Arte Y Psicoterapia En Busca De.doc

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ARTE Y PSICOTERAPIA BÚSQUEDA DE UNA SÍNTESIS NECESARIA

Dionisio F. Zaldívar Pérez

INDICE Pág. PREFACIO.......................................................................

3

INTRODUCCIÓN .............................................................. 5 ARTE Y PSICOLOGIA ..................................................... 10 FUNCIONES DEL ARTE ................................................ 32 FUNCIONES Y OBJETIVOS DE LA PSICOTERAPIA

35

ARTE Y PSICOTERAPIA ................................................ 39

MODALIDADES PSICOTERAPEUTICAS QUE SE APOYAN EN MANIFESTACIONES EXPRESIVAS DEL ARTE........................................................................... 48 PSICODRAMA .................................................................

48

SOCIODRAMA ...............................................................

53

CINE DEBATE TERAPÉUTICO ..................................

55

MUSICOTERAPIA ........................................................

55

PSICOBALLET ...............................................................

62

BÚSQUEDA DE LA SÍNTESIS NECESARIA ......

67

BIBLIOGRAFÍA ............................................................

75

PREFACIO ¿Cuanto del arte hay en la Psicoterapia? , y ¿cuánto de terapia hay en el arte?, constituyen dos de las principales reflexiones a que este libro invita a sus lectores. El presente trabajo, aborda la relación Arte y Psicoterapia. Se analiza la creciente incorporación de manifestaciones artísticas al campo de la Psicología, en particular, en el área del psicodiagnóstico y de la psicoterapia. De manera particular se trata el problema de las llamadas terapias artísticas, de cómo

las posibilidades expresivas y comunicativas del arte y el proceso de creación en si mismo ofrecen posibilidades terapéuticas de gran valor. El uso de manifestaciones artísticas o del propio proceso de creación artística como terapia, no dispensa al empleador de la sensibilidad, conocimientos y rigor que se requiere para el ejercicio de la psicoterapia en general, y añade además nuevos requerimientos en relación con la familiarización con los elementos artísticos que se pretenden emplear. La terapia artística, no tiene por objetivo básico el desarrollo del talento artístico de sus participantes, sino más bien aprovechar el potencial creador que reside en cada ser humano, como vía de expresión catártica de situaciones conflictivas, acercamientos

como a

medio la

de

realidad,

exploración vía

de

de

nuevos

sublimación

y

reconceptualización, en fin como vía de expresión del propio ser, que libera los potenciales de crecimiento de cada sujeto.

En esta breve

obra, se recogen algunas de las principales

modalidades psicoterapéuticas que como el psicodrama, sociodrama,

cine

debate

terapéutico,

musicoterapia

y

psicoballet, se apoyan en diveras manifestaciones artísticas como vía principal de realización. Esperamos que la presente obra, sea de utilidad y del agrado de sus posibles lectores.

D. F. Z. P.

INTRODUCCIÓN Cierto autor nos habló de la necesidad que tenemos los seres humanos del arte, el hombre no puede vivir sin el arte. Consideramos el arte como conducta humana simbólica a través de la cual se expresan diversas vivencias vitales que muchas veces no se pueden transmitir a través del lenguaje corriente: la vida, los sentimientos, las emociones constituyen su sentido.

Merina (1973) ha planteado que el carácter simbólico del arte, se puede expresar de las cuatro maneras siguientes: 1. En su transmisión de significado directo, por ejemplo el mimetismo

en

ciertas

danzas,

el

carácter

de

representación en ciertas artes visuales, etc. 2. Como reflejo de emociones y significados, por ejemplo el simbolismo definido culturalmente que se expresa a través de los recursos inherentes a la propia estructura artística en cuestión. 3. Reflejo de ciertas conductas sociales, institucionales, políticas, etc. 4. Expresión de ciertos procesos profundos de la conducta y el pensamiento humano. De una forma u otra, el arte guarda siempre una relación con la realidad, es en cierta medida una interpretación de la realidad que permite o posibilita “dominar el caos de cosas” y extraer de la existencia un sentido más imperativo. El arte se ha estudiado no sólo a través de sus productos: música, teatro, danza, etc., sino también lo que para nosotros tiene mayor interés, a partir del comportamiento de los individuos que realizan ese producto, esto es, del proceso mismo de producción de la obra artística, del acto creativo. El acto de creación artística, desde tiempos remotos le ha servido al hombre como vía de expresión de sus sentimientos, preocupaciones, temores, esperanzas; pero sobre todo para indagar sobre la realidad e intentar comprender y dominar el

mundo

que

lo

circunda.

Así,

como

planteó

Vigotski,

mencionado por Mirimanov,: “El arte (….) surge al principio como una poderosísima arma en la lucha por la subsistencia y, por supuesto, no podemos siquiera permitirnos pensar que su papel se redujera a la comunicación del sentimiento y que no incluyera poder alguno sobre este sentimiento. Si el arte (….) sólo pudiera inspirarnos la alegria o la tristeza, jamás se habría conservado ni habría adquirido

la

importancia

que

debemos

reconocerle”

(Mirimanov, V.B. 1980). Inicialmente, a través del arte, el hombre expresa sus deseos de controlar la realidad., empleando analogía, recreando por ejemplo en las pinturas rupestres escenas de caza que representan las esperanzas de alcanzar resultados exitosos en la caza real: esto es expresado claramente por G. Childe en el siguiente pasaje: “El arte de las cavernas tenía un propósito mágico. La producción artística es, ante todo, un acto de creación. El artista escarba sobre el muro liso, y he aquí que surge un bisonte en donde antes no había nada. Para la lógica de la mentalidad pre científica, tal creación debería tener su correspondencia en el mundo exterior, la cual podía ser saboreada, del mismo modo que vista. La misma seguridad con que el artista dibujaba un bisonte vivo en la oscuridad de la caverna, así existiría un bisonte vivo en las estepas exteriores para que sus compañeros lo mataran y se lo comieran. Para asegurar el éxito, el artista dibujaba algunas veces (aunque no con frecuencia) a su bisonte traspasado por

una saeta, tal como deseaba verlo en la realidad” (Childe.G, 1967). Esta presencia del arte en la lucha por la existencia, ha sido señalada por varios autores. (A. Hauser, 1969) quienes se han detenido en algunas de sus mediaciones, como por ejemplo su papel como instrumento de la magia, medio para asegurar el éxito de la caza, instrumento del culto animista dirigido a comunicarse e influir sobre los malos y buenos espíritus. Sus transformaciones también han sido tenidas en cuenta: y así se le ve en su función de medio de glorificación de los dioses y sus representantes terrenales y finalmente en su vínculo con determinados intereses de grupos o de clases sociales. Por otra parte, muchas de las actividades laborales de los hombres se encontraban acompañadas de cantos que eran entonados por los mismos para imprimir a la actividad determinado ritmo y mejor coordinar, de esta manera, los esfuerzos comunes para el logro de sus objetivos. El canto también fue utilizado por los hombres en sus intentos por comunicarse con los dioses, así si indagamos, por ejemplo, en las tradiciones de nuestro pueblo, siguiendo a A. León nos encontramos con que: En Cuba, se ha conservado el papel colectivizado que tiene la expresión cantada y su acompañamiento con tambores. Dentro del conjunto de las prácticas rituales de procedencia africana, la música no es distracción ni diversión, sino acción y versión de situaciones que se repiten una y otra vez. No es música para desviar,

sino

para aviar a la gente por determinadas

situaciones que se reproducen en el rito.

Profundizando sobre el carácter de esos cantos, el autor nos dice: “Las ceremonias en que siempre interviene la música son las de conmemoración, las de iniciación, las de ofrenda en pago de algún servicio prestado eficientemente por la divinidad, y las mortuorias. Aparte de los cantos que en las ceremonias de iniciación acompañan cada acto ritual, y los de funeral el resto del repertorio comprende dos grandes grupos: en uno están los cantos invocatorios; en otro están los cantos cuyo único propósito es proporcionar un rato de diversión con las divinidades (León.A 1981). En estos rituales “comunicativos las divinidades, además del canto estas intenciones estaban acompañadas también por distintos tipo de bailes y danzas y sonidos musicales producidos por diversos instrumentos de percusión y otros. Volviendo a las tradiciones de nuestro país y retornando a los trabajos de A. León obtenemos información en cuanto a que: “Los instrumentos musicales de función más ritual son los tambores batá, sustituidos a veces por cajones, sin la sacralidad de aquellos , después los abwes, llamados también chekerés o güiro y los tambores de bembé. En el complejo cultural yoruba están los llamados tambores iyesá y otros tambores de olokum, otros reservados a ciertas fiestas para Changó, o un tambor gudugudú que todavía se hace tocar en una población de la provincia de Matanzas”. Y prosigue el autor en su referencia temática:

“A estos instrumentos hay que

añadir una extensa variedad de sonajas aggogo (campanillas) o atcheré

(endo-percutientes

del

tipo

maraca)

y

pitos,

zumbadores y percutidores que tienen funciones rituales específicas de acuerdo con sus sonidos, formas y colores” (León.A 2981). En sus obras artísticas, el hombre también trata de reproducir objetos, seres y situaciones que han atraído su atención, algunas veces se trata de una reproducción fiel, en otras la obra es enriquecida por la imaginación del creador que añade facetas nuevas, distintas del modelo en cuestión. A medida que el hombre deja de ser dependiente de la naturaleza, que logra un mayor control sobre su existencia, la obra artística deja de tener cada vez más un fin utilitario y va cobrando un mayor valor la experiencia en si misma, el disfrute de lo bello que permite una nueva forma de conocimiento. Así para algunos autores como Acevez: “La experiencia estética es una experiencia revolucionaria: Otorga el poder contemplador, en contra de los esquemas sociales, culturales y educativos que cotidianamente lo niegan. La experiencia estética es una experiencia revolucionaria: Otorga el poder contemplador, en contra de los esquemas sociales, culturales y educativos que cotidianamente lo niegan. La experiencia estética es un modo de conocimiento: nos da acceso a un aspecto de la realidad que no es aprehensible por otros medios. Abre el abanico de la percepción de un modo similar al de las drogas o las sustancias alucinógenas. En este sentido la experiencia estética también produce adicción, pero sin riesgos para el organismo”.

Pero este conocimiento como bien señala Acevez, no queda sólo en el conocimiento de la realidad externa al sujeto, sino que también se extiende al propio individuo: “La experiencia estética es una puerta para el propio conocimiento, es un espejo profundo que entra en “sintonía” con el contemplador y le permite preguntarse a fondo sobre si mismo. Es una experiencia de totalidad en la que participan los sentidos y la razón, el pensamiento, la intuición y los sentimientos, es un acto único” (Acevez,L, 1993). Vemos como el arte, vinculado desde sus inicios con las formas culturales existentes: mitología, religión, actividad vital de los hombres, ayudó a estos

a enfrentar su existencia y constituyó

fuente de observación, análisis y propuesta de soluciones (a veces mágicas) a situaciones conflictivas. El arte permitió también, el tratamiento y alivio de estados emocionales perturbadores en los sujetos, facilitando su descarga. O catarsis (purga o liberación), término que asociado al teatro era utilizado por los antiguos griegos (catarsis) y que Freud retoma e introduce como concepto explicativo de los efectos terapéuticos obtenidos mediante la utilización del llamado método catártico que empleó conjuntamente con Breuer.

ARTE Y PSICOLOGIA

Posiblemente, uno de los primeros intentos de la obra artística e interpretación del arte, de la obra artística desde el punto de vista psicológico, aparece vinculado con la obra de S. Freud, 1936).

El psicoanálisis nos ofrece, para el análisis de las obras artísticas y los motivos de sus autores (el Hamlet de Shakespeare, la pintura de Davinci por ejemplo) sus métodos psicológicos para lograr esta comprensión. Freud equipara al neurótico con el artista en el sentido de que ambos han perdido la realidad, tanto el neurótico como el artista han fracasado en sus intentos de adaptarse a la realidad social que para ambos

resulta

una

situación

conflictiva,

problemática

y

perturbadora; por lo que el primero huyendo de esta realidad se refugia en la enfermedad (neurosis), y el segundo en la irrealidad del arte. A diferencia del neurótico, el artista huye de la idealidad de forma temporal, se mantiene vinculado a la misma y trata de modificarla a través de su obra; el neurótico simplemente ignora la realidad. Hauser (1969) en relación con lo anterior detalla: ”En el artista no puede hablarse, de ninguna manera de una pérdida total del sentido de la realidad. Esta pérdida sólo se da en los enfermos mentales. La pérdida del sentido de la realidad por parte del artista es también menos radical que la del neurótico; su relación con los hechos de la existencia continúa siendo una lucha dialéctica, es decir, un proceso que se mueve entre la aceptación y

repulsa, conservación y destrucción, copia y desfiguración, una relación, en suma, en la que chocan constantemente dos actitudes contrapuestas” (pág. 75). La afirmación psicoanalítica de que toda obra artística es la expresión de la perturbación de las relaciones de su creador con la Realidad, nos parece una exageración, sobre todo cuando como hemos señalado, en páginas anteriores, el arte cumple diversas funciones algunas de las cuales se vinculan a fines utilitarios (propiciar el éxito en la caza, evocar a los dioses, etc. Freud, trató de establecer ciertas relaciones ente las producciones artísticas y la vida anímica inconsciente, instintiva, sobre todo con los impulsos libidinales del artista. Teniendo en cuenta que estos impulsos resultan socialmente inaceptables, se ha de buscar alguna vía aceptable para su expresión, y he aquí que Freud nos habla del mecanismo de sublimación, que en este caso se expresa a través de la obra artística, como un medio de satisfacción de estas necesidades instintivas. La sublimación mecanismo explicativo principal del acto de creación artística, según el psicoanálisis, es un proceso mediante el cual se despoja el impulso instintivo (agresión, erotismo y otras tendencias inaceptables) de sus cualidades negativas, desde lo social, conservándose su capacidad para producir placer, o sea para satisfacer el impulso en cuestión. Estos impulsos instintivos que están en la base de la creación artística y partiendo de la posición psicoanalítica de que los mismos

resultan inaceptables para la conciencia, deben ser desviados, apartados de la misma. Además del mecanismo de sublimación, para la desviación de los impulsos instintivos de sus objetivos, existe otro mecanismo que cumple idéntico fin: la simbolización. La simbolización, según el psicoanálisis, es el lenguaje a través del cual se expresan los contenidos del inconsciente, disfrazando, ocultando determinados rasgos y poniendo al descubierto otros que aparentemente no guardan ninguna relación directa con el impulso en cuestión. Así en las obras artísticas, según Freud, existe una gran presencia de símbolos que representan los motivos libidinosos e inconscientes de los autores. Si bien el psicoanálisis ha contribuido con su metodología a la indagación sobre los aspectos psicológicos del simbolismo en el arte, estamos de acuerdo con aquellos autores que consideran una generalización exagerada el considerar todo arte como simbólico, y todo símbolo como libidinoso. Hauser (pág. 68) apunta sobre el particular: “El arte es, en realidad o bien representación directa, propaganda mediata o inmediata, o bien representación formal, la cual puede tener un sentido simbólico, pero no es absolutamente necesario que lo tenga. El ámbito de una teoría del arte que sólo y exclusivamente tiene en cuenta la expresión indirecta de instintos agresivos o sexuales reprimidos, es de por si muy restringida.

Sin embargo, es innegable que el psicoanálisis llamó la atención sobre el hecho de que toda obra artística es tanto expresión de motivos conscientes como de motivos inconscientes, y de lo que se trata en nuestra opinión, es de precisar en cada cado la relevancia y significación que un motivo como el complejo de Edipo o el temor a la castración pueda tener, como elemento explicativo de una obra artística particular, evitando la generalización descontextualizada. Además de la sublimación y del simbolismo, el psicoanálisis confiere una tercera finalidad al arte, esta es su carácter compensador. Freud veía las posibilidades compensadoras que ofrece el arte, lo compara con el sueño y lo ve como una especie de sueño en estado de vigilia que tiene entre sus funciones la realización de deseos compensatorios de las dolencias humanas. Hauser, 1969, Pág. 85, que al referirse a esta función del arte, consideró que esto no es tan simple, ya que según el autor la complejidad de la vivencia artística es tal que no podemos referirnos al goce artístico solamente como una simple compensación o como calmante; sin embargo reconoce que debido a sus características este tiene la propiedad de traer calma y tranquilidad al alma humana, aún cuando a veces la vivencia artística puede hacer más profunda la conciencia del dolor: “Prescindiendo de los efectos fáciles por los que el arte embellece la vida al velar sus problemas o al presentárnoslo menos difíciles de lo que en realidad son, el arte dispone de una serie de medios capaces de

reconciliarnos

con

la

existencia,

aunque

sólo

sea

transitoriamente. El arte tranquiliza ya, aunque sólo sea por que

presta sentido y fin al caos que amenaza con devorarnos. El arte pone la crueldad de la vida en conexión con un orden universal, liberándola así de su apariencia y capricho, y quebrando, a la vez, el dado que parecía estar dirigido contra nosotros. Por la mera representación, el arte mitiga la consideración objetiva y atenta de las cosas que en la vida se nos ofrecen azorantes, atormentadoras y, a veces insoportables. En ocasiones, logra convencernos de que nuestro sufrimiento es una especie de tributo que tenemos que pagar por el hecho de existir (….) sería erróneo hablar de un efecto narcotizante del arte, ya que precisamente muchas de las mayores obras artísticas nos hacen más profunda, al contrario, la conciencia del sufrimiento”. La conceptualización que hace el psicoanálisis del arte como medio de sublimación, simbolización y compensación, si bien nos pueden parecer limitados y exagerados, en el fondo aportan algo muy importante para la comprensión del proceso de creación artística: y es lo relacionado con el aporte sobre la dinámica de los procesos anímicos (tanto de los conscientes como de los inconscientes) y su papel en dicho proceso. Otros de los acercamientos psicológicos a la problemática del arte, es el del psicólogo ruso de orientación marxista L.S. Vigostki, el cual se interesó, particularmente, por el estudio de los mecanismos de acción del arte (Vigostki, 1972). Sólo abordaremos aquí, algunos aspectos vinculados con el objetivo de este trabajo (arte y psicoterapia).

Vigostki ve en primer lugar, al arte como medio de socialización de los sentimientos y emociones. El arte se concibe en tanto que instrumento social que serviría al hombre como vía para el desarrollo de sus sentimientos y emociones superiores, en tanto que el arte como instrumento simbólico contribuye al igual que otros, por ejemplo el lenguaje, el desarrollo de los procesos psicológicos superiores. El arte al igual que el lenguaje, no solamente tiene la capacidad de inducir imágenes y reacciones afectivas, sino también la de transmitir conocimientos a través de la vivencia en las personas receptoras. Vigotski presta atención no solamente a los aspectos de contenido de la obra artística, sino también a los aspectos formales que igualmente tiene la capacidad de producir determinadas reacciones emocionales. Así, según nos refieren Paez y Adrián (1993, pág. 80): “Para Vigostki el arte es un sistema de procedimientos formales, que inducen una emoción que transciende más allá del propio sentimiento pasivo de la misma, influyendo psicológicamente en el sujeto que la vivencia”. Si bien Vigostky, critica el énfasis del psicoanálisis en cuanto a la explicación del arte como producto de la proyección y expresión de sentimientos y emociones reprimidas, reconoce la posibilidad de referirnos a los procesos inconscientes para lograr

ciertas

explicaciones, así reconoce algunas similitudes entre arte y sueño, el carácter compensador que a veces pueden tener ciertos procesos

creativos, etc. Sobre el particular nos hablan Páex y Andrían (pág. 81) en su obra: “Retomando a Rank y Sachs, Vigotski plantea como típico del arte, la vivencia placentera de sentimientos negativos, como el miedo en la novela o cine de aventuras y de terror. El arte, como el ensueño, se caracteriza por representar con placer situaciones que en la realidad serían muy dolorosas (similar a la idea aristotélica); de puede presentar como ejemplo la complacencia mórbida con la que muchos sujetos imaginan estar muertos y las reacciones de duelo y de estima retrospectiva que este hecho desata en sus amigos y familiares más próximos. Las fantasías, como las obras de arte, se caracterizarían, además, por ser la realización de un deseo, la realización de una realidad insatisfactoria”. Vigotski, por otra parte, reconoce también la función catártica que cumple el arte a través de la intersección de opuestos; así a partir de los resultados obtenidos en las investigaciones por él realizadas sobre obras como Hamlet de Shakespeare, arriba a las siguientes conclusiones: “Las investigaciones anteriores nos han llevado a la conclusión de que toda

la obra de arte fábula, novela, tragedia, encierra

forzosamente

una

contradicción

afectiva,

suscita

serie

de

sentimientos opuestos unos a los otros, provoca su corto circuito y destrucción. Esto puede considerarse el verdadero efecto de la obra, de arte, con lo cual nos acercamos de lleno al concepto de catarsis que para Aristóteles, constituye la base de su interpretación de la tragedia y

que citó reiteradamente al referirse a otros géneros de arte” (Vigotski, 1972, pág.262). Desde la perspectiva del arte como instrumento terapéutico, tanto el llamado de atención de Freud en cuanto a la importancia de la consideración de los procesos anímicos inconscientes, con las salvedades apuntadas, y la relación establecida por Vigotski entre arte y emoción, ambos desarrollos revisten a nuestro juicio, aportes de consideración para el desarrollo de las terapias artísticas. En cuanto a las relaciones arte y psicología se han llevado a cabo algunas investigaciones en nuestro paìs. Resaltando los trabajos realizados por M.Sorin y L. Montesino (Sorín, 1988; Montesino, 1990) en cuanto al papel del arte en el desarrollo de actitudes sociales, la vivencia estética en el científico, el proceso de creación en el artista plástico e intereses cognoscitivos hacia la música. También se ha abordado la relación arte y psicoterapia (Zaldívar, 1995). Desde una perspectiva más práctica, nos interesa ahora reflejar como desde principios del presente siglo, y cada vez con mayor presencia y sistematización, resulta notoria la presencia de manifestaciones artísticas

en el campo de la psicología y en

particular en las áreas del psicodiagnostico y en la psicoterapia, como importantes instrumentos para el diagnóstico y tratamiento de diversas dificultades y trastornos de la personalidad. Uno de los pioneros en la utilización de elementos artísticos en el psicodiagnóstico fue el suizo Hernann Rorschach, que de manera genial supo combinar armoniosamente la orientación pictórica con

la sicopatología y nos ofreció con el test de manchas de tinta que lleva su nombre, uno de los instrumentos más utilizados en el mundo para el diagnóstico de la dinámica de la personalidad. El test de Rorschach consta de 10 láminas simétricas con predominio de tonos claro-oscuro de la 1 a la 7) con algunos detalles en rojos brillantes (láminas 2 y 3) y el empleo de colores variados (láminas 8 a la 10) y sin una configuración determinada. El procedimiento seguido por el autor para la obtención de las láminas fue el siguiente: “sobre una hoja de papel déjase caer algunas gotas de tinta que al plegarla en dos, se extienden entre ambas mitades de la hoja. Más no todos los manchones así obtenidos son utilizables.- Precisan reunir determinadas condiciones. En primer lugar, deben ser relativamente simples, pues las formas

complicadas dificultan

sobremanera el cómputo de los factores que intervienen en la experiencia. La distribución de las manchas en la superficie de la lámina ha de cumplir además ciertos requisitos de composición o ritmo espacial, pues de lo contrario las láminas estarán desprovistas de plasticidad, con la consecuncia de que muchos sujetos rechazarían las figuras como “simples manchas de tinta”, sin atinar a interpretarlas” (Rorschach.H, 1967). El test de Rorschach que vio la luz y fue perfeccionado póstumamente a la desaparición física de su creador (trabajaron en el perfeccionamiento del test, autores como: Klopfer, Beck, Beizmann-Halpein, entre otros)

ha encontrado su campo de

aplicación en: Psicopatología (dinámica de la personalidad, ayuda al

diagnóstico

nosográfico

de

la

esquizofrenia,

neurosis,

etc.)

psicología del trabajo (selección de personal) orientación escolar (factores

que

bloquean

el

rendimiento

académico),

estudios

interculturales entre otros y brinda valiosas informaciones en cuanto a: Nivel intelectual, determinantes patológicos (esquizofrenia, etc.), flexibilidad

de

la

inteligencia,

carácter

metodológico

del

pensamiento, control de la realidad, fortaleza del yo, entre otros factores. Estimulados por el trabajo de Rorschach, se han desarrolladoi algunos otros test en la misma dirección. El test Z de Zulliger consta de 3 láminas) y el test de Holtzman (consta de 45 láminas); que sin brindar la profundidad de análisis que permite el Rorschach simplifica extraordinariamente, al decir de sus autores, el proceso de aplicación e interpretación. En nuestro país, el test de Rorschach, se ha utilizado además de sus objetivos diagnósticos, con objetivos investigativos, asi se han emprendido, entre otros, diversos estudios: exploración de las posibilidades del Rorschach para el diagnóstico de trastornos orgánicocerebrales (Cunill, Guma, Duque de Estrada y Morales, 1990); en niños con disfunción cerebral mínima y trastornos del lenguaje (Martin, 1974; Dujaric, 1974) y también se han emprendido estudios de normalización de dicha prueba (de la Cuesta y Morales, 1990). El test de Apercepción Temática, conocido corrientemente como T.A.T. y que en la clínica psicológica se utiliza en gran medida en combinación y complemento del Rorschach, es otro de los

instrumentos utilizados para el estudio de la personalidad. El T.A.T., según su autor: “Es un método destinado para revelar a un intérprete entrenado, aspectos fundamentales de la personalidad: Impulsos, emociones, sentimientos, complejos y conflictos. Su valor particular reside en poner en evidencia las tendencias fundamentales rechazadas, que el sujeto o enfermo se niega a reconocer , o es incapaz de admitir porque ellas son inconscientes” (Murray H. 1950). El TAT, se compone de 20 láminas, 19 que presentan escenas con personajes en situaciones que tienen carácter indefinido, las mismas están impresas en blanco y negro; y una lámina en blanco, sin ningún dibujo o situación. Al aplicar el test se le presentan las láminas al sujeto y se le solicita que componga una historia sobre cada una de las mismas, tratando de exponer la situación que se presenta, causas que conducen a la misma, posición de los personajes, lo que estos piensan y –sienten y el desenlace final que devendrá. En relación con la lámina en blanco, se le pide al sujeto que imagine alguna pintura o situación en ella y que elabore una historia al respecto. Al igual que en el caso del Rorschach, del TAT se han realizado diversas adaptaciones, por ejemplo la realizada por Mc Clelland y colaboradores para investigar los motivos del rendimiento laboral, así como otras variantes para realizar estudios en diferentes culturas. También se han trabajado versiones para niños y adolescentes entre las que se encuentran:

“El test de cuadro-relato para adolescentes, de Symonds, el Children’s Appercetions test (test de percepción para niños) CAT, y el test de Cuadros Michigan. En el test de Symonds los cuadros del TAT fueron remplazados por dibujos que respresentaban situaciones de intereses para adolescentes, retratando la mayoría de las láminas a chicos

y chicas de 14 a 18 años. El CAT emplea láminas de

animales en lugar de personas, pero estas adoptan posiciones y situaciones típicamente humanas. El test de Cuadros, de Michigan consta de 16 láminas parecidas a las del

TAT, que representan

conflictos intrafamiliares, sentimientos de inadecuación personal y otros problemas emocionales. Por otra parte, para la investigación del desarrollo psicosexual se desarrolló un material en diez tarjetas con dibujos semejantes a los de las películas animadas y que cuentan las aventuras de un perro llamado Blacky” (Anastasi A, 1970). En Cuba, también se han desarrollado algunos instrumentos en la línea

del

TAT,

aunque

partiendo

de

posiciones

teóricas

y

metodológicas diferentes, tal es el caso del PIR (Prueba de Información Reveladora) que fue desarrollada por profesores de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana (Guevara, J.J., Cols. 1986). El test consta de 14 láminas (11 para cada sexo y 4 opcionales) que en su versión original a solicitud de los autores, fueron proyectadas y dibujadas por el fallecido Prof. Ernesto González Puig, quien por otra parte fue también un notable y reconocido pintor cubano. A través de las historias que el sujeto va construyendo a partir de las láminas presentadas, se obtiene información sobre aspectos tales como: área familiar, social, laboral, amorosa, escolar y personal.

El objetivo principal que se sigue con la prueba, es el de obtener informaciones relevantes sobre el individuo y el sistema de relaciones en que se encuentra inmerso En los test que hemos mencionado, el sujeto al acercarse al o a los estímulos presentados, en estos casos representaciones como manchas de tintas, dibujos de personajes y situaciones diversas, y como respuesta a la tarea que se le solicita: la interpretación de la lámina, del sentido o significado de la situación presentada en las mismas, este ha de hacer uso de sus facultades asociativas y poner en juego factores tales como el pensamiento conceptual, la emocionalidad, en definitiva sus facultades creativas que nos recuerdan el contacto del hombre con la obra artística, ya sea como creador o crítico de la misma, momento este último, en donde el sujeto se convierte en un co-creaor pues un acercamiento tal a una obra artística, -¿podemos negar que, en todo caso, las manchas de tinta de Rorschach, las láminas del TAT y similares, constituyen y pueden ser consideradas también en su carácter de obra artística?-, implica necesariamente un proceso activo y creador, una recreación de la obra en la cual el espectador se convierte en un co-creador. Esta idea queda, a nuestro juicio, claramente expresada en la siguiente reflexión: “Las obras de arte surgidas de la realidad se someten a una recreación, a una co-creación al ser observadas y estudiadas por el público. El movimiento y la rítmica definición de formas que aspiró alcanzar un arquitecto en la fachada de una edificación, se revive creadoramente en la aguda observación realizada por espectadores

sensibles. El fruto de su labor artística no cesa nunca, solo inicia un proceso ininterrumpido en el cual a la obra se le adjudican nuevas interpretaciones y significados que varían el sentido inicial que pudo poseer” (Cabrera R. 1978) Al abordar la temática arte y psicología tal vez el mayor énfasis se puede poner en el empleo de los métodos expresivos que como el dibujo, la pintura dactilar y algunas actividades recreativas como los títeres y el empleo de juguetes, tienen una relativa larga historia de empleo en el psicodiagnóstico y también en algunas acciones psicoterapéuticas. En cuanto al empleo del dibujo, si bien este se ha empleado sobre todo, como técnica proyectiva para el estudio de la personalidad, igualmente se ha utilizado para el diagnóstico del desarrollo infantil y en especial para el diagnóstico del nivel intelectual, tal es el caso del test “dibuja un hombre” de Goodenough. En la dirección proyectiva dirigida al diagnóstico de los trastornos de personalidad, los tests más empleados son: “dibuja una persona” de K. Machover y el http (house, tree, person) de Buck: en el primer al individuo se le provee de hoja de papel y lápiz y se le da la consigna de pintar una persona, el examinador

va registrando todo comentario

realizado por el sujeto, así como el orden y secuencia del dibujo, al concluir se le solicita que haga un dibujo de una persona del sexo opuesto a la primera que dibujó y finalmente se le pide que cree una historia sobre los personajes, se le puede ayudar a la creación de la historia realizándose algunas preguntas sobre: edad, profesión y otros datos de los personajes en cuestión.

En el HTP la consigna es “dibuja una casa lo mejor que puedas”, esta consigna se repite con los otros dos elementos, o sea el árbol y la persona. Al igual que con el Machover, se tiene en cuenta tanto el estilo o método seguido por el sujeto como el producto del acto creativo; la interpretación se realiza a partir del simbolismo que, según estimó el autor de la técnica, aparece asociada a los elementos en cuestión, así por ejemplo la casa debe provocar asociaciones referentes al hogar del sujeto, de su familia, el árbol se asocia con el papel que el individuo desarrolla en la vida y su aptitud para obtener satisfacción de su medio en general, y la persona provoca

asociaciones

referentes

al

tipo

de

relaciones

interpersonales que el sujeto mantiene. En nuestro medio, se ha utilizado el dibujo y la pintura como medio diagnóstico en pacientes esquizofrénicos, y en otros trastornos: algunas de las principales experiencias en esta dirección aparecen recogidas en un trabajo publicado por el prof. Armando Alonso (Alonso, 1988). El Dr. R., Valdés Marín ha sido pionero en nuestro país, en la utilización del dibujo infantil como medio de estudio de las características del desarrollo psicológico infantil, ha estudiado fenómenos como el antropomorfismo, la estereotipia, expresión patológica, etc. en la expresión gráfica de niños en diversas etapas de su desarrollo (Valdés y Valdés, 1974; Valdés, 1983; Valdés, 1985). Uno de los trabajos más valiosos sobre la

utilización de la

expresión gráfica y el dibujo libre infantil con fines psicodiagnóstico y como medio de facilitar la comunicación con los niños; lo

constituye sin dudas la tesis elaborada por Aurora García Para optar por el grado científico de Doctora en Ciencias Psicológicas, titulada: Indicadores para el estudio del dibujo libre infantil (García, 1995).En esta obra, la autora además de ofrecernos una valiosa información sobre los antecedentes de la utilización de la expresión gráfica como técnica diagnóstica y psicoterapéutica; y sobre el desarrollo psicográfico infantil desde las diferentes visiones que han sido estudiadas por diversos autores, nos deja sistematizada su experiencia de más de 15 años de trabajo sobre la temática en cuestión, presentando distintos indicadores que posibilitan un estudio de las producciones gráficas infantiles, a partir de las cuales se evalúa el desarrollo psicográfico, sus desviaciones, así como su significación en cuanto a posibles afectaciones. El test de dibujo de la figura humana de Goodenough, se ha investigado poco (Pino, Alea, 1975). El Machover sin embargo, ha sido objeto de una utilización sistemática en nuestro medio, tanto para el diagnóstico utilizando sus posibilidades como técnica proyectiva

y

como

vía

para

la

investigación

de

diversas

problemáticas, tanto en la población infantil, como en población adulta; algunas de estas han sido: indicadores para el diagnóstico del síndrome de disfunción cerebral mínima (Martín, 1974); se han estudiado también sus posibilidades como instrumento para detectar

diferentes

características

de

personalidad

en

esquizofrénicos, neuróticos y otros trastornos psicopatológicos (Calvo y Col. 1975; Morejón y Col, 1975; Alvisa y Col, 1981). Una forma creativa de utilización del dibujo, nos la ofrece A.R. Luria con el método propuesto por él para la investigación de la memoria

y el carácter de las asociaciones de los individuos nombrado Pictograma. Para la realización de la prueba, es necesario tener preparado de antemano un listado de 12-16 palabras y expresiones para el recuerdo, por ej: fiesta-alegre; comida-sabrosa; noche-oscura, etc. La prueba consiste en que se le presentan al sujeto estas palabras y él debe dibujar algo en relación con la palabra en cuestión, de modo que se le facilite el recuerdo. Se aclara que la calidad del dibujo no tiene importancia, se puede dibujar lo que sea y como sea, lo importantes es que el dibujo le pueda ayudar a recordar la palabra. Al cabo de una hora después de la realización de la tarea, se comprueba el recuerdo haciendo que el sujeto a través de los dibujos recuerde las palabras. En nuestro paìs, el Pictograma ha sido utilizado por varios investigadores, destacándose los trabajos y artículos de la licenciada Nereida Calvo Montalvo, la cual ha utilizado dicha prueba para estudiar la función simbólica y generalizadora de la palabra, el contenido de las asociaciones y la capacidad de evocación, en sujetos esquizofrénicos y sujetos sanos (Calvo y Col, 1974). La autora también ha explorado las posibilidades

que ofrece el

Pictograma como prueba proyectiva (Calvo, 1975), para estudiar aspectos concretos y específicos de la personalidad de los sujetos; al respecto calvo señala (1975):

“(….) tras la representación de un objetivo o vivencia se encierra una rica y multifacética experiencia, bien agradable, bien desagradable, relacionada con algo que se fue sedimentando con el tiempo. Es bueno recordar que la imagen de la representación es el resultado del complejo trabajo-analítico del cerebro, que en el investigado se revela a través del pictograma en el análisis de la capacidad simbólica o generalizadora de la palabra (3), determinando el nivel de abstracción o conciencia del individuo; mientras que por otra parte, al ofrecérsele la palabra-estímulo al investigado, éste tropieza con una situación en la que hay eslabones comunes de mayor o menor significación entre el estímulo y algún momento de su experiencia o vivencia y gracias a ello, las imágenes de la representación resucitan la existencia de dichas relaciones, produciéndose de este modo las asociaciones que tanto nos interesan. Siendo así que consideramos las posibilidades de utilizar esta técnica con una nueva perspectiva; en el sentido de valorar la misma en función de la dinámica del sujeto o como una nueva prueba proyectiva”. Otra interesante asociación entre el dibujo libre y la construcción de historias, es el procedimiento que fue desarrollado por el psicólogo brasileño Walter Trinca Trinca, 1975; Trinca, 1987), denominado Dibujos-Historias y que se emplea para el estudio clínico de la personalidad. El procedimiento en cuestión, consiste en solicitarle al sujeto que realice una serie de cinco dibujos, con temática libre y que para cada uno de ellos elabore una historia. Cada historia debe tener un título y el aplicador complementa el contenido de las historias mediante un

interrogatorio en el cual solicita al sujeto ampliación de algunos aspectos o nuevas asociaciones. A

partir

de

este

procedimiento

se

pueden

obtener

valiosas

informaciones sobre diversos aspectos de la personalidad y el funcionamiento

psíquico

de los sujetos,

tales como

fantasías

inconscientes, ansiedades y angustias, tendencias, necesidades y deseos, conflictos e identificación de áreas en las cuales se expresan las mismas, los mecanismos de defensa, diversos aspectos de la vida de los sujetos, etc. Este procedimiento goza de una gran estimación y difusión en Brasil y comienza a alicarse con cierta regularidad en nuestro medio donde autores como las licenciadas Nancy Rial y Bárbara Zas, 1992) lo han empleado en el estudio de las problemáticas psicológicas de pacientes con afecciones vasculares y en el análisis de los sueños de estos. Rial y Zas refieren la gran utilidad que dicho procedimiento ha tenido para la comprensión que los pacientes estudiados, tienen de su enfermedad, el sentido que para ellos tiene, y otros aspectos importantes en esta dirección. Con la finalidad de estudiar algunos trastornos en niños, asociados a dificultades con las relaciones familiares y también como instrumento para diagnosticar dificultades en cuanto a la distribución de roles y en el funcionamiento familiar, se emplea una variante de test de dibujo nombrada “dibuja a tu familia”, que en nuestro medio ha sido empleado por investigadores como la Dra. Patricia Arés, (Ares, 1986).

La pintura dactilar, es otro de los medios corrientemente empleado, tanto en el diagnóstico como en la terapia, se trata de un medio que ofrece menos dificultades que el dibujo al no exigir una gran habilidad por parte del sujeto. El procedimiento en cuestión consiste en volcar pintura sobre una hoja satinada o cartulina y el sujeto, empleando los dedos., la expande sobre la superficie en cuestión dando riendas sueltas a su imaginación y armando los mas disímiles revoltijos. S. Cabrera, al referirse a como el pintar plasma o trata de llevar al plano pictórico sus vivencias, sentimientos e ideas plantea: “En el plano pictórico la disposición de los diversos elementos plásticos poseen un orden, tienen una determinada posición las formas dentro del campo; orden y posición le confieren unidad y equilibrio a lo creado,

hacen

coherente

la

composición.

Realizar

una

buena

composición es hacer legible y atractivo lo que visualicemos, efectivo el mensaje de la obra. El pintor, al igual que otros artistas con sus medios y materiales característicos, lleva al plano equivalencias de lo que ve, sienta o intenta comunicar. Decimos equivalencias porque el artista trabaja con el lenguaje del arte, necesita reflejar sus vivencias, sentimientos e ideas, pero ha de hacerlo artísticamente”

(Cabrera,

1978). Con el empleo de estos métodos expresivos, que hemos señalado, el paciente cual artista va delineando en el espacio o contexto que le brinda la hoja de papel suministrada, su obra (dibujo), puede para ello escoger el centro de la hoja o uno de los bordes, superiores o inferiores, para dibujar por ejemplo una figura humana y en este caso el tamaño de la misma puede resaltar por ser grande o bien pequeña e

insignificante, los trazos pueden ser débiles e inseguros, ansiosos o por el contrario firmes y regulares, enérgicos. Determinados detalles de la figura pueden ser omitidos o resaltados (exagerados), la postura de la figura puede parecer firme y equilibrada o inestable e insegura; y así poco a poco, en su obra, el sujeto va revelando aspectos de su personalidad, de sus conflictos; todo lo cual se reafirmará a través de los contenidos de la historia o relato que se le solicita haga sobre su dibujo. El examinador va teniendo en cuenta los distintos indicadores temáticos y dinámicos que expresan los conflictos del sujeto, sus identificaciones, los modos característicos que éste tiene al enfrentar las diversas situaciones problemáticas, los estados emocionales que afloran, etc. Esta posibilidad expresiva que brindan estos recursos ha hecho que los mismos se consideren instrumentos útiles, no solo en el diagnóstico sino también para la psicoterapia, ya que como plantea Anastasi: “Se cree que mediante las oportunidades que estas técnicas proporcionan para la autoexpresión, el individuo no solo revela sus dificultades, sino también las alivia” (Anastasi, pág. 568). Lo tratado hasta aquí, constituye una aproximación inicial a algunas de las relaciones existentes entre arte y psicología. Más adelante ampliaremos la misma sobre todo, en lo tocante a las posibilidades terapéticas del arte y a la utilización de recursos artísticos en la psicoterapia. FUNCIONES DEL ARTE

El arte es una forma de la conciencia social que guarda una estrecha relación con las obras manifestaciones de dicha conciencia: la religión, la política, la moral, la ideología por sólo mencionar algunas, de ahí su universalidad y también su posición privilegiada por su carácter polifuncional. El arte es un medio de expresión y comunicación, de educación y transformación, de conocimiento y valoración de la realidad; funciones estas que encuentran su unidad alrededor de la función estética. El artista refleja la realidad recreándola, enriqueciéndola, con su imaginación, con su sentir y sensibilidad; manteniendo lo esencial, pero matizando siempre su obra con la intencionalidad de lo bello. A través de las manifestaciones artísticas se puede y se ejerce una gran influencia educativa y de formación de actitudes variadas en los individuos, hacia sus semejantes, hacia si mismo, hacia la sociedad y la existencia en general; esto ha quedado evidenciado por diversas investigaciones realizadas al efecto, resaltando en nuestro medio los trabajos (experimentos formativos) realizados por Mónica Sorin con niños y adolescentes, dirigidos a crear o a desarrollar en los mismos actitudes humanistas, patrióticas e internacionalistas; así como actitudes en relación con el empleo del tiempo libre, entre otras (Sorin, 1985).

Lo

anterior

consideración

sólo

resulta

comprensible

si

tenemos

en

el ya señalado papel de las funciones expresiva y

comunicativa del arte y la relación existente entre educación, formación y desarrollo de actitudes y proceso comunicativo. M.Sorin ha escrito al respecto:

“La educación es la fuerza motriz del desarrollo de la personalidad. No cabe duda de que todo proceso educativo se produce en y a través de un proceso de comunicación, si aceptamos que el arte cumple “entre otras” una función de comunicación, entonces es evidente que el arte puede ser, también una poderosa fuerza educativa” (Sorin, 1987, p.102). En tanto que el arte cumple también una función cognoscitiva, permite al hombre acercarse a la realidad; y no solo la externa sino también a su realidad interna, de una forma desprejuiciada, de una manera creativa, a través de la visión artística, así autores como J. Aron han expresado sobre el particular: La experiencia estética brinda un tipo de conocimiento de acceso a la realidad difícil de adquirir por otra vía. La experiencia estética, sin embargo, es una aventura que requiere correr el riesgo de la apertura personal., es una puerta abierta al propio conocimiento, mediante la cual el sujeto puede indagar sobre el mismo. Es una experiencia holística a la cual el sujeto se entrega en su totalidad participando con todos sus sentidos, la razón, el pensamiento, sentimientos e intuición (Aaron, 1984). Lo anterior, como podemos apreciar, coincide con otros puntos de vista que hemos señalado como es el caso de la posición asumida por L.M. Acevez. El hombre utiliza el arte no sólo como vía para indagar en la realidad; sino también como medio de valoración de la misma. Esta valoración necesariamente aparece, de una u otra forma, matizada por el reflejo que el artista tiene del medio histórico social en el cual

se encuentra insertado, sin embargo el acto valorativo no es producto de un reflejo pasivo del medio; sino por el contrario lleva toda la dinámica que le imprime la singularidad del artistaobservador e implica todas las vivencias, sentimientos y emociones, reflexiones e ideas que la vida le ha propiciado y también reflejará el producto de las principales direcciones orientadoras y valorativas de su personalidad. La función transformadora del arte está íntimamente ligada a las características del proceso creador que el mismo implica y donde el artista

para

poder

recrear

la

realidad

y

hacerlo

siempre

respondiendo a exigencias estéticas, tiene que hacer gala de imaginación, flexibilidad, originalidad; explorando

nuevas vías y

medios de expresión. A través del arte, se puede criticar también determinados aspectos de la realidad, actitudes negativas de las personas, y presentar en su lugar nuevas alternativas de vida y de comportamientos o en su lugar llevar a los sujetos, grupos o comunidades a la reflexión sobre determinados aspectos de la realidad (de su realidad) que resultan inapropiados o conflictivos y que merecen o necesitan ser trasformados. En esta dirección podemos mencionar la labor que en nuestro país, ha venido desarrollando el grupo de Teatro Escambray. El arte ejerce también una función transformadora sobre los propios sujetos que se vinculan a algunas de sus manifestaciones, así M.Sorin al comentar en uno de sus artículos sobre los resultados de sus experimentos formativos con niños y adolescentes, empleando variadas manifestaciones artísticas, refirió lo siguiente: “el arte y la cultura se incorporan al mundo psíquico de estos niños y jóvenes,

enriqueciendo

sus

motivaciones,

estimulando

sus

intereses

cognoscitivos, ofreciendo vivencias que desarrollan una vida afectiva más rica y profunda” (1987, p.113).

FUNCIONES Y OBJETIVOS DE LA PSICOTERAPIA Una de las funciones principales de la psicoterapéutica es la de servir como vehículo facilitador del cambio personal del paciente. Vista desde esta dimensión del cambio, la psicoterapia es un proceso dirigido a facilitar la reestructuración de la subjetividad, a través del establecimiento de un tipo de relación significativa con el otro (terapeuta) que crea las condiciones apropiadas para que el sujeto pueda ver en si mismo, expresar sus sentimientos, ponerse en contacto con sus experiencias y aprender formas más productivas y creativas de enfrentarse a su realidad. Como elemento de cambio, la psicoterapia facilita también el cambio en las actitudes del individuo que participa de la experiencia terapéutica, y para ello se trata de promover la autoapertura (crear confianza), reducir el egocentrismo del sujeto incrementando la toma de perspectiva del mismo, haciendo que aprecie el problema desde diferentes ángulos, y también se trata de reducir su abatimiento y sentimiento de falta de control sobre su vida, ayudándole a reconceptualizar las explicaciones que brinda a sus problemas (Kanfer, Goldden, 1987). El proceso autoexploratorio que la psicoterapia implica, contribuye a que el sujeto pueda descubrir, entender sus propios sentimientos y

actitudes, todo lo cual lo hace más apto para hacerse cargo de su propia vida. La psicoterapia tiene pues, una función reeducativa (Béquart y Muldwort, 1965), reeducación de la respuesta emocional del sujeto y sus patrones de relación con los demás y consigo mismo. Una explicación de esta función reeducativa nos la brinda F. Alexander y French, 1956), la cual consiste en facilitar el que el paciente pueda enfrentarse sin peligro y sin temor a situaciones que en el pasado fueron para él traumáticas y le provocaban ansiedad, esto es, según el decir del autor: “reexponer al paciente, en circunstancias más favorables, a situaciones emocionales que no pudo resolver en el pasado” (p.72). Para Béquart y Muldworf, la psicoterapia tiene también una función de significación, en tanto que es un proceso que permite

al

individuo encontrar sentido, dar significación a experiencias de su vida que aparecen ante sus ojos como carentes de valor e importancia

y

no

vinculadas

con

su

malestar

o

situación

problemática. En esta dirección, la psicoterapia cumple una función facilitadora de la conciencia (insight, aware) de si mismo y de las circunstancias bajo la cuales el individuo vive; permite una reflexión sobre como se ha vivido y una proyección de cómo se desea o pretende vivir. A través de la psicoterapia se pueden alcanzar diversos objetivos, estos estarán estrechamente vinculados al marco de referencia que sobre el hombre, la personalidad y el cambio tenga el terapeuta, lo cual supone, por lo general, la adscripción a determinados principios teóricos sustentados por una escuela o corriente de

pensamiento psicológico en particular. Sin entrar en detalles en cuanto a su pertenencia a una u otra de estas corrientes, a continuación enumeraremos algunos de los objetivos que son susceptibles de ser planteados en una relación terapéutica: - Hacer consciente lo inconsciente. Ayudar al paciente al conocimiento de sus motivaciones inconscientes y a un mayor conocimiento de si mismo. - Disminuir las defensas, reducir el peso de una excesiva represión y fortalecer el yo para que pueda enfrentar sin ansiedad, situaciones problemáticas o que anteriormente resultaron conflictivas para el sujeto. - Ayudar al individuo a tomar conciencia de sus posibilidades y a reconocer que es libre para tomar sus propias determinaciones y a la vez ser responsable de su vida. - Estimular al paciente para que examine sus principales premisas y estilo de vida y proyecte sus metas futuras. - Ayudar al sujeto a aceptar la propia responsabilidad y a actuar confiando

en sus recursos internos, más que

dependiendo de los soportes externos. - Eliminar las conductas o comportamientos inadecuados y aprender conductas y comportamientos más efectivos. - Ayudar al paciente a adquirir un adecuado control emocional y a ser lo suficientemente racional como para aceptar la responsabilidad personal por su vida. - Contribuir al crecimiento y autodeterminación de las personas y al desarrollo de su potencial como individuos.

- Contribuir a la eliminación del malestar subjetivo y a la presencia de síntomas (físicos, conductuales y otros) que afectan el funcionamiento psicosocial del sujeto. Pudiéramos mencionar algunos objetivos más, tales como: facilitar la expresión de los propios sentimientos, enfrentar los estados

de

abatimiento,

depresión

y

frustración;

pero

consideramos que con los ejemplos presentados resulta suficiente para ilustrar la gran variedad de objetivos que se pueden perseguir con la psicoterapia, y que en resumen podemos definir como: ayudar a los individuos para que funcionen en los distintos niveles: psico, social de manera más satisfactoria. ARTE Y PSICOTERAPIA Las relaciones entre el arte y la psicoterapia son diversas, así podemos observar las siguientes combinaciones: 1. El uso de manifestaciones artísticas, de manera indirecta o secundaria, en terapia recreativa, terapia ocupacional y en terapia por el juego. 2. Terapias que se apoyan en los elementos expresivos del arte, como por ejemplo: la musicoterapia, psicodrama, sociodrama, cine debate terapéutico, psicodanza, entre otras. 3. La llamada Terapia Artística o Arte Terapia, en la cual hay una interfase entre el arte y la psicoterapia pero donde el

elemento terapéutico principal reside en el acto creativo como tal. En el esquema presentado anteriormente, se ha tratado de establecer una diferenciación entre las terapias artísticas y otras modalidades cercanas: la diferencia está en que en la terapia artística el proceso creativo, en si mismo, es un elemento esencial de la terapia, y como ha expresado Judith Aron: “el arte es el corazón del arte terapia, es central no importa cuanto conocimiento tenga un terapeuta sobre psicoterapia verbal. Este elemento hace del arte terapia una modalidad diferente de otros tratamientos” (Aron, 1984). En el caso de las otras modalidades de terapias por la acción (ocupacional, recreativas y por el juego) y de las terapias expresivas (musicoterapia, psicodrama y otras) que emplean o se

apoyan

en

diversas

manifestaciones

artísticas,

sui

singularidad y similaridad, entre las mismas, estriba en que los sujetos están situados en un contexto en el que se promueve la libre expresión y esto hace que a través de estas modalidades de acción, desarrollada con el apoyo de una manifestación artística, se pase a la modalidad terapéutica, por ejemplo es frecuente que los niños al pintar o esculpir acompañen esta actividad

con

verbalizaciones

,

gestos,

etc.

En

estas

modalidades como se observa, el acto creativo no es lo principal, la manifestación artística en cuestión, es sólo el

vehículo indirecto para la expresión de

los conflictos,

sentimientos, etc. Como quiera que ya sea, de manera directa o indirecta, muchos autores coinciden en la propiedad del arte como vehículo para expresar vivencias, deseos, y otros pormenores de la vida afectiva. Así Kramer (1973), enfatiza el carácter central que tiene la creación artística en la psicoterapia por el arte y como esta sirve de vehículo

para que su autor pueda expresar

sentimientos, vivencias, así como sus deseos tanto los conscientes como los inconscientes; a su vez Pekín, nos expresa un criterio muy similar al declarar que: Todo tipo de creación artística, sea pintura, modelado o cualquier otro, representa una posibilidad de expresar de un modo visible los procesos intrapsiquicos, de contenido consciente, y sobre todo inconscientes (Pekín, 1973,p.520). En lo adelante, focalizaremos la atención en las cuestiones relacionadas con el empleo de las llamadas arte terapias o terapias artísticas, y posteriormente nos referiremos a las terapias que se apoyan en los elementos expresivos del arte. Los terapeutas que se dedican al arte terapia comparten algunas creencias comunes como las siguientes: 1. Los seres humanos tienen la necesidad de ser creativos y de expresar de alguna manera su creatividad. Los seres humanos tienen la capacidad para crear.

2. El convencimiento de que el arte, en tanto acto de creación, es terapéutico en si mismo y que tanto el arte como la psicoterapia sirven para facilitar el crecimiento del ser humano; es decir, para encauzar su potencial creativo. Como ya mencionamos anteriormente, el arte terapia plantea un conjunto de exigencias para aquellos psicoterapeutas que se deciden a transitar por ese camino, que van más allá del conocimiento de la psicoterapia verbal; pero a su vez no basta tampoco con el conocimiento y dominio de determinada modalidad de expresión artística – dibujo, pintura, modelado, etc. para poder emplearla como medio psicoterapéutico. Para una adecuada práctica del arte terapia, se requiere conocer las leyes generales del desarrollo humano normal, de forma tal que se esté en condiciones de poder apreciar cualquier manifestación de desviación del mismo. Lo anterior resulta de gran importancia en el trabajo con niños; pero resulta aplicable en sujetos de cualquier edad; J.Aron (1984) ha reafirmado esta posición al declarar que tanto para el empleo del dibujo, la pintura o el modelado, como medio terapéutico, resulta necesario el conocimiento de las pautas normales del desarrollo para cada una de estas modalidades. Igualmente resulta necesario un adecuado conocimiento de la psicodinámica, conocimiento que capacita al terapeuta para comprender el porque los sujetos se comportan de la manera

en que lo hacen. Lo anterior implica el conocimiento de diversos enfoques de la sicopatología y de la teoría de la personalidad, aunque en este campo hay un predominio de las teorías y proyecciones psicoanalíticas. Por otra parte, el terapeuta que trabaja o se apoya en el arte debe conocer la mecánica de trabajo con los distintos materiales

y

estar

en

capacidad

de

brindar

apoyo

e

indicaciones a sus pacientes sobre el particular, Aron (1984) refiriéndose a lo anterior, postula la necesidad de que el terapeuta esté en condiciones reales de brindar respuestas a las necesidades de sus pacientes durante el desarrollo del proceso de creación, tanto en lo que se refiere a las dudas sobre la utilización del material, la orientación de la tarea (¿Qué hacer? o bien a las respuestas emocionales de los mismos (agresividad, apatía, disgusto) o a cualquiera de los aspectos simbólicos o prácticos que surjan en dicho proceso. Lo anterior, no agota los requerimientos para el terapeuta que se dedica al arte terapia, si bien resulta necesario el conocimiento del trabajo específico con los medios, también resulta esencial el conocimiento de las condiciones y principios que resultan necesarios para el proceso de creación artística. Ya nos hemos referido a como en arte terapia, el proceso

de

creación

resulta

esencial,

por

lo

que

es

imprescindible el dominio de factores que contribuyen o facilitan el proceso creativo.

El arte terapia ofrece a los individuos la posibilidad de expresarse mediante diversos medios además de la palabra, en la realización de su obra el paciente emprende una actividad exploratoria

en la cual el sujeto intenta o pone en juego

diversas alternativas que de cierta forma lo ayudan a conocerse y entenderse mejor a si mismo. El paciente debe estar consciente desde el inicio de la terapia que su actividad tiene ante todo un carácter terapéutico, es decir que no se trata de hacer de él un artista, sino de aprovechar el proceso de creación artística con un objetivo psicoterapéutico y para lograr un mejor conocimiento de su persona. En vista de lo anterior, no resulta tan sólo importante el producto de la creación, sino el proceso de creación en si mismo, a través del cual el sujeto ha de mostrar, en los comportamientos asociados al acto creativo -verbalizaciones, gestos,

movimientos

del

cuerpo,

expresión

facial,

etc.

importantes datos sobre su mundo subjetivo. Así el terapeuta ha de estar atento a comportamientos tales como : nivel de actividad-pasividad

mostrado,

coordinación-descoordinación,

tensión-relajación,

impulsividad-deliberación,

distractibilidad-concentración, rigidez-flexibilidad y otros que el sujeto irá mostrando y que pueden aparecer tanto asociados al producto de la creación como al proceso creativo mismo; por otra parte, el sujeto puede mostrar actitudes que reflejan el nivel de compromiso que tiene con su obra, reacciones de disgusto o placer que el terapeuta puede observar e inferir de sus verbalizaciones, gestos, expresiones faciales, etc.

Durante el proceso de creación artística, el paciente tiene también la posibilidad de expresar sus sentimientos y de neutralizar algunos impulsos como los agresivos, y lograr algo más que una catarsis pues esta experiencia de expresión y liberación de sentimientos e impulsos puede ser canalizada a través de la sublimación y el sujeto entonces aprender que el es capaz de controlar, de expresar impulsos agresivos de una forma constructiva. Esto podemos apreciarlo como una variante de experiencia emocional correctiva que es facilitada por el acto de creación artística. Sobre lo anterior, E. Kramer (1984) se ha referido a las posibilidades que ofrece la terapéutica por el arte en cuanto a favorecer la sublimación y servir como medio de sustitución y restitución en los pacientes. Al producto de la creación artística, realizado por el paciente, se le ha de prestar igual importancia que al proceso de creación mismo. Así, este producto ha de ser valorado desde los dos siguientes puntos de vista principales: 1. Aspectos formales, que incluyen elementos tales como el grado de organización, claridad, originalidad, adecuación según la edad, expresividad y balance, entre otros. 2. Aspectos psicodinámicos que se corresponden con la expresión

del

estilo

de

personalidad,

estilo

de

afrontamiento, significado simbólico y contenido. El contenido a su vez puede ser clasificado como manifiesto

y latente, ya que el mismo puede tener un carácter más o menos consciente para el sujeto. Tanto el proceso de creación, como el producto creado constituyen verdaderas vías de acceso al psiquismo del sujeto, ya sea los planos conscientes como a los inconscientes. En este último plano, el trabajo con el material en cuestión constituye como una especie de libre asociación, y fenómenos como las defensas y las resistencias pueden también hacerse presentes. El significado que para el sujeto tiene el producto creado, ha de buscarse teniendo en cuenta todo el proceso de creación, desde su inicio hasta su final, las secuencias seguidas, las asociaciones y verbalizaciones presentes y en general, la historia vital del individuo. Los obstáculos y problemáticas que el paciente enfrenta en la situación “creativa-terapéutica” y las soluciones y respuestas que se ve obligado a explorar, le sirven como factores que facilitan el enfrentamiento de situaciones conflictivas en la vida cotidiana, en este sentido Aron señala: La exploración de diversas posibilidades en el arte, puede estimular a los sujetos a explorar diversas alternativas en la solución de los problemas de la vida real. Ser capaz de ser flexible en el uso de materiales y herramientas en el proceso del arte, puede ser utilizado por el terapeuta para estimular y reforzar estos tipos de conductas en el paciente. La capacidad para la elaboración que se desarrolla en el arte terapia puede

ser trasladada más tarde a servir para brindar respuestas más adaptativas a los retos de la vida diaria (Aron, 1984). En todo este proceso, las funciones del terapeuta van desde la ocupación por el establecimiento de adecuadas relaciones y alianza terapéutica con sus pacientes, la creación de un clima de seguridad psicológica, acorde con los requerimientos de la terapia artística, en el cual se facilite la expresión del individuo o grupo; hasta el ayudar a los sujetos a reflexionar y a aprender sobre si y los otros a través del producto creado y durante el proceso de creación. La terapia artística o arte terapia, es un recurso terapéutico muy flexible que puede ser empleado en poblaciones disímiles, tales como: niños, adultos y ancianos, así como con sujetos que presenten diferentes dificultades y trastornos de la personalidad;

neuróticos,

psicóticos,

niños

con

retardo

intelectual, minusválidos,niños con trastornos de conducta, entre otros. Igualmente, este enfoque puede desarrollarse en diferentes escenarios clínicos, escuelas y en comunidades y el tratamiento

puede

ser

abordado

trabajando con el caso individual,

de

diversas

maneras:

trabajo con grupos, con

familias; un terapeuta solo o con un staff compuesto por varios especialistas. Lo anterior explica el auge y el espacio que en los

últimos años ha ido ganando, este enfoque, en la

preferencia de un número creciente de psicoterapeutas y escenarios diversos.

ALGUNAS MODALIDADES PSICOTERAPEUTICAS QUE SE APOYAN EN MANIFESTACIONES EXPRESIVAS DEL ARTE Para culminar este trabajo, pasaremos revista brevemente a algunos de los principales enfoques psicoterapéuticos que se apoyan en manifestaciones expresivas del arte. Anteriormente,

se

ha

señalado

el

como

las

distintas

manifestaciones artísticas han estado desde los tiempo más remotos vinculados a la historia de la humanidad y como el hombre se ha auxiliado de las mismas como vehículo para expresar su mundo interno y también para comprender y transformar su realidad exterior, ahora se trata de presentar el uso y la utilidad que las mismas otienen en el tratamiento a pacientes con diversas dificultades y trastornos de la personalidad. Sicodrama. El teatro tuvo desde sus inicios una función catártica, entre otras, a través del mismo diversos dramas que se vinculaban con el “drama humano”, con los conflictos, frustraciones y esperanzas de los hombres, eran

representados y los

espectadores pueden a partir de la puesta en escena reflexionar sobre el particular, librarse de determinados sentimientos (catarsis) y encontrar nueva vías o enfoques para enfrentar la realidad.

Correspondió a J.L. Moreno, nacido en Bucarest en 1898, el explorar y sistematizar las posibilidades del teatro como medio psicoterapéutico, creando un método para tales fines que se conoce con el nombre de Psicodrama. Moreno veía el psicodrama como: “La ciencia que explora la verdad de los seres humanos o la realidad de las situaciones por métodos dramáticos

(Moreno,

1954),

por

otra

parte

F.Dorsch,

mencionada por Ancelin, nos brinda una de las definiciones que ofrece una visión precisa y completa de lo que el psicodrama es y representa: El psicodrama es un método creado por Jacobo L. Moreno con finalidad diagnóstica y psicoterapéutica. Se basa en obtener del paciente su participación en una representación de tipo teatral libre que le ofrece la posibilidad de exteriorizar sus conflictos íntimos. Los personajes adquieren la representación de personas que tienen importancia esencial en la historia del paciente. Se busca la abreacción de los sentimientos y la concientización del contenido reprimido. Después, se dan al paciente “choques psicodramáticos” mediante las situaciones representadas, para que aprenda a hacerles frente (Ancelin, 1970). Para el desarrollo del psicodrama, se ha de contar con los elementos siguientes : 1. Drama. 2. Héroe principal.

3. Egos auxiliares. 4. Escenario. 5. Terapeuta o Monitor. 6. Público. 7. Observador. El drama representa la situación conflictiva que servirá de contenido para el desarrollo de la sesión y que representa la situación vital en que se encuentra uno de los participantes, o bien la propuesta de una situación conflictiva (real o ficticia) que ha sido presentada por uno de los participantes. El héroe principal es el paciente o sujeto que representa su propio micro mundo en la escena (el que propuso el tema a dramatizar), aquí al igual que en el caso del drama, se puede inventar un papel, reproducir una escena del pasado o del futuro, aunque siempre la acción transcurre en el presente, en el aquí y ahora. Los egos auxiliares, son aquellos individuos que auxilian al héroe principal asumiendo el rol de los personajes reales o ficticios que están vinculados con la trama propuesta. El escenario representa el espacio donde se llevará a cabo la acción dramática. Moreno empleaba un escenario compuesto

por tres niveles circulares concéntricos, sin embargo se ha insistido en que lo principal para el desarrollo de la acción dramática es el interés de los participantes, por lo que ésta se puede desarrollar en cualquier espacio disponible. La función del terapeuta o monitor es la de jugar el rol de director de escena, en esta función el mismo se esforzará por Transf. ormar en acción dramática todo indicio que los pacientes ofrezcan. En el psicodrama Moreniano, el monitor no asume ningún otro papel distinto al del director de escena, sin embargo en otras derivaciones del psicodrama como en el caso del psicodrama de orientación psicoanalítica, el monitor puede

asumir

otros

papeles

y

es

además

objeto

de

interpretación. El público está constituido por el resto de los participantes, en el psicodrama, que no están actuando en un determinado momento. El público estimula y apoya la acción dramática con sus comentarios y otras reacciones emocionales. Los observadores tienen la función de registrar todo el desarrollo de la acción dramática, anotando la dinámica y participaciones. Las sesiones psicodramaticas se estructuran en tres fases: preparación, en esta fase se busca el relajamiento y el caldeamiento del grupo y se explora la búsqueda de un problema

común

y

la

selección

de

los

protagonistas.

Representación, en la cual se desarrolla el tema seleccionado. Participación, el grupo además de su participación emocional y a partir de los comentarios, a través de toda la sesión dramática, participa en esta fase en la discusión y análisis de todo lo acontecido

durante la representación, planteándose

posibles soluciones que a su vez pueden ser dramatizadas. Durante el desarrollo de la sesión psicodramática y en particular en la fase de representación, se emplean diversas técnicas psicodramáticas de las cuales se han creado cientos de ellas, contándose entre las más utilizada “técnica del doble, intercambios de papeles, auto representación, espejo, diálogo, improvisación, monólogo y otras. En Cuba, el psicodrama contó entre sus introductores y principales exponentes al ya fallecido Prof. Dr. A.Bustamante el cual desarrolló su práctica en una línea Moreniana y también trabajaron en esta dirección autores como F. Potts y Portuondo, pero a diferencia de Bustamante, ambos emigraron después del año 1959 a los Estados Unidos. En la actualidad, existen diferentes autores que trabajan el psicodrama en nuestro país, contándose entre los mismos M.Sorin y A. Minujin, las cuales se orientan en una línea en la que se incluyen el psicoanálisis y la expresión corporal como elementos predominantes: R. Vega (Vega, 1984) ha trabajado también la técnica psicodramática, abordando a través de la misma la problemática de los adolescentes entre 11 a 15 años.

Sociodrama. El sociodrama, era tenido en cuenta por Moreno como una modalidad mas de la técnica psicodramática, haciendo la diferenciación entre las mismas a partir de que el sociodrama, en vez

de estar centrado en los conflictos individuales se

centra en las relaciones y conflictos entre los grupos. A pesar de lo anterior el sociodrama, en la actualidad, ha cobrado cierta independencia del psicodrama y ha ido ganando valor como estrategia de intervención con cierta identidad propia. Como hemos planteado en otro trabajo (Zaldívar, 1989, pag. 222), “la realización de un sociodrama requiere como tarea previa la ejecución de una investigación sobre el objeto de la dramatización, por lo que el empleo de la metodología de la investigación social se convierte en una premisa para este tipo de actividad”. El objetivo del sociodrama, como ya señalamos, es el de indagar y brindar soluciones a problemas y conflictos que afectan a un grupo o una comunidad determinada. Los integrantes del grupo o comunidad, participan primero como espectadores y después en el debate que se realiza alrededor de la problemática que es dramatizada por los actores o terapeutas, y cuyo guión se ha desarrollado sobre la base de la investigación de campo realizada, empleando las herramientas de

la

investigación

en

ciencias

sociales:

entrevistas,

encuestas, dinámicas grupales, etc. así el impacto emocional del drama, las alternativas a que los sujetos generan a partir de la información decepcionada y elaborada por los mismos, se convierte en un elemento vital para la modificación de actitudes, lo cual es apoyado por la dinamica grupal que se desarrolla durante el debate dirigido por el equipo terapéutico. La

obra

dramatizada,

que

debe

reunir

los

requisitos

indispensables para que los sujetos en conflicto se vean representados, para que los procesos de proyección e identificación se desarrollen en los individuos y el grupo, constituye en si un estímulo que facilita la reflexión, la respuesta emocional y la adquisición de conocimientos. Los pasos o etapas del sociodrama, podemos esquematizarlos de la manera siguiente (Zaldivar, op. Cit): 1. Identificación y determinación de la situación conflictiva que se va a estudiar. 2. Diseño y ejecución de la investigación. 3. Elaboración del texto o guión de la representación sociodramática. 4. Puesta en escena del drama o situación conflictiva en cuestión. 5. Debate y conclusiones (que por lo general quedan abiertas a la reflexión). En Cuba, diversos grupos de teatro, han abordado diversas temáticas problemáticas utilizando el enfoque sociodramático,

entre estas agrupaciones de teatro, destaca el grupo del Escambray el cual durante mucho tiempo se dedicó a abordar diversas problemáticas de la población campesina en nuestro país. Por nuestra parte, hemos utilizado una variante del sociodrama en nuestro trabajo psicoterapéutico con pacientes fumadores (Zaldívar, 1991). Cine Debate Terapéutico El cine debate terapéutico, consiste en la utilización de un file como elemento inductor con vista al logro de determinados objetivos terapéuticos. Esta modalidad puede ser empleada en el contexto de una estrategia terapéutica dada, o bien como parte del sistema de medidas terapéuticas que se lleva a cabo con un grupo de pacientes determinados. De las distintas modalidades artísticas que se utilizan como vehículo

psicoterapéutico,

el

cine

ofrece

posibilidades

prácticamente inigualables por los numerosos atributos, que como los siguientes, le son reconocidos: 1. La capacidad de alteración del tiempo. El cine permite manejar la categoría tiempo de forma tal que podemos narrar una historia en el presente y retrospectivamente llevar en un montaje paralelo un suceso, seguir la historia de un sujeto a través del tiempo, etc. 2. Capacidad de alteración del espacio. De igual manera que sucede con la categoría tiempo, el cine permite manipular

la categoría espacio, posibilitándonos superponer hechos que ocurren distantes uno del otro. 3. Permite la conjugación, en un todo inseparable, de elementos como la actuación, la música, el vestuario y el color; lo que deja una fuerte impresión y crea estados emotivos perdurables en los espectadores. 4. Permite reconstruir o simular situaciones de la vida real o imaginaria, con resultados superiores a otros medios. 5. Favorece

la concentración

de la atención

de

los

espectadores propiciando una adecuada asimilación de lo que se muestra, por lo que se garantiza una evocación más fiel de los recuerdos, sentimientos y estados emocionales. 6. Permite la presentación de situaciones problemas, que sirven como estímulos para la reflexión y la explotación de

actitudes,

puntos

de

vista,

estrategias

de

afrontamiento, la toma de conciencia, la liberación de emociones reprimidas, etc. El cine debate terapéutico, ofrece resultados

muy y similares

al sociodrama., en tanto permite influir sobre los espectadores, a partir del material fílmico presentado, creando en los mismos determinados

estados

emocionales;

logrando

su

sensibilización hacia aquellos aspectos de la trama que nos interesan y buscando la identificación con los personajes de manera tal que se facilite la proyección de los problemas personales de los observadores.

Para la preparación y ejecución del cine debate terapéutico, se siguen los pasos siguientes: 1. Selección del filme y preparación del equipo terapéutico para la proyección del mismo a la realización del debate. 2. Proyección del filme seleccionado. 3. Realización del debate posterior a la proyección. La selección del filme se realizará en función de la población a la cual va dirigido y de los objetivos terapéuticos aue se pretenden alcanzar, se tendrán en consideración, entre otros, los elementos siguientes: - La trama que se presenta en el filme (temática) - Los conflictos fundamentales que aparecen reflejados, causas y desarrollo de los mismos. - Estrategias que se utilizan para enfrentar y solucionar los conflictos: alternativas que se ofrecen. - Personajes

que

aparecen

representados

en

el

filme,

características personológicas de los mismos. - La posible carga emocional y sentimental que puede provocar el filme en los espectadores. Con la proyección del filme, seleccionado según los criterios mencionados, se logra un nivel de objetividad que facilita el que los espectadores puedan sensibilizarse ante determinadas situaciones problemáticas o conflictivas, las causas que las generan las posibles soluciones, todo lo cual se cumplimenta posteriormente con el debate.

En el desarrollo del debate, han de evitarse las prescripciones o discusiones en cuanto a la calidad artística y otras ajenas a la trama central., ha de insistirse en que los sujetos expresen las vivencias personales, los afectos y sentimientos que el filme provocó en ellos y que lleven el análisis, en lo posible, al plano de lo personal significativo. En nuestro país, esta modalidad terapéutica, ha sido cultivada por autores como C. (Acosta, 1985). Por nuestra parte, hemos utilizado la modalidad de cine debate (y video debate) como estrategia combinada, con otras técnicas, en el tratamiento psicoterapéutico a fumadores y en el desarrollo de talleres de entrenamiento para el conocimiento y dominio del estrés. Musicoterapia Se ha comprobado que la música ejerce una notable influencia psicofisiológica sobre los individuos. Así ante la audición de la misma, el organismo puede responder con cambios tales como la aceleración del metabolismo, el aumento o disminución de la energía muscular, aceletación o reducción del ritmo respiratorio, estimulación de las secreciones internas y otros. Entre las diversas influencias y efectos inducidos por la música, también se han resaltado sus propiedades para: HASTA AQUÍ

1. Aliviar los estados tensionales al facilitar la expresión de sentimientos de hostilidad, angustia, frustración y otros. 2. Agudizar y mantener la atención del oyente. 3. Facilitar la expresión de sentimientos, actitudes y deseos que encuentran dificultades para ser expresados por otras vías. 4. Actuar como estímulo a las asociaciones y fantasías del individuo,

que

aparecen

vinculadas

con

situaciones

presentes o pasadas de su vida. 5. Cambiar o provocar determinados estados de ánimo, ya que al relacionarse con situaciones y experiencias significativas para el sujeto, recrea en el mismo los estados anímicos que han estado vinculados con estas experiencias. Estas propiedades e influencias de la música reconocida por varios pueblos como el egipcio y los pobladores de la zona andina, fueron empleadas en el tratamiento de los estados de melancolía, la infertilidad femenina y otras dolencias. En la actualidad, la musicoterapia se emplea en el tratamiento de diversos trastornos, en distintas poblaciones: tratamiento a pacientes con hipertensión arterial, estados de ansiedad y depresión, tratamiento del estrés, neurosis, rehabilitación de pacientes psicóticos, niños autistas, niños y adolescentes con trastornos

del

comportamiento,

pacientes

con

retardo

intelectual, etc. también se emplea como soporte en las técnicas de relajación y vinculada a algunas terapias de expresiòn corporal y en la danzoterapia.

La práctica de la musicoterapia se orienta, en sentido general, siguiendo los tres principios que E.T. Yalton establecidó como básicos para la misms: 1.El establecimiento de las relaciones interpresonales, lo que se refiere a las posibilidades que brinda la música como agente de comunicación no verbal. 3. El logro de la autoestima en tanto la música contribuye a estimular la misma en los sujetos, a partir de la confianza y la satisfacción que éstos encuentran en ellos mismos a través del vínculo musical. 4. El ritmo, considerado como elemento esencial que proporciona energía. La organización del tratamiento a través de la musicoterapia se puede realizar ya sea empleando la modalidad de tratamiento individual a la grupal; de ihgual manera se puede utilizar el método receptivo en el cual la participaciòn del paciente consiste en escuchar la música y establecer determinadas asociaciones de esta con sus experiencias, lo que le permitirá exteriorizar y expresar sus sentimientos, o el método activo en el cual el paciente participa tocando un instrumento o cantando, aunque esto sea ejecutado sin virtuosismo pues lo que se busca en la participación, lo más espontánea posible, que rompa con las inhibiciones y timidez de los sujetos. Los pasos para la puesta en práctica de

la modalidad

seleccionada implica, entre otras, las siguientes acciones:

1. Charla inicial en la cual se exploran los vínculos del o de los pacientes con la música, y se confecciona la historia psicomusical. 2. Aplicación de un test de receptividad musical, lo cual tiene por finalidad la exploración

y diagnóstico de los

efectos de las distintas formas musicales en el o los individuos. 3. Selección del material (pieza musical, instrumento, etc.) correspondiente, de acuerdo con los resultados y datos obtenidos en los pasos anteriores y de los objetivos terapéuticos que se desean alcanzar. 4. Ejecución

del

trartamiento

musicoterapéutico

en

cuestión, según la modalidad seleccionada. En Cuba, se han empleado de manera sistemática la musicorerapia en el tratamiento y rehabilitación de pacientes psicóticos, en el Hospital Psiquiátrico de la Habana (Puertas, 1975) y en el tratamiento de la ansiedad (Fernández, 1992; Verdes y Fernández, 1994). Danay Zaldívar (Zaldivar, 1995) en un trabajo realizado sobre el empleo de la musicoterapia en el tratamiento de niños con trastornos de conducta, plantea que varios autores en nuestro país han utilizado con gran eficacia la musicoterapia con niños y adolescentes con trastornos de conductas

y

emocionales,

lográndose

que

los

mismos

aumentaran su motivación, trabajasen juntos y de manera cohesionada, observándose mejoras comunicacdión y disciplina de estos.

en la capacidad de

Psicoballet. La danza, se cuenta tambièn entre las manifestaciones artísticas que son empleadas como vehículo psicoterapéutico. La danza es un medio de expresión direto a travès del cuerpo y constituye una de las formas en que el hombre, desde tiempos remotos, ha expresado su vitalidad y alegría de vivir. Para concluir el presente trabajo, nos referiremos a una modalidad particular de danzoterapia que ha sido desarrollada en nuestro paìs, el Psicoballet. Según la definición de G. Fariñas, creadora del psicoballet, el mismo es: Un método psicoterapéutico genuinamente cubano es el que se emplea la técnica de ballet como instrumental para su realización, el psicoballet es una modadlidad de terapia artística, específicamente danzaria, pero es también una terapia por el movimiento., aunque se integra al grupo de las terapias artisticas, tiene gran utilidad como método psicorrectivo (Fariñas, 1993, pág.10). El objetivo principal del psicoballet, está encaminado al logro del

equilibrio

psíquico,

la

habilitación,

rehabilitación

o

reeducación y la adecuación social a partir de la corrección o compensación del defecto y el mecanismo de autorrealización.

Este objetivo principal, como señala Fariñas, es apoyado mediante la proyección de diferentes objetivos específicos que se establecen en las áreas psicológicas, social y pedagógica entre otras. G. Fariñas (Pag. 46) ha resumido de la manera siguiente el sistema de objetivos que se persiguen con el psicoballet: 1. Lograr equilibrio psíquico y adecuación social. 2. Complementar habilitación o rehabilitación los deficientes por medio de la corrección o compensación del defecto. 3. Mejorar físicamente y crear habilidadese motrices y artísticas. 4. Corregir posturas, coordinación muscular, elasticidad, salto, equilibrio, etc. 5. Posibilitar autoestima y autorrealización. 6. Crear seguridad en si y en sus posibilidades. 7. Desarrollar autodisciplina autocontrol. 8. Desarrollar relaciones interpersonales adecuadas. 9. Fortalecer lazos familiares. 10.Proporcionar gustos y apreciaciones artísticas. 11. Eliminar conductas sociales negativas transformándolas en conductas positivas 12.Completar educación integral y aumentar el horizonte cultural. .. 13.Facilitar el aporte directo del deficiente a la comunidad. El psicoballet, se aplica a niños desde dos años de edad, hasta a pacientes de la tercera edad, así como en sujetos que

presentan distintos trastornos: neurosis, retraso mental, impedimento físico o sensorial, etc., por lo que resulta necesario la elaboración de especificaciones particulares para cada entidad, grupo de edades, etc.

Lo anterior hizo

necesario la organización del tratamiento de acuerdo a cinco categorías

que,

de

manera

resumida,

presentamos

a

continuación:

CATEGORÍAS A

OBJETIVOS Prevención

POBLACIÓN Niños proclives a presentar

trastornos emocionales. Pacientes que presentan retraso mental ligero o fronterizos.

B

Curación

Niños y adolescentes que

presentan perturbaciones emocionales y trastornos de personalidad. Adultos neuróticos.

C

Habilitación

Niños., adolescentes y

adultos retrasados mentales moderados, severos y profundos. D

Rehabilitación

Niños y adolescentes ciegos

y débiles visuales, sordos e hipoacúsicos, limitados motores, epilépticos, enfermos mentales crónicos y ancianos E

Reeducación

Niños y adolescentes que

presentan desajustes sociales que los hacen proclives al delito. El psicoballet, no es una actividad realizada por un terapeuta trabajando aisladamente, sino que se realiza

mediante la

integración de un equipo Inter. y multidisciplinario en el cual participan: psicólogos, terapeutas

de ballet,

defectólogos, trabajadores sociales y psicometristas. La responsabilidad de cada grupo de pacientes es asumida por el psicólogo y el terapeuta de ballet.

El proceso terapéutico, en su conjunto, se desarrolla a través de 4 ciclos terapéuticos con una duración de 6 a 9 meses, cada sesión terapéutica se realiza siguiendo la estructuración que mostramos: ejercicios de

calentamiento físico, ejercicios

técnicos de ballet y expresión creativa.

La influencia

terapéutica no sólo se ejerce sobre los pacientes; sino que se extiende a los familiares (escuelas de padres), instituciones y comunidad. En los veinte años en que este método se viene aplicando en nuestro país, se han cosechado importantes logros en los aspectos de prevención, curación, habilitación, rehabilitación y reeducación, según la evaluación y seguimiento de 4,430 casos atendidos en este período de tiempo (Fariñas, 1993, pág. 178). En la actualidad el psicoballet, ha traspasado las fronteras de nuestro país y se aplica en diversas instituciones de países como México y España, entre otros. BÚSQUEDA DE LA SÍNTESIS NECESARIA A lo largo de este trabajo, hemos ido presentando diferentes consideraciones sobre el arte y sobre la psicoterapia, sus distintas estrategias y posibilidades de influencias que ofrecen para el cambio. De lo que se trata, en nuestra opinión es de proseguir

en

el

intento

de

armonizar

y

sintetizar

las

potencialidades que ofrecen ambos campos y optimizar las intervenciones de esto que nombramos arteterapia o terapia artística; algunas propuestas se han realizado en esta

dirección, de las cuales expondremos dos ejemplos a continuación. En

la

práctica

clínica,

e

incluso

pedagógica,

varias

modalidades artísticas se integran con la finalidad de crear marcos apropiados para el desarrollo y exploración de la comunicación interpersonal, facilitar el aprendizaje y la libre expresión, etc. Uno de estos intentos, con aplicaciones clínicas y pedagógicas fue el desarrollado por R. Bag (Bag, 1994), el mismo realiza una propuesta que denominó contacto para la creatividad y que está basada en la convergencia, articulación e integración de múltiples enfoques teóricos-metodológicos 1993, Zaldivar, 1995). En la propuesta mencionada, partimos del principio de la creación de

un

espacio

grupal

cuyas

características

favorezcan

el

crecimiento personal de los participantes y sea una experiencia que a la vez propicia el conocimiento de el mismo, una mayor sensibilidad para las relaciones interpersonales tener en cuenta al otro, el desarrollo de las capacidades expresivas y comunicativas de los sujetos, y el desarrollo de la creatividad para el afrontamiento

y

solución

de

situaciones

problemáticas

y

conflictivas. El encuadre, lo realizamos desde una perspectiva centrada en la persona Rogers, 1970) aprovechando las posibilidades que este enfoque nos ofrece, para la creación de un ambiente lúdico que nos posibilite el empleo de juegos y de situaciones dramáticas

creativas. El desarrollo de juegos dramáticos a partir de los cuales los sujetos ejercitan la expresión corporal y el lenguaje verbal y no verbal, ejercitan los sentidos y la motricidad; lo utilizamos como vehículo comunicativo para favorecer el desarrollo de habilidades expresivas de los participantes en la actividad. Sobre el particular varios autores han planteado el papel del juego dramático en la dramática creativa, sus posibilidades como medio de expresión, para el desarrollo de la creatividad y libertad de la misma. La dramática creativa, otra de la estrategias empleadas, busca a través de los juegos dramáticos (Mantovani y Eines, 1994) desarrollar en los sujetos:

1. La espontaneidad y libertad de expresión. 2. LA capacidad para la expresión de su mundo interno. 3. La capacidad para la expresión de su mundo interno. 4. La

ampliación

de

las

conductas

expresivas

y

la

solución

a

disminución de los estereotipos. 5. La

capacidad

para

enfrentar

y

darle

situaciones conflictivas y problemáticas. Siguiendo a estos autores, tenemos que los elementos a tomar en consideración, en la dramática expresiva son: 1. El cuerpo, la voz, el gesto, los sentimientos como instrumento comunicarse).

de

expresión

(para

expresarse

y

2. El espacio como lugar para moverse, trasladarse y jugar dramáticamente. 3. El tiempo en sus dos aspectos: el cronológico y el imaginario. 4. El concepto de ficción como distinto y diferenciado de la realidad. 5. La evaluación: análisis, comentarios y críticas de los juegos realizados. 6. El grupo que brinda la posibilidad de aprender a través del intercambio con los otros, de relacionarse con los otros dentro y fuera del mismo. Diversas son las formas y vías que pueden emplearse para motivar y animar a los sujetos a que dramaticen: ideas de los propios participantes. Biografías e historias de vida, un poema, el argumento de un cuento, una canción, hechos observados o vividos por algunos de los sujetos, situaciones imaginarias, argumentos de una película, o de una obra teatral, situaciones hipotéticas (si tal cosa sucediera que pasaría si, etc.). Para la estructuración de las escenas o temas dramáticos, en los casos necesarios, nos auxiliamos del llamado método de creación colectivo en el cual se siguen los pasos siguientes: 1. Se elige un tema o situación (por cualquier vía de las antes señaladas) se discute y aprueba por el grupo.

2. Se desarrolla una investigación sobre el tema, tratándose de acopiar la mayor cantidad de elementos relevantes sobre el mismo. 3. Se establece una línea de situaciones dramáticas. 4. Se llevan a cabo improvisaciones sobre las situaciones establecidas, expresivos

empleándose como:

dibujo,

para

ello

música,

diversos

juego

de

medios roles

y

dramatizaciones en general: 5. Se debate sobre la temática desarrollada, focalizándose los resultados o experiencias obtenidas a través del medio expresivo utilizado. Así, los juegos dramáticos creativos desarrollados siguiendo las estrategias señaladas, son utilizados en el contexto grupal para: 1. El perfeccionamiento o desempeño de un rol determinado. 2. Desarrollar la creatividad de los sujetos a través de la exteriorización de las imágenes personales. 3. Desarrollar la habilidad para solucionar situaciones conflictivas que se presentan durante el juego o dramatización, de manera tal que dicha habilidad pueda generalizarse y trasladarse a situaciones de la vida cotidiana. 4. Recrear situaciones que quedaron sin resolver o que tuvieron una solución que se desea modificar. 5. Proponer soluciones alternativas a los problemas y conflictos de los personajes (relaciones interpersonales entre si, y de los personajes con el ambiente).

6. Posibilitar la concreción de proyectos futuros, posibilitando a través de su representación dramatizada, su análisis y precisión. 7. Adiestrar y perfeccionar a los sujetos en el uso de los distintos medios expresivos. Paco Palacios ha planteado que la dramatización comprende los aspectos más completos del juego dramático, este afirma que el juego dramático es un facilitador de experiencias que crean canales de apertura a muchas de las necesidades de comunicación de los seres humanos (Palacios, 1994). Los principales elementos contemplados en nuestra propuesta grupal, empleando métodos dramáticos y expresivos son: 1. Juegos (teoría lúdica), el juego como expresión de libertad, espontaneidad, valor catártico y factor de aprendizaje. 2. Drama (teoría de la acción dramática). Valor catártico y como vía de tomar consciencia del mismo, así como instrumento para el análisis y transformación de la realidad interpersonal e intrapsíquica. 3. El empleo de elementos expresivos (técnicas expresivas) tales como:

dibujos, música, atendiendo tanto a su carácter

expresivo-comunicativo como al catártico. 4. Enfoque centrado en la persona Rogers), como filosofía de las relaciones interpersonales y creación de un clima psicológico que facilita el desarrollo de las personas. 5. El papel y valor del espacio grupal como espacio de aprendizaje y crecimiento.

El arte como hemos señalado a lo largo de este trabajo, constituye no sólo una fuente de placer estético sino también un vehículo para la autoexpresión, el autoconocimiento, un facilitador de la necesidad de creación que reside en todo sujeto y en general para el logro de bienestar y crecimiento humano. Lo anterior ha sido Demostrado

con

el

empleo,

como

factor

terapéutico,

de

manifestaciones artísticas en el tratamiento de sujetos que por diversas causas vieron interrumpido u obstaculizado su desarrollo biopsicosocial, o sea, su crecimiento como ser humano en el sentido de poder desarrollar a plenitud sus potencialidades como personalidad. Un gran trecho se ha avanzado, pero aún nos queda camino por recorrer en la profundización de las relaciones entre arte y psicoterapia. Es de esperar y resultaría beneficioso que así fuera, el que la tendencia e interés mostrado por diversos psicoterapeutas y otros profesionales de nuestro país en cuanto a la incorporación de distintas manifestaciones artísticas a la actividad que con carácter psicoterapéutico, de rehabilitación o educativa llevan a cabo en diferentes instituciones, se mantenga e incremente en un futuro inmediato, para que de esta forma se mantenga la contribución al desarrollo de este campo y al logro de la síntesis necesarias que todos buscamos.

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