This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share
it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA
report form. Report DMCA
Overview
Download & View Calles, Casas Y Gente Del Centro Historico Tomo I(1) as PDF for free.
Edición y Diseño: TRAMA Dirección de Arte: Rómulo Moya Peralta / TRAMA Diagramación: Verónica Maldonado Dávila / TRAMA Preprensa: TRAMA Dirección: Eloy Alfaro N34-85 / Telfs: (593-2) 2246-315 / 2246-317 www.trama.com.ec Impresión: Imprenta Mariscal
Impreso en Quito-Ecuador, 1500 ejemplares, 2004
Biblioteca Básica de Quito BBQ/4
TO M O I
Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
Fernando Jurado Noboa
Protagonistas y calles en sentido oriente-occidente, de 1534 a 1950, de la calle Egas a la calle Chile
7 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Ciudad: calles, casas, personas e historia
D
E LOS TANTOS MILES, O MILLONES, DE CIUDADES DEL MUNDO, SOLO UNAS POCAS DETENTAN EL TÍTULO
HUMANIDAD. NO PORQUE EN TODAS ELLAS NO HAYA VIVIDO GENTE, DESMADEJADO LA TRAMA DE SUS VIDAS, SUS PASIONES, SUS ASPIRACIONES, Y DEJANDO HUELLA DE SU CULTURA, QUE ES LO DISTINTIVO DE LOS SERES HUMANOS, SINO PORQUE SOLO EN ALGUNAS DE ELLAS ESE TESTIMONIO DEL PASADO ES DE UNA CALIDAD EXTRAORDINARIA Y SE CONSERVA, ADEMÁS, CON ESMERO, CUIDÁNDOLO Y PROTEGIÉNDOLO. Y DE ENTRE TODAS ESAS CIUDADES QUE HOY INTEGRAN LA LISTA DEL PATRIMONIO MUNDIAL, LA PRIMERA DE TODAS, LA QUE FUE DISTINGUIDA ANTES QUE NINGUNA, FUE LA CIUDAD DE QUITO, CAPITAL DE LOS ECUATORIANOS. A ELLA LE ACOMPAÑÓ SOLO OTRA CIUDAD, UNA CAPITAL PROVINCIAL EN POLONIA, CRACOVIA. DE
PATRIMONIO CULTURAL
DE LA
¿Qué vieron los integrantes del Comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en Quito para ser la que inaugurara esa lista de ciudades y sitios patrimoniales? Vieron sus componentes arquitectónicos, la acumulación de templos, iglesias, capillas y conventos de gran factura, pletóricos de pinturas y esculturas, y vieron también la homogeneidad de su arquitectura, y sus calles, y el trazado de estas, y la ubicación tan particular de la ciudad. Y vieron, también, que había un trabajo hecho, una delimitación del área histórica, y una voluntad de conservarla en su integridad y en cada uno de sus componentes. Ese trabajo fue hecho por personas concretas: decenas de quiteños y de ecuatorianos avecindados en Quito y ya hijos de ella, que habían ido construyendo, pacientemente, la conciencia del valor de su ciudad. Entre ellos, de manera principal, como lo reconoce la dedicatoria de este libro, Rodrigo Pallares Zaldumbide, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, y Fray Agustín Moreno O.F.M., el historiador franciscano que había publicado un libro de gran importancia para el conocimiento y valoración de Quito. El año 2003, Quito, con su municipalidad a la cabeza, celebró, a lo largo de sus 12 meses, pero en particular el 8 de septiembre, los 25 años de la declaratoria de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad. No se trató solo de la celebración de un hecho acaecido hace un cuarto de siglo, conmemoración jubilosa de uno de los títulos de la ciudad. Se trataba, también y sobre todo, de una celebración viva de una ciudad que nos define y de la que estamos orgullosos, de una ciudad que nos acoge y nos interpela, que nos desafía y nos acuna. Mejor que las ceremonias y los conciertos, las sesiones y los congresos, los festivales y los desfiles, que también de eso hubo, y de gran calidad, la celebración de los 25 años de la patrimonialidad de Quito se marcó por un hecho: la reubicación, pacífica y concertada, de 10.000 comerciantes informales que habían venido ocupando desde hace medio siglo cada vez más calles y plazas del centro histórico. Se decía que era imposible lograrlo. Y ante esa imposibilidad, se habían bajado los brazos, y se dejaba hacer, y la ocupación se extendía y se extendía, con mafias que alquilaban los espacios en las aceras y calzadas. Felizmente, la municipalidad hizo un descubrimiento importante cuando se dio cuenta, hace unos pocos años, que esos comerciantes no eran un “virus”, ni una “mancha”, ni unos “invasores”, como se les llamaba hasta entonces, sino que jugaban un papel en la economía de la ciudad, sobre todo de sus clases populares, y que el asunto no era “eliminarlos” o “expulsarlos” sino que había que reubicarlos, como en efecto se hizo.
8 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Es importante este señalamiento al escribir la presentación del libro de Fernando Jurado Noboa sobre las calles y plazas del centro histórico de Quito, porque cuando editó su primera versión, hace 20 años, esas calles y esas plazas estaban ocupadas en su mayoría, y habían dejado de cumplir la función para la que fueron hechas: la libre circulación de peatones y vehículos. Y hoy, cuando se edita y se lanza esta nueva versión, mucho más completa y enriquecida, esas calles y plazas han recuperado su papel, su dignidad y su prestancia. Por eso, el libro de este dedicado investigador, es otra celebración de esa Quito eterna, de la que hablaba el P. Agustín Moreno en los sesentas del siglo pasado y de la Quito recuperada y remozada por el Fondo de Salvamento (FONSAL) del Municipio, y por todas las otras instancias que se empeñaron en ponerla de nuevo con el brillo y la calidad urbana que se merece esta joya de la humanidad. Este libro constituye otra manera de celebrar la ciudad porque nos recuerda cómo eran esas calles, cómo se llamaron a lo largo de la historia, quiénes construyeron sus casas, quiénes vivieron en ellas. De esa descripción emerge una pintura de la riqueza humana y arquitectónica de Quito y cómo fue evolucionando, porque el centro se llama “histórico” porque acumuló cambios a lo largo de siglos, ya que se trata de una ciudad viva, habitada, no de unas ruinas donde ningún corazón late ni ninguna relación se teje. Ciudad es, como titulé esta presentación: calles, casas, personas e historia. Esto es lo que el libro del doctor Jurado Noboa nos muestra en estos dos tomos repletos de datos. Siguiendo la trama urbana, de oriente a occidente, de norte a sur, vamos como fisgoneando en cada casa para ver cómo es que está allí, quiénes la poseyeron, qué inquilinos tuvo, y cómo se relacionaba con el barrio. Se trata de una investigación ciclópea: la evolución de la ciudad desde su fundación española, a lo largo de los siglos. Es producto de miles de fichas, de miles de horas de estudio: Es también el producto de la historia oral, porque se basa, para el siglo 20, sobre todo, en decenas, centenares de conversaciones. En este sentido, es una muestra de la investigación de laboratorio con la investigación de campo, de la búsqueda archivística y bibliográfica y de la entrevista en vivo. Por eso, la Municipalidad de Quito y el FONSAL, cuyo directorio presido, se complacen en presentar este libro, que como el propio autor dice, es muy distinto de su obra anterior sobre el mismo tema, y viene a constituirse en una obra clave para conocer a fondo a Quito, Patrimonio de la Humanidad, al culminar este año en que hemos sido, además, Capital Iberoamericana de la Cultura.
Quito, Noviembre de 2004
Paco Moncayo Alcalde Metropolitano de Quito
9 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
El Autor y su obra
F
DE
REVISTA
“ARCHIVOS
ERNANDO JURADO DOCTOR EN
ES DOCTOR EN MEDICINA
(QUITO 1975)
Y
PSIQUIATRÍA POR LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA (PAMPLONA, 1979).
PROFESIONALMENTE
DEPARTAMENTO
(QUITO 1949),
HA SIDO POR CASI UN CUARTO DE SIGLO
PSIQUIATRÍA DE
EN EL INSTITUTO DE
NEUROPSIQUIATRÍA”,
CRIMINOLOGÍA,
DIRECTOR
DEL
DIRECTOR DE LA
PROFESOR DE NIVEL MEDIO SUPERIOR Y DE
POSTGRADO Y GESTOR DE UNA LARGA CONSULTA PRIVADA.
EN
OTRO ÁMBITO HA DESA-
RROLLADO DE MANERA CRÓNICA UN RASTREO DOCUMENTAL Y TESTIMONIAL SOBRE MUCHOS HECHOS HISTÓRICOS DE LA VIDA CUOTIDIANA DEL PAÍS, CENTRADO ENTRE
BARBACOAS
POR EL NORTE Y LA PROVINCIA DE
ZONA NOROCCIDENTAL DEL PAÍS.
BOLÍVAR
POR EL SUR, ASÍ COMO EN LA
AUTOR DE CASI 60 VOLÚMENES Y DE MEDIO MILLAR DE
ARTÍCULOS MONOGRÁFICOS, POR LO MENOS DIEZ DE SUS LIBROS HAN SIDO DE LOS MÁS VENDIDOS EN LIBRERÍAS DE
QUITO EN SUS RESPECTIVOS AÑOS DE EDICIÓN.
La presente obra tuvo su mayor fase de investigación en el Archivo Nacional del Ecuador entre 1980 y 1982 en un horario muy sui géneris (de 6 a 9 de la mañana y de 2 a 4 de la tarde) gracias a la colaboración y al entendimiento del director de ese entonces Alfredo Costales. Una primera versión la editó en octubre de 1989 el Banco Central del Ecuador en un solo tomo, esta nueva versión ampliada, cuatro veces más extensa que la anterior, da una visión muy detallada sobre nuestra historia urbana y desde la cotidianeidad de nuestras gentes en casi cinco siglos de evolución. Fernando Jurado es miembro de Número de la Academia de Historia desde hace 25 años y en los 3 últimos años fue Director de sus publicaciones, gestando las colecciones Centenario y Testimonio. Como fundador y Presidente de la Sociedad Amigos de la Genealogía ha desarrollado uno de los más exitosos proyectos editoriales: la colección SAG que va ya por los 200 volúmenes.,
BIBLIOGRAFÍA DEL DOCTOR FERNANDO JURADO NOBOA ENTRE 1980 Y 2004 (OBRAS COMPLETAS) 1. -
El Dr. Joaquín Suárez de Villacreses y sus orígenes en el Mayorazgo de Salamanca, Ceniga, Ambato, 1980.
2. - Las Coyas y Pallas del Tahuantinsuyo, Gallo Capitán, Otavalo, 1983. 3. - Los Argüello en el Ecuador, 450 años de historia, Servimpress, Quito, 1984. 4. - Los Porras y los Garcés en el Ecuador, Servimpress, Quito, 1984. 5. - Los Cornejo en la historia política del Ecuador, Servimpress, Quito, 1985.
10 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Los descendientes de Benalcázar en la formación social ecuatoriana, 6. - Tomo I, Servimpress, Quito, 1984. 7. - Tomo II, Servimpress, Quito, 1985. 8. - Tomo III, Servimpress, Quito, 1985. 9. - Tomo IV, Servimpress, Quito, 1985. 10. - Tomo V, Servimpress, Quito, 1985. 11. - Tomo VI, Servimpress, Quito, 1986. 12. - Tomo VII, Servimpress, Quito, 1987. 13. - Tomo VIll, Arte Gráfica Publicidad, Quito, 1990. 14. - Los Noboa de la Sierra, Servimpress, Quito, 1985. 15. - Los Vásconez en el Ecuador, Servimpress, Quito, 1986. 16. - Los Larrea, burocracia, tenencia de la tierra, poder político, crisis, retomo al poder y papel en la cultura, Servimpress, Quito, 1986. Los Ribadeneira, antes y después de Colón, 17. - Tomo I, Servimpress, Quito, 1987. 18. - Tomo II, Servimpress, Quito, 1987. 19. - Tomo III, Servimpress, Quito, 1987. 20. - Plazas y Plazuelas de Quito, Banco Central del Ecuador, Quito, 1989. 21. - Calles de Quito, Banco Central del Ecuador, Quito, 1989. 22. - Un vasco aragonés y su descendencia en el Ecuador: Los Chiriboga, Servimpress, Machala, 1989. La migración internacional a Quito, 23. - Tomo I, Talleres J.M. Rodríguez, Quito, 1989. 24. - Tomo II, De dónde venimos los quiteños, Talleres J.M. Rodríguez, Quito, 1990. 25. - Tomo III, Los españoles que vinieron, Gráficas Vanesa, Quito, 1993. 26. - Esclavitud en la Costa Pacífica, Iscuandé, Tumaco, Barbacoas y Esmeraldas, siglos XVI al XIX, Instituto Afroecuatoriano, Cayambe, 1990. 27. - Sancho Hacho, orígenes de la formación mestiza ecuatoriana, Cedeco, Quito, 1990. 28. - El Chulla Quiteño, nacimiento, vida y agonía de un prototipo citadino, Arte Gráfica Asociados, Quito, 1991. 29. - Contribución de la Sociedad de Amigos de la Genealogía a la Cultura Ecuatoriana, Artigráfica, Quito, 1991. 30. - Los secretos del poder socioeconómico, el caso Dávalos, Offsestt Impresores, Quito, 1992. 31. - El proceso de blanqueamiento en el Ecuador, de los Puento a los Egas, Offsestt Impresores, Quito, 1992. 32. - Los Mancheno en el Ecuador, 270 años de historia, Talleres de J. M. Rodríguez, Quito, 1992.
11 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
33. - Casas del Quito Viejo, Talleres de J.M. Rodríguez, Quito, 1992. 34. - Los Donoso en el Ecuador, 1640-1992, Impresiones América, Quito, 1993. Las Noches de los Libertadores, 35. - Tomo I, IADAP, Quito, 1993. 36. - Tomo II, IADAP, Quito, 1993. 37. - Historia social de Esmeraldas, volumen I, indios, negros, mulatos, españoles y zambos del siglo XVI al XX, Editorial Delta, Quito, 1995. 38. - Las mujeres que Montalvo amó, Editorial Lennon, Medellín, 1995. 39. - Las Quiteñas, Dinediciones, Quito, 1995. 40. - Los pendejos en Quito y sus alrededores, 1534-1980, C-A ediciones, Quito, 1996. Historia Social de la Provincia de Bolívar, 41. - Tomo I, Casa de la Cultura, Quito, 1996. 42. - Tomo III, Casa de la Cultura, Quito, 1996. 43. - Tomo V, Casa de la Cultura, Quito, 1998. 44. - Tomo VI, Casa de la Cultura, Quito, 2001. 45. - Los Corral en el Ecuador, Producción Gráfica, Quito, 1996. 46. - Quito, una ciudad de casta taurina, historia del toro y de la Fiesta Brava entre el siglo XVI y principios del siglo XX, C-A ediciones, Quito, 1996. 47. - La Ronda, nido de cantores y poetas, crónica de sueños, Libresa, Quito, 1996. 48. - Las Peñas, historia de una identidad casi perdida, Banco del Progreso, Quito, 1997. 49. - Un soldado de Bolívar en Ambato, Fundación Cuesta Holguín, Quito, 1998. 50. - Quito Secreto, Grupo Cinco, Quito, 1999. 51. - Alfaro y su tiempo, Producción Gráfica, Quito, 1999. 52. - Las gentes del Corregimiento, lo rural, letras A-B, Instituto Otavaleño de Antropología, Otavalo, 2001. 53. - Los Paz en el Ecuador y en el sur de Colombia, un modelo histórico de movilidad social doble, Producción Gráfica, Quito, 2001. 54. - Vida cuotidiana colonial y republicana en la Sierra Centro Norte, el caso de la familia Villagómez, Producción Gráfica, Quito, 2002. 55. - Los Albornoz, familia fundadora del país, Producción Gráfica, Cuenca, 2002. 56. - Diccionario histórico genealógico de apellidos y familias de origen quechua, aymará y araucano, ediciones T-H, Quito, 2002. 57. - Los Veintemilla en la sierra central y norte del Ecuador y en Lima, Producción Gráfica, Quito, 2003. 58. - Calles, casas y gentes del Centro Histórico de Quito, Tomo I, FONSAL, Quito, 2004.
12 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
13 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
D E D I C ATO R I A
A
Rodrigo Pallares Zaldumbide y a fray Agustín Moreno Proaño, semiolvidados gestores de que Quito fuera declarada Patrimonio de la Humanidad en septiembre de 1978. Al primero como su gran artífice, al segundo, como autor de Quito Eterno, la obra que hizo posible la práctica final de ese histórico empeño.
QUITO, SEPTIEMBRE 6 DE 2003 FERNANDO JURADO NOBOA
Tienden a desaparecer las denominaciones de Carreras que huelen a coloniaje, cuando algunas calles que se enorgullecían de ser REALES eran caminos públicos sin pavimentación, que añoraban quizás el paso de las Cajas Reales y del Cajón de España. Seguramente eran las zonas preferidas por donde se efectuaban ciertos desfiles y procesiones coloniales. Todavía es típica la manera de orientarse de cierta gente que no se ha tomado la molestia de fijarse en el plano de Quito y aprender de memoria el bautizo de las rúas principales. Toma las señas más visibles o mide las calles usando la diestra o la zurda. Averigua alguien por el domicilio de persona de viso. Individuos comedidos y serviciales se apresuran a darle indicaciones: <<Siga Usted recto por aquí >>, le dicen con honda convicción: <>. Si les inquieren por la calle y el número del domicilio se encogen de hombros, hacen una mueca y continúan su camino, moviendo la cabeza.
ALEJANDRO ANDRADE COELLO ARTÍCULO DE DIARIO EL COMERCIO, QUITO, 6 DE DICIEMBRE DE 1934
16 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
17 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Algunas palabras introductorias
E
N EL PRIMER SEMESTRE DE
1975, MIENTRAS CURSABA EL SÉPTIMO AÑO DE MEDICINA,
EN MIS HORAS LIBRES EMPECÉ A ESTUDIAR CON DETENIMIENTO TODAS LAS ESCRITURAS DE COMPRA VENTA Y LOS TESTAMENTOS, GESTADOS EN LAS SEIS
ANTIGUAS NOTARÍAS DE LA CIUDAD, ENTRE
1750 Y 1875. AQUELLO FUE COMO SUMERGIRSE EN UN ROMPECABEZAS TREMENDAMENTE AGRADABLE, EN DONDE GENTE, CASAS Y RINCONES EMPEZARON A RECOBRAR UN SENTIDO VITAL DE PERTENENCIA Y DE VIDA.
Viví tres años en Pamplona (1976-1979), cursando el Postgrado en Psiquiatría en la Clínica Universitaria de esa afamada ciudad. Los fines de semana, la milenaria POMPELIUM de los romanos me mostraba sus viejísimas casas medioevales que una feroz vocación por la identidad había conservado. Entre asombro y asombro, encontré en las piedras, los ángulos y los estilos el revelador y preciso testimonio de muchas coordenadas históricas. Quizás por eso, al volver al país, decidí completar aquella investigación primaria, estudiando entonces a cabalidad, entre septiembre de 1980 y diciembre de 1982, en cuantas horas pude, los documentos de la capital en sus mismas seis antiguas notarías, desde 1563 hasta 1750, cuando se había cortado el anterior proceso inve s t i gativo. En homenaje a mi labor profesional de médico y profesor, el Director del Archivo, Alfredo Costales, me abría las oficinas a las seis de la mañana, de tal manera que yo gozaba inve s t i gando las tres primeras horas de esas lúcidas mañanas. Fue así que, a partir de enero de 1983, decidí zurcir todas esas notas, partiendo de una enorme dificultad que antes no había previsto: los millares de fichas estaban ordenadas en estricto orden alfabético de personas, pero no por calles, de tal manera que durante varios meses y luego de terminar mis labores cotidianas de profesional y de maestro, de nueve a doce de la noche, debí leer todas las fichas y ponerlas en tres cajones: uno de plazas, otro de calles en sentido norte sur y un tercero de calles en sentido este-oeste. Obviamente, luego vino una segunda clasificación exacta por calles, una tercera por cuadras y finalmente una cuarta catalogación cronológica.
18 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Esa es la historia de los dos tomos presentados al Banco Central para ser editados en ese entonces: PLAZAS DE QUITO
Y
CALLES DE QUITO, que durmieron seis años en alguna gaveta hasta que tuvieron la
suerte de ver la luz. Fue muy triste la pérdida de más de cien fotografías originales entregadas junto con los originales. Cuando las reclamé, los funcionarios se traspasaron las responsabilidades de uno a otro: el que más probablemente las tenía estaba huído o se desconocía su paradero. Pero bueno, lo importante es que los libros vieron la luz en octubre de 1989. Mientras tanto, en 1985 pude volver a Pamplona y al País Vasco y contemplé aterrado como, en las zonas rurales, las viejas casas — algunas del siglo XIII — habían cedido su puesto a modernos condominios. Ventajosamente, años más tarde, la gente se arrepintió de esta necedad y en la última década Pamplona y las ciudades vecinas han visto renacer muchas de sus viejas casonas —sobre todo del siglo XVIII— total y bellamente restauradas.
¿Es la presente, acaso, una segunda edición de la obra que apareció hace catorce años? Creemos que definitivamente está tan modificada que realmente es un libro diferente.
Es que esta pasión congénita por reconstruir el pasado me ha seguido dando impulso para llenar cuantos espacios vacíos se ha podido, consciente de que la historia es un proceso que no conoce límites: cualquier vida le permite al historiador dedicarse a ella sola con singular empeño, de tal manera que las vidas de 40 calles y 2 500 casas con sus dueños, tiendas, alquilones y estilos, dan para varias vidas, quizás para cientos de ellas.
En la obra escrita en 1983 no pudieron constar los detalles que me enseñó desde 1984 Eulalia Calisto de Terán sobre la calle Venezuela, Hilda Zambrano de Ribadeneira Sáenz sobre su calle Bolívar o Ernesto Chiriboga Ordóñez sobre las Cuatro Esquinas, pero hoy esos testimonios, como los de muchos eruditos que nos entre ga ron su vivísimo recuerdo, se han incorporado ya a estas nuevas páginas. Y es que hay cosas que penosamente no constan en los documentos: la historia de una tienda, de un figón célebre —acaso refugio y cuartel de poetas y bohemios— de los inquilinos; los detalles vitales quedan solo en la memoria; siempre que esta sea de la clase que se pertenece a la categoría de respetable y probada.
19 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Fue por aquella vocación que, entre 1988 y 1992, tomé varios apuntes de la sección PADRONES del Archivo Municipal de Quito; entre los años 1989 y 1991 decidí completar la visión de la ciudad avanzando en el análisis de las escrituras hasta 1914; desde 1991 hasta 1995 gocé de las tertulias de Juan Escobar Pallares, verdadero <<doctor en quiteñidades>> que se conocía Quito al dedillo y por quien aprendí muchísimo sobre la historia urbana entre 1920 y 1950. Riqueza de recuerdos parecida, sobre algunos sectores de la urbe, se la debo a Anita Musello Durango, que, aunque guarandeña, sabía mucho de ese Quito que se fue y que para ella estuvo vivo entre 1907 y mediados de siglo. Ese mismo año 91, y luego el 92, también fueron pródigos para cumplir varios objetivos: quiteños sapientes me entregaron cuanto sabían sobre sus viejas calles de vecindad en los años 20 al 40 de aquel siglo: Pepe Jijón Gómez de la Torre para la Alameda, Jaime Dousdebés para la Loma Grande, los hermanos Byron y Gabriel Córdova Rivadeneira para las calles Oriente, Guayaquil, Esmeraldas, Venezuela y todo lo circundante a la Plaza del Teatro, Leonardo Mera Cárdenas para la calle Olmedo, Jorge Salazar Barba para el barrio de la Loma Chica, Eugenia Mateus de Peñaherrera para la calle Vargas, etc.
En las sesiones de la SAG (Sociedad de Amigos de la Genealogía), procuramos incentivar a los socios a que nos dieran charlas sobre sus calles y sus barrios para luego editarlas. Inolvidables fueron una que dio a principios de 1994 Manuel de Guzmán Polanco sobre su barrio de Santa Bárbara y, poco después, otra de Vicente Muñoz Franco sobre el Quito nocturno de los años 40 y 50, partiendo desde el Mesón. Por entonces Bolívar Chiriboga Donoso escribió sus recuerdos sobre la calle Chile. Traté de no desperdiciar ninguna oportunidad: en Guaranda, por ejemplo, hallé a partir de abril de 1995, dos figuras llenas de recuerdos sobre el Quito de los años 30 y 40: el notable abogado Oswaldo Vásconez Espinosa, quien con su esposa, Haydée Toledo Vizuete, llenaron varias de mis fichas de investigación. En el primer semestre de 1998, volví a revisar, en nuestro Archivo Nacional, cosas de la vida urbana en el período 1820-1840. En la última década, el material que ha editado nuestro Archivo Nacional, merced a las gestiones de ese Quijote femenino que es Grecia Vasco, ha develado también muchos
20 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
aspectos de nuestra vida urbana; en el año anterior —2002— y en este he revisado con detenimiento colecciones de los periódicos LA PRENSA, EL DÍA Y EL COMERCIO entre principios de siglo y 1935 que, especialmente a través de sus avisos comerciales, logran hacernos reconstruir de una manera bastante precisa muchos asuntos cotidianos. En octubre del año 2002 y merced a la fineza del académico Fray Luis Octavio Proaño, pude revisar el cuatricentenario archivo de la Orden de la Merced, donde también se hallan preciosos testimonios. Así, esta obra apunta varias innovaciones importantes con respecto a la editada en 1989, que pueden sintetizarse de esta manera: • He preferido empezar por las calles del sentid oriente-occidente, porque ellas guardan mejores testimonios arquitectónicos que las que van en sentido norte-sur. La razón es una sola: la gente de mejores posibilidades económicas buscaba siempre las calles que iban en dirección a la Plaza Mayor o a las grandes plazas ciudadanas. Esas callecitas primeras transversales eran sitio de morada —en su m a y o r í a—de personas de menores recursos, que tienen o tenían posibilidades de tirar sus casas y reconstruirlas. Ellas fueron morada de pintores y poetas, es una ventura, pues, que allí existan más testimonios. • En la edición de 1989 partí de la calle Briceño al norte de la ciudad, pero los viejos planos de Quito me demostrarían que la ciudad empezaba en la actual calle Egas, en el sector de la Alameda, de tal manera que aumenté el espectro hacia el norte. • Añadí también la calle Antepara y el pasaje Royal en el centro de la ciudad, como arterias que no deben ser olvidadas. • En el sentido temporal he avanzado alrededor de medio siglo en la investigación, es decir hasta 1950. Aparte de los documentos y de la nueva bibliografía consultada, me han sido también de gran ayuda las guías de la ciudad editadas en 1922 —llamada G UÍA
COMERCIAL GEOGRÁFICA,
obra de ese
olvidado gestor de la cultura, el cañarense Gonzalo Orellana Pozo—, la de 1928 —titulada DIRECTORIO GENERAL DE LA REPÚBLICA, obra del latacungueño Julio Vizcaíno Viteri— y la de 1950, esta última por <>, a cargo del Dr. Emilio Gangotena Morán. • Pe ro quizás, el asunto que me ha parecido más substancial ha sido incorporar mayor material humano a los textos, pues definitivamente las calles pueden tener de hecho el sentido de lo impersonal. Y estos añadidos profundos quieren tener dos vertientes: una, el sumar las acciones de los grandes ecuatorianos que vivieron en determinados sitios de la ciudad y les dieron sabor e identidad a las calles; otra, a base a esas palabras previas de don Alejandro Andrade Coello, de que hasta hace 70 años los quiteños <<no teníamos nomenclatura>>, queremos también asumir y re s c atar los nombres populares de las cuatro primeras décadas del siglo XX, que aunque hayan dura-
21 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
do cinco o diez años, merecen ciertamente la incorporación al discurso histórico. Decir por ejemplo, <> o <>, significa innumerables cosas y detalles por detrás de esos simples enunciados. Muchos lectores se preguntarán el porque de no haber incorporado los barrios y las calles que corresponden a la llamada primera expansión de Quito, tanto al norte como al sur, es decir las ciudadelas Larrea, Urrutia, El Batán, América, La Mariscal, La Magdalena, etc. La razón es muy simple: esta obra toma las calles que ya existían a finales de la Colonia y definen lo que es el casco central de la ciudad. En realidad tenemos ya bastante material respecto de las primeras urbanizaciones, pero esa es materia de otro trabajo. G e n e rosos pro ve e d o res de datos han sido, también, en estos últimos 20 años, personas como M e rcedes Luna Tobar, Jorge Luna Yepes, Jaime Camacho Sosa. En cada calle y sector los nombre s de los pro ve e d o res de datos se vuelven casi innumerables. Ve r b i gracia: la calle Junín, dejo constancia de Luis Alfonso Ortiz, Jaime Guarderas Alomía, José Vicente Pallares, Lola Pérez de Eastman, Xavier Villasís, familia Bilbao Ortiz. Y la familia Almeida García y Miguel Angel Benalcázar. Para todos ellos mi perenne reconocimiento. Es importante acotar que tratándose de casas esquineras, el lector deberá buscar las dos calles de cruce, tanto en el tomo uno como en el dos. Quisiera también advertir que las placas que constan en las calles del centro de Quito con los supuestos nombres antiguos de esas calles deben desapare c e r, pues están muy mal puestas. Quienes lo hicieron pensaron que la nomenclatura colonial era igual a la actual, craso erro r, pues cada cuadra de la ciudad tenía un nombre diferente, nombre además que iba cambiando según los factore s históricos y sociales. Sea este un homenaje a la ciudad al haberse conmemorado los primeros 25 años de su declaratoria patrimonial y sea permitido expresar mi gratitud a quienes han hecho realidad este proyecto: Horacio Sevilla Borja, Carlos Pallares Sevilla y Alfonso Ortiz Crespo.
23 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Egas
T
1740 COMO COLETI EN 1763 IDENTIFICAN A ESTA CALLE EN UNA EXTENSIÓN DE MÁS DE DOS CUADRAS HACIA EL ITCHIMBÍA, CON CINCO CASAS HACIA EL LADO NORTE Y APENAS DOS HACIA EL SUR. ANTO LOS ACADÉMICOS FRANCESES EN
Esta calle figura claramente en el plano de Manuel Villavicencio. Aunque aún sin nombre, muestra además unas cinco casas en la acera norte y dos en la acera sur. El plano hecho por Gualberto Pérez en 1888 revela en cambio una calle Egas prácticamente vacía, pues apenas asoman a ella los costados de las casas de la Av. Colombia y de la calle Los Ríos actuales. Según la Guía de 1894, en el lado sur de la calle estaba la casa de Simón Mantilla. El plano de Higley en 1903 la individualiza ya como calle y tenía por entonces una sola cuadra y una sola casa. En 1950 registramos a los siguientes vecinos de la calle:
1-70: Gabriel Márquez
4-63: Álvaro Ponce y Gonzalo Ávila Saá
1-94: Jaime Recalde M.
4-72: Luis Jarrín Maldonado
2-18: Ángel Polibio Vaca
5-51: Alfredo Tamayo
2-34: Judith Jaramillo
5-55: Zoilo Valencia
2-38: Humberto Moya
5-86: Dr. Eudoro Andrade Cabrera,
4-03: Jorge Alvarado Ojeda
natural de Gualaceo
4-55: Gustavo O. Rivadeneira
24 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Historia de la calle Castro
E
STE SENDERO PRIMITIVO APARECE GESTÁNDOSE RECIÉN A PRINCIPIOS DEL SIGLO
XVIII,
LOS PLANOS DE ALREDEDOR DE
1740
REVELAN QUE TENÍA DOS CUADRAS
HACIA EL ORIENTE, SE MIRAN DOS CASAS EN LA PRIMERA CUADRA, EN EL LADO
NORTE, Y UNA CASA EN LA SEGUNDA CUADRA, EN EL MISMO LADO NORTE.
Villavicencio, en su plano de 1858, identifica plenamente la calle, aunque tampoco le da nombre. Estaba muy poco poblada, pues solo tenía tres casas en su acera norte. La calle Castro también está vacía en el plano de Gualberto Pérez, apenas estaba construida la casa donde luego estaría la de Jorge Villagómez; mientras la esquina sur, donde luego se levantó la casa de los Jijón, se revela absolutamente vacía, incluido todo el lado que miraba a la Colombia, entre Castro y Espinosa actuales. En 1903 seguía siendo un sendero con una casa única en el lado sur. El plano de 1922 revela que su extensión era únicamente de una cuadra. Luego de ella, se mira un pequeño pasaje intermedio. En las décadas de los treinta y los cuarenta, vivían en el lado norte: en la esquina con la Av. Colombia, el Dr. Jorge Villagómez Yepes, conocido jurista; más arriba, doña Matilde Muñoz Muñoz de Bustamante, y finalmente la familia León Sarasti. En cambio, en el lado sur, luego de la casa de José Ignacio Jijón Gangotena, estaba la casa en que moraba el Dr. Camilo Octavio Andrade López con su esposa doña Ana Rosa Pino Roca; luego la casa de los Buitrón; dos casas pequeñitas, y finalmente la de los hermanos Gangotena Chiriboga.1 En 1950 se registraron en esta calle los siguientes propietarios, cuando la calle tenía ya cinco cuadras y se hallaba incrustada en pleno Itchimbía. Hay que tomar en cuenta que la numeración en Quito siempre parte desde el punto distal más oriental:
1
Testimonio de sus vecinos: Flor Villagómez Yepes, José y Patricio Jijón Gómez de la Torre.
1-19: Miguel Najas
4-56: Ricardo Játiva
2-00 y 2-03: Juan Francisco Baca Proaño
4-66: Leticia Rodríguez de Villa
2-71: Alfonso Montesinos Burbano
5-41: Luis Alfredo Solís O.
4-05: Remigio Noroña y Gastón Noroña
5-44: Ramiro Patricio Muñoz
Granda
5-55: Camilo Andrade
4-10: Telmo H. Muñoz
5-68: Alfredo Ante Quijano
4-24: Manuel Pacheco Mendoza
5-86: Dr. Jorge Villagómez Yepes
25 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia del pasaje
Vásconez Gómez (entre Castro y Espinosa)
L
OS PASAJES EMPEZARON A PONERSE DE MODA EN
QUITO EN LA DÉCADA DE LOS AÑOS
VEINTE DEL SIGLO PASADO. LOS PRIMEROS, SI COMENZAMOS EN EL NORTE, FUERON LOS SIGUIENTES:
• El pasaje Vásconez Gómez. • El Cordovez, que tenía su salida a la calle Espinosa y era extremadamente corto. • El Chiriboga, entre las calles Guayaquil y Esmeraldas. • El Royal, que cruzaba de lado a lado las calles Venezuela y García Moreno. • El Tobar, entre las calles Guayaquil y Sucre. • El Pérez Quiñones, entre las calles García Moreno y Bolívar. Esta pequeña callecita constituyó una especie de rincón residencial privado. En 1928 se registraron solo dos personas en el pasaje: Luis Barberis Jaramillo, que vivía en el número 43, y Víctor Manuel Pérez Perozo, funcionario de la Embajada de Venezuela en el país, que vivía en el número 1-81. Se puso de moda, especialmente en los años 30, cuando se mudaron allí personas muy 2
3
Héctor Coral: BIOGRAFÍA DE G ALO PLAZA, colección Academia de Historia, Quito, 2003.
conocidas de la ciudad, como Galo Plaza Lasso —recién casado con Rosario Pallares Zaldumbide—,2 el
Testimonio del Dr. Franklin Tello Mercado, Quito, 1983.
En 1934 vivió en un modesto departamento de esta calle don Luis Enrique Osorio, colombiano, en
Cnel. Aquilino Vásconez Naranjo, Luis Barberis Jaramillo y Eduardo Salazar Gómez.3
unión de su esposa y una hija de diez años. Osorio era asesor del Ministerio de Educación, por nom-
26 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
bramiento directo del Presidente Velasco en su primer mandato. Fue una de las poquísimas personas que gozó de la confianza total del mandatario, quien en algunas ocasiones compartía la modestísima cena de los Osorio. Esa casa está llena de recuerdos de la época de ese primer velasquismo de once meses de duración.4 Conocemos la estructura exacta para 1948: en el lado izquierdo o norte de la calle vivía la familia Fierro Jarrín, luego Luis Barberis Jaramillo con los Barberis Fernández y finalmente Julio Vásconez Delgado con la familia Vásconez Fierro. En el lado derecho o sur vivía la señora Palacios Alvarado, viuda de Ricardo Espinosa Astorga.5 Al terminar la parte plana, había unas gradas que limitaban con la casa en que moraban el joven Sixto Durán Ballén Cordovez con su tía Lucía Cordovez Cayzedo, esposa del notable intelectual Francisco Guarderas Pérez. Al final del pasaje se encontraba el pasaje Vásconez Gómez, que venía a ser paralelo a la Av. Colombia, en él vivía en esa fecha el Cnel. Aquilino Vásconez Naranjo, latacungueño, y también estaba allí el colegio de las Mercedarias, que arrendaban una casa para su internado. En 1950 aparecen viviendo allí las siguientes personas: 1-25: Adolfo Velasteguí 1-34: Arturo Peñaherrera Floresguerra 2-10: Dr. Clodoveo Alcívar Cevallos 2-11: José María Donoso Lasso
Historia de la calle Javier Espinosa
F
UE TAMBIÉN DURANTE LARGO TIEMPO UN SIMPLE SENDERO.
HACIA 1740 TENÍA TAMBIÉN DOS CUADRAS, LA PRIMERA —LA MÁS CERCANA A LA ALAMEDA— TENÍA TRES CASAS, Y DOS, LA SEGUNDA.
4
5
Franklin Tello: EL VELASCO IBARRA QUE YO CONOCÍ , manuscrito inédito. Testimonio de Flor Vi l l agómez Yepes, Quito, octubre de 2003.
En el plano de 1888, puede verse que esta calle avanzaba casi dos cuadras internándose hacia el oriente, todo el lado sur estaba prácticamente construido, no así el lado norte. Según la Guía de 1894, solo había construcciones en el lado sur de la calle: las dos casas de doña Rosario Noboa Páez de Navas, oriunda de Cayambe, y en tercer lugar, la casa de Fidel Corral.
27 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
A principios del siglo XX tenía tres casas en la sola cuadra de su extensión: una en la acera norte y dos en la acera sur. El plano de 1922 muestra que su trayecto era únicamente de una cuadra. En 1950, en el número 1-25 funcionaba el colegio Gran Colombia.
Historia de la calle Elizalde
F
UE TAMBIÉN SENDERO LARGO TIEMPO, GESTADO IGUALMENTE SOLO DESDE PRINCI-
XVIII, COMPRENDÍA DOS CUADRAS, CON DOS CASAS EN CADA UNA DE ELLAS, ALREDEDOR DE 1740. PIOS DEL SIGLO
En 1880 la calle avanzaba alrededor de dos cuadras hacia el oriente, pero estaba exenta de construcciones, pues apenas mostraba los costados de las dos casas esquineras que miraban a la primitiva calle Guayaquil. La GUÍA de Jiménez revela, en 1894, estos propietarios: en un lado las casas de Consolación Rodríguez, Antonio Moscoso Espinosa (padre de los Moscoso Rivadeneira y abuelo de los Moscoso Loza) y finalmente Manuel Aguirre, ya en la esquina con la calle Los Ríos actual. Al frente estaban solamente dos casas: la de David Silva y la casita de campo del Dr. Carlos Rodolfo Tobar Guarderas, notable ecuatoriano. En la primera de estas casas vivía el conocido farmacéutico Dr. 6
7
Adolfo Jiménez: GUÍA QUITO , 1894.
DE
Veáse nuestra obra EL C HULLA Q UITEÑO, Quito, 1991.
Canuto Silva Terán,6 luego gran hacedor de cosas e ilustre quiteño por adopción.7 En 1903 seguía teniendo una sola cuadra, pero estaba ya algo poblada, pues tenía seis casas, cuatro en la acera norte y dos en la acera sur.
28 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
El plano de 1922 revela que avanzaba una cuadra y media hacia el oriente. Al principio de la década de los treinta, el conocido político liberal Dr. Abelardo Montalvo Alvear tenía una quinta en la parte más alta y distal de esta calle, pasando el graderío. Frente a esta quinta, estuvo la casa en la cual vivió por años el Cmdte. Manuel Montalvo Hidalgo, guaneño y quien en su niñez había servido de guía por los páramos del Carchi a su tío, el ilustre Cosmopolita. Allí vivió su hijo el notable escritor Antonio Montalvo Viteri, fundador del Grupo América. El mismo Dr. Montalvo vendió un terreno anexo a su quinta en 1934 a Gualberto Montalvo Viteri, otro de los hijos del Comandante. Este terreno tenía 500 metros, donde el señor Montalvo levantó casa de un piso. Por 1935 o 1936, le compró otros 500 metros el citado Antonio Montalvo Viteri, en ese terreno estaba incluida la vieja piscina de don Abelardo. Gualberto puso fábrica de ladrillos en el terreno y, con ayuda de todos sus hermanos e incluso de sus dos hijos pequeñitos terminó, para 1940, tanto la casa de él como la de su hermano Antonio.8 En 1950, las siguientes personas viven en la calle Elizalde:
8
Testimonio de Gualbert o Montalvo Viteri, Quito, septiembre de 2003.
2-35: Víctor Acosta Vaca
4-04: Arturo Vicente Orcés
2-43: Antonio M. Montalvo
4-06: Segundo Zurita
3-07: Alberto Villamaría
4-24: Rafael Molineros
3-4l: Carlos Tufiño Pérez
4-38: Carlos Sánchez T.
3-42: Luis Alberto Rodríguez Núñez
4-87: Miguel Arias
29 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Briceño
S
E HA CONSIDERADO, TRADICIONALMENTE, A LA CALLE
CALDAS
COMO EL LÍMITE
QUITO ANTIGUO: ASÍ LO SEÑALA LA PRIMERA NOMENCLATURA DE LA CIUDAD DE 1880 Y TAMBIÉN LO HACE CONSTAR ADOLFO JIMÉNEZ EN SU GUÍA DE QUITO, EDITADA EN 1894. SIN EMBARGO, LOS MISMOS PLANOS NOS INDICAN LA PRESENCIA DE LOS CALLEJONES QUE DESEMBOCABAN EN LA ALAMEDA Y A LOS CUALES NOS HEMOS REFERIDO EN LOS CAPÍTULOS ANTERIORES. NORTE DEL
Pero ya desde tiempos coloniales se señala como límite de la ciudad al célebre <> (hoy Alameda). Por tanto, la calle Briceño se hallaría al extremo de este sector. En el plano llamado de Alcedo, la calle aparece como un simple sendero paralelo a lo que sería después la calle Caldas. En el plano de los académicos franceses de 1736 ya se aprecian ocho construcciones en esta calle. Comprendía por entonces tres cuadras: una al oriente y dos al occidente, es decir, entre las actuales Guayaquil y Venezuela. En el fondo de su límite oriental, los planos de la ciudad muestran dos pequeñas construcciones y en la cuadra entre Guayaquil y Los Ríos había cuatro casas, es decir seis en total en este lado oriental. En el lado occidental, se advierte solo una casa en la actual esquina de la Briceño y Vargas. Sin embargo, en otros planos coloniales y en dirección desde la Guayaquil hacia el oriente se hallan solo huertas. Coleti re vela que en 1763 la Briceño avanzaba en su tramo oriental unas dos cuadras y media con unas cinco casas hacia el lado norte y unas tres casas muy pequeñas en el lado sur. Todo el trayecto de la Briceño, entre Guayaquil y Vargas, estaba despoblado, con apenas una casa en la esquina n o roriental con la Varga s . El plano de Gualberto Pérez, hecho en 1888, demuestra que la Briceño avanzaba casi dos cuadras desde la Guayaquil hacia el oriente, a su vez la acera norte tenía ya construcciones completas en todo su trayecto, mientras el lado sur tenía una o dos casas hacia el fondo, en la esquina sur oeste al formar esquina con la calle Los Ríos. La única cuadra que avanzaba desde la Guayaquil hacia el oeste estaba prácticamente desnuda, mostrando solo los costados de las casas que daban a la antedicha calle Guaya q u i l .
30 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Para 1894 había una sola cuadra poblada hacia el oriente; entre la Guayaquil y Los Ríos existían entonces tres casas en el flanco norte: la de Manuel Gómez y dos del mecánico Damián Shool. En el flanco sur existían cuatro casas: las dos primeras de Adolfo Marín, la tercera de Natalia Mena y la cuarta, de José María Verdesoto.9 Desde la Guayaquil hacia el occidente ya existían dos casas con la entrada por la Briceño, sin embargo, sus tiendas daban a la Guayaquil: en el lado norte la casa de Manuel Cornejo y en el sur la de Luis Fernández Salvador. Curiosamente, el plano de Higley en 1903 ni siquiera le otorga nombre alguno. Comprendía dos cuadras, en la primera, hacia el oriente, se ven siete casas en la acera norte y cuatro en la acera sur, es decir once en total. En su segunda cuadra —entre la Guayaquil y la Vargas actuales— se mira una sola casa en la actual esquina nororiental entre la Briceño y la Vargas. El plano de la ciudad hecho con motivo del Centenario de Pichincha muestra que la calle Briceño tenía solamente una y media cuadras hacia el oriente, pero el sector occidental tenía ya otro nombre: se llamaba Blasco Núñez, en honor al Virrey que murió a poca distancia de este sector y avanzaba solo una cuadra, de la Guayaquil hasta la Vargas. La prensa de julio a fines de los años 1920 trae un aviso curioso: Se arrienda en casa de la señora doña Mariana de Contag (carrera Briceño) un departamento amoblado con luz, agua, baño y excusado. Se preferirá a extranjeros>>. <<
En 1950 se registran los siguientes propietarios:
9
Adolfo Jiménez: GUÍA QUITO, 1894.
DE
2-08: Rafael Larrea Calderón 2-32: Luis Abelardo Araujo 2-56: Luis Vivanco Félix 2-57: Dr. Galo Marín Saá 2-58: Miguel Moscoso Tamariz 2-60: Álvaro Ampudia 2-91: Galo Laso Espinosa y Juan Laso Lara 3-28: Ing. Carlos Hugo Bermeo 3-46: Max Nolivos Maldonado 3-61: Carlos Oviedo Jaramillo 3-62: Gabriel Mateus García 3-77: Herederos de Leandro Garzón
3-91: Alfredo Silva del Pozo y José Trajano Oviedo 4-32: Segundo Ortuño 5-32: Rafael Vásquez 6-03: Pedro León B.(Betancourth) 6-23: Luis Enrique Játiva 6-35: Herederos de José R. Rivadeneira Játiva 6-51: Dr. Leopoldo Moncayo Donoso (gran profesor universitario) 6-81: Matilde Ayala 7-05: José M. Zarria y Edmundo Zarria Ch.
31 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Caldas
L
1690, REVELAN QUE ESTA CALLE MOSTRABA UNAS CUATRO CUADRAS DE LA ACTUAL GUAYAQUIL HACIA EL ORIENTE; ES DECIR, HUNDIÉNDOSE EN EL ITCHIMBÍA, MIENTRAS LA PRIMERA CUADRA OCCIDENTAL, ENTRE LAS ACTUALES GUAYAQUIL Y VARGAS, ERA ABSOLUTAMENTE ARBOLADA. MÁS HACIA EL OESTE SE VEN CONSTRUCCIONES REGULARES, EN EL LLAMADO PLANO DE ALCEDO. OS PRIMEROS PLANOS DE
QUITO,
QUE DATAN DE
Los planos de alrededor de 1740 revelan que la calle tenía siete cuadras: dos hacia el oriente con una casa única —o acaso dos— en la segunda cuadra. Mientras tanto hacia el oriente, la calle atravesaba la actual Basílica y llegaba hasta la calle Cuenca actual. En la Colonia y en la época mencionada, en la esquina entre Caldas y Los Ríos existían dos construcciones. Una tercera existía entre Guayaquil y Vargas, en el lugar donde hasta hace pocos años tuvo su casa el gran tradicionista quiteño Dr. Abel Alvear. Todos los demás sectores eran huertas en su mayoría, aunque podían visualizarse construcciones, por ejemplo en la esquina nororiental de las actuales Caldas y Venezuela (cerca al Colegio Cardenal de la Torre) y una más al fondo en la esquina con la Cuenca. Esta calle, pues, ha cambiado singularmente con la construcción de la Basílica. Coleti, en su plano de 1763, revela que la Caldas, hacia el oriente, era prácticamente una cuadra arbolada en su lado norte, con dos casas hacia el norte en la unión con la actual Los Ríos. Las cuadras que limitaban el sector entre Guayaquil y Vargas eran también sembríos, con apenas alguna casa incluida hacia el lado norte, que debía ser casa del cuidador de la cuadra. La segunda cuadra, entre Vargas y Venezuela, estaba aparentemente totalmente construida hacia el sur (el actual parque), mientras hacia el norte, mostraba una sola casa —la mencionada— en la esquina con la Venezuela. La calle penetraba tres cuadras más entre la Venezuela y la Cuenca, sin construcción alguna. Según el plano de 1888, la Caldas avanzaba cuadra y media hacia el oriente, penetrando en la loma del Itchimbía, pero apenas había unas dos construcciones en la esquina noroeste de la actual Caldas y Ríos. Hacia el lado occidental y desde la Guayaquil, la calle avanzaba tres cuadras hasta la actual García
32 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Moreno, había solo unas tres casas en el lado norte de la primera cuadra y muy cerca a la Guayaquil, al frente en el lado sur, apenas una casa. En 1888, el cementerio de San Blas ocupaba todo el sector de lo que luego fue el mercado de cosas usadas, la entrada estaba muy cerca a la iglesia y se expandía por un quinto de toda la manzana, las murallas posteriores miraban a buen trecho de la calle Caldas. Justamente por esta época, la señora Juana Piedrahita, analfabeta, vendió en 90 pesos su acción en una casa de San Blas con estos límites: a un lado, el cementerio de la parroquia, por la entrada <>, al pie (u oeste) de la casa y por detrás los terrenos de la señora Isabel Meza, madre del comprador el señor Manuel Egüez Meza. Parecería que se refiere a la actual Caldas, por la referencia al cementerio, pero podría también tratarse de la calle Los Ríos. Hasta principios del siglo XX, el sector oriental de la Guayaquil no se llamaba Caldas; se la consideraba apéndice de la calle Chili (actual Guayaquil). En la calle Caldas y Los Ríos, en 1894, unos metros hacia arriba de la segunda calle, quedaban las casas de Eduardo Negrete y, al frente, la de Rafael Terán. Tomando por la Caldas hacia el oeste, en el lado derecho o norte, se hallaban otras tres casas: una más del mencionado Terán, otra de Darío Jara y una de Timotea Llaguno. Al frente se hallaban las casas de Josefa Basabe, Carmen Carvajal, y Nieves Pérez (que tenía dos).10 De la Guayaquil hacia el occidente, la parte que ahora corresponde al colegio La Salle, era la cuadra del escribano Miguel Ordóñez. Al frente existían tres casas adjuntas: del talabartero Julio Almeida (con seis tiendas), de Josefa Fernández y la casa posada de Rafael Salazar. El plano de Higley de 1903 revela que entre Guayaquil y Los Ríos había cuatro cuadras en la acera norte, mientras al frente estaba la plazoleta de San Blas. En la cuadra hacia el Oeste, se miran dos casas en la acera norte y dos o tres en la acera sur. El diario LA PATRIA del 26 de marzo de 1906 trae este aviso textual: CASO RARO: Doy en arrendamiento una casita que se compone de tres habitacio-
<<
nes altas y cuatro bajas. Se halla en la carrera Caldas entre las quintas de los 10
Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
Sres. don Emilio Bustamante y doña Teresa Valdivieso. (F) Miguel C. Ordóñez>>
33 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Entre 1920 y 1940, por lo menos, junto al actual colegio La Salle en la calle Caldas estaba la casa de doña Teresa Valdivieso de Larrea, allí arrendó durante varios años el Gral. Alcides Pesantes Villacís, que tuvo numerosas actuaciones en la historia política y militar del país en la primera mitad del siglo XX.11 Al frente, es decir en la acera norte y al lado de la casa del citado Dr. Alvear, murió en 1939 el célebre profesor de matemáticas don Tomás Rousseau, que formó a varias generaciones de estudiantes del Colegio Mejía.12 En 1935, don Tomás lucía 70 años, era francés, había llegado al país como Hermano Cristiano allá por 1885, pero al igual que muchos de sus compañeros dejó la Orden. Fue uno de los más distinguidos profesores de matemáticas del colegio Mejía y luego se dedicó a la cátedra privada. Era de muy pequeña estatura y él mismo decía que daba a su mujer a nivel de la cadera. Era esta la dama ambateña Margarita Hurtado Quirola, corpulenta y de gran carácter. A las doce en punto, estuviera quien estuviese recibiendo clases, doña Margarita lanzaba un grito: — ¡Rousseau, el almuerzo está servido...! Y los alumnos abandonaban precipitadamente la casa, hasta la próxima... despedida. El plano de Quito hecho en 1922 revela que la Caldas tenía solamente dos cuadras, una al oriente desde la calle Guayaquil y otra al occidente, desde la misma calle cuerda. La segunda casa de la acera norte entre Guayaquil y Los Ríos fue construida por el Arq. Pedro Aulestia Saá, entonces de moda en la ciudad y lo hizo para su dueña la señora María Luisa Bustamante Angulo de Pérez. El mismo año tomó allí un departamento en arriendo don Camilo Donoso Lasso, ex combatiente conservador de los tiempos de Alfaro, con el objeto de que sus hijos asistieran a pie al nuevo Colegio Mejía que se acababa de instalar en la calle Vargas, a pocas cuadras de este sitio.13 Con respecto a los vecinos de los últimos 50 años, en la cuadra oriental he de señalar la presencia, ya para llegar a la calle Los Ríos y en la acera sur, de la casa de doña Ana Lucía Uquillas Baquero de Melo, esposa del connotado médico Dr. Alejandro Melo Montúfar. Vivía rodeada de viejos recuerdos ligados a la historia del país, como el baúl de su bisabuelo, el prócer Antonio Baquero Bermeo, quien siendo 11
12
13
Papeles del Embajador Armando Pesantes García, Quito 1991.
alumno del San Fernando y al oír una arenga del Libertador en el plantel, abandonó los estudios y tomó las armas, portando el citado baúl. En la cuadra occidental, entre Guayaquil y Vargas, estuvo durante muchísimos años la casa del Dr. Abel Alvear Arturo, quiteño de tuerca y tornillo, era uno de los mayores conocedores de Quito y de su gente, dotado de gran memoria, gran contador de cachos, asistía a
Informes de los herederos del profesor Rousseau.
toda reunión cultural de la ciudad. Alrededor de los 75 años le empezó a fallar la memoria reciente y optó por hacer anotaciones en papelitos muy bien disimulados. Cuando en una conversación le falta-
Informes del Dr. Gonzalo Donoso Donoso, Quito, 1992.
ba algún detalle, iba discretamente al baño, repasaba la lección y seguía siendo el centro de una agradabilísima tertulia. Fue autor de la estupenda obrita ANECDOTARIO QUITEÑO. Valga referir que, según
34 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
sus propias referencias, uno de los secretos de su estupenda longevidad era el baño en leche de burra; cuando se le observaba que el tratamiento le podía resultar muy caro, respondía con mucha gracia: —Pero... es que vale la pena. Largos años, desde la década de los setenta hasta la de los noventa, fue su inquilino el historiador lojano Dr. Alfonso Anda Aguirre . Los vecinos registrados en 1950 son los siguientes, acotando que ya la calle empezaba tres cuadras al oriente de la plaza de San Blas y avanzaba diez cuadras en pleno barrio de San Juan, por detrás de la Basílica: 1-00: Luis Murillo
5-23: Ezequiel Mora
1-24: Humberto Roldán Quirola
5-58: Guillermo Pchorille
1-27: José Ayala García
5-62: Celia Uzcátegui de Jurado
1-35: Ángel Arias Cardoso
5-88: Juan Recalde Alemán
1-44: Gabriel Peña Weisson y Alberto Salazar
6-10: Dr. Pedro José Zambrano Sánchez
Rivadeneira
6-20: Rafael Jara
2-21: José Rafael Loza Soria y Tarquino Acosta
6-22: Alfredo Rosati y Carlos
2-28: Carlos Palacios González
Humberto Erazo
3-02: Dr. Carlos López Chaves
6-28: Jorge Araujo Chiriboga
3-22: Luis Belisario Rodríguez Jácome
7-18: Daniel Freire R.
3-32: Isabel y Blanca Andrade Sánchez
7-32: Herederos de José Rafael
3-48: Alejandro Ponce
Rivadeneira (de Atuntaqui)
3-48: Carlos Merino Casares
9-08: Manuel Villamarín
4-31: Francisco Pérez Dávalos
9-19: Manuel Moreno Yépez
4-32: Abelardo Apunte Hidalgo y
9-28: Arturo Terán Gavilanes
Juan Andrade Castillo
9-57: Rafael Moreta
4-43: Francisco Sánchez Melo
10-09: Ernesto Orbe Carrera
4-59: Julio Prado Salazar
10-24: Germán Yepes Almeida
4-67: Alberto de Larrea
14-05: Rafael Santacruz
4-81: Alberto de Larrea Valdivieso
14-71: Alfredo Ramos Suárez
4-94: Fanny Hurtado y Dr. Cristóbal Hurtado
15-58: Rafael Landeta
y Dr. Abel Alvear
18-58: Tránsito Arias
5-08: Guillermo Tambaco
36 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Historia de la calle Carchi
E
COLETI —1763— REVELA QUE ESTA CALLE COMENZABA EN LA VARGAS ACTUAL Y AVANZABA CUATRO CUADRAS HACIA EL OESTE. LA PRIMERA CUADRA, ENTRE VARGAS Y VENEZUELA, ESTABA CONSTRUIDA EN EL LADO NORTE (DONDE ACTUALMENTE ESTÁ EL PARQUE), MIENTRAS EN EL LADO SUR HABÍAN SEMBRÍOS. LA SEGUNDA CUADRA —ENTRE VENEZUELA Y GARCÍA MORENO— TENÍA DOS CASAS AL LADO NORTE Y ESTABA TOTALMENTE CONSTRUIDA HACIA EL LADO SUR. EN LA TERCERA CUADRA, QUE AVANZABA HASTA LA BENALCÁZAR, HABÍA UNA CASA AL NORTE Y DOS CASAS HACIA LA ACERA SUR. EN LA CUARTA Y FINAL CUADRA NO HABÍA CONSTRUCCIONES. L PLANO DE
En el plano llamado de Montúfar —1805— se ve que la Carchi comenzaba prácticamente en la actual Venezuela en forma de un callejón, al parecer privado; la cuadra siguiente, entre Venezuela y García Moreno, estaba prácticamente llena de sembríos, y hacia la Venezuela mostraba los costados de las casas que daban a la calle principal antedicha. Entre García Moreno y Benalcázar se veía una casa hacia la acera norte y unas dos en la acera sur. La cuarta cuadra, entre Benalcázar y Cuenca, tenía sembríos hacia el norte y una enorme pared en el lado sur. La quinta y la sexta cuadras, pasando la Cuenca, estaban incrustadas en el Pichincha en sus lados norte, mientras los lados del sur mostraban sembríos.
37 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Conocemos una escritura del 12 de enero de 1860 que sin duda se refiere a este sector: se trata de la venta de casa, tejar y cuadra que hace el señor Mariano Bargas (sic) al señor José Antonio de la Guerra y a su esposa, la señora Ignacia Peñafiel, en la parroquia de Santa Bárbara, en 600 pesos, suma importante para la época. Se señalan los siguientes límites: • Al frente y a las espaldas de la cuadra: la cuadra de Francisco Terneux, que antes fuera de José Antonio Borja. • A la izquierda, mirando al oriente de la cuadra en venta: una calle en recto, tras las paredes del convento de San Juan y la acequia —es decir de seguro, la calle Carchi—. • A la derecha de la cuadra vendida y hacia el oeste: la vista al Pichincha y una calle que divide la cuadra del Dr. Rafael Cornejo de la vendida. • Por la entrada: la calle que va a la cuadra que fue de los Villasís, hoy del Dr. Rafael Cornejo. Cerca de dos años después, el 7 de noviembre de 1861,14 los Guerra Peñafiel vendieron la casa y cuadra a Julián Calderón y su esposa Alegría Rodríguez, vecinos del pueblo de Cotocollao. Gualberto Pérez hace ver en su plano de 1888 que la calle Carchi tenía cinco cuadras de extensión y comenzaba, como hoy, en la esquina con la Venezuela; para entonces solo tenía tres sitios poblados: 14
ANQ, N.6, Pro t o c o l o s , 1861.
los dos lados entre las calles Venezuela y García Moreno, que estaban totalmente completas, más el lado sur de la tercera cuadra, entre las actuales Benalcázar y Cuenca.
38 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
La famosa GUÍA de Adolfo Jiménez indica claramente que la Carc h i comenzaba entonces en la Venezuela y luego avanzaba cinco cuadras hacia el occidente, pero no señala casa alguna, sino solamente tapias.15 En 1950 constan estos propietarios: 1-19: Dr. Milton Montalvo Ortiz 2-14: Nicolás Artieda 2-38: Galo Naranjo Dávila 3-27: Ernesto Velasco y Ermel Velasco Mogollón 3-28: Clímaco Narváez 3-48: Julio Hidalgo 3-54: Dr. Pío Severo Villamar Gutiérrez 3-56: Adolfo Álvarez Jervis 4-09: Carlos Agnelio Vásconez Espinosa 4-21: Manuel Vargas 4-75: Amable Arias
15
Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
39 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Antepara o de Don Roberto Andrade
E
MONTÚFAR, EN DIRECCIÓN ORIENTAL, HACIA EL ITCHIMBÍA. LA CUADRA MÁS INTERNA —DE LA ACTUAL LOS RÍOS AL ORIENTE— MOSTRABA UNAS CASITAS EN 1763, HACIA LOS RÍOS, PERO EL RESTO ERAN ESTABLOS. LA SEGUNDA CUADRA —SEGÚN EL MISMO PLANO— MOSTRABA TAMBIÉN ESTABLOS DE MANERA ABSOLUTA, Y DE LA TERCERA SE PODRÍA DECIR LO MISMO, EL LADO NORTE MIRABA A LA PARTE SUREÑA DE LA IGLESIA DE SAN BLAS Y AL FRENTE, UN ESTABLO CONSTRUIDO HACIA LA ACTUAL CALLE MONTÚFAR. STA PEQUEÑA CALLE RECORRÍA TRES CUADRAS DESDE LA ACTUAL
Para 1805 la calle mantenía las tres cuadras aludidas, la primera se mantenía igual, pero en la segunda se habían levantado tres casas en los últimos 40 años, dos en el lado norte y una en el lado sur. Esta cuadra, por su lado norte, estaba unida a la primera, que correspondía a la iglesia y casa de San Blas. En dicha primera cuadra, hacia el sur, no había sino una casa que miraba a la actual Montúfar. Curiosamente, el plano de Gualberto Pérez en 1888 revela una disminución vital de la calle, había disminuido en su extensión hacia el Itchimbía y no se muestran construcciones. En 1922 la calle tenía una trayectoria de dos cuadras hacia el oriente. En 1950 aparecen estos vecinos de la calle: 2-64: Segundo Benjamín Silva C.
4-06: Aziz Noé Mucarzel
3-10: Ing. Gonzalo Loza Jiménez
4-21: Juan Lestrel y Manuel Jarrín (famoso
3-36: Colegio de las monjas oblatas
personaje de Cayambe, alias Callá Jarrín)
3-51: César Paz y Miño
4-29: Enrique Moreno Montaño
3-59: José Adolfo Vela
y Gustavo Moreno Jarrín
3-70: Ing. Federico Medina Ríos
4-57: Abel Guarderas
40 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Historia de la calle El Vergel
S
E TRATA DE UNA DIMINUTA CALLE SITUADA POR DETRÁS DE LO QUE FUE LA
BIBLIOTECA NACIONAL, HOY MONUMENTO AL HERMANO MIGUEL. DE ALGUNA MANERA, VIENE A CONSTITUIR UNA PROLONGACIÓN HACIA EL OCCIDENTE DE LA CALLE ANTEPARA.
Fue una de las primeras, aunque minúsculas, urbanizaciones de la ciudad, se generó hacia 1920, cuando la fiebre de nuestros abuelos por hacer cosas novedosas en vista de la conmemoración del Centenario de Pichincha. Los accionistas fueron doña Juana Donoso Barba de Barba, que había h e redado solares a su suegro don Nicolás Barba Jijón, y los tres hermanos Ponce Borja: José María, Belisario y Alejandro, habiendo comprado los terrenos entre la Cevallos y la Montúfar solamente Belisario y José María. La casa de Alejandro la hizo el Arq. Francisco Espinosa Acevedo y allá se trasladó la familia Ponce Carbo —hijos del dueño— en 1921. En esa época vivían al frente don Reinaldo Cortés Aristizábal y sus hijos los Cortés Miranda, mientras en la esquina, dando ya a la calle Montúfar entre Oriente y Esmeraldas, vivía don Alejandro Ribadeneira Salazar en unión de su esposa doña María Saá Jaramillo. Los hermanos Ponce hicieron sus tres casas adjuntas, la primera que era de Belisario —padre de los Ponce Miranda— aún existe con ventanas que lucen arabescos redondos, él mismo hizo poco después otra casa nueva y adjunta a la primera. Tanto Belisario como su hermano Alejandro eran connotados juristas de la época y todos los días salían de sus casas, rumbo a la vieja casa familiar de la Olmedo y Venezuela, en donde tenían sus despachos profesionales. Alejandro vendió en 1924 la mencionada casa, pues había obtenido dinero luego de la venta de la hacienda de La Victoria, lo que le permitió radicarse en una casa de la plazoleta de la Merced.16 En 1950 se hallan como vecinos: 1-19: Luis Álava Pino 1-28: Vicente Quevedo L. y Rosa Mercedes Quevedo Coronel 1-38: Segundo Endara Jiménez 1-49: Víctor M. Peralta S. 1-77: Dr. Belisario Ponce Borja 16
Testimonios del Dr. Enrique Ponce y Carbo, Quito, 1992.
41 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Galápagos
E
XVIII, LA CALLE GALÁPAGOS COMENZABA EN LA ACTUAL VARGAS, PUES AÚN NO SE ABRÍA EL PASAJE MIRANDA. N EL SIGLO
Según el plano de la ciudad en 1922, la calle tenía seis cuadras de extensión: desde la Guayaquil hasta la Cotopaxi. Cabe observar que actualmente, en las tres cuadras que van desde la Vargas hasta la Benalcázar, se conservan por ventura cuatro casas preciosas del siglo XVII, una del XVIII y una del XIX.
1. CALLE DE SISAÑA (GALÁPAGOS, ENTRE VARGAS Y VENEZUELA) La calle tenía este nombre preciso en 1768, sin duda obedecía al apellido de algún vecino indígena que había morado en ella, pues para ese año los dueños tenían otros apellidos, como luego lo veremos. Para 1740 esta cuadra tenía un aspecto totalmente rural, dos o tres casas en el lado norte además de una cuadra alfalfar que ocupaba casi toda la manzana, y una casa con una extensa huerta en el lado sur. Veinte años después, Coleti reporta la construcción de una pequeña casa interior en el lado sur, cerca de la Vargas y el resto prácticamente igual.
17
18
En esta cuadra, para 1768, existían dos casas: al lado norte <> de don Padrón de Santa Bárbara en 1768, en Museo Histórico 57, Quito. Censo de 1797 en ACQ.
Eugenio Ledesma, donde vivían doce personas. La siguiente, con cuatro tiendas, de don Miguel Jaime Pardo, con 28 personas: una de las tiendas era carnicería y otra ollería.17 En 1797 eran dueños: doña Estefa Ledesma y doña Juana Cárdenas, donde vivía la familia Pardo.18
42 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
El plano de Montúfar revela construcciones solo en las cuatro esquinas respectivas y la presencia de sectores agrícolas grandes incluidos en las respectivas manzanas. El censo efectuado en 1840 revelaría que, en el lado sur de esta calle, estaba la casa de Toribio Carrillo; no nos atrevemos a asegurarlo porque las condiciones técnicas en esos documentos eran relativas.19 Para 1888, si el plano no miente, no había construcciones en el lado norte, mientras el lado sur estaba totalmente construido. Hacia 1894, en el lado norte estaba la casa de Victoria Escobar; al frente se hallaban las casas de Margarita Hidalgo y de Camilo Jaramillo.20
2. LA CALLE EXCUSADA (GALÁPAGOS, ENTRE VENEZUELA Y GARCÍA MORENO) En el siglo XVIII solo estaba construido parcialmente el lado norte; en el lado sur quedaba una huerta. Coleti reporta en 1763 prácticamente construido todo el lado norte, mientras el lado sur mostraba una huerta que cubría gran parte de la manzana. La única casa de la cuadra en el lado sur pertenecía en 1768 a la viuda María Suárez de Bolaños, y allí vivían seis personas.21
19
20
21
22
23
24
25
Según el censo de 1797 eran vecinos de esta calle don Santiago Bolaños, Rosa Quilago y Petrona Zurita.22 AMQ, censo de Quito en 1840.
En 1805 la situación se mantenía muy parecida: unas dos casas en el lado norte y nada al sur. Adolfo Jiménez, Pág. 66. Padrón de Santa Bárbara en 1768, Museo Histórico 57, Pág. 121.
Según el censo de 1840, parece que la casa de la señora Bolaños era ahora propiedad de Nicolás Reyes.23 En 1888 se miran muy regularmente construidos los dos lados de la cuadra.
ACQ, Gobierno, 1799. AMQ, Censo de 1840. A. Jiménez, Op. cit. Estas observaciones fueron tomadas por el autor en 1990 y sobre ellas hay datos precisos en la revista DINERS.
Para 1894 esa casa colonial de la señora Suárez de Bolaños, en el lado sur, pertenecía a Manuel Ramírez y tenía cinco tiendas (dos eran chicherías). Al frente —en el lado sur— quedaba la casa de Ángel Salazar.24 Valga referir que actualmente la casa número 3-54 en la acera norte tiene elementos primarios del siglo XVII, conserva los sitios originales de dos ventanas antiguas y es, en sí, una pésima mezcla de estilos, que le han hecho perder su originalidad.25
43 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
3. LA CALLE DE SAN MIGUEL (GALÁPAGOS, ENTRE GARCÍA MORENO Y BENALCÁZAR) Para 1740 su ambiente era típicamente rural: unas dos casitas a cada lado, en medio de cuadras de cultivo. Para 1763 se observan algunos cambios, sobre todo en la acera sur, donde se visualizan en los planos unas tres construcciones, obviamente recientes. En 1768, existían tres casas: la primera en el lado sur era del carpintero Juan Jurado, que vivía con ocho familiares, su esposa era María Victoria López de Solís; sus here d e ros la ve n d i e ron en 367 pesos a su cuñado, el célebre pintor Manuel Samaniego, quien la volvió a vender en 400 pesos a Narc i s a Palacios, en 1799.26 Por los límites de la escritura se ve claramente que esta casa quedaba en el Alto de San Juan y uno de sus costados daba a la plazuela del mismo nombre. Con toda seguridad, corresponde a la casa que en el plano de 1736 se ve a mitad de la cuadra. Para 1894, la célebre casa del pintor había pasado a Guadalupe Narváez. 26
27
28
29
ANQ, Protocolos, N.3, 1799. Padrón de Santa Bárbara en 1768. ACQ, gobierno, 1799.
La segunda casa, en el lado sur, en el citado año de 1768, era de Antonio Jurado y más arriba se hallaba la casa del convento de San Juan, pegada a la anterior.27 En 1797 eran vecinos de la cuadra: Mariano Quiroga, el convento de San Juan, Eusebio Argüelles, Toribio Morales, Mariana Estrella, José Jurado y Manuela Jurado.28
AMQ, censo de 1840.
En 1805, en el plano de Montúfar, se observa más bien casi un vacío en los dos lados de la cuadra, 30
Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
pues predomina la imagen de la iglesia de San Juan hacia el norte y una sola casa en la mitad del lado sur; eso sí, hay construcciones esquineras hacia la García Moreno. El censo de 1840 nos da con bastante precisión los nombres de los dueños en el lado sur: Mariana Melendre y Antonio Salazar.29 Villavicencio, en su plano de 1858, coloca a la iglesia de San Juan, mirando hacia la actual calle Galápagos, que por entonces aún no tenía nombre. En 1888 se infiere, de acuerdo al plano de Gualberto Pérez, que había modestas construcciones solo hacia el lado sur, pues el norte estaba ocupado solo por la plazoleta de San Juan. Para 1894 al frente de la casa que se mencionó como del pintor, es decir en el lado norte, vivía la viuda de Ángel Espinosa.30
44 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
4. LA CALLE DEL RETIRO (GALÁPAGOS, ENTRE BENALCÁZAR Y CUENCA) Los académicos señalan para 1740 unas dos casas en el lado sur, y prácticamente vacía la cuadra hacia el norte. Debieron hacerse construcciones en el sur, puesto que en 1763 y en el plano de Coleti —colonial— en este tramo se advierten solo cuatro construcciones en el lado sur; en el lado norte había huertas, exceptuando la esquina con la Benalcázar, en que aparecía también una casa. Estas cinco casas, en 1768 estaban, en su mayoría, en poder de indígenas: el carpintero Faustino Quishpe, el tejedor José Chanta, Feliciano Duque de Estrada, el zapatero Antonio de la Cruz y Polinario Inguicho. Según Montúfar, a principios del siglo XIX —1805— había construcciones regulares —unas tres casas a cada lado— en esta cuadra. El plano de Gualberto Pérez identifica construcciones regulares en el lado sur, pero prácticamente nulas en el lado norte. Para 1894, del lado norte se hallaba el tejar de Carmen Saá y, al frente, las casas de María del Carmen Triunfo y de Antonio Legarda. Fotografías de los años 20 del siglo XX revelan que el tramo de la Galápagos comprendido entre estas calles era un verdadero
CHAQUIÑÁN,
pues ni siquiera llegaba a la categoría de arrabal, según las
imágenes que publicamos. Un aviso de diciembre de 1926 reporta, bajo el título <>, la venta de una casa quinta frente a la iglesia de San Juan y con frente a las calles Galápagos, Pichincha (hoy Benalcázar) y Cuenca, medía 4 500 metros cuadrados, de tal manera que tenía cerca de 70 metros por lado, poseía además galpones y hornos para la fabricación de ladrillos. No consta el nombre del dueño, pues se debía contactar con la Administración de diario EL DÍA.
45 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
En la última cuadra —es decir de la Cuenca hacia arriba— había solo tapias en 1894; sin embargo, en 1805 se mira por lo menos una casa en el lado norte, cosa igual se observa en el plano de 1763, aunque aparece metida dentro de la cuadra anexa. El plano de 1888 no es claro al respecto. En 1950 la calle tenía los siguientes vecinos: S/N: Estuardo Albán B.
3-58: Néstor Salazar
1-44: Absalón Ávalos y Dra. Olga López
3-63: Hilda Jarrín de Racines
1-45: Ciro Maldonado Jarrín (Pasaje Miranda)
4-51: Joaquín Torres y Augusto Vinelli Cevallos
1-61: Dr. Juan Yepes del Pozo
4-63: Fabián Mantilla, Alfonso Vallejo y
1-69: Oswaldo Vaca
Miguel Recalde
1-71: Dr. Antonio Miño
4-64: Dr. Víctor Rojas
1-89: Carlos Villarroel
5-52: Pablo Sánchez
2-04: Manuel Ocaña y Alfonso Viel Gostalle
6-07: Pedro Alcívar
2-07: Dr. Leonardo Madrid y Antonio
6-15: Enrique Nieto Guzmán, notable músico
Alomía Larrea
6-41: Luis Arboleda
2-24: Gonzalo Proaño Maldonado
7-31: Sixto Montalvo V.
(Pasaje Miranda)
7-38: Alejandro Ojeda
3-35: Moisés Jiménez Páliz
7-41: Salomón Naveda
3-36: José Padilla Garzón
7-77: Carlos Neira
3-39: Jorge Rodríguez Buitrón
8-09: Juan Taipe
3-53: Néstor Salvador
8-10: Héctor Jarrín y Julio Torres Z.
3-55: Zoila Rodríguez
8-65: Diógenes Rueda Herrera
47 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Oriente
E
N TIEMPOS COLONIALES ESTA CALLE COMPRENDÍA DOCE CUADRAS DE EXTENSIÓN, PUES IBA DESDE EL ITCHIMBÍA HASTA LA ACTUAL IMBABURA, INCRUSTADA EN EL TRADICIONAL BARRIO DE LA
CHILENA. POR
SU EXTENSIÓN, CORRESPONDÍA A DOS
PARRO QU I A S: LAS CINCO PRIMERAS CUADRAS ORIENTALES, DESDE LA
SAN BLAS, LAS JURISDICCIÓN DE SANTA BÁRBARA. CORRESPONDÍAN A
GUAYAQU I L,
SIETE RESTANTES, AL OCCIDENTE, PERTENECÍAN A LA
1. EL SECTOR DEPENDIENTE DE SAN BLAS O <> (ORIENTE, ENTRE GUAYAQUIL Y LEÓN) En documentos pro t o c o l a res de 1838, ante el notario segundo de la ciudad y a los cuales nos refer i remos al tratar de la calle Esmeraldas, consta claramente que este sector oriental de la actual Oriente se llamaba <>, el cual limitaba en su parte más alta con las tierras de Julián Quiroga . Se habló muy poco de ella en las crónicas hasta el fin de la Colonia, apenas había unas cinco casas desperdigadas, pues cabría decir que San Blas fue una parroquia cuyos vecinos vivieron en las calles largas que iban de norte a sur. Comprendía este sector cinco cuadras, entre las dos calles mencionadas. No hacemos mención del sector más adentro de la actual calle León, porque solo había huertas, aunque ya en el plano de Montúfar de 1805 aparecen casas en las esquinas más orientales de la Oriente con la León actuales. En los planos coloniales, la primera cuadra entre las calles León y Los Ríos se ve construida de los dos lados, con unas cuatro casas: tres hacia el lado norte y una hacia el sur. El plano de 1761 revela una sola casa en la esquina suroeste de Oriente y León. El de 1805 revela casas en las cuatro esquinas, con notables vacíos en los sitios intermedios.
48 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
El 7 de mayo de 1833, ante el notario Rivadeneira,31 se hizo la siguiente escritura: Juana García, viuda de Pedro Arrue, vendía casa y cuadras en el barrio de la Tola a Casimiro Carrera y a su esposa Toribia Armas, la había comprado a Teresa Jara, viuda del sillero Manuel Ortiz. Los límites eran estos: • Por la entrada, calle que conduce a la Tola, y que seguramente era la calle Oriente. • Al frente: casas y cuadras del difunto secretario don Luis Cifuentes. • A un lado: cuadras de Leonor Portugal. • Al otro lado: el tejar de Josefa Avendaño y la casa de Antonio Rivadeneira. Para 1894, el lado norte era la cuadra de Miguel Núñez, y el sur, la casa de Camilo Nolivos. La siguiente cuadra, entre León y Cevallos, también estaba construida en la colonia, excepto la zona nororiental. Para 1894 existían al norte tres casas: de Carmen Cáceres, Carlos Argüello y María Eguiguren.32 El segundo de los nombrados levantó en sus terrenos la primera plaza de toros, <<
La Belmonte>>.33 Al frente, en el lado sur, existían seis casas: del conductor de correos, Adolfo del
Salto; de Virginia Paz, alfarera; de Alejandro Cevallos; de Daniel López; del carpintero Luis Albán (tenía una chichería); y la fábrica de destilación de licores de Antonio Barahona. A fines del siglo XIX, el señor Vidal de Jesús Camacho Ortiz levantó una casa en la segunda cuadra de esta calle y en la acera sur: en la Oriente número 2-81 entre León y Cevallos. Era primo del celebérrimo don Carlos Amable Ortiz (el Pollo) gestor de innumerables canciones. Se hallaba casado con la dama costeña Mercedes Robinson, quien murió en 1903.34 La prensa de julio de 1913 trae el aviso profesional del médico Alejandro Villamar, en la calle Oriente 28. Para 1924 existía en la Oriente y Cevallos una casa vieja que en su totalidad fuera tomada en arriendo por el Capitán Carlos Noboa Saá, líder de los chullas galleros de la ciudad y ex soldado de Alfaro. Allí vivió unos diez años, tenía pianola y camas de metal, que llamaban la atención de los visitantes.
31
32
33
34
ANQ, Protocolos ante Francisco Rivadeneira, 1828. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Testimonio de su nieta Blanca Argüello Vaca, Quito, 1983. Testimonio del historiador Dr. Carlos Landázuri Camacho, miembro de la citada familia, 1995.
49 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Cuando la huída de los lázaros del leprocomio hacia 1932, vio desde la ventana del segundo piso de la casa que los pobres enfermos venían custodiados como reos, mientras el público cerraba puertas y ventanas. Muy consciente de que la enfermedad no era contagiosa, quiso dar ejemplo, bajó a la calle, besó a los leprosos en las mejillas e invitó a la gente a perder el miedo. En la casa de don Teodoro Puertas, situada entre Oriente y León, vivió en los años de 1936 y 37 el gran político e ideólogo del Liberalismo Dr. José Peralta. Vivía en unión de sus hijos Lucrecia, César y Luis, así como de sus nietos, los cuatro hermanos Albornoz Peralta, uno de ellos —Oswaldo Albornoz Peralta — notable futuro historiador.35 La tercera cuadra, entre Cevallos y Montúfar, está actualmente muy modificada por la construcción de la Av. Pichincha, fenómeno que ha permitido eliminar las casas más orientales de la cuadra. Estaba casi totalmente construida en la colonia, aunque en cambio el plano de Montúfar la re ve l a vacía. A fines del siglo XIX, todo el lado norte era la cuadra de Nicolás Barba Jijón. Al frente existían cinco casas: la del clérigo Darío Montaño, la de Carmen Guzmán, la de José María Becerra, la del Cmdte. Adolfo Zambrano Balcázar y la de Rosalía Merizalde, donde en 1911 tenía su consulta el Dr. Alberto Darquea Ceva l l o s .36 En 1917 el Municipio de Quito adquirió por compra, en 336 sucres (página 50 del libro respectivo), la cuadra de don Nicolás Augusto Barba y Barba, en este sitio de San Blas, con el objeto de ampliar la calle Oriente. El mismo año, los herederos de Nicolás Barba Jijón vendieron otro sector vecino y muy grande, en mil sucres, con el objeto de ampliar la calle Montúfar.37 A mitad de la cuadra y en el lado sur, tuvo su casa la famosa dama apodada Cuco con Cintas, seguramente por obsequio de algún galán. En la década de los años veinte, esta casa fue comprada por el médico urólogo Dr. Carlos Pólit Jarre, quien decidió poner aquí una clínica privada. Refiere Carlos Andrade en LOS INOLVIDABLES que pasando el Sordo Piedra por delante de la casa y cuando el Dr. Pólit hacía los preparativos para la inauguración y hablaba del aseo que le estaba dando, recordando a la antigua poseedora, le dijo: <<¡lavarale sí, pero con permanganato!>>. Posteriormente y a mitad de siglo —1949— la casa fue adquirida por la familia Benites Guerrón, oriun35
36
37
da de Tulcán, a nombre de su hija Julia Benites de Burbano, quien vino desde Tulcán definitivamente Testimonio de doña Emma Albornoz Peralta de To l edo, Quito.
a esta casa en octubre de 1955, allí vivieron los hermanos Burbano Benites hasta por lo menos la década de los setenta. La casa fue vendida en 1993.
Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Enríquez, Alcides, MANIFIESTO SINÓPTICO COMPARATIVO DE QUITO EN 1822 Y QUITO EN 1922, Pág. 53.
La cuarta cuadra iba desde la Montúfar hasta la Guayaquil. El plano de 1805 revela que era una calle muy corta en extensión, quizás con una sola casa a cada lado, parece que todo el sector que miraba a la Montúfar era aún solar.
51 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Hay documentos de hacia 1810 que hablan de la <> y que parecen referirse a esta calle, sobre todo porque era una cuadra totalmente construida. Allí, al medio de la cuadra, tenía una casa baja la señora doña María Villamar, quien la vendió a la señora doña María Bolaños. A esta le heredó su nieta doña Mercedes Tobar y Bolaños, quien la vendió el 13 de octubre de 1837, ante el notario cuarto de la ciudad, a Petrona Andrade y Albornoz, de una antigua familia del barrio de la carnicería (la Plaza del Teatro). Los límites eran estos: •
Al frente: el presbítero José Antonio Marzana.
• A la derecha: Petrona Cisneros. • A la izquierda: doña Mercedes Rivera o Cornejo Rivera de Espinel, madre del célebre político liberal Dr. Marcos Espinel Cornejo. • Detrás: el Dr. José Domingo Sierra, clérigo.38 El 15 de marzo de 1841, ante el notario Mariano Sosa, la calle se llamaba <>, la señora Ángela Tapia poseía una casa de dos pisos en la que también se llamaba calle que va a San Blas. Ese día la vendió a Félix Manuel Azcona, quien poseía también una casa adjunta por detrás, es decir que Azcona era dueño de todo el frente norte que miraba a la calle Oriente. Azcona la conservó 31 años, hasta que el 28 de mayo de 1872 la vendió ante el notario primero39 a Vidal del Castillo Reinoso, nativo de Machachi, esposo de la señora Felipa Bossano Piedrahita, sobrina carnal del señor Azcona. Conocemos perfectamente, por la GUÍA de Jiménez, que años después la señora Bossano tuvo su casa con estanco en la esquina noroeste de la Oriente y Montúfar. Los límites en 1872 se señalan así: • Al norte (hacia San Blas): la familia Ruilova. • Al sur: las esquinas respectivas. • Por detrás (hacia el oeste): el vendedor, señor Azcona. Para 1867 la calle tenía ya un cierto nombre definido, se llamaba <
39
40
San Blas>>; hemos de recordar que la esquina de la Sábana Santa era justamente la de la Guayaquil y ANQ, N.4, Pro t o c o l o s , 1837.
Oriente. Allí tenía su casa Manuel Mena, quien la vendió a Mercedes Severa Loza, quien a su vez el 18 de enero de 1867, ante el notario segundo, la vendió a Felipe Moreno.40
ANQ, N.1, Pro t o c o l o s , 1872. ANQ, N.2, Pro t o c o l o s , 1867.
Para 1894, la casa esquinera de la Oriente y Montúfar, del lado norte, era de Felipa Bosano Piedrahita, quien tenía su estanco hacia la Oriente. En la siguiente esquina, hacia la Guayaquil,
52 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
estaba la casa de los Azcona-Piedrahita. Al frente, en el lado sur, existían tres casas: la esquinera con la Montúfar era de Fernando Moncayo More n o 41 y de su esposa, la dama guanujeña doña Josefina Páez Egüez, heredó su hijo el notable y honradísimo jurista Dr. Alfonso Moncayo Páez, muchos años Ministro de la Corte Suprema y padre de los Moncayo Uquillas; seguía la de Ángela Beltrán; antes de la esquina con la Guayaquil, en el medio de la cuadra estaba la del abogado Dr. José Miguel Ocampo. Junto a esta y unos metros antes de la esquina con la citada Guayaquil, estaban dos tiendas en la casa de Belisario Jarrín. La prensa de 1911 trae un aviso muy curioso de don Jesús Alvarado, quien dice que en su casa de la calle Oriente, frente a la casa del señor Ludovico S. (será Sodestrom), ofrece en venta cuadros antiquísimos en cáñamo, madera, lienzo, cobre y hojalata, entre los autores figura Miguel de Santiago.42 Ofrecía además esculturas de Caspicara, pero citaba a los clientes en la Agencia El Fénix, situada en la Guayaquil y Esmeraldas. En realidad el señor Alvarado editó, años después, un excelente catálogo de antigüedades, con miles de piezas debidamente clasificadas. Valga decir que la vieja casa de los Azcona pasó al comerciante español Manuel Pardo, quien levantó una enorme casa de siete pisos que contó con la presencia de inquilinos muy interesantes: en los años 40, ocupó uno de los departamentos don José Ramón de Sucre Rodríguez, guayaquileño, sobrino nieto del Héroe de Pichincha, con sus hijos Amada, José Ramón de Sucre y Antonio José de Sucre. Muchos años y hasta la década de los noventa, vivieron allí dos hijas del célebre escritor don Manuel J. Calle, una de ellas, María Luisa, valiosa por sí misma. Allí acudía de continuo el Dr. Miguel Díaz Cueva en sus visitas a Quito, pues María Luisa conservaba con amor el archivo epistolar de su padre. La casa nunca tuvo ascensor y el visitante llegaba a los últimos pisos realmente fatigado. Vivió también allí, en los años 50, el joven estudiante de medicina Fausto Villamar Villamar, ibarreño, luego notable pediatra. Fausto casó con Rosa Pardo Velasco, hija de los dueños de casa. Frente a esta casa y en el lado sur estaba la casa que de don Belisario Jarrín, que pasó a doña Rosa María Yepes Terán de Villagómez, quien vivió allí hasta su muerte en los años 50. La casa fue heredada por su hijo el Dr. Jorge Villagómez Yepes, quien la vendió poco después.
LA CALLE ORIENTE EN EL SECTOR PERTENECIENTE A SANTA BÁRBARA
2. LA CALLE DE LAS MELCOCHAS (ORIENTE, 41
42
ENTRE
GUAYAQUIL Y VARGAS)
Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Ver EL COMERCIO y EL DÍA de esas fechas.
Desde tiempo de la colonia, se hallaban cinco casas en esta cuadra; comenzando desde la Guayaquil (1768), estaba la de doña Manuela Fernández, seguía la de Esteban Aguilar, la de Magdalena Baca, otra
53 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
más de la primera propietaria (que era la casa más poblada de la cuadra) y la de María Inclana, donde se fabricaban unas sabrosas melcochas y que sin duda dio origen al nombre de la calle.43 En 1805 estaba muy irregularmente construida: una casa en el lado norte y unas dos hacia el lado sur. Gran parte de la manzana comprendida entre la Oriente, la Vargas, la Caldas y la Guayaquil, era una cuadra alfalfar.44 En 1840 se empadronan en esta calle y hacia el lado norte: Narciso Manzo, Ana Yepes y Luis Lizarazu. En el lado sur, en cambio, lo hicieron Francisco Cañizares y Narcisa Gómez.45 43
44
45
46
47
48
49
Padrón de Santa Bárbara, en Museo Histórico 57. Ver Plano de Montúfar. AMQ, censo de 1840. Testimonio de su nieta doña Lucila Cortés de Carrera, Quito, 1983. Ver su correspondencia en nuestra obra LOS VEINTEMILLA EN LA SIERRA NORTE DEL ECUADOR Y EN LIMA, Quito, agosto del 2003.
senciales del asesinato de García Moreno y dio una larga declaración al respecto.48 Para 1894, las tres casas del lado norte eran: la de Rosa Paz, esquinera con la Guayaquil, donde tenía consulta el abogado Dr. Juan M. Paz, largo tiempo vecino de Pujilí;49 en los bajos había una pulpería y chichería hacia la Oriente. Seguía la casa de Francisco Orejuela Larrea y de su esposa la dama barbacoana Rosa Mercedes González Rubio Rivas que alcanzó casi al siglo de existencia, esta casa fue heredada por sus nietos los Estupiñán Orejuela;50 luego, en tercer lugar, la de Rafael Sánchez —que pasó más tarde a los Terán y luego a los Rodas—. Quedaban, hacia la Oriente, dos tiendas en la casa esquinera con la Vargas, de propiedad de Nicanor Luna. Al frente, al lado sur, existían solo dos grandes casas, aunque la esquinera con la Guayaquil —que era
Jurado Noboa, Fernando, LOS PAZ, UN MODELO HISTÓRIDE
MOVILIDAD
SOCIAL
colección Quito 2002.
SAG,
DOBLE ,
51
Miranda Ribadeneira46, gran liberal, amigo de Montalvo y de Veintemilla47, fue uno de los testigos pre-
ANQ, sección Criminales, ver Proceso de 1875.
CO
50
En esta calle y a mitad de la cuadra —entendemos que en el lado sur— tuvo su casa el Dr. Luis Emilio
Papeles de Ricardo Descalzi del Castillo. Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
desde 1863 de José Ignacio Proaño— tenía su gran frente precisamente a la calle Guayaquil: seguramente de esta casona salió la primera casa que ya miraba a la Oriente y que fue de Ignacio Proaño, con dos tiendas, era muy grande, tan es así que para 1903 allí funcionaba la Escuela Normal de Varones, según se observa en el plano de Higley; luego seguía la casa de Pedro Caicedo con cuatro tiendas, donde tenían su consulta el médico Dr. Julio Vizcaíno. Hacia la esquina y mirando a la Vargas, estaba la casa de Manuel Cornejo.51
55 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
En marzo de 1910, don Desiderio Olano, nativo de Popayán, avisaba por la prensa que vendía o arrendaba su casa de 24 habitaciones en esta calle Oriente, entre Guayaquil y Vargas. A principios de siglo, en esta misma calle, fue apuñalada doña Josefina Páez Egüez, luego de vo l ver de misa en San Agustín, por su esposo, don Carlos Salvador de la Barrera, quien terminó en el hospicio.52 En la década de los treinta, en la casa de la esquina nororiental de la Oriente y Vargas sucedió uno de los crímenes que más impactó a la ciudad: Jorge Ojeda asesinó a una conocida artista de teatro vinculada a la compañía Gómez Albán, se trataba de la célebre Marina Gonzembach. Jorge desapareció del país y murió años después en Chile en forma penosa.53 En los años 30, la casa más conocida en el lado norte fue la pensión Molestina, manejada por don José María Molestina Ordeñana, caballero guayaquileño, dueño de una de las primeras librerías en el puerto a principios de siglo, y por su esposa Lucila González Rubio Vásconez. En esa casa, vivieron, en 1937 y a raíz de su matrimonio, Pepita, hija de los dueños de casa con su novel marido el político conservador Eduardo Pólit More n o . 54 En los años 40, se convirtió en la Pensión Cobo, unas dos casas antes de llegar a la esquina con la Varga s .55 En los años 50, esta casa fue de una señorita Terán de Cayambe, de quien pasó al Cnel. Adolfo Rodas Guerra, militar cuencano y a su señora Ana Arias Mantilla, padres de conocidos médicos pediatras. Tenía cuatro pisos: en el segundo vivía el periodista Roberto Maldonado Iglesias, con sus hijos los Maldonado Palacios, todos de origen cuencano; al fondo, la citada Terán ya muy anciana. En el tercer piso vivían los dueños de casa, en el cuarto Augusto Paz y los suyos. Al frente, en el lado sur, había también casas muy conocidas en los años 40 y 50: la primera en la 52
53
54
55
56
Testimonio de su sobrina política doña Eugenia Terán de Páez Flor, Quito, 1982.
esquina con la Guayaquil era también de Manuel Pardo y en sus bajos funcionó una de las farmacias
Papeles de Jorge Ribadeneira Araujo.
ciudad porque era un poco abrupto de manos; seguía la de Antonia Romo y finalmente, hacia la
Informes escritos de Eduardo Pólit Moreno, Quito, 1990.
esa casa estaba el famoso Niño Jesús que abría sus brazos al compás de la música y que fuera
Informes de la familia Córdova Ribadeneira, Quito, enero de 1991. Papeles e informes del Dr. Héctor Grijalva Muñoz, descendiente de esta familia. Trae re f e rencias al respecto el P. Severo Gómezjurado en su VIDA DE GARCÍA MORENO.
más conocidas de la localidad. A mitad de la cuadra estaba la casa y consultorio del médico manabita Dr. Dimas Burbano Bowen, el terror de los niños de las escuelas municipales de la esquina con la Va rgas, la de las hermanas Buendía Ordóñez, que mu r i e ron pasados los 90 años. En re galo personal del Papa Pío IX a García More n o .56 Vi v i e ron también allí su sobrina Mélida Ribadeneira Buendía y su esposo el Cnel. Julio H. Muñoz Arias, así como sus hijos los conocidos profesionales Muñoz Ribadeneira.
3. LA CALLE SOLA (ORIENTE, ENTRE VARGAS Y VENEZUELA) Su nombre era exacto: era una calle prácticamente abandonada.
56 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Coleti la identifica como totalmente construida para 1763 en sus dos lados, pero nos parece que se trata de un error técnico en su plano. Por 1768, en esta calle se hallaba solo la casa de María Quiteria Rodríguez, en la que vivían 18 personas. El resto deben haber sido tapias.57 En el plano de 1805 se observan unas tres casas hacia el lado norte, mientras el sur estaba totalmente vacío, pues correspondía a una cuadra alfalfar. Ignacio Liborio Vi l l a c reses tuvo, hacia 1870, una casa en la Oriente y Vargas que la heredó su hija Rosa de To r re s .58 En el lado norte, en 1894, existían dos casas: la primera era la testamentería de Agustín Toro Guerrero, con una zapatería; luego venía la de Rosa Erazo. Al frente, en el lado sur, se hallaban dos tiendas en la casa de Becerra, uno de ellas era la tintorería de Emilia Naranjo. Luego seguía la casa de Abel Torres, con una tienda.59 Esta última pasó a poder del Dr. Ricardo Donoso Chiriboga y aquí vivieron, en 1919, su hermana Margarita con su esposo Camilo Donoso Lasso; décadas después la compró el Dr. Leonidas García, a quien habremos de referirnos.60 En los años 20 y principios de los 30, en la casa que forma la esquina suroriental entre Esmeraldas y Venezuela, vivía la anciana doña Tránsito del Castillo Carriedo. Seguramente debido a un reumatismo articular, pasaba todo el día sentada sobre gruesa alfombra, era señora muy pequeña y avanzada en carnes, ella con su hija Aurora Albuja del Castillo —pionera de la hotelería en Machachi— criaron a 57
58
59
60
Padrón de Santa Bárbara en 1768. ANQ, N.2, 1912. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Informes del Dr. Gonzalo Donoso Donoso, Quito, 1992.
su nieta y bisnieta doña Piedad Erazo del Castillo, luego esposa del Cnel. Octavio Valencia Llerena. Hacia 1930, la casa más conocida del lado norte y que había pertenecido a la señora Erazo, la adquirió el Dr. Alejandro Romoleroux, muy amigo de comprar casas para cuantas personas le venían en su íntimo afecto y esta lo fue para doña María Malo; la casa, a través de una peña, llegaba hasta la calle Venezuela y llevaba el número 6-54. En ella vivieron en los años cincuenta varios estudiantes universitarios, la mayoría de escasos recursos, que se arrimaban al más acaudalado, que era el cuencano
57 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Patricio Cueva Jaramillo, quien con el objeto de atender a sus numerosos amigos adquirió 30 colchones. Allí vivieron, por temporadas, Edmundo Ribadeneira, el gran ambateño Mentor Mera Oviedo y Camilo Mena, y pasaron también los hermanos Kingman Riofrío y Fausto Falconí Cobo.61 En los años 40 y 50 del siglo XX, en la acera sur, había unas seis casas, poco re l e vantes las dos primeras; la tercera era de la familia Alzamora de Mora, oriunda de San Miguel de Bolívar; la cuarta del Dr. Palacios, oriundo de Cuenca; la quinta del ilustre educador Dr. Leonidas García Ortiz, que a pesar de su arraigado liberalismo, entró en pugna con Alfaro y fue desterrado a Chile; la sexta casa, esquinera ya con la Venezuela, fue de Bolívar Cevallos Cruz, luego suegro del artista Fa u s t o G o r t a i re Chiriboga .62
4. LA CALLE SIN PAR (ORIENTE, ENTRE VENEZUELA Y GARCÍA MORENO) Vale decir única. Según el plano de 1740, obra de los académicos, para entonces solo estaba construido el lado sur, pues el norte era cuadra en su totalidad. Coleti, veinte años después, la representa igual, aunque en el lado norte y de manera interna, aparece una pequeña casita. En 1768 vivía en esta calle, en una casa pequeña, doña Joaquina Castro Calderón, posiblemente al lado sur, pues el norte era solar y huerta, como hemos manifestado.63 En el censo de 1840, figura en esta calle la casa de Rosa Cevallos.64 61
62
63
64
I n f o rmes del Dr. Patricio Cueva Jaramillo, Quito, 1992.
Hacia 1894, del lado norte se hallaban las casas de Adelaida Cadena y de Modesto Suárez. En el lado sur estaban las tapias de la casa de los Guerrero, que daba hacia la Venezuela y su dueña era doña
I n f o rmes del Ing. Byro n Córdova Ribadeneira, Quito, 1991. AMQ, 1768, Padrón de Santa Bárbara. Id. Censo de 1840.
Magdalena Guerrero de Guerrero. En 1991 pude observar que la casa número 7-43, que está en la mitad del lado sur, es una auténtica joya del siglo XVII, con una típica ventanuca diminuta. Fue sin duda parte de la vieja casa de los aludidos Guerrero.
58 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
5. LA CALLE DE SAN ANTONIO (ORIENTE,
ENTRE
1534 - 1950
GARCÍA MORENO Y BENALCÁZAR)
Ya desde tiempos coloniales existían tres construcciones del lado norte y una muy pequeña en el lado sur. En 1768 sus propietarios, sin duda en el lado norte, eran tres: don Ignacio Merizalde Chacón, dueño de una pequeña casa que arrendaba y en la que vivían ocho personas. Luego, el sastre indígena Gregorio Silvestre, quien era el dueño de la casa más amplia de la cuadra. Después venía la casa de Diego de Mera. El plano de Montúfar, en 1805, revela unas tres casas en la acera norte y prácticamente vacío el lado sur. Por el documento de venta de la casa de la familia López Conde a José María Tena, efectuado en 1842 ante el notario sexto, se viene en conocimiento que por detrás de los vendedores quedaba la casa de Mariano Flor y que antes fuera de don Pedro Marcos de León. Como la casa quedaba a mitad de la cuadra de la Esmeraldas entre García Moreno y Benalcázar y en el lado norte, es obvio que esa parte trasera daba a la Oriente, pero en la acera sur. Veinte años después, en 1862 y en la misma notaría los Silva Cárdenas, vendieron la misma casa a los Valladares y allí consta que por detrás quedaba la huerta de la señora Rosario Terán. El censo de 1840 parece indicar que las dos casas del lado norte fueron de Antonio Andrade —justamente el vecino a quien encargaron el censo de la manzana— y de Justo Suárez. En 1894, las dos casas del lado norte pertenecían a Nicolás Reyes y a José Coronel. Al frente se hallaban las tapias de la casa del Dr. Mariano González Calisto, que miraba hacia la García Moreno. Para 1950, en la Oriente y Benalcázar tenía su casa don Emilio Gangotena Morán y allí vivía arrendando doña Margarita Donoso de Donoso, quien décadas antes ya había vivido en esta calle. Actualmente, la casa 8-36 que está en la acera norte se revela del siglo XVII, posee seis ventanas asimétricas y paredes de enorme espesor. Estaba al destruirse en 1991, actualmente se desarrolla un proyecto de vivienda por parte de la municipalidad.
59 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
En 1950 se registran estos vecinos en la calle Oriente:
1-24: Dr. Luis A. Páez Benites
5-10: Gerardo Mesías O. y
1-49: Cnel. Jorge Quintana Dueñas
Neptalí Silva Echanique
1-55: Antonio Romero
5-22: Leonardo Merino
1-59: Benjamín Pinto Guzmán
5-36: Escuela República de Panamá
1-71: Benjamín Pinto Guzmán
5-71: Enrique Unda Cadena y
2-11: Rafael Urgilés González
Manuel Utreras Gómez
2-18: Rebeca Salvador Guillén
5-81: Isaac Riesker y José Roitman
2-33: Dr. Teodoro Puertas
5-92: Nicanor Almeida
2-46: Benigno y César Armas
6-23: Dr. Augusto Alzamora Costales
2-53: Ing. Sergio Orejuela V.
6-29: Cnel. Ramón Villalba
2-62: César Mora Escalante
6-37: Dr. César Palacios Montesinos
2-67: Carmela Terneux Pallares
6-51: Julio César Noboa Muñoz
2-81: Dr. Luis Gabriel Camacho Araujo
6-65: Egon Donath
2-94: Dr. José María Urbina Mayorga
7-20: Juan José Valverde Paz
3-22: Mayor Gonzalo Villacís
7-32: Alonso Viteri
3-23: Dr. Alfonso Miranda Jaramillo
7-41: Edmundo Chávez
y Dr. Carlos Pólit Jarre
8-47: Celso Alejandro Jácome
3-34: Heriberto Leiva
8-53: Daniel Mera, Humberto
3-36: Dr. José Augusto Cajiao
Ricaurte Trujillo y Víctor M. Pantza
3-40: Alejandro H. Albán
12-21: Daniel y Enma Jaramillo
3-52: Georgina Armas
12-33: Rosa Rodríguez de Rodríguez
4-06: Julio Mancero J.
12-34: Jorge Lara Oña
4-11: Julio Larrea y Dr. Alfonso
12-41: Luz María Negrete
Moncayo Páez
12-80: Francisco Zaldumbide
4-42: Dr. Abraham Karabanov 4-43: Dr. Aníbal Mantilla y Alfredo Abril Nieto
60 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
61 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Esmeraldas
A
ORIENTE, ESTA CALLE PERTENECÍA A DOS VIEJAS PARROQUIAS DE LA CIUDAD: DOS CUADRAS Y MEDIA HACIA EL ORIENTE SE HUNDÍAN EN EL ITCHIMBÍA Y PERTENECÍAN A SAN BLAS. OCHO CUADRAS, DESDE LA GUAYAQUIL, AVANZABAN HASTA LA COLINA DE LA CHILENA Y PERTENECÍAN A SANTA BÁRBARA. L IGUAL QUE LA CALLE
1. EL SECTOR DEPENDIENTE DE SAN BLAS (ESMERALDAS, GUAYAQUIL)
ENTRE
CEVALLOS
Y
En tiempos coloniales esta calle comenzaba en el Itchimbía, dos cuadras al oriente de la actual calle Montúfar. El plano de Montúfar muestra una casa al tope oriental de la calle, otra única en la segunda cuadra (entre Montúfar y Cevallos actuales), en su lado norte y, en cambio, muy regular y totalmente construida la cuadra entre Montúfar y Guayaquil. En tiempos republicanos solo se había prolongado unos metros en dirección a la calle Los Ríos. El plano de 1736 muestra claramente, en la actual esquina suroeste de la Esmeraldas y León, una casa bien visible que aún existe y es muy bella, tiene la típica base de sustentación inclinada como muchas de las casas del siglo XVII, por temor a los sismos, además de dos ventanas encantadoras hacia la calle Esmeraldas. En el mencionado plano de 1736, también figura la tercera casa del lado sur, pero esta fue derrocada y en su lugar está la actual de don Rodrigo Torres. El 27 de diciembre de 1822, Mariano Flor y su mujer Mercedes German vendieron una casa en San Blas, con una huerta muy grande, a Manuela Jácome.65 Quedaba, por la entrada, frente a la casa de don Francisco Javier Cruz y por detrás daba hacia el camino a la placeta de San Blas, es decir a la calle Oriente. 65
ANQ, N.2, protocolos ante Miguel Munive, 1838, ver la venta de Manuela Jácome a Carlos Puente.
El 20 de septiembre de 1838 ante el notario Miguel Munive, se hizo una escritura de venta de casa en San Blas y en la calle de los Buitrones: la ciudadana Joaquina Morales, esposa del escribano Mariano
62 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Santacruz, la vendió a doña Josefa Moreno y a sus hijos Pacífica, Rafael y Francisca Losa Moreno. Los límites eran los siguientes: • Al frente: la cuadra del ciudadano Francisco Bossano. • A la izquierda de la casa: la propiedad de Rosa Rea. • A la derecha, la esquina y el respaldo de la casa: la gran propiedad de la señora Luisa Banda.66 Por el siguiente documento veremos que había una íntima relación entre la casa de los Buitrones y el camino a la placeta de San Blas, y dado que los Buitrones vivieron en la León y Esmeraldas, creemos que estamos correctos en nuestra presunción. El 17 de diciembre de 1838 y ante el mismo notario Munive,67 entonces notario segundo de la ciudad, el albacea de la difunta señora Manuela Jácome vendió la aludida casa, que fuera de los Flor, a Carlos Puente y su esposa Rafaela Pérez. Los límites eran los siguientes: • Por la entrada: casa de Manuela Romero, que antes fue de don Francisco Javier Cruz. Esta casa de la Romero estaba en la acera sur, según lo que luego analizaremos. • A la derecha: los Buitrones. • A la Izquierda: Juan Borja. • Atrás: el camino a la placeta de San Blas y las tierras de Julián Quiroga. El camino a San Blas era la calle Oriente, esto significa que la casa vendida estaba en la acera norte de la Esmeraldas. Pero dado que, aun a fines de siglo, en esta primera cuadra solo había casas en uno de los lados, es posible que estas escrituras se refieran a la segunda cuadra. En 1894 y según la GUÍA de Jiménez, había dos casas coloniales en el lado sur de esta cuadra: la de Teresa Gordón, con cuatro tiendas, y la del capitán Manuel Salvador, que tenía cinco tiendas. Al frente, en el lado norte, había solamente tapias. El Dr. Carlos A. Bermeo, en junio de 1909, ofrecía sus servicios de abogado en la calle Esmeraldas 1-72 (acera norte), anotando que su teléfono era el 264. En julio de 1922, el capitán cuencano Virgilio Machuca Crespo estaba de guarnición en Quito, en el cuartel de la calle Montúfar, y había localizado una vivienda relativamente cercana, justamente en la Esmeraldas número 1-12, acera norte de la primera cuadra. Allí nació, en dicho mes, su hija Mercedes, años más tarde inspiradora de gran parte de la obra de su esposo, el poeta cañarense Enrique Noboa 66
67
Id. Id.
Arízaga. El mismo día y en el departamento situado al frente de los Machuca nacía también Napoleón Zavala Anda, hijo de otro militar: el comandante Zavala.
63 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
En 1935 y mediante un préstamo a la Caja de Pensiones, el gran escritor otavaleño Isaac J. Barrera construyó una casa en la Esmeraldas 1-35 y allí moró 35 años, hasta su muerte en 1970. En esa casa y en su planta baja, don Isaac tuvo una de las mejores bibliotecas de la ciudad, especializada en historia y en literatura. Desde 1912 ya había sido un tenaz vecino de este barrio de La Tola, pues había vivido en la vecina calle León, en casa de su paisano y pariente el Ing. Pedro Pinto Guzmán. En 1943, y recién venido de una casa frente al Correo, vivió en esta calle el gran poeta cañarense Enrique Noboa Arízaga, quien, como buen poeta, buscaba las mejores alturas de Quito, para tener motivos de soñar y de inspirarse.68 Hacia 1904 levantó una casa nueva de un solo piso, en la actual Esmeraldas 2-71 entre León y Cevallos, un señor Freire, este la vendió para 1917 a doña Natalia Godoy, señora de finos modales que había vivido una corta temporada en París y era dueña además de quinta en San Antonio de Pichincha siendo madre de los Puente Godoy, ligados a la conocida ferretería de este apellido. La señora la traspasó a doña Mercedes Espinosa, nativa del sur del país, quien a su vez la vendió, en 1966, a su actual propietario don Rodrigo Torres Acosta, hombre muy culto y amante de las cosas viejas. La casa esquinera hacia la León la poseía en los años 40, uno de los Canónigos de la Catedral.69 En 1944 el grupo Madrugada, liderado por el citado Noboa, por Galo René Pérez, Eduardo Ledesma Muñoz y otros connotados escritores, funcionaba en la calle Esmeraldas número 23, es decir en la acera izquierda de la segunda cuadra.70
2. LA CUADRA ENTRE CEVALLOS Y MONTÚFAR 68
69
70
LES CUENTO UNA COSA, autobiografía de Enrique Noboa Arízaga, obra a editarse en enero de 2004.
En la siguiente cuadra, en los planos coloniales se ven dos casas en el lado norte y una en el sur. Los documentos analizados de 1838, en la cuadra anterior, es posible que se refieran a esta misma cuadra.
Papeles, escrituras y testimonios de don Rodrigo Torres Acosta, Quito, 1993.
Para 1894 existían tres casas en el primer sector: dos de José Baca —en el lado norte— y una, al
Guerrero, Edwin, (LAS
ba hacia la Montúfar. Esa casa de los Baca es sin duda la misma que heredó, 40 años después, el señor
SO-
frente, de Agustín Osorio; también se ubicaba allí el toril del matadero y tapias del cuartel que mira-
CIEDADES DE ESCRITORES Y ARTISTAS),
Quito, 2001.
José Baca Miranda, al que habré de referirme.
64 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
En febrero de 1920, el Dr. Félix Proaño Maldonado, veterinario diplomado en Chile, ofrecía sus servicios en la carrera Esmeraldas número 24, en una casa de la acera norte. El 26 de marzo de 1930, la señora Manuela Villota de González vendió su casa frente al toril a Rafael Jarrín Benites, vecino de Guaranda. Por el norte quedaba la casa de José Baca Miranda —luego vendida al Dr. Catón Cárdenas Nava r ro—, por el sur miraba a la calle Esmeraldas, por el oriente (hacia el Itchimbía) estaba la casa de Manuel María Reyes y hacia el occidente (es decir hacia el cent ro de la ciudad) la casa de Eloy Yépez. Jarrín la tuvo solo tres años, pues la vendió el 9 de marzo de 1923 ante el notario Pompeyo Jervis, en 10 000 sucres al connotado comerciante don José María Andrade Flores, indicando que el sector, a pesar de ser periférico, empezaba a mejorar en estatus.
3. LA CUADRA ENTRE MONTÚFAR Y GUAYAQUIL O CALLE DE ÁNGEL POLIBIO CHAVES Estaba correctamente construida desde hace dos siglos. Del lado norte existían en 1894 seis casas: de Nicanor Vinueza; Tomás Espinosa —grande y con dos patios—; del Cmdte. Manuel López, quien tenía una fábrica de espermas en su casa, era la casa más alta de la cuadra y revelaba como si fuera de tres pisos; la cuarta del comerciante Vidal Ortiz, donde tenía su consulta el Dr. Rafael Espíndola, esta y la quinta del médico Carlos Román eran bastante pequeñas y, ya en la esquina de la Guayaquil, la del coronel Modesto Burbano, ibarreño, donde atendía el Dr. Julio Paredes C. Al frente, en el lado sur, existían cuatro casas, después de una chichería en la casa de Emilio Guerra: primero la de Felisa Navas, donde tenía su consulta el Abogado Dr. Carlos F. Gómez Díaz; la segunda de Manuel Quesada y las dos —tercera y cuarta— del comerciante Vidal Ortiz, en la primera de las cuales tuvo su consulta el Dr. Ricardo Ortiz Baca, hijo del dueño, quien años después viajó a Paris, junto con el Dr. Alejandro Melo, para repetir toda la carrera de Medicina en la Sorbona.
65 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Una de las casas de don Vidal Ortiz —justamente aquella en donde luego se construyó el Teatro Central— perteneció a principios del siglo XX a doña Luz Peñaherrera García y a sus hijos los Dávila Peñaherrera, según informes de sus nietos los Rivadeneira Dávila. El plano de Higley, hecho en 1903, revela algunos detalles de esta cuadra: en el lado norte había seis casas: la segunda era muy grande y poseía dos patios, la tercera era de dos pisos altos, la cuarta y la quinta eran bastante pequeñas. Al sur en cambio, había solo pocas casas. Eran cuatro, pero entre la primera y la segunda había un gran solar vacío; la segunda y la cuarta poseían dos patios cada una. En los primeros años del siglo XX y hasta 1912, el comerciante guayaquileño Enrique Jurado Cali tenía su pesebrera a la mitad del lado norte de esta cuadra, los caballos de su propiedad pertenecían a la Agencia de Coches de él mismo, que la tuvo primero en la Plaza de San Agustín y luego en la Plaza Grande, según se ve en las fotografías de la Exposición de 1909. Entre 1908 y 1922, los vecinos del lado norte eran los siguientes: el guarandeño Francisco Durango Flores compró la casa de la esquina noroeste de la Esmeraldas y Montúfar, sus herederos, los Durango Chauvin, la tuvieron más de 60 años, pues la vendieron en 1970. A continuación estaba la casa grande de doña Mercedes Ramírez de Vivanco, en donde se alojaba el gran guarandeño Dr. Ángel Polibio Chaves, cuando venía a vivir por temporadas en Quito. De allí que la gente conocía a este sector como <<
la calle del Dr. Chaves>>. La cuarta era de los Ortiz Baca, hijos del antiguo vecino don Vidal Ortiz;
la esquinera con la Guayaquil, de Rafael Rodríguez Arteta y de su esposa Hortensia Paz Ante; allí vivía Inés Rodríguez Ante de Suárez. Entendemos que la cuarta casa de los Ortiz (tercera desde la Guayaquil) fue dividida en esa década de los veinte en dos casas: que un sector lo compró el Cmdte. Juan Gabriel Jurado Martínez, quien ya vivía en esa casa en los años 1924 al 1928, cuando fuera profesor del colegio Militar; vivió allí en compañía de su esposa doña Luisa Riquetti Ayora, allí tuvo su consulta odontológica durante casi medio siglo el Dr. Edmundo Jurado Riquetti y en el tercer piso de esa casa murió en 1989, a los 91 años de edad, Rosa Elvira Jurado Martínez, una de las últimas sobrinas carnales del novelista Luis A. Martínez. El otro
67 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
sector, aún en los años 40 y 50, estaba en poder de los Espinosa Bermeo y Espinosa Ortiz, nietos estos del Dr. Ricardo Ortiz Baca, heredero de la vieja casa del siglo XIX. En enero de 1916, la prensa avisa que en la Esmeraldas número 31 (acera sur) daba clases de piano el anciano don Vicente R. Bermeo, quien había sido discípulo de Neumane y de Rossa en los años de 1870, época en que había obtenido el primer premio en nuestro Conservatorio de Música. Un aviso por la prensa de diciembre de 1923 reporta que el dueño de la casa número 35 de la carrera Esmeraldas —junto al Teatro Popular— la ofrecía en venta o en permuta con una quinta. No consta su identificación. Frente, justamente a los Ortiz, se construyó el Teatro Popular, luego llamado Central, de moda en Quito en los años veinte del siglo pasado. Hemos dicho que don Vidal Ortiz tenía otras dos casas en el lado sur de esta calle, antes de la esquina con la Guayaquil. En marzo de 1926 la prensa quiteña reportaba que Juan Espinosa vendía parte del Teatro Popular con casa en la Esmeraldas 29; en la primera casa del señor Ortiz —junto al mentado Teatro— vivieron los Bravomalo Ruatta en 1932, fue pues la morada del gran artista César Bravomalo; allí mismo vivió, en 1934 y 35, don Carlos Mateus y García, sobrino nieto de García Moreno y persona muy conocida en Quito. La última casa esquinera con la Guayaquil fue de don Julio César Montalvo Terán, en los años 40.
EL SECTOR CORRESPONDIENTE A SANTA BÁRBARA
4. LA CALLE NUEVA Se denominaba en la Colonia <> al tramo de la Esmeraldas, entre Guayaquil y Varga s . Para 1768 tenía tres casas: de María Luisa Pérez, con dos tiendas atendidas por indígenas; la de don Ignacio Viteri, en donde vivían 29 personas, siendo la más poblada de la cuadra; y la de doña Magdalena Flores. Viteri tenía también una casa pequeña en la calle Chica, en la esquina de Varga s y Venezuela, que arre n d a b a . Vecinos de esta cuadra en 1797 eran: la misma doña Luisa Pérez, doña María Manjarrés, doña Baltasara Sola y Ros y el abogado Dr. Mariano Egas. Según el censo de 1833, en el lado sur de esta calle estaba la casa de Josefa Moncayo, señora de 42 años, pechera de oficio (fabricante de pecheras para chullas, indudablemente) y casada.
68 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
En 1840, según el catastro, estaban al norte las casas de Mercedes Nolivos y de Ramón Betancourt. Para 1894, en esta calle había tres casas en el lado norte, luego de las tres tiendas que se hallaban en la casa de Fidela Aguirre y que miraban a la Guayaquil: la de Ramón Guevara, en donde vivían el Ing. Eudoro Anda Vásconez y el Dr. Luis Anda, médico ambateño; la segunda de Francisca Hernández; la tercera, esquinera con la Vargas, que pertenecía a Manuel Rojas y tenía una tienda de Timoteo Suárez, que daba hacia la Esmeraldas. Esta casa se quedó largamente con la familia Rojas. En el lado sur existían solo dos casas o, más bien dicho, ni una sola casa completa, pues estaba la esquinera, que tenía su mayor frente hacia la Guayaquil, a donde daban tres tiendas y era de Manuel V. Flor, quien tenía aquí su imprenta. La otra era esquinera con la Vargas y pertenecía a la comerciante Rosario Albán, viuda de Miguel Mora. El diario LA PATRIA, que funcionaba en la calle Venezuela 49, en su edición del 26 de marzo de 1906, sacó un aviso comercial de la fábrica de muebles de Alberto Mena, en la cuadra número cinco de la carrera Esmeraldas. Avisaba que tenía hábiles operarios, que la madera empleada era <> y que no se pedía nada de dinero por adelantado. En la década de los veinte en el siglo pasado se mantenían las cuatro casas del lado norte, incluyendo parcialmente la esquinera con la Guayaquil: la primera era de los Dávalos Suárez; la segunda, que era de dos pisos, había pertenecido pocos años antes a doña Ana Luisa Campana de López Darquea, guarandeña, quien la cambió con la hacienda Puntapié, situada en Tambillo, pasando así a poseerla desde 1919 el Dr. Alejandro Kennedy Valdez, conocido dentista quiteño que hizo <> entre las damas cuencanas a principios de siglo y era casado con doña Paulina Gozemet. En dichos años vivían en la planta alta los dueños de casa y, al frente, en un departamento, doña Leticia Enríquez Ribadeneira de Paz Gaviño, su hijo Eduardo León Enríquez y doña Eloisa Yepes. Eduardo fue militar y hombre muy popular y divertido en Quito, perdió el juicio prematuramente y su muerte fue profundamente sentida. En el piso bajo vivían varios estudiantes universitarios y la familia de don Cosme Musello Miranda —comerciante italiano— que moró allí en 1921 y 1922. La tercera casa de ese lado norte era de doña Antonia de Andrade. Al frente, en el lado sur y en los años veinte, estaba en la esquina el Hotel Europa que justamente se terminó en 1921, constituyéndose en una típica y agradable construcción. La casa esquinera con la Vargas era de la familia Guerrero Mora, que la habían heredado de Rosario Albán de Mora. En las décadas de los cuarenta y cincuenta, las casas en el lado norte había aumentado a cinco: en la esquina con la Guayaquil estuvo la Botica Pichincha, de Eduardo Ledesma de Janón; en el piso alto moró por muchos años don Carlos Guerra Peñaherrera, personaje muy chusco y fino en la ciudad.
69 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Venía la casa de los Rojas —antes de los Kennedy—, luego la de Julio Torres Vega, quien dejó a su muerte, en 1936, la suma de cuatro millones en efectivo. La cuarta era de los Arturo de Tulcán y la quinta de otra familia Rojas. Esta última conserva aún un precioso balcón esquinero colonial. El lado sur, en los años 40 y 50, conservaba las pocas tres casas antiguas: el Hotel Europa se convirtió en el Hotel Rosati, la casa del medio se había convertido en una fábrica de mimbres y la esquinera con la Vargas seguía siendo de los Guerrero Mora.
5. LA COLONIAL CALLE DEL GATO (ESMERALDAS, ENTRE VARGAS Y VENEZUELA) Ignoramos el porqué se la conocía así en el siglo XVIII, quizás moraba alguna persona de ojos claros, apodado como el Gato o quizás abundaban los gatos. Es curioso, pero aún en los años cincuenta del siglo XX, las casas de Oriente y Esmeraldas tenían una enorme población gatuna. En tiempos coloniales tenía dos casas, posiblemente, situadas al lado norte según el plano de Higley y pertenecientes, en 1768, a doña Margarita Aroca, casada y a Antonio Villamayor, soltero.71 71
72
73
74
75
76
Padrón de Santa Bárbara en Museo Histórico 57, Quito. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. AMQ, censo de la ciudad en 1840.
Curiosamente —y tenemos constancia documental—, en todo el siglo XIX no existió sino una construcción en el lado norte.72 El censo parroquial de 1840 sugiere que esa única casa era de Mercedes Sáenz.73 Para 1894, en el lado norte y luego de una tienda, quedaba solamente la casa de Julio Guarderas Villacís, que tenía tres tiendas. Al frente —en la acera sur— estaban dos casas: la de Carmen Redín, con tres tiendas, y la de Federico Villafuerte.74 La casa de la citada señora Redín llevó el número 21 por muchos años; allí estaba el taller de la famosa modista Rosario Pozo.
Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Testimonio de Gabriel Córdova Rivadeneira, Quito.
En los años 40 y 50 del siglo XX estaban en el medio de la cuadra, y hacia el lado norte, las casas de
Véase cualquiera de las biografías de Eduard o Kingman.
Andrade Ribadeneira, ibarreña, viuda del médico del siglo XIX Dr. Gabriel Córdova. Vivía allí con
la familia Aulestia Donoso y la de la familia Córdova Andrade, cuyo jefe era la anciana Mercedes algunos de sus hijos y con sus nietos, los hermanos Córdova Rivadeneira.75 Durante alguna temporada vivió allí la familia Kingman Riofrío, pues el primer esposo de su madre, la señora Rosa María Riofrío, fue César Córdova, hijo de doña Mercedes.76
71 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
En esas mismas décadas, el lado sur se había modificado sustancialmente pues había seis casas: la casa esquinera con la Va rgas había sido en los años 20 propiedad de doña Angelina Serrano Montaño y de su esposo el Cmdte. Augusto Cobo Cobo, y allí tuvo su consulta el popular médico esmeraldeño Dr. Franklin Tello Mercado; luego, en los antedichos años 40 al 50, se convirtió en la Pensión Aguirre. A continuación estaba la casa de los Intriago Castillo, de origen manabita; luego , la de la familia Bueno, en donde vivía la familia alauseña Herdoíza Cattani. En cuarto luga r, la casa de la señora Carmela Falconí, luego el primitivo local de Radio Nacional Espejo, que funcionó allí por varias décadas. En un departamento de esta casa vivió la familia Bruzzone Arcos y en otro la familia Valencia Villagómez. En esta casa se suscitó por entonces una gravísima tragedia: la señora Villagómez padeció una súbita depresión muy severa y, víctima de su enfermedad, liquidó a todos sus hijos, situación que conmovió a la ciudad durante largo tiempo.77 La quinta casa esquinera con la Venezuela fue de los Dirani Baquero .
6. LA CALLE DE LA SOLEDAD (ESMERALDAS, ENTRE VENEZUELA Y GARCÍA MORENO) En realidad, es una calle que, a despecho de la modernidad, suele estar casi siempre sin gente en sus aceras. El gran quiteñista Dr. Miguel Ángel Puga, cuando se enteró leyendo <> en 1989 que se trataba de esta cuadra, la visitó y vio que el nombre colonial aún tenía razón de ser a más de 130 años de historiada. La única casa que figura en esta cuadra entre Venezuela y García Moreno, en 1768, es la de doña Andrea Román, en la que vivían cinco personas y debe haber quedado en el lado norte.78 Sin duda, esta <<
77
78
79
80
soledad>> de edificaciones debe haber sido la primera causa de su nombre.
Apuntes de Hilda Zambrano Álvarez, Quito, 1983.
En 1840 se encuentra también una sola casa, al parecer de la familia Albuja.79
Padrón de Santa Bárbara, en Museo Histórico, 57, Quito.
Para 1894, en este mismo lado norte, existían dos casas pertenecientes al comerciante Juan José Narváez: en la primera quedaba la tienda de Rosario Dieguez y en la segunda estaba la caballeriza del
Los padrones no son lo suficientemente explícitos, por eso usamos el término <>.
propietario. Al frente —es decir en la acera sur— se hallaban dos casas: la primera de Virginia Guerra
Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
liberales del siglo XIX, el Dr. Marcos Espinel Cornejo.
de Espinel y otra caballeriza de Narváez. Luego venía la huerta y muros de la casa de los Angulo, que miraba hacia la García Moreno.80 La señora Guerra era viuda de uno de los más célebres políticos
72 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
En los años 40 y 50 del siglo XX había cinco casas en la acera norte, de tal manera que también se había dado una importante subdivisión de la propiedad: pasando la esquina con la Venezuela, estaba la casa del conocido jurista Dr. José Alejandro Egüez Andrade y de su esposa la señora Rosa Toro Freile; en tercer lugar la casa de los Cevallos, en la cual moró largo tiempo el tore ro Edga r Puente. La cuarta casa pertenecía a la Dra. Soledad de Mora Gaybor,81 n a t i va de San Miguel, de quien se contaba una sabrosa anécdota ocurrida cuando era estudiante universitaria de Derecho, en los años 30: el Dr. Gustavo Buendía Jácome era hombre brillante y cazurro, tenía gran sal y un día corriendo lista, dijo: — Soledad Mora Al oír su nombre, ella se paró y le aclaró: — No Mora, De Mora, por favor. Y él la quedó viendo y la espetó, aludiendo a su soltería: — Y entonces, ¿por qué demora? 82 Al frente, en la acera sur, quedaban cuatro propiedades: la casa esquinera era de los Ponce Cornejo; la segunda constituía la clínica Quito, de los doctores Arellano Portilla, donde cientos de quiteños y quiteñas nacieron en esa casa en manos del Dr. Julio Arellano, ve r d a d e ro apóstol de la medicina. Casi en toda la mitad de la cuadra se veían los mu ros de la casa de la familia Angulo, cuya entrada estaba en la García More n o . 81
82
Informes de Byron Córdova Ribadeneira, Quito, enero de 1991. Alvear, Abel, “Anecdotario Quiteño”, Quito, 1977.
Lo curioso es que, con los años, casi todos han olvidado el nombre de la clínica Quito. Cuando a las personas de 60 o más años se les pregunta dónde nacieron, la respuesta es casi invariable: <<
En la clínica del Dr. Arellano>>.
73 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
7. LA CALLE DE OLAIS Este tramo, entre García Moreno y Benalcázar, en la Colonia, del lado sur, estaba totalmente desocupado, excepto en la esquina de la García Moreno, según observamos en los diferentes planos del siglo XVIII. El lado norte, en cambio, se hallaba totalmente construido, y entre estas casas debió haber estado la del Depositario General del Cabildo, don José de Olais, origen del nombre de la calle. En 1768 vivían allí 18 personas.83 Más arriba de la Benalcázar, desaparecía la calle. Conocemos un documento muy claro sobre este sector: lleva fecha del 8 de febrero de 1812, se lo hizo ante el escribano Ramón Maya y se trata de la compra de una casa de dos pisos hecha por Josefa Espinosa, esposa de Vicente López Conde y Martínez, en la suma de 2 030 pesos —suma de importancia entonces— a doña María Salvador y López, quien declara a su vez que la había adquirido en legado de doña Ángela López. En ese documento se indica que los 2 030 pesos los había regalado una persona piadosa —seguramente un clérigo— con la condición de que la casa sea para Carmen Quijano, esposa de José López Conde. Los Conde conservaron la casa cerca de 20 años, hasta que la vendieron el 21 de abril de 1831, ante el notario sexto, a José María Tena y su esposa Manuela Lamar, vecinos del estado llano, señalándose los siguientes límites:
• Al frente: casa llamada del Vínculo de las Espinosa. • A un lado: casa de doña Juana Mantilla. • Al otro: casa de doña Narcisa del Pino. • Por atrás: casa de Mariano Flor y que antes fue de don Pedro Marcos de León.84 83
84
Padrón de Santa Bárbara en Museo Histórico 57, Quito. ANQ, N.6, Pro t o c o l o s , abril 1831.
Tenemos otro documento del 7 de agosto de 1832, ante el notario segundo de la ciudad, donde figuran algunas de las personas citadas en el anterior documento: se trata de que Mariano Flor y su mujer, Mercedes German, venden una casa de dos pisos e interior a doña Petrona Borja Villacís, esposa de
74 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
75 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
don Luis Muñoz Ruilova, en la dicha parroquia de Santa Bárbara. La casa debió tener un amplio frente; los límites eran estos: • Por el frente: las casas del Ministro Fiscal, Dr. Manuel Espinosa Ponce, y del alcalde primero, don Joaquín de la Barrera. • Por el un lado: doña Juana Mantilla, que también figura en el anterior documento. • Por el otro: casa de Matías Sánchez. • Por la parte trasera: la huerta de Miguel Loza. Por documento del 20 de diciembre de 1862 y ante el mismo notario sexto,85 se vende al parecer la misma casa —decimos esto por algunos de los límites constantes—; se trata de que la señora Gregoria Cárdenas, viuda del señor José Silva, vende casa en el barrio de Santa Bárbara a la señora Jesús Valladares que, de acuerdo a los límites, habría quedado a mitad de la cuadra de la Esmeraldas, en su acera norte, muy cerca ya de la Benalcázar. Constan estos vecinos: • Al frente: las paredes de las huertas de las señoras Mercedes Larrea y Paula Espinosa (es la que fue conocida antes como Casa del Vínculo de las Espinosa). • Hacia arriba (es decir hacia la Benalcázar): la casa que fue del difunto José Pérez y hoy pertenece al Coronel José Mariano Andrade. • Hacia abajo (hacia la García Moreno): la casa del señor Domingo Saá. • Por atrás: la huerta de la señora Rosario Terán (es decir dando esta hacia la calle Oriente). En este lado norte, en 1894, existían tres casas: de Pedro Aulestia, de Julio Cruz (sin duda estas dos fueron antes solo la casa grande de don Domingo Saá) y de Jesús Valladares, dueña de la casa desde 1862, según lo hemos referido ya. En esta casa, imitando a Pinto, que le encantaban las alturas occidentales de la ciudad, vivía el notable pintor don Ramón Vargas.86 Cabe decir que Aulestia estaba casado con la señora Rosario Saá Naranjo y que don Julio Cruz fue padre de los Cruz Caamaño.87 En los años 20 y 30 del siglo XX, había cuatro casas en este lado norte: la esquinera con la García Moreno pertenecía al notable médico y político Dr. Aurelio Mosquera Narváez, que ejerció la Presidencia del Ecuador en 1939; la segunda a la familia Egüez Narváez, primos de los primeros y que 85
habían heredado el solar sin duda del abuelo común; la tercera a los Heredia y la cuarta a la familia Id, Protocolos, diciembre de 1862.
Guerrero Andrade. A todos ellos les ha dedicado recuerdos Manuel de Guzmán en su trabajo de 1994 <<
La segunda casa del lado sur la compró en 1930 el señor José Francisco de Mora Almendáriz, connotado vecino anterior de San Miguel de Bolívar. En esa casa fallecieron él y su esposa, la señora
76 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Concepción Gaybor Infante. Esta pareja formó a sus hijas, entre las primeras profesionales del país, habiendo sido además pioneras al haberse educado en el Colegio Mejía. Fanny de Mora, como médica, y Soledad de Mora, como abogada, fueron competentes y muy conocidas profesionales en Quito y en los EE. UU, en la segunda mitad del siglo XX.88 La falta de datos precisos en los documentos impide la localización exacta de numerosas casas, pero según el mentado censo de 1797, en estas dos cuadras, entre las actuales Venezuela y Benalcázar, aparecen estos cinco dueños: doña Gertrudis Ribadeneira, doña Antonia Salvador, Alejandra Medina, Manuel Bolaños y doña Ignacia Quintana de Olais.89 Dado que entre 1767 y 1797 se habían construido en la parroquia de Santa Bárbara once casas nuevas hacia el lado norte, seguramente las dos primeras correspondían a la primera cuadra oriental y las tres siguientes a la calle de Olais. Ya en el siglo XX, la calle Esmeraldas se empinó aun más hacia el occidente: en 1940, en la Esmeraldas y Cuenca estaba la casa del Cmdte. Arquímedes Landázuri; allí vivió, en su época de estudiante de medicina, el otavaleño Germánico Endara Miño, luego profesional muy conocido en su ciudad.90 EN 1950 SE REGISTRAN LOS SIGUIENTES VECINOS EN ESTA CALLE:
88
89
90
1-09: Ángel G. Mera
Victoria Moscoso de Rodríguez
1-30: Ofelia C. de Torres
3-23: Rosa R. Yépez
1-46: Luis Rubianes
3-28: Juan Patiño
1-57: Raquel Morillo Andrade y E.
3-35: Jorge Recalde Fernández Salvador
Murillo Zola
3-61: Alberto Rojas T.
1-65: Rafael Alberto Valencia Castrillón
4-10: Luis Nolivos León y
1-98: Dr. Germán Jaramillo Larrea
Manuel Salvador
2-42: Dr. Francisco Araujo León
4-30: Isabel Jarrín
2-51: Rosa de Villacís
4-52: Segundo Ronquillo
2-56: Rafael Ruiz
4-76: Jorge Arias
2-59: Enriqueta Manzano De Mora, Fanny, <>,colección SAG, Quito, septiembre de 1991. ACQ, gobierno, 1799. Testimonio del mismo Dr. Endara, Otavalo, 1995.
2-78: Alfredo Miño Cabezas
ESMERALDAS
2-83: Víctor Manuel Jaramillo T.
GUAYAQUIL:
ENTRE
MONTÚFAR Y
2-97: Alberto Núñez Rosero 3-01: Antonio Rosanía Greco y
5-00: Carlos Tamayo Carvajal
Juan Rosanía
5-01: Rafael Vinueza
3-14: Edmundo Rodríguez y
5-08: Guillermo Paz
77 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
5-09: Carlos Alberto Fernández
8-79: Gonzalo Salinas.
5-29: Guillermo Sinak
9-19: Alejandro Ponce Cornejo
5-44: María G. Vivanco
9-34: Camilo Tejada y Alberto Viteri
5-54: Andrés Peña Lazcano
10-40: Milton Ramírez y José María
5-80: Cmdte. Juan Gabriel Jurado Martínez y
Espinosa B.
Dr. Arturo Terán Gostalle
10-77: Magdalena Riofrío y Estanislao Masjhak
5-86: Amable Valencia e Isidoro
11-96: Tnte. Arístides Merizalde Suárez
Valencia Nieto
12-35: Fabián Larco
5-87: Herederos de Enrique
13-17: Milton H. Proaño
Andrade González
ENTRE GUAYAQUIL Y VARGAS:
6-06: Alfredo Muñoz López 6-09: Dr. Julio César Montalvo 7-50: Carlos Viteri J. 8-12: Teófilo Sáenz Dávalos 8-13: Luis Álvarez 8-21: Ernesto Wolf y Casa Viena 8-30: Ing. José María Aulestia Suárez 8-53: Dr. Camilo Pacheco Llerena, María Ifigenia Paredes, Efraín Sebastián Pare d e s Oñate y Luis Antonio Aguilar 8-73: Centro Ecuatoriano Norteamericano 8-75: David Pauker
78 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
79 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Historia de la calle Manabí
C
ON ESTA CALLE SUCEDE EXACTAMENTE LO MISMO QUE CON LAS ANTERIORES
—LA
ORIENTE Y LA ESMERALDAS— LAS TRES CUADRAS MÁS AL ORIENTE PERTENECEN A SAN BLAS, MIENTRAS QUE LAS NUEVE RESTANTES —A PARTIR DE LA ACTUAL GUAYAQUIL— FUERON PARTE PATRIMONIAL DE LA PARROQUIA DE SANTA BÁRBARA.
1. EL SECTOR DEL MATADERO O <> O <>, O <> (MANABÍ, ENTRE ACTUAL AV. PICHINCHA Y MONTÚFAR), O CALLE CONOCIDA POPULARMENTE COMO << DE LOS SALAS Y SALGUERO>>. Desde la Colonia, esta calle comenzaba en la actual avenida Pichincha sitio ocupado, entonces, por un ramal de la quebrada de la Marín. Existían tres casas en esta primera cuadra, dos en el lado norte y una en el lado sur. Sin embargo, el plano de Montúfar —1805— revela en esta primera cuadra una sola casa en la mitad del lado norte y totalmente vacío el lado sur, que se lo nota convertido en sembrío. La única variación ocurrida a fines del siglo XIX era que el ramal de la quebrada ya había sido canalizado, iniciándose la calle en <> por la presencia del matadero. Hacia 1860, la casa esquinera del lado sur y que hacía intersección con la Montúfar pasó a ser propiedad de la señora Josefa Salas Estrada de Salguero, hija del gran pintor don Antonio Salas, cuya casa estaba a cien metros hacia el sur, en la misma Montúfar y Olmedo; mientras la casa que estaba a mitad de la cuadra era propiedad del gran artista don Rafael Salas Estrada, según leemos en la
80 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
escritura de venta de la casa de los Caamaño a los Miranda Cevallos, en 1868 ante el notario Cosme Salazar, por documentos de 1870 se conoce que esta casa de don Rafael tenía una buena extensión de terreno hacia el oriente, y lindaba con la casa de Mariano Salguero. La señora de Salguero compartía la propiedad con su hermano, Alejandro Salas Estrada, pintor muy conocido en la ciudad, sobre todo porque fue quien, en 1879, realizó las copias de los cuadros del Infierno y del Juicio Final en la iglesia de la Compañía; en 1883 llamó para que trabajara en su mismo estudio a su primo hermano el famoso Antonio Salguero Salas, quien trabajó allí durante tres años, es decir hasta 1886. Al separarse, el primo Salguero instaló en 1886 taller propio en la misma casa, que lo mantuvo durante diez años, pues quería mantener su propia individualidad en esa visión interna tan complicada y personal que todo artista tiene.91 Entre 1890 y 92, Alejandro Salas dio clases en esa casa al joven Wenceslao Cevallos, nativo del Quinche, quien posteriormente se instaló en Guayaquil y luego en Roma durante 15 años. Al censarse los vecinos en 1894, declaró ser dueño de esta gran casa esquinera que prácticamente miraba a gran parte de la calle Manabí, el señor Alejandro Salas y que allí vivían sus íntimos, los también artistas Agustín Salas y Antonio Salguero.92 Este último estuvo en Chile ejerciendo la pintura entre 1896 y 1898. En la testamentaría de la señora Salas, llevada a cabo en 1898,93 consta que la casa fue heredada por sus hijos Concha Salguero de Salas y por el artista Antonio Salguero; este fue gran bohemio, casó dos veces —una con total oposición de la familia— y tuvo 20 hijos. Mientras tanto, Salguero volvió al Ecuador de 1898 a 1901, pero en 1901 partió a Europa, gracias a una beca del General Alfaro: estuvo tres años entre París y Roma. Regresó para siempre en 1904, enseguida instaló en su casa de la Manabí una galería de arte con copias hechas por él de los grandes maestros, sobre todo italianos; en agosto de 1905, la prensa informa que el artista Antonio Salguero abrirá su galería de pinturas y vistas en su propio domicilio de la Manabí número 1, de 11 de la mañana a 3 de la tarde. Las entradas se vendían en la misma casa. A partir de 1906 se convirtió en el pintor oficial de la familia Alfaro. Dejó de pintar en 1912, cuando no tenía sino 50 años, obedeciendo a su genio neurótico. Murió en 1935. Hacia 1860 mismo, el Dr. David Caamaño, natural de Guayaquil, perdió su casa en la calle del Puente de Rojas, debido a una deuda en pesos. El rematador fue el señor Joaquín Borja.
91
92
93
Navarro, José Gabriel, <>, ver el capítulo sobre el siglo XIX. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Hemos visto esta testamentaría en poder de sus herederos, las familias Vásconez Salguero e Hidalgo Vásconez.
81 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
El 24 de marzo de 1868, ante el notario Cosme Salazar94, este señor Borja vendió la casa a José Miranda y su esposa Tomasa Cevallos, ambos vecinos del estado llano. La casa quedaba a mitad de la cuadra en el lado norte y tenía estos límites: • Por la entrada: calle que va a La Tola y casa del señor Rafael Salas, de tal manera que la calle tenía dos nombres en ese año de 1868. • Por el lado derecho de la misma (hacia el oriente): los Silva. • Por el lado izquierdo: el señor Antonio Cortés. • A las espaldas: la huerta de la casa de los Cortés. El 4 de abril de 1868 se dio una escritura curiosa: los Tituasán, vieja familia indígena, vendieron cuatro cuartos en una casa en San Blas, en la calle que iba a la cuadra de Tomás Carcelén, a Ángela Vela, esposa del señor Carlos Vera. La casa quedaba a mitad de la cuadra. Lo curioso es que se trataba de un caso pionero de propiedad horizontal, pues en dicha casa habitaban otros dueños, como Mariano Salguero, Santos Sanguña y Jacoba N., de tal manera que además se nota que había dos familias indígenas en ese sector marginal de San Blas. La señora Vela mantuvo los cuatro cuartos solo dos años, pues los volvió a vender el 7 de abril de 1870, ante el notario sexto de Quito a Mariano Salguero, dueño de otros cuartos en la misma casa. Para entonces, los límites eran estos: • Al frente: casa de Josefa Pareja. • A la derecha de la casa: terrenos de la casa de Rafael Salas (es decir hacia el oeste). • A la izquierda de la misma (hacia el oriente): casa de Tomasa Vásconez. • Por detrás (es decir seguramente hacia la Olmedo): casa de María Espinosa. Se puede además decir que en el lado norte y en los años 1868 al 1870 estuvieron: primero, la casa de los Silva, vendida hacia 1869 a Josefa Pareja; luego, en segundo lugar, la casa de los Caamaño Monge que pasó a don Joaquín Borja Lizarzaburu y luego a los Miranda Cevallos, más tarde sería de los Falconí. En tercer lugar estaba la casa del señor Antonio Cortés, con huerta; luego, el solar del cuartel de caballería. Hacia la década de 1880, exactamente desde 1884, vivió en casa de la señora Pareja el célebre ingeniero esmeraldeño Alejandrino Velasco Sardá y su esposa doña Delia Ibarra Soberón, allí nacieron algunos de los 22 hijos que tuvo la pareja. El ingeniero Velasco dedica en sus apuntes autobiográficos varios recuerdos a esta casa,95 manifiesta por ejemplo que, a fines de 1882, se trasladó a la calle Junín, a casa de Rodolfo Carcelén; el año 84 ya aparece haciendo su compadre al médico Dr. Diego Salas 94
95
ANQ, N.1 y Protocolos, 1868.
N.6,
A rchivo privado del Dr. Juan Velasco Espinosa, Quito.
Estrada, vecino de este sector de la ciudad y está ya como feligrés de San Blas, bautizando a su hijo, el primer Pedro José, a manos del párroco Dr. Rafael Ordóñez. Diez meses después sepultaba a su citado hijo en el panteón de San Blas. Por allí refiere que <<el 22 de julio de 1885 llovió tierra por la noche, yo, con toda mi familia, salí entonces a la plazuela de San Blas, eran las tres de la mañana y
82 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
83 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
atribuyo a este suceso esta tan terrible pulmonía>>, refiriéndose a la enfermedad que contrajo su cuñada y madre adoptiva doña Mercedes Estupiñán de Velasco, muerta pocos días después en esta casa. Nació allí el 31 de octubre de 1885, su hija María Lucila, luego madre de la familia Acosta Velasco y que fue bautizada en el mismo templo de San Blas, siendo madrina doña Nicolasa Soberón. La familia debió vivir en esa casa hasta fines de 1886, pues en febrero de 1887 ya estaban avecindados en el Sagrario.96 En cuanto al lado sur y en los mismos años de 1868 al 1870, estuvieron primero la casa de Tomasa Vásconez; luego, la casa de los Tituasán, Salguero y Sanguña, vendida a los Vera Vela y más tarde a Mariano Salguero, a quien le heredaron los Salguero Salas, integrándole en un solo bloque con la casa de al lado. Luego, y en segundo lugar, la gran casa con amplio terreno de don Rafael Salas. Para 1894, las dos casas del lado norte estaban ocupadas por Dorotea Pareja —heredada a Josefa Pareja— y por Carlos Falconí, pero bastante antes de llegar a la intersección con la Montúfar. Al frente había una gran casa esquinera con la calle Montúfar, de la que ya hemos dado muchas noticias.97 En la parte norte de esta calle, lindante con la Montúfar, estaba desde el siglo pasado el cuartel de caballería.
2. LA CALLE DE ONTANEDA, LUEGO LLAMADA <> (MANABÍ, ENTRE MONTÚFAR Y FLORES) Ya desde el siglo XVIII, esta cuadra llevaba el nombre de Ontaneda, si bien se ignoran las razones, es evidente que debió tomarlo de algún vecino importante de San Blas.98 En 1805, los planos demuestran que la esquina noroccidental con la Montúfar estaba vacía y luego había tres casas seguidas. El lado sur estaba irregularmente construido, solo en las dos esquinas y en el medio, dejando un sitio vacío cerca de la actual Flores.
96
97
98
99
A rchivo parroquial del Sagrario, Quito, bautismos de 1887 a 1904. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Andrade Marín, Luciano, << Nomenclatura urbana del antiguo Quito>>, en ÚLTIMAS NOTICIAS, Quito, 17 de abril de 1965.
LA CASA DEL PRÓCER QUIROGA El 14 de abril de 1799, ante el notario Mestanza,99 don Juan Andrade vendió su casa en <
ANQ, protocolos ante Mariano Mestanza, 1799.
esquina del Matadero, la segunda a su siniestra>> a doña Baltazara Flor de la Bastida y Coello, quien
84 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
fuera la compañera afectiva del futuro e ilustre prócer boliviano Dr. Manuel Rodríguez de Quiroga. Documentos posteriores, a los que luego me voy a referir, me convencen de que era la segunda casa de la actual Manabí, a partir de la Flores y en la acera sur. Esa es la explicación del documento en relación al Matadero o Carnicería (actual Teatro Sucre). Sabemos que en 1824 Baltazara tenía otra casa al frente, casa que estaba al lado de la de Francisco de la Flor, frente a los Aguiar y a la casa aludida, de tal manera que tenía dos casas, en ambas aceras de la calle. Esta casa de la acera norte, la señora Bastida la vendió luego de 33 años, el 19 de mayo de 1832 y ante el notario segundo de la ciudad, don Miguel Munive, a doña Mariana Chiriboga,100 en la suma de 885 pesos, suma entre modesta y media para la época. El documento dice que se trata de una casa baja, pero ancha en su frente, en la calle que va de la plazuela de la carnicería a La Tola. Los datos nos hacen presumir con harta certeza que estaba al medio de la acera norte, sus límites eran: • Al frente: casas de la señora Cipriana Torres (que compró a Francisco de la Flor) y de las señoras Jácome. • A la derecha de la casa (es decir hacia el oriente) casa de los herederos de doña Antonia Abadiano. • A la izquierda de la casa (hacia el oeste) el corral y la huerta de doña Luisa Nicolalde, que sin duda miraba por el frente a la plazuela de la Carnicería. • Por detrás: la huerta del difunto Fernando Salcedo, que debió haber dado a la calle Montúfar actual.
Muerta la señora Chiriboga, le heredaron sus hijas Rosario, Tomasa y Magdalena Guerrero Chiriboga, la primera conocidísima mística quiteña; ellas, luego de cerca de 30 años de posesión, la vendieron el 4 de diciembre de 1861, ante el notario sexto de Quito,101 a la indígena Josefa Proa, esposa de Simón 100
101
ANQ, N.2, Pro t o c o l o , 1832, folio 42 vuelto.
Gutiérrez, en un documento en el que se declara que la casa es intermedia, que queda en la calle que
ANQ,N.4,Protocolos,1861.
difunto. Los límites eran:
va de la plazuela del matadero a la cuadra del Itchimbía, propiedad que fuera de Tomás Carcelén, ya
85 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
• Al frente: la señora Manuela Cepeda, donde antes estuvieron las casas de los Torres y Jácome. • A un lado (hacia el oeste): casa de Vicente Monge, sin duda la tercera casa desde el oriente, pues la heredó Rosario Monge. • Al otro: las señoras Quintana (hacia el oriente). • Por detrás: casa del difunto Fernando Salcedo. Curiosamente en 30 años se mantienen los dueños en este caso. Tenemos, pues, que la casa de Quiroga, gran casa histórica por cierto, fue la segunda viniendo desde la Plazuela de la Carnicería.
LA CASA DE DOS PISOS DE FRANCISCO DE LA FLOR Doña Ignacia Lescano Guzmán vendió, a principios del siglo XIX, su casa de dos pisos en San Blas al ciudadano Francisco de la Flor, vecino de Yaruquí, y a su esposa Mariana Calderón. Estos la volvieron a vender, el 11 de diciembre de 1824,102 al ciudadano José Cornejo. Según todos los datos que tenemos, quedaba en la actual esquina sur oriental de la Manabí y Flores, frente a la parte lateral del Teatro. Los límites eran estos: • Al frente (es decir al frente, en la esquina norte): las casas del procurador Joaquín Aguiar y Venegas y la de los herederos de doña Rosa Flor de la Bastida, madre esta de doña Baltazara, la esposa de Quiroga. • A un lado: casa de Baltazara Coello y Flor de la Bastida, a quien ya conocemos. • Al otro lado: casa de la ciudadana Luisa Jácome de Estrada y Montanero. • A las espaldas: casa del pailero Miguel Rojas, que sin duda daba a la calle Flores actual. Cornejo la conservó solamente dos años, pues la vendió el 6 de mayo de 1826 a Cipriana Torres, quien figura como dueña de la esquina sur aludida.
EL LADO NORTE ENTRE 1861 Y 1894 Ya sabemos que en 1861 en este lado estaban las casas de las señoras Quintana; de las señoras Guerrero Chiriboga, que las vendieron a Josefa Proa de Gutiérrez, y de Vicente Monge. Para 1894, existían cuatro casas del lado norte y una placeta mínima en el lado noroccidental, que venía desde tiempos de la Colonia. Los dueños de estos inmuebles eran: Carmen Romero, dueña de la casa más amplia de toda la cuadra y cuya enorme casona tenía seis tiendas hacia la Montúfar y cinco hacia la Manabí (tres eran chicherías y dos carnicerías); Aparicio Jijón (su casa tenía una zapatería y dos 102
103
ANQ, N.2, Pro t o c o l o s , 1824.
estancos), en ella tenía su consulta el Dr. Carlos Eloy Gangotena, médico; la tercera era de Rosario
Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
necía al médico Dr. Manuel Almeida (con dos estancos hacia la Manabí).103
Monge (con dos tiendas) y que sin duda la heredó a Vicente Monge; la esquinera con la Flores perte-
86 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
EL LADO SUR EN EL SIGLO XIX En 1861 conocemos solo que la segunda casa —desde la Flores— pertenecía a la señora Manuela Cepeda, quien vivía frente a los Guerrero Chiriboga. Al frente, del lado sur y en 1894, existían seis casas, demostrando la total diferencia en relación a 90 años antes: la primera hacia la esquina con la Montúfar y que aún se halla en pie, exhibiendo las ventanas típicas del siglo XVII, para fines del siglo pertenecía a Te resa Martínez y tenía una chichería y un estanco en sus bajos. La siguiente era de Clementina Álva rez Arteta de Mosquera (tenía un estanco en sus bajos); a ella asistía con frecuencia su hermano, el célebre cura e historiador Dr. Segundo Álva rez Arteta, que luego de una complicada vida en Ambato, terminó de místico en la Argentina y hoy está en camino su Causa de Beatificación.104 En la tercera se acuñó la moneda, de modo que hasta principios de siglo los vecinos buscaban residuos metálicos a su alre d e d o r ;105 esta casa, por su parte posterior, tenía comunicación directa con la tercera casa de la calle Flores, ambas f u e ron compradas hacia 1870 por una señorita Pozo de Latacunga; la de la calle Flores fue ve n d i d a en 8 000 pesos, hacia 1890, a su sobrina Eloisa Flor y Pozo.106 La cuarta casa fue de Abraham C. Pástor. La siguiente fue de Estuardo Jaramillo (tenía una tienda, propiedad de Rosa Ti n a j e ro). La esquinera con la Flores (con dos tiendas) era del Cmdte. José María Vela Jijón, aquí tuvo su consulta el Dr. Isidro García Berrazueta, latacungueño.107 Cabe anotar que en una sola cuadra existieron diez sitios de expendio de alcohol y unos pocos negocios. Aquí consumían su jornal los indígenas que transportaban el ganado.108
104
105
106
107
Luis Barrantes: Monseñor Nicolás Saá, biografía de Mons. Segundo Álvarez Arteta, Buenos Aires, 1941. Informes del académico J. R o b e rto Páez Flor en 1970. Papeles del ingeniero Rodrigo Páez Terán, Quito, 1984. Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
LA CUADRA EN LOS AÑOS CUARENTA DEL SIGLO XX: UN NÚCLEO SOCIALISTA En septiembre de 1918, la matrona o partera María Medina ofrecía sus servicios en una casa de la acera norte: Atiende partos indoloros, según últimos adelantos. Carrera Manabí, casa del
<<
Dr. Crespo, número 6, frente a la Artística del Pichincha, teléfono número 6>>.109 En febre ro de 1908, el diario EL COMERCIO trae un aviso del abogado Roberto Posso, su consulta estaba en la Manabí número 23, atendía asuntos
108
109
110
civiles, criminales, de policía o del orden
<<
Informes de Don Luciano Andrade Marín.
puramente administrativo .
Biblioteca Espinosa Pólit, Quito.
En el lado norte estaba, en la esquina con la Montúfar, la casita de una vendedora de leche de la que
I n f o rmes del Dr. Aníbal Torres Carrión.
>>
nadie recordaba o sabía su nombre; venía luego la del historiador y bolivariano capitán Carlos Barreiro Peñaherrera, donde vivió algunos años la familia Torres Carrión.110
87 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
Esta última casa cobró importancia a partir de 1932, cuando tomaron una amplia habitación en arriendo los estudiantes lojanos Alejandro Carrión Aguirre y Jorge Mora Ortega. En las noches se reunían aquí varios jóvenes socialistas, cuyo sano ánimo era cambiar el país. Sus nombres son estos:
•
Hugo Alemán Fierro
•
Ignacio Laso
•
Raúl Andrade Moscoso
•
José Alfredo Llerena
•
Francisco Borja del Alcázar
•
Diógenes Paredes
•
Alfonso Cuesta y Cuesta
•
Jorge Reyes y Reyes
•
Alfredo Chaves Granja
•
Augusto Sacoto Arias
•
Jorge Fernández Salazar
•
Humberto Vacas Gómez
•
Jorge Icaza Coronel
•
Pedro Jorge Vera
•
Eduardo y Nicolás Kingman Riofrío
El lector podrá comprender cómo se la pasaban 17 personas en una sola habitación, pero la bohemia siempre ha hecho y seguirá haciendo milagros.111
UNA CASA CON HISTORIA: LA DE LOS PEÑAHERRERA La tercera era la del probo abogado Dr. Modesto Peñaherrera Guerra, natural de Cotacachi, quien vivió allí con sus nietos los Salgado Peñaherrera.112 A poco de casado y hacia 1885, el Doctor y su esposa Virginia Mantilla adquirieron el terreno vacío, que seguramente fue jardín de la casa vecina. Mucho tiempo estuvo sin construir, hasta que se terminó para 1904. Tenía un pozo en el segundo patio y un escondite en el salón principal, de donde se abría una discreta portezuela que daba acceso a un zócalo de madera, en donde cabía perfectamente una persona de pie. Al subir Alfaro al poder en 1906, tuvo severos problemas con el Dr. Peñaherrera, porque había criticado al magistrado. Este tuvo que esconderse varias veces en ese zócalo, huyendo de la policía, pero al fin debió padecer tres destierros: el uno a Machachi, el otro a Ambato y el tercero al Perú; pudo regresar al cabo de cuatro años, en 1911, tras la caída del General. En esa casa se casó, en 1912, su hija Lola con el prominente médico ambateño Eustorgio Salgado Vivanco que, cosa curiosa, había estado becado por Alfaro en Europa. La familia conservó la casa alrededor de 90 años, pues la vendieron recién para 1974. 111
112
P é rez Pimentel, Rodolfo: << Biografía de Jorge Mora Ortega >> en tomo XVII del DICCIONARIO BIOGRÁFICO ECUATORIANO, pág. 195 y 196. Xavier Villacís: El Dr. Modesto Peñaherrera en DE DÓNDE VENIMOS LOS E C U AT O R I A N O S, colección SAG, Quito, 1987.
La cuarta casa, que daba a la Casa del Obrero por el frente, la compró ya casado el abogado Dr. Max Donoso Chiriboga, pianista, compositor, que a los 25 años fue Ministro de la Corte Suprema, fue esposo de Amalia Samaniego Aguirre, de origen lojano, arpista, profesora del Conservatorio de Música y quien dio algunos recitales en el vecino Teatro Sucre. Antes de los 30 fue una pensión, el Dr. Donoso botó la casa y levantó una nueva, que existe y tiene ahora poco más de 70 años. Lo más interesante es que el Dr. Donoso recibió como honorario de un cliente la biblioteca de García Moreno, que
88 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
conservaba su hijo Gabriel. Este legado tuvo un fin penoso, pues fue vendida en la suma de cien sucres años después.113 Una parte de esta casa hacia el oriente se la vendió al joyero Cisneros, de tal manera que quedaron siete casas y no seis como antes de 1940.
DIARIO LA TIERRA La quinta casa de este lado norte —viniendo desde el oriente— y segunda desde la Plaza del Teatro, fue de una señora llamada Sabina. Allí funcionó durante largos años el diario LA TIERRA, fundado por don Carlos Zambrano Orejuela, donde colaboraron las inteligencias más robustas del país e identificadas con el Socialismo. Allí pararon gentes como Pablo Palacio y el poeta Jorge Reyes, que usaba en sus tarjetas: Jorge Reyes, habitante de la Plaza del Teatro>>114
<<
Allí también fue cronista de muy joven el gran literato Alejandro Carrión. La sexta fue adquirida por el señor Guerra, que tuvo allí una tienda.
EL LADO SUR EN LOS AÑOS TREINTA Y CUARENTA DEL SIGLO XX En el lado sur y yendo desde el oriente, había los siguientes propietarios en los años 30 y 40: la familia Subiría, dueña de una conocida lechería; la familia Mosquera Álvarez, que había heredado la antigua casa de su madre; la tercera era de las señoritas Paredes; la cuarta del carpintero Suárez; la quinta fue la conocida Casa del Obrero, en los años treinta. En los bajos de esta casa y durante muchos años estuvo la fonda de la señora Rosa Madrid, suegra del gran artista Diógenes Paredes y paradero de los intelectuales bohemios de los años 30 y 40. Alejandro Carrión ha dedicado por lo menos una crónica a esta célebre casa. Quizás el hecho más anecdótico fue la libación, en total silencio y casi como si fuera un duelo, entre Diógenes Paredes y Eduardo Kingman, ambos pintores geniales, que no se querían en lo absoluto: junto a una botella de anisado y dos vasos, Paredes alzaba el vaso y decía: — Aprende a pintar.
113
114
115
Testimonio de la señora Amalia Donoso de García, Quito, 1992. C a rrión, Alejandro, UNA CIERTA SONRISA, ediciones Diners. Id.
Y luego del correspondiente silencio, Kingman llenaba los dos vasos, alzaba el suyo y repetía la misma frase horriblemente competitiva: — Aprende a pintar. Y así, hasta que la subconciencia los tomaba en sus vapores.115
89 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
La sexta y última casa, esquinera con la Flores, fue de la señora Mercedes Torresano. Era la casa más grande de la cuadra, allí vivió durante algunos años la dama ambateña Mercedes Holguín de Barona en compañía de su hija Beatriz Barona de Sánchez y allí murió en 1942 a los 84 años. Su hermana Hortensia Holguín venía desde Ambato con cierta frecuencia y se perdía casi con idéntica frecuencia, pues la falta de vista y lo grande de la ciudad eran razones suficientes además de su avanzada edad.
3. CALLE DE LA CHUSPI, LUEGO DEL CHORRO DEL CARMEN Abarca el tramo de la Manabí entre Guayaquil y Venezuela, incluida la esquina de la calle Varga s . No está de más recordar que todo el lado sur estaba ocupado por la muralla del Carmen Bajo y generalmente el lado norte, entre Guayaquil y Vargas, era parte de la casa que miraba a la Plaza del Teatro, de tal manera que las re f e rencias a esta cuadra solo caben al sector entre Vargas y Venezuela, en la acera norte. Antes de 1790 se llamaba <<de la Chuspi>>,116 sin duda por alguna vecina de ojos muy pequeños. Ya en 1768, y noventa años después, se la conocía como <<del chorro del Carmen>>, habiendo mantenido más de un siglo su nombre, que se debía al hecho de que las Carmelitas tenían agua propia y que los vecinos se proveían del chorro que salía por el muro del convento. El clérigo Pedro Javier Montalvo Almeida, ibarreño, vecino de Santa Bárbara, al testar en octubre de 1728 ante el Notario primero, declaró que tenía una casa de dos pisos en el barrio de la Carnicería; al frente quedaba la parte posterior del Carmen; al lado, el Cap. don Juan de Paredes; al otro, el maestro don Antonio de la Chica. Por documentos protocolares de 1806 117 se conoce una historia bastante detallada de una de las 116
117
Andrade Marín, Luciano, Op. Cit., sobre nomenclatura, 1965. ANQ, N.1, Protocolos, ver venta de casa de Josefa Ay l l ó n .
casas: fue la de don Eustaquio Ávila, vecino de Latacunga, quien la perdió por deudas y pasó a doña Juana de la Cuesta y a su marido don Francisco Javier Caicedo; de estos pasó a doña María del Pino, esposa de don Antonio Melo; y de estos, el 8 de octubre de 1806, a doña Josefa Ayllón Osorio f rente al chorro de las Carmelitas>>. La señora Ayllón declara que se han hecho dos casas, ella
<<
vendió la primera —que era más grande y con bastante fondo— en 1 500 pesos a don Nicolás
90 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Echeverría, quien a su vez la traspasó, el 16 de octubre de 1824, a Fernando Salas; este tuvo la casa solo un año, hasta que el 18 de octubre de 1825 la vendió en el mismo valor a Francisco Almenada. Se señalan entonces los siguientes límites: • Al frente: las paredes del monasterio del Carmen. • A la izquierda de la casa (hacia la Venezuela): la casa chica que la señora Ayllón había separado de la Grande y que en 1825 era de sus herederos. • A la derecha de la casa (hacia la Vargas) y hacia atrás de la misma: la casa y corral del escribano Juan Antonio Ribadeneira, que según se ve tomaba buena parte de la carrera Vargas. De tal manera que en 1835 y desde el oriente las casas eran de Juan Antonio Ribadeneira y Francisco Almenada, la segunda y la tercera. Sobre la casa anexa, que los documentos llaman casita interior o pequeña, sabemos que Mariana Osorio fue albacea de la última dueña, la ya citada Josefa Ayllón y dice que esta la vendió al sobrino don Nicolás Echeverría Osorio y a su hermana María Manuela en la moderada suma de 400 pesos. Esta última Manuela, que era soltera, la vendió el 26 de noviembre de 1835118 al mismo Francisco Almenada. Como límite dice solo <>. Hacia 1768 se mantenían las mismas tres propiedades: la casa esquinera con la Venezuela y que fuera de Paredes había pasado a don José Agustín López Lisperguer, chileno; la siguiente pasó de Montalvo a doña Mariana Gardea, casa que, en esta época, tenía tres tiendas (dos chicherías y un estanco) y era la más poblada de la cuadra, pues daba albergue a 23 personas. En la esquina con la Vargas, la casa Chica había pasado a doña Ana Palacios y tenía dos tiendas. Por este mismo año, en el sector de la actual Vargas y Guayaquil, en los bajos de la muralla, las Carmelitas tenían abiertas seis tiendas, una era chichería y la otra la ocupaba el sacristán Agustín Pilamonta.119 Los dueños de fin del siglo XVIII eran: don José Marcillo, doña Josefa Unda (allí vivía el notario don Miguel Munive) y el célebre prócer don Juan Pablo Berrazueta, que de acuerdo a pruebas testimoniales vivía a mitad de la cuadra, según luego lo veremos.120 Este señor, en su casa de la parroquia de Santa Bárbara, reconocía un censo de 1 000 pesos a favor de la Obra Pía de doña Mariana 118
119
120
121
Id, N.2, Protocolos, 1825.
Vásquez Albán, que lo situó sobre esta casa al testar hacia 1668.121
Ver Museo Histórico 56, Padrón de Santa Bárbara.
En dicho año de 1797, las tiendas situadas en la muralla del Carmen eran 14, de las cuales doce eran
ACQ, sección gobiern o , censo de Quito en 1799. ANQ, sección censos, caja 87. ACQ, capellanías, ver legajos del siglo XVIII.
ocupadas por indígenas. Hacia 1800, doña María Melo, esposa de don Gregorio Cuéllar, vendió una casa baja situada en la calle del chorro del Carmen Bajo al Tesorero que de la Catedral Dr. Ignacio Batallas. Este la conservó algunos años, hasta su fallecimiento, ordenando se la dieran a doña Manuela Hurtado —sus razones
91 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
tendría— de tal manera que el 10 de agosto de 1802, ante el notario sexto de la ciudad, el albacea del Dr. Batallas la otorgó en venta a la citada señora Hurtado. Los límites eran estos: • Por delante de la casa: la calle que va a los hornillos, es decir la Vargas, pues el plano de 1805 demuestra que al final de las calles Caldas y Briceño actuales se hallaban las fábricas de ladrillos. • A un lado: don Juan Pablo Berrazueta, que según esto debía estar a mitad de la cuadra. • Al otro lado: doña Micaela Montenegro que <> y junto a la que fue del Provisor Doctor Ramón Yepes. Como sabemos que Yepes vivía en la esquina suroeste de la Manabí y Guayaquil, la casa de la señora Montenegro debió estar pegada a la muralla del Carmen. • Por detrás: la huerta de Berrazueta, demostrando que esta última era sin duda la casa más grande de la zona y con huerta profunda. El plano de Montúfar hace ver que la casa de la esquina noroeste entre Manabí y Vargas era muy grande, aunque solo tenía un piso alto. El 10 de diciembre de 1831, ante Juan Bautista Castrillón, doña Tomasa Landeras vendió su casa de dos pisos en la calle que sigue de la placeta de Santa Bárbara al matadero y que estaba exactamente en esta cuadra. Estaba a mitad de la cuadra, por un lado estaba la casa de Antonio Aguirre Martínez y por el otro la del procurador Ramón Jaramillo, y que ya la poseía don Manuel Yepes. Sabemos por el censo de Santa Bárbara, hecho en 1768, que Jaramillo tenía su casa en la esquina sur occidental de la Guayaquil y Manabí, de tal manera que esta casa estaba pegada a la muralla del Carmen. El comprador fue el abogado ambateño, quien conservó solo un año la casa, pues la volvió a vender ante el mismo escribano el 7 de noviembre de 1832 a don Manuel Muñoz de Ayala. De tal manera que esta primera cuadra de la calle, en su lado sur y en los años treinta, tenía estos dueños desde la esquina: • Don Manuel Yepes, antes de los Jaramillo y anteriormente del provisor Dr. Ramón Yepes. • Don Manuel Muñoz de Ayala, antes de los Anda y más atrás de los Landeras y antes de los Montenegro y de los Saá. • Antonio Aguirre Martínez, ya pegado a la muralla del Carmen. Por documentos de 1832 se sabe que a la calle Guayaquil daban las casas de doña María Tomasa Negrete y del escribano don Miguel Munive, pues dicen que por detrás quedaban las huertas del Carmen Bajo y del citado escribano Munive.122 122
123
ANQ, protocolos ante Munive, 1832, venta del Dr. José Veintemilla a doña Juana Pino. ANQ, protocolos Ordóñez, 1898.
ante
Para 1865 ya había cuatro casas en este lado norte. La casa esquinera con la Venezuela, que tenía tres tiendas, la compró, en base de fatigas y esfuerzos, Rosa González Benavides, mujer del abogado Camilo de la Barrera Paredes.123 Al testar esta señora en agosto de 1898, dejó la casa a su sobrina Carmen González de Freile. La casa colonial de la señora Gardea, seguramente, se dividió en dos
92 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
propiedades: una de Ulpiano Quiñónez Villagómez y de su mujer, Rosario Pérez Pareja; la otra del canónigo Pacífico Romero. La casa esquinera con la Vargas, de la señora Palacios, pasó a don Baltazar Rendón y Olais, quien la vendió hacia 1860 a doña Ramona Tinajero Morales, heroína que vivió secuestrada por varios años en la hacienda de Pujilí. La heredó su hija Teresa Álvarez con su esposo el Gral. José María Sarasti, quienes la poseyeron hasta alrededor de 1917.124 Para 1894 el sector entre Vargas y Guayaquil correspondía a la parte lateral de la casa del Dr. Carlos Rodolfo Tobar y en este sector había siete tiendas de las que estaban ocupadas cuatro: tres fondas de Juana Salvador y la talabartería de Mariano Bastidas.125 En 1918, en la casa esquinera con la Vargas vivía el gran guayaquileño Canuto Silva Terán, un verdadero maestro de mil cosas en la ciudad. Tenía en la terraza un laboratorio de las cosas más inimaginables.126 Dicho año dieron en arrendamiento un departamento a la familia Machuca Ibarra, que por entonces tuvo gemelos. La señora María Silva de Terán enseñó a la señora Machuca muchas habilidades manuales.127 En 1928, la Gran Agencia de Automóviles de don Francisco Riofrío ofrecía viajes al sur de la ciudad y hasta Riobamba, el pasaje a Latacunga costaba 10 sucres, los boletos se adquirían en la casa de la señora Zoila Ignacia Álvarez de Álvarez, en la calle Manabí número 20, el teléfono era el 582. En la década del treinta y frente a la muralla, en una casa nueva, tuvo por largos años su consultorio el Dr. Franklin Tello Mercado. Este, en sus MEMORIAS, refiere que alguna vez un toro, escapado del 124
125
126
127
128
129
130
Id. N.1, Protocolos, 1896. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Carlos Andrade Moscoso: L OS INOLVIDABLES, Quito 1960. Testimonio de Merc e d e s Machuca Ibarra. Tello, Franklin, MÁS ALLÁ DE LA SIMPLE R E C E TA, Quito, 1973. Testimonio de Merc e d e s Luna Tobar, Quito. Pérez Pimentel, Rodolfo, DICCIONARIO BIOGRÁFICO ECUATORIANO, ver la de Misael Acosta Solís.
cercano matadero, entró a pleno consultorio, sembrando el desconcierto en muchos.128 En los años 30 y 40 del siglo XX, las cuatro casas del lado norte estaban ocupadas así: la esquinera con la Vargas era del ambateño Hugo Holguín Herdoíza y de su esposa Inés Albornoz Sánchez, cuyos hijos —Eduardo y Marcelo— fueron personas muy populares en el deporte quiteño en los años 40 y 50 del siglo XX. Luego, la de Emilio Álvarez Álvarez y de su esposa Blanca Borja Álvarez, pariente de los Sarasti Álvarez que habían vivido en la casa anterior de la esquina, como se dijo anteriormente. Esta casa, el señor Álvarez la heredó a su madre, la señora Zoila Ignacia Álvarez de Álvarez. En la tercera vivió Julio Arteta García y su esposa doña Mercedes Cisneros de la Torriente, antes fue de su hermano el conocido médico Dr. Carlos Alberto Arteta. Finalmente, la esquinera con la Venezuela fue de don Alfonso Eguiguren Escudero, caballero oriundo de Loja.129 En la segunda mitad del siglo, vivió en una de estas casas del lado norte el sabio ambateño Misael Acosta Solís.130
93 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
4. LA ANTIGUA CALLE DE SAN JOSÉ, LUEGO DE LA BAJADA DEL CARMEN EVOLUCIÓN DE LAS CASAS DEL LADO NORTE De la primera casa en la esquina con la Venezuela trataremos ampliamente al hablar de la calle Venezuela. Solo quisiéramos decir que entre 1803 y 1828 perteneció a doña Antonia Rendón y Salvador, cuyos límites se expresaban así: <>.131 Esta casa pasó a fin de siglo a la familia Espinosa Paredes,132 época en que daban a la Manabí tres tiendas: de dos podemos decir cosas específicas: una era la carpintería de Lucas Ávila y otra la tienda de Mercedes Pozo. A principios del siglo XX, la casa fue de José Páez Torres y de Leonor Jijón Gangotena; en ella se suscitó una grave tragedia que conmovió a la ciudad de los años veinte. Entre 1930 y 1964, moró en ella la familia Gallegos Negrete. 131
132
133
134
135
ANQ, Protocolos, N.3, 1882, venta de la casa de Luisa Guerrero a Nicolás de Echeverría.
Valga especificar que en esta calle, entre Venezuela y García Moreno, siempre han existido dos casas completas a cada lado al margen, por supuesto, de las esquinas.
Jiménez, Adolfo, Op. Cit.
LA CASA DE GARCÍA MORENO Y DE LAS VIEJAS CON SUERTE
ANQ, protocolos ante Navarrete, 1768.
En la época colonial, la primera al venir desde el oriente, es decir la más cercana a la Venezuela,
A rchivo parroquial de Santa Bárbara, matrimonios, 1798.
perteneció al Gral. Antonio Suárez de Fi g u e roa, corregidor de Ibarra. Por 1768 vivían 21 personas a su cargo; en sus bajos se hallaba la chichería de Juan de la Cruz; al testar en este año133 sus condiciones eran míseras: tenía solo cuatro sillas, lienzos viejos, láminas, estampas y además estaba
ACQ, censo de 1799.
viudo. El mismo año, 1768, heredó la casa su hija Pe t rona, quien justamente casó en dicho año con don Mariano de Ávila y Muñoz.134 En el censo de 1797, la poseía la citada doña Pe t rona Suárez de Fi g u e roa y vivían allí diez personas.135 Esta casa, que evidentemente no era la esquinera, fue comprada el 4 de mayo de 1803, ante el notario Saona, y en 2 800 pesos, por doña Luisa Guerrero y su esposo el señor José Gutiérrez. La señora la conservó durante 25 años, a pesar de que su marido estaba ausente en Lima. El 5 de diciembre de 1828, ante el notario tercero, la vendió al señor Nicolás de Echeverría. Y aunque dice
94 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
en los límites que estaba en la esquina del Carmen Nuevo, consta que era al lado de la casa parroquial de Santa Bárbara y que hacia el oriente estaba la casa esquinera de doña Antonia Rendón Salvador. El 14 de marzo de 1831, ante el escribano Suasnavas, se otorgó la escritura de venta en 1 725 pesos de la casa de la testamentaría del Sargento Mayor Nicolás Echeverría. Era casa aparentemente esquinera y de dos pisos, la compró don Francisco del Corral Jiménez, empleado de correos. Y decimos aparentemente esquinera por lo que luego se verá. Este no la tuvo sino dos años, la vendió, ante el escribano Santacruz (folio 171 del legajo respectivo), el 12 de noviembre de 1833 al clérigo Manuel Vicente Betancourt, con estos límites: • Por la entrada de la casa: la esquina del Carmen Moderno (significa diagonal al Monasterio). • A la derecha de la casa (aunque debería decir a la izquierda del observador): la casa parroquial de Santa Bárbara. • Por la izquierda de la casa (es decir a la derecha del examinador): casa de la señora Antonia Rendón, que hace esquina para salir a la iglesia de Santa Bárbara. Es decir, esta casa era la plenamente esquinera. • Al frente de la casa: la del comerciante Antonio Pintado y la ventana de la casa llamada de las Relatoras. • Por las espaldas de la casa: casa de doña Justa Rendón y la llamada esquina de Bazho. Seguramente se re f i e re a la calle Venezuela y a la esquina opuesta de Venezuela y Esmeraldas. Esta casa fue muy célebre, pasó a ser conocida como la casa de las señoras Betancourt, pues allí pasaron a vivir Josefa y María Betancourt González Cortés, hermanas del aludido clérigo. En septiembre de 1836, llegó a vivir en ella el joven de 15 años Gabriel García Moreno, quien vivió aquí diez años y la ilustró con su tenacidad a toda prueba. Sus biografías re f i e ren episodios como aquel de que viendo que en la terraza se bañaba desnuda la empleada de las señoras Betancourt, le cayó a latiga z o s , sin duda porque creyó que le pro vocaba carnalmente. O aquel de que se rasuró cejas y cabeza para evitar salir de la casa y divertirse, en auto castigo por sus frustrados amores con Juanita Jijón y Vivanco.136 El tradicionista don Rafael María de Guzmán confirma que García Moreno vivió diez años junto a la casa parroquial de Santa Bárbara.137 De tal manera que para 1834, en este lado norte y desde la Venezuela, los dueños eran: 136
137
Gálvez,Manuel, BIOGRAFÍA DE DON GABRIEL GARCÍA MORENO, Buenos Aires, 1941. De Guzmán, Rafael María; ediciones del Municipio de Quito, Quito, 1993.
• Doña Antonia Rendón • Señoras Betancourt, antes de Francisco del Corral y anteriormente de Nicolás Echeverría Osorio • Casa parroquial de Santa Bárbara
95 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
El 14 de abril de 1842, el clérigo Manuel Vicente Betancourt y González declaró que su citada casa tenía un censo de 800 pesos, dio poder en esa fecha a su hermano para que trasladase el aludido censo al Tesoro Público, en virtud de un decreto del Presidente Flores.138 En 1861, la casa estaba en propiedad de doña Josefa Betancourt, heredera de su hermano el cura. Por 1862, esta casa tan histórica fue adquirida por doña Rafaela Zambrano Mancheno, riobambeña, esposa primero de don Jacinto Chiriboga Mancheno. La señora, por sus haberes, era considerada una de las viudas apetecibles de la ciudad, de tal manera que su joven paisano Roberto Larrea y Vela le propuso matrimonio, a pesar de que ella le doblaba en edad. Lo mismo hicieron sus hermanos Joaquín y Genaro. En esto de buscar señoras de edad y con riqueza, la sal quiteña inventó la célebre frase: <<
¡Apúrense viejas feas, que ya se acaban los Larrea!>>.
Dice doña Rafaela en su testamento139 que esta casa la adquirió con su segundo esposo. La casa quedó casi un siglo en poder de sus here d e ros: en 1894 figura como su dueño el citado señor Larrea Vela. Le heredó su hijo Carlos Larrea Zambrano y su esposa Victoria Larrea García, quien se quedó muy largo morando en esta casa y aquí murió muy anciana hacia 1937. En tercera generación vivieron Roberto Larrea Larrea y su mujer Mercedes García Martínez; en cuarta, Sara Larrea García y su esposo Enrique Muñoz Borre ro, padres de Enrique Muñoz Larrea, que nació en esta casa el 27 de febrero de 1933. Enrique figuró luego como excelente editor, presidente de la SAG y de Cultura Hispánica.140 En los años veinte y treinta, el más notable vecino fue el gran político conservador 138
139
140
141
ANQ, sección Censos, caja número 100.
Dr. Manuel Elicio Flor Torres, quien vivió aquí con su esposa la poetisa ambateña María Natalia
Jurado Noboa, Fernando, E L CONQUISTADOR J UAN R ODRÍGUEZ ARMERO Y SU DESCENDENCIA EN ECUADOR Y SUR DE C OLOMBIA 1 e r a . parte, en colección SAG, volumen 5, Quito, 1984.
casona como la casa de las viejas con suerte.
Vaca,141 también mucho mayor que su marido, de tal manera que la sal de la ciudad identificó a esta
En los años 30 y más del siglo XX, las cuatro casas del lado norte tenían estos propietarios: • La esquinera de don José Páez Torres, quien asesinó a su esposa doña Leonor Jijón. La casa
Papeles de Enrique Muñoz Larrea, Quito, 1982. Testimonio de Merc e d e s Luna Tobar.
entre los años 30 y 64 pasó a ser de los Gallegos Negrete. • Casa del Dr. Manuel Elicio Flor y de doña Victoria Larrea de Larrea. • Casa parroquial.
96 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
LA CASA PARROQUIAL DE SANTA BÁRBARA Era la segunda casa completa subiendo desde la Venezuela. Actualmente su estado interno es calamitoso, solo queda una típica fachada de principios del siglo XVIII. En 1768 era del cura Dr. Juan de Aguirre, quien vivía allí en unión de cuatro personas.142 Los documentos de la primera mitad del siglo XIX la llaman siempre como la casa parroquial. En 1894 figura en idénticas condiciones y con tres tiendas: la venta de cereales de Antonio Torres, la herrería de Darío Valencia y una cochera.143
LAS CASAS DE LA ACERA SUR DE LA MANABÍ, ENTRE VENEZUELA Y GARCÍA MORENO Al frente, en el lado sur, parece que siempre existieron dos casas completas, aparte de las esquinas. El censo de 1797 revela que la primera casa era enorme y pertenecía a los Cuéllar y Costales. Daremos mayores datos de ella al hablar de la calle Venezuela, ahora solo diremos que, hacia 1894, comenzaba la Venezuela con las tiendas de Miguel Pavón y de Margarita Meneses, situadas en esta casa esquinera. En los años primeros del siglo XX fue de don Rafael María de Guzmán España, pastuso y gran tradicionista de la ciudad, quien acudía casi todos los días a visitar a su vecino de la calle Venezuela el Dr. Leonidas Batallas, en busca de datos históricos.144 Aquí funcionó el célebre diario EL DÍA durante muchos años de las décadas de 1920 al 40, siendo el sitio de reunión de los grandes intelectuales, políticos y periodistas de la época.145
LA CASA DE LAS RELATORAS 142
143
144
145
Ver Censo de Santa Bárbara en Museo Histórico 57. Jiménez, Adolfo, Op. Cit. Testimonio de Batallas Flores, 2003.
María Quito,
Alemán, Hugo, PRESENCIA DEL PASADO, tomos 1 y 2, ediciones del Banco Central, Quito, 1993.
L u e go venía una casa pequeña cuyo frente entero daba ya a la Manabí y que perteneció a fines de la Colonia a doña Luisa Jara. En documentos de 1828, dice que es de Antonio Pintado, pero que se la conoce como Casa de las Relatoras y se da por señal que su ventana mira exactamente al frente de la casa de los Betancourt, según hemos dicho en las respectivas constancias sobre esta última casa. En 1894, lo era de Rafael German, donde tenía su consulta el médico Dr. Fernando Salas. En los años veinte fue residencia de doña María Luisa del Castillo Pe ñ a h e r rera de Erazo, madre de una conocida familia quiteña; era por entonces una casa verde, típica en el barrio. Para 1929, esta casa se había convertido en modesto hotel y allí pasó su luna de miel el poeta cuencano Remigio Romero
97 F e r n a n d o
J u r a d o
N o b o a
y Cordero con doña Luz María Pe ñ a h e r rera Albán; al mirar las limitaciones de la habitación le compuso los siguientes ve r s o s : Cómprame en el mercado de la vida, ya que soy dulce y bueno como un niño, dos reales de esperanza florecida calé de pan y medio de cariño.146 Posteriormente, la casa se convirtió en vivienda de samaritanas.
LA CASA DE LOS LUNA TOBAR Es la segunda casa completa del lado sur, aún conserva balcones de fines del siglo XVIII y un arco interesante arquitectónicamente. El resto es un desastre. Conocemos que en 1797 pertenecía a don Alonso Lasso de la Vega, según la GUÍA de Jiménez, en 1894 pertenecía a Manuel Cevallos, luego la compraron —para 1898— don Carlos Jijón Chiriboga y su mujer Josefina Gangotena Román, quienes vinieron de Ibarra a fines del siglo XIX en unión de sus numerosos hijos.147 En 1909, sus hijos, los Jijón Gangotena, la vendieron a Reinaldo Ponce Benites, quien la traspasó al Dr. Cristóbal Tobar Subía por 1927; este último nunca la usó y la vendió en 1930 al Dr. Moisés Luna Andrade, notable político conservador, quien vivió y murió en esta casa. Aquí pues, moraron en su niñez y juventud algunos de sus ilustres hijos, como Alberto y Alfredo Luna Tobar. En esta casa también tuvieron sus tertulias, en la década de los cuarenta, algunos notables quiteños como Paco Tobar García, Claudio Mena Villamar, Francisco Mera Borja, etc. La calle terminaba en la García Moreno con tres tiendas de la última casa esquinera: una era la tienda de Joaquín Naranjo y dos figones de María Segura. En la primera mitad del siglo XX fue casa de don José Julio Tobar Yepes, quien no vivía aquí, sino que la tenía en arriendo. A finales de la Colonia —1768— en estas dos cuadras de la Manabí existían cinco negocios de venta de aguardiente. Un siglo después —1894— el panorama había cambiado, existían: una fonda, dos figones, una zapatería, una talabartería, una tejeduría, una carpintería y un sitio de expendio de alimentos. 146
147
148
Testimonio de Merc e d e s Luna Tobar, Quito, 1983.
En el censo de 1797 consta que en la esquina con la García Moreno estaba la casa de los Ribadeneyra
Escrituras en poder de Mercedes Luna Tobar.
Cruz, meditando en la sentencia cuando el alzamiento indígena de Chimborazo (1768).148
Moreno Yánez, Segundo, SUBLEVACIONES INDÍGENAS EN LA REAL AUDIENCIA DE QUITO, ediciones de la PUCE, Quito, 1978.
En julio de 1922, el médico lojano Dr. José A. Montero Carrión, especializado en gineco-obstetricia,
Coello; en esta última, durante varios días pasó encerrado su dueño, el Dr. Melchor Ribadeneyra de la
atendía de una a cinco de la tarde en la Manabí número 30, esquina de Santa Bárbara, su teléfono era el 206 y vivía allí mismo en la acera derecha.
98 Calles, casas y gente del Centro Histórico de Quito
1534 - 1950
Por esta época, en esta cuadra tenía su empresa de alquiler de caballos don Rafael Flores, zapatero de oficio. Los animales los tenía en un potrero no tan cercano, de tal manera que cuando había un cliente seguro, tenía un empleado para el traslado. Alguna vez, el mayor Julio Silva alquiló uno para ir de paseo al Ejido, bruscamente se le dañó el paseo y fue a deshacer el negocio. Flores no lo aceptó y dijo que se quedaba con el dinero. Silva, que tenía mucha chispa, empezó a medir al animal por cuartas. Aterrado, el empleado le preguntó qué estaba haciendo y Silva le contestó que <>, el empleado denunció el caso a Flores y este, encantado, le devolvió el dinero.149
5. LA COLONIAL CALLE DE LA ADUANA, BÁRBARA
INCORPORADA A LA BAJADA DE
SANTA
LAS CASAS DEL LADO NORTE Podría decirse que hacia este lado, prácticamente había solo dos casas, luego de la esquina con la García Moreno. Empecemos por la esquinera de arriba, lindante con la Benalcázar, pues era sin duda la más importante.
LA CASA DE LOS ACADÉMICOS Los planos coloniales revelan que esta cuadra entre García Moreno y Benalcázar estaba ocupada, la esquina superior, por una casa en la que, en 1736, los académicos franceses hicieron sus primeras observacio149
nes sobre la latitud.150 Esta casa había sido levantada hacia 1580, encontrándose, al derrocarla, en sus cimientos, un capitel de columna con la siguiente inscripción: <>151. Por mala restauración del capitel, equivocaron el