Culioli - Escritos

  • Uploaded by: Priscila Chequer
  • 0
  • 0
  • February 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Culioli - Escritos as PDF for free.

More details

  • Words: 78,644
  • Pages: 120
Loading documents preview...
ANTOINE CULIOLI

Escritos Compdaciôn, prólogo y posifacio:

Sophie Fisher y Eliseo Verón 1'raduccum:

Lía Varela Edición al cuidado de:

Nicolás Bermúdez

~_._---_._------

Culioli, Antoine Escritos / Antoíne Culioli; compilado por Sophie Fisher y Eliseo Verón; edición literaria a cargo de Nicolás Bermúdez. - 1a ed. - Buenos Aires: Santiago Arcos editor, 2010. 240 p.; 20x 14 em. - (Serna. Domin Choi: 2)

PRÓLOGO

"E: arcoy laflecha}} o de la enunciación según A. Culioli

(Jimumdro rifarem FendúJ

Traducido por: Lía Varela ISBN 978-987-1240-50-0 L Língüístíca. L Fisher, Sophie, comp. 11. Verón, Eliseo, comp. Bermúdez, Nicolás, ed. lit. rv Varela, Lía, trad. v. Título

m.

CDD410

X Santiago Arcos editor Oírección editorial: A.

MIGUEL

VILLAFAÍ\fE

Editor: DOMIN CROI

Diseno: Cubieria:

Interiores:

ANA ARMENDARIz

GUSTAVO BIZE

([email protected])

Esta obra, publicada en el marco dei Programa de Ayuda a Ia Publicación Victoria acampo, cuenta con el apoyo de Culturesfrance, operador dei Ministerio Francés de Asuntos Extranjeros y Europeos, dei Ministerio Francés de Ia Cultura y de Ia Comunicación y dei Servido de Cooperación y de Acción Cultural de Ia Embajada de Francia en Argentina. Cet ouvrage, pljblié dans Ir cadre du Programme d'Aide à Ia Publication Victoria Ocampo, bcnéficie du soutien de Culturesjrance, opérateur du Ministerr Français des Affaires Etrangeres et Européennes, du Ministere Français de Ia Culture et de Ia Communication et du Service de Coopéraiion et d'Aciion Culiurellc de /'Ambassade de Francc en Argentina.

© Santiago Arcos editor, 2010. Puan 481, }"' Piso (1406) Buenos Aires www.santiagoarcos.com.ar e-mail: [email protected] ISBN: 978-987-1240-50-0 Queda hecho el depósito que marca Ia Ley 11.723. Impreso en Ia Argentina - Printed in Argentina La reproducción total o parcial de este libro, no autorizada por Ios editores, viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada.

,,;;\\)J'I"" ~.1

f/

Presentar por escrito a alguien cuyo ..modus operandi es Ia discursividad, el intercambio, Ia co-enunciació~;ês~llã·esp~~ied;d;;;;:fio. Culioli no escribe libras, expone por escrito su problemática y és ta se construye mediante una "discusión", a veces ficticia, con un coenunciador que interroga, no acepta, propone, mediante variantes contradictorias de Ias ejemplos, los límites de Ia exploración. De ahí dos de sus libros recientes: Variations sur la linguistique. Entretens aoec Frédéric Fau (2002) y Onze renamtres sur le langage et les langues (2005), escrito junto a Claudine Normand, en el cual Ia primera parte del título es un juego de palabras. Once encueniros: 10 cuantitativo; pero también se puede decir: on se rencontre /on-i-rencontre; el equivalente de 'nos encontramos': Ia cualitativo ... En estos libras sus interlocutores son por una parte un joven esI, tudiante, por Ia otra una colega gran especialista de Saussure y deI "h·~análisis dei discurso según los planteos iniciales de Michel Pêcheux. Si nublicamos como nrimer capítulo el nrimer día de Ia conversación con F. Fau, es p-orc.lY.Ç_~ste_dj~.eiiªun..itinerario-r:elativamellteanóma10 de los ..afi~s?~ forrnaciónde.A, Culioli: La lingüística en tanto tal no' ê~isii3: nlâteriae~ Ia universidad. Sólo en lugares como el Colegio de Francia o Ia Escuela Práctica de Altos Estudios (EPHE) se practicaban disciplinas innovadoras. En el Colegio, Émile Bcnveniste tenía a 10 sumo una decena de participantes en su curso, hasta Ia publicación de sus Problemas de LingüÍJtica General en 1966; pasó después dei aula confidencial ai anfiteatro con un centenar de personas. Y fue el momento dei triunfo dei estructuralismo. I..6riStIª.lJ~!',J.ªmIÚ~tLen e1Ç9Jegi?yc:;nJa.EPHE, .Creimas, Barthes, Genettey Metz enla VI sección de l'EPHE. En Ia Sorbona reinaba A. Martlnet en Lingüística General. Los otros lingüistas de los anos sesenta cran anglicistas (Culioli), hispanistas (Pottier), germanistas (Fourquet) y tenían espacios específicos y limitados. Hacer lingüística general para eIlos era un desafío, desafío que intentarem todos; en el caso de Culioli, su ~..l

coino

J.

Antoine Culioli • Escritos

6

apertura 10 llevóa una interdisciplinaridad fuera de Ia rutina.Junto a François Bresson y aJean-Blaise Grize, quien escribe: ''Aprendí de Bresson que el uso de Ia psicología que practicaba no llevaba infaliblemente al crimen de psicologismo y de Culioli que Ia lingüística, como estaba creándola, era' el indispensable complemento que yo buscaba a Ia lógica formal" 1. Ambos cerca nos de Piaget: Ia práctica experimental en el primero y Ia reflexión sobre lenguaje y lógica en el segundo, muestran cómo Culioli se interesa en el funcionamiento "real" deI Ienguaje a través de Ias lenguas en sus situaciones de enunciación (cf. el aspecto experimental de Ia psicología piagetiana) y Ia necesidad de construir modelos lingüísticos que permitan ampliar los esquemas de comunicación jakobsonianos. Un seminario rápidamente designado con Ia sigla de los tres, el BCG, fue elprimer lugar , donde se desarrolló 10 que actualmente se llama el t~çognitivismó"2\ con algunos de los que fueron en Francia sus primerosactores. El objetivo de estas pocas páginas no es reemplazar a Ia agradable lectura de un libro que cornpusimos con capítulos tomados de otras antologías organizadas por el propio Culioli. En primer lugar es necesario indicar que sus obras de lingüística están generalmente constituidas por un conjunto de textos nacidos en circunstancias diversas, en momentos diferentes, pero que tienen por unidad Ia problemática de su autor. Culioli vuelve y revuelve su argumentación: busca -y encuentra+ diferentes modos de presentar un problema, apela al funcionamiento de Ia pai abra (del habla) en situación, en sus seminários modula, representa sus ejemplos. EI tono, Ia entonación., Ias pausas, constituyen un campo fónico donde Ia comprensión se modula en Ia interacción. Es el otro quién interpreta y por 10 tanto valida el enunciado. Su respuesta es Ia sefial de Ia intercomprensión. Las formas son indicadores, 10 que importa es a qué remiten, pasar de Ia ocurrenaa a Ia nocum y viceversa. Esto, que Culioli practica in vivo, también 10 practica con una metodología que apela a una suerte

1. Grize,]ean-Blaise,

Logique et Langage) Paris, Ophrys, 1990, P: 8.

2. El centro de l'EPHE del que era director F. Bresson se Ilamaba Centre d'etude dcsprocessus wgnitjls et du langage (1964-1986), del que también formé parte (1970-1986).

Prólogo

7

de historicidad de Ias formas en sus comportamientos diacrónicos. EUo implica una "filología" especial centrada en una sucrte de "deconstrucción" del objeto lingüístico, en 10 que yo llarnaría un reco.rrido de ocurrencias diacrónicas pero siempre particndo ele up aqui yahora (cf. capo 2 y 3). Los títulos de 10s capítulos que constituyen este libra indican casi desde el vamos 10 que hace de Culioli un lingüista aparte. Su terminología, que a veces parece ser Ia misma que Ia de otros lingüistas, se diferencia porque entra en un tipo de razonamiento que pone a los lectores frente a uri modo diferente de encarar 10s problemas de lenguaje. Tomaremos algunos ejemplos. En el capo 4, a propósito de Ia distinción denso, discreto, compacto: estos tres adjetivos se refieren a 10 que hace que una noción pueda pasar de 10 general a 10particular, es decir, a 10 que élllama Ia ocurrencia. Esta puede ser un sustantivo, un verbo ... Tomemos el caso de un sustantivo, "agua" por ejemplo. Decimos "cae agua" eu castellano yen francés "il tombe de l'eau". En este último caso Ia relación entre el verbo y su complemento tiene una preposición + el artículo definido. En castellano, nada. Pregunta: ~por qué esta fórmula? En primer lugar, para especificar, agua y no aceite: 'Je veux de l'eau, pas de l'huile" COIl locual, para construir una noción a Ia cual se remite, que además es densa, no se le puede poner un artículo definido, salvo cuando se trata de un tipo de agua: "El agua mineral es buena". En tal caso se Ia discretiza como cuando se trata de un objeto enumerable, "un vaso" por ejemplo, que puede ser un numeral o un indefinido según los contextos. Es por 10 tanto Ia situación de enunciación Ia que constituye el contexto de comprensión de Ias secuencias. Esto es válido para los sustantivos, que remiten a "presencias" reales o virtuales de objetos, pero en 10 que respecta a Ias relaciones entre estas términos, los llamados "verbos" (ya se trate de auxiliares o de 10s rhema aristotélicos) que implican una temporalidad, ~cómo se procede? Culioli reinterpreta Ia noción de aspecto (cap. 5), que en cierto modo abarca más que Ia de tiempo, Ia que parece "objetiva", desplazando su interpretación a Ia presencia de un enunciador que se hace cargo de su enunciación, Es decir que cl "centro" ya no es más una serie de personas como Ias indican Ias ,. I 1es ... ), gramatlcas tra dilClona Ies ("yo " - " tu'" - "'1" e - "11" e a y sus pura sino un "yo " en estrecha y necesar ia relación con un "tú" de Ia inte-

ri i1 8

II

';.~

~

Antoine Culioli • Escritos

racción, de Ia co-enunciación como ya 10 había previsto Benveniste. Este salto es también un salto fuera del mundillo lingüística actual, donde Ia formalización se limita a Ia iteración de Ias formas y no a los funcionamientos situados 3. Uno de los' aspectos más innovadores de Culioli es el modo en que trata Ias exclamativas (cap. 6). Hemos mantenido, junto a Ia traducción, Ias originales en francés, porque es en este tipo de enunciados que Ias diferencias entre hablas (y no necesariamente lenguas) se vuelven interesantes. EI aspecto fático dellenguaje fue muchas veces dejado de lado por Ia sencilla razón de que no entra en 10s cánones tradicionales (incluida Ia lingüística formal), se escapa, huyç,es habla e implica Ia voz, Ia modulación, eso que los signos de exclamación -y ahora Ias sonrisas y llantos de Ias chats- tratan en vano de introducir en 10 escrito. Culioli intenta, con su interpretación de Ia nociôn, ver cómo se puede "escapar" de 10 establecido. Es 10 que llama Ia "bifurcación" que desestabiliza Ia noción volviéndola sea problemática, sea intensa, sea sencillamente pregunta sobre sí misma. El capo 8 indica claramente 10 que es un domínio nacional: hay una abundancia, es decir que uno tiene todo un conjunto de propiedades que se organizan en relación a otras, que son físicas, culturales, antropológicas, que hacen que en definitiva un término no remita a un sentido, sino que remite a -no diría un campo, porque un campo es ya una organización de un cierto tipo entre términos- un dominio nacional. es decir a todo un.conjunto de virtualidades. Es necesario sefíalar Ia labilidad de este procedimiento que permite -porque es un "abierto"mostrar el funcionamiento en s:í dei lenguaje (enunciación y referenciación), aceptar novedades, modificaciones, tanto en Ias Ienguas (y de ahí Ia importancia de cierta mirada filológica) como en el "mundo" (ciencia, invenciones, etc.).

Prólogo

9

Estos temas y otros se encuentran en el capo 7, en el cual se consideran el gradiente y el alto grado, que permiten estudiar formas límites como Ias exclamativas, donde el enunciador es Ia medida de su enunciación. •

..

'Mlt í\'"

Una de Ias características de Culioli es el modo en que utiliza 10 que a veces se llama "formalización". EI· contagio de Ia lógica formal llevó a considerar que el modelo abstracto de un enunciado es el de una formula con dos sintagmas y un operador. Es pasar de Ia forma lógica: 'p, q (r)', relación binaria, a una fórmula lingüística: 'SNj V(erbo) SN2,,10 que consiste en considerar el orden de los sintagmas -que funciona asíen Ias Ienguas sin declinaciones como Ias romances- como un orden general de Ias lenguas. Culioli retoma en alguna medida ese esquema pero 10 desv:ía, 10 reutiliza pasando del cálculo a Ia notación de Ias formas. Algo que comparte con Grize, quien mostró Ia importancia de esta "figuración" espacial metafórica. De ah:í también Ia Ímagen de Ia flecha y del arco hallada en Homero, en Heráclito, pero también en Parrnénides. La flecha tiene una trayectoria, un recorrido, una fuerza, una velocidad, dados por quien tiende el arco. La cuerda dei arco lleva Ia muerte, es un interrnediario que da acceso a 10 inaccesible como Ia piedra que se arroja y que está al alcance de quién Ia tira. Culioli da un ejemplo de Ia fuerza asertiva, de 10 que llama hacerse cargo [prise en dlargc:]: ".ikfe empeiio en decir"

t

.

//

QUE (X) es el caso

I t

fuerza de validación (como Ia dei "arquero" que lanza ta "flecha")

blanco [cible]

disposición de marcas intersujetos que apuntan:

a quién uno se dirige

I

(ji-ente a.frente) (cara a cara) 3. Es intcresante relcer ellibro de Eike von Savigny, Analytisdi« Philosophie (Filostfia analítica, Bs.As., Sur, 1974, traducción de E. Garzón Valdés), que recorre Ias corrientes formalísticas de los sesenta (y antes), fuentes dei generativismo lingüístico.

4

4. Notas de Ia conferencia de A. Culioli e11homenaje a L Meyerson (2007). El texto estará incluido en el Tomo IV de Pour une linguiJtique de l'euonciation (en prensa).

~I li

Antoine Culioli • Escruos

10

[

Lo importante en este modo de presentar una interacción es que nos obliga a constatar que el funcionamiento dellenguaje excede a Ia palabra, que se inserta en comportamientos a los que podemos acceder mediante otras disciplinas, otras Iecturas. Es eI problema de Ia significación en relación con el significante, de Ia r~firenciación como operación, como un ir-hacia, una intencionalidad, si se nos permite Ia alusión a Husserl. Quisimos terminar -provisoriamente- este libro con Ias reflexiones de Culioli sobre 10 que élllama Ias "contradicciones en lingüística" (cap. 9), problematizando tanto Ias designaciones metalingüísticas que florecen en los artículos y libros de Ia disciplina, como eI carácter abierto, 10 que 11ama "Ia proliferación de! lenguaje sobre sí mismo". De ahí que hayamos pensado en incluir (cap. 10) sus reflexiones críticas sobre Benveniste, acerca de! modo en que este último abre una nueva problemática que no !leva a sus últimas consecuencias. Existe, sin embargo, un texto poco conocido y antiguo de Benveniste: "Le jeu comme structure" en el cual, a propósito dei juego, escribe que:

Prólogo

11

cuanto libera una actividad espontânea corresponde a un instinto profundo'', De algún modo, mutandis mutantis, e! ir hacia 10 otro para comprender 10s fenômenos constituye Ia herencia de Bênvcnistc retomada por Culioli. Inspirándonos en 10 que Culioli llama Ia estructura en leva [carne]7, un volver atrás pero yendo hacia adelante, terminamos el volumen con una interesante confrontación, Ia de! lingüista frente a Ia crítica literaria (cap. 11). Dos modos de aproximarse allenguaje, a Ias lenguas, pero sobre todo a Ia distancia formal de 10 escrito sobre 10 escrito, que es el rol del "crítico" literario: metalenguaje de un lenguaje que toma a Ia lengua como soporte. Y e! círculo se cierra ... provisoriamente. SOPHIE FISHER

En eljuego sobrevive solo el "rito", se mantiene solo laJónna dei drama sagrado (...). De Ia Iucha divina por Ia posesión dei sol, solo quedaun juego de pelota con Ia cual eIjugador puede impunemente ya su gusto (...) apropiarse del disco solar. Tal es el Iudus. EI )OCUS ofrece una estructura similar pero inversa. Son Ias paIabras y no 10s actos que constituyen el juego (...) son proferidas "como si" tradujeran una realidad. Lo que nos parece interesanteen este texto es eI modo de trascender el campo que se describe "objetivamente" para construir una interpretación que apela a Ia historia, a Ia mitología, a Ia antropología y -aI final dei artículo- aI subconsciente: eIjuego está ligado aI predominio de Ia vida subconsciente de Ia cual, y desde Ia más tiema edad, es una manifestación vital. En 6. ibid. 5. Benveniste,

159-167_

Émile,

"Lc jeu comme

structure",

Deucalion

n" 2, 1947, pp.

7. Ver Culioli, Antoine, "La formalización en lingüística", eu Lenguajes 11.°3, pp. 11-25, 1976, en el que describe Ia problemática de su representación formalizada.

1. VARIACIONES

SOBRE LA LINGüíSTICA*

Para comenzar; I.podría hablarnos de su recorrido, poniendo de relieve 10 que 10 condujo a Ia lingüística que usted practica? Veamos. Si tengo que buscar un origen, creo que siempre me habían interesado Ias lenguas vivas, y en especial el inglês, que ya conocía muy bien, prácticamente desde el5° o 6° ano de escolaridad, gracias a un excelente profesor que tuve durante bastante tiernpo. Hice estudios literarios muy clásicos, corno se hacía habitualmente en aquella época 1, con latín, griego, luego -en aquel tiempo había que elegir entre matemáticas y filosofia- elegí filosofía, y por ende en ese momento no hice estudios particularmente científicos 2. En esta elección, que de hecho era Ia de rnis padres, no había ninguna innovación. Además ellos mismos carecían de una formación que les permitiera comprender el panorama mejor que yo. Recuerdo también que en un momento, más tarde, quise oricntarme a los estudios de ultramar, porque me sentía atraído por ias

'

11

I ,

1

l'

* Se trata de Ia primera de sicte sesiones de entrevista a Antoine Culioli, realizadas por Michel Viel, y publicadas bajo el título general que hemos retenido para este primer capítulo: Culioli, Antoine, Variatums sur la linguistique. ParÍs, Klincksieck, 2002 (de aquí en adelante: VL). Otras abreviaturas que usaremos en este libro: LSI!: Robert, Stéphane (éd.), Langage et sciences humaines: propos croisés. Actes du colloque "Langl/es et langages" en horn1lIage à Antoine Culioli, Bema-París, Peter Lang, 1995; PLE: Culioli, Antoine, Pour une ling7listiqlle de l' énonciation. Opérations et représentations, Parls, Ophrys, 1990, 1994,1999, vols. 1, 2y 3; CLC: Saussure, Ferdinand, Cours de Linguistioue Cénérale> París, Payot, 1969 [euno de Lmgiiirtica general, Buenos Aires, Losada, 1945, traducción de Amado Alonso]; PLG: Benveniste, Émile, Problcmes de linguistique générale, 2 vols., París, Gallimard, 1966 y 1974 [Problemas de lingüística general, 2 vols. México, Siglo XXI, (1971) 2001]. 1. A mediados de los anos 1930. 2. En Ia orientación clásica, se comenzaba el latín eu sixihne [alumnos de 10 anos, N. dei T], Y el griego (o una segunda lengua extranjera) en quatricmc [alumnos de 12]. Había dos orientaciones en el ciclo terminal [alurnnos de 17 anos]: filosofía y mathrlem (matemáticas elementales).

Antoine Culioli • Escritos

14

otras culturas. En aquel momento conocí a un joven vietnamita, que me habló de lndochina, una colonia donde, me parece, Ia estupidez y Ia crueldad dei colonialismo se manifestaron con toda claridad. Y fue él mismo, en Ia charla, quien me disuadió de emprender ese camino ', • Entonces hice Ia hypoklzâgne, Ia khãgne4, y aprobé el concurso de Ia Escuela Normal Superior [Ecole Normale Supérieure]. Después de Ia khâgne elegí el inglés, 10 que era algo curioso en una escuela dedicada fundamentalmente a disciplinas como historia, gramática comparada, lenguas clásicas en general. En cambio, en esa época, algunos sectores no se abordaban casi nunca, como Ia psicología o Ias lenguas vivas, al igual que Ia geografía, que era casi desconocida. &, Y Ia lingüística

existía en Ia Escuela Normal eu aquella

épo-

ca?

(,

iNo, no existía! No había lingüística. En esa época creo que yo no sabía 10 que era Ia lingüística. Y cuando existía, era sobre todo por el sesgo +otra vez- de Ia gramática comparada y Ias Ienguas clásicas. Luego me fui con una beca a Dublín, y después a Londres; así hice Ia agrégation5 en inglés; entonces me llamaron para que fuera a Ia Sorbona como asistente. Tenía a mi cargo Ia enseíianza deI tema, ia gramática, ias ienguas clásicas, en fin, ese tipo de cosas. Las lenguas, Ias había descubierto sobre todo eu e;lDiccionario Enciclopédico Quillet. Pero a Ia lingüística llegué un poco de casuaIidad, una casualidad que, en suma, no hizo más que cristalizar mi inclinación por Ias lenguas y Ia filosofía; de hecho, yo queda hacer una tesis en literatura norteamericana, y me dijeron que hacían falta lingüistas, sencillamente.

3. Durante Ia guerra,

15

Luego seguí una formación "clásica", en el campo de Ia lingüística estructural; y después, rápidamente, digamos, seguí mi propio cammo,

&'Reconocea personas que hayan irifluidoo en Ia liugüí$tica tal como usted Ia practica hoy? Sí, por supuesto; son varias. En primer lugar, asistí durante varios anos a Ias clases de filología germánica de Fernand Mossé" en el Collêge de France; siempre he insistido, y 10 sigo haciendo, en 10 que estas clases me dejaron. Mossé era un filólogo, un excelente filólogo; es decir, aIguien que respetaba escrupulosamente Ias textos, eu campos en Ias cuales trabajamos necesariamente sobre huellas escritas. Y 10 que me dejó su ensefianza es, sobre todo, el respeto por los datos. Es decir, que no se puede hacer trampas con los fenómenos; y cuando nos enfrentamos a fenómenos en los que a veces una indicación tenue puede desempenar un papel importante, entonces se trabaja con 10 que se tiene, sin extrapolar. Y si uno se ve obligado a hacer algo parecido a una extrapolación, un razonamiento, por ejemplo, entonces ese razonarniento debe estar absolutamente fundado desde el punto de vista metodológico, es decir que tiene que tener todas Ias características de rigor, de coherencia, todo 10 explícito que uno tiene derecho de esperar de cualquier razonamiento que pretende ser algo distinto de una simple toma de posición subjetiva. Sobre este plano de Ias razonamientos, tuve conversaciones asiduas con Bresson 7, especialista en psicología cognitiva, y Crize", ló-

6. Fernand Mossé (1892-1956), filólogo, profesor en el Collêge de France. Mossé es conocido tanto por el público estudiantil como por el de los especialistas por sus manuales de filología germánica (Manuel de l'allemand. du m~yen âge y Manuel de l'anglais du moyen âge).

en 1942.

4. Así se denomina en Franciaa los dos anos de estudios preparatorios el ingreso a Ia Escuela Normal Superior [N. dei T.].

Variaciones sobre Ia lingüística

para

5. La formación de Ia Escuela Normal Superior conduce en Francia a Ia obtención dei grado de agrégi [N. dei T.J.

7. François Bresson (1921-1996): psicólogo francés, especialista en ciencias cognitivas, fundador y director dei Centro de Estudios de los Procesos Cognitiuos y drl Leng7wje (CNRS-EHESS). 8. Jean-Blaise

gage. París, Ophrys,

Grize (1922-): lógico suizo. Véase, por ejemplo, Logiquc d lan1990.

Antoine Culioli • Escritos

16

gico, pero tambiên con Louis Althusser", que fue un maestro, un rudo maestro, muy exigente en este campo de los razonamientos, y que tenía una capacidad extremada mente escrupulosa de desmontar, de manera muy amable, los conceptos falsos, los razonamientos mal construidos. Y debo decir que es con él con quien aprendí paulatinamente a preocuparme por Ias observaciones, y a no pensar que Ias observaciones vienen ya dadas (10 que, dicho ahora, puede resultar trivial...). Pero también fue entonces cuando me interrogué sobre el hecho de que no se construye una teoría de los observables sin una reflexión previa sobre Ias objetivos, y sobre 10 que acabo de llamar criterios de rigor y coherencia, es decir, finalmente, sobre todo ese aparato que es previo al trabajo dellingüista 10. Pero el inconveniente en este caso es que a veces, cuando uno se hace preguntas de este tipo allí donde otros no se Ias hacen necesariamente, o cuando uno da Ia impresión, como pudo haber sido mi caso, de revoIotear entre disciplinas diversas y lenguas variadas, cuando uno tiene un enfoque un poco desfasado en relación a su época, se pueden oír reacciones extrafias, Por ejemplo, escuché a personas (no voy a decir sus nombres, eso no tiene ninguna importancia) que me decían: eso que usted hace no es lingüística, es fiIosofía. Esta me recuerda a Frege, que escribía en el prefacio a uno de sus libras (10 digo en francês porque usted me dijo que no hablaba alemán): "Los matemáticos dicen: eso es filosofía, no se puede leer; y Ias filósofos dicen: eso es matemática, no se puede leer" 11.

9. Louis Althusscr (1918-1990): filósofo marxista francés. Althusser, que era autoridad en Ia Escuela Normal Superior de Ia calIe Ulm [distrito 5° en París, N. dei T.], inf1uyó eu toda una generación, eu especial por su "relcctura" de Marx. Véase, por ejemplo, Positions (1964-1975), Paris, Éditions sociales, 1976 [Posiciones, Barcelona, Anagrama, 1977]. 10. Frase retomada Saussure (cf. n. 46).

más adelante,

a propósito

de Beuveniste

lector

de

11. Gottlob Frege (1848-1925), filósofo, lógico y matemático alemán. Esta cs una idca recurrente eu Frege. En Ia introducción de los Grundgm~tze der Arithmetii. [LeyeJjimda1llentales de ia arillllétiCll], Iena, Verlag Hermann Pohlc, 1893,

Variaciones sobre Ia lingüística

17

También oí decir cosas como:usted inquieta a Ia gente, y en es' pecial a los estudiantes. iYo creía que era mejor inquietarlos, abrirlcs los ojos, o incluso despertarlos! Si no, habrla que decir que cl trabajo • dei docente o deI investigador tiene Ia función de CITar sitjiacioncs de quietud. A veces mi enfoque fue percibido como una actitud UIl pOCO._' arrogante. Mientras que yo simplemente queda salir del corset de Ia lingüística de cierta época, eso era todo. AI respecto, hay una palabra que aparece en algunos de sus artículos, "insatisfacciones". ... Sí, porque ante Ia evidencia de Ias observaciones, ante Ia prueba de razonamientos que en un momento dado no conducen a 10sresultados esperados, me veré obligado a salir de esta lingüística estructural y a intentar, de algún modo, transformarIa. Y ahí hubo un período en aquellos anos sesenta que fue realmente crucial. Éramos muchos -hablo en plural porque yo no estaba solo, ni mucho menos- los que nos interesábamos en problemas teóricos y al mismo tiernpo en problemas aplicados, en especial Ia formación de docentes, es decir, en Ia relación entre Ia lingüística y Ia ensefianza de lenguas. A través de amigos que se ocupaban de diversas lenguas conocÍ a Rygaloff12, que es sinólogo, y a otros entre los cuales rnencionaré a D. Cohen 13, eminente especialista en lingüística semítica. Y nos pusimos en contacto también con personas que se ocupaban de afasia, 10 que nos Ilevó a interesarnos en aspectos dellenguaje

Frege "descarta a los matemáticos que piensan que concepto, relación, juicio metaphysica sunl, non leguut!y los filósofos que, a Ia vista de una fórmula, exclaman mathematica sunt, nau ieguntur!", p. xii. 12. Alexis Rygaloff (1922·2008), Director de Estudios Grammairc lllmenta-Í"rc riu dunois, Paris, PUF, 1973.

(EHESS). Véase su

13. David Gohen (1922-), académico francés. Véase por ejemplo eI capítulo "Les langues charnito-sémitiques" en LI' iangage, volurnen publicado bajo Ia dirccción de André Martinct. Paris, Gallimard, Encyclopédie de Ia Pléiade, 1968, pp.1288-1330.

(

I I (

I

18

Antoine Culioli • Escritos

que, si se puede decir, no estaban "cubiertos" por Ia lingüística de Ia época, Ia lingüística estructural ". Es decir que en aquel momento estuve en contacto -y esto me parece un punto importante- COIl personas que no eran lingüistas, sino especialistas en afasia, y un poco más tarde con especialistas en patología dellenguaje, pem del lado de Ias psicosis. También terminé tra.bajando con especialistas de otras disciplinas, sobre todo con Bresson y con Grize. Juntos, en seminarios de verano donde se ensefiaba sobre todo lingüística, de manera por cierto muy relajada, habíamos creado en 1966 10 que algunos habían llamado en broma el B.C.C. el "Bresson CuIioli Grize" 15. Es decir que yo intenté abrirme tanto como pude, para salir de mi ignorancia, para construir puntos de vista diferentes, que rompieran un poquito los hábitos, Ia pátina metodológica del momento, y también -es verdad-, de un cierto conformismo en el que me había instalado dentro de Ia vida institucional. Entonces, para resumir: lenguas vivas, circulación por ámbitos conexos, respeto por Ias observaciones y los mecanismos de razonamiento. Este es, grosso modo, el camino que me condujo a Ia lingüística, o a mi lingüística, como usted quiera. E insisto en un punto, que es que el contacto con otros, con otras disciplinas, me Ilevó a interrogarme sobre 10 que estaba haciendo. Cuando trabajé con psiquiatras, con psicoanalistas -varias veces me he referido a esto- en problemas de psicopatología, es cierto que en general me resultá estimulante, porque a veces me encontraba tan desarmado, tan ... ridículo, diría.

14. Antoine Culioli agrega: "Exceptuando sin embargo ellibro precursor de RomanJakobson" (RornanJakobson, Kindcrsprache, Aphasie und algellleine Lautgesetze, Uppsala, 1941. Reproducido en Selected WritingJ 1, La Haya, Mouton, 1971, 328-40l. Traducción francesa en Langage enjàntin ei aphasi«, Éditions de Minuit, 1969 [Lenguaje illjàntil Y (Y(lJia, Madrid, Ayuso, 1974J. 15. Para" darse una idea de este período de peculiar intensidad, véase: Bresson, François y Grize, Jean-Blaise, "Représentation et communieation. Le B.C.G. revisité", cn LSH; Fisher, Sophie, "Une dérnarche pionniére: le BCG" en Ducard, Dominique y Normand, Claudine (dirs.), Antoine Culioli. Un homme dans te langage. Actas de! Coloqnio de Cerisy, Paris, Ophrys, 2006, pp. 21-29.

l/anactones sobre Ia lingüística

19

i.Por qué? Sí... parece sorprendido; pero como Ia lingüística era de repente un campo nuevo que se abría, con tipos de problemas nuevos, Ia palabra lingüística generaba muchas-expectarivas ... tETa Ia época de Iafamosa "ciencia piloto"? Exacto, eso es, lla "ciencia piloto"! Entonces se esperaba que Ia lingüística resolviera los problemas, y yo caía con comentarios que sonaban a mis oídos -y creo, sin especial rnasoquismo-, extremadamente ... illanos! Entonces me preguntaba: ~pero es que no tengo realmenteninguna otra cosa que decir? Y Ia respuesta que encontré fue: tal vez tenga algo que decir, si cambio de método. Este cambio de método estaba ligado a su vez a un cambio de objetivo 16. Y ahí ellenguaje volvía todo el tiempo. Más adelante voy a hablar con más detaIle, sin duda, del modo en que trabajo, y por 10 tanto de análisis más finos que los que hacíamos en aquella época. Ahora bien, a partir de cierto grado de fineza en el análisis, se puede ver que todo un conjunto de barreras que uno había querido establecer "estallan", desaparecen. En ese momento, uno se da cuenta de que se haIla ante fenórnenos complcjos. Donde entran relaciones de orden semântico ~yque yo llamo relaciones primitivas, relaciones predicativas, que se suelen llamar "estructurales" o "propiamente sintácticas", y relaciones enunciativas de puesta en valor de tal término con respecto a tal otro 17.

16. "(... ) Enseguida me vi confrontado a dos preguntas eminentemente filosóficas: 1) euál es cl objeto de Ia lingüística (es deeir, cómo articular lenguaje y lenguas), y 2) córno tratar Ia relación entre Ia materialidad del texto y Ia inrnateriaIidad de Ia aetividad signifieante de Ios sujetos." Culioli, Antoine "En guise de clôture", en LSH, p. 147.

17. Antoine Culioli distingue tres grandes tipos de relaciones: primitivas, predicativas y enunaatiuas. Las reiaciones primitivas tienen que ver con Ias nociones, Ias relaciones predieativas y Ias relaciones enunciativas. Las relaciones primitivas son Ias relaciones entre nociones que derivan de Ias propiedades primitivas de éstas. Por ejemplo, entre cl proceso "escribir" y Ia c1ase nocional definida por Ia propiedad "agente" (Mareei Proust, eI profesor, etc.). Son primitivas Ias

20

Antoine Culioli • Escritos

Con cambios, que se producen porque se agrega tal determinante o tal otro. Se toma en cuenta Ia entonación, y se ve que desempena un papel extremadamente importante. Se toma en cuenta Ia situación, 'porque es Ia que regula en gran medida el juego de Ias referencias. Estas referencias se ajustan entre Ias sujetos. iY también está papel de Ias contextos, el papel de Ias sobreentendidos, el papel de Ias presupuestos culturales! 18

eI

relaciones agente-paciente, agente-beneficiario, sede-estado. Las relaciones predicativas son Ias que se construyen entre un término de partida y un predicado: "[uan'', término de partida, y "escribir carta", predicado. Hay relación enunciativa cuando una enunciación toma a cargo un enunciado imprimiéndole marcas de tiempo, de aspecto, de modalidad, y los determinanres dei sustantivo: "[uon escnbe una carta. Está ]uan que está escnbicndo una carta, etc .. 18. Ejemplos. (1) "Se agrega tal determinante otal otro (. .. )": torno el caft, torno un poco de c~ Me gusta el cqJe, pero Me gusta un poco de c# no funciona. (2) "Se toma en cuenta Ia entonación, y se ve que desempena un papel extremadamente importante (. .. )": "Si usted dice: dAcaso tnno porque lo llamaste?, todo el mundo glosará: dEs el hecho de que lo hayas llamado lo que lo hizo venir?Si en lugar de "porque", inserta "puesto que", el resultado queda mal formado: i.Acaso tnno puesto que lo llamaste? Pero si se introduce una pausa (marcada aquí con una coma): iacaJO uino, pucsto que 10 llamastel, todo el mundo aceptará el enunciado y glosará: i, Vino? 7é pregunto porque tú 10 llamaste y normalmente el hecho de que 10 haJas llamado debcria haber provocado que uiniera". "La linguistique: de I'empirique au formel", PLE 1, p. 19 [cap. 2 de este libro]. (3) "( ) Ia situación, porque cs Ia que regula en gran medida eIjuego de Ias referencias ": en francês, ya sea que se remira a hechos que han ocurrido realmente, a Ia ficción, o a un suefio, se cmplea talo cual tiempo verbal. (4) ''(. ..) el papel de los contextos": Tendria que haberlo recordado. En prirnera pcrsona, remordimiento. Tendrias que haberlo recordado. En segunda persona, rcproche. (5) "( ... ) el papel de 105 sobreentendidos": Yo quiero dar a entender que se nos está ocultando algo. Digo, por cjemplo: ~-'t:'J~~.t' mas té'llilJ1i2'lW que de costumbrc. Cuando uno se va antes de hora, cs porque hay una razón; si uno se va sin dar cxplicaciones, es porque esta razón no es confesable. Un acento alto cn "se FUE", un contorno entonacional particular en el complemento circunstancial con una altura máxima en Ia penúltima sílaba, indican tal sobreentendido.

Variaaones sobre Ia lingüística

21

Con todo esto le quiero decir que finalmente uno se da cuenta de que, a menos que decida de entrada que se va a ocupar solamente de cierto número de fenômenos y descartar el resto, y hay que dccir por qué se Ias descarta, no se puede simplemente hacer CO!110 si Ias lenguas fueran meros sistemas "clasificatorios, con juegos de etiquetas, y de pequenos casilleros, lineales, de tal manera que uno pega etiquetas en los casilleros, como se hacía en definitiva en Ia época estructuralista. Sin embargo, su lingüística se designa a menudo como lingüística ''de Taenunciaciôn ': 10 que puede recordar directamente "el aparato formal de Ia enunciación". resto puede llevar a pensar que usted continúa a Benoeniste'". Sí. Pero si usted toma e! artículo que escribí para el coloquio de Tours " sobre Benveniste, verá que hablo de 10s términos faltantes en su obra, en particular "enunciado", "enunciativo", ete. En Benveniste no hay concepto de enunciado. Además, cuando hace su análisis, que es un análisis estrictamente estructural, habla de Ia "frase". Enionces sobre estepunto, ~qué aportan estos conceptos de "enunciado" o "enunciativo"? t Y de donde vienen? Para mí, debo decirlo, "enunciativo" tiene un origen muy claro. En un momento dado, en el análisis de 105 constituyentes inmediatos, Ia frase estaba situada en una jerarquía, y se decía que Ia frase era Ia unidad última 21. Ahora bien, (hoy voy a decir cosas muy triviales)

(6) "(... ) el papel de los presupucstos

culturales":

iConoce usted a Jll triste conen una cultura donde se si Ia monogamia es de rigor.

sorte? EI adjetivo epíteto tiene una función restrictiva practica Ia poligamia,

y no restrictiva

19. ÉmileBcnveniste (1902-1976), lingüista francês cuyos trabajosse refieren, por un lado, a Ias lenguas indoeuropeas antiguas y, por el otro, a cuestiones de lingüística general. Sus principalcs artículos fueron reunidos cn PLG 1 Y 11 20. "Théorie du langage et théorie des langues", en Actes du tolloque international du CNRS, La Société pour l'Information grammaticale, 1984, retomado eu PLE 2, pp. 115·122. [Capítulo 10 de esta compilación]. 21. Alusión a Ia teoría de los constituyentcs inmediatos de Bloomfield: L. Bloomfield, Leonard, Language, Nueva York, Holt, 1933 [EI lenguaje, México,

22

Antoin: Culioli • Escritos

basta con tomar el fenómeno de Ia anáfora y el del párrafo, una buena parte de los fenômenos de aspecto, es decir, todos los fenômenos que hacen que en un momento dado haya relaciones -"relación" se opone aquí a "proposición", si se quiere-, y ahí nos damos cuenta de que no se puede en absoluto prescindir de 10 transfrástico, de 10 que está más allá de Ia frase'". Este es un primer punto.

Universidad Autónoma propósito dei morfema; extremo de Ia cadena.

L (

I, I: (

1

de México, 1968]. Bloomfield habla de unidad última a dicho de otro modo, él ubica Ia unidad última en el otro

22. Ejemplos. (1) Fenómeno de anáfora (o de retoma [reprise]). Sean Ias frases a. La moto pertenecia a mi uecino. b. Esta moto pertcnccia a mi uetino. Estas frases aisladas dan Ia impresión de que somos libres de elegir entre el artículo definido yel demostrativo. No es así, porque a. y b. tienen obligatoriarnente un contexto. a. tendrá por contexto: a'. En elpatio habia una moto y un auto. b, tendrá por contexto: b'. En el palio habia una moto. Cualquier cruce (a'b, b'a) es imposible, Es preciso superar Ia frase para !legar a esta conclusión. (2) Fenómeno de párrafo. Pase algunos dias en el campo eu 10 de IasDumoulin. Fue un horror. Habia un perro que no dejaba de hacer tonterias. Todas las maiianas, se las arreglaba para abrir Ia puerta de mi cuarto, y se instalaba en mi cama. Babeaba sobre mi ropa. Una pesadilla. Era un animal (aquí: adjetivo o relativa). Ya sea que el adjetivo o Ia relativa tenga un sentido menospreciativo o no, Ia frase será Ia conclusión dei párrafo, o Ia introducción de uno nuevo: -Era un animal horrible = conclusión. -Era un animal de una inteligencia excepcional = nuevo párrafo. Sin embargo, "horrible" no es "conclusivo" en sí, no más de 10 que "un animal de una inteligencia excepcional" es introductivo. La palabra "párrafo" no debe tomarse aquí en d sentido únicamente tipográfico. Es una realidad enunciativa y fonológica. EI signo "nuevo párrafo" es perceptible en Ia entonación (punto de partida más agudo). (3) Fenómeno de aspecto. Sea Ia frase: Sefi«. Se pneden considerar dos interpretaciones: a. Se fue, ya no está aqui. Respucsta a Ia pregunta: iDónde está?

Variaciones sobre Ia lingüística

23

El segundo punto es que, a partir de estas series textuales emparentadas, de Ias paráfrasis que se hacen aparecer cuando se construye una observación, se trataba de indagar en 10 que hacía precisamente que todaa Ias glosas que se hacen aparecer de esta manera fueran equivalentes. Y de mostrar que si hay equivalencia entre' ellas, aun con modulaciones tales que hacen que a veces se alejen, es necesario que haya "algo" en común. Este algo en común no aparece como tal. Entonces uno tiene que construir una unidad abstracta, que está más acá de 10 que se dice, que es un enunciable, y es esta unidad 10 que está sumergido en un sistema de referencia intersubjetivo, con un sistema de referencia necesariarnente en relación al espacio-tiempo, a Ia posición de Ias sujetos, etc. Y en este caso también había que encontrar una designación para esta relación entre un enunciable y un enunciabIe situado, que se vuelve así un enunciado. Y en tercer lugar, hacía falta un construido teórico, que nos permitiera salir de Ia oposición lengua-lzabla, es decir, evitar decir que un enunciado en definitiva no es más que una frase en una situación específica, particular. Porque en ese caso se dice: es un hecho de habla; y eso quiere decir que no se puede dar cuenta de él. Ahora bien, como usted sabe, sobre este punto no acepto esta distinción. Parezco decirlo como si fuera o una verdad revelada o una verdad irnpuesta ... pero bueno, no vamos a entrar aquí en Ias detalles: esta distinción lengua-habla no me parece científicarnente interesants". Volviendo aI tema entonces, el término "enunciado" es muy antiguo, creo que es preciso recordarIo. Séneca 24 traduce por enuniiaiiuum Ia palabra lekton, que quiere decir "enunciable", que es 10 que 10s estoicos llamaban "incorpóreo", es decir, algo que no tiene materialidad; en tanto que el enunciado tiene una materialidad. Ernplean, pues, Ia palabra lekton, que es un participio terminado en -ton, que quiere

b. Hizo

S11

maleta y sejiu? Respuesta

23. Alusión a Ia oposición saussureana edición espaíiola].


Pero !'quéjúe lo que hiia?

lengua-lzabla,

eLG, 23-27 [49-53 de Ia

24. Séneca (ca, 4 a.C.-65 d.e.): filósofo, autor trágico y hombre de Estado latino, cuyo pensamiento se nutre del estoicismo.

Antoine Culioli • Escritos

24

decir, si es empleado como un participio pasado, "enunciado", o bien "enunciable". Después, en Ia edad media, fue por un lado dicibile, 10 decible, y por el otro dictum, 10 dicho. Y se dice que hay un dictum y un modus, o sea una suerte de contenido de pensamiento, de contenido proposicional. Y allí tenemos una representación inmaterial, digamos incluso una abstracción, puesto que hay que reconstruirla. Ahora bien, cuando Séneca quiere explicar qué es este lekton estoico (aquí habría que retomar todo el texto 25) usa Ia palabra enuntuitivum, enunciativo, un "algo" enunciativo. Y si se busca eI origen de esto, vemos que en enuntiare está "hacer salir", "hacer aparecer", es decir, algo que pasa de uno a otro, de 10 decible a 10 dicho. Aquí está todo el problema que es, justamente, el problema propio del enunciado: el enunciado no es algo "ya fabricado", que sale de Ia cabeza y que transporta sentido de tal manera que el otro, en el otro extremo, 10 recupera y se 10 pone en Ia cabeza. Y todo ocurriría así sin problema 26. El enunciado es una configuración de marcadores, que son a su vez Ia huella de operaciones, es decir, que es Ia materialización de fenómenos mentales aIos cuales no tenemos acceso, y de los que nosotros los lingüistas sólo podemos dar una representación metalingüística, es decir, abstracta. Es por ello que utilizo "enunciado", refiriéndome así, finalmente, a toda una reflexión que es muy antigua. En inglés es interesante ver qué es Ia palabra utterance, que se traduce en francés por enunciado. Ahora bien, utterance viene de utter, y uiter quiere decir "exteriorizar'V", Y 10 que resulta fastidioso es que uno se ubica así solamente dei lado dei que produce.

25. Epistulac ad Lucilium, 117, 13 [Cartas a Lucilio, Barcelona, EditorialJuventud,1982J. 26. Para precisar eI pensamiento de A. Culioli sobre "e! intercambio" y sus "failos" (eI "ajuste" y Ia "cornu nicación"}, así como los marcadores, véase VL sobre todo e! capítulo "Cinquicrne jour". 27. Etimológicamente,

"ut-" en uüer es 10 mismo que out.

Variaciones sobre Ia lingiiística

25

Y con el término "enunciado" usted ve dónde quiero poner el acento. Es que, en primer lugar, no hay identificación dei emisor con el receptor, dei hablante con el emisor, del enunciador con el hablante y el emisor ", Puesto que el enunciador es en realidad un origen. subjetivo que se construye necesariamente corno intersubjetivo, 'es decir, que nos construimos siempre un co-enunciador que no es necesariamente de carne y hueso. EI hablante, en cambio, es una persona física, y el interlocutor también; y con "emisor" y "receptor" se pane el acento en el aspecto que yo llamaría casi única mente, aquí sí, de "cableado", como si en verdad algo fuera simplemente transportado. Y el verdadero problema es que hayque intentar dar cuenta de ese mecanismo que hace que, mientras que 10 que pasa entre dos sujetos no es algo simétrico, podemos tener la ilusiôn dela simetrización, dado que a veces tenemos Ia ilusión de haber sido comprendidos perfectamente; Ia ilusión de Ia transparencia, de Ia "comunicación".

28. Alusión a Ia presentación de! intercambio lingüístico como un sistema en el cual e! oyente seria Ia imagen refleja de! hablante y viceversa. El origen de esta idea es el eLG de Saussure, donde se reproducen dos esquemas del "circuito de! habla" perfectamente simétricos. Dos personas, A y B, conversan. EI comentario, y más aún Ia imagen, muestran que todo 10 que le pasa a A se prolonga en B y viceversa. EI "oír" es simplemente una "fonación" inversa, y viceversa. Esta rnisma concepción de Ia comunicación se vuelve a encontrar enJakobson: "Un mensaje emitido por e! destinador debe ser percibido adecuadamente por el receptor. Todo mensaje es codificado por su emisor y pide ser decodificado por su destiuatario", [Ensayos de lingüística general, Barcelona, Seix Barral, 1975]. Antoine Culioli agrega [cursivas deI editor de Ia versión francesaJ: "Nuestra actividad mental es una actividad que continúa, en mi opinión +un a opinión fundada en observaciones, pero por supuesto no podría llegar a decir: así es como esto funciona- de tal manera que supone un trabqio incesaüe más allâ incluso de nuestra posición de hablante; si he introducido e! término de ennnciador y coenunciador, se debe en parte a esto: porque no tenemos una actividad de lenguaje simplemente cuando hablamos con alguien". EI enunciador tiene que ver, pues, con 10 que Culioli llama Ia actividad epilingüística, actividad metalingüística permanente, espontánea y no controlada .J _ U\: 105 SUJ\:tu~\POI OpU~IC1UIl a Ia acnvruao rneraungl.llSnCa, consciente, proaucida y controlada por ellingüista, encargada precisamente de captar "cl trabajo profundo de Ia actividad enunciativa", Ia actividad epilingüística de 105 sujetos hablantes), Ejemplo: Y atando digo que /0 aplm[aron, quiero dccir realmente que Ia aplastaron, de aplastar,.y no utilizo esa palabm en rnalquier sentido ... 1

__ • _"-_ _

1._

•. _.

... ~ _ • ,

_

1 _

.

.'

• ,1

1

.



•• ,.





<

1

~;

~'

(

.1 .1

(

i

26

Antoine Culioli • Escritos

Váriaciones sobre Ia lingüís tica

27

[

li

Y al mismo tiempo hay que explicar justamente cómo, aun sin ser simétrico, esto le permite a alguien recuperar esas huellas que se le envían, esos marcadores, y cómo, si bien no somos todos cerebros conectados a un mismo giga-cerebro que normalizada todo esto, con todo llegamos a efectuar ese tràbajo; ese trabajo que es, desde ciertos aspectos, de puesta en corrcspondencia que funciona de todas maneras, más o menos bien, e incluso más bien que mal. Lo que quiero decir con esto es que, es verdad, a veces parezco decir que Ia regia es el malentendido, en particular cuando repito =como usted sabe- el dicho de Ia comprensión como caso particular del malentendido='. Pero es cierto que, por otro lado, Ia comprensión existe, aun cuando en muchos casos sea Ia satisfacción ilusoria, pero no siernpre necesariamente ilusoria, de habernos hecho entender. Quiero decir que estamos aquí realmente en un campo donde hay por un lado una suerte de "base", que hace que todo esto, el lenguaje en reaJidad, pueda funcionar. Y 10 que ellingüista intenta ver es 10 que permite que todo esto funcione. En Benveniste uno encuentra "enunciaeión", "el aparato formal de Ia enunciación", iy 10 que él hizo en este tema es extremadamente importante l Pero a rni juicio, no fue hasta Ias últimas consecuencias, y en particular: cómo una actividad subjetiva puede ser una actividad intersubjetiva, que permite un "inter" que de todas formas alcanza su objetivo. Esto es 10 que hay en torno a Ias nociones de enunciado, enuncia-' dor y enunciativo.

que él hizo (parece casi ridículo decirlo ... iy perdió Ia palabra mu)' joven, además ll ". Y no puedo siquiera deeir que 10 que él hizo no haya tenido una influencia en mí: ino 10 sé, realmente, honestamente! Porque en UIl momento todo esto se desarrolló, con todo, de manera casi paralela. ~ Pero 10 que es seguro es que Benveniste se queda en un análisis estructural clásico 31. Ahora bien, 10 enunciativo es otra cosa; es, córno decir. .. Voya tomar un ejemplo, para ser más claro; un diálogo. Tomemos a alguien, que le dice a usted:

I

~Entonces no hay nerdadera i1ifluencia directa de Benueniste en usted?

30. Benveniste tuvo un ataque cerebral a fines de 10s afies 60 y perdió Ia palabra, no Ia lucidez [N. dei E.].

I

No, pero al decir esto me siento en un aprieto. Porque yo asistÍ a Ias clases de Benveniste, tengo el mayor respeto, desde luego, por 10

(

~I \

II ~ (

~ (

;

~ I

fi ( 11

\

~ (

L

j (

I (

• j

"I

,,<1 'I t . ',~

29. "La comprensión es un caso particular dei malentendido": el aforismo tomado de Pierre Bourdieu (pronunciado cn cl contexto de un debate sobre el lenguaje -en un programa de Ia televisión educativa- con Jean Laplanche y Georges Mounin).

=Écoute, iljàut que tu te leves demam matin à 5 heures [- Escucha, maiiana tienes que levantarte a ias 5 de ia maiíana].

32

Usted retoma 10 que dice su interlocutor, y dice: -lljàut

vraiment? [- iDe verdad es necesario ~ .

Y esta persona le responde: -Ah oui, iljàut [-Ah, si, absolutamente].

Sigamos. Luego usted encuentra a otra persona, y le dice que maíiana, usted se tiene que levantar a Ias cinco de Ia mafiana. Y esta persona le dice:

31. Benveniste (1902-1976) introduce, por supuesto, ia posibilidad de 10 tra nsfrástico, en especial con su distinción entre semiótica y sernántica (véase "La forme et le seus dans Ia langue", eu PLG Il pp. 215-240 [217-242 de Ia edición espafiolaJ), así como Ia intersubjetividad (por ejemplo, "De Ia subjectivité dans lc langage", en PLG 1, pp. 258-266 [179-187 de Ia edición espafiolaj). 32. En el proceso de adaptación de 10s ejernplos franceses al espa íiol se han tomado distinta soluciones según los casos. Se ha optado por traducir los ejernpIos al espariol cuando los fenómenos que se ilustran son equivalentes cn este idioma. Para los casos en que esto no sucedia, se han mantenido los ejemplos cn Ia lengua original, o bien se han incluido ambas vcrsioncs [N. dei T.].

Anfoine Culioli • Escritos

28

-Qyoi? Et quand on ta demandé ça, tu nas pas protesté?[i.Qyé? te 10 pidieron, no protestaste?]. 33

l.y cuando

Y usted responde: -Qyest-ce

que tu ueux, ilfout bien ... [Qyé quieres, es asi.... ].

IMire, con ese "bien" ["así"] todo 10 que se ha afi.adido! iTodo 10 que ese simple "bien" quiere decir! Es de una riqueza increíble; es: 'cqué quieres que haga?' No es totalmente una actitud de sumisión, sino de resignación, de fatalismo. Tenemos también (sigo con mis ejemplos favoritos alrededor de "bien", del francés, porque es un revelador excelente "]: -Ah bon, tu es siir que tu arriveras àjàire tout ça en une journée? [-i.Ah, sil dEstás seg1/ro de que uas a poder hacer todo eso en un día?]. -Je pense bien! [-Eso digo).

En este caso, "bien" quiere decir: 'por supuesto, no tengo ninguna duda'. Ahora bien, decir que usted no tiene ninguna duda sobre algo que introdujo diciendo que iria a hacerlo, ya es, corno se ve, una operación suplementaria con respecto a "je pense" ["creo"]. Bien. Si usted dice, por otro lado: Je pense ["creo'l Je 'crois bien ["eso creo'l

iEn este caso quiere decir que 'no está seguro'! Y si dijera "seguramente", si yo fuera su interlocutor, no confiaria demasiado, porque "seguramente" puede significar a Ia vez que usted está seguro de 10 que dice, pero también que no 10 está demasiado.

33. Como en otros casos similares a 10 largo de! texto, traducimos cl pretérito perfeeto de! franeés (passé cornpose) con una forma simple dei pretérito habitual en el espaiíol rioplatcnse [N. de! T.]. 34. Acerca de "bien" véase el artículo "Valeurs modales et opérations énonciatives (à propos dc certains emplois de bien et defirt bien)", Le Français moderne, 46, n" 4, 1978. Reeditado en PLE 1, pp. 135·155.

Variaciones sobre

ia lingüística

29

Entonces 10 que es interesante destacar es que de este tipo de enunciados se puede hacer un análisis propiamente interpretativo, es decir, hacer hermenéutica directamente, sin tener en cuenta Ias formas, Pero si bien es posible, sobre todo y cuando se es lingüista se debe, antes que hacer hermenéutica y sin querer tomar el lugar de otros, se debe mostrar primero por dónde pasa. Es decir: qué eslo que permite que hagamos tal interpretación. Y e11enguaje, tal como 10 vemos funcionar -y no estoy inventando; se trata realmente de 10 que observamos, y no sólo en una Iengua dada, sino en verdad en lenguas culturalmente muy distintas. j Si usted supiera a cuánta gente he molestado en mi vida, haciéndoles preguntas sobre lenguas que habían estudiado!- ellenguaje, entonces, se organiza así. Tendremos esos "iljàut" + "bien", ')'epense" + "bien", "je crois" + "bien", etc., donde en cada caso, como se ve, el "bien" produce una resonancia diferente. Entonces podríamos decir: "iljàut": tiene tal valor, ')c crois": tiene tal valor, 'j'e pense": tiene tal valor, "bien": tiene tal valor, los pongo juntos, hago Ia suma y veo que eso tiene tal valor. Pero no, en realidad nos damos cuenta de que dados los valores, es decir, Ia forma esquemática, Ia forma abstracta que pueda proponer para "ilfout Ije pense IJc crois", tendrá una mteracaôn con "bien", que por si mismo tiene una forma cornpleja. Es decir que no es un valor, es todo un juego de operaciones, y me doy cuenta de que es Ia interacción 10 que me va a dar 10 que yo encuentro. Es como si permanentemente hubiera una sefi.alextra: no hay una sola sefi.al,corno si uno trabajara en cada caso con valores únicos; como si una sefíal se acumulara con otra. En realidad, es exactamente 10 que se llama modulacion, y un enunciado está siempre modulado. Vea, usted conoce este ejemplo, absolutamente clásico: en una tienda, uno se dirige a alguien en tercera persona, 10 que puede ser distante pero también 10 contrario, amistoso: 0Jest-ce

qu'elle uoulait, Ia damel [io Ogé queria Ia serIora?]

Y ve usted que con: Oui, que ooulez-uous, Madamc?

[Sí, iqué quierc, seiiora ~

30

Antoinc Culioli • Escritos

Variaciones sobreIa lingiiútica

31

I •• (~

:~ (~ ,

(

(~

~ ~ ~ (

. ~

i ~

,

C-

(

~ ~ ~ ~ .~

~ ~

f f

I I I

Es muy diferente, hay muchas modulaciones. Entonces se puede decir que son sólo matices, efeetos, 10 que se quiera. Pero 10 interesante es ver cuáles son Ias huellas a partir de Ias euales uno reaeciona de tal manera: juego de personas, juego de modos, juego de tiempos, partículas como "bien". Todo éso, vea usted, es 10 enunciativo ". Volvamos ahora a Ia pregunta: ~es útil introducir este término? Sin entrar en detalles, podemos ver qué pasa con "sintaxis". Evidentemente, no se trata sólo de sintaxis. ~Semántica? No, tampoco es únicarnente sernántica. Entonces quizás podríamos decir: "es sintáctico-semântica" ... 2Y además es pragmática 36?Sí, también es pragmática, pero no pragmática restringida a cierta forma de intercambio entre sujetos racionales, perfectamente conscientes de su vocabulario y sus intenciones de significar.

35. Antoinc Culioli agrega: "Lo enunciativo remite a: (1) Ia construcción de representaciones de orden nocional, subjetivas y culturales; (2) Ia construcción de un espacio de referencia ajustado entre los sujetos; (3) una regulación a partir de objetivos de los que se es más o menos consciente, que comporta necesariamente interacciones cornplejas entre categorías heterogêneas." 36. La tricoromía sintaxis - semântica - pragTr!citz"ca, en tanto divisiones de Ia semiática; se remonta aI trabajo de Charles Morris, lingüista y filósofo estadounidense (1901·1979), en "Foundations of the Theory of Signs", en lnternational Encydopedia ifUnified Sciencc, ed. Otto Neurath, vol. I no. 2, Chicago, University of Chicago Press, 1938 [Fundamentos de ta teoria de tos signos, Barcelona, Paidós, 1985J. Morris dio a conocer en Ias Estados Unidos a Ias filósofos dei Círculo de Viena como Wittgenstein (1889·1951) y Rudolf Carnap quien, en su libro Iniroductiou to Semaniics, Carnbridge-Mass., Harvard University Press, 1942, p. 9, escribe: "Si en una investigación se hace referencia únicamente aI sujeto hablante, o, en términos más generales, aIos usuarios dellenguaje, atribuimos esta investigación a Ia pragmática (poco importa para esta clasificación si se hace referencia, en esta investigación, a los objetos designados por los términos dei lenguaje o no). Si hacemos abstracción de los usuarios dellenguaje y analizarnos solamente Ias expresiones y sus significaciones, nos encontramos en eI campo de Ia semântica. Y si, por último, hacemos abstracción de Ias significaciones yana· lizamos únicamente Ias relaciones entre expresiones, entramos en Ia sintaxis. La totalidad de Ia ciencia dellenguaje, que se compone de Ias tres partes mencionadas, constituye Ia semiótica".

Entonces, si se quiere decir que cuando se trata de "prosódicosintáctico-semántico-pragmático" nos referimos a lo cnunciativo, cpor qué no? Pero enionces, para usied, dqué sucede con Ia semântica, Ia sintaxis, Ia pragmática? Por ejemplo, Ia semântica, en su teoria, iqué lugar tiene? 2La semántica? En un primer sentido, está Ia disciplina, que en un momento dado hace que encontremos un capítulo en los libras. Para mí, es Ia producción de relaciones de significación, de relaciones significantes. Y el primer acto signifieante, para un lingüista, es evidentemente una conducta verbal o gestual que hace que, aI hacerlo -y es 10 que yo llamo el círculo semiótico- uno produce un texto, de manera que sea reconocido por otros como algo que fue producido para ser reconocido como interpretable. Más precisamente, dqué es el sentido para usted? El sentido es en primer lugar dcsencadenar en el otro una representación. Representación que será eventualmente externa, y se manifestará entonces mediante una conducta determinada, o que podrá ser interna, por ejemplo en forma de un juicio al que usted sólo tendrá acceso de manera media ta, inducida. Entonces, es 10 que le permitirá rep~esentar y actuar sobre el mundo, incluido usted mismo, y sopre otros sujetos.

r Ia referencia,

dno es más que un aspecto accesorio dei sentido?

No, Ia referencia es Ia puesta en relación de esta exteriorización

de Ias propias representaciones internas, mentales, por intermedio de un enunciado, de ordenamientos [agencements] de marcadores, de tal manera que -rne estoy repitiendo- uno haya activado representaciones en otTOS por medio de esos marcadores que serán tomados, si se puede decir, al revés (sólo que uno no puede darIas vuelta sirnplemente, como Ull panqueque). Yo diría que si se toma semântica en su sentido amplio, sigue siendo cierto que 10 que acabo de decir requiere necesariamente configuraciones de marcadores. Y que esta semântica no es una suerte de

(

Anfoine Culioli • Esaitos

32

espacio esponjoso, amorfo; también está provisto de formas, de propiedades formales. Por ejemplo, cuando digo que Ia noción tiene propiedades topológicas, que hay un interior, una frontera, eventualmente un gradiente, que hay un exterior 37. •• • Entonces no acostumbramos a llamar sintaxis a eso, pero existe una semántica que tiene una forma; hay una forma de Ia semántica. ~Y entonces cuál es la diferencia? Pues bien, que Ia semántica se ocupa de Ias representaciones nocionales, y de Ias interacciones entre los marcadores dentro de ciertas configuraciones que a su vez interactúan. Y, por otro lado, se encuentra Ia sintaxis, que estudia Ias configuraciones de marcadores en su materialidad. Por 10 tanto, Ia linealidad, por ejemplo, forma parte a Ia vez. de la sinta xis y de Ia semántica. Voy a tomar un ejemplo, así va a ser más simple. Si digo: Con este rodillo, puedo pintar esta habitación en dos horas. Esto quiere decir que, o mejor, puedo glosar mediante una paráfrasis en relación de equivalencia: Si utilizo este rodillo, puedo ... Tenernos entonces "con", que está en interacción con «este rodillo", que por su parte tiene propiedades semânticas: es un objeto teleonómico, es decir, que se ajusta según el objetivo (de hecho es una "herramienta", un "instrumento"). Por otra parte, como dije "Pintar", uno inmediatamente sabe que se trata de un rodillo de pintura y no uno de cocina. Entonces, con "rodillo", uno sabe que quiere decir 'para hacer algo'. "Con" significa 'posesión', por tanto una herramienta para hacer algo. Y cuando uno tiene "con" y "puedo", uno establece una relación -un poco como si tuviéramos una concesiva pero en el otro sentido

37. Véase también "Sur le concept de notion", PLE 1, pp. 47-65_ Sobre topología, véase Desclés, Jean-Pierre, "Quclques concepts empruntés par A. Culioli à Ia logique et aux mathématiques", en VL, pp. 248-250.

Variacionessobre la lingüística

33

(

de causalidad: "si... entonces", "en Ia medida en que ... entonces", "Ia posesión de ese rodillo implica tal capacidad". Entonces, el grupo preposicional "con este rodillo" es aquí el equivalente de "si tengo este rodillo", es decir, de una condicional. Sigamos. Si ahora digo: •

(

Il a combaiiu avec courag;e[Combatió con valentía].

Comprendo que "con" ["avec"] en este caso, significa algo así como: 'en posesión de cierta propiedad de conducta que se llama valentía'. Es decir, "combatió de manera valiente". Y no puedo decir: II a combattu avec du courage [Combatió con un poco de valentía]. Es imposible. Pero si 10 pongo al principio, va bien: Avec du courage, Oll arrive à uaincre tous les obstades [Con un poco de ualentia, uno logra vencer todos los obstáculos]. Y esta vez no puedo decir, en francês: Avec courage) on arrive à vaincre tous les obstades [Con oaleniia, uno logra vencer todos los obstáculos]. Entonces: a Ia izquierda, aparece la imposibilidad del deterrni nante 0, y en cambio necesidad del partitivo: "con + determinante + valentía" [Avec + du + courage]. Y "con valentía, uno lográ ... ", es el equivalente de un esquema condicional dei tipo: "si on a du courag;e, alors ...,) [si uno tiene valentía, entonces]. Antes, a Ia derecha, era exactamente 10 contrario: hacía falta en cambio un determinante 0, yel partitivo era imposible: "con valentía". Entonces se ve claro que, evidentemente, ahí hay sintaxis, puesto que me he referido a configuraciones, a posiciones (a Ia derecha, a Ia izquierda) y a formas (determinante 0, partitivo). Pero cuandoesto ocurre a Ia izquierda, de pronto se convierte en una condicional. Entonces es evidente que está ligado a problemas semánticos; en consecuencia hay efectivamente interacciones entre todos estos planos. Pero además, también ahí hay pragmática: 10 que le he dicho sobre el rodillo corresponde a un conocimiento del mundo; al igual que 10 que le he dicho sobre la relación "si... entonces", que es una

(

(

(

r

t,

(

1/ (

11 (

Antoine Culioli • Esaitos

34

Variaciones sobre Ia lingüística

11 (

li \

~ lil (

fi ( (

~ a.

(

(

~ i

~ (

4 (

I

relación que corresponde a cierto tipo de racionalidad vinculada a nuestra concepción de Ia causalidad. Ahora bien, e! problema, para mí, es: construimos nuestras operaciones, nuestras representaciones, nuestras categorizaciones; y sabemos que no hay categorización fuerade Ia cultura, que no hay categorización fuera de los sujetos, que por 10 tanto no hay categorizaciôn fuera de 10 intersubjetivo. I.Pero eso quiere decir; muy brevemente) que se puede o se debe evitar hablar de semántica, sintaxis y pragmática, de esa segmentación? iAh, no! En verdad, es cômodo. I.Es "cõmodo"? Sí, es cómodo. Pero ocurre que Ia gente es muy desdichada, entonces suele llamar a eso "sintaxis-semántica", "sintacti-", o "sintaxosemántica"! En un momento Ia gente hablaba de "semantaxis", esc da cuenta? O bien de "sintáctico-semántica". Esto muestra bien, por 10 demás, que finalmente somos muy desdichados en este asunto. Pero por otro lado, puede ser cómodo porque efectivamente siernpre hay fenômenos que están ligados a laforma empirica, si se quiere. Y fenômenos que están ligados a.formas abstractas, ellas mismas ligadas a representaciones

de orden nocional.

Después

tenernos,

dentro

35

esta materialización permite a Ia vez un ajuste entre los sujetos, pero no garantiza, porque eso es imposible, que siempre resulte bieri, ni que sea exactamente 10 mismo 10 que se reciba de! otro lado, porque el interlocutor no es simplemente un hablante en espcjo. •

o

I.LingÜística "de Ias operaciones" le parece menos pertinente que lingüística "de Ia enunciación"? No sé. La gente dijo también "teoría de Ias referencias" o,"teoría de Ias localizaciones" [théorie des reperes], porque Ia noción de localizaaôn [rePéragt?] 39 es absolutamente esencial. Se suele deeir también "operaciones enunciativas". Confieso que, sobre esto ... En realidad hay tres tipos de relaciones: Ias relaciones primitivas, Ias predicativas y Ias enunciativas. Las operaciones enunciativas por 10 tanto parecen no tener en cuenta Ias operaciones de puesta en relación predicativa, que son muy importantes, ya que se podría decir que estoy eliminando Ia sintaxis. Pero no queda eliminada; es claro que hay aspectos que son propiamente sintácticos. Cuando digo que no se puede, o que no se debe, incluso, separar Ia sintaxis de Ia semántica, quiero decir: no se Ia debe separar por prináPio. De hecho, esta era una forma de protestar contra Ia idea de Ia autonomía de Ia sintaxis 40.

dei

conjunto de relaciones intersubjetivas, ciertos tipos de relaciones intersujetos que se llamarán tradicionalmente "pragmáticas". Entonces, si usted quiere, para clarificar Ia operación, en ciertos momentos podemos proceder de este modo. Pero es verdad que tarnbién podríamos llamar a esto "lingüística", y explicar en cada caso. Pero ve usted también que el objetivo ai crear el término "enunciativo", en un caso como éste, no es hallar una especie de estenograma, sino decir 10 que dije hace un rato: que se pane el acento en estos efectos de no-coincidencia, en estos ajustes entre sujetos ", sobre el hecho de que se pasa de una representación inmaterial a una materialización. Y también sobre el hecho de que se quiere explicar cómo 38. Acerca de! concepto de ajuste, véase en particular VL "Deuxiême jour", pp. 81-88, "Cinquieme jour", pp. 187-202Y "Scptiémc jour", pp. 228-232.

39. La traducción de rePérage (o de! sustantivo -repere), término fundamental en Ia obra de Culioli, plantea algunos inconvenientes, pues no tiene equivalente estricto en castellano y acepta ser traducido como riférenciación o totalización. Es una noción que remite a un modo de construir un espacio de relaciones de Ias cuales es e1 resultado, a una función mental que indica un modo de hacer una localización espacial "abstracta". Este proceso interno puede o no implicar una localización espacio-temporal concreta; de hacerlo, el vocablo localización constituye una expresión más precisa. Por otra parte, el mismo Culioli trabaja, a 10 largo de su obra, con uno U otro término: localisation (que traducimos siempre por localización) y reperage. En definitiva, para traducir reperage hemos optado por: a) traducirlo por rrift;renciació71 cuando corresponda ai uso más general de los indicados arriba; b) traducirlo por localiiacum. cuando su valor sea estríctamente espacio-temporal o, con valor metafórico, para no repetir rderenciación; c) dejar entre corchetes e! término en francés [N. dei T.]. 40. En su obra fundadora, Syntactic Struaures, La Haya, Mouton, 1957 [EstrucBuenos Aires, Sigla XXI, 1999], N. Chomsky defiende Ia idea de

turas sintddicas,

36

Antoine Culioli • Escritos

Pero, si haciendo esto, se quiere decir que se elimina Ia sintaxis como tal, que no hay formas que vayan a ser estudiadas como se estudian Ias formas sintácticas, en tal caso no, tampoco estoy de acuerdo. Simplemente, Ia sintaxis está ligada en general a problemas que son de linealidad, de jerarquía, de posición, es decir, cierto tipo de consideraciones que no actúan de Ia misma manera en campos que se denominan clásicamente semántico-pragmáticos. Entonces, siempre se puede considerar que nos vamos a ocupar en un momento dado, de manera preponderante, de sintaxis, de semântica, de pragmática. Estaria dispuesto a decir incluso que para Ia definición muy restrictiva que algunos darán de Ia sintaxis, es decir, Ia sinta xis en Ia cadena, existen fenómenos que son únicamente lineales ". No se pueden descartar los fenómenos de posición, es evidente que existen. Pero es evidente que hay otra cosa. Lo enunciativo es una parte de todo un trabajo de puesta en relación, que implica por un lado relaciones entre representaciones no-

que el sentido no debe ser tomado en cuenta para Ia construcción o Ia evaluación de Ias gramáticas. A Ia pregunta "Hoio can you construct a grammar ioitli no appeal to meaniug?" ["~Cómo se puede construir una gramática sin apelar en absoluto a Ia significación?], él opone otra pregunta, ni más ni menos pertinente, según él: "Hoio can you construa a gmrmllar ioitli no knowledge ofthe hair colar if speakers?" ["~Cómo se puede construir una gramática sin conocer el color de pelo de los hablantes?"], p. 93 [1l? de Ia edición espafiola]. Es el punto de partida de Ia teoría denominada de Ia "autonomia de Ia sintaxis". Siendo, como es, un antichomskysta irreductible, en el sentido en que su teoría no puede reducirse a Ia de Chomsy, ni a Ia inversa, A. Culioli sostiene una posición mesurada sobre éste. A inicios de los anos sesenta, basándose en ejemplos, explica a sus estudiantes qué es una transformación, y concluye: "Es elegante, es potente". En "La formalisation en linguistique", en PLE 2, p. 18, n. 2, [Lenguajes n03, abril 1976, p. 12, traducción de S. Fisher] escribe: "EI papel de Chomsky fue, y sigue siendo, capital tanto en el planoepistemológico como en el estrictamentelingüístico, y sería deseable que hubiera en todas partes tan poco dogmatismo y tanta prudencia". Pero pareciera que cn treinta anos su posición se fue endureciendo (ai igual que Ia de Chomsky). 41. Ejemplo inglés. Cuando el complemento de objeto directo de un phrasal uctl) es un pronombre, éste se inserta obligatoriamente entre el verbo y Ia partícula adverbial: he turned it on, único ordcn posible por oposición a he turned lhe ligM on y hc iurued ou the light [él encendió Ia luz].

Variaciones sobre Ia lingüística

37

cionales, 10 que se llama relaciones primitivas; por otro lado, con respecto a un esquema predicativo, Ia asignación de una orientación, Ia instanciación de lugares, y ahí también nos encontramos con operaciones. Y luego están Ias operaciones complejas de inmersión [plongement] mediante Ias cuales se "sumerge" un objeto en vías de 'constitución en un sistema de referencias, un sistema de localización con coordenadas espacio-temporales e intersubjetivas Ahora, Ia separación sintaxis, semántica, pragmática ... no sé: ées realmente pedir demasiado, solicitar que se manejen varias cosas a Ia vez? Claro, Ia mejor manera de nunca fallar en un acto complejo, cuando se hacen malabarismos, por ejemplo, es evidentemente tener una sola pelo ta. Si se tienen dos, o eventualmente tres, se hace más difícil. Y también se puede no lanzar nada al aire; iahí uno está realmente seguro de que nada va a Iallar! Pero esto no quiere decir que, según los casos, uno no vaya a tener una sola pelota en Ia mano, o que a veces no lance dos o tres juntas. Realmente, sobre este tema, hay una cierta rigidez, que me parece tanto más desconcertante que, cuando uno toma los estudios sobre Ias lenguas, que son estudios muy antiguos, que se encuentran en toda Ia tradición, hay una sutileza absolutamente notable en los análisis. Con frecuencia se hicieron ironías a costa de los misioneros que fueron a América Latina (que no era latina en aquella época; era simplemente América) y que describicron Ias lenguas a partir del latín, como se dice. Es verdad que en ciertos casos hay torpezas de presentación. Pero también hay una extraordinaria sutileza en el análisis 43. v.

42. Antoine Culioli agrega: "Así, un 'objeto' -en términos técnicos, una lexis pane en relación una tercera persona 'él' y el predicado 'venir'. Este objeto inmerso eu un espacio intersubjetivo, está marcado por diversas modalidades, entre Ias cuales estas dos modalidades del deseo que son el anhelo: -IQye é! venga seria realmente maravillosc! a ai contrario el rechazo: -iQ\.le él venga seda muy fastidioso!"

<él venir>-

43. Sobre este tema se puede consultar Zwartjes,

Otto (cd.), LIlJ gTIl7nlitimJ Rodopi. 2000.

misioneras de tradiâón hispânica (siglas XVI-XVJl). Amsterdam,

f 38

I

I

Antoine Culioli • Escritos

Y luego poco a poco, por razones que sería muy interesante analizar, hubo un movimiento hacia concepciones cada vez más rígidas, con fenómenos de esclerosis que son realmente lamentables. Y no creo que se pueda entonces escapar a Ias reproches que ciertos no lingüistas le suelen hacer a este tipo de lingüística, diciendo que en realidad eso no les interesa mucho. En un momento, en cambio, hubo un pasmo de adrniración por Ia lingüística, con Ia fonología, y se decía: es Ia primera ciencia, porque logra clasificar. Y el estadia de 10 clasificatorio -insisto en este punto- es absolutamente fundamental. iNo se puede prescindir de Ia clasificatorio, como no se puede prescindir dei análisis distribucional, como no se puede prescindir de los análisis sintácticos más elementales que se pueda imaginar, como Ia segmentacÍón en partes del discurso, por ejemplo t Todo esta, es evidente que no se trata de tomarIo en broma; todo 10 contrario: es realmente una parte del trabajo, engorrosa, difícil, pero sin Ia cual nada se puede hacer. Y de ninguna manera habría que imaginar que 10 enunciativo equivale a darle Ia espalda a todo un conjunto de prácticas que han dado lugar a Ia constitución de Ias gramáticas tales como Ias conocemos. Simplemente, nos damos cuenta de que durante mucho tiernpo, los gramáticos se ocuparon de fonética y morfología; en muchosotros casos, más tarde, afiadieron una pequena sintaxis, pero esta resultó pobre en relación a 10 que se tendría que haber hecho ", . Y 10 repito: el asunto es hacer Ias cosas con rigor y además con flexibilidad. Bien: si no se puede ser a Ia vez riguroso y flexible, entonces Yo diría incluso -no es muy de rni estilo lanzarme así, pero bueno - diría entonces que, para trabajar, es preciso tener una suerte de austeridad, muy firme, casi glacial.. _y además, por otra parte, hay que tener imaginación; Ia imaginación que hace que, brusca-

44. Eu Ia Gramática latina de Port-Royal (sigla XVII), Ia parte referida a Ia sintaxis ocupa 80 páginas de Ias 800 (es cierto que és ta comporta tarnbién una retórica). En Ia Gra7llrnaire latin« cornplête de L. Debeauvais, Belin, 1957, Ia morfoIogía, reducida a cuadros de declinaciones y conjugaciones, sigue siendo Ia mitad del conjunto.

Tlariaciones sobre Ia linfiiística

39

mente, fenómenos que estaban tan surnergidos en Ias hábitos que ya ni se pensaba en eIlos, salen a Ia luz, surgen, aparecen. Uno está estudiando una Iengua, frente a un informante o a otro investigador de quien es Ia lengua prirnera; y bien, a fuerza de darle vueltas, de rnanipulaciones, luno hace realmente "aparecerun fenómeno que no era visible! Ahí hay un procedimiento de descubrimiento. Por Ia demás, tal vez puede parecer que estoy protestando contra no sé qué, pero en realidad soy bastante optimista a este respecto: creo que vamos hacia un modo de investigación más flexible, más abierto, que va en el sentido de Ia que estoy diciendo. Pero no hay que olvidar que hubo un período en que fue bastante difícil decir Ias cosas que estoy diciendo. Es cierto que, muy a menudo, Ia gente que hablaba de cuestiones semânticas, por ejernpio, tendía a veces, digamos, a decir cualquier cosa. A perderse en consideraciones acerca de Ias cuales finalmente no se podía decir nada, porque eran muy brillantes, pero simplernente no tenían esa coherencia metalingüística que permite eventualmente contar con procedimientos de validación. En cambio hoyen día, en muchos campos (en el campo léxico, lexicológico, lexicográfico, el âmbito de Ia semántica, el de léxicogramática tarnbién ...), se están haciendo cosas extremadamente importantes 45, Y creo que desde este punto de vista hay buenas razones para ser muy optirnista. Sin embargo hubo, o hày todavía -no 10 sé-, reticencias frente a sus procedimientoso A ueces se dice -como usted sabe-, que usted es "complicado"; y si además no sigue Ias segmentaciones tradicionales.i, "Esto no exPlica que, ai fin de cuentas, usted no sea para el "gran público"? Sí.. en fin ... no sê a quê llama usted "gran público", porque 10 que en general Ia gente aprehende de Ia lingüística es casi siempre el poliglotismo, o digamos más bien un seudo poliglotismo. Cuano

45. Antoine CuIioIi agrega: "Es imposible mencionar todos Ios trabajos que, en todo el mundo, 10 merccerían. Ateniéndonos a Francia, y sin ser exhaustivos, llamemos Ia atención sobre J. Picoche, A. Rey, R. Martin, el grupo de Lille, etc.".

Antoine Culioli • Escritos

40

do uno dice que es lingüista, Ia primera pregunta que le hacen es: idiomas habla? O bien Ia gente hace comentarios, a veces extremadamente ingenuos, sobre los orígenes dellenguaje, o incluso comentarios de orden prescriptivo; o también dicen cosas algo exóticas sobre Ias lenguas, o del ámbito de Ia sociología de Ias lenguas (el argot, Ias luchas lingüísticas ... ). ~Hay reticencias con respecto al público masivo? No podría responder a esto; de hecho, no sé si Ia lingüística, de manera general, puede ser "popular".

ccuántos

~Por qué? Porque, corno se suele decir, y es verdad, tiene cierta tecnicidad, puede parecer un poco aburrida, estrecha ... Y porque finalmente, ah:í donde Ia gente cree que se iba a divertir un poco, se da cuenta de que se enfrenta a consideraciones laboriosas. Además, se preguntan para qué sirven, puesto que de hecho hablan, se comprenden, y todo con una extrema facilidad aparente, y se preguntan por qué nosotros nos estamos exprimiendo el cerebro con toda esta complejidad, para saber por quê se habla como se habla, por qué se dice 10 que se dice. iY además al finalles hacemos una zancadilla diciéndoles: cuando usted dice 10 que dice, quizás no está diciendo exactamente 10 que cree estar diciendo! Entonces, ~qué le parece?, cque eso puede ser para todos? Y además hay que afiadir otra cosa. Hay todo un conjunto de transformaciones que se operan constantemente en lingüística. Esta no simplifica el panorama, porque desde luego se generan actitudes múltiples, que hacen aún más difícil un abordaje del campo. Y todavía no hablamos mucho de ajuste, pero usted 10 sabe tanto como yo, Ias lingüistas son el mejor ejemplo de que elIenguaje no es transparente, que el ajuste no significa comunicación exitosa. Y entonces es cierto que todo esto da un panorama en movimiento, donde el no especialista corre el riesgo de perderse, En este sentido, creo por ejemplo que hoy en dia, si aiguien quiere leer algo, es bastante difícil aconsejarle un libro introductorio, que no simplifique demasiado, pero que no sea demasiado complejo. Y que además sea completo. Eso, es verdad ...

Variadones sobre Ia lingüística

41

En verdad, ai hacerle mi pregunta, pensaba ante todo en Ia difusión de su lingüística entre lingüistas. Es decir que, en su propio campo, ihay, hubo, eso no 10 sé, alguna resistencia a ia difusiôn de sus teorías? Sí, entiendo, de acuerdo. En primer lugar, creo que efectivarnente, el tipo de consideraciones que termino haciendo suele interesar más a no lingüistas que a los lingüistas. Pero entre Ios lingüistas, hay bastantes que se interesan, sobre todo cuando se les hace ver que no es tan complicado. Entonces, podemos formular Ia pregunta en estas términos: ~por quê hubo durante mucho tiempo una cierta resistencia? ~Y por quê, ahora, esta resistencia ha cedido en gran medida? Por mi parte, creo que hubo, efectivamente, una gran resistencia porque 10 que yo acabé haciendo tenía que ver con Ia ausencia de barreras entre Ia semántica, Ia sintaxis y Ia pragmática, y eso solo ya chocaba a mucha gente. Chocaba a Ias especialistas en sintaxis, los que hacen sintaxis estructural, parque para e!los Ia semántica era radicalmente diferente, estaba separada. Y chocá a los semantistas también, sobre todo porque, una vez más, siempre sostuve que Ia semántica se apoyaba en formas, 10 que yo llamo formas esquemáticas, que construimos mediante un pracedimiento de abstracción. Entonces para unos yo era demasiado semantista, y para otros estaba.demasiado volcado a Ia sintaxis. Se le reprocha también una aproximación muy formalaada, muy teórica... ahí donde otTOSdicen "Ia formalizaciôn no aporta nada ': o ')10 no hago teoria ... " ~Es verdad? c'Tbdavia existe eso de "yo no hago teoria"? Puede ser que cada vez. menos, en todo caso en una forma tan directa ... iEntonces eso merece una respuesta! Ai menos si eso significa lo que, después de todo, me parece una posición perfectamente honrosa: no quiero ubicarme en una posición en Ia que tuviera respuestas para todo. En este caso, de acuerdo.

Antoine Culioli- Escritos

42

Porque el teórico casi siempre tiene Ia reputación de ser un personaje que comienza por decretar 10 que debe ser, y que luego condesciende a acercarse a los fenómenos. Y después acomoda 10s fenómenos de tal manera, evidentemente, que satisfagan a su teoria. • Lo que hace que, en ese momento, cuando algunos dicen: yo no hago teoria, es que en realidad tienen mucho miedo de los sistemas deductivos, y tienen mucho miedo de que haya una especie de actitud de firzarniento, que impondría a Ia realidad ideas preconcebidas. iEntonces sobre esro no hay nada que decir! Son prevenciones que, lamentablemente, resultaron verdaderas con bastante frecuencia: es cierto que Ia teorización puede, o podía, dar miedo, y que en ciertas épocas, estas prevenciones estaban justificadas. En especial hubo empresas que se presentaban como universalistas, como si estuvieran en condiciones de responder a todas Ias preguntas. Hoy estas empresas, cuando no se. _.vinieron abajo, por 10menos se vieron obligadas a diluir tanto sus posiciones que, en Ia actualidad, es muy difícil reconocer el triunfalismo inicial. Estoy pensando en particular en el campo de Ia gTamática generativa. Por 10 demás, no caricaturicemos, de ningún modo; también había cosas muy interesantes. Pero que estaban atrapadas, és tas tarnbién, en una suerte de fenómeno tan masivo que (todos conocimos esto en alg·ún momento),

para decirlo quizás demasiado

brutalmen-

te, Ia gente se volvía sorda y ciega. Sectaria, incluso. i.E.s decir?

Cuando se describían los fenómenos, Ia gente decía: 2-Ah, sí? ~Para usted eso es un fenómeno? Yo no considero que sea importante46• Imagínese usted, un físico que dijera: tasÍ que ha visto un fenóme no que no estaba previsto? Y entonces 2-quéquiere que haga?

Variaciones sobreIa lingüística

En física existe el fenómeno de Ia reproductibilidad de Ia experiencia, que podrá ser reconocido. Pero en lingüística es diferente, claro, en especial porque todo el mundo puede inventar ejemplos. EjempIos que además suelen ser idealizados, simplificados aI extremo, o bien -dlo sabía?- hay esas frases que hacen reír a todos porque sólo un lingüista en un momento dado pudo haberlas inventado 47. Y es evidente que, en este punto, si no nos entendemos acerca de Ias obscrvaciones, porque no habría una teoría de los observabIes, entonces eso ya es muy grave. Pero justamente, enseguida hubo una preocupación cada vez mayor por estudiar Ios fenómenos en su realidad, y no "precalibrados"; en ese momento, por ejemplo, sedescubrió, o se redescubrió, como se quiera, que Ia oralidad existia, que el francés hablado existía. Pero atención: por esa razón yo no trataría con desprecio ese tipo de comenta rios que usted mencionaba. Con su pregunta usted pareda sugerir que yo los barrería con un gesto de desprecio, o que me reiría. iNo, no! Pero mostraría que es imposible hacer buenas descripciones, ricas, profundas, elaboradas, extensas, sin teorización. Y que es imposible teorizar Ia nada; hay que teorizar algo. Y por consiguiente, hay que hacer observaciones. Y agregaría también que alguien que se imagine que puede recurrir, a modo de teoría, simplemente a una herencia, o simplemente a su intuición, que no estuviera controlada por su razonamiento, y por ende por unometalenguaje dotado de ciertas propiedades, también se haría ilusiones. Porque si ahora se trata de decir que nos podremos conformar con una oposición estricta entre "Ias que hacen teoría" y "los que hacen práctica", entonces, aquí hay que ser muy claro, eso no se sostiene.

fragmento va precedido de una apología de Ia idcalización, Ias críticas de A. Culioli. 46. Los generativistas acostumbraban a distinguir entre 10 que era "interesting" (según Ias malas lenguas, 10 que ellos hacían ... ) y 10 que era "not interesting" (gTOJ,fO modo, 10 que hacíau los demás ... ). Hay un intento de definición de Ia palabra "interesante" en N. Chomsky, Dialogues aoec Mitsou Ronat, París, Flammarion, 1977, pp. 67-77 [Corwenaciolles aJJ! Chomsky, Barcelona, Gedisa, 1981]. Este

43

útil para comprender

47. Por cjcmplo: "'lhe man ZUilO the bOJ w/w [,7,( students recogirúed jJointed oui is aftiend l/mine" ["EI hombre que el muchacho que Ias estucliantes reconocieron seíialó con eI dedo es un amigo mío".] N. Chomsky, Aspects qfthe Theory i!l~ynt{lx, Carnbridge-Mass., MIT Press, 1965, p. 11 [AJjJectoJ de la teoria de ta sintaxis, Maclrid, Aguilar, 1970J.

Antoine Culioli • Escritos

44

Como usted sabe, en un momento dado (alrededor de los afies 70-80) se quiso oponer también (se ha hecho mucho este tipo de oposiciones) Ia lingüística "de terreno" y Ia lingüística "teórica". La lingüística de terreno era gente que andaba por los pantanos, en medio de 10s mosquitos; )' por 10 demás es cierto que suele ser un trabajo muy difícil. Y también estaba, por otro lado, separado, el teórico. En inglés, por ejemplo, se oponía "field linguistics" y "armchair linguistics", que quiere decir 10 que dice: ellingüista "de sillón" que, desde su gabinete, decreta, y ellingüista "de terreno". De Ia misma manera se quiso oponer lingüística teórica y lingüística descriptiva. En lingüística había en una época -repito- muchas de estas oposiciones bien definidas. Y en este caso también se puede demostrar fácil mente que para describir -10 digo muy rápidamente, porque es bien sabido y es en sí mismo todo un tema- hay que tener categorías que le perrnitan a uno describir, por tanto una teoría previa. Y estas categorías no pueden provenir más que de tres fuentes. La primera corresponde a Ias categorías recibidas por herencia: sustantivo, verbo, tema, aspecto, etc. Se sabe que esta herencia fue constituida histórica mente, en el ámbito occidental, a partir de Ia reflexión sobre ciertas lenguas. Entonces, a menos que se practique el glotocerttrisrn.o, o

qUê Sê

clecrete que Ia lingüística no se ocupa de Ia

diversidad de lenguas, o que esta diversidad no existe, o incluso que no es interesanre '", no se puede hacer como si una Iengua nos diera acceso a ias lenguas. Entonces, si uno no se conforma con esta herencia, tendrá que jàbricar. La primera solución es apoyarse en Ia propia intuición, y entenderse con 10s demás por medio de alusiones, Pero al crear así una metalengua un poco silvestre, ise van a producir malentendidos! Tomemos por ejemplo algunos libros de lingüística; verá que Ia palabra "tema" significa cosas muy diferentes; que en Ia categoría del aspecto (aquí voy a tener que ser un poco técnico), nociones como 1'."" '1o a meduratrvo, wnupenectlvo, pertecnvo son apre hen did 1 as so ".1

."

48. Cf. n. 45.

1:"

."

Variacionessobre Ia lingüística

45

dias palabras; "durativo", intuitivamente, se entiende que es algo que "dura", que es "no puntual", eso es todo. Entonces, proceder. de este modo es tener, en el rondo, una posición que equivaldría a decir: es así como veo Ias cosas.;No cs sicrnprc catastrófico, pero en cuanto uno quiere efectuar lo que se llarna un raumamiento, iya no se sostiene! Entonces, si uno no quiere que haya permanentemente esta fuente de malentendidos, debe construir, inventar esta Iengua que nos permite describir el objeto de estudio. Y entonces uno debe dar los criterios de construcción de su metalengua, y tener los criterios habituales de racionalidad en ese caso: Ias términos deben ser explicitados, Ias regIas deben ser coherentes, etc. En definitiva, esta oposición, esta visión del teórico por un lado y del práctico por otro, es insostenible. Y si usted me pidiera elegir, debo decir que me veda en un aprieto. Porque no hay que elegir, es así de simple. En esta hay a veces una gran ingenuidad, aun cuando se dice y se sabe bien que un becbo lingüística es algo que se construye (eso ya Ia dijo Berrveniste, que retomaba en este punto reflexiones de Saussure i''). Y hay un punto también en que Ia descripción no es suficiente, y donde Ia teoría desempena un papel esencial: es que ésta permite hacer aparecer fenómenos que de otro modo quedan ocultos. ~Usted dice que Ta teoría hace "aparecer'í fenômenos? Sí, por supuesto, es un punto fácil de ilustrar con un ejemplo. Y verá que 10 asombroso es Ia cantidad de fenômenos que jamás son observados, y que Ia "teoria" hace aparecer incluso en una lengua que parece tan bien descripta y familiar como el francés. Bien, tomo mi ejemplo.

49. É. Benveniste: "Creernos poder alcanzar c1irectarnente eI hecho de lengua como una realidad objetiva. I.a verdad es que no 10 captamos sino desde determinado pUIlto de vista, que hay que empezar por definir", "Saussure después de medio siglo", eu PLG 1, p. 39 [de Ia edición espanola]. F. de Saussure: "Lejos de que el objeto preceda ai punto de vista, diríamos que es el punto de vista 10 que crea el objeto", eLG, p. 49 [de Ia edición espafiola],

Antoine Culioli • Escritos

46 En francês,

como en espafiol, usted puede decir:

~Dónde hay un telifóno? ~Dónde puedo encontrar un telifóno?

(

Pero estará de acuerdo

en que difícil mente va a decir:

~Dónde se encuentra un telefono .~

y, por el otro, hay algo que es buscado,

yencon-

trado. Mientras que con el verbo "ser/estar", ya sea que signifique "hallarse", o bien "ser idéntico a" (por toma):" sólo estos dos casos: "Ia estación está delante de usted" y "este animal es una ardilla"), nos damos cuenta de que no aparece esta propiedad disirnétrica que existe, por ejemplo, en "encontrar" o "tener". "Ser/estar" es siméEntonces inmediatamente, uno se dice: oh, encontré algo, hice emerger una propiedad. Y eso, desde Iuego, ya es trabajo teórico. Sigamos. Luego verificamos si eso funciona en otros lugares.

decir fácilrnente:

Wónde está el telifóno?

Tomo "encontrarse", que es verbo reflejo, que por ende no tiene esa propiedad de disimetría de "encontrar", verifico, y efectivamente:

~Dónde se encuenira el tel{fono.'? Pero no puede tener "un", cestamos

y que encuentra

trico.

dDónde está un telifóno? En cambio podrá

47

Variaaones sobre Ia lingüística

de acuerdo? ~Dónde se encuenira un teltflono?

Hasta aqui, si. ino funciona t

í~

Esta 10 podemos comprobar. Esta comprobación no se impone a nosotros: como ha visto, fue preciso hacer manipulaciones para Ilegar a enunciados. En particular, hice surgir enunciados imposibles. Se puede ironizar sobre estas secuencias imposibles, pero es indudable que son de gran importancia: en un momento dado uno se da cuenta de que hay imposibilidades, es decir, que se puede chocar con algo.

Retomo ahora "hay", que es disimétrico: por un lado tiene 10 que yo !lamo un "localizador" y, por otro lado, un "localizado". Ahora

Empiezo por:

Entonces me doy cuenta de que transforrné 10 que era sólo una observación, una simple comprobación, en un problema, un consirudo. No podría haber hecho esta observación si no hubiera estado atento a cierto número de propiedades de Ias textos, que hacen que en un momento dado, funciona, y en otro momento, no funciona. Y además, de una manipulación de enunciados puedo extraer una propiedad abstracta, y a partir de esta propiedad abstracta puedo volver a trabajar sobre otros ejemplos. c:Me entiende? Pero, a partir de esto, puedo -y voy a- hacerme otra pregunta: ccómo es que cuando tengo "dónde", luego un verbo simétrico, no puedo tener "un"? Porque encuentro una dificultad, y es que si tomo ahora el inglês, en inglés tengo, o puedo tener:

Dime, idônde está el telifóno? Bien. Y luego alguien después va a decir: si en lugar de "el" después, pongo "un", 2.qué pasa? Y veo que: ~Dónde está un teltflàno? no funciona. Entonces me digo: oh, crio funciona? Intuitivamente, en ese momento me puedo decir: quiere decir que el verbo "ser/estar" ["être'l tiene propiedades (aquí me salteo muchas cosas), y que no son del mismo ordcn que, por ejemplo, "encontrar". Pero esta sigue siendo insuficiente. Ahora bien, ~cuál es Ia diferencia con "encontrar", por ejemplo? Qye "encontrar" es disirnétrico: por un lado hay alguien que busca

bien: ~Dónde hay un teltfono .~

ifunciona!

Where is a telephone? [~Dónde hay un teltflõno.~.

48

Antoine Culioli • Escritos

Es decir que tengo algo que parece contradecir ai francês [y aI que hice con respecto ai francês no funciona con e! inglês en un caso como éste50. Pero en ese momento me acuerdo también de que en inglés, "hay'l'no se dite con el verbo haber (que es un verbo disimétricot, sino que tenemos "is". EI "is" de! que hablábamos. Y está ellocalizador "there", Entonces me voy a preguntar por quê 10 que era posible, o 10 que era imposible, en francês, cuando paso al inglês (que, hay que decir10, no es simplemente una especie de francês traducido, sino verdaderamente inglês) se vuelve parcialmente posible, etc. etc. Ahora, como usted ve, esto no es únicamente un trabajo de descripción, ya es trabajo teórico. Es evidentemente trabajo de descripción, un trabajo muy fino, que se realiza en fenómenos casi imperceptibles ... en fin, que son, incluso, imperceptibles. Y el problema para el lingüista es, precisamente, -porque nosotros no tenemos conciencia de 10 que hacemos cuando hablamoscómo ponerme en una posición de exterioridad con respecto a mi objeto de estudio, de manera de tratar en forma consciente fenómenos de los cuales no somos conscientes. O bien: cómo tratar de manera objetiva fenómenos que son subjetivos, y de modo más general, intersubj etivos. Estos fenómenos se vuelveri perceptibles, entonces, mediante esc trabajo dei que acabo de dar un breve ejemplo. Y es también, por cierto, trabajo teórico. ta teoria, mediante estas manipulaciones, me permite construir mi observación, mi descripción y, por ende, en el sentido propio, hacer emerger, hacer aparecer fenómenos. Entonces ve usted que por todas estas razones, Ia oposición entre descripción y teorización realmente no tiene sentido. espaíiol], que todo el razonamiento

50. "Lo que importa es hacer que el texto se mueva. Así, cuando encontré un día en un texto inglés Where's a tclephone? (ique no tiene nada de anormal! Pero yo no 10 había pensado), me tuve que interrogar sobre Ia relación entre localizador y localizado en este esquema (tltere:l) en comparación con el francés (il y a... ) [espaíiol: lury]". "À propos de Ia notion", PIE 3, p. 23.

Variaciones sobre Ia lingüística

49

Aprovecho también para insistir en Ia importancia de una formación teórica, en especial para hacer aparecer fenómenos. Y digo esto sobre todo porque mucha gente, gente con Ia que he trabajado, bacia quienes tengo una profunda estima, maqifestaba también ai comienzo cierta inquietud frente a mis procedimientos de teorización. Tenían mucho miedo, y 10 repito, a menudo con razón, de que un punto de vista impusiera, de manera imperiosa, una suerte de red preconstruida sobre Ias datos, Ias observaciones. Y eso es muy maio. Después, cuando se dieron cuenta que, ai contrario, ese dispositivo tenía más o menos Ia función de una lupa, y después de un microscopio, y después incluso de un microscopio electrónico, en ese momento, Ia mayoría de Ias veces, su posición intermedia era: el aspecto teórico no me interesa mucho, pero reconozco que prove e muchos datos y desde este punto de vista es extremada mente interesante. Aún cuando se puede pensar que con una lengua que nunca fue descripta, se puede avanzar a toda ve!ocidad, y que para hacer un buen trabajo de observador no necesitamos forzosamente un trabajo teórico explícito. Tenemos por ejemplo una excelente descripción dei groenlandés que hizo un pastor51, mientras que otros pueden haber recibido una excelente formación teórica y no ver nada, pasar de largo, simplemente. Hay que agregar que, es verdad, como por mi parte siempre me he ocupado y preocupado mucho por Ia epistemología, pude haber dado Ia impresión de estarle buscando Ia quinta pata ai gato. Lo que hace que ahí tarnbién hubo inquietudes múltiples. Entonces creo que 10 que ha cambiado es que antes, los lingüistas de terreno desconfiaban como de Ia peste de los "teóricos" (o de quienes pretendían serIo). Luego se dieron cuenta de que finalmente, e! trabajo teórico los podía ayudar, y que había incluso investigaciones teóricas de buena fe que se nutrían de estudios hecbos en el terreno. Además, en algunos países -en África, por ejemplo-, se dieron cuenta de que Ias descripciones que se habían hecho -era 10 inevi51. S. Kleinschmidt, Crammatik de (!,Tonl!indisdze1/Spmche, Berlín, 1851. EI pastor Kleinschmidt fue precedido por un obispo danés, Paul Egede (1708-1789): Grammatica gronlandica-danico-Ialina, Copenhague, 1769.

Antoine Culioli • Escritos

50

table- siguiendo el modelo estructuralista clásico 52 eran demasiado simples, y dejaban de lado todos Ias fenômenos enunciativos, todos los fenómenos de prosodia, todos los fenômenos vinculados con Ia retórica, todos Ias fenómenos de interlocución, es decir, todo 10 que se puede llamar realmente "antropología lingüística", todas Ias maneras de comportasse dentro de una Iengua. Pero es cierto que en general -y creo que hoy en día hay una evolución muy fuerte, muy saludable- el caso que usted plante aba, que podríamos llamar de ingenuidad, o casi de necedad antiteórica, está desapareciendo.

t reso es algo

I

bueno?

Sí, claro. Pero en cambio hay otra cosa que, en mi opinión, no ha desaparecido entre Ias lingüistas: algo así como una prevención con respecto a Ias lenguas en general, en su diversidad. Y aíiadiría incluso con respecto a Ias "lenguas dentro de una lengua", es decir, a esa forma de diversidad que constituye en una lengua ellenguaje oral en relación allenguaje escrito, el estilo, Ia retórica, Ias maneras diferentes que tenemos de hablar en función de Ias situaciones ... Entonces, en un sentido más general, una prevención con respecto aIos fenómenos y a su diversidad. t Qyé quiere decir; exactamente? Me explico. Primero, so pretexto de lingüística "teórica" (puesto que es el término que se suele emplear), algunos trabajan sobre manipulaciones formales, pero relativas solamente a ciertos tipos de formalismos, de tipo lógico, incluso de Ia lógica clásica 53. Lo que hace que, en realidad, no se interesen en absoluto en Ia diversidad de fenómenos, sino que trabajan sobre seudo enunciados,

52. Ejemplos sobre este punto se encuentran

en Ia tesis de Stéphane

Robert,

Approche énonciative du systeme verbal: le cas du wolqj; París, Centre national de Ia

Variaciones sobre Ia lingiiística

51

que ni siquiera son dei francês de todos Ias días; son fenómenos producidos por lingüistas para lingüistas, en una atmósfera rarificada, que no tienen nada que ver con Ia realidad de Ia producción y el reconocimiento de Ias enunciados. • En Ia actualidad, hay numerosos lingüistas, por ejemplo en el campo de Ia semántica formal, que trabajan de este modo, sobre algo que ya no es talo cuallengua, sino un artefacto, una abstracción. Qye ya ni siquiera es una lengua, en el sentido empírico de! término. Y por otro lado, hay gente que trabaja solarnente sobre una lengua, como si esa lengua pudiera ser representativa de "Ias lenguas". Ahora bien, Ias lenguas -y aquí corro el riesgo de repetirme hasta Ia náusea- rnanifiestan una diversidad siempre desconcertante.En realidad, son diversas incluso hasta el punto de que realmente hay que haber manipulado muchas para tener Ia impresión de que, a pesar de esta diversidad, se encuentra una especie de núcleo de fenômenos comunes, de núcleo de explicaciones. Y siempre -bueno, es mi experiencia en todo caso- aparecen fenómenos suplementarios, variados, que llaman Ia atención... Y hay una suerte de fase ulterior que es que, mientras que se creia que se había agotado esta diversidad en una visión muy general, cada vez que se retoman Ias fenômenos en su especificidad, 10 que va hasta un análisis microscõpico de Ias detalles, se oueluen a encontrar fenômenos. En ese momento, cuando uno vuelve a una lengua, de nuevo se hacen descubrimientos, en caminos que uno creía trillados, en paisajes que uno creía muy bien sefializados, analizados; ya partir de esas observaciones, referidas a fenômenos ínfimos, se hace una especie de retorno y, en ese momento, uno acaba registrando aún más variaciones. Por tomar sólo un ejemplo: por regia general, en lingüística se hacen descripciones que son bastante amplias. Sin entrar en detalles y a grandes rasgos, hablamos por ejemplo de lenguas con artículos en relación a lenguas sin artículos 54.

recherche scientifique, 1991. 53. Sobre Ia lógica y Ias lógicas, véase Desclés, 1ean-Pierre, "Quelques concepts ernpruntés par Antoine Culioli à Ia logique et aux mathématiques",

VI, pp. 122-123.

54. Lo que Antoine Culioli lamenta. La misma idea, y el mismo ejemplo, se encuentran en "En guise de c1ôture", ISH, p. 159: "Ellingüista se ve obligado a hacer análisis detal!ados: no hay análisis macroscópicos. Decir que hay lcnguas

52

Antoine Culioli o Esaitos

Y además, como hemos visto, aun dentro de una lengua como el francés, uno es llevado a estudiar fenômenos que no habían sido percibidos. ~Por que? Porque no existía Ia costumbre de analizarlos en detalle. O también porque, una vez hecha Ia separación entre lenguas, se verá que hay diferencias estilísticas, toda una tipología de discursos dentro de una misma lengua, que hará que no aparezcan necesariamente los mismos fenómenos según se cuente una historia real o imaginaria, o se esté frente a alguien, o se describa una situación, o se vuelva a describir una situación vista anteriormente. Es todo un conjunto de problemas que hacen que haya una variedad de fenômenos. Y siempre nos vemos llevados a plantear este problema del lenguaje a través de Ias lenguas, a través del texto y por ende a traves de los datos que son datos empíricos. Es decir, una realidad que se puede observar, que se puede segmentar, que se puede trabajar, pero que es siempre algo dado con 10 que hay que contar. Entonces, para usted, i./a noción de diversidad es, por una parte, Ia variedad de lenguas y, por otra, Ia variación -dentro de una misma lengua- de "tipos de discurso': y es eso 10 que usted llama "texto"? Exactamente='. Y podemos ir aún más lejos: hay que incorporar en este punto problemas de orden etnolingüístico y sociolingüístico; es decir que habrá ~ariaciones dentro de grupos, variaciones relativas a Ia disimetría entre, por un lado -tomando aquí el término expresamente-, un hablante, y por otro lado un interlocutor o un destinatario, si se quiere usar este término.

con artículos y lenguas sin artículo no tiene ningún sentido, ni ninguna eficacia porque, de todas rnaneras, vamos a encontrar cierto número de operaciones detrás de marcadores diferentes, porque, de todos modos, "artículo" es un término tan general que deja de ser pertinente", 55. Antoine Culioli agrega: "EI texto, para mí, es 10 texturado, 10 tejido. Es realmente el objeto material". Nótese el sentido particular de "texto", que no remire a 10 escrito.

Variaaones sobre la ling;iiística

53

Es decir, para ser más claro, que estamos en una situación que se caracteriza por discontinuidades, por fenómenos de heterogeneidad, y esa impresión de transmisión lisa, transindividual, que no crearía problemas, que podemos tener en un intercambio, es en realidad una ilusión necesaria. De hecho, a cada instante estamos operando un juego de selección, que hace que eliminemos ciertos factores que podrían aparecer como factores de rupturas. El intercambio no es ilusorio, desde luego; no, 10 que quiero decir es que tenemos Ia ilusión de que es liso porque operamos alisamientos permanentes. En realidad ejercemos permanentemente un control, que está ligado a ese pensamiento no consciente que opera cuando estamos comunicando, y sin el cual, en realidad, no podríamos tener otra cosa que no fuera un intercambio que funcionaría de un modo neurótico. Y por 10 tanto, tendremos esa masa ernpírica ella misma muy compleja porque está ligada a factores heterogêneos. Entre estos factores heterogéneos podemos agregar, además, 10 que se !lama "registros" (lenguaje cortés, popular ... ), los tipos de conversaciones (entre amigos, entre inferior y superior. ..), etc. Entonces parece trivial, sobre todo hoy, porque hemos insistido a menudo eu estos aspectos, Pero atención, algunos no insisten en estos aspectos, porque como usted sabe, en el otro extremo tenemos Ia actitud de quienes dirían: vamos a trabajar sobre feriômenos que, forzosamente, en una primera etapa, están idealizados, reducidos a una simplicidad que es Ia que nos permitirá trabajar, La complejidad, todo 10 que hace que un enunciado sea más complejo, pero también simplemente más real, dicen que Ia recuperarán más tarde. Pero sabemos 10 que quiere decir más tarde; quiere decir nunca. Y tenemos entonces dos actitudes distintas, que se refieren a un aspecto que para mí siempre ha sido muy importante: ~qué estatuto se le asigna a Ios fenómenos, a Ia materialidad de 10sfenômenos? Creo que hay una gran ingenuidad desde ese punto de vista, UIl olvido de esta diversidad que sorprende de entrada. En Ias lenguas hay realmente configuraciones, que yo llamo configuracioncs de marcadores, que son profundamente diferentes.

Antoine Culioli • Escritos

54

(

I .1

(

\ 1

Y cuando se investiga +corno 10 hago yo- ellenguaje a través de Ia diversidad de Ias lenguas y de los textos, se debe plantear el problema de 10 que, con respecto a esta diversidad, es recuperable, común, o sea invariancia, que existe en Ia medida en que se puede aprender otra lengua; se puede traducir en cierta medida, etc. EI problema es que, mientras no se diga 10 contrario, como Ia especie humana es una, podemos plantear que hay necesariamente propiedades universales. Y ante esta variedad, nos tenemos que plantear el problema de Ia relación entre Ia variación y 10 que es invariante (por diversas razones, preficro hablar de invariancia más que de universales). Aquí estamos de lleno en 10 que es su programa de investigación: el lenguaje a través Ia dioersidad de lenguas ... Sí, y por tanto Ia diversidad de textos; como 10 dije antes, agrego ahora "de textos" ... 56

"r el marco

dei anâlisis estructural no permite responder a

esto? A ver, volvamos a mis procedimientos y sus orígenes. Fue realmente -puesto que usted 10 seíialaba hace un rato-: el resultado de una serie de insatisfacciones, con relación a esta formación =estructuralista- que habíamos recibido unos y otros (sobre este punto no me presento en absoluto como un caso particular). Esrudiábamos los fenómenos a partir de cierto marco, el análisis distribucional, que nos permitía clasificar, jerarquizar. Pero atención, no hay que ironizar en absoluto aI respecto, insisto; es una etapa realmente indispensable. Pero en un momento dado, nos damos cuenta de que eso ya no es suficiente. Voy a tomar rápidamente un ejemplo para mostrar que, en un momento, eso deja de ser suficiente. Si digo: iPor qué no vamos al cine?

Variaaones sobre Ia lingüística

55

todo el mundo comprende inrnediatamente mando 10 que alguien diría:

que, o bien estoy reto-

No vayamos al cine,

y yo digo, por oposición: iPor quê no vamos al cine?

o bien, por otro lado, muy naturalmente, vitación, y eso significa: iY sifuáamos

es una sugerencia, una in-

aI cine?57

Entonces me puedo detener ahí. iIncluso puedo no hacer este comentario! Pero si avancé por esta vía, empiezo a hacerme preguntas. Me digo: ccómo es que "i,por qué + Ia negáción?" puede significar "dy si?", por tanto una sugerencia? Entonces una primera reflexión, intuitiva, sería, por ejemplo: ah, es porque "por qué" introduce una interrogación, sobre Ia causa, Ia razón, y si uno interroga Ia razón, eso quiere decir que ... ~quiere decir que quê? ~Qué no hay razón para no ir? Ve usted que el salto entre "interrogarse sobre" ("~por quê no ir?") y concluir "no hay razón para" ("sugiero ir"), es decir, Ia inexistencia de Ia razón, j es un salto importante! Entonces sigo adelante. Y ahí me doy cuenta de que, a Ia inversa: i.Por quéir al cine] parece comportar una especie de cuestionamiento: iPor qué ir al cinel iNo ueo Ia razón de ir al cine! Y por qué, cuando se 10 pone en primera persona: iPor qué yo no iria al cine ,'1 parece ser una suerte de respuesta un poco áspera a alguien que dijera:

56, Culioli recuerda aquí que él completó recientemente Ia definición clásica retomada por Frédéric Fau: "Ia lingüística tiene por objeto el estudio dellenguaje aprehendido a través de Ia diversidad de Ias lenguas naruralcs"

57, Sin embargo hay una diferencia prosódica, En el primer caso, 'flor que"' !leva el acento principal. Si se trata de una sugerencia, el acento va cn "cine".

Antoine Culioli • Escritos

56

iNo vayas al cine! Podemos

ir más lejos

58.

Tenemos

un conjunto

de enunciados:

dPor qué no vamos al tine? dPor qué no iríamos ai cine? dY' sifucramos al cinel Esos pequenos enunciados aislados, ~por qué Ias pongo juntos? cAcaso por razones de sentido, o de relación entre Ias sujetos que habIan, que oyen, es decir, por una cuestión de pragmática? Entonces, ctienen acaso algo en cornún? Y ahí, para responder a esta pregunta, me veo llevado a construir ese objeto abstracto, previa, común a todos los enunciados, que llamo lexis59, y que será instanciado y sumergido, como dije hace un rato, en un sistema de referencias; es decir, una vez más, a hacerle enseguida un conjunto de preguntas que exceden un propósito inicial, que sería un sirnple propósito de descripción. Todo esta puede parecer complicado, es cierto. Pero antes que repetir que es complicado, más valdría a veces preguntarse por qué Ias observaciones y Ias razonamientos dellingüista suelen ser infinitamente sirnplistas en relación a Ia sutileza de Ia actividad enunciativa muy cotidiana de cualquier hablante. 1T v v y.,. a

t- •....•. ~"'"' .••••.....• t--v-•....• .o:DorYlT'lolr\. LV1J.1Cll VL.l

v ""'J'-'.L...I...I.l".LV,

".,o'll,,·'Y\.o-nrp .J.

,""u..L.L.L.L,",,~..I.L.'-'

1"'1 ~~c '-'.l.

..1L.LL.t.oJ

c~rnnlp·

.t'...".

••.••.••.•...•...•.

Aquí tienes,tu reloi [Voilà ta montre). En un caso como éste, "tu relq/, está delante de ambos, puesto que en "aquí tienes tu relo] inmediatamente construimos una situación donde hay dos personas que están frente a frente, o una junto

58. Para ir más lejos, se puede consultar "Existe-t-il une unité de Ia négation?", PIE 3, pp. 68-70. .'19.La lexis es "una forma organizadora, generadora de relaciones predicativas". "Sur le concept de notion", PIE 1, p. 49. La lexiscomporta dos términos susceptibles de convertirse eu Ias argumentos de un predicado, en este caso <nosotros> y y un término susceptible de convertirse en predicado, en este caso . Acerca de Ia lexis, véase también PLE 1, p. 79, § 2.

Variacionessobre Ia lingüística

57

a otra, da igual, pero que tienen Ia posibiIidad de compartir cierta percepción. Y aI decir esta, ya quiere decir que sabemos 10 que es "reloj", sabemos a qué remite "tú" para quien escucha aI otro decirle "tú" a él mismo, en tanto que él díría "yo" y le diría "tú" aI otro. Y, por último, con "aqui tienes" se quiere decir 'aquí está [el reloj]'. Y ahora si uno dice:

i,Dónde está mi reloj? todo se complica un poco, porque "dónde" remite a un lugar que no es, esta vez, ellugar que uno comparte, elIugar donde uno está aI decir esto. "Dónde" remite a: cualquier lugar, en Ia medida en que tenga Ia propiedad de ser ellugar donde está el reloj que estoy buscando. Y notará que esto es mucho más complicado: uno no puede sefialar y decir: lya está, es ahí! En segundo lugar, el reloj no está delante de uno. Por consiguiente, uno puede referir mediante ese sustiiuto que es Ia representación verbalizada de "rni reloj" a un reloj que no está allí. Y así uno habrá puesto en relaciôn una representación verbalizada con una representación de objeto ausente. Y ve usted que una de Ias propiedades centrales dellenguaje es de todas maneras construir relaciones. EI Ienguaje no es el único medio de poner en relación: con nuestros gestos, con nuestras conductas en general, podemos establecer relaciones; pero ellenguaje tiene, entre otras características, en primer lugar Ia de poner en relación objetos y propiedades; luego, Ia de poder poner en relación, mediante Ia referencia, a sustitutos de Ia realidad y una realidad. Y también, Ia de poner en relación y regular Ias relaciones entre Ias suje tos. Y de un modo más general, permite construir objetos mediante procedimientos, de tal manera que uno Ias pone en relación, y de este modo uno construye nuevos objetos que puede volver a poner en relación. Pero ve usted que muy rápido, y sin tener absolutamente ninguna conciencia de ello, esta se torna de una complejidad espantosa. iY es tan simple en apariencia! Lo que planteo con "idónde está rni relo;'?" es un problema muy clásico: si utilizamos ellenguaje sólo para referir a 10 que está presente,

Antoine Cu/ioli • Escritos

58

lU

variacioneJ sobre Ia lingüística

con referentes que estarÍan ellos mismos presentes, sería difícil. Nos encontraríamos un poco en Ia situación narrada en el "Viaje a Laputa", de Gulliver: personas que llegan con sus talegos, y van mostrando sus objetos a medida que los mencionan'". Pero basta con mirar alrededor: no es esta 10 que pasa. Es mucho más complicado. Si usted dice, en un momento dado, mirando, sefialando un objeto: 1Mira) un zorra!

11,

11'

aunque no parezca, habrá hecho todo un conjunto de operaciones, de puestas en relaciim. "Mira) un zorra" remite a un estado de cosas dado, es decir, a cierta situación empírica, y por tanto a un cierto número de objetos, procesos y relaciones. En el caso en cuestión, seamos pesados y detallistas hasta el fin: "mira", primero, llama Ia atención, pero al mismo tiempo quiere decir: hay un espacio-tiempo, una porción, en el que un fenómeno ha aparecido; hay un cambio en el estado de cosas: no había zorras, ahora hay uno. Digo entonces -y ahora sé que voy a parecer estar hilando muy fino ... - que se trata efectivamente de un fenómeno que se puede denominar: "aparición de un zorro". En segundo lugar, sobre todo, esto quiere decir que: acaba de aparecer un animal dei que usted dice que pertenece a esa especie llamada zorro, Entonces, es a Ia vez un acontecimiento particular, es un zorro que usted tiene ante Ias ajas (en fin, a esa altura, ya se habría ido, pero voy a hacer como si se hubiera quedado ahí, escuchándonos, interesado en 10 que decimos ... ) y, por otra parte, usted hizo una operación que es de una abstracciôn muy grande, puesto que !levó un animal particular a una" clase "ser zorra", que no está presente aquí. Y ve también cómo esta se vuelve enseguida casi ridículo, además, cuando uno llega a tener que decir todo esto. En tanto que, hay que adrnitirlo, es mucho mejor no decirlo. Porque apenas uno escucha a aIguien aplastar bajo tal rodillo compresor verbal Ias situaciones que nos parecen más elementales, tenemos Ia impresión de que

60. ]onathan

Swift, Los viajes de Gultivo; terccra parte, capítulo 5.

59

Ia persona frente a nosotros tiene un discurso casi patológico a fuerza de precisión obsesiva. Entonces, se ve muy bien que en cada momento, cada vez que creemo~ tener Ia posibilidad de trabajar mediante dcsignación pura y. simple, en realidad siempre hay referencia a representacioncs que cscapan a Ia situación actuaI, y siempre hay, en el enunciado más simple, puesto que en este caso tom é una referencÍa inmediata, un poderoso fenómeno de abstracción. l,Incluso en Ia designaciôn directa de un objeto presente, a su juicio, hay un procedimiento de abstracción? iNecesariamente! iExactamente! Exceptuando juegos como con el famoso "esto no es una pipa" 61, desde luego, aun cuando uno diga: "esto es un reloj", hay "reloj", y "ser reloj" es una abstracción; y estos procedimientos de abstracción son de tipo cognitivo. EIIenguaje es, pues, efectivamente, una actividad simbólica, es decir, de relación a Ia realidad, de construcción de representaciones que pueden sustituir a, que pueden operar incluso por fuera de una reaIidad que estarfa allí presente. Y ésta es su propia característica, cno es así?

Yo hablaba hace un momento de Ia clase zorro, que evidentemente no puede remitir únicamente al animal que usted tiene ante Ia vista, sino que debe poder remitir a todos 10s zorras. l,Es 10 que usted llama "nociõn"? Sí, Ia noción reúne todo un conjunto de propiedades que uno reduce en un momento a Ia "zorridad", o a Ia "vulpidad", en fin, no sé cómo decirIo. Digamos, a "ser zorra". Y esta noción (con todo 10 que ella implica: a partir de esto, uno podrá hacer metáforas, por ejemplo, pero dejemos de lado esta, que nos llevaría en demasiadas direcciones a Ia vez), es una suerte de cruce de caminos; es, retomando Ia definición que suelo dar, "un haz de propiedades físico-culturales" (y digo bien "culturaIes" también).

61. Alusión al cuadro de Magritte titulado "La traición de Ias imágenes", 1929 (Los Angeles County Museum of Art). La obra representa una pipa, con Ia siguiente leyenda: "Esto no es una pipa".

Giovandro frlaftliS &rrt:Íitl Antoine Cu/ioli • Escritos

60

-----" Y es algo apresado

en una relación compleja, en una red con otras nociones, otras propiedades, por 10 que siempre está en vías de refacción. Es por ello que uso el término "noción", y no "concepto", que remite a un concepto científico, estabilizado en una acepción determinada. La noción, en cambio, remite a un conglomerado de acontecimientos, que conllevan una misrna propiedad, por ejemplo, "ser zorro". Y cada ocurrencia de "ser zorro" remite a un zorro que es a Ia vez particular y, aI mismo tiempo, cualquiera. Cualquiera, porque si no, por decirlo rápidamente, uno no podría decir "un zorro", puesto que cada zorro quedaría separado de cualquier otro zorra. Entonces, de hecho uno aísla cierto número de propiedades, y define así 10s criterios de conformidad que corresponden a Ia representación que uno se hace de 10 que es un verdadero zorro; un oerdadero zorra, que merezca el nombre de zorra. Este procedimiento de abstracción es, pues, necesario y, en un momento, hay un pasa:je, que hace que uno pase de una representación particular, de Ia que uno abstrae propiedades, a una representación de todo ser que tenga esas propiedades, y que, a partir de ese momento, uno puede designar como zorro. Y luego, siguiendo en un plano ligeramente distinto, voy a tomar un ejemplo diferente, también muy simple: o

Los domingos me voy a pasear. Se ve bien que al decir eso, uno rernite a "cualquier domingo", que uno no dice esta sirnplemente el domingo preciso en que uno sale a pasear. Y esta no quiere decir de ningún modo que uno pasee necesariamente todos Ias domingos: hay esa vaguedad (no se trata de algo difuso [fiou], sino, utilizando el término de Peirce'<, de algo vago [vague]) que es muy importante, porque permite, precisamente, cierto juego, que permite que ellenguaje funcione. Aquí he tomado

62. Alusión a Ia lógica de 10 vago (ingl.fio:ry) que intenta responder a preguntas como: "(A qué edad se cs viejo?", "(Q;lé es ser fucrte?", "cCómo definir el poder, Ia intcligencia o Ia fatiga?" Véase el próximo ejemplo de A. Culioli ("muchas manzanas"). EI término ''fim]'' en ''fim) thinking" fue introducido por Charles S. Peirce (1839-1914), filósofo y lógico estadounidense.

Variaciones sobre Ia lingüística

61

un ejemplo que era, f7osso modo aspectual y modal. También podría haber tomado: Este ano habrá mudias manxanas.

c-Qyé significa "muchas", precisamente? Supone que nos hayarnos puesto de acuerdo en que determinada eantidad es suficiente, es más que "poco". Y ve usted que vuelvo aI misrno punto, que es casi tautológico porque no tengo patrón externo, a menos que diga: Este aiio habrá cien kilos mientras que habitualmaüa

hay cincuenta.

En este caso, he fijado valores objetivos: "mucho" significa aquí eien en relación a cincuenta. Pero estos marcadores de referencia vagos dejan que esa vaguedad aetúe, y permiten usar, como 10 hacemos permanentemente, aproximaciones suficientes, a menos que el otro, que está frente a uno, pida que precisemos: dime, ~qué entiendes por "mucho"? & r es ahí donde aparece ese "Juego"siempre presente? Exacto. Entonces, todo intercambio verbal refiere, pero de manera que uno se contente con ello si le resulta suficiente, o de manera que uno pueda seguir (seguir con el juego de referencias, pidiendo dando precisiones por ejemplo, o paráfrasis, glosas del tipo: que quieres deeir es esto, o al contrario, quieres decir otra cosa?), más allá de Ia posibilidad que siempre existe de poner un término, en un momento dado, diciendo: escucha, me estás molestando. Y si, por ejemplo, uno está en Ia playa, y afirma:

ao

°

SOJ capaz de nadar hasta aquella boya. eu ando uno dice esta, desde luego, no 10 está haciendo, pero se ha construido Ia situación en que uno podría haeerlo. Si 10 haee, alguien podrá verificar que llegó éfectivamerite hasta Ia boya, pero si es de mala fe, nada le impedirá decir:

S4 to has logrado esta vez) iPero nada dia que podrias haccrlo una seg'unda vez!

Siempre se da este procedirniento, que permite construir una abstraceión, por ende remitir a situaciones generaIes o apuntar a una

Antoine Culio/i • Escritos

62

IfI

situación particular, pero siempre manteniendo un juego. Y ese juego, esa vaguedad, le permitirá al otro, que siempre está ahí, o bien dejar que uno hable, o bien poner en tela dejuicio, en formas muy diversas, 10 que uno dice, incluso con mala fe: sí, 10 has hecho esta vez, pero nada dice que otra vez. . . • Y en un sketdi muy conocido, como el de [los humoristas franceses] Francis Blanche y Pierre Dac63: - dPllede usted hacer tal operacion?

li, lIi

-Sí,puedo.

-iPuede! iAplausos! lVe usted cómo funcional Y es verdad que estas juegos de lenguaje, estos sketchs, son muy interesantes para hacer aparecer ciertas propiedades dellenguaje. Entonces, el lenguaje es un modo, notablemente económico de remitir, y por media de Ia gramática también, a tipos de situaciones, de tal suerte que uno pueda referir a situaciones particulares. Es así: se remite a una representación que podrá estar construida como si remitiera a un tipo de situación que permite que uno pueda referir. iDe otro modo sería imposible! Si fuera únicamente abstracta, jamás podría uno sefialar, y si sólo pudiera sefialar situaciones que estuvieran en relación de discontinuidad, de heterogeneidad absoluta unas con respecto a otras, no se podría sostener absolutamente ningún discurso. i.Es, pues, cierta forma deI problema de 10 mismo y /0 olro? iEs el problema de 10 mismo y 10 otro, claro! Y 10 importante es que, por otro lado, siempre hay un acuerdo que se hace en un momen-

63. Se trata de "Sar Rabindranath Duval". Francis Blanche: Su Serenidad, cpucdc usted decirme, y es muy importante, concéntrese, pucde usted decirrne cuál es su número de cuenta? Pierre Dac: Sí. Francis Blanche: (Puede decírmelo? Pierre Dac: iSí! Francis Blanche: iPuede decirlo! iBravo! Es extraordinario ...

Variaaores sobreIa lingüística

63

to dado sobre 10 bien fundado, 10 apropiado de ciertas designaciones; y esto siempre puede ser puesto en tela de juicio. Frente a "es un zorro", incluso, alguien puede muy bien responder: - i, Un zorra? il.lamas

a eso un zorro? i.No es un zorro, esoI

cl.o ve? Y entonces es evidente que al decir: "iUn zorra? iLlamas a eso un zorra?", bruscamente alguien hizo "estallar" esta referencia que parecía evidente cuando uno decía: "Mira, hay un zorra". Y otro, el otro que está allí, pone en tela de juicio Ia referencia que uno da, como siempre puede hacerlo, diciendo: dLlarnas a eso un zorro? LNo es un zorra) esolTal vez le diga: es un perro, es un coyote, un chacal, en fin, algo así. Está diciendo que entre dos sujetos puede haber un cuestumamiento de Ia zorridad, iun desacuerdo sobre un 'Juicio de xorridad"J iPodría haberlo, claro! Con respecto a 10szorras no soy muy competente. Pero sobre Ias perros, icon seguridad! Tomo muy a menudo el ejempla de Ias perros -y Ias gatas- por una razón muy simple: es porque hay tantas variaciones entre un perro del que se puede decir simplernente que es de raza "perro", absolutamente cualquiera, y por otro lado un basset, un pekinés, un teckel, un bulldog, un galgo ... . En el fondo a todos les atribuímos Ia propiedad de merecer Ia designación de perro, pero cpor quê? Porque estamos acostumbrados, porque, de manera casi negativa, no es ni un gato, ni un zorra, ni un caballo, etc. De otro modo, es evidente que puede haber variaciones muy grandes entre dos peITos, y además Ias reacciones de Ia gente son significativas. Es por eso que estoy hablando de esta; porque con frecuencia oí gente que me hacía este tipo de comentarias: Pero eso no es un perro; yo no llamo "perro" a eso; eso no merece el nombre de perro. Pero vamos) eso no es un perro, ies un temera!

Es decir, reacciones de tipo subjetivo y que indican que en un momento dado, a uno le parece que Ia designación no va con Ia re-

64

Antoine Culioli • Escritos

presentación que uno se hace, en ese caso, de 10 que es un "verdadero" perro. Entonces siempre hay necesariamente un ajuste de Ias representaciones: ahí donde yo digo de alguien que es paciente, usted en cambio dirá que es apático. E incesantemente nos vamos a estar ajustando. Y en realidad, cada vez que tenemos Ia ilusión de estar metidos en un intercambio verbal extremada mente simple, de informaciones y reacciones, en el que se puede decir "es verdad; es falso", nos damos cuenta de que eso está siempre sometido a la buena voluntad de! otro, que dice: cah sí? ~Es así como ves Ias cosas? O bien "No entendí Ia que querías decir; dentonces 10 que quieres decir es esta?" Y ese "esto", uno 10 reformulará de otra manera, y el otro le dirá: pero no, no es eu absoluto 10 que quise decir, ete. ete. Entonces Ia mayoría de Ias veces, un intereambio funciona. Porque nosotros mismos no estamos todo el tiempo -felizmente- preguntándonos si talo cual palabra corresponde suficientemente a tal representación, si tal aproximación es suficiente en tal situación. Tendremos entonces cosas que son un verdadero calqjàteo [ca.ifàtage] de! discurso, porque si estuviéramos constantemente atentos en relación a estejuego, si no tuviéramos mecanismos de vigilancia que nos perrnitieran hacerlo callar, al menos temporariamente, simplemente no podríamos hablar más, fuera de un intercambio de tipo neurótico. Pero este juego, aun cuando se Ia quiera ignorar, siempre está presente, y pesa. Y aparece cuando por momentos decimos: "si se puede decir", "si es Ia palabra justa", "si me aceptaeste término", "si bien creo que es un poco fuerte". Hay todo un conjunto de procedimientos que muestran que siempre se da este tanteo. Sí, es efectivamente todo aquelIo que Jacqueline Authier !lama Ias "no coincidencias", y como usted ve, retomo Ia palabra porqueestamos de acuerdo 64. Pero es cierto también que, en buena medida, estaremos de acuerdo en una serie de cosas. Entre nosotros, esto es un bolso, no una

7lO1t

64. Authier-Revuz,jacqueline, Ces mots qui ne oont pas de coincidences du dire, tomos 1 y 2, París, Larousse, 1995.

JOi.

Boudes réflexives et

Variaciones sobre Ia ling;i.iística

65

maleta; entre un bolso, una maleta y un baúl, vamos a lIegar a un acuerdo. Pero en fin, como usted ve, en este caso tomé objetos, yen cierto sentido así es mucho más simple. Pero en cuanto uno trabaja con términos que remiten a reprcsentaciones verdadera~ente ligadas a nuestra valuaeión, como:' ''c'cs bueno, es maio?", se vuelve muy claro. "Paciente" es bueno, "apático" o "inerte" es mala. Decir "está agitado" es maIo; decir "está activo" es bueno. Bien, entonces, si he entendido bien, üuando le dicen a usted: "es complicado'~ usted responde: 10 que es complicado es ellenguaje? Sí. La idea fundamental es que estarnos ante un sistema que tiene propiedades de estabilidad; podríamos decir rigidez, incluso, desde cierto punto de vista, pero que ai mismo tiempo tiene propiedades de plasticidad y labilidad, de articulación. Todo esto hace que uno pueda tener a Ia vez Ia estabilidad transindividual, sin Ia cual nada se puede hacer, y por otro lado, esa ajustabihdad intersubjetiva, sin Ia cual uno queda encerrado en un universo estrictamente normado, prerreglado, con informaeión clara, y que sería simplemente "enviada" desde un emisor a un receptor, "decodificada" por el receptor que emitiria a su vez un mensaje claro. Pero simplemente esto no es Ia oue nasa. . En realidad, ellenguaje está hecho para soportar Ias ajustes, para ·soportar Ias errares, para soportar Ias fallos, es decir, para· ser robusto. Y es en esa robustez y esa sutileza donde reside Ia propiedad tal vez más difícil de aprehender. Como ve, iéste es e! problema fundamental! Si se tratara de decir: nos enfrentamos con una suerte de mecano, enviado a partir de unidades "congeladas", que no hay más que "descongelar" mediante e! verbo, de tal manera que enviamos luego mensajes "claros", con unidades engarzadas como perlas en la cadena ... Repito, esta se produce en ciertas situaciones, pero simplemente no es 10 esencial. Así es, y por 10 tanto, como usted vc, si hay que recusar algo, es cuando Ia gente replica: pero es complicado. Si es complicado, no hay que disparar sobre el pianista, ni sobre ellingüista; ihay que disparar sobre Ia especie humana! Y lo repito,

..

f ;c 66

111

li!

Antoine Culioli • Escritos

hay que preguntarse finalmente por qué todos, cuando hablamos, tenemos una actividad que, una vez más, es mucho más compleja de 10 que es en general Ia actividad dellingüista, cuando éste trata de reconstruir todo esta, de analizarlo, de dar cuenta de ello. Porque ahí sí, se encuentra en una situación muy muy difícil. • iY además hay que saber qué es 10 complicado! ~Es el ser humano? Y, exactamente como 10 decía hace un rato con respecto al filósofo: en el fondo se me reprochaba en un momento dado que yo hacía epistemología, es decir, que me hacía preguntas sobre 10 que yo estaba haciendo. Vuelva a Ias textos de Ia carta a Meillet, de Saussure 65; es exactamente Ias preguntas que ellos se hacen, y que debe hacerse todo el mundo en un momento dado. Y es: (por quê hago 10 que hago, de Ia manera en que 10 hago? (Qué sentido tiene esta? Y en un caso como éste, si es complicado, es porque estamos frente a sistemas complejos, eso es todo. Y en Ias sistemas complejos tenemos factores heterogéneos, configuraciones que tienen efectos imprevisibles en algunos casos. Son sistemas abiertos, es decir, que están siempre sometidos a interacciones; y estas interacciones no son puramente mecánicas, dei tipo: toco una pieza de dominó, y todas Ias piezas caen. No, no se puede replicar: es complicado. Entonces cuando este comentaria viene del público general, de acuerdo, es cornprensible. La gente, por un lado, se fascina por el poliglotismo, esa especie de plasticidad de Ias personas que pasan de una lengua a otra. Y por otro lado, creo, Ia lingüística tomó un giro técnico que Ia ha cortado totalmente de 10 que atafie a Ias personas. Y éstas se encuentran en una situación muy extrafia: o bien les parece que es algo evidente, porque todo el mundo habla,y entonces piensan que todo el mundo puede improvisarse lingüista. O bien encuentran efectivamente que es demasiado complicado. Yo he oído comentarios al respecto, por 10 demás muy corteses, y en esos casos Ias acepto como tales. iPero cuando son lingüistas Ias que dicen ese tipo de cosas! Yaun cuando provienen de alguien que no es lingüista, eventualmente, es

65. Véase Benveniste, Érnile, "Lettres de Ferdinand deSaussure Meillet", Cahlers Ferdinand de Saussurc, 21, 1964, pp. 92-135.

à Antoine

Variaciones sobre ta lingüística

67

comprensible ... aunque no veo quê tiene de complicado 10 que dije hasta aquí. Me parece que es bastante simple; y me parece sobre todo que basta con escuchar hablar a ia gente para darse cuenta de que son sutiles. Y realmente, esa sutileza es nativa, todos Ia tenemos. Entonces, si esos comentarios provienen de lingüistas, es hluy difícil escucharlos: existen fenômenos complejos, y debemos problematizarlos, de manera que se vuelvan objetos de razonamientos. Y si parece complicado, y bueno, quê le puedo decir, es porque es complicado.

2. LA LINGÜÍSTICA:

DE LO EMPÍRICO

A LO FORMAL*

En Ia medida de loposible, Ia presentación prelimirlar no .scrá técnica. Es decir que recurriré a algunos conceptos establecidos, a consideraciones de orden epistemológico, generales, a partir de 10 cual, creo, llegaremos a construirnos un panorama, estemos o no de acuerdo. Intentaré delimitar (más que definir) 10 que es Ia lingüística hoy en día, pero al mismo tiempo, porque me parece que es a Ia vez inevitable e indispensable, me esforzaré por despejar cl objeto sobre el cual se basa Ia lingüística, sefialar algunos problemas de método, pero también intentaré ver cómo problemas que son de Ia esfera de Ia sociología de Ia investigación influyen hoy en el desarrollo de Ia lingüística y en qué dirección se está efectuando el giro. Luego abriremos una discusión en Ia cuaI, en función de Ias preguntas que se me hagan, me gustaría ser un poco más técnico. Comencemos por encuadrar Ia lingüística a grandes rasgos. Durante mucho tiempo (me refiero aI período posterior a Ia Segunda Guerra mundial), Ia lingüística se organizo a partir de una herencia (por ejemplo, en Europa, Ia herencia saussureana) que se daba como objetivo el estudio de Ia lengua, en tanto campo idealizado construido sobre Ia base de lenguas específicas; y, además de esta herencia, a partir de un desvío que llevó a que este campo se completara con afiadidos heterogéneos con respecto ai núcleo inicial. Varias disciplinas (20 habría que decir "sectores de investigacián"?) nacieron de este modo, disciplinas de estatus a veces incierto y que fueron metidas en Ia gran bolsa de Ias ciencias dellenguaje. Así nació en los anos sesenta Ia psicolingüística, que vinculá Ia lingüística y Ia psicología (en Ia esencial, Ia psicología cognitiva, y en particular Ia psicología cognitiva genética); mencionemos también Ia sociolingüística, que designa un sector complejo, POCO estructurado, donde se mezclan investigaciones muy variadas que van desde los problemas de Ias

* "Sens et place des connaissances dans Ia société", París, Centre de Meudon-Bellevue: Centre régional de publication, CNRS, 1987 [incluido en PLE 1, pp.9-46].

70

Antoine Culioli • Escritos La LingiiístzCa: de Ia empinco a Iajórmal

lenguas en contacto, Ia creoIización, Ia pidginización, Ia "lealtad lingüística", etc., hasta Ia pIanificación lingüística, Ia alfabetización, por citar sólo aIgunos rubros. Vemos ya que psicoIingüística y sociolingüística se superponen. EI anáIisis deI discurso es de un tipo diferente; éste a su vez participa de los cruces con Ia filosofia dellenguaje, Ia pragmática, Ia argumentación y Ia antropoIogía cultural. A propósito de antropología, también podríamos hablar de Ia etnolingüística, que es mucho más antigua. En esta misma época se desarrolla también Ia lingüística aplicada; tal como se constituyó históricamente, este sector comprendía, por un lado, Ia lingüística aplicada a Ia didáctica de lenguas, por el otro, el procesamiento automático de Ienguas (y, en especial, Ia traducción automática), y por último Ia lingüística aplicada a Ia patología dellenguaje. Como se ve enseguida, esta evolución frondosa planteaba permanentemente el problema de Ia articulación entre, por un lado, una investigación volcada a Ias lenguas en suespecificidad y con su configuración particular y, por el otro, una investigación referida a Ia actividad de lenguaje (ya se trate de actividad de representación, de referenciación, de regulación), aprehendida en su génesis, en su funcionarniento normal o perturbado, en un âmbito dado (un aula, por ejemplo), con una orientación dada [o1?Jectjffinalisej (es el caso del procesamiento automático), gracias a sistemas de representación distintos de Ia lengua primera (metalengua, iengua extranjera, Ienguaje de máquina), por bosquejar, a grandes rasgos este campo heterogéneo. Así, por una parte teníamos un objeto que podia aparecer (con razón o sin ella, pero esto es otra historia) como delimitabIe: Ia lengua (en definitiva, todos creemos saber qué es una lengua y, por 10 tanto, -todo está en este por 10 tanto- qué son los fenómenos Iingüísticos) y por otra parte ellenguaje, especie de objeto maldito que se había intentado dejar de lado. Después de todo, (no fue eso 10 que hizo Saussure, con toda legitimidad en cierta época, cuando descartó ellenguaje por ser heterogéneo e irreductibIe a un objeto de investigaciôn, y privilegiá el concepto de lengua? Pero desde el período que acabo de definir a grandes rasgos, el problema de Ia reIación entre eI Ienguaje y Ias lenguas (insisto en eI plural que marca Ia diversidad) no ha dejado de preocupar en lingüística y se puede dccir que buena parte de Ias fragmentaciones que se verifi- .

71

can en Ia comunidad provienen de ese origen. Tomar en cuenta Ia actividad de Ienguaje implica necesariamente construirse un objeto complejo, heterogéneo, de modo que su modeIización suponga Ia articulación de varios campos. Tomar en cuenta los fenômenos de Ias lenguas implica necesariamente interrogarse sobre Ia específico y Ia generalizable, 10 contingente y Ia invariante. Enseguida vemos cómo eI tomar en cuenta estos dos aspectos hace que, según cuâles sean Ios indivíduos o Ias grupos, Ia investigación vaya en un sentido o en otro. Es así como en Ia actualidad Ia lingüística aparece a Ia vez como un lugar disciplinar que intenta constituirse como lugar de Ínvestigación, en 10 posibIe unitario, y, por otra parte, corno un lugar imposible, donde cada uno quiere darse sus regIas de homogeneidad, que varían según Ias heterogeneidades aceptadas o recusadas, de 10 que resulta un campo some tido a presiones tales que no logra constituirse como tal. Me explico: es claro que si se define Ia lingüística como Ia ciencia dellenguaje (así se 10 ha escrito a menudo), esta proposición no tiene sentido, en Ia medida en que existen distintos tipos de investigaciones posibles sobre el Ienguaje en tanto actividad. Un médico que trabaja sobre el lenguaje perturbado, un historiador que se ocupa de semántica histórica (cómo se han constituido determinados conceptos, córno fueron transmitidos, transformados, etc_) o un sociólogo tratan con ellenguaje, y estos ejemplos se podrían multiplicar. En una palabra, eI Ienguaje no es un tema propio de Ia lingüística. Si pluralizarnos (ciencias deI Ienguaje), no hacernos más que postergar eI problema. Bien sabemos que, por razones de prudencia institucionaI, se ha hablado de ciencias de Ia educación en lugar deI vituperado término "pedagogía". Pero Ia lingüística no ha sufrido ningún descrédito histórico, a menos que esta designación haya sido considerada retorcida y timorata, aI lado de Ias vastos espacios que dibujaba eI plural. .. En todo caso, me sigo preguntando sobre Ia significación de este término, no para rechazarlo sino para asignarle un papel regulador. 2.Es un punto de fuga, que anuncia una unificación o una teoría global? (Es una manera de sefíalar que estamos ante a un campo compIejo? Pero (esta complejidad es abordable? 2.Reductible? 20 bien estamos ante un campo en eI que hay sectores estrictamente heterogéneos y disjuntos? (O es posible articular estos sectores heterogéneos, construir una teoría global a

72

Antoine Culioli • Escritos

partir de teorías locales? ~O entonces es posible sostener, y a qué precio, que tenemos por delante un campo homogéneo? No podemos escapar a estas preguntas, sobre todo porque, por Ia vía de soluciones aparentemente técnicas y neutras, corremos el riesgo de transformar el desafío teórico. • Así, podemos decir que, a través de los textos, nos encontramos con representaciones (mentales) que son fijadas (materializadas y estabilizadas) por medio de signos, de los cuales daremos una meta-representación que nos permitirá manipularlos. ManipularIos de manera de buscar coherencias, regIas de buena formación, con el fin de lograr un cálculo. Pero, en funóón de nuestros objetivos, nos impondremos restricciones muy severas cuya forma estará ligada a Ias finalidades. Es 10 que ocurre con Ia lógica, que se ve obligada a descartar en 10 esencial el complejo juego de Ias personas, de los reanudamientos [reprises] y Ia interlocución. EI tiempo será reducido a Ia relación de precedencia. La determinación no tendrá en cuenta Ias deformaciones en e1juego de Ias referencias. En una palabra, nos veremos obligados -y esto es legítimo a su nivel- a operar en un universo finito, normado y calibrado, con vistas a objetivos definidos, donde Ia temporalidad será simplificada, donde Ia aspectualidad desaparecerá, donde Ia modalidad no tendrá mucho que ver con los fenómenos que se pueden encontrar en Ias lenguas. Haremos como si existieran categorías gramaticaIes puras y estabIes, mientras que nos queda por teorizar 10 deformabIe y 10 transcategorial. Si pasamos a Ia informática, vemos que Ias máquinas nos imponen condicionamientos que, durante mucho tiempo, han limitado el horizonte teórico; diría incluso que han bloqueado el trabajo teórico. En lugar de una informática fina que interactuara con Ia lingüística, se buscó por todos los medios evitar Ia complejidad de los hechos Iingüísticos, recurriendo a simples procedimientos clasificatorios, o a manipulaciones reductoras. En nombre de Ia eficacia a corto plazo y corta de vista, con demasiada frecuencia se creyó, y todavía se cree, que se puede ahorrar el análisis fino y el trabajo teórico. Es 10 que hoy se puede cornprobar en ámbitos COIllO Ia traducción automática o Ia inteligencia artificial. Asimismo, un término como "cognición" se revela de una peligrosa ambigüedad, ya que es utilizado para referir a Ia actividad mental, a Ia simulación, con toda una serie de

La Lingüística: de /0 empino: a loformal

73

reducciones incontroladas entre Ia actividad de representación y Ia actividad neuronal, por dar sólo un ejemplo. En otro sector que he mencionado más arriba, Ia sociolingüística, se puede sostener que a menudo se ha confundido Ia sociología deI lenguaje y Ia sociolingüística (por faita de tiempo no podría entrar en detalles). Podríamos multiplicar este tipo de ejemplos, en filosofía dei lenguaje, en pragmática, análisis dei discurso, etc., donde ciertos proyectos, cuyo interés no estoy poniendo en duda, se articulan imprudentemente en varios campos que sólo tienen en común eIlenguaje. De 10 que resulta una dilución semántica dei término "lingüística" y un debilitamiento de Ia importancia cruciaI que tiene Ia relación entre ellenguaje y Ias lenguas. Este cuadro, un poco monstruoso aios ojos de algunos que quizás 10 encuentren caricaturesco, se acentúa aún más con Ia presión sociológica a Ia que aludía poco antes. Quedó atrás Ia época en que desconfiábamos de una lingüística que fuera útil. No sé si A. Meillet realmente le respondió "La lingüística no sirve para nada" a quien le preguntaba precisamente ''cl.Para qué sirve Ia lingüística?", pero en esta afirmación hay un resumen de un estado mental muy extendido entre Ias lingüistas que desconfiaban de cualquier orientación utilitaria. Pero nuestro tiempo hace difícil Ia pertenencia a una comunidad que reivindicara Ia investigación gratuita. Sobre todo porque los objetos en disputa han cambiado: en Ia balanza hay puestos, becas, viajes, infraestructura pesada (informática, fonética). Lo que produce una inflexión debida a presiones difusas: se privilegiará el corto plazo, Ia finalidad comercial o industrial (aunque sea ilusoria), o el impacto social visible; se pondrán de relieve términos tales como "comunicación" que, junto con "cognición", desempefiarán un papel de palabras clave en 10sinformes que, por ser el factor que escande Ia vida institucional, amenazan con distorsionar el trabajo científico. Ahora bien, estos términos, 10repito, remiten a campos poco estructurados donde se creará un juego de fuerzas favorable a ciertos tipos de disciplinas en detrimento de otras (esto no es una alusión a debates bien conocidos acerca de Ias neurociencias o Ia informática, por ejemplo, con respecto a Ia lingüística o a Ia psicología). La consecuencia es que se corre el riesgo de agravar aún más Ia confusión, porque nos estaríamos alejando uri poco más de Ia necesaria

74

'i!

Antoine Culioli • Escritos

confrontación entre Ia teorización de Ia actividad de Ienguaje y Ia teorización de! análisis de Ias lenguas. Se corre el riesgo así de que Ia lingüística quede absorbida por otras disciplinas, en detrimento de su especificidad. AI término de este sobrevuelo, me doy cuenta de que he dado tal vez una impresión de efervescencia y abundancia donde al oyente le puede resultar difícil orientarse, pero espero haber sefialado Ias causas rnúltiples de esta situación que hace que Ia lingüística sea una disciplina tironeada y aplastada entre varios campos con metodologías no congruentes. De allí esa impresión, expresada con frecuencia, de una disciplina mal centrada, de una comunidad dividida; impresión fundada, pel'o al mismo tiempo injusta, porque no toma en consideración Ia complejidad de! campo, en suma, Ia historia reciente de la disciplina, y Ia conrnoción teórica y técnica que se está produciendo, sin conocimiento del público, pero también, hay que decirlo, de Ia mayoría de los actores. Volvamos entonces al objeto de Ia lingüística y a una descripción esquemática de sus métodos. Diria que Ia lingüística tiene por objeto Ia actividad de lenguaje aprehendida a través de Ia diversidad de Ias Ienguas naturales (y a través de Ia diversidad de textos, orales o escritos). Insisto mucho en estos dos puntos: por un lado, digo que el objeto de Ia lingüística es Ia actividad de lenguaje (ella misma definida como operaciones de representación, referenciación y regulación); por otro lado, digo que esta actividad se puede aprehender, para estudiar su funcionamiento, sólo a través de Ias configuraciones específicas, de los ordenamientos [agencements], en una lengua dada. La actividad de lenguaje remite a una actividad de producción y reconocimiento de formas; ahora bien, estas formas no pueden ser estudiadas independientemente de los textos, y los textos no pueden ser independientes de Ias lenguas. Aquí se abre una pregunta obligada: habIar de Ia diversidad de 1enguas implica preguntarse si esta diversidad rernite a una especificidad reductible o irreductible. Abordaré muy rápidamente este punto, porque es bien conocido: si Ia especificidaà de cada lengua fuera estrictamente irreductible, esto acarrearía dificultades teóricas referidas al objeto lenguaje, en tanto actividad de Ia especie humana (sabemos que podemos aprender varias lenguas, pasar de una a otra,

La Lingüística: de 10 empírico a 10firmal

75

etc.). Por 10 tanto, para que podamos adquirir sistemas lingüísticos equivalentes tiene que haber un cierto número de propiedades comunes. Plantearemos que entre el conjunto de fenómenos que más atrás llamé "configuraciones específicas" existe un subconjunto que, efectivarnente, puede ser reducido a cierto número de categorías, de esquemas, de relaciones, de términos primitivos, de operaciones, de encadenamientos de operaciones, que nos permitirán extraer inuariantes que subyacen a Ia actividad de lenguaje, cualesquiera sean Ias lenguas que se consideren. Pero el verdadero problema, como vemos, es que no existe correspondencia término a término entre, por un lado, marcadores en una Iengua dada y, por el otro, categorfas invariantes que encontraríamos en todas Ias lenguas. Tomemos un ejemplo. Cuando hablamos francés [o espafiol] y reflexionarnos sobre Ia gramática francesa [o espaíiola], nos parece que existe una operación de transformación en voz pasiva y que ésta es fácil de definir: Mi hermano leyá Ia novela que está sobre Ia mesa sobre la mesafue leida por mi hermano 1.

->

La novela que está

Enseguida, algunas observaciones, por rudimentarias que sean, muestran que Ia situación es mucho más compleja de 10 que parece. Cómo definir Ia transformación en voz pasiva? Mediante una caracterización morfológica (ser + participio pasado), pero es esto suficiente? ~Como e1 equivalente de Ia voz activa? Pero todo depende de 10 que se entienda por "equivalente" (pensemos en e! ejemplo bien conocido: Todos ias libras de esta bibliotccafueron leídos por alguien comparado con Aiguien leyô todos ias Iibros de esta biblioteca. En e1primer enunciado, notamos que "alguien" puede ser distributivo (no hubo libro sin lector, cualquiera sea ese lector); puede haber varios referentes é

é

l. La transformación eu voz pasiva en francês y eu castellano tienen formas que no coinciden totalmente. AsÍ, los ejemplos: Monjí-ere a lu le r0771an qui est sur Ia table --f Le romaa qui esl sur Ia table a été lu par 7llonjí-ere dan en espaíiol: lvIi hermano Ieyó / ha leído Ia novela que estri sobre Ia mesa -+ La nouela que está sobre la mesa fue leída por mi hermano). En espano I se utilizan Ias perfectos yeu francês 105 tiernpos compuestos (passé compos« / plus-que-pmjáit). Sucede Ia mismo con los ejernplos siguieutes [N. de! T.].

76

Antoine Culioli • Escritos

para "alguien". En el segundo enunciado, "alguien" remite a "cierto alguien", a cierta persona que leyó todos los libros. Esto tiene que ver con Ia función de "alguien" y Ia relación entre el término de partida de Ia relación, Ia tematización y Ia determinación. Comprobamos que al tómar Ia doble conversión de una relación no se obtiene una • proposición estrictamente equivalente (en el sentido de intercambiable) a Ia proposición de partida. Si seguimos adelante con nuestras indagaciones, comprendemos que, al fin de cuentas, en una lengua como el francés [o el espaíiol] es difícil definir Ia forma pasiva de manera estable (hay fluctuaciones de lingüista a lingüista). De todas maneras, se plante a el problema de Ia unidad de Ia pasivización a través de Ias Ienguas: en ciertas lenguas simplemente no hay transformación en voz pasiva; en otras hay una sola forma, pero marcadores de orientación indicarán Ia orientación de Ia relación predicativa. En otras lenguas, intransitivo y reflexivo estarán emparentados y podrán marcar Ia diátesis pasiva. En cuanto al agente, es facultativo en ciertas lenguas, se borra obligatoriamente en otras, o se borra o no según el grado de determinación (al{!;uien vs. Pedro). En otras lenguas Ia transformación estará sometida a restricciones nocionales sobre Ia relación entre actantes (un adulto vs. un nino, un humano vs. un animal, etc.) o a modulaciones ligadas a 10 afectivo (o más bien a Ia apreciación afectiva): pasivización neutra, benéfica o adversa. Así, no se puede pasivizar una acción intencional benéfica en primera persona (por ejempIo: yo quemé mi campo en el caso de ia técnica de limpieza por fuego), pero Ia pasiva marcará un acontecimiento adverso (mi campo fue quemado, es una desgracia que me afecta). Gradualmente, vemos que 10 que, de manera un poco ingenua, a partir de una lengua, nos parecía una operación bien establecida y clara (constituir una cadena y partir de talo cual término para llegar a una relación orientada) se vuelve complejo y estalla en una multiplicidad de fenómenos específicos y, a primera vista, irreductibIes. Y todavía nohe abordado más que una pequena parte del inventario de observaciones relacionadas conla diátesis. Aquí se abre una pregunta: ccómo reunir Ias observaciones? c:Cómo hacerlas comparables? (Vamos a estudiar una lengua y considerarIa representativa? cCuáles serán 10s criterios de representatividad? Cuando trabajamos sobre varias lenguas, coperaremos a partir de categorías que, provisionalmente, plante aremos

La Lingüística: de 10 emPírico a 10 formal

77

como universales? cPero cómo controlaremos Ia validez de una aserción tan exorbitante, si no tenemos procedimientos regulados? En todo caso, nos enfrentamos a fenómenos heterogéneos: ccómo tratar mediante un discurso homogéneo fejiómenos que son heterogêneos? Vemos que es Ia diversidad y Ia heterogeneidad de los fenómenos, en relación con Ia actividad de lenguaje que se encuentra en toda Ia especie humana (no hay miembro de Ia especie que no pertenezca a una comunidad lingüística), 10 que nos conduce a proponer un discurso teórico. Sólo una construcción teórica nos permite homogeneizar de manera de volver comparables, de razonar, o articular campos heterogéneos. SóIo Ia teorización nos da Ios medios para construir, bajo Ia presión de Ia abundancia empírica en Ia que debemos descubrir eventuales regularidades, un sistema de representación explícito y estabIe. Es evidente que si utilizáramos descr iptores variables (de acuerdo ai humor del día, o a los objetos que haya que describir, o a los objetivos), si no tuviéramos un formato cornún y procedimientos regulados, no podríamos tener Ia menor coherencia. Pero nos enfrentamos con fenómenos heterogéneos, cuya articulación supone una construcción teórica y un trabajo de abstracción. AIgunas de Ias causas de heterogeneidad son bien conocidas: conocemos Ias variaciones dialectales; sabemos que desde el momento en aue tenemos aue efectuar observaciones sobre lenzuas (lue no están o fijadas por Ia estandarización cultural, institucional, etc., tendremos inevitables variaciones. Estas variaciones se Ias encuentra de pueblo en pueblo, incluso dentro de un mismo pueblo, 10 que supone relaciones sociolingüísticas muy complejas. Sabemos que también hay variaciones según Ias generaciones. Pero podemos ir más lejos: todos nos construimos una gramática subjetiva que engendra diferencias profundas en los juicios de aceptabilidad; además, nuestros propios juicios variarán en ciertos casos de una semana a otra. Es que cuando consideramos un enunciado, tendemos a entonarlo interiormente, 10 que hace que haya diferencias de Ias que no somos conscientes, porque 10 situamos en contextos implícitos que entremezclan Ia plausibilidad semántica (o pragmática) y Ia aceptabilidad gramatical. Y finalmente, todo enunciado pertenece a una familia parafrástica, en Ia que a veces nos deslizamos de un enunciado a otro equivalente, que sin embargo conlleva una modulación diferente. ..I..l

-1.

-

Antoine Culioli • Escritos

78

( ill:

(

Pero en cuanto se hace trabajo fino, se plantea Ia cuestión de Ia recolección de datos fiables, Una vez más, surge Ia necesidad del trabajo teórico: se trata, esta vez, de construir una teoría de los observables. No es que vayamos a tratar aquí de Ias observaciones en lingüística, pero querría mostrar con un ejemplo simple cómo se puede manipular una secuencia textual de manera de extraer juicios de aceptabilidad estables para un grupo dado (e! problema de Ias variaciones subjetivas o sociológicas depende de una metodología específica). Si uno dice:

111,

EI dinero es útil,

( :11

ill I

todo el mundo acepta un enunciado como éste y le atribuye un valor genérico. Si cambio el determinante, reemplazando "d" por 0, obtengo: Dinero es útil, que es recbazado.

eso, obtengo:

Si introduzco

Dmero, eso es útil, que es aceptado.

Con siempre queda perfecto:

Dmero, eso siempre es útil. ('I.

1

. '

r

• ,

"1 nago una transrorrnacion

dicional,

{CT"o.·

/,

o,,,

1

1

.

1

en Lnnero es um , uei presente ar con-

tendremos:

Dinero sería útil, que no está mal; si agrego

muy, queda muy bien:

Dinero sería rnlly útil.

Y si, en lugar de! de terminante

0, pongo un paGo, eso da:

Un poco de dinero seria rnuy útil, sobre 10 cual no hay nada que decir. (Cómo he procedido? He intentado producir secuencias mediante manipulaciones regladas que afectan aquí a Ia categoría de Ia determinación (incluida Ia retoma anafórica) y a Ia categoría de Ia modalidad. Entre estas secuencias, algunas serán consideradas in-

Ia Lingüística: de 10 empirico a Ia fannal

79

aceptables, y desempefiarán un papel importante en el razonamiento, ya que tendremos que dar cuenta de los enunciados bien formados y de los enunciados rechazados por razones de mala forrnación. Así, entre Ia masa de fenômenos (variaciones sociológicas, cstilística , intercambios discursivos, interlocución, entonación, etc.), he aislado tal configuración y he buscado producir un conglomerado de fenómenos cuyas transformaciones morfológicas voy controlando con respecto a los juicios de buena formación. Estos juicios serán estables en eI caso de ciertos enunciados, 10 que da un conjunto de datas homogêneo, donde habrá que dar cuenta de 10 aceptable y 10 inaceptable gracias a ese sistema de representación metalingüística deI que hablaba poco antes. En otros casos, tendremos f!uctuación: ya sea de grupo a grupo, ya sea en forma aleatoria (gramática subjetiva), ya sea porque Ias hablantes consultados habrán hecho variar, de manera no consciente, talo cual factor (prosódico u otro). EI trabajo dellingüista consistirá en intentar desentrafiar 10s factores que están operando, por ejemplo, cuando tenemos juicios transcategoriales, referidos a Ia relación entre determinación y modalidad, y donde según los sujetos, o Ias circunstancias, el informante dará un peso variable a uno u otro componente. Construiremos así, gracias a esta homogeneización local, una clase de fenómenos oosibles/imnosibles oue llamaremos broblema. AI articular Ias soluciones con problemas locales, se intentará construir soluciones generali.zables y una teoría global. En otras palabras, eI lingüista trabaja con formas (es decir, secuencias textuales), y estas formas no Ias tomará tal cual son (en ese caso no tendríamos más que regularidades secuenciales), sino que Ias hará trabajar sobre ellas mismas y Ias someterá a esa forma de evidencia que es el juicio de aceptabilidad. De este modo eI lingüista hace aflorar, a través de su práctica, esa actividad metalingüística no consciente que está en eI centro de Ia actividad de lenguaje, y que se encuentra ya en el nino. Esta práctica dellingüista está perfectamente alineada con nuestra actividad cognitiva y, aI mismo tiempo, suele ser tomada como perversa y antinatural, o incluso delirante. Sobre todo cuando uno se pone a hacer manipulaciones que buscan, como hemos visto, Ia construcción de secuencias "inenunciables ". J..

.L.L

J..

Antoine Culioli • Escritos

80

En 10 anterior hice referencia a Ia entonación y dije que debíamos trabajar a melodía constante. Aquí también, entre Ia masa de fenómenos, tendremos que aislar ciertos fenómenos cruciales. Si alguien dice: tA caso vino porque 10 llamaste] todo el mundo glosará: tEs el hecho de que 10 hayas llamado /0 que lo hizo venir? Si en lugar de porque, se inserta puesto que, el resultado queda mal formado: tAcaso vino puesto que 10 llamastel Pero si se introduce una pausa (marcada aquí con una coma): i Vino, puesto que Ia llamaste? todo el mundo aceptará el enunciado y glosará: d Vino? Tê 10 pregl11ltoporque tú 10 llamaste y normalmente el hecho de que Ia hayas llamado deberia haber provocado su venida. Luego habrá que dar cuenta de Ias restricciones (no se puede ni cuestionar, ni negar, ni insertar en un esquema con acaso una subordinada encabezada con puesto que), generalizar (además de puesto que se encuentran fenómenos análogos cçm aunque) como (en el sentido de dado que)), explicar Ia relación entre el enunciado de partida y Ia glosa. Vemos bien que Ias observaciones no están dadas, sino que son construidas mediante un procedimiento que, aI multiplicar 10 empírico de manera controlada, produce una abstracción creciente; Ia explicación supone también una construcción teórica que pasa por entidades liberadas de Ia empírico y modos de cálculo que están libres de linealidad.

*** Luego de estos pocos comentarias con Ias cuales (1) he situado a Ia lingüística, y (2) he sefialado algunas líneas metodológicas, volvamos aI objeto de Ia lingüística (ellenguaje aprehendido a través de

La Lingüística: de Ia empírico a 10Jórmal

81

Ia diversidad de Ias lenguas naturales y Ia diversidad de textos), al menos como yo quisiera definirlo. Esta definición programática marca Ia relación entre ellenguaje y Ias lenguas, en Ia cual he insistido largamente, y, por esta vía, nos !leva a preguntarnos por Ia unidad de Ia disciplina. Para mí esta unid"ades real, más alIá de Ias fracturas que provienen de Ias posiciones restrictivas de aquellos que, por no querer tomar Ia totalidad, convierten en ortodoxia una visión parcial; o incluso de aquellos que, dándose -con toda legitimidad- objetivos técnicos, creen resolver Ias problemas de fondo con astucias y parches. Lo que fundamenta Ia unidad de Ia lingüística es el trabajo teórico, sin el cualIa definición propuesta más atrás no sería más que un slogan. Ustedes podrán admirar de paso el bello optimismo del título "De Ia empirico a /0firma!", mientras que algunas mentes tristes hubieran preferido sin duda "Entre 10 empirico y Io formal", que habría marcado mejor ese tironeo entre Ia observación y Ia generalización que, a menudo, caracteriza Ia mala conciencia lingüística. Lo empírico, en este caso, remite a Ia multiplicidad cambiante de 10 real, con todo ese entrecruzamiento de fenômenos aI que me refería antes. Hemos visto que, como suele ocurrir, necesitábamos organizar homogeneidades locales, coIectar, seleccionar, clasificar, manipular, representar, calcular, es decir, describir fenômenos finos, a los cuales se les mantiene el dinamismo y Ia deforrriahilidad. Hace un rato tomé algunos ejemplos ("E! dinero es útil", etc.). Veamos ahora un par de iiustraciones. Digo: Debe haber !legado y todo el mundo comprende: 'Aparentemente, ya ha llegado'; paso al futuro: Deberâ haber !legado y esto es interpretado, casi siempre con una adjunción espontánea,

como: 'Deberá haber llegado cuando ...'. EI valor de conjetura ha desaparecido. En condicional: Deberia haber !legado,

vuelve a aparecer. Ninguna vacilación en Ias hablantes. c Cómo dar cuenta de estos fenómenos? Veamos otro ejemplo:

Antoine Culioli • Escntos

82

Fuma pera peco,

es perfecto, asÍ como Fuma pera solo un poco, '!~\Ii

Fuma pero un poquito,

mientras que (

Fuma pero un peco, Ul'l

no va. Ahora bien, Fuma pero no mucho

;111

es excelente, en cambio: Fuma pero mucho

es rechazado, mientras que tFuma pero mucho de oerdad!

es aceptado, igual que Fuma y mucho, incluso

o Fuma y no solo un poto.

Debe quedar clàro que Ia estabilidad de Ias reacciones y Ia regularidad de los fenômenos remiten a consideraciones de buena forma, que sólo ellas perrnitirán dar cuenta de Ia abundancia de derivaciones, y de Ias imposibilidades (de Ias que se puede mostrar que no son aleatorias). No nos podemos contentar con registrar Ios hechos, o desinteresarnos de ellos so pretexto (que a veces se esgrime, por desgracia) de que son demasiado sutiles, o incluso inscribirIos en una explicación de orden semántico-pragmático que sóIo se interesarÍa en Ias enunciados como disparadores (déclencheurs), sin tomar en cuenta sus propiedades forrnales (sin propiedades formales no pucdc haber familia parafrástica; tampoco puede haber producción-reconocimiento). Este peligro es tanto más real cuanto que, con nuestra actividad simbólica, tendemos a pasar de largo sobre Ias formas para

La Lingüística: de lo empirico a /0formal

83

ir directamente a Ias interpretaciones. Pero Ia hermenéutica no puede hacer Ias veces de explicación. Lo que hay que explicar es Ia posibilidad misma de Ia hermenéutica. Pero no es posible tratar Ias propiedades fonnaIcs sin una COI1Strucción rnetalingüística. Tenemos que declarar, de mancra explícita, cuáIes son Ias términos primitivos con Ios cualcs operamos, los principios, Ias esquemas, Ias categorías, Ias operaciones. He habIado de estabiIidad y de formato común, peTOhay que agregar que el otro aspecto de dicha estabiIidad será que no podremos introducir entidades nuevas en función de Ias circunstancias, es decir que, trabajando con Ia metalengua más pobre que fuera posible, sólo Ia enriqueceremos por Ia presión de Ias fenómenos teorizados. En una palabra, necesitamos un sistema de representación que soporte Ia generalización, que sea robusto, y que esté en una relación de exterioridad con respecto a su objeto. Con "robusto" quiero decir algo que sea transmisible de observador a observador con un mínimo de pérdidas, que permita, pues, Ia reproducción de Ios datos y 10s razonamientos, que sea modificable sin que haya que romper el conjunto. La conclusión es que nos es preciso construir un sistema de representación que se refiera a ese sistema de representación que es una lengua. Ahora bien, el problema es complicado por el hecho de que nos enfrentamos con varios niveles. EI nivel 1 es un nivel de representación, donde "representación" remite a Ia representación mental (se trata de cogniciónr cuando hablo de cognición, tomo el término en el sentido amplio. El afecto forma parte de Ia cognición; no hay por un lado 10 cognitivo que sería deI ámbito de Ia racionalidad explícita, y 10 afectivo que seria el lugar de Ios sentimientos y Ia imaginación descontrolada ... ). Se trata, entonces, en este nivel, de representaciones que organizan experiencias que hemos elaborado desde nuestra más tierna infancia, y que construimos a partir de nuestras relaciones con el mundo, con Ias objetos, con el otro, a partir de nuestra pertenencia a una cultura, del interdiscurso que nos rodea. En este nivel también se efectúan operaciones de puesta en relación, de encadenamiento, de construcción de propiedades compuestas. Nosotros no tenemos acceso a todo esto -en el sentido de un acceso inmediato. Las mediaciones, cuando es posible distinguirlas, serán dei campo de Ia antropoIogía, por un

84

Antoine Culioli • Escritos

lado, y de Ia bioquímica, por el otro. Ellingüista, por su parte, puede desempenar un papel, pero su mediador particular es el texto, que no es más que una parte de Ias huellas de esta actividad cognitiva (sobre este punto, véase más adelante); en cuanto a Ia actividad corrical, ésta no es de competencia dellingüista y, de todos modos, hasta el día de hoy nadie ha vinculado de manera satisfactoria los estudios sobre Ia actividad neuronal y 10 que sabemos sobre Ia actividad de representación de nivel l. En el nivel 2 tenemos representaciones que llamaré lingüísticas, y que son Ia huella de Ia actividad de representación de nivel 1. Tenemos entonces representantes en segundo grado y configuraciones de representantes, pero no hay relación término a término entre Ias representaciones de nivel 1 y Ias representaciones de nivel 2. Ahí reside Ia dificultado Si hubiera una relación término a término, tendríamos una nomenclatura en el caso más tosco y, de manera más general, una codificación. Pero no se da Ia relación un marcador un valor. Podemos tener: un marcador -. varios valores; varios marcadores -. un valor. En otras palabras, surgirá incesantemente el problema de Ia sinonimia y Ia hornonimia, de Ia ambigüedad y Ia paráfrasis, de los valores compuestos, en fin, todo menos un juego fijo entre representantes y representaciones. Pero esta labilidad supone una invariancia, que garantiza Ia estabilidad de Ia producciónreconocimiento dê Ias formas sonoras (o gráficas). Esta complejidad es suficiente, creo, para explicar mi reserva ante Ia palabra código. Por cierto, hay codificación y decodificación, pero los lingüistas tendieron a emplear este término, que rernite a un concepto preciso, de manera incontrolada; quiero decir, de manera metafórica para significar que hay regularidades. El nivel 3 es el de Ia construcción explícita de representaciones metalingüísticas. Sabemos que tenemos a nuestra disposición varios procedimientos, varias prácticas: en primer lugar, Ia lengua usual, Ia lengua U, que será utilizada como metalengua; tenemos también una terminología heredada a Ia que se le afiadirán terminologías particulares; símbolos que remiten a categorizaciones, también heredadas: V para verbo, S para sustantivo (suponiendo que "sustantivo" y "verbo" sean categorías utilizables sin precaución); lenguajes constituidos con un fin que no es lingüística: el cálculo de predicados, por

La Lingüística: de 10 empirica a 10fimnal

85

ejemplo (en cuanto a su aptitud para tratar problemas lingüísticos, eso es otro asunto); Ia traducción, como caso particular de Ia paráfrasis. Por último, construiremos un sistema de representación metalingüística como t!ll, es decir, construido a partir de descripciones teorizadas de fenómenos lingüísticos, mediante los procedimientos canónicos de abstracción y formalización. El objetivo es obtener ese carácter explícito, estable, exterior, coherente, que convenimos en asignar a una metalengua. No hay que olvidar que en lingüística no tenemos esos conceptos elaborados a 10 largo de siglos que resumen toda una actividad de idea!ización, gracias a Ia cual uno se libera de Ia intuición local. No hemos tenido un período galileano que, en un momento dado, hubiera permitido matematizar los conceptos; no tenemos esos instrumentos y dispositivos experimentales que, sin que tengamos conciencia de ello, son casi conceptos reunidos en un objeto técnico (un telescopio, por ejemplo, que resume todo un conjunto de investigaciones preliminares). Ellingüista está obligado a trabajar de manera más rudimentaria: producir observaciones, trabajar sobre evaluaciones ("es 10 mismo"; "es diferente"; "es 10 mismo salvo por tal rnodulación"; "es aceptable"; "es inaceptable"); teorizar para poder representar; volver a Ias observaciones, en ese vaivén indispensable entre Ia observación y Ia teorización. Pero esto supone, como se ve, que uno no se contente con representar. Es preciso que esta metalengua de representación sea una metalengua de cálculo. Calcular es operar fuera de mis intervenciones subjetivas y mis cortocircuitos intuitivos. Calcular es también poder lanzarse a ese paso de 10 local a 10 regional, o incluso a 10 global de 10 que ya he hablado. Es, pues, poder descomponer los procedimientos de generalización por media de Ias cuales se pasa de una clase de fenómenos a otra, de una lengua a otra, sin abandonar nunca Ia variación empfr ica en nuestra búsqueda de Ia invariancia. Porque de 10 que se trata es de invariantes y no de gramática universal, noción en definitiva bastante oscura. La esperanza es que el nivel3 esté en una relación de adecuación (de correspondencia) con el nivel 2, tal que, por vía de esta reIación explícita entre 2 y 3, podamos simular ia correspondencia entre 1 y 2. Pero no hay relación de univocidad: si Ia relación fuera unívoca, no habría más que remontar de nivel a nivel. Entonces hay que contemplar Ia posibilidad de una pérdida, un desvio, algo extra que haya

(

86

iiI (

!I II (

li (

li

Antoine Culioli • Escritos

que explicar. Por consiguiente, no podemos obtener una validación de hipótesis que se efectuara de una vez por todas. Las representaciones de nive!3 deben estar en una relación de exterioridad con respecto al nive!2, pero una exterioridad "comprometida", de modo que 10 formal sea 10 empírico formalizado, y 10 empírico, a medida que se generaliza, venga a poner en tela de juicio 10 formal. Posición tanto más incómoda cuanto que Ias exigencias metodológicas son diferentes, así como los procedimientos de validación. Sólo una actividad de equipo, donde cada tipo de competencia sea representado en una interacción efectiva y respetuosa de! otro campo, puede permitir Ia realización de un programa semejante. Para pasar de 10 empírico a 10 formal es necesario darse objetivos, gracias a un programa metódico de investigación, donde la riqueza de Ias descripciones finas se corresponda con Ia fineza de Ios procedimientos de representación y cálculo. Es otra forma de decir que no hay ciencia sin teoría.

La Lingüística: de 10 empinco a 10jàrma1

~

I ~.

DISCUSIÓ.N Participante: Usted ha utilizado el término "forma" con dos sentidos claramente disjuntos. Por una parte, en expresiones "Ias lenguas son formas que tienen su especificidad", o bien "Ia forma, es decir Ia secuencia textual"; por otro lado, en e! sentido abstracto, como usted 10 na dicho. cA partir de qué conceptos se distinguen arribas "formas"? Lo que yo intuyo, por mi lado, es que en el primer uso, "f~rma" funciona más o menos como "plano de Ia manifestación", "significante" ... Antoine Culioli: A grandes rasgos, es eso. Part.: ... mientras que en eI segundo sentido, tengo dudas. cEsto nos lleva aI problema de Ia re!ación -compleja- entre Ia forma y Ia representación metalingüística? A.C.: Totalmente de acuerdo. Si pudiera utilizar dos términos, hablando en inglés distinguiría, por ejemplo, entre .form y shape, 10 que serfa eventualmente muy cómodo. En francés sucede que e! término "forma" está. sobrecargado. Por un lado, remite a Ia morfología en e! sentido en que se habla de Ia morfología en una lengua dada (marcas morfológicas); por otro lado, remite a morfología en el sentido en que se habla por ejemplo de morfogénesis (forma pregnan-

í

~ l

I

f

~i

I ~t

~~

í i{

t

87

te). Es por eso que he intentado distinguirias. Efectivamente, yo he hablado, por un lado, de "forma" en e! sentido en que 10 que quería marcar es que, para el lingüista 10 que hay es fundamentalmente texto. Este último se caracteriza por una forma, sea cual fuere, un ordenamiento de marcadores que no es cualquiera y que es complejo, un posicionamiento de los términos, una forma melódica, un emplazamiento contextuaI. Querer hacer lingüística de pronto apoyándose, por ejemplo, en intuiciones de tipo hermenéutico (estoy forzando un poco mi idea por pura provocación), creo que eso no se sostiene. Es cierto, siempre se puede hablar como sujeto que, delante de un texto, tiene tal visión de Ias cosas y que da testimonio. Muy bien, 10 acepto. Pero entonces, cualquier texto es un disparador que !leva a decir 10 que se piensa de él. Como lingüista, en cambio -al menos en Ia concepción ampliamente compartida que estoy describiendo aquí- debo necesariamente no utilizar Ia forma textual corno un simpIe disparador, un soporte, sino como algo que contiene los fundamentos mismos de 10 que me permitirá desarrollar, eventualmente, esta actividad de interpretación, glosas o paráfrasis. Es gracias a Ias huellas formales de Ias operaciones que han dado lugar a Ia forma empíricamente comprobada como voy a poder reconstruir estas operaciones (de allí construcción de una forma abstracta a partir de Ia cual podré derivar enunciados equivalentes que corresponden a una familia parafrástica). Permítame desarrollar un poco más. mi respuesta. Cuando hay actividad de lenguaje, necesariamente situada entre enunciadores (digo "enunciadores" y no simplernente "hablantes" por razones que abordaremos tal vez más tarde, si le interesa), una de dos. En primer lugar, utilizamos (conscientemente o no) Ia metáfora de Ia máquina: un emisor, un receptor, una caja negra en Ias dos extremos, según e! siguiente esquema: tenemos sentido transformado por una caja negra en un mensaje (flujo sonoro) que pasa de un emisor a un receptor donde una caja negra transforma el flujo sonoro en sentido, de manera que el sentido recibido corresponde aI sentido deI emisor. Tenemos entonces una metáfora que es, grosso modo, Ia de! conmutador: en un momento dado soy emisor, envío Ull mensaje, y hay un receptor enfrente; e! receptor, provisto deI código común, decodifica; luego da vueIta eI botón en el otro sentido y se convierte a su vez

88

Antoine eu/io/i • Escritos

en emisor. Incluso desde el punto de vista fisiológico es evidente que esto no funciona así en absoluto; quiero decir que no existe esta separación radical entre emisión y recepción, sin retroacción. Pero podemos ir más lejos: este tipo de metáfora supone que estamos tratando con universos normados, pre-segmentados y calibrados; del mismo modo, Ia noción de código en lingüística es sospechosa. Tendríamos así fenômenos que no piden ajuste entre Ias sujetos en los dos extremos, donde no habría modulación y deformación, donde el mensaje, como se dice, sería sólo un transporte de información ya constituida yestable. De este modo estamos reduciendo Ia actividad de lenguaje a una actividad meramente informativa, que vehiculiza una información inmutable, sinjuego intersubjetivo, sin margen estilístico. Es verdad que existen situaciones de este tipo: cuando se transmiten ciertos mensajes por radio, es evidente que estamos en una situación como ésta. Cuando un piloto de avión despega e intercambia un mensaje con Ia torre de coritrol, se encuentra en esta situación; en el ejército, los mensajes suelen ser de este tipo, ya que Ias formas de diálogo modulado son bastante raras en ese contexto. Pero es evidente que, fuera de tales ejemplos, no estamos en esta situación. Entonces hay que pensar (y es el segundo término de Ia alternativa) que Ia actividad de lenguaje no consiste en vehiculizar sentido, sino en producir y reconocer formas en tanto huellas de operaciones (de representación, referenciación y regulación). La significación no es, pues, vehiculizada, sino (re)-construida. La relación entre producción y reconocimiento supone Ia capacidad de ajuste entre los sujetos. Esta capacidad permite sólo rara vez un ajuste estricto. Es debido a que hay un juego intersubjetivo que existe un juego en el ajuste. Esto es profundamente interesante: podemos recurrir a una metáfora un poco aventurada, pero útil, y decir que hay aquí algo semejante a un cálculo tensorial. Si sólo tuviérarnos que operar con formas empíricas de orden clasificatorio, dispuestas según estructuras lineales, semejante pias ticidad, con sus logros y sus fracasos, no podría existir. Esto funciona como acabo de describirlo porque Ias formas empíricas no son etiquetas, léxicas o gramaticales, sino que son Ia huella de operaciones (cf. más arriba). Yo llamo forma abstracta a esta representación metalingüística de Ias rcpresentaciones de lenguaje cuya huella son

La Lingüística: de lo empirico a /0forma;

89

Ias representaciones lingüísticas (el texto). Agrego que esta forma abstracta es de una complejidad muy grande. Voy a hacer algunos comentarios generalcs sobre este punto. Cuando consideramos una secuencia textual, distinguimos (1) UIl orden total, puesto que estamos ante una cadena, donde se comicnza en un extremo y se termina en eI otro. Es efectivamente un orden total, en el sentido de que siempre tenemos un término de partida, una relación de precedencia (predecesor-sucesor), pero este orden total no es absoluto: podemos efectuar permutaciones, tomar corno término de partida talo cual término. Un ejemplo de estas manipulaciones puede ser: Es cariiioso, tu perro

frente a Tu perro es cariiioso

(eI primero es casi siempre percibido como exclamativo, eI segundo corno asertivo); o incluso: A Londres,je

Iui ai téléphon [En Londres, 10 llameJ

('Una vez en Londres .. .') y Je lui ai téléphoné à Londres [Ia liame en/a Londres]

(dos significaciones: '10 Ilamé cuando él estaba en Londres', '10 llamé cuando yo estaba en Londres'; otro ejempIo: Il boi! pour boire [Bebe por beber],

que es totalmente diferente de Pour beire, il boit [Si es por beber, é/ bebe].

Así, en ciertos casos,tenemos equiva1encias con diferencia de una modulación; en otros, Ia significación cambia profundamente. (2) El análisis en constituyentes inmediatos remite a Ia construcción de un orden parcial proyectado sobre el orden total de Ia cadena. (3) Además, más allá de Ias arborescencias, encontraremos representaciones intrincadas más complejas. (4) Una construcción secuencial, donde recorriéramos Ia cadena de un extremo ai otro sin retorno,

Anioine eulio/i • Esaitos

90

debe ser sustituida por una concepción más compleja de operaciones imbricadas con retornos hacia atrás, anticipaciones, construcciones y desconstrucciones de unidades a partir de puntos de referencia variables, cálculos en cadena cuyo recuerdo se conserva a través de Ias transforrnaciones ydeformaciones. La représentación de este conjunto producirá 10 que yo he llamado "forma abstracta", y que está relacionada con la modelización. De otro modo nos quedaremos en Ia linealidad de Ias ocurrencias empíricas y no se podrá superar Ia etapa, sin duda inevitable e indispensable, del análisis distribuciónal (estudio de Ias posibilidades de coocurrencia de Ias unidades en la cadena: qué unidades son compatibles con tal contexto; cuáles son los contextos cornpatibles con tal unidad). Esto nos proveerá únicamente 10 que es clasificatorio. Ahora bien, yo no conozco disciplina que se haya quedado en el estadio clasificatorio. Es cierto, Ias selecciones y Ias clasificaciones permiten sistematizar Ias observaciones y es 10 que se ve en Linneo o, como se ha afirmado, en Ias observaciones minuciosas de Tycho Brahé que contribuyeron a Ia revolución kepleriana. Pero, sin entrar en un gran debate, vemos que Kepler no aparece corno Ia culminación de un proceso de acumulación de datos. La teorización no surge como el producto final de los datos recolectados. Siempre hay que pasar a un estadio de representación, de manipulación, de cálculo. Con más razón cuando uno se esfuerza en procesar fenômenos aprehendidos en su dinamismo y no como estados ya constituidos. Ademas, existe una ilusión de 10 clasificatorio como un procedirniento de procesamiento que fuera neutro, mientras que Ia elección de criterios suele traer consigo consecuencias teóricas cuya importancia se desestima, sobre todo cuando se trabaja con datos f1uctuantes que hay que estabilizar, sobre fenómenos complejos cuya modelización debe conservar Ia heterogeneidad y Ia deformabilidad. En una palabra, debemos aceptar Ia violencia teórica que constituye Ia abstracción por la cual pasamos de 10 empírico a 10 formal. Part.: Decías: en Ia adecuación entre el nivel2 y el nivel3, tal vez 1 1. 1 • 1 l' exista Ia poslOlllaaa ae simuiar 10 que ocurre entre er nrvei 1y ei rnvcl2. Según 10 quc he creído entender, entre el nivel 2 y el nivel 3 10 que se busca es prácticamente una biunivocidad en Ias relaciones entre tal tipo de representación lingüística y tal tipo de representación o

..

,

"

".

1

1

1



Ia Lingüística: de Ia empinco a 10firmal

k

f

I ~

I

91

metaligüística, y Ia prueba se basa en el carácter biunívoco de Ias concordancias. Ahora bien, tú explicaste que entre el nivell y el nivel 2, Ia relación no era estructuralmente biunívoca, es decir que habría un marcador para varios valores o Ia inversa. 2Cómo es esto? A.C.: Entre el nivel2·y el nivel3 no he hablado de biunivocidad, porque creo que el objetivo fundamental no es establecer esta biunivocidad en el sentido en que tendríamos una notación que resultaría una duplicación de una lengua natural. En efecto, he aquí el fondo dei problema: Ia notación. Más bien se trata de buscar cuáles son Ias operaciones (es decir, Ias operadores, Ios operandos, 10s esquemas, los encadenamientos) que me permiten dar cuenta de los fenómenos identificados: cuando tenemos varias interpretaciones para una configuración de rnarcadores, cuando hay límites en Ias manipulaciones que un enunciado puede soportar, manteniéndose estable Ia representación; cuando hay una familia de marcadores para una operación dada, se debe buscar si, por medio de un cálculo que utilice un sistema de representación rnetalingüística, y haciendo a un lado Ia intuición semántica, es posible dar cuenta de Ias formas empíricas a través de un trabajo sobre formas abstractas que estuviera sometido a regIas. Esta correspondencia regular permite demostraciones, en un sentido más débil, por cierto, que Ia demostración matemática, pero con una fuerza eIl Ia coherencia que 10 asemeja a Ia validación experimental. . EI objetivo debe ser (1) lograr descripciones finas de fenómenos complejos, y (2) construir conjuntos de observaciones problemáticas, en el sentido preciso de que hay que dar cuenta de tal conjunto en tanto conjunto. Dar cuenta significa encontrar una solución teórica que asigne a un enunciado aceptable un estatuto de enunciable, que rnuestre por quê un inenunciable está mal formado (de allí una teoría de Ia buena o mala forma). Cuando dije hace un rato "Fuma pero un poco" no va muy bien, cuando agregué que "Fuma) pera solo un poco" está bien, así como "Fuma) pero un poquito", produje, gracias a Ia manipulación, un conjunto de observaciones, aparentemente fluctuantes y dispersas. AI constituir este conjunto de secuencias textuales, construí UIl problema. Encontrar una solución es explicar por qué ciertas secuencias son "buenas", otras "malas", por qué rnejora una mala secuencia gracias a talo cual manipulación.

Anioine Culioli • Escritos

92

Muy rápidamente, 1es puedo indicar cómo podemos razonar. La idea fundamental es que no existe ocurrencia textual aislada. Así, cuando un sujeto produce un enunciado (es decir, una ocurrencia textual, compuesta a su vez de ocurrencias de términos constitutivos), este enunciado, y cada una de sus' partes constitutivas, está situado en un espacio enunciativo provisto de un sistema de coordenadas subjetivas y espacio-temporales, tomado en un campo de relaciones intersubjetivas, y toda ocurrencia forma parte de un conglomerado estructurado de ocurrencias que forman un dominio. Este dominio está compuesto de un interior (valores positivos) que tiene un centro (es el que prove e el valor típico, y 10 llamaré centro organizador; o el valor por excelencia -alto grado elativo- y 10 llamaré atrador); de un exterior (valores totalmente otros, valor nulo, parte vacía); de una frontera. Tenemos así un dominio que localiza todas Ias ocurrencias en una zona (centro; interior; frontera; exterior). Cuando digo "Fuma" remito a un exterior ("Fuma, eso es todo"), es deeir, un valor positivo ni excesivamente alto, ni con tendencia a nulo. Ahora bien, pero marca el pasaje de una zona a otra; por un lado, un poco marca una cantidad positiva sin más, poco una cantidad que tiende hacia el exterior (frontera). Así: Fuma pero un poco está mal formado porque tenemos interior pero interior; Fuma pero poco da interior pero frontera, Jóia marca una orientación hacia el exterior (de allí una localización en Ia frontera). Así: Fuma pero sôlo un poco restablece el esquema interior pero frontera, que volvemos a encontrar en Fuma pero un poquito. Ve usted que 10 que he intentado verificar aquí cs que me pucdo dar un esquema a través del cual, construyendo una forma que ubico en un dominio, estoy cn condiciones de dar cuenta de variaciones en Ia aceptabilidad de ocurrencias empíricas a partir de limitaciones for-

La Lingüística: de Ia empírico a lo.formal

- 93

males. El objetivo es, pues, a Ia vez muy ambicioso y muy modesto: se trata de examinar si en nuestra actividad de lenguaje tal como ésta se presenta, no en el nivel de Ias representaciones mentalcs (a Ias que no ten~mos acceso), sino a través de Ias huellas que soa Ios textos. descubrimos regularidades que pueden ser calculadas. Tomemos otro ejemplo: a partir de un enunciado como "Un gesto y te mato", derivemos otros enunciados que dispondremos en un cuadro como el siguiente: 1) Un gesto y te mato.

3) Un gesto o no te mato.

2) Ni un gesto o te mato.

4) Ni un gesto y no te mato.

Salvo por algunas modulaciones, 1,2 Y 4 son equivalentes; 3, en cambio, es extrafio, y parece indicar que 10 deseable es matar. La explicación se encuentra en (1) Ia evaluación (bueno, mala) donde matar es mala (en todo caso para el que es matado) y no matar es bueno; por consiguiente, un gesto que aearrea una consecuencia mala es malo, y ni un gesto es bueno, (2) el esquema que ordena Ias dos términos constitutivos del enunciado. Así, tenemos 1: malo --+ mala; 2: bueno (o, es decir si maIo) --+ mala; 4: bueno --+ bueno; mientras que 3 tiene Ia forma: mala (o, es decir si bueno) -+ bueno. Para un mismo valor semántico, 105 enunciados 1 y 4, que son homogéneos, están bien formados (maIo --+ mala; bueno --+ bueno), así como el enunciado 2 que se organiza alrededor de un primer término de tenor favorable. Está mal formado el que tiene como término inicial uno de tenor perjudicial. Para que esta tenga fuerza explicativa, tendríamos que lanzarnos eu una discusión teórica sobre Ia organización de Ias enunciados, Ia teleonomía, etc. Pero 10 que intentábamos aquí era esbozar esquemas de razonamientos, para responder a Ia pregunta sobre Ia biunivocidad. De todas maneras, Ia pregunta rnerecería una respuesta más precisa, en Ia medida en que se puede tener biunivocidad local, pera, dado que los marcadores, Ias categorizaciones, varian de lengua a lengua, necesitaremos una teoria general de Ia aplicación de una biunivocidad local en una biunivocidad referida a otros fenórnenos, equivalentes pero morfológicamente diferentes.

94

,:Ii

í ,li

Antoine Culioli • Esaiios

Part.: Esta complejidad del formalismo es Ia de una lengua practicada por adultos. ~Hay estudios realizados en nifios, donde, naturalmente, Ias representaciones son mucho más simples, 10 que simplificaria el formalismo? A.C. : Los estudios que se lran hecho nunca fueron conducidos de manera realmente sistemática y acumulable, ni que permitiera ponerse de acuerdo sobre 10 que es Ia apropiación de una lengua por un nino entre tal y tal edad. El campo no es exactamente de mi competencia, pero lamentablemente creo que no me estoy equivocando demasiado. Sin embargo, existen estudios finos, y no creo que se pueda decir que Ia complejidad sea menor. Lo es con respecto aI abanico de posibilidades de uso de una lengua, o el inventario de configuraciones, pero no en cuanto a cierto número de operaciones fundamentales que se aplicarán. Además, cde qué edad estamos hablando? En campos tales como Ia aspectualidad, o Ia determinación, o Ia modalidad, Ias observaciones no parecen indicar que se pase de un sistema menos complejo a un sistema más complejo. Creo que tenemos un sistema más pobre en Ia superficie, es decir, que comporta virtualidades y se enriquecerá incorporando marcadores. Tal vez se puede hablar de complejización cuando se pasa de un subsistema a otro: con respecto a los fenómenos, con certeza; con respecto a Ia actividad de representación, referenciación y regulación, no estoy seguro de que Ia noción de complejidad (paso de 10 simple a 10 complejo) sea pertinente. En cuanto ai formalismo, es claro que no podría variar . de manera congruente, de 10 simple a 10 complejo porque, siguiendo este razonamiento, se llegaría a Ia conclusión de que el no-Ienguaje presenta Ia simplicidad máxima ... De todas maneras, ellenguaje es pensamiento en palabras, pero podemos pensar (tener una actividad de representación) a través de conductas, de gestos, ete. No es posible estudiar ciertas épocas de adquisición separando Ia verbalización del sefialamiento, de Ia mímica, ete. Tomemos Ia modalidad: Ia negativización se manifestará mediante conductas de rechazo, mediante el juego de Ia ausencia-presencia, antes de que entre en juego Ia negación de juicio. Pero nada permite decir que Ia separación progresiva de Ia verbalización con respecto a Ias conductas corporales corresponda a un paso de 10simple a 10complejo. De! mismo modo, si consideramos un conccpto como "capaci-

La Lingüística: de 10 empirico a lo.formal

95

dad", "posibilidad de hacer", que nos parece evidente, es interesante cornprobar que numerosas lenguas no 10 expresan con un marcador específico. En el nino, Ia verbalización "no puedo" es bastante anterior a ''puedo''. Esto es comprensible porque "puedo" sitúa ai enunciador en relacÍón a un proceso que está siendo encarado; este último caso hace que sea posible verbalizar Ia representación de un acontecimiento a encarar, es decir, sin referir a algo realizado; como se ve, es el punto último de esta capacidad de construir sustitutos separables de Ia realidad 10 que da fundamento a Ia actividad de representación en Ia actividad de lenguaje. Con "no puedo" (por ejemplo, si e1 nino no logra hacer pasar una bolita por un agujero demasiado chico), estamos en el campo de 10 cierto; es una comprobación referida aI estado de cosas actual. Podemos continuar tomando otra categoría, Ia de Ia deterrninación; notamos que e1nino pasa por un período (dhabría que decir "estadio"?) en e1que percibe Ia permanencia cualitativa detrás de Ia discontinuidad; de allí un término como "imás!" [encore.1. Es un poco como en un juego de aparición-desaparición: más sefiala e1corte, rnientras remite a 10 mismo. Más tarde se pasará a también o igual o cualquier equivalente, que marca Ia puesta en relación (Ia identificación cualitativa) de dos o más ocurrencias distintas, de Ia que se aprendió a predicar Ia existencia. Después tendremos otro que hará acceder al dominio de Ia noción de "ser sucesor de". Lo que hace que, en un caso como éste, se trabaje a Ia vez en extensión y en intensión (o, más bien, en el orden de aparición, en intensión y en extensión), sobre 10 cualitativo y 10 cuantitativo, a través de Ias discontinuidades, 10spares, Ias series. ~Es eso menos complejo? Part.: Quería preguntarte sobre Ia traducción. Entiendo que en una lengua se puedan reconocer Ias formas que fueron producidas, pero compruebo que de una lengua a otra por 10 general no se puede reconocer, en Ia segunda lengua, Ias formas que fueron producidas en Ia primera. En muchas Ienguas africanas como el peuI, se lIama "padre" no sólo al propio padre, sino al hermano dei padre, y esto se puede reproducir de generación en generación y, finalmente, dos individuos que descienden de un mismo ancestro por ellado masculino son siempre considerados como hermanos, mientras que los que descienden de este ancestro en el cuarto gradopero de un hombre y una mujer son primos. cCómo traducir en francês? Si se dice "her-

96

Antoine Cuholi • Escritos

manos", esto no corresponde con Ia realidad. Si se dice ''primos hijos de hijos de hijos de hermanos", esto tampoco corresponde con Ia realidad. En este caso, 10s conceptos son intraducibles. O bien este otro fenómeno que se me cruza siempre en rni campo que es e! de! Derecho, cuando se trata de paísês de Iengua no indoeuropea: e! hecho de que no haya verbo "ser" en el sentido cartesiano de Ia palabra -pienso Iuego soy, de una manera absoluta- sino simplemente "estar" en eI sentido de "estar aquí o allá, estar en tal época, tener tal cualidad". Veo que los países cuya lengua tiene un verbo único ser/estar" como el francés être, tienen un derecho en e! cual hay que ser primero una persona, un ser abstracto antes de poder cumplir funciones que están ligadas al hecho de ser personas. Mientras que en otros países se cumplen funciones, y 10 que determina a 10 que existe es Ia función. Y uno tiene una existencia tanto más "nutrida" cuanto más importantes son Ias funciones que cumple. Todo esto hace que, de una lengua a otra, no se pueda traducir en absoluto, en este ámbito de! Derecho: Ia situaciónjurídica tal corno se presenta es absolutamente intraducible. En definitiva, me parece que cada lengua constituye su universo, pero al mismo tiempo cada lengua se refiere al universo que ella ha constituído. Es por esto que soy completamente hostil a Ia idea de universales, A.C.: En algún punto no he sido claro. En todo caso, en un punto me hice entender bien y estamos en total acuerdo sobre esto: 10s universales. No creo en una gramática universal (que no debe confundirse con una teoría de los invariantes) ni, desde este punto de vista, en una semántica general (que no debe ser confundida con Ias propiedades y Ias relaciones primitivas relacionadas con nuestra cognición). Además -voy a parecer contradictorio, pero me explicaré- no creo que, por fuera de universos normalizados, exista Ia posibilidad de traducir en el sentido en que tú 10 entiendes. Sobre este punto estoy absolutamente de acuerdo. No es posible dar cuenta deI juego de Ias tiernpos o los aspectos o deI juego sobre el on, tu, vaus [uno/sc/nosotros, tú, usted], etc., pasando de una lengua a otra, 2. EI caso dei castellano con ser (existir! predicar una propiedad) y estar (en momento/eu un lugar) remite a Ia diferencia eu latín entre SUTIl (ser) y sto (estar) que ha desaparecido cn francés [N. dei T.]. Ul1

La Lingüística: de 10 empirico a Ia.formal

97

pero se puede dar una aproximación, un comentario, que conserven Ia mayor parte de 10 que se queda traducir. Sobre el verbo étre [ser/ estar], sobre Ias términos de parentesco, y otros casos de este tipo, ccómo no estar de acuerdo? Resulta que hace bastante tiempo arrné un textito de unas veinte líneas que comienza así: "celafoit plusieurs jours que les búcherons travaillent dans Iafiret" [hace varios días que los Iefiadores trabajan en el bosque]. Es un texto neutro, en el sentido de que está bien escrito y no es una serie de ejemplos para el lingüista. Puse allí dentro un máximo de términos intraducibles o casi iritraducibles, de orden léxico, gramatical o discursivo. Un investigador, con Ia ayuda de informantes, "tradujo" este texto a un centenar de lenguas y evaIuó (a grandes rasgos) Ia pérdida en cada traducción. EI resultado es impresionante. Hace algunos afios, participé en un coloquio de lingüística en Kuala Lumpur, en el que, en un momento dado, Ia discusión giró en torno a Ia terrninoIogía científica en malayo. Los especialistas tenían problemas con Ia noción de eIasticidad, en tanto propiedad física. EI término nos resulta familiar, pero el fenômeno al que remite es más complejo de 10 que parece. Lo que seíialaba uno de Ias participantes, eminente lexicógrafo británico, que combinaba su competencia lingüística con una formación científica, era que evidentemente, en Occidente, nosotros podíamos tomar préstarnos, apelar a Ias lenguas clásicas, utilizar términos compuestos. Entonces no había más que innovar en el plano conceptual y en el plano terminológico. Lo que plantea un problema extremadamente grave. De modo que, si se trata de tales problemas, especialmente en antropología cognitiva o cultural, no puedo más que reiterar mi acuerdo. Igualmente, mediante aproximaciones, desvíos parafrásticos, pérdidas, logramos alcanzar cierta adecuación. De todas maneras, 10 que querÍa decir en mi exposición introductoria es que siernpre se puede aprender otras lenguas, siempre se puede pasar de una 1engua a otra, siempre se puede interpretar un texto en una lengua de manera que haya referenciación y reguIación equivalentes. Preferirfa decir que Ia traducción no es posible, pero que siempre se puede traducir a través de Ias comunidades lingüísticas de Ia especie humana. Y el solo hecho de dominar dos lenguas y comprobar Ia imposible inadecuación de una a otra, es ya comparar

98

1111'

r

\ :111 '

Antoine Culioli • Escritos

y utilizar un modo de representación que vincula a Ias lenguas entre sí. En cambio un cuervo no aprenderá los gritos de otra especie ... Part.: Tenemos Ias trabajos de Laurence Lentin quien, con un equipo de docentes, estudió mucho e! lenguaje de! nifio desde sus dos afias de edad (Ia edad del jãrdín de infantes). 2EI estudio de esta génesis de! lenguaje en e! nifio puede ayudar a Ia comprensión general dellenguaje? Probablemente sí, Pero es efectivamente muy complejo porque, si bien Ias oraciones del nifio son estructuralmente muy simples (más simples que Ias nuestras), desde el punto de vista funcional son igualmente complejas. Es decir que el nino expresa los mismos matices y Ias mismas modalidades de pensamiento que nosotros, pero dispone de un material de base mucho más elemental. ~Cómo se sitúan Ias diferentes teorías gramaticales, generativa, distribucional, "psicológica", en Ias relaciones con los tres planos de representación que usted ha mencionado? Me parece que no se sitúan en el mismo nivel. A.C.: Seguro que no. Pero antes que nada, espero no haber dado Ia impresión de olvidarme de trabajos importantes como los que usted ha mencionado. No di nombres y detalles por falta de tiempo. Lo que quise destacar es Ia falta de estudios sistemáticos sobre determinados puntos, a través de Ias lenguas y Ias culturas. También podría haber insistido en 10 difícil que es reunir observaciones, porque hay variaciones muy importantes de un nifio a otro; además, Se trabaja sobre corpus condicionados, es decir que no se puede manipular y hacer form:ular juicios de aceptabilidad como en un adulto. De hecho, 10 que se analiza es Ia verbalización en relación a tareas, juegos, situaciones, y se trabaja tanto sobre Ia actividad cognitiva como sobre Ia producción textual (o el reconocimiento). Lo que sabemos es que Ia actividad metalingüística del nino comienza muy temprano y está ligada al descentramiento de! sujeto con respecto a su actividad de lenguaje. Por ejemplo, el nino se construirá un sistema de referencias relativo a su cuerpo (estudios sobre ellenguaje de! mono muestran Ia importancia de tales construcciones). Una nina de seis aíios me preguntó una vez: "(Por qué todos ustedes tienen una espalda?". Yo le respondí: "IPero todo el mundo tiene una espalda!". A 10 que me dijo: "Yo no". Es interesante, porque esto plantea e! problema de Ia simetría y Ia ausencia de simetría en Ia organización de nuestro espacio

La Lingüística: de 10 empírico a lo.formal

99

en reIación a nuestro cuerpo. Uno no se ve Ia espalda, y Ia imagen en el espejo privilegia el rostro. Esta misma nifia, muy pequena, quería decir cosas complicadas, pero se embrollaba y decía "No puedo, mi boca no guiere". Todo esta para decir que cuando se estudia aI nino, • hace falta una paciencia y una sutileza excepcional para dar con 10s fenómenos reveladores. Esta es una forma de responderle sin responder. En primer lugar, no existe Ia teoría distribucional, en el sentido que se le debe dar al término; existen técnicas distribucionales, y no veo cómo e! análisis distribucional permitiría dar fundamento a una teoría de Ia adquisición dellenguaje. En 10 que respecta a Ia gramática generativa, si bien hay diversas investigaciones, me parece que no se puede decir que e! marco teórico se haya revelado pertinente. Con prudente modestia, diría que Ia teoría de Ias operaciones predicativas y enunciativas se reveló fructuosa y permitió vincular Ias investigaciones sobre Ia ontogénesis de Ias representaciones en psicología cognitiva con el estudio de Ios fenómenos lingüísticos. También conocemos estudios como los de Fayol sobre tiempos y aspectos en el relato en nifios francófonos. Y existen numerosas investigaciones sobre el nino muy pequeno. Pero pese a todos los hermosos estudios que se han hecho en el mundo, confieso que no parece que exista una teoría unificada que sea satisfactoria. Part.: Usted habla de una lengua en Ia cual cada palabra, cada término desempena un papel, tiene un lugar y una función. Pero no es esto 10 que se observa en e1lenguaje cotidiano. Observamos que hay tres, cuatro palabras importantes -cuando se toma un texto, Ias subrayamos con lápiz- que cargan sentido realmente, y el resto es un revestimiento [/zabillag-e] totalmente en exceso que permite que esas palabras den lugar a un intercambio de comprensión, mientras que esas palabras solas, si se Ias quita, no son percibidas por Ia caja negra que está enfrente. Esto puede indicar un modo de comprensión que supera Ia palabra misma. A.C.: Lo que me incomoda un poco es ese término "revestimiento". Podría remitir a una teor:ía ornamental donde habría palabrasconceptos (palabras que remitirían a pensamiento esencial) que estarían vestidas. Comencemos con una consideración trivial: existen palabras-clave, se pueden enviar telegramas, escribir resúmenes, y una unidad léxica desencadena una red de representaciones (para

Antoine Culioli• Escritos

100

tomar sólo uno o dos ejemplos muy simples: soluciôn está ligada a problema) djficu!tad, buscar, encontrar, êxito) salida, etc.; encuentro trae consigo Ia representación de pares (humanos o no) que entran en contacto (intencional o no, violento o no), es decir, que se desplazan de tal modo que el acontecimiento del contacto (con Ias modalidades de contacto) se produce en un lugar y un momento dados). Volvamos a 10 que usted llama "revestimiento" y exceso, o 50breabundancia. Se trata de un problema clásico, que fue estudiado en los anos 50, en especial a propósito de Ia teoría de Ia información: Ias configuraciones textuales son construidas según esquemas canónicos, de tal manera que puedan ser aprehendidas, reconocidas e interpretadas. Tenemos, pues, sistemas pre-correctores de errores; es deór que hay optimización entre, por un lado, Ia redundancia y, por el otro, Ia economía, entre Ia estabiIidad y Ia plasticidad, entre Ia inserción de marcadores que remiten a operaciones múltiples (relaciones primitivas, relaciones predicativas, tematización; modalización; modulación afectiva, etc.) y Ia lineaIización. De allí 10 que usted llama "revestimiento", porque usted piensa en términos de semantismo informativo simple. EI revestimiento son 10s relevos [relais] prosódicos, Ias anáforas, Ia construcción de un término destacado que sirve de punto de referencia para el resto de Ia relación, son también Ias regularidades que escanden Ia cadena, y permiten que Ia memoria funcione y que Ia atención no opere constituyente por constituyente, sino construyendo buenas formas por vías más complejas que Ia sucesión totalmente ordenada (sobre este punto, véase más atrás). En relación con esta noción de sistema pre-corrector encontramos una propiedad fundamental de Ia actividad de los enunciadores, que es, por un lado, retomar mediante paráfrasis, luego retomar desasertando (estoy simplificando), y por último retomar en dos tiempos: 1° caso: - Va a venir el mernes. -i0Jieres decir que viene en dos dias! 2° caso: -Va a venir el oiernes. - "Por quê dices que va venir el viernes? o incluso - Va a venir el uiernes. -iEso no tiene sentido!

La Lingüística: de 10 empiricoa Iafirmal

101

o también -Va a venir el viernes. -Ah, que venga el viernes no me sorprende. 3° caso: -Va a venir el viernes. -dÊ te Ia djjo.'? =No, pera se 10 djjo a Maria, que me 10 djjo a mi. Como ve, he pasado de una aserción directa a otra cosa (representación des-afirmada con puesta en duda; predicación sobre 10 predicado). Esta propiedad de separar en dos tiempos y retomar (de 10 que resulta el estilo referido, Ia anáfora) es Ia característica extrema de Ia actividad de lenguaje como construcción de sustitutos totalmente separados de Ia realidad exterior. Es sabido que en una primera etapa tenemos Ia ostensión tocando, luego sin tocar el objeto; más tarde podemos remitir al objeto ausente, a Ia clase de objetos que se ha de considerar, es decir que tenemos una construcción que, mediante Ia representación, nos permite separarnos de Ia referencia seíialada. Luego tendremos una construcción sobre Ia construcción y en ese momento ya no se sabe muy bien dónde están Ias palabras importantes y Ias que no Ia sono Si digo: Es mi hermano, no mi hermana, quien me prometiô que te diria, maiiana a más tardar, sifinalmente iremos al campo o a Ia playa.

10 desafío a reducir esto a unas pocas palabras "revestidas", No se puede. Todo eljuego enunciativo 10 obliga a uno a producir esa configuración compleja, con recomienzo anafórico, niveles escalonados, representación de caminos posibles, etc. Agregaría que el revestimiento es en sí mismo importante, incluso si 10 tomamos como metáfora. Remire a Ia estética deI discurso, a Ia estilística, a Ia retórica. Así como Ia cocina no es un simple media de alimentamos para mantener nuestra integridad biológica, sino que tiene una dimensión simbólica (gustos y disgustos, 10 puro y 10 impuro, alteración intencional de productos llamados brutos, etc.), del mismo modo Ia actividad de lenguaje va rnucho. más allá dei intercambio utilitario de informaciones. Es inútil insistir en este punto bien conocido. Es decir que no hay un enunciado al que no se le asocie una familia de enunciados equivalentes (con diferencia de alguna modulación). Sé muy bien que usted ha ernpleado el término "irn-

e

(

102

i

t

Antoine Culioli • Escritos

portante" en una acepción determinada, al hablar de "importancia semântica". Pero quisiera decir que, en definitiva, Ia modulación es fundamental. Entonces, 10 que usted llamó revestimiento es tan importante como el resto. Siempre estamos modulando, y percibimos ia existencia de modulación en 105 otros. La ausencia cte modulación es percibida como extrafia o intencional. Cuando trabajaba sobre entrevistas con psicóticos, quedé muy impresionado al ver cuán sutilmente Ia gente percibe Ias diferencias. Por ejemplo, una paciente a quien se le decía "Usted es divorciada" y que retomaba "No, yo me diuoraé". En un momento dado, dijo: "Soy una mufer como Ias otras", y se corrigió "Soy una muier corno cualquier otra". La gente se destriparía por Ull determinante ... Part.: Yo no sé nada de lingüística. Primero me interesó mucho Ia definición del objeto de Ia lingüística que usted ha dado. Creo que usted dija aproximadamente "es toda actividad significante que no se reduce a Ia transmisión de sefiales gráficas o sonoras entre dos observadores provistos dcl mismo código". Intenté aplicar mentalmente esta definición: no me satisface. Acaricio un gato: es una actividad significante, tanto para el gato como para mí, que no se reduce a Ia transmisión de sefiales gráficas o sonoras y, de ningún modo entre dos intérpretes provistos del mismo código. Tengo unsuefio: es una actividad significante donde no hay en absoluto transmisión de sefiales gráficas o sonoras y donde no hay dos intérpretes. A ia inversa, dos personas hablan del tiempo, en un lugar público. Escuchando su conversación me doy cuenta de que ellas no se interesan en el clima, sino que quieren simplemente emitir sefiales de pertenencia a determinado grupo sociológico, por ejemplo, que ambas son sefioras de clase alta. Desde luego hay transmisión de sefiales sonoras, decodificadas por dos operadores provistos dei mismo código y sin embargo estamos en Ia lingüística. A.C.: Nos encontramos totalmente en Ia situación a Ia que se aplica mi aforismo preferido: "La comprensión es un caso particular dei malentendido". Todo 10 que he querido decir es que no se podía simplificar Ia actividad de lenguaje reduciendo el lenguaje a un instrumento, Ia enunciación al intercambio de informaciones unívocas, estabilizadas y calibradas entre dos sujetos que estarían preajustados para que el intercambio sea un éxito sin tropiezos y sin

La Lingüística: de 10 empinco a 10formal

103

falla. Pero nunca dije que Ia lingüística se ocupara de todo 10 que no era eso, en el sentido en que usted 10 ha inferido. Retomemos sus ejemplos: deeir que usted cumple una actividad significante cuando acaricia a un gato me parece un verdadero jucgo de pa labras sobre Ia palabra "significante", Y cuando dice que es significantc para el gato, usted se adelanta demasiado. Sin entrar en una teoría de Ia significación, diría simplemente que me niego a confundir Ia actividad significante entre enunciadores con cualquier interacción regida por un principio que escapa a Ia relación configuración de marcadores ~ operaciones de representación. La actividad de lenguaje es significante en Ia medida en que un enunciador produce formas para que sean reconocidas como interpretables. Y estas formas son definitivamente sonoras (o gráficas). Dei mismo modo, como lingüista me interesaría más el relato de los suefios que los suefios rnismos, que no son de mi competencia. Asimismo, cuando trabajaba sobre el delirio de Ias psicóticos, trabajaba sobre Ia forma deI texto delirante. Quiero decir que usted ha deformado totalmente mi posición. Part.: En el fondo, con Ia pregunta sobre esta definición, 10 que me preocupaba era saber si el uso que hacen los informáticos de Ia palabra "lenguaje" es un uso pertinente o abusivo. A.C.: Para eI lingüista es un uso que puede resultar peligroso, porque tiende a confundir todo. Pero, a Ia inversa, haré notar que fue un inforrnático quien, hace mucho tiempo, me llamó Ia atención SJJbre el uso abusivo que los lingüistas hadan de Ia palabra "código" ... Pero si tomamos precauciones, no hay riesgo en hablar de lenguaje formal o lenguaje de programación. Simplemente no hay que imaginarse que estamos hablando de Ias mismos objetos (exceptuando algunas propiedades comunes), y no hay que confundir Ias limitaciones que son dadas por Ias máquinas deI momento con propiedades teóricamente pertinentes de Ias Ienguas naturales. Esta precaución es importante sobre todo porque Ia relación entre Ia lingüística y Ia informática merecería por sí sola un largo debate. Tomemos Ia palabra "formalizar" Para un notario, significa autentificar un acto: "vamos a formalizar su reparto de bienes". Para el informático, "formalizar" es establecer, gracias a una codificación, un texto correspondiente reescrito que pueda ser procesado por una computadora. Cuando el

Antoine Cu/ioli • Escritos

104

lingüista habla de formalizar, tiene otra cosa en mente: 10 formal es un formal construido, que tiene un estatuto teórico y que no existe simplemente para poder ser puesto en uso respetando Ias condicionamientos de tal máquina. Sería interesante que en un momento dado se diera una discusión, porque el informático dirá: sus regias son contradictorias, su formaIización es insuficiente, esta no se puede procesar. Pero ellingüista no tiene que ser como el agricultor que recolecta Ias productos y los refina para que luego se transformen, en Ia cadena industrial, en productos estabilizados. La relación entre informáticos y lingüistas debe ser del tipo ajuste y no deI tipo cadena de montaje. La especificidad de 10 lingüístico aparece no sólo en Ia diversidad de lenguas, sino también en Ia diversidad de fenómenos en una lengua dada. Tomemos por ejemplo el caso de Ias escindidas [clivées] en francés con subordinada, del tipo: Cest parce qu'iljàisait

beau queje suis sorti [Es porque hacia buen tiempo

que sab1. En lugar de Ia causal, podemos poner una temporal (quand [cuando], etc.), una final (pour que [para que)), ete. Pero no podemos tener "C'est pidsque (... ) que" (en el sentido de "dado que"). AI lingüista le interesa efectuar tales observaciones, en especial buscar Ias imposibilidades en una clase paradigmática de términos sustituibles; considera también que una vez establecidos 10s hechos, se trata de dar cuenta de ellos y no sólo de almacenarlos en un inventário (10 cual, desde el punto de vista de Ia comodidad, podría ser perfectamente Ia solución más fácil). De allí Ia necesidad de razonar en un marco cuyo estatuto teórico esté fundamentado. Trate de abordar problemas de transferencia de una lengua sin artículos a una lengua con artículos, y verá Ia diferencia entre ellenguaje y un lenguaje. De hecho, se necesitan equipos compuestos de personas que tengan formación en los dos campos o que, en todo caso, comprendan Ia problemática y Ias exigencias de Ia otra parte. Entonces su pregunta desaparecerá, pero estamos bastante lejos de cso. Part.: 2-Esposible hablar simplemente de metalenguaje? 2-No es deseable diferenciar varias capas en el metalenguaje y, eventualmente, distinguirias tenninológicamente?

La Lingüística: de to empirico a loformol

105

A.C.: Nos podemos ubicar desde el punto de vista del sujeto enunciador-hablante que tiene una actividad metalingüística no consciente (en ese caso hablo de actividad epilingúística) o que, a través de juegos de lenguaje de todo tipo, se entregaal goce de 10 metalingüístico. A propósito de esta podríamos sostener que hay actividad metalingüística, pero no metalenguaje, en e! sentido de un lenguaje exterior a Ia lengua-objeto. En mi exposición me he ubicado explícita mente desde e! punto de vista de! lingüista que, en un momento dado, construye un sistema de representación metalingüística para poder (1) representar los fenômenos gracias a representantes que tengan propiedades formales construidas a partir de términos primitivos y según procedimientos regulares, libres de Ias complicaciones intuitivas, (2) calcular. Evidentemente, el sistema de representación metalingüística nunca será estrictarnente externo, nunca totalmente adecuado, nunca unívoco, nunca totalmente homogêneo, y esto también forma parte de! trabajo teórico. Además, nada dice que nuestro sistema de representación metalingüística represente correctamente (en el sentido realista de "correctamente") nuestra actividad cognitiva y nuestra actividad epilingüística, pero nos vemos obligados a plantear que nuestros cálculos remiten a operaciones, Ias simulan, sin más. ~Hay varios tipos de 10 metalingüístico? Estaría tentado de responder "sí", entre Ia glosa (juicio de equivalencia), los reanudamientos, los re-análisis ("cuando pregunto 't Vas a uenir?', estoy diciendo que quieto saber si uas a oenir o no"), los juicios de aceptabilidad, Ias representaciones de base metafórica (por ejemplo, en los fenómenos referidos a Ia temporalidad), Ias representaciones dei orden de 10 topológico, etc., habrá -repito- actividad meta lingüística, y no una metaIengua. Como lingüistas, estamos en una situación bastante curiosa en relación allenguaje: por un lado, estamos corno el físico que, mediante Ia abstracción, sostiene un discurso desligado de 10 que es manipulab1e en Ia experiencia cotidiana (de allí el hiato entre 10 que se sabe calcular y los juicios a menudo erróneos que se emiten sobre situaciones cotidianas. Como dice Lévy-Leblond, todos hacernos física aristotélica enla vida cotidiana). Por otro lado, somos habIantes ordinarios, sometidos a Ias rnismas ilusiones y a los mismos puntos ciegos, pero que, con nuestra práctica, nos ponemos en posición me-

;F~

106

Antoine Culioli • Escritos

!

talingüística con respecto a 10s textos que producimos y reconocemos. Part.: Leí un libra de Ia Universidad de Copenhague sobre Ia entonación. EI autor tomaba algo del estilo: "EI pastel está en Ia codna", y encontraba más o menos seis combinaciones. ~Qué piensa de este problema de Ia entonación? A.C.: En realidad hay dos problemas, que se deben distinguir cuidadosamente para luego eventualmente vincularIos. Por un lado, el problema de Ia entonación en tanto que remite a regIas de buena formación (saber que ciertos esquemas son imposibles y darían resultados extraíios, no naturales). Por otro lado está el problema de Ias modulaciones subjetivas (actitudes afectivas; puesta de relieve, etc.), Ia remisión a preconstruidos, a 10 implícito. Entonces, dpor qué seis? En efecto, no se puede hacer cualquier cosa y se puede reducir a un número finito de posibilidades, pero tendría que explicamos qué son Ias combinaciones que menciona. Lo que sorprende, por ejemplo en el teatro o en el cine, es que a veces los diálogos suenan falsos, son poco naturales (me refiero a Ia meIodía y no al contenido) y, si bien hubo grandes progresos, el habla sintetizada en computadora sigue siendo deficiente en este aspecto. Part.: Usted nos ha dicho que entendía Ia palabra "cognición" en el nivel 1 en un sentido muy amplio, el de cognición instintivo-afectiva y también racional. Precisó naturalmente que hay no-univocidad eutre el nivell yel nivel2. Pero cuando Ia cognición es puramente racional como, por ejempIo, eu el enunciado de un teorerna matemático, ~no hay univocidad? A.C.: Efectivameute, yo he insistido en Ia no biunivocidad entre Ias niveles 1 y 2. Ahora estamos hablando de "univocidad" y de "cognición puramente racional", términos sobre 10sque me gustaría mayor precisión, con respecto a Ia cognición puramente racional. .. Se plantean dos preguntas: tratándose de seres racionales, cuya representación de nivel 1 es tal que no está sometida a Ia necesidad de un ajuste intersubjetivo, que escapa a Ias vicisitudes de los referenciales construidos a partir de un origen enunciativo donde actúan Ias representaciones dei sujeto y su inserción espacio-temporal, es posible que haya designadores y aserciones unívocas, precisamente porque se trata de objetos ideales. Pero por esta vía, su pregunta re-

'""

f , __ A'::'-'.

La Lingüística: de 10 empirico a 10 firma!

107

mite a toda Ia historia de Ias matemáticas y aI estatuto de Ia axiomatica. Todo consiste en preguntarse si 10 que dije de Ia relación 1 a 2 vale en todos los casos: cuando abordamos Ias representaciones dcl orden de 10 físico-cultural no tenemos Ia misma situación que cuando se trata de seres matemáticos, si bien estos últimos SOIl sin duda una etapa última en Ia categorización de Ias fenómenos empíricos; cuando abordamos operaciones (siempre de nivel 1), Ia producción .de teoremas distingue, entre Ias operaciones de lenguaje, ciertos esquemas que desempciíarán un papel privilegiado. Pero queda una segunda pregunta, y es importante: cexiste una transición entre Ia lógica matemática y Ia lógica natural? ~Existe, en nuestra actividad de lenguaje (cotidiana, diría) una cognición sin afecto, representaciones ideales sin franjas metafóricas, categorías bien definidas sin efectos de borde, etc.? Univocidad, entonces, pero conquistada. La univocidad nunca es inmediata; no está en Ia base. Esta discusión sobre los teoremas merecería que abordemos la cuestión de Ia verdad o más bien del predicado modal "es-verdadero". Cuando producimos un enunciado, construimos una relación predicativa que designa una representación. Esta relación predicativa no es ni verdadera ni falsa; para convertirse en un enunciado del que pueda decirse que es verdadero o falso (aserción), será preciso que esta relación predicativa esté situada en un espacio enunciativo provisto de un sistema de coordenadas parametrado (pido disculpas por estas alusiones técnicas). La relación predicativa está situada con respecto a un punto de referencia subjetivo (un sujeto enunciador, que tomará a cargo -se comprometerá presentándose como garante de-Ia aserción). En una aserción, en el sentido estricto dei término, tenemos una toma de posición que se puede caracterizar deI siguiente modo: "debo/quiero decir que sé (creo) que p es verdadero". No hablaré aquí de Ia relación entre "saber" y "creer", pero 10 que muestra esta caracterización es que hay compromiso, declaración, construcción de un modo de validación, adecuación entre un designador y Ia representación de un estado de cosas. Si representamos Ia adecuación como un gradiente, desde eI centro (adecuación estricta) hasta la frontera (no realmente adecuado, no realmente inadecuado), vemos que "ser verdadero" puede ser representado como un rizo [boucleJ, mientras que eI "no totalmente" introduce una distancia entre el valor verdadero y eI valor

Antoine Culioli • Escritos

108

aproximado. DeI misrno modo, podemos representar Ia certeza como una distancia con respecto al valor centrado. Cuando Ias leyes de Ia racionalidad lógica, por fuera de Ias circunstancias contingentes, o cualquier otra causa de conocimiento validada, producen 10 cierto, Ia aserción no aa lugar a Ia duda. Qyien asevera valida, mediante su acto de aserción, el valor centrado, y excluye cualquier otro valor posible. La distancia de 10 validado a 10 validable es nula; no hay más que un validable validado. Esto es Ia univocidad. Si no estamos seguros, si no creemos (en e! sentido de "me parece"), consideramos que junto al valor propuesto como el valor correcto existe otro valor que bien podría ser el correcto. Tenemos entonces una bifurcación con más de un camino, si bien uno de Ias dos es preferido. Así, no hay coincidencia entre validables y validado. Si los caminos posibles son equiponderados, tendremos equivocidad. Si ahora retomamos 10 que dije sobre la univocidad, veremos que en e! caso de un teorema hay efectivamente univocidad por razones que se explican por el proce· dimiento mismo de Ia construcción matemática, sin que se produzca contradicción conla teoría general de Ia actividad de lenguaje que he esbozado más atrás. Part.: EI proceso que describes cuando se constituye Ia disciplina lingüística me hace pensar en 10 que sucedió a fines del siglo XIX y principias de! XX, cuando a propósito de matemáticas -ciencia no obstante extremadamente elaborada y en perfecto desarrollo- se plantearon problemas relacionados con Ia teoría de f=onjuntos. Sólo se logró "salir" de ellos cuando se construyó una lógica; dicho de otro modo, cuando se salió del lenguaje específicamente matemático para poder hablar de ese lenguaje matemático. Lo que va en el sentido de Ia observación que hacías acerca de Ia manera en que una física intuitiva, pregalileana, se revela contra-intuitiva, debido a Ia exactitud cuando se trata de comprenderla y de aplicarla al estudio de los efectos concretos. En e! proceso que describes, me parece que se produce el recorte de una cierta lógica específica, que no sería Ia lógica de predicados y que haría que el abordaje de Ias lenguas se vol;""f.. .•.•;f-;-.:r"" mpnr,c u rhn •... -"....Las .•.horlna 1, y 10 ri· eJarla asÍ mucho más disponible para el cálculo, el análisis y eventualmente una aplicación, especialmente en el ámbito que mencionabas, el de Ia intcligencia artificial. (~Qué piensas de esta? .••,..;.o">".•....•"Y'I. V .l\.....J.a. .1..10

Ul

••. L.U •...l.

vV

r. V

r'J"'l<"l-nrln. '-'u..U.LH.....•. \..)'

.L.J,..•. "" ..•. .LHoJ

rTll u .•.

TTl .l...•.••...•...•.

I

I

La Lingiiistica: de /0 empírico a 10firmal

109

A.C.: Precisamente ésta es Ia idea, y es bastante difícilluchar contra varios peligros: el primero es creerse lingüista porque se es hablante; de allí el recurso mal reglado a Ia intuición, ya sea de origen hermenéutico o fenomenológico; otro peligro es el de concentrarse en un conjunto muy restringido de fenómenos, de Ias que se piensa, de manera arbitraria, que contienen una fuerza explicativa universal, de 10 que resulta una indiferencia teórica con respecto a multitud de fenómenos (es 10 que ocurre con el especialista en sintaxis estructural, que ignora soberbiamente Ia determinación, el aspecto o Ia modalidad); o incluso, el peligro que existe -ya he tocado este tema- cuando se usan instrumentos ya listos, sin preocuparse por Ia especificidad de 10 lingüístico. Cuando digo "de 10 empírico a 10 formal", esto no quiere decir que 10 formal sea superior alo empírico (cqué significaría estoi'); quiere decir que es necesario 10 empírico, en su complejidad, para que el trabajo teórico transforme 10 empírico ingenuo en observaciones. A riesgo de repetirme, diré otra vez que no se puede formalizar 10 ingenuo. Lo empírico, entonces; pero hace falta tarnbién 10 formal, y también en este caso es el trabajo teórico 10 que va a fundamentar y construir 10 formal, sin 10 cual no se puede abordar el lenguaje y Ias lenguas, Ias lenguas en su diversidad unas en relación a otras, en Ia diversidad que les es propia. Esclaro que este procedimiento fuerza a Ia lingüística a situarse dentro de todo el rnovimiento científico y, si no se quiere investigar ingenuamente, de Ia reflexión filosófica. Ya se trate de filosofía del lenguaje, de filosofía dei concepto, de epistemología, de historia de Ias ciencias, es indispensable que el lingüista se dê Ia cultura necesaria para Ia empresa, sobre todo si, en su trabajo, pretende no confundir teorizaciones y formalizaciones con codificación y formateo. Durante demasiado tiempo, después de haber proclamado su autonomía, Ia lingüística anduvo deambulando entre una posición dominante en Ias ciencias humanas, una subordinación y una dilución pura y simple en el gran continente de Ia comunicación. 2Posición dominante? En los anos 50, debido a Ias virtudes del estructuralismo )r porque Ia fonolog:ía era vista como una ciencia, la lingüística sirvió de modelo, particularmente en Francia. Hasta los economistas se inspiraban en Ia lingüística, se pedía ayuda a los lingüistas, 10 que nos confirrnaba en Ia convicción de que tenÍamos que tener Ias res-

110

Anioine Culioli • Escritos

puestas, puesto que se esperaba de nosotros Ia respuesta a preguntas. La caída fue brutal. Lo difícil, para la lingüística, es quees una ciencia basada en Ia observación, pero es también una ciencia de Ias regularidades y 10 • generalizable, que no puede prescindir de Ia teorización y de un sistema de representación que no ha de ser el simple calco de nuestras intuiciones. Esto explica Ias tensiones: cuando se es especialista en lingüística teórica y formal, se nos reprocha a veces que no nos interesamos en Ias lenguas en su aspecto descriptivo, y que no somos informatizables (o que estamos demasiado apegados a soluciones interesantes, pero poco rentables) por ellado automático. En realidad, el procedimiento esbozado aquí no podría existir sin observaciones finas, y sucedió a menudo que Ia lingüística teórica, debido a su fuerza heurística, hizo aparecer fenómenos que nadie había tratado nunca antes. Esta disciplina tampoco podría existir sin procedimientos de validación (experimentación; programas orientados; razonamiento; cálculo) que son Ia indispensable sanción del trabajo teórico. En cuanto a Ias aplicaciones (y es una paradoja aparente bien conocida), son el producto de ese trabajo fundamental, que va de 10 empírico a 10 formal, sin complacencia para con Ias trucos (bricolage) técnicos y Ia indiferencia teórica.

3. ESTABILIDAD

Y DEFORMABILIDAD EN LINGüíSTICA*

Se puede pensar otra cosa, o se puede pensar a si mismo, /0 cual, desde ya, evita en gTan medida el hecho de ser dos. Pio tino, En. V, 6 (24), l.**

Cuán claras serían Ias cosas si Ias operaciones de referencia se redujeran a Ia designación ostensiva, ya sea que se toque o se sefiale el referente. No habría más distancia entre Ia representación y Ia presentación, por tanto ningún riesgo de error, puesto que no habría ninguna distancia entre el representante y 10 representado. La identificación se realizaría mediante una adecuación ineluctable y Ia comunicación consistiría en mostrar y llamar Ia atención. Es cierto que entonces ya no habría aserción, puesto que para aseverar bay que estar en condiciones de comprometerse, de representarse los caminos posibles, de decidir, de elegir. Tampoco habría aserción diferida en Ia que se anticipara un acontecimiento futuro, aserción ficticia como en Ias hipotéticas; no habría enunciado genérico, puesto que Ia genericidad implica que se trabaja con poslbles, más allá de 10 actual. No habría más modalidad, ni temporalidad. Y más aún: Ias interacciones desaparecerían en su complejidad donde se mezclan 10 trans-individuaI, 10 intersubjetivo y 10 interlocutorio. Nadie sostiene esta posición extrema, y sólo Ia expongo aquí con fines reguladores, para marcar 10 que caracteriza fundamentalmente Ia actividad de lenguaje tal como Ia reconstrui mos a partir de ob- .

* Publicado originalmente en Etudes de Lcttres, Lllngagn et COrl7laÍJs1l1lCeS,UnÍversidad de Lausana, 1986, pp. 3-10 [reeditado en PLE 1, pp_ 127-134J. ** Agradecemos a Néstor Cordero el habernos dado la traducción del grie-· go con e! siguiente cornentario: "Platina habla de to I{VO einai (el/hecho dei ser dos). Se puede deducir que Ia frase es un desdoblamiento de 10 uno, que pucde seguir siendo uno. Más adelante dice que quien piensa es uno que se piensa a sí mismo" [N. de! T.J.

112

Antoine Culioli • Escritos

servaciones sobre Ias lenguas. Me explico: durante mucho tiempo, y de manera ciertamente inevitable, se insistió en Ias propiedades clasificatorias de los fenómenos lingüísticos. Lo que dio como resultado un trabajo basado en etiquetas, propiedades que se cumplen como todo o nada, identificaciones estables y ubicadas en jerarquías • rígidas, controles a distancia que funcionan mediante sefiales que son retomadas sin pérdida a través de espacios homogéneos. En virtud de una sólida división disciplinar (fonética, sintaxis, semántica, pragmática) no era necesario abordar abiertamente Ia cuestión de Ia complejidad de los fenómenos. La negativa a darse como objetivo Ia construcción de una teoría unificada (que fuera algo distinto de un discurso especulativo) por largo tiempo impidió constituir como problema teórico Ia posibilidad de desarrollar teorías locales que permitieran, en principio al menos, el paso a 10global. De este modo se acabó por no erigir en problema Ia articulación de fenómenos pertenecientes a órdenes heterogéneos y su tratamiento a través de un sistema de representación y de cálculo homogéneo o, por 10 menos, congruente. Asimismo, el grueso problema de Ia equivalencia parafrástica y de Ia homonimia podía ser ignorado ("Ia cuestión no será planteada") o reducido a designaciones tales como "efectos de sentido", "contaminación", "deslizamientos", que describen efectos, pero por 10general no permiten superar Ia designación descriptiva. Qye no se tome esto como una condena -todos necesitamos una moral provisoria-, sino como el testimonio de una insatisfacción que querría compartir y que desearía que fuera incitativa. Lo que quiero decir es que Ia observación misma de los fenómenos lingüísticas nos obliga a tomar en cuenta Ia complejidad de los hechos, su diversidad, su abundancia y su heterogeneidad. Esta comprobación nos inhibe de contentarnos con una concepción simplificada de Ia comunicación, donde esta última remitiría única mente a Ia transmisión lineal de una información calibrada en una atmósfera neutra y homogénea. Debemos pIantear en el centro de Ia actividad de lenguaje (ya se trate de representación o de regulación) el ajuste, 10 que supone a Ia vez Ia estabilidad y Ia deformabilidad de objetos tomados en relaciones dinâmicas, Ia construcción de dominios, de espacios y de campos en los cuales 10ssujetos tendrán el juego necesario para su actividad de enunciadores-hablantes.

Estabilidad y difimnabilidad en lingüística

113

Me parece inútil insistir en el concepto de estabilidad. Sin estabilidad no habría ajuste regular, ni comunicación, cualquiera sea el: alcance que se le dé a este término, y Ia interacción no scría más que una sucesión de acontecimientos sin coherencia. Esto queda contradicho por Ia observación más rudimentaria. Pero Ia cstabilidad no se podría confundir con rigidez o inmutabilidad, .Los fenômenos lingüísticos forman sistemas dinámicos que son regulares, pero tienen un margen de variación que se debe a factores muy diversos: nos hallamos ante fenómenos que son a Ia vez estables y plásticos. Intentemos precisar qué es el concepto de difõrmabilidad. Sea una configuración, situada en un espacio especificado (sistema de referenciamiento parametrado; juego de fuerzas intersubjetivas), llamaremos "transformación" a toda operación que transforme una configuración en otra. La deformación es una transformación que modifica una configuración, de tal modo que ciertas propiedades permanecen invariantes bajo Ia transforrnación, mientras que otras varían. Debería quedar claro que estamos tratando aquí de problemas formales y que no estoy haciendo referencia a 10 difuso, 10 implícito o a no sé qué; en una palabra, a Iafugacidad, cuya propiedad es que algo se nos escapa apenas es entrevisto. El concepto de difórmabilidad requiere que trabajemos sobre formas. Pero se trata aquí de formas abstractas que construimos a partir de una forma empírica (y de sus propiedades distribucionales). Llamaré a tal forma abstractafirma esquemdtica (rne.veo obligado a afiadir un calificativo, para evitar cualquier maIentendido). Si partimos de! principio teórico, expuesto en otro lugar, de que existen tres niveles de representación (nivell, lenguaje [nociones, operaciones]; nivel 2, lenguas [configuraciones de marcadores]; nivel 3, metalingüístico), pIantearemos que Ias unidades de nivel 2 son marcadores de operaciones de nivel 1 (nivel al que no tenemos acceso de otra manera que no sea a través de esas huellas que son 10smarcadores). El trabajo metalingüístico consistirá en reconstruir Ias operaciones y Ias cadenas de operaciones cuya forma empírica es el marcador. Llamaremos -10 hemos visto más atrás- firma esquemâtica a Ia representación metalingüística asocíada, por construcción, a una forma empírica. Esta .forma esquemâtioi nos prove e, pues, una configuración abstracta que, según Ias transformaciones que se le apliquen (traslación, despegue [décrodzage], inrner-

114

Antome Culioli • Escritos

sion fplongement] en un dominio centrado, en un campo de fuerzas

intersubjetivas, etc.), modificará su forma (marcador), su valor, su libertad de co-ocurrencia. Entonces, para que haya defonnabilidad, tenemos que tener una .forma esquemáiica (tal que pued'a haber a Ia vez modificación e invariancia), tiene que haber factores de deformación y un margen de juego, un espacio de ajuste provisto de propiedades topológicas. Consideremos rapidamente dos o tres puntos reveIadores de Ia complejidad de 10 deformable: (1) Sistema de referenciaciôn [rePéragc:] este sistema se caracteriza por localizaciones en cascada [en cascadeJ: una relación predicativa (surgida a su vez de un conjunto de operaciones de referenciamiento) es localizada en relación a un índice de acontecimiento, que extrae su valor de! referenciamiento que establece con respecto al momento de locución, referenciado a su vez con respecto a una referenciaorigen (r~ftrencia absoluta). A partir de Ia referencia absoluta se podrá construir una njêrencia trasladada y una riférencia despegada (riferencia ficticia). La referencia ficticia puede convertirse en punto de retorno [rebroussement]. Nada impide que una relación predicativa esté en una re!ación compuesta de referenciamiento con respecto a más de una referencia (por ejemplo, con respecto al origen absoluto, a 10 trasladado y a 10 despegado), de 10 que resultan fenômenos complejos de precedencia. . Si tçrnamos ahora el concepto de enunciador, se notará que el enunciador está en una relación de alteridad con respecto al coenun-· ciador, tal que pueda haber coalescencia o separación. En cambio, el hablante y el interlocutor están siempre separados y no se debe confundir el campo intersubjetivo (donde sujeto remite a enunciador) con Ia rnecánica interlocutoria. (2) Las operaciones de deterrninación dejan ver arreglos ponderados de Ia operación de cuantificación (Cnt] y de Ia operación de cualificación (Clf) 1. Obtenemos así Cnt (Clf) , (Cnt) Clf donde el término que no está.entre paréntesis es el dominante. Si tenemos (Cnt) (Clf)

1. Cnt (culllltificacion) corresponde al francés Qnt (qullntijication) y Clf (calificaâ6n) a Q!t (qualificatioll). Eu adelante se usarán solo Ias siglas [N. dei T.].

Estabilidad y deformabilidad en lingüística

115

o Cnt Clf, se trata de una relación de equiponderancia. Se puede mostrar que Cnt (Clf) representa el marcador "un", (Cnt) Clf el marcador "el", y Cnt Clf el marcador "este", 10 que abre Ia posibilidad de prever Ias propiedades de estos determinantes a través de un cálculo. Para dar una mejor idea de Ia complejidad de los fenómenos, voy a analizar un conjunto de datas referido a "lsaber! si", cuestión bien conocida y que yo mismo abordé en otro artículo, donde a decir verdad, me limitaba a algunos comentarios rápidos que no pretendían dar una solución general. Los hechos son conocidos: en indicativo presente, Ia serie }o sé si (utilizo Ia Ia persona para aclarar Ias ideas) suele ser dada como mal formada. Se vuelve aceptable en ciertas condiciones fuertemente restringidas cuya regularidad no es muy comprensible a primera vista. Además, si se hace variar tiernpo y modo, obtenemos un cuadro complejo de posibilidades e imposibiIidades. Por 10 tanto, este conjunto de datos es problemático, en Ia medida en que parece fluctuante, por no decir aleatorio. Para producir una solución argumentada, reconstruyamos Ias operaciones cuya huella nos procura Ia lengua a través de Ios marcadores en cuestión: (1) un análisis nocional del predicado saber, en indicativo presente (positivoj jo sé nos permite extraer Ias siguientes conclusiones: se trata de un estativo, que marca Ia posesión de un conocimiento referido a cierto estado de cosas. Poseer un conocimiento equivale a estar en condiciones de aseverar que tal valor, en el dominio de los valores modales asignables a una Iexis, es adecuado al estado de cosas; en otras palabras, y para simplificar descartando toda modulación sobre Ias valores-frontera, equivale a estar en condiciones de aseverar que existe un valor, y sólo uno, que permite validar una relación predicativa con respecto a un sistema de referenciación (ocurre algo, y ese algo es identificable dentro o fuera del dominio que se construye a partir de una lexis). Designemos con p el adentro y con p' el complementario (reducido aI afuera en esta presentación simplificada). Si asevero que p, estoy aseverando (quiero decir que sé) que existe un acontecimiento, y que p es el acontecimiento en cuestión. Si asevero que p', afirmo que no existe acontecimiento

116

Antaine Culioli • Escritos

del que yo pueda decir que p es una descripción adecuada, o bien afirmo que existe un acontecimiento que yo caracterizaría como distinto-de-p. En ambos casos, el acto de aserción supone Ia represen· tación de todo el dominio y Ia decisión de elegir entre dos valores. Yo sé es uno de Ios elementos constitutivos delencadenamiento de operaciones que produce Ia aserción; supone entonces que quien afirma, o más específicamente quien dice yo sé, elige o bien p o bien p'. Por razones de espacio no abordaré aquí Ia construcción con que en su relación con Ia aserción, pero es evidente que no nos podríamos contentar .con decir que es un subordinante que introduce una completiva, o incluso un complementador. Una vez más, el proce' dimiento exige que se reconstruyan Ias operaciones cuyo marcador es que. (2) Por su parte, si marca Ia construcción del dominio de valores posibles, es decir (p, P'). En el caso de una aserción ficticia (hipotética), si marca que en (p, P') se distingue un valor, digamos p, 10 que no implica que p' esté descartado. En el caso de Ia interrogación indirecta, si marca, como en Ia interrogación, el recorrido sobre todo el dominio, sin que uno pueda o quiera detenerse en un valor definido. Tenemos entonces: si (P,P'). Comprobamos que ya sé marca que se distingue uno y sólo un valor,mientras que si marca que se recorren todos los valores (Ia estructura en leva [came] trae aparejado un orden en el recorrido, p primero, p' después: me prçgunto si si o no). Tenemos entonces incompatibilidad entre ambas operaciones, es decir, desde un punto de vista distribucional, entre los dos marcadores. Vayamos más Iejos en el análisis: es posible representar Ia decisión asertiva como una bifurcación, cuyo extremo corresponde aI dominio (p, p'). Cada camino que se origina en ese extremo desemboca en un valor y sólo uno, p o bien p: 10 sé marca que estamos en un ramal (y necesariamente en un solo ramal); yo me preg71nto si marca que estamos en Ia punta antes de Ia bifurcación. Por 10 tanto, Ia mala formación de yo sé si reside en Ia contradicción que se produce entre estar cn un ramal )r estar en la punta. Vemos enseguida en qué condición saber si es accptablc: basta con que se tenga una forma de lsaberl que implique que no se esté cn uno de los ramales, por 10 tanto que se csté en el extremo antes de Ia bifurcación o en una posición

Establ7idad y difOrmabl7idad en lingüística

117

desligada con respecto a Ia bifurcación. Consideremos 10s distintos casos sucesivamente: (a) negación: yo no sé si. Esto significa que no cstoy CIl condiciones de elegir entre p y p'; por consiguiente, no estoy cn uno de los ramales. No hay contradicción entre yo no sé y si. (Un razonam ierrm análogo permite dar cuenta de quiero saber si.). (b) interrogación: sabes si. Estamos otra vez en el caso anterior, porque hacer Ia pregunta es marcar que no se está en condiciones de decidir, por sí mismo, si otro está en condiciones de (... ). (c) formas con -r- (futuro, condicional, infinitivo). Sabré si: eI futuro marca que se está intentando Ia entrada en eI dominio. Ahora bien, considerar Ia posibilidad de pasar adentro (entrar) implica que se está afuera. El mismo razonamiento vale para si {o viera, sabriajácilmente si. El infinitivo, forma no finita como su nombre 10 indica, marca por su parte Ia designación léxica, eI rechazo en eI reanudamiento interlocutorio o bien una intención (deseo, conminación); esto puede ser anticipado a partir de consideraciones teóricas que no trataré aquí. La intención supone un objetivo a alcanzar y un hiato (una distancia a colmar). Una vez más, vemos que, para saber eventualmente más tarde, por el momento hay que no saber todavía. (d) interlocución polémica: ...A_

dice: -Df!fa . .No podrâs hacerle.

B responde: -iPero yo sé si soy capaz! [;e sais si j'en sujs capable, quand même!].

Lo mismo con: B: -iClaro que sé si Pedra tiene {a intención de venir! En ambos casos, un primer hablante pone en duda, o niega, el saber de B o incluso toma el lugar de B (el saber de B es disjunto, está "despegado" de Ia posibilidad misma de decidir si p o p'); B replica restableciendo Ia relación entre su saber y Ia bifurcación (no dice nada sobre Ia venida o no venida de Pedro, pero declara que está eu condiciones de definirse; podría afiadir incluso "pero no te ia VOJ a dear". En el primer ejemplo, este valor implícito no existe, debido aI marcador adversativo quand même [aprox. pera] , pero tenemos un valor que se glosa del siguiente modo 'estoy en condiciones de decidir

Antoine Culioli • Escritos

118

Establlidad y defórmabllidad en lzizgüística

por mí mismo; tú no deberías pretender decidir en mi lugar'. Vemos que el segundo hablante empalma [raboute] (pega) yo sé y si. Pero sólo puede pegarlos porque estaban separados. De manera más general, en cuanto hay escalonamiento modal que introduce una distancia subjetiva, esto hace que Ia configuración /saber/ + si quede bien formada:

Lo mismo ocurre cuando se introduce un contraste interpersónal por vía de Ia modulación: rà en cambio sé si Pedro ( . .) (el otro no saber / yo saber). (e) ruptura temporal:

Se opone un estado anterior al estado actual. Esto es suficiente para estar fuera de los ramales (yo sabía, ya no sé más). (f) umbral:

(y) sé si está contento

(donde "en cuanto" e 'y" no pueden ser co-ocurrentes), Esto puede glosarse: 'Basta que 10 mire para saber si está contento'. Hemos construido un umbral que divide el espacio entre una zona anterior donde no pasa nada (exterior estricto) y un umbral que desencadena un acontecimiento (en este caso, el hecho de saber de ahí en más si está contento o no). En otras palabras, 'mientras no 10 miro, no puedo decir nada; cuando 10 miro, ya sé'. Volvemos a un caso ya considerado, bajo otra forma, en (c): el asunto es entrar en el dominio. Llegados a este punto, se comprenderá que no es útil seguir estableciendo un inventario detallado de los fenómenos tomados uno por uno. La idea misma de exhaustividad es ilusoria aquí. Lo que importa es Ia configuración y su plasticidad, cuando se Ia somete aI trabajo enunciativo (ya sea de orden modal, temporal, aspectual, interlocutorio, etc.). Agreguemos que el interés del procedimiento reside en Ia 1 -l • -l positnndao que orrece ae proceaer por generanzaclOn: en Ia meuma en que se construya una .forma esquemática para cada marcador, se puede extender el análisis aios demás predicados, preguntarse, querer saber, ciertamente, pero tarnbién decir (dirne si ... ) o en otros esquemas (por ."....

r-

1

1

..

_.1 ~

-iEstás

contento?

.

- iSi no voy a estar contento! ;

Tu penses (partes, etc.) sij'etais content [Claro que estoy contento (lit.: Piensas [dices, ete.) si estuuiera contento)],

o 1Í1 sais si (comme, à quel point) Jaime la montaene [1Íí sabes si (cómo,

hasta qué punto) me gusta Ia 1Il0ntaiía],

Yo sabia (supe) en aquel tiempo si habia un camino.

•.•

ejemplo, en Ia exclamativa iSi no voy a estar contento! que se encuentra en el siguiente intercambio:

o incluso en los esquemas con si caIificativo/intensivo:

Es claro que él sabe si Pedro tiene Ia intención de venir.

(En cuanto) Ia miro

119

• ,

Dios sabe si (. . .),

en Ias que se puede mostrar cómo están relacionados con 10s ejernplos descriptos más atrás con si interrogativo). Por Ia tanto, podemos teorizar Ia relación que existe entre estos diversos si, interrogativo, cualitativo/intensivo, hipotético. A través de un avance proliferante en direcciones, logramos superar el estadio local. Dedicándolo a aquellos que encontrarfan estos esfuerzos dificuItosos y tortuosos, me permitiria citar a B. Russell ": Obviousness is always the enemy of correctness. Hence we invent some new and difficult symbolism, in which nothing seems . obvious. Then we set up certain rules for operating on these symbols, and the whole thing becomes mechanical. [La evidencia es siempre enemiga de! rigor. Inventemos un simbolismo tan d.i/ícil que nada parezea evidente. Lllego establezcamos regias para operar con 10J símbolos y todo se ouelue mecánico].

_

2. MalJle7llatiCJ and tlu: lVletaphy.siciam, citado por Harary, Franck, Norrnan, Robert y Cartwright, Dorwin, Structural Modcls: An introduction 10 lhe theory tf directed graplt.s, Nueva York,John Wiley, 1965.

4. ESTRUCTURACIÓN

A

DE UNA NOCIÓN Y TIPOLOGÍA LÉXICA.

PROPÓSITO DE LA DISTINCIÓN DENSO~ DlSCRETO~ COMPACTO*

Todo sería fácil si funcionáramos con etiquetas léxicas que establecieran una relación ineluctable e inmutable entre una representación inrnaterial y objetos deI mundo. En otras palabras, iqué feliz sería eI lingüista si pudiera hacer corresponder un léxico precondicionado [précontraint] y fragmentos de experiencia! Por desgracia, o por suerte, no es asÍ. Llamemos noción a ese haz de propiedades físico-culturales que aprehendemos a través de nuestra actividad enunciativa de producción y comprensión de enunciados. Un enunciado es un acontecimiento que ajusta Ias representaciones de un hablante a Ias de un interlocutor por medio de Ia huelIa que 10 materializa. La estructuración de una noción se produce mediante Ia construcción de ocurrencias. Por 10 tanto es necesario definir Ia que yo llamo noaôn, por un lado, y ocurrenaa, por eI otro . .Noción. Dominio nocional La noción se sitúa en Ia articulación de 10 (meta) lingüística y 10 no lingüística, en un nivel de representación híbrido: -Por un lado, se trata de una forma de representación no lingüística, ligada al estado de conocimiento y a Ia actividad de elaboración de experiencias propia de cada persona. En este nivel hay lugar para cadenas de asociaciones semánticas donde tenemos "racímos" de propiedades establecidas por Ia experíencía, almacenadas y elaboradas en formas diversas (especialmente, en relación con procesos de memorización: imágenes, actividad onírica o emblemátíca, etc.). Es

* Publicado originalmente cn Bulag n" 17, pp. 9-16. Texto redactado en colaboración conJean:Jacques FranckeI sobre Ia base de una exposición presentada por Antoine Culioli en marzo de 1991, en Ia Universidad de Besançon [reeditado en PIE 3, pp. 9-1.5J.

122

Antoine Culioli • Escritos

una propiedad esencial de Ia actividad simbólica, en Ia cual se basa en particular el trabajo metafórico y el trabajo de ajuste intersubjetivo que supone a Ia vez estabilidad y deformabilidad. Esta ramificación de propiedades que se organizan unas en relación a otras en función de factores físicos, eulturales, antropológicos, establecen 10 que yo !lamo un dominio nacional. Es una representación sin materialidad, o más bien cuya materialidad es inaccesible para ellingüista. Por consiguiente, Ias nociones no se corresponden directamente con ítems léxicos. -Por otro lado, se trata de Ia primera etapa de una representación metalingüística. La notación que utilizo es Clf. La noaôn se presenta en este nivel: a) como insecable "es decir, como no fragmentada, tomada en bloque (característica del trabajo en intensión); b) como no saturada, remitiendo así a un esquema predicativo a Ia espera de una instanciación que traería aparejada necesariamente Ia construcción de una ocurrencia-de-P Podemos designarIa mediante Ia expresión tener Ia proPiedad P. Ocurrencia La encarnación de esta noción en forma de lenguaje corresponde aI pasaje a una materialidad, al mismo tiempo que a un sistema de referenciación. Tenemos acceso a Ia materialidad (Ias huellas que constituyen 10s ordenamientos de formas), no ai pasaje, de! que no sabemos nada. Este pasaje de una representación mental, incorpórea, a una actividad que permite referir, corresponde a una "puesta en forma" de Ia noeión, que transcribo (nivel metalingüístico) Cnt. La operación que marca Cnt puede ser aprehendida y dicha de vanas maneras: -se basa en una operación fundamental de construcción ligada a Ia predicación de existencia, tal como 10 indica en particular Ia locu-

1. Dellatín "insecabilis": que no se puede cortar, que no se puede dividir. Diccionario de Ia Real Academia Erpaiiola [N. de! T.].

Estructuraáón de una nocôn y tipología /éxica

123

ción HaX" O sea. Existencia puede plantearse de dos formas diferentes y corresponder: • por una parte, al paso de/nada/a/algol. No hay grados en Ia existencia. (Ejemplo: se puede decir casi muerto, pero no casi vivo, salvo en caso de desvíos contextuales retorcidos). • por otra parte, a una forma de extracción, en el sentido ya establecido del término. Desde e! momento en que una entidad existe, ésta se destaca o se puede destacar con respecto a otras que no existen: Ia predieación de existencia se puede convertir en una propiedad diferencial. Es 10 que se obtiene en un ejemplo como Losjàntasmas existen. Así, Cnt corresponde a Ia construcción de una ocurrencia (por 10 tanto, por extensión, de una clase de ocurrencias abstractas). En efeeto, una ocurrencia es un acontecimiento enunciativo que delimita una porción de espacio/tiempo especificada mediante Ia propiedad P. A Ia inversa, Ia propiedad P está inserta en un texto gracias a un juego de determinaciones que le da un estatuto de ocurrencia (mención del diccionario, título, miembro de un enunciado). Esta última puede ser objeto de una regulación intersubjetiva: Los farüasmas sôlo existen en tu irnaginación ... ; hablas de P, pero )0 na esta) de acuerdo en llamarlo así ... -Va de Ia mano con cuantjficabilizaa'ón (ofragnzentación). -Cnt corresponde a un modo de aprehensión de elf a través o bajo e! modo de un conglomerado de ocurrencias de P (10 que he llamado más arriba clase de ocurrencias). Se establece así una re1ación en leva [carne] entre Clf (el primer Clf es "infralingüístico" y tiene un estatuto diferente del que aparece en Cnt Clf, donde Cnt Clf transcribe un modo de aprehensión de Clf).

Tipo y airactor Planteado esta, se presenta el hecho de que no existe representación de Ia índole que sea, sin que ésta se plantee como relativa a un polo de referencia. Llevamos 10 desconocido a Ia conocido, construímos en re1ación a un centro organizador, en el sentido gestáltico deI término. Y si perdemos Ios puntos de referencia, eso puede desembocar en formas de patoIogía. Este paio de referencia es Ia condición

Antoine Culioli: Escritos

124

misma de Ia regulación intersubjetiva. Corresponde a dos modos de organización: el tipo y el airador:

Estruduracum de una noción y tiPología lé:xica

125

EI tip03 es Ia condición enunciativa de ajuste y de reguIación. EI airactor

El tiPo

.

.

La construcción de una clase de ocurrencias supone que se puede decir si estas últimas son o no ocurrencias de Ia misma propiedad. Se apoya, pues, en una doble operación de identificación/diferenciación. Esta operación se establece en relación a un término que hace Ias veces de punto de referencia y que yo llamo tipo. Permite organizar Ia fragmentación de Ia noción construyendo una ocurrencia que se sefiala como privilegiada, una ocurrenaa representativa que posee dos propiedades: a) es definibIe, es decir, exhibibIe enunciativamente. Lo que no implica necesariamente que se Ia pueda designar, sefialar deícticamente; b) está en conformidad con una representación. Nos encontramos frente a un rizo [boudel: P remite a ser p, es decir, a Clf: a par' tir de una experiencia de! mundo se aíslan sus propiedades, que se funden en un representante ejemplar, Desde este punto de vista, Ia operación de identificación es primera en Ia construcción de repre· sentaciones: se verbaliza en relación a 10 que es, antes de verbalizar en relación a 10 que no es. Esta ocurrencia representativa se puede definir por medio de una enumeración de propiedades, pero no necesariamente. Se puede expresar en formas como 10 que yo llamo X; Ia idea que me hago de X, un verdadero X para mí, ete. Esto no prejuzga acerca dei modo de organización del tipo con respecto a sus ocurrencias 2 •

2. Hay tres modos de representación de una nociõn: 1) representación cn forma de árbol de Porfirio (arborescencia):

taxonomía,

análisis cornponencia l; 2) agrupamiento: racirnos (clusters) de propiedades definitorias; 3) construcción de un domínio mediante equivalencia, analogía, metáfora; identificación modulada de tal forma que se conserva una propiedad esencial,

El atrador difiere radicalmente dei. tipo. En este caso se trata de construir un origen que no tiene otra referencia posible que el predicado mismo. En consecuencia, no es un valor relativo. Una ocurrencia queda singularizada ai máximo por el simple hecho de que sóIo puede ser referenciada en reIación a ella misma. AI constituir su propio término de referencia, ésta constituye a ese término como un origen absoluto, y se caracteriza por Ia imposibilidad misma de construir un valor último. EI atractor no corresponde a un máximo o a un supremo; no es un punto último: siempre hay un punto más aliá deI que se construye. Es un valor definido con respecto al propio predicado. Es un punto de fuga, no es reversible en relación a otra ocurrencia; es constitutivo de su propio fundamento. Una expresión como Sólo te digo eso, por ejemplo, da cuenta deI carácter inefable del atractor. Un valor absoluto se construye por Ia irnposibilidad misma de fundar un valor último. EI funcionamiento de Ias exclamativas tiene que ver con este problema. Para que haya exclamativa es necesario que haya a Ia vez predicado y posibilidad de graduar. Tomemos el ejempIo de qué. 0:!é recorre todos 10s grados; es Ia imagen de todos 10s posibles, -Qyé interrogativo: no se puede decidir, hay que recurrir a otro. -Qyé retórico (i,qué libra? LNo ueo ningún libra.0 : se pone en duda Ia existencia misma de Ia ocurrencia.

3. EI tipo prescrita parentescos con Ia noción de prototipo, corriente en psicología cognitíva desde los trabajos de E. Rorsch. Sin embargo, yo distingo tipo: -de prototipo, que remite más bien a Ia actividad simbólica y cognitiva pre' via al lenguaje. Se trata de Ia actividad fundamental e innata que conduce a aislar propiedades o acontccimientos heterogéneos, luego a construir representantes abstractos y separados de Ia rcalidad. Un tipo es exhibible cnundatiuamentc. pero un prototipo no es neccsariamentc designable; -de estereotipo, que es estabilizado por actividades culturales yantropológicas. Los tipos no son estables si se los considera en una dirncnsión histórica; -de arquetipo, en el sentido en queJung entiende esc término.

Antoine Culzoli • Escritos

126

-0!é exclamativo: se construyen Ias ocurrencias en el gradiente del valor. Tenemos un recorrido orientado hacia una ocurrencia preferida que desemboca en el grado alto. Hay, pues, una diferencia esencial entre el tipo, que corresponde a una ocurrencia representativa, y el atracior; que rêmite a una representación abstracta y absoluta. Pero, al mismo tiempo, hay inversiones posibles de uno a otro. Es comprensible, puesto que el airactor, ai establecer un valor absoluto, conduce a una singularidad con respecto a Ia cual ya no se puede definir ninguna alteridad (cf el funcionamiento de términos como "puro", o "verdadero " en francés [o en espafiolj). Esta singularización que desemboca en el grado alto establece, paradójicamente, relaciones con 10 cualquiera (o 10 intercambiab1e) que, por su lado y por razones inversas, bloquea toda diferencialidad ... Entonces tenemos un potencial, que puede desembocar ya sea en 10 más elevado: una verdadera obra de arte [un pur chif-d'a:uvre], o bien en 10 mínimo (10 cualquiera, 10 simple): un simple malentendido/unpuro y simple malentendido. Dicho de otro modo, Ia permanencia cualitativa de una propiedad se puede basar en Ia estabilización que corresponde ai alcance de su punto más alto, o bien en el hecho de que se reduce a 10 que le es mínimamente constitutivo (se elimina todo 10 que constituirían variantes singularizantes, es Ia propiedad en "10 que tiene de más ordinario"). Discreto - Compacto - Denso Cnt tiene afinidades con el tipo, Clf con el atractor. La construcción de ocurrencias se realiza a través de un esquema de individuación que pone en juego ponderaciones variables sobre Cnt y sobre Clf. Estas ponderaciones tienen que ver con Ias operaciones de determinación en interacción con Ias propiedades léxicas de Ias términos involucrados. Discreto) compacto, denso corresponden a tipos de ponderación diferentes, que se pueden representar de este modo: Cnt Cfl

CU

Cnt Clf

discreto

compacto

denso

Estructuración de una nocion y tipología léxica

127

de una ocurrencia tal que se privilegia Ia delimitación de una porción de espacio-tiempo. La estabilidad de Ia ocurrencia se basa en Ia relación con eI tipo. Exhibir un representante de una propiedad depende de un funcionamientq de tipo discreto (ej.: aqui tienes UllO). 2° En el caso de 10 compacto, eI tipo no desempena UIl papel prcponderante; 10 que es fundamental es Ia construcción de un gradiente. En este caso tratamos con 10 homogéneo. La estabilidad proviene deI atractor. La única singularización posible es de orden cualitativo. No hay ocurrencia, en el sentido de que no hay fragmentación de una porción de espacio-tiempo, pero sin incurrir en contradicción se puede hablar de ocurrencia, porque 10 compacto, al remitir a 10homogéneo, traslada el inicio de Ia fragmentación hacia el entorno, con res tricciones específicas: Tuue una sensación de tranquilidadvs.

*1úve una tranquilidad

(con una

entonación asertiva, no exclamativa) '[iene una paciencia de santo/i'liene una paciencia/vs. ria (mismo comentario).

"Tiene una paden-

Otro ejemplo. En: Eso es un auto [Ça, cest de Ia voitureJ se pasa a Ia propiedad í auto por excelencia/, 3° Lo denso corresponde a un caso mixto, intermedio e i~estable. Ni Cnt ni Clf son preponderantes. No hay forma típica que estabilice. En este caso, Cnt corresponde a formas de extracción. La operación de extracción se efectúa mediante una cantidad no definible independientemente de esta operación. Por esta razón, no se da Ia problemática del agotamiento. Es por ello que con frecuencia se ha habladode "incontable" o de "masivo". Por ejemplo, si se dice tomé leche, la cantidad de leche bebida sólo se determina circularmente, en relación a 10 bebible convertido en bebido: tome Ia cantidad de Iedie que tome. Conclusión

10 En el caso de 10 discreto, Cnt es preponderante y el tipo es privilegiado con respecto ai atractor. Se trata de un modo de construcción

El gran peligro seda considerar 10 anterior como un modo de fijar un marco preestablecido que no debiera sufrir transformacio-

128

Antoine eu/ia/i' Escritos

nes. Se comprenderá que ahora hay que arremangarse y hundirse en Ia realidad donde se encuentran tantos tesoros ocultos. Pero sobre todo, que no se vaya a pensar que nociones y unidades léxicas coinciden, como si Ia praxis humana no existiera.

S. ALGUNAS LA FORMALIZACIÓN

CONSIDERACIONES

SOBRE

DE LA NOCIÓN DE ASPECTO*

EI objeto de esta presentación será (más aliá de Ias diversas posibilidades que tenemos de ampliar hacia otras lenguas eslavas distintas deI ruso, o bien de interrogamos al mismo tiempo sobre diversas otras lenguas), intentar extraer cierto número de conceptos generalizables, esto es, que se puedan utilizar de modo generalizado. El aspecto corresponde a una categoría gramatical, es decir, una categoría a través de Ia cual eIlingüista plantea una correspondencia entre una noción gramatical (término a definir) y un juego de marcadores (específicos de una lengua dada). La organización de esta correspondencia define Ia categoría. En cuanto al término "aspecto", hay que ver a qué remite cuando se aborda el problema en todas sus dimensiones. En 10 que hace aI término "forrnalización", se trata de establecer un sistema de repre' sentaciones metalingüísticas que sirva para representar los fenómenos a partir de observaciones, de manera de poder operar (calcular) independientemente de Ias intuiciones que uno tiene, y escapar así a Ias ayuditas que uno se da eu ando se trabaja cri CâInpos en

105

qUê Ia

observación empírica desempena un papel fundamental. Con el término "formalización" no 'estamos tratando de dejar en segundo plano Ia observación. Los sistemas metalingüísticos se construyen a partir de observaciones, y después del cálculo se regresa a Ia observación para proceder a Ia verificación, que no se puede omitir.

* L'enseignement du russe n" 27, Institut d'Études Slaves, 1980, pp. 65-75 [incluido en PLE 2, pp. 145-158} En abril de 1978 participé en el seminario de posgrado de R. L'Hermitte (profesor de lingüística rusa). Este capítulo corresponde a Ia grabación de Ia presentación oral que se hizo en ese momento, Se trata entonces de una presentación en una reunión de trabajo que se esfuerza, sin lograrlo demasiado, en conciliar cierto grado de tecnicidad y el cuidado de proveer una visión de conjunto de los conceptos implicados. Este texto no debe ser pues considerado como un producto terminado(N. dei A.).

130

Antoine Culioli • Esaitos

Por otro lado, como sistema de representaciones metalingüísticas no podemos utilizar sistemas que ya existen en lógica o en otras disciplinas, porque hay una especificidad de 10 lingüístico que supone la creación de instrumentos propios. Es decir que no se puede utilizar-una gramática de Montague (filósofo dellenguaje y lógico), . ni tampoco Ias sistemas de Ia lógica clásica (cálculo de predicados) o de Ia lógica no clásica para construir 10 metalingüístico, si bien siempre es posible, con cualquier sistema, dar cuenta de algunas intuiciones o de significaciones semánticas que se pueden proponer para ciertos usos. Estos sistemas importados no permiten definir Ia correspondencia compleja que existe entre Ias nociones gramaticales (ellas mismas sistemas de representaciones) y 10s sistemas de marcadores. Por último, los marca dores aspectuales no se consideran etiquetas que establecen el estatuto de un término, sino como huellas de operación. Por Ia tanto, es necesario reconstruir Ias operaciones que les permiten a estas configuraciones de marcadores funcionar como funcionan en Ia actividad de lenguaje. Evidentemente, se trata de una re-construcción meta-lingüística dellingüista, y no de operaciones que ocurren en el cerebro cuando se habla, Cualquier esfuerzo psico-biológico de este tipo está condenado al fracaso, porque no reconoce el carácter específico de Ia lingüístico dentro de Ia actividad simbólica humana. En prime r lugar podemos establecer un inventario de problemas que encontramos con esta noción. Este inventaria se basa a Ia vez en los trabajos existentes en el campo de Ia observación de Ias lenguas, el ruso y Ias Ienguas eslavas esencialmente, y en estudios, pobres, de Ia psicolingüística de tipo genético 1, que muestran, sin que esta se pueda tomar como un argumento, que un sistema aspectuaI que remite a cierto número de operaciones elementaIes está constituido antes de que 10 esté un sistema temporal. Un sistema aspectual no es, pues, privilegio de Ias lenguas esIavas; simplemente en Ias lenguas esIavas funciona de cierta manera, más o menos mezclada con el

1. Cf. Bronck.art,Jean-Paul, GéneJe et orgarúsation dcsformes verbales che: l'enjànt: de l'aspect au tcmps, Bruselas, Mardaga, 1976.

Alg;unas consideraciones sobre Iajónnalización de Ia noción deaspecto

131

tiempo, pero no hay lenguas donde no se haya constituido un sistema aspectual. EI primer problema es el de Ia aktionsart o modo de proceso Cuando se estudianlos

aamteamicntos, nos encontramos con aaio10 que ha intentado hacer R. Thom, matemático, con Ia teoría de Ias catástrofes, que es una tipología de acciones. ''Acontecimiento'' y "acción", para no utilizar desde ahora "proceso" o cualquier otro término lingüístico, porque el problema debe ser estudiado siempre de dos maneras: 1) A partir de una práctica o de una praxis (el punto de vista cognitivo). Cierto número de acciones humanas (hacer el gesto de atar, de herir, de cardar lana) producen determinados efectos que no están ligados forzosamente a una cultura pero forman parte de Ia organización del espacio, de Ias movimientos, allí donde Ia praxia (los comportamientos o Ias conductas humanas) converge con una práctica social (praxis). Esta puede ser universal, y es el trabajo del etnólogo. 2) A través de Ias unidades léxicas. Es e1 trabajo dellingüista. Los lexemas son por sí solos sistemas de representación complejos, que remiten a propiedades físico-culturales. La mayoría de Ias veces se produce un deslizamiento de un campo al otro: así, en una discusión con un lógico polaco que se ocupa dellenguaje, acerca de! hecho de que los verbos "encontrar" y "morir" pueden soportar el imperfectivo (Ia que es verdadero en polaco), éste "razonaba" diciendo que son verbos únicamente perfectivos en Ia medida en que indican que se pasa de un estado a otro. Entonces, por una parte, hay que separar bien los dos campos, y por Ia otra hay que ver bien que el problema lingüístico pasa por Ias unidades léxicas de Ias lenguas, es decir, datas específicos que varían de lengua a lengua, y que uno no puede quedarse simplemente en el nivel de un discurso de antropología general. A través de Ias unidades Iéxicas, habrá que encontrar propiedades generales, con ayuda de un discurso estable (no homogéneo, que sería aún más fuerte), condición mínima de coherencia cuando se quiere hablar sobre más de una lengua. nes que pueden ser clasificadas (más o menos) según tipos. Es

Anloine Culioli • Escritos

132

Algunas consideracionessobrelajõrmalizadón de ia nocióndeaspecto

133

Se trata, por 10 tanto, a través de Ias fenómenos aspectuales, de aislar propiedades que serán generales o generalizables, de plantear esta a título de hipótesis y por tanto de verificar, gracias a Ia argumentación que se habrá construido, si el razonamiento se sostiene y si corrobora Ias observaciones, si no, es porque Ia hipótesis no es correcta. EI punto estable que encontramos detrás de toda Ia terminología utilizada en este campo (terminativo/no terminativo, resultativo/no resultativo, etc.), es Ia distinción entre proceso y estado, que hayque poder precisar más allá de Ias intuiciones comunes. Lo que surge de esta distinción tiene que ver esencialmente con dos factores:

tancia no nula), y encontraremos esto cuaIquiera sea luego Ia ma nera eu que se orgamce. Este modo de ver Ias cosas no tiene en cuenta Ias nociones de perfectivo e imperfectivo como tales. Si bien se trata de nociones lexicalizadas, no nos sorprendemos cuando encontramos en ruso verbos que no poseen estos pares, y esto muestra bien que no se puede decir -sobre todo ubicándonos desde un punto de vista general- que tal predicado está predispuesto a ser perfectivo o imperfectivo; son términos que hay que precisar en un marco general porque no se puede transferir así a otra parte 10 que permite describir un sistema en una lengua en particular.

1) La frontera

2) El cambio de "estado"

Delimitamos una zona izquierda: " @", es decir, una suerte de 'no todavía' o de 'not yet' tal como aparece en el sistema verbal de ciertas lenguas africanas.

Si se puede plantear este problema en términos de frontera es porque hay un cambio en algún lugar, pero el cambio de estado (término ambiguo que lleva a reflexionar en 10 que es un estado resultante, un proceso reversible: una ventana puede abrirse o cerrarse) es un problema que, a diferencia deI de Ias fronteras, no se plantea necesariamente en el nivel de Ia noción. Si consideramos el siguiente ejemplo:

Luego hay: ,,&, ", que corresponde a 'de ahora en más', donde podemos reconocer el "más" para 10 que se refiere al estado, y 'ya no' si se considera Ia salida de ese estado. Y el elemento 1-# 1es considerado como el paso de Ia frontera, es decir, algo que será representable con un intervalo en el que Ias dos mojones están a una distancia nula. Esta concepción no es necesariamente trivial, ya que trae consigo restricci~nes que tienen que ver con Ia representación, y consecuencias (que son también limitaciones) en el momento de hacer manipulaciones sobre Ias representaciones. Para que haya proceso tiene que haber en todo caso esto, pero no se puede reducir un proceso sóIo a esto: podemos tener un intervalo con distancia no nula, en el caso en que algo se está haciendo de tal manera que conduzca a un estado final. De todas maneras, ya sea que tengamos: '1 1' (distancia no 1 \ nula entre 10S aos umues), o oien: ... 1 ••• (distancia nura), encontraremos siempre este fenómeno de corte, el hecho de tener un punto en una zona y un punto en otra, y un salto (Ia incoación, por ejemplo, está marcada por el límite izquierdo cerrado de un intervalo a dis1

.;

1

11'

-.

\



'I'

11'



está mZl)' raro) jJarece un peco agitado, no sé qué pasa-, se queda sentado asi durante unos minutos y de pronto se levanta, y luego ua hasta Ia ventana, bueno, Ia abre, y despues resulta que se deja caer en un sillón ... I-JO)J

En ruso, en este ejemplo se puede utilizar el perfectívo, y en francés [o en espaíiol], si bien podríamos tener una suerte de presente de descripción histórica, por medio del "resulta que" se introduce algo que ya no se refiere directamente a Ia noción, sino a un cambio de situación (término usado aquí de manera técnica, y no precisado). Aquí también, con mucha frecuencia estos problemas se confunden, pero es claro que tenemos, por un lado, el problema dei paso de frontera, y por eI otro el problema del cambio de situación que se vuelve posible gracias a Ia propiedad referida al modo de proceso y Ia unidad léxica en cuestión. Relacionado cem esto encontramos por supuesto el problema de Ia agentividad: cuando se opera una transformación, hay que ver si tene-

~

134

Antoin« Culioli • Escritos

mos un agente o no, si este agente tiene propiedades de no intencionalidad o no; si hay intencionalidad, el agente será o bien humano o bien no humano ... Este tipo de problema aparece muy claramente en lenguas no eslavas, si bien se 10 encuentfa también en Ias formas reflejas del ruso. En francês, como en espafiol, Ias pronominales suponen casi siempre un cambio de estado y en algunos casos remiten aI mismo tiempo a un agente impersonaI: El ciclo se cubre [Le cie! se couvre],

donde se produce un cambio de estado, y: Este pez se pesca am red [Ce poisson se pêche au filet] ,

donde tenemos un agente impersonal. Un hecho particularmente esclarecedor es que se encuentra en distintas lenguas, inclusive fuera de Ias Ienguas semíticas, un mismo término que sirve a Ia vez para el reflejo, el pasivo y Ia incoación. Entonces, con respecto a Ias problemas de proceso y de agentividad, hay que identificar Ias propiedades de Ias que no se puede prescindir para llevar adelante el estudio. Si se consideran predicados (transitivos) como romper o quebrar, tirar [casser, renverser], (entre los primeros en ser adquiridos por los nifios francófonos), vemos que con el particípio pasado: La taia está quebrada

[La tasse est cassée]

significa que 'de ahora en más ella está en el estado roto'; y si tenemos el pretérito perfecto: Esta taia ha sido quebrada

[eette tasse a été cassée],

se produce una ambigüedad, y tenernos: +O bien 'hubo un momento en el que Ia taza estuvo quebrada, y ahora está reparada' +O bien 'esta taza ha sido quebrada por alguien' ['Cette tasse a été cassée bar ouelau 'un 12• .L

.l..L

T I

Algunas consideraaones sobre Iajórmalizaáón de Ia noción de aspecto

Entonces, un caso ("La taza está quebrada") no supone necesariamente un agente; el otro ("La taza ha sido quebrada") supone una relación agentiva. Hay Ienguas donde esta relación es estable. Con un predicado como perseguir, en: Soy seguido [Je suis suivz]

significa necesariamente que 'uno está seguido por alguien' y no que 'de ahora en más uno está en estado de persecución' y que por 10 tanto 'uno ya no es más perseguido'. Con "atacar", en: La ciudad es atacada [La ville est attaquée]

significa que 'Ia ciudad fue atacada', 'se ha cornenzado a atacarIa', 'está siendo atacada', y no se puede decir que ya no es más atacada. Vemos aquí que no se puede evitar plantear cierto número de propiedades que, cuando se construyen relaciones, producirán relaciones elementales (o relaciones primitivas en el sistema de representación); es Ia clase mínima de propiedades que no se puede ignorar cuando se quiere razonar sobre los enunciados. Todo esto engloba Ias propiedades físicc-culturales y Ias propiedades primitivas. Los problemas de aspecto están ligados a problemas de diátesis (término más general que el de "voz") Son problemas relacionados con Ia relación entre Ia orientación de una relación predicativa y el sistema aspectual. Allí entran los problemas que comprenden Ias formas pronominaIes del francês, dei ruso, etc., Ias relaciones en ruso entre el imperfectivo y el agente, Ias relaciones entre el perfectivo y el objeto (perfectivo-genitivo partitivo ... ); es 10 que tenemos con: El camiôn está/es volcado [Le camion est renverse1,

..J

El cielo se cubre [Le cie! se cOl/vre], 2. El ejempIo no funciona en espano], dada Ia posibilidad de alternar ser! estar [N. deI T.).

135

Eljúegv

está encendido [Lej:u

est allwnel

Antoine Culioli • Escritos

136

Además, Ia diátesis tiene que ver con Ia propensión, Ios estados subjetivos internos (neeesidades, emociones). Estos problemas están vinculados entre sí, porque el inventario que estamos haciendo no está constituido por compartimientos separados; hay dominios que deben sei distinguidos, pero de manera que se pIanteen Ias relaciones entre ellos, Estos problemas están ligados también a 10s de cuantificación, cualificación No se trata de Ia euantificación lógica (euantificador existencial o universal), sino de problemas que están comprendidos en Ia cuestión de Ia determinación en Ias lenguas; en el franeés es el artículo definido, los indefinidos, etc. En este ámbito tendremos: -El problema de Ia relación entre perfeetivo/imperfectivo y Ia cuantificación sobre el complemento, como en: ÉI tomó el té [li a bu le the1, ÉI tomó té [Il a bu du the1

y Ias imposibilidades que derivan de esta en eiertos casos. -El problema de Ia relación entre 10 genérico y Ia cuantificación dada por lã operación de recorrido (recorrido de 10s valores de una clase sin pr.eferir ninguno de ellos), como en: EI perro es un rnamfforo [Le chien est un marnmifere], EI perro ladra [Le chien aboie],

enunciados que se definirán estabIeciendo primero Ia relación entre ei perro ladra, todos Ias perros ladran [tout chien aboie], un perro siempre ladra [des chiens, ça aboie], en el nivel de una lengua dada, luego constru-

yendo el sistema de representación que subyace a los fenómenos y que permitirá decir que cuando se pane una reIación predicativa en relación con toda Ia clase de situaciones posibles e imaginables, Ia relación predieativa siernpre queda validada, y se extrae de elio un enunciado genérico. Este último punto permitirá estudiar el problema de Ia posibilidad de tener el perfeetivo o el imperfectivo en 10s proverbios dei

Algunas consideraciones sobre lajórrnalización de ia nociõnde aspecto

137

ruso, el passé composé [pretérito perfeeto] al lado dei presente e incluso de! passé simple [pretérito perfecto simple] en un estilo un poco anticuado en 10sproverbios franceses: • Jamais

on ne vit personne foire cela [Nunca se via a nadie hacer do

J..

c

En ciertos casos (por ejemplo, en una parte de Ia Romania), Ias pretéritos han desaparecido y 10sperfeetos simples sólo quedaron en algunos proverbios como: Jamais

il ne put jàire telle chose [Jarnás pudo hacer algo asz1.

Son Ios problemas dei aoristo gnórnieo, problemas tratables en términos de cuantificación, pero al hacerlo pasamos también a problemas de modalidad (término a precisar). -EI problema de Ia relaeión entre la operación de euantificación y e! predicado mismo. Un conjunto de consideraeiones referidas a Ias diferencias que existen entre Ia forma de un predicado y su valor positivo, negativo... (encontramos aserciones fuertes eon Ias exclamativas interronegativas, el imperfectivo en s; vi esa pelicula, ambos valores 'Ieído/no leído' en Ia pregunta Has leído este libra) han permitido plantear una noción de predicado que permite liberarse de un predicado que pasa por una forma positiva o negativa. Esta noción se representa eon (p, p), donde p representa todo 10 que no es p, siendo Ia negación sólo un caso particular. Entonces, si tenemos una noción de predicado que no es en sí ni positiva ni negativa y un predicado representado por Ia forma positiva de Ia unidad Iéxica leer, construir 'leer/no leer' permite remitir leer a 'hojear', 'mirar rápidamente', 'Ieer entre líneas', etc., y permite así, para Ios predicados que se prestan a ello, eierto número de posibilidades en el ámbito de Ia cuantificación y Ia eualificación, por ejemplo: Casi he leído []áipre5que Prácticamente

lu],

he leido []áipratiquernent

lu],

He leido un poco [Jai un peu lu].

Y, en un momento, hay un punto que es el dei cruce de la frontera, con 10s problemas de adherencia (zona de vaguedad de cada

Antoine Culioli •.Escritos

138

lado de Ia frontera) que hacen que todavía haya lectura, pero muy modulada, y luego que se pase a no leer en el sentido en que no habrá habido en absoluto 'lectura', o no leer en el sentido en que ha habido otra cosa, como: Pero vi Ia película [Maú

i 'ai ou tefibn]

Algunas «msidcraaonessobre laformalizacién deIa nociôn de aspecto

En 10 que respecta al ruso, no tengo textos de reportaje, pocos textos que enuncian recetas de cocina; queda buscar en los libros de matemáticas fórmulas como Ias siguientes:

Si tomo ... [Sije prends ...]

.

Esta representación, entonces, permite considerar la cuantificación/cualificación como una operación sobre el predicado, marcar un límite que permite dar cuenta de Ia ambigüedad de Ia negación en:

No he leído Ia novela [Je n 'aipas lu le roman], ya sea que Ia relación de Ia relación predicativa con Ia relación primitiva no se produzca, o bien que ésta se produzca COIl otra relación primitiva. Este tipo de consideraciones permitirá dar soluciones, más allá de Ias que se basan en Ia noción de instancia de discurso, a problemas como el hecho de tener el imperfectivo en: Esta tnaiiana he abierto Ia uentana, he comprado leche y después he plan-

chado Ia rapa... [Ce matinj'ai ouuert laflnêtre,j'ai

139

acheté du lait, et puis

j'ai repasse le tinge... ], es decir, 10s pretéritos de discurso y 10s pasados históricos. Podremos incluso dar una explicación formalizada de este caso. Esto permitirá también explicar por quê en 105 imperativos rusos tenemos, para Ia negación, en algunos casos el imperfectivo, en otros el perfectivo con otro valor. Por último, Ia preverbación [préverbation] vinculará cuantificación (construcción de una ocurrencia) y cualificación (la caracterización de Ia ocurrencia).

Esta noción está ligada también a problemas de modalidad SOIl problemas que atafien a los provcrbios, Ia interrogación, lo genérico, Ia negación, 10 hipotético, Ia cita, 10 testimonial, el reportaje [reportagc:], Ias manipulaciones que se pueden hacer en los textos.

Luegv tomaremos ... [Puis naus prendrons ... ]. Estos problemas encajan en Ia distinción de Benveniste entre discurso y relato, distinción limitada, y Ia que propuso Rundgren retomando Ios términos de Kurylowicz entre cursivo y constativo. Esta distinción marca dos tipos de relación dei enunciador con el enunciado: -uno donde el enunciador que es hablante una de Ias instancias de 10 que es producido:

es al mismo

tiempo

Ayer a Ia maiiana al leoantarme vi un cuervo [Hier matin en me levanij'ai vue un corbeauJ,

-el otro (eI relato histórico) donde no existe esta posibilidad, y por tanto hay ruptura, desenganche, otra esfera. Dado que este sistema varía según Ias personas, se 10 puede tratar a partir de Ias coordenadas enunciativas, y más especialmente a par. tir de Ia relación entre Ias coordenadas del enunciador que produce y reconoce el texto y Ias coordenadas que permiten construir el valor referencial del texto. De! mismo modo, en ese caso uno no se puede contentar con ia propia intuición para trabajar, porque no se pueden manipular Ias intuiciones. Hay que poder representar este corte de manera de poder extraer de él todas Ias implicaciones, todas Ias relaciones en el nivel de un razonamiento. Si no, siempre uno queda a merced de un caso suplementario. EI problema del aspecto en tanto problema teórico, es deeir, reductible a cierto número de operaciones fundamentales generalizabIes, es un problema soluble, si es formulado, es decir representado, y una argumentación precisa es una manera de representar. Problemas

ligados

a una topología

sobre el tiempo

Se trata de una representación muy conoeida, cialmente dos relaciones entre 10s elementos:

que considera

escn-

140

Antoine Cu/ioli • Escritos

-una relación de concomitancia o identificación: TI =T2 -una relación de consecución o diferenciación: TI #- T2, es decir, o bien anterioridad, o bien posterioridad. AI hacer esto, se asimila el tiempo a una sucesión de instantes representados por puntos (que generalizamos mediante una recta), 10 que permite hacer operaciones del mismo tipo que Ias operaciones de cuantificación: podremos tener una ocurrencia singular: ' , que podrá ser Iuego un intervalo; podremos tener una clase de ocurrencias (cf 10 genérico, 10 habitual). Esto permite también considerar los problemas de 10 discreto con respecto a 10 denso o a 10 compacto. Por ejempIo, en: Siempre se está quejando [lI est toujours en train de se plaindre I He is always grumblingl , con 'siempre' tenemos una operación de orden simbólico con Ia cual se hace como si, teniendo una escala, se Ia densificara; 10 que da una suerte de propiedad definitoria. En inglés, es el problema de Ia diferencia entre: To keep doing somethinglPasser son temps àjàire quelque chosc [Pasársela haciendo algo] y

To be always doing something / Être toujours en traiv- dejàire quelque chose [Estar siempre haciendo algv]. Esta tipología referida al tiempo permite, por un lado, plante ar relaciones de concomitancia, consecución, plantear los problemas de Ia cuantificación sobre el tiempo (discreto, denso, compacto) y, por otro lado, reducir cualquier proceso a intervalos, 10 que es bien conocido, pero en este caso de manera productiva, es decir, permitiendo pasar a problemas relacionados, de modalidad, de cuantificación, etc. AI pasar entonces a una representación del proceso en términos de intervalo, y por ende de instantes (término técnico), y por ende de límite, caemos en los problemas de frontera, y tenemos que tratar con: -un intervalo con límites o bien sin elIos

Algunas consideracionessobreIajôrmalizaaon de Ianocióndeaspecto

141

-límites izquierdos o derechos, abiertos o bien cerrados, con disimetrías entre ambos -una "distancia" sobre el intervalo, nula o bien no nula (esta 110ción de distancia no tiene relación con una métrica). La noción de intervalo limitado corresponde al sistema dc rcpresentación metalingüístico, y por tanto los "Iímites" no son forzosamente explicitados en el nivel de los marcadores. Pueden serlo al nivel de Ias glosas. Por ejemplo, cuando se dice (d. Ducrot y los presupuestos) : Sigue trabofando [ll continue à travailler], se entiende que esto quiere decir 'en un momento dado se puso a trabajar' y se explicita entonces ellímite izquierdo; pero en un enunciado como éste el punto a marcar es ellímite derecho abierto. Una representación de este tipo puede dar Ia idea sirnple de que finalmente no se dice nada más que en un proeeso hay necesariamente un comienzo, un medio y un fin, pero no debemos quedarnos en esta descripción realista, porque hay propiedades definitorias que no soportan esta segmentación, y en lingüística no se trabaja en el plano de Ia refereneia a Ia reaIidad. -Si tenemos un límite izquierdo en Ia descripción, ésta está necesariamente cerrada, es decir que se delimita una zona en Ia cual se puede escribir "no todavia" y una zona en que un punto por 10 menos del intervalo considerado verificará el valor. -Si tenemos un límite abierto a la derecha, es porque cualquier punto considerado perteneee aI intervalo. -Si tenemos un límite cerrado a Ia derecha, esto quiere decir también que se delimitan dos zonas, una en Ia cual los puntos del intervalo verifican Ia relación, otra en Ia cual Ios puntos considerados no pertenecen al intervalo. +Cuando Ia distancia cs no nula, es porque existe aI menos un punto del intervalo que coincide, en el momento de Ia IocaIización con respecto a una situación cnunciativa, con cl momento de Ia cnunciación o, si se trata de un sistema trasladado [translate1, coincide con el punto de referencia enunciativo trasladado. Es el caso deI "discurso", de 10 "cursivo" ...

Antoine Cu/ioli =Esaitos

142

-Cuando Ia distancia es nula, es porque no existe ningún instante que se pueda insertar entre los dos lírnites, que coincida con Ia enunciación; el enunciador no puede ser marcado dentro del intervalo que representa el proceso. Es el caso del relato histórico, de 10 "constativo". En este caso caben ejemptos como: Llovió durante 40 días [11plut pendant

40 Jours].

La duración física no cuenta porque no estamos trabajando en una relación analógica con Ia realidad. Esta forma de enunciación obliga a introducir un valor de relación distinto de "diferencia" e "identificación" que es el valor omega (ú)) y que corresponde a Ia ruptura, al desenganche, a Ia imposibilidad de tener alguna relación de identificación con algún elemento del sistema enunciativo. Se determina asÍ una relación aorística (Io que es distinto de un aoristo). Estos problemas muestran bien que estamos en Ia frontera entre un problema de rnodalidad y uno de aspecto, puesto que estamos obligados a hacer intervenir la relación entre el enunciador y el enunciado producido o reconocido. -Con una distancia nula, si tenemos un límite izquierdo y un límite derecho cerrado,estamos en el caso marcado más atrás como Ia frontera. -Con una distancia nula, si tenemos un límite izquierdo y un límite derecho abierto, esto da un valor incoativo, es decir, el aoristo del griego, por ejemplo: i(llovió)! [(il plut).1 por se puso a llouer [il se mit à pleuvoir].

Sobre esto vendrán a injertarse, en ruso, los problemas dei proverbio, pero por ahora permite verificar Ias intuiciones de una relación entre 10 puntual y 10 perfectivo, 10 incoativo y 10 perfectivo (sin asimilar "perfectivo" y "aorístico" en Ia medida en que uno pertenece a un sistema específico y el otro es una construcción general). Permite ver por qué el present perftct en inglés puede ser utilizado para remitir a algo que se hace en circunstancias variadas pero sin determinación temporal:

Algunas consideraciones sobre Ia.fonnalizaciónde ia noción de aspecto

143

frente a: You haue made err01] .

a mistake.Z'Iu

as foit

une faut« [Has cometido

un

-Cuando hay algo no limitado, esto significa que cualquier punto considerado pertenece al intervalo, y permite tratar Ias problemas de 10 estativo o del estado. Si se trata de un estado resultante, tenemos algo que depende de Ias propiedades primitivas (dnos encontramos ante un proceso reversible o no?) que está limitado a Ia izquierda pero no limitado a Ia derecha. Un ejemplo como: EI hierro está torcido [Lefir est torduJ

puede significar: -que 'ha sido torcido' y 'ahora está torcido' -que 'presenta Ias propiedades de estar-torcido', alguien 10 haya torcido:

sm suponer que

No puedo utilizar este hierro, está torcido [Je ne peux pas utiliser ceje~ il esttordu].

EI aspecto como operación de Iocalización con respecto a un locaIizador en el sentido abstracto

deI término

En una operación que consiste en localizar un término con respecto a otro de manera de construir los enunciados eliminando paulatinamente la indeterminación, por ejemplo ': dQyién ha limpiado Ia habitación esta maiiana? [O!Ji a nettoye ce matin la piece.~

i Qyién ha limpiado la habitación? [Qyi a nettoyé Ia piêce .~ donde tenemos en el primer caso el imperfectivo y en el segundo o bien el imperfectivo, o bien el perfectivo, Ias operaciones aspectuales son operaciones de deterrninación, ligadas a Ia situación.

Tou'oe been zurong:lIl t'est arrivé d'avoir tort dans ta vie [En algzín momento en Ia vida has estado equivocado]. Dans le pass« tu asjàit

desfautes [En el pasado has cometido errares].

3. O cn los ejemplos bien conocidos como: 11;[e han cambiado de lugar Ias carpeta,

[On a déplac« mes dossim] .

Aiuoine eulioli • Escritos

144

Algunaí consideraciones sobre tajórmalizaciónde Ia nociónde aspecto

Esta localización puede hacerse ya sea por medio de un adverbio, de un preverbo (en ruso), de un apreciativo o de cualquier otro circunstancial. Así: Yo tenia Ia intención de comprar tal cosa [Javais chose],

l'intention

d'açheter telle

para decir 'yo quería comprar' y usando los valores conativos del imperfectivo; Who has been opening lhe window

[Qyién estuoo abriendo Ia ventana],

que utiliza una forma progresiva prácticamente inaceptable", pero que es fácil de encontrar en otro tipo de proceso: Who has been eating my porridge

[Qyién se comió mi papilla]

y que se vuelve aceptable de otra manera, si se dice: Whos the bloody idiot who's been opening the window [Qyién es el imbécil que estuuo abriendo ta ven/ana],

es decir que al localizar [repérer] el predicado con respecto a una determinación eualitativa, una determinación circunstancial, una determinación ligada también ala pronominalización, alo reflejo, como puntos de referencia, se producen abiertos o cerrados, o regIas de cierre (es 10 que pasa eu un poema o una canción con 10s estribi110s,por ejemplo). Generalizando este fenómeno, podemos abstraer Ia siguiente relación: tenemos un localizador y por ende operaciones aspectuales que en tanto operaciones de determinación están ligadas a fenómenos de localización. Por 10 demás, cada vez que hay cuantificación, hay de hecho 10calización espacio-temporal; es decir que eu ando se dice "tres libras", es porque tenemos necesariamente una operación: "hay tres libras en algún lugar", y sobre esto se construye el resto. Es 10 que permite dar cuenta de Ia diferencia entre:

4, A menos que se le agregue un signo de exclamación y se le dé un contorno entonativo apreciativo,

145

I have written three letters [1éngo escritas tres cartas]

y I have been writing letters [:(engv escritas tres cartas]. En chino cantonés, Ia relación entre cuantificación y aspecto está marcada de manera explícita. A partir de estas consideraciones podemos entrever una teoría general.

6. CANTIDAD

Y CALIDAD EN EL ENUNCIADO

EXCLAMATIVO*

La exclamativa incomoda: se halla en e! cruce de Ia exclamación -interjección que se !anza como una mueca o un escupitajo- y Ia aserción, a través de Ia cual uno se compromete, constituyéndose en garante. Entre Ia reacción espontánea, casi refleja, y Ia validación responsable, Ia exclamativa se ubica en equilibro precario; indigna de ser un acto de habla, demasiado cerca de! borborigmo de! gruiíido que no se dirige a nadie en particular, es, sin embargo, un avatar catafático, que dice 10 que es; si digo:

°

Si hablamos de sorpresa, si, fite una sorpresa [Pour une surprise, c'est une surprise],

significo, con toda seguridad (y en todo caso) que se trata efectivamente de una sorpresa; cuando uno exclama: iQyéfiío que hace! [Qy'ilfoitftoid.1

donde e! signo de exclamación marca un modo de entonar y enfatizar, no se limita a describir, sino que indica que hace un frío que no es uno cualquiera. Así, por medio de determinada forma, manifestamos que no estamos en presencia de un enunciado en el cual e! criterio regulador es Ia existencia (chay algo o nada?) y Ia identificación nacional (si hay algo, desta ocurrencia es una ocurrencia de eso, o de otra cosa distinta?). Esta propiedad fundamental de Ia aserción ya está establecida y no se pane en tela de juicio su estabilidad referencial, que elimina cualquier alteridad. Con Ia exclamativa, hablando de manera voluntariamente impresionista, percibimos que se sobreafiade otra operación, que tiene que ver con e! grado, cuantitativo-cualitativo, de Ia relación predicativa (o de uno de los predicados constitutivos de esta relación). Asi tendremos:

* En Fontanille,Jacques (dir.), La quantite et seJ modulations qualitatives. Limoges/Amsterdam, Pl.ll Ilvl/Benjamins, 1992 [incluido en PLE 3, pp. 125-134].

Antoine Culioli • Escritos

148 i0JéJrío

que hace![Qz/ilfoitfioid.1

i0Jé cantidad de libros que lee! [0J'est-ce qu'iltit comme livres.~ i Cuánto que caminal [Com7ne it marche.~ i0Jé via:fe, ese que hicimos! [0Jel voyage, te voyage que nous auons .foit.~.

Pero está claro que el recurso al grado (se suele hablar de alto grado) no resuelve el problema: ~grado de qué? calto (o bajo) en relación a quê? Mientras no se hubo encarado frontalmente estas preguntas, nos hemos contentado con decir 10 que sentimos, sin querer saber por qué Ia glosa se formula de este modo. No resulta mucho más satisfactorio hablar de afecto o de compromiso subjetivo, como si estos términos trajeran consigo su propia justificación. Retomemos, profundizándolos, algunos conceptos que acabamos de utilizar, para darles una base teórica, de trazos gruesos, por cierto (mi propósito no es hacer una demostración técnica), pero suficiente. La estabilidad Diremos que hay estabilidad cuando, al operar sobre un cúmulo de ocurrencias de una noción, estamos en condiciones de hacer una selección entre una (ovarias, o todas Ias) ocurrenciaís) qUê validafn) una relación y el resto, que es descartad? Así, en: María escribió Ia carta [Marie a écrit Ia leitre],

se trata de María (y no de otra persona); se dice que ella "escnbiô" (y no que 10 está haciendo, o que ha comenzado a escribir); además, se supone que escribir significa poner en limpio y no haber redactado un borrador, una primera versión, tener en disquette, ete.; en cuanto a "Ia carta", ésta también está provista de una referencia estable, gracias aI artículo definido que seíiala Ia preconstrucción existencial de una "ocurrencia-de- ( ) carta", que de allí en más queda identificada. Como vemos, Ia estabilización puede actuar en cada uno de Ias elementos constitutivos del enunciado, por vía de una operación fundamental que tiene que ver con cl dominio nocional, vinculado a su vez a un sistema de referencia. AI respecto, comprobamos que toda

Cantidad y calidad en el enunciado exclamativo

149

estabilización supone Ia existencia de puntos de referencia absolutos, a resguardo de Ia precariedad y los accidentes, que funcionan como centro organizador de Ias representaciones. Todo sistema de referencia provee tales referentes, que cumplen el papel de origen absoluto (por un lado, origen subjetivo; por el otro, origen espacio-ternporal), de manera que el sistema pueda complejizarse y prestarse al discurso lógico-matemático, polémico, narrativo, mítico, ete. Tratándose de designadores léxicos, Ia situación aparentemente es más simple, pero de hecho es más complicada. Más simple porque 10 esencial de nuestros intercambios verbales se apoya en un perfil de equilibrio semántico, producto de un ajuste implícito entre enunciadores. Casi nunca, en apariencia al menos, quedamos aferrados a nuestros lexemas al punto de impedir Ia convertibilidad sin Ia cual prácticamente no puede haber interlocución. Pero esto se torna más complicado en cuanto vamos más allá de los intercambios estandarizados que se refieren a situaciones calibradas mediante descriptores totalmente previsibles; en especial, cuando se desdibuja Ia relación entre el designador y el haz de propiedades físico-culturales que estructura toda noción. Puedo decir tanto: Maria escribió Ia carta [Marie a écrit Ia leltre]

como: Mar(a no escribió Ia carta, Ia copio, porque ella no esaibiria semejante carta [Marie na pas écrit la lettre, elle Ia copiée, car ce n'est pas d'elle d'écrire une pareille letlre],

o incluso: Cuando Maria escribió Ia carta, ino era ta Maria que yo amoico! [0Jand Marie a écrit Ia lettre, elle n' était pas Ia Marie que je connaisls

Del mismo modo se podrã decir: i,Así que llamas a eso una cartal Para mí no es una carta, no merece ese nombre [Pan:e que tu appelles ça une lettrc? POlir moi ce n'est pas une lettre, ça ne mériie pas ce nom].

De este modo, Ia ocurrencia de Ia representación asociada a María puede estar provista de valores, que van de Ia indiferenciación de 10

150

Antaine Culiali• Escritos

cualquiera (nominación simplemente adecuada) al valor peyorativo (esto no es una verdadera carta), en el que se podrá incluso negar a tal acontecimiento el derecho de ser designado con ese término. Pero decir que no es una oerdadera carta significa que se puede decir esta es una uerdadera carta" Ahora bien, esta es una verdadera carta admite una doble lectura, Por un lado, tendremos una interpretación mínima, donde Ia verdadera carta será una carta, sin más, que merecerá ser designada así por el hecho mismo de su trivialidad cualquiera, como representante semánticamente inerte de 10 que es y debe ser una carta para poder ser llamada carta. Por otro lado, una verdadera carta puede marcar que dicha carta es una ocurrencia, por excelencia, de 10 que, para el enunciador, es Ia idea que él se hace ... de 10 que es una verdadera carta, es decir, una carta (ocurrencia) que merece eI nombre de carta, porque rernite aI predicado "( ) ser carta", punto extremo que es a Ia vez el punto fijo dei cúmulo de ocurrencias nocionales (de allí el "cualquiera"), y Ia referencia absoluta, independiente de Ias ocurrencias, de Ia representación originaria, per se y no per accidens. Así !legamos a dos modos de organización deI dominio nocional: por un lado, tendremos un tipo, que se puede reducir a una ocurrencia enunciativamente exhibible, que conlleva propiedades definitivas estables y firmes. En este caso, Ia relación de una ocurrencia con el tipo es del orden de Ia identificación y se caracteriza por una relación de conformidad. Por otro lado, como centro organizador dei dorninio, tendremos un "punto fijo", un valor extremo, irreductible, que no está ni contenido, ni situado de manera irreversible, con respecto a una ocurrencia cualquiera. Las ocurrencias de una noción están construidas en su variedad (grado de adecuación respecto de este absoluto que no remi te más que a sí mismo; intensidad de una propiedad graduable; valuación subjetiva), y se ordenan en un gradiente que no comporta un primer punto originario, sino un atrador, cualificativo, inaccesible a Ias diferenciaciones y Ias determinaciones, regulador imaginario de nuestras representaciones. Mientras que el tipo induce un funcionamiento de Índole "todo o nada", e! atractor introduce 10 continuo, ia orientación hacia el centro o hacia el exterior; en suma, propiedades topológicas, que hacen que el sistema se vuelva plástico y dinámico, y al mismo tiempo permita Ia estabilización intersubjetiva.

Cantidad y calulad en el enunciado exclamativo Construcción

151

de una ocurrencia

Los modos de construcción ses:

de una ocurrencia son de trcs ela-

1. Ocurrencia estabilizada de una noción

Ya sea esta última un lexema o una relación predicativa, en el sentido -definido más atrás- de estable, estabilizado significa que nos hallamos ante un valor explícito, que no es objeto de discusión entre sujetos, de modo que se descartan los valores alternativos. Me limitaré a dos ejemplos, vinculados con Ia localización, que se podrán completar fácilmente a voluntad con enunciados más complejos. Hay utt libro en Ia mesa [li y a un livre sur ta table]

activa Ia siguiente representación: construcción de Ia existencia de una ocurrencia de Ia noción ( ) ser libra, de Ia que no se dice nada más que (1) se trata de un libro (2) en todo caso hay uno; construcción de Ia existencia de una ocurrencia de Ia noción ( ) ser-mesa (por tanto una mesa), con estabilización referencial (operación de sefialización [flécllage], marcada por "la", que indica Ia permanencia existencial de esa ocurrencia de mesa); localización de ocode libra con respecto al localizador oe. de mesa, gracias al predicado "hay ... en" [" i(y a ... sur"]. Vemos que este enunciado encierra indeterminaciones, pero, salvo imprevisto, polémico o patológico, me parece que nadie llegaría a crear dificultades. Pero es cierto que, en el caso de un juicio, por ejemplo, el hecho de que un Iibro pueda agotar, o no, Ia descripción de 10 que está encima de Ia mesa puede llegar a ser importante. De! mismo modo, en: dDónde está Ia tapa? [Oü est te couverde.'lj la existencia de esa tapa (if.supra para 10 que se refiere al comentario general) no está en cuestión, así como tampoco se discute Ia designación "tapa" y su eficacia descriptiva. Además, es evidente que Ia pregunta implica que Ia tapa debe estar en algún lugar. Sólo "donde" muestra que no se conoce el valor correcto de ese "algún lugar", y esto explica el recurso al marcador de recorrido donde, imagen de todos los valores (abstractos) posibles. Naturalmente, Ia pregunta pue-

Antoine Culioli• Escritos

152

de surgir delllamado a que otro distinga el valor correcto, o no ser más que un soliloquio, que acompaiia Ia acción de un sujeto. 2. Ocurreneia no estabilizada Lo que se pone en tela de juicio en este caso es o bien Ia referencia nocional designada medianteun lexema: Debe haber algún trapo, u otra basura, eti Ia caiieria [11 doity avoir quelque chiffon, ou autre saleté, dans la canalisation], o bien Ia referencia a un existente/inexistente: Llueva o no, yo vengo [0:!'il pleuue ou non,je uiendraz] 1, o bien eljuego intersubjetivo de Ia interlocución: Puede protestar [I! peut protester],

se basta a sí mismo, a diferencia de 0:Je proteste [I! peu: bien protesterJ [eon el morfema enfático "bien", en francês], por ejemplo: Qye proteste (todo!o que quieta), me importa un comino [lI peut bien protester (tant qu'il veut),je m'en moque].

Considérese igualmente Ia interrogación, ya tratada más arriba, donde: i.Dónde quieres que vi~a?[Ou ueux-tu quej'aillefJ puede significar que Ia respuesta (existencia de una respuesta positiva) es evidente, así como puede ser evidente una respuesta negativa "no hay dónde ir"; así como:

i Qyé sduciônl [Q;Jellesolution fJ puede remitir a una opción posible que adopte otro, o a una negativa ("no hay solueión"). 3. Ocurrencia a Ia vez estabilizada J no estabilizada Demos .algunos ejemplos de esta mezcla. En Ia aserción fictícia. (hipotética), se plantea Ia existencia, aI mismo tiempo que Ia inexis-

1. Presente en castellano I futuro en francês [N. del T.].

Cantidady calidad en el enunciadoexclamativo

153

tencia de una ocurrencia (en este caso se trata de una relación predicativa): Si encontraras a aleuien (pero puedes no encontrar a nadie) rencontres quelqu'un (mais tu peux ne rencontrer perãonne)

[Si tu J.

Si 10 hubiera Ilamado (pero no 10 llamé)... [Si je lui avais téléphoné (maisje ne lui ai pas téléphoné) ...] Asimismo, tendremos: Me invitó uno de e50Stahiskies (excelente/infecto) [lI ma qffirt un de ces whisky (excelIent/infect)]. La exclamatividad presenta esta misma característica. Cuando digo, retomando el ejemplo citado más arriba, "/Me invitó uno de esos iohiskies!", no estoy poniendo en cuestión Ia materialidad del acontecimiento, salvo Ia calidad de Ia bebida (que, aI mismo tiempo, repercute en el acto mismo de invitar). Del mismo modo:

iOJié viento que hay, desde ayer! [0:Jel vent il y a depuis hier.1 se refiere efectivamente a un acontecimiento "sopla viento desde ayer", e incluso a la fuerza de! viento. Pero, mientras que: Hay mucho viento desde ayer [11y a beaucoup de uent, depuis hier] significa más o menos 10 mismo, vemos que e! segundo enunciado equivale a "hay viento y ese viento es fuerte" [Ui!y a du uent, et ce uent estfirt'l, en tanto que el primero marca que Ia intensidad de Ia ocurrencia de ( ) ser-uiento no puede ser aseverada sin más ("hay viento; hay mucho viento" ["il J a du uent, il J a beaucoup de vent'1) , ni remitida a un patrón explícito, cuantitativo o cualitativo (cuantitativo-cualitativo, en realidad: quê viento: fuerte, persistente, irritante, espantoso, etc.). Lo que Ia exclamativa indica es que no hay valor de referencia definido y último. Cualquiera sea Ia cantidad-cualidad que yo pudiera elegir para determinar Ia ocurrencia (y toda ocurrencia nocional implica determinaciones), ésta no agotaríalo decible; sería inadecuada. Porque 10 que dice Ia exclamativa es 10 ínefable de una ocurrencia finita, en relación a 10 ilimitado de una cualidad que, mediante el atractor, extrae su estabilidad de su homogeneidad y su identificación consigo misma. La exclamativa remite a Ia relación con el atractor; es

Antoine Culioli • Escritos

154

Cantidad y calidad en el enunciado exclamativo

deeir, en última instancia, al gradiente según el cual se ordenan Ias oeurreneias de una noción. En efecto, por un lado, eomprobamos que toda ocurrencia será valuada: (1) podemos tener mención simple, por tanto ocurrencia cualquiera, que no se caracteriza por ninguna propiedad diferencial; (2) podemos tener orientación hacia el exterior: "es apenas", "no es realmente", "es mala, incluso infecto"; (3) podemos tener orientación hacia el atractor "es realmente", "es ... por excelencia", "es intenso", "es admirable"). Pero, por otro lado, el fundamento mismo de esta reversibilidad cualitativa es precisamente el heeho de que toda ocurrencia, en tanto ocurrencia de una noción, está construida por adecuación (gradiente) con respecto al atrador (rf (3), supra). Así, obtenemos estabilización por referencia a un valor extremo, que no conlleva último punto. Como el Ungrund de Jacob Boehme, ese fondo sin fondo que atraviesa Ias filosofías y Ias teologías. Notemos de paso que, para mencionar ese real de Ia noción, improvisamos bien o mal (más bien bien, por 10 demás) puestas en relación entre Ia ocurrencia de una noción y Ia noción, que, fragmentada, proveerá el dominio de Ias ocurrencias (llamado más arriba dominio nocionali. Esto va desde: Hay un vindo que ni te digo [11Y a un vent, je te dis que ça],

donde Ia nominación basta para revelar 10 absoluto que es "un verdadero viento", hasta: lEste viento! [Ce vent.1,

aparentemente ostensivo, pero de hecho intensivo (ya se trate de marcar Ia fuerza dei viento, su carácter irritante, o cualquier otro rasgo), pasando por: Si es por viento, hay viento [Pour y avoir du ueni, il y a du vent],

donde Ia circularidad de una identificación-en-eco provee, también aquí, Ia intensidad y el énfasis. En Ias apartados siguientes analizaré Ias caminos que tomamos cuando queremos afiadir a Ia estabilidad asertiva Ia modulación exclamativa. Tomaré sólo ejemplos en francês, por razoncs de coherencia y legibilidad. Pero es importante subrayar que el razonamiento y Ias conceptos en cuestión tienen una fuerza general que no se limita únicamente al francês.

155

En tomo a Ia noción

1. La encarnación, o "Ia noción se vuelve ocurrencia", parafraseando un texto célebre: María es la paciencia encarnada/en persona/jJen'Olzjjiuula patience incarnee/en personne/personnifiée]. 2. Remisión a Ia homogeneidad y a Ia identificación

[AIarie

1':\/

/11

consigo mis-

mo: Es Ia virtud misma [11 est Ia uertu même] Es bueno como él solo [ll est gentil comme fout] Es 10 más bueno de! mundo [11 est tout ce qu'il y a de plus genti~ Es jJintura de verdad [Cést de Iapeinture oraimcnt peinture]. 3. La inefabilidad de Ia cualidad extrema (más allá de Ias palabras

y 10 imaginable): Hlace unfrio, unfiío! fioid·1

(La voz queda suspendida) [Iljàit unfioid, un

Hace unfrío que ni te digvíincreíbleíimpasióle çalpas croyable/pas possibleJ.

[I(íàit un,froid,je

te dis que

IEs tonto, pero tonto! [11 est bête, mais bête .... 1 iEs tonto, qué tonto que esl [Il est bête, ce qu'il est bête.1 -iEstaba contento?-i0:fé te parece! (claro que sí/claro que no) [-1/ était amteni? -Tu parles! (bien sur que oui / bien sur que non)].

En torno a Ias ocurrencias

1. La pue.sta en abismo En un enunciado como: l'Iiene una paciencia. .. ![11 a une paiience .... 1

Antoiru:Culiali • Escritos

156

se provoca Ia remisión aI atractor, a través de una operación bastante compleja que voya resumir en unas pocas frases. Partimos de: Tiene paciencia [11a de Ia patience], donde êl partitivo "de Ia" [de! ejemplo en francés] es e! determinante' normal en tal entorno (por un lado, el predicado nominalizado ''patience" ['j7aciencia"] que, por su propiedad semántica de compacidad, no es compatible con un [unia], marcador de discretización; por otro lado, eIlocalizador avoir [tener] en "Il a (...)" ["1lene (...)"], que acarrea, por razones que sería fastidioso exponer aquí, eI marcador de Ia
CantidadY calidaden el enunciadoexdamatioo

157

i0Jéftío hace! [0J'iljàitftoid.~ ("Hace" ["Iljàit"] de calificador de "frio" ['yroid"], por ejemplo: Hace mudio frio [Iljàit tresftoidJ, Hace qué (recorrido sobre Ios grados)frío [Iljàit quoiftoid], y de allí iO!Jé ftío hace![0J'iljàitftoid.1). • 0:J'est-cequ'iljàitftoid! [aprox. iQyéftío que hace.1 (Esto proviene de una operación suplementaria, cuya huella es qu'est-ce (..), con el marcador de recorrido qu'). Naturalmente, si el recorrido es imposible, esta operación de remisión al atrador no se realizará. Así, euando digo: i0:Jé auto! [0:Jelle voiture.1 estoy operando sobre este auto eJun auto [ceife voiture est une voiture], por

10 tanto sobre eI predicado (eJ un auto [est une voiture]) provisto de un gradiente de calificación. Pero no puedo decir: "icemo son las cinco! [comme il est 5 lze1tres.~ porque eI valor estabIecido ("son Ias cinco") no cuenta con gradiente. 2. Juegos de espejosy ecos En los apartados anteriores vemos que se ha construido una clase ordenada de puntos que se recorren; de all], en uri enunciado asertivo, Ia referencia al atradot: Otro procedimiento consiste en retomar, por medio de Ia tematización o Ia anáfora, una ocurrencia de Ia noción, de modo que se la duplica, creando así una reIación especular de autorreferencia que activa la remisión aI atractor. He aquí algunos ejemplos: iEste/río (que hace)! [Cefioid (qu'il fait),'] (Uno y otro provienen de haceftío fiLjàitftoid], de donde hace un frio ... [iljàit unfroid ... ]; de allí se deriva, por sefialización [fléclzage] (re-identificación de ocurrencia a ocurrencia) y construcción de Ia relativa inducida: estelelfiío que hace [cellefioid qu' iljàit]) . iEstejrío que hace! [Ce qu'iljàitftoid.0 (La derivación deI enunciado equivale a Ia anterior, salvo que Ia relación predicativa está tomada en bloque: hace frio un grado; de allí iE.ste (grado)jrío que hace! [Ce qu'iljáit.froid.1).

Antoine Culioli • Escritos

158

r I

Cantidad y calidad en el enunciado exclamativo

159

~.

Tu en as, de Ia chance! [iQyé suerte que tienes.1 (de Tu as de la chance [1íí tienes suerte] se extrae, mediante inserción de un marcador anafórico, un esquema de dos términos: "tu en as", por un lado, "de la chance", por el otro). i0:Jé lindo vestido que tienes! [Tu"en as, une belle robel] Es bueno, tu perro [Il est gentil, ton chien.] (encontramos el esquema de "i0:Jé suerte que tienes!". Si se comenzara por "tu perro", tendríamos una aserción sin fuerza exclamativa). C'est tonfrêr« qui était content! [iTu hermano qué contento que estaba.1 (se prestará atención al marcador prosódico). A pesar de Ias apariencias, este esquema es análogo al anterior. Partimos de il était amtent [estaba contento], o más bien de ()O était content, que se completa gracias al esquema de identificación c'est (...), que contiene en si mismo ce, sustituto anafórico de ( )0 était amieni; así, se provee, por un lado, Ia instanciación de ( por el otro, el efecto especular. En cuanto a qui, es sintácticamente normal.

r;

iSi hablamos de alto, si, él es alto! [Pour être grand, il est grand-1 (se establece una relación de identificación-en-eco entre Ia ocurrencia no saturada del predicado « )° ser alto> y Ia ocurrencia instanciada <"él es alto"». Nunca vi [un) semfJrmte espettáado/un e_~bedáculo como este [Je n'ai jamais ou un pareillun tel spectacle/un spedacle comme celui-Cl] (se extrae, de Ia 'comparación, que el espectáculo en cuestión es un espectáculo incomparable con respecto a cualquier otro; de Ia misma manera que, en iEso sí que es un auto! [ça c'est une voiture.1 se marca que eso es inigualablemente más "auto" que los demás autos, o incluso que eso es un verdadero auto, y los demás no; eso merece su nombre). iTéngo un trabajo! [Jai un de ces travail.1 (menciono sin comentario este enunciado, porque Ia explicación, compleja y técnica, puede !legar a cansar).

3. Ia biforcación Hemos visto más atrás que Ia aserción proveía una referencia estabilizada, debido a que se elimina cualquier alteridad. Si representamos esta operación mediante un grafo, comprobamos qu~ laaserción equivale a transformar una bifurcación en un camino único: Ia bifurcación provee, en su extremo, una posición de indiferenciación compatible con los dos caminos posibles; si se elimina uno de ellos, queda un único camino, que se torna necesario de ahí en más. En ciertos casos Ia exclamativa recurrirá a esta operación, pero perturbándola, de manera que deje de tener un valor y sólo uno. Así tendremos: iSoy idiota! [SUzSjC bêtd (esquema interrogativo [inversión sujetoverbo, en francés] , que reintroduce el recorrido de los valores posibles. DeI mismo modo: iSerá posible que este corto de plata! [Fautil qu'il soii à court dargent.1, iEs exasperante! [Est-il énervant-1). iComo si (no) lo amoaera! [Sijc le connais! Sije (ne) le connais pas.1, Decime si no es lindo [esp. rioplatense] [Si c'est mignon! Si cest pas mig~ non.~, Si eso no es seririfi:liz [Si cest pas malheureux] (el marcador sinos instala en Ia punta anterior a Ia bifurcación: con algo positivo, el recorrido nos refiere al airador; eon algo negativo, Ia interrogativa DOS lleva al valor positivo, de allí Ia relerencia al airador. Esta indiferencia de Ia positivo y 10 negativo es bien conocida, y se Ia encuentra en enunciados del tipo: iLo que (no) se toma de cerveza! [0:Jest-ce qu'il peut boire comme Inere! 0J'est-ee qu'il peut pas boire comme biere], donde se combinan Ia puesta en abismo, el juego de espejos y Ia bifurcación). iCuál (no) fite mi sorpresa! [0Jelle Jut ma surprise! Ogelle nefitl pas ma

surprise! Qyelle nefitt ma surprise.1 (es otro ejemplo de ese complejo trabajo de borroneamiento de referencias que remite el sujeto al atrador que organiza nuestro dominio de representación. "0:Jelle fi ma surpnse-. .» pue dee zlosarse g osarse frni rru sorpresa fue extrema, " =a. >!!:lell.e neJitt pas ma surprise" indica que no hay ninguna ocurrencia de mi sorpresa por fuera del âmbito de validación, por tanto que "mi sorpresa fue total"; en cuanto a "0Jelle nefu: ma surprise", se trata de una combinación de 10 anterior). ü

i1éngv no poco trabajo! [Jai quelque diose comme travail!J (algo, es decir, "no nada" puede, por su propia indefinición, remitir al atractor; compárese con es algllien, no es eualquiera [ást quelqu'un, ça n'est pas n'importe quz]).

160

Antoine Culioli • Escritos

La exclamativa, ese pariente pobre, nos ha revelado su riqueza, que es Ia de los sujetos, siempre que uno esté dispuesto a escuchar bien 10 que dicen. Detrás de esa copiosidad regulada de fenômenos aparece el proceso dinámico de Ia actividad mental, entre Ia pura noción, que es de orden trascendente, y Ia ocurrencia, que remite a Ia existencia, limitada y situada. Detrás de Ia metalingüísrica surge Ia metafísica.

7. MANERAS

DE CALIFICAR*

Punto de partida

Deseo marcar de entrada, con este título un poco vago, que Ia metaIengua nunca está en reposo, o, invirtiendo Ia proposición, que no debemos nunca fiarnos de un aparato metalingüístico cuya comodidad pueda volvemos insensibIes a Ia diversidad empírica. En una palabra, debemos poner permanentemente a prueba y, al mismo tiempo, en tela de juicio, nuestras construcciones teóricas cuando éstas tienden a reducirse a un juego de etiquetas terminológicas. Es Ia razón que justifica esta presentación sobre Ia cualificación. A veces pude haber dado Ia impresión de ceder a esa tentación cuasi mágica de manipular términos, con el riesgo de hacer olvidar que los términos no son más que medios cómodos de designar constructos teóricos que, como rales, están siempre sometidos aIos procedimientos de validación deI trabajo teórico. A fuerza de hablar de cuantficaciôn y cualificación, luego de Cnt y eu, pudehaber incitado, a mi pesar, a utilizar estos meta términos como si estuvieran provistos de un valor intrínseco, cuando no son más que 10s rnarcadorcs (1tarnbién ellos!) de operaciones. Si 10 olvidamos, terminaremos jugando otra vez una partida ilusoria en Ia que Ia introducción de uri conjunto de representantes metalingüísticos hace Ias veces de razonamiento. Cuantjficación, como cuaificaaôn sólo interesan teóricamente por el estatuto que asumen en el esquema de individuación; y este último, que subyace a Ia noción gramatical de determinación, a su vez debe estar justificado en el marco general de Ia actividad enunciativa. Y esta última ... pero me voy a detener aquí.

* Este articulo retoma una pequena parte de una conferencia qüc dia A. Culioli. Sólo se tornan eu cuenta aquí los ejemplos relativos ai francés y los dcsarrollos teóricos referidos a eIlos. Publicado originalmente en Descharnps, Alain y GuilIemin-Flescher,Jacqueline (eds), Les opérations de d/terminaium. 0Jantifzcatíon / OJ!ali.fication, París-Cap, Ophrys, pp. 3-12 [reeditado en PLE 3,81-90].

:,)1

1111

162

Antoine Culioli • Escritos

Si cuantificacum (en el uso que yo hago del término) y cualificaciôn son solidarios, esto hace que siempre tengamos que preguntarnos por Ia relaciôn que existe entre ambas operaciones: (se puede tener una sinla otra? ~se trata de operaciones ordenadas? ~tienen el mismo peso? cson iteràbles? Acabo de utilizar Ia palabra "operaciones" (y llamo Ia atención sobre este punto, porque es conocida Ia peligrosa ambigüedad de los derivados en -ciôn, casi siempre interpretados de manera estativa), 10 que lleva a otra pregunta: ~en quê consisten esas operaciones? csobre quê se realizan? cqué producen? Esto es 10 que hay que tener en mente cuando hablamos de cualificación. Para empezar, de este conjunto de pregumas voy a elegir dar algunas definiciones someras que harán Ias veces de respuestas provisorias, luego voy a estudiar algunos casos que permitirán precisar Ia respuesta general que está implicada en el título mismo de esta presentación. Cuantificación / Cualificación Comencemos, pues, por una descripción rápida de cuantificacum, cualificaciôn. En el uso que hago de estos términos, cuantificación remite no a Ia cuantificación lógica, sino a Ia operación mediante Ia cual se construye Ia representación de un algo que se puede distinguir y situar en un espacio de referencia. Compréndase bien que Ia vaguedad de los términos es voluntaria y provisional, en el sentido de que partiremos de operaciones elementales pobres que iremos enriqueciendo gracias a encadenamientos complejos de operaciones suplementarias. Así, algo no refiere a 10 inanimado (por oposición a alg·uien), sino que remi te a un estado (interno o externo) del que se puede decir que se distinguirá de otro estado, que por 10 tanto provocará discontinuidades, que estará localizado (en el sentido abstracto deI término) en un dominio de representaciones. Podríamos decirlo de otro modo: algv remite a Una ocurrencia de cualquier cosa que un sujeto es capaz de aprehender, discernir (percibir como una forma singular el1 relación a un entorno), distinguir (eliminar de Ia indeterminación) y situar (un sujeto sitúa ese algo en un espacio-tiernpo, que puede ser imaginario). La cuantificaciôn; en particular, permite efectuar dos operaciones escncialcs:

Maneras de caificar

163

-(1) La cuantificabilización (o, para los que prefieran un término más simple, laftagmentación). Partiendo de una noción, llamémosla P, que tiene Ia propiedad de ser insecable (es par esto que se Ia suele designar con Ia notación ser-P, que intenta captarel carácter predicativo y estrictamente cualitativo de Ias nociones), fragmentaremos Ia noción, mediante una operación abstracta de individuación, de manera que se puedan construir ocurrencias de esta noción en Ia producción/reconocimiento de enunciados (operaciones de extracción, luego de sefialización [fléchagr]). Ahora bien, esta operación de fragmentación es triple: (a) nos permite pasar de una cualidad insecable a una cualidad fragmentada; (b) permite construir ocurrencias cualesquiera; (c) permite construir ocurrencias diferenciadas (por ejemplo, cuando se considcran Ias relaciones de gênero a especies, el carácter discreto o no, ete., que los enumeradores o clasificadores pueden hacer aparecer, ete.). Vemos que, partiendo de una noción (Clf), hemos fragmentado (Cnt), pero, al hacerlo, nos hemos visto obligados a introducir distinciones cualitativas (Clf). -(2) En segundo lugar, Ia cuantficaciôn permite construir Ia existencia de una ocurrencia (ocurrencia de una noción fragmentada), situándola en el espacio-tiempo enunciativo que un sujeto enunciador construye en relación a -un coenunciador. Construir Ia existencia consiste entonces en hacer pasar una ocurrencia de nada a algo en el espacio de referenciación [rePérageJ. Así, hemos transformado una ocurrencia posible (por ej. i'Iendras una novela para prestarme?), que es ya un modo de existencia, en una ocurrcncia existente (Téngo una novela policial), Pero Ia existencia de una ocurrencia de <novela policial> se vuelve ella misma un modo de calificar, puesto que podré decir: "No tienes ninguna otra? O bien Siempre lo mismo. Así, trabajaremos sobre Ia (in)existencia, sobre Ia valuación, pero también sobre Ia diferencia entre novela en general y novela policial. No somos conscientes de 10s escalonamientos que construimos gracias a esta intrincación entre cuantificaciôn y cualificaaôn: así, cuando digo Siempre 10 mismo, en el intercambio verbal recién esbozado, estoy implicando que me hubiera gustado otro tipo de novela, pero que el hecho de que

Antoine Culioli • Escritos

164

pueda disponer de una novela (existencia pura y simple en el dominio de Ias ocurrencias imaginables), gracias a esa novela, ya está bien, porque después de todo, una novela es una novela, cuando se quiere leer algo. Del mismo modo, si me piden que tome una agenda de un cajón, puedo preguntar: dO!:Jé agenda? No hay nada en el cqjón, donde "d0!é agenda?" anuncia Ia inexistencia (al menos, en ellugar indicado) de Ia agenda en cuestión. La Cualificación Pasemos ahora a Ia cuaificadôn: Esta última entra en juego cada vez que se efectúa una operación de identificación / diferenciación referida a algo (tal como hemos definido este término más atrás). Demos algunos ejemplos, deliberadamente heterogéneos, en desorden, para mostrar bien que cualificar es activar una cadena compleja de operaciones, y no simplemente adjuntar un calificativo. Consideremos Ias siguientes enunciados: Durante tu viaie, anota/observa hasta el menor detalle. Ante el menor obstáculo, lldmame. No he tenido el menor obstáculo. lHaS' tenido el 17Ú?'ilür obstáculo! Comprobamos que "el menor" marca Ia entrada/salida en e! dominio de validación, en Ias tres últimos ejemplos, es decir, 10 hipotético, Ia modalidad negativa y Ia interrogativa. La hipotética (aserción ficticia) construye Ia existencia (eventual) de ' Así, el "aLgoque se encuentra eventualmente" está cualificado (se trata de Ia noción <ser-obstáculo>. El mismo esquema se da con Ia negación, salvo que el movimiento es inverso: se recorre el interior deI dominio de validación, no se encuentra allí ninguna ocurrencia de <ser-obstáculo>, ni siquiera infinitesimal, de 10 que resulta Ia salida de! Interior, con Ia cual se marca Ia inexistencia de cualquier obstáculo. En este ' caso también se ha cualificado el "algo que se encuentra eventualmente" y se le ha atribuido Ia inexistencia. Es casi inútil complicarse COIl Ia interrogación (equiponderada, en el caso considerado) que marca el recorrido de todos 10s posibles (es decir, entrada / salida).

Maneras de caljficar

165

En cambio, e! primer enunciado es diferente, puesto que contiene un imperativo. Pero se 10 puede remitir a los casos anteriores, explicitando Ia propiedad que más atrás he llamado "entrada en cl dominio de validación" "anota / observa hasta el menor detalle" (qlll' li' pareu« interesante). Pero, aun sin esta cualificación, el em;nciado está" bicn formado. Comparémoslo a series tales corno pronuncia ia menor palabra, sugiere Ia menor mqora. La diferencia salta a Ia vista (o más bien, al oído): el texto queda en suspenso, como en busca de un término solidario que le sirva de base (así tendremos: pronuncia Ia menor sílaba y te castigo) sugiere Ia menor mcjora y serás gratificado). Todo gira en torno de Ia diferencia entre predicados tales como tomar nota, observar, o incluso registrar; tomar en cuenta, y, por otra parte, pronunciar, sugerir, hacer: Los primeros pueden ser categorizados como marcadores de registro (en un soporte material, se fijan informaciones o fenómenos de Ias que se toma conocimiento). Suponen, pues, que Ia existencia de 10 que se registra esté prcamstruida (Ios fenómenos, incluidos los detalles, son perceptibles, están allí, a disposición de quien los quiera tomar en cuenta). La conminación [i1y'onction]no se refiere a Ia predicación de existencia, sino aI registro, que debe ser cuidadoso y afectar a todo, hasta eI detalle ínfimo, después deI cual no hay nada más. Por 10 tanto, "anota hasta el menor detalle" ataíie a Ia entrada de cualquier observable en un registro, así como el recorrido totalizante hasta Ia frontera. En otras palabras, basta que uno perciba un fenómeno (en talo cual ámbito) para que 1.0 conminen a anotarlo. Estamos claramente en presencia de operaciones que permiten reunir el predicado de registro y 10 registrable (glosa = "cada vez que / si te cruzaras con el menor detalle que consideres digno de ser anotado, más alIá de todo el resto, debes anotarlo"), En Ia glosa, se ve que Ia prótasis construye Ia existencia de 10 que Ia apódosis conmina a anotar. En una palabra, de cimos, en otra forma, 10 que ya se ha descripto antes: sólo se puede anotar 10 que existe. La cualificación afecta un algo existente. Ahora nos es posible ampliar el dominio, que hemos caracterizado provisionalmente como . En efecto, será pertinente todo predicado asociado a una acción de transforrnación de un preconstruido (donde Ia transformación consiste no sólo en registrar en un soporte material, sino también en guardar en la rnemoria, en prestar atención, o incluso en eliminar, huellas, marcas, polvo, etc.).

Antoine Culioli • Escritos

166

Hemos engendrado así un repertorio nocional, basado en una doble propiedad formal, Ia de Ia pre-construcción existencial y Ia acciÓn de almacenamiento / eliminación. Con pronunciar, sugerir, hacer; pasamos a predicados de efectuación, que remiten a Ia constrücción de Ia existencia del algo (ocurrencia-de) en cuestión, por ejempIo palabra, mejora, gesto, innovación, etc. Así: Haas el menor gesto

conduce a , es decir,a la producción de un gesto. Ahora bien, un en un gesto marca que pasamos de nada a algo; tenemos, pues, cuantificación y un sefiala que se trata de producir una ocurrencia de , con Ia única condición de que eso pueda ser designado como un gesto. Ahora bien, el marcador "el menor)' supone, como hemos visto, un recorrido sobre e! dominio de vaIidación con Entrada I Salida, y, si se opera sobre 10 preconstruido, con un recorrido exhaustivo (Anota Ia menor cosa rara, por tanto, 'anota todo'; destruye Ia menor huella, por tanto, 'destruye todo'). Así, Ias predicados de efectuación, aI construir Ia existencia (paso discontinuo de nada a algo) son incompatibIes con "e! menor", aI menos en e! conminativo. Pero el imperativo francés (10 mismo sucedería en inglés, por dar sóIo otro ejempIo) sefiala que se desea hacer pasar de

a

Situado, es decir, de un estado de cosas donde

no ocurre a un estado de cosas donde

ocurre. Así concebida, Ia conminación es, a través .de una relación intersubjetiva, Ia indicación de que se está considerando el acceso a Ia realización de

. Ahora bien, Ia afinidad con Ia hipotética es clara: Ia hipotética construye una aserción ficticia que hace pasar de

a Ia realización (considerada) de que hemos anotado más atrás como

Situado. Esta afinidad, y Ia presencia de "e! menor", permitirá Ia deformación modaI que recalifica Ia conminación como hipotética ('si hicieras e! menor gesto', 'haces el menor gesto'), 10 que nos Ileva a un caso analizado más atrás (Entrada / Salida). Pero Ia construcción de Ia prótasis trae aparejada Ia operación de consecución; dicho de otro modo, Ia construcción de Ia apódosis (que es más bien una consecuencia que se desprende de Ia eventualidad inicial). No entrar é en el detalle del esquema, quiero decir, en el análisis de Ia puesta en relación por medio de y en, por ejemplo, haces el menor gesto y te castigo, frente a si haces el menor gesto, te castigo. Encon-



Maneras de calfficar

167

tramos en el opuesto de una relación de consecución [entrafnement], es decir, una relación adversativa de no-consecución: j ser cocineroy no saber batir una mayonesal, pero esto no es más que un inicio de discusión teórica que propongo para Ia reflexión, nada más. Gradiente y alto-grado

Consideremos ahora otra manera de cuaIificar, referida aI gradiente. Comenzaré con el análisis de un caso que he tratado con frecuencia: Ia fuerza exclamativa que produce 10 que a veces se llama el alto grado de un predicado. Partiremos de un enunciado simplemente asertivo, como: Hay viento [lI Y du vent]. La secuencia está compuesta de un localizador "Hay" y una ocurrencia de que me prove e 10 localizado. Contentémonos con estas observaciones someras, que serán suficientes para Ia discusión, si bienla ausencia de determinante [o el partitivo du en francés: il y a du oent, il y a du brouillard [lzay niebla]; nous auons eu de Ia pluie toute Ia journée [tuvimos llutna todo el día]J merece más que una mención rápida. Con este enunciado sefialo Ia existencia de algo rneteorológico, cualificado como vienta. No digo que hay poco I mucho I etc. viento; digo (nada más, nada menos) que hay viento. Si quiero marcar que el viento es fuerte, puedo elegir decir, entre múltiples procedimientos: II y a quelque chose comme vent! [iLo que es oienio, ha;y alg-o.~.

Si analizamos este enunciado, vemos que introduce dos operaciones asociadas: una marcada con comme g vent, construye el dominio nocional de . Ahora bien, todo dominio nacional comporta tres princípios de exterior: uno se refiere al zonamiento [zonagt'] topológico (Interior, Frontera, Exterior), eI segundo administra Ia continuidad (continuo / discontinuo; granularidad; ocurrencias discretas / gradiente); por último, el tercero provee los dos modos de centramiento: tipo / atrador; donde el tipo garantiza Ia identificación de Ias ocurrencias con un patrón de referencia (modo de confonnidad), mientras que el airador representa Ia ocurrencia (inaccesible, puesto que es imaginaria) que provec el valor absoluto, valor extremo de!

Antoine Culio/i • Escritos

168

gradiente en más-y-menos. Así, el atrador es e! punto de estabilidad de un conglomerado de valores, que están ordenados (orientación hacia e! centro / hacia e! Exterior), según grados diferenciados. Vemos que si trabajarnos en un dominio tipificado podremos construir subtipos por diferenciación, de 10 que resulta un juego de equivalencias; por ejemplo: 0:J'est-ceque vaus prenei comme boissonl Du vin? Rouge? Blancl De l'eau minérale? Plate? Cazeuze? [t Qyé bebida va a tomar? t Vino] iT'into? iBlanco? i,Agua mineral? t Con gas? i, Sin gas?]. Del mismo modo, puedo preguntar: Cest quoi, comme uent? Le mistral? La tramonianel [.tQyé viento esl lEI misaall lLa tramontanalí. Pero me basta con pasar a un enunciado de tipo asertivo para que el modo de cualificación cambie: Cest quelque chose, comme vent [Lo que es viento, hay vimto]. 11y a quelque chose, comme ueni. [Hay alf}J de viento].

En el primer caso, la pregunta se refiere a Ias variedades de bebida (o de viento). En el segundo caso, percibimos que Ia afirmación tiene que ver con el grado (Ia fuerza, él carácter desagradable) del viemo que hay. Por 10 tanto, saltamos dei tipo al gradiente, en Ia manera de cualificar 1. • Algo marca Ia existencia de una ocurrencia-de en el Interior dei dominio. EI problema es: 2.ocurrencia-de qué? Se trata de una afirmativa, por 10 tanto no puede tratarse de una operación sobre Ia determinación dei tipo [rypage] (dei estilo i0Jé es / hay?) o sobre Ia identificación de un objeto existente eu algún lugar (por ejempIo: Es algo que está en Ia caiiería / Hay algo en Ia eaiiería, a propósito de un obstáculo en eI desagüe). Es decir, no es dei orden de Ia cuantficaciôn

1. En francés, eI deíctico "ce" junto

COIl

a Ia tercera persona del verbo

169

(en el sentido definido más arriba). De allí que nos inclinemos a Ia interpretación referenciaI con paso al gradiente (y modificación PIosódica, como cuando se dice iEJO sí que es algo! [Cést quelque ehosem, es decir, activación de eualificación. Pero ccómo dar cuenta dei valor exclamativo? Acabamos de ver que algo indica un grado (no definido) de! gradiente de fuerza de viento. Ahora bien, Ia operación de referenciación está ligada al ajuste intersubjetivo y trae consigo una estabilización necesaria, sin Ia cual ningún intercambio es posible. Entre los procedimientos de estabilización, podemos citar e! recurso a un tercero, e! rechazo (y, de manera general, eI paso al Exterior), e! deseo (paso aI Interior), y, cuando estamos ya en el Interior, Ia orientación hacia el atractor. Es así como se puede decir lEso sí que es algo! o LNo es poca cosa! o iNo es sólo un poco! ("un poeo": ocurrencia en el Interior; "no ... sôlo": orientación bacia e! Exterior; "no": inversor, de 10 que resulta orientación hacia el Centro). En resumen, o bien tenemos un valor estabilizado (''Hay viento") o bien se estabiliza el valor referencial. Es así corno llegamos a "li y a quelque chose comme oent" [Lo que es tnenio, hayalgo], con su forma exclamativa. A través de este análisis, vemos que se ha operado una separación entre eI dominio ("eomrne vent")2 y el grado ("quelque c1zose"), 10 que ha permitido poner en reIación Ia ocurrencia de localizada en el actual estado de cosas y Ias ocurrencias por fuera dei estado de cosas actual; de allí el recorrido de! dominio hacia el atractor. De esta manera hemos construido 10 no-cualquiera, en este caso la fuerza no-cualquiera de! viento que hay. Una vez más, el asunto no se detiene aquí, Así, podemos volver a trabajar Ia producción de 10 nocualquiera a través de operaciones que, en definitiva, concurren al mismo efecto: romper el anclaje en un valor referencial estabilizado, de manera que el valor se reestabilice con reIación al atractor, de 10 que resulta e! acoplamiento sefialado más arriba entre referencia a Ia actualidad y referencia aI atractor. Tendremos así, entre otros procedimientos que cito sin comentarios: Ia identificación que singulariza un valor:

"ser"

("é/re") constituye una aserción que el deíctico marca fuertemente. Con eI verbo "aooir", "li y a" es un constativo, localizado con el pronornbre adverbial ')" [N. dei T.].

Maneras de calificar

2. Tomo aquí en bloque "comme uent", pero un análisis completo estudiaría comme + g N, 10 que excede el propósito de este trabajo.

Antoine Culioli • Escritos

170

C'est quelque chose, ce qu'il y a comme vent [Es algo, el viento que hay], o, rompiendo

el esquema

asertivo,

el paso de

[Qyé viento hay] a

Qy'est-ce qu'il y a comme vent! [iQyé vienfo que h0'.~ con algo =} qué (marcador de recorrido), c'est ... que + interrogación (puesta de relieve + recorrido), es decir, una acumulación de procedimientos que concurren en producir 10 no-cualquiera.:' Encontramos un procedimiento bastante distinto, y sin embargo similar, con un enunciado como:

iHay uti uienio, un oiento, que ni te digo I no te digo! [I! y a un oeni, un vent,je te dis que çalje te dis pas-1

Maneras de caificar

(Con la arrogancia que ia caracteriza; iAM este Pablo, ieso es totalmente él! Otra vez hizo de ias suyas; lEste viento (que hay)! IHay eSOJpaisajes en ia región, es extraordinario! Encontramos también Ia producción de 10 no-cualquiera con el acoplamiento, ya mencionado, entre ocurrencia actual y ocurrencia (abstracta) en el dominio: con este viento I un viento como éste I semejante uienio, te sugiero no ir en moto. Debería estar claro, en este punto de Ia exposición, que en un viento como éste (es decir, "un viento como el viento que hay") tenemos, por un lado, Ilay viento, de donde resulta "el viento que hay", y por el otro , con puesta en relación graClas a como. •

"

IHay uno de esos vientos! [li y a un de as vents.~. Aquí fragmentamos (marcador "un") introduciendo de este modo una cualificación que produce 10 no-cualquiera. Además, vemos que se puede no decir qué es el cualificativo o incluso remitir a un inder~"hlo li' ••... .luJ.\,.... .• .L..:.Jl1

"

,..."t-r..

\""UU.l.LI..V

un marcador

"'I

U

"T-l."I"1' ...•...LUI.J'

",-n/l U,'-V

";;,0

PCJ')C

(A;(..< t.- •..•

de fragmentación

construcción de un subdominio

v.J

pnllnr1~rI() r()TTlnnrt~ - .•... --~r ---

71;,o'1'1frlr" pctp v" •... ,,,•.. v...•, •.... ...., •..••.... ""' .•....•.•..•..•...•.. ,.., ..•. ----

("uno") pero también Ia huella de Ia ("esos vientos"). Ahora bien, el demos-

trativo es un deterrninante que permite construir un valor y sólo uno (con eliminación de otros valores). EI demostrativo reduce Ia bifurcación a exduyendo /0 distmto-dc-p>. Esto se encuentra tanto en el sefíalamiento [pointage] como en Ia identificación anafórica; pero también en Ia producción de 10 no-cualquiera

<e.

3. Vil análisis más fino !leva a preguntarse sobre cl hecho de que, por UIl lado, OJi'eJt-ce qu'il)' a comme uent puede ser exclamativo / interrogativo, pero que, por otro lado, 0J'est-ce qUi! c'est comme uent? no puede ser más que interrogativo. La respuesta reside en el estudio dei esquema de identificación Qy'est-ce que c'est], que no puedc ser equivalente a C'es: comment. Otro inicio de discusión teórica que abandono por falta de tiempo.

JJ

Más atrás hice alusión a Ia granularidad. esto. Si le digo a alguien:

Daré sólo un ejemplo de

iUsted no es más que un aápula! comprenderá Si le dijera:

o

171

que 10 estoy insultando,

ai tratarlo

de crápula, sin más.

iUsted es sôlo un crâpula! se sentiría tal vez insultado de otro modo (que parece gracioso, cuando se oye el enunciado). Con "no... más que", tenemos una operación que vuelve homogênea Ia cualificación (usted no es nada que no sea 'ser crápula'), es decir, se elimina toda alteridad, puesto que está vacío de cualquier ocurrencia. Con "sólo" se marca que hay este valor, pero no más. Se introduce, pues, una referencia a , de Ia que resulta el efecto curioso' usted podría ser esto o aqudlo; pero es sôlo (... ) '. Podríamos continuar esta exploración, que no se resume a uno o dos sectores, tales como Ia determinación o Ias exclamativas. Además, podemos mostrar cómo, en otras lenguas, fenómenos a primera vista muy diferentes se reducen a operaciones que tienen que ver coa identificación / diferenciación, remisión a Ia noción, predicación de existencia, producción de Ia no-cualquiera. La moraleja de Ia exposición es que 1a cuaifiouiôn no es una operación simple que se aplica ai texto a analizar, como se aplica un ungüento para calmar el dolor. Cnt y Clf ayudan a formular procedimientos de resolución de problemas, permiten tratar 10 complejo. Pero no eliminan ni Ias intrin-

172

Antoine Culioli • Escritos

caciones ni Ias interacciones, ni los escalonamientos, ni Ias deformaciones. En una palabra, no hay el metalenguaje mágico.

8. ACERCA

DE ALGUNAS CONTRADICCIONES

ENLINGüíSTICA*

Si aceptamos bosquejar a grandes rasgos Ia evolución de Ias investigaciones lingüísticas, no simplificaremos demasiado si decimos que en Ias quince últimos anos hemos asistido al redescubrimiento dellenguaje como actividad significante; por 10 demás, se comienza a plantear con cierta lucidez el problema de Ia relación que existe entre Ia facultad universal de producir e interpretar textos, por un lado, y Ia diversidad de lenguas naturales, por el otro. Es cierto que, en el rnismo movimiento, vuelve a tomar cuerpo una fantasÍa tecnológica, indebidamente asimilada a una teoría, que asume apariencias variadas y a veces ideológicamente contradictorias. Así, vemos resurgir el conductismo bajo una forma más agresiva pera siempre igualmente mecanicista; algunos psicolingüistas se ponen otra vez a cronometrar operaciones de estatuto incierto; el logicismo vuelve a Ia palestra, alentado por Ia fascinación que ejerce cualquier cálculo en el público y debido a Ia influencia creciente de Ias matemáticas, que se presentan como el nuevo símbolo de Ia - realización social. Leyendo a algunos, nos enteramos de que Ia matemática es ellenguaje perfecto aI que cualquier gramática remite, que ellenguaje humano es reductible a Ia lógica, que el cálculo de predicados todavía puede ser útil, aunque nadie se preocupe por sus fundamentos extensionalistas. Asimismo, a fuerza de hablar, en sentido metafórico, de autómatas y de dispositivos, nos acostumbramos otra vez a concebir ellenguaje como una máquina de procesar lexemas y Ia semántica como una semántica general. Es que el trabajo dellingüista con mucha frccuencia se parece al del mecánico que construye un objeto técnico, con finalidad clara y exterior al humano que 10 instrumenta. Además, en última instancia este sistema se caracteriza como un sistema normado y cerrado en el que cada estado (nosotros diremos "serie de simbolos") se encade-

* En Commimications

n? 20, 1973, pp. 83·91 [incluído en PLE 2, pp. 43-52]_

Antoine Culioli • Escritos

174

na con un estado siguiente hasta alcanzar el estado terminal. En tal concepción, quiéraselo o no, se trabaja con seres lingüísticos que son objetos etiquetados (clases distribucionales, categorías gramaticales, etc.) con un valor único (positivo o negativo), cuyo sentido es reco'nocido intuitivamente, es decir que es aprehendido en su glolralidad. No hay ningún lugar allí para esos fenómenos lingüísticos complejos, pero observables para quien no se limita a Ia "simple vista", como, por ejemplo, Ia relación no trivial de dualidad (así, Ias transformadas activa y pasiva son derivadas de un mismo esquema neutro para Ia voz, ni activo, ni pasivo, o más bien compatible con aetivo y pasivo; sin embargo, se puede mostrar que Ia transformada activa, que conserva en Ia relación predicativa Ia orientación "agente" - "paciente" de Ia relaeión primitiva, es primaria, y Ia pasiva, derivada 1). Dei mismo modo, podremos mostrar que 10 que se suele llamar cuantj/icación (un libro; unos libros, ciertos libras, etc.) es una operación que podrá actuar sobre Ia parte [quotite1 (cantidad no definida aprehendida globalmente), sobre Ia cantidad (en sentido de "contable"), sobre 10 discreto (un libro), 10 denso imanteca [du beurre]), 10 compacto o continuo estricto (por ejemplo en Ia Blancura de Ia nieve); esta operación compleja asociará cualificaaôn con cuantjficación (Hay alimentos que me caen mal proviene de Entre los alimentos, hay algunos que me caen mal y equivale a Ciertos alimentos me caen mal, donde "ciertos" se interpreta a Ia vez como "algunos" y como "rales variedades"). De 10 que resulta un operador eomplejo (Cnt, Clf) cuyos valores seran filtrados, de maneraque podamos tener (Cnt, Clf') --. ya sea Cnt, ya sea Clf, ya sea Cnt y Clf, donde Ia ponderación de Cnt respecto de Cif será subjetivamente variable. De manera análoga, basándose en aquellos casos en los que Ia distinción resulta más fuerte y, como siempre, a partir de aIgunas Ienguas indoeuropeas occidentales, se ha colocado en tres comparti-

1. Ellector al que este discurso le resulte demasiado técnico podrá remitirse

siguientes textos: Culioli, Antoine, Fuchs, Catherine, Pêcheux, Michel: "Considérations théoriques à propos du traitement forme! du langage (TFL)", París, Dunod, Document de linguistiq1te quantiiatiue n" 7, 1970; Antoine Culioli: "A aios

propos d'opérations intervenant les", PLE 2, pp. 31-41.

dans te traitement formei des langues naturcl-

Acercade algunas coniradicaones enlingüística

I

175

mientos separados Ia rnodalidad, el tiempo y el aspecto, 10 que en sí mismo puede justificarse por la comodidad de Ia exposición y en que 10 más tonto sería confundir todo. Pero Ia relación entre modalidad, tiempo y aspecto queda de este modo escamoteada, y con dia toda una parte de esa multitud de valores que le da aI lenguajc su ambigüedad fundamental. Siguiendo con eI estudio de estos "vectores de propiedades", se puede mostrar que Ia categoría de Ia diátesis (es decir, de Ia voz en el sistema verbal) está ligada aI problema de Ia transuioidad, ciertamente, pero también aI de modalidad, tiempo, aspecto. Qye Ia transitividad esté involucrada es evidente, ya que una reIación binaria puede ser concebida como poseedora de una conversa, mientras que no existe conversa de una relación reflexiva 2• Pero si no nos contentamos con simplificar Ias problemas, veremos que Ia cuestión del ergativo, ese mítico ergativo de los lingüistas, no se reduce a un "simple" problema de transitividad 3. De hecho, por intermedio de Ia categoría deI Agente (asociada a su vez especialmente aI vector Agente, Animado, Determinado), el ergativo está ligado aI vector Modalidad) Tlempo, Aspecto, en especial a Ia oposición descriptivo/constativo. Es 10 que ilustra bien el georgiano, donde el ergativo sólo se usa en el aoristo, excluidos el presente y el perfecto. Si hemos insistido tanto en estos problemas de metalengua, es porque una práctica terminológica como ésta trae consigo una concepción cristalizada deI objeto aI cual se aplica, ya se trate de textos o de actos de lenguaje. EI peligro de Ia terminología corriente proviene, por cierto, de su carácter a veces errôneo y de sus orígenes dudosos, pero también de Ia ilusoria seguridad que engendra. La terminología concebida como una nomenclatura nos deja pegados

2. En esta concepción, los intransitivos, predicados con un lugar, son asimilados a predicados reflexivos, puesto que en uno y otro caso cl término de partida de Ia relación coincide con el término de llegada. En cuanto a saber qué es un transitivo, eSQes otro asunto que no será tratado aquí, 3. En Ias lenguas COI1 ergativo, encontramos, de manera esquemática, Ias siguientes construcciones: 1°) N, (ergativo) Verbo trans. N2 (nominativo), donde Nj es el sujeto; 2°) N, (nominativo) V intransitivo; de aIlí Ia idea de que (1°) sc remonte a Nj hace que N2V, es decir NjV,",,, N2Vin" ..

176

Antoine Culioli • Escritos

a Ia superficie, oculta Ias operaciones, cristaliza un marcador en un único valor puntual. De este modo el lingüista se ve reforzado en Ia idea de que todo enunciado no es más que una serie de segmentos (dispuestos, por cierto, de manera regular), una serie de ajustes, idea que le sugiere Ia obsérvación ingenua: 2.acaso el lenguaje no es 10 enunciado, y un enunciado una sucesión de unidades discretas? En otras palabras, a fuerza de repetir que todo valor debería estar materializado por un marcador de superficie, sabia precaución contra Ia especulación psicologizante o simplemente el delirio introspectivo, no se vio que, salvo para el observador lingüista, esto no implica una correspondencia estable y biunívoca entre un marcador y un valor, un significante y un significado. En suma, por querer marcar a toda costa Ia estabilidad del signo, discreto y arbitrario, se ocultó el movimiento que está en el centro de todo acto de lenguaje, ese ajuste de los sistemas de localización entre enunciadores, congelando el lenguaje y presentándolo como un instrumento normado, calibrado, objetivo, claro, además de, por supuesto, Ia santa libertad deI estilodesvío y los misteriosos grados de Ia gramaticalidad. Es verdad también que con los conceptos de sistema generador y de transformación (dos conceptos que remiten, ambos, a operaciones formales) se introdujo en el análisis textual una forma de rnovimiento. En efecto, se ha podido así formular Ia idea de una combinatoria, y Ias transformaciones permiten pasar de una frase a otra asociando frases por medio de regIas de transición. Se supera así Ia concepción de una lengua descripta como una reserva de frases aisladas, en Ia que a cada serie le correspondería un análisis sintagmático independiente, irreductible; concepción que, al hacer de toda frase un fenômeno aislado, al confinar cada lengua en una insuperable especificidad, encierra ellenguaje con doble vuelta de llave. Pero entonces elIingüista se enfrenta con dos cuestiones: 1. La noción de combinatoria, sobre todo si se Ia califica de creativa, drio corre el peligro de ser un simple intento de conciliar el rigor metalingüístico y Ia "riqueza" de nuestra experiencia vivida dellenguaje, sin darse, en el fondo, los medios teóricos necesarios para Ia empresa? Dicho de otra manera, cno se corre el riesgo, una vez más, de cacr en un neomecanisrno que escamotearía Ia relación del enun-

Acerca de algunas contradicciones en lingüística

177

ciado con Ia enunciación? Tendremos así un lenguaje (actividad, texto) sin enunciadores, sin situaciones en Ias que se inserte el acto de Ia enunciación, sin localizaciones, un lenguaje donde se separaría el sentido de Ia referencia. 2. Corrio se sabe, Ia noción de trangàrmación se originó en el aná:lisis de enunciados que están en relación parafrástica. Pero, si se toma en serio Ia asimilación de una gramática a un dispositivo automático, que comporta una entrada y una salida, Ia noción de paráftasis plantea un problema interesante. Si tenemos tantas representaciones rnetalingüísticas como oraciones equivalentes, ~cómo se detecta (y cómo se transcribe) Ia propiedad que es común a los enunciados de una familia parafrástica? Habrá que dar cuenta de esa propiedad de otra manera que no sea el recurso a Ia intuición o Ia remisión a un arsenal de regias descriptivas. En cuanto a Ia intuición, que en sí misma es lícita, es claro que no podría ser suficiente: todo parafraseo se caracteriza por un invariante; ahora bien, un invariante es una estructura, es decir, un conjunto de relaciones entre términos, que permanece estable bajo Ia transformación. EI recurso a Ia intuición, si bien permite Ia clasificación cómoda de enunciados, no explica nada: dcuál es Ia estructura gramatical? ~De qué relaciones se trata? ~De qué términos? 2.Por quê tal transformación se caracteriza por tales operaciones? En cuanto a Ias regIas descriptivas, éstas no tienen -10 repito- ningún poder explicativo ", En particular, no muestran por qué los enunciados parafrásticos tienen Ia forma que tienen. Contentándose con un formalismo que se limita a asociar enunciados entre sí, se sigue encerrando ellenguaje con doble vuelta de llave, si bien Ia prisión ha sido ampliada; se da una familia, pero no los critérios de pertenencia a Ia farnilia; se dan caminos de un enunciado a otro, pero no regIas de derivación, o sea, verdaderas operadones. ~Cómo se podría definir una familia parafrástica en tanto clase de equivalencia en el sentido estricto, si no se puede demostrar Ia equivalencia, por

4. Es 10 que ocurre con Ia pasivización, que se obtiene: 1°) permutando N1 y N2; 2°) introduciendo Ia cópula y el particípio pasado deI verbo principal, es decir: N VN2 j

->

N2 V,op' Vpan;( pesado Prep N

j,

178

Antoine Culioli • Escritos

medio de operaciones formales, y encontrar los enunciados empíricos a partir de un esquema común 5? Es que el problema clave sigue siendo el de la significación, es decir, de una relación compleja entre enunciados (textos), una situación de enunciación, unsentido (relación entre "objetos" lingüísticos que remiten a objetos extralingüísticos con sus propiedades físico-culturales), valores referenciales (modalidades, tiempo, aspecto, cuantificación, etc.). Lo que hay que mostrar es, pues, cómo de un esquema instanciado se puede derivar una familia de enunciados en relación parafrástica (si no, tendríamos tantos esquemas como enunciados), pero se puede mostrar que a todo enunciado se le pueden asociar varias interpretaciones (hablamos entonces de ambigüedad). De allí Ia doble contradicción fundamental de Ia enunciación, entendida en el sentido de producción y reconocimiento interpretativo de textos 6; por un lado, no existe enunciado aislado: todo enunciado es uno entre otros, que el enunciador "pesca" en el paquete de Ias posibles enunciados equivalentes; dicho de otro modo, todo enunciado forma parte de una familia de enunciados transformados parafrásticos; por otro lado, no existe enunciado que no esté modulado, es decir, que no sea un fenómeno único; pero este enunciado podrá soportar una pluralidad de interpretaciones 7. En efecto, si bien el segundo enun-

5. A 10 largo de esta presentación hemos hablado de esquema, allí'donde, para ser exactos y no elípticos, habría que hablar de lexis, es decir, una fórmula que asocia una relación primitiva entre términos, un esquema de relaciones vacío y operaciones de instanciación. 6. Recordemos algunas trivialidades a veces olvidadas: todo enunciado supone un acto di simétrico de enunciaciôn, producción y reconocimiento interpretativo. Reducir Ia enunciación únicamente a Ia producción y el enunciador ai hablante es, ai fin de cuentas, no comprender que el enunciado no tiene sentido sin una doble intención de significación en los enunciadores respectivos. Estos últimos son a Ia vez emisor y receptor, no solamente en forma sucesiva, sino en el momento mismo de Ia enunciación. En una palabra, Ia comunicación con valor referencial estrictamente externo y explícito no es sino un caso límite. 7. Considérese un enunciado tan trivial como Juan no lee las novelas policialcs, que puede intcrpretarse en especial como: "EstáJuan, en todo caso, que ... "; 'Juan, y sólo él, no Iee... "; 'Juan no lee Ias novelas policiales (Ias hojea); 'Juan

Acerca de algunas contradicciones en lingüística

179

ciador posee Ias mismas regias de derivación parafrástica, no posee necesariamente Ias mismas regias de modulación. Así, Ia superficie es más rica (en apareneia, ai menos) que cl esquema instanciado del que deriva (parafraseo), pero a Ia inversa Ia superfície manifiesta una aparente pobreza de configuración, pucsto que a cada enunciado se le asocia una pluralidad de interpretacioncs (ambigüedad). 0, para decirlo de otro modo, una familia parafrástica nos da en superfície una clase de equivalencia pobre porque es sinonímica, rica porque un conjunto de formas deriva de un esquema común de relaciones entre términos constituyentes; todo enunciado aparece con una configuración, pero Ias operaciones lingüísticas son tales que un enunciado da lugar a varias enunciados y a varias interpretaciones intrincadas. Estas contradicciones constituyen Ia base de Ia dialéctica de Ia actividad de lenguaje. Le dan allenguaje su labilidad y su estabilidad; permiten comprender mejor que Ias lenguas sean a Ia vez variadas y, cada una de ellas, singular, pero que todas soportan Ia generalización gramatical (y Ia traducción), prueba de que, en un nivel subyacente, tienen esquemas y operaciones universales. Dicho de otro modo, siempre hay, en el sentido más fuerte, construcción interpretativa de los fenómenos de superfície por parte de los enunciadores; siempre hay proliferación dellenguaje sobre sí mismo; siempre tenemos un juego de formas y un juego de significaciones. La comunicación se basa en este ajuste más o menos logrado, más o menos deseado, de los sistemas de referenciación de ambos enunciadores. Cada operación es compleja (10 hemos visto en el único ejemplo, entre tantos otros, de los vectores de propiedad), se combina con otras operaciones y filtra relaciones y valores en una serie de signos. Así, se comprende mejor por quê un texto no tiene sentido, fuera de Ia actividad significante de los enunciadores, y por qué Ia ambigüedad (y el malentendido) son no solamente explicables, sino también parte integrante dei modelo, dei rnismo modo que los

no lec Ias novelas policiales, pero lee Ias demás"; "[uan no quiere leer ... "; "No quiero queJuan lea ... ", etc. En este artículo dejamos de lado voluntariamente Ios casos de ambigüedad sintáctica (véase cl célebre FlyingPlane,r can be dangerOllJ), o Ias ambigüedades debidas a una homonimia.

Antoine Culioli • Escritos

180

despIazamientos metafóricos. En una paIabra, Ia significación de un enunciado, más allá de su sentido, provendrá de esta acomodación intersubjetiva, en suma, de Ias condiciones mismas de Ia enunciación. EIlenguaje es un sistema, pero un sistema abierto. Lentamente, pasamos de una lingüística ae estados a una lingüística de operaciones. Poco a poco, percibimos que elIenguaje es una inces ante puesta en re1ación (predicación, enunciación), gracias a 10 cuaI unos enunciadores, que van tejiendo un juego estructurado de referencias, producen un excedente de enunciados y reconocen una pluraIidad de significaciones.

Acerca de algunas contradicciones en lingüística

181

fácilmente que toda relación de enunciación se presentará como un paquete de relaciones: E (nunciación) +t E(nunciado): T +t T(iempo dêl enunciado).

S +t S(ujeto deI enunciado);

EI problema de Ia localización de todo enunciado, o, para ser más preciso, el problema que pIantea el ajuste de Ios sistemas de 10calización, supone necesariamente (1) que se defina el dominio de Ia enunciación, (2) que, en.las regias metalingüísticas, no se separen Ias operaciones predicativas de Ias operaciones enunciativas. Recordemos que enunciar es construir un espacio, orientar, determinar, establecer una red de valores referenciales; en suma, un sistema de localización. Todo enunciado es localizado en relación a una situación de enunciación, que se define con respecto a un sujeto enunciador SI) (o, para ser exacto, un primer sujeto enunciador), en un tiempo" de enunciación TI)' por considerar sólo estas dos puntos de referencia. Si simbolizamos de este modo, mediante mayúsculas caIigráficas 10 que es deI dominiode Ia enunciación y mediante mayúsculas rectas 10 que es dei co-dominio (enunciado o texto), se verá

Nos ocuparemos aquí solamente de Ia relación So +t S, y aun reducida a un problema minúsculo. EI análisis estará voluntariamente despojado de toda tecnicidad, para no complicar Ia lectura. Asimismo, para preservar Ia claridad de Ia exposición, nos hemos limitado a los dos sujetos enunciadores, que son los términos primitivos sin Ias cuales no hay enunciación (respectivamente So y S'I))' Nos cuidaremos bien de identificar SI) con Ia "primera persona" y S'o con Ia "segunda persona", aun cuando esto pueda parecer exacto y oportuno en una buena parte de Ios casos (incluso en 10 que resta de esta exposición). En cuanto ai estúdio de Ias "terceras personas" (incluidas Ias dificultades de localización), éste plantea problemas complejos, pero solubles, que no se abordarán aquí. Como ya se ha apuntado, So simbolizará el prime r sujeto enunciador, el que nos prove e e! origen deI espacio intersubjetivo de toda situación de enunciación. S] servirá para transcribir Ia primera ocurrencia de un sujeto en el enunciado (hablamos aquí de un sujeto del enunciado, con respecto a un sujeto enunaador; excluida toda acepción sintáctica tradicional). La segunda ocurrencia será representada con S2' etc. AI comienzo del enunciado 9, e! origen de! sistema de localización será So' Iuego por trasIación, el nuevo origen, en curso de enunciado, será S ,él mismo referenciado con respecto a So' Se obtendrá así una serie de relevos. EI pronombre personal YO corresponde a una identificaciôn (representada por el operador =, o incluso una doble flecha o un bucle, por ejemplo SI - So o incluso S2 = SI; el pronombre personal TÚ, en cambio, supone un desplazamiento.

8. Debería quedar claro que tiempo se emplca aqui en un sentido técnico de localización (relación de simultaneidad, anterioridad, posterioridad entre enun· ciación y acontecimicnto al que refiere el enunciado), y no se opone a aspecto.

9. Aquí también seíialaremos que hemos querido presentar sólo enunciados simples -algunos pensarán simplistas-, para no multiplicar Ias alusiones teóricas. Pero nadie pensaría en dejar fuera los enunciados que 110 se dirigen precisamente a nadie en particular, 105 relatos, los delírios, los rnanuales científicos. etc.

*** ANEXO: EL PROBLEMA DE LAS LOCALIZACIONES [REPÉRAGES]

t~

182

Antaine Culioi: • Escritos

Llamaremos sustituto a todo representante anafórico de un término al que se le puede asignar un valor referencial, aunque este término sólo esté definido por su inserción en un contexto. (Así, Un hombre caminaba por la calle. ÉL (el hombre) lleoaba una maleta.) Pero un análisis aun rápido nos lleva a plante ar otra clase de representantes anafóricos: en efecto, existen enunciados donde no se puede instanciar un lugar de! esquema subyacente (en eI sentido estricto de atribuir un valor referencial definido). Así, en una interrogativa como ~Qyiénabrió Ia ventana?, es trivial afirmar que en tal acontecimiento no se pone en teia de juicio Ia referencia, por Ia tanto que hubo alguien que abrió Ia ventana, pero que no se podría atribuir un valor ai lugar ( ) en ( ) abrió la ueniana, exceptuando e! valor circular QUIEN ABRI6 LA VENTANA abrió la ventana (que se vinculará fácil mente con alguien). Dicho de otro modo, tenemos una serie ( ) abrió la ueniana donde, cualquiera sea el valor imaginado al recorrer el dominio de los posibles, no existe ningún criteria de selección; o sea, cualquier atribución está bloqueada, 10 que explica el recurso al segundo enunciador: es 10 que se llama interrogar (delimitar, mediante una abstracción, el espacio de 10sposibles). Denominaremos imagem a ese representante de una clase de valores imaginarios: es el caso de QUIÉN en iO:!:Jiénabrió la ventana? Se apreciará, naturalmente, el parentesco entre interrogativos, indefinidos, concesivos, hipotéticos: hay allí un problema a Ia vez bien conocido y mal tratado que dejaremos de lado. Se podría mpstrar dei mismo modo que aun (aunque) o por más que son Ia imagen de una aserción positiva infinitamente iterada. Se sabe, por 10 demás, que el esquema concesivo consiste en conceder todo, o más bien en plantear que se concede todo 10 imaginable (se trata de una totalidad abstracta, co habría que decir ideali') para afirmar mejor, por contraste adversativo, que ocurre que (. . .). En francés (para hablar sólo de! francés) encontramos en Ias declarativas e! subordinante QUE, que es imagen dei prirner enunciador y por consiguiente representa eI acto asertivo de! So' origen de toda enunciación 10.

Acerca de algunas contradiccianes en lingüística

Intentaremos mostrar en un problema cuidadosamente delimitado córno funciona Ia localización de los sujetos. Para ello utilizaremos dos modos equivalentes de representación. Ia (Yo digo) "Tengo calor" { 1 b Yo digo que tengo calor 2 a (Yo digo) "Tienes calor" { 2 b Yo digo que tienes calor 3 a (Tú dices) "Tengo calor" { 3 b Tú dices que tienes calor 4 a (Tú dices) "Tienes calor" { 4 b Tú dices que tengo calor

I

a (YOdigo)

".0. Tengo calor"

SI

SI

2

SI

"e! Tienes S2

SI

"e! Tengo

T Ú dices\ ( SI J

( 3b

Tú dices ~.0.

'" I ti "

(T Ú rllrp~\

\

SI

~<w~1

SI

calor"

SI:f

tienes calor

,,º-S2 Tienes ~ <-

calor=

e! tengo

Q S2

calor

S2 = lmS,,; =>S2 = SI1

*

SI =S,,; Q=imS,,;

S2

Q S2

SI

s,

SI =So; S2 SI; =>S2 So



,S2

3a

SI =S", Q =lmS,,;

*

calor"

( 2 b YOdigo ~Quee! tienes calor

4 b Tú dice: ~

Q

[

,S2

a (Yo digo)

U

ele QUE será transcripta

51 =S, S, = SI; =>S2=

52

( 1 b YOdigo ~Que.0.tengo calor

(

10, En Io que sigue, la ocurrencia

183

* S2 *

So; S2 =SI; =>S2 So

SI :f S,,; Q= im S,,;

I

S2# im So; =>S,#S"

im S,,; =>(52

SltS();S2tSl;=>S2=S()

SI *S,,; Q=im

So; S2=imS,,;

=>

*

= SI) S,

S2=SO

Antoine Culioli • Escritos

184

Enunciación

9.

s()

1

102

ro,

u

Enunciado

Y02

S2

S2

1 a (Yo digo) "Tengo calor"

Enunciación

------

S ------

S'I) I

o ~~~

Enunciado

t

To

: I

<,

~~

I

7í. ~"~

SI

S2

2 a (Yo digo) "Tienes calor"

Enunciación

S ------------

!o

~l

Enunciación

a

(l_

S

.LU

I I I I

Enunciado

S2

~)

(Tíi dices) "7éngo calor"

SI)~------:;----I

1 b Yo digo que tengv calor

Y,ít~r SI

.,.

S'{) I

I

I I I I

SI

S2

2 b Yõ digo que tienes calor

-----SI~~~~~~, TUI

I

3

SI

S'

()~"__

Enunciado

I~Ir

LA FRONTERA*

Y02

S'o :

~I

IS2 SI 3 b 1íí dices que t·tenes calor

Me hubiera gustado hablar primero de Ia ilusión que alimentamos unos y otros, aunque por experiencia y en Ia práetica nos libremos de ella (o pensemos que nos libramos de ella): Ia ilusión de que Ias palabras designan un sentido, es decir, que hay una suerte de relación biyectiva que hace que Ias palabras apunten a un sentido, sean sefialadores semántieos. Así, tenemos palabras, que son unidades léxicas, y que nos permiten remitir a un sentido ... Naturalmente, esta no es totalmente una ilusión, en Ia medida en que podemos traducir, o podemos discutir sobre el léxico, o podemos aprehender Ias variaeiones; pero de todos modos es una ilusión en Ia medida en que Ia relación no es una relación de sefialamiento. En realidad vemos que alimentamos otra ilusión, que tiene que ver con el modo en que Ias palabras se organizan unas en relación a otras: por un lado, tenernos fundamentalmente Ia idea de que son algo así como etiquetas, y, por el otro, de que estas sentidos o estas palabras se organizan en forma de árboles, es deeir que constituyen una jerarquía con una ramificación, 10 que se ha dado en lIamar, siguiendo aI filósofo griego Porfirio, árbol de Porfirio; es deeir, una distribución en esp.ecies, géneros, etc. Esta también es una ilusión, y en este caso tanto más difícil de haeer a un lado porque no 10 es totalmente: en efecto, hay organizaciones que se nos presentan ramificadas, 10 que hace que eventualmente podamos hacer clasificaciones y, finalmente, estudios léxicos en Ios que se dan primero grandes términos, luego términos asociados, del tipo tesauro.

Yo~S()~--------:;;e---i'0 Tu

S2 ------------

I

I

S1

* En LigneJ de partag~. Cahiers Charles V; n'' 8, Universidad [incluido en PLE 1, pp. 83-90].

París VII, 1986

lU

2

4 a (Tíí dias) "Iienes calor"

1

4 b 1íí dias que tengo calor

1. Salvo por retoques de forma, mantuve Ia versión grabada y retranscripta por desconocidas muy aplicadas. Se trata de una presentación no técnica que busca despertar el interés por cierta problemática, sin tener en cuenta Ias precauciones que el tema exigiría (N. dei A).

186

Antoine Culioli • Escritos

Una tercera ilusión es que todo término comporta más o menos, en ciertas circunstancias, un antónimo, y que Ias complementarios están en una relación de antinomia y en definitiva muy próximos de Ia que se denomina complementarios lógicos, es decir que si tenemos un término qué significa "blanco", tendremos un término que será "no-blanco", 10 que evidentemente no es muy claro porque bien sabemos que "no blanco" es todo 10 que no es bIanco. Pero por 10 general tendemos a trabajar en universos restringidos de valores, es decir, a tener bueno/malo, grandelpequeno, e incluso en estas casos, es evidente que todo el trabajo con Ias antónimos, Ias antagonismos, Ias contrarias, Ias contradictorios, nos lleva casi siempre a privilegiar de hecho un tipo de par que está basado esencialmente en cierta idea ingenua de Ia complementación lógica, es decir A/Ã (A/no A). Otra ilusión es que Ia negación (por ejemplo, ya que acabo de aludir a ella cuando me referí a Ia complementario) se reduce esencialmente a Ia negación de tipo lógico, es decir, se caracteriza por 10 contrario, cuando en realidad, uno de Ias problemas difíciles es que Ia negación es a Ia vez el rechazo, Ia ausencia, Ia alteridad, el vado, 10 absurdo, Ia imposible ... Entonces, naturalmente salimos dei aprieto introduciendo primero aproximaciones y, además, casi siempre diciéndonos que vamos a trabajar por ejemplo con 10 alusivo, Ia implícito, es decir que reintroduciremos de una manera implícita categorías tales como Ia implícito. Es una contradicción en la que caemos todos. Sabemos que intentamos hablar de un modo objetivo de Ia subjetividad, y después de todo ~por qué no hablar de modo implícito de 10 implícito? El problema es que, cuando hablamos de modo implícito de 10 implícito, no es 10 mismo que cuando intentamos hablar de Ias problemas de subjetividad por media de un sistema de representación. También se ha intentado razonar introduciendo conceptos tales como el de conjunto difuso. Ustedes quizás saben que hace algunos anos, cuando se cayó en cuenta de que no se podía trabajar en Ias problemas de semántica con Ia teoría de conjuntos, y sin ver que 10 que viciaba Ia teoría de conjuntos era que se trabajaba en extensión y no en "intensión", se quiso introducir Ia idea de conjunto difuso, "fuzzy set", 10 que hizo que en toda una serie de investigaciones se desarrollara el empleo de conjuntos difusos. Estos conjuntos difusos,

Lafrontera

187

hay que decirlo, son bastante deplorables desde el punto de vista formal, y finalmente no resultó muy fructuoso, según muchos investigadores entre los que me cuento. Entonces tenemos cierto número de ilusiones. Estas iIusiones corresponden de hecho a situaciones complejas y a menudo contradictorias; además no podemos salir del apuro utilizando conceptos que reintrodujeran Ias propiedades que justamente estamos tratando de dilucidar. Ahora bien, este problema (ilusiones; modos de representación) es absolutamente central para toda Ia actividad simbólica, en Ia medida en que ésta está ligada a Ia cognición (y yo jamás separo 10 cognitivo y 10 afectivo). No haycognición sin representación y no hay actividad simbólica sin operaciones. Así, nos vemos llevados a investigar cuáles son Ias operaciones sobre Ias cuales vamos a poder construir, de manera tal que podamos tratar cierto número de problemas: Ios que tienen que ver con lexicología son problemas muy mal tratados en la actualidad; no tengo Ia intencióri de traerles resultados, sino más bien proponer una suerte de programa de trabajo que podría ser útil. En suma, en Ia actividad simbólica tenemos necesariamente una actividad de representación, pero entonces tenemos que tratar con representantes, y esta actividad de representación (es decir, de construcción de representantes de una realidad, realidad imaginaria o exterior físico), esta actividad, pues, está regida por restricciones que pareceu ser restricciones formales que se encuentran en diversos campos. o

La noción Como 10 he dicho hace un momento, no existe una relación de etiquetamiento entre palabras y conceptos, sino 10 que he Ilamado nociôn, que se puede llamar también, eventualmente, "representación estructurada". La noción se distingue deI concepto, que tiene una historia, epistemológica, por ejemplo (Ios conceptos están estructurados unos en relación a otros en un universo técnico). Cuando se trata de noción, nos encontramos en un ámbito que nos remite, por un lado, a ramificaciones (Ias nociones se organizan unas cn relación a otras: tal animal en relación a tal otro y nosotros forzosamente establece-

Antoine eulioli • Escritos

188

mos relaciones entre ambos (relaciones de predación, de acompafiamiento, de identificación); tomemos un perro y una oveja: no es eI mismo tipo de relación el que uno construye entre un perro y una oveja y entre un león y una oveja). Entonces, por un lado, tenemos estas ramificaciones. Por otro lado, hay una copiosidad, es decir que uno tiene todo un conjunto de propiedades que se organizan unas en relación a otras, que son físicas, culturales, antropológicas, que hacen que en definitiva un término no remita a un sentido, sino que remite a -no diría un campo, porque un campo ya es una organización de cierto tipo entre términos- sino que remite a un dominio nacional, es decir, a todo un conjunto de virtualidades. Todo el trabajo metafórico se cumple en gran parte sobre esta propiedad fundamental de Ia actividad simbólica a través de Ia actividad de lenguaje, y que es Ia plasticidad (hay Ia estabilidad, y es por esta que Ias palabras son también etiquetas, pero por otra parte tenemos deformabilidad). Vemos que, grosso modo, procedemos de Ia siguiente manera: construimos un dominio nacional, en el sentido en que en un momento dado asociaremos una noción con una pal abra. cCómo? Uno se ha encontrado ante ocurrencias finoménicas, es decir que en un momento dado, en Ia infancia, uno ha construido propiedades de objetos; estas últimos han sido asociados por media de una alteración a designaciones en nuestro entorno. Nos hallamos en un estadia que es efectivamente un estadio designativo, pero las propiedades de objetos que uno ha cpnstruido y que no corresponden a propiedades de objetos canónicos, típicos, estabilizados de allí en más, estas propiedades serán asociadas a una designación, y luego, poco a poco, por interacción, se instaurarán estabilidades y, en un momento dado, tendremos ocurrencias enunciatiuas, digamos más o menos imaginarias, es decir que se llevará a cabo todo un trabajo interno. Además uno se hará preguntas: "(Y si un ternero tuviera cinco patas, seguiría siendo un ternero?" No es una pregunta fuera de lugar. Es una pregunta importante en Ia medida en que atribuimos siempre propiedades típicas; operamos con objetos tipificados y Ia noción de tipo es fundamental (rue renescumerta recientemente en p:ncowgm cogrutrva con Ia noción de prototipo). Trabajarcmos en Ia construcción de prototipos; estas prototipos están regulados en parte genéticamente, y en parte son construidos. .,

I

r-

1

1'.

'.

.

. _.'

1

~





La.frontera

189

Tenemos entonces construcción de objetos más o menos típicos y, como 10 decía hace un momento, se va a plantear e! problema de 10 típico. Uno de los problemas de Ia lógica china, entre los sofismas que se habían pIanteado, era: ~se puede decir que un caballo blanco es un caballo en Ia medida en que tiene una propiedad accidcntal que es ser-blanco, y que se Ia predica explícitamente? 2Tenemos derecho a decir que es un caballo, como se dice "es un caballo", es deeir un caballo por excelencia, un caballo estrictamente cualquiera, un caballo correspondiente al tipo caballo? Por un lado, uno puede pensar que un eaballo blanco no es un caballo; eu ia media eu que hay caballos que no son blancos. Por otro lado, naturalmente, un caballo blanco también tiene Ia propiedad de un caballo, y por Ia tanto desde ese punto de vista, es efectivamente un caballo. Asimisrno, recienternente, en el contexto de manipulaciones genéticas, se planteó eI problema de saber qué pasaría si resultaran animales mucho más grandes. Verdaderamente, si se obtuviera una vaca de! tamafio de un elefante, ~se Ia seguiría considerando como vaca? No es seguro. Nos damos cuenta entonces de que primero hemos interiorizado todo un conjunto de propiedades. Y ~qué hacemos? Tomamos Ia apertura, es deeir que no introducimos una propiedad diferencial, como si homogeneizáramos, de tal forrria que decimos: Ia noción remite a objetos que tienen tal propiedad y no nos ocupamos de objetos que además tendrían otra propiedad. Naturalmente, para decir que tienen Ia misma propiedad, uno tiene que haberIos sometido a comparación con otros objetos, y haber dicho: haremos abstracción de Ias diferencias. AI tomar Ia apertura deI dominio, no se ha introducido un corte queharía que tuviéramos una zona donde se diga: "esto tiene tal propiedad" y de! otro lado "esto no tiene más tal propiedad". Lo abierto así considerado es, necesariamente, un abierto centrado: siempre hay un atractor, un centro organizador, que hace que, justamente, todo se organice en relación a un tipo. Lo que permite que, según los casos, uno diga: "sí, esta sigue perteneciendo al dominio de Ias objetos que tienen esta propiedad", o uno pueda agregar, eonstruyendo un gradiente: "más o menos". De hecho, siempre hay un centro que representa un objeto real o un obJetotípico que desempena el pape! de organizador, aunque este objeto típico no exista más que como regulador.

190

Antoine eu/ioli • Escritos

Tendremos así un centro que nos dará un organizador ("es verdaderam ente tal cosa"), un airador (el "alto grado"), un gradiente, y 10 interesante es que se puede mostrar que dei otro lado habrá un exterior. Construiremos una froniera: es decir, Ia que tiene la propiedad "P" y al mismo tiempo Ia propiedad alterada, que hace que ya no sea más totalmente "P", que eso no tenga Ia propiedad "P", pero no sea totalmente exterior. No voy a entrar aquí en Ios detalles técnicos de Ias canstrucciones. Voy a tomar ahora un ejemplo no lingüística, extraído de urí artículo de P. Bourdieu sobre Ia casa kabila 2.

2. Bourdieu, Pierre, "La maison kabyle ou le monde renversé", en Pouillon, Maranda, P. (ed.), A'changes et Commimicauons. Mélanges rdférts à Cland« LéoiStrauss à l'occasion de son 60e annioersaire, La Haya, Mouton, 1970, pp. 739-758. [eon pequenas modificaciones, fue reeditado en e! Iibro de Bourdieu: El sentido prâctico, Madrid, Taurus, 1991]. Para facilitar Ia comprensión, doy aquí un largo extracto de este artículo: "Así, Ia oposición entre Ia casa y Ia asarnblea de hombres, entre Ia vida privada y Ia vida pública, o, si se quiere, entre Ia plena luz de! día y e! secreto de Ia noche, cubre con gran exactitud Ia oposición entre Ia parte baja, oscura y nocturna de Ia casa y Ia parte alta, noble y luminosa. La oposición que se establece entre e! mundo exterior y Ia casa sólo cobra su sentido completo si se percihe que uno de Ios términos de esta relación, es decir, ia casa, está en sí misrna dividida según Ios mismos princípios que Ia oponen ai otro término. En consecuencia.es a Ia vez verdadero y falso decir que e! mundo exterior se opone a Ia casa como 10 masculino a 10 femenino, el día a Ia noche, el fuego ai agua, etc., puesto que el segundo término de estas oposiciones se divide a su vez en sí mismo y su opucsto'". En resumen, Ia oposición más evidente: masculino (o dia, fuego, etc.)/ femenino (o noche, agua, etc.) puede llegar a disimular Ia oposición: masculino/[femenino-masculinolfemenino-femenino] y al rnismo tiernpo Ia hornoIogía: masculino/femenino: femenino-masculino/femenino-femenino. Vemos así que Ia primera oposició n no es más que una transforrnación de Ia segunda, que supone e! cambio de sistema de referencia, al término de! cual se deja de oponer 10 ferncnino-femenino a 10 femcnino-masculino para oponer e! conjunto que éstos constituyen con un tereer término: fcmcnino-masculino/femenino-fcmenino ---> (= fernenino-masculino + femenino-femenino l/masculino.

J. y

21 Esta cstructura se encuentra en otros campos de! sistema mftico-rirual: así, el día se divide en noche y día, pero e! día misrno se divide en una parte diurna-diurna (Ia maíiana) y en una parte diurna-nocturna (Ia tarde); e! afio se

La .frontera

191

La descripción que se ofrece es Ia de Ia organización del espacio, ligada a una representación mítica de Ia casa en relación con Ia actividad de los hombres, de Ias mujeres, con Ias actividades económicas, etc. Ên Ia casa tenemos una parte privada, el interior, en 10 esencial reservado a Ias mujeres, para Ia vida privada, el secreto de Ia noche. Luego, fuera de Ia casa, hay un exterior: Ia asamblea de los hombres, Ia vida pública, Ia plena luz del día. La casa en sí misma tiene dos pisos o, más bien, 10 alto y 10 bajo; una parte baja, oscura y nocturna; una parte alta, noble y luminosa. Tenemos entonces aparentemente una oposición de dobles: noble y masculino/escuro y femenino; día y fuego/noche yagua. PeIO en realidad, y es ahí donde se vuelve a encontrar Ia topología a Ia que aludía poco antes, detrás de esta oposición hay otra, que es que, con respecto a 10 masculino/femenino, encontramos dentro una oposición femenino/masculino y femenino/femenino:

•..FF

FM .••.

M

,

de 10 que resulta, por un lado, un exterior reservado a Ias hombres y que es un exterior estricto. Por otro lado, un interior estricto, que se presenta exactamente como deda, con "verdaderamente", como cuando se dice "un perro verdaderamente perro". Tenemos entonces "verdaderamente femenino" (FF). Se puede mostrar que en un caso como éste, uno remi te Ia ocurrencia al organizador que es representado por el predicado, es decir que tenemos un rizo [boude], en este caso un fernenino-femenino. EI resultado entonces no es una bipartición, como se suele decir, sino una tripartición: femenino-femenino; femenino-masculino; masculino.

divide en estacion seca y esracion húmcda, y ia estación seca comprcnde una parte seca-seca y una parte seca-húmeda. Habrá que examinar también Ia relación entre esta estructura y Ia que organiza el orden político y se expresa en el dicho: 'Mi herrnano es mi enemigo, el encmigo de mi hermano es rui cnemigo'" (pp. 7L~7-48).

192

Antome euZiaZi • Escritos

Además, si tomamos el día, encontramos exactamente 10 mismo: (Ia mafiana: parte para el hombre que se va a trabajar), Ia diurno-nocturno (Ia tarde), y Ia noche. Por tanto tenemos: el día y Ia noche, pero el día se separa en día-día y en día-noche. Lo mismo sucede coh Ia estación seca; tenernos: Ia estación seca y Ia estación húmeda, pero Ia estación seca se divide en estación secaseca y en estación seca-húmeda. De hecho, hay un organizador-atractor que nos da un alto grado y que nos permitirá eventualmente construir un valor por excelencia, y con respecto a esto, construiremos un exterior y una frontera, ya sea esta frontera un umbral o una zona de alteración, de transformación. Vemos que cuando se toma el complementario, en este caso el complementario de día, obtenemos noche. De hecho se construye 10 cerrado, es decir 10 abierto + Ia frontera, y esto da el dia-dia + el dia-noche; se amstruye entonces ei complementario que es Ia noche. Pero nada nos impediría tener el día-día por un lado, es decir todo 10 que es estrictamente "día", y por otro lado el día-noche y Ia noche. E incluso, tener el día-día por un lado y Ia noche-noche por el otro, y algo que sería intermedio: el crepúsculo que estará entre ambos. Nada nos 10 impediría, pero aquí tenemos una forma dominante [prégnante], una buena forma. Este problema de Ia buena forma va muy lejos, ya que en ciertos casos tenemos simetría y en otros, como 10 vemos aquí, no hay simetría: un "lado" prevalece sobre el otro. Lo que acabo de decir sobre interior, frontera, exterior se combinará de una manera muy compIeja con el problema de 10 que se llama rnarcador, es decir Hombre como etiqueta que remire a hombrel mujer y Mujer que sólo remi te a mujer, O con el problema de Ia leva [came], que es una designaciórr que remitirá a todo el dominio (incluido el complementario), pero será de manera privilegiada el representante dei valor positivo. Por ejempIo, si uno dice: el problema de leer, esto quiere decir de leer-o-no-leer, con posibilidad de privilegiar el valor positivo (Ieer en relación a no-Ieer). Si tomamos todas estas construcciones (que son construcciones teóricas, y que siempre deben ser aprehendidas con rnuchas precauciones), nos damos cuenta de que, desde este punto de vista, nuestra actividad simbólica está reglada; y que se podría decir incluso, hasta cierto punto, regulada por cierto número de condicionamientos que

10 diurno-diurno

Lafiimtera

193

imponen cierta forma. Pienso que un objetivo interesante para una oerdadera semiología, para una verdadera semiótica, es ocuparse de este tipo de problemas. Puede ser un buen modo de practicar cierta forma de interdisciplinariedad.

{

(

10. TEORÍA

DEL LENGUAJE Y TEORÍA DE LAS LENGUAS*

Las líneas que siguen deben ser consideradas no como un artículo definitivo, en el sentido de una presentación acabada y llevada a su término, sino como una contribución precaria a Ia reflexión colectiva que este Coloquio ha querido desarrollar sobre Ia obra de E. Benveniste. Precaria porque estoy doblemente en una mala postura: por un lado, podría estar tentado de presentarme como un continuador -todos estamos a Ia búsqueda de figuras ancestrales que, si es preciso, nos hagan de garantes, o incluso de base teórica- y, como se ve, siempre se me podrá acusar de recurrir a Benveniste a rni rnanera. Pero tarnbién, procediendo a una sustitución aparentemente legítima, podría presentarles mi concepción teórica de los problemas, so pretexto de comentario. La operación sería más fácil aún porque yo asistí a Ias clases de lingüística de Benveniste y porque mi aprehensión de su investigación se ha cumplido a través de mi propio trabajo de teorización. Toda relectura es forzosamente una reapropiación, una suerte de elaboración secundaria, demasiado comprometida para tener un valor que no sea el de testimonio. En suma, el peligro es rehacer Ia historía a través de mi propia evolución, rellenar los huecos, que son numerosos, prolongar Ia reflexión cuando uno piensa que no colma Ias expectativas, anunciar 10 que hubiera pasado si Ia suerte hubiera sido distinta, o incluso tratar a Benveniste como si fuera nuestro contemporáneo. Como sabemos, el remedio para esas tentaciones es, como buenos profesionaIes, hacer Ia historia de los conceptos lingüísticos. Pero en este caso también me encuentro mal parado: tendríamos que estudiar Ias notas de trabajo de Benveniste, conocer su biblioteca, sus lecturas, comparar sus opiniones con Ias de Jakobson y de Kurylowicz, por tomar sólo algunos ejemplos evi" Eu Serbat, Guy, Taillardat, Jeau, Lazard, Gilbert (ed.), E. Benumist« aujourd 'hui (Actas del Coloouio internacional del CNRS,

Tours 28-30 septiembre 1983),

t. 1, Paris, La Société pour I'Inforrnation grammaticale, 1984 [incluído en PIE 2, pp. 115-123].

196

Antoine Culioli • Escritos

dentes. Es claro que un trabajo semejante supondría una competencia que me falta, pero también un acceso a los documentos que no era posible hasta ahora. AI no ser testigo demasiado comprometido, ni historiador, no me qiiedaba más que releer Ios textos (en 10 esencial, PLG I Y II'J acechando Ias palabras reveladoras, superponiendo los fragmentos que tratan determinado tema, de manera de hacer aparecer Ias proposiciones fundamentales, pero también los conceptos faltantes, los términos que están de más, en fin, esos signos tenues que el hermeneuta conoce bien, con los euales intentamos detectar Ias grietas, Ias deformaciones que hacen que un discurso demasiado bien preparado se fragilice, y que nos permiten encontrar Ias vacilaciones de una teoría en devenir. Método modesto por cierto, sin brillo, pero es Ia única vía que es 10 más objetiva posible y que obligue ai conferencista a borrarse ai máximo. Estas precauciones liminares son importantes sobre todo porque, a pesar de Ias apariencias, los textos de Benveniste se prestan difícilmente a una lectura crítica. Como sabemos, cada artículo es como una obra de arte, regida por su propia necesidad, lisa y cerrada sobre sí misma. Benveniste rara vez cita sus fuentes y nosotros no sabemos casi nada de sus relaciones efectivas con Ia filosofía, Ia lógica o el psicoanálisis; además, él vuelca su reflexión en una retórica cuidadosamente controlada, en un discurso un poco distante de hombre culto, donde Ia propia calidad del estilo dificulta el análisis, donde el barniz de Ias palabras (así como Ia alusión que se quiere poco enfática) oculta, de tanto en tanto, Ia rapidez expeditiva de una reflexión que queda corta o que no es llevada a sus últimas consecuencias. Agreguemos que Benveniste tenía una manera de utilizar Ia tipografía con fines diacríticos (comillas, bastardillas, mayúsculas) que no siempre resulta coherente y que no permite identificar Ias causas de esas modulaciones: nos quedamos con un excedente morfológico sin significación clara, 10 que resulta bastante embarazoso en el plano teórico. Es ésta entonces una empresa peligrosa; para ayudar ai oyente, anunciare 10s objetivos que me he fijado, que por 10 demás no tengo ninguna esperanza de alcanzar de manera satisfactoria, pero que funcionarán como un balizamiento cómodo a 10 largo de Ia exposición. Por una parte, y es el título mismo 10 que me invita a ello,

Teoria dellenguq,je y teoria de las lenguas

197

mostraré que ai definir de manera explícita Ia lingüística como Ia ciencia deI Ienguaje y de Ias lenguas, Benveniste ha contribuido ai advenimiento de Ia lingüística teórica tal como existe ahora. Veremos de paso que Benveniste construyó, o ai menos anunció, los desarrollos formales de Ia lingüística. En segundo lugar,subrayaré el papel de Benveniste en Ia transformación de Ia lingüística que, de clasificatoria, se convertirá en teoría de los procesos y de Ios actos (para retomar Ios propios términos de nuestro autor) que intervienen en Ia actividad de Ienguaje. Por último, comprobaremos cuánto este procedimiento es a Ia vez innovador y sigue estando todavía escasamente separado de los modos de razonamiento antiguos, por tanto en contradicción consigo mismo; 10 que deja Ia impresión de estar suspendido a mitad de camino en un embrollo de conceptos mal ajustados. Lenguaje y lenguas Siempre hay mucha injusticia cuando se quieren dar definiciones drásticas de los fenómenos, pero, para decirlo brevemente y con una brutaIidad muy subjetiva, diré que Benveniste me parece elIingüista que ha pIanteado, de manera explícita y parcialmente teorizada, que el objeto de Ia lingüística era el estudio de Ia relación entre ellengua:fe y ias lenguas. Desde el "Prefacio" de PLG 1, el acento está puesto en Ia "gran problemática dellenguaje" y en el hecho de que "elIenguaje es, efectivamente, un objeto difícil". Se habIa allí de Ia relación deI lenguaje COIl todos los sistemas semióticos y "de Ias investigaciones recientes sobre Ia teoría dellenguaje". EI término Ias lenguas aparece en dos oportunidades en entornos característicos: (1) "Por 10 demás, habría que impregnarse de esta verdad: que Ia reflexión sobre el lenguaje sólo es fructífera si apunta ante todo a Ias Ienguas reales. EI estudio de estos organismos empíricos, históricos, que son Ias lenguas sigue siendo el único acceso posibIe a Ia comprensión de los mecanismos y deI funcionamiento dei lenguaje" (aquí queda planteado eI problema fundamental de Ia teoría de 10s observables); (2) "La noción de estructura y Ia de función son el objeto de los ensayos siguientes, que se ocupan, sucesivamente, de Ias variaciones de estructura en Ias 1enguas y de Ias manifestaciones intralingüísticas de

198

Antoine Culioli • Escritos

algunas funciones" (PLG I, p. 1) 1 (aquí se plantea el problema de Ia generaIizaciÓ:n y de Ia invariancia detrás de Ias variaciones). Por último, en dos oportunidades (una de estas ocurrencias es Ia de Ia última cita) aparece el calificativo intralingüístico que marca claramente el carácter complejo de un procedimiento que articula campos heterogéneos, puesto que por un lado tenemos "e! analisis intralingüístico", "Ias manifestaciones intralingüísticas de algunas funciones" y, por e! otro, con el lenguaje, "relaciones entre 10 biológico y 10 cultural, entre Ia subjetividad y Ia socialidad, entre el signo y el objeto, entre e! símbolo y el pensamiento". No es necesario retomar capítulo por capítulo los textos de los PLG donde se aborda esta misma cuestión. Cada fragmento contribuye a Ia construcción teórica tan bien dibujada en el "Prefacio". Demos simplernente algunas citas complementarias que muestran Ia constancia del proyecto. Así, en "Ojeada al desarrollo de Ia lingüística" (PLG 1), se habla, desde e! inicio, de los "estudios sobre ellenguaje y Ias lenguas"; luego se precisa: "Comencemos sefíalando que Ia lingüística tiene un doble objeto, es eiencia dellenguaje y eiencia de Ias lenguas. Esta distinción, que no siempre se hace, es necesaria: el lenguaje, facultad humana, característica universal e inmutable de! hombre, es algo distinto de Ias lenguas, siempre particulares y variables, en Ias euales éste se realiza. El lingüista se ocupa de Ias lenguas, y Ia lingüística es en primer lugar Ia teoría de Ias lenguas. Pero, en ia perspectiva que adoptamos aqui, veremos que estas vías diferentes a menudo y finalmente se confunden, porque los problemas infinitamente diversos de Ias lenguas tienen en común e! heeho de que en cierto grado de generalidad siempre ponen allenguaje en cuestión". EI auditorio habrá notado Ia formulaeión compleja, por no deeir incómoda, de! párrafo. Benveniste afirma primero el doble objeto de Ia lingüística: esta distinción es necesaria, ya que se vinculan objetos que perteneeen a órdenes heterogéneos ("es distinto de"). Luego, a través de una abrupta yuxtaposición, Benveniste parece echarse atrás, declarando que Ia lingüístíca es en primer lugar Ia teoría de Ias 1. Todas Ias citas bibliográficas insertas en el texto principal remiten a Ia edición espaüola. Probiemas de lingüística ge7leral, 2 vols., México, Siglo XXI, (1971) 2001 [N. de! E.).

1éoría dellenguaje J teoria de Ias lenguas

199

lenguas (nótese que usa Ia palabra "teoria", que aquí es esencial, y no un término como descripción). Pero 10 que sigue muestra que "en primer lugar" no marca ninguna preeminencia, sino simplemente Ia anterioridad. No se puede abordar ellenguaje sino a través de "Ia teoría de Ias lenguas"; eada vez que se generaliza a partir de los "'probleIllZls infinitamente diversos de Ias lenguas", se pone "siernpre allenguaje en cuestión". En otras palabras, Benveniste plantea que el lenguaje no es un objeto teórico aceesible a Ia observación y coextensivo de esas realizaciones particulares que son Ias lenguas. EIlenguaje sólo puede ser aprehendido a través de Ia diversidad de lenguas, graeias a una teoría, Ia observación y Ia generalización. Tal es Ia posición fundamental, y profundamente innovadora, de Benveniste. Por eierto, podrá titubear en sus formulaciones, hablar de "Ia ciencia dellenguaje" en varias ocasiones pareciendo omitir el otro objeto, pero, salvo error de lectura, jamás habla de Ia lingüística como de Ia ciencia de Ias lenguas, dado que esta proposición na tendría sentido. Más aún, escribe: "A partir de ese momento, en efecto, Saussure vio que estudiar una lengua eonduce inevitablemente allenguaje" (PLG I, [p. 39 de Ia edición espafiola]). Y prosigue: "Creernos poder alcanzar directa mente eI hecho de lengua como una realidad objetiva. En realidad, sólo 10 captamos según cierto punto de vista, que primero hay que definir. Dejemós de creer que se aprehende en Ia lengua un objeto simple, existente por sí mismo, y que es susceptible de una aprehensión total. La primera tarea es mostrarle aI lingüista '10 que hace', a qué operaciones previas se entrega inconscientemente cuando aborda Ios datas lingüísticas". Leyendo estas Iíneas se comprende por qué Benveniste habla de "teoria de Ias lenguas" en el párrafo citado más arriba. Esta referencia a 10 teórico atraviesa estas textos de lingüística general y, si bien el término no está definido explícitamente, otra cita nos permite aprehender Ia significación de esta palabra: "Creer que nos aferramos a una sustaneia en tal caso es ilusorio: precisamente, no es sino a merced a una operación de abstracción y de generalización como podemos delimitar semejante objeto de estudio. Saussure insiste: sólo el punto de vista crea esta sustancia. Todos 10s aspectos dellenguaje que tenemos por dados son el resultado de operaciones lógicas que practicamos inconscientemente". (PLG I, p. 42). Explicitar operaciones que practicamos inconscientemente, y reconstruir

j

I: , ;

200

Antoine Culioli • Escritos

esas operaciones subyacentes gracias a una operación de abstracción y generalización, he aquí 10 que, para Benveniste, es Ia característica del trabajo teórico, en el que "Ia noción positivista del hecho lingüístico es sustituida por Ia de relación" (PIG I, p. 24). Evidentemente, podremos no contentarnos con estas generalidades, interrogarnos sobre Ia construcción de Ias hipótesis, sobre los criterios de coherencia, sobre Ias procedimientos de validación, pero sería buscar un falso problema, ya que semejante crítica no daría cuenta del simplismo epistemológico de los círculos lingüísticos de Ia época. Sobre todo porque Benveniste sabe, y dice, que no existe teoría sin técnicas (de observación, de representación, de manipulación); 10 que explica Ia notable recurrencia de Ias palabras.formaly flrmalizacián en sus artículos. Una simple concordancia sorprendería, a tal punto ella revela, de manera indiscutible, un concepto clave, y porque, más allá de los equívocos semánticos, pone en evidencia una gran perseverancia en el propósito. Por cierto, sucede a veces que formal parece remitir a Ia morfología observable ("Es decir que se tornará más y más 'formar, ai menos en el sentido de que el lenguaje consistirá en Ia totalidad de sus 'formas' observables", PLe 1, p. 10), pero, a mi modo de ver, no cabe duda de que Benveniste entendíafirrna (de alIíformal y firmalización) en el sentido de forma abstracta, es decir, un constructo teórico. Se rebela contra la "formalización" atomizante, tal como se Ia encuentra en el análisis distribucional, afirma de Ia lingüística que ésta no es ciencia de hechos empíricos, sino ciencia de relaciones y deducciones; habla de formalización rigurosa y de metalengua precisa ("También parece posible un estudio dellenguaje, en tanto que rama de Ia semiótica general, que cubriría a Ia vez Ia vida mental y Ia social. EI lingüista tendrá que definir entonces Ia naturaleza propia de los símbolos lingüísticos con ayuda de una formalización rigurosa y de una metalengua distinta" PLGI, p.IS); declara que "Si Ia ciencia dellenguaje tiene que elegirse modelos, será en Ias disciplinas matemáticas o deductivas que racionalizan por completo su objeto reduciéndolo a un COI~UnlO de propiedades objetivas provistas de definiciones constantes". (PIe I, p. 9). Cicrtamente, estas proposiciones fundamentales que anuncian Ia constitución de una lingüística científica, teórica y formal, no resuel-

'Ieoria dellenguaje y teoria de las lenguas

ven eI problema de Ia articulación compleja entre teoría dellenguaje (sintagma que no aparece en Benveniste) y teor:ía de Ias Ienguas. Más aún, siguiendo en esto a Saussure, Benveniste introduce un tercer término, la lengua, de estatuto incierto, ya que es a Ia vez distinto de lenguaje, pero es también su sustituto, por un deslizamiento incesante que se hace evidente en los siguientes párrafos (entre otros ejemplos): "El hábito nos hace fácilmente insensibles a esta diferencia profunda entre ellenguaje como sistema de signos y el lenguaje asumido como ejercicio por el individuo. Cuando el individuo se 10 apropia, ellenguaje se convierte en instancias de discurso (o •• )" (PLe I, p. 175); ahora bien, unas páginas más adelante, Benveniste escribe: "Un anãlisis, incluso sumario, de Ias formas clasificadas indistintamente como pronominales conduce, pues, a reconocer en ellas clases de naturaleza harto diferente, y, en consecuencia, a distinguir entre Ia lengua como repertorio de signos y sistema de sus combinaciones, por un lado, y, por otra, Ia lengua 2 como actividad manifestada en instancias de discurso que son caracterizadas como tales por índices propios". (PLe l, p. 178). cVacilación sin importancia? De ningún modo, puesto que conduce a un desdibujamiento dei objeto mismo de Ia lingüística y a contradicciones. Así, leeremos sucesivamente "Esto hace dei lenguaje el instrumento mismo de Ia comunicación intersubjeriva" (PLG I, P: 26), luego "En realidad Ia comparación del lenguaje con un instrumento -y con un instrumento material ha de ser, por cierto, para que Ia comparación sea sencillaniente inteligibledebe hacernos desconfiar mucho, como cualquier noción simplista acerca dellenguaje. Hablar de instrumento es oponer hombre y naturaleza. (... ) Todos los caracteres dellenguaje, su naturaleza inmaterial, su funcionamiento simbólico, su ajuste articulado, el hecho de que posea un contenido, bastan ya para tornar sospechosa esta asimilación a un instrumento, que tiende a disociar dei hombre Ia propiedad dellenguaje. Ni duda cabe que en Ia práctica cotidiana el vaivén de Ia palabra sugiere un intercambio, y por tanto una 'cosa' que intercarnbiaríamos: Ia palabra parece así asurnir una función instrumental o vehicular, que estamos prontos a hipostasiar en 'objeto'. Pero, una 20

o mejor "habla", según Ia traducción de A. Alonso

I

201

de

eLe [N. dei E;

li i'

t

, ~ ~

~

r I,

.

t' ~

ti ~

l~

t

i ~ ~.

202

Antome Culioli • Escritos

vez más, tal papel toca a Ia palabra" (PLG 1, p. 180). Comparemos Ias dos textos anteriores con el siguiente párrafo: "Ahora, dqué es 10 que asigna a Ia lengua esta posición de interpretante? Es que Ia Iengua es -como se sabe- el instrumento de comunicación que es y debe ser común a todos los miembros de Ia sociédad. Si Ia lengua es un instrumento de comunicación o el instrumento mismo de Ia comunicación, es que está investida de propiedades semánticas y que funciona como una máquina de producir sentido, en virtud de su estructura misma" (PLG lI, p. 100). ~De dónde vienen estas cruces? Si es posible arriesgar una conjetura, parece que en Benveniste entran en conflicto dos actitudes. Por un lado, él denuncia Ias descripciones atomizantes estrictamente clasificatorias (se podrá releer a este respecto Ias páginas dedicadas al estructuraIismo de Harris y Bloomfield); intenta introducir el dinamismo y Ia actividad de Ias sujetos (representación simbólica; acción intersubjetiva) allí donde otros se contentaban con inventarios y paradigmas ("Ia lengua empírica es el resultado de un proceso de simbolización de varios niveles, cuyo análisis ni siquiera se ha intentado aún; 10 'dado' lingüístico no es, considerado así, un dato primero, deI cual no habría más que disociar Ias partes constituyentes; ya es un complejo cuyos valores resultan, unos, de Ias propiedades particulares de cada elemento, otros de su disposición, otros más de Ia situación objetiva", PLG 1, p. 14); siguiendo a Saussure, construye dualidades que,.por su "dupIicidad" misma deben inhibir cualquier inventario mecánico. Pero, por otro lado, conserva una concepción estrictamente jerárquica de Ia estructura (en lugar de definirIa por Ia invariancia), define Ia oración como unidad última, y como unidad primera deI discurso; de un modo general, cuando pIantea una relación entre dos términos, tiende a plantear una relación ya constituida, sin regIas constitutivas gracias a Ias cuales Ia relación quedaría fundamentada. Así, en el caso que hemos considerado más arriba, una elaboración teórica insuficiente de 10s conceptos de lenguaje y de lenguas !leva a introducir un tercer término, Ia Iengua, sin que Ias relaciones así establecidas estén reguladas de manera explícita. Reencontramos el misrno defecto cuando se estudian minuciosamente los textos de Benveniste sobre la subjetividad, dominio crucial para quien quiere teorizar Ia relación lenguaje-lenguas. En este caso

Teoria dellenguaje y teoria de !as lenguas

203

también, encontramos una proliferación de designaciones, y un concepto faItante. En 10 que respecta a Ias designaciones, consideremos yo, "sujeto" (con o sin comi!las), hablante, ECO (mayúscula o minúscula; ~on o sin comillas). Si transcribimos por S2el términoro y ~ por SI el hablante, percibimos que, detrás de Ias instancias discretas de locución, individuales, y que no tienen otra referencia que no sca actual, debe existir un centro, un punto de referencia original que asegure Ia estabilidad deI sistema de referencias (Benveniste habla en varias ocasiones de sistema de coordenadas: "Ia instancia de discurso es así constitutiva de todas Ias coordenadas que definen el sujeto" PLG I, p. 184, o incluso "EI sistema de coordenadas espaciales se presta así para localizar cualquier objeto en cualquier campo, una vez que quien 10 ordena se hadesignado a sí mismo como centro y punto de referencia" PLG lI, p. 71). Benveniste vuelve a encontrar aquí el problema que plantea Ia relación entre instancias discontinuas (cada instancia de discurso constituye un centro de referencia interno) y Ia construcción de un centro que trascienda Ias instancias discretas, 10 que asegura el ajuste transindividual (hablante-oyente) y Ia intersubjetividad. Ahora bien, cqué hace Benveniste? Multiplica los términos (Jzqeto, "sujeto", EGO, "ego"); parece utilizar un término por otro de manera intercambiable. Hay demasiados términos pero falta un concepto, si bien, como era de esperar, está claro que el problema es percibido. "La 'subjetividad' de que aquí tratamos es Ia capacidad del locutor de plantearse como 'sujeto'. Se define no por el sentimiento que cada quien experimenta de ser él mismo (sentimiento que, en Ia medida en que es posible considerarlo, no es sino un reflejo), sino como Ia unidad psíquica que trasciende Ia totalidad de Ias experiencias vividas que reúne, y que asegura Ia permanencia de Ia conciencia. Pues bien, sostenemos que esta 'subjetividad', en fenomenología o en psicología, como se guste, no es más que Ia emergencia en el ser de una propiedad fundamental dellenguaje. Es 'ego' quien dice 'ego'." (PLG 1, p. 180-181). EI concepto faltante es el concepto de enunciador, tal como yo 10 entiendo (ésta será mi única incursión personal), pero poco importa Ia etiqueta. Lo que está claro es que no nos podemos limitar a este discurso borroso y a estas deslizamientos incontroIados, donde el recurso a Ia noción de "ser" no resuelve el comentario ("ellenguaje funda en realidad, en sic realidad que es Ia

r1

ti 204

Antoine Culioli • Escritos

dei ser, el concepto de 'ego'." (PIG I, p. 180); "El presente formal no hace sino explicitar el presente inherente a Ia enunciación, que se renueva con cada producción de discurso, y a partir de este presente continuo, coextensivo con nuestra presencia propia, se imprime en Ia conciencia el sentimiento de una continuidad que llamamos 'tiempo'; continuidad y temporalidad que se engendran en el presente incesante de Ia enunciación que es el presente del ser mismo, y que se delimitan, por referencia interna, entre 10 que va a volverse presente y 10 que acaba de no serIo ya" (PIG 11,p. 86). . Podríamos continuar de este modo y mostrar Ias curiosos desvíos de un pensamiento tan sutil y tan innovador, cada vez que se . deja atrapar por uno de esos balanceos dicotómicos sin fundamento teórico. Es el caso de Ia distinción entre ellenguaje ordinario que es ellenguaje de Ia acción, y ellenguaje científico, que es el de Ia inteligencia. tSimple torpeza? Pero cqué decir, a propósito de Ia enunciación, ante el siguiente párrafo: ''Así Ia enunciación es directamente responsable de ciertas clases de signos que promueve, literalmente, a Ia existencia. Pues no podrían nacer ni haIlar empleo en el uso cognitivo de Ia lengua"? (PLG 11, pp. 86-87). Y, más sorprendente aún, estas consideraciones sobre Ia negación: "La negación como operación lógica es independiente de Ia enunciación, tiene su forma propia en francés, que es ne ... pas. Pero Ia partícula asertiva no, sustituto de una proposición, se clasifica como Ia partícula si, cuyo estatuto comparte, entre Ias formas que participan de Ia enunciación" (PLG, 11, p. 87). En el origen de estas proposiciones encontramos una definición tajante de 10 que es Ia enunciación, de Ia que resultan dos casilleros: 10 enunciativo y 10 no enunciativo. DeI mismo modo, Benveniste se ve en dificultades en cuanto aborda una relación que se resiste a dejarse reducir a un juego de casilleros. En Benveniste no existen fronteras, valores transitorios, representaciones especulares, regulaciones complejas. Privilegia al hablante y Ia producción; para él, no hay pensamiento sin lenguaje, y no sorprenderá que le resulte difícil aprehender el juego de los contrarios, Ias fantasÍas de Ia alteridad, o Ia denegación. Así, él declara que "el 'yo' que enuncia, el 'tú' a quien 'yo' se dirige son cada vez únicos (... ). Por eso el}e est un autre -'yo es otro'- de Rimbaud proporciona Ia expresión típica de 10 que es propiamente Ia 'enajena-

Teoria delleng;uqfe y teoria de las lenguas

205

ti

ri

ción' mental, donde el yo es desposeído de su identidad constitutiva" (PIG 1, p. 166); 10 misrno ocurre con Ia Verneinung [negaáónJ, donde Freud habla de contenido de representación o contenido de pensamiento, y distingue 10 reprimido y Ia represión. 13enveniste elimina el problema pasando a 10 explícito: "La característica de Ia negación lingüística es que no puede anular sino 10 que es enunciado, que debe plante ar explícitamente para suprimir, que un juicio de no existencia tiene necesariamente tarnbién el estatuto formal de un juicio de existencia. Así, Ia negación es primero admisión." (PLG I, p. 84). Percibimos aquí Ias límites de un razonamiento que, por el sesgo de 10 que es emendado y de explicitamente; reduce Ia actividad de representación a un acto de locución.

*** Por un momento, espero haber logrado compartir Ia impresión de que sentimos a través de estos textos un pensamiento vivo que busca darse Ias medios necesarios para alcanzar Ias objetivos que se asigna. Con una intuición admirable, Benveniste supo formular o, en ciertos casos re-formular, problemas que han revelado su importancia. Sus contradicciones mismas, inevitables para cualquier investigador que es tomado en el movimiento histórico, son producto de su rigor, y para nosotros son un fascinante objeto de estudio tanto como una lección. "Las rutas que no prometen el país de su destino son Ias rutas amadas" ["Le.f routes qui ne promettent pas lepays de leur destination sont les routes aimées"J (René Char).

L1

•.I l ~1 I

ri

lI. UN LINGÜISTA ANTE LA CRÍTICA LITERARIA*

EI título de esta charla, simple incitación a Ia discusión, es entonces "un lingüista ante Ia crítica literaria", y debo confesar que elegí con bastante cuidado este título por toda Ia ambigüedad que encierra, y, al mismo tiempo, porque delimita el problema con Ia mayor precisión posible. Lingüista se entiende naturalmente en el sentido de especialista en lingüística; pero "un lingüista": no sé si esto será interpretado como un representante cualquiera de Ia clase de Ias lingüistas, o si se considerará que puede significar un lingüista en particular que no es necesariamente como todos Ias lingüistas. Yo entiendo que esto plantea de entrada el problema de saber si se puede decir "ia lingüística", y sobre este punto, nuestros colegas literatos, cuando se les habla de lingüística, suelen sonreír, divertidos, y agre· gar: "~Pero qué lingüística? Hay tantas ... " Olvidan tal vez, a menos que 10 hagan por una cuestión de honor, que se les podría replicar de Ia misma manera a propósito de Ia crítica literaria, y esto introduce el segundo problema: "ante Ia crítica Iiteraria", Seguiré de largo sobre ante: no sé si vengo como acusado, o como observador; ustedes 10 dirán. En todo caso está bien dicho "Ia crítica literaria", y después de todo, tarnbién haya quizás cierta presunción en hablar de Ia crítica literaria. A cada momento nos veremos obligados a proceder como si se tratara de una suerte de vía media entre Ias diferentes críticas. Evidentemente, hay graves inconvenientes en este procedimiento, pero no veo realmente cómo podríamos hacerlo de otro modo. Quisiera decir también a modo de introducción (introducción que será, al mismo tiempo, una suerte de justificación) que yo no creo que Ia línea divisoria pase entre especialistas en lingüística por un lado y, por el otro, especialistas en crítica literaria. Después de haber leído una literatura extremadamente abundante sobre crítica literaria (creo haber leído todo 10 qUe se ha escrito sobre el tema desde hace algunos * Eu Actes du colloque de Ia Sociâc des Anglicistes. Cahiers de la Facult« des Leitres de I'Univmité de Clermont-Femznd, 1971, pp. 61-79.

II 11 208

Antaine eulioli • Escritos

anos, y no voy más allá de algunos anos), tengo Ia impresión de que muy a menudo Ias puntos de acuerdo son numerosos y centrales con tal teórico de Ia crítica literaria, mientras que, debo decirlo, podrían ser muy graves Ias puntos de desacuerdo con Ias partidarios de una lingüística que, por razones que trãtaré de exponer más adelante, se encierra en Ia técnica sin elevarse al plano de una reflexión teórica sobre ellenguaje. Si he aceptado hablar, no es porque quisiera hacer oír mi voz, creyendo que tendría un peso particular en el debate, sino porque, en ciertos puntos, he creído encontrar en Ia "historia" de Ia lingüística, tal como Ia he vivido, un condensado de Ias problemas que, en Ia actualidad (y R. Fayolle, desde hace algunos anos, 10 ha recordado en un artículo) son los de Ia crítica literaria. AI mismo tiempo, existen motivos de orden teórico: llega un momento en que, después de haber trabajado en un campo determinado, uno se ve llevado a plante ar problemas teóricos que van más allá del campo en el que trabaja. Ahora bien, durante mucho tiempo he creído (y 10 he dicho con cierta frecuencia) que no tenía que ocuparme de literatura, no por desdén, sino porque otros problemas, más urgentes, me acaparaban y no veía bien cómo lanzar una investigación común con mis colegas especialistas en crítica de textos literarios. Agrego estas precisiones porque creo que no siempre he tenido buena reputación entre 10s especialistas en análisis iiterario; ellos creen que soy como "<:;1 contrapartido"-como se dice en Córcega- o bien, para decirlo en forma maniquea, el Otro, es decir el Maligno (discúlpenme Ia pretensión. Sí, para ciertas personas yo soy, junto con algunos otros, una especie de encarnación de 10 antiliterario en el círculo familiar). Luego, a medida que me fui ocupando de problemas tales como Ia producción de discurso, los modos de discurso, Ia relación entre Ia enunciación y el enunciado, Ia actividad metafórica, ellugar de Ia semántica en un modelo, con el fin de elaborar una teoría del lenguaje en relación con una teoría del análisis lingüístico, he visto reaparecer ciertas cuestiones. Debo sefialar aquí Ia deuda que he contraído COIl sociólogos, COll psicoanalistas como J. Laplanche, con psicólogos como F. Bresson, con filósofos como L. Althusser, que me han compelido a salir de mi miseria epistemológica. Así, gracias a una inquietud permanente y a múltiples seminarios, me vi llevado a

Un ling;iiista ante Ia critica literaria

209

plante ar problemas que podrían plantearse, bajo Ias mismas condiciones, a propósito de textos literarios, calificativo que por ahora no voy a definir. Exjstían también problemas prácticos, que menciono sólo ai pa.; sar, relacionados con Ia orientación de Ias estudiantes; incluso Ias discusiones que yo tenía con los estudiantes que, especializándose en lingüística, aspiraban a obtener el diploma de literatura, y luego Ia agrégatian 1. Ante esas reacciones a menudo violentas, me vi obligado a preguntarme sobre ia relación de hecho y de derecho entre Ia teoría del análisis literario y Ia práctica universitaria. EI último factor, como se darán cuenta, es el poder creciente de Ia lingüística sobre una parte de Ia crítica literaria. Me cuidaré de rehacer Ia historia de esta relación, de aportar a Ias debates sobre el "estructuralismo" que divierten tanto como irritan, sefialar ciertos redescubrimientos, por parte del provincialismo intelectual francés, de investigaciones que en muchos casos datan de varias décadas. Todo esta ha sido simbolizado, en Ia mitología parisina, por el cuadrado JakobsonLevi-Strauss-Lacan-Barthes, y hay que decir que esto introdujo en Ia prensa pensante una cierta conrnoción. Conmoción sobre Ia cual no tenemos que considerar (por ahora, en todo caso) si es de buena fuente o no; digamos que, cada vez que se sacude 10 que está establecido (habría que decir "instalado"), pienso personalmente que resulta un aspecto positivo. Si quisiera ahora abrumarlos con una lista de críticos que me he visto llevado a reducir a 10 que hace un rato llamé ese "promedio" crítico, podría establecer un inventario donde se encontrarían, desordenadamente, Weber, Richard, Mauron, Cohen, Goldman, Poulet, Bachelard, Doubrovsky, Barthes, Spitzer, Auerbach, Frye, etc. Desde luego, espero que ustedes no me busquen una falsa polémica sobre este punto. Está claro que 10 que estoy haciendo está condenado de entrada, 1) en Ia medida en que es un desafío hablar en tan poco tiempo de semejante problema, 2) porque abordaré solamerite ciertos puntos que me parecen interesantes para nuestra reflexión teórica común, dejando de lado sectores enteros, 3) porque casi siempre recurriré a Ia alusión. Que no se vaya a decir, entonces,

1. Véase n. 5 dei capo 1 [N. dei T.].

11

li

li

d 1I ri

II

!I ft.j ri

~,,;

210

Antoine eulioli • Escritos

y creo que es importante seiíalarlo desde el comienzo, "Usted no ha hablado, por ejemplo, de los problemas referidos a Ia historia literaria". Si me alcanza el tiernpo, diré unas palabras sobre esiructura e historia, pero dejaré de lado cualquier exposición didáctica sobre lingüística, salvo si se me pidiera alguna respuesta precisa. Dije hace un momento "~Qué lingüística?" y, antes de seguir avanzando, quisiera considerar este punto. Desde afuera, tenemos Ia impresión de que Ia efervescencia de Ia lingüística hoy en día es una efervescencia malsana, en Ia que uno se pierde, y donde Ias modas parecen sucederse. Si intentamos poner otra vez Ias cosas en su lugar, debemos afirmar ante todo que no hay que utilizar más términos como filología o filológico como injurias; todo el mundo sabe, creo, 10 que es Ia ciencia filológica, y es de primera importancia que sigan existiendo Ias filólogos: primer punto a incluir en el expediente sincronía/diacronía, estructura e historia. Asimismo, cualquiera sea el modo en que se plantee el problema, todo lingüista se preocupa por Ias problemas de lingüística evolutiva. La verdadera pelea comienza cuando se abordan los problemas teóricos (teoría de Ia historia, formas de paso de un estado a otro, etc.). Por otro lado, se puede considerar que Ia lingüística evoluciona en una dirección que es, a pesar de Ias apariencias (me pongo en ellugar de alguien que ve estas cosas desde afuera) una dirección convergente, en Ia que, poco a poco, Ias problemas se organizan de manera coherente. Detrás de Ias disparidades se reconocen puntos de acuerdo. Existe sin embargo una línea divisaria. Y esto, creo, debe ser seíialado enseguida: es que, por un lado, tenemos lingüistas que consideran que Ia lingüística es Ia ciencia dellenguqie, es decir que es Ia ciencia que tiene como tema ellenguaje aprehendido a través de Ias lenguas naturales. (Abro un paréntesis: el término "lengua natural" es un término consagrado e infeliz quizás, pero en fin, como está consagrado, podemos, al menos aquí, no darnos demasiadas precauciones epistemológicas y por tanto utilizarlo). Dije bien "aprehender a través" y esta .rnuestra bien que 10 importante es esta relación. Cuando alguien habla del lenguaje haciendo abstracción de los problemas que plantea Ia diversidad de lenguas, podemos considerar que se aleja de Ia lingüística: puede ser especialista en patologia, efectuar una descripción sociológica en Ia que ellenguaje está involucrado,

Un lingiiista ante ta críticaliteraria

211

pero no se puede decir que 10 que predomina en ese caso, el eje de Ia investigación, sea lingüístico. Por otro lado encontramos todavía muchos lingüistas (sin duda Ia mayoría) que consideran que Ia lingüística se ocupa de qescribir Ias lenguas, sin más; puede existir por 10 demás una teoría del Ienguajeo una ciencia dellenguaje, pero ésta, según ellos, propiamente hablando, no compete al lingüista. Lo que sí le compete es Ia descripción de Ias lenguas sin que se busque demasiado definir 10 que se entiende por descripción. Ese tipo de lingüista se verá a menu do tentado por el ernpirismo porque tiene efectivamente ante si cierto número de problemas urgentes que resolver, y reducirá Ia lingüística a procedimientos de análisis que ponen entre paréntesis problemas referidos a Ia producción de enunciados y a Ia significación. Esta segunda categoria de lingüistas estimará de buen grado que los problemas de sentido pueden ser evitados sin graves consecuencias (tal vez incluso haya que descartarias porque son demasiado complejos) o Ios reducirá a un tipo de conductismo mecanicista del tipo estímulo-respuesta, haciendo abstracción de Ias estudios sobre los procesos simbólicos. Esta es, pues, 10 que quería decir, desde el inicio, de manera que no haya demasiados malentendidos (siempre hay pérdida en el intercambio verbal, y se podría decir que, al fin de cuentas, Ia comprensión es, en Ia comunicación, un caso particular del mal entendido ). Entonces puedo decir ahora que e! término "un lingüista" que incluyo en el título queda precisado: por un lado,·yo soy uno de! grupo; por el otro, reconozco que ese grupo constituye aún, al parecer, una minoria con respecto a Ia gran masa de todos los que se pueden llamar -con toda justeza-lingüistas. Entiéndase bien también (esto es importante) que no hay ningún juicio de valor en juego; simplemente, constatamos una diferencia fundamental en cuanto a Ias exigencias teóricas. El lingüista, tal como he intentado definirlo, mira a sus colegas que practican Ia crítica literaria, suponiendo -y es una cuestión que no se podría eludir- que Ias estudios de literatura que se dan en Ias facultades son crítica literaria (es un punto que merecería discusión). El lingüista lee 10 que se ha escrito sobre los autores, estudia los textos teóricos sobre crítica y tiene una sensación de malestar, si se dejan de lado los especialistas en literatura que se plantean problemas que 10 involucran a él también (pero no vamos a tornar Ias casos de acuerdo

212

Antoine Culioli • Escritos

perfecto, donde hay verdadera consonancia); consideremos los casos que, creo, me temo, representan Ia mayoría. No se preocupen; sobre este punto voy a ser muy discreto, no voy a hacer ninguna alusión precisa, me moveré en un universo conceptuaI que no debería herir, puesto que los conceptos no ladran, ni muerden. El lingüista comprueba, ante todo, Ia existencia de una ilusión, que nos marca a todos muy profundamente (y no solamente a los críticos literarios): es 10 que podríamos llamar, con respecto a Ias relaciones entre ellenguaje y Ia realidad, Ia ilusión especular, según Ia cual el lenguaje es un reflejo puntual de Ia realidad, como si existiera una correspondencia biunívoca entre unidades extralingüísticas, objetos, y, por otra parte, unidades lingüísticas (adjetivo de temible ambigüedad). EI especialista en lingüística comprueba finalmente que, casi siempre, aunque diga 10 contrario, el crítico literario hace como si Ias palabras, a pesar de su polisemia evidente y su estatuto complejo, tuvieran acepciones unívocas y un "modo de existencia" único. Estoy hablando aquí, por un lado, de Ia obra: muchas explicaciones de textos se basan en Ia idea de que, dado un texto, siempre se 10 puede leer clara, plenamente, y alcanzar una acepción única, mediante un proceso de aplanamiento hasta Ias raíces profundas (lenguaje instrumento de comunicación claro, sujetos psicológicos universales, trampa que tiende Ia sucesión lineal de signos presentes). Por otro lado, y este es un punto igualmente importante, Ia lengua de análisis: cuando se trata del uso de una. terminoIogía, podemos considerar que el escándalo es paten, te. Enefecto, Ia mayor parte de Ias veces, el crítico tiene Ia impresión de que tiene a su disposición un aparato que le permite discutir sobre un texto y asignar tal o cual efecto a tal o cual figura retórica, por ejemplo, sin poner nunca en tela de juicio esta terminología, a tal punto tiene el especialista en literatura Ia impresión de que su lengua de uso refleja "naturalmente" Ia "realidad"; de este modo se establecen ciertas distinciones entre Ias metáforas, Ias comparaciones, sin que se profundice Ia discusión, sin que haya verdaderamente una reflexión sobre 10 que es Ia actividad metafórica, o, más ampliamente, Ia actividad "meta" en ia práctica de ienguaje. La mayoría de Ias veces, el crítico literario parece utilizar descriptores (digamos operadores, digamos simplernente términos, si 10 desean), como si cada vez que él utiliza un término, esta no supusiera

Un lingüista ante ia crítica literaria

213

toda una organización teórica del campo en el que opera. Se diría que, para el crítico literario, los términos de sus análisis son transparentes, estables, de una adecuación total, simplemente porque Ic han sido transmitidos, en un momento dado, por Ia tradición, Esta imagen parecerá caricaturesca: no es que quiera que así sca; ês simplemente que tengo poco tiempo. Cuando el crítico literario recusa una terminología que le parece sospechosa porque no está fundamentada, o no 10 está 10 suficiente, ~qué es 10 que hace casi siempre? AI respecto es muy interesante tomar los pasajes dedicados a ciertos estudios de estilo, de lengua, de forma, como se dice (volveremos sobre esta distinción): percibimos entonces que Ia mayoría de Ias veces, el crítico se mimetiza, si se puede decir, con Ias características de Ia obra que está describiendo. Todo el mundo sabe, por 10 demás, que cualquier práctica, en Ia medida en que no haya alcanzado un nivel de cientificidad suficiente, o que no haya alcanzado cierto nivel de conceptualización, se comporta como su objeto". En ese momento, el crítico, para describir un estilo musical, utilizará metáforas musicales; para dar cuenta de los efectos estéticos, intentará, mediante una saturación de imágenes, de efectos de lengua, reproducir a su vez, en un fenômeno de eco, aquello que él querría discutir. Es decir que nos quedamos siernpre eu el nivel de Ia experiencia vivida, estamos ante una experiencia, por cierto esenciaI, que es Ia de un contacto con el texto; no se busca abrir un espacio, crear una exterioridad, una distancia que permitiría juzgar ese texto como objeto de conocimiento; 10 que se hace es simplemente repetir Ia experiencia pero en su lengua. Aquí creo honestamente que no estoy siendo caricaturesco. Dei mismo modo, cqué hace el crítico literario ante el equívoco (no Ies haré Ia ofensa, a Ias especialistas que están aquí, de creer que ellos se imaginan que una obra siempre tiene una significación; el problema de Ia significación plural es bien conocido por todos), ante un texto que manipula Ia alusión, 10 sugerido (y siempre hay sugerencia en un texto), ante un texto ambiguo (siempre hay engano o ambigüedad)? Todas Ias

2. Volveremos sobre Ia crítica literaria corno ciencia y no quiero dceir que Ia crítica se convertirá necesariamente cn una ciencia.

l li·

.~ .. '

t ~ &i

~,

;

, li

í i

I

Antoine Culioli • Escritos

214

lenguas naturales son ambiguas (es un paréntesis que hago en este momento, pero que es capital); no hay lengua natural que no sea ambigua. DeI mismo modo, no existe producción y apropiación estética que no esté basada en el juego y el ocultamiento. Entonces el crítico "Iiterario, Ia mayoría de Ias veces, dará una interpretación, dará varias interpretaciones con cierto eclecticismo; pero 10 que nunca vi, debo decirlo, es un esfuerzo por hacer Ia teoría del equívoco 3. Se me dirá, una vez más, que el término teoría vuelve con demasiada frecuencia a mi discurso pero ~qué puedo hacer? El especialista en lingüística, que se interroga sobre ellenguaje sabe que, al día de hoy, aún no se sabe resolver problemas tales como el error, el "fallo" [te ratagr], el malentendido. Por cierto, recientemente hubo discusiones importantes sobre Ia gramaticalidad, pero seguimos esperando una teoría satisfactoria de Ia anomalía. Qye durante mucho tiempo ellingüista no se haya ocupado de estos problemas, podemos considerar que es normal, porque finalmente, estaba obligado a hablar primero de los aspectos relativos al código, es decir, colectivos y transindividuales, que garantizan Ia comunicación en el sentido más simple dei término (suponiendo que tal cosa existe). Cuando se trata del especialista en literatura, nos sorprende que no se haya visto obligado a plantearse tales preguntas. Siguiendo con el tema dellenguaje y Ia realidad, desearía continuar 10 que dije sobre Ia rerminología: como todos sabemos, Ia metalengua está siempre en Ia lengua cuando se trata de lenguas naturales. Así, por 10 general no se pueden tener operadores que estarían fuera dei lenguaje, y todos sabemos, cuando empleamos términos como pasiuo, presente) acusatiuo, etc., cuán nocivo puede ser y cuántos malentendidos esto trae consigo. Y bien, tenemos Ia impresión de que es el crítico literario quien confía más en ellenguaje que ellingüista, y que no percibe el doble fondo de todo discurso sobre un discurso. Quiero decir que el lingüista sabe que el lenguaje es inadecuado, pero no se queda allí. EI especialista en literatura también hablaría de buen grado de 10 indecible, pero su desconfianza se lleva bastan---;-. h~,~~ '""".... ~~--. le UILl1 eu!! Ul~

I">.n,l~..,....--..'"

1 \....QIJ..:H.J.l.V

= .•...• ",.~rl~'"lhl.:::. (""f-'>V'r\ \}''--.1. v

\..-.1.1 v .lU..l.au..l\"...

3. Están, cs cierto, 10s Seuen

7ypes of Ambignity.

rÍP(,' v\....-,-,

lln-:a

rlpcr"nf~'J.T17'l ..I..L.Io...u ..<-.u ...:.." •...•. ,

u..1..lL-l- .••... n ... "... n •....•...•.

"lln-::l

•...•.•..1.•...•.

Un lingüista ante ia crítica literaria

215

duda, razonadas?). Ellingüista (o un lingüista en todo caso, o algunos lingüistas) sabe que siendo Ia obra forzosamente lenguaje y vista a través del lenguaje, se encuentra doblemente tamizada; a menos que tenga una concepción creativista o mimetista de Ia producción literaria, Ia interpretación está ligada a los ordenes de representación del lenguaje. Por supuesto, todo el mundo está de acuerdo en este plano de generalidad, pero, cuando se trata Iuego de Ia práctica, con frecuencia nos parece que el crítico tiene una actitud con respecto al lenguaje que incita al lingüista a Ia diversión, o a una tristeza sombría. Ya que hay tristezas fecundas, razonantes, frente a esas tristezas agobiantes que provoca Ia beatitud de Ias cuerpos constituidos. Siguiendo con Ia cuestión dellenguaje y Ia realidad, quisiera hacer algunas observaciones suplernentarias, sobre los signos y símbolos. Durante bastante tiempo, Ia lingüística vivió con cierta concepción dei signo lingüístico, unidad de dos caras (significante/significado), subrayó fuertemente el carácter arbitrario del signo, sobre el que se basa Ia autonomÍa dellenguaje (autonomÍa compIeja, por cierto, porque si Ias Ienguas fueran totalmente autônomas, estarían cada una de ellas encerradas en una especificidad irreductible y no se ve cómo se podría pasar de una a otra -cuando en reaIidad se aprenden lenguas extranjeras y, por otra parte, si estuvieran en una correspondencia término a término con Ia realidad, Ias Ienguas se abolirían y no tendrían esa autonomía que garantiza su estabilidad en tanto sistema-abstracto). Hemos vivido, entonces, con una concepción de! . signo, que, en gran parte, sigue siendo válida (y necesitaría más refinamiento en Ia exposición), pero digamos que en la actualidad se plantea de una manera más sutil el problema de Ia relación entre signo y símbolo. Si entendemos por signos unidades discretas, que se combinan según regIas, estamos en el dominio de 10 discontinuo; en cuanto al símbolo, creo que Ia definición que daría de él supondría mucha discusión y ustedes no estarÍan necesariamente de acuerdo, pero digamos que utilizo símbolo aquí, en el sentido bastante trivial en el que se considera que existe una relación no arbitraria entre el signo y Ia significaciôn. Tenemos entonces unidades que ya no están en una relación extrínseca de contingencia; ya no es cuestión, propiamente hablando, de unidades discretas, ya no estamos en 10 discontinuo; estamos en el ámbito de 10 analógico (ya se trate, por ejemplo,

216

Antoine Culioli • Escritos

de problemas de fonoestilística), de 10 topolôgico (es el caso de ciertos problemas de vecindades semánticas y de agrupamientos de propiedades, como en el empleo del plural, no solamente para marcar Ia pluralidad, sino para marcar 10 ilimitado, etc.). Ahora bien, podemos •considerar que una de Ias características de Ias lenguas naturales es que todo signo puede ser utilizado como símbolo. Esto complica el problema, claro, o más bien 10 complejiza, debido a esa imbricación de estructuras no homogéneas. No podríamos subestimar estos aspectos dellenguaje, en especial si se quiere evitar bacer como hacen a menudo Ias críticos que, por ejemplo, plantean que por un lado está Ia gramática y por el otro el Iéxico, en lugar de ver que se trata solamente de dos dominios que comportan dos palas pero que se compenetran. Esta es tanto más grave cuanto que esta distinción entre gramática y léxico trae aparejada una concepción simplista entre palabras vacías/palabras plenas, en Ia que estas últimas remiten a Ia realidad. Por 10 general se agrega que gramática igual sintaxis (en el sentido estricto de un sistema formal de encadenamientos) y por otro lado que elIéxico sería el equivalente de Ia semántica. Podemos mostrar que estas proposiciones son rudimentarias, o incluso errôneas, y no permiten plantear los verdaderos problemas. Ahora bien, Ia responsabIe de tales simplificaciones no es Ia lingüística, sino casi siempre Ia crítica literaria, debido a todo su comportamiento. Y no de manera explícita, iya que si fuera explícito se 10 podría discutir! Sino de una manera que recuerda Ia ilusión especular de Ia que hablaba hace un momento, tan arraigada en Ia conducta que es ella misma uno de los datos de Ia realidad. Nos podemos preguntar incluso si, en definitiva, esta ilusión dei reflejo (del reflejo término a término), esta dicotomía gramática-léxico (que no tiene nada que ver con Ia existencia formidable de Ias palabras) no son mecanismos de defensa, para tener un campo cerrado, para darse una seguridad que uno se construye todo el tiempo. Allí también, muy probablemente voy a ser objeto de escândalo y muchos dirán: "Pero nosotros no tenemos ideas tan simplistas." Si quisiera ser polémico, diría: "Es porque esto todavía IlO ha aDorado al nível de su conciencia; todavia no son ideas, es simpIemcnte una conducta inconsciente (y no en el sentido de un inconsciente freudiano, sino de una no-conciencia)". Sobre este punto, corno suele suceder, Ias escritores han podido decir cosas rnu-

Un lingüista ante Ia crítica literana

217

cho más interesantes, y lamento no tener tiempo para retomar algunos de esos desarrollos. Pero aún recientemente (es realmente Ia última lectura en Ia que encontré este problema), en Ias Conversaciones de Butor con Charbonnier, encontré un pasaje donde Butor reflexiona sobre el plural. (Y nos damos cuenta muy bien de que todo el mundo conoce usos del plural, para crear distancia, por ejemplo; asimismo, se ha estudiado bien el plural en Ia lengua de Ia sentimentalidad en el siglo XVIII). En resumen, una categoría gramatical puede tener valores connotativos. Del mismo modo, en un seminario de lingüistas, lógicos, matemáticos y psicólogos, acabamos ocupándonos del problema de Ia negación, y Iuego, más allá de 10 que se había hecho en ese seminario, me vi llevado a reflexionar con más detalle en otro seminario, con psicoanalistas, sobre el misrno problema. Enseguida uno se da cuenta de que, más allá de un operador negativo, "Ia puerta está abierta, Ia puerta no está abierta", hay valores (indeterminación, negativa, ausencia, etc.) de Ia negación que están mucho más aIejados de Ia aparente simpIicidad de un operador de inversión. Es decir que la negación no es un instrumento, como un conmutador de corriente; está en el centro de Ia actividad de lenguaje de los sujetos. No se trata aquí de encontrar un nuevo paralelismo lógico-gramatical o psicogramatical, sino de plante ar un problema que es: ccuãl es Ia relación del sujeto con su lenguaje? Como ven, creo, inmediatamente, yo no soy muy·favorable -ni mucho menos - a Ia distinción entre el fondo y Ia forma (quiero decir a una separación. No es cuestión de negar que existe una relación dialéctica, donde a veces dominará 10 que llamamos forma -ique entonces se convierte en el fondo mismo!-). También en este caso, 10 sé, hemos tenido el informe bien claro dei Sr. Monod sobre este punto, y desde entonces no nos atrevemos a sostener que hay por un lado el fondo y por el otro Ia forma. Solamente, entre admitir que Ia distinción es difícil de sostener y, por otro lado, sacar consecuencias de 10 que se reconoce, hay no obstante una gran distancia, y en trabajos con los cuales estaría bastante de acuerdo, casi siempre tenemos, en un plano subyacente, esa vicja idea de que están Ias pensamientos (ustedes saben, como yo, cuán lejos se remonta esto en Ia retórica) y los oropeles, que son Ios adornos, como si tuviéramos prirnero una suerte de texto neutro, que uno modela.

Antoine Culioli • Escritos

218

(

(

Es el lenguaje materia, soporte. Lo mismo ocurre, por 10 demás, a propósito de Ia temática": encontraríamos que se plantean a menudo elementos temáticos (palabras-temas), y que por otro lado habrá operadores, como si los propios operadores (es 10 que decía hace un momento) no fueran, en última instancia, afgo más que operadores, al menos en buena parte de Ias casos. Aquí abro un paréntesis: es verdad que no siempre es así, y que estamos en un campo equívoco. Si uno encuentra a alguien que hace círculos con su compás, uno puede decir que esta persona intenta crearse un ámbito cerrado y que dibujar círculos es un sustituto simbólico; por otro lado, esta puede significar simplemente que está manipulando su compás. Estamos enteramente de acuerdo, y no se trata aquí de caer en una actitud en Ia que se encontraria siempre una relación simbólica que seda en definitiva, una vez más, Ia ilusión de una correspondencia término a término. Pero el peligro, reforzado por Ia práctica de los exámenes y Ia importancia mágica que se le atribuye en Francia a Ia dissertationr, es realmente el de tener un continente y un contenido, considerados sucesivamente. Hace poco, con unos estudiantes analizábamos un poema de L. Me Neice", en eI que eljuego mismo de Ias rimas (des algo deliberado? crio 10 es totalmente? ~Qué quiere decir deliberado?), en el que eljuego de Ias rimas, entonces, buscaba crear un sentimiento de 10 elusivo, 10 fugaz, rimas que están dispuestas de modo que queda Ia impresión ambigua de que no está rimado, y sin embargo, al mismo tiempo, de una manera secundaria uno oye una rima. Lo mismo sucede con Ia prosodia. En tales casos, uno percibe bien que no se 105 podría distinguir. Agrego que no voy a tomar en seria los dichos teóricos de nuestros colegas de literatura a menos que, un día, dejemos de encontrar en Ia Agrégation o en otras instancias, esas dissertations prendidas a una frase, esos temas de examen sobre "Ia

4. Habría mucho por decir sobre Ia temática ... 5. La dissertation es un género acadêmico de tipo argumentativo (exposición dei punto de vista dei autor sobre un problema, apoyado en sus propios conocimientos) rnuy practicado en Francia cn los niveles secundario superior (lycée) y universitario [N. del T.]. 6. Se trata dei poema August.

Un lingüista ante Ia critica litcraria

219

lengua y el estilo". Mientras siga encontrando este tipo de cosas, me parecerán sospechosas Ias declaraciones de buena voluntad, porque hay una distancia demasiado grande entre Ias exigencias teóricas y Ia práctica. Una vez más, esto no quiere decir que haya que disolver el "fondo" en 1a "forma" o viceversa (proposiciones que no tienen rringún sentido: esto no significa que, en ciertos autores, no exista, evidentemente, el cuidado -consciente o no- de modelar un enunciado en conformidad, por ejemplo, con estereotipos o con los cánones de un género. Pero tales problemas se reducen a Ia elaboración de sistemas generadores en los que, una vez más, Ia oposición forma-fondo se trata eu términos de regIas formales sintácticas y semánticas. Del mismo modo, aI lingüista le resultará difícil admitir que por un lado está 10 subjetivo y por el otro 10 objetivo, 10 objetivo que sería el texto, mientras que 10 subjetivo seda Ia vida profunda dei autor vista a través de su biografía, de tal suerte que una vez más se podría poner en correspondencia, término a término, tal elemento en el texto y tal elemento fuera del texto. Los problemas son más complejos, y ellingüista no podría admitir que se pueda considerar (esto se desprende de 10 que acabo de decir) que ellenguaje es un exterior, un afuera, en tanto que Ia vida interior seda un interior, como su nombre 10 indica. Todo el mundo sabe que el lenguaje es de hecho un adentro-afuera, un exterior-interior, es decir que el sujeto está en cierta relación de distancia con respecto al lenguaje, y esto se ha mostrado bien en patología dellenguaje. La relación no es siempre la misma; puede existir una distancia más o menos grande en relación al lenguaje, es decir, de sí mismo utilizando un lenguaje y reflexionando, conscientemente o no, sobre el lenguaje. Así, se puede considerar como a priori sospechosa cualquier concepción estrictamente instrumental de! lenguaje, y si uno se imagina que el lenguaje es a Ia vez el material y el martillo o Ia tijera, y que uno tiene el propio lenguaje en Ia mano, de tal manera que con ese lenguaje uno puede esculpir el lenguaje, de nuevo, como si se tratara de un material, para crear una obra, entonces uno se estarfa haciendo muy grandes ilusiones. En realidad, a cada instante encontramos en este ámbito Ia ilusión de una exterioridad radical, que se vincula con Ia ilusión dellenguaje interpretado plenamente, dellenguaje develado, del que hablábamos más atrás. El profesor de literatura está particularmente

I

I

i

i

i I

i

I

I ~

i

I

K~

220

Antoinc Cu/io/i • Escritos

expuesto a ese peligro, euando está sumergido en su práctica universitaria, y créanme que, sobre este punto, no estoy siendo irônico en absoluto, ni crítico; solamente hay que reconocer 10speligros de un oficio. Es evidente entonees que estamos con un texto, ante un texto, un texto con el cua1 uno debe hacer algo, ante un auditoria, y en üna situación en Ia que uno no puede decir todo, porque hay limitaciones de tiempo, disparidades en el público, ete. Me temo que de esta práctica resulte todo un eomportamiento ritualizado que enmascara 10s problemas. Corremos el riesgo de seguir siendo el estudiante formado de eierta manera, que toma un lugar en Ia noria, Todo el mundo está de acuerdo en deeir que se debe partir dei texto, que está ahí deIante de uno, pero es preciso aiíadir que el texto está tanto en negativo como en positivo, y que necesitamos Ias instrumentos que nos permitan analizar Ia significación que brota en 10s intersticios de un texto. Tengo casi vergüenza de decir semejantes trivialidades, pero hay que recordar que un texto dice también no diciendo algo, y que además hay que desenmascarar (porque ellenguaje es también máscara) 10 que parece decir, cuando en rea1idad no 10 dice. Como se ve, he abordado Ia segunda etapa de esta reflexión, que es Ia relación entre el lenguaje y Ia actividad de lenguqje, desde el momento en que introduje el problema del sujeto y de la distancia del suje to con respecto a su lenguaje. Uno puede tomar sus distancias, alejándose para ver si Ias proporciones son buenas. Uno puede tomar otra forma de distancia que es Ia fuga, en especial Ia fuga en Ia escritura, y no volveré a decir, sobre este punto, 10 que ya fue dicho de Ia escritura como cuestionamiento dellenguaje, o Robbe-Grillet cuando afirma: "Escribo para saber por qué escribo". La relación de lenguaje será diferente según los modos de discurso, dado que es evidente que aquí nos estamos ocupando, a propósito de Ia crítica literaria, de cierto tipo de discurso. Digamos que, a grandes rasgos, y dejando de lado el discurso cotidiano, podríamos distinguir entre tres tipos de discurso: el discurso científico, el discurso ideológico, e! discurso estético, siendo este último término voluntariamente ambiguo porque el discurso estético puede ser el discurso "creado", producido por el escritor, y por otro lado el discurso interpretativo de! crítico que reconoce (en el sentido en que se habla de una gramática de reconocimiento) y es, a su vez, producto. Ahora bien, es verdad

Un lingüista ante ia critica literaria

221

!~. '(~

"

(y es aquí donde tendríamos críticas bastante violentas que dirigir a Ia lingüística; como ven, reservo el término violento para mis colegas lingüistas, es una muestra de cortesia hacia ustedes) que con demasiada frecuencia se· ha reducido Ia ~ctividad de lenguaje al discurso cotidiano, él mismo reducido a su "Veza Ia comunicación informativà. En este nivel, algunos problemas que se plantean en el discurso estético, que no es ni un discurso científico ni un discurso ideológico, no se p1antean (aparentemente al menos). Nos damos cuenta que 10 central aquí, como en toda actividad de lenguaje, es una intención, un objetivo de significación, pero donde Ia clave de Ia significación no está dada. Esta es d e particular importancia; es Duvignaud quien insiste en este aspecto, cuando compara el mito con Ia poesía, especialmente en Ia civilización urbana; muestra que en el mito, por ejemplo, en el relato mítico, Ia significación está dada, al mismo tiempo -si puedo decir-, comunicada y compartida por el auditoria, mientras que en Ia poesía tenemos una significación euya clave no se conoce. El solo hecho de que se sepa que hay una significación crea en uno mismo esta tensión, basta para crear un efecto estético. Este es un primer punto. En segundo lugar, se puede considerar que, en toda actividad de lenguaje, hay siempre una práctica de lenguaje para si mismo, en sí, y una práctica para otro, siendo estos dos puntos indiso1ubles. Cuando digo para sí mismo, planteo que hay desdoblamiento del sujeto (esto se puede encontrar en ámbitos tan distantes como Ia fonética, con el control retroactivo de Ia fonación por Ia audición, o Ia psicopatología). El siguiente diagrama puede ilustrar Ia idea que estoy exponiendo: uno habla para otro, y al mismo tiempo se produce una respuesta interiorizada, una actividad dentro de uno mismo. Lo que quiero marcar aquí es, simp1emente, que el modelo dei emisor-receptor (el emisor que se vuelve receptor y el receptor que se vuelve emisor) no es falso (todo depende del grado de fineza que sele quiera dar a un modelo), pero que ai mismo tiernpo no permite resolver ciertos problemas. Por el contrario, el modelo que he presentado esquernáticamente (y que he sometido a investigadores que se ocupan dellenguaje pero que perteneeen a ámbitos de investigación muy diferentes) parece ser adecuado, 10 que, después de todo, resulta ser un criterio razonable de va1idez; y esto muestra que hay en Ia comu-

Antoine eulioli • Escritos

222

Un lingiiista ante Ia critica lucraria

223

( (

nicaeión un aspecto a Ia vez interindividual (para comunicar es necesaria una parte común, estable, Ia lengua, que supone 10 transindividual), y por otra parte, desde el punto de vista intersujetivo, siempre existe un uso que podríamos !lamar uso narcisista dellenguaje: uno siempre escribe (o habla) 'para sí mismo: por cierto habría que definir el si mismo en este campo, pero igualmente siempre uno escribe parcialmente para sí mismo, para sí tanto como para Ias demás, y según predomine el para si o el para otro, podremos tener diversos tipos de comunicación. Si se quiere, en el juego de círculos que representan estas desdoblamientos, ustedes tienen toda Ia posibilidad de reprimir sus fantasías, de verias aflorar, de ocultar un discurso con otro, etc., y podríamos caracterizar de este modo Ia actividad poética, Ia comunicación "objetiva", el imaginario novelesco, etc.

(

(

Eh

E00

R\~E

RYE

R

cierto número de transformaciones retóricas". Estaríamos volviendo a Ia cuestión de los "adornos" de Ias figuras retóricas, y tal error se podría injertar fácilmente en una reflexión que harÍamos a partir de una teoría simplista de Ias tropos y de una teoria gencratLvo-tra nsformacional mal entendida 7. Por falta de tiempo, me limitaré a rozar un problema que no podría eludir el análisis de Ia actividad de lenguaje; quiero decir el problema de Ia escritura, ya mencionado antes ... Es notable que, entre lingüistas tanto corno entre filósofos, haya aparecido (o reaparecido) una reflexión sobre 10 escrito y Ia escritura, el código gráfico considerado no corno un calco de 10 oral sino como algo que tiene sus leyes propias. Y esta en el momento en que se afirmaba Ia necesidad simétrica de dejar de considerar ellenguaje oral como un subproducto de Ia escritura.

***

R

. Se comprenderá entonces que Ia modulación forme parte. integrantede Ia actividad de lenguaje. Llamaremos modulaaôn a Ia sobreimposición de una seiial (es decir, en este caso, de una significación) sobre otra sefial (es deeir, otra significaeión), y podemos considerar que es imposible hablar sin modular. La ausencia de modulación sería también una modulación (es Ia que ocurre con Ia lectura recto tono). La modulación puede hacerse en el plano prosódico (entonación), en el plano metafórico, o incluso a través de Ia manipulación de unidades en Ia cadena (permutaciones). Cuando digo "manipulación", iya estoy pareciendo decir que se trata de pequefíos cubos con 10s que uno juega! No es nada de esta, y el problema va rnucho más aliá de una reconfiguración de superficie. Cuidado: que no se diga "Entonces, si 10 estoy siguiendo bien, hay un enunciado neutro que seda un enunciado primario, sobre el cual se podría adosar

Llegamos ahora a 10 que, tal vez, para el auditorio era 10 esencial, y que yo he podido parecer esquivar a 10 largo de esta charla: dcuál puede ser eIlugar de Ia lingüística en el análisis literario?

7. He suprimido aquí una exposición demasiado alusiva a la gramática generativa. Sobre este punto, remito allector poco informado a Ias obras de iniciación; en cuanto allector más especializado, podría leer mi artículo "La formalisation en linguistique" en Cahiers pour l'ana1yse n" 9, 1968, 106-117 [reeditado en PLE 2. Versión espafiolaLenguajes nO3, abril de 1976, traducción de S. Fisher]. En pocas palabras, digamos que demasiadas personas confunden los esquemas nodales, Ias representaciones de esquemas y Ias oraciones empíricamente comprobadas, plantean mal Ia relación sintaxis-semántica, por tomar solamente estas pocos problemas. Tal confusión teórica vuelve imposible cualquier investigación estilística que se refiera a Ia producción de discursos, ya se trate de textos "Iiterarios", de textos psicóticos, de análisis de 10 insólito, dei estudio de los lapsus o de los neologismos, etc. Es el caso de aquella esquizofrénica que dice: Está Ia cabeza muerta [lI y a Ia têtc morte] en lugar de Téngo la cabeza (como) muerta; qUt:: uuuza Ia gramanca ae tai rnanera que, a traves ue Ias gnews, Ias usuras de Ias palabras se entrevê una estructuración profunda, no consciente, dei discurso. Lo no consciente no es, evidentemente, ni 10 inconsciente ni 10 preconsciente, y que no se me vaya a hacer decir que es posible pasar del texto a 10 inconsciente mediante un procedimiento lineal, obstinadamente agudo ... . "1'

1

'.'

1.

1

.

I

1

1

'.

l

r"

l

224

Antoine Cu/ioli • Escritos

Voy a dejar a mi colega Ellrodt Ia tarea de decir si, en su opinión, el análisis literario debe ocuparse de 10s problemas de Ia producción de Ia obra, y de su apropiación por parte de un lector. De todas maneras, ya se trate de producción, de apropiación, pasamos por redes semánticas, siempre pasàmos por el lenguaje (se me disculpará Ia trivialidad, pero cuántos literatos hacen de Ia lingüística su locurita del domingo, porque -2.no es cierto?-, como nos encontramos en intimidad con nuestro lenguaje, todos somos lingüistas). Ellingüista le advierte entonces aI especialista en literatura que uno no improvisa una lingüística-para-literatos, y le dice que Ia lingüística es tal vez una disciplina ejemplar, pero no es una disciplina "piloto". Ejemplar no . en el sentido de una nina muy bien educada, sino porque tiene una historia que, por muchos aspectos, es característica dei auge de Ias ciencias humanas, que existe de hecho y por derecho, y que ayuda al especialista en literatura a darse un procedimiento de análisis más seguro. Lo ayuda, en primer lugar (iy pido disculpas por repetirme tan laboriosamente!), a protegerse de Ia ilusión empirista del objeto dado. Uno se imagina que el objeto literario está ahí, deIante de uno, y que a uno le basta con mirar, con leer, es decir, con ver negro sobre blanco para que, inmediatamente, el objeto se recorte solo. Cuando Sainte-Beuve dice que el crítico es aquel que sabe leer y que ensefia a leer a Ias demás, uno tiene ganas de preguntar: ccómo, cuándo uno sabe leer? c Cuãndo uno sabe que sabe leer? cCómo se adquieren Ias gr andes certezas sobre Ias cuales se basa, en 10 esencial, el análisis literario en Ia universidad? Se 10 ha dicho, pero hay que repetiria, el lingüista tiene Ia impresión de que el discurso literario está basado en el acuerdo de Ias espíritus, Ia comunión de Ias conciencias, un consenso entre gente bien, que se entiende, y que se pane de acuerdo en no entender otras discursos. En Ia actualidad, e! crítico vivirá un poco más en Ia incomodidad, pero tendrá sin embargo sus certezas sobre el gusto, el hombre eterno y universal, y declarará al mismo tiempo que se ocupa de historia y de psicología (a propósito de psicología, cuánta puerilidad detrás de "Ia psicología de Ias personajes", Ia "psicologíadel autor"). Todo esto es una mezcla de una estética anticuada y de una psicología que, ai igual que Ia concepción que el especialista en literatura se suele haccr dellenguaje, es ala vez asignable a una época (sigla XIX) e inmutable: psicología dominguera que va

Un lingüista ante Ia critica literaria

225

de Ia mano con Ia lingüística dominguera antes mencionada. No es que haya que seguir Ia moda, pero ocurre que se ha realizado cierto número de investigaciones "transdisciplinarias", 10 que hace que ya no se puede hablar como antes: hay cosas que ya no se pueden decir, o entonces hay que saber que uno se expone ai ridículo. Sobre este punto también, Ia lingüística da una lección, ella que está en e! cruce de tantas ciencias humanas: así, Ia psicolingüística no es ni mala lingüística para psicólogos ni mala psicología para lingüistas. Ahora bien, el análisis literarioparece tener miedo de esta imbricación saludable, o eludirla, tal vez porque teme disolverse, perder su objeto que, por 10 demás, siempre se le escapa, porque está obsesionada por Ias problemas del bien decir, de! gusto, y de los juicios de valor. Si, para resumir mi idea, tuviera que decir a qué me hace pensar a veces e! análisis literario, tal como veo que se 10 ejerce, diría que evoca una actividad de tipo teológico. Encontramos allí Ia liturgia, el ritual, los carismas, Ia espiritualidad (Ia fineza literaria), 10 inefable y, 10 que, en cierto nivel, puede estar perfectamente justificado (no voy a discutir aquí sobre 10 bien fundado dei discurso teológico), se vueIve sorprendente cuando se trata de una actividad que supone que uno transmite algo a otros. Entonces se plantea Ia pregunta, no "~~é es Ia literatura?", porque creo que ésta es una mala pregunta. sino "cOué hacemos cuando hacemos análisis literario?" (,es 10 mismo que Ia crítica literaria?) 2Qué se transmite? 2-Por qué se 10 transmite?" Cuando hago lingüística puedo definir mi propósito, Ia coherencia de mi discurso, mi objeto -cuya construcción, dicho sea de paso, jamás quedará acabada-, un método. Planteo adrede el problema de manera tal que pueda parecer una pravocación, porque entiendo muy bien Ia otra posición que consiste en recusar estas exigencias y en afirmar que el análisis literario jamás será una ciencia. Pero decir que jamás será una ciencia obliga a explicar por qué; de todos modos, una afirmación como ésta no permitiría escamotear los problemas teóricos, teoría de Ia producción dei discurso estético, teoría dei sujeto, teoría de 10 imaginario, ete. Asirnismo, una afirrnación como ésta no resolvería, por elisión, el problema de Ias relaciones entre .el análisis literario y Ias ciencias humanas. Y, sobre este punto, si buscamos Ia polémica, no Ia encontraremos, iporque yo sería el primero en afirmar que el análisis I

_~

\

I

,

"I l~!

226

Antoine eulioli • Escritos

il('

Un lingiiista ante Ia crítica literaria

227

',I

~}

l;\

f;;J

'I~j'']

(

,(

lingüístico (entre otras disciplinas) no agota el análisis literario! La lingüística no puede sustituir el proyecto del análisis literario, pero puede obligar a este último a plantearse Ias problemas metodológicos y teóricos fundamentales. Pero entonces, (cuáles son los campos particulares donde Ia lingüística puede prestar servicios? Por ejemplo en fonoestilística, donde Ia fonética hizo avanzar Ias cuestiones así como en el ámbito prosódico. Del mismo modo (y es evidente que sólo estoy tomando algunos sectores, sin querer abordar campos tradicionales como Ia lexicología, por ejemplo), la lingüística ha abordado el estudio de los análisis de enunciados (párrafos, relaciones interproposicionales), de Ia relación entre sujeto enunciador y enunciado, del estilo indirecto, del juego de Ias personas. Todos estas son problemas que ahora aborda Ia lingüística y que son objeto de investigaciones importantes. Creo también que Ia lingüística puede prestar servicios en el ámbito estadístico, a condición de tener muy en claro que, por 10 general, el análisis estadístico no es sino una ilusión superficial. Quiero decir que Ia estadística supone que se hayan resuelto ciertos problemas preliminares bastante arduos. La lingüística también padrá hacer Ias veces de barrera de contención cada vez que se quiera plantear el problema de Ios desvíos (cuando el estilo es considerado como un desvío con respecto a una norma). Toda reflexión seria sobre Ia norma en la actividad de lenguaje conduce a plantear Ia norma como un margen de variación entre umbrales de tolerancia, todo 10 cual es reglado por restricciones complejas, y no como un centro puntual que haya que alcanzar, como el centro de un blanco. Todo el problema de 10 insólito, 10 anormal, se sitúa justamente allí; el margen puede cambiar según Ias culturas, Ias situaciones, y ellingüista invitará al especialista en literatura a desconfiar de toda concepción simplista de una norma presupuesta que no sería más que un engano. Me doy cuenta de que es un término ya empleado, pero que debo mencionar una vez más, porque estoy tratando de exorcizar Ios demonios; me refiero ai código (todo el mundo sabe que código y estructura son Ias dos ubres de una parte de ia intelligentsia). Voy a ser breve: que elliterato sepa que Ias lingüistas han dejado de tener dei código Ia noción simplista y ubicua que se ha tcnido en cierto momento. Decir que toda Ia lengua es un código encierra una ambigüedad sobre Ia cual no me exten-

deré -remito al auditoria a Ias observaciones, por cierto demasiado alusivas, que he formulado pOCOantes. Esto es 10 que quería deeir sobre el código. (Y Ia estructura, o más bien el estructuralismo, para retomar, una vez más, una reflexión iniciada más atrás? EI lingüista que, junto con otros, produce lingüística se sorprende de Ia fuerza mágica de Ia palabra y de su carga pasional. En segundo lugar, ellingüista riguroso, que quiere dar una definición estricta de! término (es decir, en última instancia, una definición matemática) se asombra dei palabrerío seudocientífico que, por 10 general, llamamos estructuralismo. En tercer lugar, 10 que lIamamos estructuralismo es bastante distinto de 10 que fue el estructuralismo en Ia historia de Ia lingüística, entre 1925 y 1955, por fijar Iímites aproximados. Se podría mostrar incluso cómo Ia lingüística estructural tradicional se ha mostrado incapaz de efectuar análisis en profundidad, y en cambio se ha limitado a descripciones de superficie. En cuanto al estructuralismo de segunda generación, pese a su aura de parisianismo, ha obligado a plantear problemas ocultados por una falsa segmentación de los tipos de investigación. Es verdad que no se puede importar conceptos, que hay que trasladar y adaptar, hablar un lenguaje bastardo, pero es verdad también que no se puede vivir en e! aislamiento metodológico, y es mérito dei "estructuralismo" el haberlo sefialado con fuerza, Es por ello que desconfío de Ia distinción que R. Barthes quiere establecer entre Ia ciencia de Ia.literatura y Ia crítica literaria, y yo casi preferida en su lugar Ia posición tajante de Doubrowski, para quien Ia crítica es una rama particular de Ia literatura que tiene por tema Ia literatura, de manera que el vínculo que une a Ias críticos con Ia literatura es una relación interna; no es que yo 10 apruebe, pero estamos, al menos, frente a un crítico que rcchaza claramente Ia exterioridad del procedimiento científico. La posición de Barthes, en cambio, puede dar pie a muchas "recuperaciones" ideológicas, a pesar de su autor.

*** No me queda más que presentar conclusiones después de esta exposición sin arden ni concierto, que pretendió ser una invitación

Antoine Culioli • Escritos

228

al diálogo, diciendo que ellingüista puede ayudar ai especialista en literatura pero con una condición, y esta condición es fundamental. EI lingüista suele tener Ia impresión de que el literato se facilita Ia tarea, quiero decir con esta que el crítico está habituado (como consecuencia de esa concepción del conocimiento que se podría llamar positivista o empirista, poco importa) a no plantearse problemas teóricos. Cuando necesita "poner en su lugar" a un autor, va a buscar sólo Ia pequena dosis que le hace falta de contexto, de "background", como se dice, se da una pequena sociología. Si necesita psicología, psicoanálisis, irá a buscar en un manual 10 que tiene que saber sobre psicoanálisis, o bien irá a buscar su psicoanálisis de segunda mano por ejemplo en Mauron 8, a riesgo de irritarse con Mauron, o, ai contrario, idolatrarlo. Si se trata de lingüística, nos parece que busca que se le dê la-lingüística-del-momento, en cierto número de clases de reciclaje, de tal modo que luego él pueda utilizar 10 que se le haya dado. Inútil decir que esta forma de interdisciplinariedad no existe. Es vana. No hay más que una manera de avanzar. Aquí no hay nada de falso pesimismo: nadie está atacando Ia literatura y no es cuestión de decir que Ia literatura no sirve para nada. Lo que puede ser verdad es que una parte de Ia enserianza de literatura no es ni adecuada ni pertinente. Dicho esto, es bastante evidente que no se podría dejar de analizar textos literarios a condición de comprender que Ia crítica literaria está en el cruce de varias disciplinas. Por cierto, esro supo. ne toda una refundición, toda una reorganización, toda ur:a nueva reflexión sobre el modo de conducir Ias problemas de investigación, pero tal transformación es indispensable. En especial, es necesario que haya equipos, con gente que tenga una rama dominante y una buena competencia en otro campo; no se trata, repito, de "hacer interdisciplina", si por esto se entiende sobrevolar, pescar por aquí y por allá, recolectando los conceptitos que le permitan a uno modernizar el ritual. Hay que desarrollar realmente una actividad pluridisciplinaria, es decir, aceptar pasar horas trabajando con los otros. Cuando, p~rsonalmente (si me perrniten un paréntesis), hace cierto

8. Charles Mauron (1899-1966), autor de numerosas obras sobre arte y psi-

coanálisis [N. dei E.).

Un lingüistaante Ia critica literaria

229

tiempo, me puse a hacer matemáticas, no fui a refrescarrne Ia memoria simplemente en un libro deI colegio secundario. Cuando me puse a hacer psicología y psicoanálisis, no fue simplemente para darme una pequena competencia. Hay que aceptar leer cuatrocientas, quinientas páginas, retomarias, no entender, volver a ponerse, todo esto para lograr finalmente un simple esbozo de ref1exión nueva; hay que aceptar colaborar en seminarios, donde por largo tiempo se avanza sin horizonte, donde uno aprende Ia lengua de Ias otros, donde uno pierde horas y horas, para poder luego trabajar en profundidad. Si no, ~qué hacemos? Quedamos encerrados en una práctica ciega, en un discurso cerrado, que se engendra a sí mismo. Tal es mi cuestionamiento, cuestionamiento firme yamistoso. Pienso que Ia brecha, como 10 dije aI comienzo (y me permitirán terminar por donde he empezado) no está entonces entre especialistas en lingüística y especialistas en análisis literario; está entre personas que se plantean problemas teóricos y personas que no se Ias plantean. Pero es evidente que si los especialistas en literatura no quieren colaborar, se agrandará otra brecha -que por el momento no es más que una ligera hendija en Ia superfície- entre lingüistas y literatos. De todos modos, es notable que los especialistas en lingüística vean a matemáticos, psicólogos, psicoanalistas tomar contacto y pedir Ia organización de seminarios conjuntos. Seminarios, digo bien, donde todo e! mundo pasa una parte de su tiempo aprendiendo Ia lengua deI otro. Cuando se trata de literatura, el especialista en lingüística tiene Ia impresión que se querría decir, así como que ellenguaje sólo tendría una función utilitaria, instrumental, 10 que sigue: que el lingüista sirve para ensefiar Ios rudimentos de Ia lengua; están, por un lado, Ias empresas nobles, y, por el otro, están los que se ocupan de Ias cosas de! montón, de 10 que hay que hacer para poder ocuparse de Ias cosas nobles, y es Ia que se podría llamar fácilmente, tomándolo en el sentido etimológico, Ia suficiencia dei crítico literario. Se puede decir que Ia lingüística ha progresado esencialmente gracias a gente de afuera (me disculpo ante los representantes presentes de disciplinas corno Ia gramática clásica, pero en fin, una buena parte de Ia lingüística fue hecha por gente que no estaba hecha de determinada manera). Desde este punto de vista, se puede decir que son 105 "metecos" de Ia lingüística 105 que han hecho avanzar Ia ciencia.

230

r \i (

I:

(

f

(, ( f (

I (

I (

(

I I

(

(

i

(

,I

Antoine Culio/i • Escritos

Nos gustaría que hubiera habido, tal Aristóteles en Atenas, algunos "metecos" entre los literatos. En lugar de quedarnos en el estadio del malcstar, deseamos que algunos se sientan errantes y vayan más allá de los paisajes familiares, a riesgo de perder Ia seguridad de una tradición verbal y de conductas establecidas; que haya audaces que nos ayuden a mirar a través del espejo.

POSTFACIO

1\1iparticipación en Ia preparación de este libro me llevó no sólo a releer textos de Antoine Culioli que me habían fuertemente irnpactado en su momento, sino también y sobre todo, a leer muchos otros que no había leído (ponencias en múltiples congresos y coloquios, artículos dispersos en revistas especializadas), tarea facilitada por Ia publicación, en los últimos afios, de los volúmenes que reúnen Ia mayoría de los trabajos en los que construye una lingüística de Ia enunciación. Esa lectura me llevó a una evidencia paradójica: habiendo conocido, durante mucho tiempo, una proporción bastante reducida de los escritos de Culioli, sus puntos de vista han tenido sobre mi propio trabajo una influencia manifiestamente mucho mayor de 10 que imaginaba. Como 10 recuerda oportunamente Sophie Fisher en su introducción, Culioli ha practicado permanentemente, a 10 largo de su trayectoria intelectual, Ia interdisciplina. Su seminario regular en Ia École Normale y, en su momento, el seminario conocido como BCG, nunca fueron frecuentados solamente por lingüistas. Yo también tuve el privilegio de asistir, a 10 largo de 108 afies, a algunas SCSiOilêS de uno y de otro, por desgracia demasiado fragmentariamente. Pero debo decir que presenciar, en vivo y en directo, ese trabajo simultáneo de análisis y de construcción de conceptos, ha sido para mí una experiencia única, tanto más excepcional cuanto quedó marcada por un sentimiento de intenso placer. En efecto: caso extremadamente raro en los ambientes académicos, aI escuchar a Culioli no se puede permanecer indiferente al placer que transmite el enunciador en su función didáctica y argumentativa, y ese goce en el ejercicio de Ia inteligencia se difunde, contagiando aI auditorio. Espectáculo a Ia vez irresistible y poco frecuente: Ia inteligencia-en-acto. Pero si esa es tal vez una de Ias razones que perrniten comprender Ia fascinación que ha ejercido siempre Culioli sobre quienes han tenido con él un contacto directo (imaginar aquí un gesto obsceno dirigido a muchos de los propagandistas de Ia llamada "educación a distancia"), ello no explica el atractivo específico que su modo de

~I ~ [II1II

232

~

entender y practicar Ia lingüística ha tenido sobre los no lingüistas. Este es el hecho deI que quiero, en estas breves palabras finales, indagar una explicación. . Si se quiere ubicar a Culioli en una perspectiva histórica, desde eI punto de vista no solamente de Ia semiótica, sino de Ias ciencias sociales en general, Ia cuestión capital es Ia ruptura que produce Culioli tanto con Ia tradición saussuriana como con el horizonte chomskyano. Esta doble ruptura, creo, contiene una mutación conceptual. Como sabemos, Ia impronta de esa primera lingüística que se apropió de Ia idea moderna de Ia cientificidad (heredera de Saussure) produjo en Ias ciencias sociales una hibridación entre el objeto que había sido definido como Ia Lengua, y los conceptos de sistema, de estructura y de código. En ese marco, el estudio dellenguaje generó una primera (y profunda) transformación de Ia problemática de Ias ciencias humanas y sociales. Pero contenía una disociación entre 10 individual y 10 social que probó ser históricamente irreductible, en Ia medida en que Ios dos caminos abiertos para un desarro110 teórico posible conformaron una alternativa estéril: o bien una subjetivización de Ia semiosis, con Ia consecuente instauración del sujeto hablante como fuente final del sentido, o bien Ia reificación deI sistema. Benveniste fue Ia figura clave de Ia subjetivización, que Ia pragmática angIo-americana terminó de consagrar. La reificación había tenido en Ias ciencias sociales una primera figura, Ia del funcionalismo. Cuando, ai término de Ia segunda guerra mundial, irrumpe el pensamiento tecnoIógico de Ia cibernética y se formulan los modelos matemáticos de Ia comunicación, que transforman el concepto de sistema y 10 asocian a Ias nacientes teorías deI control y de Ia computación, se produce Ia convergencia con Ia naciente lingüística generativo-transformacional de Chomsky. Aunque Ia mirada retrospectiva de Chomsky sobre este proceso ha sido ambigua, rebelándose contra Ia idea de una contribución suya a Ia teoría puramente aIgorítmica dellenguaje, no cabe duda que esa convergencia comporta una figura particular de reificación deI sistema, que se expresa, entre otras cosas, en el modelo unificado del sujeto hablante-oyente (speaker-hearer) donde, para utilizar conceptos culiolianos, todo ajuste inter-sujetos y todo proceso de regulación

y ..

Antoine Culioli • Escritos

desaparecen.

(" RJs!focio

)~

233

Culioli rechaza Ia distinción entre lengua y habla (que históricamente está en el origen de Ias dificultades para articular correctamente los niveles de descripción de Ia semiosis), diciendo con irón ica prudencia que no le parece una distinción científica mente intcrcsante 1 o, ante Ia pregunta directa sobre si Ia rechaza, responde: "si y(j Ia rechazo ... tal vez sea peor aún, digamos ... que no me concierne" 2 y combate COIl igual fuerza Ia perspectiva chomskyana Ia cual, según él, opera por simplificación y se contenta COIl estudiar "el esqueleto" 3. AI definir el objeto de Ia lingüística como "I'activité langagiere", Culioli se desembaraza de Ia oposición lengualhabla. Dicha expresión tiene en francés Ia ventaja de producir una clara diferenciación con respecto a 10 lingüística (Ie linguistique), siempre susceptible de un reenvío a Ia ciencia dellenguaje y no a su objeto, y que en castellano sólo podemos traducir con UIl genitivo: Ia actividad de lenguaje, dado que no podemos decir Ia actividad lengüera o lenguajera. EI concepto de actividad de lenguaje escapa así al espacio trazado por Ias nociones propiamente saussurianas de lengua, lenguqje y habla: no corresponde a ninguna de Ias tres y dibuja un campo dinâmico que puede insertarse clara y adecuadamente en Ia problemática actual sobre Ia cognición. EI pensamiento de Culioli no es un pensamiento de Ios términos sino de Ias relaciones, como 10 fueron el de Peirce en Ia semiótica, el de Lévi-Strauss y el de Bateson en antropoIogía, el de Goffman en Ia microsocioIogía. Por un lado, Culioli afirma rotundamente que "Benveniste se queda en un análisis estructural clásico'' y que "10 enunciativo es otra cosa" 4. Por otro lado, que "Chomsky (...) ha funcionado (... ) con un cierto número de puntos de referencia más o menos implícitos: una cierta coneepción de Ia lógica, una cierta concepción de Ia simplicidad de Ios fenômenos (... ) un cierto modelo informático ligado a esta simplicidad de 10s modelos" 5. La apertura del espacio teóri-

\i~

111.

(

.f ~

~~,

I

r~ ~~ r ~~ 1'~

i

~~

5~

t~ t~ [~

;~

f~,~ J

I I

j 1. Cf. capo 1 de este libro.

[1

2. VL, 2do. día p. 75.

II

~

3. ibid. p. 84. 4. ibid. p. 29. [P. 27 de este libro 5. ibid. p. 83.

1

.

"'"'I

( I' (

(

Antoine Culioli • Escritos

234

I

.RJstfàcio

235

( I

l 1

(

I (

I (

(

I/{JPf (

(

co de Ia adiindad de lenguaje permite entonces, en un solo movimiento conceptual, evitar Ia subjetivización de Ia lingüística y Ia reificación de un sistema cerrado. "Yo no creo que Ia actividad intersujetos, de orden simbólico, que tenemos en Ia actividad de lenguaje, sea reductible a una racionalidad explícita, a Ia racionalidad que ese modelo informático supone, ni tampoco que reenvíe a ajustes que serían ajustes explícitos. Porque eso querría decir que casi siempre hay toma de conciencia de 10 que hacemos cuando habIamos. Ahora bien, ino! No tenemos conciencia de 10 que hacemos, nos damos cuenta que se trata de regulaciones no conscientes que operan en el lenguaje'". El abandono del sujeto hablante como fuente final del sentido y el rechazo del "esqueleto" chomskyano, son en CulioIi aspectos de un solo y mismo combate. En el trabajo teórico, destinado a homogeneizar Ia heterogeneidad empírica de Ia actividad de lenguaje sin perder en el camino Ia complejidad de los procesos, ellingüista se enfrentará a tres niveles. EI nivel I es e! de! funcionamiento cognitivo de los sujetos: procesos mentales de representación, de referenciación, y de regulación intersujetos. Culioli aclara: "Cuando hablo de cognición tomo el término en sentido amplio. El afecto forma parte de Ia cognición; no hay por un lado 10 cognitivo que sería el ámbito de Ia racionalidad explícita, y 10 afectivo que sería ellugar de 10s sentimientos y Ia imaginación descontrolada" 7, ll1 muchos anos de distancia, el eco de Peirce sigue resonando: "Los sentimientos (... ) forman Ia fibra y Ia trama de Ia cognición y aún' en el sentido objetable de placer y dolor, son constitutivos de Ia cognición" 8. El nivel 1 nos es inaccesible. Tenemos acceso empírico al nivel2, donde encontramos, en Ia diversidad de Ias lenguas y de 10s textos, Ias huellas de Ias operaciones, inaccesibles, del nivell. Y todo indica

6. ibid. p. 85 7. Capo 2·de este libra, p. 8I. 8. Pcircc, Charles Sanders "A guess at the Riddle", texto de 1887-88. Reproducido en Houser, Nathan y Klocser, Christian (eds.), TIle Esseniial Peirce. Selectcd Phllosophical J1Ij'itillgJ, Bloomington e Indianapolis, The Indiana University Press, 1992, vol, 1, p. 260.

que no hay relaciones bi-unívocas entre ambos niveles. En el nivel3, se construyen los modelos teóricos (metalingüísticos) que son hipótesis acerca de Ia relación entre Ias niveles 1 y 2. "La esperanza es que el nivel B esté en una relación de adecuación (de correspondencia) • con el nivel2, tal que, por vía de esta relación explícita entre 2' y 3, podamos simular Ia correspondencia entre 1y 2"9. ~Será casual esta construcción de dos tríadas, situadas en dos planos distintos y encastrada una en otra? Sin duda no. Estas dos tríadas pueden, sin grandes dificultades, ser articuladas a Ias tres categorías de Peirce. Los que se interesan en Ias discursividades sociales, se encuentran en Ia misma situación epistemológica descripta por Culioli, Las relaciones de un tipo de discursividad con sus condiciones de producción, por un lado, y con sus condiciones de reconocimiento por otro lado, suponen procesos cognitivos que nos son inaccesibles y que reenvían además, por definición, a reguIaciones (lingüísticas y no lingüísticas) entre los actores, articulados a múltiples redes institucionales. Para trabajar con los objetos discursivos, no tenemos otro camino que el de conceptualizar e identificar Ias configuraciones de huellas que, en el discurso, han dejado operaciones cognitivas que tendremos que postular, bajo Ia forma de gramáticas discursivas, incompletas y necesariamente fragmentarias, porque se trata de objetos históricos. La insistencia de Culioli eu Ia flexibilidad característica de Ia actividad de lenguaje expresa Ia rnisrna preocupación por no descuidar Ia complejidad no lineal de Ias procesos de Ia semiosis, por tener siempre presente que nos enfrentamos aI desafío de describir y explicar procesos donde Ia deformabilidad es tan importante como Ia estabilidad, Ia divergencia tan crucial como Ia convergencia. Descubrimos también que el problema de Ia heterogeneidad de los objetos discursivos que tratamos de comprender es (aunque durante mucho tiempo se pensó 10 contrario) tarnbién un problema para ellingüista, y que necesitamos plantearnos, en ambos casos, Ia misma pregunta: ''c~Cómo tratar mediante un discurso homogéneo,

9. Loc.at. supra, n. 7, p. 83.

r j

1il 236

Antoine Cuboli • Bentos

fenómenos que son heterogéneos?" 10. Bajo una doble condición: evitar Ia ilusión de Ia unidad de Ia conciencia subjetiva, que hace desaparecer 10 social, y resistirse ala tentación de reificar el sistema, que ignora Ia compIejidad dinâmica de Ia semiosis. No es entonces' difícil comprender por quê esta manera de hacer lingüística suscita, en muchos no lingüistas que se interesan en Ia complejidad de los procesos de Ia semiosis infinita, un profundo sentimiento de acuerdo, aún cuando el acuerdo sólo se a, como dice Culioli, un caso particular dei malentendido. EUSEO VER6N

ÍNDICE

Prólogo, por Sophie Fisher

;)

13

1. Variaciones sobre Ia lingüística 2. La Lingüística: de 10 empírico a 10 formal

69

.

3. EstabíIidad y deformabiIidad en lingüística ..

111

4. Estructuración de una noción y tipoIogía léxica. A propósito de Ia distinción denso, discreto, compacto ,

121

5. AIgunas consideraciones ción de aspecto

129

sobre Ia formalización de Ia no-

147

6. Cantidad y calidad en el enunciado exclarnativo 7. Maneras de calificar.

10. ibid. p. 75.

.

161

8. Acerca de algunas contradicciones en lingüística

173

9. La frontera

185

10. Teoria dellenguaje y teoría de Ias Ienguas

195

11. Unlingüista

207

ante Ia crítica literaria

Postfacio, por EIiseo Verón

'i:!,

2319

:?


Related Documents

Culioli - Escritos
February 2021 1
Cocinar Escritos
January 2021 1
Escritos Penales.pdf
January 2021 1
Escritos Judiciales (full)
February 2021 1

More Documents from ""