Loading documents preview...
AR,CHIVO DE HUELLAS
DIGITALES eduardo chirinos arrieta
Pd§lrlir; -r.:1 l: \,;i-,'.' : .l ¡,'.ri:';:.
li.
.r
-'. ,
Lt"';':
i '
fi,i§?i§;';i
:::,rji,l.j¡,
;,. .-
EDITADO POR EL DEPARTAMENTO DE RELACIONES PUBTICAS DE PETROPERU S.A.
Poemario ganador de la Segunda Bienal de Poesía 1984", otorgado por el Jurado que con"Premio COPE for-rnaron Blanca Varela, Alberto Escobar, Luis Jaime Cisneros, Javier Sologuren, Carlos Germán Belli y Pedro
R. Cateriano.
A
Chirinos Arricta, Eduardo
digrtales Lima: Eds COPE, l98S, s6 P'; 21 cm' 1. Poesias peruanas l. Perú. PETROPERU S.A. Dpto. de Rclaciones
Ái.¡i'" a" ¡r"Ít"" PQ8498.36. CH57
8ó9.5ó.
CH57
Rosario, nuevamente
"Sólo si te reconcilias con la muerte", tliio Hamlet, "comprenderás que lodo es reQlmente nuevo baio el sol"
Vuorurp HolrN
i¡Effi'§l'.*-;--
I .i!
í*
Se devnorona la pared en ld que antaño
se
esctibieran poemas
tan hermosos.
T rI
T¡ENE
^úqa6)tt
I5T¿ r¡I¡O. tn tt.ttdlrdb-
co,, r,en,t,4r tttt.tJq..n
¿t
N.-tt
l! N.t
/. 1v.ú,
5rñq)¡Lr-,t,,4'. l-,.,lPl'^.'L], a'.-" . 'rlo\
¡
ú,
El poluo disputa su reino con las aguas, la oruga se conuierte en mariposa, en polilla intsidente ,li,;,il
la
ante
luz.
Homero, Ooidio, Dante ¿ qué se hicieron? , un manojo de papeles que archíuamos como huellas digitales, oíeios citas que guardan un museo como lieros leones disecados ' Ah, perc la muerte sacude la raíz del nacimiento y lat palabras su sutnan al lento tran¡currir de nuestta sangre; ¿acaso en Qarcilaso no hallamos las huellas de Yirgilia?, ¿dcaso en Y irgilio no hallamos las huella¡ de f eóuito ? Aú es lahistoria. De esaleche nos amamantdmo s, de ese úterc habremos de salir para tornar alguna aez en busca de refugio.
Se desmorona la pared en la que antaño se escribieran poemas
tan
El polao
hermosos. se mezcla con las aguas, la
se de¡hace al contdcto con la luz recuerdan temblando una aisión:
polilla
g nuesttos oios
¿Es allí donde nos hemos de rnirar ?
11
diálogos a solas
LA TMNQUILIDAD ES UN CAMPO DE ARENA
/
Recita a Garcilaso en las playas del sur
El mar, las piedras, algunas gaviotas, gaviotas blancas, grises, de pico anaranjado, maderos rotos,
el cadáver de un lobo marino (hermoso animal varado por las aguas) conientes aguas puras, uistalinas
moscas sobrevolando
y
una toalla húmcda secando nuestros pies.
("La tranquilidad es un cámpo de arena",
escribí en la inmensa
soledad de estos paraies. "Moles de arcilla y concha han resistido al furioso embate las aguas, al furioso embate de estas mismas aguas donde ahora me entristezco y canto.")
¿Y yo qué he de cantar?
El dulce
lamentar del s.
XVI
en un paraie salino (rocas peladas y no verduras en las eras); el triste cantar de dos pastores en las playas del sur (murmullo solita¡io de las aguas y no silencio de la selva umbrosa), idénticos espacios para ejercer el oficio do natura o menester me inclinan.
15
de
('Aves y
peces han condicionado sus cuerpos para habitar este
lugar.
Aves
y peces han evolucíonado en el curso de los tiempos pera enterrar por siempre
sus huesos en la
/
Esbozo
arena,")
Es así como la muerte anuncia el nacimiento y vuelven, ambas, al punto de partida, y las estaciones y los calendarios no son más que piezas dis, tintas de un mismo tablero y esras aguas son, amor, las mismas aguas que vienes obsérvando Jn algún lugar del mundo donde jamás habrás de ver lo que yo veo:
El
PARA EVITAR LA MUSICA DE LAS SIRENAS para una poética del mar
ma¡,
las piedras, algunas gaviotas,
gaviotas blancas, grises, de pico anaranjado,
maderos rotos, moscas sobrevolando el cadáver de un he¡moso animal varado por las aguas.
Has de saber ante todo que la poesía nos conduce a desconfisr del mar.
El
mar es fuente de metáforas fáciles: muerte y nacimiento conviven en sus aguas, del mar nace la vida y nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar / que es el morir. Peligroso bañarse enne sus aguas y aún moiarse las manos o los pies; el mar seduce, su canto arrulla y nos ofrece salmos de gloria, la música de las sirenas. Pero no es conveniente la gloria: un poeta oscuro será siempre más valioso que cien héroes mueftos, no lo olvides,
(La hhtoria
es pródiga.
Algunos anclaron sus cuerpos en aguas tan profundas que vieron peces ahogados y algas ffansparentes, otros salpicaron la espuma y humedecieron sus bocas sin atrever, 5e a entrar. Los primeros no han vuelto o han desaparecido antes que sus ióvenes
esposas,
los segundos han vuelto y se emborrachan o han enloquecido en las tabernas.)
16
17
Parece
un refugio, es cierto. La inmensidad del cielo y ofrece la ilusión de un vacío cósmico;
en su piel
se reflejr
pero. es.sólo.un falso espejo, una galaxia con azotea yl sótono, inútil galería de aguas.
una
El mar impresiona, todos lo sabemos. Comercia¡tes y marinos han surcado sus aguás
y
explorado
profundidades.
los pescadores han logrado una fuente de ingreso
y
sus
maldicen la
marea,
Ios novios se rcogen a su luz
la
y gozan del amor en
hor¿s dc
t¿rde.
Pero son los niños quienes realmente saben del mar,
Ellos refue¡zan sus castillos de arena con murallas de y temen
el
a¡ena
advenimiento de las aguas. parecido sea tu temor, conserva siempre más cuidado: Que una ojeada es peligrosa, un brevísimo baño y estarás perdido. Egeo cedió y fue un ahogado ilustre. Odiseo lo supo y arriesgó su vida por caer en tentación
tú no caigas. Hoy dia pocos recuerdan su memoria y un poeta oscuro será siempre más valioso que cien
mas
no
hé¡oes
muertos, lo olvides.
t8 O d¡s"o
lo s'yo y crrriesgo' s.r vidq Fó.caer
¿n
f"q1ac¡0i...
t
ALIMENTO PARA EL FUEGO the salamander (
Roben Duncan )
/ _lf
youlook vou will
see
COMO EL SOL AL DETENERSE EN LO ALTO DE LOS CIELOS / Homenaie a Ficcino (Florencia, 1433,1499)
Pars Alberto Hernrindez
-"Si
observas verás la salamandra".
Es cieno.
El buen Ficcino pensaba que atendíendo al movimiento de los
Leonardo. veía figuras que eran manchas en la pared
y
sumando uno
a uno los detalles iba despejando la hasta que la duda tomaba forma v la forma' los contornos de una figura natural o e*traña.
astros
duda,
Pi¡a, tqa. La nbbl.a se d.esplaza sobre las colinas de Albani. La imagen olrece la uisión de un rebaño y nos deuuelDe a lo suprena ígnoroncio, la columna de orena junto al mor. La espuma,se afera a la orillo y es arrattrada por el aiento, Ahora oes la playa. La plaga húmeda y salina'con *riir'an cangreios
/si ob¡ensa¡ uerás la ¡altmandra / la habitación encendida en el número
se curaba la indolencia.
Puede ser.
La música de Platón desplaza la lógica de Aristóteles, el orden es traspasado por la magia y el cielo otorga innumerables signos que gobiernan el futuro. ¿De qué azar depende nuestro sino?, ¿de qué honrosa voluntad nuestra memoria?
El
horóscopo sustituye al esfuerzo pero el esfuerzo de interpretar sustituye al horóscopo: las grandes revelaciones se hallan a me¡ced de la interpretación del signo
ts
de la rue Viaienne.
Paús, uto. Alguien esuibe poseído por la certeza de quien sabe algo. odio es más extraño de lo que crees" decía Lautréamont, "su conducta es inexplicable como la apariencia quebrada de un palo hundido en
-"El
Es cierto.
Lautréamont veía una metálora del odio donde otros sólo ven un palo hundido en el agua.
porque el signo no existe, el milagro no existe, la palabra del oráculo no existe: sólo el débil murmurar de la indolencia, el frío entusiasmo de la imaginación y la lascivia. ¿No es así, Ficcino ? Angel negro de la contemplación en los patios de Florencia. Puente Viejo sobre las aguas del Arno. Cielo de ttzo.
el
agua,,.
F iccino
Mar silio dixit :
"Sin la pasión, delirio más potente, iamós llegar'umos a obtenel el delirio amoroso , ni el delirio poético, ni el delirio místico" . 2l
Redondas nubes iluminan migas. arroiadas
y estirffse de
por Platón
los cielos de
a
Florencia,
sus discipulos
brazos con eructos de
en la duda
oini, Y Dios le clijo n Moisés:
El sol por un instante
se detiene en el cielo. Es el ángel, demonio atormentado que se apropia de nuestra alma y la trasgrede, es. la indolencia que acompaña al oscuro designio de los astros. El cielo nos destruye. buen Ficcino ¿
CONVERSANDO CON DIOS ,/ Poema para insistir
luego'de comer
qué habremos de aguardar?
"Yo soy el que soy" E:r. III, 13-14
La voz salió lenta y gastada de un vieio gramófono y fue seguida por un silencio tan largo e insoportable como el silencio que precede al relincho de un potro
a
medianoche,
al chillido de un demonio al
posarse en
la piel.
Si se me aclaró la duda con aquellas breves
y
amables
palabras, me encontré en otra nueva (PARADISO
y
94)
pregunté:
¿Quién eres
-Acércate, quá
¿
I,
tú,
que hablas por mi boca?
diio. Ac&cate a mí y obserua,
ues?
-Veo diie,
las aguas remecidas por la cólera leiana de algún dios,
le
el viento borrando implacable la huella del hombre. Más allá del desierto el Monte Horeb, Monte de Dios donde pacen las cabras. A lo lejos, el horizonte llano y delgado del mar, allí se dirigen mis pasos, y si ellos me preguntan, iqué debo responderles?
22
23
-Acércate,
volvió a decirme. Acércote a mí
Acepto en lo¡ hombres la bondad como acepto
p
escucha:
íor-¿rierro A bou oleteo de una mosca,la luerzo que impulsa al tedio a girar una moniaela de lala es igual a la piedad que me honra ,rn hu*j,i" un los aharcs.
To
Invocación a Sabaoth
lu
sog la. cdle-ra_ que remece aguas, ,o, el uiento que borra implacable lo huella del hombre; 9o, que sog la y la aida, ,rg to-iié, el error 9 la muerte. -uerdad
¿Qué puedo decir de la uerdai si la aerdad u, ti"'ru[ruiriin" incesante del etor ?, qué puedo decir del error si nos deaueh¡e al ¿ estado prímigenio de pureza? Luego de un largo silencio me miró compasivo, y diio: la ytisrla g la nueaa proposición ;Si ror que tas tlenes tú pot
(
PARA APLACAR LA IRA DE ESTE MAR EN CALMA,/
así te han conuencido, diuinds palnbras ? (PARADISO XXIV, 97)
Has destrozado tu cuerpo, tu cuerpo lastimado por cuarenta años de lluvia, sometido para siempre a las violentas emanaciones de gas. El aire se torna irrespirable; la gente se cubre el rostro con las manos, reúne a sus hiios y murmura una plegaria. Los más hábiles han trepado los ceros o han aprendido a vivir bajo las aguas, los más débiles perciben sin sorpresa el vego sentido de las COSáS
y
arráncan los frutos amargos de su cuerpo aspirando a
la ino'
cencia,
oscuros mediadores entre realidad y deseo.
(Todo problema oculta su propia solución, se dice, pero es difícil mantener erguido un cuerpo cuando la
pasión
gobierna:
el cerebro aumenta de volumen y los codos suelen apoyarse en las rodillas para soportar meior el peso y hundirse para siempre en el barro del origen. :'¡Sabaoth, la ira de este mar en calma !" aplaca -gritémas los vientos soplaron con violencia
Sabaoth
uterinas
y entonaron bellas canciones de amor. )
2!l
25
las rosadas cavidades
H¿s desrrozado ru cuerpo en los podridos tablones del deseo has remado cont¡a roda coniente desoyendo los consejos
y
del
augur,
ve aho¡a a purificane en la basu¡a que se oculta en los
grandes
sendmientos
como el cuerpo hermoso se oculta bajo el manto oscuro de la ropa,
como.el.hígado de
la piel.
Verás.entonces
l3
y el páncreas se ocultan ,s
restos vagar por
el
baio el manto oscuro
espacio, continuendo
orDlcutar ruta de los asftos, pero siempre al¡ededor del sol, siempre al lado del sol. Nunca en la tierra.
26
Poemas de amor
="rtq¡F
COMO SOMBRAS AVANZANDO
PIEDM,/
Canciones
El
oio
La
serena contemplación
se
EN
PAREDES DE
de Orfeo
turba.
de un rayo tensa los nervios
y
convierte en metal nuestras cabezas, en clavos nuestros pies. i Ya pasó el momento ? ¿Apagaron
ya las
velas?
Hacia adelante. Flores marchitas en laderas de piedra, buiías de grasa ardiendo en una oscuridad tan densa como el amor, tan pro{unda como el deseo.
("No míren hacia atrás ni se detengan en parte alSuna: lluuia¡ de luego y azufre caerán del cielo hasta destuir esta ciudad.
Hugan al monte
si no quieren
perecu,"
La mujer de Lot consertida en estatua de sal, los geniulet de lJrano flotando entre lat olas. Fue su hiio quien los ar' oió al mar, como Ulíset el oelo de Leucotea, la nínfa de hermosos pies al rescatarlo del naufragio-
29
"Este diuino uelo toma g cíñelo a tu pccho, y- lleuándolo no temd¡ ol dolor ni a' la Áuerte. Cuando toques la costa con tus maÍn¡ te lo quitat, y aolaiendo al otro lado la cabeza me lo arrojas al Ponto desde lejos.") Recuerda amada mía, cuando te cantaba iqué árboles y piedras no acudieron o escucharme? i qué ríos no detuvie¡on el curso de sus aguas a deleita¡se con el son de tan hermoüs cue¡das? Por tu amor, Eurídice. Po¡ él he descendido a los ínfiernos,
por él caurivé el oido de plutón y proserpina, por él adormecí el furioso o]fato de sus perros. Siento no verte, pero escucho el débil sonido de tus pasos, tu vaga respiración
al viento. ¿Ves aquellas sombras avanzando en las paredes de piedra? somos nosotros traspasando al mundo de los vivos. acompasando
El oio se turba. La serena contemplación de un rayo excita los nervios, no son de metál nuestras cabezas ni.lruo, nuar*, pi.r.
Amor, amor mío ¿he de perderte una vez
más?
30
6l d'g,l
so¡,é¿
¿¿
,rut paso5,fu
vq.gq rcsPira¿iá o'¡úPatdñJ¿ al
'i'n10"'
coMo EL SOL SOBRE LA ROJA ESPALDA DE LOS MUERTOS f Que Íata t¡ahunt retrahuntque sequamur Los mds ióvenes preguntaron a Eneas qué llevaba sobre hombros. Eneas contestó sin detenerse: ,,Mi pasado,,.
sus
con el amoT silencioso de los pecei' le diie, pero ella posó la¡ tefias de sus dedos en mis labios y besando mi pecho de bronce rnumuró : " Amémonos con el amor silencioso de las aoes que aueltn " Amémonos
d.esnudas en la islt solitaria." Entonces brotaron alas de mis pies 9 la doncella acatició con dulzura el rosado cuerno de Unicornio.)
E[ Aves marinas sobrevuelan la mancha de aceite donde arde la sangre,
el viento apaga hogueras silenciosas borando todo de cal y de ceniza.
vestigio
La palabra proyecta su sombra inmóvil en la arena, se hincha como un globo y estalla en mil pedazos. Algo se recuerda, fragmentos de un pasado que es difícil revocar,
(El
hombre atraviesa las columnas con su padre á cuestas. Anquises ha envejecido, su aliento d. ,angi. y licor hiere los delicados hombros de Ereas p.nuib.náo la marcha. El hombre parece cansado, ahora. cie¡ra ojos para soportar el peso y comprobar el -los brillo de su espada.
deseo infinito de los hombres persigue
como el
buscando a cada instante su propia reconciliación. Así como las aguas persiguen la corriente y el humo la dirección del viento,
la luna proyecta su sombra azul en el espacio y la calígine cede al paso victorioso de la luz hasta brillar como el sol sobre la roia espalda de
los
mueftos.
.
te detengas ahora, hiio mío, te corrcsponde fundar una ciudad,
. no
deb emo s
se
guir adelante.
Recuerda.
Una playa dcsierta baio el sol amable de Carrago, gaviotas revoloteando las embarcaciones / un cielo limpio y sin estrellas.
32
al amor
ritmo al silencio melodioso de los astros,
JJ
EL CAMINO DEL POLVO
/
InfernoXXXV, 145.148
se unen tus pensamientos con los míos, con la misma
-Ahora sustancia g la mívna
lorma por tanto ddíuino la caum de tus duda¡.
Y con atención, difo el Maestro señalando el Camino del Polvo, aerás cómo el infierno recobra su sentido.
-Obserua
y
Los ca.ballos galopan muhiplicando
sus
de cerca perecerías ensordecído po,
patas, si los uieras il ,uido dn ,ui
cogiéndole del brazo pensé en Dionisos echado entre una multitud de monias que acariciaban su sexo como a un recién nacido.
El Maestro entendió y diio: Viuímos aún el imperio del pecado, dios más luerte que el mismo dios que lo engendrara. Nos correisponde redimir la inocencla que üesidíd al amor, su libertad et tan pura que ni la quema el fuego ni la enfuía
caScos,
el hielo.
ahogado por el leuantamiento del fuego.
Amor g Pureza rccobrarán su sentído cuando tnuera la idet del
Al-escuchar sus palabras ¡etrocedí asustado y supliqué: "Maestro, las fuerza de mi corazón ," d.riu.ü.r, hemos via, fado mucho y me siento cansado, deseo volver.,,
¿Lo
hables, dijo. -No La marcha uertiginosa
y alada atropella sin ton hemos de quedarnos en la oia ribera.
ni
son,
Pecado. ues más claro ahora?
Apreso il duca a gran passi sen gi, Turbato un poco d'ira nel sembiante; Ond'io da li 'ncarcati mi Parti' Dietro a le poste de le care Piante.
Es el Circulo de la
Moral. Su lrontera. es ambigua y peligrosa, se hace necesario un an. cho rio para delimitar su ierritorio, un río .de fuego que conuierta en ceniza a los sufrientes. Mas allt no acabará w pena; las cqniza¡ recobrarán su lorma originaria al contacto con el Poluo g sulrirán hasta el
lin de los tiempos.
No pude dar crédito a sus palabras y se apoderó de mí espantosa duda que ¡evelaba
mi propia
la
flaqueza.
35
historias para ser contadas
ODA A LA VIDA RETIMDA ,/ Tentando
a San Antonio
Damis: ¡Ven! Es la aurora. Et gallo ha cantado, el caballo ha relinchado, la vela está dispuesla. Antonio: No, el gallo no ha cantado. Oigo perlectamente al gri' llo en la arena y veo que la luna no se ha movitlo' Flarlbert La Tentation de SainfAntoine,
IV
"En lo alto de una montaña, sobre una
explanada rodeada de
erandes oiedras,
he coistruido ,i hog.t, en la región más oscura de Tebaida' Vivo aquí desde hace muchos años' desde aquel invierno en qu1 abandoné la aldea con el vieio Dídimo. fácil? ¿Habrá que reconocer que entonces fue más al ¡ío en busca de Había que levantarse tempráno, descender agua, rezar las oraciones; a vece; me entreteníe ordenando la cabaña o subiendo descal' zo la cuesta del monte.
Ahora recuerdo con dolor el llanto de Ammonaria, su túnica flotando al viento".
La
del eremita se halla al fondo. construida con barro y cañas, es de techo
cabaña
Está
tiene puertas' Los viajeros apenas
pai(zo
y
no
si se inclinan al pasar, ttir iustus, mtr
muran entre dientes se apartan del camino, buscando el horizonte. Algunos le ofrecen mendrugos de pan, tazones de leche amarga
y
y frutas de estación,
39
otros, ganados por
el miedo, escuchon la historia con la
ca.
beza gacha.
y
apresufan
el paso sin atreverse a entrar.
Has elegido el silencio que no anuncia nada síno la muerte, el perlecto silencío de los asbos al gírar sobre sí mismos como giran las aguas después de la tormentd.
-Qui si conuien lasciare ogni sospetto; Ogni uihá conuien che qui sía morta, dijo el Maestro ante la sorpresa del discípulo, quien recordó la ingenuidad y el cariño de Ammonaria llorando
inútil, Apolonío, dilo el Maestro apresurando el paso. fijate que el gallo ya ha cantado g el caballo
-Es Se hace tarde,
rclinchado. La aela está dispuesta. Es hora de partir .
tras los camellos.
-
Ammonarfu está aieja. Sus lágrimas se han secado ct ga no flota al uiento.
y la túní.
Los que han visto al eremita cuentan que tiene la barba piojo, sa
y descuidada,
los cabellos crecidos y el cuerpo cubierto con túnicas de piel de cabra. Y así. rodeado de escorpiones y alimañas que rondan por el suelo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanza, de recelo.
se halla
-No te awstes, diio amablemente el Maestro, cierra los oios como el aieio Dídimo g escucha estas palabras. Y arrastrando las sandalias en el polvo empezó a decir: Has elegido el sílencio, el silencio que habita en lo¡ charcos donde nacen los ríos, en la noche en que amanece la luz.
Has elegido el silencio de los ojos cuando los cubren los pór. pddos,
el silencio de lns aues cuando dwiene la noche, el herrnoso silencio de la luna cuando se niega a
moaérse.
¡+1
UN VIENTO CALIDO SOPLA EN LAS DUNAS DEL
/
Ctónica novelada de dos conquistadores en el Reyno del Peru (homenaie a |osé María Arguedas & Pedro Cieza
DESIERTO
de
León)
pienses que todo es cascajo y arenal, -"No hacia el levante se yergue la Gran Cordillera donde sopla un
viento tan frío que rafa los labios y entumece los huesos; no dejes que el asma y la humedad mengüen tu espíritu, atravesando el médano verás colinas resecas y angostos ríos don, de no hay vegetación y la naturaleza es pobre. Tenderás al desaliento, pero habrás de imponerte: ¿qué has dejado en tu país que valga la pena?, ¿qué desprendimiento es comparable a la dicha que obtendrás en
i: '..:
este reyno?
Ten paciencia, bendice la hora en que diieron "Ha sido concebi. do un varón", porque ni el frío más helado ni el calor más sofocante harán que vuelvas.
Porque ni el viento cálido que mueve
y remueve las dunas ha de
exffaviarnos de esta tierra, que ha de ser la nuestra."
(La costa de Túmbez para delante es sin montañat: y si ag algunas sierras son peladns, llenas de rocas g peñas: lo demás todo es arenales: g salen a la mar pocos ríos.)
Mi
corazón latió débilmente baio el peso de una pregunta: ¿han de habitar este suelo mis hijos
él !¿.,¡o¡" 6il.ñcio ¿! lo.I',.,x o)é^do
5e
vl¡cla q rn6/¿'s( .
43 '
cxtendiendo sus manos me diio "Mira, se llaman muymuys". Entonces comprendí por qué esta arena es tan gruesa y distinta
y los hijos de mis hifos? Hinqué espuelas y abracé el pescuezo del rocín.
Luego se acercó
Estaba caliente,
el sudor mojaba sus cascos que sorteaban con habilidad los dregales y trotaban seguros en el polvo.
compañero silbó una tonada andaluza. Recordé a fathib, el viejo moro que nos divertía con leyendas y trucos de baraia.
diio, "el sol arrecia, debemos descansar." -"¡Eh!", Nos cubrimos con mantas y dormimos un rato. Al despertar, una fila de gaviotes sobrevoló nuestras cabezas, ser pescados, diie. -podrían Aquí el mar es de igual coloración que el cielo y he perdido la noción del lugar. No sé dónde me hallo, quizá hemos dado un gran círculo de vuelta y nos hallamos a po' ca distancia del punto de patida. aves y estamos a cien leguas al sur de la Gorgona.
-"Son qué tus temores ?, ¿A
No
es
la primera vez que repaso estas derras y puedo
asegurar
que no faltan más de tres jornadas."
(La
costa es sin montañu como dixe atrás arenales g sierras peladu de grandes rccas
t
que las otras,
pe.
Mi
piedras.)
y
(El fluxo g refluxo
que queda la
desta mar es grande:
mengua tanto,, plaga más de media legua descubierta del agua:
g con la creciente rc torna a henchir,)
El
Mi
arenal pisoteado como por el oiento.
poÍ
pdtas
de palomat eta empareiado
compañero señaló la G¡an Cordillera
La
una
Yo, con la seguridad que otorga el cansancio, le díie: me quedaré. Esa será mi tierra, -Allí entre esa caine elegiré muier y en ella engendraré mis hiios. Al cabo me olvidarán porque poco represento, quizá algún día vuelvan de la altura como yo del otro lado de los mares y antes de decidirse a habitar estas tierras se sentirán como me siento ahora yo: pálido y amargado, como un animal de los llanos lríos, Ilevado a la orilla del sobre los arenales candentes y extraños'
vez más, las aguas de este océano. espuma tocó nuestras rodillas: miles de pececillos nos rodea.
ron, pececillos nerviosos que brillaban como agujas de colores al contacto con la luz. será el Mediterráneo, pero bien vale un chapuzón", dijo y hundió su cuerpo en esta mar tan fría.
-"No
44
y me inquirió con los
ojos.
mar,
La mañana siguiente nos desviamos de la ruta para admirar,
t
45
DE COSAS QUE NOS ENTERAMOS EN CONVERSA, CIONES / Historia(s) de Arquímoro (homenaie a ]uan Ojeda, Luis Hernández & ]avier Heraud ) Mortales, usledes buscan conocer
Y Ia ruta por
la horo cle lq
muerte
doncle ella verulrri
Propertius Elegiae, Líb II, 27 (citado por J. O.) Paro Luis Ltt Hoz
(Como un toro, que simula alejarse de
lo que es, en aetddd, su único
m¡ste'
río.
Como un toro, que ha contemplado la duración hasta hacer de lo real una ho' rrenda fábula. Como un toro, que sufre de una implacable soledad.)
una muerte extraña e incomprensible,
tiempos difíciles. -"E¡an marchas,
Repartir volantes, parricipar en
Alguien lo contó de otra manera.
apoyar las huelgas.
Algunos le vieron f¡ecuentando bibliotecas públicas, huyendo de las voces, de los honendos clamores de feria. Entonces ya escribia, pero pocos conocieron sus poem¡s: hoias esparcidas por la voluntad del viento, Iey impuesta sobre el seco y oscuro dominio de los hombres."
At
uos incertam, mortales, luneñs horam
Quaeritit, et qua sit mors adituro uia. Dice propercio, y es verdad. La gente empezí a interesarse, querían saber sob¡e su vida, despeiar con palabras el misterio que envolvía su muerte.
"Murió como un toro. Todavía lo recuerdo: agachó su cabeza y embistió la oscura velocidad de un vil que destrozó
-"Fue como conviene a una vida extraña e incomprensible."
automó,
Sin sufrir.
Con la ce¡teza de quien ha de¡¡ibado una muralla para oprobio
46
campamento hippie en los iardines de Europa. Una piedra grabada. En la oscuridad
los no-brei de un poeta, año de nacimiento ,/ año de mue¡te & en el medio el fragor de hie¡¡o que ensordece la llanura. i Fue acaso el mismo tren ? lá pa.pa es también una llanura y la ciudad un accidente, un-purito simbólico arroiado en la extensión de un mapa." En eso ce¡¡ó los oios, y calló. Los que estábamos cerca pudimos ver cómo se agarrotaban dedos,
su cráneo.
y vergüenza de los hombreí'.
"IJn
cómo el dolor asomaba por su rostro simulando una sonrisa. los tragoi', diio. Y como pudo continuó: -"Son "Le llevaron para hacerle el psicoanálisis. Ustedes saben, calmantes / sueros / inyecciones ,/ Mi voz altísima En los bosques / Las hoias int¡incadas ,/ La fronda de las cañas / De¡ribando / La yerta soledad / De las ciudades."
47
sus
(Una uez, en la
meseta de degollaban una ooeia.
Desde la aentanilla
oi
Anta, ui cómo las ruedas del tren
COMO EL HIELO DE UNA PASION OSCURA
/
Sueño
de Nabucodonosor
su cuupo rodando sobre el pasto,
su cabezn
inmóvil iunto a ks líneas de hierro. F ue un insttnte. Un instante que ahora se lija y sacude en mi memoria.) Se recordó a Arquímoro, nombre que en griego signilica "el que muere ántes".
y vasos y botellas fueron limpios. -"No entiendo por qué se lo llevaron. El amaba Ia vida, por eso cantó hasta brillar en la región más oscura del infiemo."
más que misterio es una costumbre, como vestirse
v
comer.
deió su cuerpo,
pero nadie lo entendió entonces: Era un buen muchacho, quién lo iba a decir: educado, inteligente, buena familia. Pudo haberse dedicad,o a otras cosas." Es verdad. Pudo haberse dedicado a otras cosas, pero eran tiempos difíciles
y algo había que hacer.
año 5 del reinado de Nabucodonosor tuuo este un sueno turbóse en su espíritu, sin que pudiera dormir. Hizo llamat a magos, astrólogos y encantad,ores pdra que explicasen su sue. ño, pero ninguno pudo detcifrarlo. Sólo Daniel, que poseía sa. biduúa y entendímiento en todas las letras g las ciencias, tuao a bien deiarle hablar y hallar en sut palabras la claae,
g
permaneciendo aú en la cort:e del rea
'Son muchas las regiones oscuras del infierno una muier. -diio Hacia el esre, atravesando la cordillera, verán muchos á¡boles y páiaros sobrevolando ríos de anchísimas corrientes: es el país de los que nunca conocieron el mar; las fieras comparten su reino con los hombres y la muerte
Allí
El
.
"...me
atemorizó el aire caliente, el aire que oscilaba como un badajo de bronce y
golpeaba mi
cuefpo. Los pastos fueron cubiertos por agua y surgieron los mares; contemplé las emba¡caciones caldeas a punto de destruirse,
los monst¡uos marinos que perturbaron la mente de los geógra, fos,
la gloria de mis antepasados muertos.
Al
cabo, la tie¡ra tembló con tal violencia que remeció los muros y lenguas de fuego cayeron sobre mi desdichada cabeza.
El temo¡
es instintivo, pensé, en algo debo ser un He de vivir enre las bestias y deiar que mi piel ¿
animal. se cubra
de rocío ?,
ihe de correr sob¡e mis patas
y
del monte? No hay refugio posible,
49
alimentarme con las hierbas
todo me inclina a consumar mi propia destrucción, a contemplar las cinco mil islas que yacen arrojadas como res' tos de medusas.
vi a mis padres ,/ [o recuerdo claramente: ella con su diadema de plata y su peinado de cola, Entonces
él con su rostro bruñido y su barba de bucles. Los dos flotaban con tranquilidad y parecían ignorarse.
This world is hall tlte clevil's and my own
Estaban muertos.
tenía las piernas delgadas y largas, una mata de vello parecía unirlas por debaio del vientre y tenía los senos re' áondos y grandes. El aire estaba caliente. El miedo me anuda' ba el estómago y me mantenía aferrado al olo de la cerradura. Allí supe que la querría para siempre, que la deseaba con to' das mis fuerzas, que el mundo podría detenerse si ella acari' ciaba mis cabellos hasta deiarme dormido/
/Ella
El palacio empezó a incendiarse. Las cortinas parecían antorchas de un infierno que debía
ser
muy frío, como la piel,
como el hielo de una pasión,,oscura, como la fiebre que devora y consume ml cuerpo. . . Visiones así no son frecuentes. Dice el buen Ariol que desprecias mis maniares fávor de nuetros dioses. Dice también
y
desdeñas el
que tu alimento son legumbres y tu bebida el agua, pero que eres noble y sabes el significado de los sueños' y per' ¿Puedes acaso revelar el misterio que atormenta mi alma turba mi razón
?
50
Dvr-lN Tnou,rs
¿\' t¡ul
hartis cotl tLt cusli
o y
toftes, Etluurdo,
Eduar¡Jo?
B,tl,ron rxeotcloNAL
ESCocEsA
lLts
I-a mitad del mundo es tuyd g la ota del demonio, Eduardo, Eduodo, ma¡ la otra es una malla de cobre donde cuelgan las palabras, aacías como cajas de cartón en esperu de ser utilizadas, Has plagiado un uerso, Eduardo, Eduardo,
te has inclinado onte tu ptopia mierda a has arrodillado desnudo en la losa g has obserxado largamente tu propia mierda, Eduardo, Eduardo, luego de tres días sin comer has oaciado tu cuerpo g le has uisto conlo a un manso animal descansando al borde de la canetera,
Te
desclauar estacds g uolueias a clauar, te has obseruado largamente en el espejo (relleio inútíl de tu propiL de sttucción) hasta saber que ahora es el momento de decir unas palabras. No sea que despíate el manso animal que descansa al borde de la carrotera
g le atopellen.
Estás desnudo, Eduardo, Eduardo, has acariciado torpanente la bola de uistal g nada has uísto, apenas un frugor de caballos quebrando la pista, dpenas tus huesos podridos flotando en el mar, Estás solo, Eduardo,
ahora es
Eduaúo,
el fiiomento de cenu los ojos y ra¡car con la uña
la
uana superlicie del espejo, ahora es el momento de rcmpu medallas g escupir la dorada imagen de Yirgilio (inútil Cicuone a estas alturas) rasgando con piolencia los rctratos de la B. de Portinari.
f us genitales señolnn al sur, Edunrdo, Eduudo, la flecha importora desz:ia bandada de páiaros que equiaocan el camino y juntns las palmas de las manot hasta procurar el fuego; aii e¡ el mundo, Eduardo, Eduardo, el mundo que hace del amor un grito inescuchable, el tnundo que hace del amor uno 7)entdfid Totd.
52
53
I
INDICE
"Sólo si le recotlc¡li{ts con la nxuerle", dijo Homlet, "contprenderds que todo es reqlflente nueto baio el sol"
Vladimir Holan
diálogos a solas LA TRANouTLTDAD ES uN cAll,o DE AIIEN^ ,/ Recita
a
G,rlcila¡o cn las plavas del su-
15
P,ta,r evrr,qr LA MúsrcA DE L^s slRtNAS una poútica del mar
AlrveNro
pARA hr- FUEco
/ -lf
/
Esbozo para 17
you look you
will
see
the salamander (Robcrt Duncan)
20
CoMo Er- sor- Ar- DLTENEIlsE EN Lo ALTo Dt Los crELos Homcnaje a Ficcino (Florcncia, l4ii-1499)
CoNvsns,lxoo co¡- Dros P,r«e
eplecrn L^ It^
/
DE
/ 21
Poema para insistir cn Ia duda
Es'tr MAR EN CAI-MA
/
23
Invoca25
ción a Sabaoth
poemas de amor CoNro soMBRAS Av^NZAN'Do EN PAREDES
ot rttonL /
Can-
29
ciones de Orfeo soI- sorlRE LA Rol A ESIALDA or Oue fata Úahunt retrahuntque sequamur
Corr'to
sl
EL cAMrNo DEL poI-vo
/
los vuenros
lnferno XXXV, 145-148
/ 32 3+
historias para ser contadas ODA A LA vrDA RETTRADA
/
Tentando a San
Antonio
39
UN vreNro cÁuoo sople EN LAs DUNAs orL »rsrrnro / Crónica novelada de dos conquistadores en el Reyno del Perú (homenaje a |osé María Arguedas & Pedro Cieza de
León)
43
DE cosAs euE Nos ENTERAMos eN coNvrnsectoNrs / Historia (s) de Arquímoro (homenaie a fuan Ojeda, Luis Hernández & favier Heraud)
16
CoMo EL HrELo DE
u¡e
Nabucodonosor
peslóN oscune
/
Sueño de 49
This world is hau the devil's and my own, Dylan Thomas
¿Y qué harás con tu castillo
y
tus torres,
Ed.uardo,
Ecluardo?
Balada tradicional
escocesa
51