Manual Maestria Reiki Lunar

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REIKI LUNAR (EMPODERAMIENTO DE LA MUJER )

VIRGINIA AGUILERA ORTIZ-MASTER REIKI

EMPODERAMIENTO DE LA MUJER Qué es? El Reiki Lunar es un sistema de armonización natural que trabaja sobre todo nuestro aspecto femenino y la conexión con nuestros ciclos internos, que es un reflejo del ciclo lunar. La Luna y la Mujer La mujer lunar y el ciclo creativo de trasformación

¿Cuántas veces como mujeres se nos ha llamado lunáticas... probablemente con un tono negativo, cuando menos de exasperación,

como si fuera algo despreciable, para indicar estados de humor intensos e incontrolables? La verdad es que nosotras, como mujeres, estamos íntimamente conectadas con la luna: somos la representación de un poder sutil, cósmico, universal, misterioso y cambiante, con una gran fuerza creativa. Nos volvemos lunáticas cuando no estamos sincronizadas conscientemente a la esencia de la luna, sobre todo a sus ciclos, acabando a menudo a merced de intensos e imprevisibles cambios de humor, con fuertes cambios psicológicos inconscientes. Redescubrir el propio ser lunar será un importantísimo camino a hacer por parte de cada mujer, para poder expresar al máximo la riqueza de un ciclo de trasformación continuo y creativo que forma profundamente parte de nosotras. Comprender qué es la luna será por tanto algo indispensable.

¿Cuáles son las características de la luna? La luna no es simplemente un satélite que gira alrededor de la tierra y embellece nuestras noches con su visión, inspirando poetas y enamorados. Nuestros antecesores, en épocas en las que la conexión con el mundo natural era mucho más pura e intensa, entendieron que la luna tiene una potente influencia sobre la tierra, determinando fenómenos naturales como la baja y la alta marea, pero también el éxito en actividades como cortarse el pelo, regar, abonar, plantar, recoger plantas curativas y muchas otras actividades.

“Muchos calendarios del pasado se regulaban según el curso de la luna, en cuanto a las fuerzas indicadas y anunciadas de su posición en el zodiaco, las cuales son mucho más significativas para la vida cotidiana de las personas que las posiciones del sol”. En el pasado, entendieron también que la influencia de la luna llega a todas las células del sistema vital de la mujer y caracteriza todo su carácter. Una de las influencias más importantes está relacionada justamente con su ciclo menstrual.

La luna y su ciclo Para comprender como es este poder debemos comenzar a observar donde está la luna y como actúa en relación a la tierra y al sol. La luna gira en torno a la tierra creando un recorrido que se repite cíclicamente, el cual se puede subdividir en cuatro fases:

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Cuando podemos observarla en el cielo como un bello disco redondo y brillante está en la fase de “luna llena”, Cuando empieza a disminuir creando una hoz con la curva hacia el oeste está en la fase de “luna menguante”, Cuando dejamos de verla, está en la fase de “luna nueva”,



La luna vuelve entonces a renacer formando otra hoz, esta vez con la curva hacia el este, es la “luna creciente”, y así el ciclo vuelve a empezar.

Para completar cada fase la luna necesita siete días durante un ciclo total de veintiocho días, en un movimiento cíclico infinito. Es decir, la luna cambia continuamente, no es nunca la misma, y este cambio se repite con una regularidad previsible. Las mujeres somos también así, tenemos una emotividad rica y mutable, estamos en continuo cambio, nunca somos emotivamente “estáticas”, somos ricas en continuos cambios.

Con el tiempo hemos entendido que cada fase lleva con sí determinados influjos, que se caracterizan y definen mayormente por la relación del ciclo lunar y el ciclo menstrual. En efecto es así, las cuatro fases que la luna lleva a cabo en el arco de un mes corresponden a las cuatro fases del ciclo femenino: • • • •

menstruación, pre-ovulación, ovulación, fase pre-menstrual.

De la sabiduría antigua nos ha llegado que si la mujer está en sintonía con la naturaleza, las menstruaciones tienden a manifestarse hacia la luna llena o luna nueva.

Las 4 fases del ciclo lunar y del ciclo menstrual Las menstruaciones reflejan de modo importante un recorrido de vida, muerte y renacimiento que cada mujer experimenta mensualmente no solo en el cuerpo, sino que también en la mente, en estratos muy profundos de su ser. Cada fase lunar tiene un poder que actúa en todos estos niveles.

¿Cuáles son estas fases y cuáles son sus influencias y poderes?

Luna nueva – el arquetipo de la Bruja – las menstruaciones Estos son días de dejar ir energías y de transformación. Este pasaje ve como las energías de la mujer se retiran del mundo exterior y se dirigen hacia el mundo interior del espíritu; es un momento de gran introspección, para abrirse a energías, instintos antiguos y primordiales. Aumenta la capacidad de soñar, la intuición de la mujer se refuerza.

Luna creciente – el arquetipo de la Virgen – la fase pre-ovulación En esta fase se manifiesta el aspecto extrovertido femenino, la mujer se siente dinámica y radiante, se encuentra libre del ciclo procreativo y pertenece solo a ella misma. Se siente sociable, capaz de afrontar todos los desafíos de la vida, determinada, concentrada y ambiciosa. La energía de la mujer se dirige hacia el externo lo cual hace que sea un óptimo momento para iniciar proyectos, caracterizado por el entusiasmo y el deseo de experimentar el mundo hasta el fondo. En esta fase nacen muchos bebés.

ovulación

Luna llena – el arquetipo de la Madre – la

La fase de la ovulación, como el arquetipo de la Madre, manifiesta la capacidad de nutrir, acudir, apoyar y enriquecer. Es un periodo de fertilidad (no solo para la procreación), plenitud de energía ya sea física que emotiva; las energías creativas de la Madre aumentan y se externalizan en la creación de una nueva vida. Los deseos y las necesidades de la mujer pierden importancia, está atenta a las necesidades de los otros, está disponible a ayudar y apoyar. Es un momento especial para el parto.

Luna menguante – el arquetipo de la Hechicera – la fase pre-menstrual Las energías de esta fase se expresan cuando el ovulo ha sido liberado y no fecundado. Es una fase caracterizada por una enorme liberación de energía dentro de sí, que si no se canaliza positivamente para abrirse a la creatividad, a la magia, puede acabar convirtiéndose en una creciente inquietud, destructividad, rabia y frustración. Las energías creativas que, si el óvulo hubiera sido fecundado, se habrían canalizado en la formación del niño, se liberan para crear en el mundo.

La Danza entre el ciclo menstrual y la luna: Descubrir nuestra propia sintonía

Todavía me acuerdo del día que una amiga me dio un diagrama lunar por primera vez hace más de quince años, para invitarme a poner atención en cómo me sentía a lo largo de todo mi ciclo menstrual, y al mismo tiempo, a mirar al cielo y darme cuenta del resplandor creciente y decreciente de la luna. En aquel momento sufría de reglas tremendamente dolorosas, y al vivir en el centro de una ciudad grande, apenas me fijaba en la luna ni pensaba que podría tener una influencia sobre mi ciclo hormonal o estados de ánimo. Aunque con mucho escepticismo, su manera amorosa de explicar el sentido de un diagrama lunar me alentó a empezar un diario íntimo. Y así empezó uno de los viajes más profundos y transformadores que he hecho como mujer. Ahora somos muchísimas mujeres alrededor del mundo que conocemos los hermosos frutos de esta observación diaria y mensual. En vez de juzgar o luchar contra las subidas y bajadas de energía que vivimos con cada ciclo menstrual, reconocemos y entendemos las diferentes cualidades de sus fases hormonales: la etapa preovulatoria con su aspecto dinámico de la ‘Doncella’, los días en torno a la

ovulación con la manifestación radiante de la ‘Madre’, la fase premenstrual con la potencia de la ‘Chaman, y la experiencia de la menstruación con el retiro de la ‘Anciana’. A la vez, ha crecido en muchas partes nuestra percepción y conexión con la luna, recuperando la relación ancestral entra la mujer y los ciclos lunares, con esa increíble similitud entre los 29,5 días que dura un ciclo lunar y el promedio del ciclo menstrual femenino. Incluso la propia palabra “menstruación” refleja esa conexión, con su raíz indoeuropea “me-” relacionado con “luna” y “mes” ( moon y month), y también con “medir”. Desde la antigüedad, el ciclo lunar nos ofrece una vía de conexión potente con las fuerzas de lo cíclico: la luna creciente asociada a la energía de iniciar y fortalecer, la luna llena como momento de máxima expansión y exteriorización, la luna menguante con un tiempo de mayor interiorización y de soltar, y finalmente la luna negra que invita a la receptividad, la depuración y la visión interna. Con esta doble consciencia de las fases de nuestro ciclo menstrual y de las fases de la luna, surge a menudo esta pregunta: ¿Cómo puedo fluir entre estos dos ciclos? En especial, hay cierta inquietud entre algunas mujeres porque sienten que su ciclo menstrual “no está en sintonía” con la luna; dudas sobre si enfocar la atención en el ciclo hormonal o en el lunar, y deseo de entender el significado de tener la regla en una determinada fase del ciclo lunar u otra… En esta búsqueda y exploración personal y colectiva, comparto aquí algunas reflexiones para seguir creciendo y recuperando juntas nuestra sabiduría femenina. ¡Por favor, agregad vuestros comentarios y aportaciones al final del artículo!

Soltemos la idea de un ciclo “correcto” Un primer paso es salir de ideas fijas o externas de lo que es “normal” en relación a nuestro cuerpo y sus ciclos. Por ejemplo, la estadística de que la duración media del ciclo menstrual es de 28 días ha hecho que muchas mujeres sientan que es “anormal” tener un

ciclo menstrual más largo o más corto. Pero en realidad un ciclo saludable puede oscilar perfectamente entre 22 y 40 días y refleja el propio patrón de cada una. Otra de las ideas que está alimentando la sensación de “anomalía” es el apriorismo de que para estar en verdadera sintonía con la luna, una tendría que ovular con la luna llena y menstruar en luna negra. Alrededor del mundo, las mujeres menstruamos y ovulamos en todas las fases de la luna, y la gracia reside en descubrir lo que significa esto para cada una, desde nuestra experiencia interna y subjetiva.

¡Observar, sentir y registrar… amorosamente! Cuando dirigimos nuestra mirada hacia dentro y escuchamos cada vez más atentamente lo que sentimos, lo que quiere y necesita nuestro cuerpo, lo que fluye fácilmente en un momento dado y lo que no… empezamos a reconocer íntimamente esa ola cíclica que nos atraviesa, tanto en relación a la danza de nuestras hormonas, como en relación al flujo y reflujo del ciclo lunar.

Hay muchas maneras de recoger estas observaciones. Una de ellas es a través de un diario o diagrama lunar como este, plasmando con palabras, colores o símbolos las sensaciones y experiencias que

vivimos cada día, y así percibir cada vez mejor las características de nuestro propio calidoscopio interno. Puede ser que en algún momento, lo que notemos u observemos con más fuerza sean as fases de nuestro ciclo menstrual, en cambio en otros, se nos presenta con mayor intensidad la influencia de la luna. A lo largo de muchos ciclos, esta escucha atenta y amorosa nos permite hacer nuestra propia ‘destilación mágica’ y poco a poco afinar en las respuestas a algunas preguntas que nos asemos.

Para cada una, incluso con cada ciclo, será diferente.

Además de la influencia de los estrógenos, la progesterona y la luna, podemos añadir el influjo de las estaciones y el tiempo, según donde viva cada una. Si todavía no has probado el ejercicio de rellenar un diagrama lunar y te apetece empezarlo, puedes descargar una versión aquí con una breve explicación sobre cómo usarlo. Y si sientes que esta no es tu manera, usa tu creatividad para encontrar aquello que te ayude a escucharte y sentirte: una aplicación en el móvil… celebrar las fases de la luna con unas amigas… mientras estás en la ducha… bailando… al azar… cuando surja….

Embriágate de la luna

Sin duda nuestras ancestras vivían con una conexión colectiva y aguda del ciclo lunar, mucho más en contacto directo con los ciclos de la naturaleza y sin la contaminación de luz artificial. Pero aunque estemos en una ciudad, o pasemos muchas horas en sitios interiores, la luna nos sigue llamando… ¡De repente la vemos y nos magnetiza! Con esta llamada, deja que te siga tocando, cada vez más, en su viaje por el cielo… Búscala, siéntela, háblala, contémplala… ¡Cada vez que os encontréis, embriágate de sus mensajes!

A través de esta conexión directa con la luna, con todos nuestros sentidos, podemos descubrir cada vez más si nos influye y cómo, sobre nuestros ciclos de sueño, nuestro apetito, nuestra creatividad, energía, sexualidad… Y también sobre las personas que nos rodean: amigas, hij@s, pareja… Y cuando hayamos pasado por nuestra última menstruación o menopausia, nos seguirá acompañando en el recuerdo de lo cíclico, desde otro lugar por dentro. Descubre tu propia sintonía

Desde esta escucha, unas veces profunda, y sutil en otras, del giro de la luna, la oleada de nuestras hormonas y la danza entre ambas, surge nuestra propia sintonía, siempre cambiante, siempre única… “No hay una sola sincronía con la Abuela. Estás sincronizada con ella cuando sabes en qué fase estás tú y en qué fase ella. Esa relación te habla, te enseña sobre ti, sobre lo que pasa en tu vida. En el tiempo tendrás unas lunas con la Abuela Llena y otras con la Abuela Negra, es lo normal porque vamos moviéndonos. La sincronía reside en estar conectada, en leer tus retrasos o adelantos con respecto a los otros períodos. Es precisamente ése tránsito por las distintas lunas lo que te hace ir a tu centro, recibir y honrar tus energías y las de la Abuela. ¡Eso es estar sincronizada!”. El ciclo de la luna es una vía muy poderosa de conexión con la sabiduría de lo cíclico, sea cual sea nuestra etapa vital. Las mujeres tenemos una estrecha relación ancestral con la luna, reflejada entre otras cosas en la etimología de la palabra “menstruación”, con su raíz indoeuropea “me-” relacionado con “luna” y “mes” (en inglés moon y month), y también con “medir”. Además de salir fuera y observar la luna en su viaje por el cielo, este calendario te permite saber con antelación las cuatro fases de la luna y poder sintonizarte conscientemente con su influencia indudable sobre tu vida. Las fases de la luna son las mismas en cada rincón de la tierra: cuando es luna llena en España también lo es en Chile, China y Canadá. La única diferencia es que cuando la luna está creciendo, en la primera etapa de su ciclo, aparece con forma de arco en el cielo del crepúsculo: en el hemisferio norte, curvada hacia la derecha, con forma de “D”; en el hemisferio sur, curvada hacia la izquierda, con forma de “C” y en el ecuador, parece un bol, abierto hacia arriba o invertido. La luna llena y la luna negra coinciden en ambos hemisferios.

Desde la antigüedad, están asociadas: La luna creciente, con la energía de iniciar y fortalecer y con el Arquetipo de la Doncella. La luna llena, como momento de máxima expansión y exteriorización y con el Arquetipo de la Madre. La luna menguante, con un tiempo de mayor interiorización y de soltar y con el Arquetipo de la Chaman. La luna negra, que invita a la receptividad, con la depuración y la visión interna, y con el Arquetipo de la Anciana. Puedes anotar en este calendario el primer día de tu regla y ver claramente su relación con el ciclo lunar y como va cambiando a lo largo del año. El poder latente de la luna nueva

El poder latente de la luna nueva para honrar ese momento potente en el ciclo lunar. “La mayoría de nosotras estamos familiarizadas con el poder de la luna llena: hemos sentido el tirón de la luna brillante que nos saca de nuestro sueño, o escuchamos historias de cómo las salas de emergencia están más ocupadas en las noches de luna llena. Hay más energía disponible cuando la...

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