La Biblia Me Lo Dice. Por V.p. Wierwille.pdf

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LA BIBLIA ME LO DICE

Estudios sobre la vida abundante Volumen I Víctor Paul Wierwille

Originalmente publicado como “The Bible Tells me so”

American Christian Press The Way International New Knoxville, Ohio 45871 EE. UU. 1

A mi hija Mary Ellen Wierwille Somerville

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TABLA DE MATERIAS PREFACIO……………………………………………………... 4 PRIMERA PARTE: LIBRE DE LA ESCLAVITUD…………... 5 1. Liberación de sus prisiones……………………………..... 6 2. Cómo evitar ser un fracaso……………………………….. 9 3. ¿Está usted limitando a Dios?..............................................12 SEGUNDA PARTE: LO QUE CREEMOS= LO QUE SOMOS.15 4. La vida sincronizada……………………………………... 16 5. La ley de la creencia…………………………………….. .18 TERCERA PARTE: INTEGRIDAD FISICA Y ESPIRITUAL...23 6. El consejo del Señor……………………………………....23 7. Dios nos rescató…………………………………………. 26 8. Usted es justo ahora……………………………………… 30 9. El Cuerpo partido y la sangre derramada…………………33 10. Completos en él…………………………………………..41 CUARTA PARTE: LA PALABRA EN NUESTRAS MENTES.103 11.Las Palmas de Dios………………………………………..47 12. El andar de la juventud…………………………………... 49 13. La Servidumbre del día de reposo……………………….. 52 14. El Bautismo……………………………………………….55 15. El Aguijón en la carne de Pablo…………………………..62 16. Cuando Judas se ahorcó………………………………….. 66 17. Procura con diligencia…………………………………….73 18. Como él es………………………………………………...80 Acerca del autor…………………………………………………. 86

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PREFACIO La Biblia me lo dice está organizado en cuatro partes: “Libres de la esclavitud”, “Lo que creemos = lo que somos”, “Integridad física y espiritual” y “La Palabra en nuestras mente”. Dentro de cada parte hay capítulos, cada uno de los cuales fue investigado y escrito originalmente como un estudio individual. Al agrupar los estudios en temas generales, una persona puede obtener una perspectiva amplia de cómo las partes encajan unas con otras para formar el todo. Sin embargo, ya que los capítulos se escribieron como estudios individuales y luego se clasificaron en unidades según su tema, de vez en cuando el lector notará que no se cubren todos los aspectos de un tema; sin embargo, estos se han cubierto en otras investigaciones. Se que el contenido del Volumen I de Estudios sobre la vida abundante no sólo abrirá más de la Palabra de Dios para usted, sino que también le engrandecerá— mental y física y espiritualmente. Pongamos la Palabra de Dios en nuestros corazones y en nuestras mentes pues es lo único que nos puede dar completa liberación de las tinieblas de este mundo.

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Primera Parte LIBRE DE LA ESCLAVITUD Para vivir una vida abundante, una persona primeramente tiene que ser libre de esclavitud mental. Las cadenas que atan la mente de una persona son más dolorosas y derrotantes que cualquier otra. Sin embargo, como cristianos, tenemos un libertador personal. Cristo nos ha liberado. Una vez que sabemos lo que él ha hecho por nosotros y cómo recibirlo, simplemente tenemos que aceptar esa libertad. Los capítulos “Liberación de sus prisiones” y “Como evitar ser un fracaso” nos dicen lo que ha sido hecho y cómo recibir nuestra libertad. Luego “¿Está usted limitando a Dios?” hace resaltar la verdad de que Dios nos puede dar lo que nos ha prometido sólo si se lo permitimos. Somos nosotros quienes tenemos que reclamar lo que está disponible de parte de Dios: la libertad de la esclavitud.

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Capitulo Uno Liberación de sus prisiones Es la absoluta voluntad de Dios que toda persona sea liberada de toda prisión o cadena que encierra o ata. Juan 8 declara categóricamente la voluntad de Dios. Juan 8: 31,32 y 36 …Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Estos tres cortos versículos contienen la clave a la liberación: debemos creer la Palabra de Dios la cual es verdad y luego debemos conocer al hijo quien es el camino, la verdad y la vida. Al seguir la Palabra de Dios y al conocer a su hijo quien es el camino la verdad y la vida. Al conocer a Su Hijo, no solamente seremos libres, sino que seremos verdaderamente libres. La voluntad de Dios es que cada uno de nosotros sea liberado hoy mismo de cualquier prisión que nos sujete. Las prisiones no sólo están hechas de barras de acero. Las prisiones de nuestros pecados secretos, cosas en nuestras vidas que no queremos compartir con ninguna otra persona en el mundo, son las que más frustran y derrotan. Los pensamientos de auto condenación que le han estado carcomiendo a uno en el fondo de la mente consciente y subconsciente por años y años ---pensamientos de enfermedad y padecimientos, miedo, preocupación, ansiedad, suicidio, muerte--- son el tipo de prisiones más tormentosas y miserables. No es la voluntad de Dios que estemos atados de tal manera en nuestras mentes; la voluntad de Dios es justamente lo contrario ya que El ha dado liberación total de todos los negativos. Salmos 103:11,12 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Es la voluntad de Dios que toda auto condenación desaparezca porque El quiere hacernos verdaderamente libres no libres a medias solamente, sino personas completamente libres. No solo quiere Dios que seamos libres de toda condenación secreta, sino que quiere que seamos libres de todas las potestades de las tinieblas en este mundo. El desea que seamos libres de los resentimientos, del orgullo, de las envidias, de los celos, de las obsesiones y las opresiones que nos han estado carcomiendo. El quiere que seamos liberados de estas prisiones también. La humanidad ha vivido en medio del mal desde que el Diablo recibió la potestad de este mundo (Lucas 4:6: Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy). El hombre ha traído sobre si mismo el mal que le rodea. Pero, Dios muy amorosamente proveyó una 6

forma por la cual los hombres pueden reconocer y recibir un poder más grande y más maravilloso de lo que jamás hayan conocido, para aquellos que quieran creer puedan ser liberados de toda prisión que esté esclavizando sus vidas. En Mateo 15:13 Jesús dijo: “Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada”. Toda influencia que no esté basada en la exactitud de la Palabra de Dios será malograda. Tales influencias sólo conducen a uno a prisión. Hebreos 4:2: Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. No sólo debemos oír que Cristo nos hace libres, debemos creerlo y vivir de acuerdo con ello. Una cámara fotográfica ofrece una analogía de cómo usted puede obtener resultado en la oración y liberarse de sus prisiones. Si usted quiere una respuesta a la oración, primero ponga su objetivo en mente. Usted selecciona lo que usted quiere en su fotografía. Este es el primer paso: usted sabe con claridad qué es lo que quiere. En segundo lugar, usted determina la distancia y enfoca bien el objetivo. Luego considera la duración de la exposición de la foto para que así todos los factores puedan funcionar juntos para hacer una fotografía perfecta. Después de todo esto, tome la foto. Cuando esté enfocado sobre la imagen de lo que desea mantenga su mente perseverando en ella. Si permite que alguna otra cosa venga y tome prioridad sobre esa imagen, usted obtendrá una respuesta borrosa a la oración; no obtendrá los resultados que usted desea; no obtendrá liberación de la prisión que le está encerrando. (Santiago 1:6,7: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor). Si usted quiere deshacerse de algo hoy, debe enfocar, seguir pensando en eso que quiere. Es la introducción de la luz lo que disipa la oscuridad; no es el seguir pensando en la oscuridad lo que introduce la luz. Si quiere que su negocio se expanda, mejores relaciones entre jefe y empleado o un mejor empleo, coloque su deseo en mente, enfóquelo y luego determine el tiempo de exposición necesario para llevar a cabo la tarea. Si quiere salirse de sus prisiones hoy mismo, cambie inmediatamente su modo de pensar en cuanto a su situación; cambie lo que está enfocando. Según cambia su modo de pensar, dibujará un patrón mental para las cosas que usted sí desea en su vida, lo cual a su vez disipará y desarraigará eso que usted no quiere. Es posible que usted diga: “Bueno, eso no es una cosa fácil de hacer, pero voy a intentarlo. Con la ayuda de Dios de acuerdo a su Palabra, voy a salir de esta prisión”. Sin embargo si en media hora usted se ha olvidado de mantener cambiado su modo de pensar y cae de nuevo en su vieja rutina negativa, estará viviendo de nuevo en la misma 7

forma que antes. Entonces no se pregunte por qué no puede obtener una respuesta a la oración, por que no puede servirse de estos recursos, por qué la respuesta no fluye para usted tan fácilmente como para otros, por qué no puede obtener su liberación. La respuesta es que usted cambio su imagen mental sólo momentáneamente; no mantuvo bien enfocada su fotografía ni permitió el tiempo de exposición apropiado. El ser liberado de su prisión depende de dos cosas: claridad e interés. Sepa con claridad lo que desea y luego interésese en recibirlo. Ponga en su mente y en su corazón la Palabra de Dios que da salvación y liberación; cómala, bébala, duerma y camine con ella. Cada vez que dé un paso o cada vez que piense sobre su situación o condición, déle gracias a Dios que la respuesta a su liberación está en camino. Pronto los negativos desaparecen y los positivos se hacen suyos, el resultado de lo cual es liberación de cualquier prisión en la que usted esté. Se puede hacer; se hará, pues como dice Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. ¿Cómo se ha retratado usted mentalmente en la última semana, el último mes, año, diez años? La imagen de si mismo que usted lleva con claridad y con interés es lo que usted es. Esta ley trabaja tanto para el pensar positivo como para el negativo. La mayoría de la gente cree que para alcanzar las alturas espirituales de la vida, donde ellos pueden servirse de los recursos de Dios, es necesario forcejar y esforzarse y luchar. Ellos piensan que alcanzar resultados espirituales es como usar un martillo neumático—mientras más uno presiona el martillo, más rápido se hace el trabajo. Sin embargo, éste no es el caso. Cuando tenemos tensión y tirantez, nos hacemos nudos. Nunca saldremos de nuestras prisiones de esa forma; lo que ocurre es justamente lo contrario—traemos más y más frustración sobre nosotros mismo. No es tensión y tirantez lo que trae liberación, sino creencia y acción según la Palabra. Santiago 1:21: Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. “Desechar” quiere decir “deshacerse de”. Debemos deshacernos de la inmundicia, las obras del mal desde la menor hasta la peor, y recibir subjetivamente la Palabra de Dios en el sentido de que acudimos a ella y la deseamos porque su Palabra es más grande que nosotros. “La palabra implantada” es toda la Palabra de Dios implantada, la cual El colocó tan cerca de nosotros que la podemos absorber hasta que llegue a ser parte de nosotros. No me importa quién sea usted o en que prisión pueda estar, Dios oirá su oración. Cámbiese a sí mismo cambiando sus patrones de pensamientos, y entonces las circunstancias cambiarán. Estudie la Palabra de Dios y aprenderá a conocer el Cristo que lo ha libertado. “Así que, si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Fuera de Cristo no podemos ser libres. Jesucristo fue el libertador que nos hizo libres. El es la cabeza de la iglesia.

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La verdad de la Palabra y de Cristo es nuestra luz y nuestro poder en la vida; esto es nuestra liberación de los temores, preocupaciones, ansiedades, frustraciones, pesares, dolores de cabeza y todo lo demás. Este es nuestro medio para salirnos de las prisiones negativas de autocautiverio a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Cuando usted se encuentre en una de las prisiones de la vida, ponga en su mente una imagen propia clara, positiva; véase liberado. Enfóquese en la imagen positiva y déle gracias a Dios que ahora mismo usted tiene la respuesta. Siga confesando y creyendo positivamente de acuerdo a la Palabra, y sin duda alguna obtendrá su liberación.

Capitulo Dos Como Evitar Ser Un Fracaso La sencillez de la Palabra de Dios, la Biblia, es asombrosa. La mayoría de nosotros tenemos demasiada teología complicada y no tenemos suficiente creencia simple. Estamos encerrados en tantos negativos que aun los positivos están cubiertos bajo un manto de tinieblas. Hacemos a Dios demasiado difícil. Nadie quiere ser un fracaso. Dios no quiere ningún fracaso—entonces, ¿por qué ser uno? Usted no tiene que serlo, si no quiere. Este es el significado exacto de este estudio. Recuerde la historia de la mujer que perdió una de las diez dracmas. Ella buscó diligentemente hasta que la encontró. Después que dio con ella, llamó a todas sus vecinas y tuvo una celebración, pues habiendo perdido una simple dracma de pocos centavos de valor, por fin la encontró. Todas las vecinas se regocijaron con ella. Imagínese usted un pueblecito en un sector de su país que se entusiasme por unos pocos centavos--¡sin mencionar que todas las vecinas llegaran a estar tan animadas con esto! ¿Cómo evito ser un fracaso esta mujer? Lucas 15:8-10: ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. Hay tres relatos interesantes en el capítulo quince de Lucas y los tres tratan todos con el mismo asunto principal. El primero es concerniente a un pastor que tenia cien ovejas, de las cuales sólo noventa y nueve estaban sanas y salvas. El tercer relato es el que la mayoría de las personas ha llamado erróneamente: “La historia del hijo pródigo”, y que más apropiadamente sería “La historia del padre que perdona”. El segundo es un relato de una mujer que evito ser un fracaso porque encontró una simple dracma. Puede que usted se ría pero es verdad—su esposo la hubiera echado de la casa si ella no hubiera encontrado la dracma perdida. Así que ella hubiera sido un fracaso en lo que concierne a todo el pueblo, incluyendo hombres y mujeres. 9

Las dracmas no son meramente diez piezas ordinarias de dinero o diez monedas con poco significado; son el regalo más precioso que la novia recibe de su novio en el momento de su matrimonio. Cada dracma es aproximadamente de 2,5 centímetros de diámetro. En un lado de la dracma está grabado el emblema por el cual se conoce esa familia en particular. Si el timbre familiar fuera una oveja, bien alimentada, protegida y segura, esa imagen estaría grabada sobre un lado de todas las dracmas. Por el otro lado estaría estampado el año en que la dracma fue hecha. El esposo le da este dote especial a su esposa en el día de su matrimonio. En cuanto a dólares y centavos, no es de mucho valor, pero el valor sentimental no tiene precio. El dinero no es substituto alguno para la dracma perdida. Tanto ahora como durante el tiempo en que vivió Jesús, las mujeres en el oriente a menudo reciben valiosos regalos de joyería en el momento del matrimonio. Todas las joyas que una mujer recibe pasan a ser su propiedad y posesión con la excepción de las diez dracmas. Ella tiene todos los derechos legales sobre todas sus joyas; el esposo no tiene ninguno. El no puede quitarle sus joyas bajo ninguna circunstancia, con una excepción—la joya llamada “Las diez dracmas”. Esta joya, en el caso de la muerte de su esposo, tiene que ser devuelta inmediatamente a la familia del esposo. La joya llamada las diez dracmas es usada por la esposa sólo en ocasiones muy especiales. Debido a su amor por su esposo, ella se las podría poner mientras su esposo está trabajando, y contemplarse en el espejo, apreciativa del regalo y del amor de su esposo. Debido a que son tan preciosas para ella, raramente las usa, por temor de perder una. El vigésimo quinto o quincuagésimo aniversario de bodas se prestaría para su uso. Solamente en ocasiones muy especiales. Cuando la esposa usa la joya de las diez dracmas, usa cinco dracmas de un lado de la cabeza, hacia el frente de su cabeza, y las otra cinco en el otro lado de su cabeza. Cada dracma tiene un pequeño enganche en la parte superior. Con estos enganches la esposa fija las dracmas en su pelo. Así pues, usted puede entender cuán fácilmente una dracma, o un número de ellas, podría desengancharse y, sin darse cuenta, ella podría perderlas. Si ella pierde cualquiera de las dracmas, será echada de la casa por su esposo. El esposo no se divorciaría de ella ni se enojará con ella por esto, sino que simplemente expulsara a su esposa pues ella le ha deshonrado a él y a su casa y ha traído reproche sobre su familia. El esposo se deshace de su esposa no por el valor monetario de las diez dracmas, sino porque perder unas de las dracmas significa el retiro del favor de Dios de la familia. La pérdida de una dracma es vista como una maldición sobre toda la familia. Ni el esposo ni los padres le tendrán rencor; pero la esposa no recibirá compasión alguna de su esposo, de los padres de él o de los otros familiares por parte de él. Un millón de dólares, dados por la familia de la esposa al esposo, no arreglaría el asunto. Cuando la esposa pierde una dracma, todo el pueblo se interesa en ella pues ellos saben las consecuencias de ser deshonrada y expulsada. Las mujeres de toda la ciudad saben lo que le sucederá. Por lo tanto, cuando la esposa encuentra la dracma perdida y

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sabe que ésta está salva y segura, llama a todas sus vecinas para que se regocijen con ella por la dracma que ha encontrado. Ella ha evitado ser un fracaso. Nosotros también podemos evitar ser un fracaso poniendo primero lo que debe estar primero. Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Busque cualquier otra cosa primero y todas las cosas les serán sustraídas. Somos la creación más preciosa de Dios. El no quiere fracasos y El no causa fracasos. Su voluntad para nosotros es: éxito en todo. El primer escalón en esta escalera del éxito es que un pecador se arrepienta. El arrepentimiento es para los pecadores no salvos: la confesión es para los pecadores salvos. El amor de Dios, el corazón del Padre, de tal manera anhela al perdido que la iglesia se entregará sin reserva, sin dejar nada por hacer para encontrar la preciosa joya perdida. ¿Quién es esa “joya” ¿ Cada uno de nosotros si no le hemos aceptado. Usted dice: “¿Qué tengo que hacer?” El padre dice: “Arrepiéntete”. ¿Cómo arrepentirse? El arrepentimiento es hacer la voluntad de Dios. No es llorar a mares. Cantar himnos o correr hacia el altar. Todo esto puede o no estar envuelto, pero sin embargo estas cosas no son arrepentimiento. El arrepentimiento es hacer lo que Dios dice; y El dice en Romanos 10:9, “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. El arrepentimiento de su parte es confesar con su boca al señor Jesús como su señor y salvador personal. Es creer en su corazón, lo más íntimo de su ser, que Dios levantó a Jesús de los muertos, y que Jesús está resucitado y vivo, sí, vivo por usted y en usted. Esto es arrepentimiento. Esto trae gozo, no sólo a los ángeles en el cielo, sino también al corazón del Padre pues una preciosísima joya perdida ha sido encontrada; una vida más ha evitado el fracaso. Pero usted dice: “¿Todavía puedo hacer esto? ¿Puedo levantarme sobre todo fracaso? ¿Puedo estar seguro?” Sí, usted puede estar tan seguro como Dios mismo. Pues El garantiza Su Palabra; El respalda Su Palabra; El se asegura de que Su Palabra se ejecute. En él usted está completo. Usted es un hijo de Dios; un coheredero con Cristo Jesús. Usted tiene recursos ilimitados. Con él usted no puede fracasar, sólo tener éxito. Sin él, usted no puede tener éxito, sólo fracasar. Su invitación es para usted, pues es para todos: “Venid a mí…y yo os haré descansar”. “..No te desampararé, ni te dejare. ¡Venga! ¡Evite ser un fracaso! *** Es usted el que decide Si le cree o Le echa a un lado Es usted el que resuelve Si lo acepta o queda alejado. Tomarle o dejarle, tendrá que elegir; Si le cree, le aseguro, Sin fracaso ha de vivir. 11

Capítulo tres ¿Está usted limitando a Dios? Jesucristo es en nombre más dulce que yo conozco, pues es en su nombre, y sólo en su nombre, que veo el potencial ilimitado en el hombre. Es en el nombre de Jesucristo que hombres y mujeres son salvos, renacidos, convertidos. Es en el nombre de Jesucristo que los enfermos son sanados para levantarse de nuevo y declarar la gloria del Señor. Es en el nombre de Jesucristo que los espíritus malos son echados fuera y la gente es liberada para siempre en cuerpo y mente. A menos que conozcamos ese nombre de Jesucristo como una realidad viviente y vital en nuestras vidas, estamos definitivamente limitando a Dios. El espíritu de Dios nace dentro de nosotros en el momento mismo en que aceptamos y creemos en el Señor Jesucristo y que Dios lo levanto de los muertos. Este es un milagro sobrenatural de Dios. Como creyentes no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento. Dios es el hacedor de milagros. El es el que crea un nuevo espíritu dentro de nosotros y nos hace Sus hijos. De ahí en adelante, somos hijos de Dios, pertenecemos a la familia de Dios, somos niños de Dios, hijos de Dios y coherederos con Cristo Jesús. Entonces ya no somos siervos que permanecen ignorantes en cuanto a su amo; sino que somos hijos, hijos de Dios. Como hijos de Dios, Satanás ya no tiene más derechos legales sobre nosotros a menos que le permitamos usurpar autoridad que él no posee legítimamente. Nosotros podemos limitar a Dios en nuestras vidas por no saber lo que es legalmente nuestro como hijos de Dios por Cristo Jesús. Cuando Cristo murió en el Calvario, fue nuestro completo substituto, no sólo para el pecado sino también para las consecuencias del pecado. Nada fue dejado sin hacer en su substitución por nosotros. Cuando comenzamos a ver esta verdad y aceptamos la obra que Cristo llevó a cabo como una realidad finalizada, llegamos a ser hombres y mujeres llenos del espíritu muy deseoso de manifestar nuestros derechos filiales. Cuando esta gran transformación tenga lugar y no limitemos a Dios. Entonces no hablaremos sobre preocupación, miedo, ansiedad, enfermedad y deseo. Olvidamos esos negativos pues somos hijos por medio de Jesucristo que los venció. Somos hombres y mujeres que rehusamos limitar el poder de Dios en nosotros porque deseamos traer al mundo el conocimiento del Cristo vivo. Cuando no limitemos a Dios, estaremos viviendo la Palabra y la Palabra estará viviendo en nosotros. 2 Corintios 9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra. ¿Hemos estado limitando a Dios en nuestras vidas? Debemos estar haciéndolo si no tenemos todo lo suficiente en todo.

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Suficiencia es la voluntad de Dios para Sus hijos a fin de que Sus hijos puedan abundar para toda buena obra. Que tengamos suficiencia es la voluntad de Dios para nosotros; y sin embargo, ¿cuántos de nosotros hemos limitado a Dios al no permitirle llevar a cabo esta promesa en nuestras vidas? Cuán lentos hemos sido en darnos cuenta de que Dios es nuestra habilidad, que El es la vida de nuestras vidas, que El es la fuerza de nuestras fuerzas, que El es nuestra suficiencia. Frecuentemente limitamos a Dios en nosotros mismos por nuestra creencia equivocada. Nuestro propio razonamiento dice: “Simplemente no podemos tener todo lo suficiente. Eso no puede ser”. Y así confesamos lo negativo, cuando todo el tiempo Su espíritu dentro de nosotros está gritando: “Suficiencia en todo”. Hemos sido de tal manera enseñado a respetar el conocimiento que nos viene por nuestros cinco sentidos que no logramos reconocer el conocimiento que viene a nosotros del reino superior, el espiritual, donde la Palabra de Dios, y no la razón, ocupa el primer lugar. Ambos reinos o mundos están aquí: el mundo natural es un hecho, el mundo espiritual es verdad. Hay cuatro reinos en este mundo, y uno se sobrepone al otro: el reino vegetal, el reino animal, el reino del hombre, y el Reino de Dios. Los primero tres componen el mundo natural; el Reino de Dios es el mundo sobrenatural o espiritual. El mundo natural y todas las cosas en él vienen a la mente a través o por medio de los sentidos naturales. Las verdades del mundo espiritual absolutamente no dependen de los sentidos, sino más bien del espíritu proveniente de Dios en el hombre. No podemos saber nada del mundo espiritual por medio de los sentidos. Por eso es que Pablo dijo por inspiración divina en 1 Corintios 2:14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura…porque (los asuntos espirituales) se han de discernir espiritualmente”. Las cosas espirituales del mundo espiritual pueden ser conocidas en este mundo únicamente por el Espíritu de Dios que mora en nosotros. Entonces, y sólo entonces, puede el Espíritu relatarnos verdades acerca del mundo espiritual y darlas a conocer a nuestros sentidos. Entonces y sólo entonces, tenemos la habilidad dada por Dios dentro de nosotros, haciéndonos conocer cosas acerca del mundo espiritual. Una vez y otra vez, después de que he explicado la diferencia entre el mundo natural y el espiritual, cómo uno se sobrepone al otro y que dos conjuntos de leyes enteramente diferentes están en existencia, la gente me ha dicho que ellos de allí en adelante fueron capaces de darle a Dios el lugar que El merecía. Entonces rehusaron limitar a Dios dentro de sí mismo. Poca gente se da cuenta de la gran verdad espiritual de la substitución de Cristo y la justicia del creyente. Un hombre en quien la nueva creación vive es justo ante Dios, de acuerdo con la Palabra de Dios. El hombre renacido es justo, y ser justo quiere decir que podemos pararnos ante Dios en la justicia con la cual El nos vistió por nuestra aceptación de Cristo como nuestro substituto por el pecado y las consecuencias del pecado.

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Permítame darle una definición de justicia que le ayudará a romper los poderes de las tinieblas en y sobre su vida. Justicia es su habilidad dada por Dios para estar en la presencia del Padre sin un sentido de pecado, culpa o condenación. Esto quiere decir que usted como hijo de Dios puede pararse también en la presencia misma de Satanás sin miedo o derrota porque usted conoce sus derechos en Cristo y ha reclamado la suficiencia que Dios le ha dado. Cuando reconocemos que Dios en Cristo vive en nosotros, esa clase de creencia nos hace victoriosos sobre Satanás en todos los aspectos. Entonces llegamos al punto en que confiamos en el poder o la habilidad de Dios en Cristo en nosotros. Reconocemos nuestro lugar en la vida y trabajamos sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos asegura el éxito. Vamos a nuestras tiendas con confianza natural —entramos en nuestros hogares, en nuestros negocios, sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos hace ganadores en toda situación. Al señalar la abundancia que Dios nos ha dado, quiero que note Efesios 3:20. Es más, quiero que lo aprenda tan bien que será una realidad viviente en usted día a día pues entonces usted sabrá que el poder de Dios está actuando en su vida Efesios 3:20: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder (o habilidad de Dios) que actúa en nosotros. ¿Cuánto le estamos permitiendo a Dios que actúe en nosotros? Esa es la pregunta principalísima. No es una cuestión de la habilidad o la voluntad de Dios. Simplemente es una cuestión de permitir que la grandeza ilimitada de Dios viva en nosotros y produzca en nosotros así el querer como el hacer, por Su buena voluntad. El hará todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, pero sólo al grado que manifestemos el poder potencial interno. 1 Juan 4:4 …Hijitos, vosotros sois de Dios… porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Así pues, yo sé que la “vida más abundante” de la cual se habla en Juan 10:10 está en mí. El no está más conmigo para condenarme por mi pecado y mis defectos; sino que El está en mí para guiarme y llevarme a toda verdad y a una abundancia aun más allá de lo que yo me puedo imaginar. Quiero que Dios pueda implementar la grandeza de Su amor y suficiencia en su vida. Pero El no puede exceder el deseo o la libertad de voluntad que usted tiene. Usted tiene que aceptar, por creencia, los positivos de Su Palabra y echar de su mente los negativos de este mundo. Dios ha escrito Su voluntad (Su testamento) de abundancia para usted, pero usted no puede recibir lo que Él ha hecho disponible hasta que crea su Palabra. ¿Ha estado usted limitando a Dios? ¿Por qué no libera el poder de Dios que está latente en usted, y cree a Dios para la abundancia que El ha prometido? 14

Segunda Parte LO QUE CREEMOS ES IGUAL A LO QUE SOMOS La ley de la creencia es dinámicamente poderosa, y sin embargo tan simple. La ley es, en pocas palabras, que lo que creemos o esperamos es lo que obtenemos. Esto se aplica en todos los campos: físico, mental, material, espiritual. Por lo tanto, es esta ley la que básicamente controla la vida abundante. Sólo si creemos y esperamos abundancia realizaremos abundancia en nuestras vidas. “La vida sincronizada” muestra que nuestras vidas son moldeadas por nuestra creencia --tanto por creencia positiva como negativa. Esta ley es explicada y probada aun más en “La ley de la creencia” para que lleguemos a darnos cuenta de nuestro propio pensamiento y luego ser capaces de controlarlo para manifestar la vida abundante que se promete en la Palabra de Dios.

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Capítulo cuatro La vida sincronizada Cualquier cosa que una persona cree se refleja directamente en lo que confiesa. Lo que una persona confiesa en lo más profundo de su ser es lo que manifiesta en su vida. Si una persona pasa por la vida confesando que tiene gran necesidad, definitivamente tendrá gran necesidad. Si confiesa enfermedad, continuará estando enfermo y afligido debido a la ley de lo que uno cree en lo profundo de su alma con toda seguridad aparece en su vida. La “vida sincronizada” se enuncia sencillamente en esta fórmula: confesión de creencia produce recibo de confesión. Si confiesa con su boca al mismo tiempo que confiesa en su corazón lo que la Palabra dice, usted tendrá poder. Sus oraciones serán respondidas según aplique estas claves en su vida por medio de su acción. De este modo, los recursos abundantes del cielo le son hechos disponibles. Pero, asimismo, si usted simultáneamente confiesa con su boca y con su corazón los negativos de este mundo, manifestará estos negativos que lo lisiarán. Si usted confiesa a Cristo como el señor en su vida, su confesión es una realidad para usted. En su corazón usted sabe que él es señor porque usted creyó que Dios lo ha levantado de los muertos. Cuando usted confiesa que es una nueva criatura en Cristo, las cosas viejas pasan y todas son hechas nuevas de acuerdo con su confesión. Si usted confiesa que es un hijo de Dios y la Biblia dice que es un hijo, entonces usted es un hijo de Dios. Si su confesión es que usted es un heredero del Padre, entonces todo lo que el Padre tiene llega a ser suyo porque está confesando exactamente lo que la Palabra dice. La Palabra declara que el Diablo fue derrotado y está derrotado. Estipula que él no tiene derecho legal alguno sobre el cristiano. Si Satanás no tiene poder alguno sobre el cristiano, ¿por qué quiere confesar que él tiene poder sobre usted? Cada vez que usted hace una confesión negativa está contradiciendo la Palabra de Dios. Si el poder del Diablo está derrotado, y ciertamente lo está, entonces su poder no puede tocarle cuando usted cree la Palabra. Pero, usted tiene que confesar que conoce el poder de Dios en su vida. Tiene que confesar lo que Dios dice en su Palabra y luego la Palabra llega a ser una realidad en su vida. Cuando quiera que usted se atreva a confesar que usted es lo que la Palabra dice que usted es, y actúe según lo que la Palabra enseña, encontrará que sus oraciones son respondidas. Mientras yo no pueda coordinar mi boca y mi corazón en algún punto confirmado por la Palabra, no tengo poder alguno con Dios. Cuando confieso que Dios no responde a mi oración, que no le caigo bien, que tengo una enfermedad porque Dios me la dio, o que estoy atado por algún mal porque es la voluntad de Dios para mí que sea disciplinado así en la vida, o que tengo que sufrir para la gloria de Dios --entonces no estoy diciendo lo que la Palabra dice y evidenciaré en mi vida el resultado de mi confesión. Salmos 18 contiene un bello símil que ilustra cómo coordinar nuestras mentes y nuestras acciones. Salmos 18:33 16

Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas. Una cierva es uno de los animales más seguros sobre sus patas en el mundo. Cuando ella sube por el costado de una montaña con sus pequeños siguiéndola, toma sus patas traseras y las coloca exactamente en donde sus patas delanteras estuvieron primero para probar si hay piedras sueltas en la cuesta. Si no probara ese declive rocoso con sus patas delanteras, las piedras sueltas le causarían un resbalón y caería en el barranco. De este seguir exacto depende la vida tanto de la cierva como de sus pequeños. “Quien hace mis pies como de ciervas”. El los hace. Esto es, El lo hace para que yo pueda aprender a andar por la Palabra de modo que mis “pies traseros” sigan a mis “pies delanteros (representando la Palabra)”. Así pues, donde la Palabra haya colocado sus pies, allí también pondré yo mis pies. Si usted se mantiene firme sobre la Palabra de Dios y confiesa esa Palabra usted llega a ser lo que la Palabra de Dios dice. Esto es la vida sincronizada. Romanos nos dice cuán queridos y cuán poderosos son los hijos de Dios. Romanos 8:35-37 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. No es sólo cuestión de que yo lo diga; Dios lo dijo. ¿Cree la Palabra de Dios? El dijo que usted es más que vencedor por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:38-39 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Esta es la Palabra de Dios declarada, confirmada. Cuando usted comienza a confesar esa Palabra, ésta llega a ser una realidad en su vida. Hasta ese momento usted será derrotado en todo aspecto por potestades y principados satánicos a causa de su confesión. Conozca la Palabra, confiese la Palabra y actúe según la Palabra. Eso es lo que se quiere decir por una vida sincronizada. Determine ahora que usted nunca más volverá a hacer una confesión negativa. Aprenda qué y cómo confesar. Confiese del corazón, con su boca, lo que ha sido 17

confirmado por la Palabra. Confiese lo que la Biblia dice que usted es, no lo que usted piensa que es, no lo que su vecino dice que usted es, no lo que su mejor amigo pueda decir que usted es. Retenga lo que la Palabra dice. Nosotros hemos sido rescatado de la potestad de las tinieblas: Satanás, la maldad y la injusticia. Colosenses 1:13 El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo. La traducción literal de acuerdo al uso es: “el cual nos ha rescatado fuera de en medio del ejercicio o influencia operativa de las tinieblas (reino) y nos ha separado, trayéndonos como ciudadano a Su reino por medio de la obra de su amado Hijo”. La próxima vez que la maldad o los negativos vengan a su mente, declare inmediatamente la Palabra y diga: “Yo confieso que he sido rescatado del poder de las tinieblas por mi señor y salvador Jesucristo”. Continúe diciendo esto y pronto será una realidad en su vida. Si usted ha sido trasladado al Reino de Dios por medio de la obra de Su amado hijo, entonces no está en el reino del diablo. ¿Piensa usted que puede estar en el Reino de Dios y en el del Diablo al mismo tiempo? El nos ha rescatado del poder del mal y estamos en el Reino de Dios. Las personas piensan que tienen que luchar para llegar a ser buenas antes de que Dios los bendiga. Yo les aseguro que Dios nunca lo bendecirá debido a lo bueno que usted sea, sino más bien a causa de la creencia que usted tenga. ¿Cómo se deshace usted de la oscuridad en un cuarto? La oscuridad desaparece tan pronto la luz entra. Así que cuando permitimos que la luz de la Palabra entre en nuestras vidas, la oscuridad se desvanece. No hay nada en la Palabra que diga algo sobre nuestros sentimientos, ella dice crea. Todo lo que Dios ha dado viene a usted por creencia sin respetar cuán bueno o cuán malo sea usted. Eso es amor. Eso es lo que Cristo vino a traer. A medida que actuemos según las promesas de Dios, éstas llegan a ser reales para nosotros y son evidenciadas en nuestras vidas. Sincronice su creencia y su confesión según las promesas de la Palabra de Dios y manifestará una vida más que abundante en Cristo Jesús.

Capítulo cinco La ley de la creencia Sé que la vida abundante está disponible hoy día para aquellos que entienden y aplican la ley de la creencia. En lo que concierne a este asunto, quiero llamar su atención a Marcos 9. Esta es una historia bastante larga; pero si voy a enseñarle la ley de la creencia, usted tiene que poner la verdad de este pasaje en su corazón y su vida. Marcos 9:14-27 18

Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: !Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. c Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. El hombre trajo a su hijo para obtener sanidad. El le informó a Jesús que sus discípulos no podían remediar la situación. Los discípulos deben haberse sentido estúpidos pues ésta era una demostración pública y nadie en privado, mucho menos en 19

público, quiere parecer un tonto. Estos eran los mismos discípulos que habían tenido antes gran victoria y éxito en sanar a los enfermos. Ahora habían llegado a un callejón sin salida. ¿Qué lo obstaculizó? Jesús percibió el problema inmediatamente cuando el padre dijo: “si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos”. Jesús tomó ese “si” que el padre había dirigido primero a los discípulos y luego a Jesús, y lo devolvió al padre, donde debía estar. “Jesús le dijo: si puedes creer, al que cree todo le es posible”. A mucha gente le gusta echarle la culpa de su incredulidad e inhabilidad para recibir a cualquier otro. Los discípulos eran las víctimas de la inculpación en esta situación. Los discípulos estaban atrapados en la trampa de este hombre, pero Jesús no. A mucha gente le gustaría que otros creyeran por ellos; sencillamente no quieren aprender a creer por sí mismos. Muchas veces la gente sencillamente no sabe cómo creer. Jesús entendió la situación claramente y le dijo al padre del muchacho “Si puedes creer. Yo sé que mis discípulos creen, y el hecho de que ellos no pudieran eliminar la causa no es su culpa. Podrían creer hasta el día del juicio final por tu hijo sin ningún resultado; pero si tú puedes creer, entonces algo sucederá”. Dondequiera que fuera posible, Jesús siempre exigió creencia. Cuando estudiamos los milagros de sanidad, encontramos que Jesús exigía la creencia de los padres para la sanidad de los niños. Por ejemplo, en Mateo 15:22 vemos que la mujer cananea tenía gran creencia para la sanidad de su hija que estaba atormentada por un demonio. En el caso de personas dementes, que son mentalmente incapaces, no era exigida la creencia. Los siguientes son ejemplos de tales casos: Marcos 1:23 y sigs. y Lucas 4:33 y sigs.; Mateo 8:16 y sigs.; Marcos 1:32 y sigs.; Lucas 4:41.; Mateo 8:28 y sigs.; Lucas 8:26 y sigs.; Marcos 5:1 y sigs.; Mateo 9:32; y Hechos 16:16. En el caso de levantar a un muerto, como está indicado en Marcos 5:35 y sigs. y Lucas 8:49 y sigs. leemos que Jesús le dijo al padre del niño muerto: “No temas, cree solamente”. Cuando Jesús levanto a Lázaro de entre los muertos, el pasaje no dice que nadie haya creído excepto Jesús. En Hechos 9:36 y sigs. donde Pedro levantó a Dorcas de entre los muertos, él sacó a todo el mundo del cuarto y luego oró y le mandó que se levantase. En todo pasaje bíblico la creencia es siempre exigida de parte de todo el que tiene necesidad, con las excepciones arriba mencionadas: ciertos tipos de desórdenes mentales, gente muerta y niños. Hay poder en la creencia. En este mundo hay poder al cual usted y yo como creyentes renacidos tenemos fácil acceso. Este poder nos capacitará para sobreponernos a nuestros defectos y a nuestras dificultades, trayendo liberación victoria a nuestras vidas. Este poder proviene de Dios. El está presente en todas partes, lo que quiere decir que El está con usted ahora mismo. La clave envuelta es conocer y recibir Su poder, que es sobre lo que basa toda la vida abundante. La ley de la creencia trae resultados fenomenales para todos aquellos que aplican y practican los principios. Usted puede creer correctamente o erróneamente. La creencia trabaja de ambas formas, y usted se trae sobre sí mismo todo lo que cree. Mateo 9 y Job 3 muestran los tipos de creencia y sus resultados. 20

Mateo 9:20-22 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe [creencia]te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. Job 3:25 Porque el temor [creencia] que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. El miedo, la preocupación y la ansiedad son tipos de creencia. Si usted se preocupa, tiene miedo y está ansioso, recibirá el fruto de su creencia negativa que es la derrota. La ley de la creencia es igualmente efectiva tanto para el pecador como para el santo; sin embargo, el creyente, debido al espíritu proveniente de Dios dentro de él, puede producir más abundantemente. Si usted duda su recuperación de la enfermedad, seguramente reducirá y retardará su propio progreso. ¡La creencia correcta es saber constantemente que el poder y la presencia de Dios están en usted y con usted en toda situación! Como usted piense del problema con el cual está confrontado en este mismo momento determinará el resultado. Si duda su éxito, usted ha determinado, por su propia creencia, su resultado sin éxito. Aplique el método positivo de la ley de la creencia a cada situación en la vida, a cada problema que le salga al paso, pues “…si puedes creer, al que cree todo le es posible”. Decir una oración formal nunca lo libertará ni traerá resultados positivos a su vida. Usted no puede esperar, pensar o adivinar en este juego de la vida. Usted simplemente cree que Dios está en usted y que El está siempre con usted, aun hasta el fin de esta época. 1 Juan 4:4 …mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. La maldad del mundo nunca puede obligarle a usted a hacer un mal o algo impropio a menos que usted lo permita a través de su propia debilidad de carácter o falta de creencia. Una vez que comience a practicar la ley de la creencia —creencia correcta, creyendo a Dios— encontrará que las cosas malas que han estado gobernando su vida pronto se desvanecerán. Dios siempre es el vencedor sobre el mal; pero depende de usted creerle a Dios y hacer de Su voluntad la suya propia. En todas las Epístolas del Nuevo Testamento, nunca encontrará que los creyentes cristianos sean instados a tener fe: ellos ya tiene fe como creyentes, y son animados a creer a Dios y expresar lo que ellos ya tienen. 21

Romanos 12:3 …conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. La palabra “creer” es un verbo que connota acción. Por lo tanto, creer la Palabra de Dios, tomar la Palabra de Dios literalmente y actuar según ella, trae resultados. Esta es la ley de la creencia y ésta es la acción que traerá liberación y victoria a su vida en toda situación. “Si puedes creer, al que cree todo le es posible [disponible actualmente]”.

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Tercera Parte INTEGRIDAD FISICA Y ESPIRTUAL La Biblia nos dice claramente que, como cristianos, Dios ha provisto ricamente para nosotros. Ya que Dios nos ha dado Su abundancia, con toda honradez debemos aceptar “El consejo del Señor”. Sólo El es sabio, no engañado y digno de seguir. “Dios nos rescató” y nos separó de los incrédulos aun cuando ni siquiera sabíamos que necesitábamos ser rescatados. Dios, al creer nosotros en Su Hijo, nos arrebató de la influencia de Satanás y nos dio ciudadanía en Su Reino. “Usted es justo ahora” nos asegura que Dios por medio de Jesucristo nos ha hecho aceptables ante Sus ojos. Nuestra dignidad espiritual está establecida sin duda alguna. “El Cuerpo partido y la sangre derramada” es una maravillosa verdad sobre el significado de la observancia de la comunión. El cáliz y el pan de la comunión no sólo significan armonía espiritual con Dios, sino indica también integridad física. Esta verdad es tan poderosa y de tanta ayuda, y sin embargo es casi desconocida y no se practica. “Completos en él” es una vista panorámica de nuestro estar completos en toda forma en Cristo. Dios por medio de Su Hijo Jesucristo ha provisto completamente todas nuestras necesidades. El nos ha equipado con su plenitud.

Capitulo seis El consejo del Señor A través de toda la Palabra de Dios, Dios promete Su bendición a aquellos que se adhieren a Su consejo. Aunque la naturaleza del hombre es tratar de dirigir sus propios pasos sin el consejo de Dios, el hombre no puede hacerlo exitosamente. Muchas escrituras exponen esta verdad. Jeremías 10:23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, Ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. Proverbios 16:9 El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos. Proverbios 19:21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.

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Un hombre piensa muchas cosas en su corazón, y sin embargo los planes del corazón de un hombre no pueden dirigir una vida exitosa. Es solamente el Señor, Jehová, quien verdaderamente puede guiar los pasos de un hombre, y es solamente el consejo del Señor, la Palabra de Dios, que permanecerá. Estos hombres de Dios de tiempos pasados, como Jeremías y Salomón, ¡cómo penetraron hasta el centro mismo del corazón del hombre natural! Queremos dirigir nuestras propias vidas, pero sin embargo nuestra voluntad tiene que estar sujeta a la voluntad de Dios si hemos de ser agradables a Dios. El hombre natural y hasta el cristiano no practicante son provocados a indignación al aprender esta verdad, pues es muy humillante. Es lo último que la mente natural desea, pues cada hombre está en lo cierto a sus propios ojos y cada hombre piensa que tiene el mejor plan para su propia vida. Pero la Palabra de verdad dice que los cristianos necesitan humillarse a sí mismos ante el Señor Todopoderoso y aceptar Su consejo. La vieja naturaleza, aun en un hijo de Dios, no es vencida fácilmente. Solo el Señor nos puede traer a enfrentarnos a la realidad de saber: “Estoy perdido, sálvame. Estoy vacío, lléname. Soy ignorante, enséñame. Estoy perplejo, aconséjame. Soy débil, dame fuerzas. Estoy engañado, líbrame”. La gran obra de Dios es dirigir el corazón, el ser interior. La obra del hombre en contraste, comienza donde Dios termina—el exterior del hombre, el ser exterior. El hombre siempre comienza en el exterior esperando obrar hacia el corazón; él friega, pule y decora, tratando de reformar su usanza. El hombre limpia el exterior del jarro mientras que la suciedad permanece en el interior. Este es el camino de la religión al cual frecuentemente se le llama “cristianismo”. Pero esto verdaderamente no es el cristianismo pues el cristianismo no es lo que el hombre hace; el cristianismo es lo que Dios ha hecho por medio de Cristo. El objeto de la religión siempre será dirigir la carne por medio de reglas y reglamentos y de esa forma tratar de hacer de hacer que la carne produzca fruto espiritual. Pero todos los esfuerzos del hombre son en vano porque es el corazón del hombre que tiene la culpa. Mateo 11: 15, 19,20 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. La religión está hecha de ordenanzas para la carne tales como “no manejes, ni gustes, ni aun toques” las cuales no son ni más ni menos que “…mandamientos y doctrinas de hombres”, según dicen Colosenses 2:21 y 22. ¡Cuán verdaderamente opuesta es la acción del Espíritu Santo! Todas las formas de piedad o santidad del hombre son simplemente los mandamientos y doctrinas de hombres que comienzan con la carne y continúan en corrupción de la carne terminando en muerte. Pero cuando la sabiduría de Cristo rige nuestro andar y el espíritu con el cual estamos llenos nos da energía, experimentamos una vida nueva. 24

La Palabra de Dios dirige al cristiano de mente renovada a seguir tras la obra de Cristo--una obra comenzada en gracia, la cual continúa en gracia en esta vida y termina con el regreso de Cristo en su gloria. Manifestaremos el poder proveniente del Espíritu Santo dependiendo de cuánto renovemos nuestra mente según la Palabra de Dios. O, en otras palabras, hemos de “vestirnos con la mente de Cristo”, pensar sus pensamientos, andar una vida perfecta y poderosa. Pero si andamos según las tendencias naturales del hombre en vez de según la mente de Cristo, continuamente tornaremos nuestros pensamientos hacia el hombre y dirigiremos nuestra atención hacia las aspiraciones y los logros del hombre. El propósito de la obra del hombre natural es glorificar al hombre; sólo la obra del espíritu glorifica a Dios y capacita al hombre para hacer la obra de Dios. La única prueba verdadera que debemos aplicar a nuestras vidas es determinar si nuestro andar glorifica a Dios. Esta prueba nos dice si nuestro andar está bajo la dirección del Señor o si estamos actuando simplemente por nuestros sentidos egocéntricos, apartados del Espíritu de Dios por otro espíritu. La iglesia en Corinto fue específicamente puesta en guardia contra “otro espíritu”. 2 Corintios 11:4 nos dice enfáticamente que hay otro espíritu que está trabajando para dirigir erróneamente y engañar. Este espíritu proveniente de Satanás trataría de controlarnos y engañarnos hoy día, así como 2 Corintios 11:3 dice: “…como la serpiente con astucia engaño a Eva”. Cuando estamos bajo la influencia de “otro espíritu”, podemos parecer muy “religiosos” mientras que estamos totalmente fuera de armonía con Dios. Un espíritu es el de Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y el otro espíritu es del dios de este mundo que es el Diablo. Debemos estar seguros que Dios el Señor está dirigiendo nuestros corazones para que hagamos la misma confesión que el salmista. Salmos 73:22-25 Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Nosotros como individuos debemos humildemente buscar y aceptar el consejo de Dios. Dios bendice a aquellos que siguen Su voluntad. Hasta la gente que rodea a los seguidores de Dios son bendecidos. Acuérdese de cómo Dios el Señor hubiera perdonado un lugar aun tan malvado como Sodoma si solamente se hubieran hallado diez habitantes justos y temerosos de Dios en esa enorme ciudad. No seamos engañados para seguir tras los artificios del hombre, los cuales suenan convincentes pero no rinden frutos. Debemos vivir la doctrina asentada en la Palabra de Dios, pues es el consejo del Señor, y es lo único que permanecerá.

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Capítulo siete Dios nos rescató Para entender que Dios nos rescató, primero debemos saber cómo fue que llegamos a necesitar rescate. Las raíces del dilema de la humanidad emanan del relato en Génesis. Génesis 1:28 dice que Dios originalmente dio al hombre el gobierno, el dominio y la autoridad sobre este mundo. El hombre fue puesto en este mundo como gobernador y guardián. Pero cuando el pecado entró al reino terrenal a causa de la desobediencia del hombre hacia Dios, el hombre perdió su autoridad de gobierno y el Diablo la obtuvo. El Diablo le dijo a Jesucristo en Lucas 4:6 “…porque a mí me ha sido entregada [la potestad y la gloria de los reinos de la tierra]…” Por tanto, hasta este mismo día el mundo en que usted y yo vivimos es el reino de Satanás. Vivimos en el reino que está bajo la gobernación de Satanás. De acuerdo con Efesios 2:1 todos los individuos nacen en este mundo “…muertos en…delitos y pecados” y, según Efesios 2:12…”sin esperanza y sin Dios…” Estando muertos, sin esperanza y sin Dios, nosotros definitivamente necesitábamos rescate. Observe lo que Dios hace por nosotros según se relata en Colosenses. Colosenses 1:13 El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de [por] su amado Hijo La palabra “liberado” se traduce más enfáticamente “rescatado”. Dios, por las obras de Su hijo, Jesucristo, nos ha “rescatado”. Note que este verbo está en tiempo pasado. Por lo tanto, Dios ya no tiene que rescatarnos; El ya lo ha hecho. La palabra “de” es la palabra griega ek que quiere decir “fuera de” o “fuera del centro” (como de un circulo). ¿Fuera de qué o fuera de en medio de qué nos rescató El? De “la potestad de las tinieblas”. Este mundo, el cual es oscuridad y está bajo el dominio del Diablo, es fuera de en medio de lo cual Dios nos ha rescatado. El nos rescató fuera de este mundo aun cuando todavía estamos morando aquí. Que Dios pudiera hacer esto es uno de los más grandes milagros. La palabra “potestad” en el versículo susodicho (“…de la potestad de las tinieblas…”) es la palabra griega exousia de la cual el español deriva la palabra “ejercicio”. El nos ha liberado de la potestad ejercida de las tinieblas, la influencia en ejercicio de este reino de oscuridad. La palabra “trasladado” (“…trasladado al reino de su amado Hijo”) en sánscrito es “ciudadanía”. El nos rescató fuera de entre la potestad ejercida de las tinieblas y nos dio ciudadanía. Esta es una tremenda verdad. ¿Qué implica esta ciudadanía en el Reino de Dios? Para empezar, miremos la palabra griega para “ciudad”, polis. Las ciudades en los tiempos bíblicos estaban rodeadas por murallas. La muralla de la ciudad protegía esa ciudad. La ciudad amurallada era la polis. La gente dentro de la muralla era llamada la gente de la polis. Las murallas los protegían de ser atacados. Las murallas nunca eran construidas para 26

mantener a la gente dentro de la ciudad sino para mantener al enemigo fuera. Las murallas formaban una protección, no para mantener encerrada a la gente libre de una ciudad o estado, sino para mantener alejado al enemigo de la gente libre. Un ciudadano libre en una ciudad es llamado un politës, de donde obtenemos la palabra “política”. Hablando bíblicamente, nosotros somos ciudadano de un reino —somos unos políticos. Abraham buscaba una ciudad, polis. Hebreos 11:9-10 Por la fe habitó [Abraham] como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque [Abraham] esperaba [ya] la ciudad [polis] que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Abraham en su día esperaba una ciudad, no aquí sobre la tierra, sino una polis “…cuyo arquitecto y constructor es Dios”. Esta ciudad está protegida con la cerca de Dios dentro de la cual las personas serían ciudadanos libres. Un ejemplo no de polis sino de politeia, “comunidad”, se encuentra en Efesios. Efesios 2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía [comunidad, politeia] de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. En el tiempo al cual se refiere Efesios 2, Israel se había separado de Dios y por lo tanto Dios no podía bendecirlos. Puesto que ellos se habían alejado de El, ya no tenían libertad y protección donde moraban. Estaban en esclavitud. Politeuma, de la palabra raíz polis, se usa en Filipenses. Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadanía [politeuma] está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. Nuestra ciudadanía, nuestra vida libre, está en los cielos. Aun mientras todavía estamos sobre la tierra, tenemos la promesa de ser ciudadanos en un estado libre. Hebreos 13:14 Porque no tenemos aquí [sobre esta tierra] ciudad [polis] permanente, sino que buscamos la por venir. Si no tenemos una ciudad permanente aquí, nunca podremos tener completa libertad; por lo tanto, “…buscamos la por venir”. Esa ciudad que está por venir debe ser incorrupta por dentro y protegida en todo su alrededor para asegurar a los ciudadanos la libertad total. Esta ciudad sólo podría ser la ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios.

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Ahora buscamos la ciudad permanente. Pero, ¿qué hay sobre nuestra vida antes de que fuéramos liberados de la potestad de las tinieblas? Efesios nos habla sobre nuestra ciudadanía anterior. Efesios 2:3 Entre los cuales también todos nosotros vivimos [vida de conducta negativa] en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Por el simple hecho de nacer en este mundo, éramos hijos ¿del reino de quién? Del de Satanás. Este es el significado de la palabra “ira” en “hijos de ira”. Nacimos hijos del reino de Satanás—no espiritualmente, sino físicamente. Físicamente yo nací hijo bajo el gobierno de Satanás, muerto en delitos y pecados sin Dios y sin esperanza en este mundo. Pero Dios cambió todo esto, según esta relatado en Efesios 2. Efesios 2:4-6 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en [llenos de] pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él [con Cristo] nos resucitó [tiempo pasado], y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales [el texto lee “en los celestiales”] con Cristo Jesús. ¿Quién nos dio vida? ¿quién nos resucitó? ¿quién nos hizo sentar en los celestiales? Dios. Efesios 2:7-9 Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Cuando nacimos en este mundo, estábamos vivos físicamente pero muertos espiritualmente, sin Dios y sin esperanza. Algo tenía que sucedernos. Dios que es rico en misericordia y gracia, nos salvó. Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Si Dios nos salvó, entonces no somos nuestra propia hechura; somos Sus hijos, hechura Suya, la hechura de Dios se efectuó cuando estábamos muertos espiritualmente; en aquel entonces Dios nos hizo vivos. Colosenses 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él 28

[Cristo], perdonándoos todos los pecados. Dios nos creó en Cristo Jesús y tiernamente perdonó nuestras faltas. Pero antes que Dios pudiera vivificarnos, El tenia que tenernos como “materia prima” para trabajar. De este modo, la pregunta viene a ser: ¿Cómo nos gana El para poder crearnos en Cristo Jesús? Juan 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere… Podemos ser vivificados, podemos obtener esta ciudadanía, solamente si el Padre nos trae. No nos podemos alzar nosotros mismo por nuestros propios esfuerzos; no podemos salvarnos a nosotros mismos. Ningún hombre, ninguna persona, puede venir a Cristo y ser salvo a menos que el Padre le trajere. Para recibir vida eterna el hombre tiene que ser traído por Dios, alejándose así de las garras y gobernación de Satanás. Jesús usó la misma palabra (aquí traducida “atraer”) en Juan. Juan 12:32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré [traeré] a mí mismo. Jesús dijo en Juan 6:44 que solamente el Padre puede traer; y sin embargo aquí dice que Cristo va a atraer. ¿Cuál es la respuesta? Al mundo gobernado por Satanás en el cual usted y yo vivimos, vino una persona que fue concebida por el Espíritu Santo y nacida de María. Esta persona vino al mundo del Diablo no teniendo tiniebla alguna en él pues él era la luz del mundo. El no conoció pecado. Por nosotros fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Además, él estaba en este mundo, pero no era de —no pertenecía a— este mundo. Cuando Cristo estaba en el mundo la escritura dice que Dios estaba obrando en él. 2 Corintios 5:19 …Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo [la gente en el mundo]… Dios en realidad trae por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo quien, de acuerdo con Isaías 53:6, cargó “…el pecado de todos nosotros”. A causa de la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios podía entonces traer o rescatar a los creyentes de la gobernación de Satanás y darle ciudadanía en Su reino. Antes de que Dios nos rescatara, estábamos muertos en pecados. Pero Dios envió a Su Hijo unigénito quien era el medio por el cual podíamos ser rescatados. Nosotros somos hechura de Dios creados a través de los logros de Jesucristo. Dios nos rescato. Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito… Dios envió a Su Hijo, quien no tenía tiniebla ni pecado alguno, y trajo a Su Hijo a Sí mismo. A causa de la muerte y resurrección de Jesús, Dios nos trae. Dios hizo posible nuestra gran esperanza de gloria: “…Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Dios nos rescató de este reino de Satanás y nos dio ciudadanía en Su reino.

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Colosenses 1:13 El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de [por] su amado Hijo. Este reino no puede ser el “...reino de su amado Hijo” pues el Hijo no tiene su propio reino; el “reino” es el Reino de Dios. La palabra “de” debería ser “por”. Es el genitivo de origen. Dios nos rescató del poder ejercido del reino de las tinieblas, la gobernación de Satanás, y nos dio ciudadanía en Su reino por lo que Su Hijo Jesucristo hizo por nosotros aquí sobre la tierra. Gálatas 1:4 El cual [Jesucristo] se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos [rescatarnos] del [fuera de en medio del] presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. Hasta que renacemos, somos hijos de ira; estamos en un mundo físico que pertenece al Diablo, es su reino. Al ser renacidos, nos hacemos “…irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha [proveniente de Dios] en medio de una generación [un reino] maligna y perversa…” de acuerdo a Filipenses 2:15. Dios nos trajo y nos rescató fuera de en medio de las influencias ejercidas de Satanás. Hay gente, sin embargo, en el mundo de Satanás quienes nunca serán salvos porque rehúsan creer. Pero, para aquellos de nosotros que queremos creer, Dios por su presciencia nos ha rescatado fuera del poder de Satanás. Cuando Dios nos separo y nos rescató, El nos trajo como ciudadanos a Su reino por los esfuerzos de Su amado Hijo. Fue Dios quien envió a Su Hijo unigénito al mundo para buscar y salvar a aquellos que están perdidos, específicamente aquellos de nosotros que deseamos ser salvos. Dios nos rescató aun mientras todavía estamos viviendo en este mundo. Ya tenemos la ciudadanía en el Reino de Dios. El ya “…nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”, como dice en Efesios 2:6. Hablando legalmente, fuimos circuncidados en la circuncisión de Cristo. Cuando Cristo murió, nosotros morimos con él. Cuando él fue enterrado, fuimos enterrados en el bautismo de su entierro. Cuando resucitó nosotros resucitamos con él. Cuando ascendió, nosotros ascendimos con él. Cuando Cristo venció, vencimos con él. Cuando fue sentado, fuimos sentados con él. Cuando él llevó “cautiva la cautividad” y “dio dones a los hombres”, nos fue dado el poder para vivir victoriosamente aun en el reino de Satanás, teniendo la habilidad de manifestar el poder de Dios en la vida más abundante. ¡Qué revelación para el alma del hombre! ¡Qué gloria, qué gozo, qué paz! Porque Cristo nació y vivió hace 2000 años, estamos rescatados y ahora mismo tenemos ciudadanía en el Reino de Dios.

Capitulo ocho Usted es justo ahora Muchos creyentes renacidos están espiritualmente vencidos en esta vida debido a la conciencia de pecado. Ellos han sido salvos, pero Satanás viene a sus mentes y les 30

dice que no son lo suficientemente buenos para la salvación por la gran cantidad de años que ha vivido en pecado. Este antagonismo y derrota espiritual viene cuando una persona no se da cuenta de lo que le ha sido dado por Jesucristo. Cuando una persona se hace cristiana, legalmente es hecha justa en Cristo. ¿Qué es la justicia? La justicia es la justificación dada por Dios mediante la cual una persona está ante Dios sin ninguna conciencia de pecado, culpa o defecto Romanos 8:33 dice: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”. La justicia es algo que Dios imparte; es algo que Dios le dio cuando usted fue renacido, cuando usted confesó con su boca al señor Jesús y creyó que Dios le levantó de los muertos (Romanos 10:9-10 “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.) Aunque los creyentes reciben la justicia cuando ellos renacen, muchas personas por falta de enseñanzas piensan todavía que son indignas de recibir la bondad de Dios. Esta creencia satánica continúa penetrando más y más en el subconsciente de sus mentes. Si el ser digno de Dios, dependiera de mi propia fuerza, yo sería un gran fracaso. Sé que soy débil en mi mismo, pero Cristo me ha hecho digno. Por lo tanto, no importa cómo yo me sienta o lo que mi mente endeble me diga, soy fuerte y en él soy digno. Desde que el hombre fue creado, él ha tratado de elaborar su propia justicia y ha tratado de hacer la clase de obra que le haría a sí mismo parecer bueno a los ojos de Dios. El clamor básico del corazón del hombre es ser justo delante de Dios; tantos cristianos hacen toda clase de obras para obtener justicia, tal como confesar sus pecados, enseñar clases dominicales y guardar los diez mandamientos. Y sin embargo estas buenas obras no hacen a una persona justa. La justicia se obtiene de Dios por medio de la fe de Jesucristo. Filipenses3:9: Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe [creencia]. Sus lágrimas, su afán y todas sus oraciones —sus buenas obras— no le serán de provecho. La justicia no es por la cruz que usted lleva, sino por la cruz que Jesucristo llevó por usted. La justicia de Dios es dada a todo creyente, no por obras, sino por la gracia de Dios que es favor divino. 2 Corintios 5:21: Al que no conoció pecado [Jesús], por nosotros lo hizo [Dios] pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Dios hizo a Jesucristo pecado por nosotros. Jesús, que no conoció pecado, llevó nuestros pecados sobre sí mismo para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Cristo Jesús. Todo lo que Adán perdió en la caída, Jesucristo lo obtuvo nuevamente para el creyente cuando murió sobre la cruz (1 Pedro 2:24: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”). Jesucristo, que no

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conoció pecado, por nosotros fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios. Hoy ya no es cuestión del problema del pecado. El problema del pecado fue resulto en Jesucristo. Lo que queda es el problema del pecador. Un pecador cuando acepta Jesucristo como señor debe renovar su mente para creer la Palabra que él es justo, y como un hijo de Dios él no tendrá más que preocuparse, temer o sentirse indigno. El simplemente tendrá confianza de que es digno por medio de Cristo Jesús. Muchas denominaciones han enseñado erróneamente que una persona puede ser justa un minuto e injusta al minuto siguiente; y que sí esa persona no se vuelve justa otra vez antes de su muerte, perderá el cielo y terminará en el infierno. Esto no es verdad. Cuando Dios nos hizo justos en Cristo Jesús hace más de mil novecientos años, nada tuvimos que ver con el asunto. Cuando el Espíritu de Dios en Cristo es nacido dentro de nosotros, somos en ese momento y para siempre justos. Nosotros recibimos la naturaleza de Dios la cual nos hace justos en ese mismo momento. Romanos 3:22-25 La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. Usted no puede y yo no puedo ganar esta justicia. Dios en Cristo Jesús fue hecho justicia para usted hace más de mil novecientos años. Así que, ¿por qué dice todavía: “soy una persona injusta” si usted es renacido? 1 Corintios 1:30 Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención. Usted no es una persona injusta si es nacido de Dios pues ha sido hecho justo; le ha sido dada sabiduría; ha sido santificado y ha sido redimido. Esto es lo que llamo un evangelio de liberación. Ni usted ni yo por nuestros propios esfuerzo podemos lograr esto; esto nos ha sido “hecho”, hecho para nosotros. Romanos 5:8 Mas Dios muestra [introdujo favorablemente] su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

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Cristo murió por nosotros, no cuando éramos lo suficientemente buenos, sino cuando éramos lo bastante malos para necesitar de él. Y al hacernos justos, Jesucristo también nos eximió de tribulación futura. Romanos 5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él [Cristo] seremos salvos de la ira. Cuánto amo enseñar este evangelio de liberación y justicia. Cuando sepa que es justo en él, crea. Cuando usted cree la Palabra de Dios, sabe que su vida está en él; entonces ningún miedo, preocupación y culpa puede frustrarle y derrotarle. Para un creyente no hay necesidad, no hay pobreza, no hay enfermedad, no hay derrota porque éstas fueron superadas por medio de Jesucristo. Usted puede ser liberado hoy de su servidumbre con sólo creer la Palabra de Dios. Debe tener confianza en Dios. 1 Juan 3:20-21 Pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios. En tanto el corazón del hombre, su ser más intimo, lo esté condenando o acusando por cualquier razón, no puede obtener respuestas a sus oraciones porque no tiene confianza hacia Dios. El no puede creer y aceptar las simples promesas de la Palabra de Dios. Aquellos que son justos en Cristo Jesús y que saben que son justos no tienen razón alguna para temer. Pueden tener confianza hacia Dios y por lo tanto pensar y vivir victoriosamente.

Capítulo nueve El Cuerpo Partido Y La Sangre Derramada Sanidad En La Santa Comunión Gran número de cristianos están sufriendo de falta de fuerza e integridad física. En la mayoría de los casos su falta de bienestar se debe ya sea a enseñanza equivocada o a una falta total de enseñanza acerca de la materia que trata este estudio. La mayoría de los cristianos están completamente familiarizados con el significado de la sangre derramada pero no con el cuerpo partido en la ceremonia de la comunión. El aspecto del cuerpo partido del servicio de Comunión merece estudio y enseñanza. El valor de este estudio sobre la vida abundante depende enteramente sobre qué posición retenga usted referente a la Palabra de Dios. Si usted cree que la Biblia es la Palabra de Dios y que es la respuesta de Dios a las necesidades del hombre, entonces usted será capaz de manifestar los resultados en su vida. De acuerdo a Malaquías 3:6, Dios dice: “Porque yo Jehová no cambio…” El es el mismo todo el tiempo. Lo que El fue una vez, El siempre es. Lo que hizo una vez, el siempre lo hace. El Dios que yo conozco, que yo enseño y predico, y por quien yo trabajo, es el mismo Dios que el Dios de Abraham, David y Pablo. Dios no ha llegado a ser ni un poquito más débil a través de estos años. 33

La productividad de este estudio, gran parte, depende si usted está buscando o no liberación de la enfermedad. Si usted no está buscando completa liberación para su vida, sino una excusa para el cautiverio, este estudio no le será de provecho. Hay gente que cree que la voluntad de Dios para ellos es estar enfermos. Hay gente que cree que Dios es el autor de la enfermedad, el sufrimiento y toda clase de maldad para la humanidad. Hay gente que cree que Dios los hace mejor cristianos al mandarles enfermedades y dolencias. Todas estas posiciones son contradicciones directas a la Palabra de Dios. Dios no envía enfermedad, dolencia y pecado a la vida de nadie para hacerlo un cristiano más digno o más santo, ni tampoco envía Dios enfermedad y dolencia para probar a la gente. Cuando la iglesia corintia estuvo manifestando enfermedad, división y contienda, Pablo no los aplaudió por sus enfermedades. El no dijo: “Que ustedes estén enfermos es una señal del amor de Dios”. Ni tampoco dijo Pablo: “Carguen su enfermedad pacientemente pues Dios los está probando”. El Apóstol Pablo, según la epístola a los Corintios, los reprendió y se esforzó por corregirlos por estar enfermos. El los reprendió no como individuos sino como una congregación, como cristianos, porque ellos no discernían el cuerpo del señor apropiadamente. Ellos no se daban cuenta de que Jesús, que fue sacrificado en la cruz del Calvario, había logrado en su cuerpo algo para ellos. Pablo señaló que ya no era necesario sufrir enfermedad y dolencia. La era de la ley fue totalmente diferente a la era de la Iglesia. Deuteronomio 28:15-6 habla sobre la maldición de la ley, aquellas cosas que sobrevinieron a los hombres que eran desobediente a la ley. Deuteronomio 28:15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. Versículo 22: Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor… Versículo 27: Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. Versículo 28: Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu. Versículo 35: Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas… sin que puedas ser curado. Versículo 60: Y traerá sobre ti todos los males de Egipto… Versículo 61: 34

Asimismo toda enfermedad y toda plaga… Jehová la enviará sobre ti… La mayor parte de toda esta sección trata de enfermedad y dolencia. La Iglesia, el cuerpo de creyentes, no está más bajo la maldición de la ley. Por la gracia de Dios por medio de Jesucristo somos ahora capaces de vivir la vida más abundante. Gálatas 3:13: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). Si hemos sido redimidos de la maldición de la ley entonces no tenemos más la maldición sobre nosotros. “Cristo nos redimió [tiempo pasado] de la maldición de la ley…” Eso quiere decir que él nos redimió, no sólo de algunas de las cosas mencionadas en la maldición, sino de todas ellas, lo cual incluye enfermedad y dolencia. Si la Iglesia ha sido redimida de la enfermedad y la dolencia, entonces, ¿por qué estaba enfermiza y débil la Iglesia corintia? 1 Corintios 11:29-30 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

La iglesia corintia estaba bien enterada de lo que la sangre de Cristo significaba, pero no estaban logrando discernir el cuerpo del señor. No dice cuántos miembros tenía la iglesia corintia, pero se puede documentar el número en otro grupo del Antiguo Testamento. Algunos eruditos estiman que dos millones y medio de personas salieron de Egipto, porque fueron 600.000 hombres más esposas e hijos. Éxodo 12:37 Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. Salmos 105:37: …Y no hubo en sus tribus enfermo. Siempre hay algo obviamente erróneo cuando hay miembros en la Iglesia que están débiles y enfermizos y la gente se está muriendo prematuramente. Si Dios puede sacar a dos millones y medio de personas de Egipto sin ninguna enferma entre ellas, entonces, ¿qué hay que El no pueda hacer en el día en que vivimos? ¿No hará Dios en esta Era de la gracia lo mismo, si no más, de lo que hizo en el tiempo de la ley? La grandeza de este día en que vivimos es mayor que la de los días de Moisés. Jesucristo se

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levantó de los muertos, el espíritu santo está en la gente cristiana con gran poder potencial. Hechos 13:38,39 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree. Los hijos de Israel habían estado en Egipto por cuatrocientos años y habían sido terriblemente maltratados por los patrones egipcios. Éxodo 2:23,24: Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Por 80 años Israel había estado esperando que apareciera su libertador. Éxodo 3:10 Ven… y te enviaré [Moisés] a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Y Dios los sacó bajo el liderato de un hombre llamado Moisés. Moisés llegó a ser el portavoz de Dios; y en preparación para la liberación de los israelitas esclavizados, Dios instruyó a la gente por medio de Su portavoz. Éxodo 12:3,6-8,11 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo:… tómese cada uno un cordero… … lo inmolará… entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas… Y aquella noche comerán la carne… …es la Pascua de Jehová. Dios dio su Palabra; aquellos que oyeron y creyeron obtuvieron los resultados. Dios le dijo a Moisés que él debería decirle a la gente que hicieran dos cosas: (1) tomar la sangre del cordero y rociarla en el dintel y los dos postes de las casas y (2) comer la carne. La sangre y la carne eran igualmente importantes, igualmente significativas en lo que concierne a la Palabra de Dios y al pueblo de Israel. Esto fue la Pascua de Jehová.

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Quiero que usted note algo más. Cuando el Señor pasó sobre Egipto y los primogénitos de los egipcios fueron muertos, Dios protegió las casas de los hijos de Israel debido a la sangre que ellos rociaron en el dintel y en los postes. Sólo la sangre los protegió. El Relato de Éxodo no menciona nada acerca de ver un esqueleto o la carne del cordero colocada fuera de la puerta. Si algún padre hebreo hubiese dicho: “Oh, esa Palabra de Dios que Moisés está hablando es una tontería; yo no creo en esa clase de cosas. Es tonto matar un cordero y rociar la sangre sobre nuestro dintel de puerta, y luego pensar que el heridor no vendrá. Yo no lo haré. Yo rehúso escuchar a Moisés; él no puede ser el hombre de Dios”. Si el padre realmente hubiese creído esto, el hijo mayor de esa familia hubiese muerto junto con los primogénitos de los egipcios incrédulos. Después de prestar protección a los hijos de Israel por el derramamiento de sangre, ¿cuál fue el propósito del mandamiento: “…comerán la carne…”? Dios les dijo que comieran la carne del cordero para que sus necesidades físicas fueran suplidas. Viendo a esos hebreos aquella noche en Egipto, ellos no lucían cambiados en el exterior. Pero algo había sucedido porque los israelitas actuaron según la Palabra de Dios. La creencia se indica por medio de actuar según lo que Dios ha prometido. La gente hebrea guiada por Moisés demostró creencia. Dios les dio integridad física cuando comieron la carne del cordero, y literalmente tuvo piedad de sus vidas porque ellos siguieron Sus instrucciones al rociar la sangre. Ni un segundo antes de que comieran el cordero recibieron ellos integridad. Pero, esa noche cuando comieron la carne del cordero cuya sangre habían rociado sobre el dintel y los postes de la casa, ellos comieron salud, física para sí mismos. El heridor pasó sin herir a los israelitas obedientes, y a la mañana siguiente todos estaban completos en todos los aspectos. Esta gente actuó según la Palabra de Dios tal como fue hablada por Moisés. Algunos de ustedes están diciendo: “Bueno si hubiese un Moisés hoy día, yo creería”. ¿Lo haría usted? Siempre que hay un hombre de Dios hablando la Palabra de Dios, usted tiene la Palabra absoluta. Cuando yo estoy predicando el evangelio, yo soy el hombre de Dios con Su poder en mí, y todo el que crea las palabras que hablo obtiene resultados cuando actúa según ellas. Esto promete la Palabra. Así como la sangre del cordero fue el cubrimiento por los pecados de los hijos de Israel, así la sangre de Jesucristo fue vertida por el pecado. El cuerpo de Cristo fue ofrecido por las consecuencias del pecado (esto es, enfermedad, dolencia y necesidad) al igual que el comer la carne fue la sanidad para los necesidades físicas de los hijos de Israel. Mateo 8:17: El mismo [Jesús] tomó nuestras enfermedades [estar incompletos], y llevó nuestras dolencias. Estas dos cosas Jesús hizo por nosotros pues él es nuestra pascua. 1 Corintios 5:7: …porque nuestra pascua, que es Cristo, 37

ya fue sacrificada por nosotros. En el pasaje de Éxodo 12, Israel estaba comenzando su jornada desde la tierra de Egipto, la tierra de esclavitud, a la tierra prometida. En esa jornada uno puede encontrar una verdadera comparación para la jornada de cada persona hoy en día. Describe la jornada que un cristiano puede hacer desde el tiempo de la esclavitud, la derrota y la frustración, hasta la vida más abundante. La única diferencia es que los hijos de Israel miraban hacia delante al tiempo de la cruz de Jesús, mientras que nosotros miramos hacia atrás a los logros en cruz de Jesús. Cuántos hemos descuidado llegar a la gente de Dios con esta verdad acerca de la carga de nuestras dolencias por Jesús. Nosotros hemos enseñado que Jesús llevó nuestro pecado pero hemos descuidado el enseñar la otra mitad --que él “…llevó nuestras dolencias”. La Palabra de Dios es clara en cuanto a estas dos partes específicas en la muerte de Jesús. No estoy predicando una nueva doctrina, no estoy enseñando un evangelio nuevo; estoy enseñando el evangelio que Pedro, Pablo y el resto de los apóstoles enseñaron y predicaron, el cual trajo liberación a los creyentes. Yo creo en la obra completa de Jesucristo, no sólo para salvación del pecado sino también para salvación de enfermedad. Si Pedro puede decir: “…En el nombre de Jesucristo… levántate y anda”, yo también puedo, su pastor también, usted también, porque la Palabra lo dice. Estamos limitados sólo al punto en que limitemos la Palabra de Dios en nosotros. El, Jesucristo, cargó con nuestra enfermedad y nuestro pecado. Los elementos de la Pascua para Israel son equivalentes a la Santa Comunión para la Iglesia. El cordero de Pascua tenía dos partes importantes: sangre y carne. Así también, la muerte del cordero de Dios tenía dos elementos: sangre y carne, simbolizados en la santa Comunión por la copa y el pan 1 Corintios 10:16: La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 1 Corintios 10:16 tiene los dos elementos descritos muy claramente; aun así por años no me di cuenta del gran poder de sanidad física en la comunión.Yo siempre creí que la “Celebración de la cena del Señor siempre ha sido considerada por la iglesia como el santuario más íntimo de toda la adoración cristiana”, como está asentado en nuestra liturgia de Comunión. Pero yo no había sido enseñado en las iglesias o seminarios a los cuales asistí que el cuerpo de Jesús fue dado por mi integridad física, aunque la Biblia dice que es así. La enfermedad ha venido sobre la Iglesia, aunque participamos de ambos elementos, porque no hemos discernido apropiadamente el cuerpo del señor. Salmos 103:3: El [Dios] es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias. Hay dos partes: pecado y dolencia, una es removida por la sangre del cordero y la otra por la carne del cordero.

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Isaías 53:5: Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Este pasaje profetiza los logros del mesías prometido, Jesucristo. De nuevo, note los dos elementos: perdón y sanidad. La integridad tiene dos partes espiritual y física. En el Antiguo Testamento hay siete nombres diferentes para Dios que describen su naturaleza. Uno de los siete es Jehová Rapha que es hebreo, y quiere decir: “…Yo soy Jehová tu sanador”. Como se da en Éxodo 15:26. Una parte integral de la naturaleza de Dios es sanidad física. El señor, en el tiempo en que los hijos de Israel salían de Egipto, les dio la promesa: “Yo soy Jehová tu sanador”. El sigue siendo el mismo Señor hoy día. Satanás causa enfermedades y las dolencias. Dios hizo disponible la salvación y la sanidad. 1 Pedro 2:24: Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Mientras Jesús andaba aquí sobre la tierra demostrando la voluntad de Dios, llegó el momento para el cumplimiento de aquellos que está relatado en 2 Corintios. 2 Corintios 5:21: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Jesús, que no tuvo pecado, fue hecho pecado por usted y por mí: “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. No hay palabras para describir el amor mostrado en la crucifixión de Jesús. Jesús, el hijo de Dios, sin ningún pecado --que no hizo otra cosa sino el bien para la gente, sanando sus cuerpos rotos y dándoles la Palabra de Dios-- ahora iba a ser crucificado por ellos. Le golpearon y entretejieron una corona de espinas para ponerla en su cabeza. Escupieron en su cara y le pegaron. Finalmente le guiaron por aquel escabroso camino al calvario. Juan 19:17: Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera. (Y él [Jesús], cargando su cruz” es la frase de la cual se ha inferido que Jesús cargó la cruz de madera. Esto no concuerda con los pasajes claros en los otros tres evangelios. Ellos estipulaban claramente que Simón de Cirene cargó la cruz de madera desde la puerta del Pretorio). La cruz que Jesús cargó estaba compuesta de todo lo que había en contra de nosotros. 39

Colosenses 2:14 Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. Fue ese castigo físico por el cual él pasó que trajo nuestra sanidad. En Isaías 53:5 leemos: “por su llaga fuimos nosotros curados”, y en 1 Pedro 2:24: “por cuya herida fuiste sanados”. Al final de su vida terrenal cuando le estaban golpeando y azotando, Jesús en su cuerpo físico estaba pagando el precio para la integridad física de la humanidad. Cuando él permitió que su cuerpo fuera golpeado y azotado, Jesús nos estaba redimiendo de la enfermedad y dolencia. No fue su cuerpo, sino su sangre la que fue derramada en el Calvario para la remisión del pecado Mateo 26:28: Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Las palabras “sangre derramada” son una figura literaria y no quieren decir literalmente “sangre”, sino la vida ha salido de la sangre. La sangre de Jesús fue derramada --él murió-- para la remisión de los pecados, no por las enfermedades. Jesús fue nuestro substituto completo. El fue nuestra pascua. Fue muerto por nosotros. En vez de tener que vivir bajo la maldición de la ley, ahora somos libres de esa maldición. Ahora vivimos por gracia por medio de creer en la obra finalizada de Jesucristo, el cordero de Dios. Cuando usted y yo creamos y conozcamos nuestros derechos legales en Cristo, y cuando conozcamos y creamos en el significado total de la Santa Comunión, no toleraremos más las enfermedades. Las enfermedades y el pecado pierden su poder sobre nosotros cuando discernimos apropiadamente el cuerpo y la sangre del señor. La copa en la Santa comunión representa la sangre de Jesucristo; el pan representa el cuerpo de Cristo. Ya que Jesús llevó mi pecado y enfermedad en la cruz del Calvario, entonces cuando vengo a la Comunión en memoria de él y como de ese pan y bebo de esa copa, tengo sanidad y perdón de pecados porque “llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero…por cuya herida fuisteis sanados”. El señor Jesús instituyó este nuevo pacto de la Santa Comunión simbolizando su sangre y su cuerpo. 1 Corintios 11:23-25: …Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, 40

diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. La iglesia corintia fue amonestada a seguir celebrando la cena del señor. Después de dar cada elemento, la escritura dice: “haced esto en memoria de mí”. No sólo es hacerlo, sino “hacerlo en memoria de Cristo” Para tener memoria de alguien o de algo, primero tenemos que tener conocimiento concerniente a esa persona o cosa. Tenemos que saber lo que Cristo logró por su muerte antes de poder tener memoria de los resultados de su sufrimiento y muerte por nosotros. Actuar según la promesa de Dios trae el resultado que Dios dijo que traería. Romanos 10:11: La Escritura dice: ningún hombre que crea en él--que se adhiera a, se atenga a y confíe en él--será [jamás] avergonzado o desilusionado. [Traducción amplificada.] Vaya a la mesa de Comunión sabiendo que sus pecados están perdonados y que por su herida fue usted sanado. Esto no depende de los sentimientos que usted pueda o no tener; depende de los logros de Jesucristo. Al serle servido el pan, recuerde que Cristo dijo: “Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido”. Con creencia reciba y dele gracias a Dios por su integridad física como espiritual.

Capítulo diez Completos en él Colosenses 2:9,10: Porque en él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él… Si estamos completos en Cristo, entonces estamos verdaderamente completos. Pocos cristianos han utilizado el poder de Dios en ellos porque no llegan a renovar sus mentes a la verdad absoluta de la Palabra de Dios de que ellos están completos. Para vivir la vida en abundancia y ser “más que vencedores por medio de aquel que nos amó”, tenemos que confesar y actuar según indica la Palabra de Dios. Cuando nuestra confesión no está alineada con la Palabra de Dios, vivimos una vida de inferior calidad, no logramos manifestar la vida más abundante, y no indicamos que somos más que vencedores”. Cuando creemos muy poco, manifestamos menos de lo que legalmente y legítimamente nos pertenece como hijos de Dios. Cuando yo confieso que no soy lo que su Palabra declara que soy, no es que Dios sea menos en mí, sino que yo soy menos en El. Literalmente esto me hace un mentiroso. Estoy entonces confesando que Dios no tiene razón, y que El no ha hecho por mí lo que El dice que ha hecho. No lo quiera Dios que hagamos esto pues Dios es Verdad y todos 41

los hombres son mentirosos (Romanos 3:4 De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado). Si la Palabra declara que estamos completos en él entonces estamos completos --pues somos lo que la Palabra de Dios dice que somos, tenemos lo que dice que tenemos, seremos lo que dice que seremos, y tendremos lo que dice que tendremos. Nuestro significado español usual de la palabra “completo” no transmite el énfasis apropiado en esta frase de la Escritura: “y vosotros estáis completos en él…” El arameo ilumina esta expresión con mayor claridad. En arameo hay cuatro formas gramaticales diferentes para mostrar la intensidad de un verbo. El español no tiene forma verbal alguna que corresponda a esta forma aramea. Aun en arameo son muy pocos los verbos que experimentan estas cuatro conjugaciones. La primera conjugación es gal en hebreo, peal en arameo estranguelo o una forma simple en español. La segunda conjugación se llama piel en hebreo, pael en arameo estranguelo o una forma intensiva en español. La tercera conjugación se llama hiphil en hebreo, aphel en arameo estranguelo o una forma extensiva en español. Para mostrar cierta comparación con el español, usaremos el verbo pasivo “estar completo”. La forma intensiva mostraría en estar completo más intenso --“estar completamente completo”. La forma extensiva indica aun mayor intensidad-- “completamente y absolutamente completo”. Si en Colosenses 2:10 Dios hubiera puesto el verbo “completo” en este último uso (extensivo) --a saber, que estamos “completamente y absolutamente completos en él”-esto sería maravilloso; pero éste no es el caso. Dios va aun más allá de esta forma extensiva para mostrarnos cuán completos estamos en él. Los manuscritos arameos en Colosenses 2:10 usan una cuarta conjugación muy rara. Esta cuarta conjugación se llama hithpael en hebreo, shaphel en arameo estranguelo, o lo que sería la forma extra--extensiva en español. Se encuentra sólo pocas veces en la Biblia. Esta conjugación, muy raramente usada, es difícil de traducir. Pero he aquí un ensayo de traducción de Colosenses 2:10 como es dado en arameo en la forma eshtaphal (shaphel pasivo, que corresponde al hithpael hebreo): “!Estamos completamente, completamente, absolutamente completos en él!” Tal forma de estar completos es incompresible a la finita mente humana. En el mejor de los casos, podemos saber con seguridad que no carecemos de nada. Las siguientes son algunas de las cosas que componen nuestro estar completos: Colosenses 1:12,13: Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de [por] su amado Hijo. Colosenses 1:21,22: Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños 42

y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él. Efesios 1:7: En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 1 Corintios 1:30: Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; Colosenses 2:10-12: Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Romanos 8:37: Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 6:4: Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Como hijos de Dios renacidos, estamos completos en él. El próximo paso es manifestar este estar completos. La operación del don de espíritu santo en cada creyente renacido es la clave para liberar poder potencial y demostrar el estar completo. El don del espíritu santo tiene nueve manifestaciones que están presentadas en 1 Corintios 12. 1 Corintios 12:7-11: Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

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Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular [su propio] como él [el hombre] quiere. Cuando operamos estas manifestaciones comenzamos a evidenciar parte de nuestro poder dado por Dios. Yendo un paso más adelante, las manifestaciones del espíritu producen como resultado fruto del espíritu. Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… El fruto resulta de la operación de las manifestaciones del espíritu. Los cristianos no pueden mostrar el fruto del espíritu sin operar las manifestaciones del espíritu al igual que no pueden manifestar el espíritu sin tener el espíritu. El fruto del espíritu, del cual Gálatas 5:22,23 hablan, no es el fruto de las obras del hombre. El fruto que se evidencia a sí mismo al operar las manifestaciones del espíritu es el único “fruto del espíritu”. Primero operamos las manifestaciones, las herramientas, y así cultivamos el fruto en evidencia. Esta verdad es extraordinaria cuando consideramos que por años hemos leído “fruto del espíritu” pero hemos actuado consistentemente como si debiera decir “el fruto de las obras del hombre”. ¡Que verdaderamente maravilloso es darse cuenta de que como hijos de Dios tenemos las manifestaciones del espíritu y que por la operación de estas manifestaciones es evidenciado el fruto del espíritu! El fruto del espíritu es manifestado en el mundo de los sentidos sólo según renovamos nuestras mentes a actuar por el poder del espíritu dentro de nosotros. Las manifestaciones del espíritu y el evidenciar el fruto del espíritu muestran parte de nuestro estar completos. El alcance total de estar “completos en él”, sin embargo, podrá saberse solamente cuando lo veamos cara a cara. Colosenses 3:1-4: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Sin duda cuando seamos “manifestados con él en gloria” seremos capaces de apreciar cabalmente que estamos completamente, completamente, absolutamente completos en él. ¡Que vigorizante espiritualmente es saber y darnos cuenta de que nosotros como cristianos somos lo que Dios dice que somos y que tenemos lo que El dice que tenemos! 44

Nuevamente, ¿cuáles son algunas de las cosas que tenemos que componen nuestro estar completos? Tenemos una herencia con los santos, habiendo sido librados de la potestad de las tinieblas y trasladado al Reino de Dios; hemos sido reconciliados con Dios, ante el cual somos santos, sin mancha e irreprensibles; tenemos redención y perdón de pecados; Cristo nos ha sido hecho sabiduría, justificación, santificación y redención, somos más que vencedores; podemos andar en vida nueva; tenemos el don de espíritu santo y por tanto podemos operar las manifestaciones del espíritu y producir el fruto del espíritu. ¿Está empezando a entender usted ahora que está, como dice Colosenses 2:10, completamente, completamente, absolutamente completo en él? Cuán motivados deberíamos estar para andar con vida nueva, sabiendo cuán grande es Dios y cuán bueno El es con nosotros a causa de las obras de Cristo Jesús, Su Hijo.

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Cuarta parte LA PALABRA EN NUESTRAS MENTES El propósito de la tercera parte de La Biblia me lo dice, “Integridad física y espiritual”, era hacernos fuertes mostrándonos cuán completamente Dios ha suplido todas nuestras necesidades. La primera parte, nuestro punto de partida, comenzó cuidando de nuestra salud mental. Necesitamos libertad e integridad mental antes de poder lanzarnos hacia el entendimiento de las otras verdades de Dios. Luego, en la segunda parte, vimos la sencillez y el poder de la ley de la creencia, la cual funciona para absolutamente todos, aun para aquellos que no la conocen. Todas las verdades en las primeras tres partes están claramente explicadas y documentadas en la Palabra de Dios. Sin embargo, en los temas de esta cuarta parte, la claridad de la Palabra de Dios ha sido enturbiada por el transcurso del tiempo, las traducciones y las interpretaciones. Así que ahora tenemos que estudiar nuevamente la Palabra de Dios y buscar la claridad en temas que han estado casi sin estudiarse o en temas que se han entendido muy mal y que por consiguiente se han enseñado incorrectamente. Los ocho estudios siguientes sobre la exactitud de la Palabra de Dios comienzan con los temas menos complicados pero dinámicos --“Las Palmas de Dios”, “El andar de la juventud” --y profundizan progresivamente hacia las investigaciones más detalladas de “La Servidumbre del día de reposo”, “El Bautismo”, “El Aguijón en la carne de Pablo”, “Cuando Judas se ahorcó” y “Procura con diligencia”. El punto culminante de deleite y estudio es el capítulo final, “Como El es” --un estudio de las tres palabras como El es de 1 Juan. Estas palabras nos muestran la increíble verdad de que “como él es, así somos nosotros en este mundo”. Ya que somos como El es, nuestra libertad mental, nuestra creencia positiva, nuestra integridad tanto física como espiritual, deben reanimarse con entusiasmo y fuerza. Esto es lo que sucede cuando ponemos Su Palabra en nuestras mentes.

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Capítulo once Las Palmas de Dios La figura literaria condescencio en “las palmas de Dios”, que atribuye características humanas a Dios, es usada en Isaías de una forma extremadamente bella, como un orientalismo en todo su significado. Isaías 49:15-16 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida [tatuada]; delante de mí están siempre tus muros [manos]. La maternidad es una experiencia humana inolvidable. Una madre alimentando a su hijo recién nacido tiene sentimientos indescriptibles de unión y tierno afecto por el fruto de su vientre. Aun así, Dios dice que una mujer podría olvidarse de su bebe --que es dificilísimo e inverosímil-- pero Dios nunca se olvidará de uno de los Suyos. Para enfatizar la gran habilidad de Dios para recordar a Sus hijos, este pasaje declara que el recuerdo de Dios va más allá que el de una madre por su hijo. La memoria de Dios es aun más profunda que la memoria de una estrechísima relación humana. La memoria de Dios por nosotros está por encima de la comprensión humana. Después de esta vívida declaración del recuerdo de Dios por Sus hijos, el versículo 16 de Isaías 49 usa una figura gráfica que atribuye a Dios la característica humana de las palmas: “En las palmas de las manos te tengo esculpida”. La manera oriental de expresar gran amor y continuo recuerdo se hace por medio del grabado, lo que nosotros llamaríamos tatuaje. La tradición oriental era tatuar en su cuerpo los nombres de aquellos que usted ama cariñosamente mientras que simplemente le obsequia regalos a aquellos que usted ama superficialmente. El proceso del tatuaje es muy desagradable. Cuando una persona se tatúa, comúnmente lo hace en el brazo, algunas veces en la espalda o en el pecho. Pero usted nunca ve tatuadas las palmas de la mano de un hombre. ¿Por qué? Porque las palmas de las manos son demasiado sensibles. Son demasiado delicadas. El dolor del tatuaje en las palmas es demasiado grande para soportar. Pero aun así Dios dice: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida”. Primeramente, Dios está diciendo que toma demasiado tiempo mirar en el brazo o en los hombros o a lo largo del pecho, porque esa parte del cuerpo está cubierta por varios tipos de vestimentas; por lo tanto, Él nos ha tatuado en las palmas de Sus manos. Allí puede vernos constantemente. Dios nos ama tanto que, figurativamente, está dispuesto a soportar el agudo dolor de tenernos tatuados en las palmas de Sus manos. No es demasiado doloroso para Dios grabar nuestros nombres en las palmas de Sus manos porque El nos ama tiernamente. Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 47

Dios está tratando de ilustrar cuánto cuida de nosotros diciendo: “He aquí que en las palmas de mis manos te tengo esculpida”. El nos está diciendo que ha tomado una parte muy delicada, muy sensitiva de Su ser, y allí ha tatuado nuestros nombres. En realidad El está diciendo: “Los amo tanto que no quiero que mi amor esté cubierto bajo las vestimentas, no quiero que mi amor quede oculto de tal manera que no pueda ser visto; pero Yo los he grabado en una parte muy delicada y sensitiva de Mi ser para que en cualquier momento que mire pueda verlos”. Ese es el amor de Dios. Cuando usted vea la belleza de esta escritura comenzará a apreciar la compasión y el amor de Dios. La segunda parte de esta verdad dice: “…delante de mí están siempre tus muros”. La palabra “muros” es una presentación muy inexacta. Las palmas de las manos son los muros. Cuando usted las levanta ellas son muros delante de su cara. Además de tenernos grabados en sus palmas, nuestras propias palmas están continuamente delante de Él. ¿Qué es lo que Dios ve en las palmas de nuestras manos? El no ve otra cosa salvo pecado, duda, temor, amargura, disputas, mentiras, odio --todo lo que mancha a un pecador. Él ve en nuestras palmas el miedo a la muerte, el miedo a la enfermedad y la dolencia, la inseguridad e incertidumbre del futuro. Pero Dios en Su maravillosos amor infinito, sin tomar en consideración quiénes éramos, nos tatuó o grabó en Sus palmas. El continuo recuerdo de Dios por Sus hijos es verdad porque Él los ha esculpido, a Sus hijos, sobre las palmas de Sus manos. Isaías 1:18: Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Esta es una parte del significado del continuo recuerdo de Dios. Isaías 43:25: Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Salmos 103:12: Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. ¿No diría usted que Dios con seguridad nos ha grabado sobre las palmas de Sus manos? El perdona y olvida nuestros defectos al mismo tiempo que nos recuerda y cuida de nosotros constantemente. Dios nos da en el Libro del Apocalipsis una verdad parecida. Apocalipsis 3:20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

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¿Pensó usted alguna vez sobre la belleza de esas palabras? En el oriente el anfitrión no come con su invitado a no ser que sea un amigo muy íntimo. En este pasaje de Escritura Jesús está diciendo: “Yo soy tu amigo más íntimo”. Jesús entra en nuestros corazones a invitación nuestra. El nunca se nos impone. El no solamente está entrando, sino que está cenando con nosotros. Jesús dijo: “Yo deseo ser muy íntimo con mi gente; cenaré con ellos; comeré con ellos sólo con que me pregunten”. Hebreos 13:5 dice: “…No te desampararé, ni te dejaré”. También Mateo 28:20 dice: “…he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. El señor está con nosotros todos los días. Por eso es que él dijo en Mateo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Este es el continuo recuerdo de Dios por el cual El nos puede decir: “En las palmas de las manos te tengo esculpida aun cuando delante de Mí están siempre tus muros, tus palmas”. Cristo murió por todos y así pues él podía decir: “Cualquiera que desee puede venir”. Una vez que Cristo ha ofrecido la invitación es asunto de que nosotros la aceptemos. Si usted desea venir a Cristo usted puede. El hombre no tiene que morir en su pecado porque Cristo murió por el pecado y llevó nuestras enfermedades y nuestros dolores. Nosotros no tenemos que llevarlos. Dios alegre y deseosamente ha grabado nuestros nombres sobre las palmas de Sus manos. No hay duda alguna acerca de la claridad del llamado de Jesucristo al hombre. La única pregunta es si el hombre va a responder a ese llamado. Cuando Jesús murió sobre la cruz del Calvario, murió por todos en el mundo entero; pero sólo aquellos que lo aceptan a él como su salvador reciben los beneficios de su muerte. Aquellos de nosotros que hemos aceptado a Jesús como señor en nuestras vidas-hemos sido grabados en las palmas de las manos de Dios. El continuamente nos recuerda y cuida de nosotros. ¿Se acuerda usted de: “…para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”? El ha venido para permanecer en nosotros para siempre, para que tengamos vida eterna ahora y para siempre. Esta es la forma en que Dios se acuerda de nosotros continuamente. No hay un día, una hora, un minuto o un segundo en que nosotros como hijos de Dios no seamos recordados ante el trono de Dios. Nosotros los hijos de Dios verdaderamente hemos sido grabados en las palmas de Dios.

Capítulo doce El Andar de la juventud En este día y en esta época las acciones de los jóvenes están siendo vigiladas de cerca. Es conveniente, por lo tanto, que demos una mirada a un versículo de la Escritura en la primera epístola a Timoteo que establece claramente la importancia y la responsabilidad de la generación más joven. 1 Timoteo 4:12: Ninguno tenga en poco tu juventud, 49

Sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Tomemos este versículo línea por línea y palabra por palabra para ver la verdadera belleza que hay en la exactitud de la incomparable Palabra de Dios. “Ninguno tenga en poco tu juventud”. La palabra “ninguno” es un sustantivo inclusivo. Se nos dice que no permitamos a nadie, cristiano o no cristiano, creyente o incrédulo, tener en poco nuestra juventud. Las palabras “tenga en poco” quieren decir “menospreciar a”, “pensar desdeñosamente de”. Mateo 18:10: Mirad que no menospreciéis a [penséis desdeñosamente de] uno De estos pequeños… Los jóvenes han de condicionar sus pensamientos, trabajos y patrones de vida de tal manera que no haya ninguno que pueda pensar desdeñosamente de ellos. En el uso bíblico de la palabra “juventud” yace una verdad que nos ilumina el entendimiento. Una persona joven es llamada joven en la Biblia hasta que alcanza los treinta años de edad. De acuerdo a las costumbres judías a ninguna persona le era permitido enseñar hasta que tuviera treinta años de edad, ni tampoco se le consideraba para ser miembro del sanedrín (cuerpo gobernante de Israel) hasta que hubiera alcanzado los treinta. Abraham llevó a Isaac a la cima del monte Moriah cuando Isaac tenía treinta años de edad, José tenía treinta años cuando Faraón lo nombró gobernador de Egipto. Jesús no inició su ministerio de enseñanza sino hasta alcanzar la edad de treinta años. Esta misma palabra “juventud” es usada en los Evangelios cuando Jesús estaba hablando al principal joven rico (Mateo 19:20, Marcos 10:20; Lucas 18:21). Este hombre era muy rico y sin embargo era solamente un joven menor de treinta años. La palabra “sino” en 1 de Timoteo 4:12: establece aquello que precede en contraste con aquello que sigue: “sino [tú, un joven] sé ejemplo”. La palabra “se” quiere decir: “llegar a ser o llegar a un estado o condición en particular”. Esto, entonces, expresa un proceso de crecimiento --un estado de no haber alcanzado plenamente, pero de estar llegando a ser, o en el proceso de alcanzar. La palabra “ejemplo” proviene de la palabra griega tupos, la cual, al representar sus letras y sonidos en español, resulta en “tipo”. “De los creyentes” es el genitivo de posesión. Los jóvenes cristianos deben llegar a ser ejemplos o tipos de los creyentes en seis maneras: (1) en palabra, (2) en conducta, (3) en amor, (4) en espíritu, (5) en fe, (6) en pureza. La preposición “en” es la misma para cada palabra y expresa una íntima profundidad, una quietud interior o confianza propia. Los jóvenes han de llegar a ser, en la parte más íntima de su ser, un ejemplo de quietud y serenidad debido a la Palabra de Dios que vive en ellos. Esto no es sorprendente, pues es la Palabra de Dios lo que da a los jóvenes el conocimiento que ellos necesitan relativo a cada faceta de sus vidas; es la Palabra lo que Dios colocó por encima de Su Nombre. Salmos 139:2: “…Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. 50

Los jóvenes han de llegar a ser ejemplo de los creyentes en conducta. La palabra “conducta” es la palabra griega anastrophë, que quiere decir comportamiento o porte. Esta conducta, comportamiento o porte, es como una línea recta, condicionada y construida sobre el conocimiento de la Palabra que vive adentro. Gálatas 1:13: Porque ya habéis oído acerca de mi conducta [comportamiento--anastrophë] en otro tiempo… Los jóvenes han de llegar a ser ejemplos de los creyentes en amor. La palabra “amor” es la palabra griega agapë, que quiere decir el amor de Dios en la mente renovada en manifestación. El andar de la juventud es primeramente con la íntima quietud o serenidad de la Palabra; en segundo lugar, es un comportamiento que es recto, sin duda o vacilación; y en tercer lugar, con el amor de Dios en la mente renovada en manifestación. La palabra “espíritu” que aparece en la Versión Reina-Valera no aparece en los textos críticos griegos de Griesbach, Lachmann, tischendorf, tregelles, Alford, Wordsworth o Nestle; ni tampoco aparece en ninguno de los textos arameos. Por lo tanto la, la palabra “espíritu” debe ser suprimida. La palabra “fe”, es la palabra griega pistis y se traduce tanto “fe” como “creencia”. La fe es espiritual, dentro de un individuo; la creencia connota acción. Si los jóvenes han de llegar a ser ejemplos, deberá ser por sus acciones. Por lo tanto, pistis en este versículo debe traducirse creencia. Los jóvenes han de llegar a ser ejemplos en sus acciones creyentes. La palabra “pureza” es la Palabra griega hagneia, que quiere decir “castidad”. Pero la castidad, normalmente interpretada con el significado de pureza, en realidad no encaja si se toma en el contexto del versículo. La raíz de esta palabra es hagnos, que quiere decir “mantenerse lustroso” aun viviendo en este mundo deslustroso actual. Esta palabra es usada refiriéndose a Jesucristo en 1 Juan 3:3: “así como él [Jesucristo] es puro [hagnos]”, Jesucristo estaba en la carne en este mundo, pero el mundo no estaba mezclado en él a tal punto que él fuera contaminado. Otra palabra griega alineada muy cercanamente es hëgeomai. Esta palabra se usa también con respecto a un gobernador provincial romano, un líder principal que no está contaminado por lo que otros dicen. Los jóvenes han de andar como líderes, en línea recta, incontaminados por otros. Es un andar puro. ¡Cuán hermosa y cuán exacta es la incomparable Palabra de Dios! Después de estudiar y comprender la profundidad de 1 Timoteo 4:12, se ofrece la siguiente traducción literal de acuerdo al uso. No permitas que ninguno piense desdeñosamente de ti como joven. Llega a ser un ejemplo de los creyentes en la tranquilidad, la serenidad y la compostura propia 51

que tienes dentro de ti debido a tu estudio y conocimiento de la Palabra revelada correctamente Dividida. Llega a ser un ejemplo En tu conducta y tu manera de vivir. Llega a ser un ejemplo en El amor de Dios en la mente renovada en manifestación. Llega a ser un ejemplo en acción creyente en tu vida. Llega a ser un ejemplo en tu liderazgo incontaminado. La Palabra de Dios le ha dado a los jóvenes un gran desafío; ellos tiene una gran responsabilidad para con Su Palabra. En la juventud yacen pozos de habilidades y cualidades. Dios les manda perfeccionar y usar sus potenciales para su propio beneficio y el de la iglesia entera.

Capitulo trece La Servidumbre del día de reposo Es locura para un cristiano tratar de vivir bajo la ley o leyes que ya no existen. Esta situación es como detenerse en una esquina después de que la señal de parada ha sido quitada. Usted puede detenerse, pero no tiene que hacerlo. Esto es similar a los cristianos que se adhieren a la observancia del día de reposo. La tradición no debe cegarnos y mantenernos sin conocer los cambios que ocurren cuando la Palabra de Dios progresa de una era a otra. Las leyes del día de reposo fueron dadas a Israel y, por lo tanto, se aplican a Israel. Ya que estas leyes nunca fueron dadas a la iglesia, su interpretación no puede ser para ella. Las leyes del día de reposo fueron aplicadas a y para Israel y como tales no fueron nunca alteradas, cambiadas o transferidas a cualquier otro período. Las Escrituras claramente establecen que nosotros como hijos renacidos de Dios no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante [a causa de] el cuerpo de Cristo… ¿Cómo podría la ley acaso tener poder sobre nosotros cuando la ley está muerta? Que las personas traten de vivir bajo una ley que no les atañe no es algo nuevo en la era cristiana. Pablo tenía tales personas en la Iglesia en Galacia. Gálatas 4:31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre. 52

Gálatas 5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 4:9-11 Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, [incluyendo la ley] a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros. Romanos 14:5-6 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Colosenses 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo. La gran mayoría de los creyentes renacidos se reúnen el domingo para adorar, celebrando el día en el cual Jesucristo fue visto por primera vez en su cuerpo resucitado. Simplemente porque la mayoría de nosotros observemos el domingo no quiere decir que lo guardemos bajo la compulsión de la ley; nosotros lo guardamos porque estamos bajo la gracia y deseamos hacerlo así. En nuestra era, durante la Administración de la Iglesia, cada día es sagrado según la Palabra de Dios y no un día más sagrado que cualquier otro día. Cada día debe ser vivido para el señor, aunque en nuestra tradición la mayoría de los cristianos han separado el domingo como día especial de reposo y adoración. ***** Además del día de reposo, otros días de los cuales también se habla en la Biblia necesitan clarificación, específicamente el “Día del hombre”, el “Día de Cristo” y el “Día del Señor”. El “Día del Hombre” concierne al presente, la Era de la Gracia. El hombre hoy juzga y pronuncia sentencia; él dirige la política. 1 Corintios 4:3 Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.

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En la Versión Reina-Valera la palabra “día” está traducida “tribunal” y la palabra “humano” quiere decir “del hombre”. En esencia esta palabra “tribunal” expresa la verdad de que en el día del hombre, el hombre juzga, pero solamente por un período breve. El “Día de Cristo” viene. En ese día Cristo vendrá por su Iglesia; él reunirá a los muertos en Cristo y a aquellos creyentes que todavía están vivos. Filipenses 1:6,10 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo. Filipenses 2:16 Asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. El “Día del Señor” no es un día de la semana como se ha creído comúnmente. No es el domingo, sino que el Día del Señor es su día sobre la tierra cuando el señor mismo gobernará en justicia y poder y gloria. Al Apóstol Juan se le mostró este día en un futuro distante. Apocalipsis 1:10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta. Como 1 Tesalonicenses nos informa, aquel Día no nos sorprenderá a nosotros los creyentes renacidos como ladrón, porque no estamos en tinieblas sino que somos hijos de luz. 1 Tesalonicenses 5:2-5 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Cuando nosotros dividimos correctamente la Palabra de Verdad, aclaramos el ambiente y eliminamos la enseñanza errónea con respecto al día de reposo y los otros días mencionados en la Biblia. Nosotros no somos creyentes atados a un día de

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adoración legalístico. Nosotros adoramos en espíritu y en verdad. La tradición no osa cegarnos a la verdad de la luz de la Palabra de Dios.

Capitulo Catorce El Bautismo Muchos de los grupos religiosos de hoy fueron fundados sobre diversas creencias relacionadas con el bautismo. Este estudio le permite a la Escritura hablar por sí misma acerca del tema del bautismo y le permitirá al lector ver por sí mismo la gran exactitud de la Palabra de Dios sin inconsistencias interpretacionales y doctrinales causadas por el hombre en este tema. Comencemos por examinar la palabra “bautismo” y luego continuemos trazando el uso del agua en el bautismo desde el Antiguo Testamento, según se relacionaba con la ley, hasta el presente. Para descubrir el verdadero significado del “bautismo”, debemos investigar las Escrituras y observar sus variados usos. Por supuesto, “bautismo” ahora es una palabra española; las letras y los sonidos de la palabra griega baptisma se representan casi directamente en español. La raíz de la palabra baptisma es baptö, que quiere decir “meter en un líquido”. Baptö es también parte de la palabra embaptö, traducida “meter” o “mojar”. De esta raíz baptö se derivan cuatro palabras: 1. Baptizö-- hacerlas cosas baptö. Metidas en un líquido. 2. Baptismos-- el acto de meter en un líquido o lavar, el cual es el acto de bautizar; ésta no aparece en ninguna epístola eclesiástica; los cuatro usos de la palabra están en Marcos 7:4,8; Hebreos 6:2; 9:10. 3. Baptisma-- el resultado de baptismos; se usa veintidós veces en la Biblia; trece se refieren al bautismo de Juan, cinco al bautismo del señor, tres se encuentran en las epístolas de Pablo y la última está en Pedro. Baptisma aparece en Mateo 3:7; 20:22,23; 21:25; Marcos 1:4; 10:38,39; 11:30; Lucas 3:3; 7:29; 12:50; 20:4; Hechos 1:22; 10:37; 13:24; 18:25; 19:3,4; Romanos 6:4;Efesios 4:5; Colosenses 2:12; 1 Pedro 3:21. 4. Baptistës--el que bautiza. Hay solamente unas pocas instancias donde las letras y los sonidos de esta palabra no se representan directamente en español como “bautizar”, sino que se traducen en la siguiente manera. 1. Baptö se traduce “mojar” o “teñir” en los únicos tres lugares donde se usa. Lucas 16:24: Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje [baptö] la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Juan 13:26: Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado [bapto]… 55

Apocalipsis 19:13: Estaba vestido de una ropa teñida [baptö] en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 2. Embaptö se traduce como sigue en sus únicos usos. Mateo 26:23: Entonces él respondiendo, dijo: El que mete [embaptö] la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. Marcos 14:20: El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja [embaptö] conmigo en el plato. Juan 13:26: Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado [baptö], aquél es. Y mojando [embaptö] el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. [Baptö se usa en ambos casos en Juan 13:26 en varios textos críticos griegos.] 3. Baptizö tiene sus letras y sonidos representados consistentemente como “bautizar” excepto en tres usos. Marcos 6:14: Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista [baptizö]* ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Marcos 7:4: 4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan [baptizö], no comen… Lucas 11:38: El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado [bautizó] antes de comer… *La forma de esta palabra baptizö es el participio con el artículo. Se traduce con exactitud “el que bautiza” En estos últimos usos la acción es evidente por sí misma; cuando un fariseo volvía de la plaza, se lavaba antes de comer. 4. De los cuatros usos de baptismos solamente una vez se traduce “bautismo”-Hebreos 6:2. En los otros casos la Versión Reina- Valera está en lo correcto al traducir la palabra baptismos como “lavamientos” y “abluciones”. Las referencias están claras porque se refieren a las ordenanzas de servicio divino que se llevaban a cabo en el tabernáculo Marcos 7:4: Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas 56

hay que tomaron para guardar, como los lavamientos [baptismos] de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Marcos 7:8: Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos [baptismos] de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Hebreos 9:10: Ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones [baptismos], y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar [rectificar] las cosas. De cada uso bíblico de la palabra “bautismo”, podemos concluir que el significado en su raíz y el pensamiento básico en el bautismo es lavamiento. Por lo tanto, debemos notar otras tres palabras en griego que también quieren decir “lavar”. 1. Niptö --lavar una parte del cuerpo de uno. Mateo 15:2: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. 2. Louö --bañar o lavar el cuerpo entero; de donde también obtenemos la palabra “ablución”. Hebreos 10:22: Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 3. Plunö --lavar o enjuagar cosas inanimadas; ordinariamente esta palabra se usa al hablar de lavar ropa. Apocalipsis 7:14: Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Estas tres palabras griegas cubren totalmente el tema del lavamiento. La palabra “lavar” se usa en definición de cada una de las palabras anteriores. Por lo tanto, debemos concluir lógicamente que el verbo baptizö tiene un significado en común con las tres palabras griegas antes mencionadas, pero sin embargo debe ser distinto de cada una. Un estudio concienzudo de cada uso de baptizö revela que baptizö no denota remoción de suciedad o mugre del cuerpo, sino más bien la remoción de impurezas ceremoniales y es lavamiento simbólico. El aseo exterior de la carne por lavamiento o bautismo era para simbolizar la limpieza espiritual. La entrada al tabernáculo estaba condicionada por el bautismo, lo cual quería decir el aseo de la carne en la fuente por

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medio de mojarse tan solo para indicar lavamiento o aseo ceremonial. (Ver Éxodo 30:18-24. ¿Exactamente qué medios se usaban fuera del templo para el lavamiento? El Antiguo Testamento nos habla de la fuente del tabernáculo (Éxodo 30:17-21), el mar y las diez fuentes del templo de Salomón (1 Reyes 7:23-39) y el río del templo (Ezequiel 47:1-12). En el atrio del tabernáculo entre la entrada y la puerta se hallaban dos utensilios-el altar y la fuente (Éxodo 40:29, 30). Considerando el detalle minucioso y la exactitud del modelo mostrado a Moisés concerniendo el tabernáculo (Éxodo 30: 1-10), es interesante notar que la fuente del tabernáculo no se le dio dimensiones o proporciones sino que la Palabra simplemente establece para qué era--“para lavar” (Éxodo 30:18). El hecho de que falten los detalles concernientes a la fuente, enfatiza el hecho de que no era parte íntegra de la estructura completada y que algo mejor vendría a reemplazarlo. El templo de Salomón reemplazó al tabernáculo. Este templo de Salomón no tenía una sola fuente entre la entrada al área exterior y la puerta del templo, sino que en cambio tenía el mar y las diez fuentes, cinco a cada lado de la casa (1 Reyes 7:23, 38,39). Las diez fuentes se usaban para lavar la ofrenda y estaban colocadas sobre bases, cada una con “cuatro ruedas de bronce” (1 reyes 7:30). De nuevo las ruedas indican poder deshacerse de ellas fácilmente; se podían rodar para hacer lugar para algo más permanente. En el templo de Ezequiel, el cual se realizará en el futuro, las fuentes y el mar serán quitados de en medio y en su lugar, saliendo de debajo del umbral de la casa, fluirá el río de agua viva (Ezequiel 47:1-5). El templo de Ezequiel no tendrá agua en recipientes, sino un río en movimiento, vivo, haciéndose cada vez más profundo según fluye (Ezequiel 47: 3-5). Así pues, en el desarrollo del plan de Dios vemos que las fuentes son todas semejantes hasta que finalmente convergen en el río de agua viva. El aseo ceremonial, llamado lavamiento y bautismo, se aplica específicamente a Israel. La fuente del tabernáculo, el mar y las diez fuentes del templo de Salomón y el río de Ezequiel son todos aplicables a Israel --los primeros dos bajo el Antiguo Testamento y el último en el futuro cuando el paraíso sea restablecido en la tierra. Estos dos tiempos que se aplican solamente a Israel son bíblicamente llamados en conjunto el período del reino. La pregunta entonces viene a ser: ¿qué hay del bautismo en el período de tiempo entre la ley y el nuevo paraíso, entre el tiempo del templo de Salomón y el río de Ezequiel? El día de Pentecostés instituyo un nuevo período o administración. En ese momento otro cambio se produjo en relación con el bautismo en lo que concierne a la Iglesia. Para ver exactamente qué significo este cambio, comencemos diez días antes de Pentecostés en el momento de la ascensión en Hechos 1. Hechos 1:4-5: Y estando [los apóstoles] juntos, [Jesucristo] les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis 58

bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. En otras palabras, con la llegada de lo mayor (espíritu santo), lo menor (el agua) llego a su fin. Este remplazo se inició en Pentecostés. En Pentecostés se aplicó la primera vez. Gálatas 3:27-28: Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. (La palabra “judío” y sus derivados, según se usan en la Versión Reina-Valera, deben entenderse siempre con significado “de Judea” o “de la religión de Judea”. La palabra “judío” tiene varios significados modernos que no se aplican a los acontecimientos bíblicos.) Siendo bautizados en el Cuerpo de Cristo no quiere decir bautizados con el antiguo elemento físico de agua, sino con el nuevo elemento espiritual de espíritu santo. 1 Juan 1:7: Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (Entonces no hay ya más conciencia de pecado como está dicho en Hebreos 10:2: “De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto limpio una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.) Cristo ha hecho la limpieza por nosotros. Nuestra única obra es aceptarlo. El entonces lava nuestro pecado. La doctrina sobre el bautismo en Hechos, el libro que relata los sucesos de Pentecostés e inmediatamente después, nunca enseña el uso del agua. En hechos 2:38 Pedro bautizó “en el nombre de Jesucristo”. En Hechos 8:16 los samaritanos habían sido “bautizados en el nombre de Jesús”. En Hechos 9:18: “[Pablo] recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado”. Y en Hechos 19:5: “Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús”. Si nosotros vamos a dividir correctamente la Palabra de Dios, debemos permitir que la Biblia hable por sí misma y no leer en ella las teologías y doctrinas de hombres. Hoy en día dondequiera que la palabra “bautizar” es mencionada, el agua es inmediatamente asociada con ella a causa de la influencia de doctrinas religiosas; pero acabamos de ver por inspección de los versículos de la Escrituras anteriores que el agua nunca se menciona. Por otro lado, aunque tenemos estos relatos que tan claramente muestran que el agua ya no se necesitaba después del día de Pentecostés, hay otros relatos bíblicos que implican el uso del agua en el bautismo y que deben ser considerados. Pedro habla de agua en Hechos 10. 59

Hechos 10:47: Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Este es el mismo Pedro que habló en Hechos 2:38. ¿Por qué incluyó el agua en Hechos 10 si antes no lo hizo? En Hechos 2:38 no tuvo tiempo de ir a su oficina y preparar un sermón; él habló por revelación e inspiración. Pero después del día de Pentecostés, Pedro estaba predicando en la sinagoga y aún estaba influenciado por ella. El simplemente volvió a su doctrina anterior y añadió agua. Pedro mismo clarifica justamente este relato más tarde en Hechos 11. Hechos 11:16: Entonces me acordé [después de que yo había ordenado el bautismo de agua] de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Este relato índica que él no bautizó en agua a la familia de creyentes de la casa de Cornelio. En Hechos 19 Pablo preguntó a ciertos discípulos en Éfeso acerca de lo que Apolos hizo. Hechos 19:2-3. …¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan [agua]. Así que vemos que el bautismo de agua sí ocurrió ya que Apolos no había sido plenamente instruido, aunque algo mucho más grande había llegado para remplazar el agua. Igualmente el eunuco a quien Felipe le testificó pidió ser bautizado con agua. Hechos 8:36-38: Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. ¿Por qué persistía el bautismo de agua? Hechos 21:20: … Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Esta gente creyó y por lo tanto fueron salvos; pero la revelación todavía no había sido dada explicando la magnitud de la llegada del espíritu santo en Pentecostés, de manera que los creyentes eran aún celosos por la ley. Y uno de los requisitos de esa ley 60

era ser bautizados en agua. La gente todavía es celosa por la ley y, aún hoy en día, no acepta lo que está dirigido a ellos en Romanos, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses y Tesalonicenses. Muy poca gente se atreve a creer la Palabra de Dios y actuar según ella. La tradición es una rutina demasiado cómoda. Para traer más luz sobre el tema, miremos un versículo de la Escritura que cita frecuentemente durante la ceremonia del bautismo de agua. Mateo 28:19: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Este versículo claramente establece que los apóstoles habrían de hacer discípulos a todas las naciones. Y sin embargo, el Antiguo Testamento declara que Israel nunca sería enumerado entre las naciones (Números 23:9: “… un pueblo que habitará confiado [solo], Y no será contado entre las naciones”). Así pues, esta orden sólo podría aplicarse a los gentiles (“naciones”). Más tarde en las epístolas, escrita específicamente a los creyentes renacidos, la Iglesia es “llamada” de entre ambos, gentiles y judíos (Romanos 10:12: Porque no hay diferencia entre judío y griego [gentil], pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan). En segundo lugar, la frase “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” nunca es llevada a cabo por los apóstoles ni por cualquier otro en la Iglesia del comienzo. Eusebio (c.265-c. 340 d. de C.) el primer gran historiador de la Iglesia, citó manuscrito que no podían haber contenido estás palabras. El citó Mateo 28:19 dieciocho veces sin usar jamás estas palabras. Justino Mártir (murió hacia 165 d. de C.) y Afrahat de Nisibis, que escribió a principios del cuarto de siglo, también citaron Mateo 28:19 sin la formula trinitaria. La dificultad es aparente. Mateo 28:19 fue hablado poco antes de que Jesús ascendiera al cielo; dio las instrucciones de último momento. Ahora bien, todo lo que Jesús dijera en aquel momento seguramente hubiera sido suficientemente importante como para que los apóstoles lo recordaran. Y sin embargo en Hechos 2:38, el primer relato después del derramamiento original en el día de Pentecostés, Pedro bautizó “en el nombre de Jesucristo”, no en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Si la orden en Mateo 28:19 hubiese sido dada realmente, entonces diez días más tarde Pedro ya había olvidado lo que Jesús le había dicho. En Hechos 8:16 “ellos…habían sido bautizados en el nombre de Jesús”. En Hechos 10:48: “Y mandó [Pedro] bautizarles en el nombre del Señor Jesús”. Y en Hechos 19:5: “Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús”. El libro de Hechos ni una sola vez menciona que los apóstoles o que cualquier otro hayan cumplido la orden dada en Mateo 28:19. A la luz de esta evidencia es altamente improbable que las palabras “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” en Mateo 28:19 estuvieran incluidas en la Palabra de Dios original, sino que fueron añadidas algún tiempo más tarde. Ser bautizados en nombre de alguien coloca a una persona aparte de las masas. Cuando los hijos de Israel fueron bautizados “en la nube y en el mar” (1 Corintios 10:2), ellos fueron (1) santificados, separados de los egipcios y (2) fueron identificados en aquel bautismo con Moisés. El mismo patrón puede encontrarse hoy. Cuando usted es 61

bautizado en el nombre de Jesucristo, usted es (1) santificado,* separado de los incrédulos que no son salvos, haciéndole a usted un miembro de la Iglesia, y usted es (2) identificado con Cristo** y toda la autoridad que su nombre representa, en la misma forma en que Israel fue identificado con Moisés. Así se puede ver que el bautismo de agua fue verdaderamente instituido por Dios, pero solamente para Israel y el reino, y eso por un período de tiempo limitado. Desde el día de Pentecostés toda persona que desea ser renacida por el Espíritu de Dios debe creer en Jesucristo. En ese momento le es dado algo mucho más grande que los beneficios del bautismo de agua: justicia, justificación, santificación y redención. Ser renacidos es tener a Cristo adentro; él es la esperanza de gloria; él nos limpia de todo pecado. Es un bautismo espiritual. Desde el día de Pentecostés, somos verdaderamente libres de la Ley; y parte de esa ley era el bautismo de agua. Según Gálatas 5:1, hemos de estar por lo tanto “firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no…otra vez sujetos al yugo de la esclavitud”.*** No hay nada que pueda añadir a nuestro estar completos en él. Jesucristo lo pagó todo y ahora estamos perfectamente equipados en él para su servicio, pues somos bautizados con espíritu santo en el nombre de Jesucristo. ______________________________________________________________ *1 Corintios 1:2: “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús…” Hechos 26:18: “Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón [remisión] de pecados y herencia entre los santificados”. **Romanos 8:17: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…”, ***Estad…firmes”---stekö--usada en la 2da persona plural indica que ustedes estén firmes, con tenacidad. “Libertad”--eleutheria--audazmente, con una mente sin miedo. “Sujetos”--enechó--no ser refrenados más.

Capítulo Quince El Aguijón en la carne de Pablo El aguijón en la carne de Pablo ha sido el aguijón en la carne para más gente que casi cualquier otro pasaje en la Palabra de Dios. Siempre que alguien desea defender su indefendible teología con respecto a la voluntad de Dios en cuanto a las enfermedades de las personas, invariablemente señala al “aguijón en mi carne” de Pablo. El primer requisito previo en cualquier estudio que contribuya a una vida abundante, es una lectura exacta de aquello que está escrito. Leamos exactamente lo que está escrito por Pablo. 62

2 Corintios 12:7-10: Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. Esta palabra de Dios ha sido leída miles y miles de veces, pero muchos que la han mirado han leído algo distinto de las verdaderas palabras. La primera cosa a notar es que en ningún lugar en la sección entera se menciona que una enfermedad sea el “aguijón en mi carne”. Sin embargo, el séptimo versículo declara que este aguijón en la carne era un mensajero de Satanás. Así que sabemos que Dios no lo envió, porque si lo hubiera enviado Dios el versículo leería: “un aguijón en mi carne, un mensajero de Dios que me abofetee”. Pero dice: “…un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás…” Miremos la palabra “mensajero”. Angelos se traduce “ángel”, angélicos”, o “mensajero” en español. La palabra angelos se usa 188 veces en la Biblia: 180 veces se traduce “ángel”; 1 vez se traduce “angélicos” y 7 se traduce “mensajero”. 2 Corintios 12:7 es una de las siete veces que la palabra angelos se traduce “mensajero”. Las otras seis veces donde la palabra angelos se traduce “mensajero” siempre se refiere a un individuo o a individuos. ¿Por qué no aquí? Vayamos un paso más adelante: la clave para la verdadera interpretación de la Palabra de Dios está siempre en la Palabra misma. 2 Pedro 1:20: Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada. Si ninguna Escritura es de interpretación privada, entonces yo no me atrevo a interpretarla, ni usted, ni cualquier otro, ¿Cómo es posible interpretarla entonces? La respuesta es sencilla; si no es de interpretación privada, entonces debe por necesidad interpretarse a sí misma. Y lo hace. La Palabra de Dios se interpreta a sí misma donde está escrita o dentro del contexto o se ha usado anteriormente en otra parte. 63

Puesto que las palabras “aguijón en mi carne” en 2 Corintios 12:7 no se explican en el versículo mismo o en el contexto, tienen que haber sido usadas anteriormente en la Biblia si la Palabra de Dios es verdad. En Números 33 notamos que Dios le dio instrucciones a Moisés de que hablara a los hijos de Israel y les informara acerca de los habitantes de la tierra a la cual los hijos de Israel estaban por entrar, que por todos los medios tenían que evitar fraternizar con los habitantes. Si no, son enunciadas las consecuencias. Números 33:55: …sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados… La gente, los moradores, los habitantes, serían por aguijones en los ojos de los hijos de Israel y por espinas en sus costados. Así que el “aguijón en mi carne” en este pasaje es definitiva y claramente gente. “Aguijón en mí carne” entonces no es un hecho literal; sino una verdad figurada. Es similar a nuestro dicho actual acerca del hombre que “daría un brazo por uno”. Nosotros no decimos literalmente que él se sacaría un brazo y lo daría; queremos indicar figurativamente que tal hombre tiene un corazón muy grande y es generoso. De igual manera, “un aguijón en mi carne” es una figura literaria* que se refiere a cómo la gente estorba u obstruye. Otra vez en Josué hay otro relato acerca de “aguijones”. Josué 23:13: Sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas [aguijones] para vuestros ojos… Si usted tuviera una espina en su ojo, ¿la tendría en su carne? Otra vez ésta es una figura literaria que claramente indica gente. Ezequiel 28:24: Y nunca más será [la población de Sidón] a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor… y sabrán que yo soy Jehová. Otra vez, es gente a quien se refiere como aguijones. Varias veces he escuchado a la gente decir: “El (o ella) es en verdad un aguijón en la carne”, queriendo decir que un individuo les era irritante. Entonces por qué decir que el aguijón en la carne de Pablo era una enfermedad, mala visión o alguna otra cosa cuando la Palabra de Dios se refiere específicamente a la gente como “aguijones” en la carne. El “aguijón en mi carne” de Pablo era la lucha y la oposición de la gente a su ministerio. Eran hombres tratando de imponer la ley de la circuncisión sobre los gentiles convertidos y creyentes. Estas personas eran “mensajeros de Satanás” que abofeteaban el ministerio de Pablo. 64

2 Corintios 11:24 dice: “…cinco veces he recibido [Pablo] cuarenta azotes menos uno”. Se necesita gente para infligir azotamiento. Eso sería un “aguijón en mi carne”. Los versículos 25 y 26 continúan: “Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado…peligros de los mis nación…peligros entre falsos hermanos”. Con toda esta información de la Palabra de Dios, sin ninguna interpretación privada, ¿cómo puede alguien decir o contender que el “aguijón en mi carne” de Pablo era una enfermedad? Pablo no estaba enfermo. El estaba harto de la gente que estaba oponiéndose y luchando contra su ministerio, impidiendo que hiciera todo lo que a él le gustaría hacer. Estos “falsos hermanos” eran su “aguijón en mi carne” y tres veces oró al Señor pidiendo que los removiera, pero el Señor le dijo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en las debilidad…” Los verdaderos colores de un hombre se ven rápidamente cuando sus enemigos le hacen frente. Los enemigos sacan afuera el verdadero carácter de un hombre. Así era Pablo. El no se atrevía depender de su propia fuerza; él tuvo que depender de la abundante provisión de Dios. Un hombre débil, con Dios a su lado, es fuerte; pero un hombre fuerte sin Dios es débil. No se deshonre a sí mismo, ni deshonre a Dios, a la Biblia o al gran Apóstol Pablo diciendo que el “aguijón en mi carne” de Pablo era una enfermedad. No lo era. Fue, es y por siempre será gente, si la Palabra de Dios es verdad --y verdad es. El refrán dice: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. Debe haber muchos tontos en el mundo, especialmente cuando son confrontados con la miseria. Cuando el hombre en su enfermedad piensa del “aguijón en mi carne” de Pablo como una enfermedad, él parece derivar un sentimiento de mayor comodidad acerca de su propia enfermedad, diciendo: “Bueno, Pablo tenía un ‘aguijón’ en la carne así que supongo que puedo soportar mi enfermedad”. Qué falso consuelo; qué injusticia para Dios, la Biblia y el Apóstol Pablo. Pablo fue “afligido” no con una enfermedad, sino con gente obstruyendo su ministerio; y la Palabra de Dios dice que aquellos que anden piadosamente padecerán persecución.** Sí, yo sé lo que un “aguijón” en la carne es, así como lo sabía el Apóstol Pablo, y como lo pueden haber sabido Martín Lutero, John Wesley y otros incluyéndolo a usted, mi lector. Los “aguijones” en la carne son gente, gente que abofetea el ministerio de los elegidos de Dios. Pero cuando “soy débil [en mi mismo], entonces soy fuerte” en Él. Gracias a Dios por Su gran poder y bondad, pues en Él somos triunfadores constantes y en nada somos vencidos. Porque “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, sí, aun triunfar sobre los aguijones en mi carne”. ________________________________________________________________ *Hypocatastasis--Semejanza por implicación. Un sustantivo es mencionado, el otro implicado. Es el grado superlativo de la semejanza. ** 2 Timoteo 3:12: “y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”. 65

Capítulo Dieciséis Cuándo Judas se ahorcó El tema de cuándo Judas se ahorcó es digno de investigación debido a la enseñanza común de que Judas se ahorcó antes de la crucifixión de Jesús. La Palabra de Dios enseña que Judas Iscariote no sólo estaba vivo en el tiempo de crucifixión, sino que vio al Cristo resucitado y fue también un testigo ocular de la ascensión de Cristo. Para entender la exactitud de la Palabra de Dios en cuanto a las actividades de Judas después de su traición a Jesús, comencemos nuestra investigación en 1 Corintios. 1 Corintios 15:3-5: …Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue [Cristo] sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas [Pedro], y después a los doce. Si el Cristo resucitado apareció a los doce como dice el versículo 5, entonces Judas tuvo que estar vivo durante las apariciones de Jesús. Procediendo a buscar en la Palabra con respecto a todas las apariciones de Cristo, consideremos los historiales relatados en los evangelios de Lucas y Juan. Necesitamos establecer en primer lugar que los relatos en estos dos evangelios son idénticos. Es en esta ocasión, que fue la primera aparición de Jesús a los apóstoles, que Jesús mostró a sus apóstoles sus llagas. Es inconcebible que Jesús, después de haberles mostrado una vez sus manos, su costado y sus pies, considerara necesario otra ocasión volvérselos a mostrar. El día y el momento en aquel día cuando este singlar acontecimiento tuvo lugar está claramente expuesto. El momento de esta aparición es el primer día de la semana, después de la resurrección, hacia el atardecer. Juan 20:19: Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana… Lucas 24:1 y 29 El primer día de la semana… …porque se hace tarde, y el día ya ha declinado… Lucas 24:33-36: Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos. Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Había once de los apóstoles reunidos, y los que estaban con ellos, cuando Jesús se puso en medio de ellos. 66

Juan 20:24 da el mismo relato, sólo que esta vez el historial declara en nombre del discípulo ausente. Juan 20:24: Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Tomás estaba ausente; los otros once apóstoles se reunieron cuando Jesús vino; así pues Judas Iscariote tuvo que haber estado vivo y presente. Juan 20:26 nos dice que “ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro…” Estos eran los mismos apóstoles que estuvieron reunidos en la primera aparición de Lucas 24. Lucas 24:33: …a los once [sin Tomás] reunidos, y a los que estaban con ellos. El momento en que Jesús fue visto por los doce, entonces, se expone específicamente en Juan 20. Juan 20:26 …estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás [once y Tomás hacen en total doce]. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Jesús vino y se puso en medio de los doce, confirmando la información de 1 Corintios. 1 Corintios 15:5: …apareció a Cefas, y después a los doce. Mateo 27 relata los sucesos en la vida de Judas después de que traicionó a Jesús. Mateo 27:5: Y arrojando [Judas Iscariote] las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Este relato no dice que estas cosas acontecieron en rápida sucesión. Simplemente resume la vida de Judas. Qué maravillosa es la Palabra de Dios y qué clara una vez que la entendemos. Otro relato también confirma que Judas estaba vivo después de la resurrección. Hechos 1:1-2: En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, 67

después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. Lucas 6:13 dice que Jesús, había escogido doce, no once, y Hechos 1:2 dice que dio “mandamientos…a los apóstoles que había escogido [los doce]”. Hechos 1:3: a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días… “A quienes” se refiere de nuevo a los apóstoles (del versículo 2) que había escogido. A los doce apóstoles, después de haber padecido, él se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles --a los doce apóstoles-- durante cuarenta días. Para dividir la Palabra con exactitud en el resto de Hechos 1, es importante establecer que once de los apóstoles eran galileos, pero que el llamado Judas Iscariote era del pueblo de Kerioth en Judea del sur. “Iscariote” se considera comúnmente ser proveniente del hebreo Ish Kerioth, esto es “un hombre de Kerioth”. Este relato de Judas de Kerioth se encuentra en dos de los códices más antiguos. Solamente necesitamos Hechos 2:7 para probar que los otros once apóstoles eran galileos. En el día de pentecostés la multitud en el templo dijo: “…no son galileos todos estos que hablan?” refiriéndose a los once apóstoles (sin Judas Iscariote) más Matías. Siempre que se hace cualquier referencia a hombres de Galilea o galileos, Judas no está incluido pues él era de Judea. Ahora, debemos continuar trazando los pronombres en el primer capítulo de Hechos muy cuidadosamente. Hechos 1:4: Y estando juntos, les [refiriéndose de vuelta al versículo dos, los apóstoles que había escogido los cuales eran doce] mandó que no se fueran [doce apóstoles] de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre… En el versículo 5, “vosotros” se refiere a los doce apóstoles. Versículos 5 y 6: Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido [los doce] le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? En el versículo 7 “les” se refiere a los doce apóstoles, a la vez que el “vosotros” del versículo 8 se refiere a los doce apóstoles. Los versículos 9 a 11 continúan el relato. 68

Y habiendo dicho [Jesús] estas cosas, viéndolo ellos [los doce apóstoles], fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos [de los doce apóstoles]. Y estando ellos [los doce apóstoles] con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos [los doce apóstoles] dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?... En el versículo once los “dos varones” dirigieron sus comentarios a los “varones galileos”, los once apóstoles —sin incluir a Judas, que era de Judea. Note el tiempo del versículo diez, cuando los dos varones se pusieron junto a ellos (los doce), y del versículo once, cuando los dos varones hablaron a los varones galileos (los once). Judas Iscariote salió de la escena en este momento. Entre los versículos diez y once hay un período de tiempo que permite esta salida, así que el versículo once bien podría empezar otro párrafo. Note que el versículo once dice: “los cuales también les dijeron”. Aquí hay un serio error porque la palabra “les” no figura en el texto griego. Esta palabra tiene que ser tachada porque si dijera “les”, el pronombre “les” se referiría a los doce hombres (al igual que el versículo diez) y esto sería inexacto pues los “dos varones” hablaron sólo a once apóstoles galileos: “los cuales también dijeron: Varones galileos…” Este cambio, de usar pronombres hasta el versículo diez y luego decir “Varones galileos…” en el versículo once, ciertamente no es accidente alguno. Que maravillosamente exacta es la Palabra de Dios. Hechos 1:12: Entonces volvieron [los once] a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar… Ellos, los “varones galileos” (sin Judas, el de Judea) volvieron a Jerusalén. Versículo 13: Y entrados [los varones galileos], subieron [once apóstoles] al aposento alto, donde moraban… Once varones galileos son entonces nombrados uno por uno. De Judas Iscariote nunca se tiene más noticias. Pedro cuenta lo que le sucedió a Judas en el versículo 18 Hechos 1:18: Este [Judas Iscariote], pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. La elección de un remplazo para Judas siguió en corto plazo. Encajaba muy bien que esto ocurriera tan cerca de la ascensión, y sin embargo antes de Pentecostés.Un reemplazo no fue elegido antes porque Judas estaba vivo todavía. Ahora tenemos la historia completa de Judas Iscariote quien traicionó al Hijo de Dios y luego recobró aparente comunión con los otros once después de la crucifixión 69

pues él estaba con ellos durante las varias apariciones de Cristo. Finalmente Judas se encontraba en la escena de la ascensión. Después salió y se ahorcó. La frase “se ahorcó” implica para la mente occidental que él tomó su propia vida suspendiéndose a sí mismo del cuello. Este sin embargo no es el caso según las costumbres orientales. Leemos acerca del Rey Saúl que se echó sobre su propia espada. Este era el método de ahorcarse para el personal de gobierno o militar. Judas no estaba en esta categoría. Siendo un hombre común, él se echó sobre una estaca. Las palabras “ahorcar” y “colgar” se usan para este tipo de suicidio porque las victimas se suspenden sobre objetos puntiagudos. Por tal acción el abdomen era perforado y las entrañas se derramaban, como describe. Para notar la supuesta discrepancia relacionada con la muerte de Judas como está relatado en Mateo 27:3-10 y en Hechos 1:15-20, observemos la Palabra de Dios exactamente y veamos por nosotros mismo que no hay discrepancia alguna en estos relatos. Hechos 1:15-18: En aquellos días [los días entre la ascensión y el día de Pentecostés] Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo. Observe que éste no es el día de Pentecostés, sino que esto es en los días antes de Pentecostés. Cuánto tiempo antes de Pentecostés no lo sabemos, pero sí sabemos que fue después de la ascensión y antes del día de Pentecostés. En esta ocasión antes de pentecostés, los reunidos eran como ciento veinte en números. Fue en este momento que Pedro se levantó entre los discípulos y dirigió la reunión para elegir a alguien que remplazara a Judas Iscariote, que se había ahorcado después de la ascensión. Versículos 16-18: [Pedro dijo:] Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. La palabra “adquirió” es la palabra “proveyó”. Es la misma palabra usada en Mateo 10:9 donde dice: “No os proveáis de oro…” Judas adquirió o proveyó para sí mismo”…con el salario de su iniquidad…un campo…” La palabra “campo” en este versículo es la palabra griega chörion que quiere decir “propiedad”. Judas proveyó para sí mismo una propiedad que él adquirió “…con el salario de su iniquidad”. La mayoría de la gente cree que el salario de su iniquidad eran las treinta piezas de plata, lo cual no 70

puede ser cierto porque él las arrojo en el templo (Mateo 27:5: “Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó”). En Juan 12:6 se nos dice que Judas “era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella”. Judas era el tesorero o el guardián del dinero de los apóstoles. También se nos instruye que él era “ladrón”. Judas robó dinero de la bolsa, y con este dinero robado, el cual es llamado el “salario de su iniquidad”, proveyó para sí mismo una propiedad. Después de la ascensión, como hemos trazado anteriormente en este estudio, Judas volvió a su propiedad adquirida, la cual él había adquirido con dinero robado de la bolsa, “…y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron”. Declara sencillamente que él se ahorcó en su propiedad en algún momento después de la ascensión y antes de Pentecostés porque los “como ciento veinte” eligieron a alguien para remplazar a Judas, como notamos en el versículo quince, “en aquellos días” antes del día de Pentecostés. Hechos 1:19: Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. Note muy cuidadosamente que en este versículo la propiedad que Judas adquirió o proveyó para sí mismo se llama Acéldama, campo de sangre. No pude haberse llamado “campo de sangre”. No pudo haberse llamado “campo de sangre” cuando la adquirió o la proveyó para sí mismo, pero se le llamó así más tarde porque él se ahorcó en su propiedad. Mateo 27 da el siguiente relato de Judas. Mateo 27:3-5: Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? !Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. La gente ha inferido del versículo cinco que tan pronto como Judas hubo arrojado las treinta piezas de plata en el templo, él fue inmediatamente y se ahorcó. Esto no puede ser cierto como hemos visto de nuestro estudio de la Palabra de Dios. El versículo cinco es simplemente un resumen de lo que ocurrió más tarde; simplemente condensa el tiempo. El versículo seis de Mateo 27 nos da cierta información interesante en relación a lo que los principales sacerdotes hicieron con las treinta piezas de plata que Judas devolvió y arrojo al templo.

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Mateo 27:6: Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Los principales sacerdotes dijeron que estas treinta piezas de plata eran “precio de sangre”, el precio de sangre que los principales sacerdotes habían pagado a Judas para traicionar al Señor Jesucristo y entregarlo a ellos. Después de que Judas hubo hecho esto, los sacerdotes se encargaron de que Jesús fuera crucificado. Mateo 27:7: Y después de consultar [Los principales sacerdotes se reunieron en una discusión para decidir qué hacer con las treinta piezas de plata ya que era lícito que ellos las devolvieran al tesoro de las ofrendas porque eran el precio de sangre.], compraron [adquirieron en el mercado al aire libre donde las ventas de propiedades y campos se hacían] con ellas [las treinta piezas de plata] el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. La palabra “campo” en Mateo 27:7 no es la misma palabra chörion de la palabra “campo” de Hechos 1:18, la cual hemos discutido. La palabra “campo” en Mateo es la Palabra griega agros que quiere decir un área mayor que el chörion, propiedad, adquirida por Judas. Los principales sacerdotes, después de la debida consideración y consejo, decidieron intencionalmente ir al mercado al aire libre y allí comprar un campo de un alfarero. Ellos no compraron la propiedad en la cual Judas se ahorcó pues esa era la propiedad de Judas mismo. Los principales sacerdotes tomaron las treinta piezas de plata y deliberadamente adquirieron un campo para sepultar extranjeros--que quiere decir la gente pobre, los criminales y aquellos que no tenían algún otro lugar para ser sepultados. Este campo se llamaba “el campo del alfarero”. Mateo 27:8: Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. Cuando los principales sacerdotes fueron al mercado para comprar el campo del alfarero, ellos no fueron a comprar un campo llamado “campo de sangre”; pero fue llamado así por la gente más tarde porque los sacerdotes lo habían adquirido con las treinta piezas de plata. La palabra “campo” en este versículo, otra vez, es la palabra agros en el griego, y la palabra “sangre” es la palabra haimatos en el griego. Este es un campo completamente distinto del referido en Hechos. En este último era una propiedad, y la propiedad fue “la propiedad de sangre” usando la palabra Acéldama, mientras que en Mateo es llamado “campo de sangre”, a saber, agros haimatos. Así pues, no hay contradicción alguna entre los relatos de Hechos y Mateo. En realidad, un estudio muy cuidadoso de estos hechos hace al relato detallado y real.

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Nuestros corazones se llenan de emoción cuando vemos la gran exactitud de la maravillosa Palabra de Dios.

Capítulo Diecisiete Procura con diligencia En este estudio estamos interesados principalmente no en un capítulo entero ni tampoco en un versículo de la Escritura, sino en una palabra en particular. La palabra examinada es de un versículo bien conocido que se usa en la clase fundamental sobre Poder Para la Vida Abundante. 2 Timoteo 2:15: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Las palabras “procura con diligencia” en el griego son spoudason que puede ser dilucidada y entendida vívidamente por medio de una investigación más amplia. Spoudason es una forma de la palabra spoudazö. Usando spoudazö podemos rastrear otras palabras griegas relacionadas para determinar cuáles son derivadas y cuál es la palabra raíz --la palabra de la cual derivan todas las demás. Este estudio demuestra un principio básico de la investigación bíblica en el griego que nos puede guiar a un mayor entendimiento de la Palabra de Dios. Spoudazö, “procura con diligencia” es un derivado de speudö la cual es la raíz. Otro término para “palabra raíz” podría ser el “mínimo común denominador” --la palabra en su forma más simple, aquella que es común a todas las otras palabras que se derivan de ella. No hay palabra alguna de la que speudö se derive, y por lo tanto puede ser considerada el mínimo común denominador, la raíz. Examinemos primeramente todos los versículos de la Escritura donde se usa la palabra speudö para ver la base sobre la cual están construidas las palabras relacionadas o derivadas. Lucas 2:16: Vinieron, pues, apresuradamente [speudö], y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Cuando los ángeles informaron a los pastores que ellos debían ir a Belén, los pastores no se quedaron dormidos. Ellos fueron inmediatamente, al instante, en seguida. Se trata de tiempo. Esa es la esencia de la palabra speudö. En el uso de speudö se enfatiza el tiempo y la brevedad del tiempo involucrada. Apresurarse o darse prisa requiere algún esfuerzo. Pero el énfasis está en la rapidez o el tiempo. Lucas 19:5-6: Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba [al árbol], le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa [speudö], desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él [Zaqueo] descendió aprisa [speudö], 73

y le recibió [a Jesús] gozoso. Jesús hizo más que simplemente decirle a Zaqueo que bajara del árbol. Jesús le dijo que actuara inmediatamente con rapidez. Y Zaqueo hizo justamente eso. El “descendió aprisa”. Hechos 20:16: Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Éfeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba [speudö] por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén. El tiempo apremiaba de modo que Pablo “se apresuraba”. Incluso pasó de largo a Éfeso para ahorrar tiempo. Hechos 22:18. Y le vi que me decía: Date prisa [speudö], y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. Dios le dijo a Pablo que saliera de Jerusalén inmediatamente. Usando los modismos de hoy en día, Dios en realidad estaba diciendo: “!corre como loco! ¡a un lado! ¡fuera de ahí!” 2 Pedro 3:12: Esperando y apresurándoos [speudö] para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Este es el último uso de la palabra raíz speudö. Otra vez, el énfasis está en el tiempo. Ahora, examinemos los usos de spoudazö un derivado de speudö. Efesios 4:3: Solícitos [spoudazö] en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 1 Tesalonicenses 2:17: Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos [spoudazö] con mucho deseo ver vuestro rostro. 2 Pedro 1:15: También yo procuraré con diligencia [spoudazö] que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas. Cada uno de los usos precedentes de la palabra spoudazö muestra ejecución de esfuerzo. El énfasis está en el fervoroso intento de conseguir o lograr alguna meta más bien que en la rapidez.

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2 Timoteo 4:9, 21: Procura [spoudazö] venir pronto a verme. Procura [spoudazö] venir antes del invierno… Tito 3:12: Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate [spoudazö] a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno. Pablo les estaba pidiendo a Timoteo y a Tito que hicieran un fervoroso intento, que pusieran un esfuerzo especial para visitarlo en Nicópolis. 2 Pedro 1:10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad [spoudazö] hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Los cristianos deben hacer todo el esfuerzo necesario para hacer firme su vocación y elección. Esfuerzo, más que rapidez, es el interés primordial. 2 Pedro 3:14: Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia [spoudazö] ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Mientras esperan este cielo nuevo y esta tierra nueva, sean diligentes, hagan un esfuerzo para “…ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”. Hebreos 4:11: Procuremos [spoudazö], pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Otra vez, la Palabra “procuremos”, spoudazö, quiere decir “hacer un esfuerzo”. Gálatas 2:10: Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia [spoudazö] hacer. Aquí la palabra spoudazö se traduce “procurar con diligencia” y otra vez el significado es hacer un esfuerzo. Hemos pues tomado la palabra spoudazö y la hemos identificado como una forma de spoudazö la cual es un derivado de la palabra speudö. Siguiendo a través de la progresión de significados de estas palabras, hemos llegado a un entendimiento más comprensivo de las palabras “procura con diligencia” en 2 Timoteo 2:15. Estas palabras quieren decir “ser activo” y cuidadosamente diligente”. Podríamos traducir esta palabra (spoudazö) “ser fervoroso por” o “fervorosamente diligente”. Otra buena traducción sería “esforzarse diligentemente”. Reuniendo todo, la profundidad del significado de “procura con diligencia” es poner un esfuerzo diligente teniendo en cuenta la brevedad del tiempo. En otras palabras: “Dale todo lo que tengas”. Dios nos está diciendo que 75

hagamos un esfuerzo fervorosa y diligentemente, usando nuestro tiempo sabiamente. El énfasis está en el esfuerzo, pero la raíz speudö introduce la idea del uso prudente del tiempo. Aplicando esto al resto del versículo, debemos hacer un esfuerzo para presentarnos aprobados a Dios, usando bien la Palabra de verdad. Debe ser obvio que la única forma de dividir correctamente, de usar bien la Palabra de Dios* es estudiarla. De esta manera en realidad se nos dice en 2 Timoteo 2:15 que estudiemos fervorosamente, diligentemente, haciendo un esfuerzo, usando nuestro tiempo sabiamente. Mucha gente hace un esfuerzo, pero malgasta demasiado tiempo. Otros se apresuran, pero hacen poco esfuerzo. A nosotros se nos dice que hagamos esfuerzo y usemos el tiempo sabiamente. En los partidos de baloncestos yo me maravillo frecuentemente del número de puntos que pueden hacer los jugadores en los dos últimos minutos del partido. Hablando teóricamente, si ellos pueden hacer tantos puntos durante los dos últimos minutos, pueden hacer también ese número de puntos durante veinte minutos si están preparados apropiadamente. Tiene que haber algo que los jugadores hacen durante los dos últimos minutos y que no hacen en los otros dieciocho minutos. Ese algo que ellos hacen es poner, con diligencia y cuidado, un esfuerzo adicional porque saben que el tiempo se está acabando. Es como la palabra spoudason en 2 Timoteo 2:15: “procura con diligencia presentarte a Dios aprobado”. ¿Cómo debemos procurar con diligencia? Lo hacemos estudiando y poniendo el esfuerzo diligentemente, utilizando sabiamente nuestro tiempo. _______________________________________________________________ *Las palabras españolas “usa bien” son la palabra griega orthotomounta. Orthos significa “perfectamente correcto” o “perfectamente recto”. Temnö quiere decir “cortar” o “dividir”. Juntando estas dos palabras en la palabra orthotomounta, traducida “usa bien” en la Versión Reina-Valera, literalmente quiere decir un “corte perfectamente correcto”. El profundamente exacto matiz de su significado aquí es que solamente hay una forma cortar o dividir correctamente la Palabra; todas las otras formas son cortes equivocados. *

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Otras palabras relacionadas: 2 Corintios 8:22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia [spoudaiös, adjetivo] hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente [spoudaiös, el comparativo del adjetivo] por la mucha confianza que tiene en vosotros. Pablo dijo de uno de los hermanos a quien había enviado con Tito: “su diligencia hemos comprobado”. Este hermano había hecho esfuerzos por la causa, pero ahora había puesto aun más esfuerzo. El había “arrimado su hombro”. El tiempo no se enfatiza; es el esfuerzo. Lucas 7:4: Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud [spoudaiös, adverbio], diciéndole: Es digno de que le concedas esto. 76

La palabra “rogaron” es un indicio para el significado de spoudaiös. Ellos hicieron más que simplemente pedirle a Jesús. Ellos le “rogaron”; hicieron un esfuerzo. Una traducción más fiel de spoudaiös sería “diligentemente”. Comparen Tito 3:13 y Filipenses 2:28 para confirmar que este derivado enfatiza esfuerzo más que tiempo. Tito 3:13: A Zenas intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con solicitud [spoudaiös, adverbio], de modo que nada les falte. Pablo le estaba dando instrucciones a Tito para que encaminara a Zenas y a Apolos. Él le dijo especialmente que hiciera un esfuerzo para satisfacer sus necesidades. Filipenses 2:28: Así que le envío con mayor solicitud [spoudaioterös adverbio, comparativo de spoudaiös, Lucas 7:4 y Tito 3:13], para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza. El hacer algo “con mayor solicitud” requiere esfuerzo. También sería correcto usar aquí las palabras “con diligencia”. Romanos 12:8: el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud [spoudë, sustantivos, caso dativo]; el que hace misericordia, con alegría. Aquel que preside debe hacer un esfuerzo en su posición. No es solamente una posición de honor. No se enfatiza la rapidez. Romanos 12:11: En lo que requiere diligencia [spoudë, sustantivo, caso dativo], no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. La palabra “perezosos” es “malgastadores del tiempo”. No se demoren ni malgasten el tiempo al hacer esfuerzo en cualquiera que sea su función en el servicio del Señor. El uso de esa palabra “perezosos” indica que spoudë enfatiza el efecto. Si enfatiza tiempo, no se necesita la palabra “perezosos”. Compárese cómo cada derivado corresponde a un énfasis específico consistentemente, no al azar. 2 Corintios 8:7: Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud [spoudë, sustantivo, caso dativo], y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia. Pablo dijo que los corintios abundaban en todas las cosas inclusive la solicitud, la diligencia en su esfuerzo por el ministerio. El énfasis está en el esfuerzo que ellos ponían. 2 Corintios 7:11,12: 77

Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, !qué solicitud [spoudë, sustantivo, caso acusativo] produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto. Así que, aunque os escribí, no fue por causa del que cometió el agravio, ni por causa del que lo padeció, sino para que se os hiciese manifiesta nuestra solicitud [spoudë, sustantivo, caso acusativo] que tenemos por vosotros delante de Dios. 2 Corintios 8:16: Pero gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud [spoudë, sustantivo, caso acusativo] por vosotros. Hebreos 6:11: Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud [spoudë, sustantivo, caso acusativo] hasta el fin, para plena certeza de la esperanza. 2 Pedro 1:5: vosotros también, poniendo toda diligencia [spoudë, sustantivo, caso acusativo] por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento. Judas 1:3: Amados, por la gran solicitud [spoudë, sustantivo, caso acusativo], que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Todos estos versículos usan la misma palabra griega en exactamente la misma forma gramatical. Aunque ha sido traducida “solicitud”, y “diligencia”, el énfasis aún está en el esfuerzo realizado. La palabra “diligencia” podría haber sido usada en todo versículo. 2 Corintios 8:8: No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia [spoudë, sustantivo, caso genitivo] de otros, también la sinceridad del amor vuestro. Pablo dijo: “no hablo como quien manda, sino a causa de la rapidez de otros…” Ellos no han malgastado tiempo alguno. Versículos 10: “estaban dispuestos hace un año, ahora manos a la obra”. Cuando spoudë se usa en el caso genitivo, el énfasis cambia a la brevedad del tiempo involucrado. La “diligencia” de otros es la “prontitud” o la “prisa” de otros. Compárese Marcos 6:25 y Lucas 1:39 en el caso genitivo. 78

Marcos 6:25: Entonces ella entró prontamente [spoudë, sustantivo, caso genitivo] al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista. Lucas 1:39: En aquellos días, levantándose María, fue de prisa [spoudë, sustantivo, caso genitivo] a la montaña, a una ciudad de Judá. Otra vez se usa el caso genitivo y el énfasis está en la rapidez o brevedad del tiempo envuelto. Nótese la palabra “prontamente” en Marcos 6:25 que indica rapidez. Este estudio cubre todas las referencias donde se usa la palabra raíz speudö y también todos los derivados. Ahora vemos claramente que el énfasis de la palabra “procura con diligencia” en 2 Timoteo 2:15 está en el esfuerzo hecho. El tiempo no debe ser malgastado. Este estudio es un buen ejemplo de un tipo de investigación que se puede hacer en la Palabra de Dios. Según se introducen muchas más palabras la búsqueda se hace más complicada, pero el principio continúa siendo el mismo y puede ser aplicado por cualquiera. Este tipo de investigación habla claramente de la profundidad de la exactitud de la Palabra de Dios.

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Capitulo Dieciocho

Como él es En este estudio de 1 Juan, notamos que tres palabras --“como él es”-- son usadas cinco veces en esta epístola. La significación de “como él es” con relación al potencial de un creyente expresa verdades maravillosas y conmueve nuestros corazones. “Como él es” se encuentra a principios de 1 Juan 1. El primer uso es singularmente significativo pues estas palabras se usan en su manera más completa y más inclusiva. 1 Juan 1:5-7 Este es el mensaje que hemos oído de él, [Dios], y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en [como El es] luz,* tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado [comunión rota]. Estos versículos tratan el tema de la comunión. Para tener comunión con Dios, una persona tiene ante todo que ser un hijo. Un hijo tiene comunión en una familia sólo después de haber nacido. Después de haber renacido, nuestra comunión con Dios es indicada por nuestro andar como creyentes cristianos. Si andamos en luz como El es luz, hablamos las palabras que El habla; creemos lo que El quisiera que nosotros creyéramos; actuamos como El quisiera que actuáramos; declaramos lo que El declara: nosotros somos como El es. Comparar el “como él es” del versículo 7 con el “él es” del versículo 9 nos enseña mucho al notar el contraste y la omisión de la palabra “como”. 1 Juan 1:8,9 Si decimos que no tenemos pecado, [comunión rota] nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. [en nuestra mente renovada]. Si confesamos nuestros pecados, [comunión rota] él es [El es] fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Este versículo nos informa que Dios es fiel y justo. Los cristianos no siempre son fieles y justos, pero El es. Cuando somos fieles y justos, estamos en comunión. _________________________________________________________________ * La palabra “en” no aparece en los textos originales y el verbo griego no se debe traducir “estar”, sino “ser”; por lo tanto lee: “como El es luz”. 80

Dios es luz, así que las tinieblas son separación de la comunión con Dios. Nunca es la voluntad de Dios que estemos separados en nuestra comunión con El. No Dios, sino el creyente rompe comunión por no lograr andar en la luz como Dios es luz. Esta falla de parte del creyente, al no lograr vivir en comunión, es pecado. Pero Dios en Su presciencia, sabiendo que el hombre no siempre andaría en luz, proveyó una forma de volver a la luz y a la comunión con El. “Si confesamos nuestros pecados, él es [El es] fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda [nuestra] maldad”. Entonces, una vez más estamos en luz, estamos otra vez en perfecta comunión. Mientras que el versículo en 1 Juan 1:9 usa las palabras “él es”, el versículo en 1 Juan 2:6 usa “como él”. 1 Juan 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Si un creyente está permaneciendo en él, ese cristiano está andando como él (Cristo) anduvo. Ya que nadie excepto Jesús anduvo perfectamente, la Palabra de Dios nos alienta a esforzarnos por la perfección del andar de Jesucristo. Dios el Padre es luz. Su hijo Jesucristo fue luz en este mundo pues él siempre hizo la voluntad del Padre.* Al hacer la voluntad de Dios, Jesús anduvo de acuerdo a la Palabra revelada. Y como Jesucristo está en nosotros los creyentes, cada uno de nosotros puede andar en la Palabra de Dios, y “debe andar como él [Cristo] anduvo”. Vea esta verdad significativa: Dios es luz y Dios estaba en Jesucristo y Cristo está en nosotros. ¿Declaró Jesucristo que no hay Dios, que Dios está muerto, que no hay resurrección alguna, ni retorno, que orar es sólo sicológicamente bueno para el que está orando, que Dios no puede liberar, que la Biblia está llena de mitos, interpolaciones e inexactitudes? Si Jesús hubiera dejado de vivir la Palabra de Dios por lo que la gente decía, él no hubiera sido nuestro salvador. Si él se hubiera dejado influir por lo que los vecinos decían o por lo que la comunidad y la sociedad pensaba, él nunca hubiera andado perfectamente en comunión con su Padre. Así que debemos andar “como él anduvo”. El segundo uso de las tres palabras “como él es” se encuentra en 1 Juan 3:2. Comencemos leyendo en el versículo 1, notando específicamente el amor que el Padre ha derramado sobre nosotros con abundancia. 1 Juan 3:1-2 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y [pero] aún no se ha manifestado lo que hemos de ser [en el futuro]; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. __________________________________________________________________ *Juan 4:34: Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 81

¿Cuándo somos hijos de Dios? Ahora. Cuando renacimos del Espíritu de Dios nos hicimos Sus Hijos. No cuando muramos, no algún día, no un día “tal vez”, sino ahora mismo somos hijos de Dios. Nuestra vida con Dios en Cristo en nosotros es maravillosa ahora, pero será aun mejor en el futuro cuando le veamos “como él es”. Ser hijos de Dios es una garantía en el presente de que veremos a Cristo como él es a su retorno. “Como él es” comienza con un andar en luz y de esa manera tener comunión. Entonces al retorno de Cristo, seremos como él es, y le veremos como él es. Este es el círculo completado. Dios es luz; El Se dio a conocer a Sí mismo, la luz, en Cristo; nosotros recibimos esta luz así que nos está garantizado ser, al retorno de Cristo, como él es. 1 Juan 3 contiene el tercer uso de las palabras “como él es”. 1 Juan 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. “Esta esperanza” es la esperanza de la que acaba de hablar en 1 Juan 3:2; “cuando él [Cristo Jesús] se manifieste, seremos semejante a él, porque le veremos tal como él es”. La palabra “esperanza” se usa en la Biblia en relación con aquello que está disponible en el futuro, mientras que la palabra “fe” se usa en relación con aquello que está disponible en el momento actual. En este momento no lo hemos visto como él es pues su retorno es todavía futuro. Todo hombre que tiene esta esperanza, la esperanza del retorno de Cristo, la esperanza de ser como él es, ese creyente “se purifica a sí mismo, así como él es puro”. El uso de la palabra “puro” es iluminante. La palabra griega es hagnos, que quiere decir “mantenerse lustroso” aun viviendo en este mundo deslustroso actual. Jesucristo estaba en la carne en este mundo, pero el mundo no estaba mezclado con él al punto de que él estuviera contaminado. Jesús fue tentado en todas las cosas según nuestra semejanza, pero sin pecado.* “puro”, hagnos, se puede usar para Jesucristo, pero nunca para la pureza de Dios, pues Dios es Katharos, puro sin mezcla extraña de ninguna clase. Nosotros nos esforzamos por hacernos puros, hagnizö, a causa de la pureza de Cristo en nosotros. Nuestra pureza manifestada radica en la renovación de nuestras mentes. Tener la esperanza del retorno de Cristo es la pureza en el diario vivir ante Dios. La cuarta referencia que usa “como él es” se encuentra cuatro versículos más adelantes, también en 1 Juan 3. 1 Juan 3:7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es [como El es--Dios en Cristo] justo. _________________________________________________________________ *Hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. 82

¿Cuán justo era Jesucristo? Tan justo como Dios porque Dios estaba en él. 2 Corintios 5:19 Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Cuando Cristo está en nosotros, entonces, espiritualmente, ¿cuán justos somos? Somos tan justos como Dios en Cristo es justo. Para ser hechos justos tenemos que confesar con nuestra boca que Jesús es el señor y creer en la parte más profunda de nuestro ser que Dios levantó a Cristo de los muertos. Entonces somos justos “como él es justo” la justicia proviene de Dios y no tiene nada que ver con cómo nos sentimos; tiene todo que ver con la justificación de Dios para nosotros en Cristo, dada a nosotros como un don gratuito. 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. La justicia no es para las obras del hombre, sino por la gracia de Dios. Ningún hombre por sus propias obras podría jamás hacerse a sí mismo lo suficientemente bueno como para tener la justicia de Dios. La justicia de Dios al creyente es un don más allá de la compresión humana, dado por un Padre que nos ama y no dado porque lo merezcamos o porque ni siquiera nos acercamos a merecerlo. El quinto y último uso de “como él es” es 1 Juan 4:17. Ya que el versículo 17 comienza con una palabra referente a una declaración previa, nuestro entendimiento se mejora al leer la última parte del versículo anterior. 1 Juan 4:16,17: Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio;* pues como él es [como El es], así somos nosotros en este mundo. Después de hacernos hijos de Dios, nuestro amor es hecho perfecto por la comunión: “el que permanece en amor, permanece en Dios”. Debido a nuestro amor doblemente establecido, por filiación y por comunión, tenemos confianza en este día de juicio del hombre. No somos vacilantes, temerosos, escondiendo nuestra luz debajo de un almud; sino que tenemos la confianza de llevar la grandeza de la Palabra de Dios a gente enferma de pecado y que se está muriendo, pues como El es, perfecto, así somos nosotros en este mundo. __________________________________________________________________ *El día del juicio es el día en el cual usted y yo vivimos ahora. Este es el día del juicio del hombre; el día de juicio del Señor es todavía futuro. 1 Corintios 4:3 declara: “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano…” Las palabras “tribunal” y “juicio” son la palabra “día”. La razón por la cual la palabra griega fue traducida “tribunal” o “juicio” es que en este día y en esta era, que es el día del hombre, el hombre hace el juicio en el día del Señor, Dios juzgará. 83

Pedro y Juan tuvieron este amor y esta confianza pues, como está relatado en Hechos 4, ellos continuaron enseñando la Palabra de Dios mientras sufrían severa persecución. Hechos 4:23-26 y 29: Y puestos en libertad, vinieron [Pedro y Juan] a los suyos [regresaron a los creyentes] y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, [la gente de la compañía de creyentes], habiéndolo oído [el relato], alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Y ahora, Señor, mira sus amenazas [Esta es la primera oración registrada en la Iglesia cristiana] y concede a tus siervos que con todo denuedo [no vacilación, desgano o miedo] hablen tu palabra. Hablar la Palabra de Dios con todo denuedo fue la misma cosa que en primer lugar metió en dificultades a Pedro y a Juan. Sin embargo en vez de orar: “Señor, alivia la presión”, ellos oraron para que aun más “con todo denuedo hablen tu Palabra”. Como él es así somos nosotros en este mundo y por tanto podemos andar tanto con poder como con entusiasmo. Podemos testificar a la gente. Podemos ayudarles. Podemos anticipar tener éxito en los negocios, en los comercios, fabricas, granjas, en oficinas y cocinas. Donde quiera que usted esté, usted es como él es. ¿No es eso fantástico? Recuerde Romanos 8:37 --“somos más que vencedores…” --y Juan 10:10-- “…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Nosotros no esperemos para obtener poder y abundancia en el futuro; somos ahora como él es. 1 Corintios 1:30,31: Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual [Cristo Jesús] nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor [en lo que el señor logró para nosotros]. Si vamos a jactarnos de algo, no nos jactamos de nosotros mismos sino de lo que el señor hizo, lo que él logro. Como él es, así somos nosotros en este mundo. Somos 84

como él es ahora, no como él fue cuando lo escupieron, golpearon y crucificaron. No somos como él fue en derrota y frustración, sino como él es en toda victoria, gloria, poder y majestad. Por esto es que Efesios 2:6 y 10 dicen: “y juntamente con él nos resucitó, y así mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús… Porque somos hechura suya…” Ya estamos sentados en los lugares celestiales en cuanto a Dios concierne por causa de la victoria de Cristo y por causa de la gracia de Dios. En Efesios 1:3 notamos: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo [tiempo pasado] con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. Y Colosenses 1:13 nos edifica aun más cuando dice: “el cual nos ha librado [tiempo pasado] de la potestad de las tinieblas, y trasladado [tiempo pasado] al reino de [por la obra de] su amado hijo”. A los ojos de Dios el creyente ya ha sido liberado y trasladado aunque él todavía viva en este mundo. Colosenses 2:6 dice: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”. Como él es, así somos nosotros en este mundo. Habiendo recibido a Cristo Jesús el señor, hemos de andar en él. Nos mantenemos firmes en la Palabra de Dios y andamos “como él [Cristo] anduvo”, y entonces no somos llevado por doquiera, no somos sacudidos por doquiera, no estamos corriendo de un suceso a otro. No estamos escuchando las opiniones de distintos hombre ni ideas diferentes. Estamos escuchando una cosa solamente y ésa es la Palabra de Dios. Colosenses 2:7y10: Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe [la fe de la familia], así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. y vosotros estáis completos en él… Si nos faltara algo, ¿estaríamos completos? No, verdaderamente que no. Qué poco de la Palabra de Dios hemos aceptado y vivido en nuestras vidas. La mayoría del tiempo nuestro nivel de existencia está muy por debajo de lo mínimo comparado con lo que está disponible en cuanto a nuestros privilegios filiales, pues como él es así somos nosotros. Pocos creyentes están dispuestos a confesar que son lo que Dios dice que ellos son. Hebreos 10:23 lee: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión [confesión] de nuestra esperanza…” eso quiere decir que hemos de confesar con denuedo que como él es, así somos nosotros en este mundo. El darnos cuenta de la grandeza de: “como él es”, de la Primera Epístola de Juan, nos deja casi sin respiración en nuestro día. (1) “Andamos en luz como él es luz” es la comunión de poder. (2) Estar asegurados en el presente de que en un futuro no muy distante “seremos semejante a él, porque le veremos tal como él es”, es la comunión de eternidad. (3) Teniendo esta esperanza del retorno de Cristo, andamos incontaminados, purificándonos a nosotros mismos “así como él es puro”. (4) Sabiendo que la justicia es la posesión preciada del creyente, no aceptamos ser engañados por ninguna declaración contraria, sino que continuamente manifestando nuestra justicia así “como él es justo”. (5) Tal vez el conocimiento más recompensante es el darnos cuenta de que en este día del juicio del hombre podemos manifestar el amor perfecto de Dios. Tenemos el denuedo para declarar la Palabra de Dios; tenemos el poder para vivir una vida más que abundante y ser más que vencedores, porque como él es, así somos nosotros en este mundo. 85

Acerca del Autor Victor Paul Wierwille ha pasado muchos años buscando esclarecimiento de la Palabra de Dios por medio de hombres de Dios diseminados a lo largo del continente. Su trayectoria académica después del colegio secundario continuó en el Colegio y Seminario “Mission House” (Lakeland), donde recibió sus diplomas universitarios en Artes y en Divinidad. El Dr. Wierwille estudió en la Universidad de Chicago y en el Seminario Teológico de Princeton, donde recibió el diploma de Maestro de Teología en Teología Práctica. Tiempo después completó su trabajo para graduarse como Doctor en Teología. Durante 16 años el Dr. Wierwille sirvió como pastor en el noreste de Ohio. Durante estos años escudriñó la Palabra de Dios para obtener claves para un vivir abundante y victorioso. El Dr. Wierwille visitó a E. Stanley Jones y estudió su programa “Ashram”. Hombres tales como Glenn Clark, Rufus Mosley, Starr Daily, Albert Cliff, el Obispo K.C. Pillai y otros, fueron huéspedes de la congregación local del Dr. Wierwille. Karl Barth de Suiza fue su amigo y consultor, y también George M. Lamsa, el erudito arameo, así como otros eruditos europeos y del lejano oriente. Con estos hombres el Dr. Wierwille buscó entendimiento bíblico. En 1953 comenzó a enseñar clases sobre Poder Para la Vida Abundante. Estas sesiones concentradas están específicamente orientadas hacia revelar la Palabra de Dios como la voluntad de Dios, y contestar preguntas cruciales acerca del espíritu santo y su actual disponibilidad y eficacia en las vidas de los creyentes. El conducir a hombres y mujeres de todas partes del mundo a recibir la vida más abundante, rápidamente absorbió todo el tiempo disponible del Dr. Wierwille, de manera que se hizo necesario que renunciara de su posición de pastor local. Por veinte años el Dr. Wierwille ha dedicado toda su energía a enseñar la exactitud de la Palabra de Dios al establecer el Centro de Investigación Bíblica El Camino en New Knoxville, Ohio, y sus ramas a través de los Estados Unidos, al igual que en la India, Australia, Canadá, Europa y América del Sur.

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