación de los elementos posterolaterales que le configuran estabilidad a la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Entre estos elementos estabilizadores, se en­ cuentra el ligamento lateral externo, el liga­

281

mento cruzado posterior, la cápsula articular y el ligamento arqueado poplíteo posterior.

PRUEBA DE EXTENSIÓN TOTAL Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de los cuernos anteriores de los meniscos.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En sedestación sobre la camilla a la altura de los pies del paciente del lado a valorar en dirección craneal orientado hacia este. La parte posterior del tercio distal de la tibia del miembro a evaluar se sitúa sobre la porción superior del hombro contralate­ ral del terapeuta, de tal forma que tiene la pierna sostenida encima del hombro. Ambas manos se entrecruzan contactando sobre la región anterior de la porción distal del fémur.

Ejecución del test El terapeuta induce con ambas manos un empuje del fémur en dirección de la camilla, de tal forma que aumente aún más la extensión de rodilla.

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Interpretación del test

FIGURA 1-351  Prueba de recurvación de rotación externa.

Si durante la realización de la prueba se gene­ ra sintomatología álgica a nivel anterior de la articulación femorotibial, se puede pensar en una posible afectación de las astas anteriores de los meniscos. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que tener en cuenta que las afectaciones meniscales suelen cursar con bloqueos arti­ culares, por lo que es probable que la sinto­ matología dolorosa y la impotencia funcional comiencen antes de que la rodilla complete su rango de movilidad en extensión, aunque en este último caso se tienen que llevar a cabo pruebas más específicas para valorar el causante del bloqueo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Junto con la prueba de McMurray, está con­ siderada como una de las pruebas más fiables para la valoración meniscal.

en dirección craneal. Con los dedos de la mano superior, toma contacto sobre la cara interna de la porción inferior del fémur a la altura de la interlínea articular femorotibial, de forma que la palma de la mano repose bajo el hueco poplíteo. La otra mano contacta con el tercio inferior de la tibia homolateral abar­ cándola por su porción interna, de tal forma que la parte lateral del pie del mismo lado quede apoyada en el abdomen del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de flexión de rodilla de 25°-30° del miembro inferior a valorar. Seguidamente lleva a cabo un par de fuerzas: con la mano craneal realiza un empuje en dirección lateral del fémur, ale­

FIGURA 1-352  Prueba de extensión total.

PRUEBA DE INESTABILIDAD LATERAL: VARO FORZADO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad lateral externa de la articulación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y extensión de rodillas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente

FIGURA 1-353  Prueba de inestabilidad lateral: varo forzado.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

283

jándolo de la línea media, y con la mano caudal y el tronco imprime un movimiento de aproximación de la tibia. Como resultado se genera un movimiento de estrés en varo.

esta, y con la mano caudal y el tronco impri­ me un movimiento de separación de la tibia. Como resultado, se genera un movimiento de estrés en valgo.

Interpretación del test

Interpretación del test

Si al realizar la prueba se genera en el pacien­ te un bostezo articular de la porción externa de la articulación femorotibial, acompañado en la mayoría de los casos de sintomatología álgica, se puede pensar en una posible afecta­ ción del ligamento lateral externo de rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE INESTABILIDAD MEDIAL: VALGO FORZADO

Si al realizar la prueba se genera en el pa­ ciente un bostezo articular de la porción in­­t erna de la articulación femorotibial, acom­ pañado en la mayoría de casos de sintomato­ logía álgica, se puede pensar en una posible afectación del ligamento lateral interno de ro­ dilla. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de inestabilidad interna de la articulación de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma con­ tacto con el talón de la mano craneal sobre la cara externa de la porción inferior del fémur, a la altura de la interlínea articular femorotibial. La otra mano contacta con el tercio inferior de la tibia homolateral, abarcándolo por su porción interna, de tal forma que la parte lateral del miembro inferior quede apoyada en el abdomen del terapeuta.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento en flexión de rodilla de 25°-30° del miembro inferior a valorar. Seguidamente lleva a cabo un par de fuerzas: con la mano craneal realiza un em­ puje del fémur en dirección horizontal hacia la línea media del cuerpo, aproximándolo a

FIGURA 1-354  Prueba de inestabilidad medial: valgo forzado.

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PRUEBA DE DERRAME

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar la exis­ tencia de un derrame en el compartimento articular de la articulación de la rodilla.

El terapeuta lleva a cabo un acercamiento de las dos manos en dirección de la rótu­ la del paciente. Seguidamente, con la punta del dedo índice de la mano caudal realiza un empuje de la rótula en dirección del suelo, comprimiéndola contra el fémur.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente. El terapeuta toma un contacto con la mano craneal sobre la parte superior de la rótula; la mano caudal toma un contacto sobre la parte inferior de la misma.

Interpretación del test Si cuando realiza la maniobra el terapeuta percibe un empuje de la rótula hacia el techo, acompañado en la mayoría de las veces de salida del líquido hacia los bordes medial y lateral de esta, se puede pensar en un exceso de líquido a nivel del compartimento articu­ lar de la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. La existencia anormalmente aumentada de líquido en la articulación de la rodilla secun­ daria a un proceso inflamatorio se conoce como el signo del chapoteo.

PRUEBA DE MACINTOSH Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en dirección craneal. Con el talón de la mano superior, toma contacto sobre la porción la­ teral del tercio distal del fémur homolateral, de forma que los dedos de la mano reposen sobre la cara anterior del mismo. Con la otra mano contacta a nivel del tercio caudal de la tibia homolateral, abarcándola.

Ejecución del test

FIGURA 1-355  Prueba de derrame.

El terapeuta induce un movimiento de rota­ ción interna de la tibia con la mano inferior. De forma simultánea, conduce la pierna pro­ gresivamente hacia flexión y valgo de rodilla.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

285

Interpretación del test

PRUEBA DE JAKOB

Si el terapeuta aprecia a los 30° de flexión un bloqueo articular continuado de un resalte o chasquido en la parte externa del extremo proximal de la tibia acompañado o no de un cuadro álgico, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Los elementos que proporcionan estabilidad a la rodilla en rotación interna de tibia son en primer lugar el ligamento cruzado posterior, seguido de la cintilla iliotibial y, en menor medida, el ligamento lateral interno. Una modificación de esta prueba descrita por Kapandji introduce los mismos paráme­ tros pero con un componente de compresión longitudinal en dirección craneal, coaptando en mayor medida la tibia sobre el fémur con el paciente en decúbito lateral.

Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de inestabilidad posterior de rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Con la mano caudal, toma contacto a la altura del maléolo tibial abarcándolo desde la parte interna, de tal forma que contacte el maléolo peroneal con el hueso ilíaco del terapeuta y el antebrazo se sitúe sobre la porción interna del pie. El talón de la otra mano se encuentra en contacto con la cara lateral externa de la rodilla.

Ejecución del test

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El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de flexión coxofemoral y de rodilla de 70° cada una, y rotación externa de tibia. Seguidamente, lleva a cabo un empuje con su mano proximal hacia la línea media, de tal forma que se genere un estrés en valgo de rodilla. Sin quitar ningún parámetro, el terapeuta conduce la rodilla y la cadera del lado a valorar hacia la extensión.

Interpretación del test

FIGURA 1-356  Prueba de Macintosh.

Si durante la maniobra se genera un des­ plazamiento anterior de la porción externa de la tibia con respecto al fémur acompañado en la mayoría de los casos de una sensación de aprehensión, se puede pensar en una afec­ tación de inestabilidad posterolateral de la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Durante la prueba, el terapeuta induce una subluxación posterior de la porción lateral de la tibia a partir de los movimientos de flexión y rotación externa, subluxación que reduce con la extensión de la rodilla. El terapeuta

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

ha de apreciar esta reducción a través de la palpación y/o de un chasquido audible. Ante una afectación de subluxación pos­ terior, el terapeuta puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado posterior, del ligamento poplíteo arqueado y del tendón del músculo poplíteo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en dirección craneal. Con la mano caudal toma contacto sobre el extremo superior de la tibia, abarcándola por su parte interna, de tal forma que mantenga la pierna en contacto con el abdomen y el antebrazo. El pulgar de esta mano reposa sobre la tuberosidad tibial anterior y el resto de dedos se encuentran bajo el hueco poplíteo. La mano craneal toma contacto con la porción anterior del extremo inferior del fémur de la misma pierna.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una tracción de la tibia hacia el techo con su mano caudal. De forma simultánea, con la otra mano realiza

FIGURA 1-357  Prueba de Jakob.

PRUEBA DE DEJOUR Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior y la cápsula articular de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

FIGURA 1-358  Prueba de Dejour.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

un empuje en dirección hacia la camilla y a la línea media del cuerpo.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se ge­ nera un desplazamiento anterior y medial de la tibia con respecto al fémur produciéndose una subluxación, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior y/o de la cápsula articular en su porción posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Una alternativa a esta prueba puede in­ cluir simultáneamente a la tracción de la tibia un movimiento de flexión pasiva de rodilla. En caso de subluxación, se genera una reducción. Además, si este gesto está acompañado de un cuadro álgico, se puede pensar en una posible afectación del menis­ co interno.

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último ha de llevar a cabo una activación del cuádriceps simultánea a una flexión de ambas rodillas.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se aprecia una imposibilidad de llevar a cabo el gesto acompañada de aprehensión, se puede pensar en una posible afectación del ligamen­ to cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. A través de la prueba se genera un despla­ zamiento lateral externo de la tibia con res­ pecto al fémur, hecho que pone en estrés el ligamento cruzado anterior. Esta prueba es semejante al pivot shift lateral, pero con el componente de carga añadido.

PRUEBA DE ARNOLD Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del ligamento cruzado anterior.

Posición del paciente

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En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo, con la pierna del lado contrario al que se va a evaluar con ciertos grados de flexión y aproximación coxofemoral, de tal forma que se encuentra cruzada anteriormen­ te con respecto al miembro a valorar. Ambos pies están apoyados en el suelo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del pacien­ te. Toma contacto con las manos sobre la porción superior de ambos hombros del mismo. El pie contralateral del terapeuta pisa el empeine del lado a evaluar del paciente.

Ejecución del test El terapeuta induce pasivamente a través de su contacto superior un movimiento de rotación de 90° del tórax del paciente con­ traria al lado a evaluar. Seguidamente, este

FIGURA 1-359  Prueba de Arnold.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE APREHENSIÓN DE SMILLIE Esta prueba se utiliza para evaluar una po­ sible afectación a nivel de la articulación femoropatelar.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado contrario al que se va a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Toma contacto con el primer dedo de ambas manos sobre el margen rotular interno del lado a evaluar. Los demás dedos descansan sobre el borde externo.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje de la rótula con los pulgares en dirección al cón­ dilo femoral externo. Seguidamente le pide al paciente que lleve progresivamente el miem­ bro hacia flexión de rodilla.

Interpretación del test Si aparece en el paciente una sensación de aprehensión a lo largo de la prueba acom­ pañada o no de un proceso álgico, se puede pensar en una posible inestabilidad femoro­ patelar. En este caso se dice que la prueba es positiva. Que la prueba sea positiva indica una posible subluxación de la rótula con propensión hacia la luxación.

PRUEBA DE INCLINACIÓN ROTULIANA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la rótula en su relación con el fémur.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del pacien­ te orientado hacia este. Con ambas manos contacta sobre la rótula del lado a evaluar, de tal forma que los pulgares reposen sobre el margen externo y el resto de los dedos lo hagan sobre el interno.

Ejecución del test

FIGURA 1-360  Prueba de aprehensión de Smillie.

El terapeuta tracciona con los pulgares el margen externo de la rótula hacia el techo, de tal forma que la “despega” del cóndilo femoral externo. A la vez, realiza un peque­ño empuje sobre el margen interno hacia la ca­ milla con el resto de los dedos. Seguidamen­ te, el terapeuta observa el cambio de la rótu­ la con respecto al fémur, la relación entre la

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

horizontalidad adquirida de la rótula por la maniobra y la camilla.

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Interpretación del test

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PRUEBA DE HUGHSTON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del ligamento lateral interno.

Si el terapeuta percibe que el ángulo formado por la horizontal de la rótula y la camilla se encuentra por debajo de los 15°, se puede pensar en una posible afectación del tipo sín­ drome femoropatelar. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales la rótula debe tener la movilidad suficiente para formar un ángu­ lo de 15° o mayor con respecto a la camilla. En los hombres, una angulación de 5° por debajo de la normalidad no se considera patológica.

Posición del paciente

FIGURA 1-361  Prueba de inclinación rotuliana.

FIGURA 1-362  Prueba de Hughston.

En decúbito dorsal, en el lado de la camilla a valorar. El miembro a evaluar cuelga por el borde de esta, de tal forma que se genera una flexión de 20° de la rodilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este. Contacta con el talón de la mano craneal a nivel de la interlínea externa de la articulación femorotibial. La otra mano abarca el primer dedo del pie del mismo lado.

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Ejecución del test

Interpretación del test

El terapeuta induce un movimiento de valgo de rodilla realizando un empuje con la mano craneal hacia la línea media, mientras que con la otra mano separa el dedo gordo hacia la parte externa. Este par de fuerzas genera un estrés al valgo en la rodilla.

Si aparece sintomatología álgica durante la realización de la prueba, se puede pensar en una posible afectación meniscal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Que la prueba sea positiva no afirma que exista lesión meniscal, pues la misma sintomatología puede aparecer por una afectación de la cápsula articular femorotibial. Por ello hay que realizar pruebas más específicas para el diagnóstico.

Interpretación del test Si aparece un cuadro álgico a nivel de la interlínea articular interna de la rodilla du­ rante la prueba, se puede pensar en una po­ sible afectación del ligamento lateral in­ terno. Con la maniobra, el terapeuta genera un es­ trés al valgo, aumentando la tensión del com­ plejo ligamentoso de la porción medial de la rodilla.

PRUEBA DE O’DONOGHUE Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con el miembro infe­ rior a valorar en flexión de 90° de rodilla, de tal forma que contacte la planta del pie con la camilla, y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en dirección craneal. Toma contacto con la mano caudal abarcando internamente el calcáneo. La otra mano contacta con la porción anterior del extremo distal del fémur.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de flexión de 90° de la articulación coxofemoral y de la rodilla del miembro a valorar. Seguidamente, lleva a cabo un mo­ vimiento de rotación tibial interna y externa forzadas. Realiza la misma ejecución con la rodilla en flexión máxima.

FIGURA 1-363  Prueba de O’Donoghue.

PRUEBA DE ANDERSON Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación meniscal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del pa­ ciente en finta adelante a la altura de las tibias en dirección craneal. Toma contacto con los dos primeros dedos de la mano superior a lo largo de la porción anterior de la articulación femorotibial homolateral. Con la otra mano toma contacto sobre la parte posterior del tercio proximal de la tibia del lado a valorar, abarcándola desde su parte interna, de tal for­ ma que se abrace la pierna del paciente y se sitúe la tibia entre el tronco del terapeuta y la parte interna del antebrazo de este.

Ejecución del test

esta forma se imprime un movimiento de cir­ cunducción de la rodilla, que el terapeuta ha de repetir de forma consecutiva aumentando los parámetros en valgo y varo.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se ge­ nera un cuadro álgico agudo y/o chasquido a nivel de la interlínea articular, se puede pen­ sar en una posible afectación de meniscos. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si existe algún tipo de desgarro meniscal o afectación del cartílago articular, al realizar la maniobra el terapeuta percibirá el movimiento a nivel de la rodilla como arenoso y crepitante. Para un diagnóstico certero y eficaz, se re­ quiere acompañar esta prueba de otras más específicas, pues que esta sea positiva no implica necesariamente una lesión meniscal.

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El terapeuta induce de forma pasiva un val­ go de rodilla y flexión de unos 45° de esta articulación. Seguidamente, se lleva la pierna hacia varo de rodilla y extensión máxima. De

291

FIGURA 1-364  Prueba de Anderson. A. Valgo más flexión. B. Varo más extensión.

292

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE LA PLICA MEDIOPATELAR Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de la plica mediopatelar.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de la articulación femoroti­ bial orientado hacia el paciente. Con el ante­ brazo, toma contacto craneal sobre la región posterior de la rodilla a homolateral, de tal forma que contacte con la palma de la mano sobre la cara anterior de la rótula de la otra pierna; esto genera cierta flexión de rodilla del lado a valorar. El primer dedo de la otra mano contacta con el borde lateral rotuliano del miembro a evaluar, mientras que el resto de los dedos lo hacen sobre el borde medial.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un empuje de la rótula en dirección medial con el primer dedo de la mano caudal.

FIGURA 1-365  Prueba de la plica mediopatelar.

Interpretación del test

PRUEBA DE LA PLICA DE HUGHSTON

Si durante la realización de la prueba se produce un cuadro álgico agudo en la región rotuliana o perirrotuliana interna, se puede pensar en una afectación de la plica medio­ patelar. En este caso se dice que la prueba es positiva. La sintomatología se produce por la com­ presión que genera la patela contra la plica a nivel del cóndilo femoral interno. En algunos casos el terapeuta puede palpar una inflama­ ción laxa en esta zona. El terapeuta debe tener cuidado y debe rea­ lizar un buen diagnóstico diferencial para poder discernir entre una afectación a nivel de la plica mediopatelar y del menisco in­ terno, ya que ambas afecciones cursan con sintomatología parecida.

Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la plica suprarrotuliana.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este. Toma contacto con el pulgar de la mano craneal sobre el margen externo rotuliano. La otra mano abarca el empeine del pie homolateral.

Ejecución del test A través del contacto distal, el terapeuta indu­ ce de forma pasiva una rotación interna de la

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

293

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 1-366  Prueba de la plica de Hughston. A. En flexión. B. En extensión.

tibia. A la vez, lleva a cabo un empuje de la rótula en dirección medial. Manteniendo estos dos parámetros, conduce la rodilla a valorar primero a flexión y luego a extensión.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe bajo su contacto craneal un chasquido y/o un cuadro álgico durante la realización de la prueba, se puede pensar en una posible afectación de la plica suprarrotuliana. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que tener en cuenta que la sintomato­ logía álgica es común a un dolor de origen femororrotuliano, por lo que el terapeuta debe realizar pruebas más específicas para diferenciarlos.

PRUEBA DE ONI Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de los meniscos.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y la rodilla y la cadera del lado a valorar en 30° de flexión cada una.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las rodillas del paciente en dirección caudal. Con la mano superior, toma contacto sobre la porción anterior del tercio distal del muslo del paciente del lado de la rodilla a evaluar. La otra mano abarca la porción distal de la tibia homolateral.

294

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test El terapeuta induce de forma rápida e ines­ perada un movimiento de extensión de la rodilla a valorar.

Interpretación del test Si tras la realización de la prueba aparece un cuadro álgico agudo sobre la articula­ ción femorotibial o la región periarticular, se puede pensar en una afectación meniscal homolateral al recorrido del dolor. En este caso se dice que la prueba es positiva. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de casos una afectación meniscal conlleva una incapacidad de extensión completa de rodilla. Por lo tanto, el terapeuta no ha de forzar hacia la extensión, pues seguramente la afectación

FIGURA 1-367 (cont.).  B. Extensión máxima.

del menisco esté impidiendo completar el rango articular. En este caso también se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE LOOMER Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por inestabilidad posterolateral en rotación de la articulación femorotibial, que traduce una lesión del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente

FIGURA 1-367  Prueba de Oni. A. Posición de partida. (Continúa.)

En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y con la articulación coxofemoral y de las rodillas flexionadas, de tal forma que las plantas de los pies se encuentren en contacto con la camilla. Las rodillas se encuentran pegadas la una a la otra.

1.4. Miembros inferiores | Rodilla

Posición del terapeuta De pie, a la altura del borde inferior de la ca­ milla en finta doble orientado hacia el pacien­ te. Toma contacto con las manos abarcando ambas los tobillos del mismo.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un mo­ vimiento de rotación externa de ambas tibias.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento anor­ malmente excesivo de rotación acompañado de una leve traslación posterior de tibia, se puede pensar en una afectación de inestabili­ dad posterolateral en rotación y del ligamento cruzado posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

295

Si el terapeuta percibe que la tibia presenta traslación posterior sin excesiva rotación tibial, hay que pensar en afectación del liga­ mento cruzado posterior únicamente. Igualmente, si el terapeuta percibe la apari­ ción de dolor en el compartimento interno de la rodilla, puede ser indicativo de una afectación del ligamento lateral interno de la misma.

PRUEBA DE TRASLACIÓN POSTERIOR DINÁMICA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de los ligamentos cruzados de la rodilla, especialmente una lesión del ligamento cruzado posterior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal. Toma contacto con la mano superior bajo el hueco poplíteo de la rodilla del lado a evaluar. La otra mano con­ tacta abarcando el calcáneo del mismo lado.

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Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de fle­ xión de 90° de la articulación coxofemoral y de la rodilla. Seguidamente lleva a cabo de forma pasiva un movimiento de extensión de rodilla sin inducir una rotación femoral involuntaria.

Interpretación del test

FIGURA 1-368  Prueba de Loomer.

Si al realizar la maniobra, el terapeuta perci­ be un chasquido o se reduce una subluxación posterior de la tibia, se puede pensar en una posible afectación de los elementos que le proporcionan a la rodilla estabilidad posterior (en la mayoría de las ocasiones el ligamento cruzado posterior). En este caso se dice que la prueba es positiva.

296

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

La prueba se basa en la tracción que los mús­ culos isquiotibiales producen sobre la tibia al llevar a cabo la extensión pasiva de rodilla, que es frenada gracias a la integridad de los ligamentos cruzados. El terapeuta ha de llevar a cabo una exten­ sión completa de rodilla, aunque se vea en la necesidad de disminuir algunos grados la flexión coxofemoral. Que la prueba sea positiva no permite diferen­ ciar una inestabilidad posterior propiamente dicha de una posterolateral en rotación.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de las rodillas del paciente orientado hacia este. Con la mano craneal toma contacto sobre la porción anterior del tercio distal del fémur homolateral.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo varias percusiones con la punta de la uña del dedo índice de la mano inferior sobre la rótula del lado a valorar.

Interpretación del test Si durante la prueba se genera un cuadro ál­ gico a nivel de la zona percutida, el terapeuta

FIGURA 1-369  Prueba de traslación posterior diná­ mica.

PRUEBA DE LA UÑA DEL PULGAR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación sensitiva subcutánea.

FIGURA 1-370  Prueba de la uña del pulgar.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

297

puede pensar en una afectación de las termi­ naciones nerviosas sensitivas subcutáneas. En este caso se dice que la prueba es positiva. La afectación de estas terminaciones nervio­ sas suele ocurrir tras un hecho traumático sobre la región anterior de las rodillas. Hay que tener en cuenta que las percusiones sobre un tendón rotuliano afecto generan de la misma forma la sintomatología álgica.

Posición del terapeuta

SIGNO DE CLEEMAN

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de fractura del fémur.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de las rodillas orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta observa ambas rodillas del pa­ ciente e intenta percibir posibles diferencias estructurales.

Si el terapeuta percibe en la porción de piel superior a la rótula una zona arrugada, se puede pensar en una fractura del hueso fémur de tipo cabalgada.

TOBILLO Y PIE PRUEBA DE GRIFKA Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación por pie plano.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta ade­ lante a la altura de los tobillos del paciente en dirección craneal. Con la mano inferior toma contacto abrazando los dedos del pie del mismo lado, de tal forma que aborde el pie internamente, con el pulgar sobre el dorso de los dedos del pie y el resto de dedos reposando en la planta del pie. La otra mano abarca el calcáneo del mismo lado tomando un contacto en su parte posterior.

Ejecución del test El terapeuta induce a través de los dedos del pie una flexión dorsal de los metatarsianos. Seguidamente, realiza una compresión longi­ tudinal de los mismos hacia el talón.

Interpretación del test FIGURA 1-371  Signo de Cleeman.

Si se genera un cuadro álgico en la cabeza de los metatarsianos cuando el terapeuta lleva a

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

cabo la compresión, se puede pensar en una posible afectación como consecuencia de un pie plano. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta compresión genera un estrés de la cabe­ za de los metatarsianos que en los pies planos produce sintomatología dolorosa.

Posición del terapeuta De pie, en el borde inferior de la camilla en finta doble orientado hacia el paciente en dirección craneal. Toma contacto sobre el primer dedo de cada pie abarcándolos con las manos, de forma que la yema de los pulgares del terapeuta estén en contacto con la cara dorsal del primer dedo de los pies del pacien­ te y el borde medial del segundo dedo se sitúe sobre la cabeza del primer metatarsiano por su cara plantar. Así, tiene el primer dedo de cada pie del paciente sujeto a modo de pinza.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una tracción de los dedos del pie en dirección caudal, de tal forma que los conduce hacia flexión plantar.

FIGURA 1-372  Prueba de Grifka.

SIGNO DE STRUNSKY Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de los huesos metatarsianos.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los pies por fuera del borde inferior de la camilla, las rodi­ llas extendidas y los brazos a lo largo del cuerpo.

FIGURA 1-373  Signo de Strunsky.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

Interpretación del test

Posición del paciente

Si se genera un cuadro álgico sobre la cabeza de los metatarsianos cuando el terapeuta lle­ va a cabo la acción, se puede pensar en una posible afectación de los mismos. El gesto realizado aumenta la presión articu­ lar de la cabeza de los huesos metatarsianos. Previa a la realización de la prueba, el tera­ peuta puede aumentar la presión sobre ellos palpándolos y comprimiéndolos buscando igualmente signos de dolor.

Sentado, con los pies colgando por fuera de la camilla y las manos reposadas sobre la misma.

PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO DE LOS DEDOS

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para valorar la estabili­ dad de los huesos de los dedos del pie.

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Posición del terapeuta Sentado a los pies del paciente orientado hacia este ligeramente desplazado del lado a valorar. Toma contacto con la mano cra­ neal abarcando globalmente la cabeza de los huesos metatarsianos. La otra mano contacta con la falange proximal del dedo a explorar.

Con la mano craneal, el terapeuta bloquea la base de los huesos metatarsianos, mien­ tras que con la otra realiza movilizaciones

FIGURA 1-374  Prueba de desplazamiento de los dedos. A. En flexión. B. En extensión.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

del dedo a explorar del pie hacia el suelo y hacia el techo induciendo una flexión y una extensión.

de la articulación metatarsofalángica del primer dedo.

Interpretación del test

Si durante la realización de la prueba se ge­ nera un cuadro álgico a nivel del primer dedo y se producen chasquidos en la articulación metatarsofalángica, se puede pensar en una posible afectación por hallux rigidus. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de casos, esta sintomatología está relacionada con un proceso artrósico y el movimiento más frecuentemente restringido es el desplazamiento del dedo en dirección dorsal.

Si durante la realización de la maniobra apa­ rece sintomatología álgica a la altura de la ar­ ticulación metatarsofalángica o movimientos excesivamente aumentados, se puede pensar en una inestabilidad de las articulaciones del antepié. En este caso se dice que la prueba es positiva. Estas inestabilidades o subluxaciones se deben a alteraciones articulares de los dedos que generan sobrecarga y que con el tiempo pueden desarrollar malformaciones en fle­ xión dorsal (dedos en garra).

Interpretación del test

TEST DEL CRUJIDO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación del primer dedo del pie por hallux rigidus.

Posición del paciente Sentado, con los pies colgando por fuera de la camilla y las manos reposadas sobre esta.

Posición del terapeuta Sentado a los pies del paciente orientado hacia el mismo ligeramente desplazado del lado a valorar. Con la mano interna abarca el primer dedo del pie a la altura de la articula­ ción metatarsofalángica, de tal forma que la yema del pulgar repose sobre la cara dorsal y los demás dedos sobre la cara plantar. La otra mano agarra el pie por el margen lateral, quedando el primer dedo en la región dorsal y el resto sobre la planta del pie a la altura de la cabeza de los metatarsianos.

Ejecución del test La mano que abarca la cabeza de los metatar­ sianos bloquea el movimiento. Con la mano interna, el terapeuta lleva a cabo movilizacio­ nes en flexión dorsal y plantar, y rotaciones

FIGURA 1-375  Test del crujido. A. En rotación in­ terna. (Continúa.)

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

301

Ejecución del test Con la mano libre el terapeuta lleva a cabo un agarre del pie a valorar. Su eminencia tenar entra en contacto con la porción lateral de la cabeza del quinto metatarsiano y el resto de los dedos quedan en contacto con la región medial de la cabeza del primer metatarsiano, de tal forma que sostienen los huesos metatarsianos en pinza. Seguidamente el terapeuta cierra la pinza, realizando una compresión entre la cabeza del primer y el quinto metatarsianos.

Interpretación del test Si durante la realización de la maniobra se genera un cuadro álgico a nivel de la cabeza de los metatarsianos, se puede pensar en una posible afectación de la articulación

FIGURA 1-375 (cont.).  B. En rotación externa.

PRUEBA DE COMPRESIÓN DE GÄNSSLEN

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Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del antepié.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los pies colgando por fuera del borde inferior de la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble a la altura del borde inferior de la camilla. Toma contacto con la mano superior fijando inter­ namente la base de los huesos metatarsianos, de tal forma que el pulgar entra en contacto con ellos por la porción dorsal y el resto de los dedos, por la porción plantar.

FIGURA 1-376  Prueba de compresión de Gänsslen.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

metatarsofalángica en la que aparece el dolor. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta sintomatología puede irradiarse caudal o cranealmente y es típica de una morfología en pie plano y en presencia de un neurinoma de Morton. Hay que tener en cuenta que la prueba ha de realizarse con mucho cuidado cuando existe deformación evidente de las articulaciones del antepié y ante una posible fractura ósea.

Si el punto de mayor intensidad álgica se si­ túa en el tercer o cuarto metatarsiano, se podría pensar en una posible afectación por neurinoma de Morton.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DEL METATARSO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación metatarsofalángica.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los pies sobresalien­ do por el borde inferior de la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a los pies del paciente en finta doble orientado hacia el mismo ligeramente despla­ zado del lado a valorar. Abarca con la mano externa los dedos del pie del lado a evaluar, de forma que el pulgar repose sobre la región plantar de los mismos y el resto de los dedos lo hagan por la porción dorsal.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de ex­ tensión de los dedos del pie. Seguidamente y sin disminuir este parámetro, realiza una serie de percusiones sobre la cabeza de los huesos metatarsianos ayudado de un martillo o con la yema de los dedos índice y corazón de la mano libre.

Interpretación del test Si se produce tras las percusiones un cuadro álgico a nivel de los huesos metatarsianos, se podría pensar en una posible afectación de la articulación metatarsofalángica. Se diría entonces que la prueba es positiva.

FIGURA 1-377  Prueba de percusión del metatarso.

PRUEBA DE COMPRESIÓN DE THOMPSON (PRUEBA DE COMPRESIÓN EN PINZA SOBRE LA PANTORRILLA) Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación a nivel del tendón de Aquiles.

Posición del paciente En decúbito ventral, con las rodillas en ex­ tensión, los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

Posición del terapeuta De pie, a la altura del borde inferior de la camilla en finta doble orientado hacia el paciente.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la mano superior en pinza sobre la musculatura de la parte pos­ terior de la tibia del lado a valorar y realiza una enérgica presión sobre ella. Simultánea­ mente percibe cualquier modificación a nivel del pie homolateral.

Interpretación del test Si cuando el terapeuta lleva a cabo la presión sobre la musculatura de la parte posterior de la tibia no se produce ningún movimiento

303

secundario a nivel del pie, se puede pensar en una posible afectación por rotura del tendón de Aquiles. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales y como consecuen­ cia de la acción del terapeuta, el pie debe realizar de forma súbita una flexión plantar. Dependiendo del grado de afectación del tendón, el movimiento de flexión plantar será más o menos intenso.

SIGNO DE HOFFA Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación a nivel del tendón de Aquiles.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los pies sobresa­ liendo por el borde inferior de la camilla y los brazos colocados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el borde inferior de la camilla en finta doble en dirección craneal.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la yema de los dedos sobre la cara plantar del antepié de ambos miembros inferiores y lleva a cabo un movimiento de flexión dorsal forzada de los mismos.

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Interpretación del test

FIGURA 1-378  Prueba de compresión de Thompson (prueba de compresión en pinza sobre la pantorrilla).

Si al llevar a cabo la flexión dorsal, el te­ rapeuta percibe que un pie presenta menos grados de movilidad que el otro, se puede pensar en una posible afectación a nivel del tendón de Aquiles. En este caso se dice que la prueba es positiva. El hecho de perder amplitud de movimiento y elasticidad del tendón suele relacionarse con procesos tendinosos crónicos. Tras un resultado positivo en esta prueba, el terapeuta puede pedirle al paciente que ande por la sala apoyándose en las cabezas de los me­ tatarsianos. Este hecho es imposible de rea­ lizar en caso de rotura del tendón de Aquiles.

304

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Ejecución del test Con un martillo de reflejos, el terapeuta realiza pequeñas percusiones sobre el ten­ dón de Aquiles en un punto cercano a su inser­ ción en el hueso calcáneo.

Interpretación del test Si durante la realización de la maniobra se genera un cuadro álgico a nivel del tendón y/o el terapeuta percibe una disminución o abolición del reflejo aquíleo, se puede pen­ sar en una posible afectación por rotura del tendón de Aquiles. En este caso se dice que la prueba es positiva. El terapeuta ha de realizar un diagnós­ tico diferencial para poder especificar si esa abolición del reflejo aquíleo se debe a una afectación tendinosa o neurológica.

FIGURA 1-379  Signo de Hoffa.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DEL TENDÓN DE AQUILES Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por rotura a nivel del tendón de Aquiles.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro inferior a valorar en flexión de rodilla de 90°, de tal forma que la planta del pie homolateral quede orientada hacia el techo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta doble a la altura del tobillo del mismo lado. Con la mano caudal toma contacto sobre el empeine del pie del mismo lado.

FIGURA 1-380  Prueba de percusión del tendón de Aquiles.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

PRUEBA DE LAS CUÑAS LATERALES Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la flexibilidad del retropié y del antepié observando cómo reacciona el antepié ante los desequilibrios de tipo varo o de tipo valgo producidos en el retropié. También permite determinar si en caso de haber pérdida de elasticidad, esta se debe a un espasmo muscular o si por el contrario se trata de un pie rígido, irreductible.

305

sin embargo, si el quinto metatarsiano no apoya su cabeza y esta se queda sin contacto con el suelo, hay que concluir que se trata de una adaptación rígida e irreductible. Como alternativa a esta prueba, el terapeuta puede utilizar sus propios dedos a modo de cuñas. Esta prueba también se puede realizar colo­ cando la cuña en la parte interna o externa del antepié, observando las posibles adapta­ ciones que realiza el retropié.

Posición del paciente De pie, con los miembros superiores relaja­ dos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente.

Ejecución del test El terapeuta ha de percibir en el paciente posibles alteraciones posturales del pie del miembro a valorar. Seguidamente, ayudado de una cuña, debe ir corrigiendo estas altera­ ciones y observar la capacidad de adaptación del resto del pie.

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Interpretación del test Si el paciente presenta un retropié en valgo, el terapeuta debe colocar la cuña en la parte interna del calcáneo. En este caso se pueden dar dos opciones: si el antepié corrige auto­ máticamente con una pronación, se puede concluir que hay una adaptación causada por espasmo muscular; sin embargo, si el primer metatarsiano no apoya su cabeza y esta se queda sin contacto con el suelo, hay que con­ cluir que se trata de una adaptación rígida e irreductible. En el caso de que el paciente presente un retropié en varo, hay que colocar la cuña en la parte externa del calcáneo. En este caso, también se pueden dar dos opciones: si el antepié corrige automáticamente con una supinación, se puede concluir que hay una adaptación causada por espasmo muscular;

FIGURA 1-381  Prueba de las cuñas laterales.

PRUEBA DE FLEXIBILIDAD DEL PIE Esta prueba se utiliza para evaluar la capaci­ dad de adaptación en un pie talo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Posición del paciente

Interpretación del test

De pie, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Si el terapeuta no percibe cambio alguno de la morfología del pie en los movimientos de puntillas y talones, se puede pensar en una afectación en pie plano valgo de tipo irreductible. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si cuando el paciente lleva a cabo las dis­ tintas variaciones en bipedestación el te­ rapeuta observa que se aumenta o aparece la bóveda plantar y se corrige el valgo del retropié, se dice que el pie presenta una morfología en valgo flexible.

Posición del terapeuta De pie, a la espalda del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta ha de percibir en el pie talo una disminución o una desaparición de la bóveda plantar y valgo de retropié. Seguidamente, le pide al paciente que apoye todo su peso sobre el antepié (en puntillas) y luego sobre los calcáneos (en talones).

FIGURA 1-382  Prueba de flexibilidad del pie. A. Flexión plantar. B. Flexión dorsal.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

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PRUEBA DE CORRECCIÓN DEL ANTEPIÉ EN ADUCCIÓN

del antepié hacia el radio externo, de tal forma que intente corregir la afectación en aducción.

Esta prueba se utiliza para evaluar la capa­ cidad de adaptación del pie en niños con antepié en varo o pie aducto.

Interpretación del test

Posición del paciente En decúbito dorsal.

Posición del terapeuta En sedestación, a los pies de la camilla orien­ tado hacia el niño. Toma contacto con una ma­ no abarcando el calcáneo del lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo con dedo índice de la mano libre una compresión del margen medial

Si el terapeuta es capaz de corregir momen­ táneamente la aducción de antepié del niño, se puede decir que la afectación presenta un carácter flexible y corregible. Si por el con­ trario el terapeuta es incapaz de variar la mor­ fología del antepié, la afectación en aducción del antepié es de tipo rígido e irreductible.

PRUEBA DE ESTABILIDAD EXTERNA (E INTERNA) DE LA ARTICULACIÓN DEL TOBILLO Esta prueba se utiliza para evaluar posibles afectaciones a nivel del sistema ligamentoso del tobillo.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas, con los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta De pie, en el lado contrario al que se evalúa en finta doble a la altura de los tobillos del paciente orientado hacia este. Toma contacto con la ma­ no inferior abarcando lateralmente el mediopié, de forma que el pulgar queda en la cara plantar y los demás dedos en la zona dorsal del mismo. Con la otra mano realiza un agarre del tercio distal de la tibia del mismo lado.

Ejecución del test Fijando con la mano superior, el terapeuta induce de forma pasiva una flexión plantar y una inversión del pie a valorar con la mano inferior. Tras esta maniobra y partiendo des­ de la posición inicial, lleva a cabo un movi­ miento de flexión dorsal y eversión del pie.

Interpretación del test FIGURA 1-383  Prueba de corrección del antepié en aducción.

Si el terapeuta percibe un movimiento excesivamente aumentado en inversión

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

acompañado de un bostezo articular a nivel externo de la articulación del tobillo, se pue­ de pensar en una posible afectación de los ligamentos laterales externos de tobillo (pero­ neoastragalino anterior o peroneocalcáneo). Si el terapeuta percibe un movimiento exce­ sivamente aumentado en eversión acompaña­ do de bostezo articular a nivel interno de la articulación del tobillo, se puede pensar en una posible afectación del ligamento lateral interno de tobillo (ligamento deltoideo). Hay que tener en cuenta la gran movilidad de la articulación para no obtener falsos positi­ vos, pues hay personas con mayor amplitud articular que otras. Para dar más fiabilidad a la prueba se han de comparar ambos tobillos.

FIGURA 1-384 (cont.).  B. Eversión.

PRUEBA DEL CAJÓN Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del sistema ligamentoso del tobillo.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas, de forma que los pies sobresalgan por el borde inferior de la camilla.

Posición del terapeuta De pie, a la altura del borde inferior de la cami­ lla en finta doble orientado hacia el paciente.

Ejecución del test FIGURA 1-384  Prueba de estabilidad externa (e interna) de la articulación del tobillo. A. Inversión. (Continúa.)

La prueba consta de dos partes:

• En la primera parte de la prueba, el tera­ peuta toma contacto con la mano superior

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

sobre el tercio inferior de la tibia, abar­ cándola internamente. Con la otra mano abarca la porción interna del mediopié del mismo lado. Con su mano superior, el terapeuta fija la tibia. De forma simul­ tánea, realiza con la otra mano una com­ presión del pie en dirección al suelo. En • la segunda parte de la prueba, el tera­ peuta toma contacto con la mano superior sobre el tercio inferior de la tibia. Con la otra mano abarca el calcáneo del mismo lado. Con su mano superior, el terapeuta bloquea la tibia. De forma simultánea, realiza con la otra mano una tracción del pie hacia el techo.

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Interpretación del test Si el terapeuta percibe en alguna de las dos partes de la prueba un movimiento excesi­ vamente aumentado, se puede pensar en una posible afectación de los ligamentos laterales del tobillo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si el movimiento se encuentra aumentado cuando el terapeuta realiza la compresión del pie hacia el suelo, se puede pensar en una posible afectación de los ligamentos de la parte posterior. Si por el contrario se encuen­ tra aumentado durante la tracción hacia el techo, puede pensar en una posible afectación de los ligamentos de la parte anterior.

FIGURA 1-385  Prueba del cajón. A. Evaluación del sistema ligamentoso posterior. B. Evaluación del sistema ligamentoso anterior.

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PRUEBA DEL CLIC DE MULDER Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por presencia de un neurinoma de Morton.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los miembros a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, a la altura del borde inferior de la camilla en finta doble en dirección al pa­ ciente. Con la yema del pulgar de la mano inferior, toma contacto sobre la porción interna de la cabeza del primer hueso me­ tatarsiano del mismo lado. El resto de dedos reposan sobre la región lateral del quinto hueso metatarsiano. La palma de la mano está en contacto con la planta del pie del paciente.

Ejecución del test El terapeuta realiza un empuje de la cabeza de los metatarsianos intentando cerrar su mano, de tal forma que se compriman los dedos del pie del lado a valorar entre ellos. Con la otra mano el terapeuta palpa la región interdigital a valorar.

Interpretación del test Si se genera sintomatología álgica y pares­ tésica entre los dedos del pie del paciente, se puede pensar en una posible afectación por neuralgia intermetatarsiana. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de ocasiones en las que se genera esta sintomatología, el terapeuta encuentra al tacto intermetatarsiano pe­ queños puntos de inflamación que durante la prueba ocasionan un chasquido al ser comprimidos. Estas zonas de inflamación coinciden con engrosamientos de los ner­ vios interdigitales y suelen encontrarse entre el segundo y tercer metatarsiano; es lo que se conoce como neurinoma de Morton.

FIGURA 1-386  Prueba del clic de Mulder.

PRUEBA DE PRESIÓN SOBRE EL TALÓN Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación por fractura del hueso calcáneo.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, a la altura del borde inferior de la camilla en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Con el talón de la mano externa, toma con­ tacto sobre la porción lateral del calcáneo a valorar. La otra mano toma contacto a través del talón pero por la parte interna del mismo

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

hueso. Los dedos quedan superpuestos en la parte posterior del calcáneo.

Ejecución del test El terapeuta realiza una fuerza de compresión con ambas manos a la vez, de tal forma que intente contactar las palmas de las mismas comprimiendo entre sí el hueso calcáneo.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se ge­ nera sintomatología álgica aguda en el pie del paciente, se puede pensar en una posible afectación por fractura ósea a nivel del hueso calcáneo. En este caso se dice que la prueba es positiva. En la mayoría de casos esta afectación suele generarse por sobrecarga en pacientes que

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presentan alguna patología en la que dis­ minuye la densidad ósea, como por ejemplo osteoporosis.

SIGNO DE TINEL Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por atrapamiento nervioso a nivel del túnel tarsiano.

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y el miembro del lado a valorar en flexión de 90° de rodilla, de forma que la planta del pie homolateral se encuentre orientada hacia el techo. La prueba también se puede realizar en decú­ bito dorsal con las piernas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar a la altura del tobillo en finta doble orientado hacia el pa­ ciente. Toma contacto con la mano inferior abarcando el tercio media de la tibia homo­ lateral.

Ejecución del test El terapeuta, ayudado por un martillo de re­ flejos o con la yema del dedo corazón de la mano superior, golpea suavemente la parte posterior del maléolo tibial del lado a valorar.

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Interpretación del test

FIGURA 1-387  Prueba de presión sobre el talón.

Si tras las percusiones se genera en el pa­ ciente sintomatología álgica acompañada de parestesias a lo largo de la región plantar, se puede pensar en una posible afectación por atrapamiento del nervio tibial posterior a su paso por el túnel tarsiano. En este caso se dice que la prueba es positiva. Este atrapamiento se puede deber a una afectación de la estática tarsiana que genere tracción neural o por afectación inflamatoria del túnel tarsiano. Este tipo de afectaciones suelen ir acompaña­ das de alteraciones de la sensibilidad plantar y porción interna del pie.

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tro rodeando a la porción distal de la tibia y del peroné del miembro a valorar, y lo llena para aumentar la presión por encima de la tensión sistólica. Mantiene la presión durante al menos un minuto.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba se genera en el paciente sintomatología pares­ tésica desagradable a lo largo de la porción plantar del pie valorado, se puede pensar en una posible afectación por compresión del nervio tibial posterior a su paso por el túnel tarsiano. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-388  Signo de Tinel.

SIGNO DEL TORNIQUETE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por atrapamiento a nivel del túnel tarsiano.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, al borde inferior de la camilla en finta doble en dirección de la cabeza del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma la tensión del paciente. Seguidamente, coloca un esfigmomanóme­

FIGURA 1-389  Signo del torniquete.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

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PRUEBA DE INCLINACIÓN ASTRAGALINA (INVERSIÓN) Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación del ligamento peroneocalcáneo.

Posición del paciente Tumbado de lado, con la pierna contrala­ teral en contacto con la camilla, la rodilla y la cadera en flexión, aumentando la base de sustentación. El miembro a valorar se encuentra con la rodilla en 90° de flexión y el pie sobresaliendo por el borde posterior de la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta adelante a la altura del pie a valorar. Toma contacto con la mano superior abarcando el tercio caudal de la tibia. La otra mano con­ tacta con la eminencia tenar sobre el margen externo del calcáneo, el pulgar sobre la por­ ción superior del cuboides y el resto de dedos sobre la cara interna del calcáneo.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de inver­ sión en el hueso calcáneo partiendo de una flexoextensión neutra de tobillo, de tal forma que realice un empuje con su mano caudal hacia el suelo.

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Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento exce­ sivamente aumentado de inversión de tobillo acompañado o no de un proceso álgico, se puede pensar en una posible afectación del ligamento peroneocalcáneo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Es importante que el miembro a valorar se encuentre en flexión de rodilla para no falsear la prueba con la acción de la mus­ culatura. De la misma forma, el terapeuta puede inducir flexión plantar o dorsal en el pie a valorar para focalizar su acción en la porción anterior o posterior del ligamento lateral externo de tobillo.

FIGURA 1-390  Prueba de inclinación astragalina (inversión).

PRUEBA DE INCLINACIÓN ASTRAGALINA (EVERSIÓN) Esta prueba se utiliza para evaluar una po­ sible afectación del ligamento deltoideo del compartimento interno del tobillo.

Posición del paciente En decúbito lateral, con el miembro a valorar en contacto con la camilla en flexión de 90° de rodilla y el pie sobresaliendo por el borde posterior de la misma. La otra pierna se en­ cuentra con la rodilla extendida.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble a la altura del borde inferior de la

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camilla orientado hacia este. Toma contacto con ambas manos abarcando el tercio distal de la tibia y del peroné de tal forma que los pulgares reposen sobre la cara interna del hueso calcáneo.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de ever­ sión del pie del paciente partiendo de una flexoextensión neutra de tobillo, de forma que lleve a cabo una compresión del calcáneo con ambos pulgares hacia el suelo.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento exce­ sivamente aumentado de eversión de tobillo acompañado o no de un proceso álgico, se

puede pensar en una posible afectación del ligamento deltoideo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Es importante que el miembro a valorar se encuentre en flexión de rodilla para no falsear la prueba con la acción de la musculatura. De la misma forma, el terapeuta puede inducir flexión plantar o dorsal en el pie a valorar para focalizar su acción en la porción anterior o pos­ terior del ligamento lateral interno de tobillo.

PRUEBA DE TRACCIÓN DE THOMSON Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del tendón de Aquiles.

Posición del paciente En decúbito ventral, con las rodillas extendidas, los pies sobresaliendo por el margen inferior de la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble orientado hacia su cabeza despla­ zado del lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abarcando el tercio medio de la tibia homolateral. La otra mano refuerza el contacto de la primera.

Ejecución del test El terapeuta induce una tracción longitudinal de la musculatura posterior de la tibia en di­ rección de la cabeza del paciente.

Interpretación del test

FIGURA 1-391  Prueba de inclinación astragalina (eversión).

Si al realizar la tracción el terapeuta no percibe movimiento alguno en el tobillo del paciente, se puede pensar en una posible afectación por rotura completa del tendón de Aquiles. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales, al realizar una trac­ ción cefálica de la musculatura de la panto­ rrilla se debe producir de forma simultánea una flexión plantar del pie homolateral. De la misma forma, el terapeuta puede discernir entre una mayor o menor afectación tendino­ sa según el grado de movimiento.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

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porción plantar y el resto de dedos reposen sobre su cara dorsal.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva un movimiento de flexión dorsal máxima. Se­ guidamente y manteniendo la flexión dorsal, percute con la yema de los dedos índice y corazón de la otra mano sobre la porción infe­ rior del calcáneo. La percusión también puede llevarse a cabo con un martillo de reflejos.

Interpretación del test Si tras las percusiones se genera un cuadro álgico agudo a nivel de cualquier hueso del pie, se puede pensar en una posible afecta­ ción por fractura. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-392  Prueba de tracción de Thomson.

PRUEBA DE GOLPETEO O PERCUSIÓN

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Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación por fractura ósea a nivel del pie.

Posición del paciente En decúbito prono, con las rodillas exten­ didas, los pies sobresaliendo por el margen inferior de la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación, a los pies del paciente en dirección craneal ligeramente desplazado en el lado a valorar. Toma contacto con la mano externa abarcando el pie a valorar por la cabeza de los huesos metatarsianos, de tal forma que el pulgar contacte con ellos por la

FIGURA 1-393  Prueba de golpeteo o percusión.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Si el terapeuta puede diagnosticar una frac­ tura de forma visual por una alteración mor­ fológica evidente, debe obviar la realización de la prueba.

LÍNEA DE FEISS Esta prueba se utiliza para valorar el nivel de descenso de la bóveda plantar en caso de pie plano.

Posición del paciente En sedestación sobre la camilla, con el miem­ bro a valorar en extensión de rodilla y las manos reposadas sobre la misma.

Posición del terapeuta

en todas las posiciones que el paciente toma a lo largo de la prueba. Si la tuberosidad se encuentra inferior a la línea cuando el paciente se encuentra en sedestación, se puede pensar en una posible afectación por pie plano congénito. Si la tuberosidad coincide con la línea de Feiss cuando el paciente se encuentra en se­ destación pero se percibe inferior a la línea cuando adopta la posición de bipedestación, se puede pensar en una posible afectación por pie plano de tipo funcional. Dependiendo de la distancia entre la tube­ rosidad escafoidea y la línea de Feiss, se distinguen varios grados distintos de pie plano, equivaliendo el tercer grado a la

En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar.

Ejecución del test Con un rotulador, el terapeuta realiza una marca a nivel del margen inferior del maléolo tibial y otra en la porción medial de la articulación metatarsofalángica pri­ mera. Seguidamente une ambas marcas con una línea recta y sitúa con otra marca la tuberosidad escafoidea con respecto a la línea. A esta línea se la conoce como línea de Feiss. Después de trazar la línea de Feiss, se le indica al paciente que se ponga en bipedes­ tación con separación de los pies de unos 10 cm. Seguidamente observa si puede apreciar las marcas y las líneas anterior­ mente dibujadas, y vuelve a localizar la tuberosidad del hueso escafoides con res­ pecto a la línea.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe que la tuberosidad es­ cafoidea se encuentra por debajo de la línea de Feiss, se puede pensar en una posible afectación por pie plano. En condiciones normales la tuberosidad es­ cafoidea debe coincidir con la línea de Feiss

FIGURA 1-394  Línea de Feiss.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

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tuberosidad en contacto con el suelo y el primer grado a cierta caída de la tuberosi­ dad bajo la línea.

PRUEBA DE COMPRESIÓN DEL HUESO LARGO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por fractura de alguno de los huesos del pie.

Posición del paciente En bipedestación o en sedestación sobre la camilla, con las rodillas extendidas y los pies sobresaliendo por su borde inferior, y las manos reposando sobre dicha camilla para proporcionarle estabilidad.

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Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal lige­ ramente desplazado del lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abar­ cando el borde posterior del calcáneo. Con la otra mano contacta sobre la porción media del hueso metatarsiano del dedo a valorar de tal forma que el pulgar repose sobre la cara dorsal de este y el borde radial del índice sobre la cara plantar del mismo.

FIGURA 1-395  Prueba de compresión del hueso largo.

Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta lleva a cabo una compresión longitudinal del hueso metatarsiano a valorar en dirección del suelo.

En sedestación sobre la camilla, con las rodi­ llas extendidas, los pies por fuera del margen inferior de la camilla y las manos apoyadas sobre dicha camilla, aumentando la base de sustentación del paciente.

Interpretación del test Si se genera un cuadro álgico agudo a nivel de alguno de los huesos del pie, se puede pensar en una posible afectación por frac­ tura. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE BALANCEO Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la mortaja tibioperonea­ astragalina.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal. Toma contacto con ambas manos sobre cada uno de los empeines de los pies del paciente, de

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tal forma que los pulgares reposen sobre la porción anterior del hueso astrágalo. Los de­ más dedos se sitúan en la planta de los pies del paciente.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva movi­ mientos de flexión dorsal y plantar de ambos pies del paciente a la vez.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un movimiento anor­ malmente reducido de flexión dorsal en alguno de los dos pies durante la prueba, se puede pensar en una posible afectación de subluxación tibioastragalina posterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-396 (cont.).  B. Flexión plantar.

PRUEBA DE KLEIGER Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación a nivel del ligamento deltoideo.

Posición del paciente En sedestación, al borde de la camilla con las piernas colgando hacia el suelo y las manos reposando sobre la misma.

Posición del terapeuta

FIGURA 1-396  Prueba de balanceo. A. Flexión dorsal. (Continúa.)

En sedestación, delante del paciente lige­ ramente desplazado hacia el lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abarcando la porción distal de la tibia. La otra mano en­ gancha el calcáneo por la parte posterior, de tal forma que el pulgar repose sobre su cara posterior y el resto de dedos, sobre la interna.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

Ejecución del test El terapeuta induce en el miembro a valorar un movimiento de rotación externa de tibia con el pie en flexoextensión neutra. Seguidamente repite el gesto con el pie en flexión dorsal.

Interpretación del test

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Si se genera un cuadro álgico agudo a nivel de la porción interna del tobillo cuando el te­ rapeuta lleva a cabo la prueba en flexoexten­ sión neutra de tobillo, se puede pensar en una posible afectación del ligamento deltoideo. Si la sintomatología dolorosa se produce en la región del maléolo tibial cuando la maniobra se lleva a cabo con flexión dorsal del pie, se puede pensar en una posible disfunción de la articulación tibioperonea inferior. En este úl­ timo caso el dolor suele presentar irradiación craneal hacia el extremo inferior de la tibia.

FIGURA 1-397  Prueba de Kleiger.

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PRUEBA PARA LOS PERONEOS LATERALES Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación tendinosa de la musculatura peroneal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas exten­ didas, los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla y los brazos situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado contrario al miembro a valorar en finta doble a la altu­ ra de los pies del paciente. Toma contacto con la mano superior abarcando el tercio dis­ tal de la tibia del lado a explorar, mientras

FIGURA 1-398  Prueba para los peroneos laterales. A. Peroneo lateral largo. (Continúa.)

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mientras que en la segunda parte es el mús­ culo peroneo lateral corto el que se valora. Si durante la realización de la prueba aparece sintomatología álgica a nivel del tendón del músculo peroneo lateral largo o corto, se puede pensar en una afectación tendinosa de estos músculos. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si al llevar a cabo la maniobra aparece un chasquido, este puede ser indicativo de una afectación a nivel de la vaina de los peroneos.

PRUEBA DE COPELAND Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del tendón de Aquiles.

Posición del paciente En decúbito ventral, con el miembro del lado a valorar en flexión de 90° de rodilla y flexión plantar del pie, de forma que la punta de los dedos se orienten hacia el techo. Los brazos del paciente han de situarse a lo largo del cuerpo. FIGURA 1-398 (cont.).  B. Peroneo lateral corto.

que con la otra mano contacta sobre la cara dorsal del extremo distal de los dos últimos metatarsianos del mismo lado.

Ejecución del test La prueba consta de dos fases:

• En la primera, el paciente ha de llevar de forma activa el pie hacia inversión. Se­ guidamente, debe realizar un movimiento de eversión, movimiento que resiste el terapeuta a través del contacto caudal. • En la segunda, el paciente ha de llevar de forma activa el pie hacia eversión. Debe mantener la nueva posición mientras el tera­ peuta intenta conducir el pie hacia inversión.

Interpretación del test En la primera fase de la prueba, el terapeuta evalúa el músculo peroneo lateral largo,

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura del pie.

Ejecución del test El terapeuta rodea con un esfigmomanómetro el tercio medio de la tibia del lado a valorar y lo hincha hasta los 100 mmHg. Manteniendo la presión, le indica al paciente que lleve a cabo de forma activa una flexión dorsal del tobillo del mismo lado.

Interpretación del test Si tras la flexión dorsal de tobillo, el terapeu­ ta no percibe modificaciones importantes en la presión del esfigmomanómetro, se puede pensar en una posible disfunción del tendón de Aquiles. En condiciones normales, al llevar a cabo el movimiento de tobillo el manguito ha de in­ crementar la presión alrededor de 40 mmHg.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

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la porción caudal de la tibia homolateral de forma que los dedos palpan los tendones de los músculos peroneos a su paso por la parte posterior del maleolo peroneal.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de inver­ sión en el pie a valorar del paciente. Segui­ damente, le pide que realice una eversión de forma activa y la resiste.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe durante la maniobra que los tendones de los músculos peroneo lateral corto y largo se desplazan hacia la porción anterior del maléolo peroneal, se puede pensar en una posible afectación de

FIGURA 1-399  Prueba de Copeland.

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PRUEBA DE DISLOCACIÓN DE LOS TENDONES PERONEOS Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación tendinosa de la musculatura peroneal.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas extendi­ das y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, al borde inferior de la camilla en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Con la mano externa, toma contacto sobre la cara dorsal de la porción distal de los dos úl­ timos metatarsianos. Con la otra mano abarca

FIGURA 1-400  Prueba de dislocación de los tendones peroneos.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

subluxación tendinosa de estos músculos. En este caso se dice que la prueba es positiva. Para diferenciar un estado de subluxación de un estado de luxación de los tendones de los peroneos, el terapeuta puede percibir como estos se desplazan anteriormente excediendo el maléolo peroneal. El estado de subluxación en el que se encuen­ tran los tendones puede verse favorecido por alteraciones en la estática del pie (calcáneo en valgo o pie plano, por ejemplo).

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR DE TOBILLO EN DECÚBITO SUPINO Esta prueba se utiliza para evaluar una po­ sible afectación del ligamento peroneoas­ tragalino anterior.

Es necesario acompañar a la prueba con fle­ xión de rodilla, ya que la acción de la muscula­ tura posterior podría generar falsos negativos. Al realizar la maniobra, se evalúa en mayor medida el ligamento peroneoastragalino anterior, pero no es específica para esta es­ tructura. Si el deslizamiento se encuentra ex­ cesivamente aumentado, el terapeuta también puede pensar, por ejemplo, en una afectación del fascículo anterior del ligamento deltoideo o de la cápsula articular. El terapeuta puede inducir mayor o menor grado de flexión dorsal para ser más específico a la hora de valorar estructuras. La flexoextensión neutra del pie es la po­ sición que permite mayor movilidad de la articulación peroneoastragalina.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con el miembro a valorar en flexión de 90° de rodilla y la planta del pie en contacto con la camilla, de tal forma que se encuentre en unos grados de flexión plantar; los miembros superiores se sitúan a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el borde inferior de la camilla en finta adelante en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abarcando la porción distal de la tibia. La otra mano con­ tacta con la parte posterior del hueso calcáneo.

Ejecución del test El terapeuta estabiliza la tibia con la mano in­ terna. Simultáneamente, con la otra mano rea­ liza una tracción del calcáneo llevándolo hacia anterior.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción se produce un des­ lizamiento anterior excesivo del calcáneo y el astrágalo con respecto a la mortaja tibiopero­ nea, se puede pensar en una posible afectación del ligamento peroneoastragalino anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 1-401  Prueba del cajón anterior de tobillo en decúbito supino.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR DE TOBILLO EN PROCÚBITO Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación de los fascículos anteriores de los ligamentos laterales del tobillo.

Posición del paciente En decúbito ventral, con las rodillas extendi­ das, los pies sobresaliendo por el borde infe­ rior de la camilla y los miembros superiores situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de los tobillos del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma contacto con la mano superior abarcando la parte pos­

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terior del tercio distal de la tibia del miembro a valorar. Contacta con la parte posterior del calcáneo con la unión de los dos primeros dedos de la otra mano, de tal forma que el pulgar repose sobre la cara externa y el índice de dedos sobre la cara interna.

Ejecución del test El terapeuta fija la tibia y el peroné con la mano superior. De forma simultánea, realiza un empuje del calcáneo en dirección del suelo con la otra mano.

Interpretación del test Si se produce un desplazamiento excesiva­ mente anormal del astrágalo y del calcáneo con respecto a la mortaja tibioperonea, se puede pensar en una posible afectación de los fascículos anteriores de los ligamentos laterales del pie, tanto el ligamento pero­ neoastragalino anterior como el ligamento tibioescafoideo. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE SUCCIÓN Esta prueba se utiliza para evaluar una po­ sible afectación de la porción anterior del ligamento peroneoastragalino anterior.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En decúbito dorsal, con las rodillas extendi­ das y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el borde inferior de la camilla en finta adelante en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abarcan­ do ambos maléolos del pie homolateral. La otra mano contacta sobre la parte posterior del calcáneo.

Ejecución del test

FIGURA 1-402  Prueba del cajón anterior de tobillo en procúbito.

El terapeuta bloquea la tibia y el peroné del paciente con el contacto proximal. De for­ ma simultánea, con la otra mano realiza una tracción del calcáneo en dirección del techo.

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Interpretación del test

Posición del paciente

Si durante la realización de la prueba el terapeuta percibe la presencia de un hueco en la porción lateral externa del tobillo, se puede pensar en una posible afectación del ligamento peroneoastragalino anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Según la ley de Boyle, este hueco producido se debe a una succión de los tejidos de la porción externa del tobillo por un descenso de la presión de la articulación peroneoastra­ galina secundaria a una rotura del ligamento peroneoastragalino anterior.

En decúbito ventral, con las rodillas exten­ didas y los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla, con los brazos situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado contrario al miembro a valorar en finta doble a la altura del tercio medio de los tobillos del paciente.

Ejecución del test El terapeuta realiza una punción totalmente perpendicular con una aguja sobre la parte posterior del tendón de Aquiles a valorar a una distancia de 10 cm de su inserción distal. Cuando el terapeuta encuentra un tope, deja de

FIGURA 1-403  Signo de succión.

PRUEBA DE O’BRIEN Esta prueba se utiliza para evaluar una posi­ ble afectación del tendón de Aquiles.

FIGURA 1-404  Prueba de O’Brien. A. En flexión plantar de tobillo. (Continúa.)

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

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Posición del paciente En decúbito ventral, con las rodillas exten­ didas, los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla y los brazos situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar.

Ejecución del test Con un rotulador, el terapeuta realiza una línea a lo largo de la parte posterior de la porción distal del tendón de Aquiles. Segui­ damente traza otra línea que comienza en el punto de inserción del tendón en el hueso calcáneo y acaba 1 cm distal a este a lo largo del borde posterior.

FIGURA 1-404 (cont.).  B. En flexión dorsal de tobillo.

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presionar sobre la aguja y le pide al paciente que realice de forma alternativa movimientos de flexión plantar y dorsal de tobillo.

Interpretación del test Si durante los movimientos del pie del lado a valorar el terapeuta no percibe cambio al­ guno en la aguja o este es muy leve, se puede pensar en una posible afectación por rotura del tendón de Aquiles. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales, la aguja debe mo­ verse acompañando la contracción muscular.

ÁNGULO AQUÍLEO-CALCÁNEO Esta prueba se utiliza para evaluar una po­ sible afectación de la estática del retropié.

FIGURA 1-405  Ángulo aquíleo-calcáneo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

Una vez dibujadas ambas líneas, el terapeuta calcula el ángulo que forman cuando el pie se encuentra en flexoextensión neutra.

Interpretación del test Si el terapeuta obtiene un ángulo con un valor superior a 8°, se puede pensar en una posible afectación de la estática del retropié (varo o valgo de calcáneo dependiendo del grado de eversión o inversión del pie). En condiciones normales, la angulación ha de ser inferior a 8°. En ocasiones, las líneas dibujadas por el terapeuta son paralelas y no forman ángulo alguno. Este último hecho también se encuadra dentro de la norma­ lidad.

Interpretación del test En condiciones normales, la relación entre el eje calcáneo y el plano metatarsiano es perpendicular. Si el terapeuta percibe que existe ele­ vación de la porción interna del pie, se puede pensar en una posible afectación de aducción del antepié. Si el terapeuta percibe que existe elevación de la por­ ción externa del pie, se puede pensar en una posible afectación de abducción del antepié. En ambos casos la prueba se con­ sidera positiva. Es importante pensar que la relación de la estática entre el antepié y el retropié de­ pende mucho de las articulaciones que con­ forman el mediopié (astragaloescafoidea,

PRUEBA DE ALINEACIÓN ANTEPIÉ-RETROPIÉ Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de la estática del pie.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas extendi­ das, los pies sobresaliendo por el borde infe­ rior de la camilla y los miembros superiores situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abarcando el calcáneo. La otra mano contacta con el empeine a la altura del mediopié.

Ejecución del test Con la mano interna, el terapeuta fija el calcáneo y el astrágalo en posición anató­ mica. Con la otra mano lleva a cabo una eversión del pie homolateral. Manteniendo esta posición, el terapeuta ha de percibir cualquier modificación que se genere en el eje longitudinal del calcáneo en relación con la parte distal de los huesos metatarsianos del segundo al cuarto.

FIGURA 1-406  Prueba de alineación antepié-retropié.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

327

calcaneocuboidea y calcaneoescafoidea). Luego, si existe una alteración de la estática del pie a nivel del mediopié o antepié, es necesario estudiar las articulaciones del mediopié.

TORSIÓN TIBIAL Esta prueba se utiliza para valorar los grados de torsión que presenta la tibia.

Posición del paciente En decúbito prono, con flexión de rodilla del lado a valorar de 90° y flexoextensión neutra del tobillo del mismo lado, de tal forma que oriente la planta del pie hacia el techo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble orientado hacia su cabeza.

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Ejecución del test El terapeuta traza dos líneas imaginarias: la primera sigue el eje longitudinal del fémur y la segunda es una línea longitudinal que, pasando por el borde externo del calcáneo, se dirige al borde externo del quinto dedo del pie. El terapeuta coloca un goniómetro con el eje situado a nivel de la parte posteroexterna del calcáneo y procede a medir el ángulo formado por la intersección de dichas lí­ neas.

Interpretación del test Si el terapeuta obtiene como resultado de la medición un ángulo superior a 18°, se puede pensar en una posible afectación por torsión anormalmente aumentada de tibia. En condiciones normales el valor del ángulo ha de situarse entre los 12° y los 18°. Hay que tener en cuenta la relación entre el fémur y la tibia y que una influirá de forma directa en la otra. La anteversión del fémur, por ejemplo, se suele relacionar con la tor­ sión tibial.

FIGURA 1-407  Torsión tibial.

PRUEBA DE COMPRESIÓN TIBIOPERONEA Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la articulación peroneotibial inferior.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas extendi­ das y los brazos a lo largo del cuerpo; los pies sobresalen por el borde inferior de la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el borde inferior de la camilla en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Con las eminencias tenares e hipotenares de ambas manos, contacta sobre los maléolos

328

CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

tibial y peroneal del pie a valorar, de tal for­ ma que los dedos se entrecruzan por la parte posterior del hueso calcáneo.

Ejecución del test El terapeuta realiza una presión de ambos ma­ léolos, intentando reducir el espacio entre ellos.

Interpretación del test Si se genera un cuadro álgico en el tobillo cuando el terapeuta lleva a cabo la maniobra, se puede pensar en una posible afectación de la articulación tibioperoneal inferior. En este caso se dice que la prueba es positiva. La sintomatología álgica puede presentar cierta irradiación proximal a lo largo del re­ corrido de la membrana interósea. Esto ayuda al terapeuta a discernir entre un dolor provo­

cado por la presión directa de los maléolos y un dolor provocado por el desplazamiento de ambos huesos durante la prueba. Antes de realizar esta prueba, el terapeuta ha de descartar otras lesiones del tipo fractura ósea o contusión, por ejemplo.

PRUEBA DE INVERSIÓN FORZADA DE TOBILLO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación de la porción anterior del ligamento lateral externo del tobillo.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas extendi­ das y los pies sobresaliendo por el margen inferior de la camilla, con los miembros superiores colocados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en fin­ ta doble en dirección craneal ligeramente des­ plazado del lado a valorar. Toma contacto con la mano interna abarcando la porción caudal de la tibia. La otra mano contacta con la palma sobre el borde lateral externo del antepié.

Ejecución del test El terapeuta fija la tibia del paciente a través del contacto interno. Manteniendo la fijación y cierta flexión plantar de tobillo, induce de forma pasiva con la otra mano un movimien­ to de inversión máxima del pie homolateral.

Interpretación del test

FIGURA 1-408  Prueba de compresión tibioperonea.

Si durante la realización de la maniobra se produce un cuadro álgico agudo a nivel del margen lateral externo del tobillo, se puede pensar en una posible afectación del ligamen­ to peroneoastragalino anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. El movimiento producido en la prueba genera un desplazamiento del hueso astrágalo en sentido anteroexterno. Este hecho genera un estiramiento del sistema ligamentario del compartimento externo del tobillo.

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

Realizando la misma maniobra con distintos grados de flexión plantar y dorsal del pie, el terapeuta puede focalizar en mayor medida el estrés sobre la porción anterior, media y posterior de este sistema ligamentario externo.

329

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Con la yema del segundo dedo reforzado con el tercero de la mano interna, toma contacto sobre la falange caudal del primer dedo por su cara plantar.

Ejecución del test El paciente ha de llevar a cabo un movimien­ to de flexión plantar del primer dedo del pie a valorar, movimiento que resiste el terapeuta.

Interpretación del test

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Si durante la realización de la prueba se ge­ nera un cuadro álgico a nivel de la porción posterior del astrágalo, se puede pensar en una posible afectación por un síndrome de la

FIGURA 1-409  Prueba de inversión forzada de tobillo.

SIGNO DE LA COLA DEL ASTRÁGALO Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación a nivel de la cola del hueso astrágalo.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas exten­ didas y los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla, con los brazos situados a lo largo del cuerpo.

FIGURA 1-410  Signo de la cola del astrágalo.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

cola del astrágalo. En este caso se dice que la prueba es positiva. Al pedirle al paciente la flexión resistida del primer dedo, se está testando el músculo flexor largo del primer dedo. La porción tendinosa de este músculo recorre la parte posterior del astrágalo, por lo que cualquier afectación de la región posterior de este hue­ so influye en mayor o menor medida sobre el tendón del flexor largo del primer dedo. Es importante realizar un buen diagnóstico diferencial, ya que la sintomatología gene­ rada durante la maniobra es compatible con otras afectaciones ligamentosas y tendinosas del retropié.

PRUEBA DE POSICIÓN NEUTRA DEL ASTRÁGALO

de la prueba, el terapeuta mantiene la misma flexión dorsal del pie a valorar y realiza una eversión de este. En ambas partes, el terapeuta ha de percibir cualquier movimiento en el astrágalo a través de su contacto sobre este.

Interpretación del test En condiciones normales, el astrágalo se des­ plaza en la misma medida tanto lateralmente en el movimiento de supinación del pie como medialmente en el movimiento de pronación. Si el terapeuta percibe un movimiento lateral o medial del astrágalo excesivamente aumentado o disminuido, se puede pensar en una posible alteración del posicionamiento de este en rela­ ción con la articulación tibioperoneaastragalina.

Esta prueba se utiliza para evaluar el posi­ cionamiento del astrágalo en relación a la articulación tibioperoneaastragalina.

Posición del paciente En decúbito dorsal, con las rodillas exten­ didas y los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla, con los miembros superiores situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal ligeramente desplazado del lado a valorar. Con los dos primeros dedos de la mano externa, toma contacto en pinza sobre la porción distal de los huesos metatarsianos cuarto y quinto, de forma que el pulgar repose sobre la cara dor­ sal y el índice sobre la plantar. Con los dos primeros dedos de la otra mano, el terapeuta abarca en pinza la cola del astrágalo.

Ejecución del test En una primera parte de la prueba, el tera­ peuta induce de forma pasiva a través del contacto externo una flexión dorsal del pie a valorar. Cuando aprecia un tope, lleva a cabo una inversión del pie. En la segunda parte

FIGURA 1-411  Prueba de posición neutra del as­ trágalo. A. Primera parte. (Continúa.)

1.4. Miembros inferiores | Tobillo y pie

331

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una presión de la musculatura de la parte posterior de la tibia a través de un cierre de sus manos.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba no se genera flexión plantar del pie del lado a va­ lorar o esta es muy leve en comparación con el miembro contralateral, se puede pensar en una posible afectación por rotura total o parcial del tendón de Aquiles. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales, al llevar a cabo la presión sobre la musculatura, el pie homolateral responde con una flexión plantar.

FIGURA 1-411 (cont.).  B. Segunda parte.

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PRUEBA SIMMOND Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por rotura del tendón de Aquiles.

Posición del paciente En decúbito ventral, con el miembro a valorar en flexión de 90° de rodilla, de forma que la planta del pie se oriente hacia el techo, y los brazos situados a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar en finta adelante a la altura del borde inferior de la camilla en dirección craneal. Toma contacto con ambas manos abarcando la musculatura de la parte posterior de la tibia.

FIGURA 1-412  Prueba de Simmond.

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CAPÍTULO | 1  La valoración manual en Reumatología, Traumatología y Ortopedia

PRUEBA DE CORRECCIÓN DEL ANTEPIÉ ADUCTUS Esta prueba se utiliza para evaluar la ca­ pacidad de corrección del pie en niños con antepié en varo o antepié aducto.

Si por el contrario el pie del niño no es capaz de corregir la posición tras la estimulación, se puede decir que la afectación en aducción del antepié es de tipo rígido e irreductible.

Posición del paciente En decúbito dorsal.

Posición del terapeuta En sedestación, a los pies de la camilla orientado hacia el niño. Toma contacto con una mano abarcando el calcáneo del lado a valorar.

Ejecución del test Con el dedo índice de la mano libre, el te­ rapeuta lleva a cabo una estimulación a lo largo del margen lateral del antepié del pie a valorar, realizando un deslizamiento desde el calcáneo hasta el quinto dedo del mismo.

Interpretación del test Si al realizar la estimulación, el pie del niño responde con una eversión del mismo de forma que el terapeuta es capaz de corregir momentáneamente la aducción de antepié, se puede decir que la afectación presenta un carácter flexible y corregible.

FIGURA 1-413  Prueba de corrección del antepié aductus.



Capítulo 2

La valoración manual en Neurología 2.1. Pruebas de valoración para patología neurológica PRUEBA DE MARCHA DE TALONES Y DE PUNTILLAS Esta prueba sirve para valorar la afectación radicular en las raíces de L4-L5 y L5-S1.

Posición del paciente De pie con los brazos paralelos al tronco.

Posición del terapeuta A un lado o de frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que camine primero sobre sus talones unos pasos y después sobre el antepié, de puntillas, intentando mantener el equilibrio.

Interpretación del test La imposibilidad de caminar de puntillas indica una lesión de S1 por afectación del músculo gastrocnemio, mientras que la imposibilidad de caminar de talones sugiere una lesión en el nivel L4-L5 por afectación del músculo tibial anterior. Por otro lado, hay que tener en cuenta que si existiera una lesión previa en el tendón de Aquiles de tipo tendinosis, ya habría una limitación en el movimiento que se solicita, por lo que la prueba no sería fiable, puesto que podría dar falsos positivos.

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FIGURA 2-1  Prueba de marcha de talones y de puntillas.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA DE LA CAÍDA Con esta prueba se puede estudiar la posible alteración a nivel medular que el paciente pueda presentar, con la consecuente disfunción neurológica.

Posición del paciente Sentado, sin necesidad de que apoye los pies en el suelo; estando en esta posición, se le pide que se coja las manos detrás de la espalda.

Posición del terapeuta De pie al lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test Se le pide al paciente que realice de forma activa una flexión cervical máxima, una flexión dorsal máxima y una flexión lumbar máxima. El terapeuta coloca su mano posterior en el occipucio del paciente intentando que en ningún momento se pierda la flexión que se ha ganado en el raquis. Con la mano caudal se toma un contacto en el antepié realizando una dorsiflexión máxima del tobillo. Una vez colocado en esta posición, se le pide al paciente que realice una extensión de rodilla de forma activa.

Interpretación del test Un dolor a la extensión de la rodilla o la imposibilidad de completar el arco completo de movimiento indica que la prueba es positiva, teniendo en ese caso una afectación medular o de las raíces nerviosas. Normalmente, dado que con esta prueba se consigue poner en tensión la médula y por tanto todas las raíces nerviosas, cuando aparece dolor en el paciente, este puede explicar en qué lugar específico sucede, para conocer en qué nivel medular se encuentra la lesión. Es importante observar el dolor al quitar la flexión cervical, ya que si el dolor persiste aun reduciendo tensión a nivel de la médula y raíces nerviosas, hay que pensar en un problema de acortamiento muscular posterior.

FIGURA 2-2  Prueba de la caída.

PRUEBA DE TRACCIÓN DEL NERVIO FEMORAL Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del nervio femoral en cualquier punto del recorrido del mismo, desde la emergencia de la raíz nerviosa hasta su porción terminal a nivel de la rodilla.

Posición del paciente En decúbito lateral sobre su parte sana, con cadera y rodilla flexionadas para mejorar la estabilidad del paciente.

Posición del terapeuta Detrás del paciente en finta adelante a la altura de su pelvis. Con la mano craneal toma un contacto globalmente sobre hemipelvis del lado afecto; la mano caudal toma un contacto,

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

pasando el antebrazo por debajo de la tibia del paciente, sobre la parte anterior de la rodilla. Es importante que la pierna que queda abajo, es decir, la pierna del lado sano, se coloque en flexión de cadera y rodilla para asegurar que la columna lumbar está en posición neutra y evitar así el aumento de lordosis lumbar que produce la ejecución de la prueba.

Ejecución del test El terapeuta solicita que de manera activa el paciente realice una flexión cervical, tras la cual se realiza de forma pasiva una extensión de cadera de unos 15° y una flexión de rodilla de unos 90°.

Interpretación del test Si durante la ejecución de la prueba el paciente refiere dolor a nivel de la zona anterior del

335

muslo, el test es positivo. Dependiendo de la zona en la que refiera más dolor, se puede conocer el punto en el cual el nervio se encuentra más vulnerable. El hecho de que el paciente introduzca flexión cervical hace que se sobreestire al máximo la raíz nerviosa objeto de estudio.

PRUEBA DE PHEASANT Con esta prueba se puede clarificar la posible existencia de una alteración a nivel lumbar por compresión neurológica.

Posición del paciente En decúbito prono con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta A un lado de la mesa de tratamiento a la altura de la cadera del paciente en finta doble orientado hacia este. Con su mano craneal, toma un contacto sobre las vértebras lumbares bajas del paciente mientras que con su mano caudal hace una toma en bandeja sobre el dorso de ambos tobillos.

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Ejecución del test La prueba consiste en realizar de forma pasiva una flexión máxima de rodilla de forma que se aproximen al máximo los talones a los glúteos, manteniendo dicha posición de 45 a 60 segundos. Una vez pasado el tiempo, se coloca la rodilla a 90° de flexión.

Interpretación del test

FIGURA 2-3  Prueba de tracción del nervio femoral.

Una vez colocada la rodilla a 90° de flexión, se observan los reflejos de rodilla y tobillo, de forma que si existe una disminución o abolición de los mismos o un aumento en la facilitación de la musculatura de la pantorrilla por la compresión de las raíces de L3 o L4, la prueba es positiva. Esto puede ocurrir debido a la compresión de las raíces nerviosas a nivel lumbar: cuando se realiza la flexión máxima de las rodillas, se provoca indirectamente una extensión

336

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

lumbar que ocasiona una tracción del nervio femoral. Por otro lado, si existe una zona vertebral alterada, puede provocar disfunción neurológica por atrapamiento.

haciéndole preguntas sobre lo que se está evaluando y valorando la discriminación que puede hacer.

Ejecución del test Con la ayuda de una aguja con un extremo fino y otro romo, el terapeuta realiza un estímulo con ambos extremos de forma aleatoria y sin avisar, preguntando al paciente si la estimulación se está haciendo con el extremo punzante o con el extremo romo, así como el lugar de aplicación. El paciente debe tener los ojos cerrados.

Interpretación del test El test es positivo si el paciente no es capaz de diferenciar si la aplicación del estímulo

FIGURA 2-4  Prueba de Pheasant.

TEST DE PINCHAZO-ROCE Este test se utiliza para la valoración de la sensibilidad superficial dolorosa del paciente.

Posición del paciente Sentado, en decúbito supino, en decúbito prono o de pie.

Posición del terapeuta Al lado del paciente, tomando la zona que quiere evaluar, de forma que en todo momento le explique aquello que vaya a hacer,

FIGURA 2-5  Test de pinchazo-roce. A. Estímulo punzante. (Continúa.)

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

337

Posición del terapeuta Cerca del paciente a un lado o frente a este.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que dé entre 3 y 5 pasos hacia delante y hacia atrás con los ojos cerrados.

Interpretación del test En caso de que el paciente no tenga ninguna alteración o afectación, este describe una línea recta en su marcha tanto anterior como posterior. En caso de afectación o disfunción en el centro vestibular periférico, el paciente presenta una marcha normal, estándar, con los ojos

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FIGURA 2-5 (cont.)  B. Estímulo romo.

se está haciendo con el extremo romo o con el extremo punzante. También es positivo si no sabe diferenciar la zona en la que se está realizando el estímulo. Con esta prueba se puede determinar una alteración en la sensibilidad dolorosa del paciente, que se debe confirmar con la realización de pruebas más específicas que clarifiquen y encuadren el nivel medular afectado.

PRUEBA DE LA MARCHA A CIEGAS O DE BABINSKI-WEIL Con esta prueba se intenta poner de manifiesto una alteración en el sistema vestibular.

Posición del paciente De pie.

FIGURA 2-6  Prueba de la marcha a ciegas o de Babinski-Weil.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

abiertos mientras que cuando los cierra, la marcha queda desviada hacia el lado del oído alterado, describiendo una característica marcha en estrella. Por otro lado, en caso de una afectación a nivel vestibular central, el paciente describe una típica marcha de borracho, atáxica, con dismetría y temblor, tanto con los ojos abiertos como con los ojos cerrados.

PRUEBA DE LA SILLA ROTATIVA Esta prueba se utiliza para la valoración de patología vertiginosa, valorando la existencia o no de alteraciones a nivel vestibular. Con esta prueba se pretende determinar si los vértigos que el paciente presenta se deben a una alteración del oído interno del cerebro, o bien a un problema vascular intracraneal.

Posición del paciente Sentado en una silla con respaldo que pueda girar unos 180°.

Posición del terapeuta Frente al paciente, controlando la velocidad de giro y observando la respuesta durante la ejecución de la prueba.

Ejecución del test El terapeuta hace girar la silla del paciente en sentido horario y antihorario, parando unos 10 segundos entre vuelta y vuelta. Le solicita al paciente que mantenga los ojos abiertos durante toda la prueba.

Interpretación del test Si al realizar la prueba el paciente no presenta mareos ni nistagmos, se considera que el test es negativo, descartando así un problema en el sistema vestibular. En caso contrario, el test es positivo y se deben realizar pruebas específicas para el desorden interno del aparato vestibular.

FIGURA 2-7  Prueba de la silla rotativa.

PRUEBA DE FIJACIÓN Esta prueba pone de manifiesto una posible alteración o disfunción del oído interno.

Posición del paciente Sentado en una silla que pueda girar unos 180°.

Posición del terapeuta Frente al paciente, controlando la velocidad de giro y observando la respuesta durante la ejecución de la prueba.

Ejecución del test El terapeuta coloca un punto fijo al cual el paciente debe mirar y que girará con él. Este efecto se puede conseguir haciendo que el paciente sujete un objeto y extienda el brazo para poderlo mirar continuamente mientras se mueve junto con el paciente durante el movimiento de la silla.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

339

Una vez colocado en esta posición, se procede a girar la silla alternativamente hacia un lado y hacia el otro.

rona motora superior presentará lesión en su normal desarrollo en las sinapsis.

Interpretación del test

En decúbito supino, con los brazos paralelos al tronco y las rodillas estiradas sobre la camilla.

Si el paciente no puede mantener la mirada fija en el punto indicado por el terapeuta, el test es positivo y se dice que puede existir una alteración a nivel central. En caso de que no disminuya la fijación y haya una mejora, se debe a una alteración vestibular bilateral.

Posición del paciente

Posición del terapeuta De pie en finta doble, a los pies del paciente, orientado hacia este.

Ejecución del test

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Con la ayuda de la punta de su dedo índice, el terapeuta realiza un raspado, sin que este raspado provoque dolor, por el borde externo del pie del paciente, desde el talón hacia los dedos, abarcando la curvatura de los metatarsianos.

FIGURA 2-8  Prueba de fijación.

SIGNO DE BABINSKI O REFLEJO CUTÁNEO PLANTAR Con este signo se puede valorar una posible alteración o disfunción en la vía piramidal del sistema nervioso, de forma que la neu-

FIGURA 2-9  Signo de Babinski o reflejo cutáneo plantar.

340

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Interpretación del test La respuesta normal es una flexión plantar del pie y de los dedos, siendo esto un signo de Babinski negativo. En caso de ser positivo, ante el estímulo el paciente realiza una extensión del pie y de los dedos, sobre todo del primer dedo del pie; además, puede abrir el resto de los dedos en abanico. Hay que tener en cuenta que entre los 0 y 2 años de edad es normal encontrar un Babinski positivo, ya que este reflejo normal desaparece en torno a los dos años.

PRUEBA DE ROMBERG Esta prueba se utiliza para detectar un posible problema en el sistema vestibular o en el sistema nervioso central.

Posición del paciente De pie con los talones pegados y los brazos relajados a ambos lados del tronco.

Posición del terapeuta Al lado del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta solicita que el paciente cierre los ojos de manera activa y aproxime sus piernas y pies; para poner más intención a la prueba, le puede pedir que cierre la mano en un puño sin dejar de apretar.

Interpretación del test Si el paciente se mantiene erguido sin oscilación para ningún lado, la prueba es negativa y hay que concluir que el paciente no presenta ninguna alteración ni disfunción. El test es positivo si el paciente se desequilibra cuando cierra los ojos. Se puede diferenciar si se trata de una afectación vestibular periférica o central. Si la afectación es periférica, el paciente se inclina o cae hacia el lado de la lesión cuando mantiene los ojos cerrados y este desequilibrio desaparece con los ojos abiertos. En caso de ser central, el paciente no puede controlar

FIGURA 2-10  Prueba de Romberg.

su cuerpo y este desequilibrio se mantiene en estática incluso con los ojos abiertos.

SIGNO DE ROSSOLIMO Con este signo se puede valorar la presencia de disfunción o alteración del tracto piramidal del sistema nervioso.

Posición del paciente En decúbito supino con las piernas estiradas.

Posición del terapeuta A los pies del paciente en finta doble orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test El terapeuta estimula mediante percusión la cara plantar del surco metatarsofalángico del pie del miembro inferior a evaluar.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

341

Interpretación del test

Ejecución del test

Cuando el terapeuta estimula dicha zona, la respuesta del paciente ha de ser la flexión de los dedos del pie; en caso contrario, el signo es positivo, existiendo la posibilidad de una disfunción piramidal.

El terapeuta realiza una compresión y una fricción profunda en la musculatura de la zona anteroexterna de la pierna en dirección caudal y de manera constante con la ayuda del primer dedo de la mano externa.

Interpretación del test

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La respuesta buscada por el terapeuta es la extensión del primer dedo del pie, respuesta que se considera positiva. En caso de que dicha respuesta no aparezca, es un signo de Oppenheim negativo que indica la existencia de una anomalía a nivel de la vía piramidal.

FIGURA 2-11  Signo de Rossolimo.

SIGNO DE OPPENHEIM Con este signo se puede valorar la presencia de disfunción o alteración de la vía piramidal del sistema nervioso.

Posición del paciente En decúbito supino o sentado.

Posición del terapeuta Lateralmente al paciente en finta adelante del lado contrario al lado a evaluar orientado hacia sus pies.

FIGURA 2-12  Signo de Oppenheim.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA DE LASÈGUE (STRAIGHT LEG RAISING TEST) Esta prueba se utiliza para poner de manifiesto la existencia de una radiculopatía lumbar de origen mecánico por afectación del nervio ciático.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos paralelos al tronco reposando sobre la camilla y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a explorar del paciente a la altura de las tibias en finta doble orientado hacia este. Con la mano craneal, el terapeuta toma un contacto por debajo del tercio distal del muslo del lado a explorar, y con la mano caudal contacta abarcando el calcáneo del mismo lado.

mente el terapeuta aplica una aproximación máxima de la cadera manteniendo los 10° menos que antes habían hecho desaparecer el dolor. Si en esta posición aparece de nuevo el dolor, aun con 10° menos de flexión de cadera, probablemente se trata de una afectación del músculo piramidal de la pelvis. Si en esta posición no aparece dolor, hay una retracción de los músculos isquiotibiales. Esta prueba fue descrita en 1881 por Forst, un discípulo de Lasègue. De Beurmann introdujo pocos años después la teoría del estiramiento del nervio y posteriormente otros autores como Brudzinski o Fajerstajn fueron completando la prueba original, a la que se añadieron parámetros de flexión cervical, dorsiflexión de tobillo o la rotación interna y aducción de la cadera.

Ejecución del test El terapeuta flexiona la cadera del paciente unos 70° manteniendo la rodilla en extensión. Es posible añadir parámetros de ligera rotación interna y aducción de la cadera con el fin de aumentar la tensión sobre el nervio.

Interpretación del test El test se considera positivo si aparece dolor en la zona lumbar, en la parte posterior de la pierna o en ambos sitios por atrapamiento del nervio ciático. En caso de que la prueba sea positiva, el dolor puede ser debido a tres causas principalmente: hernia discal lumbar, espasmo del músculo piramidal de la pelvis o retracción de los músculos isquiotibiales. Para el diagnóstico diferencial, hay que realizar varias pruebas. En un primer momento, se realiza un ligero descenso de la pierna de unos 10°, suficiente para que el dolor desaparezca; entonces, el terapeuta introduce una flexión dorsal máxima de tobillo. Si el dolor vuelve a aparecer, se trata de una afectación a nivel de la emergencia de las raíces nerviosas. En caso de que el dolor no aparezca, se vuelve a realizar flexión plantar hasta posición neutra de tobillo y seguida-

FIGURA 2-13  Prueba de Lasègue (straight leg raising test).

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

343

PRUEBA DE BENDER GESTALT

Interpretación del test

Con esta prueba se obtiene información acerca de la capacidad visual del individuo, de su desarrollo y de sus posibles alteraciones o disfunciones neurológicas.

Si el paciente no es capaz de reproducir la figura o presenta dificultad en la percepción de la misma, la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE BINET/BINET-SIMON Esta prueba consiste en un conjunto de preguntas que se utilizan para determinar la edad mental de un niño.

En frente del paciente.

Posición del paciente

Ejecución del test

Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre una mesa.

El terapeuta utiliza una serie de figuras geométricas básicas y solicita al paciente que, teniendo el modelo a la vista, las copie en un papel en blanco.

Posición del terapeuta En sedestación, en frente del paciente.

Ejecución del test El terapeuta realiza varias preguntas al paciente y va anotando las respuestas que le da.

Interpretación del test Atendiendo a las respuestas del paciente, el terapeuta determina la edad mental del niño y la compara con su edad cronológica.

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• A los 3 años el niño debe saber su apellido,

FIGURA 2-14  Prueba de Bender Gestalt.

reproducir oralmente dos cifras numéricas y una oración pequeña que previamente le ha dicho el terapeuta, detallar un dibujo que le presenta y tocarse con la punta del dedo índice la boca, la nariz y los ojos. A • los 4 años el niño debe reproducir oralmente tres cifras que le dicta el terapeuta, debe conocer su propio sexo, reconocer varios objetos (monedas, cuchillos y llaves) y reconocer dos trazos distintos. A • los 5 años el niño debe reproducir una frase larga del terapeuta, contar monedas (no menos de cuatro), hacer un puzle, reproducir gráficamente un cuadro y discernir entre cargas distintas. A • los 7 años el niño debe completar dibujos inacabados, nombrar formas geométricas simples, reproducir gráficamente oraciones escritas y nombrar monedas distintas.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA DE COMPLETAR FRASES DE ROTTER Esta prueba se utiliza para conocer el ámbito emocional del paciente.

FIGURA 2-15  Prueba de completar frases de Rotter.

Posición del paciente En sedestación con los brazos apoyados sobre una mesa.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

345

Posición del terapeuta En sedestación, frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le entrega al paciente una hoja en la que vienen impresas distintas frases incompletas. Este las ha de completar.

Interpretación del test Atendiendo a lo que contesta el paciente, el terapeuta puede conocer los sentimientos, pensamientos y opiniones del paciente. A partir de ellos se pueden intuir problemas de la esfera emocional del paciente.

PRUEBA DE CRAFTS Esta prueba se utiliza para diagnosticar alteraciones piramidales en el sistema nervioso central.

Posición del paciente

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En decúbito supino, con los brazos reposando sobre la camilla a lo largo del cuerpo y las piernas relajadas en la camilla con las rodillas extendidas.

FIGURA 2-16  Prueba de Crafts.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE DEDO-DEDO

En bipedestación, lateralmente al paciente a la altura de sus pies en finta doble del lado contrario al lado a evaluar.

Esta prueba se utiliza para determinar afectaciones atáxicas.

Ejecución del test Con la ayuda de un martillo de reflejos, el terapeuta golpea la parte anterior de la articulación tibioperoneoastragalina del paciente del lado a evaluar.

Interpretación del test Si existe disfunción de la vía piramidal, el paciente realiza de forma refleja una flexión dorsal del primer dedo del pie del lado que se está valorando. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos, con los ojos cerrados durante toda la prueba.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que contacte la yema del segundo dedo de una de sus

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

manos con la nariz, luego con la oreja del mismo lado y, finalmente, que lleve ambos brazos a abducción. Seguidamente y para terminar la prueba, le pide al paciente que una los índices de ambas manos de forma que queden enfrentados el uno con el otro.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de llevar a cabo todos los movimientos o tiene dificultad para realizarlos, puede ser indicativo de alguna alteración atáxica. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que contacte de forma veloz la yema del segundo dedo de la mano del lado a evaluar con la punta de la nariz. Seguidamente le pide que lleve a cabo el mismo procedimiento con los ojos cerrados.

Interpretación del test Si el paciente no puede llevar a cabo el movimiento de una forma coordinada y rápida, se puede pensar en alguna alteración del cerebelo.

FIGURA 2-17  Prueba de dedo-dedo.

PRUEBA DE DEDO-NARIZ Esta prueba se realiza para discriminar posibles disfunciones del cerebelo.

FIGURA 2-18  Prueba de dedo-nariz.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

PRUEBA DE DIBUJAR A UNA PERSONA SEGÚN KOPPITZ Esta prueba se utiliza para determinar la capacidad mental en niños.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre una mesa.

A

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FIGURA 2-19  Prueba de dibujar a una persona según Koppitz. A. Ítems esperados. (Continúa.)

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

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B

FIGURA 2-19 (cont.) B. Ítems excepcionales. (Continúa.)

Posición del terapeuta

Interpretación del test

En sedestación, a un lado del paciente.

Atendiendo a lo que dibuje el niño, el terapeuta determina su edad mental. Para ello toma unos valores dependiendo de los detalles del dibujo y de la edad y sexo del niño, de tal forma que divide esos valores en esperados y excepcionales.

Ejecución del test El terapeuta le ofrece al niño una hoja en blanco y un lápiz y le pide que realice el dibujo de una figura humana completa.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

349

C

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FIGURA 2-19 (cont.)  C. Puntuaciones.

Cada detalle se valora sobre uno si aparece o menos uno si no aparece en el dibujo. La suma de puntuaciones determina si la edad cronológica del niño se aleja de la mental.

Aparte de estos valores, el terapeuta también puede obtener información del ámbito emocional del niño dependiendo de los detalles del dibujo y a quién dibuje.

PRUEBA DE FIJACIÓN DE BÁRÁNY

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para determinar lesiones vestibulares en relación con las aferencias cerebrales.

El terapeuta le pide al paciente que fije la mirada en un punto concreto de la habitación y extienda su brazo y dedo índice apuntando hacia esa dirección. Seguidamente, con el brazo en la misma posición le pide al paciente que cierre los ojos.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación a un lado del paciente.

Interpretación del test En estados de salud óptimos el brazo puede descender un poco de posición al cerrar los ojos el paciente. En cambio, si existen lesiones vestibulares o cerebrales, el brazo

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

se desplaza de forma exagerada, apuntando mucho más lejos de lo que lo hacía con los ojos abiertos. En este último caso se dice que la prueba es positiva.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que se ponga en bipedestación y que inicie la marcha. Recorridos unos metros, le pide de repente que se detenga y gire sobre sí mismo.

Interpretación del test Un paciente con problemas atáxicos es incapaz de llevar a cabo estos movimientos de forma precisa, coordinada y rápida. Este tipo de pacientes presenta muchas oscilaciones, movimientos lentos y vacilaciones. En este caso la prueba se considera positiva. De la misma forma, el terapeuta le puede pedir como parte de la prueba que suba y baje escalones, que ande de espaldas o que lo haga con los ojos cerrados.

FIGURA 2-20  Prueba de fijación de Bárány.

PRUEBA DE FOURNIER Esta prueba se utiliza para determinar posibles alteraciones atáxicas.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente, observándolo.

FIGURA 2-21  Prueba de Fournier (marcha atáxica).

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

PRUEBA DEL HABLA DISTORSIONADA BIAURAL Esta prueba se utiliza para la valoración del sistema nervioso central.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, de frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta susurra en cada oído una oración inacabada y distinta a la del otro oído. Tras escucharlas, el paciente las ha de completar.

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Interpretación del test Si el paciente es incapaz de completar las oraciones, se puede decir que existe una alteración del sistema nervioso en relación con la coordinación de varios modelos lingüísticos. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE KUHLMANN La prueba de Kuhlmann es una prueba de inteligencia realizada en niños.

Posición del paciente En sedestación, con brazos paralelos al tronco y los antebrazos apoyados sobre la mesa.

Posición del terapeuta En sedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le proporciona al paciente un test que consta de subpruebas de varios tipos que el niño ha de realizar en un tiempo concreto, entre 50 y 75 minutos. Las subpruebas en la que se divide el test son de distinta índole, algunas de oraciones y preguntas y otras no verbales.

Interpretación del test

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Es una prueba muy utilizada de forma grupal para comparar el nivel de inteligencia de los niños de una misma clase o con otros colegios. Utiliza unas valoraciones concretas para determinar las puntuaciones de la prueba y según la edad del niño que la realiza.

PRUEBA DEL LABERINTO DE PORTEUS Esta prueba se utiliza para el conocimiento del estado mental del paciente.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y los antebrazos reposando sobre la mesa.

Posición del terapeuta FIGURA 2-22  Prueba del habla distorsionada biaural.

En sedestación, a un lado del paciente.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Ejecución del test El terapeuta le proporciona al paciente una serie de diez laberintos. Este los debe ir rea­ lizando uno a uno con un lápiz sin levantar la punta del papel, sin tocar las líneas que representan las paredes del laberinto, sin equivocarse de dirección y sin realizarlo mentalmente señalando con el dedo. El tiempo para realizar los diez laberintos de la prueba es de 25 minutos como máximo.

Interpretación del test Los laberintos van incrementando la dificultad. Los siete primeros permiten un fallo cada uno por parte del paciente y los tres restantes, cuatro fallos cada uno. Una vez realizados todos los laberintos, el terapeuta suma los valores siguiendo un

baremo concreto de puntos, que relacionará con el tiempo de ejecución de la prueba. El fracaso por parte del paciente a la hora de la realización de la prueba está unido a posibles alteraciones del lóbulo frontal cerebral.

PRUEBA DE LICHTHEIM Esta prueba se utiliza para la valoración del sistema nervioso central en personas con problemas de afasia.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le dice al paciente una palabra que este no es capaz de pronunciar; por ejemplo, “esternocleidomastoideo”. El paciente tiene que indicar el número de sílabas de esa palabra.

Interpretación del test Si el paciente es capaz de señalar el número de sílabas que tiene la palabra que el terapeuta le ha facilitado, es indicativo de un problema de fibras de asociación más que de la propia corteza cerebral. Si no es capaz de identificar el número de sílabas, la afectación afásica puede tener un inicio puramente cortical.

PRUEBA DE TALÓN-RODILLA Con esta prueba se valora la coordinación del paciente en cuanto a los movimientos de las extremidades se refiere.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta FIGURA 2-23  Prueba del laberinto de Porteus.

Lateralmente al paciente, a la altura de su pelvis en finta doble.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

Ejecución del test

SIGNO DE ANDRÉ THOMAS

A petición del terapeuta, el paciente ha de realizar una flexión de cadera y rodilla de la pierna a evaluar, de forma que con el talón de la pierna que flexiona tome contacto con la rodilla de la otra pierna, que se encuentra extendida.

Esta prueba se utiliza para explorar un posible problema a nivel del sistema nervioso central, especialmente a nivel cerebeloso.

Interpretación del test

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Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Si el paciente no realiza de manera correcta dicho movimiento, se puede pensar en una posible afectación de la coordinación, ya que su sistema nervioso está mandando información errónea, probablemente por disfunción de los centros nerviosos. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del terapeuta

FIGURA 2-24  Prueba de talón-rodilla.

FIGURA 2-25  Signo de André Thomas.

En un lateral a la altura de los hombros del paciente en finta doble, tomando contacto con uno de los brazos del mismo.

Ejecución del test Durante la prueba el paciente debe permanecer relajado. De forma pasiva, el terapeuta

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

lleva el brazo del paciente sobre la cabeza; una vez allí, le pide que siga relajado, dejando caer el brazo sin que se lo espere sobre su propia cabeza.

Interpretación del test El signo es negativo si el paciente presenta un reflejo frenando la caída del brazo para no autogolpearse, lo que es indicativo de que no existen alteraciones cerebelosas. Por el contrario, si el paciente deja caer el brazo sobre su cabeza sin controlar, el signo es positivo y se puede sospechar que el paciente presenta manifestaciones de una posible afectación a nivel cerebeloso.

SIGNO DE BAILLARGER Con esta prueba se pretende esclarecer la posibilidad de que un paciente se encuentre en un estado de demencia por una afectación del sistema nervioso central.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas. FIGURA 2-26  Signo de Baillarger.

Posición del terapeuta Lateralmente al paciente, a la altura de sus hombros; tomando contacto con los párpados del paciente, procede a abrirlos para la visualización de sus pupilas.

SIGNO DE BARRÉ Con este signo se pretende verificar la existencia de un problema a nivel de las vías piramidales del paciente.

Posición del paciente Ejecución del test Durante la exploración, el terapeuta debe comparar el estado de las pupilas del paciente.

Interpretación del test En condiciones normales, el terapeuta observa que ambas pupilas tienen el mismo tamaño. La desigualdad en el tamaño de las pupilas entre un ojo y el otro indica la posibilidad de la existencia de demencia paralítica.

En decúbito prono, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a nivel de las piernas del paciente lateralmente al mismo en finta doble orientado hacia los pies.

Ejecución del test El terapeuta solicita que el paciente realice una flexión de 90° de las dos rodillas, de forma que las piernas quedan correctamente en la vertical con los pies orientados hacia el techo.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

355

Interpretación del test

Posición del terapeuta

En caso de que el paciente no aguante o soporte dicha posición, el signo de Barré es positivo. En este caso hay que realizar más pruebas específicas para localizar el lugar de la lesión piramidal.

Al lado del paciente, controlando el giro de la silla.

Ejecución del test Para la valoración, el terapeuta hace girar al paciente aproximadamente durante 30 segundos; al pararlo, le muestra un objeto para que lo mire fijamente.

Interpretación del test

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Si una vez parado, el paciente realiza movimientos involuntarios con los ojos al mirar el objeto, hay presencia de nistagmos, por lo que se debe evaluar la causa específica que lo provoca con otras pruebas complementarias. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 2-27  Signo de Barré.

PRUEBA DE BÚSQUEDA DE UN NISTAGMO El nistagmo puede tener relación con el estrabismo o con cataratas, así como con alteraciones en el sistema vestibular o el sistema nervioso central. Esta prueba se utiliza para detectar un nistagmo en caso de patología del paciente.

Posición del paciente En sedestación sobre una silla giratoria.

FIGURA 2-28  Prueba de búsqueda de un nistagmo.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

SIGNO DE CANTELLI

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para estudiar la correcta disociación entre los movimientos de la cabeza y los movimientos de los ojos. Se utiliza para detectar problemas en el sistema nervioso central.

El terapeuta solicita al paciente que lo mire y que flexione y extienda la cabeza con los ojos abiertos y relajados sin perder en ningún momento la visión sobre él.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta Sentado frente al paciente, controlando sus ojos.

Interpretación del test En condiciones normales, el paciente ha de elevar los ojos al flexionar la cabeza, y bajar los ojos al extender la cabeza; en este caso se dice que la prueba es negativa. En caso de no ocurrir este signo, el paciente no presenta una buena disociación de los movimientos de la cabeza y de los ojos, hecho que indica una lesión a nivel del sistema nervioso central que se debe estudiar con pruebas más específicas.

FIGURA 2-29  Signo de Cantelli. A. En flexión. B. En extensión.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

SIGNO DE CHARCOT Esta prueba se utiliza para el diagnóstico de una parálisis facial.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente, controlando sus ojos.

Ejecución del test

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El terapeuta solicita al paciente que abra y cierre los ojos de manera exagerada para es-

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tirar y contraer la cara, y, por consiguiente, su musculatura.

Interpretación del test Lo normal es que al realizarlo de manera bilateral, exista una compensación o igualdad en ambos lados de la cara, concluyendo que el paciente presenta un signo de Charcot negativo. El signo de Charcot es positivo si la ceja se eleva unilateralmente en la parálisis facial periférica o se evidencia una alteración en su contracción muscular y el paciente no es capaz de bajarla.

FIGURA 2-30  Signo de Charcot. A. Apertura de ojos. B. Cierre de ojos.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

SIGNO DE CHVOSTEK, DE CHVOSTEK-WEISS También conocido como signo de Weiss, se da sobre todo en pacientes que presentan unos niveles bajos de calcio.

Posición del paciente O sentado o en decúbito supino.

Posición del terapeuta En bipedestación frente al paciente en finta doble, colocando sus dedos sobre las mejillas del paciente.

Ejecución del test El terapeuta percute de manera suave y seguida en las mejillas del paciente con sus dedos, esperando la respuesta a valorar.

Interpretación del test Si el signo es positivo, el paciente presenta signos de tetania, con una reacción de contracción de los músculos de la expresión facial.

SIGNO DE GOWERS Con este signo se valora la presencia de alteraciones a nivel neuromuscular presentes en patologías tales como la distrofia muscular tipo Duchenne.

Posición del paciente En una posición de decúbito prono con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta O a un lado, o detrás o delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que se levante sin apoyarse.

Interpretación del test Si el paciente se ayuda de sus brazos para incorporarse lentamente y después, de algún modo, trepa sobre su propio cuerpo hasta conseguir la vertical, se trata de un signo de Gowers positivo. Este signo es característico de pacientes con distrofia muscular tipo Duchenne, en la que existe un deterioro importante a nivel muscular; el paciente suele cansarse rápidamente ante cualquier esfuerzo, ya que no sólo queda afectado a nivel muscular, sino por todo lo que ello conlleva a nivel respiratorio, cardíaco y demás sistemas orgánicos.

SIGNO DE GUILLAND Esta prueba evalúa cualquier alteración de la irritación meníngea que pueda presentar el paciente.

Posición del paciente FIGURA 2-31  Signo de Chvostek, de Chvostek-Weiss.

En decúbito supino con piernas extendidas y completamente relajado.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

Posición del terapeuta En bipedestación lateralmente al paciente a la altura de sus extremidades inferiores en finta adelante, orientado hacia sus pies.

SIGNO DE HIRSCHBERG (REFLEJO ADUCTOR DEL PIE) Con este signo se pretende evaluar una afectación en el paciente de la vía piramidal.

Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta pellizca uno de los cuádriceps del paciente observando la respuesta de la otra pierna, que queda libre, sin evitar cualquier movimiento reflejo que se produzca.

En supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Interpretación del test Si el paciente realiza una flexión de cadera y de rodilla cuando recibe el estímulo a través de la pierna contraria, el signo es positivo, por lo que existe la posibilidad de que presente afectación neuromeníngea.

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FIGURA 2-32  Signo de Guilland.

Posición del terapeuta En bipedestación a los pies del paciente, en finta doble orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test Con el paciente totalmente relajado, el terapeuta aplica un estímulo suave en la base del primer metatarsiano por la cara plantar.

FIGURA 2-33  Signo de Hirschberg (reflejo aductor del pie).

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Interpretación del test

Posición del terapeuta

En caso positivo, el paciente responde ante el estímulo con una aproximación del pie hacia la línea media e indica la posibilidad de que presente una alteración en la vía piramidal.

En bipedestación frente al paciente en finta doble orientado hacia este.

SIGNO DE HOFFMAN Gracias a la evaluación del signo de Hoffman se puede verificar la existencia de hiperreflexia, que se manifiesta como una alteración en la sensibilidad y la movilidad del paciente, y, por tanto, a través de sus vías piramidal y extrapiramidal.

Posición del paciente Sentado, con las manos sobre la mesa de tratamiento.

Ejecución del test Con la yema del dedo índice de una de sus manos, el terapeuta realiza una percusión sobre las uñas de los dedos índice, corazón y anular (segundo, tercero y cuarto dedos) de la mano a valorar.

Interpretación del test Si cuando el terapeuta percuta sobre las uñas de los dedos del paciente, este flexiona dichos dedos (e incluso del pulgar) de manera involuntaria, se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE KERNIG Esta prueba se utiliza para la valoración de un posible problema de meningitis o de afectaciones de tipo radicular.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos reposados sobre la camilla y las piernas con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie, en el lado de la pierna a valorar en finta doble a la altura de la pelvis del paciente orientado hacia sus pies. Toma contacto con la mano inferior abarcando el calcáneo del lado a valorar. La otra mano contacta con la rodilla del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta toma la pierna a valorar y la conduce hacia los 90° de flexión de cadera. Una vez en esta posición, intenta llevar la rodilla de forma pasiva a extensión máxima. Como alternativa a esta ejecución se pueden realizar los mismos movimientos pero de forma activa-asistida.

Interpretación del test FIGURA 2-34  Signo de Hoffman (reflejo digital).

Si el terapeuta no consigue llevar la pierna del paciente hacia la posición anteriormente

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

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citada porque existe tensión o dolor en la parte posterior de la articulación de la rodilla o en la columna vertebral que impide la extensión máxima, se puede pensar en un problema de meningitis o de afectación radicular. Existe una variante de este signo en la cual se pueden mantener fijas las piernas sobre la camilla y el terapeuta levanta el tronco del paciente para sentarlo, gesto imposible en una persona con meningitis o afectaciones radiculares, quien, ante el dolor, se resiste al movimiento flexionando las rodillas.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos reposados sobre la camilla a lo largo del cuerpo y las piernas con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado contrario al que se va a valorar en finta doble a la altura de las manos del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con la mano craneal agarrando la muñeca del paciente del lado a estudiar de forma que la mano quede en una posición relajada de semiflexión de las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas. A través del dedo índice,

FIGURA 2-35  Signo de Kernig.

SIGNO DE KLEIST Se trata de un reflejo patológico presente en afectaciones de vías piramidales.

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FIGURA 2-36  Signo de Kleist.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

acaricia con la mano caudal la palma de la mano del paciente.

Interpretación del test Si el paciente abarca el dedo del terapeuta y lo agarra con firmeza, se puede afirmar la presencia del reflejo patológico. Llegados a este punto, el terapeuta le pide al paciente que le suelte la mano; si se la suelta, se llega a la conclusión de que el signo es incompleto. Si en cambio el paciente no puede soltarle la mano, es indicativo de una lesión piramidal de mayor gravedad.

SIGNO DE KLIPPEL-WEIL Se trata de un reflejo patológico presente en afectaciones de las vías piramidales.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos, o en decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, en el lado de la mano a valorar orientado hacia el paciente a la altura de su tórax.

Ejecución del test El terapeuta toma la mano del paciente a valorar, que presenta cierta flexión previa de los dedos, y los lleva todos menos al primero a extensión de forma súbita y veloz.

Interpretación del test Si al extender el terapeuta los dedos de forma súbita, el pulgar se dobla y se aproxima hacia la palma de la mano, se trata de un signo de Klippel-Weil positivo, y se puede pensar en una lesión de las vías piramidales. Es un signo muy típico en pacientes hemipléjicos.

FIGURA 2-37  Signo de Klippel-Weil.

SIGNO DE LÉRI Esta prueba se utiliza para determinar una afectación de la vía piramidal.

Posición del paciente En sedestación con las manos reposadas sobre los muslos o en decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, en el lado de la mano a valorar a la altura de la misma en finta adelante orientado hacia la cabeza del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma la mano a valorar del paciente y genera sobre ella una flexión de muñeca y dedos.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

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Interpretación del test

Ejecución del test

Se considera un signo de Léri positivo si al llevar a cabo la acción sobre el lado afecto, se produce una flexión patológica de la articulación del codo del mismo lado.

El terapeuta toma el pie a valorar y lleva a cabo una compresión transversal de los huesos del tarso. También es posible realizar la prueba induciendo una flexión plantar de los dedos del pie.

Interpretación del test

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Ante las acciones del terapeuta y en presencia de un reflejo patológico, el paciente tiende a disuadir el movimiento apartando la pierna. Este gesto se puede seguir produciendo aunque el paciente no pueda mover la pierna en determinados estados patológicos, como por ejemplo una hemiplejía.

FIGURA 2-38  Signo de Léri.

SIGNO DE MARIE-FOIX Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de un posible reflejo patológico en el pie.

Posición del paciente En decúbito supino, con las piernas en extensión sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación a los pies del paciente en finta doble orientado hacia su cabeza.

FIGURA 2-39  Signo de Marie-Foix.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA DE PHALEN Esta prueba se utiliza para valorar un posible atrapamiento del nervio mediano a nivel del túnel carpiano.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie o sentado, de frente al paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de ambas muñecas de forma que contacte la zona dorsal de las dos manos la una contra la otra; una vez en esta posición, le pide que baje simultáneamente ambos codos. Esta nueva posición aumenta aún más la flexión de las muñecas y, por consiguiente, la compresión del nervio mediano a nivel del túnel carpiano. El paciente debe conservar esta postura durante al menos un minuto.

Interpretación del test En condiciones normales, la prueba no debe dar sintomatología alguna. La aparición de hormigueos o la intensificación de estos en el recorrido del nervio mediano (tres primeros dedos y cara externa del cuarto) durante la realización de la prueba, puede ser significativo de un síndrome del túnel carpiano. La aparición de dolor en la mano durante la prueba puede significar que existen afectaciones del carpo sin necesidad de que exista el síndrome del túnel carpiano. Hay que tener en cuenta dos cuestiones: la cronicidad de la lesión puede alterar los resultados del test y la posibilidad de que aparezcan síntomas de hormigueos en individuos sanos por el mantenimiento excesivo de las posiciones que conforman la prueba.

FIGURA 2-40  Prueba de Phalen.

PRUEBA DE PHALEN INVERSA Esta prueba se utiliza para la valoración del atrapamiento del nervio mediano en el túnel carpiano.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie o sentado, frente al paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve ambas manos a la vez a extensión máxima uniéndolas la una contra la otra a nivel de sus caras palmares. Debe mantener esta posición durante al menos un minuto.

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2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

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Interpretación del test

Posición del paciente

Si el paciente soporta la posición sin padecer adormecimiento de las manos, se puede descartar el síndrome del túnel carpiano. Si por el contrario aparecen hormigueos en la porción de la mano correspondiente al recorrido del nervio mediano, puede ser indicativo de este síndrome, ya que esta posición aumenta la presión del nervio mediano a nivel del túnel carpiano. Esta prueba es menos significativa que la prueba de Phalen.

Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie o sentado a un lado del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que intro­ duzca los dedos de la mano a evaluar en agua templada. Debe mantenerlos así durante al menos 10 minutos. Tras este tiempo, el paciente saca la mano del agua y se la enseña al tera­ peuta, quien observa si los dedos están arruga­ dos o no.

FIGURA 2-41  Prueba de Phalen inversa.

PRUEBA DE RUGOSIDAD Esta prueba se utiliza para detectar una posible alteración en las terminaciones nerviosas de las manos.

FIGURA 2-42  Prueba de rugosidad.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Interpretación del test

Posición del terapeuta

El hecho de que todos los dedos de la mano que el paciente ha sumergido en el agua estén arrugados indica una buena inervación de la mano; en este caso, la prueba es negativa. Si por el contrario algún dedo no lo está, puede ser indicativo de una denervación local. Conociendo el recorrido de cada nervio, se puede discernir en cuál de ellos se encuentra la alteración dependiendo de qué dedos no se arrugan.

De pie o sentado, lateralmente al paciente o enfrente a este.

PRUEBA DE SOSTENIMIENTO DE UNA AGUJA Esta prueba se utiliza para la valoración neuromotora y sensitiva de la mano.

Posición del paciente Sentado, con los antebrazos apoyados sobre la camilla.

Ejecución del test El terapeuta le ofrece una aguja al paciente. Este la tiene que coger sosteniéndola entre los pulpejos del dedo pulgar y el dedo índice de la mano a evaluar. Se repite el gesto varias veces pidiéndole al paciente que cierre los ojos para llevarlo a cabo.

Interpretación del test El poder llevar a cabo la acción indica la integridad tanto de la sensibilidad de la mano como de la fuerza de la musculatura interósea y lumbrical.

PRUEBA DE SOSTENIMIENTO DE UNA LLAVE Esta prueba se utiliza para evaluar la inervación neuromotora y sensitiva de la mano.

Posición del paciente Sentado, con los antebrazos apoyados sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie o sentado, en frente del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que sostenga una llave con la mano a evaluar entre la yema del pulgar y la articulación interfalángica proximal del segundo dedo después de haber realizado una flexión de la misma. La posición emula el agarre que se realiza de forma natural cuando se utiliza una llave para abrir una cerradura.

Interpretación del test

FIGURA 2-43  Prueba de sostenimiento de una aguja.

Para que el paciente pueda llevar a cabo la acción, es necesaria la integridad nerviosa de la musculatura de los dedos de la mano que se está evaluando.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

367

de la mano a explorar y que lo apriete con todas sus fuerzas.

Interpretación del test Para demostrar la integridad de los nervios del miembro que se evalúa, el paciente ha de ejercer una presión sobre el manguito que llegue o supere los 200 mmHg. Dependiendo del sexo y de la edad del paciente, los valores de presión pueden variar. Es importante que todas las pruebas se lleven a cabo de forma bilateral. Si el paciente es incapaz de llegar a los 200 mmHg, se dice que la prueba es positiva, concluyendo que el paciente presenta una alteración en la inervación de los músculos de la mano.

FIGURA 2-44  Prueba de sostenimiento de una llave.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

PRUEBA DE PRENSIÓN DEL MANGUITO Esta prueba se utiliza para realizar una valoración global de los nervios de la mano.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie o sentado frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta aumenta la presión de un manguito de esfigmomanómetro hasta los 200 mmHg. Llegados a este punto, se le pide al paciente que lo agarre con todos los dedos

FIGURA 2-45  Prueba de presión del manguito.

368

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA DE OCHSNER

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza como prueba específica para la valoración de la integridad del nervio mediano.

Si el paciente puede llevar a cabo el movimiento y puede mantener la postura, es indicativo de la integridad del nervio mediano y la prueba es negativa. Se considera que la prueba es positiva si el paciente no es capaz de llevar a cabo el movimiento o no lo puede mantener; en este caso se puede concluir que existe una parálisis del nervio, porque no se pueden flexionar los dedos índice y corazón (se encuentran en extensión) debido a la denervación del músculo flexor profundo de los dedos.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente o frente a este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que una ambas palmas de las manos y entrecruce los dedos de ambas manos, en posición de orante.

PRUEBA DE LA BOTELLA SEGÚN LÜTHY Esta prueba se utiliza para la evaluación de una neuropatía del nervio mediano, generalmente por atrapamiento.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta proporciona una botella al paciente y le pide que la sostenga abarcándola con el primer y segundo dedos de la mano a valorar.

Interpretación del test

FIGURA 2-46  Prueba de Ochsner.

Si el paciente puede sostener la botella sin problemas, es indicativo de integridad del nervio mediano. Por el contrario, si el paciente no puede sostener la botella, se puede decir que existe afectación de este nervio, ya que el músculo abductor corto del primer dedo no adapta la mano a la forma de la botella. En este último caso la prueba es positiva.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

369

Interpretación del test Si el paciente puede formar una “O” entre sus dedos índice y pulgar y ejercer la fuerza suficiente para que el terapeuta no consiga separarlos, se puede decir que no existe disfunción ni compresión nerviosa del nervio interóseo anterior. En el caso de que el paciente no consiga realizar dicha forma entre sus dedos o el terapeuta consiga modificarla con facilidad, existe un síndrome del nervio interóseo anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Los músculos más importantes para esta prueba, inervados por el nervio interóseo anterior, son el músculo flexor profundo del segundo dedo y el músculo flexor largo del pulgar.

FIGURA 2-47  Prueba de la botella según Lüthy.

PRUEBA DE LA “O” Esta prueba se utiliza para diagnosticar posibles afectaciones del nervio interóseo anterior. © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta Sentado o de pie, lateralmente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test En un primer momento, el terapeuta le pide al paciente que forme una “O” uniendo las yemas de los dedos índice y pulgar de la misma mano. Una vez realizado este gesto, el terapeuta realiza una fuerza de separación de ambos dedos que el paciente tiene que resistir.

FIGURA 2-48  Prueba de la “O”.

370

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA DE SUJECIÓN EN LA PALMA DE LA MANO Esta prueba se utiliza para la valoración neuromotora y de la sensibilidad a nivel del nervio cubital y del nervio mediano.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie o sentado, lateralmente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta facilita al paciente una pelota y le pide que la abarque con la mano a valorar y que la apriete con firmeza.

Interpretación del test El terapeuta valora la musculatura de los dedos que intervienen en la acción, sobre todo los músculos flexores de los dedos y el músculo aproximador del pulgar; con este gesto se comprueba la integridad de los nervios mediano y cubital de la mano del paciente. En el caso de que el paciente agarre la pelota sin cerrar completamente sobre ella todos los dedos de la mano, la prueba es positiva. Si los dedos que se quedan sin encerrar la pelota son los tres primeros dedos, se puede decir que el paciente tiene una alteración del nervio mediano, mientras que si los dedos que se quedan sin encerrar la pelota son el cuarto o el quinto, se puede decir que el paciente tiene una afectación del nervio cubital de la mano.

PRUEBA DE SUJECIÓN GROSERA Esta prueba se utiliza para la valoración neuromotriz y de la sensibilidad de la mano.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta Sentado o de pie, lateralmente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le ofrece al paciente un lápiz y le pide que lo agarre con firmeza abarcándolo con todos los dedos de la mano. El terapeuta ejerce una fuerza sobre el lápiz como para quitárselo.

Interpretación del test

FIGURA 2-49  Prueba de sujeción en la palma de la mano.

La integridad de los nervios de la mano hace posible que la flexión de los dedos sea total y vigorosa. La incapacidad del paciente de mantener el lápiz en la mano a valorar indica que la prueba es positiva.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

371

Interpretación del test En óptimas condiciones de los nervios de la mano, el paciente es capaz de realizar el gesto sin dificultad alguna y con precisión. Se dice que la prueba es positiva cuando el paciente es incapaz de llevar a cabo el gesto o lo hace sin unir exactamente la yema de los dedos. En este último caso se puede decir que existe una afectación de ramas del nervio mediano.

FIGURA 2-50  Prueba de sujeción grosera.

PRUEBA DE UNIÓN DACTILAR

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Esta prueba se utiliza para la valoración de la integridad neuromotora y sensitiva de la mano.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos. También se puede realizar en bipedestación.

FIGURA 2-51  Prueba de unión dactilar.

Posición del terapeuta De pie, lateral al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que junte las yemas del primer y segundo dedos de la mano a valorar formando un círculo entre los dos dedos.

PRUEBA RÁPIDA DE FUNCIONALIDAD DEL NERVIO MEDIANO Esta prueba se utiliza para realizar una diagnosis rápida de una posible afectación del nervio mediano.

372

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Posición del paciente

Posición del terapeuta

2. Partiendo de la posición inicial, tiene que llevar todos los dedos a flexión cerrando la mano. 3. Por último, el paciente tiene que realizar una flexión a nivel de la muñeca y extender los dedos.

De pie o sentado, en frente o lateralmente al paciente.

Interpretación del test

De pie o sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una serie de movimientos con las manos: 1. Que aproxime el primer dedo de la mano a valorar hacia el quinto dedo de la misma mano y una sus puntas (movimiento de oposición del pulgar).

Si el paciente es incapaz de llevar a cabo todos y cada uno de los gestos por separado, es indicativo de una afectación del nervio mediano, por lo que la prueba es positiva. Se llega a esta conclusión porque los principales músculos que llevan a cabo cada una de las acciones anteriormente descritas (oponente del pulgar y flexores comunes de los dedos) están inervados por dicho nervio.

FIGURA 2-52  Prueba rápida de funcionalidad del nervio mediano. A. Oposición del pulgar. B. Flexión de los dedos. (Continúa.)

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

373

Interpretación del test Si la mano se cierra completamente, se puede decir que existe integridad del nervio cubital; en este caso la prueba es negativa. Si por el contrario al llevar a cabo la acción los dedos anular y meñique quedan estirados y no se pueden cerrar como el resto, se pone en duda la integridad del nervio cubital y la prueba se considera positiva. Esto se debe a que la musculatura interósea de la mano afecta no puede realizar su función de forma óptima. Dependiendo de la cronicidad de la lesión, la atrofia de dicha musculatura puede o no evidenciarse.

FIGURA 2-52 (cont.)  C. Flexión de la muñeca.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

PRUEBA RÁPIDA DE FUNCIONALIDAD DEL NERVIO CUBITAL Esta prueba se utiliza para la valoración rápida de una afectación del nervio cubital.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie o sentado, en frente o lateralmente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que flexione todos los dedos de la mano a valorar de tal forma que cierre el puño.

FIGURA 2-53  Prueba rápida de funcionalidad del nervio cubital.

374

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

PRUEBA RÁPIDA DE FUNCIONALIDAD DEL NERVIO RADIAL Esta prueba sirve para determinar una posible afectación del nervio radial.

Posición del paciente Sentado con el codo del miembro a valorar en flexión de 90° y posición neutra de flexoextensión de muñeca.

Posición del terapeuta De pie o sentado, en frente o lateral al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le solicita al paciente que rea­ lice una extensión de la muñeca de la mano a valorar.

Interpretación del test Una óptima función del nervio radial permite llevar a cabo la acción sin ningún tipo de problema. Ante la imposibilidad de realizar el gesto, el terapeuta puede pensar en la afectación del nervio radial. Partiendo de la posición inicial, se puede incluir otro gesto como parte de la prueba. El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una separación del primer dedo. Si es incapaz de hacerlo, el terapeuta puede pensar en afectación del músculo separador largo del primer dedo, inervado por el nervio radial.

SIGNO DE DUCHENNE Esta prueba se utiliza para la evaluación de afectaciones radiculares en el miembro inferior.

Posición del paciente Tumbado boca arriba, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie en finta doble al borde inferior de la camilla ligeramente desplazado del lado a valorar orientado hacia la cabeza del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con la mano interna sobre el calcáneo del paciente, mientras que con el índice de la otra mano rea­ liza una resistencia a la eversión del pie del paciente, al que previamente le ha indicado que realice dicho movimiento.

Interpretación del test

FIGURA 2-54  Prueba rápida de funcionalidad del nervio radial.

Si el paciente puede llevar a cabo este gesto y vencer la resistencia que le ofrece el terapeuta, demuestra un buen tono de la musculatura peroneal; en este caso la prueba es negativa. Si no puede vencer la resistencia del terapeuta hacia eversión, es indicativo de una posible afectación de la raíz nerviosa S1, que se refleja en una pérdida del tono muscular de los músculos peroneos; en este caso se dice que la prueba es positiva.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

375

y la cara externa de la primera falange del segundo dedo de la mano a explorar. El terapeuta sujeta el papel por el extremo opuesto. Seguidamente, tira de él mientras le indica al paciente que no debe soltarlo.

Interpretación del test Si el paciente es capaz de llevar a cabo la acción sin necesidad de flexionar la falange distal del dedo gordo, se demuestra la integridad del nervio cubital y la prueba es negativa. En una posible afectación del nervio cubital, el músculo aductor corto del pulgar presenta una disminución de tono, por lo que el paciente se ve obligado a activar el músculo flexor corto del pulgar para suplir su acción y flexiona la articulación interfalángica distal; en este caso la prueba se considera positiva.

FIGURA 2-55  Signo de Duchenne.

SIGNO DE FROMENT

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La presencia de este signo en el paciente indica la alteración del nervio cubital, así como del músculo aductor del pulgar.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al cuerpo y las manos sobre los muslos o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta Sentado o de pie, frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le ofrece un trozo de papel al paciente y le indica que lo agarre con fuerza por un extremo entre la yema del primer dedo

FIGURA 2-56  Signo de Froment. A. Posición de partida. (Continúa.)

376

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

a valorar y realiza de forma pasiva una extensión máxima de la articulación de la rodilla.

Interpretación del test Si el paciente soporta sin dolor el movimiento y la posición final de flexión de cadera con extensión máxima de rodilla, la prueba es negativa y se puede concluir que no hay afectación radicular. Si durante la realización de la prueba el paciente extiende el tronco y refiere dolor en la parte posterior de la pierna, la prueba es positiva e indica afectación radicular del nervio ciático. Una alternativa a la hora de realizar la prueba consiste en que el paciente lleve a cabo de forma activa la flexión de cadera con extensión de rodilla.

FIGURA 2-56 (cont.)  B. Debilidad del músculo aductor corto del pulgar.

SIGNO DE LASÈGUE EN SEDESTACIÓN (PRUEBA DE RECLINACIÓN) Esta prueba se realiza para la valoración de una posible afectación radicular en los miembros inferiores.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las palmas de las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con ambas manos sobre el calcáneo de la pierna del paciente

FIGURA 2-57  Signo de Lasègue en sedestación (prueba de reclinación).

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

SIGNO DE LASÈGUE-MOUTAUD-MARTIN (SIGNO DE LASÈGUE CRUZADO)

377

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para evaluar posibles afecciones radiculares en miembros inferiores.

El terapeuta realiza de forma pasiva una flexión de cadera con la rodilla en extensión de la pierna del paciente sobre la que había tomado contacto previo (pierna sana).

Posición del paciente

Interpretación del test

Tumbado boca arriba con los brazos reposando sobre la camilla y las piernas relajadas con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie, en finta doble del lado sano a la altura de las piernas del paciente. Con la mano superior toma contacto sobre la rodilla del lado sano y con la otra abarca el talón de la misma pierna.

La prueba es positiva si al llevar a cabo la maniobra sobre la pierna sana se activa la sintomatología álgica en el lado afecto e indica una afectación radicular del nervio ciático, posiblemente por una hernia discal lumbar.

SIGNO DE THOMSEN Esta prueba se realiza para la evaluación de afectaciones radiculares en los miembros inferiores.

Posición del paciente Tumbado boca abajo, con los brazos a lo largo del cuerpo reposando sobre la camilla.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

De pie en finta doble, del lado a valorar a la altura de las rodillas del paciente. Con la mano superior, toma contacto sobre la parte posterior del muslo del lado de la pierna a evaluar. Con la otra mano toma un contacto sobre la superficie plantar del pie de la misma pierna.

Ejecución del test El terapeuta lleva la rodilla de forma pasiva hacia los 90° de flexión y seguidamente introduce una flexión dorsal máxima de tobillo.

Interpretación del test

FIGURA 2-58  Signo de Lasègue-Moutaud-Martin (signo de Lasègue cruzado).

Al llevar a cabo la acción de la prueba, el terapeuta puede tocar el ciático por encima de la rodilla en pacientes con afectaciones radiculares. Por lo general, en este tipo de pacientes este proceso suele despertar un cuadro álgico.

378

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

a evaluar. La otra mano toma un contacto con la parte dorsal del tobillo de la misma pierna.

Ejecución del test El terapeuta levanta la pierna a evaluar unos grados extendiendo la cadera a la vez que lleva la rodilla a flexión máxima.

Interpretación del test La nueva posición que el terapeuta impone al paciente genera tensión en el nervio femoral. Si existe atrapamiento del nervio femoral o afectación radicular del mismo, aparece un dolor en la parte anterior de la pierna del paciente que se irradia hacia la cara interna de

FIGURA 2-59  Signo de Thomsen.

SIGNO FEMORAL DE LASÈGUE (SIGNO DE LASÈGUE INVERTIDO) Esta prueba se utiliza para la evaluación de una posible afectación radicular del nervio femoral (raíz nerviosa L3-L4).

Posición del paciente Boca abajo, con los brazos a lo largo del cuerpo reposando sobre la camilla y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta De pie, en el lado contrario a la pierna a valorar en finta doble a la altura de los muslos del paciente. La mano caudal toma un contacto bajo la parte anterior del muslo del paciente en su parte más cercana a la rodilla de la pierna

FIGURA 2-60  Signo femoral de Lasègue (signo de Lasègue invertido).

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

la rodilla. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta sintomatología puede ser indicativa de un problema de tipo hernia discal de los niveles lumbares medios (L3-L4). El diagnóstico diferencial ayuda al terapeuta a discernir entre dolor por tracción del nervio femoral y disfunciones de cadera o contracturas musculares.

PRUEBA DE ABEL Esta prueba se utiliza para evaluar posibles alteraciones de la concentración.

Posición del paciente En sedestación, con los antebrazos apoyados sobre una mesa.

379

Posición del terapeuta En sedestación o de pie, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que flexione el codo, intentándose tocar con los dedos la clavícula del mismo lado del miembro que está valorando. El terapeuta resiste el movimiento contactando con el antebrazo del paciente. Seguidamente y, sin previo aviso, deja de oponer resistencia.

Interpretación del test Si el paciente es capaz de controlar el brazo y se detiene sin problema cuando el terapeuta deja de ofrecer la resistencia, se puede

Posición del terapeuta En sedestación frente al paciente o en bipedestación lateral a este.

Ejecución del test El terapeuta le ofrece al paciente un folio con una serie de números escritos. El paciente ha de ordenarlos según las indicaciones que de forma clara le indique el terapeuta. Por ejemplo: “ordénalos de mayor a menor”, “ordénalos de menor a mayor”, etc.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test Un paciente sin ningún problema de concentración es capaz de ordenar los números de la forma que le indique el terapeuta. Ante una alteración de la capacidad de concentración, el paciente es incapaz de llevar a cabo las peticiones del terapeuta.

PRUEBA DE HOLMES-STEWARD O PRUEBA DEL REBOTE Esta prueba se utiliza para la valoración de afectaciones cerebelosas.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

FIGURA 2-61  Prueba de Holmes-Steward o prueba del rebote.

380

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

concluir que no existe afectación del cerebelo y que la prueba es negativa. Por el contrario, si al quitar la resistencia el paciente es incapaz de controlar el brazo e impacta contra su propio hombro, es indicativo de afectación cerebelosa. En este caso se dice que la prueba es positiva. Este tipo de alteración impide un óptimo control de la musculatura antagonista, que es incapaz de reaccionar de forma súbita.

los, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

PRUEBA DE LAS MANOS

El terapeuta le pide al paciente que lleve a abducción todos los dedos de ambas manos, separándolos. Una vez en esta posición le pide que enfrente ambas palmas de las manos.

Esta prueba se utiliza para la valoración de trastornos neurológicos de las vías piramidales.

Interpretación del test

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los mus-

Si hay una mano que abduce los dedos menos que la otra, puede ser indicativo de una afectación de la vía piramidal. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE MOBERG Esta prueba se utiliza para la valoración de la sensibilidad táctil.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos o en bipedestación con los brazos a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que cierre los ojos o aparte la mirada hacia un lado. Seguidamente le ofrece un objeto fácilmente reconocible, un objeto que forme parte de la vida cotidiana de cualquier persona. Sin mirar, el paciente ha de reconocer el objeto únicamente valiéndose de sus manos.

Interpretación del test FIGURA 2-62  Prueba de las manos.

El paciente ha de reconocer una serie de objetos, en total nueve, de distintas características. A través de esta prueba se valora

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

la sensibilidad táctil del paciente. Si el paciente es incapaz de reconocer los utensilios ofrecidos por el terapeuta, se puede pensar en la falta de integridad de los nervios que conducen la sensibilidad de las manos. En este caso se dice que la prueba es positiva.

381

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta intenta unir los pulgares del paciente (uno contra el otro), mientras que este último intenta llevarlos a separación y a extensión.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La incapacidad del paciente para vencer la resistencia del terapeuta, por lo general de una única mano, se puede traducir como una afectación del tracto piramidal. Ante un positivo en esta prueba, hay que realizar un diagnóstico diferencial correcto acerca de una posible lesión del nervio radial, ya que esta lesión da un positivo.

FIGURA 2-63  Prueba de Moberg.

SIGNO DE BARRAQUER-BORDAS Esta prueba se utiliza para la valoración de una posible afectación de la vía piramidal.

Posición del paciente En sedestación o bipedestación, con las manos enfrentadas por la cara palmar, sin que se toquen los dedos, por lo que los tiene que extender.

FIGURA 2-64  Signo de Barraquer-Bordas.

382

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

SIGNO DE DUTEMPS-CESTAN

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de una posible parálisis facial.

Si el paciente presenta parálisis facial, no puede cerrar ambos ojos, ya que el párpado del lado afecto se eleva. En este caso la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación o en bipedestación en frente del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test

SIGNO DE JOUSSET Esta prueba se utiliza para la evaluación de una posible afectación del nervio frénico.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta

El terapeuta le pide al paciente que fije la mirada al frente y que cierre los ojos.

En bipedestación lateralmente al paciente del lado a evaluar en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 2-65  Signo de Dutemps-Cestan.

FIGURA 2-66  Signo de Jousset.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

383

Ejecución del test Con los dedos índice y medio de una mano, el terapeuta realiza una compresión en el espacio situado entre la quinta y sexta costillas del lado a valorar, por la parte más próxima al esternón del paciente.

Interpretación del test Si se presenta dolor en la zona del tórax donde contactan los dedos del terapeuta, puede ser indicativo de una neuralgia del nervio frénico.

SIGNO DE LEGENDRE Esta prueba se utiliza para la evaluación de la hemiplejia a nivel de la musculatura facial.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación, con los brazos a lo largo del tronco, o en sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta

FIGURA 2-67  Signo de Legendre.

En bipedestación o sedestación, en frente del paciente orientado hacia este.

SIGNO DE NEGRO

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para la valoración de la parálisis facial.

El terapeuta le pide al paciente que cierre los ojos. Seguidamente, con el índice tira del párpado de uno de los ojos del paciente hacia arriba, intentando elevarlo. Luego lleva a cabo la misma acción en el otro ojo.

Interpretación del test En caso de hemiplejia a nivel facial, el párpado del lado afecto opone menos fuerza al dedo del terapeuta y este puede abrir el ojo del lado afecto con mayor facilidad que el del lado sano. En este caso la prueba es positiva.

Posición del paciente En bipedestación con los brazos a lo largo del tronco, o en sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, en frente del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que mire hacia el techo sin realizar extensión de la columna cervical.

384

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Interpretación del test

Posición del terapeuta

El terapeuta tiene que fijarse en los ojos del paciente y observar si uno asciende más que el otro, ya que en pacientes con parálisis facial periférica el ojo de la hemicara dañada llega más arriba que el del lado sano. Si ocurre este fenómeno, la prueba es positiva.

En sedestación, en frente del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test Con una aguja el terapeuta raspa la palma de la mano a valorar a la altura de escafoides y trapecio, mientras observa el mentón del paciente. Se ha de llevar a cabo el gesto de forma bilateral.

Interpretación del test En personas sin ningún tipo de problema neurológico, se activa un reflejo de contracción del mentón al realizar la acción. En este caso la prueba es negativa e indica el parámetro de normalidad.

FIGURA 2-68  Signo de Negro.

SIGNO DE RADOVICI Esta prueba se utiliza para la valoración de lesiones neurológicas faciales y centrales.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos colocadas sobre los muslos.

FIGURA 2-69  Signo de Radovici.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

En personas afectas por parálisis facial, se encuentra el reflejo activo en un hemicuerpo mientras que en el otro está abolido. En este caso la prueba es positiva. Si al llevar a cabo la estimulación con la aguja se produce una hiperreflexia en el hemicuerpo dañado, es indicativo de afectación a nivel central.

SIGNO DE REVILLIOD Esta prueba se utiliza para la valoración de la parálisis facial.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

385

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que mire al frente y guiñe primero un ojo y que, una vez abierto guiñe el otro.

Interpretación del test Las personas con afectación del nervio facial superior no son capaces de guiñar el ojo de la hemicara dañada. En este caso la prueba es positiva e indica una lesión del nervio facial homolateral.

SIGNO DE RUGGERI Esta prueba se utiliza para la valoración del sistema simpático del paciente.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, en frente del paciente orientado hacia este.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta toma el pulso del paciente y lo anota. Seguidamente toma un objeto con las manos y le pide al paciente que lo mire fijamente. De forma súbita se lo acerca a la punta de la nariz hasta que el paciente se ponga bizco. Después de llevar a cabo la acción, le vuelve a tomar el pulso.

Interpretación del test

FIGURA 2-70  Signo de Revilliod.

Si el pulso aumenta tras el gesto del terapeuta, puede ser indicio de una ortosimpaticotonía, es decir, un predominio del sistema ortosimpático del paciente.

386

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Interpretación del test En personas sin afección cerebelosa, cuando el terapeuta lleva a cabo la acción se produce una reacción de elevar inconscientemente los brazos y las piernas al verse caer hacia atrás de forma imprevista. En pacientes con algún problema cerebeloso, las piernas y los brazos se quedan quietos y no se levantan ni se mueven durante la maniobra.

FIGURA 2-71  Signo de Ruggeri.

SIGNO DE SOUQUES Esta prueba se utiliza para la valoración de afecciones cerebelosas.

Posición del paciente Sentado en una silla con los pies tocando el suelo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta

FIGURA 2-72  Signo de Souques.

De pie, en finta doble, situado detrás del paciente.

SIGNO DE TRÖMMER

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para la valoración de alteraciones de las vías piramidales.

El terapeuta agarra por la parte superior la silla sobre la que está sentado el paciente y tira de ella hacia su abdomen de forma imprevista, dejando apoyadas sólo dos de sus cuatro patas.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

Posición del terapeuta

SIGNO DE WEISS

En bipedestación o en sedestación, frente al paciente orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para la valoración de afectaciones del nervio facial.

Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta toma la mano a valorar del paciente. Con un martillo de reflejos o con la yema del dedo índice, propicia un pequeño golpe imprevisto a la uña del segundo, tercer o cuarto dedos.

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Sentado en una silla con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Al llevar a cabo la acción, a las personas con alteraciones piramidales se les dobla de forma inconsciente la última porción del primer dedo y las dos articulaciones distales del resto de dedos. En este caso la prueba se considera positiva.

En bipedestación o en sedestación, lateralmente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test

FIGURA 2-73  Signo de Trömmer.

FIGURA 2-74  Signo de Weiss.

El terapeuta golpea ligeramente con su dedo índice el ángulo ocular externo.

388

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Interpretación del test

Ejecución del test

En personas con afectación del nervio facial se produce un espasmo súbito de la musculatura inervada por este nervio. Este signo suele ser positivo en patologías tetánicas o histéricas.

El terapeuta contacta las yemas de sus pulgares en ambos párpados del paciente. Seguidamente le pide a este que intente bajarlos, es decir, que cierre los ojos, movimiento que resiste el terapeuta. Al llevar a cabo la acción el terapeuta observa las pupilas del paciente.

SIGNO DE WESTPHAL-PILCZ Esta prueba se utiliza para la valoración de afectaciones de tipo neuróticas.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Interpretación del test Si el terapeuta observa una modificación en las pupilas de tipo miosis al realizar la acción, puede ser significativo de un estado neurótico del paciente.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE GOLDSCHEIDER

En bipedestación o en sedestación, frente al paciente en finta adelante orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para la valoración de la sensibilidad térmica.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación o en sedestación, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma algunas varas metálicas a distinta temperatura y las va pasando de una en una por la piel de la parte del cuerpo del paciente que quiere valorar.

Interpretación del test

FIGURA 2-75  Signo de Westphal-Pilcz.

Una vez ha rozado con las varas al paciente, el terapeuta le insta a adivinar qué vara es la más fría y cuál, la más caliente. En estados de salud óptimos, el paciente es capaz de discernir la temperatura de las varas. En caso de que el paciente no sea capaz de diferenciar las distintas temperaturas de las varas la prueba es positiva e indica que existe una alteración de la sensibilidad térmica.

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

389

metatarsianos de la mano del paciente del lado a valorar.

Interpretación del test Al realizar la acción, en pacientes con alguna afectación piramidal se produce un movimiento reflejo en la mano. Los dedos se extienden de forma súbita y vuelven a su posición inicial, como si se tratara de una cuerda elástica la cual vuelve rápido a su forma primaria tras ser tensada. En este caso la prueba es positiva.

FIGURA 2-76  Prueba de Goldscheider.

PRUEBA DEL ARCO

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Esta prueba se utiliza para la valoración de afectación de la vía piramidal.

Posición del paciente En sedestación, con el antebrazo del lado a valorar reposando sobre sus muslos de forma que la palma de la mano quede mirando al techo y los dedos, semiflexionados. FIGURA 2-77  Prueba del arco.

Posición del terapeuta En sedestación, a un lado o frente al paciente en finta adelante orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta golpea suavemente con la yema de su dedo índice sobre la cabeza de los

PRUEBA DE BRAGARD Esta prueba se utiliza para realizar el diagnóstico diferencial entre el signo de Lasègue verdadero y el seudosigno de Lasègue en una patología que curse con sintomatología de tipo ciático.

390

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Posición del paciente En decúbito supino con los miembros superiores a lo largo del cuerpo y las piernas estiradas.

Posición del terapeuta En bipedestación lateralmente al paciente en finta doble a la altura de sus rodillas. Con su mano craneal toma un contacto sobre la rodilla del paciente del lado a explorar mientras que con la mano caudal toma un contacto en la parte posterior del tobillo, a nivel de su calcáneo.

Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva una flexión de la articulación de la cadera del lado a evaluar manteniendo la pierna en cuestión con extensión de rodilla. Cuando aparece el

dolor ciático (signo de Lasègue), el terapeuta realiza una ligera extensión de la pierna, bajándola hacia la camilla lo suficiente para que el dolor desaparezca. Una vez abolido el dolor, el terapeuta va introduciendo de forma progresiva una flexión dorsal del pie máxima para ver si el dolor se recrudece o no.

Interpretación del test Si al realizar la flexión dorsal del tobillo aparece un cuadro álgico de característica filiforme en la parte posterior de la pierna, la prueba es positiva. El signo de Bragard positivo indica una compresión radicular del nervio ciático. Un dolor sordo e inespecífico en la parte posterior del muslo y su propagación a la articulación de la rodilla indica distensión de la musculatura isquiotibial y no debe considerarse un signo de Lasègue positivo.

PRUEBA DE INDICACIÓN DE BRAZOS EXTENDIDOS: TEST DE BARRÉ Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación neurológica de la vía piramidal.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a flexión de 90° ambas articulaciones glenohumerales con supinación de antebrazos, de forma que las palmas de las manos queden hacia arriba. Una vez en esta posición, le pide que cierre los ojos y la mantenga.

Interpretación del test FIGURA 2-78  Prueba de Bragard.

Si el terapeuta percibe que uno de los miembros superiores del paciente va cayendo progresivamente, se puede pensar en una

2.1.   Pruebas de valoración para patología neurológica

391

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a flexión de 90° ambas articulaciones glenohumerales con pronación de antebrazos, de forma que las palmas de las manos queden orientadas hacia el suelo (posición de sonámbulo). Una vez en esta posición, le pide que la mantenga con los ojos cerrados. Seguidamente, el paciente ha de realizar elevaciones en flexión de las rodillas de forma alternativa sin moverse del sitio.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba el terapeuta percibe que el paciente se inclina hacia uno de los lados, se puede pensar en una afectación del sistema vestibular homolateral al lado de la inclinación. En este caso se dice

FIGURA 2-79  Prueba de indicación de brazos extendidos: test de Barré.

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afectación neurológica de la vía piramidal. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE PISOTEO DE ROMBERG Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del sistema vestibular o una afectación del sistema cerebeloso.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos paralelos al tronco.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 2-80  Prueba de pisoteo de Romberg.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

que la prueba es positiva. Esta prueba también puede indicar una afectación del cerebelo. Si por el contrario el paciente se mantiene erguido sin oscilar hacia ningún lado, es indicativo de una normalidad tanto del sistema vestibular como del cerebelo, y se dice que la prueba es negativa.

PRUEBA DE TENSIÓN DURAL Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de una posible afectación por meningitis en niños.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos paralelos al tronco y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del niño en finta doble a la altura de la pelvis orientado hacia este. Toma contacto con la mano superior bajo la cabeza del niño. Con la otra mano abarca ambas rodillas a la vez.

FIGURA 2-81  Prueba de tensión dural.

Ejecución del test El terapeuta induce en el niño una flexión cervical máxima acompañada de flexión de rodillas y caderas hasta completar el rango de movilidad articular. De esta forma se genera una tensión dural máxima.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparece un dolor agudo en la espalda o la cabeza del niño, se puede pensar en una posible afectación por meningitis. En este caso se dice que la prueba es positiva. También se considera positiva si el terapeuta no es capaz de realizar esta maniobra por encontrar una importante resistencia a su realización. Al llevar a cabo la maniobra, el terapeuta induce una tensión importante sobre la duramadre del niño, tensión que genera un cuadro álgico importante ante la presencia de afectaciones durales.

PRUEBA DE MITTELMEYER Esta prueba se utiliza para la evaluación del tipo de alteración vestibular que presenta el paciente.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que ande unos metros por una sala sin obstáculos y con los ojos cerrados.

Interpretación del test El paciente con alteración vestibular no anda en línea recta, sino que se desvía hacia un

2.2.   Pruebas para la valoración de los nervios craneales

lateral. Dependiendo de hacia qué lado se desvíe, la afectación vestibular es de excitación o disminución de función. En ambos casos se dice que la prueba es positiva. Si el paciente se desvía hacia el mismo lado de la afección, se puede decir que existe un problema de pérdida de función vestibular. Si por el contrario se desvía hacia el lado contrario al afecto, la alteración vestibular es de excitación.

393

mediano o se recrudecen los ya existentes, puede ser indicativo de compresión del nervio mediano a su paso por el túnel carpiano. En este caso la prueba es positiva.

SIGNO DEL TÚNEL CARPIANO Esta prueba se utiliza para valorar posibles compresiones del nervio mediano a nivel del túnel carpiano.

Posición del paciente Sentado, con flexión de 90° del hombro del brazo a evaluar.

Posición del terapeuta Sentado frente al paciente o de pie lateralmente a este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice de forma activa una pronación máxima del antebrazo y que manteniendo esta posición realice una flexión de la muñeca y los dedos. El paciente ha de mantener la postura durante al menos un minuto.

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Interpretación del test Si durante la realización de la prueba aparecen hormigueos en el recorrido del nervio

FIGURA 2-82  Signo del túnel carpiano.

2.2. Pruebas para la valoración de los nervios craneales NERVIO CRANEAL I: NERVIO OLFATORIO El nervio olfatorio tiene un componente sensorial para el sentido del olfato.

Posición del paciente En bipedestación o en sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

394

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

Posición del terapeuta De pie frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución de la prueba La prueba consiste en acercar distintas sustancias que emitan un olor fácilmente identificable (café, fresas, perfume, vinagre o naranja) a las fosas nasales del paciente. Se debe examinar cada fosa nasal por separado, tapando la fosa nasal que no se pretenda testar al ofrecer el producto al paciente (fig. 2-83).

Valoración del test De este test se pueden concluir dos aspectos: en primer lugar, la disminución de la sensación olfatoria o la imposibilidad para oler (hiposmia o anosmia, respectivamente), y, en segundo lugar, la identificación anómala de la sustancia, es decir, que el sujeto interprete sin ningún tipo de duda un olor distinto al que se le ofrece. En el primer caso el

resultado indica una lesión del propio nervio, probablemente antes del bulbo, mientras que en el segundo caso indica una posible lesión cerebral central.

NERVIO CRANEAL II: NERVIO ÓPTICO En la valoración de este nervio eminentemente sensorial para el sentido de la vista, hay que tener en cuenta que para verificar un posible problema, dicho nervio se puede explorar a distintos niveles en su recorrido, desde el globo ocular hacia atrás: antes del quiasma óptico, en el propio quiasma óptico o después del quiasma óptico. Aproximadamente el 50% de las fibras nerviosas de cada nervio óptico cruzan al otro lado a nivel del quiasma óptico, por lo que a nivel posterior cada resultante contiene aproximadamente un 50% de fibras nerviosas del nervio izquierdo y un 50% del derecho.

Posición del paciente La misma para las tres valoraciones: sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución de las pruebas

FIGURA 2-83  Prueba de valoración para el nervio olfatorio.

Para un posible daño antes del quiasma óptico, hay que realizar la exploración comprobando la agudeza visual; esto se puede realizar con la ayuda de un mapa de Snellen (lectura distante) (fig. 2-84) o un mapa de Jaeger (lectura cercana). Para un posible daño a nivel del quiasma, se realiza la exploración comprobando el campo visual; esto se lleva a cabo colocando al paciente sentado o de pie en abducción de los hombros de 90° con los codos estirados y las manos abiertas. Una vez en esta posición, se le pide que mueva los dedos enérgicamente. Hay que tener en cuenta que el campo visual normal en un sujeto es de 180° lateralmente e inferiormente, y de unos 150° en el sentido

2.2.   Pruebas para la valoración de los nervios craneales

395

craneal, por lo que si el paciente percibe el movimiento de los dedos cuando se encuentra en esta posición, la prueba se considera normal (fig. 2-85). Para un posible daño después del quiasma, se realiza la exploración comprobando el reflejo pupilar, exponiendo la pupila a una luz brillante; el resultado normal de la pupila a la exposición de luz es de miosis (fig. 2-86).

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FIGURA 2-84  Mapa de Snellen para la valoración de la agudeza visual.

FIGURA 2-86  Valoración del nervio óptico. Reflejo pupilar.

NERVIO CRANEAL III: NERVIO MOTOR OCULAR COMÚN

FIGURA 2-85  Valoración del nervio óptico. Campo visual.

El nervio motor ocular común tiene un componente motor branquial para inervar los músculos recto interno del ojo, recto superior del ojo, recto inferior del ojo, oblicuo inferior del ojo y elevador del párpado superior del ojo; además, a partir del núcleo de Edinger-Westphal contiene las fibras parasimpáticas para la inervación del músculo ciliar y del músculo constrictor de la pupila a través del ganglio ciliar para el reflejo de acomodación.

396

CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

En este caso se pueden testar ambos componentes, tanto el motor como el parasimpático.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test

Para analizar el componente motor de dicho nervio, el terapeuta le pide al paciente que siga con la mirada su dedo intentando no mover la cabeza, ya que lo que interesa es valorar la movilidad de los músculos del ojo en los movimientos de aproximación del ojo (recto interno), elevación (recto superior) y descenso (recto inferior); además, se puede valorar la capacidad de rotación externa o extorsión del ojo (oblicuo inferior). Para

analizar el elevador del párpado superior, el terapeuta le pide al paciente que cierre el ojo a evaluar y a continuación que lo abra mientras el terapeuta resiste con su dedo la apertura del párpado de dicho ojo. Siempre se realizan las pruebas para cada ojo por separado (fig. 2-87). Para analizar el componente parasimpático del nervio craneal III, el terapeuta le pide al paciente que lea un texto que progresivamente le acerca a su cara; para ello es necesario que aproxime los ojos y realice una constricción de la pupila y un aumento de la curvatura del cristalino con la finalidad de enfocar, esto es, el reflejo de acomodación.

NERVIO CRANEAL IV: NERVIO PATÉTICO O TROCLEAR El nervio patético es el nervio craneal más pequeño (unas 2.400 fibras nerviosas en comparación con las 900.000 que tiene el nervio óptico) pero es el que tiene la trayectoria intracraneal más larga (unos 7,5 cm). Tiene un componente motor somático para inervar al músculo oblicuo mayor del ojo, cuya acción principal es la de producir una intorsión del ojo.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test

FIGURA 2-87  Valoración del nervio motor ocular común. Componente motor.

Para analizar el componente motor de dicho nervio, el terapeuta le pide al paciente que realice una inclinación lateral de la cabeza de unos 20º manteniendo la mirada fija en un punto frente al mismo. La presencia de diplopía cuando se inclina la cabeza nos indica una posible lesión del nervio patético por imposibilidad de realizar la rotación del ojo. Siempre hay que realizar por separado el test de ambos ojos.

2.2.   Pruebas para la valoración de los nervios craneales

397

Hay que tener en cuenta que la lesión de este nervio puede producir intorsión en el caso de un atrapamiento que curse con una hipertonía del músculo oblicuo superior del ojo, o extorsión en el caso de parálisis por falta de oposición al nervio craneal III a través del músculo oblicuo inferior del ojo; en estos casos el diagnóstico diferencial depende del test del nervio motor ocular común (III).

NERVIO CRANEAL V: NERVIO TRIGÉMINO Este nervio tiene un componente motor branquial para los músculos de la masticación, el músculo tensor del tímpano, el músculo tensor del velo del paladar, el músculo milohioideo y el fascículo anterior del músculo digástrico. Además, posee un componente sensitivo general para dar la sensibilidad de la cara y el cuero cabelludo hasta la coronilla, la conjuntiva, el globo ocular, la mucosa de las cavidades nasal y oral incluyendo los dientes, los dos tercios anteriores de la lengua, un sector de la parte externa de la membrana timpánica y las meninges de las fosas craneales anterior y media. Esta sensibilidad se lleva a cabo mediante las tres ramas terminales del nervio: el nervio oftálmico de Willis (V1), el nervio maxilar (V2) y el nervio mandibular (V3).

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Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test En este caso se puede evaluar tanto el componente motor branquial como el componente sensitivo general. Para el componente motor hay que evaluar la fuerza muscular de la musculatura de la articulación temporomandibular limitando tanto el cierre de la mandíbula como la

FIGURA 2-88  Valoración del nervio trigémino. Componente motor.

apertura de la misma. Al resistir el cierre se valoran los músculos temporales, los músculos maseteros y los músculos pterigoideos interno y externo, mientras que al resistir la apertura de la boca, se valoran el músculo milohioideo y el músculo digástrico (fig. 2-88). Para el componente sensitivo se puede diferenciar cada una de las tres ramas. La forma de testarlas es la misma en las tres, salvo en la localización de las pruebas. Para el nervio oftálmico de Willis o V1 se valora la sensibilidad de la frente y el cuero cabelludo hasta la coronilla, los ojos, los párpados y las cejas (fig. 2-89). Para el nervio maxilar o V2 se valora la sensibilidad de la zona del malar, la nariz, el labio superior y los dientes superiores (fig. 2-90). Finalmente, para el nervio mandibular o V 3 se valora la zona del mentón, el labio inferior y los dientes inferiores (fig. 2-91). Para el examen se pueden aplicar estímulos distintos de tipo raspado o tacto con superficies puntiagudas,

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

FIGURA 2-89  Valoración del nervio trigémino. Rama V1. Componente sensitivo.

FIGURA 2-91  Valoración del nervio trigémino. Rama V3. Componente sensitivo.

romas, ásperas, o bien aplicar estímulos de tipo temperatura, humedad, etc. Es importante evaluar la zona izquierda y la derecha de la cara y de la cabeza, es decir, valorar los nervios izquierdo y derecho.

NERVIO CRANEAL VI: NERVIO MOTOR OCULAR EXTERNO O ABDUCENS Este nervio tiene un componente motor branquial para el músculo recto externo del ojo.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test FIGURA 2-90  Valoración del nervio trigémino. Rama V2. Componente sensitivo.

Para analizar el componente motor de dicho nervio, el terapeuta le pide al paciente que

2.2.   Pruebas para la valoración de los nervios craneales

siga con la mirada su dedo intentando en todo momento no mover la cabeza, ya que lo que interesa es valorar la movilidad del ojo hacia la abducción.

NERVIO CRANEAL VII: NERVIO FACIAL

399

tión. Estos gestos deben estar relacionados con la expresión facial, como por ejemplo fruncir el ceño, colocar los labios como para besar, hinchar los carrillos, cerrar los párpados de forma forzada, etc. (fig. 2-92).

Este es un nervio complejo. Posee un componente motor branquial para la inervación motora de los músculos del estribo, del músculo estilohioideo, del fascículo posterior del músculo digástrico, de los músculos de la expresión facial incluyendo el bucinador, del músculo platisma y del músculo occipital. También tiene un componente motor visceral para la estimulación parasimpática de las glándulas lagrimales, submaxilares y sublinguales, y para la mucosa nasal y los paladares duro y blando. También tiene un componente sensitivo general para dar la sensibilidad a parte de la piel del pabellón auditivo, un área pequeña detrás de la oreja y parte del conducto auditivo interno, y suplementa al V3 para dar la sensibilidad a una parte de la cara externa de la membrana timpánica. Por último, tiene un componente sensitivo especial para el sentido del gusto en los dos tercios anteriores de la lengua.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

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Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test Dada la complejidad de este nervio, a continuación se describe analíticamente cómo valorar cada uno de sus componentes.

• Componente motor branquial. Para valorar este apartado, lo más sencillo es testar la musculatura de la mímica pidiendo al paciente que realice distintos gestos que el terapeuta debe intentar vencer con la idea de objetivar el tono que dichos músculos pueden tener en el paciente en cues-

FIGURA 2-92  Valoración del nervio facial. Componente motor.

• Componente motor visceral. Para este apartado se puede utilizar el reflejo de lagrimeo con la ayuda de un pañuelo de papel o una gasa; para ello, el terapeuta le pide al paciente que mire al frente con los ojos abiertos y con una gasita o un pañuelo de papel intenta tocar la esclerótica del ojo. Así evalúa la interacción entre la parte sensitiva aferente (V1), la parte motora para el parpadeo (motor del VII) y la parte parasimpática del VII para el lagrimeo (fig. 2-93). Componente sensitivo general. Para este • apartado el terapeuta valora la sensibilidad de las zonas inervadas sensitivamente

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

FIGURA 2-93  Valoración del nervio facial. Reflejo de parpadeo.

FIGURA 2-95  Valoración del nervio facial. Componente sensitivo especial.

por el VII (indicadas en la introducción) con un pequeño punzón, una torunda o simplemente con su dedo (fig. 2-94). • Componente sensitivo especial. Para este apartado el terapeuta valora la capacidad de reconocer sabores cuando se depositan sustancias en los dos tercios anteriores de la lengua con la ayuda de una torunda impregnada; para ello le pide al paciente que identifique sustancias saladas, dulces, amargas, etc. (fig. 2-95).

NERVIO CRANEAL VIII: NERVIO VESTIBULOCOCLEAR

FIGURA 2-94  Valoración del nervio facial. Componente sensitivo general.

Para valorar este nervio hay que considerarlo como si de dos nervios se tratara. Por un lado hay que valorar la porción coclear y por otro lado, la porción vestibular. La porción coclear tiene un componente sensitivo especial para el sentido de la audición, mientras que el componente vestibular proporciona información sobre el sistema vestibular y los conductos semicirculares.

2.2.   Pruebas para la valoración de los nervios craneales

401

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test

Para evaluar la porción coclear el terapeuta le susurra al paciente en cada oído por separado. También puede emplear pruebas tales como la prueba de Rinne o la prueba de Weber para valorar la posible afectación del nervio (ver capítulo 4). Para la porción vestibular, el terapeuta puede realizar pruebas tales como la prueba calórica o la maniobra de Dix-Halpike, explicadas en el capítulo 4.

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NERVIO CRANEAL IX: NERVIO GLOSOFARÍNGEO Este nervio tiene un componente motor branquial para la inervación motora del músculo estilifaríngeo; un componente motor visceral para la inervación parasimpática de la glándula parótida; un componente sensitivo visceral para la transmisión de impulsos desde el cuerpo y el seno carotídeo; un componente sensitivo general para la trasmisión de la sensibilidad del tercio posterior de la lengua, parte de la piel de la oreja y toda la superficie interna de la membrana timpánica, y un componente sensitivo especial para la trasmisión del sentido del gusto del tercio posterior de la lengua.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test Cada una de las partes del nervio se evalúa de un modo diferente.

FIGURA 2-96  Valoración del nervio glosofaríngeo. Componente motor.

• Para evaluar el componente motor

branquial, que inerva el músculo estilofaríngeo cuya función es elevar la faringe y la laringe, el terapeuta pone su mano palpando la parte superior de la tiroides a ambos lados de la línea media mientras el paciente deglute, observando la capacidad de la faringe de subir mientras traga (fig. 2-96). • En el caso del componente motor visceral no hay ninguna forma eficaz de valorarlo desde el punto de vista manual. • En el caso del componente sensitivo visceral se valora el pulso radial del paciente. Para ello el terapeuta estimula con una pequeña maniobra de bombeo la zona de la carótida a la altura de la lámina horizontal del cartílago tiroides (glomus). El resultado de este pequeño masaje de unos 15 segundos de duración debe ser una bajada sutil de la frecuencia cardíaca (fig. 2-97).

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

FIGURA 2-97  Valoración del nervio glosofaríngeo. Componente sensitivo visceral.

FIGURA 2-98  Valoración del nervio glosofaríngeo. Componente sensitivo general.

• Para evaluar el componente sensitivo

general el terapeuta estimula con un objeto punzante o una torunda el tercio posterior de la lengua, tanto de la zona izquierda como de la derecha, mientras le pregunta al paciente acerca de las sensaciones que tiene cuando estimula uno y otro lado. El paciente debe percibir de igual forma la estimulación en ambos lados del tercio posterior de la lengua; si esto no fuera así, se puede concluir que existe una lesión de dicho nervio (fig. 2-98). • Para evaluar el componente sensitivo especial el terapeuta puede valorar la capacidad del paciente de discernir sabores aplicados en el tercio posterior de la lengua con una pipeta o una torunda impregnada en alguna sustancia fácilmente identificable (café, naranja, limón, etc.). El paciente debe reconocer cada uno de los sabores ofrecidos (fig. 2-99).

FIGURA 2-99  Valoración del nervio glosofaríngeo. Componente sensitivo especial.

2.2.   Pruebas para la valoración de los nervios craneales

403

NERVIO CRANEAL X: NERVIO NEUMOGÁSTRICO O VAGO Este nervio también tiene cuatro componentes: el motor branquial para la inervación de los músculos de la faringe, la lengua (palatogloso), la faringe (excepto el estilofaríngeo) y el tensor del velo del paladar; el motor visceral para la inervación del músculo liso y las glándulas de la laringe, la faringe y las vísceras torácicas y abdominales, excepto el colon sigmoides y el recto; el sensitivo visceral para la sensibilidad de la laringe, la tráquea, el esófago, las vísceras torácicas y abdominales, los receptores de estiramiento en las paredes del arco aórtico y los quimiorreceptores allí presentes, y, por último, el sensitivo general para la sensibilidad aferente de una parte de piel de detrás del pabellón auditivo, parte del conducto auditivo externo y una porción de la zona externa de la membrana timpánica.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

De pie, frente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test Los únicos componentes que se pueden valorar de forma eficaz son el componente motor branquial y el sensitivo general. Para el componente motor branquial basta con observar la úvula; una desviación lateral de la misma indica una afectación del nervio vago del lado contrario a la desviación; esta desviación se debe a una alteración del tono del músculo elevador del velo del paladar que produce una insuficiencia de sostén de la úvula, la cual tiende a desviarse del lado sano (fig. 2-100). Para evaluar el componente sensitivo, se puede valorar la

FIGURA 2-100  Valoración del nervio neumogástrico. Componente motor.

sensibilidad de la parte posterior de la oreja o del conducto auditivo externo en su parte posterior.

NERVIO CRANEAL XI: NERVIO ESPINAL Este nervio posee un componente motor para los músculos trapecio y esternocleidomastoideo.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test Para valorar el nervio espinal, el terapeuta realiza el test muscular del esternocleidomastoideo resistiendo una flexión de la cabeza del paciente (bilateral) y del trapecio superior resistiendo la lateroflexión homolateral al lado que se está testando (fig. 2-101).

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FIGURA 2-101  Valoración del nervio espinal. Componente motor.

FIGURA 2-102  Valoración del nervio hipogloso. Componente motor.

NERVIO CRANEAL XII: NERVIO HIPOGLOSO

Ejecución del test

Este nervio tiene un componente motor para los músculos de la lengua, excepto el palatogloso.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta De pie, lateralmente al paciente orientado hacia este.

Para valorar el nervio hipogloso, el terapeuta realiza el test muscular de los músculos de la lengua. Para ello, le pide al paciente que empuje contra su carrillo con la lengua mientras el terapeuta aplica con sus dedos una fuerza para intentar vencer la oposición que ofrece el paciente con su lengua (fig. 2-102).

2.3.   Pruebas para el examen neurológico

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2.3. Pruebas para el examen neurológico EXAMEN NEUROLÓGICO El examen neurológico analítico a cada raíz nerviosa es útil en caso de hernia discal, tumores o arrancamiento de raíces nerviosas. Incluye el examen de la sensibilidad, que se realiza valorando una hiperestesia, una hipoestesia o una anestesia en el territorio correspondiente al dermatoma de cada nivel metamérico con la ayuda de instrumentos de distinta temperatura, rugosidad o forma; el estudio de la fuerza muscular, en el que se valora una disminución de la fuerza, una hipotonía o incluso una amiotrofia de cualquier músculo perteneciente al miotoma de dicho segmento vertebral que realizaremos mediante los test musculares. Para poder valorar el tono de cualquier músculo podemos seguir un protocolo que consiste en lo siguiente:

• Colocamos el músculo en una posición intermedia de su acción.

• Pedimos al paciente que mantenga la

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posición. • El terapeuta intenta de forma activa vencer la posición del paciente ejerciendo una fuerza contraria a la acción del músculo.



Para no ser vencido, el paciente tiene que activar el músculo, lo cual nos permite valorar el estado del mismo. Hay tres posibles conclusiones: • El paciente puede realizar una contracción de calidad de 3 o 4 segundos ante la fuerza de oposición del ­terapeuta: concluimos que estamos ante un músculo normotónico. • El paciente no puede realizar una contracción para mantener la posición de partida ante la fuerza de oposición del terapeuta: concluimos que estamos ante un músculo hipotónico. • El paciente, ante la fuerza de ­oposición del terapeuta, en un principio aguanta la contracción pero rápidamente se fatiga (por hipoxia): concluiremos que estamos ante un músculo hipertónico.

Por último, terminaremos el examen neurológico con el estudio de los reflejos correspondientes a cada nivel segmentario, que se valoran con la ayuda de un martillo de reflejos. Durante la realización de esta prueba será posible observar una normorreflexia, una hiporreflexia o una hiperreflexia.

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VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA C5 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras C4 y C5, por un arrancamiento de la raíz nerviosa C5 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico C5, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier otro objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica de la parte externa del brazo, desde la “v” deltoidea hasta la región supraepicondílea, inervada por dicho nivel. En este caso, una hipoestesia en la región inervada por la raíz nerviosa conduce a pensar en la posible presencia de una patología de tipo hernia discal.

Pruebas musculares Para este apartado se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel C5. Como ejemplo que sirve para valorar este nivel C5, se toma el test muscular de los músculos deltoides y bíceps braquial, ya que ambos músculos están inervados por dicho nivel metamérico. Para realizar el test muscular del músculo deltoides se coloca al paciente en sedestación, con el miembro superior a evaluar en abducción glenohumeral y flexión de codo de 90º, y pronosupinación radiocubital neutra. El terapeuta toma contacto con una mano sobre el hombro del paciente del lado a evaluar para estabilizarlo. Con la otra mano toma contacto sobre la porción lateral del

codo y empuja el brazo del paciente hacia el suelo mientras este opone resistencia al movimiento, intentando mantener en todo momento la posición de partida. De esta forma podremos valorar el tono muscular del músculo deltoides. Para realizar el test muscular del músculo bíceps braquial se coloca al paciente en sedestación, con el miembro superior a evaluar en flexión de codo de 90º y supinación radiocubital. El terapeuta toma contacto con el tercio medio del antebrazo homolateral y lleva a cabo un empuje hacia el suelo, intentando extender el codo del miembro a valorar. El paciente ha de vencer la resistencia impuesta por el terapeuta, intentando mantener la posición de flexión de codo de partida. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo biceps braquial.

Reflejo Para estudiar el nivel C 5 , el reflejo de elección es el bicipital. Para analizarlo, el terapeuta coloca al paciente en sedestación con el brazo del lado a estudiar en flexión de 90°; con su mano interna toma un contacto en copa en la parte posterior del codo de forma que los dedos segundo a quinto reposen sobre la zona epicondílea y el pulgar quede colocado sobre el tendón del bíceps. Una vez en esta posición, procede a percutir con el martillo de reflejos en la uña de su pulgar. Para un resultado normal, el pulgar debe percibir claramente una contracción del músculo, reflejada en el tendón. En caso de existir una hiporreflexia, hay que pensar en la posibilidad de que el paciente presente una afectación de tipo compresivo de dicha raíz nerviosa (fig. 2-103).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-103  Valoración de la raíz nerviosa C5.

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VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA C6 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras C5y C6, por un arrancamiento de la raíz nerviosa C6 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico C6, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica desde el epicóndilo hasta el primer y segundo dedos de la mano a estudiar. En este caso, una hipoestesia en la región inervada por la raíz nerviosa conduce a pensar en la posible presencia de una patología de tipo hernia discal.

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular de los músculos bíceps braquial, descrito en el apartado anterior, primer radial y segundo radial (extensores de muñeca), que están inervados por raíces nerviosas procedentes de este nivel. También se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel metamérico C6. Para llevar a cabo el test muscular de los músculos primer y segundo radial se coloca al paciente en sedestación, con el codo del miembro a

evaluar en semiflexión apoyado sobre la camilla, pronación radiocubital y extensión de muñeca. Las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas se encuentran en flexión máxima. El terapeuta toma contacto abarcando el dorso de la mano del paciente y realiza un empuje de la misma hacia la camilla, induciendo una flexión de muñeca del miembro a valorar. El paciente ha de vencer la resistencia impuesta por el terapeuta y tratar de mantener la posición inicial. Así valoramos el tono muscular de los músculos primer y segundo radial.

Reflejo Para estudiar el nivel C6, el reflejo de elección es el reflejo estilorradial. Para analizarlo, se coloca al paciente en sedestación con el brazo del lado a estudiar en flexión de codo de 90°; con su mano interna, el terapeuta toma un contacto en copa bajo el antebrazo imponiéndole una ortoposición de pronosupinación, de forma que la mano “cuelgue” orientada hacia el suelo. Con la ayuda de un martillo de reflejos, realiza la percusión sobre la apófisis estiloides del radio. El resultado normal se objetiva por un movimiento sutil pero muy rápido de la muñeca en extensión más supinación. En el caso de existir una hiporreflexia, hay que pensar en la posibilidad de que el paciente presente una afectación de tipo compresivo de dicha raíz nerviosa (fig. 2-104).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-104  Valoración de la raíz nerviosa C6.

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VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA C7 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras C6 y C 7, por un arrancamiento de la raíz nerviosa C7 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico C7, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica del dedo corazón de la mano tanto a nivel anterior como a nivel posterior.

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular de los músculos tríceps braquial, los flexores de muñeca o los extensores de los dedos, que corresponden a este nivel, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel metamérico C7. Para realizar el test muscular del músculo tríceps braquial se va a colocar al paciente en sedestación, con el miembro a valorar en abducción glenohumeral de 90º, semiflexión de codo y rotación interna de hombro, de modo que los dedos de la mano queden orientados hacia el suelo. El terapeuta toma contacto con una mano, sosteniendo el brazo del paciente a nivel del codo. La otra mano contacta con el tercio distal del antebrazo homolateral y lleva a cabo un empuje hacia el suelo, aumentando la flexión de codo, movimiento que resiste el paciente intentando mantener en todo momento la posición de partida. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo tríceps braquial. Para llevar a cabo el test muscular de los músculos flexores de la muñeca se coloca al paciente en sedestación, con el codo del miembro superior a evaluar en semiflexión apoyado sobre la camilla, pronación radio-

cubital y flexión de muñeca. Las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas se encuentran en flexión. El terapeuta toma contacto abarcando la porción anterior de la mano del paciente y lleva a cabo un empuje de la misma hacia la extensión de la muñeca. El paciente ha de vencer la resistencia impuesta por el terapeuta intentando mantener en todo momento la posición de partida. De este modo valoramos el tono muscular de los músculos flexores de la muñeca. Para realizar el test muscular del músculo extensor común de los dedos se coloca al paciente en sedestación con el codo del miembro superior a evaluar en semiflexión apoyado sobre la camilla y pronación radiocubital. Las articulaciones metacarpofalángicas han de permanecer en extensión, lo cual genera un cierto grado de flexión de las articulaciones interfalángicas. El terapeuta toma contacto abarcando el dorso de los huesos metacarpianos de la mano del paciente y lleva a cabo un empuje de los dedos hacia la camilla, induciendo una flexión de los mismos. El paciente ha de vencer la resistencia impuesta por el terapeuta intentando mantener en todo momento la posición de partida. De esta forma valoramos el tono muscular de los músculos extensores de los dedos.

Reflejo Para estudiar el nivel C7, el reflejo de elección es el reflejo tricipital. Para analizarlo, el terapeuta coloca al paciente en sedestación con el brazo del lado a estudiar en abducción de 90°, rotación interna del hombro y flexión de 90° del codo, de forma que la mano queda orientada hacia el suelo. El terapeuta toma un contacto sobre el codo y realiza una percusión directamente en el tendón distal del músculo tríceps braquial a la altura de la fosa olecraniana. El resultado normal de la prueba debe objetivar una contracción del músculo tríceps braquial (fig. 2-105).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-105  Valoración de la raíz nerviosa C7.

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VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA C8 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras C7 y D1, por un arrancamiento de la raíz nerviosa C 8 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa, como puede ser un tumor de Pancoast-Tobias en el ápex del pulmón.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico C8, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica de la zona interna del antebrazo, desde aproximadamente 2 cm por debajo de la epitróclea hasta el cuarto y el quinto dedos.

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular de los músculos interóseos, tanto dorsales como palmares, o del músculo flexor común de los dedos, que corresponden a este nivel, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel metamérico C8. Para realizar el test muscular del músculo flexor común de los dedos se coloca al paciente en sedestación, con el codo del miembro superior a evaluar en semiflexión apoyado sobre la camilla y pronación radiocubital. Las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas han de permanecer en flexión máxima. El terapeuta toma contacto con una mano sobre la porción distal del antebrazo del lado a evaluar. La otra mano contacta con la región anterior de los dedos y lleva a cabo un movimiento de extensión de las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas de la mano, movimiento que el paciente resiste intentando mantener la posición de partida. De esta forma se valora el tono muscular del músculo flexor común de los dedos. Para realizar un test muscular de los músculos interóseos dorsales se coloca al paciente en sedestación, con el codo del miembro superior a evaluar en semiflexión apoyado

sobre la camilla y pronación radiocubital. Las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas han de permanecer en extensión y los dedos separados unos de otros (mano abierta en abanico). El terapeuta toma contacto con la yema de los dedos índice y pulgar de una mano sobre la región medial de la falange distal de un dedo y la región lateral de la falange distal del siguiente, y lleva a cabo una aproximación de las yemas de sus dedos índice y pulgar, de modo que genere una adución de los dedos del paciente con los cual ha tomado contacto. Este último ha de resistir el movimiento impuesto por el terapeuta intentando mantener la posición de partida. De este modo valoramos el tono muscular de los músculos interóseos dorsales. Para realizar el test muscular de los músculos interóseos palmares se coloca al paciente en sedestación, con el codo del miembro superior a evaluar en semiflexión apoyado sobre la camilla y pronación radiocubital. Las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas han de permanecer en extensión y los dedos unidos unos a otros. El terapeuta toma contacto en pinza sobre la porción lateral del dedo meñique y sobre la región medial del dedo índice. El paciente realiza un movimiento de separación de los dedos de la mano a valorar, de modo que la abra en forma de abanico. El terapeuta tiene que resistir este movimiento intentando mantener cerrados los dedos en todo momento. De esta forma valoramos el tono muscular de los músculos interóseos palmares.

Reflejo Para estudiar el nivel C8, el reflejo de elección es el reflejo cubitopronador. Para analizarlo, el terapeuta coloca al paciente en sedestación con el codo flexionado a 90° y la muñeca en supinación. La obtención del reflejo se hace por percusión con la ayuda de un martillo de reflejos sobre la apófisis estiloides cubital. El resultado normal de la prueba debe objetivar un movimiento de flexión de muñeca más pronación del antebrazo (fig. 2-106).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-106  Valoración de la raíz nerviosa C8.

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VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA D1 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras D 1 y D2, por un arrancamiento de la raíz nerviosa D1 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico D 1, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica de la zona interna

del brazo, incluyendo el epicóndilo y hasta la zona media entre el epicóndilo y la axila.

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular de los músculos interóseos, descritos en el apartado anterior, que están inervados por este nivel, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel D1.

Reflejo No tiene (fig. 2-107).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-107  Valoración de la raíz nerviosa D1.

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VALORACIÓN DE LAS RAÍCES NERVIOSAS D12, L1, L2 Y L3

Pruebas musculares

La raíz nerviosa D12 se verá afectada por un disco herniado entre los niveles vertebrales D11-D12, por un arrancamiento de la raíz nerviosa D12 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa. La raíz nerviosa L1 se verá afectada por un disco herniado entre los niveles vertebrales D12-L1, por un arrancamiento de la raíz nerviosa L1 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa. La raíz nerviosa L2 se verá afectada por un disco herniado entre los niveles vertebrales L1-L2, por un arrancamiento de la raíz nerviosa L2 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa. La raíz nerviosa L3 se verá afectada por un disco herniado entre los niveles vertebrales L2-L3, por un arrancamiento de la raíz nerviosa L3 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Para este apartado se puede realizar el test muscular del músculo psoas, que corresponde a estos niveles, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa de los niveles D12-L1-L2-L3. Para realizar el test muscular del músculo psoas se coloca al paciente en decúbito supino, con el miembro a valorar en flexión de 90º de las articulaciones coxofemoral y rodilla. La otra pierna reposa sobre la camilla, y los miembros superiores se encuentran situados a lo largo del tronco. El terapeuta toma contacto sobre la porción media de la cara anterior del muslo del miembro a evaluar y lleva a cabo un movimiento de extensión de cadera, intentando que el miembro contacte con la camilla. El paciente tiene que resistir la fuerza del terapeuta para mantener el miembro inferior en la misma posición de partida. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo psoas.

Sensibilidad

Reflejo

En el caso de la raíz nerviosa D12, se puede evidenciar alteración de la sensibilidad de la ingle, del pliegue inguinal y del escroto o del labio mayor. En el caso de la raíz nerviosa L1, se puede evidenciar alteración de la sensibilidad de la ingle, del pliegue inguinal, del escroto o del labio mayor y de una pequeña área de la zona interna y superior del muslo. En el caso de la raíz nerviosa L2, se puede evidenciar alteración de la sensibilidad de la parte interna del muslo hasta la zona supracondílea.

De forma general, se puede decir que no tiene; no obstante, para el nivel L 1 el reflejo correspondiente es el reflejo cremasteriano, que se obtiene estimulando la cara anterointerna del tercio superior del muslo y produce un ascenso del testículo o una contracción del labio mayor del mismo lado. Para los niveles L2-L3, se puede comprobar el reflejo rotuliano, ya que este reflejo, aparte del nivel L4, recibe fibras de los niveles L2 y L3, hecho que explica que este reflejo rara vez esté abolido del todo (fig. 2-108).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-108  Valoración de las raíces nerviosas D12, L1, L2 y L3.

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VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA L4 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras L3 y L 4, por un arrancamiento de la raíz nerviosa L4 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico L4, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica de la zona medial de la pierna, la parte baja de la rodilla, la zona interna de la tibia, el maléolo interno del tobillo y el borde interno del pie, incluyendo el borde interno de la primera articulación metatarsofalángica.

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular del músculo tibial anterior, que corresponde a este nivel, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel L4.

Para realizar el test muscular del músculo tibial anterior se coloca al paciente en decúbito supino, con el miembro a valorar en flexión de 90º de las articulaciones coxofemoral y rodilla. El pie se encuentra en flexión dorsal e inversión. La otra pierna reposa sobre la camilla y los miembros superiores se encuentran situados a lo largo del tronco. El terapeuta toma contacto con una mano sobre la porción medial del empeine del miembro a evaluar e imprime un movimiento de eversión y flexión plantar del mismo. El paciente tiene que resistir la fuerza del terapeuta para mantener el miembro inferior en la misma posición de partida. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo tibial anterior.

Reflejo El reflejo de elección para el nivel neurológico L4 es el reflejo rotuliano. Para estudiar dicho reflejo se coloca al paciente sentado al borde de la camilla con los pies colgando. La percusión se realiza con la ayuda de un martillo de reflejos en la zona media del tendón rotuliano. El resultado normal de la prueba es una extensión de la rodilla que se está estudiando (fig. 2-109).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-109  Valoración de la raíz nerviosa L4.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA L5 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras L4 y L 5, por un arrancamiento de la raíz nerviosa L5 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico L5, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica de la zona lateral de la pierna y toda la zona central del dorso del pie, excluyendo la cara interna (borde interno del primer dedo) y la cara externa del mismo (borde externo del dedo pequeño).

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular del músculo extensor propio del dedo gordo, del músculo glúteo medio y de los músculos extensores comunes y propios de los dedos del pie, que corresponden a este nivel, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel L5. Para realizar el test muscular del músculo extensor propio del dedo gordo se coloca al paciente en decúbito supino, con los miembros inferiores reposando sobre la camilla y los brazos a lo largo del cuerpo. Solicitamos al paciente que coloque el primer dedo del pie a explorar en extensión. El terapeuta toma contacto con la yema del pulgar de la mano inferior sobre la cara dorsal del primer dedo del miembro a evaluar y va a imprimir un movimiento de flexión del primer dedo.

El paciente tiene que resistir la fuerza del terapeuta para mantener el dedo en la misma posición de partida. De esta forma se valora el tono muscular del extensor propio del dedo gordo. Para realizar el test muscular del músculo glúteo medio se va a colocar al paciente en decúbito lateral, con el miembro inferior contralateral en contacto con la camilla en flexión de cadera y rodilla, proporcionándole estabilidad. El miembro a evaluar en separación coxofemoral de unos 40º y ligera flexión de rodilla para anular la acción del músculo tensor de la fascia lata. El terapeuta toma contacto con ambas manos sobre la porción lateral del muslo del miembro a valorar y lleva a cabo un movimiento de aproximación coxofemoral, acercando la pierna a la camilla. Este último tiene que resistir la fuerza del terapeuta para mantener el miembro inferior en la misma posición de partida. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo glúteo medio.

Reflejo El reflejo de elección para el nivel neurológico L5 es el reflejo del músculo tibial posterior que, aunque difícil de obtener, es útil para este caso. Para estudiar dicho reflejo, se sujeta el segmento anterior del pie con un poco de eversión y dorsiflexión. El reflejo se obtiene por la percusión con la ayuda de un martillo de reflejos sobre el tendón del músculo tibial posterior en el lado medial del pie, justo antes de su inserción en el hueso escafoideo del pie. El resultado normal de la prueba es una ligera flexión plantar más inversión del pie que se está estudiando (fig. 2-110).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-110  Valoración de la raíz nerviosa L5.

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CAPÍTULO | 2  La valoración manual en Neurología

VALORACIÓN DE LA RAÍZ NERVIOSA S1 Esta raíz se verá afectada por un disco herniado entre las vértebras L5 y S1, por un arrancamiento de la raíz nerviosa S1 o por un tumor que comprometa dicha raíz nerviosa.

Sensibilidad Para evaluar la sensibilidad del nivel metamérico S1, el terapeuta realiza una estimulación con la ayuda de un pequeño punzón o cualquier objeto punzante como puede ser una aguja para valorar una posible afectación dérmica de la zona lateral del maléolo peroneal, del pie y del quinto dedo.

Pruebas musculares Para este apartado se puede realizar el test muscular de los músculos peroneos laterales corto y largo, de los gemelos y del músculo sóleo, además del glúteo mayor, que corresponden a este nivel, aunque se puede valorar cualquier músculo cuya inervación dependa del nivel S1. Para realizar el test muscular de los músculos gemelos se coloca al paciente en bipedestación en apoyo monopodal, con el miembro inferior a valorar en contacto con el suelo y las manos en contacto con la pared, de modo que pueda mantener el equilibrio. El terapeuta pide al paciente que realice una flexión plantar máxima del pie que se encuentra en apoyo, de modo que separe el calcáneo del suelo. De esta forma valoramos el tono muscular de los músculos gemelos. Una alternativa para valorar esta raíz nerviosa permite al terapeuta testar el músculo sóleo. Para ello lleva a cabo la misma prueba que acabamos de describir pero introduciendo una semiflexión de rodilla del miembro a valorar. Para realizar el test muscular del músculo glúteo mayor se coloca al paciente en decúbito prono con el miembro inferior a valorar

en extensión coxofemoral, de forma que el muslo se encuentre separado de la camilla. La otra pierna reposa sobre la camilla. El terapeuta toma contacto con una mano sobre la porción posterior del tercio distal del fémur y lleva a cabo un empuje del mismo hacia el suelo, para hacerlo contactar con la camilla. El paciente ha de mantener la posición venciendo la resistencia impuesta por el terapeuta. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo glúteo mayor. Para realizar el test muscular del músculo peroneo lateral corto se coloca al paciente en decúbito dorsal con los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla; el que se va a evaluar debe estar en flexión dorsal y eversión. El terapeuta toma contacto abarcando el tercio distal de la tibia, y con la otra mano contacta sobre la cara dorsal del extremo distal de los dos últimos metatarsianos e induce un movimiento de flexión plantar e inversión. El paciente ha de resistir el movimiento intentando mantener el pie en la posición inicial. De esta forma valoramos el tono muscular del músculo peroneo lateral corto. Para evaluar el músculo peroneo lateral largo se lleva a cabo el mismo procedimiento que para el músculo peroneo lateral corto pero partiendo de una posición inicial de inversión del pie a valorar.

Reflejo El reflejo de elección para el nivel neurológico S1 es el reflejo aquíleo. Para estudiar dicho reflejo, se coloca al paciente de pie con la rodilla del lado a explorar apoyada en una silla o en la camilla, de forma que la rodilla quede a 90° de flexión y el pie salga por fuera de la superficie. El reflejo se obtiene por la percusión con la ayuda de un martillo de reflejos sobre el tendón de Aquiles. El resultado normal de la prueba es una ligera flexión plantar del pie que se está estudiando (fig. 2-111).

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2.3.   Pruebas para el examen neurológico

FIGURA 2-111  Valoración de la raíz nerviosa S1.

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Capítulo 3

La valoración manual en Oftalmología TEST DE ISHIHARA Con este test se pretenden valorar las alteraciones visuales a la hora de reconocer los colores, en patologías tales como el daltonismo, la enfermedad de Gaves-Basedow o una compresión nerviosa debido a un tumor, entre otras.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las mano reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test Para la realización de esta prueba, el terapeuta se sirve de una serie de imágenes, en total unas 38; dichas imágenes son círculos formados por círculos más pequeños de colores que albergan la forma de un número de otro color en el fondo; el paciente debe ir reconociendo estos números a medida que el terapeuta la enseña la plantilla.

Interpretación del test Un paciente que presente daltonismo, no distingue bien todas las láminas, de forma que si de las 38 láminas el paciente reconoce 13 o menos, el test se considera positivo y se debe llevar a cabo un estudio más específico. Normalmente no distingue los defectos de colores en azul-amarillo, rojo-verde o azulverde. Estos colores se visualizan en tonos grises o cambiados de color.

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FIGURA 3-1  Test de Ishihara.

TEST DE LANDOLT Mediante este test se pretende evaluar la agudeza visual del paciente. 425

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

fila. El terapeuta valora al grado de afectación de la agudeza visual en función de la fila que el paciente no es capaz de reconocer.

Posición del terapeuta

TEST DE SNELLEN

Enfrente del paciente.

Este test evalúa la agudeza visual que presenta el individuo.

Ejecución del test El terapeuta le presenta al paciente una lámina que contiene unos círculos con zonas abiertas en diferentes direcciones. Dichos círculos están dispuestos en filas de forma que los de la fila superior son los más grandes, y los de la fila inferior son los más pequeños. El paciente se coloca a una distancia de entre 2 y 2,5 metros de la lámina que le presenta el terapeuta.

Interpretación del test Si el paciente es capaz de localizar de manera eficaz y acertada dónde se encuentra la apertura del círculo, el test es negativo. Por el contrario, la prueba es positiva si el paciente no es capaz de determinar la dirección de la apertura de los círculos de una determinada

FIGURA 3-2  Test de Landolt.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre las rodillas.

Posición del terapeuta De pie, enfrente del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le presenta al paciente una lámina formada por filas de letras que se encuentran ordenadas de mayor a menor tamaño. El paciente debe ir diferenciando dichas letras una a una. El paciente debe colocarse a una distancia de entre 2 y 2,5 m de la lámina de Snellen.

FIGURA 3-3  Test de Snellen.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

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Interpretación del test Si el paciente no logra diferenciar las letras, sobre todo las del final de la lámina, su agudeza visual es baja y por lo tanto el test es positivo. Debe llevarse a cabo un estudio específico de la alteración óptica que presente el paciente.

PRUEBA DE INCLINACIÓN DE LA CABEZA DE BIELSCHOWSKY Esta prueba se utiliza para valorar la integridad de la musculatura ocular.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, enfrente del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta le pide al paciente que fije la mirada en algún punto y que realice una lateroflexión de cuello, de tal forma que intente tocarse con una oreja el hombro del mismo lado. Ha de llevar a cabo la acción de forma bilateral. El terapeuta observa los ojos del paciente.

Interpretación del test Cuando el paciente realiza el movimiento, ambos globos oculares han de seguir el desplazamiento de la cabeza sin desviarse en dirección craneal ni caudal. Si por el contrario al llevar a cabo el gesto el paciente, el terapeuta percibe la presencia de desviación ocular o el paciente se aqueja de diplopía, la prueba es positiva. Esta desviación ocular se debe a una disfunción de la musculatura ocular, en concreto del músculo oblicuo superior (el globo ocular asciende en la prueba) o del recto superior (el globo ocular desciende en la prueba).

FIGURA 3-4  Prueba de inclinación de la cabeza de Bielschowsky.

TEST DE CONTRASTE Esta prueba evalúa posibles alteraciones en la visión del paciente.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos, a una distancia considerable, aproximadamente de 2,5 m. Si utiliza lentes para la mejora de su visión, debe llevarlas puestas.

Posición del terapeuta De pie, enfrente del paciente respetando dicha distancia.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Ejecución del test

Posición del terapeuta

El terapeuta le presenta al paciente una lámina con círculos dispuestos en filas que contienen barras en su interior de mayor a menor tamaño. Dichas barras presentes en el interior de los círculos son más claramente visibles desde la distancia considerada normal para una visión eficaz. El paciente debe decir en cada fila y columna qué círculo está rayado con respecto al superior o al inferior.

Frente al paciente ligeramente desplazado del lado a valorar.

Interpretación del test En caso de que el paciente no sea capaz de diferenciar dicha figura, el test es positivo, por lo que su agudeza visual está disminuida. La proporción que se debe acertar para que el test se considere negativo es acertar de cada grupo 6 de las 8 posibilidades existentes.

Ejecución del test El terapeuta debe señalar un punto situado a unos 2,5 m de distancia de donde se encuentre el paciente, y este debe enfocar su vista en ese punto. Una vez enfocado, el terapeuta debe tapar uno de los ojos del paciente, por ejemplo el derecho, esperar 3 segundos, destaparlo y tapar rápidamente el ojo izquierdo, observando si en el ojo derecho existe alguna desviación. El terapeuta repite la acción para observar el otro ojo. Debe repetir estos pasos unas 4 veces para poder evidenciar dichas anomalías.

FIGURA 3-5  Test de contraste. Reproducido con autorización del Doctor Miguel March Balle.

COVER TEST Con esta prueba se valora el posible estrabismo que pueda presentar el paciente, así como la ausencia de movimiento en los ojos. Es una prueba especialmente útil para los estrabismos que no se ven.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

FIGURA 3-6  Cover test. Reproducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

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Interpretación del test En condiciones normales, al realizar el test no debe existir ninguna desviación en los ojos del paciente. La prueba es positiva si al destapar uno de los dos ojos se detecta un movimiento de recentrado del mismo. Esto ocurre porque cuando se tapa el ojo, este pierde la necesidad de enfocar, por lo que en caso de un desequilibrio de la musculatura del ojo, al destaparlo el paciente tiene que recentrar el ojo para enfocar, detectándose entonces el estrabismo (heteroforia o heterotropía). Es importante que para tapar el ojo se utilice un instrumento que sea translúcido. Así se puede observar la anomalía no solo al destapar el ojo, sino también mientras permanece tapado.

TEST DE FARNSWORTH Esta prueba valora las alteraciones en la visión cromática del paciente.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

TEST DE FRISBY

Posición del terapeuta

Esta prueba se utiliza para valorar la agudeza estereoscópica visual, es decir, la capacidad del paciente de observar una imagen en profundidad.

Frente al paciente. © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 3-7  Test de Farnsworth. Reproducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

Ejecución del test El terapeuta cuenta con una serie de fichas con diferentes colores que ofrece al paciente y que este debe colocar de forma que los colores queden ordenados según un degradado, de mayor a menor tonalidad.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de ordenar los colores, el test es positivo e indica que el paciente presenta un trastorno en la visión cromática que se debe estudiar específicamente con otras pruebas complementarias.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta utiliza 3 láminas de diferentes grosores que varían entre 1,5 y 6 mm, en las que se encuentran plasmadas 4 figuras impresas a distinta profundidad y de manera aleatoria. Le solicita al paciente que diferencie qué figura está más superficial y cuál es más profunda.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Interpretación del test

Ejecución del test

Si el paciente presenta una agudeza estereoscópica visual normal, ve una de las figuras hundida o sobresaliente según se disponga la lámina, siendo el test negativo. Se considera el test positivo si el paciente no percibe la imagen en profundidad o sobresaliente, concluyendo entonces que existe alteración visual.

Para realizar la prueba, el terapeuta tiene una caja con unos 40 pequeños manojos de lana de colores engarzados con una anilla, entre los que hay 3 colores principales (verde, violeta y rojo), con 3 letras (A, B y C). Estos son los colores que mejor percibe la retina humana según la teoría de Helmholtz (1879). El terapeuta le pide al paciente que elija 10 manojos y los ponga junto al verde, seguidamente que elija 5 que se parezcan al rojo y por último, otros 5 que se parezcan al violeta.

Interpretación del test Se valora que coincida el número de los manojos con la letra según haya sido clasificado en verde, violeta o rojo; se detecta la capacidad del paciente de diferenciar y clasificar los manojos según el color. Si el paciente no ha realizado la prueba correctamente, el test es positivo, presentado ceguera cromática.

FIGURA 3-8  Test de Frisby. Reproducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

TEST DE HOLMGREN Con este test se diagnostica la ceguera cromática; el paciente selecciona una serie de elementos de colores para completar series de tonos rojos, verdes y púrpuras.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

FIGURA 3-9  Test de Holmgren. Reproducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

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TEST DE LEA Se utiliza para medir la agudeza visual de los niños pequeños que aún no saben diferenciar las letras. Igualmente es útil en personas que no saben leer.

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horizontales, de forma que en las líneas inferiores, estos son cada vez más pequeños.

Interpretación del test

Sentado con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre sus piernas.

Si el paciente es capaz de diferenciar bien cada una de las figuras en cada nivel o línea de presentación, el test es negativo. En caso contrario, hay que realizar test específicos para valorar la alteración visual que presenta.

Posición del terapeuta

TEST DE RANDOM

Posición del paciente

Frente al paciente.

Ejecución del test El test consiste en la presentación de una serie de figuras que el niño reconoce fácilmente, tales como una manzana, una casa o un cuadrado. Estas figuras se presentan en una lámina que se coloca a una distancia de 2 m aproximadamente del paciente. En dicha lámina aparecen objetos dispuestos en líneas

Se utiliza para medir la visión estereoptópica del paciente.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta le entrega al paciente unas gafas polarizadas. Una vez colocadas, le presenta una serie de láminas con puntos aleatorios que muestran de manera “oculta” una serie

FIGURA 3-10  Test de Lea.

FIGURA 3-11  Test de Random. Con permiso de Vision Assessment Corporation.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

de figuras geométricas identificables únicamente con las gafas.

Interpretación del test En caso de que el paciente reconozca cada una de las figuras dentro del cuadro de puntos aleatorios, el test es negativo, no presentando ningún problema de estereopsis. En caso contrario, hay que realizar estudios específicos para concretar su alteración visual.

TEST DE LA REJILLA DE AMSLER Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la retina.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta coloca delante del paciente, a unos 30 cm, la “rejilla de Amsler”, que consiste en una lámina cuadriculada con un punto marcado en el centro. Le pide al paciente que cierre un ojo y centre la mirada en el punto medio de la lámina, y luego, que realice el mismo procedimiento con el otro ojo. Al final, el terapeuta le pregunta al paciente por las distintas percepciones. También es posible que sea el propio paciente quien sostenga la rejilla de Amsler para la ejecución de la prueba.

Interpretación del test Si al taparse un ojo, el paciente percibe cambios en la forma de la cuadrícula, desaparición de líneas o alguna de ellas se tuerce, se puede pensar en una afectación de la porción central de la retina del ojo valorado. Hay que tener en cuenta que la prueba ha de realizarse con gafas o lentillas en el caso de que el paciente las requiera.

FIGURA 3-12  A. Rejilla de Amsler. B. Test de la reji­ lla de Amsler.

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TEST DE LA MOSCA Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de estereopsis.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test

Para asegurarse del posible defecto visual del paciente, el terapeuta le puede pedir que coja las alas de la mosca entre las yemas de los dedos índice y pulgar de una mano. Si el paciente percibe la tridimensionalidad de la imagen, intentará cogerla entre ambos dedos. Si el terapeuta observa movimientos de la cabeza del paciente, necesarios para percibir la tridimensionalidad de la imagen, puede pensar en un posible déficit de la visión estereoscópica.

El terapeuta le pide al paciente que se coloque las gafas polarizadas y sitúa la lámina de la mosca a unos 30 cm de distancia. Seguidamente, el paciente observa la lámina y el terapeuta le pregunta por las distintas percepciones.

TEST DE LANG

Interpretación del test

En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Los pacientes con visión normal han de percibir el dibujo de la mosca de forma tridimensional. Si el paciente es incapaz de percibir la mosca de forma tridimensional, el terapeuta puede pensar en una afectación de tipo visión monocular. En este caso se dice que la prueba es positiva.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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FIGURA 3-13  Test de la mosca. Reproducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de estereopsis en niños.

Posición del paciente

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

FIGURA 3-14  Test de Lang. Reproducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Ejecución del test El terapeuta sitúa una lámina con dibujos delante del niño, a unos 40 cm, y le pide que identifique los dibujos que aparecen en ella.

Interpretación del test Si el niño no percibe las imágenes e indica que lo único que ve son puntos, se puede pensar en una afectación del tipo estereopsis. Lo normal es que el niño sea capaz de reconocer los objetos e intente cogerlos.

PRUEBA DE LOS MÚSCULOS DEL OJO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la musculatura ocular.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma entre los dedos de la mano un bolígrafo y lo sitúa delante del paciente a unos 30 cm. Seguidamente realiza movimientos lentos con él en todas las direcciones (arriba, abajo, izquierda y derecha) y le pide al paciente que lo siga con la mirada.

Interpretación del test Lo normal es que el paciente pueda seguir los movimientos del terapeuta en todas las direcciones de forma óptima y sin movimientos oculares asociados. Si el terapeuta percibe una incapacidad del globo ocular de seguir el movimiento en alguna dirección, puede indicar una debilidad del músculo ocular del lado del movimiento o una hipertonía del antagonista. En ambos casos el ojo se queda en el centro o empieza a moverse pero vuelve al centro antes de completar el movimiento.

FIGURA 3-15  Prueba de los músculos del ojo.

La musculatura a evaluar la componen los músculos recto superior, recto inferior, recto externo, recto interno, oblicuo superior y oblicuo inferior.

EXAMEN DEL FONDO DE OJO Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de retina, mácula, nervio óptico y sistema vascular ocular.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Ejecución del test El terapeuta prepara la sala con luz tenue y se coloca delante del paciente con su cabeza a la altura de este último. Seguidamente le pide al paciente que mire al frente y evite pestañear. Ayudado de un oftalmoscopio, observa el ojo del paciente, primero la transparencia del globo ocular y luego enfoca de forma independiente las distintas estructuras a valorar.

Interpretación del test En condiciones normales, lo primero que debe percibir el terapeuta al enfocar con el oftalmoscopio es un cambio del color del ojo a rojizo. Esto se produce por el paso de luz a través de la retina si existe transparencia en el

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sistema refractario ocular. Seguidamente, el terapeuta observa la normalidad de las distintas estructuras a valorar: retina, mácula, nervio óptico y sistema vascular ocular. Si el terapeuta no percibe el cambio de color en el ojo o encuentra alguna anomalía en las distintas estructuras que conforman el interior del globo ocular, se puede pensar en una afectación de estas estructuras.

TEST DE HIPOCONVERGENCIA OCULAR Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de hipoconvergencia ocular con la consecuente afectación de los nervios craneales IV o VI.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El terapeuta toma entre los dedos de la mano un bolígrafo y lo sitúa delante del paciente a unos 30 cm. Seguidamente, le pide al paciente que fije su mirada en el bolígrafo y progresivamente se lo va acercando a la punta de la nariz.

Interpretación del test

FIGURA 3-16  Examen del fondo de ojo.

Lo normal es que al acercar el bolígrafo a la punta de la nariz, el paciente continúe mirándolo y que los globos oculares se desplacen hacia la línea media del cuerpo. Si el terapeuta percibe que uno de los dos ojos no puede llevar a cabo el seguimiento del bolígrafo cuando este se sitúa sobre la nariz del paciente y en cambio se desplaza hacia el lateral externo, se puede pensar en una afectación de hipoconvergencia ocular. En este caso hay que hacer el diagnóstico diferencial entre una posible afectación del

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

FIGURA 3-17  Test de hipoconvergencia ocular.

FIGURA 3-18  Signo de Bell.

músculo recto externo del ojo (espasmo) o del músculo recto interno del ojo (hipotonía).

Ejecución del test

SIGNO DE BELL

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la musculatura facial.

En condiciones normales, el paciente es capaz de cerrar ambos ojos a la vez; en este caso se dice que la prueba es negativa. Si el paciente es incapaz de cerrar uno de los ojos y al intentarlo no baja el párpado superior sino que asciende el globo ocular, se puede pensar en una afectación de la musculatura orbicular del ojo. En este caso se dice que el signo es positivo. Este signo suele aparecer en lesiones de parálisis del nervio facial.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

El terapeuta le pide al paciente que cierre los dos ojos a la vez.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

PRUEBA DE BODAL Se utiliza para diagnosticar la capacidad que presenta el paciente para la distinción de los colores.

Posición del paciente Sentado con la espalda apoyada en una posición relajada.

Posición del terapeuta A un lado o enfrente del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le presenta una serie de láminas con bloques de colores que el paciente debe ir diferenciando e indicando su color.

terapeuta realice. Estos movimientos son hacia la derecha y hacia la izquierda, hacia arriba y hacia abajo. El paciente ha de mantener la cabeza fija, sin movimiento alguno, siendo los ojos los que realicen el movimiento. El paciente debe mantener la mirada fija en dicha zona un tiempo para que el ojo se adapte y se observen los cambios que se tengan que producir.

Interpretación del test Si durante el transcurso de la prueba el paciente realiza movimientos involuntarios con los ojos, se debe estudiar de manera más específica la causa de dicha aparición de alteración ocular, ya que en este caso la prueba es positiva.

Interpretación del test En caso de que el paciente no presente ningún problema para la diferenciación de los colores por bloques que el terapeuta le presente, el test es negativo. En caso contrario, hay que realizar una prueba más específica para la valoración de la visión distorsionada de los colores que presenta el paciente.

PRUEBA DEL NISTAGMO

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Con esta prueba se pueden valorar los movimientos rápidos e involuntarios de los ojos de los pacientes. Estos movimientos pueden ser horizontales, verticales o rotatorios.

Posición del paciente Sentado con la espalda apoyada en una posición relajada.

Posición del terapeuta A un lado o enfrente del paciente.

Ejecución del test Para realizar la prueba del nistagmo espontáneo, el paciente debe seguir las indicaciones del terapeuta. Este, con la ayuda de un bolígrafo o de cualquier otro objeto fino fácilmente visible por parte del paciente, le solicita que mantenga la mirada sobre todos los movimientos que el

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FIGURA 3-19  Prueba del nistagmo.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Cuando en un paciente se dan movimientos involuntarios de los ojos, se pueden tener en consideración varias causas, entre ellas una alteración en el área cerebral que controla los movimientos oculares o en el oído interno (el laberinto). Hay que distinguir las dos formas principales de presentación de nistagmo: al nacer, que es leve y por lo general no se suele asociar a ninguna patología o alteración en el bebé, ya que los movimientos de los ojos no son voluntarios, o adquirido, en este caso debido a una enfermedad o a una lesión provocada por medicamentos, exceso de alcohol o sedantes que alteran la actividad normal del laberinto, un accidente vascular cerebral, alteraciones del oído interno, deficiencia de vitamina B12, tumores cerebrales o esclerosis múltiples, siempre que dañen la zona que controla los movimientos oculares.

acerca del tipo de alteración optométrica que presente, ya que la prueba es positiva.

PRUEBA DE CUIGNET Con esta prueba se puede valorar la alineación de la visión de los pacientes.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Lateralmente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que, a través de una barra de lectura, recite todo aquello que lea.

PRUEBA DE COHN Esta prueba se utiliza para la valoración de la percepción de los colores en un paciente.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le presenta al paciente una serie de bordados de colores variados que debe diferenciar.

Interpretación del test Si el paciente percibe los colores de los bordados de manera satisfactoria, no hay ninguna alteración óptica y la prueba es negativa; en caso contrario, hay que realizar un estudio específico para un diagnóstico más acertado

FIGURA 3-20  Prueba de Cuignet.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Interpretación del test En caso de que el paciente presente una alteración en la lectura y no coincida lo que dice con lo que realmente pone en el texto, el paciente presenta una alineación ocular anómala, por lo que la prueba es positiva. En esta prueba hay que valorar si el paciente empieza a leer en una línea y continúa leyendo en la línea inferior, por lo que esta prueba también es útil para el diagnóstico de determinados tipos de dislexias.

PRUEBA DEL DESTELLO OSCILANTE (SWINGING FLASHLIGHT TEST) Con esta prueba se valoran las alteraciones a nivel pupilar tras ser expuesta a un estímulo externo.

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o deteriorada, al hacer destellos sobre un ojo, la pupila se contrae del mismo modo que si estuviera sano, sin ningún tipo de alteración. En este caso, la prueba también es negativa. 3. Si en vez de contracción pupilar ante el destello de luz, el paciente muestra una dilatación en el ojo en cuestión, y por consiguiente también en su opuesto (no iluminado), se puede indicar que hay una alteración o una lesión en el nervio óptico que hace que el estímulo aferente sensorial sea mínimo. En este caso, la prueba es positiva y hay que indicar al paciente un estudio más específico acerca de la disfunción ocular que presenta.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que mantenga la mirada fija en un punto durante toda la prueba, de forma que los ojos queden con la suficiente apertura para poder observar bien los cambios en las pupilas tras hacer pasar por ellos el destello puntual de la luz de una linterna.

Interpretación del test El terapeuta puede percibir varias situaciones: 1. Al iluminar un ojo, la pupila se contrae, de forma que el ojo que no ha sido iluminado también se contrae por inervación refleja. En este caso la prueba es negativa. 2. En caso de cataratas o de enfermedades oculares en las que la visión está disminuida

FIGURA 3-21  Prueba del destello oscilante (swinging flashlight test).

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

PRUEBA DE DOLMAN Con esta prueba se puede valorar en el paciente cuál es el ojo dominante.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test La prueba consiste en indicarle al paciente que superponga sus manos de forma que las primeras comisuras de los dedos de ambas manos formen un hueco por el que poder

mirar. Seguidamente le pide al paciente que con los brazos estirados enfoque un objeto manteniendo los dos ojos abiertos. Una vez en esta posición, le pide que acerque las manos a la cara sin perder de vista el objeto y sin cerrar ninguno de los dos ojos.

Interpretación del test El ojo al que se acerque el hueco de las manos es el dominante y el de mayor agudeza visual, de forma que es el encargado de la visión profunda, mientras que el opuesto es el encargado de la visión periférica y espacial. Aparte de esta forma, existen otras para averiguar cuál es el ojo dominante, como por ejemplo encuadrar con una cámara de fotografía con objetivo réflex o mirar por un microscopio. Por lo general, el ojo dominante es el contrario al de la mano dominante, no significando esto ningún problema o alteración en el caso de que ocurriese lo contrario.

PRUEBA DE DONDERS Con este test se pretende valorar posibles alteraciones en la agudeza visual del paciente para proceder a la consecuente corrección con lentes.

Posición del paciente Sentado con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test

FIGURA 3-22  Prueba de Dolman.

El terapeuta le va colocando al paciente lentes con la visión corregida. El paciente, manteniendo un punto de visión fijo en una letra o en un objeto, va observando cómo cambia su visión a mejor o se mantiene igual. Ambos ojos se estudian de manera independiente, de modo que mientras se analiza uno, el otro debe permanecer tapado.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

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Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta debe solicitar al paciente que realice de manera activa una mirada lateral hacia el lado sano, de forma que se pueda valorar el movimiento voluntario o su ausencia.

Interpretación del test En caso positivo, el paciente presenta disfunción muscular por heterotropía ocular, que hace que el movimiento del ojo no se dé en la dirección que se desea, de forma que puede presentar o bien aducción o bien abducción limitada.

FIGURA 3-23  Prueba de Donders.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Interpretación del test Cuando el paciente consigue una visión óptima, nítida y clara, no se vuelve a cambiar de lente, de forma que para la posterior fabricación de sus gafas de contacto, estas quedarán corregidas.

PRUEBA DE DUANE Con este test se valoran y estudian las posibles alteraciones a nivel de la musculatura ocular.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

FIGURA 3-24  Prueba de Duane.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

PRUEBA DE HERING Con esta prueba se valora si el paciente presenta una visión mono o binocular.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que mire a través de un artilugio en el que al final hay un hilo y una bolita que puede estar delante o detrás del primero.

el paciente no es capaz de discernir cómo se encuentra la bola con respecto al hilo, tiene una visión monocular, observándose ambos elementos en la misma profundidad.

PRUEBA DE KING-DEVICK Esta prueba sirve para diagnosticar una alteración en los movimientos de los ojos durante la lectura.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre sus piernas.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Interpretación del test

Ejecución del test

Si el paciente presenta visión binocular, es capaz de diferenciar si la bola se encuentra delante o detrás del hilo. En caso contrario, si

El terapeuta le presenta al paciente unas láminas con números, que debe descifrar en voz alta.

FIGURA 3-25  Prueba de King-Devick.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Interpretación del test

Posición del terapeuta

El paciente debe leer los números de las láminas lo más rápido posible, evitando cometer errores. El terapeuta debe controlar el tiempo empleado y obtener una puntuación. Normalmente esta prueba se realiza en pacientes que han sufrido conmoción cerebral o traumatismos que pueden haber afectado la capacidad lectora de los individuos.

Frente al paciente.

PRUEBA DE LA LINTERNA Esta prueba se utiliza para verificar la respuesta de los ojos del paciente ante un estímulo externo.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

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Ejecución del test El terapeuta le pasa la luz de una linterna de manera espontánea e intermitente, en un ojo primero y en el otro después.

Interpretación del test Ante la luz de la linterna, el paciente contrae la pupila y por lo tanto la del ojo contrario también se contrae por efecto reflejo. Con esta prueba también se puede observar el fondo de ojo del paciente, apreciándose una serie de líneas rojas: los vasos encargados de la vascularización del ojo.

PRUEBA DEL TAMBOR OPTOCINÉTICO Esta prueba se utiliza para evaluar el nistagmo optocinético en el paciente, definiéndose este como un movimiento de los ojos involuntario y rápido, que cursa a sacudidas.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test Para el desarrollo de la prueba, el terapeuta puede utilizar una banda de cuadros, un tambor de Barany o una cinta de sastres. El terapeuta estimula de manera sistemática uno u otro ojo de forma independiente, para ver la respuesta ante el estímulo del lado contralateral. Cuando el terapeuta gira el tambor, el paciente debe tener la mirada fija en dicho objeto para poder observar la respuesta al estímulo.

Interpretación del test FIGURA 3-26  Prueba de la linterna.

El test es positivo si el paciente reacciona ante el estímulo del tambor con un nistagmo en la dirección contraria al giro del tambor.

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

FIGURA 3-27  Prueba del tambor optocinético. Rep­ roducido con autorización del Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró.

Es un buen test para la evaluación de la visión de los niños, ya que por lo general este tipo de nistagmo se encuentra en los bebés. Además de estar indicada para los niños, también es muy útil para aquellos pacientes que no colaboran por cualquier trastorno mental o para aquellos que se inventan una patología ocular con disminución de la visión.

SIGNO DE ABADIE Esta prueba se utiliza como parte del diagnóstico en la enfermedad de Graves-Basedow.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre sus muslos.

FIGURA 3-28  Signo de Abadie.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que abra y cierre los ojos fuertemente, y seguidamente los deje abiertos de manera relajada.

Interpretación del test La prueba es positiva si tras realizar la prueba, se observa en el paciente la contracción muscular del músculo elevador del párpado superior.

PRUEBA DE BALLET Con esta prueba se puede determinar la disfunción o la falta de movimiento en la musculatura ocular.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Posición del paciente Sentado con los brazos relajados, paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

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es positiva, por lo que se trata de un paciente con oftalmoplejía externa.

SIGNO DE BARD

Frente al paciente.

La presencia o la ausencia de este signo permite clasificar el tipo de nistagmo que presenta el paciente.

Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta le solicita al paciente que realice de manera activa el seguimiento de un objeto que él mismo hace oscilar de un lado a otro delante de sí.

Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Interpretación del test Si el paciente no es capaz de realizar estos movimientos de manera voluntaria, la prueba

Ejecución del test El terapeuta le solicita al paciente que siga con la mirada el movimiento que con un objeto o con el dedo realiza de derecha a izquierda de manera alterna.

Interpretación del test En caso de que el paciente presente nistagmo, si este es orgánico, aumenta el ritmo y la oscilación del ojo, mientras que si es congénito, dicho movimiento involuntario se detiene. Así pues, en caso de que aumente el ritmo y la oscilación del ojo ante el seguimiento fijo sobre el dedo o el objeto que le muestre el terapeuta, el signo es positivo.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

SIGNO DE BRUNATI El signo de Brunati es un signo que manifiesta el paciente acompañando a una enfermedad principal de fondo, como por ejemplo la neumonía o la fiebre tifoidea.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

Ejecución del test FIGURA 3-29  Prueba de Ballet.

El terapeuta observa la córnea del paciente de manera específica y fija, y procede a

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CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

compararla con la de un ojo normal, buscando diferencias o irregularidades.

Ejecución del test

Interpretación del test

El terapeuta le solicita al paciente que abra y cierre los ojos activamente y de manera simultánea.

En caso de que el paciente presente opacidad corneal, el signo es positivo.

Interpretación del test

SIGNO DE GRAEFE Esta prueba se utiliza para valorar una alteración en el control de los movimientos oculares.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta Frente al paciente.

En caso positivo el paciente, presenta una des­ coordinación entre el movimiento de los pár­ pados y el globo ocular, de forma que los movi­ mientos no están en sinergia. Por lo general, los pacientes con este tipo de disfunción o alteración motora, presentan bocio exoftálmico.

PRUEBA DE LA MIRADA Esta prueba se utiliza para la valoración de la agudeza visual en la edad infantil.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

FIGURA 3-30  Signo de Graefe.

FIGURA 3-31  Prueba de la mirada.

CAPÍTULO | 3  La valoración manual en Oftalmología

Posición del terapeuta Frente al bebé.

de un mismo punto. El paciente ha de indicar las líneas que ve.

Ejecución del test

Interpretación del test

Para la ejecución de la prueba se necesitan unas palas blancas con rayas grises verticales de diferentes grosores y otras palas grises. El terapeuta le presenta al bebé las palas, de forma que las superpone colocando la pala rayada tras la pala gris. El terapeuta realiza movimientos laterales lentos de izquierda a derecha y al revés, ocultando y mostrando la pala rayada que se encuentra tras la pala gris buscando que el bebé intente seguirla con la mirada. La prueba se repite tres veces.

Si el paciente es incapaz de distinguir varias líneas o lo hace con dificultad, el terapeuta puede pensar en la existencia de un problema visual de tipo astigmatismo. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones normales de visión, el paciente es capaz de distinguir con claridad todas y cada una de las líneas que aparecen en la lámina.

Interpretación del test En condiciones normales, el bebé sigue con la mirada la pala que el terapeuta mueve delante de él. En este caso la prueba es negativa. Si en el transcurso de la prueba el bebé se queda fijo mirando al frente y obviando las franjas de las palas, el test es positivo. Esta prueba es útil sobre todo en aquellos niños lactantes o con problemas de desarrollo, ya que no puede enmascarar los resultados, siendo el estudio bastante específico ante el estímulo de la imagen a una distancia determinada, visible para el pequeño.

PRUEBA DE BECKER © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de astigmatismo.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le muestra al paciente una lámina en la cual se puede apreciar una serie de líneas agrupadas de tres en tres que convergen

FIGURA 3-32  Prueba de Becker.



Capítulo 4

La valoración manual en Otorrinolaringología PRUEBA DE LEWIS Este test se utiliza junto con el test de Gellé para descartar una disfunción de la fijación estapedial de otras lesiones.

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco con las manos reposando sobre sus piernas.

no hay percepción del sonido al aplicarlo al trago, por lo que el paciente refiere que no lo oye. La prueba de Lewis es positiva cuando el sonido vuelve a oírse (prueba normal), mientras que es negativa cuando esta sugiere alteración.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desviado en el lado del oído a valorar.

Ejecución del test El terapeuta hace vibrar un diapasón y lo coloca apoyado en la apófisis mastoides del lado a explorar, confirmando que el paciente oye claramente el sonido transmitido por este. Cuando el paciente refiera que deja de oírlo, el terapeuta procede a colocar el diapasón en el trago y a realizar una fuerte compresión con el fin de ocluir el conducto auditivo externo; tras esto le pregunta al paciente si continúa oyendo el sonido.

Interpretación del test En condiciones normales, cuando la membrana timpánica y la cadena de huesecillos están intactas, nuevamente oye el diapasón al aplicarlo en el trago; en caso de fijación,

© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

FIGURA 4-1  Prueba de Lewis.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

TEST DE BING Este test fue descrito en 1891 como “prueba de percepción secundaria”, interpretada como la prolongación de la conducción ósea que acompaña a la oclusión del conducto auditivo externo sin modificar la tensión de la membrana timpánica por aumento de la misma.

auditivo externo con el dedo de forma muy suave, para no provocar un aumento de la presión de la membrana timpánica. Tras esto, le pregunta al paciente si la oclusión del conducto auditivo externo provoca un aumento de la percepción del sonido o no refiere cambio alguno en la percepción del mismo.

Posición del paciente

Interpretación del test

Sentado con la cabeza mirando al frente, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desviado en el lado del oído a testar.

Ejecución del test El terapeuta coloca el diapasón sobre la mastoides y le pide al paciente que cuando deje de oír el sonido, se obstruya el conducto

Cuando la conducción es normal, la oclusión del conducto auditivo externo produce un aumento de la percepción del sonido en ese oído, es decir, un test de Bing positivo. En el caso de no haber un aumento de la intensidad de la audición al ocluir el conducto auditivo externo, se puede concluir que existe una alteración en la conducción con un resultado de test de Bing negativo.

TEST DE BONNIER Este test se utiliza para el diagnóstico de las otoesclerosis.

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desviado en el lado del oído a testar.

Ejecución del test El test se realiza con la ayuda de un diapasón. Tras hacer vibrar el diapasón, el terapeuta coloca la base del mismo en una zona ósea alejada del cráneo, como por ejemplo la clavícula, el codo o la escápula; a veces se utilizan sitios más alejados, como la rótula.

Interpretación del test

FIGURA 4-2  Test de Bing.

La prueba es normal si el sonido no se oye al poner el diapasón en un sitio tan alejado e indica o bien que el sujeto está sano o que tiene una hipoacusia que no se debe a una

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

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Ejecución del test Tras hacer vibrar el diapasón, el terapeuta lo coloca en la mastoides asegurándose de que el sonido es percibido por el paciente; a continuación aplica cambios en la presión de la membrana timpánica preguntando al paciente sobre posibles variaciones en la percepción del sonido. El terapeuta aplica los cambios en la presión ocluyendo con su dedo el trago de forma firme o bien utilizando un otoscopio neumático.

Interpretación del test El aumento de la presión de aire sobre la membrana timpánica produce una disminución en la intensidad del sonido percibido cuando la cadena de huesecillos es móvil y la membrana timpánica está intacta; los cambios intermitentes de presión producen una fluctuación de la intensidad del sonido. En casos de fijación o discontinuidad de la cadena, no hay fluctuación en la intensidad del sonido oído. FIGURA 4-3  Test de Bonnier.

otoesclerosis. Cuando existe una hipoacusia de transmisión debido a una otoesclerosis (por lo general del estribo), el paciente oye perfectamente el sonido que se trasmite desde un sitio tan alejado.

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TEST DE GELLÉ El test de Gellé es una de las pruebas que se utilizan para casos en los que se sospecha una lesión conductiva marginal con afectación de la cadena de huesecillos, generalmente por otoesclerosis.

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente, los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, frente al paciente ligeramente desviado en el lado del oído a testar.

FIGURA 4-4  Test de Gellé.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Se dice que el test de Gellé es positivo cuando existe una fluctuación (normalidad) y es negativo cuando sugiere fijación o discontinuidad en la cadena.

TEST DE RINNE Esta prueba sirve para identificar una alteración en la porción coclear del nervio vestíbulococlear (nervio craneal VIII). Compara la percepción del sonido entre la vía aérea y la vía ósea.

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente, los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desviado en el lado del oído a testar.

Ejecución del test

cuando el terapeuta lo coloca sobre la apófisis mastoides, lo que indica que la conducción del sonido está alterada por causas principalmente de afectación neurológica de la porción coclear del nervio vestíbulococlear (nervio craneal VIII). En segundo lugar, puede ocurrir que el paciente oiga perfectamente el diapasón al colocarlo sobre la mastoides pero al cambiarlo y acercarlo al conducto auditivo externo, no lo oiga; en este caso se trata de un problema en la transmisión aérea del sonido, producido por un problema en la membrana timpánica o por un problema en la cadena de huesecillos del oído medio. Puede ocurrir también un falso Rinne negativo, que se presenta en hipoacusias de percepción importantes y que se debe a la audición cruzada. El sujeto percibe el sonido por vía ósea pero no por el oído explorado sino por la transmisión del sonido hacia el oído contralateral. Cuando deja de oír por vía ósea, el terapeuta le

El test se realiza con la ayuda de un diapasón. Lo primero que hace el terapeuta es percutir el diapasón para que vibre y colocar su parte posterior sobre la apófisis mastoides del paciente, asegurándose que oye el sonido; mantiene el diapasón hasta que el paciente deje de oír el sonido. Inmediatamente después y sin perder tiempo, acerca las ramas del diapasón al conducto auditivo externo sin tocar la piel para que el paciente oiga el sonido, pidiéndole que avise cuando deje de oírlo.

Interpretación del test La conducción aérea es aproximadamente dos veces más rápida que la conducción en el hueso, por lo que en condiciones normales en la primera fase el paciente oye el sonido emitido por el diapasón y al dejarlo de oír y acercarlo inmediatamente al conducto auditivo externo, lo vuelve a oír. Esto corresponde a un Rinne positivo, que se interpreta como prueba normal. La alteración de la normalidad se considera un Rinne negativo, pudiéndose diferenciar dos resultados en el test. En primer lugar es posible que el paciente no oiga el diapasón

FIGURA 4-5  Test de Rinne. A. Colocación en la apófisis mastoides. (Continúa.)

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

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coloca su base a nivel de la frente, en la zona media; tras esto, le pregunta al paciente por la calidad y cantidad de sonido en ambos oídos. También es posible colocar el diapasón en la parte superior de la cabeza, pero siempre centrado, en la línea media.

Interpretación del test La prueba es normal si el paciente percibe el sonido por ambos oídos de igual forma e intensidad. En este resultado de igual audición en ambos oídos, también es posible que el paciente tenga la misma afectación en los dos oídos y que no sean sanos, por lo que hay que tener especial cuidado. En las sorderas unilaterales, la lateralización del sonido hacia el lado afecto indica una lesión de conducción o transmisión en ese oído (hipoacusia de conducción o de transmisión). La lateralización del sonido hacia el oído sano indica que la lesión del otro oído es de tipo perceptivo (hipoacusia de percepción). FIGURA 4-5 (cont.)  B. Presentación al conducto auditivo externo.

coloca el diapasón delante del conducto auditivo externo y naturalmente no lo vuelve a oír.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

TEST DE WEBER Esta prueba sirve para identificar una alteración en la porción coclear del nervio vestibulococlear (nervio craneal VIII). Ayuda a definir el tipo de sordera cuando los dos oídos están dañados en distinto grado.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desviado en el lado del oído a testar.

Ejecución del test El test se realiza con la ayuda de un diapasón. Tras hacer vibrar el diapasón, el terapeuta

FIGURA 4-6  Test de Weber.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Los resultados se nombran como Weber central si la prueba es normal, o Weber lateralizado al oído izquierdo o derecho, según sea el caso.

TEST DE SCHWABACH La finalidad de este test es detectar algún problema en la audición del paciente comparándola con la audición de un testigo sano o del propio examinador. Al ser un test completamente subjetivo, tiene una baja sensibilidad.

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente desviado en el lado del oído a testar. FIGURA 4-7  Test de Schwabach.

Ejecución del test Se hace vibrar el diapasón y su base se coloca en la mastoides o en la parte superior de la cabeza en la línea media, indicándole al paciente que avise cuando deje de oírlo. Después, con una percusión al diapasón de la misma intensidad que la primera vez, se realiza el mismo test sobre el examinador o sobre un testigo partiendo de la base de que el testigo sano tiene una audición normal.

Interpretación del test Si los tiempos son semejantes, se dice que el Schwabach es normal. Si el tiempo de audición del examinador o del testigo sano es superior al del paciente, se habla de Schwabach corto y orienta a una sordera neurosensorial. También puede ocurrir que el paciente oiga durante más tiempo el sonido que el terapeuta o el testigo sano; en este caso se habla de Schwabach largo y orienta hacia una lesión de tipo conductivo, por ejemplo una otoesclerosis.

TEST DE STENGER Este test se basa en el fenómeno de Stenger, que indica que cuando dos tonos de igual frecuencia y diferente intensidad se presentan simultáneamente en los dos oídos, sólo el oído con el tono de mayor intensidad expresa sensación de percepción auditiva. Su realización requiere dos diapasones que vibren en la misma frecuencia (por lo general 256 o 512 Hz). Este test se realiza para la valoración cualitativa de una sordera unilateral o, especialmente, asimétrica, con especial interés para descartar cuadros de simulación. Su fundamento es el ensordecimiento interauricular. Esta prueba se puede realizar también mediante acumetría y mediante audiometría.

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente.

Ejecución del test Para la realización de esta prueba el terapeuta coloca un diapasón vibrando por vía aérea en el oído supuestamente sano. En esta situación, le solicita al paciente que señale si oye o no el sonido, a lo que este responderá de forma afirmativa. Inmediatamente después, coloca el otro diapasón vibrando frente al supuesto oído patológico, sin retirar de la entrada del conducto auditivo externo el primer diapasón.

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del lado que en principio se suponía simulada. 2. Si en el segundo oído estimulado la enfermedad es realmente simulada, ocurre que al colocar el diapasón vibrando el paciente oye el sonido en este lado, anulando la audición en el otro. Ante esta situación de oír por el oído en el que simula una hipoacusia, el paciente siempre reacciona de la misma forma: dice que no oye por ninguno de los dos oídos para no admitir que en realidad oye por el que simula la enfermedad.

Interpretación del test

PRUEBA DE DESVIACIÓN DEL ÍNDICE DE BÁRÁNY

Pueden presentarse dos posibilidades principalmente:

Esta prueba se utiliza para determinar una posible afectación del sistema vestibular.

1. Que el paciente siga oyendo por el primero de los oídos estimulados. En este caso se trata de una auténtica hipoacusia

Posición del paciente Sentado con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta extiende los brazos y los codos hacia el paciente, de forma que lo apunte con los dedos índices. Le pide al paciente que también extienda los brazos e índices hasta unirlos con los del terapeuta pero sin tocarlos. Seguidamente le pide al paciente que cierre los ojos y mantenga la posición de alineación con los índices del terapeuta.

Interpretación del test

FIGURA 4-8  Test de Stenger.

La prueba se considera negativa si el paciente mantiene alineados sus dedos índices con los dedos índices del terapeuta. En caso de que exista una laterodesviación de los brazos del paciente perdiendo la alineación con los índices del terapeuta, la prueba es

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

en ambos oídos. Seguidamente va modificando el volumen del sonido emitido de forma alternante, manteniendo en todo momento la frecuencia del mismo. El terapeuta pregunta al paciente por las distintas percepciones.

Interpretación del test Tras la realización de la prueba, se puede observar si existe algún problema de déficit auditivo al modificar el volumen de los tonos preguntándole al paciente si percibe los cambios de volumen con ambos oídos.

FIGURA 4-9  Prueba de desviación del índice de Bárány.

positiva. Por lo general la desviación de los dedos índices indica el lado de la disfunción vestibular.

PRUEBA DEL BALANCE DE VOLUMEN ALTERNANTE Esta prueba se utiliza para determinar una posible afectación del sentido de la audición.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos. En esta posición se coloca unos auriculares en las orejas.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, frente al paciente.

Ejecución del test A través de los auriculares, el terapeuta le hace llegar al paciente un tono a la misma frecuencia

FIGURA 4-10  Pruebas del balance de volumen alternante, del balance de volumen biaural alternante y del balance de volumen monoaural (BVM).

PRUEBA DEL BALANCE DE VOLUMEN BIAURAL ALTERNANTE Esta prueba se utiliza para determinar la diferencia de audición entre un oído sano y otro afecto ante la exposición de sonidos de la misma intensidad.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Posición del paciente

Ejecución del test

Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

A través de los auriculares, el terapeuta le hace llegar al paciente un tono a ambos oídos a la vez, y va alternando distintos tipos de frecuencias, algunas perceptibles para un oído sano y otras que no son percibidas por un oído patológico.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, frente al paciente.

Ejecución del test A través de los auriculares, el terapeuta hace llegar al oído sano del paciente un tono con una determinada intensidad. Seguidamente va bajando la intensidad del sonido a la vez que le pregunta si sigue oyendo el tono. Cuando tiene una idea de a qué intensidades percibe el tono el oído sano, lleva a cabo el mismo procedimiento en el oído afecto.

Interpretación del test El oído que presenta hipoacusia requiere intensidades de tono mayores para poder ser percibido que el oído sano. Esta prueba se suele utilizar para determinar el nivel de hipoacusia unilateral por afectación del sistema nervioso.

PRUEBA DEL BALANCE DE VOLUMEN MONOAURAL (BVM) © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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Esta prueba se utiliza para evaluar una posible hipoacusia bilateral de origen neurológico.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas. En esta posición se coloca unos auriculares en las orejas.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, frente al paciente.

Interpretación del test A medida que va escuchando tonos de distinta frecuencia, el paciente le va indicando al terapeuta si los percibe con claridad o simplemente no los percibe. Conociendo la normalidad de las distintas frecuencias, el terapeuta intenta discernir el alcance de la hipoacusia bilateral neurológica.

PRUEBA CALÓRICA Esta prueba se utiliza para determinar una posible afectación en alguno de los oídos.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado del oído a evaluar en dirección del paciente a la altura de su cabeza.

Ejecución del test Con la ayuda de una jeringa, el terapeuta introduce suero o agua en el conducto auditivo externo a distintas temperaturas, primero fría (25 °C) y después caliente (40 °C), pidiendo al paciente que mantenga los ojos abiertos durante toda la prueba.

Interpretación del test De forma fisiológica, cuando se inyecta agua en el conducto auditivo externo, se produce un nistagmo en la misma dirección al oído a evaluar en caso de que el agua sea caliente y en dirección contraria en el caso de que sea fría. Si hay un problema de oído por

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

conducto auditivo externo comprimiendo sobre el trago del oído sano y vuelve a hacer vibrar el diapasón sobre el vértex del paciente.

Interpretación del test En condiciones normales, aun tapando ambos conductos auditivos externos, el paciente sigue oyendo el sonido, ya que este se transmite por vía ósea. Si el paciente comenta durante la prueba que cuando se le tapona el oído sano no es capaz de oír el sonido del diapasón, puede ser indicativo de una simulación de la hipoacusia por parte del paciente.

FIGURA 4-11  Prueba calórica.

afectación en el sistema vestibulococlear, el nistagmo no se produce.

PRUEBA DE CHIMANI-MOOS Esta prueba se utiliza para determinar la veracidad de una hipoacusia indicada por el paciente.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta

FIGURA 4-12  Prueba de Chimani-Moos.

De pie, detrás del paciente.

PRUEBA DE ERHARD

Ejecución del test

Esta prueba se utiliza para la detección de sordera fingida.

El terapeuta hace vibrar un diapasón sobre el vértex del paciente, pidiéndole que indique si oye bien el sonido por ambos oídos. Si el paciente indica que no percibe bien el sonido por un oído, el terapeuta procede a tapar el

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Posición del terapeuta En bipedestación, al lado del oído a valorar del paciente.

Ejecución del test El terapeuta produce un sonido verbal cerca del conducto auditivo externo y le pregunta al paciente si lo ha podido oír. Seguidamente, con el dedo índice ocluye el conducto auditivo externo a valorar y vuelve a reproducir el mismo sonido.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Todas las personas que presentan hipoacusia y oyen el sonido sin la presión del terapeuta sobre el oído, lo deben seguir oyendo, aunque con menor intensidad, cuando el terapeuta presiona sobre el conducto auditivo externo. Si el paciente oye el primer sonido pero el segundo no lo oye, se puede pensar en una hipoacusia de tipo fingida. Si el paciente niega oír el segundo sonido, el terapeuta puede elevar el tono.

FIGURA 4-13  Prueba de Erhard.

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PRUEBA DE LA FÍSTULA O DE LUCAE Esta prueba se utiliza para la exploración de vértigos de origen laberíntico.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta En bipedestación, frente al paciente ligeramente desplazado en el lado del oído a valorar.

Ejecución del test Con una jeringa, el terapeuta insufla aire al oído a valorar del paciente.

Interpretación del test Si al realizar la prueba aparece sintomatología vertiginosa o nistagmo ocular, la prueba es positiva. La prueba se considera negativa

FIGURA 4-14  Prueba de la fístula o de Lucae.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

si no aparece ningún síntoma relacionado con el sistema vestibular. Aunque el test sea negativo, no se puede afirmar con rotundidad que no exista afectación laberíntica; sin embargo, un resultado positivo sí requiere derivación al especialista en otorrinolaringología. La sintomatología se produce por una alteración estructural laberíntica.

de forma que la fosa nasal a valorar quede arriba.

PRUEBA DE FRÄNKEL

PRUEBA DE GAULT

Esta prueba se utiliza para la valoración de una posible infección en las fosas nasales.

Esta prueba se utiliza para la detección de hipoacusias de tipo fingidas.

Posición del paciente

Posición del paciente

Interpretación del test Si existe afectación infecciosa de las fosas nasales, el terapeuta puede percibir la presencia de un exudado purulento.

En sedestación, en flexión de tronco de modo que la cabeza se sitúe entre sus muslos o lo más cerca posible.

Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta

Posición del terapeuta

En bipedestación, a un lado del paciente.

En bipedestación, en el lado del oído a evaluar.

Ejecución del test

Ejecución del test

El terapeuta le pide al paciente que realice una rotación cervical del lado a evaluar,

Con el dedo índice de una de sus manos, el terapeuta ocluye el conducto auditivo del

FIGURA 4-15  Prueba de Fränkel.

FIGURA 4-16  Prueba de Gault.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

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lado sano, quitándole audición. A la vez, emite un sonido cerca del oído a evaluar.

Interpretación del test Si cuando percibe el sonido, el paciente rea­ liza un pequeño parpadeo con el ojo del mismo lado del oído a evaluar, es indicativo de normoacusia de ese oído. Así, si el paciente se aqueja de pérdida de audición de ese lado y aparece parpadeo se puede confirmar que la afectación auditiva es fingida.

PRUEBA DE LOMBARD Esta prueba se utiliza para la detección de hipoacusias fingidas.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación o sedestación, a un lado del paciente.

FIGURA 4-17  Prueba de Lombard.

Ejecución del test

PRUEBA DE PROETZ

El terapeuta le ofrece al paciente un libro y le pide que lo lea en voz alta. Transcurridos unos segundos, el terapeuta aumenta el sonido ambiente, poniendo un poco de música, por ejemplo.

Esta prueba se utiliza para la evaluación del sentido del olfato.

Interpretación del test Al aumentar el sonido ambiente, pueden ocurrir dos cosas: que el paciente no aumente el volumen de voz y continúe leyendo tal cual empezó, o que a medida que el terapeuta aumenta el sonido ambiente, el paciente incremente el volumen al leer. Si el paciente continúa con el mismo volumen de voz, la prueba es negativa y se puede decir que el paciente presenta una hipoacusia. Si por el contrario el paciente aumenta su volumen de voz, la prueba es positiva y se puede confirmar que el paciente está fingiendo la hipoacusia.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, frente al paciente ligeramente desplazado en el lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta le ofrece al paciente 10 recipientes con distintas sustancias fácilmente reconocibles al olfato disueltas en un litro de agua a una concentración del 0,088%. Seguidamente le pide al paciente que huela las sustancias una a una y las intente reconocer.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Interpretación del test

Ejecución del test

La concentración anteriormente mencionada es la mínima cantidad de sustancia necesaria a la cual una persona puede percibir el olor para identificarla. Así, si el paciente ha sido capaz de reconocer todas las sustancias, se puede afirmar que no presenta afectación de la sensibilidad olfatoria.

El terapeuta coloca el dedo índice de su mano anterior sobre la arteria carótida del lado a valorar. Seguidamente realiza una pequeña presión y le pregunta al paciente por el acufeno.

Interpretación del test En pacientes con afectación tumoral timpánica, la presión que ejerce el terapeuta sobre la arteria carótida hace desaparecer el acufeno inicial. Existe otra alternativa de la prueba en la cual el terapeuta, en vez de presionar la carótida, lleva a cabo una compresión sobre el oído a evaluar. El acufeno desaparece en pacientes con este tipo de afección. Hay que tener en cuenta que las afecciones tumorales van acompañadas de otros síntomas, tales como presencia de sangrado en el oído o una sordera de transmisión.

FIGURA 4-18  Prueba de Proetz.

SIGNO DE BROWN Esta prueba se utiliza para la detección de posibles afecciones tumorales en el oído medio en pacientes que presenten acufenos.

Posición del paciente Sentado, con la cabeza mirando al frente y los brazos paralelos al tronco, de forma que las manos quedan reposando sobre sus piernas.

Posición del terapeuta En bipedestación o sedestación, en el lado a valorar del paciente en finta doble.

FIGURA 4-19  Signo de Brown.

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SIGNO DE HENNEBERT

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para la detección de posibles afecciones laberínticas secundarias a procesos sifilíticos.

Ante la variación brusca de presiones en el oído afecto en pacientes con sífilis, el ojo responde con un movimiento involuntario de tipo nistagmo en rotación. Cuando el terapeuta aumenta la presión insuflando aire, se produce un nistagmo del ojo del mismo lado del oído a valorar hacia el lado afecto. Al disminuir la presión aspirando aire, se produce un nistagmo en el mismo ojo pero hacia el lado contrario al que se está evaluando. En pacientes sin afectación laberíntica secundaria a proceso sifilítico, estos nistagmos no se producen ante esta maniobra.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y la cabeza en rotación cervical del lado contrario a evaluar.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado a valorar del paciente en dirección a este.

Ejecución del test Con ayuda de una jeringa, el terapeuta insufla aire en el oído externo a valorar. Tras esto, observa el ojo de la hemicara homolateral. Seguidamente, lleva a cabo una aspiración del aire del mismo oído y vuelve a observar el ojo.

PRUEBA DEL ESPEJO Esta prueba se utiliza para detectar posibles afecciones de tipo obstrucción nasal o desviación del tabique nasal.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación o bipedestación, a un lado del paciente.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta sitúa un espejo pequeño justo debajo de las fosas nasales del paciente. Seguidamente, le pide que lleve a cabo una espiración a través de las fosas nasales como para empañar el espejo.

Interpretación del test

FIGURA 4-20  Signo de Hennebert.

El terapeuta observa las manchas de vaho que hay en el espejo. En personas sin ningún tipo de problema de obstrucción nasal o desviación del tabique, al realizar la espiración quedan sobre el espejo dos marcas de vaho claramente diferenciadas y perfectamente simétricas. La asimetría en las marcas de vaho o la desaparición de una de ellas puede hacer pensar

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

en un problema de obstrucción nasal o de desviación del tabique nasal.

PRUEBA DE CORRADI Esta prueba se utiliza para la detección de una afectación de tipo laberíntica.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente ligeramente desplazado en el lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta hace vibrar un diapasón y contacta con su base sobre la apófisis mastoides del lado a valorar, asegurándose de que el paciente oiga la vibración que produce. Cuando el paciente deja de percibir las

FIGURA 4-21  A. Prueba del espejo. B. Manchas de vaho en la prueba del espejo.

FIGURA 4-22  Prueba de Corradi.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

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vibraciones, el terapeuta retira el diapasón de la apófisis mastoides. Seguidamente, vuelve a contactar el diapasón sobre la mastoides.

Interpretación del test En condiciones normales, el paciente es capaz de percibir dos sonidos a lo largo de la prueba: uno con la primera aplicación del diapasón sobre la mastoides y otro más leve tras la segunda aplicación. En caso de afectación laberíntica, el paciente es incapaz de percibir el segundo sonido.

PRUEBA DE EITELBERG Esta prueba se utiliza para la detección de afectaciones del sistema de conducción del sonido.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente ligeramente desplazado en el lado a valorar.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta hace vibrar un diapasón y lo coloca próximo al conducto auditivo externo del lado a valorar. Cuando se detiene, lo vuelve a hacer vibrar. El terapeuta repite el proceso durante 5 o 10 minutos.

FIGURA 4-23  Prueba de Eitelberg.

PRUEBA DE GARDINER-BROWN Esta prueba se utiliza para la valoración de disfunciones del oído medio.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Interpretación del test

Ejecución del test

En condiciones normales, el paciente percibe los sonidos cada vez con más intensidad, hasta completar la media hora. Si a medida que se repiten las vibraciones, el paciente percibe los sonidos con menor intensidad, el terapeuta puede pensar en una afectación del sistema de conducción del sonido.

El terapeuta hace vibrar un diapasón en contacto directo con la mastoides del hueso temporal del lado a valorar y le pide que avise cuando deje de percibir el sonido.

Interpretación del test Si el paciente deja de percibir los sonidos del diapasón antes de que el terapeuta deje de

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

externo y aplica el diapasón sobre la uña de este dedo.

Interpretación del test Cuando el terapeuta aplica el diapasón por segunda vez (sobre el dedo) en oídos en óptimas condiciones, el paciente ha de volver a percibir el sonido nuevamente. Si por el contrario, el paciente presenta alguna afectación auditiva, la aplicación del diapasón sobre el dedo del terapeuta se hace imperceptible.

FIGURA 4-24  Prueba de Gardiner-Brown.

percibir la vibración en sus dedos, este puede pensar en una disfunción del oído medio.

PRUEBA DE KABATSCHNIK Esta prueba se utiliza para la valoración de una posible hipoacusia.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble.

Ejecución del test El terapeuta hace vibrar un diapasón cerca del conducto auditivo externo del lado a valorar. Cuando el paciente deja de percibir el sonido, el terapeuta sitúa el dedo índice de la mano anterior sobre el conducto auditivo

FIGURA 4-25  Prueba de Kabatschnik.

PRUEBA DE POCH-VIÑALS Esta prueba se utiliza para la diferenciación del tipo de hipoacusia en la afectación auditiva bilateral.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Posición del terapeuta

Posición del paciente

En bipedestación, detrás del paciente ligeramente desviado a un lado.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que presione con la yema de sus dedos índices ambos conductos auditivos externos a la vez. Seguidamente, hace vibrar un diapasón sobre el vértex del paciente y le pregunta por las percepciones.

Interpretación del test En caso de que el paciente presente una afectación auditiva bilateral, la percepción del sonido lateraliza hacia el oído del paciente que presenta una mayor afectación de la conducción cuando el terapeuta lleva a cabo la acción.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma dos diapasones. Sitúa uno a cada lado de los conductos auditivos externos y los hace vibrar a la vez pero a una intensidad distinta cada uno. Esto se consigue retardando el tiempo de aplicación tras hacerlo vibrar, es decir, en un oído ofrece el diapasón inmediatamente después de haberlo hecho vibrar y en el otro oído lo ofrece tras 5 segundos de haber comenzado a vibrar. El terapeuta le pregunta al paciente por sus percepciones. Esta prueba se debe hacer de forma bilateral, es decir, retardar primero la aplicación en uno

FIGURA 4-26  Prueba de Poch-Viñals.

PRUEBA DE BLOCK-STEIGER Esta prueba se utiliza para la detección de hipoacusias fingidas.

FIGURA 4-27  Prueba de Block-Steiger.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

de los oídos y después en el otro, por lo que en realidad se realiza dos veces.

Interpretación del test En condiciones auditivas óptimas, el paciente únicamente percibe el diapasón de mayor intensidad. Si el paciente es capaz de percibir el sonido de ambos diapasones sería indicativo de una hipoacusia de tipo fingida.

PRUEBA DE POLITZER Esta prueba se utiliza para valorar la integridad de la trompa de Eustaquio.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test

FIGURA 4-28  Prueba de Politzer.

PRUEBA DE BROADBENT Esta prueba se utiliza para la determinación de la dominancia auditiva.

El terapeuta comprime con el dedo índice de una mano el orificio nasal del lado contrario al que va a evaluar. Seguidamente, le insufla aire con una pera de goma por el orificio nasal del lado a evaluar mientras le pide al paciente que trague saliva.

Posición del paciente

Interpretación del test

Posición del terapeuta

El aumento de presión en la rinofaringe por la insuflación de aire por parte del terapeuta y cierre de la palatofaringe al tragar hace que el aire se desplace hacia la trompa de Eustaquio y aumente el diámetro del canal. La otoauscultación hace posible comprobar mediante audición que el aire ha entrado en la trompa de Eustaquio, lo que indica su correcta permeabilidad. Cualquier afectación presente en la trompa de Eustaquio evita que el aire llegue al oído medio.

En bipedestación delante del paciente.

En sedestación con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre las piernas, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo, en ambos casos con unos auriculares.

Ejecución del test A través de los auriculares, el terapeuta reproduce a la vez una palabra distinta en cada oído. Seguidamente le indica al paciente que diga qué palabra ha oído primero.

Interpretación del test El lado en el que el paciente ha oído primero la palabra se corresponde con el oído dominante.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

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de sustancia para que el paciente pueda percibir su olor, y en segundo lugar, la fati­ ga olfativa, que es el tiempo transcurrido desde que el paciente experimenta una sen­ sación de fatiga por oler una sustancia hasta que es capaz de volver a oler esa misma sustancia. Una alteración de al menos uno de los dos parámetros de un conducto olfativo con respecto al otro hace pensar al terapeuta en una alteración de la sensibilidad olfativa. Las sustancias recomendadas para la realización de la prueba son amoniaco, benceno, mentol, xileno, benzaldehído, ácido cítrico, café y aguarrás.

FIGURA 4-29  Prueba de Broadbent.

PRUEBA DE ELSBERG Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la sensibilidad olfativa.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación o en bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test Tapando uno de los dos orificios nasales del paciente, el terapeuta le ofrece a oler distintas sustancias con olores fácilmente reconocibles. Luego repite esta acción en el otro orificio nasal.

Interpretación del test Hay que definir dos parámetros en el paciente: en primer lugar, la cantidad mínima

FIGURA 4-30  Prueba de Elsberg.

PRUEBA DE HAUTANT Esta prueba se utiliza para hacer el diagnóstico diferencial entre el vértigo de origen vascular y el vértigo de origen mecánico.

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

Posición del paciente Sentado, con los hombros en flexión de 90°, los codos extendidos y las manos con la palma hacia abajo (posición de sonámbulo).

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente, colocando los pulgares enfrentados lo más cerca posible a las manos del paciente pero sin tocarlas; de este modo toma un “marcador” de la posición de los brazos del paciente y puede valorar su cambio de posición.

Ejecución del test En primer lugar, el terapeuta le pide al paciente que cierre sus ojos y observa si sus manos se desvían respecto a la posición inicial. Una vez realizada esta operación, le pide

al paciente que realice distintos movimientos con la columna cervical (extensión, flexión, rotación, etc.) manteniendo los ojos cerrados.

Interpretación del test El test es positivo si existe una desviación de las manos en cualquier posición de la columna cervical; en este caso se puede concluir que el vértigo es de origen mecánico cervical.

PRUEBA DE ACELERACIÓN ARMÓNICA Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación del sistema vestibular.

Posición del paciente En sedestación sobre una silla giratoria, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En sedestación, a un lado del paciente.

FIGURA 4-31  Prueba de Hautant.

FIGURA 4-32  Prueba de aceleración armónica.

CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

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Ejecución del test El terapeuta impulsa la silla en la que está sentado el paciente para que comience a girar y percibe los movimientos oculares.

Interpretación del test En condiciones normales, los ojos deben seguir una dirección contraria al giro cefálico. Si el terapeuta percibe un retraso en el inicio del movimiento ocular y una dirección inadecuada del globo ocular, se puede pensar en una afectación vestibular o laberíntica.

PRUEBA DE DIX-HALPIKE Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de un vértigo posicional paroxístico benigno.

Posición del paciente Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente orientado hacia este.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con ambas manos, una a cada lado de la cara del paciente. Seguidamente realiza un movimiento pasivo de extensión y de rotación de la columna cervical hacia un lado. Una vez el paciente está en esta posición, el terapeuta procede a tumbarlo rápidamente sobre el lado contrario a la rotación cervical que ha realizado. Entonces observa los ojos del paciente tras haberle indicado que los debe mantener abiertos durante toda la prueba. La prueba debe realizarse de forma bilateral.

Interpretación del test La prueba es positiva si la maniobra produce un nistagmo, que puede ser horizontal, vertical o rotatorio según qué conducto semicircular se encuentre afectado.

FIGURA 4-33  Prueba de Dix-Halpike.

PRUEBA DE FITZRITSON Esta prueba se utiliza para diferenciar si la causa de un vértigo presente en un paciente tiene un origen cervical o en el sistema vestibular.

Posición del paciente Sentado en una silla giratoria, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que realice rotaciones cervicales a un lado y a otro de

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CAPÍTULO | 4  La valoración manual en Otorrinolaringología

FIGURA 4-34  Prueba de Fitzritson. A y B. Primera y segunda fase.

forma alternativa durante varios segundos. Cuando se active la sintomatología vertiginosa, le indica que se detenga mirando al frente. Seguidamente toma contacto sobre la cabeza manteniéndola en la misma posición mientras le indica al paciente que gire el tronco mediante la silla giratoria. De esta forma la cabeza se mantiene en posición neutra mientras se producen giros alternativos hacia un lado y a otro del cuerpo del paciente.

Interpretación del test La afectación vertiginosa del paciente tiene un origen vestibular si en la segunda fase de la prueba (cuando sólo gira el tronco) comienza a desaparecer la sintomatología motivo de consulta. Si, por el contrario, los vértigos continúan constantes durante el transcurso de toda la prueba, el terapeuta indica que la afectación tiene un origen cervical.



Capítulo 5

La valoración manual en Patología Vascular PRUEBA DE ROOS Esta prueba se utiliza para valorar un com­ promiso vascular a nivel de los desfiladeros escapulotorácicos.

subclavia y el plexo braquial, y está consi­ derada como la prueba de mayor precisión para su evaluación.

Posición del paciente Sentado o de pie con ambos hombros en ab­ ducción de 90°, en rotación externa máxima y los codos flexionados a 90°, de forma que las manos quedan orientadas hacia el techo.

Posición del terapeuta De pie, delante del paciente, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que realice movimientos alternativos de apertura y cierre de las manos de forma rápida durante 3 mi­ nutos.

Interpretación del test La imposibilidad de mantener la posición de la prueba, la disminución de la función moto­ ra de las manos y/o la pérdida de sensibilidad en las extremidades superiores son indica­ tivos de síndrome del desfiladero torácico, derivado de un compromiso neurovascular por atrapamiento. Con esta prueba se evalúan las estructuras neurovasculares a su paso por los desfila­ deros escapulotorácicos, es decir, la arteria

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FIGURA 5-1  Prueba de Roos.

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

MANIOBRA DE ADSON La maniobra de Adson permite descartar la posibilidad de compresión de la arteria sub­ clavia a nivel del desfiladero interescalénico con la consecuente afectación de tipo com­ presivo del plexo braquial que acompaña a la misma.

zación de la prueba, se dice que es positiva, concluyendo entonces que hay una afectación de tipo compresivo de la arteria subclavia y, por tanto, del plexo braquial a nivel del des­ filadero interescalénico.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los mus­ los, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta Detrás del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma un contacto colocando los dedos índice y corazón de la mano externa tomando el pulso de la arteria radial a nivel de la muñeca. La mano interna toma un con­ tacto con la parte superior de la cabeza del paciente.

Ejecución del test El terapeuta realiza de forma pasiva una rotación y una lateroflexión de la columna cervical del paciente hacia el lado contrario al brazo a estudiar con el fin de poner en máximo compromiso la arteria subclavia en­ tre los músculos escalenos anterior y medio. Para aumentar aún más el compromiso de la arteria subclavia, le pide al paciente una inspiración profunda, indicándole que debe realizar una apnea (inspiratoria) durante todo el tiempo que le sea posible. De esta forma se pretende inducir una contracción de los músculos escalenos, que son músculos ins­ piratorios.

Interpretación del test En condiciones normales, aun en esta posi­ ción el terapeuta percibe en todo momento el pulso radial, por lo que la prueba se considera negativa. Si el terapeuta nota una disminución o una abolición del pulso radial durante la reali­

FIGURA 5-2  Maniobra de Adson.

PRUEBA DACTILAR DE ALLEN La prueba dactilar de Allen se utiliza para descartar la presencia de alguna alteración en las arterias radial y cubital del miembro superior.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos, o de pie con los brazos a lo largo del cuerpo.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

Posición del terapeuta De pie a un lado del paciente orientado hacia este. La mano anterior toma un contacto de forma que el pulgar se coloca tomando el pul­ so de la arteria radial mientras que los demás dedos de la mano toman un contacto a nivel de la arteria cubital, también a nivel de la muñeca.

Ejecución del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Para la ejecución de la prueba, el terapeuta realiza una compresión sobre las arterias radial y cubital. Seguidamente le solicita al paciente que realice de manera activa un bombeo mediante la apertura y el cierre de la mano repitiendo esta acción durante 60 se­ gundos; el terapeuta continúa comprimiendo ambas arterias durante toda la prueba. Pasado dicho tiempo, el terapeuta le pide al paciente que deje de bombear con la mano y

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cese en la apertura y el cierre. Una vez relaja­ do, el terapeuta descomprime paulatinamente la presión ejercida sobre las arterias mien­ tras observa la coloración de las manos y los dedos del paciente.

Interpretación del test En condiciones normales, al realizar la descompresión de las arterias, aparece un enrojecimiento en las manos. Si este enrojecimiento no se llega a producir o se produce muy lentamente, indica una oclu­ sión parcial o total de dichas arterias. Si existe un enrojecimiento breve y rápido una vez liberada la compresión, esta prueba es negativa y se dice que las arterias están en buen estado. La prueba se debe hacer de forma bilateral.

FIGURA 5-3  Prueba dactilar de Allen. A. Apertura de la mano. B. Cierre de la mano.

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

PRUEBA DE ALLEN (PRUEBA DEL CIERRE DEL PUÑO) Esta prueba se utiliza para detectar posibles alteraciones vasculares en los miembros superiores.

rojiza debido a la revascularización. Si existe afectación vascular, la ruborización tarda en instaurarse, por lo que se dice que la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación o en bipedestación, con la articulación glenohumeral en separación de 90°, rotación externa máxima y flexión de codo de 90°, de forma que la mano mire al techo.

Posición del terapeuta En bipedestación detrás del paciente en fin­ ta doble orientado hacia este desplazado del lado a valorar. El terapeuta reposa la yema de los dedos segundo a quinto de la mano del lado a evaluar sobre la arteria radial del paciente a la altura de la tabaquera anató­ mica.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una rotación cervical del lado contrario al miembro superior a evaluar. En esta posición, el terapeuta testa el pulso de la arteria radial y comprime la tabaquera, disminuyendo el riego de la mano. Una vez realizada la compresión, le pide al paciente que flexione las articulaciones meta­ carpofalángicas e interfalángicas de la mano a evaluar hasta que el puño quede cerrado por completo, generando una oclusión venosa. El paciente debe mantener esta posición durante 60 segundos, transcurridos los cuales el tera­ peuta suprime la presión y el paciente relaja el brazo y la mano.

PRUEBA DE LA ARTERIA VERTEBRAL SEGÚN GEORGE (TEST DE KLYN)

Interpretación del test

Esta prueba sirve para detectar una insufi­ ciencia de la arteria vertebral.

En condiciones normales y tras la realización de la prueba, el terapeuta puede percibir que la mano del paciente adquiere una colora­ ción blanquecina. En un periodo corto de tiempo y con buena integridad vascular, la mano con coloración blanquecina se vuelve

FIGURA 5-4  Prueba de Allen (prueba del cierre del puño).

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos, o en decú­ bito supino con los brazos a lo largo del cuerpo.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

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Posición del terapeuta En sedestación, a la cabeza del paciente orientado hacia este. Toma un contacto con ambas manos bajo el occipucio.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test La prueba precisa algunos datos y hallazgos previos, dado que puede comportar cierto riesgo. Es necesario comprobar los siguientes parámetros: presión arterial, pulso del brazo, pulso de la arteria carótida común y pulso de la arteria subclavia con auscultación para detectar ruidos vasculares. Si se observan hallazgos patológicos, la prueba no se debe efectuar. En el caso de que no haya alteraciones, el te­ rapeuta le pide al paciente que gire la cabeza hacia un lado lo máximo posible y la extien­ da. La cabeza debe colocarse en un extremo de la mesa de exploración en caso de hacerla en decúbito supino. A continuación se lleva a cabo la denominada posición en declive de Klyn, con rotación máxima y extensión cervical. El paciente debe permanecer en esta posición 20-30 segundos mientras el terapeu­ ta le pide que hable (por ejemplo, contando números).

náuseas y los mareos aumenta rápidamente en pocos segundos.

Interpretación del test

PRUEBA COSTOCLAVICULAR

Si durante la realización de la prueba apa­ recen ruidos vasculares patológicos en la arteria carótida común, así como mareos, alucinaciones visuales, náuseas, cansancio o nistagmo, se puede afirmar que existe estenosis de la arteria vertebral o de la arteria carótida común. La prueba es significativa ante alteraciones de la columna vertebral cervical o mareos, para decidir cuándo está indicado el trata­ miento (extensión o manipulaciones). La prueba de provocación en la arteria verte­ bral permite efectuar el diagnóstico diferen­ cial, dado que en el bloqueo radicular las náuseas, los mareos y el nistagmo aumentan primero y después pierden intensidad. Si hay insuficiencia vertebral, la intensidad de las

FIGURA 5-5  Prueba de la arteria vertebral según George (test de Klyn).

Esta prueba valora un síndrome de compre­ sión del paquete vasculonervioso en la zona de los desfiladeros escapulotorácicos.

Posición del paciente En sedestación con los brazos relajados a am­ bos lados del tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta Detrás del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma un contacto a través de los dedos índice y corazón de ambas manos so­ bre la tabaquera anatómica de las dos muñe­ cas del paciente, de forma que pueda percibir el pulso radial de los dos lados.

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

Ejecución del test

PRUEBA DE WRIGHT

El terapeuta presta atención a la amplitud y a la frecuencia de pulso radial. A con­tinuación, el paciente efectúa una abducción de ambos brazos con rotación externa simultánea y movimiento hacia atrás de los hombros (posición de rehén). El terapeuta valora posi­ bles alteraciones en el pulso radial.

Esta prueba se utiliza para valorar un posible síndrome de atrapamiento del plexo braquial a nivel del desfiladero del músculo pectoral menor.

Interpretación del test Un pulso radial débil o ausente en un lado, cambios cutáneos de tipo isquémico o pares­ tesias son signos indicativos de compresión del paquete vasculonervioso a nivel de la cintura escapular que indican una alteración de tipo compresivo a nivel de los desfiladeros escapulotorácicos. En este caso la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos relajados y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente ligeramente des­ plazado hacia el brazo que va a explorar en finta doble orientado hacia el paciente. La mano externa toma un contacto para percibir el pulso radial a nivel de la tabaquera anató­ mica del paciente del lado a evaluar. La mano interna estabiliza a nivel de la parte superior del hombro del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva pasivamente el miembro superior del lado a evaluar en abducción por encima de los 110° y rotación externa máxima del hombro. Es importante que con la otra mano el terapeuta limite la movili­ dad de la escápula. Mantiene esta posición unos 2-5 segundos y el terapeuta observa si existen alteraciones en el pulso radial del paciente. Opcionalmente le puede pedir al pa­ ciente una apnea espiratoria con el fin de bajar las costillas y aumentar así el compromiso que el músculo pectoral menor puede pro­ ducir sobre el paquete vasculonervioso del brazo.

Interpretación del test

FIGURA 5-6  Prueba costoclavicular.

En condiciones normales, el pulso no debe alterarse ni en amplitud ni en frecuencia durante la realización de la prueba. Esta se considera positiva si existe un descenso de la frecuencia o de la intensidad del pulso radial, hecho que indicaría una compresión de la arteria axilar y por tanto del plexo braquial que la acompaña a su paso por el desfiladero del pectoral menor.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

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Ejecución del test El paciente permanece relajado durante toda la prueba y el terapeuta es quien realiza las ma­ niobras pasivamente: llevará a cabo una flexión de cadera con rodilla extendida en un primer momento y flexionada después, añadiendo a la exploración una flexión dorsal del tobillo.

Interpretación del test El terapeuta debe estar atento a todas las sen­ saciones que las maniobras le provoquen al pa­ ciente. En caso de que manifieste dolor a nivel de la pierna, independientemente de cómo se encuentre la rodilla, se puede pensar en la exis­ tencia de trombos en sus miembros inferiores. En caso de dolor durante la valoración con la rodilla extendida, también ha de tenerse

FIGURA 5-7  Prueba de Wright.

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PRUEBA DE HOMANS Con esta prueba se estudia la posibilidad de que le paciente presente trombos en los miembros inferiores.

Posición del paciente En supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie del lado a evaluar a la altura de las tibias del paciente en finta adelante orientado hacia la cabeza de este. Con la mano inferior toma contacto abarcando el calcáneo del lado a explorar, mientras que con la otra mano contacta en la rodilla del mismo lado.

FIGURA 5-8  Prueba de Homans. A. Primera fase. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

Ejecución del test El terapeuta procede al hinchado de los man­ guitos que previamente ha situado en cada uno de los tobillos del paciente.

Interpretación del test En condiciones normales, cuando se llega a una presión de 180 mmHg aparecen disestesias en los pies del paciente. Si existe una trombosis, existe una diferencia de presiones que el pa­ ciente puede tolerar entre una y otra pierna de forma que la pierna sana puede soportar valores comparativamente superiores de presión. También es posible realizar la prueba en un miembro inferior y después en el otro, y comparar los resultados obtenidos en ambos miembros.

FIGURA 5-8 (cont.)  B. Segunda fase.

en cuenta que existe la posibilidad de que haya alteraciones a nivel discal en la colum­ na vertebral con disfunciones radiculares y musculares, que hay que confirmar con otras pruebas manuales que lo clarifiquen.

PRUEBA DE LOWENBERG Esta prueba se utiliza para detectar signos de trombosis precoz.

Posición del paciente En bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación delante del paciente. Coloca distalmente en cada una de las piernas (alre­ dedor de la tibia y el peroné) el manguito de un esfigmomanómetro.

FIGURA 5-9  Prueba de Lowenberg.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

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PRUEBA DE RATSCHOW-BÖRGER

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una enfer­ medad vascular en la pelvis y los miembros inferiores del paciente.

Los individuos que no padecen trastornos vasculares pueden realizar estos movimientos sin molestia alguna ni presentar cianosis en la planta del pie. Las personas con afectaciones vasculares manifiestan dolores más o menos intensos e isquemia de la planta del pie del lado afecto. Transcurridos los 2 minutos, el paciente debe sentarse rápidamente y dejar colgar las piernas en un extremo de la mesa. Tras 5-7 segundos, en las personas sanas aparece hiperemia reactiva y rellenado de las venas; en los pacientes con patología vascular este fenómeno es más tardío cuanto mayor es la estenosis vascular.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble en dirección craneal.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que levante las piernas y que con ellas efectúe movimientos en círculo y flexiones plantares o dorsales de la articulación del tobillo durante 2 minutos.

PRUEBA DE PERTHES Esta prueba valora el estado que presenta el paciente en el sistema venoso del miembro inferior.

Posición del paciente De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente orientado hacia este.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test Una vez el terapeuta localiza dónde presenta el paciente la afectación venosa en su miem­ bro inferior, coloca un compresor elástico al­ rededor de la pierna por encima de las varices anteriormente localizadas. Tras su colocación, el paciente debe caminar unos pasos.

Interpretación del test

FIGURA 5-10  Prueba de Ratschow-Börger.

Si durante la marcha las varices se vacían completamente, indica que el paciente pre­ senta una alteración del sistema valvular de la vena safena. Puede suceder que las vari­ ces se vacíen de manera incompleta, de for­ ma que aparte de una disfunción a nivel de la válvula de la vena safena, también haya una alteración en las venas comunicantes.

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

percepción de las venas superficiales. En es­ te momento, el terapeuta realiza un vendaje compresivo a nivel del tercio proximal de la pierna. Una vez realizada la compresión, se le pide al paciente que se levante y camine durante medio minuto aproximadamente mientras el terapeuta observa las zonas en las que en un principio había las dilataciones venosas (primera etapa de la prueba). Por último, el terapeuta suelta el vendaje com­ presivo y vuelve a observar las venas super­ ficiales (segunda etapa de la prueba).

Interpretación del test Existen cuatro posibles resultados:

FIGURA 5-11  Prueba de Perthes.

PRUEBA DE TRENDELENBURG Con esta prueba se valora el estado del sistema valvular de las venas de los miembros inferio­ res del paciente, así como su buena función.

Posición del paciente En decúbito dorsal con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas sobre la camilla.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente orientado hacia el mismo.

Ejecución del test En un primer momento se le pide al paciente que realice una flexión de la pierna del lado a estudiar con el fin de elevarla de la camilla hasta que se evidencie una disminución de

1. En la primera etapa de la prueba se pro­ duce un aumento de volumen por relleno de las venas superficiales en la pierna de estudio. En la segunda parte de la prueba continúa el relleno de las venas desde dis­ tal a proximal. En este caso se dice que la prueba es normal. 2. En la primera etapa se produce un aumen­ to de volumen por relleno de las venas superficiales desde distal a proximal. En la segunda etapa de la prueba se produce un llenado rápido desde la safena; por lo que el llenado es retrógrado. En este caso se puede pensar en una afectación del sistema valvular de la vena safena. 3. En la primera etapa se produce una aumento del volumen por relleno de las venas superficiales a través de las venas perforantes. En la segunda etapa continúa el mismo proceso. En este caso se puede pensar en una insuficiencia valvular de las venas perforantes que comunican el sistema superficial y el profundo. 4. En la primera etapa se produce un aumen­ to del volumen por relleno de las venas superficiales a través de las venas perfo­ rantes y en la segunda etapa se produce además un llenado rápido desde la safena interna, es decir, en dirección retrógrada. En este caso hay que pensar en una insu­ ficiencia valvular tanto de la vena safena como de las venas perforantes.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

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Ejecución del test El paciente debe permanecer relajado durante toda la ejecución de la prueba, de forma que el terapeuta coloque sus dedos lateralmente en los procesos laterales de la séptima vérte­ bra cervical para comprimir las arterias verte­ brales contra el plano óseo durante medio minuto aproximadamente.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba apa­ rece en el paciente sintomatología del tipo de dolor en la zona occipital, desequilibrios, nistagmo o alteraciones en los oídos, la prue­ ba es positiva e indica una alteración de la arteria vertebral. Normalmente estos signos son esporádicos y pasan una vez que se re­ equilibra dicha insuficiencia.

FIGURA 5-12  Prueba de Trendelenburg.

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TEST DE INSUFICIENCIA VERTEBROBASILAR La insuficiencia vertebrobasilar es una pato­ logía vascular debida a estenosis, placas de ateromas, compresión o trombos que afecta tanto a las arterias vertebrales como al tronco basilar.

Posición del paciente En supino con la cabeza apoyada en la mesa de tratamiento y los brazos relajados parale­ los al tronco.

Posición del terapeuta En sedestación a la cabeza del paciente en dirección a sus pies.

FIGURA 5-13  Test de insuficiencia vertebrobasilar.

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PRUEBA DE HIPERABDUCCIÓN Con esta prueba se valoran los posibles com­ promisos a nivel de los desfiladeros interes­ calénicos presentes en el paciente.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación al lado o frente al paciente, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta solicita al paciente que de mane­ ra activa realice una separación bilateral de ambos miembros superiores a 90° con una ligera retroposición de los hombros de forma

que los lleve hacia atrás. Una vez colocado, el paciente debe cerrar la mano y abrirla com­ pletamente durante unos 2 o 3 minutos.

Interpretación del test En caso de compresión vasculonerviosa a nivel interescalénico, el paciente refiere dolor o sensación de hormigueos a nivel del miembro superior del lado afectado, ya que la posición en la que se realiza la prueba pone en tensión el compartimento anterior del cue­ llo. También es posible percibir cambios en la coloración de la piel debido a una disfunción de la musculatura interescalénica. En este caso se dice que la prueba es positiva. Antes de emitir ningún juicio, es importante haber descartado una lesión de los músculos pectorales menores del paciente, que también podrían dar la misma sintomatología durante la realización de la prueba.

PRUEBA DE GIBBON Y LANDIS (CIRCULACIÓN PERIFÉRICA) Con esta prueba se puede evaluar la circula­ ción periférica de los miembros superiores o de los miembros inferiores en un sujeto.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, al lado del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test Se prepara un barreño con agua caliente a unos 43-45 °C y se introducen o bien las dos manos o bien los dos pies del paciente según lo que se quiera evaluar. Se mantienen su­ mergidos unos minutos a la espera de alguna respuesta periférica.

Interpretación del test FIGURA 5-14  Prueba de hiperabducción.

La respuesta normal al introducir los pies en el agua caliente es un aumento de la

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temperatura de las manos; del mismo modo, al introducir las manos en agua caliente, se produce de forma normal un aumento de la temperatura de los pies. En caso de que este fenómeno no ocurra, se puede pensar en una alteración de la circulación periférica, siendo entonces la prueba positiva.

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Posición del terapeuta Al lado del paciente, observándolo. Toma el registro de la presión arterial y de la frecuen­ cia cardíaca con la ayuda de un esfingoma­ nómetro digital.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice unas 30 flexiones de tronco como para tocar­ se los pies en 45 segundos, aproximadamente. Al final del ejercicio, vuelve a medir tanto la presión arterial como la frecuencia cardíaca.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En caso de que los parámetro medidos se regulen volviendo a la normalidad en me­ nos de 3 minutos, la prueba es negativa. Sin embargo, si los parámetros no se estabilizan en dicho tiempo, se puede pensar que hay una alteración de la función cardíaca. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 5-15  Prueba de Gibbon y Landis (circulación periférica).

PRUEBA DE PACHON Esta prueba sirve para valorar una posible alteración cardíaca.

Posición del paciente En un primer momento de pie y después sentado o en supino.

FIGURA 5-16  Prueba de Pachon.

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PRUEBA DE SANDROCK

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para evaluar el estado de la circulación en una determinada zona del cuerpo del paciente.

Cuando el terapeuta deja de aplicar presión, la zona friccionada presenta un estado de hi­ peremia que indica la integridad del sistema vascular del sujeto. En caso de no existir una hiperemia tras la realización de la prueba, el test es positivo e indica una alteración de la circulación local.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos sobre los muslos, o en supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El paciente no hace nada, debe permanecer relajado, mientras que el terapeuta realiza una fricción profunda en una zona en la que cree que hay una trombosis venosa.

PRUEBA DE RUMPEL-LEEDE Esta prueba se utiliza para evaluar la fragili­ dad capilar del sistema venoso del paciente.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente orien­ tado hacia este.

Ejecución del test Ayudado de un esfigmomanómetro, el tera­ peuta comprime el miembro superior del lado a valorar a la altura del antebrazo. La presión se mantiene durante al menos 5 minutos, tras los cuales retira el manguito.

Interpretación del test

FIGURA 5-17  Prueba de Sandrock.

Si tras retirar la presión el terapeuta observa en la piel del miembro valorado signos de rotura de los capilares del tipo petequias, se puede pensar en la existencia de una afecta­ ción de fragilidad capilar. Para decir que la prueba es positiva, el tera­ peuta ha de contabilizar unas 30 petequias por cada 10 cm2 de piel valorados. Esta prueba se utiliza para el diagnóstico de enfermedades tales como el dengue, así como para el estudio de trastornos hemo­ rrágicos producidos por una alta fragilidad capilar.

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sudor o rubor, puede concluir que el signo es positivo. El hecho de que el signo sea positi­ vo obliga a realizar un estudio más detallado para la valoración de síndromes de origen neurovegetativo, como por ejemplo el sín­ drome de Holmes-Adie, el síndrome de Ross o el síndrome de Horner.

PRUEBA AMBULATORIA O DEL TIEMPO DE CLAUDICACIÓN Esta prueba se utiliza para determinar el grado de compresión isquémica o estenosis vascular a nivel de los miembros inferiores.

Posición del paciente En bipedestación con los brazos a lo largo del tronco.

Posición del terapeuta En bipedestación a un lado del paciente orientado hacia este. FIGURA 5-18  Prueba de Rumpel-Leede.

SIGNO DEL ARLEQUÍN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación neurovascular.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

De pie con los miembros superiores a lo largo del cuerpo, o sentado con las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente orien­ tado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le hace llegar al paciente una serie de estímulos diferentes (térmicos, gusta­ tivos, emocionales, etc.). Tras la estimulación, se han de observar las distintas reacciones producidas en el paciente.

Interpretación del test Si tras la estimulación el terapeuta observa signos de alteración neurovegetativa del tipo

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que camine por una sala sin obstáculos durante algunos metros. El ritmo de la marcha ha de aproxi­ marse a un paso por segundo.

Interpretación del test El terapeuta mide con un cronómetro el tiem­ po en el cual el paciente tiene la necesidad de detener la marcha debido a la aparición de un dolor de tipo isquémico en la pierna afecta a la altura de la pantorrilla. Este síntoma es indicativo de una oclusión vascular del miembro del mismo lado en el que aparece el dolor. En este caso se dice que la prueba es positiva. Cuando el paciente descansa unos segun­ dos, desaparecen los síntomas debido a la revascularización de la extremidad y puede retomar la marcha. Obviamente, la afectación es mayor cuanto menor sea el tiempo que tarda el paciente en cesar la marcha.

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flexión de cadera con la rodilla extendida. Pasados unos segundos, el miembro se torna de un color pálido por la isquemia vascular. Seguidamente, le pide al pacien­ te que lleve la extremidad a evaluar a una posición de declive durante al menos 10 segundos.

Interpretación del test La coloración pálida del miembro, que aparece por la elevación, ha de normali­ zarse durante los 10 segundos posteriores a la posición de declive. Se puede pensar en una alteración isquémica vascular si el tiempo de revascularización y el enrojeci­ miento del miembro se ven incrementados. En este último caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 5-19  Prueba ambulatoria o del tiempo de claudicación.

PRUEBA DE COLLENS-WILENSKY Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación vascular de los miembros inferiores.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas reposan­ do sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, a los pies del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que eleve la extremidad a evaluar por encima del plano del cuerpo, induciendo varios grados de

FIGURA 5-20  Prueba de Collens-Wilensky. A y B. Fases 1 y 2.

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lorar. Seguidamente, el terapeuta le pide al paciente que realice una flexión de codo lenta y progresiva contra resistencia seguida de una extensión a la misma velocidad, también resistida. Tras los movimientos, se vuelve a tomar el pulso de la arteria radial.

Interpretación del test Si se produce una disminución importante del pulso, se puede pensar en que existe una debilidad importante del miocardio. En este caso se dice que la prueba es po­ sitiva. En condiciones normales, el pulso ha de mantenerse estable o aumentar tras la rea­ lización de la prueba.

FIGURA 5-20 (cont.)

PRUEBA DE HERZ Esta prueba se utiliza para valorar la inte­ gridad del miocardio.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En sedestación con los pies apoyados en el suelo, los brazos a lo largo del tronco y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma contacto con los dedos índice y corazón de la mano anterior sobre la arteria radial del miembro a evaluar a su paso por la tabaquera anatómica. Con la otra mano abarca el tercio medio del antebrazo del mismo lado.

Ejecución del test En primer lugar, el terapeuta toma el pulso del paciente a través del contacto anterior a nivel de la arteria radial del miembro a va­

FIGURA 5-21  Prueba de Herz.

PRUEBA DE HINES-BROWN Esta prueba se utiliza para valorar estados de hipertensión arterial.

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Posición del paciente

De pie, a un lado del paciente orientado hacia este.

Si este valor se encuentra disminuido, se puede pensar en la existencia de una lesión vascular a nivel central o periférico. Si por el contrario la presión arterial au­ menta de forma considerable tras la inmer­ sión, superando los 15 mmHg, puede ser indicativo de hipertensión arterial, que hay que confirmar con pruebas más específicas.

Ejecución del test

PRUEBA DE PRATT

El terapeuta mide la presión arterial del paciente. Seguidamente, le pide que lleve a cabo una inmersión de su mano en agua muy fría durante un periodo de tiempo que oscila entre 1 y 3 minutos. Transcurrido este mismo, saca la mano del agua y se vuelve a realizar una medición de la presión arterial.

Esta prueba se realiza para estudiar la inte­ gridad de las venas perforantes en pacientes que presentan varices en las extremidades in­ feriores.

En sedestación, con los pies apoyados en el suelo, los brazos a lo largo del tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta

Interpretación del test En condiciones normales, la presión arte­ rial se incrementa en aproximadamente 15 mmHg.

Posición del paciente En decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas, con la pierna del lado a estudiar en elevación res­ pecto al plano del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar en finta doble a la altura de los muslos del paciente.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión del tercio proximal del muslo de la pierna a explo­ rar por medio de un torniquete o de un vendaje compresivo. Tras su aplicación, delimita la porción de pierna a valorar a través de dos bandas elásticas de Smarch, de tal forma que una determina el margen superior y la otra, el inferior. Seguidamente, el paciente se coloca en bipedestación y comienza a andar por la sa­ la durante unos segundos. El terapeuta observa posibles cambios que se producen en las venas de la porción de pierna que tiene delimitada entre las bandas elásticas de Smarch.

Interpretación del test

FIGURA 5-22  Prueba de Hines-Brown.

Si tras la maniobra el terapeuta observa que se puede apreciar un llenado rápido y excesivo de las varices de la porción de pierna valo­ rada, es indicativo de afectación de las venas comunicantes.

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Ejecución del test El terapeuta realiza a través de su contacto caudal un empuje sobre la rodilla de la pierna a explorar en dirección del suelo, de tal forma que intente contactarla con la camilla.

Interpretación del test En condiciones normales, la rodilla debe contactar con la camilla sin producirse dolor alguno a la realización de la prueba. En este caso se dice que la prueba es negativa. Si por el contrario, la rodilla evaluada no toca la camilla, se debe tomar una cinta métrica y medir la distancia entre la rodilla de la pierna afecta y la camilla, y comparar la medición con el miembro contralateral. Cuando se ha comprobado que existe una limitación, hay que descartar que se deba a una lesión de tipo muscular por retracción de los músculos aductores de cadera. Si existe afectación en una de las extremida­ des y se ha descartado mediante otras pruebas FIGURA 5-23  Prueba de Pratt.

PRUEBA DE FABERE-PATRICK Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible enfermedad de Perthes o de una necrosis vascular de la articulación de la cadera.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente En supino, con los brazos a lo largo del cuerpo, con la pierna a explorar en abducción y rota­ ción externa de cadera y flexión de rodilla, de tal forma que el maléolo peroneal repose sobre la cara anterior de la rodilla contralateral.

Posición del terapeuta De pie, en el lado de la pierna a explorar en finta adelante orientado hacia la cabeza del paciente. Toma contacto con el talón de la mano superior sobre la espina ilíaca antero­ superior del lado contrario. La otra mano reposa sobre la porción interna de la rodilla del miembro a evaluar.

FIGURA 5-24  Prueba de Fabere-Patrick.

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el problema de retracción de los aproximado­ res de cadera, se puede pensar en la posible presencia de una enfermedad de Perthes o en una necrosis vascular de la articulación de la cadera.

SIGNO DE WOSS Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible trombosis de los senos venosos intra­ craneales.

Posición del paciente

busca de soplos venosos en la vena yugular. La prueba se debe hacer en ambos lados de la columna cervical y comparar ambas aus­ cultaciones.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe la desaparición del so­ plo venoso a la auscultación en uno de los dos lados de la columna cervical, puede ser indica­ tivo de una trombosis del seno lateral del lado correspondiente a la desaparición del soplo.

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del tronco y piernas reposadas en la camilla con las rodillas en extensión.

PRUEBA DE CLAUDICACIÓN INTERMITENTE EN EL MIEMBRO INFERIOR

Posición del terapeuta En bipedestación, a la cabeza del paciente, en finta doble orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación en el torrente circulatorio de una arteria en una extremidad inferior.

Ejecución del test

Posición del paciente

Con ayuda de un estetoscopio, el terapeuta ausculta la región cervical del lado afecto en

De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta De pie, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que comience a caminar a un ritmo normal. También se le puede solicitar que suba unos escalones.

Interpretación del test

FIGURA 5-25  Signo de Woss.

Si durante la realización de la prueba el pa­ ciente tiene la necesidad de pararse debido al dolor o a una incapacidad funcional de los miembros inferiores por entumecimien­ to, adormecimiento o fracaso muscular, el terapeuta puede pensar en la existencia de un atrapamiento de estructuras neurovasculares en algunas de las extremidades inferiores. A este test también se le conoce con el nom­ bre del síndrome del escaparate, ya que son bastantes las personas que al sufrirlo en la calle, se paran para descansar mirando es­ caparates para disimular su alteración y pos­ teriormente reanudar la marcha.

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PRUEBA DE CLAUDICACIÓN INTERMITENTE EN EL MIEMBRO SUPERIOR Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación del torrente circulatorio de una arteria en la extremidad superior.

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carpofalángicas, cerrando y abriendo el puño de la mano durante al menos un minuto.

Interpretación del test

De pie, a un lado del paciente, observándolo.

Si durante la realización de la prueba el pacien­ te es incapaz de mantener la postura el tiempo mínimo estipulado o si aparece dolor, entume­ cimiento, adormecimiento o fracaso muscular, el test se considera positivo. En este caso se puede pensar en la posibilidad de que exista un atrapamiento de estructuras neurovasculares en algunas de las extremidades superiores.

Ejecución del test

PRUEBA DE RANCUREL

El terapeuta le solicita al paciente que de forma bilateral lleve a cabo una separación de 90° de ambos hombros, con los codos extendidos, acompañada de una rotación ex­ terna de los mismos. Una vez colocado, debe realizar de forma activa flexión y extensión de las articulaciones interfalángicas y meta­

Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación compresiva de la arteria vertebral.

Posición del paciente De pie, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta

Posición del paciente En bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo, o en sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este. Con la yema del dedo índice de una mano, toma contacto a nivel suboccipital en el triángulo de Tillaux de uno de los lados, mientras la otra mano estabiliza a nivel de la cabeza del lado con­ tralateral al lado a estudiar.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión durante varios segundos. La prueba se repite primero en el lado contralateral y por último en ambos lados a la vez, por lo que consta de tres etapas.

Interpretación del test

FIGURA 5-26  Prueba de claudicación intermitente en el miembro superior.

Si al llevar a cabo la compresión aparece sin­ tomatología de tipo náuseas, vértigos, mareos o afectaciones visuales, se puede pensar en una afectación por compromiso de la arteria vertebral. Esta prueba es complementaria pero no sustitutiva de la prueba de Klyn.

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índice y corazón a nivel del seno carotídeo de la arteria carótida. Una vez localizado el pul­ so, el terapeuta lleva a cabo un masaje suave sobre el seno carotídeo y percibe cualquier cambio que se produzca a la auscultación. Procede a llevar a cabo la misma acción en el otro seno carotídeo.

Interpretación del test Si tras practicar el masaje sobre alguno de los senos carotídeos, el terapeuta percibe una disminución importante de la frecuencia cardíaca en la auscultación (bradicardia), se puede pensar en la presencia de una patología cardíaca de tipo angina de pecho. Normalmente, cuando el paciente llega a la consulta, presenta dolor a nivel del tórax. Si el terapeuta percibe la bradicardia a la misma intensidad al masajear ambos senos, debe preguntarle al paciente qué seno pro­ duce mayor dolor en el tórax al masajearlo. FIGURA 5-27  Prueba de Rancurel.

PRUEBA DE LEVINE Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación cardíaca.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación, en el lado izquierdo del paciente a la altura de su tórax y orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test Con ayuda de un estetoscopio, el terapeuta percibe los sonidos cardíacos del paciente haciendo que el propio paciente fije con sus dedos la campana sobre su tórax. Seguida­ mente, procede a estabilizar la cabeza del paciente con una mano mientras con la otra toma un contacto con las yemas de los dedos

FIGURA 5-28  Prueba de Levine.

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PRUEBA DE KOROTKOV Esta prueba se utiliza para valorar la cir­ culación colateral ante la presencia de un aneurisma.

ficativos, se puede decir que la circulación colateral está en buenas condiciones, ya que es capaz de suplir la acción de la arteria que pre­ senta el aneurisma.

Posición del paciente

PRUEBA DE LEWIS Y PICKERING

En bipedestación, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del paciente.

Ejecución del test Con ayuda de un esfigmomanómetro, el tera­ peuta mide la presión arterial periférica mien­ tras lleva a cabo una compresión de una arteria proximal a la que presenta el aneurisma.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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Esta prueba se utiliza para valorar el estado de la circulación periférica de los miembros del paciente.

Posición del paciente En bipedestación, con los miembros a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del paciente en finta doble orientado hacia este.

Interpretación del test

Ejecución del test

Si la presión arterial recogida por el terapeuta se mantiene constante y sin cambios signi­

El terapeuta lleva a cabo una compresión de la estructura a evaluar con un esfigmomanómetro

FIGURA 5-29  Prueba de Korotkov.

FIGURA 5-30  Prueba de Lewis y Pickering.

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y aplica calor a la zona. Pasados unos segun­ dos, el terapeuta retira la presión que produce el esfigmomanómetro.

Interpretación del test Durante la prueba, el aumento de la presión y de la temperatura sobre la estructura a valorar generan una apertura de los vasos sanguíneos de la misma y la coloración de la porción dis­ tal a dicha estructura se torna pálida debido a la compresión. Si tras retirar el esfigmoma­ nómetro, la coloración no se torna rojiza en pocos segundos debido a la revascularización de la zona, se puede pensar en la existencia de una posible afectación vascular periférica.

PRUEBA DE EUSTIS Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación cardíaca.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

FIGURA 5-31  Prueba de Eustis.

PRUEBA DE TUFFIER Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de la circulación colateral de una extremidad en presencia de un aneurisma.

El terapeuta mide la presión arterial del pa­ ciente con un esfigmomanómetro. Después de anotar los valores obtenidos, el terapeuta le pide al paciente que realice una espiración forzada y mantenga la apnea espiratoria. En este punto, vuelve a medir la presión sistóli­ ca. Al final, compara los valores obtenidos.

Posición del paciente

Interpretación del test

Ejecución del test

Si tras la realización de la prueba se produce un incremento importante de la presión sis­ tólica, se puede pensar en la presencia de una afectación cardíaca. Esto se debe al aumento de presión intratorácica que se pro­ duce durante la espiración. Si el corazón es incapaz de mantener la presión arterial a un nivel constante, puede ser indicativo de una insuficiencia cardíaca.

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a evaluar a la altura de la cintura escapular del paciente. El terapeuta comprime tanto la arteria como la vena principal de la extremidad objeto de evaluación durante unos minutos con la ayu­ da de un vendaje elástico aplicado en la parte proximal.

Interpretación del test Si tras la compresión, se observa una in­ flamación de las venas de la extremidad

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

evaluada, se puede pensar en una afectación vascular del miembro que se está evaluan­ do. En este caso se dice que la prueba es positiva. Este fenómeno se produce porque el sistema vascular del miembro no es capaz de suplir la función de la arteria que presenta el aneuris­ ma, generando un déficit circulatorio.

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Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión de los miembros inferiores a través de una venda de Smarch. Se debe mantener la compresión durante al menos 5 minutos. Transcurrido este tiempo, el terapeuta procede a quitar la venda de Smarch y observa la coloración de la piel.

Interpretación del test En un primer momento las extremidades inferiores presentan un color blanquecino a causa de la isquemia. Lo normal es que este proceso isquémico desaparezca a los pocos segundos, adquiriendo la pierna su color habitual. Si el terapeuta observa que la coloración normal de los miembros tarda en llegar, se puede pensar en una afectación vascular del tipo arterioesclerosis. Esto indica que la prueba es positiva y que la revascularización no es óptima.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 5-32  Prueba de Tuffier.

PRUEBA DE MOSZKOWICZ Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación de tipo arterioesclerosis.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente a la altura de los miembros inferiores y orientado hacia este.

FIGURA 5-33  Prueba de Moszkowicz.

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PRUEBA DE OCHSNER-MAHONER Esta prueba se utiliza para valorar el estado circulatorio de los miembros inferiores.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta observa la piel de la extremidad inferior del paciente a valorar en busca de alguna afectación venosa que se perciba a simple vista. Tras esto, le coloca dos vendas

compresivas, una a la altura de la rodilla y la otra hacia el tercio medio de la tibia. Segui­ damente le pide que camine unos minutos por la sala.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un colapso de la circu­ lación venosa, hay que pensar en una afecta­ ción venosa profunda acompañada de un buen funcionamiento de las venas comunicantes. Si a simple vista percibe un aumento del grosor de las venas, acompañado de un cua­ dro álgico de la extremidad, puede pensar en una afectación de oclusión venosa profunda y afectación del sistema comunicante. Si por el contrario el terapeuta es incapaz de percibir cambio alguno, se demuestra la integridad del sistema venoso profundo y comunicante.

SIGNO DE OLIVER-CARDARELLI Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un posible aneurisma aórtico.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del tórax y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta palpa con la palma de una mano los latidos cardíacos a nivel del tórax mientras observa la tráquea del paciente a nivel cervical.

Interpretación del test

FIGURA 5-34  Prueba de Ochsner-Mahoner.

Si el terapeuta percibe un movimiento lateral traqueal que coincide con el ritmo del latido cardíaco, se puede pensar en una afectación de aneurisma del cayado de la arteria aorta. Otra posible causa del movimiento de la tráquea puede ser la presencia de un tumor en la región cervical o alguna afectación del mediastino.

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Interpretación del test Si el terapeuta percibe un aumento del tamaño de los vasos del sistema vascular de los pár­ pados cuando realiza la compresión, se pue­ de pensar en la existencia de una afectación craneal por trombosis del seno contralateral a la vena yugular comprimida. En este caso se dice que la prueba es positiva. Lo normal es que se produzca un llenado del sistema vascular de los párpados cuando se comprimen ambas venas yugulares a la vez. La compresión de una no debería producir el signo.

FIGURA 5-35  Signo de Oliver-Cardarelli.

PRUEBA DE CROWE Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible trombosis de los senos venosos a nivel intracraneal.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del tronco y las manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test Con las yemas de los dedos índice y corazón de una mano, el terapeuta comprime la vena yugular de un lado. Mientras realiza la com­ presión le pide al paciente que cierre los párpados y los observa. El terapeuta lleva a cabo la misma acción en el otro lado.

FIGURA 5-36  Prueba de Crowe.

SIGNO DE DRUMMOND Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un posible aneurisma aórtico.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

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Posición del terapeuta

Posición del paciente

En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Ejecución del test

Posición del terapeuta

El terapeuta le pide al paciente que res­ pire con la boca abierta y acerca el oído justo delante de su boca. En esta posición percibe los sonidos producidos durante la respiración.

En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un soplo leve cuando el paciente respira, se puede pensar en la existencia de una afectación por aneurisma aórtico.

Ejecución del test El terapeuta estudia la presión arterial del paciente. Seguidamente reduce la circulación global de todas las extremidades menos aquella objeto de valoración, de tal forma que practica un torniquete en la parte proximal del muslo de ambas extremidades inferiores y en el tercio proximal del húmero del miembro superior contralateral al que se evalúa. Vuelve a tomar la presión arterial del miembro a evaluar.

Interpretación del test En condiciones normales, tras reducir la cir­ culación global del sujeto, la presión arterial

FIGURA 5-37  Signo de Drummond.

PRUEBA DE HERTZEL Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible afectación de tipo arterios­ clerosis.

FIGURA 5-38  Prueba de Hertzel.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

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en el miembro libre suele incrementarse alrededor de unos 5 mmHg. Si por el contrario el terapeuta percibe un aumento de la presión superior a 60 mmHg, se puede pensar en una afectación de arterios­ clerosis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Ejecución del test

PRUEBA DE LERICHE

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar la pre­ sencia de una posible afectación vascular de miembros inferiores.

Si el paciente es incapaz de mantener la postura propuesta por el terapeuta al menos durante un minuto, se puede pensar una afectación vascular en el miembro inferior estudiado. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente orientado hacia este.

El terapeuta le pide al paciente que cruce las piernas, de tal forma que coloque la cara ex­ terna del peroné del miembro a valorar sobre la rodilla del miembro inferior contralateral. Debe mantener la postura un mínimo de un minuto.

PRUEBA DE LOEWENBERG Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una posible flebitis en los miembros inferiores.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación, del lado a valorar del pa­ ciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta abarca la parte media de la tibia del paciente del lado a valorar con un man­ guito de esfigmomanómetro e incrementa la presión de forma progresiva.

Interpretación del test

FIGURA 5-39  Prueba de Leriche.

Si el paciente experimenta un cuadro álgico agudo cuando el terapeuta alcanza un valor menor o igual a 180 mmHg, se puede pensar en una afectación vascular de tipo flebitis en el miembro inferior valorado. En este caso se dice que la prueba es positiva.

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

que el movimiento cardíaco acompañado de coloración roja intensa de paladar y amígda­ las, se puede pensar en la existencia de una insuficiencia de la arteria aorta.

FIGURA 5-40  Prueba de Loewenberg.

SIGNO DE MÜLLER Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de una posible insuficiencia de la arteria aorta.

Posición del paciente

FIGURA 5-41  Signo de Müller.

En bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo, o en sedestación con los miembros paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

POSICIÓN MARCIAL DE FIRMES

Posición del terapeuta

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por compresión neurovascular en los miembros superiores.

En bipedestación, delante del paciente orien­ tado hacia este.

Posición del paciente

Ejecución del test

En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

El terapeuta le pide al paciente que abra la boca y observa la campanilla, las amígdalas y el paladar.

Interpretación del test Si el terapeuta observa un movimiento pul­ sátil de la campanilla con el mismo ritmo

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente ligera­ mente desplazado del lado a valorar en finta doble. El terapeuta toma un contacto con la mano interna sobre la porción superior de la escápula del mismo lado.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

Ejecución del test

MANIOBRA DE HALSTEAD

Con la yema del dedo índice y corazón de la mano externa, el terapeuta toma el pulso de la arteria radial del lado a valorar a la altura de la tabaquera anatómica. Sin quitar la toma, conduce el hombro del paciente hacia extensión y separación de unos 30° con el codo en extensión. Manteniendo la posición, le pide al paciente que realice una extensión máxima de la columna cervical.

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por atrapamiento nervioso y vascular en el desfiladero torácico.

Interpretación del test

En bipedestación, en el lado a valorar del paciente en finta doble. El terapeuta toma un contacto con la mano externa abarcando la mano homolateral del paciente. Con la yema de los dedos índice y corazón de la otra mano palpa el pulso de la arteria radial a su paso por la tabaquera anatómica.

Si el terapeuta percibe cierta disminución o desaparición del pulso radial ante la im­ posición de la nueva postura del paciente, se puede pensar en una posible compresión neurovascular, en la mayoría de los casos en la región subclavia. Esta prueba es complementaria a la prueba costoclavicular a la hora de detectar un pro­ blema de compresión del desfiladero cos­ toclavicular.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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FIGURA 5-42  Posición marcial de firmes.

Posición del paciente Sentado, con extensión de la columna cervical y rotación contralateral al miembro a valorar.

Posición del terapeuta

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de extensión de la muñeca del miembro a valorar a través

FIGURA 5-43  Maniobra de Halstead.

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CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

de su contacto anterior. Seguidamente, lleva a cabo una tracción longitudinal del miembro homolateral. Mientras mantiene la tracción, percibe posibles cambios del pulso radial.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe una reducción o pérdida del pulso, se puede pensar en una afectación por atrapamiento del sistema vasculonervioso en el desfiladero toráci­ co. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe una reducción o una pérdida del pulso de la arteria radial, se puede pensar en una afectación por atrapamiento del sistema vasculonervioso en el desfiladero cos­ toclavicular, por lo general por un espasmo de los músculos escalenos o del músculo sub­ clavio que cierran el espacio existente entre la clavícula y la primera costilla. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE EDEN Esta prueba se utiliza para valorar una po­ sible afectación por atrapamiento nervioso y vascular en el desfiladero costoclavicular, esto es, el espacio formado entre la clavícula y la primera costilla.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente ligeramente desplazado del lado a valorar en finta doble orientado hacia este. El terapeuta toma un contacto con la yema de los dedos índice y corazón de la mano externa sobre la tabaquera anatómica del lado a evaluar, palpando el pulso de la arteria radial. Con la otra mano contacta sobre la porción superior del extremo distal de la clavícula del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta induce un movimiento de des­ censo y retroposición del muñón del hom­ bro del lado a valorar a la vez que solicita al paciente una apnea inspiratoria que hace ascender la primera costilla aumentando el compromiso en dicha zona de paso. El te­ rapeuta percibe los cambios que se pueden producir a nivel del pulso de la arteria radial.

FIGURA 5-44  Prueba de Eden.

SIGNO DE HOMAN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble afectación por tromboflebitis a nivel de los miembros inferiores.

CAPÍTULO | 5  La valoración manual en Patología Vascular

Posición del paciente En decúbito ventral, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta De pie, en el borde inferior de la camilla en finta doble en dirección de la cabeza del paciente ligeramente desplazado del lado contrario al que se va a valorar. Toma contacto con la yema de los dedos de la mano externa sobre el antepié del lado a evaluar.

Ejecución del test El terapeuta induce de forma pasiva primero una flexión plantar y luego una flexión dor­ sal del pie a valorar. Manteniendo la flexión dorsal, palpa con la mano interna la parte posterior de la tibia.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Si a lo largo de la prueba se genera sintoma­ tología álgica en la parte posterior de la tibia, se puede pensar en una posible afectación por tromboflebitis en el miembro valora­ do. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 5-45  Signo de Homan.

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Capítulo 6

La valoración manual en Medicina Interna SIGNO DE MURPHY

Posición del terapeuta

Esta prueba se utiliza para valorar la existencia de una colecistitis.

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de su abdomen orientado hacia el paciente. Toma contacto con una mano sobre el cuadrante superior derecho del abdomen del paciente. La otra mano refuerza el contacto.

Posición del paciente En supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Ejecución del test El terapeuta le solicita al paciente que realice una inspiración profunda a la vez que comprime su abdomen en dirección a la camilla, justo donde se encuentra el contacto.

Interpretación del test En caso positivo, cuando el terapeuta comprime dicha zona aparece un dolor agudo que el paciente expresa mediante el reflejo de retirarse, evitando el contacto del terapeuta que le provoca el daño o sufrimiento. Esta región del abdomen de mayor sensibilidad coincide con la zona donde se encuentra la vesícula biliar inflamada.

SIGNO DE MCBURNEY Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de apendicitis.

Posición del paciente Tumbado en decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta FIGURA 6-1  Signo de Murphy. © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

En bipedestación en el lado derecho del paciente, en finta adelante a la altura de su pelvis en dirección craneal. 507

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-2  Signo de McBurney. A. Fase compresiva. B. Fase descompresiva.

Ejecución del test Un aspecto importante es localizar de forma correcta el punto de McBurney. Para ello hay que trazar una línea imaginaria que vaya desde la espina ilíaca anterosuperior derecha hasta el ombligo y colocar los dedos índices en la parte media de dicha línea. Entonces, hay que realizar una presión suave pero profunda, seguida de una descompresión de la misma zona. La maniobra se repite varias veces.

Interpretación del test Si el paciente presenta un dolor agudo cuando el terapeuta realiza la maniobra de compresión/descompresión sobre dicha zona o punto del apéndice propiamente dicho, el signo de McBurney es positivo;

en caso contrario, se descarta la opción de apendicitis. También es importante observar si el dolor aparece sólo a la descompresión de la zona; esto puede indicar la presencia de una peritonitis.

SIGNO DE AARON Esta prueba se utiliza para valorar la posible existencia de una apendicitis.

Posición del paciente Sobre la camilla de tratamiento en decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta A la derecha del paciente a la altura de su abdomen en finta doble orientado hacia este.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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clarifique el diagnóstico del cuadro clínico de apendicitis aguda.

PRUEBA DE FLACK (EFICIENCIA FÍSICA) La finalidad de esta prueba es valorar la capacidad cardiopulmonar de los sujetos que requieran para su desarrollo profesional un estado mínimo de eficiencia física.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta A un lado del paciente.

FIGURA 6-3  Signo de Aaron.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta debe trabajar en el cuadrante hipogástrico del abdomen del paciente, localizando el punto de McBurney a mitad de camino de la línea imaginaria que une la espina ilíaca anterosuperior derecha con el ombligo, y debe hacerlo igual que en el caso del signo de McBurney: una compresión profunda y a la vez suave sobre dicha zona con el pulgar de la mano inferior.

Interpretación del test En caso positivo, aparece dolor agudo en dicha zona al comprimir el punto anteriormente explicado, de forma que se diagnostica la posible presencia de apendicitis. Puede ser un signo que, junto con el de McBurney,

FIGURA 6-4  Prueba de Flack (eficiencia física).

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

Ejecución del test Para realizar la prueba se requiere la utilización de un manómetro de presión, de forma que de manera activa el paciente toma aire profundamente para después expulsarlo en el manómetro, manteniendo una desnivelación de 40 mmHg durante el máximo tiempo que pueda.

Interpretación del test Si el paciente no resiste un minuto y se para a los 40-50 segundos de su realización, seguido de bradicardia, indica la posibilidad de una alteración cardíaca, así como una descompensación en las presiones torácicas, que deben ser objeto de estudio en pruebas específicas para su diagnóstico. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE HAAGENSEN Con esta prueba se puede valorar la presencia de alteración en las mamas, indicando la posibilidad de que puedan presentar procesos tumorales. Puede ser una prueba de alarma ante la posibilidad de la existencia de células cancerígenas que hagan modificar la normalidad en el movimiento de las mamas de las mujeres.

FIGURA 6-5  Prueba de Haagensen.

Posición del paciente De pie con las piernas juntas y los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta Delante de la paciente para poder observarla desde una visión frontal, tomándole las manos.

Ejecución del test

quedan retraídas, existe la posibilidad de que los pectorales se encuentren afectados por una tumoración o por una retracción de los mismos. En caso contrario, las mamas se proyectan hacia delante, indicando que la prueba es negativa.

PRUEBA VASOPRESORA CON FRÍO

Con sus manos unidas a las del terapeuta, la paciente realiza de manera activa una flexión del tronco, inclinándose hacia delante.

Esta prueba se utiliza para valorar la funcionalidad del sistema ortosimpático.

Interpretación del test

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Si al realizar la flexión de tronco, las mamas tienen limitado su movimiento y por tanto

Posición del paciente

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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cuencia cardíaca aumentan unos 15 mmHg y 10 latidos, respectivamente. En pacientes con afectación del sistema simpático, el terapeuta puede observar un incremento excesivo de estos valores (ortosimpaticotonía) o, por el contrario, un incremento leve o un mantenimiento de la presión y de la frecuencia respecto a los valores iniciales (parasimpaticotonía).

PRUEBA DE BITTORF Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de un cólico nefrítico.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

FIGURA 6-6  Prueba vasopresora con frío.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación o sedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta toma un registro de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca del paciente. Seguidamente le ofrece un recipiente con agua muy fría y le pide que introduzca en él una de sus manos. Ha de mantener el miembro en inmersión durante al menos un minuto. Tras este tiempo, el terapeuta vuelve a medir la presión arterial y la frecuencia cardíaca del paciente.

Interpretación del test En condiciones normales y tras la realización de la prueba, la presión diastólica y la fre-

FIGURA 6-7  Prueba de Bittorf. A. En el hombre. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

PRUEBA DE BLAXLAND Esta prueba se utiliza para diferenciar afectaciones ováricas de una posible ascitis.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta adelante a la altura de las caderas orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test El terapeuta toma una regla y la sitúa uniendo ambas espinas ilíacas anterosuperiores, haciendo coincidir el borde inferior de la

FIGURA 6-7 (cont.) ­ B. En la mujer.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de las caderas orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta ejerce una presión sobre el ovario o el testículo del lado a evaluar a través de un contacto de los dedos índice y corazón de una de sus manos.

Interpretación del test En presencia de cólico nefrítico, la presión ejercida por el terapeuta genera en el paciente una sintomatología de tipo dolorosa con irradiación al riñón afecto. En este caso se dice que la prueba es positiva. La prueba debe hacerse de forma bilateral.

FIGURA 6-8  Prueba de Blaxland.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

regla con el superior de las espinas ilíacas. Seguidamente, con la yema de ambos dedos índices realiza una compresión sobre la regla encima de las espinas ilíacas en dirección a la columna lumbar.

Interpretación del test En presencia de un quiste en el ovario, el terapeuta es capaz de percibir el pulso de la arteria aorta a nivel del abdomen. En este caso se dice que la prueba es positiva. Si el terapeuta es incapaz de sentir el pulso, se puede pensar en una ascitis.

PRUEBA DE COPE Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible apendicitis.

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Posición del paciente Tumbado en la camilla boca arriba, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado derecho en finta doble a la altura de las tibias del paciente orientado hacia este. Toma contacto con la mano superior sobre la cara anterior de la rodilla homolateral. La otra mano abarca el calcáneo del mismo lado.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una flexión de cadera y rodilla de 90° cada una de la pierna a evaluar. Una vez en esta posición, realiza una rotación interna de la articulación coxofemoral.

Interpretación del test Si al realizar la prueba se activa una sintomatología álgica a nivel del hipogastrio derecho del paciente, se puede pensar en la presencia de una apendicitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE GLÉNARD

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de una ptosis del bazo, esto es, una esplacnoptosis.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a la espalda del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

FIGURA 6-9  Prueba de Cope.

El terapeuta rodea con sus dos brazos al paciente y abarca con el borde cubital de las manos la parte baja de su abdomen, de tal forma que las manos del terapeuta se

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-10  Prueba de Glénard. A. Fase de elevación visceral. B. Fase de descenso brusco de las vísceras.

encuentren entre los brazos y el abdomen del paciente. En esta posición, introduce los contactos profundamente en el abdomen, abarcando las vísceras. Seguidamente lleva a cabo una tracción craneal del conjunto visceral. Al final, las suelta de forma repentina.

Interpretación del test Si al realizar la tracción craneal de las vísceras del paciente, el terapeuta siente una mejoría de la sintomatología dolorosa pero cuando las suelta de forma repentina percibe un empeoramiento de la misma, se puede pensar en la presencia de una esplacnoptosis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE AUFRECHT Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una estenosis traqueal.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta coloca la campana de un estetoscopio sobre la fosa yugular del paciente del lado a valorar y oye su respiración.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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FIGURA 6-11  Prueba de Aufrecht.

FIGURA 6-12  Prueba de Bassler.

Interpretación del test

Ejecución del test

Si el terapeuta percibe la respiración con menor intensidad de lo normal, se puede pensar en una afectación de estenosis traqueal. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE BASSLER

El terapeuta realiza una compresión con la yema del pulgar de ambas manos sobre la fosa ilíaca derecha en dirección a la camilla. Seguidamente y sin modificar el parámetro de presión, desplaza los dedos en dirección lateral, aproximándolos al ala ilíaca.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de afectaciones en el apéndice vermiforme.

Interpretación del test

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado izquierdo del paciente en finta doble a la altura de la pelvis orientado hacia este.

Si al llevar a cabo la acción, el paciente experimenta la aparición de un dolor agudo, se puede pensar en una posible afectación crónica del apéndice. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE BINDA Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de meningitis en niños.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

cual se gira la cabeza, se puede pensar en una afectación del tipo meningitis tuberculosa.

PRUEBA DE CARNETT Esta prueba se utiliza para discernir entre una posible afectación de la musculatura abdominal y una disfunción visceral.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura del abdomen orientado hacia su cabeza.

FIGURA 6-13  Signo de Binda.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del niño en finta doble orientado hacia este. Toma contacto abarcando con ambas manos la cabeza del niño, situando las yemas de los dedos sobre la región lateral de la cabeza a ambos lados.

Ejecución del test El terapeuta realiza un giro súbito y rápido de la cabeza del niño hacia un lado. Luego repite la acción hacia el lado contrario.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción, se produce un ascenso del hombro del lado contrario al

FIGURA 6-14  Prueba de Carnett.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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Ejecución del test Con la yema de los cuatro últimos dedos de una mano, el terapeuta palpa el abdomen del paciente en busca de un punto doloroso. Cuando lo localiza, lo presiona. Seguidamente le indica al paciente que active la musculatura abdominal, levantando la cabeza y el tronco de la camilla.

Interpretación del test

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Si al activar el paciente la musculatura abdominal el dolor cesa del todo, el terapeuta podría pensar en una afectación visceral ya que al ser activada la musculatura abdominal se protege a la víscera de la presión ejercida separando nuestro dedo del contacto en profundidad. En este caso se dice que la prueba es negativa. Si al activar el paciente la musculatura abdominal el dolor permanece con la misma intensidad, el terapeuta debería pensar en una posible afectación de la musculatura abdominal, ya que al activarla lo único que puede palpar es la propia musculatura, sin llegar a una profundidad visceral. En este caso se dice que el signo es positivo. Si al llevar a cabo la acción el paciente, el terapeuta percibe una disminución de dolor sin que cese del todo, el terapeuta puede pensar en una afectación conjunta de ambas estructuras.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE CATTANEO Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación traqueobronquial.

Posición del paciente En sedestación con las manos sobre los muslos, o en bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo.

FIGURA 6-15  Prueba de percusión de Cattaneo.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una serie de percusiones enérgicas con la yema de los dedos índice y corazón de la mano posterior sobre las apófisis espinosas de las vértebras dorsales.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta percibe la aparición de máculas rojizas alrededor de la columna dorsal, se puede pensar en la existencia de una adenopatía traqueobronquial. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE CEJKA

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación pericárdica.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta percibe el mismo sonido de matidez durante ambas fases de la respiración (inspiración y espiración), puede pensar en la existencia de adherencias a nivel del pericardio. En este caso se dice que la prueba es positiva. En condiciones de salud normales, el terapeuta ha de percibir cambios en el sonido de la percusión en las distintas fases de la respiración.

PRUEBA DE CHAUFFARD Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación quística hepática.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

FIGURA 6-16  Prueba de percusión de Cejka.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado derecho del paciente en finta doble a la altura del tórax orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma un contacto con la mano inferior sobre el tórax del paciente a nivel del corazón. Con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano, percute sobre las falanges media y distal de los dedos de la mano en contacto con el tórax del paciente. El terapeuta le pide al paciente que respire de forma profunda.

FIGURA 6-17  Prueba de Chauffard.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado derecho del paciente en finta doble orientado hacia este. Toma un contacto con la palma de la mano posterior sobre la parte dorsal del tórax del paciente justo por debajo del ángulo inferior de la escápula homolateral, de forma que los dedos queden orientados hacia la otra escápula.

Ejecución del test Con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano, el terapeuta percute la parte anterior derecha del tórax del paciente a nivel de la quinta y sexta costillas.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta percibe en la mano posterior un movimiento vibratorio u ondulado regular en dirección dorsal, se puede pensar en la presencia de un quiste hidatídico hepático. En este caso la prueba se considera positiva.

PRUEBA DE DONELLY Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En decúbito supino próximo al borde derecho de la camilla, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado derecho del paciente en finta doble a la altura del abdomen orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma la pierna homolateral y la conduce hacia separación y extensión de la articulación coxofemoral y la deja en esta posición, de forma que cuelgue de la camilla. Seguidamente, con las yemas de los dedos índice y corazón de la mano superior, realiza una compresión a nivel del punto de McBurney o un través de un dedo por debajo.

FIGURA 6-18  Prueba de Donelly.

Interpretación del test Si durante la compresión llevada a cabo por el terapeuta se produce un dolor intenso y agudo en el abdomen a la altura de sus dedos, se puede pensar en una afectación del apéndice vermiforme del paciente del tipo apendicitis retrocecal. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE DE LA CAMP Esta prueba se utiliza para evaluar una posible tuberculosis bronquial.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

Posición del terapeuta

PRUEBA DE EWART

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de un derrame pericárdico.

Ejecución del test

Posición del paciente

Con las yemas de los dedos índice y corazón de la mano posterior, el terapeuta percute sobre las apófisis espinosas de la quinta y sexta vértebras dorsales.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Interpretación del test Si durante la percusión realizada por el terapeuta se produce una sensación dolorosa en la región perivertebral del paciente y percibe un sonido de matidez, se puede pensar en una afectación de tuberculosis bronquial. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 6-19  Prueba de de la Camp.

Posición del terapeuta En bipedestación, al lado izquierdo del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta sitúa la campana de un estetoscopio en la parte dorsal del tórax del paciente a la altura del borde inferior de la escápula

FIGURA 6-20  Prueba de Ewart.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

del lado izquierdo. Percibe los distintos sonidos. Una vez realizada la auscultación, percute con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano sobre la campana del estetoscopio.

Posición del paciente

Interpretación del test

En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este y ligeramente desplazado del lado a valorar.

Si a lo largo de la prueba el terapeuta percibe por auscultación un soplo hueco metálico acompañado de un sonido mate durante la percusión, se puede pensar en la presencia de un posible derrame pericárdico. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE LOS ESTERTORES Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación pulmonar.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta

Ejecución del test El terapeuta sitúa la campana de un estetoscopio sobre la cara anterior del tórax del paciente a la altura de la base del pulmón a explorar y percibe los distintos sonidos. Seguidamente, se sitúa al lado del paciente en finta doble orientado hacia este, deja el estetoscopio y contacta sobre el

FIGURA 6-21  Prueba de los estertores. A. Fase de escucha. B. Fase de percusión.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

mismo punto con la palma de la mano posterior. Con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano, percute sobre la primera.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe a la auscultación unos estertores de tipo crepitante en la base pulmonar y un sonido aumentado a la percusión, puede pensar en la presencia de una alveolitis de tipo exudativa del pulmón evaluado. Los estertores son más intensos si el paciente ha mantenido durante un rato una posición de decúbito supino. Existe un signo llamado de los estertores en báscula en el cual el terapeuta lleva a cabo las acciones anteriormente descritas con el paciente en decúbito lateral. Según la lateralidad del decúbito del paciente, los estertores pueden aparecer o desaparecer.

SIGNO DE FEDERICI Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una perforación intestinal.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre las camilla.

SIGNO DE HAMBURGUER

Posición del terapeuta

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una afectación tumoral mediastínica.

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia el mismo.

Posición del paciente

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una auscultación del abdomen del paciente con un estetoscopio. Recorre todo el abdomen en busca de algún sonido anormal.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe a la auscultación un sonido de tipo cardíaco en la zona abdominal, podría pensar en la presencia de una posible perforación del peritoneo intestinal.

FIGURA 6-22  Signo de Federici.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test Con ayuda de un estetoscopio, el terapeuta realiza una valoración de los ruidos encontrados a lo largo del territorio paravertebral a nivel dorsal alto.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado izquierdo del paciente en finta doble a la altura del abdomen orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta palpa la fosa ilíaca derecha del paciente con la yema de los dedos de la mano superior reforzada por la otra y ejerce una presión hundiéndolos en ella. Seguidamente, retrocede la mano soltando y alejándola del contacto de forma súbita.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el paciente no presenta ningún tipo de dolor cuando le presionan la fosa ilíaca pero experimenta un fuerte

FIGURA 6-23  Signo de Hamburguer.

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Interpretación del test Si el terapeuta percibe a la auscultación un sonido de tipo fluídico a lo largo de la columna dorsal alta, se puede pensar en una afección tumoral mediastínica. Esto se debe a que el tumor presiona el esófago a su paso por el tórax y produce un sonido característico.

SIGNO DE JACOB Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

FIGURA 6-24  Signo de Jacob. A. Fase compresiva. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-24 (cont.)  B. Fase de descompresión.

FIGURA 6-25  Signo de Kocher.

cuadro álgico cuando el terapeuta suelta de forma súbita el contacto, se puede pensar en una afectación aguda del apéndice vermiforme con una posible infección peritoneal.

Ejecución del test

SIGNO DE KOCHER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de afectación tiroidea.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

El terapeuta le pide al paciente que mire al frente. Seguidamente, le dice que lleve la mirada hacia el techo sin mover la cabeza en extensión.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un retardo del movimiento de los ojos con respecto al de los párpados y hay un asincronismo entre ambos, se puede pensar en la existencia de una posible afectación del tiroides por hipertiroidismo.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE LLOYD

En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de un cólico nefrítico.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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FIGURA 6-26  Prueba de Lloyd. A. Fase de compresión. B. Fase de percusión digital.

Posición del paciente

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En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este y ligeramente desplazado al lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la palma de la mano interna sobre el lateral del abdomen del paciente a la altura del riñón a evaluar y lleva a cabo una compresión del mismo. Seguidamente, deja de realizar la compresión y mantiene la mano en la misma posición. Con las yemas de los dedos de

la otra mano realiza unas enérgicas percusiones sobre la mano en contacto con el abdomen.

Interpretación del test Si al realizar las percusiones se produce la aparición súbita de un dolor agudo sobre la región del abdomen del paciente correspondiente al riñón, se puede pensar en la existencia de un cólico nefrítico. En muchas ocasiones el dolor a la percusión va acompañado por dolor a la presión. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE LUCATELLO Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación tiroidea.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-27  Prueba de Lucatello. A. Toma de temperatura en la axila. B. Toma de temperatura en la boca.

Posición del paciente

Interpretación del test

En bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo, o en sedestación con las manos reposadas sobre los muslos.

Si el terapeuta observa que la temperatura tomada en la boca del paciente es inferior en 2 o 3 décimas a la temperatura tomada de la axila, se puede pensar en una posible afectación de tipo hipertiroidismo. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

SIGNO DE MARAÑÓN

El terapeuta contacta un termómetro con una axila del paciente y toma la temperatura. Seguidamente, quita el termómetro y lo introduce en la boca del paciente y vuelve a tomar la temperatura. Al final compara ambos datos registrados.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de afectación tiroidea.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

527

tante en el paciente y no desaparece a los segundos de haber realizado la fricción, se puede pensar en una posible afectación de hipertiroidismo.

PRUEBA DE MARKLE Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de afectación peritoneal.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 6-28  Signo de Marañón.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación, a un lado del paciente a la altura de la cabeza, en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta fricciona con la yema del dedo índice de la mano craneal la parte anterior del cuello del paciente por la zona peritiroidea. Seguidamente observa una posible irritación de la porción de piel sobre la cual ha friccionado.

Interpretación del test Al llevar a cabo la acción el terapeuta, se genera cierta irritación de la piel de la parte anterior del cuello del paciente. Si esta coloración rojiza se mantiene de forma cons-

FIGURA 6-29  Prueba de Markle. A. Fase de elevación. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

PRUEBA DE MELTZER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, del lado derecho del paciente a la altura de la pelvis en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta contacta con las yemas de los dedos índice y corazón de la mano superior

FIGURA 6-29 (cont.)  B. Fase de caída.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que apoye todo su peso sobre la cabeza de los metatarsianos de tal forma que separe los huesos calcáneos del suelo. Seguidamente, le indica que de forma enérgica y rápida deje caer el peso de su cuerpo sobre los talones.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el paciente se produce un cuadro álgico súbito y agudo en la región abdominal, el terapeuta puede pensar en una posible afectación peritoneal o del apéndice vermiforme. En este caso se dice que la prueba es positiva.

FIGURA 6-30  Prueba de Meltzer.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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sobre el punto de McBurney y ejerce presión sobre él. Al mismo tiempo, le pide al paciente que de forma activa y con la rodilla en extensión realice una flexión de la articulación coxofemoral del lado derecho.

Posición del paciente

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Si al llevar a cabo la acción se genera sintomatología dolorosa aguda y súbita en la porción del abdomen situada bajo los dedos del terapeuta, se puede pensar en una posible apendicitis de tipo crónico. En este caso se dice que la prueba es positiva.

En bipedestación, a un lado del paciente a la altura de la pelvis en finta adelante orientado hacia su cabeza.

PRUEBA DE MORTOLA Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación visceral abdominal.

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas con las rodillas y caderas en flexión, apoyando ambas plantas del pie sobre la camilla.

Ejecución del test El terapeuta realiza un pinzado rodado a lo largo de la superficie abdominal del paciente.

Interpretación del test Si al llevar a cabo el pinzado rodado aparece en el paciente dolor agudo en algunas zonas, es indicativo de una posible afectación de las vísceras abdominales en relación con la porción de piel dolorosa. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE NAUNYN Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible colecistitis.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

FIGURA 6-31  Prueba de Mortola.

El terapeuta introduce sus brazos por los huecos formados entre los brazos y el tórax del paciente de tal forma que lo abrace desde atrás y las manos se sitúen palpando la parte anterior del tórax del paciente. Seguidamente, con la yema de los dedos de ambas manos, el terapeuta toma contacto con el reborde costal del lado derecho, introduciendo los dedos en esa región.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma un estetoscopio y contacta su campana con el manubrio del esternón. Seguidamente, le pide al paciente que rea­ lice una flexión máxima de ambos hombros y que vuelva a la posición inicial. Ha de repetir el movimiento varias veces. El terapeuta percibe los distintos sonidos con el estetoscopio.

Interpretación del test Si cuando el paciente realiza el movimiento, el terapeuta percibe a la auscultación un estertor de tipo fricción, se puede pensar en la

FIGURA 6-32  Prueba de Naunyn.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción se produce en el paciente un dolor intenso en la región abdominal debajo de los dedos del terapeuta, se puede pensar en la presencia de una posible colecistitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE PÉREZ Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de afectación mediastínica o aneurismas aórticos.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos sobre los muslos.

FIGURA 6-33  Prueba de Pérez. A. y B. Fases I y II.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-33 (cont.)

FIGURA 6-34  Prueba de Pitfield.

existencia de una afectación tumoral mediastínica o en un aneurisma aórtico a la altura del cayado de la arteria aorta. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Ejecución del test

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PRUEBA DE PITFIELD

El terapeuta coloca la palma de su mano anterior sobre la región abdominal a valorar. Con la otra mano percute sobre la región paravertebral del paciente a la misma altura de su contacto anterior.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de ascitis.

Interpretación del test

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Si al llevar a cabo la acción el terapeuta percibe sobre su mano anterior movimientos vibratorios, se puede pensar en la presencia de ascitis. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta prueba también se podría utilizar para valorar la presencia de un derrame pleural, en ese caso la posición de ambas manos se encontrará a la altura del tórax.

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PRUEBA DE REDER

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia una posible afectación del apéndice vermiforme.

Si al llevar a cabo la acción el terapeuta se produce la aparición de sintomatología dolorosa aguda en el abdomen del paciente a una altura de un través de dedo por encima y a la derecha del punto de O’Beirne, se puede pensar en la existencia de una apendicitis aguda. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del paciente En decúbito lateral derecho, con las rodillas y las articulaciones coxofemorales en flexión.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble a la altura de la pelvis orientado hacia este.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE ROTCH Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia un posible derrame pericárdico.

Ejecución del test

Posición del paciente

Con el dedo índice de una mano, el terapeuta lleva a cabo un tacto rectal.

En sedestación, con el brazo del lado a valorar en flexión glenohumeral máxima y

FIGURA 6-35  Prueba de Reder.

FIGURA 6-36  Prueba de percusión de Rotch.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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flexión de codo, de tal forma que contacte con la mano homolateral sobre el vértex.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este ligeramente desplazado al lado a valorar.

Ejecución del test El terapeuta coloca la palma de la mano interna en la zona anterolateral del tórax a la altura del espacio entre las costillas quinta y sexta del lado izquierdo. Con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano percute sobre las falanges medial y distal de los dedos situados sobre el tórax del paciente.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta percibe un sonido mate, se puede pensar en la existencia de un posible derrame pericárdico. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE SAEGESSER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible rotura esplénica.

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Posición del paciente

FIGURA 6-37  Signo de Saegesser.

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, aparece un cuadro álgico agudo y súbito en el abdomen del paciente a la altura del bazo, se puede pensar en la existencia de una rotura esplénica.

En bipedestación, en el lado derecho del paciente a la altura del cuello en finta doble orientado hacia este.

PRUEBA DE SATTER

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la yema de los dedos índice y corazón de la mano inferior sobre un punto situado entre las fibras de los músculos esternocleidomastoideo y escalenos del lado izquierdo. Seguidamente realiza una pequeña compresión.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia una posible afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre la camilla.

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Posición del terapeuta

PRUEBA DE SOESI

En bipedestación, en el lado derecho del paciente en finta doble orientado hacia este.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación del apéndice vermiforme.

Ejecución del test El terapeuta presiona con las yemas de los dedos de la mano anterior sobre el abdomen del paciente a la altura del ciego. Simultáneamente le pide al paciente que realice una flexión de la articulación coxofemoral derecha con la rodilla en extensión.

Interpretación del test

Posición del paciente En decúbito supino, con las rodillas y las caderas en flexión, de forma que las plantas de los pies se encuentren en contacto con la camilla, y los brazos a lo largo del cuerpo.

Si al llevar a cabo la acción aparece un cuadro álgico agudo en el abdomen del paciente, se puede pensar en la existencia de una posible apendicitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Posición del terapeuta

FIGURA 6-38  Prueba de Satter.

FIGURA 6-39  Prueba de Soesi.

En bipedestación, en el lado derecho del paciente a la altura del abdomen en finta doble orientado hacia este.

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Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta presiona con la yema del dedo pulgar de la mano inferior sobre el abdomen del paciente a la altura del ángulo hepático del colon. Simultáneamente a la compresión, le pide al paciente que tosa.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta, aparece un cuadro álgico agudo en el abdomen del paciente a la altura del punto de McBurney, se puede pensar en la existencia de una posible apendicitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE STILLER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia una posible ptosis del estómago.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta toma contacto con las yemas de los dedos índices sobre las uniones condrocostales de la décima costilla del lado izquierdo. Seguidamente le pide al paciente que respire de forma profunda.

Interpretación del test Si el terapeuta palpa una alteración en la movilidad de la décima costilla izquierda cuando el paciente está respirando o una alteración de su posición, se puede pensar en una ptosis gástrica o en una enteroptosis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE THOMAYER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación peritoneal.

Posición del paciente

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado derecho del paciente a la altura del abdomen en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test

FIGURA 6-40  Prueba de Stiller.

El terapeuta contacta con la palma de la mano superior a lo largo del flanco izquierdo del paciente. Con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano, realiza unas percusiones sobre esta. Seguidamente lleva a cabo la misma acción en el flanco derecho.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente orientado hacia este, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta le pregunta al paciente si existe dolor en posición supina. Seguidamente le pide que se coloque en decúbito prono. Le vuelve a preguntar si persiste el cuadro álgico con la misma intensidad.

Interpretación del test Si al cambiar de posición el paciente de decúbito supino a decúbito prono se alivia el dolor completamente o este disminuye en gran medida su intensidad, el terapeuta puede pensar en la existencia de apendicitis.

FIGURA 6-41  Prueba de Thomayer.

Interpretación del test Si al realizar la acción, el terapeuta percibe un sonido timpánico en el lado derecho y matidez en el izquierdo, puede pensar en una afectación por inflamación del peritoneo. Esto se produce debido a que cuando existe una afectación peritoneal, el mesenterio se retrae y desplaza la masa intestinal hacia el flanco derecho. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE TRESSDER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

FIGURA 6-42  Signo de Tressder. A. Posición de supino. (Continúa.)

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta percibe una inflamación anormal de alguna de las dos cadenas ganglionares, se puede pensar en la existencia de una afectación tumoral abdominal o retroesternal.

FIGURA 6-42 (cont.)  B. Posición de procúbito.

SIGNO DE TROISIER

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación tumoral.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposando sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta palpa con las yemas de sus dedos índices ambas cadenas ganglionares linfáticas supraclaviculares del paciente.

FIGURA 6-43  Signo de Troisier.

PRUEBA DEL TÉMPANO Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible ascitis.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

el cambio de posición del hígado que se genera en el proceso ascítico. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE WILMS Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación intestinal.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

FIGURA 6-44  Prueba del témpano.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente a la altura del abdomen en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta palpa con las yemas de los dedos de la mano inferior el abdomen del paciente a la altura del epigastrio. Seguidamente realiza una compresión en este punto.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el terapeuta percibe una resistencia súbita en el abdomen del paciente que le impida introducir los dedos en el epigastrio, se puede pensar en la presencia de ascitis. Esta resistencia se produce por

FIGURA 6-45  Signo de Wilms.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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Ejecución del test

Posición del paciente

Con la ayuda de un estetoscopio, el terapeuta realiza una auscultación del abdomen del paciente en busca de algún estertor.

En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta percibe un ruido aéreo en alguna parte del abdomen, se puede pensar en una obstrucción intestinal en el mismo punto en el que se percibe el ruido.

En bipedestación, en frente del paciente en finta doble orientado hacia este.

SIGNO DE ZUGSMITH Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación gástrica.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la cara palmar de los dedos índice y corazón de la mano izquierda sobre el tórax del paciente a lo largo del espacio entre la segunda y tercera costillas izquierdas. Con las yemas de los dedos índice y corazón de la otra mano percute sobre la cara dorsal de los dedos en contacto con el tórax del paciente.

Interpretación del test Si al llevar a cabo las percusiones, el terapeuta percibe un sonido mate inusual, se puede pensar en la existencia de una posible afectación gástrica de tipo tumoral o ulcerosa.

PRUEBA DE ARNOSS

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Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible meningitis.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos cruzados en el pecho tocándose con las palmas de las manos el hombro contralateral y con las piernas con las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente orientado hacia este, observándolo.

Ejecución del test FIGURA 6-46  Signo de Zugsmith.

El terapeuta le pide al paciente que realice flexión cervical máxima y anteflexión de

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-47  Prueba de Arnoss. A. Posición inicial. B. Posición final.

tronco de tal forma que acabe sentado con las rodillas en extensión. El terapeuta puede ayudar al paciente en los últimos grados de flexión cervical a través de un contacto sobre la región occipital.

Interpretación del test Si el paciente es incapaz de llevar a cabo la acción que le ha pedido el terapeuta, se puede pensar en una inflamación de las meninges, que hay que estudiar con más detenimiento. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE BRITTAIN Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado izquierdo del paciente a la altura del tórax en finta adelante orientado hacia sus pies.

Ejecución del test Con las yemas de los dedos de ambas manos, el terapeuta realiza una palpación profunda del abdomen a la altura del flanco y fosa ilíaca derecha.

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

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Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente a la altura del abdomen en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta palpa el abdomen del paciente en busca de la zona dolorosa, delimitándola. Seguidamente le pide que se coloque en decúbito contralateral al área dolorosa. El paciente ha de mantener esta posición alrededor de 20 o 25 minutos. Tras este tiempo, vuelve a recuperar la posición inicial y el terapeuta le vuelve a palpar el abdomen.

Interpretación del test Si al llevar a cabo el cambio de postura, se produce un empeoramiento de los síntomas

FIGURA 6-48  Prueba de Brittain.

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Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción, el terapeuta percibe una elevación súbita del testículo derecho del paciente, se puede pensar en la existencia de una apendicitis de tipo gangrenosa. En este caso se dice que la prueba es positiva.

SIGNO DE BROWN Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación visceral abdominal.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas en extensión.

FIGURA 6-49  Signo de Brown. A y B. Posicio­ nes 1 y 2. (Continúa.)

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

FIGURA 6-49 (cont.)

FIGURA 6-50  Prueba del enfurtido.

o la zona dolorosa aumenta su extensión, el terapeuta puede pensar en una posible afectación inflamatoria abdominal. Cuando esto ocurre, se ha de pensar en la derivación para una cirugía de urgencia.

Posición del terapeuta En bipedestación, al lado izquierdo del paciente a la altura de su abdomen en finta adelante en dirección caudal.

Ejecución del test PRUEBA DEL ENFURTIDO Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación del colon a nivel del ciego.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas y caderas en flexión, contactando la planta de los pies con la camilla.

El terapeuta contacta con el abdomen del paciente a la altura del ciego con el borde cubital de la mano superior. Realiza un pliegue de piel y contacta a nivel profundo con la víscera. La otra mano refuerza el contacto. Realiza una movilización de tipo sacudida de dicha estructura.

Interpretación del test Si al llevar a cabo el gesto el terapeuta, aparece una serie de ruidos aéreos en el abdomen

CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

del paciente, se puede pensar en una afectación del colon a nivel del ciego que genera una acumulación de gases. En este caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE CRAMPTON Esta prueba se utiliza para evaluar la resistencia física al esfuerzo.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta

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En bipedestación, a un lado del paciente.

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Ejecución del test El terapeuta toma el pulso del paciente en la arteria radial durante un minuto y anota el valor en un papel. Seguidamente y con ayuda de un esfigmomanómetro, mide la presión sanguínea y anota el valor en un papel. Resta ambos valores. Tras esto, le pide al paciente que se sitúe en bipedestación y vuelve a rea­ lizar las mediciones y a tomar los valores. Al final, se comparan las anotaciones.

Interpretación del test En condiciones de salud óptima, el valor obtenido en ambas restas ha de ser superior a 75. Si el valor obtenido en ambos casos es inferior a 65, el terapeuta puede pensar en una posible afectación de la resistencia física

FIGURA 6-51  Prueba de Crampton. A. Posición de decúbito. B. Posición de bipedestación.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

del paciente. En este último caso se dice que la prueba es positiva.

PRUEBA DE SUMNER Esta prueba se utiliza para evaluar la presencia de una posible afectación peritoneal.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente a la altura del abdomen en finta adelante orientado hacia sus pies.

Ejecución del test El terapeuta palpa el abdomen del paciente con las yemas de los dedos de ambas manos. Desplaza los dedos a lo largo de ambas fosas ilíacas en busca de áreas de mayor tensión.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe a la palpación una respuesta de tensión de la musculatura abdominal, puede pensar en una afectación de la hoja parietal peritoneal. En este caso se dice que la prueba es positiva. Cuando la inflamación peritoneal tiene su origen en una afectación del apéndice vermiforme, la tensión muscular corresponde al flaco derecho del abdomen.

PRUEBA DE CHASE Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación del apéndice vermiforme.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura del abdomen orientado hacia este.

Ejecución del test Con el borde cubital de la mano caudal, el terapeuta realiza una compresión en el abdomen del paciente a lo largo del colon descendente. Con la yema de los dedos de la mano craneal realiza una compresión a nivel del ángulo esplénico del colon. Una vez ha profundizado con los dedos de esta mano y sin disminuir la presión, lleva a cabo un movimiento a lo largo del colon transverso hasta el ángulo hepático del colon.

Interpretación del test FIGURA 6-52  Prueba de Sumner.

Si al llevar a cabo la acción el terapeuta aparece un cuadro álgico a nivel del abdomen del

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FIGURA 6-53  Prueba de Chase.

FIGURA 6-54  Signo de Manson.

paciente a la altura del apéndice vermiforme, puede pensar en la existencia de una posible apendicitis. En este caso se dice que la prueba es positiva.

Ejecución del test

SIGNO DE MANSON Esta prueba se utiliza para evaluar la existencia de una posible hernia de hiato.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos reposadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble orientado hacia este.

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El terapeuta abraza al paciente y toma contacto con las yemas de los dedos de ambas manos justo por debajo del cartílago costal de la sexta costilla del hemitórax izquierdo. Seguidamente, le pide al paciente que realice una inspiración, momento en el cual aumenta la compresión del contacto hacia el anillo esofágico.

Interpretación del test Si durante la realización de la prueba el paciente experimenta un cuadro álgico intenso y agudo en la región torácica inferior izquierda, se puede pensar en una afectación por una hernia de hiato.

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CAPÍTULO | 6  La valoración manual en Medicina Interna

PRUEBA DE EXPLORACIÓN DE LAS HERNIAS INGUINALES Esta prueba se utiliza para evaluar la existencia de una posible hernia inguinal.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta introduce el dedo índice de una mano a nivel del conducto inguinal del lado a valorar del paciente. Para llevar a cabo la acción, el inicio del canal se sitúa en la base del pene y tiene una orientación craneal externa, de tal forma que el contacto del terapeuta sigue la dirección hacia la espina ilíaca anterosuperior del lado a explorar. Seguidamente, se indica al paciente que tosa varias veces de manera intensa.

Interpretación del test Si cuando el paciente tose el terapeuta puede percibir un empuje en el dedo índice como si intentara sacarlo del conducto inguinal, se puede pensar en una posible afectación de hernia inguinal. En este caso se dice que la prueba es positiva. El empuje que recibe el dedo del terapeuta se produce por la caída de las vísceras cuando

FIGURA 6-55  Prueba de exploración de las hernias inguinales.

se incrementa la presión intraabdominal (tos) ante la falta de sostenimiento de la musculatura abdominal.



Capítulo 7

Pruebas especiales PRUEBA DE VITALIDAD PULPAR

Posición del terapeuta

Esta prueba, también conocida como prueba de sensibilidad pulpar, sirve para verificar la respuesta de la pulpa dental al aplicar en ella un estímulo eléctrico, térmico o mecánico.

Frente al paciente, orientado hacia este.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los mus­ los y con la boca ligeramente abierta.

Ejecución del test Para realizar la prueba hay que aplicar al pa­ ciente una serie de estímulos para observar su respuesta. Se puede:

• Aplicar frío en los dientes a examinar, ya sea con hielo, agua fría, dióxido de carbono, diclorodifluorometano o cloruro de etilo. • Aplicar calor mediante diferentes fuentes, siendo el medio menos utilizado y fiable. • Aplicar electricidad para estimular las fibras sensoriales que se encuentran en la pulpa.

Interpretación del test Si al aplicar los diferentes estímulos existe una reacción por parte del paciente, la sen­ sibilidad pulpar es buena. En caso de no ser así, es decir, de no presentar ninguna reacción ante los diferentes estímulos, el paciente no tiene una buena vitalidad pulpar dentaria, por lo que la prueba es positiva.

SIGNO DE LA BANDERA Con esta prueba se valora el estado de nu­ trición que presenta el paciente.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre sus muslos.

Posición del terapeuta FIGURA 7-1  Prueba de vitalidad pulpar. © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

De pie a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este. 547

548

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

FIGURA 7-2  Signo de la bandera.

FIGURA 7-3  Prueba de Blumberg.

Ejecución del test

plementarias que indiquen la causa de la alteración.

Para llevar a cabo este test, el terapeuta toma el pelo del paciente entre sus manos y obser­ va su textura, su color y otras propiedades.

Interpretación del test Si al observar el pelo del paciente, el terapeu­ ta encuentra que es un cabello frágil y que presenta bandas claras y oscuras de forma salteada, el signo de la bandera es positivo, por lo que debe cuestionarse la correcta ali­ mentación del paciente.

PRUEBA DE BLUMBERG Esta prueba es útil para verificar una posi­ ble irritación peritoneal, de forma que será una señal para posteriores pruebas com­

Posición del paciente El paciente estará en decúbito supino con los brazos paralelos al tronco y las rodillas extendidas.

Posición del terapeuta El terapeuta se colocará de pie al lado del paciente en finta adelante a la altura de su pelvis orientado hacia la cabeza del mismo.

Ejecución del test El terapeuta colocara sus dedos índice y corazón para realizar una exploración suave del abdomen del paciente, presionando en profundidad unos 2 cm de forma que primero

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

549

realizará una compresión suave y después una retirada rápida.

Interpretación del test Si el hecho de retirar la compresión del pe­ ritoneo abdominal le provoca al paciente un dolor agudo, consideraremos la prueba de Blumberg positiva. Cuando se realiza la prue­ ba en la fosa ilíaca derecha, la positividad de la misma nos indica un signo patognomónico de apendicitis.

PRUEBA DE LA MEDIDA DE LA ABERTURA DE LA BOCA Esta prueba se utiliza para detectar alteracio­ nes del sistema temporomandibular.

Posición del paciente En decúbito supino sobre la camilla con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas reposando sobre la camilla con las rodillas en extensión. La medición también se puede realizar con el paciente sentado dejando re­ posar sus manos sobre los muslos.

Posición del terapeuta De pie al lado del paciente, observándolo.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a cabo una abertura máxima de la boca y que introduzca el segundo, tercer y cuarto dedos de una de sus manos de forma transversal entre sus dientes incisivos superiores e in­ feriores.

Interpretación del test La medida normal de la abertura de la boca del paciente debe coincidir con la medida vertical de la superposición del segundo, el tercer y el cuarto dedos de una de sus manos, por lo que en el caso de que no sea capaz de introducirlos entre los incisivos superiores e inferiores, hay que concluir que existe un problema de restricción en la abertura de la boca. En este caso la prueba es positiva.

FIGURA 7-4  Prueba de la medida de la abertura de la boca.

PRUEBA DE GRAUPNER Esta prueba se utiliza para la valorar la pre­ sencia de insuficiencia cardíaca.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le mide la presión arterial al pa­ ciente. Tras esto, le pide que camine durante algunos minutos de forma rápida. Seguida­ mente le vuelve a medir la presión arterial.

550

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

FIGURA 7-5  Prueba de Graupner.

FIGURA 7-6  Prueba de Henderson.

Interpretación del test

Posición del paciente

En pacientes con correcto funcionamiento de la función cardíaca, al realizar actividad física la presión arterial aumenta. En este caso la prueba es negativa. Si por el contrario el terapeuta encuentra en el paciente una disminución de la presión arterial tras aumentar la actividad física, la prueba es positiva y se puede pensar en la posibilidad de que exista una insuficiencia cardíaca.

En bipedestación con los brazos a lo largo del cuerpo, o en sedestación con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

PRUEBA DE HENDERSON Esta prueba se utiliza para valorar la acidosis metabólica.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que rea­ lice una inspiración profunda y que se que­ de en apnea inspiratoria todo el tiempo que pueda.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

551

Interpretación del test

Interpretación del test

Si el paciente es incapaz de conservar la apnea inspiratoria un tiempo mínimo de 20 se­ gundos, la prueba es positiva y el terapeuta puede pensar en la presencia de acidosis me­ tabólica. Esta prueba tiene gran significado en los exámenes preoperatorios, pues en casos de acidosis la utilización de anestesia conlleva mayor riesgo.

El terapeuta toma los vasos y observa la orina:

PRUEBA DE LOS TRES VASOS DE GUYON Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de sangre en la orina.

Posición del paciente Indiferente.

Posición del terapeuta Indiferente.

• Si percibe la presencia de sangre en los tres vasos, puede pensar en un tipo de hematuria de procedencia renal y parte proximal del uréter. • Si observa hematuria en el primer vaso pero en el segundo y el tercero disminu­ ye el nivel de sangre y el contenido es de color anaranjado, el terapeuta puede pensar en que la procedencia del sangra­ do es de la parte distal de la vejiga o de la uretra. • Si observa que el color de la micción de los dos primeros vasos es normal (amari­ llenta) y que la del tercero es de color rojo, el terapeuta puede pensar en una disfunción de procedencia vesical.

PRUEBA DE MENDELSOHN Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de insuficiencia del miocardio.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que miccione en tres vasos distintos.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación, a un lado del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le toma el pulso arterial al pa­ ciente. Tras esto, le pide que comience la marcha rápida y que la mantenga durante unos minutos. Seguidamente le toma el pul­ so nada más acabar la actividad y al minuto siguiente.

Interpretación del test FIGURA 7-7  Prueba de los tres vasos de Guyon.

Después de una actividad física, el pulso arte­ rial se incrementa. Cuando cede la actividad,

552

en individuos sin afectación cardíaca el pulso va disminuyendo lentamente hasta alcanzar los valores de normalidad. Si el terapeuta percibe que el pulso arterial del paciente tras realizar la actividad ha dis­ minuido hasta los valores iniciales de forma rápida, puede pensar en la posibilidad de una insuficiencia miocárdica.

PRUEBA DE LA MONEDA Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un neumotórax.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Posición del terapeuta En bipedestación, a la cabeza del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test Para esta prueba se necesitan dos monedas. Tras colocar un estetoscopio en la zona a evaluar y pedirle al paciente que sujete la campana del mismo, el terapeuta coloca una de las dos monedas en una zona opuesta del tórax. Una vez colocada, con la segun­ da moneda realiza una percusión sobre la primera.

Interpretación del test La presencia de sonidos metálicos que el terapeuta percibe a través del estetoscopio es significativa de un neumotórax, pues el sonido metálico lo transmite el aire. En este caso la prueba es positiva.

PRUEBA DE PENZOLDT-DEHIO Esta prueba se utiliza para localizar el mar­ gen distal del estómago.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta le indica al paciente que tome tres vasos de agua en ayunas. Seguidamente percute sobre las distintas partes del es­ tómago y escucha el sonido que produce la percusión.

Interpretación del test

FIGURA 7-8  Prueba de la moneda.

El agua se dirige directamente al polo in­ ferior del estómago. Al percutir sobre las distintas partes del estómago, el terapeuta percibe un sonido timpánico en la parte del estómago que está vacía y un sonido mate en la que está llena de agua. De esta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

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FIGURA 7-9  Prueba de Penzoldt-Dehio.

FIGURA 7-10  Prueba de percusión de Abrahams.

forma, puede situar el margen inferior del estómago. Una vez localizado, puede valo­ rar la existencia de un estómago hipotóni­ co o de un prolapso. Esta prueba también puede determinar un ascenso del estómago presente en patologías tales como la hernia de hiato.

Posición del terapeuta

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE ABRAHAMS Esta prueba se utiliza para la evaluación de la tuberculosis.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

En bipedestación, en el lado a valorar del pa­ ciente en finta doble a la altura de los hombros.

Ejecución del test El terapeuta sitúa los dedos índice y corazón de la mano caudal sobre el acromion del lado a valorar. Con los dedos índice y medio de la otra mano, percute de forma enérgica sobre las falanges media y distal de los dedos situados sobre el acromion.

Interpretación del test Si al percutir sobre el acromion del lado a valorar, el terapeuta percibe un sonido mate, se puede pensar en la posibilidad de que el paciente padezca una tuberculosis del vértice pulmonar.

554

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE ALDAMIZ-ECHEVARRÍA

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Interpretación del test

Posición del paciente

Si al percutir sobre la costilla del lado a valorar, el terapeuta percibe a través del es­ tetoscopio un sonido de tipo metálico, puede pensar en la posibilidad de que el paciente padezca un neumotórax.

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

PRUEBA DE ANDERSON

Posición del terapeuta

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un prolapso visceral.

En bipedestación, en el lado a valorar del paciente en finta doble a la altura del tórax.

Posición del paciente

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un neumotórax.

Ejecución del test El terapeuta aplica un estetoscopio sobre una costilla del lado a evaluar. Seguidamente per­ cute sobre esa costilla cerca del estetoscopio.

FIGURA 7-11  Prueba de percusión de AldamizEchevarría.

En decúbito lateral en posición fetal.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble a la altura de sus rodillas.

FIGURA 7-12  Prueba de Anderson.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

555

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo una compresión del ano, del cuello del útero y de la vagina en dirección a la cabeza del paciente.

Interpretación del test Con estas compresiones, el terapeuta puede valorar la presencia de algún prolapso vis­ ceral del tipo cistocele o enterocele y adhe­ rencias miofasciales.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE BAMBERGER Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un posible derrame pleural.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente en finta doble ligeramente desplazado en el lado a evaluar.

FIGURA 7-13  Prueba de percusión de Bamberger.

Ejecución del test

SIGNO DE BENZADON

Con los dedos índice y corazón de una mano, el terapeuta contacta sobre el ángulo inferior de la escápula del lado a evaluar. Con los de­ dos índice y corazón de la otra mano percute sobre la falange media y distal de los dedos situados sobre la escápula. Seguidamente, le pide al paciente que se incline hacia delante realizando una anteflexión de tronco y vuelve a percutir.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de cáncer de mama.

Posición del paciente En sedestación, con el torso desvestido y con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un sonido mate cuan­ do el paciente se encuentra en sedestación que desaparece cuando vuelve a percutir en anteflexión, puede pensar en la presencia de un derrame pleural del lado valorado.

Ejecución del test El terapeuta contacta con las yemas de los dedos índice y pulgar sobre el pezón del lado a valorar. Realiza una pequeña compresión aproximando la yema de ambos dedos.

556

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Ante la presencia de cáncer de mama, el pezón experimenta un movimiento de re­ tracción, intentando zafarse de los dedos del terapeuta.

En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test El terapeuta percute en el tórax del paciente del lado a valorar. Al percutir, percibe el tipo de sonido. Seguidamente le pide al paciente que cambie de posición, que pase a bipedes­ tación o decúbito supino. Vuelve a percutir sobre el mismo punto en la nueva posición.

Interpretación del test Ante la presencia de un hidroneumotórax, el sonido que percibe el terapeuta tras la percusión del tórax del paciente varía según su posición.

FIGURA 7-14  Signo de Benzadon.

SIGNO DE BIERMER-GERARDT Esta prueba se utiliza para evaluar un posible hidroneumotórax.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los mus­ los.

FIGURA 7-15  Signo de Biermer-Gerardt.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE BIRD

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de quistes pulmonares.

Ante la presencia de un quiste hidatídico en el pulmón, el terapeuta es incapaz de perci­ bir ningún sonido respiratorio en el área que previamente había valorado por presentar sonido mate.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, en finta doble en el lado a valorar del paciente orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test El terapeuta percute en el tórax del paciente del lado a valorar hasta encontrar un sonido de ma­ tidez. Seguidamente y con un estetoscopio, el terapeuta intenta percibir sonidos respiratorios en el área que presenta matidez a la percusión.

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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FIGURA 7-16  Prueba de percusión de Bird.

PRUEBA DE AUSCULTACIÓN DE BRENNER Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de una posible perforación gástrica.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente, en finta doble.

FIGURA 7-17  Prueba de auscultación de Brenner.

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CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Ejecución del test El terapeuta sitúa la campana del estetosco­ pio en la espalda del paciente justo encima de la decimosegunda costilla y escucha a través de él la aparición de algún ruido.

Interpretación del test La presencia de un ruido de tipo metálico durante la auscultación puede ser indi­ cativa de una perforación gástrica. Este sonido se produce por la presencia de aire entre las cavidades gástrica y diafragmá­ tica.

SIGNO DE DOBLE RUIDO ASCÍTICO Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de ascitis.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En sedestación, delante del paciente, ligera­ mente desviado a un lado.

FIGURA 7-18  Signo de doble ruido ascítico.

Ejecución del test

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE ERNI

El terapeuta sitúa la campana de un estetos­ copio en el lugar del abdomen que quiere evaluar. Alejado de este punto y en la parte baja del abdomen, el terapeuta percute de forma súbita y enérgica.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la maniobra el terapeuta percibe a través del estetoscopio dos soni­ dos, puede ser indicativo de una patología ascítica en el paciente. El primer sonido corresponde al movimiento parietal del peritoneo secundario al golpe y el otro ruido refleja la fluctuación del líquido peritoneal.

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de una posible afectación pulmonar.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente ligera­ mente desviado al lado a evaluar. La mano interna toma un contacto con los dedos índice y corazón sobre el espacio retroclavicular, es decir, en el ápex del pulmón.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

FIGURA 7-19  Prueba de percusión de Erni.

FIGURA 7-20  Prueba de la fóvea.

Ejecución del test

los, o en decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo.

El terapeuta percute con el dedo corazón de la mano externa el vértice del pulmón del lado a evaluar. © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Interpretación del test Si al llevar a cabo la acción el paciente siente la necesidad de toser, puede ser indicativo de una afectación pulmonar del lado que se está evaluando.

Ejecución del test

PRUEBA DE LA FÓVEA

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un edema.

Si tras realizar la compresión y retirar el de­ do, persiste la marca en la parte del cuerpo del paciente a evaluar, es indicativo de una afectación edematosa de la estructura que se está evaluando. El edema es secundario a otra patología que hay que diagnosticar.

Posición del paciente En sedestación con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los mus­

Con la yema del dedo índice de una mano, el terapeuta realiza una pequeña compresión de la zona corporal a evaluar.

560

Suele encontrarse en estructuras con cierta capacidad de distensión, tales como tobillos, párpados o bolsa escrotal.

PRUEBA DE GERHARDT Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de bocio exoftálmico.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los mus­ los.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente, en finta doble orientado hacia este.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Ejecución del test El terapeuta percibe el pulso arterial situando un estetoscopio justo detrás de la apófisis mastoides del hueso temporal del lado a eva­ luar. Seguidamente le pide al paciente que mueva los ojos en dirección craneal mirando al techo y en dirección caudal mirando al suelo de forma alternativa.

Interpretación del test La aparición de un soplo arterial percibido por el terapeuta justo cuando el paciente desvía la mirada en un sentido u otro puede ser indicativa de un bocio exoftálmico. Esto se produce por afectación del tercer nervio craneal secundaria al bocio, que no permite el correcto funcionamiento de la musculatura ocular.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE KELLOCH Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un posible derrame pleural.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta contacta con la palma de la mano anterior sobre las costillas justo por debajo del pezón del lado a valorar. Con la otra mano percute el tórax del paciente en una zona dis­ tinta a la de la primera mano.

Interpretación del test

FIGURA 7-21  Prueba de Gerhardt.

Si el terapeuta percibe movimientos vibra­ torios en la mano anterior, se puede pensar en una posible afectación de tipo derrame pleural.

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CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

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FIGURA 7-22  Prueba de percusión de Kelloch.

FIGURA 7-23  Prueba de Korányi.

PRUEBA DE KORÁNYI

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de un posible derrame pleural.

La prueba es positiva en el caso de que se detecte una hipofonesis, que haría pensar en un posible derrame pleural.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, detrás del paciente, en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta percute con la yema de los dedos índice y corazón sobre las apófisis es­ pinosas de las vértebras de la columna dor­ sal.

PRUEBA DE LEOTTA Esta prueba se utiliza para evaluar la presen­ cia de adherencias a nivel del ángulo hepático del colon.

Posición del paciente En decúbito supino, con las rodillas flexionadas apoyando las plantas de los pies sobre la camilla.

Posición del terapeuta En bipedestación, al lado derecho del pa­ ciente en finta doble a la altura de la pelvis y orientado hacia su cabeza.

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CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

FIGURA 7-24  Prueba de Leotta.

FIGURA 7-25  Prueba de Mannkopf.

Ejecución del test

Posición del paciente

El terapeuta comprime el abdomen del pa­ ciente con las yemas de los dedos de la mano caudal a todo lo largo del reborde costal del lado derecho.

En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos apoyadas sobre los muslos.

Interpretación del test La activación de sintomatología álgica en el paciente al realizar la prueba puede ser indicativa de adherencias a nivel visceral del colon en relación con el hígado o la vesícula biliar.

Posición del terapeuta En bipedestación, lateralmente al paciente orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le toma el pulso radial al pacien­ te. Tras esto, comprime la estructura corporal de la cual el paciente se queja de dolor. Se­ guidamente vuelve a tomarle el pulso.

PRUEBA DE MANNKOPF

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para detectar la simu­ lación de sintomatología dolorosa.

Al comprimir la estructura corporal afecta, se produce de inmediato un aumento de

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

frecuencia cardíaca. Si el pulso no se acelera al realizar la compresión, se puede pensar en una simulación de la sintomatología álgica por parte del paciente.

Ejecución del test

PRUEBA DE MATHIEU

Interpretación del test

Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble obstrucción intestinal.

Si al realizar la prueba se percibe un sonido de tipo bazuqueo, se puede pensar en la exis­ tencia de una obstrucción intestinal.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas con las rodillas en extensión.

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El terapeuta percute con los dedos de una de sus manos sobre el abdomen alrededor del ombligo.

SIGNO DE MIRCHAMP Esta prueba se utiliza para valorar la exis­ tencia de afectación en la glándula parótida.

Posición del terapeuta

Posición del paciente

En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble orientado hacia su cabeza.

En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas sobre los muslos.

FIGURA 7-26  Prueba de Mathieu.

FIGURA 7-27  Signo de Mirchamp.

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CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente orientado hacia este, observándolo.

Ejecución del test El terapeuta le proporciona una cuchara con vinagre al paciente y le pide que se la tome.

Interpretación del test Si al tomar el vinagre, el paciente genera una producción excesiva de saliva y se activa un cuadro álgico, el terapeuta puede pensar en una parotiditis.

PRUEBA DE PREHN Esta prueba se utiliza para valorar la afecta­ ción testicular y diferenciar una epididimitis de una torsión testicular.

Posición del paciente En bipedestación, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, delante del paciente.

Ejecución del test Con sus dedos índice y corazón, el terapeuta toma contacto en la parte inferior del tes­ tículo del lado afecto del paciente y lo eleva, sosteniéndolo en el aire.

Interpretación del test Si el paciente presenta una mejoría de la sintomatología dolorosa al llevar a cabo la acción, se puede pensar en la existencia de una epididimitis. Si por el contrario la sintomatología no mejora, se puede pensar en una torsión testicular.

FIGURA 7-28  Prueba de Prehn.

SIGNO DE RIESMAN Esta prueba se utiliza para valorar una posi­ ble alteración de la vesícula biliar.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente en finta doble a la altura de la pelvis orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que realice una apnea inspiratoria. Mientras el pacien­ te se encuentra en apnea inspiratoria, el

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CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

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FIGURA 7-29  Signo de Riesman.

FIGURA 7-30  Prueba de Schaer.

terapeuta golpea el músculo recto anterior del abdomen con el borde medial del dedo meñique de una de sus manos.

Posición del terapeuta

Interpretación del test Si al realizar el gesto, se activa en el paciente una sintomatología dolorosa súbita y aguda, se puede pensar en la existencia de una dis­ función de la vesícula biliar.

PRUEBA DE SCHAER Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un posible derrame intestinal.

Posición del paciente En decúbito supino, con ambas piernas en flexión de rodilla y cadera, de forma que los pies quedan reposando sobre la camilla.

En bipedestación, a la altura de las rodillas del paciente en finta adelante orientado hacia su cabeza.

Ejecución del test El terapeuta lleva a cabo un tacto rectal, in­ troduciendo el dedo índice de la mano caudal hasta palpar la próstata o el cuello del útero. A la vez, con el dedo índice de la otra mano practica pequeñas percusiones sobre la sín­ fisis del pubis.

Interpretación del test Si con el dedo introducido en el recto, el terapeuta aprecia la presencia de líquido, la prueba es positiva e indica un posible de­ rrame intestinal.

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PRUEBA DE PERCUSIÓN DE WILLIAMS Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de un posible derrame pleural.

Posición del paciente En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente, en finta doble a la altura de su cabeza orientado hacia los pies.

Ejecución del test

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

yemas del segundo y tercer dedos de la otra mano percute sobre la falange medial y distal la mano en contacto con el tórax del paciente.

Interpretación del test Si el terapeuta oye un sonido mate al reali­ zar la percusión sobre el tórax del paciente, puede pensar en la presencia de un derrame pleural.

PRUEBA DE PERCUSIÓN DE WINTRICH Esta prueba se utiliza para valorar la presen­ cia de una caverna pulmonar.

Con las yemas de los dedos índice y corazón de una de sus manos, el terapeuta contacta con el segundo espacio intercostal. Con las

Posición del paciente

FIGURA 7-31  Prueba de percusión de Williams.

FIGURA 7-32  Prueba de percusión de Wintrich.

En decúbito supino, con los brazos a lo largo del cuerpo.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

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Posición del terapeuta En bipedestación, a un lado del paciente, en finta doble orientado hacia este.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que manten­ ga la boca cerrada. Seguidamente percute el tórax en varios puntos. A continuación lleva a cabo la misma acción con la boca abierta del paciente.

Interpretación del test Si el terapeuta percibe un cambio de sonido al realizar la percusión estando el paciente con boca cerrada y abierta, se puede pensar en una afectación pulmonar por la presencia de una caverna.

PRUEBA DE BUDIN Esta prueba se utiliza para valorar la pre­ sencia de mastitis en la mujer en fase de lactancia.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al tronco y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta

© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En bipedestación, delante del paciente, en finta doble.

Ejecución del test El terapeuta contacta con las yemas de los dedos índice y pulgar de una mano sobre la mama a valorar. La otra mano agarra un trozo de algodón. Con la mano que contacta con la mama, lleva a cabo una compresión, mientras que con el algodón limpia posibles supuraciones que emanen del pezón.

FIGURA 7-33  Prueba de Budin.

PRUEBA DEL RASPADO DE DARIER Esta prueba se utiliza para valorar la exis­ tencia de afectación dérmica de tipo urticaria.

Posición del paciente En sedestación, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.

Posición del terapeuta En bipedestación, en el lado a valorar del paciente.

Interpretación del test

Ejecución del test

Si al llevar a cabo la compresión, el terapeuta obtiene una mezcla de leche y pus, se puede pensar en una afectación del tipo mastitis.

El terapeuta realiza una pequeña fricción so­ bre la piel de la parte del cuerpo del paciente a valorar.

568

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

Interpretación del test

Posición del terapeuta

Si tras llevar a cabo la acción, el terapeuta observa la aparición de irritación de la piel o un pequeño eccema delimitado en la zona que él previamente ha friccionado, la prueba es positiva y puede ser indicativo de una afección de la piel del tipo urticaria.

En bipedestación, lateralmente al paciente sosteniendo con ambas manos su pelvis, per­ mitiendo que realice movimientos de forma adecuada.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que lleve a flexión máxima la articulación glenohumeral, de forma que la punta de sus dedos miren hacia el techo.

Interpretación del test Cuando el paciente adopta la nueva postura, se produce un desplazamiento de su centro de gravedad. Dicho desplazamiento provocado por la nueva postura del paciente hace que su cuerpo se desplace hacia atrás para com­ pensar. Ante un caso de debilidad de la mus­ culatura torácica y abdominal, se incrementa un estado de cifosis de la columna dorsal y lordosis de la lumbar. Según Matthias, la debilidad de la muscula­ tura se puede clasificar en:

• Grado 1. Mínimo desplazamiento y varia­

FIGURA 7-34  Prueba del raspado de Darier.

PRUEBA DE CAPACIDAD DE MANTENIMIENTO DE LA POSTURA SEGÚN MATTHIAS Esta prueba se utiliza para determinar la facultad de la musculatura torácica y abdo­ minal en niños.

Posición del paciente De pie encima de la camilla, con los brazos a lo largo del tronco.

ción de la postura por el correcto funcio­ namiento muscular. Tras 30 segundos del mantenimiento de la postura, se producen cambios más significativos, aumentando la cifosis de la columna dorsal y la lor­ dosis de la lumbar. Grado 2. Imposibilidad de mantener • la postura con la columna erecta de pie. Cuando el terapeuta le pide que eleve los brazos, al paciente se le hace imposible mantener la postura y compensa desplazándose hacia atrás, aumentando en gran medida la lordosis lumbar. Que existan estos trastornos durante la realización de la prueba no excluye otro tipo de patologías del tipo claudicación o alteraciones de composición y forma de la columna, por lo que todas las pruebas han de acompañarse de un buen diagnóstico diferencial.

CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

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Interpretación del test Cuando el terapeuta le solicita al paciente que abra la boca con los ojos abiertos, puede existir una desviación lateral del mentón. Si esta desviación se corrige cuando se le soli­ cita que la abra con los ojos cerrados, indica una relación importante con algún problema ocular que repercute sobre la articulación temporomandibular. Esto se produce debido a la importante rela­ ción que guardan los trastornos posturales y del equilibrio con la mandíbula y el sistema ocular. Las cadenas musculares posturales anteriores y posteriores tienen como nexo el sistema estomatognático.

FIGURA 7-35  Prueba de capacidad de mantenimiento de la postura según Matthias.

PRUEBA DE ABERTURA DE LA BOCA CON LOS OJOS ABIERTOS Y CERRADOS

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Esta prueba se utiliza para detectar altera­ ciones en las articulaciones temporoman­ dibulares.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas en los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia el mismo. Con sus índices, contacta en la parte anterior de los conductos auditivos externos.

Ejecución del test El terapeuta le pide al paciente que abra la boca, primero con los ojos abiertos y luego cerrados.

FIGURA 7-36  Prueba de abertura de la boca con los ojos abiertos y cerrados.

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CAPÍTULO | 7  Pruebas especiales

MANIOBRA PUÑO-PERCUSIÓN Esta prueba se usa para detectar alteraciones renales de tipo cólicos renales o infecciones importantes del riñón.

Posición del paciente Sentado con los brazos paralelos al tronco y las manos apoyadas en los muslos.

Posición del terapeuta De pie, detrás del paciente en finta doble orientado hacia el mismo. Toma un contacto con una mano plana en la zona posterior del tronco a la altura del riñón que se quiere evaluar (cuadrilátero de Grynfelt).

Ejecución del test El terapeuta realizará con la ayuda de la ma­ no libre una percusión con el puño cerrado sobre la mano situada en la parte posterior del tórax.

Interpretación del test La prueba será positiva si al golpear con el puño la mano colocada en la zona renal del paciente se produce un importante cuadro álgico local. Esto nos haría pensar en la existencia de una afectación del riñón del paciente posiblemente por cálculos renales. No obstante la prueba podría dar positiva en casos de patologías más graves renales

FIGURA 7-37  Maniobra puño-percusión.

del paciente por lo que en este caso se tendrían que realizar pruebas más especí­ ficas.

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