Revista Ciencia Y Sociedad

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Ciencia y Soc edad i

Revista

Revista Ciencia y Sociedad

2015 / Nº1 / ISSN 2463-1345 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Facultad de Ciencias El semillero estudiantil Ciencia, Tecnología y Sociedad, es un grupo de trabajo estudiantil de la universidad nacional que desde el año 2006 realiza formación, debate y difusión frente a los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, con una perspectiva desde el país y la región. Desde su creación realiza charlas, foros, debates, campañas y actividades de difusión y proyectos académicos y de divulgación al rededor de la temática del grupo. RECTOR

Ignacio Mantilla Prada VICERRECTOR

Diego Fernando Hernández DIRECTOR BIENESTAR SEDE BOGOTÁ

Oscar Oliveros

COORDINADORA PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS

Elizabeth Moreno

IMPRESOR /

GRACOM Gráficas Comerciales CONTACTO DEL GRUPO

Semillero Estudiantil Ciencia, Tecnología y Sociedad [email protected] Ciencia Tecnología y Sociedad - Universidad Nacional ctsunal1 Universidad Nacional de Colombia Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez Sede Bogotá www.unal.edu.co

[email protected] [email protected] ugp.unal.edu.co /gestiondeproyectosUN issuu.com/gestiondeproyectos

DECANO FACULTAD CIENCIAS

Jaime Aguirre Ceballos

DIRECTOR BIENESTAR CIENCIAS

Luis Fernando Ospina

DIRECTOR DE DEPARTAMENTO DE MATEMÁTICAS

Cesar Augusto Gomez Sierra COMITÉ EDITORIAL Dirección

Andrés Ricardo Moreno Garzón Prof. Director de Proyecto Edición

Camilo Alfonso Moreno Jaimes Diego Andrés Martínez Parada Corrección de Estilo

Diana Consuelo Luque Villegas (PGP) Diagramación y Diseño / Ilustración de Portada

Diana Londoño Aguilera (PGP) Equipo de Colaboradores

Edith Unigarro Santacruz Leidy Andrea Vargas Huerfano

Ciencia y Sociedad es una revista de divulga-

ción e informativa de la Universidad Nacional de Colombia y de los estudiantes vinculados a SEMILLERO ESTUDIANTIL CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD. Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores y la Universidad Nacional no se compromete directamente con la opinión que estos pueden suscitar.

04 EDITORIAL:

LA EDUCACIÓN SUPERIOR, LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA PARA COLOMBIA Camilo Alfonso Moreno Jaimes

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UNA APROXIMACIÓN A LAS CORRIENTES DEL MOVIMIENTO CTS EN COLOMBIA, UN INTENTO POR TERRENALIZARLAS A LOS ESTUDIOS DE GÉNERO

ALTERNATIVAS PARA UNA PRODUCCIÓN ALIMENTARIA LIMPIA Y SOSTENIBLE, UNA MIRADA DESDE LOS FUNGICIDAS ORGÁNICOS

EL MODELO DE CIENCIA DESARROLLISTA EN LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS, CONSOLIDACIÓN DEL SUBDESARROLLO Y DEPENDENCIA

Diana Carolina López Díaz

CONTENIDO.

25 ESCHER: UNA CONEXIÓN INEXPLORADA ENTRE MATEMÁTICAS, GEOMETRÍA, HISTORIA Y GEOGRAFÍA EN LA ENSEÑANZA Daniel O. C. Ardila

Leidy Alejandra Gamba Pinzón

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Joan Sebastián Arteaga Sierra

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CIRCUITOS DE CREACIÓN DE CONOCIMIENTO

SOFTWARE LIBRE EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL

Harold Alberto Rojas Páez

Iván José Pulido Sánchez

LA EDUCACIÓN SUPERIOR, LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA PARA COLOMBIA

Esto lo demuestra la experiencia de la Reforma Universitaria iniciada en Córdoba en 1918. Una ola de impulso renovador se extendió a través de las universidades de Nuestra América, con el propósito de echar abajo la pesada burocracia universitaria que no permitía renovar y actualizar los planes de estudio, ni abría paso a profesores con ideas diferentes. La Reforma clamaba Autonomía en las universidades y participación estudiantil en los cuerpos directivos, así como establecer la libertad de enseñanza y asistencia. Sin embargo, esta Reforma hacía parte de un “nuevo espíritu”, que nace en los años 20 y que pretende un nuevo proyecto de sociedad en Nuestra América. Una lección, que nunca debemos olvidar del movimiento por la Reforma Universitaria de los años 20, es que aquellos universitarios lograron dejar huella en el espíritu renovador y de cambio para muchas generaciones, porque entendieron que sus reivindicaciones debían sintonizarse con el más profundo sentir del pueblo de Nuestra América. Dejaron huella e hicieron historia... Una Nación como la nuestra, que aún está disputando su verdadero proyecto de soberanía e independencia, que contiene en su seno innumerables sectores que, a contra mano de los poderosos, luchan por lograr que Colombia

EDITORIAL.

La Universidad, históricamente, ha cumplido una doble función: como agente de renovación, de cambio, de progreso, y, al mismo tiempo, como elemento de reacción conservadora, como agente de mantenimiento del statu quo, o de preservación de privilegios de clase o casta. Este doble papel de la universidad la convierte en un territorio en disputa, por parte de fuerzas progresistas y reaccionarias, democráticas y conservadoras; al tiempo que educa a los hijos de los poderosos, para formarlos como dirigentes en instituciones prestigiosas; que enseña y reproduce la ideología dominante; que forma ingenieros, doctores, abogados y economistas que sirven a una sociedad injusta e inequitativa; la Universidad también puede formar una masa de intelectuales y profesionales sensibles a los problemas sociales, críticos de los privilegios de los sectores dominantes, y capaces de formular soluciones a los problemas nacionales. Es pues, este papel doble que históricamente ha jugado la Universidad: como institución de progreso y de conservación, el que permite apreciar, como en ningún otro lugar, la disputa por proyectos de Nación radicalmente opuestos.

Camilo Alfonso Moreno Jaimes

CTS

sea un país libre, independiente, soberano y democrático, necesita un modelo de Educación Superior que reivindique al ser humano como fin último; que forme en sus instituciones de educación a hombres y mujeres con capacidad creadora y transformadora, capaces de contribuir a la solución de los problemas nacionales. Esta Educación Superior para una Nueva Independencia tendrá que conectarse profundamente con el sentir, el saber y las necesidades de nuestras comunidades campesinas, indígenas, afro-descendientes y miles de marginados urbanos, empleados y trabajadores, además de sectores empresariales con espíritu patriótico, para que juntos logren la sinergia de saberes y conocimiento transformador para el desarrollo nacional sustentable. Las instituciones de Educación Superior, entre ellas las Universidades, deberían ofrecer estímulos para el desarrollo de conocimientos que contribuyan a resolver problemas planteados por las comunidades y sectores sociales, mejorando e, incluso, superando el marco de la llamada “extensión solidaria”, para convertirlo en políticas y planes institucionales que, permanentemente, estén dialogando con la sociedad con el objetivo de desarrollar proyectos e iniciativas comunes. Por ello, sería importante plantear el establecimiento de consejos o juntas que articulen, constantemente, a las universidades, las instituciones educativas, los sectores, las comunidades y los movimientos sociales, para llegar a acuerdos sobre planes y proyectos investigativos, educativos, de desarrollo de conocimiento y tecnologías que, en común, logren mejorar las condiciones de vida de las comunidades. Las instituciones técnicas y tecnológicas deberían ser instituciones de alta calidad académica, donde el arraigo con las regiones del país no se dé a través de la capacitación de mano de obra de los habitantes de los municipios de Colombia, para ingresar a empleos de salarios bajos, con condiciones inestables; sino que ese arraigo se dé, más bien, con el impulso a la potencia creadora de los jóvenes colombianos, hacia el desarrollo de tecnologías propias, adaptadas a las necesidades y especificidades de nuestro contexto social y ambiental. Las Instituciones de Educación Superior deberían, además, establecer redes permanentes y sólidas entre ellas, y con comunidades organizadas: asociaciones y federaciones campesinas, sindicatos y gremios de trabajadores, asociaciones de profesionales y movimientos sociales, a fin de sistematizar, organizar, y enfocar los saberes y conocimientos creadores, propios y originales del pueblo Colombiano para encontrar soluciones, planes, políticas y desarrollo de conocimiento tecno-científico y cultural, hacia un nuevo modelo de Nación democrática e independiente. Solo así se logrará establecer condiciones de posibilidad reales a la necesidad del desarrollo de conocimiento tecno-científico endógeno, que piense sobre nuestras propias realidades y especificidades, no bajo el lente de contextos foráneos europeos o anglosajones. El desarrollo de conocimiento científico-tecnológico endógeno e integral, el ser humano como centro de la actividad educativa y el impulso a su capacidad creadora y transformadora como fin principal de la Educación Superior, todo en el marco de un proyecto de Nación democrático e independiente, es, a nuestro juicio, el reto de un nuevo modelo de Educación que nuestro pueblo exige y merece, a contra mano de los mediocres con poder que no ven más allá de sus limitados intereses y no piensan sino con cabeza extranjera.

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UNA APROXIMACIÓN A LAS CORRIENTES DEL MOVIMIENTO CTS EN COLOMBIA, UN INTENTO POR TERRENALIZARLAS A LOS ESTUDIOS DE GÉNERO

Iniciaré resaltando que, en torno a la conciliación de la ciencia y la tecnología, en aspectos como la educación, en la manida prospectiva de la “Sociedad del Conocimiento”, se consolidaron dos corrientes principales o estructuralmente claves: una corriente tradicional europea (entre las referencias que tenemos, podemos contar con: STTP Science, Tecnology & Public Policy o SEPP Science, Engineering and Public Policy Studies), originada en los 50, con un enfoque tecnocrático, perteneciente, específicamente, a la Academia, o, en otras palabras, a las Universidades, instituciones cercanas a la comunidad científica, dedicadas a la gestión (producción y circulación) del conocimiento en función de grandes proyectos de investigación, y una corriente posterior, relativamente joven dirigida a la reflexividad de la ingeniería, principalmente, en un intento por acercarla a la problemática social, con un abordaje sociológico, económico, filosófico o antropológico. En nuestro país, Fals Borda1, con otras/os autores, conforma parte de un eje epistemológico, siendo la Investigación Acción Participativa una vía para empoderar los saberes populares, entrelazando, al tiempo, la práctica y la teoría, como los determinantes de un proceso unívoco; superponiendo al sujeto de conocimiento sobre el objeto, y comprendiendo/apropiando lo determinante que es su participación en el proceso, en función de consolidar una transformación para la educación emancipadora y la gestión comunitaria y/o participativa (Ortiz y Borjas, 2008). Aunque Fals Borda se convirtió en un estandarte de la sociología latinoamericana, debido a su transformadora e incluyente metodología de investigación, y a su trabajo con las comunidades, también, entró en el juego de la academia tecnocrática, con sus juegos de poder, sus regímenes de verdad y, a

Diana Carolina López Díaz Estudiante de Sociología, pregrado

Universidad Nacional de Colombia. Sociólogo colombiano, fundador de la facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia. 1

[email protected]

fin de cuentas, su ethos o su andamiaje de normas y valores (Barnes, y Dolby). Fals Borda, a su vez, puede ser analizado desde la otra cara de los estudios CTS, la cara cuyo pionero es Merton, un declarado funcionalista, quien dio pie a posteriores trabajos alrededor de aspectos como las relaciones de poder en la academia. Relaciones de poder, de las que sería meritorio mencionar el término que el mismo Merton consolidaría: el efecto Mateo; un entramado teórico que, posteriormente, autoras como Anne E. Lincoln (y compañía) reprodujeron, en un intento por elaborar un entramado teórico dedicado a las relaciones y jerarquías atravesadas por el género. Lincoln y sus colaboradores/as se encargaron de hacer un análisis sistemático de la adjudicación de premios y recompensas en la comunidad científica. Dicho análisis permitió comprender un tiempo en el que las mujeres, paulatinamente, han participado en la comunidad científica; sobre todo en la última década. Sin embargo, el énfasis del efecto Matilde será la aún latente prevalencia de la figura masculina en la toma de decisiones de las comunidades, y su predominante reconocimiento en asuntos como la premiación a grandes proyectos de investigación, avalados por la misma comunidad. Como resultado del análisis, Lincoln y sus colaboradores/as nos presentan una serie de estadísticas relacionadas con el reconocimiento de la producción y distribución del conocimiento que, en consideración con la inserción de la mujer, nos presentan una serie de interesantes resultados sobre los roles que mujeres y hombres desempeñan. Es destacable el hecho de que, aun cuando, en el presente siglo se ha incrementado el reconocimiento de los pares académicos/as a las científicas de todas las ramas, son pocos los reconocimientos recibidos por la culminación de grandes proyectos de investigación, y sí abundan las premiaciones relacionadas con labores de administración y servicios (Lincoln; 2012). Con esto, no sobra afirmar que, aún es latente, una irrelevante participación de la mujer en la producción de conocimiento y la aprehensión tecnológica, con la creencia de que la figura masculina “posee mayores y mejores” aptitudes para observar, analizar y precisar principios generales, así como para formular y resolver problemáticas de orígenes o campos diversos del conocimiento (Pagola, 2010; Montenegro, y Pujol, 2012); mientras que la mujer se ve dedicada, aun, a las cuestiones del cuidado y el servicio del otro. Un intento por aterrizar las CTS a los estudios de género (el ciberfeminismo) Hay una difundida aversión, por parte de algunas personas ajenas a las Ciencias Sociales, hacia el feminismo: un término manido, adoptado de forma, deficiente y superficial, por determinados sectores y corrientes disciplinarias. Es entendible que, la jurisdicción y el conocimiento sobre este conjunto heterogéneo de movimientos, no se encuentre dentro de las prioridades de las ingenierías, las ciencias duras y otros saberes; lo que lo hace interesante en esta instancia. No sin antes, sugerir a las personas (ajenas y reticentes a estos procesos) una completa disposición para entender, una pequeña porción de este fluctuante y contradictorio movimiento, el ciberfeminismo, y sus alcances teóricos en la brecha digital, con enfoque de género.

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En las últimas décadas, y si nos referimos específicamente a la década de los años 90 y comienzos del siglo XXI, se ha desarrollado una corriente dedicada a comprender el fenómeno de la desigualdad, en torno al acceso a las tecnologías; por lo que se podrían mencionar algunos alcances como: los estudios y las exigencias alrededor del Software Libre; el acceso de las personas con limitaciones visuales, niños con deficiencias en lectoescritura, adultos de tercera edad que no ven bien, personas con lenguas minoritarias y, en últimas y más importante para este informe, el acceso de las mujeres a la tecnología. Del fluido vínculo que se ha construido con la tecnología, es menester destacar la facilidad con la que la lógica tecnológica llega a ser entendida por una persona, ya que depende de unos factores en común. Desde la infancia un descontrolado y libre acceso a herramientas tecnológicas, una ilimitada cantidad de tiempo dedicado a explorar un sin número de elementos de la misma, sin fines concretos, y un gusto o fascinación por el dispositivo, en sí, podemos considerar aspectos que se le pueden otorgar a una persona que sabe cómo “encararse” con la tecnología. Esto sucede en un porcentaje bajo del conjunto de las mujeres. Este resultado depende de las restricciones que han girado en torno al conocimiento del dispositivo en el ámbito familiar o doméstico. Por esto, no es coincidencia que la mención inicial, con respecto a las disciplinas frías o duras, como las ingenierías, las matemáticas o la física, estén relacionadas con el bajo número de mujeres en estas. Ello, puesto que: Aptitudes para la observación, la precisión, el reconocimiento de los principios físicos generales, el control de fuerzas físicas y sus potencialidades combinadas, así como la posibilidad de explicar y explicarse los fenómenos en marcha, aún de manera simple, suelen ser desarrollados por los varones en su vínculo temprano con la tecnología, cuando resuelven situaciones de uso, reparación, o creación en grados crecientes de complejidad […] (Pagola, 2010). Así, se hace un llamado a la dicotomía del creador y el usuario, las mujeres se enmarcan en el rol de usuaria; mientras que, como creadora, es decir, como programadora o desarrolladora de videojuegos, existe una tendencia a ser señalada como “masculina”. Tras reconocer las evidentes, pero parciales desventajas de las mujeres, se puede destacar la queja de las mujeres que, en el ámbito doméstico o institucional, pasivas a la modificación del sistema operativo de un computador, por ejemplo, recurren a la asesoría de una figura “experta”, por la carencia de un “acople cognitivo”, que les permita comprender los cambios repentinos y caprichosos del dispositivo; cambios que, la mayoría de las veces, son ejercidos por otro.

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La brecha digital surge como un término dedicado a señalar las disparidades entre los que acceden a las tecnologías y los que no. De acuerdo con Jacob Nielsen, existen tres niveles de acortamiento de la brecha digital: en el primero, se encuentra la brecha económica, referente al mecanismo, la infraestructura, la electricidad o la conexión; en el segundo nivel, la brecha de usabilidad, cuyo factor se puede encontrar en la fluidez con la que un usuario adopta un

dispositivo; y, como tercer nivel, la brecha digital de uso significativo, la cual requiere de una apropiación profunda de la herramienta tecnológica, y resulta tan continuo su uso, que su aplicación puede asimilarse a la de cualquier lápiz, o aparato electrodoméstico. En esta dirección, la tercera brecha es la superación de las dos primeras. Finalmente, entre los alcances que del ciberfeminismo, en términos políticos y estéticos, Lila Pagola, entre otros/as académicos/as y artistas, han promovido la afinidad ideológica entre el feminismo y el software libre. Este último se construye en función de la comunidad, con el fin de construir conocimiento y productos tecnológicos; cuyo fin es la difusión, un fin atravesado por el valor de la autonomía y el bien común. Sonia Reverter destaca, dentro de los alcances “prácticos” que ha tenido el movimiento, la instalación artística de internet, el desarrollo de juegos electrónicos, la producción de CD-ROM, el net-art, los videos denuncia y otras formas posibles de existir. La parte más visible del ciberfeminismo se ha centrado básicamente en explorar las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la comunicación y la información para la deconstrucción de los géneros […]. El ciberespacio y la producción artística en Internet ha sido principalmente el objetivo de la mayoría de las ciberfeministas […] (Reverter, 2013, p.455) Se espera que esta “nueva” forma de activismo tecnológico y virtual, el ciberfeminismo, pueda aportar en la transformación de la cultura, la concepción y la práctica frente al uso y apropiación de la tecnología y las herramientas tecnológicas, desde una perspectiva de género e, incluso, incentive a las mujeres a conocer y formarse en áreas como ingenierías y las ciencias duras, reduciendo brechas y logrando mayor reconocimiento del papel de la mujer, tanto en la toma de decisiones de todo tipo, como en la investigación, desarrollo de proyectos, y productos académicos y científicos.

Bibliografía

Acevedo, J. A., Vásquez, A., y Massenero, M. A. (s. f.). El Movimiento Ciencia, Tecnología, Sociedad y la Enseñanza de las Ciencias. Recuperado de: http://www.oei.es/salactsi/acevedo13.htm Barnes, B., y Dolby, R. G. A. (1994). El ethos científico: Un punto de vista divergente. En: La Sociología de la Ciencia y la Tecnología. Madrid, España: Editorial CSIC. Bonder, G. (Marzo de 2012). El enfoque de género en el ADN de la educación científico-tecnológica: propuestas para la transformación educativa en y para la Sociedad del Conocimiento. En: Organización de las Naciones Unidas, United Nations Commission of the Status of Women Fifty-eighth session. Nueva York, Estados Unidos.

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Kuhn, T. (1962). La estructura de las Revoluciones Científicas. Fondo de Cultura Económica. Original: Prensa de la Universidad de Chicago. López, D. (2014). Salidas estético políticas del ciberfeminismo para amortiguar la brecha digital en las mujeres. Bogotá, Colombia. Recuperado de http://es.calameo.com/books/003626914f77c82b82fe9 Martínez Álvarez, F. (1999). Hacia una visión integral de la Ciencia y la Tecnología. Biblioteca Digital: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Montenegro, M., y Pujol, J. (2012). Reflexiones para una articulación tecnocientífica en la Sociedad del Conocimiento. En: Revista Teknokultura, 9(2), 243-265. Ortiz, M., y Borjas, B. (2008). La investigación Acción Participativa: aporte de Fals Borda a la educación popular. En: Espacio Abierto, 17(4), 615-627. Pagola, L. (2010). Sensibilización tecnológica: Mujeres construyendo la sociedad del conocimiento. Cátedra Regional UNESCO: Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina.

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ALTERNATIVAS PARA UNA PRODUCCIÓN ALIMENTARIA LIMPIA Y SOSTENIBLE, UNA MIRADA DESDE LOS FUNGICIDAS ORGÁNICOS

Los sistemas de producción de alimentos tradicionales, antecesores de la revolución verde1 en diversos países latino y mesoamericanos, eran, en su mayoría, sistemas multifuncionales; puesto que, en sus procesos productivos, tenían en cuenta no solo la función agrícola sino también las dinámicas ecológicas, pecuarias, familiares, etc.; además en gran medida, eran auto-sostenibles, utilizaban abonos orgánicos procedentes de las fincas agrícolas que provenían de estiércoles de los animales que habitaban en estas, que, a su vez, eran alimentados con recursos de la misma finca; donde, la siembra se hacía con semillas recolectadas, producto de anteriores cosechas.

Leidy Alejandra Gamba Pinzón Estudiante de Ingeniería Agronómica

Universidad Nacional de Colombia. Coordinadora del grupo de estudio Fanzaquía Agro y Sociedad, el cual ha desarrollado proyectos de tipo social, extracurricular en Ciudad Bolívar, y de acompañamientos en diferentes municipios como Guasca y Bituima; así mismo, charlas, talleres y cineforos con la comunidad académica en torno a la producción de alimentos limpios; actualmente, realiza el proyecto Evaluación y Caracterización del efecto de cuatro fungicidas orgánicos (purines) en el manejo del cultivo de fresa (Fragaria x ananassa). [email protected]

En dichas unidades, por lo general, la producción de alimentos era integrado por la familia que participaba en todas las fases de esta y en las tareas diarias, tanto propias del proceso agrario como en las tareas artesanales y de carácter doméstico. En síntesis, según lo expone Moyano y Garrido (2009), estos sistemas mencionados eran sistemas multifuncionales de producción de alimentos que, a lo largo del tiempo, lograban establecer una relación equilibrada entre la producción y explotación de recursos naturales propios de la región para su uso (por ejemplo, la madera) con la preservación del medio ambiente y el bienestar social. No obstante, con la llegada de la revolución verde y la modernización productivista que se dio hacia los años 60, se rompe con dicho equilibrio. La introducción de la mecanización al campo y el uso excesivo de productos agrícolas de síntesis química generó procesos de sobreexplotación de los recursos naturales para la producción de alimentos; sumado al interés de generar cosechas con altos rendimientos económicos para grupos empresariales y no para las unidades familiares convencionales. Esto devino en la masificación de un modelo unifuncional especializado e intensivo (esto quiere decir que la no diversidad de cultivos, propone el monocultivo como modelo, y que la única función destacable de la agricultura es la producción de alimentos, dejando de lado otros aspectos fundamentales del proceso agrícola), que se basa en la ló-

1 Revolución verde más información en: http://www.redalyc.org/pdf/644/64411463004.pdf

gica de la eficacia, eficiencia y maximización de beneficios, orientado a ciertos mercados y grupos empresariales más que en la autonomía o sostenimiento alimentario de las comunidades. Se constituye, entonces, un modelo agroindustrial, en el que priman los monocultivos y se dejan de lado otro tipo de funciones (ecológicas, sociales, culturales, etc.), enfatizando solamente en la producción de alimentos para ciertos mercados. Dicho modelo considera que las economías de tipo campesino pluriactivas son sistemas obsoletos, incapaces de sobrevivir a la era moderna productivista (Moyano y Garrido, 2009). Igualmente, el uso excesivo de los insumos químicos en la producción de alimentos ha repercutido negativamente en diversas esferas. Los insumos mencionados contaminan constantemente las vertientes de agua, degradan los suelos, eliminan especies de insectos benéficos para el ambiente y producen mutaciones en productos agrícolas. Esto produce alta toxicidad para el ser humano y las especies animales, permanece en los alimentos consumidos, y afecta la salud de las personas que los aplican, ya que, muchos no cuentan con los equipos de protección adecuados para su aplicación en los cultivos. Así mismo, se ha percibido que este modelo de producción agroindustrial se ha implementado en todo tipo de unidades productivas, ejecutándose, también, en pequeños predios (muchos de ellos arrendados por campesinos), donde los agricultores reemplazaron sus prácticas tradicionales y culturales por prácticas metódicas de aplicaciones de productos de síntesis química, en la que prima el manejo químico de los alimentos con aplicaciones calendario; todo orientado a cumplir las “necesidades” de ciertos mercados (por lo general de exportación), en el cual, el arte de cultivar, sembrar y cosechar, y demás prácticas culturales asociadas, se transforma hacia el manejo empresarial de los recursos y los alimentos; aquí, lo importante es la producción masiva y la rentabilidad. El panorama descrito es fácil de observar en cualquier sector del altiplano Cundiboyacense y, en general, en cultivos y unidades productoras de alimentos en diversos países occidentales. Por lo anterior e inspirados en esta problemática social, el grupo de estudio Fanzaquía: Agro y Sociedad2 de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, ha emprendido diversas acciones y proyectos, generando, entre otros, una propuesta de investigación sobre fungicidas de carácter orgánico que sean de fácil preparación, económicos y que tengan efectividad para el control de las plagas y enfermedades. En este sentido, uno de los casos observados y estudiados es la situación de la finca Villa Paula (la cual ofreció un panorama general de su producción e inspiró al grupo a incursionar en esta investigación sobre el uso de biopreparados y la necesidad de medidas alternativas para la producción de la

Integrado actualmente por los estudiantes de Ingeniería Agronómica, Anderson Cristancho, Sergio Cruz y Alejandra Gamba, y de Ingeniería Química, Ana María Lancheros, quienes, desde el 2012, han trabajado como grupo en diferentes proyectos de investigación y trabajo comunitario, el cual busca vincular los desarrollos académicos con las necesidades y saberes de las poblaciones y comunidades agricultoras, desde diferentes problemáticas. 2

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fresa), ubicada en el municipio de Facatativá, un sector fresero, permeado por una problemática socio-ambiental, en la que la producción de fresa se hace de modo agroindustrial y los costos de producción son altos debido al uso excesivo de agroquímicos; lo que, posiblemente, está generando fuertes impactos ambientales en el entorno y la población. Estos van desde la contaminación de vertientes de aguas subterráneas que rodean la zona (debido en parte la topografía del terreno que tiene pendientes abruptas), hasta el desgaste de los suelos por la desenfrenada aplicación de los insumos, lo cual ha generado grandes pérdidas en la rentabilidad del producto y daños colaterales a largo plazo. Por supuesto, no se puede dejar de lado el hecho de que este modelo provoca el aumento de plagas y enfermedades en el cultivo, lo que genera un efecto de bola de nieve porque, a diario, se deben aplicar cada vez más y más agroquímicos, a fin de lograr el control de las plagas que van proliferando, provocando una cadena de desequilibrio ambiental en la cual se repite el ciclo de altos insumos y el aumento de problemas fitosanitarios. Así, se planteó una investigación en torno a la implementación de fungicidas de carácter orgánico, de fácil preparación, acceso y efectividad para el control de dos patógenos en el cultivo de fresa (Colletotrichumacutatum y Botrytiscineria), conocidos comúnmente como actranosis y moho gris; estos patógenos son de difícil manejo y generan grandes daños en el cultivo, resultando en pérdidas de producción. Además, la fresa es una de las frutas que se produce con más agroquímicos; lo cual resulta perjudicial a la hora de su consumo; en gran parte porque estas aplicaciones caen directamente sobre el fruto que se come, a diferencia de por ejemplo una naranja recubierta por una cascara que no se consume. Sin embargo, en el proceso de investigación sobre el fungicida apropiado para estos cultivos, se pensó en la posibilidad de un insumo que, más allá de una preparación orgánica, fuera producto de saberes tradicionales y ancestrales de las comunidades campesinas. De este modo, mediante el proyecto de investigación, el grupo indagó sobre la existencia de diferentes “biopreparados”3 para el manejo de plagas y enfermedades de los cultivos; de estos, el purín despertó el interés para el trabajo en estos procesos. A pesar de que las evidencias históricas sobre el origen de estos preparados en la labor agrícola son escasas, existen pequeños vestigios que, si bien no se refieren a los purines específicamente, sí están relacionados en cuanto a las técnicas de preparación en las que se involucra la fermentación y aprovechamiento bioquímico de materiales de origen animal y vegetal como herramienta para el manejo de fitopatógenos y la fertilidad de los suelos. Uno de los ejemplos más notables se registra en la región de Cuzco, Perú, donde los agricultores locales hacen uso de un preparado denominado en la región como Llakoshka, una mezcla fermentada de estiércol de llama, chicha de maíz, sal y

Los biopreparados son es una combinación o mezcla de sustancias que tienen propiedades nutritivas para las plantas y repelentes o atrayentes de insectos, así como para el control de diferentes enfermedades entre ellas las fungosas. 3

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jugo del fruto de molle (Schinus molle); dicho preparado ha demostrado tener efectos en la supresión de patógenos del suelo y el haber mejorado la producción de los cultivos hasta en un 20% (Denevan, 2001). Por otro lado, la utilización de extractos de plantas medicinales con propiedades antifúngicas se destaca, también, como una alternativa ecológica potencial para sustituir las medidas convencionales, basadas en la aplicación de fungicidas químicos y contribuir a atender la creciente demanda internacional y nacional por productos orgánicos. La utilización de las propiedades terapéuticas de las plantas medicinales es una práctica milenaria encontrada en los tratamientos de fitoterapia de las grandes civilizaciones (muchas de ellas ya extintas); como también de las tradiciones orales de tribus indígenas y pueblos de todos los continentes. Con frecuencia, el estudio de las mismas es abordado por investigadores animados a descubrir sustancias naturales abundantes en la flora tropical, especies con principios activos de importancia terapéutica y, no solamente con potencialidades en la medicina natural, sino también en la agricultura alternativa. Los principios activos de estas plantas pueden ser transformados en medicamentos o biopreparados para el control de plagas y enfermedades en general. Muchas especies de plantas medicinales contienen diferentes fitoquímicos (fenoles, quinonas, saponinas, flavanoides, terpenoides y demás), en cantidades apreciables para repeler insectos y prevenir la ocurrencia de enfermedades de plantas (Júnior y Vizzoto, 1996). En este contexto, el Dr. Carlos Ramírez Caro, agrólogo y especialista en microbiología del suelo, sostiene que, dentro este gran rango de biopreparados a partir de extractos vegetales, se encuentran los purines; destacando que los purines son líquidos obtenidos por descomposición controlada de plantas, escogidas por sus propiedades medicinales, alelopáticas o nutricionales. En ellos se encuentran principios bioquímicos y energéticos de la planta (donde se extraen metabolitos secundarios a partir de procesos de fertilización), potenciados por la acción de microorganismos que estimulan la nutrición, el crecimiento o la salud de las plantas cultivadas, además de prevenir enfermedades y ataques de insectos (Ramírez, 1996). De acuerdo con Aldana (2005), un purín es el resultado de la descomposición de una planta en agua. La planta, al descomponerse, suelta en el agua determinadas sustancias o principios que son la base del purín, estos, aplicados al suelo o al follaje, y dependiendo de la planta utilizada para elaborarlos, del tiempo de fermentación y de la dilución, sirven para estimular el crecimiento de las plantas y fortalecerlas; como abono, insecticida o fungicida. Así mismo, pueden emplearse mezclas de diversas plantas (si se buscan efectos diferentes) y adicionar algún tipo de estiércol (o mezcla de estiércoles) para obtener un purín más rico en nutrientes.

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Adicionalmente, se han reportado algunos estudios en los que se han utilizado purines para controlar diferentes enfermedades; así, León et al. (2013) reportaron el uso del purín de chipaca (Bidens pilosa L.) para evaluar su efecto en la incidencia y severidad del hongo Phytophthorainfestans (patógeno arrasador que causa grandes daños en diferentes cultivos como la papa); aquí se demostró que el tratamiento de “purín de flores” de esta

planta hizo control sobre la enfermedad, lo que demuestra su potencial como posible producto biocontrolador. Teniendo en cuenta esto, el grupo Fanzaquía, en sus procesos de investigación, decidió probar el purín como una alternativa para el control de enfermedades en las plantas; por lo cual, el grupo intentó cumplir diferentes objetivos a través del proyecto denominado Evaluación y caracterización del efecto de cuatro fungicidas orgánicos (purines) en el manejo del cultivo de fresa (Fragaria x ananassa), el cual se ha trabajado desde el año 2013, tanto en laboratorio como en campo. Este, también, busca determinar las características fitoquímicas y microbiológicas de los purines, midiendo su efecto inhibitorio, incidencia y severidad sobre los patógenos inoculados en el cultivo de fresa en invernadero. Para la selección de los purines, se tuvo en la cuenta las propiedades biológicas con las que contaba cada planta, a fin de probar su efectividad en reacción con los patógenos; por ello, se seleccionaron dos purines herbáceos y dos maderables; los primeros de ortiga (urticae) y chipaca (Bidens pilosa), reportados como purines con propiedades fúngicas para el tratamiento de diversos patógenos, con esto se busca controlar la actranosis y el moho gris. A su vez, el uso de ortiga se ha empleado en la agricultura, durante miles de años, como estimulante de crecimiento, insecticida y fungicida, debido a la presencia de ácido fórmico, fosfórico, fenoles y polifenoles. De la misma manera que Valdés y De León (2001) reportan la presencia de diferentes metabolitos (aminas, esteroles, terpenos, flavonoides, taninos y demás) abundantes en la planta, a los cuales se les atribuyen sus propiedades antimicrobianas. Por otro lado, las plantas leñosas seleccionadas Sangregado (crotonbogotanus) y trompeto (bocconiafrutescens L.) se tomaron en cuenta por sus principios activos, los cuales podrían ser de gran ayuda como agentes fúngicos; además, porque, con ellos, se pretende rescatar dos plantas que han sido subvaloradas y que han perdido la importancia cultural que tenían años atrás, en la medida en que son árboles nativos, con grandes potenciales terapéuticos y usados para controlar agentes biológicos. El sangregado es una especie arbórea, nativa y distribuida en el norte de la Cordillera Central y Oriental en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, de corteza fibrosa, que emite un exudado de color rojo (Mahecha, et al., 2004), especie reportada usada para la síntesis de pesticidas (Quevedo, et al., 2007). Este proyecto, que aún se encuentra en desarrollo e implementación, pretende fomentar el uso de los purines como posibles agentes controladores de enfermedades; además, que puedan ser aplicados en los cultivos por los mismos agricultores, logrando la disminución en los costos de producción y manejo que implican estas enfermedades,; al tiempo que se generan incentivos a los pequeños agricultores involucrados en un mercado agrícola masificado, contribuyendo a la disminución de los impactos negativos en la salud de los agricultores, en el ambiente y en los recursos naturales, por el uso de agroquímicos de manera indiscriminada. En conclusión, uno de los principios que marcó el inicio de este proyecto fue el hecho de pensar que el uso de fungicidas alternativos, en términos de reducir las contaminaciones ambientales que los actuales fungicidas de

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síntesis química generan. Igualmente, se plantea que, hoy día, en un auge de cambio climático y crisis alimentaria, es vital empezar a darle peso a escuelas de agricultura alternativa4; entendiendo que, así como la agricultura convencional agroindustrial, los nuevos enfoques deben tener la posibilidad de ser validados y legitimados como sistemas de producción de conocimiento, con bases sólidas tradicionales, culturales y científicas, yendo más allá de la lógica de imponer un recetario para manejar los cultivos. Se conoce la agricultura alternativa, como el conjunto de diferentes escuelas de la agricultura, enfocada en la producción limpia de los alimentos, cada una con diferentes filosofías y formas de manejar la producción de los alimentos. Entre estas se encuentra la agroecología, la biodinámica, la agricultura de no intervención y demás. 4

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EL MODELO DE CIENCIA DESARROLLISTA EN LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS, CONSOLIDACIÓN DEL SUBDESARROLLO Y DEPENDENCIA

En el imaginario de la comunidad científica colombiana y, tal vez, en el de la sociedad colombiana en su conjunto, se encuentra la idea de que la ciencia y la tecnología son fundamentales para avanzar hacia un mejor país, moderno y desarrollado, al estilo de los países “occidentales”; imagen que se nos vende a diario en los medios de comunicación. En este sentido, exigen una mayor inversión en estos campos que, al día de hoy, es bastante baja; y la respuesta gubernamental es que se abre una posibilidad, para esto, con la apertura económica del país, la inversión extranjera, etc. y la posibilidad de la terminación del conflicto armado, lo que podría implicar la destinación de mayores recursos para estos campos.

Joan Sebastián Arteaga Sierra Estudiante de Estadística, pregrado

Universidad Nacional de Colombia. [email protected]

Así, la máxima de que el avance científico y tecnológico potenciará el progreso de los países y de la sociedad en general parece irrebatible; sin embargo, tal vez nos preguntamos ¿cuál modelo de ciencia y tecnología? o ¿hacia qué modelo de sociedad se pretende avanzar? Para intentar responder esto, se analizará (no en gran profundidad) el modelo de ciencia y tecnología que se ha implantado en Colombia y en Latinoamérica; modelo que algunos autores, como Enrique Anda, denominan desarrollista, dada su profunda conexión con el concepto y la idea de desarrollo. De acuerdo con este investigador “es la propuesta de mayor envergadura y la más arraigada en la comunidad científica latinoamericana y en los medios vinculados a ella” (Anda, e Iglesias, 1982). Se iniciará por desentrañar el desarrollo, palabra muy común en el lenguaje y que tiene una carga emocional positiva, sinónimo de bienestar y felicidad.

Origen del “Desarrollo” El concepto moderno de desarrollo toma fuerza a partir de la Segunda Guerra Mundial, ya que implicó una reacomodación de las relaciones de poder a nivel mundial y declaró como grandes vencedores a dos partes contrapuestas en sus objetivos e idea de sociedad; dos potencias que consolidaron un avance industrial y militar, Estados Unidos y sus aliados europeos, y la URSS, lo que dio paso a un conflicto geopolítico sin precedentes. Así se origina la categorización de los tres mundos: el primer mundo, el mundo occidental, Estados Unidos y Europa, esta última, aunque devastada por la guerra, jugaría un papel importante como sociedad industrializada; el segundo mundo, el comunista, con la URSS como su máximo representante, y el tercer mundo, el marginado o pobre (categorización que también toma fuerza a partir de este momento), en donde se encuentra una variedad de países, la mayoría pertenecientes a los continentes Africano y Suramericano. De esta forma, el primer mundo se convierte en el mundo desarrollado, una sociedad industrializada, avanzada en todo sentido y libre (o anticomunista, que marcaría la gran diferencia con el segundo mundo), y el camino que este mundo le propone al tercer mundo; esto, en medio del conflicto geopolítico, es el desarrollo, el avance de estas sociedades marginadas y pobres, hacia el mundo desarrollado, donde sus problemáticas se acabarían, no existiría pobreza, y el bienestar y la felicidad serían el diario vivir; lo que, posteriormente, en América Latina se conocería como el sueño americano. El papel de la ciencia en el desarrollo y el modelo científico “desarrollista” en Colombia Más de la mitad de la población del mundo vive en condiciones cercanas a la miseria. Su alimentación es inadecuada, es víctima de la enfermedad. Su vida económica es primitiva y está estancada. Su pobreza constituye un obstáculo y una amenaza tanto para ellos como para las áreas más prósperas. Por primera vez en la historia, la humanidad posee el conocimiento y la capacidad para aliviar el sufrimiento de estas gentes […]. Creo que deberíamos poner a disposición de los amantes de la paz los beneficios de nuestro acervo de conocimiento técnico para ayudarlos a lograr sus aspiraciones de una vida mejor […]. Lo que tenemos en mente es un programa de desarrollo basado en los conceptos del trato justo y democrático […] producir más es una aplicación mayor y más vigorosa del conocimiento técnico y científico moderno (Truman, 1964, p. 115).

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Por casi cincuenta años, en América Latina, Asia y África se ha predicado un peculiar evangelio con un fervor intenso: el “desarrollo”. Formulado inicialmente en Estados Unidos y Europa durante los años que siguieron al fin de la Segunda Guerra Mundial y ansiosamente aceptado y mejorado por las elites y gobernantes del Tercer Mundo a partir de entonces, el modelo del desarrollo desde sus inicios contenía una propuesta históricamente inusitada desde un punto de vista antropológico: la transformación total de las culturas y formaciones sociales de tres continentes de acuerdo con los dictados de las del llamado Primer Mundo. (Escobar, 2007, p. 11).

El tercer mundo adquiere un papel particular en el juego geopolítico del primer mundo. Al cambiar el discurso se hacen necesarias nuevas formas de mantener el control sobre distintos países clave en la extracción de recursos y materias primas para la industria del primer mundo; aunque, en cierta medida, se deja de lado la invasión y el colonialismo sobre estos países clave, en distintos países, como los de América Latina, se promueven dictaduras; se genera, principalmente, un fuerte control ideológico, que consistió, en primer lugar, en la aceptación del tercer mundo como países pobres y subdesarrollados, y en segundo lugar, en concebir el mundo ideal como el promovido por el primer mundo; como dice Arturo Escobar, se “occidentaliza” la cultura y la forma de pensar. Un reflejo de esto es la satanización del comunismo, alimentada constantemente por propaganda mediática; finalmente, la estrategia da resultados y se instaura en el tercer mundo, puntualmente, en América Latina, un solo pensamiento, “el camino es el desarrollo”. Este control ideológico es tan solo una pequeña parte de esta estrategia. Dado que el camino es el desarrollo, los países latinoamericanos emprenden una difícil tarea: lograr la industrialización a gran escala y el crecimiento de sus economías; no obstante, para ello, necesitarían toda la ayuda y asesoría posible; pero ¿quiénes podrían ayudar? Quienes más que los países ya desarrollados. Si habían logrado alcanzar tal punto de desarrollo, tenían gran experiencia y habían generado las herramientas necesarias para lograrlo; entre estas se destacarán la ciencia y la tecnología como herramientas fundamentales del primer mundo para su desarrollo, estos avances podrían estar al servicio del desarrollo del tercer mundo. Desde que inicia la categorización de países pobres o del tercer mundo, donde se encuentra a Colombia, el discurso del desarrollo y las acciones, que se emprenden para que estos países logren desarrollarse, llevan a la injerencia de potencias extranjeras del primer mundo, en forma de colaboración humanitaria por medio de la creación de organismos internacionales (la ONU, el Banco Mundial, el Banco Iberoamericano de Desarrollo, etc.); todo con el fin de “salvar” estos países del atraso y la pobreza o la influencia comunista; así como de apoyarlos en su meta de desarrollo. Colombia fue uno de los primeros laboratorios para poner en marcha la estrategia del desarrollo, con una misión económica realizada por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial) en el año 1949, con el propósito de formular un programa general de desarrollo para el país. La injerencia, en el país, por parte del primer mundo, principalmente los Estados Unidos, lleva a una institucionalización del desarrollo, por medio de políticas gubernamentales y planes de gobierno elaborados; todo esto siguiendo las orientaciones directas de los EE. UU. y/u organismos internacionales. Para los EE. UU., “la aplicación a las áreas pobres del mundo de las que se consideraban dos fuerzas vitales: la tecnología moderna y el capital” (Escobar, 2007, p. 72-73) era primordial; tanto así que se da vía libre a proyectos de cooperación técnica internacional y se crea, por parte del departamento de estado, instituciones con este fin.

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La ciencia y la tecnología no son áreas ajenas a esta situación; incluso, se podría decir que son cómplices. En primer lugar, destacar la generalización de lo que Fidel Martínez llama “la concepción heredada de la ciencia y la tecnología” se considera como un avance científico y tecnológico neutral, independiente de cualquier ideología e intención política de cualquier actor; además de que la ciencia, sin importar como se haga, contribuye a mejorar la situación económica y social, generando bienestar y progreso para toda la población, en particular, a solucionar las problemáticas más sentidas por los sectores más marginados; una fe ciega en la ciencia y la tecnología, fortalecida por los avances hechos durante el conflicto bélico. Todavía creo que el progreso humano depende del desarrollo y la aplicación en el mayor grado posible de la investigación científica […]. El desarrollo de un país depende ante todo de un factor material: primero, el conocimiento, y luego, la explotación de todos sus recursos naturales (Laugier, 1948, p. 256). Eso es una estrategia de despolitización de la comunidad científica para que esta pueda ser utilizada en los propósitos que se quieran, sin ningún reparo por parte de la misma. Así, se implanta el modelo de ciencia desarrollista en Colombia, el cual, básicamente, consiste en una ciencia y tecnología que acopia lo que se hace en los países del primer mundo y las “potencias del conocimiento”; ya que el fin último de los planes y las políticas del país se centran en alcanzar el desarrollo, y la investigación y la educación juegan un papel fundamental. De esta manera, se trabajaron las mismas temáticas o las temáticas que universidades y organismos extranjeros del primer mundo orientaron (formación universitaria, proyectos de investigación, etc.), creyendo fielmente que esto llevaría al país al nivel de los países del primer mundo; posteriormente, la injerencia extranjera se dio en el quehacer de la investigación científica en las universidades colombianas. La atracción de América Latina hacia el primer mundo requería […] conocimiento detallado del potencial económico de América Latina, así como del medio ambiente geográfico, social y político en cuyo marco dicho potencial se haría realidad. Lo que se necesitaba ahora era un tipo de conocimiento preciso que podría obtenerse mediante la aplicación de las nuevas ciencias sociales “científicas” que experimentaban entonces un notable auge en las universidades de Estados Unidos (como la sociología parsoniana, la macroeconomía keynesiana, el análisis de sistemas y la investigación de operaciones, la demografía y la estadística) [...]. El “árbol de la investigación” del Norte fue trasplantado al Sur, y con ello América Latina entró a formar parte del sistema transnacional de conocimiento. Algunos sostienen que a pesar de que esta transformación creó nuevas capacidades cognoscitivas, también implicó una pérdida de autonomía y el bloqueo de modos alternativos de conocimiento. (Escobar, 2007, p. 74-75).

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Esta injerencia directa o indirecta ha generado, en el país, una ciencia descontextualizada de las necesidades y requerimientos verdaderos del país “el proyecto desarrollista intenta reproducir el estilo tecnológico de los EE. UU. y Europa sin detenerse a considerar la adecuación a la realidad de los países

periféricos” (Anda, e Iglesias, 1983, p. 122). Así, se implementaron en todos los aspectos de avance hacia el desarrollo, la urbanización, la industrialización, la tecnificación del sector agrícola, etc., elementos propios del primer mundo; todo esto apoyado y teniendo como base el criterio de científicos y académicos colombianos. En este sentido, se hace referencia a la ciencia y la tecnología como cómplices en la injerencia de estas potencias extranjeras en el país. Actualidad y consecuencias del modelo desarrollista en Colombia Después de más de medio siglo de intervención directa o indirecta, por parte del primer mundo, en el país, con el discurso del desarrollo, se pueden observar consecuencias como la contradicción con los puntos principales, esbozados arriba, como argumentos de la “concepción heredada de la ciencia”. Igualmente, la ciencia desarrollista en el país no ha logrado mayor progreso, ni bienestar ni felicidad para la sociedad colombiana (o por lo menos para la mayor parte de esta); tampoco la resolución de las problemáticas más urgentes. Frente a la promoción de la neutralidad de la ciencia, cada día se profundiza la “complicidad” de la ciencia y la tecnología; además, se pone en evidencia que es una herramienta fundamental en el modelo de sociedad desarrollista, impulsada por sectores políticos tanto nacionales como extranjeros, […] se puede declarar sin miedo que después de la religión y las “humanidades”, hoy en día es la ciencia la que estructura las formas de ideología impuesta por la clase social en el poder, o sea, la burguesía. De este modo, la ciencia es invocada para dar una máscara de objetividad y de tecnicismos a la dominación de esta clase. Sirve también, para justificar el aparato de la jerarquía, procurándole criterios objetivos.1 (Loblond, 1970, p. 7) Así, la ciencia juega un papel fundamental para preservar el sistema capitalista en sus diferentes dimensiones, transformaciones y etapas, como herramienta de control político de una clase sobre otra y, de acuerdo con lo esbozado acá, de un mundo sobre el otro; del primero sobre el tercero, de la potencia sobre el “subdesarrollado”, generando una relación directa de dependencia hacia el “iluminado”, hacia aquel país que tiene la solución a cualquier problemática y colabora de manera “humanitaria”. Adicionalmente, el modelo neoliberal, que se ha profundizado en los últimos años en el país, le ha dado a la educación superior y, por tanto, a la investigación científica2, en su mayoría, un carácter mercantilista; donde, como ya se mencionó, ni la ciencia ni la formación de profesionales ni el quehacer actual

Levy Loblond. No, la ciencia no es neutral. Alocución después de recibir el premio THIBAUD en Física Atómica, 1970. Página 7 2 Por lo menos, el 90% de la investigación científica en el país se desarrolla en las universidades, principalmente en las públicas, según indicadores de ciencia y tecnología, 2013, del observatorio de Ciencia y Tecnología. http://ocyt.org.co/Portals/0/Documentos/COLOMBIA_2013.pdf 1

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de las universidades, en particular de las públicas, responden a las necesidades reales y cotidianas de la sociedad colombiana, sino a la demanda por parte de los sectores con mayores recursos y medios de producción en el país: el sector bancario, las multinacionales y transnacionales, las fuerzas armadas, etc. Otras repercusiones del proceso de desarrollo en el país, con la ciencia como una de sus herramientas fundamentales, han estado en el orden de lo social y lo medioambiental. El país sufre una grave crisis y un conflicto social sin proporción alguna; el proceso de industrialización y tecnificación del sector agrícola ha llevado al desplazamiento de miles de familias campesinas de sus tierras como parte de la necesidad de mano de obra para las diferentes industrias en las ciudades y la industrialización misma del agro con monocultivos a gran escala, las zonas rurales también se han visto afectadas por la creciente y desmesurada extracción de recursos naturales, el desplazamiento forzado por parte de grupos ilegales pagos por intereses sobre dichas tierras, multinacionales, terratenientes, etc. lo que ha afectado y prolongado el conflicto armado al no encontrar solución a las problemáticas estructurales que le dieron origen sino al contrario la profundización de estas problemáticas y contradicciones. Ni que hablar de la devastación del medio ambiente que ha traído la mega minería, la agroindustria, la ganadería extensiva, etc. La urbanización y la sobrepoblación en las ciudades han generado problemas en todos los ámbitos: salud, educación, seguridad, vivienda, etc., con una clase dominante que nunca le ha interesado generar alguna solución ante las distintas problemáticas. Ante esta situación y muchas otras que han afectado y afectan la sociedad colombiana en su conjunto, la ciencia ha jugado un papel activo en la implementación de este modelo, donde son pocos los que obtienen algún tipo de beneficio, en tanto que este modelo responde a lineamientos internacionales y a demandas de los sectores poderosos de esta sociedad; en cambio, no ha jugado el papel crítico que le corresponde ni, mucho menos, le ha interesado trabajar en la solución de las problemáticas que aquejan y se profundizan con este modelo. Así, el proceso de desarrollo implementado por más de medio siglo ha llevado al país a una dependencia, en todos los sentidos, casi que absoluta frente al primer mundo, principalmente, los Estados Unidos; en la económica y política, se ha perdido la soberanía alimentaria y se ha generado una dependencia científica y tecnológica sin precedentes; y a través de diversos medios, como los TLC y la inversión extranjera, se ha profundizado. Estos elementos propios del neoliberalismo, como se mencionó anteriormente, se proponen como solución para la consecución de recursos; sin embargo, no generan soluciones de fondo, y las crisis sociales y políticas no se han hecho esperar ante esta situación, un ejemplo de ello es el paro agrario vivido en el país en el 2013. Alternativas desde la región

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Ahora, ante este desolador y desalentador panorama, donde no se divisa una mejor condición para el país a través del desarrollo, y la diferencia entre el primer y el tercer mundo se hace cada vez más grande, surgen cuestiones nada fáciles de responder, como que ¿el país está condenado a seguir por este rum-

bo? ¿no hay salida alguna al modelo de desarrollismo impuesto en el país? No obstante, en algunos países de la región, con sus grandes falencias, se pueden observar ejemplos que dan una esperanza para nuestra Colombia; proyectos de país y de “desarrollo” que no se piensan un desarrollo como camino hacia el primer mundo; que han intentado recuperar su autonomía perdida para alcanzar los países autodenominados “desarrollados”. Esos países se plantean un modelo de sociedad desarrollada, distinto al del primer mundo, construido a partir de las condiciones propias de la región latinoamericana e, incluso, la articulación entre estos países, como medio para avanzar positivamente hacia estos objetivos, consideran sus propias particularidades, necesidades y problemáticas. Esta es una alternativa, tal vez viable, para el país: la construcción de un nuevo paradigma de sociedad y de un nuevo modelo de país; un nuevo sueño por alcanzar, construido desde las particularidades, las necesidades, las problemáticas y la diversidad interétnica, intercultural, académica, política, etc. que caracteriza al país, procurando la integración regional con otros países que comparten objetivos y proyectos parecidos en pro de construir una independencia del primer mundo y constituir un nuevo mundo, no el tercero, sino uno propio, latinoamericano, donde se logre una mayor condición de bienestar y justicia social. Lo anterior, también implica un cambio profundo en la manera de generar ciencia y tecnología. La construcción e invención de un modelo que esté disponible para solucionar las problemáticas más apremiantes de la sociedad colombiana, de esa idea de región y de país, implica un cambio en la mentalidad de la comunidad científica y académica, de modo que se desligue de las influencias y parámetros internacionales. Esto no es nada sencillo y, por ello, la ciencia y la comunidad científica deben tomar conciencia del papel fundamental y emancipador que juegan la ciencia y la tecnología. Acabar con la dependencia, además, implica la creación de un nuevo paradigma científico-tecnológico, que esté basado en las condiciones propias de la región y el país; el cual promueva la soberanía y la independencia y una relación distinta entre el ser humano y la naturaleza. El momento político, económico y social que vive el país, actualmente, hace primordial y urgente que la comunidad científica replantee su quehacer; el cual debe incidir directamente en el proceso de paz y postconflicto, organizarse alrededor de exigencias de presupuesto y autonomía para las universidades e investigadores, generar redes de apoyo solidarias y articularse en la construcción de una capacidad académica, industrial, científica y tecnológica propia, que apunte a objetivos de largo plazo en la educación, la ciencia y el futuro del país.

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ESCHER: UNA CONEXIÓN INEXPLORADA ENTRE MATEMÁTICAS, GEOMETRÍA, HISTORIA Y GEOGRAFÍA EN LA ENSEÑANZA

Daniel O. C. Ardila Admitido al doctorado en Historia

Universidad Nacional de Colombia. Magister en Escrituras Creativas e historiador de la misma universidad. Docente de ciencias sociales en el sector oficial.

[email protected]

Se dice que esta conexión es inexplorada bajo riesgo de imprecisión y falta de rigurosidad. Pero no debido a un espíritu negligente y facilista. La revisión del estado del arte de esta conexión (y de otras similares) requiere un lugar y un momento aparte. Este ensayo, como todo ensayo, es, ante todo, una invitación. Una invitación a pensar, a pensar con y como el autor; por supuesto, a pensar diferente, a formar una opinión propia sobre el tema y a evaluar, desde el propio bagaje científico y social, cuáles son las posibilidades de conocimiento que este texto pone en juego, involucra y propone. La invitación podría resumirse en la siguiente pregunta ¿Se pueden conjugar algunos elementos conceptuales de las matemáticas y la geometría a la hora de enseñar historia y geografía? El hecho de que se hable de conjugar implica ya de por sí un supuesto: que hay elementos comunes o afines que permitan tal acercamiento. En cuanto a la ubicación del observador o del sujeto de conocimiento, que persigue o promueve este ensayo, es necesario precisar el sentido (y dirección) actual del intento de relación o de conexión. Esta inicia en el aula de la clase de ciencias sociales, en la educación media, y en el sujeto maestro y científico social que reconsidera su práctica pedagógica y su propio conocimiento científico a la hora de transponer o recrear didácticamente el conocimiento específico de su disciplina.

Se podría decir que la proyección de este intento culmina en el manual de matemáticas y geometría, al que acude aquel sujeto maestro en la búsqueda de precisar sus intuiciones de conexión entre las citadas disciplinas y que, en breve, resume la forma esquemática como se estructura y divulga el conocimiento matemático y geométrico; conocimiento producido históricamente por diversos sujetos científicos, de cara (¿o de espaldas?, ¿o en su mundo relativamente aparte?) al resto de la sociedad. Se culmina, así, junto a aquellos y aquellas, precisamente, junto a los profesionales de las matemáticas y la geometría. Se les invita cordialmente para que continúen su parte, su línea, su punto del diálogo. La necesidad de esta búsqueda atípica no es producto exclusivo de un capricho personal, de una impostura disciplinar o de la simple búsqueda de soluciones didácticas para el aula de clase. Se origina, en parte, en el proceso de reestructuración de las ciencias sociales: La clasificación de las ciencias sociales se construyó en torno a dos antinomias que ya no tienen el amplio apoyo del que antaño disfrutaron: la antinomia entre pasado y presente y la antinomia entre disciplinas ideográficas y nomotéticas. Una tercera antinomia entre el mundo civilizado y el bárbaro, ya no tiene muchos defensores públicos, pero en la práctica continúa habitando en la mente de muchos estudiosos. (Wallerstein, 2006, p. 103) Igualmente, esta búsqueda de conexión de las ciencias sociales con sus contrapartes más exactas, en parte, se origina en la crisis actual de la educación y de la filosofía de la educación: If educational practice, then, does not need theory in quite the way it was once thought to, why does theory flourish and its forms proliferate? Theory thrives in part because educational practice itself has come under extreme pressure from a new managerialism, whose aim, in Lyotard’s famous analysis, is to maximize the “performativity” of the economic system. This new educational pragmatism, impelled by globalization, seems to be draining practice of normative interest and validity. The traditions that have long mediated teaching and learning are currently under radical assault from managerialist reformers, operating within a taken-for-granted worldview of economic crisis (Black, Smeyers, Smith, y Standish, 2003, p. 8)1.

“Si la práctica educativa, entonces, no necesita a la teoría, no exactamente del modo que se pensaba ¿entonces por qué la teoría florece y sus formas se proliferan? La teoría prospera en parte porque la práctica educativa misma se halla bajo extrema presión por parte de un nuevo gerencialismo, cuyo objetivo, en el famoso análisis de Lyotard, es maximizar la “actuación” del sistema económico. Este nuevo pragmatismo educativo, impulsado por la globalización, parece estar vaciando a la práctica de interés normativo y de validez. Las tradiciones que por largo tiempo han mediado la enseñanza y el aprendizaje están actualmente bajo asalto radical por parte de los reformadores gerencialistas, operando dentro de una visión de mundo que da por sentada la crisis económica” (traducción del autor). 1

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En parte se deriva de la emergencia de nuevos retos y posibilidades para la ciencia moderna en un contexto social posmoderno: En una cultura como la nuestra, dominada por la ciencia, será mucho más fácil convencer a las instituciones sociales de la necesidad de un cambio fundamental si les damos a los argumentos una base científica: y esto es lo que los físicos están en posición de hacer hoy. La física moderna puede demostrar a las demás ciencias que el pensamiento científico no tiene necesariamente que ser reduccionista y mecanicista y que también las ideas holísticas y ecológicas tienen una base muy sólida” (Capra, 1992, p. 52). En parte, nace de un interés y una preocupación personal por la utilidad y la necesidad de relacionar las llamadas “ciencias blandas” con las llamadas “ciencias duras”; de establecer un diálogo fructífero entre sus investigadores y divulgadores, por relacionar ambos tipos de ciencias con el arte y las humanidades; y, así, favorecer la construcción social de un tipo de conciencia epistemológica holística que, en conjunción con la ética y la política, favorezca la transformación social que se requiere para la mejor supervivencia y bienestar general (y no solo particular o grupal) del futuro de la especie humana y de las demás especies que con aquella conviven en este planeta. A partir de este último propósito, cabe dar un paso adelante para especificar y concretar la propuesta de conexión a la que se invita en este ensayo. La propuesta consiste en valerse de la obra de M. C. Escher para, a partir de su análisis y uso didáctico, favorecer la conjugación, comparación y complementación de los conceptos de las matemáticas, la geometría, la historia y la geografía2. ¿Qué conceptos? Aquí se hace necesario retomar el asunto del supuesto de afinidad, el cual permite concebir la existencia de la conexión. Tal vez lo mejor es preguntarse ¿qué afinidades se encuentran? Y, concretamente, ¿qué afinidades se encuentran a la hora de enseñar estos conocimientos? Por ejemplo la geografía requiere y depende de una buena cantidad de informaciones de tipo cuantitativo; volumen de precipitaciones, variaciones de altura y profundidad, temperaturas, niveles de humedad, indicadores sísmicos, densidades poblacionales, entre otras. Así mismo, requiere de diferentes herramientas de representación y análisis que se relacionan estrechamente con la matemática y la geometría. La historia, por su parte, requiere organizar el tiempo pasado en milenios, siglos, décadas, años y fechas exactas; se vale también de estadísticas y tendencias que se desprenden del análisis de fuentes dispares que son categorizadas como series de un determinado objeto de estudio. Sin embargo, no es solo en este plano que existe una posible afinidad. Es en el plano conceptual que la afinidad se hace más importante y, particularmente, en el contexto de la enseñanza. Por ejemplo, la teoría de conjuntos es útil para

Sobre el asunto de la “mejor supervivencia” ver artículos recientes (online) de National Geographic (en inglés) sobre la inminencia de una sexta extinción masiva de especies. Sobre la vida y obra de Escher puede consultarse reseña reciente (online) de la BBC para exposición en Escocia. Sobre la relación entre Escher y la matemática de avanzada puede consultarse el artículo de Carlos Eduardo Maldonado sobre la cohomología (online). 2

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explicar el ordenamiento geográfico del mundo, el cual, a su vez, se relaciona con el concepto de escala; concepto que, además, se relaciona con operaciones y conceptos matemáticos, y con transformaciones geométricas. Igualmente, herramientas de representación, como la recta numérica, el plano cartesiano, y conceptos geométricos básicos, como el de punto, línea y plano, son útiles para entender la temporalidad (y las sociedades del pasado), como proceso (social), el cual se relaciona con el concepto de cronología; concepto relacionado con la teoría de conjuntos, con los sistemas de numeración y hasta con las ecuaciones que, como las de la física escolar, contemplan el cambio de una determinada variable en el tiempo, con respecto a constantes y a leyes de comportamiento. Pero, ¿Cómo se puede vincular a Escher como ejemplo concreto de esa posibilidad de conexión? La evidencia de que el diálogo que busca avivar este ensayo es posible (si bien todavía no como un diálogo disciplinar en igualdad de términos epistemológicos o conceptuales, sí como una coexistencia mutuamente consciente y productora de inspiración y colaboración), entre disciplinas aparentemente tan dispares, está en la vida y obra de esta artista holandés de principios y mediados del siglo XX, así como también está presente en la vida y obra del matemático y literato británico conocido con el pseudónimo de Lewis Carroll. Una evidencia que, particularmente en el caso de Escher, es relevante en términos científicos, artísticos y pedagógicos: Según sus biógrafos, de niño no sintió apego a las matemáticas. Lo atestiguan sus bajas calificaciones. Su interés era el dibujo. […] El arte matemático de Escher, al parecer, surge de una de sus obsesiones: cubrir el plano con figuras. En su visita al palacio de La Alhambra descubrió en los mosaicos nazaríes, la pista para concebir los mosaicos que lo han inmortalizado. […] A partir de este hallazgo cambió radicalmente su producción artística: comenzó a interesarse por lo que entendía como curiosidades de las matemáticas, y sobre todo de la geometría. De este modo, produjo obras inspiradas en temas puramente matemáticos, tales como las curvas cónicas y las espirales, la geometría sobre una esfera [entre otros] […] (Puig, 2014, p. 71). Escher y su obra son un punto o región de intersección, y un posible centro de interés para facilitar que las niñas y los niños de hoy tengan la oportunidad, así como él la tuvo (aunque tardía), de encontrar aquello que pueda motivarlos e interesarlos por las matemáticas, la geometría, la historia y la geografía; no solo como materias escolares separadas sino como caminos de un conocimiento mucho más amplio que, para el que lo quiere ver y conocer así, pueden estar interconectados y retroalimentarse, y, después de todo lo que se dice, tener una relevancia y utilidad social fundamentales.

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Concretamente, se propone una serie de obras para que los sujetos-maestros y sus contrapartes en la academia reflexionen sobre cuál es la mejor forma de conjugar y contrastar el uso de conceptos y nociones, como escala, semejanza, orientación, oposición, reflexión, posibilidad, probabilidad, factibilidad, espacio, espacialidad, tiempo, temporalidad, realidad, construcción, relatividad, perspectiva, observación, objetividad, subjeti-

vidad, representación, abstracción y transformación. Las obras se titulan: San Pedro-Roma, Día y Noche, Mano con Esfera Reflejante, Doble Planetoide, Relatividad y Galería de Impresos (Escher, 1994). Para finalizar cabe mencionar una experiencia didáctica personal relacionada: convertir un planisferio en rompecabezas. De nuevo, esto solo es una invitación a continuar pensando.

Bibliografía

Black, N., Smeyers, P., Smith, R., y Standish, P. (Ed.). (2003). The Blacwell Guide to the Phiosophy of Education. Malden: Blacwell Publishing. Capra, F. (1992). El Punto Crucial. Buenos Aires: Editorial Troquel. Escher, M. (1994). Estampas y Dibujos. Colonia: Taschen. Puig, J. E. (2014). Diez años tras las huellas de Escher. En: Hipótesis, (17), pp. 68-79. Wallerstein, I. (ed.) (2006). Abrir las Ciencias Sociales. México: Siglo XXI Editores.

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CIRCUITOS DE CREACIÓN DE CONOCIMIENTO

El lugar común para entender la ciencia como una empresa pública que genera conocimiento público1 es continuamente cuestionado por la dinámica global de producción, apropiación privada y circulación restringida del conocimiento. Algunas de las características que pueden ser destacadas en la dinámica de estos circuitos de conocimiento son: la concentración geográfica de la producción de conocimiento; la importación de agendas de investigación del primer mundo, por parte de los investigadores del tercer mundo; el nomadismo científico; la creciente financiación privada de investigaciones de frontera, y los mecanismos de apropiación privada del conocimiento vía reforzamiento de los derechos de propiedad intelectual. La población del mundo se acerca a los 8.000 millones; proyecciones para los países en desarrollo indican que en el año 2100 será duplicada (Díaz-Balart, 2006). Tal crecimiento trae aparejado retos en materia de producción de alimentos, y satisfacción de las necesidades básicas. Es claro, entonces, que la solución de estos problemas escapa al emprendimiento aislado de cualquier nación y, para muchos, requiere un cambio en las estructuras de poder, redistribución del ingreso y socialización de los medios de producción.

Harold Alberto Rojas Páez

Egresado de Física “In a classic series of essays, collected in his 1973 book The Sociology of Science, Robert Merton described science as a public enterprise generating public knowledge.” (Eisenberg, y Nelson, 2002, P. 2). 1

Universidad Nacional de Colombia. [email protected]

Figura 1. El tamaño de los países es proporcional al número de artículos científicos publicados en 2001, escritos por autores que vivían allí. Los artículos cubren las áreas de física, biología, química, matemáticas, medicina clínica, investigación biomédica, ingeniería, tecnología y ciencias de la tierra y el espacio. Fuente: http://www.worldmapper.org/ animations/internet_users_animation.html

Figura 2. Número de publicaciones registradas en la base de datos SCOPUS entre 1996 y 2012, realizadas por Europa Occidental, Estados Unidos, China y América Latina (de mayor a menor). Fuente: www.scimagojr.com/

En la figura 1, se presenta un cartograma del planeta, en el que la superficie de los países es proporcional al número de artículos publicados; el sur global es una tenue mancha, concentrándose casi toda la producción académica en el norte. Por su parte, la figura 2 permite comparar la producción de conocimiento en Latinoamericana (curva inferior) con la de Europa Occidental y Estados Unidos (curvas superiores). El fenómeno de concentración geográfica, en la producción de conocimiento, no es solo una más de las múltiples aristas en la estructura global de la desigualdad y los consustanciales problemas que trae a la humanidad, “sino que a su vez limita la aparición de soluciones viables a los restantes problemas.” (Lage, 2007). El abismo que distancia ambos hemisferios en producción de conocimiento es alimentado, a su vez, no solo por factores de carácter interno, como raquíticos sistemas de investigación, sino también externos, como la imposición de agendas de investigación externas. Las instituciones universitarias y técnicas son la base del sistema colombiano de ciencia y tecnología; por lo que una condición necesaria para disminuir la brecha en producción de conocimiento es la inversión de recursos suficientes en el sistema de educación superior. Sin considerar los intríngulis de las cascadas de personal altamente calificado, que se mueven de un país a otro, se puede afirmar que existe un flujo neto que va “desde los lugares más bajos de desarrollo a los más altos” (Meyer, Kaplan, y Charum, 2001, p. 7). Como un ejemplo, se pueden considerar las siguientes cifras: […] hay 1.2 millones de profesionales de América Latina y el Caribe trabajando como emigrantes en países del norte y si se estima en $30 000 USD el costo de formación de un profesional, esto ha significado la transferencia del Sur al Norte, de 36 000 millones de dólares. (Lage, 2007).

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Los centros industrializados tienen la capacidad de absorber el personal altamente capacitado que produce el tercer mundo; lo que representa, para nuestros países, una disminución de la capacidad de producción de conocimiento. Es claro entonces que […] la ciencia ha pasado a ser una institución de masas, que requiere equipamientos muy caros y grandes inversiones y genera beneficios, y cada vez va estando más relacionada con intereses industriales, económicos y políticos. Del mismo modo, el desarrollo tecnológico se ha convertido en la principal diferencia entre los que tienen poder y los que no lo tienen. Las actividades científicas y tecnológicas han empezado a responder a la relación Centro-Periferia típica del imperialismo capitalista. (Meyer, Kaplan, y Charum, 2001, p. 6). En el sistema mundial polarizado de producción de conocimiento “los objetivos que orientan el desarrollo de la ciencia mundial son definidos en su mayoría en los países desarrollados y según sus necesidades.” (Núñez Jover, 1999, p. 186). Por todo ello, […] se habla del robo de cerebros en un segundo sentido: como orientación exógena del trabajo científico endógeno. Esto significa que en buena medida el sistema de producción de conocimientos en los países latinoamericanos está determinado por patrones científicos, criterios y selección de problemas que provienen del exterior. Se trata de un ethos particular de la ciencia en el subdesarrollo que contribuye a la irrelevancia de la producción científica para el medio local. (Núñez Jover, 1999, p. 187). En cuanto a la publicación de los resultados y su relación con las agendas de investigación exógenas se puede citar “[…] the strong reliance on the ISI Impact Factor, leading to an anomalous situation in which researchers from the global South must tailor their research to be of interest to high impact journals serving a Northern research agenda.” (Czerniewicz, 2013). Otra patología común, derivada del escenario descrito, es la perversa idea de concebir la publicación científica “como un fin en sí misma” (Anda, e Iglesias, 1983, p. 130), ya sea alentada por la necesidad de ser alguien en el medio académico, o por los insanos sistemas de pago por productividad. Por último, es necesario discutir acerca de los mecanismos de apropiación privada del conocimiento, los cuales se pueden clasificar en dos categorías íntimamente relacionadas: el desplazamiento de la financiación de la investigación hacia el sector privado y la extensión de los derechos de propiedad intelectual. El conocimiento, de a poco, se convierte en recurso limitante dentro del sistema económico; “por lo que las empresas asumen la responsabilidad de generar la mayor parte del que necesitan y del que depende su competitividad” (Lage, 2007). De este modo,

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[…] las tendencias más recientes han implicado un auge del mercado que desafía más que nunca al ethos tradicional altruista de la comunidad científica. Desde esta perspectiva se predica como necesaria una transformación de las universidades y los centros académicos hacia

un “nuevo modo de producción del conocimiento” extremadamente orientado por una demanda de la sociedad, entendida casi exclusivamente como mercado. (Albornoz, 2007, p. 14). Para ejemplificar los posibles efectos que le acarrea, a la investigación científica, un uso extensivo de la propiedad intelectual, se citará a Díaz-Balart et al, al decir que: Cabe destacar además que la lógica de las patentes está en buscar una “tasa de retorno” sobre la inversión (en este caso la investigación) y es una consecuencia de la aplicación de las leyes del mercado a la investigación científica. Pero sucede que en la producción de conocimiento (a diferencia de la producción de objetos materiales) el “inventor” hace solamente el tramo final de un largo proceso creativo que depende de la sociedad en su conjunto. […] La obtención de conocimiento nuevo, se apoya siempre en el conocimiento precedente. Hoy se reclama propiedad intelectual sobre resultados científicos que hace apenas unos años hubiesen sido publicados y de libre acceso. Así, cada vez más, cualquier investigador, en prácticamente cualquier proyecto, encontrará que muchas piezas del conocimiento que necesita para llevar adelante su proyecto, son ya propiedad de alguien que tiene derecho a excluirlo de su uso o a exigirle un pago. Los costos de transacción pueden ser enormes y disuasivos y el sistema entero se está convirtiendo en un obstáculo para la investigación científica.” (Lage, 2007). Es claro, entonces, que la apropiación privada del conocimiento y su concentración geográfica se están fortaleciendo. Además, las agendas de investigación de los países del tercer mundo, en buena parte, se ajustan a las necesidades e intereses de las economías del primero. ¿Cuáles son las opciones para Latinoamérica? ¿Qué papel jugamos los científicos, ingenieros y humanistas? Reflexión, organización y acción. Por ello, quiero hacer una invitación para conformar una Red Nacional de Estudiantes de Ciencias, con el objeto de avanzar en la creación de consensos alrededor de los grandes problemas de la ciencia en Colombia y trabajar por su transformación.

Bibliografía

Albornoz, M. (2007). Los problemas de la Ciencia y el Poder. En: Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad, 3(8), 47-65. Anda, E. V., e Iglesias, R. (1983). La actividad científica en los países dependientes. En: Revista Mexicana de Física, 30(1), 119-137.

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Czerniewicz, L. (Abril de 2013). Inequitable power dynamics of global knowledge production and exchange must be confronted head on. En: The London School of Economics and Political Science. Recuperado de: http://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2013/04/29/redrawing-the-map-from-access-to-participation/ Díaz-Balart, F. C. (Coord.-Ed.). (2006). Ciencia, Tecnología e Innovación: desafíos e incertidumbres para el sur. La Habana, Cuba: Ediciones Plaza. Eisen, M. (Octubre de 2011). Peer review is fucked up: let’s fix it. Recuperado de: http://www.michaeleisen.org/blog/?p=694. Eisenberg, R. S., y Nelson, R. R. (2002). Public vs. Proprietary Science: A Fruitful Tension? Daedalus. En: On Intellectual Property, 131(2), 89-101. Lage, A. (2007) Propiedad y expropiación en la economía del conocimiento. Recuperado de: http:// www.cubadebate.cu/opinion/2007/01/04/propiedad-y-expropiacion-en-la-economia-del-conocimiento/#.VgBrW9J_Okp Meyer, J., Kaplan, D., y Charum, J. (2001). El nomadismo científico y la nueva geopolítica del conocimiento. Recuperado de: http://www.oei.es/salactsi/meyer.pdf Núñez-Jover, J. (1999). La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar. La Habana, Cuba: Editorial Universitaria Félix Varela. Uribe-Arbeláez, M., Salinas-Malaver, B. C., CortésVargas, C. A., Poveda-Ortiz, D, y Carreño-Benavides, A. F. (2011). Datos de prueba y acceso a los medicamentos. Colección Gerardo Molina, Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia. White, M. (Febrero de 2014). Scientic Publishing Is Killing Science. En: Pacific Standard. Recuperado de: http://www.psmag.com/nature-and-technology/scientific-publishing-killing-science-75694

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SOFTWARE LIBRE EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL

La Universidad Nacional tiene, como uno de sus fines, desarrollar y fomentar la divulgación de conocimiento científico, tecnológico, artístico y cultural que contribuya al proceso nacional, al fortalecimiento de la democracia y el bienestar general de la población colombiana. Por esta razón, las políticas investigativas de divulgación, docencia, extensión, uso de herramientas tecnológicas, y demás relacionadas con el quehacer de la institución deberían estar relacionadas con la misión y fines de la universidad. En el uso y el desarrollo de software, ¿son las políticas de la institución compatibles con sus fines misionales? ¿Qué es el software libre? El software, para que se considere “libre”, debe cumplir las siguientes características:

· La libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito. · La libertad de estudiar cómo trabaja el programa, y cambiarlo para

Iván José Pulido Sánchez Estudiante de Física

Universidad Nacional de Colombia. [email protected]

que haga lo que se requiere (el acceso al código fuente es una condición necesaria para ello). · La libertad de distribuir copias sin costo alguno. · La libertad de distribuir copias de sus versiones modificadas a terceros. Si lo hace, puede dar a la comunidad una oportunidad para beneficiarse con sus cambios. (Free Software Foundation, s.f., y Sistema Operativo GNU, 2015) El llamado software privativo, en cambio, (como el de Microsoft, Apple y otras empresas) restringe al usuario, al no permitir el acceso al código fuente (solo dan una copia del programa ejecutable en lenguaje de máquina, incomprensible para los seres humanos), ni permite la distribución de copias sin pagar; mucho menos permite que el usuario modifique el programa (sin el acceso al código fuente, modificar el programa para propósitos útiles es virtualmente imposible).

El problema filosófico fundamental es el siguiente: los programas informáticos tienen mucho en común con las recetas de cocina. Son, en esencia, un conjunto secuencial de instrucciones en cierto lenguaje común para los programadores, el cual le dice a la máquina qué tareas debe realizar para que haga algo útil. La gente a la que le gusta cocinar, usualmente, usa recetas aprendidas de memoria o escritas, y comparten recetas entre ellos; en muchos casos, pueden modificar cierta receta a su gusto; y si a sus amigos les gusta, puede que compartan entre ellos la receta modificada. Piénsese en un mundo donde es ilegal compartir recetas con los amigos y modificarlas, y que si se hace, se hará todo lo posible por capturar al infractor y meterlo a la cárcel por “pirata”. En los inicios de los computadores, los programadores compartían sus programas informáticos. Esa práctica era legal y común, pues hacia que las ideas de otros se pudiesen usar para trabajos nuevos y, así, se estimulaba el progreso. Más tarde, un conjunto de personas propusieron que la práctica del compartir, tan natural entre todos, debería ser ilegal; que debería cobrarse por el uso del software en cada computador, y, para hacer viable el negocio, mantener el código fuente en secreto. Desde allí, comenzó una guerra contra la práctica de compartir, puesto que se hace ilegal que la gente comparta software con sus amigos. El movimiento de software libre plantea que existe otra alternativa para abordar la cuestión del manejo y uso de programas informáticos. Que el software sea libre implica que las personas tengan la posibilidad de hacer copias de los programas informáticos y compartirlas con los demás, sin ningún tipo de restricción; que los programadores puedan publicar sus programas y los códigos para que otros los estudien, los mejoren, los modifiquen y los compartan, sin estar obligados a pagar licencias. Esto ha demostrado que, al estimular la práctica de compartir y la solidaridad entre la comunidad, se pueden generar programas libres de alta calidad y muy fiables para diversos usos. También, ha demostrado que incluso se puede hacer negocio con software libre, y los programadores pueden encontrar un buen trabajo en este ámbito, sin tener que restringir el acceso ni el uso del software al público (Free Software Foundation, s.f., y Sistema Operativo GNU, 2015). La Universidad debe promover el uso y el desarrollo de software libre La Universidad crea, desarrolla y apropia el conocimiento para el progreso de la cultura y el bienestar común. Para ello, estimula la cooperación científica y la consolidación de una comunidad académica solidaria y comprometida con el progreso del país. El software privativo no contribuye mucho a estos propósitos; y, su uso mayoritario en las salas y oficinas crea, entre otras, las siguientes dificultades:

· Crear una dependencia innecesaria de las herramientas privativas para

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los funcionarios, profesores y estudiantes de la institución, al no mostrarles que existen otras alternativas de software, lo que limita el beneficio del potencial de las tecnologías informáticas, hoy en día, indispensables para la investigación y el manejo administrativo.

· La seguridad de la información puede verse comprometida por la vul-

nerabilidad de muchas herramientas privativas ante los ataques de virus, y su difícil control. Esto genera dificultades, de difícil superación, debido a las limitaciones que impone el software privativo. · La Universidad paga altas tarifas en licencias de software (aproximadamente 1300 millones cada 4 meses Amaya, M. y Merchán S. 2004). Mucho de ese dinero podría ser invertido de una mejor manera, hacia los fines misionales, usando alternativas libres. · Como herramienta de enseñanza, el software privativo plantea problemas a la hora de abordar cuestiones éticas fundamentales: ¿Es posible como docente contribuir a la formación ética, solidaria y democrática de los estudiantes diciéndoles, explicita o implícitamente, que compartir conocimiento es algo malo? o ¿que la única forma de compartir con sus compañeros es violando la ley (siendo “pirata”)? Además de las limitaciones que impone, el software privativo no permite una enseñanza adecuada de las potencialidades de las tecnologías, algo inapropiado para una institución de enseñanza superior. Por otra parte, para el año 2004, las salas de computo y computadores de uso docente de la universidad tenían instalado casi el 90% de sus computadores con software privativo; aproximadamente, el 5% con software libre y el otro 5% con software sin licenciar (ilegal). (Amaya, M. y Merchán S. 2004). Claramente, eso está muy distanciado de lo que debería ser una institución a la vanguardia en investigación de las tecnologías en el país. “Piratería y Universidad” Se propone no usar el término “piratería” para referirse a la copia ilegal de software, pues ello supone que copiar software privativo es el equivalente a robar o atracar (como los piratas en altamar). Copiar información digital no es lo mismo que quitarle un objeto a una persona; al compartir conocimiento con los demás no se le quita la posibilidad al creador de usar la misma información. La mejor forma para que la universidad contribuya a eliminar la copia ilegal es promoviendo el uso de software libre y la cultura asociada al mismo, en lugar de realizar campañas masivas contra la “piratería”, que atacan la deseable práctica de compartir conocimiento, pilar esencial de una universidad. ¿Cómo puede contribuir el software libre a cumplir con los fines misionales de la universidad? El uso y desarrollo de software libre puede contribuir a:

· El desarrollo de una comunidad académica sólida, basada en la cooperación y en un conjunto de valores, donde compartir conocimiento es una práctica deseada, estimulada y esencial para el progreso de la ciencia y la cultura.

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· Los distintos grupos de investigación de la universidad pueden bene-

ficiarse del uso y desarrollo de software libre, pues ya existen muchas herramientas en software libre, especializadas, que permiten que los grupos de investigación se beneficien de una comunidad bastante desarrollada a nivel mundial, la cual ha creado herramientas informáticas de muy alta calidad para usos en investigación científica. Igualmente, los distintos grupos pueden, al menos potencialmente, modificar los programas y adaptarlos a sus necesidades, sin ninguna restricción; de esa manera, contribuir a que otros se beneficien de sus aportes. · Sistemas operativos y programas libres están disponibles con el soporte de una gran comunidad mundial, los cuales pueden remplazar el uso de software privativo en las salas de cómputo, uso docente y oficinas administrativas de la Institución. Si la Universidad promueve el uso de software libre, eventualmente, podría liberarse de los costos que esto implica. · El software libre puede ayudar a desarrollar investigación en informática y ciencia computacional, aportando, así, al desarrollo del conocimiento, y aumentando el prestigio nacional e internacional de la Institución. · El software libre es una mejor herramienta de enseñanza básica y avanzada, la cual permite dotar a los estudiantes de una mejor formación en tecnología informática, y en los posibles usos de esta en las distintas áreas del conocimiento. · Con el software libre es más fácil crear y capacitar a un conjunto de programadores dentro de la universidad, quienes podrían resolver la mayoría de los problemas asociados al software, mejorando la eficacia administrativa y el manejo de información dentro de la Institución. Además, existen empresas que ofrecen soporte en programas libres que, eventualmente, pueden ser contratadas para solucionar problemas de incompatibilidad o de otro tipo. El estímulo al desarrollo del software libre dentro de la Universidad puede generar oportunidades de trabajo e investigación para muchos programadores y científicos en temas relacionados; crear una nueva comunidad de desarrolladores de software libre dentro de la Institución, con proyectos de investigación que generen conocimiento y herramientas en beneficio de la comunidad académica del país; y crear eventuales alianzas con instituciones, organizaciones y empresas externas, las cuales pueden aumentar la capacidad de contratación de la Universidad, generando proyectos de extensión en diversas áreas relacionadas con las tecnologías informáticas. La cultura y los valores del software libre le ayudan, a la comunidad académica, a reflexionar sobre la importancia del conocimiento libre, y sobre la necesidad de crear políticas públicas e institucionales que tengan por objetivo promover la cooperación científica, la generación de investigación para beneficio colectivo, y el acceso libre al conocimiento en toda la comunidad, aportando al progreso nacional y al bienestar social, no solo al beneficio de pocos.

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¿Qué se propone? Migración: Para que la universidad cumpla cabalmente con sus fines misionales, contribuya al enriquecimiento del conocimiento y el progreso nacional, y teniendo en cuenta las ventajas y potencialidades que ofrecen las herramientas de software libre se propone:

· La creación de una política clara, que busque la migración de la mayor

parte de las herramientas informáticas de la Institución a software libre.

· La creación de un equipo de personas de la Institución, por cada sede,

que tenga como objetivo el desarrollo, evaluación y control de políticas y acciones orientadas a la migración, administración y apoyo del software libre. · Después del estudio de las necesidades de cada facultad, por parte del equipo o los equipos mencionados, desarrollar pilotos de migración que sirvan como experiencia de una primera etapa para la migración general. Capacitación:

· Crear espacios y programas que permitan capacitar a estudiantes, profe-

sores y funcionarios de la Universidad en diferentes herramientas libres.

· Los equipos serán los responsables de crear los grupos encargados de capacitación, de acuerdo con los planes y necesidades definidas.

Inversión en investigación y desarrollo:

· Crear un laboratorio de software libre en la Universidad, que sea esce-

nario de investigación, desarrollo y almacenamiento de aplicaciones y documentación en materia de software libre. · Que la universidad disponga de recursos para la creación de un grupo de trabajo interdisciplinario que, entre otras cosas, proponga modelos de enseñanza y aprendizaje con base el software libre y sirva de apoyo para la generación de políticas institucionales en la materia, al tiempo que contribuya al desarrollo de una comunidad de software libre dentro de la Institución. · Que la Universidad apoye la realización de eventos, en materia de software libre, los cuales contribuyan a la divulgación y creación de vínculos con los diferentes grupos y comunidades externas a la Universidad. ¿Cómo contribuir?

· Use y promueva el uso de software libre entre sus compañeros, amigos, docentes y allegados.

· Participe en eventos e infórmese sobre las ventajas que trae, para su desarrollo profesional y personal, el uso de software libre.

· Involúcrese con los grupos y actividades relacionados con la libertad de conocimiento y uso de software libre.

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· Apoye y contribuya, activamente, a la consolidación de una comuni-

dad de software libre al interior de la Universidad, bien sea desarrollando programas, elaborando y traduciendo manuales y documentación, realizando eventos, etc. · Contribuya a la construcción e impulso de políticas institucionales relacionadas con la promoción y uso de software libre.

Bibliografía

Amaya, M. y Merchán S. (2004). Modelo para la implementación de software libre en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá (trabajo de pregrado). Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. Augsten, F., Boyle, J., Brand, U., Busaniche, B., Drossou, O., Heinz, F., Montesinos, C., Mooney, P., Poltermann, A., Rodríguez, S., Stallman, R., Valadéz, A., Vicente, C., y Werneck, J. (2005). ¿Un mundo patentado?, La privatización de la vida y del conocimiento. El Salvador: Fundación Heinrich Böll. Busaniche, B (2009). Libres de monopolios sobre el conocimiento y la vida: hacia una convergencia de movimientos. Córdoba, Argentina: Fundación Vía Libre. Free Software Foundation (FSF). (s.f.) Free software is software that gives you the user the freedom to share, study and modify it. We call this free software because the user is free. Recuperado de: http://www.fsf.org/about/what-is-free-software Sistema Operativo GNU. (2015). ¿Qué es el software libre? Recuperado de: https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.html Stallman, R. (1995). El Manifiesto GNU. Recuperado de: https://www.gnu.org/gnu/manifesto.html. Stallman, R. (2004). Software Libre Para una Sociedad Libre. Madrid, España: Editorial Traficantes de Sueños. Universidad Nacional de Colombia, Dirección Nacional de Informática y Comunicaciones (DNIC). Software Libre en la Universidad Nacional de Colombia. Recuperado de: http://www.dnic.unal. edu.co/docts/SOFTWARE_LIBRE.pdf

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Ciencia y Sociedad

Se terminó de diseñar en Noviembre de 2015. Para su elaboración, se utilizaron las fuentes Hoefler Text en sus variantes Regular, Black e Itálica; Nilland-SmallCaps en su variante Regular y Noticia Text en su variante Regular. Se imprimió en los talleres de GRACOM Gráficas Comerciales, ubicados en la Carrera 69K # 70-76. Se imprimieron XXX ejemplares. Bogotá, Colombia, 2015.

Semillero Estudiantil

Ciencia, Tecnología y Sociedad 10 años

“creando y liberando conocimiento científico y tecnológico, endógeno e integral, para un nuevo modelo de sociedad sustentable y solidaria”

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