Cronicas Del Mas Alla - Sol Blanco-soler.pdf

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Índice PORTADA DEDICATORIA PRÓLOGO INTRODUCCIÓN CAPÍTULO UNO. CÓMO NOS LLEGAN LAS COMUNICACIONES CAPÍTULO DOS. LA MUERTE FÍSICA CAPÍTULO TRES. EL DESPRENDIMIENTO CAPÍTULO CUATRO. LOS PRIMEROS PASOS NO SON SIEMPRE FÁCILES

CAPÍTULO CINCO. EL TÚNEL Y LA LUZ CAPÍTULO SEIS. EN EL MÁS ALLÁ REFLEXIONES GLOSARIO BIBLIOGRAFÍA NOTAS CRÉDITOS

A todos mis seres queridos que ya no están aquí...

«LA DANZA DE LA MUERTE» PRÓLOGO DE JAVIER SIERRA Ocurrió en Tallin, la capital de Estonia. Los responsables de su Feria del Libro me habían invitado a dar una conferencia inspirada en la última de mis novelas cuando, sin estar en agenda ni anunciármelo, descubro que me han dejado una tarde libre, sin cicerone ni recomendación alguna, en una ciudad en la que es casi imposible moverse

hablando inglés. Allí la lengua franca — aunque en decadencia— todavía es el ruso. Era mi primera visita a Estonia. No había tenido ocasión ni de comprarme una mala guía turística en el aeropuerto así que, sin preparación ni expectativa alguna, me dejé llevar por el ritmo suave de sus apenas cuatrocientos mil habitantes y aguardar a que algo me sorprendiera. Estaba a punto de caer el sol cuando una iglesia levantada sobre un promontorio ajardinado me llamó la atención. Hacía un buen rato que había dejado las murallas medievales del centro histórico, su museo de cuentos infantiles, e incluso alguna que otra

conversación sobre los fantasmas que supuestamente moran en las torres vigía de sus Linna müür. Creía haber tomado ya buena nota de lo más pintoresco. Por eso, aburrido y sin muchas esperanzas de remontar una tarde anodina, me dejé arrastrar hasta aquel templo. Era la iglesia de San Nicolás. Kirik Niguliste. Siglo XIII. Un edificio de factura oscura, de un gótico mal entendido, que sin embargo me cautivó enseguida. Quizá debí haber recordado aquella máxima de Heráclito de Éfeso, un predecesor de Platón conocido como El Oscuro, que decía que «sin esperanza se encuentra lo inesperado», porque eso fue precisamente lo que sucedió.

Era difícil deducir desde afuera que aquel recinto sacro cobijaba una de las pinturas más desconcertantes a las que puede enfrentarse un buen amante del arte: una «danza macabra». La de San Nicolás, por otra parte, era espectacular. Había sido ejecutada por Bernt Notke en 1475 sobre varias tablas enormes y mostraba a un grupo de hombres y mujeres de diferentes estratos sociales — un rey, un obispo, un príncipe y hasta un papa— danzando en compañía de siete esqueletos animados y semidesnudos de quienes les precedieron en vida. Aquella «danza» se desplegaba con una parsimonia y eficacia desconcertantes. De hecho, tardé un buen

rato en darme cuenta de qué era lo que me desasosegaba de la escena, pero finalmente lo comprendí. Eran los esqueletos. Parecían felices. Pletóricos. De hecho, los únicos que bailaban. Como si habiendo desencarnado habitaran ahora en un mundo más satisfactorio. E inevitablemente, hipnotizado por la fuerza de la pintura, recordé los relatos de tantos médiums, místicos, contactados, curanderos y «cazadores de psicofonías» que defienden desde hace décadas ese mismo mensaje: que la Muerte nos iguala a todos y nos arrastra —si se asume como se debe— a una existencia... superior. Reconozco que llevo años resistiéndome a aceptar esa premisa, pero

admito sin pudor que me fascina. Por eso he aceptado prologar este trabajo de Sol Blanco-Soler, en el que una mujer que lleva años encontrándose con personas que aseguran haber levantado el velo de la vida y haber echado un vistazo al «Más Allá», se ha decidido a compilar esos testimonios y a ofrecernos un mapa del «Otro Lado». Conocí a Sol cuando yo todavía era un estudiante de bachillerato. Por aquel entonces su nombre aparecía con cierta frecuencia en la prensa asociado al Grupo Hepta, un heterogéneo colectivo de profesionales que se dedicaba a estudiar fenómenos presuntamente paranormales bajo la discreta batuta del sacerdote jesuita José

María Pilón. Se hicieron famosos por su trabajo en el Palacio de Linares y el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid, pero su currículo de trabajos de campo era impresionante. En 1993 tuve la oportunidad de acompañarles a la investigación de varias «casas encantadas» y comprobar de primera mano su enfoque riguroso mientras disfrutaba de la riqueza de sus puntos de vista para encarar esos misterios. Años después incluso fui testigo de cómo entrevistaban a uno de los médiums citados en estas páginas — el «hermano Francisco»—, y lo que nació

como una relación nacida sobre la curiosidad ha terminado por desembocar en el afecto mutuo y la amistad. Con todo, ese cariño no me impide apreciar la enormidad de la empresa que descansa bajo el trabajo de Sol BlancoSoler y sus compañeros del Grupo Hepta. Su enfoque en estas páginas es valiente. Nada dogmático. Se ha situado del lado del lector y ofrece una panorámica de las muy dispares fuentes que han vislumbrado ese reino de ultratumba en el último siglo. Con acierto, la autora ha dejado de lado las grandes doctrinas religiosas, pero ha descubierto que muchas de las premisas de estas se repiten entre canalizadores y personas

que han superado una «experiencia cercana a la Muerte». Según se desprende de este trabajo importa, y mucho, el ánimo con el que morimos. De algún modo este calibra el peso de nuestra conciencia. Y da la impresión de que, igual que cada uno de nosotros tenemos una vida distinta, en el «Otro Lado» también gozaremos de un «Más Allá» personalizado, acorde a nuestro — llamémoslo así— nivel evolutivo. Es obvio que no debo, ni puedo, poner ni quitar peón en este juego de informaciones y ensueños, pero al hilo de la lectura de estas páginas no deja de sorprenderme lo actual que aún es la «danza macabra» o Totentanz de Tallin

—que visité semanas antes de que Sol me encomendara este texto introductorio—, y que me recuerda la gran lección que he aprendido leyéndolas: vivir y morir se parece mucho a bailar. Si nos resistimos al ritmo, tropezaremos y lo pasaremos mal. Si nos adecuamos a él y aceptamos la música que nos impone la biología, compartiremos alegría con los esqueletos que nos acompañan. Ahora, la decisión de hacerlo o no depende de cada uno de nosotros.

INTRODUCCIÓN

Para el hombre, la Muerte es un acontecimiento tan evidente como el nacimiento o la puesta del sol. SOL BLANCO-SOLER

Para el hombre antiguo, que vivía pestes, guerras y su vida media era un tercio de la actual, la muerte era algo tan normal que al final de la Edad Media, los best seller fueron el Ars Moriendi —El Arte de Morir—, género literario que fue el más popular y difundido en los países europeos. Este pensamiento predominó hasta el siglo de la Razón, cuando el hombre se creyó capaz de desentrañar todos los misterios con el solo uso de su inteligencia. Con pequeños oasis de espiritualidad, el hombre fue

decantándose hacia la Ciencia y la Tecnología, y la espiritualidad fue relegada, perdiendo valor. Es cuando priman la observación y el raciocinio, y los laboratorios emergen como santuarios. Baroja sentenció: «La ciencia es la nueva religión». Emborrachándose de conocimientos científicos, el hombre llegó a decir por boca del poeta Bartrina: «Todo lo sé». Para el materialismo científico todo podía explicarse a través del conocimiento positivo, y aquello que no se conocía a través de este método era sencillamente porque no existía. En ese mundo positivista y materialista, el comunismo terminó poniendo la guinda

del pastel. La trascendencia después de la muerte era una elucubración, un concepto al que se agarraba el ser humano para reducir su inseguridad. La ruptura con esta escala de valores empezó ya a comienzos del siglo XX cuando los «ismos» literarios y artísticos protagonizaron un grito generalizado de protesta contra la situación en la que el hombre vivía. La Relatividad de Einstein, la Incertidumbre de Heisenberg o el mundo Cuántico de Planck empezaron a sacudir al ser humano y le hicieron enfrentarse a una nueva realidad. Es también cuando Jung piensa que las perturbaciones psíquicas del hombre

tienen su raíz en el desconocimiento por parte de los psiquiatras de sus necesidades espirituales; o cuando Grof cree que la muerte es una puerta que derrumba nuestras concepciones materialistas y nos conduce a descubrir de nuevo la espiritualidad. A mediados de los sesenta del siglo XX surgieron varios movimientos que renovaron el sentido de la trascendencia. El movimiento Hippy con su rechazo, entre otras cosas, a la sociedad materialista, abre una ventana de aire fresco defendiendo la eclosión de los sentidos, la intuición, la sensibilidad, la creatividad, la belleza, la espiritualidad y el amor.

La gnosis de Princeton, en 1969 en Pasadena (Estados Unidos), pretendió aunar lo religioso con lo científico asegurando que el universo material no es sino un tapiz visto desde su revés, y que el espíritu prima sobre la materia. «Para comprender las leyes de la organización social, el amor o la lengua —aseguraron — tendremos que acudir a una Fuente, a una Unidad, a un Orden universal, regido por un Maestro desconocido.» Para ellos, a nuestra muerte volvemos a Dios.1 Fue también a finales de los sesenta, concretamente en 1969, cuando surge en Estados Unidos el movimiento transpersonal, que retomó las

experiencias místicas de Oriente y de Occidente. Esta corriente, que incorporó el estudio de la conciencia y la dimensión espiritual como esencia de la naturaleza humana, empezó en la psicología. Ahora está empapando ya otras ciencias como la antropología, la economía o los estudios sociales en las universidades de todo el mundo. Para los transpersonales, la expansión de la conciencia es una experiencia necesaria para trascender las fronteras habituales del cuerpo y las limitaciones del espacio tridimensional y del tiempo lineal. El mundo es una estructura energética fluida y existe una conciencia —energía que obra en el

Universo—.2 Los transpersonales tienen una visión espiritual. Para ellos, como para aquellos que han tenido una experiencia al borde de la muerte, solo cuentan el amor y el servicio. Para ellos, el hombre es cuerpo y mente, pero también espíritu. David Peat, autor de Sincronicidad, sugiere que hay una inteligencia objetiva u ordenamiento creador dentro de la naturaleza y que las simetrías de las partículas elementales podrían dar un indicio de tal potencial formativo, es decir, de algo que básicamente no existe en el mundo material, pero que de todos

modos se manifiesta a través de los fenómenos de la materia cuántica. Según este autor, este poder generativo «no puede estar solo dentro de los mundos mentales y materiales, sino que tiene su lugar en algún fundamento todavía inexplorado que está Más Allá de las distinciones de los dos mundos».3 Todo parece indicar que la corriente del Conocimiento se encamina hacia una realidad no material. Dos grandes físicos como James Jeans y Arthur Stanley llegaron a una idéntica conclusión: el universo se parece más a una gran idea que a una gran máquina.

Libros como El retorno de los Brujos, de Jacques Bergier; La conspiración de Acuario, de Marilyn Ferguson; o El Tao de la Física, de Fritjof Capra, nos están poniendo en marcha. La vuelta a la espiritualidad y al concepto de que el hombre es algo más que materia física va a caracterizar los próximos tiempos. Esta es una de las razones que me han hecho elegir este tema: poner mi gota de agua en esta corriente que está expandiéndose por nuestro planeta. La otra razón para abordar este tema es que al pertenecer a un equipo como el nuestro, el equipo Hepta, he investigado muchos casos en los que el Más Allá ha

sido claro protagonista a pesar de que una gran parte de nuestro entorno suele ignorar el arte de viajar a la otra vida. Muchos de los creyentes cuya fe se basa en la resurrección suelen adoptar la misma actitud que los no creyentes, para quienes esta vida nuestra termina en una noche infinita o en la nada. A los escépticos decirles que solo con nuestra muerte descubriremos finalmente la realidad de nuestra supervivencia, pero hasta ese momento lo único que podemos hacer es buscar indicios en fuentes como las que se recogen en este libro.

Estas experiencias que se han ido acumulando en estos últimos años parecen indicar que algo de nosotros sobrevive a la muerte física y que esa realidad se rige por unas leyes universales que se aplican a cualquier ser humano, tenga las creencias que tenga. A la hora de consultar libros sobre la muerte, sobre los médiums y sobre la transcomunicación, lo que más me chocó fue que este material originario de latitudes y personas diferentes estaba disperso, pero tenía muchos puntos en común. Era como si la misma historia me la estuvieran contando con palabras distintas. El núcleo de la historia no variaba. Existía una pauta evidente que

describía el momento de la muerte y los distintos pasos que seguimos en el Más Allá. Todas las versiones coincidían en que la muerte no es más que una puerta que se nos abre a otra realidad, que nuestra vida continúa con nuestra identidad, nuestra personalidad y nuestros recuerdos, que nuestro desarrollo espiritual determinará la calidad de nuestra vida en la próxima dimensión, y que esa vida que a todos nos espera es más rica e intensa que la que vivimos aquí. Como más tarde o más temprano todos tendremos que viajar al Más Allá en un viaje extraño, sin maletas y sin

billete de vuelta, y como no existen guías turísticas que consultar ni embajadas donde acudir, pensé que podría tener interés para ustedes recopilar toda la información que hasta mí había llegado, información que viene a contarnos qué nos pasa cuando fallecemos y cómo es o será esa vida en el Más Allá —vida que algunos describen, como Raudive en una psicofonía, como «radiante, maravillosa y que no se parece en nada a cómo nos la describen los predicadores...». Con cierta deformación periodística voy a utilizar la fórmula de las crónicas, que son un modo de narrar temas de actualidad con un orden en el tiempo, y mis fuentes serán las comunicaciones que

se han recibido del Otro Lado, por medios de transcomunicación mediúmnica o instrumental. Sol Blanco-Soler

CAPÍTULO UNO CÓMO NOS LLEGAN LAS COMUNICACIONES

Trato de llegar a los que han pasado al Otro Lado para ponerles de nuevo en

comunicación con los seres queridos que dejaron aquí. Para ser más exactos, los muertos me hablan a mí. JOHN EDWARD4

LA MEDIUMNIDAD

Tenemos que recordar que un médium es la persona que tiene la capacidad de contactar con niveles distintos al nuestro y es un elemento esencial para recibir cualquier tipo de información porque es el intermediario que recibe los mensajes. Desde época reciente, a la mediumnidad se le llama canalización y es un fenómeno en el que distintas personas normales parecen dejarse utilizar o recibir mensajes de otra personalidad,

transformándose en un canal para la comunicación. El doctor Thomas J. Hudson, autor del libro The law of Psychic Phenomena, dice que el hombre que niega hoy los fenómenos mediúmnicos no merece ser llamado escéptico: es simplemente un ignorante. Parece ser que los individuos más aptos para convertirse en canal son aquellos que comparten relajación, espontaneidad y simpatía, aquellos que tienen una tendencia a la percepción global y no fragmentaria, una imaginación particularmente viva, un alto grado de curiosidad y creatividad y un sentido de la autotrascendencia.

«Los guías y maestros que hablan a través de mí —dice el gran médium Kevin Ryerson— son esencialmente energía y me limito a actuar como un teléfono humano o como un receptor radiofónico.» 5 «He intentado ponerme en contacto con usted muchas veces, pero no tenía la suficiente energía para transmitir el mensaje», dice una comunicación.» 6

Estas entidades afirman que transmiten desde otro nivel o dimensión de la realidad más elevado de la que tenemos nosotros.

«Somos portavoces, un grupo de entidades que vivimos en un universo conceptual diferente en otra realidad distinta a la vuestra.» 7

Parece ser que el Más Allá tiene una vibración más alta que nuestro mundo — por eso, para nosotros no es perceptible — y existe la teoría de que los médiums que entran en un estado alterado de conciencia poseen índices de vibración variable y son capaces de elevar su propia vibración teniendo así acceso a esa información privilegiada. Se trata de establecer el contacto con la vibración acertada, como con la electricidad, la luz, la radio o la televisión. La energía esta

ahí, pero necesita la señal adecuada para canalizarla. El físico Saul-Paul Sirga de Berkeley (California, Estados Unidos), y el parapsicólogo e investigador médico Andrija Puharich aceptan la posibilidad de centenares de dimensiones que pueden existir Más Allá de la realidad espaciotemporal con la cual estamos familiarizados.8 Algunas fuentes se identifican a sí mismas como seres de luz. «Somos seres de luz, capaces de navegar en la cuarta dimensión, así como en la quinta y en dimensiones superiores. Nosotros hemos evolucionado Más Allá

del plano causal y procedemos de la realidad que vosotros llamáis 9 multidimensional.»

Los contenidos pueden llegar al médium por caminos muy diferentes. Diríamos que cada canal está especializado en alguno de ellos. Podríamos comparar al médium con la música: algunas personas preferirán tocar el piano, otros el chelo o la batería; unos compondrán y otros se sentirán a gusto siendo miembros de una orquesta. Según los dones con los que nace, cada médium buscará sus caminos de expresión: la

escritura automática, la clariaudiencia, la clarividencia, la telepatía, la visualización o la incorporación.

DESDOBLAMIENTO O VIAJE ASTRAL El matrimonio Givaudan «Me sentí proyectado fuera de mí mismo, pegado contra el techo de mi habitación. Sin duda alguna era yo mismo quien pensaba. Tenía un cuerpo que flotaba de aquí para allá, un cuerpo extrañamente blanco y luminoso. Descubrí que mi cuerpo astral parecía

dotado de facultades sensitivas infinitamente más desarrolladas que las que tenía en mi estado material.» 10

Esto nos lo cuenta Daniel Meurois Givaudan quien, junto a su mujer Anne, perfeccionó a partir de esa primera experiencia las técnicas del viaje astral, encontrándose en una dimensión diferente a la nuestra en la que todo se revela como un estallido de belleza. Es en esa dimensión donde contactaron con un ser vestido con ropajes blancos que les fue enseñando esa otra cara del espejo. La primera experiencia de Daniel fue espontánea e imprevista. Le ocurrió una noche en la que se disponía a dormir. Era

la misma que cientos de personas han contado en momentos cercanos a la muerte y que otras muchas practican voluntariamente. Me estoy refiriendo al Viaje Astral. Arthur Koestler, escritor e investigador científico, aseguraba que gracias a sus experiencias fuera del cuerpo había perdido el temor a la muerte. «Flotaba en un río de paz y, en un instante, ni yo ni el tiempo existíamos. Contemplaba una maravillosa belleza, en comunión con lo más elevado, siendo uno con lo divino.» 11

El Viaje Astral es una especie de desdoblamiento por el cual el cuerpo físico permanece y otra parte de nosotros mismos, con memoria, voluntad y, en fin, todas nuestras características, accede a planos existenciales desconocidos para nuestra percepción habitual. Si viajamos por el astral, nuestro nuevo cuerpo permanece en todo momento unido al físico por un cordón plateado y flexible por el que corre la energía vital. Parece ser que este cordón se rompe con la muerte produciéndose la disociación definitiva entre el cuerpo físico y el cuerpo energético que nos sobrevive.

Al poco tiempo de esta primera experiencia de Daniel, Anne —su mujer — también aprendió la técnica del Viaje Astral y juntos se trasladaban a esas dimensiones —según ellos maravillosas — en las que no estaban solos, porque pronto se dieron cuenta de que alguien les estaba esperando: «El ser me miró largamente con sus ojillos profundos. Nunca me había sido dado contemplar un rostro tan oblongo, una silueta tan esbelta ni un cuerpo tan armonioso. La piel de este singular personaje era ligeramente azulada, extraordinariamente pálida y de gran belleza. Su ropa era sencilla: una túnica y unos pantalones sedosos. El mundo que

en este instante te abre sus brazos —me dijo— es tan real como el que has conocido hasta el presente. Nada has de temer ni de él, ni de mí. No somos fruto de tu imaginación.» 12

Este ser les explicó que esa realidad fantástica que experimentaban existe en una longitud de onda distinta a la que corresponde a la Tierra. Las partículas que la componen vibran con una frecuencia infinitamente superior a la de nuestro universo cotidiano y, por eso, no está al alcance de nuestros cinco sentidos.

«Todo cuanto mis ojos astrales podían captar estaba revestido de una singular luminosidad. Los rojos, los amarillos, los azules, todos los colores adquirían un ropaje fluorescente. Todos los objetos que me rodeaban, hasta el más insignificante de ellos, emanaban visiblemente una energía vital.» 13

Con este guía insólito, y día tras día, este matrimonio recorrió esos parajes en los que las músicas, los colores y las gentes son diferentes a nosotros, descubriendo secretos sobre el nacer y el morir. Se estarán preguntando por qué se les permitió esta experiencia. El hombrecillo de piel azulada les dijo: «Cuando hayáis entendido bien la

realidad de este mundo, quiero que hagáis partícipes de vuestra experiencia al mayor número de hombres posibles». Y es que en muchas de las comunicaciones que se siguen recibiendo de esas dimensiones desconocidas existe un evidente interés en darse a conocer, en darnos información sobre la realidad en la que sobreviven. «Para el mundo terrestre es muy importante saber lo que ocurre aquí — repiten.» 14

TELEPATÍA Y CLARIAUDIENCIA

En Parapsicología se llama Clariaudiencia cuando el médium o el sensitivo reciben la comunicación a través del oído. A veces escuchan la voz sin poder determinar cómo la escuchan.

El círculo de Findhorn

En la costa septentrional de Escocia, cerca de Inverness, está ubicada una Fundación que se creó en 1962, según los dictados de unas comunicaciones que recibieron Dorothy MacLean y Peter y Eileen Caddy.15 En 1953, Eileen Caddy había sentido por primera vez una pequeña voz en lo hondo de su ser.

Eileen Caddy, creadora del Círculo de Findhorn.

El paraje era inhóspito, arenoso, árido, y el terreno sin vegetación producía un efecto desolador. Parece que los remitentes de las comunicaciones habían sido los devas —espíritus cósmicos encargados de proteger las plantas y la naturaleza—. Se dice que tienen los devas un poder extraordinario, que son inteligentes y que poseen la clave de la evolución de las criaturas que tutelan, como son los minerales, los vegetales y los animales. A través de mensajes telepáticos fueron aleccionando

a estas tres personas en cómo tenían que sembrar, fertilizar y cultivar. Expertos en agricultura no han encontrado una explicación del fenómeno y se cree que es el resultado de una interacción entre la mente humana y las plantas. Ahora la gente conoce el lugar como «los jardines mágicos». Dicen que es un centro poderoso de energía benéfica y se ha creado un centro de meditación y de retiro para aquellos que buscan la espiritualidad.

El caso de Belline16

Belline, después de muchos años de experiencias como médium, tuvo la desgracia de perder a su hijo Michel en un trágico accidente de tráfico. Pasó por el sufrimiento natural del duelo hasta que un día, angustiado por el dolor y viendo que su mujer no era capaz de superar la prueba, llamó mentalmente a Michel, y este le contestó, y el padre reconoció la voz del hijo. Durante varios meses se estableció un diálogo entre los dos: Belline: ¿Existe vida en el Más Allá, Michel? Hijo: Inimaginable para vosotros. Belline: ¿Volveremos a encontrarnos?

Hijo: Volveremos a encontrarnos, papá. Ahora tengo una mansión de luz. Algún día será todavía mejor. Belline: ¿Qué es ese Más Allá? Hijo: Otro mundo, un sueño, indescriptible con palabras. Un lenguaje. Movimiento, transparencias, ideas... Belline: ¿Cómo se efectúan nuestras comunicaciones? Hijo: Tú emites ondas y yo las recibo.

«No soy un enfermo ni un fanático —escribe Belline—. Mi existencia no puede ser más sencilla ni menos exaltada. No pertenezco a ninguna religión formal, a ninguna secta dogmática. No soy

espiritista. Podría decir que me debato solo con Dios, sin poder definirlo. Soy un creyente sin definición».17 Para Belline, lo esencial es pasar el mensaje. «Mi sinceridad —asegura— puede abrir la vía para otros diálogos, lo que hará que la ciencia tenga que enfrentarse seriamente con estos testimonios.»

LA ESCRITURA AUTOMÁTICA

La persona coge una pluma, lápiz o bolígrafo, se pone delante de una hoja de papel, apoya en ella el lápiz y trata de dejar la mente en blanco. Al poco tiempo

la mano, como impulsada por una fuerza ajena al escribiente, se pone a garrapatear escritura.

Ejemplo de escritura automática. Pierre Monier

Así fue como Pierre Monnier se puso en comunicación con su madre. Pierre era hijo único de una familia de la alta burguesía francesa. Murió el 8 de enero de 1915 en el frente de Argonne, bajo el fuego alemán. Tenía 23 años y sus padres se quedaron totalmente hundidos. Poco después de su muerte, la señora Monnier, su madre, oyó la voz de su hijo, que la llamaba tres veces seguidas. Emocionada, preguntó: «¿Eres tú, Pierre?». Y oyó claramente decir a Pierre: «Claro que sí, mamá, estoy vivo». Tres años después, el 5 de agosto de 1918, Pierre vuelve a ponerse en contacto

con su madre para decirle: «No pienses en nada y escribe...». Y desde entonces, y durante 19 años, madre e hijo se comunicaron a través de la escritura automática, y el contenido se materializó en siete volúmenes de 450 páginas cada uno.

Roland de Jouvenel

Roland de Jouvenel fue un joven francés que murió en 1946 de una septicemia generalizada esperando inútilmente que un avión especial le trajera el antibiótico que le salvaría la vida. Tenía 15 años y a los pocos meses empezó a comunicarse

también con su madre a través de la escritura y siguió haciéndolo hasta 1969. Al principio de sus trasmisiones le dijo: «¡Mamá, mamá! ¡Si pudieras verme te sentirías cautivada! Me encuentro en medio de irradiaciones. Círculos de todos los colores me rodean, mil sinfonías estallan alrededor. ¡Soy feliz, muy feliz! Mamá, cada uno se alimenta de lo que da a los demás —fue su último mensaje.»

Frederik Myers

Frederik Myers vivió a finales del siglo XIX. En 1882 fue uno de los fundadores de la Sociedad para la Investigación de los Fenómenos Paranormales en Gran Bretaña, la SPR. Era filólogo de lenguas clásicas y dedicó parte de su vida a la investigación de la mediumnidad, buscando en todo momento pruebas que evidenciaran la supervivencia del ser humano. Ha pasado a la fama por el caso que protagonizó desde el Más Allá junto con otros dos investigadores de la época: Gurney y Sidgwich. Los tres, una vez fallecidos, contactaron con tres médiums que se hallaban dispersas por el mundo: Leonora Piper, en Boston; Mrs. Verrall, en Cambridge; y Alice Fleming —

hermana de Rudyard Kipling— en la India. Las tres mujeres recibieron mensajes firmados por cada uno de los investigadores fallecidos, mensajes que separadamente no tenían ningún significado. Recibieron el ruego de que los transmitieran a la SPR de Londres. Al ensamblar los tres mensajes tuvieron sentido y en el mundo de la Parapsicología conocemos este caso como La correspondencia cruzada de Myers. En uno de los mensajes, realmente curioso, Myers nos dice: «Tengo la impresión de estar detrás de una lámina de cristal esmerilado que borra la visión y amortigua el sonido,

dictando débilmente secretaria.»

a

una

obtusa

Myers, emisor de la correspondencia cruzada desde el Más Allá.

LA OUIJA

Casi todo el mundo ha oído hablar del tablero ouija, del que algunos dicen que tiene siglos de antigüedad y otros aseguran que su inventor fue Elijah J. Bond y William Fuld de Baltimore (EE. UU.) en 1892. Este tablero tiene fama de atraer a entidades de poca evolución, pero hay que reconocer que seduce a la gente de una forma increíble, y por eso su práctica es muy peligrosa para jugadores sugestionables e inmaduros. Cualquier

instrumento afilado es útil para un adulto, pero se convierte en un objeto muy peligroso en las manos de un niño.

Una ouija.

Hay quien empezaría la época moderna de la Canalización con Edgar Cayce, que murió en 1945, y que sigue siendo el canal americano más conocido. Era hijo de unos granjeros de Kentucky, y a lo largo de su vida desarrolló capacidades mediúmnicas, así como facultades para diagnosticar enfermedades. Le llamaron el Profeta Durmiente porque muchos de sus trances eran autoinducidos y en ese estado de semivigilia exponía toda clase de profecías y vaticinios. Para guardar toda su obra, promover su estudio y difundir sus trabajos, en 1932 se creó en Virginia Beach una fundación: la Asociación para la Investigación y la Iluminación.

Seth y Jane Roberts

Jane Roberts, sin embargo, saltó a la fama porque recogió sus experiencias en un libro.18 Una mañana de 1963, en su piso de Elvira (Nueva York), la novelista Jane Roberts tuvo su primer encuentro con la Canalización, y sus experiencias duraron hasta su muerte en 1984. «Una avalancha fantástica de ideas nuevas inundó mi cabeza, con una fuerza tremenda — contaría más tarde Jane—. Era como si mi cráneo fuera una especie de estación receptora que había subido el volumen de

forma insoportable.» Trastornada por la experiencia y secundada por su marido, el pintor Robert Burts, comenzaron a experimentar con el tablero ouija y en él pronto apareció Seth, que se definió como una conciencia individual, una personalidad en esencia energética que ya no se ajustaba a la realidad física.

LA VISUALIZACIÓN

Kevin Ryerson descubrió la canalización a través de una experiencia con la meditación y sus estados alterados de conciencia. «Los guías y maestros que hablan a través de mí son esencialmente

energía —comenta en sus libros y conferencias—, y me limito a actuar como un teléfono humano o un receptor radiofónico. La motivación que tienen las fuentes para hablar conmigo cuando estoy en estado de trance —asegura— no es otra que la de ayudar a facilitar el bienestar individual y colectivo.»19

Ramtha y Knight

Estaba en la cocina bromeando con su marido cuando sus ojos recorrieron una esquina de la habitación. Lo que vio se parecía a un puñado de oro y plata que relucía como un rayo de sol. En medio de

la luz había un ser enorme que le sonreía diciéndole: «Soy Ramtha el Iluminado, y vengo a ayudarte». Estas experiencias pueden ocurrir espontáneamente, y así le ocurrió a Knight, esta ama de casa americana. Shirley MacLaine divulgó las enseñanzas de Ramtha en su libro Bailando en la luz, y la historia de este contacto está recogida en un libro escrito por esta mujer.20

Knight, contacto de Ramtha.

En síntesis, Ramtha asegura ser un líder espiritual que vivió hace muchísimos años en la India. Su mensaje central es que «el hombre es parte de Dios, aunque no es consciente de ello».

Joyce Morgan

Existe un caso muy curioso de mediumnidad: el de Joyce Morgan. Bueno, debo decir que existía porque, por desgracia, Joyce nos dejó hace algunos años. Tuvimos ocasión de conocerla porque sabíamos que residía en Fuengirola, y allá nos fuimos el Grupo Hepta.

El marido de Joyce se llamaba Tom y era sanador. Falleció en 1999. Los dos llegaron a España en 1982, ella ya con cincuenta y ocho años y él con sesenta y cinco. Después de varias dificultades consiguieron construirse poco a poco su casa, con jardín y una piscina con dibujos de delfines. Bautizaron su hogar con el nombre de Serendipity, que significa «el regalo de encontrar algo de valor en un lugar inusual». Joyce se situaba frente a ti y visualizaba tus espíritus guía. Como era una experta en dibujo —uno de sus primeros trabajos consistió en diseñar pósters—, Joyce reflejaba en una lámina lo que veía. A veces el personaje

dibujado era reconocido de inmediato. Otras no era así, pero al volver a casa y consultar los álbumes antiguos muchos descubrían al personaje que estaba tutelando su vida. Lo normal era que los personajes que aparecían en sus dibujos fuesen miembros queridos de la familia del consultante, amigos o conocidos. Quizá también personas que creen no habernos ayudado en vida lo suficiente y quieren enmendar de este modo su comportamiento.

LA INCORPORACIÓN

Dentro de la mediumnidad existe el fenómeno de la Incorporación como vía de comunicación con los ya fallecidos. El mecanismo consiste esencialmente en que el espíritu utilizaría el cuerpo físico del médium con un fin determinado: la comunicación de un mensaje o la realización de alguna acción que él ya no puede acometer. La médium Dorothy declara: «El espíritu se apodera de mi cuerpo, mi mente, mi voz, utilizando mis cuerdas vocales para sus mensajes. No solo utilizan mi energía, sino también la energía de todos los que están presentes.» 21

Rosemary musical

Brown

o

la

composición

Rosemary Brown era inglesa y se hizo famosa en la década de los setenta del siglo XX por su capacidad de componer música. Durante años, sus manos fueron guiadas por el espíritu de grandes maestros de la música que seguían creando partituras a través de ella. Era una mujer ignorante en el terreno musical y, sin embargo, los expertos se sorprendían con lo que salía de ella porque atesoraba el estilo y las características de los grandes maestros.

Desde su infancia, Rosemary Brown tuvo dotes psíquicas. En su adolescencia se le apareció un Franz Liszt de cierta edad que le dijo que era músico y que algún día, él y otros amigos suyos volverían para comunicarse con ella. Los músicos ingleses se sintieron muy afectados por la difusión mediática de lo que ellos creían una broma o un fraude y convocaron a los mejores expertos en músicos clásicos para que emitieran su opinión.22 Ian Parrot, profesor de la Universidad de Gales; Humphrey Searle, especialista en la música de Liszt; y el doctor Lloyd Wepper, director del Conservatorio de Música londinense

fueron unánimes: «Cada obra posee las características de cada compositor», afirmó Ian Parrot. «Debo admitir que cada pieza musical se corresponde a los autores que menciona la señora Brown», reconoció Humphrey Searle. El propio doctor Lloyd Wepper admitió que la música que transmitía Rosemary revelaba el estilo de los compositores y que, dada su falta de cultura musical, era imposible su intervención. «Por ello —terminaba diciendo— habrá que aceptar que su música proviene de fuentes desconocidas.» En 1979 se publicó un disco con el contenido de estas inspiraciones fantasmales.

Rosemary Brown, médium musical.

Es difícil demostrar cuál es el origen de esta información musical. ¿Son realmente comunicaciones con los músicos ya muertos, o estas melodías

podrían haber quedado en suspensión en el espacio y captadas por personas ultrasensibles? Esta última hipótesis no es tan descabellada puesto que existe la teoría de La Canción de Ur, según la cual existen pautas melódicas arquetípicas presentes en el universo. Y podríamos acogernos también a la Teoría de los Campos Morfogenéticos de Rupert Sheldrake, el bioquímico inglés, según la cual todos los seres vivos son capaces de acumular y archivar sus conocimientos y sus comportamientos en unos campos específicos y comunes. Algunos autores opinan que esta teoría es más científica que las ya conocidas como «registros akásicos» o «inconsciente colectivo».

Gasparetto, Medrano y Antón: la creación pictórica

Del mismo modo que Rosemary Brown sirvió de intermediaria entre nuestro mundo y los compositores famosos, otras personas son capaces de enlazar este presente con pintores fallecidos. Estos son los casos de Gasparetto, José Medrano y Florencio Antón. Entran en trance y, con las manos embadurnadas en pintura a modo de pinceles, realizan cuadros en el mismo estilo que poseían los artistas. Ni siquiera miran los lienzos, pero poco a

poco sus manos y a veces sus pies extienden los pegotes de pintura que en pocos minutos se transforman en maravillosas obras con el estilo inconfundible de Rembrandt, Da Vinci, Giotto, Renoir, Monet, Manet, Van Gogh o Matisse. Según estos médiums, los pintores ya muertos que no buscaron más que la fama quieren ahora hacer el bien con su pintura. Estas pinturas, una vez realizadas, se venden para ayudar a niños necesitados. Luis Antonio Gasparetto tiene en la actualidad sesenta años, y es psicólogo clínico. Sus inicios en la mediumnidad los hizo de la mano de su madre, líder espiritista y médium como él. Durante una

gira por España en 1984 dejó un legado de sus obras que actualmente se conservan en el museo de la Asociación Parapsicológica Villenense. Cuando le preguntan cómo lo hace, responde: «Son ellos los que trabajan y los que se valen de mí para llamar la atención y demostrar que existe vida después de la vida».

Luis Antonio Gasparetto y José Medrano, médiums pintores.

José Medrano es licenciado en Filosofía y Letras y funcionario del Ministerio de Trabajo brasileño. Para explicar este tipo de mediumnidad, Medrano cuenta que «percibo a esos seres como el negativo de una película en blanco y negro. Tienen corporeidad, pero como en una película sobreexpuesta a la luz. Siento una especie de choque en la base de la columna que me recorre hasta la nuca. Después pierdo el control de mis brazos y ya no tengo noción ni del espacio ni del tiempo. Si me llamas, te oigo, pero tu voz suena como si viniera de muy lejos». Los cuadros de Medrano mantienen un orfelinato en Salvador de Bahía.

El más fascinante médium pictográfico brasileño contemporáneo es Florencio Antón, nacido en 1973. Es pedagogo y fisioterapeuta y está especializado en regresiones y vidas pasadas. Comenzó a pintar a principios de los años noventa. Hasta hoy Antón cuenta con más de 19.000 cuadros firmados por pintores espirituales. Con los fondos reunidos por la venta de sus cuadros fundó en 1999, y sigue manteniendo, el Hogar Vera Lucía, donde se asiste a la comunidad de Mussurunga, un barrio marginal de Salvador de Bahía. «Es preciso tener coraje y alegría siempre —asegura Florencio—. Sin ello, nuestros intentos de éxito fracasarían.

Debemos tener la certeza de que los benefactores espirituales colaboran con ese éxito nuestro.»

La incorporación para curar

La mediumnidad por Incorporación tiene versiones muy diferentes, aunque todas tienen en común que seres o entidades ya fallecidas utilizan el cuerpo del médium para realizar funciones en nuestro medio, funciones que ellos ya no pueden cumplir por carecer de los elementos físicos necesarios. Ya hemos visto a compositores y pintores que siguen creando a través de personas, pero

parece ser que una de las actuaciones más atractivas para realizar desde el Más Allá es la labor humanitaria de los médicos.

Maguy Lebrun

Una noche de mayo, Maguy Lebrun estaba leyendo en la cama mientras su marido dormía a su lado. De repente, Daniel empezó a hablar con voz femenina. Dijo ser un espíritu guía, y le preguntó si quería aceptar una misión muy especial: un grupo de médicos del Más Allá quería utilizarla para seguir curando.

Maguy era enfermera, y su marido, contable. Ambos abandonaron todo y a partir de ese momento están dedicados a esta labor.23 Uno de sus guías espirituales es Etty, una enfermera francesa de la Resistencia, hecha prisionera por los alemanes y muerta en el horno crematorio de Ravensbrück. El matrimonio Lebrun creó el grupo APRES (Association pour la recherche et l´étude de la survivance).

George Chapman

William Lang, famoso cirujano y oftalmólogo británico, trabajó como médico entre 1880 y 1914. Murió en 1937. Curiosamente, desde 1946, el doctor Lang siguió ejerciendo la medicina a través de George Chapman.24 Nacido en 1921, Chapman perteneció a los Guardias Irlandeses, estuvo algún tiempo en las Reales Fuerzas Armadas y en 1946 ingresó en el Cuerpo de Bomberos de Aylesbury. Empezó a recibir mensajes telepáticos de un compañero de este cuerpo, fallecido en acto de servicio, y también de su madre, pero el contacto que le cambiaría la vida fue el del doctor Lang, un médico de

Bretaña que ejerció su profesión en un hospital de Middlesex. Chapman, antes

de seguir conectando con él, se trasladó a la zona para verificar la realidad de su existencia.

George Chapman, médium que incorpora al doctor Lang.

Chapman dijo operar en el cuerpo espiritual con instrumentos invisibles y ayudado por un equipo de cirujanos tan invisibles como sus instrumentos; según él, son médicos espirituales que trascienden el tiempo y el espacio para curar enfermedades con inyecciones metafísicas inexplicables, con manipulaciones propias de la cirugía y, aunque parezca increíble, el paciente no siente el más mínimo dolor en toda la intervención. La hija y la nieta del doctor Lang aseguran reconocer a su padre y abuelo —respectivamente— cuando Chapman le incorporaba. Al hablar del médico fallecido, Chapman decía: «El verdadero

retorno de su espíritu no es solo para curar a los enfermos, sino también para tocar el alma y darnos mayor percepción y comprensión de la realidad espiritual».

Stephen Turoff

El ejemplo del doctor Lang no es el único. Stephen Turoff es un sanador británico que incorpora al doctor Khan.25 Joseph Abraham Kahn vivió en Stuttgart (Alemania) en el siglo XIX, donde ejerció la medicina. Padecía parálisis del lado izquierdo por un ataque de polio. Cuando

Stephen Turoff entra en trance, se transforma en una persona mayor, y además con este defecto físico. Turoff y Khan empezaron a colaborar —si esto puede definirse como una colaboración— en 1985. Turoff acudió a un enfermo para imponerle las manos, e inesperadamente entró en trance, pidió un cuchillo y operó al enfermo. No hay dolor en estas intervenciones y el resultado se cifra en un 70 por ciento de éxitos. Parece ser que el doctor Kahn no actúa solo desde el Más Allá. Como en el caso antes mencionado de Maguy Lebrun, un equipo de médicos y enfermeras

actúan con él. Se sabe los nombres de algunos de ellos: James, cirujano inglés; Gino, italiano; Evans y Claude, franceses. Cuando a Turoff se le pregunta cómo lo hace, no lo sabe explicar. «No lo entiendo —dice—. Dios me utiliza del modo que Él desea, y no soy yo quién para pedirle explicaciones...» Todos conocemos que los rayos X, las ondas de radio y de la televisión producen resultados visibles a través de un proceso invisible y de difícil comprensión. Posiblemente haya vibraciones que aún no hemos aislado, y una de ellas podría ser una vibración

curativa. No se trataría de milagros, sino de leyes de la naturaleza que la ciencia no ha descubierto todavía. Turoff no se cansa de repetir que la enfermedad es el resultado de pensamientos erróneos, de acciones equivocadas y de un desequilibrio del cuerpo espiritual. Curiosamente, todos estos personajes del Más Allá no se cansan de comunicar que conservan sus facultades y que quieren transmitir información, ayuda y creatividad para el perfeccionamiento de la sociedad.

El doctorcito

El médico venezolano José Gregorio Hernández es más conocido por El doctorcito. Está considerado por la Iglesia Siervo de Dios y Venerable y la causa para su beatificación sigue su curso en el Palacio Arzobispal de Caracas y en el Vaticano. Nació en 1864, ejerció la medicina con brillantez y en 1908 renunció a su profesión para ingresar en la Cartuja de Farnetta, en Italia. La fragilidad de su salud le impidió permanecer mucho tiempo en su reclusión monástica y reanudó sus investigaciones sobre la fiebre amarilla, la tuberculosis y la peste bubónica. Abrió en su casa un consultorio gratuito para los pobres. Murió en 1919 atropellado por un coche,

y rodeado de una gran aura de bondad, santidad y desprendimiento.26 Lo curioso es que, después de su muerte, muchos curanderos alegan que el doctorcito se incorpora a ellos para seguir ejerciendo su vocación. Piedad Cavero me regaló un retrato de El doctorcito «con su traje gris con chaleco, con el sombrero y el bigote que llevaban todos los señores a principios del siglo XX. No hace falta decir que El doctorcito tiene un sitio preferente en mi cuarto de trabajo.

Los médicos del cuchillo

Existe una variante de los médicos ya fallecidos que se incorporan a una persona viva para seguir ejerciendo su profesión. Me refiero a los cirujanos psíquicos que realizan intervenciones quirúrgicas en los pacientes sin que estos sufran el más mínimo dolor, ni antes ni después del proceso, y cuya piel no refleja cicatriz alguna. Su nombre verdadero era Bárbara Guerrero, pero todos la conocían por Pachita.27 Tenía una figura rechoncha, pero era una mujer risueña y simpática. Muchos testigos afirman que los pájaros revoloteaban a su alrededor siempre que aparecía. Pachita, fallecida en 1979,

diagnosticaba las enfermedades mirando las palmas de las manos de sus pacientes, o pasaba las manos por su anatomía. Algunas veces lo conseguía con solo mirar a los que acudían a ella en busca de ayuda. Pachita operó a miles de personas en México de males variados y con técnicas increíbles. Parece ser que un médico que estaba presente en una de sus operaciones se salió de la sala abrumado porque lo que había visto no podía ser, y sin embargo era. Las operaciones quirúrgicas se realizaban en un cuarto modesto, presidido por un altar de siete peldaños con imágenes de la Virgen de Guadalupe, algunos santos de la Iglesia y la efigie de

Cuauhtémoc. Su bisturí era un viejo cuchillo de monte con la hoja oxidada. Pachita, en estado de trance y con los ojos cerrados, abría la carne de sus pacientes con el cuchillo, no tenía ningún temor en hurgar en sus entrañas para extirpar un tumor, un coágulo o una esquirla de hueso. A veces sus «ayudantes» le traían alguna víscera de animal que ella injertaba tranquilamente con manos diestras y sin temblores. Cuando terminaba la intervención pasaba la mano por la herida y el enfermo podía salir por su propio pie mostrando tan solo una mínima raya roja en su epidermis. Pachita creía que eran Dios padre y el indio Cuauhtémoc, el último

emperador azteca, los que la utilizaban. Otros curanderos se justifican diciendo que es Dios el que cura y que ellos son «sus herramientas. Solo somos médiums que realizamos operaciones espirituales», aseguran. Casi todos tienen el convencimiento de que pueden utilizar la energía cósmica, que es la energía vital que tiene facultades curativas. Otro curandero psíquico famoso fue Alex Orbito.28 Realizaba sus operaciones en Filipinas y seguía la misma técnica que Pachita, penetrando los cuerpos con las manos y rompiendo las barreras de lo posible. Nació en 1939 al norte de Manila, pero no canalizaba

ninguna entidad específica, sino que, según él, se ponía en contacto con una Energía Inteligente Universal que le facilitaba las intervenciones en el cuerpo astral del enfermo, ese cuerpo sutil, el cuerpo etérico, esa envoltura invisible a nuestros ojos. José Pedro de Freitas, brasileño conocido popularmente como Zé Arigó,29 empezó a atender a sus enfermos de 1950 en el estado de Minas Gerais. Hasta su muerte en 1971 aseguró incorporar a un médico alemán, Adolf Fritz, muerto en la primera guerra mundial; a un oftalmólogo de nombre Pierre y a un ginecólogo, Katarachi,

también fallecidos. Arigó operaba a sus pacientes sin asepsia ni anestesia. Así curó a millares de personas y por su consulta pasaron más de dos millones de enfermos. Algunos aseguraron que los poderes de Arigó provenían de los minerales del subsuelo de la zona; otros alegaban que las apariciones de muchos ovnis en Minas Gerais eran las que proporcionaban a este curandero sus extraordinarios poderes. Arigó, sin embargo, seguía porfiando en que eran el doctor Adolf Fritz, Pierre y Katarachi, y solo ellos, los que curaban a sus semejantes utilizando su cuerpo. Para el profesor americano Henry Andrija, Zé Arigó representaba un desafío para la

ciencia porque no había fraude en sus terapias y las operaciones eran un éxito inexplicable. La mediumnidad es un fenómeno espectacular que siempre asombra cuando se investiga. Algunos de nuestros casos nos han dejado perplejos a pesar de nuestra experiencia y espíritu crítico. Algunos desconocedores de lo paranormal la rechazan sencillamente porque no entra dentro de sus parámetros racionales. En cualquier caso, como diría Salvador Freixedo, «hay que ser prudentes cuando nos aproximamos a estos hechos asombrosos. La credulidad

fanática puede ser muy peligrosa, pero más aún la cerrazón ante hechos innegables».30

EL MÉDIUM PARLANTE

He dejado como último ejemplo de Incorporación al médium parlante, el más frecuente. Son aquellas personas que entran en trance y las entidades hablan por su boca. Los personajes que utilizan el cuerpo de estos médiums para manifestarse no son necesariamente personas fallecidas. Pueden estar en otras dimensiones, otras realidades que pueden albergar seres vivos como nosotros, pero

con otras características —desde un extraterrestre a un espíritu que nunca haya tenido cuerpo físico. Podemos decir sin embargo que la mayoría de las entidades que se asoman a nuestro mundo a través de estos médiums parlantes son personas «desencarnadas» —como ellos las llaman—, fallecidas, que están a ese Otro Lado del espejo que nosotros llamamos Más Allá. Nube Blanca, una india piel roja que se autodefine como guía del Otro Lado, asegura: «Hace falta práctica para poder entrar en un cuerpo, quedarse ahí y hablar con claridad y fluidez.» 31

Dentro de este mundo de la mediumnidad hay mucho fraude, mucha gente sin escrúpulos que engaña al prójimo abusando de su angustia, de sus dudas y de su dolor. Sin embargo, existen grupos que practican la mediumnidad con una cierta garantía. Nunca se puede garantizar la realidad del fenómeno en un cien por cien pero, al menos, son personas amables y dispuestas a colaborar con nuestro deseo de búsqueda. La Comunidad Espírita Gran Corazón fue fundada por el hermano Pedro. Siempre he oído contar al padre Pilón sus experiencias con el hermano Pedro, quien

murió de un paro cardíaco en abril de 1993. Varias veces se ha puesto en contacto con sus discípulos: «Estoy en una dimensión maravillosa, aunque mi espíritu ya no sabe de espacios.»

El hermano Francisco

Ahora es el hermano Francisco el que dirige la comunidad. He charlado con él muchas veces. «La mediumnidad —repite — debe ser siempre un regalo a los demás y no un instrumento de lucro.» El hermano Francisco es delgado, con aire

frágil, mirada transparente y cálida. A veces le he sorprendido con un cierto aire de ausencia. Al entrar en trance inclina la cabeza, y este ademán recuerda el gesto de un pajarillo. Da la sensación de abandono absoluto. Más tarde me hablaría de «disponibilidad».

El hermano Francisco, médium de incorporación.

Solo un ruido de arcada que surge de su profundidad nos indica que alguien va a utilizarle para hablarnos a través de él. La entidad habla por su boca. Al lado de Francisco, y atento para la ayuda, siempre hay alguien de la comunidad que dialoga con los personajes que Francisco incorpora mientras suena una música relajante como fondo de la sesión. Recuerdo con ternura dos de los personajes que aquella tarde incorporó Francisco en nuestra presencia. Pronto nos dimos cuenta de que el primero no sabía que había muerto.

Personaje: Quiero agua. ¡Dadme agua, que tengo sed! Hermano Francisco: ¡Tranquilízate! ¿Qué te ocurre, hermano? Personaje: Llevo mucho tiempo perdido. He perdido la noción del tiempo y del espacio. ¿Dónde me encuentro? Hermano Francisco: Mira, estás aquí porque Dios, que es un padre de amor, te ofrece la oportunidad de comunicarte. Personaje: Estoy muy sediento y cansado. Hermano Francisco: Todo eso va a desaparecer enseguida, nada más comprendas lo que te ha ocurrido. Has muerto para el mundo, has desencarnado. Ya no tienes cuerpo

físico. Pero la muerte solo existe para el cuerpo físico porque tu espíritu, que es inmortal, se manifiesta acoplado a una mediumnidad para recibir todo aquello que necesitas para continuar con tu trabajo y tu evolución. Personaje: Pero ¿cómo es posible? Hermano Francisco: Porque todos estamos de paso por la vida, y a ti te llegó el momento. Estás desorientado porque no te has dado cuenta de lo que ha pasado. Has muerto para el mundo físico, pero ya ves que estás hablando aquí conmigo; o sea, que la muerte no existe para el espíritu. Personaje: ¿Qué hago aquí?

Hermano Francisco: Recibir cariño y fuerza, y también comprensión para todo eso que te aguarda y que aún no conoces. Personaje: ¿Estás tú también muerto? Hermano Francisco: No. No estoy muerto. Y tú tampoco. Estamos en una dimensión distinta. Yo aún sigo en el mundo físico y tú estás cerca del mundo físico acoplado a una mediumnidad, a este cuerpo que no te pertenece. Para que te podamos ayudar, solo quiero que entiendas que este no es tu cuerpo, ni esta tu ropa, ni nada de esto te pertenece. Personaje: ¿Adónde tengo que ir?

Hermano Francisco: Lo vas a descubrir por ti mismo. Pero vamos a pedirle a Dios que te conceda todo lo que necesitas para que esa comprensión y esa Luz lleguen hasta ti. Personaje: Ya no tengo sed. Hermano Francisco: Busca a Dios, hermano, porque Él te ha de dar todo lo que necesitas para seguir tu camino de evolución y de progreso. Pide luz siempre y conocimiento para seguir evolucionando. Personaje: ¿Dónde estaba todo esto que ahora contemplo? Hermano Francisco: Pues ahí, delante de ti, pero no había llegado todavía el momento de descubrirlo. Ahora sí. Con

plena conciencia de lo que eres y dónde estás. Que Dios te bendiga, hermano...

El segundo caso que presenciamos tenía cierto dramatismo, porque el protagonista era un niño que buscaba a su padre: En trance, el hermano Antonio empieza a temblar... Hermano Francisco: ¿Quién eres? ¿Qué te ocurre? El niño: Busco a mi padre. Hermano Francisco: ¿Quién eres? El niño: Soy Gabriel.

Hermano Francisco: No te conocemos, ni a tu padre tampoco. El niño: ¿Dónde está mi padre? —sollozando. Hermano Francisco: Mira, ¡tranquilízate! Si Dios lo permite, le vas a ver. ¿Sabes cuál es tu situación? El niño: No sé. Hermano Francisco: ¿Sabes que has dejado el mundo físico? Has muerto para el mundo físico. El niño: No sé nada. Soy muy pequeño y estoy muy asustado. ¿Dónde está mi padre? Estaba con él. ¿Adónde ha ido?

Hermano Francisco: Pronto le vas a ver. Pero tienes que tranquilizarte. Y no tengas miedo porque alguien va a venir a cuidarte hasta que encuentres a tu padre. Ya sabes que Dios es un padre de amor y le vamos a pedir fuerza y seguridad hasta que encuentres a tu padre. Di conmigo: «¡Señor! Haz que Tu amor y Tu misericordia fortalezcan mi espíritu para que pueda desprenderme de todo aquello que aún me liga al mundo físico. Quiero llegar hasta Ti, Señor. Dame progreso y luz para mi espíritu». El niño: ¡Ya vienen a buscarme! Hermano Francisco: Pues vete con esos que vienen a buscarte y verás qué bien vas a encontrarte...

Llegamos a la conclusión, después de oír este testimonio, que el niño iba con su padre cuando quizá un accidente de coche les separó. Estaba claro que el padre había sobrevivido.

LA TRANSCOMUNICACIÓN INSTRUMENTAL

Muchas cosas son posibles a pesar de que vuestras leyes determinan «que no lo son (comunicación recibida desde El Río del Tiempo). La transcomunicación instrumental es una forma de comunicación que utiliza medios materiales de registros

electrónicos para captar mensajes audibles, procedentes de otros planos de existencia. Se piensa que el experimentador tiene una importancia crucial, ya que no todas las personas obtienen los mismos resultados aunque manejen sofisticados medios instrumentales.

LAS PSICOFONÍAS

Todo empezó el 12 de junio de 1959, en las afueras de Estocolmo (Suecia), cuando Friedrich Jürgenson grababa cantos de pájaros para sus documentales de arte. Al escuchar las cintas comprobó

que los cantos de los pájaros se alternaban con voces de personas que le llamaban por su nombre. Una de las veces escuchó la voz de su madre: «Friedel, mi pequeño Friedel, ¿puedes oírme?». Pronto Jürgenson se dedicaría por entero a las voces, porque la evidencia se impuso: recibía con claridad y en directo mensajes del Más Allá. Jürgenson tenía contactos en el Vaticano porque con su beneplácito había obtenido la exclusiva para hacer una película sobre la basílica de San Pedro y la Sangre de San Genaro. Cuando Pablo VI fue puesto al corriente de las grabaciones de Jürgenson, y a pesar de que no era católico, el Papa le nombró

Comendador de la Orden de San Gregorio Magno y le animó a continuar con sus investigaciones.32 El siguiente gran investigador fue Constantino Raudive, que llegó a recopilar más de 70.000 voces. Muchos llaman a las psicofonías «las voces de Raudive».32 Nacido en Letonia en 1909, a partir de 1965 Raudive dedicó su vida al fenómeno de las voces siguiendo los pasos de Jürgenson. Los que tuvieron la suerte de conocerle recuerdan su radiante personalidad. Después de morir se ha comunicado con varios experimentadores. Un grupo de trabajo de

Luxemburgo, el Círculo de Estudios sobre la Transcomunicación, recibió este mensaje suyo: «Un sustrato inmaterial, sea cual sea el nombre que le deis, Principio, Alma, Espíritu, una partícula de eternidad escapa a la destrucción.» 33

Se cuenta en la revista Astra34 que, en 1952, el Padre Gemelli, famoso físico, fundador de la Universidad Católica de Milán, acompañado por el también físico, el padre benedictino Pellegrino Ernetti, estaban haciendo unos experimentos para grabar cantos gregorianos en un magnetofón de hilo. Este magnetofón era

complicado porque el hilo se rompía con frecuencia. Una de las veces, el padre Gemelli exclamó: «¡Papá, ayúdame!». Acostumbraba a evocar a su padre, fallecido hacía años, siempre que le asaltaba una dificultad. Cuando más tarde Gemelli y Ernetti rebobinaron la cinta y trataron de escuchar los cantos gregorianos ya filtrados, se quedaron de una pieza. La voz del padre de Gemelli sonó con claridad: «Pues claro que te ayudo. ¡Estoy siempre contigo!»

En aquella época, el Papa era Pío XII, y los dos frailes consideraron importante contarle su experiencia. El Santo Padre les escuchó con atención y les contestó: «Tranquilícense, este es un hecho estrictamente científico y no tiene nada que ver con el espiritismo; el magnetofón es un aparato objetivo que no puede sugestionarse, capta y graba las vibraciones sonoras de donde quiera que vengan. Esta experiencia tal vez indique el comienzo de un nuevo estudio científico para confirmar la fe en el Más Allá». La grabación de voces del Más Allá es una investigación en la que actualmente participan cientos de

personas en todo el mundo. Según el investigador español profesor Sinesio Darnell, recientemente fallecido, «en función de las frecuencias utilizadas como soporte obtendremos mensajes más o menos elevados. Las más altas frecuencias le conectan con una realidad más espiritual». La gran novedad de las grabaciones es que todo el mundo puede escucharlas, sin necesidad de ser sensitivo y pasar por el estado de trance. El ingeniero Hans Otto König es uno de los investigadores más relevantes en el campo de la Transcomunicación Instrumental. Lleva trabajando e investigando este tipo de comunicaciones desde mediados de los años setenta. Al

principio era un escéptico en esta materia y tuvieron que pasar varios años para convencerse de que era posible establecer comunicación con personas que están en «otro mundo» más espiritual. Su formación electroacústica le ha permitido obtener las comunicaciones a través de aparatos construidos por él mismo: generadores de campo, de ultrasonidos, osciladores de frecuencias, cristales de cuarzo o sistemas de infrarrojos. Lo curioso es que reconoce que es en sueños cuando ve los diagramas de los esquemas técnicos. Cuando preguntó: «¿Cómo debemos imaginar el otro mundo en el Más Allá?», la respuesta fue: «Todo lo que puedas

imaginar». Ese mismo día, a la pregunta «¿Tenéis algo más que decirme?», una voz le respondió: «Cada uno es responsable de sus actos».35

Sinesio Darnell, el eminente investigador español de psicofonías.

König afirma que es un error creer que es posible dirigir el contacto con el Más Allá. Es el Más Allá el que crea el contacto y elige a las personas con las que quiere comunicarse. Lo más importante es la afinidad que se establece entre el investigador y sus comunicantes. König considera fundamental elevar el pensamiento porque los seres del Otro Lado sintonizan con nosotros a través de un proceso de resonancia. Cuando König les preguntó cómo podía contribuir a facilitar y mejorar los contactos, escuchó lo siguiente: «Desprende tus pies de la Tierra». Bender, Raudive, König, Sinesio Darnell o Madame Simonet, todos hacen

preguntas y las respuestas llegan muy claras y se repiten una y otra vez: «Seguimos viviendo, seguimos más vivos que antes, la muerte es otra vida.» 36 «Estoy feliz, no puedes ni imaginarte lo hermoso que es esto. La vida terrenal es un soplo, no te aflijas, hija mía. Te quiero.» 37

LA RADIO DE VÁLVULAS DE BACCI «Nosotros modulamos las ondas de radio con nuestro pensamiento. Nosotros estamos dentro de la radio.» 38

Bacci, a sus ochenta y dos años, vive en Grosseto, una bella ciudad en el centro de Italia. Al principio utilizó grabadoras, pero un día, en 1970, una voz le dijo: «Enciende la radio»,39 y desde entonces utiliza una radio antigua Normende de válvulas de los años cincuenta para recibir los mensajes. Bacci se sienta frente al receptor y va girando lentamente el botón de sintonización hasta situarlo en un punto entre dos emisoras. Luego, hablando en voz baja, se dirige a las entidades del Más Allá. Algunos de los mensajes provienen de una entidad femenina que se llama Cordula, y que habla en varios

idiomas, pero sus informaciones resultan exactas. Otros mensajes emanan de un monje franciscano llamado Gregorio. El aparato de Bacci no solo capta palabras sueltas como a veces ocurre en las psicofonías, sino que establece conversaciones fluidas con sus interlocutores. Otro dato curioso es que las comunicaciones se establecen casi siempre a las 19.20 horas. Dos o tres veces por semana la gente que ha perdido a un ser querido acude a Grosseto desde todos los puntos cardinales para acurrucarse al lado de la radio de Bacci esperando oír la voz tan deseada.

«Estoy cerca de ti, mamá.» 40 «Nada perece en el universo. Solo cambia de forma. Las leyes que rigen este ámbito nos llevarán a comprender el Todo.» 41 «Ahora debo reconocerlo. Hay una continuidad de vida. Aquí se está bien. No necesito nada. El cosmos es nuestro y la mente es pura. Acuérdate, Marcello: el amor es capaz de conseguirlo todo.» 42

Las voces más de una vez agradecen a Bacci su generosidad para con las gentes angustiadas:

«Te hemos escuchado, Bacci. No sabes lo felices que nos sentimos de oírte y ver a todas estas personas. El hombre se pasa la vida engañándose a sí mismo. Pero cuando llegues aquí descubrirás las respuestas a todas tus preguntas.» 43

En otra ocasión, un amigo ya fallecido de Bacci, Sergio Giomi, le dijo en una comunicación: «Aquí estamos en la Luz. Te expliqué esto y tienes que hacerle frente. Aquí la vida prosigue. Las colinas, las praderas verdes; hay vida en todas partes. Aquí estamos todos bien. No necesito nada. El cosmos es nuestro, nuestra mente es

pura. Recuerda, Marcello, las dificultades para comunicarse con el Espíritu, la bondad del Amor.»

En 2002, la radio de Bacci fue sometida a unos controles exhaustivos por parte de Salvatore Festa —profesor de física de la Universidad de Nápoles— y el técnico en radio Franco Santi. Contrastaron las voces grabadas con las voces que tenían en vida los difuntos y coincidieron plenamente. Llegaron a quitarle las válvulas a la radio de Bacci, pero los mensajes siguieron llegando. Para los investigadores, es la habilidad de Bacci como médium la que determina el éxito de las comunicaciones.

DEL TRANSCEPTOR AL SPIRICOM

Georges William Meek nació en Springfield (EE. UU.) en 1910. Era jefe de diseño de los sistemas de aire acondicionado Weather-Master para Carrier. También era inventor, ingeniero, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y presidente de la Fundación de Metaciencia en Franklin (Carolina del Norte). Fue creador de varias patentes industriales y gracias a ellas pudo jubilarse a los sesenta años para dedicar gran parte de su tiempo a lo que verdaderamente le gustaba: la investigación de las comunicaciones con el Más Allá. Creó un aparato al que

llamó Transceptor, que era una especie de radio —exactamente un instrumento de modulación de la frecuencia de ondas electromagnéticas, con un alcance de 30 a 130 megaherzios—. Lo construyó con la colaboración de físicos, ingenieros nucleares, psiquiatras y otros profesionales que se involucraron con entusiasmo en su proyecto. También recibió la ayuda de varios científicos fallecidos (el doctor William Frances, el doctor Nick o el profesor Mueller, un gran físico fallecido en 1967 y profesor en UCLA). Su primera experiencia de contacto fue con el espíritu de George Jeffries, ingeniero eléctrico fallecido en 1967. Siguiendo las instrucciones de este

grupo de trabajo del Más Allá al que se conoce como Life Line, Georges Meek logró perfeccionar su técnica y años más tarde, en 1980, logró construir otro aparato llamado Spiricom. Con la técnica del Spiricom se hicieron demostraciones en Europa cuyo mayor exponente de éxito fue en Radio Luxemburgo, donde se consiguió en directo el intercambio con varias entidades científicas del Más Allá. Curiosamente, la mujer de Georges Meek, Jeannette, fallecida en abril de 1990, se ha estado comunicando con los investigadores a través de la emisora Río del Tiempo.

En la actualidad, gran parte de los mensajes que se reciben en radiotransmisores parecen provenir de esta emisora llamada Río del Tiempo. La máxima receptora de los mensajes es Anabela Cardoso, cónsul general de Portugal durante varios años, fundadora en 1997 de la revista Cuadernos ITC y directora del centro de investigaciones situado a las afueras de Vigo. En una entrevista realizada por Carlos G. Fernández, Anabela cuenta el comienzo de sus experiencias: «El 11 de marzo de 1998 la respuesta llegó por el altavoz de la radio. Era una voz alta y que casi gritaba. Duró 30

segundos y terminó diciendo «Otro Mundo». Quedé en estado de shock muy emocionada —continuó diciendo Anabela—. Estaba muy sorprendida y aunque sabía que eso podría ocurrir porque lo había leído en las experiencias de otros investigadores, me seguía pareciendo rarísimo que pudieran comunicarse a través de una radio.» 44

Los comunicantes de Anabela Cardoso dicen hablar desde esta emisora llamada Río del Tiempo, situada en el próximo mundo, un lugar donde se desarrollan los contactos más avanzados entre «el mundo siguiente», nuestro mundo y otros mundos físicos.

«Vivimos fuera del Tiempo, en un punto del espacio —le dicen—. Nuestro mundo es parecido al vuestro, solo que mucho más bonito. Todo lo que muere en vuestro mundo, animales, plantas o personas, vienen aquí porque la vida Más Allá de la muerte es un hecho universal que se aplica a todos los seres vivos.» 45

Pero también emiten los que se autodenominan Los Siete, conocidos como La gente del Arco Iris, y cuyo máximo representante es el Técnico. Este personaje ha ayudado a todos los investigadores orientándoles para

mejorar las comunicaciones. Cuando en Luxemburgo le preguntaron quién era, se definió así: «Podéis llamarme el Técnico, el Bibliotecario o el Archivero. Soy un poco todo esto para el planeta Tierra. Modulamos las ondas de radio con el pensamiento. Tenemos que aprender, y es muy muy difícil.» 46

EL TELÉFONO

Imagínese que suena el teléfono, y que al Otro Lado del hilo escucha la voz de un ser querido ya fallecido que le habla con claridad. Esto no es una fantasía. El

teléfono es un medio que está siendo utilizado en este tipo de comunicaciones y su contenido casi siempre es el mismo: «Solo llamo para deciros que estoy bien y que os quiero». Este mensaje lo recibía una madre de su hijo Trey, un chico de dieciséis años que se había ahogado.47 En otro mensaje, una madre había muerto en una explosión. El cuerpo había quedado tan destrozado que no había sido posible recuperarlo. Una noche sonó el teléfono y su voz sonó claramente: «Carola, hija, soy mamá. Estoy en el Otro Lado, ya no estoy en el plano terrestre. Nunca volveré».

Unos meses antes de morir, la madre de Terry, una agente de viajes de Florida, se había comprado unos zapatos. Cuando enfermó, le encargó a su hija que los devolviera. Era muy ahorradora y mirada para el dinero. La hija se olvidó del encargo por la gravedad del momento. Seis meses después de morir, Terry recibió por tres veces la llamada de su madre reprochándole no haber devuelto los zapatos. Cada vez que lo hacía, Terry se deshacía en lágrimas. En la última llamada, la madre le dijo: «¡Si no paras de llorar no volveré a llamarte!».48

Cuenta François Brune que, visitando al profesor Senkowski, este recibió una llamada telefónica. «Es Jürgenson —les comentó, tapando con una mano el receptor—. Me ha dicho que “agradece la visita de los amigos franceses y que recibiremos información más amplia y con mayor claridad”». El mensaje hubiera parecido muy normal en otras circunstancias pero, en esta ocasión, la llamada les dejó pálidos y temblorosos. Jürgenson llevaba muerto varios años... No siempre estas llamadas pueden ser reproducibles, aunque existen excepciones como esta, que quedó grabada. Una tarde que Madame Simonet

llamaba a su hija por teléfono, y cuando estaba a la espera, oyó la voz de su padre fallecido que exclamaba con alegría: «Buenos días, hija». Llamada y grabación paranormal quedaron registradas en el contestador automático.49 Madame Simonet es una mujer que en la actualidad se dedica a grabar psicofonías con mensajes del Más Allá que luego transmite a los destinatarios. Sirve de puente entre nosotros y los fallecidos que tienen algo que decir a los suyos. También ella ha recopilado sus experiencias en el libro A la escucha de lo invisible.

LA TELEVISIÓN

Dentro de esta enumeración de medios técnicos, al que podríamos llamar el «medio estrella», el que llena de estupor y asombro a los propios investigadores es la pantalla de la televisión. Son las llamadas psicoimágenes, y el fenómeno tiene lugar cuando aparecen en la pantalla personas que han sido identificadas como fallecidas. La primera comunicación de este tipo la logró Klaus Schreiber el 30 de septiembre de 1985, en la ciudad alemana de Aquisgrán. Klaus trabajaba en tecnología de seguridad para incendios cuando perdió a su hija Karen. Mediante psicofonías, Karen le explicó lo que tenía

que hacer para obtener contacto visual a través del televisor, y se lo demostró apareciendo ella misma en la pantalla. Siguiendo su línea de investigación, Otto König presentó en Milán, en junio de 1986, diapositivas de este fenómeno, y tanto él como Schreiber, el profesor Ernst Senkowski de la escuela técnica de Maguncia y el español Sinesio Darnell tuvieron la ocasión de contrastar sus hallazgos en el Congreso Internacional sobre Manifestaciones del Más Allá que tuvo lugar en Basilea (Suiza) en 1989, concretamente en el mes de noviembre. Estas imágenes se captan con el televisor desconectado de la antena y reduciendo el color para quedarnos con

una escala de grises. Cuando no hay señal aparece la «nieve». Parece ser que estos puntos blancos que aparecen y desaparecen de un modo arbitrario y a gran velocidad son consecuencia del ruido de fondo del Universo, las microondas que quedaron del big bang hace doce mil millones de años. Esto al menos es lo que aseguraron los físicos Arno A. Penzias y Robert Wilson cuando en 1964 descubrieron esta actividad mientras trabajaban con una antena de comunicaciones en Nueva Jersey (EE. UU.). Una vez que hayamos desconectado la antena, conectamos al televisor una videocámara sobre un trípode, enfocada a

la pantalla y a unos dos metros de distancia. Grabaremos durante unos instantes, rebobinaremos y visionaremos lo obtenido con el sistema de fotograma a fotograma. Es una labor muy lenta y penosa. Piedad Cavero, miembro de nuestro equipo Hepta, dedica muchas horas a la captación de psicoimágenes. Pocas veces suele captar personas, pero hasta su pantalla llegan paisajes, jardines, edificios al borde del agua y arboledas que tienen como característica haber sido captadas desde una altura de vuelo de pájaro. También aparecen en su pantalla espacios exteriores e infinitos, tachonados de cuerpos celestes. El

técnico que se comunica con los investigadores, cuando le preguntan sobre la ciudad y los edificios que aparecen en la pantalla, y sobre un río maravilloso, contesta: «Es el río de la Eternidad, y el edificio más alto es el centro emisor para las transcomunicaciones con la Tierra».50 Las psicoimágenes siguen siendo un fenómeno paranormal porque no podemos todavía explicar su mecanismo. ¿Serán interferencias radioeléctricas, dimensiones paralelas, consecuencias del archivo akásico o sencillamente son seres del Más Allá que nos hablan a través de una señal portadora como es la radiación de fondo del Universo?

EL ORDENADOR

Por último, comentarles que el ordenador se está revelando en nuestros días como un medio aséptico e irrefutable. Hay que dejar el ordenador en funcionamiento y en la pantalla en blanco formular una pregunta. Algunos aseguran que es mejor dejar abierto el ordenador por la noche. Los hay que han tenido suerte y al levantarse han encontrado una respuesta. Ya pueden comprender que cada uno de estos medios es susceptible de una mayor dedicación, pero creo que mi exposición debe ceñirse más a los mensajes que a los medios. Les pido que por un momento desechen conceptos

preconcebidos, y que valoren en su justa medida las revelaciones subjetivas que conforman el contenido de los mensajes. Se lo pido para que juntos podamos adentrarnos en ese mundo que tanto nos inquieta en el Más Acá: el mundo del Más Allá de la muerte.

CAPÍTULO DOS LA MUERTE FÍSICA

La Muerte no es extinguir la luz; es apagar la lámpara porque ha llegado el amanecer.

RABINDRANATH TAGORE

Para la mayoría de los humanos el temor a la muerte es el miedo a lo desconocido, al misterio, a menos que se haya tenido una experiencia cercana a la Muerte y recordemos la sensación de salir de nuestro cuerpo y seguir viviendo sin él. La diferencia fundamental es que la muerte es un viaje astral sin regreso. En el momento de la transición siempre tendrán ventaja aquellos que hayan leído sobre estos temas, o aquellos que hayan

obtenido una información esencial sobre la supervivencia y la trascendencia después del fallecimiento. Actualmente, un equipo internacional auspiciado por el Proyecto Conciencia Humana pretende estudiar qué le ocurre a nuestro cuerpo, y especialmente a nuestra mente, durante el proceso de la muerte clínica, cuando el sujeto paciente sufre la ausencia de actividad cerebral. Este proyecto está liderado por el doctor Sam Parnia, de la Universidad de Southampton (Gran Bretaña), y desde el año 2008, junto a otros treinta centros universitarios y hospitales de Europa y Estados Unidos, estudia las experiencias de muchas

personas que han sido recuperadas después de un paro cardíaco y que son capaces de recordar sus vivencias. Estas personas cuentan que a pesar de haber sido declaradas clínicamente muertas tuvieron pensamientos, ideas y otros procesos mentales en esa situación. Pudieron ver y oír su entorno y desplazarse a otros escenarios. Para Sam Parnia, estas constataciones demuestran que la conciencia del ser humano puede sobrevivir en caso de muerte cerebral y que la conciencia es una realidad separada del cuerpo físico. Los pacientes que Parnia investigó no habían recibido ni oxígeno ni ninguna sustancia capaz de

provocarles alucinaciones. Este programa lleva el nombre de Aware, siglas en inglés de «conciencia durante la resucitación», y pretende averiguar las experiencias que se producen después de desaparecer el latido del corazón y la actividad cerebral. Lo que la gente experimenta durante el paro cardíaco probablemente es lo que todos experimentaremos en el momento de la muerte. En la actualidad la mayor parte de las investigaciones científicas coinciden en señalar que entre el 10 y el 20 por ciento de los pacientes en muerte

clínica sufren este tipo de episodios cuando, aparentemente, son capaces de razonar.51 Hay varias comunicaciones que nos cuentan cómo el primer sentimiento que muchos tienen al llegar al Otro Lado es la curiosidad y el asombro al comprobar que siguen viviendo. «Una enorme curiosidad es el primer sentimiento que asalta a aquel que despierta con plena conciencia de lo que somos y del lugar donde nos encontramos, sabiéndonos espíritus supervivientes a la muerte del cuerpo y encontrándonos en otro plano de existencia.» 52

«Todo nos parece extraño y maravilloso. Es un mundo tan distinto al físico que hemos dejado creer que estamos soñando. Lo descubrimos con sorpresa porque no teníamos ni idea. A la mayoría de los recién llegados les pasa lo mismo.» 53

Una gran médium como Mary T. Browne asegura que la muerte es el paso hacia delante más significativo de nuestras vidas. Para los metafísicos, el ser humano tiene cuatro cuerpos diferenciados que se entremezclan unos con otros:

El cuerpo físico, que es el que perece. El cuerpo astral, superpuesto al cuerpo físico, y que es, después de este, el más denso. Se desprende de él en el momento oportuno y sería lo que todas las religiones consideran como el Alma. El cuerpo astral es energía en estado casi puro. Tu memoria, tu voluntad, tu razón, todas tus facultades están en este cuerpo y no en la carne. Contiene en sí mismo la inteligencia así como la facultad que todo individuo posee de su propia conciencia. El cuerpo mental, más sutil que el astral, y donde tienen lugar todos los pensamientos. Por último, lo que ellos llaman el

cuerpo etérico se intercala entre el cuerpo físico y el astral. Estaría compuesto por una matriz de energía que se nutre de unos vórtices repartidos por el cuerpo llamados chakras. Estos vórtices tienen un efecto directo sobre todas las glándulas y órganos de nuestro cuerpo. Siguiendo las teorías sánscritas, la fuerza de Dios y de todo el universo entra en ellos, regulando el funcionamiento de nuestro organismo. Cuando se produce la disfunción de alguno de ellos, puede resentirse nuestra salud.

A la hora de la muerte nos vamos desprendiendo de estos cuerpos para poder elevarnos a planos superiores. «Las almas no son vagas nebulosas que flotan errantes por los cielos. El cuerpo espiritual existe, con sus facultades especiales, apropiadas al nuevo estado en que se ha convertido su existencia.» 54 «Hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres, pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el de los cuerpos terrestres.» 55

Parece ser que hay un momento para el principio y otro para el final de una existencia. Cuando llegue la hora, el

espíritu se retirará del cuerpo. La ciencia, por mucho que adelante en sus conocimientos, no puede detener el reloj de nuestra vida. Este hecho queda ya reflejado en el Eclesiastés, 3:1-2: «Todo tiene su tiempo y su momento, cada cosa bajo los cielos: su hora de nacer y su hora de morir». Muchas comunicaciones también nos dicen que solo morimos cuando nos ha llegado la hora. «El tiempo está predeterminado para todos. Los más importantes hitos de nuestra vida no están regidos por el azar.» 56

«Tenía que partir —le dijo Michel a su padre—.57 En el momento de la muerte, la energía del alma se escapa en elementos luminosos, infinitamente concentrados, que tú, papá, llamarías partículas, corpúsculos, ondas. La vida terrestre es un paso hacia un infinito inexplorado.» «En un momento dado el corazón se para, no solo porque el cuerpo ha dejado de funcionar, sino también porque el alma se ha escapado por una puerta abierta.» 58

La transición del reino físico al del espíritu no es un final, sino una transformación a otro estado de

conciencia. Creer que la vida física es la única forma de existencia es una ilusión. Pensar que morimos cuando la vida física acaba es la mayor de las ilusiones. Cuando fallecemos mantenemos nuestro nivel de desarrollo espiritual, nuestra capacidad de percepción y comprensión y los rasgos esenciales de nuestra personalidad. Para el investigador Sinesio Darnell, «cualquier proceso de cambio que se origina en la naturaleza supone una liberación de energía o transformación, y esto es lo que ocurre en el momento de la muerte: se produce una liberación energética que presupone un nuevo nacer a otro nivel».59

J. J. Benítez, en su libro Al fin libre, establece un diálogo con su padre recién fallecido, quien le dice: «Lo que ha desaparecido es una simple y poco valiosa envoltura. Sigo vivo. Lo que ha muerto es solo un traje. Sencillamente cumplió su ciclo y se agotó. Al principio, al poco de “despertar”, la nueva situación me dejó perplejo. Pero la realidad se impuso. Y ahora lo entiendo.» 60 «Lamento haber creído que la vida terminaba en la Tierra. Ahora sé que es muy natural seguir viviendo cuando abandonamos el cuerpo. Siento no haber creído antes en el lado espiritual de la

vida. Ahora estoy mejor informado. Decididamente no es como yo lo esperaba.» 61 «Al principio, la recibieron efusivamente, pero se desconcertó. En vuestro plano era estrecha de miras, devota y buena, pero sin pensamientos propios. Le habían preparado para encontrarse con un tipo de Cielo y por eso piensa que está en un sitio equivocado. Esperaba arpas y ángeles flotando, entre palacios y valles silvestres. Durante un tiempo se ha sentido defraudada. Pero se le pasará.» 62

El doctor Thomas recibe varios mensajes de su mujer, Ethel, y en uno de ellos le dice:

«Estoy muy contenta al comprobar que el Más Allá no se parece a lo que me enseñaron de pequeña. La gente cree que la muerte nos cambia y no es verdad, solo tienes la sensación de que te has trasladado a otra ciudad.» 63

El dolor es un estado físico contenido en el cuerpo físico y que a veces puede quedar como recuerdo, pero que no podrá tener ningún efecto sobre el cuerpo espiritual. «Comencé a experimentar las más maravillosas sensaciones. Lo único que sentía era paz y comodidad. Todos mis problemas habían desaparecido y pensé: «Qué paz y quietud, nada me duele.» 64

Frangi, muerto de cáncer en 1976, se comunica a través de la escritura automática y dice: «Estoy bien. Todo lo que hay a mi alrededor es bello y bueno. No debéis llorar porque no he muerto, estoy más vivo que nunca.» 65

A través del proceso de clariaudiencia, la médium María Moreno recibe el siguiente mensaje: «Diles que no vuelvan al cementerio, que no estoy muerta, sino viva y que deben continuar sus vidas y dejar de afligirse.» 66

«El hecho de que algo no se vea no significa que no exista. Los invisibles, para vosotros, son seres vivientes tan reales como los que os rodean y a los que vuestros órganos adaptados para ello os permiten distinguir. El alma, liberada de su envoltura material, se viste de su cuerpo espiritual tan real como el vuestro; quiero decir que ocupa un lugar, tiene unas dimensiones, un volumen y un peso.» 67

Francesco, un niño que fallece a los tres años en 1981, a su madre: «Mamá. Te quiero tanto. Nosotros estamos inmersos en un arco iris de luces, colores y sonidos. ¡Cuánto me

gustaría que pudieras ver todo esto!» «Conservo la apariencia terrenal, pero ahora irradio luz. Soy una pequeña centella de Dios que es la luz suprema (comunicación de Rosabianca, que murió de repente en 1983).» 68 «Estoy vivo, sin cuerpo. Me siento vivo, fuerte, con sentidos y energías diferentes que me permiten hacer mucho. Nosotros estamos más vivos que vosotros porque este es el mundo de la realidad mientras que el vuestro es el de la ilusión.» «¡Soy feliz! Por fin estoy vivo. No digáis que he muerto. No es verdad.» 69

«Aquellos que creen en la teoría de la ilusión y afirman que la mente y el espíritu se disuelven totalmente cuando dejan vuestro mundo están equivocados. Es justo lo contrario.» 70 «Mi espíritu me parecía durante esos maravillosos instantes expandido o liberado como un inmenso globo pletórico de energía y de fuerzas inimaginables.» 71 «Sabed que el mundo invisible es maravilloso y que el visible no es más que una imagen lejana de la realidad invisible que nos rodea.»

«Me habían dicho grandes cosas sobre el mundo espiritual, pero jamás habría podido imaginar que era tan grandioso y maravilloso.» 72

Lazaris es un personaje, un ente que canaliza el médium norteamericano Jach Pursel desde 1974 en Florida. En una de sus comunicaciones, Lazaris explica: «Los físicos cuánticos están demostrando matemáticamente, con el movimiento de las partículas subatómicas, que vuestra realidad es una ilusión. Todas las teorías cuánticas se basan en el hecho de que la realidad es producto de vuestro pensamiento.» 73

«Estoy vivo porque dentro de mí tengo los sentimientos que se dan en los vivos: afecto, ganas de vivir, alegría, sentido del deber, la certeza de tener un mañana. Sé que solo ha muerto la carne, mi espíritu está en el presente y tengo una visión maravillosa; sé que existo, sé que todos existimos y que solamente el vestido del cuerpo se escapa, como un estuche vacío. Pero el contenido es el espíritu, es el alma y estos viven (mensaje de Antonio a sus padres, en 1984, a través de la escritura automática).» 74 «Nosotros también tenemos un cuerpo. Estamos físicamente en vuestro mundo.» 75

«No podía creer que acabase de dejar atrás aquello que llamamos muerte y que yo en realidad no había notado el cambio, ya que en apariencia yo seguía siendo el mismo y pensaba igual que antes.» 76 «Desperté en esta esfera espiritual y nunca olvidaré el placer que sentí. Me encontré a mí mismo, miré mi cuerpo, que aparentemente era como siempre había sido, pero más luminoso y etérico.77

Nadie consulta al ser humano si quiere nacer o si quiere morir. Las dos etapas fundamentales de nuestra vida nos sobresaltan y nos pillan desprevenidos.

Todas las comunicaciones sin embargo nos confirman que la muerte es un segundo nacimiento a una vida más plena y hermosa que la que tenemos aquí.

CAPÍTULO TRES EL DESPRENDIMIENTO

Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer a la Tierra, se nos permite abandonar nuestro

cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa. DOCTORA ELISABETH KÜBLER-ROSS

El desprendimiento es simplemente dejar a un lado la indumentaria física, la capa externa carnal. De este modo el individuo se convierte en el habitante de otra esfera de existencia que solo difiere en su composición energética. Este proceso puede sin embargo empezar a producirse varios días antes de la muerte física. La conciencia empieza poco a poco a expandirse o amplificarse días antes del fallecimiento. Se experimenta como un aumento de los grados de percepción de los sentidos. Sobre todo de la vista y del

oído. Algunas comunicaciones nos cuentan que el espíritu puede abandonar el cuerpo de una persona que está falleciendo de forma gradual, ya que el alma, como una forma de energía, puede salir por etapas. Algunos expertos afirman, incluso, que el tránsito puede realizarse antes de que cesen las constantes vitales. Cerca del estado de la muerte, en un coma, el espíritu puede empezar a abandonar el cuerpo. Los budistas, y muchos otros con ellos, aseguran que, a pesar de encontrarse en coma, nuestros seres queridos nos escucharán perfectamente y partirán en paz y sin ningún miedo si somos capaces de hablarles con dulzura, asegurándoles

nuestro amor e instándoles a que se desprendan de nuestro nivel sin añoranzas. Un gran amigo mío y compañero de investigaciones paranormales, Rafael Goded, yacía en el sanatorio herido de muerte. En una de mis visitas encontré a Teresa, su mujer, muy preocupada. Me contó que Rafael perdía el sentido a ratos y que la última vez, al despertarse, le comentó preocupado: «Teresa, cada vez me cuesta más volver».78 Y es que seguramente Rafael ya se estaba yendo... «Sabía que estaba vivo y que mi cuerpo estaba vacío. No tenía ningún interés en él. Ese cuerpo que yo veía desde arriba

no tenía ya nada que ver conmigo.» 79 «Era consciente del abandono de mi cuerpo, fue un momento muy desagradable porque la sangre abandonaba mis extremidades para concentrarse en el corazón. Tuve una pequeña angustia corporal, pero pronto salí fuera de mi cuerpo y eso me produjo un descanso increíble.» 80 «En el momento de la muerte cesa la respiración y el alma abandona el cuerpo con la ruptura del «cordón de plata», la fibra elástica y etérea que a modo de cordón umbilical conecta y nutre el cuerpo físico con la energía espiritual. El

Eclesiastés (12:1-6) nos aconseja: «Recuerda a tu Creador antes de que se suelte el cordón de plata.»

Para algunos la muerte será un proceso suave y relativamente apacible. Para otros, el camino será más dilatado y doloroso, pero en ambos casos la transición de la vida a la muerte se efectuará siguiendo unas pautas que pueblos tan antiguos como los egipcios y los tibetanos ya nos describieron hace varios cientos de años. «Algo me impedía moverme más de medio metro escaso. Me palpé y descubrí un cordón que se me había

enganchado de un modo extraño. Lo agarré y tiré con fuerza. Apenas puedo describir lo que sentí a continuación. Mi cuerpo y mi mente se aligeraron. ¡Era libre! (testimonio de un soldado, James Legget, muerto en la batalla de Somme, en agosto de 1941).» 81 «Entonces me volví y advertí que tenía un extraño apéndice. Era como una manguera luminosa, una cinta de luz que a modo de cordón umbilical me unía al cuerpo, que seguía respirando en la cama.» 82

A pesar del encanto de estas descripciones, existe un testimonio más cercano a nosotros, el de un médico, el

doctor Hout, que pudo observar el fenómeno cuando asistía a una tía suya en la fase terminal.83 «Por encima del cuerpo, a unos sesenta centímetros, se formó una neblina que poco a poco se fue haciendo más densa y compacta hasta que tomó la forma de mi tía. Pude ver las facciones con claridad, y que este cuerpo energético emitía una cierta luminosidad. El punto de unión entre el cuerpo físico y este era un abanico de fibras que se unían en la base del cráneo, a modo de cordón umbilical y con pulsaciones. Poco a poco, a cada pulsación, el cuerpo del espíritu se iba cargando de energía y densidad, mientras que el cuerpo físico

se apagaba. En un momento dado, el proceso se completó, las fibras chascaron y se rompieron, liberándose así el cuerpo espiritual. Lentamente, una neblina surgió de la forma sin vida de mi tía, que estaba en la cama. Su cuerpo astral, completamente intacto, estaba ahora medio metro por encima de la cama. El cordón del que tanto nos habían hablado se rompió. Ella no era todavía consciente de lo que ocurría.» 84

Otras comunicaciones recibidas coinciden en el proceso natural de dejar nuestro cuerpo físico:

«Me sentí cada vez más débil y de repente mi espíritu, saliendo por mi pecho, fue atraído hacia arriba como por un imán gigante. Mi primera impresión fue de libertad. Me volví y vi mi cuerpo yaciendo sobre la cama. Nunca hasta entonces había podido verme en tres dimensiones, ya que el espejo refleja tan solo una imagen sin relieve.» 85 «Era consciente de que me encontraba en otro estado de existencia donde no era sujeto por fuerza física alguna como lo había sido en el plano terrenal. No sentía ni el viento ni el resplandor del sol, como tampoco el frío. Pensé que si la paz y la satisfacción eran posibles, yo ya las había alcanzado.» 86

«Me vi rodeado de una energía con forma de espiral que me envolvió por completo. Sentí como un desgarro, una sensación muy difícil de explicar. Un frescor inimaginable me invadió completamente, a la vez que me dominaba una sensación de expansión; todo mi ser empujaba tratando de crecer y abarcar todo lo que me rodeaba.» 87 «Pronto me di cuenta de que no necesitaba las puertas y ventanas, podía abandonar la habitación por cualquier punto. Solo con desearlo, me vi en casa, donde estaban los míos. Me sentí raro, parecía tener un cuerpo aunque al principio no podía controlar ni mis piernas ni mis brazos.» 88

«Ignoro lo experimentado por otros en la gran travesía que separa el mundo espiritual del mundo terrenal. Mi experiencia se resume en un despertar maravilloso que todavía ahora me llena de extática alegría. No temáis a la muerte, no hay nada que temer. Todas las penas, todos los dolores, todo lo feo de la gran crisis, pertenece al lado físico. Del Otro Lado está el Divino Amor.» 89 «Al aparecer la Luz tuve una sensación de paz completa y relajación profunda. La Luz extendió una mano hacia mí y me dijo: «¡Ven conmigo! Quiero enseñarte algo». Inmediatamente, sin la menor dilación, alcé mi mano y cogí la suya. Al hacerlo tuve la sensación de ser arrastrado fuera de mi cuerpo y al mirar

hacia atrás lo vi allí tumbado, inerte, mientras nos elevábamos hacia el techo de la habitación.» 90

Curiosamente, la descripción de este proceso parece coincidir totalmente con los descubrimientos del físico Delpasse y de los fisiólogos Kensington y Durval. En los años setenta, Delpasse demostró que existe una energía desconocida, portadora de una conciencia que sobrevive a la muerte, y Kensington y Durval descubrieron en la base del cráneo unas proteínas memoriales en las que se concentran la memoria de los conocimientos y la memoria de la personalidad. Según ellos, cuando

morimos, la psicoenergía de Delpasse se desprende de nosotros llevando consigo, a modo de holografía, toda la información de nosotros mismos.91 Tanto la incineración como la inhumación suelen estar determinados por las influencias culturales y religiosas. Para los hindúes, los vikingos, los indios americanos y otros muchos pueblos y razas la incineración es un método de purificación espiritual. Sin embargo, realmente, nada tiene que ver el alma con estos métodos, porque el alma toma un camino diferente al que pueden seguir los despojos de su cuerpo físico.

Hay culturas que siempre han creído que la incineración acelera el proceso del desprendimiento porque el alma así queda más libre, no tan atada a la Tierra como si es enterrada. Lo que sí parece evidente es que la incineración evita que el cadáver se convierta en un fetiche para los parientes y en un atractivo emocional y de añoranza para el fallecido. Claro que existen casos extraordinarios en los que tampoco la incineración evita el apego morboso por parte de la familia del fallecido. Me refiero a esas personas que siguen conservando en casa las cenizas de su difunto. Recuerdo un viaje que tuvimos que hacer a Mataró (Barcelona) con el fin de investigar a una

niña que producía fenómenos.92 Cuál no sería nuestro asombro cuando presidiendo la reunión, y encima de la televisión del cuarto de estar, pudimos observar la urna de las cenizas del patriarca familiar, el abuelo, que había fallecido unos meses antes. Las cenizas son restos orgánicos. Conservarlas no va a afectar la evolución del abuelo, pero sí pueden afectar a la psicología de los vivos que no acaban de superar el proceso natural del duelo. Los espiritualistas rechazan el uso que se hace de las asistencias mecánicas para mantener vivo el cuerpo de las personas, que no podrían seguir viviendo

sin ellas porque su patología es irreversible. De este modo puede conservarse la vida vegetativa de un modo artificial, pero impide la desconexión del cordón de plata y el acceso al mundo espiritual. Con esta práctica se mantiene al ser humano en una tierra de nadie hasta que se decide su desconexión y se le libera del lastre de un cuerpo físico ya inútil para la vida. En esta etapa de «recién fallecidos», las personas pueden ser vistas con mayor facilidad por los sensitivos, quizá porque todavía se encuentran en una fase intermedia entre nuestra dimensión y la otra. En un viaje a Ibiza tomamos contacto con una vidente que nos contó el

sobresalto que había vivido una noche conduciendo su coche. Estuvo a punto de atropellar a un grupo familiar que andaba desorientado invadiendo la calzada. Paró el coche, pero no pudo localizar a ningún ser humano. Al día siguiente todas las portadas de los medios locales recogían la noticia del tremendo accidente automovilístico en el que había perecido toda una familia, precisamente en ese tramo de carretera. Lo que parece ser cierto en cualquier caso es que cuando nos desprendemos del cuerpo físico tenemos de inmediato una sensación de paz y libertad con nuestro cuerpo etérico y

pronto, al no existir ya el peso y la gravedad, flotamos livianos y nos incorporamos al mundo del astral. «Desde aquí donde todo es energía, todo se ve distinto y la Tierra parece muy pequeña; es como jugar con un tren que se va alejando.» 93

CAPÍTULO CUATRO LOS PRIMEROS PASOS NO SON SIEMPRE FÁCILES

Reconocer y aceptar el hecho de que has muerto es importante.

Aunque el cuerpo espiritual llega en estado perfecto, lo que no cambia es nuestra personalidad. El hombre, cuando muere, se reencuentra tal y como era antes, su historia continúa. Cuando morimos nos llevamos con nosotros nuestras creencias, intereses y prejuicios, nuestras ideas equivocadas y dogmas religiosos. Por el hecho de encontrarnos en el Otro Lado no obtenemos de inmediato la sabiduría y todo el conocimiento. El estado emocional de una persona y su sistema de creencias

pueden influir negativa o positivamente a la hora de dar el paso hacia la vida del Más Allá. «Como hace poco que hemos llegado, tenemos todavía nuestro espíritu completamente ocupado en cosas de la Tierra.» 94

Todo parece indicar que los primeros momentos no son fáciles para todo el mundo. Cuando la muerte es súbita e inesperada, las personas pueden tardar en tener conciencia de su muerte física. El Más Allá resulta un choque para algunas personas porque se dan cuenta de que la vida continúa. La muerte

es un cambio de lugar. La muerte es pasar de tres dimensiones a otra situación pluridimensional.

CUANDO NO SABEN QUE HAN MUERTO

El libro de los muertos islámico indica la importancia de recitar el Sura Ya-Sin «porque no es raro que las personas recién muertas no logren entender que han pasado realmente la etapa del cuerpo».95 Unas veces porque la muerte les ha sorprendido, otras porque no tienen la información adecuada sobre la muerte y otras porque a lo largo de su vida no se

han planteado la trascendencia. El cambio que llamamos «muerte» se produce con tanta naturalidad y sencillez que muchos abandonan nuestro nivel físico sin haberse dado cuenta del tránsito.

El fantasma de las cajas96

Recibimos la llamada angustiada de un matrimonio que notaba una presencia en su casa. Tenían un bebé de varios meses y la madre se levantaba al cuarto de estar por las noches para darle el biberón. De este modo no molestaba a su marido, que madrugaba mucho por las mañanas. La

madre se sentaba en un sofá para estas tomas nocturnas y muchas veces notaba cómo a su lado alguien se sentaba porque se hundía el cojín más cercano a ella. Por miedo a que su marido pensara que era una lunática no se atrevía a decirle nada. Pero poco a poco fueron ocurriendo muchas cosas más. La niña, en medio de sus juegos, se quedaba absorta mirando a un punto fijo y sonreía, oían el sonido del arrastre de cajas de cartón por el pasillo y una noche el marido la despertó con violencia. Trabucando las palabras, le dijo: «Acabo de ver a un hombre reflejado en el espejo». Y se lo describió como un hombre de mediana edad, con traje oscuro y contemporáneo.

Descubrimos que la misteriosa entidad era el antiguo dueño de la vivienda. No había muerto en la casa. No sabía que estaba muerto. La verdad es que le sorprendió la noticia de su muerte pero la aceptó con resignación. Nos explicó que estaba metiendo sus libros en cajas para trasladarse a vivir a casa de sus hijos y nietos, a los que adoraba. Su pensamiento había reconstruido su hogar a modo de realidad virtual. Le recomendamos que buscara la Luz y, desconocedor de las capacidades de su nuevo cuerpo, curiosamente se fue por la puerta de la calle.

No siempre el fallecido acepta su muerte con la misma conformidad que nuestro amigo el fantasma de las cajas. Algunos no comprenden su nueva situación, tal vez por la contradicción entre el sistema de valores que tenían en vida y la supuesta realidad posterior a la muerte. «No estoy muerto. Estoy en casa casi todo el tiempo y hablo a mi padre y a mi madre. Trato de consolarles y de hacerles saber que no estoy muerto, pero ellos no me ven y no me responden. Veo a mi familia sentarse llorando en torno a la mesa y mi silla está vacía, pero nadie me responde.» 97

El vuelo de la mariposa98

El vuelo de la mariposa es una meditación guiada mediante la cual la persona que lo está realizando puede llegar a contactar con los seres queridos que viven en la otra dimensión. José Luis y Ana Mary son unos padres que perdieron a su hija Elena por una leucemia. Durante algún tiempo sintieron unas pequeñas señales que les indicaban que su hija estaba cerca de ellos. Eran perfumes de su colonia, palabras como «tranquilo, yo estoy bien» en el oído de su hermano o pasos por el pasillo. Hicieron un curso de Viaje Astral, se informaron y se formaron hasta

que un día consiguieron, a través del vuelo de la mariposa contactar con el Más Allá. A veces José Luis tiene que realizar rescates de entidades perdidas que conectan con él inesperadamente: Entidad: ¿Qué sitio es este? ¿Quién eres tú? ¡Me duele el pecho! José Luis: ¿Qué te pasa? Entidad: No sé. Estoy aquí, pero no sé dónde. Me duelen el pecho y la cabeza. José Luis: ¿Has tenido algún accidente? Entidad: Sí, pero no me pasó nada. José Luis: Sí que te pasó algo. Te has matado.

Entidad: ¡¿Qué dices?! ¡¿Cómo me voy a haber matado?! José Luis: Sí. Te ves vivo, pero es que cuando morimos seguimos vivos. Entidad: Venga ya, ¡¿qué estás diciendo?! José Luis: En realidad no tiene por qué dolerte el cuerpo, porque ese cuerpo que ves no es físico. Entidad: ¿Que no me duele? ¿Lo vas a saber tú mejor que yo? José Luis: Ese dolor lo provoca tu mente Entidad: ¿Me quieres volver loco o qué? José Luis: No, quiero ayudarte. ¿Tienes algún ser querido muerto?

Entidad: Sí, mi padre. Pero ¿cómo vamos a estar juntos si él está muerto? José Luis: Tú también. Entidad: ¿Cómo voy a estar muerto si estoy vivo? José Luis: ¿Te has dado cuenta que la gente no te ve? Entidad: Sí, es muy extraño. Tampoco me oyen. Pero debe de ser porque tengo una pesadilla. Sin embargo, tú sí me oyes. No entiendo absolutamente nada. El caso es que me duele mucho la cabeza y por más que quiero no puedo despertarme. ¡Qué mal me encuentro! José Luis: Esas personas que tú das por muertas te esperan para darte un abrazo de bienvenida y te ayudarán a

comprender cómo es tu nueva vida. No tengas miedo y confía en mi palabra.

Es curioso que no estén seguros de que el Más Allá exista cuando están en medio de la transición. Muchos expresan perplejidad y temor, atrapados en lo que creen un sueño extraño del que no pueden despertar. Estas personas están desorientadas y se ven incapaces de modificar por sí solas la realidad en la que están. Es una situación verdaderamente dramática. «He estado envuelto como en una niebla fría y no entiendo qué me pasa.» 99

«No entiende que esa bruma etérea, gris y opaca en la que está envuelto es solo una sombra de su anterior mundo físico.» 100

En nuestras investigaciones nos hemos encontrado con fallecidos que están tan confusos que no saben qué les ocurre o por qué se sienten extraviados. Desconocen cómo han llegado a esa situación, incluso alguno puede que no sepa que ha muerto, que no acepta su muerte y trata de justificar su nuevo estado por un mal sueño. Somos nosotros, entonces, los que tenemos que descubrir qué les pasó y qué les dejó atrapados en esa situación.

Consuelo101

La vida de Consuelo estaba repleta de amistades complicadas, de excesos y ausencia de orden y armonía. Una mañana la asistenta la encontró muerta en la bañera. La autopsia determinó que su corazón no había podido soportar por más tiempo esa anarquía. Consuelo vivía en un piso de alquiler y los propietarios nos llamaron porque querían cerciorarse que en la casa no existía ninguna impregnación remanente de la muerte accidentada de Consuelo.

Nos sorprendió comprobar que Consuelo permanecía en la casa. No sabía que estaba muerta. «Estuvimos de copas y volví tarde a casa —nos cuenta—. Aquí seguimos tomando copas y me enfadé con mi pareja —“con mi chico”, decía ella— porque no me quiso dar una pastilla para espabilarme. Enfadado, se fue. Claro que yo me quedé levantada, me tomé la última copa y la pastilla que necesitaba. Es entonces cuando empecé a encontrarme mal y me fui al cuarto de baño para ver si se me pasaba. Incluso me metí en la ducha. Estaba muy mareada y no sé más, porque me dormí. No me puedo despertar. Estoy en un

sitio oscuro. Hay mucha niebla. Vuelvo a mi casa y está vacía. No veo a nadie. Sigo sin poder despertarme de esta pesadilla...»

Por dos veces y con tacto le explicamos que había tenido un accidente y que estaba en el Otro Lado. Pero Consuelo no quería admitir su nueva situación. Fue a refugiarse a un rincón de la habitación, en cuclillas y con la cabeza entre las rodillas, negando una y otra vez su nueva realidad. Nos pidió que la llevásemos a una clínica. Seguía creyendo que necesitaba un tratamiento de desintoxicación y que este sería la solución de sus problemas. Le

recomendamos que pidiera ayuda mentalmente, que buscara la Luz, que seguramente sus padres vendrían a recibirla. Pero Consuelo solo razonaba con una idea fija: «Eso no es posible —dijo—, porque mis padres están muertos y yo lo que quiero es volver. No estoy muerta. ¡NO ESTOY MUERTA!»

Tratamos de convencer a Consuelo para que aceptara la ayuda que le ofrecíamos. Paloma quería convocar a los cuatro arcángeles para que le ayudaran en el tránsito, pero la obstinación de Consuelo, que seguía sin

admitir su fallecimiento, le hacía repetir una y otra vez que no estaba muerta. Creía que la niebla y su pesadilla se desvanecerían con una buena dosis de cocaína. Paramos la experiencia unos minutos para entre todos buscar la fórmula adecuada. De alguna manera engañamos a Consuelo por su bien. Paloma le habló de los arcángeles presentándoles como cuatro apuestos y atractivos muchachos que iban a venir a buscarla. Consuelo terminó aceptando esta propuesta entusiasmada, pero sus últimas palabras aún resuenan en nuestros oídos: «De acuerdo, que vengan. Pero ¿sabéis si ellos tienen coca?». El caso de Consuelo puede ocurrir,

pero no es lo más frecuente. Con ayuda o simplemente por un proceso natural, estas entidades despistadas terminan tomando conciencia de que han muerto. En una comunicación al médium Wickland, un grupo que se autodenominó El Grupo de Misericordia dijo tener la misión de aportar al mundo la buena nueva de que la muerte no existe y desde hace muchos años ayuda a los espíritus que están perdidos en la niebla. Los fallecidos ven a sus familiares, van a su casa y se encuentran mucho mejor, sin penas, dolor o fatiga. Poco a poco toman conciencia de que están al Otro Lado porque sus parientes y amigos no les ven, ni les escuchan y entonces se

inquietan porque lo que les sucede no se ajusta a las enseñanzas recibidas sobre la muerte. «Para mí la muerte significaba la nada y fue grande mi sorpresa al verme vivo y en un lugar desconocido.» 102

Ted Butler cuenta en una comunicación cómo pudo ver su cuerpo en el suelo de la calle. Un autobús había perdido el control de los frenos y le había aplastado contra un muro. Esto ocurría en Londres. Sin comprender que estaba muerto, trató de buscar una ambulancia, acompañó a su mujer llorosa hasta el hospital y huyó del lugar cuando dejaron

su cuerpo en el depósito. Asistió a su funeral y estuvo durante mucho tiempo vagando por la ciudad hasta que otro espíritu, con la misión de rescatarle, le convenció para elevarse a otro plano de existencia.103 El ingeniero sueco Emmanuel Swedenborg (1743), que también tenía capacidades paranormales, acudió al funeral de un compañero suyo, también ingeniero, que se llamaba Christopher Polhem. Durante la ceremonia, Polhem le preguntó cómo es que le estaban enterrando si él estaba vivo; cuando el sacerdote habló en la homilía de que todos resucitaríamos el día del Juicio

Final, el amigo de Swedenborg volvió a indignarse. «¿Cómo es posible que diga estas cosas, cuando yo he resucitado ya?»104 Cuando los humanos mueren, deben saber qué les espera y sobre todo esperar algo más que la nada. Se nos ha dicho en una comunicación que «la muerte es solamente lo que cada uno hace de ella», y en otra que «el Cielo es una continuación del estado mental que tienes al morir».

El tunelador105

Hacía mucho frío y un viento serrano nos congelaba las mejillas. Cargados con los aparatos cruzamos la plaza y entramos en el edificio. Nos recibió un hall amplio y caliente, con suelo de mármol y decoración de plantas. El aviso había sido apremiante, llevaban dos meses sintiendo cosas extrañas: los ascensores y las fotocopiadoras funcionaban solos y lo que más les inquietaba eran los golpes sordos que se oían debajo del suelo. El miedo se había apoderado del personal cuando dos vigilantes aseguraron haber visto a un personaje mal vestido y con gafas desaparecer de su vista disolviéndose como el humo.

Hall del centro cultural del caso del Tunelador.

La directora del centro nos informó que no tenían sótano, y que solo los cimientos servían de base para el

mármol. Al medir los campos magnéticos, los físicos de Hepta se volvieron locos, porque las alteraciones variaban de lugar constantemente. Todos sabíamos que la presencia de identidades producen estos efectos por donde se mueven, así que Paloma Navarrete tomó las riendas y determinó que algo raro estaba ocurriendo. «Es absurdo —comentó—, es como si estuvieran excavando túneles bajo nuestros pies.» Y dirigiéndose al suelo exclamó: «Párate y te ayudaremos». Y es entonces cuando a través de la bola de cristal conocimos a Baldo, un hombre mayor, encorvado y con gafas. No sabía cómo había llegado a este lugar y

tampoco sabía que estaba muerto. Pensaba que la única manera que tenía de salir de su situación era excavando una galería hacia el exterior. ¿Tal vez Baldo murió sin darse cuenta en un lugar cerrado y sombrío y al llegar al Otro Lado recreó la misma situación?

SI CREEN QUE TIENEN ALGO PENDIENTE POR HACER

Es una lástima que no exista mayor comunicación o divulgación de todas las comunicaciones que desde hace años los habitantes de la Tierra están recibiendo.

Este ejemplo lo recoge Jean le Prieur. El fallecido es un obrero que muere en una explosión: «¿Cómo es posible que cosas tan importantes no se enseñen en la Iglesia? Es criminal no hablar de esto. Si se conociera lo que yo sé ahora no se encontraría uno tan angustiado como yo en los primeros momentos y jamás se tendría miedo a morir.» 106

Pierre de Jouvenel fue un monje que le contaba al médium su vida y sobre todo sus trabajos como guía de recién llegados a la vida espiritual:

«Para nosotros todo es tan evidente, tan claro, tan lógico, que nos preguntamos cómo la Iglesia o, mejor dicho, las Iglesias han podido ignorarlo durante tanto tiempo.» 107

Marco fue atropellado por un camión a los catorce años. En 1978 empieza a comunicarse. Primero por psicofonía y luego por escritura automática. En una de sus comunicaciones dice: «Hay mucha gente desesperada a la que hay que calmar, gente que de improviso se encuentra aquí sin darse cuenta de que están muertos y, claro, no entienden nada. Nosotros debemos ayudarles.» 108

A través de la escritura automática, Lady Cynthia Sandy recibe una comunicación de un hermano suyo fallecido que había sido diplomático británico acreditado en Moscú. En ella le cuenta cómo tuvo que ayudar a unos cosmonautas rusos cuya cápsula había estallado. La mente de los rusos, de formación materialista, no concebía el Más Allá, así que permanecían junto a la cápsula sin darse cuenta de que ya no tenían cuerpo físico y achacando su situación a una irregularidad técnica. Pensaban que se habían extralimitado en la velocidad y que por ello habían alcanzado una dimensión diferente.109

Podemos concluir que el espíritu puede quedarse en una especie de «zona de nadie» o interfase, como diría el investigador Sinesio Darnell, lugar cercano a nuestro nivel y que los espiritualistas llaman el Umbral. En la Antigua Roma, cuando terminaban los ritos funerarios, se recomendaba al difunto «¡pórtate bien!» y, en otras culturas, para facilitar el tránsito del alma se quitaban algunas tejas del tejado, cuando el enfermo tardaba en morir. Era una manera ingenua de creer que de este modo el alma tenía más facilidades para llegar al Más Allá.110

Algunos difuntos, sin embargo, se aferran a ideas fijas, o desean completar lo que ellos creen que han dejado inacabado.

La madre de Córdoba111

Carmen puso a hervir las judías verdes y con prisas recogió su bolso y cerró tras de sí la puerta de su casa. Su trabajo como profesora le absorbía gran parte del día, y todavía no se había acostumbrado a que ahora tenía más tiempo para realizar las pequeñas tareas cotidianas. Durante ocho años había cuidado de su madre y se había acostumbrado a las prisas y la

ansiedad cuando salía de casa. Ahora no sabía hacer las cosas con tranquilidad, e incluso por las noches todavía creía oír la voz de su madre pidiéndole ayuda. Carmen aceptaba que esto era natural, tan natural como el vacío que sentía, porque hacía poco del fallecimiento. Ensimismada en sus pensamientos, y en conversaciones con vecinas y tenderos, se olvidó de que había dejado la comida en el fuego. Unas berenjenas moradas y brillantes del verdulero le refrescaron la memoria. «Mis judías», exclamó de repente. Temblorosa, introdujo la llave en la puerta buscando el humo. Al entrar en la cocina, el asombro la dejó sin respiración: el fuego

estaba apagado, y el puchero con las judías cocidas en su punto, retirado del peligro. Nadie había en casa, nadie podía estar. Es a partir de ese momento cuando los hechos extraños se precipitan. Una noche, Carmen se despertó y vio a su madre, que le estaba dando friegas en los tobillos. Solía hacerlo cuando ella volvía a casa cansada de sus clases. Carmen, en aquellos días, estaba preocupada pendiente del resultado de unas pruebas médicas. En mitad de la noche se despertó porque no podía darse la vuelta en la cama, las sábanas se le habían trabado. Se giró y pudo ver a su

madre echada en la cama a su lado que, sonriendo, le dijo: «No temas, duerme tranquila, que no va a ser nada». En el piso de arriba había un cuarto de estar que comunicaba con un dormitorio y un cuarto de baño. Era donde dormía la madre de Carmen antes de empeorar de salud. Después durmió en el piso de abajo, con Carmen, para evitarle la subida y bajada de escaleras. Al morir la madre, Carmen cambió la posición de los muebles de esa planta, pero tuvo que volverlas a su lugar de siempre porque por las noches oía el corrimiento de butacas y demás enseres,

interpretándolo ella como un deseo de su madre, a quien no le gustaba el nuevo orden que ella había establecido. En la primera visita a casa de Carmen, Paloma Navarrete acudió a la bola de cristal para saber qué estaba pasando. Curiosamente, cuando hizo la llamada, la madre de Carmen acudió a nosotros bajando por la escalera. Paloma la describió como una mujer de ojos preciosos que venía a nuestra reunión atusándose el pelo. «Hay mucho que hacer en la casa —dijo—, y no quiero irme todavía porque ahora me encuentro bien y quiero ayudar a mi hija. Es pronto para irme —repetía una y mil veces—, tengo que velar por ella y devolverle los

cuidados que ha tenido conmigo durante ocho años.» A pesar de nuestros ruegos no conseguimos convencer a esta madre protectora de que su hija era mayor y no necesitaba de su ayuda. Seguía asegurando con terquedad que no quería irse todavía... Tanto en Estados Unidos como en otros países se ha demostrado la eficacia de los ultrasonidos para hacer desaparecer las entidades o fantasmas que provocan molestias. No se sabe exactamente por qué, pero existen dos hipótesis: o bien los ultrasonidos perturban su composición energética y por eso se van; o bien este tipo de energía, sumada a la que ellos tienen, les

facilita la evolución a planos existenciales de más alta vibración, logrando el mismo resultado. Pusimos en práctica las recomendaciones de los investigadores americanos y dejamos la casa de Carmen con la esperanza de que surtiera efecto. Antes de un mes, Carmen nos llamó para decirnos que durante unos días no había sentido a su madre, pero que la había vuelto a ver varias veces. Una noche también su padre se había presentado. Estaba envuelto en luz y su apariencia era jovial y fuerte. «Yo estoy bien, hija —le aseguró—, pero no soy capaz de que tu madre me siga. Se ha empeñado en quedarse cerca de ti. ¡Lo malo es que no le queda tiempo!» Esta

frase enigmática nos indica que, a veces nos dejan permanecer durante algún tiempo cerca de los nuestros, pero que ese «permiso» tiene un tiempo limitado. Todas las religiones del mundo recomiendan que debemos aligerar nuestras alforjas para poder subir mejor a lo Más Alto, pero no todos seguimos estas recomendaciones. Los espíritus apegados a la Tierra demoran su viaje a la Luz y existen varias razones para ello:

SI NO HAN SIDO PERDONADOS

«Cuando dejamos en la Tierra personas que no nos han perdonado, no podemos elevarnos.» 112 «Tienes que perdonar a tu pretendiente para que su espíritu no se quede ligado para siempre a la Tierra.» 113 «Espero ese perdón con ansias y tus oraciones para seguir adelante y prepararte un lugar como el que no te supe dar en la Tierra.» «Espero su perdón, ese que me va a ayudar a ir hacia la Luz que ahora veo tan lejana.»

«En los treinta años que el Grupo Hepta lleva investigando, el siguiente es el único caso en el que el perdón ha sido su gran protagonista.»

El caso del peletero114

Nos trasladamos a Lozoya. Un hombre sufre pequeños fenómenos en una casa de fin de semana de su propiedad y quiere saber dónde está su origen. Cuando el coche serpentea por el camino para llegar hasta ella, Paloma empieza a susurrar: «Qué casa más triste, rezuma violencia y lágrimas».

La casa serrana es de piedra de los años cuarenta, rodeada de pinos, con ventanas pequeñas, y una terraza-porche que se abre al mediodía. Se construyó después de la guerra civil con los materiales típicos de la zona. Su arquitectura no tiene ni gran calidad ni tampoco diseño. Su interior está decorado con cuernas y animales disecados porque al abuelo de Rodolfo, el actual propietario, le gustaba la caza y la pesca. Era un hombre afable que tenía una fábrica de curtidos. El padre de Rodolfo se convirtió con los años en un famoso peletero que, aprovechando la fábrica de curtidos de su padre, había tenido un éxito ilimitado

como diseñador de prendas de piel. Todo el Madrid de los años sesenta presumía de llevar alguna de sus creaciones.

Qué casa más triste, rezuma violencia y lágrimas.

El caso del peletero.

Este padre que brillaba en sociedad era aterrador en el seno familiar. Ejercía su despotismo y su egoísmo sin límites con su mujer y con su hijo. Su mujer, una señorita bien de Granada, nunca tuvo opción a la separación por carecer de bienes propios y, aunque el marido le compraba la ropa en Pertegaz para que luciera a su lado, nunca tuvo la oportunidad de comprarse ella misma ni tan siquiera unos simples zapatos. Era elegante, esbelta y bella. Nunca se atrevió a defender a su hijo de la violencia paterna, seguramente por miedo a las represalias. Tuvo que soportar los

excesos y los mil y un desmanes de su marido, que la llevaron al refugio del alcohol y a la muerte por coma etílico. Los golpes en las paredes y las pisadas por la buhardilla inquietan a Rodolfo, pero nos cuenta emocionado que lo que más le preocupa es una forma que se pasea por el pasillo y que también ha visto su mujer. Pensamos en el padre iracundo y violento como un personaje vinculado a la casa, pero no era así. Era la madre, que pedía el perdón de su hijo por no haberle defendido, por no haberle apoyado y por el sufrimiento que le había causado su estado de alcoholismo. A la madre le da vergüenza aparecer en la

bola de cristal. Cuando Rodolfo le confirma su perdón, ella se deshace en gracias y nos pregunta con exquisita educación: «Estoy cansada, no puedo dormir, no sé el camino, ¿por dónde me tengo que ir?». De nuevo, en un mismo día, oímos otro susurro de Paloma Navarrete: «¡Pobrecilla, tiene una ojeras inmensas!».

SI TIENEN MIEDO AL CASTIGO «El dolor que sienten por lo que han hecho se hace insoportable y pasan horas atrapados en su soledad y 115 desesperación.»

«La expectativa de la nada o el miedo al castigo sea lo que sea lo que te aterroriza te mantendrá en un estado semiconsciente hasta que estés preparado para ver la Luz.» 116

Algunos fallecidos mantienen la atención en la realidad terrenal que han dejado y no quieren dar el paso hacia la Luz, hacia el mundo espiritual. Se quedan atrapados en nuestro nivel porque no quieren pasar al Otro Lado. Se sienten culpables, tienen miedo al castigo y creen que Dios nunca les va a perdonar. Ya lo decía San Juan en su evangelio, 3:14-21: «Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para

no verse acusado por sus obras». Prefieren quedarse en la interfase en el entorno que conocen, lo mismo que le pasó a Gustavo.

Gustavo y la Pachamama117

La casa, en las afueras de Madrid, era espléndida y estaba rodeada por un cuidado jardín. Tenía dos plantas y estaba decorada con gusto. Uno de los criados se llamaba Gustavo. Y era boliviano. Gustavo había vendido el taxi con el que se ganaba la vida en su país y las pequeñas posesiones que tenía para pagarse el avión y venir a España. Quería

reunirse con su mujer, Amalia, que ya estaba trabajando aquí. Antes de viajar dejó a sus tres niños al cuidado de su hermana, prometiéndole que regularmente le enviaría dinero para su mantenimiento. Gustavo se colocó pronto. Hacía las veces de chófer y criado. Cumplía su labor a gusto de los señores y pronto le permitieron traer a su mujer los fines de semana para que pudieran compartir el tiempo libre. Sin embargo, uno de esos fines de semana se produjo la tragedia. Amalia llegó con una maleta y anunció a su marido que se había enamorado de un tal Nelson, y que esa misma noche le abandonaría. Una ira incontenible nubló

la mente de Gustavo. Por ella había quemado sus naves al abandonar su taxi y su país, por ella se había colocado en la misma zona que su mujer, por ella había dejado los niños a su hermana... Y Gustavo perdió la cabeza. Amalia era fuerte y tenía mucho genio. Para que no gritara, Gustavo le metió un pañuelo en la boca y le tapó la cara con la almohada. La mujer seguía defendiéndose a las bravas y su marido no esperó a la asfixia y apuñaló varias veces a su mujer. Luego se puso su mejor uniforme, tapó con las sábanas el cadáver de Amalia, escribió varias notas de disculpa e intentó quitarse la vida colgándose de la barra de la cortina del dormitorio. Pero el cordón era

endeble, no resistió su peso y, en la caída, la cabeza de Gustavo se golpeó con el filo de la cómoda. Para completar el suicidio se bebió parte de una solución de matarratas. Gustavo tardó mucho en morir y nadie en la casa pudo sospechar que esta tragedia se estaba produciendo justo al lado de la cocina. Cuando la policía y los servicios de emergencia fueron avisados solo pudieron certificar la muerte violenta del matrimonio. La familia propietaria del chalet acudió a nosotros. Desde el día siguiente a la tragedia habían oído pisadas por la escalera, por el parquet del hall de entrada, y la hija de la familia nos aseguraba que oía golpes y lamentos.

También sentía una presencia en su cuarto cuando se quedaba estudiando hasta la madrugada. Una noche que la señora de la casa estaba frente al espejo quitándose el maquillaje, oyó claramente la voz de Gustavo que le decía: «Buenas noches, señora». Para realizar esta investigación utilizamos la videncia de Paloma Navarrete y la mediumnidad de Daniel Chumillas, persona que ya nos había ayudado en otras ocasiones, cuando los del Más Allá se habían resistido a seguir su camino por los cauces normales. Asomándose a la bola de cristal, Paloma observa a Gustavo en plena desesperación. Pide disculpas a los

señores que tan buenos han sido con él y repite muchas veces que lo único que quiere es encontrar a su mujer para pedirle perdón. Lo malo es que Paloma capta a la mujer, pero al Otro Lado del océano. Nada más morir se ha ido al lado de sus hijos. Donde Gustavo la busca, ya no está. Daniel contacta pronto con Gustavo. «No quiero irme», le dice. Confiesa que en la casa de sus señores se siente seguro y querido. Estar a su servicio le colma de satisfacción. Tiene miedo por lo que ha hecho y no quiere traspasar el camino hacia la Luz. No sabe lo que allí le espera. Permaneciendo en la interfase — en este caso en la burbuja de protección

de la casa de sus señores— no tiene ni que responder de sus actos ni arriesgarse al castigo. Ante la negativa insistente de Gustavo a nuestras recomendaciones para que vaya a la Luz tratamos de ponernos en su lugar y su cultura. Por una compañera de Gustavo que sigue trabajando en la casa averiguamos que este era de origen quechua y que en esta cultura se cree que la Pachamama les espera al final de esta vida para recibirles en su regazo. La representan fumando un gran puro y suelen ofrecerle hojas de coca, conchas marinas y recipientes con copal encendido. Dispuestos a todo para ayudar a

Gustavo decidimos representar para él una escenografía que le sugiera ver a la Pachamama y tratamos de atraerle al lugar donde murió, y donde empezó su nueva vida. Nos trasladamos al escenario del asesinato, el dormitorio del matrimonio. Paloma y Daniel se convierten de inmediato en parte de la representación. Hasta empiezan a sentir lo mismo que las víctimas. Paloma dice oler a sangre y Daniel siente el dolor de los dos protagonistas. Gustavo acude a la escena de inmediato. Tratan de convencerle de que si no entra en la Luz estará reviviendo una y otra vez el infierno de su angustia y sus remordimientos. Varias veces el espíritu

de Gustavo no puede soportar enfrentarse de nuevo con el escenario de su crimen y huye del cuarto gritando y repitiendo que no quiso matar a Amalia, que por su actitud no tuvo otra opción. Para recrear el ambiente de la Pachamama, Daniel, que no fuma, enciende un cigarrillo y se envuelve en las volutas de humo mientras convence a Gustavo para que le siga. «La Pachamama te espera», le dice. Despacio, muy despacio, el espíritu de Gustavo sigue los pasos de Daniel y, poco a poco, muy poco a poco, los dos se encaminan hacia la Luz. Mientras tanto Paloma, con voz repetitiva de mantra, va

describiendo a Gustavo el fuego del copal y el regazo atento de la diosa madre... Los minutos pasan muy lentos para los que estamos de espectadores viviendo la acción con Daniel, Paloma y Gustavo. Hay mucha tensión en el ambiente porque está en juego la arribada a buen puerto del espíritu de Gustavo. Por fin, al cabo de unos minutos, las voces de Paloma y Daniel comentan a la vez: «Ya ha pasado. Gustavo está ya en la Luz». Solo entonces los dos se derrumban. Están muy cansados y ateridos de frío por la concentración y el esfuerzo mental que han realizado.

SI LES PREOCUPAMOS «Cuando alguien pasa al Otro Lado no deja de pensar en ti. El vínculo afectivo creado en la Tierra se prolonga en el mundo espiritual.» 118

Los espiritualistas nos recomiendan que no lloremos en exceso a nuestros difuntos, que no les solicitemos mentalmente, que no les angustiemos con nuestros problemas del Más Acá. Nuestras lágrimas y nuestro dolor les retienen afectivamente y retrasan su proceso natural de evolución. La gente

que ha muerto sigue interesándose por los asuntos de las personas que han dejado atrás. «Diles que no vuelvan al cementerio con lágrimas y flores. Que no estoy muerta sino viva y que tienen que continuar sus vidas y dejar de afligirse. Me quieren y no quieren dejarme ir.» 119 «Sigo cerca de la Tierra por la pena que sufren mis padres. Se preocupan y lloran por mí como lo hacen por un muerto, cosa que me ata como si fueran correas de acero. No entienden que estoy más vivo que nunca, pero hasta que no me den pensamientos felices mi progresión está estancada, así que soy más infeliz

que ellos. Si me dejaran marchar yo sería más feliz y podría hacer más cosas.» 120 «Que deje de llorar y enfoque sus pensamientos. Ella no cree que pueda estar yo todavía vivo, así que sus patrones de energía son una terrible confusión. Es tan frustrante. Estoy a su lado y ella no lo sabe.» 121 «Continuaré ligado a la Tierra retenido por vuestras lágrimas y no podré elevarme alto.» 122 «No llores —le dice el marido a su mujer —. Así pierdes energía y puedes enfermar. Cuando lloras me haces llorar

a mí.» 123 «Me han advertido que permaneceré aquí hasta que mis seres queridos lleguen hasta aquí o hasta que deje de preocuparme por ellos. Permaneceré aquí hasta que ellos no me necesiten.» 124 «¡Ay, mamá! No llores así. Me siento tan triste de no poder hacer que sientas cómo te abrazo. Si sonrieras y estuvieses contenta, sería más feliz, mamá, porque, mamaíta, veo a tanta gente amable que están esperando para llevarme a algún sitio. Todos sonríen y hablan entre ellos como si esperaran a que yo esté preparado para irme con ellos.»

«Querida mamá, ¿por qué estás tan triste? Yo estoy bien y podría ser feliz, pero tu cara tan triste hace que quiera quedarme cerca de ti para reconfortarte.» 125 «No me he ido, estoy contigo siempre porque te veo infeliz. Tu dolor me detiene y no puedo seguir 126 ascendiendo.» «Recuerda que no se ha de llorar a los muertos, pues si las almas son felices, el llanto de los vivos perturba su felicidad; si no están todavía en el cielo, retrasa su camino, y si están en pena, las lágrimas por ellos derramadas son como impetuoso chubasco que agrava la pena.» 127

«Al estar a vuestro lado viéndoos sufrir estamos aplazando el crecimiento de nuestras almas. Nosotros también tenemos cosas que hacer aquí. Así que lo mejor que podéis hacer para ayudarnos a llegar a donde tenemos que ir es que sigáis adelante, de modo que nosotros podamos hacerlo también.» 128

El doctor Michael Newton recoge este testimonio de una persona fallecida, muy preocupada por la pena de su mujer: «Para ayudar a mi esposa Alice en su pena comencé arrojando una lluvia de energía sobre ella.» 129

«Existe un lugar específico para la curación y regeneración, formado por energía pura que llega a mí en forma de ducha líquida.» 130 Mi padre

Cuando mi padre murió de repente, mi dolor fue insoportable. Pero también yo era consciente de que mi padre podría estar preocupado por mí. Soy hija única y para la mentalidad de su generación no había sido necesario ponerme al corriente de cómo llevar el patrimonio familiar. Le sentí a mi lado varios días, el tiempo que necesité aprender a llevar los asuntos. Sabiendo que mi pena podía frenar su evolución, mentalmente le estuve hablando para tranquilizarle. A las cuatro

semanas me ocurrió un hecho extraño que vino a corroborar el contenido de muchas comunicaciones. Me encontraba en la terraza del campo, leyendo, mientras aprovechaba un sol suave y una soledad difícil de lograr en una casa con hijos y nietos. De repente una sensación me sacó bruscamente de la lectura, la sensación de una lluvia energética que entraba por mi cabeza y me recorría todo el cuerpo hasta los pies. Mi reflejo instantáneo fue decir «¡Papá!», y a partir de ese momento y hasta el día de hoy no he vuelto a sentir a mi padre. No me cabe duda de que en esa terraza, en el comienzo de la primavera, lo que yo sentí fue su abrazo de despedida, una descarga energética de

amor. No olvidemos que cuando fallecemos, adquirimos en el Más Allá un cuerpo energético diferente, de una vibración más alta.

SI NOS QUIEREN

Muchas comunicaciones hablan de que permanecen en nuestro entorno por lazos afectivos. Un espectro del Museo Reina Sofía, sor Aldonza de los Ángeles,131 seguía buscando aquí a su niña María, una huérfana que habían entregado al calor de su regazo. Sor Aldonza vivía en el edificio cuando era casa cuna y centro asistencial de pobres. Con aquello de que

en el Más Allá el Tiempo y el Espacio están fuera de juego, la monja no se acordaba de que María se había fugado hacía muchos años ya de sus brazos protectores. Con mucho tacto recomendamos a sor Aldonza que buscara, allí donde ella estaba, a su niña María porque María había dejado de ser la niña que ella recordaba. En un caso que tuvimos en Cataluña,132 al investigar una casona de una familia importante conectamos con una señora con capa y tirabuzones propios del siglo XIX. Deambulaba por la casa buscando en ella, incansable, a su amante, un clérigo que la consolaba de

sus malas experiencias matrimoniales. Su amor, que había traspasado los límites terrenales, le obligaba a seguir buscando a su amante entre las paredes de la casa abandonada. «Le dejé aquí», repetía una y otra vez. Le aconsejamos que le buscara allí donde ella estaba, porque para ella el tiempo se había detenido en el momento de su muerte. «Cuando un espíritu está muy apegado a su familia y no acepta con facilidad el hecho de haber muerto, los lazos terrenales se convierten en una especie de trampa.» 133

En una tienda de tejidos134 permanecía la antigua portera del edificio por cariño a su nieta, que no sabía que estaba muerta. Le seguía el juego y la acompañaba. Un abuelo permanecía en la casa, sentado en un poyete al lado del hogar, en espera de acompañar a su hijo, diagnosticado de un tumor irreversible.135 Todos estos personajes se hacían visibles en momentos determinados. Estaban en su entorno habitual, no eran fantasmas que volvían del Más Allá. Sencillamente, por amor no se habían ido del todo.

Las sociedades tribales de todo el mundo creen que, inmediatamente después del fallecimiento, el espíritu del muerto permanece rondando su morada familiar, ocasionando problemas a los vivos. En Indonesia, pasean al muerto una y otra vez por las calles mareándolo literalmente para evitar que su espíritu encuentre el camino de vuelta a su casa.136 Y en algunos pueblos de México, la madre dice a su hijo muerto: «Márchate y no vuelvas más. Ahora estás muerto».137

SI TIENEN EXCESIVO AFECTO A LOS BIENES MATERIALES

«La experiencia de la muerte es tan individual como la experiencia de la vida (James van Praagh).» 138

Algunos piensan que han dejado algo sin terminar; otros, por deseo de venganza o por revivir una y otra vez algún hecho trágico en un escenario determinado. Pero la razón por la que muchos fallecidos permanecen cerca de nuestro entorno es por la obsesión por sus pertenencias. «A mi alrededor y cerca de mí hay una pared de dinero que no deja pasar la luz. A dondequiera que vaya no puedo librarme de ella.» 139

Durante toda su vida este hombre estuvo acumulando dinero, y este hecho dominaba sus pensamientos. Como no había desarrollado su faceta espiritual cuando llegó al Más Allá, su pensamiento construyó la pared que le rodeaba. Solo podrá ser ayudado cuando sienta que ya no quiere su dinero y abra su alma a la nueva realidad en la que está. La casa, el hogar, suele ser un polo muy importante de atracción para nosotros, incluso después de muertos. Para don Federico, al menos su casa, y concretamente su despacho, era tan importante como para reconstruirlo mentalmente y vivirlo en una realidad virtual.

Lo malo es que el antiguo despacho de don Federico era en el presente el dormitorio de una azafata. Acostumbrada por su profesión a dormir a cualquier hora y en cualquier lugar, nos confesaba que ninguna noche podía dormir en su cama por los trajines del antiguo fallecido.140 Según él, tenía un baúl con documentos importantes, comprometedores incluso, y su casa era un especie de baluarte para él. «Esta es mi casa —repetía muchas veces con insolencia—. Es mi casa y nadie tiene por qué estar aquí.» Y esto lo decía don Federico, que llevaba cien años muerto...

Cuando en 1993 irrumpimos en una casa abandonada, enseguida notamos que algo tangible nos rechazaba, y pronto comprobamos que su antiguo propietario nos recriminaba con violencia la intrusión: «Soy el dueño de esta casa. No juguéis con mis cosas, son mías. No podéis entrar aquí y hacer investigaciones si yo no quiero».141 Pero nuestras disculpas suavizaron su mal genio y pronto nos contó su historia y sus desventuras.

La Quinta Mirabel

La Quinta de Mirabel está en Toledo y un día tuvimos la oportunidad de conocerla.142 No fue solo una visita turística, sino que aprovechamos el viaje para investigar su historia y los personajes que habían vivido en ella a través de los años. La videncia de Paloma Navarrete nos puso en contacto con varios de sus habitantes y lo hizo sentándose ante un enorme espejo que, colgado frente a la escalera, adornaba uno de los muros del hall. Primero fueron unos niños que bajaban los peldaños vestidos de terciopelo, luego una jerarquía eclesiástica arrastrando con solemnidad sus ropajes solemnes, y por

último una gran dama de principios del siglo XX envuelta en un chal verde y flanqueada por dos lebreles juguetones. El administrador de la quinta estaba a nuestro lado y, a medida que Paloma desgranaba su videncia, fue mudando de color. Luego nos contaría que las visiones eran totalmente exactas y que él había tenido el honor de conocer a la dama del chal verde. Nos invitó con insistencia a que visitáramos el sótano de la quinta y allí, apoyado en la pared, pudimos admirar el retrato de la señora arropada en la tela verde, y al abrir un baúl descubrimos los trajes de terciopelo de los niños. No tardaríamos en descubrir sin

embargo que en la Quinta Mirabel existía un personaje más activo que las percepciones de Paloma. Alguien apegado a un objeto terriblemente importante para él. Se podría decir que su permanencia en la casa se justificaba solo y exclusivamente por su recuperación. Se trataba de una caja, fechada en 1479. «Necesito que me devuelvan la caja, la caja es mía», nos repitió varias veces. No quiso decirnos ni su nombre ni su época. Solo le importaba su caja. Días más tarde, al volver a Madrid contactamos con los familiares de la Quinta Mirabel. Un sobrino había heredado la caja, pero cuando había llegado a sus manos estaba ya vacía.

¿Qué habría contenido la caja para que un espíritu estuviera tan preocupado por ella?

El tesoro del rey almorávide Tesufín

Hemos investigado y buscado por encargo varios tesoros, pero nunca hemos tenido éxito. Unas veces porque la acción del hombre y su rapiña los han hecho desaparecer muchos años antes de nuestra investigación, y otras porque algún hecho inesperado ha truncado en los últimos momentos el feliz término de la búsqueda. No existe la casualidad, así que nuestra experiencia nos hace pensar

que siempre existe una razón desconocida por la que no se realiza el descubrimiento. La tradición afirma que todos los tesoros tienen sus guardianes y que permanecen bajo la protección y custodia de sus propietarios a través de los tiempos, y que nunca podrán ser encontrados si ellos no lo consideran oportuno. Una vez más estaríamos ante personas ya fallecidas que siguen aferrándose a sus posesiones materiales y lo último que desean es que algún advenedizo pueda poner sus manos encima. Lo mismo da que se trate de documentos comprometedores, de cajas de contenidos misteriosos o del oro y

piedras preciosas de un gran rey. Para comprender mejor el celo de este rey tenemos que conocer su historia. A comienzos del siglo XII reinaba en Orán el rey almorávide Tesufín. Los embates almohades se sucedían en la zona con gran virulencia y el monarca mandó construir una fortaleza en las afueras de la ciudad, creyendo que así podría repeler mejor los ataques del enemigo. Los almohades, sin embargo, presionaron tanto el cerco de Orán que Tesufín preparó una flotilla de diez galeras, las cargó con todos sus tesoros, puso al mando de ella al almirante Muhamed Ibn Mayum —hombre de su

entera confianza—, y le dio la orden estricta de levar anclas y abandonar la bahía al menor conato de peligro. A pesar de todas las previsiones, Tesufín no pudo escapar a su destino. En la madrugada del 21 de febrero de 1145, Orán caía en poder almohade, y él se despeñaba por un barranco a lomos de su yegua favorita cuando, huyendo del asedio, se dirigía a las galeras que le esperaban con las velas desplegadas. Al saber la noticia, el almirante puso a salvo las naves cargadas de tesoros y dirigió las galeras a un puerto seguro en las costas del Al-Andalus, donde era virrey Aben Gania, hermano de su señor.

La cueva del Higuerón

Don Manuel Laza, licenciado en Filosofía y profesor del Colegio del Palo de la Compañía de Jesús, repasando un día un libro valiosísimo publicado en 1789, escrito por el presbítero Cecilio García de la Leña, que recoge la mejor y más completa historia que hasta hoy se conoce de la ciudad de Málaga, encuentra el texto siguiente: «A dos leguas de Málaga, poco más o menos hacia la parte oriental, camino de la ciudad de Vélez Málaga, se levantan dos puntas de sierra, y allí, en un

recuesto que forma la naturaleza, mirando a la marina, hay una boca de cueva llamada del Higuerón. Un rumor heredado de los moros dice que en ella se oculta el tesoro de cinco reyes mahometanos.» La leyenda de la cueva había llegado hasta el autor a través del cronista árabe Abu Abdalá Muhamed y del dominico fray Agustín de Milla, natural de Orán. Pero lo que más intrigó a don Manuel Laza, y lo que más estremeció su madera de investigador, no fue lo anecdótico del texto, sino que la descripción de la cueva se ajustaba a la perfección a las características de una cueva de su propiedad, situada en el

Rincón de la Victoria y explotada por aquel entonces como fuente de ese abono tan preciado que es la murcielaguina. Laza ya sabía que su cueva no estaba exenta de historia. En el Museo Arqueológico de Madrid hay dos vitrinas con restos prehistóricos de la cueva, y Plutarco, en sus Vidas paralelas, la menciona como refugio de Marco Creso —el tribuno romano que durante ocho meses ocupó sus galerías para evitar la persecución de sus enemigos políticos. Laza también sabía que su cueva era conocida por las gentes del lugar como la Cueva del Suizo. La llamaban así porque, un buen día de 1847, apareció un suizo por el lugar —Antonio de la Nari— que,

imbuido por la fiebre de las leyendas y tesoros de su época, estuvo muchos años buceando por las galerías. Quiso la mala suerte que la explosión de un barreno acabase con su vida y se llevara a la tumba sus secretos. Desde entonces, alrededor de la cueva había ido creándose una leyenda de terror y misterio. Muchos aseguran que el fantasma del suizo vaga todavía por el laberinto de la cueva y que Tesufín protege su tesoro de la codicia del Más Acá. El padre Pilón conocía a don Manuel Laza, el dueño de la cueva del Higuerón, y allá que nos fuimos a tratar

de localizar el famoso tesoro de los cinco reyes. El entusiasmo de este gran profesor y persona había descubierto salas nuevas y desconocidas, un candil de cerámica con cinco dinares de oro que resultaron estar acuñados en la época de Alí Ben Yusuf, emperador de los almorávides y padre de Tesufín, y —qué curioso— cuya dinastía se compuso de cinco reyes... Desde aquel primer contacto hemos ido muchas veces a la cueva del Higuerón. El tesoro de los cinco reyes permanece escondido. La tradición afirma que los tesoros están muy bien guardados por los espíritus que los

escondieron y que son muy celosos de sus pertenencias. Se cree que un influjo mágico impide su descubrimiento. La prospección radiestésica ya ha situado el supuesto tesoro, pero no podemos horadar la cueva y dejarla como un queso emmental. Necesitaríamos un aparato detector de vacíos. Solo que un aparato así se sale de nuestros presupuestos. Además, ahora, la familia Laza ha dejado la cueva en manos del ayuntamiento para su explotación turística, y aunque quisiéramos, el tema está fuera de nuestro alcance. En algún rincón del laberinto de la cueva del Higuerón siguen esperando para ver la luz, el oro, la plata y las

piedras preciosas de Tesufín —el rey almorávide que no pudo llegar a sus naves porque tenía una cita con la muerte...

SI CONSERVAN DESEOS DE VENGANZA

En algunas casas encantadas, los fenómenos están causados por entidades que no quieren irse al Otro Lado porque conservan un gran rencor y, lo que es peor, deseos de venganza.

La historia de Cipriano143

Cipriano era el dueño de una casa grande y señorial, con doble planta y situada en pleno centro de la villa. Vivía en ella con su mujer y su hija. A esta villa llegó el vendaval de la guerra civil y Cipriano empezó a recibir amenazas y presiones. Sabía que estaba en peligro, pero no podía dejar a su mujer, delicada de salud, y a su hija adolescente. Dormía vestido esperando lo inevitable. Solo cambiaba los zapatos por unas cómodas zapatillas de fieltro y, con ellas puestas, una noche tuvo que bajar la escalera con el corazón en un puño para abrir la puerta ante la insistencia de las llamadas. Una guerra civil hace aflorar odios, resentimientos, envidias y fanatismos y, esa noche, un

grupo de desalmados se llevaron a Cipriano para «darle el paseo», expresión que se utilizaba entonces para suavizar el verbo «asesinar».

En la bola apareció un hombre alto y vestido de negro. «Estáis molestando —nos dijo—. Ésta es mi casa y siempre será así.»

Durante algunos años, la viuda, hasta su muerte, siguió viviendo en la casa con su hija, que se había casado. La hija también acabó muriendo, y el yerno, viudo, fue quien finalmente tomó la decisión de vender la casa familiar. Una nueva familia se instaló en ella. Nada hacía presagiar que Cipriano volvería a lo que él consideraba su hogar. Nos llamaron porque estaban sufriendo muchos fenómenos y la familia estaba al borde de la histeria. Todos sus miembros,

sentados en el cuarto de estar, habían visto a un personaje que, apoyado en el dintel de una puerta, les observaba con los brazos cruzados. Una tarde los hijos y unos amigos pudieron ver al fantasma subiendo la escalera. Nadie de la familia reconocía al espectro. Tardamos mucho tiempo y muchas visitas para averiguar que era Cipriano, el antiguo dueño de la casa, el causante de los fenómenos, y mucho tiempo más en conocer el porqué permanecía en ella después de su muerte física.

Escalera de la casa de Cripriano.

Conocemos ya cada rincón del edificio. La escalera sigue arrancando del hall dando paso a la planta de los dormitorios. La escalera es el recorrido favorito del fantasma, porque es el único vestigio del antiguo edificio. Cuando los actuales dueños compraron la casa fueron obligados por las ordenanzas a conservar la fachada, pero derribaron el interior adecuándolo a sus necesidades. Grande fue nuestro asombro cuando una mañana Cipriano por fin se comunicó con nosotros. Sus palabras estaban cargadas de misterio: «La compró, la cambió y le conozco», nos comunicó indignado. Sabíamos que la casa se había comprado y que se había reformado pero ¿cómo es

que el fantasma aseguraba conocer a esta familia? Después de preguntar con mayor insistencia, descubrimos que un familiar de los actuales propietarios podría haber participado en el asesinato de Cipriano. Siempre nos emociona volver a la casa donde estuvimos varias veces tratando de resolver el problema de este personaje, que permanecía en su hogar a través de los tiempos y que, por sus inconveniencias (ruidos, pisadas, apariciones...), los actuales propietarios tuvieron que abandonar. Sigue siendo de su propiedad, pero la utilizan muy de tarde en tarde y siempre por un período muy corto de tiempo. No están a gusto en

ella y están barajando la posibilidad de venderla. Quieren saber si el fantasma dejaría en este caso el edificio. Sentados alrededor del mismo velador —donde hace ya varios años descubrimos a través de una ouija la terrible historia de muerte que involucraba a la familia—, Paloma, una vez más, se convirtió en puente de acceso a la realidad de Cipriano. Enseguida apareció un hombre alto y vestido de negro, con cara de pocos amigos y hombros echados hacia delante. Cipriano: Estáis molestando. Esta es mi casa y siempre será así. Yo vivo aquí, y ahora es una casa muy incómoda. Estoy

cansado. Paloma: ¿Por qué no te vas? Cipriano: (negando con la mano) Esta es mi casa. Paloma: Estás solo. ¿No sería mejor irte? Cipriano: No estoy solo, mi mujer está conmigo. Paloma: Sabes que estás muerto, ¿verdad? Cipriano: Eso no tiene ninguna importancia. Paloma: Tú no tienes que estar aquí. Cipriano: Esta casa es mía, que se fastidien.

Paloma: ¿Sabes el camino que tienes que tomar? Cipriano: Sí, pero no quiero irme. Estoy cansado. Paloma: ¿Sabes que pueden transformar esta casa en otra cosa? Cipriano: No podrán. Esta es mi casa y la de mi familia. Todos están aquí.

Paloma entonces convoca a Josefina, la mujer del fantasma, quien aparece vestida de negro, redondita, baja y sin algún diente. Paloma: ¿Sabes que estás muerta?

Josefina: Sí, pero no me deja ir. Él tampoco quiere irse y no me lo puedo llevar. Vengo cuando él me trae. Paloma: ¿Sabes por qué quedarse? Josefina: Para mantener la casa.

quiere

Paloma: (a Cipriano) ¿Tienes algo contra estos dueños? Cipriano: Sí. Me quitaron la casa. Paloma: Esta casa podría venderse. ¿Quieres algo a cambio? Cipriano: Un huerto y una fuente — cuando vivía, Cipriano tenía una fuente y un huerto; ya no existen por la remodelación del jardín—. Yo estoy siempre con ellos, pero no me ven.

Aquel día que me vieron es porque estaban muy excitados. La escalera es mía —no olvidemos que la escalera es lo único que se conserva de la casa original de Cipriano.

Los dueños actuales nos cuentan que dejaron en una ocasión una vela gorda y blanca encendida a propósito en un tazón para evitar accidentes. De todos modos, a la mañana siguiente fueron a comprobar que todo iba bien. La vela había desaparecido. Cuando Paloma le pregunta a Cipriano sobre la vela, le ve con ella en la mano y sonriendo. «Sois bastante tontos —asegura—. Molestáis, odio las obras. Yo estoy en mi espacio y quiero

que me dejen en paz.» Sospechamos que Cipriano era un hombre duro, adusto, acostumbrado a mandar y a dominar. Cuando se lo decimos, nos contesta: «Era mi derecho. Ese es el mundo que conozco. Solo quiero que ellos se vayan de aquí». A los pocos meses volvemos a la casa a petición de los dueños. La están vaciando para venderla. No pueden más. Una mañana que estaban la madre y una de las hijas limpiando, la araña de cristal que estaba en el hall de entrada, frente a la escalera, se puso a oscilar de tal manera que tuvieron que subirse a un taburete para sujetarla. Está claro que Cipriano sigue haciendo de las suyas.

Esta vez acudimos con el refuerzo de Daniel, médium, gran amigo nuestro y miembro de Hepta. Cuando llegamos, toda la planta baja tiene el campo alterado. Tanto los barridos fotográficos como de vídeo son negativos. La casa está heladora. Ya no existen los muebles, las cortinas, las porcelanas, los cristales, ni siquiera el retrato donde aparecía el antecesor familiar —quizá involucrado en el asesinato de Cipriano—. Ya en la entrada, Daniel nos comenta que tiene ganas de comer queso con pan y habas tiernas. Seguramente eran las comidas favoritas del fantasma. También ve a un perro trotando entre nosotros.

Subimos al piso de arriba para tener más tranquilidad. Los dueños permanecen con sus hijos en la planta baja. Inmediatamente, y de una forma espontánea, Daniel incorpora a Cipriano. Nos damos cuenta porque empieza a aporrear con fuerza la barandilla de la escalera. «No me quiero ir! ¡Malditos hijos de perra! De aquí no me mueve ni Dios. ¡Al infierno tienen que irse! ¡Ellos fuera! ¡No me iré hasta que se vayan!» Cuando Daniel se recupera de la incorporación de Cipriano nos reunimos con la familia y les recomendamos que traten de vender la casa cuanto antes. Pensamos que cuando la casa al fin se venda Cipriano rebajará sus deseos de

venganza y comprenderá la inutilidad de su comportamiento. Quizá entonces tendrá acceso a la ayuda que sin ninguna duda podrá recibir en el plano en el que se encuentra. Antes de despedirnos de la familia les recomendamos que buceen un poco en sus parientes y traten de averiguar —si no lo saben ya— quién pudo haber intervenido directamente en el asesinato de Cipriano. De este modo la experiencia podría servir de enseñanza tanto a la víctima —o sea, Cipriano— como a los descendientes de la persona que le asesinó.

La médium Jean Marshall recibió la siguiente comunicación: «Nos resulta horrible y aterrador ver a una persona en el estado de carencia de amor... Los espíritus que están en ese estado de incomprensión no dejan que nadie se les acerque, no pueden recibir ni dar nada.»

CAPÍTULO CINCO EL TÚNEL Y LA LUZ

Me atrae una luz que puedo definir, un remolino colores que se convierten luz brillantísima, pero que

no de en no

ciega. Voy más y más cerca, se hace más y más grande y brillante. Esto es el paraíso, veo gente salir de ahí que me llaman. Me voy. CARMEN DE SAYVE

En los libros de Moody recordarán que algunos de sus pacientes, cuando se dirigían a la Luz, veían seres atrapados, tristes y deprimidos, sin esperanza aparente y sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse. Sin embargo, parece que estas situaciones difíciles pueden resolverse fácilmente. Con tan solo desear salir de ese estado en el que te encuentras y pedir ver la Luz, ella aparecerá ante ti.

«Cuando se les muestra su nueva situación, su consciente se transforma y son capaces de superar los hechos trágicos, liberándose de sus obsesiones. Solo entonces estarán preparados para ver la Luz.» 144 «Si en el momento de la muerte el ser se entrega a Dios pidiendo ayuda o elevando una oración, lo cual es muy común, la Luz se hará de inmediato.» 145

Para algunos es un zumbido, pero para la mayoría de las personas es un ruido agradable: un tintineo de campanas a lo lejos o una música majestuosa. Paralelamente a este sonido el individuo tiene la sensación de caer en un túnel

oscuro. Un largo túnel, una chimenea, una caverna, un pozo sin fondo, un valle, un embudo, un cilindro... los testimonios varían. Lo que parece evidente es que este paso nos da acceso al Otro Lado, a la Otra Realidad. «Estaba tan absorbido por este vacío, tan fascinado, que no pensaba en nada más.» «Yo sabía que había muchas presencias a mi alrededor, y que ellas estaban allí para protegerme.» 146

Un náufrago del Titanic, William Sted, transmite su experiencia a una médium: «El espectáculo del naufragio era espantoso. La escena era desgarradora porque algunos estaban furiosos por no poder salvar aquellas cosas que tanto habían valorado en la Tierra. Esperamos a estar todos reunidos y, cuando estuvo todo a punto, empezamos a ascender verticalmente en el espacio a gran velocidad. El grupo que formábamos resultaba extraño, porque nadie sabía adónde íbamos...» 147

Los relatos sobre este túnel que nos absorbe, en el que giramos a gran velocidad, en el que el Tiempo parece no existir, tienen un gran parecido con las descripciones de físicos actuales como Roy P. Kerr, David Bohm o Stephen Hawking cuando hablan de los agujeros negros giratorios que unen universos paralelos y en los que la velocidad es mayor que la luz. Hablan de la curvatura del espacio, de que los puentes EinsteinRosen conectan áreas dimensionales diferentes, porque todo el universo es multidimensional. Cuando penetramos en este túnel, el Tiempo y el Espacio nos resultan diferentes y arrastrados por una fuerza

ineludible nos sentimos proyectados hacia la Luz que nos llama sin remedio. Es un estado de enorme claridad, de una conciencia resplandeciente sin ninguna perturbación ni oscuridad. El gran viaje hacia el Más Allá ha empezado. «Se rompió muy pronto mi lazo con la Tierra. Cuando llegué aquí todo era un halo de Luz, la paz en mi corazón había empezado. Se agudizó mi oído y mi vista se hizo más firme. Mi cuerpo cogió un volumen distinto. Yo supe que todo había terminado ahí abajo.» 148

El Libro Tibetano de los Muertos, escrito en el siglo VII, habla ya de «la Clara Luz Primordial» que permite la Liberación. Menciona «la clara luz del vacío» que debe convertirse en prioridad para quienes no deseen regresar al reino de la materia. También el Libro Egipcio de los Muertos, con más de cuatro mil años, nos habla de la Luz como señal fundamental para los difuntos en su camino hacia los reinos de Osiris. Tanto el libro tibetano como el egipcio son guías espirituales de iniciación en lo desconocido. Se incluían dentro de los enterramientos para que el difunto pudiera seguir sus consejos de

cómo eludir todo aquello que pudiera frenar su evolución hacia la Luz, o sea, el verdadero destino. «Me atrae una luz que no puedo definir, un remolino de colores que se convierten en luz brillantísima, pero que no ciega. Voy más y más cerca, se hace más y más grande y brillante. Esto es el paraíso, veo gente salir de ahí que me llaman. Me voy.» 149 «Entré en un túnel oscuro, muy oscuro, y de pronto vi una gran espiral que empezaba con color rosa pálido y mientras subía se iba haciendo de un rojo puro... Y yo flotaba, pero sin peso. La pluma tiene un peso, yo no tenía ni el

peso de una pluma. Arriba de esta espiral vi una luz blanca y en ese momento me sentí muy feliz. Tenía miedo de hablar e interrumpir esa paz tan perfecta.» 150 «Me había adentrado en la Luz, una luz más brillante, más deslumbrante que el sol, y sin embargo carente de toda sensación de calor. Este resplandor absorbente irradiaba paz y serenidad y, muy relajada, me deleitaba en su benevolencia. También tenía la impresión de estar encerrada en un túnel, en un tubo o en un capullo. No sirven las palabras para describir el esplendoroso entorno por el que fui arrastrada a una velocidad increíble.» 151

«Y esa Luz es más blanca, es de una claridad absoluta, y a medida que os aproximáis a esta Luz os sentís llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que os podáis imaginar. No hay palabras para describirlo.» 152 «Al llegar a la Luz sentí una felicidad tan inmensa que no existen palabras que la puedan expresar. Descubrí que esa Luz no me resultaba extraña. Por el contrario, presentí haberla conocido desde siempre. En cuanto estuve a solas con la Luz —o con Dios, porque para mí es lo mismo—, todo lo comprendí: el porqué y el para qué de nuestra existencia y el porqué de toda la Creación.» 153

El libro Suicidio recoge una entrevista con la célebre médium Johanna Carroll en la que narra las visiones que tuvo cuando ocurrió el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York: «Para mí era algo indescriptible. Veo que las personas trascienden en una oleada de luz. Es como si la mano de luz se hubiese tendido, la mano física la hubiese cogido y, a continuación, hubieran partido. Fue muy rápido. Uno, dos y tres... Todos ellos trascendieron sintiendo amor. Todos y cada uno de ellos, incluidos los terroristas. La presencia de luz y de espíritu era muy fuerte.» 154

CAPÍTULO SEIS EN EL MÁS ALLÁ

Cuánta razón tenías, qué pérdida de tiempo estar atascado en la Tierra cuando

este lugar existe.155

maravilloso

CARMEN DE SAYVE

Algunas comunicaciones nos hablan de la existencia de un área de recepción para las almas recién llegadas. En este lugar no permanecen mucho tiempo, sino que tras llegar allí salen rápidamente hacia sus destinos. Es en este punto del viaje cuando se produce el encuentro con nuestros seres queridos que llegaron antes que nosotros.156

NOS RECIBEN

Parece ser que un trámite natural en el paso al Más Allá es que tanto parientes y amigos como entidades de Luz nos ayuden a lograr la adaptación al mundo espiritual, incluso muchas veces antes de que la muerte física sea completa. «De aquella luz extraordinariamente blanca que aún me envolvía surgieron unas formas primero vagas, y después más concretas cada vez. Finalmente llegaron a un estado de nitidez que me asombró.» 157 «Cuando vengáis a reuniros con nosotros en las esferas tranquilas del Cielo nadie faltará a la cita de los que se ama.» 158

«Cuando efectuemos la transición nos estarán esperando para tomarnos de la mano y mostrarnos las infinitas posibilidades de la vida en el mundo del espíritu.» 159 «En el umbral me esperaban mis familiares. Se preocuparon en instruirme sobre lo que iba a encontrar y me acompañaron algún tiempo hasta acostumbrarme al nuevo sitio.» 160

Unos momentos antes de su muerte, el padre de J. J. Benítez le dice que ve gente a su alrededor. «Se presentaron por la noche —le comentó—, visten de blanco, me miran y se hablan entre ellos.

Van vestidos como los camareros — añade—. Es la señal. Ha llegado el momento.»161 Este comité de bienvenida cumple la función de calmarnos y reconfortarnos después de la muerte física, momento que para las almas menos evolucionadas puede resultar confuso, pues para ellas es una etapa que provoca desconcierto e incluso angustia al enfrentarnos con lo desconocido. Una comunicación recogida por Schiebeler nos dice: «A veces hay que recurrir a ciertas técnicas para terminar abordando a estas criaturas. Se trata de cambiar el aspecto

exterior y de tomar la forma que convenga en cada caso y que inspire confianza al fallecido.» 162 «Me vi rodeado de seres de luz, cada uno con características diferentes. Sus tonalidades eran maravillosas. ¿Quieres vernos con forma humana? —me preguntaron—. Yo me negué porque la forma humana ya la conocía y su apariencia luminosa era lo más bonito que había visto en mi vida.» 163 «Vi la forma de mis padres llegar hasta mi cama, atravesando la neblina que me envolvía. Mi padre estaba al lado de mi madre, que dijo sonriendo: «Vamos,

Albert, ya es hora de que dejes este lugar. Llevamos esperando aquí bastante rato. Estarás mejor con nosotros.» 164 «Cuando después de la muerte del cuerpo llegué a esta dimensión, enseguida me sentí bien. He encontrado amigos y parientes que han celebrado mi llegada.» 165 «Mi misión es ayudar a las almas buenas en el paso de un mundo a otro y enseñarles el camino que deben recorrer para llegar siempre más alto (Richi, muerto en el mar en julio de 1984).» «También ayudo a muchos espíritus de jóvenes que llegan aquí un poco sorprendidos y asustados (Marco,

muerto a los catorce años en accidente de ciclomotor).» 166 «Yo aquí tengo el deber de preparar a algunos seres, espíritus que suben aturdidos y de mi mano van al sitio que les corresponde (una madre explica a su hija los deberes y trabajos que realiza en el Más Allá).» 167

El papa Juan Pablo II yacía en su lecho de muerte la mañana del 1 de abril de 2005. Llevaba muchas horas en coma, pero en un paréntesis de conciencia dijo unas palabras que fueron recogidas por el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, y por su secretario monseñor Stanislaw: «Os he estado esperando y

ahora venís a mí, muchas gracias»,168 musitó Su Santidad. A las pocas horas había fallecido. Algunos han querido interpretar estas palabras como una referencia a los miles de jóvenes que, reunidos en San Pedro, rezaban por él. Esta hipótesis es bastante improbable, puesto que el Santo Padre llevaba en coma varios días y no era consciente de la realidad que le rodeaba. No olvidemos que a la hora de nuestra muerte, si no encontramos a nuestros familiares o amigos, siempre acudirán a nosotros los protectores invisibles, nuestros ángeles de la guarda

para ayudarnos y consolarnos, y sobre todo para explicarnos la condición en la que nos encontramos y los pasos que tenemos que realizar.

HOSPITALES DE RECUPERACIÓN «Cuando el alma abandona su cuerpo, este entra en un estado de letargo y, a continuación, despierta en el plano astral adecuado (Stephen Turoff).»

En algunos casos, cuando este sistema no es suficiente, se nos dice que se aplican métodos especiales de ayuda. Algunos fallecidos hablan de una especie

de clínica donde se descansa por algún tiempo hasta que somos capaces de adaptarnos a la nueva realidad. Allí, los médicos del Más Allá cuidan a sus pacientes hasta que los efectos de la pasada enfermedad y del correspondiente tratamiento desaparecen. «Él mismo no sabe ahora qué decir, porque se encuentra en un estado de somnolienta beatitud que le ha sido concedida para habituarse mejor a la nueva situación que le rodea (Enzo habla de su hermano, que muere ahogado en 1981).» 169

«Cuando llegan los muertos recientes, rodeados de algunos parientes y amigos, son conducidos hacia un centro de recepción. Allí son estudiados para ver si pueden viajar más o bien son enviados al hospital o casa de reposo para un período de reajuste.» 170 «Alrededor de la Tierra, y a unas treinta millas, existen unos lugares de reposo donde son llevados los fallecidos para recibir cuidados y atenciones antes de poder pasar a otras dimensiones o planos de existencia. La estancia en ellos dependerá de los ajustes que necesiten para poder experimentar la nueva vida.» 171

«Me encontré en una especie de hospital. Era bonito y alegre. Ya no me sentía enferma ni necesitaba más oxígeno. Me pregunté dónde estaba. Miré a mi alrededor y vi a otras personas acostadas en camas. Todo parecía muy natural.» 172 «Pocos hay que no necesiten un período de sueño más o menos largo. La duración de este período y la profundidad del reposo dependerán de la dificultad que el espíritu sienta para adaptarse a las nuevas condiciones.» 173 «Después del sueño, despierta el alma en un mundo de vida, no de muerte.» 174

Wilma Plinton murió el 10 de diciembre de 1974. Al poco tiempo empezó a comunicarse a través de psicofonías con su marido, que se había trasladado a Arkansas (EE. UU.) para vivir cerca de su hija. De este modo, Wilma le contó a su marido: «Me vi en lo que me parecía un hospital, con enfermeros de blanco que atendían a los ocupantes de varias hileras de camas. Creía que me habían cambiado de clínica, pero pronto me di cuenta de que estaba equivocada. Al lado de mi cama estaban mis padres —fallecidos hacía años— que, sonriendo, me explicaron que me encontraba en una casa de reposo, de las muchas que existen

alrededor de la Tierra para aquellas personas que necesitan adaptarse a la nueva situación.» 175 «Te sorprenderá saber que hay hospitales al Otro Lado. Son lugares para el reposo, no para tratamiento médico. Si una persona ha tenido una enfermedad agotadora, a menudo necesita un breve período de descanso para recargar el cuerpo astral. Se necesita una gran cantidad de energía para abandonar el plano de la Tierra. El descanso repone la energía.» 176 «En el hospital procurarán que descanses, te enseñarán a superar tus pensamientos negativos y afrontar tus responsabilidades.» 177

«Me encuentro en una especie de casa de reposo. Me estoy recuperando de la enfermedad que produjo la desintegración de mi cuerpo físico. Me siento satisfecha, tranquila y en paz.» 178 «Me dijeron que podría permanecer en un letargo hasta que recobrara la conciencia y se pudiera nivelar mi cuerpo emocional.» 179

Sabemos por algunas comunicaciones la situación en la que están algunos personajes famosos: «A Marilyn Monroe le están volviendo poco a poco las fuerzas. Está así después de un letargo que le ha durado mucho

tiempo debido a las drogas y al suicidio. Tiene muchísimos amigos y admiradores de su parte para ayudarla, y está arrepentida de haber llevado una vida que estaba alojada en una forma tan exquisita y en una belleza tan excepcional.» 180

Jane Sherwood, a través de la escritura automática, contactó con Lawrence de Arabia, que le habló de un amigo suyo: «Está en una especie de letargo en el que podría permanecer durante mucho tiempo. Tiene que quedarse así hasta que recobre la conciencia. Esta situación es una pausa obligada en las muertes

violentas. En ella se arregla parte del daño causado a su cuerpo 181 emocional.»

EL ENCUENTRO CON EL SER LUMINOSO

Para algunos, la Luz es la presencia de Dios mismo. Otros no se atreven a tanto y afirman que son espíritus superiores, así como una especie de representantes divinos. Pero todos coinciden que de la Luz emana una paz inmensa que les llena de amor.

En los testimonios que he recogido, la experiencia del encuentro con el ser luminoso y el repaso de las actuaciones que hemos protagonizado a lo largo de nuestra vida no siguen un orden exacto en la sucesión de experiencias por las que pasamos al Otro Lado de la muerte. Eso sí, todas las comunicaciones afirman que es un ser personal, cuya personalidad está bien definida. Parece ser que es difícil describirlo con palabras. Algunos lo han intentado: «Imaginad una luz formada de total comprensión y de amor perfecto. El amor que procedía de la Luz es inimaginable, indescriptible.»

«Fui hacia una Luz transparente como el cristal puro, una luz blanca y resplandeciente. Era muy hermosa y muy brillante, pero no me hacía daño a los ojos. Es difícil describir esa Luz. No vi realmente a una persona en ella, pero era una luz de comprensión y amor perfectos.» 182 «Una Luz intensa me rodeó y fui consciente de que había un ser en esa Luz y que esa Luz me amaba con una fuerza desconocida Sentí que ese ser de luz me conocía íntimamente y, a pesar de ello, me aceptaba con amor.» 183 «Anduve y anduve sin preocuparme lo más mínimo por la duración de este viaje cuando una tenue luz empezó a abrirse

camino en la oscuridad; primero era azul y gris, después blanca y luego rosa. Esa Luz de una intensidad maravillosa fue condensándose gradualmente en materia, y en cuestión de un momento tuve ante mí a un ser celestial y hermoso, envuelto en túnicas de seda y de un blanco puro.» 184 «A este lugar maravilloso se le llama Palacio de la Luz, debido a que precisamente la luz es lo que necesitan los espíritus de los seres humanos cuando vienen; la necesitan para permitirles ver y entender muchas cosas que no han comprendido durante su vida en la Tierra.» 185

El ser luminoso aparece en ocasiones como una especie de bola de luz —san Ignacio tuvo en vida muchas visiones de bolas luminosas—. Otras veces es descrito como un hombre vestido de blanco, luminoso él mismo o rodeado de luz. En cualquier caso, ante la presencia de esta Luz o este Ser, el individuo siente un amor incondicional e infinito que le inunda. San Juan ya lo dijo en su Primera Carta 4-8: «Dios es amor, Dios es Luz». Algunas comunicaciones son conscientes de esta Presencia:

«No volveré a la forma física, a la carne, porque he tenido la experiencia de lo que es el éxtasis ante la presencia de las energías superiores. No quiero perder esta felicidad.» 186

EL RECUERDO PANORÁMICO «Querida mía, el amor, solo queda el amor.» 187

Es entonces cuando ese Ser te pregunta: «¿Qué has hecho con tu vida? ¿Cuánto has amado? ¿Qué has aprendido?». Y nos damos cuenta de que la muerte no nos hace perfectos. Amar y aprender parecen ser los dos temas

centrales de nuestra vida en el mundo físico. El amor incondicional para dar a los demás y las experiencias de nuestra vida para aprender. Será el grado personal de desarrollo espiritual logrado en el Más Acá el que condicionará y determinará la calidad de la nueva vida que obtendremos allí. Los investigadores han descubierto que desde las épocas más remotas existen informes detallados sobre el fenómeno del recuerdo panorámico. Unos hablan de que vemos la película de nuestra vida, otros las secuencias más importantes, pero todas las comunicaciones aseguran que es uno de los momentos más penosos de nuestra existencia. No es Dios el que

nos juzga, somos nosotros mismos. Juzgamos nuestros fallos y triunfos, nuestros actos de amor y nuestros egoísmos, nuestro valor y nuestra cobardía. En estas valoraciones ya no caben los fanatismos y vemos nuestras acciones con una claridad objetiva que no nos da la posibilidad de justificarnos. «Nada hay oculto que no se descubra, y nada secreto que no se conozca. Por lo cual, todo lo que dijisteis en la oscuridad será oído a plena luz y todo lo que hablasteis al oído será proclamado a los cuatro vientos.» 188

«Mi vida entera se me presentó de golpe, completa y estática: como en una pantalla quieta. Experimenté una profunda tristeza ante todo el mal que hice y el bien que dejé de hacer.» 189 «Al hombre le acompaña el recuerdo de todas las cosas cuando pasa a la otra vida y es llevado sucesivamente a rememorarlas todas. Cuanto ha hablado y hecho queda manifiesto ante los ángeles con una luz tan clara como el día.» 190

Al visionar nuestra vida sentiremos todos y cada uno de los sufrimientos y alegrías que hayamos causado a los demás, sentiremos remordimientos y

parece ser que este visionado se realiza delante de unos seres de luz que no estarán para juzgarnos sino para ayudarnos a superar la angustia del momento guiándonos para poder aprender de nuestros errores. «Cuando vivía, mi Iglesia me enseñó que al morir permanecemos dormidos hasta el Juicio Final, y que en este juicio se determinaría nuestro Cielo o nuestro Infierno. La experiencia que he vivido no se parece en nada a lo que me enseñaron.» 191 «En el Más Allá no existe un inmenso dormitorio donde las almas esperan el Juicio Final y la resurrección de la

carne.» 192 «Están los que sienten piadosamente que han hecho tanto bien que esperan su recompensa ante el trono de Dios en el momento que llegan. Sin embargo, se sienten desilusionados cuando revisan su vida, ya que se revelan todos los fallos y los engaños que han ocultado.» 193 «Mi vida entera pasó ante mí como una ráfaga. Ahí estaban mis pensamientos y mis sentimientos en cada una de las circunstancias.» 194 «Reconocer las faltas hace mucho daño porque cada mala acción es una herida infligida a Dios.» 195

«Encaras tus faltas como si en un espejo se reflejaran tus errores. Vuelves a encontrarte con todos aquellos que se han ido cruzando en tu vida. Será tu actitud hacia ellos, el mal o el bien que les hayas proporcionado lo que permanecerá.» «Cuando una persona fallece y tiene la posibilidad de echar un vistazo a su vida terrenal se le ofrece la oportunidad de revisar sus vivencias y actuaciones bajo una perspectiva objetiva e imparcial. Sentirá remordimientos y tristeza ante sus pecados activos y de omisión.» 196 «Habrá que expiar cada falta en función de su gravedad.» 197

«Nosotros somos nuestro propio juez y jurado. El autocastigo y el remordimiento son peores que cualquier pena que venga del exterior. Hacemos la revisión por etapas porque nadie podría soportarlo todo a la vez. Enseguida vemos lo que podemos aprender revisando nuestros errores.» 198 «Nadie nos juzga, nadie nos presiona, nadie nos perdona. Tampoco nadie nos felicita. Allí había seres que nos ayudaban a ver claro, que nos explicaban lo que no entendíamos y nos guiaban a dar los primeros pasos en un mundo totalmente desconocido e inimaginable.» 199

«El espíritu, liberado de la materia, está en la alegría y en la paz; aunque sin estar todavía purificado, vive en la luz de Dios, que después de permitirle ver plenamente las culpas cometidas en la Tierra, le ofrece el modo de repararlas y purificarlas.» 200 «Llegas al espíritu siendo la misma persona que eras cuando abandonaste el cuerpo físico. No importa si eres cristiano, judío, hindú, musulmán, budista o de cualquier otra religión. Lo que importa es cómo has vivido. Tu lugar en la vida después de la muerte lo ganarás por medio de tus acciones en esta vida.» 201

«Somos responsables de 202 pensamiento y cada acto.»

cada

«Un pensamiento que nace en tu mente es para bien o para mal, cosa que tener en cuenta de nuevo después de la muerte, cuando se enfrentará contigo cara a cara y te proclame su autor.» 203

El recuerdo panorámico es un desfile de imágenes visuales increíblemente vívidas y reales que tienen un color muy intenso, son tridimensionales e incluso gozan de movimiento. Algunos autores como Ring creen que esta experiencia constituye un fenómeno holográfico, porque en ella

todo sucede al mismo tiempo y de un modo sincrónico.204 Cuentan que se tiene una conciencia plural en la que el fallecido se halla presente en cada una de las distintas escenas de su vida al mismo tiempo que las observa simultáneamente desde el punto de vista de una tercera persona. El tiempo circundante parece ralentizarse y el sujeto es capaz de aceptar y digerir intelectualmente, en un solo instante, la totalidad de su vida.

EL ASTRAL ES UN MUNDO DE VIBRACIONES

Sea cual sea nuestra evolución espiritual, a partir de este momento comienza para nosotros una existencia nueva en el mundo astral. El mundo astral parece ser que es tan sólido y real como el mundo físico. Algunos la llaman «zona de recepción» porque reproduce en muchos sentidos las características de nuestro mundo físico. Posee casas, edificios, universidades, salas de conciertos, jardines y lagos. Realmente es difícil hacernos una idea de su aspecto, pero las imágenes concebibles más cercanas serían los hologramas. Este paisaje ayuda a los recién llegados permitiéndoles una adaptación más fácil a su nueva situación, desterrando poco a poco los patrones de

memoria terrenales. Algunas comunicaciones hablan de la increíble belleza del plano astral. Dicen que todo el ambiente está como iluminado, que cada flor estalla en brillantes colores, los árboles no tienen hojas marchitas y las fragancias son exquisitas. Todo está lleno de vida y armonía. «Los colores se hacen sonoros; luego aparecen las flores... No me es posible describir esta maravilla, porque el plano físico no ofrece nada equivalente. Es un sinfín de Luz animada.» 205

«¡Si pudieras verme estarías encantada! Estoy entre resplandores; me rodean círculos de todos los colores, mil sinfonías suenan a mi alrededor. ¡Soy muy muy dichoso!» 206

El gran médium James van Praagh nos dice: «El mundo astral está hecho con lo que deseamos y creemos necesitar, es un paso intermedio donde todas las necesidades emocionales básicas e inferiores se viven hasta agotarlas en su totalidad. Estos deseos no forman parte del lado espiritual de nuestro ser. Tarde o temprano el espíritu se desilusiona de sus sueños y deseos terrenales, comienza a

despertar a un aspecto más elevado de conciencia y cuando su alma está lista se desprende por completo de los antiguos recuerdos y patrones de pensamientos. El mundo astral es como una cámara compensadora: nos ayuda a liberarnos de nuestros anhelos emotivos terrenales.» 207 «La vida en ámbitos ajenos a nuestra dimensión física entraña una relación mucho más estrecha entre la mente y la materia.» 208

A medida que se conozcan las características completas del Más Allá tendremos que inventar un vocabulario nuevo con el que poder hablar de esa realidad. Desde el punto de vista físico, todos los comunicantes describen los

diferentes estados de la materia en término de vibraciones: «Nuestros cuerpos espirituales —dicen— son un compuesto de ondas; solo somos vibraciones.» «Nuestro mundo se compone de materia tan real y definida como el vuestro, pero esta vibra a un nivel superior. Por consiguiente, vuestros sentidos sin desarrollar no tienen una gran conciencia de ello. Nosotros provenimos de vuestro plano y tenemos la experiencia de esta evolución; por ello, probablemente resulta más fácil para nosotros volver atrás que para vosotros echar un vistazo hacia delante.» 209

Todo objeto está situado en una determinada longitud de onda. La existencia material de una cosa, su sustancia, su aspecto, son el resultado de la frecuencia en la que se encuentra. Cuanto más baja sea la frecuencia de las vibraciones, más densa será la materia. El mundo del Más Allá tiene una longitud de onda distinta a la de la Tierra. Los átomos, las partículas que lo componen, vibran con una frecuencia infinitamente superior a la de nuestro Más Acá. Esta es la razón por la que el Más Allá queda fuera del alcance de los cinco sentidos del hombre. No olvidemos que un sonido sencillo se convierte en ultrasonido y que una luz visible se transforma en

ultravioleta, rayos X, rayos gamma o en rayos cósmicos al aumentar el número de vibraciones por segundo. «Algunos planetas son superiores en acción vibratoria al vuestro, y si viajarais a ellos y pudieseis tener las condiciones de la Tierra a vuestro alrededor, no veríais vida alguna debido a que vuestra vibración sería mucho más baja.» 210

En el mundo de los médiums es frecuente pensar que el Más Allá coexiste con el nuestro. Algunos incluso aseguran que está a menos de un metro tan solo por encima de nuestro nivel de existencia. Como está compuesto por partículas de

energía que se mueven con más rapidez que las partículas que componen nuestro universo físico, no somos capaces de percibirlo. A pesar de esta posibilidad, la verdad es que cuando los ya fallecidos se comunican con nosotros hablan de tal modo que interpretamos sus palabras como si se emitieran desde una gran lejanía. «Ahora que estoy en la vida de los espíritus, vibro a una velocidad mucho más rápida que cuando estaba en mi cuerpo físico. Podría llegar a vosotros

directamente y hablar todo el día, y aun así no me podríais oír. Vuestras vibraciones son mucho más lentas.» «Aquí parece que nuestros nombres se identifican con una vibración muy especial, con una clave individual que nos diferencia. No lo entiendo, pero parece que es una fuerza vibratoria y cuando se piensa en él o se nombra, hace sonar su nota clave individual.» 211 «Aquí te vuelves a encontrar con quienes conocimos en la vida terrestre; desde luego nos reconocemos por frecuencia vibratoria. No te lo puedo explicar bien, pero sabes quién es cuando te encuentras con una entidad.» 212

«Todas las almas que tengan las mismas ideas, aficiones, gustos, creencias e ideales, y habiten en un mismo plano, tendrán el mismo escenario y las rodeará el mismo ambiente.» 213

Parece que todos tenemos una vibración determinada en función de nuestra evolución espiritual. Nuestra composición energética en el Más Allá tendrá las características de un carnet de identidad vibracional. Será precisamente esta vibración personal la que determinará en qué nivel tendremos que situarnos.

En el Más Allá el espacio no es el mismo que el nuestro y por ello difieren las descripciones que recibimos. Hay unanimidad en afirmar que los niveles se corresponden a distintos estados de conciencia y cada uno de ellos se corresponde con un mundo donde la materia, el tiempo, el espacio y el propio cuerpo que tendremos se encontrarán en armonía con ese nivel espiritual. Del mismo modo que las ondas de radio de diferente frecuencia se mezclan en el éter, pero no interfieren unas con otras, los diferentes niveles de vibración tampoco. Algunos sensitivos aseguran que estos niveles están entre nosotros; otros, que están alrededor de la Tierra o en otros

planetas.

LOS NIVELES «En el reino de mi Padre existen muchas moradas (Juan 14:1-10).»

«No he podido ver a Martín porque esto es muy grande», decía una comunicación por clariaudiencia. En efecto, el Más Allá parece ser un lugar enorme, que está dividido en moradas o planos diferentes que se relacionan estrechamente con su cualidad vibracional.

«Hay innumerables esferas en el mundo espiritual. De no ser así, la progresión sería un mito. Algunos dicen que solo hay siete, pero es porque no tienen conocimiento de otras esferas más que de la suya. Me refiero a que no tenemos unos límites determinados.» 214

Quizá la variedad de las descripciones que recibimos esté motivada precisamente por esta diversidad, ya que cada nivel tendría sus propias características. «Están en mundos diferentes diferentes dimensiones.» 215

en

Esto significa que hay diversos planos espirituales de existencia. Al morir ingresamos en un plano espiritual que concuerda con los pensamientos y actos de nuestra vida terrenal. «Cada alma o ser, al abandonar el físico, queda en el grado de su evolución. Nadie puede pasar a un grado superior a aquel en que se encuentra si no tiene los merecimientos apropiados.» 216 «Cuando se llega, uno se encuentra en el nivel correspondiente al propio estado evolutivo y está al lado de entidades que tienen nuestra misma vibración.» 217

«Nos reconoceremos allí, no solo todos los que nos hayamos conocido y amado en la Tierra, sino que también trabaremos conocimiento con las almas que armonicen con la nuestra.» 218 «Cada plano se distingue de los otros por sus manifestaciones, densidad y velocidad de su esencia básica Hay siete niveles y cada uno varía en densidad. Cada nivel está habitado por almas aptas para él. Está determinado por la vibración de sus cuerpos astrales. Cada uno de estos niveles tiene muchas divisiones conocidas por zonas temporales.» 219

El gran investigador de los fenómenos paranormales Frederic Myers se ha comunicado varias veces después de su muerte, y asegura que está en el cuarto nivel. En su clasificación de los niveles, el primero sería la Tierra; el segundo, el nivel después de la muerte — que sería un plano intermedio donde viven las almas de los recién fallecidos —; el tercero, llamado por él el plano de la ilusión; y el cuarto, el plano del color, donde debemos abandonar toda estructura intelectual rígida y todo dogma ya sea filosófico, religioso o científico.220

Todos y cada uno de nosotros viviremos en el nivel que nos hayamos ganado. Cada acción que realizamos afectará directamente a nuestra vida en el Más Allá. Algunas culturas llaman a este proceso causa-efecto, el karma. Según el médium de la comunidad El Gran Corazón, el hermano Francisco, el karma es el gran depósito de nuestras acciones, allí son registradas para formar un destino futuro, ya sea este inmediato, es decir, a cumplirse en la misma vida, o bien a largo plazo, cumpliéndose en otra u otras existencias.221 En cualquier caso, sufriremos el sufrimiento que hemos causado a los demás y disfrutaremos con

la felicidad que hayamos regalado a los otros. La gente no suele comprender que

venimos a esta vida a superar las pruebas, y no nos vale el mérito de tan solo aceptarlas.

SOBRE EL SUICIDIO

Cuando una persona se mata, una de las primeras cosas que descubre es que no ha muerto. Dicen algunas comunicaciones que alguien que se quita la vida física, ni muere ni vive; en lugar de eso, el espíritu reside entre el mundo terrenal y el del espíritu. Está varado en una tierra de nadie con el recuerdo constante de su acto espantoso. Este estado es una forma terrible de existencia.

El hijo del obispo Pike se suicidó a los veintidós años. A través de una médium, este padre angustiado estableció varios diálogos con su hijo Jim: «No estoy en el purgatorio, pero algunas veces esto es como un infierno. Nadie me reprocha nada. Solo he encontrado comprensión y compasión. No fue nada voluntario. Me tomé demasiadas pastillas.» 222

Uno no escapa al sufrimiento poniendo fin a su vida. Se dice que estas personas se reencarnan en una vida futura con los mismos problemas que les llevaron al suicidio. El suicidio no hace

más que retrasar los problemas y crear otros nuevos. Solo es aceptable el suicidio en los que la motivación es un ideal superior. «Dios no permite el suicidio. Está prohibido quitarse la propia vida, aun en casos de enorme sufrimiento, pero Él tiene piedad de aquellos que se matan para no traicionar a otros.»

En el Más Allá el suicidio se considera un acto de tonta inmadurez y evasión de una responsabilidad. El suicida solo se ha hecho daño a sí mismo y acaso a sus seres queridos. Normalmente, cuando el suicida llega al

Más Allá está lleno de remordimientos y será su actitud la que determinará su progresivo bienestar. En algunos casos el horror y la tristeza de ver sufrir a sus seres queridos y no poder comunicarse con ellos le lleva a provocar fenómenos paranormales.

Un tiro de escopeta223

El chico avisó a su hermana de que iba a pegarse un tiro. Esta, a pesar de salir corriendo, no pudo llegar a tiempo. Se suicidó en el jardín de sus padres. Se reventó con un tiro de escopeta. Nos avisaron a los pocos días. La familia se

mostraba inconsolable y, como es habitual en estos casos, los padres vivían sentimientos de culpabilidad. ¿Por qué lo había hecho? Miguel no había querido estudiar como sus hermanos, y su padre le había obligado a trabajar en el negocio familiar. ¿Habría sido esta actitud paterna el desencadenante? Nunca lo sabremos. Nos contaron que al poco tiempo del suicidio todas las fotografías en las que aparecía el hijo se volcaban y caían de las estanterías, que a la madre le daban en el hombro y le pellizcaban los pies por la noche y que toda la familia, de un modo u otro, sentía su presencia. En estos casos los fenómenos no duran mucho tiempo.

«Las consecuencias de la muerte violenta son, en primer lugar, la prolongación de la confusión mental que suele seguir a la muerte. Luego, durante un período más o menos largo, el espíritu creerá estar vivo. Más tarde empezará para él el proceso de entender y aprender.» 224

Existen muchos suicidios provocados por drogadicciones: «Una persona adicta a las drogas tendrá muchos problemas. Se resistirá a todos los ofrecimientos de ayudas y persistirá en sus deseos irresistibles. El estado de ánimo que lleva al suicida a matarse le

envolverá como una nube de la que no es posible liberarle en mucho tiempo. Esta barrera solo se puede destruir por medio de sus propios esfuerzos y llamando a seres superiores para que le ayuden.» 225

Y eso es lo que le ocurrió a este personaje investigado por nuestro Equipo Hepta, que se bebió un cóctel explosivo cuyos ingredientes fueron los celos, la frustración y la droga.

La historia de Adalberto226

Adalberto Gutiérrez era uruguayo y vivía en Madrid con Carmen, su mujer. Tenían una consulta de podología. Con el pretexto de ver a sus padres, Carmen viajó a Uruguay. En realidad no pensaba volver, y así se lo comunicó a su marido al poco tiempo de llegar a su país. Este abandono provocó en Adalberto una gran depresión. Carmen no era solo su mujer, sino la que tenía la capacidad de ejercer la podología en España. Durante algún tiempo, Adalberto se refugió en el mundo de la música con el conjunto Venus, al que pertenecía. Al poco tiempo de esta tragedia personal, Adalberto tuvo la suerte de encontrar a Toñi, una ayudante española

con todo tipo de titulaciones para llevar con éxito la consulta. Además, la amabilidad y profesionalidad de Toñi fueron acrecentando la clientela. Todo marchaba bien hasta que un día Toñi le planteó a Adalberto sus proyectos de boda y su deseo de montarse por su cuenta. Adalberto sintió que una mujer le fallaba por segunda vez. No se sentía con fuerzas para volver a soportar el fracaso y el vacío a su alrededor. En su mente, desequilibrada y enferma, empezó a madurar el camino de su venganza... Un sábado, Adalberto citó a Toñi para darle el finiquito. Presagiando problemas, el novio de Toñi y un hermano la acompañaron. Ante la insistencia de

Toñi, los dos se quedaron en el portal con la condición, eso sí, de llamarles en caso de necesidad. Pasaron unos pocos minutos antes de que Toñi empezara a gritar pidiendo ayuda. Adalberto la había reducido atándola a un sillón. Cuando Fernando, el novio, aporreó la puerta de la consulta, el podólogo, fuera de sí, le abrió violentamente y en el mismo hall de entrada le degolló con un cuchillo. El hermano pequeño bajó entonces la escalera para pedir ayuda y alertar a toda la vecindad. Adalberto, en el interior de la vivienda, siguió construyendo su terror particular. Exasperado porque Toñi no

paraba de gritar, le seccionó el cuello con la misma arma con la que acababa de asesinar a Fernando. Cubierto por la sangre de sus dos víctimas se dirigió a la cocina, se sentó en una silla frente a la ventana y se apuñaló en la femoral. Cuando la autoridad judicial levantó el precinto, los propietarios de la casa nos llamaron para que comprobáramos si permanecía en el escenario de la tragedia algún residuo energético negativo. En los escenarios de tragedias como esta la impregnación de los hechos queda como remanente por algún tiempo. Una mañana soleada acudimos al piso. Los propietarios no habían querido entrar en la casa desde la tragedia y

realmente no sabíamos qué nos íbamos a encontrar. A la salida del ascensor nos apelotonamos ante la puerta, y la llave que nos facilitaron entró en la cerradura con suavidad y precisión. El suelo del hall distribuidor estaba lleno de papeles y guantes de goma de la policía. El olor era insoportable, y existía en el ambiente una sensación de espesor. Las ventanas, de par en par, no lograban ventilar el olor a podredumbre. Había manchas de sangre en las paredes, en los suelos, en los cercos y en las puertas. La sangre era más evidente en la habitación donde Adalberto había asesinado a Toñi

y en la cocina, donde las evidencias del suicidio de Adalberto eran estremecedoras. No encontramos evidencias anómalas en el campo físico. Pensamos que dada la historia de los acontecimientos lo más probable es que estuvieran en el campo psíquico, e intentamos conectar con Adalberto. El personaje del uruguayo acudió de inmediato para ordenarnos que nos fuéramos. En contra de los hechos negó su participación en la tragedia y muy agresivo repitió una vez más que abandonáramos la casa. «¿Por qué dices que no fuiste tú?», preguntamos con impaciencia. «Por la

droga», respondió. Y esta palabra clave fue enhebrando la historia real de la tragedia, de la tragedia según la versión de Adalberto, claro. Nos confesó que esa mañana, para afrontar la renuncia de Toñi, se cargó de droga más de lo habitual. Y fue la droga la que propició los asesinatos. Era consciente de que estaba muerto, pero no sabía por qué permanecía en la consulta. No estaba arrepentido ni de los asesinatos ni de su suicidio. Le hicimos ver que no amaba a Toñi, pero la necesitaba porque él era un músico sin éxito, cocainómano y totalmente dependiente de su trabajo desde que su mujer le había abandonado.

Poco a poco logramos que asumiera su responsabilidad, y esta actitud le llevó al arrepentimiento, premisa necesaria para salir de la interfase y dirigir sus pasos hacia la Luz, la puerta al Más Allá. Cuando estamos arrepentidos por una mala acción cometida, nuestro espíritu se ve libre de sus ataduras negativas y puede avanzar en su desarrollo en la otra cara de la vida.

La historia de Pablo227

Pablo era un chico que había dado problemas a sus padres por sufrir doble personalidad y por su adicción a la

cocaína, que le producía brotes esporádicos de psicosis tóxica. Había estado tres años en Inglaterra haciendo cursos y a su vuelta había empezado un curso de piloto de helicóptero, lo que supuso un gran sacrificio económico para sus padres. Parecía sin embargo que la pesadilla había pasado. Pablo prefería vivir en el campo y su padre se quedó a vivir con él en el chalet de la sierra mientras que la madre, asistente social, permanecía en la casa de Madrid hasta los fines de semana, cuando se trasladaba ella también a la casa familiar. Pablo estaba a punto de obtener su título de piloto, su comportamiento

parecía normal, era tranquilo y amable. Sin embargo, una noche de enero, Pablo salió de la casa con el pretexto de recuperar unas gafas olvidadas. A su vuelta dijo estar muy cansado y subió a su cuarto mientras su padre se quedaba viendo la televisión en la planta baja. Pablo ya no volvería a bajar. A las tres de la mañana de esa noche se le paró el corazón por una sobredosis. Los padres quedaron abrumados e inconsolables. ¿Por qué se había suicidado su hijo? Pablo era hijo único y los padres le habían dado siempre un apoyo incondicional. Las revisiones médicas preceptivas para el curso de piloto habrían revelado droga, de haber

existido. Es en esos momentos cuando el sentimiento de culpa aflora para incrementar aún más el dolor de la pérdida. «Si hubiera subido a su cuarto», se dijo el padre. «Si hubiera estado allí», pensó la madre. El caso es que Pablo tenía acceso a la droga y que esa noche engañó a su familia con el tema de las gafas. Tampoco era un novato en cuanto a las dosis. Cuando nos llamaron comprendimos que teníamos que reforzar nuestra habitual investigación con alguien experto en las comunicaciones con los fallecidos. Habíamos podido comprobar la eficacia de Daniel Chumillas como médium en

otro caso que habíamos tenido.228 Era el caso de don Federico, ¿recuerdan? El fantasma inoportuno que se negaba a irse al Otro Lado porque quería seguir custodiando unos papeles muy importantes. Accedió a hacerlo gracias a Daniel, que convocó a su amante de toda la vida para que se lo llevara de la mano. En este caso los padres de Pablo seguían conservando todos los recuerdos de su hijo: su dormitorio intacto, el sillón donde había muerto, incluso el padre guardaba dentro de su armario las cenizas de Pablo y todas las noches y las mañanas besaba la urna con actitud enfermiza.

Daniel se concentró en el cuarto de Pablo y poco a poco fue desgranando una conversación en la que el suicida trató de justificar su muerte: «Mamá, chiquitina, fue un accidente. No quise matarme». Cuando la madre oyó estas palabras rompió a llorar porque así era como la llamaba su hijo Pablo. «Quiero que me perdones, no quiero que sufráis así papá y tú. Por algún tiempo he estado en un hospital espiritual para recuperarme. Aunque he salido ya de él, sigo recibiendo ayuda.» Cuando nos despedimos de la madre, varias preguntas se nos agolpaban todavía: ¿Había alguna razón para que Pablo volviera a la droga? La autopsia

demostró que Pablo se había inyectado cinco gramos de cocaína. ¿Cómo un hombre que se había pinchado muchas veces con anterioridad ignoraba que estos cinco gramos de cocaína podían ser mortales? Todos los chicos de la edad de Pablo suelen forrar las paredes de sus habitaciones con pósters que ilustran sus aficiones. Pablo no tenía ninguno, ni de aviones ni de helicópteros. Solo pudimos ver muchos de ellos con barcos, veleros cortando el mar. ¿Por qué Pablo estaba terminando el curso de piloto de vuelo cuando su afición aparente era muy distinta? Estos ejemplos ilustran los efectos

de la droga y su importancia a la hora de valorar el comportamiento humano cuando determina quitar la vida a otros o terminar con la suya propia. Sin embargo, y a modo de resumen deberíamos plantearnos la pregunta ¿cuál es el desencadenante que lleva a una persona a quitarse la vida? Escapar de un dilema cuya solución no encuentra. Huir de un sufrimiento físico insuperable. Terminar con una vida como la suya que no tiene el menor estímulo o atractivo. Buscar en el Más Allá el encuentro con un ser querido que ha

fallecido. Eludir las responsabilidades de actos cometidos. Respondiendo a estas propuestas tendremos la clave para comprender cómo será la vida del suicida en el Otro Lado. Según los espiritistas, «la justicia Divina no solo se atiene a las leyes Divinas como la Ley del Karma, la Ley de Evolución y Progreso o la Reencarnación, sino también a un buen número de circunstancias, tanto atenuantes como agravantes, que han llevado a una persona a actuar de un modo concreto. Estas circunstancias son

las que valora la Ley de Compensación de Actos. Los humanos actuamos movidos por mil razones y por eso no todos ellos se pueden medir o justificar bajo las mismas circunstancias».229 La misericordia de Dios valorará el cómo y el porqué cada persona actúa para que las repercusiones sean benevolentes según estas causas. «El alma no es juzgada con las normas de la Tierra, sino con las normas de la sabiduría eterna.» «Si estas personas sufren una demencia temporal se ajustarán de forma casi tan rápida como aquellos que llegaron aquí

por muerte accidental.» 230 «El suicidio es un acto desesperado que cometen las personas que están desesperadas. Esta forma de confusión psicológica se considera una enfermedad por el Más Allá. No hay que culpar a nadie y nadie es culpado.» «Los que se quitan la vida con el deseo de terminar con sus problemas se llevan una doble sorpresa cuando se dan cuenta de que estos todavía están ahí. Son una carga que hay que soportar. Uno no puede escapar huyendo.» «Cualquiera que sea el grado en que huyes de las responsabilidades y lecciones que la vida te otorga estará

malgastando hasta ese grado las ventajas y oportunidades inherentes a la propia conciencia.»

Evitar el trabajo y la responsabilidad en este mundo solo significa retrasar el proceso de aprendizaje. Parece ser que casi todo lo que ocurre en la vida física de todos los seres tiene un significado. No olvidemos que tampoco es lícito acortar la vida de alguien porque nunca sabremos si podría haber aprendido algo valioso o si tal experiencia era necesaria para llegar a un nuevo nivel espiritual.

Todo parece indicar que ningún suicida está en planos oscuros. Y esta comunicación es un mensaje de esperanza: «La Luz infinita es compasiva y comprensiva cuando se trata de la gente que ha muerto por su propia mano y hará lo que sea necesario para que el alma se recupere y aprenda de su error.» 231

SOBRE EL «INFIERNO»

El papa Juan Pablo II reconoció que el Infierno, como lugar, no existe, que es un estado de conciencia, un estado de ánimo.

«No se trata de un castigo de Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo de premisas ya puestas por el hombre en esta vida. El Infierno, más que un lugar, es una autoexclusión, es la criatura la que se cierra al amor».232 «Observad que todo lo que es «lugar» en el mundo en el que me encuentro no debe entenderse geográficamente. Es un estado de conciencia.» 233

Sería un nivel de existencia ausente de armonía y de amor, destino de las personas con mentes retorcidas, egoístas o crueles. Todo lo que existe en este mundo y en el Más Allá tiene como

modelo el pensamiento. Si piensas mal atraerás el mal, si piensas bien atraerás el bien y si piensas con amor atraerás el amor. El pensamiento es una energía poderosísima capaz de crear mundos enteros, pero también de destruirlos. «Nuestros pensamientos no solo actúan en la esfera material; también inciden en la esfera espiritual, es decir, no solo contribuyen a construir nuestro mundo, sino que también pueden servir para edificar otros diferentes, sobre todo después de la muerte física. Cuando pasamos al Más Allá esta situación se convierte en una realidad porque los pensamientos conscientes que tenemos

en el presente se almacenan y posteriormente repercuten en ese estado.» 234

Esta zona de vibraciones bajas es un estado traído a la existencia por los pensamientos, palabras y actos de quienes provocaron dolor y sufrimiento en la Tierra. El pensamiento, por lo tanto, es capaz de crear un infierno. «Aquellos que hacen sufrir a los niños o a las personas mayores tendrán un Más Allá terrible. No tenemos ningún derecho a hacer sufrir a seres indefensos. Este pecado de crueldad y de maldad se paga muy caro. No lo olvidéis.» 235

«Fue el hombre y no Dios quien creó a Satán y permanece como personificación del Mal, alimentado por todos los pensamientos y actividades perversos del ser humano.» 236

El hermano Francisco, médium de la Comunidad Espírita El Gran Corazón de Murcia, fue guiado en uno de sus viajes astrales por un espíritu para que se asomara a los niveles inferiores del Astral.237 La visión le dejó aterrado. Y entonces su guía, sacándole del horror, le explicó:

«Esto que ves es producto de sus mentes atormentadas, pues sus propios pensamientos crean la imagen de ese estado que ahora poseen, debido al resultado de sus actos delictivos en el mundo humano.»

Aquellos que creían que el Infierno es un lago de azufre se encontrarán en él si piensan que lo han merecido. Tal y como el hombre piensa que es el Infierno, así será para él. Solo Cielo, Purgatorio e Infierno son creaciones propias e imágenes mentales del hombre. Tampoco son premio o castigo, sino medios naturales de

desarrollar las virtudes y corregir los errores o los vicios, para que el alma pueda avanzar hacia la perfección. «Ningún castigo es impuesto se trata de reajustes del alma.»238 «Omar Khayan dijo: “Envié mi alma en busca del Cielo y del Infierno y volvió para decirme que el Cielo y el Infierno están en mí”.» 239 «Ustedes son responsables de crear su paraíso o su infierno, basados en sus propios pensamientos, palabras y hechos.» 240

En el Más Allá hay muchos niveles, podríamos decir que muchos Cielos y muchos Infiernos, porque tú creas tu propio cielo e infierno en tus recuerdos y, si hay restos de culpa en la transición, esta culpa se transforma en parte de tu propio tormento, en tu propio Infierno individual. «Dejadme olvidar tan solo un rato. Liberadme de mis pensamientos y de esta horrible oscuridad.» 241

Solamente los peores actos seguidos de una ausencia total de remordimientos pueden llevar a un alma hasta esas esferas.

«Esta región astral inferior no es sitio de belleza y dulzura. Es un estado creado por los pensamientos, palabras y actos de quienes provocaron dolor y sufrimiento en la Tierra. En este nivel no existe refugio para el alma atormentada que trata de escapar de su propia vileza.» 242

Allí no hay bondad, ni amistad ni amor. Las debilidades humanas normales no son alimento para el Infierno. Es extremadamente raro que un alma vaya a esos reinos porque el más mínimo indicio de pesar te libera de esa condena. Solo el arrepentimiento será capaz de disolver como un azucarillo ese estado de conciencia inicial.

«Los espíritus endurecidos en el mal, incapaces de sentir remordimientos, permanecerán en la región «infernal» inmersos en las tinieblas o en la soledad. Ni siquiera estos espíritus están abandonados a su suerte. Hasta ellos son asistidos y socorridos por espíritus que tienen esta misión.» 243 «Nadie se pierde del todo. Cuando surge el punto de arrepentimiento, aparece un espíritu guía para ayudarlo. La fuerza de Dios está dentro de cada alma.» 244

SOBRE EL CIELO

«Sé de un hombre que fue arrebatado hasta el tercer cielo, fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede decir (San Pablo, 2 Corintios 12:2-4).»

Devachan es la palabra sánscrita que significa Cielo, también conocida como «el lugar de los dioses». Todo el Más Allá parece ser una estructura preparada para acogernos según nuestra evolución interior y está perfectamente estudiada para adaptarse a nuestras diferentes características espirituales. Ya hemos comentado que el Más Allá es un mundo de vibraciones y lo que podríamos denominar El Cielo es la zona

que la tiene más alta. Al pasar por los distintos niveles de evolución vamos adquiriendo un mayor grado de vibración en nuestra composición y en esta última etapa encontrarás probablemente un mundo pacífico y maravilloso que te espera. Cuando el desaparecido ha superado, debido a su evolución, las regiones inferiores, ya no puede comunicarse, ni manifestarse materialmente. Su silencio se convierte en la señal de su elevación Suele ser difícil por no decir imposible obtener comunicaciones de esta esfera, quizá porque los espíritus que moran en ella ya no están sintonizados con la conciencia

terrenal, medio necesario para comunicarse a través de algún tipo de mediumnidad. Existe sin embargo una coincidencia en las pocas que se reciben: nos hablan de la Luz, de la inmensa plenitud de la Luz divina. «Si algún fallecido deja de contactar con sus seres queridos o con los médiums es porque ha alcanzado un nivel avanzado de evolución y desde su grado de vibración decrecen los contactos con los vivos. Algunas comunicaciones nos dicen que estas esferas elevadas son las esferas del conocimiento total, de los espíritus puros, de la visión de Dios.» 245

«Cuando el desaparecido ha superado, debido a su evolución, las regiones inferiores, ya no puede comunicarse ni manifestarse materialmente. Su silencio se convierte en la señal de su elevación.» 246 «Mamá, yo continúo mi ascenso, cada vez más arriba. La Luz aumenta y resplandece de colores que vosotros no conocéis, matices de una belleza que no admite comparaciones ni palabras.» 247

Otra de sus características es que este último nivel es un estado de conciencia celeste donde el alma no se interesa por la apariencia, sino por el ser. «Las almas en ese estado —concreta el

compositor Liszt— pierden totalmente el interés por la representación corporal individual, al sentir que esta forma exterior ya no es necesaria.»248 «Parece que en la condición de “Espíritu puro” toda entidad se despoja de la forma, volviéndose un centro consciente de irradiación psíquica, en el que todavía existe la identidad, pero bajo un aspecto inconcebible y calificativamente diferente de la identidad personal terrestre.» 249 «En el Paraíso donde me encuentro reinan el perfecto Amor y la armonía universal, manifestadas por una gloria de

luz radiante, vibrante de energías vitales que llenan el alma de sentimientos agradables y de suprema alegría.» 250 «Cuando las almas retornan de nuevo a un estado de energía pura en el mundo del espíritu ya no sienten odio, rabia, envidia, celos o cosas similares.» 251 «El miedo no sobrevive en este entorno. Aquí reina la armonía en toda forma de vida. El Mal no tiene morada, ya que solo es capaz de respirar en un aura de desarmonía. La materia física no existe en este plano, de manera que no puede haber decadencia.» 252

«Viviréis eternamente en una envoltura cada vez más idealizada por una espiritualidad en continuo crecimiento y que os llevará de gloria en gloria.» 253 «El Paraíso no se alcanza inmediatamente después de la muerte, sino cuando la evolución del alma es completa y consiste en ver a Dios cara a cara.» 254 «Para mí es un lugar de paz absoluta y exquisita emoción... La calidez no es solo externa, sino que forma parte de uno. La propia percepción se ve fascinada y abrumada por el Entorno Perfecto. Cuando Él pasa, no hay movimiento ni pensamiento, todo se queda inmóvil, pleno y completo.» 255

Richard Long, agnóstico y ateo, se comunicó con su mujer a través de la médium María Moreno para decirle: «El alma nunca muere. Donde estoy he descubierto que hay un Dios, y he encontrado eso que no conocía antes: la paz de la mente.» 256 «Aquí se sabe y se acepta fácilmente la existencia del Padre, el creador de todo cuanto existe o ha existido. Cada uno es una de sus innumerables creaciones. Se es feliz sencillamente por hallarse en el Sitio Idóneo, donde se está verdaderamente a gusto.» 257

«Sí, mamá, os tenéis que alegrar, porque aquí en la eternidad, cuando nuestro espíritu esté totalmente elevado, terminaremos fundiéndonos en la Luz Divina, junto al Señor, nuestro Dios.» 258 «Para nosotros que vivimos en los niveles blancos, Dios es una Realidad, una Luz y una Voz. Sus rayos luminosos lo inundan todo. Nadie de los que vivimos en las esferas blancas ha visto a Dios. Quiero decir en su totalidad, porque vemos su luz y escuchamos su voz, pero no tenemos acceso al nivel en el que Él está. Algunos lo llaman Dios, y otros Alá o Brahma. Es el mismo para todos. Le llamo Dios para facilitar la comprensión, pero estamos en presencia de una poderosa fuerza cósmica, que

todo lo abarca, que todo lo rige. Esta fuerza es amor, armonía, justicia, sabiduría y perdón.» 259

Dios es una presencia continua en todos los planos de la vida espiritual, pero Dios no parece ser un algo o alguien que se encuentra alojado en un lugar determinado, al que es preciso acceder para encontrarlo. «Dios es una conciencia que está en todas partes y se hace sentir por doquier. El espíritu va despertando su conciencia divina a medida que va ascendiendo de plano. De ahí que, a mayor ascenso, mayor grado de conciencia, comprensión y percepción de Dios.» 260

Los niveles sexto y séptimo de la clasificación de Myers son planos de luz blanca y de la razón pura. «El Tiempo no existe y en estos niveles las almas ya no tienen forma, son energía pura que existen gracias a la mente de Su Creador.» 261

Algunos autores, para justificar la imposibilidad de ver a Dios directamente, alegan que las entidades de los niveles que se comunican con nosotros no han adquirido todavía la composición energética de Dios y por lo tanto les pasaría lo que a la mariposa que

se acerca demasiado al calor de una luz. Hay que estar preparado para ese contacto de pura energía.

SOBRE EL PURGATORIO «Las áreas o zonas que permanecen cercanas a los alrededores de la Tierra están designadas para ser la morada de espíritus subdesarrollados cuando ya se encuentran fuera del cuerpo. A medida que dejan atrás las pasiones terrenales, y cuando se hacen más refinados, pasan a una zona diferente o más alta. Muchos pueden permanecer en la zona primera o terrenal durante años.» 262

No podríamos soportar el acceso directo con Dios. Todos pasaremos por una purificación necesaria aunque en la realidad el Purgatorio no se corresponde con las representaciones populares habituales. Hemos hablado de los niveles, y su graduación ya explica la evolución que tenemos que seguir para alcanzar el Bien Supremo. «Él se encuentra encima de nosotros y le elevamos plegarias. Es maravilloso verlo aún de lejos. Uno espera acercarse a Él algún día, pero es necesario tener paciencia y trabajar mucho en su seno antes de que sea posible llegar a su lado.» 263

«Después nos trasladamos a dimensiones espirituales más elevadas hasta que por último nos convertimos en compañeros de Dios.» «Estoy destinado a trabajar con los maestros y aprender de ellos. He alcanzado la sexta dimensión, el lado realmente espiritual de las doce dimensiones.» 264 «¡Cuántas cosas debe uno desaprender en la nueva existencia! Es demasiado tarde para mí. Sin embargo, tengo a mi alrededor espíritus generosos animándome, abriéndome el corazón a la esperanza de que un día también se abrirán para mí la visión espiritual y la audición de las armonías celestes.» 265

«El alma sabe que no es digna de la gran Luz porque ve toda su miseria y la pequeñez de su bagaje de obras. Es por eso que permanece durante un cierto período de tiempo en un estado de purificación. A medida que esta purificación avanza, el alma se eleva cada vez más y entra en la beatitud, que no es todavía el Paraíso reservado a las grandes almas o aquellas que han alcanzado la purificación total.» 266

SOBRE LOS NIÑOS

Muchas investigaciones han puesto de relieve la comunicación entrañable que existe entre la madre y el niño antes de

nacer. Viven las alegrías y las tristezas de la madre, disfrutan con la música que ella les pone y reciben todos los pensamientos de amor de toda la familia. Esta comunicación, sin embargo, puede dar un paso más, puede hacerse aún más estrecha. Es cuando el bebé sorprendentemente emite un mensaje a la madre que, como en este caso, la llena de perplejidad. Lucía había acudido al médico para conocer el sexo del bebé. El doctor, al ver la ecografía, no pudo determinarlo, alegando que era pronto, aunque existían claros indicios de que era chico.

Lucía volvió a casa, y por la noche realizó un programa de HemiSync267 aplicable a las embarazadas. Relajada y consciente, sintió una sintonía perfecta con su bebé. Incluso «oyó» que le decía: «Mamá, te quiero mucho, soy una niña y quiero que me llames Diana». Lucía nunca había pensado en ese nombre. Algunas semanas más tarde el doctor confirmó que era una niña lo que venía en camino... Este ejemplo revela lo que todo el mundo femenino sabe, la afinidad y comunicación de una madre con su hijo. Pero ¿esta comunicación se prolonga después de la muerte?

La muerte de un niño es siempre trágica para la familia; sin embargo, a través de varias comunicaciones parece que existen unos centros de acogida especiales para niños, donde son cuidados con esmero por parientes y amigos hasta que crecen, no en el sentido físico naturalmente, sino en el plano espiritual. Esta primera fase sería para ellos como los centros de recuperación en los que descansan los recién llegados que necesitan un período especial de adaptación a su nuevo estado. «La abuela dice que es feliz porque estoy aquí con ella y quiere decirte que, con la ayuda de amigos y educadores,

me educará para que sea un hombre del que puedas estar orgullosa cuando llegues.» «Siempre hay muchas madres espirituales que cuidan a los pequeños. Es el trabajo que más les gusta y para el que mejor preparadas están. A cada uno de nosotros se nos asigna el trabajo para el que mejor capacitados estamos.» «Estos niños pasan unos momentos estupendos. Corren, bailan, cantan, saltan de total alegría. Chapotean en ríos cristalinos y hacen castillos de arena en playas paradisíacas. Hay tantas cosas hermosas y bellas en el enorme «patio de los niños» que no tendríais tiempo para describir la mitad de sus encantos.» 268

Parece ser que los hombres y las mujeres que no pudieron tener hijos en la Tierra y que han estado siempre esperándolos están como pez en el agua cuando vienen y pueden colmar a los pequeños con todo su amor. «Las almas bondadosas que amaron a los niños siguen amándoles aquí, aunque ya no tengan cuerpo físico, y les acompañan en sus juegos o ahuyentan las entidades dañinas del plano.» 269

Daniel Chumillas, además de ser instructor de los cursos Monroe, es psicoterapeuta y miembro del equipo

Hepta. Aporta al grupo su capacidad de ponerse en contacto con otros niveles de existencia. En definitiva, es médium.

El niño del jersey rojo

Daniel estuvo tratando a un niño de siete años que tenía leucemia. Cuando Daniel más contento estaba con su recuperación, una recaída fatal arrebató al niño de esta vida. Pocos días después, el niño se apareció a Daniel y, sorprendentemente, lo primero que le dijo fue: «Dile a mi madre que no tire mi jersey rojo, el que tiene la manga raída. Está en el cajón de abajo del armario de su cuarto. Estoy

bien —siguió diciendo—, estoy contento, solo me preocupa el dolor de mis padres». En medio de esta conversación Daniel oyó unas campanas. «Me tengo que ir al colegio, me están llamando a clase —comentó apresuradamente el niño —. ¿Qué te crees, que aquí no tenemos obligaciones? Aquí se estudia, se trabaja y yo sigo estudiando. Estar aquí no es estar de vacaciones». Cuando Daniel cuenta la experiencia, la madre se echa a llorar y le enseña el jersey rojo, viejo y mordisqueado en la manga por su hijo. Para esta madre era la certeza de que no había perdido totalmente a su hijo y la esperanza de un reencuentro.

Sebas y el encanto del agua

Sebas miraba el agua de la piscina hipnotizado. Los reflejos del sol sobre la superficie le atraían. Muchas veces había jugado en el agua con sus padres y recordaba lo divertido que era chapotear y levantar un oleaje que salpicaba a su hermano. Con su andar inseguro propio de sus dos años se acercó decidido al borde y se tiró. Tiempo después le encontraron en el fondo y nada pudieron hacer por él los servicios de emergencias.

Los niños no suelen tener trauma al morir porque, frecuentemente, su espíritu sale de su cuerpo antes de la muerte física, pero la familia no suele tener esta información, y la muerte de Sebas, como era de esperar, sacudió a toda la familia y el sentimiento de culpa estuvo flotando sobre ella durante varios meses. La madre acudió a Daniel. Quería tener la certeza de que Sebas estaba bien. Daniel no contactó con el niño directamente, pero pudo verle en su entorno. Sebas no era consciente de su muerte y todavía se comportaba como el niño que era. Varias personas mayores jugaban con él, eran sus abuelos, familia antigua que se ocupaba de Sebas. Daniel

vio a un tío abuelo que estaba obsesionado con los relojes y a otro muy dicharachero que no paraba de hablar. Lo que importaba en ese momento es que el entorno de amor que rodeaba a Sebas le sirviera como «hospital de recuperación» para que pudiera adaptarse a su nueva realidad. Meses más tarde, Daniel volvió a contactar con Sebas. Había crecido y estaba recuperando su memoria. Poco a poco Sebas dejaría su envoltura y su niñez para incorporarse plenamente a su nivel de evolución. A través de estas comunicaciones podríamos entender que los niños siguen viviendo como niños en el Más Allá.

Pero también sabemos que cuando la persona traspasa los primeros niveles más cercanos a la Tierra recobra la verdadera edad de su alma, es decir, el grado de evolución que le pertenece. Deja su niñez para asumir su verdadero estado, con el que tendrá que seguir su camino hacia la perfección. «En el Más Allá existe una convergencia de edades: los niños pequeños evolucionan hacia la adolescencia y las personas cargadas de años hacia una primavera imperecedera.»

Muchos se preguntarán qué sentido tiene la muerte de un niño. Pueden existir razones que nosotros no entendemos todavía, pero que nos serán reveladas cuando lleguemos al Otro Lado. Los espiritistas, sin embargo, sí le encuentran una explicación: ese niño que viene para morir pronto tiene una misión: proporcionar una enseñanza al entorno en el que nace.

SOBRE NUESTRAS MASCOTAS «Porque la suerte de los hijos del hombre y la suerte de las bestias es una misma para ambos; como la muerte del

uno, así es la muerte del otro. No existe superioridad del hombre sobre la bestia.» 270

Los médiums nos han proporcionado muchas comunicaciones sobre la supervivencia de los animales, y parece que no existe ninguna duda de que al llegar al Otro Lado, a la salida del túnel, vamos a encontrar a cada una de nuestras queridas mascotas dándonos la bienvenida. Nuestras mascotas van a un Cielo, al mismo que ocupamos nosotros. Llegan allí con mayor facilidad porque no están lastrados con nuestro excesivo equipaje emocional.

La médium británica Gladys Osborne aseguraba que «un animal a quien se ha amado acostumbra a ir a parar a la tercera esfera, donde alguien cuida de él y donde lleva una vida normal de animal, y a veces es traído a este mundo para que nos vea aún aquí en esta vida». «Donde ahora me encuentro, los animales parecen tener posibilidad de acceso y permanencia dependiendo de su relación con alguna persona que les haya amado en la Tierra. No es su mundo normal, solo se encuentran elevados como consecuencia de su vinculación con un ser humano.» 271

«Los animales también se elevan y el amor es la gran fuerza de la vida universal que lleva todo hacia Dios y hacia el bien.» 272

Cuando fallece un animal salen a recibirlo los seres humanos con quienes mantenía una buena relación en la Tierra. A menudo los reciben cuidadores de animales, almas generosas que cuidan de nuestras mascotas hasta que alguien con quien tuvo fuertes lazos afectivos se reúne con él en el mundo espiritual. «Me sorprendió la ausencia de animales domésticos como perros y gatos, pero de inmediato recibí la respuesta: estaban en lugares donde podían correr en libertad o

acompañando a sus seres amados en la Tierra. En ese mismo instante experimenté una unión completa con todas las criaturas vivientes.» 273 «Los miembros del reino animal también están limitados por su evolución. Cada uno sigue su camino individual de evolución. Te sorprendería saber que los animales ocupan un peldaño de la escalera, como nosotros.» 274 «Cerca de nosotros llegaba un vórtice de Luz blanca que se elevaba hasta perderse de vista. Unas cuantas personas conducían las almas de los animales hacia la Luz.»

«En el tercer nivel del Más Allá vuelven a encontrarse los humanos y los animales.» 275 «No tenéis derecho a entristeceros por su muerte, aquí viven felices y en paz (esta comunicación fue transmitida por la emisora Río del Tiempo, cuando Anabela Cardoso preguntaba por el destino de su mascota).»

Curiosamente, también se mencionan las mascotas cuando algunos autores hablan de la reencarnación de los animales.

«Algunas veces una mascota, cuando muere, no necesita reencarnarse aunque, eso sí, permanece siendo un animal. Quizá el afecto y la protección que otorgan a sus dueños, olvidándose de ellos mismos, son méritos suficientes para alcanzar un alto grado de evolución.» 276 «En donde yo me encuentro, los animales no tienen acceso. Solo llegan aquí aquellos que han sido amados en la Tierra. Una vez más se demuestra el milagro del amor, que es la fuerza universal que nos lleva hacia el bien y hacia Dios.» 277

ESTOS PLANOS O NIVELES NO SE

COMUNICAN

A pesar de que parece imposible traspasar esa especie de membrana energética que separa las distintas dimensiones, a veces ocurre que una criatura siente la llamada, una invitación que se hace más y más persistente, y entonces la membrana puede atravesarse, dando paso a una realidad más elevada. «Pronto estarás preparándote para la siguiente etapa de tu existencia. Al aumentar las vibraciones de tus átomos mentales, tu cuerpo astral cambiará.» 278

«Qué ligereza siento en mi espíritu. De repente, es como si volara rápido y alto. Parece como si me hubieran nacido alas. Me siento libre en este cielo inmenso, como si se hubieran roto las cadenas que me sujetaban. ¡Qué alegría!» 279

Los de arriba pueden descender; es decir, quienes tienen vibraciones superiores pueden atenuar la frecuencia y bajar; pero a los de abajo les es imposible subir. Los más evolucionados pueden temporalmente bajar de nivel para ayudar a seres queridos con su asesoramiento e instrucciones.

«Podemos ir a donde queramos —dijo alguien en una psicofonía—, excepto traspasar las barreras inmateriales que separan los planos. Cuando algún espíritu se acerca a ellas comprende que son de índole electromagnético y que lo que separan son zonas de frecuencias diferentes. Cuanto más elevado es el plano, más alta es la frecuencia.» «Nuestra existencia en la misma esfera espiritual puede prolongarse durante mucho tiempo. Mi padre y mi madre ya abandonaron el medio donde me encuentro y no tardaré en seguirles. Supongo que ellos se fueron porque la evolución espiritual de ambos alcanzó el grado máximo conciliable con la existencia en esta esfera.» 280

«Hijo mío, quiero que comprendas que si estoy cerca de tu madre es para ayudarla. Estoy a su lado para elevarla, pero no puedo forzar esa situación. Es ella la que tiene que salir de su nivel. Yo estoy mucho más evolucionado que ella, pero he desandado mi camino para guiarla mejor. No te preocupes, porque no pierdo mi nivel por ello.» 281 «Hay almas que voluntariamente se trasladan a los planos más inferiores que el suyo con el objeto de auxiliar a quienes en ellos se hayan, y si el alma está muy evolucionada puede de este modo prestar excelente servicio espiritual por medio de consejos e instrucciones.» 282

Lawrence de Arabia se comunicó con la médium Jane Sherwood a través de la escritura automática para contarle que había descendido a los niveles de niebla para recibir a un amigo suyo que se había suicidado.283 Mucha gente se preocupa por si van a estar con sus seres queridos en esos niveles. Ya hemos podido ver que dependerá de sus niveles de evolución. A este respecto nos dicen: «Los amigos que tengo aquí no son los amigos de la Tierra. Son espíritus con mucha fuerza. Mis amigos que fueron en la Tierra tienen cada uno su misión que cumplir.»

«Sí, lo he visto, pero no estamos juntos. Todavía hay una gran distancia entre nosotros. Él está bien, pero todavía tardará un tiempo en alcanzarme.» 284

La gran variedad de descripciones que obtenemos en las comunicaciones se deben seguramente a que cada espíritu tiene una experiencia en el Mas Allá y esa es la que refleja cuando nos la cuenta. «Todos viajan al mundo espiritual viviendo experiencias diferentes aquí. Por eso las descripciones para hablar del mundo espiritual varían según cómo las haya vivido cada uno.» 285

LOS CONCEPTOS DE TIEMPO Y DISTANCIA

El Tiempo y la Distancia no existen en el Más Allá tal y como los concebimos aquí. No existen las barreras del tiempo y del espacio y todo parece indicar que la sensación de Tiempo es más lenta en la Tierra. Como venimos de un mundo físico con relojes y calendarios, tardamos en perder estas nociones que nos han condicionado tantos años. Algunas entidades tienen problemas en las comunicaciones porque los conceptos de Tiempo y Espacio se han vuelto extraños para ellos.

«El Tiempo en el mundo espiritual no tiene fin. Tenéis toda la eternidad para encontraros. La felicidad consiste en comprender el esplendor de Dios. Entonces se abren vuestros ojos espirituales y os despertáis en un mundo maravilloso.» 286

En el mundo astral ya no se aplican las leyes y los límites físicos tales como la gravedad, la velocidad o el sonido. En el Más Allá un espíritu puede estar en dos sitios a la vez y el pensamiento realiza los traslados. «Para nosotros, el tiempo no existe, aunque sabemos que tenemos que avanzar hacia la Luz y fundirnos con

ella. Vemos la distancia pero no podemos relacionarla con el tiempo que necesitaremos para alcanzarla.» 287 «Lo que para vosotros son largos años de vida terrenal, para nosotros, que estamos vestidos de eternidad, no es más que un abrir y cerrar de ojos, leve y veloz.» 288 «¿Michel, estás lejos? Lejos y cerca, no existe la distancia. ¿Un mundo sin distancias? El espacio aquí es distinto...» 289 «Me pregunto cuánto tiempo hace que estoy aquí, pero como no tenemos noches, no hay con qué medir los días, así que he perdido la noción del

Tiempo.290 El Tiempo como tú lo conoces no es importante para el espíritu. Tiempo y Espacio son limitaciones terrenales. Estoy sometido a otros Espacios y a otros Tiempos. El Más Allá es otro mundo, un sueño indescriptible con palabras. Un lenguaje. Movimiento, transparencias, ideas...» 291 «Aquí no hay diferencia entre el Tiempo y el Espacio. Por eso, cuando me di cuenta de que mi partida no tenía ya vuelta atrás, no tuve miedo. Nos encontraríamos más tarde donde no hay Tiempo.» 292 «La división del Tiempo ya no existe en las esferas a las que Dios nos ha llamado. El pasado, el presente y el

futuro están situados para nosotros en un plano muy distinto de la escala terrestre.» 293 «¿Crees que permanecerás mucho tiempo donde estás? No lo sé. Ya no tengo vuestra noción del Tiempo...» «Tú estás dentro del Tiempo, nosotros estamos fuera.» 294 «El Tiempo es relativo. En este lado no significa nada.» 295 «En la dimensión espiritual tanto el Tiempo como el Espacio son nociones totalmente alejadas y diferentes de las convenciones humanas. Ahora tenía la

sensación de haber perdido una parte de mí, una parte pesada, como un lastre de plomo semejante al que utilizan los submarinistas y que tanto entorpece sus movimientos (hermano Francisco).» «Ante todo, quede claro que nosotros no tenemos días. Más o menos estamos siempre en expansión. No tenemos fronteras. No tenemos límites en cuanto a lo que somos y a pesar de ello sabemos quiénes somos. Sabemos dónde comenzamos y dónde terminamos, aunque no haya formas. Por emplear una analogía, somos una partícula de luz.» 296

«Una vez adaptado al nuevo mundo, y al no ser consciente del paso del Tiempo, empiezas a preguntarte qué viene después. Al principio la ausencia de Tiempo resulta difícil de concebir.» 297 «El Tiempo es circular y no lineal, como creéis.» 298 «Del Otro Lado del velo no existe el Tiempo, solo la intensidad del pensamiento.» 299 «El Tiempo es una obsesión terrenal. En el Más Allá no existe el Tiempo.» 300

«No hay sensación de Tiempo. La eternidad no puede tener sensaciones de Tiempo porque no hay cómo medirlas. Es Siempre. Es el Todo.» 301 «Aquí no existe la división del Tiempo. Pasado, presente y futuro tienen aquí un plano diferente al de la Tierra. Es muy interesante ver el pasado y el presente de una sola vez. Me dicen que cuando avance más en mi evolución, seré capaz de ver también el futuro.» 302

EL MÁS ALLÁ, UN MUNDO LLENO DE INTERÉS

Una vez que llegas al Más Allá, el Más Acá pierde parte de su interés. Los espíritus poseen una vertiente emocional ligada a las personas que fueron en este mundo, pero hay que tener en cuenta que viven en un mundo en el que la felicidad de estar allí atenúa sus emociones. Ante la insistencia de una hija por contactar con su padre, este, por boca de un médium, le dijo: «No tengo el más mínimo interés en contactar con la Tierra. Estoy muy ocupado y esto es fascinante. Dile a mi hija que ya la veré cuando llegue aquí.» 303

«En nuestra dimensión no existe el dolor y todos los problemas que forman parte de vosotros se han esfumado, pierden el valor que vosotros les dais.» 304

AMPLIAREMOS NUESTRAS PERCEPCIONES

Se nos revelarán nuevas experiencias auditivas, oiremos sonidos desconocidos y también podremos ver colores, matices y formas nuevas.

«No puedo explicar con palabras los sentimientos que me inundaron según entraba en el estanque. Era como si el

agua tuviera mente propia.» 305 «Todo cuanto mis ojos podían captar estaba revestido de una singular luminosidad. Los rojos, los amarillos, los azules, todos los colores adquirían un ropaje fluorescente. Todos los objetos que me rodeaban, hasta el más insignificante de ellos, emanaban visiblemente una desbordante fuerza vital.» 306 «Estaba en un gran edificio de piedras multicolores, y cada una de ellas hacía vibrar una melodía como en una gran orquesta.» 307

«Las flores parecían piedras preciosas talladas en mil y una formas distintas.» 30 «Aquí hay flores de colores exquisitos y radiantes de luz; sin embargo, sus formas no existen en la Tierra.» 309 «Los colores se vuelven sonoros y aparecen las flores. No puedo describir este esplendor, ya que el plano físico no puede ofrecer algo semejante. Podría hablar de una luz animada. No podéis imaginar esta sinfonía de colores, sonidos y formas con vida propia.» 310 «Sabed que el mundo invisible es maravilloso y que el visible no es más que una imagen lejana de la realidad invisible que nos rodea...»

CREAREMOS CON EL PENSAMIENTO

No solo tendremos aumentadas nuestras capacidades de percepción, sino que también nuestro pensamiento será el inmediato cumplidor de nuestros deseos. Nuestra mente tendrá más poder y capacidad para crear. «Las condiciones de vida en el Cielo son infinitas y difíciles de describir, porque varían según cada espíritu. Las ocupaciones, las cosas que nos rodean, investidas todas ellas de naturaleza espiritual, se desplazan y transforman por causa de nuestro pensamiento.» 311

El mero pensamiento hará realidad cualquier necesidad. Parece como si esta simulación del mundo físico amortiguase el trauma de los recién llegados, que se rodean de formas y entornos familiares en estas primeras fases de evolución. Podrán crear paisajes, construcciones, cualquier cosa con solo desearlo. «Una vez que pasas al espíritu, puedes adoptar el aspecto y la edad con la que te sientas más a gusto. Nosotros elegimos la treintena por lo mucho que disfrutamos de ese período de la vida.» 312 «Todos poseemos facultades creadoras que actúan perpetuamente sobre el medio inmediato donde existimos. Se

deduce de ello que todo cambio en nuestra manera de sentir y de pensar acarrea la variación correspondiente en el medio del entorno. Nuestros vestidos son también creaciones del pensamiento y están constituidos por elementos sacados del medio donde habitamos.» 313 «Usando mi fuerza de voluntad soy capaz de influir sobre la materia astral. Lo que quiero decir es que puedo construir o disolver la materia en sus elementos originales.» 314 «Noté que las entidades, en cuyo medio me hallaba, obtenían por sí mismas las cosas necesarias creándolas por la fuerza del pensamiento.» 315

Debido a esto, algunos fallecidos, cuando se comunican, describen realidades parecidas a las de la Tierra que creen estar viendo por el simple hecho de haberlas creado en su pensamiento. Pero estas son solo imágenes sin realidad objetiva. Georges Morrannier comenta en una transmisión: «No forman parte de nuestro mundo, son creaciones irreales del pensamiento de estos fallecidos, poco enterados de las cosas del Más Allá.»

Algunas comunicaciones nos hablan del aspecto de los fallecidos. Con naturalidad hablan de túnicas, jerséis o

sombreros. Algunos fantasmas se aparecen con la ropa que solían usar en vida. Otros aparecen jóvenes, muy lejos de la edad en la que fallecieron. La respuesta parece no ser difícil. En un mundo donde puedes crear con el pensamiento, no hay diferencia entre crear un cuerpo joven o crear un vestido bonito. Algunos ejercerán este poder de creación de una manera desenfrenada y, entonces, no harán sino proyectar maravillosos jardines y palacios o también un mundo de pesadilla fruto de sus angustias. Un espíritu guía comentaba la pena que le daban aquellos que todavía seguían viviendo entre palacios

versallescos del siglo XVIII. En cualquier caso, en esta primera etapa del Más Allá, muchos rehacen a su alrededor su universo familiar, sus hábitos y sus actividades. Recuerdo el ejemplo de un marido recién fallecido que se apareció a su mujer contándole que tenía preparada para ella la casa con la que siempre soñó. «He construido una casa parecida a la que teníamos en la Tierra para cuando llegues aquí.» 316

En estos niveles donde los pensamientos modelan no solo las cosas sino a uno mismo, los defectos y

cualidades son determinantes y el mayor de los condicionamientos.

El huerto de Mariano317

El bloque era moderno, en el extrarradio de la gran ciudad. Estaba rodeado de desmontes y praderías con vestigios y desechos de las nuevas construcciones. En este bloque viven una madre y una hija que nos llaman con angustia. Las luces se encienden y apagan solas, algunos objetos cambian de lugar y en el silencio de la noche escuchan una respiración muy fuerte y un olor intenso a sudor.

Las mediciones físicas que realizamos se encuadran en los parámetros normales y no detectamos en las dos mujeres síntomas de ansiedad o estrés que pudieran justificar un Poltergeist. Cuando llegamos a este punto en las investigaciones, acudimos a la videncia de Paloma para buscar en lo psíquico el origen de los trastornos. Aquel día, los reflejos de la bola de Paloma nos contaron la historia de Mariano. Mariano tenía un huerto en el mismo solar en donde ahora se alzaba el edificio. Mariano no vivía aquí, pero todos los días acudía a su parcela para ahuecar la tierra, regar y sembrar y

también para recoger la cosecha cada temporada. Para Mariano el huerto era su vida. El paso de los años, sin embargo, fue mermando su salud. Sus hijos, movidos por su necesidad de cuidados o quizá, por qué no, por su deseo de recoger beneficios, vendieron la parcela y recluyeron a Mariano en una residencia geriátrica. Desde ese momento, Mariano perdió el deseo y la alegría de vivir. Sin su huerto, poco a poco, Mariano se dejó morir. Cuando Mariano llegó al Más Allá pronto descubrió que podía crear con el pensamiento y recreó su huerto y

recuperó la ilusión, sin saber que a veces su presencia podía alterar la vida cotidiana de dos mujeres... Esta etapa del mundo imaginativo suele ser provisional y efímera, porque pronto nos damos cuenta de que estas recreaciones son una pérdida de tiempo que en nada beneficia nuestra evolución espiritual. Cada cual es responsable de su adelanto espiritual y nadie puede hacer nada por otro si él no lo desea. «Esta nueva facultad constituye uno de los goces de nuestro estado, pero no constituye nuestra vida. A medida que evolucionamos, los impulsos y

entusiasmos se convierten en pasajeros. Un ciclo de ideas más elevadas, depuradas y sutiles colma nuestro espíritu y nos hace buscar la voluntad de Dios desligándonos de preocupaciones secundarias.» 318

UTILIZAREMOS LA TELEPATÍA «Me habló con mucha compasión, pero no con palabras. Era una especie de telepatía mental; sin embargo, yo podía oír y entender cada una de sus palabras.» 319

«¿Por qué medios se efectúan nuestras comunicaciones? —le pregunta Belline a su hijo—. Tú emites ondas y yo las recibo.» 320 «Lo mismo que en la Tierra puedes comunicarte con un teléfono, aquí usas la voluntad. Controlando tus pensamientos y tu fuerza de voluntad serás capaz de recibir y enviar mensajes. Es una comunicación inmediata.» 321

Si pensamos en algún ser querido que está en el mundo espiritual, este recibe de inmediato nuestro mensaje, y siguiendo la vibración de nuestro pensamiento acudirá a nosotros.

«Llegarás a él simplemente pensando en el lugar y dirigiendo hacia él tu pensamiento.» 322 «Las vibraciones más elevadas y las grandes cantidades de fuerza vital que continuamente pasan a través de nosotros hacen nuestros cuerpos mucho más fuertes, más llenos de vida que los cuerpos terrenales.» 323

La telepatía será el lenguaje a utilizar y las conversaciones serán intercambios de contenidos de ideas y de imágenes. ¡Un mundo en el que la mentira es un instrumento inútil!

«Aquí es imposible mentir y hacer trampa, porque los pensamientos determinan el plano al que uno va después de la muerte física (Turoff).»

ESTAREMOS MUY OCUPADOS «Aquí no se pierde el tiempo; perder el tiempo significa ignorancia, y la ignorancia es casi cruel, porque hay que progresar un poco cada día. Esa es una de nuestras leyes.» 324 «Me explicaron que la conciencia o el alma de todo ser humano se halla en estado de evolución y que uno sigue desarrollándose, aprendiendo y evolucionando espiritualmente en las

dimensiones de la existencia tras la muerte como nosotros mismos, las personas conscientes que somos.» 325

Cuando Thomas pierde a su mujer en un accidente de tráfico queda destrozado. Después de un gran calvario encuentra a Georges, un médium que también lleva a cabo regresiones. En una de las sesiones, Georges contacta con su mujer: «Michelle se encuentra bien. Piensa en ti, y aunque tú no la veas, muchas veces está a tu lado. Trata de ser más receptivo y llegarás a notar su presencia. Ella va y viene, viaja, ha recuperado la apariencia de los veinticinco años y se divierte.» 326

El Wild Goose era el barco gemelo del Calypso de Jacques Cousteau, y perteneció a John Wayne. Cuando el actor supo que iba a morir, se lo vendió a su abogado, Lynn Hutchins. Dejó en él todos sus trofeos y su biblioteca particular. A los cuatro meses de su muerte, el abogado vio por primera vez a John Wayne. Fue en el dormitorio que había pertenecido al Duque —apelativo cariñoso que el público otorgó al actor —. Estaba apoyado en el dintel de la puerta.327 La segunda vez, Lynn Hutchins leía en el cuarto de estar del barco. De pronto sintió una corriente de aire fresco y oyó

el tintineo de las copas que colgaban encima de la barra del bar. Sorprendido, levantó la vista del libro. Frente a él había un espejo y lo que vio le dejó paralizado: John Wayne se reflejaba en él, su gran porte era inconfundible. Llevaba un sombrero de vaquero de ala ancha y en su cara curtida por el sol se dibujaba una sonrisa. En varias ocasiones, por la noche, cuando el barco estaba en silencio, se oían pisadas de un lado a otro de la cubierta. Algunos antiguos miembros de la tripulación declararon que a Wayne le encantaba pasearse de proa a popa al caer el sol. Preocupado por estas experiencias,

el abogado Hutchins logró contactar con Patricia Hayes, una psíquica de gran renombre en aquellos días, y con el no menos famoso doctor William G. Roll, director de la Fundación para la Investigación Psíquica. Cuando la médium Pat Hayes pudo al fin contactar con el actor, John Wayne confesó que «sabía perfectamente que estaba muerto, solo que volvía al barco siempre que tenía un rato libre». A veces, cuando quieren contactar con acude a la llamada y amigos le disculpan

los médiums alguien, nadie otros espíritus porque «está

ocupado por algún tiempo». Cuando se ausentan dejan a alguien de guardia para las urgencias: Médium: ¿Dónde han ido los demás? Espíritu amigo: A una misión. A otra parte. Médium: Y tú, ¿qué haces? Espíritu amigo: Yo vigilo para casos de necesidad. Pero tú no necesitas nada. No es urgente.328 «Mamá, si supieras cuán laborioso es mi tiempo aquí. No siempre estaré disponible para que estés contenta, porque nosotros tenemos reglas,

programas que debemos cumplir y a los que no podemos sustraernos por ninguna razón.» 329 «Tengo que ayudar a muchos de mis amigos que, aunque fallecieron mucho antes que yo, están todavía en la oscuridad por falta de comprensión de la vida real.» 330

Un médium convocó a un difunto. A la llamada acudieron otros que le dijeron: «Está muy ocupado y temporalmente no puede acudir.» 331

Cuando Madame Simonet trata de comunicarse a través de una grabación, durante bastante tiempo no logra establecer contacto. Por fin suena lejana, pero clara, la voz de su padre: «Mónica, en nuestra casa no hay nadie esta tarde. Tendrás que volver a llamar otra vez.» 332 «Hay espíritus que trabajan de forma voluntaria para ayudar a otros que han muerto del mismo modo que ellos. Es como en Alcohólicos Anónimos, donde uno obtiene ayuda de alguien que ha pasado por lo mismo anteriormente.» 333

Todas las comunicaciones nos transmiten que en el Más Allá existe una actividad febril. Todos nos hablan de misiones, de deberes que cumplir. No podemos comprender algunas de sus tareas porque exceden nuestro entendimiento, pero sabemos que consuelan a los que lloran, frenan las fuerzas negativas, avivan las almas embotadas y acogen a los que llegan. Les anima el sentimiento de colaboración con la obra de Dios y se dedican a expandir el Bien, lo Bueno y lo Bello.

RECIBIMOS AYUDAS CONSTANTES

Los muertos son seres invisibles, pero no ausentes. No perdemos a nuestros seres queridos, sino la facultad de verlos y desde donde están siguen tutelando nuestras vidas. Parece que nuestros difuntos llevan a cabo muchas actividades y tareas en los planos invisibles que les ayudan a aprender y evolucionar. Sirven de ángeles de la guarda para sus familiares, y ayudan a las personas que llegan con problemas. «Cada alegría que vosotros disfrutáis supone para nosotros un verdadero trabajo; tenemos equipos a quienes Dios ha encargado que se ocupen de las necesidades de los hombres.» 334

«Aquí se nos asignan diferentes ocupaciones según nuestros deseos y necesidades. Algunos se encargan de enseñar y preparar el intelecto de los que desean y necesitan tal preparación.» «Hacemos todo lo posible por iluminar el mundo y preparar a las personas. Nuestro deber es instruir a aquellos que necesitan ayuda. Miles de personas llegan aquí con un desarrollo mental tan limitado que necesitamos de todas nuestras energías para sacarlas de su ignorancia, su mala educación y sus falsas creencias. Muchos de los que al llegar se consideran cultos necesitan profesores del mundo espiritual.» 335

«La vida de los espíritus es extremadamente activa y real. Trabajan allí donde se encuentra la mayor necesidad, donde pueden hacer el mayor bien.» «Podemos ayudar por sugestión espiritual. Sin que tengan conciencia de ello, con frecuencia podemos guiar su pensamiento por las líneas rectas.» 336

Si tienen ganas de trabajar, enseguida se les da trabajo según sus aptitudes. La educación continúa después de la tumba. Unas veces nos ayudarán espiritualmente, pero también intervendrán en acontecimientos materiales cuando estos pueden incidir en

nuestra trayectoria. Harán el papel de ángeles de la guarda desde la incomparable posición de ventaja que tienen en el Más Allá. Florine MacCarthy perdió a su padre en 1946. Aproximadamente un mes después de su muerte, se presentó delante de ella. Padre: No puedes encontrarlo, ¿verdad? —Florine podía ver a través de su padre porque su figura era semitransparente y estaba rodeada por unos maravillosos rayos azules—. ¿Estás buscando el documento, ¿verdad? Florine: Sí, papá, no puedo encontrarlo.

Padre: Baja a mi habitación, abre el cajón de arriba y lo encontrarás pegado por debajo. También encontrarás una carta.337

Cuando Florine se acercó a su padre, la aparición se esfumó como una bocanada de humo... Una madre transmite a su hija primero y luego a su marido el mensaje siguiente: «Me encuentro en este momento con vosotros. Apartad de la mente esa idea de que estoy lejos del medio en el que viví. Podéis consultarme lo que os plazca con más facilidad que antes. Estaré

siempre en relación con vosotros. No os dejaré un solo instante, hasta el día en que os dé la bienvenida tras el pasaje del gran río.» 338

Otros difuntos como científicos, inventores, ingenieros e investigadores prosiguen sus trabajos en el Otro Lado — o en La otra orilla, como diría J. J. Benítez—. Pierre Monier nos lo cuenta en una comunicación de 1922: «Contamos entre nosotros con muchos científicos que se dedicaron a desarrollar la ciencia y ahora se esfuerzan en ilustrar a los investigadores de la Tierra. Ese es su cometido, esa es su misión, y para ellos supone una alegría incomparable...»

Nos dicen que allí no tienen las preocupaciones por la supervivencia económica y que al abandonar el plano físico tienen mayores conocimientos y recursos al acceder fácilmente al gran caudal de información de los registros akásicos. La médium Dorothy Vallas, cuando le preguntan por qué los espíritus tienen tantos conocimientos, nos responde: «Los espíritus saben más en el Más Allá porque es como cuando miras un valle desde lo alto de una montaña. No están atados a la Tierra como nosotros, están en el universo compartiendo conocimientos universales».339

Ya hemos visto que otras comunicaciones hablan de la existencia en el Más Allá de unas centrales de comunicación que tratan de facilitar las transmisiones entre ellos y nosotros. Curiosamente, en unas de las imágenes de transcomunicación procedentes de Luxemburgo aparecía un edificio en que las voces psicofónicas identificaron y describieron como una ¡central de comunicación! Algunas comunicaciones nos hablan de la labor que realizan algunos grupos de trabajo.

«Formo parte, junto con muchos jóvenes, del grupo Nuevo Cielo, que se dedica a ayudar a los necesitados a facilitar las comunicaciones y a dar a conocer otra vida Más Allá de la vida terrenal, la vida verdadera (Rosabianca, muerta por paro cardíaco a los 26 años en 1983).» 340

Una comunicación emitida por Pierre Monier por escritura automática en 1922 coincide en su contenido con un libro europeo del padre Brune de 1988, y las dos se enlazan con las investigaciones que el ingeniero George Meek realizó en Carolina del Norte en los años setenta y ochenta del siglo XX, y las transmisiones

de escritura automática de una chica italiana. ¡Estas coincidencias y otras muchas son las que me han hecho pensar! El misterio continúa y es apasionante. Debemos conservar mensajes como este, recibido a través de una psicofonía: «Estamos casi vosotros.»

constantemente

con

O como este otro, que proviene de un médium muy famoso, el hermano Pedro, que nos dice:

«Últimamente somos muchos los que de una forma u otra queremos comunicarnos. Vuestro tiempo presente es muy difícil y, conscientes de la ayuda que necesitáis, hacemos gustosos el trabajo de ayudaros en la oscuridad que existe hoy de los valores del espíritu, perdidos ya en el momento angustioso que estáis viviendo.» 341

A VECES INTERVIENEN EN NUESTRO PLANO

¿Cómo es posible que, algunas veces, los fallecidos puedan irrumpir en nuestro plano y hacerse visibles ante nuestros ojos sorprendidos? Aquí podemos

hacernos dos preguntas: cómo es posible que los veamos y por qué vuelven a nosotros. En el libro de Job, en su versículo 4:15, se dice: «Entonces un espíritu pasó frente a mi casa y se erizaron todos los pelos de mi cuerpo». Siempre se ha dicho que cuando se ve un fantasma se siente un frío especial que nos cala hasta los huesos. Nosotros, en nuestras investigaciones, hemos podido comprobar efectivamente que su presencia altera los campos magnéticos y hace descender la temperatura del medio ambiente. Muchos justifican estas anomalías comprobables por los miles de voltios de carga electroestática de nuestro cuerpo.

Este campo energético bordea el contorno de nuestro físico y es conocido por los espiritualistas como «cuerpo etérico». Los testigos que relatan la visión de un fantasma aseguran que se les eriza el pelo y que sienten escalofríos. Curiosamente, esta experiencia puede reproducirse utilizando iones. Si alguien toma contacto con una fuente de electricidad estática, el pelo se le pone de punta y la carga eléctrica produce sobre la piel un viento iónico que le hace sentir frío. Este viento iónico tiene también la peculiaridad de que al rozar nuestra piel nos produce la sensación de tacto. Si se utilizan iones concentrados podemos crear imágenes

tridimensionales. Estas formas se hacen visibles, como el plasma. Pocas personas conocen los cuatro estados de la materia: el sólido, el líquido, el gaseoso y el plasma. Y es curiosa esta ignorancia cuando el 99 por ciento del universo conocido existe en estado de plasma. El plasma es una mezcla de electrones y iones positivos. El resultado es una energía eléctrica brillante y luminosa. Estas serían algunas hipótesis para explicar su posible composición, pero ¿cómo podemos justificar su presencia? No tenemos respuestas para esto porque sus apariciones son siempre inesperadas, y curiosamente estas entidades fantasmales comentan a los

sensitivos que llegan a nosotros porque «se les ha dado permiso». Siempre aparecen para ayudarnos, para tranquilizarnos, a veces incluso para que cumplamos con obligaciones que ellos han dejado pendientes. Nuestra experiencia nos ha demostrado que en algunos lugares se produce una mayor incidencia de visualizaciones. Del mismo modo que los aviones transitan por corredores en el aire, algunas entidades recorren «pasillos» que comunican nuestra dimensión con el Otro Lado.

El niño perdido342

Varios miembros de una familia han visto entidades semitransparentes entrar por los ventanales del cuarto de estar para dirigirse a la chimenea. Las mediciones indican que el hogar de la chimenea da una lectura bajísima de campo magnético. Cuando nos asomamos a la ventana que está frente a la chimenea, descubrimos el edificio de una clínica. Dos de los personajes que contactan con Paloma se llaman Conchita y Dolores. Paloma asegura que son gente de paso, de transición de esta vida a la otra y la chimenea podría haberse convertido en una puerta a otra dimensión. Ya estamos acostumbrados a los comentarios de Paloma y los aceptamos

como la cosa más natural del mundo. Solo que en este caso no únicamente teníamos un corredor a otra dimensión, sino que, también, la dueña de la casa había visto a un niño llorando a los pies de la cama. En su bola de cristal Paloma enseguida ve a un niño de unos seis o siete años, que entre puchero y puchero está buscando a su mamá. Dice llamarse Manuel y no se plantea su muerte, solo busca desesperadamente a su mamá. Comprobamos que el antiguo propietario de la casa, ya fallecido, se llamaba Manuel y que un hijo suyo había muerto prematuramente. Así que tuvimos

que pedir al padre que viniera a recoger a su hijo, al niño que no sabía cómo utilizar la «puerta dimensional».

NUESTRA EVOLUCIÓN EN EL MÁS ALLÁ «La muerte sin la resurrección y sin la continuación del desarrollo espiritual consiguiente es un disparate, insostenible frente a la lógica del razonamiento (carta de Pierre a su madre el 31 de mayo de 1929).»

La gran ley al Otro Lado de la muerte es el respeto absoluto de nuestra libertad; por eso, una vez situados en el

nivel que nos corresponde, nuestra evolución y el ritmo de ella van a depender de la voluntad individual. «Mi espíritu está en continuo devenir, es decir, en una continua elevación porque, ¿sabes, mamá?, para alcanzar la luz más resplandeciente junto al rostro de Dios debemos recorrer un largo camino.» 343 «Si tienen deseos de cambiar, enseguida se les da trabajo. Se les da lo que más se ajuste a ellos. Si no tienen deseos de cambiar y se agarran con tozudez a sus viejas ideas, se les echa para que vaguen solos.» 344

«Aquí donde estoy se trabaja con el fin de utilizar mis dones en provecho de la humanidad.» 345 «Todo lo adquirido sirve aquí, nada se pierde de lo adquirido abajo.» 346 «Aquí seguiré aprendiendo verdades importantes al mismo tiempo que aprendo a ejercer el amor universal hasta que pueda elevarme a dimensiones superiores.» 347 «Me están instruyendo en mi nueva vida. Estudio mucha ciencia, pero es completamente distinta de la ciencia terrestre, porque se trata a la materia bajo una forma distinta: lo interior de lo que se ve en la Tierra. Es como si se

hubiera dado la vuelta a la materia. Nosotros trabajamos en el lado de la luz; vosotros, en el lado oscuro.» 348 «El alma puede progresar en el mundo astral y, durante su vida allí, purificarse, de modo que vaya subiendo de nivel.» 349 «Aprendemos lecciones de amor y comprensión. Aquí enterramos todas las hachas de guerra. El espíritu tiene que crecer. Hay que lograr el perdón. Así es como el espíritu alcanza niveles más altos.» 350

Por lo que se nos dice, no todos los espíritus tienen el mismo afán de superación. Vitold Mecevitch logró comunicar en 1964 con su suegro utilizando la escritura automática y este le explicó que, en el Más Allá, los seres no tienen un comportamiento homogéneo. Los hay que su única obsesión es volver a la Tierra y revivir las antiguas sensaciones; otros, que han dejado penas y tristezas en su vida terrestre, tienen miedo a cualquier evolución y prefieren estacionarse en el nuevo bienestar. Se han creado un entorno a su gusto y no necesitan más.

El notario que solo quería trabajar351

Habían heredado la casa de una tía suya, pero el piso había sido la residencia de la familia durante generaciones. Nos llaman porque siempre que van a recoger las cosas para venderlo sienten una presencia extraña, una sensación de ser observados y, en las grabaciones, se escuchan murmullos y pasos, reforzados por el sonido cortante de un bastón. La casa permanece con la mayoría de los muebles, cuadros, adornos, vitrinas, plata y bibelots de la época. Hay una colección de bastones, abrecartas, sellos con mangos de nácar, moneda extranjera y papeles, muchos de ellos

todavía sin clasificar. Elvira y Manuel, los herederos, están preocupados y quieren comprobar que no dejan «problemas» a los futuros compradores. Al recorrer la casa, Paloma visualiza de inmediato a Mauricio, el notario, sentado en su mesa de despacho escribiendo sin cesar, haciendo caso omiso de nuestra presencia. Cuando medimos las habitaciones, el único punto alterado es precisamente el sillón donde está sentado. Mauricio asistía con frecuencia al casino y estaba casado con Pilar, una mujer elegante y refinada que perdió un bebé, el primero de sus hijos. Esta muerte la marcó para siempre, convirtiéndola en

una mujer depresiva e inconsolable, totalmente sometida al autoritarismo de su marido. Lo más curioso es que en la pared del despacho cuelga un retrato de Pilar, con un bellísimo traje de época. En su regazo se puede distinguir perfectamente a un bebé con faldones, la cabecita apoyada en su madre y las piernas colgando. En el vestido, uno de los adornos parece ser el cordón umbilical. Cotejando fechas, y de ahí lo más extraño, comprobamos que el retrato de Pilar es anterior a la pérdida del niño. Daniel viene con nosotros para reforzar la videncia de Paloma y confirma que Mauricio era cojo. Esto

explica la colección de bastones y el ruido sordo que se grabó en la cinta. También ve a Pilar, en una silla del despacho, callada y bordando. «Tienes que irte, tienes que seguir tu camino», le dicen Daniel y Paloma a Pilar. «No sé vivir en otro sitio y además no le puedo dejar», añade Pilar refiriéndose a su marido. Frente a frente en la mesa del despacho, Paloma se encara a su bola y Daniel se concentra. Creen que trayendo al bebé de Pilar podrán guiarla mejor hacia el Otro Lado. Confían que así podrán convencerla para que se vaya. Varios parientes se acercan a ella con el bebé, Pilar se emociona y lo estrecha

entre sus brazos, y es entonces cuando, arropada por sus seres queridos, se aleja de la casa y poco a poco traspasa el umbral del Más Allá. Mauricio, el notario, se inquieta cuando comprueba la ausencia de Pilar y recorre la casa en su busca. Va de un lado para otro con los brazos a la espalda. No la quería, pero las costumbres de su época aceptaban como norma la sumisión incondicional de la mujer. No concibe que Pilar se haya ido sin su consentimiento. Daniel y Paloma le sugieren que cierre los ojos y que siga el camino por donde Pilar ha desaparecido. Mauricio no sabe qué hacer. Y es entonces cuando dos mujeres aparecen,

mujeres cuya descripción y nombres no se ajustan a parientes o amigas de la familia. Amantes, amigas o familiares lejanos, poco importa. El caso es que Mauricio, paso a paso, se aleja con ellas hasta desaparecer de la vista de Paloma y Daniel. Cuando nos estamos despidiendo de nuestros anfitriones, Daniel visualiza dos perros que trotan a su alrededor. Las descripciones se ajustan a dos mascotas que han perdido en los últimos meses... Existe una mayoría que son conscientes de la necesidad de evolucionar y se proponen superarse sin miedo. Según las Cartas a Pierre, para

esta mayoría el Más Allá no será un dolce far niente, sino una actividad fundamentalmente encaminada en favor de los demás, misiones elegidas libremente y que se corresponderán con la vocación y aptitudes personales.

¿EXISTE LA REENCARNACIÓN? «El conocimiento fácilmente adquirido es aquel que se ha obtenido en una vida anterior, por eso fluye con facilidad (Platón).»

Conscientes de que tenemos que progresar en nuestra evolución quizá es el momento de hablar de la reencarnación que, no siendo obligatoria, sería un camino más rápido para conseguirla. Si las almas prefieren estar solas o no desean avanzar más rápido en su aprendizaje, se les respetará su decisión. «Volver aquí tiene sentido si algunas personas quieren progresar, aprendiendo o cumpliendo metas que estaban pendientes. Nadie está obligado a nacer. El cuerpo al que llamáis vida es como un vestido que os ponéis.» 352

«Que quede claro que aquí también se puede avanzar en nuestra evolución, pero hay ciertas experiencias que solo ofrece el mundo físico y que nos enseñan las virtudes de forma rápida y profunda.» 353 «A veces se aconseja la reencarnación como medio más rápido para llevar a cabo la evolución obligatoria y alcanzar la felicidad hacia la que todos tendemos y que solo lograremos en la fusión con Dios.354 Cuando el alma se ve en el juicio personal en su vergonzosa desnudez, Dios consiente en su regreso a la Tierra. Efectivamente, la reencarnación se produce a veces, pero con menos frecuencia de lo que creen ciertos especialistas en psiquismo.» 355

«Aquellas almas que han tenido una vida larga en la Tierra no tienen prisa por volver. Prefieren avanzar aquí mejor que volver a la forma física. Hay tareas que han asumido voluntariamente, ayudándose de la oración y la meditación para el progreso de su espíritu.» 356

En una comunicación por escritura automática entre un hijo, el cineasta Pierre Zimmer, y su padre fallecido, este le dice: «Somos nosotros los que elegimos volver a la Tierra cuando comprobamos que no hemos llevado el camino

adecuado, aunque para volver antes hay que prepararse aquí lo suficiente y mejorar el nivel de nuestro espíritu.» «Hay una evolución de las almas... Un ritmo. Un ritmo de las almas.» 357 «En el mundo del espíritu no somos forzados a reencarnarnos o participar en proyectos de grupo. Si las almas desean soledad, pueden tenerla. Si no desean avanzar en sus asignaciones, se les respeta su decisión.» 358 «En casos particularmente graves, la solución se plantea mediante la única alternativa posible: la eterna condena o un retorno excepcional a la Tierra.» 359

No podemos hablar de un número preciso de vidas, porque según sea el adelanto o el atraso de cada uno de nosotros tendremos que pasar por más o menos experiencias, debido a lo aplicados o distraídos que hayamos sido. Básicamente, la idea de reencarnación implica la convicción de que podemos morir y luego regresar con otro cuerpo físico, vivir otra vida, morir de nuevo para volver un número indeterminado de veces hasta que logramos fundirnos con el Ser Supremo. Los hindúes llaman a este proceso «la rueda de la vida». A pesar de que en un momento determinado dejemos de tener la

necesidad de reencarnarnos físicamente, el proceso de nuestra evolución no se termina, porque podemos seguir evolucionando en otros niveles y en otros planos. «De acuerdo con la Ley Universal estamos evolucionando a través de una serie de vidas que nos conducen a la unión final con el Dios único, que es la identidad subyacente.» 360

La reencarnación ayuda a comprender por qué nuestros destinos son diferentes. Cada cual se encuentra en un

nivel de conciencia y los sufrimientos y las adversidades nos sirven para modelar nuestra alma. El karma es el compendio de actos buenos o malos que se computan en la vida física o espiritual y por lo tanto se almacenan de vida en vida para ir elaborando un destino a cumplir. Al aceptar esta ley causa-efecto llamada karma, comprendemos que no existe la injusticia, que la desigualdad y la desgracia son estados del ser humano en su proceso de aprendizaje. El karma no es un castigo, sino una oportunidad para aprender las lecciones que necesitamos para nuestra evolución.

Otras transmisiones se contrarias a la existencia reencarnación:

revelan de la

«La resurrección es una continuación, y no una vuelta a comenzar.» 361 «Olvidad la doctrina de la reencarnación porque es un saco de arena en torno a vuestro cuello. Tendréis esto tan anclado en vuestro espíritu que os quedaréis simplemente donde estáis.» 362 «La doctrina de le reencarnación no es verdadera. Yo no quería creerlo. Aquí en el mundo espiritual me han dicho que no puedo reencarnarme. Progresamos, no volvemos. Adquiramos aquí abajo el

conocimiento, de suerte que cuando vayamos al mundo espiritual caminemos hacia una vida más elevada.» 363 «Me resulta muy difícil poder dar una respuesta sobre la existencia de la reencarnación. No conozco a nadie aquí que se haya reencarnado. Hace mucho que estoy, y muchos de los que están a mi alrededor han vivido en la Tierra hace ya miles de años. No sé nada más.» 364

Alguna comunicación incluso nos previene sobre las comunicaciones de algunos fallecidos. Los mensajes que aseguran la reencarnación dicen que pueden tener su origen en los espíritus

que permanecen en la interfase en un nivel cercano a la Tierra, y cuyo deseo de volver es muy fuerte. «Muchos espíritus demasiado marcados por la vida material no pueden habituarse a la vida espiritual y merodean en torno a la Tierra esperando volver a ella y encontrar los goces perdidos.» 365

El doctor Ian Stevenson, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia (Estados Unidos), ha liderado durante muchos años la investigación sobre la reencarnación en Norteamérica. Stevenson investigó casos tanto en Occidente como en Oriente. Los

científicos ortodoxos le recriminan no realizar sus investigaciones en el laboratorio, pero del mismo modo que todavía no tenemos un protocolo adecuado para investigar muchos de los fenómenos paranormales en el laboratorio tampoco se puede demostrar la reencarnación en una probeta. A la hora de estudiar los cientos de casos que ha tenido entre sus manos, combinó los métodos del historiador, del abogado y del psiquiatra que cohabitan en él. El doctor Stevenson abrió las puertas de este tipo de investigaciones con su libro Veinte casos que hacen pensar en la reencarnación.

Se han barajado también varias hipótesis para justificar la palabra reencarnación sin necesidad de recurrir a la vuelta de nuestro espíritu en un cuerpo nuevo. Tendríamos la teoría de la memoria genética, la memoria de nuestros genes que pasan a nuestros descendientes, y tendríamos también la posible influencia en nosotros de los espíritus que nos visitan y nos transmitirían sus recuerdos y sus vivencias. «Los recuerdos de vidas anteriores son el producto de espíritus que nos visitan. Un espíritu te impregna con sus

experiencias que se implantan como si fueran nuestras. Puedes creer que estás recordando tu pasado en otra vida.» 366

Hoy en día, la mayoría de los psiquiatras explican cualquier síntoma relacionado con una reencarnación como desórdenes de la personalidad, como la neurosis o la esquizofrenia. Comprendo que para muchos la reencarnación sea un proceso difícil de aceptar porque inevitablemente es también la aceptación de la supervivencia después de la muerte.

¿CÓMO PODEMOS AYUDARLES?

Mientras que los difuntos parece que dedican una gran parte de su actividad en ayudarnos, también pueden recibir ayuda de muchas maneras: A través de entidades superiores a ellos. «Hijo mío, no estoy solo. Mis amigos son los espíritus superiores que me ayudan constantemente cada vez que lo necesito. Dado mi grado de evolución, que es bastante elevado, se me permite beneficiarme de la fuerza que emana del Espíritu.» 367 A través de nuestras oraciones y pensamientos de amor.

Una de las veces que Belline contacta con su hijo Michel a través de la clariaudiencia, le pregunta si son capaces ellos de percibir las plegarias, los recuerdos y el amor que les enviamos. Es entonces cuando el hijo le reconforta diciéndole: «Cada una de estas cosas (las oraciones, los recuerdos y el amor) llegan a nosotros a modo de luces, de luminarias de colores que nos envuelven en amoroso resplandor... Cada plegaria se proyecta en pequeñas luces de colores distintos que indican su procedencia: imagina que es un azul plateado cuando surge de un cementerio, rosa para una plegaria interior, rosa y oro para un

templo que es la mansión construida por los hombres y consagrada a la fuerza superior de Luz.» 368 «Diversas circunstancias nos hacen acudir enseguida y tomar un lugar a vuestro lado. Vuestro deseo de nosotros es una dulce y poderosa llamada a la que siempre respondemos.» 369 Cuando rezamos por nuestros fallecidos, cuando pensamos en ellos con amor, descargamos sobre ellos nuestra energía espiritual, caudal de cariño que les llega y les ayuda. Algunas comunicaciones aseguran que nuestras oraciones llegan a ellos como un chorro de amor y les proporcionan una sensación de calor inefable.

«Tú ya estás ayudando a tu amigo más de lo que crees cuando rezas y piensas en él, con lo que se envían abrazos espirituales al Más Allá.» 370 La Iglesia católica tiene una Antífona preciosa en el oficio de difuntos que dice Réquiem eternam dona ei Dómine et lux perpetua luceat ei. La oración desea al que acaba de morir la luz y la paz eternas. Pierre Zimmer pregunta a su padre si acuden a nosotros cuando pensamos en ellos: «¡Cómo no vamos a acudir cuando alguien que nos ama piensa en nosotros! En cuanto me llega tu pensamiento.» 371

«La oración es el hilo de Ariadna que nos guía por el laberinto del Más Allá.» 372 «El alma experimenta la sensación de que alguien la llama cuando la persona en la Tierra piensa intensamente en ella.» 373 Cientos de comunicaciones se refieren al poder de nuestras oraciones para mitigar sus angustias y para ayudarles a superar más fácilmente sus etapas de evolución. John Edward, el famoso médium católico, dice en uno de sus libros que empezó a rezar el rosario porque varios espíritus que contactaban con él le enseñaron que, al rezar, las cuentas del

rosario se transformaban en notas musicales y que su repetición era como música para ellos.374 «Las almas del Más Allá siempre nos piden que recemos por ellos e incluso que hablemos con ellos en voz alta. Todavía se consideran parte de la familia y están siempre a la escucha.» 375 «Es importante que, independientemente de sus creencias religiosas o incluso si uno es ateo, se acuerde de rezar por los que han fallecido, porque de esa forma el amor les envuelve y les impulsa a progresar.» 376

«La fidelidad de vuestro recuerdo y de vuestro amor es para nosotros más que una alegría, es una fuerza.» 377 «El amor que sientes por tu padre y el amor que tu padre siente por ti automáticamente os atraerá y os unirá. Donde hay amor no puede haber separación permanente. La ley de la atracción garantiza esto.» 378 «Los seres queridos escuchan nuestras oraciones y pensamientos y se acercan a nosotros para hacer contacto cuando ellos lo ven conveniente.» 379

«Pensad que vuestras oraciones se convierten en columnas ascendentes que llegan hasta nosotros.» 380 «Cuando pensamos en algún ser querido que está en el mundo espiritual, ellos escuchan nuestra voz como si estuviéramos hablándoles a su lado. La vibración de nuestra voz nos acerca.381 «Somos partículas velocísimas de antenas vibrantes y voluntariamente nos desplazamos y llegamos allí donde el amor nos llama.» 382 Ellos tienen la presencia de Dios, al que sienten como una energía vivificante, como una luz amorosa y

bienhechora que continuamente.

les

regenera

«La felicidad consiste en comprender el esplendor de Dios. Entonces se abren vuestros ojos espirituales y os despertáis en un mundo maravilloso. Os despertáis y os dais cuenta de la armonía y del esplendor.»

REFLEXIONES Llegamos al Más Allá con las mismas características que teníamos aquí. Después de morir todo es aún posible. Morir es sencillamente otra manera de vivir.

La muerte no purifica pero te hace aprender que la vida continúa después de la muerte. Debemos aprender todo lo que podamos sobre la vida en el Más Allá mientras estamos aquí, porque la única luz que tendremos al pasar al Otro Lado es el conocimiento que habremos adquirido. Todos nuestros actos son nuestra responsabilidad personal. Somos responsables de cada pensamiento y de cada acto.

A la mayor parte de nosotros nos queda mucho por evolucionar, de manera que se debe prestar atención a las lecciones de la vida. Todo crecimiento físico y emocional tiene lugar en el plano físico. Cada vida que experimentamos es una escuela para el alma. Todo infortunio es un reto al que nos enfrentamos con el fin de avanzar hacia la maestría para eventualmente alcanzarla. Exista o no la reencarnación, nuestras acciones afectarán positiva o negativamente a nuestra vida en el Más Allá. Todos viviremos en el nivel que nos hemos ganado. La única preparación

verdaderamente útil es emplear bien nuestra vida. Si el hombre ha vivido rectamente, poco importa lo que esté pensando en el momento de morir. La muerte es el final de lo físico, pero el principio de algo tan maravilloso y perfecto en donde comienza realmente todo y para siempre. Los descubrimientos presienten que los valores afectivos son realidades como los metaloides o el protoplasma, es decir, la afectividad es un valor físico palpable (Teilhard de Chardin).

La comunicación después de la muerte es una experiencia que fortalece nuestra vida, que nunca decrece su valor y nos hace crecer interiormente.383 Los del Más Allá contactan con nosotros porque desean que los vivos sepan que la vida continúa después de la muerte, o porque han dejado algún asunto sin resolver. Si no existe una necesidad real, la comunicación no se establecerá. Siempre es el Más Allá el que manda en el proceso. Muchos rechazan las concepciones tradicionales de un Dios personal, pero reconocen la existencia de un plan

ordenado en todas las cosas y la continuación de la vida tal y como nosotros la conocemos, más allá de las barreras de la muerte y el tiempo (Hans Holzer). No hay nada en nuestro universo que no obedezca a un tipo determinado de leyes, pero todavía desconocemos muchas de ellas. ¿Qué es la materia oscura que ocupa un noventa por ciento del universo? Existen tantos datos que parecen confirmar la hipótesis de la supervivencia que casi resulta perverso seguir tratando de encontrar

argumentos para no aceptarla. Probablemente existe tanta o más evidencia de la supervivencia después de la muerte que de la existencia de los agujeros negros (Colin Wilson).

GLOSARIO ÁNGEL DE LA GUARDA. Alma con alto estado de evolución que ha sido designada para guiarnos y protegernos desde el momento del nacimiento. ARCHIVOS AKÁSICOS. Se dice que son el banco de memoria no físico del cosmos. Sería el archivo permanente de todo lo que ocurre y ha ocurrido

en el Universo. La palabra Akasa significa «materia del mundo mental». BAROJA, PÍO (1872-1956). Novelista español. Miembro de la Real Academia Española desde 1935. BARTRINA, JOAQUÍN MARÍA (1850-1880). Escritor español. MADAME BLAVATSKY (1831-1891). Ocultista, médium y una de las fundadoras de la Teosofía, filosofía mística influida por las ideologías hindúes. Propugna una hermandad universal cuyos conocimientos sobre filosofía y ciencia constituyen su religión. BELLINE. Médium y vidente que al morir

su hijo en un accidente automovilístico, empieza a recibir, en 1972, comunicaciones a través de su oído. Para contar su experiencia escribió El tercer oído. También escribió en 1975 Un vidente en busca del futuro. BENDER, HANS (1907). Parapsicólogo alemán, investigador de fenómenos paranormales y autor de varios libros sobre el tema. Catedrático de la Universidad de Friburgo (Alemania). BROWN, MARY: A principios de los años sesenta empieza a escribir música que grandes compositores le dictan desde el Más Allá.

CAYCE, EDGAR. También conocido como el «Señor misterioso» o el «Señor de los milagros». Desde pequeño era capaz de ver otras realidades y nunca estuvo interesado por el estudio, llenando a sus padres de preocupaciones. Fue vendedor de productos de papelería al por mayor. Sin embargo, fue conocido y reconocido por sus conocimientos en medicina, psicología y astrología. Fue uno de los fundadores de la medicina holística, aplicando todas las técnicas de cuidados alternativos, como la cromoterapia, la fitoterapia, la musicoterapia, los

masajes o la talasoterapia. El New York Times le dedicó todo un reportaje en 1920. COMUNIDAD ESPÍRITA CRISTIANA DEL GRAN CORAZÓN. Fundada por el hermano Pedro en 1976, dedica sus actividades a difundir los principios espiritistas y a la atención de los necesitados. Tras la muerte del hermano Pedro en 1993, se hizo cargo de la misma el hermano Francisco. COPAL. Resina extraída del árbol del mismo nombre que en algunos países del sur del continente americano se emplea para sahumar templos o casas.

CORDÓN DE PLATA. Cordón que, a modo de conexión umbilical, une el cuerpo físico con el cuerpo espiritual. CUERPO ASTRAL. Es también conocido como cuerpo emocional. Después del físico, es el cuerpo más denso. Es una réplica exacta del cuerpo físico. Está compuesto por todos los pensamientos, emociones y deseos de la mente. En el momento de la muerte se abandona el cuerpo físico para vivir en el astral. CUERPO ETÉRICO. Está compuesto de una matriz de energía que penetra en el cuerpo físico en diversos puntos Estos puntos o vórtices de energía se llaman Chakras.

CUERPO MENTAL. Se relaciona con nuestros pensamientos. Existimos a la vez en el cuerpo emocional, el mental y el espiritual. Estos cuerpos que se entremezclan son interdependientes. A la hora de la muerte nos desprendemos de ellos para poder elevarnos a planos superiores. DARNELL, SINESIO. Químico industrial español y diplomado en lipoquímica. Conocido internacionalmente como un investigador incansable del fenómeno de las psicofonías. Es

autor de varios libros y ponente de cursos y congresos sobre temas paranormales. ECLESIASTÉS. Segundo de los libros sapienciales de las Biblias latinas. Se supone que su autor fue Salomón. Forma parte del canon bíblico de la Iglesia. EDWARD, JOHN. Médium de renombre internacional. Tiene su consulta en Long Island (Estados Unidos). EINSTEIN, ALBERT. Físico alemán nacionalizado estadounidense. Premio Nobel de Física en 1921. Famoso por su Teoría de la Relatividad. EQUIPO HEPTA: Personas de distintas

disciplinas profesionales dedicadas a la investigación de campo del fenómeno paranormal. El grupo fue creado por el padre Pilón en 1987, siguiendo las pautas de actuación que se habían implantado con anterioridad en Estados Unidos en este tipo de investigaciones. El padre Pilón se encargó de la elección de sus componentes, que hasta ese momento llevaban a cabo investigaciones por separado. Cada uno tiene profesiones y actividades ajenas a la parapsicología, pero a todos les une el entusiasmo por estos fenómenos. La aportación de sus conocimientos ricos y

complementarios ayuda a una más fácil y provechosa resolución de los casos. Su experiencia de más de veinte años justifica su buena reputación, no solo a nivel nacional, sino también internacional. No existen ayudas ni subvenciones a este tipo de trabajo, y la investigación que HEPTA realiza tiene que adecuarse a los medios que pueden soportar los integrantes del equipo. El Grupo Hepta es altruista y solo acepta, por parte de los que acuden a él, la ayuda en los gastos que se pueden generar en los traslados.

Componentes del Grupo Hepta: Padre José María Pilón, S.J. Licenciado en Filosofía y Sagrada Teología José Luis Ramos. Doctor en Físicas y Medicina Daniel Chumillas. Psicoterapeuta, hipnólogo clínico Fernando Ruiz de la Puerta. Astrónomo y matemático Paloma Navarrete. Lic. en Farmacia y Psicología Piedad Cavero. Empresaria Sol Blanco-Soler. Lic. en C.C. de la Información

ENCAUSSE, GERARD. Investigador de la reencarnación. FREUD, SIGMUND (1856-1939). Padre de la psiquiatría moderna y fundador del psicoanálisis. Nació en Austria, en los últimos años de su vida se interesó por la parapsicología. Tanto es así que públicamente declaró que «si tuviera que empezar de nuevo me gustaría estudiar parapsicología». HAYES, PATRICIA. Sensitiva de gran renombre. En 1974 fundó en Georgia (EE. UU.) la Escuela para el Desarrollo Interior. Son famosas sus intervenciones en casos como el de John Wayne. HEISENBERG WERNER, KARL (1901-1976).

Físico alemán, es uno de los creadores de la física cuántica. Estableció el «Principio de Incertidumbre», por el que es imposible conocer simultáneamente y con precisión la posición y el impulso de una partícula. Fue premio Nobel de Física en 1932. HEMI-SYNC. Desarrollado por The Monroe Institute, es una tecnología aplicada al equilibrio mentecuerpoespíritu para lograr la sincronización de los hemisferios cerebrales y obtener diferentes estados de conciencia no ordinarios. Una vez que se alcanza la sincronización, se llega a la

expansión de la conciencia y se logra percibir las energías no físicas. Sirve para controlar la ansiedad, el dolor, el estrés o el peso, para corregir patrones de conducta, para el crecimiento espiritual, mejorar las pautas del sueño, potenciar la creatividad o para recuperar energía durante la convalecencia de una enfermedad. Daniel Chumillas, miembro del Equipo Hepta, es instructor acreditado por el Instituto Monroe. HOLZER, HANS (1907-1991). Autor de 115 libros, muchos de los cuales tratan sobre parapsicología. Estudió en la Universidad de Viena (Austria) y en

la de Columbia (Estados Unidos) y obtuvo un doctorado por el London College sobre Ciencias Aplicadas. Enseñó parapsicología en el New York Institute of Technology durante ocho años. INTERFASE. Zona intermedia entre esta vida física y la espiritual o superior. Moody la llamaba «la zona gris». En ella se quedan personas que por estar todavía muy apegadas a la fase terrenal no pueden incorporarse a la espiritual. JEANS, JAMES (1877-1946). Físico, astrónomo y matemático británico. Profesor de matemáticas aplicadas en Princetown. Una de sus mejores

citas es: «El curso del conocimiento se enfrenta a una realidad no mecánica: el universo empieza a parecerse más a un gran pensamiento que a una máquina. La mente deja de parecer in intruso accidental en el reino de la materia. Deberíamos honrarla como creadora y gobernadora del reino de la materia». JUNG, CARL GUSTAV (1875-1961). Psicólogo y psiquiatra suizo. Difiere de Freud en que concede una mayor dimensión a la psiqué humana que no queda referida esencialmente a los procesos de la libido y que está integrada en tres esferas: la

conciencia, el inconsciente y el inconsciente colectivo. Atribuye el origen de muchas neurosis al desarraigo que sufre el hombre moderno de su ser profundo por un exceso de racionalización. DE JOUVENEL, ROLAND (muerto en 1946 de una septicemia). Estuvo comunicándose con su madre a través de la escritura automática hasta 1964. KARMA. Principio de la causalidad universal en el hinduismo y en el budismo. Una determinación que lo comprende todo, que no deja espacio para la casualidad. El

destino es una cadena de efectos de acciones cometidas con anterioridad. KÖNIG, OTTO. Este profesor demostró en Radio Luxemburgo cómo gracias a su generador podía hacer audibles las voces de Raudive directamente a través de los altavoces al mismo tiempo que se grababan. Se conseguía así un verdadero diálogo sin necesidad de rebobinar la cinta después de cada respuesta. KÜBLER-ROSS, ELISABETH. Doctora nacida en Suiza que ejercía la docencia en distintos hospitales y universidades americanas. Tenía gran reputación en el campo de la tanatología, ya que

pasó gran parte de su vida asistiendo a moribundos. Estas personas en fase terminal le contaban sus experiencias extracorpóreas, las cuales fue recopilando y analizando, ganándose adeptos y detractores sin fin. Su mejor libro, La muerte, un amanecer, ha sido best seller en el mundo entero. MONNIER, PIERRE. Muerto en 1914 en el frente de Argonne, en la primera guerra mundial. Se comunicó muchos años con su madre a través de la escritura automática. MONTGOMERY, RUTH. Norteamericana, fue uno de los primeros canales en utilizar la máquina de escribir para

realizar la escritura automática. El cenit de su fama fue en los años cincuenta del siglo XX. MUNDO ASTRAL. Es un mundo paralelo al mundo material que no puede ser percibido por los cinco sentidos porque existe en una frecuencia vibratoria mucho más alta. Parece ser que cuando dejamos nuestro cuerpo físico seguimos viviendo en él. No es ni mucho menos una realidad simple y de fácil comprensión. PACHAMAMA. Deidad cotidiana para los quechuas y aymaras, pueblos indígenas de los Andes. Su nombre significa «Madre Tierra». Se le

ofrecen hojas de coca, conchas marinas y cigarros. Sincretismo con la Virgen María. PAUCHARD, ALBERT (1870-1934). Presidente de la Sociedad de Estudios Psíquicos de Ginebra. Se manifestó a su hermana después de muerto. PLANCK, MAX KARL ERNST (1858-1947). Físico alemán, profesor de la Universidad de Munich. Premio Nobel de Física en 1918. Descubrió que los intercambios de energía entre materia y radiación se realizan por saltos discontinuos. RAUDIVE (1909-1974). Escritor letón. En 1964 conoció las psicofonías a

través de Jürgenson y desde entonces se centró en su estudio. Recopiló miles de grabaciones y sus conocimientos se extendieron por todo el mundo. Tanto es así que para muchos las psicofonías son las «Voces de Raudive». REENCARNACIÓN. La doctrina de la reencarnación expone que el hombre nace una y otra vez en la Tierra hasta llegar a un estado suficientemente puro para integrarse en el nivel de Dios. RÍO DEL TIEMPO. Estación situada en la otra realidad que envía mensajes a través de aparatos radioeléctricos.

La principal receptora de estos mensajes en España es Anabela Cardoso, de Vigo (Pontevedra). RYERSON, KEVIN. A los veinte años se une al grupo de meditación de Edgar Cayce descubriendo su mediumnidad. William Kautz, un doctor del Instituto de San Francisco para la Investigación y fundador del Centro para la Aplicación de la Intuición, ha estudiado en profundidad los trances de Ryerson. Se trata de un médium de incorporación, es decir, que presta su cuerpo para que las entidades puedan manifestarse. SCHIEBELER, WERNER. Doctor en ciencias,

profesor de física y electrónica. Investigador de lo paranormal. Nacido en Bremen (Alemania), en 1923. Es autor del libro Así viven los muertos, prologado por el padre François Brunne. SCHRIBER, KLAUS. Primero que logró grabar en 1985 imágenes en un televisor en las que aparecían personas ya fallecidas. Otto König colaboró en sus trabajos de investigación. SENKOWSKI. Profesor de la Escuela Técnica Superior de Maguncia. Colaborador y seguidor de las

investigaciones sobre grabaciones de imágenes de otra dimensión a través de la televisión. MADAME SIMONET. En 1979 obtenía, maravillada, su primera grabación de voces del Más Allá. Desde entonces sirve de «puente» entre el Más Allá y el Más Acá. Recibe mensajes de personas fallecidas, que ella misma se encarga de hacer llegar a los destinatarios. A la escucha de lo invisible es uno de sus libros más famosos. STANLEY EDDINGTON, ARTHUR (18821944). Astrofísico británico, trabajó en el Real Observatorio de Greenwich (Inglaterra). Fue director

del Observatorio de Cambridge y profesor de física. Como curiosidad, tiene dos cráteres con su nombre: uno en la Luna y otro en Marte. Cita: «La sustancia del mundo es la sustancia mental». VAN PRAAGH, JAMES. Médium y autor de varios libros. Es asesor de la serie Entre fantasmas. WICKLAND, CARL. Médico psiquiatra y médium de incorporación. Ejerció la medicina durante más de treinta años y recopiló sus experiencias tanto profesionales como siendo testigo de los trances de su mujer, también médico. Llegó a la conclusión de que algunas de las patologías de sus

enfermos estaban causadas por la influencia de fallecidos que perturbaban sus cerebros y les impedía vivir con normalidad. WILSON, COLIN. Famoso escritor británico.

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Martínez Roca 1988. KNIGHT, J. Z. Channeling, un estado mental, Edaf 1989. LEADBEATER, C. W. Tras el túnel blanco, Humanitas 2006. —El Más Allá de la Muerte, Casa de Horus 1992. LEBRUN, Maguy. Médicos del Cielo, médicos de la Tierra, Luciérnaga 1989. LUUKANEN-KILDE. No existe la Muerte, Mundibook 1989. MARTIN, Joel y ROMANOWSKI, Patricia. We don’t die. George Anderson’s conversations with the Other Side, Berkley Books 2002. MEUROIS GIVAUDAN, Daniel. Tierra

esmeralda, Luciérnaga 1989. MISRAKI, Paul. Vida en el Más Allá, Robert Laffon 1974. —Vida en el Más Allá, Javier Vergara, 1978. MONTGOMERY, Ruth. A World beyond, Fawcett Crest 1971. MOODY, Raymond. Más Allá de la Luz, Edaf 1989. MORIN, Edgar. El Hombre y la Muerte, Kairos 1974. NÁCHER, Francisco Manuel. ¿Qué pasa cuando nos morimos?, Mirach 1999. NEWTON, Michael. Destino de las almas, Llewellyn Worldwide 2003. PIGANI, Erik. Channels, Presses du

Châtelet 2003. PIKE, James A. Dialogue avec L’au-dela, Robert Laffont 1970. PIPER, Don y MURPHY, Cecil. El Cielo sí existe, Ediciones Granica 2009. PISANI, Isola. Mourir n’est pas mourir, Robert Laffont 1978. VAN PRAAGH, James. Talking to Heaven, Penguin Books 1999. —Alcanzando el Cielo, Atlántida 1999. PRIEUR, Jean. Lettres de Pierre, Fernand Lanore 1989. —Les morts ont donné signes de vie, Fayard 1976. —Les temoins de l’invisible, Artème Fayard 1972. —La noche se hace Luz.

RAMACHARAKA, Yogi. Vida después de la Muerte, Humanitas 2007. DA ROCHA LIMA, Luiz. Mensagens dos espiritos pelo telefone, Educandario Social Lar de Frei Luiz 1985. ROGO, Scott. El retorno del silencio, Edaf 1991. RUYER, Raymond. La gnosis de Princeton, Fayard 1974. SARDOS, Lino. El Más Allá existe, Pena Millet 1994. SCHIELEBER, Werner. Así viven los muertos. SHERMAN, Harold.The dead are alive, Fawcett 1981. SIMONET, Monique. A la escucha de lo invisible, Edaf 1991.

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WILSON, Ian. Life after Death, McMillan Publishers 1997. ZIMMER, Pierre. Dialogues avec mes parents disparus, Filipacchi 1997.

Notas

1. La Gnose de Princeton, Raymond Ruyer. Fayard 1974.

2. El viaje definitivo, Stanislav Grof. La liebre de marzo 2006.

3. Sincronicidad, F. David Peat. Kairos 2003.

4. La otra oportunidad, John Edward. Grijalbo.

5. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1988.

6. Testimonios de Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf 1991.

7. Channels, les mediums de Nouvel Age, Eric Pigani. Presses du Châtelet 2003.

8. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1988.

9. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1988.

10. Tierra de Esmeralda, A. y D. Meurois Givaudan. Luciérnaga 1989.

11. The Study and Practice of Astral Proyection, Robert Crookall. University Books, N.Y.

12. Tierra de Esmeralda, A. y D. Meurois Givaudan. Luciérnaga 1989.

13. Tierra de Esmeralda, A. y D. Meurois Givaudan. Luciérnaga 1989.

14. Après cette vie, Jeanne Morrannier. Sorlot-Lanore.

15. La voz interior, Eileen Caddy. Luciérnaga 1992.

16. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés 1974.

17. Un vidente en busca de futuro, Belline. Plaza & Janés.

18. Habla Seth, Jane Roberts. Bantam 1964.

19. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1988.

20. Channeling, un estado mental. Mi historia, Ramtha Knight. Edaf 1989.

21. Testimonios de Inmortalidad. Edaf 1991.

22. Channels, les vois de l’au-delà, Eric Pigani. Presses de Châtelet 1989.

23. Médicos del Cielo, médicos de la Tierra, Maguy Lebrun. Luciérnaga 1989.

24. Los médiums, Anthony Ribb. Edimat Libros 2000.

25. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. La Esfera de los Libros 2006.

26. El doctorcito, Carmen Machado. Revista Año Cero.

27. Sabidurías invisibles, Douchan Gersi. Martínez Roca 1992.

28. Salvada en Manila, Charlotte Vincent. Luciérnaga 1992.

29. Los curanderos, Salvador Freixedo. Universidad y Cultura.

30. Los curanderos, Salvador Freixedo. Universidad y Cultura.

31. Testimonios de Stearn. Edaf 1991.

Inmortalidad,

Jess

32. Los muertos nos hablan, P. Brune. Edaf.

33. A la escucha de lo invisible, Monique Simonet. Edaf 1991.

34. Revista Astra, junio 1990. Pág. 90.

35. Entrevista de Anabela Cardoso a König. Revista Más Allá agosto 2008.

36. A la escucha de lo invisible, Monique Simonet. Edaf 1991.

37. True tales of ghostly encounters, Andrew Honigman. Llewellyn 2008.

38. Cuadernos ITC, junio 2005.

39. Cuadernos ITC, abril 2006.

40. Cuadernos ITC, abril 2006.

41. Cuadernos ITC, marzo 2005.

42. Reportaje de Alex Chionetti. Revista Más Allá 2004.

43. Artículo de Tim Coleman. Revista Año Cero nos 11220.

44. Revista Más Allá, abril 2005.

45. Cuadernos ITC, diciembre 2005. Pág 19.

46. Les morts nous parlent, P. François Brune. Du Felin, 1993.

47. Hello from Heaven, Hill Guggenheim. Bantam Books 1995.

48. A la escucha del Más Allá, François Brune y Remy Chauvin.

49. A la escucha de lo invisible, Monique Simonet. Edaf 1991.

50. ABC, 17 de septiembre de 2008.

51. Revista Año Cero, nos 11-220, 2009. Pág. 111.

52. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 45.

53. Après cette vie, Jeanne Morrannier. Sornot-Lanore.

54. Cartas de Pierre, Pierre Monnier.

55. Primera Epístola de San Pablo a los Corintios 15-19,41.

56. Comunicación del Río del Tiempo. Cuadernos ITC, diciembre 2000.

57. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés.

58. A World beyond, Ruth Montgomery. Fawcett Crest.

59. Tiempo, Espacio y Parapsicología. Decálogo.

60. Al fin libre, J. J. Benítez. Planeta.

61. Comunicación de Ross a su hija Claire. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

62. A World beyond, Ruth Montgomery. Fawcett Crest Books.

63. True experiences in communicating with Dead. Martin Ebon. Pág. 47.

64. Vida después de la vida, Raymond Moody. Edaf.

65. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

66. Testimonios de Stearn. Edaf 1991.

Inmortalidad,

Jess

67. Cartas a Pierre. Tomo I.

68. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

69. Cuadernos ITC, marzo 2000.

70. Comunicación del «Técnico». Conversations beyond the Light. Twigg y Brod.

71. Experiencia del hermano Francisco. Revista El Gran Corazón 2006.

72. Treinta años entre los muertos. Wickland.

73. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1998.

74. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995. Pág. 162.

75. Cuadernos ITC, junio 2005.

76. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas 2003.

77. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas 2003.

78. La Muerte, un amanecer, Kübler Ross. Luciérnaga.

79. Life after Death, Ian Wilson. MacMillan 1997.

80. Comunicación de Albert Pauchard a su hermana. Les témoins de l‘invisible. Fayard.

81. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. La Esfera de los libros. 2006.

82. Evidencias Más Allá de la Muerte, Martin Ebon. Ediciones Aura.

83. Los muertos nos hablan, P. Brune. Edaf 1990. Pág. 55.

84. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. La Esfera de los Libros 2006.

85. Embraced by Light, Betty J. Eadie. Bantam Books 2002.

86. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas 2003.

87. Experiencia del hermano Francisco. 2006.

88. Comunicación extraída del libro Les témoins de l’invisible. Fayard.

89. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Extraído del libro Messages from the Unseen.

90. Vida después de la vida, R. A. Moody. Edaf.

91. El experimento Delpasse. Martínez Roca 1976.

92. Caso Hepta 1995.

93. Cartas del Más Allá, Angela Ghislery. Edaf.

94. Los muertos nos hablan, P. Brune. Edaf. Pág. 137.

95. Abd ar-Rahimibn Ahmad al-Qadi. Diwan Press.

96. Caso Hepta 2002. ¿Hay alguien aquí?, Sol Blanco-Soler. Palmyra.

97. Thirty Years among the dead, Carl A. Wickland. Newcastle Publishing Company.

98. El vuelo @wanadoo.es

99. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

100. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

101. Caso Hepta 2004.

102. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

103. The Dead are alive, Harold Sherman. Ballantine Books 1981.

104. Life alter Death, Ian Wilson. MacMillan 1997.

105. Caso Hepta 2004. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra.

106. Les morts ont donné signes de vie, Jean Prieur. Fayard 1976.

107. Après cette vie, Jeanne Morrannier. Sorlot-Lanore.

108. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

109. The Dead are alive, Harold Sherman. Ballantine Books 1981. Pág. 292.

110. Fantômes et revénants. Imago 1986.

111. Caso Hepta 2006.

112. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi 1997.

113. Testimonios de Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf. Pág. 20.

114. Caso Hepta 2007.

115. Hablando con los espíritus, Isabel Camacho. Almuzara 2008.

116. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae Heath. Palmyra 2007.

117. Caso Hepta 2007.

118. Hablando con el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

119. Testimonios de Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf.

120. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

121. Destino de las almas, Michael Newton Ph. D. Llewellyn 2003.

122. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995. Pág. 67.

123. Testimonios de Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf.

124. Dialogue avec l’au-delà, James A. Pike. Robert Laffont 1970. Pág. 268.

125. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

126. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf.

127. Tras el túnel blanco, C. W. Leadbeater. Humanitas 2006.

128. Coversations with the spirit World, Mateu. Channeling Spirits Books 2000.

129. Destino de las almas, Michael Newton, Ph. D. Llewellyn 2003.

130. La Muerte, el nacimiento a una nueva vida, Mariano Bueno. Edaf.

131. Caso Hepta 2007. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra.

132. Caso Hepta 2004.

133. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

134. Caso Hepta 2007. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra.

135. Caso Hepta 2007. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra.

136. ¿Hay Alguien aquí?, Sol Blanco-Soler. Palmyra. La Esfera de los Libros.

137. The Belief in Inmortality. MacMillan. Pág 176.

138. Hablando con el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

139. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

140. Caso Hepta 2008. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra.

141. Caso Hepta. ¿Hay alguien aquí?, Sol Blanco-Soler. Palmyra.

142. Caso Hepta 1992.

143. Caso Hepta 1991-1995-2007-2009.

144. The Dead are alive. Sherman Ballantine Books. Pág. 116.

145. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

146. ¡Cierto! Hay vida Más Allá de la Muerte, Pierre Vigne. De Vecchi 2005.

147. Les morts nous parlent, P. François Brune. Philippe Lebaud.

148. Cartas del Más Allá, Angela Ghislery. Edaf.

149. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

150. La gran esperanza, Víctor Sueiro. Planeta.

151. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

152. La Muerte, un amanecer, Kübler Ross. Luciérnaga.

153. Mi experiencia en el Más Allá, Adela de la Fuente. Obelisco.

154. Suicidio, Pamela Rae y Jon Klimo. Palmyra.

155. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

156. La vida entre vidas, Michael Newton. Robin Book.

157. Tierra de Esmeralda, A. y D. Meurois Givaudan. Luciérnaga.

158. Cartas de Pierre, Tomo Comunicación del 28 de junio de 1920.

III.

159. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

160. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf.

161. Al fin libre, J. J. Benítez. Planeta.

162. Así viven los muertos, Schiebeler. Capítulo 14.

163. Life after Death, Ian Wilson. MacMillan 1997.

164. Siete pasos hacia la eternidad. La Esfera de los Libros 2006.

165. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

166. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

167. Cartas del Más Allá, Angela Ghislery. Edaf.

168. Felice Masi. Cuadernos ITC, junio 2005. Pág. 41.

169. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

170. Más Allá de la vida. Hans Holzer. Ed Obelisco. 2003

171. The Dead are alive, Harold Sherman. Ballantine Books. Pág. 161.

172. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

173. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 65.

174. Vida después de la Muerte, Yogi Ramacharaka. Humanitas.

175. The Dead are alive, Harold Sherman. Ballantine Books. Pág. 1.

176. Vida después de la Muerte, Mary T. Brown. Obelisco. Pág. 25.

177. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. La esfera de los Libros 2006.

178. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1988.

179. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

180. A World beyond, Ruth Montgomery. Fawcett Crest.

181. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

182. Vida después de la vida, Raymond A. Moody. Edaf.

183. Life after Death, Ian Wilson. Sidgwick and Jackson 1997.

184. Las fronteras de la Otra Vida, Edward G. Randall. Humanitas.

185. Las fronteras de la Otra Vida, Edward G. Randall. Humanitas.

186. A World beyond, Ruth Mongomery. Fawcett Crest.

187. A la escucha del Más Allá, P. Brune. Pág. 195.

188. Lucas 2: 2-3.

189. Carta del Más Allá, Torcuato Luca de Tena. Planeta.

190. Escritos Swedenborg.

Espirituales,

Emmanuel

191. Life after Death, Ian Wilson. MacMillan 1997.

192. Après cette vie, Jeanne Morrannier. Sorlot Lanore.

193. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

194. Life after Death, Ian Wilson. MacMillan 1997.

195. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi 1997.

196. The Dead are alive, Harold Sherman. Ballantine Books. Pág. 137.

197. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi 1997.

198. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

199. Après cette vie, Jeanne Morrannier. F. Sorlot y Lanore 1995.

200. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

201. Vida después de la Muerte, Mary T. Browne. Obelisco.

202. Vida después de la Muerte, Mary T. Browne. Obelisco.

203. Las fronteras de la Otra Vida, Edward G. Randall. Humanitas.

204. Life at Death. Ring.

205. La noche se hace Luz, Jean Prieur.

206. Comunicación del 9-1-1969 de Roland de Jouvenel a su madre. Los testigos de lo invisible, Jean Prieur.

207. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida. Págs. 89 y 95.

208. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Nueva Era.

209. Las fronteras de la Otra Vida, Edward G. Randall. Humanitas.

210. Las fronteras de la Otra Vida, Edward G. Randall. Humanitas.

211. Testimonios de Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf 1991. Pág. 245.

212. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf.

213. Vida después de la Muerte, Yogi Ramacharaka. Humanitas.

214. Las fronteras de la Otra Vida, Edward G. Randall. Humanitas.

215. Testimonios de Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf 1991.

216. Veinte días en el mundo de los muertos, Dr. Jorge Adoum. Kier.

217. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal.

218. Vida después de la Muerte, Yogi Ramacharaka. Humanitas.

219. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

220. The life beyond Death, Arthur Ford. Berkley Publishing Corporation.

221. Revista El Gran Corazón septiembreoctubre 2008.

222. Dialogue avec l’au delà, James A. Pike. Robert Laffon.

223. Caso Hepta noviembre 1989.

224. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

225. After we die, what then?, George Meek. Pág. 134.

226. Caso Hepta 2001. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra 2007.

227. Caso Hepta 2008.

228. Caso Hepta 2004. ¿Hay alguien aquí?, Sol BlancoSoler. Palmyra 2007.

229. Revista El Gran Corazón mayo-junio 2009.

230. A World beyond, Ruth Mongomery. Fawcett Crest.

231. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

232. Audiencia de Juan Pablo II del miércoles 28 de julio de 1999.

233. Comunicación de Albert Pauchard. Les temoins de l’invisible, Jean Prieur.

234. Entrevista de Anabela Cardoso a Otto König. Revista Más Allá agosto 2008.

235. Après cette vie, Jeanne Morrannier. Sornot-Lanore.

236. A World beyond, Ruth Mongomery. Fawcett Crest.

237. Revista El Gran Corazón julio-agosto 2008.

238. La Muerte, el nacimiento a una nueva vida, Mariano Bueno. Edaf.

239. Veinte días en el mundo de los muertos, Dr. Jorge Adoum. Kier.

240. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

241. Talking to Heaven, James van Praagh. Atlántida.

242. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

243. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 143.

244. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

245. Les témoins de l’invisible, Jean Prieur. Fayard.

246. Cartas de Pierre Monnier.

247. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

248. Comunicación de Listz a Rosemary Brown. Los muertos nos hablan, P. Brune. Edaf.

249. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 149.

250. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 118.

251. Destino de las almas, Michael Newton Ph.D. Llewellyn.

252. Vida después de la Muerte, Mary T. Brown. Obelisco.

253. Cartas de Pierre, Pierre Monnier. Tomo I. Fernando Lanore.

254. Cartas de Pierre, Pierre Monnier.

255. Viajes fuera del cuerpo, Monroe. Palmyra.

Robert

256. Testimonios de la Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf. Pág. 143.

257. Viajes fuera del cuerpo, Monroe. Palmyra.

Robert

258. Conversaciones con Elena. Pág. 68.

259. Après cette vie, Jeanne Morrannier. Sorlot-Lanore. Págs. 113, 131 y 133.

260. Revista El Gran Corazón noviembrediciembre 2008.

261. The life beyond Death, Arthur Ford. Berkley Publishing Corporation.

262. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

263. Transmisión de Alain. L‘expériènce de l’après vie, Paul Misraki. Robert Laffon.

264. Testimonios de la Inmortalidad, Jess Stearn. Edaf.

265. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 139.

266. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

267. Ver Glosario.

268. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas. Págs. 108, 109 y 110.

269. Tras el túnel blanco, C.W. Leadbeater. Humanitas.

270. Eclesiastés 3:19.

271. El Otro Mundo, sus posibilidades, Albert Pauchard.

infinitas

272. Comunicación de la británica Bertha. Los testigos de lo invisible, Jean Prieur.

273. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

274. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

275. Comunicación del Río del Tiempo. Cuaderno ITC diciembre 2005.

276. A World beyond, Ruth Montgomery. Fawcett Crest.

277. Les témoins de l´invisible, Jean Prieur. Fayard.

278. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2007.

279. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi.

280. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 123.

281. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi.

282. Vida después de la Muerte, Yogi Ramacharaka. Humanitas.

283. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

284. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

285. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

286. Treinta años entre los muertos, Carl Wickland.

287. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi 1997.

288. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

289. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés.

290. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

291. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés.

292. Life after Death, Ian Wilson. Sidgwick and Jackson.

293. Comunicación de Pierre a su madre. Les temoins de l’invisible, Jean Prieur.

294. Cuadernos ITC, junio 2005. Pág. 47.

295. A World beyond, Ruth Montgomery. Fawcett Crest.

296. Mensajes del Más Allá, Klimo. Martínez Roca.

297. Más Allá de la vida, Hans Holzer. Obelisco.

298. Cuadernos ITC, diciembre 2005.

299. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

300. Life on the other side, Sylvia Browne. Signet Book.

301. La gran esperanza, Víctor Sueiro. Planeta.

302. Les témoins de l’invisible, Jean Prieur. Fayard.

303. The Dead are alive, Harold Sherman. Ballantine Books. Pág. 27.

304. Comunicación recogida en El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995. Pág. 97.

305. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. La Esfera de los Libros 2006.

306. Tierra de Esmeralda, A.D. Meurois Givaudan. Luciérnaga.

307. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Edaf.

308. Experiencia del hermano Francisco. 2006.

309. The life beyond Death, Arthur Ford. Berkley Publishing Corporation.

310. Les témoins de l’invisible, Jean Prieur. Fayard.

311. L’expériènce de l’après vie, Paul Misraki. Robert Laffon 1974.

312. Alcanzando el Cielo, James van Praagh. Atlántida.

313. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 118.

314. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

315. La crisis de la Muerte, Ernest Bozzano. Pág. 94.

316. The Dead are alive, Sherman. Fawcett Gold Medal 1981.

317. Caso Hepta 1999.

318. Cartas de Pierre, Pierre Monnier.

319. Alcanzando el Cielo, James Van Praagh. Atlántida.

320. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés.

321. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

322. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

323. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. La Esfera de los Libros 2006.

324. Las fronteras de la otra vida, Edward C. Randall. Humanitas.

325. Evidencias más allá de la Muerte, Martin Ebon. Ediciones Aura

326. Mourir n’est pas mourir, Isola Pisani. Robert Laffont.

327. The Ghostly Register, Arthur Myers. Contemporary Books 1986. Pág. 36.

328. Les morts nous parlent, Père Brune. Philippe Labaud.

329. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995. Pág. 66.

330. Treinta años entre los muertos, Carl Wickland.

331. Dead are alive, Harold Sherman. Fawcett Gold Medal Books.

332. A la escucha de lo invisible, Monique Simonet. Edaf.

333. Lessons from the Light, Anderson G. y Barone. Berkley Books 2000.

334. Au diapason du ciel, Roland de Jouvenel. Tomo I. Lanore-Sorlot.

335. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

336. Las fronteras de la Otra Vida, Edward C. Randall. Humanitas.

337. Supervivientes de la Muerte, Dr. Hans Holzer. Martínez Roca. Pág. 100.

338. Messages from the Unseen, extraído por Ernest Bozzano.

339. Testimonios de Inmortalidad, Jess Steam. Edaf.

340. Escritura automática. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

341. Revista El Gran Corazón mayo-junio 2008.

342. Caso Hepta 2009.

343. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

344. Testimonios de Inmortalidad, Jess Staern. Edaf.

345. Dialogue ave l’au delà, James A. Pike. Robert Laffon.

346. Roland de Jouvenel. Les témoins de l’invisible, Jean Prieur.

347. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

348. Comunicación de Cristopher. temoins de l’invisible, Jean Prieur.

Les

349. Vida después de la Muerte, Yogi Ramacharaka. Humanitas.

350. The Dead are alive, Harold Sherman. Fawcett Gold Medal.

351. Caso Hepta 2010.

352. Mourir n’est pas mourir, Isola Pisani. Robert Laffont.

353. Una puerta hacia la Luz, Carmen de Sayve. Edaf 2003.

354. Cartas de Pierre. Tomo I. Pág. 144.

355. L’expériènce de l’après vie, Paul Misraki. Robert Laffon 1974.

356. A World beyond, Ruth Montgomery. Fawcett Crest.

357. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés 1974.

358. Destino de las almas, Michael Newton. Llewellyn.

359. Cartas de Pierre, Pierre Monnier.

360. Mensajes del Más Allá, Jon Klimo. Martínez Roca 1988.

361. Comunicación de Pierre a su madre el 27 de julio de 1920.

362. Comunicación del Dr. Peebles. Treinta años entre los muertos, Carl Wickland.

363. Comunicación de la señora Blavatsky. Treinta años entre los muertos, Carl Wickland.

364. Comunicación recogida por el P. Brune en su libro Les morts nous parlent.

365. Les témoins de l’invisible, Jean Prieur.

366. Treinta años entre los Wickland Newcastle Publishing.

muertos.

367. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi.

368. El tercer oído, Belline. Plaza & Janés.

369. Comunicación de Pierre el 11 de julio de 1920.

370. Suicidio, Jon Klimo y Pamela Rae. Palmyra 2007.

371. Dialogue avec mes parents disparus, Pierre Zimmer. Filipacchi.

372. Comunicación de Albert Pauchard a su hermana Antoinette. Les témoins de l’invisible, Jean Prieur.

373. Vida después de la Muerte, Yogi Ramacharaka. Humanitas.

374. La otra oportunidad, John Edward. Grijalbo 1999.

375. Walking in the garden of souls, Anderson y Barone.

376. We don’t die. Conversations with the other side, Martin y Romanowski.

377. Cartas de Pierre.

378. Siete pasos hacia la eternidad, Stephen Turoff. Palmyra 2006.

379. Contacto Espiritual, Jenny Crawford. Llewellyn 2003.

380. Comunicación de Roland de Jouvenel. Les témoins de l’invisible. Fayard.

381. The Dead are alive, Harold Sherman. Fawcett Gold Medal.

382. El mensaje de la esperanza, Paola Giovetti. Tikal 1995.

383. Mensajes de alivio, Louis E. LaGrand, Ph.D. Llewellyn 2001.

Crónicas del Más Allá Sol Blanco-Soler No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal) Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.

Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47

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