Persello - Historia Del Radicalismo

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ANA VIRGINIA PERSELLO

HISTORIA DEL RADICALISMO

Edición a cargo de Juan Suriano

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eJ

edhasa

CaoÍi::ulo 1

Los orfo:encs

El 90 En_,lS§Q~~f'._iasmó

la urudad políc1ca v ;:er:,-1wn:il 1rgerm¡:a ~ conflg!!.0.1 Jed 2Q..cJg_..s:en!IaJ. En la pesoernva Je! pres1dence Julio -\.. Roc::i pnme:-o :'"sobre co¿o de :'v[igue! Juárez C.::1man despues, consolidar ese nuevo orden ~equeria ta dim111ac1ón de! disenso y la ruprnra -.:on el pasado mmediam carac;:e:-:z:J.do por ia luci1a faccios:J.. El lem.a ,o_a:::,j ad_;!.'!Pmtraczon llev:J._Q:J. tmplíc:¡:J. !a su~n de la iucha oolmca ;::,LfüI.Lcilln JeL¡¿..mgrt.o..o~_d..ccJ..Lva puesca en marc'"la de'1endri:l la legmm1dad del z:ob1erno. Haca 1890. esa orem1sa va é:":J. rue:-:emence ,::;.¡eSG0!1:J.da. Quienes gooern:J.ban, quienes degI:J.11, COffiO tUnc;onaban_l~:i.._vin_i:_1:1_!os re~r~~n ¡;~~;~;~, ~;~~;-~-~~o~~¡:~ c~Í~_,2·~-;;i_~g~)-;;~~ de r!lll.~@5'!:Ef.

oo~_d_ienc1a J. J.'.'...~~~!~~.9..::r'.1e_J2:~.'nc~r~()gam<:~ qt,'.C:~-~~abai]__~~;:-~el 9rculQ_J}_c_c::J¡;:c.::_u:il y_de lo-LP..9li.~1<::._oió_desp[.§.~~4_os. En la perspecnva de ]ose Nicolás .\[aciel1zo ( l ';) i: ), uno de los publicistas mas c:-incos del orden 1mpuesw por el ~oc_u1sn10. se [íJ.caba de un sistema de gobLerno personal. Gobernaba unJ. oiig:J.rqu1:J. cuv:J. homogene:dad deverna de la pem::nenCia a las fam días que consuuran b ·'capa supenor de la pob1ac10n"' "la p;;sre mis san:J. del veund:J.rro·' v de1v:J.ba en la ·'uniformidad de cnceno v de wnJuc¡:a" Ese srsrema se :J.se~l:3!2..<'...~J~..<::l.!':.0.Lciarui:_:¡_ofic1aLJ:lP.r_e~'.<J..e_.'"!_~e:.Li(l?_gQi;i.<,:.r:_t"}_a_s!9I_e?_i2. r.Q_Y_IilC1ales runc1onaban como ·'supremos disoensadnres"' l.ÍC las DOSICIOnes oúblicas. La d~voL\lc_1.Q~.
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(~on~nruc1on. ~~9.r~ston_ J~!_ (~e1~~.:.:l1~._c~~-~::Qr:J.f y su :-~~fl!pla:z.o_po~ __¡_ª'·-~~-c¡Ün ele: ios !!OÍJte:"'ltJ' :>e :·etii::aba a ::aves J.e_to_qµ_e ·.:_a la .:2oc~.r~~:_b_1_a_:_~_:-i_ornbre úc_:i_1;1~_1l¡;~,~-~~;~: -TI,i~~11_¡_i__a~J?mt:n.z;_¡_Q;i_ª 0n_c:__qn;ix_ :i__¡;¡ai:_:;_If_ Je_ Li -.:onsrr.ucc1on del rndrón U.e de·c:ure; J. .::i.wo J.ei .\r[irnsceno del [menor, segµia .:on d_ acapar:u;1~;ii;JJ_e :¡G-;~~as. :a .:u~re"'~c;qn el~ i;s ii~~-~d~~;~~-ciidacos ~ -~LQ[1rr9i_<,ie ~os ~!ecr~ffeS ~¡ uia Jcf COff1IC10. F'.nalmence. C! fun<;tQ_narruencg_ u~i SiS~.s~:iOa ------·--- --·· -----------------··- ·-----· ":HJJHIZado d.. reccirso J. tas 1merven...:tone5" tederales que se urilizaban para "' ----··- ..PUL ' --- ____ .......,... _____________________ , __ Jc.soiaz:u. ceponer u ,_·econ.srrUtr auwmiadcs <:::ecunvas, leg!shnvas \J ¡udiciales. 'R~::~~r-;~;;·¡~iii·1~~-;io. Je uni r!c:1c.16°;1 ~l~~~,-;;l;, :··co~;--bs-,~-;_~~,e~iuba r__;~~:~ii~z,

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1u.::uah:u1 no s¡ilo erCCClVJ. :;111u prc:vcmivamemc:. El cemor a la mcervenciün disCi['iinaha a !os gunernauores provmc:ales. En símesis, esre C.iagnósnco Jescnh1a !a suiwers1011 cte '.os rmnuo1os rcoublic:tno, represem:rnvo v ~eder:tl ms.::npcrn en la Consmuc;on Je Li:\,53[En cérminos ..le Tulio Halperin Donghi, ·'d rm.1Utsmo ::::ra i:i suorenu c:ncarnauón de la república posible" v fue preusame.mc pnr ello (]Ue "hJ.bia c0ocaJo ya en el orden del día los problemas de la rcpúblic:i venlaJe:·a" ! 1')8--:-\. \ Ahora bien. _;1 en L1 v!si0n de los incdeccuales y políncos que cempranamencc ...:omenzaron a onor.ersc al régimen, v de alguna manera ramb1én en '-.!crea rccuperauon hisconogrii-lca poscc::nor, predommaron las rererencias a la una111m1daJ, la Jc::seruón civ1cJ. v la apana, esca imagen ha sido luego revisaJa. Los acuerdos Je cúpulas no implicaron ausencia de disenso, de pametpaCHJ!l rolínca u rnmoviiísmo. Fue, en wdo caso, la perpecuación de un circulo gobername ;la yue engendro conflicros v divisiones que no solo se produ¡eron por la ocupac:on Je ~spac1os Je poder sino por el modo Je concebir el régimen Dolírico 'f Je conciliar la norma con d funcionamíemo de las rnscicuetones. L.a onos1c:un a ese urden se cradu¡o en 1890 en un mov~D.!2~.ll!-=­ c¡onarni LJUC pniponu s1m~lri11~~e u~- ruprur;y lfiiª vuelra_~rás. La Rcvuluuón --J-J P~~~~;~--11~10~;~~-,; .. ·-~¡--;;;;~~;;~il¡o· d~C~p~der en manos del Parc1Jti .~UrtJ;-~;:;-;1sc:i"Nac1t:~~lf[\\j~):T;~~~~;~i-~i;I;_~:r:T;E·~~~;;~-~~~-J_¡go·---..::..._·---··

h1c:rri_:~_~j_e_L=:(~Et:-' .. '.-:'..~~L'.2.1.1_s!_!.2_(J __cierr:pll__s~~ll__PUSO

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corno un mo::::~I.º regene 1·aJ o r res~_~r~0_o 1~- Jci__ :itf!rag!~ _U]l_1_v_<:r:S-'1L~eJ':1:..C:~.i~~e_r:i9~ ,ci_t;_.ªgibl[;l§lCtO nes l1t>líncas v de !a compere11c1a por d C~l_Sª: ("" Ocsp~;~·; dc-!~--~-;1-~r~·=;--~~~-J-;&icn~i~ Aires y la Confcderarnin, d escenar10 rl\1lírico bonaerense hab1a esca
•..\..robos se proponían como parndos c.ie 01·muo1os, 'f si b1e'.1 escaban ie:os Je --~-- . . . . ----"-· -··--·-'------·-·-·-----.!......---.-~ poder ser considerados parndos org:rnicos c:n c:i serrndo mas moderno del c-ermrno E.IPºY..'...~r_()_.12._!~;::o~"_ctcus_ón Je¿i_encidad~:?_~s direre!:_l_ciadas, lo cual no 1mptdio los rr:ins1cos Je un duba ocro ni la iucha facc1osa ..,Eran :i_grupacwnes laxas cciva prmcipal acnvtdaYQ_ ~~Jos __gs¿º_c:r_ri_a-·-----.-----·----------------··.--·-'------~ -------~---

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HISTORIA DE"!... R.'\DlC.-\.L'.SMC

18

19

'/ RCINL-'. P::RSEL...'.J

·.:onre:-enc:;is ,, rundar 'Je:::odicos. El Cub' J.' e ue ;:i .: g_ano .. • í.
presicin del siscema decroral. Esa :loca, que c:ongregó a descomemos Y e::cuidos dd circulo en el poder, comenia ios copicos que a partir de .:i.llí se. coma1 rán recurremes en el discurso oposicor y consucuiran el ?rograma de l1 ~·rr1ón Civica de la luvemud que se reumci en seooembre en d Jardín Flonda ..-\. :ovenes sin pa~ado polínco corno .Ylanuei .Momes de Oca, Emilio Gouchon. :'vlarcelo T de ,-\.lvear, Damian 1cJnno, Tomás Le Brerón se sumaron A.r:s.:C1l1uiu del Valle, Viceme E Lo pez, Delfín Gailo, Pedro Goyena v Le:indro ..J...:e.:n <J ue

v;i habían cerndo ac;:uación en diversos clubes políucos. , Alcm, que pres1dira d mov1m1emo, habia mifüado en las filas del amonomismo; en 1868 esmvo emre los illndadores del Club Iguaidaú; en 18/U. ¡umo a Anscóbulo del Valle, Carlos Pellegnm '! Norberrn Qu1m0 Cosca, ha.bia or(J"amzado d Club 25 de :Vlavo, ven 1878 fundó el Parndo Republicwo en o;osición a la coalición e~Cíe, Avellaneda y Alsma. L1 Camara, de 01pmados bonaerense lo babia comado emre sus miembros emre l-872 y 1880. Después de aprobarse la Federalización de Buenos Aires,. a la que se oouso tenazmeme, renunció prediciendo, a parnr de su puesra en v1g·e::ic:a, un fucum de cemralizac1ón v avasallam1enrn de las libertades. En rodas sus intervenciones parlamentanas, i\lem ms1stió en la.necesidad de limicar, dividir v descentralizar d poder, c:n la búsqueda de mecanismos para que quien lo decencara no· se qm:dara c:on codo. y en no gobernar demasiado. Consideraba que la irnervención excesiva del Esrado eliminaba la irucanva individual. Emendía que la autonomia del individuo garannzada en codas sus rnanitesraciones y la parnc1pac1ón ctUdadana en el murncípio. las asoc;ac1ones y los partidos, JUI1IO con la supremacía parlarnemana, consnmian los frenos a la cemralizac1ón asocíada a la ausencia de despousmo y al ur.perio· de la democracia, a la uniformidad, al impedir y no. al hacer. La descemralizac1on, por el conuano, implicaba mov1miento y esfuerzo mdiv1dual. Posmlaba, además, que la soberanía residía en el Parlamemo y que el me¡or régimen era d federal porque estaba mscripto en d punto de partida de la \rgennna como república mdependience que no era la unidad, sino· la diversidad. En su plameo, la nación era un resulrado. En 1889,. encre los oradores dd E~lli.'....Jl_yt:~~;i,_Q~S:Ii~J.Q_u...Q...I?res~nce

~abíg__~g,uql?.§:QQ.;._±1.,1.L.9.nOJ.I:Ü?-S

c9 n~::l_::~d_'.l:'.i~~::_~ad_¡:_:'._f.~_12:2_~ ida~.:...1':1:~~.'.1~:._dad..:..~1:1....F!.C?g~~~~1:1~E'.:. can só-

l º-~~~~'.l:LLC\.l1_C. ..e!~g~n_d,r¡i,l;:iª.. com,ipQÓ Q, ,.La. p.i::op.l1e~i:a..se.I.e~.tJmÜl.eJl.. L::ic.. li qercad.. de ~111ti:ag)g, __único._rn0Jo de leg¡tirµar. d gs:ibier.!19.\At:;... mQr.a,lj~ªrJa... P,QÜ.i;.ica

~:'.:..4..SP~~a..r:. la.~~fi D.:l!l'.?-3:§., _fue cambtén en el Jardín florJda donde Francisco Ba~~eña:_~nció el cl~_de los cívicos, que consiscia en orgamzar ligas pai:riócicas,, eronunc1ar

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~:Js?.:'i....~Üf~:__L!QA.l~DP·-~_:_ec;~.r~y:],,.~ll1C: .~e1:tQÍ~E~:..1. Ios f'.;:~sid~;~~-h~;;;;~~ ¿~ 1 ~s D,ar:ocu1as. presidida oor L~andro ,-\.l~.%-~-~~;· ¿~Q;J~d~- ~-~;~-~~~~~da~ fmaimen[e 1 r- . . ¡ ' ' - -~----¡. . . 1

_ .. _ _. ___,_,E.. ,,..uQ_,_.,..__c,.Q.Qs.IJ.J.1-V.!l... P.9_§~ ..QJgi!.Hiio ... faJ abril de L89Q

fro.nn:iri,JL~SIJ..9..§. .Aires. !

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los c:vicos volvierona ~

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oraaores carcc-c>rtzando -" "" !rt rJ 'n tó n c·ivica como una asoClac:ón de v·olunca- ·' de~~~m1.nada a lograr la conciliación del e,ch o 1...0n .. 1 d.erp·-no · -.-----:----·-·---' -\lem ,,n cambto, relVlndicó a los parndos cuvas -;;-validades y dise-~m~i:~ro~.' le; d~ -la democr:ic1a, engren
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~·cr~rna

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1

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{J.el dec1s1on de ,-,,rrar la Bolsa de r~omerc10 provoca. oro .y a ,,,. .. , del 'ores1deme , -:~~ resmem.,a.s ~~ e1 propi~ ~oo,ierno v ampliaron las filas de ia oposICión. En -,1 _enado, Anstooulo del V:i!le. denunció emisiones dandesnnas. Pero los orauores del Froncon, en,_abril de 1890, rro se refineron a la crisis smo margmalmenre en canto sus erectos eran considerados producro de la mal· vl' S ' J B· . . • a po mea ,egun uan alescra (1986), habría tambten que auibuirlo a que "en tale~ nempos no era de prácnca nablar en público de ímereses ffia[eriales" oero de su,,m~1d~n~1a daba cuenca la presencta, 1unrn a la cradición, la univers:daJ, la pr.,_rn;a, ~I ,oro, . los clubes sociales ,V -pl rlero ' -· ' de "millare'~ d e propteranos, 1oois1sras y comerc1ances en vi as de arrumarse". " ~n e~ mensa¡e al Co.ngreso pronunciado cuando se abrieron las sesiones -n • · J e un parn· .... de la t'ormauon d 1890 J pres1dence Juarez Celman dio c-uemrt o cuyo programa era la, oposición al gobterno e 1mencó aílo¡ar las cens.!Ones anunc1ando la presenCJ.ción de un proyecrn de reforma a la ley electoral que reemplazana la lista completa por las elecciones unmommales para impedir que bun · solo pamdo absorbiera la represen[acón - ·
Par~- Ar~i-

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HISTORIA L'cL R,-\DtC-U.'.SivfO

Je~1a. Lo~ sublevado~ -.:!"an, segun lo.s cal culos de:_~-\1~~~' ~p._[<~~~,~~~s~.~~~-ro~_:~. 1..::.i~-

cc_~c~~-=:~ik~:-~1-1~~;-:~~l:;;;~-~:ili¡~~~~-(~¡-3;rallon ue lngeruerns, d 5º, d d l llº de Infanrería v :::! l.º éc: A.rriilena; la Compañia dd ..:¡. cie Linea de Guv.n.iia en '.o. Casa ue Gobierno 1 los cadeces mayores de. P::uermo). L'n coral 0

11°,

1

ue mil cresc:enrns hombres :;c:gún. los mas opnm1sras. Desoues de eres.días de ..:ombace, ;as ruerzas Je! gob1e~·no -alreúeJ<;r de CtnCO miJ [1ombres- ~OS· dobJe'.:'.aron. ~xro 11HlepenJierm:,'Jlenr~-d~ s~-ji:~;~~J_, r;:-::-;z;;~d~que aJmunó con d correr dei c;emoo la cacegona de uq aconrec1m1e:iw· mmco, lle ··uomr:i., aunuue Je hecho se propu~o· como reacci<:ín_corm:a· los gobiernos c:lecmres v· b unan1m1daJ oro
En :igosco de 1390, A.km le escib1a al ores1denre de la l niÓn Cívica de i'vléndoza, ~i\gusnn Aivarez, que ~nq~;;-ta 'revolu~1on hubtera. derribado .li

-p¡es1 d~~:~:-·' [;;;;¡9-~~;~·;;i~e;~-r~-~~'..l.~;i:;0:?:~~~~~91!~;;ITs-~~'¡;~;-;i·~;:;:-~; ~as provmCias y ilabia que desmomaij~-~~-_o1eza, v en, seonembre, Bernardo de Ingoven se dingia al salceño Oommgo Güemes en cérmmos parec1dos concluyendo que ao era posible admmr que los gobernadores, dipmados y senadores s1gu1eran recibtendo su diploma del pres1denre de la República. Preparaban de ese modo la c;:.::i_nvenc10n. que deb[a reurnrse en enero de 1391 ei;:t]:Q§_~:o-'--'-"ill.L,_Q._el~g::¡_gg_§_[2.f9..Y.ig9al~s en numem igual al de su represemac1on en el CongE~J.Q nacion3L~ü.::.:=S~2L-~.3:.f1:1bl_t:_~~ompuescas de represemames de los clubes secc1onal~.~.Q..Q.I voco S~filli.lscema de mavoria ab7 solura di11:1eron la formula Ban:olome Micre-Bernardo de Ingoven oara las ele~s_f2S~s1depc1al$i..J.Lt,!~-~1an reali_zarse . ;n-~~Jd;[""sn. La ConvenCIÓn reemplazó a las asambleas de norables. El SJScema comoorraba CQda una novedad. Los sucesos son conocidos. En marzo rerornó Micre de Eurnpa y llegó a un acuerdo con Roca. En ¡urno se reun1ci el Comice Nac10naJ de la Grnón Cívica y después de varias reuniones se cuncreró la div1s1ón. Lus· ~~yerdi~ras conscii;.htY-erotl::i.JJJ:!1Ón Cjyica Ni!9,Qgal presidida por Bonifac10; Lasua y los annacuerdiscas, la Un16n Cívica RadicaJJ1!.~B1Ji,..c!.~,EJ._gilc_R.2.Li~~!!L· En_ag_osco, la UCR eligió un~__forE:J_ula de ,::~elazo, Banardo de Ingoyen-Juan M. Garro, v en se¡2._~krnillL&<':IllJ;ill.Ció .l.!.Dª W.lLi;i2I.J~s. 12r9v111c1as d~~órdoba, Mendoza, Tucumán, Salta y Ju¡uy para poner al pamdo en condiciones elecrorales, Lo acompaüaron los dingemes Guillermo Leguízamcin, el ex gobernador de Tucumán Juan Posse, Manín Y.-igoyen, Francisco Bai;roecaveña, Delfor del Valle, MarceloT. de Alvear, Rem1g10 Lupo y L1sandro de la Torre.

-~~-'.1.?.::'.e1'.:1~'.~-~i..~?.'.:2.~:~_t;!~f1.~E.al ?1z2J?.~.bli~~ una d~darac1ón ~­ ciptos con un <;li¡¡,gpJ;J,§_tJqi df'. la SJill.i!-CJÓnlffip.tr.~_e_o_,.¡;l9.ruius:_r_~p..onsab1lizaba¿!~g1men vigenc~ la dilapidación de bienes v dineros publicas, qmebras bancanas, e~1siones ¿:_i:_garancia__~;;,J!;!;g,!:,q_s:gn el encarec1m1e~ la vida paralizaban la ll~g_ada,.~.,JE!.!:'..~gf3:.'.:lces_y...9.PICa1es, v cter:ras 12úbJicas em¡.enac[~g_ue se co_r:i..<::~n_1:gbari. \;Il una sola mano. Y concluia que el mal se había producido por "exceso de oficialismo" puesco q uc los bancos oficiales· operaban como agences acnvos de la rurna transformados c:n mc:dios políncos suieros a las pasiones pamdiscas, Co~gnaba d!_:'.~Q.ués "en fó~'.3-s conc_recas:' las,_'.:~form~~--q.l:1::.__imem;,ir~:_l: ~r:i__s:a_-'i_o_ deaccegeL aj_gol:Jter~g: supaes1ón abs0luta d
lím1.tes.a:la:pG.tíIIead~c:~1~!9.~,cJ.~~-~~~--P.?dJa~7c;~0~--t~~3-;·~:;~¡:-~a-

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Los suc_s>Q;ukL'!O no imro:DaJ?--Y.-~eorido. marC:U:9__t:l. ...'.:!:!:U2un~g__Qi__lr;.t}exi~~~1. Sus emisores pEvilegiados fueron la prensa, ias -~~isras academicas v los libros, v .;oncci con d P1riamemo como uno de sus foros. Su aspecrn más conocido ~s ~Lq~e.::u::i.a.~ra -en ramo devela y denuncia- el desajusre emre principios consncucona.les y prácncas políncas caracI->:JJ?;_~QdZt.¡:l~~~~i~ ·¡;0·;.._·T;~q}le::éf.~;;~~~~:i;;.-;_c¡;;;.Ts.~¿9rñi::i~()-~aj a la par que t~snrncional. A esie !1lvd el discurso ooosirnr era homogéneo,. habia consens;; fue-~~~: predominaba: la umdad en la tmougnación a una clase gobemanre que falseaba, cransgredía v mampuiaba los vínculos represemanvos y los princtpíos republicano y federal. Publiciscas y políncos críncos sostenían que b apacía, la indiferencia, la prescindencia del ctudadano eran producro del preclommio de los 1mereses de circul'o, y reclamaban un orden más inclusivo que ampliara la pamctpacicin . .0J__i::.iisn:ro~ci::!.:2.P.'?,_l?~f!-2-a.'..'...c~~-disc1:1:~:~E'... d c~­ m año del cuerpo -~l~~c~~r_aJ .. l?.-_.s:J~.C.~t_ÓJ:i::_4-~.".~!1AisJ.~¡g:~E!§_S__e\, '..E:.ºd9..i<:..-SE~~ucir [osvorns-~~1-b~~~¿as. Las reformas elecmrales Je i 902 y l 9 l l dieron cueri.~~
es~O":-í"i;;~~-~-;;;;~·-~;~;c·;~;;~~·~~r~ ~-¡;~;~ --~ ~;~·~· ~;:;·G..~~J.Tüs ~~~ns~ñso;-,;~;~ me~ ·~~·;;~· foenes: la discusión sobre los pnncip1os mismos del régimen polícico. La preguma, en ese caso, no era cómo conciliar normas y práccicas sÍ.Do __C.\:l~L~P­ c;;.Llrn:.LQLCégir.n=-posi.blc. Si la adopción del régimen prestdenctal y el siscema Federal se ¡uscificaba en 1853 para imponer un orden, la experiencia de su puesca en marcha exigía revtsar su pemnenc1a. El parlamemarismo como alcernanva al prestdencialismo y d régimen u!1lcano como opción frence al federalismo comaban con :i.depws encre los publiciscas para dar respuesta al problema Je la cencralizac1ón dd poder.

Las obieciones anclaron en e1 pasado. La hmona aparec:ó como el ;ug'.lI ?riViÍegia¿O para expÍicar (a C:"iSiS preseme, JUnro con la hérencw., b cradicion, los rasgos érnícos, la ps1colog1a v la sociología. Habia quienes lo acibuian a causas cransirorias y quienes, mas pesim1sias, a causas perillar1emes. El personalismo fue el e¡e que dig1eon los publicmas para penodizar el ¡ca.saco. Sos<:enian que la ?ersonalizac1ón del poder esmvo ausenre en rvíayo, pumo de ?ar:1da

de la organízac1on ;iac1onal; presence en la erapa de la anarquía,. sim-

bolizada en la figura del caudillo, exponeme de una erapa de la conciencia colec;:1va, de las masas indisciplinadas y exacerbado en Rosas. que marcó ·'Ja si_:.bordinación de la. socedad a Wl hombre, que se ilama despocismo"', e capa bárbara, anómala, de la "ctem0Gac1a inorgárnca", que como resultado de la evolución dio paso a un personalismo de disnmo signo, el de Mitre v A.lsma, que zendieron al mejorarmemo de las msmucones y al progreso de la democracia, especie de "cacíqutsmo civilizador" 2 de grandes presng10s individuaies en los que se condensaron v actuaron las fuerzas cívicas del país y gobernaron los capaces, que en la versión de Joaqum V González mtemaban imponer una C..msrnucrón ·'desde arriba a un pueblo que no se. hallaba educado para levancarla''. En esta. perspecnva, el SO rompía con una cradic10n de ·'verdad demo:.:::ánca y de consecuencia parndisra'', inauguraba "un esrado de cosas ab1err1meme revoluc10nart0 porque ha t
Las revoluciones de 1893 En 1879, en la Legislatura bonaerense, cuando se disemia el proyecto que prohibia al Poder Ejecunvo la movilización de las milicias provinciales, .:\.J.em ar!rmó: ·'Líbreme Dios de erigir en pnnc1pio la revolución". El argumenrn era que los movimientos msurreccionales renian carácrer endémico en el país porque eran ucilizados como arma por los parndos que amenazaban con revueltas si no se les daba todo lo que se les ocurría pedir. Sin embargo, s1mulráneameme discucía el come111do del pnncip10 de auwndad sosremendo que no era mis que "la represemación del mismo pueblo, e1erciendo el mandaco que se le ha coníendo". La auroridad de¡aba de serlo cuando babia exrralim1ración,. cuando salía de las functones decermmadas por la ley. Si bien la presunción, debía estar siempre del lado de la aurondad, su;· derechos no eran absoluros 4_

HISTCRIA DEL RADICALISMO

En ! 890, d mismo r\lem soswvo la necesidad Je la revolución como reacc:un ;~-c:1Ee J. los desbordes de la .wcondad, como mscancia regeneradora, co:no impugnación '.l los gobiernos ilegícimos, sin acacar los rundamenrns· mismos de! regimcn polínco. L1 propucsca de los revoiucionarros del Parque no era moJ.it!car sus pnnc:pios sino corregir :;us cr:msgresiOnes, Es- la misma. [dea \Jue 1<1 UCR sosruvo en 1893. Ea ocrubre de 18~1 l Miue renunrn.i J. encabezar l::r formula presidencial \T ·el candidam yue r1nalmcme se !!11DUSO en J.bril de l 892 foe Luis .Saenz !Jeih, decw para frenar a su hijo Roque, candidarn del Parndo Modermsra. lJlS «aJicalcs se J.bswv1eron. Unos d1J.s anees. la denuncia de un1 consoirac1ón -----·-------·------ ·--- -- -··- --·- -----------·----------~--¡ usnfi có- la 1mposic1ón dd es[ado de sino v la derención de un gran número Je dingences gue sólo recuperaron su libenad meses (1espues. Ei gobiemo eliminó Q.e es¡:_~_ modo la compeccncia d~_c,gral pero- d_i_g argufll<~.I!.~.QL~.l<:?.§' ragicale.:i_para 11!1:~~.!:Ja legi}~.1..P!..c!~
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ro m ~.I:..coEl. .0.J:rnslis2é0.. Js"~.1:!-E_1:.1lt;.!1 c~~~~!PJ2..
VIRGINL-\ PERSELLO

25

C. Beigr:rno e Hipóliro Yngoycn, presideme del ComHé de la prov111c1a desde 18 91. En los eres casos, los gobernadores fueron desplazados y susnm1dos por gobiernos prov.rsmnales presididos por Teófilo .Saa en San Luis. ;\t1anano Candion en Sama Fe v Juan C. Belgran~ en Buenos A.1res, que anunciaron la reorganl7.aC1Ón Je la ¡u;~ oC!a,. la conrección de nuevos padrones y. la convocacorra ª' elec:::Jooes.Anscóbulo dei Valle permaneció creínca y seis días en el MinJS[eno de Guerra. Su reemplazo por 1\fanuel Qurncana cambió el rumbo de las. revoluciones provmciales. v los radicales, escos úlnmos ba¡o las órdenes de Juan

A fines d~_j_ulig_, __eJ__fud_~L .. fü\:t:;..IJ.i;.ivQ.....D-ª.c::l9mLpJ.di.<2;..Jlllillf.±~10n al Congreso para imervemrbs erovrncias rebeldes J.m¡zarado en los anículos 5º y6o&i7c·;-;-.;~~~:¡;;;-;;;r;~¡~fu;;:;;"J;=ü;;~ci~ d~-;~r~;~~:;;;;-;;oi ia, a.bsceniéndose así de apovar a los gob1ernos. "amenaz:_:¡q,.os 122.!: la sedL;-tÍ~ La Cáma_ra de Senadores.aorobó el provecw, en ramo. la de Dip_ucad0s voró_J252.r re.poner a las aumridades consmuidas, crabandose así i¿n confücro qe .J2.E..~e­ dimienco parlamemario. La c:i.mara baja acepcó que el Senado. era. la camara irnciadora, remó su proyecto y rechazó el de la cámara- alca que, consmucionalmeme, no podía reproducido en el mismo año parlamemar.io,. En agosrn, ambas cámaras aprobaron la imervención. El debace parlamemario giró en corno a cuemones generales cales como los alcances y límices de la faculrad de mcervenír y el caracrer de ese acm·, es decir, si. debia a¡,usc1rse escnccameme a la prescripción consnmcional o su· comemdo era emínemememe polinco. En cuanto a la símación concreca de las provrncias en cuesnón, esraba 1mplicado s1 era válido que la ímervenc1ón repusiera aurondades desnm1das por una revolución que se suponía popular y sí, emonces, no se convenía en un problema de mera resolucu:Jn, local. Los consmucionaliscas que ocupaban bancJ.S en el Parlarnemo -Osvaldo Magnasco, Lucas Ayarragaray- derivaron su posición de la afirmación de que las aurondades consnmidas debían ser repuescas; en canto se craraba de casos de delirn de sedición correspondía la aplicación de la segunda parce del arcículo 6.ª. El mandam ímperaEivo de la Consmución,. planreaba.Magnasco, esr:i. por sobre los imereses fugaces y rrans1corios de las agrupaciones políricas. Emre quienes planceaban que debían evaluarse crirenos políricos derivados de !a circunsrancia, las opirnones. esraban divididas. Habia quienes pensaban que la legalidad de las auwndades derrocadas debia ser examinada, correspondiendo emonces la imerv.ención amplia a fin de garannzar la. forma republicana de gobierno; reponerlas "sería auwnzar d abuso y el desponsmo en c1erros gobiernos de provincia sm dar al pueblo el medio necesano

Í:-ÍISTORL.\. DEL RrDlCAL!SMO

"/IRGI'.'•IA PERSELLO

rn !egd" ?:J.<:i. ·iéericcrse. fs;:e es d plamo::o \.JUe predommo en la Cámara de SenaLiores v en :::[ Poüer E;ecunvo -has<::i. e'. c:i;oto de g:ibtnere. Y esraban quienes so;;:ef'.::J.n la "º pe::rmencia de la mcervenoori par:i.
El am:iacuerdísmo

26

:iccoc.1r !
)t~uac:on.e.<) cre:.ida~- por

ta

re~101uc~ón. '\:!

'.llamo, el supremo re-

carso de \os pc.ebios opr:midos". Por su par;:e, d legislador radic:i.l Ber:i.coche:i. sos;:ema que se cracaba de un problem:i loc:il mnguna de las revoiuc:or.es se hacia alz:i.do concra d gob1e:-:Jo nacwnal'. L1 amolirud v t1ex1biiidad de la Dresc:oc:ón consmuc10nJ. 1usrii_l_::~~s!~.'.2~~_9PUesras -reooner las aurnndades. soscener la revoiucwn. Q!:~!..:Z,i!.f..._g9b~.§....Qg_e­ vos-. San u Fe. San Luis y_~_LA.if~S'.Q.Q..,l,QIS:~'l~~"~~.il'..Fe~~D...rg_~en­ co de los Q;ob1err.us provmcialS!!...2~~2:.!r0.:;.QQ:~_<:.:'l...las do~,.orim~I;J,S la_misión feJ~:i.l apov ü ~~}?:~-am~-~id~~e~-~-f!.:?_9.~~'.:hls,_~~l~~j,l_cg~.2: ..D_\l fq:yp re;:~ó :1i-;--ai gobierno desmuido rn al gIUD_ü OQ9~Ú.9.r. iVinaimence. los: intervenwres te
a

!lo mi su. J)JJ....~.r:ot,iQ.WUi~_,_iL<;'._m ·~lQ;i.8.~'i n.Las.r.~.lJ;i..GQ§.o ...hi!bfa.¡;:i.a~J_a.dQ:,,.UJJ.a_ áE:-

ci·--.. o n ..concurreme con los levamarmc:nrns de iulio. ......En sepnembre, los radica... .. ....- . . : - - - - . -~ ~-~----·-L-0_,..._,

~~,.,,.K

~e-... ...,.,..,.,,. ...............,....,......,~_- -··=~·--·,,,__.-~'-'.:",':!':,,,...,,

,~

2- - - - - ·

ks.se \evancarnn en Tucumán y nuevamence en Sanca Fe. -----·En d ornner -.:;;so, cuando vanos jefes del regimiem~ env1ado por

c:t go-

bterno nac:onal a comrolar la s1wacíón se pasaron al bando de los, revolucionanos se:- consideró que la sicu:ic1ón excdía los m:ircos locales y fue enviada una exoc
.

d..e::;fi::;;

y no se volverá a r~!:!.Ü:.2..5:l!.§:.fl3.c~.r.a.:.~?L9..'.-~«'-·~EL..~P-S9...Q.re_:
Emre l 89 l. v el fin del ciclo revoluconano [os radicales habian 12osn~J!!,_do, )LJE~9...':~i:!.}J_'.:.<:.:'.'.ºl1:!;,g§n. la '2.!2.2.sJ..c;:1o_!L
ln~:::y~-~-·~.?.~51:1.m b!.a.9.?..?.:.f~!:~Y,_<;_'.;,~~J.2.~. ci rcuJ~ de Q.9,~~J2..!.~~;.."........ .

HISTORIA DEL RADfCAUSMO

El suicidio Je AJem c:n l ~~% profundizo \:;-_;:;~~~-S!2.JE._ m::i~en ~b-;:.-;-9-~
ab_:.:_i1_~~__cc:_~mó

la Cl;!J.:::'.S2S.L9ll.Y..SLl.gi9--.RLS'J.9-~__,1_1:~ ª' !2t:rIJ:.±E4!2.....cisltifill~~s­ cc, al igual que ames lo habia hecho Anscóbulo dd Valle,. propiciaba- la reumric:icion de la Cn16n Cívica. Los monvos- eran dos: lograr un acuerdo elecmral y qu1carlc peso a Yºngoyen en la defimciün de la reiarn:in de fuerzas en el pamdo. El escenano polínco escaba sumameme fragmemado. Miemras< Roca prcrenJLi prescndir de los civicos nacionales, Pellegnm propiciaba un acercam1enrn a Bernardo Je Ingoven; en canco esce había concretado negocraciones con ;V(icre que implic:tban el mancenimrenco de orgarnzaciones separadas comc1diendo en una formula común, [a, llamada por l?eilegrirn "polfoca de las raraleias"'. Yrigoven, Jt:sde s_y basc1óc:i ;;:_n la ornvincia de Buenos-Aíres, se- nego a cacifrcar d acuerdo. Cuando· en seociembre se reumó la Convención-, los ~1~Í:S-r-;;-~~~;:;-~;;;~;~~~~-;~·;;;;;~-;;~;::-;;-;;;;--~-;;~¡J6slo:·;;;r~-~o n; Una n<>C3._sl,SL~9-f!!.:1C<:.QQ.L1-ª~-=~~-~-P.Le~J_dep,Je d<;_li:9Jil!Ss'._JjillJ..Q_Qill_[2)am<:alxuu Jisol11c1ÓlL.f.!L..fiJD..9.QJ:UJ~~sJ.IJS';.. ¡;:LR:1I.H.flQ.:.."'hi;!~Suelco m0dificar l;;t ley r"undamencal Je· :iU ex1srenc1a". Algunos· comm!s de la Cap1c:il lo siguieron aduciendo rnmoralidad y agregando que "h popularídad del pamdo se·sosriene en la bandera de· la 1ncrans1gencia". Durance d desarrollo de la Convenc1cin, los fundamemos esgrirrudos. por Lisandro de la Torre al prcsencar su renuncia-después:de bvcual:no sólo-nunca vol vera al parndo radi·cal srno que se· convernrá: en uno de· sus -más' fuerces impugnadores- de¡aron en daro Las resisrenc1as que provocaba- Hipólito Yngoven. Se refinó a ''una mfluencia hosril y perrurbadori' que·rrabó: la marcha dtl pamJo; "oculta y perseverame.", "rreganva pero cerrible'-'; ª'la. que le arribuyó· haber hecho abonar los planes- ce.volucionarios: en 1893,y oponerse a l:i. coalicion "amepomendo a las conveniencias: del país~y· a1 los·· anhelos del parrido senr1m1emos pequeños e· inconfesables", y a ta que caracrerizó comu "afan oscuro Je proseliusmo sm honzomes" acruan:do por 1.mermedianos. De hecho, Yrigoven 1m ptdio el acuerdo cuando anunció Q:b!s;_g:..wes.s:.IU.ilda_aJas clec_c_!.onc;:?_ enJ.;i.:Jl.fQ_Vi_Q_c.j_~_c;l.e. ..fü1_s:n9"L6:~J:~Q.COVSiJ.f~JI4Q el reciro dJ:-11.l.T.CI2!. Fi11 al m e1füo~!LL8.'.2.8..,..l\oca aq;;_~jQ__;\.R¡¡? res i_d(:;n.óa y_B.!:.r.ri_a.rdíL.d.e.lrígoyen, apondo por Pellegnni, a la gobernación qonaerense. El J2.'.!!0c.\o· radical:__ comenzti :;u declinación v sus fuerzas comenzaron a: dispersarse. En diciembre de ese mismo aúo, Esran1slao Zeballos-condenaba el acuerdo como principio, ·'polínca de promiscuidad de los pamdos'' que consolidó d urili[ansmo y la apareme unarnmidad. La p0Lír1ca de concilíac1ón iniciada por Avellaneda en 1877 como "recurso• supremo" se desnamralizó, G.irá Ze-

VIRGINL'\ PERSELLO

ballos, marcando el pumo de pamda Je ia mdisciplina v d uespresGgio C.e ;os parndos de opos1c1ón. En esa covumura consoíidó al Parndo .\lac1onal v debifüó las bases de susremacion del m1trrsmoc Desuués de l 890, la ooiínca de: -~-------·----·-acuerdo desorganizó; a los radicales, enrn;_go· la- vida ootínca il Pac:Hfo Naóonal, "legión· militame", val pan:ído ..iTil!:~isra, su "auxilio espirnuaJ"ú E;} 190!, Miguel !3:_~~~EQ_;_lC,::_1:1:Sa~?-' al ac1erdo-de haber subvendo la v1ua oúbliY un aúo después, en la Camara de Dipurados, cuando se d:ebacia la sanc1ón de· la. reforma a la ley eie:::rnraL Joaquín Castellanos colocaba: en esa dinámica de runc1onamienco emre gobierno y oposición la supresión de Ja lucha y d 1mpeno·del fraude" c:r..~nerand_q__Q:~ali~Ql;Q__c;__JD.dif~Le.11s:;1a7,

i\..':_~ al rur!_~LEarrid'o_i:_~-ª'i cal~SS.E.'1.lJ.:~uJü~'.2,<2 .::'~IT1.\;l~Sh9_~A~..lY~..siiL:grn.res o se habían remado:s!tl~!_ci~.. 2olír2..º-.haQ.(im..~ngrWl.'1c.lo..l;1s,_füas_de orr::Ll

a~Qaciones, en generaL.~~2!2.f_ensfj~~mos del

PAN, que, ecliosada la

m-

ffuencia de Roca, pasó poc un proceso de fragmemación. Pellegnm, entjenca-

_do con ésre, fundó' en 1903 el J?amdo i\1JlQllillllifil, al_qgs::..~u-~m..ar.w:dQ~::.<1:. dicales de Bernardo de Irigoven. Un proceso similar se produ10 en la UCN. Barrnlomé 1vfirre abandonó su dirección en 190 l v surgieron dos fracciones, i,pa Jider~a por ManL1,e1 Quiman.L.Y-.....9IIL[2QLEm.i1iQ..J..\dirre ~! Parndo Republic~no. Pedro C. Molina, el dingeme radical cordobés, se consmuvó en presideme honorario de la rama local de esre úlnmo. Julio· Deheza. Agu.slin Garzón Agulla-, Elptdio González y ouos jóvenes radicales se adhmeron en U;J pnmer momemo para renunciar cuando, el partido proclamó- la fórmula Jase E. Uriburu-Guillermo Udaondo para las elecc10nes de 1904. En 1906, para la:eleéción de dipmados aac1onáles por la- Cap1caf Federal, los-republicanos: se aliaron a los pellegnrnsras formando· la Coalición Popular.

El partido Hilda Sábaro recupera la revolución de 1852 como un momenco de refu:ndación· polínca que inscala a los pamdos, "redes- de vrnculacrón y moviEzacióa electorales por fuera· del aparaco oficial, aunque enconcraron en él sopon:es materiales para su funciünamienm", pero admm; que la noción de parndo "resulraba cuan ro menos rncomoda" ( 1999). El e¡emplo más acabado· de esca perspecnva es d decrero sancionado en 1861 por el gobernador de la provmcía de Salea, José María' Todd, sanc10nando la unarrirnidad: "Dada la Consriruc1ón nacional cesaron y debieron desaparecer para si'empre- los partidos o bandos políncos que' sembraron ['a discordia y causaron la desumón, el

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HISTORIA DE.L RADICALíSMO

arr:lso v ;os m:J.v<w::::-. clesasc~::s Je los 'iue e! país ha Sido vic!m:l. Por eso decreco: -\rticulo l º- Se prohíbic: :::n la ¡:irovincia de Salt:i i:i ex1stenci:J. de los parc:Jos pulí neos. ,:\n:iculo 2'' - De!:m:ndo ser los ciudadanos. codos consntuc:onaies~ '1Umisos J. la Con:'.iriruc~on que nos nge y hemos )Urado, ;;:i que de hoy e:1 '1Ue'.:J.nre prucl;ime cilgun oamio o se cirule de! parndo liber:ll será repucado sedic;oso y esr:1r~• b;i10 l::t v1g!bnc¡a Je la poiic1a'''.'. En d momc:nrn de consoiidac:on Jd Esc:ido nac:oncil. para los hombres del SO, ia un:irnmidaJ apare:.::a como .-;u condiCión de posibiiidad. no er;i "'lo. opuesrn smo 'ªpremisa del piuralismo" y. de hecho, mhe::ence al conceprn parlamemansra liberal que rechazaba a los pamdos (Elías Pain, 1999)./üna de las consecuenc:as de la revoluuón de! ')() iue d proceso de fixmación de parndos nuevos asi como la redefin1ción <.it: las conJiciOnes de funcíonamie:-irn Je los exisremes y la g::a- dual acepcac1cin de su legmmidad. ; El sistema nori:eamencano basado en la orgamzacicin de convenciones y \ comices :iparec1a como un:i superación de las pracricas v1gemes en el P,<\_;_"i, y \ las dos fracciones de los cívicos lo adooc1ron :ircr.umen(ando la necesidad de V L_::rradic:ir los personalismos. Cu;;.ndo Francisco Barroecaveña se refinó a. la formalíz:ic:on de !a org:in1z3ción lle ia Vmon Cívica con el dicraJo de una cana Lirg,i111c;:i plameci que :::J prnyec:o 1mplic:iba un inmenso progreso en la hi~rn­ na Je los parridos, yue hasra ese momenro (enían gobiernos
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VIRGiNlA PSRScL:..0

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L1 org:mizauón de los parndos comenzó a ser un imper;mvo que demarcaoa una línea divisona con las agrupaciones de nocabies. En 1896 los d Parc1 do_$_pg§lj_s~a_ 11Q_§gJ_9_füü1l.ali;z,ó,una..organizac1ón...s1.no-Que -h.1zo._d~~llo ' ' ' pro_pag_:m d. a. su:srru¡:_zµr_o.__s_ep;u~ando_tunco.nalmeme.cuadros . . _!,lna.oarr.aera.;ie v Das~s_,_'.ln com11:~ ..e1e.c.:in:YP de stt:re miembros emre los·--·····--cuales·---se ··---elecria .ol se--. . -~ . ···-.···-···------·... ;::i..... :':".Cí(c!_tar~()~ge::ic
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HISTORIA DEL R.-illlCALISMO

mac:un ruen:e era 4ue el manJarn no se correspondí::t con el sis,ema represenUDVO v v10laln la Consmución, El e¡emplo que lgarzábal mvocaba· era los EsuJus UmJos, doride la preponuer:rncra de los parm.ios J.esnaruralizaba d gobierno ideado por los corismucionalis,as. La exisrenc1a de uri pamdo liberal v urro proreccrornsta :;upnrrnria el debate cuando. y doride era riecesano. en el Congreso. L"na ve·¿ ganadas las.elecciones, la tendencia munfan,e se constderaria l~gmmada para ~mponcr ·'un mandarn incompatible con coda discusion poster~or, por ilusrrada y convcnieme que fuera:'. La idea. era que d regimen dt.: disupiina pamdis[:.l podía sofocar la espomane1dad Je la: deliberaoón v la mma de decisiones podía quedir reducida a ''un acw mecinico de vocación por c:onsigna polím:a" El J?arbmenrn debía dar emrada a represenrnmes 4ue por su posJCion yvmculauones pudieran pr.escmdir de ''las 1raduras
VtRGJN!A PERSELLO

fe de parrído y el parronazgo, des:virruaban ei SiS[ema. Su proouesra era un sisrema brparndisra basado en pamdos perm:rnentes, esra~[e~ v
La causa Algunos miembros del pamdo radical, Je los que hemos actuado en la Capiral y en la provmcia de Buenos Alfes. permaneciendo volunranameme ale¡ados del movimiento polínco en los úlnmos años, hemos cambiado ideas sobre la convernencia v la oponurndad de volver a la lucha acnva, reorgarnzando el parndo en rnda la república 13 Esra carca, llamado a reunir las fuerzas dispersas, fue escnra por Viceme C. Gallo en 1903 y recibida por Pedro C. Molina en Córdoba, Eugerno Mendez Y Pedro G. Sal en Tucumán, Pelag10· Luna en La Río¡a, RamÓn Gómez en Sanríago del Esrero y el coronel A.ngel Blanco en Comenres. En sepnembre se consmuyó d Comiré de la Cap1ral que presidio Samas Arévalo secundado por Fernando Saguier, José C. Crorro y Viceme Gallo.

HlSTORlA DEL. R.-'.DlC\.L!SMO

E:c re::m::·o de 190'-L se --.:onfor:no d Comm: :.Jacwnal, dig1ó presideme a Pdrn C. .'vloiína ;; pub[ico un mmifiesrn nüi:lcándose en su 'Josíc1ón anc1a-

VIRGINIA PERSELLO

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versión de los hechos escnca muc'ios años despues de aconcec;uos, Gue desc-:be a '.os mvolucrados en Rosano: '

c1..:e:-C.isL.:1. El acu.erdo uue b.aola per:rucdo a sus a.tlliados obtener pos1c100.es

ofic:::Úe:; -Dice- no cor;1g10 :i.bus(;S ru produ¡o me,1oras, por d com:ar:o, arrai~~) ai régirnen. "\~:JV'J. coparz1c1pac1ün se proc1a.mO ...:orno medio lenco ?ero seó!;l.,ro Ue c:Xnrparlo": ta soberania '.JOpUJar Se desconoce, la 3.UWf!úad es impo~iC:Ón: >::! vo(~, un comercw baj¿, la adm1r:is;::ación pública. parnmonio de '-ln par:1do: un cenrralismo aosorbenre concuica las auwnomías provmciales; :i.natfabensmo. recíacc10n de la tnm1grac1ón, repre.s1ón y leyes de ~xcepc10n cDm:-a :::! muv1m1enro obr>::ro, obras púbiicas ran mnecesanas como •mproJuc¡:;v:is, cnrenus aoco daros en la ~eror!":la dd e:erc1ro y voracrdad fiscal. ' ' Tamp<)CO puede esperarse nada -;osruvo- de las agrupaciones poiíucas rec:enre:neme orgarnzaJas. El Pamcio Repuolicano uansgredió sus proclamas ,-eivtndicaconas de las msmuc1ones acepcar,do d concurso de demencos del régimen con fines elccwralc:s v el Parcido Aurnnum1sra cuema encre sus elemen~os -.:on [os complices en la obra de cor::upc1ón. Conduve :.ulrmando que la [jC~ es ::J. :..Íil!C:J. ruerza fiel a ;us pnncp1os V en función de dios décrera la abs,\liemras esrn ocurria Hioóliw Y:1gO'ien, desde su tradicional basrión en

t:l pmvrnc1a de Buenos ,-\ires, ~onvocab:; las fuerzas que parnc1parian del es:allido revolucronano de febrero de 1905 CW[Jvando su peculiar esrilo basado :.::n las 1·e!ac10nes mrernersonales. ,.l.J. 1gual que la revolución de 1893 éíl Buenos ,-\ires, la prepa;ac1ón de: esre m~ovimienro lo fijará en la imagen dd coosp1rador y se le arribuira haber convenc1do a cada uno de los mvolucrados personalmeme. José ivlaria Ramo~ Mejia en un rexrn publicado en l~H 1 en el dianu Sannzenro lo caraci:enzaba como "un m1s10nero qué ha puesrn el alma J.] ;ervicio de una concepción poiinca'', y si no Fuéra por esa idea que strve de mornr a su impulso podna ser romado como "un secrano, un morfinómano polínco" y afirmaba que su craba¡o era siempre personal, conqu1sraba uno por uno a los que lo seguían. En 19 22, Carlos Rodríguez Larrera refinendose a la org:mizac10n de la ~evolucion de l 905 comcidió~con Ramos Meiia al propone~ que Yngoyen seducia y carequizaba, mano a mano con los oficiales, sólo d cenia rndos los hilos de la trama y rara vez delegaba careas, "era ur:a consagración absolura, una verdadera locura" (\IV.A.A.. , l 983). ~ LJ. revolución escalló en febrero de l 905 en Captrnl Federal, Buenos Aires, Curdoba, Méndoza y Sama Fe y fue ripidamenre sofocada. Su preparac1011 Sé habia miciado c:n l 903 amculada a la dec1s1ón de absrenerse del escenano decrnral. L::: debemos a Ricardo Caballero, dingeme santafesmo, una

Represenrames de la mdusma, de! alro comercw, de los ;elecws circulas soc:alés, de la ;:1queza, 1u.nro a los nombres de los pnnc:paies empleados de las grandes casas.1mpon:adoras y exporrador3.S, a !os de los crabapdores de los vte¡os cor.ra..les, de los encargados de los cransporres de mercadc:rias y haciendas v de los componémes del numeroso grem10 del caboca1e cnoilo. Y en Sanca Fe: codas las caregorias de empleados del frrrocarril y v1e 1as familias cnollas de cradioón federal. EL enras1s del relaco de Caoallero esri pues;:o en demosuar que en rndo el pais paruc1paron disrimos secrores socales v que los ínvolucrados eran los verdaderos depos1ranos de la docrnna. y de la. re desoues de las defecc10nes.de quienes habían Darric1oado en los rroo1ernos de rur~O; v que la revolución esmvn supedirad~ a su dirección cr~L aue dependía de Hipóliro Yngoyen. En su perspecnva, el caricier de conspir~c1ón ~ivico­ milicar se debió a que orgarnzar una acción exdus1vameme popular era impensable: ·'Los armamemos que los gob1emos poseen en el preseme los ponen, por desgracia, a cubierro de los asalros desesperados de las. mulcfrudes enardecidas por un 1deal o acicaceadas por la m1sena'' (Caballe;o, 1951). Pero no todos los radicales esraban convencidos de que la revoluc10n era la me¡or esrracegia posible. Lo demuesua un tmercambio de canas en 1903 emre el mismo Caballero y el dingenre cordobésPedro C. Malina, invirado a remcorporarse a las filas. Esre último soscenia que las armas a esgrimirse conrra el gobierno eran la prensa, la rribuna y la ciredra, a lo que d pnrnero respondió que no basraban cuando la prensa era "pura combanvidad polínca",. la cribuna esraba ''muda, amordazada por las componendas v las complacencias", y la enseñanza era un mscrumenro de corrupción en manos de "pol.íncos rrat!cames y romadizos". La mania no sólo se asiema "en la rnrnd;d que usred enuncia, smo ramb1en y prmc1palmenre, en las bavoneras de sus mercenanos", Conrraponia revoluc10n a evolución. Esta úlci~a comaba emre sus parndanos a los oligarcas (Caballero, 1957). Las ideas preparan d terreno pero la revolución excenonza su poder. Sin embargo, despues, del fracaso de: la revoluoon y ya en Momevideo, Malina, pres1denre del Corone Nacional v miembro de la JUma ovil del mov1mienw revoluc10nano, le ding1ó una cart~ pública al presidente Manuel Qumrana en la que defendía la re~olucion como derecho, deber y necesidad, la mscribia en la rradición de Mayo, negaba

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HISTORL..\. DEL RADlC-1.USMO

0ue puciiera ser ¡uzgada c.:umo deliro en la medida en que era una remanva de n:::•:in
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V1RGINlA PERSEi..i..O

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ción dd par::do y las frases c:r.1gm:incas reemplazando a los programas. Reclamaba que se CUIT:!)iie:;_ con ia cart:i orgaruca puesto que ei Comlte Nacwnal consm:.udo en l 90.a, no se hab1a renovado :1 la Convencion no se reunía desde 1397, Esrnba en cuesnon, :idemas, la escraceg1a abstenc1oms;:a del parndo. En· diciembre de 1909 se consmuvo el nuevo Comm'. Naconal presidido por Jose Camilo Crorro y se reu111ó la Convención racificando la posrura absrencio111sra. E::i esa covumura, va se· hablaba de ''las alcas aucondades pamdanas", que ejercían su poder por enoma de los comm:s y las convenciones, para rdenrse al liderazgo e¡erc1do por Yngoven. Emre sepnembre de 1909 venero de 1910, Yngoyen y Moiina incercambiaron una sene de cartas que consnmyen d documenro mis relevance para analizar las (ens10nes que atravesaban en. esa covumura al radicalismo. En ellas, Yngoyen de¡ó piasmada la dicornmia causa-regimen. Cada uno de esos campos esraba cerrado, no admitía comammac10nes. Las inrrdenc1as, perfidias,,defeccíones, deslealtades y craiciones a la :ausa nurrian al regimen, y los · demenros dd régimen. que decidían 1megrar la causa eran conversos. La idencidad radical se conscruia exacerbando la diferencia. El régimen, en palabras de· Yngoyen, era un Escado morboso, sumiso y abvecrn, procaz y agresivo, vand:ilico; cendencia 111epca v pervemda que corrompía y subyugaba y que "siendo el delico su origen, la delincuencia es lo que enseña, y d cnmen común en codas las formas, una de sus lógicas denvaciones". La causa, por d conuario, era sama y su u111dad denvaba de su misión. Las tdeas particulares que dividían a .ms miembros debían acallarse y subsumirse para privilegiar la construcción de la nacion. La detensa de la mrransigencia ya no se fundaba en la diversidad, cal como había sido propuesta por d mismo Yngoyen en 1893. En 1909 la referencia a la multiplicidad de las ideas como fundamento del orden reoublicano se localizaba en el 1menor del Darndo, en cuvo seno ' ' , "sorr comparibles !. .. ) mdas las creencias en que se diversifican y smcenzan las acnvidades sociales". La causa era la nac10n y no necesicaba defi.111ciones puntuales sobre P. rob lemas concreros 15 , '-, Molina era el emergeme del malesrar que esca concepción provocaba. Se separó del radicalismo a pamr de un articulo aparecido en La República, periódico pamdano editado por el circulo que rodeaba a Yngoyen. La nora sosreníaque d crarado comercial con Chile auspicia
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H:s!ORL\ DEL R.ADlCAUSMO

deDares sobre 1r:inc::;!es aJuane::-os rc::iliz::4dos .~n cf Congr~so C!1 L894 (.i;.\.lonso, ..:'.!l()O L Ya en i 905, en l;i cJ.rra 1[ enconces prestdc:nce Quim;ina creada amer:orrr1e:1 re, sosren1a que ta libertad Je cimb10 crJ. un J.ere~2io rrarural inherenre a la ?rOD1edad de !a persona ~1 que las cas.:t.s procccc¡onLSGlS eran diezmos pagaJos al venúc:dor procegtdo oor un compr1dor c:espopdo. un ~obo en el que ::'. Ese.u.lo desempeñaba d doole rnl de exooktdor .;: tr.rermediano para emreg~¡r a _ms 0rnceg1dos lo robado. Y Je allí Jer;vaba un ''programa·' qt:J.e ::i.unque según reconoc:;i no nabia sido c:xoresado ofioaimer:.re por d .oarndo estaba ' conrernJo c:n el pnnc:pto que consnwi:J. su bande::a. Ccmra d reg1men de vorac:daú rl.scJ.I orooonia tmpuesrns prooorcionales lim1cados a las verdaderas ' ' ' ne·..:cs1dades Je! gobierno; al comunismo de Ese:tdo oponia d tmperío absolum del regnnen de propiedad; poscubba la necesidad de una moneda sana a parnr de la reducc¡Ón de los g:asros públicos, del crediro. del servicio de la deuda v de io.s em1s1onc:s; ddem.iía la libc:rrad de enseií.anza en concrapostc1ón al monopoiio oncal v d reducamtenrn por conuaco para ev1rar el servrcio mili car oblig::;.rnno. Esr::i. "'gran causa", condui;i, comprende v beneficia a. codas las dases y a codos los tmereses leginmos. Las 1de::i.s, decia Molina en sus canas de 1909, no e:1rraban en las derermmacones de ia CCR, que sólo esr1ba unida por la ::i.mmactverstón al adversano y la sumts1ón mcondiconal a su Jete. Encendía que el parndo no a1usraba su orgarnzacón a las bases esnpuladas en su carra org:irnca, no nabía emre sus mtembros un: dad de convicciones 111 onemac1ón r11 disoplina. Yngoyen e;erc1a una direcc1011 dandesDna: env1ab;:i deic:gados y decidía la formación de com1ces sin asumir direce:t nt oscensiblememe la 1c:fatura sino por medio de em 1sanos. ck rnensa¡es, de ordc:nes dadas pc:rsonalmeme a quienes represencaban su mfluenc1a en las provmctas. Su liderazgo reemplazaba la ausenC1a de ideas. Je programa. Cuando se produ10 el 1ncercambto de carias encre Yngoyen y Malina ya la necesidad de pamdos orgárncos, permanences y programáncos formaba parce del debc:r .ser que desde el rr:inrno de siglo se asociaba ::i. los cambios propuesms c:n la mgerneria msnruc1onal jumo con la reforma a las condiciones en que se susL:J.nctaba el sufragio. Y el Pan:ido Socialisr::i. v la Liga del Sur se proponían como pamdos de pnnc1p1os. El primero elaboró un programa mírnmo de rdc)rmas políncas para la dc:mocramac1ón del s1scema que: mcorporaba la represenuCHÍn de las rnmonas, la naruralizac1ón de los éXUan1eros, la supresión del Senado, el parlamemarnmo y el derecho de mic1anva, d rderéndum y ia revocacona, la separac1Ün de la lgles1a y el Esrado v la supresión del e¡érc1ro permancme. Por orro lado, el pamdo se proponía como represemance de los m'-"

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VIRGINIA PERSELLO

cereses obreros y su derensa se s1mec:zaba en la ¡ornada de ocho horas, la aooli"eón de los tmpuesros mdirecros '! el 1mpuesrn progresivo y ciirecrn socre la rema, demro de la perspecnva más general de que alcanzar el socaiismo obiicraba a desarrollar hasra sus úlnmas consecuencias d cap1ralismo. La Lga .. -por ;:, . su' parce, proponia reformas msnruc1onaies conc-eras en el amb1co provmcal sancaíesmo cemradas bas!Cameme en el reg1men comunal. En 19 l + cuanoo se orcrarnzó el Parndo Oemocrara Progesisca redacrn un orograma que soscenia e: p-r~recc1ornsmo en mareria econó~ica, el murualism~ v ~l cooperauvismo er. polIDca social, la democrac1a como reg1men de gobierno y la descemralizacíón admrnisrranva v polínca. Carlos lbarguren, a quien se ie acribuve su fac-ura, narra en sus memonas que miencras Juan Ramon Vidal, senador corremmo po[·el Parnd.o Aurnnomrsra y pres1dence del bloque parlamemano que apoyaba. a [a democrac1a progres1sca, manifosraba la necesidad de defirnr un cmdidaw sm programa, la cúpula del pamdo se empeñaba en elaborarlo resoondíendo a lo que consideraba un tmperanvo (Ibarguren, 1954). La UCR, en la perspecnva de Yngoven, no debia sanc;onar un programa. Son conocidas sus expreslOnes vemdas en ese senndo en las car.:as públicas ding1das a Malina. En la pnmera afirmó que "(no) se conciben r11 juscifican las rendencias parndanas, ni las propensiones smgulares",. los mcereses pa:mculares deben callarse "volviendo todos sobre los de la nación" En la úlcima llamo ;'e:xuaviados" a los que reclamaban un programa a la "causa reivmdicadora"; "mandarar10 pidiendo rendición de cuencas al mandame o el reo mcerrogando y Juzgando al juez". Exig1f un programa era "precender el e1ercicto de msciruc10nes que no se nan Fundado o [a. aplícac10n de una Consmucrón que no se ha hecho"; es "levamar muros sobre astemos de lodo". La reparación msmucíonal era la causa. Años más carde, Ricardo Caballero caracrenzó la polémica como un enfrencam1enw emre el liberalismo econümico .suscemado por ivlolina y la "idea crascendeme del ongen divmo de la personalidad humana" de la que denvaba la docuina de la solidan dad soctal, propuesra por Yngoyen. Pero en el momemo en que esca se produ¡o, miernras Malina ms1sria en que levamar como programa la Consmución implicaba detender d liberalismo, Yngoven nada dijo sobre esrn, e:xcepw enfarizar su resistencia a Circunscribir la. causa reparadora a un programa de gobierno. La operaoón realizada por Caballero es la mtsma que la efecrnada por muchos de sus btografos -Horacto Ovhanane, Alberw Erkm, Manuel Gálvez, Caulos J. Rodnguez-, quienes rraraban de mscrib1r a Yngoven en alguna rradición de pc:nsam1emo v ororgarle envergadura filosófica a sus ideas para cons.._.

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HISTORIA DEL RADIC-\LIS1v!O

cruir, Jes
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De hecho, durame la campañ3. elecroral, los radicales que ocuparon la u!buna o urilizaron las pag111as de la prensa y las revisras se esforzaron por res~ ponderal que aparecía como d prmcmal cuesnonamiemo de sus adversanos: la ausencia de ideas de gob1erno codificadas en un programa. A.si, José Lllls Camilo sosrenia q11e d radicalismo· no se diferenciaba esenc1almence de la v1s10n que James l3ryce rransm1ria de los pamdos amencanos o rngleses. Republicanos y demcicraras en los Esrados Umdos o liberales v conservadores en Ingiarerra no presemaban diforenc1as demasiado percepcibles y aun en el inrenor de ellos las ideas y los 1nrereses no eran siempre homogeneos. Por ello consideraba que los parndos absolurameme impersonales, homogéneos y separados necamenre unoS: de orros consnruian. una noCicin puramenre reónca18. El dingenre emrerriano Amomo Sagarna, m1emras re1vmdicaba la elaboracicin de una placarorma decrnr3.Í en su provincia, sosrerna que no eran los programa.s los que decerm111aban la emergencia y la razón de ser de los pamdos smo ''la madurez de un: esrado de conciencia colecnva dererrn111ada y onenrada por necesidades nuevas o v1e¡as. msansrechas''. En ese senn
la cuestión electoral El surg1mienro del panido radical se. asoc1a a la demanda por la liben:ad de sufrag10 que, de hecho, no era nueva cuando se produ¡o la revoluc1cin del 9(}. Ya lvfüre en l 87 4 habia ¡usrifica
HISTORH DEL RADICALISMO

L1 cuanrn a ou1énes y cuánrns eran los que ejercerían d derecho al sufrapo, haCla pnnc:p1os de siglo d deba[e se vinculó a la imposibilidad de los g::upos oposn:ores al gobierno de mcidir en d resulrndiJ de Las decc10nes, a ~a ~3.lra de rec1mbw en ei imecor de la di[e y a la presencia demro de los elencos gooec·names de Dersona¡es que c:i.recían de presngio social y capacicb.d par:i el gobierno, :i.. la degradaciOn de la ·clase gobername. En esrn perspecnva los excluidos c:r:i.n ·'el elememo pensanre v la masa de ios· neos", "el c:ud;:;dano consc¡en[e, aprn, conservador, !ilS[ruido", "verdadero y urnco vocame de las de::nocr:ic:as"= 0 . que desen:aba del comicio producro no de la ausencia de disenso, ;rno de los acuerdos v componendas emre camarillas. Por offa pan:e. en los momenrns en que el Parlamemo discunó y sanciono reror::nas a la lev decroral, surgió clarameme de los debaces, camo demro como fuera del Congreso, la reserva en rnmo a la capacidad del elecrnrado que. paradóiic1mence, nunca se craduJO en la calificación del sufragio. En 1902, cuando Joaquín V González, enrnnces ministro def !menor, propuso al Congreso la rerorma de ia lev decrnral sosrnvo que el sufragio no podía ser resrnngido -·'.::orno repúblico sincero, pienso que rndo hombre que viene á esre mundo uene derecho á rnm;i.r parre en la deliberación de la soberanía á que perrenece"-; sin embargo, seguía pensando que el gobierno le correspondía a los ''hombres superiores" por "seleccrón namral", que las. clases. dingences debían cmelar "a los que saben ci pueden menos" 2 L Con argumemos seme:ames ocros legisladores se opusieron a la reforma: el elecrnrado era en su mayoría 1gnorance, pobre, mconscience, v los secrnres social y económicamen[e domrnames habían caído en la indiferencia civ1ca22 • En 1911. el rema de la mcapac1dad del elecrorado volvió a esrnr presence cuando se crani de excluir del padrón a los analfaberns e impedir que se sanCiOnara la obligarnriedad del voco. David Zambrano, dipucado por Salea, JUScificci la exclus10n de las dos cerceras parres del electorado, que según sus cilculos eran los que no sabían leer v escribir -"masas de campesinos que sin cener 1nsuucc1ón primana no nenen la mas mínima independencia personal"-, cn nnmbre de la realización del ideal republicano y de la democracia, dado que se eliminaba de ese modo la accicin del prop1etano del lacifun
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por Saenz Peña no sólo apumaba a incorporar al ::;:irc:do que desde 1898 se mamenia en la absrenc1ón y habia acompafí.ado esca de::::sión polícica con d moV1m1emo revolucionano de 1905 sino J. ;os sec:ores '.i.ucoexdu1cios. En cuanrn a los modos de convernr los vorns e:i. ::Canc:;.s ios. argumentos enfremaron el mcema mavoncano y el de :-ei)resemac:ón proporciünal. y dos maneras de eleg1r a los candidarns: el voco u111nominai o el vorn por iisca, que a su vez tmplicaban modos diferemes de conce'.Jtr la :-e::::rese:i.caciOn de las minorías. En relación .I la lisca es necesario aclarar aue la ?racnca v las sucesivas sanciones legisianvas no Lmplicaron su oblig:uoce:.:.aci. La prodamacón de candidarns era. libre v en caso de que hub1c:ra iisus c:::-:111 ao1c:rras, es dec1~, el elecrnr podia modii:lc:i.das supnmiendo cmdidarns y :eemi)iaziüdoíos por ocros o cambtando d orden en que escaban propuestos. Hasca L9 l .2, con excepetón de los años i903 a 19-05 e;:i que se milizó ei siscema unmommal por circunscnpciones, las decctor:.es se resolvían por d siscc:ma llamado cie lisca complera, es decir, el g:maé.or se llevaba muo. En :ada reforma decwral, o debace ::n rnrno a su opor::unidac'. y nec:::sidac., la pr:mera cuesnón a resoiver era si ese sistema que cortsagc1ba ei gobierno de la mayoría excluyendo la represemación de las m1nori;is poda seguir síe:i.do sosce111do. De hecho, el s1scema de: lista com¡:JLc:ra c.;;::ia sus dc:rensores. Los argumentos a favor se fundaban, en pnmer lugar, c:n que :::·:i :::1 único aue la Consmuc1on permHia desde que esrablecia que los resui[ados elecrnr::Ues se definian "a simple pluralidad de: sufrag!Os", v ::n 3egundo iug:ir, en que.la mayoría-cenia derecho a la rncalidad de la represencac:or, ;;- cualquier ocro sistema la despopria de esa pocescad. Por su parre, las cr:c:cas se ipoyaban en el func1onam1enw concreto del sistema que según pLurn::J.ba Ennque de Veúia en el Congreso ·'conduce facalmeme a los par!amem0s unárnmes, de::ras de los cuales escá siempre la pro[esca de los excluidos, proma J. [f:J.duorse c:n .igiraetones y conmocionc:s revolucionanas''. Quienes ddendían la rc:presemaetón de las rrnnorias se: dividieron propiciando algún S!S[ema de prorraceo elecrnral, que en ! 902 se cradujo en d vom unmommal por circunscnpciones y en 1q12 en la lisra incomplc:ca que fipba la represemacion de: la minoría en el [ercto. La direre::.c:a emre esrns dos siscemas escriba en d modo en que conciben la orgarnzac;ón del decrnrado y la represemac1ón. El vom urnnomrnal por circunsCrt!JClones responde a la tdea de: que la represemac1011 es una reiacton de rnnr1anza, v así, lo dice Joaqum V González -remedando a Edmund Burke- cuando funda su. proyecto. La represencación es mucho mas mmedia[a, mucho más pura, c:n can[() se supnmen los imermedianos: el Com1ce, los re:::lurndores de voros, los

HiS70RL-\ DEi.. RADIO.USMO

agemcs dccrnrales. A.ce;c;:¡ i1 dec;:or al elegido y se!ecc1ona a los me¡ores, a los nocabtes locales porque ·'imptde que al amparo de los grandes nombres de la lisrn se deslicen mediocndades" Finalmence, perm1ce la represemacíon de codos los mcereses. regionales v grernales. Los derensores de la lisra negaban que ía miucc1ón de escala garam1zarJ. 13 represemJ.c1ón de bs m111orias dado que se prescaba a la marnpulacon dd pamJo dom111ame en d crazaJo de los dismrns. Se refenan al proceso llamado "gerrvmandenng·', que Brvce describia parad caso amencano: :-\st llamado por Eibmige Gerry ( poiíc1rn dingeme del !Jamdo democr::mco en Massachusens miembro de la convenc:on consncuyeme Je 1787 v deg1Jo en l 8 12 v1cepres1deme de los Esrados Unidos), quien cuando ;\.fassachusecs iba a ser redisuibu1do en disrricos, ideo un provecrn que Jaba :i uno Je los dismrns forma seme¡anre á la de un lagarrn. Un nocable arnsca. emrando al cuarrn de un edicor ql,le cenia un mapa de los nuevos discnros colgado en d muro, encima Je su escncono, observo ''pues, esce disrnrn paree<: una salamanJrJ." v le coloco las u1ías y OJOS de la cnacura con su lápiz. ''Diga mas bien gerrvmander", replica el edicor, y el nombre quedo con-

VIRGINLA. PERSELLO

Tanto e11 la ceona como en la prácnc1 se mcemci una busqueda de mec:iriismos que compensasen la sobe:-anfa del riúmern v la sooeranía de la razon, tensión siempre presence emre inevic:ioilidad e mcapac1da
sagrado2~.

Partido y religión cívica Tampoco seleccionaba a los me¡ores. El argumento en como a la capacidad del elegido era rebando a pamr de la consideración de la Fuerza de los caudillos locales. La lis ca rncom pleca, que se sanciono· en 1911 pro pues ca por el Poder Eiecunvo v apovada por los pamdos opos1cores (radical, Liga del Sur), fue acacada por los defrnsores de la lisca complera porque cercenaba a la mayoría una parre de la representación que legmmameme le correspondía:. Y los pamdanos de la ctrcunscnpción argumemaban que era un síscema "an:ificial y mecánico" que divtdiria al Congreso en dos bandos. Si la lisc:i complera fue el sistema qu<.: implanto las unarnmidades y )Unto a ellas el problema revolucionano, no va a resolverlo, en la medida en que no va a desmomar la "máquina" s1110 a consolidarla v legalizarla. Quienes la propictaban, en su mayoría, lo naC!an como un paso, como un escalón que debia llevarlos al SJSiema proporClünal, forma mas perfecra y acabada de dar represenc:ic1on a codas las opm10nes. LJ. oporcurn
Una vez sancionada la ley Saenz Peña y decidida la concurrencia decrorai, la invicacicin amplia a aliscarse en las filas radicales craJO la mcorporac1on de numerosas agrupac10nes provmciales que años después serán calificadas de advencícias por los "viejos" radicales, los del Parque, la revolucion y la abscención. Emre 1912 y 1916 se tn[egraron a la UCR, en algunos casos bajo la forma de ía mcorporacícin ven ouos vía acuerdos elecwrales cransnonos, micleos del Pamdo Liberal y del Pamdo Auconom1s[a corrennnos, e! Pamdo Conscírucional samatesmo, la Concemrac1on Popular sannagueña, Jingemes de la ConcencrJ.ción Cívica mendocma, ia Union Nacional de Córdoba, el Pamdo Popular sanJuanrno. 1Vluchos de esos dingemes le proveerán al radicalismo los cuadros que ocuparon posic10nes cuando llegaron al gobierno. Ll tensión enue los vie¡os y los nuevos, los del osrracismo y los sacritlc10s v ''los de la mesa servtda", no explica por si sola los fumros realine:im1emos meemos del parndo pero es imporrame [enerla en cuenca sobre codo por el peso que la n1srnna pamdana oficial le ocorgo. En rebrero de 1916, un edirnnal del diario: La Nczcidn recordaba que el radicalismo milizaba el cérm1110 acuerdo parJ.

HISTORIA DEL RAD!C-\USMO

der"in:r ''la simesis de rndas las aoommac1ones", oara soscener desoués oue una cosa era d acuerdo de rendenc1as y opimones c~yo movd fuer:i ;1 bte~ púbiic:o v O[ra muv diforenre d comoromiso de agruoac1ones a las aue acercaba la 1mpo[e:-:ic1a y que no renian O[fü móvil que los áirns locales subalrernos. Y re:·mmaha recomendando: ·'..\cuerdos, esr~ bien" pero ·'con genre de mejor lal.

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Cuando d radicalismo ya escaba en :::l gobierno, un arrícalo aparecido en el mismo marnnno. retendo a la revoluc10n de 1905 v r!mardo por Carlos RoJr:guez L1rreta, se 1merrogaba sobre d crec1miemo del pamdo enue ci rrnw!m1enco rc::•1oiuc1onano v las deccwnes de i ':) 16. La revolución, dc::cía. esrano :;111 preparacivos pooulares, "no se semia ag1ración alguna en la RepúbliCJ_'': etimo c:xplic:ir, emonces, d munfo electoral, "¿el pueblo· era radical sm sc:r re1otucionano!", ·'¿la mavoria de 1916 exmí;:;_ vaerr 1905 o se formó en el ci"anscurso de los años que mediaron emre una y O[ra techa?". Y condu1a: "¿~o se ilc:mrun de prnmo los cuadros radicales cuando la polín ca de. Sáenz [J"ña produ10 en coda la Nación d 'horror al vacío'?" .. La hrnci(es1s de Rvdriguez LHreta corncidc:, en codo caso, con el arnculis(a de La lVaczOn, que proporna que la 111corporac1ón al radicalismo de desga1am1ernos de parndos provtnci::des lo rrndu10 la tmpo[encia freme a la novedad que lmplicaba un dccrn1·ado ampliado. Explicación a la que se sumaria la perspecnva de algunos publictsc;is. cal d caso de Esurnslao Zeoallos, que auibuyeron el uíunfo radical a la imposibilidad de las "Fuerzas conservadoras" para consmu1r un pamdo ca¡:iaz de movilizar a los nuevos electores, carea a la que las tflscaba dc:sde la Revm:a de Derecho, Hisrorza y Letras. Emre mavo d; 1915 v 1u1110 de L9 l 6. Zebailos escribió m1a sene de amculos con el ,mulo "La tu'r~ra pres1denc1a", Los subnrnlos iban marcando paso a paso los avatares del tmemo umficador con e¡e c:n d Pamdo Demócraca Progres1sra. "'Expecranva" en mavo; ·'[ncc:mdumbrc:·· en 1un10; "Anarqu1a·· en ¡ulio; "Disolución" en agosrn v, d úlnmo, ·'Solucion Radical". ~ ' 11.

1

Lo c1errn es que: una vez puesca en vigencia la lev Sáenz Peña, el radicalismo se dio cuema de que se habia conve;ndo en un, pamdo capaz de movilizar elecrnrc:s: la máquina se habia consolidado. Después del munfo de la formula Manuel i\[enchaca-RICardo Caballero en las elecc10nes de 1912 para 1·c:novar el Poder Eiecmivo samatesrno, en las legisla[ivas n.ac1onales de ese mismo año d p;imdo compmó c:n Cap1cal Feder:i.l, Córdoba, Emre Ríos, Sanu Fc:, Cornen[es v La R101a, provmcias en las que suponi;:;_ comaba con mavon::s garandas v rubia avanzado mis c::n los craba¡os de org::m1zación. En Salea, San Juan, San Luis v Ca[amarca. si bien no se presemci formalmeme

VIRGINIA P::RSELLO

convocO a jJcimo morr:e~n:n

1

·1oc1.r J. rac..iic:lles v se. :iosruvo en e: rest:o de ~os

disrncos. Obcuvo la ma ,ror:a c:i.. Cip1ctl Federal (ocho di?u::ac.ios) ~r 1

.::J. Sanc1

Fe lCJarro) y la m1nona ::!2 Córéoba y E:irre Rios i,un ·..iipuracio c:i caua ·.:a-

so). En la renvvac:On de-ia C:.1rnar1 en l~! l~ se abstuvo ~n La. F..Jo1a. S:Jita y Sam1ago del Esrero v oi:mivo· ca ffiavor'.a er: Encre Rios !se:s .,iiomaciosl. Sama Fe (cmco) v ju1uy '.,uno/ '\! la mmoca en 8ue:1os .-\;res 1cuauo1, Ca¡:itr:ii Federal \eres) y Cordooa :unol. TJ.mbien munro en las e'.ecciones guoe~:J.:i.u­ vas de EnLre Rios con ia ~()r:c.ula Laur~:-icena-E[chevehe:-e. y a rlncs:.del aúo

siguterne e:1 las de Cordoba, donde as;_;_m10 la gooe:-nacon e! brnom10 Eu.tr;is10 Loza-Juan Clilos Boró. La dec1s1on cie '10 •:irc:rnscribir los limires. de la orgamzacon sanconando un programa v la consc:-uc::1on. de una vasca red. cie comm'.s amalgamados por la lealtad a Yr:goye'.1 ~adicaron una carea de :eclu;:arrHesco que supc:o ~os ~arcos reg10nales. Los comHes Locales, ci.lvas,ciingericas se e~egían .mualmenre con el concmso de los J.r!liados, J.n:aJg:i.rnn ll parr!üO a :raves de un smnumero de 1cnv1aades que excec.ían la propag:wda, d reparrn de voi:mces ·,¡ los m11:1nes públicos. o~v1d. E.Ln.d( ( 197-:-) .' ::n su libro "':t. ..:lás1-::o sobre ~! raciictlismo. recupera de b pubiiC:J.c:on parndar;a Ef Radicu! la desc:-;pc:on -ie '.a tabor de los comicés bonaer~:i.ses, que tnclu1:.i la c~eac1on d.e c1.cerr1J.cogr:irÜs ;nf3.n-

ciies, ia organ;zacíon ae concien:os, la pan:!Cipauón en la celebrac:on Je :os carnavales pero, ademas. la mcorporacion de ceneros de salü.ci, de 1s1srenci:.i JUridica y biblio[eCaS '\f !a ve;ica de alimemos a ba,10 preCO. C rlO de los e¡emplos que reg1sua es d Com1ce de Balv;:;_ner:i. Sur en el que en l 9 l 5 Juran.ce creima y siete días se ciiscibu:;ó pan. se revisaron c1enco se::enca v dos asumos legales, se tmpnm1eron mil G~cubres. seis mil panflerns v se pegaron s1ere mil cuarrocienms carte!es. Ene Hobsbawm (l 989) retlr;endose a la cransformac1ón Je los parndos mgleses producco de b 1mpiiac1on del sufragio p(amea que represeriwban. una visión global del mundo -n.ac10nalismo, democracia. soClalismo- 'f que "er:i eso, más que el programa polínco concrern, específico ;r cal vez cJ.lTibiame, lo que para sus m1emoros y parcidanos consicuia algo similar a la rei'igión c1v1ca"'. Y agrega que: la veneracion a la figura de sus líderes -Gladscone o Bebelque se expresaba en reuarns pegados en las paredes de las casas modescas "represemaba, más que ~i hombre en si mismo. la causa que unía a sus seguidores". Salvando O[ras dif~renc1as y disranci;is. no es dirícil reconocer en esa descnpc1ón algunas de las caraccerisc1cas del radicalismo, que se adapró mas exirnsameme que sus oponemes a las nuevas conciiciones 1mpuescas por la reform;:;_ elecrnral combmamio una orgarnzacion que iba desde com1res 1megra-

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HISTORIA. DEL RADICALISMO

Jos ~t1 [ejido de Li comurnuaJ pas:.m
No ras : (~¡1Ho, \/ic~ncc. ''P;in1Jos '-' !~~tsbJ.ores",

¡;'.!1

Re·vzsta de Derec/JV, i-Iiswruz

_'J

letras

iRDHLJ. 1, f!L mavo Je 18')9. ~ ílunge. CJ.rlos. ·'Políc1c1 :.::.ic1qu1s[;:¡., .:n Nev1sft.z jurulicil y de Ciencas Socales, XIX. l. l. enero-rebrcru de 1902. 1 lordlo, Pablo. "Gub1emo repub1icrno, reDresemauvo y federal ;m murnc101os mcónornm ... ·· en fl4Cl' l!L 1';! l l.

' lmer·1enuon ·~n la Camara cie D1ouc1Jos de \a prnvinua de Bu~nos ."ures, l 5 de sepc1e:nlm:: de ! il:-'J. e:1 .-\iem. Lc:rndro. Oimz iJ1irlt1ma1tt1ria, L1 Piara. ! lJ4l) 'Cirnara de Dipurc<Úos. Diario Je .:lc:s;ones ((DDS), debare del 30 de ¡ulio ·r lude Jgoslu

l.~'H.

de

" Zcballns. bra111slau. ·· L..1 nolím:a cid Jcuerdu v la Jesorgan1zacon Je los parfl
'"' f 1Hcrve11uti11 en ¡a 1 '

10

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1

[,¡ :Viic;m¡, 2.ól

Je: dic1en1brc J<.: l 89º op. :..'U.

l_Hdlo. Vicenrc ...

49

VIRGINIA PERSELLO •2

Z'"ballos. Esramslao. ·'Congresos v pres1
u Gailo, Vicence. Par !a ::lemocracuz _? las 111sácttczoJJes. Prnpagancia Ci.ºv1ca 18Yl-1921,

Buenos :\.1res, Talleres Grificos L. J. Rosso v Cia .. l <.l:2 J. · 1" Zúiailos, Esranisiao. ''Reorgamzac1on de! Pamuo RadiGl''. t:n /?,-lC....P. XXV. [ ll06. " El cexrn complern J.e ias carras, en el como I1 J.e P:1eóio y goóu:nw, Buenos .-\.Jres, EJ. Ra1gal. l 9'56. 1<· El texco comptero del programa esGl cransc!:'1pro en .Vladanaga. Eduardo. _,CJ.udillos y programas' en Rev1sra Hechos e ídeas (He!), [1, [V, l '!, sepue:nore de ! 'J 36. ' 7 La piaraforma éncrernana escá en Sagarna, .-\.nwn10. "'Conceow del radicalismo .irgennno". én i?,-lC.P. X. 1915. '" C.imilo, Jase Luis. ·'Ideales políncos'. en R.ACP. X, i 9 1, 'S i•J Sagarna ... op.cu. 211 Zeballos. Escamslao. ''L:i cns1s del gobierno v del pa<s", en RDfil. íI, V, Jic,embre de

l899. " CDDS, ll, i ')02. 3".s.p .. ocrubre 22, p. l -;-3 22 CDDS, !!, l 902, 2".s.p .. octubre 17. p. l.31. 23 CDDS, Ill, 19 i l. r.66, nov. 27, pp. 353 v 356. 2•

El dipurado A.ldao c:1ra a james Brvce, CuDS, Jic1embre 2
25

Li :Vacidn. 2 5 de fobrero Je l 916.

1,

El parcido en el gobierno

L:i: reforma decrnral de 19 L2. oroducw del confücrn y de ladec1s1ón del grupo gobernance cie imroduc:r c11Tib1os que gar:mCJzaran d füncLOnam1emo ci:ei sim~ma poiínco, cambió las regias del Juego, las pracncs y el modo en que se concibtó d tUnclOnam1emo. de las insmuctones, aunque el proceso que se abnó a parrir de illí no se cor:espondio con b.s expeccanva.s de los reformaciores. Ei nuevo diseño no resoiv10 el conflicco smo que lo esrrucrnró de mane:-a direreme y no ce::ro d Jebace sobre la mgeniería msnrncional Gesead:l Sino aue Lo recreó ba¡o ouos cerm;r.os. El parndo radical, ahora en d goo1erno. se. cransformo v ese proceso no puede ser comprendido smo en el marco msmucionai y polínco en que se dio. El .;1scema presidencial, la represemac1ón fiia de la mmoria, la ausencia de carre::a admm1scr:mva, la elección de los senadores por las leg1slarnras provmetales fün..:ionaron como posibilidad v lím1re, sunulcineameme, de la parncular morrologia que adqumo y del modo en que tmerac:uD con los ouos ac::ores compromendos. Emre 1912 y 19·16, la VCR obrnvo los gobiernos de Sama Fe, Emre Rios v Ccirdoba v ve1m10cho banc:lS en la Cunara de Dipura
.:; l

HISTORIA DEL Rr\D[C-\LISMO d i':CS v nuevameme Yngoven desde i92S hasra 1930) smo que sumó lamavon:i Je :as gobernaciOnes provinciales e: mcrenenro su peso en ambas carnaras. Ei parc:ido se forcalec:ó en el gobierno puesw que fonciono como canal Je sc'.ecc:on v promoción de candidaws :1 ~unc;onanos, creciendo amparado por e! ;n;rne:o de los ~ecursos púbiicos. Esw no imoiicó su Dlena msccucona!izac;un. La conscrucc;ón Je una vasra red c1menr~da en le,alrades personales, procso yue se hab1a 1111cado de manera visibie hacia pnnc1pios de siglo, se consoiido aunque paraielamenre proliferaron las facciones exacerbadas por las Jificulcades del reparto de candidaruras y cargos. Se mulnplic:uon los grupos que se comoacian enrre si y que adopraban, por lo general, un color como discrnr1vo y respondían a nombres propios (el de un senador, un dipurado o algun miemoro del gab111erc:l. Cada facción le reservaba al adversario d lugar JeJ "régimen·· v' le ~ndilgaba la ''craicíón a la causa·'. Todos los VºTUDOS reivin...... '"" Jicaban la posesión de la verdadera te y la aurenricidad de su radicalismo. El resulcado fue una organización cuva soldadura deoendía de la neo-ociacíón V conscame y cuya cúpula, poco cohes10nada, renía escasisimo peso para dinmir ~os confllcws meemos, que para resolverse dependían, en úlnma insrancia, no de !;:;.s aurondades direcnvas del pamdo smo de su líder. Por oua parre, las censiones que lo au:ivesaban desde su consncuc1ón se recrearon alimenradas por la neces1dad de consuuir una agenda de gobierno, romar decisiones, opr:ir emre un rumbo u orro. La demanda por sancionar un programa, despersonalizar e! poder v separar al pamdo del gobierno romó cuerpo y Justificó la division, que se formalizó en 1924 enrre personalisras y annpersonaliscas, lo cual no implicó la desaparición de la lógica facciosa, ames bien ésra se incorporó a cad:i una de las agrupaciones radicales. El Comité Nac10nal, órgano ejecunvo del parndo compuesro por sesenra miembros -cuatro por cada uno de los disrnros. elecrorales-, de enrre los cuales se degía la mesa direcnva, de acuerdo con los esraruros, debia renovarse anualmeme. Después de la renuncia de Pedro C. Malina, José Camilo Crorro rtle su presidenre. En 1917 renunció para asumir la gobernación de Buenos i-\ires v Rogelio Arava, el vicepres1deme 1º, lo reemplazó hasra su renuncia en l 920. Francisco Beiró, que había sido vicepresideme 2º de Crorro y 1º de Arava, asumió enronces la dirección del pamdo hasta 1922. En ese momemo, la necesidad de deg1r candidaros para las elecciones de renovación presidencial prudu¡o la renovacion de aurondades. David Luna encabezo la mesa direcnva; Eufras10 Loza v Eudom V:irgas Gómez ocuparon la vicepresidencia; Sannago Cnrvalan v Jac1nro Fernández, las secrerarías v Carlos IvL Caraiá, la resorena. Un año despues la mesa esuba Jesmregrada. Loza se desempeñó como mmis1

....,

J.

1.-

vrnc1NrA

PERSELLO

53

ero de Agnculrura en la :.ilnma erap-a del gobierno de Yngoven; Vargas Gomez fue designado mmistro de Obras Públicas ae A.lvear y Jacimo Fernández, Jete de oolicia. Los gruoos disidemes enconrr:iban argumenros para res1snr resoluc;o;1es del cuerpo direcnvo en la no su¡ec1ón :i las reglas pamadas por la carra org:irnca v apelaban a la acd"aiía oor caducidad del mandara de sus miembros. Después Je la div1sion del pamdo, Pablo Toreilo presidió la UCR vrigovemsra lrnsca 1930 v una ¡unta reorganizadora se hizo cargo de la dire:::c1ón del anrípersonalismo hasta que, en 1926, fue elecro el santafesmo Rodolfo Lehmann. Las disidencias en el imenor de la UCR, por ocra parre, se rradu¡eron en las elecciones, a las que rara vez se arribaba con lisras unificadas, y en el Parlamenco, donde no siempre los legisladores radicales vmaban disciplinadameme, v esro fue así ranro a mvel nacional como en las siruaciones provinciales, don.de eran recurrentes los conflicros de poderes cuyo corolario era, la inrervención federal, aunque esw no, implico, smo en escas1s1mos casos, un retroceso del voro radical .

Presidencialistas y disiden res Cuando la UCR llegó al gobierno, en la perspecriva de algunos dingenres radicales, comcidemes en esro con la opos1cion, convergian dos aspecros de un mismo problema asociados al liderazgo yngoyemsra: el personalismo y la ausencia de programa. Un artículo aparecido en el diano Lcz Nacion un mes antes de las elecciones presidenciales afirmaba que s1 bien nadie discuría en voz aira la preemmencia de Yngoyen muchos lo resísrian secreramenre diseñando así dos rendencias opuesras, una roia v arra azul, una- popular y orra conservadora. El arriculisrn conduia que la función de gobierno irremediablememe provocaria la escision 1 • A fines de 1918, en un acto civico reunido con el ob1ero de engir un monumemo a Leandro Alem, el presidente del Comiré Nacional, Rogelio- ,'\raya, pronunció un exrenso discurso en el que enfatJzci que los males que había sufndo y sufria el país venían del olvido de las reglas. De ese olvido -dijonacen los enriquecidos con los dineros públicos, los tgnoranres que ocupan los puestos que la Const1rució11 reserva a los más capaces, los incondicionales que en vez de servir los deberes de su puesro strven los capnchos de los amos que su servilismo crea,. los. uranos que se alzan conrra ia Consmución y las leyes, los caudillos personalisras,

H!STORP. DEL R.•.O!CAL!SMO

que en vez de segutr al parndo siguen J. sus hombres y b mue:-ce de los parndos por d olvido de su programa. Y pasó luego a refenrse 1 "'.Vem a quien le acriDuvo haber prociG.macio que ~i pan:ido Jebia :;cr tndependieme del gobierno ..v[iencras .--\r:i.v;:;. ;ronunetaba su discursu un gruoo Je personas peLila su :-enunc..::a v lclam:;.bJ. J."'{ ~tgoyen 2 . Cnos mese.<; después, en un acro conmé:nor1r1vo de ta re·10lucon del 4 ele reorero de l S105, .--\r:iva volvió a tnsism en '-!Lle la J.CClOrl de la L'CR estJ.Oa par:dizada pl?r l~l m
No pn.:cemiemos que d PoJer Ejeeuc:vo ,;ubor
VIP.GINL"\. P::RSEL!..O

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Se demandaba !a se?araCJÓn enGe par:1do v gobierno y la daborac1ón de cm orog:ama. La ::numeracwn de monvos suscema
ba

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HISTORIA DEL RAD!CALISMO

no freme a la guerra. El provecto Je dedaracion aconsejando la suspensión de relacones -:un ,-\Jemania fue aprobado por cmcuema y eres vocos, encre los cuales ticho eran radicales, en abierta concradiccion con la pos cura de Y ngoyen. Se rracaba
VIRGINIA PERSELLO

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denc1al... No hay ral. Somos, en pnmer térmmo, enemigos de rnd<J personalismo. Consideramos que la acción de la UCR debe oraarnzarse de acuerdo con lo que esi:ablece su can:a org:irnca y proºcurando dar al país una verdadera democracia. Siempre que la -conducta presidencial esré encuadrada denuo de esos propós1ros, nabremos de apovarla, la combamemos cuando salga de ella'. El mayor malesear en la bancada radical era generado por dos cuesnones que hacían a los fueros y prerroganvas del Parlamemo: la acncud de los m1111srros freme a las mcerpelaciones y las inrervenciones federales por decrero. Durante la onmera presidencia de Yrwoyen se presemaron cremca y cmco- pedidos de ' o ' concurrencia de los mimsuos al recrnco parlamenrano, de los cuales se. vocaron afirmanvameme ve1minueve, lo que implica que los legisladores radicales los acepraban, pero sólo se realizaron crece. De las mrervenc1ones enviadas a las provmc1as en el mismo período, qumce fueron por decrcw. Los grupos que apoyaban al presideme, y él mismo, consideraban que la mmoría mrroducia pedic..ios de inrerpelación no para recabar los rnformes necesar10s para la carea legislanva smo como un modo abusivo de ejercer su rol oposnor. t\si, cada mcerpelación se transformaba en un voco de censura, inadmisible en el marco del sistema presidencialista. Acerca de las inrervenctones, consideraban . . provmoa ' les ampaque eran necesanas y jusras para " reparar"l as siruacrones rándose en la supremacía de la volunrad general y en la frase acuñada por Yngoyen de que las aurnnomias eran de los pueblos y no de los gobiernos. Los disidemes demandaban más legislaDVO y menos e¡ecunvo. A pnnc1p10.s de 1922, la dispura por las candidacuras para la furura renovación presidencial reunió a muchos de los descomemos en una nueva agrupación, la UCR Pnncipisca, que ¡usrificó su orgarnzación en la necesidad de propiciar la libre deliberación en la Convención 1mprdiendo la selecc10n en las esferas oficiales. Carlos Melo, Miguel Laurencena, Pedro Larlús, Darnel Fernández, Marctal Quiroga, Joaquin Castellanos, Benjamín Villafañe, Angel Acuña, Pedro Caracoche, Manuel J. Guerrero y Rodolfo Arnedo firmaron un manifiesro que resumía sus crincas al gobierno y a la marcha del parndo. Al pnmero, en función de la ausencia de programa, lo calificaban de personal y arbmano. En cuan ro al parndo, debía separarse del gobierno para impedir la in¡erenc1a de los agemes del presideme en la selección de aurnndades y candidaros mcorporando el voro direcw por afiliado. El1' agosco de 192 l el Comité Nacional había convocado a elecciones de deleaados oara consmuir las aurnndades parndanas. Esraba en ¡uego la como

'

H!STORL-\ DEL R.ADlCAUSivlO posi¡_;1on J.c

la Convenc;on

uue -:~eg~na ~:i for;-nuía presicie:i.c1aL L;is Uis1den-

~:J.s incernJ..s y la cxrren1a. c3.c.:1onc.út::1c~on que y:i- tmoeraOa c::n lo~ radicalismos

provinciales cle::ermmaron que sólo cr! cuarro disrnrns -Cao1r:li F::de:-:1L Buenos :\ires, CürJoba '·' Cor;:1ences- .ie arribar;;. al envío de un~ úrnca reore..;encación. i'vl.:ndoza v Sak1 :nand:iru r. eres v ei cesrn de ia.> prov;nc1:is cios. La mes;;. Jiren1va del L~·Jl11i[e ... .,~¡"e ~i1'"" !" "'~,,.r·m··" ,_._ . ._ -":·:c·'orJ·1i "'!....,. ~~ u«er~"~tnlJ ...... ~..1.1.l u '--~ ct.v ~r" 1a. .!~;::. . . ll~ a. ,_._¡.(.U_

1

1..,

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v ;moque se cernía un desdobiamienc.::i. la escision no se produ¡o. _,. _ e , ' . L uanuo '1naimenre ,;;. ·-Dr.'1enc:or.. se reun10 v proc:::uno, fJracnc::unence :itn distdenuas, ia formula .1Jve:J.r-Cnnzilez, la. c:irens:i opos1cora semenu6 en (~

i

coJos lo~ conos que habta:s1Jo ..:oovoc:it.ia sü~o para He:-iar ~na rÜriliuia. La rm-

posicón Je "las :liras esrer:is Grlc:aJes" podía percii:Jlrse en la dUSe!lClJ. de·deDJ.CC::S, Je discrcpanc1;is v en d '.iecno Ge no haber necestrado cr,is de una vo[ac:tin pilla deg1r i Jos :andicarns q•.ie nunc:1 hubieran poJicio ururse smo como producrn Je una uansic::ón e:1cre r:enUS pe::~]ies de caudillo con una ac::::ón Ge consunce proseli[lsmo Jesarroliaua a: r:;-avó de muchos años en su prov1nc:a,. y rnj_s Je un;i vc.:.2 h:J. de1ado i:z;l.)Luc1r ;:::-: sus deciaracioQcs pt.iblicas el voluncano .)omec11n1enco J¡,;: 3U .:;sptrt[U J. ~a :nsplrac:on uniia[erJ.i y obcec:ic::i.. de su )eL ,· re , , a rorm.u1a no ~ra nomogr~:lc:::.i -conciu1a-, era n.ecesano esperar _?ara saber Si seria soiidana. .•

n¡1

1

1

,

Cuando r!nalmeme :;e realizaron las dec::10nes de renovaClón. presiciencial, la L'CR Pnnciptsra concurno cun una r(;rmuia propia, L. san¡uanrnos, vens~as mcununos v lenurnscas meriJocnus. obceniendo d 6,.69 por c1enrn Je los sufragios (54.849); sm emb:J.rg:o, sOio los sets decwressan¡uanrnos la soscuvienrn en el colegio decrnral. El b1r:orrHo ,.lJvear-Gonzilez obcuvo cresctenrns creima y cmco de !os cresc:encos s;;:::e'.1c:1 v se:s elecrnres.

El amipersonalismo La lkgaJa de ,.lJve:J.r a la presidenc:i agudizo las líneas de Fracrura en el pamdo. En la medida en que los arrnvngovernscas supusteron que comab:J.n con el aval di.:! nuevo mand:icano se moscraron dispuesrns a provocar la divtsl\)n. l:na Je ias pnmcr:J.s rnaniresc:ic:ones públicas del conflicrn se ongmó al mi...:iarse las sesiones del ::Íenido '~ª !. 9:2.J. LJs senadores radicales c:ran~qumce, Je los cuales nueve eran ant1presidenuaíisi:as. El reglamenco del cue:po de1abaen

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manos de su preside::l[e, ElpiJio Gonziiez. a su vez v1cepres1deme de la Re¡:iública, la faculrad de consnrn1r las com1s10nes 1mernas. Lo corrieme. en fünc:on de las caraci:erisncas del craba10 parlamen[ano, era que en cada comis10n esruv1esen represencadas ::odas las agrupac10nes políncas que habian obceni
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HISTORIA DEL R,-\DICALISMO

rnrdobés separado del pamcio en 191 O, envió un arriculo a la Revista tie Derecho, Hisi:oruz )' Ler:ms en d que analizaba con¡umamence d manifiesw de los senadores v la cana de Becu, en esre caso cambien para explicar su propia acmud. Aplaudía al primero por su conccnido haciendo recaer en ei presideme ,-\lvear, ··que reacciona comra los mérodos v siscemas de la v1e¡a escuel~ yngoyenisra", la posibilidad de que bava sido emmdo v crmcaba a Becu por soscener que babia sido d pnmero que reaccionó concra Yngoven. Pedro C. Molina, su hermano -J.ice-, habia rrnunuae '..:ons[]cuyo. más que nunca anees, en una 1rena Je debare enrre un secror v umi del radicalismo cuvo enfrencam1enw era canco· más enconado en la me-diJa en que se dispucaban el monopolio de la hiscona, la cradictón y la 1dennJ::iJ Jel pamdo y apelaban a las mismas bases. El cérmmo "comubernío" se Kuüo p::ira defirnr d voco annpersonalisca asouado a los secrores conservadores. En la perspecnva de los legisladores yngoyernscas, la "cra1c1ón" de Alvear 1uscificaba los procedimienros obsrrucc10rnscas cales como remarse del recrnro o dircctamence no concurrir a formar quorum. Mencionamos ames que la clave de lectura predominance en corno al pamdo radical era que albergaba en su seno dos alas, una conservadora v una

VIRGINIA PERSELLO

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popular; una liberal y oua plebisc1cana. La esc1swn de 1924 no cradu¡o esca discmc1ón rn en el piano orgamzac1vo m en el 1dencnano-. Diversos mov1miencos provinciales, ya cons[]m1dos como cales, se encolumnaron en. el ancipersonalismo: los lenc1mscas mendocinos, los bloqu1sras de San Juan, los seg1,11dores de Ocrav1ano 'vera. en Tucuman, los de Joaquin Cascellanos en Salta, los de Benpmm Yillafañe en Ju1uy, los cepedistas santafesinos, los pnncipiscas y los ·'verdaderos" nopnos. Lo que los unificaba era el an[]vngoyemsmo. ¿Podna afirmarse que rodas ellos parnc1paban idenmanamence de una cradicion mas represemanva que parnc1pa[]va: más liberal v menos piebiscnana, cuya craducción en las provmcias en las que cuvieron u obcendrian el poder implicaba la preponderancía del gobierno de la lev por sobre el gobierno de los bombres? ¿O afirmar que orgamzanvamence, en el ámbirn- local, descansaban en el res peco a los escacuws y la 1mpersonalizaCJÓn del poder, cal como las hiswnas del radicalismo· incemarian señalar y ral como los oradores proclamaban desde las uibunas para oponerse al "escila" yngoyemsca? De hecho se craca de agrupacwnes provinciales hecerogéneas y dificilmenre· subsumibles ::n el denom!l1ador comun de lo que habicualmence se asoció al· anripersonalismo. Quienes convergieron en d lo hicieron por diferences ffiO[]Vaciones, sus dispucas con el personalismo en la may0ria de los casos no pueden ser explicadas a parnr de las cradic1ones de pensam1enco en las que se mscriben n1 por el modelo de orden social q1.1e defienden. El denominador comun era el annyngovemsmo pero el comemdo que le asignaban era diferente. A nivel nacional, s1 los conservadores escaban dispuesrns a acompañar al imipersonalismo con su vow para combacír a la "barbane" yrigoyerusta, cuando se cracaba de evaluar algunas s1rnac1ones provinciales los alineam1enms no eran can claros. Los gob1ernos lenc!l1Ísca y bloquisca, pero cambien el de Vera en Tucuman y el pnncipismo no¡ano, eran para ellos dificilmence ubicables del lado de la ·'c1vilizac1ón". Y aun para el mismo annpersonalismo represencaban un problema. A la hora de asumir su defensa los argumencos eran poco cons1sremes. En ocrnbre de 1924 fue incerverndo el gobierno lenc!l1ista de Mendoza y en ¡ulio de 1925, el bloquisca san¡uamno, con el voco con1umo de vrigoyeniscas y conservadores. Las elecciones volvieron a favorecer a ambas agrupaciones provinciales. Cuando el enwnces mm1srro del lncenor, José Tamborim, cuvo que defender en la Cámara los procederes de la 1mervención que posibiliraron el munfo bloqu1sta en San Juan, adu¡o que se había producido con el voro del 60 por c1enco del elecmrado a pesar de la abscención de la opos1c1ón, v: que no se podía ·'ser de-

tbTORlA DEL RADfC-\LlSMO

Ciabla L!Ue respec::.r la J.ur:onumi:i ~ederal y ''de¡ar v1v1r un ~St3.tio ~1 .')U mJ.ner::t..,, :J.nii..:o c1m1nn para ''J.seg J.rar la curación defin1r:1va ue ¡a :.:!lre:-medad u~Ll.C .sufre~'\), En CJ~rrto a Tuc:irr1in, et gobierno de \/era mocrat:J.s

J.

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ruc: 1me:"1en1uo .:n 19'.::3. LJs dipurados nac1ooa.ies, ahora armpersonalisrns, que h;ibian aDovado su eiec::1ón, Anrnmo Toledó v Miguel Arioz, foe::on quienes lo :::n¡u1c11ron c:n ::;l Parlarnc:nco. El personalisc:i cucumano ]ose L~1s .-\raoz y Leon1das 1..\nasr::is1 a.sumieron su cier"'cnsa .:on ;::! argumenro de que ci ·\.:ranen'' Je \/e:-a habi:i cocsisndo en promulgar la ¡ornada de ocho hor:i.s. ~i s~ar:o m.in1mo y lc:"'1-es Impos1cvas que gravaoan a los indusrr-¡ales

ViRGll'iIA PERSELLO

c:Lrnarca (.-\.guscin Madueño), Sama fr (füc:lfdo A.idao-Juan C.:peda) y Emre Rios. (Eduardo Laurencena) cambien se encoiumnaron con el annpersonalismo. Finalmeme; Jose Tambonm propiciará sm ~xrrn ia unificación de las filas radicales. El ml.!llfu de Yrigoyen en [as elecc10nes provoco gradualmem:ela reversión de las srm:lcÍones prov111c1a.les. Hacia 1929, los gobernadores de nueve de bs carnrce provincias respondían al Dres1deme; San Juan, ,\;(endoz;¡_ y Cornemes esraban imervemdas; el gobierno de San Luis era liberal y scifo el de Enrre Ríos se encolumn:lba en el amrpersonalismo.

azuc.ir-::ros · 0 ,

Cuar:.do se cracaba de caracrer;z;¡_r a los gobiernos provmciales anr1personalisc:is, ios v-r~goyen1sra.s urilizaban los mismos argumer:tos a los que habían

La fragmentación iocal

ape'.;ido los ::'rirr,eros para orovocar la división del pan:¡do: violencia, mrnleranc:a y sec;:.ir;smo. Ei gobierno de Cepeda fue ciidado d:e irresponsable, elecrnr v fr:mdu1enw, consrw.iido por nombres del reg1men, que eran "paris1ros palmeos srn .~orwic::iones v sm ideales", "rad[cales nue'ros", v se lo acusara de u.sJ.r ''hord:is 0rlc1aies Jcs~:i.ff.~na
En 1919, e'.1 uno de los ranrns acalorados debaces que se realiz;¡_ban en. la Cimara de Dipucados, d leg1slacior conservador mendocmo J.C. Raffo de ia Re:ca, plame:lba que el radicalismo' nt) era un pamdo;. acribuia su a.firmac1ón al predominio de la fragmencac1ón v se pregumaba donde escaba la "c;¡_usa": ¿"Con los rG)OS, con los azules, con· los amarillos. con mdos los colores del iris?" 12 • La lleg;¡_d;¡_ al gobierno en l 916 produ¡o cempranarneme ;:n el pamdo realineam1enms meemos dificilmeme subsumibles a. la presencia de gr:indes cendenc:as. Una pnmern fueme cie confücros se ongrnó enrre los "v1e¡os" v los "nuevos". Los primeros reivmdicaban haber csrado en d Parque en 1890, d osrracrsmo y los sacrificios y sosrenían que los neoradicales, cama los que h:1b1an vuelco al parrido como los que se habiaff mcorpor;¡_do provememes· de o eras ;¡_grupaciones, lo habían hecho por el mero afan de obrener benefic10s, a pamr del levancam1enco de la abscención. Lo cierw es que muchos radicales "rec1e'.1ces" ocuparon alcas pos1c10nes de gobierno. Encre elllos escaban. Clllos J. Rodríguez, el dirígence cordobes que tUe dipucado, senador y mimsuo de Agnculrura en el pnmer gobierno de Yngoven, provememe del Pllncio Democrac:l Soctal de Río Cuarto que se incorporó al radicalismo en 1915, Y. el gobernador de Sama Fe elecw en 1912, Manuel Menchaca. Lo mismo. ocuma con Eufrast0 Loza y Juan Carlos Borda, el binom10 que ocupó la goberriación de Cordoba en 1916: habían milicado en la Unión Nacional; con Juan Baunsca Bascary, pnmer gobernador radie;¡_[
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c cuc1oncs.

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Ence l ~·=:::: l 9 23, lapso en que ..IJve:lf ocupo el gobierno, se sucedieron eres m:r;ismJs de'. lnce~10r: ]ose 0iicol3.S Mallenzo (has;:;¡_ 19231, Viceme C. Galio \l1;is;:::;. t ·::r::.5' v Jos¿ T JJTibor:m. El ale1am1enrn Jel· ¡:mmero se produ¡o por ~m conrllcco c:on ei mcervemor federal de: Tucumin; el del segundo, por la negaCJ'i:l de _--lJve;¡_r a apoyar la mcc:rvenc1ón J. Buc:nos )ures, basción yngoyemsC:l. Lna de las demandas ue la oposición durame el. mandarn de Yngoyen habia s1Ju modir!c:ir la poiínc:i de mcervenciones. ".IJvear pareetó disunc1arse de .su ancecc:sor -:u.ando ¡unco con ivlam:nzo presenco un proyecw de reforma consncucon;il en ei que proponia b eleccion direcc:l de los senadores, susu:lvcmiob Je: [;¡_s leg.tsbcuras provinciales par;¡_ eliminar, de ese modo, la fuence de cunflicrns que esuba en la base Je la imervencion federal. El provecro nunca se discunó. La saiida de Macienzo del mtn1sreno y su reemplazo por Gallo marc;¡_ron un cambio en esce senndo. El objenvo del nuevo m1mscro era desmoncar la ·'máquma" vngoyernsra y revemr el signo de los gobiernos provmcialc:s, v para dio ucilizo· el recurso de la imervenc1on. Juiuy, mrervemda en 1923, y Sannago Jei Es;:ero y La Rio¡a, en 192'-i:, eligieron gobernadores anupersonalisr:ls con d apoyo de los p;irndos conservadores locales: Ben¡amín Villafañe, Dommgo ,'vlédina y :\.dolfo L:lnÚs, respecr1vameme. Los gobernadores de Ca-

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HISTORIA DEL RADICALISMO

las primeras disidencias en .San Juan que concluyeron con la conformación, en [') i 8. del bloqu1smo, liderado por los hermanos Camoni, disconformes con la mregrac1ón Jd Parr1Jo Popular que aporró los pnmeros cuadros provmc1alcs de gobierno. En ia base Je la fragmemarnin esraba ramb1en la selección de candidaruras, msranc;;i que la lev decwral no regulaba y que generó imermmables pleims v Jiv1s1ones de caracrer local J;indo ongen a una multiplicidad de facciones que se combarian emre ;1. Los pnmeros gobiernos radicales provmciales r'ueron producro de un p;irndo que se prescmó unido en las elecoones pero a pamr de .i.llí imperó la div1s1on. En v1speras elecwrales, ya se crarara de comicios naoonales o provmc1;iles ven el caso de rrararse de esros úlnmos, para renov:ir d Eit.::cm1vo o la Legislarura, los organismos directivos del partido a nivel nacional rnremaban reurnr a los desafecros decrerando reorgamzaciones que, en general, fracasaban. En ias elecciones legislanvas nacionales realizadas en 1916 en codas las prov111uas, menos en Sama Fe donde la UCR era gobierno desde 1912, el r:i.dicalismo se presernó con lisras úmcas. A parnr de 1918 se dispersó en dos o m~is, llegando en Tucuman en 1924 a fragmemarse en seis iisras. La dispersión Je! voro. sm embargo, no inc1dio mayormeme en íos resulrados. No sólo el radic:ilismo logr:i.ba imponerse smo qut: en algunos casos el desdoblamienro le perm1ría obrener represemarnin por la mayoría y la mmoria (Samiago del Esrcro en ! 920, 1926, 1923 v 1930; Sanca Fe en 1913, l 926 y 1928 y Emre Rios en l 'l26, 1928 y 1930). Esro c::xplicaria. en parre, que uRme no hubiera operado como un 1mperanvo. Por orro lado, la unidad no le garannzó ,1empre re.mirados posrnvos, como pudo comprobarse en Capiral Federal en l lJ24 v en l lJ3(); o en Sal ra, Comernes y Córdoba donde· las agrupaciones npos1 wras eran rut:rres. Las divisiones pam:iron una dinamica de enfremam1encos, no sólo en la erapa Je sekcción de candidaruras smo en la campaña elecroraL el momemo de la em1s1on del voro y el posrenor ¡uzgamiemo de los rirulos de los legisladores decros. Fue basrame usual que algún grupo del pamdo se absruviera en elecciones comroladas por gobiernos ramb1en radicales pero de disrmrn ''colorº' aduciendo fo.ha de garanrias p:i.ra la em1S1Ón del vorn. Era recurremc, ademas, cncomrarsc en las crórncas de la epoca con denuncias de arropdlos, v1olenc1as y acruac1ón sesgada de la policía, pres1órr oficial, fraude v manipulac1ó11 del elecrorado con prebendas y cargos públicos, esgnm1das por radicales conua radicales. La proliferaciórr de lisras r:i.dicales, además, crasladaba el contlicro al Pariamenrn, sobre rodo cuando esraban en ¡uego defirnciones

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sobre las propias siruaciones provmciales que los legisladores urilizaban para venrilar ple1ros locales. Sólo para dar un e1emplo: en 1918, los dos diputados radicales mendocinos miliraban en facciones opuesras y uno de dlos se sumó a los conservadores para pedir la mrervención al. gobierno. de Lencinas. La multiplicación, de listas aumentaba en las elecciones para renovar las iecr1slaruras provinciales y, por oua oarre, aunque lograr:i.n arribar a una lisra V • umca esro no les gar:i.nnzaba m:i.nrenerse unidos. una vez en posesion del gobierno. Por ejemplo, en 1924, los radicales de Tucumán coincidierorr en. cor.no a la c:i.ndidarur:i. a la gobernación de Miguel Campero. Aparememente, cal como comenraba la prensa; unificaron las iglesias pero no pasó lo mismo con la· fe, porque en 1926,.cu:i.ndo se realizaron las elecciones para renovar parc1almenre la Legislarura, los liberales munfaron sobre los radicales fragmencados en ocho lisras (ofic1alisras, rojos, unificados, maradomsras, concentración radical, obreros radicales, radicales obreros.e yngoyenmas). S:i.nciago· del Escero rambíen consmuye un ejemplo para ilustrar la lógica facciosa que imperaba en. el parndo. que,. por otra parre, no se aremperó a pamr de la escisión de 1924 smo que se reprodujo en cada uno de los radicalismos. En 1925, en decciones comroladas por la inrervenc1ón, munfo d annpersonalisca Domingo Medina. Su oponenre era otro annpersonalisra, Gallardo. Un año despues en la, Legíslarura coexisri:i.n cinco negros, dos reorgamz:i.cionisras,. c<.J.acro gomisras, cuatro personalisras, cuarro bl:i.ncos, dos independientes y dos mdefirndos; codos eran radicales. En 1928, en Ju¡uy, compmeron por la gobernac1ón dos lisras radicales, una encabezada por Luis Cuñado y ocra por Miguel Tanco, ambos yrigoyemsras. Caramarca fue mrervenida en el mismo aiío a parrir de los conflicros emre el gobernador, Luis Ghirardi, v el ví.cegpbernador, A:lberro Figueroa. Los personalistas esrnban divididos entre ghirardisras v figueroístas. A la dispura por las c:i.ndidaruras le seguía, una vez .::n. posesión del gobierno, el enfrentamiemo por los cargos. públicos. Cuando Yngoven acceciio a la pres1denc1a no se registraron imporrames desalo¡os de personal en la admmisrración aunque los nuevos nombram1enros recayeron en los parridar1os del gobierno. En cambio en las provmcias era una prácnca recurrenre que los gobernadores desplazar:i.n personal. Y esro fue así no sólo cuando se producia el pasaje de un gobierno conservador a orro radical smo cuando ia sucesión se daba emre radicales de disnnro color. Independienremenre de la magnitud concreta del renómeno de los desplazamiemos, los-nombramienros dab:i.n lugar a conHicros que, superpuesros a ocros, fragmemaban aún más. al parrido. Volvamos a los e¡emplos. En· 1916, en Córdoba. a. pocos meses de asumlí el .t.

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Hi.s-:-oR!A DEL RADlC-\.LíSMO

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¡oc11T r ue ,lil: ,,e genc:r;irnn una sc:nc de conr1icws que cunc:!uveron con la Jiv1s¡o11 1.Jel pJrtH.ln~ Lus roios ··volvte:on :Ú li:ino.,, c~~tboraron una: lisc1 de -.:ar:;')~ -':m;-:: ..:! gobcrn;;.cor '.' c:xpu1,aro11 Óa¡o ~1 c~1rgo de ··cr~L1c1c)n J. b. :.::au~a·· Los leg1siaJore::i nac1ono.!es ljlle resf1llllJía:1 a csa fr~H.:c:r0Ju¡ern1:, sin rnJ.nces; b misma iisca de cargos. También el gobern~1liur üc L\ucnn:-i ,..\;r:.:.:s JosC (=J.miiu Crocco. eiec:o en l :J 17, renunció' J.Il[es .cusauo Je cr:i1Jur a ia causa. Enere l:is ob1eciones que :,e :e !1:;cia11. ilO ocupó un :ugar menor d haher removtdo al person:il nom~r~1\J{) ~!()r ~a 1nce~vcnc1ón ~ue lo rn.:ccdio. l.u c;:.:~rci es que en muas las provtnc1a:> es posible rasi:rear vanos núcleos t.~~:c :n.: a."un1ian :_O[TIO :·:.1dicales~ ceni·aJ1 5LLS propLos

penóJicos, presenc1ban:sus.

p1·11!11as iis;:as ::n las dcccrones: se combaDan enue ,,[con mucha mavor vtru¡ tcnc1J. r1or :o menos ver:J:il, que: 1a que ::mpíeaban para c:m las ocras agrupac:onc:s pulirn.:;is. ,--\,los ru¡o~ v azules se sum:irnn negros v biancos en SanGago .Je! t.o[ero; rnuí!SCJ.S i~-lanuc! Mora\' .-\rau¡u) :1 bl:rnqu1sras c--\ngel Blanco) en \_:urnenrcs: pnncm1scas \! "verdaJeros" en La RwJa; orgárncos y reacc1onanos ·-.:'.' C.1c:iniaru. l\1r ncr;i panc. en casi mdas bs provrnc1as, b alc~rnanc1a en el .,; 1 ib1crnu _,e Jio c:m:e ·'parces" uc:l mismo parndo. Ei e1emplo mis acabado de c;;:,i o la Drnv1 ncu Je Sama Fe, dnndc cm re i 912 v 19 30 se sucedieron cm'" ~uo<.:rnadorc' 1·ar:iicales v ninguno de dlos reconoca Filiación con d ame,·:ur. r·:n uccubre de ! 'J2j, un CLliwnal dc:i diano L1 Nac;on piameaba yUe si .tigwcn uuisic:ra ,~scrib1r una h1srnna de los disumos gobiernos radicales para ¡1r:.:->em:criu., b,11u dna iuz desfavorable:, n;ida seria can erlc:1z como recopilar los ¡u1uos qLte csJs ai.Ím1n1suac1ones le merecieron a los grupos Jisidences de su i

n11sn10

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pan:1do.

Uurancc: d ncrio
VmGINL"i. PERSELLO

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dos) al segundo gobierno yngoven1sea. Todas las provmGas foeron mcervernJas por lo menos una vez, caso, esre úlrimo Je Emre Ríos ( 1916), Buenos Aire: (1917), San Luis (1919) y ~ama Fe (1929). El ocro exuemo lo represencan .:ian Juan y Mendoza que: lo tueron en cmc:o oporrumdades. Las primeras once meervenc10nes enviadas elesaio1aron gobiernos conservadores, pero las resrances desplazaron a gobernadores o renovaron leg1slarnras radicales. Después de di erada la. lev Sáenz Peña, cuando, ~l radicalismo decidió levanear la ;ibsrención"demando al Poder Ejecunvo nacíon:il que codas las orov111c1as fue:an incervenidas para garannzar los comicios, peJido que só]~J se susranc1ó en Sama Fe en. 1912. Una vez en d poder, el presideme ¡usríficó su políeíca de inrervenciones apelando a la idea ele que la aumnomia era del puebl~ Y no dd g?biemo1-confusión, dirán los oposirores, enuc el pnneipio reoubllcano y éi redera!,- y al mandara que le fuera confendo para dar a los puebios ·'gobiernos verdaderos", es decir, iegicim::uneme cons;icui
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HISTORIA DEL RAO[CAL!SMO

ce", en la segunda, sosrerna al gobernador y "pone en la calle a la Leg1siarura que rraba¡a'' H El gobernador salteño era annpresidenc1alísra, ei JUjeño, Mareo• Cordova, vngovernsi:a. La acusación mas frecuente emre los partidos de k ooos1uon .er; ~ue la tntervención respondía ª'presiones de algunos, núcleos d~l pamdo en demmemo de orros v que el. presideme Yrrgoyen desalopba a: los me1ores para quedarse con los peores. Sin embargo, no siempre las e1ecc1ones·presidídas por la 1mervención derermmaron el munfo radical. En Cordoba, a la imervención decretada algobierno de Julio Boraa. que estaba completando e1 mandaw después de la renuncia de Loza, le siguieron ues gobernaciones demócracas (Rafael Núñez, Julio A. RlJCa v Ramón C1rcano). En San Luis, en 1919, el desplazam1emo del gobernador radical Carlos AJnc dio paso a ejecumros liberales (León Gmllet,~-\Jbe:·ro ,-\rancib1a Rodríguez v Laureano Landaburu) .. En Comemes, irrcervernda en 19 l 9, el radicalismo nunca foe gobierno: La fortaleza del pacto: liberal-aurnnom1sra v una lev elecrnral que esi:ablecí:i: la represemac1ón proporcional por coueme lo 1mp1dieron.

Partidos, elecciones y Parlamento El m()Jo eieg1do por los reformadores dd 12 para uansformar los vorns en bancas se su;renw en el J.rgumenro de que el sistema del terc10 fijo para la mmoria permmn;i la consolidacrón de pamdos grandes y cohesionados. El rerereme er::i el b1parndismo ingles. Pero el proceso que se abnó· a parnr de su sanción esruvo caracrenz::ido por la dispers1on. El pamdo gobernante estaba fragmemado, las fuerzas conservadoras provinciales no conformaron un parnd~ n::icional, el socialismo y el Parndo Oemocraca· Progresista (POP). reman un alcance casi esu1cramenre locai. L.1s agrupauones conservadoras provinciales actualizaban de ranco en camo la mrencwn de conh>rm::ir un parndo· naoonal que no llego a consumirse, aunque esrablec1eron alianzas en vísperas eíecrnrales y se umeron para vorar en el Parl::imenro. Emre 19 i 4 y l 916 fracaso d pnmer mrenco en ese sennJo v el P::irnJo DemócrJ.ta Prog~esista, que deb10 consnruírse en la grarr fuerza polínca para enfrc:mar J.l radicalismo en las primeras elecc10nes nacionales con ia lev Saenz Pei1a en vigencia, se. desmembro aun ames de conformarse v hacia. 1928 ya babia perdido su represemacion en el Parlamemo. A medi::idos de 192 l, ame la 111mmenc1a de las elecc10nes de renovación del Poder Ejecunvo, fue el Parndo Conservador bonaerense el que encabezó la

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íni'cianva que se tradujo, en sepriembre de ese año, en la consticuc1ón de la Concemración Nacional y, en novíembre, en la aprobación de su carta orgimca y la efeccíon del rucumano Ernesrn Padilla en la presidencia. La Concemrac1on adoptó la forma de una federac1on en donde las agrupaciones provmc::rales conservaban su propio gobierno y organizac1on y no llegó a elaborar un programa, limícandose a expresar que su ob1eüvo e~a salvar la democracia amenazada oor el vngovenismo. La comc1dencia escaba en la furmula: Norberro Piñeiro-Rafael Núnez. La democ;-aca progres1sra, invirada a sumarse, rechazo la oropuesra oues Lísandro de la Torre sostuvo invariablememe el arau:nenw d~ que º . . no p'odían oarnc1par de una coalición accrdemal, elecroralísca v careme de programa sm desvirmar la rdenndad panidaría. Nuevameme, las elecciones presidenciales de 1928 unificaron fuerzas dispuestas· a competir con el yng~yemsmo. Esra vez se consmuyó la Confr:derac1ón de las Derechas. El POP reitero su decisión: la fOrmula propia. La novedad residía en el nuevo realineam1enm de· fuerzas. El munfo de Alvear y fa escísicin del radicalismo habían abierto nuevas perspecnvas que modir!caron la trama de oposiciones v alianzas. En prmCipio el Parrido Socialisra, que al'iaual que el pamdo de De la Torre se seg:ioa a oactar; se dividió. En 1927, un ~rupo disideme que fundaba su J.lejam1;mo en' el cuesnonamiemo al' fuerce predomm10 de un circulo en el gobierno de la agrupacícin, formó el Pan:ido Socialista Independieme (PSI). El dernnante de la esci'síón fue el debace sobre el proyecro de mrervención a la provincia de Buen.os Aíres presemado por el P::inido Socíalisra (PS), fundado en la polínca provmcial en relaci'ón al juego Y' apoyado por los legisladores conservadores y annpersonalistas. Cuando d pnmero decidió retirarlo porque encendía que el gobierno bonaerense hab1a dado señales de revemr sus posicíOnes, el grupo dísideme se alejó. En el esquema de alianzas esto implicó que miemras el socialismo de la Casa del Pueblo permaneció fiel a su pnmmva mtrans1gencia, los mdependiemes desidieron sumarse a la concordancia esrablecida emre conservadores y amipersonalistas para votar una furmula comun que, no sm confiicrns, se cristalizo en los nombres de Leopoldo Melo y Viceme Gallo. Las d:os ramas del socialismo evaluaban de manera difereme el lugar que les correspondía ocupar. El PS consideraba que la alianza era heterogénea y díficilmeme podría cmncidir con sus fines. El PSI ponía por encima de cualquier oua consideración la evaluación de que Ynaoven era un dictador; oponerse ad era un deber oara codo reputo' ' blicano que mtemara impedir el auopello de las insmucíones. Por otra parre, no codos los conservadores aceptaron la alianza. Alberto Viñas, emonces legislador por la provincia de Buenos Aires, argumemaba que 1.

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HISTORJ,-1. DEL RADIC\USMO

... ·'perso¡ncDrporanuo.se J. lJ. Conreuer:ic1on ue !aS Odecnas e.~i pa· rn u~o ,oerdía · naiiJ::id" freme :ti J.nnpersonalismo, "conglomer:ido morg:í1rn:o, un desprendim1enm que 110 alc1nz;i J. :;er usmánco, que no de¡a hudla'' 1... En Cornemes, e¡ Pan:1Jo Liberal va esuba dividido v m1cmras un secrnr se J.bsmvo de con,,!'er;·.'llnes ,..i orro omruó sus voms a la formula Yrigoyen....··u·1·-·r a 1.-s t.. ... ...... :::i :vhrt!TKL, que r\naJmcnce se Cll11SagrÓ con d 8(),86 por CJem:O Je los sufragios uue ~e rradu¡eron en dosc1enws cuarenc1 y cmco decrores. L.a dinam 1ca lllle se esc:1biec!o enrre los parrn.ios implico veros recíprocos ' ' d' ,. ' \" r"ucn:cs :;:nfrC!l(:J.ffilCn[uS; Sl!1 embargo, d J.dvenÍIDJenCO dc:J f:l Jca.tiSIDO :ll <.::Dbterno los puso en d cemro de la escena. Predommab:i fa idea de que d goh1crno represcnr;.mvo no :::ra posible sm ellos. En m
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Desde su perspectiva, el radicalismo no era un pamJo: carecia de organicidad, pnnc1pios y programa, era un conglomer:1do de volum:ides u111Jo por un liderazgo personalisra que suscenraba [eorías amidemocránc:is -d aoosrnlado, el plebiscm, h imención de monopolizar la represemac1un del 0~cblo- de cuva :ipiicación en el gobierno resultaba el avasallamienrn de las ¡nsmuciones, la arbitrariedad, d Jesporísmo y el desquicio adminisuarivo. No se cra[aba del gobierno de la ley ni del gobierno de los capaces. La democracia orogresista se reivindicaba como un parndo programai::co y se definía como, lib~ral democritíco. Ser demócra[as era cre:::r en la cap:i.ciJaJ del pueblo para gobernarse a sí mismo y ser progresista era sosi:ener que el gobterno debía ser ejercido por hombres con ap[itud rérnica. De ese modo, se diferenciaba de los conservadores que no eran un parnJo v campoco eran demócr:icas, v de los radicales que smtetizaban el "desborde caócico· de las masas ame l:J.S primer:is concesiones de la libenad polfoca". El Parrido Soóalisra, al igual que el POP, hada de la organicidad v el procrrama una bandera que- le oermitía unificar al resrn del espectro pamdario baj~ la categori:i de exponen~e de la política cnolla, resabio
HISTORIA DEL RADICALJSMO

d mismo campo y concebirse como los únicos deposírarios de la verdadera fe. Todos coincidían -al menos públicamente- .:n la irreversibilidad del sufragio universal como pnncip10 de legicimida
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sidían comices yrigovemstas. Y denunciaba a un cura que desdoblaba "su sagrado mm1sre:-10" cumpliendo funciones de capacaz de esa reparriClón 15 Analizando el crecim1enco del aparaco escacai puede demostrarse que el número de comísanos y subcomisarios regionales pricticameme se duplico. En cuanto al. personal de Correos y Telégraíos, al que se le acribuye, ademas de fa propaganda elecroral v la pamcipación en manifesraciones polfücas, v10lar el secreto de la correspondencia, creció emre 19 l 4 y i 929 alrededor de un 40 por cienco (de qumce mil a vemcicmco mil empleados), lo cual puede explicarse por el aumento de la población que se incremencó.en ese fapso pracIJcamence en los mismos porcencajes y la msralacíón de nuevas oficinas en casi todo el pa1s. De todos modos, es llamariva la persistencia de las críncas concra esa reparncion. Jumo a la descnpción de los agemes eleccorales recorriendo los pueblos en vísperas decrnrales, las promesas de empleo, los nombramiemos en blanco, las suspensiones de capcuras, el disimulo de delicos, el encarcelam1emo de oposicores, los crasiados del ''elememo annrradical" a obra¡es de empresanos "amigos"' y a las obras del ferrocarril a Huayríq urna para ale¡arlos del lugar d·ande debían vocar eran algunas de las práccicas recurrencememe señaladas para dar cuenca de las innovaciones que el secrew y la obligacoriedad del sufragio hab1an imroducído para comprar vocos o impedirlos. Además, s1 nos acenemos a las cromcas regisrradas por la licerarura v la prensa, la violencia ejercida comra el adversano permeaba codas las conciencias e!eccorales. No falraba campoco la referencia permanente al fraude ejercido a pan:ir de padrones viciados, secuescro de libreras, vuelco de padrones v susIÍruCIÓn de urnas, Dl el recurso a la abscenc1ón por ''falca de garamias". Sin embargo, escas criucas y denuncias, en muchos casos difícilmente comprobables, no basraban para explicar el apóvo al radicalismo. La oposioón, enconces, recurria al argumenco de la incapacidad de un eleccorado mucho mas proclive a adherir al sennm1enco que a la razon. Era ínnegable que la UCR había logrado arraigarse en la sooedad y, a pesar de las disidencias internas, había un denommador comun que, defimdo en cermmos de causa o de religión cívica y no de programa político concrew y específico, idemificaba a sus miembros, les aporcaba una cosmovisión y generaba vínculos de lealcad en los vocanres Por ocra pari:e, a pesar de la persiscencia de caudillos, prácncas diencelares, influencias locales v ecuaciones que sólo pueden explicirse en marcos esuíccameme provinciales o ;egtonales, se uacaba de un panido nacional. En cuanco al Parla.memo, sin duda füe un espacio sumarnence contlicti.vo. La prensa v los mismos parndos acordaban en que era. inoperante pero di-

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Fcrí:rn <.:n las causas a l\ut.: acribu1an su esrc:riliJaJ legíslac1va. Por un laJo, el ra:l. la ODOSiCJÓ!1 Je rn.:nar la "gesrn reparaJora" apelanJo :J. JirertrH<.:S cácr:cas de obsrruu.:1ou: rer:r:irse del recimo de¡anJo a las cámaras sm quórum; abusar de los ¡:Jl:diJos uc vocación nommal v de los debaces oolíncos para en ¡u1c1ar al pan: ido gobcrnan ce v cransformar l;s 111ccrpelac1one's en vocos ~e censura cunera el pres1Jence. Por su parre, la oposición soscenia ljUe d cuntlicrn era 111snruc1onai put.:s el pres1
leg1cimidad en d e;ercicio Je un poder que consideraban que se había cor:iado despónco y arbmario. Las agresiones imercambiadas encre la barra v los leg1s!aJores dur:mre ios cuacro días que duraron l'as deliberaciones aporran elem~t'.nrns para comor~n­ der Ía conflicnva relación que se escableció emre d radicalismo .y la opos:c:ón. El movimienco se mic1ó cuando Sánchez SoronJo atlr:nó que el pres1deme de la República er;:i. un dicrador. A los murmullos, silbacnJ.S v manifosrac1onc:s •le desaprobación que: desde los palcos Je la izqu1erJa .ie Jir;gían hacia [a ban<.:J.da de la derecha les siguió d lanz;:i.mienco de huevos, monedas v papeles. En uno de escos úicimos, se leía: "¡Iníuriar a los presi
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HISTORIA DEL RADfC-\LISMO

La crínca de la oposicicin se mscribia en una doble dece¡:ic1cin: la democracia habia adop(ado formas pleb1scírarias, se habia enrromzado el número y formas plebeyas de accicin polírica y la adminisuac1cin, excesiva e inoperame, se subordinaba al poder polínco. Los remedios comra la personalizacicin del poder y la mcapacidad para el gobierno es(aban en la ley. La profesión de fe republicana se exacerbó y se marerializci en proyectos legíslanvos que cubrían un amplio arco: - reformas a la ley elecroral para imponer la represemacicin proporcional y eliminar las ms(anc1as de segundo grado para la elecc1cin de presidenre y vicepres1deme, gobernadores y senadores; - la reglamemac1ón de las práccícas de selección de candidarns a cargos represemaovos en d tmenor de los panidos; - la convocarona aummánca de las cámaras; de las imervenciones federales v, la amoliactón del de- la reo-lamemac1ón '=' recho del Parlamemo a mrerpelar a los mírnsrros para morigerar el presidencialismo; - como honzome futuro -dado que los niveles alcanzados por la cultura cívica eran msufic1emes-, el reemplazo del régimen pres1dencral por el parlamencano; - m1ciacívas para racionalizar la admmísuac1ón fundadas en el acceso por concurso, el escalafonamiemo y la esrabilidad para ev1(ar ei diemelismo y el elecwralismo ''despolinzando" el aparara es(atal. l

Ninguno de esros proyecws se sanc10nó, aun cuando durance el gobierno de Alvear fue el mismo Poder Ejecmivo el q!-J.e prop1c1ó algunos de ellos y los legisladores amtpersonaliscas unidos a la opos1cicin hubteran podido hacerlo. En pnnc1p10, el proyecm de reforma consmuc1onal presemado en 1923 por el mtnfüro del !menor José N. Maoenzo, que recogia algunas de las demandas rendiemes a ev1car el conflicrn políi:íco cales como el aconamienro del mandarn y la elecc1cin direcra de los senadores, nunca se discunci. Igual suerce corneron las 111ic1anvas para reglamencar el funcionamienw mrerno de los pamdos políncos presemadas por Jose Amuchástegui y José Tamborirn con el propóstco de paucar la selecc1on 1merna de aurondades v canJidarns y los provecrns para escablecer el tngreso por concurso a la adm1rnsLrac1cin pública. Ourance la úlnma pres1tknc1a de Yngoyen los legisladores que respondían al pres1dt.:nce comaban con mayoría v quórum propio y ·:::xacerbaron sus argurnenrn.s colocando a la voiumaJ popuLlr sobre el equiiibno de poderes -\:1

VIRGINIA PERSELLO

Poder Ejecutivo• frem:e al dilema de no gobernar para¡ mamener la armonía de las poderes o gobernar para mamener la armonía· con las aspiracio~es de su pueblo.( ... ) .debe apear por la úlnma solu~~~n" - v. '.eívt~d!cando las_.tacu1~ades del- Poder E1ecunvo freme al Leg1slanvo: )1 d Poder Ejecunvo. no c1ene ~_,_de­ recho·de comener íos imemos del Legislanvo, ésreserá un poderdespóricoº' 18 . Enrodo caso, gubernÍs(aS y opos1rnres se acusaban mumamence de impedir al Congreso legislar pero, inscrípws·e~ una misma lcig'.ca,. coincidían.en que el regimen oolínco no .necesitaba· ser rdormado; Los radic::ales no parec1an esrar de~asíad~ mi:eresados en que esrn ocurriera: a, pesar dd énfasis con. que ínsraban a la oposición a abandonar el: eniuíciamienro al Poder E.iecunvo. lerrtsiando sobre cuesnones.que reformularían las relaciones emre poderes· y hamás federal el smema. Los opos1rores rendían a comc1dir en que el problema estaba más en las prárncas y las costumbres que· erL fa Ley. Y,. finalmeme, legislar tampoco modificaría la situación porque Yrigoven se encargaría. de vetar,. v10lar o uansgredir las leyes.

1

;ían·

El gobierno La llegada del radicalismo al gobierno se produjo en1 la crinca covumura de la Príme~a Guerra Mundial y sus• consecuencias lo obligaron a enfrenrar el: dobfe desafio de dar respuesi:a a la: crisis económ1ca y al recrudecimíenro del conflicw social. La desaceleración del crec1m1enro; la caída. del producro imemo, del comerc10.exreríor y la. inversión provocaron: la caída del-salario, desocupación y reducción del consumo. Por su parte; el. Estado vio reducidos sus ingreso~ que dependían, mayorirar1ameme, de las remas de la Aduana.. Y si bien en 1917 comenzaron a manifestarse· sinwmas claros de recuperación. en. la economia fue esro mismo lo que abrió, un período de aguda conflicnvidad social que se prolongó hasra 1922. En l 917, los. conflicros es(allaron en. el secror cranspones. Los sin
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Vmc1NIA PERSELL\J HISTORIA DEL R.-\DICALISMO

furc.:srai v J. los peones Je las .;srancras paragomcas. T(iJos dlos fueron duramc.:me repnmrJos. Los rc.:presemames raJicJ.les en d Congreso Jenunc 1aban la presencia Je "ag1rndores profesionales" en d camoo oue aremaban comra la liben:aJ Je crJ.ba¡o Jd colono. Los socialisras argu~1c.:1;raban yue el gobic.:~no rema menores consideraciones con la hudga agrarra que con los confücros urbanos por Jos razones rundamemales: las clases dommanrc.:s argennnas esraban ar;iJas a la rn:rr::i y no ex1sria mrenc1on Je lesionar sus mrereses v la mavona de lus agnculmres eran exuanJeros, por consigu1eme, no vmaban. En l 9 l l.1, miemras la huelga agraria era repnm1Ja, el gobierno envió al l)ariamenrn micianvas que implicaban la modificacrón de las condiciones de los cumraro.~ de arrendamienrn, la creacíón Jc.: jumas arbtcralc.:s para dinmic lo~ cont1icws enm: cerr:.Hernemes v arrendararios, el fomenw Je las cooperanvas agncolas y de la colonización :1gricolo-;.!;anadera a cravés de la reforma de· los esrarnros Jd Banco Hipocecano ~Nacion~l para aumemar el crédiro rural. Sólo se sanuono b ú!rima. En l 92 l, después de una manifesrac;Ón de chacareros en Cipícal federal que llego a las puerr;is del Congreso, :;e aprobo una 1 l ,1rrenúamic.:nros, ' . ' l 1. l /O, que enmi en vigencia en l 922 sm la firma 1ev le la Je Y1·igoven. l.os empresanos, por su parce, cunb1en mrenraron rc.:acomod::r.rse a la covumura. Las rr::r.nsformaciones oper::r.das por la guc.:rra, l::r. ampliación del sufragHi Y l::r. novedad del arbma¡e esraral en los conflicros con los obreros los 1m¡misaron a forralecer sus organizaciones. En 1917 se creo la Confo
que ci ,;alaílO minimo, como ?olitica, supc~J.tx1 la J.cccnna J.cl rrabc1¡tJ-merc1nc:~ v orie!ltaba la cconomia ha~:a la mc;ora


~onJ.íciones de v!
una :n:is el'.unariva redislí'.buc1ón de la r;que=a. C,m d mismo é;ifasis ~1uesro 1 • •r ~.~ ¡ ' · - · -· ...,¡· • ,; 1 ~· __ I _ose ¡ · L\.Uúe?TO n . ~~~ ¡Ll.'.:iL.cia ulSL lout1va, oc~o rau1c:.u, .. ctevo l:l propucst:a h8.sra. l

-<Á

~ijl) ?Cso.s wcnsu~dt;s

c~1r3t1zo J.ose en.

y 6.40 pesos r..:i;:nos. El bloque

soc1aiisc1~ oor sü. oan:c,

L1 -.:J.r<.::sria y el desc~rrso Jel nivel de v1J.~ J.e los ri·o.ba1:.iJ~res, ao:·)Vail.urr~ cid Bulecin J.d Depar~ame:irn >íau,;n:J dd Tí:iba¡o (D¡\;;f'· uue

baJé:i i::n d COO.'">Uffiü Je pcoJut..:IOS ba.Si..CU.S Lo.s. .:lalJ.r10.s ~SLJ.D81 J. L1 z:iga de lu.s orectos, diio

üe!TIUStf:lri3.D una CCEJe!1C1
\p:in~ ~arne, azUcar v arroz.).

..:.11 ~:n ir'1•~ · ··aj···-· T}' .. ! ..... L:1t,u ....... u.O ,)oc. LSL:l L 1L.Z..'Tiann,

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~os. sal anos tncrern~ncaOan ci

s1eron a. L1

sanc1ón~

· • ._, , ._ . . , cenando pur nc.rr=i ia 1üea gcner:.ilrz::.tda ue

cosru de viaa. Los· ccH1.scrvaJ.~)re.s: no se oou-

sin embargo} Jcnunc:arori. !ti. comoe[t:nc1a t:ncn.: ._. l .

l~.11:..Lic~ic"l •

'' soGaiiscas por elevar d monrn del ~rnmc:;ito msmracio~ en afanes mer:imen, ,. '. ' te :21ec:orG..11sra.s. l.~egaban ia caresna y c:vaiu:::..Dan que la covuncura n1,U\'...:.::.tx1 i . 1.os,• 0 rcLtü:-i, 1LO . .•. ll.ül• pa.ucJ.nCt , 1 • '--'·· .... ~ ........ · a !" ~.a. o' "a 1•..1 uc: LLnJ. , re1~cton perve!"".sa Uo... a c~nú•'n•·•a c:ice prcc:os V salanos. El supuesw que cscaL'a !Jresence e:·a uue los aumenms l

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E.srJ.Jo~ la :-ic.::.:::l!s1da.J..Jc ur:a rer()rm:.l :n1Do.\1Ilva que ~erm1nera aumenGlf ios rcc~rso.s para. cubnr b.s, nueva.s ~=-ogs.~~on~.s y la n~c;;::s;Jad Je conÚHTnar

c:er1 Jei

comisiones rrnxras de parrones v obre~os que daooraran una ley org
Er~ d mcenur del pan::do radical, no cubrera dei, mismo modo, o ..:n coJo caso, previlec:a la ambigüedad.. A..lgLrnos, como e: l.lirigc:ncc samaresino R:c:irdo C1ballero. se manirestaban soliJarrsEas. y en es(e caso, solidansmo se c.cac.iuce como Joc:r:n:i Je ia armonía encre las dasc:s V reJcncion económas eI1 0::1 '11arco de los posrnbJos de la democrau
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HISTORIA DEL RADICALISMO

cibadores Jei puerro v se exrendieron dur:mce rndo el año sumando a casi mJos los gremios. La Jefa.cura manifestó su oposición a usar la fuerza par:i. repnmir a los obreros e:-i hudg:i. v se consncuyó en msr:i.ncia mediador:i.. L:i. Bolsa de Cimerc;o, l:i. Sociedad Rural v la Federacón de la Indusma v el Comercio se ding!cron al prcsideme Yngoyen para reclamar la finalizacón de un conr1icu que, segun plameaban, excedía a las aurondades locales v se babia extendido ai campo. Caballero soscuvo que las huelgas urbanas habían sido meJiadas c.:crn exirn v que el conflicro agrario no exisna, a pesar de lo cual el presideme envió a Sama Fe fuerzas milicares y empleados de la Odensa A.grícola prop1c1ando, según el ¡de político, el munfo de las clases pnvilegiadJ.s. A. parnr Je allí se produ¡o el disranciamienrn emre Y ngoyen y C;iballero. l)rros mandar:i.nos radicales, sm reonz;ir demasiado acerca de la cuemon, llev:iron adelame programas de reformas que mduian el esrablec1miemo del saJano mmtmo. Je la ¡ornada de ocho horas, seguros v regiamemación de las con
~xpreso:

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VIRGINL.\ PERSELLO

¡Democracia en las escuelas! ¿)1.caso los profesores saben lo que saben por el voco de los alumnos? ¿Acaso los profesores son nombrados como se eligen en los comirés o en las urnas los represemantes del pueblo? ¿Acaso los profesores no deben formarse paso a paso, re. cogiendo y acrecemando sus conoc1miemos y disciplinándose en el commuo e¡ercic10 de [a cáredra, que represema una de las rareas más pesadas y difíciles de codo ciudadano? 2

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El argumenco de la incapacidad de los radicales para e¡ercer el gobierno recomo también la prensa y el Parlamemo freme a las decisiones· que se romaron para solucionar el problema de la caresría de tos productos de pnmera necesidad que, por otra parre, no eran más que medidas de emergencia resultado de la ausencia de un plan global para enfremar b posguerra. La polínca azucarera es un ejemplo. Las leyes y los decrerns se fueron modificando a la par de la evolución de los precios. En 1918 se imporró azúcar libre de derechos y en 1919 se prohibió la expon:ac1ón. En tebrero de 1920 la ley 11.002 esrableCJÓ que hasra diciembre de 1925 d azúcar pagaria un derecho específico que sena reducido siempre que en las provmCias productoras se cre:iran nuevos impuestos. El Ejecunvo sosrnvo que la lev ''olvida rurelar al consumo Je posibles confabulaciones de la especulación cendiemes al encarecim1enro" y vero el articulo 4º por el cual se derogaba la ley 8877 de 1912, que resmngía ranto la imporrac1ón como la exporraCJÓn de azúcar en ranto comradecía la lev l 0.349, general de exporración. En mayo, con el mismo cnreno, defender los derechos del consumidor, Yrigoyen autonzó por decreto la exportación de cien mil mneladas de azúcar respondiendo a una presemac1ón de los producmres que consignaron en una nota la existencia de excedentes considerables sobre las necesidades del consumo 1merno considerando que, a pesar de "la exisrencia de una confabulación de imereses a: elevar con mamobras de especulación el valor del amcufo en per¡uicio del consumidor", ha podido contenerse la elevacion mmoderada de los precios. El decreto ex1gia a los exporradores el correspondiente permiso solicirado ame el Minmeno de Hacienda que, en el caso de elevarse el precio de vema tmerno, seria denegado y esrablecia, además, que cada exporrador depornana en garamía d 30 por cienco del producrn que el Estado, en caso de elevarse el precio, adqumria a un mimmo establecido y vendería a ba¡o cosrn. En agosro, un nuevo decrern clausuró la exporr:i.ción y emró a la Cámara de Oipurados un proyecto· de lev que auronzaba al Ejecunvo· a expropiar hasr;i dosCJemas mil rnneladas de azúcar para vender a preoo de cosro v una vez realizadJ. esta oper:iuón se perm1riria

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HLSTURI.A DEC. R.->..D!Cü.. 1.S:VIO

!a libre ;.:xporr:J.CHJll. Lo fund:in1enro en '"la 1u.st.::nc~a 1Je U.fltl. ~ev prev1sora ::alla:t. Je 1mpeJir ios acaparamicmos Je los t;·:isrs Je an:icuios vtc~Jes para :;i subsiscenc1a" areuanJo J las fucnres Je proJucciÓn V a las neces¡Jaues cie'. CGnSui110. Ln cercer ciecrero ~mrunzo al 1vlinisreno ele ·H:ic:e:1J.a a c:cec:;vizs.r b vema dd azúc:ir proc.edence elel .30 pur c1emu JeposHaJo pur los .:::mon:ado1·es LjllC si:: ~ealizó a cravés Je los gobiernos provmcw.les v mumc:oales, msL1é"J.c1ones cooperanvas v de candad, asociaciones Je emple:J.J.os ·,-obreros '' ii publico Jirecc1meme por mcermeJio Je ia policia 21 . La oposicton 110 coioco el eie ele la cri(lc1 c:n ías meJiuas conc-e:as smo en la msrrumem2c10n que, sosrení:111, h;icÜ el gobierno de c:!las '{ puso en cuesrnin ;l los mrnisffos, personiFicac1on Je la mcornpe:encia v, en esce caso, camb1én Je la dcshonesndaJ. Buena pane del períoc.io iegdaciV<J Je 19:2 i se dedico a procesar a Jos de d los, d de Hactenda, Oom111go Saiaüer:v. :/ d de Agnculwra. Alfredo Oemarchi, por acms Je corrupcion aJmm1scranva ·1 maivcrsaCion de ri.rnJus públicos. Al pnmero se lo acuso Je iJ.vor:c;s¡:-¡1J' en el •JCOrgam1c:rnJ Ji: lo~ permisos Je eXDOrraCJÓrl Je J.ZÚC:lf V J.e ODCeI:ei be:;ertC:OS para la Ca.sa ~al:iberty ,v Bcrcecchc con !os fruros en cranstcu~ J.i seg'...!.ndo,
La Camara Je Dipuc;iio !ub1eoduse curnplíelu con Jns Je los n:quis1CLJS esc;iblcudus por la nornur:va, oue el Po...ier Eíecucivo denegana los perrrnsos cuando e! prec1u en plaza exc:::Jiese un lím1ce elcrcrm1nado v qLic se prohihí;i cxpurrar azuc:u Lk '.a m:.e'1a cusecin, los <.:Xpurcadorcs Je azucar no s.: ,l[rev1eron '' ,uncsgarsc: ~1ensanJu que !e> :ieria Je-negado ei permiso I' ri.1e as1 cDmo p<::-sonas a¡en~,s ai neg<Jc:o azuc:ircro usLifrucmanm L1 s1rnacICin. ,-\Ltemi.-,, se pagaron tucr;:c;; illmas en conu.:pw lle

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VIRGINIA P::RSELLO

comis10nes a "corredores de ia mfluencia oflc1ai" 'f se aplic:u:on cn(enos disrinws se'.run quién fuese d solicirame. ·Miemr:is Marias Sanchez Sorondo, enfari"' el mmisi::ro había obrado con tlnes de . iucro ' .j" ' zaba aue person·al , e l u1purad.o socialis(a ..A.nrnrno de Tomaso aducía [gnoranc1a, mcwacdad v decroralismo por ~nc·~r~--~r ~: orpC'<) del articulo durame meses ,'f meses, para codos los J. ...... t ..... . consumidores Je la república, desenc:idenando la especulac1cin, a fin· Je darse d placer pamarcal de repan:rr en las comisarias Y mumc1ptos van:i.s candadas Je xiúcar a $4. l O que represemaban algo así ~orno d consumo Je roda la rcpúblícJ. durame 8 o l O días'' e:_ '-~J.

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.¡,.

~

Medidas seme¡ames a las que regían para el xiúc:1r se d:c:aron en relación al crigo. dado que "el país se halla en presencia de uno de los más complej~s problemas de lógic;i econcimica. La valonzación anhelada de su produccion crae ... . :) l ' ·orno np··,~s~-i~, el encarecimienrn de los consumos. , por o cuat 1...· 1 .11....... -. a.1 .a.. conse··uencia .. ...... era neces;ino ·'abaracar el pan sin abaracar el mgo". En esre caso·, el proyecw Je lev -:srablecia un tmpuesrn adicional a la expon:ación de mgo y sus denvados oara aolicarlo al abaratJ.mienco del pan. Hasta canto la lev se sancionara se p~ohib1~ ia exporcactcin. Ei rrigo expropiado por ei Estado fue emreg;ido a los. illolineros v se orocedió con la vem:i de paff a era ves de lüs comercws del ramo23_ ~uev~mec.,te rue el dipuraJo soc1alisra De TomJ.SO quten denunció en d Parlamenw que se nabtan perdido alrededor Je diez mil rnndadas de hanna onr mer1c1enc:a oficial. En rodos los casos; las mvesngaciones par!amenranas'· y d eco que de ellas htzo la prensa se encammaron a procesar a un gobierno que había hecho de la moralidad admm1srr;inva una de sus poca: banderas y a forralecer d Jiagnóscico de la incapacidad manifiesra de los radicales para ~

la gesríón pública. . . . .. , En ese sem1do, las expecracivas que rodearon los m1cios del gobterno lle ,..\_;vear foeron ocr:is. El nuevo mandacario no pamcipaba de las ceorüs yrigovenisras del olebisKirn y el mandarn; se manifesraba respetuoso de los pamdos y d Pad~menrn, elegía a sus mimstros emre los "me¡ores" y se esperab;i: que ~rradicara d cliemelismo. El mmisuo ud lmenor, José N. ¡\.fanenzo, propiciaba reformas consntucionales para evirar los excesos del gob1e~_no personal v manitescaba su 1menc1ón de "despolinzar" la aelmi111scrac1on. :::im embargo, ,su reempbzo por Viceme Gallo marcó no sólo un pumo de mflexión en la polínca Je intervenciones s1110 en los intentos racionalizado:es .del apararo escaral. Gallo pamc1paba ele la idea de que para compem con el yngoyemsmo· en las connendas decwrales habia que desmomar 'f reemplazar sus bases de

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HISTORLA DEL RADlC\LISMO

J.poyo. Y esi:o unplicaba revertir el signo de la mayor canndad de situaciones provrnciales posibie v nombrar empleados públicos. Renuncio cuando el presidencc se rregci a av:Uar su decision de mcervemr Buenos A.1res, sm cuyo concurso la obcención de la furura presidencia era más que dudosa. Por orra parre. la conflictividad social había decrecido v la economia había comenzado J. recuperarse aunque algunos secrores de la producción ya percibían que el mundo de posguerra ex1gma redefimciones e mremaban parric1par en la eleccion del rumbo a seguir. Con la designacion de. Rafael Herrera Vegas, vinculado a la CACIP desde su fundación y colaborador de la Revista de Eco1101nú1 Argentina, dirigida por Ale¡andro Bunge, en d Mimsreno de Hacirnda v Tomas Le Brerón para presidir el iv(i¡:¡Ísr:erio de Agrículr:ura, las orgamzac10nes empresanas creyeron llegado ese momento. Y. de hecho, el gobierno de Alvear se conscir:uyó en un inrerlocuror mucho más ar:enro a sus demandas que su anr:ecesor en la presidencia, aunque no por demasiado ciempo:. Herrera Vegas corivoco a las corporaciones para consnruír comisiones, de escudio que Fuerori disuelr:as cuando Víctor M. Malina lo·susmuvó al freme de1 Mimsr:eno (Marchese, .2000). Y si d pnmero se mosuci pamdano de políncas procecciomsras, el segundo era un dectdido deterisor dd librecambio. Le Brerori, por su parte, presenró en 1924 un proyecro que aurnnzaba· al Poder Ejecunvo a comprar nerras, subdividirlas. y venderlas a los colonos, que fue bien recibtdo por la Federacicin Agraria A.rgennna pero nunca.se sancionó. Duranre el rranscurso del gobterno de r\lvear, n0 fueron los obreros ní los chacareros los pro(agoms(as de los pnncipales confücros. El pnmer problema con el que ruvo que enfrenrarse el Poder Ejecunvo fue la cnsis ganadera, cuyos primeros sinromas. ya habían aparecido en las posmmerías del gobterno anreríor. La abundancia de srncks por la reduccion de las compras externas, que a su vez se reonenraron de la carne congelada a la enfriada, y la baja de los precios enfrenraron a los ganaderos emre sí y a esros con los frigoríficos que se negaban J. reducir sus propias ganancias. En 1921 el dipur:ado Manuel Mora y Arau¡o, radical anripersonalisca correnrmo y criador de ganado, presemó un proyecrn de ley para esrablecer un precio mínimo de venta. Desde su perspecnva, la incervenctciri del Escado posibilicaria el libre ¡uego de las Fuerzas del mercado. A fines de 1922 se creo en el seno de la Cámara de Oipuc1dos una Comision Especial Jt: Asunros Ganaderos cori represenranres de rndos los pamdos. En l ').23 Le Brerón elevó al Congreso. el proyecrn del gobtemo yue constsr:ia eri. el conrroi de los frigoríficos a uaves Je la inspeccion de sus cuemas v su 111scnpc1ón en regisr:ros especiales; la vema sobre la base de un peso liviano y la •.::reac1on de un frigorífico nac10naL v el ,mnpersonalisra

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Mano Guido aporró las, conclusiones a las que habia arribado. la Comisión. Encre ellas figuraba la creacion. de una )Unta reguladora que fue a(acada; por [os socialisras en nombre. de los inrereses de los consumidores. Finalmenre se aprobó la consrrucción de un. frigorífico esr:ar:al, la mspecc1ón del comercio de carnes, la venra de ganado sobre el peso vívo y d precio mínimo, para fa. venra de ganado para exporrac1ón y el máximo para. el consumo inrerno, medida c:sra última resistida por el Poder Ejecunvo. Los frigoríficos paralizaron las compras v las leyes nunca enrraron en vigencia (Smir:h, 1986). Cuando las condiciones comenzaron a me¡orar, los ganaderos desplazarori sus preocupaciones hacia la redefimción del merci.do inrernacíonal Je carnes y presionaron para reoriemarlo. hacta su comprador rradic10nal, Gran Breraña. En 1926, los Estados Unidos habian cancelado las compras aduciendo un broce de aftosa. Algunos legisladores, haciendose eco de la. demanda, la ampliaron proponiendo que mdos los con vemos. de inrercambt0 se.onenraran en ese senndo. Finalmenre, fue Yrígoyen en 19.29 el que se híw cargo.de esra sítuacíón con la firma. del Pacto D'Abemon .. El. golpe de Estado de 1930 impidió su puesra en vigencia. La indusr:na azucarera,, protegida prácncamenre desde sus orígenes por barreras aduaneras, cambien sufrió a parnr de 1926 una crísts de superproducción que se resolvió coyunruralmeme a cravés del laudo dicr:ado, por el presidente Alvear en 1928 y de la consr:ituciórr de la, Comisión Nacional del Azúcar en las postrimerías de su gobierno para esrudiar los problemas. de la industria y aconsejar medidas de índole r:écníca,, económica o social. El laudo conremplaba la reducción de la. molienda, procedimíenro. q,ue siguió crístalic. zándose en leyes.provmciales cucumanas en 1932 y 1935,,y; la existencia, de la comisión consmuida por el subsecrerario del Ministerio de Agricultura;. un func10nario de. la Oírecciórt General de Comercio e Indusr:ría, un delegado del Banco de la Nación, otro del Banco Hipotecario Nacional y represemanres de la Sociedad Rural Argenrina, la Facultad de Agronomia, la Refinería Hileret, los cañeros y los mdusrriales. Las relaciones emre los culnvadores de caña y los dueños de los ingemos se regularon esr:ableciendo un sisrema de cuotas, pero el arbirra1e estatal no conrempló ní la siruación de los peones que levantaban la cosecha m la de los obreros que, se suponía, debía ser resueha por los pnmeros. En mdo caso, las dec!Slones que el gobierno tomó resolvieron,, en mayor o. menor medida, problemas coyunrurales, favorecido por Cierr:o rewmo a la prosperidad, sin implicar una redefinícíón que se ajusr:ara a las nuevas. condic10nes que emergían de la posguerra. Por orra parte, en las definiciones pun,-

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HlSTORfA DEL RADlC.-\.Ll.SMO

cuales sobre problemas concrerns .:s -:iiricii se:1aiar diferetKias e::ice las propues, !• •. cas
Del "plebiscito" al golpe de Es;:ado A. parnr Je l 928, cu;indo Yrigoven cnunfri en bs decciones pres1Jenc:iles, los ráminos del enfremam1enrn se er.Jurec:eron. Había sido ·'oiebiscicado'.' v d person;ilismn cenia rnavuria y auórum propio er. la' Cámara de Dipucados. El ob1e::ivo er:t log~·;¡_r le misn:o c'.1 d Senado re'mr;endo d signo Je los gobiernos pruv:nc:aic:s c•.1e nu re>pondian al foruro pres1denre. Cu~:J.n­ do llegaba a su cé:-!11lnu ;::! úlrn:1:u o.:rwdo le:!tSbovo Jd •J¿b1.:rno Aive:ir en sepr1embre de 1')28, D:J.¡u prnc::~c:i. Je b o~os1c1on va ~uer::~s cerrada.s oa~ r:J. sosrener d quorum se VDCO un:J. moc;on ~ara crac~r l~s oedidos de m~er- vencí6n a las prov1nCias de Cor7cemes, San Luis, Emre Río~ v Sama Fe. Los dos primeros casos no hab1an sido crar:idos por la comision v ~:lrec:an de desracho. El argumenrn pcrsonalisc;i o:tr:t comesr:ir a lo que ooosíc1on consíJero "un nuevo modo <epudiabie ~e acción pariamenrana'' fu~ que eran "los represemames genurnos, verdaJeros, legicimns y reSIJOnsables de la opm1ón pública"_ -

ue

¡;

Siendo ya Yngoven pn:s:denre, la polín o de 1mervenc1ones generó un cnnflicrn Je poderes que paralizó :J.t Parlamenro por un nempo or~long:J.Jo. i::1 ' > > .__ pmyecro Je imervencitin J. Cornences lnb1a sido aprobado y comunicado al Senado, que c.:rni el penuJo leg1slac¡vo sm Jiscurirlo. El presidence irnervino por decreto cuacrn J[a,-; :J.mes Je que se 1muara d nuevo periodo legisLmvo V

p'er:J 11U SUS(anciLÍ el envio Je la ~1iS1Ón federal hasta que, siece meses después, Senado rechazo el proyecw. b'.s(e produ¡o una dedaraoór. desconociendo b faculcad dd Poder Ejecunvo para dc:crecar mcervenc1unes dur:J.nr<: d receso del Congreso y b mayorü radical de Jipuca
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mandar, éra un diccador ce::nporal y conscírucional que e¡ercia un mandaw de la ·1oium:ld popular. La, banc:J.da mayonr:ma desplegó la misma :J.cnrud respccw de las mrerpeiaciones: las rechazó a cod:ls. Durante d pnmer gobierno de Yrigoven los legisladores r:ldic;:;les habian apova
del

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HISTORIA DEL RADlCALISMO

pelac1ón al mmis[ro de Hacienda que no se sustanciaron. La Liga Nacional de Empleados Civiles organizo movilizaciones y micmes que mduyeron serenatas frente a los mm1stenos y "los balcones se llenaron de empleados que, al reconocer en los músicos a v1e¡os compañeros ca1dos en el mfonumo, empezaron a arro¡ades monedas que los menesterosos recogían en sus sombreros" 2'. Las elecciones leg1slanvas de l 930 le restaron vows al pamdo gobernante. pero no !legaron a modificar la composIC1on del Congreso. En las sesiones preparatonas del período leg1slacivo, cuando la CJ.ITiara se abocó a la discuS1Cin de los diplomas de sus miembros, la oposicion propuso el rechazo de los dipurados electos por San- Juan y Mendoz::i. Ambas provincias est::iban intervenidas y la prensa se hab1::i hecho eco con fuerza de las denuncias de fraude. La m::ivoria, por su pan:e, impugnó el diploma del conservador bonaerense Daniel Videb Doma v b minoría, el aplazamienm de su crat::imiento. El dipurado yngoyenist::i Raúl Oyhan::irre quebró l::i unanrmidad votando con la oposrcion, aduciendo que no se podía legalizar la prepoteneta del número, y pidió reconciliarse en la legalidad. Los síntomas de la cnsrs en el pamdo radical ya eran claros. En Jujuy se disputarori la gobernación dos candid::icos personalistas; en Santa Fe, el dingence Ricardo Caballero planteó públicamente sus disidencias con el presidente: en Caramarca, los pamdarios del vicegobernador Figueroa acusaron al gobernador Ghirardi de atropellarlos con la policía para impedir que voraran. En la casa de gobierno, el vrcepresidente y los mirnsuos pupban por una suces1cín que parecía cerc::ina. El 3 Je septiembre, la renuncia del mm1stro de Cuerra, general Luis J. Dellepiane, dejó al descubierw las censíones en el íncenor Je! equipo gobernante y entre el gobterno y el e1ercit0. Un año ames, en sepnembre de 1929. el legislador conservador boriaerense r\lberw Viñas habta presentado un pedido de ¡uicio político al presiJerice. Los argumentos eran los mismos que habia esgrirrndo Sanchez Sorondo Jiez añoyanccs con el mismo ob¡envo. La novedad residía en la covunrura en la que se pbmeaba. La oposic1cin había comenzado a dudar de sus posibilidades Je producir un recambto polínco en el m::irco msmucional. No fue c::isual que Vii'us apela1·a :il pueblo v ::il e¡érciro. Los pueblos -decía- nenen los gobternos que se merecen porque toleran la desn::ituralización de la democracia y b transgrestcín a los pnnupws consmuc1onales; las clases pnvilegíad::is se enc.:ucntran en estado CDntcmplat1vo, la burguesía sólo esri preocupada por sus imereses, la clase medi::i nene como única afición la burocracia, llor::i sus ces::inrias esperando que el presidente los reporiga en sus puesrns con la misma arh1traneJad con que los LÍeJÓ ces::imes y los pobres escan resignados a que c::ii-

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ga sobre ellos el peso del oprobio, la injusticia y el hambre. Las fuerzas armadas, "lo más sagrado que nene la nación", están desquiciadas por la desorbi.cada política presidencial. De ese modo, instaba a unos y a ocros a resmir el desponsmo 26 . A los decepc10nados del sufragio urnversal habían comenzado a sumarse aquellos que empezaban a entrever otras perspecc1vas de ordenamiento social, alcemanvas de recambio para la democracia de pamdos. En 192-:- habia comenzado la publicación de La Nueva Republicü. Para 1929 ya esraba embanderada en un v10lento antiyrigoyemsmo que no circunscrib1a sus ,:ríncas a la subvers1cin msmuc1onal que el gobierno represent::iba. Rodolfo Irazusta, quien desde fines de 1928 cenia fluidos contactos con el general Uriburu, afirmaba que de codos los absolurísmos el democránco era el peor y presemaba como principios conrradicwrios la volunr::id soberana del sufragio umversal y la primacia de la ley. En mayo de 1929 la publicación se suspendió por "necesidades de la acción". Los neorrepublicanos utilizaron enwnces orros medios como Cnterzo, revista cacólica iniciada en 1928 en la que colaboraban Ernesw Palac10 y César Pico, y E! Btifuarte, adonde Irazusta enviaba sus nmas. (Devoro, 2002). Cuando La Nueva República reapareció en Junio de 1930, s1 bien todavía no aparecía claramente en sus paginas cómo debía estructurarse el nuevo regimen polínco, no quedaban dudas de que la democracia ;epresencanva debía ser reemplazada. Yngoyen no era un accidente, era el producro de un sistema. Ernesm Palacios reconocía que eran una miPoría pero que no pretendían ser más desde que no aspiraban a imponerse por las urnas. Anteponia al caos, al liberalismo, al sensualismo y a la cobardía democrarica el orden, la inteligencia, el culto al honor y al heroísmo, virtudes mmorítan::is que smtenzaban la fórmula del buen gobierno: el munfo de los menos por el bien de los más. Algunos neorrepublicanos, al igual que el diputado Viñas, que se enrolará en las filas de la Leg1cin de Mayo, sostenían que la solución dependía del e¡ército, pero, en termmos de lrazusra, no se rrat::iba de desalojar a Yngoyen y restablecer el sistema smo de transformarlo resrablecrendo el pnncrpio de aurondad. A fines de 1929, l::i Liga Republicana hizo público un programa de acción que incluía combatir la corrupción política utilizando el recurso de la deriuncia, para lo cual armaron un servicio de mformaciones propio para constatar vicios, irregularidades y transgresiones. Ocuparon, además, los espac10s públicos con actos y conferencias preparando a sus adherentes para repeler posibles agresiones de los partidarios del gobierno. La v10lencia del enfrentamiento ya no er::i solo verbal. Oficialistas y oposírores se dispuraban la calle; el presideme sufnó un aremado; Carlos W Lencinas, el ex gobenadcr men-

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H'.STORIA DEL R.i\DfCAUSMO

CDDS, T. VI, r. 71, noviembre 13 Je l'Jl9. :x CDD!:J~ r. 5 l v 52. i2-i3 y 27 de Jic1cmbre de !929. :•i [__,¡ :Yacwn. 22 de sepm:mbre de i 92 L 17

Jo cnmenz:mm

:1

se:i.crsc: ios rnme~os sínmmas Je maies[ar económico pro-

voc~H..io ;1ur \.a vuiner:.i.bilid~
:i

la crtSl!:i nortc:imcrH.:ana, a ias

1a uccis1nn Je ~err:ir la

CJ.1:1

Je Cunversión.

[ .• >~ ~1a1T1dos ;111c1aíon un~1 ·..:an1raña etc ~1gic1c;óo. :..:ív;cJ. par:-i.
tnsr:1cuc:unc:,. L~n mes anees Je1 golpe se publicó e!· '"rn~nifiesco de lós 44,, fir-

nudo ~1or COLlos !ns ie:;1siadmes de !a Jerc:cha apovado pm los soClalisws mJe:Kndiemes -., ios annpe~.-,unalisus. v comenzaron a organizarse grandes mic111e~ que ia ~1rensa oDos¡rnr;_¡ Jt.:scrib1u prorusame:i.ce oara :::nfimzar el grado Jt: c:ulrnra qut.: ;mperaba c:n dlos c':n concraposíción :i_ la- "mazorca" que se nuc!eal;a en los JCrns org:inizados our el radicalismo. El" Panido Socialis[3_ v la dc:mocr:;c1J. ;;rogresísra orgar.:zaron sus rrnptus acrus, Seles a h consigna de no mcc:grarse :ii res;:o de las Fuerzas políc;cas, y aieruron concra él pdigro de re·~mc-iia;::1r a :.ma Jic;:auur:1 por clffa aunque ·~uinudieron en que Yri-goyen detJ1·a ser dCsot~ti::¡Jo. En e!· ~jercrcu e1 Jilcma ~sr.:1.ba plancca
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L.~DDS.

T. 1. r. -+. ¡un10 ti JI.! i \l2::), p. 8 L.

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:o CDDS. r. 71. 11ov1cmbre 13 de 19i9. P- 208 . .!! ,,Vfer11ona

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de f-úzc:entl~I

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Buenns :\ires~ T3ileres Craficos Argen-

J.

Rosso. l92l. po. XlX-XLll. :: CDD.S'. T. VII. r. 35, marzo 30 de l 92 L p. 35. :_: :'v/emuruz del i'v/immmu... vp.c:r.. po. XUil-LXIX_ .>~ irazusra. Roc.iolfO. '"la nueva aoiíGc1" en L1 :Vúeva Repúbiic.t. 2 Je n1ayo Je l 92~). Transcripta en El pensarnzento ¡uzc1on~iis;a. r\nroiugia seieu:1onada v Lamentada por Julio

(lnos .L.

lrazusw, T. ll, Buenos ,-\1res. Obligado, 1975, a. 7 :' L.z Naczon. Jl) de marzo de 1929. :r, CDDS. T. Ul, r. 46, sepuembre 25 de \ :1:9, pp. 7~iJ- -5 l.

Capítulo 5 La UCRI y la UCRP

En ocrnbrc de 195 5 Poiítica, el bolecín estudianril que publicaba d Comité Nacional, hizo un balance: las clccc1ones de 1946 hahían encontrado al radicalismo en una crisis que se remonraba al mornenco en que Alvear había asumido su dirección, aunque recién había tomado estado público en 1935. Fue, entonces, el desconcierto radical el que les permitió a "los hombres que llegaron al poder en 1943" arrebatarle sus consignas y reivindicaciones. La derrota electoral del 46 precipitó la caída de la dirigencia y "abrió el proceso de decantación de las corrienres históricas del radicalismo". El documento contin.uaba evaluando que, a partir de allí, la lucha debió darse en dos frentes: contra el régimen y contra las defécc1ones a la causa que hacían aparecer al partido corno contrario a las soluciones populares que "demagógicamente" se postulaba11 desde el gobierno 1. La clave de lectura no había cambiado. La tesis de los dtis radicalismos explicaba los fracasos y las alteraciones del rumbo que la misión histórica le imponía y "el engaño ideológico del pueblo" completaba la hipótesis acerca de la persistencia del perornsmo. -·Las [Jrimeras declaraciones en relación al golpe de 1955 enfatizaron la le~-¡ gitimidad que le acordaba la corrupción moral y administrativa imperante y la ¡ supresión de la democracia política. En cuanro al gobierno provisional, maní- f festaron que debía resperar principios democráticos, no efectuar reformas de fondo, no otorgar privilegios a ningún grupo ni sector social existente o nuevo y respetar las conquistas sociales. No era una revolución p(;lítica y tampoco debía ser una revolución social. Si estas condiciones se cumplían el radicalismo , lo apoyaría "sin desleírse en uniones democráticas, ni desvirtuarse en frent~s ' populares". Las resoluciones adoptadas por el Comité Nacional dieron cuenta "· de la agenda del partido, en ese momento hegcrnonizada por la necesidad de volver al estado de derecho y las cuestiones grem íal, universitaria y petrolera. --~:~;/

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HISTORIA DU- RADICALISMO

!'ara lograr el primer oh¡euvo, el radicalismo k demandaba al gobierno hacer efeLriva la lihenad Je prensa y derogar wda la legishtc1.~in represiva dicLttla ¡•or J ¡Kron1smo ¡1arc1 umsulid;u '\u a¡1ar:Ho w¡alirnrio , L'IHI\: la que se ullHaha el decrew de segundad de F.srado, la reglamenrauón sobre reun10nes 1l·iblicas y la ley 4144 (de Re.mknc1a); s1mereses obreros"\ No wdos los radicales co111udían con las declaraciu11e.s de la., auwr1dades partidarias. De hL:cho, m~embros _del parudu fornuban parre de los "comandos uvilcs" c¡ue con apoyo de las tuerzas armadas ¡iroducian ataques a los locales smdicalcs y los ocupaban, en ab1erca opo;!LIUlt a las direcuvas del gobierno, para que se irnuaran elecciones 1mernas c1t los gremios (James, 1990). . . Paralclarneme, la Oficma Gremial del Comnt Nacional preparo un douIInemo que Fue aprobado por la mesa direcnva en el que diagramaba d modo dt:, hacerse cargo imernamenLe de la cuesmín: crear com1s1unes gremiales dqKrr
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y oral. bolerines, periódicos, volantes y propaganda mural y discurn internamente problemas específicos como salarios, jubilaciones, enfermedades, cond1~10nes de rr.abajo, ofreciendo asesoría de los abogados del parrído y atención medica gratuita a rravés de la Juma Médica Radícal 4 • En noviembre, el desplazamiento del presidenre Lonardi y su reemplazo por Aramburu cambiaron el rumbo del gobierno, y esto fue así sobre todo en el modo en que se mrentaría dar respues¡a a .la relación enrre sindicarns y Estado. Cawa Obrera, el órgano de la Oficina Gremial del Comité NacionaÍ, ~n su número de ese mes se ocupaba de semar posiciones frenre al gobierno y heme al resto de las fuerzas políncas cuyas dedarac10nes imentaban circunscr'.bir el accionar sindical a la esfera gremial. )i esro fuera así, sostenía Ja publ1cac1on, los obreros_ pe¡roleros podrían luchar por me¡ores condiciones de rrabajo pero no oponérse a que los yacimientos sean enrregados al cap1ral exrran¡ero o los obreros ¡~xriles podrían pedir mayor prorecuón conrra ;~cciden­ res de uabajo pero no opinar acerca de la imponación de rcjidos:que los expone a la desocupací?n. Y se separaba rambién del peron1smo no sólo al expresar que las conquisras sociales eran el frurn de una larga, difícil y a veces sangnenra lucha que ya llevaba más de sesenta años sino m1111rnizando los logros alcanzados durame su gestión, que se habían circunscripro a los aumentos salanales y a otorgarles imporrancia y consideración a los s111dicatos y que aun en esto habían! sido más aparentes que reales: salarios insuficientes que el aumento del costo de vida había rnrna
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HISTORIA DEL RADICALISMO

promoviendo "la plena,ocupación para ia plena.pr'.)ducción" a fin de mantener un mercado interno co111,Ja capacidad adqu1smva suficiente en pos d.e la promoción del desarrollo industrial, un aumerno real del salano .que permmera cornener el aumento del costo de la vida; una política 1mpos1uva que 111c1dicra sobre las rentas que no provinieran dei trabajo y ~l acceso a la.tierra Y. la esrahilidad Je la familia agraria. En relación a los s111d1catos abordo d~s p10. .. .• ¡ ¡, la l'1[1 errad sindical v el de la democracia ínterna, enfrentandose l1 1cmas. e te ' ' · ' ., . d · d'. l claramente con la política iniciada por Aramburu. Ipefin10 la liberta. sin 1ca . j a ¡·[ . ta d del obrero frente al sindicam para defender las que <-Orno 1 )er . posiCJones ,. . crevera convenientes y del sindicato frente al Estado y los parndos p~lmcos; 111 sist,IÓ en la defensa de la estructura orga111zativa articulada en los anos del pen;rnsrno, un solo sindicato -por rama y una sola cernral, y aludió a otras. formas de emendcr la libertad sindical a las que se oponía: usarla para anarquizar, d1vidi r v atomizar, posición que el gobierno sustentaba en el dec:eto 9270 q.ue iierm;na el esrablecirniento de varios sindicatos por rama. Insto a los traba¡a~lores a organizarse democráticamente, sin ~1i-es1ones esta:ales y s111 exc:us10,nes, \.! a "t¡ue su presencia e!Í' las calles y plazas l- .. ) se sienta \ ... ) para hacer OH su . •"6 . voz en todos los problemas fundamenta les
dudahkmentc ya estaba en marcha. . . ··• l. la UCR · · grem1a, lunto a 1a cuesnon , ·sentó posición frente al problema . .. L,,~" un1ve1·s1tano. "·' pr··1111 eras declaraciones del Comité Nacional asumieron la

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defensa de la reforma de 1918 y hacía mediados de 1956 comenzaron lrn; cuestionamientos a la política seguida por el gobierno en esa materia. Frente a las propuestas para posibilitar que las universidades pnvadas expidieran títulos habilitantes, las autoridades del partido expresaron que no podían discutlí en abstracto los méntos de estas instituciones que, por otro lacio, hahían existido siempre, pero consideraban que en esa coyuntura "la centralizacíón estataí democrática y controlada por el pueblo es la única barrera que puede oponerse a la penerración del imperialismo económico y cultural va la opresión _de las minorías oligárquicas". Estaba ciaro, decían, que quien~s reclama~ ban la universidad privada autorizada a emitir títulos eran los grupos conservadores o clericales y los que poseían los capitales necesarios para ponerlas en marcha eran los grupos confesionales, oligárquicos o imperialistas y siendo así, no podía pensarse que las fundasen para combatir sus propios privilegios. Y, finalmente, expresaban que los postulados reformistas eran incomparibles con el tipo ele enseñanza que los partidarios de la universidad pdva.da ponían en práctica, "inculcación o catequesis", que era lo opuesto a la educación en, por y para la libertad 8 . En cuanto al petróleo, el radicalismo reafirmó lo que venía sosteniendo, esto es, debía ser un instrumento ele la emancipación nacional. En mayo de ,· 1956, cuando el gobierno ya había derogado la Constitucíón de 1949 y de- . clarado vigente la de 1853, la mesa dirernva del Comité Nacional publicó un' comunicado defendiendo el artículo 40 contenido en la Constitución pero- 1 nista que estipulaba que los yacimientos de petróleo eran propiedad de la na-. C!Ón; proponía que fuera YPF el que realizara tocias las fases de la industria pe-J trolera, para lo cual debían proveérsele los fondos necesarios; se oponía a la i firma ele contratos con empresas monopolistas y a la permanencia en la admí-: nistración pública de aquellos asesores que propugnaban, tácita o explícitamente, soluciones favorables a los trusts pretroleros. Pero para ese momento el radicalismo estaba lejos de ser un partido cohesionado. Las estrategias para enfrentar al peronismo habían potenciado sus diferencias internas que la caída del gobierno volvieron a profundizar. A fines de noviembre de 1955, cuando se reunió el Comité Nacional, sus miembros se enfrentaron en relación a la futura organización del partido. El despacho de la mayoría -firmado por Luis Mac Kay y Carlos Sylvestre 13egnis- proponía declarar una amnistía parnclana amplía y reorganizar aquellos distritos en los que existieran conflictos. El de la m111oría -suscnpto por Alfredo Vítolo y Carlos H. Perette- pedía una reorganización general a cargo de una comisión en la que estuvieran representados mdos los sectores y una nueva afiliación, en qn

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1meillu por modificar las relaciones Je poder vigemes. Triunfame la primera nosiL:ión, se. procedió a imervenir y declarar la cadurn.iaJ de las auwndades ;iamdarias de Emre Ríos encolumnadas en d unHmismo e iniciar la reorganización con nue.vos padrones. Los ornJs dos Jismws donde predomrnaba es¡e úlcímo, Cap1¡al Federal y Sama Fe, eswban en proceso de reorganización. El Nücleu Unidad (NU) emiuó un Jucumenrn en el que acusaba :il presiden[(.: .del Comí¡~ Nacional, Anuro Frondiz1, de obsrnculizar la unidad, y paraldimence demandó al gob1cr1w f1ruv1s1onal que declarar: en, esrado de asamblea a .rndus los panidos para proceder a su reurgan1J.acion. En d1ciemhre, la comisión de propaganda del Conrne Nacional respondió con mro cornunicado donde plameaba que la UCR no se l'.nconuaba dividida smo que esraba llegando a su fin "un pron:so hís¡Ónco de diferenciación y clarificación" Algunos dingenres habian desacarndo a la dirección pero esrn se reducía :1 rres Jislriros: Capiral Federal, Sanca Fe y Emre Ríos. El pnmero permanecia um:rvenído desde marzo de 1954 y se hallaba en vísperas de designar , 11 , .llilOndadl's; en el.~egt1ndo, el padrón reg1s¡raba veinre·mil ciudadanos que ·, lubian elegido sus auwridades y sus represenranres anre el Comi¡é 1 1 ,Nacional, y la reorgamLac1ón de Enrre Ríos iba a poner fin a la sirnac1ón anóinala provocada por la ex1s¡enua ,;imulcánea de dos orgarnzauones pamdanas con a~irnridades que se desconocían recíprocameme. En San Juan y Sanuago del Esrero las 111rervencwnl'.s habfan sido acaradas aun por el uniomsmo. La ,; 1ru, 1uón real. manifes¡aba d Cum1¡e, era que de los novema y ocho m1emlnm que lo 1nu.:graban, al consmuirse en enero de 1954, sólo dieciséis, corresD<mdiemes a cmco discriws (lv1enduza, Emre Ríos, Sama Fe, Cap1cal federal ~, San Ju.an), penenecían al secrnr Unidad Radical y en cuanw a la C:onvenC!Ól1, los u11Íonisras eran cuare!Ha y CU
de t mio d país.

. l·~rnre fines de 1955 y pnnc1pios de 1956 se organizaron los comicios 111iernos. En !Vlendm,a munfo el uniornsmo; en Sannago del Es¡eru y Córdoba el ~j, ivi 1111 emu de lmransigencia Naclllna.l liderado por Sabamni; en Catamarca _Y Salea 110 se realizaron elecciones y en el resw de los dismws munfó la 1mrans1genua que respaldaba a Frondizí. En marzo se conscirnyeron las aurnridades ~Cll ¡rales. De los ochenca y cuarru ddegados del Comité Nacional, sesema Y 11 ucve penenedan al Movimienrn de Inrrans1gencia y Renovación, diez al :Movimiemo de lmransigenc1a Nacional, cuarru al Núcleo Urndad Y uno al Movurnemo Pro-Radicalismo UniJo (alianza encre el NU y el MIN en la pro~incia de Buenos Aires, a la que perrenecia Ernesrn Sanmarcino). En el seno del

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MIR COeXJS[Ían dos rendencias: una avalaba a\Frondi~! y la ocra Ílalbín~ La pri~ \ mera imemaba un difícil equilibrio entre el api.)yo al gobierno surgido del gol- . pe Y una _lecrnra del p~romsmo que necesariameme lo dis¡anciaba. La segunda estaba mas cer~a de unionJS[aS y sabattiniscas, asumía plenamente la defensa del ~obier_n~ provisional y era decídidameme annperonma. En mayo de 1956 l"rondlZ! ----_, ___ .fue - _ratificado en la presidencia del panido.

Los radicales en la Junta Consultiva Nacional. La redefinición del régimen político Los hombres de la "revolución libertadora" no ¡enían muchos denominadorc_s comunes excepro su anciperomsmo, cuyo contenido tampoco era homogeneo,, Y la he¡erogeneidad de posiciones e imereses se rrasladó rápidameme al gobie_rno y produjo el desplazamienro del pres1deme Lonard.i tiu1en duran¡e conílicuvos sesema días intemó separarse de Perón sin erradicar al perornsmo. Con Aramburu en la presidencia predominaron quienes desechaban la idea de que no había "vencedores ni vencidos", La proscripción del pamdo y la mrervencíón de la CGT dejaron claro que la revolución se había hecho para elimmar al peronismo. Uno de los objecivos iniciales, que le aportó el nombre al golpe, fue desmamelar el "aparató toralicario" del régimen peronisrn, y ese enunciado mcluía "desagraviar" a los' partidos políricos favoreciendo su panícipación, lo que se confirmó con el decrew 2011 _9~_ocrubre de 1955 que creaba;· a-i-nsrn11c;l~1s del vi~_::presidei:ire I~a_.'.1_c__!3-_01as,_i:na Junra Consulciva compuesra porrepre~enrnn­ res de rodas las agrupaciones -excepw, por supuesro, del reron1smo- en igual nü_111ero. La inregraron los socialisras Américo Ghioldi, Nicolás Rei)etrn, Alicia Moreau de Justo y Ramón Muñiz; Íos demócratas progresistas Luciano Molinas, Horac10 Thedy. Julio Noble y J. J. Díaz Arana; los conservadores J. Aguirre Cámara, Rodolfo Corominas Segura, Reynaldo Pasrnr y Osear Ribaudi I3asavilvaso y dos imransígenres, Osear Alende y Osear López Serror; un sabaninisca, Juan Gauna, y un unionisrn, Miguel Ángel Za val a Oniz,· por la UCR. Los secrores católicos comaban con dos represemames por el Panido Demócrata Cnsciano: Manuel Ordóñez y Rodolfo Martínez, y dos por la Unión Federal Demócraca Crmíana: Horado Srnrni y Ennque Aniocrí. Estos dos ülrímos fueron desplazados después de la caída de Lonardi y reemplazados por Horacio Marcó y Luis María Bullnch, prnpuesros como representantes de la "expresión católica no partídana".

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La función que se Je. atribuía a la Juma era asesorar al gobíemo en ac¡uellas cuestiones que-ésté sometiera a su consideración. Se reunió entre noviembre de 1955 y abril de:J957 y comenzó con la discusión de los informes elaborados por Raúl Prebisch que contenían una propuesta para redcfimr el rumbo económico del país, y en marzo de 1956 siguió con la cuestión del pemílco. Pero el grueso de sus' sesiones se centró en cuestiones que implicaban redefinir las reglas de juego políticas. ~ntre noviembre y diciembre de 195 5 se abocó a responder una serie de preguntas presentadas por el gobierno en torno a cuál era el estatuto legal de la revolución: ¿hay una Constitución vigente? En caso afirmativo, ¿cuál es? ¿La que rigió hasta 1949, o la reformada en esa fecha? En caso negativo ¿a qué estatuto legal debe ajustar el gobierno provisional su acción o mediante qué procesos serán elegidas las autoridades del gobierno sucesor del provisional? Y si existe una Constitución vigente en el país. ¿puede el gobierno cumplir su misión a¡ustándose estrictamente a ella, o debe, mediante un acto de gobierno, establecer hasta qué medida ajustará sus actos a la Constitus_ión? El paquete se completó, entre abril de 1956 y abril de 1957, con el problema de la consmución de padrones, un estatuto para los parridos políticos, las bases para la confección de una nueva ley electoral y, finalmente, la reforma constitucional 9 . ! .os radicales ventilaron en la Junta sus diferencias internas. La pnmera cuesnón q uc los enfrentó fue la naruraleza del movimiento de septiembre de l 9'í'í 10 . El unionista Miguel Ángel Zavala Orm fue contundente: se trataba de una revolución y para un gobierno revoluc10nario buscar una Constitución "es tanto como hacerse un harakiri". Una revolución es el desplazamiento del ¡1oder consmuyentc al poder revolucionario, sin ataduras; de tenerlas se trarar1a de un golpe, tal el caso de 1930 cuando el gobierno íuró una Constitución y d<: ese modo autolimitó sus facultades. Era la finalidad revolucionana la que determinaba la juridicidad revolucionaria. Su posición, enton,ces, era que la Constitución de 19.49 -"que el propio tirano había desoído y f1isoteado"- deb1a s<:r derogada y reinstalada la de 18 53 con la reserva de que no limitara las focultadcs del gobierno para cumplir.sus fines. El totalitarismo no podía conv1v1r con la democracia. "El legalismo doctrinario fomentaría la contrarrevolución." Y, finalmente, no correspondía alegar que no había "ni vencedores ni vencidos'·'., La mayoría de los representantes
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179 convocar a una ·isan bl . . , , , 1 ca consnruyenre para reformarla , 1 sano. Las expresiones , J . ' en o que fuera. necemas u1 as para avala , · e Américo Gh1oldi. quien enfatizó 1 . f d'.d rd esta postura rneron las de rnilándola·a la Revolución d, /\!f a pw un, I a de la revolución del 55 así<:: ayo y a e asero ¡·e ocurrido en I930)'en 1943 ., .. ¡ . ,,, : porque, a Clierencia de ¡0 , se u ara 1a de camb l ·¡ ¡ . públici Pcrón hab · · . d · tar e csn o te vida de la re1a tiraniza o, robado adul · j l , .. 1 b' , _l;:rat o a Consntuc1ón y se habia hecho idolatrar ¡1or Ja. s masas, 1a ta mod1nc1do ¡ "· . Era un "gcrno diabólico" ¡1 l . l' . , . a sustancia argcntma". que ª )la e 1m111ado la vi 't j l ·· d . ej a_mor humano, la fraternidad .., bl. ' r Ut, a canda cnsnana, epu tcana v el cr l d l ' ' 1 d envó el apoyo a Zavala O . . J , : rntra or e amo. ral. De allí , " rnz cuan o expreso g . d' ¡ h ab1a vencedores ni ven . l " . , .uc no po ra e ec1rsc CJ ue no . . citos poi que eso rn1 ,¡ . f· . La v1cr1ma era la masa P.. ". 1 b' F tcana r.ustrar la. revolución. . , . " e10n1sta v 1a 1a qu, .. _ .¡. d .~ _1 cscatar a cmocrattza1.·1dola sin peron1zar el estilo el vocab 1 . 1' - l , u ano, a cu tura· H eva ' l'. . l' nudo es la m;Íscara de I· , . l . , nge ismo socio og1co a me. a apetencia e ccroral''. Jul' N l I . -, Par_ ttd.o Ocmócrara Progr.. . . . , . 10 o 1 e, teprcsentante del cs1st,1, se stparo de sus . _ l . 1 . '. compancros le -scétor para coincidir con Ghioldi- lar· l - , · evo uc1011 se 11 zo ¡nn lrb,. . l acto mismo -¡1oiítico v 110 . "el' ¡· , ' ' ciai -a a masa engañada y el , . 1Ul 1 !CO- 1mp lCO la l' ., d 1 de 1949; sostener lo contr · , . · ,tcrogacion e a Constitución ano sena stparar a Peron ¡ b p , tador y la Constituc1ó1 , . . . ' le su o ra: e ron era un diel~J gobierno provisono no la había j. 1 era tota11tana. { expresamente por ui " ¡ . . gato ,, . tero. 1 Pan s1111estro 1::1 entorno de ¡ d' . equivoco la ¡Josibilidad- de e .... ] , . ~onar 1 vio en ese ravo1cce1 a capt·icion de J·1 . . también que ex¡:1J' ., masa pcrornsta, motivo lcaDa SU negattva a ll1tcrvenir h Cr'·l- d'. 1 ¡· [ ·· E l ' '-' Y 1so ver e ¡:1art1t 0 pe . , . tonista. se pan se contrarrestó cua 1 A . i. . r:: I _ , nt o r,u11ou1 u asurn10 la presidencia. LSta ectura del fenomeno pe ¡· rornsta, que unp icaba una posición frente d . a 1a natura1eza d e l 111 · · , l -. . . ov1m1cnto e septiembre y una colocacirín en relación a a tccion que:¡ gobierno _provisorio debía desarrollar, fue cuestionada -en ab. so uta mmona por los 1ntrans1ge , · , ·l d. , . . Thcd' . . mes } e emoc1 ata progresista Horacio }•quienes consideraban que la Consrnuc1ón de 1949 b . _. { . esta a vigente, aun reconoc1em o que su ongen era vicioso O f¡ l c . .' ' , ,scar L,opez Serror sostuvo que no . , l . ue a onsmuc1on reformada la que posibilitó la dictad tó a. fi . , > : ' ura n1 esta a necesi,,.¡. p .1 ~a lanzarse. I or otra parte, s1 establecía algo inadmísihlc como era la re~ ~cc1on del presidente'. la ConstituCJón del 53 contenía también dis 1osícioncs que no se condeCian. con el desarrollo democrático alcanzadot Jor el pueblo, tales como la elección indirecta del TJresideme y de los se d ¡: l d · d ¡ t ' na ores v a. ur~c101d1 . c. nd1andato el~ estos últimos fija do en nueve años. El go. bierno, ~n­ tonces, cb1a cclarar val1d , e , .. , . . . Th, ' - . .· . , . a un: onst1 CL~c10n y adecuarla prov1soriamcme,._ d e.el} ,co1nc1d10 ,en lo que a la Consrnuc1on de l '..>49 se refería: no se trataba . e la Consmuc1on de Hitler ní d M l' . ., e usso 1rn, no s1rv10 para que surgiera el. 1





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cliL·rad()r 111 fue el sus¡t:1Ho JUridico dt: b urania, qut: no se baso en ulla nor11i;1 legal s1nu t:ll el espinru all[ijurídico del diccador, en SLl corrupción moral v L'lIL.t; era una C:u11surnuó11 democráoca hecha por un urano. Aunqut: d1s11111,> e11 la posibilidad de que el gob1t:rno dicrara prov1sonameme un t:scarnrn quL ;.nía morgarle pmes¡ad consurnc1onal. .. Ln abril dé 1956 el gobierno provisional declaró vigente la Consmuc10n Nacional sancionada en 1853, con las reformas de 1860, 1866 y 1898 con exclusion de la d.:: 1949 y admi¡¡ó qué esa Consrimción requeria cienas reform;i,. h 1 el discurso pres1denLíal dd 6 de ¡uliu st: escabkció la decisión de la iTvoluc1ón de esrndiar la posibilidad de convocar a una convención consurnvt:me, aclarando 4ue el gobierno prop1uaba y t:speraba un amplio debace nac:ollal de mdus los secrnrt:s de la op1111ón püblica. l;n la agenda del gobierno milirar, producir el uánsirn a un gobierno civil 111 i¡ilicaba hacerse cargo del mudo cn que se réali1.arían las elccciones, probkma que se s111cecizó en cres cuesriom:s qut: fueron some[Jdas a la discusión de L1 Jurna: ¡)adrones, escamrn que reglamencara el funcionamienru de los 1),1rmlos políncos y siscema al que ~e a¡uscaría la rraducción de los vorns en 1 • cargos 1,1. La pnmera cuesnón se basaba en los rcsulcados de una com 1s1011 rnvL·srigadora de padrune.s que habría decerm111ado dumicilios falsos e rnex1scente.,, dobles mscripciones en el c111padrunarn1e11ru masculino y, con respecro al Fe11K·ii11w, una am¡ilia legislación nac10nal y prov111ual "cendenc1osameme diu.1da" El deba¡e cnfremó a quienes sosrenian la ncces1dad de padrones entcr~1mt:nte nuevos y quienes encendían quc podían depurarse. La 1mransigenua, el unío1iismo y ~l sabalnn1smo volv1crun a disenur, aunque en escc caso la f1fl!11era firmó ~l despacho de mayoría ¡urno a Agu1rre C;imara (PON), Chioldi (l'S), Maninez (PDC) y Thedy (POP); Gauna lo accpco con alguna

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,l1s1dencia y Zavala OrcrL se pronunció en minoría. La 1n;yoría aconsepba la confccuón de los padrones masculino y fcrnenmo me
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suspender el llamado a elecciones por dos o rres años, miemras que la depuración pondría al gobierno en condicíones de llamar a elecciones en quince meses. Subyacía el argumenrn de que la tergiversacíón de la volumad popular no se habia momado en los padrones y fue Thedy el que lo desarrolló en el transcurso del debace. Según su perspecuva el proceso del fraude se había desarroll.;1do "mediame el dom111io de la volumad de los ciudadanos" a través del cercenamienm de la libre información, la propaganda, el cemor generado por la persecución y el soborno de las masas con la justicia sonal. Y a pesar de ello, un 45 por ciemo de ciudadanos se habían salvado de ese proceso de capcacíón. Gauna desescimó el argumento del [lempo y diferenció los padrones masculino y femenino para fundar su disidencia que cons1sda en la nt:cesiclad de realizar un nuevo empadronamicnco en el caso del scgundo. El primero, que cenía como base la ficha dactiloscópica de enrolarntenm y hecha a los fines del servicio milicar obligarono, daba cambién configuración a la ficha elecmral, siscema sobre cuya base se había articulado la ley Sáem Peña y había sido, en su uernpo, reclamado por la UCR, comaba enwnces con "una garancía inicial y de fondo, que ha perrrncído preservarlo de UíJªd·1enerración fraudulema" aunque estaba enve¡ec1do por la omisión de fallecidos, ínhabilicados y bajas por cambio de domicilio. En cuamo al padrón feménino, los problemas escaban en su factura y compaginación: namraliz.ación de excranjeras sin las condiciones prescripcas por la ley; adquisición por sm1pic afirmauón personal, no sólo de la narnralizac1ón, sino de la filiación legí[Jma; adquisición volumana de la suplamac1ón de la indivídualidad o de la idenuJad ¡x:rsonal; 111scnpc1ones dobles y desplazam1enrns mediame el cambio de dornJCilios en masa. Esm se debía a que gran camidad dé mLqeres en edad de votar carecían de documenws para enrolarse y sc diccawn, enrnnces, dispos1c1unes que permmeron producir informaciones sumarias para acredirar fecha y lugar de nac11111enrn mediame el concurso de dos ccscigos. Adern
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relación al empadronamiento. Todo el argumento de Gauna est~ba encaminado a evitar Jo que considcraba·un "brote electoralisca'', actitud 1~1paoente, peligrosa Y' oportunista de quienes,prctendían fundar el nuevo gobierno consmucional en un "campo·rnínadó" por la destrucción de las bases morales, ¡urídicas e 1nstitucionales del país. r Finaltnente, Zavala Ottiz volvió sobre argumentos de Gauna para rundar b necesidad de realizar •un t1uevo empadronamiento tanto masculino .~omo Femenino. El dirigente unionista, en todos los debates de h Ju,nta, asum10 una nosrura decididamente ántiperonista. En este caso, reacctono frente.ª lo que ~nrendía era afirmar que el fraude no había estado en los p~~ror~es .srn~ en el ambicme político y que los votos que obtuvo Perón er~'.1 a,utentICOS . _DellUllCl<Í que se estaba absolviendo al peromsmo de su poltt1Gt social, econon~i­ ca v uinsrirucional, camino por el que se llegaría a sostener que la revolucion '1iahia tenido motivos y que debía clevoivérsele el poder a Perón. Si esto no 110 ocurría y había consenso en que d partido peronista debía permanecer mhahi lirado era porque se qt.ipía aprovechar la coyuntura para reemplazarlo en el poder. Así, b posición sustentada por quiene_s pretendían depurar~' n~ -~eem­ pL17.ar los padrones era básicamente electoralista. Cuando Osear Lopez ::ienot 1mervmo lo hizo, claramente, en el marco de la disputa mterpamdana aun. v t•ort¡ue necesitó ex•JI-csar que no desnaturalizaría la finalidad y el proquL , , t , . · d 1 pósito de la Junta aceptando un debat~ q:1e debta realizarse en d seno ~ o: organismos partidarios y en la plaza publica, provocado por quienes afü ma han qüe en la precipitación había "un plan oculto .elabora·d·o por 111tereses,políricos deseosos de captar grupos ciudadanos en d1spombd1dad para con ellos v en u 11 breve plazo alcanzar el gobierno"· . . , En esa covunmra, las publicaciones del Comité Nacional, pres1d1do por Arturo hondi~i, sostenían las mismas posiciones diferenciándose, simultáneamente, del gobierno y
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precipitadamente del 111tervencionismo estatal a la libertad de comercio: sin nrngún amparo para la industria y llevar adelante una política sindical que bajo los l,emas de libertad de agremiación y sindicatos apolíticos dejaban a los obreros indefensos frente a los patrones. Frente a ellas el radicalismo no implora el apoyo de las fuerzas populares ni trata de arrancárselo a costa de una disminución de su conciencia, porque entiende que sin necesidaJ Je adoptar posturas demagógicas las repn:senta en sus intereses y aspiraciones, tampoco adula a los hombres del gobierno tratando de embarcarlos en una política sin pueblo o buscando en~re ellos un nuevo "hombre providcncial" 12 . Las disidencias se maniFcstaron también cuando se discutió la sanción del estatuto que regularía la vida interna de los partidos. Unionistas, sabattinistas y algunos grupos de la intransigencia bregaban por una legislación que pautara el proceso de reorganización interna de los partidos. Según la crónica de Mariano Montemayor (1963), un periodista proveniente de las filas del nacionalismo católico, en el seno del gobierno francisco Manrique trabajaba por un estatuto intervencionista y Miguel A. Zavala Omz, Américo Ghioldi, Luciano Molinas, Reynaldo Pastor y Arturo Mathov trataban de sumar a la empresa a los contraalmirantes Isaac Rojas y Arturo Ría!. fue Gauna quien en el seno de la Junta introdujo la cláusula que resistían los intransigentes: Reorganización general inmediata de todos los partidos a cargo de las juntas integradas por representantes de sus distintas corrientes mternas de opinión, con nueva afiliación, con padrones públicos y confrontación de los mismos y posterior e inmediata convocatoria del cuerpo de afiliados de los partidos para la constitución
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185 1" tk 1.opez Serror, qut: coínciJió c:on Alicu l'vfon:au de Jusro para ráurar la 1clc,1 cldclllli(Li pur C;1una y Zavala Orciz Jt: que el pnurnsmo no le babia per111111du a los ¡iarridm org:mi·Larse de ;1cuerdo c:on sus carras orgánicas. El din!:',c·111t: 1111ra1Js1geme acuse) a l\UÍenes la susrenÍall de lllfrrtr un agravio a los parr1cl":' :d u¡¡isiderarlos "producw del wcalicmsmu y de las huras de asfixia" y de 1ccurrir al gobierno ¡nuvisiunal ¡1;ua que les emrt:gara los comandos parudarius con el objerivu de salvar su propia imposibilidad de ganarlos con los re'orres lJUe les aporraba la democracia ínrt:rna. El esrarnrn fi.te sancionado el 17 ele- uctulm: de l 'J56 sin rncurpurar la demanda de un10111sras y sabauinisras. N11cvameme según las rnemonas de tvlom<.:mayor, habían obrado a favor de la ¡1n:srn1drncu el m111í:mo dt: Cuerra, general Anuro Ossorio Arana; el de .'\c:r1;11.íur1ca, comodoro Julíu Krause; el de lnrenur, Laureano Lanckcut'1i1 st: haría ll[ílizanJo el s1srenu de la represemación proporcional. l.tn argu111e1Hos para susr<.:nerla rnmb1én cuando se: renovaran los poderes no 1111plícaron novedades. Se: dijo que esraba "en la emrai1a misma" Je la ley Scic·11z l\·i1a; que k devolvería a los clecrnres la rercera parre de: los vorns que el sisrc:ma de la lisra 1nrnmplera les había susrraído y que permiríría la r<.:nov~1c1tÍ11 de la din~imica inrema de lus parmlos. Se la llamó "ley de higien<.: y de "u1G11111t:mo". "profilác(!ca", porque liberaría a las agrupaciones políucas de la urania de los círculos y las camarillas. Se le au-ibuyo rambien la virm
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cuando se rraraba dt: elegir un solo candidaw; que el residuo y el cocicme eran

~onceprns caprichos~s )' discrec10nales y que desrruía principios consagrados 0010

el de la mayona Y minoría -desde su perspecuva, la suma de minorías no era una mayoría-; el del gobierno homogéneo porgue favorecía la ambigu.e~l~.d en_ ~u seno: el de la mdivídualidad ideológica del parndo pon¡uc las co,1lic.;¡ones unplicaban una renunua a la concepción origmana y el de la con-

[lnui~ad del mando porque el elecrnr votaba un programa, un ~andidaw con una lmea defi111da Y dentro de la ficción de la re¡)rcsenractón le daba un m· _ ¡ p 'l
Cuando, t:n .ocrnbre de 1956, el gobierno anunctó su Siguienre y nacionales en el úlumo rrí- i rnescre de ese. mismo año, en el imeríor del radicalismo comem,ó lll1a dispma : por hegernornzar el proceso de selección de candiJarnras que mvolucraba el sis- 1 rema que se urilizaría para elegir a los candidarns a presideme y vice y profun-

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dizaba, la brecha en el seno mismo de la imransigencia,¡'Hj~~_rll12J3aj_b_íi _se__pi:o~i:un.s:i_o_p_9!_~1_vmo_1irecm por afiliado a_unque la carra orgánica esrablecía que esa ern _una función de la Conyención previa prcsernación de la;;_ preq.ndicl~~(U­ ras_por qda_ una de las fracciones internas. Ése era, además, el proccdimienrn que se había seguido en 1951. La demanda, fundamenrnda en razones docrrinarías, respondía también y sobre rodo a morívaciones políucas. El grupo de seguidores de Balbin suponía que ese procedimicnw favorecería una coalición entre sabattinÍs[as, u'.11onísras y sectores de la imransigt:ncia que lo apoyaban para imponer su candidatura. Buenos ,'}ires, donde predominaban balbírnsras y u111onis[as y Córdoba, que respondía a Sabauini, represemaban el 55 por cíenm de los afiliados de wdo el país. Se es[irnaba que el pamdo contaba con 518.423 afiliados de los cuales 187.250 esraban en Buenos Aires y 104J)06 en Córdoba (Babini, 1984). L_a_Junra Nacional del MIR, que_ resp(Jf1cÍía a Frondizi, dess:scif11Ó la demanda e inició la consulca cnrre miembros de los c~rnit¿~, ~~)n­ venciones y organismos de discrim. Balbín, que en ese momei~·~o era ~~cr~;ano de_l;i. Juma, renunció. El proceso de la escisión ya esraba en marcha. En noviembre de 1956 se reunió la Convención Nacional en Tucumán. Estaban presemes dosciemos cuarro delegados sobre doscientos crece -Sale;~ y

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HISTORIA DEL RADICALISMO

Caramarca no los habían~ elegido-, lo que implicaba un quórum de ciemo tres. El MIR contaba con óento sesenta y tres votos, el MIN con veime, el NU con ocho. A estos dos últimos se sumaba el Movimiemo Unificador bonacren.~c que reunía al NU y a l MIN , con trece. L --~propuesra d e m o
mcmar~~n i()~ ;r-~b~a)~~- cf~i~~~_g~!_ilz;~ión en lo que de ~llí en más co~1;<;tÍtui,ría_n dos.partidos: la_lJ.ni{>}] Qyjcc_a_,!3-Edi¡;a( del Pueblo (UCRP) y la Un ton Civ1ca . . Radical lntran~g~}1-~_{U\:l_Z!l__ __ Lasl_ivjsióq _lmp!!có,;ideIT1ás, l!l1ª disputa en ci terreiw _de la. identidad que no .era nueva. Para_ los frondicistas, ios del Pueblo eran los ~1Jsm,~s que habían estadp contra Yrigoyeq_ en 1928, que habían copado la direcc1on _c.fd partido en J 935, que_lohabían conducido a la Unión Democráti,~a en 194_5 \'ahora volvian.a_pac_~~L_i::cin__l_a oligarquía. Formaban parte del~ confabula~llÍn antirradical", teorí~ que sustentaban López Serrot y Alende en la Junta Consultiva para explicar el entero proceso
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. En febrero de 1957, Frondizi habló por Radio Belgrano y apeló a reivindicar la separación como un proceso de depuración, formulación que había sido ranibién muchas veces esgrimida en el seno del partido. "Somo.s dos cosas distintas", dijo, y explicó la distrnción en relación a cómo cada sector se posicionaba en relación al perornsmo: "Para ellos, lo que antes Fue gauch,1 jc, la chusma, el aluvión zoológico. es hoy, con el mismo sentido despectivo, la gleba electoral. Para nosotros fue, es y será siempre el pueblo argentino" 1 '. En ese mom<-:nto, la agenda polírica Citaba dominada por la discusión de la reforma constitucional. El v1cepresidenre Ro1as manifestó entonces que la revolución, para merecer tal nombre -111 motín, ni cuartelazo, ní golpe de Estado-, no puede ser un "simple movimiento de impac1enc1a de la histor1a". tiene que construir. La reforma, entonces, debía ser previa al comicio general de renovación de autoridades porque invertir los términos implicaba renunciar a la revolución. La consulta a Jos·parridos ya no se refería, como a fines de 1955¡ a cuál era el estatuto legal que debía presidir la acci6n.del gobierno y si debía o no encararse la reforma de la Co11st1tuc1ón. La decisión ya estaba tomada. De todos modos, en la Junta volvió a debatirse la oportunidad y legitimidad de la medida ¡unto al conte111do que se le otorgaría a la nueva Constitución 14 • Los demócratas progresisras volvieron a insistir en que el gobierno provisional no tenía facultades constitucionales. El radicalismo ya se había dividido. El Móvimiento de Intransigencia Línea Córdoba se había sumado a los unionisras para constituir la Unión Cívica Radical del Pueblo y durante el debate adu¡o que la reorganización del partido Íe impedía contar con señalamientos precisos sobre la pos1c1ón que éste adoptaría en relación a la convocatoria aunque mantenía su opinión contrar1a por rái.ones institucionales y ele oportunidad. El un1ontsta Zavala Ort17,, en cambto, comcidien
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mno se: dirigió a la opinión püblica para denunciar que distinras iniciauvas discumlas en la Juma habían respondido a una marnobra dilawria. En pnnL!piu. el reclamo por un c:nrolam1<:IH0 g<:neral, aun cuando el propio gobíer11;, h iw sab<:r que ese proceso demoraría alrededor de cuatro años, y, fi.nal1nc:!llc:, se deodió por la simple acrualiz.acíón de dum1cilios. En segundo lugar, 1. 1 dc 1i¡;u 1da por que se incluyera en el estarnw de los parndos políticos la re<>rga1111.auón obligarnna para rodas las agrupaciones, que rarnbi~n fue desc:cluda por el gobierno. Y, por úlrn110, d ern p<:onam ienw en la rdorn:a consll tlll:ional :mees de: las elecoonc:s, cuyo único ob¡erlvo era realizar_ un "'recucn ro b"lohular ¡nc:víu", un diagnóstICO c:lecroral para saber cuán ros er:;¡n_y . en qué forma podrían combinarse: para impedir d rnunfo· de la comeme popular. Mii:ntras Lópc::z. Serrot eniu1uaba a las agrupacionc:s políncas, Alende nir1có al gobierno por su falta de pn.:sondenc1a objetivada <:n la prensa monopoli1.ada y los milllsterim y las intervenciones ocupa
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('.?_, 117.161), vacicinó su propio triunfo y se dedicó a dirimir imernarnenre, a cravés delprocedim1enw del vow directo por afiliado, quién integraría la fórml!)a. Los candidatos que se la dispmaban eran el unionísraMiguel Ángel Zavala Orriz y el imransigenre Ricardo Balbín. Según Mariano Montcmayor, al primero lo respaldaban el vicepresidente Isaac Rojas y los sectores "más gorilas" y al· segundo, el presidente Ararnburu y Manrique, quienes "movieron todos los recursos" para incidir en las elecciones imernas cransforrnando a las imervenciones federales en comités polícicos, y una vez ungido candidaw decidieron reforzar su candidarnra "con más dinero, más nombramientos m<1s publicidad en diarios, revisras y reievisión y más discos aconsejando el w;ro en blanco". Los comicios imernos se realizaron en diciembre de 1957 y la fórmula de los secror~s imransigcmes unificados, Ricardo Balbín-Samiago del Castillo, se impuso a la de los unionistas, formada por Miguel A. Zavala Omz y Ernesw Sanmanino. Los primeros obrnbvieron 187.762 votos y los segundos 132.310 (Gallo, 1983). La convención consrirnyeme sesionó emre agosro de 1957 y enero de 1958 y su labor no sadsfi.zo prácticameme a nadie. La UCRl, tal como !o había anunciado previamente, se retiró. La UCRP propuso una ~críe de reformas acordes con el Programa de Avellaneda que no se sancionaron. Y la misma suene corneron las propuestas del socialismo y la democracia progresísra para acemperar el presidencialismo.

La Unión Cívica Radical Intransigente lvlienuas en el seno del parrido radical se dirimían las diferencias imernas que acabaron en ruprnra, Arturo Frondizi se convenía en el eje de un nuevo entramado de relaciones que de algún modo Vl'.nÍa anunciando en sus discursos cuando interpelaba a obreros, estudiantes y profesionales y afirma,ha que, dl.'. asurrür d poder, no haría un gobierno de partido. Esas interpelaciones cristalizaron entre fines de 1956 y 1958 con la incorporación de secrores que, no necesariamente, pasaron a formar parre de la UCRI. La campaña elecrnral se preparó en distintos espacios escasamenre arricu: lados enrre sí. La UCRI formó una Comisión Nacional de Acuón Política presidida por el candidato a v1cepres1deme, Alejandro Górncz., que operaba en la calle Riobamba, sede del Conrné Nacional. A fines de 1956, un grupo de inrelecruales, profesionale;· y amstas consrirnyeron d Grupo Al.em. Ernre ellos estaban Félix Luna, Ismael Viñas y Noé Jiuik, Eduardo Zanon1, Juan Ovidio

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Zavala, Nésror ;Grancelli Cha y Nimias Babi ni. Su ob¡euvo era uabapr por la candidatura de .Frondizi a·. la presidencia sumando adhesiones por fuera del parndo.{ Una·editmial, So.luciones, se ocupó
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Rogelio Frigerio q. · lj' l · .. . . . ' µ'.en enta Jo re ac1ones con fronJizi en enero de ] 956. Sobie la r~~1sta, su. d1re~tor y los. cambios producidos en el pens; ~;i~; ~lJ-}/ la praxis ¡xJlitica de Fron~1z1 a pamr de su vinculación con éste, los testimonios son abundantes Y n~ siempre coincidentes, pero todos le atribuyen centrali1. • dad a la hora de explicar el munfo electoral de ¡ º58 la gest· , ¡ , ;¡ ' • 1011 guoernat1va v a escasa r~lev~ncia de la UCRI como pamdo de gobierno. '

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R~gel10

F:1geno es'. tal vez, guíen más se ha empeñado en innumerables entre~ISt-as, amculos Y l!br~s. por aclarar su propia perspectiva en la cual Qué ª'..ªrece com_o una publ1Cac10n que regmraba e inrerpretaba todo lo que ocu'~Jra _en e,I pa1~ Y lo q~'.e ~el m~'.ndo interesaba a la Argentina desde una óptica global e Integradora . como una fragua de elaborac10' 11 de la d ·t · ] . . . oc nna y a estrategia del mov1m1ento nacional". Evalúa su Jifusíón en unos doscientos mil e¡emplares Y es~~cula que eso implicó una canridad mucho mayor de lectores Pº~-~I modo md;tarne de su circulación: "Pasaba de mano en mano, se leía en coi Jdios en las fabricas, en las u111versidades, en los cafés y hasta eh las cárceles pobladas por presos políticos" (Fanor Día 7., 1977). Sobre quienes hacían la rnublicación '.Juan Jose' I)cal ( 1976) · l ¡¡ . . · ' ' J , n11em Jro te Pamdo Comurnsta que adhirió al fronclicismo, plantea que eran los peronistas ~ue comenzaban a comprender la razón profunda de la ca1da del reg1men en 1955; eran jóvenes radicales que con:enzaban a comprender, ellos también. su error de diez años; eran ¡ovenes universitarios que habían archivado la parabcllum para ir al e.ncuentro de las masas y que buscaban la superación de la Reforma del 18; eran antiguos militantes revoluc1onanos que habían hecho la d~lorosa exp.eriencia de 1930 y 1945; eran nacionalistas que emend1an ahora el valor de la democracia y de las reivindicaciones sociales; eran h1stonadores que irnentaban escapar a la antinomia revisionismo-liberalismo; eran empresarios que sabían ya por experiencia que sólo podrían colmar sus aspiraciones en el marco del m~vimien­ to nacional. Fríge.no no sólo coincidió con Real en cuanro a la heterogeneidad caracrerístlca ~1~ Qué, _además la explicó. Si bien se encuadró en los marcos fijados por la p~grna ed1tonal, sostuvo, .la variedad respondió a la necesídad de recoger vementcs Y manees que pudieran confluir en el movimiento nacional. La revista, desde sus primeros números, apeló a constituir ese movimiento imerpelando a obreros y empresarios, a la Iglesia y a las fuerzas armadas. Su articu-

l l,)"-.

H1~ mRI/I DEI. R/IDIC/ILISMO

/;i,·1011 1cquería superar la a1H11wm1a pcrunismu-anrq1ero111smu y [rascenJer la JHilír1c;1 Je ¡iarmlos, la "parmlocrac1a", signada, seglin Frigerio, por la falra de 1c¡irc,e1nauv1dad. Implicaba ramhién dorar a la UCR de un programa en el q1.1c L1 "ullJLeJKllÍll nauon~d" predominara sobre la "concepción liberal dt: 1zquicrd~i" co11Lrt:rada en Avellaneda. l..a divis1t'i11, e11 ese st:mido, faciii[Ó lasco,,1-, v ¡)osihili1,·1 que Frundiz1 1w fuera el camlidaru de "un pamdo anacrórnco, .1111i¡icr"111'>ta y liberal de 1-;.qwcrda' sino Je un frcmc nacional (Fanor Diaz, l ':!77). ·Ld L()!l1o plamG1 Carlm Allanrnanu (2001), "ba¡o d irnpuisu de Frumliz1 y Fr1gcrto se reg1s¡n~ un 1110v1m1em1i 1d<.:uhígico, .l.ma t:mpr<.:sa polí-

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cedores l1l vencidos" -cesaría con las persecuciones e rníciaría la reconciliauón Je los argentinos-, y de que e! apoyo electoral de Perón era consecuencia de su acmud frente al gobierno milirar y de la percepción de que frente a la UCRJ se encolumnaban la reacción y el "gorilismo".

'1cr.1 Lt111llll.:n al s<.:rv1cíu del dcs;mullo. l .;1 orra premisa del Jllodclo era la 1ntcgrauón lJUe se asenraba en la idea de que el proceso umsrirn[IVO de la nauón at.'111 no había acabaJo -y en esru

Es difícil dar cuerna de que voraron quienes lo hicieron por Frondizi pero lo cierw es que apoyaron cuesuones difcren[es e 111cluso opuesras. El Parrido Comunfüa, un mes anres de las elecc1ones, decidió vmar por la ft.irm ula de la UCRI señalando divergenuas con el programa y posruL;ndo la necesidad de incorporar la represenrac1ón proporcional v el SIS[ema parlamemami. Juan José Real, ya separaJo del panido, manifcsrÓ que vcHÓ ~111 auibu1rle a Frondizí el Programa de Avellaneda ya superado: "Era una famasía, o era pura demagogia". "Nadie engañaba a nadie.>' Los peronístas, por su parre, aceptaron las direc[ivas de su líder. Para ellos el frondicismo era el mal menor y, en rodo caso, se pr<.:scntaba como inrérprece de comen1dos nacionales y populares con los cuales podían comcidir. Los "frondic1stas por razonam1e11ro" cnconrraron comudencias con el candidaw de la UCRI en su imenrn de relecrura del peronismo y valoraron su énfasis pos ddlnlf una línea program;Ü1ca pero se desmembraron cuando, en junio de 1957, Frondizi en uq,-reporra¡e en la revista Qué se rnanifes[Ó comrario al monopolio escara! de 1~1 enseñanza y ddendió el derecho de los padres a elegir la escuela de sus hijos y el d<.: los ciudadanos a 1nsnw1r centros de enseñanza. Babmi caracteriza la reacc11ín que provocó la declaración como una "explosión nuclear" y narra una reu111ón posterior en el esrndio Je Ismael Viñas a la que Frondizi llegó acompañado por su hija y por Manha Lynch, donde se deba[ió el [t:ma y en la cual Viñas hizo responsables a Qué y a Fngerío por los "desvíos" docrrinanos y el L~andi­ daw a pres1denrt: respondió que la unidad nacional ¡usrificaba rndos los sacrificios y uno de ellos era lograr el apoyo de la Iglesia. A pamr Je allí, Jirrik y Vií1as se alejaron y Babmi Jeudió seguir acompañando a Frondi'LI hasta que:,

podrían e11uJ1Hr;1rsc ciertos resabios dd yngoycnismu que la UCR! prodamaha- v c¡uc .rcalizMlo n;quería armonizar seuores sociales, r<.:giones, acrív1dades n<>1iu1111Las, L~<.irr1c1Ho _1dcokig1cas y i'uerza:, pulínca; y, fu11damemalmcnrev ;1rrc1cr .d pern111smo. Fue h1geno L]llÍen gesrti el pacro con Perón que posib1ln" el triunfo de hondiz1. lvLls adclaiHe. muchos de los irnembros de la UCRI negaron conocerlo hasra el nwmenw en que Perón, d<.:nuncíando su 111Lu111¡ilim1emo, s<.: encargó de que -,e h1uera público su rexw, que fue difundidu ¡ior Radio Rivadavia y publicado en los diarios. Y en ese momenro, dicL·n, s1nrieron eswpefacción porque esraban convt:ncidos de que el perornsmo le había dado sus vows a la UCRI porque baria efecuva la cons'igna "111 ven-

en 1959, también se alejó. La UCRl esraba en pleno proceso de orga1111.ación, sobre rndo en los dismws donde la escisión parridana había diezmado los cuadros, y no pamc1pó, o lo hizo escasameme, de la redcflnición docrnnana que se esraba operando en su líder. Esw no implicó que muchos de sus dirigemes no inrnyeran que el Programa de Avellaneda requería ser acrualizado s1110 que los rérminos de esa acrnalizac1ón les fueron ajenos y fue el liderazgo de Frondizí el que los cohesionó y en el mismo gesro m1cíó el cammo de su desamculación. En cuan ro a los ac[ivísras, miliranres y elecrores, algunos amores, enu-e ellos Celia Szusrerman (1998), afirman que voraron por la carra de Avellaneda, aunque

r1c::1 y una formula: imegraci1ín y desarrollo". !'ero el h111omio frondin-Cóme1. fue vchiculizado por la UCRi y la campaña ekcwral se r<.:alizó s111 tksconoccr 'el Programa de Avellant:da adoprado por ti parmlo en 1951, y aunque en agosru ck 195 7 la Convt:nción Nac1011al 111Lorpon'i !as dcdarac1unn y fos discursos del candid:uo a preS1dell(e, en dlas ¡,1mpoc" a¡)arecian wdos los deme11ws que configurarían 1a experiencia del desarrollismu. l~s¡a s<.: stisr<.:nró e11 el diagmísrico de que la Argem1na na un 11aís sulxksarrolbdo, lo Lual 1mpliLaha la imposibilidad de lograr un creci'1111emu sosrerndo a par[lr de su ahurro 111rerno. Hecha esra conscaracíón, la pmihilidad de lugrar d doarrollo dependía de las inversiones exrran¡eras y eslll involucraba ra1l!b1éri.. a ia explorac11in del perróleo, de cuya nacionalización l 1•.I ií.1 licL·lw e! radicalisnw, y d m1s11rn homli:ú, una de sus banderas. Y, desck nra pci specuva, 1m plicaba ram bién abandonar o era de las nms1gnas caras a la 1111ra11s1gcncia, L1 reforma agraria, <.:n pos de la mecanizauón y la recnifiuu<·,11 del agro. Y. finalmenre, rnlcfirnr la apelauón a la reforma del 18 en el ¡)!ano urnver:·>1lanu para dar pasu ;1 u11a C
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csro es difícil de precisar: sobre todo teniendo en cuenta que no son necesariamente los .programas los que definen la elección y que a lo largo del gobierno frondicísca, cuando ya,estaba claro que el programa intransigente no era el del prcsi
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no puede ser explicada, entonces, únicamente a pamr de la debilidad mani.fies-:: · ta de la UCRI. Cuando los partidos acordaron con los militares que en nombre del~ democracia era necesario excluir del ¡uego polínco a una agrupación cons1clerada antidemocrática se abnó la puerta para las presiones excrainstituc10nalcs y las prácticas desleales, tales como la apelación al golpe sostenida por l~ UCRP, desde el momento mismo en que Frondiz1 asumió el poder. L~ pérdid;ide leg1ttm1dad de los partidos es indisoc1able del eclipse del conse.nso ;¡i.cerca el.e que la democracia era el mejor régimen político posible. .Frond_izi apeló a~ella pero, a diferenua de Yr:goyen, que colocó por sobre otras cuestiones la stibsistenc1a de la UCR, no se preocupó por fortalecer a la UCRI y ésta.no ,logró desprenderse de la impronta de ser el parttdo del presidente. Rogel10 Fngeno, por su parte. enfam.aba la constitución de un movimiento nacional desde el supuesto, companido por muchos de los que se sumaron al fron
Partido y gobierno En 1958 los legisladores de la UCIU obtuvieron 3.761.250 votos y la fcírmub_, presidencial, 4.070.875. En las elecciones de convencionales constituyentes había obtenido 2.115.860, es decir que del 21.4 por c1enro pasó al 46,3 por ciento. Los votos en blanco fueron alrededor de ochocientos mil, un millón menos que en 1957. Los peromstas habían respondido a la orden de Perón. El pamdo gobernante contaba con mayoría en ambas cámaras (ciento treinta y tres bancas en Diputados, es decir, el 70 por ciento y las rnarenta y dos senadurías), con casi todas las gobernaciones provinciales y sus cuadros ocuparon posiciones de primera línea en el gobierno. "El triunfo fue tan compleco -dice Bahini- que en muchos sitios los dirigentes no alcanzaron para cubrir los cargos".

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En el pnmer gahrne[(:, rres de los ClllLO m1n1srros civiles salieron de las fihs de la UC:Rl. Luis Mac Kay ocupó la carrera de t,~Jucación y Jusricia; Hcuor Nohlía la Je As1srem:ía y Salud Pública y Emilio Donaro del Carril, la del Ltrn.:nda. Alfredo Víwlo, u11 u1110111su L]Ue viró haua el frondiusmo, fue J,·,1g1udo 1111nisrro del lmer1or. St'>lo el i'v1in1sr<.:rÍo de Relaciones Ex¡enores y ( :td1u luL· ell(regado a un humhrt.: que nu pt.:rrenecia al par¡¡Ju, Carlos A. ¡:¡llrll, un 1uc101ialisu caltiliLL>. ( \1amlu en ¡u1110 se refurnlli la ley de rnmis1c:r10,, Cahrid dt.:I Mazu comenl.a rudo. gohnna11le. !\na l<.ugdio Fng<.:r10 s<.: crt:o una secreraria, la de A.->u11ros Ecu1H)1111uis y Suuales. Uil;;rcm<.:s resc111Hl111us, sobre wdo de rl.111uo11aríos que acompañaron en 1111 ¡ir1111t:r 111omemo al prt:s1de11[t: y lut.:go rcrm1narun disranciándose del goh1cT110, Lllt11L:1dcn t:11 :,e11alar la "t:x[raña ulllfigurauón y absurda lógica 1mer1u" qut.: prt:s1di1i las Llcs1gnauonn (lbh1n1, l ')84). lvluchus años despucs de su pa.su por el gohlt:rllO, el v1cc¡m.:.s1dc1t[l'. Ak¡andro c,ímt:i. SOS[LIVO que una de :;u;, ¡rn111<.:ras ;orpresa~ al a.sun11r el cargo fue kt:r en los dianus los nomhrt.:s dt: lo.\ Ljllt: acom pañarÍan a rro11diz1, de los cuaks, sacamlo Cll1CO U Se IS, Jos de111.i.\ le eran ah.solura111t:mt: desco11uc1dos. Y e11lrt: lm dt: los nut:s[J'OS se d
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emre los asesores del presídeme. Anres de las eleccwnes leg1slat1vas de 1962,i en la última de un oclo de charlas rransmit1das por radio y rdevis1ó11,: Frondizí defendió el "gobierno paralelo": los asesores exrrapamdaríos habian: sido útiles para quebrar la inercia burocráuca e imponer innovaciones. Su re-·: fereme era Roosevelr. - ..}

En:_l~58_d_.g(j~)Íerno acumuló realizaciones, la mayoría de ellas conflirnvas. ~l. aumenrn salarial, la ley de asociaciones profesionales que crisralizaba la orga0izacíón s111dical heredada del perornsmo y la de ;mnisJí;;i.~ @ye;~ ;Ü1=~inces no RQI limirados fueron aceprados, se mscribian en las prom.es
En t;stos momemos el pres1deme de la República es acusado desde los ángulos más aparemememe dispares de haber rraic1onado. su programa y a su electorado ( ... ) Rogelio fngerio es acusado s1mulráneamenre de emreguisra por los comunisras y de comun!S[a por los en-

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tregu1sras. Muchos crónicos libreempres1stas se vuelven ~mantes del estatismo ( ... ) Si ,el gobierno moviliza ante un conflicto gremial, algunos gríran que vivimos un "totalitarismo" y si no moviliza, las mismas gargantas concuerdan en afirmar que existe una caótica situación de crísís de autoridad. Si mediante la ley de asociac10nes profesionales el gobierno de los gremios es entregado a las autoridades elegidas por la mayoría, los ''.democráncos" denuncian el "ant1democratísmo" de la disposición y;,110 faltan católicos que consideran a la ley de enseñanza libre como una, maquiavélica maniobra para restablecer la enseñanza laica. Los ,más acérrímos antimilitaristas golpean las puertas
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Por otra parte, los intentos por achicar el aparato estatal chocaban no sólo con las presiones de los desplazados sino con un partido que, mienrras fue gobierno, había usufructuado de los recursos estatales para fortalecerse. El gobernador de Mendoza, Ernesto Uelrschi, refiere que cuando el gobierno nac10nal les solicitó a los gobernadores poner en marcha la racíonalizac1ón en sus respectivas provincias hubo "desilusiones y deserciones" porque algunos no alcanzaban a entender.que "la victoria electoral no confiere derechos al presupuesto" (Ueltsch1, 1988). Y el gobernador de Buenos Aires, Osear Alende, confiesa haber tenido dificultades porque no "volcó" los comités en la admi111strac1ón pública y reivrndica la sanción del Estatuto del Magisterio porque evitaba que los maestros tuvieran que ir al Comité "a pedir el puesto" (Alende,

1988). A fines de 1958 la situación de balanza de pagos era crítica, los aumentos salariales habían provocado inflación -el alza del costo de vida entre mayo y diciembre había sido del 35 por ciento- y se había profundizado el déficit fiscal. Para conjurar la crisis el gobierno recurrió a un crédito qel fondo M_g_q("._t_apo_ Internacional y aplicó ci consiguiente programa de estabilizacíón basado en el supuesto de que la inflación y el déficit se debían a la presión de la demanda produ~to de los aumentos salariales. Para frenar la expansión del mercado interno se recurrió a la devaluaqón del peso, la contención de los salarios a través del congelamiento de los convenios colecuvos por dos ?.fíos y la elimrnación de la cláusula costo de vida, se elevaron las tarifas de los servicios públicos y los impuestos, se estableció el control de precios y se restringieron los subsidios y el crédito, se redu¡eron inversiones. sobre todo en ol-iras públicas, y se pnvatizaron empresas alemanas que habían sido estatiz.adas en l 945 por estar. incluidas en la ley sobre propiedad enemiga, e! Grupo DINIE .y el Grupo l3emberg, medida esta última que generó conflictos con el partido (Mallon y Sourrouille, 1975). Mariano Montemayor relata que Frigeno debió convencer a los legisladores de la UCRI de la necesidad de hacerlo, para lo cual usó el argumento de que la defensa de esas empresas estatales era pueril y, en todo caso, no era el interés nacional -que no sufriría porque "una fábrica de perfumes o de lampantas eléctricas" voivieran al clom1nio de sus legítimos propietarios- lo que movía a sus críncos sino la 111tcnción de crear el clima para el golpe de Estado. El cambio de rumbo reorientó, además, roda la trama de acuerdos y opo-·· sic1ones. Si en l 958 habían dominado la calle las manifestaciones en contra de los convenios petroleros y de la enseñanza "libre", entre fines de ese afio y principios de 1959 se sumó el conflicto con los sindicatos que tomó la fórma

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de grandes huelgas dirigidas comra el goh1ernu. E11 uuubre, las "62 orga111zac1nnes" pcron1sras habían defendido los u>IHLttos petroleros y se habían ne-

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l. 792.497, producw de la pérdida del vow peronisra y del apoyo del comunismo. La UCRI perdió veinndós bancas aunque mamuvo la mayoría. 1.J

):'.adu a sumarse a una huelga dt:c.:larada en i'vlc11doza por el Sindicarn Unido

UCRP sumó veumcinco dipurados a su bancada. El frenre nacional que pm-

1\-rrnlcrus del Esrado (SUPF); en 11ov1cmbrc variaron su pos1uón y convo-

pic1aba Frigerio había fracasado y la UCRI, cn esa coyumura, ya dispuraba el

de

c ;11<>11 ;1 u11;1 huelga gcncr:.il. El goh1crnu rco¡1011dió co11 la dn:laración de csradu

,k .'1r11i, la movilizac1ó11 de rrnpao haua los )'aurn1encos cstarales en d mar-

~" del Pla11 Co111ntcs y mud10s dingcmes gremiales fueron arrestados.! La

C:o11frdcrauó11 Ce11cral Económica (CCF), a la que le había sido resmu1d~ la persunen:i cancelada por el gobierno militar y había apoyado la política de am pliauón del mercado, pasó a la oposicHÍn (James, ! ')<JO). La crisis desaniculcí, además, al c·qu1po gubern;1rnemal. h1geno debió renu11cí;1r y, cuando en ¡un10 se difumlici cl rexw del p;tnu que éste había firmado con Perón, hubo cambios de m1111scrus y fL_u1c.101i;mos, la mayoría de ellos asociados céín -d secrecano dl:' Asunrm Económicos y Sociales. Carlos Flonc fue reemplazado por

,.¡ r;1dical rhígcnes T1hoada e!l el f\-1in1sreno de Relaciones Fxrer1ores; se ale¡ó d sccreur1u de lnf(irmac1ón, Dardo CL"ineu, el secrerario l'Jecur1vo, Samuel

voro amiperonisca con la UCRP, lo cual no impedía que algunos gobernadores siguieran 1memando políricas de imegración. En el período lcgíslarivo de 1960, la UCRI volvió a enfrcmarse n111 el presideme. A mediados de ese año el Congreso discutió una m1cíativa del Poder Ejecutivo que le concedía a este último la faCLdrad de ororgar conceswnes a compañías nacionales o exrran¡eras para el desarrollo de las fuemes de energía y debió e¡ercer presiones sobre los legisladores para conseguir su vow, a pesar de lo ci.tal nueve de ellos siguieron res!S[íéndose. El Com iré Nacional expulsó a tres -Rosenkrarz, Ennque Spangenberg y Cuevas- y suspendió a los seis resranres. La aparición de un foco guerrillero en Tucurnán y actos de sabotaje industrial en Córdoba· enrarecieron aún más un clima políuco marcado por la

Schmukln, y el secrerario réc111co, Nicolás Bah1111, y se produ¡o el desplaza-

revolución cubana ~ruc aumemaba la suscepribilidad milirar freme al famas-

111iciHo de L111ilio D. del Carril y su :.:quipo del Mi111sreno de Economía. Ál-

ma del comunismo. En 1959, Carlos Severo Toranzo Momero 'hábía Sl(lo de-

va1" Alsugaray, pres1deme del mi mísudo Pamdo CívIC<) l ndependienre cuyo

signado comandame en Jefe del ejército. En el marco de la doctrina de la segundad nacional, su definición de las "fromeras ideológicas imernas"

programa consísría <.:1~ divulgar las venca¡as de la economia social de mercado, se hrw cargo. Años m;Ís carde, ya sq1arado de Frondin, Osear Alende (1978)

le .uribuv<Í al pacro "desr111ado con cínica previsión a no ser cumplido" las hu,·kas ,'le e11ern de ¡c)')cJ. la cr1si' milir;1r de ¡unio, la des1gnac1ón de ÁJvaro Alsii~aray, "h salida desesperada ·del rerrnrismo y su correlato del Conimes". Su i11cumpli111ie11rn carco1111ó no siílo la esrabilidad del gobierno -sosrnvo-s1no las bases Ú1cas de la UC:JU.

colocaba al peronismo del lado del enemigo, reprcsemaba el mtaliransmo y la subversión que engendraban comunismo. El nuevo comandame, que confeccionaba lis ras de funcionarios sospechados de: ser comu111sras, no dudó en responsabilizar al gobierno de ambos episodios¡\; Y el gobierno cedió aurnrízando la aplicación del Plan Conimes. Celesrmo JGelsi, el gobernador de Tucumán, logró sorrear la siruación pero Anuro Zanichelli, el mandatario

Después de la aguda reces1ó11 de JlJ5'J, b economía comenzó una len-

cordobés, quien propiciaba en su provincia una polínca de 1megración con

ra recupcr;1uón. Los términos del 1mercamhio eran lll<ÍS favorables y co-

el perornsmo, fue acusado de haber posibilitado los sabora¡es. Los legislado-

mu11.aha a ,em1rse la reac¡¡vac1un 111dw.rnal esumulada por la inyt:cc1ón de

res

, .q>d.d cxrra11¡ero ha¡o la f(irni:1 de radicauones, atraído por las enormes

Córdob
vv11c;qas que se le ofrecían. Los secmr<.:s del perrólco, auwmornr, perroquí1111co, bienes durable~ y equipos><.: u1nst11uyern11 en los m;Ís dinámicos del 111L·rc.1dll. Pero, en semido Cll!Hraric> de lo

LJUC

el fron
11L1clll, el dt:sarrollo 111dusrnal se concenrrci gt:ográfica y económ1cameme. N" illlho planificación ni comrnl e.'>racal n1 se modificó la oriemacllin mer,·ado in reFn 1sra. En marzo de 1960 el gobiernos<.: c1:ifreJl[Ó a las primeras elecciones de re11ovauón lcgíslauva. Los casi 3.800.000 voros de 1958 !i_e rcdu¡eron a

de la UCRI se alinearon con el pres1dcme y sacrificaron al gobernador.

rentó cerrar el hiarn que exisría emre las realizaciones del gobierno y el programa enunciado en Avellaneda en 1948 que, fo1 malmenre, no había sido ;1cmalizado. Lo que se dio a conocer una vez finalizadas las deliberaciones (Grancclli Chá, 1961) se susremaba en un diagnósuco que parcia de los años del pero111srno. En la coyumura de la segunda posguerra, según afirmaban los convencionales, el país había perdido su "gran opnrrnnidad" de aprovechar

Ja,

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HISTORIA DEL RADICALISMO

excepcionales circunstancias internacionales y la gran disponibilidad de divisas para montar las estructuras básicas de la industria pesada, la energía y el transporte. Por el contrario, el predominio de la industria liviana había deformado el desarrollo industrial y se habían desaprovechado, dilapidándolas, las reservas de divisas acumuladas. Paralelamente, se había estancado la producción agropcc~1ana por el desaliemo a la exportación y el aumento del consumo interno. V.Or su parte, la perspectiva radical 1mransígente, que se había · plasmado en el Programa de Avellaneda y se había ratificado a lo largo del gob1erno·pernnista, si bien proponía el desarrollo de la mdus~na pesada y una polícíca iiiternacional orientada a una adecuada utilización de las divisas, estuvo dominada por un tono distribuclonisra y estatista y privilegió un método que en ese momento creyó adecuado parn superar los privilegios y la de' pendencia económica: las nacionalizaciones. Según los ucnsras, se debió a que ' pesaba sobre el partido la sensación de que la prosperidad sería indefinida y las mfluencias de las políticas esrarizames de los países europeos, al mismo uernpo que los planteps ideológicos de la izquierda, que estaba afirmfodose rn muchos de ellos. E~ ese clima se había sustentado también el planteo del !110nopolio estatal en todas las fases de la producción del petróleo, que sólo era posible llevar adelante en un país con abundancia de divisas y en el que la i11fhc1ón y el crecimiento de la burocracia no pesaran. El error, concluían, no habla sido sancionar ese programa en 1948 sino segulí sosteniéndolo cuando las rnndic1oncs mostraron que ya no era realizable. Los objetivos del gobierno, entonces, se redefinieron para superar el estancarniento del campo y la crisis de lás estructuras básicas como energía, transporte y siderurgia. Y ello suponía grandes inversiones cuyos resultados np ihan a ser inmediatos y el restablecimiento de un sistema de precios que había sido distorsionado para favorecer al consumo a través de la supresión de subsidios, controles de precios, sincerarniento ele las tarifas y dismínunón dd mimero de empleados públicos; en síntesis, desalentar el consumo y estimular la inversión. Finalmente, el Estado debía fijar pnondades y planificar, lo cual era diferente de íntervernr, y era importante no confundir el control 'nhre la orientación econórnica general con la propiedad física de determinad os secta res. Esos objetivos, que fueron sintenzados en la Convención Nacional transcurridos ya casi dos años desde que Frondiz1 h.ubiera asumido el gobíer110, 111d'udablc111ente no estaban daros en 1958 para mu~hos de los miembros de la UCRJ que, sin embargo, en 1960 declararon que no ignoraban que ¡1oíierlos en marcha sería difícilmenre comprendido y tendría la consi-

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guiente repercusión electoral pero optaron por el país sacrificando al partido. La declaración final avalaba lo actuado por el gobierno y sostenía ... que ha sido valieme la decisión con que se supo deponer posturas tradicionales qúe ya no hacían al fondo de los princípios programáticos, s1gu1endo con fidelidad el principio de que (. .. ) para el radicalismo dos fines son inalterables, los de la libertad y la democracia para la integración del hombre, así como pueden ,~er variables los medios porque son inscrumentos, y variables son las condiciones sociales de la realización nac1onaL (Grancelli Chá, 1961 ). La acrnalización del programa fue votada afirma¡ivamentc ror ciento sesen~ ., ta y siete delegados sobre un toca! de dosc1enrns veinte. En~re los que se ne- ' garon a suscribir la resolución se contaban once diputados nacionales que, postenormente, fueron separados del pamdo. A pesar de lo que la,UCRI sostenía en 1960, muchas de las políticas implementadas habían sido fuertemente resistidas en su seno, habían provocado alejamientos, renuncias y recam.bíos en el equipo de gobierno en un contexto de apoyos precarios, preswnes cruzadas de las corporaciones, 111tcmos golpistas y la consiguiente inestabilidad rnstitucional.

La caída A esa altura estaba claro que uno de los objerívos del gobierno por el que más había traba¡ado Rogelio frigerio, la integración del peronismo, había fracasado, lo que no implicaba que el 111antením1ento de la proscn pción no fuera discutido. Antes de las elecciones legislativas y de renovación de e¡ecutivos provinciales de 196-2 el debate volvió a recrearse pero esta vez se eliminaron los vetos a las candidaturas perornstas. Previamente se había discutido en el Congreso la posibilidad de reformar la ley electoral inrroducíendo el sistema de representación proporcional para evitar "grandes ganadores" pero no se arribó a su sanción. El gobierno entonces se enfrentó al peronismo colocando la cuestión como una opción entre la estabilidad msrnucional y el "salto al vacío" que implicaría el triunfo peronista. Acerca de por qué se levantó la proscripción se han enumerado múltiples motivos, algunos coincidentes, otros contradictonos. Se dijo que Frondiz1 apostó a vencer estimulado por algunos munfos electorales previos de la UCRI en 1(JG l, io cual sí bien era una

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HISTORIA DEL RADICALJSMO

:i¡ll1csra aira implicaría el rcJrraleum1enro de un gob1ernu cxrremadameme jaq11c:1do. Se dijn ra111h1én que L()nfo1ha en que Pen)n, desde el exilio, le 1mp1dinJ '' :;u ¡),tr[ldo presemarsc ¡1tir razone., orrarég1cas -preservarse para las

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c1a un nuevo gobierno civil llamando a elecciones o acabar con los úl[lmos resquicios de legalidad desplazando a Guido e instaurando un gobierno milirar. Las fuerzas civiles no eran ajenas a las mismas divisiones.

li-

Los liberales se hicieron cargo de la cartera de Economía. Primero Fe-

,/n:1da por Augusrn Vandor, ¡1rL·rendía llldependizarsc de su i11fluenc1:1-.

derico Pinedo y después Álvaro Alsogaray 1menraron supcr•ir la crís1s de ba-

N.1d.1 de L'Slu ocurrió. Cuandu ll1ul111cnrc 'i.: re:1li1:iro11 las elecciones, el pero1m1110 uhruv() el J l ,9 por uc1Jl() de lus vor(J~ (2.'J')'J.146) que se uadu¡crnn cn

lanza de pagos, agravada por la incerridumbre política que provocó el cese de la corrieme de mvers1ones y la fuga de capírales, acudiendo a rccecas ortodoxas que pro.fundizaron la recesión. Y en ese comexrn se sucedieron cinco m1111srros del lmeríor cuya permanencia en el cargo escuvo decerminada por el rí rmo que los milicares imprimían a sus dispmas 1mernas. El pnmew de: ellos, Rodolfo Mardnez, que conservó su cargo cuando cayó Frondizi, insmíó rn un· plan de conciliación que se vio fruscrado cuando el presidenre firmó, a fines de abril, un decrern anulando todas las elecciones provrnuales y nacmnales realizadas después de diciembre de 1961. Fue reemplazado por el dingcnre mcrropolirano de la UCRP Jorge \'í/ Perkins, que arosró a la reunificación del radicalismo, propuso reformar la ley elccwral ínrroduciendo los lemas y defendió la permanencia del Congreso. Renunció en junio y fue ,reempLvado por orro radical dci pueblo, Carlos Adrogué, encolumnado fuerrcmenre en el anriperornsmo, responsable de un nuevo esracurn de los parndos polír1cos, la mrroducción de la represenración proporcional y un decreto, semc¡amc al que: Ararnburu había sancwnado en 1956, prohibiendo la propaganda peronma. El escarnrn esrablecía que los parndos ex1sremes serían legalmeme reconocidos sólo en aquellas provincias donde hubieran recibido al menos t:l 3 por ciento de los voros en la t'duma elección v
,·l,·,c.1()11cs de l 9(í!¡ y ev1rar el l()rr:dn11n1e1Ho de la corrieme sindical que,

cuarcma y un dipmados: la LJ(]_~L~o11.;;L24, 'í por c1enw (2.301.397) manruvc 1 L1 mayoría rnn od1rn ra y~;~; lcg1sladorcs la UCRP rnn cl J 9 ,9 por e1c11ltJ ( J .K7'í 'í87) reduJci _,u bancada a sesenc1 dipuradus. Los peruríísras ganaron el Ljecullvci c:n 1H1ew prnv1nu:i.;, la UCJU en rres y la UCIZP rnunfó en _Cordoha con Li fórmula Anuro lllí:-t-Jusw l)ao. Molina. La calda del pres1den1e era ya 111cv1rahle y la dec1s1<Ín de 1mi.:rve111r las prnv.inc1as dondc cl perun1s111" halila munfadc; no la 11llp1dicí. De: algL'111 modo se recrc:llx1 d dima Je 1'.!'í'i l .a, lt1e1-z;1, .1rrnad:1' :1pehro11 p.ira 1u,¡itlcar la dc.:¡enc1ón del prcs1dcme

y

.1 la ot1bvers1c'in wraJiran;i yuc.: :,e hahi:t imcnrado clim111ar con la rcvoluuón lilwnadora. El pres1dcme volv1cí a cvoc1r, ul u>nlcJ había hecho cn 1957 dur:1nrv la ca1J1¡);11ía eleuciral, la 1Ieces1dad de la unH)n dc wJos. l·~n los Dirílogos con h:lix Luna, sosren1dos duranre su prisJC)n en Marrín (;arela y luego en llariloche, el pres1dcme dcpucsw dio una cxplicac11in Je su decisión que después sL·gu1ria sosren1e11do. Se manifcsró parndario del rir111c1p10 dc la legalidad s111 c:xclusiu11es so,tcn1do en la campaña dc J 'J'í7, s111 c:uyo 1m¡wno era 1mposiblc la p;11. "oc1al, y alcgó que no había ra1.ones 1110ralcs, 111rídicas n1 de cunvcn1t:11c1;1s para el país que JUScitlcarnn el mancc1111111t·11rc> de b proscr1pc11ín. l·:J gl!lpe, enwnccs, era un prcc10 que había que

p~1gar. Sin t:mbargo, 110 luhia lJLIL' :11rihuir,c·lo cxclus1vamcme a los resulrados decroralcs sino a las dcll111uo11es del gob1nno t:n polí¡ica 111rernac1011al, ;1 la pc:nsistencu dc "una !11Cl)[alicl:1d agrn1mporradora conrraria al dcsarrollo"

soria emre agrupaciones nacionales y provmciales. Sólo las prnncras podían seleccionar candidarn a presidcme, de lo cual rcsulraba que esca faculrad quL·-

la UCRI, la UCRP y el Pamdo Demócrara Cr1m,rno, rcqu1-

\' .d tenwr frcnre a la presenu;1 dc una clase: obrera orgarnzaJa que era pcrC1-

daba reducida a

b1da cumo una amcnaza "a dc:rec:lws que cienos secrnres de las clases dir1genres consideraban naruralcs" De.: hccl1tl, Frondi1.1 volvería a apclar a la inregraucin con d pcron1smo. losé Maria Cuido, el prcs1de11rc: del Senado, se: hirn cargo del gobierno pern 110 logrc'i derc:mar el poder. 'fampoco escaba claro quién lo dcrenraba. Las

síro que flnalmeme se suprimió. En sepriembre de 1962, el conflicto rnilirar se dirimió por las armas. Del enfrenrarn1enro encre los secrnres más dec1didamenre annperornsras que 111re11raban evitar el llamado a elecciones (colorados) y aquellos que prerendían prnfcs1onalizar ;¡J eJérciw, excluirlo de las luchas polír1cas lllnWJi:nas y posibilirar

lucrus armadas, cxuemadamc.:mc.: faccmnalizadas como producw de su m1ere11c1a en ca:-.1 wdos las cuesnonc,, grandes o pcqucñas, que se habían susuradu e11 d uanscurso del gobierno de Frondizi, escaban arravcsadas por dos

así el trám1to hacia el gobierno civil (azules) salieron munfames los segundos. El comunicado 150 convocó a la reconciliación nacwna.I. H.odolfo Manínez volvió a ocupar el Minísceno del fl1[enor y prop1uó la formación de: un frenrc

t;r.111des línca., en cuan ro a la esuaregia a seguir: o b1cn focilirar d rránsirn ha-

polírico amplio, con io cual se sucedieron las enrrev1sras enrre dirígemes del pc-

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HISTORJA DEL RADICALISMO

ronismo -Raúl Matera, a.cargo del Consejo Superior del Pamdo Jumc1alistaJe la UCRP -Ricardo ,Balbín-y de la UCRJ -Osear Al ende-. Sin embargo, los . conflictos en las fuerzas armadas no estaban saldados y en abril de 1963 se proJu¡o un nuevo enfrentamiento que, aunque volvió a ratificar el predom1rno de los azules, complicó aún más el panorama político, El comu111ca
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Según Alende, su nombre sólo figuraba como candidato a presidente en las boletas ele la Capítal y Tucumán, en el resto de la república sólo consignaban a los electores y "Gómez Machado se dirigió por los medios radiales a wdo el país sefíalanclo que se preconizaba el voto en blanco, lo que no fue óbice después para que s1gu1era con la candidatura y fuera presidente del bloque del MiD debido a las bancas que se habían logrado con mi candidatura presidencial" (Alende, 1978). ];::11 abril de 1964 los frondicístas ge.manaron personería como partido separado y cm1sriruyeron el J\fovurnento de Intransigencia R~dical (M_~RfLa sigla fue verada por la jusricia a rnsrancias de la UCRP que adujo '; que utilizarla hubiera implicado adueñarse de una corriente interna que te11ía i vieja.darn elleLradicalisi~~· Después de un largo trámitefoe r~emplazado p(~r Mov11111ento de Integrac1on y Desarrollo (MJDJ, denom111ac1on que conten1_a il, las pal~bras clave del programa que quisieron imponer desde el gobiem¿'. El sen~~ lidcra_do por Alende mantuvo el nombre primitivo, UCRI. \\¡

¡¡ li iJ

La Unión Cívica Radical del Pueblo Después de la esc1Sión' de 1957, del lado del radicalismo del pueblo quedaron tocios aquellos que se oponían a Fronclizi. Fue ese enfrentamiento, más que las coincidencias programáticas o la identidad doctrinaría, Jo que coaligó a unionistas, sabattinistas e imransigentesfEntre 1958 y J 962 se colocó en el lugar de la oposición; sin embargo, en parte por las diferencias internas que no necesanamente se correspondieron con esas líneas de fractura previas y, fundamentalmente, por la irreductibilidad de su posición frente al gobierno, ocupó ese espacio sin definir una propuesta. Su incitación permanente al golpismo y sus contactos con los militares hicieron que ejerciera ese rol, en principio, atentando contra el sistema de partidos, deslealmente. Optó por provocar \a caíd.a dd gobierno antes que por discutir sus po\iticas y cuando lo híz.o no logró diferenciarse del resrn de la oposició1~ Cuando después de 1959 compitió con la UClU por la captación del voto antiperon1sta se agravó la mdiferenoac1ón. El desplazamiemo de Frondi21 profundizó sus disídenoas internas. Jv1ientras algunos sectores sostenían que babia que poner al partído en condiciones de competir electoralmente, otros privilegiaban la coníluencia con los militares antiperonístas. Estos últimos, durante los cnfrentam1entos entre azules y colorados, manifestaron públicamente su apoyo a los segundos a pesar de las declaraciones del partido expresando su prescindencia. De las investigaci?nes

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H1.STllRIA DEI. RADICALISMO

rt:alindas por César Tcach n:.rnlra claro que la línea que dividía a unos y a utr'" 110 :;e ui1Tespomlía cpn las rendenuas p:tmdarias mrernas. En frbrno de l 'J(i i, :1parec:1<.:ro11 las (irmas del :,:1b:ur1n1sra ( ;ahncl Oddone y de los urno111s1:1:, ( ~.1rlus Bec<:rra y Comado Sror:1n1 :d lln:d de un manirlesro que sc upo111:1 .il g!l! p1s1110. Simul dneamell[e, el Llirigell[e sabarrirnsra de Río Cu ar ro l lt1t11herro .':irrubh1a, 1111emhro del CN, pru¡)onía b ahsrencÍ"Ón revoluuona11:1 ¡>.1ra u1ndenar la "farsa clccroral" y aparecía un documcnro firmado por 1-.Juardo ( ;amuml c¡ue n1:rnifrslaha su Je.confianza en la salida eiecrnral, re1\'1ndic:1ba el papel polím:o de los milirares y convocaba a la acuón revolucionana (Tcach, 2000). Ricardo lblbín prc;1día el parmlo desde l '..>"i7 y aparecía como el candidaro ·,¡·,;[;i·;:aTZI~ los .seuures l¡ue prup1ciah:in la salida clccrural. Sin embargo, 'l seg1in versiones rccurrc.:nres, porque desetfnraha el fracaso del narrido se.: negó '. · :1 .snlo. Ar111ru lllia ocupó e1Homes e.se lugar y fue elecrl~ pres1denre en ¡ulio . ck l 'J(i,( Su--c:1.11·1·r·:;·íu por la cand idawra, sc.:gün la versión de César Tea ch, ha1

.\\

bia u1me11zado :uHes de la dccli11ac1<Í11 de l\:ilhín, avalada 11or un cap1ral polír1u1 ohre111do e11 el qerc1c10 de Largos parr1d:ir1os que.: remararun en la ucu1)·" 1iJ11 de la v1ce¡ircs1denc1a c.:n l 'JS'J y cargcis ekcuvus prov!llc1ales -senador \' 1·1cq~ohernadur e11 1'J40-v1Ltlllln:1les -di pu lado en 1948-, <¡ue se ac:recen¡,·, co11 el rnunlc• de SLL'.Calldidarura a g"bernador de Ccírduha en Lis anuladas eln, 1<J11n de _l 'J(12 (TLach, :2006). De rndos modos, no venía precedido de , "1Ter.1' ,e111e¡;;;¡c;:; las de a1Heriore~ pres1demes radicales; nuera un líder c:art.'111.Ír1ui :d rnodlJ ,le Yr1goyL'll 111 Lunuha c:on el presr1g10 imdecrual que hah1:1 ttidcado :1 hondin. lllia na, seg1i11 Rouqu1é, "una f-lgura respc.:rada de una rc·11Llcnua ¡1rugresisu :ilgu 111:11·g1nal", un "moderado de cemro1zqu1erda que c:rL·i:i c11 la de111<1daua" .\u 1111ag¡;11 '.e asouaha a la hun.;.~üJiliL cl_desrnreres y c1n1u 1111.11ovílísmu l)lle-;,;n-1b1J;1 u111rra.srar:i, en el e1e~cit;1\UÍ<:~u:i.1:~1.~l~~1ua, l un la. c;de.rnhd1111pw.:~rn ...a..l;L~c10n de gL.fL"lll:t. Algunas :1grup:tcioncs conservadoras, d [Jarudo Socialisra Dernucr:i11u>, ¡iequeíws ¡ianidos neopero111sras provrnciales y ffes clecrnres de la UCRl q uc dcsuinocieron las Jirecuvas del par mio le aponaron los resrames. Obrnvo serL:IHa y dos banca.sen la Cámara de Dipurados sobre cienrn ochema y nue\"l' \' rrecc gobernaciones prov111cialcs. La UC:IU con un 16,8 por cícnrn de los

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sufragios emindos mcorporó treínca y nueve dipurndos y se rnamuvo por de.:-· bajo de los vorns en blanco que represenraban el 19,2 por cíenro del clecrur:ido. En rercer lugar quedó la Urnón del Pueblo Argemíno (UDELPA) que llevaba como candidarn al general Aramburu. El munfo era, 111dudablemenre, 11 :_:i_C.~?~~~~J?.'.~~~~.r.:?,,.~l.:1':..el_~~-;~~1.~!.(~-P-~! . Er
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cohlbo~:adt.lf.<~s 1~1n.1e~~s, ca.si. r.od._os.c:o.:dob. e,ses, enrre el.Jo~Ju.\1nJJ;1J.in,:x~i y fo~LQJ_ªf~ Moltna. \J.e~~)Jh, ~n. el Comttc Nacional. rrarab" sl_e__li1:1P~li1eJ~-'~'(JS boJJ.ªQ~Q:~.~.Y..fD elC;=Q.r1::iiré .dela pro\f_Íncia Err1ilio Parodi, l]Ll~3§b1Íra!)a__;1Ja carrt:.¡-_a l~e_Tra(i_ai~~]Segu.i:1clad Soc,:i al. 1ideraba a los parmiari()~_::i,e_\=rí_~<'>_l<'.go Larralc,\~q~l_c:'._t;[niría.n. volances dír1g1_dos __al ljorel Savoy en los que exí_gían la forn1;g:í_ó_i1_
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HISTORfA DEL RADICALISMO

do en la Facultad de Ciencias Económícas en torno al ahora ministro Eugenio Blanco, estaba· constituido por Germán López, Bernardo Grinspun, Roque Carranza, Alfredo Concepción, Félix Eiizalde y Roberto Pena. Carranza, Grinspun y Concepción inregraron ci Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE) (Acuna, 1984). Allí se elaboró el Plan Nacional de Desarrollo que seria puesto en marcha en ocrubre de 1964. En agosto murió I3lanco y la elección de su sucesor recayó no en un técnico sino en un político, Juan Carlos Pugliese. Ricardo· Balbín había vuelto a imponerse. La presidencia del partido le otorgaba cieno poder sobre el gobierno. Aunque las tres grandes comentes internas que configuraban al partido en el gobierno persistieron como taies, sus diferencias trasce.:ndieron en contadas ocasiones al plano de la gestión de gobierno y aun en fas elecciones internas en las que se disputaron cargos parridanos y electivos y que, en general, con-firmaron la preeminencia del sector de la intransigencia que lideraba el presidente del Comité Nacional, sus enfrentamientos se mantuvieron diluidos en una red de aljanzas que, además, comemplaban los cambiantes alineamientos internos p;ovínciales. Las disputas se onginaban, más bien, por la ocupacíón de espacios de poder con los cuales satisfacer a las clientelas electorales. Tcach (2006) enfanza, en este sentido, "la sustitución de las fracuones permanenres organizadas de modo centralizado por listas ídeológ1cameiite más laxas" con relaciones "m<Í.S íluídas"que, en la medida;en que acorraro11 sus diferencias y limitaron las posibilidades de un cisma, favorecieron al g(1h1emo. En junio de 1964, cuando se renovaron las autondades del radicalismo metropoiirano, sólo en cuatro de las veinte círcunscnpciones se presentó lista Li111ca. Fn el resro compitieron la lista Unidad, onentada por Julián Sancerni Ciménez (unionista), [mransígencia Nacional que respondía a Francisco IZaba11al y sectores índependiemes encabezados por J. J. Trilla. Los votos le oroq. ~aron el triunfo al sector unionista pero el intendente, Francisco Rabanal v R1~ardo Balbín lograron una alianza de las minorías 111ternas y se quedaron . . 18 con buena parte de 1os cargos el1rect1vos . ·¡(idos los hábitos de vida interna del oficíalismo en Capital habían sido destrozados -sostuvo la revista Primera Plana-, Sancerm GiméIJC:l ya no podría nunca más llegar como antes lo hacía a la intendencia de Francisco Rabanal, cruzar sonnente los pasillos sin quitarse el sombrero, saludar folklóncarnente a los muchachos correlig10nanos que ocupan cargos municipales y utilizar, inclusive, el mismo

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ascensor reservado en la Murncipalidad para uso exclusivo del intendente y unos pocos altos funcionarios 19. El énfasis de Prímera Piana, fuertemente crítica del gobierno, estaba puesto en de:nos_trar que las rencillas de comité mmaban la gesrión radical. En d1oembre se realizaron comicios internos para seleccionar candidaros en v1st~ d~ las eleccío_nes legislativas de marzo del año siguienre. En Clltlbur se 111scnb10 un~ sola lista, la :íerde, de onemación balbinista, mientras que en Caramarca las llS(as de la UCRP mostraron una clara hegemonía del sector liderado por el ,senador,_Ramón Acuña, amibalbínista. En orras provmcias -Santiago del Estero y .'.:lama Cruz, por ejemplo- Ja lucha rnterna se entabló en el se~~ n:ismo del Poder Ejecunvo y enfrenró a gobernadores y vicegobernadores · En laprovrnc1a de Buenos Aires fracasaron las gestiones para unificarse Y el bafü1111smy (Lisca Verde) triunfó sobre las huestes de Crisólogo Larralde, el urnon1smo y los sabattinistas (Lista Celeste) 11 . Después de conocidos los magros resultados obtenidos en las le¡e;isiatívas de 1965 -sólo rr_eíma y cinco bancas de las noventa y nueve que se disp-maban-, el diputado radical del pueblo por Santiago del Estero, Juan C. Zanom, haciéndose cargo de lo que estaba en el á111mo de los opositores inrcrnos al presidente del Comité Nacional, llamó a Balbín "padre de la derrota". La renovación de autoridades partidarias estaba próxima y se barajaban nombres para reemplazarlo. En el norte se unieron formando una liga los núcleos Actualización y Reforma y Agitación y Lucha, de Turnmán; el Movimiento de Intransigencia y Renovación ele Jujuy y Afirmación Radical y Avanzada de la Juvenrud de Salta. Postulaban el abandono de viejas prácticas y exaltaban ia figura del presidente Illia. Pero la candidatura de Balbín, que por u-atarse de una reelección necesitaba dos tercios de los votos de los convencionales, ya se había afianzado. Las autoridades partidarias de Chaco, Corrientes y Buenos Aires eran balbinistas. El gobernador de Tucumán, Lázaro Barbien; el de Sama Fe, Aldo Tess10; el de Misiones, Mano Losada, y el dirigente metropolitano Julián Sancerni Giménez lo apoyaban desde el umonismo junto al gobernador de Entre Ríos, Carlos Contín, y el de Buenos Aíres, Anselmo Mariní. Los distritos dudosos eran Córdoba, Catamarca, La Rioja, Jujuy y Santiago del Estero. El senador catamarqueño Ramón Acuna, el dirigente salteño Miguel Ángel Martínez Saravia, el chaqueño Jorge Pisarello, el sanjuanino Américo Aguiar Vázquez y el santiagueño Benjamín Zavala establecían alianzas para apoyar a Linea Córdoba. A fines de 1965 se realizaron los comicios mternos. En Córdoba se impuso el sabattínisra Eduardo Gamond. En Santiago del Estero se resolvíq la

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HISTORIA DEL RADlCALISMO

di,1H1ta arne:-. de la> eleu:1ones imegrando a la lisu de delcga(fos al Comir 1ndependienres ca¡maneadus por Juan Trilla, con el 21 por cienro de los vnros, i10 lograron 1111poncr un delegado al CN y Unidad Radical. que nucleaha a los urnornscas y a lnrransigcncia Popular, se reparrió la delegación. Segt.'in los cornenrarios ¡msccnurcs de Pr1111a11 P!t11u1. una hilera de m::mca r:txis recorría las calles de Pom¡)eya hactendo suiLu sus bocinas y dcsplegando b;rndenncs que prucbm;1han el rnunfo de Rabanal. La explicación esraba en que el 111cendeme Rabanal había liberado de mulras a Li Cnopcraciva de Taxis; ¡n:s semanas all[es, unos mil doscienrns punreros de parrol¡uia que re11u11 cargo;, rnu111ctpalcs habían '.t1Hado h prnp:iganda en la necesidad de descruir rrenns v caudillos, h;1bria Ltrnb1én reparndu ¡)uesrns, aunqlll: nu pue
rars~ los recursos de la Caja co11 los del Municíp10 . lZicardu Balb_i11 obcLl'/U la ¡1rcsidcnc~a del Comiré Nacional. En lus pri111cTu~ 11 iese.'> de ¡ ')(,6, el parrido ,,e abucci a discuu r candidarnras para las elccuo11es ¡u¡u1;1' que debían realizarse en e11ero y. rempran.ameme, para los co22

1111uos de renovación de la gobernauón bonaerense. Balbin impuso sus Lallllida¡m. Ln jujuy el sahamrnsca Amo1110 Bemacchi, al .l]Ue se le arribuía d apo\'l) Je los sn·llHes pupularcs, fuc reernpLnadu pur el balbirnsra Eduardo Ur1u11Jo 'liJChón, vinculado a lo; gru¡)os empresarios. En Buenos Aires co111c·1wí a allrmarse h candidarnra de Raúl Alfunsin. En Córdoba pu¡aban rres L.mdidaws: el iiw.:nderne Vícror Marcíne:t., afiliado a la UCRP cn 1')58, proksur de Filosofía; el dipmado nactonal Mano Roberw, delfín dt: Sabamrn y ;u111go del presideme llk1, y el u11llJ11lsra l{1cardo Scrafini, que finalmeme deudi
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Universidad. A Roberrn en cambio le arribuían los sufragios de los secrnres populares y algunos peronisrns, Mü:i:Hr.as )o? rumores de Ja inminencia de un golpe rnilirar t:_rccja.r1... J:~_ es1967 consmuía una de las prím:ip~Jes prc9cLip-'\Q{;!1r;s de los radicales. Emendían que. en ¡~~;·r~, i:1-~<1;~­ rra~~g!;i ~ s~g_LtÍ_!: 11..'l!:a. las elecciones nacionales de

rinuic!ac! del gofaknw dt:pendía del rumbo que eligieran. El cl1:barc esraba enrabl.fldo enrre qLiÍt'.r1_es proponían proscribir al perornsmo y los que so.~r~;~·ían que cm prdfrH~Lc. pc;rd~r el gobierno pero salvar los pnnc1r;n;~. i~;lbÍ1; ~~ inclinaba ~~!:!__sisr¡:ma_ge vallas sucesivas, plazos, rérmin~)S yrcLlL;i~1r~J~·~~iyo 111cl1mplir1,ii~E1.CO C()locaraal peronismo en las re
rnnm,lJ.lia..~t\.ldiab:iJa posibilidad de esrablccer alianzas parc:iªJ.~~1.P-IQYG1cia ptlL~_s:i;i,_~i11_cJt:sdeñar a algunos secrnres del peroi1i~1110, posición quc

susc.fnrab~~a..!!1.1?~.Q...~_lg_ui:()s
"El gobierno de los incapaces" En _fcl1r~r_()_
del_p_~_eblo_?['genrino y los resorres de la economía compromcrido;, 1;01: la polírjt,:a.-2.":rro)_~Ea.•_décrrica y monecaria de su anrecesor. Es_ct,: _]'.ifo~~~) o_0j_e~fr\úe su:'i~.2.':l~rí~ anulando lo;; __conuaros perrolcrns, rarificando _la rnvalide1. ¡urídi-

c¡_d<;;J~§__~o_11Ccs10nes

elénri\;as y pQJ)Ít:ndo en manos del Esraj~ los ~er~1cios públicrn;..fundamenrales_. Se..íncorporaba, además,. la consid~racicíii de·Jos-ñ'Y<"dicamenws como un bien social, lo cual ¡iurorr1.aba al EsraJ¡; ·~ a~¿;_;;~-,~i~-~~;­ bre. SUS-·precios )' la SUstra~ciÓll de la economía ; Ja~ ~í~~IS-l~;;~~;-~¡'~¡° t~:J,;1do

Mon~~~¿[ifor~_ií1~~i()iiaÜ~M_!). En cuanro a la polírica.moneÍ:an<~, el.pro~:... 1 grama definía la lucha comra la inflación en rérmmos Inversos a los que se . habían sosrcnido en 1959. Para conrener el alza del cosro de la vida sin afecrar la plena ocupación ní el desarrollo económico debía mcrememarse la producción de bienes y servicios, imponer el salar10 mínimo viral móvil y esrablecer un dispusmvo de seguridad social. Y volvía sobre una cues¡ión incorporada en el programa de l 93 7. en la Declaración de Avellaneda de 1948 y en las Bases de Acción Polícica que cons-

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HISTORIA DEL RADICALISMO

rnuveron el programa:parti'darío en las elecciones
~e

caso, esa propuest_a__:_,i~~--'.'.l!r:i.1c:ntar la p_rodl!ct1vidad; ~~c_:}_~'.~~--~L'.~_c_:::~~: propiedad déf:{~(-¿;~tico¡::~-~lucror a través de la división del latifundio y la promoción de p~iTft~c;s«:ls...coloniz.ación; fome1Har el coopéi'arlv_ts~\J)~..:sostener precio~ J.c:,.~E9.Y9..a_l;a;pro,cl~tccíqn ~gropecu~u1a. El desarrollo 111dustnal es\ raría p~~t~gido por. aranceles y fomentado con una polír1c;t crediticia onenta! da especialmente a la pequeña y mediana industria. La política_ Ínternacion_al se mscribía en la tradición yrígoyenísra: no interv<::nción y autodeterm111ac1on v solidaridad bnnoamerícana, e incluía el apoyo a los pueblos que lucharan ;ior su liberación y la afirmación de la soberanía de las islas Malv111as. En cuanto a las fuerzas armadas el plan se reducía a tres puntos: disminución del nr<::supuesto, moderrnz.ación de la estructura operativa y subordinación al po~lcr Civil. La propuesta sobre los instrumentos para poner en funcionamiento el programa se resum(en en la convocatoria a los parndos y las fuerzas empresarias y laborales a integrarse en un Consejo Económico Social para el planeam 1e11.co democrá[ico de la economía y la creación de organismos especiales que regularan las relaciones laborales. . . Si bien la UCRP se ubicaba claramente en el campo del ant1pero111smo, el

pn1;r~~t.~.~~~;~~}ipj~~--cksplcgalh.en. el

progt:arna,.iiv

éúestio'.1ªEJ~l?s.li2:iea-

1111en tos generales. im puestC'..~.J?.<J.f .~].. g
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~~ ausenc'.a de

racionalización en las <::mpr<::sas estatales -el caso más claro era \ Por otra part<::, los aumentos de salarios excedieron Jos límites \ ·r • 1 previstos por el equipo económico }r entre fines de ] º64 }' 19'" · , ;; tJ __, se n1aniksto una incontenibl~ alza del cosro de la vida. De todos modos, el saldo era positivo. La econonHa ~rgentma había emr~do en un período de. recuperación pc!O Y; por 1~ot1vos d1ferenr_cs, n1 los srnd1catos 111 las corporaciones empresarias estaoan dispuestos a admmrlo. -·

l'err~carnles-.

En noviembre de l 964, en la pantalla de Canal 9, Álvaro Alsogaray, que <::n ese momcnro 111tentaba recrear el Partido Cívico Independiente con vistas a las elecciones de marzo de 1965, auguraba que el gohierno estaha próximo a perder el control sobre el rumbo
el ggb1sr110_ de Frondizi había fortalecido a las nípulas y la CGT había vuelto ª·Sl!.'!..1.:!l.ª-~º-5.· La_pr_oscripción del partido lt:otorgaba: ;d~~~-;~~~¿~;~-~~-;~lad en el ~M!_lpQ¡:igJí_tico. Cuando se mició el gobierne; ll~-Úli;y;¡;;L~i;
j

216 --

HlSTORfA DEL RADICALISMO

Lrupul'"'1111cme phnific;adas. _Ni_la n::au1vaL·tti11 e<.:onórnica n_í lus_apunctos de .rn ,lid.1;, 1ulis1rilrnnvas lu>· .~t:l~tv17ru11. Comu pbmea Junes ¡irul~sion;des ¡1ara aumemar lu::. LDmroks y dcmucra¡izar la vida 1 \: 11lll_T11.1 dl_ lu~ ~ÍtHliLaLu~ -y for[alcu.:r ~u ¡1L~o cu el escc:nano .polírico. Se insii .. rilii
\1 en1lurgu, e::.u 110 k trnp1Jió avalar, en diucmbre dc 1964, el frusrradu n::gn:~ s1i al p•_ií::. del ex 1.~i-cstdenr~ y captraliz-,~r pulíucameme la deus1ón del gob1er-

L110

de frusrrar la Opcra<.:1on Rcrurnu recurriendo al gobierno de Brasil. Durarnc el dcsarrollu dc los cunflinus gn.:1111.ilcs, el. gobierno asoció cl

man ret u~;11_en_ru. ~l~L.~1-de;i c:~.i~.!~ ,;~~c:n~ia de- reprcs1Ó11. -~ª o_pos1ci11i:i_, por-~i comrarro,_ csgrnn1ó una crírica que sc romaría 1·ecurrcme durame wda la gc~­ uón 1;IL,lic¡d: la ínopera11c1a y la t11c·:¡¡i1pnencia. En fobrero de 1964, dcspués de uiu cnrrcvisra ctii1 cl ¡1rcsidcmc, d dirtgemc dcmócrara progrcsisca Horacto Thedy lc u>inemó al secrcrario gcneral de la CGT. José Alonso, "lo uim¡iliL:ado dc rndo csw cs quc d prcsidemc de la República crcc que rndo amla hic11 y que aquí nu pasa nada". Y un1cluyó comparando a lllia con Yrigoyen: "Si siguc así3_ st: va a enrcrar dc la síwación Jd país por el mismo méwdo ... refugiado en un r·egimtenrn". P1·i111em Plr111a, dondc se publicó d cumcnrarw. :1grt:gah;L su prup1<1 cvaluactt:in: rniemras arrt:c1aban las críucas a la 1u1al mopcr;rn<.:ia del gobierno, ésrt: µruducia wdu upo de mcdidas que wnro los cm presar tos t.. orno la CGT consideraban "meras aspirmas". Y concluía dcs1acando las c:o1ncrJenuas cmre ambos secwres, cuya acción concurreme 1111et1raba saur al gobierno de la qu1cmJ 27 . No scílu se traraba dcl plan de lucha dc la CGT, ramb1én se mulu¡)licaku1 bs de11unuas subre la ex1srenua de "grupos armados que se preparabde i1.quícr
s1mb.o!.a,'L\,;JlJDOJ
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lisras enfarizaban gob1·e i·no no rcn1a ~ · una 1'd ea cara j ¡ como · -------------·_ _ la idea' de c¡ue ,>¡ ~ le acrLtaLf.911\Ja e! ~errorismo que crecía en roral impunidad, y a~~da6«~~ el orden c9i_1 _l_a pres_enc1a mili car. ... · f,

PQ.f

S~I.r-.arre,

las fuerz,as armadas habían

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rrans-

/i

.O~ffii!fl?n~s gue las habían llevado de la ÍnJerenua casi comlia 11 a enp;:oblc- }\,

.?1as.poh:,1c,0s y ~()c;1ales, grandes y pequeños, que derivaron .eri, .pt,;fn,Hncnrcs planr:os. ªl gob1eroo de Frondizi, a una presc111dencia expecranre d¡:i:iy<}~[¡ Je! c~iagru.1rnco.de. qn\:J
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1963, era obrener ~ohesión y profesional izar los cuadros. De allí se había dcr;-

~ado la posibilidad .del llamado a elecciones aunque sus resultados 110 los cunrormaran • Hegemonía' azul y. go 1L)1· e'1·no co - Jora(fo, propone Rouqu1e · , para carac-

rerrzar la coyun~ura que se abrió con el rriunfo de lllia, siruacíón que algunos secwres del pamdo gobername pretendieron revenir rehabilitando a los oficiales ~olorados para comrarresrar el peso del seccor liderado por Juan Carlos Ongan1a que, sin embargo, permancció como comandante en ¡efe.

La.~ihJ:,~i.911 a la docrri na dc la SegL1.ricfad.Nªc.1.on4LÜ11b_ui;¡,_g_fa•Jucrzas arm
c1ado_mA1l1-ªIfº-~k lª Qumra Conferencia de los Ejér~ir;~-A~~e~T~·;;105 , ccl.s;h.rn~f!. \Ye~r.Po~m, Onganía la defimó: preseiyar_los v~k)r~~ de -l~-~ 1 ~ili;~1 ciór1;9_c.i::;1g("._Qrn! y_c:ris.r1ana. Eran el brazo armado de la Con~r{~~i~ic~;:i.·i;·~;~<;~-po pocli;i?-Iºlt:!:_ar desbordes_ cJe aurnridad provocados por idt,;()lqgf<:t~ Co:XÚI!GJS.~ Y, ad~m~..J22.l20díansusuaerse de los desafíos que el desarrollopjai')teaba. En cnt:ro.de.120_5.,_ \;i._forn de Onganía csraba en la rapa de la revisra Pmn.mz Plrnw. Eu_e5_e_qlj1~e;go se realizaron las elecc10nes legislativas de marzo ele J9G'í en.las._~tt;Üe.s__\;.Lgobíernop.onía a pru¡:ba su esrraregia de inrcgr',~i:_g;:~~li_-;:1 lr_ncn­ re aLµIT.Q.!JlSilJQ_excluyendo a Perón. La campaña decwral fue imen~a v la pr~.l.P.'.!1E95:\.~_J?..!~~~11_tcí. formas novedosas. Los mínnes rnL;·1~i~~~di;;~;1 ~;-~· ~'-ias gr.and~,~-rnn.s=.c;rirrnc19nes fueron re~mplazados por formas ~1L1e ·1:1 ¡~~~~~~;;·'J·efi­ nía \:.~!}10 más "livianas" y "digeribles" que consisrían en al)u11_c1~~!:~r_c_~Ql:_(l_C~lgan­ da.grnfic:¡_,_rne_sas redondas y enr~ev1srns reievis1vas a los candidaros. Un comenrarro recurrenre era c1uc ya no había muro~ para tan~t~s ;f~~l~-~~,:-i\'iienrras un concejal radical del· pueblo del partido de Maraderos esgrimía la reoría de que a los comHés no sólo les corrcspondía su propia pared sino la de los edificios de enfrenre, los demócratas progresisras confesaban rrabajar sobre el plan regulador de la Cap1ral fedcral que mdicaba cuálcs eran las esqumas nüs populosas. La UCRí cenrró su publicidad en la rclevisión: un spor de veimc

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HISTORIA DEL RADICALISMO

segundos en el que ap
. · · . . Illia y a Perón . ~C:.:2.2.<:.1:~.5:0mo s~~tara "lQ.~D.J_IJ.s;gQ;_ggbe1uaci_9J}<;:S_Jl.!"SIYJ.Q~~a.!s2:.1:.l.J:r.ig~1:-;:9J~1e _q~~e -~LS:§~'.l_~uto de los ,pgi:_tíq9~,¡;i9l_í1i.<.=.Q?..!?.'1!}¡,:ismad9.,en djc:jemJ1i:~ sl.e~.19.01. ~~rmití~la_part1c1pació11..d.el._p.~r.orn~JJ1,Q,.,.;i,µ11q.ue imJe_vaqtab.;:i 19.. p1_0.s<_:11pu_on a Im~n .. La campal}a,, s:¡1tOIJ5;~.~d.<;.J?S!.1;:\I!Z.Q.: .. ~~JJ.C::RP ;:¡p~ló_ <J. la.~Í(;o,tomía democ1:;¡c1a o totalitarismo"y,¡;c;i;;dit~Ua.,i:;:ampa.í1a_ck 1962 oponiendo la defensa de las.1.!!.st1rucio11es a un.salto aLv,acío. El ex vicepresidente Alejandro Gómez, junto a ex ucns~~-.~ ~~~;~" z~~Ó·1~.<.:·GoldrraJ, Atilio March1111, Eduardo Rosenkranrz y Nabucodonosor Sanron1, dos días antes ele las elecciones hizo público un manifiesto a favor del gobíemo "pese a sus errores", en el que aconse_jaba a la ciudadanía tener presente la experiencia de 1930 29 . La mayoría de los pamdos de oposición fundó su propaganda en la denuncia de que d parndo ~ober­ nante esgnmía una falsa antinomia. En el acto de cierre
En algunos sentidos los discursos reeditaban la campaña de 1962, pero las condiuones eran otras. En pr111cip10. la v1genc1a del sistema de represenrau<Ín proporcional hacía que ninguna fuerza pudiera tener mayoría absoluta en la Cámara; por ocra parte la UCRP no tenía el monopolio del ant1peronismo y el pero;1ísmo estaba dividido. Los candidatos de Unión Popular

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sostenían gue en sus lisr , ¡ , . as permanecia e perornsmo leal a Perón y b .. ban a "Jos traídore d l .. " .. . no co !)a. s e a causa . Esos traidores, emre otros, estaban nucleaj l os en agrupaciones neoperon t .b ¡· . I . , . . . is as que . ªIº t 1st1nras l enom111ac1ones com 1Í~eron en las_ '.nstanc1_as provínciales: 1i·es Banderas (Entre Ríos y Santiago N~tero)_; Acc1on Prc~vmcíana (1ucumán); Acción Sanluiseña, el Frente Popubr eugu1110 y el Pamdo Blanco (Río Negro y San Juan),

:le!

A. pesardd esfuerzo de los partidos menores por convenc:er al-dectorado

d

e.'._l~e ~l pam~_?_goben1anre

y elperonismo no representaban Jas.úni.cas J0 c1ones, los resultados electorales dieron cuenta de /a polarízaci.o'n.. c. fi............~. ¡ 1 8'3 80\ . · d ¡ . .·JU 1ago e de;1tb.'po~ ciento ,el ~· ecror~do y el voto en bla~co sól9 repre~~n tc)_e:l ?."~ ~;l~r ... las !1?Venta ynueve bancas que se disputaban Unión Popular obtuvo tremta y seis y Ja UCRP . · ,-· _ . . ·· · ··· ·: · , , . treinta y -lllco. Los partidos neoperon1stas ro¡-o--· ... .. - . .. . ta izaron ocho. Las veinte resta · t · : :1· · l' . . . n es se e 1v1c 1eron entre siete partidos. El'MID y a UCRI pa1 nupaban por primera vez ·en una connenda electoral como partidos separados. A rnnguno le fue bien. El Frnndicisrno, con el 6 rmr ciento de los votos, sumó cinco diputados a su bancada La UC.~l,l l '4 · . · ·' ' , , ',con e por ciento, obtuvo un diputado. Del resto de los partidos que se presentaron sólo la Federación_ de Parndos de Centro llegó al 5 por uenro Je los votos, Los potenciales aliados del gobierno se redujeron.

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T........... :- _ .

elecciones la CG~ opin_ó que Ía aplicación dd sistema proimp_rop10 e unpopular , hab1a mostrado, por un lado, el agrupamiento del pnvdeg10, por otro, la fortaleza del sector popular y, finalmente, la derrota de los núcleos sin bases, aquellos que se calificaban a sí mismos como "gorilas", el socialismo amarillo y los grupos reaccionarios y representantes de los "libertadores" en quiebra, los Alsogaray, los Manrique, los 12 Aramburn· . En el otro extremo, Alsogaray manifestó que el destino del país dependía de que surgiera una nueva fuer?,a porque "el régimen peronista y el de los ideólogos nacionalistas, soc1aliscas y comunizames infiltrados en el radicalismo que detenran la conducción económica actual son la misma cosa"·''. Y Manrique; el candidato extrapartíd;1rio de Uníón del Pueblo Argentino (UOELPA), vanc111ó el cercano derrumbe de la democracia porque el cuadro político resultante era irreal. Las dos fuerzas mayoritarias se asentaban una sobre un mito, la otra sobre una opción, y nmguna representaba al país "verdadero". El peronismo por soberbia y el radicalismo por incapacidad demolerían e! s1stema34 . .

Pasad~;. las

p~rc1onal,

Emre ~n-es ~e- 1965 y princ1p10~ de l ':JG6, la profecía de quiet~es sostenían-\ que las_polit~_cas ~xp~ns1~as y r_ed1smbur1vas ~!el gobierno generanan una pro- ;· funda cns1s ~omen¿o a cumplirse. La s1wauon se caracteri1.aba por la alta 111-

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1Li, 1<'>11, la cnsÍ.'> de la balan:t.a de pagos, la suspensión de las 1nvers1ones, la fu~:1 ,Je: L;tp1Lalcs y el délluc fiscal. Lus radicalcs la atribuyeron a una accíun delihe1,1,L1 de ills' grupos de 11Hcrescs que rcaL:c1llnaron ame la pérdida de sus 1>rL·1·1 "~a uvas. La 011us1cll)n políuca, a la 111capaudad del gobierno y los deft:n~"rcs polí¡icas ~cunL)1111cas liberales, al mudelu que se 111rernó 1mplamar. l'"r <>tLI ;iartL', la rccdiuón de una LT1s1s, recurreme en el pasado, Je la 111
:k

tr1,1 aJ.llL:~rera Lucumana que 1ncenuvó d conflicco suqal !e permmó a la opo'1CtLÚ1 segu11· agnandu el C:rnrasma del cornurnsmu freme a un gub1ernu que sq;Li11 la versión de Primna P!a11ll 111sisría cn "resrablecer la calma por medio de 1:1 calma". Y, finalrneme, hs elecciones de re11ovación del Ejecunvu mendm1no, ahril del 'l(ií, ad~1afi1aron dr:un:imameme Ím[1,lisibil:ida(l§c-i~e­ \()lver ~-(}¡(~;;~:; ·~·11 rup;;¡_;J.ht c;ue.st1ó11 pero111sra. La oprnin por la proscripc1Ú11 o pur b 1rnegr:1c1Li11 111111arÍJ a la :1d1111111srrauón radicaL FrondiL1 era el

rn

la

L'IL:lllplo, au11quc: las L()lllliuuno eran ouas. El rnunfo dc:mócrara no mongc:r" el verlbdc:ru t:nfrenra1111enrn enrrc: lo, dus candidaws peru111sras rivalc:s, u1w avalado por Vandur y el urrn, por !\:nin, que: lo superó en vorns. Ames bien, n.:ddlrnó las esrrareg1as de: a111hos. Alonso, t:nculun1nado cun d se_gun-_ ,lo, u>nSlllllVLi las "62 de Pie" y l(>nakc1<'i su perspecuva de que el fumro dd ,111dicalis1110 110 dc:pemlíadcl s1src11J:L decturaf si1iu de ~111 guipe milirar que lú' 11 Hegrara coqiorar1vai11elHe, a la que concluytí plegándose Van~or __y ran1~1:¿n l'.1:r1'it1,.L¡t1cc 1Hi--1gnur:1h~1h .1nrn111e1.11.:ia del d;:~~nlace. Un u>111u11ic:1Llu de i\Cl U. (AsLklJC1ti11 Coordinadora de las lnm:111c1u11es Lmpresaria' Libres), enridad que nuclcaba a la Suuedad Rural Arigc1H111.1 (SRA), la U111ón lmlusrn~1l Argl'.1rnna (UIA) y la Bolsa de Comercw, !,,olic1ralia al gobierno 11reservar Lt Cunsurnuu11 quebranrada por los cunfli~­ 3 itus gremiales ~t través de mnlidas L¡ue rcsLahlcueran el urden y la disuplina· ), y u11 lll'.lllflO después publicILu un documemu 4uc: analiLaba la siruac1ón ecoJHi1111ca y suuaUEl diagnlÍsl1Lo enfauLaba la 1mcgur1dad y el desalienrn y ·~numt:raba sus causas. E11 pnmer lugar la 111lhc1Lin, que alelHaba conrra el h1e1ic!'aar ge1ieral. sucavaba el n:g1111e11 de la prup1edad y la empresa privada v ge11eraba "la ruprura de lus vínculm normales de conv1vc11ua enrre los disi111t<" grupos sociales y dt: csrns con el Esrado", En segundo lugar, la expan•lt.,11 del LsL1do y el creuemc 11uervenuo111,1110 que cercenaba las acovidades 11ri1':idas. Y, t'i11al1ncme, la 111capaudad del gobierno para ev1rar las aniv1dadc-.-. disulvctitc:. de gru¡10:. 1111111>nurws --wma de rehenes, ocupaulÍ!l de fal>rlL:t'> y u1i1ver:i1dades- L¡ue ¡irucurah<111 1rnplamar regímenes reñido::. con L1 ( :u1iS[llllCIL.,ll )' la propagaC!Ól1 de iLle~lS cHrellllS[aS que propugnaban el COlcn1v1s11105G.

VmGINIA PERSELLO

221

El documenru de ACI EL ¡rasumaba una sensación de alarma y de amenaza que comparrían mros sectores de la c:conomia y la socinlad. El goipe era inrnmeme Y como en 1930, cuando el gobierno de Yngoyen fue desalo¡ado del ¡~o~er, ~no de los argurnenros fuenes era la íncapaudad del gobierno, sólo que en esa coyunrura los golpJS[aS, aunque descreídos del sufi·ag10 universal y del va-

de-~ª democracia comt_i_:,¿g1men polínco, esgrimían la necesidad de res¡aul~n cambio, rn l~2§j.,.é!ira ..ya no .represel],í;1Jrn.. \!JLY
rarla.

han ocu~.ado en rndagar la ~<Jyunmr:i previaal _g9lpe._. planrea que predominaba un c~rn,s_e~.s~i_l1s,re_r,n:111~c1ó_11:,· en la medida en que la mayoría de los acrores co111c1dia c~1 que cr~n las 111sricuc1ones y las reglas de ¡uego las que debí-

an cambiar. y c:'.'..S~~11:_~ ~~::i_lc;:_i~z (1993), en sus rraha¡os sobre el perimlu, asocia el qu1eb,re_~_l_e!.ordcn cons¡imc1onal cun la esrrucruración Lle un "con-

s~~-C2-~l~l!J~~1.Y,<{', qu~-r~·;¿c;~;n,~b; c~l!~n·al1

111eficac1a del s1scerna de ¡;:~~:~¡~[;';:~ ·¡ que no hab1a 1x:J1do dar respuesras a la anrrnom1a peron1smo-aq.[lperonísmu ! Y del gobierno rrenre a la alteración del orden, amculado en a la dlc:i- J

r;H~o 111~lisociablemenre unidos v el

ua y la moder111zac1ón. De hecho, ambos esran primero dependió de la emergencia del segundo.

.

Unos días después del golpe, un comunicado de la CCT sosrenía que el caos había fagucnado a sus responsables, el gobierno había s1du vícnma de sus propios acrns y si bien la cemral obrera no se regocijaba por ello rampuco era respomable de lo ocurrido. La mesa e¡ecuriva de las "62 de Pie", pur su par¡e, expresó que había caído "un régimen de Comíré sin representación y anEicuado" y comenzaba la rransformación nac1ona!'P Y Manano Grondona, desde su columna de Primera Pfa11a, plameaba que en ucmbre de 1963, cuando Illia ocupó el gobierno, no comprendió que no derenraba el poder, En los enfrenram1enws enrre miiicares de sqmembre de 1962 había surgido un caudillo, Juan C Onganfa -"hecho mudo e irracional, inexplicable y milagroso"-, y hasra que el sístema polínco no se reconciliara con esa primacía no encomraría sosiego. El error del radicalismo había sido, entonscs, no comprender que su rnISJón ~;:; ~·~·¡~bTU;;~~f~;·;·~~~~-11·~;::;·a~1

ca_L~~):i_i:~.s~_iiii7i_i~@~;;:·ca~~6-por ~1icin~~~ de revolución todo volvió a su quicio."

¡; 1~aci'2;1~· -~t'r"~-;~~i
...1 -

222

HISTORIA DEL RADICALISMO

Notas 1

"El radic;ilismo ba¡ob dictadura", en Polít1cr1... op. Cit., año ll. nº7, ocrubre de 1955.

2

Rc,olucionc.s aduptadas,cn la sesión plenaria del ComHé Nacional. 11'" 74 a 80, 28-29 de llctl!bre de 1955. ' Causa Obrera. Órgano de la Oficma Gremial del CN de la Uc;':R, año !, nº l, nuviemhrc de 1955. .· ' El documento completo consta en ídem. i "Los sindicatos y la política" y "El 111ovi1111emo obrero y las conqu1sras sociales". ídem. 111

" Discurso transmimlo por LR3 Radio Belgrano el 30 de noviembre de 1955. en Ni odio 1111cdo: rea111struir el país. Dismrsos de A. Fro11diz1. Declarac1ones Je la mesa directiva del CN

Je la UCR. Colección SEPA. Bs.As., 1956. - Discurso Je A. Pron
F.1 radicalismo rrrnre al gobiernó, Políllca ... op. 01 .. aiio IlI, nºS, 1un10 de 1956. 11 Citado por Gallo, Ricardo. 1956-1958. Balbí11, Fro11diz1 )' /,z diuJSión del mdicrzlismo, Hurnos Aires, Ed. de l\clgrann, 1983, p. 144. 1 1 ·• La reforma consmucional se debatió en la Juma Consultiva los días 27. 28, 29 y 30 de 111c1171> y l, 2, .'l. 4 y 5 de abril de 1957. '' '"Ayer, hoy y maiiana'. Los nacionalisws y la democracia", en !'olí11ca ... op. ot., año Ill, 11º '!. agosto de 1956. '""La lcirmación dd gabinete: semana de intrmcada actividad radical" y "Vacunas, tendcnn.is y contratcndcncias", en Prn11rn1 Plana, año I[, 11° 48, 8 de octubre de 1963, pp. 2-4. '' Ídem, "Vacunas ... ", p. 4. La Naáó11, l, 2, I¡ y 6 de ¡unío
211

La Naáá11, J, 24, 26 y 28 de diciembre de 1964.

" "El fruto de la discordia", ídem, aiio lll, nº 113, enero e.le 1965. p. 10. 22 "Y con ro
'" Grondona, Mariano. "Perspectivas", en ídem, p. 5.

" La Naoón, 20 de diciembre de 1964. "' Ídem, 9 de marzo de l 965.

VIRGINIA PERSELLO 22.) 27

"El presrdemc ere d " e que no pasa na a 'en Primem !'lana, aiio ll, nº 68, 25 de febrern de 1964, p. 4. 2H

'd 1 cm, 5. 8, 9 y 14 de marzo de 1965.

2·1"U

·r.

n man1 iesro a favor del oflcíalismo", en ídem, 12 de marw de 1965. Acto d e l Pam'J 0 ,Socia · 1ista Dcmocr
Declaraciones de la ce;·¡~ ídem. ¡ 7 de marzo de 1965 «¡ . . . d rl19te6r5¡líeta las elecc1ones el ingeniero Alsogaray (disenac1ón tclcv1s-1da)" 1·de111 marzo e ' . • , 19 de 1 . 12

\l

14 Declaraoones del ex candidato de UDELPA M 'd 7 • anr1que, 1 cn1, _ J de marzo de 1965. Idem, l 6 de abril de 1966. 36 Ídem, 5 de 1um9 de 1966. 17 Ídem, 30 de ¡ui{io de 1966. 15 -

Capítulo 6 "La Hora del Pueblo", 1966-197 6

En el diagnóstico de los militares, tructuras de representación y partícipac1ón vigentes. Era necesario fortalecer y racionalizar el aparato estatal para controlar a la comunidad. En septiembre

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HISTORIA DEL RADICALISMO

VIRGINIA PERSELLO

227

ele i ')(i(í, una nueva ky de rnrnisrerios los redujo de ocho a cmco y creó en ,,idii uiw de ellos un nümno 1mponanre de secretarías. La esrrucrura era p1r.11111d.il 1: se <..umpleraba con rres s1sremas que se aruculaban y complemenrnli.ii1. ¡>Lt1,IG1 miemu, uiiisulra y deu.'>ión. El primero incluía a_I desarrollo, la set•uridad y la recnologiii. El segundo, el ase.,uL11111emu a rraves de cons~¡os que ;~, 1111111 riiui ubrencr 111 f(irrnación de la cornu111dad. El rercero se localizaba en llitlll.,rerim \' remaraba <:ll el pres1deme. !.:i p11rr1c1pac1ón reemplazaba a la rc·;¡¡·e_,,. 11 raciiÍll ,y se susranciaria en lm cuerpos asesores dd Esrado Y en los

para wda la socieda_d. A parrir de allí la movilización social se incrernemó, el aurorirarismo fue jaqueado desde múltiples lugares y la "desobediencia" se ueneralizó. Si en 1959 Cuba había insralado la idea revolucionaria, ahora su s:sranc1ación parecía posible. Al proceso ele radicalización de los discursos se sumó el el.e prácticas, excedió a la izquierda, permeó a secrores de la Iglesia y de los pamdos políricos tradicionales. Y de esa acrivación enmarcada en una matnz i_~eológica _que negaba la negociación y sólo reconocía amigos y enemigos surg10 la guemlla para realimenrarla.

cuerDOS imermedios de la cum unidad. . . 'La defensa de los valore; de la uvilil.ac1ón ocudenral )' cnmana le dw conrenido al orden que se queria imponer que, en pnmer lugar, requería la elinllnación de la polírica, es deur, de las rrn:diaciones. entre la_ soC1edad y el !-.sudo que canalizaban la pan1c1pación de la c1L1dada1~i~ a rrave: de los pamdu.s, los .s111dicaws, la urnversidad, pero ta111b1en en d1feremes rormas de expresión culrural. El m¿rodo fue rnrervernr y censura'." E_! urden, por oua P~'.·­ ¡e, es¡aba eri la base del disuplina1111enw de la pu¡a dismbu¡¡va que perrn1rn1a estahilií.ar la c·conomía y generar crec1r111c!lrn. Y en su diagramación esrnban

En el sindicalismo surgieron líneas críricas a la conducción vandorisra. Cucsrionaban el proceso de burocranzac1ón que habla separado a Jos dirigenres de sus bases, la búsqueda de alianzas, la negociación, el acercamiento al gobierno. La CGT no canalizaba la proresra social. La CGT de los Argentinos, conducida por Raimundo Ongaro, reumó a gremios pequdí.os, Jaqueados por la polínca económica del gobierno, y el dasismo surgió en las empresas más dinámicas localizadas en Córdoba. La primera convocaba al pueblo -empresarios nacionales, pequeños comerciantes e mduscriales, inrelccruales, arrisras, esrndianres, rdig1osos y milirares que "riencn por oflc10 y vocación la defensa de la parria"- para consrirn1r una sociedad más 1usra y cnsnana en Ja que los uaba¡adores mrervinieran en la producc1.ón, admirnsuacíón y disrribuc1ón de los bienes y proponía que la lucha comra los nwnopolios y el imperialismo era una misión narnral ele los obreros. El dasismo apelaba a la clase rraba1adora para llevar adelante el cambio de esrrucmras que superaría el "parlamemarismo burgués" y conduciría al gobierno popular revolucionario.

i"'

LOIHerndos wdos los conflicws que lo arravesaron. . ¡.a I~evoluuón Argeriuna se: 1111ció cun el anuncio de que no rerna ,pla1,10 y que :,us ub¡e[lvoi; se cumplirían en rrcs [lempos. El pnmer~i, ecu,nom1cu, seria el de la acumulación; el segundo, ;:;oual, el de la red1sr~1b~~uon y/l rercern, polírico, el del ensambla1111enw de la comunidad con el Esr,1do. ~"n Lt ¡HiiLllCll, el gobierno milirar rransmí por rres erapas que se corrcsp~nden u>rl tres ¡1 residencias. El equipo económico de Onganía (1~66-1970) lideradu ¡ior su 1111111 scro, Adalben Kneger Vasena, ruvo c1erw ex'.ro i.rncial en la t1.J1 islormauón del mudclo económicu oncmando la acumuiacion en ben~­ llcit> de los secwres rrnnsnacwnalizados, pero la expansión de la arena poliuca lúe inevnable y la prmesra soual acabó con el mirn del orden. Lev111gsron ( \ ')70- l ')7 l) rradu¡u el riempo social en un mrenw por r~vemr las rdiicltll\es de fuerza a pan1r de la "nacionalización" de la economia y cierra a¡ienura 11 la parriupauón de la uudadanía pero sin arenuar el auwrnansmo, , ram bién fue desbordado por una suciedad cuyo proceso de acnvacion esra1 ti,1 cii marcha. Finalmeme, Lanusse (1')71-1973) marcó el uernpo de la pulírn:a ba¡o ob¡euvos muy difcrenres de los plameados en 1966. La salida elecwral volvió a poner en el cemro de la escen<1 a los parndos (Ponanrieru,

1973; O'Donnell, 1982). En mavo de 1969 el Cordobazo -convergencia médira de obreros y esmdia1Hes- m~rcó un pumo de 111 ílcx1ón no sólo para el gobierno milirar smo

De algún modo, las orgamzaciones guerrilleras reprodujeron esras diferencias. Los grupos que se reiv111dicaron peromsras, enrre los cuales el más ímponame fue Monroneros, se nutrieron del catolicismo, del nauonalismo y también del marxismo para proponer un vago proyecto de socialismo nacional. La anrinomia que dividía a la sociedad argentina era liberación o dependencía. Para los grupos marxísras, como el Ejércirn Revoluc1onano del Pueblo (ERP), en cambio, la comradicción pnnC1pal se leía en términos de clase: burguesía o proleranado. Todos coincidían en la legiumación de la violencia como salida. En esa escena polírica acrivada por los obreros, los esrudiames y las organizaciones armadas, al irnciarse los años 70 encomraron un lugar los parmlos políticos dispuesrns a salvar diferencias para reclamar la resrauración de la democracia a rravés de un proceso elecwral sin proscnpciones.

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HISTORIA DEL RADICALISMO

La juventud. Franja Morada y la Junta Coordii1.,dora Nacional En julio de 1966 las universidades fueron mtervenidas, se suprimió .la autonomia y pasaron a depender del Ministerio del Interior. El objen~o explic.nado p;r el gobierno era acabar con la penetración marxista y la a~1tac1on estud1ant1l. En agosro se disolvieron los centros y agrupaciones de estudiantes y ~n sept1emb1e, J~irante la represión de una manifestacíón en Córdoba, un estudianr: urnversi~ rano, Santiago Pampillón, fue abatido por la policía. A partir de allr. comenzo ' · exactamente mverso a j espe'.ad o. 1,as. . agrupacíones estudianules _ . de _ u 11 proceso rodo el' país comenzaron a unificar sus luchas e uitentaron rescatar la conducción de sus organismos. Y el comproiúlso y la md1rancia, que en l.a u~iversidad posperonísta estaba relativamente circunscripta al ámbito urnver~itar:io misr~o'. adquinó una dimensión nueva en la medida e:1 que lo tr~scendro, se amcul.o} retrnalimernó la protesta social. Y como ocurna en .s:itros ~mbitos, la radicalizarnín del discurso no fue pnvativa de las agrupaciones de izquierda. . El 25 de agosto 4e 1967, en la Unión Sociedad Liberraria y Biblioteca Pública Alberto Ghir;tdo, en Rosario, se re.Jizó el encuentro de las agrupaciones> estudiantiles reformistas de esa ciudad, Córdoba y La Piara en el ~ue se constituyó la Unión Nacional Refonrnsta Franja Morada. Allí coex1.rnan anarciuisras, socialistas y radicales. El nombre aludía a la agr~pacion estudiantil a la que pertenecía Santiago Pampillón. Un mes despues, esra vez en La Piara, daboraron la declaración constitutiva y se sancionaron los estatutos q_ue csrahlecían que el gobierno de la agrupación lo e¡ercerí~ un ~~ongreso Nacional v una Junta Representativa con funcíones de coordrnacron. Un delegado pm ,cada agrupación constituiría el Congreso y un delegado por cada regional reconocida por el Congreso, la Junta. La declaración¡ se iniciaba refinéndose al cincuentenano de la Refon~a · ' · · la neces1·¿ ad d e eV'lluar Un ivcrsi taría y asurrnendo como ob¡envo ' . . la s1tuac1on . . del movimiento estudiantil; de la universidad y ele su proyecc1on. a lo_s _amb,1,ros aq~entino y latinoamericano "a un afio del atropello a l~s L'.111ver~idades . En relación a la umvcrsidad el diagnósttco enumeraba la d1smmucion ele las hn:as, la imposición de medidas restricnvas para el mgreso a _los comedores, los aranceles, los <.:xámenes de ingreso eliminatorios, la supresion de turnos de cxamcnes, el aumemo de los requisístos de asistencia, los planes de eswdio "desprovistos de absoluta practic1dacl y sensibilidad.", la puesta en. 1,11archa de mecanismos de discriminaoón ideológica que implicaba la reducc1on_cle la ltbnrad de cátedca y la represión a profesores y alumnos. Pasaba despues a analiz.:ir el movimiento estudiantil cuyas estructuras habían s1d~destru1das o ms-

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t~umemada~ }' difer~i:ciaba a los que respondían a posiciones ideológicas politico-parudistas que mstrumemaban al mov1111ierno en su beneficio v se en' , ~ d ; cuonan con llnes e captación y los reformistas que actuaban como universitarios "al servicio
HISTORIA DEL RADlCALISMO

,k 11 wcracu liberal y con una pdcr1c1 políuc1 mucho más vinculaJa al comi1,· 'i u,- a Lis rnovilizauones populares Jificulraba su 111scrción en el marco del 111 ,,\ 11111 ullu tsrndianril en el que predomin~1ha el discurso rcvoluuonano. Por ll(l.l ¡uilc, se produ¡o un progn:s1v,, prucesu de ruprura con b dirccc1t)n del , rr do. Si 111 ud 1os ¡livenes hahia11 r,ideadn a lhlhin por oposición al u11io111s11 1 1

:110, ahora el '"quedanrisn10" esraba rcpresent.1do pur el balbirnsmo.

Un senor de Agirauón y Lucha rompió rnn la conducción del parudo y se consrirnyó en Movimícnw de la JuvemuJ Radical. Allí csraban Carlos Suárcz y Cuillcrmu 'lcllo lZosas. l'.duardu S;1gu1n y Leopoldo Moreau permaIH::Ciero~1 en el grupo pnnrnívo. i-:11 Sama h:, desde 1965, Luís Cáccres lideraba d MURA (Muv1rn1enco Ulllversnario ReformJS[a Amémíco) que contaba con el cenrro Je esrndiamcs de L1 faculrad dc Derecho del L1rnral. A fines de ¡ <J()(Í f(mnó el Movnrnenro de la juvemud Radical de _:;anra Fe,, de vida efímera, y poco deslrnés esrablecilÍ comacros con /\!!oreau y .'laguier. Como resultado de esos acen.:am1enros, en I 'J68 unos sesenra radicales se reunieron en una qu111ca, en Serlibal, prov111ua de Sanca Fe, donde se organizó una Cumis1<)n (:oor. Fm:·e R1us, /Vlis1u11es, S,uua Fe, Salea y 'focurnin). Luis C~iccres (Sanrah:l, Leopoldo ~lureau (Cap1ral frderal) y Miguel Molinero (Córdoba) c~onl~irmarun la mesa direcr1va provisoria.

l .a consigna q uc los cunvoLaha era comra la dicradura y por la recuperación democrácíca. El pruyedo era ¡r;1h,1¡ar par~1 superar la esrrucwra burocranca y clecwralisra de la UCR y rr:1wJormarla en un parudo de masas con una perspecuva nacionalista. popular y revoluuonaria. Se: expidi_crun por el re~u­ dio :1 las salidas elcccoralisras cumlicw1udas, los guipes de Esrado y ruda ror111:1 ,k perpcruacHin del régimen. En el l . l he ulrad dc Derecho de Buenos Aires, y Marcelo Srubrin ograrun imegrar a ¡uJHa eiecuuva por la 1rnnoria reforrrnsra JUllCO a Ernesw J:Cumovich.' que milir:iha en d Muvimiemu Nauunal Refornw.ra (MNR). La conducción la hegcinornzaha d Freme de Agrupauunes U111vers1car1as de Izquierda ~FAUDI). hi 110 v 1embre dc 1971, Srnhnn fue eleg1du secrerario general de la FUA Cordoba. L 1 alianza enue hanja Murada, el MNR y el MURA sc había 1mpuesru al FAUDl (Leucu y Díaz, l'J87, y ¡.:erran y Herrera, 1987).

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231

En 1971, Franja Morada se constiruyó en el brazo urnversirar10 de la Juvencud Radical-Juma Coordinadora (JR-JCN). Las agrupaciones univernrari~s radicales, .amoconvocadas en Rosario, se separaron de anarquistas y soc1almas y asumieron la consigna "Elecciones libres sin condicíonamiemos ni proscnpciones". La regional La Placa, liderada por Federico Swrani, aferrada a la posición que se sincemaba en el lema "Ni golpe ni elección, revolución". se opuso en ese momenrn a la esosión y adhirió a Franja m:ís carde. . Un documcnco, La co11tradicc1ón jimdmnental, definió la posición a parm de la recuperación de Alem, al que le atribuía la lucha por "la causa de los desposeídos", y de Yrigoyen, que había convocado al pueblo para luchar contra "las minorías defensoras de los privr1egios". En 1971. el problema en la Argentina era el mismo. La opos1c1ón causa-régimen se rrocaba en dernocracia-dicradura, jusricia social o minorías privilegiadas, liberación o dependencia, pueblo o anr1pueblo. No se definía en cérmmos de Ja disrrihuc1ón del ingreso enrre trabajadores y empresarios, no suponía enfrenramiemos raciales, religiosos ni por la lucha enrre panidos políncos. El pueblo argemíno, por un lado, Y el "complejo annnacional oligárquico-monopólico-imperialista", por el otro, eran "el enfrencamiemo principal entre sectores sociale~ en una sociedad dererrnínada" que subsumía rndos los conflicws. El pueblo esuba consuruído por la clase rrabajadora urbana y rural, las clases medias que incluía11
HISTORIA DEL RADICALISMO

era "liberación o ·dependerkia", pero la mayoría de los coordinadores, si bien manifestaba que la violencia "de arríba" provocaba la violencia "de abajo" y no cuesnonaba la "'vía revolucionaria", militaba por la salida electoral. Enrique Nosiglia, <Marcelo Stubrin y Facundo Suárez (Capital Federal), l .eopoldo Moreau (Buenos Aires), Federico Storani (La Piara), Luis Cáceres (Sama Fe), Aníbal Reinaldo (Rosario), Carlos Becerra (Córdoba) y Ricardo Lafcrriere (Emre Ríos} encabezaban la JR-JCN. Miguel Ponce, Luis Arana, Rafael Pascual y Cuillermo Cherashny se nucleaban en la Juventud Radical Revolucionaria (JRR) que se ubicaba a la "izquierda" de los coordinadores. El pew propio que los jóvenes comenzaron a tener en el panido consumía una novedad en la UCR, que comenzó a partir de allí un proceso de renovación de sus cuadros aunque de hecho éste no se tradujo todavía e,n ~ambios sustanciales en la conducción.

"La Hora del PueblQ;' y el Movimiento de Renovación y Cambio El golpe de 1966 cristalizó a la cúpula del partido, surgida de las elecciones 1nter1ns de fines de ·J 965, que siguió reuniéndose en forma clandestma. El presidente del Comité Nacional convocaba no sólo a los delegados stno a otros dirigentes provinciales. Allí se enconrraban, jumo a los miembros de la mesa directiva, el ex presidente Anuro Illia, el presidente del Comité de la provincia de Buenos Aires, Raúl Alfonsín, y el dirigente cordobés Conrado Srora111. Pero en la medida en que se radicalizaron los discursos y eclosionaron generales y diversas manifestaciones de protesta anriautornaria, en la UCR se produ10 el surgimiento y la articulación de sectores opuestos a la conducción. Al movimiento de la juventud -Franja Morada y la Junta Coordinadora Nacional-se sumó parre de la dingencia de la entonces llamada "generación intermedia". Los perturbaba la idea de la ínmovilidad de la socíedad v el parudo Frente a la caída de Illia, Buscaban el modo de transformar a la UCRP en una corriente popular y mayoritana, En noviembre de 1966 Conrado Srorani, Carlos Becerra. Facundo Suárez, José Resio, entre otros, convocaron a una reunión para intercambiar opiniones. En una quinta de Pacheco, en la provincia de Buenos Aires, se congregaron alrededor de cien dirigentes, Segun el pnmero. no estaba en su perspectiva dar origen a una línea interna o const1nur un movimiento porque creía que "no era el momento oportuno", que In que había que hacer antes era "movilizar las fuerzas partidarias dispersas para restablecer la unidad". A esa convocatoria -que se conoció con el

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nombre de "Reunión de Pacheco" o "de la generación intermedi· "· · , . a as1st1ero11 b' · T tam ien -.uan folla (Capital Federal), Luis León (Chaco), Emilio Parodi Al~o Tessio ~Santa Fe), Carlos Contín (Entre Ríos) y Justo Páez Molin~ (Co:doba) (Herrera Y Ferrari, l 987). Mientras esto ocurría la dirección del pamdo no descartaba la búsqueda de una salida concertada. A fines ~e Febrero de l 970 se reali?.Ó una reunión del Comité Nacional de la UCR. El r:iovimie1:ro para crear una nueva corriente interna ya estaba en marcha Y Raul Alfons111, distanciado del balbmismo, dio a conocer un clo~umento fuerreme~te crítico. del gobierno militar. Desde agosto de ¡ 966 est1aba compromet1d(1 en la ed1c1ó11 de la revista lnédr.'to, dirigida por cJ ¡Jeríoc 1sta · , , J\1ano" Monteverde . ' que· preten d'1a constituirse en una tribuna de

defonsa de lo ar~ent1~0, lo popular y lo democrático" sin íncurnr en dogun anagrama de ·su rionibre · Aleronso C arn( · ¡o lmatismos. fi Alfonsm, utd1.za11do . ,una, irmaba los editoriales, que según algunas versiones escribía el mismo Momeverde. Colaboraban los radicales Juan Carlos Pugliese" O.mrado Srorani, Carlos Carios Aleonada Aramburú e Hipólito Solari y ngoyen, , . ¡ , d" Perette, ~ . ~s peno 1sras Gregono Selser, Rogelio García Lupo y Santiago Senén~ Gonzal~z~ 1ntelectual~s como ~]~erro Ci~ia; Juan Sábaro, Alfredo Concepción y Jorge Roulet hacian los anal1s1s econom1cos, y recibía notas de los sindicalistas Ra1mundo Ongaro y Amado Olmos. El último número se publicó en mayo de 1972. En los primer?s editoriales, entre agosto y diciembre de 1966, Alfonsín fue definiendo su posición frente al gobierno de Onganía. Comenzó en acros. , d l . b to caractenzan o o como un sistema autocrático de gobierno que practicaba el liberalismo económico en el marco de 111ddi111cíoncs, cambios de nrmo y conrradiccíones producto ele la luch;'.l entre dos concepciones opuestas en el seno del aparaco estatal. Cont111uó en septiembre expresando que la Revolución Argentina no era una revolución y s1 durante el gobierno de Illia se había hablado de "vacío de poder", ahora correspondía hablar de "vacío ideológico". A fin de año, sostenía que para aiejar el peligro que amenazaba la estabilidad y la integridad de la República, se terminó con la República: para evitar las a~echanzas contra las instituciones, se liquidaron las insmuc1ones; como estaba igualmente amenazado el equilibrio político, se mató a la polítrca, y para asegurar el equilibno eco11óm1co y social, se trazó una línea económica regresiva y a11tipopular'.

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1.11111.111.0 de l 'J67 uimellLlÍ a proponer u11 11lan pulí rico basado en lo que ''los .11gc·111111os 'lutcren" e11comrar una '\oluci aun a cosra del sacrificio de la lilienad". Y enumeraba a los que cunstderaba los aliados nawrales en la bt'1SL1ueda de la democracia y la 1usr1ua sucl:l!: la CGT de los Argeminos, la ( :011lcderac1ó11 General Eco11óm1ca. el 111ov1m1enrn cooperauvo y algunos ,ecwrcs agropecuarios nu rc:prescmados en la Souedad Rural, los esrudianll.'.o, llls sectores progrcs1sras de la Iglesia, algunos mrelccwalt:s y los parnJos l'lllílluis L¡ue esraban reali:t.ando un esfuerLo para lograr corncidenc1as. l lc.1¡iucs de producido el C:ordohaw, en u11 edilOnal riwlado "La !:-lora del l'11«hlll", plameaha que: habían cedido "los 1nuros de rudos los diques" y que: L1 _,11L1auú11 11u ¡irocmaha una al1cr11ar1va ideológica smo moral: "¿Pelear o cedcri". La "rc:voluc1('i11 de manoneras" había ab1erru las compuenas de "una revuluuón en seno". El pueblo se: había pronunuado ''desnudo de ideologías. ""

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O desnudándose, para no discum". E ins1snó en que los partidos políncos debían encomrar punrns en común para luchar por la defensa de la Jemocr::J.c1a. En mayo de 1970, Momoneros secuesrró y dio muerre a Pedro E. Aramburu, uno de los promornres de una salida que involucraba a las agrupaciones políticas. En junio la Juma de Comandames decidió el reemplazo de Onganía, postergado desde el Cordobazo. En su Jugar fue designado Roberrn M. Levingsron. Los jóvenes de la Junra Coordinadora Nacional, no imegrados a la estrucrnra panidana, ya habían comenzado a alinearse rras Alfonsín y otro,; dirigenres que, como él, cuestionaban la pasividad y el acercamienro ·al ~ob1er­ no de la conducción pamdana, que a mediados de 1970 Je enrregó al rnronces comandante en Jefe del eJércim, Alejandro A. Lanusse, un plan de democrmización que implicaba levantar las proscripciones políticas y al mismo nempo limírar el número de parridos que podrían 111rerven1r en las furnras eleccionc:s. Levmgsron no parecía dispuesro ni a aceptar impos1c1ones de la Juma de Comandames ni a rehabilitar a los partidos, en rodo caso su imenc1ón era "profundizar" la revolución provocando un giro nacionalista en lapolírica econórrnca y logrando el apoyo de algunos secrores económicos y políricos con l::J. inrención de gestar un movim1enro n::J.c1onal. Pero éra rarde. Los sindicaros no estaban dispuestos a negociar con un gobierno débil y los parridos ya habían reaparecido en el escenario alentados por la ola crec1enre de: manifestaciones f1opulares amiauroriwrías. En noviembre de 1970 radicales y peronístas produjeron con¡unramc:me un documento, "La Hora del Pueblo", que suscribieron los pamdos Demócrata Progres1sra, Conservador Popular, Socialista Argenrino y la UCR bloqu1sta. Reclamaban una salida electoral sin vews ni proscripciones y comcidían en la defensa del mercado interno, el capiral nacional y la redisrrihución Je] ingreso vía salarios. Anuro Mor Roig y Daniel Paladino habían S1L!o sus aníflces. Algunos partidos pequeños lo apoyaron. En cambio el Ivll D prt:sidido por Arturo Frondiz1, la UCRI liderada por Osc::J.r Alende y un secror Je la democracia crisnana que: respondía a Horac10 Sueldo consideraron que: era necesario profundizar la revolución ames de planrearse la salida electoral. Desprendim1enros del Partido Socialista, el Pamdo Comun1sra y grupos vinculados;:¡ la CGT de los Argentinos, compromeudos con la salida revolucionana, dieron ongen al Encuentro Nacional Je los Argentinos. En el especrro partidario se reproducían las aÍternar1vas planteadas en la sociedad. Pero "La Hora del Pueblo" no resumía las posiciones 111 del peron1smn n1 del radicalismo en su COl1JUl1to. Para enronces el primero era un hererog¿neo conjunro que 111c}uía a Ja burocracía sindical en sus dos vert1emes: un,1, dc:c1-

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didamenrc "colaboracíonísta"; la otn¡, representada por el vandonsmo, que combmaba el "golpe" 'con la "negociación" y, finalmente, las cornemes más cornbarivas que se nudcaron en la CGT de los Argenunos, sm de¡ar de tener en cucma que a los líderes clasistas, en general, se correspon
w, importara. El radicalismo también reivindicaba su pertenencia a ese campo, Y aunque en menor grado; también estaba atravesado por contradicciones imernas. ! .a conducción balbinista tenía .dificultades para mregrar a la ¡uvemud -Fran¡a Morada y lajunh Coordinadora Nacional-, a la que algunos dingenlcs rzichaban, alternativamente, de marxista o de peronista. Otros, en cambio, ¡iarnuparon de la consrnución del Encuentro Nacional de los Argentinos, en¡re ellos Aldo 'Jess10, Conrado Storani, Roberto Cab1che, Carlos Becerra \padre) y Amonio Scipione. Algunos jóvenes también lo hicieron porque ~1eron allí la nosibilidad de constituir un' frente popular. Y otros, como Luis Caceres, pla me aron que si bien el Encuentro tenía inq u1etudes s1 mi lares ~ la ': Hor.a del Pueblo". la ausencia del radicalismo y el perornsmo le restaba pos1bd1dades para rnnsmuirse en eje de la oposíción y coordinación de las luchas populares". J>oi: su parte, Leopoldo Moreau sostenía que hubiera prefcndo una gran manifestación con¡uma anres que la firma de un documenro y reivindicaba la rnilcnua cuando era ejercida por todo el pueblo (Ferran y Herrera, 1987). .\icmlo ya presidente, Alfonsín, en sus Conuersacwnes con Pablo Giussarn, sosruvo, en relación con "La Hora del Pueblo", que estuvo de acuerdo con las ~l'.'>llonl'S -que defendió desde las páginas de fnéáito- pero se opuso a aceptar ~ 111 papel secundario para el radicalismo. Y aunque 1111rnm1za _sus discrepancias u 111 el ¡1residenre del parrido sostiene que "temía que el esttlo adoptado por lhlbin para encarar sus relac1oncs con Perón llevara a crear un sistema prefi¡adll de roles" que dc¡ara en manos del peronismo el do1111nto de la cucst1on :-.oual v las críticas a un "capitalismo exacerbado" (Giussan1, 1987). 1 marzo de ¡ 971. el inrento de Levmgston por profundizar la revoluCHÍ!l se mostró incapaz de resistir los embates no sólo de los sectores que bre1

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gaban por el fin del gobierno militar sino de los propios militares que querían concertar una salida que desactivara a los grupos más radicalizados y los preservara. Agustín Lanusse se hizo cargo de esa rarea, para lo cual convocó a un Gran Arnerdo Nacional (GAN), que según su propia perspectiva tomaha como base la tendenua.a los reagrupam1emos de fuerzas q~1e se daban en ese momemo, haciendo referencia a "La Hora del Pueblo", el Encuemro Nacional de los Argentínos y Íos convenios que se amculaban emre la CGT y la CGE. "La Hora del Pueblo" era el punto de parrida para lo que Lanusse definió corno "la hora de todos" (Lanusse, 1977). Uno de sus gestores, el radical Arturo Mor Roig, fue designado para secundarlo desde e-1 Ministeno del Interior. Balbín estuvo de acuerdo con la des1gnac1cín pero sus opositores internos reaccionaron negativamente reprobando la conducta, no sólo del nuevo mirnsuo, sino de la conducc1on del partido c.¡ue no la había impedido. El Comité de la provrnc1a de Buenos Aires, presidido por Alfonsírr, canceló la afiliación de Mor Ro1g y la .Juma Coordinadora Nacional, reunida en Sama Fe, le demandó a la mesa dirernva del Comité Nacional la realización de un plenario ampliado en el gue pamuparan los organismos de la juventud y el Movtmiento de Traba¡adores Radicales para resolver su expulsión del partido. Este hecho aceleró la organ11.ación de un nuevo movimiento en el que confluirían Franja Morada, la Juma Coordinadora y los dirigentes de la "generación intermedia". En abril de 1971 se levanraron las re:m·icc1ones a la acnvidad de los partidos políticos y comenzaron los procesos de reorganización interna. En el marco de un nuevo estatuto de los partidos se dirimieron los conflictos ocaswnados por el uso de nombres y siglas. Un solo parndo conservó la posih1lidad de usar el térmmo radical. por lo cual la UCR dejó de usar el aditamento del Pueblo. Esto implicó que la UCR bloquista pasara a denominarse Partido Bloquista y la UCRI camhiara su nombre por Partido Inrrans1genre. Osear Alende le atribuyó parcialidad a Mor Ro1g y el presidente ele la Convención, Araúlfo Pérez Aznar. reinvmd icó para su partido la "continuidad h1srónca, docrnnaria y ¡urídica de la UCR" "Somos y seguiremos siendo radicales tmransigemes -dijo- y el robo de una sigla no puede significar el escamoteo de una bandera revolucionaria." 4 En mayo de 1972. , .. ;"·' '"micios 111ternos de la UCR en la provincia de Buenos A1res se enfrentaron dos listas. Una proponía como delegados al Comité Nacional a Ricardo Balbín, Juan Carlos Pugliese, Enrique Vannli y Juan Na1m, y a César García Puente para la pres1denc1a del Comité provin-

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1.11; Li urr:1, a Raül Alfonsin, Cermún Ló¡1ez, Ale¡andro ArméndarJ'/. y Raül Borr:is. Los camlidaros de ambas penenecían al secrnr de la lmrans1genc1a N:1c·1onal. Durame la campaiía, lhlhi11 expresó que confromaban dos grupos q11c: poscía1J ideas muy similares sobre la mayor pane de los problemas nac1011alcs aum¡ue "falsameme el orro secwr impura J ia conmu111s1110 que: arenca conrra ia liberrad individual" y se manifrsr,) a fovor del cambio en paz. El candidaro a prcs1deme del C:umiré prov1nc1al, lZ::n'd BDrds, c:xplic1ró d programa: eliminar la "alienac1ó11 obrer:i", provocar una Jmra distribuuón de los ingresos y hnndar oporrun1dad para rodos en el ámb1m cul[lfral. En un ano en Avdlaneda, d coordinador Leopoldo Moreau fue más alU en las críricas a sus adversarrns meemos. Los que rodean a Alfcinsin, dijo, "hace uempo que se han aparr:ido de los de.s¡):ichns all~imhradus de lm m1n1srerws, y hace ucmpo que anunc1aro11 :ti drn:ror lvlnr Ro1g que, :.1endo radical, podía rermrnar ensuciado por la <;;111t;1c de la reprc·,1<'ih"'' Voró el (10 pm c1cmo de los afiliados. La lisra balb111Í'1:1 uhruvo 44. l 13 surrag1us; J,¡ altcimlll!S[:!, 29.93'>. Alfonsín fue clecro dekg.1do al Co11Jlfc Nauonal poi· la minoría. En la reunión del CN de b UCR que se reafo.ó en ¡un10 de 1972, un grupo de delegados se opuso lcirmal me me a la reelección de lhlbin y en la Convención Nacm1ul .)e aprobó un docwrn.:nro que recha:t.aba los condiciona1111enros dccroralcs, el "emregu1smo" cuinórnico, pedía la liberrad de los presos poi ír1cus y exigía la derngac1ón de las leyes represivas (emrevisca a Solan Yngoven, Herrero y Ferrad, 1987). Los renovadores se: oponían :11 Gran Acuerdo Nacional (CAN). En sepnemhrc, en un acro realiudu en !Zio Cuarm, smg1eron los nombres de fücardo Alfon~in y C:onrado Srorarn para 1megrar la fórmula a 1iresideme y vice que cu!llpl'r1ria en bs decc1ones mrernas de noviembre de l 'J/2 con el h1numw que surgía de la cunducuón, Balbin-Garnmond. Días despuc-, 'e rc:diní la asamblea en el ex Cine IZeal de Rosano donde se consmuyó el i\!"v1m1c11to de Renovación y Cambio. Algunas verswnes sosr1encn que había alrededor de cuarro mil personas y segün los perwdisras Alfredo Leuco y José i\1Ho1110 Díaz el peso de la orga111zacHÍn recayó en los coordinadores. Le arribu:.. yen a Luis Cáceres haber concurrido con qum1emos manifesrarnes, "bases recolecradas en la U111vers1dad y en la Villa Yapeyú de Sama Fe" donde cenia una e

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c~nsulrnría jurídica grarn1ca desde 1971, y agregan que Aníbal Re1naldo, que: viv1a Y mi11raba en Rosario con Adolfo Srubrm y RaLÍl Milano, había abieno en 1966 un dispensano en la parroquia de Bajo Saladillo. Mari:i Teresa Morini (Córdoba), Diego Pérez (Tucumá11), l-Iipóliw Solari Yngoyen (Chubur) y Alberw Magliem (Formosa) consrirnyerc;n la mesa direcuva del Iv1ov1m1emo. El manifiesw 7 con el cual presemaban a la nueva corri~me i~rerna sintetizaba la s1ruación en la que se encomraba el país: rcpresion 111discnm111ada, enrrega de nuestro patnmonío y posrración económica de las mayorías, y reivindicaba para el radicalismo -"corneme hisrónca fülgularízada por la simesis afümariva de una convicción nacionalisra, popular,
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182.863. En la' mayoría de las provincias compineron dos listas. En Capital Federal se oficializaron 1tr¿s: Unión Radical, que reunía a unionistas e independientes, liderados por Juliih'Sancerni Giménez y Juan Trilla respectivarneme, e 1ntransigencia Popular fodependiente, que nucleaba a los parndarios de Francisco Rabanal y a los·de Arturo Mathov. Ambas apoyaban a Ricardo Balbín. La tercera correspondía ai lVfovirniento de Renovación y Cambio. En Formosa, Santa Cruz; Misiones y Cót·doba se presentó una sola lista para cubrir los cargos provinciales: En.el, primer· caso, alfonsinista; en el segundo, balbirnsta. En Misiones, lcJS candidatos para· Ja fórmula gubernativa provincial y el primero en la lista de dipmaclos eran renovadores y un balbinista encabezaba la lista de senadores. En Córdoba rambiéti se unifrcaron en el plano local. l~inalmeme, la f(irrnub Balbín-Gammond obtuvo 160. 767 voros y el binomio Alfonsín.'irnran1 121. 548. Este último obtuvo la mayoría en Córdoba, Chubut, formnsa, La Rio1a, Salta y Sama Cruz, y en Buenos Aires y Santa Fe perdió por muy pocos votos. Los resultados fueron decididamente adversos en Capital 1:e
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241 ~e Liberación, Nacional (FRECILINA) al que a
opu ai I CI ). En agosto volv10 al naís por un breve laps<J v ºe t. · r •· "enievis· d.· con los mgentes de diversas agrur1aciones polírícas tr:;n di'ci'en, [ . 1 1re se cons· ¡ ' ·· ·· , tituyo e.· heme Juwcialista
ro.

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~a_ estrategia de a mayona
1-IJSTURIÁ DEL RADICALISMO L·:~e uHnprom1so, decia la declarac1on, se cumpliría cualquiera fuese el n:sul-

radll clecrnral, pero esrn no implicaba que la UCR hubiera concenado pano .dgu110 10 De allí en m«is, Balbin y los dir1gemes que lo apoyaban repenrian lo m1s111,; e11 rndus los anos y declarauones. El runo de la campaña, a pesar de lo, csluen.us de los renovadores, esrnvo d,tdo por la resignación de un parndu c¡11e se sahi•t mrnol'lral'lo. En man.u, en un acw público en Lomas de Za111ura, Balbin, fiel al esrilo se11umemal que le 1mpnmía a mdos sus discursos, habló de sus '\rngusuas persllnales" provocadas por la mcomprens1ón ·-dernro y fuera dd parndo- de su acull1d y afirmó que el problema argenu110 11u c:ra el que pbmeab;1 Cámpura -"Lanusse o yo"-, no rcnía nombres sino banderas .de lucha, "dependenua o liberación". Denuo de esa am111omia, el radicalismo sosrenia l¡ue los represemames del cap1cal extranjero podían ir "haucmlo su., pelares( ... ) porque: aquí wdo se hara con d ahorro nacional". Y reafirmaba su compromiso con !a libenad Je enseñanza aunque "el gobierno radical 110 ;,uhs1di,~rá a las escudas L¡ue imparran la vwlencia cercermunara la demL~ 111c:urt~orac1ón al FREJ ULI, había rL"nun~1:1do a "b formación del gran partid" n;1c1011al y popular 1nsp1rado en lo; lineamienros yngoyen1sras". ivlanik\tahan ~er "e.le l·sc1icia y de: ¡rui1ui radical" y reivindicar la democracia y la lc:galid:id en defensa de lo.'> 1mcreses nauonales y populares 13 El 1 1 dL" marzo se realizarun las dc:cc1ones. El 1nconresr:ible criunfo del flZL:J U LJ -4'), "i') por ciuuo de lus vow~- hizo que los radicales -21.30 por c1e11w-- re11u11u:iran al Úü!Lottt1ge. En mayo, Héctor Cimpora y Viccme Solano l.1111;¡ ;1surn1eron el goh1erno. Chc;1r Landi (1978), en un inreresame :inális1s '"' 11" el gub1ernn pero1usrn, propu:-rr1e11Les pulíucas :i¡)cas para vincular a grandt:s secmres con la escena políuL
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El radicalismo, que clararneme manifestaba su penenenc1a al segundo campo Y durame los años del gobierno milirar generó una corriente renovadora que se esforzó por adaprarse a un clima en el que predominaban la radicalización de los discursos y las prácrícas, no logro, sin embargo, cransfrmnarse en una alcemaciva, no sólo porque el balbirnsmo permanecía en la c~nducción sino porque el amplio freme que apoyab:i al peronismo, en fa medida en que contenía en su interior casi wdas las alternacivas posibles, lo depba fuera de la ecuación.

El gobierno per~rnista. Oposición "constructiva" o "alternativa popular" Durame la campaña elecwral, Balbín había enfacizado la idea del comprnm1so, las coincidencias y la necesidad de que el nuevo gobierno comara con un respaldo mayoricario, y el Movim1enrn de Renovacíón v Camhio habia,onencado sus esfuerzos para dorar al radicalismo de una m~yor capacidad de moviiización y de insuurnenws que le permitieran diferenciarse dd peromsmo. Ya msralado Cámpora en el gobierno comenzaron las presiones sobre la conducción del panido para apresurar la reunión de un plenano del Com1cé Nacional con la imención de fijar la onemación polí[Jca y pedir la reorganización panidana. El balbinismo prefería esperar. Cuando en junio Perón regresó al país, precedido por un feroz enfremam1enw en el seno
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el segundo térmrno, trasladaron ta disputa al radicalismo. Miemras Balbín anunciaba que la .decisión La· tomaría la Convención, próxima a reunirse, y los dirigentes que lo secundaban, como Sancem1 Giménez, se apresuraban amanifestar que el gobierno compamclo era la mejor solución posible, Alfonsín caracterizaba el desplazamiento de Cámpora como un "golpe derechista" que buscaba "la afirmación de un gobierno continu!S(a" y sostenía que el lugar del radicalismo estaba "en el llano". Adoptar otra actitud implicaría traicionar la h1swr1a de la UCR. Arturo Illia coincidía: había que sostener la individualidad 1'. Un día antes del desplazamiento de Cámpora, la Juventud Radica!)urna Coordinadora Nac10nal emitió un documento con¡unto con la Ju~rcntud Peronista donde enfatizaban la necesidad de "profundizar las co111c1dencias mayoritanas que consoliden la expresión popular del 11 de marzo en la afirmación del proceso de liberación nacionaJ"lú En el seno del panido se especulaba con que de los doscientos cuarenta y dos convenCional~s. por lo menos cianro noventa apoyarían la candidatucompartida. La junta Coordinadora Nacional emitió un documemo opo111cndose y el Mov1mid1ro Nacional de Traba¡adores Radicales lo apoyó afirmando que sólo estaban dispuestos a "profundizar corncidencias con los sectores anriburocráticos del smdicalismo". La Juventud Radical !Zevoluc1onar1a (JRR) se solidanzó con Alfonsín. La mtrans1gencia era contra el régimen y no contra el pueblo. La un1clad de las "mayorías populares" 110 tenía por qué implicar la destrucción de la UCR. Un extenso documenrn del Movuniento de Renovación y Cambio fijó pos1c1ones en relación al gobierno de Cámpora, su desplazamiento y el rol que debía jugar el parudo. La evaluación de la gestión perornsta era que, SI bien puso de manifiesto el protagonismo popular y aseguró la vigencia de la democracia, al mismo nempn provocó el rccrudecimicmo de la intriga y la reacción orientada acrear la imagen de un gobierno a punro de "caer prisionero de fuerzas casi nihil is ta.'>" y a presentar el desorden caracterísuco de la democracia como conseL:ue11c1a del "vacío de poder". Después de Eze1za, que mostró la imposibilidad ele la síntesis, era necesario marginar a uno de los secrores. El desplazamiento de Cámporn, emonces, abría interrogantes sobre la futura ¡1amc1pac1ón del pueblo, consolidaba el predominio de la esrructura smdical v desplazaba a funcionarios democráticos y con sentido nacional. Era un "golpe de derecha". En cuanto al radicalismo, no se lo convocaba para "promover un proceso liberador", instrumentar medidas económicas o garantizar el funCionamiento democráLico Je los gremios s1110 para llenar el vacío que de¡aban los sectores populares. En esas condiciones, su lugar era luchar por

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el establ-~Cimient.o de una d,en~ocracia social y negarse a integrar una fórmula que t1 a1c1onana su esenoa 1·. . .~ntre el 28 Y ~l 30 de julio de 1973 sesionó la Convención Nacional. La 1eun1on fue, precedic'.a por largas gestiones de los miembros de la comisión de asunt.os palmeos. M1emras en los pasillos transcurrían las especulaciones v se defirnan pos1c1oncs, laJuvemud Radical, cuyos mtegranres llevaban los bra:alctes ro¡ os r bl . 'd "f' l '} ancos que l Cl1tl !Ca Jan al Movím1enro de Henovación }' n1b' 1º· b "b"ll en;~na an e:tn I os adversos a la conducción del partido -"burocraciaª radical -, a los dmgentes Sancerni Giménez }' Fnrique Va 110 ¡1· a Art .. JvI R · .· . . . · , ' ,, u10 or 01g, ; ª Josc Rucu Y a Jose Lopez Rega. La movilización se debía a que, segLÍn declararon, ha~.1an sido amenazados con la expulsión de algunos de ellos de la Casa Radie~!. hnalmenr:, el organismo se constituyó después de instrumentar un com.plKado, '.Jroce~lim1emo que incluyó rnéditas medidas de seguridad. Los pe110d1stas. fue.1:rn palpados de armas y quedaron fuera del recmto, aislados por rejas. A los m1lita~tes alfonsmistas se los J.estmó a un palco supenor, n1ientras \os balb1rnstas pudieron emrar al lugar por la misma puerta por la que Jo hacían los convencionales, lo C:ual generó tal confusirín que el pase de lista demoró una hora Y media porque estos últimos no podían llegar. Dos despachos políticos dividieron a los radicales. Carlos Becerra, convencional por Córdoba, fundamentó el despacho de la minoría que se basaba en el mantenimiento de la individualidad pamdana Y aconsejaba la elección por voto directo de los afiliados de una fórmula propia mtegrada por radicales para concurrir a los co1rncios de septiembre. La propuesta mayontana, que fue la que se sancionó por ciento cmcuenra Y cuatro vows contra cuarenta y cuatro, establecía la convocawna a "todas las fuerzas políticas, económicas, sociales, gremiales y culturales" para evaluar "la grave emergencia nacional" y buscar soluciones oricmadas a reafirmar la vigencia msutuc1onal del "proceso de libcrac1ó11" y concurrir a los comicios ratificando la plataforma del partido. El documen((l final recuperaba la definición yrigoyenma: la UCR "no es una simple pamalidad política", y la adaptaba a la coyuntura: es un "mov1mienm nacional que aspira a la unión de ((lelos los argentinos para colocar a la república en el plano de su efectiva emancipación". Los balb1rnstas equiparaban individualidad con aislarrnento. Los alfonsinistas, con la posibilidad de que el partido se convimera en una "opción política". El mendocino Alberto Day plameó que hablar de consultas 1rnernas era min1m1zar el problema: la unidad nacional. Desde la barra donde se ubicaba la iuvenrnd de Renovación y Cambio se lo tildó de "oportunista" y "gorila trepador". El convencional Ernesto figucras cuestionó la resoluc1
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H!STOI~l/\ DEL R/\DIC/\LISMO

En wdo caso, fi_ie Perón qu1e11 resolvió el rnnflicm por la ddlnirnín de la 1;1rnwla pres1tkncí<J cuando el 2 d<: agmw,
la, u'it1 de fuerzas Jemro del perornsmo se resolv1,) a favor de los secrores más radie ,ti izados aum¡ue el proyecro ecorn)m1cu ¡1L1csro en marcha por José Ber <._;elLard respondía a los lineanrn:mos acord;.idos en "La Hora del Pueblo": nacionalismo y disrribuc1onísrno. El 20de1un10, en Eze1z;.i, se puso claramenre de manifiesro la ex1sre1K1a y el peso de lm sccrorcs que csraban Jispucsrns a reddlmr la relación de fucu.as y afirmó que no hahí'1 "nuevos rórulos'' para caranerizar al 1usr1cialismu. Asunwí nucvamenre el lugar de rdcrenre úlrnno de la 1denmbd de su 111"v11111e1Jlo, op[(i por la parna peron1s¡a y, gradualim:nre, inclinó la balanza hacia la burocracia polír1ca y s1ndic1I. De la conducción de la UC:R no emergió un proyeuo alrcrnauvo. El lvlov11111e1Ho de Renovación y Cambw denunció el giro ¡1nlírico que implicaba el desplazam1emo de C:ímpora, pero la mmers1ón en la lticha 11llerna en su propio parudo, en el que era clarameme m1norir'1no, le imp1diú definirse como .opción mdependieme. bl'la brevt: campaña elecroral l]Ue precedió a las elecciones de sepr1c:mbre, los candidaros a pres1deme y vice del r;¡Jicalisrnu, Ricardo Balbin y Fernando de la Rúa, definieron al radicalismo como una fuerza coherenre y c:srabie; re1reraron su compron11so con la uHw1venc1a y d di:ílogo; propusieron la consrruu..:ión de la democracia social s111 renunciar a los pnnc:1p1os de la demncraCJ'1 reprcsenrauv:1 v denu11c1<1ro11 rih1ameme la falra de prescmdenc1a del gobierno. lv!iemras lblhín enfarnó c11 rodo; sus discurso.-, la 1mporranc1a de afirmar la urn
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A principios ele febrero de 1974, en el plenano del Comiré Nacional, la UCR realizó una evaluación de la simacíón del país, en la que desracaba el recrudecimienro de la violencia provocado por secwres de la "exrrerna izquierda, que se marginan de la volumad popular", y de la ''exrrema derc:cha, que procuran imponer la ley de la selva" Señaló la cns1s en la que se desenvolvían la mayoría de las provincias y la auibuyó al conflicrn 1mc:rno del oficialismo y no '1 facrores i1.i,,~mucionales. Cuemonó la polírica universiraría que anulaba la auronomía; la falra de polírícas claras en rnareria energúica y la ausencia de alienrn a la producción primana "encerrada en los lím1res c:srredms de un acuerdo social, al que con rnzudez e inflexibilidad no se le realizan los ajusres que el desabasrecimienrn y las necesidades obreras esdn reclamando". El 1º de mayo, cuando los monroneros, desde la plaza, dieron cucma de los cambios que se esrnban operando en las relaciones de fuerza ímerrugando a Perón sobre la presencia de "gorilas" en el gobierno, esre los enfrenró ab1erramenre llamándolos imberbes, idioras útiles, mercenanos y malvados. Para ese entonces, las fuerzas arm;¡das ya esraban involucradas en la represión de los conflicros internos y esraba clara la debilidad del Pacro Social. La CGT no podía cunrener a los gremios y los empresarios lo vulneraban. En,.jun10, en la úlr1ma aparición pública ames de su muerre, en un inrenrn por recuperar la inicíariva polírica, Perón amenazó con rc:nunciar. La especulación sobre si hubiera logrado reafirmar SLl. liderazgo y frenar la escalada de violencia no resulra frucrífcra, pero la mayoría de los daros 111dican que no. Freme a los cambios que se esraban operando en la escena polír1c.1, cumenzaron a percibirse signos de división en el bloque de parlamenraríos radicales. De los cincuenca y un dipurados que con~r1ruÍ'1n la represcnc:1uón radical, los siere que perrenecían al Mov1m1enro de Renovación y Cambio -Mario Abel Arnaya, Raúl Borrás, Osvaldo Álvarez Guerrero, Carlos Bravo, Maria Teresa de Monm, Plácido Nosiglia y Adolfo Gass-, se habían enfrenr;¡do a su bancada en varias ocasiones. Una de ellas Fue cuando, en marzo de 1974, del gobernador de Córdoba, Ricardo Obregón Cano, y su vice, Arilio López, en un episodio conocido como "conrracordobazo", que fue caracrenzado como un "golpe policial de inspiración fasema", Fueron desrírnidos y el Congreso discunó la inrervención. En orrus casos, presemaron proyecws que no fueron av;lados por el parndo como los pedidos de ínformc:s sobre el uerre del dianu El Munc!o, clausurado despues de un araque lanzado por el ERP a la guarmc1ón bonaerense de Azul en c:nero de 197 4, y sobre la misión a Libia que encabezó López Rega para negociar la compra de perróleo.

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En mayo de 1974' se realizaron comicios internos en el radicalismo para renovar'autorfdades. Renovación y·Cambio aspiraba a impedir que los sectores vinculados a Balbfü obtüvieran los dos tercios de los sufragios que necesitaban para su reelección al frente del Comité Nacional. Durante la campaña el candidato á presidente del Comité bonaerense, Alejandro Armendáriz, señaló que el radicalismo no podía seguir confundiendo diálogo con asentimiento.'Para' los renovadores, el balbinismo era un "conglomerado" unido exclusivamente 'por el lidei·azgo de Balbín y sustentado en la "máquina" que achicaba al partido para usufructuar fuentes personales de poder. Mientras Balbín planteaba que había gue mantener el rumbo "pacifista y conciliador", Alfonsín manifestaba que el radicalismo debía buscar la unidad nacional en el pueblo y no en los despachos de los mrnisterios. El ofic1alismo funcionaba como "un dique de cóntención frente al proceso de cambio". El balbinismo triunfó en todos los distritos. Renovación y Cambio obtuvo un porcentaje mucho menor de votos gue en noviembre de 1972 cuando se dirimía la fórmula' presidencial. En Cap1ral Federal, el caudillo u111onista Julián Sancerni Gimli1ez manejaba el "aparato" desde los años 30. En el transcurso del gobierno peronisra Francisco Rabanal que encabezaba el sector 1ntransigenc1a Popular, se constimyó en su oponente más fuerte. En las elecciones internas de' mayo de 1972, Alfonsín había accedido al Comité Nauonal por la minoría con alrededor ele diez mil votos. En 1974, el alfons111ismo no llegó al 25 por ciento de los sufragios. Cuando se eligieron las auwndades metropolitanas, por noventa y ocho voros contra noventa y seis, el rahanalismo impuso para presidir la Convención a Edelmíro Solari Yrigoyen \' por un voto de diferencia, a Juan Trilla como presidente del Comité. En Santa Fe triunfó la Lista Gris, que había incluido como segundo candidato a Aldo Tessio, integrante de Renovación y Cambio, sobre la Lista Blanca, balhmista "ortodoxa". Línea Córdoba, que ,si bien formaba parre de la renovarnin no tenía vinculaciones con el alfonsm1smo, se impuso en su provincia. La Convención, donde se elegiría la conducción del parttdo, estaba citada para el 5 de julio. La muerte de Perón, el 1º de ese mes, demoró unos días las deliberaciones, en los cuales Balbín estableció múltiples contactos con el rcsro de los partidos. El 15 de íulio, la mesa directiva del Comité Nacional quedó mtegrada con I3albín en la presidencia; Raúl Zarriello (Capital Federal) 1· Carlos Contín (Entre Ríos) en la vicepresidencia; Francisco Rabanal (Capital Federal), Luis León (Chaco), Víctor Martínez y Hugo García (Córdoba) en las secretarías y Alfredo Mosso (Mendoza) y Raúl Galv~in (La Rioja) en la tesorería. Con excepción de Vícror Marrínez, lJ ue pertenecía a

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Línea Córdoba, el resto de las autoridades era de Línea Nacional. El alfonsinismo no estaba representado. Al día siguiente, Arturo Mor Roig murió en un atentado. En 1971, cuando asumió el Ministerio del Tntenor, acompañando_ a Lanusse, había deíado de militar en el radicalismo. Fue "un crimen absurdo producto del odio", dijo Juan Carios Pugliese cuando despidió sus restos en nombre de la UCR.

El gobierno de Isa~eL El diálogo imposible Los partidos ratificaron su apoyo a Isabel porque, en términos de Balbin, "simbolizaba las instituciones", pero nadie se engañaba sobn: las posibilidades de la nueva presidenta para sostenerlas. Su "entorno" se adueñó del poder pero para entonces el Estado comenzaba a vaciarse de rndo contenido y terminará siendo, tal como plantea Juan Carlos Portantiero, "pura so¡-nbra espectral, disuelto en las determinaciones fragmentadas de la sociedad" (1977). Todos los actores políucos estaban arrapados en el dilema entre oponerse al gobierno y arriesgarse a quebrar la frágil instirucionalidad o apoyar a Isabel diluyendo su propia identidad. A la conducción del radicalismo, a pesar de su decisión de sostener a cualquier costo al gobierno, no le resultó fácil mantener la estrategia de ''.oposición constructiva" que se basaba en un diálogo con el gobierno que buscaba la "rectificación de los errores" evitando "los estériles enfrentam1enrns que sólo favorecen a minorías de extrema derecha o izquierda". El clima de violencia iba en aumento. La guerrilla, en la clandestinidad, libraba sus batallas contra empresarios y "traidores" y se enfrentaba con el terrorismo paraestatal materializado en la Triple A (Alianza Anticomunista Argentrna). Los sindicalistas se enfrentaban entre sí y con el gobierno. La Junta Coordinadora hegemonizaba ya a la juventud de la UCR. Después de que Perón se enfrentó con Montoneros en la Plaza había comenzado a rever sus relaciones con la "tendencia" y decidió dejar ele firmar documentos conjuntos con la Juventud Peron1sta. Y cuando, en septiembre de 197 4, la guerrilla peronista decidió pasar a la clandestinidad, cuestionó la violencia corno metodología de acción política porque servía a "los intereses de la oligarquía y el imperialismo" y confundía al pueblo. Facundo Suárez Lastra, en una entrevista realiz.ada años despué,~, expresó que el alejamiento de la Juventud Peronisra que respondía a Monroneros se había producido porgue éstos habían eieg1do desconocer la voluntad popular. Y entre otras

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uisas planreó que en el
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ños" -Gómez Morales había sido rnm1scro de Economía en la segunda presidencia de Perón- y exal có su idoneidad.

En ocrubrc de l 'J7 LÍ lm parudos de oposición, no alineados con el fl\EJ ULI -la UCR, el Pamdu lmra11s1gcme, el suc1alismo popular, el soci:dismci de los craba1adores, el cu1111m1snw, la democracia progrcs1sca, el Parudo Revolucionario C:risriano y UDF.LPA-, ui111cnzarun a reunirse en el esrudio de Balbin para rrarar de rcrnmrru1r el di,11ogo 1nrerrumpido con el gobierno después de

A principios de mayo de 1975, un documenro emitido por el plenario nacional de la UCR volvía a pedirle al gobierno "reccificar los errores": condenar el SJS[erna de persecución oficial que ucilizaba las presc111dibilidades y cesamías, Ja violencia en mdas sus formas y la discrím111ac1ón social; liberar~ los presos polícicos y gremiales, asegurar la v1genc1a del arriculo 14 bis de la ConsrnuCJÓn y cumplir la ley uníversícaria. Y a fines del mismo mes ocro documemo, refendo ·a la simacíón económica, exhonaba al gobierno a cemrarse en eres pumos: comrol del gaseo público; examen cuidadoso del secrnr excerno que permita crear divisas para lograr un desarrollo genuino y una política de mversión pública onencada a los seccores que ciendan a íncremencar la producc1ón 21 .

la mucne de l\:rón e 1111c1arun rrararivas para gesrionar una cncrevisca con la presidenra. En canco, el radicalismo publicó un documerno de ctnco pumos en el que rarificaba su predispus1uón al diálugo para consolidar la unidad naLi(J!lal y se pruponia como fuerza nacional, nac1onalisca y popular. l<.e1v1llllicaba su pos1<.:1Ón anciimpenalisra, la defensa del escado de derecho y la ¡urnua social en .rn paso por el gob1ernu c:mre 1'J62 y 1966 y la "opos1c1ón consrruCLÍva" desplegada desde marw de 197 3. Repudiaba la v10lenc1a e¡ercida ¡1or "minorías secranas y elir1scas" que precendían reemplazar la voluncad del pueblo en nombre de "una prerendida lucha concra un s1srema" que las ¡xJnÍa, consue1Hc o rncunsc1ell(C1T1eme, al :,erv1cw del imperialismo y la res¡1uesra de "la derecha L1scisra con sangumanos crímenes impunes", y crmcaba el cndureci1111emo de las leyes represivas. El plameo era que escas úlcimas no la comenían en un país "en el que se sabe quién muere pero no quién mar.1" L.us legisladores radicales ya habían plall(eado en el Parlamerno su inucilidad \'el avano: sobre la libercad de 111fln111ac1ón que implicaban. Por ocra parte, el ducumenw reconocía el apoyo brindado por el parr1do al Pacco Social y la :1¡-ierrura del comercio excerior demro de "una correcca políuca de abaumienILJ de las frumeras 1dcoit"Jg1cas", en rdcrenua a los acuerdos firmados con Cuba, ¡1ero selÍ
La Juvemud Radical, en un plenario realizado en la localidad bonaerense de Baradero a principios de 1975, había formalizado sus cuerpos dirernvos nacionales: un Congreso consrnuido por cuacro delegados por provmua que se renovaría cada dos años, una Juma Coordinadora 1megrada por un mular y un supleme por discriro elegidos por congresos locales, una Juma Ejecuuva Nacional elegida en el Congreso y una mesa direcciva de ocho miembros. En mayo se reunió el VII Congreso Nacional ele la Juvemud Radical con la partic1pac1ón de novema y seis delegados de rodas las prov111uas y dirígemes de Renovación y Cambio. Luis Cáceres, Federico Srorani, Leopoldo Ivforeau, Carlos Cebey, Luis Menucci, Enrique Nosiglia y Eduardo Pieclrabuena fueron elegidos por aclamación para imegrar la mesa dirernva de la agrupación. El lema era "Paremos el rerror". Leopoldo Moreau plameó que el gobierno escaba al serv1cío del imperialismo y de la oligarquía, y Alfonsín se refmó a la vigencia del fascismo, Ambos coincidieron en que "el cammo ..de la liberación" debían crans1carlo íumos radicales y peron1scas. Ricardo Barrios Arrechea, ex candidaco a gobernador de Misiones en las elecciones de abril de ese ano, le propuso a la UCR "cubrir el espacio que de¡a en su reuoceso el ofic1alismo", Hacerlo implicaba depr de ser "opos1c1ón consrrucciva" para pasar a ser "alcernar1va popular" 22 . La Juvenrud Radical Revolucionaria, ya oríemada al balb1rnsmo, acravesaba una crisis interna provocada por algunos seccores que estaban convencidos de la necesidad de crear una organización independienre en el seno del partido. Era la posrnra de Miguel Ponce. Ocro de sus dingemes, Luis Rodríguez fomán, proponía la 1megrac1ón a Renovación y Cambio, y Rafael Pascual, pres1dence de la Juvencud rnecropolicana, el acercam1emo a Juan Trilla, presiden-

con 1nctdemes, con heridos en wdas las facul rades, había grescas ¡)ermane1Hes enrre los miliranres (, .. )porque ellos, donde la correlaL1Ó11 de fuerzas IHl le fovorecia, lo que los voros no le habian dado, ¡micuraban que ;;e lo dieran h1s cadenas 19 .

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te del Comité Capital:d"':h:nfrcnramienro culmmó en división. En septiembre Ponce, Eduardo Saguier, Enrique Arana, Eugerno Arreaga y Roberto BerectarElia consmuyeron la Corriente Nacional y Popular. Pascual se mtegró al sector 111cle¡iendieme quc,respon
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mienusmo" Y la_ misión amiimpenalísra y anrioligárquica definida por Yrigoyen en 1905. l:ran las bases para la diagramac1ón del Tercer Movimienro Histórico que debía vincular al yrígoyen 1s1110 con el peronísmo-pueblo y rodas las fuerzas que propiciaban la emancipación nacional, entre las que no estaban los c.onservadores ni los liberales, los fascistas ni los llamados populistas o desarroll1stas. Proponía el nacionalismo cconómíco, la justicia soCial v la integración latinoamericana en pos del socialismo nacional"'. La propu~sta no diferia sustancialmente de la de la UCR, pero a la hora de encontrar corncidenc1as coyunturales la situación se complicaba. Balbín seguía intentando recuperar el "diálogo" deteriorado después de la muerte de Perón. Las reuniones de dirigentes se multiplicaban y cuando comenzó a plantearse la idea de convocar a una multisectorial, la conducción del pamdo se expidió por un acuerdo político nacional para aventar las 1ntenc10nes golpistas. Juan Carlos Pugliesc proponía, para lograrlo, un entendimiento entre la UCR y el peronismo a través de una fórmula electoral mixta porque el enfrentamiento de los mov1m1entos populares "sería suicida", y la reunificacíón de todos los sectores radicales escindidos Jei tronco comün a partir de 1955. En febrero de 1976 se establecieron contactos con fuerzas de orientación radical - el Mov1111iemo Federalista Pampeano presidido por Ismael Amir; Linea Popular de Santa Fe, escindida del M!D y liderada por Carlos Sylvesrre Begnis; el Movimiento Popular Ju¡cño y Salteño y el Partido Vanguardia Federal de Tucumán- y la mesa directiva del Comité Nacional emitió un documento, "Grave emergencia nacional", que señaiaba la necesidad de crear una alternativa al desgoh1erno en el marco de la democracia a través de la búsqueda de comcidenc1as básicas entre todos los sectores. Los contactos comenzaron con una entrevista de Balbín y Ennque de Vedia, titular del Partido Popular Crísnano, que, sí bien adhería al FREJULI, sus legisladores se habían separado del bloque ofic1alisra y se habían sumado al Grupo de Trabajo conformado por los "rebeldes": El Congreso estaba dividido. Las bancadas de Fuerza Federalista Popular, el Parndo Demócrata Progresista y el bloquismo pedían el 1u1cio político. La UCR se 111clinaba por una asamblea legislativa que decretara la inhabilidad. Para ev1rarlo, el Poder Ejecutivo retiró todos los asuntos de las sesiones exrraordinanas. El 19 de fehrero la presidenta afirmó que no renunciaría, no estaba interesada en la reelección y cumpliría con el llamado a elecciones ames de fin de año. Los partidos de opns1c1ón discutían la posibilidad de la autoconvocarona del Congreso. Desde dentro y desde fuera del partido se condenaba a la conducción radical. El Movimiento de Renovación y Cambio la acusaba de 111diferenciac1ón

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, <>11 el gobierno y rifrn:La en la crÍ[Jca. El J\lovimienw de Urnón y Reorgani/all<.,ll Radical (MUR!<.) liderado por Ernesro Sanmarnno, Gregono 'fopolesky 1· l<>sL· ( ;. Jl~l!, .,cparado dd pamdo desck l 'J72, proponía la formación de "un i;L111 11wvirn1e11w civico-milirar" que llevara addaJl[e no "revoluciones nuen01110 "una gran revolución de las conetenuas y una superación de los c:sqm·rnas peri mido,". El parridu radical no esraba c:n condiciones de ser subander.1 v su guia. Pedía la renuncia de la conducuón y la reesrrucruración de sus orgar~ism;i,. Y concluía expresando yuc: la crisis era rnn profunda que consu1uiría una equivoc1ció11 L¡uner "calafatear el barco". Había que "cambiar la brú ¡u la, la 1n ¡ntlacI<'in corrompida y el ca pi d.n mepm". Fl radicalismo no encoJl[raba cómo diferenciarse dd oficialismo y :;eguir J11a1llerncndo su premisa de u111dad nacional. Las declaraciones de sus dingcmes, sobre rndo en cuamo a la marcha de la economía, no eran homogéneas porque carecía de un pruyecco ,tl¡ema¡1vo. En e11ero de 1976 el senador balh1nisca Juan Carlus l'ugliesc, encoiHrandose en MenddLa para dar apoyo a Línea Nauo11al, hu.o declaraetones e11 la Confederación Económica prnvl!1ua1. Cnricó al mrnisuo de Ecónomía que en ese momenrn era Anrnn10 Cafiew ¡ior su fol¡a de peso polí¡ícu para adop¡ar decisJOnes: "La crisis lo admm1srra a C:afiero", roma las medidas que le va dic¡ando la necesidad, no cornge el creum1e1Hu del mercado y llJaJl[lene d peso sobrevaluado, "ha rnvenrado el nH::rcado iurísc1Lu de cambio" Apoyó las políuc1;. de concerración -lo cuiHrariu o elll·remam1ctrnl, es lucha de da;.es- Y m1s1011cs 111vor1gador;1s, prupuesca defendida por los leg1sLtdores radicales, "porL¡ue pnmi;ro buscan al culpable y después averiguan ,obre las causas" y defendit'i el converno alegando que la cns1s peuolera había creado "una cues¡ión ps1cológ1ca" y rudo el mundo había imenrado asegurar;.e un co!llLtltl de prnv1sión. El Coml(é provincial, presidido por Alberrn Day, que ramh1é11 era diputado nacional, reacetunci desauronz~indolo en una declaucH·,n pública. Sosrenía que el senador radical no es¡aba en Mendm.a invirado por las auwridades locales sino e11 functtín de una gira de prosdi[Jsmo mrn1u y defrndía las com1s1011es 1nves[Jgadoras. La declarauón fue enviada al prc;,1denre del parcidu, Ricardo lblbin; al mular del bloque de senadores, ( ~.1rlos PereLLe, y al de la Cámara de D1pu¡~1dus, Anwnio Tróccoli. En febrero, en medio del caos, urculó un Plan Económico que se auibuvo a los radicales Alfredo Concepción, Félix E.lizalde, Enrique García V ázL}Ue'f., Juan C. Dalconre y Cerm,in López. Conrenía propuesras para las em-

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presas públicas, el manejo del secror exrerno y la políuca de mgresos, precios y salanos. Sobre las pnrneras, aconsejaba la rransferenc1a medianre ofrrra pública de aquellas que no perrenecieran a secrores esrr,uégicos y la liquidación de las esrrucruralmeme deficiranas. Los insrrumenrns propuestos para el secror exrerno incluían la creación de un presupuesrn general de divisas, la reducción de los upos de cambio, la elimmación de las exponaciones presc111dibles y la urilización de los recursos de los organismos imernac10nales sin lesionar la auronomía nacional. La prioridad crediucia debía esrar onemada hacia las empresas que manrnvieran una oferta suficreme, mejoraran su producnvidad, realizaran exponaciones, susrimyeran imporraciones y comribuyeran a la invesrigac1ón y el desarrollo nacional. La polírica salarial debía oríenrarse a preservar y mejorar el poder de compra y los niveles de vida de los craba¡adures. La conducción del parrido negó conocerlo y se especuló con que [raraba de mamenerlo en secrero hasra valorar su comenido. A pnncipios de marzo Íralo Luder, presiden re del Senado, anunció que no sería convocada la asamblea legíslanva por la imposibilidad ele encuadrarla dencro de las prescripciones consrirucional~s pemnernes. La prnpues~a del gobic.:rno era realizar una amplia reunión rnulnparridana fuera del ám'biro leg1slarivo. En ramo, la Cámara de Dipmados no podía expedirse acerca de sus faculrades de auroconvocaroria debido a que los dipucados "venícalisras". es decH, los que seguían apoyando a la presidenta, le susrrajeron el quórum para sesionar. El radicalismo insisria en la necesidad ele reu111r a la asamblea bicameral porque consideraba que era la única opción -las orras que se debarían eran el pedido de licencia o la renuncia "espománea" de la presidema y el Juicio políuco- que 111cluía al JUSricialismo. Y simulcáneameme convocó a rodos los seccores con el fin de elaborar un Plan de Emergencia para rrarar de superar la mepmud de un gobierno que "angustia al pueblo, desconoce sus asp1racíonc:s de liberac1ó11, rompe los cauces morales y enfrrma de insegundad a la república". Por ¡mmera vez en un documerno público la UCR planreaba que la presidenra no percibía la profundidad de la crisis y carecía de "volumad reccificadora". Concluía manifesrando que si quería salvar la cominu1dad insríruc1onal, el plan debía evirar la demagogia, el "populismo ingenuo" y el disrribuoonismo "fácil". El Movimienrn de Imegración y Desarrollo (MIO), en el que permanecían Frondizi y Frígeno, criticó al radicalismo. Consideró "inoponuna e inconduceme" la propuesca de consrímir una comisión bicameral y la elaborauón de un plan de emergencia para llegar a la próxima renovación presidencial con el objerívo de preservar una legalidad que, a esa almra, carecía ele wdo comen1do, La concertación de "dirigencías penm1das" no consrirnía una al[ernauva

HISTORIA DEL RADICALISMO

para Jifera un colapso1c¡ue ya se.estaba procesando 26 . El MIO, al tgual que la UCRI, .[iderada!.por AlenJe, seguía reivmdicando la tradición yrigoyenista y negaba que la UCR la representara. En 1972 se había mcorporado al FREJULI porque evaluó que cristalizaba la idea frentísta, era la herramienta para lograr la unidad nacional en romo a un programa revoluc1onano. En 1975 Frondizi seguía planteando la necesidad de construir un Moví míen to Nacional porque evaluaba que lo que ·se había dado era la "ficción de un cambio", se había reemplazado al Frente, que debió ser la expresión de la alianza de clases para la revolucícítT nacional, por el. Pacto Social que encubnó "fór"mulas reaccionarías
. de expectativas . revo 1uetonanas . '"- . ser en una epoca El 17 de marzo Balbín emitió un mensaje por la cadena nacional de radio y celevis1ón .. No tenía ya mucho para dectr. Manifestó que los radicales no habían sido n1 complacientes ni tolerantes, habían e¡eretdo la "oposición corn.:cra" y que no iba a dar soluciones, "no las tengo, pero las hay", dijo, y esrán e11 la unión de los argentinos. Y concluyó: "Todos los mcurables tienen cura cinco minutos antes de la muerte". Gh1oldi, el dingente soCialista, expre7

so que estaba apostando casi a un milagro. El Movimiento de Uníón y Reorganización Radical (MURJZ) consideró que había llegado el momento de en¡uictar y sancionar moralmente a la clirecrnin radical porque era responsable de "las desgracias que afligen a la república" Los diagnósticos ya no servían. Las autoridades del pamdo debían renunciar. Y en cuan ro a la convocatoria de Balbín a la u111ón opinó que no sólo era "una vaga proposición dialéctica" sino "un funesto error". En el país había anuno1111as y fronteras ideológicas. No podía plantearse la uníón con el peronisrno, el fascismo y el comunismo. Los argentinos libres tenían que triunfar sobre las "huestes rotalitanas"identiflcadas con "las tiranías vernáculas". Tremra ai1os ames, eo 1945, Ernesto Sanmartíno, el presidente del MURR, había logrado atención pública cuando dijo que el 17 de octubre había irrumpido "el aluvHin 1,oológico".

VIRGINIA PERSELLO

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La Junta Coordinadora Nacional también evaluaba que la dirección bale brnista se sumaba al desgobierno, se recostaba en los sectores ele poder, desconfiaba del proragomsmo popular y fanm:cía el golpe de Estado. Si éste se ~roducía, la decisión era "mantener la organización". J,uis Cáceres y Marcelo ::>tubrm fueron designados para viajar al exterior v facilitar el exilio de militantes. ~] primero via¡ó a Europa y estableció con;actos con agrupaciones soc1:ldemocratas de. la ¡~venrud; el segundo fue a Cuba, México y Venezuela. El 1.L de marzo los d1 put;:rdos del sector, Carlos Bravo, Osvaido Álvarez Guerrero Y. Adolfo Gass, presentaron un pedido de mformes al Poder Ejecutivo sobre cifras de desaparecidos como consecuencia del "terrorismo político". Planteaban, además,. alguno5 tnterrogames: ¿habían sido consecuencia de operaciones de segundad, de ataques de organi·1,acíoncs subversivas en operativos 0 asesinatos políticos? Y, además, si surgía de las 1nvest1gacíones responsabilidad de la Triple A y del Comando Libertadores de América. Unos días después el gobierno de Isabel Perón Fue dcsalo¡adn por el que demostrad;¡. ser el más cruemo de los golpes militares ocumdos en el paí.,. Stuhrin ya'había regresado. Cáceres permanectó en París. Después de la caída del peron1smo en 1955, el modo en que se reintegraría o sería eliminado de la escena consrituyó el eje del debate de las fuerzas políticas y abrió un largo ciclo de 111estabilidad, de ausencia de hegemonía y de alternancia entre gobiernos civiles que, cal como plantea Cavaroui, escaban condenados a no terminar sus mandatos, y de gobiernos militares que no podían cumplir con sus obJerívos. El fracaso de la Revolución Argentina provocó una expansión musitada de la arena política, la resigniflcacícín ele vie¡os actores y la aparición de otros nuevos, radicalizó los d~scursos y las prácticas y acrecentó la movilización popular. El peron1smo capitali?.ó la protesta anuautoritaria y al mismo tiempo aumentó su diferenciación interna. En esas condiciones, cuando finalmente arribó al poder en 1973, 1nternalizó en el gobierno sus propias pujas y conflictos. Fue gobterno y opos1ctón. El radicalismo cid pueblo. cuya cúpula se crístali·¿ó después del golpe del 66, recuperó el monopolio del nombre e intentó aggiomarse produciendo un discurso de mezcla entre sus viejos postulados y los nuevos referentes que imponía el proceso de radicalización. Entre 1973 y 1976 la conducción balbinista, decidida a preservar la nueva 1nsmucionalidad, fue reconfirrnada en los com1c1os ltltcrnos del parudo. Prevalecieron el "di<ílogo" con el gobierno -la "oposición constructiva"- y la pérdida de 1níciat1va. Los renov;1clnres, minontanos, permaneueron atados a las alternativas de la lucha 1nrerna. Las elecciones partidarias para la renovación de autoridades estaban

HISTORIA DEL RADICALISMO

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¡ilanieaJas parad 6 de ¡urno. El 24 de rriarzo el golpe milirar clausuró "La HuLt del Pueblo". La enorme expansión Je la arena políuca enccrnrró nuevainulle su límire.

Notas

Capítulo 7

' El cexw c:omplcrn de· la clcdarauún ,e cnnientra él1 Anéaga. Hccwr Eugento. ,tu n11áó fil Fra11j1l /tJ0¡¡1r/,1 (s/nl .. s/f). ' '¡11diio ... op. , lf., "El pl.111 posible", 21 de agmto de· 1'!68. ' Li tr:rn>c·npción· de Lt> 1unas de ltiúl ;\lfu,,,in t11 la rcv1sw lnáli!O se e11n1emran en .-\lfonrni. Raúl. flláli111. U11<1 IJ/11,i//11 w1/11(1 /11 rliL1,id11rt1, Buenos Aires, Legas'1, 1986. 'Cicadu ¡1or Nus1glia, Julio. f:'l Pt1r11tlo h11r1w;1gmrc:, LIPA 12, CEAL. 1983. ' [.,¡

Nttoon. Ci de mayo de 1972.

El disciplinamiento

" ldem, 4 de mayo de 1972. tcxcu cumplew del ducumemo en Somos la v1d11. Colección Docurnenrns Y 'Jescimo-

' fJ

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Je 1973. 11 Ib1du11. ¡., Ídem, 2 5 Je ¡urno de l 97 :-l.

i: Ídem, 8.Je nur¡.o

1"

Ídem. Í4 Je ¡ulio de 197.3. Citado por !.cuco y J)íaz ... op. or.

1"

El texru rnrnplcrn Jdducumenm en La Naáo11, 25 de 1ulio de 1973.

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1"

Nr1oó11, 28, 2') y .)0 de ¡ulio de ! 973. Emrevisra realizacb por Alberrn l;errari y Francisco Herrera en Los hombres... op. or.,

p. .!..27, '" El ccxw curnplcw del documemu en La Naoon, 4 de ouubre dc l 975. ~¡

/_¡¡ Nt1ád11, _:)y :29 de 1nayo Je

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l)7°1.

''f.,¡ N;1mi11, 17 )' 18 de 111'1\'<J de l'J7'í. " lll'vista l
'' F.ILexro cumplern del documentu en La N11rní11, 7 de diC1embrc Je 1975. '' Convenuón Nauunal del l'arlldu !11Lran;igenre, 13 de diuembre Je 1975. Alende, r 1"·'1. f:.l piw ipu· 11 os dep111. l'mado y prnente de 1111.r p11g11<1 111co11dusi1, l\s. 1\s., !'lancea, l 989.

'" La N11rni11. 13 Je marzo Je l 97Ci. '' f'rundiz 1, Anuro. El /IIoumm-ruo N110011i1I. Fi111damemos de m estr11teg1t1. Bs. As .. Losad.r, 1975.

Renovación y Cambio

El 24 de marzo Je 1976 el renienre general Jorge Rafael Vi

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