La Crisis 1974-1980

  • Uploaded by: Amilcar Herrera
  • 0
  • 0
  • January 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View La Crisis 1974-1980 as PDF for free.

More details

  • Words: 46,038
  • Pages: 86
Loading documents preview...
Unidad 2 Mandel, Ernest. La crisis 1974-1980. México Era 1977. Capítulos 1-IX, XIIXVI y XX- XXIII. ,

'

1

1 LA PRIMERA RECESION GENERALIZADA DE LA ECONOMIA CAPITALISTA INTERNACIONAL DESDE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

¡

1

1

En 1974 y 1975, la economía capitalista internacional experimentó su primera recesión generalizada desde la segunda guerra mundial. Fue la primera recesión que afectó simultáneamente a todas las grandes potencias imperialistas. Si bien sorprendió a todos aquellos que, en los medios burgueses y pequeñoburgueses así como en el seno del movimiento obrero, tenían fe en las afirmaciones según las cuales los gobiernos del capital serían capaces en adelante de "controlar el ciclo" ,t nosotros la habíamos previsto y anunciado casi con la fecha exacta. 2 La recesión generalizada de la posguerra fue la más grave precisamente porque fue general. La desincronización del ciclo industrial en el periodo 1948-1968 había reducido la amplitud de las recesiones. Una caída de la producción y de la demanda internas de los países afectados por una recesión (por ejemplo Estados Unidos en 1900, Japón en 1965 o Alemania occidental en 19661967) se compensaba cada vez por una expansión de las exportaciones hacia los países que se libraban de la crisis. Esta vez, por el contrario, la sincronización internacional de los movimientos coyunturales en los principales países imperialistas amplificó el movimiento de retroceso de la actividad económica. La evolución de la coyuntura germano-occidental nos brinda un buen ejemplo. La recesión se inició en el segundo trimestre Cfe 1974, con un primer trimestre marcado por una baja absoluta del PNB (producto nacional bruto) del orden de un 0.5% aproximadamente. Pero hay que recalcar que, ya en el primer trimestre, la tasa de ere12

1

1

cimiento del PNB había caído a un 1%, mientras que las exportaciones seguían en alza en un 9.5%. Por lo tanto, se puede decir sin temor a equivocarse que el mantenimiento de una fuerte expansión de las exportaciones germano-occidentales retrasó por lo menos un trimestre la iniciación de la recesión en este país. Durante dos trimestres sucesivos, el segundo y el tercer trimestres de 1974, las exportaciones germano-occidentales dejáron de aumentar. Pero tampoco sufrieron un retroceso. Se estancaron. Como el PNB disminuyó un 0.5% durante cada uno de esos dos trimestres, cabe concluir que el mantenimiento de las .exportaciones germano-occidentales a su nivel máximo frenó la recesión y la confinó en límites estrechos. Sin embargo, en el cuarto trimestre de 1974 y en el primer trimestre de 1975, las exportaciones germano-occidentales disminuyeron respectivamente un 3.5% y un 8.5%, debido al efecto evidente de la recesión internacional de la economía capitalista. A causa de esto, la recesión se amplificó en la RFA. El PNB disminuyó un 2% y un 2.5% respectivamente durante esos dos trimestres. La inserción cada vez más profunda de la economía germano-occidental en la econo~ mía internacional, que había permitido limitar también la recesión en 1974, y que había llevado al canciller Helmut Schmidt a afirmar imprudentemente ante el congreso del sindicato de los obreros metalúrgicos en septiembre de 1974: "Casi resulta embarazoso observar hasta qué punto nuestra economía se encuentra bien comparada con la economía internacional", se volvía fatal desde fines de 1974. Esta vez, empeoró la amplitud de la crisis en vez de atenuarla. 3 Sin embargo, la sincronización Internacional del ciclo industrial no es fortuita. Se debe a transformaciones económicas más profundas que se produjeron durante el largo periodo de expansión que la precedió; es de cierto modo su consecuencia ineluctable. ' Esta expansión había dado un potente impulso a un nuevo desarrollo de las fuerzas productivas, a una nueva 13

revolución tecnológica. De ello resultó una nueva progresión de la concentración de los capitales y de la ínternacionalización de la producción, ya que las fuerzas productivas rebasaron cada vez más los límites del Estado burgués nacional (tendencia que empezó a manifestarse a principios del siglo, pero que se amplificó considerablemente desde 1948). La división internacional del trabajo en el seno del conjunto de los países imperialistas se diversificó muchísimo. Desde el punto de vista de la organización del capital -de lo que Marx llama "el capital en funciones"- esto se traduce por el auge de firmas 'transnacionales que producen plusvalía simultáneamente en varios países. Semejantes firmas funcionaron en el comienzo de la era imperialista esencialmente en el sector de las materias primas. Su esfera de actividad se extiende hoy día a casi todos los sectores de la industria de' transformación propiamente dicha. La internacionalización de la producción que, en el régimen capitalista, toma necesariamente la forma de una concentración y de una centralización internacionales del capital cada vez más avanzadas, contrarresta cada vez más los intentos de los Estados imperialistas "nacionales" de aplicar con éxito una política anticíclica cuyo alcance sigue limitándose, en lo esencial, a las fronteras nacionales. 4 La principal técnica utilizada por los gobiernos burgueses para tratar de "controlar" el ciclo, después de 1945, fue la política de expánsión y de contracción sucesivas del crédito, o sea los documentos cobrables y de la masa monetaria en su conjunto (de la "demanda global"). Por tanto, la principal técnica para moderar la amplitud de las crisis periódicas de sobreproducción desde hace veinticinco años consistió en la expansión del crédito y la expansión monetaria (se trataba por supuesto de esfuerzos por reducir la amplitud de las crisis y no por impedir su aparición, de lo cual son tan incapaces como en el pasado). La principal característica de la larga fase de expansión de la posguerra, desde el punto de. vista del funcionamiento de conjunto de la economía ca14

pitalista internacional, fue, pues, la aparición de ciclos de crédito parcialmente autónomos con respecto al ciclo industrial y que procuraban "compensarlo". Pero como el Estado, el banco central y la moneda capitalista siguen siendo nacionales, estos ciclos de crédito fueron también "nacionales", y levemente desincronizados en el plano internacional. Cada gobierno imperialista pudo aplicar "su" política de crédito, relacionada de manera "flexible" con las fluctuaciones del mercado mundial a través de las fluctuaciones de las balanzas de pago nacionales. Pero las técnicas anticrisis eran y siguen siendo fundamentalmente inflacionarias. A la larga, la aplicación repetida de una política de expansión monetaria cada cinco o seis años debía desembocar en una aceleración universal de la inflación. A partir del momento en que la inflación se acelera en todos los países imperialistas y desemboca en el derrumbe del sistema monetario internacional, simbolizado por la proclamación de la inconvertibilidad del dólar respecto al oro, todos los gobiernos imperialistas se vieron obligados a aplicar simultáneamente una política antinflacionaria, aunque sólo fuese bajo la presión de la competencia: de ahí un nuevo impulso a la sincronización internacional del ciclo industrial. Por último, precisamente en la medida en que la larga fase de expansión de la posguerra tocaba a su fin, en que los principales motores de la expansión empezaron a agotarse, en que el crecimiento de la producción a largo plazo iba a moderarse, las contradicciones de la economía capitalista se agravaron, a la vez dentro de cada país imperialista y entre éstos, así como entre ellos y los países semicoloniales o dependientes. Las fases de boom habían de acortarse (la de 1972-1973 fue en amplia medida especulativa), mientras que las fases de estancamiento, aun de recesión, se alargaron, lo cual facilitó evidentemente la sincronización internacional del ciclo. Las recesiones que sólo duran seis meses se sobrellevarán menos fácilmente en numerosos países que las recesiones que duran dos años. 15

Así la recesión generalizada expresa de modo sintético la inversión de la "larga onda expansiva" (que empezó en Estados Unidos en 1940; en Europa occidental y en Japón en 1948 y duró hasta finales de los años 1960). Habíamos predicho esta inversión desde 1964 y le dedicamos nuestro libro El capitalismo tardío. 5 La nueva "onda larga" se caracteriza por una tasa de crecimiento promedio a largo plazo sin duda inferior a la mitad de la tasa de los años cincuenta y sesenta. La fiebre expansiva de estos dos decenios tardará en volver a manifestarse. Simbolizado por mayo del 68 en Francia, por el "mayo reptante" en Italia, por el proceso revolucionario portugués de 1974-1975, por el desarrollo espectacular de las luchas obreras en Gra·n Bretaña y en España -fenómenos que tarde o temprano se extenderán a la RFA, a Japón y a Estados Unidos-, lo que sobresale ante todo es una crisis social del conjunto de la sociedad burguesa, una crisis de las relaciones de producción capitalistas y de todas las relaciones sociales burguesas, que se imbrica con la disminución duradera del crecimiento económico capitalista, acentúa y agrava los efectos de las fluctuaciones coyunturales de la economía, y recibe a su vez nuevos estímulos de estas fluctuaciones.

16

11 LA AMPLITUD DE LA RECESION 1974-1975

En 1975, la producción industrial y el producto nacional bruto eran inferiores a los del año anterior en todos los grandes países imperialistas. El cuadro 1 ilustra la amplitud del retroceso de la producción industrial entre la "cúspide" del boom y el punto más bajo de la recesión. Resulta sorprendente observar el desfase entre la reducción de la producción industrial, mucho más modesta que durante la gran crisis de 1929-1932, y la amplitud muy considerable del desempleo provocado por la recesión de 1974-1975, que alcanza en promedio -con diferencias a veces importantes de un país a otro, siendo la RF A la gran excepción- la mitad del desempleo de la gran crisis. Ya en la recesión de 1969-1971, se_ contaba diez millones de desempleados en el conjunto de los países imperialistas. Durante el invierno de· 1975-1976, cuando el desempleo alcanzó su punto culminante, el número total de desempleados oficialmente reconocidos en el conjunto de los países imperialistas se aproximaba a los diecisiete millones (cuadro 11). El hecho de que el desempleo sea mucho más importante que la disminución de la producción se explica esencialmente por dos factores: .e La actividad industrial de los países imperialistas sigue estando muy marcada por la tercera revolución tecnológicá, es decir por la introducción de las técnicas de producción semiautomáticas y automáticas. De ello resulta un rápido aumento de la productividad física del trabajo, sobre todo en Europa capitalista y en Japón 17

[ i

Cuadro II. Máximo del desempleo durante la recesión de 1974-75 """:O';oooc;-.o-o.r,r---,......o v-.oo-.-MOo.n_;r-:voo -

---

Número de desempleados

N-

I 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

País Estados Unidos Gran Bretaña Japón Italia RFA Francia España Canadá Australia Bélgica Holanda Dinamarca Otros países imperialistas

Fecha 1975 1976 1975 1976 1975 1976 1976 1975 1975 1976 1975 1975

7 912 000 1 319 000 1 178 000 1 145 000 1 141 000 1 036 000 800 000 724 000 297 000 292 000 211 000 111000

4o. trimestre 1975

600 000

4o. trimestre 3er. trimestre 4o. trimestre 3er. trimestre 4o. trimestre 3er. trimestre 4o. trimestre 4o. trimestre 4o. trimestre 3er. trimestre 4o. trimestre 4o. trimestre

Fuentes: Para el4o. trimestre de 1975: Naciones Unidas. "Supplément sur l'économie mondiale, 1975"; para el 3er. trimestre de 1976: Financia/ Times, 25 de octubre de 1976, y Eurostat, CEE; para España: estadísticas españolas.

a l'étude \

{::::'O!f"Mt""')-.:ti"")V'V;-'V-.::t-.::t

r-r-r-r-r-r-r-r-r-r-r-

0\o-,o-,o-o-.o-.o-.0'\0\0"10"10"1

E E E E ·cE ·¡;:E ·;::::E ·_,::E ·¡::·E·¡:: E~ E E ·5 ·5 ·e: ·,:: ........................................... ·e

o

~ ó

o

~

oo

~ ~ ~

oo

v_vv~vN~~~NN

18

(en Estados Unidos ya se había producido el mismo fenómeno durante una fase coyuntural anterior. Las fuentes de aumento de la productividad comenzaron incluso a agotarse, salvo en algunas ramas industriales como la siderurgia, la construcción de automóviles y la construcción naval, afectados por un gran retraso con respecto a la avanzada productividad en Europa occidental y Japón). Ahora bien, si la productividad aumenta un 5 %al año, se necesita un aumento .de la producción de la misma amplitud para mantener el volumen del empleo pro-' ductivo, quedando el resto igual. Con un aumento de la población activa de un 1% al año, aún seguirá haciendo falta un aumento de la producción de un 6%. Un descenso de la producción de un 2%, acompañado de un aumento de la productividad física de un 4% y de un crecimiento de la población activa de un 0.5%, provocaría 19

~·· f i: . ;¡

1 1

1 j

una disminución del empleo de aproximadamente un 6.5% en la industria. e Para reconstituir el ejército industrial de reserva durante el largo periodo de expansión de la posguerra el 1 capit.al había incorporado a la masa de los asalariados efectivos o. potenciales a un gran número de mujeres casadas, de JÓvenes y de trabajadores inmigrados proce~entes de países menos industrializados. Estas categonas estab~~· por lo general, mal pagadas, acantonadas en las act.IVIdades no ealificadas y¡ o insalubres, utilizadas mar~malmente, y por tanto aptas para ser expulsadas masivamente del proceso de producción en cuanto sobrevenía un cambio brusco de la coyunt~ra. No es nada sorprendente, pues, el hecho de que esta expulsión se haya.J?roducido efectivamente en gran escala durante la receswn de 1974-1975. Además, esto provocó tasas de desempl~o mucho más elevadas en esos tres sectores del proletanado que entre los obreros y empleados masculinos, adultos, autóctonos y padres de familia ... El hecho de que, a principios de la recesión de 19741975~ .la inflación, lejos dereabsorberse con la sobreproduccwn, por el contrario se haya acelerado en numerosos P.~íses, agravó indiscutiblemente los efectos de esta receswn. ·· ~nefecto, un alza importante del costo de la vida que C~)ln.cide con la brus~~ aparición del desempleo masivo sigmfica. una reduccwn del poder adquisitivo más que proporcwnal con respecto a la reducción del empleo (salvo si las prestaciones de desempleo aumentan más que el.costo de la v.id~, lo cual casi nunca ha sucedido). Adema~, el m.~ntemmiento o aun la acentuación de una tasa de Inflacwn considerable incrementa la presión so~re todos ~os g~biernos para que lleven a cabo una polít!~a defla.ci~n.ana~ ~n.el momento mismo en que una pohtica anticnsis. exigma u~~ expansión del crédito y de la masa mo~etana.·La preswn en este sentido fue tan fuerte, ~or pnmera vez desde la crisis de 1929-33, que ningún gobierno de un gran país imperialista se ha atrevido a

20

aplicar medidas de política anticíclica a gran escala desde el principio de la recesión. Solamente algunos pequeños países imperialistas, que disponen de márgenes de maniobra o de reservas excepcionales -esencialmente Suecia, Austria y Noruega- optaron una vez más por esta solución: Austria y Noruega con cierto éxito, mientras que Suecia sólo logró retardar mas no impedir la contracción marcada de la actividad productiva. Cuadro 111. Tasa de alza del costo de la vida en los principales países imperialistas 1er. semestre

de /975 1973

1974

(ritmo anuat)

%

%

%

Paí.5 Estados Unidos RFA Japón Francia

Gran Bretaña Italia Bélgica

+ 6.2 + 6.9 + 19.1 + 7.3 + 9.1 + 10.8 + 7.0

+

11.0 + 7.0 + 21.9 + 13.7 + 16.1 + 21.9 + 12.7

+ 12.8 + 6.0 + 14.1 + 9.5 + 23.5' + 14.1 + 15.3

Fuente: OCDE. Promedio diez meses, 197 5.

1

Si el costo de la vida aumenta considerablemente, pese a la existencia de importantes reservas de mercancías no vendidas, y de importantes capacidades de producción sobrantes en las fábricas del sector de bienes de consumo, esto se explica fundamentalmente por el control de los precios por los grandes monopolios de dicho sector. Estos últimos pueden hasta cierto punto suprimir la competencia en los precios, e incluso aumentarlos en caso de descenso de la tasa de utilización de su capacidad productiva, a fin de compensar así el alza de los costos fijos por unidad producida resultante de malbaratar y de 21

1!! subutilización de la capacidad instalada. Los monopolios logran así mantener sus márgenes de beneficio y evitar un descenso demasiado catastrófico de la tasa de ganancia.• Pero sólo pueden lograr este propósito con la complicidad de lo~ gobiernos, de los bancos centrales y del Sistema bancano en su conjunto, que siguen inflando la masa monetaria en función de las necesidades de los monopolios, pese a todas las grandes promesas referentes a "la prioridad que se ha de otorgar a la lucha contra la inflación". En el capitalismo de libre competencia -o en un sistema de patrón oro puro- es evidente que semejantes técn~cas .no serían I?osibles (por lo demás son posibles hoy d1a solo hasta c1erto punto, y no de manera ilimitada aun en el reino d~ los monopolios. A la larga, la ley dei valor acaba por imponerse. Volveremos más adelante sob.re ~s.te important~ aspecto del problema). Pero esto no s1gmflca que la cns1s de sobreproducción haya sido menos profunda o de menor duración a consecuencia de una f::aída general de los precios. Las crisis de 1920-1921 y de 1929~ 1933, ambas marcadas por importantes caídas de los precios, demuestran lo contrario. La tasa de desempleo, en la edad de oro del capitalismo, sin intervención del Estado, fue mucho más importante que hoy día. En Es~ados Unidos. se registraron las tasas de desempleo sigmentes (en% de la población civil activa) antes de 1914: 1890: 4%; 1891: 5.4%; 1892:3%1893: 11.7%; 1894:18.4% (!); 1895: 13.7%; 1896: 14.4%; 1897: 14.5%; 1898: 12.4%; 1899: 6.5%; 1900: 5.0%; 1901: 4%; 1902: 3.7%; 1903: 3.9%; 1904: 5.4%; 1905: 4.3%; 1906: 1.7%; 1907: 2.8%; 1908: 8%; 1909: 5.1%; 1910: 5.9%; 1911: 6.7%; 1912: 4.6%; 1913: 4.3%; 1914: 7.9%. 7 Añadamos que una desincronización entre el ciclo industrial y e.l ciclo de los excedentes agrícolas tuvo por consecuencia la acentuación del movimiento de inflación en 1973-1974, años marcados por una profunda caída de.las reservas mundiales de cereales y, por tanto, de alzas 1m portantes de los precios de los productos alimen22

ticios. Volveremos sobre este punto en el capítulo XX. Los apologistas del sistema burgués sólo pueden negar la gravedad de la crisis que afecta la economía capitalist.a internacional sobrestimando sistemáticamente la amplitud de la recesión e incluso escamoteando los hechos. Es el caso, en particular, de un equipo de economistas neo liberales dirigido por los profesores Emil Claassen y Pascal Salin, dentro del cual encontramos eminencias como el premio Nobel Milton Friedman y el profesor Jacques ' Rueff. Escriben fríamente: "Por lo general, una gran de1 presión puede definirse por dos elementos. Por una parte, el producto nacional bruto debe disminuir en un 3 a 1 5% [sic] y esto durante varios a~os: en 1974-197~ •. para t Estados Unidos, sólo se ha registrado una receswn, es t decir, una baja del producto nacional bruto durante por 1 lo menos dos trimestres" .8 E insisten machaconamente r en el hecho de que no habría habido retroceso del comercio mundial (de las exportaciones) en 1974-1975.

\

23

de las exportaciones se extendió a la mayoría de los grandes países imperialistas, salvo Estados Umdos e Italia que escaparon a la tendencia general (el caso de las exportaciones norteamericanas está falseado por el peso \ importante que ocupan las exportaciones de produc~os agrícolas en ese país. Si sólo se considera las exportaciOnes de productos manufacturados, también retroceden en Estados Unidos durante el segundo semestre de

III LA CONTRACCION DEL COMERCIO MUNDIAL

1975). ~ur~nte

veinte años, las exportaciones de los países caP.I~ah~tas au~entaron más rápidamente que la produccwn mdustnal. Esta tendencia fue particularmente intensa en los países imperialistas propiamente dichos. De 1953 a 1963, el volumen de la producción industrial de lo~ países capitalistas se había incrementado en un 62%, mientras que sus exportaciones habían aumentado un 82%. De 1963 a 1972, su producción industrial se había incr~mentado en un 65%, mientras que las exportaciones hab1an a~~~ntado 111%. Pero en 1975, por vez primera desde el IniCIO de la larga fase de expansión económica de la posguerra, el volumen de las exportaciones disminuy?. La OCDE evalúa este retroceso en un 7% para elconJun~o ~e} comercio J?Undial (incluso el de los países no capitalistas), lo que Implica una tasa de contracción más marcada aún para el comercio internacional de los países capitalistas únicamente, ya que los intercambios entre pa.íses no capitalistas siguieron aumentando. Por Cierto, la contracción del comercio mundial no coinci~i~. con. el inicio de la recesión generalizada. Pero se volv1o Inevitable en cuanto esta recesión se extendió al conjunt? de los países. imperialistas que constituyen el ~;ctor siemp:e. I?redommante del mercado mundial (del poder.adquisltivo globalmente disponible)". Ya durante el pnmer semestre del año de 1975, el valor de las exportaciones de varios P.aíses imperialistas retrocedía (el volumen de las exportaciOnes retrocedía por doquier, tomando en cuenta la persistencia del alza de los precios). Durante el segundo semestre de 1975, la caída del valor

Cuadro 1V. Exportaciones por semestre, en miles de millones de dólares corrientes

2o. semestre

1er. semestre

2o. semestre 1975

55.2 45.2 26.8 25.9 20.3 17.0 17 .o

País

1974

1975

Estados Unidos RFA Japón Francia Gran Bretaña Canadá Italia

51.6 47.2 29.5 24.7 19.7 17.8 16.5

52.9 47.6 28.3 26.8 21.2 16.5 16.7

Fuente: OCDE, Economic Out1ook, n. 18, diciembre de 1975.

La contracción del volumen del comercio mundial se, debe fundamentalmente a la interacción de tres factores. e Es un producto directo de la recesión en los países imperialistas, en la medida en que la caída de la producción y del empleo reducen la demanda glo.~al .para los bienes de consumo y los bienes de produccwn Impor~a­ dos (incluyendo además la demanda global de matenas primas). .. . e Es un producto indirecto de la receswn, en la ~edida en que los países exportadores de matenas pnm~s (salvo los miembros de la OPEP) ven sus recursos en divisas brutalmente menguados por la caída del volumen y 25

24

'

los precios de las exportaciones y se ven obligados a reducir sus importaciones. e Es el producto de una política deliberada de reducción de las importaciones seguida sobre todo por ciertas potencias imperialistas, expuestas a déficits importantes de su balanza de pagos durante el primer semestre del a~o de 1974, es decir el producto de un retorno apenas disfrazado al nacionalismo económico y al proteccionismo. Además, esta política tuvo mucho éxito en ciertos casos. El Japón, cuyo déficit de la balanza comercial alcanzaba para el periodo marzo de 1973-marzo de 1974 13 500 millones de dólares, pudo desvanecer completamente este enorme déficit desde el segundo trimestre de 1975. Para el periodo marzo de 1974-marzo de 1975 la balanza comercial japonesa se cierrra incluso por un ~al­ do con superávit de 4 000 millones de dólares. Misma inversión de tendencia en Estados Unidos, cuyo déficit de la balanza comercial se situaba en el tercer trimestre de 1974 a un nivel anual de 8 000 millones de dólares, déficit que se transformó en un saldo con superávit de 1 300 millones de dólares en el primer trimestre de 1975. Italia logró reducir el déficit de su balanza comercial en un 75%. Aun en Gran Bretaña la situación experimentó una clarísima recuperación, ya que la balanza comercial aumentó 7 000 millones de dólares del otoño de 1974 a la primavera de 1975. Por último, para Francia, el déficit de la balanza comercial de 2 000 millones de francos en marzo de 1974 se transformó en un excedente de 620 millones de francos en marzo de 1975. Estos éxitos se lograron gracias a restricciones de importaciones de toda índole, así como a modificaciones de las tasas de cambio concebidas para favorecer las exportaciones y desfavorecer las importaciones (el caso más patente fue el de la libra esterlina que "fluctuó" de mo?o que perdió un 25% dé su "valor" con respecto al reaJuste de las monedas de diciembre de 1971). En ese zero sum game, ha de haber por supuesto perdedores. 26

esencialmente algunos países imperialistas me(entre los cuales España, Suecia, Suiza, Dinamar, Portugal, etcétera) y países semicoloniales .. Asimismo el balance de las relaciones comerc1ales enlos países' de la OPEP y los pa.íses imperialistas se mo¡uu¡~;u desde el inicio de la recesión. En pnmer lugar, se que el excedente comercial de. los países expo;tadores de petróleo iba a superar 80 mil mil~ones de dol.aen 1974, pero se tuvo que revi.sar ~sta cifra y re.ducirEn definitiva, alcanzó 60 mil millones de dolares. Además siguió disminuyendo rápidamente. a lo lar~o del ' año de 1975, bajo el doble efecto de la baJa mundial de las ventas de petróleo (que se debía a la vez al alza de los precios y a la recesión), y del alza ~spectacular d~l volumen y de Jos costos de las importaciOnes de los paises exportadores de petróleo. Esta alza ya era del orden de un 75% durante el primer trimestre de 1975 con respecto al primer trimestre de 1974, después de haber sido de un 70% durante el año anterior. Volveremos más adelante sobre Jo que significa esta inversión de tendencia. .

27

Cuadro V. Tasa de ganancia (tras eliminación de las ganancias de revaluación de los stocks) respecto al capital de las sociedades no

IV ..¡ •.

UNA CRISIS CLASICA DE SOBREPRODUCCION

financieras en Estados Unidos Antes de los Año

La recesión generalizada de 1974-197 5 es una crisis clásica de sobreproducción. Hay que afirmarlo tanto más categóricamente cuanto que muchos medios se esfuerzan para las necesidades de una causa que no es puramente . ·académica, por atribuir la responsabilidad de esta rece.. sión _generalizada a los "jeques del petróleo", incluso a los smdicatos y a los "aumentos excesivos de. los salarios". El carácter clásico de la recesión actual se manifiesta sobre todo cuando se toman en consideración estos dos rasgos que dominan la evolución coyuntural a más largo plazo . La recesión de 1974-1975 es el resultado de una fase típica de descenso de la tasa promedio de ganancia. Este descenso es.claramente anterior al encarecimiento pronunciado del petróleo tras el inició de la "guerra del Kipur". Véase el cuadro V. Las ganancias brutas (antes de los impuestos) de todas las sociedades por acciones norteamericanas siguieron disminuyendo del ritmo anual de 155 mil millones de dólares en el tercer trimestre de 1974 a 135 mil millones de dólares en el cuarto trimestre de 1974 y a 100 mil millones en el primer trimestre de 197 5. La caída de las ganancias netas fue de un 25% durante el mismo periodo. Según las estadísticas del Conference Board, los márgenes de beneficio de las sociedades por acciones norteamericanas no financieras habrían pa;ado de un promedio de un 20-22% para el periodo 1959-1966 a un 12% durante la recesión 1970-1971, para alcanzar de nuevo un 15% durante el "boom especulativo" de 1972-1973 y volver a '

''..,

,

28

.

1948-1950 195!-1955 1956-1960 1961-1965 1966-1970 1970 1971 1972 1973

Después de los

impuestos

Impuestos

(%)

(%)

16.2 14.3 12.2 14.1 12.9 9.1 9.6 9.9 10.5

8.6 6.4 6.2 8.3 7.7 5.3 5.7 5.6 5.4

Fuente:' William D. Nordhaus: "The falling share ofprofit", en A. M. Okun and L Perry (comps), Brookings Papers on Economic Act-ivity, n. 1. 1974. The Broo'kings 1nstitution, Washington D. C., p. !80.

caer a un 11-12% aproximadamente a inicios de 1975. En Alemania occidental, los expertos evalúan la deca. dencia de los ingresos brutos de las empresas (menos los "sueldos de empresarios" ficticios y con respecto a los activos netos de esas empresas) en aproximadamente un 20% entre 1960 y 1968 (año de reactivación económica con un importante aumento de las ganancias tras la recesión de 1966-1967) y de nuevo en un 25% entre 1968 y' 1973 (Sachverstiindigenrat zur Begutachtung der gesamtwirtschaftlichen Entwick/ung: Jahresgutachtem 197~). · Tres años después, el mismo informe de expertos pubhca una curva de la parte de los ingresos brutos (de las ganancias) de la empresa y del capital en porcentaje del valor de la producción. Esa parte desciende de 10% en 1960a un 8% en 1966, un 9% en 1968, un 6% en 1972, un 4.5% en 1975 y un 5% en 1977 (Sachverstiindigenrat zur Begutachtung der gesamtwirtschajilichen Entwicklung: Jahresgutachtem 1977-1978, p. 57). 29

',

~~ :' ¡,.

~ ! ,:

!1• ! .

'1::,! i

'

En .Gran Bretaña; la evolución de la tasa de ganancia se evaluó como lo muestra el cuadro VI.

·:·~

:·.;

'i

Cuadro VI. Tasa de ganancia (tras deducción de las ganancias de revaluación de los stocks) sobre haberes netos de las sociedades industriales y comerciales en Gran Bretaña Antes de los impuestos

Después de los impuestos

Año

(%}

(%)

1950-1954 1955-1959 1960-1964 1965-1969 1968 1969 1970

16.5 14.7 13.0 11.7 11.6 11.1 9.7

6.7 7.0 7.0 5.3 5.2 4.7 4.1

Fuente: Andrew Glyn and Bob Sutcliffe: British Capitalism, Workers and. !he Projil Squeeze, Londres, 1972, p. 66.

El semanario The Economist formuló la frase clásica referente a las vacilaciones de la industria británica para "reactivar" las inversiones productivas: "Profits first, investments later" ("Primero las ganancias, luego las inversiones"). Según los cálculos de este semanario, el índice de las ganancias de empresas disminuyó de 100 en 1964 a menos de 60 en 1975, con una caída particularmente rápida entre 1973 y 1975 (del índice 90 a un índice inferior a 60) (The Economist, 6 de septiembre de 1975). ·Para el Japón, durante el año fiscal de 1974-1975 que termina el 31 de marzo de 1975, hay una caída de un 35.5% de las ganancias brutas y de un 20.9% de las ganancias netas de las 17 4 principales sociedades por acciones del país. En la industria manufacturera, las ganancias disminuyen un 56%, en los demás sectores un 19.3% solamente (Japan Times, 4 de mayo de 1975). Esta caída de la tasa promedio de ganancia en el Japón se inserta además en una evolución a más largo plazo, que aparece en el cuadro VII.

1'.,

30

Cuadro VII. Tasa de ganancia (tras deducción de las ganancias de revaluación de los stocks) sobre haberes brutos de las empresas industriales, comerciales y financiera~· en el Japón

Aiio

Antes de los impuestos(%) 14.0 14.7 14.3 14.7 14.2 13.0 10.9 11.9

1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974

Fuente: OCDE: "Pour le plein emploi la stabilité des prix", ln{órme McCracken, París, junio de 1977. p. 366.

Según el mismo informe McCrack~n, 1~ tasa de ganancia promedio bruta en Italia habm dJsmmuJdo en promedio de un 5.6% para el periodo .1966-1969 a un 4.9% en 1970, un 4.3% en 1971, un 4.2% en 1972, un 4% en 1973, un 3.3% en 1974 y un 3% en 1975 (ibid, p. 336). He aquí datos análogos para Suecia: Gráfica 1. Evolución de la tasa de ganancia en Suecia Indice dt: las g<.1nancias hrutas de la industria

sueca (promedio 1952-1970= 100).

· Calculado pÜr la asociación patronal sueca: ganancias brutas antes de los impuestos y amortizaciones, divididas por el volumen de nego-

31

ci~~ (Neue 2_ürcker Zeítung, 8-9

de mayo de 1976). La eroswn de la ganancia, peligrosa a largo plazo, que apareció gradualmente en demasiados casos durante los últimos diez años. es el prec10 que se tuvo que pagar para poder mantener un nivel elevado de las exportaciones" (Skandinavska Enskilda Banken Quarterly Review n. 1-2, 1977). ' '

:

;"[

'1

1 !

!·':!¡

'1

Este deterioro a largo plazo -en cada boom y en cada "recesión" la tasa de ultilización del aparato productivo disminuye con respecto a la fase idéntica del ciclo anterior- es más patente si se toma en cuenta la gran dimensión de la producción norteamericana derrochada en fiEn lo que se refiere a Francia, el profesor Christian nes militares y paramilitares. De ello, puede deducirse Goux calcula una' caída de la tasa de ganancia de un una no-utilización casi permanente con fines civiles pro~8.2%e? 1970a.un 11.1%e~ 197~(Rupturesd'unsysteme · ductivos de aproximadamente una tercera parte de la caeconomtque, baJO la coordmacwn de Xavier Greffe y pacidad de producción instalada en Estados Uhidos. No se Jea.~-Louis R:iffers, Dunod, París, 1978, p. 286). La re- podría expresar mejor la naturaleza de la crisis actual lacwn ganan~Iajvalor agregado de las empresas no agrí- como crisis clásica de sobreproducción capitalista. La inversión de la "larga onda expansiva" que dura colas9 evoluciOnó del modo siguiente: desde los años cuarenta hasta finales de los años sesen\a es igual de clásica. La expansión acelerada de larga dura1971: 40.1% ción de la posguerra se debía a la sobreexplotación de la 1972: 39.9% 1973: clase obrera llevada a cabo por el fascismo y la segunda 38.5% 1974: 37.3% guerra mundial (en Estados Unidos, la guerra fría y sus 1975: 36.1% efectos desastrosos sobre el movimiento obrero), que permitió una importante alza de la tasa de plusvalía, y f:uente: Calculados a partir de las cuentas de las empresas en INSEE por ende, de la tasa de ganancia. Esto provocó una acuComptes de la Nation, 1976. ' mulación ampliada de los capitales, utilizada para posi. ,El hecho ~e que las causas más profundas de la recebilitar el arranque en gran escala de la terce-fa revolución sion g~r:erahzada de 1974-1975 sean anterióres al alza tecnológica (semiautomatización, energía nuclear). Al del precw del petróleo también lo demuestra el increaumentar considerablemente la producción de plusvalía mento regular de la capacidad de producción sobrante de relativa y las ganancias extraordinarias de los monopola indu~tria, como se desprende de las estadísticas norlios tecnológicamente adelantados ("rentas tecnológiteamencanas: cas"), esta revolución permitió prolongar la expansión en condiciones "ideales" para el capital: con, simultáneamente, una tasa de ganancia elevada y un nivel de vida Cuadro VIII. Tasa de utilización de la capacidad de producción de la industria manufacturera en Estados Unidos real de las masas trabajadoras en alza, es decir un mercado en expansión. 1966: 92 %(boom) 1972: 78.5% (boom) Pero la tercera revolución tecnológica, del mismo 1967: 78 %(m inirrecesión) 1973: 83.0% (boom) · modo que la propia expansión, que implica una concen1968: 87.7% (boom) 4o. trim. 1974: 78.0% (recesión) . tración acentuada del capital, desembocaron en un au1969: 86.5% (boom) marzo 1975: 65.0% (recesión) 1970: mento intenso de la composición orgánica del capital. El 78 %(recesión) junio 1975: 68.5% (recesión) 1971: 75.0% (recesión) largo periodo de pleno empleo fortaleció considerabledic. 1975: 73.5% mente el peso objetivo de la clase obrera, la fuerza de sus Fuente: Estadísticas mensualmente publicadas en Business Week. organizaciones de masa (ante todo de los sindicatos) y, 32

33

:r;~¡~ ')-1:.·!¡¡

'¡1:· .

·~

'

'

:!

i i

1

1



~~

:;:

con respecto a un ciclo autónomo de lucha de clases a escala internacional, su combatividad. De ahí las dificultades crecie11tes con las qu.e ~~topó ~1 ~a pi tal para compensar el alz~ de la composiciOn orgamca del capital con un alza contmua de la tasa de plusvalía a partir de los años sesenta. De ahí el desmoronamiento inexorable de la tas~.promedio de ganancia que, en correlación con la difuswn cada vez más universal de las características de la tercera revolución tecnológica (y por tanto la erosión de las "rentas tecnológicas"), acabó por determinar la inversión de la "onda larga". ' Numerosos autores no captaron en absoluto esa imbr!cación_ entre la "cri_sis del petróleo" y la inversión a mas larg?plazo de la co~untura económica, marcada por 1~ extenswn de las capacidades sobrantes, es decir, lacreciente s~perp;oducción, y la caída de la tasa promedio de g~n~ncia. Asi, Edmond Alphandéry y Georges Delsupéhe siguen centrando su análisis en 1974 exclusivamente en la mani1;1Ulación d~ 1~ demanda global por los gobiernos Y p~even un crecimiento continuo. Concluyen: "La ten~encia que se esboza es pues una recuperación progresiva ?e 1~ co~~ntura, con tasas de inflación más bajas Y u~a dismm~ciOn de las tasas de interés a corto plazo, debida a la baJa de las reservas" (Les poli tiques de stabi!isation, .PUF, París, 1974, pp. 161, 180). Ya se sabe lo que suced10.

34

PERO CON PARTICULARIDADES CAS

la historia del capitalismo, cada crisis de sobreproIULicci.on combina características generales, que depende las contradicciones fundamentales del modo de IPI:odlucci· ón capitalista, con características particulares se deben al momento histórico preciso en que se profUlJce durante el desarrollo de este modo de producción. recesión generalizada de 1973-1974 no escapa a esta Cabe recalcar dos particularidades de esta recesión. la inflación permanente que estimula la actividad cal'"'"u''"'• se pasó progresivamente, mediante la inevitaaceleración de esta inflación y de los fenómenos de ' que esta aceleración provoca, 10 a la stagfla1970-1971, y luego a la slumpflación en 1974La inflación dejó progresivamente de tener un •efec1:o estimulante en la actividad productora capitalista su conjunto; incluso empezó a tener efectos perversos: efecto, se necesitaron, simultáneamente, dosis cada más amplias de inflación para estimular la "demanglobal". Los datos acerca de la aceleración de la infla(la repercusión sobre ésta del alza del petróleo no mn;•1m;a un 2% para el conjunto de los países imperialissegún la OCDE) son inequívocos. La inflación se nutre del efecto acumulativo de más de decenios de prácticas inflacionistas. Se ve amplificala especulación desenfrenada de los años 1972con el oro, los terrenos, los edificios, los diamantes, joyas y obras de arte, y sobre todo las materias pries decir todos los "valores refugios" que se apre35

cian tanto más cuanto que la moneda de papel se deprecia. Se ve intensificada por los colosales gastos militares que no dejan de aumentar y a los cuales se acostumbró toda la sociedad burguesa (¡es significativo que entre las denuncias de los numerosos "responsables de la inflación" nunca se mencione los 250 mil millones de dólares de gastos militares anuales de los países capitalistas!). 11 Pero su primera causa es indiscutiblemente la inflación del crédito en el sector privado, o sea el inflamiento de las deudas bancarias, de los documentos cobrables, que fue el soporte esencial del largo periodo de expansión que precedió a la aceleración de la inflación. La economía occidental flotó hacia la expansión sobre un mar de deudas, cuya incidencia acumulativa tuvo forzosamente que acelerar la inflación: cuadros X y XI. Por otra parte, la recesión se acompaña de algunos cuellos de botella particulares. Fenómenos de penuria sectorial coinciden con la superabundancia general de mercancías. Además, semejante coincidencia ocurre a

ooO\.--r-or--:_;N-.¿_;r-:~ -r>.~

--..-

oo-or-

0\

....:....:-.or-:r"'"iO\r--: -N-

---

Nf'.NO\r"'iOOr"'i

...o

1 ¡,

o..:-.or-:o~

Mr
r"'"i~r-:v-;v-;v;r--.:

Mr"'iVir"'iViO

~-..cio\v)v;vi

~""o::f" f"i o v-;r-:-.,ór-i..r)t.ri

0\ \0

Cuadro X. Deudc1 pública y privada en Estados Unidos (en miles de millones de dólares corrientes)

-.:tN-.:t0\'"1"'..0

v-)on.n

,..¿

"'-CiN

*

_;-.¿t"")N~-.i-.ó

1.1,,

'

o '5

"

E

1

2 c..

'',·i,j



'\i '

'

36

1946 1950 1955 1960 1965 1969 1973 1974

208.5 284.8 398.0 503.7 684.9 932.1 1 294.9 1 397.4

269.4 239.4 269.8 301.0 367.6 484.7 598.4 642.9

~V)~_;~_:

r"'iN\000000\0

"!,

Deuda pública

Año

Producto nacional bruto A

('.,IV)00\000r"'i

8

Deuda privada

e

153.4 276.8 392.2 566.1 870.4 1 383.8 1 947.8 2 134.4

Ben %de A

Cen %de A

129.4 84.0 67.8 59.7 53.7 52.0 46.6 46.0

73.6 97.2 98.5 112.4 127.1 148.4 150.4 152.8

Fuente: Cifras hasta 1969: Economic Report of the President, febrero · de 1970. Cifras a partir ele 1969: Survey of Curren/ Business, julio de 1975 .

37

'

1

'

Cuadro XI. Deuda pública y privada en Alemania occidental (en miles de millones de marcos alemanes corrientes)

Producto nacional

bruto Año

.1,

''

l. 1'':¡1,;,

1950, 1955 1960 1965 1970 1975

A

. 98.1 181.4 284.7 460.4 685.6 1 043.6

Deuda pública 8

1.2 7.0 17.6 49.5 95.4 220.6

Deuda privada

e

Ben% del PNB

Cen% del PNB

20.6 63.3 116.2 259.3 416.7 656.4

1.2 38 6.2 10.8 13.9 21.1

21.0 34.9 40.8 56.3 60.8 66.0

Fuente: Winfried Wolf:" 'Modell Deutschland' oder Klassencharakter der Krise", en Mande! y Wolf: Ende der Krise oder Krise ohne Ende, cit. p. 202.

telecomunicaciones, que según se creía iban a incrementarse continuamente durante un tiempo indeterminado, disminuyeron en Europa y en Japón. La coincidencia de la recesión y de una grave hambruna en el Sahel y en otras zonas del Tercer Mundo tuvo efectos desastrosos en las poblaciones afectadas. El hecho de que millones de hombres, de mujeres y de niños estén gravemente subalimentados y puedan morirse de hambre, mientras que enormes recursos en máquinas, materias primas y mano de obra sigan inutilizados, confirma mejor que nada el carácter irracional e inhumano del sistema capitalista. Con estas reservas, se podría producir los tractores, los abonos, las bombas eléctricas, los canales de irrigación, para incrementar rápidamente la producción de víveres y nutrir a los hambrientos, si la producción fuera regida por la satisfacción de las necesidades físicas y no por la ganancia.

menudo en vísperas o al principio de una crisis de sobreproducción. Esta última siempre acaba por estallar en algunos sectores clave y se extiende gradualmente al conjunto o a la mayoría de los sectores de producción. 12 Así, la recesión se inició en 1974 en el sector automovilístico, y en el de la construcción. Se extendió al sector textil, al electrodoméstico y al de los materiales de construcción (vidrio, cemento, ladrillo), para alcanzar finalmente la petroquímica. En la siderurgia, subsistió durante todo el verano de 1974 una situación de penuria; luego este sector fue afectado de lleno por la recesión. Se puede hacer la misma observación para el sector de la madera y el mueble. En cambio, en el sector de las máquinas herramientas, del carbón, del petróleo y de los cereales, la oferta siguió siendo inferior a la demanda durante toda la primera fase de la recesión (véase capítulos X y XX). El azúcar experimentó una inversión de coyuntura particularmente espectacular (caída de precios de un 30% en el transcurso de unas cuantas semanas). El volumen de las ventas de petróleo disminuyó. Los pedidos en el sector de las 38

39

VI

LA INFLACION AUN NO ES GALOPANTE

En una economía capitalista "normal", es decir abandonada a su lógica interna sin esfuerzos deliberados por parte de los Estados burgueses por moderar o corregir un poco las desviaciones coyunturales, una crisis de superproducción general de las mercancías, de abundancia general de capitales con respecto a las posibilidades de aprovechamiento (crisis de sobrecapitalización o de sobreacumulación) -que significa en último análisis que la masa total de la plusvalía disponible ya no permite aseg_urar a todos los capitales la tasa de ganancia previstasiempre se traduce en una caída de los precios. En una economía de mercado que funciona normalmente, ese es el resultado inevitable ya que la oferta supera ampliamente la demanda. En realidad, con un sistema de moneda estable, esta caída de los precios expresa en último a¡:¡álisis los progresos realizados por la productividad del trabajo durante la fase de expansión anterior, es decir la baja del valor promedio de las mercancías que traduce este aumento de la productividad, y que la fiebre de la expansión había ocultado temporalmente. La economía capitalista de mercado actual ya no funciona de modo "normal" ni autónomo. Desde hace más de cuarenta años todos los gobiernos burgueses aplicaban sistemáticamente técnicas de intervención en la vida económica, cuyo resultado global ha sido inflar la masa monetaria (moneda de papel y documentos cobrables) más que el incremento del volumen de la produ9ción material. De ello resultó una depreciación de todas las monedas de papel, o sea un clima de inflación primero "la-

40

ten te y permanente" y luego "generalizada". Pero la inflación "latente y permanente" o aun "generalizada" no impide caídas de precios sectoriales o periódicos. Sólo en un clima de inflación galopante todos los precios no dejan de aumentar (aunque no necesariamente al mismo ritmo: ¡la ley del valor sigue reinando por este medio!). La moneda completamente depreciada permanece constantemente en circulación. Nadie quiere ya guardarla. Todo el mundo la intercambia sin cesar por mercancías. Tal fue el clima en Alemania en 1923 o 1945-1947, así como en los países de Europa occidental bajo la ocupación alemana durante la segunda guerra mundial o la inmediata posguerra. Hoy día, en el conjunto de los países imperialistas, no conocemos aún una situación de inflación galopante. Por lo tanto, ·algunos precios pueden bajar, y aun bajar de modo sensible, cuando hay situación de sobreproducción y ausencia de control monopolista rígido del mercado. Tal fue en primer lugar el caso de las cotizaciones d~

l.

1

'i:.

.,1

.,.,¡ l

'

Cuadro XII. Indices de las cotizaciones de las acciones en Bolsa 13 1974

1973

Bolsa

más alto

más baje

,,

más alto

más bajo

Nivel el 18 de dic. 1974

¡ 'l'

,¡ Londres Nueva York Toronto Tokio Hong Kong París Bruselas Frankfurt Amsterdam Milán Estocolmo

509.5 1 051.7 237.9 422.5 1 775.0 98.9 142.3 120.7 171.9 147.3 389.5

305.9 788.3 200.4 284.7 423.9 70.7 112.8 85.0 113.3 98.3 297.2

339.3 891.7 228.8 342.5 481.9 85.1 131.5 93.2 140.8 154.2 410.6

150.4 577.6 150.6 252.0 150.1 47.8 84.2 79.5 94.6 87.0 303.3

,,,1

161.1 603.5 153.3 282.4 163.3 49.4 87.8 85.5 106.1 87.8 304.8

:1;.

l~;~f 1~

~:

i,,¡

'f¡';l,

i~

!:x:.

:'ii ,·:¡;;

,.

::,: .,)

¡·-

!~':i

41

'·t '•_!

las acciones en Bolsa, que experimentaron su peor depresión desde 1940, e incluso desde 1931, durante la recesión de 1974-197 5 (cuadro XII). Tal fue luego el caso de los precios de los terrenos por construir, al menos en algunos países en que la especulación inmobiliaria había reinado de modo particularmente desenfrenado en la fase precedente. Así, en Gran Bretaña, en el verano de 1974, los precios de los terrenos por construir bajaron en un 40% con respecto al nivel del verano de 1973, acarreando en su caída numerosas compa.ñías inmobiliarias o de crédito inmobiliario. Finalmente, fue el caso de la mayoría de las materias primas no alimentarias, salvo el carbón y los productos petroleros: · Cuadro XIII. lndices de las cotizaciones de las materias primas industriales (100 =promedio 1952-1956)

/974

sept. 1974

dic. 1974

394.1 485.1 172.3 161.1 338.7 119.6 322.5 321.1

389.9 483.8 148.0 163.6 331.1 100.7 302.8 242.4

434.5 485.6 128.9 92.5 326.0 93.9 65.2 10.2

junio

Materias primas

Carbón y coque Productos petroleros Fibras Cueros y pieles Madera Caucho Hierro y acero Metales no ferrosos

dic. /974/ dic. 1973 (%)

+ o

-

0.2 - 17.7 + 3.5 - 5.5 - 17.6 - 31.7 - 39.9

Algunas cotizaciones de materias primas disminuyeron aún más. A mediados de diciembre de 1974, la cotización del cobre era un 60% más baja que su máximo de abril de 1974. El caucho, afectado por la crisis de la industria del automóvil, experimentó una caída de precios de aproximadamente un 52%, el algodón un 57%, el cinc

\

,!...

43 .1'·' 1

42

~·,,

',

VII EL ALZA DEL PRECIO DEL PETROLEO NO PROVOCO LA VIGESIMA CRISIS DE SOBREPRODUCCION DESDE LA FORMACION DEL MERCADO MUNDIAL DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL

El efecto del aumento del precio del petróleo y de los gresos suplementarios obtenidos por Jos países de OPEP, en la coyuntura económica general, se """'!;'" mucho. Una leyenda pertinaz incluso ve en ello la esencial de la recesión de 1974-1975. Salvo las ideológicas o resueltamente políticas de semejante mación, su carácter ilógico es manifiesto. Es Igtta!Jmente contraria a todas las conclusiones de la teoría de las sis periódicas (del ciclo industrial) en el capitalismo, to en su versión marxista como en su versión acatdé· mica. Desde la formación del mercado mundial del mo industrial, hubo exactamente veinte crisis de sol>reproducción, a intervalos más o menos regulares: las sis de 1825, 1836, 1847, 1857, 1866, 1873, 1882, 1 1900, 1907, 1913, 1921, 1929, 1937, 1949, 1953, 1961, 1970, y la de 1974-1975 (nos referimos cada vez a fecha de estallamiento de la crisis en el país que domina el mercado mundial, es decir Gran antes de la primera guerra mundial y Estados U desde la primera guerra mundial; hubo una minicrisis en 1966-1967 en Estados Unidos, pero sin baja absoluta la producción). Suponer que una enfermedad que se pite veinte veces tiene cada vez causas particulares y cas, profundamente ajenas a la propia naturaleza del fermo ~causas "políticas", como lo afirman te los profesores Claassen y Lindbeck en ur.bw'ences, . d'une économie prospere- 15 es evidentemente m\rer·osimll: e ilógico. 44

Algunos quisieron dar una versión seudokeynesiana a la explicación de la recesión de 1974-197 5 por el alza del precio del petróleo. Aquélla implicaría una "transferencia de recursos" fuera de los países industriales, lo cual provocaría en ellos una contracción de la demanda, y por tanto, de la producción. Se trata, una vez más, de un error evidente de razonamiento. Fábricas que trabajan para la exportación no son fábricas inactivas. Como _el. mercado internacional capitalista constituye un todo, una "transferencia de poder adquisitivo" de Europa occidental, de Estados Unidos o de Japón hacia los países de la OPEP sólo puede tener efectos deflacionistas en la coyuntura en caso de que ese poder adquisitivo esté esterilizado y no se transforme en demanda adicional para productos (y servicios) importados de los países industrializados. Pero ¿acaso esta fracción no gastada, del superávit de la balanza comercial de la OPEP con el resto de los países capitalistas, no redujo la "demanda global" del mundo capitalista considerado como un todo? Fuera del hecho de que la fracción atesorada es muy reducida, y representa a lo sumo aproximadamente un 1.5% del P_NB de los países imperialistas (y por tanto no puede explicar una recesión de la amplitud de la de 1974-1975, aun al hacer intervenir el multiplicador), el argumento no es válido técnicamente. En efecto, sólo hay verdadero atesoramiento cuando estos superávits (los famosos "petrodólares") se· retiran efectivamente del circuito "mercancías-moneda de papel-moneda de crédito" que abarca la economía Ciipitalista en su conjunto. Ahora bien, esto sólo sucede si están atesorados en las cajas de caudales de Riad, de Kuwait, de Trípoli o de Teherán en forma de oro, de diamantes o de "divisas fuertes". _Pero, en realidad, la inmensa mayoría de esos superáv1~s de "petrodólares" están depositados en los bancos occidentales en forma de depósitos a corto plazo. Los bancos imperialistas los utilizan para alimentar sus operacion~s de crédito, para inflar la masa de documentos cobrables. 45

i

¡:

Paradójicamente, podría afirmarse que lejos de haber tenido un efecto de deflación en la economía imperialista, los superávits de la balanza de pagos de los países de la OPEP, y el modo en que fueron utilizados, mantuvieron y ampliaron la "liquidez" del sistema monetario internacional y por tanto el clima inflacionista.'• Además sólo es una paradoja aparente. La incidencia real del alza del precio del petróleo en la coyuntura fue doble: por una parte, al acentuar la tendencia inflacionista general (tanto por el alza de los costos como por la amplificación de la liquidez), el alza precipitó el momento en que la inflación tuvo un efecto perverso en la coyuntura y en que los gobiernos se vieron obligados a tomar medidas para frenarla un poco. Por otra parte, al pesar sobre la tasa promedio de ganancia del capital industrial, acentuó el movimiento de baja de esta última, que constituye la causa fundamental de la recesión. Pero, en ambos casos, se trata de la amplificación de un movimiento ya en curso. La recesión generalizada ya estaba inscrita en el ciclo que empieza con la recesión aún parcial de 1970-1971, y que.se prolonga en el boom especulativo de los años 1972-1973. Tanto las capacidades de producción cada vez más sobrantes como la inflación que se acelera lo demuestran indiscutiblemente. Ahora bien, estos dos movimientos preceden a la cuadruplicación del precio del petróleo por los países de la OPEP durante la guerra del Kippur. Por tanto, esta alza del precio del petróleo no es ni la causa ni aun el detonador inmediato de la recesión. Es a lo sumo un factor adicional que amplía la gravedad de la crisis. Es cierto que lo que precede trata de la economía capitalista internacional como de una entidad. Lo es indiscutiblemente, pero se trata de un todo estructurado en Estados (mercados) "nacionales". Algunos países, tanto imperialistas como semicoloniales, padecieron mucho más que otros el impacto del alza brutal del precio del petróleo. El Japón, que experimentó en 1973 un enorme déficit de su balanza de pagos debido el encarecimiento del 46

pudo absorber este déficit por un de~arrollo ~s­ de sus exportaciones. Se puede aphcar la mJsa observación a Alemania occidental y -hasta 1976Estados Unidos. Otros países fueron afectados d~ lleno experimentaron efectivame~te. efect?s deflat?nos, o porque tuvieron q~e restnng1r sus Importacwnes.de •PnProí y de materias pnmas par.a reducir el en~rme defisu balanza de pagos, o b1en porque tuvteron. que una política de deflación general del créd1to Y de la demanda, para tratar de acabar con ese défic!t. En esos casos, los efectos indirectos del alza del preciO del contribuyeron a precipitar la. rec.esión. Pero hay que recalcar que se trata, sm mnguna excepción, de países que no determinan en absoluto la coyuntura económica internacional. Para los Estados que la determinan -sobre todo Estados Unidos, Japón Y Alemania occidental- la inversión de la coyuntura en 197~ no puede explicarse en modo algun'? por la inci?encia d!recta o indirecta del alza del prec1o del petroleo. Mas aún: los países que más padecieron esta alza -en.I?¡:¡rtlcular Gran Bretaña e Italia- siguen aún en receswn en 1977 mientras que la coyuntura de la economía capita. lista 'internacional se está reactivando desde hace dos años. Por consiguiente, no existe ninguna relación .de ' causa a efecto entre el alza del precio del petróleo Yla mversión de la coyuntura en 1974-1975. Añadamos que, aun en países como Gran Bretaña, Italia y parcialmente Francia donde el alza del precio del petróleo parece haber obli~ado a los gobiernos a una política deflacionist.a acentuada, la relación de causa a efecto debe ser mediatizada por /a opción política y social del gobierno '!ctual. No es cierto que la única técnica pos1ble en las cJrcu~stancias dadas fuese la política de deflación. Los gobiernos · podían escoger entre diferentes políticas económicas Y 'monetarias. Si no las adoptaron, fue por razones de preJcn:m;'" sociopolítica, cuya naturaleza de clase debe ser ;·deser1m:ascarada, y no por la imposibilidad técnica de f\mnr¡•nrlPr OtfO caminO. 47

1',-.

Además, se. tendió a exagerar mucho la hablar de Indonesia. Tan sólo países de densidad de de reservas de cambio de los países exportadores de !ación mucho menor -sobre todo Arabia Saudita, t\óleo en 1973-1974. Algunos medios imperialistas · , los emiratos del Golfo y Qatar (Libia es un caso b1an desencadenado una verdadera propaganda Unt.errne,d'io)- pueden, en esas condiciones, mantener de ta a este.re~pecto. El Banco Mundial había emitido la ~;.;arr1oulu duradero un superávit de su balanza de pagos: fra fantast1ca de 650 mil millones de dólares que se bien, el impacto global de este superávit en la ecocapitalista internacional se reduce debido a la reaac_umulando a corto plazo en las cajas de los paíse! mlem~ros de ~a OPEP. Estudios emprendidos por de déficits importantes en la primera categoría Brookmgs Instltution y por la Morgan Guaranty los países de la OPEPY Company ya habían corregido bastante esas esltt'matc!CJ· Se había estimado que el superávit de la balanza de nes, ya que preveían un máximo de haberes de los paiíses de los países exportadores de petróleo alde la OPEP en 1978 de 280 mil millones de dólares acu80 mil millones de dólares en 1974. Tan sólo fue mui~~:dos como reservas de cambio, cifra que iba a bajar 57 mil millones. (Ulteriormente, este superávit siguió ultenormente a 179 mil millones de dólares en 1980 ( to. Según el Banco de Inglaterra, habría d~s estas .estimaciones se fundaban en una tasa de de 36 mil millones de dólares en 1976 y de 33 mil mibw del dolar más o menos estable alrededor de su nivel de dólares en 1977, de los cuales 20.8 mil millones de 1974): pesde entonces, hubo que efectuar una nueva semestre y tan sólo 12 200 millones en el revaluac¡on en el sentido de una disminución semestre de 1977. Para 1978, se estima que bajaNo resulta difícil descubrir el por qué de est~ cambio a menos de 15 mil millones de dólares, en caso de que brus~o. Todos los países miembros de la OPEP vieron in-. se produzca ningún nuevo aumento del precio del pe~ediatamente en los nuevos recursos de divisas propor) Además, hay que añadir que a estos 57 mil milloc~onados por el alza del precio del petróleo el medio de ini-' de superávit sólo corresponde un déficit acumulativo Ciar o. ~c~lerar !_os planes de desarrollo económico que les la balanza de pagos de los países imperialistas (países permltman sahr definitivamente del estado de subdesa- miembros de la OCDE) de 30-35 mil millones, mientras rrol!o (lo cu.al acarrearía para sus clases poseedoras a la el resto es un déficit acumulado por los países capivez menos nesgos de explosiones sociales y más posibilisemicoloniales y dependientes, así como por los · dades de a~umulación de capitales a gran escala). llamados "socialistas". Si se toma en cuenta el heAhor~ bien, la mayoría de los países miembros de la de que la balanza comercial de los países miembros OPEP tienen una densidad de población relativamente la OPEP tenía un superávit de 97 mil millones en f~erte. Aun recursos tan importantes como los provenos damos cuenta de que estos países habían invermc:~ntes de la cuadruplicación del precio del petróleo no · 40 mil millones de dólares, en una u otra forma, en b~st~n ~~ra sostener a largo plazo un proceso de indus- . extranjero. tnahzac10!1 a~elerada. Por ¡0 tanto, estos países volverán · Ya el año anterior, en 1973, se habían invertido 60 mil a ser deficitanos muy rápidamente desde el punto de de "petrodólares" en el extranjero. En 1974, ~a de su ?alanza de pagos, debido a la amplitud de inversiones alcanzaron 57 mil millones. Se distribu-tmportacwnes necesarias para planes de desarrollo del modo siguiente: cado~ po.r la megalomanía. Tal es, en particular, el .43% en el mercado de eurodivisas (incluyendo enrodóde N1gena, de Argelia, de Irán, de Iraq y de V 48

49

.

,,

1

.

~.

20.7% de inv~rsiones a largo plazo en varios países s

vo Estados Umdos y Gran Bretaña· . 12.2% de in_versiones a largo plazo' en Estados U ni (mcluyend? t1tulos de Estado); 7. 7% de m versiones a corto plazo en Gran Bretaña (incluyendo .Bonos del Tesoro); . 7% de mversiones a corto plazo en Estados Uni {mcluyendo Bonos del Tesoro)· 6% de inversiones ante orga~ismos internacionales· 2. 7% de i_nversiones a largo plazo en Gran Bretaña (i~­ cluyendo titulos de Estado ).1• De rebote, la caída del superávit de la balanza de g~s d~ los países ~iembros de la OPEP -que pasó de 57 mil millones de dolares en 1974 a 36 mil millones de dólares en 1975- _perturbó gravemente la balanza de pagos de Gran Bretana, ya que provocó retiros masivos de petrodól~res ?epositados en 1973 y 1974 en los bancos de ' este pa1s (veas e The Economist del 17 de mayo de 197 5).

VIII LOS PAISES SEMICOLONIALES Y DEPENDIENTES EN LA RECESION i ¡'

Cuando se examina el efecto de la recesión y del alza del precio del petróleo en la economía del Tercer Mundo -más exactamente: en los países capitalistas semicoloniales y dependientes- hay que distinguir muy claramente el caso de los países exportadores de petróleo y el del resto del Tercer Mundo. Los ingresos considerables obtenidos por la primera categoría de estos países los protegieron eficazmente de los efectos directos e indirectos de la recesión de la eco no• mía capitalista general. Es decir que el cártel del petróleo "aguantó" pese a la recesión, pese a la caída de la demanda y del volumen de las exportaciones. 19 La amplitud de la renta petrolera obtenida por las clases poseedoras de · los países de la OPEP aparece en el cuadro XIV:

Cuadro XIV. Ingresos petroleros de los países de la OPEP en /974 (estimaciones en millones de dólares corrientes) Arabia Saudita Irán

Venezuela Njgeria Kuwait Libia

lraq A bu Dhabi

Argelia Total OPEP

50

29 500 21 000 10 600 9.233 9 000 9 000 7 000 5 300 5 000 ± 110 mil millones de dólares

51

Aproximadamente la mitad de esta suma fue uo:uHoa 11 ~ a un incremento de las importaciones tanto de Jos oH;nc!s de equipo (infraestructura, industria agricultura) co 1mo, de los bienes de consumo. ..La capitalización .de la renta petrolera y la ""''""·u",. cwn de enormes capitales-dinero tanto en manos del Es~~do -:pero,~n numerosos países de la OPEP, el Estado es propiedad de algunas familias privadas- como en manos de la clase dominante, deben llevar a un inicio más 0 menos acentuado del proceso de industrialización de acu~ulación de capitales industriales y de formació~ de· capital fi?anciero "autóctono" a gran escala. Examinaremos ~as adelante -en el capítulo XIX- la incidencia de conJunto del mercado mundial. A la larga, la industrialización de los países de la OPEP. acentuará las contradicciones internas de la economía de los países imperialista.s, ya que debe ampliar y agravar los fenomenos de capacidad de producción excedente en toda una serie de ramas industriales. 20 En lo inmediato crea salidas suplementarias para ramas industriales d~ los ~aíses imper!alist~s especializados en la exportación . d~ b!ene~.de equipo e mfraestructurales, el suministro de· fa~ncas llaves en la puerta", de empresas de obras pú- · ~hcas, etcétera. 21 J:Ie aquí algunos de los proyectos más Importantes mencionados durante la recesión de 19741975: -. unjoint venture entre Irán y el trust químico norteamenc~~;no pu Pont de Nemours de un valor estimado en 280 mil millones de dólares· .. ', - un¡om~ venture entre Iran y el trust alemán Thyssen para la cre~ción de una fundición de acero y de dos fábricas de la?~IIlos en Ahvaz y Esfaján; - un¡omt venture.entre Irán, el trust alemán Thyssen Y el trust norteaf!J.encano Fluor Corp. de Los Angeles para la construccwn de una nueva refinería de petróleo en Abadán; - la construcción de una nueva metrópolis industri"al en Al Jubayl, en Arabia Saudita, que incluye en particu52

y

una refinería de petróleo y varios complejos petroquí- ' ,mJ.~,;u:s. así como un enorme complejo de refinería de petrlll<>n en Irán (Businees Week, 26 de mayo de 1975); la creación de una inmensa fábrica de abonos sin téen Iraq en asociación entre los gobiernos japonés e iraquí, con valor de 400 millones de ~óla.res; . - unjoint venture entre el grupo .MI.tsui y el ~obierno iraní para la construcción d.e una fabnca de etilen.o con valor de 200 millones de dolares (The Pacific-Asta Resources Center, PARC, Tokio, 1977). De ello deriva, por una parte, ellupar .cada vez ~ás importante que las exportaciones de maqumas, de bienes de . equipo y de fábricas "llaves en la puerta" ocuparán en ~1 comercio mundial de mañana. El Far Eastern Economzc Review publicó en su número del ~6 de ~a>:o de 1975 un estudio acerca de esta rama de la mdustnajaponesa, cu. yas exportaciones pasaron de 1 500 millones de dólares en 1972 a 3 000 millones de dólares en 1974, y que se considera como el sector más expansivo y más dinámico de la .·economía japonesa, merecedor de una protección muy particular por parte del gobierno. . . Por otra parte, se desprende de ello una I.mportanci.a acrecentada de los países de la OPEP en cahdad de sah. das para los países imperialistas, aun si su parte en las exporta.cí<>n
53

,1

'!

- la industrialización acumulativa de los países de la leo, que determina la capacidad de importación de OPEP se topa con su estructura socioeconómic~ retrópaíses miembros de la OPEP, sigue siendo muy incierta. grada, con la ausencia de una verdadera revolucwn ~gra­ Ya, actualmente, es obvio que una parte de las gan<>n•·'~' ria en los países densamente poblados, con la penuna de de las clases poseedoras de estos países están y estarán mano de obra en Jos países de escasa densidad de poblacontrarrestadas por el encarecimiento de los nr•nch1c ción con la agravación de las contradicciones de clases importados por una parte, por la del que ia inflación acelerada, el desarraigo de la población· lar y de la libra esterlina por otra (para la fracción de esta renta conservada en forma líquida o casi líquida). Los rural y la superexplotación del proletariado debe.rán estimular en casi todos los casos. Por tanto corre pehgro de países miembros de la OPEP, al reclamar el ajuste del. precio del petróleo con los precios de los productos madetenerse a cierto nivel; · - el crecimiento promedio del conjunto de la econonufacturados, o la fijación del precio del petróleo en Demía capitalista internacional no es ni un elemento ."exterechos Especiales de Giro (moneda imaginaria internarior", ni un elemento "indiferente" para determmar el cional aparentemente "garantizada" contra la desvaloriimpacto de la industrialización de los países de la OPEP zación), tratan de escapar a esta lógica infernal de la ecoen la economía de los países imperialistas. Ya lo hemos nomía capitalista internacional que sigue siendo dominada por el imperialismo. Pero los DEG no son más que· recalcado: en la medida en que hemos entrado en una una moneda imaginaria. Sólo se puede pagar en moneda . "onda larga" de crecimiento muy aminora.~o, .cualqu~er de papel que tiene curso, y no en "papel-oro". Cualquier. salto adelante de la capacidad de produccwn mdustnal instalada en los Estados miembros de la OPEP corre peliconversión de los DEG en dólares, o en otras divisas en gro de agravar seriamente la crisis de sectores industriavía inexorable de depreciación constante, provocará por les importantes de los países imperialistas, ante todo las lo tanto mecanismos compensatorios: caída aún más intensa del dólar; reducción aún más importante del consurefinería etróleo, la petroquímica, la siderurgia y la mo relativo de petróleo, 22 búsqueda aún más febril de industr' a de os abonos sintéticos. . De e alqu er manera, si bien el "oro negro" les permifuentes energéticas de sustitución; alza aún más fuerte de . tió esca a los efectos inmediatos de la recesión interlos precios de los bienes de equipo exportados hacia los nacional en su propia economía, los países de la OPEP países de la OPEP, en mecanismos que corren el riesgo de constituyen a este respecto una excepción entre los Estaneutralizar las ventajas a mediano y largo plazo; dos semicoloniales y dependientes. Para el resto de esos - para todo un periodo, el alza del precio del petróleo· · Estados, la conjunción del aumento del precio del petróde la OPEP determina una sustitución progresiva de de la recesión económica internacional y de la penuenergía (incluso de petróleo no exportado por los países alimentaria que subsistió a todo lo largo del año de miembros del cártel) a sus exportaciones. Los expertos 974los afectó más cruelmente que en cualquier otro moestiman que la sobreproducción de petróleo y la capacidad excedente de las refinerías persistirán hasta 1982. En •·mPntn desde el hundimiento del boom de la guerra de Co1985, la parte de los países miembros de la OPEP en Pakistán, Bangladesh, la mayoría de los países de producción mundial de petróleo bajaría de un 60% oriental y ecuatorial y varios países latinoamericadía a un 40% si el cártel se obstinara en ajustar su nr••ri
55

:¡¡

rablemente el déficit ya crónico de su balanza de pagos y absorbió una buena parte, si no la totalidad, de la "ayu- . da" que reciben, retrasando o bloqueando de ese modo importantes proyectos, en particular de modernización de la agricultura; - el aumento del precio de los víveres y de los abonos químicos que deben importar del mercado mundial les hizo perder aún más recursos que el alza del precio del petróleo. El costo de his importaciones de víveres y de abonos de los países semicoloniales aumentó en 5 mil millones de dólares en 1973 y en un importe análogo en 1974, o sea en total 10 mil millones en dos años, mientras que el costo de sus importaciones de petróleo sólo aumentó en 1 200 millones de dólares en 1973 y en 7 mil millones eñ 1974, o sea en total 8 mil millones para los dos años; - el hundimiento de la cotización de toda una serie de ma~erias primas .Y la reducción del volumen de sus exportacwnes mdustnales a consecuencia de los efectos de la recesión internacional, disminuyeron sus recursos en divisas en el momento mismo en que sus gastos en divisas habían aumentado considerablemente debido al encarecimiento de las importaciones; 2s - el efecto acumulado de todos esos factores provocó una regresión de la productividad del trabajo en la agricultura, aunada en varios casos a una regresión de la producción absoluta, así como un estancamiento si no un retroceso de la producción industrial (imposibilidad de ' mantener el nivel necesario de importaciones de ciertas > materias primas y piezas de repuesto; decadencia de la · demanda en el mercado interior; decadencia de las exportaciones, etcétera.) Para ciertas partes del subcontinente indio, fue una catástrofe análoga a la de los países del Sahel. Según una estimación de la Morgan Guaranty Trust Company, los países semicoloniales y dependientes no. exportadores de petróleo experimentaron en 1974los dé~ ficits siguientes de su balanza de pagos: · 56

Cuadro XV. Déficits de la balanza de pagos de países dependientes y semicoloniales en 1974

En miles de millones de dólares Brasil México India Sudcorea Taiwán Perú Kenia Chile Turquía Argentina Filipinas Tailandia Zambia Malasia

7 2.5 1.8 1.8 1.2 0.850 0.450 0.434 0.400 0.352 0.290 0.150 0.100 0.100

Según el Fondo Monetario Internacional, el déficit de la balanza de pagos de los países subdesarrollados no exportadores de petróleo ascendió a 30 mil millones de dólares en 1974,28 mil millones de dólares en 1975 y 25 mi~ . millones de dólares en 1976. Se lo estima en 25 mil millones de dólares en 1977. Esos déficits fueron neutralizados ·en parte por un flujo de préstamos bancarios (y en menor · medida, de préstamos de instituciones públicas internacionales} destinados a esos países. Trataremos más adelan.te acerca de la significación y las consecuencias de ese endeuda}lliento suplementario. Por el momento, registreiTiossimplemente esta conclusión: toda crisis capitalista de sobreproducción afecta más fuertemente a los débique a los fuertes, a los pobres que a los ricos. Esto es ··cierto en el seno de los países imperialistas en lo que se real proletariado y a la burguesía. Es cierto en el seno uu""'• en lo que se refiere a las PME (pequeñas y ~!")'u"~u,,~ empresas) por una parte y los grandes monoPlilollios por otra. También es cierto a escala mundial, en lo se refiere a los países semicoloniales y dependientes una parte y los países imperialistas por otra. 57

~~-' '

·:·.·

IX LA ACENTUACION DE LA COMPETENCIA INTERIMPERIALISTA DURANTE LA RECESION

La competencia interimperialista siempre tiende a acentuarse cuando la coyuntura económica se deteriora. Es el momento en que "el egoísmo sagrado" prevalece. Cada clase capitalista "nacional" busca ante todo salvarse exportando sus dificultades y su desempleo a su veci~o y · competidor. La burguesía imperialista de Estados Unidos había perdido ~~hegemonía absoluta sobre el mundo capitalista, adqumda en 1945, durante los años sesenta, marcados por un nuevo ascenso espectacular del imperialismo ?e Eu;opa o~cidental (ante todo germano-occidental) y Japones. Hacia fines de los años sesenta, dicha burguesía trató de reaccionar. Fue primero la desvalorización en cascada del dólar (que llevaría inevitablemente a su in- · convert!~ilidad en oro), cuyo fin era mejorar su posición competitiva en el mercado mundial. Luego, el aumento del precio del petróleo le pareció un excelente medio de g?lpea.r a sus competidores europeos y japoneses, que ha" b1an d1sfn~tado de un precio de la energía más bajo du~ · rante los anos sesenta, pero que dependían más de las importaciones de petróleo que Estados Unidos (ambas ma: niobras resultaron armas búmerang, como lo indicare- · mos ulteriormente). Sin duda alguna, al principio de la recesión 1974-1 la hegemonía relativa del imperialismo norte:an1erka sobre el mundo capitalista parecía mejor afianzada unos cuantos años antes. 26 ¿Puede decirse lo mismo al nal de la recesión y en medio de la reactivación? Lo 58

nos que puede asegurarse es que la cuestión dista mucho de haberse zanjado. En el plano del comercio internacional, los años de, 1974 y 1975 se distinguieron poruna contraofensiva sensacional de las exportaciones germano-occidentales y japonesas que redujeron aún más la parte de los productos manufacturados norteamericanos en el mercado mundial de los bienes fabricados por la industria de transformación. La firmeza relativamente buena de las exportaciones norteamericanas en su conjunto se debe al hecho de que incluyen un buen número de materias primas y sobre todo una importante proporción de productos alimentarios, que experimentaron un alza de cotización y una demanda incrementada en 1974 y al principio de 1975, mientras que esas categorías de bienes sólo desempeñan . un papel despreciable o nulo en las exportaciones germano-occidentales y japonesas. Excepcionalmente, durante el verano de 1974, las exportaciones germano-occidentales rebasaron por primera vez las de Estados Unidos aun en cifras absolutas. Pero el hecho de que la industria manufacturera . germano-occidental ocupe hoy día el primer lugar en el · mundial de los productos de ese sector parece duradero (véase a ese respecto el cuadro All~·a

posición de las cuatro principales potencias imno se modificó sustancialmente. Sin embargo, que tomar en cuenta fuertes modificaciones de caroocurridas desde 1970, con una importante depreciadel dólar y una fuerte revaluación del marco alemán hacen que la evolución en volumen exportado no se llesoremda claramente de esas cifras. También hay que rela enorme decadencia de la posición británica (cuexportaciones en 1970 todavía fueron iguales a las del mientras que cinco años más tarde son un 20% inti"i(Jre:sly la relativa firme:Za de las exportaciones france(inferiores en 1970 a las de Gran Bretaña y a las del ux, y superiores en un 20% a las de Gran Bretaña en 59

---0'\0VIOr""iOO

N~o\o\~oO,.Oo\0

~=r->.0\0-.::1"-.::t('<")'o::t

r-NOV"tr-r-oo-oo

~o\-.oo::t.n-.oa:.oN =O\'>DV1"'1"rr'lr<'i'o::tM

ooo-r-v;r-v;v;o

oON.nN......:!"""ir-)Or...: ~0'\V)I.Ii-.::f"t"")Mf""'lN

v;-.av;oo.nov;v.\0 o0Nv)0-.d~r-:......:r-:

0\0\V....tr)MN!"''i('<")N

r""iV'l

t-ViN!"")-lrl

....:r-:r--.60N-.Q.,¡.N t-'-Of""iM('<")NNNN

Nf'IM-('<")N0000\0

M-.io\ocio\,.....)..O......:......:

o:::tM--------

Lli

o u o

60

1975 y casi iguales a las del Benelux). La firmeza de las exportaciones italianas es mejor de lo previsto, mientras que Canadá perdió terreno. A aquellos que afirman que esas comparaciones adolecen de una identificación abusiva de los "numerosos capitales" con la "territorialidad" ,27 les respondemos que la comparación es igual de notable, si no más contundente aún, si se comparan los resultados de las grandes sociedades transnacionales, ya sean norteamericanas, japonesas o de vocación europea. Para comprobarlo, basta comparar la dinámica de las exportaciones de capitales y de las iniciativas industriales en todo el mundo de esas tres categorías de "transnacionales" durante los años 1974, 1975, 1976 y 1977. La razón de ello no es nada misteriosa. Los éxitos en el mercado mundial de la RF A y del Japón se deben a que el gran capital norteamericano no logró obtener adelantos de productividad. En 1959, en once de las trece ramas principales de la industria manufacturera y de los bancos, una firma norteamericana se colocaba a la cabeza en el plano mundial; en 1974, ese número de ramas había caído a siete. En 1959, el6J~e las 156 firmas más importantes mundialmente· . e(esas l¡rece ramas eran norteamericanas; en 1974, ese .• pbrcent¡lje había caído a un 43%, mientras que para las · tnmsnácionales europeas era un 36.5% y para las transnacionales japonesas un 20%. Entre las cincuenta primeras firmas mundiales en 1977, 22 son norteamericanas, 21 . , 5 japonesas y 2 latinoamericanas. Entre los veinte mayores bancos del mundo al final de 1976, diez europeos, solamente cuatro norteamericanos (es que cuentan aún con los números 1, 2 y 4), cincoja',POileSI!S y uno brasileño.'" En el plano monetario, el proyecto del imperialismo ¡ortea1m•ericano de desmonetizar el oro e institucionalidefinitivamente el dólar inconvertible como base del ,.""'¡"' monetario internacional por medio de los DEG ~enecttos especiales de giro) tiene aún menos posibilidade ser aceptado en forma duradera que en el pasado. 61

'f'•

¡.:

f'';

·'

i:

'f;

Mientras más se amplifica y prolonga la inflación, menos obligados pueden estar los propietarios de mercancías y los detentadores de créditos de aceptar una moneda de papel inconvertible que se desvaloriza considerablemen~ te.' 9 Una moneda de papel mundial, impuesta como medio de intercambio y pago a todos los capitalistas, y que sería ilegal rehusarse a aceptar, presupone en último análisis un Estado mundial, un gobierno mundial, o sea la desaparición de la competencia interimperialista, es decir u~sUpimperialismo. Estamos más lejos de ello que n nca. r dominio del imperialismo norteamericano se deja sentir sobre todo en el plano político-militar -pese a su grave derrota en lndochina-, no evidentemente en función de su decadencia relativa en el campo económico, financiero y monetario sino en franca contradicción con esa decadencia. La impotencia de la burguesía europea para realizar nuevos progresos en la integración monetaria"' y política en el seno del Mercado Común, para transformarlo de una confederación de Estados en un .Estado federal, consolida ese statu quo políticomilitar y le cuesta caro, incluso desde el punto de vista financiero. Sus contradicciones internas lo resienten, como por lo demás las del imperialismo japonés. Corre el riesgo de que se le impongan cargas y servidumbres suplementarias. Corre peligro de ser víctima de algunas modificaciones comerciales espectaculares. Colocados en la balanza en otra pesa que el crecimiento más lento de la productividad industrial en Estados Unidos, esos cambios mantienen grosso modo el equilibrio de las fuerzas en presencia. Pero los progresos realizados por la industria armamentista europea (franco-británica, franco-alemana, etcétera) y los esfuerzos febriles emprendidos por la · RFA para "abrirse paso" en el terreno de los cohetes indican que esta situación no es en absoluto Irrev,ersablle.• ; Señalemos a este respecto que una sociedad germ occidental, la OTRAG, alquiló por 25 años

posi?ilid~d de prolongar t:l arrendamiento por periodos de diez anos), una s~perficie de 100 000 km' en la pro vi ncm de Shaba, en Za1re, para efectuar en ella experiencias de cohetes. No puede descartarse la hipótesis según la cual la empresa está vinculada con el suministro de centrales nucleares germano-occidentales a Sudáfrica; las numerosas y misteriosas visitas de expertos militares germano-occidentales a ese país y la posibilidad de apropiación de know-how avanzado de armas nucleares por la Bundeswehrson datos relevantes. 31 . Así, el mundo capitalista en su conjunto, al escapar al liderazgo norteamericano sin poder sustituirlo por una alianza basada en la igualdad de poder norteamericanonipón-europeo, u otra hegemonía de sustitución ex. ' penmenta una crisis de dirección política internacional aún más clara que durante los años anteriores. No existe ningún signo que permita suponer que habrá cambios de~Is.Ivos a este respecto en los meses y los primeros años prox1mos . .En los capítulos XVI, XVII, XVIII y XIX exammarem.~s las repercusiones a más largo plazo de la acentuacwn de la competencia interimperialista -en particular las nuevas olas proteccionistas y las amenazas de guerra comercial- así como las de la restructuración del mercado mundial a consecuencia de la emergencia de unos cuantos países dependientes que ya cuentan con un capital mdustnal, mcluso financiero ' relativamente . autonomo.

62 63

:~

XII LOS CRACS FINANCIEROS, LA POLITICA DE REACTIVACION Y EL MIEDO DE ·UN PANICO BANCARIO

Existe una razón suplementaria que hace que la burguesía vacile en aceptar las dosis de inflación necesarias hoy día para estimular una mayor reactivación. Tales dosis ,.,... '-'"'·"u riesgos crecientes de un desarreglo del sistema crédito en su conjunto, incluso de un verdadero pánibancario geaeralizado. Toda crisis de sobreproducción implica forzosamente aumento considerable de las quiebras y hundimientos firmas. Si bien las pequeñas y medianas empresas se más afectadas que los poderosos trusts, mientras grave sea la recesión, mayor será el número de trusts IIJp,ortantes que serán, a su vez, barridos por la tormenta función objetiva de la crisis es precisamente la de caer las "ramas muertas", o sea las empresas merentables, ya sean grandes o pequeñas. Ahora bien, · un clima de inflación prolongada y de endeudamiento · de todos los capitalistas, lo que es ilusorio para "pequeños", es decir que uno pueda enriquecerse en!Udáncjo~;e (pidiendo prestado en "buena moneda" y bolsando diez años después con "promesas vanas") durante mucho tiempo realidad para los "grancuyo poder e influencia ante el Estado supuestalos protegen de cualquier accidente. 39 Así, la renl"u,,au de muchas grandes empresas es cada vez más Los analistas de los bancos se topan cada vez con ~·amc;uiLac•c~ para descubrir la verdad tras balances

·',;

inflación nutre la abundancia relativa de los capitaHin•'r" que los bancos ofrecen, la amplitud de las ope-

84

01

85

raciones bancarias se extiende a un ritmo acelerado. La Hay miles de millones d , competencia de los altos cuadros bancarios, que supuestamente deciden el otorgamiento de los créditos y juzgan ~~ d~ préstamos en el si:t~~la.res de pérdidas potenciaas a una expJos· · L a, nos acercam d la solidez de las firmas, decrece forzosamente con el rege actualmente ;ond a estructura bancariao~ ca a v~z clutamiento acelerado. El clima cada vez más competitivo que reina entre los bancos los incita en muchos casos a fe~~mita crec~r el ~;a~a1~r;~~farse. M!entra~~:se~~ cometer imprudencias crecientes, sobre todo porque la fe el hundtmtento •o g ador, mas catast 'f' · rotco en la expansión y la inflación ininterrumpida parece reExisten algu . ducir los riesgos. cario nos stgnos de un La publicación del libro de un experto conservador, fond norteamericano a práctic· reg~eso del sistema banMartín Mayer, había impresionado a la burguesía nordenc? del probJ.ema es que se tr:s mas ortodoxas. Pero el teamericana desde 1974; Mayer describía en él las diver- · gún s=~~e~~f~!~ología individu!f ~~~~~menos de incisas nuevas técnicas que habían determinado el auge de aventureros" o m, " anqueros -seque de 1 las actividades bancarias más "agresivas" desde prmr.•• de espec~J~~i~~cuencias~enerales ~~~ cfionserv~dore~ :·pios de los años sesenta. Estas se traducían en palrtt.cutar rreiaciones creci~~~e~vasJOn y de fraude ~~a~~:nfla~ton, en la herejía bancaria que consiste en emplear m negocios" 1 , . entre los bancos 1 .. , de mtemente depósitos a corto plazo para financiar préstamos hJa largo plazo, y en una expansión cada vez más rápida om res den . anos, de homb ,. volumen total del crédito -parte del cual era una ~~~obctos, lo cual repercute igr~:lpo1Ittcos, conducta de creciente de créditos de recuperación dudosa o de ín~nos·llm los dominaba; el h ousndY. d~J grupo italiano Si~doSnaan bancos y, por reacción en cadena, un · ' d tmtento d ¡ bancario. Sin embargo, sin una presión tan Y e varios gru f' e os "bancos se el deiinternationaJ tosd!nancieros británicos a ~ bancos privados corren peligro de no corregir su aventurera. Y Mayer concluye: en Suiza), etcétera. A r~n ~r!~n~ (un banco isr~eff de City de Lond num~ro de socieda86 res, especializadas en es-

cbor;u;~i~~~=r¡~l~~i~~Iít!cas, lo~ ~ed~~~~~ ~:~~~

1

1

el

i ~

'.~.·. :~,

\f. ~

.~

!l

1 ~

''~'"ec1 ed~se¡ ~~~~~~~~s: ;~~~a~ ~el ~ee;~ta~~~~~s/e~e¿~~

la

101 87

peculación inmobiliaria, las atrapaba el torbellino, en particular el grupo Lyon,los seguros Jessel, la London ,& Country Securities, el Triumph lnvestment Trust. Segun el semanario The Economist del 9 de agosto de 1975. el hundimiento del mercado inmobiliario representó para el sistema financiero b~i~ánico una amenaza mayor que el retiro de los dep<_JSI~~s de l~s bancos secundarios. En base a una aprecmcwn realista d.e sus haberes toda una serie de bancos se han vuelto msolventes y y~ no sobreviven más. que gracias a su buena reputación[ ... ] A finales de 1974, el total de los. préstamos a las sociedades inmobiliarias y a la indu~tna de la ~ons­ trucción ascendió a 5 mil millones de libras esterlinas. Era más de la mitad del importe de los préstamos al conjunto de la industria británica, mientras que en 1970 esta parte tan sólo se elevó a menos del 20% [ ... ] ¿Cuál es el monto con que el valor de esos préstamos supera el valor del mercado actual [~e esos terr~nos Y edificios]? Más de mil millones de libras esterlinas a precios de 1973 -incluidas las carteras de los grupos privados Stern y Lyon, así com? las bie~ conocidas Guardian Properties que se hundieron el a~o.pasado­ se hallan probablemente en manos de admm1stradores .• de quiebras y de liquidadores. Nuevamente, no hay nada accidental en esas .ban.carrotas estrepitosas. El boom de 1972-19_7,3 ~ab1a ~~?o esencialmente especulativo. La especulacwn mmobiharia -así como la de las materias prima~- es un ~ro~uct? inevitable de la inflación acelerada. Mientras mas disminuye o se estanca la inv.ersión productiva, más deben buscar inversiones lucrativas en otras partes los bancos que cuentan con una ab~:~nd~ncia ~~ li9uidez, p~r.to tanto también en los negocws mmob11ianos. La cns1s .d~ la industria de la construcción fue -con la del automovilel detonador de la recesión de 1974-1975. lb~ forzosamente a provocar un hundimiento de los precws de los

88

terrenos de construcción, por lo tanto la insolvencia de u_n g~an número de sociedades especializadas en el finanCiamiento inmobiliario. Es la lógica misma del sistema la que lleva a esas quiebras en cadena. L~s. banc<_Js secundarios británicos experimentaron gravlSlmas dificultades. Veintiséis de ellos sólo pudieron sa~va:se merced a apoyos importantes por parte de los pnn~1pales bancos. Entre ellos, hay que mencionar en P.artlcul~r al United Dominions Trust, la sociedad finanCler~ pnvad~ más importante de Gran Bretaña, la First Natwna! ~m.ance Corporation, que se había lanzado d.esde pnnc!pl?s de los años setenta a los negocios bancanos, Y la Sterhng Industrial Securities. Incluso los venerables Y :n~steriosos Crown Agents, de los cuales se dice que adm1mstran los haberes en Londres de 90 (!) gobiernos del mundo entero, perdieron no menos de 212 millones de libras esterlinas por hipotecas imprudentes en ba~:os. secun~~ri?s y sociedades que financian la especulacwn 1n_mob!h~na (The Economist, 10 de diciembre de 1977). so.lo pudieron. salvarse de la bancarrota gracias a un don~t1vo de. 8.5 :n1llones de libras esterlinas por parte del gobierno bntamco, así como a una garantía estatal de todos sus depósitos (Financia! Times, 20 de septiembre de 1976). Hay que colocar en un contexto análogo la bancarrota espectacular del grupo español Sofico (causada. por el brusco retroceso del turismo internacional ocas~~na.do por la recesión, aunado a la especulación inmobdiana). . ,En. Estad_o_s !! nidos, las consecuencias de la especulaCIO.n mmobd1ana para el sistema bancario fueron cuantitativamente más importantes aún que en Gran Bretaña · aunque de consecuencias menos graves, en vista de las re~ servas más amplias del sistema bancario. Entre 1969 y 1971, la boga de los REIT (Reai-Estate-InvestmentTrusts, trusts de. inversiones en el inmobiliario) les pervender accwnes por aproximadamente 6 mil millode dólares. Durante la recesión, esas acciones perdieun 70% de su valor. ¡Aun el REIT vinculado a un

89

banco tan poderoso como el Chase Manhattan Bank que respalda el grupo Rockefeller -el Chase Manhattan Real Estate Investment Trust- asistió al hundimiento de sus acciones de 70 a 4 dólares! Los grandes bancos de Nueva York detentan préstamos inmobiliarios no garantizados por aproximadamente 7 mil millones de dólares, y por 4 mil millones de acciones de REIT, cuyo valor es más que incierto. Pero esos no son Jos únicos préstamos y activos dudosos de esos grandes bancos. En otoño de 1975, la brusca amenaza de una bancarrota de la municipalidad de Nueva York apareció en el horizonte. 42 ¡Resultó entonces que Jos doce principales bancos de Nueva York detentaban más de 4 mil millones de dólares de "malas deudas" (2 mil millones de obligaciones de la municipalidad de Nueva York; mil millones de préstamos a. las líneas aéreas; 0.4 mil millones de préstamos a la W. T. Grant y más de 500 millones de dólares de préstamos a otros municipios amenazados de quiebra), 43 que había que añadir a Jos 11 mil millones de préstamos inmobiliarios dudosos! En ciertos casos, la suma del capital propio y de las reservas por pérdidas en caso de préstamos ya es inferior al valor de los REIT en quiebra. Tal fue el caso en 1975 para por Jo menos dos de los doce principales bancos de Nueva York, el Chemical Bank y la Bankers Trust Cy. El Marine Midland Bank, que forma parte de Jos "doce · grandes", ya había registrado una pérdida de ejercicio ·. en el cuarto trimestre de 1975. La Federal Reserve se · comprometió a sostener en todo caso a Jos grandes bancos. Pero con este fin, vigila de cerca no menos de 546 · bancos cuya suerte da Jugar a inquietud.•• El Banco de Inglaterra había otorgado una garantía si~ milar a Jos cinco grandes bancos británicos, a fin de brir su operación de rescate de los bancos secundarios de las sociedades financieras. Habría "cubierto" o rantizado préstamos interbancarios por un total de 3 millones de dólares, de los cuales en particular 70 ~•·•tn.. nes de libras esterlinas para salvar a la Slater Walker

90

curities (un negocio especulativ del exprimer ministro Edward ~ ~~ntado por el amigo derado como "genio fin . , eat • Jlm Slater, consi. . . . anc1ero t a Y a pnnc1p1os de los años t durant e ¡os anos sesennes de libras esterlinas al b se enta), y además 70 milloward Bates, en el cual ha canco P~Jvado de Londres Edproporción de un 2591 y apJtal arabe colocado en una Algunos de los banc~s · . pitalista, como el Chase ;:;as ~m portantes del mundo caBanques Suisses la agenc· a~ ~ttan Bank, la Union des de Londres la 'san ue ~a e ugano del Lloyd's Bank Lan~esbank, el Hes~sche ~:~~xelles, el Westdeutsche esbank_ (Helaba) sufrieron importantes pérdidas nes con las divisas, sin que e~~~;:~~Y:~scia d~ especulaciopudiesen, no obstante, poner en peligro sur 'd meros bancos mencionad~q~¡ ez: S~ lo para los cinco pritotal de 300 millones d ~·.as perdidas se evalúan en un sufridas por el Helaba due olarles. Las pérdidas totales · rante a reces'· . a m1·¡ millones de dólares Al IOn ascendenan ceses también experime~ta gundC?~. bancos privados franron de ellas con ayuda de 1 ron . I Jcultades, pero se libranacionalizados. En el cas~s ~;fndes bancos ~e depósito en la Banque de CrédJ't ¡'nt . Helaba participaciones del r · · lI. R osenbaum, establecidoernatwnal en Gi manciero Israet~n Center en quiebra en Br . nebr':, Y _en el ManhatdJdas de cambio. El Westd usel~s, se anadieron a las pérbanco alemán, fue arrastra~~sc .e La?desbank, el tercer mtento de rescate del W.. por su Jefe Poullain en un (masa de depósitos de 1 ~~~em~ergische Kreditverein borde de la quiebra Graci.' ~I Iones de dólares), al millones de dólares de . a~ a el, se ot<;>rgó más de 100 asunto contribuyó a lap~:~~aam~s ~esa mstitución. Este 1977 (Der Spiegel 2 d de oullam, a finales de E . , e enero e 1978) s ev•dente que la ínter . . . . .', avanzada de la producció na~olna_hz_acwn cada vez más go de reacciones encadenan/ e capital aumenta el riesrrotas espectaculares Si u n .cuanto se producen bancates burgueses y pequ~ñob n numero importante de clienurgueses de los bancos se aba91

1

,, lanzan a las ventanillas para retirar simultáneamente ,su_s depósitos, es decir cuando se produc.e .u? verdadero P.amco bancario, se corre peligro de parahs1s de todo el Sistema de crédito. . Ahora bien el crédito desempeña un papel mucho mas importante e~ la economía de lo.s .países. il!lpe.rialistas hoy día que en 1929. Semejante cns1s prec1p1tana, ~u~s, una crisis más grave aún que la de ~ 929. La burgues1a ~~­ ternacional está plenamente consciente de ello. Desp~~s del crac del Herstadt Bank y del grupo Sindona, la cn.s~s financiera de la municipalidad de Nueva York y las dificultades de la Continental Mortgage Investors -una sociedad de financiamiento inmobiliario norteamericana que fue incapaz de reembolsar un préstamo de 80 millones de eurodólares que un consorciO de bancos europeos le había otorgado- evocaron el espectro de semeJante pánico bancario. Los president.es .de los ban~os centrales de los principales países impenahstas, reumdos en Basllea y apoyados por los dirigentes de los grandes b~'?cos de depósito, tomaron la decisión de ya. no. permltu ~1 hundimiento de ningún banco de cualqmer 1mportanc1a que fuera, en cualquier paísimpe.ri~lista. D~eron a con~­ cer esta decisión al público hurgues mternac10nal. Las dificultades de pago de la Co'?tinental ~o~tgage ~nvestors fueron eliminadas por una mtervenc10n mmed1ata de financieros europeos y norteamericanos que otorgaron ~n nuevo préstamo de 150 millones de dólares a esa sociedad.<' Así, los temores se apaciguaron por el mol!lento. El sistema bancario salió bien librado una vez m.as, c~m moretones, pero sin nocaut. Las reservas están au~ leJOS de haberse agotado. El tren loco "endeudamientoinflación-endeudamiento acentuado-amenazas a la solvencia del sistema bancario" sigue hundiéndose en la niebla, sin frenos. Sin embargo, por el momento sigue sobre los rieles!• . Pero es claro que hay límites objetivos a las capacl?ades de autorrestablecimiento del sistema bancano -si se . quiere evitar la inflación galopante. ¿Qué sucederá si la 92

insolvencia afecta no a un banco mediano sino a varios de los principales bancos, si el hueco por rellenar no consiste en unos cuantos cientos de millones sino en unos diez mil millones de dólares? 47 Y a en Gran Bretaña, los "Cinco Grandes" habían aflojado a regañadientes cuatro mil millones de dólares aparentemente necesarios para salvar a los bancos secundarios (The Times, 13 de diciembre de 1974). ¿Acaso el sistema bancario resistirá semejante prueba? ¿Se producirá ésta desde la próxima recesión? He aquí el misterio que ningún economista, que ningún ministro, que ningún banquero y que ningún jefe de trust monopolista industrial podrá desentrañar. He aquí la nube que queda suspendida encima de cualquier operación de "reactivación económica". Es una nube inmensa, a la propia medida de la inflación. No podrá más que inflarse· . en la misma proporción que ella. Los gobiernos de los países imperialistas han tratado de volver más rigurosa la legislación y la reglamentación bancarias a fin de reducir los riesgos de accidentes graves e impedir que el capital bancario cometa demasiadas imprudencias. Sin embargo, un control público realmente eficaz sobre los bancos se topa con una doble dificultad. Entra en conflicto con la lógica de la propiedad privada, de la competencia y de la búsqueda de la maximización de la ganancia, que implican inevitablemente la toma de riesgos mayores, que los controladores no pueden registrar más que a posteriori (si los dados cayeron mal). Por otra parte, una reglamentación realmente severa sólo es eficaz si acarrea un castigo grave (por ejemplo, suspender los créditos del Banco Central a los bancos que no respeten esa reglamentación), lo cual tendría efectos a contrario. Provocaría exactamente el tipo de reacciones en cadena que llevaría a un pánico bancario que toda esa reglamentación supuestamente debe evitar. 48

93

XIII . LAS CAUSAS FUNDAMENTALES DE LA RECESION NO SE HAN ELIMINADO

Pero precisamente porque las prácticas "anticrisis" lograron una vez más limitar -menos que en el pasado, pero no obstante limitar- la duración y la profundidad de la recesión de 1974-1975; precisamente porque el Estado burgués sacó de apuros a numerosos bancos, compañías financieras y grandes trusts que se hallaban al borde de la quiebra, la recesión no pudo desempeñar ef papel objetivo de "saneamiento" de la economía capitalista que las crisis capitalistas han ejercido tradicionalmente. Por eso es que no desembocará en un nuevo boom. La recesión generalizada de 1974-1975 no es ni producto del azar ni un "accidente cualquiera de trayecto" (el alza del precio del petróleo) de la economía capitalista internacional. Resulta de todas las contradicciones fundamentales del modo de producción capitalista que han salido progresivamente a flote, tras haber estado parcialmente contenidas gracias a la inflación durante dos decenios (en Estados Unidos dos decenios y medio) de crecimiento acelerado. Para saber si la recesión actual será seguida de una nueva fase prolongada de crecimiento acelerado o si, por el contrario, confirma la inversión de tendencia económica a largo plazo, hay que examinar sus repercusiones en los factores principales que influyen en la evolución a largo plazo de la tasa de ganancia en los países imperialistas: 1] Una nueva baja fundamental del precio de las materias primas parece sumamente improbable en los pró94

ximo~ años: En particular en lo referente al precio de la

en7r~la, e~ mter:s común del capital imperialista (salvo qulzas e. e Japon Y, de algunos países menores) Y de las ?urgu~slas de los P?lses semlcoloniales y dependientes es mzpedt~ que el pre~IO del petróleo exportado por los aíse~ ~e l_a O P~P c~¡ga po_r debajo de cierto nivel. En efe~to cua qUJer C~lda excesiva" de ese precio tendría com~ conse~uencJa que las posibles fuentes de energía de re~am~~o, e(n las. cuales se han efectuado inversiones consiera es petrol~o d71 Mar del Norte y de Alaska; izarras y arenas bltummosas en Estados Unidos· en~ , nuclear_Y pro~to' sin ~uda energía solar), dejarí~n der~~~ competJtlva_s. Aun SI la caída de las cotizaciones de las ~?tenals pnmas per?urara durante las fases de reactivaCion ~ o que también es improbable- esto ya no las volvena a llevar al nivel de antes del boo~ de 1972~1973. b' E!defecto que la tercera revolución tecnológica ha~a. en_l o en la re?ucción del valor de elementos del capital lijo -lo cual Implica que, a pesar de la extensión de

1

2!

Gráfica 11. Evoluci6n de los precios de ÚIS mnter•'ns . J ,_ ' " " pr~mas, en "O.,res , todos los productos reunidos ' _250 !\10 CORREGIDO !cr trim~qn: 1970= lOO

~

50

200

J

<~umcnto dt• Jo~ pn.:cio.\ Uc ltl\ prodtH.:Io\ lll
50

p:Jr:l 1:1 C\pun;~ciún 150

,lOO tOO



50

50

IY70

1n1

](}72

IY7J

IY7~

llJ75

95

la semiautomatización, la composición orgánica del ca¡ ita! había aumentado menos rápidaJ?ente d~rante e periodo 1940/1948-1968, de lo que hu b1era podido supo~erse a primera vista- par~c~ atenuarse a largo pl.azo. De hecho, el ritmo de crecimiento de la productividad del trabajo va a aminorarse un poco, tanto en el sector .1 como el sector II, lo que ocasionará a la vez un encarec~­ miento progresivo de la masa incre~en.tada d~ las roaquinas puestas a trabajar por el capital m.dustna~ Y u.na disminución del incremento de la plu.sv~ha relatiV~ (mcremento que había sido otra car~ctensuca sobresaliente de la tercera revolución tecnológica). Es verd~d que para las computadoras propiamente dichas, la baja del valor sólo comenzará a manifestarse realmente -y con ~;tra­ so- en la próxima etapa, la de la cuarta, generacwn. 3 J La recesión de 1974-1975 no provoc.o .~na desvalorización masiva de los capitales, precondiciOn ¡;>ara permitir una seria reactivación de la tas~ promediO de ganancia. Por cierto, como ya lo n:encwna~os, hubo un incremento considerable de las quiebras. Sm embargo, la inmensa mayoría de las empresas afectadas. fueron. pequeñas y medianas. Las grandes bancarro~as mdustna~es y comerciales -fuera de los casos bancaqos ya menciOnados- se limitaron a unos cuantos casos: la casa comer. 1 w T Grant & Cy en Estados Unidos (la m~y~r cia · - · "',errov 1ar:a. quiebra· estadounidense desde la co~pama Penn State; ¡más de mil millones de dol~res de deu~as.), el trust japonés del textil Kohjin (50~ millones de dolares de deudas); la fábrica de hila~os japonesa Sa~omoto Spinning Cy (213 millones de dolares de deuda.s), el grupo financiero japonés Atak~ (cer~a de9~0 miii~nes de dólares de deudas); el grupo japones de la m.dustna ~e 1~ madera y de la producción de cas~s pr~fabn~ad.as ~Idai, cuya ruina sería la más grave en la histona capitah~tajapo­ nesa (mil millones de dólares de deudas) ..Mencwnemos también las dificultades del grupo Hutchu:son ~\erna­ tional de Hong Kong, así como el hundimiento e grupo francés Boussac. 96

El hecho de que tan pocos grandes monopolios hay® mordido el polvo durante una recesión sin embargo severa no se explica en absoluto por la sólida situación financiera de la gran mayoría de ellos. Por el contrario, algunos, y no los menores -piénsese en la Chrysler cuyas ganancias no representan ya más del 1.5% del volumen de negocios en 1977, tras las severas pérdidas durante la recesión;' 0 piénsese en la Lockheed, que no es mejor caso- rozaron varias veces la catástrofe. No, la razón de la supervivencia de los monopolios menos rentables yace en el hecho de que el sistema bancario sigue concediéndoles créditos, que los Bancos Centrales y el Estado burgués siguen proporcionándoles "más madera": "Si no viviéramos en un país tan respetuoso del secreto a voces cuando se trata de negocios, se escribiría desde hace tiempo en la prensa que Rhóne-Poulenc [el principal monopolio químico francés] cumpliría a duras penas con sus obligaciones sin las ayudas bancarias que se le siguen otorgando", escribe Paul Fabra en Le Monde del6 de noviembre de 1975. 51 El caso Kohjin es particularmente elocuente: los negocios siguen como si nada hubiera pasado. Se otorgaron enormes créditos a una empresa de hecho en quiebra. En lo que se refiere a los trusts europeos del automóvil, de los cuales algunos se hallaban en muy mala situación, mencionemos una declaración no menos perentoria del ministro francés Gobert al semanario norteamericano Business Week (lo. de septiembre de 1975): "De hecho, la garantía del Estado ya se otorgó implícitamente a todas las grandes empresas de automóviles europeas. Los gobiernos no pueden abandonarlas". Además, se les han otorgado subvenciones estatales de toda clase, así como desgravaciones fiscales masivas. 5 2 La consecuencia de esta garantía, concedida sistemáticamente a los monopolios menos rentables, es un endeudamiento cada vez más acentuado de los grandes trusts, que frena evidentemente el alza de la tasa promedio de ganancia. Para las sociedades no financieras de Estados Unidos,

la relación entre fuentes de financiamiento internas y externas que era de 2/1 en 1968, se deterioró a la relación 2/3 en' 1975. Estoequivale a d~cir que para cada dólar de ganancias no repartidas retemdas ~n las firmas, ha_y ahora tres veces más créditos bancanos u otros mediOs externos que deben emplearse para ~nanciar nuevas inversiones (Business Week, 22 de septiembre de 1?75}. Hace doce años, el valor de las acciones de esas sociedades superaba cuatro veces ei volumen de sus deudas; actualmente el volumen de esas deudas (l 300 000 millones de dólar~s o sea el doble del nivel de 1965} asciende ya a más dei 50% del valor total de sus acciones. El servicio de la deuda no representaba más que un 9% de los ingresos brutos de las firmas norteamericanas en 1959; representa ya más del 33% en 1975 (boletín del Crédit Suisse, abrilmayo de 1975}. . En Francia, las deudas a mediano y a largo plazo de las empresas (sociedades y cuasi sociedades} a~~e~taron de 30 mil millones de francos en 1972, a 37 mil millones en 1973 44 mil millones en 1974, 62 600 millones en 1975 y 74 mil millones en 1976, ~egún las estadí~ticas de la contabilidad nacional. En Italia, para 795 sociedades, la relación entre las deudas y los medios propios pasó de 2/2 en 1968 y de 3(4 en ~972 a 3/~ en 1976, m_ientras ~u.e el volumen de las mverswnes casi no aumento (estadisticas de la Medio banca). Así, una buena parte de las nuevas deudas sirven para reembolsar antiguas deudas, incluso para pagar los intereses de las deudas. Para las sociedades italianas nacionalizadas, los gastos de personal bajaron en el volumen de negocios total de un 24 a un 21.50% entre 1968 y 1976, mientras que los cargo~ fina~­ cieros subieron de un 6.7 a un 9.6%. En Alemama occ~­ dental, la relación entre la deuda de las firmas y su capital pasó dell.5/l en 1968 a 2/l en 1975 (Winfried Wolf, op. cit., p. 136}. Por tanto, lo que no se produjo, ~s que un~ '?asa dada de plusvalía se ajuste, a consecuencia ~e~~ cri~Is, ~un capital bastante reducido en valor. Se asistiO mas bien a un 98

1

\

nuevo reparto de la masa de la plusvalía en beneficio de los monopolios (sobre todo de los monopolios de ciertas ramas} y a costa de las empresas de menor importancia de la mediana y pequeña burguesía. Evidentemente, la inflación oculta muchos de esos problemas. Pero no ocurrió un profundo "saneamiento" del sistema con alza acentuada de la tasa de ganancia, por desvalorización y destrucción masivas de capitales. . 4) El incremento de la tasa de plusvalía por mecanismos ihternos al proceso de producción es un efecto habitual de toda crisis de sobreproducción y extensión masiva del desempleo. Se produjo efectivamente durante e inmediatamente después de la recesión de 1974-1975. El desempleo y el temor al desempleo aumentan la "disciplina del trabajo", reducen las ausencias por enfermedad (los obreros y las obreras permanecen en el trabajo aun con principio de enfermedad), reducen las fluctuaciones de mano de obra, facilitan la aceleración de las cadencias y la intensificación del proceso del trabajo. Todos estos fenómenos de "racionalización" tienen por supuesto un efecto benéfico en las ganancias capitalistas. Por tanto, éstas aumentaron efectivamente de nuevo hacia el final de la recesión y a principios de la reactivación, como aparece claramente con las siguientes cifras:

Cuadro XX. Ganancias brutas de las sociedades por acciones germano-

occidentales

(en miles de millones de DM corrientes)

!

l

1973 1974 1975 1976

20.8 19.5 19.97 23.2

Crecimiento con respecto al año anterior (%)

-

+

+

5.8 2.2

16.0

'

Cuadro XXI. Evolución de las ganancias netas de las 880 principales sociedades por acciones de Estados Unidos

de/Jer. trim. 1975 al Jer. trim. !976

+

30%

de/ter. trim. 1976 alter. trim. 1977

de/Jer. trim. 1976 a/Jer. trim. 1977

+ 11%

+ 13%

Fuente: Los cuadros trimestrales de cuentas de esas sociedades publicados por el semanario Business Week.

En Bélgica; las ganancias brutas de las sociedades anónimas aumentaron un 16% en 1976 con respecto a 1975, y un 45.3% en los siete primeros meses de 1977 con respecto al periodo correspondiente de 1976. Sin embargo, el aumento de la tasa de plusvalía no tuvo una amplitud suficiente como para provocar un aumento considerable de la tasa y de la masa de ganancia. La causa de ello es social y política: la resistencia tenaz y a veces feroz de la clase obrera y del movimiento obrero ante la ofensiva patronal que acompañó como de costumbre al periodo de recesión y de agravación del desempleo. Lo que vuelve la situación actual tan grave para el capitalismo es precisamente la coincidencia de la recesión económica generalizada -y luego de una reactivación vacilante, es decir un periodo prolongado de crecimiento considerablemente aminorado- con un nivel excepcionalmente elevado de organización, de fuerza numérica, de combatividad del proletariado, al mismo tiempo que una debilidad política excepcionalmente manifiesta del sistema burgués. Esta coincidencia no es fortuita. Es el resultado de toda la c;:volución económica, social y política a escala mundial desde hace un cuarto de siglo. En la escena internacional, las relaciones de fuerza se han deteriorado manifiestamente para el gran capital. En los países imperialistas, el largo periodo de expansión fortaleció objetilOO

vamente el peso y la fuerza de la clase obrera. El nuevo ascenso de las luchas en Europa occidental desde mayo del 6& fortaleció subjetivamente la combatividad y la conciencia anticapitalista de los trabajadores en numerosos países. En ninguna parte fue capaz la burguesía de infligir a la clase obrera derrotas tales que fuera incapaz de replicar ante una agravación considerable de su poder adquisitivo y de sus condiciones de vida y de trabajo, ante un importante desmantelamiento de las ventajas sociales indirectas. Tal es la diferencia fundamental con la situación de 1929-1932. En estas condiciones, resulta claro que la lucha por un alza sustancial y brutal de la,tasa de explotación de la clase obrera marcará el final de los años setenta y los años ochenta, como había marcado el final de los años veinte y los años treinta. J,.-a clase obrera entra en esta era de lucha de clases acentuada con fuerzas y cartas de triunfo mucho más amplias que las de hace cincuenta años. Las pugnas decisivas están ante nosotros y no detrás de nosotros, en todos los países imperialistas, incluso en Estados Unidos, en Alemania occidental y en Japón. Por tanto, es sumamente improbaple que la economía capitalista internacional pueda recuperar antes de mucho tiempo las tasas de crecimiento de que había disfrutado en los años cincuenta y sesenta. La "onda larga· de crecimiento aminorado", que habíamos predicho desde 1965, se vuelve efectivamente realidad desde finales de los años 60, y se proseguirá durante mucho tiempo, con todas las consecuencias que de ello derivan, en todos los ámbitos de la vida social.

101

'

XIV LA REACTIV ACION ES UN HECHO DESDE 1976 PERO ES DEBIL Y ESTA MARCADA POR EL MANTENIMIENTO DE UN DESEMPLEO CRONICO

i

i

1

t 1

ella. No es sin duda una razón para impugnar la naturaleza de reactivación de la tendencia coyuntural en 19761977. La inversión de la coyuntura se expresa claramente en las cifras siguientes: Cuadro XXII. Evolución de la producción industrial

La recesión generalizada de la economía capitalista internacional tocó a su fin en 1975: más temprano en Estados U nidos , más tarde en la RF A, en Japón y en los de' más países imperialistas. En 1976 y 1977, la ec.ono~I_ua capitalista internacional se halla en fase de reachvaciOn. Desde un punto de vista marxista, sólo hay un criterio para juzgar si hay rece~ión o reactivaci.~n de la a~tividad económica: la tendencta de la produccton matenal y, estrechamente ligada a ella, la de la acumulación del capital (el volumen y la nueva inversión de las ganancias). Tomar como criterio de la reactivación la amplitud del des~mpleo o el alza de los salarios reales (~e los ingresos reales de la población trabajadora) es equtvocarse totalmente acerca de la naturaleza del régimen capitalista. Este constituye un sistema de producción en el que la ganancia y la acumulación del capital son las metas de la actividad económica. El volumen del empleo o la evolución de los salarios reales tan sólo son epifenómenos. Mejor dicho: la situación "ideal" para el capitalismo, es precisamente la que permitiría combinar el incremento de la producción material, un nivel elevado de desempleo, el estancamiento o el alza muy moderad~ de los salarios reales, y una fuerte alza de las gananctas y d.e la acumulación de capitales. Gracias a semejante combmación, la producción de plusvalía rompería momentáneamente todos los récords. Semejante coincidencia no se realiza durante cada reactivación, en la historia del capitalismo industrial de los últimos 150 años. Tampoco se realizó de manera ideal en 1976-1977, pero se acercó a 102

Estados Unidos RFA Japón Francia Gran Bretaña Italia Canadá Australia Bélgica Suecia

1975

1976

(%}

(%}

- 8.9 - 6.2 - 10.9 7.3 - 4.8 - 9.8 - 4.6 - 6.3 - 10.0 - 1.8

+ 10.0 + 8.5 + 13.5

+ + + +

+ + -

10.0 0.8 12.5 4.0 5.5 9.0 1.0

Fuentes: Viickens Affiirer, 2 de septiembre de 1976; Nationallnstitute Economic Review, febrero de 1977. Informe del GA TT: "El comercio internacional en 1976-1977".

Pero si bien la reactivación es evidente, es sin embargo relativamente débil y vacilante. Esto se manifiesta ante todo por la dificultad con que se topa la producción industrial misma para recuperar el nivel más elevado que había alcanzado en vísperas de la recesión (véase cuadro XXIII). · Pero lo que es aún más importante es que la reactivación es demasiado limitada para reabsorber el desempleo. La "función histórica" de la recesión de 1974-1975, para la burguesía internacional, fue precisamente la de acabar con el "pleno empleo" como "objetivo prioritario de la política económica, monetaria y social" ,S 3 y volver a introducir un desempleo masivo permanente, para

10,3

Cuadro XXIII. Producción industrial a finales de 1976 comparada con la

de antes de la recesión ( 100 = 1970)

1

! Máximo antes de la recesión Estados Unidos Japón RFA Gran Bretaña Francia Italia

sept. marzo nov. nov. nov.

oct.

1973:123 1974:139 1973:125 1973:117 1973;136 1973:136

Nivel 4o. trim. de 1976 nov. 1976:123 oct. 1976:130 nov. 1976:117 oct. 1976:109 oct. 1976:130 nov. 1976:130

Fuente: OCDE.

pasar sobre el ''mercado del trabajo". El otorgamiento del premio N obef de ciencias económicas al profesor Milton Friedman en 1976 fue, desde este punto de vista, el símbolo de la "contrarrevolución antikeynesiana" que se produjo en el ámbito de la ideología económica burguesa, reflejando un desplazamiento de prioridades socioeconómicas de la clase capitalista en el campo material y en el de la lúcha de clases. A este respecto, portavoces habituales de la burguesía internacional, así como representantes burgueses de la ciencia académica, no se andan con rodeos. El profesor Karl Brunner, cabeza de los monetaristas suizos, quien vive en Estados Unidos, afirma: "Si se quiere eliminar la inflación, hay que pagar un precio, y ese precio es el desempleo. El desempleo es, por tanto, el costo social para acabar con la inflación. Y que no me vengan a decir que existe otra salida, no es cierto" (entrevista publicada en la revista belga Tendances-Trends deiS de septiembre de 1976). Uno de los principales monetaristas a escala mundial, el profesor Harry G. Johnson, recientemente fallecido, no se expresó de manera menos cruda: "La respuesta [a la inflación] depende[ ... } a largo plazo [ ... ] de la voluntad de la sociedad de apartarse del Welfare Sta104

te" (The Banker, agosto de 1975). En términos un poco más púdicos, pero apenas menos claros, los autores del 47o. Informe Anual del Banco de Liquidaciones Internacionales afirman: "Este Informe adopta más bien la corriente de pensamiento según la cual la aceleración de la inflación durante los años sesenta y principios de los años setenta resultó en gran parte de la voluntad afirmada de las autoridades de mantener el pleno empleo, mientras que se descuidaban los efectos potenciales en la estabilidad de los precios, del estrechamiento de los mercados de trabajo y de la penuria de capacidades" (p. 51). Y expresándose de un modo aún más prudente en ese país altamente politizado que es Francia, los señores Claassen, Gareffo y Pasca!Salin escriben: "La lucha contra la inflación necesita una política monetaria restrictiva, de tal manera que el crecimiento monetario sea tanto más cercano a la tasa de crecimiento prevista del PNB real cuanto que se desee volver a la estabilidad más rápidamente. El riesgo de esta política es evidentemente la agravación del desempleo" (Turbulences d'une économie prospere, cit., p. 86).

' Cuadro XXIV. Evolución del desempleo durante la reactivación

Septiembre de 1976 Estados Unidos Gran Bretaña Italia Japón RFA Francia España Canadá Benelux Australia

7 400 000 1319000 1145 000 1 130 000 890 000 841 000 750 000 775 000 444 000 350 000

Diciembre de 1977 6 337 000 1 428 000 1 558 000 1 140 000 1 027 000 1 027 000 1 000 000 912 000 555 000 400 000

Fuentes: Estadísticas gubernamentales, salvo para España donde re· producimos las estimaciones de las revistas económicas.

105

N o se podría confirmar mejor el análisis efectuado en El Capital por Marx, hace más de un siglo: el capitalismo no puede sobrevivir a la larga sin un ejército industrial de reserva, o sea sin el desempleo. Todos nuestros buenos socialdemócratas y otros reformistas que afirmaron. que "la economía mixta" en la cual se supone que vivimos ya no sería una economía capitalista, habrán perdido su tiempo una vez más. La recesión de 1974-1975 dejó un residuo de desempleo estructural que la OCDE evaluó en 15.5 millones en el conjunto de los países imperialistas para finales de 1976. A finales de 1977, la misma OCDE estima que el desempleo había aumentado en el conjunto de los países miembros (el conjunto de los países imperialistas) a 16.3 millones. Prevé un nuevo incremento del desempleo que en 1978 alcanzará la cifra de 17 millones de desempleados oficialmente censados. Ahora bien, en el punto más bajo de la recesión había 17 millones de desempleados. Así, una reactivación que sin embargo incrementó la producción industrial en un promedio del lO% con respecto al nivel más bajo de la recesión, dejó prácticamente intacto el desempleo cr~ado por 'la crisis. Tal es el balance elocuente del penodo 1973-1978 en materia de empleo. Particularmente dramático es el deterioro del empleo para Jos jóvenes, las mujeres y los trabajadores inmigrados, o sea Jos sectores más vulnerables y económicamente más débiles del proletariado. El semanario estadounidense Business Week informa, en lo que se refiere a los jóvenes, que en Estados Unidos, enjulio de 1976, el18% de los menores de veinte años que habían terminado sus estudios estaban sin trabajo. ¡Para los jóvenes negros entre 16 y 19 años, esa tasa de desempleo alcanza un 34.1 %! (número del 20 de septiembre de 1976). A principios de 1977, más de la mitad de los 7 millones de desempleados oficialmente reconocidos en Estados Unidos eran jóvenes de menos de veinticuatro años. En la CEE, la parte de Jos jóvenes por debajo de veinticinco años en el núme106

ro total de desempleados evolucionó como sigue: Cuadro XXV. Porcentaje de jóvenes con respecto al número fOtal de desempleados

1967 1970 1972 1975 1976 1977 (sept.)

Bélgica

Francia

RFA

Italia

Gran Bretaña

(%)

(%)

(%)

(%¡

(%)

16.3 11.9 17.2 31.5 32.3 43.5

19.4 23.1 25.0 37.4 37.7 46.0

12.2 18.7 19.8 28.6 24.8' 26.6 2

22.8 26.5 27.3 34.1 39.0

25.9 27.3 31.7 41.9 43.9 45.5

Fuente: Estadísticas de la CEE. 1 Septiembre de 1976. ' Mayo de 1977. Conjunto de la CEE

Promedio

En porcentaje del total de desempleados

En cifras absolutas

1969-1973 197:1 1975 1976 1977

26.5% 30.7% 35.3% 37.0% 37.4%

561 000 824 000 1512000 1 778 000 1 996 000

Fuente: EUROSTAT.

En septiembre de 1977, el54.5% de los desempleados en Francia eran mujeres. A finales de 1976, la tasa de desempleo de las mujeres en la RFA era de un 5.9%, frente a un 3.4% para los hombres. En el Ruhr, la diferencia era todavía mayor: 6.6% frente a 3.4%. En Bélgica, la tasa de desempleo era en 1976 de un 12.5% para las mujeres y de un 6.7% para los hombres. La tasa de desempleo de los 107

[

trabajadores inmigrados, en septiembre de 1975, era de un 7.6% frente a una tasa de un 4.7% para el conjunto de los asalariados en,la RFA. Si ese porcentaje bajó desde entonces, esto es-porque más del20% de esos trabajadores -550 000- fueron devueltos a su país de origen a finales de 1976. 54

XV LA REACTIV ACION ES INFLACIONARIA, VACILANTE, DESIGUAL Y POR TANTO NO ACUMULATIVA

/

Si se examinan las causas de la inversión de la coyuntura, nos damos cuenta que la recesión se frenó y la reactivación se estimuló por enormes déficits presupuestarios en 1975-1976. Ello quiere decir que durante los años 1975 y 1976 hubo inversión de la tendencia del endeudamiento privado a crecer más rápidamente que el endeudamiento público, lo cual es normal en una fase de estancamiento relativo de los negocios y de abundancia mayor de capitales-dinero en manos del gran capital. En vista de la conjunción entre el alza de la tasa de ganancia, la mayor liquidez de los trusts y el muy lento arranque de sus inversiones, se redujo el recurso a los préstamos bancarios, mientras que la deuda pública subía rápidamente. 55 A primera vista, puede parecer paradójico hablar de una reactivación inflacionista, cuando todo el mundo subraya el aminoramiento del ritmo del alza de precios. Ese aminoramiento es un hecho en 1976 y en 1977, si se compara la tasa de inflación con la tasa récord de los años 1973 y 1974. Pero no es así si se compara la tasa de inflación de 1976-1977 con el promedio de los años sesenta. Resulta claramente que la tasa de inflación sigue siendo ampliamente superior a la que reina desde la segunda guerra mundial en el conjunto de los países imperialistas. De hecho, el costo de la vida y los precios de los bienes de consumo no dejaron de aumentar, aun en plena recesión, y esto a pesar de una caída brutal de casi todas las' cotizaciones de las materias primas, un hundimiento de los precios de ciertos productos manufacturados, una reaparición enconada de la competencia en los 108

109

precios en sectores como el textil y el electrodoméstico, y una sobreproducción generalizada para casi todos los productos acabados. Es cierto que en el tercer trimestre de 1977 hubo un aminoramiento manifiesto de la inflación en Gran Bretaña y en Italia. En el cuarto trimestre, hubo incluso una baja del costo de la vida de un 3.5% en Japón, a consecuencia de la baja de los costos de las importaciones ocasionada por la constante revaluación del yen. Pero ello no impide que la tendencia general sea clara. El carácter inflacionista de la reactivación confronta al capitalismo internacional y sobre todo a los gobiernos burgueses -'-ya sean de derecha o de izquierda- con un dilema particularmente doloroso para los países con tasa de inflación superior al promedio. O bien esos gobiernos siguen dando prioridad a la "lucha contra la inflación". En ese caso, cualquier nivel "excesivo" (o por encima del promedio internacional de los países imperialistas) de tasa de inflación ocasiona severas medidas de deflación que cortan de un tajo la reactivación y hacen que la economía vuelva a caer en la recesión de la cual apenas había salido. Eso es lo que se produjo en particular en Gran Bretaña -donde las empresas tuvieron que pagar hasta un 20% de interés para préstamos corrientes- y en Italia, así como en Francia, después de la entrada en vigor del plan Barre. Todos esos países asistieron a la baja de su producción industrial en cifras absolutas después de adoptar medidas deflacionistas. O bien los gobiernos burgueses se abstienen de cualquier medida deflacionista y siguen con el impulso adquirido en 1975-1976 estimulando la reactivación mediante importantes déficits presupuestarios, el crédito barato y en general el crecimiento acelerado de la masa monetaria. En es
~

V"lO\-ooO\"'=:tOr-"'!:t

\CiMoóo\triocioOv:S_;

-- +++++++++

6

u

1

OOV"':i'<:f"r-00\0lliOlli

tr)-.icio\v)I.Or--:O.:o\

+++++++++

0000000V')000V)V)

oo..,...;_:......;_;v:S_;oo..:

--N--+++++++++

~o'
-+++++++++ -----

_;r-..:~Mv)o\000.:

'

\O<"")QV)-\0\00\0

NM-a~.¿.-.i-No.r1..q:

+++++++++

;

1

111

de estímulo y por la incidencia inicial del alza de la cotización de cambio de sus monedas. 56 Pero resulta de ello simplemente una reactivación mucho más lenta de lo previsto y que corre peligro de no rebasar cierto nivel. Para superarlo, hay que "reanimar" de manera más e~érgica co'?o lo.~izo Estados Unidos -y pagar el preCIO de una mflacwn que se acelera nuevamente. ~~emás, ~a "crisis fiscal del Estado" plantea límites obJetJvos a_l mcremento de los déficits presupuestarios y de las medidas de reactivación, si se quiere evitar caer en ~a inflación galopante. Y a lo hemos recalcado: el enorme mcreme~to de la de~da pública acompañó en la mayoría de los pa1ses las medidas de reactivación de los años 1975 Y 1976. Fue el precio pagado para evitar una vez más una crisis catastrófica de la amplitud de la de 1929-1932 y trata~ de transform~rla en recesión más limitada en profundidad y en amphtud, aunque fuese la más grave desde la segunda guerra mundial. Por doquier, importantes sectores de la burguesía ejercen una presión constante para el aminoramiento del ritmo de incremento de los gastos púb_licos y de los déficits presupuestarios. 57 La amphtud de los déficits presupuestarios -y del incre~ento de la deuda pública que de ello resultó- puede medi~se por el hecho de que equivalen en 1975 a un 5% del PNB en Estado~ Unidos, a un 7% en la RFA y a un 9% ~n Gran Bretana. La misma observación se aplica particularmente a pequeños países imperialistas como Noruega, Suecia y Austria, donde los gobiernos socialdemócratas habían logrado limitar considerablemente la extensión de la recesión de 1974-1975.s• L_o~ "resulta~os socioeconómicos" de esos gobiernos se sltuan, por Cierto, por encima del promedio, tanto en lo que se refiere a la defensa del empleo como en materia de mantenin_liento de_! ingreso real de los trabajadores. Esto se exphca esencialmente por la manera particular en que estos países se insertaron en el mercado mundiai.S• En el caso de Austria se añade a ello en forma subsidiaria, la amplitud del sector nacionali~ado de la 112

r

economía, el más extenso de todos los países imperialistas, y en el de Noruega, la importancia de los recursos petroleros. La acumulación de importantes reservas permitió igualmente una política anticíclica más audaz, sin' provocar una tasa de inflación de doble cifra. Sin embargo, el incremento de la deuda pública fue fulminante en esos países. Por tanto, es poco probable que puedan repetir esos resultados durante la próxima recesión. Pero la característica principal de la~reactivación es su carácter desigual por países y sectores, y por ello no acumulativo y vacilante. Hay que analizar las causas de ello y recalcar los principales aspectos de esta reactivación irregular, que no logra alcanzar un verdadero despegue. Cuadro XXVII. Evolución de la deuda pública en Austria

En miles de millones de S ch. corrientes

¡ 1

1972 1973 1974 1975 1976 1977 (prev.)

49.8 56.2 61.3 100.3 (!) 134.2 165.6

En%del

PNB 10.62 10.55 10.0 15.34 18.52 20.5

Fuente: Die Presse, 22 de octubre de 1976.

1] La reactivación de las inversiones productivas es mucho más lenta de lo previsto, y no logra tomar el relevo del

consumo de las familias para fundar la reactivación. Esto no se debe a la insuficiencia de las ganancias, como ya lo demostramos en el capítulo XIII. Esto se debe esencialmente a la presión de las capacidades de producción no utilizadas que a finales de 1977 siguen fluctuando alrededor de un 20% en plena reactivación en el conjunto de los países imperialistas, incluso en Estados U nidos, que tienen 'la mayor reactivación. Es significativo a este 113

respecto el comentario siguiente publicado en el semanario norteamericano Business Week (lo. de noviembre de 1976) bajo un título elocuente: "Where is the capital spending boom?" (¿Dónde está el boom de los gastos de inversiones?): En Estados U nidos, los gastos de inversiones se sitúan aún aproximadamente a un 9% por debajo del máximo alcanzado hace dos años y medio, en la segunda t mitad de 1973. En Japón, los gastos de inversiones se r sitúan a un 24% por debajo de la tasa de ese mismo periodo en 1973. En los cuatro principales países de Europa occidental (Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia) la diferencia es de un 11%. Y si bien Estados

Cuadro XXVIII. Comparación, por ciclo, de la evolución de las inversiones no residenciales (en % con respecto al máximo precedente) (1 a /V marcan los cuatro trimestres de cada año) RFA Canadá Estados U nidos Francia Japón Gran Bretaña

11,11966- I/1966 III/1971- 11/1974 I/1974-IV /1976 Iji960-IVjl962 I/1969-IV /1971 Iji974·1V /1976 I/1960- 11/1963 IV/1969· Ij 1973 IV/1973· 1/1977 I/1964- 1/1966 11/1966- 11/1968 m; 1974-III/ 1976 1/1962- I/ 1965 IV /1964-IV /1967 IV /1973-IV /1976 IV/1964- 1/1968 11/ 1969-III/ 1972 111/1973-IV /1976

+ 11.8

-

6.5 7.4 5.1 14.9 0.5 9.0 12.5 - 7.9 + 15.8 + 12.2 + 4.1 + 31.7 + 40.4 - 12.9 + 17.0 + 8.8 - 13.9

+ + + + + +

Fuente: Banque des Reglements lnternationaux: 47o. informe anual, p. 14.

114

Unidos parece actualmente en vías de desarrollar la reactivación de los gastos de inversiones de la manera más exitosa de todos los países avanzados, el crecimiento sigue siendo sin embargo en este país más bajo este año que durante cualquiera de las cinco reactivaciones económicas del periodo de posguerra. En esas condiciones, no tiene nada de sorprendente que haya abundancia de capitales-dinero y recurso muy moderado de las empresas al crédito bancario. De hecho, en la semana que terminó el 29 de septiembre de 1976, los créditos bancarios a las empresas se situaron en Estados U nidos en 116 600 millones de dólares, frente a 123 500 millones a finales de septiembre de 1975, o sea un retroceso del 5.5% que equivale a un retroceso de más del 10% si se toma en cuenta la inflación. Un año más tarde, el 28 de septiembre de 1977, el volumen de esos préstamos asciende a 125 mil millones de dólares, superando apenas el nivel de 1975, lo que, tomando en cuenta la tasa de inflación, representa de hecho una caída del volumen del crédito en términos reales de aproximadamente un 12% (Business Week del25 de octubre de 1976 y del24 de octubre de 1977). El mismo fenómeno se observa en Gran Bretaña, donde el semanario The Observer escribe en el número del !O de octubre de 1976: "La prudencia lleva a una importante reducción del recurso a los préstamos bancarios. Según una declaración de Anthony Rudge, el presidente del consejo de administración local del Barclay's Bank en Birmingham, las firmas industriales de la metalurgia no aceptan más que un 38% del volumen de los anticipos en cuentas corrientes que les son ofrecidos". 2] La demanda de bienes de consumo en el mercado interno ya no se amplifica, tras el efecto "detonador" de la reactivación. El movimiento acumulativo se ha roto como resultado del desempleo y de la inflación que persisten, de los efectos que ocasionan en la tasa de ahorro de las familias, de la ausencia de un boom de las inversio11,5

reactivación simultánea, ni de la misma amplitud. El mecanismo internacional de la reactivación fue grosso modo el siguiente: Crecimiento Crecimiento Crecimiento a] reactivación de la producción en Estados Unidos de/a tasa del consumo de los iñgresos desde el segundo trimestre de 1975, estimulada en partireales netos de ahorro en volumen cular por una fuerte reactivación del sector del automó(%) (%) (%) vil (la industria de la construcción, el otro detonador de la crisis, experimentó un gran retraso y quedó en el ma0.7 0.7 Estados U nidos 1.4 rasmo a todo lo largo de los años 1975 y 1976);60 2.3 RFA 4.4 2.1 -1.1 4.0 Japón 2.9 bl reactivación en Japón y en Alemania occidental, Francia 1.1 1.9 3.0 con un desfase de unos seis meses con respecto a la de -0.4 Gran Bretaña 0.6 0.2 Estados Unidos, sobre todo con el impulso de un desa0.4 1.9 Canadá 2.3 rrollo importante de las exportaciones; 3.4 -2.5 0.9 Italia e] reactivación, simultáneamente con la de la RF A, Fuente: Economic Outlook, n. 18, diciembre de 1975, p. 24. en algunos países de la CEE y en países como Austria y Suiza, fuertemente "adosados" a la CEE. Pero mientras que la reactivación alemana y japonesa sigue nutriéndones y, en ciertos países, de las medidas de deflación que se del desarrollo de las exportaciones durante todo el siguieron rápidamente a las medidas de reactivación. año de 1976 y a principios de 1977, hay brusca ruptura de la reactivación en Francia y en los países del Benelux Como se ve (cuadro XXIX), el volumen del consumo en el segundo semestre de 1976, a consecuencia de una interno sólo aumentó en las proporciones más modestas menor competitividad de los productos exportados, de (salvo en Japón), y esto a pesar de los enormes déficits un alza de los precios de exportación superior a la de los presupuestarios. En conjunto, el volumen de las ventas productos alemanes, y de las medidas deflacionistas tqal menudeo (a precios fijos) sólo aumentó en Estados madas por los gobiernos interesados para combatir la Unidos entre septiembre de 1975 y septiembre de 1976 en aceleración de la inflación (en Bélgica y Luxemburgo un 3% y en menos de un 3% entre septiembre de 1976 y septiembre de 1977 (Business Week del lo. de noviembre hay que añadirlos efectos de la grave crisis de la siderurgia); de 1976 y del 31 de octubre de 1977), y esto a pesar del hecho de que durante esos dos años el volumen del emd] en Gran Bretaña y en Italia, la reactivación era o pleo aumentó un 5% y el ingreso disponible en términos bien desde el principio más lenta (Gran Bretaña), o bien reales un 10%. El estancamiento del volumen del consude corta duración (Italia). Fue completamente estrangulada por las medidas deflacionistas severas de sus gobiermo interno es aún más manifiesto en Gran Bretaña, donde, en precios fijos de 1970, se sitúa en el segundo trimes- .· · nos; tre de 1976 a un nivel levemente inferior al del promedio eJ hecho muy importante: salvo en lo que se refiere al anual de 1973 (The Times, 20 de agosto de 1976). Japón, la expansión norteamericana en 1976 y a princi3] La reactivación es internacionalmente desigual. Si · · pios de 1977 no se acompañó de un desarrollo proporcional de las importaciones provenientes de los países bien los países imperialistas entran casi simultáneamente · imperialistas y de los países dependientes y semicoloniaen la recesión de 1974-1975, no experimentaron una Cuadro XXIX. Poder adquisitivo de las masas de los principales paises imperialistas en 1975

116

117

les. De hecho, durante los nueve meses que transcurriere!l entre el final del tercer trimestre de 197 5 y el final del pnmer semestre de 1976, las exportaciones totales de la C:EE aumentar~m un 16.4%, pero sus exportaciones haCI~ Estados Umdos disminuyeron un 5.5% (Eurostat Boletm ~ensual del comercio exterior, n. 9, 1976, p. 24). Simultan~amente, las exportaciones japonesas hacia Estados Umdos aumentaron un 40%. Los expe~to.s en la m~teria parten de la hipótesis de que. u~ crecimiento endogeno en las tres economías impenahstas má~ poderosas -las de Estados U nidos, la RF ~ :>:' el Japon- acarrea efectos estimulantes para el crecimiento en. los demás países imperialistas, que sin embargo son diferentes en cada caso preciso y para cada sector de la economía imperialista internacional: Cuadro XXX Provoca un crecimiento

deiPNBde

1% de aumento de la demanda global ' Estados U nidos Japón

RFA

Y como resultado en otros países

Estados Unidos

Japón

(%)

RFA

(%)

mientode

(%)

(%)

0.35 0.00 0.10

0.50 0.00 1.60

0.35 0.15 0.30

2

0.1 0.05

europeos un cteci-

Fuente: Economic Outlook, n. 18, diciembre de 1975, p. 34.

. ~o que gobierna las re~aciones entre potencias impenahstas son la competencia y dependencia mutuas. Pero como la _ley del desarrollo desigual sigue actuando como las relaci.ones de fuerza se modifican constanteme~te, las repercusiOnes ex~ctas de las diferentes tasas de crecimiento. Y.de la~ d~ferentes políticas económicas de cada potencia Impenahsta en sus competidores/socios, y en la· 118

coyuntura económica internacional en su conjunto, son incalculables e impredecibles. 4] La reactivación es sectaria/mente desigual, y esto bajo la influencia combinada de las diferentes tasas de capacidad sobrante que existen en diferentes sectores y de una dinámica de la demanda cada vez más diferenciada a mediano y a largo plazo. Así, la industria del automóvil había sido, junto con la industria de construcción mecánica, el principal detonador de la reactivación. Pero su tasa de crecimiento ya no alcanza las cifras récord de los años cincuenta y sesenta. Por lo tanto, no puede ser "portadora" de un regreso a una expansión rápida y duradera. En Estados Unidos se prevé a partir de 1978 un estancamiento, incluso un retroceso de las ventas de automóviles. La industria siderúrgica, cuyo boom se había terminado a finales de 1974 y que había experimentado una reactivación a principios de 1976, volvió a caer en una grave recesión a partir del otoño de 1976, recesión que se agravó a todo lo largo del año de 1977. Además del marasmo de la construcción naval y de la construcción -dos grandes clientes de la siderurgia- la decadencia de las salid'as tradicionales de esa industria en países que comienzan a satisfacer sus propias necesidades de acero explica la persistencia de esa crisis (cuadro XXXI). La industria textil experimenta igualmente un marasmo de mayor duración, del cual dista mucho de haber salido. La industria química corrió una suerte diferente durante la reactivación: el sector de la petroquímica) sobre todo el de las fibras sintéticas) padece de una capacidad excedente aguda a escala mundial, mientras que los demás sectores de esa rama participan de modo más vivaz en el incremento de la producción industrial. La construcción mecánica (sobre todo el sector "suministro de fábricas llaves-en-la-puerta"), la construcción eléctrica, la electrónica y el sector de la energía (incluyendo el equipo energético) participan ampliamente en la reactivación. 119

Cuadro XXXI. Evo/uci6n de la producci6n siderúrgica internacional (en millones de toneladas) 1974

1975

1976

19771

A

URSS Rep. Pop. China Polonia Checoslovaquia 8 Estados U nidos Japón RFA Italia Francia Gran Bretaña Canadá Bélgica España Suecia Australia Total grupo B

e

India Brasil México Sudcorea Taiwán Rumania Total grupo C

C/8

136.2 25.0 14.6 13.6

141.3 26.5 15.0 14.3

144.8 21.0 15.3 14.7

147.0 23.4 18.0 15.0

132.0 117 .l 53.2 23.8 27.0 22.4 13.6 16.2 11.5 6.0 7.8 298.6

106.0 102.3 40.4 21.9 21.5 19.8 13.0 11.6 11.1 5.6 7.9

116.3 107.4 42.4 23.5 23.2 22.5 13.2 12.1 11.0 5.1 7.8 267.1

113.1 102.4 39.0 23.3 22.1 20.4 13.7

7.1 7.5 5.1 1.9 0.9 8.8 31.3 10.5%

8.0 8.4 5.3 2.0 l. O 9.5

9.4 9.2 5.3 3.5 1.6 10.5 39.5 14.8%

Dicha revista comenta así ese estado de cosas: Semejante desigualdad de la reactivación de los diferentes sectores industriales no se había producido durante los periodos de reactivación anteriores; se explica por la particularidad de la fase actual. El súbito desarrollo del comercio exterior dirigió la reactivación' actual, como lo hizo en circunstancias similares en el pasado. Pero mientras que en el pasado esta primera fase fue seguida por la de las inversiones acrecentadas en reservas y en equipos, esta vez esas inversiones no se incrementaron particularmente desde que la coyuntura interior alcanzó su punto más bajo hace aproximadamente un año.

Gráfica 111 Reuctivación económica y actividad productiva

l

Reactivación de la producción en %


1 ',J

130

120 Automóviles

-10

-5

Cifras provisionales. Fuentes: Neue Zürcher Zeitung, 18 de enero de 1977. Financia/ Times ' 25 de enero de 1978.

120

1

t

1

La gráfica 111! publicada en el número de septiembre de .1976 de la rev1st~ mensual The Oriental Economist, refleJa de m<;>do .~artlcularmente claro la intensa variedad de la react1vac10n en las diferentes ramas en Japón (donde el marasmo de las inversiones acarrea el de la construcción mecánica).

•'

110 ·O

5

10

15

20

25

JO

Nivel de producción máximo pr.ecedente Papel de imprenta Textiles sintéticos Hilados de algodón Productos químicos

Productos petroleros

Máquinas textiles

,...._, i_ ,-:a..

Cobre

Cemento Productos siderúrgicos

Equipos

de comunicación t

121

La conclusión que se desprende de esos cuatro factores es cla.ra: no podía haber una reactivación rápida y a~.umulativa que llevara a un nuevo boom. La reactiva-. c1on fragmen~ada, vacilante y desigual, roza constantemente la reca1da en ll:~a nueva recesión. Con respecto a la lar~.a ola de e~pa~~wn. de los años cincuenta y sesenta, receswn y ~~act!Vacwn s1guen colocadas bajo el signo de una depreswn de los factores de crecimiento.6'

XVI COMPETENCIA INTERIMPERIALISTA, NUEVO ASCENSO DEL PROTECCIONISMO Y ESTRATEGIA DE LAS SOCIEDADES TRANSNACIONALES

La desigualdad de la reactivación económica en los diferentes países imperialistas no puede más que acentuar la lucha competitiva interimperialista, cuando esa desigualdad deriva a su vez parcialmente de la agravación de esa competencia que la precedió y que llevó a una modificación del peso relativo de las diferentes potencias en el mercado internacional capitalista. El fenómeno más sobresaliente de esta nueva fase de la competencia interimperialista es el recurso creciente a prácticas proteccionistas que nunca habían desaparecido, pero que indudablemente habían retrocedido durante el largo periodo de expansión económica de posguerra. Es notable que en la historia del capitalismo, el librecambio se extiende sobre todo en las fases de expansión eufórica, mientras que la tentación del proteccionismo aparece sobre todo en las condiciones de depresión prolongada. Los ejemplos de medidas proteccionistas tomadas durante los años 1976-1977 por los principales países imperialistas ya no se cuentan. En este sentido, no menos de 800 quejas fueron sometidas a la conferencia del GA TT . en 1977. Limitémonos aquí a unos cuantos casos parti•. cularmente flagrantes: - Estados Unidos impuso al Japón, so capa de un · acuerdo sobre el orderly marketing, una reducción dé las >e~lPCirt!lci•onleS hacia Estados U nidos de aparatos de televisión en color. Se impusieron acuerdos similares para '"'''u"u· el crecimiento de las importaciones de zapatos de Sudcorea y de Taiwán. Una primera 122 123

aplicación del orderly marketing arrangement había afec- 1977, decretando precios mínimos para la importación; tado desde 19761as importaciones de aceros especiales a - Japón limitó la importación de algunos escasos arEstados Unidos; tículos europeos que habían efectivamente conquistado :- la~~~ impuso~ Hong Kong, a Sudcorea y a otros su mercado, como los zapatos de esquí italianos y franpaises asiatlcos, contmgentes limitados de exportación ceses; de productos textiles a finales de 1977 en el marco de la - Canadá redujo autoritariamente la importación de . ' del acuerdo llamado "multifibra"·62 ' renovacwn productos textiles provenientes del Tercer Mundo para - Estados Unidos trata de imponer (una ve; más con 1978 al nivel de 1975; el pre~exto de 1~ lucha contra el dumping) una limitación - Australia multiplicó las prácticas proteccionistas; de la Importación de productos siderúrgicos provenien- Suecia redujo radicalmente las importaciones de tes tanto del Japón como de Europa (por lo demás el llazapatos italianos, Jo cual acarreó co~o medida de repremado "proyecto Solomon" afectaría más a los p;oducsalia una limitación de las importaciOnes de papel sueco tores eur<;>peos 9ue a productos japoneses); . en la CEE. 63 . - Ital~a tom~ medidas de tasación provisional de las Aun si la amplitud global de todas esas medidas esto· ImportaciOnes (mcluso las provenientes del Mercado davía modesta la tendencia general es inquietante para ' ' Común) para restablec.er el equilibrio de su balanza de la burguesía internacional: Esta teme ~on. razo~ qu~ un pagos; regreso cada vez más ampho al protecciOnismo Imphq':le - Francia redujo la importación de zapatos italianos· una contracción duradera del volumen del comerciO - Italia recurrió a restricciones de importacione~ mundial -como en los años treinta- con efectos desaspara productos textiles provenientes no sólo de los paí- · trosos en la coyuntura económica en su conjunto. . ses del Este y del T.ercer Mundo, sino además de los paí"There is a strong whiff of protectionism in the air" ses europeos no miembros de la CEE (Suiza, Portugal y . ("Hay un fuerte olor a proteccionismo en el aire"). escr\· Turquía son los principales afectados) (Neue Zürcher be el semanario británico The Economist en su numero Zeitung, 12-13 de noviembre de 1977); del 23 de abril de 1977. Para el semanario estadounidenla CEE impuso tarifas arancelarias exorbitantes a se Business Week del9 de mayo de 1977, la presión de la la imp.ortación de t?rnillos metálicos y de cadenas de administración Carter en pro del orderly marketing equimotocicletas provementes de Taiwán, así como a la imvale de hecho a una cartelización y a un proteccionismo portación de baleros provenientes de Japón· indirectos. Pierre Drouin recalca en Le Monde (8 de ene- Estados Unidos, cediendo al lobby del ~zúcar, imro de 1977) que las "naciones industriales" se hallan sopuso u~ derecho de entrada para el azúcar extranjero metidas a la "tentación proteccionista". El ministro itaque asciende al 60% de la cotización actual del azúcar en liano de comercio exterior Ossola se pronunció abiertael mercado mundial (notemos que el precio del azúcar se mente en pro de un proteccionismo a más largo plazo desplomó de 30 cents la libra en 1975 a menos de 10 cents para su país, a fin de reducir duraderamente la amphtud en _noviembre de 1977, .Y que los costos de producción del de las importaciones (Neue Zürcher Zeitung, 11 de mayo azucaren Estados Umdos serían de 13-14 cents la libra de 1977). actualmente); . Los resultados no se hicieron esperar. Durante el ter- la CEE tomó severas medidas de limitación de las . cer trimestre de 1977, por primera vez desde el final de la importaciones de productos siderúrgicos a finales de recesión, el volumen del comercio mundial (o por lo me-

!os

124

i

125

Cuadro XXXII. Contracción del comercio mundial entre el segundo y eltercer trimestre de 1977 (en miles de millones de dólares)

Todos los países capitalistas 3er. trimestre 1976 2o. trimestre 1977 3er. trimestre 1977

S "'-
. ".....

~

¡: "



Importaciones 155.7 182.8 166.3

Exportaciones 144.7 170.7 155.3

Estados U nidos

RFA Japón Francia Gran Bretaña

3er. trimestre de 1977

31.6 28.8 19.7 16.7 14.2

28.7 28.3 20.6 14.6 14.6

Fuente: Fondo Monetario Internacional.

nos el del comercio internacional capitalista excluyendo los intercambios entre países no capitalistas) comenzó a contraerse nuevamente (cuadro XXXII). Esas cifras recalcan y prolongan las tendencias que ya habíamos evidenciado en el capítulo IX. Se expresan de modo aún más claro si se compara la evolución de las exportaciones· de bienes manufacturados entre 1975 y 1977 (cuadro XXXIII). Se desprende claramente de este cuadro que la parte de Estados Unidos en el mercado mundial de los productos de la industria manufacturera es cada vez más menguada por la RFA. y el Japón, mientras que Gran Bretaña realiza un come back relativo a expensas de Francia y de países imperialistas menores. El retroceso de Estados Unidos no. se debe esencialmente a su d.ependencia con respecto a las importaciones de petróleo (al cual se vuelve generalmente responsable del creciente déficit de la balanza de pagos de Estados 126

"d'OOOO("'"j00

--

~

00

~óoO~oó

"'u ·;::

"'

~

:¡; ~

<..::>

~

" ..::! "'" ~

~ ., ~

'

~

:;

"'e

.o

§

.S!-

'<;
E

-~ .....

.. ·;:: ~

2o. trimestre 1977

..::! -o "

·i!

~Nt-trlO

,or-:I.Or-:r-:

~

"o';

'-0

o

E

·a ~

"l! . ":¡. .," .!!

~

o o o e: o o. o -o ~

~

.!;! '-'-

..,"

"
.,

l!

:::~

.E"~-" .," .." ."

.!

~

·~

'5.

·~

-".... ~

~

r-r-t"""''N\0

oooo~so\

"'

~

""

~

'"'=

'-0-

" ...,"'
•e<:!~

-r-trl\0\0

----

oo-=~......;.,:r

-" "'

ro--u u -o e: o .o

""· "'

"

~

.~ r-

.,

~

...

.s" .5 .,....

~~

<>:;~

("'')OOt-f"'>t-

o-:o-:....;oo --NNN

"' o N

~

""

~~

Lt¡~

N---- "'

trlliJNr--.::t;

_:oor---:r-:r-

'-0

11) ~

~

"e

~

"' "u

~~

,!;-

-~

"

"' " ~-~

::;

~

..:: "'o.

--

:.< :.< :.<

u"

"

<>:;

...;

.. -g,

-o

O
·~

.;: E ::·¡: e-

~

~

> r00'e~

''"o

.!!

-. -

~

" E2

E

~

.2 e

...,. <<; "u o E o. ~

·s

"d'O"''!:tlrl...Or-~

\,Qt-t-r-t-r-11) Q\0\0\0\0"10'1.("0')

------"-"

¡j ~LJ.I.

= ¡f

oCl

"...J

u

o 127

:,..

Unidos). Se basa en una progresión mucho más lenta de la productividad del trabajo industrial en Estados Unidos y una tasa de inversión mucho más baja, o sea en el envejecimiento relativo del aparato de producción norteamericano con respecto al de sus principales competidores (cuadros XXXIV y XXXV). Alemania occidental y Francia incluso lograron penetrar en un sector del mercado mundial que hasta hace no mucho tiempo se consideraba como un coto reservado del imperialismo norteamericano: el de la exportación de equipo electronuclear. El alboroto "humanitario" de Jimmy Carter contra el peligro de proliferación de armas nucleares se explica más prosaicamente por el deseo de reducir el lugar preponderante que comienzan a tomar esas exportaciones en el campo energético, con los gigantescos pedidos conquistados por las industrias germano-occidental y francesa en los mercados brasileño, iraní y sudafricano (¿y mañana en la República Popular .China?). 64 Hay otras "avanzadas" sensacionales de los competidores imperialistas de Estados Unidos: en el campo de los prototipos aeronáuticos tecnológicamente más avanzados (Concorde, así como el helicóptero francés Astar, que penetra ampliamente en el mercado éstadounidense); en el campo de la tecnología de las llantas (Michelin); en el campo electrodoméstico. Por otra parte, parece que un cártel internacional -esencialmente anglofrancés y dominado por la Rio Tinto Zinc- logró aumentar el precio del uranio en el mercado mundial de 6 dólares en 1973 a 30-40 dólares en el tercer trimestre de 1976, ¡o sea más aún que el precio del petróleo! (Far Eastern Econornic Review dell9 de septiembre de 1976.) Y a hemos mencionado más arriba las sensacionales penetraciones de los "Tres Grandes" de la exportación japonesa (televisores en color, automóviles y aparatos de aire acondicionado) en el mercado de Norteamérica y de Europa occidental. Una penetración similar se prepara en el campo de las video-cassettes.

'

'

~R o-. o-.

128 129

fue literalmente "desmantelada" por la~ transnacionales europeas: la Fiat estableció su do~i.mo .en el departaPromedio mento de las máquinas de construcciOn ~1al d~ es~ trust, 1977 anual y la Siemens en el departamento de equ1po electnco pe1970-1974 1975 1976 sado y de regulación. 65 • , (%) (%) (%) (%) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - & Es cierto que todo el proceso d~ expans10n de las transnacionales hacia países depend1entes no pued~ re15.6 Estados Unidos 18.8 17.1 18.4 ducirse al fenómeno de búsqueda de costos salanales RFA 20.8 20.8 24.9 21.1 Japón 34.9 30.8 29.9 32.3 más bajos. También corresponde en parte -sobre todo Francia 23.8 23.3 23.1 22.7 en Latinoamérica, parcialmente en S~dcorea- al nuevo 20.9 20.8 20.3 Italia 20.2 empleo de equipos y (o) de. ~ecnolog1a~ ya superado en Gran Bretaña 19.1 19.9 19.0 17.9 los países donde la pr~ducc10~ se. efectua en grande.s se20.7 21.4 Bélgica 21.8 20.9 ries, y que pueden utihzarse mas uempo con ganancia en Holanda 24.0 21.3 19.8 20.6 Suecia 22.0 20.9 20.5 19.9 mercados más estrechoS. 66 28.1 26.7 26.0 Austria 26.5 Lo habíamos recalcado desde hace tiempo: la constante desvalorización del dólar con respecto al yen, al ~euts: Fuente: Noticias económicas de la Unión de Bancos Suizos, che mark y al franco suizo es un arma d~ .doble f1lo. S1, viembre de 1977. bien favorece indudablemente la exportac10n de las mercancías norteamericanas (por lo demás c~!'l result.ados Aparentemente atenazadas entre la agravación de la mediocres como lo acabamos de ver), fac1hta al m1smo competencia internacional por una parte, y el · tiempo la~ exportaciones de ~apitales europeos .so.bre del proteccionismo por otra, las grandes socied~~w,,. todo germano-occidentales) y Japoneses. En la pract1c~, un trust germano-occidental o suizo debe gastar hoy d1a transnacionales reaccionaron a la recesión y a la reactiun 40% menos de DM y FS, un trust japonés un 30% mevación vacilante de dos maneras diferentes: nos de yens, para comprar una firma de lOO millones de a] Acentuando el desplazamiento de sus centros de producción hacia países donde pueden disfrutar de salarios dólares en Estados Unidos. . PÓr ello, las inversiones directas extranJeras. de la más bajos. A este respecto, cabe señalar no solamente las crecientes exportaciones de capitales de Japón hacia el· RFA y de Japón septuplicaron desde 1967. Tan solo ~s­ cendían a un 7% de la masa acumulada de las mversiOEste y el Sudeste asiático, de Estados Unidos hacia Ménes norteamericanas en el extranjero en ese año. Alcanxico y el Extremo Oriente, sino además el rápido ascenso zan ya un 28% de esa suma acut?ulati~a en 1975 'f un de la fundación o de la absorción de empresas en Esta35% en 1977. Si a eso se añade las m versiOnes extranJeras dos Unidos por las grandes transnacionales europeas. Las iniciativas más espectaculares en este campo fueron ' . de Gran Bretaña, de Francia y de Holanda, se. alcan~a ya actualmente un 70% de la masa total de las mvers10nes tomadas por British Petroleum, Volkswagen, Michelin, norteamericanas en el extranjero. El imperialisn:o norSaint-Gobain, Fiat, Siemens, U nilever, Philips, Air liteamericano comienza a perder su preponderancia en el q~ide y British Oxygen, que todos o bien compraron, o b1en construyeron grandes empresas en Estados Unidos. · . campo de las exportaciones de capitales, tras haberla p~r­ dido ya en el campo de las exportaciones de las mercancws Una transnacional norteamericana, la Allis-Chambers, Cuadro XXXV. Tasas de inversiones comparadas en% del PNB '

130

131

manufacturadas. Es el tributo inexorable de la áe.~varlm'i·• zación del dólar. Y si esa decadencia se prosigue y combina con una distancia mantenida en el campo crecimiento de la productividad del trabajo, la derancia en el campo del capital financiero, que es la tima que le queda fuera del campo político-militar, a su vez, cada vez más atacada. Las razones por las cuales un número creciente transnacionales europeas desplazan centros de ción hacia Estados Unidos radican ante todo en de que, a consecuencia de las modificaciones de las de cambio, las diferencias de gastos salariales en dólares entre Europa y Estados Unidos han cido, lo cual, dado los gastos de transporte, propicia producción en el lugar mismo más bien que la impo ción. Es probable que consideraciones. de mayor dad política y social también desempeñen un papel ese sentido (cuadro XXXVI). En el caso de la RF A y de Japón, hay que añadir dentemente a esas cifras los efectos de la revaluación DM y del yen con respecto al dólar, que son mente del orden de un 60% y de un 30% desde 1970.

Cuadro XXXVI. Costos salariales por unidad producida (alza anual)

Promedio 1970-1973

1974

1975

1976

(%)

{%)

(%)

(%)

Estados Unidos

5.2

RFA

8.2

7.6 6.9

Japón Francia Gran Bretaña Italia

9.1 7.1

11.4 9.4 26.5 15.4 20.1 20.7

8.9 11.5

14.6 17.2 32.1 26.0

5.1 0.9 6.0 10.0 12.3 16.2

b] Por acuerdos de cooperación, convenios y concentraciones cada vez más importantes a escala europea y en el Japón. El cártel europeo de la siderurgia (véase capítulo XVIII) es el ejemplo más asombroso en este campo. No es en absoluto el único. Señalemos la creación de un poderoso nuevo grupo financiero en Japón hacia mediados de octubre de 1977, que reúne en torno al mayor banco japonés, el Dai-lchi Kangyo Bank, unas cuarenta empresas industriales y comerciales, entre las cuales la Ishikawa-Harima Heavy Industries, muy poderosa en la construcción naval, la Kawasaki Steel Corp. y la Kawasaki Heavy Industries, la Ashai Mutual Life lnsurance, la Seibu Department Store, etcétera. Este grupo podría convertirse en el más poderoso grupo financiero japonés, aventajando a los Mitsubishi, Mitsui, Marubeni, Sanwa, Sumitomo y Fuji Bank. Las metas de esta concentración serían la racionalización vertical (acero, construcción naval, construcción mecánica, comerciali· zación y la concentración de capitales necesarios para emprender proyectos a escala muy grande como la cons· trucción de centrales nucleares y la explotación de los · fondos submarinos (Neue Zürcher Zeitung, 26 de octubre de 1977). Mencionemos también la conc.entración en la industria japonesa de las fibras sintéticas, donde no subsisten más que cuatro grandes grupos. En Europa, hay que señalar la reorganización de la industria del equipo eléctrico pesado (construcción de turbinas y de generadores) (Financia/ Times, 12 de octubre de 1976), así como la prosecución y la consolidación de la cooperación en materia de construcción aeronáutica, que, tras . el semifracaso del Concorde, se apuntó unos tantos con · el Airbus (The Economist, 17 de diciembre de 1977) y está en vías de inkiar una nueva etapa en el campo de la aviación militar (Euromissille, Panavia, producción franco-británica de helicópteros, etcétera).

Fuente: Sachverstlindigenrat zur Begutachtung der schaftlichen Entwick1ung: Jahresgutachten 1977-1978.

132

133

'

'

XVII

LAS INCIDENCIAS DE LA CRISIS DEL SISTEMA MONETARIO INTERNACIONAL EN LA EVOLUCION DE LA COYUNTURA ECONOMICA

El hundimiento del sistema de Bretton W oods, la inconvertibilidad del dólar en oro y la institucionalización del sistema llamado "de tasas de cambio flotantes" provocaron indudables perturbaciones en el comercio mundial, incitando a desvíos de movimientos comerciales. Así, Estados Unidos "jugó" deliberadamente la caída del dólar a fin de mejorar la competitividad de sus productos manufacturados con respecto a los de Alemania occidental y Japón. Gran Bretaña había hecho lo mismo con la libra esterlina en el momento deJa caída sensacional de esa divisa a principios de 1977. Japón no había actuado de otro modo hacia mediados de 1976, cuando compras masivas de materias primas, concentradas en un breve periodo, hicieron caer la cotización del yen (Neue Zürcher Zeitung, 26 de agosto de 1976). Pero, en forma más general, el sistema de las tasas de cambio flotantes impone menos "disciplina interna" y permite más autonomía a la política monetaria de los diferentes gobiernos imperialistas. Practicado en el momento de la aparición masiva de los petrodólares en los mercados monetarios y financieros internacionales, fue un factor de mantenimiento y de estímulo de la inflación internacional: en primer lugar (¡pero no únicamente!), en función del déficit persistente y creciente de la balanza de pagos de Estados Unidos que "esparce" cada año miles de millones de dólares de liquidez suplementaria en los circuitos internacionales, salvo el año de 1974, cuando el superávit de la balanza de pagos norteamericana tuvo un leve efecto deflacionista en la economía internacional. 134

El sistema de los cambios flotantes expresa de manera contundente la contradicción entre la internacionalización creciente de la producción y los intentos cada vez más puntillosos e inefica~es de lo~ .gobiernos burg.ueses por defender su autonomm de accwn frente a esta I~te~­ nacionalización.67 Pero los efectos perversos se multiplican. Después de haber colocado 2 mil millones de dólares durante el tercer trimestre de 1973 para "controlar" (¿no sería mejor decir: manipular?) la flotación de lascotizaciones de cambio los Bancos Centrales colocaron 22 mil millones de dóla;es con este fin en el segundo trimestre de 1977 (Business Week. 3 de octubre d~ 1977); Por ello mismo, las diferencias entre las tasas de mflacJOn ~e diversos grupos de países se acentuaron a ~onsecu~ncia de la flotación de las cotizaciones de cambiO. Al mismo tiempo se fortaleció la incertidumbre acere~ de la.futura evolución de esas cotizaciones que frena las mverswnes Y la expansión de las exportaciones, a pesar de la gen~rali­ 68 zación de la garantía contra las J?érdidas de c~~bl0. Resulta trivial observar que existe una relacwn entre las diferentes tasas de inflación en los países imperialistas y la caída de la tasa de cambio d~ sus d.i~isas 7on r~s­ pecto a los países con las tasas de mflacwn mas baJaS (cuadro XXXVII). Sin embargo, hay que evitar establecer. una corre~a­ ción causal y mecanicista entre amba~ senes, c?mo tienen tendencia a hacerlo los monetanstas neohberales. La diferencia entre las tasas de inflación y las caídas de la tasa de cambio de la libra esterlina no se identifica más o menos completamente, en el cuadro más arriba, más que en el caso de Francia, de Italia, de Holanda Yde ~ustra­ lia. Se trata en realidad de un proceso mucho mas complejo. En primer lugar, las caídas de l.as cotizaciones .de cambio de una divisa nacional acentuan las tendencias inflacionistas ante todo en los países que dependen en gran medida de importaciones de ma~erias primas Y de víveres insustituibles a corto y a mediano plazo. En segundo lugar, no se ha demostrado el carácter compensa135

l,'

.1

1

Cuadro XXXVII. Tasas de inflación comparadas y cafda de la cotización de la libra esterlina con respecto a las demás divisas imperialistas, de diciembre de 1971 a julio de 1976

País

Estados Unidos Canadá Bélgica Francia RFA Italia Holanda Suecia Austria España Noruega Dinamarca Australia Gran Bretaña

Alza del costo de/a vida (%)

+ 39.0 +46.0 + 53.3 + 54.5 + 30.7 + 86.2 + 47.6 + 47.0 + 65.9 1 + 84.4 + 51.9 + 55.6 + 42.7 + 89.9

Caída de la libra esterlina con res. pecto a la divisa del país (%)

- 31.4 - 34.3 -39.3 - 35.1 -45.2 - 1.3 -42.3 - 36.4 - 32.6 - 27.3 -42.4 - 39.5 -46.1

1

De noviembre de 1971 a mayo de 1976. Fuente: Week/y Hansard lssue, n. 1049, 15-21 de octubre de 1976, p. 321.

torio de las fluctuaciones de la tasa del dólar con respecto a la de la RF A y de Suiza. En ese caso, las diferencias de tasa de inflación sólo explican una fracción ínfima .de los cambios ocurridos en las tasas de cambio. Se trata efectivamente de una devaluación del dólar, o de una revaluación del deutsche mark y del franco suizo, pues no hay paridad de poder adquisitivo con las tasas de cambio actuales. Además, hay que tomar en cuenta las diferentes elasticidades de la demanda para los bienes exportados por diferentes países, o sea la composición variable del paquete de las exportaciones de las diferentes potencias imperialistas. También las intervenciones autónomas de 136

Bancos Centrales constituyen un factor no despreciaSegún intervengan masivamente para frenar ~a caída de la cotización de la divisa nacional (como lo h1zo, por ~ejemplo, el Banco Nacional de Bélgica), o se comporten manera pasiva (como lo hicieron la Federal Reserve .en Estados U nidos y el Bank of England en Gran Breta. ña), el resultado no será idéntico. . Por último, no hay que olvidar que las exportaciOnes de los países capitalistas son exportaciones de mercan. cías con precios variables y efectuados confines de ga~an­ y esto en la .edad del capitalismo ~e los.monopohos. Es exacto que en el mercado mund1al rema una com. petencia más aguda que en el mercado interno de los. países imperialistas. Pero en la medida en que una sene de firmas imperialistas han conquistado en el me~cado mundial posiciones de potencia oligopólica, éstas tienen . la posibilidad de transformar fluctuaciones de tasa de cambio en margen de ganancias ampliad'!s, po~ ~o _menos a corto y a mediano plazo. Así, los precw.s bntan.lc?s de exportación no reflejan en absol~:~to la ca1da vertlgmo~a . de la cotización de la libra esterlina con respecto al do. lar. Si bien una parie de esta diferencia se debe a la pro,ductividad inferior de la industria británica, otra parte corresponde indudablemente a esa ampliación de los , márgenes de ganancias: Cuadro XXXVIII. Precio de exportación de la industria manufacturera en dólares (100 = 1970)

· Gran Bretaña RFA .· Japón

1973

ler. trim. 1976

4o. trim. 1976

126.8 147.0 141.0

176.6 187.0 167.0

176 197 182

Fuentes: Weekly Hansard lssue, n. 1049, 15-21 de octubre de 1976, p. 324; cifras para el cuarto trimestre de 1976: Nationallnstitute Economic . Review, febrero de 1977.

137 ·1' .

'!

Además, la a~~rició~ de los petrodólares y las v"'"""' vas d~ exportac10n hac1a los países del Tercer Mundo ~os pa_1ses llamados socialistas por parte de Jos países · pe~1~hstas se acompañaron de un nuevo incremento credlto Y de la moneda de crédito internacionales Jo fue ?tr? fa~tor para. el mantenimiento de la tend~ncia fla~1.omsta m_ter;'l~cJOnal. Hemos visto que durante la recesJOn Y a prmc1p10~ d~ la reactivación, el endeudamiento de la~ firmas c~p1tahstas metropolitanas había tenido· tendenc1a a reducirse en los mercados nacionales, en vista del all:me~to de la tasa de ganancia y de la tasa de aut?financla~lento por una parte, y el estancamiento relativo de las mvers10nes por otra. ..Por tanto, se asistió en este contexto a una doble reaccJOn coherente. Por una parte, los bancos · buscaron ~uevos ~ampos de préstamos pa..ra·"Pio'"s abund_antes capJtales-dmero con que contaban. Las transnac~~nales Y los grandes trusts interesados en la exporta-. c10n tratar.o~ de ven_der un_a parte mayor de sus productos en losya1ses sem1colomales y dependientes así como en los pa~ses. llamados so~ialistas. Por tanto, ~ara el sist~ma capJtahsta en su conJunto, la reactivación fue sostemda por una, nueva expansión inflacionista de crédito c?mo fue el caso del boom anterior. Pero esta vez el eré~ dJt~ se desplazó en pa~te desde los países imperialistas hac1a los Estados menciOnados más arriba. En otras palabras: la "reactivación estimulada por las exportaciones" fue sobre todo una reactivación estimulada por los créditos a la exportación. 69

S_i bien el mercado de los eurodólares prosigue con vivacl?ad su expansión y alcanza a fines de 1976 la buena cantidad de_ 300 mil millones de dólares (a finales de 1~77, aproximadamente 340 mil millones), 70 el endeudaml~nto. de l~s países semicoloniales con respecto a los pa1ses 1m~er!ahs~as experimentó, por su parte, un incremento ma~ mquietante aún. Según Business Week del lo. de n?v1embr~ de _1976, la suma total de esas deudas alcanzana 170 m1l mlllones de dólares a finales de 1976 138

'

de los cuales 70 mil millones de dólares a bancos privados. Brasil por sí solo debe 14 mil millones de dólares a los bancos privados de Estados Unidos. El semanario británico The Economist comenta: "Los banqueros están inquietos hoy día por esas deudas, pero han mantenido la marcha de los negocios". A finales de 1977, esa masa de deudas del Tercer Mundo hacia los países imperialistas habría alcanzado 250 mil millones de dólares (Le Monde, "Année économique et sociale 1977", p. 24). El engranaje que lleva a ese endeudamiento merece un análisis particular. Al principio, hay abundancia relativa de capitales-dinero en manos de los grandes bancos, en particular en función de la afluencia de petrodólares y del aminoramiento de la expansión del crédito a las grandes empresas imperialistas, provocado por la recesión y la reactivación vacilante. Esos bancos se "internacionalizaron" paulatinamente, como las transnacionales industriales. Multiplicaron sus sucursales en el extranjero, donde realizan una parte creciente de sus ganancias. 71 Por tanto, buscaron nuevos clientes, y los encontraron en los países del Tercer Mundo. A esta oferta incrementada correspondía evidentemente una demanda incrementada en capitales-dinero por parte de esos países (menos los de la OPEP), en particular a consecuencia del déficit creciente de su balanza comercial después del alza del precio del petróleo y las necesidades reforzadas de importación de alimentos durante los años 1973-1977. Por lo tanto, se puede decir · que los créditos a los países semicoloniales y dependientes son en realidad una subvención indirecta a los grandes trusts exportadores de las metrópolis imperialistas, que no hubieran podido aumentar y ni siquiera mantener el volumen de sus ventas a esos países sin ese flujo de crédito suplementario. Así, los bancos privados efectuaron -en lo esencial- el famoso reciclaje de los "petrodólares" que las instituciones internacionales y los sacrosantos "mecanismos del , mercado" (es decir las fluctuaciones del comercio mun-

139

1 '

' .' .

1 '

"

1

¡i

i '1

'

.

¡i 1

1 1 '

i .

'

'

dial)fueron incapaces de asegurar por sí mismos. Lo hicie- . ron a ciegas, con el estímulo de la competencia, y con el exclusivo objeto de incrementar sus ganancias privadas. Los grandes bancos norteamericanos son los que más se comprometieron (se habla de 75 mil millones de dólares en deudas de los países del Tercer Mundo a bancos privados, de los cuales 50 mil millones a bancos norteamericanos y 25 mil millones a bancos europeos y japoneses). Pero en conjunto, todos los grandes bancos se lanzaron con ímpetu a los préstamos al extranjero. Se emitió la cifra de 40 mil millones de dólares prestados al extranjero por los bancos suizos y una cifra más elevada aún por los bancos alemanes. Según el informe de la subcomisión del Senado norteamericano ya citado, a finales de 1976, el conjunto de los préstamos extranjeros del sistema bancario internacional privado (excluyendo los préstamos interbancos) ascendería a 326 mil millones de dólares, de los cuales 102 mil millones para los bancos norteamericanos y 202 mil millones para los bancos europeos, japoneses y canadienses (esas cifras se refieren al conjunto de los préstamos al extranjero, incluyendo los referentes a gobiernos y firmas de los países imperialistas). La expansión de créditos privados a los países semicoloniales y dependientes facilitó sin duda cierta restructuración del mercado mundial. Pero introdujo un nuevo elemento de inestabilidad en el sistema. Mientras que en 1974 y en 1975 se temió sobre todo un pánico bancario universal a consecuencia del hundimiento de uno u otro banco mayor en los países imperialistas, en 1976 y 1977 el mundo bancario fue acosado por temores crecientes de insolvencia de los acreedores internacionalesY Por turno, Zairé, Indonesia, Argentina, Perú y Turquía estuvieron a punto de solicitar una moratoria (de hecho, los bancos privados se negaron a otorgar nuevos créditos a numerosos países durante largos meses. Italia estuvo en este caso en 1976, Turquía durante el segundo semestre de 1977). Se comprende esta inquietud cuando

140

se compara la tasa de incremento de la deu~a extranjera de ciertos países con sus reservas de cambiO y la ca~g~ creciente de su deuda con sus entrad~s non~~les de ~hv~. sas extranjeras (suma de las exportacwnes vlSlbles e m visibles)·. Cuadro XXXIX. Evolución del endeudamiento del Tercer Mundo no productor de petróleo (en miles de millones de dólares)

Deuda total Servicio de la deuda

1967

1973

1974

1975

1976

41.6 5.8

90 12.9

112.0 15.8

144.1 20.8

172.2 25.6

Fuente: Le Monde, "L'année économique et sociale 1977", p. 24.

Relación reservas de cambio ¡importaciones para el conjunto de los paises en vfas de desarrollo no exportadores de petróleo 1951-1955

1966-1970

1973

1974

1975

40.3%

28.8%

38.0%

25.8%

22.6%

Fuente: Naciones Unidas: Suplemento al estudio sobre la economía Mundial 1975, p. 284.

Endeudamiento de algunos países asiáticos Deudas totales (octubre de 1976) en miles de millones de dólares Sri Lanka Filipinas Pakistán Indonesia Tailandia India Sudcorea

0.5

4.4 6.3 10.5 1.3 10.8 11.8

Servicios de la deuda en% de los ingresos de divisas 1976 1977 22.9 16.0 16.8 13.8 14.6 13.5 12.9

17 24 16.6

13.0

Fuente: Far Eastern Economic Review.

141

De ahí una presión creciente de los bancos privados a . fin de que los poderes públicos -y las instituciones in ter- . nacionales públicas- reduzcan ese peso de endeudamiento y les supriman resueltamente los "malos riesgos". En este marco preciso hay que situar el proyecto del "fondo Witteveen": es decir que el Fondo Monetario Internacional constituye una reserva de 10 mil millones de dólares a disposición de los países semicoloniales (más exacta~ente: de los bancos imperialistas que han prestado capitales a los países semicoloniales). Por lo demás, el presidente del Federal Reserve Board de Estados U nidos deélaró en forma perentoria que el otorgamiento de. créditos a los países del Tercer Mundo por los bancos pnva~os no podía proseguirse al ritmo actual, si se quiere e~Jtar graves problemas para la economía mundial. Habi,a que encontrar un mecanismo para reciclar los petrodolares fuera del sistema bancario privado (Neue Zürcher Zeitung, 12-13 de marzo de 1977). . El caso de Indonesia merece un examen particular puesto que se trata de un país que había obtenido enormes ingresos suplementarios en 1973 a consecuencia del alza del precio del petróleo. La administración estatal ind.onesia es.una de l~s. más corruptas del mundo. ProporCI?~a un eJe~plo tipico del proceso de acumulación pri~Itiva de capita.les privados mediante el saqueo sistemático del p~eblo mdonesio, de sus. ingresos públicos, y en P.arte ~e ciertos comerciantes extranjeros, por altos funCIOnanos (sobre todo militares) indonesios, por compradores "nacionales" y trusts extranjeros. L~, sociedad estatal de petróleo Pertamina, bajo la direcciOn del general Sutowo, se había lanzado a toda una serie de actividades "anexas" que no tenían gran cosa q~e ver con la explot~ción o. la comercialización del petrole?, (entre otras: Siderurgia, abonos químicos, construcciOn de hoteles, la explotación de una línea aérea privada, etcétera) a fin de capitalizar sus excedentes de divisas. Uno de esos negocios consistía en comprar a plazos toda una flota de petroleros gigantes. Parece que algu142

nos financieros extranjeros timaron un poco a la Pertamina. Se habla de petroleros que valían al precio del mercado mundial a lo sumo 100 millones de dólares, que le habrían sido vendidos por 400 millones de dólares. Todo un ejército de contadores y de abogados británicos trabajó febrilmente durante el año de 1976 para esclarecer los intríngulis de esos tenebrosos negocios. Mientras tanto, el gobierno indonesio interrumpió el pago de las deudas a los acreedores de la Pertamina. Pero esta última se encontró a fin de cuentas con la fruslería de ... ¡1O500 millones de dólares en deudas! Resulta evidente que esos turbios negocios nunca hubieran podido concertarse sin la connivencia y la complicidad de altos funcionarios y de altos oficiales militares indonesios. El semanario Newsweek publica muchos de. talles picantes sobre el grado de corrupción en Indonesia. Pero los hipócritas imperialistas olvidan mencionar un pequeño detalle: si existen políticos y militares corruptos en los países semicoloniales, sólo pueden serlo a gran escala porque hay fuerzas corruptoras entre las transnacionales, y toda una lógica corruptora de la economía capitalista (y de la economía monetaria en general). Desde las revelaciones del escándalo Lockheed, esas prácticas corruptas de las operaciones de las transnacionales imperialistas deberían ser conocidas por todos. 73 Por último, hay que mencionar un factor suplementario de desorden monetario, cuyas incidencias económicas no son despreciables: los grandes movimientos internacionales especulativos de capitales flotantes. Una vez más, la lógica intrínseca de las sociedades transnacionales, que operan simultáneamente en un gran número de países de divisas diferentes, y que deben forzosamente tratar de cubrirse contra amenazas de pérdidas de cambio, actúa como amplificador de las sucesivas crisis monetarias. Al anticiparse a caídas de cotización de cambio de una divisa dada, al retirar masivamente sus capitales líquidos del país de que se trata, las transnacionales acentúan evidentemente esa caída. A esta influencia ere143

XX

Cuadro XLIII. Reservas y precios mundiales de vfveres

LA AGRICULTURA EN LA CRISIS, O EL CARRUSEL INFERNAL DE LAS GANANCIAS DEL HAMBRE

191//972

1972/913

/9131974

/9141975

19151976

19761977

165

120

107

107

119

140

Trigo

Arroz

Maíz

Soya

Azúcar ( cents/ libra)

60 108 106 214 !54 169 126 143 147 113

131 179 205 538 596 399 346 280 242 270

51 79 102 122 117 /32 118 111 122 106

125 214 470 261 228 255 207 176 230 236

7.90 9.40 9.38 15.16 23.51 38.3/ 13.65 14.02 12.99 8.03

Reservas

'

r' '

La producción agrícola experimentó durante los últimos decenios un ciclo desfasado con respecto al de la producción industri~l c~pita~ista; La razón de ello es doble: por una parte, la InCidencia aun no del todo eliminada de cataclismos naturales en el nivel de la producción, sobre todo en_ otros p_aíses que los Estados imperialistas (donde e_sta mfl~encia se ha vuelto deleznable): sequías, inundaciOnes, ciclones, etcétera; por otra parte, el hecho de que a escala mundial, los almacenamientos de reservas de ~er~ales los detentan exclusivamente cuatro países impenahstas y un país dependiente evolucionado (Estados Unid~s, _Canadá, A_ustralia, Argentina, Francia) y que los deficits de la agncultura de los países no capitalistas (ante todo la URSS y la República Popular China) deben cubrirse con las mismas reservas que cubren los déficits de los países capitalistas (esto quiere decir que el comercio mundial de víveres experimenta un grado de integración entre países capitalistas y no capitalistas cualitativamente diferentes al que prevalece en el terreno de los productos industriales). Así, la producción mundial de víveres se hallaba en su nivel más bajo del ciclo en 1972, mientras que el ciclo industrial est~ba en .su punto culminante. De modo opuesto, los precios agncolas alcanzaban su punto más alto en 1974-1975, mientras que los productos manufacturados se estancaban y los precios de las materias primas se desploma_ban. El hundimiento de los precios agrícolas se produjo en 1976, cuando los precios de las materias primas industriales aumentaban (cuadro XLIII). 168

mundiales de cereales (fuera de/a URSSyde China) en millones de toneladas Precio de exportación (en dólares por tonelada)

Enero 1972 Enero 1973 Junio 1973 Enero 1974 Junio 1974 Enero 1975 Junio 1975 Enero 1976 Junio 1976 Octubre 1976

Fuente: FAO: The State of Food and Agricu/ture 1976, Roma, 1977, pp. 9-12.

De hecho, los precios de los productos agrícolas en el mercado mundial no se determinan por los costos de producción medios, sino por los costos de producción marginales, los de los terrenos menos fértiles (o de las inversiones agrícolas menos rentables) cuya producción encuentra comprador. Es una notable verificación de la teoría de Marx de la renta hipotecaria diferencial. 87 Así una reducción de la producción de cereales de menos de un 3% en 1974 (F AO, ibid., p. 7) provocó un alza de los precios de más de un 250%. Un aumento de la produc169

ción de un 6-7% en 1976 ocasionó una baja de los precios de más de un 50%. Es.a.s fluctuaciones. relativamente reducidas de la produccwn y muy amphas de los precios tuvieron una consecuencia sumamente grave; una verdadera hambruna se ~batió en 1973-1974 en la zona del Sahel, en Africa, y en Importantes zonas de la península índica (sobre todo en Bangl~desh y en ciertas re~iones de India y de Pakistán). Hubo I~ualmente un detenoro de la alimentación popular e~. ciertos países de América Latina. En total, la produccwn local de productos alimentarios por habitante era en 1975 inferior en un 40% al promedio 1961-1965 en Guinea ecuatorial, en casi un 40% en Argelia, en un 15 a un 40% e~ el Sahel, en un 10% en Etiopía (1974), en un 12% en Sn Lanka (1974 con respecto al promedio 19661971), en un 8% en la India (1973) y en un 15% en Kampuchea (F AO, op. cit., p. 13-15 y 154-55). En América Latina, se produjeron bajas graves en Honduras (un 7% en.l974 con respecto al promedio 1969-1971) y en Panama (un 12% en 1972 y en 1973 con respecto al mismo promedio), así como en Argentina en menor medida (un '3.5% en 1973 con respecto al promedio 1969-1971). Ademá.s, estos promedios no tienen más que un valor muy relativo, puesto que ocultan las enormes diferencias de nivel de nutrición entre los diferentes estratos de población de los países llamados del Tercer Mundo. Así, Susan George señala que en el noreste de Brasil, los estratos más pobres de la población sólo consumen ¡ 240 calorías al día, mientras que los ricos se atiborran con 4 ~90 calorías, cifra disimulada por el "promedio" brasileno de 2 620 calorías. En el estado hindú de Maharashtra la diferencia se sitúa entre 940 calorías para los más po~ bres - i uno se pregunta cómo siguen viviendo a ese nivel!- y 3 !50 para los más ricos. 88 Lo que esas cifras revelan en toda su crueldad, es que millones de habitantes del Tercer M un do han vivido al borde de la hambruna se 0 han muerto literalmente de hambre a principios de los años setenta. 170

Esta espantosa resurrección de la ham.~runa en medio de la abundancia y de la sobreproduccwn .~en el m.omento mismo en que el pote~ci~l de pro?uccwn m~nd1al de abonos sintéticos y de maqumas a~ncolas ~.e VIO ampliamente subempleado- no se exphca por .la ex~lo­ sión demográfica". De hecho, durante los .qumce an.os que transcurrieron desde 1962, la produccwn m~ndial de cereales aumentó en más de un 50%, mucho ~a~ que la población de nuestro planeta. La ta.sa de crecimiento demográfico mundial fue en promed1o de un l.9~o al año mientras que la producción de cereales aumento en , promedio en un 2.9% a1 ano. .' La hambruna de 1973-1974 fue en gran p.ar~e prefabricada por la política deliberada de mantemmtento de t.os precios mediante una reducción artificial de las.superjictes sembradas y de las producciones, o sea por la log1ca mf~~­ nal de la economía de mercado. (Los que ~esponsablh­ zan de ello al dirigismo agrícola de los gob1ernos .de los países exportadores no se dan cuenta que e.sos gob1ernos tratan sencillamente de dar una forma mas ord~nada a las tendencias espontáneas del mercad?, es dec1r a las fluctuaciones de la producción que ~en~an de las. fluctuaciones de los precios y las gananc1as, m?~pendlente­ mente del alza constante de la demanda f1s1ca.) Para disminuir los enormes excedentes acumulados_ en los cuatro países exportadores mayores durante los ~n.os sesenta, se redujeron consider~blemente l~s superf1c1~s sembradas. El gobierno canad1ense afirmo que podna aumentar la producción de víveres en un 50% en ~1 transcurso de cinco años. El gobierno de. Estados Umd?s redujo la superficie sembrada en ~O m.1llones de h~ctareas. Pagó a los granjeros hasta 3 m1l m1llones de dolares al año de subsidios para que no produjeran ~n ~na parte de sus campos. En total, los cultiv.os se supnm1eron en una tercera parte de las tierras preVIamente sembradas en los cuatro principales países exportadores en 1~6~. . En sentido opuesto, según cálculos del ~.m1steno d~ Agricultura de Estados Unidos, la producc10n aumento 171

en el transcurso de un año en un 12% para el trigo y en 25% para la soya, después de la hambruna de los 1972-1973. 89 De hecho, todo el déficit de los países aLu••a·, dos por la hambruna sólo era de 12 millones de tonela·, das en 1972-1973, cuando la mera reducción de produc-, ción en Estados Unidos con respecto al potencial era de 20 millones de toneladas de trigo. Incluso ascendía a 40 millones de toneladas de maíz en Norteamérica y en Australia, en promedio 1970-1972 con respecto al promedio 1974-1975, cuando la superficie sembrada aumen-, tó nuevamente. Por lo demás, el carrusel del hambre continúa su ron· da infernal. El hundimiento de los precios en 1976-1977 hizo que el ministerio estadounidense de Agricultura de· cidiera una nueva reducción de las superficies sembrádas en agosto de 1977 de aproximadamente un 20% para los cultivos de consumo humano y de un 12% para los cultivos forrajeros (Neue Zürcher Zeitung, 17 de noviembre de 1977). A sí, ya se prepara una nueva hambruna para Ji· na/es de los años setenta. A las violentas fluctuaciones de la producción de los países exportadores, hay que añadir, como causas principales de la persistencia del hambre en el mundo: a] las consecuencias económicas de la paulatina penetración del capitalismo en el campo en los países semico· foniales. Este acarrea una creciente sustitución de los cultivos de huerta por cultivos comerciales, ocasionando una baja de las condiciones alimentarias y del consumo en calorías para la población rural pobre. El caso más dramático es el de Mali, cuya producción de víveres bajó de 60 000 toneladas en 1967 a 15 000 toneladas en 1975, en provecho del algodón y del cacahuate, cuando las divisas que esos productos reditúan en la exportación ni siquiera alcanzaban a cubrir los gastos de las acrecentadas importaciones de víveres. 90 Al mismo tiempo, el promedio de calorías consumidas por la población de Mali cayó en 1974 a un 25% por debajo del nivel dietético considerado índispensable. 91 172

. d na creciente diferencia social b] las consecuenciaS, e udel llamado Tercer Mundo, en el campo en los paises netración del capitalismo en de gran propiedad de la provenientes tanto de la pe la aldea co~o de las est.ructu~~sdestinados a la alimenta559! de la supertierra. Cultivos comerciales ción de la población :~:~r~l ocupa~ y~~nun 80% en la isla ficie sembrada en Flhpmas y mas ' . 92 Maunce. . , . % de los hacendados controEn Latmoamenca, e1 17. E Asia capitalista un Jan el 90% de la tie_rra cul~lvll:d~~ d~tentan un 60% d~ las 20% de los _campesmos ~as I:~a ue un 33% de la poblatierras cultlvll:bles. Es~o lmp ·¡ dispone de un 1% de las c~ón rurallati~OaT;~~a:eal!~~b\ación rural no tien~ actlerras ..En Asia, e o las tierras. De hecho, segun el ceso mas que .a un 4% d_e tidós países subdesarrollados Banco Mundial, en vem ción activa rural no posee nin, una tercera parte de la pob~a nto de obreros agrícolas sin , guna tierra: se trata, por a . s~ propia subsistencia.•> , tierras, incapa~~s de tr?qucz:erde" agravó considerable, La llamada revo uclon consecuencia de la acentuamente este estado d~ cosas, a có en los campos de una da polarización social qu~~~~~ -sin hablar deJos efecserie de países del Tercer . ro de ocasionar en el plano , tos negativos que corre pe:~~ acrecentados créditos que , ecológico!• En _cuanto ~ aJes como el Banco Mundial los organismos m~erna~l?;n de la agricultura del Tercer han puesto a la d~po~lc~emostrado que la mayor parte Mundo, Ernst Fe er a t res e ueños o medianos, no beneficia a l~s agr~c~.l ~as in~ofucrados en el agrosino a los trusts 1mpena IS 5 business! , . , las consecuencias de las normas e] por u\tlm~, e~tan., o sea la desigualdad social, burguesa.s de dlstnbucwn,d íveres de las capas pobres que restnnge.~ el ~o~su~~ie:t~mente de la disponibilidad de la poblacwn, m epe [' ticios Aun en los países física _de_ los productosn~~~~~ dese~p\eo y la inflación impenahstas, el aume . hambre en una propor· persistente han hecho resurgir e1 173

1

1

ción qu~ no se veía desde hace muchos años. En Estados U mdos, fue_ntes oficiales estiman que aproximadament~ 10 a 20 millones de habitantes están crónicamente su.bahmentados: La suerte de los jubilados que viven con miser~bles pen~wnes ~s lamentable en países como Gran Bretana, _Franci?, !taha, España. En Andalucía, no lejos del paraiso t~:~nsuco de la Costa del Sol, familias de 300 ~00 trabaJadores agrícolas en desempleo estacional persi~tente deben co.ntentarse durante una buena parte del ano con un menu habitual compuesto de pan seco y tomates. En los países del llamado Tercer Mundo, la privación es, por suput~sto, peor, Además, a veces se trata más de problemas d~ reparto que de problemas de disponibilidades. Así, refiriéndose a la hambruna de 1974 en Bangladesh, Steve Raymer escribe en la revista estadounidense National Geographic (número de julio de 1975): A pesar de las pérdidas de víveres, había unos 4 millones .de t_oneladas d~ arroz disponibles en Bangladesh segun cal~~los cornentes: bastante para nutrir a toda la p_oblacwn dura.~te cuatro meses. Pero la gran mayona de la poblacwn, que subsiste al nivel de la pobreza cu~ndo las .cosas van bien y que ahora es víctima ademas de las mundacion~s, es .demasiado pobre para . co.mpra: arroz [... ] FunciOnan os de los servicios de asistencia cuentan que se pasaron grandes cantidades de arro.z de contrabando hacia la India vecina, donde el prec~o .del arroz está al doble que en Bangladesh. Los agwtlst~s local~s suben los precios por encima de 50 cents la hbra, mientras que el ingreso per capita es de 70 dólares al año ¡... ] N a da il u_stra mejor el carácter capitalista de esta famoeconomia de merca?o, y sus consecuencias injustas e mh umanas, que ese afhgente espectáculo de una mitad de la humanidad hambrienta no porque el mundo carezca de productos alimenticios, sino porque la demanda sol-

vente no puede seguir a la demanda física. A pesar de ~a abundancia de los valores de uso, los valores de cambio son inaccesibles, y a veces incluso se destruy.en, c~n~e­ nando a millones de seres humanos a una existencia mfrahumana."6 .Cerca de mil millones de hombres y mujeres llevan una existencia "que apenas puede uno atreverse a calificar de humana", escribe el presidente del Banco Mundial McMamara (Le Monde, 5 de octubre de 1976). El Mercado Común, a su vez, acumuló 300 000 ton~la­ das de mantequilla, 400 000 tonelada.s de carne ?ovma, un millón de toneladas de leche y millones de litros de vino invendibles, mientras que tantas familias pobres pasaron tristes "fiestas de fin de año" en 1977. En 1973, 250 000 toneladas de manzanas habían sido destruidas en la CEE. A aquellos que se burlan un tanto apresuradamente de la "crisis de subproducción permanente" de los "países socialistas", es útil recordarles qu~ la .crisis de sobreproducción, con todas sus consecuencias mh~­ manas, es consustancial a la economía de mercado capitalista.

~a

174

175

XXI . LOS PAISES LLAMADOS SOCIALISTAS Y LAS FLUCTUACIONES DE LA COYUNTURA ECONOMICA INTERNACIONAL

La rec_esión generalizada de la economía capitalista internaciOnal de 1974-1975 confirma el análisis marxista del carácter no capitalista de la economía de la URSS de China, de los países llamados "de democracia popul;r" de Cuba, de Vietnam y de Norcorea. En tanto que todo~ los ~~íses capitalist.as industrializados, sin ninguna excepcwn, fueron aspirados en el torbellino de la recesión no hubo en ningún Estado obrero burocratizado ni re~ t~oceso absoluto de la producción, ni reaparición de despidos o de desempleos masivos. Por el contrario, esos país_es prosiguieron su crecimiento en 1974 y 1975, a veces Incluso con una tasa de crecimiento superior a la de los años precedentes:

Cuadro XLIV. Tasa de crecimiento de la producción industrial

País URSS RDA Checoslovaquia Polonia Hungría Yugoslavia

Promedio 1971-1974

1974

1975

(%)

1976

(%)

(%)

(%)

8.0 7.2 6.3 11.4 8.4 11.0

7.5 6.4 7.0 12.3 5.0

4.8 6.0 5.5 10.7 5.0 3.4

7.4 6.4 6.7 10.7

6.4 6.3

5.6

Fuente: Naciones Unidas: Economic Survey of E urape in 1976. parte 1, Nueva York, 1977.

176

Basta con comparar este cuadro con el cuadro l para darse cuenta de que los países de economía planificada experimentaron un destino fundamentalmente diferente del de los países capitalistas. Decir que la crisis es una crisis mundial, y que todos los países del mundo fueron arrastrados a ella, y que los países de "capitalismo de Estado" sucumbieron tanto a ella como los países de "capitalismo privado", es una flagrante mentira, o un sofisma. La historia confirmó una vez más que una economía basada en la propiedad colectiva de los grandes medios de producción, la planificación central y el monopolio público (estatal) del comercio exterior, es cualitativamente superior a la economía de mercado capitalista en su capacidad para evitar las grandes fluctuaciones coyunturales, las crisis de sobreproducción y el desempleo, cualesquiera que sean por otra parte los despilfarros y las monstruosas desproporciones que el monopolio burocratizado de la gestión económica y política haya introducido en esas economías,y cualquiera que sea la distancia que las separe todavía de una economía verdaderamente socialista. La diferencia ente ambos sistemas económicos aparece de modo particularmente contundente sobre todo en la evolución totalmente discordante de las inversiones durante el año de 1975 (cuadro XLV). Pero la recesión generalizada de 1974-1975 también confirmó el carácter erróneo, utópico y pequeñoburgués de la tesis stalinista según la cual resultaría posible rematar la construcción del socialismo en un solo país y según la cual la URSS (y algunos otros países de economía no capitalista) ya habrían llegado al estadio de un "sistem_a . socialista consolidado". Los Estados obreros burocratizados se hallan todavía en una etapa de transición entre el capitalismo y el socialismo. Y a no se da una producción generalizada de mercancías, pero siguen caracterizándose por una producción mercantil parcia/. Ya no están bajo el dominio de la ley del valor, pero todavía no pueden sustraerse completamente a sus efectos. Esto sig177

Cuadro XLV. Tasa de crecimiento en% de las inversiones fijas en 1975 (con respecto al año anterior) ¡:. ['! '

'li

Estados Unidos RFA Japón Francia Gran Bretaña Italia Canadá España Bélgica Holanda Suecia Suiza Australia URSS ROA Checoslovaquia Polonia Hungría Yugoslavia Bulgaria Rumania

-

-

+ -

-

-

+ + + + + + + +

9.7 4.7 8.4 5.8 0.5 12.7 1.6 3.4 3.2 3.9 3.9 20.4 3.3 8.2 4.0 7.9 14.0 12.0 10.0 7.0 14.4

Fuente: Naciones Unidas: Supplément a /'étude sur /'économie mondiale, p. 76, 193, Nueva York, 1977.

nifica en particular que, por estar imbricados en el mercado mundial, no pueden evitar que fuertes fluctuaciones de los precios y de la demanda en ese mercado repercutan en su propia producción interior. El carácter socialmente diferente de las relaciones de producción que predominan en esos países puede evitar que esta repercusión tome la forma de una recesión de la producción, del empleo y de los ingresos, importada del medio capitalista. Pero no por ello son menos reales esas repercusiones, aun si son parciales. En los años anteriores a la recesión generalizada, los planificadores de los Estados obreros burocratizados se habían orientado hacía mayores importaciones de tecnologías y de herramientas provenientes de los países 178

imperialistas. Proveniente de los seis principales países imperialistas (Estados U nidos, RF A, Japón, Francia, Gran Bretaña e Italia), la importación total de máquinas y bienes de herramientas pasó de aproximadamente 600 millones de dólares hacia 1968 a alrededor de 1 500 millones de dólares en 1973. En el conjunto de las importaciones soviéticas de bienes de equipo, la parte de las importaciones provenientes de los países imperialistas (comparada con las importaciones provenientes de los países del CAME) pasó aproximadamente de un tercio a la mitad entre 1971 y 1974. Si bien el impacto de conjunto de esas importaciones en la economía soviética es mínimo -menos del 0.1% de las máquinas utilizadas en la URSS es de origen occidental-, es importante en ciertas ramas. Un tercio de la producción de cemento, de la producción de azúcar refinada y de la producción de cerveza se produce al parecer con equipo importado (de los países del CAME y de los países imperialistas tomados en su conjunto). Además, en ciertas ramas importantes para el futuro crecimiento de la economía soviética -equipo minero y de perforación petrolera; excavadoras y máquinas de construcción vial; equipos de la industria química, etcétera- esas importaciones desempeñan un papel cada vez más importante. Expertos consultados por la OTAN estiman que un 15% de la tasa de crecimiento de la economía soviética es la parte correspondiente a la importación de máquinas y tecnología occidental (cuya contribución representaría, por lo tanto, en promedio aproximadamente un 1% del PNB soviético al año). 97 Este recurso creciente a la importación de bienes de equipo occidental ya había ocasionado que la URSS (y en mayor proporción varios otros países del CAME) importara también la inflación que reina en la economía capitalista internacional. Los planificadores habían es\ perado absorber progresivamente los costos crecientes de esas importaciones gracias a mayores exportaciones realizadas por medio de las instalaciones recién importa\ das. De hecho, en vísperas y sobre todo a principios de la 1

179

sigue siendo muy modesta. En el primer trimestre de 1976, esos países, incluyendo a Yugoslavia, sólo compraron el 5.5% de las exportaciones de la CEE, el6% de las exportaciones de Japón y el 2.5% de las exportaciones de Estados Unidos. Pero la parte de los suministros imperialistas en el conjunto de las importaciones de los países del CAME aumentó de un 25% en 1970 a un 33% en 1975. La razón principal de esta discordancia en el comercio Este-Oeste radica en el hecho de que Jos productos industriales de los Estados obreros burocratizados no son competitivos en el mercado mundial, salvo algunas excepciones, o bien en función de su calidad, o bien en función de sus precios, o aun por una combinación de ambos factores. Por Jo tanto, sólo hay salidas li!l1itadas para esos productos en los países imperialistas. Cuando esas exportaciones se efectúan a muy bajos precios -como para ciertos productos textiles y para los zapatos- se trata sea de productos de calidad mediocre, sea de productos que provocan una furiosa acusación de "prácticas de dumping" por parte de los capitalistas occidentales concernidos, lo cual acarrea a menudo reacciones proteccionistas. Pero como los excedentes agrícolas exportables disminuyen sin cesar en numerosas "democracias populares" y como algunas de ellas ya se han convertido en importadores netos de productos agrícolas, sólo subsisten dos fuentes de suministro posible de las divisas necesarias para su demanda creciente en bienes de equipo y tecnología occidentales: una exportación incrementada de materias primas, así como créditos cada vez más importantes por parte de los países imperialistas. Así, las esperanzas tocantes a una expansión continua del comercio Este-Oeste incluyen proyecciones de un número creciente de acuerdos de trueque del tipo "materias primas de los países del Este a cambio de mercancías occidentales": gas natural soviético a cambio de tubos de la RFA; petróleo chino a cambio de acero y máquinas de Japón; uranio soviético a cambio de equipo francés; au-

recesión, gobiernos y capitalistas de los países imperialistas manifestaron un creciente interés por una expansión del comercio Este-Oeste, a fin de neutralizar parcialmente, por medio de una salida de sustitución, el retroceso de la demanda en el mercado interior general de todos los países occidentales. Tal fue en particular el sentido de la famosa Ostpolitik de Brandt-Schmidt en la RFA, y de la política de "distensión" Nixon-Kissinger. En efecto, las exportaciones de los países imperialistas hacia los países "socialistas" experimentaron una considerable expansión en 1974 y 1975, como se desprende de las cifras del cuadro XL VI. Pero pronto se manifestó una tendencia al aminoramiento de la tasa de crecimiento de las exportaciones imperialistas hacia los Estados obreros burocratizados. Es cierto que la parte de esas exportaciones en el conjunto del comercio de los países imperialistas aumenta. Pero Cuadro XL VI. Exportaciones de los países imperialistas hacia los países llamados socialistas Incremento en%

1974-1975

RFA Japón Francia Estados Unidos Italia Gran Bretaña Suecia Canadá Bélgica Holanda Suiza Promedio

48 101 34 17 65 23 49 6 70 39 43 42

1975-1976

16 19 64 48 32 24 43 42 4 17 25 28

Valor absoluto en miles de millones de dólares en 1975

7.1 4.7 2.9 2.9 2.4 1.5 1.2 1.1

0.9 0.9 0.8 Total25.4

Fuente: Banque des Reglements Internationaux, 46o. Informe Anual, junio de 1976.

180

\

181

tomóviles VW germano-occidentales a cambio de mazut de la RDA, etcétera. 98 Pero la expansión de semejantes acuerdos de trueques encuentra su límite en el hecho de que la URSS, que es el único suministrador de materias primas del CAME, padece tendencialmente de una escasez y de un encarecimiento crecientes de las materias primas.99 A fin de incrementar sus ingresos de valiosas divisas occidentales, la burocracia soviética comienza a racionar cada vez más sus suministros de productos petroleros a precios reducidos a sus socios del CAME, sobre todo la RDA y Checoslavaquia. Incrementa sus propias ventas a precio fuerte en el mercado mundial, obligando así a los países miembros del CAME a comprar igualmente a precio fuerte petróleo en Medio Oriente. 100 Se comprende, por ende, por qué la parte oe las exportaciones de productos imperialistas financiada por créditos occidentales crece rápidamente. Hay diferentes estimaciones acerca de la deuda total que los países miembros del CAME han acumulado con respecto a los países imperialistas: estimaciones que varían de 32 mil millones de dólares en 1975 (y 35 mil millones de dólares en el primer trimestre de 1976) (Chase Manhattan Bank), a 40 mil millones de dólares (lnstitut für internationale Wirtschaftsvergleiche -Instituto para la comparación internacional de sistemas económicos diferentes- de Viena) e incluso 48 mil millones de dólares (The Economist, 26 de marzo de 1977). Una parte de esas diferencias resulta sin duda del hecho de que unos calculan el conjunto de créditos de manera bruta, mientras que otros le añaden la carga de la deuda, y otros toman en cuenta los depósitos -a su vez crecientes- que los bancos de los países llamados socialistas detentan en los países imperialistas, o sea, hablan de una deuda neta. El cuadro siguiente representa sin duda la aproximación más correcta de la evolución de la deuda de los países llamados socialistas, con respecto a los países imperialistas (cuadro XL VII). En general,&! sistema bancario -y los gobiernos- de los países imperialistas no se inquietaron demasiado por

C ua

dro XL VIl. Evolución de la deuda exterior bruta de los paises de Europa del Este,1973-~976 (en miles de millones de dolares) 1974

1973

\

1

1

Bulgaria Checoslovaquia ROA Hungría Polonia Rumania URSS Instituciones del CAME Total Haberes en los bancos occidentales

l.7 l.l 3.6 2.3

1.5 0.9

2.8 2.0 2.3 2.1 4.0 \.8 17.6

2.4 5.9 2.1 24.0

3.7

5.1

4.9

1975

2.4 1.5

4.9 3.2 7.8

1976

2.8 2.1 6.0 3.3 10.8

2.8

2.8

11.4

16.0

2.8

3.5

36.8

47.3

6.3

7.6

Fuentes: Chase Manhattan Bank; Banque des Reglements Internationaux; Business Week, 7 de marzo de 1977.

d d iento de los paises del Este. ese incremento del en eu am d es firmes soEstos últimos se consider~n c~~~n~~r;:se~~a de oro.' Sin bre todo la URSS por ~u ~m~e la deuda ascendería ya en embargo, la ca:g~ corn~~c¡¡e de los ingresos anuales de di1~76-1977 ama~ ~~SS de Polonia y de laRDA (Bul/~­ vtsas fuertes de a ' B · elasfLambert 9 de dttin financier del Banco ~e ..rusentre sus exp~rtaciones ciembre de ~976~. La !e .a~ton su endeudamiento con hacia los patses. tmpena_lt~:: deteriorarse seriamente, esos mismos patses co~te Polonia como se desprende sobre todo para Bulgana y , de las cifras del cuadro XL V~Il. . . na mora0 Aunque ~orcorea ~aya temd~ '¿~~o~ ~~c~~~~e estimar toria Y ha mterrumrd~ su~ plag de~da "socialista" con que el inc~emen~o .u tenor _e más in uietud en el Este los países tmper~ll~sta:it~~c~: Viena r:!ás arriba me~ci~­ que en el Oeste. ns. te una deuda de 95 mtl mtla tendencia actual, o aun

f

~~~~sp;~Y1~c~~ ~:~i~~~:i~~e

183 11.!'")



¡ 1

Cuadro XL VIII. Endeudamiento y exportaciones de los paises del CAME hasta el 31 de diciembre de 1976

Bulgaria Checoslovaquia RDA Po.lonia Rumania Hu~gría

URSS Total para el CAME

Deuda

Exportaciones

exterior neta

hacia los países de/a OCDE

0.5 2.4 1.7 1.6 5.4 2.7 10.2 3.2 2.5 2.2 2.4 1.6 12.3 10.5 (Total para 7 países) 22.2 40.6

Deuda en %de/as exportaciones

480 106 200 319 114 150 117 183

Fuentes: Chase Manhattan Bank; Banque des Reglements lnternationaux; OCDE: Foreing Trade Statistics; Business Week, 7 de marzo de 1977; la Neue Zürcher Zeitung del 11 de noviembre de 1977 menciona una deuda exterior neta de 42 millones de dólares a fines del primer semestre de 1977. Habría aumentado a 48 mil millones de dólares a finales de 1977.

de 115 mil millones de dólares si se tomara en cuenta el servicio de la deuda (Bu/letin jinancier de Bruselas j Lambert, cit.). Pero los gobiernos de los Estados obreros burocratizados no tienen la menor intención de que esto sea así. Se están orientando hacia un aminoramiento de la tasa de crecimiento de sus importaciones occidentales. De hecho, la tasa de crecimiento del comercio Este-Oeste cayó de un 49% en 1973 a un 43% en 1974, a un 12% en 1975, y tan sólo a un 2.3% en 1976. Durante los nueve primeros meses de 1977, las compras de la URSS a los países imperialistas incluso disminuyeron en un 8.5%. En 1976, Bulgaria, Polonia y Hungría ya habían reducido esas importaciones. Est~ inquietud se basa sin duda en dos consideraciones. En primer lugar, el temor de que las potencias imperialistas traten de explotar ese creciente endeudamiento 184

-y la creciente carga corriente de la deuda- con fines de presión política. Ese temor no carece completamente de fundamento, como se desprende claramente de la declaración del exasistente de Kissinger, Sonnenfeld, ante un seminario de la OTAN dedicado precisamente a ese tema: Dado que el Este es el que trata de entra:, o de integrarse, en el sistema econ~mic~ i?ternacional (aprovechando los préstamos de este ultlm?), debe, po.r lo general, aceptar las disciplinas y práctica~ de .ese sistem~, aun si esto requiriera algunos cambiOs mternos (.). (Nouvelles Atlantiques, 25 de mayo de 1977.) Anteriormente, el profesor Peter Wiles ya había ab~gado ante un coloquio. d~ la OTAN en pro del mantenimiento o del restablecimiento de un embargo .de expo~­ tación de tecnología occidental avanzada hacia los paises del Este con fines de presión evidentes ("Echanges de technolo~ie Est-Ouest", op. cit., pp. 35-36). Ademá.s, porque un endeudamiento excesivo -y una depe~de~cia excesiva de importaciones provenientes de. los paises I!llperialistas y de ventas en los mercados occident~les- .I?troduce un elemento desestabilizador en la plamficaci.o~ y resulta difícilmente asi.milable por el sistema de planificación central burocratlzada, tal como funcwna en los países llamados socialistas. . . Esto no impide evidentemente que la burocr::ci~ .reinante en esos países se esfuerce por obtener divisas fuertes" por todo los medios, mientr.¡¡s la .deuda cc;m ~c­ cidente sea Jo que es. Entre esos mediOs, ciertas practicas llevadas a cabo irritan a la clase obrera, como los almacenes en donde se pueden obtener todos los productos era, tan sólo a cambio de divisas extranjeras "fuertes" (The Economist 7 de enero de 1978). Esos almacenes se difundieron sobre todo en la ROA, en Polonia y en Checoslo185

1



vaquia. En Rumania, el régimen biinda a los obreros que trabajan para la exportación primas en divisas extranjeras. Las facilidades para la creación de empresas mixtas con participación occidental fueron introducidas en 1973 en Rumania (ea particular con una firma electrónica norteamericana), en 1974 en Hungría (en particular con Volvo y Siemens) y en Bulgaria y en Polonia en 1976 (en particular con General Motors), aunque su amplitud global es muy modesta. En forma más paradójica aún, en el mismo momento en que se suprime la convertibilidad del dólar en oro, el dólar comienza a utilizarse como "equivalente general" y "medio de pago'~ para liquidar los déficits comerciales entre países miembros del CAME. Desde 1975, aproximadamenté un 9% de los intercambios comerciales entre países miembros del CAME se liquida en dólares. Y se ha introducido la regla según la cual si un país miembro rebasa el "máximo planificado" de su deuda comercial, el 10% de ese suplemento deberá liquidarse en "divisas fuertes" (Marie Lavigne en Le Monde Diplomatique, septiembre de 1976). 102 En cuanto a China, para evitar endeudarse con los países imperialistas, tras haber acumulado un déficit de 2 mil millones de dólares en cuatro años de comercio con el Oeste, tuvo que restringir sus compras de equipo cuando lo necesitaba de modo creciente pero parece que está en vísperas de abandonar ese antiguo dogma de la época de la revolución cultural y que ya emprendió los primeros discretos sondeos ante los bancos imperialistas, para examinar las condiciones de otorgamiento de créditos (Far Eastern Economic Review, 23 de septiembre de 1977). Por lo demás, habría acumulado en 1977 un excedente comercial de 2 mil millones de dólares (Far Eastern Economic Review, 2 de febrero de 1978). 103

186

XXII , LA COYUNTURA ECONOMICA INTERNACIONAL A FINES DE 1977 Y PRINCIPIOS DE 1978

La situación de la economía capitalista internacional se ha deteriorado sensiblemente durante el segundo semestre del añ.o de ~ 977. La actividad económica disminuyó por doquier, mientras que el desempleo se agravó en casi todos los casos (cuadro XLIX y cuadro L). Aparece claramente que a principios de 1978 el desempleo superó el nivel récord de la recesión 1974-1975 y pasó el umbral de 17 millones en los países imperialistas (en' España, había 1 200 000 desempleados. En los demás países imperialistas no mencionados en nuestra lista 1 millón de desempleados). La cifra real del desempl~o -tomando en cuenta las ~misiones de las estadísticas gubernamentales- supera sm duda alguna los 20 millones en los países imperialistas. No hay ninguna "nueva" explicación necesaria de esta agravación de la coyuntura. Se sitúa en el marco de todo lo que precede. No hubo ningún "boom de las inversiones" que tomara el relevo del incremento de los gastos de los consumidores para mantener la reactivación. Las inversiones incJuso comenzaron a retroceder a partir del segundo semestre de 1976 en la CEE (gráfica IV). ..Medidas deflacionistas rompieron de tajo la reactivac_wn en Gran Bretaña, en Italia, en Francia y en Austraha. La extensión del desempleo contribuyó a que la "reactivación por el consumo" llegara al tope. La "reactivación por las exportaciones", en vista de la tendencia g~neral al e~tancai_Tliento d~l poder adquisitivo, sólo podia beneficiar a ciertos pmses en detrimento de otros. Pero los éxitos espectaculares de Japón y de la RFA, así 187

llilr!OlliOOOo.no..n ~r-...:_:....:N..¿.~Nci

Cuadro L. Evolución del desempleo en los paises imperialistas (en miles)

+++1 1++1+ 1974

1975

1976

dic. 1977

(promedios mensuales)

Olli00\00000lli ~O

t""i.....:NNI""'i_;

+ +

1 1+ + 1 1

.,.,

Estados Unidos Japón RFA Francia

Italia Gran Bretaña Canadá Holanda Bélgica Australia

5 076.0

736.0 582.5 497.7 997.2 614.9 525.0 134.9 124.1 122.0

7 830.0 998.0 1 074.2 839.7 1 106.9 977.6 707.0 195.3 207.8 297.0

7 540.0 1 320.0 1 060.3 933.5 1 181.7 1 360.0 780.0 210.0 266.6 335.0

6 377.0 1 428.0 1 027.0 1 027.0 1 558.0 1 428.0 912.0 220.0 354.0 400.0

NOOOO-O"''1'0N

...Ot'f')-.:i..¿......:

..n~o

+++++

+11

\0\00'-=:t"OOlli('O')Ot..,.;r-...:~_:;QQI"""i .....:

+++++++

N\OC'""")t-tn--oo-

QI"")r-:oQN_;v)..c)..,-;

+++++++++

188

Fuentes: Para la CEE: Télégramme statistique d'EURO STA T del 16 de diciembre de 1977; para los demás países: Naciones Unidas.

como los éxitos más modestos de algunos países dependientes, provocaron reflejos proteccionistas crecientes y por tanto un estancamiento, incluso un retroceso delcomercio internacional, lo cual implica un nuevo freno general a la reactivación. Resultó evidente que una reactivación inflacionista masiva exclusivamente en Estados Unidos es insuficiente para restablecer la coyuntura de la economía capitalista internacional. La recaída inmediata en la recesión sólo podrá ev ·r arse con una condición: que Japón y la RFA acentúen , su vez sus políticas expansionistas monetarias y de crédito, es decir su deficit financing, y que Estados Unidos prosiga e incluso acentúe su política expansionista. La presión en ese sentido -conjunta por parte de Estados U nidos, de los sindicatos y de un gran número de sectores industriales- es tal que les será difícil escapar completamente. Además, la caída del dólar desencadena por sí sola mecanismos compensatorios que amplifican considerablemente la masa monetaria en la RF A y en Japón, si las 189

Gráfica IV. Evolución de las inversiones en la CEE • • • • •-• • •

Pmducciún de hicnt:s de invcr:-.tún ( 1) lndkc de difusión ( 16 :-.cdnrc"' tk la tndu:-.tria

productora de bienes de inversión) (2) AllhHli
•-•

Produc.:iún del st:ctor de l•t construcción d\il (4)

~ de Íll!!l'lltcria

l.j



..A

12 10

" • •

1'

111

11 1

11

IH

1975

IV

1

11

111

1976

IV

1

11

111

IV

1977

Comisión de la CEE: ''La situation économique de la Communauté'', n. 4, p. 7, 1977.

190

autoridades competentes de esos dos países quieren evitar por poco que sea una revaluación todavía más acentuada de sus divisas que pondría inmediatamente en peligro sus exportaciones. En el tercer trimestre de 1977, la masa monetaria M1 (billetes de banco + depósitos a la vista en los bancos) aumentó en un 19.7% en Japón y en un 13.8% en la RF A (frente a un promedio de 6.8 y de 8.7% durante los doce meses precedentes). Este movimiento seguramente se acentuó durante el cuarto trimestre de 1977. Sólo podría detenerse si las autoridades mo~ netarias y políticas aplicaran una política deflacionista severa, lo cual parece inconcebible en las actuales condiciones políticas, o si adoptaran medidas masivas de proteccionismo y de control de los cambios, lo cual tendrá efectos deflacionistas en el comercio mundial. La eventualidad más problable no es, pues, una nueva recesión generalizada desde principios de 1978. Por el contrario, una expansión un tanto acelerada en Japón y en la RF A, aunada a la que se lleva a cabo en Estados Unidos, mejorará levemente la coyuntura en una serie de otros países imperialistas, en vista del peso preponderante que la economía de esos tres países ocupa en el conjunto de la economía capitalista internacional. Pero el precio pagado por esta reactivación no es menos evidente: consiste en una acentuación del clima inflacionario internacional durante todo el año de 1978. 104 Unida a \a agravación de las tendencias proteccionistas, esta inflación creará graves desequilibrios financieros y monetarios que pueden obligar sucesivamente a toda una serie de gobiernos a tomar medidas deflacionistas en la segunda mitad de 1978 o a principios de 1979. Por lo tanto, una nueva recesión parece difícilmente evitable. Pero el ¡itmo de la reactivación en 1978, para cada país y cada rama industrial, será aún vacilante, más lento y más desigual que en 1977 aun tomando en cuenta medidas de reactivación acentuada tomadas en la RF A, en Japón y también sin duda en Estados Unidos en cuanto el desempleo se agrave de nuevo. 191

Páradójicamente, la situación fue mejor en 1977 en ciertos Estados capitalistas dependientes, como por 1 . ,, ejemplo en Brasil, Sudcorea, Hong Kong e Irán. La reactivación de la producción industrial después de la recesión fue mucho más vigorosa en ellos que en los países imperialistas. Se habla de tasas de crecimiento del Producto Nacional Bruto de aproximadamente un 8% en 1976 y un 6% en 1977 para Brasil, un 14% en 1976 y un 10% en 1977 para Sudcorea, un 16% en 1976 y un 8% en 1977 para Hong Kong, un 12% en 1976 y un 9.5% en 1977 para Irán. Pero es notable que, en todos los casos, el ritmo de crecimiento se haya aminorado desde el segundo año de la reactivación y que una n,ueva disminución esté prevista para el año de 1978. Además, hay que integrar en esta previsión las consecuencias -que pueden ser muy graves en el caso de Hong Kong- de las medidas proteccionistas tomadas por ciertas naciones imperialistas contra la "invasión" de exportaciones provenientes de esos países dependientes. La crisis financiera y de sobreacumulación que comienza a manifestarse en Irán también merece recalcarse. 105 En esas condiciones, la:s cotizaciones generales de las materias primas se orientaron nuevamente hacia la baja, aun si hay excepciones como el estaño. El hierro y el acero, el cobre y el cinc, las fibras sintéticas y naturales, así como la mayoría de los productos alimenticios de base, bajaron durante el último trimestre de 1977. Para el algodón, hubo una caída del 33% entre el otoño de 1976 y el otoño de 1977. Esto agrava fuertemente la situación económica de países exportadores de materias primas. Incluso Brasil se ve duramente afectado por el hundimiento de la cotización del café. 106 La incapacidad del cártel del petróleo de adaptar a finales de 1977 el precio del petróleo a la baja del poder adquisitivo del dólar y al alza del índice de precios de los productos manufacturados (ante todo de los bienes de equipo) importados por los paises miembros de la OPEP tiene que ver con el mismo fenómeno. Ni cárteles o monopolios privados, ni la ! 192

j

1

d obiernos pueden a la larga imJ:?eacción concertada ~ 1 ~ientras la economía Siga dir que actúe ley e .v~mo('rnacional de mercado ca pi-, integrada en lalaeconomia e

talist~.

d. d proteccionistas tomadas por la U m da a las I?e I , as . rialistas, esta caída de las CEE y los demas paises .Impe ·mas pone trabas al ritmo cotizaciones de las ma~ena~p~~s países del Tercer M unde expansión en el c.onJuto e d sempeñar el papel de un do, reduce su capacid~d para la eproducción imperialista, mercado suplementanoup:~~eudamiento, y acen.túa.por !las tendencias a la d1smmuagrava los efe~tos de ~ tanto a escala I~ter~~cwn~ estancamiento, así como las tivar vigorosamente las ción de la reactivaci.on y vacilaciones del cap~ tal p~~a re;~íses del llamado Tercer inversiones productivas. 'deos etróleo tendrán un déficit Mundo no exportadores ~ eraciones en bienes y seracumulado de su bal.anza ?e d~s de 212 mil millones de vicios, y transfere~c¡as p~Iv~974:1978! dólares para el qumquemol la brusca agravación de la En deste contexto .. 1 d'l cobragenera., un sigm'fiIC ado particular. y sumacns1s e o ar bur uesía internaciOnal. mente inquietante par~ 1a 1 "~aída libre" del dólar con La causafu~f~~entaf e~t:S" (sobre todo el marco alerespecto a las divisas u . ) no reside en el hecho de mán, el ye~ y el¡ra~ct~J~~z~nidos busca por todos los . nes estadounidenses Y que el gobierno e s medios favorecer las.. exp~r!:nc~fa benigna" (bening neutiliza por tanto su .neg. _g del dólar como un arma de glect) respecto .a :a ~ot~z:~~~~ es indiscutible. Pero, no. es guerra comerc.Ia . , s no un mecanismo economiC? más que un epifenfm~o y tal de la caída del dólar radide base. La causa un¡:::::~ de inflación norteamericana ca, por una. parte, en tri le- de la que prevalece en la (muy supeno~ -dv~lel o qu~ sufrió durante un breve p~­ RF y eotra a par t e Ysobre todo ' en el déficit . A y1en J Suiza · )· por nodo e apon • teamericana provocado no de la balanza de ~.agos noá solamente por un exceso e 1a demand~" (la inflación) 193

VfJIJ'Lil,mu''"'' por un¡¡ "oferta menos competitiva", debi-

~·anlte todo a la diferencia incesantemente creciente de

',,...,..,rl,,d,ivirhrl y de eficacia de la industria de Estados U ni, por una parte, y de la industria germano-occiden, taJ,y japonesa por otra. Ya recordamos los principales .lndices de esa diferencia en el capítulo XVI. A pesar del encarecimiento del deutsche mark y del yen con respecto al dólar, y una tasa de aumento de los salarios nomitiales equivalente o superior, los costos unitarios de mano de obra aumentan mucho menos rápidamente en la RFA y en Japón que en Estados Unidos, gracias a las tasas de crecimiento superiores de la productividad del trabajo (cuadro LI). Pero el enorme déficit ae la balanza comercial de Estados Unidos que resulta fundamentalmente de la interacción de esos dos factores alimenta la inflación universal a través de la expansión de la liquidez internacional. De esta manera, tarde o temprano, no solamente los capitalistas privados sino también los gobiernos se opondrán cada vez más a que se les pague con vanas promesas. De ello resulta una tercera amenaza de hundimiento que pende sobre el sistema bancario y de crédito internacional: no sólo el riesgo de un pánico bancario a consecuencia de la insolvencia de grandes instituciones de crédito (resultante de quiebras espectaculares en otros sectores); no sólo el riesgo de insolvencia de una serie de países capitalistas dependientes, aumentando por supuesto el riesgo de hundimiento de unos cuantos grandes bancos, sino además el riesgo de un brusco retiro masivo de los petrodólares y de otros haberes extranjeros en el sistema bancario norteamericano, y la exigencia de una liquidación en oro en divisas fuertes de las compras estadunidenses de107petróleo (y de la liquidación del saldo con otros países), Ya los Bancos Centrales remplazan discretamente una parte creciente de sus reservas en dólares por reservas en otras divisas (sobre todo deutsche mar k, franco suizo y florín). La parte de esas "otras divisas" en las reservas de cambio totales de los Bancos Centrales 194

+++

+++

J

195

~a;~~~~~~~~:~~~:~e~~:~f~n~~ u~ 20% en 1976 según

tar lejo~ actualmente de un 25% .. Sm duda no debe es. Por Cierto, el peso polític _ ·¡· . _ . . político-militar de las clases ~o~~:~ar ~ 1~ depe?dencia ve de la OPEP con res ecto a él- ora.s e os J?aises clateamericano se dejará ~entir pod delimpenahsmo nordir semt<jante catástrofe p erosamente para impepolítico-mi!itares no pod~án ~;ut~all~z~~~ga, ~os factores leyes económicas. Aumentará la . . os e ectos de las blecimiento" del dólar y .. t b~es~o~ para un "restasignifica una política d. efla ~es ~ ecimiento, del dólar . . cwmsta en Estad u ·d q~e precipitará inevitablemente una nueva os m os ~I~~ generalizada en la economía capitalist: ~~~~~~f~~

11

1

196

XXlii 1979-1980 ¿RECESION EN ESTADOS UNIDOS SOLAMENTE O NUEVA RECESION INTERNACIONAL GENERALIZADA?

· A finales de 1978, la coyuntura económica internaciona) está dominada por los signos precursores de un cambio de coyuntura en Estados Unidos, el único país imperialista en que la reactivación económica de los años 197678 había adquirido cierta envergadura. Estos signos son: un desbocamiento típico del sistema crediticio; un aumento de la tasa de inflación; una elevación del tipo de interés, 108 · que acabará estrangulando el "mini-boom" del sector del automóvil y de la construcción, que en realidad no son más que "mini-booms" crediticios (créditos al consumo y crédito hipotecario). Los pedidos de bienes de equipo empiezan a dar señales de agotamiento. El aumento de los beneficios de los grandes consorcios industriales, que fue el rasgo dominante dul'ante todo el periodo de reactivación, ha topado con todos los factores mencionados. También en este terreno el cambio parece inminente. Así, el semanario norteamericano Business Week señala, en su número del30 de octubre de 1978, que si bien los beneficios capitalistas todavía aumentaron en el tercer trimestre de 1978, en un 12-13% con respecto al mismo periodo de 1977, ya han disminuido en comparación con el segundo trimestre de 1978, en el60% de las sociedades anónimas. Y el45% de estas sociedades han visto menguados sus márgenes de beneficios en relación con los del año 1977, ya de por sí bastante pobres para un año de reactivación económica bastante vigorosa. Las medidas adoptadas por el presidente Carter ello. de noviembre de 1978, con vistas a frenar la caída verti197

ginosa del cambio del dólar con resp~cto al de la_s _"divisas fuertes" (ante todo el marco aleman y sus_satehtes, el yen japonés y el franco suizo), y a contene_r el m cremento de la tasa de inflación en Estados U m dos, refuerzan el efecto combinado de todos los factores q~e comportan un cambio de coyuntura en Estados Umdos: E~tos factores no han originado ni originarán este cambw; es!e es inherente a la propia evolución cíclica de 1~ econom1a capitalista. La política económica de los gobiernos bu~­ gueses, sobre todo de los que, como el de Estados U mdos, disponen de enormes rec~~sos, puede f~enar o acelerar estas tendencias. La pohtlca del gobierno Carter, después de haber "jugado" a la expansión durante tres años, "juega" ahora a la recesión mod~rad~; Este es el sentido que encierran las llamadas medidas en defensa . " ., , del dólar". Decimos que juega a la receswn moderada . En efecto, se ve obligada a ello por varios factores a los que no puede escapar fácilmente. Hay ante todo . un fact~r sociopolítico. Contrariamente a un mito amph~mente difundido en Europa occidental, las masas trabaJadoras de Estados Unidos no muestran ninguna profu~da tendencia conservadora, y sobre todo no se ha hundido en a~so­ luto la fuerza organizada de los sindicatos como ~ara JUStificar la hipótesis de que la clase obrera de este pa1s vaya a ·resignarse a un nivel de ~~sempleo ~el ~ o del 10%. , . Al contrario, la evolucwn de los smd1catos en los ult!mos doce y veinticuatro meses indica que ~na n~eva agravación del desempleo, junto con las demas ma~ufes­ taciones de la ofensiva antiobrera por parte del gob~ern? Carter, acentuaría las tendencias incipientes de radicalización en el seno de los sindicatos, así como el despertar de la combatividad en una serie de sectore~ de la cl~.se obrera. Por otro lado, en 1980 se celebrara la elecc1~n presidencial de Estados Unidos. Acelerar el c,urso h~c1a una recesión económica grave, que aumentana consi~e­ ranlemente el. desempleo hasta la V!sp~ra de !~S elecCIOnes, equivaldría por tanto a un SUICidiO poht1co. 198

Además, una recesión grave en Estados Unidos tendría repercusiones no menos graves en la economía ca pi: talista internacional. Implicaría inevitablemente la extensión de esta recesión al conjunto de los países imperialistas y a gran número de países semicoloniales y dependientes, durante el año 1980, incluso hacia finales de 1979. Dado el estado deteriorado de la situación internacional del capital en comparación con la de 1974 -tanto en el plano económico como en el social y político-, los riesgos de "desestabilización" de países importantes que comportaría esta recesión, serían graves para la burguesía internacional y, de rebote, para el imperialismo norteamericano. En estas condiciones, el cálculo del gobierno Carter es bastante ·claro: provocar una recesión moderada en 1979, que podría ser de profundidad y duración limitadas. Uno de los factores esenciales que moderarían la recesión norteamericana sería su coincidencia con el mantenimiento, o incluso con una cierta aceleración, del relanzamiento en varios países imperialistas importantes, sobre todo Alemania occidental y Japón. Del mismo ' modo que la reactivación mayor en Estados U nidos "alimentó" la reactivación en Alemania y Japón, pese a la política de "estabilización" de ambos gobiernos en el transcurso de 1978, la reactivación más fuerte en la RF A y Japón en 1979 podría "alimentar" una reactivación en Estados Unidos en 1980, pese a la política norteamericana de "estabilización en defensa del dólar". Así, el gobierno Carter podría matar varios pájaros de un tiro. Podría afrontar las elecciones sin un desempleo masivo agravado sobre sus espaldas. Las tasas de inflación en Estados U nidos por un lado, y en la RF A y Japón por otro, podrían aproximarse de nuevo entre sí. El déficit de la balanza de pagos norteamericana podría reducirse drásticamente. El dólar se recuperaría de una manera duradera. Y puede que además abrigue la esperanza de que un aumento "moderado" del desempleo -a diferencia de un incremento más acentuado- baste para moderar tam199

1 1

bién, durante algunos años, la lenta radicalización en los sindicatos y determinadas capas de la clase obrera en Estados Unidos. Esto es lo previsto. ¿Tiene posibilidades de materializarse? En última irtstancia, todo ello se basa en una hipótesis fundamental: la de un asincronismo del ciclo en los principales países imperialistas, que supuestamente se mantendrá a lo largo de los años 1979 y 1980. Recordemos que este asincronismo había limitado la amplitud de las recesiones económicas en los años cincuenta y sesenta. Desapareció en el transcurso del "boom especulativo" de los años 1972 y 1973, que fue universal en todos los países imperialistas. En 1974 y 1975 le sucedió una recesión común a todos estos países. La esperanza de los capitalistas de evitar una nueva recesión generalizada en 1979 y 1980 radica en lo esencial en la afirmación de que hubo un asincronismo de la reactivación durante los años 1976, 1977 y 1978. Sin embargo, si observamos más de cerca esta afirmación, veremos que refleja muy parcialmente la realidad económica. Si bien es cierto que algunos países imperialistas importantes, como Gran Bretaña, Italia e incluso Francia, han conocido fases de estancamiento y hasta de retroceso de la producción industrial durante el periodo de reactivación de 1976 a 1977, esto ya no es cierto a finales del año 1977. Sólo algunos pequeños países imperialistas, como Suecia y Nueva Zelanda, se encuentran todavía en esta situación. Por lo tanto, en lugar de asincronismo del ciclo hay que hablar más correctamente de desigualdad de la reactivación en 1978. En estas condiciones, no está escrito en parte alguna que la recesión norteamericana que se anunCia no se extienda a la mayoría de los países imperialistas, aunque con un cierto desfase, del orden de uno o dos trimestres, lo que por lo demás también se había producido en la recesión de 1974-1975. Máxime cuando a fin~ies de 1978 los síntomas de agotamiento de la reac200

\ )

t

tivación, que ya es mucho más débil y vacilante, proliferan también en una serie de países imperialistas: Gran Bretaña, Italia, Francia, Suiza. Incluso en Japón la tasa de crecimiento del 7.5% alcanzada en el periodo que va de septiembre de 1977 a septiembre de 1978, ha descendido al 2% en el trimestre que va de julio a septiembre de 1978. En realidad, la verificación de la hipótesis subyacente a las previsiones de Carter depende de un único país: la República Federal Alemana. Allí, los signos que aparecen a finales de 1978 apuntan efectivamente a' una modesta aceleración del crecimiento en 1979 y no a un cambio de coyuntura. Todo se reduce a saber si una tasa de crecimiento que pasa dd 3.5% al 4% en un solo país bastará para evitar una recesión en la mayoría de los países del Mercado Común o de Japón, sobre todo bajo el impacto de una recesión en Estados U nidos. Como se ve, la esperanza es más bien débil. Pero para poder trazar perspectivas económicas más precisas hay que examinar ante todo los cambios estructurales que se producen en la economía capitalista internacional, en lugar de dejarse hipnotizar por las fluctuaciones coyunturales a corto, y a veces incluso a cortísimo plazo. La persistente debilidad del dólar no se debe fundamentalmente al crecimiento espectacular de las importaciones de productos petroleros. Su causa esencial radica en el deterioro de la competitividad del imperialismo norteamericano en el mercado mundial. Los dos aspectos "técnicos" de la caída del dólar -la inflación superior en Esta.dos Unidos, fruto de una política más,"expansiva" que la de la RFA, Japón, Francia, etcétera; el intento del gobierno norteamericano de aumentar la competitividad de las exportaciones de Estados U nidos gracias a la devaluación del dólar- están estructuralmente vinculados a esta causa fundamental. Porque la industria fabril de Estados Unidos ha perdido su ventaja de productividad en la mayoría de los sec201

t S

2

. \

tores; porque el parque de maquinaria y el perfil industria! de Estados Unidos han quedado relativamente anticuados en comparación con los de la RF A y del Japón, y porque al mismo tiempo la capacidad de producción potencialmente excedentaria es allí mucho más elevada, por ello el gobierno de Estados Unidos tiene que aplicar una política más inflacionista para evitar un aumento catastrófico del desempleo y del subempleo de la maquinaria. Allí donde numerosos comentaristas, tanto burgueses como los que se reclaman del marxismo, ven una "conspiración" o un "laxismo monetario irresponsable a cabailo de la supremacía política", nosotros vemos una razón económica de fuerza mayor, solapada por una prioridad sociopolítica: evitar que en Estados Unidos se reproduzca, en el seno de la clase obrera, un clima de impugnación social comparable al que conocen la mayoría de los demás países capitalistas en todo el mundo. Por lo demás, hay que constatar que la política consistente en favorecer las exportaciones norteamericanas por medio de la devaluación constante del dólar ha sido un fracaso. O más exactamente: no ha podido impedir un deterioro continuo de la posición de Estados Unidos en el mercado mundial. Como máximo ha evitado que este deterioro se agrave aún más. Ya habíamos señalado anteriormente que Estados U nidos ha perdido definitivamente el liderazgo entre los exportadores de productos manufacturados en el mercado mundial; su lugar lo ocupa ahora la RF A. Y hasta en su segundo puesto el Japón les pisa los talones (vease cuadro LII). Lo que es nuevo es que a partir del tercer trimestre de 1977, las exportaciones de Alemania occidental superan a las estadounidenses en su conjunto, incluyendo las exportaciones de productos alimenticios y de materias prima~.' terrenos en los que Estados Unidos aventaja evidentemente a la RFA, dados sus inmensos recursos naturales (sobre todo en lo que se refiere a los cereales). Es 202

.,

~

!!

.;:¡

cf2.&.1#-cf2.~c?c?&.e>:?

~

r---:r--:r---:I.Or---:r-:-.o.....:r...:

~N\Or--1.0\000N

!...

'"'"...,ª' !S

"'...

~

i....

-i

S:::#~

~~

\:) ~ <:e)

tf&.cf2.1#-cftt#2cft&cf2 \OOOOOOOO
---

_;ooooooo.:a\~o.:

~

!S

.;:¡

cftc?cft~cf2.cftc§2cftcft

" ""

oOoOO..:O..:o\o\O..:o-:0

"

t:frc§2~1#-l#-c?r;fcftcft

~"' ~

~

.!!

'<:>

Nf-.('O')('O')r-0\llir--

:¡. "'

.

~

., :a.5!

....,~

\Ot-Nlli\0~00000

~=:j:!~~~~~

3

ti

·-t ~ <:!

"t.; ~

c?c?~c?cf2.1#-c?cftc?

00 ,.._

--NNNNNNN

.,"'"

.._,.OONr-llit-0\0000 o\o\0~00000

.,2.

"

~

.D

-'!1

"...

.!;¡.

....,.

-5

.S ~

~

;:::,

~

&.&.&.&.&.&.&.&.&. -tn-NNlli"'!f"-.-. ooo...or-...:r-..:v-i...¡.v--i-.ó

N--------

"

"

.¡;

-......

...¡

o

. u=

-~

'

.;: ¡¡;

.!;¡.

t:

o

e

¡; <>:; """

:S

.e....

E ·;: "

""oo"" r--,.._r--

~O\~

~~e

~ ~

" E

~ ~

~ ~

" " E ·E·-.... ""'·OOON"""\0r-....,.!::_. ~

"~"'

--~ ~

¡¡ e

~

. ...; -------Nt'f') ....."=

\Ot-r-r-r-r-.....:

0'\0\0\0\0\0\000

")In

posible que la tendencia se haya invertido durante los últimos trimestres de 1978. Pero basta para revelar la naturaleza esencialmente defensiva de la "benigna negligencia" del gobierno Carter, que ha tolerado la caída libre del dólar, y no su carácter pretendidamente ofensivo. Los demás cambios estructurales que están produciéndose en el mercado mundial son básicamente los siguientes: - Una agravación de la competencia que les hacen los países semindustrializados de Asia Oriental (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur) a los países imperialistas, ante todo al Japón, en una serie de sectores no sólo de la industria tradicional (textiles y vestidos, calzados, juguetes), sino también en el del montaje electrónico, la industria relojera, las construcciones en el extranjero e incluso la construcción naval. El semanario Far Eastern Economic Review escribe a este respecto, en su número del 13 de octubre de 1978:

\0\0NO-tnr-

N..._to\_;N_;~

----

s::t~

~ ~

~

·E"' "..... E ..;¡ ~ {¡

.

\.:)~

.!;!

""

1

Ntn0\0 1 _;v;..,..;r---:,¿

-----

N

~

-----

.¡g

NNOONN0'-00

"

""' ..;¡

:::::::

ee

{ilj

~·E e-

§-

....

Mr---=..oo-=I"""ÍI"""Í -NNNN

oO .... o-

1:•2

"..al '" E

-.:

~

<..;

N\Otntn-
l:! "

0.::

-NNMMM

..

..,o_;..,..;o\NN~

"~

.;¡ "'

"::¡.

"l ....;

" ..e E .!l > o ~

",..

...

~

"

"O

-; ...e

;;;;

::;,

\O
t:i

-NMNMM

oóNoóOo\_:l""i

·~ <>::

"

.::¡;

""

..,¡

¡:J"

...,e ~

a• r-r-oooo r-r-t-r-

~~~~'

" ... !::... ... ""' ..."' ..."' ..."'

-- ·2 ·2 ~

~

~





OON\0_.!:::.,..!:: \Or-r-....: . ....: . 0'-0'10'\-UOuO _.;;rf"""' ~ N

--." -"" .:::" .:; .;¡

~

-"... ;¡ :::>

Las fluctuaciones del valor del yen han contribuido a acelerar el ritmo con el que otros paises del Este asiático han superado el poder competitivo sJe la industria japonesa. Dado que los ritmos del cambio de la estructura industrial del Japón son más lentos y que la estructura de los demás paises de Asia Oriental ih: desplaza de la industria ligera a la industria pesada y química con un ritmo superior al del Japón en los años sesenta, la estructura industrial de los paises de la región es cada vez más parecida, y la integración vertical de la producción, que ha alimentado las fases iniciales de su crecimiento, desaparece progresivamente . Recordemos, a título de información, que las exportaciones totales de Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong ascendieron en 1976 a unos 7 500 millones de dólares para cada uno de estos países; en el caso de Corea del ·" Sur, el 88% eran productos manufacturados, en el de · .Taiwán el 79.4% y cerca del 90% en el de Hong Kong.

w..

205

l (Sus exportaciones globales alcanzan eJ. 50% ~e las ~e Italia, con una población global de esos t~es pa1ses equivalentes a la población italiana. Lo que s1gmfica que las exportaciones por habitante han alcanzado ya e~ 50% de las de Italia.) Pero mientras que las exp?rtac10~es. de Hong Kong se centran esencialmente en la mdustna hgera, esto ya es menos el caso de Taiwán (el20~o de. las ~x­ portaciones se sitúan en el secto: de la ~aqum~na. electrónica y de los productos de la mdustna metalurg1ca) y de Corea del Sur, que exporta cada vez más produ~t~s siderúrgicos, barcos, cemento, prod~ctos pe~r<;>qu~~1cos, etcétera, y se lanza a la construcc10n mecamca. . Los serios temores que despierta esta c~mpet~nc1a en Japón han provocado ya una doble reacc10n: el Impulso de un "gran retorno" al mercado chino por ~~ ~~do, y por otro el intento de organizar una nueva .d!VISIOn del trabajo horizontal con estos nuevos competi?ores, en ~1 marco de una especie de "Mercado Comun de As1.a Oriental", que englobaría a Japón, Corea del Sur, !~I­ wán y Hong Kong. La idea fue.lanza.da durante la ":Is.Ita del principal estra~ega del Part~do LI?e~al DemocratJco de Japón, Masumi Esaki, a Seul, en JUho de 1978, Y fue aceptada en principio por el régimen sudcoreano de Par k. - La seria desacelaración de la expansión del mercado ofrecido por los países de la OPEP (O;ga~izaci~n ?e Países Exportadores de Petróleo)~ los paises Imper~ahs­ tas, fenómeno que viene acompanado por .lo demas de una reducción ultrarrápida de los excedentes de la balanza de pagos de estos países, que han pasado de ~5 000 millones de dólares en 1974 a menos de 10 000 millones en 1978, y que podrían desapa:ec~r com~leta.mente en 1979 o 1980 (Irán ya tiene un deficlt de m1l millones de dólares en su balanza de pagos de 1978). Las importaciones del conjunto de países exportadores de pet.róleo (incluyendo a México), que pasaron de 2 000 millone~ de dólares en 1968 a 9 000 millo:1es en 1974 y 17 000 millones en 1976 (en promedios trimestrales), han alcanzado 206

t

los 22 5~0 millones en el segundo trimestre de 1977, 23 000 millon.es en el tercero, 25 400 millones en el ,cuart? y 24 600 millones en el primer trimestre de 1978, es decir, que han quedado estancadas si tenemos en cuenta la depreciación del dólar. Y la respuesta de la OPEP -un nuevo aumento del precio del petróleo a finales de 1978- no ayudará a la "lucha contra la inflación" en los países imperialistas. Irán ha tenido que reducir drásticamente sus proyectos de inversión (y de importación) particularmente en lo que afecta'. a las ocho centrales nucleares de procedencia norteamencana y a cuatro centrales nucleares adicionales. de construcc~ón alemana (dos centrales de origen aleroan y dos.de ?ng~~ francés continúan construyéndose). - La dismmuc10n de los recursos de América Latina (a excepción de México), lo que se expresa claramente en ~as siguientes ~ifras relativas a las exportaciones del conJU~to del contmente (salvo Venezuela y México); 9 300 millones en el segundo trimestre de 1977, 8 200 millones en el te~cero, ~ 200 millones en el cuarto y 8 500 millones en el pnmer tnmestre de 1978 (también en promedios trimestrales, lo que refleja, teniendo en cuenta la depreciación del dólar un retroceso neto en volumen). , Está cl~ro que el salto en las exportaciones de productos petrohferos y de gas natural previsto en México otorgará a este país un lugar especial en la evolución de la coy~ntura económica internacional durante los próximos anos. La producción mexicana de petróleo se eleva actualmente a 1 400 000 barriles por día; de aquí a 1981 alcanzará el doble. Las reservas se estiman en 200 000 millo,nes de barriles, situándose por encima de las de Arabia Sau?ita. El gobierno de López Portillo espera obtener de aqu1 a finales de 1982 un ingreso de 30 000 millones de dólares po,r la exportación de productos petrolíferos y ',petroqu¡m¡cos. Aprovechando la competencia entre Ja. pón y Estados Unidos, la burguesía mexicana trata de .. también esta mina imprevista para ensanchar su 207

autonomía con respecto a Washington y W all Street, a lo que el imperialismo n?.rteameri~a~o responde. con el refuerzo de su intervenc10n tecnolog1ca, estableciendo particularmente su propiedad sobre todas las plat~.for~~s marítimas y ejerciendo incluso una discreta pres10n mlh; ~r. . E - El relativo estancamiento del comerc10 entre ste Y Oeste, que incluso había retrocedido en 1977, a ca~sa del enorme déficit de la balanza de pagos de los pa1ses. de Europa oriental y de la URSS con respec~~ a los pa~ses imperialistas. En 1978 reanudó su expans10n', pero esta se ha traducido inmediatamente en una nueva agravación seria del endeudamiento de estos país.es con res~ec­ to a los bancos capitalistas, lo que incitara a sus gobiernos a frenar de nuevo su expansión. Un estudio publicado a finales de novie~bre de 1_978 por la Comisión Económica de las Nac10nes Um?as para Europa afirma que las deudas ~etas de los pa1ses del Este con respecto a los bancos occidentales aume_ntaron en 7 200 millones de dólares durante los tres pnmeros meses de 1978, frente a un aumento de 3 800 mill?nes de dólares en 1977 y de 6 000 millones en 1976. Segun el Neue Zürcher Zeitung del 12 de septiembre de 1978, las exportaciones de Alemania occidenta~ a los países del Este están disminuyendo, de 17 400 m!llones d_e DM en 1975 y 1976 a 16 700 millones en 1977 y 8 7~? m!llones de DM en el primer semestre de 1978 .. Los acuerdos de compensación" concluidos part!cularmente en e~ sect~r químico para evitar el estancamiento del comerc10 debido a un endeudamiento excesivo -acuerdos que as~g~­ ran una salida en forma de trueque a los productos qulmlcos de Europa oriental-, inquietan gravemente a consorcios como la ICI, pues amenazan a sus propios m~rca_dos. - La acentuación de las tendencias protecc10mstas en Estados Unidos, y no sólo en este país. El nuevo acuerdo del GATTsobre la reducción de las tarifas aduaneras, que acaba de concluirse, pued~ considerarse a este : respecto como un fracaso a med1as. Incluso en el ·

seno de la Comunidad Económica Europea se incrementan las medidas proteccionistas, no sólo con respecto a "países terceros" sino incluso entre sus miembros ' aunque sea en proporciones todavía modestas. Toda una serie de técnicas indirectas se utilizan para ello, particularmente la diferencia entre las TV A (tasas sobre el valor agregado), que varía, en cuanto al sector del automóvil entre el 11% en la RFA y el 33% en Francia. En 1973, 1~ Comisión de la CEE investigaba 60 casos específicos de violación de la norma de libre entrada de los productos provenientes de los países miembros. Actualmente investiga 400 casos. Pero como dice el semanario The Economist del 28 de octubre de 1978, esto no es más que la punta del iceberg. La presión proteccionista es evidentemente más fuerte en los países imperialistas más vulnerables, pues son los menos competitivos, como Italia o Gran Bretaña. .

Es difícil exagerar la atmósfera de desesperación que prevalece cuando se reúnen actualmente dos o tres responsables de la política económica de Gran Bretaña. Sólo hace falta que algunos minutos antes uno de esos responsables rompa el tabú y se pregunte si la evolución prevista hacia el proteccionismo en los años ochenta será iniciada por la izquierda o por el centro (The Observer, 26 de noviembre de 1978). . En resumen, podemos concluir que el mercado mundial apenas favorece la continuidad de la reactivación económica en los países imperialistas. Incluso cabe prever que con ocasión de la próxima recesión, países como · ·. Bras!l, Corea del Sur, Taiwán y los países miembros de la OPEP, no sólo conocerán una desaceleración de su ~sa de crecimiento, sino que, dada su mayor integración e~ e! merca.~o mundial que en 1974, corren el riesgo. de ·&Uflilr tamb1en un retroceso absoluto de la actividad ecorlÓmica. Las previsiones de un crecimiento del vol'umen ·del comercio mundial en un 6% en 1978, avanzadas por 209

1 1

1

1 1 1

1

t .

( (

t

J (

I t

r ( ~

e e a I d I

t u

z n

e 1 d n

e d

la National Institute Econbmic Review, pueden considerarse poco realistas. Al subrayar la ampliación de las medidas proteccionistas, el estudio anual del GATT (International Trade 1977-1978) es mucho más prudente. A las fuerzas que frenan la expansión del mercado 'mundial para las mercancías capitalistas hay que añadir los factores que estrangulan la reactivación en el mercado interno de los principales países imperialistas, que constituye el principal sector, a su vez, de este mercad? mundial (de las importaciones mundiales de 274 000 millones de dólares en 1977 -sin contar las de los Estados obreros-, los países imperialistas compráron 195 000 millones, es decir, el 78.5%). El poder adquisitivo de las amplias masas sólo progresa marginalmente o apenas, bajo el efecto combinado de la inflación, del desempleo masivo en aumento Y. de la política de austeridad, con sus ataques contra los mcrementos salariales y los gastos de la seguridad social. El desempleo oficialmente reconocido no cesa de aumentar, salvo en Estados Unidos. A finales de 1978 alcanzó los 17 millones en los países imperialistas (véase cuadro LIV). Cuadro LIV. Cifra oficial de desempleados en octubre de 1978 (en millones) Estados U nidos

1.7

Gran Bretaña Japón Francia España RFA Canadá Australia Bélgica Países Bajos Otros países imperialistas

1.4 1.3

n 2

5.9

1talia

210

1.2 1.2 1.0 1.0 0.4 0.4

0.2 1.5

1

1

! 1

¡

Dado que estas cifras se basan en una fuerte subestimación, sobre todo en Italia, Francia y Estados Unidos el núm.ero real de desempleados en los países imperialis~ tas asciende seguramente a más de 20 millones en el momento actual. Y es más: se trata de cifras relativas a una fase de reactiv~~ión del ciclo económico. Si se produce una nueva rec~swn, cabe prever que el número de desempleados ofic~almente reconocido alcance los 20 millones, y que la Cifra real roce los 25 millones. La extrema gravedad de estas cifras salta a la vista. Confirma todo lo que los marxistas han dicho siempre sobre el modo de producción capitalista. Tanto peor para los aduladores del mito de la "economía mixta" -que-ya-no-es-capitalista ... La agravación del desempleo, unida a los ataques a los derechos adquiridos en materia de seguridad social -valga como muestra el considerable aumento de lascotiza~iones a la seguridad social que acaba de imponer el gobier?o Barre a los asalariados franceses, a los jubilados e. m~luso a dete~minadas categorías de desempleados Sigmfi~a u.n~ sena sangría del poder adquisitivo de las masas, impidiendo de esta manera la continuación de la ractivación por medio del consumo. En Estados Unidos, el9 de septiembre de 1978las ventas al menudeo hab.í?n aumentado nominalmente en un 10% en comparaCion con las de comienzos de septiembre de 1977, mientras que el costo de la vida había aumentado en un 8.4%. El volumen de las ventas había aumentado apenas en un 1.5% (Business Week, 2 de octubre y 13 de noviembre de 1978). La situación es aún más clara en Gran Bretaña. A pesar de una reactivación económica más vigorosa en 1978, el volumen de las ventas al menudeo ha alcanzado a duras penas el nivel de 1973, en el tercer trimestre de 1978 (véase cuado LV). ... Las inversiones productivas apenas evolucionan de modo más favorable. En volumen permanecen, en Gran Bre~aña, por debajo del nivel de 1970 (!)y 1971, aunque 211

Cuadro LV. Volumen de ventas al menudeo en Gran Bretaña (índice 100 en 1975) 1971 1972 1973 1974 1975 1976 Primer trimestre 1977 Segundo trimestre 1977 Tercer trimestre 1977 Cuarto trimestre 1977 Primer trimestre 1978 Segundo trimestre 1978 Tercer trimestre 1978

94 99 103 102 100 100 97 96 98 98 100 101 104

Fuente: Nationallnstilute Economic Review, noviembre de 1978.

estén progresando desde el segundo semestre de 1977. En Francia, la encuesta "cuatrimestral" deliNSEE revela que tras el importante retroceso de las inversiones en 1974 y 1975, la reactivación que se atisbaba en 1976 'no tuvo mucho futuro, pues en 1977 hubo una nueva caída de las inversiones. Para 1978 se espera un estancamient? en el sector privado, compensado por un aumento de las inversiones en el sector público. Según Le Monde del1 Ode octubre de 1978, el volumen de inversiones en las empresas privadas será en 1978 en un 5% .inf~rior.~l de 1973. En Japón, después de una d1smmuc10n del 2.5% en 1975, las inversiones se reactivaron en 1976 y 1977, pero con un ritmo mucho más moderado que durante los años • sesenta (+ 3.8% en 1976, + 4.2% en 1977). Pa:ece que también allí se multiplican los signos de agotamiento sobre todo porque el boom de las exportaciones está a ~unto de estrellarse contra el alza del yen. Según el Financia/ Times del 7 de septiembre de 1978, el volumen de exportaciones japonesas descendió en .~n 2.5% en ~1 segundo trimestre de 1978 (en comparac10n con el m1.s~o periodo de 1977), caída que ha pasado a un 7.6% enJulio 212

de 1978. Son sobre todo la construcción naval, la siderurgia y los aparatos de televisión los que marcan el paso. Pero incluso en el sector del automóvil, en el queJapón pasó a ser el primer pais exportador del mundo a partir de 1975, la coyuntura parece invertirse. Es significativo que para evitar el estancamiento económico en 197~ se cuenta con un aumento de las inversiones públicas mfraestructurales, y no con una reactivación de las inversiones privadas. Estas no aumentarán previsiblemente en más del 2.9% en 1979, frente al 6.9 de 1978. Es cierto que la industria japonesa tiene ambiciosos proyectos a largo plazo. Es el único país del mundo que ha conocido una reducción de la parte de las computa-· dor~s nort~am~ricanas en el mercado interno. El grupo FuyJtsu-HJtachl emprende actualmente una gran ofensiva de exportación, apoyado en una tecnología comparable a la de IBM, en alianza con Siemens en Europa y Amdahl en Estados Unidos, en una "guerra de precios" contra IBM y en la previsión de una superación tecnológica en la próxima generación de calculadoras electrónicas (ver Le Monde del 21 de septiembre de 1978). Pero estos proyectos a largo plazo no implican inversiones de tal envergadura que vayan a reanimar el ardor de los consorcios, los cuales apenas prevén una rápida expansión de sus ventas en el extranjero y que por ello se muestran reticentes a incrementar considerablemente su capacidad de producción. En cuanto a Estados Unidos, en 1977 se reactivaron vigorosamente las inversiones privadas, al igual que en 1978, lo que alimentó la reactivación económica. ¿Hasta qué punto continuará en 1979? Business Week escrib1a en su número del4 de diciembre de 1978: La producción de bienes de equipo [... ] pierde un poco de exuberancia. En septiembre y octubre, se ha incrementado en una tasa anual del 5%; durante los ocho meses anteriores había progresado dos veces más rápidamente. 213

En el número del13 de noviembre del mismo semanario podía leerse que según los sondeos realizados, los gastos de inversión previstos por las empresas capitalistas para 1979 ascienden a 171 000 millones de dólares, lo que teniendo en cuenta una tasa de inflación del 8% en el sector de bienes de equipo no representa más que un incremento del2% en cifras reales, el más débil desde 1975. Si la coyuntura se deteriora esta cifra será revisada y corregida a la baja. . Queda Alemania Federal, donde se espera un incremento sustancial de los gastos de inversión en 1979. 110 Pero de nuevo cabe preguntarse si una expansión moderada en la RF A bastará para evitar un cambio de la coyuntura económica internacional. La causa de la ausencia de un "boom de inversiones" no radica tanto en la insuficiencia absoluta de beneficios -que aumentaron fuertemente en la mayoría de países imperialistas en 1976-1977-, como en la presión de la capacidad de producción excedentaria; y las incertidumbres de la inflación, los desórdenes monetarios internacionales y la ausencia de nuevos mercados importantes limitan los grandes proyectos de inversión a largo plazo. ·En suma pese al aumento de los beneficios,la tasa de beneficio no se ha elevado suficientemente, y por supuesto la resistencia encarnizada de los trabajadores a la política de austeridad no es gratuita. Muchas compañías se quejan de que cada vez es más difícil descubrir proyectos de inversión que permitan obtener beneficios suficientes como para justificar el riesgo de invertir. El señor Jones, de la General Electric, recordó en su declaración ante el Senado, que el rendimiento neto de las compañías no financieras descendió a un flaco 4% en 1977, en comparación con el 9.9% del periodo de inversiones elevadas en 1965, si se descuentan los beneficios "fantasma" de stocks revaluados y la subamortización (Business Week del18 de septiembre de 1978). 214

i \

En Gran Bretaña se constata algo parecido En 1977 la tasa d~. beneficio real (descontando la influ~ncia de 1~ ~evaluacwn de los stocks) aumentó del 3.5, al4.5%. Esto ay que compar.arlo con los 10-14% de los años sesenta y los 7.9% de comienzos de los setenta. Unicamente el capit~l de la RF A pare~e haber conocido un aumento sustanCial de la tasa media de beneficio. La reinserción de China en el mercado mundial

Tra.s. !a ruptura de. las re!aciones privilegiadas ~ino­

sovJeti~as, el comercw extenor de China atravesó un lar-

go per~odo de estancamien~o. Las exportaciones e imp~rtacwnes fluctuaron en torno al valor anual de 2 000 mi!lones d~ d?lares, entre 1959 y 1971, sustituyendo los paises cap1t~hstas (Hong Kong y los países imperialistas) progresivamente a la URSS y los otros Estados obreros aliados a la misma. La reactivación del comercio exterior se inicia en 1972, lo. ~ue demuestra que Mao no defendía, durante la revolucwn cu!tural,. una ~octrina autárquica, sino que en todo caso mtento teonzar una situación de hecho. ~ntre 1972 y 1977, las importaciones y exportaciones chmas pasaron de 2 000 a más de 6 000 millones de dólares anuales. Aparte d~l comercio con Hong Kong -que en parte es un comer~IO ~e reexportación-, los principales proveedor~s cap1tahstas de China eran Japón, la ~FA Y ~~anc1a. En 1976, los principales productos de I~portacw~ er~n el hierro y el acero ( 1 200 millones de dolares), maqumas. y .medios de transporte ( 1 150 millones), productos quimicos (400 millones) y trigo (330 millones ?e dólares~, este último comprado sobre todo al Canada, Au~traha y Estados Unidos. Los principales productos chmos expo~tados hacia los países imperialista~ eran prod~ctos textiles (630 millones de dólares), petroleo ~570 millones), productos alimenticios y animales (500 millones) y vestidos (180 millones de dólares). 215

í

1

'

11

l• ll ).

' ),

.

'

.a ll ~a

TI

19.

ió 11e.

;ll dó 201

Hasta 1978 el régimen chino ha venido aplicando la norma de no ~ndeudarse con respecto a los países capitalistas. El volumen de las importaciones venía dictado entonces por el de las exportaciones, si bien sobre la base de un plazo de varios años. A este ~especto se h~ hablado de un movimiento de dientes de s1erra, absorbiendo los déficits de la balanza comercial de uno o dos años mediante una brusca disminución de las importaciones en los años siguientes. . . ' Así, en lo que se refiere al comercio entre Chma 7 Francia las exportaciones francesas pasaron de 400 millones d~ francos en 1973 a 770 millones en 1974, 1 600 millones en 1975 y la misma suma en 1976, saldándose estos dos años con un fuerte déficit de la balanza comercial china con un total de más de mil millones de francos. Las importaciones chinas procedentes de Francia despendieron a continuación a 470 millones en 1977 y a 580 millones en los primeros ocho meses de 1978, lo que ha permitido absorber el 60% del déficit de los dos años anteriores. El "gran viraje" de 1978 es la decisión del régimen de Hua Kuo-feng y de Teng Hsiao-ping de abandona~ el principio del no endeudamiento con respect? al ~ap1tal imperialista. A partir de ahora, la burocracia chma .no sólo acepta los créditos imperialist~s, si~o que los sohclta activamente. Incluso acepta el pnnc1p1o de los proyectos comunes con empresas imperialistas. A este respecto se han citado cifras un tanto fantásticas. Según el lnternational Herald Tribune del 12 de diciembre de 1978, el objetivo del régimen Hua-Teng ~ería ~bt~ner, de aq~í a 1985 inversiones de empresas 1mpenahstas en Chma por ;alor de 100 000 millones d~ dólares. lnfor~.a q~e están prepárandose leyes especiales sobre l~s sociedades extranjeras", la readquisición a p~azo ~iJO de las participaciones extranjeras, y sobre las l_Ic~nclas, con v1stas a facilitar la realización de tan ambiCIOsos proyectos. N o son éstas la únicas cifras desorbitadas que se han mencionado en los últimos tiempos en la prensa burgue216

sa. Se ha dado la cifra de 350 000 millones de dólares en

e~portaciones occidentales durante un periodo de diez

anos. Otra Cifra, citada por The Economist (14 de octubre de 1978) se refiere a las exportaciones imperialistas, que alcanzarían de 30 a 40 mil millones de dólares anuales a pa!tir de 1985. En los dos terrenos, el de los proyect?s conJuntos y las exportaciones corrientes, se han menciOnado toda una serie de obras grandiosas, las más importantes de las cuales son las siguientes: - La construcción de un nuevo complejo minero de carbón en Hopei y Anhui, por un consorcio de Alemania occidental, que costaría más de 4 000 millones de dólares. - ~a construcción de tres explotaciones hulleras por la Natwnal Coa! Board, por un valor de 500 millones de dólares. - La co~strucción d~un complejo siderúrgico de más de 3 0~0 mli}one_s de dolares, cerca de Shangai, por el gr~po Japones N1ppon Steel (a lo que se añadiría una fábnca de tubos construida por la Sumimoto Metal por 500 millones de dólares). ' -: _La construcci~n _de media docena de complejos qu1m1~~s y petroqu1m1cos por grupos japoneses (pero los bntamcos y alemanes ya han empezado la batalla de la compete~cia con estos proyectos), por un total de unos 500 m!llones de dólares. - Un proyecto de construcción de una fábrica de tractore~, d~ una fundición y centrales eléctricas por los grupos 1tahanos Fi~t, ~NAM-Progetti y GIIEE, por un valor total de m!l millones de dólares. - La construcción ~e un n_uevo_complejo siderúrgico con un valor total de mas de d1ez m1l (!)millones de dólares, por un consorcio de la RF A encabezado por la Schloemann-Siemag. - El acuerdo franco-chino, que prevé la compra de dos centrales nucleares por parte de China, por un valor total de cerca de 2 500 millones de dólares. El proyecto más importante consistiría en la explo217

'

t

1 1 r

p tJ

d d et

w~

de. de a ce Pa do Pai tas, un~,

za' mil en 197. dóh nes el U) dól~.

nes 206.

ración y explotación de nuevos yacimientos petrolí~eros en China y en los mares que rodean las costas chmas, proyecto para el que las empresas japonesas, francesas, británicas y norteamericanas ya han l?resentado .sus ofe~­ tas y que seguramente será compartido. entre.c1erto numero de consorcios distintos. El semanano Busmess Week (30, de octubre de 1978) menciona ~ est~ propó~ito la cifra de 50 000 millones de dólares a mvertu en Chma, de los que una parte nada despreciable debería ser aportada por los imperialistas. Lo menos que puede decirse de estos proyectos es que el titular de Le Monde deiS de diciembre d~ 1978 es ~uy apropiado: "Tras la visita del señor Demau a Chma: Grandes contratos... con reservas". El entusiasmo de la burguesía imperialista ante la posibilidad de ver abrirse el enorme mercado de los "800 millones de chinos" es comprensible, máxime en vísperas de una nue~a recesión económica y en el momento en que la te.ndencla al esta~­ camiento y al proteccionismo caractent.an a los demas sectores del mercado mundial. Las "reservas" en cuestión afectan a cuatro aspectos de las negociaciones en curso. . . . La primera consiste en que los dmgentes. chmos son negociadores hábiles y se esfuerzan por suscitar contraproyectos para cada una de las ofertas que les somete esta o aquella potencia imperialista, est~ o aquel ?rupo privado, a fin de explotar la competencia y con v1stas a reducir al máximo posible el costo de cada proyecto. La segunda se refi~re a~ hecho de que las p~~ib.ili.da~es exportadoras de Chma, m el uso en ,sectores_ pnvileg¡ados" como el del petróleo y (en el d1a de manana) el carbón y los minerales, son inciertas y están P<;>r ver. ~ctual­ mente se desarrolla una gran controversia, particularmente en círculos especializados, sobre la cantidad~ ,la calidad y las perspectivas a medio plazo de 1~ p~oduccwn china de petróleo. El desarrollo de los yac1m1entos petrolíferos submarinos depende ampliamente de la tecnología norteamericana, y está subordinado a condiciona218

¡

mientos políticos. El momento a partir del cual estarán disponibles, gracias a los créditos imperialistas, el carbón y los minerales, es incierto, etcétera, etcétera. Además, como señala el artículo citado de Le Monde, unas compras masivas de materias primas a China correrían el riesgo de perturbar los intercambios comerciales mundiales. Supongamos, por ejemplo, que Francia debiera comprar mineral de hierro para obtener un contrato con China, ¿tendría entonces que deshacer el entuerto causado de este modo a Mauritania aumentando la ayuda estatal a este país? La tercera es que una parte nada despreciable de los créditos imperialistas deberían servir para adquirir material militar por parte de China. En su número del 6 de octubre de 1978, la Far Eastern Economic Review enumera una lista de "deseos" chinos a este respecto, lista que sin duda no es exhaustiva: el sistema italo-alemán de mando a distancia para tanques, aviones de combate británicos y alemanes, helicópteros franceses, tanques alemanes, etcétera. Sin embargo, la presión del Kremlim para impedir o aplazar tales proyectos -y la amenaza de reducir drásticamente las importaciones soviéticas procedentes de países que no respeten este veto- no deja de tener peso. Se conocen también las reservas de Washington en relación al suministro francés de equipos electrónicos a China. La cuarta -y de lejos la más importante- se refiere a la necesidad de financiar todos estos proyectos durante una fase intermedia bastante larga, por medio de créditos occidentales. Sin embargo, la envergadura de,estos créditos sería tan grande que plantearía problemas tanto a los imperialistas como a la burocracia china. La inflación del crédito a determinados países semi coloniales y dependientes, así como a los países del Este, ya ha planteado problemas al sistema bancario internacional. Crear un tercer "colector" en que se acumulan dece219

1

nas de miles de millones de préstamos no reembolsables inmediatamente implica aumentar aún más la vulnerabilidad de un sistema crediticio internacional ya muy desequilibrado. No obstante, por parte de la burocracia china, tan pragmática y oportunista como la del Kremlin, existe un límite a las concesiones y a la dependencia con respecto al imperialismo, límite que no estará dispuesta a transgredir, pues está ligado a su propia naturaleza sociaL Se trata de una casta burocrática cuyos privilegios y cuyo poder se basan en la propiedad colectiva de los medios de producción, es decir, en la abolición del modo de producción capitalista. Pensar que estará dispuesta a "reintegrar" la economía china en el mercado mundial hasta tal punto que pudiera perder el control de la dinámica económica, es decir, que la ley del valor dictaría a partir de entonces las prioridades del desarrollo, es olvidar esta naturaleza social, es creer en el mito maoista (¡ironías de la historia!) de la restauración en frío del capitalismo, es creer en el predominio de una mítica "fracción restauracionista" en el seno de la burocracia china. A nuestro entender, se trata de mixtificaciones que se revelarán como tales, como se han revelado en los debates occidentales sobre la reforma Libermann de la economía soviética o el desarrollo espectacular del comercio Este-Oeste, a comienzos de la recesión 1974-75. Por todas estas razones, la amplitud del desarrollo del comercio exterior chino permanecerá más acá de las febriles extrapolaciones de los gobiernos y círculos imperialistas, ansiosos de un mejor porvenir frente al estancamiento relativo de sus mercados tradicionales. Pero incluso en el caso de· Japón, hablar de una nueva "gran alianza", de una nueva "era de común prosperidad chino-japonesa", imaginar la pespectiva de intercambios comerciales por valor de 100 000 millones de dólares entre 1985 y 1990 (Far Eastern Economic Review del 3 de noviembre de 1978), como ha hecho el ministro japonés Komoto -que ignora evidentemente cuál va a 220

ser la coyuntura internacional, siquiera la coyuntura japonesa en 1985, por no hablar de la de 1990- es precipitado y exagerado. Evidentemente, esto no quiere decir que se trata de un asunto sin importancia. Tendrá un impacto importante sobre todo para la economía japonesa, la más aventajada para explotar esta apertura inesperada, comparable a la del Ostgeschaft (negocio oriental) del imperialismo alemán en los setentas, o incluso superándolo en amplitud. En cuanto a los cambios que provoca y provocará esta r~?rientaci.~n de la economía de China en la orga~iza­ cwn y gestwn de las empresas nacionalizadas chinas, recuerdan parcialmente los cambios introducidos por la URSS tras el primer Plan Quinquenal (reintroducción del sistema de rentabilidad individual de las empresas; generalización del sistema de contratos; generalización de las primas, etcétera), y parcialmente los cambios efectuados en Hungría, Polonia y Rumania bajo la presión de una brusca expansión del comercio exterior con Occidente. A este respecto, puede que haya sorpresas con el empleo del vocabulario "autogestionario" por parte de la b_urocracia china, aplicado (como en Rumania) a una realidad harto distinta de la de Yugoslavia, por no hablar de la que preconizan algunos círculos de extrema izquierda en Francia. Pero esto merece un examen más detallado en otra ocasión.

!'

No es solamente la necesidad de impedir una aceleración de la inflación en Estados Unidos -alimentada a su vez, después de haberla impulsado, por la constante devaluación del dólar- lo que incitó al gobierno Carter a adoptar las medidas espectaculares del lo. de noviembre de 1978, a riesgo de precipitar una recesión en Estados Unidos. Los graves peligros que implicaba la caída libre del dólar para el conjunto del sistema crediticio internacional han contribuido sin duda de manera considerable ~la determinación de cam~iar las prioridades de la política coyuntural de este gobierno. Expresando un primer 221

análisis de las repercusiones posibles de las medidas del 1o. de noviembre, el Wa/1 Streei J ournal escribía el2 de noviembre: Si esta intervención en los mercados de cambio no es más que una operación cosmética, es prob~bl_e que el dólar se hunda y con él el sistema de comerciO mternacional y las economías occidentales en general.

. ·'

1' 1·

i

(: ¡' .

,.e 1 ¡:

.

Existe actualmente una enorme masa de dólares-papel en la circulación bancaria fuera de Estados Unidos, masa que Michel Lélart estima en 720 000 millones de dólares (Le Monde del 14 de noviembre de 1978). Los poseedores de estos grandes paquetes de dólares-papel se resignan a perder cada año un poco de su capital-cua~­ do el cambio del dólar disminuye con respecto a otras divisas, o al oro y los diamantes-, pues sus pérdidas serían aún mayores si tuvieran que desprenderse de golpe de todos sus dólares, ya que el mercado de cambios reacciona 'con bajas muy fuertes a cualquier operación de venta masiva. Pero cuando la devaluación del dólar se transforma en una sangría, podrían ser presas del pánico y, anticipándose a una devaluación galopante, desprenderse a cualquier precio de estos haberes. En este c~so no s_ólo se produciría un hundimiento de los cambws. El sistema bancario, incluido el de Estados Unidos, podría quedar insolvente en el extranjero y en Estados Unidos. Porque, ¿dónde podrán encontrarse el oro o las divisas extranjeras necesarias para comprar várias decenas de millares de millones de dólares? 111 Los países de la OPEP, por ejemplo, detentan Bonos del Tesoro norteamericano que proviene de préstamos a corto plazo, y unos depósitos en líquido de unos 50 000 millones de dólares grosso modo. Si no los renuevan -posibilidad que desde luego n~ es conce,bible sino en un contexto de pánico internacional-, ello provocaría 222

¡ 1

una crisis catastrófica para el dólar (Sunday Times deiS de noviembre de 1978). Sin embargo, repitamos otra vez que la inflación en Estados Unidos no es el resultado de una política monetaria ~conómica y coyuntural "equivocada". Es algo forzoso Impuesto en la época del capitalismo tardío para intentar evitar una sobreproducción catastrófica. Los vínculos entre la inflación crediticia, la inflación mone" taria y la caída del dólar han quedado nuevamente al descubierto a lo largo de los años 1977 y 1978, a la luz de una reactivación estadounidense más vigorosa que en la Europa capitalista. En efecto, desde comienzos de 1977, el volumen del crédito aumenta en Estados Unidos con un ritmo anual del 14%. Los créditos al consumo aumentaron con un ritmo anual del 16% durante el segundo trimestre de 1978, y del20% durante el tercero (en septiembre y octubre, la expansión del crédito sufrió una verdadera aceleración: los préstamos a los consumidores se incrementaron en un 26%, los préstamos hipotecarios en un 24% y los créditos a la _industria en un 22%). Vale la pena meditar sobre estas Cifras: ¡un aumento de la producción industria/al ritmo anual del 5.5% lleva a un aumento del volumen de crédito al consumo de/14 al 20%! Es fácil imaginar qué extremos alcanzaría la sobreproducción si la llave crediticia se cerrara. Pero semejante expansión del crédito es imposible sin una elevación de la tasa de inflación. ':" tod~ reducción radical de la tasa de inflación es impoSible sm estrangular el crédito, y por tanto sin provocar la sobreproducción masiva, y por tanto la crisis, el c;!esempleo masivo, etcétera. La inflación crediticia no es únicamente una característica del consumo interno en Estados Unidos y de la economía capitalista internacional (el aumento de Jos créditos a Jos países semicoloniales, a los Estados obreros burocratizados, a Jos países imperialistas más débiles, etcétera). Es también una característica de no pocas 223

operaciones de los grandes consorcios, inclusive de las transnacionales más prestigiosas. m Según la Far Eastern Economic Review del 24 de noviembre de 1978, el consorcio japonés Mitsui -el segu_ndo en importancia entre los grupos financieros y sociedades transnacionales de Japón- tiene una estructura financiera de las más frágiles. El valor total de sus acciones, según su cotización actual, es de alrededor de 800 millones de dólares. Sus compromisos y deudas totales se elevan, al parecer, a 18 000 millones de dólar~s. Su volumen de negocios anual alcanza los 48 000 millones de dólares. ,;

l

y.¡

1' '

•1

i.' ·~. ': '

¡.,"

1

El enorme volumen de negocios de las compañías comerciales [la forma que adoptan actualmente los grupos financieros desde el fin de la segunda guerra mundial] se basa más en el crédito que en los haberes ... cuando escasea el crédito, su fuerza aparente puede transformarse rápidamente en debilidad. El "revelador", en el caso de la Mitsui, ha sido la crisis prerrevolucionaria en Irán. Este grupo financiero, está fuertemente comprometido en un proyectp conJunto japonés-iraní, para la construcción de un c~mplejo petroquímico en Bandar-Shahpur, a partes I~uale~. La aportación iraní provi~ne de la sociedad naci~mahzada d.el petróleo. La parte Japonesa -unos 280 millones de dólares de capital inicial- es aportada por cinco compañías controladas por el grupo Mitsui, que forman la Irán Chemical Developmen Company. Como sucede siempre con los proyectos gigantes de este tipo, lós costos efectivos superan deJejos los previstos. Algunos expertos piensan que el proyecto costará finalmente más de 5 000 millones de dólares, financiándose la casi totalidad mediante créditos. Los seguros y garantías gubernamentales obtenidos por Mitsui son muy complicados. Pero en definitiva, si el complejo de Bandar-Shahpur fuera nacionalizado sin indemnizado- ' 224

nes por un gobierno iraní revolucionario, o si fuera destruido durante las revueltas, la Mitsui podría perder hasta 800 millones de dólares, es decir, el equivalente de todo ei capital desembolsado en Japón. De ahí las preocupaciones de Tokio ... El nerviosismo que reina en los medios bancarios internacionales, a la vista del carácter cada vez más vulnerable -algunos dicen: explosivo- de las operaciones de crédito internacionales y de la situación del dólar, se pone constantemente de manifiesto. Así, numerosos bancos y países que se habían comprometido a reavivar las finanzas del régimen de Mobutu en el Zaire, cuyo estado es m uy triste, han terminado esfumándose. La deuda exterior de Turquía -5 500 millones de dólares- encuentra dificultades crecientes para consolidarse. Diversos bancos involucrados en las operaciones del euro crédito han empezado a negar crédito a Irán desde la primera semana de noviembre lo que no ha contribuido precisamente a estabilizar el régimen tambaleante del cha. Como se ve, la vulnerabilidad creciente del sistema crediticio internacional es a su vez un factor que limita la capacidad de intervención de Jos gobiernos imperialistas con vistas a rellenar las brechas que continúan abriendo la lucha de clases del proletariado y las luchas de masas de los países coloniales y semicoloniales, en los planes de "saneamiento" de la economía capitalista internacional. Las tres conclusiones principales que se desprenden de este examen de la coyuntura económica internacional confirman y profundizan las que ya dedujimos de nuestro anterior análisis de la coyuntura (J 977): -Una nueva recesión económica es inevitable. Puesto que su inicio puede verse influido por un número demasiado elevado de incógnitas, es imposible predecir el momento preciso en que comenzará. Por lo demás, no es la misión del análisis marxista hacer semejantes profecías. Esto podemos dejárselo a Jos especuladores (por su propia cuenta) y a los astrólogos (por cuenta de sus clientes). 225

¡,.

!,,,

f''

Lo probable es que una recesión aplazada hasta 1980 será más grave y profunda que una recesión que se iniciara en 1979. - Ni la envergadura del aumento de la tasa de plusvalía -de los sacrificios y de la aceleración de los ritmos impuestos a los trabajadores-, ni la magnitud de la desvalorización del capital 113 han permitido "sanear" suficientemente la situación desde el punto de vista de la rentabilidad del capital en el periodo 1974-1978 (no han permitido reactivar suficientemente la tasa de beneficio real y prevista), como para abrir la posibilidad de una-reactivación económica acelerada que desembocaría en un nuevo boom. El rasgo distintivo de todo el decenio próximo es por tanto el de un periodo de crecimiento lento, léase de estancamiento, interrumpido por recesiones graves y reactivaciones vacilantes. Se sucederán las crisis económicas, sociales, políticas y militares. Sobre cada una de estas crisis flotará permanentemente el oscuro nubarrón del riesgo de un pánico bancario y de un hundimiento del sistema crediticio internacional. - Sólo una derrota aplastante del proletariado en algu-. nos países industriales clave, del movimiento de masas en algunas zonas, las más importantes desde el punto de vista económico, del llamado Tercer Mundo o de algunos importantes Estados obreros, podría alte~ar cu~lita­ tivamente esta situación. Estas derrotas son Imposibles en la actual relación de fuerzas. Para alterar de modo decisivo esta relación de fuerzas harán falta muchas batallas parciales, escaramuzas preliminares, que de hecho ya han comenzado. Por tanto, hay que prepararse para un periodo prolongado de batallas de clase duras e importantes. No se trata de perorar sobre las posibles derrotas. Se trata de armarse para esas batallas, que pueden y deben concluir con la victoria del proletariado.

XXIV LA EXPLICACION MARXISTA DE LAS CRISIS DE SOBREPRODUCCION EN GENERAL

Al igual que la teoría académica, la teoría marxista del ciclo industrial ha padecido de la inclinación de autores influyentes por una explicación monocausal de las crisis periódicas de sobreproducción. En la discusión actual, se. ~nfrentan dos grandes "escuelas": la que explica las cnsis por el subconsumo de las masas (la sobreproducción de bienes de consumo); y la que las explica por la "sobreacumulación" (la insuficiencia de ganancia para proseguir la expansión de la producción de los bienes de producción). Esta disputa no es más que una variante del viejo debate entre los partidarios de la explicación de las crisis por "la insuficiencia de la demanda global" y los de la explicación por la "desproporcionalidad". Ambas escuelas aportan elementos valiosos para una comprensión más profundizada de las crisis. Pero las dos cometen el error de escindir arbitrariamente lo que está orgánicamente unido, en el meollo mismo del modo de producción capitalista. Este es el origen de su incapacid.ad de elab.o~ar una teoría marxista global y satisfactona. de las cnsis, a partir de los fragmentos que Marx nos deJÓ en sus obras principales. 114 Esta escisión es tanto ~ás asombrosa cuanto que el propio Marx recalcó explíCitamente en sus últimos escritos -el manuscrito del tomo III el~ El Capital- la necesidad de vincular los problemas resultantes de la baja de la tasa de ganancia con los de la realización de la plusvalía, para explicar el fenómeno de las crisis periódicas: Las condiciones de la explotación inmediata y las de su realización no son idénticas. Las primeras no están

226

227

Related Documents

La Crisis 1974-1980
January 2021 1
La Crisis Griega
February 2021 1
Vaccination Crisis
January 2021 2
Epi Crisis
January 2021 1

More Documents from "tachuela_11"