La Circulacion De Balon Concepto Y Entrenamiento 1 Parte

TÁCTICA

Fotos: Getty Images

Oscar Cano

Entrenador Nacional Nivel III R.F.E.F.

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n la moda de querer parecerse al campeón de turno, los entrenadores de los distintos equipos de las diferentes categorías se esfuerzan por emular a aquellos colegas que alcanzaron el trono del vencedor.

LA CIRCULACIÓN DE BALÓN: Concepto y Entrenamiento (1ª parte)

Sin embargo, la pretensión, en la mayoría de los casos, queda en un esfuerzo improductivo por dos razones fundamentales: 1. La falta de contextualización, es decir, el querer aplicar lo observado en un lugar distinto sin que previamente se hayan distinguido los conceptos que pueden o no implementarse. 2. El escaso conocimiento de la profundidad de los argumentos futbolísticos de los clubes a los que se trata de plagiar.

“Jugar a tocar, a dar pases, lo hace cualquiera. Entrenar para generar eso y obtener beneficios en el juego mediante una estructura global que contemple este modelo de pensamiento, es para pocos” (Matías Manna).

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La circulación de balón Los técnicos actuales tienen un tremendo apego por lo que denominan los principios tácticos. Hablan y hablan de técnicas procedimentales, fundamentalmente por hacer creer al resto que son eruditos de la materia, obviando en muchos casos a los únicos responsables de llevarlos a cabo: el jugador de fútbol. Además, la pobreza de la descripción de los conceptos sobre los que se conversa se manifiesta en recursos lingüísticos que finalmente se hallan vacíos de contenido. El juego nos interesa bien poco puesto que de jugadores preferimos no reflexionar. Hablar de lo que emerge o puede surgir entre ellos nos aleja de esa infortunada ambición por querer reforzar la idea de que en nuestro cerebro está el fútbol. En esta última década, la eclosión del juego de posición, formulado en su máxima expresión por el F. C. Barcelona, ha inquietado a los entrenadores puesto que la complejidad testimoniada en las botas de Valdés, Piqué, Busquets, Xavi Hernández, Andrés Iniesta o Messi, ha sido objeto de diversos estudios en pos de descubrir y atrapar la esencia de aquellos códigos que organizan tan excelente comunicación a través del pase. No obstante, el acercamiento a dicho fenómeno lo hemos vuelto a realizar desde una perspectiva incorrecta. El enfoque, estático y alejado de su verdadera naturaleza sistémica y circunstancial, impide la comprensión de las pautas que determinan los patrones de organización de este estilo de juego. 28

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Apreciando que es el pase el elemento cardinal que establece la conceptualización de esta forma de jugar, trataremos de establecer en estas páginas las propiedades sustanciales desde las que tomar conciencia de los objetivos pretendidos y el modo en que podemos llevarlas a los espacios de entrenamiento en nuestro día a día.

Principios específicos de la circulación de balón Como “de fútbol todos sabemos”, tal y como reza el dicho, se ha creado una inoperante cultura que toma la investigación y la compresión como enemigos de este juego.

La propuesta de un fútbol que domine desde la tenencia de la pelota no debe justificar los errores o aciertos derivados de la misma a

Por fortuna, en otros deportes menos contaminados por el absurdo, la evolución si se ha llevado a cabo a través de prestigiosos sujetos de talentosa óptica que han penetrado

través de resaltar la valentía de los técnicos cuya pretensión se basa en ello.

el manto de la ignorancia para mostrarnos caminos llenos de coherencia e inteligencia.

En los deportes colectivos, las aportaciones del profesor Juan Antón, desde el análisis del balonmano, han resultado determinantes para comprender mejor lo que acontece durante el juego. Para este lúcido docente, los principios específicos de la circulación de balón se reducen a tres: • Comunicación motriz significativa. • Continuidad del juego. • Creación de líneas de fuerza entre compañeros. Contemplando los mismos, nos daremos cuenta de que la determinación de cada futbolista será acertada siempre que su conducta garantice el acierto de los siguientes intervinientes, o sea, que el pasador debe no sólo debe acertar sobre quien envía la pelota sino que su pase debe asegurar que los siguientes sean también exitosos. Para ello, las distancias de relación deben ser las idóneas, entendiéndolas como algo que no es inamovible, ya que tienen dependencia de la organización elegida por el equipo adversario. Su graduación se supedita a los acontecimientos dados. Implica, por tanto, flexibilidad y diversidad de coordinaciones. Mantener estructuras que vayan posibilitando procesos ordenados según nuestro potencial y las circunstancias presentes, separarse para separar las unidades defensivas, así como discernir cuándo debo entrar en contacto con la pelota o cuándo debo fijar mi posición para que los demás puedan hacerlo se convierten en ideales prioritarios. FUTBOL-TACTICO EDICIÓN 101 /

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La circulación de balón Para que el juego tenga continuidad, y que esta pueda ir desarreglando las intenciones del equipo opositor, reconocerse en determinadas estructuras y modificarlas en función de las propósitos que se oponen a los nuestros, es el primer criterio a entender. En la mayoría de los conjuntos que quieren aplicar estas tendencias comportamentales se observa una gran rigidez en el posicionamiento, adelantan a los laterales sin más, introducen al medio de cierre entre los zagueros centrales convirtiendo en previsible su actividad inminente. Se quedan sin opciones de progresión exitosa al contemplar la vertiente estructural como algo sin vida, sin movimiento, sin respeto por las características inherentes a todo proceso vital y social.

Imagen de la estructura y la creación de líneas de fuerza del Barça de Pep Guardiola

Durante el enfrentamiento en Bundesliga entre el Bayern de Pep y el Leverkusen de Roger Schmidt, en el inicio del juego, los jugadores iban ocupando los espacios sin la clara apreciación de alguna demarcación específica. De manera alternativa, cada uno de ellos, estimando previamente las circunstancias existentes, 30

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Salida del Barça de Luis Enrique con un lateral proyectado y otro alineado junto a los centrales.

Inicio de juagada del Bayern de Múnich frente al Leverkusen.

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La circulación de balón iban decidiendo las zonas a invadir para superar los distintos impulsos defensivos provocados por los adversarios. En un deporte de naturaleza no lineal, de múltiples y espontáneos sucesos, educar a los futbolistas a proyectar sus conductas en base a las condiciones cambiantes de cada situación debe ser la esperanza de todo buen entrenador. La circulación de balón debe examinarse desde una percepción cualitativa, no se trata de un simple intercambio de poseedor del balón, no es coleccionar un número concreto de pases, no se mejora a partir de jugar a uno o dos contactos, sino que desde un pensamiento cualitativo debe confirmar una máxima: fraccionarle, dividirle el juego al equipo rival a partir de no disociar el propio. Recordemos que como objetivo general, la circulación de balón trata de movilizar y desequilibrar al adversario, explotando a su vez esos desajustes conseguidos.

Jugadores situados a diferentes alturas y ejes.

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Disponer de fluidez, limitando a su vez la del equipo antagonista, nace en la armonía para combinar diferentes estructuras donde cada individuo tenga interiorizado el sentimiento de apoyo potencial constante. Messi cuenta con el apoyo de cercanos y alejados.

Si esto se alcanza, si se consigue esa expresión global de estar siempre próximos en los lugares y momentos precisos -entendiendo dicha proximidad como la distribución espacial que preserva una comunicación eficiente entre los jugadores- la protección del esférico y las expectativas de progresar conquistando lugares significativos se multiplicará considerablemente. Concluida esta primera parte de las tres de que consta este trabajo, en el próximo número nos adentraremos en cuáles son los objetivos específicos de la circulación de la pelota, las bases técnico – tácticas de intervención que la condicionan para su correcta manifestación, así como comprobaremos que está estrechamente ligada a la circulación de jugadores. Para el tercer y último apartado, dejamos pendiente la manera en que podemos diseñar tareas de entrenamiento representativas de todo cuanto es necesario para convertir el uso del balón en algo productivo.■ FUTBOL-TACTICO EDICIÓN 101 /

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