Tarea Uno - Evolucion Del Derecho Constitucional Peruano

  • Uploaded by: Rolando Muñoz
  • 0
  • 0
  • February 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Tarea Uno - Evolucion Del Derecho Constitucional Peruano as PDF for free.

More details

  • Words: 5,600
  • Pages: 13
Loading documents preview...
ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO “Evolución del Derecho Constitucional Peruano”

Alumno: Rolando Germán Muñoz Carrasco

Docente: Dra. Ana María Del Rosario Ríos Negreiros Asignatura: Derecho Constitucional Peruano

Trujillo, Abril 2018

EVOLUCION DEL DERECHO CONSTITUCIONAL PERUANO CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA SANCIONADA POR EL PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE EL 12 DE NOVIEMBRE DE 1823

1.

DATA DE LA CONSTITUCION (Fecha de promulgación) La Constitución Política de la República Peruana de 1823 fue el texto constitucional elaborado por el Primer Congreso Constituyente del Perú, instalado en 1822. Era de tendencia liberal y fue promulgada por el presidente José Bernardo de Tagle el 12 de noviembre de 1823. Pero no llegó a regir pues casi de inmediato fue suspendida en todos sus artículos para no obstaculizar la labor del Libertador Bolívar, que por entonces preparaba la campaña final de la independencia del Perú. Fue restaurada en 1827, rigiendo hasta 1828, cuando lo reemplazó una nueva Constitución liberal.

2.

PERIODO HISTORICO DE SU PROMULGACION La primera constitución peruana, fue la promulgada en 1823. Ésta se encontraba inspirada fuertemente por el liberalismo. En la Constitución de 1823 se pueden encontrar los siguientes aspectos políticos importantes: la unidad del estado peruano con independencia de la monarquía española; para el ejercicio de la ciudadanía se requería ser peruano, estar casado o tener 25 años, saber leer y escribir y tener una propiedad o ejercer alguna profesión; el gobierno era popular y representativo con tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial, siendo el electoral el único que se podía ejercer sin delegar; la elección de diputados se realizaría por medio de colegios electorales de parroquia y de provincia. La reunión de los electores de parroquia forman los colegios de provincia, quienes elegirían a los diputados o representantes y un suplente por cada tres diputados. Los colegios electorales organizarían, calificarían y decidirían las dudas sobre el proceso electoral; la elección de diputados sería secreta y se requeriría la "pluralidad absoluta de sufragios"; el Legislativo, que era conformado por una sola Cámara, a la que llamaron "Congreso del Perú", se renovaría por mitades cada dos años; el Congreso tenía facultades exclusivas como la iniciativa de las leyes -el ejecutivo carecía de ella, el expedir reglamentos, elegir al presidente y vicepresidente entre los individuos que proponga el senado, designar por escrutinio a los senadores de cada departamento de entre los elegidos en provincia; el ejecutivo comprendía a un Presidente de la República. Se prohibía la reelección inmediata; se conformarían tres ministerios: gobierno y relaciones exteriores; guerra y marina; y hacienda; el Senado, entidad administrativa de supe vigilancia, distinta del Ejecutivo y del Legislativo, fruto de la elección departamental con injerencia de este último Poder del Estado, designaría a los funcionarios públicos, con intervención de las juntas departamentales; se instituye el poder municipalidad. Los alcalde serían elegidos por los colegios parroquiales; y finalmente el territorio se dividía en departamentos, provincias, distritos y parroquias.

Como se observa la Constitución de 1823 era doctrinariamente liberal, fruto de los hombres de la revolución emancipadora. Considerando que un ejecutivo fuerte era un peligro para las libertades públicas, colocaron al Parlamento como auténtico representante de la voluntad popular y organizaron al país casi bajo una forma federativa. El poder ejecutivo era débil y el legislativo todopoderoso. Pero, esta carta constitucional, si bien fue jurada el 13 de noviembre de 1823, sólo llegó a regir tardíamente, a partir de 1827. Es decir, desde la caída del régimen vitalicio hasta la promulgación de la Constitución de 1828. Por lo demás no pudo reunir un congreso general con diputados elegidos por todos los pueblos de la nación, por la presencia aún, en territorio peruano, de las fuerzas españolas. Este año significó también la apertura en el Congreso, de las Cámaras de Diputados y Senadores, que procedieron inmediatamente a elegir Presidente de la República, por 45 votos, a don José Bernardo de Tagle y Vice-Presidente a Diego Aliaga. Este era el inicio precario de la república sin democracia. FUENTE: POLITIKA Blog: Fernando Tuesta Soldevilla Fecha: 15 de Julio de 1997 Tema: La Constitución de 1823 Página Web: http://blog.pucp.edu.pe/blog/fernandotuesta/1997/07/15/la-constitucionde-1823/

3.

PENSAMIENTO POLITICO Los fundamentos doctrinarios de tal proceso estuvieron directamente vinculados al ideario democrático por el cual se buscaba garantizar la plena vigencia de los derechos y deberes de los ciudadanos, la consolidación del ordenamiento jurídico y político del país, el respeto a la constitución y las leyes, el bienestar de la población y la irrestricta vigencia de las garantías y los derechos individuales. Uno de los principales medios para concretar dicho ideario y garantizar el cumplimiento de sus objetivos es la división del poder en tres esferas distintas ejecutiva, legislativa y judicial- autónomas e independientes entre sí. El Poder Legislativo, específicamente, es ejercido por el Congreso de la República, cuyos miembros son elegidos por la ciudadanía en comicios y, por lo tanto, ejercen sus funciones representando la voluntad popular. La primera convocatoria a Congreso Constituyente fue realizada por el general don José de San Martín mediante el Decreto Nº 146, del 27 de diciembre de 1821, el mismo que disponía que se instalase el 1 de mayo de 1822 pero, por no haber terminado oportunamente sus labores la comisión encargada de elaborar el reglamento de elecciones, el 27 de abril se postergó su instalación para el 28 de julio del mismo año. El mencionado reglamento fijó el número de diputados –79 propietarios y 38 suplentes–, los cuales serían elegidos con arreglo al cálculo de la población de cada departamento. Los primeros diputados se reunieron el 20 de setiembre de 1822, a las 10 a.m., en el Palacio de Gobierno. Desde allí se dirigieron a la catedral a solicitar la asistencia divina, mediante la misa votiva del Espíritu Santo que celebró el deán gobernador

eclesiástico del Arzobispado de Lima, Dr. Francisco Javier de Echagüe. Concluida esta se entonó el himno Veni Sancte Spiritus, después de lo cual el deán hizo una exhortación a los diputados sobre la protestación de la fe y el juramento que debían prestar. En seguida, el Ministro de Estado y Relaciones Exteriores, Dr. Francisco Valdivieso, pronunció la fórmula de juramento: « ¿Juráis conservar la santa religión católica, apostólica, romana, como propia del Estado; mantener en su integridad el Perú; no omitir medio para libertarlo de sus opresores; desempeñar, fiel y legalmente, los poderes que os han confiado los pueblos; y llenar los altos fines para que habéis sido convocados?». Los diputados respondieron: «Sí, juramos». Después de ello pasaron de dos en dos a tocar el libro de los Santos Evangelios. Para finalizar el acto, San Martín añadió: «Si cumpliereis lo que habéis jurado, Dios os premie; y, si no, Él y la Patria os lo demanden». A continuación, el gobernador eclesiástico entonó el Te Deum seguido por el coro. En ese momento resonó en la Plaza Mayor una salva de 22 cañonazos, repetida en el Callao y en los buques de la Armada. En la ciudad se produjo un repique general de campanas hasta la llegada de los diputados a la Universidad de San Marcos. El primer Congreso Constituyente se instaló el 20 de setiembre de 1822 en la capilla de dicha Universidad, ubicada entonces en parte del terreno que corresponde actualmente al Palacio Legislativo. Ante él renunció San Martín, dejando a la nación en libertad para decidir su destino. En aquella oportunidad el Protector pronunció la siguiente alocución: «Peruanos: Desde este momento queda instalado el Congreso Soberano y el pueblo reasume el poder supremo en todas sus partes». Una vez retirado San Martín de la sede del Congreso, los diputados eligieron como Presidente y Secretario momentáneos a los doctores Toribio Rodríguez de Mendoza y José Faustino Sánchez Carrión. En seguida, se procedió a realizar la elección de la primera Mesa Directiva del Congreso. Resultaron elegidos: Presidente, el Dr. Francisco Javier de Luna Pizarro; Vicepresidente, don Manuel Salazar y Baquíjano; Primer Secretario, el Dr. José Faustino Sánchez Carrión; y Segundo Secretario, el Dr. Francisco Javier Mariátegui. En dicha oportunidad el Presidente del Congreso sostuvo: "El Congreso Constituyente del Perú queda solemnemente constituido e instalado; la soberanía reside en la Nación, y su ejercicio, en el Congreso, que legítimamente la representa". Ante la renuncia irrevocable de San Martín, el Congreso asumió provisionalmente el ejercicio del Poder Ejecutivo. Para ello designó una comisión, denominada Junta Gubernativa del Perú, compuesta por tres de sus miembros: José de la Mar, Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar y Baquíjano. Los diputados, para asegurar el funcionamiento del Congreso, procedieron a nombrar a sus primeros servidores, encabezados por el Oficial Mayor Manuel Herrera y Oricaín, cuyo nombramiento fue aprobado en la sesión del 12 de octubre de 1822. La denominación «oficial mayor» está compuesta de dos palabras. La primera procede del latín officialis, término que designaba durante la Edad Media a todo aquel que desempeñaba un cargo público. Unida a la anterior, la palabra mayor significa en este caso principal, primero en categoría, jefe.

La denominación Oficial Mayor no era exclusiva del Congreso; otras entidades también la usaban. Sin embargo, en el Poder Legislativo ha adquirido un carácter tradicional. Los diputados, para asegurar el funcionamiento del Congreso, procedieron a nombrar a sus primeros servidores, encabezados por el Oficial Mayor Manuel Herrera y Oricaín, cuyo nombramiento fue aprobado en la sesión del 12 de octubre de 1822. El Oficial Mayor ha sido, desde los primeros días de la existencia del Parlamento peruano, el funcionario técnico –no político– de mayor jerarquía. Su gestión, a pesar de las múltiples variaciones de la actividad política, se ha efectuado en períodos prolongados, propiciándose así la continuidad institucional de las labores del Poder Legislativo. Algunos ejemplos los tenemos en Juan Martín Garro (1827-1849), Ricardo Ríos (1911-1945) e Ismael Echegaray (1950-1972). Tradicionalmente, el Congreso de la República estuvo integrado por dos Cámaras: el Senado Nacional y la Cámara de Diputados. De acuerdo con el Reglamento Interior de las Cámaras Legislativas, las sesiones del Congreso se realizaban en el local que ocupaba la Cámara de Diputados, cuya secretaría actuaba a la vez como secretaría del Congreso. Igualmente, la Oficialía Mayor de la Cámara de Diputados era, al mismo tiempo, la del Congreso de la República. Desde los primeros días de existencia del Congreso sus labores fueron intensas. Ejemplos de ello son la elaboración del Reglamento de la Junta Gubernativa; el otorgamiento del título de Generalísimo a don José de San Martín; la aprobación del Reglamento Interno del Congreso; la definición de las Bases de la Constitución Política del Perú, promulgadas el 17 de diciembre de 1822; y la primera Constitución Política del Perú, sancionada el 12 de noviembre de 1823. En nuestra primera Carta Magna los diputados señalaron a Dios como fuente de inspiración suprema y, como objetivo de su acción, la consolidación de las libertades y la felicidad de los pueblos: «En el nombre de Dios, por cuyo poder se instituyen todas las sociedades y cuya sabiduría inspira justicia a los legisladores. Nos el Congreso Constituyente del Perú, en ejercicio de los poderes que han conferido los pueblos a todos y cada uno de sus Representantes, para afianzar sus libertades, promover su felicidad, y determinar por una ley fundamental el Gobierno de la República, arreglándonos a las bases reconocidas y juradas. Decretamos y sancionamos la siguiente Constitución: ...». Estas han sido y aún son las máximas que regulan el accionar parlamentario, alimentando el espíritu de la institución con una vocación permanente de servicio a la nación. FUENTE: Artículo: Historia del Congreso de la República Página web: Congreso de la Republica http://www.congreso.gob.pe/?K=6 Responsable de la información: Museo del Congreso y la Inquisición REFERENCIAS HISTÓRICAS: 1821 La creación del primer gobierno los patriotas tuvieron la labor de construir el estado peruano. Esto significó la aparición de nuevas instituciones y de normas para gobernar.

28 de julio 1821 El general José de San Martín proclama la independencia del Perú. Previamente, se había entrevistado con el virrey la serna, quién se negó a reconocer nuestra autonomía. Al avanzar el libertador hacia lima, sin embargo, los españoles emprendieron la retirada. 3 agosto 1821 San Martín asume el gobierno del Perú como protector, cargo político y militar que contaba con el apoyo del pueblo y de la clase política. Su primera convocatoria al pueblo peruano tuvo como fin elegir al congreso constituyente y promulgar una constitución. José de la Riva-Agüero Fue elegido como primer presidente de Perú por presiones del ejército. Su gobierno fue corto, desde 1822 hasta 1823 cuando fue reemplazado en el cargo por José Bernardo de Tagle. Cuando bolívar asumió el poder, en 1824, Riva-Agüero estableció un gobierno paralelo en Trujillo. El cuarto Marqués de Torre Tagle inició desde joven su carrera militar. A partir de 1810 se empezó a relacionar con los movimientos independentistas. En 1811 fue elegido como el primer alcalde de Lima, y en 1823 fue proclamado presidente de nuestro naciente país en reemplazo de Riva-Agüero. 20 de setiembre1822. Instalación del primer congreso constituyente. Francisco Javier de Luna Pizarro asume su presidencia y se nombra como secretarios a José Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui ese mismo día, San Martín presentó ante dicha institución su renuncia al cargo de protector. 22 de septiembre 1822 San Martín deja el Perú. Antes de hacerlo, convoca al primer congreso constituyente luego, crea una junta gubernativa, integrada por José De la Mar, Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar y Baquíjano. 19 de Diciembre 1822 Se aprueban las bases de la primera constitución política, que acaba con los sueños monárquicos de una minoría. Consta de 24 artículos y entre los más importantes se encuentra el referido a los tres poderes del estado y su carácter independiente. 28 de febrero 1823 El congreso elige a José de la Riva-Agüero como el primer presidente del Perú. La principal razón para esta decisión fue la pérdida de autoridad de la junta gubernativa. El Congreso, en tanto, se dividió en tres facciones: los puritanos, con luna Pizarro a la cabeza; los Rivaagüerinos; y los relativistas, dirigidos por Sánchez Carrión. FUENTE: Jorge Basadre Grohmann HISTORIA DE LA REPUBLICA DEL PERU, TOMO I. Página 52, 53 http://blog.pucp.edu.pe/blog/fernandotuesta/1997/07/15/la-constitucion-de1823/

EVOLUCION DEL DERECHO CONSTITUCIONAL PERUANO CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA 1828

1.

DATA DE LA CONSTITUCION (Fecha de promulgación) La constitución política de la república peruana de 1828 fue la Tercera Carta Política de la República Peruana, discutida y aprobada por el Segundo Congreso General Constituyente del Perú y promulgada el 18 de marzo de 1828 por el Presidente constitucional de la República, Mariscal José de la Mar. Era de carácter liberal, tuvo vigencia de 18 de marzo de 1828 a 10 de junio de 1834, su importancia radica en que puso las bases constitucionales del Perú, sirviendo de modelo a las siguientes constituciones, a lo largo de casi un siglo. Por ello, el Jurista Peruano Manuel Vicente Villarán la llamó “LA MADRE DE TODAS NUESTRAS CONSTITUCIONES” Manuel Vicente Villarán Godoy (n. Lima, 18 de octubre de 1873 – Lima, 21 de febrero de 1958) fue un jurista, catedrático universitario y político peruano. Ministro de Justicia, Culto e Instrucción (1908-1909), Decano del Colegio de Abogados de Lima (1914-1915), Senador de la República (1917-1918), Rector de la Universidad de San Marcos (1922-1924).

2.

PERIODO HISTORICO DE SU PROMULGACION La Constitución de 1828 tiene un significado emblemático en el constitucionalismo peruano. Es la primera constitución genuinamente nacional. No sólo por su contenido sino por las circunstancias en que se expidió. La Constitución de 1823 se inspiró y siguió muy cercanamente el texto de la constitución gaditana y expresó el romanticismo iluso de los fundadores, en una hora apremiante y angustiosa; la de 1826, era la constitución boliviana que el Libertador impuso, a sangre y fuego, y que el Perú, obviamente, jamás acataría. Los constituyentes de 1827 pretendían que la Constitución reflejara la identidad, esencial y privativamente peruana, y su voluntad de constituirse como una nación verazmente soberana e independiente, ajena, por entero, a los proyectos políticos del Libertador y distante, por cierto, de las tendencias separatistas del sur que alentaban Santa Cruz y otros bolivianos. Desde luego que el momento histórico resultó más propicio que otros para su dación. No estaba el Perú, en 1827, inmerso, como en 1823, en el fragor del combate emancipador ni en la tarea impostergable de improvisar, en medio de la guerra, un régimen político estable. Tampoco vivía ya el ambiente opresivo de una autocracia que se había tornado intolerante y agresiva contra todos los que advertían que, detrás de los proyectos de integración del Libertador, había un claro designio hegemónico de la Gran Colombia. Por el contrario, su hostilidad al Perú –que provocaría luego la guerra entre ambos países– sirvió para afinar el espíritu nacionalista peruano y templar el ánimo para la obra organizadora del derecho. Derivada, como todas las constituciones peruanas, la singularidad de la Carta de 1828 radica no tanto en su autonomía respecto de fuentes de inspiración extranjeras cuanto en la del propósito que animaba a sus inspiradores. Querían una Constitución que respondiera, con realismo, a las necesidades y posibilidades del Perú. Autoritarios y liberales habían asimilado las lecciones de las dolorosas experiencias

derivadas de sus respectivos desvaríos y excesos ideológicos en el primer lustro de vida independiente. Por eso mismo, decidieron inspirarse en los principios liberales de la Carta de 1823 y recoger, con sentido pragmático, normas e instituciones de otras Constituciones americanas como la colombiana de 1821 y la argentina de 1826 que parecían haber hallado recetas concretas y específicas para resolver problemas que, a la sazón preocupaban o agobiaban también al Perú. FUENTE: BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES http://www.cervantesvirtual.com

Historia Constitucional (revista electrónica), n. 4, 2003 Tema: LA CONSTITUCIÓN DE 1828 Y SU PROYECCIÓN EN EL CONSTITUCIONALISMO PERUANO - Valentín Paniagua Corazao Página Web: http://www.cervantesvirtual.com/index.shtml Información: Bibliotecas españolas Ante el descontento general y de conformidad con la solicitud presentada por el pueblo de Lima, el Presidente del Consejo de Gobierno, Andrés Santa Cruz, convocó el 27 de enero de 1827, un Congreso Constituyente Extraordinario, desconociendo de facto la Constitución Vitalicia de Bolívar. El Congreso Constituyente se instaló el 4 de Junio de 1827, presidido por Javier de Luna Pizarro. Los liberales regresaban al poder y tenían mayoría en el congreso, intentando no cometer los errores de 1823. Buscaron por ello no enfrentarse a los militares sino buscar un camino adecuado a sus intereses. Es así que con apoyo de los liberales, se elige como Presidente del Perú al Mariscal José de la Mar con 58 votos contra 27 de Santa Cruz. Resultó elegido Vice-Presidente de la República don Manuel Salazar y Baquíjano. Se pensaba que con La Mar se alejaban los peligros del caudillismo, el presidencialismo y el personalismo. El principal problema que se discutió fue el régimen federal, rechazado en 1822, ante propuesta del liberal Faustino Sánchez Carrión. Los liberales volvieron con su propuesta, deslumbrados por el éxito del federalismo norteamericano, sosteniendo que éste permite que el pueblo mantenga su soberanía. Pero, sin tradiciones parecidas, con territorio dilatado, incomunicado y heterogéneo y sin fuertes regiones o ciudades que hicieran contrapeso a Lima, el federalismo no tenía futuro. Se crearon, sin embargo, las juntas departamentales, presididas por el prefecto, eran asambleas deliberativas, siendo auxiliares al Parlamento Nacional, teniendo como objetivo principal la provincia. La Constitución de 1828, de claro tinte liberal y de influencia norteamericana, fue sancionada por el Congreso Constituyente el 18 de marzo de 1828 y promulgada el 10 de abril del mismo año. Entre sus aspectos políticos más destacados se encontraba: otorgar la ciudadanía a los hombres libres, aunque fuesen analfabetos, nacidos en territorio peruano, mayores de 21 años o casados y los extranjeros que hayan servido en el ejército o la armada o vecinos desde 1820; se suprimía el poder electoral de la Constitución Vitalicia; por primera vez se establecen las cámaras de diputados y senadores, que se mantuvieron hasta la Constitución de 1979. Los diputados representaban a las provincias y los senadores a los departamentos; entre las atribuciones de los diputados se encontraba por primera vez, el deber de acusar ante el senado al presidente y vicepresidente, miembros de ambas cámaras y ministros

por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones; la cámara de senadores se renueva por terceras partes cada dos años; la elección presidencial se realizará por votación indirecta, por mayoría absoluta de los colegios electorales de provincia, y no por el Parlamento, como la de 1823. El mandato duraba 4 años y podía ser reelegido pero por una sola vez; no admitía la interpelación ministerial ni el voto de censura. La Constitución de 1828 inspiró a las posteriores hasta la de 1920, fijando las líneas centrales del ordenamiento jurídico peruano. Sin embargo, en el tiempo en que estuvo vigente (rigió entre el 18 de marzo de 1828 al 10 de junio de 1834: 6 años, 2 meses y 23 días) ningún presidente fue elegido bajo el amparo de esta constitución. FUENTE: POLITIKA Blog: Fernando Tuesta Soldevilla Tema: La Constitución de 1828 y la vuelta de los liberales Fecha: 31/07/1997 Página Web: http://blog.pucp.edu.pe/blog/fernandotuesta/1997/07/31/la-constitucionde-1828-y-la-vuelta-de-los-liberales/

3.

PENSAMIENTO POLITICO Pocos días después de instalarse, el Congreso Constituyente de 1827 declaró nula y de ningún valor la Constitución jurada el año anterior por haber sido “sancionada de un modo ilegal y atentatorio a la soberanía nacional que solo puede darse el pacto social por medio de sus representantes legítimamente depurados para el acto”; y puso en vigor, en parte, la Carta de 1823 (11 de junio, promulgada el 16). Su obra más importante, después de la elección presidencial, fue la Constitución de 1828 cuya promulgación fue diferida por el tremendo terremoto que asoló la capital el 30 de marzo de 1828. Dicho acto tuvo lugar en los cuatro ángulos de la Plaza Mayor, en la plazuela de la Constitución y en las plazuelas de San Marcelo y San Lázaro. La ciudad se encontraba intransitable por los escombros y las numerosas casas afectadas por el sismo hacían peligrar la vida de sus moradores. Los debates con motivo de la Carta surgieron a veces por el formalismo de si debía empezar el texto con una invocación a “Dios, autor y legislador”, o a “Dios, uno y trino” o al “Padre, Hijo y Espíritu Santo”, o si debía prohibir todo “culto público” que no fuera el católico o todo “culto público o privado”. El texto aprobado dijo que la nación protegía a la religión católica por todos los medios, conforme el espíritu del Evangelio, y no permitía el ejercicio de otra alguna. Aparte de estas discusiones, los constituyentes de 1827, dilucidaron la aplicabilidad del federalismo. Como eran liberales en sus ideas era explicable que defendieran el sistema federal, pues en él (dijeron los oradores) retienen los pueblos la soberanía, son más posibles las leyes adecuadas a las características regionales, quedan evitados la corrupción y el despotismo. No faltaron allí, sin embargo, quienes recordaran algunas objeciones contra el federalismo: la falta de cerebros lúcidos y de manos aptas en las distintas provincias, la escasa densidad del territorio, la ausencia de estadísticas que pudieran determinar sagazmente los linderos de las diferentes regiones, la excesiva complicación administrativa y burocrática. Ninguna de esas razones pareció definitiva a Luna Pizarro; pero sí la de las circunstancias políticas de aquel momento. “Este bien, esta seguridad pública, esta

independencia -afirmó- es preciso ser ciego para no verlas amagadas y sin duda perdidas, desde que con la proclamación de la independencia de los departamentos se pusieran en movimiento más activo las pasiones demasiado agitadas en el día. Puede decirse que para organizar el Estado en federación sería preciso desorganizarlo antes. En suma, los constituyentes de 1827 no consideraron que era oportuna todavía la implantación del federalismo; pero, como teóricamente aprobaban este sistema, crearon las juntas departamentales, células de futuros Parlamentos y establecieron que cinco años después, la Constitución sería reformada. Las juntas departamentales se componían de dos individuos por provincia, inviolables por sus opiniones. Entre sus atribuciones estaban la administración de los intereses de los departamentos; el fomento de sus industrias y de la educación; la formación de una estadística quinquenal; el reparto de las contribuciones y del contingente de los reclutas; la toma de informes de los ingresos y egresos departamentales; la reducción y civilización de los indígenas; el envío al Congreso de las infracciones constitucionales; la elección de los senadores de las listas formuladas por los colegios electorales; la propuesta de las autoridades políticas, eclesiásticas y judiciales. La Constituyente se inspiró, al organizar los poderes públicos, no en el modelo de la Revolución francesa, como la Carta de 1823, ni en el régimen creado por el Consulado de Bonaparte, como la Constitución de 1826, sino en el modelo norteamericano. El Parlamento no quedó reducido a una Cámara omnipotente como en 1823, ni dividido en tres Cámaras débiles como en 1826. Fue organizado bajo el sistema bicameral con reunión anual, los diputados con un origen provincial, en proporción al número de electores; y los senadores, a razón de tres por departamento, propuestos por los electores y escogidos por las juntas departamentales. Debíase hacer la renovación de las Cámaras de Diputados, por mitad, cada dos años, y la del Senado, por terceras partes, de dos en dos años. El presidente duraba en su cargo cuatro años. Era elegido por los colegios electorales; ello no obstante, La Mar, en virtud del decreto de convocatoria al Congreso Constituyente, fue designado por este. El vicepresidente debía reemplazar al primer magistrado en los casos que la Carta señaló; y, en su defecto, tenía esa potestad el presidente del Senado. La reelección presidencial inmediata era permitida por una sola vez. La necesidad de gobernar de acuerdo con los ministros, establecida en la Carta de 1823, fue ratificada. El Senado debía aprobar los nombramientos diplomáticos y los altos nombramientos militares. El Consejo de Estado tenía injerencia en muchos negocios graves. Las juntas departamentales coactaban la acción del Ejecutivo en la vida regional y local, al extremo de que los nombramientos de prefectos y subprefectos debían hacerse a propuesta de dichos organismos. Fue permitida la acusación al presidente de la República durante su período. El Consejo de Estado debía presentar a la Cámara de Diputados una lista de infracciones constitucionales cometidas por el Ejecutivo; y esa Cámara podía decir si había lugar o no a la acusación, pasándola, en caso afirmativo, al Senado. Aprobada la acusación por el Senado, el juicio se seguiría por la Corte Suprema. En cuanto a la elección presidencial, no se tomó en cuenta el procedimiento señalado en la Carta del 23, que daba intervención al Congreso para escoger entre los candidatos propuestos por las juntas departamentales. Fue aceptado, en cambio, el principio de la elección popular del presidente, que desde entonces quedó

incorporado al Derecho Constitucional peruano, si bien más tarde se cambió la vía indirecta por la directa. El Consejo de Estado apareció como una comisión permanente del Senado, integrado por diez senadores elegidos por ambas Cámaras. Cuerpo observador del Ejecutivo, tuvo atribuciones administrativas, fiscales, consultivas y sensoriales. En el capítulo relativo a las garantías, la Constitución de 1828 fue como la de 1826 a la abolición de las vinculaciones laica les; pero aunque el artículo respectivo fue más restringido que la de aquella, se consideraba que implantó una novedad, pues la Carta de 1826 no llegó a regir. El artículo 5° que mencionó las causales para perder el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, incluyó entre ellas “los votos solemnes de religión”. Que la fuerza pública es esencialmente obediente y no puede deliberar; y que ningún individuo o corporación pueden hacer peticiones a nombre del pueblo o arrogarse el título de soberano, dicen sendos artículos. He aquí el rescoldo de la insurgencia militar contra el régimen creado por el primer Congreso Constituyente de 1823. Pero no era solo con prohibiciones teóricas que los liberales, en este segundo momento de su actuación política querían contener al militarismo y a la anarquía. En 1823 habían dicho que si la nación no conserva o protege los derechos individuales, ataca el pacto social. Una experiencia de cuatro años hacía ver ahora que, en determinadas ocasiones, es inevitable coactar ciertos derechos individuales. Por otra parte, estaba fresco el recuerdo de la dictadura amplísima conferida por el Congreso insistentemente a Bolívar. ¿Qué hacer en este dilema entre los principios y la realidad? Los constituyentes de 1827-28 creyeron hallar la solución en el inciso 23 del artículo 48 de la Carta que promulgaron. Cuando hubiera sedición o invasión del territorio nacional, el presidente podía suspender determinados artículos constitucionales. Para ello, era necesaria la expresa autorización del Congreso por dos tercios de sus votos y por el tiempo preciso, con obligación de dar razón motivada de las medidas adoptadas. El origen remoto de esta institución de las “facultades extraordinarias” está en la “dictadura” romana, autoridad discrecional, pero de tiempo limitado y con la obligación de dar cuenta al Senado, muy diversa de la “tiranía” que imperó en Grecia y en las ciudades griegas de Italia, que era un gobierno personal, sin frenos y sin plazos. El derecho de presentar peticiones al Ejecutivo o al Congreso, fue reconocido; pero porque no había sido olvidado, sin duda, el motín de Balconcillo, quedó prohibido que figurara en dichas peticiones más de un ciudadano. El texto constitucional debía regir durante cinco años, al cabo de los cuales una Convención Nacional daría al país su definitiva Carta política. Enlazábase tal disposición con la esperanza de que el Perú para entonces pudiera adoptar el régimen federal. FUENTE: Jorge Basadre Grohmann HISTORIA DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ [1822-1933] – TOMO I. Páginas: 257, 258. Primera edición: Noviembre, 2014

BREVE COMPARACION ENTRE LAS CONSTITUCIONES DE 1823 Y DE 1828 1. 2. 3. 4.

5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.

13.

La Constitución de 1823 cuenta con 194 artículos y la de 1828 con 182. El Órgano Constituyente de la Constitución de 1823 fue el Congreso Constituyente y la de 1828, el Congreso General Constituyente. La Constitución de 1823 invoca a Dios y afianza el poder otorgado por el pueblo y la de 1828 no posee Preámbulo, solo una introducción invocando a Dios. La Constitución de 1823 tiene una tendencia Liberal clásica y la de 1828, una tendencia Liberal Moderna. El Constitucionalismo Liberal es una ideología de una sociedad política que se expresa a través de una Constitución escrita, cuya supremacía significa la subordinación a sus disposiciones de todos los actos emanados de los poderes constituidos que forman el gobierno ordinario, integrándose estos actos en un sistema que busca asegurar la vida, la libertad y la propiedad del individuo. La forma de gobierno de la Constitución de 1823 es Popular representativo y la de 1828, Popular representativo consolidado en la unidad. La división de poderes en la Constitución de 1823 se manifiestan: Poder electoral, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judiciario y la de 1828, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial. La estructura legislativa de la Constitución de 1823 es de cámara única formada por Diputados y el Senado tiene autonomía y la de 1828, posee Cámara de Diputados y Cámara de Senadores. Las garantías constitucionales en la Constitución de 1823 contiene un capitulo donde se consignan y no legisla lo relativo a las Acciones de Garantía y la de 1828, son consignadas en un Titulo y no legisla lo relativo a Acciones de Garantía. La religión de la Constitución de 1823 se orienta católica, apostólica, romana con exclusión del ejercicio de cualquier otra y la de 1828, católica, apostólica, romana y no se permite el ejercicio de otra. El tema de la pena de muerte en la Constitución de 1823 radica en la abolición de penas crueles y de infamia y es limitada a casos exclusivos y la de 1828, abole penas crueles y de infamia y la pena de muerte es limitada al Código Penal. La reforma constitucional en la Constitución de 1823 es por decisión de un Congreso General y la de 1828, encargada a la Convención Nacional por el Congreso con aprobación del Poder Ejecutivo. La Constitución de 1828, no obstante declarar su adhesión a la Constitución de 1823, se apartó de ella en lo que, a declaración de derechos, concernía. Esa Constitución, siguiendo la huella de la de Cádiz, carecía de un capítulo especial que, bajo el epígrafe de “garantías constitucionales” recogiera, formalmente, una declaración de derechos. Sin embargo, de modo escueto y bajo el título de “Disposiciones Generales” y, en un solo artículo (art. 193), declaraba inviolables la libertad civil, la seguridad personal, del domicilio, la propiedad, el secreto de las cartas, el derecho de petición, el derecho al honor y buena reputación, la libertad de imprenta y las libertades de agricultura, industria, comercio y minería así como la igualdad ante la ley. La carta de 1828 recogió, como se ha recordado antes, el texto de la Constitución Vitalicia que, en este aspecto, extrañamente, es largamente más rico y cuidadoso que la Carta de 1823. En concordancia con el pensamiento liberal, garantizaba la libertad civil, la seguridad individual, la igualdad ante la ley y la propiedad. Hacía luego la declaración de los derechos y proclamaba la libertad jurídica, la irretroactividad de la ley, la igualdad ante la ley, la libertad de los esclavos, de pensamiento, y expresión y

prensa, de locomoción, la inviolabilidad de domicilio y de la correspondencia, la igualdad ante la ley, y para la admisión a cargos públicos, el derecho a que las contribuciones se repartan proporcionalmente y a que se respete su buena reputación. ITEMS 12 Y 13 FUENTE: BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES http://www.cervantesvirtual.com Historia Constitucional (revista electrónica), n. 4, 2003 Tema: LA CONSTITUCIÓN DE 1828 Y SU PROYECCIÓN EN EL CONSTITUCIONALISMO PERUANO - Valentín Paniagua Corazao Página Web: http://www.cervantesvirtual.com/index.shtml Información: Bibliotecas españolas

Related Documents


More Documents from "nilda"