Manuel Arévalo Cáceres

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Manuel Arévalo Cáceres

Manuel Jesús Arévalo Cáceres

Cómo fue asesinado el líder

En los primeros día del mes de febrero de 1937, fué detenido en Trujillo, Manuel Arévalo. Era en ese momento el Secretario Regional del Norte del Partido Aprista Peruano, y por lo tanto el hombre de más alta investidura después del Jefe Haya de la Torre. Fué delatado por infame traición del provocador Nerón Montoya. Durante 10 días se le torturó bárbaramente en las ruinas de Chanchán (Trujillo). Se le quebró un brazo por la torsión y se le negaron alimentos. Luego se le suspendió de los testículos y flageló. Fueron directores de éstas macabras tareas el Prefecto del Departamento, coronel Armando Sologuren, el sub-prefecto Manuel Parra del Riego (cuñado del Ministro Recavarren), el comisario Bocanegra y otros más. El día 14, y con grilletes de acero, fue sacado en un auto-camión, anunciando sus custodios el propósito de llevarlo a Lima por la carretera de la costa. Cinco habían sido los enviados especialmente de Lima para consumar la victimación, pero solo dos terminaron por acompañarlo, A ellos se agrega el chofer que tuvo complicidad total en la muerte.

El día 15 a las 11 de la mañana estaba aún vivo Manuel Arévalo. Sus asesinos almorzaron en el Hotel Huarmey, de un señor González y mucha gente reconoció al prisionero que iba inerme y con visibles demostraciones de los maltratos: hinchado, tumefacto y con grilletes en pies y manos. El crimen fué comedido entre Ja 1 y 2 de la tarde del 15, pues a las 4.30 p. m. el cadáver fué recibido por el Teniente Augusto Castillo Lura, de la Guardia Civil, ingresando a Barranca con el cadáver en un automóvil de color azul y marca “Plymouth”, por caminos extraviados y buscando que el hospital recibiera el cuerpo. El guardián del Hospital se negó, sospechando la consumación del alevoso crimen, por cuyo motivo los asesinos, llevando el cadáver de Arévalo envuelto en costales y en el fondo del automóvil, adquirieron 13 galones de nafta y siguieron viaje al sur. El asesinato había sido cometido en el paraje comprendido entre “Colorado Grande” y “Colorado Chico” de la carretera Huarmey-Paramonga. Pero el cadáver siguió siendo llevado por la carretera Huacho-Barranca y sepultado clandestinamente en el cementerio del pueblo de Supe. El médico titular del valle, Dr. Emilio Albújar Figueroa no practicó la autopsia de rigor. El entierro lo realizaron los mismos asesinos y los guardias civiles de Huacho y Huaral. Los asesinos regresaron a dormir la misma noche del entierro al puesto de policía de Barranca, para seguir viaje a Lima el día siguiente, en el mismo automóvil. Nota: El c. José Daniel Hidalgo Gamarra nos hace la siguiente observación “cc. soy autor de un libro biográfico de Manuel se llama ARÉVALO EL HOMBRE COMPLETO, colaboró la familia conmigo, la edición esta agotada pero está en la Biblioteca Nacional, averigüé lo suficiente para asegurar que no fue NERÓN Montoya el delator, Nerón fue hijo de Delfín Montoya, el ideólogo de la revolución, viejo se murió aprista en Lima. La familia de Arévalo y los testigos cercanos como Luis Cáceres Aguilar, siempre supieron que no fue Nerón. Estoy convencido que es injusto culpar a Nerón.” 13 de febrero del 2012. Estrella Aprista. Fuente: BOLETÍN APRISTA. Editado por el Comité Aprista Peruano de Buenos Aires. Número homenaje a Manuel Arévalo, pp. 1-2.

testimonio de un hermano Alcides Spelucín

“Yo he sido un espectador muy próximo de la evolución integral de este hermano, debo decir que era un admirable tipo de hombre y de combatiente. Yo no he visto en ningún otro individuo un caso de superación tan prodigiosa. Era, en realidad, una autentica hechura aprista. En él se daba un perfecto equilibrio de los valores viriles y de los valores culturales. Al par que ejercitaba su actividad exterior en obras que requieren gran energía e inaudito coraje, nutría su cerebro con las más selectas creaciones del genio humano. Yo he sido testigo de cómo vibraba esa humanidad atlética ante manifestaciones finas y casi inasibles de la música, de la poesía, de la filosofía. En él parecía como que un fuerte ímpetu de vuelo espiritual neutralizara la excesiva gravitación terrestre de su cuerpo. De allí que viéndosele tan firmemente parado en la realidad material del mundo, se advirtiera en él también una perenne actitud de ascenso. “Ante hombres de la calidad de Arévalo; amasados con el barro más denso de nuestro Pueblo, surge por fuerza una consoladora racha de optimismo. ¿Si él era una

muestra tan excelente, por qué no esperar de lo demás un promedio lo suficientemente rico y fuerte, lo que precisamente requiere nuestra obra regeneradora? “Que la sangre de nuestro gran compañero, derramada en los desiertos estériles e impasibles de nuestra costa, penetren hasta las entrañas mismas de este pueblo y lo fecunden para el heroísmo, para el valer, para la austeridad y para la inteligencia. ¡Es el mejor homenaje que se rendiría a su memoria! (Firmado): Alcides Spelucín, Lima, febrero de 1937”,

Fuente: BOLETÍN APRISTA. Editado por el Comité Aprista Peruano de Buenos Aires. Número homenaje a Manuel Arévalo, pp. 4

testimonio del maestro víctor raúl haya de la torre

“El asesinato de nuestro gran compañero y gran líder, Manuel Arévalo, es una acusadora mancha de sangre que marca la frente de los hombres de la Tiranía. “Del obrero que siempre bregó por el Pueblo, del luchador extraordinariamente capaz, del autodidacta admirable, del organizador y del conductor, han hecho un gran mártir sus verdugos. Arévalo nos deja el ejemplo magnífico de una vida superada que comienza en el peón-niño y culmina en el representante parlamentario y jefe del Aprismo Norteño. ‘Es el auténtico hijo del Pueblo al que el Aprismo despierta y eleva. Es el trabajador manual entregado heroicamente a la causa de la justicia social. Su inmolación hace de él un símbolo. Su sacrificio nos impone a todos el deber de honrarlo, superándonos en el esfuerzo hasta la segura victoria. Sólo el Aprismo salvará al Perú. (Firmado): Haya de la Torre, febrero de 1937”. Fuente: BOLETÍN APRISTA. Editado por el Comité Aprista Peruano de Buenos Aires. Número homenaje a Manuel Arévalo, pp. 4

benavides: reverso: “orden y progreso” luis alberto sánchez

Amo y señor de la situación, sin enojosas interferencias parlamentarias, Benavides dio rienda suelta a su bulimia de mando. Haya, buscado afanosamente por todas partes, se ocultaba en una casita cercana a Lima. Desde allí dirigía el movimiento de resistencia. Organizados los comandos regionales, se preparó una acción revolucionaria. Benavides había logrado introducir en las filas apristas agentes políticos, especialmente adiestrados. Uno de ellos llegó hasta Manuel J. Arévalo, exdiputado e indiscutible líder del Norte, quien tenía su cuartel general en Trujillo. Mediante su delación fue apresado Arévalo, en febrero de 1937. Benavides había preparado cuidadosamente todo lo concerniente a su prórroga caso de que no triunfara Jorge Prado. Aparte de las versiones periodísticas, tenemos un documento de primer agua acerca de la premeditación con que se llevó a cabo el escándalo jurídico de diciembre de 1936, y luego, por consecuencia, el crimen de febrero de 1937. El doctor José León y Bueno era delegado del PAP ante el Jurado Nacional de Elecciones en

agosto de 1936, durante la primera etapa del proceso electoral. He aquí lo que anota en su diario (9): “25-8-36. Asistí al Senado como representante de mi Partido ante el Jurado Nacional de Elecciones. Fui cruelmente amordazado (E.A.A., M.Ll., L.A.S.) (Aclaro, dado el alcance de las últimas iniciales: Enrique A. Arnáez, Manuel Llosa, Lizardo Alzamora Silva. El autor). .................................................................................................................................. “21-10-36 El 26 de septiembre, aniversario de la muerte de mi madre, oí misa en la iglesia parroquial de Miraflores... Sentí después la atracción de mi casa a la que no había ido en mucho tiempo. Allí me apresaron a las seis y media diez agentes de la Brigada Política”.

Desterrado a Guayaquil, León y Bueno supo que Monseñor Farfán, arzobispo de Lima, había lanzado una pastoral de apoyo a la dictadura instaurada mediante un grosero legicidio el 8 de diciembre de 1936. No vaciló en dirigir una hermosa y alta carta al Prelado, haciéndole ver de qué parte estaba la violencia y cuáles eran los deberes de la Jerarquía (9). Volvamos al punto. Manuel Arévalo desempeñaba la Secretaria General de la región norte del Perú Era un hombre decidido y fervoroso. Electo constituyente, en 1931, sufrió el destierro en Panamá, primero, y Guayaquil, después. De este puerto salió para ingresar clandestinamente al Perú a comienzos de 1933, en compañía de Pedro E. Muñiz. Los obreros y campesinos del valle le tenían idolatría. Haya ha confesado varias veces que, de morir él, habría recomendado a Arévalo como su sucesor en la jefatura del PAP. Arévalo había organizado el Norte; tenía un escondite seguro. De pronto se supo que lo habían localizado. Coincidentemente se reveló el nombre de su delator, Salomón Arancibia, quien, a la vez que miembro del PAP de Trujillo, actuaba en la Brigada Política de Lima como confidente. Salomón Arancibia amaneció muerto a tiros en el bosque de Mata-Mula. Arévalo, que ya había caído (9) León y Bueno, José, Diario de un Cabotaje infortunado, Roma, Stabilimenti Tipografici Carlo Colona, 1947, p. 140-141 y 151. (Edición fuera de comercio).

en manos de la policía de Trujillo, fue asesinado por ésta. Dejo a Nicanor Mujica referir el significativo e irreparable suceso: “Haya de la Torre recibió la noticia del asesinato de Arévalo en su escondite, en casa de G. B... El “viejo” me había manifestado en un momento de angustia, cuando la policía lo cercaba, y temía por su vida, que si en algo podía valer su voto póstumo, él votaba porque Arévalo fuera Secretario General del Partido, encargándome que lo manifestara así... No recuerdo perfectamente el hecho, pero creo que, Arévalo, perseguido por la policía, se refugió en una casa donde, había un escondite disimulado en un mueble que daba a un subterráneo. Creyó, luego de un dilatado tiempo de espera, que los soplones se habían marchado ya, y salió... En ese momento fue capturado. Era prefecto el coronel (Armando) Sologuren... Arévalo fue torturado bárbaramente. Dicen que le introdujeron los dedos en las ranuras que hay entre las puertas y sus marcos, y luego cerraban violentamente las hojas. Los dedos se los quebraron en esas espantosas bisagras. Arévalo no declaró nada... Entonces le metieron en un automóvil, hacia Lima. Los compañeros prepararon varias emboscadas para rescatarlo, pero todas fracasaron. Lo acompañaban los soplones Polo, Saldarriaga y Espantoso. Algunos de los asesinos eran afectos a las drogas; se les envió con orden de matar, ofreciéndoles dinero y cocaína. En Cerro Colorado detuvieron el automóvil, en pleno desierto y obligaron a Arévalo a bajar. Le dijeron que orinara. El líder estaba con esposas; avanzó unos cuantos pasos. Se dio vuelta instintivamente cuando los asesinos sacaban sus pistolas. Dicen que volteó violentamente y les dijo: ¡Mátenme como a un hombre! y cayó fulminado por una racha de balas. Se desangró rápidamente. Como su contextura era robustísima, arrojó litros de sangre, que formaron enorme y humeante charco. ¡Se desangró como un toro! , dicen que comentaron los soplones. Luego los asesinos envolvieron el cuerpo en costales y lo enterraron en el cementerio de Huarmey. Los compañeros del lugar señalaron el nicho. Años después, Haya de la Torre rescató los huesos en plena clandestinidad, y mucho tiempo los guardó cerca, esperando la hora de rendirles el tributo fúnebre que merecían, hasta que la policía, en otro asalto, se los arrebató. Los choferes de la ruta identificaron inmediatamente el lugar del martirio y lo marcaron con una cruz” (10).

El Ministerio de Gobierno, por comunicado oficial, dijo que Arévalo había sido abaleado cuando huía (¡estaba encadenado de pies y manos. . .!) Nadie procesó a los asesinos de ese 15 de (10) Carta de Nicanor Mujica al autor, Guatemala, febrero. 8, 1952.

febrero de 1937; y aunque se les dio de baja en 1915 y fugaron a Chile, cuando el Presidente Bustamante y Rivera rompió con el PAP permitió que volviesen no sólo al país sino a cooperar con la policía política. El día que se supo la muerte de Arévalo, en Lima, la compañía de Margarita Xirgú representaba “Mariana Pineda”, de García Lorca. Llegó la escena en que los conspiradores reciben la noticia de la muerte de Torrijos, llevada por un fatigado mensajero: Torrijos, el general noble, de la frente limpia, donde se estaban mirando las gentes de Andalucía; caballero entre los duques, corazón de plata fina: ha sido muerto en las playas de Málaga, la bravía. Malhaya el corazón noble que de los malos se fía, que al poner el pie en la playa lo prendieron los realistas. La ovación que saludó a Margarita, ésta, con merecerla y mucho, no se la explicó hasta conocer lo ocurrido: el asesinato traidor de otro Torrijos y en Huarmey del Perú. El asedio contra Haya se hizo más intenso que nunca. Los desterrados apristas de Chile denunciaron la terrible situación. Entonces, cuatro ex-Presidentes de la República: Marcelo T. de Alvear, de Argentina; General Carlos Ibáñez, de Chile; José M. Velasco Ibarra, de Ecuador, y Eligio Ayala, de Paraguay,

dirigieron un cable Benavides solicitando garantías. Benavides tuvo un momento desgraciado: su respuesta fue una vehemente y rencorosa enumeración de cargos contra Haya, todos los cuales terminaban en lo mismo: en el Perú era un delito defender la libertad y la democracia. Romain Rolland, el fiel amigo de 1925, unió su palabra a la de los ex-Presidentes. Benavides negó los cargos y acusó al PAP de crímenes de que ya estaba dos veces absuelto (por la Corte Marcial de 1935 y por los comicios de 1936). Haya dirigió entonces una comunicación al autor de Juan Cristóbal, fechada en Incahuasi, el 23 de abril de 1937. Entresaco algunos párrafos: “No deseo ser yo quien trate de desmentir al General Benavides. Sus monstruosos abusos son bien conocidos en el Perú y en toda América Latina. Mas, creo que no es posible dejar subsistir afirmaciones como las que él hace en el telegrama con que ha respondido al mensaje de U. Y para saber la verdad hay un camino: que el General Benavides permita que una comisión de hombres imparciales venga a informarse de la situación del Perú... Yo afirmo que hay centenares de presos sin proceso, muchos de los cuales han cumplido ya 29 meses de prisión (entre ellos un hermano mío). Yo afirmo que las condiciones de los presos son verdaderamente terribles, y que muchos de ellos han muerto víctimas de crueles enfermedades, y otros sufren tuberculosis, disentería, etc., sin que tengan asistencia médica alguna. Yo afirmo que nuestro compañero y líder obrero aprista, Manuel Arévalo, ex-representante parlamentario, fue apresado en Trujillo, bárbaramente torturado en esa ciudad y luego conducido con esposas, en un automóvil que debía recorrer 500 kilómetros de malos caminos. Arévalo fue asesinado antes de llegar a Lima, y sobre ese crimen el Gobierno del General Benavides no ha ordenado la menor investigación. Los asesinos de Arévalo, gentes del Gobierno, están libres. El crimen se cometió el 15 de febrero de 1937. Yo afirmo, además, que el General Benavides ha negado al PAP sus derechos legales; ha anulado las elecciones presidenciales con el propósito cumplido de prorrogarse el poder sin elección, y ha realizado el más escandaloso acto de usurpación de nuestra historia política. Y yo afirmo que el General Benavides ha dado un decreto, llamado de “Seguridad Interior del Estado”, que es una verdadera monstruosidad jurídica y humana, sometiendo al país a una tiranía verdaderamente brutal” (11). (11) La Carta de Haya a Romain Rolland se publicó en toda América y circuló en volantes. Uno de éstos me fue suministrado por Gabriel del Mazo.

Desde luego, la comisión no llegó nunca. En cambio la Ley de Emergencia (después, la de Seguridad Interior del Estado, N° 8505) funcionó sin piedad. Mediante ella el Poder Judicial nada tenía que hacer con los acusados políticos, a quienes enjuiciaba y condenaba sin apelación la misma Policía; y, a despecho de la Constitución, se estableció la pena de muerte para el delito político. Además, se había dictado una ley de Prensa (N° 8842, 21 feb. 1939), que anulaba totalmente las prerrogativas que deben ampararla. Una “legislación” ad hoc dejaba sin efecto a la Constitución. El Perú vivía dividido en dos bandos irreconciliables: los cazadores y su presa, los perros y los conejos, los ángeles y los réprobos aunque, juzgando la situación con arreglo a elemental ética, en esa oportunidad eran los réprobos los que arrojaban del Paraíso a los ángeles. Una invasión extranjera no habría sido más dura. Dentro de ese clima transcurre el resto del año de 1937. Evidentemente, Benavides no pensaba abandonar el mando. Para entonces, Haya ha empezado a denominar al PAP, Partido del Pueblo, según se desprende de alguna de sus cartas a los presos de la Cárcel de Lima. F. D. Roosevelt, consciente de que se avecina una conflagración mundial y de que los Estados Unidos no podrán permanecer indiferentes, trata de estrechar los lazos con las naciones latinoamericanas. Un excelente testimonio son los números que la rica revista Fortune dedica a varios países del continente, entre ellos al Perú. El redactor J. C. Murphy (más tarde colaborador de Eduardo de Windsor en la composición de sus Memorias declaró que el banquero Gino Salocchi, gerente del Banco Italiano, era entonces el “verdadero virrey del Perú”) (12).

***

(12) Murphy, Charles J., South America. II. Perú, en Fortune, vol. 17, New York, January, 1938. Traducido como El Perú bajo el oprobio, por Alfredo Saco y José del Cueto, México, ed. Manuel Arévalo, 1938 Vean: Eguiguren L. A., El Usurpador, Lima, 1940. (Santiago, ed. Gutenberg, 1940).

El fascismo campea bajo la protección gubernamental. Empero, se acerca la fecha en que debe reunirse, en Lima, la VIII Conferencia Panamericana. Ante ella quiso Benavides presentar un panorama de paz. En una carta (7 de octubre de 1938) a los presos apristas del Panóptico, Haya les cuenta que no pierde su contacto con “Córdova” (Vásquez Díaz, ya preso) y con “Brother” (su hermano Agustín); elogia las virtudes moralizantes de la soledad, y anuncia: “Ya tenemos augurios de buen puerto”. La frase resulta extraña a quienes no ignoran que, justamente, el mes anterior, Haya ha escapado milagrosamente de ser aprehendido y asesinado a tiros (13). Las cosas ocurrieron así: Haya usaba un planígrafo para la propaganda contra la tiranía. Era su distribuidor el obrero Julio Aldana, en cuya compañía, la de Jorge Idiáquez, la de Alcides Spelucín y algún otro, vivía Víctor Raúl. Un médico adicto al Gobierno (Mora, de apellido), observó la regularidad con que metían las hojas bajo su puerta; sorprendió a quién las dejaba, avisó a la policía, y Aldana cayó preso. Aunque torturado, no confesó nada. El denunciante partió becado a Francia: cuando los demás becarios sólo disfrutaban de una pensión mensual de 2 000 francos, él la tenía de 80 000. Aldana fue puesto en libertad por gestión directa de Haya ante el Ministro de Gobierno, General Antonio Rodríguez, con quien había entrado en contacto. Por esos días cayó detenido un joven aprista (H., a quien se citaba como modelo de energía, y lo era, pero sólo físicamente). No soportó el aislamiento celular. Sensual y vividor, señaló pormenores que permitieron localizar el escondite de Víctor Raúl. Se supo en la prisión. El detenido E. G. trató de hacer llegar la noticia a Haya. A su turno, el Ministro Rodríguez recibió la delación: tema que (13) Cartas de H. de la T. a los prisioneros, cit. p. 61.

proceder. Se ha dicho que Rodríguez trató de que Haya supiese lo que ocurría, y que usó de los servicios del señor H.M.; que Haya no creyó lo que este le contaba y lo atribuyó a intrigas ministeriales: el hecho es que cuando llegó la policía a rodear el escondite, Haya estaba dentro. Los perros dieron felizmente aviso Haya ordenó a Spelucín quedarse acompañando a las mujeres de la casa. Él e Idiáquez saltaron un muro. La policía abrió fuego. Ellos contestaron con una granizada de balas. Eran las 8 de la mañana. Haya corrió a Barranco, mientras Idiáquez continuaba manteniendo el fuego. Un niño reconoció a Haya y gritó su nombre. Víctor se metió en un automóvil, y encajando la pistola en las costillas del chofer ordenó partir. Apenas dejó el chofer al fugitivo, delató el lugar donde había bajado Víctor. Ya Haya había partido. Luego mediante el cuñado del tirano, el arquitecto Augusto Benavides Canseco y el propio Rodríguez, consiguió que Idiáquez fuese bien tratado y, pronto, puesto en libertad. Sin embargo: “está cercano el puerto...”

Fuente: SÁNCHEZ, Luis Alberto. Haya de la Torre y el APRA, Editorial Universo S. A., Tercera edición, 1985, Lima, Perú, pp. 304-309.

manuel arévalo felipe cossío del pomar

Los métodos y la crueldad en la persecución durante el gobierno de Benavides sobrepasan los límites de todo lo conocido anteriormente, por lo solapada y artera. Entre los caídos, víctima del crimen diario en las tinieblas de las cárceles, en los matorrales de las campiñas y en la selva, figura un aprista notable: Manuel Arévalo. Apasionadamente se entregó a la lucha hasta caer en manos de la policía de Benavides. Torturado en Trujillo, fue luego traído a Lima por carretera bajo la custodia de un pelotón de la “Brigada Política”, al mando de tres famosos hampones: Polo, Espantoso y Saldarriaga. A la altura de las desiertas pampas de Supe, el 16 de febrero de 1937, es extraído del automóvil y ultimado a balazos. Tres días después, el comunicado oficial publicado en “El Comercio” y expedido por el Ministerio de Gobierno, explica el asesinato por la “ley de fuga”. El cadáver del mártir es enterrado por sus victimarios cerca de la carretera, en el mismo lugar donde cayó. Poco después, una expedición de apristas logra rescatarlo, dándole cristiana sepultura en el cementerio del pueblo de Supe. Arévalo es un ejemplo de lo

que representa el Apra como fuerza creadora. Vigoroso joven obrero de origen muy modesto, fue uno de los primeros en las filas del Partido. Ayudado por una inteligencia poco común y una voluntad de hierro, estudia y lucha sin descanso. Elegido diputado, miembro de la Constituyente a los veinticuatro años, ya conoce prisiones y destierros, y siempre vuelve a la lucha sin flaquear ni dejar de cumplir una consigna, por peligrosa que ella sea. En 1935 es uno de los dirigentes a quien se menciona como digno de reemplazar a Haya de la Torre. Con frases sencillas como la Verdad, Víctor Raúl relata a un periodista en Bruselas el recuerdo doloroso que guarda de su compañero, asesinado a los treinta y tres años: “El 19 se supo la noticia, publicada por el mismo Gobierno, que trató de justificar el crimen afirmando que el detenido había intentado escapar. Como ustedes saben, el 22 de febrero es mi cumpleaños. El 21, por la noche, los indios encienden fogatas en las estribaciones de los Andes. Es la fiesta de la “Fraternidad”, que celebra el pueblo entero. Constituye una protesta contra las arbitrariedades y los excesos de los gobiernos absolutistas que el Perú ha padecido en diferentes épocas. Aquel 21 de febrero, al atardecer, hubo reyertas en las calles de Lima. La policía y la tropa perseguían a los apristas. Uno de los contados amigos que conocían mi paradero se presentó en la casa buscando refugio. Venía extenuado. Se tendió en un diván y se durmió en seguida, con el sueño profundo de la fatiga infinita. Como cada noche, dos personas que me acompañaban y yo permanecimos despiertos hasta después de las tres de la mañana. Era siempre en las primeras horas de la madrugada cuando la policía se presentaba en las casas de los apristas... Pasada la hora del peligro, nos acostamos. Entre el sueño y la vigilia, yo empecé a

rememorar nuestras pugnas, a pensar en nuestras dificultades, casi insuperables.” “¿Soñaba? No lo sé. En sueños o en la realidad, de súbito salí de mi cama y fui hasta la ventana. A través de un pequeño círculo transparente del cristal biselado solía yo observar el exterior en las horas de hastío o de zozobra. Aquella madrugada vi afuera, perfectamente definida, la figura maltrecha del pobre Manuel Arévalo. Tenía los zapatos enlodados, la corbata en desorden, el traje azul oscuro con la traza de quien ha sido duramente maltratado. Fui sin vacilar a la puerta y la abrí. Allí estaba la efigie atormentada de Arévalo, que me sonreía mansamente, con esa sonrisa inefable de quien ya conoció lo peor. “¡Te mataron, Manuel!—le dije—. ¿Cómo es la muerte? ¿Sufriste mucho?” El me miraba siempre con sus ojos tristes de mártir. Con su sonrisa melancólica y serena me respondió: “No hablemos de eso. Ya pasó. ¡Ya pasó! Vengo a hablarte de ti, que estás vivo, y a decirte que no te pasará nada, nada. Puedes estar seguro.” Me abrazó, como tantas veces me había abrazado, y partió. Yo volví a mi lecho. Al pasar por donde estaba el diván en donde el otro compañero reposaba de sus fatigas, lo vi que seguía durmiendo...” “Pero, ¿adonde ir en pleno día, con las tropas del gobierno en las calles? Permanecí en mi guarida, lleno de confianza en el mensaje ultraterreno de Manuel. Y a las diez de aquella noche alguien vino a buscarme y me condujo a un lugar seguro. Después he estado en peligro de detención y de muerte infinitas veces. El anuncio de Arévalo, hasta ahora, se ha cumplido...”9. Manuel Arévalo murió por el Apra, como el filósofo platónico, para contribuir al triunfo de la Verdad. Fuente: COSSÍO DEL POMAR, Felipe. Víctor Raúl. Biografía de V. R. Haya de la Torre, Período 1931-1969, Editorial Cuvltvra, México D.F., 1969, pp. 136-138. 9

José María Aguirre. Entrevista publicada por “Bohemia”. La Habana, 8 de abril de 1956.

Luis Heysen, Carlos Manuel Cox, Víctor Raúl, Manuel Arévalo, Manuel Seoane, Magda Portal et al.

manuel arévalo cáceres t. e. a.

MANUEL ARÉVALO CÁCERES, flor exquisita de la simiente obrera del aprismo. Su martirio llegó hasta más allá de la tumba. El 15 de febrero se cumplió 42 años del holocausto del líder obrero aprista Manuel Arévalo Cáceres, caído por la delación de un miserable que dio las señas precisas de la casa ubicada en la alameda de Mansiche donde se ocultaba el regio luchador obrero, Secretario General de la Región Norte. Con fecha de 4 de febrero de 1937, el coronel-policía Armando Sologuren recibe las órdenes concretas del Ministro del Interior Manuel Antonio Rodríguez para asaltar la mencionada casa signada con el N° 238 de dicha avenida. Desde las11 p. m. del día 5, el Prefecto Sologuren toma todas las precauciones para asaltar, casa por casa, con ejército de policías y soplones la manzana entera. A las dos de la madrugada se ataca la casa que servía de escondite al líder perseguido con órdenes precisas de cogerlo vivo o muerto. Arévalo comprendiendo que estaba rodeado por sus perseguidores, dispuso, rápidamente, un plan de acción para burlar a los esbirros: una brigada de propaganda con una

pequeña imprenta se entregaría pacíficamente declarando que ésa era una “base” para editar propaganda clandestina y que ellos eran los únicos habitantes del inmueble. El: Arévalo y Lucho Cáceres se ocultarían en el recinto secreto que se había construido, exprofeso, y esperarían la hora propicia para abandonar el lugar, Efectivamente después de tres horas, cuando todo estaba en silencio y creyendo que todos los esbirros se habían retirado del lugar y temiendo Arévalo que los tres miembros de la brigada de propaganda, que fueron apresados en el primer asalto, pudieran delatarlos al ser torturados -como era costumbre hacerlo con los presos políticos- ordena a Cáceres que salga y sigilosamente observara si todos los policías se habían marchado. Cáceres salió hasta el traspatio de la casa y al no encontrar a nadie dio voces a Manuel Arévalo para que tratara de salir del refugio. No se había percatado de que en el patio delantero, dos miembros de la guardia civil se hallaban dormitando y que, naturalmente, a las voces de Cáceres despertaron y así los cogieron cuando con cierta dificultad Arévalo salía por la pequeña puerta del escondite ayudado por Luis Cáceres. Desde el día siete empezaron las más horrorosas torturas en las sesiones que el propio prefecto Sologuren dirigía en los calabozos de la Prefectura. Posteriormente era llevado a las ruinas de Chanchán a altas horas de la noche hasta el día 12 en que fuera trasladado al cuartel de la guardia republicana en la calle Ayacucho Parece ser que el día 14 se recibieron las órdenes terminantes desde Lima para aparentar que era trasladado a esta capital a órdenes del Ministerio del Interior. Así, en la madrugada de ese día se le embarcó en una camioneta

rural que partió raudamente con dirección a Lima. Lo traían custodiado por diez efectivos de la guardia republicana que lo condujeron hasta Huarmey. Lo depositaron en la Comisaría a cargo de tres asesinos enviados por el ministro Rodríguez con la orden de ultimarlo en el camino por voluntad del tirano de entonces. Casi moribundo, tirado en el suelo de uno de los ambientes de dicha Comisaría, pasó todo el resto de la noche mientras los asesinos se fueron al puerto donde asaltaban hogares apristas y se emborracharon hasta el amanecer. En ese día, 15 de febrero de 1937, los esbirros “Chino” Polo, Saldariaga y Espantoso cumplieron fríamente el crimen vitando de asesinar al más grande líder obrero en el sitio de Colorado Chico... La calidad cristiana de nuestros compañeros del Partido en el centro del anfiteatro, formado por los cerros del lugar mecido por el cercano rumor de las olas de la playa vecina, han levantado una gran Cruz, símbolo del martirio y de la crucifixión que desde 1946 ha sido convertida en la nueva fuente de Juventa donde vamos los apristas a remozar nuestro espíritu con el aletear del suyo y dejar la siempre viva de nuestros más caros recuerdos todos los años. T.E.A.

Fuente: Este es Ascope ¿qué les parece?, Lima, junio de 1979.

Víctor Raúl, Manuel Jesús Arévalo Cáceres et al, Chan Chan

discurso en la grama de mansiche manuel arévalo

Párrafos del Magistral Discurso del Mártir, del 19 de Noviembre de 1933, en la Grama de Mansiche Compañeros: Nuestro Partido, vitalizado por la experiencia del dolor, insurge ahora con una más firme conciencia de su misión histórica, más dueño que nunca de su responsabilidad. Por eso, militantes y jefes sabemos que nuestro deber nos marca hoy aprovechar la tregua semidemocrática que ha impuesto la ciudadanía, en organizarnos sobre bases científicas, en ajustar hasta la perfección nuestra maquinaria, en capacitarnos desde el llano para la difícil tarea de mañana. Por que no hay que olvidar, compañeros, que constituimos un partido de gobierno, que somos un partido llamado a reivindicar para las mayorías productoras el derecho a rumbar los destinos del Estado. Somos el país mismo, el país en su autentico sentido integral. Y el país constata sin sorpresa el impulso creador del Aprismo, que no es sino la resultante de sus viejos dolores, la expresión

de sus profundos anhelos, el cauce por donde se proyectan al futuro las ansias supremas de un pueblo que no quiere morir. Y el país constata nuestro realismo y nuestra capacidad constructiva y renovadora, y los confronta con la organización que el civilismo impuso a las instituciones y a los organismos estaduales –organización sistemática del peculado, de la explotación, del engaño y el cinismo--; y se resuelve naturalmente por nosotros, sus interpretes y acrecen formidablemente nuestros efectivos en toda la extensión del territorio nacional. Y porque somos el país y vamos a gobernarlo mas o menos a breve plazo, nuestra responsabilidad es mayor todavía y NUESTRA ACTIVIDAD DEBE CENTUPLICARSE. Apresurémonos, compañeros apristas a construir el indestructible edificio de concreto de nuestra organización científica y hagámosla reposar en los grandes pilares de la DISCIPLINA, de la UNIÓN y de la FE, que nos han hecho vencer a la calumnia primero y a la bala después. Fe y Unión compañeros, para que el edificio no se resquebraje y para que el enemigo –siempre en acecho y siempre dispuesto a descargar sobre nosotros la fobia de sus iras— no utilice las grietas para filtrar el veneno corrosivo de su intriga. Fe y Unión, compañeros, para alcanzar el triunfo de nuestras demandas inmediatas, para impedir que sigan gravitando en el actual clima político los rezagos de la sangrienta tiranía de ayer, para recuperar la plenitud de nuestras libertades y derechos. Fe y Unión, compañeros, para cristalizar mas tarde en realidad tangible la formidable esperanza por la que, cara al sol, cayeron nuestros gloriosos Mártires. Fe y Unión, compañeros, para coronar la obra de Justicia Social por cuyo mas pronto advenimiento seis mil hermanos nuestros ofrendaron la sangre de su sangre.

Fe y Unión, compañeros, para defender de la proterva intriga civilista el edificio de acero que constituye la organización aprista en marcha hacia la justicia del pueblo y para el pueblo. Termino, compañeros, pidiéndoles que me acompañéis a vocear este grito que sintetiza nuestro dolor y nuestra esperanza: ¡En el dolor!, ¡En la lucha!, ¡En la victoria!: ¡HERMANOS!

el 23 de mayo manuel arévalo cáceres

Manuel Arévalo Cáceres, líder obrero asesinado en Colorado Chico, dijo el 23 de mayo de 1934: “Sin negar la trascendencia histórica de nuestro Día Nacional, el Perú tiene en el 23 de Mayo de 1923 su auténtica matriz nacionalista. González Prada, el maestro, alcanza su plenitud de sembrador aquel día y es Víctor Raúl Haya de la Torre, concreción y SINTESIS DEL NUEVO HOMBRE AMERICANO el que recogiendo las enseñanzas del maestro, las proyecta, desgarrando en aquella fecha simbólica un siglo de barbarie y oprobio civilistas. Son los nombres gloriosos de Ponce y Alarcón los que marcan el vértice inicial del Aprismo. En ellos se funde la esencia profunda y vital de la REVOLUCIÓN APRISTA y ésta es la explicación de nuestro FRENTE ÚNICO DE TRABAJADORES MANUALES E INTELECTUALES, que expresa y conforma nuestra realidad económica y social”.

Fuente: EL DISCIPLINARIO. Secretaría Nacional de Disciplina, Año I, No 10, Lima, mayo de 1979

autocrítica aprista manuel arévalo

Arévalo comenta una publicación clandestina de la F. A. J. He leído el editorial de “Barricada”, del 7 (enero) y lo encuentro muy bueno. El tono y el sentido con que está escrito, revelan un efectivo sentido auto-crítico. En realidad, hace falta en el Partido una literatura menos pomposa en el adjetivo y más honesta en la exposición y en el enjuiciamiento. En nuestro periodismo siempre se ha constatado una lamentable ausencia de sentido auto-crítico. Generalmente hemos tenido a la hipérbole y a ese garrulerismo tropical que eleva a la enésima potencia los actos nimios e insignificantes. En otras palabras hemos vivido exagerando nuestras virtudes y olvidando nuestros defectos. Por eso para mí ha sido muy grato constatar que en “Barricada”, inician los fajistas norteños la verdadera técnica del periodismo revolucionario enjuiciando con más o menos objetivismo la labor cumplida por el fajismo en sus 3 años de lucha. Muy bien, pues, y mis felicitaciones más cordiales por este acierto que también es una promesa. En cambio, tengo algunas objeciones

que hacer al artículo de Tupac que, si bien acusa entusiasmo y generosidad en su pensamiento, cae en un error al afirmar que “La FAJ, en su iniciación no tuvo función política alguna”. Esto es falso. Desde el momento mismo que se planteaba y esbozaba la organización fajista, de hecho estaba movilizándose un factor político dentro del Partido. Es posible que por razones de táctica inmediata, en algunas de las publicaciones primigenias del fajismo, se dijera que éste no iba a tener función política. Pero en realidad es función política todo aquello que tienda a ubicar al hombre-niño o al hombre adulto dentro de su acción vital. Y, justamente, la organización fajista es y será el mejor y más grande acierto político del Partido. El fajista desde el momento mismo que comienza a sentir el llamado de la nueva época, alumbrando su alma con la antorcha de la cultura, ya está cumpliendo una efectiva función política en el pleno y total sentido de este vocablo. También quiero referirme a la siguiente frase: “La FAJ, es la organización más temible de Indoamérica, es el frente más temido de la Tiranía benavidista”. Esto es una exageración pueril y que está en abierta contradicción con el honesto sentido auto-crítico del editorial. Además es una manera peligrosa de deformar la verdad, evidenciando un individualismo negativo. Sería estúpido negar el valor de beligerancia incuestionable del fajismo, pero es también absurdo exaltar con objetivos una realidad que todavía está en potencia. Estas observaciones mías, no tienen otro objetivo que el ayudarlos con mi consejo fraternal a purgar frescas mentes de la juventud fajista de sedimentaciones negativas. Ustedes, a corto plazo, tienen que tomar las riendas del Partido, para dirigirlo y consolidar su

camino de victoria, con las mentes frescas, con las almas limpias y con impulso heroico, probando así que son una efectiva superación sobre los viejos cuadros dirigentes del Aprismo”.

Fuente: BOLETÍN APRISTA. Editado por el Comité Aprista Peruano de Buenos Aires. Número homenaje a Manuel Arévalo, pp. 3.

mensaje luis heysen y manuel arévalo

Los dos dirigentes del Norte, publicaron en las columnas del periódico aprista clandestino CHANCHÁN, de Trujillo, la siguiente declaración. Este es el último documento público firmado por Arévalo: “Los agentes de la tiranía, los civilistas vencidos y en plena decadencia, se entretienen en soñar con una posible quiebra de la gran unidad y disciplina del Partido del Pueblo. Desde hace seis años vienen lanzando diversas versiones absurdas sobre posibles desarmonías y escisiones dentro de nuestro gran Partido. Toda esa propaganda malévola y ridícula ha sido abatida por la realidad indiscutible de la gran UNION y DISCIPLINA APRISTAS, verdadero modelo de realismo y eficiencia. Porque si el aprismo es uno e indivisible en todo el Perú, en el Norte es un BLOQUE DE ACERO. Y nosotros, los dirigentes, que conocemos bien el significado de la cohesión y de la fraternidad, no hacemos sino responder a los anhelos de las grandes masas del Partido que mantienen vigoroso y alto el lema de nuestro jefe: “UNIDOS Y DISCIPLINADOS, VENCEREMOS”.

“El Aprismo está empeñado en la lucha que es santa y en ella no caben impaciencias ni las desesperanzas. La tarea es difícil, porque vencer a la tiranía, a la injusticia y a la ignorancia, no ha sido nunca faena de débiles. Tenemos que persistir y agigantar cada día más nuestra fe y disciplina para que la victoria total, cada vez más próxima se cumpla. Y la victoria sólo merecerá y alcanzará, un Partido fuerte, unido, optimista y capaz de todos los sacrificios. ¡Y éste es nuestro gran Partido”. “Brazo a brazo, unidos firmemente, cumplimos la misión de secundar la labor de Haya de la Torre y del Alto Comando del Aprismo, cuyos sacrificios y tenacidad heroica, han hecho más hondo y más vivo el fervor de 600.000 aprietas, porque responden lealmente al deber de dirigir al más poderoso Partido del país. Sólo el Aprismo salvará al Perú. (Firmado): Manuel Arévalo, Secretario General del Comité Regional del Norte. (Firmado): Luis E. Heysen, Delegado del Comité Ejecutivo Nacional en Lambayeque, Enero de 1937”.

Fuente: BOLETÍN APRISTA. Editado por el Comité Aprista Peruano de Buenos Aires. Número homenaje a Manuel Arévalo, pp. 2-3.

Víctor Raúl y Juventud Aprista de Paramonga en romería a la Cruz de Manuel Arévalo, mayo de 1977

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