Tema 3. El Mito De La Familia Occidental (capitulo 12)

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Tema 3. EL MITO DE LA FAMILIA OCCIDENTAL (CAPITULO 12) La familia occidental, caracterizada por un matrimonio monógamo, una valoración de la pareja, un reducido número de hijos, una reparto de roles en el seno de la pareja, quizá tenga una antigüedad mucho más importante que la que se le supone (la industrialización). Pero esta familia parece ser puesta en cuestión en las nuevas formas matrimoniales. No es inútil interrogarse sobre la familia occidental en el contexto europeo y no europeo. Después del colonialismo, la cristiandad y el capitalismo que Europa a exportado, acarreando con ellos los valores del Occidente triunfante… los inicios del siglo XXI ¿no serán el teatro de un pluralismo familiar impuesto por otras culturas a la vez conquistadas? 1. El modelo occidental de la familia, visto desde el lado de... Occidente La hipótesis a averiguar es si la familia conyugal, con una parentela bilateral, ha facilitado el proceso de industrialización y urbanización, o no. 1.1 La invención de la familia occidental Si desistimos de nuestro etnocentrismo natural, la familia conyugal que asocia dos compañeros que se han elegido más o menos libremente, con una edad semejante, sin vínculo parentel y con una residencia neolocal, es una figura poco corriente en la variedad de los modelos familiares (posiblemente una aberración a los ojos de otras sociedades). Por otra parte, los rasgos europeos de la nupcialidad actuales, altas tasas de soltería y nupcialidad tardía son totalmente inhabituales. ¿Cuándo surge esta invención cultural? Algunos autores descubre su origen en el s. I bajo la influencia del pensamiento estoico, el nacimiento de una sociedad conyugal y de una ‘moral interiorizada del matrimonio’ que preparaba la revolución cristiana. Considera que este tipo de matrimonio posiblemente ha sido reforzado por la modernidad capitalista e industrial, pero que su origen es muy anterior. A partir del s. IV la Iglesia ha modelado una sociedad familiar europea, imponiendo rasgos inéditos a las poblaciones que deseaba cristianizar. Prohibió prácticas corrientes en la cuenca mediterránea como la adopción, la poligamia, el divorcio, el concubinato, las segundas nupcias de los viudos, el matrimonio en el seno del parentesco, puso el acento sobre el consentimiento mutuo de los esposos en el matrimonio, su affectio, e instauró la libertad de testar. A partir del siglo XII, el matrimonio se convierte en un sacramento, lo que refuerza el peso de la institución. Esta nueva doctrina de la filiación, del matrimonio, conduce a separar a los individuos de su parentesco, reduciendo la noción de herencia a una cuestión biológica. Como consecuencia:  Se prohíbe la adopción, que permitía a los segmentos de linaje proveerse de descendientes si los matrimonios eran estériles o si sus hijos se morían.  La obligación de la exogamia comporta la fluidez de las herencias y su disgregación. En un sistema de linaje se mantienen las propiedades por medio de la endogamia. La acumulación de bienes (alienados a los grupos de parentesco) entre el s. IV y el XII convierte al cristianismo de secta en Iglesia y en una gran propietaria rústica.

Las resistencias fueron muchas, especialmente a la regla de exogamia. Después de haber prohibido el matrimonio a los parientes hasta el séptimo grado de parentesco en el siglo XII, la iglesia redujo la definición del incesto y, en las comunidades campesinas, acordó de manera liberal las dispensas matrimoniales. En conclusión, parece que la Iglesia ha tenido un papel crucial en la formación del matrimonio conyugal típico de la sociedad europea, y también en la ruptura de los lazos de parentesco. Macfarlane, por su parte, intenta comprender la especificidad del individualismo inglés, estudiando el modelo matrimonial inglés en el período que precede al de la industrialización. El matrimonio inglés, después del XIV hasta 1850, es un matrimonio ‘maltusiano, con grandes semejanzas con el modelo matrimonial actual en los países desarrollados y las nuevas pautas de nupcialidad:  edad elevada en el matrimonio,  una fuerte tasa de celibato.  la libre elección de los esposos basada en racionalidades económicas y sentimentales  la residencia era neolocal,  el matrimonio un libre contrato que instauraba entre los esposos un compañerismo fundado más bien en el amor de los cónyuges que en el existente entre las generaciones  natalidad baja y costosa por ello hacían trabajar a los niños desde los 7 años para que se educara su independencia, su autonomía.  No socializa a los hijos ni cuida de sus viejos. Macfarlane ve en este sistema un modelo matrimonial del ‘asalariado’ por oposición al modelo ‘campesino’. Es el producto de una sociedad móvil y rica y contribuye a su construcción. Se incubaba desde el s.IV en toda Europa pero en Inglaterra alcanzó un desarrollo mayor y precoz ya desde el s. XII. En consecuencia, el sistema familiar conyugal no es un producto derivado de una ética protestante ni de la revolución capitalista. El capitalismo en Inglaterra se desarrolla desde el s.XII al margen de la cronología de Weber y Marx, pero desde el s. IV se incuba un nuevo modelo de familia en Europa que alcanza su desarrollo precoz en Inglaterra, quizás porque no tuvo la influencia romana. La modernidad antigua de Inglaterra se expresa en una característica en la actualidad contemporanea: la soledad es el precio a pagar por un individualismo económico y político. 1.2 Los avatares de la familia occidental Los procesos de industrialización y urbanización modifican las relaciones familiares pero las coordenadas generales en torno a la familia ya han sido puestas muchos siglos antes. Además cuando la tesis de la modernización de la familia occidental, tal como fue expuesta en los 60 se refería a un modelo histórico bien específico: un matrimonio monógamo en el cual los cónyuges se casan jóvenes y libremente manteniendo relaciones muy laxas con sus redes de parentesco. Realmente esta es una figura transitoria entre los modelos de conyugalidad clásica y los que se están poniendo en marcha en la actualidad.

Los análisis históricos son más fiables que los sociológicos y sus previsiones de futuro que auguraban falsamente un desarrollo del matrimonio, signo del individualismo frente a la solidaridad de la familia. El llamado modelo occidental es una estructura efímera y difícilmente previsible en su comportamiento y en su filosofía común. Incluso entre los países europeos en los que se dan curvas paralelas en las tasas de fecundidad, nupcialidad, divorcialidad, etc cabe preguntarse si estas estructuras parecidas expresan una misma filosofía familiar. 1.3 Bajo estructuras parecidas, diferencias nacionales y sociales El término familia no es unívoco. La institución del matrimonio no constituye una condición necesaria y suficiente para la existencia de la familia: los lazos de filiación conducen sobre los de alianza. La persistencia contemporanea de estructuras y de sistemas familiares diferentes pueden explicar la permanencia de comportamientos políticos diversificados. Estas diferencias internas hacen pensar que convendría repasar las diferencias internacionales en cuanto a la familia. Las variaciones ideológicas son antiguas (familia no es lo mismo para francés que para un americano –progenitura-), y sobre estas variaciones antiguas del modelo ideológico de la familia occidental se inscriben las diversidades contemporaneas. Incluso la diversidad de medidas tomadas por los diversos países en relación a la caída de natalidad se incribe en tradiciones políticas muy antiguas (intervencionismo en Francia, no en Italia –sobrepoblación del pasado que provocó grandes migraciones- ni en Inglaterra –la familia es de dominio privado) Los cambios familiares de los últimos veinte años invitan, pues, a poner en duda la cronología, la solidez y la unicidad del ‘modelo occidental de la familia’ debemos someter a discusión la hipótesis según la cual el ‘modelo occidental’ estaba destinado a conquistar sociedades no europeas’. 2. LOS SISTEMAS OCCIDENTALIZADOS

FAMILIARES

NO

EUROPEOS

NO

HAN

SIDO

Se ha profetizado la conquista por el sistema conyugal ‘moderno’ de las sociedades en vías de desarrollo. Este sistema ya se había extendido por Medio Oriente, Africa, China, India y Japón debido al colonialismo y otros contactos económicos o tecnológicos. Parecía que la familia occidental era más fuerte y destruiría toda otra estructura familiar. Esta es la hipótesis a demostrar. 2.1 Los choques de la modernidad y los sistemas familiares Los diversos choques de la modernidad, religiosa, política, económica, que sea exógena, como la colonización, o incluso endógena, surgida de revoluciones nacionales, no han producido una familia con estructuras y modo de funcionamiento uniformes. Se nos muestran dos ejemplos. Las tribus de México y de los Andes y el intento de la Iglesia por someterlas a su moral. Los datos muestran la habilidad de los indios durante la colonización española en manipular las reglas de prohibición del matrimonio parentesco y de la legitimidad del matrimonio. Se conformó un modelo autóctono original que solamente respetaba formalmente los preceptos cristianos. El concubinato y la poligamia resistieron la imposición de la norma europea.

Japón con una occidentalización importante en cuestiones económicas, mantiene un sistema familiar tradicional que ha sufrido las influencias de la industrialización y la urbanización en cuanto a:  Su nuclearización  Al aumento de divorcios.  La desaparición de la corresidencia en las ciudades, también derivada de la falta de viviendas Sin embargo, se mantiene la ideología familista en:  la fidelidad de los miembros al grupo, sólo que se ha desplazado de la familia a la empresa. El desarrollo del sistema japonés no hubiera sido posible sin esos valores tradicionales.  La familia extensa  Los matrimonios convenidos por intereses familiares y muchas veces sin amor  Se mantiene la división sexual del trabajo doméstico a pesar de la incorporación femenina al mercado laboral.  El sistema educativo japonés, tanto en la familia como en la institución escolar, rechaza la inculcación del individualismo y el capitalismo industrial se ha desarrollado con tanta rapidez en Japón precisamente porque sus valores encontraron arraigo en la cultura nipona de la familia, basada sobre todo en el valor de lo colectivo. 2.2. Las modernidades no occidentales La hipótesis de la occidentalización de la familia como consecuencia del proceso de industrialización parte de la tesis de la unilinealidad del cambio social. Se está suponiendo que el desarrollo tiene unas fases que se darán en todos los países según una pauta que va de una sociedad campesina a una sociedad industrial, con una etapa intermedia de protoindustrialización más o menos desarrollada. China arranca de una transformación de la sociedad agraria que ha tenido que ser capaz de alimentar a una población considerable. Su modernización es poco occidental. El tipo de familia china es tradicional y basada en una solidaridad de los linajes que se ejerce en detrimento del estado, imperial y luego comunista. El matrimonio es una obligación de contribución al linaje paterno y es acordado por los padres. Los cambios impuestos con la revolución popular y que afectan a la economía, la industrialización y la sociedad chinas van a tener implicaciones sobre la evolución de la familia. Se impone un control estatal de la formación de las parejas. Reformas mucho más radicales fueron intentadas a lo largo del período del Gran Salto y en adelante con la instauración de las comunas. Características:    

Eliminación del modelo familiar Recursos comunes Separación de los sexos Separación de los niños y los ancianos del control privado

La oposición a esta innovación se conjuga en la extrema penuria de los años 1958-60, de modo que las experiencias ‘comunistas’ son abandonadas y las células familiares conyugales o extensas se reconstituyen a continuación. En los 80 el modelo tradicional y el control estricto se conjugan de nuevo para controlar la natalidad tanto en el medio rural como en el urbano. El amor no es un valor y éste se vuelca sobre el hijo único. También se ha promulgado una ley en 1980 que impone a los hijos la obligación de asistir a sus padres y a sus abuelos, tanto paternales como maternales. 2.3. De la resistencia al rechazo Los sistemas familiares mundiales son producto del sincretismo. En muchos casos integran y/o asimilan rasgos occidentales en su cultura y los ajustan a la nueva configuración de los Estados nacionales. Es el caso de los casos estudiados. Otros sistemas familiares sufren transformaciones internas que no tienen nada que ver con una occidentalización. Así ocurre con los africanos en los que los efectos de la colonización y de la descolonización han sido mucho más ambiguos que en Sudamérica, hasta el punto de que han surgido movimientos ideológicos y políticos contra la occidentalización (integrismos). Africa: Con la colonización y descolonización se abre el camino hacia la ruptura de los sistemas de linaje, tanto por razones económicas como políticas. Se identificó la sociedad africana a la preindustrial europea y por ello se pretende aplicar el esquema unilineal de desarrollo. Sin embargo, con los periodos de independencia en Africa se retorna a la solidaridad basada en el linaje y se pretende afianzar el desarrollo en esta estructura tradicional. Este será el proyecto de los socialismos auténticamente africanos abriendo una nueva alternativa democrática, basada en parte en la reinvención de las estructuras tradicionales familiares a través de las relaciones mercantiles. Es el caso de la sociedad bantú. Tampoco la urbanización ha erradicado las estructuras tradicionales. Las migraciones de los jóvenes hacia las ciudades les habían abierto la influencia occidental, pero también habían reforzado el sistema de linaje, como consecuencia de la monetarización de la ‘compensación matrimonial’. Dependían de sus mayores más que antes para obtener la dote que costaba su esposa. Por tanto las relaciones entre los segmentos de la familia que se encuentran en la ciudad y en el campo se mantiene en forma de solidaridad económica. En cuanto a los efectos de la escolarización son contradictorios: por una parte, contribuyen a la eclosión en familias restringidas, pero, por otra, los éxitos escolares o universitarios son integrados en las estrategias simbólicas de la competición entre linajes. Los pleitos de brujería, a la cual se atribuyen los fracasos, parecen multiplicarse. Las migraciones de las mujeres hacia las ciudades han sido numerosas en los 80 y sí que parecen haber puesto en peligro los sistemas de linaje más que por un siglo de colonización, entre otras cosas porque han sido los sostenes de su explotación a través de la división sexual del trabajo. Como consecuencia, el rechazo a las relaciones de linaje es el rechazo a la conyugalidad, a la maternidad y un cambio en la manera de ver a la descendencia y se ha traducido en el asociacionismo femenino y/o feminista. La emancipación de la mujer también está en el núcleo de los choques entre sociedades occidentales y sociedades musulmanas, porque la modernización integrista parece haber supuesto

un retroceso en su emancipación. No obstante, hay que recordar que los signos externos del sometimiento de las mujeres musulmanas a ojos de los occidentales, también les han permitido salir al espacio público.  La escolarización masiva de los niños de los dos sexos en los 80 como portadora de una futura emancipación femenina, es vista con hostilidad y desconfianza. 

La emancipación es muy escasa y limitada.

 Las mujeres siguen recluidas en el espacio doméstico, se les asigna un marido de la forma endogámica tradicional, no tienen los mismos derechos jurídicos en caso de divorcio y las tendencias en materia legal en Egipto, p.e., son a un claro retroceso en este sentido por las presiones de los grupos integristas. Lo habitual es rechazar la occidentalización de la familiar justificándolo en el Corán, y buscar desarrollos nacionales originales. La familia, que los sociólogos consideraban el eslabón central de la progresiva e inevitable occidentalización del mundo con sus valores de libertad e individualismo, no sigue por los cauces previstos.

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