Bernardo Campos Guerra Espiritual-bassel Publishers

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© 2009 Bernardo Campos PARA ENTENDER LA GUERRA ESPIRITUAL La teoría de la Guerra Espiritual como Desafío a la Misionología

Lima – Perú Enero del 2009 Edición Especial: 1000 ejemplares Los Yupanquis 486 Zárate – S. J. L. Lima, Perú Teléfono (511) 458-9400 Celular (511) 993.311.534 E-mail: [email protected] URL: www.facultadapostolica.com

CON EL APOYO DE LOS MINISTERIOS: Ministerios Integrales De Gracia Recibisteis Av. Caquetá 509 San Martín de Porres Teléfono: 482-5853 Centro Apostólico Misionero Ríos de Agua Viva Los Yupanquis 486, Zárate – S. J. L. Teléfono: 458-9400

Se autoriza la reproducción de una parte o la totalidad de la obra para su uso en centros de formación teológica, siempre que se cite la fuente o se solicite los permisos correspondientes a los editores. Impreso en el Perú Printed in Perú

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DEDICATORIA

A la memoria de todos los guerreros espirituales que adoraron a Dios desde muy temprano, en el tiempo, y los que ahora luchan además contra los demonios de este siglo, la incredulidad y el poder político.

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CONTENIDO PROLOGO........................................................................................................................5 INTRODUCCION.............................................................................................................6 CAPITULO I LA TEORIA DE LA GUERRA ESPIRITUAL........................................10 1. LA "TEORÍA" Y LA "GUERRA" PROPIAMENTE TAL.................................10 2. ¿QUÉ PLANTEA LA TEORÍA DE LA GUERRA ESPIRITUAL?...................12 3. ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE GUERRA...................................................15 CAPITULO II ESTRUCTURA DE LA ACCION DE GUERRA: CUATRO MOMENTOS..................................................................................................................16 1. EL PRIMER MOMENTO: LA INVESTIGACIÓN O RECONOCIMIENTO...16 2. EL SEGUNDO MOMENTO: LA INTERCESIÓN............................................17 3. EL TERCER MOMENTO: EL "MAPEO O CARTOGRAFÍA ESPIRITUAL".17 4. EL CUARTO MOMENTO: LA "GUERRA ESPIRITUAL PROPIAMENTE DICHA".........................................................................................................................18 CAPITULO III UNA EVALUACIÓN TEOLOGICA DE LA GUERRA ESPIRITUAL COMO ESTRATEGIA MISIONERA.............................................................................19 1. La Teoría de la GE es una ampliación de la teoría del iglecrecimiento..............19 2. La teoría de la GE ha mostrado ser eficaz en el desarrollo de una demonología. 20 3. La teoría de la GE no puede reducirse a una técnica religiosa, porque caería en la magia 21 4. La teoría de la GE es una recuperación del sentido de autoridad........................21 5. La teoría de la GE es una cosmogonía porque busca el equilibrio entre el caos y el orden de Dios............................................................................................................22 6. La teoría de la GE haría bien en diferenciar mejor, o "discernir" entre espíritus territoriales y elementos positivos de la cultura, para no caer en el etnocentrismo.......22 7. La teoría de la GE debe cuidarse del deslizamiento ideológico para no caer en una especie de mesianismo americano..........................................................................23 8. La teoría de la GE puede dar luz para la elaboración de una “hermenéutica del Espíritu”.........................................................................................................................24 9. No se puede entender la teoría de la GE a menos que nos despojemos de ciertos prejuicios cientificistas, agnosticismos e incredulidades...............................................25 10. La teoría de la GE amplía el concepto de liberación que redujo en parte la teología Latinoamericana de la liberación.....................................................................25 11. La teoría de la GE es una teoría “epocal”............................................................26 12. La teoría de la guerra espiritual haría bien en profundizar la idea bíblica de la shalom como contraparte y salvaguarda de polarizaciones...........................................27 CAPITULO IV GUERRA ESPIRITUAL ¿REALIDAD O FICCION? UNA EVALUACION DE LA GUERRA ESPIRITUAL COMO FORMA DE CONOCIMIENTO..........................................................................................................29 1. La necesidad de principios rectores.....................................................................29 2. La práctica de exorcismo en la Iglesia Católica Romana....................................33 3. La práctica de Liberación entre los evangélicos..................................................34 CONCLUSION...............................................................................................................39 BIBLIOGRAFIA.............................................................................................................41

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PROLOGO

Variadas son las actitudes de las iglesias frente a las realidades espirituales, especialmente aquellas que son conocidas por la apreciación religiosa como “casos de posesión demoníaca” a los que la ciencia médica moderna cataloga por lo general como enfermedades mentales. Sin duda, ante tales experiencias no se tiene una, sino muchas “explicaciones”. Los métodos aplicados a la recuperación de la salud de tales personas, obedecen a diversas interpretaciones sobre las causas que lo originaron. Según sea la disciplina que cultiven o la cosmovisión de la que participen, es decir, esto es según la forma peculiar de ver el mundo y de entender la realidad, será su diagnóstico. Si se le atribuyen a la realidad del mal, causas espirituales, vale decir demoníacas, es natural que el método para la recuperación de la salud o estado de equilibrio del “enfermo” sea a través de mecanismos espirituales como la confrontación o la expulsión de esos demonios. Este trabajo presenta la experiencia conocida como “guerra espiritual” como una práctica que refleja tanto una cosmovisión religiosa de la vida y al mismo tiempo como una teoría implícita sobre la interpretación, conocimiento o manipulación de esas “realidades sobrenaturales” conocidas como demoníacas. Por lo general se ha dicho que su aceptación o su rechazo, obedecen a un desencuentro de cosmovisiones, ya sea entre la cosmovisión bíblica y la del hombre moderno, o entre las diferentes y muy complejas cosmovisiones que coexisten en una civilización como la nuestra. La cosmovisión se refiere al concepto personal o colectivo de la realidad que tiene una persona o un grupo de personas. Entre los cristianos está ampliamente aceptado que hay dos realidades: La realidad tal y como Dios la ha creado y la ve, y la realidad como la perciben, los humanos como seres finitos e imperfectos. Charles Kraft dice que los seres humanos “vemos el mundo (tanto físico como en sus otros aspectos) como se nos ha enseñado a verlo. El asumir que nuestra forma de ver el mundo es correcta forma parte de nuestra cosmovisión (…) Los que pertenecen a las naciones occidentales suponen que su percepción de la realidad equivale a la realidad absoluta misma. Ese es el problema de cosmovisión.”1 En los últimos años, este tema me ha preocupado intensamente y es mi interés compartir tales inquietudes en la esperanza que su tratamiento sea de utilidad para la iglesia.

1 Charles Kraft, Christianity with Power: Your World View and Your Experience With the Supernatural Vine Books,Ann Arbor, MI, 1989, pp. 23–24.

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INTRODUCCION

Lo que en las últimas décadas se ha conocido con el nombre de “guerra espiritual 2” o "victoria espiritual" es una articulación teológica sobre demonología, escatología y pneumatología, aplicadas a la doctrina y práctica de la misión de la iglesia, más conocida en los círculos académicos como misiología o, mejor aún, misionología3. Se trata, por tanto de un con junto de creencias acerca de cómo está constituido el universo, quiénes lo pueblan y qué entidades lo dominan. A este conjunto de creencias la antropología le ha dado el nombre de "cosmogonía4" y forman parte de los “sistemas de creencias” estudiados antropológicamente como ideología. No en el sentido de “falsa conciencia”, como enseña el marxismo, sino de un “sistema de ideas” como se usa en antropología. La ideología sería así una especie de enlace entre la ciencia y la religión en su búsqueda para explicar la realidad. Como explicación del mundo, del hombre y de Dios, existen respectivamente cosmogonías, antropogonías y teogonías. ¿Se trata, entonces, de lecturas científicas de la realidad? No exactamente. A las ciencias que tratan las mismas realidades se les conoce con el nombre de cosmología, antropología y teología respectivamente. La diferencia radica en que estas últimas han buscado un conocimiento metódico, objetivo, racional, exacto, lógico, mensurable y coherente. Y, quiéranlo o no, han estado en diálogo, en acuerdo o desacuerdo, con los postulados de la ciencia. Con todo, todavía existe discusión entre los círculos intelectuales y filosóficos de si la teología es o no una ciencia.

2 La mayoría de autores usa este término descriptivo. Cf. WAGNER, Peter C. (Editor) Espíritus Territoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995.; SHERMAN, Dean. Guerra Espiritual. Nashville, TN: Editorial Caribe, 1991; RACCHUMI, Torres José. Liberación y Guerra Espiritual. Lima, Perú: Ministerios Integrales De Gracia Recibisteis,, 2003; MURPHY, Edward. Manual de Guerra Espiritual (Original en Inglés: Handbook for Spiritual Warfare). Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994; MENDEZ Ferrel, Ana. Guerra de Alto Nivel. A salvo contra ataques. USA: E & A Internacional. 1999; ING, Richard. Guerra Espiritual. New Kensington, PA: Whitaker House, 2006; ECKHARDT, John. Manual de Liberación y Guerra Espiritual. Lima, Perú: Jhire Grafel Eds. (2) 2000; CAMPOS, Bernardo. La teoría de la Guerra Espiritual, Desafío a la Misiología. Lima, Perú: IPER, 1997; JACKSON, John Paul. Needless Casualties of War. Texas Fort Woeth: Streams Publications.1999; RACCHUMI, Torres José. Liberación y Guerra Espiritual. Lima, Perú: Ministerios Integrales De Gracia Recibisteis,, 2003.

3 Misionología viene del latín “missionis” por lo que debe llamarse con propiedad “Misionología” (con “n”) en lugar de “misiología” a secas. 4 Cosmogonía, conjunto de teorías míticas, religiosas, filosóficas y científicas sobre el origen del mundo. Desde el punto de vista terminológico, la cosmogonía científica suele equipararse a la cosmología. Sin embargo, el término “cosmogonía” pone más énfasis en la comprensión teórica del “inicio”, que según los conocimientos actuales debe entenderse de acuerdo con la teoría de la Gran Explosión o Big Bang. La cosmología también abarca el estudio de la estructura actual del cosmos. Sin embargo, como el origen y el estado actual del Universo ya no se pueden considerar por separado desde el punto de vista teórico, la distinción entre cosmogonía y cosmología ha quedado obsoleta en ciencia. “Cosmogonía” en, Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

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El conocido epistemólogo argentino Mario Bunge, por ejemplo, piensa que la teología pertenece al campo de la mitología (es decir al terreno del lenguaje simbólico) y por tanto a otro nivel de conocimiento emparentado con la producción cultural (el Folklore). Las primeras, en cambio, son un conjunto de creencias tal cual se van formando en el imaginario popular, pero no por eso menos ciertas. Lo que sucede es que con la teoría de la guerra espiritual, estamos ante otro “nivel” de conocimiento, que se juzga no por los cánones de la racionalidad sino por su poder simbólico, metafórico, es decir, por su capacidad de remitirnos a realidades o ámbitos de nuestra “realidad” que intuimos que “están ahí”, o suponemos su existencia, pero que nuestros instrumentos físicos, por sus limitaciones y por los reduccionismos de nuestra civilización, no nos permiten “ver” y nos impiden aceptarlas como reales. Son, en rigor, aproximaciones “no científicas” –en el sentido de conocimientos fundados y verificables empíricamente— a realidades milenarias que, en los dos últimos siglos, más exactamente con el inicio de la modernidad y la ilustración, han estado como cerradas para el conocimiento científico y, por extensión al gran público, debido a la fuerte influencia del positivismo lógico, la filosofía analítica o el empirismo de la ciencia. Valga esta aclaración inicial para despejar algunas dudas de aquellos que presumiendo de “científicos” o de teólogos y misiólogos contemporáneos, piensan que el tema de la “guerra espiritual” es pura mitología y, por eso mismo, un asunto cerrado y superable. La presente investigación, aunque breve, tratará de analizar la propuesta misiológica de “guerra espiritual” en su estructura fundamental, esto es en sus postulados básicos, para levantar luego una serie de preguntas destinadas a un diálogo respetuoso y temeroso sobre la misión de la iglesia y sus componentes culturales y espirituales. El análisis empezará por presentar, aunque sea en apretada síntesis, lo que podría llamarse la "teoría" de la guerra espiritual tal cual la exponen sus principales mentores. Esto permitirá al lector juzgar si hemos entendido bien la propuesta, para luego pasar a una crítica constructiva sobre puntos que, a mi juicio, deben ser corregidos en favor de la misión de la iglesia. Para mi análisis he leído con detenimiento los libros como los de Edward Murphy, Peter Wagner, Cindy Jacobs, John Dawson, Thomas Wite, Dean Sherman, Bill Payne, Harold Caballeros, Bob Beckett, Kjell Sjoberg, Rebeca Brown, Jorge Miranda, Rita Cabezas, Héctor Torres, y muchos artículos o conferencias. La literatura es abundante y de diferente naturaleza, una variedad de categorías de análisis y niveles de profundidad, así como el uso de una variedad no muy grande de criterios de verdad y verificación. Es verdad que una gran masa de literatura sobre guerra espiritual difundida en librerías para consumo de los fieles se basa en experiencias particulares, las que usualmente tienden a generalizarse sin verificar su verdad a la luz de los principios bíblicos. Se ha hecho frecuente conocer experiencias o testimonios de ex brujos y ex brujas quienes después de convertirse a Dios, se vuelven expertos en asuntos demoníacos y presumen conocer las profundidades de Satanás, muchas veces más que las propias profundidades del Espíritu de Dios. He tenido la gracia de escuchar conferencias sobre el tema de boca de sus especialistas aquí en el Perú y, hasta donde el tiempo me ha permitido, he conversado con miembros y líderes de iglesias que han tenido “enfrentamientos con el diablo” y he podido escuchar

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también sus interpretaciones acerca de esos fenómenos. Esto me ayudó a elaborar las ideas fundamentales que aquí expongo. En lo personal, confieso que al tema no llego simplemente como investigador, ya que como ministro evangélico, me he enfrentado, durante mi ministerio, a entidades espirituales de maldad que la ciencia no reconoce como válidas, pero que –a juicio de aquellos que pasan por una experiencia similar-- son más reales de lo que queremos aceptar. Tales experiencias están modificando a diario el comportamiento de la gente, produciendo patologías que ni la misma psiquiatría puede modificar y para las cuales las ciencias médicas, incluida la psicología y las ciencias de la religión, tiene limitaciones, y también influyendo sobre los creyentes en la búsqueda de nuevas estrategias para hacer misión. Lo que digo es determinante, porque creo que existe un “criterio de interpretación”, sostenido sobre una feliz combinación entre principios de exégesis bíblica y experiencia, que nos permiten hacer aproximaciones al mundo de lo espiritual, con algún sentido de verdad y sensatez ya que únicamente mediante una metodología teológica, crítica y racional, no podríamos acceder. En este sentido apreciamos el rigor que imprimió especialmente Edward Murphy a sus investigaciones sobre la Guerra Espiritual, las cuales han sido difundidas en español bajo el título de Manual de Guerra Espiritual5. EL PROBLEMA El problema que me he planteado responde en términos generales a la pregunta acerca de ¿Cuáles son las repercusiones de la teoría y la práctica de la guerra espiritual para la iglesia de hoy? LA HIPOTESIS Mi hipótesis o respuesta es que la teoría y la práctica de la guerra espiritual se enmarcan principalmente dentro del campo de la misiología como ciencia operativa para la eficacia en la misión encomendada por Jesucristo a la Iglesia En tal sentido creemos que, La práctica de la guerra espiritual contra los espíritus malignos es un instrumento de trabajo con un doble efecto positivo o negativo, según el creyente interprete la Obra redentora de Cristo y se abra a la dirección del Espíritu Santo. Para unos, la guerra espiritual es necesaria y un mandato misionero. Según esta vertiente la guerra espiritual es imperativa ya que, hasta que no le llegue la hora final, Satanás se aprovecha de los vacíos o brechas que los cristianos --y los no creyentes con mayor razón, le abren al pecado como derecho legar para que obre negativamente sobre sus vidas. Para quienes aceptan la necesidad de una guerra espiritual las repercusiones de su práctica son positivas, ya que hace más eficaz a la misión de la Iglesia. Para otros, para quienes la guerra espiritual es inconveniente e innecesaria, las repercusiones son negativas.

5 MURPHY, Edward. Manual de Guerra Espiritual. (Original publicado en Ingles bajo el título: Handbook for Spiritual Warfare.) Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994

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Primero porque se presta a una confusión y revive el antiguo dualismo maniqueo según el cual las fuerzas del bien y del mal están en permanente conflicto. Argumenta que habiendo vencido Cristo a Satán y al imperio de la muerte, hacer guerra espiritual es colocar equivocadamente en el mismo lugar a Dios y al Diablo como fuerzas antagónicas en el mismo plano de poder) En segundo lugar, en teológicamente equivocado no dar el lugar correcto a Dios, quien está más allá de todo lo creado, incluyendo al diablo como ángel creado y caído6. Estar de un lado o del otro, es un asunto de fe y teología, pero es también un asunto de (teoría del) conocimiento y dependerá de la forma particular de aproximarse y vivir la realidad, así como del grado de apertura a las “realidades sobrenaturales”. Para verificar mi hipótesis, en el primer capítulo haré un recuento de la teoría de la guerra espiritual tal y como los guerreros espirituales la conciben. Sin pretender ser plenamente exhaustivo, y debido sobre todo a mis limitaciones bibliográficas, haré un planteo general de la misma. El Capítulo segundo está dedicado a mostrar la estructura profunda de la propuesta de guerra espiritual en cuatro momentos mutuamente imbricados: la investigación, la intercesión, el mapeo o cartografía espiritual y la guerra espiritual propiamente dicha. El tercer capítulo se discute la validez de la propuesta de guerra espiritual para la vida de la iglesia, para la cultura, y para la teología y la misión de la iglesia. Finalmente, en el cuarto capítulo, aunque todavía sin profundizar mucho, iniciamos una discusión acerca de las distintas formas de conocer y aproximarse a la realidad espiritual, al “mundo del Espíritu”, al “terreno de los espíritus”, de acuerdo con las actitudes que adoptemos frente a los fenómenos “normales” o “paranormales”, dentro y fuera de la iglesia.

6 Una discusión a favor y en contra se encuentra en VOTH, Esteban-SAA, Laura-BRENEMAN, Mervin. La Guerra Espiritual ¿Realidad o Ficción? El Testimonio Evangélico hacia el Tercer Milenio: Palabra, Espíritu y Misión. (CLADE IV Quito Ecuador, 2 a 9 de Septiembre de 2000) Bs. As. Kairós Ediciones, 2002.

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CAPITULO I LA TEORIA DE LA GUERRA ESPIRITUAL

1. LA "TEORÍA" Y LA "GUERRA" PROPIAMENTE TAL Me parece muy importante distinguir entre la “teoría” de la guerra espiritual y la propia “guerra espiritual” que se ha venido librando desde que el mundo tiene conciencia. En efecto, los cristianos reconocemos que desde los comienzos mismos del universo siempre hubo una lucha o conflicto espiritual entre el bien y el mal, signado por lo que teológicamente conocemos como la teoría del abismo y del caos. La creación del universo, como un orden, fue posible como superación del caos, porque la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo (Gén 1.2). Oponiéndose a ese caos, el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Anterior a ese hecho, oponiéndose a la perfección de Dios, estuvieron los ángeles caídos quienes, por rebelarse contra el orden de Dios, fueron expulsados de la misma presencia de Dios. Luzbel, según la tradición cristiana, siendo un bello ángel de Luz, pasó a convertirse en Lucifer, o ángel de las tinieblas. Lo mismo puede decirse de la primera pareja humana Adán y Eva, pues siendo ellos perfectos cedieron a la tentación de Satanás y fueron expulsados del paraíso, dejando de disfrutar de la in-mediata presencia de Dios. Así, tenemos por lo menos tres oposiciones. El orden que se opone al caos, la luz que se opone a las tinieblas y el mal imperante en el mundo que se opone al desarrollo del bien, por conducto de la humanidad. Se puede recusar, como muchos lo han hecho, que esta interpretación es maniquea y dualista7, pero no recogerla nos llevaría también a negar las estructuras binarias básicas de los mitos cosmogónicos y antropogónicos así como su significación y validez como formas de explicación del mundo. Y de lo que se trata, a mi juicio, es de poder percibir su 7 Maniqueísmo, antigua religión que tomó el nombre de su fundador, el sabio persa Mani (c. 216-c. 276). La doctrina fundamental del maniqueísmo se basa en una división dualista del universo, en la lucha entre el bien y el mal: el ámbito de la luz (espíritu) está gobernado por Dios y el de la oscuridad (problemas) por Satán. En un principio, estos dos ámbitos estaban totalmente separados, pero en una catástrofe original, el campo de la oscuridad invadió el de la luz y los dos se mezclaron y se vieron involucrados en una lucha perpetua. La especie humana es producto, y al tiempo un microcosmos, de esta lucha. El cuerpo humano es material, y por lo tanto, perverso; el alma es espiritual, un fragmento de la luz divina, y debe ser redimida del cautiverio que sufre en el mundo dentro del cuerpo. Se logra encontrar el camino de la redención a través del conocimiento del ámbito de la luz, sabiduría que es impartida por sucesivos mensajeros divinos, como Buda y Jesús, y que termina con Mani. Una vez adquirido este conocimiento, el alma humana puede lograr dominar los deseos carnales, que sólo sirven para perpetuar ese encarcelamiento, y poder así ascender al campo de lo divino: Cf. “Maniqueismo” en Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 19932002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

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significación para nuestra cultura, de acogerlas como lo que son, una forma de lenguaje de un ámbito de la realidad a los cuales no podemos acceder de otro modo, sin el riesgo de perder su riqueza simbólica. La teoría de la guerra espiritual, en cambio, es relativamente nueva. Apenas si tiene unos cuantos años de formulada, tal como la conocemos en nuestro medio. Se trata, a mi modo de ver, de un perfeccionamiento o una prolongación de la teoría misionológica conocida como “iglecrecimiento” que proviene de los círculos de investigación de la Escuela de misiones del Fuller Theological Seminary, en los Estados Unidos. La teoría del iglecrecimiento había puesto su acento en la aplicación de técnicas cuantitativas al estudio de la misión de la iglesia. Nos referimos concretamente a la investigación sobre las “leyes” que rigen el crecimiento o decrecimiento de las iglesias, tras aplicar estrategias y métodos probados y observados como “tendencias” en la extensión de la obra misionera. Luego de aplicarlas a realidades distintas pero análogas, los estudiosos de la misión encontraron que no siempre la aplicación de estas técnicas daban los resultados esperados, o mejor, probabilísticamente supuestos. Debía haber “otras razones” que explicaran por qué las técnicas, aplicadas a realidades análogas, mostraban limitaciones. Por cierto las técnicas en sí mismas no son la condición sine qua non para la eficacia de la misión, y ellos eran muy conscientes de esto. Lo que pasó, en realidad, es que, preocupados por la cientificidad de sus investigaciones y envueltos en sus teorías y técnicas cuantitativas, descuidaron un área de análisis que tenía que ver con la realidad espiritual8. Las Iglesias crecen no por la aplicación de técnicas de Marketing, o la aplicación inmediata de las reglas del mercadeo, sino por la aplicación humilde y creyente de la enseñanza de la Palabra de Dios. Por la emulación de métodos empleados por los discípulos de Jesús o los apóstoles quienes dispusieron sus vidas a cumplir la voluntad de Dios, aunque eso vaya en contra de la lógica de las corrientes de este mundo. Hacer iglesia no es como construir un partido político o jugar a una ONGD (Organismo No Gubernamental de Desarrollo). La iglesia se va completando visiblemente en el mundo por la acción del Espíritu Santo quien, por la predicación de la Palabra de Dios, a través de sus ministros, hace crecer en los hombres la fe y estos se convierten a Dios. En esta tarea se da una lucha o enfrentamiento de “poderes” que no son simplemente culturales o políticos a los cuales hay que aplicar estrategias humanas. Estamos ante una obra profundamente espiritual, para la cual la santidad y la oración, así como la total dependencia de Dios y la apertura al Espíritu Santo, son indispensables. No quiero decir con esto que para que una iglesia crezca depende que sea Pentecostal o el que decrezca se debe únicamente a que no están abiertas al Espíritu como lo están las iglesias pentecostales. Esta sería una interpretación etnocéntrica de la misión. Pero tampoco se debe a que no hayan aplicado las técnicas del iglecrecimiento.

8 WAGNER, Peter C. (Editor). Espíritus Territoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995: 21-22. Wagner cuenta cómo se llegó al énfasis en la guerra espiritual en los 90s.

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Hay una multiplicidad de factores, culturales, sociológicos, ideológicos, teológicos, misiológicos, incluso cognoscitivos y actitudinales, que están de por medio en la obra misionera. Entre otros está el factor espiritual que, sin embargo, es determinante. La teoría de la guerra espiritual es una especialización o concentración en este aspecto de la misión, orientada igualmente al crecimiento de la iglesia y a la espera de hora final para la historia del mundo y la instauración definitiva del Reino de Dios. 2. ¿QUÉ PLANTEA LA TEORÍA DE LA GUERRA ESPIRITUAL? Los mentores de esta teoría a quienes, para abreviar llamaremos “guerreros espirituales” (en adelante abreviaremos “guerra Espiritual y “guerreros espirituales” con la sigla GE) sostienen que ante todo debe distinguirse entre la “guerra espiritual” como estrategia misiológica y la lucha ordinaria de los creyentes contra los demonios. La “guerra espiritual estratégica9” es la aplicación de una serie de técnicas orientadas a “atar” a las potestades satánicas, según su jerarquía, para que la evangelización tenga los frutos o resultados esperados. Esta debe distinguirse de la “lucha espiritual a ras del suelo” que libramos cada día cuando nos enfrentamos a los efectos de la maldad que existe en el mundo (obras de pecado) desde que este cayó en las garras de Satanás. Desde entonces, una serie de demonios mantienen oprimidos a los hombres que no conocen a Dios, causando paulatina y sutilmente su muerte y destrucción. Todos los días nos enfrentamos a estas realidades, a lo más las percibimos como pecados, o bien como patologías sociales, pero no las identificamos con los espíritus del mal porque no estamos ejercitados en esta técnica o bien porque no los discernimos espiritualmente. Existe según los GE una jerarquía satánica10, muy parecida a los rangos militares y en parte parecidos a la estratificación social según la cual solemos distinguir estratos sociales diferenciados por razones económicas, raciales, culturales, etc. Hay algo así como niveles de autoridad entre los ángeles caídos. Tomando como base Ef. 6.12, y Dan 10.13 y 20, los GE distinguen como una escala descendente:    

Principados (en griego: archai), Potestades (exousia), Gobernadores (dunamis) y Huestes espirituales de maldad (kosmokratoras).

Para Thomas White, “los archai son príncipes satánicos de alto rango que están sobre naciones y regiones de la tierra. La palabra exousía tiene una connotación tanto de gobierno natural como de gobierno sobrenatural. Según entendía el apóstol Pablo, 9 Algunos lo denominan “guerra de alto nivel”. Véase por ejemplo: MENDEZ F. Ana. Guerra de Alto Nivel. A salvo contra ataques. USA: E & A Internacional. 1999. También RACCHUMI, Torres José. Liberación y Guerra Espiritual. Lima, Perú: Ministerios Integrales De Gracia Recibisteis,, 2003. 10 Thomas White, “Para entender los principados y potestades” en, WAGNER, Peter C. (Editor). Espíritus Territoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995:86ss. White se refiere a ellos como el “estado mayor corporativo del infierno”.

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argumenta White, había fuerzas sobrenaturales que “estaban detrás” de las estructuras humanas El apóstol san Pablo, sin duda, está expresando la idea apocalíptica que tenían los judíos de la existencia de seres cósmicos que tenían autoridad delegada por Dios para arbitrar en los asuntos humanos. Se supone, dice White, que los dunamis operan dentro de países y culturas para afectar ciertos aspectos de la vida11. Los kosmokratoras12 son las numerosas variedades de espíritus malignos que comúnmente atormentan a la gente; por ejemplo, espíritus de engaño, adivinación, lujuria, rebelión, temor y enfermedad. Generalmente estos son los poderes malignos que se confrontan y que se echan fuera en la mayoría de las sesiones de liberación. Aún entre ellos existe un rango; los espíritus más débiles subordinados a los más fuertes. Según esta teoría habrían como distintos niveles de opresión, dependiendo de la manera cómo seamos gobernados por   

Potestades territoriales (estratos altos), El ocultismo (estratos medios) o Ataques por demonios terrestres (estratos bajos).

La idea de una jerarquía y de una organización planeamiento estratégico satánicos ha sido abonada también por las ideas de una trinidad satánica (Satanás, la bestia y el falso profeta) que emula a la Trinidad divina y por una cosmología celeste atribuida a Is. 14.1216 en la que se describe al lucero de la mañana (metafóricamente Lucifer) como caído del cielo y derribado hasta el Sheól, a los lados del abismo. La territorialidad de los demonios es una idea básica que se deduce de la jerarquía anteriormente descrita. Los GE plantean que Satanás asigna “gobernadores” o “principados” a las naciones paganas. Estos gobiernan por siglos a naciones y pueblos enteros, manteniéndolos en el engaño “para que no les resplandezca la luz de Cristo”, como dice la Escritura. El secreto para que una nueva misión sea eficaz en este terreno, gobernado por Satanás, es discernir qué tipo de principado es el que tiene a cargo la región. No se trata, pues, de liberar simplemente a la gente poseída por un demonio, sino de atar antes al “hombre fuerte”13 de la ciudad es posible mediante un discernimiento espiritual a través del seguimiento de una metodología o procedimientos que más adelante describiremos.

11 Thomas White, op.cit.86. 12 Ibid. 13 Frase tomada del evangelio apócrifo de Tomás, en alusión a Luc 11:21-23. Larry Lea, como muchos otros GE que dan por sentado, usa el concepto en este sentido en su artículo “Atando al hombre fuerte”, WAGNER, Peter C. (Editor). Espíritus Territoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995:107-120.

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Según los GE debemos diferenciar “Puertas” de ingreso de los demonios, de los “Medios” que utilizan para oprimirnos y las “Ataduras” en las que caemos cuando no nos dejamos gobernar por el espíritu de Dios14. Puertas, medios y ataduras son como tres elementos constituyentes de la estrategia satánica. Puertas de entrada del enemigo pueden ser pecados (individuales, colectivos o históricos), traumas (rencores, depresiones, enfermedades mentales), abusos sexuales, masacres (genocidios, etnocidios o masacres de indios), injusticias sociales (discriminación racial a negros e indígenas), rebeliones y revoluciones o desviaciones sociales como en las que se encuentran los malhechores, niños de la calle, prostitutas y homosexuales. Medios por los cuales Satanás “gobierna” a las naciones son las culturas y subculturas, las estructuras de autoridad (gobiernos, policía, centros educativos donde no hay control), las religiones y sectas (sincretismos, y corrientes como la Nueva Era, la religiosidad popular), y hasta por las ideologías y sistemas filosóficos (teoría de la evolución, comunismo, humanismos, existencialismos, nazismo, etc). Ataduras, en cambio, son las secuelas de los asesinatos, los efectos de la drogadicción, los juegos de azar, la adicción a las novelas, la pornografía y hasta la mortalidad infantil causada por abortos. En suma, casi todo que sea contrario al orden, puede ser un instrumento en las manos de Satanás. La oración es el arma indispensable para la guerra. Según los GE hay dos tipos de oración. La "Oración de intercesión15", que sirve para el discernimiento espiritual de cuales son las puertas que el enemigo ha venido usando para entrar en las vidas de la gente. Y la "Oración de Guerra16" por la cual se "reprende" al enemigo, se le “ata” y se lo expulsa, para que no tome posesión de las personas ni del lugar donde ha hecho su morada o territorio. Por medio de la "oración de Guerra" se producen las liberaciones de personas poseídas por los demonios, pero muy especialmente por medio de esta "Oración de Guerra" el guerrero sostiene una pelea a nivel estratégico, es decir con los principados o demonios de rango superior que dominan las naciones, las regiones o las ciudades. Esto último no lo hace cualquier neófito ni tampoco algún versado en teología. Esto sólo es posible a personas, cualquiera fuera su lugar en la organización eclesial, que están dedicadas a la oración y se disponen completamente a los mandatos del Señor17. Se trata de una especie de ministerio en el cual van entrando conforme van ganando experiencia en las lídes espirituales, pero sobre todo en función de la investidura espiritual del guerrero, que usualmente se describe como “manto ministerial” apostólico o profético. 14 Cf. El sentido de estos términos en DIETRICH, Margarita. Las Cadenas Caen. Manual de Liberación y Guerra Espiritual. Huancayo.1990

15 JACOBS, Cindy. Conquistemos las puertas del enemigo. Miami, Fla.: Ed. Betania. 1993 16 Cf. WAGNER, Peter C. Oración de Guerra. Ed. Betania. 1993. 17 Por ejemplo, Ana Méndez describe esta restricción en el Cap. IV de su Libro: Guerra de Alto Nivel. A salvo contra ataques. USA: E & A Internacional. 1999” (Véase la sección “Quiénes son los llamados para la guerra?”: 69-124.

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Hay algo así como una teología testimonial, un conocimiento acumulado que se transmite en forma de teología en los relatos de guerras sostenidas antes, durante o después de campañas evangelísticas, o antes y después de una lucha espiritual en un determinado territorio, nación o continente, incluso antes y después de un cónclave apostólico y profético.

3. ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE GUERRA. Gracias al conocimiento acumulado de muchos ministros de Dios, entre hombres y mujeres, se ha podido establecer lo que podríamos llamar una metodología seguida en la guerra espiritual y que se presenta como una estrategia y táctica de guerra. Un paso previo a cualquier guerra espiritual es la sanidad interior del guerrero que Edward Murphy describe como “la vida cristiana normal, abundante y victoriosa”18. Es necesario que el guerrero se prepare espiritualmente y se santifique para la guerra. Este, para poder derribar fortalezas del enemigo levantadas en la ciudad, debe primero derribar las fortalezas interiores que batallan contra el alma. La soberbia, el orgullo, la vanidad, la ambición de poder, por ejemplo, son ataduras de las cuales el propio ministro debe librarse por la oración antes de poder guerrear.

18 MURPHY, Edward. Manual de Guerra Espiritual (Original en Ingles: Handbook for Spiritual Warfare). Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994: 69-78, 597-611.

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CAPITULO II ESTRUCTURA DE LA ACCION DE GUERRA: CUATRO MOMENTOS

1. EL PRIMER MOMENTO: LA INVESTIGACIÓN O RECONOCIMIENTO Mediante este procedimiento un grupo de creyentes realizan un trabajo previo de investigación histórica, antropológico-cultural y demográfica sobre la ciudad en la cual van a desarrollar una guerra espiritual. Pero este dato sólo se completa con el reconocimiento de los territorios en potestad del enemigo, mediante el discernimiento. Este procedimiento está orientado a identificar objetivamente mediante el análisis de documentos y de monumentos la historia anterior de la ciudad, sus costumbres ancestrales, generalmente supersticiosas y entregadas a la magia o a la hechicería (chamanismo) y a determinar mediante estudios demográficos el tipo de población residente en el lugar. La sospecha básica aquí es que los inmigrantes que han poblado un lugar, han traído costumbres antiguas que podrían ser la explicación de las actuales perversiones de las normas de comportamiento socialmente aceptadas por la población y tenidas como folklore o una sana y buena tradición. Los investigadores, que son los que se especializan en este trabajo de gabinete y de campo, llegan a descubrir por la lectura de estudios arqueológicos y por implicación de constantes en los patrones de conductas desviadas, lo que podría ser el tipo de espíritu territorial que reside en esta o aquella ciudad. La aplicación de este procedimiento de los GE en Occidente, sobre todo allí donde todavía perviven religiones ancestrales, ha llevado a los GE a señalar que determinados espíritus territoriales están inmediatamente ligados a las religiones primitivas y a sus prácticas religiosas. Muchos de los actuales traumas colectivos, podrían tener, según ellos, una explicación de este tipo y por tanto, la solución a "esos males" no pasaría ni por la cultura ni por la política, la economía o medicina, sino por librar una Guerra Espiritual. De hecho se han librado guerras espirituales en muchos puntos o países claves – sobre todo en aquellos con

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una tradición milenaria y ancestral-- en diversos continentes del mundo. Para los detractores de la GE esto no ha causado ningún efecto que se precie, pues esas naciones siguen igual sumidas en el subdesarrollo y por el contrario, la maldad ha aumentado. Los seguidores de la GE afirman tener evidencias de cambios profundos o estructurales en aquellas naciones donde guerreros de “alto nivel” espiritual han orado y atado a los principados o han expulsado demonios territoriales.

2. EL SEGUNDO MOMENTO: LA INTERCESIÓN. Hay naturalmente distintos tipos de oración intercesora, como Cindy Jacobs las describe19, pero la idea básica es discernir espiritualmente cuáles son las "puertas" usadas por Satanás, cuáles "potestades" y "fortalezas" influyen sobre las redes sociales hasta llegar, incluso, a conocerlos por sus nombres, de modo de poder expulsarlos a cada uno nombre por nombre, o hasta conocer su jurisdicción o territorialidad. Conocer el nombre de alguien según una antigua tradición es tener poder sobre esa persona. Dar nombre a algo, es como crearlo. Por tanto llamar a los demonios por su nombre es importante porque se tiene control sobre ellos20. Aquí no basta un conocimiento histórico de un país o lugar. Hace falta un discernimiento espiritual mucho mayor, lo cual solo es posible gracias a ejercicios espirituales como el ayuno a fin de que Dios revele a tales o cuales potestades. Es a través de una oración intercesora que, por ejemplo, Rita Cabezas, “descubrió” una Jerarquía demoníaca en varias experiencias de liberación espiritual, específicamente cuando oró por la liberación de una mujer que había sido poseída por un gobernador mundial llamado “asmodeo” 21. Ella cuenta que este gobernador le confesó los niveles y jerarquías demoníacas, tras una lucha espiritual con él y que pese a su resistencia, éste vencido por la palabra de liberación, no tuvo más remedio que declararle estas cosas. Según Rita Cabezas, esta información debe usarse con mucha prudencia y si no se está convencido, desecharla simplemente. A favor suyo invoca 2 Cor. 2.11: “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”22 y luego señala que puso a prueba la información recién adquirida a través de varias sesiones de terapia psicológica y liberación espiritual23. Naturalmente que esta información ha sido recibida por la comunidad evangélica con mucho cuidado, ya que hay que presumir que el diablo y sus ángeles son esencialmente mentirosos y engañadores. 3. EL TERCER MOMENTO: EL "MAPEO O CARTOGRAFÍA ESPIRITUAL".

19 JACOBS, Cindy. Conquistemos las puertas del enemigo. Miami, Fla.: Ed. Betania. 1993 20 MEDINA Perez, Victor. La expulsión de demonios en el Nuevo Testamento. Tesis inédita para obtener el grado de Licenciado en Teología. Seminario Evangélico de Lima,Perú: 2001): 35 21 CABEZAS, Rita. Lucha contra principados Demoníacos. Descubriendo la Jerarquía Demoníaca. Miami, Fla.-Colombia: UNILIT, 1995: 52. Su relato en págs.. 9-13. 22 Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

23 CABEZAS, Rita.Op.cit:19-22ss.

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Para Peter Wagner, la cartografía espiritual “es un intento de ver el mundo alrededor nuestro como realmente es, no como parece ser24 lo que supone una estrategia de Satanás para mantener cegado el entendimiento de la gente. Harold Caballeros es más osado al decir que la cartografía espiritual “es la revelación de Dios de las condiciones espirituales del mundo en que vivimos. Es una visión que nos lleva más allá de nuestros sentidos naturales y, por medio del Espíritu Santo, nos revela las huestes espirituales de maldad que dominan ciudades y naciones”25 En el plano local, la cartografía espiritual es un procedimiento que consiste en "peinar la ciudad" para descubrir donde se sitúan las potestades, cómo se manifiestan en los útiles de cultura, qué expresiones toman en las costumbres del pueblo o ciudad. Así por ejemplo, caminando físicamente por la ciudad el GE se da cuenta de cuántos lugares de perdición existen en la zona tan visiblemente que ya hasta ni llama la atención a sus moradores, pero que los mantiene cautivos. La cartografía espiritual permite tres cosas:   

Una locación de las potestades Una determinación de las macro-tendencias de los focos de perdición, porque a veces existen conexiones de tipos de vicios entre zona y zona, entre ciudades y entre regiones, y, Una posesión (o posicionamiento) de la ciudad por el GE (la Iglesia) porque según la promesa bíblica "todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro"26.

4. EL CUARTO MOMENTO: LA "GUERRA ESPIRITUAL PROPIAMENTE DICHA" También se la conoce con el nombre de "Victoria" espiritual, porque habiendo Cristo vencido a Satanás en la Cruz, la guerra ya no es propiamente guerra, sino una victoria espiritual sobre el maligno. Se trata, visto de otro modo, de una cosecha y no de una siembra porque como dice la Escritura "los campos están listos para la siega" y "el hacha está puesta a la raíz de los árboles". En otras palabras el juicio de Dios sobre la tierra, ha comenzado. La GE se realiza mediante "Campañas de Oración de Guerra" y mediante la "Liberación de endemoniados" en las casas, en el barrio, sobre monumentos "paganos" y aún sobre los templos27. Pero más importante que todo esto aún, son las guerras de alto nivel llevado a cabo por apóstoles guerreros reconocidos en este tiempo, caso por ejemplo de Rony 24 WAGNER, Peter. (editor) “introducción” de La destrucción de Fortalezas en su ciudad. :7, citado por , Héctor. Desenmascaremos las Tinieblas de este siglo. Cómo Conquistar ciudades y naciones para Cristo. Nashville, TN.: Caribe, 1996: 58. 25 CABALLEROS, Harold. Derribando al enemigo con la ayuda de la cartografía espiritual. Guatemala: El shadai, 125. 26 CAMPOS, Bernardo. La teoría de la Guerra Espiritual, Desafío a la Misiología. Lima, Perú: IPER, 1997: 11; También, TORRES, Héctor. Desenmascaremos las Tinieblas de este siglo. Cómo Conquistar ciudades y naciones para Cristo. Nashville, TN.: Caribe, 1996: 57-95 y MIRANDA, Jorge y DE MIRANDA, Consuelo. Grito de Guerra. Derribando Fortalezas Guerra Espiritual Tomo I II. 3 Tomos. Lima, Perú: Imprenta Pacheco, 1996: 111.

27 La guerra espiritual no tiene sentido en sí misma. Le sigue el proceso de liberación de personas y territorios, y luego viene el trabajo misionero.

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Chávez, Ana Méndez, Carlos Anacondia, para mencionar sólo algunos de los nombres más conocidos en América Latina. Sólo después de estos momentos, que pueden ser consecuentes o simultáneos, es posible realizar la obra misionera con gran fruto. Los GE manifiestan que después de una GE todo el trabajo de evangelización es sencillo y no hay oposición del diablo que sea eficaz. Las personas vienen solas en busca de salvación. Hasta aquí la teoría de la guerra espiritual, tal como es sustentada por quienes la formulan. En realidad hay mucho más y el tema parece ser mucho más complejo que lo que esta apretada descripción podría sugerir.

CAPITULO III UNA EVALUACIÓN TEOLOGICA DE LA GUERRA ESPIRITUAL COMO ESTRATEGIA MISIONERA

Resta por discutir la validez de la propuesta para la vida de la iglesia, para la cultura, y para la teología y la misiología específicamente. Lo que sigue son recomendaciones pastorales en la mira de edificar al pueblo de Dios y de dialogar con los guerreros espirituales, pues siendo yo un lider pentecostal con la experiencia del Espíritu, visiones y don de profecía, no intento criticar o enjuiciar un asunto que es mas bien materia de discernimiento espiritual. Un asunto como el que tratamos aquí no necesariamente es un locus theologicus que merezca simplemente una opinión teológica, aun cuando estoy convencido que muchas de las aseveraciones que se dan en el marco de esta teoría, necesitan un examen exegético a la luz de la sana doctrina, en el horizonte de lo que se ha denominado frencuentemente Hermenéutica del Espíritu, es decir, una feliz interpretación del sentido profundo (sensus plenior) de la Escritura junto con un discernimiento espiritual. Ni exégesis pura y fría, ni solo discernimiento espiritual sin exégesis de la Escritura. Palabra y Espíritu (Rom 12.11) En ambos casos se promueve una feliz combinación de Palabra, experiencia y Espíritu28.

28 Tal es la recomendación del biblista Mervin Breneman quien además de ser un estudioso de la Biblia y un académico de las ciencias bíblicas, es también un guerrero espiritual. Cf. Su alocución en la IV Conferencia Latinoamericana de Evangelización, CLADE IV organizado por la Fraternidad Teológica Latinoamericana en, VOTH, Esteban-SAA, Laura-BRENEMAN, Mervin. La Guerra Espiritual ¿Realidad o Ficción? El Testimonio Evangélico hacia el Tercer Milenio: Palabra, Espíritu y Misión. (CLADE IV Quito Ecuador, 2 a 9 de Septiembre de 2000) Bs. As. Kairós Ediciones, 2002

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1. La Teoría de la GE es una ampliación de la teoría del iglecrecimiento. Por lo tanto mucho de sus postulados y sus preconcepciones están matizados por los objetivos fundamentales de esta escuela, cual es la búsqueda de resultados concretos en la evangelización. El eficientismo que estuvo detrás de las aplicaciones de las técnicas cuantitativas, está siendo ahora superado mediante el estudio de casos, y el recojo de los datos de la antropología cultural. Quiera Dios que la búsqueda de conocimientos de estas realidades, anteriormente obviadas por las ciencias, lleve a estudios cualitativos que enriquezcan tanto el campo de la misiología como el de las propias ciencias sociales. Lo cierto es que de una u otra forma, la teoría de la GE nos ha obligado a volver volver a la historia para releer nuestra cultura. 2. La teoría de la GE ha mostrado ser eficaz en el desarrollo de una demonología. La dogmática contemporánea había concentrado su atención en la eclesiología y la escatología, después de la teología política y la teología de la esperanza. La propia teología latinoamericana, que redescubrió la espiritualidad en los últimos años, no llegó a dimensionar con cabalidad este campo del espíritu. La teoría de la GE nos está obligando a un retorno a la antropología, pero releído a la luz de la doctrina de la creación. Ya el teólogo Paul Tillich en su Teología Sistemática y en sus escritos de religión, nos había acostumbrado a una interpretación filosófica de la demonología, en relación con la heteronomía, como desviación de "lo que nos concierne últimamente", pero nos dejó en la penumbra de la "ambigüedad" de la religión. Muy diferente es por ejemplo la postura de un erudito como Oscar Cullmann en el capítulo “la sujeción de los poderes invisibles” en su obra Cristo y el Tiempo29, donde plantea que los sobrenaturales principados, potestades, gobernadores, tronos, señores, y otras potencias angélicas están detrás de los gobiernos humanos. En esta misma línea son importantes las investigaciones de Koch30 , White31, y Murphy32 . La teoría de la GE, por eso, significa un avance en la demonología. No obstante para que sea eficaz, deberá abundar más en las limitaciones del imperio del demonio sobre la creación que ha sido y está siendo redimida por Cristo. Es importante releer el poder de los demonios también a la luz de la depredación y destrucción de los ecosistemas de nuestro planeta. ¿Es la ecología también objeto de Guerra espiritual? Estoy convenido que sí. Por otra parte, mucho de la demonología implícita de algunos GE no es más que ocultismo camuflado o resabios de una vida pasada de hermanos que se han convertido de 29 CULLMAN, Oscar, Cristo y el tiempo. Barcelona: Estela, 1967. Capítulo incorporado por Peter Wagner, en WAGNER, Peter C. (Editor). Espíritus Territoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995. 30 KOCH, Kurt E. El Diccionacio del Diablo. Una Exposición de las Ciencias ocultas ilustrada con 175 casos auténticos. España: Editorial CLIE: 1970: 31 WHITE, John. Cuando el Espíritu Santo llega con Poder. Señales y Maravillas en el Pueblo de Dios. Colombia: Editorial Buena Semilla, 1995 32 MURPHY, Edward. Manual de Guerra Espiritual (Original en Ingles: Handbook for Spiritual Warfare). Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994.

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la hechicería al cristianismo y en otro sentido, posmodernidad y de la Nueva Era (New Age).

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una influencia implacable de la

Un nuevo orientalismo se ha metido en nuestras iglesias, de tal forma que se repite la antigua batalla que libró el cristianismo de los primeros siglos frente al gnosticismo33. Una batalla por la búsqueda de conocimientos ocultos, apariciones, sensacionalismos, abstencionismos, etc. La exhortación Paulina a los Gálatas de no oír a los que traen “otro evangelio” es ahora muy pertinente (Gál 1.6ss). No hay que olvidar la advertencia de san Pablo a Timoteo, en el sentido de que: “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Tim 4.3-4) 3. La teoría de la GE no puede reducirse a una técnica religiosa, porque caería en la magia Aunque varios de los mentores de la GE señalan que se trata de una técnica --que lo es, en el sentido de ars techné, de interpretación-- deben tener cuidado en no mostrarla solamente como una técnica, porque la tecnología invita a la manipulación, y esto es característico de la magia. El terreno en que se mueve la GE es un terreno resbaladizo a los que no están preparados para ello, porque pueden deslizarse elementos o prácticas propiamente usadas en las culturas primitivas por magos y chamanes. ¿Cuanto de las teorías de la GE son propiamente artes mágicas y cuánto son prácticas religiosas? No me refiero a la religiosidad barata, sino a la Religión en sentido estricto, es decir, al sistema de creencias, ritos, formas de organización y normas éticas guiadas por la respuesta humana a lo divino y lo sagrado. Mientras la religión busca someterse a lo divino, la magia intenta manipular lo sagrado34. En verdad, en este tiempo de efervescencia espiritual, debemos tener mucho cuidado con aquellos que engañan al pueblo “con sus artes mágicas”, haciéndoles creer que son grandes hombres de Dios o que tienen el gran poder de Dios, y solo persiguen fines lucrativos (simonía contemporánea!) (Hech 8.9-22). Estos no tienen ni parte ni suerte en este asunto, porque sus corazones no son rectos delante de Dios, “nada saben y están envanecidos”. Estos simones modernos no tienen el don de imposición de manos; no se ciñen a la tradición de los apóstoles y profetas que anuncian el Reino de Dios, imponen las manos para la recepción del verdadero Espíritu de Dios y trabajan para la edificación 33 Gnosticismo (del griego gnosis, 'conocimiento revelado'), movimiento religioso esotérico que floreció durante los siglos II y III y supuso un desafío para la cristiandad ortodoxa. La mayoría de las sectas gnósticas profesaban el cristianismo, pero sus creencias eran diferentes a las de la mayoría de los cristianos de los primeros tiempos de la Iglesia. Para sus seguidores el gnosticismo prometía un conocimiento secreto del reino divino. Chispas o semillas del Ser Divino cayeron desde este reino transcendental hasta el universo material, que es malo en su totalidad, y fueron encarceladas en los cuerpos humanos. El conocimiento podría volver a despertar a esos elementos divinos que de este modo volverían a su propia casa en el reino espiritual. 34 MANZANO, Jorge. S.I., El verdadero poseso. El Mal y la Biblia. El ritual del Bautismo. Satanismo, Xipe-Totex, 2 (1992): 23

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del cuerpo de Cristo testificado por el bautismo. Son impostores y engañadores, ingenuos hombres que como Simón el Mago, que pretenden comprar el don de Dios con dinero, dice la Escritura. 4. La teoría de la GE es una recuperación del sentido de autoridad Al deliberar sobre niveles de autoridad, tanto del terreno del mal como del bien, la teoría de la GE muestra indirectamente la necesidad de recuperar el sentido de autoridad. Esto es natural en un contexto de anomia, de pérdida de asertividad, de desorden social, y de la crisis de las instituciones producidas por la secularización y la modernización actuales. La caída de Satanás, tan claramente descrita por los GE resulta en una advertencia sobre lo que le puede pasar a aquellos que desobedecen y se oponen a las autoridades establecidas, sean estas civiles o religiosas. El hombre de Dios imbuido por el poder del Espíritu de Cristo, tiene ahora todo poder y autoridad (exousia) gracias al sacrificio de Cristo en la cruz (Mateo 28) Se trata del poder (dunamis) y autoridad (exousia) para la Misión. No se puede desarrollar un programa misionero en un mundo dominado por las huestes de maldad, sin la fuerza, el poder del Espíritu Santo, y la autoridad de Cristo sobre el cosmos. El cristiano debe poder tomar autoridad sobre su pueblo y debe poder respetar o hacer respetar la autoridad establecida por Dios (Rom 13), dejando el juicio de las malas autoridades al gobierno de la espada y al juicio de Dios. 5. La teoría de la GE es una cosmogonía porque busca el equilibrio entre el caos y el orden de Dios. Es, para decirlo de otra forma, una cosmogonía35 que busca recuperar el orden en medio de una sociedad caótica y desordenada. Limpiar una ciudad de los demonios, evidentemente es una forma de reimplantar el orden, pues las consecuencias éticas y morales que este hecho produce todavía no han sido suficientemente estudiadas por las ciencias sociales y políticas. ¡Qué no sería de nuestro país, si hubiera una limpieza a fondo de la corrupción existente en todos los estamentos de gobierno y en todas las esferas de la vida civil! 6. La teoría de la GE haría bien en diferenciar mejor, o "discernir" entre espíritus territoriales y elementos positivos de la cultura, para no caer en el etnocentrismo. Tal como abordan algunos GE las culturas tradicionales o propiamente las creencias y prácticas populares, tarde o temprano caerán en una cacería de brujas como en la edad media y la época de la "santa" inquisición si no terminan por crear en ellos mismos una paranoia o un delirio de persecución. Esto sería literalmente un pandemónium, pues muchos de los autores que leí, ven demonios hasta en la sopa. No dudo que pueda haberlos, porque las condiciones en que vivimos en América Latina hacen que nuestras sopitas no sean muy nutritivas y comporten en sí mismas el germen de la destrucción, pero no exageremos.

35 Cosmogonía (véase nota 3)

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Es necesario un mayor discernimiento que, creo que vendrá con el tiempo, pues la misma teoría –en nuestro medio--- está todavía en un período de formación y probablemente haya exageraciones y fanatismos. Concedamos que se trata de un proceso de más larga duración, como ya ha advertido Peter Wagner en uno de los libros citados36. Esto no es motivo, sin embargo para desmerecerla. Una llamada de atención es que el mapeo, debe poder "mapear" también aspectos positivos del desarrollo cultural de las ciudades que estudiamos; debe poder valorar la cultura en sus expresiones folklóricas, porque lo popular no es malo por ser popular, sino por contener elementos a veces exógenos que lo pervierten. No hay culturas ni naciones santas, ni en el norte ni en el sur, ni en el este ni en el oeste. Lo que hay son creyentes que santifican al mundo, gracias al poder eficaz de la sangre de Cristo derramada en la Cruz. No queremos huaqueros espirituales que saqueen nuestra arqueología y nuestro folklore, o que surjan nuevos extirpadores de idolatrías en nombre de una nueva guerra santa Lo que necesitamos son intérpretes de la realidad que penetren con discernimiento en horizontes de nuestra cultura para ver, con los ojos del Espíritu, donde pueden estar las causas (etiología) más profundas del actual comportamiento de nuestra sociedad que se mueve entre lo tradicional y lo moderno. Se trata, en efecto, de penetrar en la región del inconsciente colectivo de nuestros pueblos37, en la geografía y arqueología religiosas, en la estructura simbólica más profunda, para examinar desde allí, como un psicoanálisis religioso, dónde pueden estar las raíces de las tendencias actuales, de la conducta desviada en materia de religión. Por lo demás, ¿fue todo idolatría en nuestro pasado cultural, no hubo también una comprensión de lo recto, “ama usa, ama ulula y ama queda”? Hay que mirar mas allá de las causas inmediatas y observar las causas remotas, con una visión de la historia de larga duración.. 7. La teoría de la GE debe cuidarse del deslizamiento ideológico para no caer en una especie de mesianismo americano. Es curioso cómo se plantean como "medios" de dominio demoníaco al nazismo o el comunismo, pero no se dice nada del capitalismo salvaje, del neoliberalismo que mata a millones de personas en nuestros días. ¿Por qué? ¿Acaso, como dice Michael Novak, el capitalismo es el sistema perfecto consagrado por Dios para el bienestar de la humanidad?

36 WAGNER, Peter C. (Editor). Espíritus Territoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995: 22. 37 Según el psiquiatra suizo Carl Jung, el “inconsciente colectivo” es ese fondo compartido de recuerdos, ideas y modos de pensamiento que tiene su origen en la experiencia vital de nuestros ancestros y en la de la raza humana en general. El inconsciente colectivo coexiste con el inconsciente personal, que almacena el material de la experiencia individual y ha de contemplarse como un inmenso depósito de antigua sabiduría. Las experiencias primarias están representadas en el inconsciente colectivo por arquetipos, símbolos o personificaciones que aparecen en los sueños, y son elementos comunes en los mitos, las leyendas y en la literatura religiosa. Algunos ejemplos son la serpiente, la esfinge, la Gran Madre, el ánima (que representa la naturaleza femenina) y el mandala. Cf. “inconsciente colectivo” en, Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

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Se pone mayor énfasis en la limpieza y liberación de naciones "paganas" de oriente (Japón) o de las civilizaciones aborígenes (Haití, México, Perú), que en la limpieza de la civilización occidental como Nueva York o Washington. ¿Por qué? ¿Sin caso, naciones “cristianas”? Se critican las representaciones divinas de culturas ancestrales, pero casi no se dice nada de la producción suntuosa de las culturas modernas y del derroche financiero del armamentismo. Puedo hasta conceder que un GE norteamericano piense así, pues al final es su cultura la que esta detrás. Pero que un GE latinoamericano diga, por ejemplo, que la conquista española era necesaria y estaba justificada, porque los Incas eran malos y hacían sacrificios humanos ( ya que "Dios castiga el pecado de los padres hasta la tercera y cuarta generación"), no lo puedo aceptar de buenas a primeras, sin sospechar que se trata de un deslizamiento ideológico, sutil pero peligroso. Es peligroso porque pasa por alto el delito de la conquista y el genocidio de millones de personas, tras someterlos a trabajos forzados. Yo creo firmemente en que Dios castiga el pecado hasta la cuarta generación y que debemos romper toda “atadura de maldad”, y en el nombre de Jesucristo destruir las maldiciones que pesan sobre nosotros, después de este proceso imparable de conquista. Sin embargo, es necesario junto con ello, una mayor información de los móviles y de las causas de esta situación y un agudo discernimiento para determinar donde está el pecado: Si en los pobres que fueron objeto y víctimas del abuso de unos poderosos, o si en aquellos que se han enriquecido ilícitamente a costa de la sangre de millones de personas. ¿Cuáles son las ligaduras de impiedad que hay que desatar? (Isa 58: 6-7). ¿No serán las ligaduras del actual sistema económico mundial que no permite la “libertad gloriosa de los hijos de Dios”? (Ro. 8) Subyace a veces la idea de que la salvación vendrá del Norte, cuando la Biblia habla de que de allí viene la destrucción, si a la simbólica nos remitimos. Con ese criterio diríamos también que en el sur está la salvación. Pero de esto no se trata, porque “en ningún otro hay salvación, sino en Jesucristo hombre”. 8. La teoría de la GE puede dar luz para la elaboración de una “hermenéutica del Espíritu” Por su misma especialización, la teoría de la GE ayuda a pensar en una hermenéutica del Espíritu, según la cual determinados pasajes de la Escritura adquieren una nueva luz, a partir de experiencias espirituales o enfrentamientos con potestades y gobernadores de las tinieblas. De la misma manera cómo la cultura contemporánea planteó nuevas preguntas al texto bíblico y obligó a reinterpretar pasajes de las Escrituras en relación con realidades terrestres (como la economía, la política, la administración pública, etc.), la confrontación con estas "realidades espirituales" favorecerá o promoverá el estudio de otros pasajes como nuevos focos de sentido. Esta hermenéutica del Espíritu, de la que se ocupó lúcidamente Bernardo Campos, cuya base entre otras alude a 1Cor. 2 y los temas relacionados con el Mesías 38, deberá 38 CAMPOS, Bernardo. “Hacia una Hermenéutica del Espíritu como clave para entender el Espíritu Mesiánico en el Profestismo Bíblico y Contemporáneo”. Lima, Perú: Textos de Religión del IPER, 2004: 17-22.

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esclarecer las posibilidades y limitaciones de la experiencia del Espíritu para una lectura de las realidades espirituales. Una hermenéutica del Espíritu debe poder también privilegiar el desarrollo de una adecuada hermenéutica de la cultura. “La polisemia del texto debe poderse aplicar también aquí. El filósofo Dilthey y la línea de muchos filósofos y teólogos existencialistas, ya habían insinuado esta posibilidad, refiriéndola naturalmente a las ciencias de la cultura. Ahora, con la teoría de la GE se abre un nuevo campo de comprensión que tiene, incluso, derivaciones para la gnoseología, la hermenéutica y la epistemología teológicas”39. No es este el lugar para abundar sobre este concepto, pero hemos quedado desafiados para la búsqueda de nuevos paradigmas que permitan comprender otras realidades, o mejor aún, nuestra misma realidad, desde otras esferas del conocimiento, vale decir desde una lógica distinta a la occidental, positivista, formal e incrédula. 9. No se puede entender la teoría de la GE a menos que nos despojemos de ciertos prejuicios cientificistas, agnosticismos e incredulidades. Es inadmisible, aunque comprensible, que pueda haber teólogos y misiólogos que no sean capaces de percibir las realidades espirituales al punto de poder desarrollar una práctica misionera que responda a las demandas de una población cautiva por el Diablo. Que la maldad está extendiendo en el mundo, lo está. “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”, dice la Biblia. Eso se dijo en un contexto escatológico y vale para nuestros tiempos. Muchas veces nuestras presunciones científicas no son más que formas sutiles de incredulidad y hasta una falta de apertura, una carencia de mentalidad científica como para estar abiertos y advertidos de no hablar categóricamente sobre misterios y sobre asuntos que no conocemos o sobre los cuales no tenemos autoridad. Sobre todo si se trata de asuntos sobre los cuales no estamos autorizados por la Biblia para afirmarlos o negarlos. El juicio de la Escritura sobre las actitudes arrogantes de quienes critican, en este caso, la GE, sin saber de lo que se trata, es terrible. Judas refiriéndose a los falsos maestros dice: “Estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores…blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales” (Judas 8 y 10). Antes de criticar lo que no se conoce, es de sabios y entendidos guardar silencio. Ya le llegará el entendimiento, una vez que se abra a la libertad del Espíritu. 10. La teoría de la GE amplía el concepto de liberación que redujo en parte la teología Latinoamericana de la liberación. Que América Latina necesita liberación es una verdad a gritos. El problema es ¿cómo lograrla? Las estrategias y tácticas militares y políticas, incluso hasta la misma democracia, han demostrado ser ineficaces sino insuficientes para combatir males estructurales como la pobreza, la injusticia social o el narcotráfico. Necesitamos métodos más cualitativos para erradicar desde sus raíces los males que nos aquejan. La teoría de la GE puede dar una luz por dónde podría estar el camino para una 39 Ibid.:22

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liberación integral de los pueblos, sin menospreciar otros caminos ya recorridos. El esquema Dependencia-liberación planteado por la Teoría de la Dependencia en las Ciencias Sociales y que sirvió para la construcción de una Teología de la Liberación, esta ahora siendo revisado en sus contenidos y métodos. Yo creo que ahora más que antes necesitamos liberación, porque con la caída del muro de Berlín si bien es cierto se han soltado algunas ataduras ideológicas de impiedad, el mundo ha quedado merced de la atadura del sistema capitalista. Una nueva cortina de Hierro se ha levantado y esta vez sobre toda la humanidad, que nos ha colocado a todos en una profunda esclavitud de la que necesitamos ser liberados. Formas más groseras de pobreza, terribles injusticias y opresiones se ciernen sobre los pueblos más débiles del planeta; un imperio se ha levantado y quiere gobernar a las naciones. Poblamos un mundo en situación de dependencia a manos de unos pocos que poseen muchas riquezas y controlan la economía mundial. El Señor nos libre de este poder demoníaco y sean sueltas las ataduras de esta iniquidad satánica. Dios quiere hombres y mujeres libres, naciones gobernadas por el principio de la justicia y rectitud. Pero esta libertad completa, aunque empiece por la liberación terrenal socioeconómica, política y cultural, no se agota en ella. La libertad que Dios nos propone es la Libertad de Toda la Creación, hecha posible por la Victoria de Cristo sobre las huestes de maldad, y por la cual el Espíritu gime desde dentro de nosotros Con seguridad Dios ha mirado nuestra opresión y sufrimiento y ha levantado un liberador para pelear por nosotros contra ese Faraón que oprime a su pueblo (Exo. 2.23-25: 3: 912). “No temáis, estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros y vosotros estaréis tranquilos” (Exo. 14: 13-14). Muy pronto Dios hará caer a esos “egipcios” modernos que se creen todopoderosos y los desaparecerá de nuestra vista. Pero la guerra la librará el Señor. “No es con ejército, ni con fuerza, sino con su Espíritu” (Zac 4.6) que será posible una liberación final de nuestro planeta. Que hay una lucha, la hay, pero no es solo una lucha de clases, sino una lucha mucho mayor contra un enemigo mucho mayor y más expandida. “Porque no tenemos lucha contra carne y sangre sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este cosmos, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef. 6: 12) Lo bueno de todo esto es que en Cristo ya hemos vencido al que tenía el imperio de la muerte, porque participó de nuestros sufrimientos. De modo que no debemos tener temor ni a la muerte ni a ninguna esclavitud (Heb. 2:14-15) La guerra que libramos es una consecuencia de la victoria de Cristo. Dicho de otro modo, porque Cristo ya guerreó es que ahora nuestra batalla es victoriosa. 11. La teoría de la GE es una teoría “epocal”. Se explica en medio de esta "crisis de paradigmas" que vivimos. Es “epocal”, es decir perteneciente a una época, porque surge precisamente en una época de la historia

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mundial en la que “todos los sólidos se desvanecen en el aire”, una época en que la ciencia y la técnica buscan nuevas bases sobre la cual fundar sus conocimientos. Es epocal, además, porque empezó con nuevo vigor ad portas del nuevo milenio, una época en que --como en el año mil de la edad media-- los pavores del futuro se desatan. La teoría de la GE escatológicamente debe entenderse a la luz de la segunda venida de Cristo. Me temo que mucho de la teología contemporánea ha vaciado sus contenidos al discutir el milenio (kiliasmo) más bien en términos políticos, económicos, o socioreligiosos, fuertemente influenciados por la agonía de modernidad, que por la recuperación de antiguos sueños y visiones. No quiero sugerir un retorno a los terrores medievales. Sólo quiero llamar la atención de una realidad espiritual que está siendo leída por los GE y que puede producir en la misiología actual una revolución sin precedentes, siempre que se busque un equilibrio entre la Palabra y el Espíritu. 12. La teoría de la guerra espiritual haría bien en profundizar la idea bíblica de la shalom como contraparte y salvaguarda de polarizaciones. La Paz de Dios no es sólo un evento del porvenir. Ella ya ha comenzado en la cruz de Cristo, reconciliando a los pueblos y generando un Nuevo Orden Mundial según Dios, el Padre. Este nuevo orden no es según el mundo, sino según Cristo. Esta Shalóm de Dios hará visible el Reino y Reinado de Dios por sobre el reino del maligno. El jubileo como fiesta de liberación debe ser una realidad entre nosotros, ya “desde ahora” hasta la instauración definitiva del Reino de Dios. Es el Espíritu de Cristo, como unción espiritual, el que hace posible la libertad de los cautivos, el que trae sanidad a las naciones quebrantadas por este sistema demoníaco, el que proclamará el año agradable del Señor ofreciendo libertad de toda deuda. El Espíritu mesiánico es que dará la vista a los ciegos que no pueden ver más allá de sus lentes modernos; es esa unción mesiánica la que es en términos integrales la “buena noticia” real y concreta para los pobres y la que, definitivamente, pondrá en libertad a todos los oprimidos por el diablo (Lucas 4:18-19). Una guerra espiritual se ha desatado desde los orígenes del mundo (Gén 1.2), las fuerzas del mal se oponen a las fuerzas del bien, pero al final triunfa el Sumo Bien, la Luz de Dios sobre las tinieblas (Gén 1.3), gracias a la Victoria de Cristo en la cruz sobre Satanás. Esa guerra que Dios ha librado por nosotros nos faculta a desatar “ataduras” de esta tierra allá en los cielos y viceversa (Mat. 16.19). Tal es la autoridad conferida a los apóstoles de Jesucristo para todos los tiempos. Habremos de librar una guerra en la Misión. Para eso es que tenemos la autoridad de Dios: para anunciar la cercanía del Reino de Dios sobre la tierra, para sanar a los enfermos de las plagas de este fin de los tiempos, para limpiar leprosos, que están manchados por esta moderna cultura profana, para resucitar a los muertos como lo hizo Jesús con Lázaro, es decir, aquí y ahora, esos muertos que agonizan lentamente y son enterrados sin ver realidad sus esperanzas. A falta del ejercicio del poder de la

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resurrección, es que muchos se han sentido los olvidados de Dios, y han dado lugar a la incredulidad respecto del poder de Dios. Hemos sido facultados para echar fuera de nuestras tierras a los demonios que quieren tomar posesión de ellas (Mr 5.17). Todo esto, por el don de Dios, es decir, de la manera como Dios no lo ha dado, así también nosotros lo debemos impartir (Mat 10.7.8)

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CAPITULO IV GUERRA ESPIRITUAL ¿REALIDAD O FICCION? UNA EVALUACION DE LA GUERRA ESPIRITUAL COMO FORMA DE CONOCIMIENTO

1. La necesidad de principios rectores En efecto, después de leer una cantidad de experiencias en materia de GE, las mismas que muchas veces no tienen sustento bíblico o que su sustento citado responde a una interpretación forzada del texto bíblico, uno queda con la impresión de que se está en el terreno movedizo de la ficción o la fantasía. Hasta ahora he encontrado que la psicología de la religión tiene mejores respuestas que la propia teología contemporánea, más preocupada por las realidades terrestres. ¿Cómo saber, por ejemplo, si lo que Rita Cabezas mostró como una tabla jerárquica de principados, gobernadores y huestes espirituales de maldad, efectivamente corresponde a la verdad toda vez que fue “desvelado” por un demonio (asmodeo) y no por revelación divina? ¿Por qué Dios no nos reveló directamente las jerarquías celestes, tanto las demoníacas como las angélicas? ¿Cuáles son, pues, los criterios de verificación de los que dispondríamos para corroborar la verdad o falsedad de tales o cuales afirmaciones sobre seres o entidades celestes? ¿Dónde o en qué terreno es que se decide la verdad o falsedad de un conocimiento relativo al mundo espiritual? ¿En la Biblia tras una exégesis? ¿En la teología (la demonología) tras un examen lógico? ¿En la experiencia, tras una sesión psicológicopastoral? ¿En un culto de oración y ayuno, tras una declaración profética o una manifestación demoníaca? ¿Cómo saber finalmente si los conocimientos del mundo del averno proveniente de una convertida del satanismo al cristianismo como Rebeca Brown son verdades evangélicas o llevan todavía las marcas de un esoterismo cuasi gnóstico de su experiencia anterior? Preguntas todas estas para mí difíciles de contestar de manera simple y abreviada, sin pecar de ingenuidad o de docta ignorancia. Sólo puedo hacer alusión a algunos principios rectores que creo llegarán a ser útiles en este espinoso camino de la verificación. 1. En primer lugar y desde el punto de vista del método y de sus procedimientos lógicos, es de esperar que la naturaleza del objeto a investigar sea quien guíe los caminos de su conocimiento. En palabras más simples, una realidad física o material, ha de investigarse con los métodos propios para acceder a un conocimiento de la materia, esto es mediante los sentidos o la prolongación de ellos mediante instrumentos. Una realidad o conducta psicológica, debe ser

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observada mediante los rasgos del comportamiento reiterado. De igual forma, una realidad espiritual debe ser examinada espiritualmente. No debe descartarse así por así la experiencia espiritual como asidero del cristiano en su relación con las cosas del Espíritu. Bien dice la Escritura: 6

Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. 7Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 8la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. 9Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.14Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”(1 Cor 2: 6-16). 2. En segundo lugar, es necesario apelar a una hermenéutica del Espíritu. Frente al mundo del Espíritu, los criterios de juicio cambian y al cambiar los criterios de juicio y de valor, cambian simultáneamente los cánones que rigen la hermenéutica y por consiguiente todo el discurso religioso. En consecuencia la nueva búsqueda exigirá un instrumental adecuado que permita el análisis apropiado de la nueva lógica. Frente a ello en nuestro artículo “Hacia una Hermenéutica del Espíritu” (HDE)40 propusimos la necesidad de un nuevo instrumental teórico para la comprensión del fenómeno religioso contemporáneo referido tanto a la reafirmación de los antiguos carismas apostólico y profético como a la guerra espiritual. Advertimos desde el principio que “se trata de proponer un método de interpretación de la realidad a partir de una interpretación de las Escrituras, pero en diálogo permanente con la experiencia y la iluminación del Espíritu Santo en la cotidianidad de la vida religiosa”. Según proponemos, “la realidad en la cual estamos y la cual siempre construimos (Berger y Luckmann) no es sólo ni únicamente la realidad material del mundo físico que poblamos. Hay otros ámbitos de realidad que es necesario reconocer y que –en el caso de lo espiritual--por su naturaleza sólo se puede

40 CAMPOS, Bernardo. “Hacia una Hermenéutica del Espíritu como clave para entender el Espíritu Mesiánico en el Profetismo Bíblico y Contemporáneo”. Lima, Perú: Textos de Religión del IPER, 2004: 1-37

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conocer mediante una HDE”41. Y puntualiza, “hablo de aquello que los cristianos reconocemos como el “mundo del espíritu” o realidad espiritual, diferenciándolo del “mundo de los espíritus”, campo de las teogonías accesibles desde una antropología de la religión”42. Se trata, en el fondo, de retomar la idea del “Discernimiento del Espíritu” mediante el cual los creyentes pueden reconocer “los espíritus” que perturban su comprensión y seguimiento a Jesús, llámese espíritu del error, espíritu de engaño, espíritu de iniquidad o anticristo. 3. En tercer lugar, es el Espíritu Mesiánico que radicó en los profetas, el mismo Espíritu al que debemos apelar para una comprensión más profunda de los misterios espirituales. Hemos señalado anteriormente que “Cuando en la Biblia se habla de discernimiento por lo general se refiere al reconocimiento del Mesías. Se trata de una revelación, es decir un desvelamiento, que corre el velo para reconocer entre nosotros al ungido de Dios (Mt. 16: 17). Así, en el pequeño apocalipsis de Mc 13 se advierte que el retorno del Mesías y el discernimiento de quiénes son los Falsos Mesías, sólo puede ser reconocido por una Hermenéutica del Espíritu. En Mateo 16.13-17ss, Pedro (y el círculo de los discípulos) por la Revelación de Dios identifica a Jesús como el Mesías. Según Mateo 4, Satanás hace uso de una “cuasi-hermenéutica del Espíritu” con perversas intenciones: hacer que Jesús incumpla su misión por someterse a los poderes de este mundo y negarse al sacrificio de la cruz. Marcos 13.32-37 invita a “velar y orar” para reconocer el tiempo de su venida, aduciendo que tal reconocimiento sólo será posible mediante una Hermenéutica del Espíritu. En el Getsemaní Jesús por el Espíritu entiende que debe someter su voluntad a la del Padre (Marc. 14.38). En el clásico pasaje de la unción para la misión (Lucas 4.18), Jesús exclama: “el Espíritu del Señor está sobre mí por cuanto me ha ungido para predicar las buenas nuevas a los pobres…y culmina diciendo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4. 21). En este último pasaje es claro que se dio una Hermenéutica del Espíritu, es decir, una actualización concreta del sentido de la Escritura para mostrar o revelar al Mesías. En Lucas 19.41-44 cuando Jesús lamenta: “Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas...” declara proféticamente la destrucción de Jerusalén “por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”: ¿Cómo habría sido posible reconocer humanamente en el hijo del carpintero José al Mesías venidero, a no ser por una Hermenéutica del Espíritu? A los caminantes de Emmaus le son abiertos sus ojos y reconocen a Jesús como el Cristo Resucitado (Lucas 24). El Paracletos que habla de Cristo es el agente de una Hermenéutica del Espíritu (Juan 14). Según Juan 19, el apóstol Juan entró la primera vez al sepulcro y “no vio nada”, luego 41 Ibid.:24 42 Ibid.

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otra vez entró al sepulcro y “recién vio”. Acto seguido los discípulos entendieron el significado la resurrección. Semióticamente aquí se significa que es necesaria una unción especial para comprender que “no se puede buscar entre los muertos al que vive”; que los discípulos de Jesús sólo pudieron comprender el sentido de la resurrección, después de la resurrección, tras una unción post-pascual. Finalmente, el espíritu mesiánico estuvo presente en los profetas de la antigüedad, inquiriendo el tiempo de su manifestación (1 Pe 1.10-12). Una Hermenéutica del Espíritu inquiere siempre, por el Espíritu de Cristo, su manifestación oportuna (kairós) en la historia (cronos) de los hombres. En todos los casos mencionados, fue la unción mesiánica, el Espíritu de Cristo en los intérpretes, lo que les permitió reconocer a Jesús como el Mesías. Ese misterio que le permitió a Juan el Bautista ver en Jesús no a su primo sino al “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”43. 4.

En cuarto lugar, creo que no hay que menospreciar el lugar de la experiencia en la interpretación de las realidades espirituales, sobre todo si se trata de una experiencia del Espíritu y con el Espíritu. Una sana experiencia de fe, apela a los sentidos de la persona de una manera integral, lo cual supone un equilibrio entre todas sus partes, vale decir entre lo físico y lo espiritual, entre lo racional y lo emocional, entre volitivo y intuitivo. Un asunto de índole espiritual siempre quedará librado, en última instancia, a la decisión de la persona que lo vive, más aún si esa persona vivió una experiencia (negativa o positiva) con realidades extra ordinarias que su mente y raciocinio no pueden explicar, pero que su ser interior reclama para sí alguna otra explicación tan convincente como la experiencia misma44. El Espíritu se mueve en una lógica que ni la carne ni la mente racional entienden. La lógica del Espíritu tiene su propio orden de realidad.

A continuación, presentaré dos experiencias parecidas pero muy divergentes en cuanto a las realidades espirituales. La de la iglesia católica y la de algunas iglesias evangélicas. Las iglesias han adoptado diversas conductas. Mientras la iglesia católica romana optó por formalizar el “exorcismo” como una práctica posible y recomendada sólo en casos específicos, los protestantes dividen sus posiciones entre la apelación a métodos de terapia con el uso de la psiquiatría y la psicología, y la liberación de endemoniados para aquellos que aceptan la presencia demoníaca en casi todos los órdenes de la vida. Como ejemplo de dos tendencias y de dos “realidades” en pugna, presento a continuación la experiencia católica y la evangélica, consciente de que se trata de una generalización, pues en todos los casos siempre hay variantes y excepciones. 43ibid. 44 Para una discusión científica sobre la naturaleza de la experiencia religiosa puede consultarse entre otros William james, Las variedades de la experiencia religiosa. Barcelona: Península, 1999, especialmente el capítulo III referido a la “realidad de lo no visible”. También: POLL, Wilhelm Psicología de la Religión. Barcelona: Herder, 1967: 368-474

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2. La práctica de exorcismo en la Iglesia Católica Romana a. Las declaraciones oficiales de la iglesia católica En la antigüedad (siglo III de la presente era) ante comportamientos humanos extraños en algunas personas, los cristianos creían que se trataba de casos de “posesión demoníaca”. Para ello creó la ceremonia de exorcismo y la practicó hasta los tiempos modernos. Pero ahora, en el siglo XXI la Iglesia católica suprimió el exorcismo y prácticamente la limitó a casos muy especiales que exigen el discernimiento religioso o espiritual del sacerdote vacacionado y autorizado para ello. El canon número 1673 del nuevo Código de derecho Canónico. En todos sus documentos el Concilio Vaticano II sólo menciona al Diablo tres veces y siempre en pasajes bíblicos. El Nuevo Código de Derecho Canónico, antes muy explícito, ahora redujo el tema del exorcismo a un solo canon. El Catecismo en su canon # 1673, señala: "Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf. Mc 1:25s), de El tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. (cf. Mc 3:15; 6:7.13; 16:17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia." (...)"Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y no de una enfermedad."45 Mientras los antiguos catecismos hablaban con mil detalles de la vida y el accionar de los demonios, el Nuevo Catecismo de Juan Pablo II sólo le dedicó dos números. Lo mismo pasó con la oración oficial de la Iglesia y con el ritual del bautismo: allí donde se recitaban hasta hace poco siete exorcismos y se proponía una larga batalla para vencer al demonio que habitaba los recién nacidos, se suprimieron las oraciones. Ya el papa Pablo VI había suprimido el orden de los exorcistas, con lo cual ahora ningún sacerdote recibe este ministerio. En 1984 cuando Juan Pablo II publica el Nuevo Ritual Romano, deja ver que a esta altura de la historia no nos es lícito seguir creyendo en la existencia de los demonios ni en la "posesión demoníaca". Ello era un simple término médico de los tiempos de Jesús. Lo mismo pasa con la opinión de algunos sacerdotes. Hay clérigos para quienes no existe ningún argumento bíblico serio para sostener la posibilidad de las "posesiones" demoníacas.

45 El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) canon Nro.: 1172.

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En el Magisterio de la Iglesia (que pide el asentimiento de fe de todo católico) el diablo nunca ha sido objeto formal de una definición dogmática o un dogma de fe y por lo mismo nunca definió ----como sí lo hicieron los escolásticos en la edad media----- si el diablo es una realidad espiritual, personal, totalmente diversa al hombre. Asi lo expresó el jesuita Jorge Manzano: "El Magisterio ordinario sí habla del diablo como un ser personal, pero no tiene nada sobre el que sea o no totalmente diverso del hombre o, como dirían los escolásticos, adecuadamente diverso del hombre"46 b. El Manual para exorcistas del Vaticano Hace unos años, el 26 de enero de 1999 exactamente, la Iglesia Católica buscó actualizar el ritual para exorcistas, vigente desde 1614. En el referido manual, presentado al Vaticano por el cardenal Medina Esteves, se da por primera vez espacio a la experiencia de psicólogos y psiquiatras, a fin de distinguir los casos de posesión demoníaca considerados auténticos por la Iglesia, de las muchas psicosis que pueden parecerse a ellos. Según el nuevo Ritual con relación a los exorcismos la Iglesia pide a los sacerdotes encargados de echar a Lucifer del cuerpo de un endemoniado, que actúen con gran prudencia. En caso de que el exorcista dude de si el presunto poseído le sirve más un crucifijo y agua bendita o un sofá de psicoanalista, el Vaticano le aconseja que consulte primero con «peritos en ciencia médica y psiquiátrica». Entre las curiosas «señales» que caracterizan a los endemoniados según el referido manual figuran el «hablar lenguas desconocidas, manifestar cosas lejanas u ocultas, demostrar una fuerza física no conforme a la edad o al estado de salud», así como expresar «una visceral aversión» a Dios. Las diferencias empiezan precisamente aquí, pues el “hablar en lenguas extrañas” (conocida técnicamente como “glossolalia”) es una práctica generalizada en las iglesias pentecostales, y es considerada como un signo del Bautismo del Espíritu Santo y no una obra de los demonios. En su defecto, los pentecostales creen que la practica de adoración o veneración a las imágenes de los santos, en lugar de al creador, y el simple hecho de atribuir al demonio una obra del Espíritu Santo es una blasfemia y por ello mismo un signo visible de la influencia demoníaca sobre quiénes así opinan. Más allá de preguntar por quién tiene la razón, el problema parece reducirse o a un problema de diagnóstico, si médico o religioso, y por ello mismo de interpretación de las causas de las patologías para las cuales las opiniones siguen siendo divergentes, incluso entre los propios religiosos.

46 Jorge Manzano, S.I., El verdadero poseso. El Mal y la Biblia. El ritual del Bautismo. Satanismo, Xipe-Totex, 2 (1992) 49.

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3. La práctica de Liberación entre los evangélicos

a. Las realidades espirituales entre algunos bautistas clásicos Según la posición bautista, para las personas que están involucradas en el movimiento de “guerra espiritual”, la actividad demoníaca abarca todas las áreas del comportamiento humano por lo cual mencionan diversas clases de malos espíritus asociados a cada pecado en particular, y también asociados a diferentes enfermedades, por ejemplo espíritu de rebeldía, espíritu de lascivia o espíritu de muerte (en casos de tendencias suicidas), “espíritu de.....” cualquier cosa negativa. Esta interpretación de la influencia de los espíritus malignos según la mayor parte de bautistas no es bíblica porque el apóstol Santiago claramente expone en el capítulo 1 de su epístola que el hombre es responsable por ceder a las concupiscencias (“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y seducido” Santiago 1:14); y si atribuimos todas las malas actitudes y los pecados del hombre a la dominación demoníaca, entonces no hemos entendido la responsabilidad del hombre. Un pastor bautista de la iglesia Peniel de Costa Rica, a través de su página web en la internet47 dice que parece ser que ésta pudo ser también una equivocación en los creyentes antiguos porque se les recalca: “Amados hermanos míos, no erréis” Santiago 1:16. Es como si dijera, hermanos, no se engañen, si alguien peca, es responsable de su pecado. En el contexto de Santiago 1, algunos pensaban que eran tentados de parte de Dios, lo cual es imposible, pero debemos comprender que el tentador no cesará en su intento de hacer caer al hombre y no por eso, el hombre debe pretender negar su responsabilidad. En cuanto a la corriente de la influencia demoníaca en los creyentes específicamente, señala que algunos piensan que muchos cristianos necesitan un proceso de “exorcismo” o “liberación”, presentándose así casos de “cristianos que tienen espíritus malignos”; y resulta que estos no salen de una sola vez sino que se van retirando poco a poco en sesiones y muchas veces hasta regresan al mundo. La crítica bautista ve la distinción entre posesión demoníaca (aplicado a los inconversos) y de influencia demoníaca (en los creyentes) y la posibilidad de la posesión demoníaca de los cristianos por causa de infidelidad, como incongruentes con la postura bíblica. Según ellos, se trata en realidad de una histeria con respecto a los espíritus malignos y su influencia en la vida del hombre ha llegado a adoptar prácticas extrañas tales como, por ejemplo: si se va a realizar una reunión en una casa, o local, primero oran para “limpiar el lugar” de los malos espíritus que “andan por los aires”. La crítica bautista también apunta en contra del “ministerio de liberación” (entre comillas). En el Web Site de la Iglesia Peniel se lee in extenso lo siguiente: “Ciertas personas que afirman tener un “ministerio de liberación” (no se registra tal ministerio en la Biblia), afirman que pueden sentir si la casa está “limpia” o si hay alguna presencia maligna que deba ser extirpada 47 http://www.abaptist.org/PenielCostaRica/Default.htm

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con sus oraciones de reprensión. Este tipo de conductas, son prácticas supersticiosas y por lo tanto son contrarias a la fe, a pesar de que en ellas se mencione mucho la fe y el nombre de Jesucristo. Esto es contrario a la sana doctrina, a pesar de que se intente tener alguna base en fragmentos de las Escrituras y en situaciones particulares descritas en el Evangelio48. La interpretación Bautista de Mateo 12:43 En general los bautistas pueden aceptar incluso que los demonios tomen posesión de una persona, pero de ninguna manera de un creyente. Así, señalan que: “El caso del espíritu maligno que vuelve descrito en el Evangelio. Mateo 12:43 dice: “Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Me volveré á mi casa de donde salí: y cuando viene, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y son peores las cosas; últimas del tal hombre que las primeras: así también acontecerá á esta generación mala.” Señalan que algunos creen que esto se refiere a lo que puede ocurrir a un creyente verdadero pero lo que Jesús dijo es que esto es lo que acontecería a esa generación a la que él predicaba por INCRÉDULA. La profecía de Isaías se cumplió en Jesucristo según Lucas 4:18 cuando leyó el rollo que hablaba de su función libertadora. La predicación del Maestro traía libertad al pueblo de Israel, pero la incredulidad de parte de los judíos les provocaría un estado aun peor de endurecimiento. Es importante notar que en la descripción del espíritu maligno que vuelve, la casa que corresponde en forma simbólica al corazón de estos hombres, se encontraba vacía. Si hubieran recibido el Espíritu de Dios, la casa no se encontraría vacía. Otra aplicación válida del pasaje inicial es la auto-reforma que se nota en personas que abandonan vicios “por sí mismos” o “confiando en sus propias fuerzas” y luego de un tiempo caen en un estado peor que el anterior. Pero con respecto a los que han recibido el Espíritu Santo, la Biblia dice que permanece en nosotros. El Espíritu de Dios no abandona a los que han sido sellados para Salvación. (I Juan 2:27) ¿Qué dicen los bautistas de las sesiones de liberación de endemoniados que se practican hoy en día? “Lo primero que debemos hacer –dicen los bautistas en su web site--- es compararlas con lo que se describe en las Escrituras para saber si son verdaderas o no. Todas las descripciones de curación de endemoniados registradas en el Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles presentan resultados inmediatos y fueron realizadas sin participación alguna del individuo afectado, puesto que el poseído no tiene control de sí mismo. Además, en todos los casos los endemoniados fueron inconversos hasta el momento de ser liberados. Esto no es lo que vemos hoy en día, sino que se dan sesiones de exorcismo en personas que supuestamente ya han recibido a Jesucristo. Y la pregunta obvia es: ¿qué clase de Jesucristo han recibido, que no tiene el poder de liberarlos de una vez? El Evangelio Bíblico, la verdad de Dios, es sencilla y poderosa la vez, la salvación es un milagro por medio del cual Dios da vida al pecador muerto en sus delitos, y le concede vida Eterna por confiar en Jesucristo, no es un evangelio de ritos, 48 Loc.cit.

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ni de obras para ser salvo, ni de obras para mantenerse salvo. Es Jesucristo mismo, poder de Dios y sabiduría de Dios. Es recibir al que “abre y ninguno cierra y cierra y ninguno abre”. Apocalipsis 3:7 La argumentación sigue: “Entonces siendo tan claro que no hay un poder mayor que el de nuestro Salvador ¿cómo dudar de Su obra redentora, libertadora? Si Jesucristo abrió la puerta de nuestra cárcel espiritual y nos hizo libres, ¿quien podrá volver a ponernos bajo esclavitud? El abrió la celda, nos hizo libres y luego cerró la cárcel. La palabra de Dios nos confirma que nadie puede contra lo que El ha hecho. (Por supuesto esto no es válido para las falsas profesiones de fe, pero esto no es lo que estamos analizando ahora)”49 b. Las realidades espirituales entre algunos Pentecostales clásicos Las iglesias pentecostales son las que históricamente han llevado a la práctica la expulsión de demonios y la han hecho parte fundamental de su ministerio evangelístico. Tanto es así que muchos anuncios o propagandas evangelísticas, incluyen el anuncio de sanidades y expulsión de demonios. He aquí un ejemplo concreto mostrado en un anuncio de la Iglesia. HOY ¡¡ GRAN EXPLOSIÓN DE MILAGROS !! GRAN CAMPAÑA EVANGELISTICA CON EL SIERVO DE DIOS Anastasio Tristón Traigan sus enfermos y endemoniados Dios tiene la solución a sus problemas!! “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa” Lugar: Cine Manía” Hora: 7:30-9:00 PM

Las iglesias pentecostales creen que el mandato de Jesús a sus discípulos de expulsar demonios va junto con la predicación como una señal que la acompaña necesariamente. El ritual de expulsar demonios ha llegado a ser característico del pentecostalismo tradicional. Tanto es así que tiene el peso de un ministerio. Hay quienes lo ubican como siendo parte del ministerio evangelístico y otros para quienes se ha convertido en la práctica en ministerio al que llaman “ministerio de liberación”, aun cuando en el NT no exista esa definición. Le dan la categoría y el peso de ministerio por la dedicación exclusiva de algunos líderes a la expulsión de demonios. 49 Loc.cit.

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Quienes tienen el don de sanidad, por lo general son requeridos por los miembros de las iglesias para ayudarles con sus enfermos y endemoniados tras una batalla que libran “cuerpo a cuerpo” contra las huestes enemigas y que ellos llaman “guerra espiritual” en diferentes niveles y con diferentes jerarquías demoníacas. Las iglesias pentecostales por lo general son muy claras al distinguir entre expulsión de demonios y exorcismo. Casi nunca se refieren a la expulsión como exorcismo, pues creen que el exorcismo está referido a la magia y no a la religión. Los pasajes que hacen alusión a los endemoniados son casi siempre interpretados en el sentido literal, corroborando la idea de que en efecto existen los demonios y que su realidad acompaña la vida cotidiana. A veces, la lucha o pelea con el demonio se realiza en cada una de sus actividades espirituales. La demonología es parte fundamental en su hermenéutica de las Sagradas Escrituras. Al punto que mucho de las predicaciones correctivas critican el “ver” demonios en casi todas las esferas de la vida cotidiana. Tanto es así que antes de iniciar un culto ven necesario “atar” o expulsar a los demonios, a fin de que no haya ninguna oposición para adorar a Dios o para recibir su palabra. De ese modo, se asegura un culto fervoroso y totalmente dedicado a Dios. Gran parte de la discusión a favor de la guerra espiritual viene de este sector del cristianismo.

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CONCLUSION

Frente a todo lo dicho y visto, creemos oportuno dar al menos algunas recomendaciones pastorales, para finalizar este trabajo. A quienes no creen que hoy pueda haber endemoniados, les decimos que no se puede negar la realidad. Existen demasiadas evidencias de manifestaciones y posesiones demoníacas que merecen hoy un tratamiento adecuado. Nosotros creemos que los casos de posesión solo tienen una solución espiritual. En definitiva este es un asunto de fe y solo una consulta a Dios en oración a través de las Escrituras puede arrojar mayor luz sobre el tema A los que practican la liberación de endemoniados, les diría que deben esforzarse en todo momento por dar la gloria a Cristo en lugar de hablar demasiado sobre los demonios. El fin último de la misión no es la expulsión de demonios, sino la libertad en Cristo; no es la sanidad, sino el anuncio de la salvación. Con relación a las recomendaciones prácticas para la liberación dada por algunos líderes, yo diría que debemos tener cuidado en no hacer de cada caso una norma válida o generalizable para todos. Dios es soberano y de última él actúa como quiere. La expulsión de demonios no descansa en tal o cual ritual de liberación o en la aplicación de tal o cual fórmula. Lo más importante es que se haga en el nombre de Jesucristo y para su Gloria. El mandato de expulsar demonios fue dado a toda la iglesia, pudiendo incluso el miembro más pequeño expulsar demonios si lo hace en El Nombre, esto es, en la autoridad de Jesús. Eso significa que la expulsión de demonios no es una potestad del liderazgo especializado de la iglesia, aunque hay que reconocer también que hay niveles de lucha, según enseña la experiencia y el mismo Jesús cuando indica que “hay géneros que no salen sino con oración y ayuno”. En general debemos tener cuidado de no confundir las causas humanas de las enfermedades con las causas espirituales de las mismas. En otras palabras, hay enfermedades causadas por demonios y otras que no lo son. Este discernimiento es posible sólo gracias a una estrecha comunión con el Señor y la iluminación del Espíritu Santo de Dios. Asumo la posición de que la guerra espiritual es necesaria y un instrumento eficaz para cumplir el mandato misionero. Creo que la guerra espiritual es imperativa ya que, hasta que no le llegue la hora final, Satanás se aprovecha de los vacíos o brechas que los cristianos --y los no creyentes con mayor razón, le abren al pecado como derecho legar para que obre negativamente sobre sus vidas.

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La práctica de la guerra espiritual siempre acarreará el peligro de la confusión entre aquellos que no creen o insisten en analizar el tema con procedimientos inadecuados y desde criterios puramente racionalistas. El antiguo dualismo maniqueo según el cual las fuerzas del bien y del mal están en permanente conflicto, parece ser vigente entre quienes no buscan bases bíblicas para sustentar sus prácticas y sus “revelaciones”. Colocar equivocadamente en el mismo lugar a Dios y al Diablo como fuerzas antagónicas del mismo plano de poder, no sólo es idolatría, sino una herejía peligrosa

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