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MÁS ALLÁ

MARZO DE 2020

C O N T E N I D O

En portada Montañas de ropa desechada en esta instalación de Prato, en Italia, se clasifican por color, se limpian, procesan y utilizan para hacer vestidos nuevos. LUCA LOCATELLI

T E S T I M O N I O S

E X P L O R A

22

T R AV E L E R

GRAN IDEA

Abrirnos camino al futuro

Una súplica de la autora de Cosmos: tomemos en serio lo que los científicos nos dicen. P O R A N N D RU YA N DECODIFICADOR

Arte microbiano

6

El agar ayuda a los científicos a cultivar microorganismos. También es el lienzo para un arte poco convencional. P O R J E N N I F E R T SA N G

TRAYECTOS

Alturas sagradas

Visitar los monasterios en las montañas de Meteora, Grecia, bien vale el esfuerzo de llegar hasta arriba.

Espacios resignificados Rodrigo Cruz explora el renacimiento de los espacios públicos recuperados en las urbes y cómo estos impactan en la vida de sus habitantes. F OTO G R A F Í A S D E RO D R I G O C RU Z

24 P O R DA N I E L STO N E CHECKLIST

Primavera TAMBIÉN

• Una gigante entre las geodas • Lo que consumían los vikingos

Una mirada a los jardines del planeta y detalles sobre mundo vegetal. P O R M A RY E L L E N K E N N E DY D U C K E T T

A R T Í C U L O S

El fin de la basura

“Para llevarse bien en esta Tierra –escribe el editor de medio ambiente de National Geographic–, debemos hacer solo una cosa: dejar de desperdiciar tanto”. Ese es el objetivo de la economía circular, que busca convertir la basura en materia prima.

Las alumnas de Chibok Estas nigerianas sobrevivientes de secuestro reclaman su futuro. P OR NINA STROCHLIC

Los logros de mujeres innovadoras iluminan la historia de National Geographic.

F OTO G RA F Í A S D E

P OR NINA STROCHLIC

BÉNÉDICTE KURZEN

56

¿Cultura o abuso?

Los cuestionamientos rodean el trato a los macacos japoneses. POR RENE EBERSOLE

F OTO G RA F Í A S D E

F OTO G RA F Í A S D E

......................................

......................................

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . P.

P O R RO B E RT KU N Z I G L U C A L O C AT E L L I

JA S P E R D O E ST

P. 30

Pioneras

......................................

P. 70

P. 86

NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY

es una organización mundial sin fines de lucro que extiende los límites de la exploración para incrementar el entendimiento de nuestro planeta y generar soluciones para un futuro más sostenible.

Claudia Muzzi

Roberto Morán Quiroz

directora editorial

director de contenido

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coordinador de arte

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Eduardo Vega Ocampo Gabriela Guerra Feria

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relaciones públicas

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Fabián Amione

Roland Robleda

gerente

editor web

marketing

consejo editorial

Carlos Galindo Leal, Rodolfo Lacy, Mario Molina, Antonio Peimbert Patricio Robles Gil, Samuel Ponce de León, José Sarukhán Leonardo López Luján

Fabiola Arrillaga Treviño directora

Alejandro Ávalos Angulo coordinador digital

Jorge Taboada

coordinación de asesores

David Vázquez Ruiz

director

traductores para esta edición

Fin de la basura y Niñas de Chibok: José Ignacio Rodríguez • Macacos japoneses: Marco A. Vargas • Pioneras y Tras la lente: Aridela Trejo • Secciones: Gonzalo Carrillo para Ideas y Eventos Integrales

mejora continua y operaciones

Guillermo Caballero

PRESIDENT AND CHIEF OPERATING OFFICER

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SENIOR MANAGEMENT EVP AND CHIEF SCIENTIST: Jonathan Baillie CHIEF ADMINISTRATIVE OFFICER: Tara Bunch SVP, GLOBAL ENGAGEMENT: Emma Carrasco CHIEF HUMAN RESOURCES OFFICER: Mara Dell EVP, GENERAL COUNSEL AND CORPORATE SECRETARY: Angelo Grima CHIEF OF MEDIA AND PUBLIC AFFAIRS: Kalee

Kreider

EVP AND CHIEF EDUCATION OFFICER: Vicki Phillips CHIEF STORYTELLING OFFICER: Kaitlin Yarnall

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CHAIRMAN: Peter H. Raven VICE CHAIRMAN: Jonathan Baillie

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directora

FELLOWS Katy Croff Bell, Jim Bentley, Steve Boyes, Joe Grabowski, Kavita Gupta, Dan Hammer, Stephanie Harvey, Charlie Hamilton James, Corey Jaskolski, Heather Koldewey, David Lang, Erika Larsen, Tom Lovejoy, Arthur Middleton, Pete Muller, Alex Oberle, Sarah Parcak, Joe Riis, Paul Salopek, Joel Sartore, Shah Selbe, Brian Skerry, Martin Wikelski

administración y finanzas

NATIONAL GEOGRAPHIC PARTNERS

Rosario Sánchez

CEO Gary E. Knell

directora de administración y finanzas

SENIOR MANAGEMENT CHIEF MARKETING OFFICER: Jill Cress EDITORIAL DIRECTOR: Susan Goldberg CHIEF FINANCIAL OFFICER: Akilesh Sridharan GENERAL MANAGER NG MEDIA: David E. Miller GLOBAL NETWORKS CEO: Courteney Monroe EVP SALES AND PARTNERSHIPS: Brendan Ripp EVP BUSINESS AND LEGAL AFFAIRS: Jeff Schneider HEAD OF TRAVEL AND TOUR OPERATIONS: Nancy Schumacher

director relaciones con empresas y talento

Lucía Alarcón

Joaquín Colino Sánchez Ventura director desarrollo de negocios , ventas y marketing

EDITORIAL TELEVISA

RODOLFO VARGAS PÉREZ DIRECTOR GENERAL

BOARD OF DIRECTORS Ravi Ahuja, Jean M. Case, Bob Chapek, Nancy Lee, Kevin J. Maroni, Peter Rice, Frederick J. Ryan, Jr., Tracy R. Wolstencroft INTERNATIONAL PUBLISHING

SENIOR VICE PRESIDENT: Yulia Petrossian Boyle

© NATIONAL GEOGRAPHIC. Marca Registrada. Vol. 46, núm. 03. Fecha de publicación: marzo de 2020. Revista mensual, editada y publicada por EDITORIAL TELEVISA, S.A. DE C.V., Av. Vasco de Quiroga N° 2000, Edificio E, Col. Santa Fe, Alcaldía Alvaro Obregón, C.P. 01210, Ciudad de México tel. 52-61-20-00, por contrato de licencia celebrado con NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY, Washington, D.C. Editor responsable: Jorge Antonio Morett López. Número de Certificado de Reserva de derechos al uso exclusivo del Título NATIONAL GEOGRAPHIC: 04-1979-000000000213-102 de fecha 21 de junio de 2019 ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título N° 1833, de fecha 5 de marzo de 1999; Certificado de Licitud de Contenido N° 1087, de fecha 5 de marzo de 1999, ambos con expediente N° 1/432”78”/409, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Distribuidor exclusivo en México: Distribuidora Intermex, S.A. de C.V., con domicilio en Calle Lucio Blanco N° 435, Colonia San Juan Tlihuaca, Alcaldía Azcapotzalco, C.P. 02400, Ciudad de México. Tel.: 55-52-30-95-00. Distribución en zona metropolitana: Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A.C., con domicilio en Calle Guerrero N° 50, Colonia Guerrero, Alcaldía Cuauhtemoc, C.P. 06350. Tel.: 55-55-91-14-00. Impresa en Grupo Infagon. Alcaicería No. 8 Col. Zona Norte, Central de Abastos. Alcaldía Iztapalapa, México, D.F. C.P. 09140. Tel. 55-56-40-92-65 ext. 220. El material editorial que aparece en esta edición es propiedad registrada de NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY. EDITORIAL TELEVISA S.A. DE C.V. investiga sobre la seriedad de sus anunciantes, pero no se responsabiliza con las ofertas relacionadas por los mismos. ATENCIÓN A CLIENTES: a toda la Republica Mexicana tel. 800 REVISTA (7384782). Exportada por Editorial Televisa, S.A. de C.V. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial del contenido e imágenes de la publicación sin previa autorización de Editorial Televisa, S.A. de C.V. IMPRESA EN MEXICO – PRINTED IN MEXICO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. ALL RIGHTS RESERVED. © Copyright 2020. ISSN 1665-7764 www.ngenespanol.com [email protected] “Distribución en Voceadores del D.F. y área Metropolitana a través de la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A.C.”

Ariel Deiaco-Lohr, Gordon Fournier, Ross Goldberg, Kelly Hoover, Jennifer Jones, Jennifer Liu, Rossana Stella

EDITOR IN CHIEF

Susan Goldberg

MANAGING EDITOR, MAGAZINES: David Brindley SENIOR DIRECTOR, SHORT FORM: Patty Edmonds DIRECTOR OF VISUAL AND IMMERSIVE EXPERIENCES: Whitney

Johnson

EXECUTIVE EDITOR, LONG FORM: David Lindsey CREATIVE DIRECTOR: Emmet Smith

MANAGING EDITOR, INTEGRATED STORYTELLING: Michael Tribble

INTERNATIONAL EDITIONS EDITORIAL DIRECTOR: Amy Kolczak DEPUTY EDITORIAL DIRECTOR: Darren Smith TRANSLATION MANAGER: Beata Kovacs Nas EDITORIAL SPECIALIST: Leigh Mitnick EDITORS: ARABIC: Alsaad Omar Almenhaly. BRAZIL: Ronaldo Ribeiro. BULGARIA: Krassimir Drumev. CHINA: Tianrang Mai. CROATIA: Hrvoje Prćić. CZECHIA: Tomáš Tureček. ESTONIA: Erkki Peetsalu. FRANCE: Gabriel Joseph-Dezaize. GEORGIA: Natia Khuluzauri. GERMANY: Jens Schroeder. HUNGARY: Tamás Vitray. INDIA: Lakshmi Sankaran. INDONESIA: Didi Kaspi Kasim. ISRAEL: Idit Elnatan. ITALY: Marco Cattaneo. JAPAN: Shigeo Otsuka. KAZAKHSTAN: Yerkin Zhakipov. KOREA: Junemo Kim. LATIN AMERICA: Claudia Muzzi Turullols. LITHUANIA: Frederikas Jansonas. NETHERLANDS/BELGIUM: Arno Kantelberg. NORDIC COUNTRIES: Lotte Juul Nielsen. POLAND: Agnieszka Franus. PORTUGAL: Gonçalo Pereira. ROMANIA: Catalin Gruia. RUSSIA: Andrei Palamarchuk. SERBIA: Igor Rill. SLOVENIA: Marija Javornik. SPAIN: Ismael Nafría. TAIWAN: Yungshih Lee. THAILAND: Kowit Phadungruangkij. TURKEY: Nesibe Bat

El Parque Bicentenario se construyó en las antiguas instalaciones de la Refinería Azcapotzalco de Pemex.

T E S T I M O N I O S N AT I O N A L G E O G R A P H I C

L A T I E R R A V I S TA D E S D E TO D O S S U S Á N G U L O S FOTOGRAFÍAS DE RODRIGO CRUZ

6

EL RENACIMIENTO DE LO PÚBLICO Rodrigo Cruz explora cómo la recuperación de espacios públicos impacta la vida urbana. VO L . 4 6 N ÚM . 3

MARZO DE 2020

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T E S T I M O N I O S

A R R I B A : Con una afluencia promedio de 55 000 personas a la semana, el Parque Bicentenario tiene un lago artificial y hasta cancha de voleibol de playa. A B A J O : Antes estacionamiento, el Skatepark Barrio San Antonio, en el Centro Histórico de CDMX, es hoy centro de reunión de jóvenes que practican ciclismo BMX.

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

A R R I B A : La pelea contra la adicción a las drogas de su hijo llevó a Miguel Ramírez Torres a establecer este gimnasio en un bajopuente en Ecatepec, Estado de México. A B A J O : Uriel Cervantes, de 22 años, practica en el Parque de la Bombilla, en el barrio de San Ángel, en CDMX. El lugar fue rehabilitado en 2015.

MARZO DE 2020

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T E S T I M O N I O S

En la calle de Uruguay, en el Centro Histórico de CDMX, La Casa del Cine se ha convertido en referente no solo por sus exhibiciones cinematográficas, sino por haberse convertido en punto de reunión entre los jóvenes. La recuperación del Centro Histórico se ha desarrollado durante dos décadas. 10

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

MARZO DE 2020

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T E S T I M O N I O S

LA HISTORIA DE FONDO RODRIGO CRUZ SIEMPRE ENCUENTRA EL LADO SOCIAL DETRÁS DE SUS IMÁGENE S.

suelta una combinación de jabs a la manopla y luego da unos pasos hacia adelante. Antes de repetir la serie, mueve el cuerpo como si bailara, serpenteando el tronco pero sin mover los pies. Ella asiste todas las tardes a su entrenamiento de box en un gimnasio al aire libre ubicado en un bajopuente de una avenida del municipio de Ecatepec, considerado uno de los más peligrosos de la zona conurbada de la Ciudad de México. Hace unos años, aquí no se podía pasar: era tiradero de basura, lugar de reunión de drogadictos y sitio propicio para asaltos a mano armada. Hoy, el lugar está enrejado y permite no solo el paso tranquilo de los vecinos hacia un lado y otro de la avenida, sino que niños y adolescentes, principalmente, entrenen uno de los deportes con mayor arraigo en México con el objetivo muy claro de sus promotores, el señor Miguel Ramírez y su familia, de alejar a los jóvenes de las drogas. LA NIÑA, DE UNOS 10 AÑOS,

En una ciudad donde se convive entre amontonamientos, empujones y saturaciones porque su población, fija y ambulante, se cuenta por millones, pero donde abundan las soledades, es destacable que se busque la rehabilitación de espacios públicos para la recreación. Rodrigo Cruz ha publicado, entre otros medios, en The New York Times, VICE, National Geographic en español, National Geographic Traveler. Desde la antigüedad, los espacios públicos han sido puntos de encuentro de la sociedad. Ahí radica su importancia en las grandes urbes, como la CDMX. Así, de oriente a poniente y de norte a sur, por toda la ciudad se pueden encontrar parques rehabilitados que cumplen con el objetivo de convertirse en espacios multifuncionales, donde se expresa la diversidad social y donde se da la posibilidad de cohesión, intercambio y expresión. Además, crean entornos propicios para alejar a los jóvenes de las adicciones. — JAV I E R P É R E Z

Armando Torres, boxeador profesional, descansa junto a otra alumna al final de un entrenamiento en el GYM Ramírez Torres, ubicado bajo un puente en Ecatepec, Estado de México.

AL MUNDO

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E X P L O R A

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HALLAZGOS

Entrenamiento del gran maestro

ENVÍOS DESDE L A VA N G U A R D I A DE LA CIENCIA Y L A I N N O VA C I Ó N

Aunque el ajedrez no sea un deporte extenuante, sus grandes maestros experimentan costos físicos a la par de atletas más activos. Debido a la respuesta del cuerpo humano al estrés durante una partida, los profesionales pueden quemar hasta 6 000 calorías diarias en los torneos, según un investigador de la Universidad de Stanford. — A N N I E R O T H

ETNOBOTÁNICA

¿Es esta la planta de los bersekers?

La geóloga Milagros Carretero se sienta dentro de la geoda de Pulpí, una de las mayores del mundo.

GEOLOGÍA

UNA GEODA GIGANTE C I E N T Í F I C O S T R A B A J A N E N L A R E C E TA D E L O S E N O R M E S C R I S TA L E S D E Y E S O E N E S T E S I T I O E S P A Ñ O L . C U A L Q U I E R G E O DA P O D R Í A A S O M B R A R N O S , pero la geoda de Pulpí, descubierta en una mina española abandonada, lleva el asombro a una escala diferente. Es una de las geodas más grandes del mundo, con una cavidad de aproximadamente 11 metros cúbicos y cuyas paredes se erizan con imponentes cristales de yeso. Ahora, los científicos esperan descubrir cómo se desarrollaron estos prismas colosales. Parecen haber sido elaborados con una receta muy específica: un suministro de 250 millones de años del mineral anhidrita, el clima propicio para la formación de cristales, y mucha agua y tiempo. En la sopa química resultante, los prismas más grandes pueden haber canibalizado a los más pequeños para aumentar su propio tamaño, mientras que variaciones en la temperatura local pudieron acelerar aún más el crecimiento de los cristales. Aunque los capítulos clave siguen incompletos, este sitio ahora tiene una posible historia sobre su origen. —ROBIN GEORGE ANDREWS

FOTOGRAFÍAS: JORGE GUERRERO, AFP/VÍA GETTY IMAGES (GEODA); BOGNÁR JÁNOS (BELEÑO); ALAMY STOCK PHOTO

La palabra inglesa berserk (enloquecer) deriva de los berserkers, vikingos que, se dice, consumían algo que inducía la ira antes de una batalla. Los historiadores supusieron mucho tiempo que la Amanita muscaria, un hongo alucinógeno, era la droga preferida de los berserkers. Pero ahora, el etnobotánico Karsten Fatur dice que los vikingos tomaban beleño negro (abajo) con mayor probabilidad. La planta es más común en Escandinavia que el hongo, según comenta, y tiene compuestos con mayores vínculos a la agresión. —A.R.

E X P L O R A

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DECODIFICADOR

CULTIVAR EL ARTE El agar evolucionó de ser un ingrediente de cocina a un medio para el cultivo de bacterias en laboratorio. Ahora es el lienzo para obras de arte hechas con microorganismos. POR JENNIFER TSANG

asistente de laboratorio y cocinera holandesa-estadounidense, sugirió en los años ochenta del siglo XIX que un ingrediente de las jaleas y pudines podría usarse para cultivar bacterias. Al encontrar tal propósito para el agar, Hesse revolucionó la microbiología y preparó el escenario para una nueva forma de arte. En el laboratorio, el agar se mezcla con agua y otros nutrientes, se calienta para esterilizarlo y se vierte en platos poco profundos. Cuando se enfría, cuaja en una superficie lisa y semisólida para que ahí crezcan las bacterias. Más de un siglo después del trabajo de Hesse, el agar aún es un elemento central para el cultivo bacteriano. También se ha convertido en un lienzo poco convencional. ANGELINA HESSE,

Algunos microbios crean colores de forma natural. Diferentes especies de Streptomyces, que producen muchos de nuestros antibióticos, vienen en pigmentos que van desde rojos y azules hasta negros. E. coli es de un tono beige natural, pero los genes introducidos pueden hacerla, y a otros microbios, fluorescentes en tonos rosados, verdes y azules brillantes. Invisibles cuando recién se aplican al agar, los microbios se multiplican para revelar patrones y colores. Desde 2015, la Sociedad Estadounidense de Microbiología (ASM) organiza el concurso anual de arte en agar, para ilustrar esta intersección entre la ciencia y el arte. Cada año, comenta Katherine Lontok, de ASM, los concursantes se vuelven “cada vez más intrincados, al incorporar cosas como el agar 3D y utilizar esporas y cualquier tipo de microorganismos”. Los microbios nos rodean todo el tiempo, pero la mayoría no se ven. El arte en agar revela ese mundo invisible, limitado solo por la paleta microbiana y la imaginación del creador. El concurso es “una gran herramienta de divulgación”, según Lontok, y muestra la “belleza y diversidad de los microbios” que suele pasar desapercibida.

COLORES “ESTAFILOS”

Kim encontró dos de sus pigmentos al alcance de la mano: “La bacteria blanca, con probabilidad Staphylococcus epidermidis, y la bacteria amarilla, probablemente Staphylococcus aureus, fueron obtenidas de mi piel”, comenta.

UNA ESCENA SUBMARINA SOBRE AGAR Esta obra de arte, Universo marino, fue finalista en la categoría profesional del concurso ASM 2019. Para componerla, la estudiante de la Universidad de Princeton, Janie Kim, utilizó microorganismos de numerosos lugares.

ARTE EN AGAR El concurso de arte en agar muestra que “los científicos pueden ser creativos”, según Katherine Lontok, de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, patrocinadora de la competencia. Aquí, una muestra de los participantes de 2019. 16

Esta escena de una carpa y una flor de loto, que ganó el primer lugar en la categoría profesional, usó nueve microorganismos diferentes para elaborarse.

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Un retrato de la jueza Ruth Bader Ginsburg fue pintado sobre un agar conocido como VRBG, por el acrónimo de sus componentes químicos.

Esta escena del desierto fue hecha con patógenos que causan infecciones del tracto urinario en “regiones con escasez de agua, como el Medio Oriente”.

CRECER VERDE

La bacteria amarilla S. aureus y la azul E. coli se pueden mezclar para hacer verde. Kim aprecia cómo estas “existen juntas para crear arte, muy parecido a las mismas simbiosis marinas”.

COLOR E. COLI

Una secuencia de regulación genética controla qué tan azules se ven estas bacterias E. coli. “Apropiadamente”, añade Kim, la secuencia proviene “de una bacteria marina asociada con las algas”.

Al extender suelo del jardín sobre agar para ver qué crecería, un artista terminó por obtener los tonos morados y amarillos para esta mariposa.

Para hacer este árbol con verdes y rojos luminosos se utilizó Bacillus subtilis, que contenía genes de proteínas fluorescentes.

El volcán 3D es un montículo de agar inoculado con el moho Cladosporium cladosporioides, que gotea lava de agar teñido. La arena son esporas de moho y los corales, microorganismos cultivados en un mar de agar teñido.

FOTOS (EN ORDEN DE LECTURA): JANIE KIM; ARWA HADID; MICHAEL TAVEIRNE; MICHAEL V. MAGAOGAO; ALLISON WERNER; LETICIA LIMA ANGELINI; ISABEL FRANCO CASTILLO

E X P L O R A

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A T R AV É S D E L A L E N T E

La carrera sigue A L V I A JA R H AC I A E L N O RT E PA R A C U B R I R UNA EXTENUANTE CARRERA DE PERRO S DE T R I N E O, U N A F O T Ó G R A F A E N C U E N T R A C L A R I D A D EN EL AIRE ÁRTICO Y UNA AFINIDAD CON LO S P E R R O S Q U E N O L L E G A R O N A L A M E TA . 18

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS D E K AT I E ORLINSKY

recibí una propuesta de última hora para fotografiar la Yukon Quest, una carrera de perros de trineo de 1 600 kilómetros de recorrido que atraviesa la región subártica de Alaska y Canadá. Se dice que es uno de los acontecimientos deportivos más difíciles del planeta: es común que las temperaturas desciendan hasta -45 °C, la fuerza del viento puede superar los 65 kilómetros por hora y los días son tan cortos que la mayor parte de la carrera transcurre en la oscuridad. Desconocía todo esto antes de aceptar el trabajo. Cuando pensaba en el Ártico, si lo hacía, imaginaba animales exóticos en peligro de extinción, un lugar distante y frío fuera de mi alcance como fotógrafa. H AC E VA R I O S A Ñ O S

Aun así, es sorprendente que el Ártico me intimidara. Pasé la mayor parte de mis veinte documentando conflictos y problemas sociales en Medio Oriente, África y América Latina, con especial atención en México y la guerra contra el narcotráfico. Mi compromiso era contar historias sin importar el riesgo. Después, en 2011 formé parte de una historia –una tragedia–, en la cual mis colegas fueron las víctimas y yo la sobreviviente. Como consecuencia, tuve dificultades para encontrar la inspiración que necesitaba para volverme a enamorar de la fotografía. Seguí trabajando porque necesitaba el dinero, pero la mayoría del tiempo lo hacía de manera automática. Es así como acepté la misión de fotografiar la Yukon Quest 2014. Pocos días después estaba en un avión rumbo a Canadá. Aterrizamos en Whitehorse cerca de la medianoche. Cuando toqué la ventana del avión, pude sentir anticipadamente el aire helado. Había llegado al norte; mi equipaje no. En él estaba todo lo que pensé que necesitaría, incluyendo unos pantalones para la nieve prestados que me quedaban demasiado grandes, ropa interior térmica y un abrigo acolchado nuevo y caro (le había dejado la etiqueta para devolverlo al regreso). Debía volar de Whitehorse a Dawson City para fotografiar la carrera temprano por la mañana, pero todo lo que tenía era una sudadera gris y una mochila llena de equipo fotográfico. En el aeropuerto, les expliqué mi apuro a las dos mujeres que atendían el mostrador de Air Canada. Una de ellas desapareció en la oficina trasera. Regresó con un suéter de lana de Air Canada. La otra mujer le pidió a su esposo que le llevara unas botas y una chamarra y me las prestó. Más tarde esa mañana, al abordar el avión rumbo a Dawson City, el cielo aún estaba oscuro. Cuando el sol salió por fin, expuso extensas cordilleras montañosas. Parecían no tener fin: cumbres escarpadas de color beige y rosa fuego, montículos de color gris y negro, colinas ondulantes de un blanco interminable. Jamás había soñado con un paisaje tan mágico, así que tomé fotografías por la ventanilla hasta que una niebla densa lo cubrió todo. Al bajar del avión, la nieve que crujía bajo mis pies brillaba como si un millón de niños la hubiera espolvoreado con toda la diamantina del mundo. Pasé el trayecto hacia el hotel sumida en un mudo asombro, mientras recorríamos en automóvil las cordilleras montañosas teñidas de púrpura y los ríos congelados recubiertos con un mosaico de hielo azul y blanco. Todo el bosque boreal tenía capas de lo que me parecía nieve reluciente. Después supe que se llama escarcha, o la cosa más hermosa que jamás haya visto. Me sentía en otro planeta, en un cuento de hadas. A veces deseo regresar en el tiempo solo para vivir una vez más mis primeras horas en Dawson City. Mientras tanto, el frío era tan brutal como hermoso el lugar. Cuando me aventuré al exterior, el viento se sentía tan seco que apenas podía respirar. Sin embargo, en ese momento, lo único que necesitaba para entrar en calor era la ropa prestada y la MARZO DE 2020

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E X P L O R A

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A T R AV É S D E L A L E N T E

Para algunos, los perros de trineo son los atletas con mayor resistencia en el mundo, criados para prosperar en el entorno nevado y frío. La mayoría de los conductores de trineos ha entrenado a sus perros desde que eran cachorros. Aun así, en una carrera tan larga, es frecuente que los descalifiquen. Algunas veces un perro se cansa, se lesiona o simplemente parece perder el interés en correr (un año, un perro se enfermó por comerse los botines color neón que protegen sus patas). Cuando un equipo de perros alcanza su ritmo, es un hermoso espectáculo digno de presenciar: las patas golpetean la nieve como un coro suave, las piernas se mueven al compás de un ritmo silencioso, sus alientos cálidos dejan una estela de vapor que se agrupa como nubes en el aire frío. Así es sencillo olvidar que cada perro es diferente. Observar a los perros descalificados, apartados, en costales ni más ni menos, fue un crudo recordatorio de esto. Pasé los siguientes días más enfocada en los perros que abandonaban la carrera que en los posibles ganadores. Quizá los medios locales y los oficiales de la carrera me tacharon de loca. Creía que mi fascinación con los perros que viajaban en avión dentro de un costal era bastante obvia. Tras reflexionar al respecto, tal vez también me contemplé en los perros descalificados. Podía identificarme con la idea de tener un objetivo por el cual había trabajado toda la vida, para que al final suceda algo inesperado que cambie tu curso. El mal tiempo llegó y se instaló en Eagle, por lo que durante días se cancelaron los vuelos comerciales. Estuve a punto de perderme el final de la carrera en Fairbanks, en mi primera asignación importante para National Geographic. Por fortuna pude abordar un vuelo nocturno en un avión pequeño lleno de perros descalificados. Despegamos y recuerdo sonreír al tiempo que miraba por la ventanilla el cielo nocturno que se expandía ante el paisaje negro e intenso de Alaska. Con mi cinturón de seguridad abrochado, portando el abrigo suntuoso que ya nunca devolví y rodeada de 16 perros en costales, también me sentí segura y tranquila. j

Durante el segundo día de su primer viaje al norte, Katie Orlinsky conoce a los contendientes en la carrera de perros de trineos Yukon Quest 2014, en Dawson City, Canadá.

amabilidad de sus dueños. Sentí algo que no experimentaba desde hacía mucho. Todo estaría bien siempre y cuando tuviera mi cámara. Quería volver a tomar fotografías. He estado cubriendo el Ártico, entre otros lugares, desde entonces. Al año siguiente regresé al norte para seguir la Yukon Quest de nuevo, esta vez por parte de National Geographic. Recuerdo que transcurría más de la mitad de la carrera cuando tomé un avión hacia un puesto de control ubicado en Eagle, Alaska. Una camioneta esperaba para llevarme junto con otros pasajeros, la mayoría de medios informativos de Alaska y voluntarios en la carrera, a nuestro refugio temporal para pasar la noche: el piso de una biblioteca escolar local. Antes de partir noté la presencia de dos veterinarios especializados en carreras; se los identificaba por el parche en sus chamarras rojas gigantes; metían en un pequeño avión lo que parecían ser pesados costales de papas. Después vi que de los costales sobresalían cabezas peludas con orejas puntiagudas. De inmediato le pregunté al chofer si podía esperar y me apresuré a fotografiar la escena. Los veterinarios me contaron que esos perros habían sido descalificados de su equii po. Las bolsas los mantendrían seguros y tranq quilos mientras volaban a casa.

Katie Orlinsky vive en Nueva York y ha fotografiado el Ártico desde hace más de cinco años. Su artículo más reciente, “Ameó en el descongelamiento del permafrost.

ACÍFICO

1000

Número estim ma mado de botines que cada conductor d t d de trineo lleva consigo durante la carrera Yukon Quest para proteger las patas de los perros de su equipo. NGM MAPS

E X P L O R A LO S D E S C U B R I M I E N TO S D E H OY Q U E D E F I N I R Á N E L MU N D O D E M A Ñ A N A N AT I O N A L G E O G R A P H I C

VO L . 4 6 N ÚM . 3

El camino hacia el futuro PA R A L A C O C R E A D O R A D E C O S MO S , L A M I S I Ó N C I E N T Í F I C A M Á S A M B I C I O S A D E L M U N D O S E R Í A I N S P I R A R A L A H U M A N I D A D A A C T UA R .

E

P O R A N N D R U YA N

cuando el futuro se transformó en un lugar que se podía visitar. Un aguacero al atardecer no podía desanimar a las 200 000 personas reunidas para presenciar la ceremonia de apertura de la Exposición General de Nueva York de 1939. “El mundo del mañana” fue el tema de esta tierra prometida art déco. Había televisores, calculadoras mecánicas y un robot. Las personas vieron por vez primera estos objetos que cambiarían sus vidas. Pero esa noche habían acudido para escuchar al genio científico más grande desde Isaac Newton. Albert Einstein daría una introducción breve para luego activar el interruptor que iluminaría la exposición. El espectáculo prometía ser el destello más grande de luz artificial en la historia de la tecnología, visible desde más de 60 kilómetros. Impresionante, pero no tan asombroso como la fuente de ese resplandor inesperado y sin precedentes. Los científicos capturarían rayos cósmicos y los E R A U N A N O C H E L LU V I O S A

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E X P L O R A

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REFLEXIONES

EN ESTA IMAGEN QUE CAPTURÓ EL TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE DE NASA, LA CREACIÓN DE UNA NUEVA ESTRELLA EN LA CONSTELACIÓN DE ORIÓN, A UNA DISTANCIA APROXIMADA DE 1 350 AÑOS LUZ DE LA TIERRA. FOTOGRAFÍA: NASA/ESA, G. BACON, L. FRATTARE, Z. LEVAY, F. SUMMERS (VIZ3D TEAM, STSCI)

transmitirían al barrio de Queens, desde donde suministrarían la energía que transformaría la noche en día, inundando de luz cegadora un nuevo mundo gracias a la ciencia. Einstein se encargó de explicar los rayos cósmicos. Era un verdadero creyente del deber del científico de informar al público, así que aceptó. Einstein acababa de cumplir 60 años y había disfrutado décadas de una celebridad icónica y atípica, cimentada en sus descubrimientos de nuevas realidades físicas en la mayor escala posible. Aquellas personas que se encontrabam ahí para oírlo eran solo una fracción de quienes escucharon su discurso por la radio. “Si, como el arte, la ciencia cumple su misión de forma verdadera y plena –comenzó–, sus logros deben penetrar la conciencia de la gente no solo superficialmente, sino con su significado oculto”. Cuando descubrí estas palabras de Einstein, rara vez citadas, encontré el lema que definía 40 años de mi trabajo. El mensaje siempre fue, y aún lo será, el sueño de Cosmos. Einstein nos instaba a derribar los muros erigidos en torno a la ciencia, que han excluido e intimidado a muchos de nosotros, y a traducir el conocimiento científico del lenguaje técnico de su clero al lenguaje común y corriente que compartimos todos, de manera que comprendiéramos este conocimiento, con las maravillas que nos revela, y que la experiencia personal nos transformara. Cuando Carl Sagan y yo comenzamos a redactar el proyecto original de Cosmos, junto con el astrónomo Steve Soter, desconocíamos esa cita de Einstein. Teníamos la ferviente necesidad de compartir el asombroso poder de la ciencia, transmitir la inspiración espiritual del universo que aquella revela y dar a conocer las advertencias que Carl, Steve y otros científicos expresaban sobre nuestro efecto en el planeta. Cosmos dio voz a estas preocupaciones, pero también estaba infundido de esperanza. Cientos de millones de personas disfrutaron la serie de televisión y el libro de 1980, ambos premiados. Por lo que, 12 años después de la muerte de Carl y con justificada aprehensión, emprendí con Steve el proyecto Cosmos. Ahora, en mi tercera serie de viajes a bordo de la Nave de la Imaginación, una vez más cuento con colaboradores brillantes y aún me preocupa no estar a la altura. No obstante, los tiempos me motivan. Todos sentimos el escalofrío que nuestro presente proyecta sobre nuestro futuro. En el fondo tenemos claro que debemos despertar y actuar, o condenar a nuestros hijos a peligros y dificultades que nunca hemos tenido que enfrentar. ¿Cómo despertamos para evitar caminar a ciegas hacia una catástrofe climática o nuclear, que quizá no pueda revertirse, sin destruirnos antes junto con miles de especies? ¿Cómo aprendemos a valorar esos elementos de los que no podemos prescindir (aire, agua, el tejido que da vida al planeta, el futuro) más de lo que valoramos el dinero y la conveniencia a corto plazo? Solo un despertar espiritual a escala global puede transformarnos.

Ve Cosmos: mundos posibles Ann Druyan es creadora y productora ejecutiva de Cosmos: mundos posibles. El astrofísico Neil deGrasse Tyson transporta a los televidentes por el tiempo y el espacio con animaciones, hologramas y recreaciones únicas de descubrimientos que alteran el planeta. La serie se estrena esta primavera.

Como el amor, la ciencia es un medio para llegar a esa trascendencia, a la experiencia inspiradora que supone la singularidad de estar plenamente vivo. El amor nos exige superar nuestras esperanzas y miedos, aceptar la realidad del otro. Es justo así, la ciencia ama la naturaleza. La ausencia de un destino final, de una verdad absoluta, hace de la ciencia una metodología tan valiosa en la venerable búsqueda de sentido. Es una lección de humildad interminable. La enormidad del universo, y del amor, aquello que convierte la inmensidad en algo tolerable, está fuera del alcance del arrogante. La realidad debe ser más importante que lo que deseamos creer. Pero, ¿cómo diferenciarla? Conozco una manera de difuminar la oscuridad que nos impide experimentar la naturaleza en su totalidad. Estas son las reglas básicas en el camino hacia la ciencia. Someter a prueba las ideas mediante la experimentación y observación. Edificar sobre las ideas que pasaron la prueba. Rechazar las que no aprobaron. Seguir la evidencia hasta sus últimas consecuencias. Cuestionar todo, incluyendo la autoridad. Si los peregrinajes emprendidos para comprender nuestras circunstancias en el universo, el origen de la vida y las leyes de la naturaleza no son misiones espirituales, entonces no sé qué podría serlo. No soy científica, tan solo una cazadora-recolectora de historias. Aquellas que atesoro más se centran en los investigadores que nos han ayudado a encontrar nuestra ruta en las profundidades de la incertidumbre y nos han dejado su luz de conocimiento como legado. El uso indebido de la ciencia pone en peligro a nuestra civilización, pero la ciencia también tiene poderes redentores. Puede limpiar la atmósfera de un planeta sobresaturado de bióxido de carbono. Puede liberar vida para neutralizar las toxinas que hemos dispersado con tanta imprudencia. Nuestro predicamento actual demuestra su inigualable capacidad profética. Las palabras que pronunció Einstein aquella noche lluviosa podrían ser uno de sus legados más importantes. Si tomamos en cuenta y con seriedad lo que nos dicen los científicos, un público consciente y motivado puede devolverle la vida a este planeta. j Ann Druyan, escritora, directora y productora, fue la directora creativa del proyecto Voyager de NASA, que envió sonidos e imágenes al espacio en discos de oro. Druyan ha ganado los premios Emmy y Peabody por sus contribuciones a la célebre serie de televisión de National Geographic titulada Cosmos.

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T R AV E L E R ADÓNDE IR, QUÉ CONOCER Y CÓMO VER EL MUNDO N AT I O N A L G E O G R A P H I C

VO L . 4 6 N ÚM . 3

EN NúMEROS

60

ANTIGÜEDAD ESTIMADA DE LAS FORMACIONES ROCOSAS EN MILLONES DE AÑOS

200

E S C A LO N E S PA R A L L E GA R AL MONASTERIO DE ROUSSANOU

4

HORAS EN AUTO D E S D E AT E N A S

ASIA

GRECIA ÁFRICA

P O R DANIEL STONE

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

F O T O G R A F Í A D E V E S E L I N ATA N A S OV

NGM MAPS

“ RO U S S A N O U. . . E S TÁ C A S I RO D E A D O P O R L A S C U M B R E S M Á S A LTA S D E M E T E O R A , SOBRE UNA AFILADA CUCHILLA DE ROCA INCLINADA . ES TAN COMPACTO COMO EL N I D O D E U N A G O L O N D R I N A”. —Patrick Leigh Fermor, Roumelli. Viajes por el norte de Grecia

T R AY E C T O S

ALTURAS SAGRADAS

de Meteora, en Grecia, son maravillas de la ingeniería. Encaramados en las cimas de acantilados de arenisca, con celdas monásticas ocultas, estos santuarios griegos ortodoxos reflejan la soledad contemplativa que buscaban los monjes que los construyeron, entre los siglos XIV y XVII. El más íntimo, el monasterio de Roussanou (izq.), ahora es el hogar de 16 monjas y alberga reliquias de santa Bárbara, populares en la época medieval. LOS MONASTERIOS

CÓMO LLEGAR

LO QUE VERÁS

Durante siglos, la única forma de llegar a Roussanou y los otros monasterios de Meteora, en el centro de Grecia, era trepar por escaleras retráctiles o ser izado en una canasta tejida. El acceso restringido mantuvo a los fieles adentro y a los infieles afuera. Hoy, nuevos túneles, caminos empinados y escalinatas abren las iglesias a cualquiera que esté dispuesto a viajar junto al acantilado. Se recomiendan las visitas guiadas para comprender mejor las ricas historias de los sitios.

En el interior: frescos bizantinos del siglo XVI llenan la capilla de Roussanou, desde las paredes hasta el techo abovedado, con ilustraciones de planetas, pavorreales y serafines. Los huevos de avestruz se muestran como símbolos de realeza, resurrección y conservación. En el exterior: mira hacia abajo cuando cruces el pequeño puente hacia Roussanou para ver el jardín privado del monasterio, sugiere George Kourelis, experto en viajes por Grecia. Mira hacia arriba para ver águilas, halcones y buitres.

EXPLORA LAS CERCANÍAS Alrededor de Roussanou hay 16 cuevas herméticas antiguas (empaca tus botas de escalada) y otros cinco monasterios en funciones sobre los acantilados (de los 24 originales). El monasterio del Gran Meteoro alberga los cráneos de los monjes que vivieron allí, junto con pinturas vívidas y un horno de pan del siglo XIV. La mayoría de las iglesias se dañó por oleadas de saqueo y guerras en el siglo XX, pero han sido restauradas desde entonces.

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T R AV E L E R

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ACERCAMIENTO

En el sendero de Kokopelli, de 229 kilómetros, un grupo de bikepackers compite contra el crepúsculo en Porcupine Rim, Utah.

BIKEPACKING EN EL OESTE A L O L A R G O D E T E R R E N O S P Ú B L I C O S E N L A M E S E TA D E C O L O R A D O, E L S E N D E RO D E KO KO P E L L I A B R I Ó E L C A M I N O PA R A U N N U EVO D E P O RT E .

POR AARON GULLEY

aceleran a diario a lo largo de la carretera interestatal 70, entre los inmensos acantilados del Monumento Nacional de Colorado y la fantástica piedra arenisca de los parques nacionales Arches y Canyonlands, en Utah, Estados Unidos. En comparación con esos destinos de catálogo, el terreno entre ellos parece estéril y anónimo (un paisaje abierto de arena color canela y enebros desaliñados). Pero hay un sendero rural oculto para bicicletas de montaña: Kokopelli’s Trail, 229 kilómetros de cañones de ranura, acantilados y mesetas desérticas tan formidables y sorprendentes como cualquier otra cosa los parques. M I L E S D E V I S I TA N T E S

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

“Es un país grande y silvestre”, comenta Chris Muhr, vicepresidente de la Asociación de Senderos para Bicicletas de Montaña de la Meseta de Colorado, el grupo que administra el Kokopelli desde que se completó en 1989. “Cuando los muchachos hablaron por primera vez de recorrerlo en bicicleta, parecía una locura. Pero es un territorio difícil de resistir”. También es tierra de alto valor. Cada kilómetro del sendero se encuentra en propiedad pública; la Oficina de Administración de Tierras estadounidense maneja un mosaico de pastizales, bosques nacionales y el Área de Conservación Nacional McInnis Canyons. Vincular tanto territorio público no es tarea FOTOGRAFÍA: LOGAN WATTS

T R

ácil en Utah, un estado con un movimiento olítico que a oga por as transferencias e tierras a priv ización. En años recientes, os conflictos or terrenos estatales se incrementaron en la escena nacional con e eito or os monumentos naciona es Bears Ears Gran Staircase-Esca ante, am os a suroeste e Ko ope i. Esas isputas, que enfrentan a conserv ción contra e esarro o a extracción, son un m crocosmos e una uc a ma or. “Gran es extensiones e zonas su esarro as en tierras estata es, como e Ko ope i, son ca a vez menos comunes en e oeste –asegura Kurt Refsni er, irector ejecutivo grupo e efensa cic ismo Bi epac ing Roots–. E primer paso para preservar ta es terrenos es ograr que a gente os use y se invo ucre Así que, si egas a recorrer más e 200 i ómetros e territorio inmacu a o en estos ías, no so o es una experiencia poco común, es tam ién un voto por a conservación e a tierra. Logré acer justo eso cua o pe a eé e Ko ope i a principios e noviem re con mi cuña o, Trevor We Sa imos a ro ar es e e pue o e Fruita, en Co ra o, en una mañana vigorizante e viernes, so os en os profun os acanti a os so re e río Co ora o. Para ser precisos, e Ko ope i no es so o un sen ero, sino un tapiz zurci o por caminos rura es e una so a vía e inc uso un poco e pavimento que apenas sigue e ío entre Loma, Co ora o, Moa , Uta . Después e cruzar Sa t Cree , a un par e oras e nuestra sa a, pe eamos entre un mar e pra eras que se vo vieron ora as a entrar e otoño pasamos afloramientos rocosos que eran como acoraza os e arenisca. Luego e virar acia e sur, seguimos por cuencas enormes

V E L E

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CERC

IENT

n l rr r n n m ll aestras enormes un as en a arena. Durante to o uestro via e e tres ías, so o veríamos tres ve ícu os x media docena de ciclistas. Al considerar las mu itu es que visitan os parques monumentos ce canos en 2018, más e un tercio e un mi ón e personas ingresaron a Monumento Naciona e C ora o, mientras que 2.4 mi ones fueron a Arc es an on an s), a so e a e sen ero ace que sus vistas se sientan aún más exc usivas. Ko ope i siempre se a trata o e gran es i eas. Cuan o surgió e concepto e sen ero a fines e os años oc enta e sig o XX, e cic ismo e montaña era poco m s que unos cuantos exc ntricos que m ifica an icic etas e ca e para usar as a campo raviesa. “Se popu ariza a en Creste Butte Moa , pensé que, si pu iéramos encontrar una ruta para unir esos dos lugares desde Grand Junction, tal vez en ríamos a go positivo en vez e so o esquisto i uminoso”, ecía Timms Fow er, a quien Mu r e cri e como e visionario e sen ero E pro ecto sentó as ases para os sen eros sistemas su secuentes que convirtieron a región en un semi ero e cic ismo. Ho , e Ko ope i parece ec o a a me a para una e as ten encias e esta n ustria en crecimiento: e os cic istas viajan con to o su equipo en aventuras e varios ías. “No creo que tuvieran na a para pra icar o en estos ías si no u iéramos comenza o a montar sen eros como e Ko ope i –afirma Mu r–. Fue e primero en su tipo co, que es e ace os

ca as escri e so re cic ismo y viajes

P. N. ARCH

o E.

Col

LI

NACIONAL McINNIS CANY

Sa

T R A V E LE R

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CHECKLIST

Cinco maneras de celebrar las flores y los jardines alrededor del mundo esta primavera.

MARZO

P O R M A RY E L L E N K E N N E DY D U C K E T T

EXHIBICIÓN DE ARTE

SUMÉRGETE EN REPRESENTACIONES DETALLADAS DE PL ANTAS EN LA GALERÍA NACIONAL DE IRLANDA, EN DUBLÍN. L A EXPOSICIÓN “ D I B UJA R L A N AT URALEZA : ARTE B O TÁ N I C O I RL ANDÉ S” E STARÁ DEL 7 DE MARZO AL 21 DE J U N I O.

1 ESCULTURAS DE LUZ

¿Cómo brilla tu jardín? Descúbrelo en los jardines Brookgreen, en Carolina del Sur, del 8 de abril al 12 de septiembre, cuando las instalaciones del artista Bruce Munro iluminen siete zonas, incluido un arboreto. Munro también creó el reciente “Campo de Luz en Sensorio” (arriba), en California.

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AEROPUERTO

RELOJ QUE Q FLORECE

La flor d de la estrella solitaria Oleadas d de altramuces de Texas silonvierten el Texas Hill Counvestres co try en un mar azulado y nutren a pecies de mariposas, por lo varias esp general desde d finales de marzo hasta mediados o finales de abril.

del aeropuerto Changi, en Singapur, toma de forma literal el “viaje verde”. Dentro de la cúpula en forma de terrario encuentras más de 2000 árboles y 100000 arbustos, además de la cascada interior más alta del mundo. E L C O M P L E J O J OYA ,

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NUEVO LIBRO

Con motivo el 250 aniversario del natalicio de Alexander von Huboldt, el naturalista prusiano que cartografió América, Herder publica el primer volumen de sus escritos.

FOT TOGRAFÍAS (EN SENTIDO HORARIO, DESDE ARRIBA A LA IZQ.): GEORGE LIN; COBRA LILY, DARLINGTONIA CALIFORNICA (DETALLE), 1886, POR LYDIA SHACKLETON, CORTESÍA DE LOS JARDINES BOTÁNICOS NACIONALES, DUBLÍN; EM CAMPOS; MARK THIESSEN (NGM); LEENA ROBINSON, ALAMY STOCK PHOTO

EL FIN DE LA BASURA Un mundo sin desperdicios se antoja imposible. Pero la visión de una economía circular –en la que moderamos el uso de recursos y reciclamos materiales sin cesar– inspira a ambientalistas y empresas por igual. ¿Podemos hacerla realidad? ¿Podemos darnos el lujo de no intentarlo? P O R ROBERT KUNZIG F O T O G R A F Í A S D E LU C A LO C AT E L L I

ENERGÍA El silo del nuevo incinerador de Copenhague tiene capacidad para más de 22 000 toneladas de basura. Un incinerador de combustión limpia genera energía, de modo que la basura tiene un final mucho más provechoso que el vertedero. Aun así, el objetivo de la economía circular es que acabemos con toda la basura al evitar producirla. FOTO SIGUIENTE

Apodado Copenhill, el incinerador de la capital danesa utiliza lo último en tecnología para transformar 485 000 toneladas anuales de basura en energía, para dar electricidad a 30 000 hogares y calentar 72 000. La planta ofrece también una pista de esquí abierta todo el año, un sendero para correr y un muro de escalada de 85 metros, el más alto del mundo.

RAYOS X DE LA ECONOMÍA GLOBAL Recursos globales, 2015 en miles de millones de toneladas

Tomar

De la Tierra Casi todos los insumos de la economía –84 400 millones de toneladas en 2015– son recursos que extraemos de la Tierra: tanto finitos (minerales, metales y combustibles fósiles) como renovables (biomasa).

conocí a un hombre que me reveló las corrientes ocultas de nuestras vidas, es decir, los flujos masivos de materia prima y las consecuencias, tan maravillosas como perniciosas, de los productos que creamos 7 700 millones de humanos. Digamos que vi nuestro metabolismo compartido. Era una mañana fresca de otoño y me senté rodeado de un espléndido montón de ladrillos viejos que se alza en Oosterpark. Construido a principios del siglo pasado, cuando Indonesia aún era una colonia de la que los holandeses obtenían café, petróleo y caucho, el edificio sirvió como sede de un instituto de investigación colonial. Hoy está ocupado por una colección de organizaciones idealistas y Marc de Wit trabaja en una de ellas: Circle Economy, empresa que forma parte de un movimiento internacional muy dinámico, cuya finalidad es reformar la manera en que hemos hecho casi todo en los últimos dos siglos. Con 39 años, De Wit es un químico simpático, con gafas y apariencia algo desaliñada. Abre un folleto y despliega un diagrama que describe como “la radiografía de nuestra economía global”. Explica que, a diferencia de los ciclos que caracterizan los ecosistemas naturales –las plantas crecen en el suelo, los animales comen plantas, el estiércol nutre el suelo–, la economía industrial es eminentemente lineal. El diagrama representa los cuatro tipos de materia prima –minerales, metales, combustibles fósiles y biomasa– como corrientes gruesas y

Minerales 37.9

M I NERÍA

E N Á M S T E R DA M

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Recursos extraídos 84.4 Total de recursos que ingresan en la economía global 92.8

Menas 9.6

Combustibles fósiles 16.6

M I NERÍA

EXTRACCIÓN

S I LVI CULTURA AGRI CULT URA

Biomasa 28.7

Recursos reutilizados 8.4

Cada año producimos bienes con cerca de 93 000 millones de toneladas de materia prima. Menos de una cuarta parte se utiliza en edificios, automóviles y otras cosas duraderas, y menos de 10 % regresa a la economía. El movimiento de la economía circular busca aumentar la segunda cifra y reducir la enorme cantidad de desechos. Procesar

Producir

Proveer

Necesidades sociales

Fin de la utilización

PI EDRA

Vivienda 40.6

CONSTRUCCI ÓN

ARENA Y ARCIL LA

Al vertedero Dos tercios del material que entra en la economía –61 100 millones de toneladas en 2015– se vuelven contaminación (como el bióxido de carbono de los combustibles fósiles), o se dispersan o desechan como residuos.

P RO C E SA M I E N TO D E L M I N E RA L

P RO DU C TO S DE ME TAL

MENA

M ÁQU IN A S

P RO C E SA M I E N TO D E L M E TA L

Comunicación 2.5

V E H ÍC U LOS

Mobilidad 10.8 PETRÓLEO GAS NATURA L

P RO C E SA M I E N TO D E L COMBUSTIBL E

T RA N S P O RT E

ELECTR I CI DAD Y CALE FACC I ÓN

C A RBÓN Y TU RBA

Salud 3.6 MEN UD EO Y C OMERC IO Servicios 5.5

MA DERA

Consumibles 9.7

ANIMALES C U LTIVOS Y FIB RA

MADERA Y PAPEL

Arrojado en el medio ambiente como desecho irrecuperable 61.1

Material de larga duración como construcción e infraestructura 21.5

Inventario global acumulado de material de larga duración 890

PRODU C TO S D E M A DE RA

Relleno sanitario 1.5 Incineración 0.3 Nutrición 20.1

P RO C E SA M I E N TO D E A L I M E N TO S

Compostaje 0.1

Reciclado 1.4

Aplicación en la tierra 1.6 Biogasificación 1.7 Tratamiento del agua 3.6

NGM. FUENTE: CIRCLE ECONOMY

Recursos reutilizados 8.4

coloridas que corren de izquierda a derecha, y que se separan y trenzan conforme se convierten en productos que satisfacen las siete necesidades humanas. La arena entró en el concreto de las torres de apartamentos de cinco continentes. El metal se transformó en barcos, autos y cosechadoras con las que, en un solo año, cosechamos 20 100 millones de toneladas de biomasa, nada más para alimentarnos. Los combustibles fósiles energizan vehículos, nos calientan y se convierten en plásticos o en cualquier cantidad de cosas. En 2015, el total de lo que ingresó en la economía ascendió a 92 800 millones de toneladas. Hasta aquí, todo bien; es más, fantástico. El problema es lo que ocurre después de que satisfacemos nuestras necesidades, porque ese es el origen de todos los problemas medioambientales. De Wit señala una sombra gris en el margen derecho del diagrama. Esa niebla gris representa los desperdicios. El químico precisa que, en 2015, dos tercios del material que extrajimos del planeta se nos escaparon de entre los dedos. Perdimos más de 61 000 millones de toneladas arduamente obtenidas, y casi todas se dispersaron de manera irremediable. La basura plástica flotó hacia ríos y mares, y lo mismo ocurrió con los nitratos y fosfatos que se escurrieron de los campos fertilizados. Dejamos pudrir un tercio de los alimentos y, aun así, deforestamos la Amazonía para producir más. Imagina cualquier problema medioambiental. Lo más probable es que esté relacionado con los desechos. Y eso incluye el cambio climático, provocado por la quema de combustibles fósiles y las consiguientes emisiones de gases que se diseminan en la atmósfera, como el bióxido de carbono. Aquel diagrama desequilibrado definía la tarea con una claridad unificadora y estimulante. Decía que, ciertamente, enfrentamos muchas amenazas abrumadoras. Y sí, son de escala planetaria. No obstante, solo tenemos que hacer una cosa para llevarnos mejor con la Tierra: dejar de desperdiciar tanto. De Wit indicó la parte inferior del diagrama, donde una flecha muy delgada giraba en sentido contrario, de derecha a izquierda, y representaba todo el material que hemos recuperado mediante acciones como reciclaje, compostaje y otras medidas. La cifra indicaba 8 400 millones de toneladas: apenas 9 % del total. La “brecha de circularidad” –término que De Wit y sus colegas acuñaron en 2018, cuando presentaron su informe en el Foro Económico Mundial 36

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

de Davos– es un concepto relativamente nuevo en la historia de la humanidad. Data del siglo xviii, cuando empezamos a utilizar combustibles fósiles en la era industrial. Antes de eso, casi todo lo hacíamos a fuerza de músculos, ya fueran humanos o animales. Cultivar, crear objetos, embarcarlos. Todo requería un arduo esfuerzo y en ello estribaba el valor. Por otra parte, nuestra limitada energía física restringía la mella que le hacíamos al planeta. Eso sí, la mayoría éramos muy pobres. La situación cambió con la energía fósil barata, que el tiempo geológico y la presión concentraron en vetas de carbón o yacimientos de petróleo. Esa energía facilitó la extracción de materia prima en cualquier parte y nos permitió transportarla a fábricas donde producíamos mercancías que enviábamos a todos lados. Ese proceso sigue intensificándose, porque, si bien la población mundial se ha duplicado en los últimos 50 años, la cantidad de materiales que fluyen hacia la economía se ha más que triplicado. “Y ahora estamos llegando al límite”, sentencia De Wit. En ese mismo medio siglo, los ambientalistas han tratado de advertirnos sobre los límites del crecimiento. Pero el nuevo movimiento de la “economía circular” es distinto, ya que postula un conjunto de estrategias (algunas muy conocidas, como reducir, reutilizar y reciclar, y otras novedosas, como alquilar más que poseer cosas) que, tomadas en conjunto, buscan modificar la economía global para evitar el desperdicio. La economía circular no se propone acabar con el crecimiento. Por el contrario, su objetivo es cambiar lo que hacemos para recuperar la armonía con la naturaleza y mantener el crecimiento. “Prosperidad en un mundo de recursos finitos”, como escribió Janez Potočnik, comisario europeo del medio ambiente. Este concepto empieza a imponerse, de manera particular en Europa, un continente pequeño, sobrepoblado y rico, pero carente de recursos. La Unión Europea invierte miles de millones de dólares en esta estrategia y los Países Bajos han hecho el compromiso de volverse completamente circulares para 2050. Ámsterdam, París y Londres ya tienen proyectos para tal fin. “Debe hacerse realidad”, me respondió Wayne Hubbard, jefe de la Junta de Desechos y Reciclaje de Londres, cuando le pregunté si la economía circular era viable. Un hombre que está seguro de su factibilidad, y cuyo trabajo ha sido revelador para muchos, es el arquitecto estadounidense William McDonough,

quien, en 2002, escribió el libro visionario Cradle to Cradle [de cuna a cuna] junto con el químico alemán Michael Braungart. En su obra, los autores argumentan que es posible diseñar productos y procesos económicos de manera tal que todos los desperdicios se aprovechen en algo más. Antes de viajar a Europa visité la oficina de McDonough en Charlottesville, Virginia. Todo lo que se dice sobre acabar con los desperdicios, ¿no será mera ilusión? “Por supuesto que es una ilusión, no hay duda de ello –respondió McDonough–. Necesitamos ilusiones para seguir adelante. Poco después llevé a reparar mi vieja y rota maleta con ruedas (una decisión muy circular, comparada con la de comprar una nueva), emprendí el viaje en busca de cualquier evidencia que pudiera encontrar sobre la economía circular.

Metales en nuestra circularidad natural anteceden la revolución industrial del siglo xviii. Además de botar ánforas rotas sin pudor, los romanos concibieron una invención peligrosa: el alcantarillado. Es decir, canalizaban desechos humanos hacia los ríos, en vez regresarlos a los campos, donde deben estar esos nutrientes, como te lo dirá cualquier experto en circularidad. McDonough recuerda que en los años cincuenta, mientras transcurría su infancia en Tokio, solía levantarse de la cama por la noche al oír a los agricultores que recogían los desechos nocturnos de la familia. Los romanos extraían cobre, pero también reciclaban: fundían las estatuas de bronce de los pueblos conquistados para producir armas. El cobre siempre ha sido uno de los objetivos principales de los recicladores, porque, en comparación con las aguas residuales, es muy escaso y valioso. En el patio de Aurubis –una fundición de cobre que opera en Lünen, en la región del río Ruhr, al oeste de Alemania–, un gran busto de Lenin se alza sobre un macizo de flores, recordatorio de los muchos otros Lenin de bronce recolectados en las antiguas ciudades comunistas de Alemania Oriental y que fueron fundidos allí tras la reunificación del país en 1990. Amén de ser el principal productor de cobre en Europa, Aurubis es también el mayor reciclador mundial de este metal. A diferencia del plástico, podemos reciclar cobre de manera indefinida y sin que pierda su LAS PRIMERAS FISURAS

calidad: el material circular perfecto. La planta de Lünen aún procesa cobre a granel, casi todo obtenido de tuberías y cables, aunque tuvo que hacer adaptaciones para desechos con concentraciones más bajas del metal. A medida que Europa reemplaza los vertederos con incineradores municipales, empieza a producirse una gran cantidad de escoria que contiene fragmentos de cobre, “porque alguien botó el celular en la basura” en vez de depositarlo en el contenedor de reciclaje, señala Laser. Hendrik Roth, gerente medioambiental de la planta, me llevó a ver una excavadora que soltaba carretadas de escombros electrónicos, incluidas computadoras portátiles, en una empinada cinta transportadora que los conducía hasta una trituradora, la primera de más de una docena de etapas en un proceso de clasificación desconcertante y ensordecedor. Otra transportadora pasaba rápidamente por una estación, arrastrando pedazos de tarjetas de circuitos. Algunos caían en un abismo y otros, como si tuvieran vida, saltaban hacia la banda que corría por arriba. Roth me dice que un sistema de cámaras determina la presencia de metal en cada fragmento y, si no detecta cobre, activa un chorro de aire en el momento preciso. Aurubis vende todo el aluminio y el plástico que recupera, mientras que sus hornos reciben cobre y otros metales no ferrosos. En el patio, unos obreros barren a diario el polvo metálico y lo devuelven a la fundición. Según un informe de la ONU de 2017, reciclamos solo la quinta parte de los desechos electrónicos mundiales, y Aurubis recibe desperdicios incluso de Estados Unidos. “A veces me pregunto a qué se debe que un país tan industrializado renuncie a semejantes recursos –comenta Roth–. Están tirando miles de millones de dólares”. Con todo, el cobre ilustra un grave problema: hasta el reciclaje más agresivo tiene un límite. El cobre reciclado en Aurubis representa solo un tercio de la producción; lo demás aún sale de las minas. En el último medio siglo, la producción cuprífera se ha cuadruplicado y va en aumento. Las tecnologías que necesitamos para abandonar los combustibles fósiles requieren mucho cobre. Por ejemplo, una turbina eólica gigante utiliza alrededor de 30 toneladas de ese metal. “La demanda no deja de crecer. Jamás podremos cubrirla solo con el reciclaje”, sentencia Laser. Por ello la economía circular tendrá que recurrir a otras estrategias. EL FIN DE LA BASURA

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BMÁQUINAS Reutilizar maquinaria es una estrategia convencional para reducir desperdicios. Los casi 3 300 aviones y helicópteros que el gobierno estadounidense ha retirado se encuentran almacenados en la base de la Fuerza Aérea DavisMonthan (der.), en Tucson, Arizona, donde el aire seco limita la corrosión. Esas naves proporcionan refacciones (siguiente imagen) o son restauradas y vuelven a dar servicio. Para preservarlas, las rocían con una capa protectora removible. También conocida como Boneyard [deshuesadero], esta instalación es la mayor en su tipo.

ENERGÍA Una acción indispensable para la economía circular es cambiar los combustibles fósiles por energías renovables, como el calor del magma bajo los campos de lava de Islandia. La central eléctrica de Hellisheiði (der.), la mayor planta geotérmica del país y la tercera del mundo, genera energía y calor para viviendas. Las cúpulas geodésicas que cubren cada pozo contribuyen a reducir la contaminación visual. El agua geotérmica usada para producir electricidad en la central de Svartsengi se deja enfriar lo suficiente para reutilizarla en Laguna Azul (siguiente imagen), un atractivo turístico muy popular. El alto contenido de sílice impide que el agua se filtre en el campo de lava y le confiere una atractiva tonalidad aguamarina.

Ropa la Fundación Ellen MacArthur, tres círculos anidados, estaba en la sudadera verde azulado de Dame Ellen cuando me recibió en su sede, en la isla de Wight. En 2005, cuando contaba 28 años, MacArthur dio la vuelta al mundo en un trimarán de 23 metros, en un tiempo récord de apenas 71 días, y sola. Llevaba comida para 72 días. Enfrentó tormentas en aguas antárticas y tuvo que arreglar un generador averiado. Volvió a casa con una comprensión muy visceral de la limitación de los recursos. ¿Por qué nadie habla de eso?, se cuestionó. Decidió retirarse del velerismo deportivo para formar una organización que ha hecho más que cualquier otra para promover la economía circular mediante una jerarquía de estrategias (consulta el diagrama de la página 53). La mejor de ellas es la más simple: desperdiciar menos cosas al mantenerlas en uso. Esa estrategia repercute con mayor fuerza en nuestros armarios. Entre 2000 y 2015, mientras que la población mundial crecía 20 %, la producción de ropa se duplicó a causa de la explosión de la llamada “moda rápida”. A decir del documento, la disponibilidad de tanta ropa barata condujo a que el artículo de vestir promedio se utilizara 33 % menos veces en 2015, cuando el mundo descartó más de 450 000 millones de dólares en ropa. Jorik Boer se gana la vida rescatando algunas de esas prendas. Es director del Grupo Boer, empresa familiar surgida hace un siglo, cuando su bisabuelo empujaba un carrito por las calles de Róterdam recolectando trapos, metal y papel. Hoy día, la sede de la compañía, en Dordrecth, administra cinco plantas que operan en los Países Bajos, Bélgica, Francia y Alemania. Entre todas, esas instalaciones recolectan y clasifican (y también venden para reutilización o reciclaje) hasta 415 toneladas diarias de ropa desechada. Boer aclara que tenemos una idea equivocada de lo que sucede con la ropa cuando cae en un contenedor de donaciones. Muchos creen que se entrega directamente a las personas necesitadas. Sin embargo, lo habitual es que empresas como la suya compren los artículos donados para clasificarlos y revenderlos en todo el mundo. “Necesitas mucha experiencia para saber dónde vender o reutilizar una prenda”, asegura Boer. Detrás de él, una ventana me permite observar EL EMBLEMA DE

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a varias mujeres que, con movimientos rápidos y muy precisos, retiran ropa de las cintas transportadoras, examinan el artículo brevemente y luego giran para soltarlo en alguna de casi 60 bolsas. Mi anfitrión revela que cada empleada clasifica cerca de tres toneladas diarias de ropa. Las clasificadoras deben tener buen ojo para la moda, en particular cuando se topan con buenas piezas, ya que las mejores producen más ganancias para la empresa, si bien solo representan entre 5 y 10 % del total. Los artículos más cotizados en Rusia y Europa oriental –como ropa interior femenina– pueden alcanzar hasta cinco euros por kilogramo. La mayor parte del material de menor calidad se organiza en pacas de 55 kilogramos que se envían a África, donde las venden en apenas 50 centavos por kilogramo. La compañía ha empezado a recibir mucha más ropa de la que puede reciclar, sobre todo en Alemania, donde se rescata hasta 75 % de los desechos desde que los gobiernos municipales entraron en la jugada. Boer confiesa que no ha podido encontrar suficientes empleados calificados. La mayor inquietud de los Boer es la evolución de la ropa. En estos momentos, la empresa puede revender 60 % de lo que recolecta. Las prendas que aún sirven son lo mejor para el planeta –ya que no es necesario reemplazar los materiales ni la energía invertidos en su confección–, y también para Boer, porque “nos permiten financiar todo el negocio”, explica. El restante 40 %, la ropa que nadie quiere, se recicla como trapos de limpieza, o bien la trituran para ofrecerla como aislante o relleno de colchones. Por supuesto, otra parte termina en incineradores. La ropa reciclada incluye una proporción cada vez mayor de prendas desgastadas y de mala confección, por lo que la compañía pierde dinero en casi todo eso. Boer indica que la moda rápida podría arruinar su negocio. Con todo, hay una variedad de reciclaje con la que consigue pequeñas utilidades. Desde hace décadas, la empresa ha enviado suéteres de lana y demás prendas tejidas a Prato, Italia, donde otras organizaciones separan la lana por medios mecánicos que permiten rescatar largas fibras para crear prendas nuevas. Ahora bien, este procedimiento no sirve para reciclar telas de algodón o poliéster, pues las fibras obtenidas son muy cortas. Por ello, media docena de start-ups desarrollan tecnología para el reciclaje químico de dichas fibras. A fin de impulsar el desarrollo, Boer propone que la Unión Europea establezca el requisito de

que toda la ropa nueva contenga, por ejemplo, 20 % de fibras recicladas. “Lo harán en los próximos 10 años –asegura Boer–. Tienen que hacerlo”. En la Fundación Ellen MacArthur noté entusiasmo por un modelo de negocios distinto que podría estimular la circularidad de muchos sectores económicos. Ese modelo se sustenta en el alquiler más que en la propiedad. Aun cuando Rent the Runway y otras empresas web que alquilan ropa representan, hasta ahora, menos de 10 % del mercado mundial de la moda, ese segmento crece aceleradamente. Hipotéticamente el alquiler es más sostenible: si muchas personas comparten la misma prenda, no hará falta producir tanta ropa. Pero la realidad práctica es otra. Por ejemplo, cabe la posibilidad de que muchos clientes amplíen sus roperos con prendas de lujo alquiladas. Además, no hay duda de que el alquiler incrementará las operaciones de empaquetado, envío y lavado en seco. En un artículo reciente para la revista Elle, la periodista Elizabeth Cline, autora de dos libros sobre moda rápida, analizó los aspectos a favor y en contra. Su conclusión: “Usar lo que ya tienes en el armario es la estrategia más sostenible para vestirte”.

Comida por sí solo; el sistema tiene que cambiar. Aun así, las decisiones personales no dejan de ser importantes. “Se trata de usar menos cosas”, afirma Liz Goodwin, del Instituto de Recursos Mundiales. En 2008, cuando Goodwin dirigía el Programa de Acción de Residuos y Recursos (WRAP), esta organización no lucrativa llevó a cabo una de las primeras investigaciones importantes sobre el desperdicio de alimentos. WRAP encuestó a más de 2 100 familias británicas que accedieron a que los inspectores hurgaran en su basura y pesaran cada resto de comida. “Fue muy sorprendente –recuerda Goodwin–. Hallamos pollos completos, incluso con sus envolturas”. Casi la mitad de las ensaladas y la cuarta parte de las frutas terminaban en la basura, igual que cerca de 360 000 toneladas anuales de papas. En total, los británicos estaban desechando una de cada tres bolsas de comestibles. A final de cuentas resultó que no eran los únicos. En todo el mundo se desperdicia alrededor N A D I E S E V U E LV E C I C U L A R

de la tercera parte de los alimentos, lo que equivale a una pérdida anual de casi un billón de dólares, me comentó Richard Swannell, director global de WRAP. Mientras cenamos en un restaurante de Oxford, teniendo buen cuidado de dejar limpios nuestros platos, Swannell me dice que, antes de la investigación, nadie tenía idea de la cantidad de comida y dinero que se desperdiciaba en Gran Bretaña. WRAP lanzó la entusiasta campaña de relaciones públicas Love Food Hate Waste y colaboró con grupos femeninos para dar consejos sobre rescate de alimentos (uno de los favoritos ofrecía opciones para disfrazar tostadas de pan viejo). También convenció a las cadenas de supermercados para que adoptaran algunas medidas muy simples: fechas de caducidad más visibles y prolongadas, empaques más pequeños y resellables, eliminar las ofertas “dos por uno” para vender productos perecederos. Eran conceptos básicos, de un sentido común ya olvidado. Pero funcionaron. En 2012, el desperdicio alimentario de Gran Bretaña se redujo 20 %. “Tuvimos un éxito enorme”, afirma Swannell. Ese éxito se ha estancado a últimas fechas. Quizá porque nadie se detuvo a pensar que, por sí solo, el sentido común no puede acabar con el desperdicio. De allí que tal vez haya que recurrir a la inteligencia artificial (IA). En Londres, en la zona de Shoreditch, se alza una fábrica de muebles victoriana que ha sido remodelada para servir como sede a Winnow, una start-up que encabeza Marc Zornes, quien ha instalado una solución de alta tecnología en las cocinas de 1300 restaurantes: cubos de basura inteligentes. En la sala de conferencias, Zornes lleva a cabo una demostración con una pata de pollo plástica. Cada vez que el cocinero o un camarero vacía una olla o un plato de algo en un receptáculo Winnow, una báscula mide el peso adicional y una cámara toma una fotografía. El software de IA identifica la basura recibida (en Ikea ha aprendido a distinguir entre tres tipos de albóndigas) y muestra el costo. Zornes asegura que, tan de solo oír a los cubos de basura inteligentes, sus clientes han reducido a la mitad el desperdicio de alimentos. Según Zornes, “cuando empiezas a medir el problema, empiezas a resolverlo”, porque pierdes dinero en todo lo que tiras. En Ámsterdam, en InStock, restaurante que ha adoptado un ambicioso concepto culinario basado en los excedentes de alimento. Tomo EL FIN DE LA BASURA

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COMIDA

Moscas soldado negras podrían sustituir la soya como proteína para pienso. La startup británica Entocycle prueba las condiciones de reproducción en su laboratorio de Londres (arriba), donde alimenta larvas con restos de cerveza y de café. La cosecha de insectos (abajo) puede hacerse en apenas dos semanas.

ROPA

En Prato, Italia –donde han producido tejidos de lana desde el siglo xii–, unas 3 500 compañías emplean a 40 000 obreros para procesar textiles desechados. Una vez separada por colores, lavada y triturada (abajo), vuelven a hilar la lana. Hasta ahora, solo 1 % de los desechos textiles se recicla en ropa nueva.

AGRICULTURA Para demostrar que las grandes ciudades pueden cultivar verduras todo el año y de manera sostenible, Aerofarms opera la granja vertical interior más grande del mundo en su sede de Newark, Nueva Jersey, en Estados Unidos, donde cultivan retoños de hortalizas en un sustrato reutilizable hecho con botellas de plástico recicladas. No usan plaguicidas y solo aplican nutrientes y fertilizantes cuando es necesario. La iluminación se ajusta a la longitud de onda que requieren las plantas. La compañía asegura que su cosecha es 390 veces superior a la producción convencional en sembradíos.

asiento en el comedor vacío, pero agradablemente iluminado, bajo un letrero de madera que lleva la cuenta de la “comida rescatada”: 780 054 kilogramos. Freke van Nimwegen se acerca para compartir su historia mientras me sirven el menú de precio fijo. A dos años de egresar de la escuela de negocios, Van Nimwegen trabajaba para Albert Heijn (la mayor cadena de supermercados de los Países Bajos) cuando se percató del problema del desperdicio de alimentos. Como asistente del gerente de la tienda, intentó hacer algo al respecto. No pudo: los bancos de alimentos recibían algo de pan, pero ningún producto agrícola. En 2014 unió fuerzas con dos compañeros de trabajo y consiguieron el apoyo de la corporación para fundar InStock. El negocio se ha transformado de un simple pop-up a un restaurante (en el que me encuentro) y de ahí a otros dos establecimientos, en Utrecht y La Haya. Para Van Nimwegen, esos logros no fueron más que el inicio de algo muy interesante. “No es que soñáramos con una cadena de restaurantes –comenta–. Para nada. Lo que queríamos era hacer algo respecto al desperdicio de alimentos”. Mi plato principal llegó: nuggets “Kentucky Fried Goose” [de ganso frito]. “Ten cuidado, puede haber perdigones en la carne”, me previno la camarera. Van Nimwegen explicó que el aeropuerto de Schiphol emplea a cazadores para controlar la población de gansos silvestres que, de lo contrario, dañarían los motores a reacción. Antes incineraban las aves abatidas, pero ahora las envían a InStock. Los nuggetss me resultaron un poco correosos, aunque sabrosos y sin perdigones, en tanto que el chutney y de berenjenas y el coulis de pimiento rojo me parecieron muy buenos. Los chefs de InStock improvisan con lo que reciben. Buena parte de los alimentos proviene de Albert Heijn, pero también trabajan con productores agrícolas. “Es fácil culpar a los supermercados –advierte Van Nimwegen–. Toda la cadena de suministro, incluido el cliente… Queremos existencias de todo. Estamos muy malcriados, básicamente. Las grandes empresas no pueden negarse, así que siempre tienen demasiado de todo”. En 2018, InStock comenzó a entregar excedentes alimentarios en otros restaurantes. Hoy, la prioridad de Van Nimwegen es conseguir contratos para dar servicio en cafeterías corporativas. “El volumen es lo más importante para 52

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nosotros –prosigue–. Esos lugares atienden a 1000 personas que necesitan comer”. Según un informe gubernamental, desde 2010 los holandeses han logrado reducir el desperdicio de alimentos en 29%, mucho más que los británicos.

Aperturas de la economía lineal y regresar a una inspirada en la naturaleza hará falta un montón de lo que los psicólogos llaman “pensamiento divergente”. Cuando visité Copenhague, me detuve a admirar el nuevo incinerador municipal donde queman la basura para generar electricidad. Y, ciertamente, diverge de la norma: en el techo hay una pista de esquí que permanece abierta todo el año. No obstante, mi siguiente destino era el vecino puerto de Kalundborg, una suerte de icono de la economía circular. Al llegar, tomo asiento en una sala de conferencias, abarrotada con los 11 administradores de las plantas industriales de un grupo de compañías que ha forjado un vínculo por demás inusual: aprovechan los desperdicios de las demás. El presidente del grupo es Michael Hallgren, director de una planta de Novo Nordisk que produce la mitad del suministro mundial de insulina y que, el año pasado, junto con la empresa hermana Novozymes, desechó 330 000 toneladas de subproductos de levadura. Esa pasta se envía a una planta bioenergética, donde utilizan microbios para convertirla en el biogás suficiente para 6000 hogares, así como en fertilizante para nutrir casi 20000 hectáreas de tierra. Y ese es apenas el más reciente de 22 intercambios de desechos (que incluyen agua, energía o materiales), los cuales forman parte de Kalundborg Symbiosis. No es una sociedad planificada, aclara Lisbeth Randers, coordinadora de las operaciones de Symbiosis en la ciudad. Se formó a lo largo de cuatro décadas, un acuerdo bilateral a la vez. Empezó con una compañía de paneles que se estableció en Kalundborg, porque el gas residual de la refinería de petróleo podía utilizarse como fuente de energía barata. Después, esa empresa aprovechó los desechos de una central eléctrica local que opera con carbón, la cual filtra el bióxido de azufre de sus emisiones de humo para obtener yeso. Nada de esto fue resultado de una acción eminentemente ambiental. Y, sin embargo, Randers asegura que Kalundborg Symbiosis reduce las emisiones de PA R A S A L I R D E L A T R A M PA

CERRAR EL C Í R C U LO

La economía circular requerirá una gran variedad de estrategias. El movimiento “cuna a cuna” establece que, al final, todos los productos se descomponen en “nutrientes técnicos” (que se transforman en productos nuevos) o biológicos (los cuales regresan a la tierra). Si la naturaleza no desperdicia, cualquier desecho supone un defecto de diseño. Diseñar con inteligencia Máquinas y otros productos se diseñan para durar y repararse con facilidad, o para ser efímeros y degradarse en sus componentes esenciales.

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Cero desperdicios Todos los nutrientes fluyen en ciclos. Casi nada se elimina como contaminante o en un vertedero.

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Usar menos Sustituir los combustibles fósiles por energía renovable; las empresas de alquiler o intercambio dan servicio a más personas con menos productos.

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La biomasa se procesa para obtener nutrientes y energía

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JASON TREAT (NGM) FUENTE: FUNDACIÓN ELLEN MACARTHUR

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Vuela y conduce menos. Consume todos los alimentos que compres. Usa la ropa que tienes. Evita los plásticos de uso único.

Compra menos productos, pero de buena calidad, y repáralos cuando se averíen. Dona la ropa que no uses.

Composta desechos de comida (o dáselos a tu mascota). Recicla todo lo posible y presiona a tus políticos para aumentar el reciclaje.

bióxido de carbono en 635 000 toneladas anuales, en tanto que las empresas participantes se ahorran 27 millones de dólares. Hoy día, Hallgren supervisa la construcción de una planta de insulina en Clayton, Carolina del Norte. “Mi sueño es crear una simbiosis que funcione allá”, comenta. En la campiña de Westfalia, Alemania –hogar de una conocida variedad de jamón y, por supuesto, de muchos cerdos–, conocí a una mujer que, sin haber estudiado ingeniería, diseñó una solución de escala industrial para uno de los problemas más graves de la región: cantidades fenomenales de estiércol porcino. Los nitratos que escurren de los campos excesivamente fertilizados han contaminado las aguas freáticas de casi una cuarta parte de Alemania. Y el agricultor promedio del municipio de Velen, donde me reúno con Doris Nienhaus, desembolsa unos 40 000 dólares anuales para transportar casi 2 000 metros cúbicos de estiércol líquido hasta un sembradío que aún no ha sido fertilizado y se ubica a más 150 kilómetros del pueblo. “Llegará el momento en que deje de ser económicamente viable”, pronostica Nienhaus. Su solución: una planta procesadora que extrae nutrientes básicos del estiércol (fósforo, nitrógeno y potasio). A tal fin, Nienhaus –quien solía trabajar para la federación agrícola regional y ha sido criadora de cerdos– persuadió a 90 granjeros de invertir 8.4 millones dólares. La planta utiliza microbios para digerir estiércol y el biogás resultante alimenta el generador con el cual funciona la fábrica, que además vende la energía excedente a la red eléctrica. Centrífugas, hornos y un polímero patentado separan el amasijo contenido en el digestor y producen un líquido pardo, rico en nitrógeno y potasio, y una ceniza marrón que es hasta 35 % fósforo. Y ya que podrá vender todo eso, la planta no producirá desperdicios, agrega Nienhaus. Durante mi visita, la instalación se encontraba en su etapa de pruebas. La alemana toma un pequeño recipiente blanco y me muestra su primer lote de potasio como si fueran pepitas de oro. Hubo una época en que los agricultores operaban dentro de la economía circular. Solo conservaban el ganado que podían alimentar con sus tierras y el estiércol de los animales era justo lo que la tierra podía asimilar. Pero la ganadería de la era industrial rompió el círculo. Hace unos años pasé algún tiempo en un rancho de engorda texano. Fue entonces que empecé a reflexionar sobre la economía circular. Vi locomotoras que se dirigían a Hereford, Texas, tirando de 110 vagones atiborrados con maíz de Iowa. Vi cerros de estiércol 54

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acumulados en el rancho que aguardaban el envío a las granjas agrícolas de la región. ¿No sería mejor que lo llevaran a Iowa para fertilizar el maíz?, pregunté. Demasiado caro, respondieron. Cierto. Pero si tuvieran allí una planta como la de Nienhaus, solo habría que transportar los nutrientes. Y tal vez así se cerraría el círculo de nuevo. En 2006, cuando era estudiante de ingeniería en el Instituto Politécnico Rensselaer de Troy, Nueva York, Eben Bayer tomaba una clase en la que aprendió a pensar de manera divergente y eso lo condujo a su primera creación. El problema en el que reflexionaba –había leído Cradle to Cradle– eran los pegamentos tóxicos que se usan en los aglomerados y la fibra de vidrio. Criado en una granja de Vermont, Bayer había pasado horas paleando astillas de madera a un horno para obtener jarabe de arce. Era común que las astillas se pegaran entre sí, porque habían sido colonizadas por micelio, la densa malla de hifas microscópicas que sirven de raíces a los hongos. Eso lo llevó a preguntarse: ¿es posible que los hongos produzcan un pegamento inofensivo? Lo primero que produjo con Gavin McIntyre, su socio en la empresa Ecovative Design, fue embalaje. Para ello, inyectaron pequeñas cantidades de micelio en astillas de madera y fibras de cáñamo molidas, y las diminutas fibras blancas rellenaron los espacios entre las partículas, pegándolas. Después se dieron cuenta de que se podía cultivar en moldes de cualquier forma y también notaron que dejaba de crecer si se hidrataba. Más aún, una vez que terminaban de usarlo, aprovechaban el micelio para hacer composta. Desde hace una década, Ecovative ha producido más de 450 000 kilogramos de embalaje para clientes que están dispuestos a pagar un poco más en aras de la sostenibilidad. A últimas fechas se han dedicado a producir cosas de mayor tamaño, todas compuestas enteramente de micelio de hongos. Cuando crece bajo el suelo, el micelio se acumula en capas, pero al contacto con el aire empieza a formar hongos. Ecovative ha encontrado la manera de hacer que el micelio se desarrolle en un patrón híbrido, mediante el cual deposita microcapas sólidas una tras otra. “Es como una impresora 3D biológica”, explica Bayer. Con fondos de inversión, Ecovative expande su laboratorio para crear todo tipo de objetos con micelio: suelas de zapatos, cuero vegano, soporte comestible para filetes artificiales. En 2018, la diseñadora Stella McCartney confeccionó un bolso de mano hecho de micelio.

En la filosofía “cuna a cuna” de McDonough y Braungart, el desperdicio ni siquiera existe como concepto. Cada material es un “nutriente técnico” de buen diseño que puede reciclarse incesantemente, o bien un “nutriente biológico” comestible o compostable. Bayer opina lo mismo, pero su apuesta es que, en el futuro, la mayor parte de lo que produzcamos será biológico. “Los materiales derivados de procesos biológicos encajan de manera natural en el funcionamiento de la Tierra –asegura–. La ‘nave espacial Tierra’ puede digerir esas cosas”.

Más allá del bien y del mal no indica que seamos malos. Solo apunta a que somos un poco tontos. Cuando conocí a Michael Braungart en Hamburgo, Alemania, ni siquiera esperó a que abriera mi libreta para señalar esto. Comenzó su carrera como activista de Greenpeace organizando manifestaciones en empresas químicas y desde entonces ha realizado consultorías para numerosas corporaciones. “El movimiento cuna a cuna lucha contra la herencia cultural impuesta por las creencias religiosas”, declara, refiriéndose al monoteísmo. Agrega que el legado de esas creencias es el concepto de que la naturaleza es buena, en tanto que los humanos somos perversos –por lo menos en lo que toca a nuestro efecto sobre ella–, de modo que lo único que podemos hacer es limitar los daños. En opinión de Braungart, semejante filosofía no solo es errónea, sino poco ambiciosa. Él es un ambientalista que, al igual que químicos e ingenieros, tiene la certeza de que podemos mejorar la naturaleza. En las afueras de Ámsterdam visité Park 20/20, el conjunto de oficinas de nueve hectáreas que diseñó la firma arquitectónica de McDonough y cuyos materiales de construcción Braungart ayudó a seleccionar. Aun cuando han levantado solo tres cuartas partes del proyecto, Park 20/20 ya es verde y agradable, con fachadas contrastantes e imaginativas, espacios soleados y acogedores, energía renovable y aguas residuales que se tratan y reciclan en el sitio. Una de sus características más geniales es L A BA S U RA Q U E P RO D U C I M O S

la menos evidente: en vez de la losa de concreto habitual, los pisos están formados con vigas de acero que los vuelven más delgados y huecos. Y, debido a que utilizan 30 % menos material, permiten que cada estructura tenga siete niveles, uno más que los seis convencionales. Al llegar el invierno, calientan el interior con agua templada de un canal cercano, la cual se almacena en depósitos subterráneos durante el verano y fluye por tuberías que conducen hacia los subsuelos de cada piso. En verano, el agua fría captada en inverno corre por tuberías hacia los techos, refrescando los espacios. A diferencia de las losas de concreto, es posible desmontar y reutilizar las secciones de suelo prefabricado en caso de que sea necesario reconfigurar o demoler un edificio. En otras palabras, las estructuras de Park 20/20 son “bancos de material”. En cambio, los materiales de construcción de otros lugares representan la mayor parte de los desechos que terminan en vertederos. La economía circular inspira a hacer cosas espectaculares. Sin embargo, si se me permite terminar este recorrido con una bofetada, eso no está pasando. Si apartamos la mirada de las luces deslumbrantes y nos fijamos en cifras aburridas, como las que me mostró De Wit, no queda duda de que, en vez de reducirse, la “brecha de circularidad” se amplía. Es muy probable que dupliquemos el uso de recursos naturales para 2050. Y nuestras emisiones de carbono siguen en aumento. “¿Estamos actuando con suficiente celeridad? La verdad es que no –me dijo De Wit–. Todos nuestros indicadores están en números rojos”. Igual que los otros optimistas que conocí, De Wit confía en el tiempo. Para construir una economía circular harán falta cambios culturales enormes, de la escala de una revolución industrial. “Se necesita mucho empeño –agregó De Wit–. Me da la impresión de que no lo lograremos con la generación que hoy tiene el poder. Se necesitará una generación más para que despegue”. Esa generación que estaba sacando de escena era la mía. Pero no lo tomé como algo personal. No hay duda de que estaremos bajo tierra, abonando el suelo, antes de que llegue la economía circular. Pero, al menos así, estaremos haciendo nuestra parte. j El Museo Guggenheim de Nueva York exhibe las fotos sobre agricultura holandesa de Luca Locatelli. El editor senior Rob Kunzig escribió sobre las ciudades del futuro para nuestra edición de abril de 2019. EL FIN DE LA BASURA

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EL SECUESTRO DE 276 ALUMNAS NIGERIANAS INDIGNÓ AL MUNDO. SI BIEN 112 SIGUEN DESAPARECIDAS, LAS SUPERVIVIENTES RECUPERAN SU FUTURO. P O R N I N A ST RO C H L I C F OTO G R A F Í A S D E B É N É D I C T E KU R Z E N

Esther Usman posa detrás de su dormitorio al noreste de Nigeria, donde vive y estudia junto con más de un centenar de

“niñas de Chibok”. Estas jóvenes sueñan con hacer carreras en negocios, medicina o como defensoras de derechos humanos. 57

El 14 de abril de 2014, el grupo militante Boko Haram secuestró a 276 colegialas en Chibok, una ciudad del noreste de Nigeria. Aun cuando 112 de ellas siguen desaparecidas, la mayoría de las supervivientes ha reanudado sus estudios en New Foundation School (NFS), un programa de preparación universitaria 58

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implementado en el campus de Yola, de la Universidad Estadounidense de Nigeria (AUN). Entre ellas se encuentran (hacia la der., desde arriba a la izq.) Awa Abuga, Glori Aji, Mwada Baba, Yana Joshua, Kume Ishaku y Grace Paul, quienes posaron en un estudio fotográfico improvisado en el salón de recreo de su dormitorio. LAS NIÑAS DE CHIBOK

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RESERVA FORESTAL SAMBISA

Chibok

N I G E R I A Abuya

AQUELLA NOCHE DE ABRIL, PATIENCE BULUS Y ESTHER JOSHUA SE TOMARON DE LAS MANOS CUANDO LAS SACARON DEL DORMITORIO A PUNTA DE FUSIL.

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Las separaron al abordar un camión de caja abierta, pero Patience pudo distinguir la voz de Esther entre la multitud de alumnas aterradas que preguntaba: “¿Qué va a pasar?”. Alguien saltó por un costado y, de pronto, otras jóvenes comenzaron a precipitarse hacia la oscuridad, dispuestas a correr el riesgo de recibir un balazo o perderse en la selva con tal de escapar de sus captores. Patience miró a su lado. Esther estaba al fondo del camión, así que empezó a abrirse paso hacia un flanco del vehículo y saltó sin su amiga. Desde hacía cinco años, la insurgencia rebelde que aterrorizaba el noreste de Nigeria había ocasionado el cierre de centenares de escuelas. Pese a ello, en abril de 2014, la Secundaria Gubernamental Femenina en Chibok reabrió sus puertas para que las alumnas presentaran sus exámenes finales. En una región donde menos de la mitad de las niñas estudia la primara, aquellas escolares desafiaban la convención social que imperaba desde mucho antes del conflicto. Y así, hacia las 11 p.m. del 14 de abril, los militantes de Boko Haram –nombre que se traduce como “prohibida la educación occidental”– secuestraron a 276 jóvenes, irrumpiendo en los dormitorios de la escuela para forzarlas a abordar los camiones en que habrían de transportarlas a su guarida, en el bosque de Sambisa, reserva natural que el grupo yihadista había ocupado para librar una guerra contra el gobierno nigeriano. El ataque desató la campaña #BringBackOurGirls, una protesta internacional. Aun cuando Chibok no era más que una población apartada y casi desconocida, los secuestros transformaron la localidad en símbolo de algunos de los problemas más apremiantes de Nigeria, entre ellos la corrupción, inseguridad e invisibilidad de los pobres. El incidente recibió amplia cobertura mediática: las 57 víctimas que escaparon desde el inicio; el calvario de las 10 muchachas que terminaron en 60

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E U RO PA ÁF RICA NIGERIA OCÉANO ATLÁNTICO

En 2016, una patrulla civil dio con Amina Ali que deambulaba por la Reserva Forestal de Sambisa. Amina fue la primera estudiante rescatada. Ese mismo año, el gobierno nigeriano negoció la liberación de 21 jóvenes y, en 2017, rescató a otras 82.

NGM MAPS

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Estudiantes de Chibok se fotografían el último día de clases, antes de los exámenes finales y las vacaciones de verano. Quince egresadas

del programa NFS han iniciado sus estudios en la AUN. Cada semana, algunas colaboran como mentoras del NFS.

diversas escuelas estadounidenses; videos en los que Boko Haram mostraba a sus apesadumbradas cautivas; dos emotivas liberaciones de un total de 103 jóvenes, presuntamente a cambio de dinero y militantes capturados, y las adolescentes que, según los relatos, escaparon por su cuenta poco después. De las 276 estudiantes secuestradas en Chibok, 112 siguen desaparecidas y se presume que algunas han muerto. Hace dos años y medio, el gobierno hizo arreglos para que más de 100 supervivientes continuaran sus estudios en campus estrechamente vigilados en el noreste de Nigeria. Después de eso, poco se ha hablado de ellas. al secuestro, Patience regresó a su aldea natal de Askira, donde se dedicó a escuchar música góspel y asimilar el hecho de que el ataque había puesto fin a su educación. Entrevistada muchas veces para que explicara lo ocurrido aquella noche y acosada por otras familias que preguntaban por sus hijas, Patience estaba harta de repetir la historia del 14 de abril. Al igual que otras nueve supervivientes, recibió una invitación para estudiar en Estados Unidos. Mientras Patience hacía los preparativos para emigrar, Margee Ensign, la entonces presidenta del campus de la Universidad Estadounidense de Nigeria (AUN) en Yola –ciudad de varios cientos de miles de habitantes–, recibió la visita de una guardia de seguridad escolar, quien le informó que su hermana y otras 56 adolescentes habían escapado poco después del ataque. Unas saltaron de los camiones en movimiento, otras se lanzaron hacia las ramas de los árboles que pasaban. Muchas de ellas se torcieron los tobillos y, aun así, siguieron corriendo para pedir ayuda. Otras más, como Mary K. (quien pidió que se usara solo la inicial de su apellido), viajaron durante horas con los secuestradores, conspirando entre ellas en el dialecto local. Acordaron dividirse en dos grupos y, cuando el camión se detuvo, pidieron permiso para hacer sus necesidades. Entonces echaron a correr. Enfurecidos, los secuestradores emprendieron la persecución, pero EL VERANO SIGUIENTE

LAS NIÑAS DE CHIBOK

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Estas jóvenes asisten a un servicio religioso dominical en la AUN. Al finalizar cada año académico, el pastor Raymond Obindu les pide que vuelvan en

el otoño para continuar su educación. En esa región nigeriana no es raro que las adolescentes abandonen sus estudios para contraer matrimonio.

no las encontraron. Mary K. tardó 24 horas en regresar a casa y, cuando finalmente llegó, descubrió que la aldea estaba bajo ataque. Ensign y algunos miembros de su personal viajaron a Chibok en dos camionetas y regresaron a la AUN con las supervivientes que deseaban continuar su educación. Dos docenas de estudiantes se instalaron en el campus, rodeadas por un muro elevado y protegidas por guardias vestidos con impecables uniformes rojos. Todas ingresaron en un programa llamado New Foundation School (NFS), a fin de prepararlas para su ingreso en la universidad. sin que reaparecieran más jóvenes secuestradas. Fue hasta mayo de 2016 que la estudiante Amina Ali emergió de la selva con su bebé. Cinco meses después, el gobierno nigeriano negoció con Boko Haram; les ofreció dinero y prisioneros a cambio de 21 cautivas. Gravemente desnutridas, las jóvenes fueron internadas en un hospital de Abuya, la capital del país, donde fueron sometidas a evaluaciones psiquiátricas y recibieron atención médica, fisioterapia y orientación religiosa y social. Las víctimas revelaron que los yihadistas les dieron la opción de convertirse al islam y desposarlos, o terminar como esclavas. Según informes mediáticos, la mayoría optó por la esclavitud. En mayo de 2017, los militantes liberaron a otras 82 muchachas y el mundo entero presenció las conmovedoras reuniones familiares. Patience Bulus, para entonces radicada en Estados Unidos, observó atentamente la cobertura noticiosa, escudriñando los nombres de las alumnas rescatadas. Su corazón dio un vuelco al leer el de Esther Joshua. En cuanto Patience supo que las 103 estudiantes liberadas también ingresarían en la AUN, le envió un mensaje de texto a una amiga: “Cuando Esther llegue a Yola, dile que me llame”. En septiembre de 2017, la población estudiantil de la AUN aumentó de 24 a 130 jóvenes rescatadas, quienes en breve se habituaron a una discreta rutina de estudios y oración. T RA N S C U R R I E RO N D O S A Ñ O S

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A poco de llegar, Esther recibió el mensaje de Patience y, cuando hablaron por teléfono, la joven recién liberada le contó a su amiga todo lo ocurrido en el bosque y le hizo jurar que guardaría su secreto. “No dejes que eso te detenga –le aconsejó Patience–. Este es el mejor momento para hacer algo bueno”. con cuatro camas, Esther ordenó sus libros en las repisas, guardó su ropa en el armario. Como era de esperar, las nuevas estudiantes tendían a mantenerse aisladas, comían en sus dormitorios y solo usaban el gimnasio los sábados por la mañana. Sin embargo, pronto acudieron a I N S TA L A D A E N U N A H A B I TA C I Ó N

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cenar a la cafetería escolar y algunas incluso asistían a las lecciones impartidas en la biblioteca. Con todo, ninguna se había matriculado de manera oficial porque Boko Haram amenazó con matarlas si regresaban a la escuela. Por ello, sus dormitorios estaban vigilados continuamente y un guardia las acompañaba a todas partes. Asimismo, la AUN implementó un sistema de apoyo permanente: el personal de los dormitorios incluía a 11 “tiitas” encargadas de asuntos escolares, una enfermera y un equipo de psicólogos que brindaba asistencia las 24 horas todos los días. Algunas muchachas conservaban balas y metralla en sus cuerpos. Una de ellas usaba una pierna protésica y otra caminaba con un bastón. La gran

Tras ser liberada del cautiverio, Esther Joshua (izq.) recibió una llamada de su amiga Patience Bulus, quien escapó la misma noche en que fueron

secuestradas y ahora estudia en EUA. Patience la instó a aprovechar la nueva oportunidad. “Es el mejor momento para hacer algo bueno”, le aseguró a Esther.

mayoría había sobrevivido a casi tres años en cautiverio y seguía traumatizada por la experiencia. Si bien los funcionarios de la AUN argumentan que toda esa protección es necesaria, hay quienes opinan que semejantes medidas son excesivas. “En cuanto fueron liberadas, el gobierno las concentró en una instalación de Abuya y de allí las enviaron a la AUN –explica Anietie Ewan, investigadora nigeriana afiliada con Human Rights Watch, quien ha seguido muy de cerca sus casos–. Las han mantenido aisladas en cada etapa”. Subsidios privados y gubernamentales costean seis años de escolaridad para cada joven. Quince egresadas del programa NFS ya comenzaron sus estudios universitarios. Mary K., la joven que escapó al día siguiente del secuestro, llegó al campus en 2014 sin hablar inglés, pero al cabo de dos años entró en la AUN. La transición fue difícil. Era muy consciente de que sus compañeros hablaban de ella y hasta llegó a contemplar la posibilidad de estudiar en otra escuela. Hoy camina tranquilamente por el campus, donde pareciera que todos la conocen y, una vez a la semana, dirige un grupo de estudiantes del NFS, al que asesora para administrar su tiempo, perfeccionar el inglés y para los tres exámenes estandarizados que deben aprobar para ser admitidas en la AUN. No todas las supervivientes de Boko Haram han tenido las mismas oportunidades. El estado de Borno, epicentro de la crisis, decretó la suspensión de clases durante dos años porque, tanto allí como en dos estados vecinos, el grupo yihadista ha destruido 500 escuelas, forzado el cierre de otras 800 y asesinado a más de 2 000 educadores. A unos 25 kilómetros del campus de la AUN, Gloria Abuya se levanta a las 5 a.m. y sale de su vivienda en un campamento de 2 100 refugiados para iniciar la caminata de dos horas la escuela. En 2014, Boko Haram atacó su población natal de Gwoza. Los militantes asesinaron a los hombres, hicieron que las viudas enterraran los cadáveres y, acto seguido, secuestraron a las niñas. Gloria estuvo cautiva durante dos meses hasta que una noche logró escapar, mientras sus captores oraban.

Como muchas mujeres que vuelven a casa y enfrentan el rechazo de sus familias o el recelo de sus comunidades, Gloria se pregunta si alguna vez podrá retomar su vida anterior. “No tengo un hogar al que volver”, se lamenta. En mayo de 2019, una semana antes de que empezaran las vacaciones de verano, las estudiantes de Chibok organizaron una ceremonia para señalar el aniversario de su liberación. “Es muy triste, porque tenemos presentes a nuestras hermanas que siguen en el bosque –comenta Amina Ali, mientras se arregla para ir a cenar tras un día de ensayos para el evento–. En cambio, nosotras somos muy felices aquí”. Al día siguiente, el club de teatro presenta una obra sobre dos jóvenes que han sido secuestradas y cuyas familias hacen todo lo posible para recuperarlas. El libreto se mofa de la incompetencia policiaca, de la pereza de los funcionarios electos y de la codicia de los secuestradores. Cuando las cautivas quedan libres y se reúnen con sus familias, el público aplaude con tremendo entusiasmo. En Abuya, las familias de tres estudiantes secuestradas se quejan de no disponer de un número telefónico para solicitar informes; de que nadie las alerte antes de que los medios divulguen alguna noticia, y de que el gobierno no haya vuelto a contactarlas desde 2016, cuando se llevó a cabo una tensa reunión con el presidente Muhammadu Buhari. En una colina de Abuya, detrás de la zona de embajadas y mansiones, se alza la vivienda de bloques de concreto de Rebecca Samuel. Su hija Sarah, es una de las alumnas que siguen desaparecidas. En su bolso, Samuel conserva tres fotografías de la joven: una tomada cuando tenía cinco años, durante su graduación en el jardín de niños; en otra aparece como una catorceañera retadora, y en la tercera como una adolescente circunspecta vestida de blanco. En 2017, cuando el gobierno nigeriano logró la liberación de 82 jóvenes, la madre corrió al hospital donde estaban internadas, pero los guardias de seguridad le impidieron el paso. verano de 2019, la AUN recibió informes de que los militantes habían quemado los hogares de varias estudiantes de Chibok. Si bien el jefe de seguridad, Lionel Rawlins, intentó desalentarlas para que no regresaran a la aldea, no pudo disuadir a casi 90 % de las muchachas. Para algunas, aquel era el segundo verano de libertad y estaban desesperadas por ver a sus familias. A L A P ROX I M A R S E E L

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El pasado mayo, alumnas y profesores se reunieron para marcar el aniversario de la liberación de las jóvenes. El acto incluyó poemas, discursos y una obra de

teatro sobre un secuestro ficticio. Al concluir, las muchachas soltaron globos: 112 de ellos negros, uno por cada estudiante que sigue desaparecida.

Las inquietudes de la AUN trascienden la seguridad: la mayor parte de las estudiantes rebasa los 20 años y en esa región se considera extraordinario que sigan estudiando. El otoño pasado, ocho jóvenes no volvieron a la escuela y, al parecer, la mitad de ellas contrajo matrimonio. Antes de emprender el regreso a casa, un pastor convocó a las alumnas para un sermón dominical. “Algunas han pasado por cosas terribles, han estado a la sombra de la muerte”, declaró. “¡Amén!”, respondieron todas. “Algunas están a punto de viajar. Algunas tienen miedo –y, entonces, agregó con voz resonante–. ¡No teman! Si viven con miedo, atraerán el peligro”. Grace Dodo, una muchacha de gran estatura que camina con la ayuda de un bastón, alzó la cabeza y exclamó: “¡Es verdad!”. “Quiero que vayan a casa y regresen para terminar su educación”, concluyó el pastor. Mientras Esther Joshua preparaba su equipaje para encontrarse con su familia, Patience Bulus pasaba el verano muy lejos de su hogar, en el idílico campus de Dickinson College, en Carlisle, Pensilvania. En 2018, Margee Ensign –ex presidenta de la AUN– implementó un programa de preparación universitaria en Dickinson, donde hoy se desempeña como presidenta. Hasta ahora se han inscrito cuatro supervivientes de Chibok. Por su parte, Patience siguió sus estudios como una integrante más del cuerpo de estudiantes internacionales. En abril de 2019 viajó al Capitolio de Estados Unidos, en Washington, D. C., para describir la crisis de Nigeria ante un panel de legisladores. Algunos la abordan para escuchar su historia, que ella ha decidido relatar abiertamente. ¿Y por qué no hacerlo? Después de todo, quiere estudiar psicología y hacer una especialidad en terapia, o trabajar con refugiados. “Aunque empiezo a fingir que lo he olvidado, es algo que siempre recordaré –admite Patience–. Tengo que seguir adelante con mi vida”. j Nina Strochlic es escritora de National Geographic. La fotógrafa francesa Bénédicte Kurzen se especializa en documentar los conflictos y cambios socioeconómicos de África occidental y el Medio Oriente. LAS NIÑAS DE CHIBOK

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¿CULTURA O

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POR RENE EBERSOLE F O T O G R A F Í A S D E JA S P E R D O E S T

Los macacos japoneses tienen una larga historia como artistas y símbolos culturales. Sin embargo, en el Japón de hoy, su uso en espectáculos provoca un escrutinio creciente.

MALTRATO?

FOTO ANTERIOR

Los entrenadores del grupo artístico Sen-zu No Sarumawashi, en Kawasaki, llevan a sus artistas en pañales a una caminata diaria por las calles. En la etapa más temprana del entrenamiento para el sarumawashi (espectáculo de monos) se les enseña a los monos bebé a sentarse en bancos pequeños. Con el tiempo aprenden a caminar en zancos y a saltar obstáculos. E S TA F O T O

Cuando los clientes de la taberna Kayabuki, en Utsonomiya, terminan de comer, los monos mascota del dueño suben a un escenario improvisado al fondo del restaurante y obedientemente portan una colección de máscaras de papel maché.

MONITOR

DE

VIDA

SILVESTRE

Los monos llevaban uniformes de futbol.

Seis macacos japoneses con correas pateaban obedientemente la pelota a uno y otro lado de la cancha, mientras sus entrenadores humanos y una multitud de espectadores los animaban en una parodia de un partido Japón contra Brasil. Los monos en camiseta azul (Japón) se veían más fuertes, pero la alineación amarilla de Brasil era rápida, en especial cuando el jugador 10 dejaba de lamerse las manos. De pronto, 10 recibió la pelota, pateó y anotó. ¡Victoria! El equipo de Japón hizo una reverencia y la multitud estalló en risas. Este era apenas uno de los actos de calentamiento antes del evento principal en el anfiteatro del Nikko Saru Gundan, en Japón, una atracción a un lado del camino, en la ciudad de Nikko. Al pasear por el patio, vi cómo un macaco en pañal derrotaba a un visitante de cinco años en un juego de hockey de mesa. Cada vez que el disco iba hacia él, el mono lo golpeaba de regreso hacia la portería del retador. En la puerta principal del escenario, un macaco macho en kimono saltaba sobre vallas muy altas.

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En el Parque Nacional Joshin’etsukogen, en una región volcánica en la isla de Honshu, los “monos de la nieve” se relajan en una fuente termal. Hace años, después de que las personas empezaran a alimentar a los monos para alejarlos de sus casas y sus granjas, los animales se convirtieron en una atracción popular. Hoy día, los alimenta el personal del parque.

Pronto llegó el momento de presentarse en el anfiteatro, donde una mujer llamada Yuria Suzuki y su fiel primate, Riku, encabezaban el elenco de un acto circense. En el final, Riku, con pantalones de lunares y un chaleco de satén, saltaba entre unas escaleras y ejecutaba un parado de manos en un solo brazo sobre un poste alto y tambaleante. La presentación en Nikko Saru Gundan tiene raíces en la cultura japonesa tradicional. Los actos evolucionaron de una forma de entretenimiento conocida como sarumawashi (espectáculo de monos,) basada en la creencia de que el saru (mono) es el protector de los caballos y el mediador entre dioses y humanos, capaz de disipar los malos espíritus y limpiar el camino para la buena fortuna. Al igual que el kabuki, el sarumawashi se presenta en teatros públicos desde hace miles de años.

Pero, en el Japón moderno, el significado espiritual se ha desvanecido. Los actos con monos de hoy día parecen actos de circo. Muchos de los animales son entrenados con reforzamiento positivo y afecto, pero algunos son disciplinados duramente y maltratados físicamente por sus entrenadores, explica Keiko Yamazaki, director ejecutivo del Instituto de Investigación sobre Cultura Animal e integrante de la mesa directiva de la Coalición Japonesa para el Bienestar Animal. Los monos en cautiverio están protegidos por la ley de bienestar animal de Japón, pero la legislación enfatiza el trato para las mascotas domésticas comunes. “Muchos de los grupos de bienestar cabildean a favor de los gatos y los perros, quieren refugios que no los sacrifiquen. Las señoras de los gatos tienen muchos seguidores –dice Yamazaki–. ¿ C U LT U R A O M A LT R AT O ?

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Los turistas observan cómo el personal del Parque de Monos Iwatayama, en Arashiyama, a las afueras de Kioto, alimenta a los macacos. Ese abastecimiento ha ayudado a incrementar el número de monos. Hoy son tan abundantes que cada año se sacrifican 19 000 monos silvestres para evitar que acaben con las cosechas de los agricultores.

OKKAIDO

ropas de macacos viven an al norte como en la península de Shimokita.

PARQUE N JOSHIN’ TSU

SHU u Gundan ayabuki

Territorio del macaco japonés (Macaca fuscata) Confirmado Probable

KY

Ya

speci cie de macaco que alguna z se halló en la isla de Tanega Shim ma se extinguió en los años cincuenta del siglo XX. cincu

200 mi 200 km

stra meta es hacer que la ley de b animal de Japón se aplique a todos los animales: de granja, de zoológicos, de laboratorio”. Japón tiene una larga historia de uso de animales para entretenimiento, pero las susceptibilidades hacia una tradición cultural no deberían evitar que los monos artistas sean protegidos contra el maltrato, indica Yamazaki. “Es como el circo. Cuando revisas la historia, ves animales que han sido entrenados con el uso de métodos muy abusivos y el negocio de los monos no es la excepción, pero la cultura evoluciona, no está escrita en piedra”. Las versiones del sarumawashi del siglo XXI abarcan desde monos que hacen volteretas en vestidos de holanes durante los festivales callejeros hasta los pupilos primates de Nikko Saru Gundan que tocan el piano en videos en YouTube. En un recorrido de nueve días por la cultura sarumawashi, vi una gama de producciones y visité un bar en Utsunomiya, al norte de Tokio, donde los monos sirven cervezas frías y toallas calientes para las manos, y usan máscaras de papel maché. los macacos japoneses, también llamados monos de la nieve, son criaturas resistentes. Ningún otro primate no humano vive en lugares tan septentrionales. En el Parque para Monos Jigokudani, a unos 850 metros por encima del nivel del mar y tras un recorrido de tres horas y media en auto al noroeste de Tokio, todas esas imágenes familiares, en revistas y E N L A N AT U R A L E Z A ,

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Chiemi Shiina, entrenadora de monos sarumawashi, se baña con tres macacos bebés, los integrantes más recientes del grupo artístico Sen-zu No Sarumawashi. Los entrenadores de Sen-zu a menudo duermen con las crías, lo que crea lazos con el animal mientras crecen para ser artistas.

documentales, de monos cubiertos de nieve que se relajan en pozos de agua caliente cobran vida ante multitudes de turistas que toman fotos y selfis. A pesar de su apodo, los macacos japoneses se encuentran en casi todo el país, incluyendo los bosques subtropicales en la parte sur de su hábitat. Son verdaderos omnívoros, que comen desde plantas y frutos hasta insectos, cortezas y tierra. Esa dieta tan variada los ha puesto en la mira de algunos agricultores. El engai, el daño causado por monos, cuesta al año millones de dólares en cosechas perdidas, principalmente de frutas y vegetales. Los campesinos usan bardas, espantapájaros y pirotecnia para ahuyentar a los monos. En algunos distritos, los agricultores pueden presentar quejas ante agencias que administran programas para atrapar y matar animales molestos. Como resultado, más

JOHN KAPPLER (NGM). FUENTES: CENTRO JAPONÉS DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA VIDA SILVESTRE; MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE, GOBIERNO DE JAPÓN.

de 19 000 monos mueren cada año en Japón, según el Ministerio del Medio Ambiente. Un subproducto de esos programas de erradicación son monos jóvenes huérfanos, que a veces son recogidos por ciudadanos preocupados que los entregan a los grupos de entretenimiento. Una tarde cerca de Yamaguchi, hice una caminata por un sendero del bosque con Shuji Murasaki, de 72 años, quien se detuvo en un campo y se dirigió hacia una jaula de metal grande y vacía, del tamaño de unos cuatro autobuses escolares. Era una trampa diseñada para atraer con comida a los monos que mermaban las cosechas. La aldea había capturado unos 10 monos la semana previa, me contó Murasaki. No sabía qué les había pasado… Probablemente les dispararon, aunque él deseaba que los hubieran mandado a un zoológico. Dos pequeños monos rescatados

encontraron un hogar con su hijo, Kohei, que los entrenaría para entretenimiento. Murasaki, activista por los derechos humanos y ex actor, forma parte de un pequeño grupo de personas que revivieron el sarumawashi tradicional cuando casi había desaparecido en los sesenta del siglo XX. Ahora está jubilado y le ha pasado su práctica de mantenerse fiel a las raíces espirituales del sarumawashi a Kohei. Los espectáculos que ofrecen aceptan las ideas orientales originales, explica Murasaki. “Los animales son mediadores entre el público y Dios. No es solo un espectáculo de monos, es una ceremonia”. En las creencias japonesas, cada animal tiene una ruta para proporcionar buena fortuna, continúa, y en el sarumawashi tradicional, cada uno de los trucos de los monos tiene un significado. Cuando el entrenador hace dar vueltas al animal ¿ C U LT U R A O M A LT R AT O ?

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En la taberna Kayabuki, los comensales se ríen mientras les aplauden a los monos enmascarados. Cuando la función termina, los clientes piden que les tomen fotos con los animales. Los dueños de la taberna dicen que compartir fotos en las redes sociales ha sido bueno para el negocio. Sin embargo, algunas reseñas en línea cuestionan la práctica de hacer que los monos actúen.

Kaoru Amagai vive en una casa japonesa tradicional en Ota, en la prefectura de Gunma, con tres macacos mascota. Asegura que trata a los monos como lo haría con los niños: los viste (tiene unas 100 prendas), los baña y diario los alimenta con tentempiés de yogur. También dice que la cadena del frente es para que los pañales de los monos se mantengan en su lugar.

colgado de sus brazos, se purifica el área de la representación. Cuando un mono salta a través de dos aros, distribuye salud y larga vida. Que los monos caminen en zancos extiende deseos de bienestar y felicidad para los niños. No es fácil entrenar a los animales para que hagan rutinas tan complicadas, comenta Murasaki. Incluso los trucos sarumawashi básicos pueden llevarse hasta un año para aprenderlos. El primer paso es enseñarle al mono a sentarse en un banco, señala. El entrenador le enseña el banco, al que le da golpecitos para que el mono se siente. Si el mono lo hace, el entrenador lo retribuye con alabanzas y afecto en abundancia. Después sigue el andar bípedo. “Muy antinatural para los monos”, enfatiza Murasaki, y esa es la razón de que puedan pasar meses en los que al mono haya que llevarlo de la mano, hasta que empiece a hacerlo cuando se le ordene. Entrenador y mono trabajan gradualmente para lograr movimientos y acrobacias más elaborados. Primero se dominan los zancos pequeños, que luego se reemplazan con unos más altos. Murasaki y su hijo permiten que los monos sean los que lleven la rienda, apunta, porque la alternativa –gritarles o golpearlos– arruinaría la confianza. Sin embargo, los métodos de entrenamiento varían. En mi visita a Nikko Saru Gundan, Tsuyoshi Oikawa, entrenador del lugar por 20 años, me dijo que tradicionalmente los encargados de los animales usan el dominio para mostrarles que los humanos son superiores. Para establecer un orden jerárquico, a veces les gritan o les dan mordidas a los monos. Explicó que él usa reforzamiento positivo por medio del juego combinado con disciplina oral. “Los tratamos como si fueran nuestros niños. Si dan un buen espectáculo, les decimos ‘bien hecho’, pero si no, los regañamos”. En todo el mundo, atracciones como las de Nikko Saru Gundan se enfrentan a una reacción negativa creciente por parte de quienes se oponen moralmente a mantener animales en cautiverio y explotarlos para entretenimiento. “El mundo está indignado por los espectáculos con animales, por eso muchos circos de animales cierran sus puertas y los países los prohíben –indica Jason Baker, vicepresidente senior de campañas internacionales de Personas por el Trato Ético de los Animales–. Lamentablemente, la historia nos ha demostrado que no podemos confiar en los gobiernos para proteger a los animales, en particular en países como Japón, donde las leyes de bienestar animal son débiles. Nadie 84

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Los espectáculos sarumawashi tradicionales incluyen a un entrenador que le enseña al mono actos acrobáticos. El escenario principal de Nikko Saru Gundan se especializa en producciones con guion, con hasta seis monos, escenarios elaborados y múltiples cambios de ropa. Globalmente, este tipo de atracciones son cada vez más controversiales, gracias al interés por el bienestar de los animales.

monitorea las condiciones de vida, las sesiones de entrenamiento previas a la producción, la separación materna o lo que les suceda a los animales cuando ya no se usen en la industria del entretenimiento”. Sin embargo, Oikawa dijo que las personas que critican la ética de las atracciones con animales no entienden la cultura sarumawashi de Japón. “Amamos a los monos, estamos de su lado –afirma–. No usamos métodos de entrenamiento abusivos”. era un entrenador que solía trabajar en espectáculos de monos antes de convertirse en el director y entrenador animal principal de una compañía de monos llamada Sen-zu No Sarumawashi, que monta espectáculos en festivales callejeros, escuelas y fiestas. Cuando lo conocí, en la oficina de la compañía en Kawasaki, S AT O S H I H A R A D A

dijo que quería evitar métodos de entrenamiento estresantes al enfocarse más en el reforzamiento positivo y el afecto, lo que incluía dormir con los animales cuando eran muy jóvenes. Entramos en el salón de prácticas de su compañía, donde Harada me presentó con sus colegas y sus colaboradores peludos en pañales, incluyendo cuatro bebés nuevos. Comentó que el grupo mantiene un horario de entrenamiento muy riguroso: dos horas en la mañana y dos en la tarde, excepto los días en que los monos tienen función. Esa mañana, más temprano, me maravillé con las acrobacias de los animales durante un espectáculo para 300 niños preescolares, sentados en un gimnasio. La estrella del espectáculo era Ponzo, que vestía un chaleco amarillo y un overol negro. Los niños gritaban, deleitados con los trucos del mono, que caminaba por el auditorio

en zancos que sobrepasaban a Harada. “¡Ankoru! ¡Ankoru!”, gritaban los niños: “¡Otra! ¡Otra!” De vuelta en la oficina de Sen-zu, los entrenadores les quitaron los pañales a los monos y los encerraron en jaulas metálicas rojas, donde viven cuando no tienen función. Luego los entrenadores se ocuparon de las rutinas del final del día: limpiar las heces de las charolas de metal bajo las jaulas y preparar tazones con naranjas, manzanas y plátanos para la cena de los monos. Colocaron los tazones en fila en el suelo y, al unísono, les presentaron la comida a sus artistas. Eran las cinco de la tarde, hora de ir a casa. Estarían de regreso antes del desayuno para preparar el próximo espectáculo. j Rene Ebersole escribe sobre animales y crímenes contra la vida silvestre. Jasper Doest ganó el premio Fotógrafo del Año de la Vida Silvestre, para artículo de fotoperiodismo, por este proyecto. ¿ C U LT U R A O M A LT R AT O ?

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Estas mujeres han contribuido a abrir camino para nuevas generaciones de exploradoras de National Geographic. (De izq. a der. y de arriba abajo)

Asha de Vos BIÓLOGA

Maria Mitchell

ASTRÓNOMA

Electa ‘Exy’ Johnson NAVEGANTE

Ella Al-Shamahi

PALEOANTROPÓLOGA

Anne Morrow Lindbergh AVIADORA

Marion Stirling Pugh ARQUEÓLOGA

Jocelyn Crane Griffin CARCINÓLOGA

Gloria Hollister Anable ICTIÓLOGA

Else Bostelmann ARTISTA

Dickey Chapelle FOTÓGRAFA

Evgenia Arbugaeva FOTÓGRAFA

Barbara Washburn CARTÓGRAFA

Reina Torres de Araúz ANTROPÓLOGA

Marie Tharp GEÓLOGA

Munazza Alam

AMBIENTALISTA

Rae Wynn-Grant BIÓLOGA

CONSERVACIONISTA

Jess Cramp

CONSERVACIONISTA

Biruté Galdikas

PRIMATÓLOGA

Harriet Chalmers Adams EXPLORADORA

Liliana Gutiérrez Mariscal BIÓLOGA

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PIONERAS POR NINA STROCHLIC

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INVE STIGACIÓN DE ARCHIVO DE S A R A M A N C O

Mujeres: un siglo de cambios

“A

segúrate de ser la primera mujer en cualquier lugar”, le aconsejó una editora a la fotógrafa novata Dickey Chapelle, a medida que se intensificaba la Segunda Guerra Mundial. Chapelle siguió su consejo y se escabulló entre una unidad de la marina durante la batalla de Okinawa, en 1945, con lo que incumplió la prohibición respecto a la presencia de mujeres periodistas en zonas de combate. Perdió temporalmente su acreditación de prensa militar, pero después fue reconocida como una corresponsal de guerra intrépida. Desde la fundación de National Geographic Society, en 1888, las mujeres han tenido numerosos logros en las ciencias y la exploración, muchas veces sin que se las reconozca como merecen. Cartografiaron el suelo marino, conquistaron las cimas más altas, descubrieron civilizaciones antiguas, impusieron récords de buceo en aguas profundas y recorrieron el mundo por aire. Estuvieron con la vanguardia durante la guerra y cruzaron continentes enteros. “No hay motivo alguno para que una mujer no pueda lograr lo mismo que un hombre, y más –dijo la exploradora Harriet Chalmers Adams, en 1920–. Si a una mujer le entusiasma viajar, si le gusta lo peculiar, lo misterioso y lo oculto, no hay nada que la detenga”. Sin embargo, en la revista era frecuente que las mujeres quedaran como notas al margen, opacadas por sus célebres esposos. Matthew Stirling firmó más de una docena de artículos que detallaban sus descubrimientos en la arqueología mesoamericana, pero su esposa Marion le ayudó a dirigir las expediciones y solo publicó un texto con su nombre: sobre cómo hacer las tareas del hogar durante una expedición. “¡Carajo, carajo, carajo!”, escribió frustrada Anne Morrow Lindbergh, en su diario en 1933, sobre la vida con su célebre esposo, el aviador Charles Lindbergh. Fue la primera mujer estadounidense en obtener una licencia de piloto de planeador y fue premiada por sus habilidades de navegación. “Estoy harta de ser la mucama del señor”. Otras fueron ignoradas por sus contemporáneos. Por lo menos para una de ellas, la periodista Juliet Bredon, fue mucho más fácil publicar en National Geographic con un seudónimo masculino en los años veinte. Incluso para mujeres reputadas de su época era difícil recibir una justa remuneración por su trabajo. El archivo de National Geographic revela las historias de las mujeres pioneras de National Geographic. Del pasado al presente, en estas páginas rendimos tributo a algunas de ellas. 88

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Maria Mitchell 1818-1889

Primera persona en descubrir un cometa mediante un telescopio; primera astrónoma profesional en Estados Unidos. En el siglo xix era bien sabido que los residentes de Nantucket, Massachusetts, mantenían sus telescopios apuntando hacia el mar. Maria Mitchell apuntó el suyo a las estrellas. En su infancia ayudó a su padre, un astrónomo amateur, a hacer complejos cálculos de navegación para los capitanes de los barcos balleneros, predecir eclipses y registrar los movimientos de los astros. El primero de octubre de 1847, a las 10:30 p.m., Maria, de 29 años, estaba en el techo del Pacific Bank, donde su padre había construido un modesto observatorio. Con su telescopio identificó un objeto que no estaba en su mapa astral: un cometa. Dieciséis años antes, el rey Federico VI de Dinamarca había ofrecido una medalla de oro a la persona que descubriera un cometa con un telescopio. Mitchell reclamó el premio. Gracias a su descubrimiento y su carrera posterior fue la primera astrónoma profesional en Estados Unidos. Al cabo de un año fue elegida para la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, y la primera mujer en ser admitida. Visitó observatorios de todo el mundo y fue una firme defensora de la participación de las mujeres en las ciencias, así como abolicionista de la esclavitud y sufragista. Mitchell fue profesora de astronomía en la Universidad Vassar, de reciente apertura, donde se dedicó al estudio de los planetas, las estrellas, los cometas y los eclipses, así como a exigir el mismo salario que sus colegas hombres. Al cometa que descubrió, 1847-VI, se le denominó Miss Mitchell’s comet. En 1888, un año antes de su muerte, su hermano, el oceanógrafo Henry Mitchell, contribuyó a la fundación de National Geographic Society. FOTOGRAFÍAS PREVIAS: BETTMANN/GETTY IMAGES (MITCHELL, LINDBERGH, ANABLE); THOMAS J. ABERCROMBIE (JOHNSON); RICHARD H. STEWART (PUGH); MILO WOODBRIDGE WILLIAMS (GRIFFIN); AMADO ARAÚZ, CORTESÍA DE LA COLECCIÓN ARAÚZ (TORRES DE ARAÚZ); JOHN TEE-VAN (BOSTELMANN); JOSEPH H. BAILEY (THARP).

A mediados del siglo xix, el descubrimiento de un cometa le valió a la astrónoma Maria Mitchell (a la izq., en torno a 1880) el estatus de celebridad. Era defensora del sufragismo y la equidad de género en las ciencias. SCIENCE HISTORY IMAGES/ALAMY STOCK PHOTO

HARRIET CHALMERS ADAMS 1875-1937

Primera mujer periodista a quien se le permitió visitar las trincheras francesas durante la Primera Guerra Mundial; presidenta inaugural de la Sociedad de Mujeres Geógrafas.

“ N U N C A M E H E E N F R E N TA D O A U N A D I F I C U LTA D Q U E C U A L Q U I E R M U J E R U HOMBRE NO PUEDA SUPERAR; NUNCA HE TEMIDO NINGÚN PELIG R O ; N U N C A M E H A F A LTA D O E L VA L O R P A R A P R O T E G E R M E . H E E S TA D O E N S I T U AC I O N E S P E L I G R O S A S . H E V I S TO C O S A S E S PA N TO S A S ”.

Un detalle de una trinchera francesa muestra el acceso excepcional que la fotógrafa y escritora Harriet Chalmers Adams tuvo durante la Primera Guerra Mundial. Adams, quien dedicó décadas de su vida a explorar el mundo, fue la colaboradora más prolífica de National Geographic durante los primeros 50 años de la revista. ALAMY STOCK PHOTO (ARRIBA); HARRIET CHALMERS ADAMS

En el siglo xix, mucho antes de convertirse en la máxima exploradora de su época, a los ocho años Harriet Chalmers atravesó la sierra Nevada a caballo en compañía de su padre. A los 24, se casó con Franklin Pierce Adams y partieron a América Latina, donde recorrieron 65 000 kilómetros a caballo, en canoa, tren y a pie. A su regreso, casi tres años después, impartió una conferencia en National Geographic y con ello inició una carrera de 30 años como colaboradora. Adams se propuso visitar cada país que había sido una colonia española y recorrió la ruta que trazó Cristóbal Colón de Europa a América. Cruzó Asia y asistió a la coronación de Haile Selassie como emperador de Etiopía. Durante la Primera Guerra Mundial fue la primera mujer periodista a quien le permitieron fotografiar las trincheras francesas, donde permaneció durante meses. Escribió 21 artículos que detallaron sus hazañas para National Geographic, muchos más de los que cualquier otra mujer publicó en la revista durante la primera mitad del siglo pasado. En estos textos criticaba las injusticias de las que había sido testigo. “¿Qué beneficios trajo la civilización europea que no hayan tenido antes? –escribió tras una visita a Perú–. Lo que no han sufrido en nombre de la cruz”. Adams no tuvo formación profesional como geógrafa ni estudios universitarios, pero gracias a sus diapositivas a color y estilo aventurero le llovieron invitaciones para impartir conferencias en todo el mundo, con frecuencia en instituciones que nunca habían invitado a mujeres. Fue la tercera estadounidense miembro de la Real Sociedad Geográfica de Inglaterra. No obstante, el Explorers Club, con sede en Nueva York, nunca contempló la membresía de un grupo de prominentes exploradoras, incluida Adams. Los hombres “siempre han temido que una simple mujer invada sus santuarios privados de debate; ni siquiera les permiten la entrada a las mujeres a sus clubes, mucho menos les permiten participar en sus debates, lo que podría beneficiar a ambos”, declaró. Decidió conformar su propio club con varias exploradoras. En 1925 se fundó la Sociedad de Mujeres Geógrafas, de la que fue presidenta hasta que, en 1933, se mudó a Francia, donde murió cuatro años después, a los 61 años. P I O N E R A S 91

REINA TORRES DE ARAÚZ 1932-1982

Primera latinoamericana becada por National Geographic Society; contribuyó a preservar la historia de Panamá.

En 1961, una empresa estadounidense demolió un edificio colonial llamado La Pólvora en una ciudad costera de Panamá para construir una carretera. Reina Torres de Araúz, antropóloga de 29 años, respondió indignada y se quejó con el presidente del país, Roberto Chiari. Y este la escuchó: Panamá creó la Comisión Nacional de Arqueología y Monumentos Históricos, y puso a Torres de Araúz a cargo de la conservación de sitios importantes. Para entonces, Torres de Araúz ya era una conocida antropóloga y defensora del patrimonio cultural. Fue seleccionada para formar parte de una expedición cuyo objetivo era identificar la mejor ruta para construir la carretera Panamericana, que cubriría el territorio entre Alaska y Chile. Dedicó su luna de miel a estudiar dicho tayecto durante la Expedición Trans-Darién, documentada por National Geographic. El equipo salió de Panamá a bordo de un Jeep y una Land Rover, y llegó a Colombia cuatro meses

después para completar el primer cruce motorizado desde el norte hasta el sur de América. Su influencia en Panamá está muy arraigada. Fundó el Centro de Investigación Arqueológica de la Universidad de Panamá y creó becas para animar a los alumnos a conducir investigación de campo, así como los departamentos de prehistoria, etnografía y antropología cultural panameñas. Fue directora del Museo Nacional de Panamá, tras lo cual contribuyó a la apertura de seis museos y una zona arqueológica. En 1971, Torres de Araúz fue la primera latinoamericana que recibió una beca de National Geographic, lo cual supuso fondos para catalogar artefactos de oro de la era precolombina. También popuso una ley que prohibiera el tráfico de dichos artefactos al extranjero. Torres de Araúz murió a los 49 años, en 1982, pero su legado sigue vivo en Panamá, donde un enorme museo nombrado en su honor exhibe 15 000 reliquias del pasado nacional.

En 1960, la antropóloga panameña Reina Torres de Araúz (abajo) formó parte del primer equipo que condujo de Norte a Sudamérica por el estrecho de Darién. AMADO ARAÚZ, CORTESÍA DE LA COLECCIÓN ARAÚZ

Para Electa Johnson (der.), toda una vida navegando equivale a un viaje de ida y vuelta a la Luna; aquí, retratada en el Nilo, a principio de los años sesenta. WINFIELD PARKS

Electa “Exy” Johnson 1909-2004

Le dio la vuelta al mundo siete veces, en compañía de su esposo Irving. “‘Me imagino que no muchas madres tienen una oportunidad como esta’, dijo Exy. Cocinaba el esperma de una ballena que nuestro hijo Arthur había pescado con arpón. Era la sexta vez que navegábamos por las islas Galápagos, en el curso de un viaje alrededor del mundo que duró 20 años a bordo del velero Yankee”.

Este momento, que figura en el borrador de un artículo escrito por Irving y Electa (o Exy) Johnson para National Geographic, en 1959, era un día cualquiera en el agua para la familia de navegantes. Para cuando plegaron las velas definitivamente, la pareja le había dado la vuelta al mundo siete veces, en dos naves llamadas Yankee. Para sus circunnavegaciones seguían una rutina: navegaban por el mundo 18 meses y después pasaban 18 en Estados Unidos. Otros viajes los llevaron a los Balcanes, a recorrer el Nilo y los canales de Europa, donde Exy aprovechó que hablaba varios

idiomas. Incluso participaron en la búsqueda de la aviadora Amelia Earhart, quien se extravió en el Pacífico Sur. La pareja escribió nueve artículos y numerosos libros, también grabaron tres películas para National Geographic durante sus más de 40 años en el mar. Irving murió en 1991 y, cuando Exy murió en 2004, a los 95 años, había navegado el equivalente a la distancia de un viaje de ida y vuelta a la Luna. Su legado sigue vivo en Los Ángeles, donde varios niños aprenden a trabajar en equipo y resolver problemas a bordo de dos veleros: Irving Johnson y Exy Johnson. P I O N E R A S 93

JOCELYN CRANE GRIFFIN

1909-1998

Asistió en una exploración a bordo de una batisfera; fue estudiosa de los cangrejos violinistas.

ELSE BOSTELMANN

1882-1961

Pintó la vida que se descubrió en el lecho marino.

GLORIA HOLLISTER ANABLE

1900-1988

Estableció un récord mundial: la mujer que alcanzó la mayor profundidad de inmersión.

En 1930, los exploradores submarinos William Beebe y Otis Barton se sumergieron en el océano Atlántico, cerca de las Bermudas, en una diminuta esfera de acero. En la superficie, un grupo de científicas se aseguró de que este nuevo y arriesgado aparato llamado batisfera funcionara a la perfección. Se trataba de la primera incursión seria en la exploración submarina tripulada y pronto llegó a las noticias internacionales. Desde la cubierta del barco, la asistente de laboratorio Jocelyn Crane Griffin ayudó a identificar la vida marina. Al teléfono, en contacto con la tripulación de la batisfera, Gloria Hollister Anable, técnica adjunta en jefe del Departamento de Investigación Tropical, hoy Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, que financió la misión. Esta conexión telefónica, por medio de un cable de la esfera al barco, era la única de Beebe con el mundo exterior. Anable transcribía las observaciones de Beebe mientras este observaba la vida del espacio abisal; le transmitía información relativa a la profundidad, el tiempo y las condiciones meteorológicas. Se entretuvieron mutuamente. Ella y Griffin se turnaron para abordar la batisfera. Cuando descendió 313 metros, Anable rompió el récord de inmersión femenil. Tras cada inmersión, los bocetos y las transcripciones de Beebe se enviaban a un laboratorio en las Bermudas, donde Else Bostelmann las transformaba en pinturas dramáticas. Acostumbraba ponerse una escafandra, amarraba sus brochas a una paleta de pinturas de aceite y se sumergía con su lienzo en el agua para pintar e inspirarse. Sus dibujos de una vida marina fantástica –peces con colmillos enormes, crustáceos

A un kilómetro bajo la superficie marina, William Beebe describió por teléfono lo que veía a Gloria Hollister Anable (arriba a la der., en la sede de la batisfera en las Bermudas). En la embarcación, Jocelyn Crane Griffin (al centro) ayudó a identificar la vida marina. Más tarde, Else Bostelmann (la más cercana a la puerta) realizó dibujos fantásticos (izq.) de las criaturas. JOHN TEE-VAN (ARRIBA); ELSE BOSTELMANN (IZQ., AMBAS)

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psicodélicos y un pez de piel negra nunca antes visto– dieron vida a la expedición en National Geographic. Beebe fue objeto de burlas por contratar a mujeres, pero le fue fiel a su equipo. Al término de la misión, Bostelmann siguió ilustrando para National Geographic y Anable dirigió una expedición científica a lo que hoy es Guyana. Más adelante, Griffin dirigió estaciones de investigación en el Caribe y asumió el cargo de directora del Departamento

de Investigación Tropical tras la muerte de Beebe, en 1962. En una entrevista en 1991 le preguntaron a la exploradora submarina Sylvia Earle qué la había inspirado para dedicarse a la oceanografía. Citó los relatos de Beebe: “Los acuarios del mundo, pese a que son maravillosos y diversos… no tienen las criaturas que Beebe describió durante su expedición en los años treinta. Y me pareció absolutamente inspirador”, respondió. P I O N E R A S 95

En los años treinta, la exploración submarina tripulada más arriesgada se realizó a bordo de un aparato de acero llamado batisfera. El equipo de esta serie de expediciones para estudiar la vida marina, el cual rompió récords, estuvo compuesto por Jocelyn Crane Griffin‚ Else Bostelmann y Gloria Hollister Anable (fotografiadas aquí). JOHN TEE-VAN

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P I O N E R A S 97

BARBARA WASHBURN 1914-2014

Fue la primera mujer en llegar a la cima del monte Denali; mapeó el Gran Cañón junto con su esposo Bradford Washburn.

“ N O M E I N Q U I E TA B A S E R L A PRIMERA MUJER EN UNA EXPEDICIÓN FORMAL EN ALASKA . LO ÚNICO QUE ME I M P O RTA B A E R A Q U E , C O M O LA ÚNICA MUJER, TENÍA QUE DA R E L A N C H O ”.

La segunda excursión de Barbara Washburn fue en 1941, a la cima del monte Hayes, de 4 154 metros de altitud. Seis años después llegó al paso Denali (izq.), cerca del punto más alto de América del Norte. BRADFORD WASHBURN (AMBAS)

La vida de Barbara Washburn en la cumbre de las montañas más altas del mundo comenzó en 1939, cuando su cartero le recomendó un trabajo. El puesto –como secretaria de Bradford Washburn, director del Museo de Historia Natural de Nueva Inglaterra– no le interesó. “No quiero trabajar en ese museo antiguo y aburrido. Y tampoco quiero trabajar para un alpinista chiflado”, recuerda haber pensado. Un año después, la joven –que nunca había acampado–, estaba de pie en la cima del monte Berta, en Alaska, a 3 094 metros de altitud. Y se había casado con ese alpinista. Un año después, la pareja y su equipo fueron los primeros en llegar a la cima del monte Hayes, de 4 154 metros de altitud. Barbara llevaba ropa de alpinismo para hombre, porque entonces no se fabricaba ropa para mujer. Al pasar por una cresta muy peligrosa, guió al equipo por ser la más ligera. En 1947, Barbara y Bradford dejaron a sus tres hijos en casa para escalar el monte McKinley (ahora Denali). Tras casi dos meses de travesía, Barbara llegó a la cima y se convirtió en la primera mujer en llegar al punto más alto de América del Norte. Bradford era cartógrafo y la pareja se embarcó en proyectos ambiciosos. En 1970 emplearon fotografía aérea, herramientas de medición por láser y un odómetro sobre ruedas para levantar un mapa del Gran Cañón para National Geographic. El proyecto requirió siete años de trabajo y casi 700 viajes en helicóptero. También levantaron un mapa de las montañas Blancas en Nuevo Hampshire y del monte Denali. En 1988, la pareja recibió el National Geographic Centennial Award junto con otros 15 exploradores, entre ellos Edmund Hillary, Jacques-Yves Cousteau y Mary y Richard Leakey. En su madurez, los Washburn siguieron solicitando fondos de National Geographic para diversos proyectos, como un estudio de la profundidad de la nieve en el monte Everest. Barbara murió en 2014, siete años después que su esposo y a dos meses de su centésimo cumpleaños. Aseguraba que nunca entendió por qué su sexo causó tanto interés; se describió más bien como “alpinista por accidente”. P I O N E R A S 99

Para probar la teoría radical de las placas tectónicas, los geólogos Marie Tharp y Bruce Heezen se apoyaron en minuciosa información de sonar del fondo oceánico. JOE COVELLO

Marie Tharp 1920-2006

Mapeó el lecho marino y propuso la hipótesis de las placas tectónicas. Gracias a la Segunda Guerra Mundial, Marie Tharp hizo un descubrimiento revolucionario. Los estudiantes estaban en combate. Tharp ya tenía licenciaturas en literatura inglesa y música, pero aprovechó la oportunidad para estudiar geología, una profesión que era hostil con las mujeres. Después, la Universidad de Columbia la contrató como asistente técnica y ahí conoció Bruce Heezen, con quien se embarcó en un proyecto radical: mapear el relieve oceánico. En ese entonces, las mujeres tenían prohibido trabajar en barcos de investigación científica, de modo que Heezen empleó 100

mediciones tomadas con sonar que recolectó en expediciones oceánicas, algunas de ellas con financiamiento de National Geographic. En una oficina ubicada en un sótano en Columbia, Tharp transformó la información y las mediciones de cientos de expediciones en mapas. Mientras elaboraba el primer mapa del océano Atlántico se percató de que por el lecho oceánico corría un valle, y concluyó que piezas de la corteza terrestre se estaban desplazando. Su hipótesis de las placas tectónicas era “casi una especie de herejía”, declaró Tharp más adelante. En un inició, Heezen no creyó en su hipótesis, se burló de su evidencia y la denominó “ideas de mujeres”. Pero las lecturas de sonar apoyaban sus conclusiones. Esta grieta en la Tierra convenció a la comunidad científica de que los continentes habían sido una masa continental que posteriormente se separó debido al movimiento tectónico.

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Con el apoyo de la marina estadounidense y National Geographic, el proyecto se mudó de Columbia al hogar de Tharp, en South Nyack, Nueva York. En 1977 se publicó, con el título de Relieve oceánico mundial, la primera representación del fondo de los océanos. Reveló un paisaje cubierto de cadenas volcánicas y picos con la altura del Everest, dividido por una dorsal de casi 65 000 kilómetros que se extiende a lo largo de la superficie terrestre. “Fue una oportunidad única en la vida, única en la historia del mundo, pero sobre todo, para una mujer en los años cuarenta”, escribió. El año en que se publicó el mapa, Tharp y Heezen ganaron la medalla Hubbard, la máxima distinción que otorga National Geographic a los logros de una vida en investigación, descubrimiento y exploración. Tras jubilarse de Columbia, Tharp creó un negocio de distribución de mapas. Murió en 2006.

BIRUTÉ GALDIKAS (1946-)

Una de las científicas del grupo Trimates [tres primatólogas], discípulas de Louis Leakey; se ha dedicado al estudio de los orangutanes desde los años setenta.

El paleoantropólogo Louis Leakey estaba convencido de que las mujeres eran más pacientes y perceptivas que los hombres, por lo que apoyó a tres jóvenes científicas para que vivieran entre los grandes simios. Con financiamiento de National Geographic, montó estaciones de investigación para que Jane Goodall estudiara a los chimpancés en Tanzania, Dian Fossey viviera con los gorilas de montaña en Ruanda y Biruté Galdikas observara orangutanes en las selvas de Borneo, en Indonesia. Las tres mujeres, a quienes se las apodó Trimates, realizaron investigaciones revolucionarias. Cuando Galdikas llegó por primera vez a la Reserva Natural de Tanjung Puting, en 1971, se creía que era difícil estudiar a los orangutanes. Deambulaban en zonas extensas entre las copas de los árboles. Pero, en breve, Galdikas los avistó en su estado natural e incluso se acercó para interactuar con ellos. Transformó su casa en “un hogar de transición” para los animales que liberaban del cautiverio y criaba a los huérfanos como a sus propios hijos, como lo relató en el texto de portada de una edición de 1975 de National Geographic. Galdikas realizó descubrimientos innovadores sobre los orangutanes en su entorno natural: reunió detalles sobre su alimentación, patrones de viaje y relaciones. Y lo más importante, señaló que la deforestación estaba acabando con su hábitat de forma acelerada. Casi 50 años después, Galdikas sigue estudiando orangutanes; su trabajo es uno de los estudios continuos de una sola especie más extensos que se hayan realizado.

El estudio que Biruté Galdikas ha conducido durante más de 50 años sobre los orangutanes en su entorno natural, en Indonesia, ha revelado sus vidas sociales y hábitos. RODNEY BRINDAMOUR

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Marion Stirling Pugh 1911-2001

Participó en expediciones que redefinieron los conocimientos sobre la historia de Mesoamérica.

En una fotografía que se tomó durante una expedición en Panamá, en 1948, Marion Stirling observa un collar elaborado con cerca de 800 dientes humanos que acaba de descubrir. Sin duda, su vida cambió a partir de 1931, cuando comenzó a trabajar en Washington, D. C. como secretaria de Matthew Stirling, director de la Oficina de Etnología Estadounidense del Instituto Smithsoniano.

Marion y Matthew se casaron unos años después, y ella comenzó a tomar clases de antropología y geología. En 1938, de viaje familiar en México, Matthew acudió a ver una escultura de piedra que se había descubierto hacía décadas. Se trataba de una gigantesca cabeza olmeca. Matthew consiguió financiamiento del Instituto Smithsoniano y de National Geographic para hacer una excavación en la zona. En el curso de más de una docena de expediciones al sur de México (Marion se perdió de una por dar a luz a su hija), la pareja reescribió la historia mesoamericana. Exhumaron cabezas de piedra y otros restos del antiguo imperio olmeca, lo que los llevó a concluir que se trató de la primera gran civilización de la región.

Marion supervisaba el campamento infestado de escorpiones, mientras limpiaba y catalogaba sus descubrimientos. Es coautora de distintos artículos con Matthew y, en 1939, estimó que un calendario tallado en un monumento olmeca databa del año 31 a. C., entonces la fecha más antigua de la que se tenía registro en el Nuevo Mundo. Posteriormente, los Stirling descubrieron jade precolombino en México, esferas de granito en Costa Rica y montículos construidos en yacimientos de aldeas panameñas. Marion fue presidenta de la Sociedad de Mujeres Geógrafas en dos ocasiones. En 1975 recibió la medalla de oro que otorga la Sociedad por sus contribuciones pioneras a la arqueología de México y Centroamérica.

Marion Stirling (izq.) y su esposo Matthew exhumaron piezas que reescribieron la historia mesoamericana durante sus expediciones en México entre los años treinta y cuarenta. Aquí aplica una capa de barniz a un cráneo para evitar que se desmorone. RICHARD H. STEWART

Anne Morrow Lindbergh y su esposo Charles (arriba), en camino a romper el récord de vuelo transcontinental, posan en un campo de aviación en California, en 1930. Los recién casados aterrizaron en Nueva York 14 horas, 23 minutos y 32 segundos después. BETTMANN/GETTY IMAGES

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ANNE MORROW LINDBERGH 1906-2001

Fue la primera mujer en Estados Unidos en obtener una licencia de piloto de planeador y la primera querecibió la medalla Hubbard que otorga National Geographic.

La primera cita de Anne Morrow con Charles Lindbergh fue en un avión: sobrevolaron Long Island en 1928. Su pretendiente acababa de realizar el primer viaje transatlántico sin escalas y se podría decir que era el hombre más famoso del mundo. Tres meses después de su boda, Anne realizó su primer viaje en solitario. En 1930 se convirtió en la primera mujer en Estados Unidos en obtener una licencia de piloto de planeador. Ese año, Charles y Anne volaron de Los Ángeles a Nueva York en 14 horas y 23 minutos, con lo que rompieron el récord de velocidad transcontinental. Anne fue copiloto, operadora de radio y navegadora, con siete meses de embarazo. Después volaron a Japón, donde Anne estableció un récord de radiocomunicación a larga distancia. Adquirió fama como aviadora y escritora, y en 1934 se convirtió en la primera mujer en recibir la medalla Hubbard que otorga National Geographic, en virtud de haber acumulado más de 64 000 kilómetros en sus vuelos.

Pero entonces la vida de la pareja se tornó sombría. En 1932 secuestraron y asesinaron a uno de sus hijos pequeños. Charles se enamoró de los avances tecnológicos de Alemania y aceptó una medalla del régimen nazi. Anne escribió un libro en favor del aislacionismo y afirmó que el fascismo era “el futuro”. En entrevistas posteriores y en sus diarios publicados, Anne se arrepintió de su postura, la cual, reconoció, era principalmente de su marido. “Mi matrimonio me ha cambiado el mundo de tal manera que no es posible volver a lo que fui antes”, escribió. En la escritura encontró la redención. En 1955 publicó Gift from the Sea, una reflexión en torno a las vidas de las mujeres, el cual se celebró como manifiesto feminista y fue un éxito de ventas. En 1979, cinco años tras la muerte de Charles, Anne fue incluida en el Salón de la Fama de la Aviación Nacional. Vivió 22 años más, editando y escribiendo en Connecticut. P I O N E R A S 103

DICKEY CHAPELLE 1919-1965

Fue una intrépida fotoperiodista de National Geographic que cubrió desde la Segunda Guerra Mundial hasta la guerra de Vietnam así como la primera corresponsal de guerra estadounidense en morir en combate.

No había suficiente potencia de fuego para apartar a Dickey Chapelle de la zona de guerra. En esta foto suya (abajo), tomada durante la guerra de Vietnam, el fuego expulsa a soldados del Vietcong de una cabaña en el delta del Mekong. Chapelle cubrió decenas de conflictos. Murió de las heridas que sufrió durante un patrullaje con los marines en Vietnam. GEORGE F. MOBLEY (ARRIBA); DICKEY CHAPELLE

En 1959, Dickey Chapelle se preparó para saltar de una torre. La corresponsal de guerra pionera acompañaba a la División 101 de las fuerzas aerotransportadas del ejército estadounidense en Kentucky y, a sus 40 años, se lanzó en paracaídas por primera vez en la vida. Estaba aterrada. Pero a Chapelle el miedo no le duraba mucho. Más tarde afirmó que saltar en paracaídas era una de “las experiencias más impresionantes posibles”. Para entonces, Chapelle ya había documentado decenas de conflictos, incluida la Segunda Guerra Mundial. Estuvo presa y en aislamiento durante el levantamiento húngaro y fue la primera periodista a quien acreditaron los rebeldes argelinos. Fidel Castro la describió como “la pequeña estadounidense, cortés pero con sangre de tigre en las venas”. Después de entrenar, se volvió la primera mujer de esa época autorizada para saltar junto con los paracaidistas militares en Vietnam. El nombre de soltera de Dickey Chapelle era Georgette Meyer, pero adoptó el de Dickey por su héroe y explorador del Ártico, el almirante Richard Byrd. Soñaba con ser piloto o ingeniera aeroespacial. A los 14 años vendió su primer artículo para la revista U. S. Air Services; a los 16 ingresó al Instituto Tecnológico de Massachusetts. Se casó con Tony Chapelle en 1940. La pareja comenzó a escribir y fotografiar artículos para National Geographic

en los cincuenta, pero, después de separarse, Dickey hizo ambas cosas. Se aventuró en zonas donde otros reporteros no se atrevían. Tituló su autobiografía What’s a Woman Doing Here? por una cantaleta que escuchó en numerosas ocasiones en el campo de batalla. “No queda ninguna duda” de que la guerra no es lugar para una mujer, declaró Chapelle en una entrevista. “La zona de guerra tampoco es para otra especie en la Tierra: el hombre”. En 1962, Chapelle se convirtió en la segunda mujer que recibió el Premio George Polk Memorial, la máxima distinción militar que otorga el Club de Periodistas de Estados Unidos en el Extranjero. Presenció los combates en Vietnam más tiempo que cualquier otro estadounidense: 17 operativos en total. Pero sus batallas terminaron ahí. El 4 de noviembre de 1965, Chapelle se encontraba en una misión con la marina cerca de la ciudad costera de Chu Lai. Alrededor de las 8 a.m., la unidad de patrullaje pisó una trampa que detonó una granada. La metralla le dio a Chapelle en el cuello. Fue la primera corresponsal estadounidense en morir en batalla. Años después, otros periodistas reportaron que las tropas de las fuerzas aerotransportadas vietnamitas recordaban con cariño a la mujer bajita y mal hablada que alguna vez saltó con ellos. P I O N E R A S 105

D

urante el primer siglo de National Geographic, las pocas exploradoras, fotógrafas y científicas en estas páginas eran casi todas blancas y estadounidenses o europeas. Hoy día, la comunidad de exploradores y colaboradores es igual de diversa que los lugares, la gente y las especies que estudian. Pero, incluso en 2020, muchas de ellas –Asha de Vos, la única bióloga de mamíferos marinos con un doctorado– son una rareza en su profesión. Estas son algunas de las exploradoras que representan a National Geographic y allanan el camino para otra generación de mujeres aventureras.

Jess Cramp (1979-)

Bióloga marina que contribuyó a crear uno de los santuarios para tiburones más grandes del mundo.

En las islas Cook, su hogar, Jess Cramp suele ser la única mujer a bordo cuando dirige una investigación en barcos pesqueros comerciales. Como bióloga marina que estudia los tiburones, debe ganarse el respeto de la tripulación para que su investigación tenga éxito. Le fue difícil encontrar mentoras en una profesión tan competitiva. Ayudó a crear uno de los santuarios para tiburones más grandes del mundo en el Pacífico Sur, pero aún escucha frases como “No pareces científica” con demasiada frecuencia. “No podemos responder las preguntas más difíciles del mundo conformándonos con el statu quo”, asegura.

Asha de Vos (1978-)

Pionera de la investigación de ballenas en el norte del océano Índico. Antes de ser la primera doctora en biología especializada en mamíferos marinos en Sri Lanka, Asha de Vos imaginaba “ir a donde nadie iría jamás”. Años después, ese sueño la hizo embarcarse por el norte del océano Índico, donde comenzó a 106

estudiar las ballenas azules. “Como mujeres, debemos trabajar mucho más que los hombres. Trabajar hasta que la gente deje de juzgarnos por nuestro sexo o antecedentes, sino por nuestra capacidad para dedicarnos a lo que hacemos”, comenta.

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

RAE WYNN-GRANT (1985-)

Estudia el conflicto entre los seres humanos y los carnívoros mayores. “Muchas veces, en los lugares que visito, la gente no me cree cuando me presento como la doctora Wynn-Grant”, dice Rae Wynn-Grant, la única ambientalista afroamericana especializada en grandes carnívoros y con un doctorado en Estados Unidos. Los programas de naturaleza en la televisión fueron su pasaporte a la conservación, a pesar de que los presentadores eran “muy distintos a mí: hombres mayores, blancos, británicos o australianos que parecían haber crecido en la naturaleza”. Con osos pardos en el Parque Nacional Yellowstone, leones en Kenia y Tanzania, y osos negros en la Gran Cuenca en Estados Unidos, estudia el conflicto entre humanos y carnívoros mayores. Se dedica a ello porque quiere contribuir a la conservación de un mundo “próspero, sano y equilibrado”.

EN EL SENTIDO DE LAS MANECILLAS, DESDE LA ESQUINA SUPERIOR IZQ., EN ESTA PÁGINA: ANDY MANN; TSALANI LASSITER; SPENCER LOWELL. P. OP.: ELIZABETH DALZIEL; JACKIE FAHERTY; IAN BALAM; THEODORA RICHTER

Ella Al-Shamahi (1983-)

Antropóloga que estudia a los neandertales en territorios inestables y en disputa.

Ella Al-Shamahi hace excavaciones para encontrar fósiles de neandertales en Irak, Yemen y otros países. La paleoantropóloga y comediante de stand-up puede responder con humor cuando la gente se sorprende de que una científica trabaje en zonas de conflicto, pero le preocupa que el desequilibrio de sexos en su carrera disuada a las niñas de estudiarla. “Soy consciente de que conformo una minoría. Soy consciente de que mi deber es representarla. A veces es una carga, pero es un honor cargar con ella”.

MUNAZZA ALAM (1994-)

Astrofísica en busca de planetas como la Tierra.

Evgenia Arbugaeva (1985-)

Fotógrafa que explora la vida en el Ártico ruso.

Un rollo de película en la clase de la preparatoria enganchó a Evgenia Arbugaeva, ahora una célebre documentalista del Ártico ruso. “Desde el primer momento identifiqué en la fotografía un potencial infinito para capturar y contar historias; la belleza de la inmersión total en el momento y, al

Liliana , Gutie rrez Mariscal (1976-)

Bióloga que empodera a las mujeres en las costas de México.

mismo tiempo, el control creativo”, cuenta. Arbugaeva pasa meses o años absorta en la vida de la tundra. Sus proyectos incluyen su ciudad natal en el Ártico. “En esta profesión me pregunto: ¿le he dedicado mi máximo esfuerzo? Procuro llegar a estar satisfecha con mi esfuerzo”, dice.

Munazza Alam está buscando al gemelo de la Tierra. Este planeta –quesería frío para que tuviera agua– es hipotético, pero la egresada del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian estudia la información recopilada con telescopios en espera de hallarlo. Alam se crio en Nueva York y el espacio no le interesaba mucho de niña. Pero, cuando era adolescente, observó la Vía Láctea por primera vez en un viaje escolar en el que visitó el Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Arizona. Ahora, las atmósferas de los exoplanetas son su fascinación académica. Titularse no fue fácil. “Lo común es ser la única mujer en un salón lleno de astrónomos. Como muchas veces soy mi peor crítica, debo trabajar muchísimo para demostrarme que soy capaz y que merezco dedicarme a la astronomía”.

Si una de nosotras lo logra, todas lo haremos. Este es un dicho común entre las mujeres de El Manglito, un pueblo pesquero en Baja California, México, donde trabaja la bióloga Liliana Gutiérrez. “Dentro de sus comunidades”, las mujeres “ven el panorama completo”, asegura

Gutiérrez. Contribuyó a fundar una organización que invierte en la restauración de las pesquerías en México y ahora trabaja con lideresas para proteger el mar y fortalecer los pueblos costeros. “Comprenden el vínculo entre los niños, la educación y la salud de los mares”, afirma. P I O N E R A S 107

INSTAGRAM

MICHAELA SKOVRANOVA

IMÁGENES DE NUESTROS FOTÓGRAFOS QUIÉN

Como fotoperiodista radicada en Australia, Skovranova se especializa en historias humanas y el medio ambiente. DÓNDE

Reserva acuática de la bahía Cabbage Tree, cerca de Sídney, Australia. QUÉ

Cámara Olympus E-M5 Mark II y un lente de 9-18 mm, dentro de una carcasa sumergible

Puede haber magia en fotografiar mujeres. Skovranova, quien colabora en la cuenta de Instagram @natgeo, afirma estar encantada con la combinación de fuerza, jugueteo y camaradería que ve en las mujeres; es una química que suele producir fotos cálidas e inspiradoras. Como fotógrafa ambientalista especializada en escenas subacuáticas y a quien le gusta el buceo libre (es decir, sin usar un aparato de respiración), Skovranova nadaba un día en la playa Shelly, en Sídney observó a un grupo de mujeres jóvenes zambullirse con alegría bajo las olas mientras reían y retozaban juntas. “Siento que este estímulo suave y jugueteo son una parte hermosa de la feminidad”, comenta.

Esta página presenta imágenes de las cuentas de National Geographic en Instagram. Somos la marca más popular en la plataforma, con más de 127 millones de seguidores; únete a ellos en instagram.com/natgeo e instagram.com/natgeolatam.

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

DE OFERTA IENTO LANZALIM BRO 1 Las histor as y los personajes más populares de La granja de Zenón se reúnen en una espléndida colección de libros y figuras, con una un caja coleccionadora y un play y a todo color.

¡20 ENTREGAS IMPERDIBL IMPERDIBLES! LES! COMPLETA LA COLECCIÓN TÍTULOS + FIGURAS Las picardías de Bartolito El cumpleaños de Zenón La vaca Lola tiene razón El mejor día de Percherón ¡Hay que llegar al baile! Una gallina no tan turuleca ¡Todo a su tiempo, Pepe! El equipo de Doña Pancha Cuidado con el lobo Beto El día de Bataraza

Tito, es hora de bañarse Miranda tiene un plan Mirón tiene una sorpresa El concierto de la rana Las aventuras del pollito Lito ¡Oh, mi tractor! La oveja quiere ser grande Gatita, ¿dónde estás? Las delicias de María ¡Hay que salvar el molino!

RTOLITO A B A R FIGU ADORA N O I C C E OL CAJA C 90

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