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DR. JESUS
ROMERO
C,
CATEDRATICO DE HISTORIA DE LA MUSIC A EN MEXICO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL
CHOPIN EN MEXICO
IMPRENTA UNIVERSITARIA Mexico,
1
9 5
ft
CHOPIN EN MEXICO
AL. SE&OR OOCTOR DON ALFONSO PRUNEDA MAESTRO Y GUIA
Federico Chopin
Ya se que las voiuntades y las convicciones necesitan de gran vigor para revol verse contra ciertas opixiiones comunes, ante las cuales se inclina gustosa la indoleiicia; pero tal vez lo-
gremos destniir algtmas preocupaciones atreviendonos a atacarlas de frente y considerando al hombre y a la sociedad, no bajo un solo aspecto, sino en el con junto de las drcunstancias, de los rnedios y de las acciones. El objeto de mi culto es la verdad, y expongo con libertad de juicio los liecfeos, que son unico lenguaje veridico. CESAR CANTU : Discurso preliminar Edad IdEedia. {Historia Universal.}
el
a
la
P R O E Al conferirme
la
M
1
O
Unvuersidad National Autonoma,
cl
cscribir este opusculo para que figure como uno dc los n timer o$ del programa de los festejos con los cuales
honor
tie
el Ano Chopin, vactie cntrc decidinne par la enumcracion cronologica del estreno dc las obras del insigne polaco en las diferentes ciudades de la Republica f o el de estudiar la influencia efercida por Chopin v su obra, en la evolution musical nuestra, resolzriendome,
Mexico contribuye a celebrar
al fin,
por
lo ultimo.
El frufo de mis investigaciones acerca del particular, me es grato ponerlo a la disposition del lector, en las pdginas subsiguien tes.
Mexico, octubre de 1949.
EL INICIO DEL CHOPINISMO EN MEXICO Los posiblcs precursors. Es lo mas probable que la miisica de Chopin haya sido tocada en Mexico, por primera a que durante efimero gobierno imperial de los archiduques, Fernando Maximiliano y Carlota Amalia, vinieron al pais algunos musicos austropolacos, quienes en el seno del hogar o en reuniones intimas, pudieron ejecutar obras de aquel compositor. Esos desconocidos ejecutantes serian los precursores de nuesvez, entre los anos 1864 a 1867, atendiendo
el
tro chopinismo.
Si esta suposicion, por logica, tiene visos de certidumbre, da origen a esta pregunta por que la musica del compositor polaco, pese a su noble calidad, paso entonces inadvertida entre los artistas y el publico mexicano? :
<:
La respuesta me parece clara y racional: porque no estabamos entonces capacitados para atender y gustar la obra del gran reformador de la literatura pianistica. Es verdad que en esos anos, Mexico vivia la "epoca salonesca" de su evolucion musical, muy a proposito para que il
hubiera hecho su entrada victoriosa la musica chopiniana; pero verdad es tambien que esas "reuniones de salon" mexicanas no eran fundamentalmente musicales,
como
acontecia
de Europa, sino verdaderas "tertulias literarias" en las que la musica desempefiaba papel secundario; ya que mientras que eran profesionales los literates asistentes, la
con
las
parte musical estaba a cargo de aficionados
:
sefioritas
y
jo-
venes que cantaban arias de las operas en moda, o que tocaban "fantasias" compuestas con temas de esas misrnas operas, o alguna que otra pieza de "bravura". Claro esta que tambien asistian los musicos profesionales, pero siempre en minoria, 3* la generalidad de las veces lo hacian en calidad de
profesores de los aficionados que participaban en la reunion ya tocando, ya cantando; ademas, la etapa evolutiva en que ellos se
encontraban, las capacitaba para alcanzar ese grado
del progreso artistico.
He
aqui lo que nos dice Guillermo Prieto, de las tertude ese entonces "... lo caracteristico de aquellas reuniones, lo que las convertia en tipicas y excepcionales, era lias
:
el sprit, el chiste, el
buen
decir, lo interesante de las narra-
agudo de los epigramas, lo inesperado de las salidas animadon, galanura y sazon de las mas insignificantes
ciones, lo
y
la
conversaciones".
*
parte, Garcia Cubas, confirmando lo anteriormennos describe las tertulias de sus tiempos, de la ma-
Por su te dicho,
nera siguiente: "Otras familias acuden a
la tertulia
con su contingente de
apuestos galanes y hermosas jovenes en las que impera el distinguido tipo rnexicano, cuyos principales rasgos son: 1
Memories de mis
tiempos. T. n, p. 12
5.
(Mexico, 1906.)
faz apinonada, levemente tenida con las suave* tintas de la rosa, negra
y abundante
sivos que centellean
De
cabellera,
y ojos rasgados y expre-
como en nuestro puro
cielo las estrellas.
esas jovenes, las que se distinguen por sus progresos
sicales, distraen a la concurrencia,
mu-
son discipulas de (Tocon brillantes fantasias de Thalberg o de Liszt mas) Leon, si
al piano, y si de los maestros Bruno) Flores y (Antonio) Balderas, con su hermoso canto interpretando, ora, arias como las del Barbero de Scvilla, Scmiramis, Tan*
ejecutadas
Mahomcio //, ora tiernas y sentimentales romanzas Ave Maria de Baca y la famosa Stella confidcntc.
credo o
como
el
"Al concierto sucede
el baile,
durante
el
cual reina gran
animacion y una confianza plausible, como que no traspasa los limites de la decencia." Claramente se deduce de
lo
expuesto que
el
ambiente
musical de nuestros salones, era nada favorable para lograr
una
facil
mtroduccion de
La evducion de ^ta la
la
obra chopiniana.
fase musical nuestra, se inicio con
fundacion del Conservatorio de la Sociedad Filarmonica
Mexicana, cuyas catedras se inauguraron 1866, el
19 de julio de
el
T cuya influencia educati\ a, que fue la que hizo posiWe
:i
advenimiento del chopinismo en Mexico, se dejo sentir, logico, hasta algunos anos despues.
como era
Merece explicacion derado
al
especial,
Cenaculo Leon en
2
El
libra
3
J.
C.
el
de mi parte, no haber consirelato anterior,
dc mis rccuerdos, pp, 187-88.
Romero: Historic
Epoca subyencionada por
el
<
Mexico, 1904.)
del Constrvatorio.
Imperio (1866-67),
nuestra musica. ^lexico. 1947.) 13
por ser yo
p.
Prinwra Parte. (Separata de
174.
quien ha presentado cotno el centre de nuestras actividades musicales de importancia, desarrolladas en los sesentas del se debe a que su existencia siglo retroproxirno. Tal hecho concluyo con el nacimiento de la Sociedad Filarmonica Mexicana, creada por los miembros del propio Cenaculo, y la inf luencia de este paso de inmediato a la naciente Sociedad ;
de esta se canalizo, a su vez, hacia el Conservatorio de Musica, expresamente creado por la misma, con el objeto de ser\ 5r de eficaz difusor de los ideales evolucionistas, y
la
T
de
renovadoras alentadas por sus fundadores. para que la miisica chopiniana hubiera rea-
las tendencias
Ahora bien
:
si
lizado su ingreso a nuestra cultura artistica precise la influencia del Conservatorio de la Sociedad Filarmonica, y si
Cenaculo ya no existia cuando se inauguro el Conservatorio, resulta obvio que no le hubiere considerado en forma el
alguna.
El investigador superficial tachara de falsa mi afirmacion, y reprochara mi aparente negligencia puesto que Garda Cubas asevera que en dicho Cenaculo se toco musica de "Sebas-
Haydn y Mendelsshon (que) eran los favoritos, cuyas obras alternaban con las de Rossini, tian Bach, Mozart, Beethoven,
Meyerbeer, Verdi, Gounod, Chopin y otros de relevante me4 rito", porque es de suponerse que diga la verdad quien fue testigo presencial de los hechos, maxime que ratifica su afirmacion asegurando que en el salon de la Escuela de Medicina ubicado "en el historico patio de los Naranjos
de
la antigua Inquisicion
.
.
.
dieronse los primeros concier-
4 Antomio Garcia Cubas: El libra de mis recuerdos, p. 519. GoL I. (Mexico. Imprenta de Arturo Garcia Cubas, Hnos. Sues. Calle del Arco de San Agustia N 9 3. 1904.) 14
tos semanarios (de la Sociedad Filarmonica)
.,
.
y
alii,
por
Leon nos
deleitaba con la correcta interpretation de ultimo, 5 testimonio inexacto en lo que sc las obras de Chopin . . , .
ref iere a Bach y a Chopin, segiin lo evidencian los programas de esas reuniones que he tenido el honor de transcribir en mi
Historia del Conseruatorio. *
No
debe llama mos
la atencion
las infidelidades
narra-
en que una y otra vez incurre el ingeniero Garcia Caen cuenta las dos consideraciones siguientes: teniendo bas, mis recuerdos es anecdotico y no htstorko, Libra de 1* El tivas
no
puede exigir que sus dates posean rigorismo absolute. 2* El libro fue escrito casi cuarenta anos por
lo cual
se le
despues de registrados los hechos alii narrados, lo cual hace comprensible que f recuentemente se confundan o tergiverse el relato. Ejemplo de esta clase de inexactitudes en que e! autor incurre es
el
vatorio de Musica
de
alii
la fecha
de
consignada,
la
fundacion del Coaser-
la cual
Garcia Cnbas eqai-
y en el ano, dejando el dia sin precisar; si acontecimiento de tal magnitud lo yerra en dieciocho meses, 7 puesto que el lo f ija en enero de 1868, cuando en realidad voco en
fue
el
el
raes
1$ de julio de 1866, segiin tuve oportunidad de esda-
recerlo en
mi
citada Historia de^Conservatorio, ^qtie pasara
con sucesos de minima importancia como son los relatives a las primeras ejecucicmes de las obras de Bach y a las de
Chopin ? 5
Garcia Cubas, op.
cit., p.
523, col. IL
6 Historia del Conservatorio, 1* Parte. Epoca subvencionada por cl Imperio (1866-67). Sobrctiro de la Revista "Noestra lltiaca". (Mexico, 1947.) 7 Garcia Cubas: op. cit., p. 524, col. n. 15
El testimonio que prueba la exactitud de mi afirmacion y de la de Garcia Cubas, esta contenido no en
lo equivoco
un
y extemporaneo como lo es el que refuto, un documento oficial y contemporaneo del hecho,
relate privado
sino en
debido, ademas, a tin funcionario de la corporacion, al doctor Alfredo Bablot; se trata del articulo intitulado Ensayos, el cual se halla inserto en las paginas 83-87 del niimero 11 del
"La Armenia", organo
oficial de la mencionada Soabril de a 1867, y del cual tomo los ciedad, correspondiente a continuacion transcribe os parraf que
periodico
:
"La musica clasica esta poco cultivada en Mexico; es deplorable uno de estos dias, cuando Deus nobis hoec otia faciet, algo se dira aqui sobre este asunto interesante. La Co;
mision de conciertos
8
con
el
laudable proposito de ir famiha acor-
liarizando a sus consocios con esta clase de musica,
dado que cada sabado se ejecute, cuando menos, una pieza de los inmortales maestros Haendel, Bach, Haydn, Clement!, Mozart, Bessek, Beethoven o Mendelssohn este es una prueba mas del constante af an de la Sociedad Filarmonica, por ;
precepto de Horacio, que es la divisa que ha adopreunir lo titil a lo agradable.
practicar
tado
:
el
**Maicionar a los senore| Leon y Ortega como interpretes del andante de Beethoven, eqnivale a decir que la ejecudon de este trozo fue perfecta. Este Tomas Leon es el primer pianista
mexicano
:
para conocer lo niucho que vale, es pre-
a Lubeck y despues con-Pfeiffer, estimaban altamente y con quienes tocaba dias
ciso haberle visto junto
que ambos
lo
8 Integrada entpnces por los senores maestros Tomas Leon, licenciado Agustia Siliceo, doctores Aniceto Ortega y Alfredo Bablot, maestro Julio Ituarte y Francisco Contreras, y don Eduardo Portu. 16
enteros en union fraternal
;
para apreciar todo su merito es
una facilidad sorprendente las composiciones, en las reuniones dominicales es precise verle ejecutar todo el repertorio
precise verle descifrar con
mas complicadas de
Sociedad
la
;
de Hummel, Liszt, Thalberg, Prudent, Gottschalk, Dohler, Droyschock,
Ni en
primera nomina, en la cual se enlistan los autode conciertos se proponia enlonces introcomision que ducir, ni en la segunda, en la cual se indican los compositores res
la
la
quc formaban el repertorio del maestro Leon, ftgura bre de Chopin, i Se quiere mejor prueba ?
La rarse
de
la
el
nom-
Muska. Al inaugudos los mas de Conservatory, conspicuos miembros Filarmonica, el maestro don Tomas Leon y el doctor influencia del Conservatory de
el
don Aniceto Ort^a, ingresaron como
catedraticos fuiHlado-
res al naciente plantel, haciendose cargo el primero, de las
d
segundo, de las de composicion, ambas importantisimas para conducir la evolucion de nuestro niedio artistico hacia el advenimiento del rcananticisnio musical y, clases
con
de piano,
este, el
Pero
como
el
de
y,
las
obras de Chopin.
destino resolvio las cosas de manera diferente de
se esperaban,
anos en
y cuando no habian transcurrido aun
la docencia del doctor Ortega, el
mas
culto
y
tres
evo-
lucionado de los compositores mexicanos de su epoca, segun 9 La uxuca colecdon de este periodico, hasta hoy conocida, pertenece a la biblioteca de dona Elisa Osorio Bolio de Saldivar. Para su descripcion, vease la seccion 15 (Hen^nografia) en t v. de mi Biblioteca Musical Mexicana de los siglos XIX y XX.
d
17
fui el
primero en afirmarlo,
10
es decir antes
de que hubiera
podido arraigar su impulse reformista en el espiritu de los alumnos, entrego la catedra a su cargo al maestro Melesio Morales que acababa de llegar de Italia, y este, en vez de continuar
el
desarrollo iniciado por su antecesor, llevo al Conel culto del italianismo, cuya corriente impe-
servatorio hacia
raba en
el
pais desde antes que el emprendiera el viaje a
Europa.
Por tan infausto acontecimiento, que implico un
retroceso,
licenciado Vicente Riva Palacio, literato prestigioso, historiador insigne, y contemporaneo muy capaz de juzgar acerel
tadamente los acontecimientos, dijo ironicamente que el maestro Morales "apenas en corto tiempo, insignificante puede decirse, para lo
se tiene
que aprender y estudiar, permaaludiendo a que esc^samente conto con el tiempo indispensable para recibir en Florencia "un curso de contrapunto, durante dos anos, bajo la direccion del ilustre
que
necio en Europa",
u
(Teodulo) Mabellini", segiin lo habia reconocido publicamendon Ignacio Manuel Altamirano, su amigo afectisimo 12 y biografo veraz, y a esa insignificancia quedo reducido te
el
caudal de conocimientos teoricomusicales que Morales
pudo
adquirir mientras permanecio en el Viejo Mundo. En cuanto al maestro Tomas Leon, nada tiene de improbable que haya conocido yz, como catedratico del Conserva10 "La Musica Erudita Mexicana". 2* de rencias que sustente en la sala de conferencias Bellas Artes, en octubre de 1934, con motivo de la cha sala. La afirmacion anterior la formule en la 11
la serie de confedel Palacio de las
inauguracion de didel dia 17.
"Los Ceros. Galeria contempoiinea por Cero",
p. 36, 5.
(Me-
xico, 1882.)
12
Don
Melesio Morales. ("El Renacimiento", t
xico, 1889.)
18
i,
p. 363.
Me-
deltas torio y no antes, algo de la obra menor de Chopin con mazurcas, determinados nocturnes y algunos valses tanta mayor probabilidad, cuanto que para abordar esas producciones se le permitia su escuela pianistica, que era "la
y wrtuoso", como la tipifica que era exponents gemiino, al decir de estc aupianista Henri Herz discipulo de Pradher (rectius
francesa, de estilo brillante
Wolff, de tor, el
la
Louis Pradere), que tanta influencia ejercio en Leon cuando aquel estuvo eotre nosotros en 1849, y cuya escuela "sus am Federico Chopin", 3S titulos de noWeza los adquiere .
.
.
obras del autor polaco las haya tocado no y que en publico, sino en la intimidad de los amigos y de sus las dichas
discipulos predilectos. Tambien es probable que el conocimiento y posterior cultivo de esas obras en el seno del gru-
Leon y de
sus amigos y discipulos, hiciera nacer entre nosotros la oposicion contra el italianismo, enca-
po
del maestro
bezado entonces por el maestro Morales oposicion que mas tarde se manifesto abiertamente, capitaneada por exdiscipu;
de composicion del propio Morales. Pero lo importante para nosotros, de momento, es que no existe constancia de que el maestro Leon hubiera tocado publicamente composiciones de Chopin, ni de que se las hulos
biera puesto a sus discipulos de piano,
como irrefutablemente
lo testimonian los
prograrnas de las audiciones de fin de curso, que anualmente organizaba el plantel y si Leon, que era el maestro mas distinguido de su epoca, no lo hizo, menos atin va a suponerse en otro. 14 ;
13 Dr. Johannes Wolff: Historia de Labor. Barcelona, 1934.)
la
Musica,
p.
313. (Edi-
torial
a
p.
14 Ruben M. Campos, que sin critica alguna acoge toda version, 170 de su libro El folklore y la musica mexicana (Mexico, 1923), 19
El visible introductor de Chopin en Mexico. En agosto de 1884, llego a Mexico el pianista aleman Albert Friedenthal, nacido en Bronberg, Prusia, el 25 de septiembre de 1859 y discipulo que habia sido de Theodor Kullak, en Berlin : sus veinticinco anos de edad, le permitian ser uno de los heraldos
de el
la
mieva musica de su tiempo.
El miercoles 3 de septiembre de ese ano, se presento ante publico mexicano en el Teatro Arbeu de la capital de la
Republica, desarrollando
el
siguiente programa,
en
el
aparecieron por primera vez obras del musico polaco
cual
:
PRIMERA PARTE L
Obertura por
la onjuesta.
2. a) Bdada, Chopin b) no A. Friedenthal. ;
3.
Povero Narinar,
4.
Tremolo de
Tarantela, Rubinstein.
Mililloti
violin,
;
canto,
Al
pia-
Alejandro Greco,
Beriot; Pablo Sanchez.
5
Chopin; b) Vds, Chopin; c) La Primavera, Mendelssohn; d) Dos danzas hungaras, Brahms. Piano, A. Friedenthal. 6. a) Berceuse,
SEGUNDA PARTE 7.
Obertura por
8. Concierto
en
la orquesta.
Fa
para piano, Weber ;
solista,
A. Frie-
denthal. sigue ingenuamente el relato de Garcia Cubas la inexactitud
A
y apoya como
cierta
conducta se debe el extravio en que acerca del particular, se encuentra la opinion publica.
que impugno.
tal
20
9.
La Hija
del Regimicnto. Sailton; violin, P. Sanchez.
10.
11,
Mexico i
a*) )
:
sola*;
la
JYw acd mi fafarito, Friedenthal fcompuesta en b) Los Dioscs, Friedenthal (para la mano izquierc) Marcha dc la Opera, Friedenthal; d) Wda, f
Rubinstein; e) Aires nachnalcs, Julio Ituarte; f)
Himno
Rational Mcxlcano (improvisacion), piano, A. Friedenthal.
Los puntos suspensive* indican numeros
literarios
que
serian -cubiertos a ultima bora.
La capacidad artfstica del pianista aleman gusto bastante, pero la nnisica de Chopin ni llamo la atencion siquiera. Nada de raro luvo esta indiferencia, porque si nuestros musicos ignoraban quien tra Chopin y lo que su obra representaba en la evolucion inundial de la musica, ya que entonces no sc estudiaba
el
roniantici^co en la catedra de Historia de la
Musica impartida en la
el
Conservator^,
15
no era
conocieran los diletantcs, y menos aun
el
factible
que en publico ge-
neral.
Convencido Friedenthal de esta circunstancia, no hizo figurar ya en su segundo concierto mas obras de Chopin, segun lo testimonia el programa de ese acto que se efectuo en el Teatro Principal, la noche del 11 de octubre siguiente: 1.
Lustpicl, obertura por la orquesta.
mi La Ensenansa, en Mexico, de la His\'ease^ mpnpgrafia de la Musica (inedita). Para nuestro consuelo, en el Qwiservatorio de Paris en ese entonces, ni siquiera existia la catedra de Historia de la Musica. (Vease .1. Carrillo: Informe del Congreso de Paris, de Historia de la Musica, fechado el 22 de agosto de 1900, que se conserva en el Archive General y Publico de la Nacion.) 15
toria
21
2.
Scherzo capriccioso, Mendelssohn ; piano, A. Frieden-
thal.
La Libertad, German Laue. 3.
4.
Krentzel; Orfeon aleman, dirigido por
Trio de Grofe. Armonium, piano
y
violin.
Al piano
Friedenthal. 5.
Ven oca mi
a)
pajarito, Friedenthal; b) Flares del
$ur, rapsodia, Friedenthal,
Al piano,
el
autor.
6.
Lc
dernier jour, obertura por la orquesta.
7.
La
separation, Schmidt;
8. a) Fals, Friedenthal; Piano, A. Friedenthal.
9. 10.
Orfeon
alernan.
b) Galopa cromdtica,
Liszt.
BaUe Otto; Orfeon aleman. Rapsodia Hungara,
N? 6. Liszt. Al piano, Friedenthal.
Pocos dias despues, el 15 de octubre, se llevo al cabo k de Friedenthal en la ciudad de Mexico, di-
liltima actuacion
rigiendo
en
d
el
el
concierto vocal e instrumental que se efectuo
Templo evangelico situado en Orfeon aleman.
la calle
de Gante, y en
cual participo el
El Grupo de en contrario,
mo
cierto,
16
los Seis.
lo cuai
1C
!Mientras
va a ser
muy
no
dificil^
se presente
prueba
debemos tener
por ser absolutamente verosimil, que Mexico
Esta
cole
designation mas, expuesta en la fecha de Gustavo E. Bibliograficas Mexicanas. S. M. Gonzalez, Editor. Mexico, 1938), ha raerecido ser prohijada por el licenciado Antonio Caso en su iibro Mexico. Apuntes de Cultura Pafria (Mexico, 1943), y por ei doctor Francisco Larroyo en su Historia comparada de la education en Mexico. Mexico, 1947.
C&mpa (Fichas
22
debe
al
Grupo de
los Seis,
haberse iniciado en
el
conocimien-
de Chopin.
to de la obra
Razonare mi suposicion para demostrar su validez. El Conservatories segun lo vimos ya, desarrollaba sus actividades enmarcandohs dentro del italianismo operistico de
Escuela napolitana, a todas luces inadecuada para con-
la
ducir al estudiantg hacia el romanticismo, que en ese tiempo era la etapa logka en la evolucion de nuestro desenvolvimiento musical.
En
la
citedra de composicion se tenian por textos
el orden cronologko de su impresion Tratodo dc musica y armonia, de nuestro oompatriota Felipe Larios, cuya 3* edition es del ano 1873, y la Armenia
senalandolos en
,
el
Giuseppe Gerli, traduccion castellana de MeMorales (F. Lucca. Milan, 1880), y mas tarde, en 1886, la casa Wagner y Levien introdujo el Manual de
prdctica, de lesio
armonia y modulation de Giuseppe G>nccma, en edicion propia
;
obras estaban concebidas dentro del italianismo
las tres
17
La
asignatura se cursaba en cuatro anos y del ccmtrapunto ni el de la fuga. studio no comprcudia el Enti&idase bien que el panorama docente que estoy trazan-
que menciono.
do, es valido
tarn;
solo hasta los ochenta del siglo pasado.
Reaccionando en contra de procedimientos tan unilaterales, el primero en pronunciarse fue el licenciado Felix Maria Akerreca (Puebla, Pue., 18 de marzo de 1845. Coyoacan, D. F., 16 de enero de 1937), alumno del Conservatorio, quien deseoso de contribuir a que se renovara la
ensenanza de discipulos la 17 sical,
t.
Para I.
la composicion, ftindo con varios de sus conSociedad Armonica, de la cual fue organo of i-
la
descripcipn Prirnera Secciwi.
de estas obras, vease mi Bibliografia
23
Mu-
cial la revista intitulada
y redactor en jefe era
"El mosaico musical", cuyo director Como primera obra de la biblio-
el.
teca de "El mosaico", hizo imprimir, en 1878, la
Armonia
prdctica del checo Antonio Reicha, catedratico de composicion en el Conservatorio de Paris.
La Sociedad Armonica, cuyos principales dirigentes eran Alcerreca y Ruperto Betancourt, no logro alcanzar la prestancia indispensable para arraigar su esfuerzo, quiza por prematuro,
y
toco al
Grupo de
los Seis llevarla
a buen
ter-
mino, cinco anos despues.
El grupo mencionado lo integraban los exconservatorianos Gustavo E. Campa, Juan Hernandez Acevedo y Ricardo Castro, todos ellos exalumnos de la catedra de composition del maestro Melesio Morales, y los no conservatorianos Fe-
Meneses e Ignacio Quesadas, ls a dicho grupo se le pueden anexar los nombres del exconservatoriano Pablo Castellanos Leon *y el del no conservato-
lipe Villanueva, Carlos J.
el primero en Meen Guadalajara (JaL), realiy segundo misma obra que en la ciudad de Mexico llevaban al
riano Francisco Godinez, porque ambos, rida (Yucatan),
zaron
la
el
cabo Los Seis, con cuyas tendencias no solo comulgaban los dos ultimos por haber perfeccionado en Paris sus conocimientos musicales, sino que estuvieron en comunicacion
con los primeros. 19 Eduardo Gariel, sin la menor conexion con ninguno de los nombrados, desarrollo igual labor en la ciudad de Saltillo, 18 Ruben M. Campos, incurre en el error de asegurar que Villanueva pertenecip a la primera generacion del Conservatorio (El folklore y la musica mexicana, p. 182).
19 Larroyo, op. cit., p. 229, agrega el Grupo de los Seis, a Ernesto Elorduy y a Velino M. Presa, a todas luces anacronico.
24
Del grupo nit-tropolitano habian
t-stalo tn
I
'an?, apron-
composicion, Hernandez Aeevedo y Ca*tellanu> reimiendose alrededor del primero lo> cinco reclames
dit-ndo la
Leon
:
para esiudiar en coro las ohras de Io$ com]Hi-5tore< romantico?, dc cuyas tendt-ncias pronto MT eomirticron en paladine^,
y para el
la di fusion
pedagogica y artistica de ellas fundaron Campa-Hernandez Acevedo, quedando
Institute Musical
integrado su personal docentc por: Julio Ituarte, Ricardo Castro, Enrique Testa, Vicente Lucio, Felipe \lllanueva y IDS
dos dircctores.
Logico cs supontT, que estando Hernandez Acevedo
re-
cien llegado de Paris cuando establecio la Academia de la que fue codirector, fuera el quien mas influycra para que la musica de Chopin se incorporara a los progranias de ensenanza del piano, coma en cfecto acontecio.
La
la
vida fugaz del plantel, impidio que la reforma introducida, cobrara la debida trascendencia y notoriedad.
II
LA EPOCA DE LA APOTEOSIS CHOPINIANA El Conservatorio Xctcwnal cuna de nuestro ckopinismo. El maestro Carlos J. Meneses, a ultima bora, no acepto figurar en el personal docente del Institute Campa-Hernandez
Acevedo como originalmente
el 3o habfa convenido con sus porque todos los futures catedraticos deseaban tecnificar la ensenanza que impartian, y como esa caracteris-
dirigentes,
pedagogica era desconocida entre nosotros, la mayoria de los de piano decidio orientarse por las observaciones de Felix Ridiert, consignadas en su libro L'Art de jouer dtt
tica
pwmo suivant les lois de la nature, que les habia traido de Pans su colega Pablo Castey,anos Leon. Meneses, rechazo esa resolucion por juzgarla innecesaria, pues estimaba que los procedirnientos pedagogicos por el sustentados eran, si
no mejores, cuando menos tan eficientes como los que le recomendaban prohijar; pero como se habia acordado implantar la uniformidad docente dentro de la Academia y Meneses no transigio con sus convicciones, tuvo que separarse momentaneamente del famoso Grupo de los Seis. El doctor Bablot, director entonces del Conservatorio Nacional, enterado del incidente, lo aprovecho para reforzar su institucion haciendo que el maestro Meneses fuera desig27
nado catedratico de piano que se abrieron
los cursos
8 de enero de
el
en ese
1886, fecha en
afio.
Es publico y notorio, que la actuation pedagogica del maestro ileneses tuvo entre sus^caracteristicas, la de haber introducido
la
por ende, en
miisica de Chopin en su flamante catedra y,
la
vida artistica del Conservatory.
La comprobacion documental de verificar por
medio
este
hecho,
facil
del archive del Conservatorio,
fue dable realizarla porque
el
de
no me
16 de diciembre de 1946
el
urgencia de abandonar precipitadamente su domicilio, del 14 y 16 de la calle de Moneda,
Conservatorio se vio en
la
alii pudiera instalarse la Secretaria de Bienes Nade reciente creacion por esta causa tuvo que refugiarse transitoriamente en la Ribera de San Cosme N^ 83, mientras concluian la construction del edif icio qtte expresa-
para que cionales,
mente se
;
le
habia destinado en
la
Avenida
sidente Mazarik, en Chapultepec Morales.
del Castillo
y Pre-
Esa mudanza, tan
como repentina, y su estancia provisional en la Ribera de San Cosme, determinaron que el ardiivo quedara amontonado, en su momentaneo local, cuya estancia imaginabase brevisima, pues se af irmaba que mediando el afio de imprevista
1947 ya estaria ocupando su propio edif icio; pero llegada esa fecha se dijo que el translado se efectuaria durante las vacaciones de fin de curso. Ese estado de incertidumbre que
duro todo 1948, impidio ponerle manos al archivo para ordenarlo, hasta que al fin, el 18 de marzo de 1949, se efectuo la inauguracion del nuevo edif icio; pero hasta el 7 de julio se inicio el translado
y el
todavia
no
de todo lo referente al plantel muebles y enseres
se concluia el arreglo de los
19 de ese mes, fecha en que redacto los presentes renglo28
nes porque una mudanza de esa cuantia no es posible realizarla en dos semanas ahora bien, logico resulta deducir que t
:
el
archive no estara en condiciones de ser consultado antes
de que tennine
el
ano.
Este infausto motivo, tan imprevisto como pasajero, me impidio comprobar quienes fueron las personas que entre nosotros tocaron per primera vez en audiciones publicas, las obras de Chopin y cuales fueron las que, por medio de ellas, iniciaron a los mexicanos, en el conocimiento de la produccion del compositor polaco.
La cpoca apoteosica de Chopin. Fue en el Conservator! Xacional donde se gesto la apoteosis mexicana a Chopin, este calificativo dentro del recto sigmficado de la palabra, que es delflcacion (del griego apo "entre" y theos "dioses") fue el maestro Meneses el promtor de aquella, gracias a los conceptos que expresaba ante sus alumnos respecto a la obra del compositor polaco, y a la elogiosa preferencia que otorgaba a dichas ccxnposiciones en
el
programa docente de su
catedra pianistica.
Con
la
atencion
estudiar la Biblia,
y
y
el
la
cuidado que pone
devotion
y
el
el creyente para respeto con que analiza
e interpreta sus pasajes, asi fue como el maestro Meneses y releido estas tres obras, por entonces casi des-
habia leido
Federica Chopin (Leipzig, 1878), Franz Liszt; Chopin, sa vie et ses oeuvres (Paescrita, por ris, 1880), de A. Audley; y Frederick Chopin as a Man conocidas en Mexico:
and Musician (London, 1880), por Friedridi Niecks; y de ellas tenia
memorizados nuinerosos parrafos que recitaba
a sus alumnos para
ilustrarles
29
determinados pasajes chopi-
nianos, al corregirles las piezas que bajo su direccion estudiaban.
Asi fue gestandose ei chopinismo entre los alumnos concurrentes a la catedra de piano del maestro Meneses, siendo Luis Moctezuma quien
mas
se identified
con su maestro en
Los alumnos de esa catedra formaron el pie veterano del chopinismo en Mexico, debiendo mencionarse entre los mas activos y de mayor valimiento, ademas de esta tendencia.
Abraham Estrada, Tomas Alberto Villasefior, Ignacio VillalAlarcon, Jose Barradas, M. Presa, Juan Nieto, Pedro Luis Ogazon, pando, Velino Moctezuma, a Cesar del
Castillo,
Joaquin Villalobos e Ignacio Zurita. Para todos ellos, Chopin era un semidios, y sus composiciones debian interpretarse devotamente, en pleno estado de uncion, casi en extasis.
Con
la
venida a Mexico del ilustre pianista ingles
Eugen
que llego al pais en compania del magnif ico violinista espafiol Pablo Sarasate , y que en esa epoca estaba considerado como uno de los mejores interpretes de Chopin, la D'Albert
devocion que los alumnos del maestro Meneses profesaban al compositor polaco, se convirtio en fanatismo, por haber
comprobado que
las observaciones
acerca de la manera
como debian
que su maestro les hacia musica del
interpreter la
poeta del piano, concordaban estrechamente con
el
estilo
les
imprimia el gran pianista ingles. D'Albert toco en nuestro Teatro Nacional, en abril de 1890, en seis ocasiones, y en cada una incluyo composicio-
que
nes de Chopin en la forma siguiente domingo 6, Barcarola Op. 57; martes 8, Nocturno Op. 27, num. 2 y Polonesa Op. 53; jueves 10, Nocturno Op. 48, num. 1, Impromptu Op. 36 :
y Bdada Op. 23; sabado
12,
Sonata Op. 58; domingo 13,
36
Nocturno Op. 13 y Bdada Op. 48; martes 2?, num. 3,
15, hsiudio
Op.
conviction de poseer la verdad acerca del espiritu estetico de la rmisica de Chopin, lo cual les deparaba sitio rc-
La
levante en Mexico, porque la ejecucion de esas obras constituia indiscutible
evolucion en
el
desenvolvimiento musical
nuestro, mantenfa legitimamente orgullosos a los menesistas
;
pcro su conviccion de supremacia llego al plnaculo cuando su maestro, en un concierto privado, toco a dos pianos con
D* Albert te?ia
este en el
segundo piano
y en reconocimiento
xicano.
,
en un rasgo de cor-
del valor artistico del nwisico
me-
-
don Tomas Leon (Mexico D. R, 21 de diciembre de 1828-28 de marzo de 1^3), conquisto renombre indiscutible alternando en el piano am Si treinta anos antes el maestro
extranjeros que nos visitaron, evidenciando asi su valia artistica por obra de la comparacion y contraste con los virtuosos
la estatura
de aquellos, Meneses ahora, por ese
mism& camino,
adquiria fama y prestigio y llegaba al sitio en que se podia heredar el titdo de "primer pianista mexicano" wcatite des-
me iue comunicada por la sefiorita prohija del maestro; pero no soy el primero en divulgarla, pues fue prohijada antes por el doctor AHoaso Pnmeda en su discurso: la memoria del maestro Meneses ("Orientacion musical", N* 88, p. 5. Mexico, abril de 1949). Por tratarse
fesora
La
noticia anterior
Luz Meneses,
A
gentil observada por
D'Albert para con los musicos mexicanos; en
efecto en su concierto de beneficio incluyo en su prograiti^ la Pfcawrro Masurca de Felipe Villanueva, y la Hoja de Album de Ricardo Castro, en publico homenaje a los compositores de! pals, rasgc* estt cast inimitado por los teiaas concertistas que ban vecado. a .
ai
de que
d
maestro Leon, por su edad, se habia retirado del y de la catedra.
concertismo
Meneses y su grupo, gracias a su evolucion
artistica, lle-
garon a conquistar el mayor prestigio dentro del Conservatorio, por constituir ei primer grupo artistico homogeneo, de tendencias precisas y definidas; es decir, habian dado nacimiento a una Escuela, hecho inusitado en la vida escolar del Conservatorio, y de muy alta significacion en el desenvolvimiento musical del pais.
Para demostrar la exactitud de esta observacion, conozcamos lo que af irmo el director del Conservatorio Nacional, doctor Alfredo Bablot, en el inf orme que rindio al Ministerio de Justicia e Instruction Publica, fechado el 30 de noviembre de 1882:
"Tanto como
la
ensenanza vocal,
la
bastante decaida en el Conservatorio
de instrumentos esta
. . .
Para
el
piano hay
cinco profesores, pero entre sus discipulos dificilmente se encontraria uno que supiera sentarse ante el teclado, colocar
en
el
con
correctamente las manos, hundir suavemente
la
nota
de los dedos, articular la melodia, usar convenientemente de los pedales, ligar, producir acordes simultaneos y hacer cantar el instrumento . Esto proviene la sola presion
,
particularmente de que se llama escuela." 21
muy
no tenemos
.
lo
,
que en
.
.
las artes
Para ccmiprobar que la situacion artistica del Consen atoen el informe rendido por Bablot no habia cambiado en los diez anos subsiguientes, transcribire la conr
rio consignada
f esion publica del
21
Memoria de
maestro Mdesio Morales, en la que prela Secretaria
1881-1883. (Mexico, 1884. Lib.
tip.
de Justicia e Instruccion Publica. y lit de J. Villada.)
32
tendio Hbrar de esa culpa a las catedraticos hacicndo recacr rcsponsabilidad de nuestro atraso musical en los alumnos,
la
padres de los educandos y en el publico en general ; pretension que era no solo injusta, sino inaceptaWe, puesto en
los
principio reformatorio, segun lo dejaba translucir el propio maestro, debia tencr su origen en el Conservatorio por obra de sus dirigentes y de sus catedratieos.
que
el
He
aqui las palabras del maestro Morales
:
"Inutil es buscar los adelantos musicos en la aptitud de los profesores, si los discipulos confiados
a sus cuidados no
d
maestro; trabajo y desvelo de los discipulos estudiosos, si tos antojos de las familias discuten o entorpecen los Wen meditados programas de estudio; inuti-
secundan
inutil
al
Gdbierno que mantiene decaitemente alumnos del plantel solo van a perder el tiempo divirtiendose, como lo hace en la actualidad una gran mayoria, e inutil, bajo todos los aspectos, los esfuerzc^ les los dispendios del
un Conservatorio,
dd
si los
Gd>ierno, profesor^ aptos y cmnplidos, y aluiniKJS estuy aprovechados, si el publico, sostenedor y director de
diosos
toda social fuerza viviente, no asume las responsabilidades que k corresponden y permai^!ce refractario a las verdaderas bellezas del arte e indiferente a
nifestaciones de
Es
una de
las
mejores ma-
** la civilization."
logico deducir, que
en
si
tal
estado de postraci&i se
encontraban los pianistas, cuya ensenanza es y ha sido en ^lexico la mas favorecida, estarian en peores condlcicwies los restantes instrumentistas ;
dada esa general decadencia, fad orgullo de tos dn>pi-
cilmente se deduce que era legitimo 22
"El Taanpo" Mexico, D.
FM
33
24 de septiembre de
1893.
nistas,
todos y que no encontrando en
los actos
de su vida
les embaranistica sino fa comprobacion de su superioridad, el vertigo de la suf iciencia, y que se hiperlrof ia-
gara pronto ra el reconocimiento de su preeminencia.
Fero
los menesistas
no eran
los
unices en sustentar
el
mencionado sentimiento de superioridad, sino que lo comde Jos Seis, al cual, segiin vimos, perpart:;:! con el Grupo terxva originalmente el maestro Meneses; y como el grupo atacrtua activamente al italianismo refugiado en el Conservatorio, acusandolo
de retardatarismo,
el
jefe de los italia-
nistas, que visiblemenie lo era el maestro Melesio Morales, la muerte del director Bablot acaecida el 7 de
aprovechando
abril de 1892, al
grupo
cm
creyo desquiciado y sin fuerzas que pertenecian los Seis y el cual
la cual el
francesisia, al
trcmolaba en su bandera la obra de Chopin, decidio arrenieier por la prensa contra el propio Chopin, a la par frances
2S
y uno de los idolos de sus emulos. El 20 de agosto ck 1893 el periodico diario metropolitano
"El Tionpo", dio a luz en sus columnas
el
articulo intitu-
23 Xo incluj-o en este relate la actuacion del pianista Alberto Jonds, del Real Conservatorio de Madrid, efectaada los sabados 6, 13 y 20 de agosto de 1892 en nuestro Teatro Nacional, por haber sido intra r<ejidente para !a evolucion musical de Mexico; en el primer recital toco el Preludio en Re menor, el N&cturno en Do menor, el Vah en La menor, y la Baiada en Sol menor; en el segundo y of redo el Pre*ndio en Re bemol, el Nocturno en Re bemol mayor, las Mazurcas en La y en Si bemol mayor, y la Polonesa en La mayor; y en el iniirno, interpreto el Preludto en Mi menor, el Nocturno en Mi betno!
mayor,
el
Vah
en
Re bemol mayor,
acttiaciuii del pianista espafiol dijo
la
un
Berceuse y la Escpcesa. De la hispano e historiador de
critico
mic^iro teatro: "Los conciertos vieronse poco concttrridos, no porque no se reconodcra el merito de Jonas, sino porque habiendose estimado bastnnte por si rnismo para llesar con su sola persona las tres audi-
34
lado Chopin, su 2$ Scherzo y dgunas considerations accrca dc su musica y modo de ini&rpretarla, firmado por el maestro Morales.
El autor, demostrando que se qtiera atacar tanto el romanticismo como d francesJsmo, dijo casi al principio del artiailo
ceses
.
.
"Francisco Federico Chopin nacio de padres f ran,", y despues de haber dicho de el que no siendo un :
como
talento de primer orden
lo fueron los
Beethoven o
Mendelssohn por ejemplo, ha podido llegar a ser considerado en muy alta categoria; y porque no habiendo side su obra en el mnndo de la virtuosidad meritoria al par de las de Scbuman o Sebastian Bach, ha llenado despues de la celebridad a
la
posteridad
.
.
.
Despues de hacer varias consideraciones acerca de la muy diplomat! camente deslizo
interpretacion de esa obra, la siguicnte ral,
exhortacion : "Ojala nuestro respetable en gene-
secundando
nistas,
el impulse inScialmente iniciado por los piaen vez de favorecer exclusi^^amente la musica de-
mocratica, se alzara
sobre los avances de su civilizacion
aplicandose con smcero acatamiento
al cultivo
de
la
musica
a fin de mejorar su gusto por ella, renunciando asi de una vez al sostenimiento de una situacion artistica que ni seria,
cuadra a su categoria y lo esta acusando de cincuenta afios de atraso. Lo que si pudiera ofrecer inconvenientes al Introducir en nuestra plaza la musica de Chopin, es, la fanatica devocion que se trata de rendirle." clones, la cosa parecio arida y poco amena maxirne, por haber ele^Sdo ?us piezas entre lo mas clasico y moderm)": Enrique Olavarria y Ferrari : Resena historica del Tfatro en Mexico, t. tv, p. 252. Me.'
xico, 1895.)
35
El articuto en cuestion hizo que sucediera lo inesperado en vez dc qtie la respuesta viniera dc Cainpa, como lo era :
el regiomontano previsibk, Ikgo de Saltillo, cscrito per Gariel y se publico en "El Tiempo" del 10 de
Eduardo
*4
Poen cste articulo, despues de afinnar: de esta el *in co irnportara, duda, para replica, que objeto Federico Francisco Chopin haya nacido en Zalazowa-Wok, crrca de Varsovia, el I 9 de marzo de 1809 ( y no en Varnoviembre
sovia
el
*4
;
6 dr ft'brero de 1810 como se asienta en
el
articulo
que nos ocupa..,)." Aclaro el articulista: **Su padre era Frances y ^u madre polaca . . su caracter participaba de las .
dos razas de que procedia ; de su padre tenia la viveza propia del pueblo f ranees, y de su madre heredo la sensibilidad peculiar del temperamento eslavonico, que es el
que domina
en su mu^ica."
Con gran acopio de punto
las objeciones del
razones, Gariel refute punto por maestro Morales, quedando su repli-
ca resumida en los parrafos siguientes
:
"Calificar de defectuosas las armonias de Chopin, nos
parece un poco duro de parte dd maestro Morales; pretender juzgarlo con un tratado de armonia, es . . una locura, .
ono
Lussy hablando de Beethoven, querer sujetar un toro furioso con una tela de arana. Chopin, como Bach
es
dice
t
como Beethoven, es un genio, y los genios se adelantan a su epoca.
monia para juzgar a Chopin no
Bach? El tratado de arha escrito todavia. En
se
El francesismo en J. C. Romero ("Carpet Musical", vol v, num. 4, Mexico, julio de 1919.) 24
:
jrifo.
36
la
evolution musical de
p. 159.
Me-
Suplemento num.
1
todos los ramos del saber
humane pasa
k>
mismo;
los tec-
nicos van detras de los practices. Las obras de literatura admirables son anteriores a los tratados de retoricsr."
mas
"Para conchiir este punto, contestaremos con Elsne, profesor de armonia de Chopin: 'Dejadle en paz, tiene inedios no comunes, porque sus dotes tambien no son comunes. No observa extrictamente los metodos ordinaries, porque tiene
uno
propio, y revelara en sus obras una originalidad se ha encontrado en ningiin otroV
tal,
co-
mo no
Antes de concluir su articulo, Gariel hizo la siguiente exhortacion, que era, al rnismo tiempo, la defensa de la obra del Grupo de los Sels, al cual desde entonces el se adhide desear es que los profesores todos del pais y el en piiHico general, secunden el movimiento iniciado en Mexico por la nueva generacion, Meneses, Campa, Castro y el
TIO : ".
.
.
malogrado Villanueva que acaba de morir.** El efecto que produjo el articulo anterior entre sicos
so la
en
el
los
mu-
pais fue enorme. y gran desilusi6n les caude Morales, publicada el 24 de septiembre respuesta propio periodico, porque en aquella casi se batio en
de todo
retirada
diciendo
el
despues de
;
un exordio muy
diplomatlco, principio
las opiniones del seiior Gariel
y del que han la obtenido fe de eada cual"; que despues de argumentar en contra de la teoria de la herencia, fundandose para hacerlo en la Critica de la Teoria de Darwin :
"Separan
habla, los autores
debida a Canestrini, volvio a arremeter contra Chopin, a quien acuso de que "ni escribio para orquesta, ni produjo
obras de magnitud.
A
diferencia de los grandes ... no coin-
puso otra cosa que piezas para piano 37
.
.
."
Mis addante
"
dijo : Abriga temores el entendido defensor de Chopin raal fttndados a nuestro modo de ver, de que proscrifokiido
de Mexico
la musics,
en oiestion,
el
arte
no
No hay
razon ni motive que dicte la proscripcion tcmkla, mas en el rcmotisirr.o case de su verificativo, la auavanoe.
seaca en
BO
las
biyiotecas mexicanas de los libros varsovianos, Lo que si enen*a el adelanto que
taciaria sus estantes.
sc va buscatido a proposito de la rnusica seria, es la precipiqu*r 50 quierc introducir en nuestras plazas y el
Uciun con
ningun rcsptiu }ue se tiene de parte de los introductores, gtiisJcs de las masas, esto es, al de los publicos, a quienes
a lo le
la
iniponoi
uioderna
.
.
deglucion incondicional de
la
Uamada
escuela
."
Ccwno ataque dirigido a
los chopinianos, enumero !Moa qukfnes el conceptuaba ser los pianistas mas caracterizados de su epoca, y en la nomina que formo, para nada figuraron uno solo de los francesistas ni de los menesistas,
jrales
dmota su indiscutible parcialidad, porque digase lo se que quiera, aingun pianista mexicano, en ese entonces, igualaba a Meneses ni a Castro. lo cual
El doctor Eduardo Liceaga, en carta que le escribio al general Riva Palacio, entonces en Madrid, resenandole esta polemics,
decia:
le
"Ninguna consistencia presento Melesio porque decir que la divergencia de opiniones que existla c^itre el y Gariel era debido a que cada tino tenia distinta informacion, de acuerdo con los libros consultados en
la discusion,
pew cada quien, es revelar a nion propia
;
las claras
fas autoridades sirven
que se carece de opipara apoyar en ellas la
opinion que uno sustenta acerca de algo, pero no para atrindierarse tras de ellas sin tener parque con que hacer fuego."
"El mas grave de los errorcs en que incurre Melesio, es afirmar que Chopin no escribio para orquesta y el joven Mendez (Bancel ?), me ha mostrado un concierto de Chopin para piano y orquesta despues de esta pif ia musical, no debe extraiiamos que pifie en asuntos no musicales, como ;
le
acontece cuando quiere alardear de culto aludiendo conoDarwin y a sus detractores."
cer a
El 22 de octubre aparecio la dupliea de Gariel en el periodico mencionado, la cual inicio asi ". aunque el (Morales), manifiesta la intencion de no discutir, (me veo :
.
.
.
precisado) a usar nueva
y mas
.
.
sustancial argumentacion,
para restablecer la verdad historica respecto de Chopin y de su musica, con objeto no de persuadir al maestro Morales, puesto que el terminantemente declara que la discusion aun-
Al contrario del maes. qitc sea persuasive, no persuade tro Morales, opinamos que la discusion arroja luz siempre .
que se
evite el espiritu
.
de parcialidad y
la influenria del
amor
."
propio Glosando .
.
la c^inion de Rubinstein, de Schumann y de Marmontel, favorabilisimas las tres a Chopin y estitdiando d medio en que este se desenvolvio, estudio que hizo de acuerdo con la teoria historico-genetica de Hipolito Taine, Gariel
nuevamente akanzo
"No calla
el
triunfo,
y remato su
terminaremos sin hacer constar que en la iista de los miisicos notables de
el
articulo diciendo:
maestro Morales
la capital, al distin-
guido artista Gustavo E. Campa, que a nuestro hurailde juicio debe figurar ^i eUa y quien con su ejemplo y con su pluma puede hacer mucho en el saatido de k propaganda."
no
Morales prepare otro artictdo, algo cau^ioo ya, pero publicado en el periodico to conocemos porque Ga-
f ue
;
rid lo incluyo al publicar, tn 1894, su libro Chopin. La TraJicidn de Musica, y consideraciones sobre olgunas de sus
m
obras y mantra de
interpretarlas. (Publicado
en "El Renaci-
de F. Diaz de Leon, Sues. S. A. micfito", Mexico, Imp. y Ksquina de San Juan de Letran y RebeJes, 202 pp. y i de indice ). Libro que fue conocido en Europa, corao lo demuesLit.
tran la nota bibliogrifica publicada por Felipe Pedrell,
referenda
y
la
de aquel hace Ippolito Valetta, en su obra vita Ic opere. (Frateli Bocca. Milano, Roma,
qtie
Chopin, la 1921.)
El triunfo de Gariel fue resonante, porque lo habia al-
canzado
disctitiefido
pese a todas
omtra
el
maestro Melesio Morales que, y es una de las
las circunstancias adversas, era
figuras mis d^tacadas j brillantes dentro de la evolucion musical de Mexico; pero como <se triunfo robustecia direc-
iamente a los menesistas
como
mas que a ningiin <^ro gnipo, y se apresuraron a difundir dentro y fuera del Conser-
vatorio las razones aducidas por Gariel, sosteniendo que estas,
desde un prindpio, eran las que normaban el criterio de el gnipo, su prestigio se afianzo en tal grado, que llego a ser casi dogmatico para la concienda publica, de que, en Mexico, solo dlos estaban capadtados para opinar rec-
todo
tan^nte acerca de Chopin, Ese fue d motivo determinante y no otro, por el cual los pianistas octranjerc^ que venian a Mexico, fueran meticulosamente observados por los menesistas, al interpretar obras se
maban
apartaban de lo estableddo por los canones que norel criterio sustentado por los miembros del cenaculo
rnexkano del chopinismo.
priim*ro en sufrii las consmicnrias
lil
fuc
el
Arthur Frikenscher, que en
pianista
do un
rando en
sti
este pn*;'iHo,
de 1895 of re-
acogedor Ttatro del Conservatory, figuprograma la Fantasia Impromptu y de cuya ac-
recital
tuacion dijo
en
dt*
jtilio
el
el
Conde Olaff en "El Mundo Ilustrado"
del 14
de julio:
"La ejecucion fuc
discutida entre los conocedores y creo
que no encontraron en
ella lo que deseaban, no ban tenido en cuenta la escuela a que pertenece Frikenscher y sobre todo, que nadie ha dicho la ultima palabra acerca de
que
los
Chopin, ni nadie sabe al interpretarlo hasta donde se puede llegar."
Asi estaban las cosas, cuando "El ImparciaF', del 17 de febrero de 1900, publico el cable que de Nueva York envio Hugo Goerlitz a la casa Wagner y Levien, de Mexico, anunciandole que
el
eximio pianista polaco Ignaz Paderewsfci y 1 1 de mar-
tocaria en nuestro Teatro National los dias 10
zo la llegada del artista f ue triunfal, y en el publico reinaIn positiva ansiedad por escucharle, pues venia precedido de la fama de ser el verdadero interprete de la musica de ;
Chopin.
En
el
tes obras
programa
del
de su paisano
:
primer concierto incluyo las siguienBdada Op. 47, Vals en Do sostenido
n^enor Op. 62, num. 2, Berceuse, Estudios Op. 10, nums. 3 7, y Polonesa Op. 5, num. 3 y en el segundo, estas obras
y
;
:
Noctarno en Sol menor Op. 37, num. 2, Estudios Op. 25, nums. 8 y 9, Preludio, num. 17, Mazurca Op. 59 y Vals
Op.
42.
En otros
el
polemica Morales-Gariel, se introdujo entre nostermino virtuoso hasta entonces no usado en Me-
la
41
x i co
eminente; a partir de
al concertista
p ara designar
t
la entonces, los italianistas lo aplicaron a los menesistas con les a ellos intencion de molestarles posteriormente, agrado el terrnino, y a si mismos se lo continuaron dando. Mas tar;
de, los menesistas,
con
el
objeto de hacer resaltar su correcta caliiicaban de "clasica". por lo
la
preparation cual sus emulos se gozaban llamandoles "musicos clasicos". Con ambos epitetos les hallaremos aludidos en la poleraica pianistica,
Paoriginada a causa de las interpretaciones chopinianas de en resenar a cual la seguida. derewski, paso
En
el
primer concierto que ofrecio
menesistas, para estar cerca de aquel
el
pianista polaco, los
y poderle observar a
sus anchas, ocuparon asientos de primera fila de luneta,
durante
la
y
ejecucion de las composiciones de Chopin, que
no resulto de acuerdo con los canones por ellos establecidos, comenzaron a discutir en voz alta, protestando ostensiblemente contra lo que estimaban desacatos a su idolo; semejante conducta oblige a "El Impartial" a decir en su numero del dia 12, que "en el concierto del sabado sufrio Paderewski grandisima contrariedad, porque algunos de los virtuosos que ocupaban butacas de primera
conversar en vez de oir atentamente
fila,
como
se
ocupaban de
se hace en todas
a la cual concurren personas cultas". "El Chisme", en su numero del 13 de marzo, decia sarcasticamente ". los criticastros son virtuosos mexicanos, las audiciones
:
.
.
jVaya unos virtuosos!" "El Impartial" habia encomendado al menesista Cesar del de los dos conciertos de
Castillo la redaccion de las cronicas
Paderewski, porque este pianista mexicano gozaba eatrc nosotros de magnifica reputacion de cronista competente y 42
veraz la que escribio referente al primer concicrto aparecio publicada en el niimero corrcspondiente al doniingo 11, y en ella dijo, entre otras cosas, lo siguiente: "De las obras de ;
su autor favorite
Chopin
,
las
que rnas nos deleitaron
que materialmente afiligray Do sostenido menor, noel en en Valse y tamos movimientos y acentuaciones qut* seran muy de su gusto, pero que mucho nos extrafiaron por no estar indicados fueron
el
esiudio
En
la
balada
no.
la berceuse,
a que nos referimos, ni habiamos nunca oido. En creimos notar abusos de pedal que orien dos pasajes cromaticos en movimienginaron confusion to contrario. Si el minueto en Sol mayor (el de Paderewski )
en
el
las obras
tercer estudio
.
.
.
fue escrito como nosotros lo conocemos, alguna circunstancia extrana hizo que su autor no nos halagara con dicha pieza le irnprimio tal rapidez y tanto modifico los adornos, que ;
nos hizo desconocerlo
.
.
."
La
fanatica veneracion qtie miestros chopinistas profesaban a su idolo, cegandoles su buen sentido, les condujo
entonces por mal rumbo, en el cual suf rieron muy serio quebranto en su prestigio ; porque al dla siguiente de aparecida
prensa capitalina, en su totalidad, alzo Indignadisimo clamor en defensa de Paderewdd; no tanto por la cronica, la
reconocer injustas las afirmaciones de Cesar del Castillo, de quien se desatendieron pDr completo, sino para darse el gusto de arremeter en contra de "El Impartial" que era el portavoz del gdbiemo ; porque atacando al periodico semiof icial, indirectamente acometia en contra de la dictadura porfiriana.
"El Pais" afirmaba
i
su niimero del dia 13:
"No somos
nosotros, es el publico inteligente el que ha juzgado a 'El a ciencia, artes y letras no Impartial*, cuyas pretensicm^ 43
rccoiKice limitcs, asi es el se tiene la
culpa/'
Lo desagradaMe tro Meneses,
que sc ha llevado su merecido, pero
del caso, fue que los enemigos del maes-
como
asi los ocultos
mas aim
los
desembozados, pero combativa de
la actitud
los primeros, aprovecharon prensa para deslizarse en la polemics y desahogar sus envidias profeskmales, haciendo recaer totalmente sobre el la
la
responsabilidad de las opiniones sustentadas por Del Castillo. Cierto que este era su discipulo, y tambien cierto, que las ideas sustentadas por Del Castillo acerca
de
la estetica
cho-
piniana tenian su origen en las opiniones de Meneses ; pero tambien era cierto qtie nadie podb'a, legitimamente, imputar-
maestro responsabilidad alguna acerca de las apreciaciones vertidas por el discipulo acerca de la interpretacion
le al
chopiniana de Paderewski.
Meneses, sin embargo, dando publica demostracion de que sabta ser maestro, lejos de haber desautorizado piiblica-
mente a su discipulo, guardo virilmente silencio y dio ejemjrfo de solidaridad espiritiial con aquellos a quienes habia educado en su credo. **E1
Imj^rcial", en vista del unanime resentimiento que el dial podia en cualquier ins-
en su contra se habia desatado, tante refluir cronista,
hada
y aunque
ras tk parte de
el
gobierno, cambio inmediatan^nte de
tal
cooducta merecio innumerables censu-
k proisa puesto que "El
Chisme"
del dia 14
dijo que aqucl diario habia cantado la palinodia, acepto la sugestion que le hiciera la Casa Wagner y Levien, empre-
y publico en su numero del 14 de un articulo intitukdo: EL ASUNTO sesudo marzo, largo y DEL DIA PADEKEWSKI. Dos opiniones autorizadas, f innado saria de Paderewski,
:
44
por Gustavo E. Campa y por Ricardo Castro, quc posteriormente reprodujo la "Gaceta Musical", organo de la Casa Wagner y de cuya publicadon Campa era el director, articulo en el cual se ponia a Paderewski en el sitio elevado y honroso
que
le
correspondia.
Esta polemica tuvo tal resonancia, que intereso a todos los intelectuales de Mexico, segiin lo testimonia la carta que Juan de Dios Peza escribio a su yerno, el destacado vtolinista
Pedro Valdes Fraga, cuyo
original obra en
"Mexico. 20 de marzo de 1900. Zacatecas.
Fraga.
mi ardiivo
:
Senor don Pedro Valdes Pedro: Te debo va-
Inolvidable hi jo
creer que solo por mis ocupaciones Tenia escrito. yo muchas ganas de contarte algo de Paderewski. Los musicos clasicos de aqui lo vieron del tamano de una pulga: para ellos no supo interpretar ni su rias respuestas
no
te
y puedes
he
minuctto y le encontraron mil defectos; que alza la mano, que pisa rnucho el pedal, que es confuso y que no sabe ni interpretar a Chopin.
\
Que
sabios los de mi tierra, tan pro-
fundos! Habrian querido que Paderewski, ungido por el aplauso universal, les buscara y les aprendiera algo, pero ,:que culpa tiene el gran emperador del piano, de no haber
uno de ellos que lo saben y lo pueden imagine a los del pueblo de Tepetlaxtoc o de Ixtacalco (sic) oyendo a Meneses y diciendo despues: ihomtenido por maestro a
todo?
Ya me
no sabe interpretar a Liszt ; Conoceran a Liszt en Tepetlaxtoc o en Ixtacalco? Hice grandes coleras y te remiti con todo cuidado los periodicos (que ni un solo bre, este pianista
!
dta he dejado de mandar, poniendolos la sucursal
yo personalmente en de Guerrero y alguna vez en esta Secretaria), 45
un
verias CD eUos
otro dc Castro, 1
artictilo
muy
valor testimonial de
Tarias razones
de Gustavo Campa
seasato
.
h
.
muy bueno y
."
enorme por su autor, hie hom-
carta anterior es cl poeta,
primera, porque bre de enteric artfstico indiscutible y cuyas opiniones, ausn en musio, eran ttnidas en consideration por todo Mexico: Ga-
rid
le
:
habia dedicado su libro Chopift, impreso en 1894, del
y en 1902 inauguro, como presidente fundador, el Ateneo ^fexicano Literario y Artfstico, del que fue vicepresidente el maestro Carlos J. Meneses y vocal pre-
oial ya hice referenda,
si<Jcnte
de
la
Seccion de Musica, Gustavo E. Campa. Segunla epoca en que escribio la carta, era secretario
da porque en :
particular del ministro de Cooumicaciones, diputado al Congreso de la Unicb y catedratico (fcl Conser\*atorio Xacional,
y por todas esas funciones, estaha en aptitud de captar y resumir verazmente la qpinion del nudeo irrtelectual de su tiempo. Tercera: porque expresando confidoicialmente su opinion, la exponia libremente para conocimiento intimo de ^i hijo politico, musico destacado desde esa epoca.
Chopin habia servido en esta ocasion, nuevamente, de motH'o impulsor en el desenvolvimiento artistico de Mexico.
LA PLENITUD BE NUESTRO CHOPINISMO Fueron sumamente valiosas para el dcsarrollo de nuestra evoiucion musical, las dos polemicas sustentadas en Mexico al derredor de Chopin: la de 1893, ha&ida entre los maestros Morales y Gariel, pero en realidad librada. entre el itaHanismo ctiya infhieocia iba entonces en decadencia dentro del desfcnvolvlmiento artistko del pais, y el francesismo, se ei^uia triunfante apoyandose en los autores ro-
qtie
manticos; y la de 1900, provocada yor Cfear del Castillo destacado discipulo del maestro Meneses y ocasional crow nista de "El Imparaal , periddico subvencionado por el gobiemo de la Repubfica y alimentada energicamente por
metropoHtanos independientes ; pero qtie en por tin lado las
fondo
la sostenlan,
la dial se
por
daba
el
la stl colosal
gusto de atacar veladam^ite a! gobiemo dktadura, haciendoio a traces de su ar-
tioilos impugnatorios coEtra el cronisia del periodico semi-
of icial, quien era, a la vez, catedratico del Cxa^ervatorio cional y, por ende, rqpresentathro nitisical del
47
gobiemo.
Na-
Si la polemic* de 1893 sirvio para que Chopin hiciera su entrada trnmfal en las aulas del Conservatorio, y con el
demas cotnpositores romanticos, ensenoreandose de
los
la
conciencia del alumnado, haciendo evolucionar asi la vida
musical de Mexico, la de 1900 indujo a nuestros pianistas a niejorar, por medio del estudio, su tecnica instrumental, y a proftxodtzar su conocimiento de las obras maestras del romanticisrao gracias a la nocion del analisis musical, tan escasamente acneditado entre nosotros por ese entonces.
El primero de los awices pedagogicos logrados por la polemica del a50 de 1900, es decir, el concemiente a la evolucton de la tecnica pianistica, habia sido iniciado desde ansegun vimos ya, por d Grupo de los Seis ; pero no en forma con junta, sino separadamente los del Institute Musical Caropa Hernandez Acevedo, por su lado, y Meneses por
tes,
:
el
suyo ; se intensif icaba y esparck el moroniento, en todos de la capital. El segundo aspecto, re-
los sectores pianisticos
que tenia en Campa a su iniciador y que en Garid hallo al promoter de su di fusion y de su puMica estima, no logro adelantar visiblemente lativo al estudio del analisis musical,
sino h^sta 1915, en que
pudo alcanzar
el
honor de ser im-
partido en catedra propia dentro del Conservatorio Nacional.
Gracias a ese conjunto de circunstancias fdices
d
e^irfk>
dd
piano,
y
gracias
mucho
a ese adebnto pudo
d
chopinisrno alcanzar entre nosotros di fusion progresiva,
la
que nos
facilito el
mejor conocimiento de
los
demas
ro-
; ptiesto que en Chopin, segiin decia d maestro Meneses a sus discipulos haciendo suya la opinion de James Huneker, "se resume la tecnica panistica del siglo xix, co-
cainticos
48
mo
se compedia en
Bach
la del xvii,
y en Beethoven
la
dd
xvm". El ahondamiento en
d
estudio de la tecnica pianistica
diferencias que antafio dividian al grupo zanjo, francesista, ahora triunfador y sin enemigo al frente, por al fin, las
hallarse en derrota
d
d
itaiianismo,
y por
estar apenas perf i-
d
peligro dd germanismo, del cual seria su paladin en cuanto a la tecnica pianistica d insigne
landose en
horizonte
Alberto Villasenor, discipolo fervoroso
y
devotisimo
dd
maestro Meneses.
En
1905 se tuvo
la intoicion
de hacer venir otra vez a
D Albert, 4
diopinista muy estimado en Mexico, quien por entonces radicaba en Berlin, y tan identificado con las eorrientes itmsicales germanistas que, en 1907, fue elevado
Eugen
a
fet
direceidn del Conservatorio de esa capital. Sti viaje lo
el gobierno rnexicano, para que su estancia cona celebrar la elevation de la Subsecretaria de Instribuyera truceioG Publica y de las Bellas Artes, a la categoria de
auspiciaria
La noticia la dkS Luis G. Urbina, secretario parde don Jttsto Sierra, de manera completonente extraof icial, pues la induyd en una de sus Crdnicas de la SeMinisterio.
ticular
mana, que regularmente escribia para "El Mtmdo Dustrado". Con el objeto de evitar que a los francesistas se les aproxiraara el peligro germanista, y de que en d seno de aquellos se robusteciera la influencia menesista, lo cual se haria in-
minente con
la
presencia de D'Albert, cierto sector fran-
puso en actrvidad y l<^ro que el ministro de Hacienda, Limantour, interpusiera su influencia para impedir la venida del virtuo>, lo que se consiguio a pesar de que con cesista se
49
esa medida se causaba qucbr*nid evidente a la evolution musical del pais.
Exaltado Castro a la direccifo del Conservatory, tuvo dc inmcdiato ei prop6sito de hacer w*ir a Mexico a bisignes artistas, sin qtie fucra nectsario stibvencionarios de parte dd
d
escotto que mptxfia SM gobierno, porque esc requisite ant f recuente actuacion aqtti. Se resolvio d probiema consiguico-
do quc la Casa Wagner jr Leyiot te tMeresara por el asunto, y el primer artista ekgkk) para aetuar en Mexico ftie el ilustre polaco Josef Hoffmann. Los tramitcs se Uevaron a nwy buen termino; pero desa-
b
eafettnedad le impidio ver forttmadaimaite para Castro cl resultado de anpresa, porque le Hevo al sepulcro en los
b
mementos en
9 rrespondiente al I
mo
arribo de
imprimia ea "El Mundo Ilustrado", co de didetnbre
qt*e se
Hoffmann.
afamado pianista fue cootratado para que ofreciera solaraente tres conciertos, los cuales se llevarian al cabo en Academia Mctropolitana "saturada por el arte excelso dd Cuarteto de Bruselas", segun dijo **E1 Imparciai" en su nu-
la
niero
dd sibado 4 de enero de
1908, al
siguiente scria la presentacion, ante
d
anundar que
al dia
put4ico mexicano,
dd
insigne compatriota de Chopin-
k
En
su conciertef maugurad, Hbf fmann dedico segunda parte de su programa a composickmes del poeta del piano, integrandola inaycMr,
d
am las siguiseBtes obras
:
Noctvrno en
Re bemol
y Berceuse y Scktrzo en Si manor. Fue iniHejorable
exito artfstico alonzado por
aststente,
d
iatferptete,
que Ikno pm- co^iptetQ.la 50
sala
y
d
publico
sobrepasando su
cupo normal, fue arrebatado en entusiasmo a causa de stiblimidad de la mterpretacion.
la
"El Imparcial" de} dia 6 pablico dos extensos articulos referentes al pianista visitante: en el primero, el maestro Campa trazo de manera sugestiva y docuente la biografia el otro, dedkado a la cr6tiica del eoncierto biiuno d sys pasajes "Hoffmann ha llegado en ." el momento precise de oorfetituir . tei modelo sin tacha . ahidiendo precisamente a la situacion qtae guandaban los pia-
de! artista
;
en
cial, se lee en
:
. ,
nistas
mexkanos, a
la
cabeza de los
.
ciiales se
hallaban los cho-
y cuyos paladwies, per otrra de stis nwestigaciones musicales y de sus estudios pianisticos, estaban ya en aptitud pinistas,
de unif ksar sa criterio cf
si
encontraban
d
modelo
indiscutible
mdiscutido qoe, satisfaciendo los personaks anhelos de cada
trno, !es sirviera
a todos de faro comiin a sus a^>iradones
esteticas.
Esa unif icacion docente
la deseaba ya la plurahdad de ea yisla de maestms, que sti no reaiizacion era d onico motivo que impedia'eJ fibrt desenvolvimiento dd francesismo,
los
cuyas personalidades dirigian entonces los destines musicales del pais.
Hoffmann constrtuyo ese anhekdo modelo, gracias, partioiiarmente, a su interpretacion chopiniana, y en tal drainsi graa parte la fetancia, para muchbs inadrertida, radico liz estadfa d^l pianista pofeco en Mexko y sa unanime aceptack5o admirativa fQn& giaade tuvo que ser el arte pianisti-
co de Hof fmann, para que hubiera podido realizar nuestra unificadon esl^tica, reputable de milagrosa!
En
el
programa
dd
segundo concierto, desarroliado
martes 7 de enero, dedico, al igual que en 51
el
primero,
k
d se-
oomposiciaDcs
el orden sien Re bemoi guiente: Sol been Estudw de Hoffmann), mayor (transcripcion rooi mayor, y Sonata en Si menor. La ejecucion de to tres ultimos numeros arrebato tan apaskmadame&te a la coocu-
gunda parte *
ias
&&K&
en La
bemd
mayor.,
Fob
que Hoffmann, contagiado por el entusiasmo imperante, rompio las norraas de sti etiqueta de concertista y obsequio al publico tocandoie, fuera de prograrna, una Mazurca *f de Chopin. EI Imparcial" ** del dia s^uiente dijo en su rrencia,
cratika v que Hoffmann, interpretando el Estudio en Sol, corno que habia superado la personalidad artistica de Pa-
derewski j de Teresa Carraio*
Tambien
la segrnxia parte
dd prc^rama
del tercer con-
ccmsagrada a Chopin, el auditorio, al Prd*dios' comprendiendo en en extasis, escucharlos, cayo pero segnida sublimo sa emoci6n con aplausos f reneticos, obiigando al virfiK>so a cicrto,
efectoado el
jams
9, estuvo
ios veinticuatro
r
conrcsponder las efusiones que se le prodigaban, tocando, fwera ifc programa, d Fafa de Chopin por el transcrito y,
segundo Estudio en La. Tan honda fue la impresion que produjo su manera dte interpretar los Preludios, que el maestro Gustavo E. Campa adonis,
el
dd particular un articalo generoso y emopublko "El Imparciai" en sa edition del dorningo 12. Como d autor k> rcprodujo en la "Gaceta Musical", de la que era director, y mas tarde lo creyo digno de f igurar escribio acerca tivo qoe
25 Estando acorde toda la prensa capitalina en cuanto a la manera elogiosa de jostipreciar a Hoffmann y siendo "El Imparcial" e! pcriodico diario mas importante y
mayor fuerza demostrativa. 52
libro Criticas musitaies, en el cual ocupa las paginas 325-29, al ser este impreso en 1911 por la Libreria Ollen-
en su
dorf f, de Paris, para integrar la Cokcddn de ttcritores espanolcs y sudamericancs ; to transcribire cooio remate de este capitulo,
porque
alii
se evidencia claramente el benefico
Hoffmann
cjercio en la erolucion de nuestro cfaoen lo tocante a la xnuska romantica lo pinismo y, por ende, misnK> en d aspecto que ve a su forma que en lo que se inf lujo que
;
refiere
a sn ojnceptualismo, causa por
nefico alcanzo lo
mismo a
la cual
su influjo be-
los compositores cocno a los pe-
dagogos y ejecutantes del pais. Ademas, ujiificando el criterio de los pianistas, cofitribuyo a que se depurara y embelleciera el concepto mexicano del chopinismo, hasta el grado que, a traves de los anos pudiera f lorecer en la tierra misma
de Chopin
CCHI
Carlos Rivero.
La
personalidad artistica de energica y tan ampHamente en
Hoffman logro imponerse tan
d
brerisimo lapso de sus tres se hizo conciertos, que indispensable para el puHico mexicano reciera of otros cuatro mis. Dos de ellos tu~ el artista que
k
de extiaordinarios porqne se ks considero continuacion de los tres iniciales, ya que, al igual de aquellos, se efectuaron en la Academia Metropolitana ; d ten^ro se desarrollo en ei seno de la Sociedad de Musica de Camara, y el ultimo, que fue el de su despedida, se llevo a cabo en
vieron
el
carsu^er
colafaoj-acion
cUrigida por
con la Orquesta del Conservatorio National, maestro Meneses.
d
En d primero
extraordinarios, efectuado el sabado
11 de enero, incluyo cuatro obras chopinianas: la Barcarola, s
y
la
Cantos Poloneses de la transcription hecha por Liszt, Sonata en Si bemol mayor. 53
En toe
segundo, Bevado a termino
el domingo 12, indnyo auditorkx del a Prcludios, petkion general Paiacio Nacional (Saen el En dl tcrcero, qae turo lugar el
dd Ministcrio de Hacienda y CrA^> PuHico), mantes 14 del mismo mes, cubrio los dos numeros finales, de los tres de qae coosto d programa ; en el segtmdo toco lon Venfc
el
d 7"rte #infl ^7, m0Ui y fdfo, Op. tein,
15,
Cainara, los maestros Lois G. Saloma
en
Num.
2,
de Rubins-
con miernbros del cuarteto de la Sociedad de Musica de
el tercero,
encomendado a
3
y Rafael Galindo, y
solo, iacluyo
d Noctumo
Num.
13, de Oiopin. En el de su drspedida f efectuado en
el
Teatro Arbeti
d
a induir los Preludias, cttya reiteracion nna ^prueba de quc su interpretation ftie una de ocmstituye las que mas hondamente conmovienoe al publtco mexicano. nitertcles tS t volvi6
Gracias a Hoffman,
la
musica de
Qiopw
se hizso m
tibk en Mexkso; a partir de entonoes, nadie ya la pone ea duda, y se le jurga oomo expreskSn superior, considerandola
dentro del Arte universal ; haciendose eco de semejante masu cronka referente a nerm de ju^aria, "El Impaixial" los ikimos dos concieitos de Hoffmann, publicada en su niimem dd jueves 16, afirmo de manera rotunda: "Desde el
m
ptinto de vista de la culture general, Cliopin
debe leerse anno
Dante, como Shakespeare, como d Hbro de Job Chopin habia akanzado su apogeo dentro de 1
. .
la
/'
evolucion
musical de Mexico!
"JOSEF HOFFMANN, Los PrelwKos de Hasta d momento en que estas lineas trazo, no he escuchado a Hoffmann mas que en una ocasi&i. VicImpttsiones.
54
tkna de molesta dolencia que me retuvo en el lecho, no pude a las dos prisneras audiciones del insigne pianista, y pon io tanto, mis breves inipresiones se refieren a la asistsr
tercera audicion, cuyo programa, variado adme el atractivo de escudhar, al iado
y
eieclestico,
of re-
de la grandiosa y inimilables romantkos Estudios
severa Fug@ de Bach, de tes de Schumann y de algimas filigranas de Moskowski, la encantadota serie de PrelwKos de Chopin, colocada aislada y
vtstosamente f
"Debo
como
tin
ramo de
f lores entre
deslumbradoras
declararlo sia ambajes ni rodeos:
e^oy maravi-
y me siento convertido. Maravillado per la extraordinarb habilidad tecnica y el innienso talento reproductor de Hoffmann; oxivertido por el mismo impulse, a un culto que nunca ha side de mi devocion; el del piano. Todo eilo se comprendera cuando anada, con toda franqueza, que jamas llado
he sido rendido amante del instruinento mas eso mas usual que, a cambio de tal cualidad, tre la mayoria, el
mas monotono e
"Hoffmann me ha que
reconciliado
"Por ravillado
"No
en-
am d
piano; pero temo
como
la visita de!
. . .
lo pronto, repito
y me
y por
es, quLzas,
incoloro.
esta reconciliacion sea tan fugkiva
ilustre virtuoso
sintetico
mi
anterior aftrmadkin, estoy
ma-
siento convertido.
cabe OHidensar de otra manera mi ioapresiSo.
k tecnica, dudo que exista quien de el, puedese decir, sin hipera Hoffmann; pueda superar todas las con cGficuitades, y fan juega am bole, que juega con las aun todas, magnas y poco abordaMes, que jamas asoma en su rostro ni se manif iesta en sa debil cuerpo el menor "En panto a dominio de
55
F^a
de indido de fatipu Despoes de cj ccutar la tremenda o Schumann de Estudios cualquiera Bach, 10s difkUisiraos
composkion que requiem gran gasto de eaergias, se levanta demuestralo freeueatetranquito y sonriente y cs capaz
am
otros y otros fragde obsequiar al auditorio mcntos, tanto o mis dif idles que los que acaba de ejecutar,
raente
Casi parece tHi impasible y
tm
"La tccnka de Hoffmann
db
inf aiigable
.
. .
es simplemente prodigiosa; de
derivan sus soberbias cualidades de limpieza y de pretm rigor ritmlco excepdooal, la Igualdad
cision impecables,
absohjta de
ambas manos,
el legato
perf ecto
y
la dtilzura
en
en te tramas los ca*tabties dinamica obserrada pdifonkas y mia asoirf>rosa gradoaciwi sin afectacion y coo tma pmdeodbi qoe pasma. "Ccm semejante destreza tecnka poe^a al servicio de t
la
transpareucia de
las partes
un oerebro privilegiado y de tma snagi^aicao^ sooadof^a y creadora, no es de extranarse que la interpretaciAa de Hoffmann sea irrcprochabte, llegue a la identificacion con los grandes autores e inipresiofie tan profundamente. Hoffmann como en sus interpretaciones mucho de personal
tietie
todos IIH artistas superiores, pero es un gran respetuoso. Pone toda su alma en comunion mtima con los maestros y pro-
cura crear reproducicndo, segun
la
belb expresion de Liszt ;
pero no
mas
altera, ni modifies, ni adorna, ni corrige, las supreinspiradones ajenas. Sabe lo que hay tras de la nota es-
crita,
pobre borron que no es mas que sonido para rauchos, el es vibracidn del alma, esbozo de un sentimiento,
y que para
palpitaci6n de gozo, huella de
"Asi
io
demostro en
la
una lagrima.
interpretation
Prdudios de Chopm, pequenos poemas, 56
de esos divinos conden-
historietas
cocno alguien los ha llama-
sadas, miniiscuios aforisinos
en suma, duloes cantos de amor, reflejos de melancolias, fugitive arrebatos de tin alma enferma y romantica, pasados a traves de otra alma cootagiada , . .
do
y,
"Para comprender hasta que panto Hoffmann se idencon el genial oompostior, su compatriots, cooviene juza gar Chopin por boca de aquella que compartio am & parte de suviday parte deiosdolores deque fue consciente causante. Me refiero a Jorge Sand, que si no hubiese sido celebre tifica
por su
talento, lo seria
"En
por haber sido tan amada por Chopin, ma vie, la famosa escritora dice lo
su Histoire de
de Chopin es el mas profundo y el mas j emocioo que jamas existio. Hace haMar a un solo instrumento la lengua de k> inf inito, y ha sabido a menudo resumir en dies Kneas que tm ninb puede que sigue : *el genio lleno de sentimiento
tocar,
poemas de inmensa
Nunca
elevacion,
dramas de una energia
de grandes medios materiales para aanifestar su genio. No necesito ni de saxofones ni de ofideide para llenar el alma de terror ni de organos de iglesia, ni voces humanas para llenark de fe y de entusin igual.
ttivo necesidad
;
siasmo.
No
fue cooocido, si to es todavia, por
el vulgo.
d
"$e necesitan grandes progresos en gn$t& y Is mtdigencia del arte para que sus obras lleguen a ser jx^tdares. Llegara un dia en que se instrumentara su rnusica, sin cam-
bkr nada en la parte de piano, y en que todo el mundo sabra que este genio, tan vasto, tan completo, tan sabio como el de los mas grandes maestros a quienes asimilo, ha ccai-
^
servado una indrvidualidad aiin
mas
exquisita que la de Se-
mas poderosa aun qtie la de Beethoven, mis dramatica que la de Weber. Es ias tres a la vez y es tam-
bastian Bach,
S?
bien & oaismo, eft dear, mis ddicado en el gusto, mas austero en lo grande, mis desganrador at til dote*, Mozart sobunente te es superior, porquc Mozart conto, ademas, c*st la
tranquilidad de la salad, y, ea consecaencia, dlsfruto
k pitnttud
de
de
la vida.
Jorge Sand no era erroneo en k> general, y, en buena parte, cnvolvia tin augurio que se ha realizado en las dcbidas coodicines. Hanse alcanzado los grandes progresos en d gusto ambicionado por la escritora, y no se ha
"El
jtikio de
k
mis qtie eso (no la intervencioo de orquesta), para poncr a Chopin en contacto con las masas y para que universalmente se )e rinda culto. Pero quienes legititnameate opcran cl miiagro, son to grandes y buenos interpretes dd necesitado
gcniil compositor, los pianistas de artistas superiores, capaces
de
k talla de
Hoffmann, los a Chopin en contacto
pc^ier
eficaz con los piiblicos.
k xnanera como Hof fmanivkiterpr^o los veiaPrelmdws de Chopin, seria punto menos que imposible ; rni pluma es asaz indocta para elio y se resiste a intentarlo. Labor seria de poeta, y ao lo soy , cabenos ponderar, **Describir
ticuatro
.
.
.
k
impresion experimentada al escuchar ciertos niimeros que fuer
empero,
cantadora.
"
Hoffmann
k
melodia digna de 58
tin violoncello del
famoso
preludio en Si nsenor; la amorosisima del niimero 13; la ingenua y expresiva del 15; la duioe e inspiradora del 17; la elegiaca del 20 y la apasiooada del 21, con su riquisimo y
Y
si de estos pretransparente acompananiienta cromatico! ludios pasamos a las A? bravitr&, agiltdad y energia, icon que palabras escribir la magistral ejecudoo de IDS numeros
que son de verdadera prueba y en las que triunf6 absolutamenle d gran pianista, imprimieado a to-dos y a cada uno el caractcr adeeuado, el acento preciso y 16, 18, 19, 22, 23, 24,
la intencion ambicionada
"A
!
que no tengo palabras paia signif icar an grates -emociones. Hoffmann te i^ealizado uno de fAis ims vivos deseos: el de esctichar y sentir hasta d fondo del alma esa ica en la rica literatttra del piano, por serie de prdudios, la
fe
que siempre he tenido especial predilection y
como una de Chopin.
mensa
He
las
mas
aHi en esos Preludios, la serie de
elevation
qtse rq>uto
bellas nianife^aciooes del g^enio
y de dramas en
poemas de
de in-
energia sin igual, aludidos
por Jorge Sand en las ultimas lineas antes extractadas. Es verdad que todo eso ocultan y que todo eso condensan pero para poderlos sentir y comprenderlos es preciso el magico ;
intermedio de tin interprete genial como Hoffmann ; es f orzoso el contagio de un alma a otra, y de esta a otras, y a otras, a todas las
que scan susceptibles de vibrar y enarde-
cerse al soplo de la emocion estetica.
"jBienaventurado el artista que logra bie$ tan suprno ! Por eso, con admiration" y respeto le saludamos y despeditnos con una sola palabra :
\
Gracias !
.
.
."
GUSTAVO E. CAMPA
la magnifka imprest qae Hoffmann supo dejar en el inimo de tos bteJecttaks y de tes musicos mexicanos, determino quc por mescs y nicscs, hiera $u reoterdo d tena constant* (k las conversaciones artisticas; tal circunstancia hire pensar quc ofcra visiu del virtuoso acrecentaria d be-
b
nefico in flu jo qtic habia ejerado en primera, y a la luz d de es critcm la Ctsa Wagner y Levien, de acuerdo maej^ro Gustavo E. Campa director entonces del Cemser-
am
vatorio, volrio
esta
dd
a contratar
al
pbnista pdaco, para que en d Teatro
segunda ocasion actuara precisamente en a pesar de su cupo reducido Conservator
sjido pats
alii
y a
derivaria
d
la
, porqtie centre rector de las actividades musicales dd
vex
d
foco de las del f rancesisxno, a este le
mayor pfesteatm y cdb^raa
que ya gozaba
entonces.
Hoffmsuin lle^ a Mexico el 7 de eneno de 1909 y fe iK^pedanHi ea la "Villa de rosas", en San Angd, Distrito Federal; pero ni su Degada ni su presencia, causaron tan finite impresion como en su primera visita.
Los
dias 8, II
y
13, Ilevo al
cabo en
d
Teatro
dd Con-
servatorio los tres recitales para los que venia cootratado,
aunque
exito artfstico alcanzado
el
por
&
y
fue enorme desde
su presentacion, el medio musical nuestro no se conmovfo hasta alcanzar la hondura que esperaban los interesados.
A
de contrarrestrar este primer fracaso lograron que la Secretaria de Instruccion Publica y Bdlas Axles contratara fin
para que of reciera un recital privado a los altimdase de piano del Conservatory, cuyo contingente
al pianista
nos de
la
caJdearia
un pooo
la tibieza
dd 60
ambiente general; ese acto
se efectuo el dia 12, es dear, entre el segundo
de
los recitales
dc
y
el
ultimo
la serie.
For medio de tal recurso consiguieron en parte lo buscado, puesto que el gran polaco ileno d Teatro Renacimiento la noche del viernes 15 y la manana del domingo 17 ; pero en las cronicas que escribio, no solo no reprodujo clamor entusiastico de que did muestras d ano retroproximo, sino que testa dejo transcurrir aiguno de los recitales sin la prensa,
d
comcntarlos siquiera en cambio, se mostro eacigente, aunque fue una sola vez. Hablando dd concierto dd dcmiingo, el ;
cronista se lamentaba de que entre las obras
de Chof^n, a cu-
autor el pianista dedico invariablemaite la
segunda parte de sus programas, no hubiera sido induida la Sonata en Si bemol AtoadienA) fci sugestion, Hoffmann gentilmente xnodifico el programa anunciado para su dfi^edida, viernes
yo
22, e introdujo la obra en cuestira.
La Sockdad de Musica de Camara como
lo habia hecho
en la primera visita dd virtuoso, le tnvito para que partidpara en uno de sus coaciertos el cual se efectuo en d Palacio Nacional,
d
dia 19.
El dia 26 Hof f itnana abandono la ca^rital de la Republica mmbo a los Estados Unidos, deteniendose en San Luis Potosi el 17 y en Monterrey el 26, para ofrecer dos conciertos en ambas dudades. I A que se debio ese cambio afectivo dd publico mexkano para am Hoffmann? No fue porqi^ hubiera ido a menos la estimacion que se le profesaba o porque el no se hubiera sabido mantener en la olimpica altura de set fama, sino porque en la segunda visita ya no desempeno la fundon unificadbra que ejerdo en la primera: ahora todos le
61
admiraban su
gmio
artistico
y
1
enorme
rec&noctan $n
valia
k
admiimrofi y le musical, pero la vcz anterior no sdaniente rcconocicron csas dos cualidades de gran merito, sine que,
ademis, veneraron su personalidad unificadora, a cttyo influjo ooncordaron sus pareceres los paladines de la evohicioii rnitskal de Mexico.
En
esta
segunda
visita,
vinculo
mis
cal del pais,
no obstante
menor comunion
la
d
{mHico, fue oiando aquel se intimamente con la historia del desarrollo musi-
^spiritual del artista
segun
con
lo testimonian los
dos socesos que a con-
tinuacion consigno.
El 22 de etiero, fecha
d
ctial
Hoffmann
dd
recital
en
Teafcro
el
Arbeu
se despediria de nosotros, fallecio en la
ciudad de Orizaba yktkna de tin ataqtie de apendicitis agudo, d chopinista mexicano Atberto Vitiasenor, nuestro pianista
maximo. Noticia tan fulminante rapidex,
en
d
corazon.
nebre de
la
infatista se extendio
y 1m
Cuando
por
con Uevabaa Into
la capita}
asistentes al Arbett
el insigne polaco toco la
Sonata en Si bernol menor,
la
Marcha Fv~
concurrencia se
puso de pie y se rnantuvo con la cabeza indinada, vibrando en la mente de todos el recuerdo de Viilasenor; en los ojos
de
la
mayoria, brotar<m lagrimas. jAsr
ftie
COOK?
tmo
mayores chopinistas del mundo, rindio pleitesia postuma a uno de los grandes chopinistas mexicanos, tocandok en piiblico una de las obras luctiiosas de su compositor tutelar! los
El <^ro acontecimiento no es menos significativo.
El auge del diopiniaaio en Mexico, senalk el pinacalo de la etapa franc^ista dentro de nuestia evolucion musical.
Y como
si el
destine hubiera r^uelto significar la actuacion
de Hoffaann dentro del Cxmservatorio Nadonal c<no 62
la
cumbre de
ese pinaculo, tras del oial s^ iniciaria
t-1
d^scerro;
como si hubiera decidido siinbolizar con la 5ntervenci'!n de Hoffmann quc el francesismo y por ende el romantkis-
mo
habfan cumplido su mision educaliva dtntro del dtsacomo si hubiera determiuado que
rrollo musical del pais;
significaba tanto, fuera tocaran, la vispera de su
Hoffmann, ya que entre nosotros el
ultimo gran artista de los que el 25 de enero,
partida, esto es,
alii
la
Secretaria
di*
Instrucci6n
Piiblka y de Bellas Artcs basandose en el dictamen rendido por el ingeniero Eduardo Mancebo acerca del estado inse-
guro que guardaLa el edificio, libru orden para que se Hevara al cabo la demolition de la que habia sido Real y Pontificia Universidad de Mexico, cuyo local hacia cuatro dcadas que alber^aba
al
Consen-atorio.
Teatro del Consen'atorio, dejo en retradicion artistica rematada por Hofcuerdo su glonosa fmann, como sixnbolo de una epoca en la que Mexico elaboraba su cultura que en cuanto a musica organizaba su
Al desaparoccr
el
A
su causa, corresbajo el guion del europismo. pondio a Chopin solamente en cuanto su valor extrinseco, esto es, el netamente musical, pero lo ignoro en el intrinseco,
tecnica
es decir, en el nacionaiista.
Rematando
ese estado artistico
y
cultural, llego el
ano
fastuosidades principescas de las fiestas del centenario de nuestra Independencia, y la gesta detonante de
1910 con
las
Revolucion proletaria, verfice y vortice, respectivamente, de nuestro francesismo; en ese remate, Chopin no pudo r quedar sin inten enir.
la
El 22 de febrero de ese ano, Mexico celebno rio del nacimiento del
el centena-
gran compositor pdaco, Hevandose 63
al
cabo
la
cerancmia en
el
Conservatoire National
y cuyo
prr^rama fue el siguiente: I. Alocucion del Director. II. a) Noctwrna en Do menor; b) Berceuse c) Dos Preludios, an Re menor y en Si bemol menor. Profesora Ana Maria Charles. Ill, a) Xocfurno, en Sol menor: b) Esludio, en La Mazurka, en Si bemol. Profesor Fernando Penn. IV. a en La en Do bemol: c) Tres Dos Prdvdios. menor; b) y en La menor. ProRe Do en menor, en menor, P&lanesas, y fesor Cartes del Castillo. V. Elogio de Chopin, por Ruben M. Campos, recitado por la senorita Sofia Carnacho, VI. a) \
\
Nocturn
Sd
en
I-a
bemol
b
:
\
banci. Profesor Manuel
Dos Esfudios en La
M.
bemd y en
Ponce. Este ultimo fue tan
aplaudtdo, que toco fuera de programa, la Mazurka Op. 30, Num. 3. Los mejores catedraticos de piano del Conser\-atorio Jwiljan participado en
El disoirsc
mer ntimero autor
al
cfcl
del
el
honwnaje.
maestro
Campa
a que se refict
d
pri-
Programa, y que estuvo dedicado p0r s
Ikenciado Jcmquin Casasiis, mecenas de los artistas especialidad de los piani?tas, aparecio pu-
mexkanos y con
blicado en la "Gaceta Musical" del 1$ de marzo; en seguida, to edito
en un
folleto
de 12 paginas
la
Casa Wagner y Levien,
la editorial
y posteriormente lo reprodujo dole la dedkatoria, a paginas 53-68 del su Colcccicki, con
sicdes de Gustavo
el titulo .
Cultura suprimien-
numero 2
del
t.
vi de
de Escritos y composiciones mu-
Campa. (Mexico, 1917.)
La Revolution
proletaria irajo consigo el encausamiento de la intelectnaiidad mexicana hacia e! estudio y organizacion de nuestro nacionalismo en cuanto a Bellas Artes, corres;
Grupo Nosotros, de Mexio?, Di^trio Federal, lurealization, ccmvocando y flevando a termino, el su per
pondio
dmr
a}
64
primer Congreso Xacional de Escritores y Artistas, y Congresos Nacionales de Musica, primero y segundo.
los
los congresos, los compositors de la de entonces inquirieron los fundamentos generation joven del nackmalismo, es decir, el conocimiento de etnograficos las escalas exoticas y su tecnica arnionica, Chopin fue en
Cuando por obra de
Mexico plenamente coniprendido en su valor Chopin esta considerado en manticos de
maxima
mayor fuerza
la
intrinseco.
actualidad entre los ro-
como el pianista de evolutiva; ahora bien, valorizandok* en su dos valia,
y entre
ellos
facetas dentro del niovimiento historico de la niiisica en xico,
debemos reconocerle que fue
los paladines
de
Me-
el ariete
la etapa francesista.
que rnanejaron en ocasion de la pole-
mica Morales-Gariel, para abrirle paso al romanticismo y aclimatarlo entre nosotros. Veinte anos de?pues, cuando concluia la etapa francesista, Chopin volvio a ser tema para rematarla, a proposito del centenario estetico de su nacimiento. Florecido en tesis nacionalista el ideario de la Revolucion
Chopin hallo un lugar distinguido en aprecio de nuestros mtisicos, al reconocer en el a ttno de los primeros compositores que supo hablar artisticamente con
proletaria de Mexico, el
el
lenguaje musical de su patria.
65
IV
CONSIDERACIONBS FINALES Injusto resultaria no estimar al maestro Melesio Morales
por su actitud antichopiniana, y erroneo seria
calificar
insolitas sus apreciaciones desfavorables respecto
a
la
de
pro-
duccion musical del compositor polaco, pues tomando en consideracion que en la
Mexico
misma Europa, unico
sitio
desde
recibia las distintas corrientes artisticas,
tonces varios musicologos eminentes que vituperaron el calif icativo
No
viene
exacto
el
cual
hubo eneste es
a Chopin, a causa de sus innovaciones.
caso enlistar a todos aquellos escritores del
al
Viejo Continente con quienes
el
maestro rnexicano comul-
gaba en opinion solamente recordare, en abono de este, los nombres de quienes, por el prestigio de que gozaban o por haber ejercido la critica, lograron influir en el criterio de un ;
importante sector de personas ilustradas;
Ludwig a
John
Rellstab
y a
me
referire a
Christian Kalbrenner en Alemania,
y
Field en Inglaterra,
Rellstab, director del periodico musical "Iris im Gabiet der Tonkunst", de Berlin, aseguro la impropiedad pianistica de los Estudios de Chopin, af irmando "acaso quienes tengan :
dedos estropeados, logren componerselos tocando tales piezas pero el que goce de manos bien conf ormadas, que no los
;
las
toque sin tener cerca a un cirujano", opinion que hoj^ dia 67
ha caido en total descredito, pero en el tiempo en que fue sustentada conto con multiples simpatizadores, y aun los conservaba en respetable numero a fines del siglo pasado. El propio critico, desde las paginas de su periodico, le al compositor polaco; refide su Opus 7, declare "Si ei sefior Chopin hubiera mostrado su composicion a un profesor, es seguro que este la hubiera roto en mil pedazos, pisoteandolos despues tal como nosotros lo hacemos ahora f i-
nego conocimientos de armonia riendosc a ia
Masurca num.
:
1,
guradamente." Fetis en su Biographic Univcrselle des Musiciens, obra que gozo de inmensa reputacion, nos ha consignado los datos siguientes "Kalbrenner encontro mil incorrecciones en la :
digitacion de Chopin
;
verdad que
es
un sistema singular de mano, por cuyo medio
encaballetar
el
el
pianista polaco tenia tercer dedo de cada
suplia frecuentemente el paso del los a Tal sistema, ojos del clasico discipuld de depulgar. tambien le menti, era abominable y desolador. Field juzgaba desfavorablemente, y le declaraba ser un talento de .
cdmara de enfermo."
.
.
26
La verdadera causa de
la pugna que hubo entre el maestro Morales y sus alumnos por un lado, y los chopinistas mexicanos por el otro, radicaba en que "en Mexico se desconocia -1 nuestros muel aprovechamiento de las escalas exoticas sicos y musicografos, al igual que muchos de sus colegas europeos de la epoca, solamente aceptaban y sabian trabajar en sus composiciones, la escala diatonica en sus dos modos: ;
el
mayor y 26 27
el
menor".
T. n, p. 284, col. I, (Pans, 1883.) acontecia entonces en varies paises de Europa.
Lo mismo
68
"Chopin utilizaba rnuy frecuentemente, con especialidad en sus mazurcas, cscalas propias de la musica popular de Polonia, por ejemplo la zingara
:
la, si,
do, re sosicnido
mi
fa,
cuyo uso determina e! empleo frecuente de segunda* y de cuartas aumentadas y de sepiima mayor, intervales no niuy susceptibles de ser armonizados mcdiante sol sosteirido, la,
dt* la tecnica del italianismo operistko. que era la luz con la que st* alumbraban nuestros tccnicos dd siglo xix. Algunos panegiri^tas del compositor poiaco, que-
procedirnientos
riendo explicar t-se fenomeno, han declarado que Chopin >uperaba semvjantes escollos con ci cromatismo predominant** de s:t armoiiiii, -* cuando en realidad empleaba !o5 acordes
propios de la escala por el esco^ida, cumplienrlo asi el prinque toda es:ala ileva implicita su tecnica
cipio musical de
armunica, principio ouj vino a scr accptado en Mexico,
manera
indiscutible, has-ia
despues
del
dt-
primer Congreso Na-
cional de Musiea, cfectuado en septimbre de 1 926*',^ en cuyas sesiones se planteo y discutio el problema, y se apro-
bo su resolucion. Ahora bien, el estudio de las escalas exoticas, propio de la etnografia musical fue extrano para Mexico durante
el
ticrnpo
desconocida, y cuyo
que esta disciplina
cientifica
estudio se inicio hacia el
nos fue
ano 1924 en
el seno del Grupo Xosotros, 30 cuyas actividades fueron dt enorme trascendencia para nuestra evolucion nacionalista.
28 IVio.
/
C
Romero: J. 10, p. 11. Mexico,
29
num.
Vicente Maria Gibert: Chopin,
sits
obras, p. 33. (Barcelona,
Chopin en Mexico. ("Garnet Musical", t. iv, D. F., enero de 1949.) Este artioilo ha sido
reproducido por \-arios periodicos diarios del pais. 30 T. C. Romero : El Folklore en Mexico. Aped. "Boletin de la Sociedad Mexicans de Geografia y Estadistica", t. uan, num. 3, p. 737. (Mexico, Julio de 1947.)
69
Debemos agradecerle
maestro Melesio Morales, que
al
y honrada
porque no le guio ni el insane egoismo, ni la envidia, ni el afan de notoriedad haya dado causa al desarrollo del analisis musical entre nosotros, su actitud
con.
leal
,
cuyo estudio habia iniciado hacia poco, Gustavo E. Campa; products de tal estimdo fue segun vimos ya, el Chopin de
Eduardo
Gariel.
verdad que Valetta 31 censuro las opiniones de Caverdad es tarnbien que esos tildes no alcanzan a deme-
Si es rle!,
ritar la postura del
mexicano, juzgandole a la luz de nuestro la obra censurada evidencia que
medio ambiente; porque tanto su autor
como provinciano de 33 aiios de edad de alcanzar muy lejos ,
nuestra evolucion musical, se hallaban
ia madurez, y por tal motivo fue de indiscutible merito el haber sustentado, hallandose en tales condiciones, juicios
acerca de Chopin,
muy
estimables aun, por
muchos motivos,
Ese afan por el estudio del analisis musical, encausado en Mexico gracias a la mencionada polemica, origino varies juicios estimadisimos,
uno de
los cuales es el
debido
al
maes-
Meneses, quien lo dicto a sus alumnos de entonces, justipreciando la obra de James G. Huneke, Chopin: The tro
Man
and his music (1900), y que despues hemos con positivo desagrado, que autores extranjeros de
neracion posterior, lo han ostentado
Huneke resume y compendia dwoeth, poeta el
;
el
intelectual
exegeta de 31
de
la
de Hans von Bulow,
Op.
la digitacion
cit.,
como suyo "El :
las opiniones
visto, la ge-
libro de
de Carlos Klin-
musica; de Teodoro Kullak, el pedagogo, y de Hugo Riemann,
el
y
del f raseo."
p. 392.
70
,;
Como
fue conoci-
da esta opinion fuera de Mexico: Probabiernente por mediation de los alumnos del maestro Meneses que salieron del pa is y que, por hacer gala dc la capacidad critica de su maestro, hacfan publica osientacion de aquella. Ahora es la oportunidad de dcvolverla a su autor.
La presencia de Paderewski en Mexico, tuvo mayor trascendencia de la que a primcra vista se le pudo atribuir; en efecto, aquella sirvio para evidenciar
que en este pals habia chopiniana con fuerza
cortienzado a gestarse una esctiela bastante para trazar su propia tradition evolutiva, esto es, no fundada en la simple transrmsion empirica de los hechos,
apoyandola en la erudition y en el analisis, hasta el punencumbrarla al nivel de conviccion y de maestria para llegar, al fin, a cofivertirla en doctrzna. silno
to de
Qaro
esta
que en 1900, nuestro chopmismo apenas es
taba en proceso de gestacion y su estatura no podia parangonarse con la del gran interprete polaco, por lo cual tuvo casi que ocultarse, avergonzado de su osadia, cuando pre-
tendio medirse con aquel pero se retiro por inferioridad en su fuerza, mas sin llevar impresa la menor estigma de incompetencia. La derrota que sufrio entonces por obra de lo ;
gigantesco de su enemigo, tuvo para nuestros chopinistas perdidoscs tres resultados positives: evidencio la capacidad
mexicanos, para crear su propia doctrina choconvencio a propios y extranos, que nada tenia de pinista; absurda la opinion de nuestros impugnadores, aunque todos
de
los artistas
alentaran
la
certeza de
que
los nuestros debian
ahondar sus
estudios para afirmar sus conceptos y hacerlos perfeccionar, y esa conviccion les sirvio de acicate evolutive; por ultimo,
estimulo a todos los pianistas del pais para adoptar 71
el
cho-
no eomo bandcrin del movtmiento romantico, el cual d que guiaba nucstra evolucton musical Asi fue
era mtonces
en efeeto, y bajo el
la
e^ida de Chopin continue progresando
desarrollo musical de Mexico.
Las vistas de Hoifr:ann afirmaron en
los
mexicanos
la
que, a pesar de sus progresos, les era necesario aiin conocer mas a fondo los fundamentos de la tec-
conviceiun
tie
nica pianist ica, para mejorar por medio de ella su capacidad docente y artistica las d^ras de Chopin las utilizaban In rnbrno en la ensenanza que para lucir en las actividades ar-
Y consiguieron que Hoffmann aceptara la sugestiwi hacian a traves de Pedro Luis Ogazon para que redac-
tisticas.
que
le
Ura un
opflisculo,
en
cual condensara los resultados de su
el
experiencia pianistica y eilos pudieran aprovecharla. Futatendida la sugestiun, y Hoffmann escribio su opusculo que tradujo al castellano la senorita profesora Alba Herrera y
Ogazon de acuerdo con
el autor y que se publico en Mexko, en 1910, con el titulo siguiente: La Ejccucion Pianistica. Un acoplo de indications senctilas. (S. p. de i.) 32 De este
modo cupo a Mexico
el
honor de haber disfrutado de
primicias pedago^icas de Hoffmann, puesto que castellana preparu la definitiva, escrita
cada en Xorteamerica
el
ano 1914, bajo
la>
la edicion
en ingles y publiel siguiente titulo:
Piano Pleying with Piano-Questions answered.
Que f icio
de
nuestro chopinismo continue fructificando en faeneevotecion musical del pafs, lo testimonian los tres
la
hechos siguientes cada uno de los cuales evidencia y anhelo de superacion ;
al estudio
el
amor
:
32 Para la de este description sicd mericana de los sighs XIX y
72
libro,
XX,
vease mi Bibliograffa wur a Section. Grupo Segundo.
El maestro Luis Moctezuma, acreditado chopinista desde su epoca estudiantil se hizo acreedor, por su devocion a Chopin y su afan por difundir bien la obra de este, a ser invitado para
f ormar
parte de la Sociedad amigos de Polonia que dentro del progrania ;
esta agrupacion le designo para cultural que desarrolla, sustentara
una conferencia acerca de
"La musica en Polonia y Chopin",
la cual se llevo al
cabo
en junio de 1933, en el salon de actos de la corponicion. El buen exito alcanzado por el maestro Moctezuma hizo necesario que la conferencia fuese mandada a imprimir, para que sus conceptos pudieran ser arnpliamente conociclos dentro
y fuera del pais. Comprendiendo el gobierno de Polonia el merito de la obra del maestro Moctezuma, realizada a traves de su infaactuacion como catedratico de la musica, resolvio premiarla, otorgandolc la Cruz del Merito de Primera Clase, la cual le fue impuesta en la legacion de Polonia, durante una ceremonia publica efectuada la noche del 24 de enero de tigable
1935, escogiendose para que se la impusiera, al insigne pianista Ignaz
Fiedmann.
El otro caso es
el siguiente: el 9 de septiembre de 1917, maestro Manuel Barajas establecio en la casa numero 30 de la avenida Francisco I. Madero, en Mexico, D. F., la Academia Chopin, con doble objeto: poner el estudio de la el
musica bajo los auspicios del gran polaco, y darle pref erencia a sus obras en la ensenanza pianfstica.
La mencionada Academia un
organizo, mediando
el
ano 1943,
chopiniano de audiciones, que se desarrollo en la sala de conferencias y conciertos del Palacio de Bellas Artes. El 18 de junio tuvo efecto el festival de clausura de dicho ciclo
73
ciYIo,
cuyo
,1
conctirrio
r.cto
Excmo. senor Ministro de csa
el
nacion arniga, y en el dial el maestro Barajas sustento briIlantc conferencia, que aiin pcrmanece inedita.
El terccr caso
e.5
c!
de
los 5t!c.->
!
vos triunfos alcanzados
por Carlos Tiivf-ro, Maestro en Jlusica, rrraJiirido en la Escuth de Musica de la Univer*:c!ad Xacional d 14 de di194- 1
y cuya tesis recepciona! vers Es'iidws dc Chopin.
ciem*.r7, or
ln
d*:
.
dic?':mhre de 194S,
j
acerca de
Departamento de Musica
el
del
Intituto Xr'.cional de Bellas Artes, convoco a los pianistas r:cxicano5i que para el 1? de enero de 1949 hubieran cumpliJo 10 anos de el
bajo
edad y no pasaran
patrocinio del C. Presidente
concurso que Republica y de la
los 32, al
de
!a
Legacion de Polonia en Mexico, se efectuaria en la ciirjad de Mexico como uno de los principales niimeros del programa de festejos con los cuales nuestro pais conmemoraria el
"Ano Chopin". Las obras de concurso serian: a) una de las dos Sonatas} b) un Nocturno; c) dos Mazifbasi d) dos Estudios,
ncsa
;
uno
del
Op. 10 y
otro del Op. 25
escogida de cntre la de
Fa
;
una Polo-
e
sostenido menor, la de
mayor y la Fantasia, y f ) uno de para piano. Las pruebas se efectuarian en bernol
los el
La
dos Conciertos
mes de mayo de
1949.
En
febrero del
"Ano Chopin"
(1949), se publicaron los requisites que deberian cubrir los concursantes presentarian, a) certificado de nacionalidad b) curriculum vitae; :
;
c) dos f otc^raf fas d) certificado de edad; e) certificado de estudios o de sus actividades como concertistas f) el ;
;
programa de
las
obras que ejecutaria de acuerdo con las es74
pecificacicnes liechas en la convocatoria,
y g) declaracion
de someterse a las condiciones del Concurso.
El
Tumdo
calificador quedo integrado por los maestros Francisco Agea, Joaquin Amparan, Manuel Barajas, Pablo Castellanos, Esperanza Cruz de Vasconcelos, sigi-ientes
:
Luz Meneses, Manuel Rodriguez Vizcarra, Ramon Juan D. Tercero y Jose F. Velazquez.
Serratos,
Dieciocho fueron los concursantes inscritos y todos ellos pero solamente cuatro fueron
se presentarcn a competir
.
;
que alcanzaron el honor de ilegar a la elirninatoria final de ellos, Carlos Rivero obtuvo el Primer Premio, consistence en cinco mil pesos donados por la Secretaria de Educacion los
;
Publica y ademas tener
sentando a Mexico en
pagados por
el
el
derecho de ir a Varsovia repreConcurso Internacioaal, con gastos
el
gobierno de Polonia;
el
Segundo Premio,
consistente en tres mil pesos donados por la Secretaria de
Relaciones Exteriores,
lo gano la senora Stella Ccntreras de Frankl y el Tercer Premio, consistente en dos mil pesos donados por el Comite Nacional Menicano del "Ario Cho-
pin", le ftte otorgado al jovea Jose Arceo, estudiante del Conservatorio Nacional, formado inicialmente en la catedra
de
la
maestra Luz Meneses y ahora en la de perfeccionamienMorales Viuda de Sauer.
to a cargo de la maestra Angelica
Las dos primeras pruebas
se llevaron a ef ecfco en la Sala
f orman las calles de Ducon la Avenida rango Insurgcntes, y en ellos los concursantes actuaban detras de una cortina la ultima prueba se llevo al cabo en cl Palacio de las Bellas Artes y los concursantes
Chopin, situada en la esquina que
;
tocaron en publico, acompafiados por la Orquesta Sinfonica Nacional, dirigida por el maestro Pablo Moncayo. 75
En la seffunda prudba, Rivero loco cl progiama siguienNocturne, en ta bemol mayor, num. 10. Estudio, en Mi mayor, Op. 10, num. 3 y en La menor Op. 25, num. 11. Ma-
te
:
surke, en
Du
mayor Op, ra.
sostenilo
num.
17,
1.
menor Op.
En
la tt-rcera
El 3
fie
harcarse pais en
v\
prueba, trfectuada Concicrto^
agro-no.
La bemol mayor Heroi-
mcnor Op.
y Sonata, en Si bonol
de mayo, toco
63, num. 3 y tn Si bemol
Poloncsa, tn
Rivero
num.
35. Filnebre.
la tarde del
1,
salio hacia
micrcoles 25
en Mi menor.
Nutva York, para em-
mmbo
cl
a Polonia, con el objeto de representar a su Concurso International.
Para justipreciar la actuacion de nuestro representante, prectso ^ra conocer el ambiente de aquel lugar, y nada mejor
que hacerlo a traves de
las
pio Rivero, consignadas en sti
maestro, don Joaquin
observaciones hechas por
una de
las cartas
el
pro-
que dirigio a
Amparan:
"Estarnos en pleno desarrollo del Concurso. El 15 y el 16 se hizo la primera eliminatoria en la que tomaron parte solo doce personas. El Jurado aprobo tan solo a una, con lo cual tes candidates table.
Fue
quedamos en un estado de nervios kmenel Comite delibero y acordo
tan fuerte la cosa, que
Hmite a 16 puntos en lugar de 18, y asi dio cabida a Ires candidates mas. Esto solo se hizo para la primera etapa, y en adelante seran las misrnas bases que usted conoce. bajar
el
**E1
17 de septiembre fue la inauguracion oficial, con de persooalidades del Gobiemo y de todos los Mi-
asistencia
que toman parte en el concurso. abrieron el fuego los polacos, de los etc., discursos, Despues un pianista de unos 25 aiks, discipulo de Gieseking, y una nistros de aquellos paises
Tfc
19, ambos raagnificos. Despues, cada dia, tocan dos candidates por la manana y otros dos por la tarde. a partir del 15, ... hemos ernpezado a oir, a lo que ".
muchacha de unos
.
me
.
parece, a los mejores pianistas jovenes de Europa. **Es de lo
mas
interesante e instructive comparar tantos
tipos distintos de artistas, todos ellos de primerisirna
fila.
Hay
un austriaco muy joven que ha ganado antes en concursos de Paris y Budapest es de la categoria de un Arturo Rubinstein, con solo 22 anos; una tecnica pasmosa y una musicali;
(lad
extraordinaria
:
brillantisimo.
Hay tambien
los
tipos
mesurados, concentrados, cerebrales. Hay rnuchachas soberbiamente preparadas, pianistas finas y pianistas fogosas "Hasta ahora, para mi gusto, hay dos nisos, el austriaco .
.
,
y una brasilena, que me parecen lo raejor come virtuosos y hay los pianistas polacos, realmente chopinianos, tambien brillantes, pero que se han cefiido mas al estilo, sacrifieando ;
el
efecto, pero obteniendo
mas medula.
"Hasta hoy nada sd>emos del criterio del Jurado ... para mi que ... va a buscar mas bien la pureza de la interpretacion de Chopin, porqtae si tratara simplemente de ver quien es el mejor pianista, se ks miraria negras. El nivel medio es tan alto, como yo francamente no me imaginaba. "Los martes y los viemes hay conciertos en la misma sala, tocando, generalmente, los jurados. Oimos ya una magnifica pianista francesa, Lelia Gousseau, tocando dbras de autores franceses; Lew Oborin, ruso, ganador del Premao Chopin en 1927, toco el 3er. Concierto de Rachmaninoff y
unos cinco o
seis
numeros
encore.
Manana
esta anunciado
otro pianista, Hernady, hungaro ; ya vera listed que este es verdaderamente un curso cmicentrado de piano. Yo trato de 77
aprovtchar lo mas posiUe, y me alcanza mi dia para hacer seis horas de practica y oir por lo nienos a dos candi-
mis
datos del concurso, que siernpre vale
"Mi turno para
la
penau
segunda tliminatorla. es decir, para el pro;:ra:m de piano *G!Q, resulto para algun dia entre el 28 de sepiiembre y el 3 de octubre. Xo se nos dice nuestro niirr.cro ni la fccha en que tocaremos, pero economicaniente se nos avisa entre
"La vispera
la
que
liniite
estamos en pdigro de tocar.
del dia en cuestion, el
lo hace saber a! candidate,
hombre de confianza
dos horas para pracy efoxrer su piano entre tres que hay: Steinway, Bliithner y Bechstein. El dia en que va tmo a tocar, puede estudiarse en el mismo piano una hora, con buena anticipacion para poder d^cansar. en
ticar
".
.
.
la
y
cste tiene
sala
seguramente pasara
miercoles 5 de octufare
;
esto
la
praete entre
me da
tina
el lunes 3 y el semana m4s de pu-
limcnto, pero en cambio me reduce el tiempo para el caso de que pase yo la eliminatoria y llegue a tocar el concerto.
Imposible preveer las posibilidades de pasar dicha prueba, pues en el caso de que lograse yo tocar lo
mejor
posible.
todavia quedaba por ver con que criterio me juzguen mis jurados, y que tan extrictos se muestren. Si deciden Jiacer
pasar ocho o diez candidates, lo
mas seguro es que yo no estc no hare un que papel desairado, sino decoademas, lo que estoy oyendo y aprendiendo vale
entre ellos roso, y,
;
si
se
mucho." Sesenta y odio fueron los concursantes que actttaron en representacion de quince paises, repartidos en siguiente
k
forma:
Union SovictSca, 12; AusEstados Unidos y Hungria, 8 cada uno Erasil y Gran Bretana, 6 cada tino Ytigoeslavia, 5 y con un reprePolonia, 15 representantes
tralia,
9
;
;
;
:
sentante Italia,
;
solamente, Aiernania,
Bulgaria, Checoeslovaquia,
Mexico, Suiza y Uruguay.
El Jurado calificador quedo integrado por los paises presentados en el eoncurso, de acuerdo am la numina guiente
resi-
:
Marx;
Australia, Jose
Brasil,
Magda
Tagliafero; Bulga-
Dymitr Nenow; Checoeslovaquia, Frantisek Maxiam; Francia, Margarite Long Holanda, Sam Desden Inglaterra, Arthur Hedley Italia, Carlo Sechi Mexico, Bias Galinria,
;
;
;
;
do; Polonia, Jean Ekicr, Jan Hoffmann, Henryk Sztompka, Stanislaw Szpinalski, Roman Jasinski y Jersz Surawlew;
Rumania, Alfred Mendelssohn Union Sovietica, Lew Qboy Pablo Sabriakov; Suecia, Goot fried Boom; y Suiza, ;
rin
Joseph Hirt Por obia de Rivero, cupo a Mexico
el
honor de encon-
que alcanzaron la gloria de Heen el eoncurso siendo estos Mexico y Hungria.
trarse entre los cinco paises
gar a
la categoria
de
f inalistas
Polonia, Rusia, Brasil,
;
El caso de Rivero es de suyo elocuente, porque en el el triunfo genuino de Mexico, al ser mexicano en lo ab^>luto: estudio en una escuela mexicana, en la que todos encarna
sus catedraticos eran mexicanos por nacimiento, y su cultura, toda ella universitaria, la
Razon y mucha
le asiste
ha adquirido en Mexico.
a Cesar Cantii, cuando af irma :
"Si la historia da lecciones, los que la escriben la reciben tambien, y se las deben muy grandes a los acontecimientos contemporaneos;, que les han hecho adquirir mas exacts in79
del
pasado";
33
asi
y
en efecto: Rivera nos ha
demostrado de manera incontrovertible, que
la
raiz
de su
triunfo se hunde hasta fines del siglo pasado, en que los mexicanos adrriradores de Chopin, con el maestro Meneses
a
la cal>. za,
r!jf:nditndo su concepto chopiniano, que mas de Mexico, rompieron lanzas con el coloso que,
tardf seria
rl
an
tkmpo,
seria el
primer presidente de
la
moderna
Reoublica de Polonia. Si j>or
mexicana nianticcs;
Chopin hicieron su entrada en la esciiela francesa, si
gracias a
ron tc^nica moderna
y
el
y con
la
evolucion musical
ella los
composi tores romexicanos adquirietambien a Chopin k debe
los pianistas
tficiente,
que en su patria un rnexicano, tocando el instruniento favorito de el, haya podido comprobar que los ca-
Mexico
el
tcdriiicos mexicanos de piano han sido capaccs de elaborar un chopinismo digno de convertirse en doctrina. Los sacerdotes que encendieron la antorcha de ese ideal. fueron Eduardo Gariel (Monterrey, X. L,, 5 de agosto fL1860. San Pedro de los Pinos, D. F.. 15 de marzo de 1923), los integrantes del afamado Grupo de los Seis. Los primeros en tomar esa antorcha y difundir su luz, fueron el maes-
y
Meneses ( Mexico, D, F., 6 de junio de 1863. de 1929), y la pleyade brillante de sus discipulos, enumerados ya. Aunque es dificil encontrar a un pianista mexicano que no haya cultivado a Chopin, justo es enunrerar a quienes deben acompanar a los ya enlistados, cotro Carlos J.
6 de
abril
mo
dignos sacerdotes en el culto mexicano a la devotion chopiniana y ellos son: Rafael J. Tello (Mexico, D. F,,
^
nt " Kistoria Universal. "Discurso prdiminar a r*^ 8 ?. Media*. (T. xin, p. 31. Gasso. Barcelona, s/f.) 11
:
80
la
5 de septicmbre de 1872, 11 de diciembre de 1940). Po.Iro Luis Ogazon (Mexico, D. F., 7 de niarzo de 1873, San Annel D. F., 29 de abril de 1929), Manuel M. Ponce i ivsniih. Zac., 8 de diciembre de 1882, Mexico, D. F., 24 cle abril i
de 1948), Jose Rolen (Cittdad Guzman, Jal., 22 de junio de 1883, Mexico, D. F., 3 de febrero de 1945 j, Carlos del Castillo (Mexico, D. F. 13 de septiembre de 1833 ), Ana Maria f
Charles (Mexico, D, F., 6 de agosto de 1889, 10 de septiembre de 1946), Carlos E. Lozano (Guadalupe, Zac., 3 de octubre de 1S88, Mexico, D. F., 3 de juiiio de 1918), Jose F. Velazquez (Tepatitlan, Jal., 27 de octubre de 1890), RaSerratos (Compostela, Xay. 16 de marzo de 1895), Aurora Garibay de Serratos (Guadalajara, Jal., 16 de niarzo
mon
de 1903), Esperanza Cruz de Yasconcelos (Orizaba, Vtr., 11 de diciembre de 1910), y Carmen Azuela Vda. de Do-
minguez (Lagos de Moreno, Jal., 7 de enero de 1911). Fuera de la capital de la Republica se distinguieron en
mismo
el
Juan Hernandez Acevedo, uno de los Seis, actuando en la ciudad de San Luis Potosi Pablo Castellanos Leon (Merida, Yuc., 27 de agosto de 1860, Paris, Fransentido,
;
29 de enero de 1929), Ricardo Rio Diaz (Merida, Yuc., 14 de noviembre de 1866, 29 de abril de 1901), Benjamin Aznar Rivas (Merida, Yuc., 1 de agosto de 1873), y Mercia,
cedes Heredia Nicoli (Merida, Yuc., l^de febrero de 1906),
en Yucatan; Benigno de la Torre (Guadalajara, Jal., 13 de febrero de 1856, 1912?), Jose Rolon, Ramon Serratos y
Aurora Garibay de Serratos, en Jalisco Eduardo Gariel en Saltillo; Juan B. Fuentes (Guadalajara, Jal., 16 de niarzo de 1869), e Igancio Mier Arriaga (Morel la, Mich., 31 de jul:o ;
81
de 1881), en Michoacan; Arnulfo Miramontes fTala, JaL, 18 de julio dc 1882), en Aguascalientes y en Zacatecas.
Ahora, culminando ese esfuerzo evolutivo de mas de medio siglo, se yergue Carlos Rivero, chopinista desde su epoca de estudiante universitario, y ostenta dignamente ante el
mundo
musical, la buena calidad del chopinismo mexicano.
Ante seme j ante espectaculo, en Mexico.
la cultura
se tiene fe
en
el
por\*enir
de
T
1N DICE
El inicio del chopinismo en
Los
posibles
Mexico
precursores.
rio de Musica,
La
.
........
influencia
II
Conservato-
del
El visible introductor de Chopin en Me-
xico.
Epoca
del
..........
cliopiniano
apoieosis
27
El Conservatorio National cuna de nnestro chnpinisma
La epoca Seis.
La
apoteosica de Chopin. Meneses. El
No
regreso D'Albert en 1905. Josef Hoffmann. el
los
..........
plenitud de nuestro chopinismo
en
Grupo de
Melesio Morales. Gariel. Paderewski.
Teatro del
Consideraciones finales
Hoffmann
Conservatorio. Alberto Villaselor.
pin abre y remata
el
ciclo
Oio-
francesista.
....... ......
En Europa tambien se deturpo a Chojin, El nackmalismo de Chopin. El Grupo Xosotros. Una opini&i de Meneses. La Influencia pianistica de Hoffmann. Luis Moctezuu&. Manuel Barajas. Ano Chopin. Jose Rivera
Stella Contre-
ras de Frankl y Jose Arceo. Pedro Luis Ogazon,
M. Ponce, Jose Rolon, Carlos zano, Jose F. Velazquez,
Manud
del Castillo, Carlos E.
Ramun
Serratos,
Lo-
Aurora Garibay
de Serratos, Esperanza Cruz de \'asconcelos y Carmen Azuela de Dominguez. Pablo Castellanos Leon, Ricardo Rio Diaz, Benjamin
Aznar
lim, Beligno de
la
47
Rms
y Mercedes Heredia Nico3*. Fuentes, Ignacio Mier
Torre, Juan
Arriaga, Arnulfo Miramontes.
83
67
Ex
LA TMPRENTA UNIVOSITAEIA, LA DIRECCI6N DE \YlLBERTO CAKT6N, SE ACAB6 BE IMPRIMIK ESTE LIBRO EL 20 IHE: OCTUBRE HE 1950.
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