Guia Rosacruz 2: Importancia De La Astronomia

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GUIA ROSACRUZ SERIE SUPLEMENTARIA II

AMORG

La Sabiduri'a de los Sabios

El contenido de estos discursos no constitute parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la ANTIGUA, M ISTICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrines que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retomarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide. 676 HP

SEGUNDA PARTE

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Amados M i e m b r o s , iSalud! Hablando de una manera general y en sentido popular, la rea­ lidad puede concebirse, como todo lo que experimentamos, por medio de nuestros sentidos perifericos o exteriores. Sin embargo, desde el punto de vista filos6fico y cientlfico, nuestras experiencias sensoriales pueden no estar de acuerdo con el mundo numenal, es decir, "la cosa en si misma". Los estlmulos del mundo exterior actdan sobre nuestros sentidos y producen sensaciones en nuestra consciencia. Son estas sensaciones las que interpretamos como realidad. Pero no son imSgenes o contrapartes directas de lo que da origen a los impulsos que actGan sobre n osotros. Por consiguiente, el mundo fenomenal, el de la sensaci6n, es el unico del que tenemos conocimiento. La percepcifin y experien­ cia humanas han dividido este mundo en una trinidad de fen6menos diferentes, que son: 1.

El mundo material — el mundo de la materia, de la tierra, del sol y de las estrellas.

2.

El reino del tiempo y del espacio.

3.

Consciencia y pensamiento.

La manera de determinar la naturaleza de estas categorfas de fenomenos es diferente, aun cuando poseen ciertas cualidades coincidentes. Una de las mSs espectaculares de estas divisiones de la rea­ lidad es el mundo material; el del universo. Es el que mSs impresiona al hombre con la naturaleza finita de su propia forma y de la esfera de su actividad fisica. Igualmente, el mundo material es el que contribuye grandemente al esplritu religioso humano y a la formaci6n del concepto DIOS. Debido a la aparente naturaleza finita del hombre en comparacifin con la inmensidad de los fen6menos cfismicos, este aspir6 a una unidad con los poderes que trascendlan su ser flsico. Cuando el hombre contempla estos poderes trascendentes, tal contemplacifin no solamente ensancha su conocimiento de los m i s m o s , sino que impresiona grandemente su ser emocional. Igualmente, es­ ta contemplacifin hace que experimente humildad, reverencia y un sentimiento de gratitud por la vida misma, aun cuando estas expe­ riencias no sean mSs que meras sombras de lo que la Realidad Absoluta pueda ser. Esta es la raz6n que nos ha movido a presentarles una nueva y espl^ndida serie de Gula Rosacruz sobre el tema de la astronomla. Estos discursos abarcan el sol,

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los distintos planetas, las estrellas, el universo, el tiempo y el espacio, asf como los temas con ellos relacionados. Fueron escritos por un cient£fico Rosacruz, perfectamente versado en astronom£a y miembro no solamente de la facultad de la Universidad RoseCroix sino de una importantlsima Universidad cientlfica. La informaci6n presentada es positiva. Son los Qltimos descubrimientos de la ciencia, presentados de una manera fSeilmente comprensible. Sincera y fraternalmente, EL IMPERATOR

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EN EL PRINCIPIO Al despertarnos en un lugar extrano, nos hacemos esta pregunta: "cD6nde e stoy?” Muchas veces el hombre se ha hecho esta mis­ ma pregunta al contemplar el cielo nocturno, tachonado de mirladas de luces t r £ m u las. El destino del hombre ha traldo a la raza h u ­ mana sobre un planeta favorecido y propicio — la Tierra. Pero esa respuesta no es suficiente. cCuSl es la relaci6n existente entre la Tierra y el vasto reino que el hombre percibe sobre su cabeza? El conocimiento adquirido, como respuesta a esa pregunta, revela estructuras y circunstancias ambientales mlis fantSsticas que cualquier ficcifin y mSs hermosas que la mSs bella musica. Escuchar las historias relatadas por las estrellas ha inflamado siempre la imaginaci6n, elevSndola al pin&culo del pensamiento y de la consciencia. Muchos de los hechos cientlficos fueron descubiertos en el espacio mucho antes de que fueran conocidos sobre la Tierra. Aparte del conocimiento puro, el estudio de la astronomla ofrece placeres que aumentan, mientras que otros intereses naufragan. La astronomla es la palestra de los matemSticos, de los fi16sofos y de los mlsticos. En los cielos hallamos evidencia d i ­ recta de sistemas creados independientemente del pensamiento y del esfuerzo h u m a n o , que obedecen leyes de precisifin y grandeza que por doquiera muestran el sello del Creador Supremo. El universo creado de la naturaleza habla un lenguaje que es ciertamente la antigua escritura escrita por la propia mano de Dios, autSntica e incorruptible para la humanidad. dQu£ es lo que vemos en el cielo? Vemos luz y ausencia de luz. En un sentido mSs amplio, la luz es energla vibratoria, moviendose a traves del espacio. Estas energias se manifiestan como radiaciones electromagnet!cas, que varlan de frecuencia y que son conocidas con los nombres de rayos gamma, rayos X, radiacifin ultra-violeta, luz visible, radiaci6n infra-roja y radiaci6n de radio-frecuencia. Adem&s de lo expuesto, existen partlculas que viajan a travgs del espacio a enormes velocidades y que son cono­ cidas como rayos c6smicos, corrientes de electrones, partlculas positivas y neutrones, todos los cuales tienen masa y son los bloques de construcci6n de la materia. Solamente una Infima porci6n de las radiaciones espaciales puede ser observada directamente por la vista humana. El resto de ellas delata su presencia por medio de instrumentos activadores o por huellas dejadas sobre placas fotogrSficas u otras substancias. dQug mensaje porta la luz y c6mo podemos interpretarlo, en funci6n del conocimiento racial? La luz viaja en linea recta, a menos que sea reflejada o refractada sobre una superficie. La luz espacial transporta consigo informaci6n, que puede ser interpretada, con respecto a su origen y las condiciones halladas

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durante su viaje. La l u z , por tanto, es la clave del conocimiento y de la comprensi6n del universo material. Por ella, conocemos las p o s i c i o nes, distancias, tamaftos, d e nsidades, temperaturas y composici6n de las estrellas. £Qu6 es una estrella? Una estrella es un enorme cuerpo esferoidal, compuesto de vapores y gases metSlicos con luz propia y que se hallan mezclados en combinaciones diversas que est&n sostenidos por la atracci6n de la gravitaci6n y que emiten enormes cantidades de intensa radiaci6n. El Sol es la estrella mSs cercana a nosotros y su estudio cientlfico ha proporcionado a la humanidad extensa informacifin acerca de los procesos que tienen lugar en to­ das las estrellas. Un planeta es un cuerpo esferoidal de materia frla y que b r i ­ lla solamente por la reflexi6n de la luz de un sol luminoso. La palabra "planeta" se aplica a cada uno de los nueve cuerpos que giran alrededor del Sol, y que brillan debido a la luz solar que reflejan. Los sat^lites o lunas giran alrededor de los planetas y tambien brillan a causa de la luz solar que se refleja en ellos. En nuestro Sistema Solar existen treinta y un satelites o lunas conoci d o s . Los cometas son cuerpos que giran en 6rbitas grandemente exc^ntricas, alrededor del Sol y que aparecen peri6dicamente, como focos de luz de los que se desgaja una larga cola de gases y vapo­ res luminosos. La luz de los cometas es principalmente luz solar reflejada; sin embargo, algunos cometas son luminosos y engendran luz propia cuando se aproximan al Sol. Los meteoritos son masas de piedra y metal, de tamano reducido y que viajan en 6rbitas definidas alrededor del Sol. Algunos de ellos son empujados hacia la Tierra por la fuerza de la gravedad y entran en la atm6sfera con una velocidad lo suficientemente grande como para generar un enorme calor debido a la fricci6n. No son estrellas fugaces. Las Nebulosas difusas son grandes nubes de gas concentrado en determinadas regiones del espacio intersideral. Algunas de ellas brillan con luz estelar reflejada y otras aparecen obscuras o iluminadas por la luz de las estrellas que se encuentran tras ellas. Las Nebulosas Espirales son galaxias de estrellas que forman sistemas o universos-isla en los lejanos confines del espacio. Enjambres o racimos estelares son grandes masas de estrellas o soles pertenecientes a un sistema y ligadas entre si por una mutua atracci<5n o fuerza de gravedad. En conflicto con nuestros sentidos, se elevan las afirmaciones de que la Tierra es redonda, de que gira al­ rededor de su eje y que se mueve alrededor del Sol. Determinados experimentos que pueden ser efectuados por

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cualquier observador, demuestran que estas afirmaciones son correctas e independientes de las opiniones o conocimientos humanos que se alcen en su contra. La forma de la Tierra queda demostrada por la sombra circular proyectada sobre la faz de la Luna, durante los eclipses, as! como por la desaparici6n gradual de los navlos por debajo de la llnea del horizonte. La curvatura actual de la superficie de la Tierra ha sido fotografiada por cohetes volando a enormes alturas sobre su superficie. Es interesante observar que el matemStico griego Eratfistenes describi6 un m€todo para medir el diSmetro de la Tierra y que SI mismo aprendifi en Egipto, durante el Siglo III antes de Cristo. Afirma Erat6stenes que la ciudad egipcia de Siene es notable por el hecho siguiente: Durante el solsticio de verano los relojes del Sol no proyectan sombra alguna al mediodla, y este hecho es cierto sobre una superficie de 300 estadios de diSmetro. Sin embargo, en Alejandrla, a la misma hora del d£a, las agujas de los relojes arrojan sombras mensurables, debido a que esta ciudad se halla a unos 5,000 estadios aproximadamente al norte de Siene. Como las dos ciudades se encuentran sobre el mismo meridiano y la luz del Sol se considera paralela a su llegada, es una simple cuesti6n geomStrica el determinar que la raz6n de una sombra en Alejandrla y la ausencia de sombra en Siene se debe al hecho de que los relojes de Sol se inclinan a lo largo del gran clrculo de una esfera. La longitud de arco se mide por la longitud de sombra en Ale­ jandrla y se ha encontrado que es la quinta parte del gran clrculo de la Tierra esfSrica. Como la distancia entre ambas ciudades es de 5,000 estadios, la circunferencia de la Tierra ha de medir 250,000 estadios en nGmeros redondos y el diSmetro debe ser de unos 80,000 estadios. Tal era el mfitodo de Erat6stenes. A la luz del conocimiento actual, la distancia entre Siene y Alejandrla es de unas 500 millas; esto darla para el diSmetro de la Tierra apro­ ximadamente unas 8,000 millas y para su circunferencia unas 25,000 millas. Una vez establecido el di&metro de la Tierra, las distancias de la Tierra al Sol, a la Luna y a los demSs Planetas pueden ser determinadas por triangulaci6n, empleando la aparente desviaci6n o paralaje del objeto en cuesti6n, para determinar los Sngulos y el di&metro de la Tierra como llnea bSsica, de la misma manera que un agrimensor mide distancias sobre la superficie terrestre. La distancia media de la Tierra al Sol es naturalmente el ra­ dio medio de la 6rbita terrestre. Con el valor 2 PI R , es posible determinar la longitud de la 6rbita, en millas o kil6met r o s . Conociendo el tiempo necesario para recorrer la 6rbita, o sea un ano, es posible determinar la velocidad orbital de la Tierra, en millas o kil6metros por segundo.

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La distancia entre la Tierra y el Sol es llamada unidad astronfimica; por lo tanto, es una sencilla cUesti6n de medida escrupulosa el establecer todas las demSs distancias dentro del sistema solar, en funci6n de esa unidad. Como quiera que la Tierra gira alrededor de su eje una vez al d£a, es te<5ricamente posible determinar una l£nea b&sica de 8,000 millas para medir las distancias de las estrellas. Esta unidad re­ sults demasiado pequena; por consiguiente, se emple6 una l£nea bSsica equivalente al di&metro de la 6rbita de la Tierra. Observaciones efectuadas a intervalos de seis m e s e s , mostraron un desplazamiento angular o paralaje, para algunas de las estrellas cercanas. En 1838, Bessel midi6 el paralaje de la estrella 61 Cisne como de 0.30 segundos de arco, el cual, combinado con una l£nea blisica de 186 millones de millas, o sea dos veces la distancia de la Tierra al Sol, dio una distancia aproximada de 60,000,000,000,000 de m i ­ llas o un mill6n y medio aproximadamente de unidades astron6micas. E v i d entemente, la unidad astron6mica que era eficaz como patr6n de medida dentro del Sistema Solar, resulta demasiado pequena para medir distancias del espacio intersideral. Por consiguiente, los astr6nomos adoptaron la distancia que la luz recorre en un ano (18.6 ,000 millas por segundo), como unidad de medida mSs adecuada. La estrella 61 Cisne se halla a 11 anos-luz de distancia, lo cual quiere decir que la luz recibida sobre la Tierra procedente de esa estrella, parti6 de ella once anos antes de llegar a la Tierra. La estrella mSs cercana, a excepci6n del Sol, es Alfa Centauro, la cual se halla a una distancia de 4.3 anos-luz. Como unidad de medida mSs adecuada, los astr6nomos encontraron el "parsec", que se aplica a distancias espaciales aun mayores. El parsec es la distancia desde la Tierra a una estrella que se mostrara con un paralaje de un segundo de arco. Es equivalente a 3,258 anos-luz, o 19.2 trillones de millas. El "megaparsec", o gran parsec se emplea para designar las distancias intergalScticas del espacio exterior y es equivalente a un millon de p a r s e c s , o bien 3,258,000 anos-luz. Un segundo m^todo para determinar las distancias de las es­ trellas implica la comparaciSn del aparente brillo y la verdadera luminosidad de cada una de ellas. Como quiera que la intensidad de la luz disminuye en proporci6n inversa del cuadrado de la dis­ tancia, el brillo aparente de una estrella disminuirS en la misma proporcion. Haciendo uso de estas relaciones, si podemos determi­ nar el brillo verdadero y el aparente, podremos calcular la dis­ tancia. Una escala comparativa del brillo estelar estS establecida sobre la base de la magnitud absoluta de la estrella. Esta es la magnitud o el brillo que la estrella tendr£a, si fuera observada desde una distancia de diez parsecs. Por ejemplo, el Sol aparecer£a como una estrella de quinta magnitud, si fuera observado desde esa distancia.

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Un estudio cuidadoso de las llneas del espectro de las estrellas muestra una relaci6n entre la intensidad de estas llneas y la magnitud absoluta de la estrella. La magnitud absoluta de la estrella puede ser determinada por la densidad del obscurecimiento de las placas fotogrSficas por las llneas espectrales, y la magnitud apa­ rente por medio del obscurecimiento de la imagen directa. Conocidos estos factores, puede calcularse la distancia de la estrella. El tercer metodo de determinaciSn de las distancias estelares implica una clase peculiar de estrellas, conocida por el nombre de Cefeida variable. Las luces de estas estrellas, que se encuentran a trav£s de todo el universo, varian de una manera muy regular. Las estrellas de un perlodo de cinco dias son siempre mSs brillantes que las estrellas de un perlodo de un solo dla. Una escala de magnitud absoluta en funci6n del periodo fue establecida por la Srta. Leavitt del Observatorio de Harvard. Doquiera que pueda encontrarse una Cefeida variable en un enjambre de estrellas o en una nebulosa, la magnitud absoluta puede compararse con la magni­ tud aparente de la distancia calculada. Las distancias de algunas de las nebulosas mi.s lejanas han sido calculadas por medio de la informaciSn suministrada por la Cefeida variable. La temperatura de las estrellas es medida por el color de la luz que emiten. El pir6metro 6ptico es un aparato para medir la temperatura, de acuerdo con el color de las m i s m a s . Las estrellas de color rojo desvaldo son mUs bien frias; las amarillas son mlis calientes y las estrellas azules-blancas son muy calientes. Las temperaturas estelares se sitftan entre los 3,000° para las peque­ nas rojas y los 55,000° para las de tipo O. El tamano y masa de las estrellas eclipsantes binarias o dobles pueden ser determinados. Como quiera que las dos estrellas del sistema se mueven alrededor de un centro comun de gravedad, el espect6grafo puede determinar cu£l de ellas se estS acercando a la Tierra y cu£l se estS alejando, por medio de una desviaci6n hacia el azul o el rojo de las lineas espectrales. Por medio de esta informaciSn, es posible determinar sus velocidades orbitales y la magnitud de sus 6rbitas. La duraci6n del menguante de luz durante el eclipse, ofrece un medio de calcular el tamano de las dos es­ trellas . Las estrellas se hallan demasiado lejos de nosotros, para poder observar la dimensi6n de sus esferas de manera directa? sin embargo, se emplea un aparato llamado interfer6metro, con los grandes telescopios y sirve para determinar los dicLmetros de algu­ nas de las mayores estrellas cercanas. En 1920, Pease, del Obser­ vatorio del Monte Wilson de California, midifi el di&metro de Betelgueuze, con un interferometro unido al telescopio de 100 p u l g a d a s . Encontr6 que era una estrella gigante roja de 460 millones de millas de diSmetro, exito notable, si tenemos en cuenta que la estrella Betelgueuze se halla a una distancia de 272 anos-luz.

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En el prfiximo discurso iremos — en sentido figurado— al Sol. Queremos decir con esto que prestaremos una atencifin especial a algunos de los principales fenfimenos que la ciencia ha llegado a conocer acerca de esa luminosa estrella. Comprobaran que muchos de esos descubrimientos astron6micos m o d e r n o s , asombrosamente num e r o s o s , coinciden con las doctrinas Rosacruces, las cuales han sido postuladas desde hace varias centurias. Fraternalmente EL MAESTRO DE SU CLASE

RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri6dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre ellos, consulte las pSginas que m&s adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mSs inGtil que el que no puede rec o r d a r s e . La luz es energia vibratoria movi^ndose a traves del espacio. Estas energias se manifiestan como radiaciones electromagnSticas que varlan de frecuencia. La luz espacial transporta consigo informaci6n que puede ser interpretada en relacifin con su origen y con las condiciones halladas durante su viaje. Una estrella es un enorme cuerpo esferoidal compuesto de vapores y gases metcilicos con luz propia y que se hallan mezclados en combinaciones diversas, sostenidos por la atraccifin de la gravitacifin y que emiten enormes cantidades de intensa radiacifin. Un planeta es un cuerpo esferoidal de materia frla y que bri11a sfilo por la reflexifin de la luz del Sol. Los meteoritos son masas de piedra y metal de tamafio muy pequeno que viajan en firbitas definidas alrededor del Sol. Al­ gunos son empujados hacia la Tierra por la fuerza de la gra­ vedad . Las nebulosas espirales son galaxias de estrellas que forman sistemas o universos-isla en los lejanos confines del e s ­ pacio.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabidurla y 6sta es la aplicaci<5n del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, relea el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.


(Vea

2.

<£Qui€n fue el primero en descubrir un mStodo para medir el diSmetro de la Tierra? (Vea pSgina 5)

3.

dCuSl es la estrella mSs cercana, excluyendo el Sol? dCuSl es su distancia de la Tierra en anos-luz? (Vea pSgina 6)

4.

dC6mo podemos determinar la temperatura de las estrellas? (Vea plgina 7)

5.


BIBLIOTECA ROSACRUZ DE INVESTIGACION

Donde las mentes del pasado se reunen con las del presente.

La verdadera sabiduria presume menos que la locura. El sabio duda muchas veces y cambia sus ideas; el tonto es obstinado y no duda; el conoce todas las cosas menos su propia ignorancia. —EN VOS CONFIO

era tor's Sanctum '(•Temple of JU?>en BRositrurian |J a rk j» a n ^Jose, C alifornia 95191

Thursday Afternoon

To Our Fratres and Sorores of The Planes Respected Member: Because of increasing interest today in the phenomena of our Cosmic Age, we are bringing to you a new series of discourses on the subject of Astronomy. This material is technically correct, though simply written, and I think it will prove interesting to you. It is a discussion of the planets, their composition, their distance and atmosphere, the galaxies, the remote stars, the problems of time and space, and science's latest concepts of the Greater Universe. These discourses were prepared by a Rosicrucian who is a scientist associated with one of the large colleges in this country, and who is also a member of the faculty of our Rose-Croix University. The introductory remarks are made by an officer of the A.M.O.R.C. You will find that many of the concepts of science regarding time and space and other factors coincide with what the Rosicrucians have been teaching for many years. We would appreciate, of course, having your comments on these discourses. Remember, it is necessary for Rosicrucians today to have a balanced understanding of mystical principles, metaphysical concepts, and scientific findings. In other words, there should be a coordination of the mental, material, and spiritual worlds. With all good wishes for Peace Profound, I am Sincerely and fraternally

RML:as RCG II-l K-264 476 v w y

GUIA ROSACRUZ SERIE SUPLEMENTARIA 2

AMORC Discurso

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIGUA, M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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iSalud!

El Sol es el mas notable e impresionante de todos los fenomenos celestes observados por el hombre. Ha desempeftado una tremenda parte en la vida emocional, filos6fica y religiosa del ser humano. El hombre primitivo pronto observ6 los efectos principales que el Sol producfa sobre su vida. Parecia que echaba a un lado el velo de la noche; daba calor al aire helado por la congelacion; giraba majestuosamente a trav£s de los cielos, subordinando todo lo demas a sus a t ributos. Se descubri6 que la posici6n del Sol estaba relacionada con las estaciones y con la fertilidad. Se convirti6 en un simbolo ben£fico, y de la luz de la comprensi6n. No solamente caus6 asombro y pavor al hombre, sino que fue el o ri­ gen de su reverencia por la naturaleza. El Sol, mSs que cualquiera otra cosa en el proceso evolutivo del hombre primitivo, hizo que ^ste dirigiera su consciencia hacia las alturas, no solamente en cuanto a lugar, sino tambien a elevar el tema de su pensamien­ to. Pero, cque es el Sol? cCuSnto mSs conocemos hoy d£a acerca de ei de lo que los antiguos conoclan? Este es ahora el tema de nuestro estudio, en el cual el Frater, que es el Maestro de su clase, les guiarS. Sincera y fraternalmente, EL IMPERATOR

El Sol es un cuerpo celeste con luz propia, al que clasificamos en el orden de las estrellas. Es absolutamente como muchas otras estrellas del universo, y no parece probable que el Sol sea la tfnica estrella que posee un sistema de planetas. A causa de las enormes distancias de las otras estrellas, no se ha podido observar con los instrumentos terrestres ninguna clase de sistemas planet a r i o s , acompanando las otras estrellas. La observaci6n cient£fica no puede responder de manera definida, si existen o no otros sistemas planetarios. La distancia media entre la Tierra y el Sol es de 92,900,000 millas, y el diSmetro angular aparente es de treinta y un minutos, cincuenta y nueve y tres decimas de segundo de arco. Esto indica que el diametro del Sol es de 864,400 millas, o sea, 109 veces el di&metro de la Tierra y diez veces el di&metro de Jupiter. Los efectos de gravitaci6n de la masa solar sostienen el sis­ tema planetario, incluyendo la Tierra, dentro de sus 6rbitas. La energla radiante del Sol es necesaria para todas las for­ mas vivientes sobre la Tierra. Todos los alimentos, com­ bustibles y vida vegetal provienen de la luz solar. El Sol es de la mayor importancia practica para la civilizaci6n, pues nuestro bienestar y existencia dependen de ei.

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La relaci6n entre la fuerza de vida y el Sol se explica en las Monograffas Rosacruces. La superficie del Sol irradia energla, a raz6n de mSs de 70,000 C.F. por yarda cuadrada. La Tierra recibe aproximadamente uno y cinco decimas de C.F. por yarda cuadrada, lo cual es suficiente para mantener una temperatura media 6ptima para las reacciones qufmicas de vivificacifin sobre la superficie de la Tierra. La masa del Sol es 334,000 veces la de la Tierra y su volumen es de 1,300,000 veces el de 6sta. La densidad media del Sol es de uno y cuarenta y una centesimas veces la del agua, y la gravedad de su superficie es veintiocho veces la de la Tierra. Esto quiere decir que un hombre de 200 libras de peso sobre la Tierra, pesarla sobre la superficie del Sol 5,600 libras, en el caso de que el hombre en cuesti6n pudiera resistir la temperatura del Sol. Un cuerpo cayendo libremente sobre la superficie de la T i e ­ rra, cae a una velocidad de diecis^is y un dScimo de pie durante el primer segundo. Sobre el Sol, caerla a una velocidad de 450 pies durante el primer segundo, debido al campo de gravedad. A la distancia de la 6rbita de la Tierra, un cuerpo cayendo libremente, caerla hacia el Sol a la velocidad de 1/9 de pulgada durante el primer segundo. Esto quiere decir que como la Tierra recorre su 6rbita a la velocidad de 18-1/2 millas por segundo, se desvla h a ­ cia el Sol 1/9 de pulgada por segundo. Otro efecto del enorme campo de gravedad del Sol es su Sspera y bien definida superficie, aun cuando el Sol es completamente gaseoso, a causa de su elevada temperatura. Sobre la Tierra, los llquidos y los s61idos muestran superficies definidas, pero los gases no. En el enorme campo de gravedad del Sol, la atm6sfera solar se encuentra fuertemente comprimida y por ello la envoltura gaseosa muestra una superficie perfectamente definida. La rotaci6n del Sol alrededor de su eje varla con la latitud y es mSs rSpida en el ecuador que en los polos. Emplea veinticuatro dias y siete d€cimos para que un punto en el ecuador complete una rotacifin, y aproximadamente veintisiete dias para las posiciones en latitudes solares de 45°. Esta diferencia de rotaci6n no produce un apreciable aplanamiento de la masa solar, y en lugar de ser un esferoide achatado, el Sol es casi una esfera perfecta. El Sol es una estrella entre los millones que componen un universo-isla o galaxia, en el espacio. La galaxia tiene la forma de una nebulosa espiral, y el Sol se encuentra hacia las regiones exteriores del sistema galSctico. La mayor parT&flWfl/vy te de las estrellas que vemos a la simple vista, forman parte de este sistema y la Via Lcictea aparece ricamente JfiHHL poblada de estrellas, pues nosotros miramos en esa direc-

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cifin, a travSs de la enorme extensi6n del sistema galSctico. El Sol y su sistema planetario se mueve a traves del espacio a la ve­ locidad de unas 12 millas por segundo hacia un punto del espacio en la Constelacifin Hercules. Existe poco peligro de colisifin, pues las distancias del espacio son enormes y existen pocas estre­ llas en la proximidad del Sol. El espectrfigrafo no manifiesta elementos presentes en el Sol que no sean conocidos en la Tierra. El viejo adagio mistico "como es arriba, asi es abajo", queda comprobado o confirmado por este hecho. Debido a las altas temperaturas y presiones existentes en el interior del Sol, sus atomos se hallan en un estado de gran excitacifin. Los cSlculos indican que temperaturas hasta de 40,000,000° C y presiones hasta de 5,000,000 de toneladas por pulgada cuadrada son probables cerca de su centro. Bajo tales condi­ ciones, los Stomos de materia quedan despojados de los electrones o r b i tales. Los nticleos se presionan estrechamente y, aun cuando en estado gaseoso con respecto a la movilidad, la densidad puede alcanzar varias toneladas por pulgada ctibica. El astrofisico puede darnos una gran cantidad de informacifin acerca de las estrellas y del Sol. Podemos comenzar diciendo que el interior de una estrella o del Sol puede comunicarse con el resto del universo. Es altamente significativo el que el Sol sea un cuerpo estable que ha estado existiendo durante un largo periodo de tiempo. Sean cuales fueren los procesos que tienen lugar en su interior, §stos deben hallarse en equilibrio dinSmico. Podemos imaginarnos el Sol como un sistema fisico estable en equilibrio t e r m odinSmico. La radiacifin que brota hacia afuera, a traves de su superficie, sale a torrentes hacia arriba, desde el interior y es exactamente igual a la conversifin de la masa en energia, en la reaccifin termonuclear que se efectGa en lo mas profundo del cuerpo estelar. Sabido es que la energia t£rmica puede moverse del calor al frio solamente y no en direccifin contraria. La temperatura de la superficie es aproximadamente de 5,750°K y se mantiene a esta tem­ peratura por el calor que brota hacia arriba, desde el interior, a una razfin que es exactamente igual a la energia total radiada des­ de la superficie al espacio. La temperatura, por lo tanto, tiene que aumentar hacia el interior del Sol y la proporcifin de aumento es llamada "gradiente". Cuanto mayor sea el gradiente o aumento de temperatura, mis grande serS la salida del calor hacia afuera y mSs elevada la temperatura de la superficie. Evidentemente, el aumento de temperatura debe fijarse, para asegurar un flujo de radiacifin desde la superficie, a razfin de 70,000 C.F. por yarda cuadrada. La tercera condicifin requiere un conocimiento de la

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distribucifin de la cantidad del material o densidad de la materia, en diferentes pianos dentro del Sol. Sabemos que todo estrato tiene que soportar el peso de los estratos que se encuentran sobre £1; de lo contrario, el sistema se derrumbarla. Esto quiere decir que debe existir un equilibrio meccinico para cada estrato interior del Sol con respecto al campo de gravedad, ya que el Sol n a representa evidencias de derrumbamiento. La presifin exterior debida a la agitacifin y radiaci6n termicas tiene que hallarse tambiSn en equilibrio, o de lo contrario el Sol o estrella estallarla como una burbuja. Por lo tanto, podemos sacar la conclusi6n de que cada estrato del interior del Sol tiene que hallarse en equilibrio con los es­ tratos inmediatamente superior e inferior y que las condiciones particulares para cada estrato dependen de las de cada uno de los otros estratos. Comenzando con la masa, luminosidad, radio y composici6n qulmica, podemos determinar los gradientes y conocidos estos, hallar la temperatura, densidad y presifin para todas y cada una de las profundidades del Sol o cuerpo estelar. Se cree que la fuente de la energia solar es debida, en una pequena parte, al calor compresional que acompana a un pequeno reajuste o contraccifin, para compensar una ligera p^rdida de masa. La principal fuente de energia es la conversion de la materia en una serie de reacciones nucleares de ciclo cerrado. La energia es irradiada desde la superficie del Sol a razfin de 3.79 X 10z; ergios por segundo, lo cual corresponde a una conversifin de materia en energia de 4,000,000 de toneladas cada segundo. Esta es una suma infinitesimal, comparada con la masa total de 2 X 10i7 de toneladas disponibles. A raz6n de este c&lculo, el Sol ha debido de perder solamente 0,00015 de su masa total, durante los dltimos dos billones de a n o s . Penetrando el espacio, sobre la bien definida superficie del Sol, se encuentra la atm6sfera solar que se hace visible durante los eclipses totales del Sol. Cuando el disco del Sol se obscurec e , los componentes atmosf£ricos transparentes que emanan de §1, resplandecen con sus propias radiaciones. El estrato del fondo es llamado el estrato de inversi6n porque produce un espectro de ab­ sorcifin y tiene que ser mSs frlo que la superficie del Sol, que produce un espectro de radiacifin. En los momentos de eclipse, es posible determinar que el es­ trato de inversifin se extiende a unas 500 millas sobre la actual superficie del Sol. El prfiximo estrato se llama cromosfera, la cual irradia un color rojizo que tiene por origen una i a I longitud de onda espectral de hidrfigeno. La cromosfera se extiende desde unas 400 a unas 7,500 millas sobre la superficie del Sol. El tercer estrato se denomina coroimi na, la cual es de color bianco perla y se extiende con

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enormes variaciones hasta algunas 14,000,000 de millas sobre la superficie solar. La temperatura del estrato de inversi6n es aproximadamente de 4,850°K y la presi6n es aproximadamente la d£cima parte de la presi6n de la atm6sfera terrestre. La densidad es mSs o menos la de una diezmil^sima parte del aire ordinario. La presi6n y la densi­ dad disminuyen hacia el exterior, hasta que se convierten en cero en el limite extremo de la corona. La mayor parte de los Stomos en el estrato de inversi6n son: hidr6geno y helio, con carbono, nitr6geno, oxlgeno, sodio, magnesio, aluminio, silicio, potasio, calcio y hierro. La corona se extiende a unos treinta radios sobre la superfi­ cie solar y, en las ocasiones en que se presentan al mSximo las manchas solares, presenta una silueta bastante completa y una es­ tructura radial uniforme. Las fajas de luz indican materia que sale del Sol, dirigiendose hacia el exterior, lo cual ha quedado demostrado por observaci6n espectrosc6pica. En las ocasiones en que se presenta el mlnimo de manchas solares, la corona aparece achatada cerca de los polos y alargada en el piano del Ecuador so­ lar. La luz de la corona e s , en parte, luz solar esparcida y desviada por difracci6n y, en parte, luz emitida por los Stomos excitados de hierro, calcio, arg6n y niquel, los cuales se hallan altamente ionizados; a tal punto que llegan a perder de diez a quin­ ce electrones. Esta fuerte ionizaci6n requerirla temperaturas hasta de un mill6n de grados Kelvin. La cromosfera, o estrato medio coloreado, de la atm6sfera, adem5s de mostrar una composici<5n de Hidr<5geno, emite primariamente radio-ondas y una cierta radiaci6n electromagn^tica de longitud de onda muy larga. Contrario a lo que se supone, la temperatura de la atm6sfera solar parece aumentar rSpidamente desde unos 5,000°K en el estrato de inversi6n, a 35,000°K en la cromosfera y a 1,000,000°K en la corona. Tal distribuciSn de temperatura explicarS todas las lineas emisoras del hidr6geno y helio, las fuertes senales de radio, el espectro de ionizaci6n de las lineas coronales y la altura de la cromosfera y de la corona. Los astroflsicos han propuesto una nueva explicaci6n, sugiriendo que la distribuci6n de la temperatura en la atm6sfera solar es producida por la disipaci6n de la energla actistica originada en el turbulento bullir de la superficie solar. Sabido es que las granulaciones sobre la superficie del Sol, tienen una vida muy corta, de uno a cinco minutos. Parecen alzarse y c a e r , como las o l a s , con una velocidad de una a dos millas por segundo. Como quiera que existen millones de grSnulos en todo momento, su empuje ascencional combinado podrla producir ondas de choque, que se propagarlan dentro de la atm6sfe-

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ra solar, con una tremenda energla cinetica. Segun se van moviendo hacia afuera las ondas de choque encontraran regiones de densidad inferior, aumentando la velocidad. A una gran velocidad, den­ tro de una atm6sfera rarificada, su energla se disiparla rSpidam e n t e , creando elevadas temperaturas. Se opina que la disipaci6n de la onda de choque seria leve en el estrato de inversion, mayor en la cromosfera y completa en la corona, lo cual podria explicar la distribucion de temperatura observada en las citadas regiones. Las manchas solares son los Gnicos fen6menos que aparecen so­ bre la superficie del Sol, durante un perfodo de tiempo que pueda apreciarse. Algunas de ellas pueden durar solamente unos dias y otras, varios m e s e s . Varlan en magnitud, siendo algunas escasamente visibles al telescopio, mientras que otras ocupan enormes Sreas superiores a cien millas de extensifin. Las manchas solares parecen ser tremendos vSrtices o tempestades giratorias. Aparecen obscuras sobre la brillante superficie, tinicamente porque son algo mcis frias. Se ha encontrado que la temperatura de los centros de las manchas solares mide generalmente 4,500°K y pueden ser tan bajas como 3,700°K. Parece extrano que una gran cirea solar pueda permanecer a una temperatura de 1,500 K inferior a la de sus alrededores y esto d u ­ rante varias s emanas. Desde luego, algfin mecanismo de tremenda refrigeraci6n debe existir, que no ha podido adn ser explicado. Las manchas solares exhiben polaridad magnStica y frecuentemente aparecen en parejas de polaridades opuestas. Las manchas solares aparecen en ciclos de unos once anos te­ rrestres, aun cuando, muy rara vez, la superficie solar aparece totalmente limpia de toda mancha. Despu^s del periodo mlnimo, aparecen algunas manchas en las altas latitudes s o l a r e s ; pero la mayor parte se encuentran entre los 35° N. y S. Las manchas se hacen mSs numerosas a medida que el ciclo progresa y la variaci6n de latitud disminuye, hasta que aproximadamente a la mitad del ci­ clo, las manchas se encuentran concentradas entre los 15° N. y S. DespuSs del maximum, el ntimero de manchas disminuye; pero la zona continua disminuyendo hasta alcanzar su minimum; en ese momento, las manchas se concentran entre los 5° N. y S. Asociadas a las manchas solares y siguiendo la misma periodicidad general, existen regiones muy brillantes sobre la superficie solar, y estas regiones son conocidas con el nombre gen£rico de fSculas. Aun cuando las fSculas se hallan distribuidas sobre toda la superficie del Sol, aparecen mSs numerosas en la vecindad de las manchas. A veces se extienden en Sreas enormes. Sobre la mayor parte de la superficie solar se observan puntos finos y brillantes, llamados granulaciones, los cuales pueden aparecer y desaparecer en el espacio de

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cinco m i n u t o s . Las prominencias solares son gigantescas nubes de materia que a veces se proyectan r&pidamente a grandes alturas sobre la superficie del Sol. Algunas de las prominencias eruptivas se lanzan fuera del Sol a velocidades tan grandes como de 450 millas por se­ gundo, alcanzando de vez en cuando, alturas hasta de un millon de millas. Las prominencias se hallan asociadas a las manchas sola­ res, aun cuando no es necesario que se manifiesten en su vecindad inmediata. La materia lanzada al espacio, o bien cae de nuevo al Sol, o bien se hace invisible, en un proceso de disipaci6n. Estas prominencias se han clasificado, de acuerdo con su origen, su actuaci6n y sus formas. Las hay: a c t i v a s , eruptivas, m a n c h a s , t o r n a d o s , quiescentes. Las prominencias llamadas torna­ dos, aparecen como gigantescos tornados formados de columnas de materia que giran rSpidamente, a una altura de cincuenta a setenta y cinco mil millas. Existen varios datos desconocidos con respecto a estas promi­ nencias. Se desconocen las fuerzas que empujan las prominencias eruptivas, con tan enormes velocidades. Igualmente, se desconoce el por qu£ muchas de ellas se materializan de repente en la alta atmfisfera solar. Existe un fen6meno conocido con el nombre de "lluvia coronal", en el cual, la materia de la prominencia se for­ ma en lo alto de la atm6sfera solar y cae sobre la superficie del Sol, hacia lugares definidos, mostrando frecuentemente cambios repentinos de velocidad. Muchas prominencias se comportan como gi­ gantescas centellas el^ctricas; y la materializaci6n de las promi­ nencias puede ser una evidencia de la transformaci6n de la energla en materia en un proceso termonuclear poco comprendido. En nuestra pr6xima disertaci<5n consideraremos algunos de nuestros vecinos c6sm i c o s ; los p l a n e t a s . Estos tambien han ocupado un lugar destacado en la imaginaci6n humana. Entre los primeros pueblos que dedicaron un serio estudio a los planetas se ha ­ llan los antiguos babilonios. Elios deificaron a estos cuerpos celestes, convirti£ndolos en dioses. No obstante esto, sus observaciones se transformaron en el comienzo de la ciencia que hoy llamamos astronomla. Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri6dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre ellos, consulte las pSginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mcLs inGtil que el que no puede recordarse. El Sol es un cuerpo celeste con luz propia llamado una estre­ lla. La distancia media entre la Tierra y el Sol es de 92,900,000 millas. El diSmetro del Sol estS calculado en 864,400 m i ­ llas . Los efectos de gravitaci6n de la masa solar sostienen el sis­ tema planetario, incluyendo la Tierra, dentro de sus 6rbitas. La energia radiante del Sol es necesaria para todas las for­ mas vivientes en la Tierra. El Sol es una estrella entre los millones que componen un universo-isla o galaxia en el espacio. El espectr6grafo no manifiesta elementos presentes en el Sol que no sean conocidos en la Tierra. La energia es irradiada desde la superficie del Sol a raz6n de 3.79 X 1027ergios por segundo, lo cual corresponde a una conversi6n de materia en energia de 4,000,000 de toneladas (por segundo).

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabiduria y £sta es la aplicaci6n del conocimiento. Si usted no puede contestar las preguntas, vuelva a leer el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

dCucil es el ciclo de aparicifin de las manchas solares? (Vea p&gina 6)

2.

dCucil es la temperatura aproximada de la superficie del Sol? (Vea p&gina 3)

3.

c.A qu5 velocidad se mueve el Sol y su sistema planetario a trav^s del espacio? (Vea pSgina 3)

4.

Si un hombre de 200 libras de peso en la Tierra, pudiera resisitir la temperatura de la superficie del Sol, dcuSl serla su peso en 61? (Vea p&gina 2)

5.

c.A qu£ se debe el que la superficie del Sol sea Sspera y bien definida? (Vea pSgina 2)

6.


(Vea p&gina 5)

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Donde las mentes del pasado se reiinen con las del presente.

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La Sabiduria de los Sabios

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIGUA, M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva informacion como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados Miembros,

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ISalud!

En comparacifin con la edad de la historia de la civilizacifin, muy pronto llegarH el momento en que el hombre explorarS uno o mSs planetas. Lo que una vez pertenecla al mundo de la imaginacifin, o cuando m ^ s , al campo de la especulacifin cient£fica, ahora apunta sobre el horizonte de la realidad. El trabajo bSsico que puede hacer tScnicamente posible que el hombre se libere de la Tierra y pueda viajar a traves del espacio, se estcl realizando lentamente. La ciencia pura — esto es, el descubrimiento de las leyes natural e s , de los fenfimenos basicos— es una labor profunda y frecuentemente tediosa. No obstante, por medio de tal conocimiento es como se desarrollan las t^cnicas, las artes y los metodos que harSn p o ­ sible semejante proeza, como es la de viajar a la Luna o a los planetas. Cuando el viajar a traves del espacio no era mSs que una ficcifin o vaga fantasia, una gran cantidad de conocimiento cientlfico positivo acerca de los astros era ya conocido. Fueron desarrollados ciertos metodos tScnicos que, con la ayuda de las matemSticas, revelaron al hombre los elementos de los planetas, sus tamanos y sus respectivas distancias al Sol, a la Tierra y a los demSs cuer­ pos celestes. Esto, asi como un gran nftmero de otras informaciones acerca de los astros, adquiridas lentamente a traves de los siglos pasados, fue convirtiSndose todo en bloques de construccifin para las futuras aventuras del viaje espacial. Vamos a aprender ahora estos hechos internos acerca de nuestros vecinos del espacio. Fraternalmente, EL IMPERATOR

MERCURIO es el planeta mSs prfiximo al Sol. Su distancia me­ dia al mismo es de unos 58,000,000 de kilfimetros. La 6rbita de Mercurio es eliptica y su distancia al Sol varia entre 45,000,000 de kilfimetros en el perihelio y los 70,000,000 de kilfimetros en el afelio. De acuerdo con las leyes de movimiento en el campo de gravedad del Sol, la velocidad orbital de Mercurio varla de 5 8 k i ­ lfimetros por segundo, en el perihelio, a 37 kilfimetros, en el afe­ lio. Mercurio recorre su firbita alrededor del Sol en ochenta y ocho d l a s . El dicunetro de Mercurio ha sido medido como de 4,900 kilfime­ tros. El volumen del planeta es 1/18 del volumen de la Tierra, y su densidad media de 4,8 veces la del agua. La firbita de Mercurio es mSs pequena que la de la

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Tierra. Por consiguiente, Mercurio pasa entre el Sol y la Tierra de vez en cuando. Si las 6rbitas de la Tierra y de Mercurio estuvieran situadas en el mismo piano del espacio, Mercurio pasarla directamente frente al Sol cada 116 dias. Un paso de Mercurio o de Venus por delante del disco solar, se denomina un transito del Sol por el planeta. Debido a la inclinaci6n orbital entre la Tie­ rra y Mercurio, hay solamente trece trcinsitos por siglo. Los intervalos de tiempo entre los transitos son de siete, trece y cua­ renta y seis anos. Los Gltimos transitos de Mercurio fueron el 11 de noviembre de 1940 y el 14 de noviembre de 1953. Los tr&nsitos siempre ocurren en mayo o noviembre. Los tr&nsitos de Mercurio y de Venus son de interes cientlfico, pues ofrecen un medio de determinar la extensifin de la atm6sfera de estos planetas y proporcionan un medio preciso para medir el tiempo de sus movimientos y su posicifin. Se ha observado que el eje mayor de la firbita ellptica de Mercurio adelanta la posici6n de su perihelio unos 574 segundos cada cien anos. Esto supone unos cuarenta y tres segundos mSs de lo que pudieran explicar las consideraciones gravitacionales. La teoria de la relatividad de Einstein establecla que a medida que un cuerpo aumentaba de velocidad, su volumen deberla aumentar tambi£n. Cuando el aumento de velocidad del planeta durante su peri­ helio se computaba en t^rminos de un aumento de volumen del plane­ ta, la correcci6n correspondla y explicaba los cuarenta y tres se­ gundos cada cien anos de adelanto de la posicifin del perihelio. Esto dio confirmaci6n experimental a la teoria de la relatividad y fue aclamado como una gran proeza en la flsica matematica. La velocidad de escape de la superficie de Mercurio se calcula en unos 4 kil6metros por segundo y el empuje de gravitacifin es aproximadamente el de una tercera parte del experimentado sobre la superficie de la Tierra. Este es demasiado pequeno para retener los fitomos y mol^culas que se mueven r&pidamente en la atmdsfera caliente que Mercurio pueda haber tenido alguna vez. El examen espectroscfipico demuestra que existe poco o ningun elemento en la atmfisfera y que existe, durante los trSnsitos de Mercurio, poca o ninguna difusi6n de luz a traves del disco solar. Mercurio recibe de seis a siete veces la cantidad de radiaci6n solar que recibe la Tierra. El planeta absorbe aproximada­ mente el noventa y tres por ciento de la luz solar que sobre 51 incide, reflejando aproximadamente un siete por ciento al espacio. Con tan enorme absorcifin de energla solar, la temperatura del lado soleado del planeta tiene que ser altlsima. Las temperaturas son a bre la superficie de Mercurio expuesta al Sol son aproximadamente de 300QC y la del lado obscuro es de unos 80°C. Las observaciones indican que Mercurio gira en sen-

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tido contrario al de las agujas del reloj alrededor de un eje que es casi perpendicular al piano de su 6rbita. Su perlodo de rotaci6n parece ser exactamente de 59 dias terrestres — una rotaci6n mSs lenta que la de cualquier otro planeta excepto Venus. En 1965 cientlficos utilizando un radio telescopio, rebotaron ondas de r a ­ dar de la superficie de ese planeta y, midiendo las amplitudes de las ondas que volvieron, descubrieron c u S l , verdaderamente, era la rotacifin. Previamente se crela que Mercurio rotaba una vez cada 88 dias — el tiempo necesario para completar su 6rbita alrededor del Sol— y por lo tanto, siempre daba la misma cara al astro. Se suponla que un lado del planeta estaba en Sol perpetuo y el otro en obscuridad perpetua. Muy pocas personas han conseguido ver en el cielo al planeta Mercurio, por permanecer este cercano al Sol. En su elongacifin maxima, el planeta se halla entre 18 y 2 8 grados del Sol, seg&n ocurra la elongaci6n, en el momento del perihelio o en el del afelio. Cuando Mercurio se halla mcis cercano a la Tierra, en conjunci6n inferior, su aproximaci6n maxima puede ser de 87,000,000 de kilfimetros y su disco tiene un diSmetro aparente de 13 segundos de arco. Desde el momento que se encuentra entre la Tierra y el Sol, solamente vemos su lado obscuro y nada de la parte iluminada del planeta. Su mejor observaci6n se obtiene durante la elongaci6n mSxima, cuando el planeta aparece como un creciente, con brillantez tan grande como la de la estrella Sirio. Durante esas ocasiones es posible observar con un telescopio este planeta, durante el dla, a su mSxima altura sobre el horizonte. La proximidad de Mercurio al Sol hace dificil la observaci6n de su tenue superficie, a causa del fulgor de la luz solar que interfiere, durante el dla. Y ademcis, el planeta se halla muy bajo durante la noche y solamente es visible durante unas horas. Recientemente, no obstante, s-ondas espaciales han fotografiado al planeta revelando una superficie similar a la de la Luna. Para ver a Mercurio es necesario saber cu&ndo y c6mo obser­ var, pudiendo obtenerse informaci6n sobre las horas de su mayor elongaci6n oriental u occidental en las Efemerides Americanas y el Almanaque NSutico. Cuando es visible a simple vista, aparecerS. bajo en el cielo occidental, al ocaso o bien, aparecerS igualmente bajo en oriente en el momento de la aurora, pudiendo presentarse con un tinte rojizo. Muchos de los antiguos jamSs llegaron a darse cuenta de que la aparicifin matinal, y la vespertina de Mercurio eran manifestaciones de partes diferentes de la misma 6rbita. Llamaban al plav a neta M e r c u r i o , durante su aparicifin vespertina, y Apolo cuando era observado antes de la aurora. Mercurio, en la religi6n roman a, era el dios de los mere ade res y del coJQK mercio, Le fue erigido un templo en el ano 495 A.C.,

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cerca del Circo M&ximo. Su fiesta principal era celebrada el 15 de mayo. Mercurio estaba identificado con el dios griego Hermes y era el mensajero de los dioses o l i m p i c o s . Hermes era hijo de Zeus y de Maya y su nombre data probablemente de la civilizacifin de Akkad. En la O d i s e a , Hermes aparece como el gu£a, hacia la regifin de Hades, de los que morian. Era la divinidad de los suenos, as£ como de la ciencia y de la invencifin. Fue venerado como dios de la fertilidad, y considerado como protector de los rebanos y del ganado. W

El caducio o vara de Mercurio, se viene usando como el slmbolo del dios y del planeta. El mi£rcoles ha sido as! denominado, por el nombre del planeta Mercurio, o en latln, -f- dies m e r c u r i i . VENUS

Venus es el segundo planeta, a partir del Sol, si consideramos su distancia al mismo. Su distancia al Sol es de 107,000,000 de kilfimetros, y recorre su firbita en un espacio de 224.7 d£as. La excentricidad de su firbita es de 0.006 82, que es la mas pequena de entre los demSs planetas. El volumen de Venus es 0.79 del de la Tierra. Su di&metro es de 12,183 kilfimetros, siendo su gravedad superficial de 0.83 de la de la Tierra, y su densidad de un 86 por ciento de la densidad de la Tierra. Si exceptuamos la Luna y el Sol, Venus es el astro mSs b ri­ llante del cielo. A causa de su gran brillantez, Venus puede ser visto facilmente durante el d£a. Es quince veces mas brillante que la brillante estrella de Sirio, y arrojarS sombra despues del o bscurecer. En su conjuncifin inferior, Venus se acerca a la Tierra a una distancia de 42,000,000 de kilfimetros. En su conjuncifin maxima, cuando se halla en el lado opuesto de su firbita, el planeta apare­ ce a traves del telescopio, como un pequeno disco redondo, pues vemos entonces la parte del planeta que se halla iluminado por el Sol. De la misma manera que Mercurio y la Luna, Venus muestra fases que van desde un fino c reciente, cuando se halla mas prfixima, hasta la plenitud de su distancia maxima. Por consiguiente, la aparente brillantez de Venus var£a considerablemente. La firbita de Venus se halla entre las de la Tierra y el Sol. Por consiguiente, Venus aparece en el cielo vespertino y matutino, cuando recorre su firbita. Despu^s de su conjuncifin superior, Ve ­ nus se desliza lentamente hacia el Este, durante un per£odo de 220 d £ a s , hasta que alcanza su maxima elongacifin oriental de 47°. Al llegar a este punto se dirige hacia el oeste y en 72 d£as alcanza su maxima elongacifin occidental. Des­ de ese momento, emplea unos 220 d£as para alcanzar la

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conjuncion superior. Observado desde la Tierra, el proceso completo requiere 5 84 dias, llamSndose a este ciclo: periodo sin6dico. Venus tiene una atm6sfera extremadamente nubosa que no permite la observaci6n directa de su superficie. El espectroscopio demuestra que la composicifin de los estratos superiores contiene gran cantidad de di6xido carb6nico. Su temperatura ha sido calculada en su lado obscuro como de apenas 316°C, siendo la de su lado iluminado quizSs mSs de 527°C. La luz del Sol, al reflejarse so­ bre la parte superior del estrato nuboso de la atmosfera de Venus, da al planeta una apariencia muy brillante y plateada. Las diferencias de temperatura entre la parte iluminada y la obscura de Venus serlan mucho mayores, si el planeta no girara al­ rededor de su eje, dando a la total superficie una exposici6n perifidica a la energla radiante del Sol. La atmosfera nubosa y la ausencia de senales hicieron diflcil la medida de la rotacifin del planeta; no obstante, se estima que el planeta rota en su eje en la direcci6n del reloj en un perfodo de 243 d£as terrestres. El planeta Venus es completamente igual a la Tierra, en cuan­ to a tamano, volumen, densidad, gravedad y atmosfera substancial. Ha sido llamado el gemelo de la Tierra. El clima actual de Venus tiene que ser como el clima de la Tierra hace muchos miles de anos — nuboso, muy caliente y ventoso. Eventualmente, en el proceso evolutivo que acompana al enfriamiento del Sol, las nubes de Venus pueden disiparse. Cuando la Tierra se haya convertido en un pla­ neta frlo, seco y est£ril, Venus serS completamente favorable a la vida. Venus, de la misma manera que Mercurio, pasa por delante del Sol. Estos transitos son muy r a r o s , pero ocurren a pares aproxi­ madamente uno cada cien anos, y siempre cerca del 7 de junio o el 9 de diciembre. El ultimo par ocurri<5 en 1874 y 1882 y el pr6ximo par tendra lugar el 8 de junio de 2004 y el 5 de junio de 2012. Al igual que Mercurio, Venus no tiene ni lunas ni sat^lites. En 1610 Galileo observ6 el creciente de Venus y estableci<5 su fase cambiante con la siguiente locuciSn latina: "CYNTHIAE FUGURAS AELULATUR MATER A M O R U M ", que significa: "VENUS, MADRE DEL AMOR, IMITA LA CAMBIANTE FIGURA DE CINTIA, LA LUNA". Aparte de su forma creciente y fases cambiantes, el planeta Venus, tan brillante y bello en el cielo vespertino, ofrece poco detalle a la observaci6n telesc6pica. Cuando mejor puede contem. plarse el planeta es durante el amanecer o a la puesta ^ del Sol, cuando la claridad crepuscular disminuye su penetrante brillantez.

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En los tiempos antiguos, la estrella de la manana se le 11amaba Fosforus o Lucifer, y la estrella de la tarde Hgspero o V£spero. Su brillo durante el d£a, al cual hacen r e f e r e n d a los nombres antes c itados, permitla a los navegantes emplear a Venus como punto de r e f e r e n d a en la navegacifin celeste. El s£mbolo de Venus es el espejo o espejo de mano. Los romanos la identificaban con Afrodita, la diosa griega del amor y de la belleza. Aun cuando los romanos originariamente consideraban a Venus como la diosa de la primavera, era adorada como madre de la raza y su d£a sagrado era el IS de abril. El d£a de la semana Viernes (veneris dies) es as£ designado de acuerdo con el nombre de Venus. En nuestra proxima disertaci6n, volveremos de manera figurada a la Tierra. El conocimiento de nuestra Tierra y de su atmfisfera nos es necesario como punto de comparacifin con otros planetas, que forman parte de nuestro sistema solar. Mucho se oye hablar de la Luna, en estos d£as, porque es la primera estacifin del anticipado viaje espacial del hombre. Es conveniente, por lo tanto, que resumamos lo que ya conocemos acerca de la Luna. Fraternalmente EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise perifidicamente estos p u n t o s , a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboracifin sobre ellos, consulte las pSginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mSs infrtil que el que no puede recordarse. Mercurio es el planeta mSs prfiximo al Sol. dia al Sol es de 58,000,000 de kilfimetros.

Su distancia m e ­

El diSmetro de Mercurio es de 4,900 kilfimetros. del planeta es 1/18 del de la Tierra.

El volumen

El empuje de gravitacifin de Mercurio es aproximadamente el de una tercera parte del experimentado sobre la superficie de la Tierra. Las temperaturas sobre la superficie de Mercurio expuesta al Sol, son aproximadamente de 300°C y la del lado obscuro del planeta tiene que ser frla en la misma proporcifin. Un lado de Mercurio estS en perpetua luz mientras que el otro lado se encuentra en perpetua obscuridad. Exceptuando la Luna y el Sol, Venus es el astro mSs brillante del cielo. En su conjunci6n inferior Venus se acerca a la Tierra a una distancia de 42,000,000 de kilfimetros. Venus tiene una atmfisfera nubosa que no permite la observacifin directa de su superficie. Venus es completamente igual a la Tierra en cuanto a tamano, volumen, densidad, gravedad y atmfisfera substancial.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que prueJoe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprensiCn viene la sabidurla, y £sta es la aplicaci<5n del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, vuelva a leer el discurso. NO ENVIE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

cQu6 porcentaje de la luz del Sol recibida por Mercurio es absorbida por este?

2.

cA qu€ distancia estS Mercurio de la Tierra en su punto mas cercano a esta?

3.

dQu£ simbolizaba Mercurio para los antiguos romanos?

4.


5.

c.Por qu£ se llama al planeta Venus el gemelo de la Tie­ rra?

6.

cQu£ dla de la semana ha sido designado de acuerdo con el nombre de Venus?

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AMORG Discurso

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIG U A , M IST IC A ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las tnonografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretacion Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. E l contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva informacion como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , iSalud! Desde los primeros escritos del pensamiento h u m a n o , han existido muchas teorlas cosmogfinicas, en lo que hace r e f e r e n d a a la creaci6n de la Tierra. Tan pronto como el ser humano comenz6 a darse cuenta de que 61 era un productor de causas, que por medio de la direccifin volitiva de sus poderes personales podia traer a la existencia las cosas, comenzfi a inquirir acerca de las causas de las otras realidades. Supuso que la Tierra, habitaci6n del ser humano, tenia que haber sido creada. La Mitologla, la ReligiSn y la Cosmogonla se entremezclaron, en el intento de explicar el origen de la Tierra. Actualmente, en los pueblos civilizados, la Mitologla no toma parte en la explicaci6n de c6mo vino la Tierra a la existencia. La Filosofla, la Religifin y la Ciencia aun poseen sus cosmogonlas — sus teorlas— y estas aun se hallan entremezcladas. La verdad es que el hombre aGn no posee la certeza de c6mo nacio la Tierra; pero cada vez estamos aprendiendo mSs y m^s y estos conocimientos son los que les van a ser expuestos. La Luna, siendo como es el objeto mils destacado en el cielo nocturno, ha sido siempre la fuente de una gran fascinaci6n en cuanto al hombre se refiere. Las configuraciones de la superficie lunar, sus llneas umbrosas, han intrigado la imaginaci6n humana. Antes del advenimiento de la Ciencia y de sus telescopios, estas sombras sugerlan a la fSrtil mente humana numerosas imcigenes. De la misma manera, antes del desarrollo de la Astronomla y de las MatemSticas, algunos pueblos antiguos — y aquellos que vivlan en la Edad del Obscurantismo— no estaban seguros de si la Luna era un cuerpo relativamente pequeno que se hallaba cerca de la Tierra, o bien si era un cuerpo grande situado a gran distancia. Creemos que ustedes encontrarSn la informaci6n que sigue, presentada por el Maestro de su Clase, mSs interesante a la luz de la exploraci6n planeada de la Luna. Fraternalmente, EL IMPERATOR

La Tierra es el tercer planeta, a partir del Sol, y el quinto en cuanto a magnitud, dentro del sistema solar. Su distancia media al Sol es de 92,897,000 de millas y la luz emplea 8 minutos y 20 segundos para recorrer la distancia del Sol a la Tierra. El di&netro de £sta, en el Ecuador, es de 7,926.6 millas y en los polos de 7,899.6 millas, existiendo una diferencia de 27 millas entre los di&metros polar y ecua-

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torial. La forma de la Tierra no es la de una esfera perfecta, sino la de un esferoide achatado, ligeramente aplastado en los po­ los y ensanchado en el ecuador. La masa total de la Tierra es de 5,595 X 10u toneladas, y, su volumen total de 2,59 88 X 10" millas cubicas. El Srea total de la superficie terrestre es de 1,9694 X 10* millas cuadradas y su den­ sidad media es de 5 5/10 veces la densidad del agua. La Tierra y los demSs planetas del sistema solar acompanan al Sol en su movimiento a travfis del espacio, dirigigndose a la constelacifin de Hercules, a una velocidad de 12 1/2 millas por segundo o sea 45,000 millas por hora. La Tierra y su sat^lite, la Luna, se mueven alrededor del Sol en una 6rbita que es sfilo ligeramente ellptica, completando su viaje en 365.3 dias. La 6rbita es casi 583,400,000 de millas de largo, lo que quiere decir que la Tierra gira alrededor del Sol a una velocidad de dieciocho y media millas por segundo, o sean 66,000 millas por hora. La Tierra efectGa un giro completo alrededor de su eje en un espacio de tiempo de veinticuatro horas, cincuenta y seis minutos y un d^cimo de segundo. Esto quiere decir que un punto sobre el ecuador se mueve a una velocidad superior a 1,000 millas por hora, para recorrer un camino de 25,000 millas en un d£a. En las lati­ tudes 45° N. o S. del ecuador, la velocidad de un punto, en su mo ­ vimiento de rotacifin serS de 665 millas por hora. AdemSs de los movimientos citados, existen otros tres movim i e n t o s : la precesifin de la 6rbita total, un balanceo o inclinacifin del eje y un giro o cambio de posici6n de los polos Norte y Sur. La raz6n de que la Tierra nos parezca tan quieta y estable es que todo cuerpo sobre su superficie tiene que compartir forzosamente con ella todos sus movimientos. Si la Tierra y el observa­ dor se hallan realmente moviSndose a trav^s del espacio a la misma enorme velocidad, no existirS entre la Tierra y su observador ningun movimiento relativo, exactamente de la misma manera que no existe movimiento relativo alguno entre un vehiculo y su conduc­ tor, aun cuando ambos se est&n deslizando sobre una carretera lisa a la misma velocidad, con relaci6n a la superficie de la Tierra. Los antiguos dividian al planeta en cuatro componentes: aire, tierra, agua y fuego. La ciencia moderna considera las cuatro partes de la siguiente manera: atmfisfera, litosfera, hidrosfera y barisfera. La atmfisfera es la envoltura gaseosa que rodea el

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cuerpo principal del planeta. Tres cuartas partes de la atmosfera se hallan de los 10,000 pies hacia abajo. La mitad de la atm6sfera se halla de los 18,000 pies hacia abajo. Se cree que existen rastros de atm6sfera a varios centenares de millas de altura. La litosfera es la corteza rocosa y s61ida de la Tierra, cual se extiende a una profundidad de muchas millas.

la

La hidrosfera es la capa de agua que cubre aproximadamente el 74 por ciento de la superficie de la Tierra. La barisfera es el nCicleo pesado de la Tierra. tes interiores se opina que se hallan en fusi6n.

Los componen-

Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2 7/10 Los elementos que componen la litosfera existen en forma de compuestos y de combinaciones q u l m i c a s . Muy pocos de estos elementos se hallan en estado libre. Once elementos se encuentran en abundancia, dentro del 99 por ciento de las materias de la litosfera: Oxlgeno Silicio Aluminio Hierro Calcio Sodio

47% 28% 8% 5% 4% 2.7%

Potasio Magnesio Titanio Hidr6geno Fosforo

2 . 6% 2% menos el 1% menos el 1% menos el 1%

AdemSs de 6 s t o s , se encuentran los elementos siguientes: Carbono, Manganeso, Azufre, Bario, Cloro, Cromio, Fluorina, Zirconio, Nlquel/ Estroncio y Vanadio. Se han hallado mSs de 90 elemen­ tos n a t u r a l e s . Los silicatos y los aluminosilicatos de varias combinaciones metSlicas son los compuestos mSs corrientes de la corteza terrest r e . La investigaci6n sismol6gica ha demostrado que la densidad de la Tierra, as£ como su temperatura, aumentan con la profundi­ dad. A una profundidad de 1,800 millas, la densidad aumenta r£pidamente y permanece casi uniforme, a partir de ese punto hasta el centro del planeta. Las caracterlsticas de la transmisi6n de la onda de choque a trav£s de la Tierra, indican que las materias que se hal'lan mSs allS de 1,800 millas de profundidad no son s61idas, sino llquidas. Se cree que la barisfera es una masa de materia fundida, fuertemente comprimida y formada de un 90 por ciento de hierro, con algo de niquel, cobalto, cobre y otros metales que poseen una densidad aproximada de ocho veces la densidad del agua. Los cSlculos de temperatura de cuerpos fuertemente comprimidos muestran una temperatura te6rica de unos 1,500° C.

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La edad de las rocas puede ser determinada con una precisi6n relativa, estudiando la £poca en que se solidificaron. Una parte de plomo por peso, se sabe que queda producido anualmente por la descomposici6n de 7,400 millones de partes de uranio. Comparando la cantidad de radio, uranio y plomo en las rocas y, suponiendo que no existla plomo al principio del proceso, es posible ll'egar a conocer la duraci6n del proceso total de la operaci6n. Las edades alcanzadas por este mgtodo indican que la Tierra tiene por lo m e ­ nos la edad de 3,500 a 5,500 millones de anos. LUNA Luna es el nombre del gran satelite que acompana a La Tierra en su recorrido a traves del espacio. La Luna estS ligeramente combada hacia la Tierra en su parte ecuatorial; por lo d e m S s , es casi una esfera perfecta, en cuanto a su forma. El diSmetro de la Luna es de 2,160 millas. Permanece dentro de una firbita ligera­ mente eliptica, a una distancia media de la Tierra de 238,860 mi­ llas. Recorre su firbita, con relacifin a las estrellas fijas, en 27 dfas, 7 horas y 43 minutos y 11 s e gundos. El piano de la firbi­ ta lunar se halla inclinado 5°, 9 minutos con relacifin al piano de la ecllptica y la excentricidad de su eclipse es de 0.0549. El punto de su mcLximo acercamiento a la Tierra, llamado p e r i g e o , es de 225,700 millas y su a p o q e o , o punto de alejamiento m&ximo, es de 252,000 millas. Tanto la Luna como la Tierra se hallan sujetas a las fuerzas de atraccifin del Sol. Debido a la propensifin del campo de atraccifin solar a acelerar el movimiento de la Luna durante una mitad de su recorrido u firbita y a retardarle durante la otra mitad, existe un cierto efecto sobre la firbita que avanza la llnea absidal, o sea la linea que une el perigeo y el apogeo, una vez en el espacio aproximado de 8 anos 85/100. Esta aceleracifin de atrac­ cifin es tambien la causa de una cierta regresifin hacia el oeste, de los n o d o s , a traves de 360°, durante un espacio de tiempo de 18 afios y 6/10. Es cierto que las mociones de la Tierra y la Luna est&n gobernadas mSs por las fuerzas de atraccifin del Sol, que por sus respectivos campos de atraccifin. El espacio de tiempo existente entre una luna nueva y la siguiente es aproximadamente de 29 dlas y medio. La Luna gira alre­ dedor de su eje casi en el mismo tiempo que requiere para recorrer su firbita alrededor de la Tierra. Por esta razfin, la Luna presenta siempre la misma cara a la Tierra. Aparentemente, existe un ligero achatamiento o desplazamiento de masa entre el centro geometrico y el centro de gravedad. La llnea que conecta ambos centros se halla dirigida hacia la Tierra, en equi­ librio de gravedad. Si la l£nea de los centros fuera fija, solamente seria visible desde la Tierra una mitad de la superficie lunar. Pero existen pequenas oscilaciones

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anSlogas a las del p^ndulo. Estas irregularidades se denominan libraciones o balanceos y permiten la aparici6n de un nueve por ciento adicional de su superficie de vez en cuando. Esto significa que el cincuenta y nueve por ciento de la superficie lunar ha sido observado desde la Tierra, mientras que el cuarenta y uno por ciento restante no ha sido jamSs contemplado. Los telescopios modernos permiten la observaci6n minuciosa de las formaciones flsicas de la superficie lunar. Un telescopio de un aumento de 100 v e c e s , revelarS un detalle de la superficie lu­ nar cuyo dicimetro sea de cerca de media milla. Un telescopio de un aumento de 1,000 veces mostrarS detalles de menos de 400 pies. El telescopio moderno revela mSs detalles e informacifin de los accidentes y geografla lunares que la que se posee acerca de muchas regiones de la Tierra. Se han levantado mapas detallados y se han dado nombres a mSs de 500 accidentes geogrSficos de la Luna. No se han observado objetos, formaciones o detalles que puedan ser atribuidos al trabajo de seres inteligentes. La Luna no posee atmfisfera y el terreno no muestra senales de erosifin ni de desintegracifin producida por la accifin atmosfSrica. Las Sreas que aparecen obscuras a simple vista, son llanuras anchas y aplastadas. Las regiones brillantes de la Luna son regiones montanosas Ssperas que evidencian una antigua accifin catacllsmica de tremenda magnitud. Gran parte del Srea lunar es extremadamente accidentada y rugosa, con gran ntamero de crSteres casi circulares, que oscilan entre la dimensifin de cien millas de diSmetro y dimensiones s uperiores. La palabra cr5ter es empleada para describir llanuras lunares completamente p l a n a s , rodeadas de formaciones montanosas que las circundan. Estas regiones a n ulares, o c r Steres, no tienen semejanza alguna con regiones de la Tierra, a excepcifin del crSter de la llanura de Arizona, que se halla cerca de W ins­ low. Las paredes montanosas de los crSteres lunares se elevan a grandes alturas y las llanuras circunscriptas contienen frecuentemente picos montanosos centrales de pequenos crSteres o pozos. Existen unos 2 8 picos montariosos sobre la Luna, que se aproximan o sobrepasan las mSs altas montanas de la Tierra. No existe evidencia alguna de cambios sobre la superficie lunar, dentro de los tiempos geolfigicos, y la mejor manera de describir el terreno lu­ nar es diciendo que es Sspero, est^ril, majestuoso y totalmente infecundo. La fuerza de gravedad sobre la superficie lunar es solamente de 1/6 de la terrestre. Un hombre que pese sobre la Tierra 180 libras. r»esaria solamente treinta libras sobre la Luna. fravedad explica que la Luna no pueda

El brillo que muestra la Luna se debe por completo a

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la luz que recibe del Sol. Un noventa por ciento, aproximadamente, de la luz solar recibida sobre su superficie, es absorbido por la Luna, la cual radia solamente el diez por ciento restante. La Luz que observamos sobre la Tierra, de la Luna llena, es de 1/600,000 de la luz recibida del Sol, sobre la superficie terrestre. Si toda la luz que la Tierra recibe procedente de las estrellas y de los planetas, fuera recogida sobre una regi6n del mismo di&metro de la Luna, la luz total recogida serla aproximadamente de 1/80 de la luz de la Luna llena. La Luna muestra diversas fa s e s , a medida que se translada al­ rededor de la Tierra, siguiendo la llnea de su 6rbita. A causa de la forma esf^rica de la Luna, el Sol puede iluminar solamente una mitad de la superficie lunar, dejando la otra mitad en las tinieblas. Cuando la Luna se halla entre la Tierra y el Sol, la parte obscura de la Luna puede, a veces, ser vista, gracias a la luz te­ rrestre es decir, con la luz solar reflejada a la Luna desde la Tierra, y vuelta a reflejar a la Tierra desde la Luna. La Luna nueva es la fase durante la cual la Luna se encuentra totalmente en sombra. Durante el primer cuarto de su viaje orbi­ tal, se halla iluminada media Luna. La Luna llena ocurre cuando la faz total de la Luna se halla iluminada y ha completado la mitad de su 6rbita alrededor de la Tierra. En este momento, la Tierra se halla entre la Luna y el Sol. El tercer cuarto lunar es aquel en que media Luna se halla iluminada de nuevo; es el momento en que ha recorrido las tres cuartas partes de su orbita. Tanto la Tierra como la Luna lanzan sus sombras al espacio, y en el momento de la Luna nueva, puede ocurrir que la Tierra pase a trav£s de la sombra de la Luna. En ese caso, aparecerS como que la Luna pasa por delante del Sol, produciendo un eclipse solar. En el momento de la Luna llena, la Luna puede pasar a traves de la sombra de la Tierra, produciendo entonces el eclipse lunar. La 6rbita de la Luna se halla inclinada con relaci6n a la 6rbita de la Tierra alrededor del Sol, unos cinco g r a d o s ; como consecuencia de esta inclinaciSn, no se producen eclipses cada vez que la Luna es nueva o llena, ya que los cuerpos celestes pueden pasar a dis­ tancias enormes de las sombras, para que se cumplan las condicio­ nes necesarias para la producci6n del eclipse. Estas pueden producirse siete veces al ano, o por lo menos, dos veces. Los eclipses pueden ser totales o parciales, segfin que el cuerpo se introduzca en la sombra total o en la sombra parcial. Los eclipses de Luna son menos frecuentes que los del Sol, en una proporci6n de tres a cuatro, debido a la mayor dimensi6n de la sombra de la Tierra. Los eclipses ocurren en ciclos que eran conocidos por los antiguos Caldeos con el nombre de s a r o s , o repetici6n. Los intervalos, en los saros, son 18 anos y 11 d£as y 1/3. Cada serie de saros

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es un ciclo de 68 a 75 eclipses sol a r e s , que se producen en un perlodo de 1,200 anos. Corrientemente existe una serie de doce saros cuyos eclipses son tot a l e s . El eclipse del 8 de junio de 1937 fue el eclipse de mayor duracifin que ha existido durante los 1,200 anos anteriores. Durante un eclipse total de Sol, la corona solar es visible. Los antiguos simbolos del Sol muestran unos r a y o s , representando el Sol durante un eclipse, en el momento en que la atm6sfera solar y los rayos de su corona son visibles. Nuestro pr6ximo discurso se refiere a la naturaleza de Marte. Ese es tambien un tema de alta actualidad. No creemos necesario recordarle el resumen que aparece al final de cada uno de estos discursos. El referirse ocasionalmente a estos restimenes serS de gran ayuda en la revisi6n de los puntos mcLs importantes de cada discurso. AdemSs le ofrecerS una oportunidad para ejercitar su memoria y probar su habilidad en el estudio. Tambien encontrarS a continuacifin del resumen un autoexamen. Vea si puede responder a sus preguntas, una vez que haya terminado el estudio del discurso. Si no puede contestar a las mismas, refierase a la pSgina indicada entre pargntesis y vuelva a leer los temas cubiertos por las pre­ guntas . Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri6dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre e l l o s , consulte las pSginas que m&s adelante se indi­ can. Rec u e rde, no hay conocimiento mSs inCitil que el que no puede recordarse. La distancia media de la Tierra al Sol es de 92,897,000 m i ­ llas . El di&metro de la Tierra es de 7,926.6 millas y en los polos es de 7,899.6 millas. La densidad media de la Tierra es de 5 5/10 veces la densidad del agua. Los antiguos dividlan la Tierra en cuatro componentes: tierra, agua y fuego.

aire,

La Luna es un satSlite grande que acompana a la Tierra en su recorrido a traves del espacio. El di&metro de la Luna es de 2,160 millas. El punto del mSximo acercamiento de la Luna a la Tierra, el "perigeo" es de 225,700 millas. El 59 por ciento de la superficie de la Luna ha sido observa­ do desde la Tierra, mientras el 41 por ciento restante no ha sido nunca visto. La Luna no posee atm6sfera y el terreno no muestra seftales de erosi6n ni desintegraci6n producida por la accifin atmosf^rica.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabiduria y §sta es la aplicaci6n del conocimiento. Si no puede contestar estas preguntas, vuelva a leer el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

cPor qu6 la Tierra nos parece tan quieta y estable? pfigina 2)

(Vea

2.

iCu&les son los cuatro componentes en que la ciencia moderna divide la Tierra? (Vea pSgina 2)

3.

£C6mo se cree que es el material que existe en el nficleo o centro de la Tierra? (Vea p&gina 3)

4.

cCuSntas partes de uranio se convierten en plomo en un ano? (Vea pSgina 4)

5.


6.

IQu6 representan las regiones de la Luna que aparecen obscuras a simple vista — y qu€ representan las regiones brillantes? (Vea pSgina 5)

7.

dCuSnto pesarla un hombre en la Luna si su peso en la Tierra fuera de 180 libras? (Vea pSgina 6)

8.


BIBLIOTECA ROSACRUZ DE INVESTIGACION

Donde las mentes del pasado se reunen con las del presente.

La verdadera sabiduria presume menos que la locura. El sabio duda muchas veces y cambia sus ideas; el tonto es obstinado y no duda; el conoce todas las cosas menos su propia ignorancia. —EN VOS CONFIO

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La Sabidurfa de los Sabios

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIG U A , M IST IC A ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , ISaludi Durante largo tiempo se consider6 como sacrilego el imaginar que la Tierra no era el centro del Universo. Aristarco, antiguo astr6nomo griego, del Museo Alejandrino, famosa instituci6n del saber, patrocinada por los Ptolomeos, reyes de Egipto, declaro que la Tierra y los planetas giraban alrededor del Sol. Los cientificos de aquel periodo hel£nico, no obstante, no aceptaron sus conclusiones. En el Siglo XVI, Copernico, renombrado astr6nomo, tambi&n proclam6 la teorla heliocentrica del Universo, es decir, que la Tierra gira alrededor del Sol. Fue condenado y humillado por los te6logos. Sus postulados, en la opini6n del clero, empequenecian la importancia de la Tierra. Sus argumentos eran los siguientes: Si la Tierra no fuera el centro del Universo, como el hombre habia creido durante tanto tiempo, entonces quizas no era el escenario elegido para la existencia del hombre. El concepto de Copirnico implicaba que otros cuerpos celestes eran mayores que la Tierra y tenlan un puesto mSs importante en el esquema C6smico. Si esto fuera asl, discutlan los te6logos, entonces el hombre pudiera ser inferior a otros seres que vivieran en planetas distantes, que ocuparan un puesto mSs prominente que la Tierra. En esta clase de argumentaci6n resalta el ego humano. Es una estimacifin exagerada del hombre sobre su propia importancia, tratando de contrarrestar la aparici6n del nuevo conocimiento. No obstante, los descubrimientos y teorlas de Copernico y de Galileo excitaron la imaginacifin de las gentes. Elio produjo el que el pueblo considerara seriamente la posibilidad — sin ninguna clase de pruebas— de que otros planetas y astros pudieran estar poblados por seres inteligentes. Giordano Bruno (1548-1600), monje y fil6sofo Dominico, se sinti6 estimulado por estos hallazgos cientlficos. Para el, estos descubrimientos hicieron viviente al universo, le daban unidad y dejaban entrever una £ntima relaci6n de los cuerpos celestes con la Tierra. Por lo tanto, para Bruno, el hombre dejaba de ser una entidad aislada. Formaba parte de un Universo de entidades vi­ vientes conscientes. Hizo atrevidas manifestaciones en defensa de Copernico y de Galileo: "iC6mo!
la imaginaci6n pGblica se halla

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tan entusiasmada con los cohetes y los proyectos de viajes interplanetarios que se ha apoderado de numerosas personas cierto fanatismo. Estas se han ido al otro extremo. Sin tener en cuenta las realidades, o lo que se conoce o que a(an se ignora, est&n poblando — en sus mentes— todos los planetas con seres super-inteligentes. A causa de ciertas lxneas geometricas que se distinguen sobre la superficie de M a r t e , por ejemplo, acerca de las cuales se trata en el discurso presente, estos extremistas manifiestan que Marte se halla habitado por una casta de seres superiores. Muchas personas llegan a afirmar que han visto y hablado en la Tierra, con dichos seres, donde han aterrizado en poderosos y extranos artefactos. El aspecto irracional de tales asertos radica en que estos supuestos habitantes de Marte se llaman a ellos mismos "Marcianos11. Desde el momento que Marte es el nombre que los habitantes de la Tierra han dado al planeta en cuesti6n, es evidente que los habitantes del mismo Marte no iban a emplear precisamente ese mismo nombre de Marte. No queremos que nuestras observaciones se interpreten como que decimos que no hay la posibilidad de que exista alguna clase de vida en Venus, Marte o en otros planetas de otros sistemas sol a r e s . Nosotros somos liberales en nuestra actitud mental. A no­ sotros tambien nos agrada especular y dar rienda suelta a la imaginaci6n; pero dentro de los llmites de la raz6n. Nosotros aun necesitamos h e c h o s , para admitir o rechazar todo halago imagina­ tive. A continuaci6n comienza el Discurso del Maestro de su Clase. Fraternalmente, EL IMPERATOR

La luz que percibimos del planeta Marte, desde nuestra Tie­ rra, es de color rojo-ladrillo y de brillo uniforme, en contraste con el "centelleo" de las estrellas rojas mSs brillantes, como Ant a r e s , AldebarSn o Arturo. Con unos prismSticos de campana o un telescopio de pequeno aumento, se puede identificar rSpidamente a Marte como una pequena esfera rojiza. Los telescopios de treinta o mcis aumentos revelan los blancos casquetes polares, que son probablemente de nieve? y tambien se pueden observar las irregulares Sreas verd o s a s , que varlan de tamano y color, de acuerdo con las estaciones de Marte. El finisimo sistema de lineas o "canali" que interconectan las regiones verdosas con los casquetes pola­ res, se ven con telescopios de gran potencia (200 aumen­ tos) y solamente bajo 6ptimas condiciones de observaci6n.

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Los antiguos estaban familiarizados con el planeta Marte. Su nombre actual se deriva de M a y o r s , que era un antiguo dios romano de la agricultura y de la guerra. Mavors, el Padre de R6mulo, fundador de Roma, era considerado como el progenitor de la raza romana y era llamado Mars Pater, Marspiter y Mars Pater Bellum, cuando se hallaba en relacifin con las hazanas guerreras. En el curso del tiempo, la palabra latina B e l l u m , que significaba guerra, y el nombre de Mars vinieron a significar la misma cosa. El mes de marzo estaba consagrado a Marte y los romanos le dieron el nombre de Martius. Las palabras espanolas marzo y martes son una continuacifin del uso original romano. Durante dicho mes, los sacerdotes romanos, provistos de armaduras, danzaban y desfilaban a trav£s de las ciudades r o m a n a s , llevando escudos y lanzas. Este signo es el slmbolo de Marte: un escudo y una lanza y fue asignado al dios y al planeta. Es interesante advertir que los romanos identificaban a su dios Marte con el antiguo dios griego de la guerra: Ares. Ares era hijo de Zeus y Hera y uno de los favoritos de Afrodita, diosa del Amor. Cj

La Tierra, Mercurio y Marte son los tanicos planetas del sis­ tema solar que poseen una atmfisfera lo suficientemente clara y despejada, como para permitir la observacifin directa de la super­ ficie sfilida del planeta. La atmfisfera de la Tierra posee muchas nubes y muchos espacios despejados. La de Marte es fina y clara con muy pocas nubes. Mercurio tiene poca o ninguna atmfisfera, debido a su d£bil campo de gravedad y a su pequena masa. La delgadez de la atmfisfera marciana permite observar la su­ perficie del planeta de manera distinta, as! como los aspectos de su superficie. El periodo de rotacifin del planeta alrededor de su eje ha si­ do medido exactamente, siendo de veinticuatro h o r a s , treinta y siete minutos y veintidfis con 7/10 de segundo. El dia marciano es cuarenta y un minutos y medio mSs largo que el dia terrestre. El piano ecuatorial de Marte tiene una inclinacifin de unos 20° con respecto al piano de su firbita alrededor del Sol. La es­ trella polar de Marte es D e n e b , la estrella mcis brillante y sep­ tentrional de la constelacifin Cisne. El eje de la Tierra se halla inclinado aproximadamente 23.5° con respecto a la perpendicular al piano de su firbita alrededor del Sol. Aun cuando la estrella p o ­ lar de la Tierra es actualmente la Polaris de la constelacifin Osa Menor, un lento balanceo o precesifin del eje inclinarS, con el tiempo, el eje terrestre de rotacifin hacia Deneb, la cual pasarS a ser la estrella polar de la Tierra, aproximada­ mente por el ano 9000 D.C. Marte tiene estaciones similares a las de la Tierra,

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movi£ndose el Sol hacia el Norte en el verano del hemisferio Norte y hacia el Sur en el verano marciano del hemisferio Sur. Las estaciones de Marte son aproximadamente dos veces mSs largas que las de la Tierra. Recorre su 6 rbita alrededor del Sol en 686.9 dias, siendo el ano marciano aproximadamente dos veces mSs largo que el terrestre. La 6 rbita de la Tierra estS a unos 93,000,000 de millas de distancia del Sol. La de Marte es una elipse. La distancia media de Marte al Sol es de 141,500,000 millas, con una diferencia de 13,000,000 de millas entre sus distancias limites. Cuando Marte y la Tierra se hallan en los puntos opuestos al Sol, la distancia entre ambos planetas puede ser de 340,000,000 de millas, o sea, diez veces mayor que el mSximo acercamiento. En es­ te, la distancia puede ser de unos 35,000,000 de millas. Estas condiciones ocurren aproximadamente cada quince afios, cuando la 6 rbita excentrica de Marte se acerca al punto mSs pr 6 ximo al Sol. En el otro expremo de la 6 rbita excentrica de Marte, cuando £ste se halla en el punto mas lejano del Sol, la distancia mSs cercana a la Tierra puede ser de 63,000,000 de millas. Las posiciones mSs pr 6 ximas de acercamiento de los dos plane­ tas se llaman "oposiciones". En la oposicion, el Sol, la Tierra y Marte se hallan en l£nea recta, en el espacio, encontrSndose los dos planetas al mismo lado del Sol. En la conjunci 6 n, los dos planetas se hallan en lados opuestos del Sol, estando los tres as­ tros en l£nea recta en el espacio. Durante la conjunci 6 n, no podemos ver a Marte, por hallarse directamente tras el Sol. En dichas ocasiones, Marte sale en el cielo oriental, al amanecer; se encuentra en el cenit a mediodia y se pone al atardecer. Debido a la diferencia de tiempo requerido por cada planeta para recorrer su 6 rbita alrededor del Sol, la Tierra pasa entre el Sol y Marte cada 780 d£as. En esas ocasiones de oposici 6 n, Marte se levanta en el cielo oriental al atardecer, alcanza su c£nit a medianoche y se pone en el cielo occidental al amanecer. Marte no tiene luz propia, sino que brilla por la luz solar reflejada. Es mSs brillante en los momentos de oposici 6 n y su mSximo brillo es aproximadamente dos veces el de Sirio, estrella brillant£sima del Can Mayor. Su brillo m£nimo es aproximadamente una cent£cima del maximo. Marte brilla con una luz constante que lo distingue de la luz titilante de las estrellas fijas. El movimiento relativo de Marte entre las estrellas fijas puede ser

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percibido despu^s de unas cuantas noches de observaci 6 n. Por lo general, Marte emplea de cincuenta y seis a cincuenta y siete dias para atravesar una constelaci 6 n del Zodlaco. La caracterlstica mcis manifiesta de Marte que cambia con la progresi 6 n de las estaciones es el alternado avance y retroceso de los casquetes polares. Con la llegada del invierno del hemisferio norte, el casquete polar n 6 rdico puede extenderse hacia el sur hasta unos cuarenta grados de latitud norte. Cuando el invierno avanza en el hemisferio norte de Marte, el verano llega al hemis­ ferio sur, exactamente como en la Tierra. El casquete polar aus­ tral retrocede hacia el polo, form&ndose una fina Srea azul a lo largo del borde del casquete bianco, que indica la licuaci 6 n del condensado bianco que compone el casquete. Lo mismo ocurre cuando retrocede el casquete boreal. El casquete polar boreal no desaparece por completo, aun cuando el austral a veces llega a desaparecer en verano. Por el contrario, el casquete polar austral llega a crecer mils ampliamente durante el invierno, indicando extremidades climaticas mayores que las del hemisferio boreal de Marte. Durante el otono e invierno del hemisferio norte, las Sreas verdosas permanentes palidecen de color y se hacen indistintas. Cuando el casquete polar comienza a deshelarse con la llegada de la primavera, las areas p&lidas vuelven a verdear de una manera distinta y clara. Igualmente, las Sreas verdes del hemisferio sur muestran alternativamente el palidecimiento y brillantez que corresponde al avance y retroceso del casquete polar. La superficie de Marte parece ser muy liana, careciendo de montanas y Cordilleras. Con excepci 6 n de los blancos casquetes polares y de las verdes U r e a s , la superficie es roja y de un color semejante a las tierras de 6 xido rojo. Mas de un ochenta por ciento de la superficie de Marte es de un color rojo ladrillo. Las cireas verdes que permanecen en las mismas posiciones relativas a trav£s de la estaci 6 n, cubren menos de un veinte por ciento de la superficie de Marte. Algunas de estas extensiones se encuentran separadas unas de otras por distancias considerables. Algunas de ellas son grandes y bien definidas y otras son pequenas e indistintas. Las areas verdes mSs extensas han recibido nombres y pueden ser localizadas fScilmente por cualquier estudiante serio Muchos atr 6 nomos han dado cuenta de la existencia de una red de finas llneas que conectan las Sreas verdes con los casquetes polares. El astr 6 nomo italiano Schiaparelli dio la denominaci 6 n de canali a estas llneas que se entrecruzan sobre la superficie del planeta y los escritores populares sacaron la conclusifin de que la red era

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probablemente un gigantesco sistema de irrigacifin que transportaba el agua desde el casquete polar en deshielo hasta las Sreas agricolas . Existen varias llneas dobles separadas a una distancia como de unas quince millas, que marchan paralelas extendiSndose hasta unas 2,000 millas a traves de la superficie del planeta. Cada una de estas llneas es tan fina que se precisan los mejores telesco­ pios y determinadas condiciones de observacifin para su estudio. No hay mayor justificacifin para la hipfitesis del "canal" que la de suponer que estas marcas puedan ser super-carreteras. Del mismo modo, no existe evidencia alguna que indique que existe o no vida sobre Marte. La verdad es que no sabemos n a d a . Percival Lowell que dedicfi una fortuna y su vida entera al estudio del planeta Marte en el Observatorio de Flagstaff produjo una colecci 6 n de dibujos de sus observaciones a simple vista, poniendo sobre mapas la geografla de Marte. El tema de Lowell era que las llneas estSn definidas de manera tan afilada y forman una ordenacifin tan precisa geom£tricamente como para requerir un origen artificial. Adn no se ha hecho ninguna fotografla satisfactoria de los canales de Marte debido a dificultades de orden t£cnico y que algtin dia serein remediadas. Hasta ahora, el ojo al ocular de un buen telescopio puede descubrir mayor detalle sobre Marte que la fotografla. La luz que proviene de Marte estS la mayor parte situada en la parte roja del espectro ante la cual las placas fotogrSficas no son sensibles. Esto aumenta grandemente el tiempo de exposici 6 n a muchos minutos, para obtener una buena imagen. Al mismo tiempo, varios factores intervienen para producir imSgenes borrosas. El debil resplandor de la atmfisfera terrestre produce variaciones de refraccifin, moviendose la imagen sobre la placa fotogrSfica. Pequenos movimientos de la Tierra, variaciones de maquinaria y la vibracifin del mecanismo de direccifin, asl como otras fuentes de error son aumentados muchas veces por un telesco­ pio de gran aumento. Todos estos factores han impedido una foto­ grafla clara de Marte hasta hoy en dia. Por otra parte, el ojo humano puede recibir una imagen en una d£cima parte de un segundo y transmitirla a la consciencia. Es interesante constatar que la espectrografla y la fotogra­ fla han actuado como extensiones de los sentidos humanos para re­ velar maravillas del universo que, de otro modo, hubieran permanecido desconocidas. No obstante, para la observacifin detallada de Marte, la vista humana en el ocular de un potente telescopio no ha sido superada por artificios mecSnicos o por m£todos fotogrSficos.

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El diametro de Marte ha sido medido como de 4,215 millas. La masa total de Marte es un once por ciento de la de la Tierra. La gravitaci 6 n de superficie es de treinta y ocho por ciento de la de la Tierra. La densidad, o masa por unidad de volumen, es de se­ tenta y dos por ciento de la de la Tierra. Esto quiere decir que un hombre que pudiera levantar 10 0 libras sobre la Tierra, podrla levantar unas 250 libras sobre Marte, con el mismo esfuerzo. Marte tiene atm 6 sfera. Se observan sobre Marte nubes ocasionales que requieren la presencia de la atmosfera para existir. MSs amplia evidencia de la atm 6 sfera se obtiene de las fotograflas tomadas con luz infrarroja y ultraviolets. Las fotograflas infrarrojas muestran solamente la superficie del planeta, pues la radiacifin infrarroja penetra fScilmente la atm 6 sfera marciana. Adem S s , la radiaci 6 n ultravioleta es reflejada desde los estratos superiores de la atm 6 sfera de Marte y las fotograflas ultravioletas muestran pequeno detalle superficial y una imagen ligeramente mSs grande. El anSlisis espectrogr&fico de la luz reflejada de Marte muestra la presencia de oxlgeno, vapor de agua y bioxido carb 6 nico. Las cantidades relativas no estSn bien determinadas. Es cierto que la atm 6 sfera de Marte es mucho mils delgada que la de la Tierra. Debido a una gravitacifin superficial inferior, la densidad atmosfgrica tiene que ser menos de treinta y ocho por ciento y quizas tan baja como el diez por ciento de la de la Tie­ rra. Medidas pirom£tricas muestran que la temperatura puede alcanzar por lo menos cincuenta grados Fahrenheit durante el dla en las regiones ecuatoriales de Marte. Debido a su mayor distancia del Sol, la superficie de Marte recibe luz solar en un promedio por unidad de Urea y unidad de tiempo, de un cuarenta y dos por ciento de la recibida en la Tierra. Marte tiene dos pequeftos satSlites o lunas llamados Phobos y Deimos que fueron descubiertos en 1877 por el astr 6 nomo Asaph Hall. Ambos son muy pequenos y sus tamanos no pueden ser medidos con exactitud. Sus di&metros se estiman entre cinco y treinta y seis millas. Phobos, el satelite interior, gira alrededor de Marte a una distancia media de 5,800 millas, recorriendo su 6 rbita en siete horas y treinta y nueve minutos. La velocidad orbital de Phobos es de unos siete d^cimos de milla por segundo, comparada con una velocidad de escape de tres y un dScimo de milla por segundo, velocidad necesaria para veneer el campo de gravedad del planeta. Exceptuando los sat^lites artificiales que estSn girando alrededor de la Tierra, Phobos

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es el Gnico satSlite conocido que gira alrededor de su planeta mSs rSpido que la rotaci 6 n del planeta alrededor de su eje. Phobos, visto desde M a r t e , debe salir en el oeste y ponerse al oriente, tres veces al dia. Deimos gira alrededor de Marte a una distancia media de 14,600 millas, recorriendo su 6 rbita en treinta horas dieciocho minutos. La velocidad orbital de Deimos es de unas cuatro dScimas partes de milla por segundo, casi la mitad de la de Phobos, y muy por debajo de la velocidad de escape del planeta. En nuestro proximo discurso consideraremos algunos extranos fenSmenos del espacio, como los c om e t a s , meteoros y planetoides. Estos tambien produjeron gran choque emocional en el hombre a traves de los s i g l o s , siempre que tenia conocimiento de ellos por ex­ periencia personal. Hemos de darnos cuenta de que nuestro creciente conocimiento de la astronomia ha desembarazado la mente de muchos falsos conceptos y supersticiones que provocaron p&nico en los siglos pasados. Lo que una vez fue una experiencia llena de terrores para los que eran ignorantes de las leyes del cielo, es hoy dia un conocimiento corriente. Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise perifidicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci 6 n sobre ellos, consulte las p&ginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mas indtil que el que no puede recordarse. La luz que percibimos del planeta Marte es de color rojo-ladrillo y de brillo uniforme, en contraste con el "centelleo", de las estrellas rojas mSs brillantes. El nombre de Marte se deriva de Mayors que era un antiguo dios romano de la agricultura y de la guerra. La Tierra, Mercurio y Marte son los unicos planetas del sis­ tema solar que poseen una atmfisfera lo suficientemente clara y despejada como para permitir la observacifin directa de la superficie sfilida del planeta. Marte tiene estaciones similares a las de la Tierra, moviendose el Sol hacia el Norte en el verano del hemisferio Norte y hacia el Sur en el verano marciano del hemisferio Sur. En su m&ximo acercamiento, Marte se encuentra a 35,000,000 de millas de la Tierra. Cuando el casquete polar de Marte comienza a deshelarse con la llegada de la primavera, las Sreas p&lidas vuelven a verdear de una manera distinta y clara. Una red de finas llneas conecta las Sreas verdes con el cas­ quete polar. El astrfinomo italiano Schiaparelli, dio la denominacifin de canali a estas llneas. El anSlisis espectrogr&fico de la luz reflejada de Marte muestra la presencia de oxlgeno, vapor de agua y bifixido carbfinico.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi 6 n del contenido de este discurso. De la comprensi 6 n viene la sabidurla y 6 sta es la aplicaci 6 n del conocimiento. Si no puede contestar estas preguntas, vuelva a leer el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

dCuSl era el slmbolo romano para representar a Marte? (Vea pSgina 3)

2.


3.

dCuSl es una de las caracterlsticas mSs manifiestas de Marte? (Vea pSgina 5)

4.

Describa la superficie de Marte de acuerdo con los conocimientos actuales. (Vea pSgina 5)

5.


(Vea pagi­

.

cPor qu 6 es Marte tan dificil de fotografiar? na 6 )

(Vea pSgi-

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7.

dPosee Marte atm 6 sfera y nubes?

(Vea pSgina 7)

BIBLIOTECA ROSACRUZ DE INVESTIGACION

Donde las mentes del pasado se reunen con las del presente.

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GUIA ROSACRUZ SERIE SUPLEMENTARIA

2

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La Sabidurfa de los Sabios

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIG U A , M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. FJ contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , iSaludl Los meteoritos son las unicas substancias del espacio exte­ rior que descienden a la Tierra. Es emocionante tocar las subs­ tancias metSlicas, en un museo o planetario, como el Rosacruz, es decir, los meteoritos que se exhiben, y pensar que han sido lanzados a trav£s del espacio desde algCin otro cuerpo celeste, para venir finalmente a reposar sobre la Tierra. Natural m e n t e , como les explicarS mSs extensamente el Maestro de su clase, para que un meteorito alcance la Tierra y sea de un cierto tamafto, tiene que haber sido en el principio un meteoro considerablemente grande. Cuando un meteoro alcanza la atmSsfera terrestre, como se les explicarS. mSs adelante, la fricci 6 n le vuelve incandescente y la ma­ yor parte de su substancia se evapora convertida en gases. En la Edad Media, los meteoros llenaron de terror los corazones de los cristianos ignorantes y supersticiosos de Europa. Una turbonada acompanada de bSlidos o bolas de fuego era considerada como indicaci 6 n del fin del mundo que se aproximaba. Millares de personas se deshicieron de sus posesiones materiales y corrieron a las iglesias y catedrales para hacer penitencia. En aquel perlodo de tiniebla intelectual, estos meteoros fueron considerados como almas que calan. En otras p a l a b r a s , el h om­ bre ortodoxo de Europa, en aquellos tiempos pensaba que los meteo­ ros eran almas que se alejaban y que por alguna raz 6 n hablan caldo de la gracia y estaban descendiendo a los Hades. Tales eran los ejemplos de c6 mo la mente humana busca una explicaci 6 n para todos los fen 6 m e n o s * Este deseo de hallar una solucifin a un misterio es loable, si el hombre estS. dispuesto posteriormente a rechazar su opini 6 n, cuando la experiencia la demuestra como falsa. Hoy dia, hallamos la tendencia de la parte de muchas personas a no abandonar los conceptos tradicionales incluso cuando la observaci 6 n y el anSlisis los demuestren como equivocados. Seguidamente comenzarS el discurso del Maestro de su Clase. Fraternalmente, EL IMPERATOR

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PLANETOIDES Existen multitudes de pequenisimos planetas o asteroides girando alrededor del Sol, encontrSndose la 6 rbita de la mayor parte de ellos entre las 6 rbitas de Marte y de Jupiter. Solamente uno, Vesta, puede ser visto a simple vista, aun cuando muchos de ellos pueden ser observados con un pequeno telescopio, si se sabe a d 6 nde se ha de mirar. Aparecen como puntos de luz no determinados en el mapa celeste y cambiarin de posici 6 n en el cielo en el transcurso de unas pocas h o r a s . No se conoce el origen de los asteroides o planetoides. Pa­ recen ser restos de algtin planeta que haya ocupado antes alguna 6 rbita entre Marte y Jtipiter. La noci 6 n de que existe una 6 rbita vacante se debe a un astr 6 nomo llamado Bode, el cual en 1772 observ 6 una regularidad matemStica en las distancias orbitales de los planetas a partir del Sol. Bode tom 6 la serie de los nfimeros: 0

3

6

12

24

48

96

192

384

y anadi 6 el ntimero cuatro, resultando la serie siguiente: 4

7

10

16

28

52

100

196

388

D e s p u £ s , dividifi por diez, resultando la nueva serie: .4

.7

1

1.6

2.8

5.2

10

19.6

38.8

la cual la compar 6 con las distancias orbitales de los planetas desde el Sol, considerando la distancia de la Tierra al Sol como una unidad astron 6 mica. La serie preconizada y las distancias act u a l e s , dieron la comparaci 6 n siguiente: Serie Actual

Serie Actual

Mercurio .40 .39

Venus .70 .72

Saturno

Urano 19 .60 19.19

10 .2 0

9.54

Tierra 1.0 0 1 .0 0

Neptuno 30.07

Marte 1.60 1.52

Asteroides 2.80 ----

Jupiter 5.20 5.20

Plut 6 n 38. 80 39 .46

A la luz del conocimiento actual, la serie de Bode predijo una 6 rbita entre Marte y JUpiter que corresponde a la zona de as­ teroides ocupada por los planetoides. No predijo la 6 rbita de Neptuno, pero predijo la 6 rbita de los otros planetas conocidos muy bien. El planetoide Ceres fue descubierto el IQ de enero de 1801 por Piazzi y su 6 rbita fue determinada como dos y ocho decimos de unidades astron 6 m i c a s , exactamente de acuerdo con la predicci 6 n de Bode.

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Los planetoides o asteroides son pequenlsimos, teniendo menos de 500 millas de di&metro. En el orden de su descubrimiento, he aqu£ los cuatro p r imeros: Ceres, con un diSmetro aproximado de 4 80 millas; Pallas, con un diSmetro de unas 300 millas; Juno, con un diSmetro de unas 120 millas; y Vesta, el mas brillante, con un dictmetro de unas 240 millas. La mayor parte de los planetoides fueron descubiertos sobre placas fotogr&ficas y en la actualidad mSs de 1,500 han sido nombrados y nume r a d o s . Los astr 6 nomos juzgan que debe haber unos 30,000 planetoides en el sistema solar, de un tamano suficiente como para poder ser vislumbrados. Sus 6 rbitas son b&sicamente e l lpticas, pero los campos de gravedad de JGpiter y de otros planetas producen grandes cambios en sus 6 rbitas de vez en cuando. Un menudo planetoide, Eros, tiene una 6 rbita que lo aproxima a una distancia media de 13,500,000 millas a la Tierra. La observaci 6 n de Eros indica que es un cuerpo de forma irregular de unas veinticinco millas de largo por unas ocho millas de ancho. Parece que se desploma, produciendo una variaci 6 n regular en la cantidad de luz solar reflejada que envla a la Tierra. El periodo de este movimiento de desplome dura unas cinco horas dieciseis m i n u t o s . Apolo se halla a dos millones de millas de la Tierra y fue descubierto en 19 32. Adonis, descubierto en 19 36 se halla a un mill 6 n de millas y Hermes, descubierto en 1937, se halla a 600,000 millas de la Tierra. Aun cuando las 6 rbitas de la mayor parte de los planetoides tienen una distancia media al Sol de dos y ocho d^cimos de unidades astronfimicas y un per£odo de cuatro anos y sesenta y nueve cent^simos, de acuerdo con la predicci 6 n de Bode, sus firbitas son completamente excentricas y tienen una gran inclinacion que oscila alrededor de diez grados con el piano de la ecllptica. Hidalgo tiene una inclinaci 6 n orbital de cuarenta y tres grados y un per£odo de trece afios y trece centesimos. La excentricidad de su 6 rbita le transporta en el espacio cerca del planeta Saturno. Icarius, descubierto en 1949, tiene una distancia media al Sol de 1 . 0 8 unidades astron 6 micas y una excentricidad orbital que lo transporta a diecisiete millones de millas del Sol. Su per£odo es de 409 d£as terrestres. METEOROS Los meteoros son despojos del espacio que chocan con la atm 6 sfera de la Tierra a velocidades alt£simas y que se tornan incandescentes a causa de la friccifin atmosfgrica sobre sus superfi­ cies exteriores. Si el fragmento es pequeno, puede ser completamente destruido en una llamarada de luz que cruza el cielo. Aun cuando se les llama estrellas fugaces, no son estrellas en ninguna acepcifin de la palabra. Son obscuras masas fr£as de roca y metal que han estado viajando

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a traves del espacio durante e o n e s . Si terminan su existencia en una rSfaga de luz en la atmfisfera terrestre, se llaman m eteoros. Si sobreviven al trSnsito atmosfgrico y alcanzan la superficie de la Tierra se llaman meteoritos y muchos de estos ejemplares han sido recogidos y transportados a museos e instituciones cientlficas para su examen analftico. Por lo general, de cinco a diez es el ntimero de meteoros vi­ sibles durante una hora en una obscura noche de cielo despejado, en cualquier parte de la Tierra. Su frecuencia es mayor despues de la medianoche, pues el observador se encuentra entonces en la parte del hemisferio terrestre que se estS moviendo en la misma direccifin que el movimiento de la Tierra a traves del espacio. Consecuentemente, los meteoros pueden ser cazados por la Tierra. Antes de la medianoche, solamente los meteoros que acomenten el movimiento de la Tierra pueden alcanzar la atmfisfera. Se sabe que los meteoros se hacen incandescentes y visibles en la atmfisfera terrestre, a una altura aproximada de setenta m i ­ llas. La mayor parte de ellos se desvanecen a unas cincuenta m i ­ llas despu^s de un vuelo brillante de solamente unas treinta y cinco millas. Se ha determinado que su velocidad dentro de la at­ mfisfera puede variar de diez a cincuenta millas por segundo. Esto significa que la mayor parte de los meteoros se consumen en un tiempo cortisimo. Se cree que la masa total de materia metefirica recogida por toda la Tierra durante un d£a es probablemente menos de una tonelada, lo cual quiere decir que la mayor parte de los meteoros que alcanzan la atmfisfera de la Tierra tienen que ser mlis pequenos que una nuez. Los meteoros parecen ocupar firbitas definidas y muy excSntricas asociadas con el Sol y no parecen originarse en el espacio ex­ terior. Existen Spocas durante el ano en que la Tierra atraviesa regiones de densidad metefirica y entonces es cuando ocurren las lluvias de estrellas. Algunas de estas han sido muy espectacular e s . Las de los anos 1799, 1833 y 1866 aparecieron en algunas localidades indicando una caida media de unos 2 0 0 , 0 0 0 meteoros por hora. Pequefias lluvias de Leonidas (meteoros de la constelacifin Lefin) aun tienen lugar alrededor del 15 de noviembre todos los aftos. En el transcurso del tiempo un cierto ntimero de grandes m e ­ teoros han penetrado en la atmfisfera terrestre, viniendo a reposar sobre la corteza de la Tierra. Los meteoritos que se han recogido van en tamano desde las pequeftas rocas hasta fragmentos macizos pesando muchas toneladas. El Planetario Rosacruz, del Parque Rosacruz, posee dos excelentes ejemplares de meteoritos — uno pesa 150 libras y el otro algo menos. El Planetario Rosacruz po-

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see tambien muchos fragmentos pulidos que revelan su contenido met&lico. El Museo de Historia Natural de la ciudad de Nueva York guarda un meteorito que pesa treinta y seis toneladas, el cual fue traido de Groenlandia por el Almirante Peary. El meteorito se caracteriza por su superficie desigual y muy acristalada adquirida en su viaje atmosferico. Su paso por la atm 6 sfera es muy breve y solamente la superficie es calentada hasta la incandescencia. Las diferencias de temperatura entre la super­ ficie rojo-blanco y el frio interior son a veces suficientes para hacer explotar al meteorito y muchos de sus fragmentos, antes de llegar a la superficie terrestre. Meteoros de movimiento lento y de brillantez inusitada son conocidos con el nombre de bolas de fuego o bfilidos; muchos de estos explotan en lo alto del cielo con reverberaciones sonoras. Los meteoritos contienen unos p o c o s , pero no t o d o s , de los elementos hallados sobre la Tierra. Se clasifican de acuerdo con su composici 6 n. Las tres clases mSs importantes son: los sierit o s , o h i e r r o s ; los aerolitos, o meteoritos de piedra; y los siderolitos, que contienen proporciones variables de metal y piedra. Los meteoritos son los Gnicos representantes materiales del espacio que pueden ser llevados al laboratorio y sujetos a anSlisis. Trabajos r e ci e n t e s , especialmente el llevado a cabo en el Instituto de Tecnologia de California, han proporcionado mucha informaci 6 n valiosa acerca de ellos. Los elementos mSs corrientes hallados en los meteoritos son: hierro, calcio, m a n g a n e s o f magnesio, sodio, silicio, niquel, cromo y aluminio. El hierro, silicio y niquel son los que aparecen en mayor abundancia. Los sideritos de hierro son principalmente hierro con inclusiones metcilicas de niquel. Muestran una estructura caracteristica rara que es revelada por la corrosi 6 n de sus pulidas superfi­ cies. La estructura se caracteriza por cristales muy grandes de materia en cierta condici 6 n que nunca se ha encontrado sobre la Tierra. Tal estructura cristalina podria haber resultado solamen­ te por la solidificaci 6 n de materias fundidas bajo altlsimas pre­ siones durante muy largo tiempo. Esto indicaria que los meteori­ tos pueden ser restos de un planeta desintegrado y que pueden ser miembros de la familia planetoide. Los meteoritos de piedra estSn compuestos de 30 a 55 por ciento de silices, con muy poco o muy pocas inclusiones metcilicas. Algunos de los mSs bellos son las chondritas verdes que contienen escamillas doradas de pirita de hierro. Los siderolitos o hierros pedrosos intermediaries contienen mental y derivados siliceos aproximadamente en proporciones iguales.

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En el libro de Joshua, 10:11, se dice que el Senor arroj 6 grandes piedras desde el cielo, habiendo ocurrido esto alrededor del ano 2,500 A.C. Los antiguos caldeos y egipcios tenlan s£mbolos que hac£an r e f e r e n d a a los meteoros. La piedra sagrada que fue recogida en las llanuras de Arabia y colocada en la Kaaba, en La Meca, por Mahoma, como el Sancta Sanctorum, atestigua el inte­ rns de todas las razas por estos visitantes del espacio. COMETAS Un cometa perfecto consta de una cabellera o cabeza, nGcleo brillante como una estrella encerrado en la cabellera, y de una cola que a veces alcanza muchos millones de millas. Los cometas son muy variables en cuanto a su apariencia. gunos nunca muestran cola y otros nunca revelan su nficleo.

Al­

Los cometas brillan por luz solar reflejada; cuando van alcanzando su punto mSs prfiximo al Sol, comienzan a brillar con luz propia y se hacen luminosos. Si los cometas vienen del espacio exterior, hemos de suponer que sus 6 rbitas sean fuertemente hiperb61icas, saliendo al espacio exterior. Algunos de ellos aparecen solamente una vez, pero m u ­ chos vuelven de nuevo, indicando que sus 6 rbitas son el£pticas con un enlace permanente al sistema solar. Unos 400 cometas fueron conocidos por los antiguos; pero des­ de los tiempos de Galileo se han identificado unos mil cometas n u e v o s . Los cometas llevan el nombre de sus descubridores, excepto el cometa Hailey. Hailey no descubri 6 el cometa que lleva su nombre, sino que predijo su retorno. De 100 cometas estudiados por Russell, 50 tienen periodos de retorno menores de 1 0 0 anos, 2 0 tienen per£odos entre 1 0 0 y 1 , 0 0 0 anos, y 30 tienen per£odos mayores de 1,000 anos. En el afelio los cometas pueden alejarse del Sol a una dis­ tancia mils allci de Plut 6 n, donde son invisibles incluso con los mayores telescopios. SegGn se van acercando al Sol, en su viaje de vuelta, aparecen como una mancha borrosa de luz en el campo del telescopio. Pocas semanas de viaje y la proximidad al Sol pueden producir cambios notables. El ndcleo toma forma y a menudo se extiende en una sucesi 6 n de brillantes bandas que se mueven hacia atr&s y se convierten en parte de su cola. La cola puede extenderse como si fuera repelida por la presi 6 n de la radiaci 6 n solar. La cabeza o coma se expande y brilla. La coma de un cometa brillante puede alcanzar una extensi 6 n entre 30,000 y 150,000 millas de diametro y el

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nticleo puede ser de unas 1,000 millas. La cola puede ser muy corta o extenderse a unos 1 0 0 millones de millas en el espacio. La cola de un cometa siempre es repelida por el Sol, por lo que el cometa se acerca al Sol con la cola tras 61. Segtin se mueve alrededor del Sol en el perihelio, la cola permanece al otro lado del Sol, hasta que el cometa comienza a alejarse, hundi^ndose en el espacio, estando la cola entonces delante del cometa, siem­ pre dirigida al lado contrario del Sol. Los espectros de linea brillante de los cometas que se hacen mSs luminosos cerca del Sol, indican su composicifin como gases volatizados compuestos de carbono, nitr 6 geno, cian 6 geno, "methylidyne", mon 6 xido de carbono, nitr 6 geno hlbrido y el ion hidr 6 xilo. Las colas muestran mon 6 xido de carbono y mol€culas de nitr 6 geno. Nuestro prfiximo viaje espacial nos llevarS al planeta Jupi­ ter. Es el mayor planeta del sistema solar y el segundo mis bri­ llante en el cielo. Es aconsejable obtener un mapa celeste que muestre el lugar de estos cuerpos y las estrellas principales. Esto ayudarS al estudiante a obtener un mayor fruto de estos estudios. TambiSn me permito sugerir la adquisiciCn de un pequeno folleto muy interesante, instructivo y econdmico "Nuestros Vecinos C 6 smicos". Esta publicado por AMORC para el Planetario Rosacruz. Relata los fascinantes mitos antiguos que reflejan los primitivos conceptos del hombre acerca del cielo. Contiene muchas ilustraciones fttiles y es de tamano de bolsillo. Su precio, porte incluido, es de setenta y cinco centavos de d 6 1 a r . Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri 6 dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci 6 n sobre ellos, consulte las pSginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento m&s instil que el que no puede recordarse. La 6 rbita de la mayor parte de los planetoides o asteroides se encuentra entre las Srbitas de Marte y Jtapiter. No se conoce el origen de los planetoides. Parecen ser restos de algun planeta que haya ocupado en otro tiempo alguna 6 rbita entre Marte y Jupiter. Los planetoides son pequenisimos, teniendo menos de 500 m i ­ llas de dicimetro. Los meteoros o despojos del espacio que chocan con la atm 6 sfera de la Tierra a velocidades altisimas, se tornan incandescentes a causa de la fricci 6 n atmosf^rica sobre sus super­ ficies exteriores. Los meteoros se hacen incandescentes y visibles en la atm 6 sfera terrestre a una altura aproximada de setenta millas. Se les llama comGnmente estrellas fugaces. Esto, por supuesto, es err 6 neo, porque no son estrellas. Meteoros de movimiento lento y de brillantez inusitada son conocidos con el nombre de bolas de fuego o b 6 1 i d o s . Muchos de estos explotan en lo alto del cielo con reverberaciones sonoras. Un cometa perfecto consta de una cabellera o cabeza, nucleo brillante como una estrella encerrado en la cabellera, y de una cola que a veces alcanza muchos millones de millas de extensifin.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprension del contenido de este discurso. De la comprensi 6 n viene la sabidurla y esta es la aplicaci 6 n del conocimiento. Si no puede contestar estas preguntas, vuelva a leer el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.


2.

dCuSntos planetoides han sido descubiertos y han recibido nombre? (Vea pSgina 3)

3.

iCucil es la diferencia entre un meteoro y un meteorito? (Vea pSginas 3 y 4)

4.

dCuSndo ocurrieron algunas de las mSs espectaculares llu­ vias de estrellas? (Vea pSgina 4)

5.

Nombre los elementos mSs corrientes que se encuentran en los meteoritos. (Vea pSgina 5)

6

.

(Vea pSgina 2)

cD 6 nde se ha considerado un meteorito como elemento prin­ cipal de un prominente santuario religioso? (Vea pSgina

6) 7.

dCucil es la extensi 6 n aproximada de la cola que corrientemente tiene un cometa? (Vea pSginas 6 y 7)

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Donde las mentes del pasado se reimen con las del presente.

La verdadera sabiduria presume meuos que la locura. El sabio duda muchas veces y cambia sus ideas; el tonto es obstinado y no duda; el conoce todas las cosas menos su propia ignorancia.

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El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIG U A , M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , ISalud! Ahora que se ha aterrizado en la Luna, los hombres estSn pensando m^s all5 del momento presente y de la misma Tierra. De manera especial, olmos hablar de futuros aterrizajes y exploracifin de numerosos planetas de nuestro sistema solar. Es esta una idea fascinante que quizes sea posible sobre uno o mSs de los planetas de nuestro sistema; pero completamente imposible sobre algunos de ellos. A menos que nuestros presentes analisis atmosfericos de los elementos quimicos que componen la atmfisfera y substancia de algunos de estos planetas, sin duda el hombre no llegarS a aterrizar en ellos. El planeta J Q p i t e r , tema de esta disertaci 6 n, es considerado como uno de los menos compatibles con la vida humana. El anlilisis espectrosc 6 pico revela que la atmfisfera cercana a su superficie contiene una enorme cantidad de amoniaco y de gases de metano. Existe la teoria, nacida de los estudios actuales del planeta, que su superficie debe ser una liquefaccifin de metano, amonfaco y otros gases. A los astr 6 nomos modernos les parece dudoso que J u ­ piter tenga en absoluto una superficie de tierra seca. Aun cuando sea posible el aterrizaje sobre un cuerpo celeste con una armadura protectora contra las substancias radioactivas o contra los cambios tfirmicos e x tr e m o s , una superficie de gases licuados presentar£a mayores riesgos y complicaciones. Se discute acerca de los cambios de color de la atmfisfera de JGpiter como resultado de cambios en la composici 6 n quimica. Cam­ bios de color semejantes han sido obtenidos en los laboratorios, eliminando Stomos de ciertos compuestos gaseosos. Segtan se avance en la lectura de los (iltimos hallazgos astronfimicos, presentados aqul por el Maestro de su Clase, se observarS que Jupiter se presenta como el planeta mSs hostil a la vida como nosotros la cono­ cemos . Fraternalmente, IMPERATOR

JQpiter es el mayor planeta del sistema solar. Este gigante es el segundo de mayor brillantez en el cielo. Se le distingue fScilmente a causa de su permanente brillantez de un bianco amarillento. A veces, es lo suficientemente brillante para arrojar una sombra perceptible, si la noche es muy obscura. La masa de JGpiter es 318 veces la de la Tierra. El volumen ocupado por el planeta y su atmfisfera es de unas 1300 veces el de la Tierra. La densidad media de Jfipiter

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es aproximadamente una cuarta parte de la densidad de la Tierra, o una y tres decimas veces la densidad del agua. Esta fuerza de gra­ vedad de Jupiter es tan grande que un hombre pesando 180 libras, pesaria aproximadamente una cuarta parte de una tonelada sobre Jdpiter. Esto quiere decir que el empuje de gravedad de Jupiter en la superficie es de dos y cincuenta y dos cent^cimas veces el de la Tierra. Jupiter emplea once y ochenta y seis cent^simas de anos te­ rrestres para completar una vez su 6 rbita alrededor del Sol. Esto quiere decir que un ano jupiterino equivale, en anos terrestres, a once anos y ochenta y seis cent^cimas. La inclinaci 6 n del ecuador de Jupiter con respecto al piano de su 6 rbita es de unos tres gra­ dos. Esta pequena variaci 6 n, unida a la 6 rbita casi circular, indica que existe una infima variacifin de estaciones sobre el plane­ ta que posee unas condiciones uniformes a traves del ano. Jupiter recibe una cantidad de luz solar, por unidad de Srea, y por unidad de tiempo, igual a 1/27 de la recibida en la Tierra. El clima, aun cuando uniforme durante todo el ano, tiene que ser muy frlo. Las medidas pirom^tricas de la temperatura de los estratos exteriores del planeta indican la temperatura de las regio­ nes visibles entre 135° y 180°C. La superficie de Jupiter nunca es visible desde la Tierra y la composici 6 n quimica de su atm 6 sfera sigue siendo algo misterioso. Evidentemente la atmosfera de Jupiter es de muchos miles de millas de grosor y de muy distinta composici 6 n que la de la Tierra. Jdpiter se halla rodeado de zonas de diferentes colores que se escalonan desde el naranja, marron y amarillo, alternSndose con franjas mas obscuras todas ellas definidamente paralelas al ecua­ dor. Ademas de esto existen cinturones azulados o verde oliva y naturalmente la famosa "Mancha Roja" que en la actualidad estci. mis bien borrosa e indistinta. Las zonas y marcas de Jupiter parecen estar flotando en una atm 6 sfera muy profunda, con la particularidad de que las zonas que giran cerca de los polos del planeta lo hacen en una duracion de tiempo diferente de las que giran alrededor del ecuador. Por medio de la observaci 6 n de una parte distinta en una sencilla zona o mancha en la atmosfera, es posible determinar el tiempo de rotacion. Las regiones ecuatoriales giran en el espacio de nueve h o ­ ras , cincuenta m i n u t o s . Algunas de las marcas semipermanentes a mayores latitudes han sido medidas en lo que a velocidad se refiere y se ha hallado que su tiempo de rotaci 6 n es de nueve horas, cincuenta y seis minutos. Esto quiere decir que las velocidades ecuatoriales de la materia que componen la superficie visible de Jupiter giran alrededor del eje planetario a una velocidad media de 30,000 millas por ho-

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ra. Algunas de las zonas giran alrededor del planeta a una velo­ cidad de unas 2 0 0 millas por hora mas rapidamente que las zonas colindantes. Como quiera que la direcci 6 n de rotaci 6 n del planeta en el espacio es la misma que la de la Tierra, la atm 6 sfera en latitudes superiores tiene que manifestar vientos occidentales prevalencientes en los hemisferios norte y sur. El calentamiento ecuatorial tiene que ser semejante al de la Tierra que engendra el mecanismo de una corriente dirigiendose al polo y otra corriente de retorno. En lugar de la separaci 6 n en celulas de circulaci 6 n cicl 6 nica y anticicl 6 nica como la atmosfera de la Tierra, la atm 6 sfera de J u ­ piter manifiesta bandas de diferente velocidad y sobre todo tipos de circulaci 6 n zonal en sus estratos e x teriores. Los periodos de rotaci 6 n para Jupiter no significan que la superficie del planeta mismo realice su rotaci 6 n en el mismo per£odo de tiempo. No existen metodos de observaci 6 n directa para la determinaci 6 n del tamano, composicifin o temperatura del centro del planeta. Parece ser que no existe un ciclo de coloracifin de la zona ecuatorial durante los once anos y ochenta y seis centecimas que emplea Jupiter en recorrer su 6 rbita alrededor del Sol. La r&pida rotaci 6 n de Jupiter produce un considerable ensanchamiento en el ecuador y un manifiesto achatamiento de los polos. El diSmetro ecuatorial del planeta incluyendo la atmosfera es de unas 87 ,000 millas y el dicimetro polar es de unas 8,000 millas menos. Galileo fue el primero que observ 6 las zonas de Jupiter y cuatro de sus l u n a s , en el ano 1610. En 1664 Robert Hooke describi 6 una marca sobre Jftpiter, que probablemente era la misma Mancha Roja que vemos ahora. La Gran Mancha Roja es oval de forma y se halla situada dentro de la atm 6 sfera, en el hemisferio sur. Es de unas 30,000 millas de longitud por 7,000 millas de anchura. Su periodo de rotaci 6 n es tan irregular que la mancha tiene que estar flotando en el oc£ano atmosferico. La Gran Mancha Roja bri116 sGbitamente en el ano 1878, causando una gran excitaci 6 n entre los astr 6 n o m o s . Desde entonces se ha desvanecido y vuelto a aparecer. Las fotografias en color de Mount Wilson, en 1955-56 mues­ tran claramente la mancha pero mUs bien mortecina. Las lunas de Jupiter arrojan sobre el planeta sus som b r a s , las cuales son manifiestamente visibles con un buen te­ lescopio. Si Jtipiter emitiera su propia luz a traves de una atm 6 sfera brillante, las sombras de sus lunas no serian visibles. Ahora es completamente evidente que Jtlpiter brilla con luz solar reflejada y que las zonas del

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planeta son formaciones caracterlsticas de su atmfisfera. El an&lisis espectrogrtfico de la luz reflejada de Jupiter indica que existen gases de amoniaco y metano en este planeta. Estos espectros de absorcifin en las regiones del rojo y del infrarojo son identicos al espectro de absorcifin que aparece cuando la luz solar atraviesa mezclas de amoniaco y de metano a q u l , en la Tierra. De este modo han sido identificados positivamente estos gases en la atmfisfera de Jupiter. El amoniaco se congela a 108°F y el metano a 300°F. Parece muy posible que las zonas o bandas de Jupiter esten compuestas de cristales o de amoniaco liquido, as! como de derivados de metano. Gases como el vapor de agua, que no pueden existir a temperatura inferior de 40°F, probablemente no existen en sus fases gaseosas o llquidas. Podemos imaginarnos a Jupiter como un nlacleo relativamente pequeno compuesto de metal y de roca metcilica, cubierto con un mar de metano liquido y de otros gases licuados. Finalmente, el planeta esta envuelto de una atmfisfera nubosa de gases mas ligeros tales como el hidrfigeno y el helio con vapores de amoniaco y de metano en sus fases sfilidas, llquidas y gaseosas. La unica cosa positivamente conocida es que el amoniaco y el metano se encuentran en los estratos externos de la atmfisfera del planeta. Debido a la rlpida rotacifin del planeta, un hemisferio se encuentra expuesto al Sol durante cinco horas y seguidamente pasa a la sombra nocturna por un periodo igual de tiempo. A causa de este rapido enfriarse y calentarse, la circulacifin atmosferica proba­ blemente sobrepasa a todo cuanto se pueda imaginar sobre la Tie­ rra. Durante el ciclo de enfriamiento, posiblemente hay lluvias torrenciales de amoniaco y de metano l£quidos o sfilidos. La materia roja que es arrastrada en la parte superior a trav§s de millares de millas de la atmfisfera puede muy bien ser cupreno, uno de los polimeros del acetileno, que se sabe que se for­ ma cuando el metano es iluminado con luz de una longitud de onda muy corta. Cuando el sodio se disuelve en amoniaco liquido es de un azul o gris caracterlstico, segtin la temperatura, y esos colo­ res son los que se observan en J&piter. Existen compuestos qulmicos transitorios que se observan en la Tierra, como productos intermedios de reacciones qulmicas llevadas a cabo en los laboratories, bajo ciertas condiciones. Comenzando con el amoniaco (NH3 ) : si quitamos un citomo de hidrfigeno, obtendremos el amino radical N H 2 . La eliminacifin de otro citomo de hidrfigeno da como resultado el ami­ no radical NH. La eliminacifin del tercer citomo de hidrfi­ geno deja el nitrfigeno monoatfimico.

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De la misma manera, comenzando con el metano (CH4 ) , el metilradical C H 3 se obtiene con la eliminacion de un Stomo de hidrogeno. Si eliminamos otro Stomo de hidr 6 geno, obtendremos CH 2 o metileno. Experiencias de laboratorio han demostrado que los amino radicales NH libres pueden condensarse en un bello s61ido azul; igualmente, cuando se descompone la hidrazina N 2 H 4 , puede conden­ sarse una bella substancia amarilla sobre colectores a baja tempe­ ratura. Los colores azul y amarillo hallados en el laboratorio son semejantes a los colores observados en la atmosfera de Jupiter. Las condiciones de su atm 6 sfera parecen ser favorables para producir los radicales de transicion del metano y del amonlaco en los pianos superiores sujetos a la radiaci 6 n solar de longitud de onda corta. Si tal qulmica existe y el descenso de la circulaci 6 n v er­ tical la preserva en forma estable a bajas temperaturas, esto querrla decir que en la atm 6 sfera de Jupiter puede existir un mecanismo de almacenamiento de luz solar en forma qulmica, anSlogo al almacenamiento de luz solar, bajo la forma de carb 6 n, petr61eo y productos qulmicos hidrocarbonados sobre la Tierra. Esta hip 6 tesis estS pendiente de examen por medio de una evidencia espectrosc6 pica ulterior, que podrla muy bien abrir el camino a las investigaciones de la quimica atmosferica de los grandes planetas. AdemSs de los problemas de fotoslntesis de los derivados qulmicos de gran energla, la atmSsfera de Jupiter presenta ciertos problemas unicos e interesantes en el campo de la flsica atmosf 6 rica. Este planeta es un laboratorio atmosferico de tremenda p ro­ fundidad, de caracterlsticas de elevada rotaci 6 n, asl como de rSpido calentamiento y enfriamiento de los estratos exteriores. Aun cuando la circulaci 6 n primaria parece ser por zonas (paralelas al ecua d o r ) , existe una gran evidencia de una circulaci 6 n limitada por lo menos entre las regiones polares y ecuatoriales (meridionales). Fen 6 menos de cambio de fase ocurren entre los componentes atmosfericos desconocidos de la atm 6 sfera terrestre; y la electrificacion e ionizacifin de la atmSsfera, que acompanan a tales cambios de fase tienen que ser ciertamente magnlficas. El gran empuje de gravedad del planeta y la enorme profundi­ dad de la atm 6 sfera producen sin duda alguna densidades atmosfgricas tremendas en los estratos inferiores. El movimiento vertical en la atm 6 sfera serla indudablemente el resultado del calentamien­ to compresional y del enfriamiento adiab&tico e impene­ trable al calor, totalmente desconocidos en la Tierra. Vientos de enorme velocidad arrastrando con ellos una at­ mosfera de una tremenda densidad, podrlan facilmente producir fuerzas que desgastarlan y suavizarlan toda clase

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de proyecciones de materia sobre la superficie del planeta. Si la superficie del planeta es sfilida, y no existe evidencia de ninguna clase de que lo sea o no, tendria que ser, sin ningfin genero de duda, muy suave. Por otra parte, el calentamiento compresional de la atmosfera, calculado a raz 6 n de 3°F los mil p i g s , podrian producir temperaturas que podrian hacer hervir el agua a una profundidad atmosferica de menos de cincuenta millas. Por es­ ta razfin, se cree que la superficie del planeta es probablemente liquida y es muy posible que no exista una superficie real, pues la densisima atmfisfera puede combinarse con la fase llquida de m a ­ nera gradual. En 1610, Galileo observo cuatro de las doce lunas de Jupiter. Estas estan numeradas I, II, III y IV en el orden de sus distancias del planeta. Han sido llamadas respectivamente I, Europa, Ganimedes y Callisto. Estas lunas son lo suficientemente grandes como para ser observadas con algun detalle por los mayores teles­ copios y mostrar senales muy tenues sobre sus superficies. Io, o I, se encuentra a 261,800 millas de JGpiter y tiene un diametro de 2,300 millas. Europa, o II, se halla a 416,600 millas de Jupiter y tiene un diametro de 2,000 millas. Ganimedes, o III, se halla a 664,200 millas y su di&metro es ligeramente mayor que el planeta Mercurio. Callisto es tambien un poco mayor que Mercu­ rio, hallSndose a una distancia de JGpiter de 1,169,000 millas, siendo su diametro de unas 3,200 millas. La masa de las lunas de Jtipiter fue determinada por su mutua perturbacifin o variacifin de 6 rbita. Ganimedes (III) es la de mayor masa, aproximadamente dos veces la de la Luna. Se hall 6 la densi­ dad de Callisto como de solamente seis decimas de la del agua, sugiriendo su composici 6 n como comparable a la del mismo JGpiter. El tiempo requerido por las cuatro lunas mayores de Jupiter para recorrer sus 6 rbitas alrededor del planeta varia desde un d£a,dieciocho h o r a s , veinte minutos para Io, hasta dieciseis dias, diecis£is horas y treinta y dos minutos para Callisto. Ganimedes emplea siete dias, tres horas y cuarenta y tres minutos, mientras que Europa emplea tres dias, trece horas y catorce minutos. El resto de las lunas de Jupiter no han recibido nombre, pero se las identifica por un numero. El quinto satfilite fue descubierto en 1892 por Barnard. La 6 rbita del V es de 112,600 millas a partir del centro de Jupiter, o bien de 68,000 millas a partir de las capas exteriores de la atmfisfera del planeta. Su diSmetro es solamente de 1 0 0 millas y recorre su firbita en once horas cincuenta y siete minutos. Su velocidad orbi­ tal es de unas diecisiete millas por segundo que es la mayor velocidad conocida de todos los satelites conocidos.

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Los satelites VI, VII y X ocupan 6 rbitas que varian entre 7,114,000 millas y 7,300,000 millas de JQpiter, y los VIII, IX, XI y XII ocupan 6 rbitas entre los 14,000,000 y 14,900,000 millas del planeta. Las sombras de las cuatro lunas mayores pueden ser observadas f&cilmente con un telescopio ordinario cuando la luna pasa entre Jupiter y el Sol. En su consecuencia, las predicciones del trcinsito de la sombra o del fen 6 meno del eclipse fueron comenzadas d es­ pues que Galileo descubri 6 estos cuerpos celestes. En 1675 el astr<5nomo dan£s Roemer descubri 6 que sus predicciones se salian del horario aproximadamente unos cuarenta minutos, cuando Jupiter se hallaba en el punto mas lejano de la Tierra; pero volvla al hora­ rio predicho en el momento que los dos planetas se hallaban en el punto mcis proximo. Supuso de una manera correcta que la diferencia era debida al tiempo que empleaba la luz en recorrer la mayor d is­ tancia. A Roemer se le da credito por haber sido el primero que calcul 6 la velocidad de la luz, aun cuando ahora se sabe que su primer cSlculo era un quince por ciento demasiado lento. ^

| Es el simbolo que se ha dado al planeta Jupiter. Representa 'r un ciguila, "el ave de JGpiter". En la primitiva religi 6 n romana, Jupiter era la divinidad mcis importante y fue originalmente el dios del cielo. Como JGpiter Pluvius era la representaci 6 n del dios de la lluvia. Como Jupiter Tonans representaba el trueno, y como Jfipiter Fulgurator representaba el rayo. Tambien fue el dios de los cielos serenos y entonces se le invocaba como JGpiter Serenator. Entre otros d e b e r e s , Jtapiter era el guardian de la ley, defensor de la verdad y protector de la justicia y de la virtud. Entre sus titulos se hallaban los siguientes: Imperator, I n victus, O p i t u l u s , Praedator, Stator, Triunphator y Victor. Los romanos identificaban a Jupiter con Zeus, la suprema d i ­ vinidad de los g r i e g o s . Aun cuando Zeus no cre 6 ni los hombres ni los d i o s e s , recibia la advocacion de "padre" en el sentido de pro­ tector y rector. Sus atributos eran el ciguila, el rayo, el cetro y la encima. Los Juegos Olimpicos se celebraban en honor de Zeus cada cuatro a n o s . Zeus era el hijo m§s joven de los Titanes, Kronos (Cronus) y Rhea y el hermano de las siguientes divinidades: Poseid 6 n, Hades, Hestia, Demeter y Hera. En una guerra contra su padre y los Tita­ nes, Zeus y los otros dioses vencieron y los Titanes con Kronos fueron condenados al destierro. Desde entonces, Zeus rigi 6 el Cielo y la Tierra. Poseid 6 n fue destinado al reino del mar y H a ­ des al mundo inferior. Zeus se cas 6 con su hermana Hera de la que tuvo los hijos siguientes: Ares (Marte), dios de la guerra; Hebe, diosa de la juventud; Eileithyia, diosa de la fertilidad

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y Hephaistos, dios del fuego. Sus historias de amor con otras diosas y con mujeres mortales son muy numerosas. Entre las divinas consortes se cuenta Metis, o sabidurla, de la que tuvo una hija, A t h e n a s , tambiSn se cuenta Dione, que le dio como hija a Afrodita, diosa del amor. Entre las mujeres mortales amadas por Zeus se encuentran Callisto, Europa e lo. Los asuntos amorosos de Zeos le eran ocultados frecuentemente a Hera, la cual, siendo una esposa celosa, buscaba la manera de vengarse sobre los amores de el y sobre sus hijos . El dla conocido como Thursday, Thorsday o Jueves estaba dedicado a Jtipiter o Jove. En nuestro proximo discurso, nos acercaremos a traves del es­ pacio, al Planeta Saturno, que es el segundo en cuanto a magnitud de los planetas. Saturno es un bello cuerpo celeste, a causa de su caracteristica distintiva que consiste en un sistema de anillos que le rodean sin tocarle. De que estan compuestos estos anillos y de que manera se hallan delicadamente equilibrados en el espacio es uno de los temas mas interesantes que nuestro pr 6 ximo discurso consid e r a r a . Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise perifidicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboracifin sobre ellos, consulte las p&ginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mSs inutil que el que no puede recordarse. Jtipiter es el segundo planeta de mayor brillantez en el cie­ lo . Un hombre que pese en la tierra 180 libras, pesarla aproxima­ damente un cuarto de tonelada sobre Jupiter. Un ano en Jupiter es igual a 11.86 veces un ano terrestre. La superficie de Jtipiter nunca es visible desde la Tierra y la composicifin quimica de su atmfisfera sigue siendo algo misteriosa. El dicimetro ecuatorial del planeta Jupiter, incluyendo la atmfisfera, es de unas 87,000 millas y el diSmetro polar es de unas 8 , 0 0 0 millas menos. Galileo fue el primero en observar las zonas de Jupiter y cuatro de sus lunas, en el ano 1610.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi 6 n del contenido de este discurso. De la comprensifin viene la sabiduria y esta es la aplicaci 6 n del conocimiento. Si no puede contestar a las preguntas, relea el discurso. NO ENVIE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

dQue d£a de la semana se ha dedicado a Jupiter? pSgina 8 )

2.

cQue simbolo fue dado al planeta Jupiter por los Antiguos y q u 6 representaba? (Vea la pSgina 7)

3.

cCuSntas lunas tiene JQpiter?

4.

cCuliles son los colores principales de la atm 6 sfera de jQpiter? cQu 6 compuestos qu£micos pueden producir estos colores? (Vea p&gina 5)

(Vea pSgina

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El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales Uadicionales de la AN TIG U A , M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estin protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , iSalud! A medida que leemos acerca de los planetas y nos maravillamos ante estos majestuosos fen<5menos de la naturaleza, no nos es dificil comprender la razfin por la cual los antiguos llegaron a glorificarlos, es decir, a considerarlos como d i o s e s . Los babilonios creian que existia una relacifin entre los planetas — los que ellos podian observar— y la Tierra. Desde el momento que los hombres habitaban la Tierra, pensaron que debian estar influenciados por los pla n e t a s . Los planetas fueron personificados por los babilonios. Se les creia entidades inteligentes de naturaleza divina. A cada planeta se le atribuia una caracteristica especial, o cualidades de caract e r , semejantes a las de los mortales. Siendo dominantes los p la­ netas, se pensfi mSs tarde que a veces podrian ejercer la influencia de sus caracteristicas sobre los seres h u m a n o s . Estas ideas constituyeron el comienzo de la astrologia. En esta epoca temprana, la astrologia y la astronomia se hallaban intimamente hermanad a s . N a t u r a l m e n t e, la astronomia en la antiguedad era muy rudimentaria. Todas las observaciones se hacian a simple vista. B & sicamente, la astrologia posee una premisa fundamental que se estH viendo confirmada gradualmente por la ciencia moderna, sin ninguna clase de reconocimiento de este tema por parte de la cien­ cia naturalmente. Nosotros conocemos ahora que los planetas tienen una cierta relacifin fisica con la Tierra, en su comun dependencia dentro del sistema solar. Sabemos que los planetas contienen muchos elementos semejantes a los nuestros. Por lo menos, sus atmfisferas revelan estos elementos, cuando se las analiza con instrumentos como el espectroscopio. Los planetas son quizes recipientes de todas las radiaciones solares a las cuales se halla igualmente expuesta nuestra Tierra. Si algun cambio radical en la posicifin de los planetas puede afectar actualmente a las fuerzas terrestres influyendo por esta razfin de alguna manera en los organismos te­ rrestres y al hombre mismo, ni ha sido demostrado como cosa cier­ ta, ni como cosa falsa. Por otra parte, si los planetas se encuentran sujetos en sus firbitas fijas relativas por medio de la atrac­ cifin del Sol, entonces quizes la alteracifin de sus posiciones no produciria alteracifin actual a la Tierra. La fascinacifin ejercida por estos cuerpos celestes, hizo que los hombres sintieran un parentezco con ellos, que creyeran que, de una manera misteriosa, sus vidas se hallaban profundamente ligadas a ellos. Hoy, en el reino de la ciencia, ante la posibilidad del viaje espacial a estos mundos cfismicos, el hombre ha despertado un nuevo sentimiento de afinidad hacia los planetas. Ahora, el Maestro de su Clase disertarS acerca del planeta Saturno. Fraternalmente,

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El planeta Saturno era bien conocido de los antiguos. A causa de su lento movimiento a trav£s de los cielos, recibifi el nombre del dios del tiempo y tenia como slmbolo el simbolo dibujado a la izquierda y representaba una antigua guadana. Saturno es fScilmente visible a simple vista y brilla con un color amarillo caracteristico como de oro batido finamente. Visto a traves de un telescopio, es con mucho el objeto mSs bello dentro del sistema solar. El planeta mismo es un esferoide achatado de color dorado, rodeado de un sistema de finos anillos horizontales, lo cual fue observado por Galileo en el ano 1610. El planeta tiene un di&metro ecuatorial de 75,100 millas, el cual es aproximadamente 8 , 0 0 0 millas mas grande que el dicimetro polar de 67 ,250 millas. El dicimetro medio del planeta es de 7 2,500 millas que es ligeramente superior a nueve diSmetros terrestres. El volumen ocupado por Saturno es aproximadamente 760 veces el volumen ocupado por la Tierra, y su masa es aproximadamente noventa y cinco veces la de la Tierra. La densidad media de Saturno es de siete decimas partes, lo cual significa que el planeta flotaria en el agua. El empuje de gravedad de Saturno es casi igual al de la Tierra. Debido a la rSpida rotacifin y a la fuerza centrlfuga, el empuje de gravedad es un treinta por ciento menor en el ecuador que en los polos. Saturno es el sexto planeta mayor con respecto a su distancia del Sol y el segundo en cuanto a volumen. Se encuentra aproximada­ mente a una distancia de 885.9 millones de millas del Sol y reco­ rre su 6 rbita en 29.458 anos terrestres. El planeta gira alrededor de su eje en diez horas y catorce minutos en el ecuador. El periodo de rotacifin aumenta con la latitud y ha sido medido, resul­ tando de diez horas treinta y ocho minutos cerca de los polos. La forma achatada del planeta, su variaci 6 n de velocidad de rotaci 6 n en diferentes latitudes, y la baja densidad indican que la parte central del planeta es pequena y se encuentra rodeada de una atmfisfera muy profunda y gruesa. Lo que vemos de Saturno, naturalmente, es la capa superior de su atmfisfera. Aparece en franjas y zonas como JCipiter, pero no tan visiblemente variado de color. Sus zonas son de matiz mSs obscuro, castano u oro y son mSs uniformes. Se cree que las zonas resultan de corrientes atmosfericas que recorren el globo. Se cree tambifin que su atmfisfera ha de tener una profundidad de 15,000 millas por lo menos. El amoniaco y el metano han sido identificados en la atmfisfe­ ra de Saturno y las medidas piromfitricas indican tempera­ turas atmosfericas entre 243°F y 238°F. Parece ser que hay mSs metano que amoniaco, lo cual puede significar que mils amoniaco se ha ale j ado de la atmfisfera. El planeta recibe un noventavo por unidad de Srea, de la luz solar

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que recibe de la Tierra, y al igual que la Tierra, Saturno tiene estaciones m a r c a das, pues su ecuador se halla inclinado veintiseis gra d o s , cuarenta y cinco minutos con respecto al piano de su 6 rbita. Las estaciones de la Tierra tienen una duracifin aproximada de noventa y un d £ a s , mientras que las de Saturno tienen una duraci 6 n de unos siete anos y medio terrestres. La caracterlstica notablemente bella y distintiva de Saturno es el sistema de anillos que rodea al planeta, flotando libremente en el espacio, delicadamente equilibrado entre las fuerzas centrifugas hacia el exterior y las fuerzas de gravedad del planeta. El borde interior del Anillo Obscuro comienza a una distancia entre 6,000 6 7,000 millas de la superficie del planeta y tiene una anchura de unas 11,000 millas. El proximo, llamado el Anillo Inte­ rior, tiene un di&metro de 146,700 millas y una anchura aproximada de 17,900 millas. Los anillos exterior e interior estSn separados por una distancia de 2,300 millas conocida con el nombre de Divisi 6 n Cassini. El anillo exterior tiene un diSmetro de unas 172,000 millas y una anchura aproximada de 11,000 millas. El Anillo Obscu­ ro es visible tinicamente con los mayores telescopios; sin embargo, el Anillo Interior, el Exterior y la Divisi 6 n Cassini pueden observarse con telescopios de poder treinta. El grosor del sistema anular es demasiado pequeno para ser medido, pero se calcula ser de unas 20 millas o m e n o s . Los ani­ llos se hallan exactamente en el piano del ecuador planetario y son la formaci<5n natural m£s liana y fina conocida en el Uni verso. Los anillos tienen una inclinaci 6 n de veintiseis grados, veinticinco minutos con respecto al piano de la 6 rbita planetaria. Desde la Tierra vemos un hemisferio del planeta, as£ como un lado de los anillos y despues el otro, a medida que Saturno se desplaza de un extremo a otro de su orbita. Los anillos parecer&n abrir y cerrar cada catorce aRos y medio, cuando se le observa desde la Tierra. Los anillos aparecen de canto dos veces cada veintinueve anos y medio y durante un breve lapso de tiempo aparecen como agujas iluminadas clavadas a ambos lados del planeta. Cuando se hallan de canto con relaci 6 n a la Tierra, no pueden verse los anillos en absoluto durante unos cuantos d £ a s , incluso empleando los telesco­ pios mas potentes. Como quiera que el piano de los anillos emplea casi un ano para cruzar el piano de la 6 rbita terrestre, puede ocurrir que los anillos no sean visibles en absoluto de una a tres veces durante ese periodo de tiempo. Cuando £stos se encuentran en su maxima amplitud, aproximadamente veintiocho grados de inclinaci 6 n, los anillos reflejan una cantidad de luz que corresponde a una y siete decimas veces la luz del planeta. La composici 6 n de los anillos de Saturno ha sido un tema de interes para los astr 6 nomos, incluso desde el

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tiempo de Galileo* que los consider 6 como una ilusi 6 n. El cientlfico holand£s Christian Huygens, en 1655, los describi 6 en un criptograma latino que dice: "EstS cenido por un delgado anillo piano no toc&ndole en ninguna parte, inclinado a la ecliptica". En 1675 el astr 6 nomo frances Jean Cassini observ 6 que los anillos se separaban en dos porciones concgntricas, y a mediados del Siglo XIX el astr 6 nomo George Bond dividi 6 el anillo interior en dos partes d i s t i n t a s , una de las cuales se conoce como el Anillo Obscuro. James Clerk Maxell, famoso por la teoria electromagn£tica de la l u z , propuso la idea que fue mas tarde confirmada por la observaci 6 n espectrogrSfica que los anillos estcin formados por millones de pequenas partlculas o menudos sat£l i t e s , moviSndose en sus 6 rbitas individuales o separadas, alrededor del planeta. Debido a sus pequenas masas, las atracciones mutuas son insignificantes y sus firbitas son en realidad independientes. Si ocurren colisiones ocasionales, esto tendra como consecuencia la disminuci 6 n de tamano de la 6 rbita de uno o de ambas. Se ha sugerido que el Anillo Obscuro estS compuesto de partlculas que han sufrido colisiones y un decrecimiento de la velocidad orbital. El espectr 6 grafo muestra que los periodos de revoluci 6 n de las partes interiores del anillo tienen un ciclo de unas cinco hor a s , mientras que el anillo mSs exterior gira alrededor del plane­ ta en catorce horas, veintisiete m i n u t o s , exactamente de acuerdo con las leyes de movimiento de Newton. Vistos desde Saturno, que gira alrededor de su eje en diez horas y treinta y ocho minutos, las partes interiores del anillo saldrian por el oeste y se pondrian por el este, mientras que las partes exteriores del anillo saldrian lentamente por el este y se pondrian por el oeste. Una parte de los anillos parece estar sin movimiento, puesto que se mueve en el espacio a la misma velocidad que la rotaci 6 n del pla­ neta. El tamano de las particulas que componen el anillo ha sido considerado, como cosa probable, el del polvo, el de la arena o el de la grava, y la semitransparencia del sistema anular ha sido observada muchas veces en el momento en que los anillos han pasado frente las estrellas, obscureci^ndolas, mas no extinguiendolas, incluso en las porciones mas brillantes de los anillos. La luz pasando a trav£s de la vision Cassini, no disminuye su brillantez, indicando con ello que esta regi 6 n se encuentra relativamente libre de partlculas. AdemSs de las innumeras particulas que componen el sistema anular, Saturno tiene nueve satelites o l u n a s . Comenzando por la mSs cercana al planeta, sus nombres son: Mimas, E n e l a d u s , T e t h y s , Dione, Rhea, TitSn, Hyperi 6 n, Iapetus o Japetus y Phoebe. Mimas, el satelite mSs cercano, gira en una 6 rbita alrededor del planeta, a unas 117,000 millas del centro y a unas 30 ,000 millas m^s allci del anillo exterior. Mimas emplea veintid 6 s horas y media en recorrer su orbita. Es

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interesante observar que el tiempo orbital calculado en la Divisi 6 n Cassini en el sistema anular es exactamente la mitad del tiempo orbital de M i m a s . Se supone que ciertas perturbaciones gravitacionales cumulativas entre Mimas y las particulas de la Divisi 6 n Cassini hicieron que las particulas aumentaran o disminuyeran su velocidad, resultando como consecuencia, que se transportaran al sistema del anillo exterior o al del interior. Este efecto no ­ table puede deducirse del hecho que la Divisi 6 n Cassini estS absolutamente libre de particulas. Las cinco lunas mayores — Titan, Japetus, Rhea, Dione y Tethys— pueden ser observadas con un telescopio ordinario. Las otras cuatro, Mimas, E n c e l a d u s , Hyperion y Phoebe son demasiado pequenas y sombrias para ser vistas, a no ser que se empleen los mejores instrumentos. TitSn, cuyo diSmetro es de 3,000 millas, es mayor que la Luna terrestre. Se sabe de manera cierta que Titcin tiene una atm 6 sfera que contiene metano. Los sat^lites de Saturno varian de brillo conforme van desplazSndose en sus orbitas alrededor del planeta. Japetus es verdaderamente notable sobre este particular, pues llega a hacerse cinco veces m^s brillante. El satelite Phoebe es el mSs alejado de Saturno, hallSndose a una distancia aproximada de 8,000,000 de millas. Phoebe emplea 546 dias para recorrer su <5rbita, que es retr 6 grada u opuesta en direcci 6 n de los otros ocho satelites y del sistema anular. El diametro de Phoebe es menor de 200 millas. Japetus, el octavo satelite, con un diSmetro de 1,000 millas, gira alrededor de Saturno a una distancia de 2,210,000 millas, empleando setenta y nueve dias, siete horas y cincuenta y seis minutos para recorrer su orbita. HyperiSn, el septimo satelite, (diclmetro menor de 300 millas), tiene una 6 rbita de 920,000 millas de distancia a Saturno y precisa veintifin dias, seis horas y treinta y ocho minutos para completar su 6 rbita. El sexto satelite, TitSn, recorre su 6 rbita a una distancia de 759,000 millas de Saturno y recorre su <5rbita en quince dias, veintid 6 s horas y cuarenta y un minutos. Su diametro es de 3,000 millas. El quinto satelite, Rhea, recorre su 6 rbita alrededor de Sa­ turno a una distancia de 327,000 millas en cuatro dias, doce horas y veinticinco minutos. Su di&metro es de 1,100 millas. El cuarto satelite, Dione (diametro 700 millas), r e ­ corre su 6 rbita alrededor de Saturno a una distancia de 234,000 millas en dos dias, diecisiete horas y cuarenta y un m i n u t o s .

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El tercer satelite, T e t h y s , (diSmetro 800 millas) recorre su rbita a 183,000 millas del planeta y la recorre en un dia, veintiuna horas y dieciocho minutos.

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La segunda luna, Enceladus, (dicimetro 500 millas mils o menos) gira alrededor de Saturno a una distancia de 148,000 millas, empleando un dla, ocho horas y cincuenta y tres minutos. El satelite m&s cercano, Mimas, gira alrededor de Saturno a una distancia de 115,000 millas en veintidSs horas y treinta y siete minutos. El diametro de Mimas es menor de 400 millas. El nombre Saturno se deriva de S a t u r n u s , antigua divinidad romana que fue adorada como dios de la fertilidad y de la agricultura. Su festividad, la Saturnalia, se celebraba en diciembre. En los tiempos antiguos, Italia era conocida bajo el nombre de Saturnia y goz 6 una Edad de Oro bajo Saturno, rey mlstico que aport<5 la moralidad y la civilizaci 6 n a aquel pais. Saturno era identificado con el TitSn griego K r o n o s , o Cronus, durante cuyo reinado las gentes vivian en la inocencia libres del crimen, de la guerra y de la necesidad, en una verdadera Edad de Oro. En la guerra entre los Titanes y los dioses, Kronos fue depuesto por Zeus. Huyo a Italia con su esposa Rhea, diosa de la abundancia. Un dia de la semana fue denominado Saturday, S&bado, de acuerdo con el antiguo dios Saturno y el planeta Saturno. En nuestro proximo discurso, consideraremos los plan e t a s : Urano, Neptuno y Plut 6 n. El planeta Plut 6 n es un descubrimiento reciente. Fue la culminaci 6 n de la busqueda en 19 30 de la existencia de un planeta desconocido que habia sido sugerido por ciertos fenfimenos observados. Nos permitimos sugerirle que obtenga un mapa celeste del hemisferio en que usted habita, es decir, un mapa del cielo, tal como se ve desde la parte del mundo en que usted habita. Este mapa le mostrara d 6 nde se pueden localizar en el cielo nocturno estos cuerpos celestes. Los principales astros pueden verse incluso sin telescopio. Esta pr&ctica de referirse a un mapa celeste harS el estudio de estos discursos y el tema de la astronomia mlis reales. Cuando ustedes contemplen la obscura b 6 veda del cielo, tachonada por esos rutilantes destellos de l u z , les parecera que reconocen viejos amigos. A medida que situen e identifiquen los planetas, lo que han leldo acerca de su composici 6 n, orbita, masa y todas sus caracterlsticas, todo ello constituirS una especie de historia de familia, una intimidad personal. Esto mismo acercara a esos cuer­ pos mis a ustedes sobre el terreno de la comprensi 6 n. F raternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri 6 dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci 6 n sobre ellos, refi£rase a las pSginas que mas adelante se in­ dican. Recuerde, no hay conocimiento mSs infttil que el que no puede recordarse. Saturno, a causa de su lento movimiento a traves del cielo, recibifi el nombre y simbolo del dios del tiempo. Saturno es el sexto planeta mayor con respecto a su distancia del Sol y el segundo en cuanto a volumen. Lo que vemos de Saturno, naturalmente, es s61o la capa supe­ rior de su atm 6 sfera. El planeta recibe solamente un noventavo, por unidad aerea, de la luz solar que recibe la Tierra. La caracterlstica notablemente bella y distintiva de Saturno es el sistema de anillos que rodea al planeta, flotando libremente en el espacio. Saturno tiene tambien nueve satelites o l unas. El nombre Saturno se deriva de Saturnus, antigua divinidad romana que fue adorada como dios de la fertilidad y de la agricultura.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi 6 n del contenido de este discurso. De la comprensi 6 n viene la sabidurla y gsta es la aplicaci 6 n del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, relea el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

cCucil es el di&metro ecuatorial de Saturno?

(Vea pSgina

2) 2.

dCuSl es la profundidad probable de la atm 6 sfera que rodea a Saturno? (Vea pagina 3)

3.

lCu.B.1 es la temperatura aproximada de Saturno? gina 3)

4.

dCuSl es la teorla referente a la composici 6 n de los ani­ llos que circundan a Saturno? (Vea pctgina 4)

5.


(Vea pS-

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El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIG UA , M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretacion Rosacruz. Estos discursos son oficialxnente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibc para su propia y exclusiva informacion como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , iSalud! Cuanto mSs se extiende nuestro conocimiento acerca del sistema solar y del Universo Mayor o Cosmos, mSs nos damos cuenta de cuan errados eran los conceptos teol 6 gicos m e dioevales. La importancia dada a la Tierra por los te61ogos porque es la morada del hombre reflejaban dos puntos importantes: (A)

La ignorancia del hombre acerca del sistema solar y otros cuerpos celestes que empequefiecen la Tierra, al compararlos con ella, y

(B)

El exagerado egoismo del hombre, que concibi6 el total esquema c6smico como exclusivamente destinado para ayudarle.

Existen innumerables galaxias — universos islas como nuestro sistema solar y la galaxia de la que es una parte. En realidad, la V£a Lcictea estci formada de incontables cuerpos celestes, muchos de ellos, quizes, de proporciones tremendas. Millones y millones de anos de luz alejados en los llmites del espacio interestelar, mucho mSs allci de la Via Lcictea, se encuentran atin otros universos islas — tenues manchas de luz, incluso vistos a trav£s de los mlis potentes telescopios. Encierran dentro de ellos miriadas de mund o s , muchos de ellos con toda seguridad excediendo en mucho al nuestro, en cuanto a tamano, y sin duda de ninguna clase, en esos universos tambiSn existirSn sistemas solares; es decir, estos sistemas han de tener sus soles con sus sat^lites o planetas. El fen 6 meno de la vida no es un capricho de la naturaleza. No es un accidente, ni tampoco es un privilegio especialmente acordado a la Tierra, como los tefilogos del pasado querlan que nosotros creyeram o s . Doquiera que las fuerzas c 6 smicas, el impulso vital positivo y la consciencia de que la fuerza vital estS compuesta, pueden manifestarse, habrS organismos vivientes. A tltulo de analogia, examinemos este asunto de una manera un tanto diferente. La vegetaci 6 n tropical no fue planeada para los tr 6 picos. No fue designio o concepci 6 n que las palmeras o palmas habrlan de crecer en Florida, en el Caribe, el Paclfico Sur o en las tierras bajas ecuatoriales. La vegetaci 6 n tropical es la consecuencia natural de las condiciones que prevalecen en los tr 6 pic o s . En otras palabras, doquiera que condiciones similares de temperatura y humedad existan, la vegetacifin tropical florecerS tambi^n alii. De la misma manera p u e s , doquiera que, en el vasto Cosmos, ciertas condiciones sean propicias para la vida, Ssta vendrS a la existencia. A&n m S s , en un tiempo dado, los organismos vivientes evolucionarSn indudablemente, convirti£ndose en seres de inteligencia igual al hombre. El que tales organismos sean de la misma forma o apariencia flsica del hombre, dependerS totalmente de su morada particular y del medio ambiente en que evoluciona-

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ran. Ciertamente, podrSn existir seres inteligentes doquiera que las condiciones permitan el desarrollo de la vida hasta ese punto; pero los 6 rganos de los sent i d o s , la anatomla y la apariencia pue­ den diferir grandemente de los seres h u m a n o s . Por lo m e n o s , tenemos cada vez mlis certeza con el progreso del conocimiento de nuestro universo de que la Tierra no fue exclusivamente escogida para ser el teatro de la actividad humana. Fue una combinaci 6 n de circunstancias que trajo al hombre a la existencia a q u i . Un fen 6 meno algo diferente podria manifestarse en cualquier otro punto y esa existencia estarla regida por la ley divina y c 6 smica allS, exactamente como sobre la Tierra. Comenzaremos ahora con el discurso del Maestro de Clase, acerca de los p l a n e t a s , Urano, Neptuno y Plut 6 n. Fraternalmente, EL IMPERATOR Urano es el cuarto entre los planetas mayores del sistema so­ lar. Su di&metro es aproximadamente de unas 31,000 millas y su masa la de unas quince veces la de la Tierra. La densidad del planeta es de 1.27 un poco mSs pesada que la del agua. La gravedad es 0.92 la de la Tierra. Urano es el septimo planeta a partir del Sol y gira en una rbita de cerca de 1,782,000,000 de millas, aproximadamente unas diecinueve veces la 6 rbita de la Tierra. Urano tarda ochenta y cuatro afios terrestres para recorrer su 6 rbita. A esta enorme distancia, Urano recibe solamente 1/368 de luz solar de la que la Tierra recibe. El Sol aparece como un punto deslumbrante de luz mSs brillante que 3,000 lunas llenas terrestres. 6

Con un pequeno telescopio, puede distinguirse Urano de las estrellas por su disco pSlido y borroso. Las estrellas aparecen destacadas y brillantes. El color del planeta es verdoso, y con telescopios mayores se han observado tenues m a r c a s . Estas marcas estcin tan indiferenciadas que la observaci 6 n directa de la rotaci 6 n del planeta es muy dificil. No obstante, el espectrografo ha senalado el perlodo de rotaci 6 n como de unas diez horas cuarenta y cinco minutos. AdemSs de esto, el planeta muestra pequenas variaciones perifidicas de brillantez que tienen un periodo de diez ho ­ ras cuarenta y nueve m i n u t o s . El espectrdgrafo muestra gas metano presente en la atm 6 sfera de Urano, lo cual pudiera ser la causa de su color verdoso. El metano absorbe la luz en las regiones roja y amarilla del espectro y refleja la verde. El planeta gira de este a oeste, lo cual es verdaderamente notable, toda vez que la direcci«5n usual de los planetas en el sistema solar es de oeste a este. A d e m S s , el eje polar esta inclinado 8 ° con respecto al piano de la 6 rbita alrededor del Sol. Como quiera que el eje polar permanece apuntando en la misma direcci<5n en el

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espacio, esto quiere decir que cuando el planeta gira alrededor del Sol, el hemisferio norte se halla grandemente iluminado duran­ te la estaci 6 n estival. A1 mismo tiempo, el hemisferio sur se encuentra en la obscuridad mSs allS de 8 ° de la latitud sur. Du­ rante el verano del hemisferio austral, el Sol alcanza un punto en el cielo a 8 ° del polo, dejando el hemisferio norte en obscuridad. Durante la primavera y el otono ambos hemisferios se hallan iluminados por igual, al equinoccio. En su mSximo acercamiento a la Tierra, Urano es claramente visible a simple vista. Se muestra brillante como una estrella de sexta magnitud y hay por lo menos 5,000 estrellas en el cielo que son tan o mcts brillantes que Urano. En 1781, Sir William Herschel estaba "barriendo" los cielos con un telescopio de su fabricaci 6 n. Tan pronto como Urano entr 6 en el campo de visi 6 n, vio inmediatamente que no era una estrella. Durante algtin tiempo, pens 6 que era un cometa y no fue sino un afio mSs tarde que su 6 rbita fue calculada y fue reconocido como planeta. Urano tiene cinco lunas o satelites, caracterizadas por la gran inclinaci 6 n de los pianos de sus 6 rbitas. Se mueven todas en un piano casi perpendicular con el piano de la ecllptica. Su m o ­ vimiento es retrfigrado alrededor del planeta, lo cual quiere decir que giran de este a oeste, en el piano ecuatorial del planeta. Miranda, su luna mSs pr 6 xima, fue descubierta en 194 8 por Kuiper. Miranda se halla a unas 81,000 millas del planeta y recorre su 6 rbita en un d£a, nueve horas y cincuenta y seis minutos. Su diametro es demasiado pequeno para ser medido correctamente. Ariel, su segunda luna, fue descubierta por Lassell en 1851. Ariel se encuentra a unas 119,000 millas de distancia de Urano y gira alrededor del planeta en dos d £ a s , doce horas, cincuenta y nueve minutos. Ariel tiene un diametro aproximadamente de unas 600 millas. Umbriel, su tercera luna, se halla a una distancia aproximada de 166,000 millas del planeta y fue tambien descubierta por L a ­ ssell en 1851. Umbriel recorre su 6 rbita alrededor de Urano en cuatro dias, tres horas y veintiocho minutos. Tiene un di&metro de unas 400 millas. La cuarta luna, Titania, fue descubierta por William Herschel en 17 87. Titania gira alrededor de Urano a una distancia media de 272.000 millas, recorriendo su orbita en ocho d £ a s , dieciseis h o ­ ras, cincuenta y seis minutos. El diSmetro de Titania es de unas 1 . 0 0 0 millas. 0ber6n, quinta luna, fue descubierta por Herschel en 1787. Se halla a 364,000 millas de Urano y recorre su 6 rbita alrededor del planeta en trece dias, once horas, siete minutos. El di&metro de 0ber6n es de unas 900 m i ­ llas .

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En la mitologla griega, Urano era el esposo de Gea, la Tie­ rra. Era el padre de los Titanes, los Clclopes y de los Hecatonq u e i r o s „ Los T i t a n e s , conducidos por Cronus, su hijo, destronaron y mutilaron a su padre. Los Gigantes brotaron de su sangre que cay 6 sobre la Tierra. Un miembro de Urano, que cay 6 en el mar se convirtifi en espuma, hasta que form 6 a Afrodita o Venus, la diosa del amor. El slmbolo de Urano es cielo).

(una flecha que va de la Tierra al

NEPTUNO Neptuno es el tercero de los planetas mayores del sistema so­ lar, siendo su diSmetro de 33,000 millas. Es el octavo de los pla­ netas en cuanto a su orden a partir del Sol y gira en una 6 rbita de 2,790,000,000 de millas aproximadamente. Se halla a treinta veces la distancia de la Tierra al Sol, y la luz de este emplea cua­ tro horas para alcanzar a Neptuno. Desde Neptuno, el Sol aparece como un brillante punto de luz, con un brillo 520 veces mayor que el de la luna llena percibida desde la Tierra. El brillo del Sol es solamente de 1/900 de ,su brillo tal como se percibe sobre la Tierra, como consecuencia de esto, la temperatura de la atm 6 sfera exterior de Neptuno es aproximadamente de 3 30°F. El examen espectroscopico de la luz reflejada de Neptuno muestra una gran abundancia de gas metano, siendo el color del planeta verde p&lido, color caracterlstico del metano. El mismo examen espectrosc 6 pico ha determinado tambien el tiempo que emplea Neptuno en girar alrededor de su eje, siendo es­ te de unas quince h o r a s , cuarenta y ocho m i n u t o s ; lo cual queda confirmado por las fluctuaciones peri 6 dicas de brillantez. El dicimetro de Neptuno es ligeramente superior al de cuatro dicimetros terrestres y ocupa un volumen de setenta y dos veces el volumen de la Tierra. Su masa es diecisiete veces la de la Tie­ rra, lo cual determina su densidad como de 2.20. Un setenta y tres por ciento aproximadamente de la luz recibida por Neptuno es reflejada de nuevo al espacio. La magnitud estelar media del planeta es ocho, y nunca es vi­ sible a simple vista. Si fuera cinco veces mSs brillante de lo que en realidad e s , podrla ser visto a p e n a s , bajo buenas condicio­ nes de observaci 6 n. A trav^s del telescopio, Neptuno aparece como un pequeno disco redondo, verdoso sin senales definidas sobre su s uperficie. Neptuno emplea 164.79 anos terrestres para recorrer su 6 rbita alrededor del Sol. Durante este tiempo atraviesa el espacio con una velocidad orbital de unas 3.33 millas por segundo.

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Neptuno tiene dos lunas o satelites,

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da. Trit 6 n gira alrededor de Neptuno en una 6 rbita de unas millas, recorriendola en cinco dias, veintiuna horas y tres minutos. El diSmetro de Trit 6 n es de unas 3,000 millas. Es interesante notar que su movimiento es retr 6 grado. 2 2 0 .0 0 0

Nereida gira alrededor de Neptuno a una distancia media de 3.460.000 millas empleando en recorrer su 6 rbita unos 359 dias. Uno de los mayores triunfos de la astronomla matemStica fue obtenido por Urbain Jean Joseph Leverrier en 1846. Haciendo uso tan solo de cSlculos matemS t i c o s , para explicar las perturbaciones en la 6 rbita de Urano, que hablan sido observadas durante unos sesenta afios, £ 1 predijo la presencia de otro planeta y calcul 6 su posici 6 n en el espacio. Comunic 6 su predicci 6 n matemlitica al astr 6 nomo Galle, de Berlin. Galle se puso inmediatamente a buscar en los cielos y en media hora solamente situ 6 al planeta Neptuno con un grado de la situaci 6 n predicha. Este planeta, asi llamado de acuerdo con el antiguo dios, tiene como simbolo ttt representando el tridente. Neptuno fue un viejo dios acerca -Jl de cuyo culto se conoce poco. Parece haber sido un dios de agua dulce y mas tarde fue identificado con Poseid 6 n, el dios griego del mar, unos 400 anos A.C. En los tiempos de Roma, se celebraba un festival en su honor conocido con el nombre de Neptunalia. Esta fiesta era observada anualmente el 23 de julio y daba ocasi 6 n a la alegrla, la bebida y el regocijo. PLUTON Plut 6 n es el noveno planeta a partir del Sol y fue descubierto por C.W. Tombaugh que advirti 6 su movimiento en placas fotogrSfi cas, durante el ano 19 30. Plut 6 n gira alrededor del Sol a una distancia media de 3,670,000,000 de millas. Su 6 rbita es excSntrica y a veces llega a unas cincuenta unidades astronomicas con relaci 6 n al Sol. En el ano 2010 se hallarS a la distancia mSs cercana que sera de unas veintinueve y siete d^cimas unidades astron 6 micas con relaci 6 n al Sol, lo cual corresponde a unas 35,000,000 de millas dentro de la 6 rbita de Neptuno. La inclinaci 6 n de la 6 rbita de Plut 6 n es muy grande y nunca puede estar mSs cerca de Neptuno que a 240,000,000 millas de distancia. El tiempo que requiere Plut 6 n para recorrer su 6 rbita alrede­ dor del Sol es de 248 anos. Plut 6 n se halla tan remoto y pequeno que aparece como una estrella de magnitud 14. Esto quiere decir que es completamente invisible a simple vista y requiere un telescopio muy grande para hallarlo. Su luz es amarillenta y solamente el telescopio Hale de 200 pulgadas de Monte Palomar ha asegurado la medida del tamano

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del disco aparente de Plut 6 n. Estas medidas indican que el plane­ ta tiene unas 3,600 millas de diSmetro. No se sabe que Plut 6 n tenga lunas o sat^lites, pues su masa es muy dificil de determinar. Las perturbaciones observadas en las 6 rbitas de Urano y de Neptuno sugirieron la existencia de atan otro planeta desconocido, y Percival Lowell comenz 6 una bGsqueda telesc 6 pica para encontrarlo, en el ano 1915. Ni Lowell, ni Pickering lograron exito alguno y el descubrimiento de Plut 6 n en 19 30 por Tombaugh dio remate a la empresa. Parece muy improbable que existan otros planetas desconocidos de cualquier tamano dentro del sistema solar. Si existen otros, tienen que ser muy distantes o tener una masa muy pequena? de otro modo, hubiesen producido perturbaciones en las 6 rbitas de los planetas conocidos, que ciertamente no habrlan pasado desaperc ibidas. De acuerdo con la mitologla, Plut 6 n, dios del mundo inferior, rein 6 sobre las remotas regiones de las tinieblas exteriores. Originariamente, fue conocido con el nombre de Hades. Fue hijo de los T i t a n e s , Cronus y Rhea, y ayud 6 a sus dos h e r m a n o s , Jupiter y Neptuno, en destronar a su padre. A1 dividir los m u n d o s , Jtipiter escogi 6 la Tierra y los cielos como su reino; Neptuno prefiri 6 regir los mares y Plut 6 n recibi 6 el nebuloso mundo inferior. Desde el siglo quinto A.C. Plut 6 n significaba el dador de la riqueza y bendiciones ocultas en la Tierra. En nuestro proximo discurso, consideraremos el tema de las estrellas. Cuando contemplamos a simple vista o con telescopio estos menudos destellos de los cielos, nos es dificil imaginar su tremenda magnitud. Su tamano sobrepasa la imaginaci 6 n. Nuestro Sol es tambien una estrella; pero es insignificante, en comparaci 6 n, por ejemplo, con la estrella conocida con el nombre de Alfa de Ori 6 n, cuyo diSmetro es 420 veces el del Sol, o bien mide unas 360,000,000 de millas como se ha podido determinar. Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri 6 dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci 6 n sobre ellos, consulte las pSginas que mis adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mSs inutil que el que no puede re cordarse. Urano es el cuarto entre los planetas mayores del sistema so­ lar. La densidad del planeta es de 1.27 un poco mSs pesada que la del agua. El color de Urano es verdoso. Con telescopios mayores se han observado tenues m a r c a s . El espectr 6 grafo muestra gas metano presente en la atm 6 sfera de Urano, lo cual pudiera ser la causa de su color verdoso. Urano tiene cinco lunas o satelites. Neptuno se halla a treinta veces la distancia de la Tierra al Sol. La luz del Sol emplea cuatro horas para alcanzar a N e p ­ tuno . Un setenta y tres por ciento aproximadamente de la luz recibida por Neptuno es reflejada de nuevo en el espacio. La temperatura de la atm 6 sfera exterior de Neptuno es aproxi­ madamente de 330°F. El tiempo que requiere Plutfin para recorrer su dor del Sol es de 248 a n o s .

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rbita alrede­

Plut 6 n es completamente invisible a simple vista y requiere un telescopio muy grande para hallarlo.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabiduria y esta es la aplicaci6n del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, relea el discurso. NO ENVIE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION. 1.

iA qu€ distancia de Urano se encuentra la luna mSs cercana? (Vea pSgina 3)

2.

En la Mitologia Griega, dde quien se decla que era esposo Urano? (Vea pSgina 4)

3.

dC6mo aparece Urano en volumen, forma y color cuando se observa a trav^s de un telescopio. (Vea pSgina 2)

4.


5.

dCuSl es el diSmetro de Plut6n?

6.

dLa Mitologla presenta a Plut6n como dios de que regi6n? dCuSl es su nombre original? (Vea pSgina 6)

(Vea pSgina 6)

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Doride las mentes del pascido se reunen con las del presente.

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El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas ofic.iales ti adicionales de la AN TIG UA , M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretacion Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , iSalud! Como Rosacruces, cuando estudien este discurso, se sentir&n impresionados con la acci6n y reaccion oscilatoria de las estre­ llas. En otras p a l a b r a s , advertirSn una oscilaci6n entre dos estados ext r e m o s , por ejemplo, contraccifin y expansi6n, o bien entre dos polos de calidad. Se nos recuerda en ella el principio de la dualidad, as£ como que no existe el verdadero reposo. Existe un cambio constante entre las condiciones variantes, entre lo que pudi^ramos llamar lo positivo y lo negativo. Lo positivo y lo negativo son, no obstante, condiciones arbitrarias. Podemos decidir que desde el momento en que el estado expansivo es el mSs activo, deberemos designarle por esta causa, con el nombre de positivo. Contrariamente, el estado de contracci6n ser& negativo. Ontol6gicamente hablando, el Ser es activo. En el estudio del crecimiento y funci6n de las estrellas, en esta disertaci6n, vemos que se manifiesta su constante actividad. La pulsaci6n evidente de las estrellas puede muy bien ser un paralelo con la pulsaci6n de la energia del primer momento del C6smico mismo. La naturaleza bSsica de la energla impartida a cada expresi6n del C6smico, ya sean partlculas nucleares, ya sean estrellas, es quiz&s apodlctica del viejo adagio filos6fico: "COMO ES ARRIBA, ASI ES ABAJO" Ahora les rogamos que lean y estudien el discurso que sigue a continuaci6n acerca de las estrellas. Fraternalmente, EL IMPERATOR

Aproximadamente, hay unas 6,000 estrellas visibles a simple vista, para el observador terrestre. Solamente puede observarse una parte del cielo, de una vez y se cree que con toda probabilidad no hay mas que de 1500 a 2000 estrellas visibles, desde un punto determinado de la superficie de la Tierra. Las estrellas estSn en el espacio a enormes distancias de la Tierra y del sistema solar; y, con pocas excepciones, est&n muy alejadas las unas de las otras. A causa de estas enormes distan­ cias, su movimiento a trav6s del espacio no puede ser observado en cortos perlodos de tiempo. Las estrellas parecen ocupar posiciones fijas en los cielos, afio tras ano. Su movimiento aparente puede ser observado por comparaci6n de placas fotogrSficas, tomadas en diferentes m o m e n t o s . Las ligeras mociones reveladas por la fotografla son debidas a una combinaci6n de paralaje o movimiento apa­ rente causado por el cambio de la posici6n de la Tierra, cuando recorre su 6rbita y por el propio movimiento de la estrella a trav^s del campo. La moci6n de acercamiento o

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retroceso puede medirse con el ligero desplazamiento de las llneas espectrales hacia el azul o hacia el rojo. La verdadera direccion y velocidad de la estrella puede ser por lo tanto calculada por su propio movimiento y por los componentes de la mocion radial. Casi todas las estrellas vistas por un observador a simple vista pertenecen a un sistema gal&ctico o universo isla. El numero de estrellas, incluyendo el Sol, que componen esta galaxia ha sido calculado entre 100 y 200 billones. Esta galaxia nuestra se llama la V£a L&ctea. Es un sistema muy delgado, en forma lenticu­ lar, con un dicLmetro aproximado de 100,000 anos-luz y 10 ,000 anosluz de grosor. El Sol se encuentra a medio camino entre el centro de gravedad y el borde exterior. El centro de la galaxia se en­ cuentra en la direcci6n de la constelaci6n de Sagitario y el borde exterior en la direcci6n de la constelaci6n Geminis. Existen algunos brazos de densidad estelar menor que la parte principal que gira en espiral alrededor del sistema en el mismo piano. El sis­ tema entero tiene un movimiento de rotaci6n en el espacio, y la velocidad del Sol y del sistema solar es debida a la rotaci6n galSctica que es de unas 17 0 millas por segundo. El tamano y brillantez de las estrellas que componen la gala­ xia varlan dentro de limites muy a m p l i o s . Una de las estrellas mSs grandes cuyo di&metro puede medirse con razonable exactitud, es Alfa de 0ri6n. Esta estrella tiene un diametro equivalente a 420 veces el dilimetro del Sol, o sea, unos 360,000,000 de millas. Una de las mSs pequenas estrellas conocidas es la estrella de Von M a a n e n , que tiene un diametro aproximado de 7,900 millas y una densidad de unas 10 toneladas por pulgada cubica. Las posiciones de muchas estrellas eran bien conocidas de los antiguos c a l d e o s , mayas y otras civilizaciones. En el segundo siglo D.C. fue compilado un catSlogo estelar por el astr6nomo egipcio Ptolomeo, en el que se hallaban los nombres y posiciones de 1028 estrellas. El atlas estelar de Bayer fue publicado en Augsburgo, en 1603, designando la constelaci6n en que la estrella aparecla y una letra griega para identificar la misma. En 1862 el Observatorio de Bonn compil6 un cat&logo, dando las posiciones de mSs de 300,000 estrellas. En 1887 un comit€ internacional emprendi6 una inspecci6n fotogr&fica de los cielos, conteniendo un total de 21,600 fotograflas de las cuales ha sido compilado un cat&logo completo, que da la lista entre 8,000,000 y 10,000,000 de estre­ llas. Ademlis de los anales fotogr&ficos de las posiciones estelar e s , se viene trabajando con documentaci6n espectrogr&fica en los mayores observatorios, hace bastante tiempo. Los estudios espectrogrlficos cuidadosos han mostrado que todas las estrellas pueden clasificarse relativamente en pocos grupos y que un espectro este­ lar es una clave exacta de su edad, composici6n, brillo y momento de evolucifin. La clasificaci6n modificada de Pickering en su empleo corriente, incluye los grupos siguientes:

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Grupo 0: estci compuesto de estrellas que muestran espectros de emision de llnea brillante y absorci6n de llnea obscura, indicando gran abundancia de hidr6geno y helio. La temperatura super­ ficial absoluta de estas estrellas es aproximadamente de unos 20,000 grados. Grupo A: estci. compuesto de estrellas de tipo hidr6geno, pero que muestran de manera predominante absorci6n de espectros de hidr6geno. La temperatura superficial absoluta de estas estrellas es aproximadamente de 11,200 grados absolutos. La brillante estrella de Sirio pertenece a este grupo. Grupo B: estS compuesto de estrellas que muestran llneas de absorcion tlpica del helio, con algunas llneas de absorci6n de hidr6geno. Las temperaturas superficiales de estas estrellas son aproximadamente de unos 14,000 grados absolutos. Grupo F: esta compuesto de estrellas que muestran notables llneas K y H de calcio seguidas por las llneas caracterlsticas del hidr6geno. Las temperaturas superficiales de estas estrellas son aproximadamente de 7,400 grados absolutos. Grupo G: estS compuesto de estrellas que tienen notables ll­ neas H y K de calcio pero que se hallan sin llneas notables de hidr6geno. El Sol es de esta clase. Las temperaturas superficiales de las estrellas de tipo solar son de unos 5,800 grados absolutos. Grupo K: esta compuesto de estrellas con fuertes llneas de calcio y llneas de otros metales. La disminuci6n caracterlstica de color en la franja violeta, da a estas estrellas un tinte naranja rojizo caracterlstico. Arcturus es un ejemplo de este tipo. Las temperaturas superficiales del grupo K varlan sobre una media de 4,600 grados absolutos. Grupo M: estS compuesto de estrellas con fuertes llneas de calcio y bandas de absorci6n en las porciones azul y verde del espectro. Estas estrellas son tambiSn de color rojo y sus tempera­ turas superficiales se aproximan a 3,200 grados absolutos. Existe una relaci6n definida entre la luminosidad de una estrella y la designaci6n de su grupo espectral. Las estrellas mSs luminosas son las de mayor temperatura, y las menos luminosas son las mSs frlas. Las estrellas que siguen este modelo se llaman es­ trellas de la serie principal y son generalmente estrellas de tamano comparable. La mayor parte de las estrellas pertenece a la serie principal; sin embargo, existen excepciones notables. Estas excepciones son estrellas de un tipo de serie particular, que son luminosas en extremo. Esto significa que para una temperatura su­ perficial particular tienen que tener superficies radiantes tremendas y, por lo tanto, han de ser gigantes estelares. Entre las estrellas mSs familiares, Arcturus es un ejem­ plo de estrella gigante. Algunas de e l l a s , tales como Rigel, Deneb, Antares y Betelgeuse son tan grandes que forman otra clase llamada supergigantes.

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Ademls de la serie principal de estrellas y de las gigantes, existen las blancas enanas. Estas estrellas son mucho menos luminosas de lo que indican sus temperaturas superficiales, lo cual quiere decir que deben tener areas de pequena superficie. Algunas estrellas que aparecen como una a simple vista, pue­ den resultar como dos o mSs estrellas, cuando se las observa con un telescopio astron6mico. Otras estrellas que aparecen sencillas a trav£s de un telescopio, dan diferentes grupos de datos espectrosc6picos, cuando se analizan sus luces. Los astr6nomos reconocen tres tipos de estrellas dobles o multiples. La doble 6ptica consta de dos o mis estrellas que se hallan a distancias grandemente diferentes de la Tierra, pero que aparecen estar juntas debido a la alineaci6n direccional de sus posiciones en el espacio. El verdadero sistema estelar binario o multiple consta de dos o mis estrellas que estln flsicamente juntas y que giran en 6rbitas r e c l p r o c a s , sostenida cada una de ellas en el campo de atracci6n de gravedad de la otra.

El sistema doble mente separable, pero ensanchamiento de las dedor de un centro de

espectrogrlfico es aquel que no es visibleque puede identificarse por la duplicaci6n o lineas espectrales, cuando el par gira alre­ gravedad mutuo.

Las estadisticas muestran que de cada dieciocho estrellas una es un sistema estelar doble o multiple. Las estrellas variables son interesantes estructuras que cambian de brillantez. Algunas de ellas var£an del brillo al opaco de manera regular, mientras que otras son completamente irregular e s . De vez en cuando una estrella puede estallar en gran b r i ­ llantez durante un corto tiempo y despu^s obscurecerse llegando casi a la obscuridad comparativa. Tales estrellas se llaman n o v a . La luminosidad de la mayor parte de la nova puede llegar a alcanzar 200,000 veces la del Sol, aun cuando de vez en cuando pueden aparecer super-nova que puedan alcanzar una luminosidad temporal de un mill6n de veces la del Sol. La nova corriente no se hace visible por lo general a simple vista, pero la super-nova puede sobrepasar la brillantez de las estrellas visibles, y algunas de ellas pueden ser observadas a la luz del dla. Otra estrella variable de variaciones regulares de brillo es la variable eclipsante. Algol, en la constelaci6n de Perseo, es una variable eclipsante que ya era conocida por los antiguos. A l ­ gol es un sistema binario compuesto de una estrella brillante y de una obscura, que ocupan una 6rbita orientada de manera tal que.una estrella se mueve entre la otra y la Tierra. Cuando la estrella mis obscura eclipsa a la mis brillan­ te, la cantidad de luz recibida del sistema decrece fuertemente, volviendo a la completa brillantez, al final del

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eclipse. Cuando la estrella mSs brillante se mueve entre la T ie­ rra y la estrella mUs obscura, la luz total disminuye a un grado inf e r i o r . Las estrellas variables fluctuantes muestran una mayor o menor periodicidad regular y cambio de brillo. Parecen ser sistemas inestables que se expanden y contraen para mantener equilibrio termodinSmico. Cuando se expanden, sus Sreas superficiales aumentan, permitiendo una p§rdida de radiaci6n mas r&pida y su enfriamiento. Cuando se contraen, disminuyen sus superficies radiantes, contribuyendo esto a un calentamiento ulterior. Las estrellas son grandes cuerpos c e lestiales, de forma esferica, que contienen todos los elementos quimicos conocidos en la Tierra. No varian grandemente en su composicion o abundancia de elementos quimicos. Aun cuando sus temperaturas y presiones exteriores son muy g r a n d e s , de tal modo que permiten que tengan lugar reacciones termonucleares, ellas no fabrican nuevos elementos q u i ­ micos, sino que convierten en energia los elementos mas ligeros. Sus grandes energias provienen principalmente del hidr6geno. Exceptuando las estrellas e n a n a s , la densidad de la estrella media es menor que la densidad del agua, debido a su enorme temperatura interior. La reacci6n termonuclear que convierte el hidrogeno en energia engendra hacia el exterior una presiSn de radiacifin que equilibra el empuje de gravedad interior y tiende a conservar la estrella en una condici6n de densidad expandida y baja. A1 quemarse el combustible, la presi6n radiante puede decrecer y la estrella puede comenzar a contraerse. Si esto llega a ocurrir, el calentamiento de compresi6n aumentara de nuevo la temperatura, hasta que la presi6n radiante hacia el exterior equilibre de nuevo el colapso g r a v i tacional. Aun cuando son necesarios millares de anos para un actual acabamiento, puede determinarse la edad de una estrella con un cierto grado de exactitud. En el universo existen estrellas en diferentes estados de vida, y de ellos nosotros podemos sacar conclusiones. A1 principio, la estrella puede consistir de nubes ampliamente alejadas de polvo y gas c6smicos, tales como los componentes de las nebulas gaseosas. Una cierta atracci6n de gravedad mutua pue­ de provocar la convergencia de las particulas y una posible rotaci6n. Cuando quiera que una masa suficiente ocupe un volumen par­ ticular de espacio, el sistema se reunirS r&pidamente en un proceso de cerraz6n. A medida que la densidad aumenta durante esta cerraz6n o apretamiento, las presiones y temperaturas aumentaran, a causa del calentamiento compresor, hasta que el sistema comienza a inflamarse con una radiaci6n roja. En este momento, la estrella es una super-gigante roja de muy escasa densidad y de un tamano enorme.

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Como quiera que la contracci6n y el aumento subsecuente de temperatura de este gas contintaan, la temperatura interior de la estrella puede alcanzar un mill6n de grados absolutos, en cuyo mo­ mento tiene lugar una reaccifin termonuclear, en la cual los nucleos de los litomos de hidr6geno se combinan para formar deuteron e s . Los d e uterones, a su vez, se combinan con otros nticleos de hidr6geno para formar helio. La reacci6n ulterior libera grandes cantidades de energla radiante; e n t o n c e s , la contracci6n cesa, debido al equilibrio entre la presi6n de la radiaci6n que sale al exterior y el empuje de gravedad interna. En este momento, la es­ trella ya no es mSs una super-gigante, sino una estrella roja gigante, y continlla en esta condici6n hasta que la reacci6n hidr6geno-deuter6n-helio termina. Con la disminuci6n de la radiaci6n hacia el exterior, la es­ trella se contrae de nuevo, elevando las temperaturas interiores hasta el momento en que comienza una segunda reacciSn termonu­ clear. Esta reacci6n entre el hidrfigeno y el litio, asi como otros elementos muy ligeros, tambi^n se termina eventualmente. La tercera reacci6n termonuclear que es comun a las estrellas de la serie principal, se lleva a cabo a causa de una contracci6n ulterior y un calentamiento de compresi6n hasta que las temperatu­ ras interiores son lo suficiente elevadas como para generar la conversi6n del hidrogeno en helio a traves del ciclo carbono-nitrSgeno. Esta reacci6n continua hasta que todo el hidrSgeno disponible es consumido. La estrella entonces se encoge y enfria convirti£ndose en una estrella blanca enana, extremadamente densa, la cual, despu€s de haber alcanzado la densidad maxima tras un enfriamiento ulterior, puede convertirse en una enana roja y posteriormente en no luminosa. En nuestro pr6ximo discurso, estudiaremos algo de lo que el hombre conoce acerca de las grandes luminarias del Gran Universo. Esto no se refiere a nuestro propio sistema solar sino a otros muchos universos que se extienden mSs alia del nuestro. Como ya hemos dicho, la Via L&ctea es nuestra galaxia y nuestro universo inmediato se halla en ella. Mas allci, existen aun otros universos con millones de estrellas, siendo muchas de ellas mucho mayores de tamafio que nuestro Sol.

Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise periSdicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre ellos, consulte las plginas que mis adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mis intitil que el que no puede re cordarse. Aproximadamente hay unas 6,000 estrellas visibles a simple vista, para el observador terrestre. Solamente puede Se cree que con 2,000 estrellas servaci6n de la

observarse una parte del cielo de una vez. toda probabilidad no hay mis que 1,50 0 a visibles, desde un punto determinado de obTierra.

La galaxia llamada la Via Llctea es un sistema delgado, en forma lenticular, con un dilmetro aproximado de 100,000 anosluz y 10,000 anos-luz de grosor. Una de las estrellas mis grandes es Alfa de Ori6n. Esta es ­ trella tiene un dilmetro equivalente a 420 veces el dilmetro del Sol o sea, unos 360,000,000 de millas. El primer catllogo estelar fue compilado por el astr6nomo egipcio, Ptolomeo, en el segundo siglo D.C. Las estrellas mis luminosas son las de mayor temperatura y las menos luminosas son las mis frlas.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprension viene la sabidurla y esta es la aplicaci6n del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, relea el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION. 1.

£Cucil es el numero aproximado de estrellas visibles a simple vista, para el observador terrestre? (Vea pSgina 1)

2.

cC6mo puede determinarse el movimiento aparente de las estrellas? (Vea pagina 1)

3.

dCu&l es la proporci6n del nQmero de estrellas multiples en relaci6n con el numero de estrellas observadas? (Vea pagina 2)

4.

dContienen las estrellas los mismos elementos quimicos conocidos en la Tierra? (Vea pcigina 5)

5.

Al principio, pagina 6)

6.

<£.Qu£ es lo que origina las estrellas enanas blancas y rojas? (Vea pSgina 6)

dde qu£ estS compuesta una estrella?

(Vea

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Amados M i e m b r o s , iSalud! Sabemos que la Tierra es el tercer planeta en cuanto a su distancia, con respecto a una estrella llamada el Sol, y que el Sol es una de las muchas estrellas que se hallan separadas por distancias de anos-luz, las cuales componen una unidad galSctica o universo is la. La galaxia particular a la que el Sol pertenece tiene un diSmetro calculado en 100,000 anos-luz y un grosor calculado de 10,000 anos-luz, conteniendo toda la galaxia unos doscientos billones de estrellas. MSs allS de los limites de la galaxia existen tremendas dis­ tancias de espacio vaclo. A una distancia aproximada de 1,500,000 anos-luz, hallamos otra galaxia que es la gran nebulosa espiral en la constelaci6n de Andromeda. Este universo-isla, de acuerdo con las medidas astron6micas, es aproximadamente del mismo tamano y dimensiones que la Via Lcictea y puede ser visto a simple vista solamente como una debil mancha de luz. Fotograffas de larga exposici6n tomadas con grandes telescop i o s , revelan la existencia de muchos otros sistemas gal&cticos. Las medidas realizadas demuestran que £stos se hallan localizados a trav^s del espacio a distancias unos de otros de varios millones de anos-luz, conteniendo cada uno de ellos miles de millones de estrellas. Algunas galaxias son de forma esferica. Otras son grandes espirales con centros densos y dos o mSs brazos rotatorios. Otras tienen la forma completamente elongada. Aun cuando se observan grupos de nebulosas, las grandes nebulosas espirales se hallan esparcidas a trav§s del espacio de una manera un tanto uniforme. Las investigaciones telescfipicas han revelado mSs de dos millones de sistemas de universos-isla dentro del alcance de los telescopios m o d e r n o s . Se ha calculado que 100 millones de tales galaxias deben encontrarse dentro de un espacio de 500 millones de anos-luz a partir de la Tierra. El telescopio de 200 pulgadas de Monte Palomar puede mostrar hasta 800 millones de universos-isla dentro de un espacio de 100 millones de anosluz, a partir del sistema solar. Las galaxias mSs cercanas se desplazan a travSs del espacio en direcciones variadas, con velocidades que llegan a varios cientos de millas por segundo. Las galaxias distantes parecen alejar­ se del sistema solar y entre si con velocidades que aumentan con la distancia. A

Cuando se analiza la luz de una galaxia distante, el esP ectr^<9r a ^° rouestra lineas espectrales de los elementos familiares; sin embargo, las lineas se desplazan hacia la parte del rojo del espectro. Es este desplazamiento el

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que nos da la clave de sus velocidades. Un cuerpo que se acerca irradiando energla mostrarS un desplazamiento hacia las longitudes des de onda corta, y un cuerpo alejSndose mostrarl un desplazamien to hacia las longitudes de ondas l a rgas. Esto es lo que se conoce con el nombre de Efecto Doppler. El desplazamiento puede ser medido y la velocidad calculada. El desplazamiento hacia el rojo es mayor para las nebulosas que se hallan a las distancias m&ximas de nosotros y el desplazamiento para los sistemas intermedios es proporcional a sus distancias. Esto produce la impresiSn de que el observador permanece inmfivil en el centro de un universo en expansi6n. Una conclusi6n mSs acertada pudiera ser que el observador se halla situado dentro de un sistema, cuyas dimensiones totales estcin aumentando uniformemente con el ti e m p o . Esto explicaria la proporcionalidad entre la distancia y las velocidades de recesifin observadas y formular£a la cuesti6n de qu£ parte del sistema se ha 11a verdaderamente en reposo, completamente sin raz<5n para ello. Algunas de las galaxias mas distantes parecen retroceder con velocidades que alcanzan la mitad de la de la luz, o sea, 100,000 millas por segundo. Esto plantea algunas cuestiones muy interes a n t e s . La primera cuesti6n e s : IA qu£ distancia, la velocidad de retroceso de la expansi6n podrS alcanzar la velocidad de la luz, para que nosotros no podamos ya mis observar el sistema? Es ­ ta distancia seria el llmite extremo del universo cognoscible, el cual se halla encerrado y atado por la velocidad de la luz. La segunda cuesti6n se refiere al retroceso en el tiempo h a ­ cia el comienzo del proceso de expansifin. Hallamos que hace unos 2 ,000,000,000 de a n o s , todas las galaxias estaban concentradas en una pequena regi6n del espacio. Y es interesante advertir que la edad calculada de la Tierra es del mismo orden de magnitud. Si grandes cantidades de energia se hallaban en un tiempo concentra­ das en una regi6n ftnica de una densidad de alta energia, han podido ocurrir f&cilmente ciertas reacciones c6smicas que provocar&n la creaci6n de los elementos materiales y el nacimiento del siste­ ma material. Desde el momento que sabemos que la energia radiada por las estrellas se debe a reacciones termonucleares, podemos preguntarnos si las estrellas son capaces de elaborar los elementos conocidos de materia en las cantidades que se encuentran en la naturaleza. Las transformaciones termonucleares que parecen desarrollarse actualmente en las estrellas se verifican solamente con los ele­ mentos mSs ligeros con peso at6mico inferior al del nitr6geno. Los procesos estelares no llegan a dar la abundancia y distribuci6n adecuada de la materia incluso para los elementos m5s ligeros. Aun cuando los elementos comprendidos entre el helio y el carbono no son muy abundantes en la Tierra, pueden 'hallarse presentes en cantidades de poca importancia en el interior del Sol. Es totalmente evidente que las reacciones termonucleares que tienen lugar actualmen-

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te en el Sol y las estrellas no pueden en absoluto engendrar los elementos de materia en las cantidades halladas a traves del universo. Es mlLs razonable considerar la posibilidad de que los elemen­ tos de materia se originaron en cierta condicifin de presi6n y tem­ peratura en la cual las reacciones nucleares pudieron desarrollarse nicis f&cilmente que en el interior de las estrellas c o munes. Puede ser que en su interior algunas estrellas tengan temperaturas y densidades interiores que excedan las de las estrellas ordinarias y puedan ocurrir raramente transformaciones nucleares eficientes durante las explosiones estelares. Uno de los mecanismos discutidos por el astroflsico para la generaci6n de los elementos es el equilibrio termodinSmico a tem­ peraturas extremadamente elevadas y una serie de reacciones nu ­ cleares progresivas a frecuencias definidas que generan grados definidos de relaci6n en las especies nucleares. Bajo tales condi­ ciones, podemos esperar que nucleos mSs estables sean mas abundantes, y podemos explicar las grandes cantidades de hidr6genov en el universo de las reacciones que tienen lugar a mil millones de gra­ dos y a presiones muy bajas. Las presiones extremadamente eleva­ das serian necesarias para la produccifin de los elementos mas pesados y no permitirlan una gran abundancia de los elementos mSs ligeros, especialmente de hidrfigeno. La presencia del uranio no puede explicarse con las consideraciones anteriores. El uranio es inestable, de la misma manera que lo son otras substancias como el radium. La fusi6n del hidr6geno en elementos mSs pesados es dificil de comprender, pues un proceso semejante requiere colisiones nucleares en las que algunas de las partlculas se combinan engendrando nUcleos mis pesados. El proceso de fusi6n conducirS a algunos de los elementos mSs pesa­ dos; pero en el caso del uranio, la colisi6n provoca la fisi6n y la division en elementos mSs ligeros, todo ello acompanado de desprendimiento de energla. En el estado de equilibrio fijo, a alta temperatura, y en el cual los nucleos chocan con energias lo suficientemente grandes como para construir elementos mas pesados con los mSs ligeros, por medio de la fusi6n, ocurriria que algunos de los elementos mSs pesados, como el uranio, seria destruido mas f&cilmente que producido. Sabemos que en determinadas condiciones de equilibrios de elevada temperatura, presiones enormes estabilizan el uranio, as! como en las regiones de presiones inferiores puede formarse el hidrogeno. Las presiones necesarias para estabilizar el uranio son tan enormes que incluso pueden formarse nGcleos mUs pesados. Existe una raz6n para creer que los elementos transur&nicos producidos artificialmente, como el plutonio y posiblemente muchos mas, sean los productos de un

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medio superdenso de extrema temperatura. Puede concebirse que el agregado material consista solamente de neutrones y que cuando quiera que el material superdenso se disperse, deba producirse una emisi6n alfa, beta y gama, con la liberacifin de electrones de los nucleos y con el desarrollo de protones en los mismos nucleos. Ser£a razonable suponer que todos los elementos mas pesados, incluyendo entre ellos el uranio, fueran producidos de un estado superdenso a maxima temperatura, por medio del proceso de fisi6n. Si tal dispersi6n c6smica tuvo lugar en una limitada regi6n de densidad energetica concentrada, tuvieron que producirse duran­ te la misma enormes variaciones t£rmicas y dinSm i c a s . Durante la explosion cSsmica lo primero que hubo de producirse fue la fision, seguida de evaporaci6n de neutrones y disminuci6n beta, siendo la Gltima fase la liberaciSn del electron. Los elementos se formarlan en regiones adecuadas de temperatura y presi6n, de una manera ana­ logs a la destilaci6n fraccional. Si el ntimero de electrones evaporados exced£a el termino medio, se formarian los isotopos mas ligeros en mayor abundancia que los m^s pesados, o viceversa. Si el proceso antedicho tuvo lugar en la creaci6n de la mate­ ria, ser£a muy dificil llegar a un an&lisis detallado que proveyera la distribucifin exacta de materia en la abundancia que existe actualmente. Es posible una amplia vista de conjunto, a la luz del conocimiento presente. Sabemos que la materia y la energ£a son intercambiables. La transmutaci6n de los elementos es posible por medio de la fisi6n o division de los elementos mSs pesados en elementos m&s ligeros, o bien por medio de la fusi6n de los elementos mas ligeros en mSs pesados. Sabemos que la energla puede convertirse en materia, pudiendo observarse este proceso como "lluvia coronal" en la atm6sfera del Sol, as£ como la conversi6n de los rayos gamma duros en pares de electr6n y positr6n. Sabemos tambign que el proceso de convergencia aumentarS la densidad energetica en una cierta regi6n, de la misma manera que el proceso contrario de divergencia disminuirS la densidad ener­ getica. Sabemos que, en las regiones de baja densidad energetica, la materia existe en combinaciones caracterlsticas de substancia solida, l£quida y gaseosa, compuesta de atomos que sostienen los sistemas de electrones que interaccionan con sus vecinos en reac­ ciones qu£micas normales con el tenue lazo y resonancia entre los sistemas electr6nicos exteriores. a

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Sabemos tambi^n que en las regiones de densidad energetica elevada, los Stomos pierden sus electrones exteriores y se ionizan fuertemente, as£ como que, a mayor densidad energetica, tienen lugar en las estrellas reacciones termonucleares.

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No existe razon alguna para creer que elevadisimas densidades energeticas no puedan dar origen a los procesos cfismicos doquiera que sea engendrada toda estructura material. La ciencia estS proporcionando r&pidamente la evidencia de que el universo material es una estructura creada en la cual la energia se hace estable en espacio y tiempo. Por doquier existe la evidencia de la energ£a en el proceso de transmutaci6n, con una ley universal que gobierna todos los procesos, creaciones y estructuras. En nuestro proximo discurso iremos mis all! de las estrellas y de las g a l a x i a s . Estudiaremos teorlas y hechos concernientes con su esencia, as£ como las relaciones energia-espacio-tiempo. Veremos que estos factores no son independientes, sino que en rea­ lidad dependen unos de otros. Adem&s de ello, en estos ultimos conceptos e hip6tesis cientlficos, hallaremos muchas cosas que coinciden con lo que las ensenanzas Rosacruces han estado postulando por largo tiempo. Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri6dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre e l l o s , consulte las pSginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mSs infitil que el que no puede recordarse. La galaxia mSs cercana a la nuestra se encuentra a una d is­ tancia aproximada de 1,500,000 anos-luz. Esta es la gran nebulosa espiral en la Constelaci6n de Andrfimeda. Los sistemas galacticos estSn localizados a travSs del espa­ cio a distancias unos de otros de varios millones de anosluz, conteniendo cada uno de ellos miles de millones de es­ trellas , Las galaxias distantes parecen alejarse del sistema solar y entre s£ con velocidades que aumentan con la distancia. Se calcula que hace unos 2,000,000,000 de anos todas las galaxias estaban concentradas en una pequena regi6n del espacio.

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La ciencia estS proporcionando rSpidamente evidencia de que el universo material es una estructura creada en la cual la energla se hace estable en espacio y tiempo.



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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi<5n del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabidurla y £sta es la aplicaci6n del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, relea el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

dCucintas estrellas se calcula que existen en la galaxia en la cual esta localizado nuestro Sol? (Vea pSgina 1)

2.

dQuS formas tienen generalmente las galaxias? na 1)

3.

dCuantas galaxias se encuentran dentro de un espacio de 500 millas de anos-luz, a partir de la Tierra? (Vea pSgina 1)

4.

dQue origina la energia que irradian las estrellas? p£gina 2)

5.

Durante una explosifin at6mica, £que proceso se cree que ocurrirla primero y que podrfa seguir despues de eso? Vea pSgina 4)

(Vea pSgi-

(Vea

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Donde las mentes del pasado se reunen con las del presente.

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El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales ti adicionales de la AN TIG UA , M IST ICA ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son ofitialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , iSaludJ En el estudio de los fen6menos naturales, el cientlfico se limita a las cosas que puede observar y medir. Esta restricci6n funciona perfectamente en el universo material en el que se puede emplear una vara de medir o un rayo de luz, durante el desarrollo de un experimento. Con estos instrumentos b&sicos de medida el cientlfico mide las cantidades flsicas que se hallan asociadas con la radiaci6n, la termodinSmica, la electricidad, el magnetismo y los elementos de sistemas inertes y campos de gravedad. Pero el universo mate­ rial no es todo. Existen sistemas que no pueden ser medidos con instrumentos flsicos. Por ejemplo, dcSmo podemos medir un pensamiento? Otra pregunta: dPodemos realmente medir el espacio, el tiempo o la energla? La realidad de estos sistemas no puede ser puesta en duda; no obstante, un breve momento de reflexi6n nos mostrarS que son independientes y no sujetos a la medida material. El espacio ha sido llamado la palestra de la energla. Puede o no puede estar ocupado por materia. El cientlfico no puede m e ­ dir el espacio de manera directa, porque no puede dejar senales en £1. Cnicamente puede observar las senales en un invento material que ocupa espacio; y, cuando la serial desaparece, los puntos de r e f e r e n d a desaparecen y un punto en el espacio no puede ser distinguido de otro punto. La estructura y dimensiones espaciales existen, haciendo caso omiso de la presencia de la materia. Sin un aparato material de medir, el cientlfico no podrla descubrir qu# es una estructura multiple que se reduce a tres dimensiones. La energla, que existe independientemente del sistema m a t e ­ rial, tampoco puede ser medida u observada directamente, aun cuan­ do es la substancia bSsica y el combustible del universo. En lugar de ello, la medimos indirectamente por sus efectos sobre la materia, como se explica en las Monograflas Rosacruces. Con esto queremos decir que podemos estudiar sus inntimeras distribuciones, manifestaciones y variaciones. En ciertos c a s o s , la comprensi6n nos permite guiar y controlar su forma y curso durante el eterno viaje a traves del tiempo y del espacio. Tampoco el tiempo estS sujeto a medida directa. Su medida requiere un invento material como un r e l o j , en el cual la energla en tr&nsito mueve una aguja a travSs de la distancia. Los intervalos de distancia corresponden a sumas de cambio de energla y se dice que representan una medida de tiempo; sin embargo, el Tiempo, como estado o realizacifin de consciencia, existe, con o sin reloj, y es independiente del sistema material. Decimos que los cambios de energla, desde las distribuciones Gtiles hacia las infitiles, dan al tiempo

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su direccifin, desde el pasado hacia el futuro, a traves del intermedio consciente de aqui y ahora. Llegamos a la interesante conclusifin de que la mayor parte, si no en su totalidad de las medidas de la ciencia fisica se reducen a cierta clase de medida del espacio que puede registrarse en cua d r a n t e s , varillas o reglas. Vemos tambien que la energia, el espacio y el tiempo son cantidades fundamentales que se hallan estrechamente relacionadas, siendo completamente diferentes. Forman un sistema que subyace, siendo independiente del universo mate­ rial. Las Monografias Rosacruces indican que el mundo del pensamiento tambien manifiesta leyes de estructura, de procesos y regul a d o r a s , y parece ser un sistema independiente relacionado con energia-espacio-tiempo. Estos tres sistemas separados merecen nuestra atenci6n, pues son componentes relacionados dentro del gran plan de la Creaci6n. Como quiera que la busqueda de una luz mayor y de una comprensi6n mcis profunda teje su Sureo hilo a traves de todas las ramas del esfuerzo humano, examinemos algunos de los conceptos que han permanecido como un misterio para t o d o s , a excepci6n de nuestros pens adores mUximos . En nuestra bfisqueda de un punto unificador que sirva para explicar el universo creado de una manera cientifica, estamos forzados primeramente a explorar la posibilidad de la existencia de alguna simplificaci6n minima de la cual puedan provenir todas las e s t r u c t u r a s , manifestaciones, relaciones, condiciones y procesos naturales. El concepto de energia-espacio-tiempo parece satisfacer una condici6n minima incapaz de una simplificaci6n ulterior. Si esta es la ultima simplificaci6n, entonces todas las estructuras cread a s , las m a n ifestaciones, relaciones, condiciones y procesos pueden ser engendrados de ella o reducidos a los componentes energlaespacio-tiempo. Felizmente, los metodos cientlficos y la disciplina matemStica nos suministran los medios que nos permiten comprobar las hip6tesis y someterlas a una revaluaci<5n y ajuste dictados por la experiencia. El proceso es altamente e s clarecedor, cuando se aplica al universo material; pero deja mucho que desear en la consideraci6n de los procesos de la vida, de la consciencia y de la filosof fa. Por consiguiente, consideremos la materia desde el punto de vista de la ciencia y el universo material, con la discusi6n de unos cuantos puntos fundamentales. EL PROPOSITO DE LA CIENCIA El objeto de toda ciencia es la coordinaci6n y organizaci6n de nuestras experiencias de modo correcto, para introducirlas en un sistema 16gico de pensamiento racio-

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nal que pueda ser transmitido a los demSs. El prop6sito de la ciencia es explorar y extraer todos y cada uno de los caminos con objeto de desarrollar y perfeccionar el conocimiento racial tan profunda y r&pidamente como sea posible. La informacifin positiva de la ciencia estci edificada sobre medida experimental, y la informacifin obtenida del experimento se considera vSlida solamente si el experimento puede repetirse a volundad por cualquier observador, en las mismas condiciones experimentales con la obtenci6n de id£nticos resultados. La ciencia, operando dentro del dominio del empirismo, determina terrenos de acuerdo por medio de la definici6n de cantidades "invariables" y el desarrollo de informes y conceptos con ellos relacionados, desde el punto de vista de la informaci6n experimen­ tal. El dominio del empirismo y del experimento contiene legitimamente la total complejidad de la experiencia humana. La ciencia ha tenido sus mayores triunfos en aquellos campos donde una gran cantidad de informaci6n ha sido lograda acerca de pocos temas y en los cuales ha existido un cierto grado de aislamiento de los fenSmenos observados en cuanto se refiere al obser­ vador . En general, un orden experimental proporcionarS unicamente una informacifin limitada acerca de estructuras o sistemas complejos o multifaceticos. De la misma manera, existen sistemas complejos que se presentan de manera diferente al observador, desde puntos de vista diferentes. Como consecuencia de estas d i f icultades, puede resultar una informaci6n limitada, de la que puede provenir la paradoja y el desacuerdo. La armonia y el acuerdo pueden manifestarse solamente, cuando la observaci6n y la informaci6n se h a ­ llan completas desde todos los puntos de vista posibles. Los hechos de la naturaleza tienden a ser compatibles y complementarios. La actividad basada sobre el hecho cientifico se ha revelado regular y previsible, en contraste con el fracaso ca6tico que resulta de la suposici6n y del pensamiento irracional. Este triunfo ha justificado el metodo cientffico como una herramienta Gtil para la humanidad. Por otra parte, este llamado metodo cientffico de anSlisis y orden puede aplicarse incluso en los reinos de la filosofia y del misticismo. Las comparaciones de la ciencia se hallan basadas sobre el numero y la medida, redactadas y sustentadas por el lenguaje unico de las matemSticas. Para las mentes que se complacen en la reflexion tranquila y considerada, el lenguaje matematico es una medida del pensamiento y un vehfculo de comunicaci6n que obtiene una penetraci6n extraordinaria en los misterios de la creaci6n. Las Matematicas son elocuentes, revelando la belleza y la estructura armonica de la ley fisica.

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En su abstraccifin iriSs profunda, las MatemSticas contienen finicamente tres materias de importancia. Estas son: el cero, el uno y los demas n u m e r o s . De acuerdo con lo que se dice en nuestras ensenanzas Rosacruces, el cero representa la condici6n negativa que contiene todos los aspectos permitidos de la creaci6n inmanifestada. Todas las pasajeras creaciones manifestadas en el universo tienen su origen y fin dentro de la condici6n cero. Igualmente, todas las creacio­ nes manifestadas existentes y sujetas a cambio y transici6n tienen su destino final en la condicion cero. El ntamero uno representa existencia y ser, dentro de una condici6n de equivalencia, uniformidad y estabilidad. Representa tambi£n integridad e invariaci6n. Los numeros, excepto el cero y el uno, representan valores y condiciones asociados con las creaciones transitorias o variantes sujetas a las leyes de cambio. Las verdaderas invariables, tales como energla-espacio-tiempo estSn sujetas a conservaci6n y no pueden reducirse a cero. Son relativamente positivas. El desenvolvimiento del pensamiento cientlfico ha necesitado la construccifin de almacenes de conocimiento, pues la naturaleza transitoria de la experiencia necesita un mecanismo por medio del cual no puedan ser olvidados por la raza humana los eventos y la informaci6n. -dQUE ES NUEVO

PARA LA RAZA?-

Todos los progresos de la ciencia estSn caracterizados por la perse v e r a n c ia, la iniciativa y la agudeza individuales. El aumento de conocimiento es acumulativo, resultante de la acci6n reciproca de muchos pensamientos y experiencias dispuesto y madurado por el tiempo. Se ha dicho que los mismos viejos pensamientos y las mismas viejas cosas contintian ocurriendo a la gente nueva. MUs allS del proceso de repetici6n, en el cual la misma experiencia general ocurre a la gente nueva, existe un reino de "lo que es nuevo para la raza". Y Ssta es la excitante frontera de la investigacion cientif ca, pues es aquf donde aparecen cosas, estructuras y pensamientos que son verdaderamente nuevos para la raza humana. El fil6sofo y el mlstico por intuici6n pueden estimular a la ciencia a proseguir lineas especlficas de investigacifin por las cuales puedan confirmarse las teorlas del primero. Ciertamente, ninguna informacifin se encuentra disponible para la raza humana que no haya estado disponible antes para el individuo. En estos tiempos de tecnologia cientlfica, los pensamientos del hombre de cien­ cia que sea verdaderamente creador y se encuentre ligado con "lo que es nuevo", resultan muy importantes. Solamente un pensamiento puesto en acci6n puede cambiar la faz

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de la civilizacion. Habiendo establecido la importancia del comtin dep6sito de conocimiento compuesto de la experiencia de muchas e p o c a s , podemos perfectamente preguntarnos como podemos conseguir informaci6n del universo. La totalidad de conocimiento que un individuo puede adquirir durante su vida se nos aparece limitada; sin embargo, pare­ ce ser que no existe limite a las profundidades del pensamiento o estratos de profunda penetraci6n. Si tiene que existir una comun comprension entre los individuos, tiene que existir una comunicaci6n de pensamientos basada en la correspondencia cointin de expe­ riencia, percepciones y conclusiones, que son en cierto modo impersonales. El proceso de informaci6n abstracta acerca del universo exige la transformaci6n de los estimulos en pensamiento. Esto implica la prueba selectiva de situar el objeto de estudio; la conexi6n entre el objeto y los s e n t i d o s ; la recepcifin por parte de la mente de los estimulos; y finalmente, la concepci6n o conversi6n en pensa­ miento . Podrlamos resumir este proceso llamSndole el acercamiento deductivo al conocimiento. La transmisi6n de informaci6n o pensa­ mientos sobre experiencias o resultados entre individuos exige el proceso siguiente: concepciSn, generaci6n, conexifin, recepci6n, concepci6n. En el mundo material, el estimulo ha de ser traldo al indivi­ duo, o bien el individuo ha de ser traido hacia el estimulo. La ciencia ha desarrollado metodos de comunicaci6n que permiten la r&pida transmisi6n de estimulos a partir del resultado a traves del espacio y del tiempo hasta el observador, asi como los metodos de transporte que pueden llevar rSpidamente al observador hacia la experiencia que producen los estimulos. El universo del pensamiento no esta restringido al sistema m a ­ terial, como demuestran los Rosacruces aun cuando pueda ser conectado por medio de receptores complicados e instrumentos de medida. Se halla conectado tambiSn a la energia del C6smico y no se halla restringido a las dimensiones materiales del espacio y del tiempo. En nuestro pr6ximo discurso, estudiaremos la teoria de la expansi6n del universo. Si la materia — por ejemplo, las galaxias y las estrellas— est&n alejSndose de la Tierra, como punto de observacion, a una velocidad siempre creciente, dse acercarS esta a la velocidad de la luz? A d e m S s , £es que algo puede alcanzar la velocidad de la luz y continuar siendo percibido como materia, es decir, tener masa? Estos son los temas que trataremos aunque rSpidamente en el discurso que sigue. fcTXf’lp'

Fraternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

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RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri6dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre ellos, consulte las p&ginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mas inutil que el que no puede record a r s e . En el estudio de los fen6menos n a t u r a l e s , el cientifico se limita a las cosas que puede observar y medir. El espacio ha sido llamado la palestra de la energia. o no puede estar ocupado por materia. El tiempo no estS sujeto a medida directa. re un invento especial como un r e l o j .

Puede

Su medida requie­

Las medidas de la ciencia f£sica se reducen a cierta clase de medidas del espacio que puede registrarse en cuadrantes, varillas o reglas. El prop6sito de la ciencia es explorar y extraer todos y cada uno de los caminos con objeto de desarrollar y perfeccionar el conocimiento racial tan profunda y rapidamente como sea posible. El ntamero uno representa existencia y ser, dentro de una condicion de equiValencia, uniformidad y estabilidad. Represen­ ta tambien integridad e invariaci6n.

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PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprension del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabidurla y esta es la aplicacifin del conocimiento. Si no puede contestar las preguntas, relea el discurso. NO ENVIE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.

dC6mo se mide la energla?

(Vea la p&gina 1)

2.

dA qu£ condicifin minima pueden reducirse todas las manifestaciones, relaciones y estructuras del universo? (Vea la pSgina 2)

3.

cDebe el llamado metodo cientlfico de anSlisis y orden limitarse solamente a las ciencias flsicas? (Vea la pSgina 3)

4.


5.

£Qu£ contribuci6n a la ciencia pueden hacer el fil6sofo y el mlstico? (Vea la p5gina 5)

6.


representa el cero para la ciencia?

(Vea la pagina

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La Sabiduria de los Sabios

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la AN TIG U A , M IST IC A ORDEN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarsc a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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Amados M i e m b r o s , ISalud! De acuerdo con la teoria de la relatividad de Einstein, un objeto, de cualquier masa, no puede superar o aproximarse a la v e ­ locidad de la luz. Por otra parte, conocemos la teoria de la ex­ pansion del universo, segtan la cual, la materia se esta alejando a velocidad siempre creciente. £Es que estas dos teorlas se hallan en conflicto? Aqul no podemos mSs que tratar ligeramente la teoria de la expansion del universo en relaci6n con el tema de la velocidad fi­ nal de los cuerpos c6smicos que se alejan. Las observaciones astronfimicas revelan que las estrellas y nebulosas lejanas parecen estarse alejando de la Tierra y entre si, a velocidades inimaginables. iEstas velocidades se calculan superiores a 7,200 millas por segundo! Se supone que estas masas que se alejan se desplazan a velocidades que se hallan en proporci6n con la distancia a que se hallan de nosotros. Cuanto mayor es la distancia, mayor es la aceleraci6n. Por ejemplo, una nebulosa situada a una distancia de 10,000,000 de anos-luz de la Tierra, de acuerdo con esto, habrS llegado a una velocidad de 9 00 millas por segundo. Al reconstruir el camino recorrido por las nebulosas que se alejan de nosotros, se llega a la conclusion de que todas ellas se hallaban al mismo tiempo reunidas en la regi6n cercana al Sol. Considerando la distancia a que se hallan actualmente y la veloci­ dad calculada, resulta que hace s61o "unos miles de millones de anos" estos cuerpos eran vecinos del Sol. Si esta teoria es cierta, entonces estamos "viviendo en un universo en expansion". M&s aun, esta expansi6n comenz6 en un tiempo astron6micamente reciente que puede evaluarse en unos miles de millones de anos. Las velocidades asignadas a estos cuerpos y nebulosas que se estSn alejando, no son absolutas. No pueden medirse de manera d i ­ recta. Conocemos las velocidades por lo que sabemos acerca del principio de Doppler, o m5s c o munmente, el cambio r o j o . Por ejem­ plo, el silbido de una locomotora que se aleja es de tono mlis gra­ ve. Cuando la locomotora se acerca, el tono es mSs agudo. De acuerdo con el principio de Doppler, a medida que el sonido se acerca a nosotros, las ondas sonoras entran en tropel. En otras palabras, el oldo capta mSs ondas por segundo. Esto hace aumentar el tono del sonido. Cuando la locomotora se aleja, el oldo capta menos ondas por segundo y el tono se hace mlis grave. El mismo principio se aplica a la luz emitida por un cuerpo que se aleja. La luz se va haciendo de tono rojo, segtin la nebulosa se va ale­ jando. Cuanto mUs distante, el color de la luz emitida se convierte en mcis rojo. Esta determinaci6n puede llevarse a cabo por medio del examen de las llneas espectrales del cuerpo que se aleja. Esta se da a entender observando a que extremidad del espectro aparecen las ondas del cuerpo estudiado.

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Cuando las nebulosas se alejan de la Tierra, las ondas de la luz aparecen mSs separadas. Sus longitudes son mayores? "las llneas obscuras se desplazan hacia el extremo rojo del espe c t r o " . Es de aquf de donde se deriva el t^rmino cambio r o j o . El estudio de es­ tas llneas espectrales determina igualmente la velocidad del objeto. Sin embargo, ocurre que existen nebulosas que son mSs rojas de lo que debieran ser de acuerdo con sus distancias aparentes. Existen tambi£n otros factores que producen el color rojo de los cuerpos celestes y, por esta raz6n, existe cierta duda en la aplicaci6n del principio de Doppler, con relaci6n a las nebulosas rem o t a s . "Algunas estrellas tienen una luz que se enrojece de una manera misteriosa". Un notable astroflsico, De Sitter, postula una teorfa acerca de la naturaleza del universo. En ella combate la idea de que la distancia solamente produce el enrojecimiento de la luz? es decir, que no es debido al alejamiento de una masa. Aun otro flsico sostiene que la atracci6n de gravedad de las nebulosas y estrellas sobre la luz que pasa cerca, es lo que produce la desviaci6n y el enrojecimiento del color. El Doctor Arthur Compton, conocida autoridad en rayos c6smic o s , ha demostrado que la radiaci6n se desv£a y enrojece cuando se encuentra con electrones en el espacio. AdemcLs, cuando ocurre alguna interacciSn entre la radiaci6n en el espacio y las estrellas u otra materia cualquiera, la radiacifin se duplica y enrojece. Otra enigmStica observaci6n en relaci6n con la teoria de la expan­ sion del universo es el ejemplo de nuestras nebulosas mSs cercan a s . Las nebulosas mSs pr6ximas estSn acentuando su color azul. La luz se hace mSs azul solamente ante un acercamiento flsico efectivo. Esto querrla decir que las nebulosas mSs pr6ximas se estcin mis bien acercando que alej&ndose.
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sas y dimensiones, de acuerdo con la teoria de la relatividad de Einstein. Este concepto ha sido demostrado posteriormente de varias maneras sencillas. La longitud medida de una vara de medir se hace mSs corta, si se le da una velocidad en una direccifin a lo largo de la llnea de su longitud. Dicho en lenguaje sencillo, si una vara de medir se mueve con la suficiente rapidez a lo largo del piano o direccifin de su longitud, se acortarS en proporci6n a la velocidad. Este efecto de acortamiento se hace apreciable solamente cuando la velocidad se acerca a la de la luz. Por ejemplo, a una velocidad de solamente 30 millas a la hora, el acortamiento aparente del objeto es de 1/10,000,000 del 1%. Pero a una velocidad que sea la mitad de la velocidad de la luz, o sea, a 93,000 millas por segundo, el acortamiento aparente de un objeto es de un 13.5%. iA una velocidad de 186,000 millas por segundo, habrS un acorta­ miento de 100%1 Esto quiere decir que, a la velocidad de la luz, la masa se convierte en infinita; para nosotros, no tiene naturaleza de ninguna clase. Su longitud se contrae a cero. Mcis afin, el reloj permanece inm6vil a la velocidad de la luz. Nuestro tiem­ po se mide dentro del cuadro del paso de la luz de los cuerpos c6smicos que se mueven aparentemente. Si una masa alcanza la ve ­ locidad de la luz, entonces no existe el paso del tiempo. No exis­ te ningun cuadro relativo para verificar el contraste. En otras p a l a b r a s , no tenemos ninguna substancia-referencia para decir el tiempo. Como decia Einstein: "Toda substancia-referencia tiene su propio tiempo particular; a no ser que se nos diga la substan­ cia-referencia a la cual hace r e f e r e n d a la enunciaci6n de un tiempo, no existirS sentido alguno en la simple enunciaci6n del tiempo de un evento". Walter Kaufman, conocido flsico alemSn de la primera mitad del s i g l o , hall6 que la masa de un electr6n podrla ser cambiada, si su velocidad fuera aumentada suficientemente. Pero la proporci6n de la masa aparente cuando se mueve con la masa estacionaria depende de "la velocidad del electr6n y de* la velocidad de la luz". La velocidad de la luz acttaa como valor llmite. Se sostiene generalmente en el mundo de la flsica de hoy que una velocidad superior a la de la luz es f£sicamente imposible. Las masas que percibimos como materia tienen una velocidad de radiaci6n inferior a la de la luz. Se convierten en una substanciareferencia para la luz. "A una velocidad equivalente a la de la luz, la longitud medida de un objeto se hari cero y su masa infi­ nita — ambos inconcebiblemente imposibles". En realidad, la m a x i ­ ma velocidad alcanzada por una partlcula material transportSndose, ha sido la de la partlcula beta del radium C. Esta velocidad es igual a 98/100 de la luz, o sea, de 182,000 millas por segundo. Por lo tanto, los cuerpos que se alejan dentro de nuestro universo — si aumentan sus velocidades— nunca

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alcanzar&n la velocidad de la luz, como sabemos. Si la alcanzaran, no tendrlan nunca m&s una forma identificable; se convertirian en la luz misma y en infinito. Nuestro pr6ximo discurso terminarS esta serie especial de orientacifin. No obstante, nos parece indicado que nuestro discur­ so final sea dedicado al tema de objetos extranos vistos en el cielo. Este asunto ha sido frecuentemente tratado en artlculos de peri6dicos y revistas, desde el hecho cientlfico hasta la fantasia mcis absurda. Examinaremos algunos de estos extranos fen6menos y daremos una opini6n sobre los m i s m o s , desde el punto de vista Ro­ sacruz . Fr a ternalmente, EL MAESTRO DE SU CLASE

RESUMEN Lo que sigue es un resumen de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que revise peri6dicamente estos puntos a fin de refrescar su memoria. Para mayor elaboraci6n sobre ellos, consulte las p&ginas que mSs adelante se indi­ can. Recuerde, no hay conocimiento mas intitil que el que no puede r e c o rdarse. Las estrellas y nebulosas lejanas parecen estarse alejando de la Tierra. iSus velocidades se calculan superiores a 7,200 millas por segundo! Una nebulosa situada a una distancia de 10,000,000 de anosluz de la Tierra, de acuerdo con esto, habrS llegado a una velocidad de 900 millas por segundo. Considerando la distancia a que se hallan actualmente y la velocidad calculada en relaci6n con su punto de partida, resulta que hace s61o unos miles de millones de a n o s , estos cuerpos eran vecinos del Sol. De acuerdo con el principio de Doppler, cuando las nebulosas se apartan de la Tierra, la luz se va enrojeciendo a medida que la nebulosa se va alejando. Los objetos moviSndose a velocidades variables, cambian sus masas y dimensiones de acuerdo con la teorla de la relatividad de Einstein. A una velocidad que sea la mitad de la velocidad de la

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luz, o sea, a 93,000 millas por segundo, el acortamiento aparente de un objeto es de un 13.5 por ciento. A una velocidad de 186,000 millas por segundo, habrS un acor­ tamiento de 100 por ciento. Esto quiere decir, que a la v e ­ locidad de la luz, la masa se convierte en infinita; para nos o t r o s , no tiene naturaleza de ninguna clase. Su longitud se contrae a cero.

— oOo— PREGUNTAS Se dan las siguientes preguntas para que pruebe su comprensi6n del contenido de este discurso. De la comprensi6n viene la sabiduria y €sta es la aplicaci6n del conocimiento. Si no puede contestar estas preguntas, vuelva a leer el discurso. NO ENVlE LAS RESPUESTAS AL DEPARTAMENTO DE INSTRUCTION. 1.


2.

dEn que se convierte la longitud de un objeto, a la velo­ cidad de la luz? (Vea pagina 2)

3.

<£Cual es el principio de Doppler o cambio r ojo? gina 2)

4.

dCuctl es la velocidad aproximada de la luz por segundo? (Vea pagina 3)

5.

£Que fen6meno da lugar a la teoria de la expansi6n del universo? (Vea p&gina 4)

(Vea p5-

BIBLIOTECA ROSACBUZ DE INVESTIGACION

Donde las rnentes del pasado se reunen con las del presente.

GUIA ROSACRUZ 2

AMORG

La Sabidurfa de los Sabios

El contenido de estos discursos no constituye parte de las ensenanzas oficiales tradicionales de la A N T IG U A , M IST ICA O RD EN ROSAE CRUCIS, sino que tienen el proposito de suplementar las monografias oficiales. El analisis de los principios y doctrinas que aqui se dan son estrictamente una interpretation Rosacruz. Estos discursos son oficialmente distribuidos por el Consejo Supremo de la A.M.O.R.C.; estan protegidos por la ley de copyright. El contenido de este material se le presta al estudiante que lo recibe para su propia y exclusiva information como miembro. Debe retornarse a la Gran Logia de A.M.O.R.C. como propiedad, si asi se pide.

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La verdadera sabiduria presum e m enos que la insensatez. E l sabio duda m uchas veces y cam bia sus ideas; el insensato es obstinado y no duda; el conoce todas las cosas, m enos su propia ignorancia. E n V os C o n f io

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iSaludl

Ningun elemento de la existencia ha tenido al hombre tan consciente de su ser finito como la majestad de los cielos. Ahl, ante £1, en los inmensos confines del espacio estaban los cuerpos celestes, as! como los fen6menos que trascendlan sus propios poderes y los de las cosas terrenas. Contemplando los cielos, broto' la humildad del hombre, su sentimiento de dependencia y su curiosidad acerca del misterio de su propia experiencia. QuizS el pri­ mer concepto de la dualidad surgi6, no de la valoraci6n humana de su propio ser, sino mSs bien como resultado de su comparaci6n de los cielos ilimitados con su mundo terreno. Tan profundamente impresionados estaban los antiguos egipcios con el movimiento diurno de la Tierra y la aparente travesla ce­ leste del Sol, que los fen6menos desempenaban una parte importante en su rel£gi6n. Los movimientos planetarios y el camino que los planetas pareclan seguir a trav£s de los cielos intrigaron a los babilonios. De la constante observaci6n realizada por este p ue­ blo, el mundo antiguo obtuvo los rudimentos de la astronomla. No obstante, los progresos de la ciencia y la gradual substituci6n del mito por la realidad, los cielos y sus manifestaciones han continuado llenando de respeto la mente humana. Su inmensidad y la aparente constancia de sus fen6menos han sugerido a la mente humana una relaci6n mSs directa con la divinidad que las realida­ des terrenas. Es quizes por esta razdn por la cual la mayor parte de las religiones han hecho del reino celeste la morada del Ser Divino o Deidad Suprema. Es usual para un gobernante terreno, como un rey o caudillo, el ser exaltado y colocado sobre un estrado o trono. Esto significa simb6licamente su supremacla y posici6n trascendente en la sociedad sobre la cual se halla presidiendo. Esto confiere una especie de majestad a la persona que rige. Se pensaba que las divinidades o diferentes dioses se alzaban en poder y eminencia sobre las cosas terrestres. La inmensidad de los cielos parecla corresponder a la magnitud de sus personas y de su preeminencia. Por lo tanto, el cielo era el reino adecuado para los se­ res omnipotentes y para todas las cosas relacionadas con ellos. Cuando el hombre comtan levantaba su mirada al cielo, lo hacia con un sentimiento en el cual se mezclaban la reverencia, la admiraci6n temerosa y el miedo, como se demuestra por su ritos y escrit o s . Todo fen6meno celeste que parecla extrano o nuevo para £1 y no podrla ser explicado inmediatamente, era atribuido a causas sob renaturales. La mayor parte de las veces se crela que era una visitaci6n divina, o bien el signo o aviso de una deidad a causa del abandono de una obligaci6n moral de parte del hombre. Es relativamente en los tiempos modernos que se ha concebido los planetas como habitaci6n de

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otros seres vivientes inteligentes. Antes de los tiempos de Cop£rnico semejante pensamiento hubiera resultado sacrllego e inconsistente ante las teorias astron6micas de entonces que explicaban nuestro universo. Por ello, no resultaba extrano que objetos o sucesos desacostumbrados del cielo estuvieran corrientemente cubiertos con un manto de cosa sobrenatural. El adelanto de la astroffsica y la aceptacitfn mis com6n de la ciencia han estimulado la imaginaci6n para hallar explicaciones mortales en lugar de inmortales para las cosas observadas en el cielo. Cada vez m £ s , la persona que piensa y razona desea aceptar la explicaci6n plausible de que la bola luminosa que rSpidamente cruza el cielo nocturno es un meteoro. Los planetarios presentan y los museos cientlficos exhiben meteoritos — fragmentos de meteoros— como visitantes fisicos reales del espacio. La prensa ha publicado el hallazgo de cr&teres mete6ricos y han divulgado sus fotografias. Semejantes hallazgos cientificos han excitado la imaginaci6n popular con sus hip6tesis acerca de los planetas, c6mo han sido f o rmados, qu€ condiciones prevalecen en ellos probablemente. Especulan acerca de la vida que puede existir sobre los diferentes planetas. Estos pensamientos han conservado activo el sentimentalismo bcisico, la reverencia, la curiosidad, en una palabra, la atracci6n misteriosa hacia lo desconocido. Era natural, con el empleo de los cohetes con fines b£licos y las teorias de sus aplicaciones futuras en los viajes espaciales, que los extranos objetos del cielo fueran considerados a la luz de estas ideas modernas. Psicol6gicamente, ahi comenz6 una transici6n de las ideas y de sus relaciones. Ya no se consideraron es­ tos fen6menos como visitaciones divinas relacionadas con la mala conducta de la humanidad. La influencia teol6gica se iba subordinando gradualmente a las ideas presentadas principalmente por los escritores de ciencia popular. El interns humano dejaba de estar enfocado sobre los mundos superiores en cuanto a su competencia con la tierra. La curiosidad humana qued6 transferida a esos se­ res que se conceblan habitar estos otros mundos. En otras palabras, el hombre supuso que estos hablan manifestado de repente un cierto interns por la Tierra, que ellos eran la causa de las extrafias luces, de los discos, de los platillos voladores y todo lo semejante que vi6 o que, a menudo, simplemente crey6 que habia visto. La sugesti6n de la masa alcanz6 a muchas personas que escudrinaron los cielos atentamente, quizes por la primera vez en sus vidas. Observaron muchos fen6menos comunes — pero que eran ex­ tranos para ellos— y pensaron que eran nuevas y extranas manifestaciones del espacio exterior. Muchas personas estaban reacias a admitir que el repentino haz de luz visto en el cielo y que desaparecla r&pidamente era, con toda probabilidad, un meteoro. Semejante explicacitfn/

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obviamente, menoscababa la llamada y el estlmulo emocional de la imaginaci6n. Semejante situaci6n era id£ntica a la de las perso­ nas de la Edad Media que crelan que las lluvias de meteoros eran almas perdidas que descendlan al infierno. Hubieran opuesto una defensa menos sensacional y conmovedora. Lo mSs curioso en la actual controversia de los platillos voladores es la idea de que tales objetos extranos jamSs han aparecido antes en el cielo. Los que as! piensan revelan de esa manera su falta de conocimiento de los hechos hist6ricos y su susceptibilidad a la sugesti6n masiva actual. Insisten en que los "desacostumbrados fen<5menos" actuales, presenciados por muchas personas, son pruebas de los esfuerzos de seres inteligentes de otros mundos para comunicarse con la Tierra, si no es que la van a invadir. La verdad del asunto es que objetos igualmente extranos que los p l a ­ tillos voladores — si no mSs— han sido observados en los cielos durante siglos. Por mucho mSs de cien anos, la ciencia ha registado fen6menos semejantes observados por millares de personas. El Dr. H. Spencer Lewis, hace muchos anos, recopil6 una lista de eventos sorprendentes en un articulo excepcional. Los he­ chos asombraron, en aquel tiempo, no solamente al mundo cientlfico, que registr6 los incidentes, sino al ptlblico en general tambi£n. Los siguientes extractos son del artlculo del Dr. Lewis: El 14 de Mayo de 1849, cay6 en Irlanda una pesada lluvia negra. Incluso ha sido registrada nieve negra. El "Annual Regis­ ter" de 1849 relat6 esta lluvia negra que cay6 sobre Irlanda. Daba una descripci6n detallada de tal lluvia y las pruebas de evento. El peri6dico AMERICAN METEOROLOGICAL JOURNAL, 4-193, relata que de nuevo cay6 lluvia negra en Irlanda, el dla 30 de abril de 1887. La revista SYMONS METEOROLOGICAL MAGAZINE, 43-2, describe una tercera lluvia negra en Irlanda, los dlas 8 y 9 de octubre de 1907. Lluvias semejantes han sido registradas a trav£s de todo el mundo. Lluvias de colores diversos han sido registradas en Suiza, el 20 de enero de 1911. La Nature de 1888 da cuenta que el 7 de agosto cay6 tinta negra en el Cabo de Buena Esperanza. Knowledge, 5-190, dio cuenta en sus columnas de lluvias negras en los anos 1878 y 1884. Lluvias rojas han sido relatadas tambiin frecuentemente. La revista L'Astronomies, 1888-205, publica relatos perfectamente aut£nticos de una lluvia en la region mediterr^nea que dur6 12 dlas. La substancia que cay6 del cielo semejaba materia animal de color de sangre. Testimonios indiscutibles nos dicen que una granizada rojo-naranja cay6 en Toscana, Italia, el 14 de marzo de 1873 y el 19 de diciembre de 1903 cay6 en Francia una lluvia de color verdoso. Otra revista cientifica relata

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una lluvia semejante en Ulm, en el afio 1812. El profesor Compine dio cuenta en una publicaci<5n cientlfica que el 28 de diciembre de 1928, estuvo cayendo durante dos horas una fuerte lluvia roja, al oeste de Siena. Durante dias sucesivos, lluvias similares fueron cuidadosamente registradas por los investigadores. Y no ha sido la lluvia tinicamente la sola cosa que ha caldo del cielo. Han ocurrido ciertos sucesos que recordaron al ser humano el relato blblico de la lluvia de manci. La conocida revista Timb's Yearbook de 1848, relata que, en Persia, cay6 del cielo una substancia tan peculiar como jamSs otra se habla conocido anteriormente. Los nativos observaron que el ganado la comla. Esta substancia fue finalmente convertida en harina y con ella se hizo pan. Substancias semejantes han caldo por doquier. La revista "Annual Register" de 1832, afirma que en marzo de aquel ano, cay6 sobre los campos de Rusia una substancia combusti­ ble amarillenta, la cual cubri6 el suelo con una capa de cinco centlmetros de espesor, ocupando una superficie de seis o setecientos pies cuadrados. La conocida revista Philosophical Tran­ saction , 19-224, relata que el 15 de noviembre de 1865, cayeron en los Condados de Limerick y de Tipperary lluvias de cierta materia semejante a la manteca o grasa. El Obispo de Cloyne recogi6 en sus relatos que durante una gran parte de la primavera de 1695 es­ tuvo lloviendo sobre los campos una espesa substancia amarilla co­ mo la manteca. El obispo afirma que cala en trozos tan grandes como las puntas de sus d e d o s . Los habitantes descubrieron que posela propiedades medicinales, la recogieron en grandes tarros y la guardaron durante varios anos. Una substancia semejante cay6 cerca de Rotterdam, en 1832, en Genova en el mes de febrero de 18 41 y en multitud de otras localidades en todo el mundo. Diferentes seres vivientes han caldo del cielo, adem^s de las conoci­ das lluvias de ranas. El Dr. Lewis en el mismo artlculo relata que muchos objetos extranos han sido vistos movi^ndose en el cielo de vez en cuando. Por ejemplo, fue relatado en la revista Scientific A m e r i c a n , 115-211, que un objeto luminoso fue visto en Huntington, West Virginia, el 19 de julio de 1916, sobre las once de la noche. Cuando fue observado con potentes gemelos de campafia, apareci6 co­ mo un dirigible. El Obispo John L. Michael dice en la publicaci6n R e v i e w , de qu£ manera £1 y el ex-gobernador Woodbury observaron un cuerpo con forma de torpedo movi£ndose en el cielo mucho antes de que hubieran sido inventados los dirigi b l e s . Un hombre de ciencia del Observatorio Real de Greenwich, v i d , iT 7 de noviembre de 18 82, un cuerpo de forma de cigarro movi£ndose a trav£s del cielo nocturno y la descripci6n que hace es la de un z eppelin. Estos fen6menos eran tan misteriosos como los plati-

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llos voladores de la actualidad. La ciencia ha intentado, con escaso £xito, la explicaci6n de estos extranos hechos. No obstante, leyes bSsicas poco conocidas podrlan explicar muchos de ellos. Otros, como el objeto luminoso de forma de dirigible, podr£an suponerse como visitantes del espacio. Por lo menos, si fueran visitantes del espacio (y es de suponer que lo han sido, como los platillos voladores), en ese caso, el contacto con la Tierra desde otros planetas no es un asunto exclusivo de nuestros tie m p o s . La mayor parte del ptablico de hoy en dla no tiene una mente abierta para la investigacifin del fen6meno. Exactamente, como hace siglos, todos esos objetos fueron atribuidos a causas sobrenaturales y todas las demls explicaciones fueron rechazadas; del mismo modo muchas personas actualmente rechazan examinar otra conclusi6n que la de visitantes del espacio. Una vez que la imaginaci6n se ha puesto en marcha, da un fuerte impulso emocional a su idea. Todo lo demSs e s , debido al contraste, menos atrayente y, por consiguiente, menos aceptable. Numerosas agrupaciones semi-ocultas han publicado boletines que pretendlan dar informaci6n completa y aut^ntica acerca de los platillos voladores. En la mayor parte de los casos, semejantes agrupaciones estaban sencillamente intentando sacar provecho de la ola de interns popular. Daban detalles fant£sticos en su literatura, a los que estaban buscando confirmaci6n de su opini6n acerca de los "hombrecillos de otro planeta" que guiaban plati­ llos voladores a trav£s del espacio. Si alguien rechazara aceptar semejantes historias publicadas en los boletines por estos grupos ocultos, sus entusiastas lectores le considerarfan como una perso^ na sectaria. Existe en particular uno de estos grupos que, en su boletln, declara que es un importante "grupo de investigaciones" y que lo que relata en sus columnas es el resultado de sus "investigacio­ nes". Hace aserciones asombrosas, como que los platillos volado­ res son conducidos por seres et£reos, e indica con exactitud cuSl es su finalidad. Sin embargo,
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revelaciones intuitivas a un nivel objetivamente comprensible, si los demSs han de comprobarlas. A d e m S s , si la informaci6n viene determinada de la manera que ellos afirman, entonces,
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preestablecido de slmbolos geom£tricos que serlan el Indice, tanto para el cientlfico como para el lego en la materia, de la inteligencia por parte de estos "visitantes" del espacio. Ciertamente los llamados platillos voladores podrlan volar o trasladarse en cierta clase de formaciones que serlan planificadas y demostrarlan la inteligencia que dirige el fen6meno. No nos estamos burlando de la posibilidad de que exista inte­ ligencia en cualquiera de los numerosos universos del Cosmos. En los precedentes discursos hemos explicado que el fen6meno de la vida podia existir doquiera dentro del gran Universo. Es m S s , numerosas veces hemos tornado la posici6n de manifestar que deberla ser mcis que improbable el suponer que la vida y la inteligencia existlan solamente sobre la Tierra. Sin embargo, no descartemos, debido a la i n c l m a c i 6 n de nuestra imaginaci6n, todas las posibles causas flsicas que puedan existir para los objetos vistos en el cielo, aun cuando £stas pudieran ser menos atractivas. Es m S s , no supongamos que la oleada de interns que gira alrededor del fenomeno actual, sucede tanicamente en nuestros tiempos. jEsto ha ocurrido antes I

Con ^ste concluye nuestra serie de discursos sobre astronomla. El campo es vasto y lo que se les ha presentado, son los puntos mcis importantes, t£cnicamente correctos. Como Rosacruces, debemos mantenernos informados de los avances cientlficos y materiales, as! como conocer bien los principios del misticismo y los tiltimos conceptos filos6ficos y metaflsicos. El reino del pensa­ miento, la investigaci6n de las ciencias materi a l e s , y los estudios filos6ficos e idealistas estan muy relacionados. No son antag6nicos entre si como se ha presumido por tanto tiempo. Estos contribuyen y confirman entre si a los demSs en muchas formas que como estudiantes Rosacruces hemos aprendido. Tomemos por ejemplo el principio de la dualidad en el misticismo, £ste ha sido tambien dado a conocer como una funci6n de los fen6menos naturales por m u ­ chas de las cie ncias. A continuaci6n encontrarci una lista de reconocidos libros so­ bre astronomla, para aqu£llos que deseen investigar el tema m&s a fondo. La informaci6n estadlstica y los hechos que se presentan en estos discursos pueden confirmarse consultando estas obras. La mayorla de estos libros podr&n encontrarlos en cualquier biblioteca ptfblica Sincera y Fraternalmente EL MAESTRO DE SU CLASE

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BIBLIOGRAFIA Abel,

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Basic

Autoexamen Las siguientes preguntas son presentadas simplemente como un autoexamen para su comprensi6n de los puntos importantes de esta monografia. No envlen sus respuestas a la Gran Logia. 1. £De qU§ pueblo de la antigiiedad obtuvo el hombre los rudimentos de la astronomia. 2. Antes de los tiempos de Copemico, £por qu6 se consideraba sacrilegio el pensar que pudieran existir seres vivientes en otras partes fuera de la Tierra? 3. iQu& objetos fisicos en la Tierra provienen efectivamente del espacio? 4. Nombre algunos de los extrafios fen6menos observados en los cielos durante el siglo pasado. 5. m^todos podria usarse para el intercambio de ideas entre los habitantes de la Tierra y las posibles inteligencias de otros mundos en el espacio, para probar la existencia de estas?

Para Su Repaso V

V

V

Lo siguiente es una condensation de los pensamientos esenciales contenidos en este discurso. Se sugiere que se refieran a estos puntos peri6dicamente, a fin de refrescar su memoria. Recuerden, no existe conoci­ miento m&s inutil que aqu6l que no se puede recordar. Quizas el primer concepto de la dualidad surgio de la comparacion que hizo el hombre de los cielos ilimitados con su reino terrestre. Los antiguos creian que el cielo era el reino adecuado para los seres omnipotentes y para todas las cosas relacionadas con ellos. •J El adelanto de la astrofisica y la ciencia ha estimulado, generalmente, la imaginacion para hallar explicaciones mortales en lugar de inmortales para las cosas observadas en el cielo. •5 El mayor error en la controversia actual sobre los platillos voladores es la idea de que tales objetos extranos jamas han aparecido antes en el cielo. •J La informacion o conocimiento psiquico que muchos afirman haber recibido de inteligencias en platillos voladores no tiene valor a menos que tales revelaciones intuitivas sean reducidas a un nivel objetivamente comprensible para otros. La vida y los seres inteligentes pueden existir en cualquier otra parte ademas de la tierra. Esto descansa en la teoria de la posibilidad. Sin embargo, no descartemos debido a la inclinacion de nuestra imaginacion, todas las posibles causas fisicas que puedan existir para los objetos vistos en el cielo.

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