Libro 10 Capricornio.pdf

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Los signos del Zodiaco y el amor ...por qué se escribió

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Como descubriréis en este libro, los signos solares con los que tenemos potencial para una fácil compatibilidad, simpatía y comprensión son mucho más numerosos que aquellos con los que es posible que descubramos una cierta dosis de tensión, antipatía o falta de comunicación... y en la armonía de nuestro sistema solar hay más oportunidades para el amor y la compasión que para el odio y el recelo. Sin embargo, hombres y mujeres inquietos de todos los órdenes de la vida, desde geólogos y ecólogos hasta profetas y astrólogos, pronostican tenazmente la posibilidad de que se aproximen cataclismos, tanto de factura humana como naturales, que traerán consigo el peligro de la aniquilación antes de que haya transcurrido la próxima década crítica en este planeta menguante, que pierde tan rápidamente su luminosidad. Nos lo han advertido, pero son pocos los que han respondido. Es evidente que se necesita un milagro para que la Tierra vuelva a prosperar. Si aprendemos a utilizar la sabiduría de los planetas, la clave de la Verdad Universal de nuestros Co-Creadores, cada uno de nosotros podrá crear un fragmento del mensaje que abarca todo el espectro del arco iris, a saber, Paz sobre la Tierra a los hombres... y mujeres... de buena voluntad, mensaje que entonaron los cuerpos celestes sobre Belén hace dos mil años para inaugurar la era de Piscis del dulce Nazareno, que sólo nos pidió que nos «amáramos los unos a los otros», y que nos prometió que lo que él hacía, nosotros también podríamos hacerlo. No es demasiado tarde, pues el jubiloso mensaje de las huestes angélicas (aún no identificadas) sigue haciendo reverberar su clarinada... inaugurando ahora la era de Acuario... anunciando la esperanza para aquellos que observan los cielos y están atentos a la música. Creo que para un milagro tan necesario, que quizá se aproxima antes de lo previsto, no podría existir un preludio más formidable que el de emplear el arte de los sabios de antaño con el fin de allanar el terreno para su retorno con una nueva Búsqueda Estelar del amor... del amor del hombre por la mujer... y de ambos juntos por todas las plantas y criaturas vivientes. Porque sólo el amor tiene la facultad de traer la paz a los terráqueos de buena voluntad en la hora crepuscular de la historia.  

  En el Año de Nuestro Señor 1978 

 

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A todos mis lectores

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Los signos del Zodiaco y el amor contiene una serie de conceptos polémicos de naturaleza moral, filosófica e intelectual, en las áreas de la ciencia y la religión. A algunos de vosotros, estos conceptos os parecerán estimulantes, a otros os parecerán extraños y sorprendentes, y a otros más os podrían producir una profunda ofuscación. Aquí los presento como veraces, y así los interpretaréis muchos de vosotros... en tanto que es posible que otros les den una interpretación distinta. He compartido con vosotros mis descubrimientos personales respecto de la verdad porque creo que cualquier tipo de investigación implica el deber de intercambiar con los demás lo que se ha elucidado, para apresurar la génesis de la armonía en la Tierra, la paz definitiva. Sin embargo, no os pido —ni tampoco espero— que interpretéis mis conceptos como vuestra verdad, a menos que concuerden con vuestro esclarecimiento personal y vuestras convicciones particulares. La verdad parcial —la simiente de la sabiduría— se encuentra en muchos lugares. La verdad parcial se puede hallar en el instinto primordial... en el derecho terrenal, en la costumbre social, en la investigación científica, en la filosofía y en la doctrina religiosa. Las semillas de la sabiduría están implantadas en todo lo que se ha escrito a lo largo del tiempo... especialmente en el arte, en la música y en la poesía... y, sobre todo, en la Naturaleza. Pero la auténtica Verdad sólo se puede encontrar en un lugar, en la comunión de cada hombre y de cada mujer con una Fuente eterna de Conocimiento oculto que lleva dentro, y que cada individuo debe buscar y hallar por sí mismo. Podemos mostrar la senda a los demás, pero cada uno debe marchar solo por esta senda: hasta que cada «extraviado» haya realizado el viaje íntegro y hasta que todos hayamos alcanzado finalmente la Luz de la Sabiduría cabalmente formada que está en el final del Camino... de donde partimos en un Tiempo ha mucho olvidado.

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Prefacio Como la sombra de Peter Pan, la curiosidad acerca de la compatibilidad astral sigue al astrólogo «por el segundo lugar de la derecha y sin parar hasta la mañana». Es inevitable que en cada reunión alguien le formule una pregunta de esta índole: «¿Cómo se lleva Sagitario con Piscis?». Típicamente, en los programas de radio y televisión, y en las entrevistas periodísticas, el profesional de la astrología tropieza invariablemente con: «Mi marido es Leo y yo soy Acuario. ¿Por eso reñimos tanto?», o: «¿Con qué signo le conviene casarse a un Géminis?».

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Todos desean conocer las reglas básicas del juego de la combinación y el apareamiento de los signos solares. Incluso me he encontrado inerme en el sillón del dentista, en plena extracción de una muela, mientras el profesional me decía: «No se trata de que yo crea en la astrología, ¿pero qué posibilidades tengo con una mujer Capricornio?».

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Ahora bien, aquellos de vosotros que fuisteis jóvenes (y que, según espero, lo seguís siendo), sabéis lo que Campanilla de Bronce le advirtió a Peter Pan: «Cada vez que un niño dice que no cree en las hadas, un hada cae muerta en alguna parte». Asimismo, cada vez que alguien comenta que no cree en las estrellas, una relación humana cae muerta en alguna parte, pues le falta la comprensión que podría haber extraído del conocimiento básico de la astrología... y esto no es una fantasía. Es un hecho. El arte y ciencia más antiguo del mundo no tiene nada de misterioso, a menos que optéis por considerar «misteriosos» los milagros de amor y tolerancia que emanan de su empleo. Dejando de lado la semántica, da resultados, cualquiera que sea el calificativo que le apliquéis.

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En cuanto a esos conocidos personajes del País de Nunca Jamás, Peter Pan y Wendy, si bien he utilizado algunos de sus comentarios, a lo largo de este libro, para simbolizar, en diversas circunstancias, ciertas características de los doce signos astrológicos, el Sol natal personal de Peter Pan se hallaba en el elemento Aire mutable de Géminis cuando él fue creado. ¡Oh, sí! Peter era un signo solar Géminis... a pesar de que utilizo citas específicas suyas para simbolizar otros signos del libro. Era un signo solar Géminis que deseaba no crecer nunca, que buscaba algo que nunca podía terminar de hallar, que estaba eternamente destinado a sentirse seguro sólo de su propia sombra y nunca de otro ser humano... hasta que, confiemos en ello, aprendiera por fin la lección del amor mediante el esclarecimiento eventual.

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Wendy era evidentemente una Cáncer: maternal, posesiva, afable e imaginativa, y ensayaba sus alas en un vuelo de fantasía bajo la Luna llena, como a menudo lo hacen las doncellas lunares. Como veis, no estaban asociados por una sólida armonía de signos solares, de manera que reñían de cuando en cuando, y cada uno de ellos oía una melodía distinta. Wendy terminó en el último capítulo como terminan casi todos los Cáncer: a salvo y segura. Aunque su corazón anhelara ansiosamente volver a volar, optó por el hogar, el matrimonio y los hijos, como sueños finales, en tanto que Peter, como casi todos los Géminis, continuaba su búsqueda eterna de un arco iris más refulgente, allá lejos... aún obsesionado por dos deseos gemelos: el de sentar la cabeza junto a Wendy, y el no menos vehemente de seguir siendo libre... y fiel a sí mismo. Pero cuando Wendy nació, la Luna seguramente estaba en Acuario, en aspecto trígono (armonioso) con el Sol Géminis de Peter, y ésta fue la razón por la cual, al principio, voló con él... y prometió volver a limpiarle la casa todas las primaveras. Vale la pena invertir tiempo y esfuerzos en comparar dos horóscopos en busca de compatibilidad, porque cuando encontráis una relación en trígono, en sextil o en conjunción entre los respectivos signos solar y lunar (los signos transitados por el Sol y la Luna a la hora de ambos nacimientos), más un intercambio positivo de los signos situados en los ascendentes con las luminarias, el amor asume una dimensión más profunda. Todo amor es capaz de trasmutar los deseos en realidad, pero el amor entre dos seres cuyas auras personales se han amalgamado armónicamente, de esta manera, genera las vibraciones a las que se refieren los poetas, y puede manifestar una magia maravillosa. Entre los millones de parejas de la Tierra que procuran alcanzar (o han alcanzado) juntas una dicha y una

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realización satisfactorias, y entre aquellas que aún se debaten en medio de una difícil prueba sexual kármica, transitan aquellas otras, muy raras, que reciben la designación esotérica de «compañeros del alma» o «almas gemelas».

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A veces ocurre que un hombre y una mujer se encuentran, y reconocen instantáneamente a la otra mitad de su propio ser tras los ojos del otro. Los ojos han sido correctamente designados con el nombre de «ventanas del alma». Incluso sus voces les resultan recíprocamente conocidas, como un acorde musical recordado. Éstos son dos seres que captan enseguida el hecho inalterable de que han sido, son y deberán ser siempre uno, aunque hayan luchado contra su hado durante siglos y se hayan esforzado en vano por evadirse de su destino común. Casi desde el primer momento en que se encuentran y se miran el uno al otro, sus espíritus confluyen jubilosamente, reconociéndose, desdeñando todas las convenciones y costumbres, todas las reglas sociales de comportamiento, impulsados por un conocimiento interior que no pueden negar, pues es demasiado arrollador. Inexplicablemente, a menudo sin pronunciar una palabra, saben que sólo podrán alcanzar la integridad el uno mediante el otro... y que sólo podrán ser completos en todos los sentidos cuando estén juntos. De alguna manera se sienten inmortales, y lo son... porque este nivel de amor puede conferir el conocimiento inicial de la conquista de la longevidad multisecular en el mismo cuerpo carnal, en el plano de la Tierra, así como la materialización del cambio de cuerpos carnales (los templos del alma) en un estado plenamente consciente, sin el «coma» denominado muerte. La solución del problema de «superpoblación» que se planteará en el caso de que todos los habitantes de la Tierra logren este objetivo, será analizada con más detenimiento en un futuro libro. Tampoco intentaré describir aquí detalladamente el origen y el destino final de las almas gemelas, porque lo he hecho en otro libro, titulado Gooobers, que se publicará en el futuro próximo. Pero el tema de los compañeros del alma o almas gemelas despierta una curiosidad tan acuciante, que merece una explicación, aunque incompleta, en este mismo contexto. El hombre y la mujer que son compañeros del alma casi no necesitan pronunciar las palabras «Te amo», pues están seguros de que deberán ser el uno para el otro en la encarnación (ciclo vital) presente, o (como consecuencia de complicaciones kármicas) al cabo de muchos siglos. La fórmula de la ceremonia matrimonial —«que ningún hombre separe lo que Dios ha unido»— se refiere a estas personas. Sin embargo esta advertencia es innecesaria, y sólo se trata de un ritual simbólico, porque ningún hombre puede romper el vínculo entre las almas gemelas. Ni siquiera ellas mismas. Ni ninguna energía del Universo. La fuerza que las creó es todopoderosa e indestructible. Es posible que el lazo se debilite, que la unión y la consumación finales se aplacen, pero nada podrá separarlas definitivamente. Es infinita la dicha que podrán reivindicar —cuando lo deseen— según una tabla cronológica dictada por el libre albedrío de los ángeles superiores de sus propias personas. (La superconciencia o supraconciencia de cada uno.)

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A este tipo de atracción magnética instantánea se lo denomina a menudo «amor a primera vista», el cual no es un azar del destino, sino algo muy real. Es algo más que una curiosa coincidencia que las almas gemelas confluyan en el momento apropiado, en medio de la inmensidad del mundo. El entrecruzamiento de sus caminos ha sido predestinado en un nivel superior de conciencia. Es tan cierto que determinadas energías espirituales actúan para producir estos encuentros, como que la migración de las aves y el retorno de los cometas están gobernados por una ley universal análoga. Su confluencia es controlada por las operaciones del Karma, que no es más que la suma total de las causas movilizadas en el pasado... y éstas determinan infaliblemente las condiciones del presente. Cuando llega la hora de que las almas gemelas se encarnen, éstas son enviadas a la Tierra y revestidas de carne (una vez más, los cuerpos son los templos del alma) por la acción de determinadas fuerzas de tiempo-energía, en el momento de la Cronología Terráquea en que ciertas configuraciones planetarias generan las condiciones propicias. Estas fuerzas de tiempo-energía son de naturaleza electromagnética, pero más complejas de lo que esta palabra da a entender.

Ninguno de nosotros puede controlar los resultados finales de las causas que iniciamos o pusimos en acción en nuestras vidas pasadas, aunque sí podemos controlar nuestras reacciones a los resultados que estas causas pasadas producen en nuestra vida actual. La personalidad superior posee el «libre albedrío» para modificar estos acontecimientos kármicos, y nosotros podemos adquirir este poder si aprendemos a sintonizamos o comunicarnos con la personalidad superior (supraconciencia). Pero en el nivel consciente el «libre albedrío» sólo puede realizarse en el futuro, porque, en esa corriente siempre fluida que llamamos presente, ponemos en marcha, mediante acciones que iniciamos ahora y mediante reacciones a causas pasadas, las condiciones futuras con las que tropezaremos inevitablemente.

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En cuanto a las influencias planetarias específicas de las natividades (horóscopos o cartas natales) de dos personas, influencias éstas que le revelan al astrólogo que se trata de almas gemelas, lo cierto es que son demasiado complejas para explicarlas exhaustivamente en este libro, en toda su magnitud, y deberemos dejarlas para otro volumen programado, que se ocupará de este tema y otros afines. Pero suponiendo que dichas influencias planetarias estén presentes en las cartas respectivas de los enamorados, se revela un destino en el cual los dos se encontrarán involuntariamente y en el cual será imposible separarlos, incluso mediante la experiencia de la muerte, excepto durante intervalos de tiempo terráqueo, destinados a la verificación kármica de las almas. Durante estos períodos de separación, ya sean breves o prolongados, las dos personas se sienten solas, vacías e incompletas. Sin embargo, incluso durante estas interrupciones temporales de su convivencia, existe entre ellas una comunicación astral constante, pulsante, porque aun entonces se hallan unidas por un cordón que las conecta a través de la distancia. Recientemente una mujer que conozco se hallaba sumida en un estado de ansiedad emocional, y experimentaba una necesidad desesperada de conectarse con el hombre que amaba (un alma gemela), el cual se hallaba fuera del país. No tenían cómo comunicarse por teléfono o por carta. Una noche estaba postrada en la cama, en la oscuridad, e intuía marcadamente su presencia pero se sentía frustrada porque no podía verlo ni oírlo ni tocarlo, y de pronto exclamó en voz alta, involuntariamente: «¿Oh, por qué no me oyes cuando te llamo?». La lámpara colocada sobre el escritorio, en el otro extremo de la habitación, se encendió súbitamente. Al mismo tiempo, una gran margarita de papel que él le había regalado meses atrás, cayó al suelo. La mujer se sentó en el lecho, atónita, miró la lámpara y la margarita caída, y volvió a hablar en voz alta. «Si has sido verdaderamente tú quien encendiste la luz, ¿puedes darme una señal de que tu cuerpo astral está realmente aquí, apagándola ahora mismo?» Enseguida el interruptor de la lámpara chasqueó audiblemente y dejó la habitación a oscuras... e inmediatamente volvió a chasquear poblándola de luz. Antes del episodio la lámpara había estado apagada durante varias horas, de modo que no se trató de un corte de energía.

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Lo que sucedió no tenía absolutamente ninguna explicación científica. Ni la bombilla ni el interruptor estaban flojos, y tampoco había ninguna avería en la conexión o el enchufe. Todo fue minuciosamente comprobado. En cuanto a la margarita, había pasado muchos meses firmemente implantada en su lugar, adherida a un cuadro que colgaba de la pared, hasta ese momento imprevisto. Las leyes de la metafísica explican fácilmente semejantes «milagros». El alma gemela de la mujer había captado la necesidad de ésta, y había respondido, guiada astralmente por sus respectivas personalidades superiores, a través del cordón azul plateado que las conectaba: un hilo de luz capaz de impresionar materialmente la visión física de un parapsicólogo o un sensitivo experto. Más tarde la mujer se enteró de que exactamente a la misma hora él realizaba esfuerzos ansiosos para comunicarse con ella. Quienes aman lealmente, y quienes saben utilizar el cordón de energía eléctrica que los une, no necesitan de la Western Union, ni del correo, ni de la telefónica, para comunicarse. Siempre están en contacto mediante su «telégrafo» astral. Ha habido incontables casos análogos entre dos personas asociadas por todo tipo de relaciones de amor: padres e hijos, amigos íntimos, maridos y esposas... y amantes.

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Aún oímos los clamores de la ciencia: «¡Dadnos hechos, hechos, hechos!». La astronomía y la ciencia, son incapaces ambas de ver el gran bosque metafísico del conocimiento a través de los árboles de la baja matemática y la baja física, sin el prefijo «meta», en tanto que la metafísica podría explicar tantos misterios. «Meta» es una palabra griega que significa, sencillamente, «más allá». ¿La verdad reside más allá de la ficción del hecho? Einstein tenía conciencia de ello. Sí, el abstracto Albert lo sabía. Algún día muy próximo, en esta naciente era de Acuario, el descubrimiento de instrumentos suficientemente sensibles para medir la tremenda energía del campo magnético del amor demostrará cómo sus impulsos eléctricos pueden dejar en suspenso las leyes de la Naturaleza (pero no perjudicialmente), invertir la gravedad (y también el proceso de envejecimiento, mediante la regeneración celular), aumentar la comunión telepática y producir muchas otras manifestaciones milagrosas, incluida la evocación consciente de encarnaciones anteriores, lo cual por fin convencerá a la ciencia escéptica. Sí, el amor puede lograr todo esto, si el deseo es suficientemente vehemente y si la motivación no es egoísta... cuando se movilizan suficiente fe y suficiente voluntad. Ocurre todos los días. Testigos fidedignos han observado frecuentemente cómo una mujer de cuarenta y cinco kilos puede levantar las ruedas de un camión de dos toneladas si su hijo está atrapado debajo de ellas: una inversión total de las leyes físicas que concuerda empero perfectamente con las leyes de la meta-física. El amor es mucho

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más que una emoción o un sentimiento. El amor es un impulso eléctrico positivo. La ciencia aún no ha perfeccionado instrumentos suficientemente delicados o refinados para detectar estos impulsos, que, sin embargo, existen. Los «científicos» tampoco creyeron en las ondas electrónicas de la radio hasta que pudieron medirlas.-.. y sin embargo ahí estaban, siempre. Como escribió H. T. Buckle en su History of Civilization in England: «... habitualmente pasan unas pocas generaciones y entonces comienza un período en el cual estas mismas verdades son interpretadas como hechos comunes: y un poco después comienza otro período en el cual son declaradas necesarias, e incluso la mente más obtusa se pregunta cómo fue posible que alguna vez las negaran».

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Durante la trabajosa búsqueda del alma gemela habrá muchas desviaciones, muchas relaciones que al principio parecerán genuinas y después se diluirán en la indiferencia y el hastío. Incluso cuando por fin se descubre el alma gemela, a menudo se producen muchas complicaciones y verificaciones que causan sufrimientos temporales. Sólo la práctica continua y consecuente de la tolerancia y la clemencia puede aliviar el dolor. El intercambio de dolor por dolor sólo genera la certidumbre futura de una reacción análoga, de más dolor, por obra de la causa y el efecto kármicos.

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A veces, parece que los problemas de dos personas que se aman son insolubles, que el muro que los separa es tan alto que no podrán salvarlo. Pero sus problemas se disiparían, desaparecerían sencillamente, si sólo pusieran en contacto sus manos, o sus corazones, o sus mentes, o incluso sus narices, y susurraran una sola palabra: «¡magia!». Porque el amor es magia, el poder secreto que todos los que aman poseen sin saberlo. Aunque el trauma sea enorme, aunque las palabras sean crueles, el amor lo borrará todo, como si nunca hubiera existido. Pero no si quien ha infligido el dolor no lo desea y no se esfuerza... no si quien ha sido profundamente herido carece de la capacidad de perdonar. El deseo, el esfuerzo y el perdón, combinados, son necesarios para liberar la fuerza y el poder del amor.

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La legendaria búsqueda del Santo Grial implica una búsqueda doble. En el nivel material o terrenal, gira en torno de la copa concreta de la cual el Nazareno bebió en la Última Cena, y que según los antiguos fue enterrada cerca del lugar donde los sacerdotes druidas (descendientes de los esenios) celebraban sus ritos místicos... copa cuyo descubrimiento es inminente en la era del Aguador. En un plano más sublime, místico, cada ser humano concluye con éxito la búsqueda del Santo Grial cuando se reúne con el alma gemela. Porque sólo cuando todas las almas gemelas solitarias y separadas se reúnan por fin jubilosamente, las piezas del rompecabezas de la vida se ensamblarán para formar una imagen íntegra y completa dentro del Universo. La leyenda susurra que será durante el despuntar de la era de Acuario cuando los catorce fragmentos del alma de Osiris —que se esparcieron cuando su cuerpo fue dividido en catorce partes por su hermano Set (lo cual provocó la primera Puesta de Sol de la Tierra)— se reúnan en un solo hombre, «con todas sus partes dispersas completas». Un hombre, que se reencontrará con su propia alma gemela, Isis, después de millones de años trabajosos de búsqueda y de incontables encarnaciones que compartieron en el pasado sin comprender la verdad.

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Al mismo tiempo, las almas gemelas de Set y su Nepente, separadas hace mucho tiempo, se reunirán, para cumplir su destino de descubrir juntas el Grial del Nazareno, mediante el amalgama de sus auras. Entonces, dice la leyenda a través del milagro de la absolución recíproca por aquel crimen lejano. Set y su hermano, Osiris, junto con Isis y su hermana, Nepente, encontrarán de alguna manera, juntos, los anales perdidos de la Atlántida... así como el sepulcro de Osiris, que contiene las crónicas de la construcción de la Gran Pirámide de Gizeh, levantada por Osiris (y no por Keops, como se ha creído erróneamente durante siglos). Cuando estos hechos portentosos y sacrosantos se concreten, después de que estos cuatro (y uno más) reconozcan la verdadera identidad de sus personalidades superiores, otras muchas almas gemelas se reconocerán súbitamente las unas a las otras. Entonces por lo menos empezaremos a materializar nuestro sagrado derecho, tal como lo suplicamos en esos versículos del padrenuestro: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra, (como arriba, así también abajo), cambiando el esquema de la trinidad de energías solar, estelar y lunar en el cosmos. Quienes aman profundamente, y quienes están auténticamente apareados con la otra mitad de sí mismos, no experimentan deseos de desencadenar guerras ni de dominar a los demás. Así como la devoción de Romeo y Julieta, aun en la muerte, tuvo el poder de disipar la enemistad y de conciliar las diferencias entre los belicosos Montescos y Capuletos, así también la amalgama extática de todas las almas gemelas enamoradas

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tiene la misma facultad de unir a la humanidad, a todos los terráqueos para la Paz y el Bien permanentes. Pax et Bonum. No es una coincidencia (nada lo es) que el hombre que por lo menos dio un paso inicial hacia la paz en el Oriente Medio, Anwar el Sadat, sea auténticamente dichoso en su matrimonio y esté casado con una mujer que refleja los objetivos de su personalidad superior... y que lo mismo ocurra con Menajem Beguin, de Israel, quien por lo menos al principio aceptó aquel gesto con el mismo espíritu de buena voluntad y sinceridad. Tampoco es una coincidencia que Hitler fuera un hombre solitario, huérfano de amor. ¿Jesús... el carpintero de Nazaret? No estaba solo. No le faltaba el amor de una mujer. Aunque sólo se trate de un comienzo, el excelente y minuciosamente documentado libro The Sexuality of Jesus (Harper & Row, 1973), que Harper & Row reeditó en 1979 con el título de Did Jesus Love?, escrito por el reverendo William Phipps, un Escorpión, arroja la necesaria luz sobre el misterio largamente oculto de Jesús y su propia alma gemela. Porque él era sólo un hombre, aunque muy evolucionado... y ella, sólo una mujer. Como tú.

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La doctrina de la divinidad, como la del patriotismo, implica una vibración negativa, que sitúa a un hombre, una mujer, una nación, por encima de los demás. ¿Jesús, el Cristo? Sí, él era más que humano, un ente distinto, pero no diferente, no más sobrehumano o divino de lo que puede llegar a ser cada hombre y mujer durante esos períodos demasiado raros y breves de sintonización con la supraconciencia individual. Anwar, el Cristo... Menajem, el Cristo... Ruth, el Cristo... Robert, el Cristo... Thelma, el Cristo... Michel, el Cristo... Susan, el Cristo... Arthur, el Cristo, y así sucesivamente, incluyendo tu propio nombre. Cristo no es más que otro nombre para designar al Espíritu Santo, que puede introducirse en cualquiera. Todos somos hijos e hijas de Dios... y de Su Compañera, Su propia alma gemela. ¿Cómo habría sido posible que nuestro Creador no tuviera Su contraparte? La bipolaridad positivo-negativo, masculino-femenino, existe en todas las dimensiones, en todos los niveles de conciencia, dentro de las galaxias del Cielo... y en el Infierno de la Tierra (tal como se manifiesta actualmente). El mismo Jesús nunca pretendió ser divino. «Lo que yo he hecho, también podéis hacerlo vosotros, y más... id y haced lo mismo... te será hecho según tu fe... ». Éstas no son reivindicaciones de singularidad espiritual, sino sólo recordatorios de que las que se estaban exhibiendo eran manifestaciones de lo «divino» que hay dentro de cada uno de nosotros, milagros que todos podríamos ejecutar... aunque no sin sacrificios, no sin ciertas disciplinas necesarias para controlar la mente, el cuerpo y las emociones. Es extraño que la palabra «disciplina» abarque a la palabra «discípulo». O quizá no es extraño en absoluto.

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Los cataclismos pronosticados, si llegaran a producirse, si no pudiéramos evitarlos, habrán sido generados por muchas fuerzas de las tinieblas... por la experimentación subterránea de inmensas energías destructivas... por las vibraciones negativas de las olas actuales de promiscuidad sexual y lascivia que invaden las revistas y el cine, y que ultrajan y degradan el sexo a su nivel más bajo... por la feroz ambición de lucro... por la negativa egoísta a compartir nuestro dinero, nuestros alimentos o nuestro amor con nuestros semejantes. «Si todos comieran sencillamente, todos comerían.» La necesidad de sexo, como la necesidad de alimentos, es un apetito devorador que se extiende por todo el mundo. Pero compartir nuestro amor no implica compartir nuestros cuerpos en una sensual experiencia sexual de grupo. La glotonería no es la respuesta a ninguno de los dos tipos de apetito. El sexo no es un pecado; sólo el empleo incorrecto de su energía es un pecado contra el ángel superior de la propia personalidad. La unión sexual es el éxtasis de lo «profundo» descubierto por quienes aman, y simboliza la amalgama del hombre y la mujer con el Universo y con la totalidad de la Naturaleza, en la unidad. Es una simple cuestión de prioridades. Primeramente os enamoráis... con los ojos. Después con la mente, y después con el corazón (las emociones). Para entonces vuestra alma se ha sumado a la experiencia —os deis cuenta o no de ello, os habéis «enamorado» espiritualmente— y es hora de enamorarse con el cuerpo.

Cuando invertís el orden de este proceso, fracasáis. Porque sólo los ojos saben cómo introduciros en la mente de la persona que mira. Sólo la mente sabe cómo introduciros en el corazón de la persona con la que habéis descubierto una afinidad mental. Sólo el corazón sabe cómo introduciros en la unión con el alma del ser amado. Y el alma sabe muy bien... ¡oh!, sabe muy bien, creedme... cómo introduciros, entonces, en el éxtasis de la unidad denominada acoplamiento sexual, que os convierte en «una sola carne». Pero si empezáis por el cuerpo... el cuerpo no sabe a dónde conduciros, como no sea hacia más y más sensaciones de la carne, que por sí solas carecen de poder para materializar el anhelo de amor o alimentar el

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ansia de amor más profunda, sensaciones que en razón de ciertas leyes fisiológicas, deben determinar eventualmente que el cuerpo se inmunice a la sensación, y necesite cada vez más estímulos, hasta que finalmente, como en el caso de las drogas, se llega al nivel de tolerancia incluso para esto, y se prefiere toda sensación. Utilizar el cuerpo como un instrumento exclusivamente reservado a la sexualidad sin amor, es como escuchar una sinfonía con un equipo estereofónico pero utilizando un solo altavoz.

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Sí, es hora de que llegue un Mesías. Un Guía que nos recuerde una vez más las lecciones básicas de amor que nos impartió antes y que olvidamos tan rápidamente. Porque no importa hasta qué punto un individuo o una nación ha caído en el error; el amor generará una renovada consagración a la humanidad. Así como no importa cuánto nos hemos alejado, porque el amor producirá el retorno. Como lo señaló el poeta Emmet Fox, no hay distancia que el amor no pueda salvar cuando se lo proyecta con suficiente intensidad; no hay enfermedad —moral, mental, emocional o espiritual— que el amor no pueda curar. No hay victoria que el amor no pueda alcanzar. El amor es energía cinética concentrada, la fuerza más portentosa de la Naturaleza... y de más allá de ésta.

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Si sólo pudierais amar con suficiente profundidad y sustentar el amor durante suficiente tiempo, podríais convertiros en la fuente de vuestros propios milagros, y seríais tan poderosos como los «dioses y diosas» de la antigüedad. No habría ningún sueño que no pudierais materializar, ninguna ley que no pudierais cambiar, ninguna situación que no pudierais invertir... si sólo amarais suficientemente.

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No es fácil amar suficientemente. Amar suficientemente no implica amar sólo a aquellos que os aman a vosotros, a aquellos que son buenos y considerados y generosos. Amar suficientemente implica también amar a quienes «lanzan toda clase de vituperios contra vosotros», a quienes os odian y demuestran activamente ese odio, a quienes aparentemente carecen de toda compasión y sensibilidad. Cualquiera puede retribuir el amor de quienes lo aman... o la aman. Este tipo de amor no entraña mucha gloria ni poder. Estamos encarnados en estos cuerpos carnales, en la Tierra, para aprender la lección más profunda y difícil del amor, que consiste en amar a lo que no inspira amor. En esta hazaña reside toda la fuerza y la energía de la verdadera pasión. En la mayoría de los casos se trata de un esfuerzo penoso, pero cuando lo conseguimos las recompensas son... inimaginables. No os preocupéis por la innecesaria «canonización» religiosa —vosotros también podéis convertiros en «santos»— si conseguís amar suficientemente. En términos astrológicos, casi no se necesita esfuerzo para que un León y un Carnero se amen, para que un Toro y una Cabra se amen. Pero para que un Carnero armonice con un Cangrejo, para que el León armonice con el Escorpión, el Toro con el Aguador... deben desplegar un amor sublime. Los signos del Zodiaco y el amor, es un libro que procurará guiar a quienes tienen la fortuna de estar unidos por sus propios signos solares compatibles... y que también procurará marcar el camino de la tolerancia y la armonía a aquellas personas a las cuales su destino kármico actual les ha impuesto la prueba espiritual de entablar relaciones con personas de signos solares antagónicos.

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Incluso cuando se trata de dos individuos cuyos signos solares y lunares armonizan, siempre hay en sus respectivas natividades algunos planetas que chocan y que generan fricciones y tensiones periódicas. Superar esto implica sintonizarse con la frecuencia pulsátil de la personalidad superior, iniciar el ascenso por el sendero que conduce al esclarecimiento... y marchar en una atmósfera mágica, bajo una lluvia de milagros. Como una copa sin fondo, el Santo Grial de quienes aman nunca está vacío. En las matemáticas de la metafísica, que son las matemáticas del País de Nunca Jamás, veréis... que cuantos más milagros regalamos a los demás, tantos más quedan para vosotros y para mí. ¿Quién entre nosotros no es, a ratos, indigno de ser amado? ¿Y no son precisamente ésos los momentos en que secretamente anhelamos y necesitamos que más nos amen? ¡Oh!, la magia de que alguien a quien hemos maltratado nos retribuya con un trato amable; el milagro de oír, cuando hemos dicho: «Siento haber pronunciado esas palabras crueles», la respuesta: «¿Qué palabras crueles? Yo no las he oído».

Entonces el corazón estalla de júbilo y la copa se desborda. Porque este secreto antiquísimo de la alquimia es un secreto muy sencillo.

Si fue negativo, no sucedió... excepto en el mundo de la quimera.

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Y así, ojalá la fuerza... del amor... os acompañe. Ojalá ella evite los cataclismos naturales pronosticados, así como los cataclismos personales de la separación y el divorcio, mediante sus prismas de luz.

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...y en su seno llevará los corderos... ISAÍAS 40:11

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doce misterios del Amor

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El amor es la necesidad más profunda del hombre y la mujer. Lo que abruma al espíritu humano no es la amenaza de enfermedad o pobreza, sino el temor de que no haya nadie que se interese sinceramente por nosotros, nadie que nos comprenda realmente. Todos corremos desesperadamente en pos del amor, aunque seamos muy sanos, ricos o sabios, porque la otra alternativa es la soledad. Y así es como se busca el amor en el cielo y en el infierno, y lo buscan los santos y los pecadores, sin que importe a dónde los lleva la búsqueda, que en la era de Acuario los conduce a algunos extraños lugares, por el laberinto de la revolución sexual. Oye, ¿qué significa este trauma del sexo? toda esta gente que va a ver películas porno y la que no las va a ver...

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Los aficionados al intercambio de parejas y los idealistas, los puritanos y las prostitutas, las frígidas y las promiscuas, los machistas y las militantes feministas, ya lean a Browning o Playboy, ya vean películas de Walt Disney o las últimas producciones eróticas de Suecia, buscan lo mismo. Cualquiera que sea el camino por el que transitan en pos de la felicidad, la necesidad interior que los impulsa a seguir adelante es el amor. Y no se trata de darlo. Ni de recibirlo. Sino de compartirlo. Amar y ser amado en cambio. ¿Por qué el amor perdurable, mutuo, es tan esquivo? Para lograr una unión completa y permanente con la otra mitas (el alma gemela) el hombre y la mujer deben aprender la lección de los doce signos solar( s. Deben asimilar la sabiduría de estos doce misterios del amor antes de poder alcanzar una armonía definitiva, perfecta, entre sus naturalezas mental, física, emocional y espiritual. A medida que giramos en torno de la rueda astrológica o kármica de la vida, a través del renacimiento bajo la influencia de los diversos signos solares, a veces progresando deprisa, a veces retrasándonos, volviendo a menudo a la experiencia de determinado signo solar para repasar viejas lecciones... evolucionamos, cada cual a su propio ritmo. Nuestras propias personalidades superconscientes nos obligan a perfeccionar gradualmente las cualidades positivas de los doce signos y a purgar nuestra naturaleza de sus condiciones negativas, para que cada uno de nosotros se transforme eventualmente en el oro refinado de un ente totalmente evolucionado, digno de unirse a la otra mitad: la personalidad gemela. En nuestro anhelo de amor —por nuestra alma gemela o compañero del alma— reside nuestra sabiduría metafísica latente. El secreto de la vida misma. La verdad esotérica.

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Cada signo solar contiene una fuerza que puede revertirse en debilidad, y cada signo solar contiene una debilidad que puede revertirse en fuerza, merced a la ley de la bipolaridad positivo-negativo. ¿Qué es la obstinación de Tauro sino su paciencia invertida? ¿Qué es la naturaleza impulsiva de Aries sino el aspecto negativo del coraje positivo de Marte, típico del Carnero? ¿Leo optará por ejercitar el gran orgullo y la gran nobleza que le corresponden por derecho leonino-solar con el fin positivo de proteger a los indefensos, o con el fin negativo de convertirse en un tirano arrogante que oprimirá a los inermes? ¿La cautela de Cáncer se transformará en temores y fobias lunares? ¿La compasión y humildad de Piscis se trocarán en los aspectos negativos de Neptuno: la impostura, la introversión y la evasión? La elección de las bipolaridades de nuestro signo solar siempre corre por nuestra cuenta. Y si nos equivocamos al optar, deberemos revivir de nuevo la experiencia de ese signo solar, hasta asumir el control de su fuerza positiva.

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Las doce iniciaciones del amor En cada una de las experiencias siguientes, el hombre o la mujer es absolutamente capaz de conferir y enseñar a los demás la primera cualidad, pero para que la personalidad aprenda la segunda cualidad hay que hacer un gran esfuerzo. Cuando el individuo comprende esta segunda cualidad tan bien como la primera, ello implica que ha adquirido el dominio de un determinado signo solar. El alma debe pasar más de una vez por las seis primeras iniciaciones del amor como:

GÉMINIS CÁNCER

LEO

para enseñar que el amor es inocencia y aprender que el amor es confianza

«yo tengo»

para enseñar que el amor es paciencia y aprender que el amor es la capacidad de perdonar

el niño

«yo pienso»

el púber

«yo siento»

el adolescente

«yo haré»

el adulto

para enseñar que el amor es perspicacia y aprender que el amor es sensación para enseñar que el amor es devoción y aprender que el amor es libertad

para enseñar que el amor es éxtasis y aprender que el amor es humildad

para enseñar que el amor es «yo analizo» puro y aprender que el amor es !a realización

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VIRGO

el bebé

«yo soy»

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TAURO

el recién nacido

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ARIES

Después de alcanzar la madurez emocional en estas primeras seis etapas de desarrollo, el hombre y la mujer deben pasar por las seis últimas iniciaciones del amor (más de una vez) para descubrir su sentido espiritual más profundo en:

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LIBRA

matrimonio

«yo sopeso»

para enseñar que el amor «yo deseo» es pasión y aprender que el amor es entrega

ESCORPIÓN

sexo

SAGITARIO

conocimiento

CAPRICORNIO

experiencia

ACUARIO

idealismo

«yo sé»

para enseñar que el amor es tolerancia y aprender que el amor es unidad

PISCIS

sumisión

«yo creo»

para enseñar que el amor es compasión y aprender que el amor es TODO

«yo veo»

para enseñar que el amor es honestidad y aprender que el amor es lealtad

para enseñar que el amor «yo utilizo» es sabiduría y aprender que el amor es desinterés

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para enseñar que el amor es belleza y aprender que el amor es armonía ,

y para comprender así finalmente que … 

El amor es eterno

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Existe una razón profunda y significativa por la cual la meditación sobre los doce misterios del amor que figuran aquí es importante para ti y para el ser que amas. La clave es el número doce. Existen 12 sales minerales básicas que se emplean en homeopatía (la más útil de las ramas de la medicina). Estas 12 sales tienen un gran poder para fomentar un estado positivo de la salud humana en cada uno de sus doce signos solares correspondientes, hecho éste que sólo comprenden los homeópatas profesionales y no los médicos ortodoxos (exceptuando unos pocos casos raros entre estos últimos). Los minerales de la Tierra se ajustan al número 12, lo mismo que los sistemas métrico y duodecimal. Los diamantes, por ejemplo, tienen 12 caras o ejes, a lo largo de los cuales es indispensable cortarlos para que tengan brillo. Hubo 12 gobernadores en el sistema maniqueo, 12 divisiones del Templo de Salomón, 12 trabajos de Hércules, 12 altares de San Jacobo, 12 dioses griegos y así sucesivamente. Mucho antes de que los 12 hijos de Jacob fundaran las 12 Tribus de Israel, el número trece (13) tenía un importante significado místico. Por ejemplo, había 12 Caballeros de la Mesa Redonda, y el Rey Arturo era el decimotercero. El Rey-dios Osiris del antiguo Egipto estaba asociado a 12 reyes de menor jerarquía, y Osiris era el decimotercero. Igualmente el Rey-dios azteca Quetzacoatl tenía 12 seguidores, y él era el decimotercer miembro del grupo. En la Cristiandad, el Budismo Gautama y el Islamismo Shiita, también hay 12 seguidores (apóstoles o discípulos) y un Maestro. Los 12 discípulos representan las doce etapas de conocimiento de los signos solares, y el «Maestro» simboliza el número trece (13), o la pureza de la amalgama perfecta de los otros doce en un todo completo. Por ejemplo, los astrólogos esotéricos pueden identificar a cada uno de los 12 apóstoles de la Biblia cristiana con la cualidad del signo solar que se corporiza en la actitud particular de ese individuo respecto de las enseñanzas de Jesús. Esta verdad religiosa entrelazada, judeo-cristiano-islámica, se manifiesta en la armonía matemática y el bello sincronismo de la rueda del horóscopo. La ignorancia espiritual, o la ceguera, genera el miedo supersticioso al temido número «13». Los pisos de los hoteles saltan del «12» al «14», y pocas anfitrionas invitarán a trece comensales a una cena. Sin embargo, el verdadero significado de este número santo es la sabiduría. Si se lo utiliza para el mal puede provocar una gran destrucción. Pero si se lo utiliza para el bien puede provocar una gran regeneración. En sentido negativo, simboliza al «Maestro», que es la amalgama de las doce lecciones de los signos solares, transformado en un «ángel caído», como Lucifer. En sentido positivo, significa exactamente lo contrario: un «ángel» que se mantiene incólume, que ejerce el poder y la sabiduría eternos, atemperados por la justicia y la misericordia y, sobre todo, por el amor. La numerología es un componente inevitable de la astrología. El tema es demasiado vasto y complejo para abordarlo a fondo en Los signos del Zodiaco y el amor, y lo analizaremos minuciosamente en un próximo libro. Sin embargo, en el ínterin, es necesario hacer una breve referencia a los números planetarios para poder entender cabalmente los doce misterios del amor. Cada signo solar armoniza con un planeta o luminaria (Sol o Luna) determinado, y es regido por él. Y asimismo cada planeta armoniza con un determinado número y es gobernado por él. Por ejemplo: El Sol (que rige a Leo) vibra al son del número diez o uno (10=1), al que equivale cuando se lo suma siguiendo el procedimiento matemático normal. La Luna (que rige a Cáncer) vibra al son del número dos (2). Júpiter (que rige a Sagitario) vibra al son del número tres (3). Urano (que rige a Acuario) vibra al son del número cuatro (4). Mercurio (que rige a Géminis y temporalmente a Virgo, hasta que se descubre e identifica al planeta

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que rige auténticamente a Virgo. o sea Vulcano: véase el capítulo Virgo-Virgo) vibra al son del número cinco (5). Venus (que rige a Libra y temporalmente a Tauro, hasta que se descubre que el que rige auténticamente a Tauro es Pan-Horus: véase el capítulo Tauro-Tauro) vibra al son del número seis (6). Neptuno (que rige a Piscis) vibra al son del número siete (7). Saturno (que rige a Capricornio) vibra al son del número ocho (8).

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Marte (que rige a Aries) vibra al son del número nueve (9).

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Cada planeta y luminaria también vibra al son de lo que se denomina un número de «octava más alta», pero dejaremos la explicación de esto para el próximo libro ya mencionado. Quizás hayáis notado que en esta lista falta el número con el que vibra Plutón (que rige a Escorpión). Muchos astrólogos y estudiosos de la numerología os dirán que Plutón vibra al son del número nueve (9), y que comparte este número con Marte (que gobierna a Aries). No es cierto. Plutón, como todos los otros planetas, vibra al son de su propio «número» particular —cabal e individualmente suyo— y no lo comparte con ningún otro planeta o luminaria. Como ya hemos agotado los números desde uno (1) hasta nueve (9), y diez (10), como vibración del Sol que gobierna a Leo, volviendo así al uno (1) y completando el círculo, tal vez os preguntaréis cómo es posible que Plutón tenga su propio número. Ya lo veréis. En primer término, es importante comprender que la vibración nueve (9) de Marte es la vibración masculina del Universo, que representa y simboliza el principio MASCULINO último de toda la vida y el amor. La vibración seis (6) de Venus es la vibración femenina del Universo, que representa y simboliza el principio FEMENINO último de toda la vida y el amor. El seis y el nueve. El 6 y el 9. Los números vibratorios femenino y masculino, o el 9 y el 6. Macho y hembra. Positivo-negativo. Oscuridad-luz. (Bipolaridad.) Observad que cuando el número femenino de Venus, el seis (6), se coloca cabeza abajo (invirtiendo su polaridad) se transforma en un nueve (9). Asimismo, cuando el número masculino de Marte, el nueve (9), se coloca cabeza abajo (invirtiendo su polaridad), se transforma en un seis (6). El hombre y la mujer son, pues, inseparables. Cada uno es una parte igual del otro. Los principios masculino-femenino son totalmente intercambiables. Sin embargo, uno de ellos siempre apunta en dirección opuesta al otro. En la numerología hay muchos más niveles fascinantes y reveladores de estudio del seis y el nueve, pero aquí sólo nos ocupamos sucintamente de este tema, que analizaremos a fondo en un libro futuro. Observad que cuando se les quita la «cola», el seis (6) y el nueve (9) se transforman en un círculo. El círculo es el secreto de la fusión de las almas gemelas... el misterio más insondable del signo solar de Escorpión, y del planeta que gobierna a Escorpión, el portentoso y poderoso Plutón. Porque el número a cuyo son vibra Plutón es... el CERO. El círculo. El círculo (0) representa la eternidad, porque simboliza la serpiente que se devora su propia cola. De la cabeza masculina (positiva) de la serpiente fluye la energía masculinopositiva... hacia la cola femenina (negativa) de la serpiente. Simultáneamente, de la cola femenina (negativa) de la serpiente fluye la energía femenino-negativa hacia la cabeza masculina (positiva) de la serpiente. Éste es el secreto de Escorpión, el signo solar del «sexo»... y ésta es la energía que alimenta el enorme poder del planeta que gobierna a Escorpión: Plutón. El cero. El círculo. El O. La serpiente que devora su propia cola. El símbolo de la eternidad. Porque el auténtico poder sólo puede existir cuando todas las bipolaridades —macho y hembra, joven y anciano, oscuridad y luz, noche y día— se transmiten energía simultáneamente las unas a las otras, y fusionan sus energías en lugar de seguir oponiéndose entre sí. El cero vibratorio de Plutón también contiene el misterio secreto de la Santísima Trinidad de la Cristiandad. «El Padre-el Hijo-y-el Espíritu Santo». El «hijo» (humanos, de ambos sexos) es la energía masculina. El «Espíritu Santo» (el espíritu de Cristo) es la energía femenina. Cuando cada una fluye simultáneamente en la otra (en lugar de mantenerse en oposición) se genera una tercera energía, que es las dos, y sin embargo ninguna —neutral y TODOPODEROSA-, o sea: «El Padre» (Dios). Esta tercera energía, compuesta por la masculina y femenina combinadas, que fluyen la una en la otra, en lugar de oponerse, genera muchos milagros: El gran poder de la Divinidad. La concepción de un hijo. La concepción de una idea (que se transforma en ideal si se le agrega la «1» de love, la palabra inglesa que significa amor). La energía que mueve a las naves espaciales de otros sistemas solares.

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Kekule, que hizo el monumental descubrimiento de la estructura anular del benceno, descubrimiento éste que a su vez allanó el camino para el aspecto teórico de la química orgánica, no dijo por casualidad que antes de que se le ocurriera este concepto había soñado repetidamente con «una serpiente que se devoraba la cola». Por tanto, todo el misterioso «poder» de Plutón-Escorpión proviene de un conocimiento inconsciente de este principio del cero en virtud del cual la fusión perfecta entre lo masculino y lo femenino crea una tercera fuerza de energía, que es lo uno y lo otro, y sin embargo no es ninguno de los dos —neutra y TODOPODEROSA- porque no se opone, sino que hace que las bipolaridades se fusionen y fluyan simultáneamente la una en la otra. Otro testimonio, otro «secreto» del círculo CERO de Plutón, es el siguiente: ¿qué sucede cuando se agrega el CERO (0) a cualquier otro número? Cualquier banquero o estudiante de matemáticas os dirá que «aumenta» el poder del número. Evidentemente, el monto de un dólar crece (tiene más «poder») a medida que «se agregan ceros». Así, 1,00 dólar se convierte en 10,00 dólares o 100,00 dólares o 10.000,00 dólares y así sucesivamente. El CERO, pues, equivale al PODER. Esta noticia complacerá a todos los Escorpión... siempre que no olviden dónde reside el origen del poder. En la serpiente que se devora la cola... el secreto de la eternidad. Un factor importante para comprender los doce misterios del amor, relacionados con el secreto del círculo, es el siguiente. En el texto de este libro encontraréis a menudo el término «Co-Creadores». A los escépticos, a los que les resulta difícil imaginar al «Dios del Antiguo Testamento» con su propia consorte, les suministro esta información erudita, aunque los creyentes y las personas espiritualmente espabiladas no necesitan más pruebas que el conocimiento instintivo que procede de dentro, respecto de este o cualquier otro concepto sobre la veracidad de la creación.

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La cita siguiente proviene de una escrupulosa traducción de la Septuaginta, la versión más antigua (circa 250 a.J.C.) que se conoce del Antiguo Testamento (los manuscritos hebreos clásicos se remontan apenas al Renacimiento). La traducción fue publicada en 1960 por la Falcon's Wing Press, bajo la supervisión del doctor C. Musés. Extractos de Proverbios 8:3-31: Pues a las puertas de la Grandiosa, Ella ha tomado asiento, y en la entrada entona su canción:

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«En el principio, antes de que el Señor creara la Tierra cuando Él afirmaba los Cielos, yo estaba con Él, y cuando Él distinguió su trono sobre los vientos cuando Él puso límites al mar, y las aguas no trasponían el verbo de su boca yo armonizaba con Él. Yo era aquella en quien Él se regocijaba, y diariamente me alegraba su presencia en todas las ocasiones».

La Cristiandad eclesiástica, en la que el Antiguo Testamento hebreo sembró la deformación de la verdad mediante la imagen «patriarcal», ha enseñado durante demasiado tiempo la falacia de que la Santísima Trinidad es totalmente masculina. Esta superchería nos ha privado de una verdad sublime y enaltecedora. Pero el desarrollo de la era de Acuario, pronosticado por los profetas de todas las religiones, traerá la luz de la restauración consciente del equilibrio áureo entre las energías femenina y masculina sobre la Tierra. Este equilibrio áureo es la fusión eventual de todas las almas gemelas. El concepto está a punto de florecer dentro de todos los corazones anhelantes e indagadores. Le aplican muchos nombres, pero él auténtico es la REAL PERSONALIDAD, tal como se experimenta mediante la unión con la propia alma gemela. Y empieza con la admisión de la verdad masculino-femenina oculta en la Santísima Trinidad y el símbolo de la Eternidad, la serpiente que se devora la cola, el «conocimiento» secreto' que la serpiente le transmitió a Eva, quien se lo retransmitió a Adán. El hecho de que al acto de comer el «fruto prohibido» del «Árbol del conocimiento» lo llamaran más tarde «Pecado Original», revela la desesperación de las fuerzas oscuras por ocultar la Luz de la Verdad mediante una deformación bipolar, encauzada a través de los antiguos patriarcas que temían perder el pi incipio de la superioridad masculina en razón de la igualdad sexual. Pero las hijas de eva de la Era de Acuario le harán comprender por fin al mundo que el término «pecado original» es el Padre de todas las

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supercherías mayúsculas del dogma religioso. Y los hijos de Adán de la era de Acuario se dejarán esclarecer esta vez por la sabiduría de Eva. Ni siquiera los «padres» de la Iglesia pueden parar el rayo del despertar espiritual uraniano, predestinado y pronosticado, de la nueva era del equilibrio áúreo. Quizás Adán no pudo acomodarse a la verdad. Pero los Acuario de hoy sí pueden... y así lo harán. Bajo las poderosas vibraciones de Urano y el microscopio de Acuario, quedará al descubierto la verdadera naturaleza hipócrita de la patraña. Y a esto se lo denominará «Inocencia Original»... el comienzo de la Sabiduría. Cuando las gentes de todo el mundo empiecen a cooperar con estos principios divinos del equilibrio áureo de lo masculino y lo femenino, la nueva era de Acuario se manifestará finalmente en todo su esplendor y magnificencia a la Atlántida renacida y más sabia. Ni siquiera la suma de todos los locos chovinistas y atómicos y nucleares podrá detener la marea uraniana de la Verdad.

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A medida que el hombre y la mujer evolucionan alrededor del círculo kármico astrológico, asimilando en su propia individualidad las cualidades de otros signos solares, enseñando algunas, aprendiendo otras, cada uno de ellos tiene la obligación espiritual de conservar la integridad positiva de su propio signo solar en esta encarnación y también de respetar este derecho en los demás. El León debe tener su dignidad, así como el Cangrejo debe aferrarse a la seguridad. La Cabra debe honrar la tradición, y los Gemelos deben reclamar su libertad. Cada cual debe obedecer el adagio de la era de Acuario que exhorta a «vivir y dejar vivir», a ser uno mismo, y a comprender que los demás también deben ser como son. El primer paso que debemos dar para comprender el significado último del amor, para que finalmente nos permitan disfrutar de su realización absoluta, consiste en aprender a tolerar en lugar de condenar las cualidades de los signos solares que difieren de las nuestras.

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Al explorar las relaciones recíprocas de los doce signos solares, a través de sus rasgos armoniosos y antagónicos en la medida en que los unos y los otros se asocian con los nuestros, siempre debemos tratar de recordar que el objetivo final de cada alma consiste en dar las lecciones de cada signo solar a las otras personas con las que nos cruzamos en el camino, y recibir recíprocamente sus enseñanzas. Este viaje es una especie de desarrollo del espíritu, que empieza en la infancia del alma y continúa en la edad adulta del alma, en su edad mediana, su «vejez» y su muerte, y después en el renacimiento. El alma sólo podrá liberarse de este círculo interminable de nacimiento y .nuerte cuando aprenda a liberar también el cuerpo físico o denso de !a muerte, milagro que me atrevo a predecir que se producirá mucho antes de lo que actualmente creemos. El «problema» que crearía esta longevidad, respecto de la población general del mundo (nuevos nacimientos, junto con la derrota de la muerte —durante siglos— etcétera) tiene varias soluciones. Pero éste no es el lugar adecuado para tratar de concebir tales posibilidades. La discusión a fondo de lo que será este futuro en la «nueva era» que se aproxima deberá quedar aplazada hasta mi próximo libro.

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El viaje simbólico del alma a través de los doce signos solares se puede comprender imaginando a un hombre y una mujer que realizan un viaje análogo, con sus mentes y sus cuerpos. Al principio, el alma ingresa en la fase inicial, parecida al nacimiento terrenal, y después progresa a lo largo de varias etapas posteriores similares a la vida terrenal, y en cada una de ellas asimila experiencia espiritual, así como nosotros asimilamos experiencia mental y física durante un viaje análogo de nuestros cuerpos densos. El alma "nace" en el signo de Aries, el recién nacido simbólico, tal como se refleja a través de la alquimia magnética del Sol.

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El misterio de amor de Aries

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El alma, simbólicamente recién nacida en Aries (aunque no necesariamente en su primera estancia terrenal), se relaciona con la aurora, el amanecer, la primavera y la Pascua... o con la resurrección de su «muerte» en el signo anterior de Piscis. En esta primera incursión en el elemento Fuego —esta experiencia como primera de los tres signos cardinales— el alma simbólicamente «recién nacida» proyecta la vibración positiva, masculina, de las fuerzas diurnas a través de la vitalidad explosiva del regente planetario de Aries: Marte. Como un recién nacido humano totalmente absorto en sí mismo, el alma de Aries descubre con deleite sus propios dedos de los pies y de las manos, su propia esencia física. Para satisfacer todas las necesidades le basta un grito potente, que los mayores oyen y contestan inmediatamente. El auténtico recién nacido no desconfía, ni teme a nada ni a nadie, sencillamente porque nunca ha experimentado lo que es una negativa. Asimismo, el alma «recién nacida» de Aries deposita una confianza natural y una fe conmovedora en la fuerza invisible del bien que le concederá milagrosamente la satisfacción de todos sus deseos. En el plano terrenal esta fuerza benéfica está representada por los padres; en el sentido místico, por nuestros Co-Creadores. Y así éstos velan tiernamente sobre el alma «recién nacida» de Aries, así como los padres velan tiernamente sobre su criatura, protegiéndola cariñosamente de su propia ingenuidad, rechazando prudentemente algunas de las exigencias que formula mediante la excitada conciencia de que el alma es: él ha nacido y está aquí. El alma de Aries intuye: «YO SOY» o «Yo existo». Y como el recién nacido simbólico, los hombres y mujeres de Aries permanecen ajenos a las posibilidades de tropezar con accidentes, dolor o crueldad en el camino de la vida. Él o ella aprende estas experiencias negativas sólo de quienes han avanzado más, de quienes han acumulado rigor, recelo e instinto de supervivencia durante el proceso de crecimiento. Un adagio religioso postula que todos los recién nacidos, puesto que mueren en estado de pureza, se transforman inmediatamente en ángeles. ¡Por supuesto! Aún no han tropezado con el demonio de la tentación. Pero si el «recién nacido» Aries sobrevive, él o ella debe sufrir una y otra vez, como la auténtica criatura, el cruel desencanto de la confianza depositada en quien no correspondía. Víctima de la maldad, de la falta de compasión o del abandono, el recién nacido se siente sacudido, asustado, solo... y entonces grita con más fuerza aún para atraer la atención. De la misma manera (y por las mismas razones) el alma del hombre o mujer Aries, traumatizada y desilusionada, necesita y «busca aceptación, y sin embargo corteja el rechazo»... con una reacción emocional violenta ante el abandono.

Las cualidades positivas de Aries son una inocencia y un asombro conmovedores, una fe ciega y un coraje descarnado. Expresadas en forma negativa pueden transformarse en egocentrismo egoísta, desconsideración, agresividad y acción impulsiva que se desentiende de las consecuencias.

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Para el alma de Aries, el amor es una necesidad vital, que da por supuesta, porque para su conciencia en pañales el amor es sinónimo de la existencia misma. Por tanto espera instintivamente y acepta gozosamente la devoción, pero no sabe muy bien cómo retribuirla. Aries exige amor, porque sin amor muere, como el recién nacido. Cuando el abandono emocional puede implicar (simbólicamente) la muerte, incluso la insinuación del mismo puede producir un pánico desmedido y un terror inexplicable, que sólo se sosiegan con reiterados esfuerzos por apaciguarlo. Aries necesita que le recuerden siempre que «si llega el invierno»... el milagro de la primavera no puede estar lejos.

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El misterio, de amor de Tauro

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La conciencia espiritual en vías de desarrollo del hombre o la mujer entra a continuación en el elemento Tierra. A nivel de Tauro, el alma del recién nacido simbólico se ha convertido, alegóricamente, en un bebé sano, rollizo, y ahora se relaciona con las fuerzas nocturnas reflexivas femeninas y ha aprendido a dormirse a la hora apropiada, y a despertarse luego en un clima de comodidad prevista. Ya no grita sin razón, intimidado por el miedo o la soledad... ni vocifera para que satisfagan todas sus necesidades, como en la etapa ariana. Ha descubierto que los padres complacerán todos sus deseos. En la etapa de Tauro, el alma, como el bebé humano, se conforma con permanecer tranquila y pacientemente sentada en su sillita, aguardando el pan cotidiano con silenciosa, confiada y segura expectación. El Toro también ha aprendido a valerse del buen comportamiento para cosechar más placeres, más favores de los «padres» y otros adultos. Las sonrisas y la obediencia son recompensadas, y Tauro no olvida lo que ha aprendido, aunque el aprendizaje haya sido doloroso y lento. Todavía esencialmente ajeno a todo lo que está fuera del entorno inmediato, el hombre o .la mujer Tauro (como el bebé Tauro simbólico) encuentra la felicidad en el círculo de la familia y en lo tangible... en lo que conoce como familiar más que en-el mundo exterior extraño y bullicioso. A través de la experiencia de Tauro, el alma bebé descubre el deleite de emplear los sentidos del gusto, el olfato, la vista, la audición y el tacto. Huele y mastica simbólicamente, y escucha todos los juguetes, así como los toca en esta primera experiencia del alma como signo fijo del organizador. Como los bienes personales producen felicidad, este hombre o mujer se aferra a ellos, los acaricia y se complace en llamarlos propios. Tauro dice: «YO TENGO». Ésta es la etapa del osito o la manta reconfortante (que volverá a aflorar, fugazmente, en la vibración de Cáncer). En la etapa de desarrollo de Tauro, el «alma bebé» depende inmensamente del contacto físico con los seres queridos, que la alzan, la miman, la besan y la abrazan. Y el Tauro gobernado por Venus (guiado por Pan-Horus) responde con gorgoteos y risitas de éxtasis, y entiende el afecto sólo mediante la sensación de que lo tiene cerca. El bebé concreto es ferozmente posesivo cuando se trata de sus juguetes y de la atención de sus padres, se derrumba cuando cree haber perdido a los unos o los otros, se resiste tenazmente a compartirlos, y así es como el hombre o la mujer Tauro se comporta respecto de su cuenta bancaria y su consorte.

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Las cualidades positivas de Tauro son la tenacidad, la paciencia, la perseverancia y la convicción. Expresadas en su forma negativa se transforman en la obstinación, el prejuicio ciego y la sinrazón. Para el bebé jocundo, dogmático, que simboliza al alma de Tauro, el amor es el afecto físico, que se da y se recibe sin cuestionamiento. Como el bebé asocia el amor con todo el placer y la dicha, se regodea en él con una satisfacción desprovista de complicaciones, animal. Por tanto, Tauro acepta y retribuye el amor con los sentidos... pero aún no ha aprendido a analizar su auténtico mérito y valor.

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El misterio de amor de Géminis

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En la experiencia del alma de Géminis, el «bebé» simbólico de Tauro entra en el mundo del niño que hace sus primeros pinitos, y vuelve a experimentar, como en el nivel de infancia de Aries, las fuerzas diurnas positivas, masculinas. Por primera vez, el alma llega a la etapa del comunicador mutable, toma conciencia de su propia mentalidad, se da cuenta de que no está sola en el Universo. El alma niño de Géminis aprende a comunicar sus necesidades mediante el lenguaje, aprende a formar palabras y a hilvanarlas, en tanto los padres y las demás personas escuchan atentamente, disfrutando de cada nuevo sonido. Hablar le resulta divertido porque toda la atención se centra en él (o ella). Tiene una nueva aptitud para gatear o hacer pinitos hasta el bote de las galletas, sin gritar como Aries ni esperar como Tauro, y esta independencia que acaba de descubrir es embriagante. A los Géminis los emociona el conocimiento que ahora tienen a su alcance, y por eso le gritan « ¡YO PIENSO!» a todo el mundo, muy excitados. El nivel de conciencia del niño simbólico le enseña al alma de Géminis que el carácter tiene dos caras, una dualidad o bipolaridad que es necesario armonizar para poder entablar una relación afortunada con los demás. Experimenta el primer ramalazo de desdicha cuando choca violentamente con la disciplina, mientras intenta fusionar las personalidades gemelas dormida y despierta. Puesto que Géminis anhela súbitamente ciertos placeres que residen fuera del hogar y la familia, el alma niño es castigada a menudo porque intenta enfrentar simbólicamente ciertos peligros cuya existencia aún no sospecha. Asimismo, los hombres y mujeres Géminis sienten que el mundo los invita a emprender su exploración, ¡y quién sabe qué encontrarán en él! Dotado de la flamante capacidad mental de razonar y deducir —de relacionarse— el Géminis empieza a desear cosas que están más allá de las que ya ha visto, y a soñar con ellas. La mitad del alma de Géminis sigue siendo un bebé inseguro, que necesita el entorno familiar. La otra mitad es un niño anhelante, cuya curiosidad se encauza hacia las múltiples maravillas ignotas que están fuera del alcance tangible. El alma de Géminis ya ha experimentado el Fuego y la Tierra y aprende a lidiar por primera vez con el elemento Aire. Y así es como esta personalidad gemela experimenta las cosas, con ojos resplandecientes y el corazón desbordante de esperanza. Cada nueva jornada activa la mente de Géminis con su magia oculta, ahora más cautivante que los juguetes desechados y el cálido círculo del afecto parental. Lo que el hombre o la mujer Géminis ve por la ventana es un edén prohibido donde todos los anhelos yacen envueltos en el misterio, mientras el planeta regente Mercurio (el mago) muestra el camino seductor que se extiende más allá. Las cualidades positivas de Géminis son la versatilidad, la perspicacia mental, la rapidez de percepción, el razonamiento deductivo y la flexibilidad. Expresadas en su forma negativa se convierten en la impaciencia, la charlatanería, la superficialidad, la ambigüedad, la falta de fiabilidad y el autoengaño.

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Para el «niño» Géminis, el amor ha perdido parte de su primitiva naturaleza prodigiosa. En esta etapa sigue siendo necesario, más de lo que se piensa, pero ahora hay que buscar algo más emocionante que el amor. ¿Es el amor el que os retiene, el que os tironea y os impide salir disparados en dirección a la vida? Entonces el amor es placentero, pero también restrictivo. Los hombres y mujeres Géminis no han cesado de necesitarlo o desearlo, pero cuando el amor se convierte en una barrera para su libertad lo desechan apresuradamente, olvidan su tibieza y la seguridad que brinda... y no piensan que podrían extraviarse y no encontrar el camino de regreso al hogar.

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El misterio de amor de Cáncer

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El niño es ahora un púber, y el alma ha evolucionado hasta la etapa de Cáncer: flota entre la infancia y la madurez, anhela ser adulto y sin embargo vacila en pasar al otro lado. Cáncer vuelve a avivar la conciencia de las fuerzas nocturnas negativas, femeninas y reflexivas. Pero esta segunda experiencia de la noche está fusionada con una sensación nueva, más rica e incluso más sensual (que era sólo una inspiración poética, y todavía no una realidad auténtica, en el nivel anterior de Tauro), porque se ha producido un cambio de estación. El despertar de la primavera se ha ahondado en un sueño de una noche de verano con toda su belleza madura y fragante para estos hombres y mujeres, estos Oberón y Titania, de Cáncer. Ahora la melancólica y sensible alma «púber» vacila entre la dependencia infantil y el mundo enloquecedoramente seductor y tentador de los adultos (¿qué significa ser hombre o mujer?). Esto se expresa deliciosamente en los experimentos entre los mundos humano y feérico del famoso clásico del Tauro Shakespeare. Puck, el simbólico púber Cáncer, observa a los adultos (humanos) en el entorno, y es prodigiosamente sensible a todo lo que ve y oye. Pero este mundo adulto, material, que él espía con tanta vehemencia, exhibe vislumbres de frecuentes desilusiones. Y por ello los sueños de Cáncer están llenos de sobresaltos, hacen que el Cangrejo clame en la noche, y que a veces saque del armario el viejo y simbólico osito de Tauro y lo abra& fuertemente cuando nadie lo ve. Tal como les sucede a los hombres y mujeres de Cáncer, los estados de ánimo cambiantes de los púberes cabales los intrigan a éstos tanto como a sus familias. Pero estos terrores son muy concretos para los Cáncer, quienes temen que la madurez implique la pérdida de la seguridad de la que disfrutan junto a sus padres y sobre todo junto a la madre. ¿Los futuros extraños se preocuparán tanto por los Cáncer y los amarán tan incondicionalmente como la madre? Cáncer sospecha que no.

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Incapaces de explicar sus aprensiones, los Cangrejos se tornan reservados, sueñan a solas... o se esconden y se enfurruñan, imaginando que nadie los entiende. En el nivel de Cáncer, la posible pérdida de la protección parental obsesiona al inconsciente. Cáncer ya ha aprendido lo que es la pérdida. Quizá los amigos de la infancia se han mudado, la familia ha cambiado de residencia, el viejo barrio con el que estaba compenetrado ha desaparecido. El mundo ya no es tan emocionante ahora que el Cangrejo intuye sus trampas ocultas. Los hombres y mujeres Cáncer «púberes» saben que la maduración les producirá infaliblemente aflicciones inesperadas, y por ello se aferran a aquello en lo que saben que pueden confiar: el ayer. Como las nuevas sensaciones son muy agudas, Cáncer ve una combinación de tragedia y comedia en la Vida a medida que ésta se expande en su conciencia a lo largo de su primera incursión por el sensible elemento Agua. Igualmente a pesar de su timidez innata, el alma de Cáncer no se dejará relegar a segundo plano, porque ésta es la segunda experiencia como líder cardinal, que puede trocar el miedo ilógico en cautela sensata. Los Cangrejos desean tanto la Luna llena como la nueva, sólo tienen una conciencia parcial de lo que anhelan... y son renuentes a averiguarlo. ¿Qué reserva el mañana? El sentimiento empuja el alma Cáncer púber a las lágrimas. Impulsados por la necesidad de ocultar sus verdaderas emociones, los Cangrejos dicen: «yo SIENTO», y después para que nadie sospeche que sienten tan vehementemente, bromean, creyendo engañar a los demás. Si al hombre o mujer Cáncer no se lo trata con ternura en esta etapa crucial de la evolución del alma, desarrolla un caparazón permanente duro y protector para defenderse del mundo cruel. Las cualidades positivas de Cáncer son la imaginación, la tenacidad, la ternura, la sensibilidad. la solicitud y la cautela. Expresadas en su forma negativa se transforman en mezquindad, irritabilidad, melancolía, avaricia y cobardía, comportamiento posesivo y ánimo taciturno. Para el Cáncer, así como para el verdadero púber inseguro y sentimental, el amor ha vuelto a asumir importancia, por encima de todo. Pero ahora es sinónimo del hogar, que representa la seguridad emocional... y la necesidad de amor es tan grande que debe encubrirse tras las lágrimas afligidas y la risa lunar.

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El misterio de amor de Leo El alma púber de Cáncer se transforma con brillo súbito en un adolescente simbólico que la vibración de Leo transporta a la primera expresión de confianza en sí mismo y de orgullo por su individualidad. Ahora el alma sabe (o cree saber) quién es a medida que Leo siente la atracción de las fuerzas diurnas masculinas y positivas y del Fuego, con más intensidad aún que en el nivel de Aries. El mundo pertenece al León --o a la Leona— y por tanto el o la «adolescente» Leo contempla su imagen en el espejo, admira lo que ve y formula el noble juramento: «YO HARÉ». El verano ha hecho eclosión en un florecimiento de furiosa belleza, con tardes perezosas y sol radiante, a medida que Leo se desplaza hacia la conciencia de Si desde el significado bipolar de la afectación de Cáncer.

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El idealismo de la 'juventud excita el corazón del León e inflama su sangre con el naciente conocimiento de la sexualidad. Éstas son dos ansias poderosas que despiertan dudas íntimas y personales acerca del propio valor, dudas que a su vez se ocultan tras una fachada de vanidad. El alma de Leo sabe qué hacer con esta segunda experiencia en su condición de organizador fijo. y la utiliza con aparente confianza para aleccionar a los demás, para asumir el control de su propia vida y para gobernar a aquellos que necesitan la protección de Leo. Sin embargo, el hombre o mujer Leo, como el adolescente de carne y hueso, sigue buscando que lo tranquilicen con halagos, sigue encogiéndose de miedo cuando lo ridiculizan, porque aún no es un hombre cabal —una mujer cabal— a pesar de su aplomo exterior.

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El alma ya ha pasado por las dolorosas experiencias de la primera y la segunda infancia, de la niñez y la pubertad, así que Leo asume el mando con compasiva consideración para ayudar a los más vulnerables. En su configuración de Leo, el alma no desea realmente oprimir a los indefensos. Las lágrimas derramadas en los niveles de Aries, Tauro, Géminis y Cáncer han grabado en la memoria de Leo la generosidad de espíritu. Sin embargo, aunque los Leo han aprendido a tolerar y perdonar a los enemigos, aún no han aprendido a respetar la sabiduría de los mayores. El Leo, como el verdadero adolescente, cree saberlo todo, y no soporta a quienes ponen en tela de juicio su nuevo conocimiento mundano. El alma de Leo venera al Sol, porque el Sol es el que gobierna a Leo, es la fuente de toda la vida... y de su fuerza de León. Leo admira y es admirado, ama y es amado. Cuando comienza la vida social, brotan los pimpollos del romance... que finalmente florecen. El primer amor es cálido y refulgente, y le produce al «adolescente» Leo una mezcla de euforia y desencanto. El poderío vertiginoso de su virilidad (o feminidad) le produce a Leo una sensación de dignidad e importancia personales... a través del sexo opuesto. Los Leones y Leonas ya no deben vivir reprimidos por la sofocante autoridad de la orientación parental. Han atravesado el puente que une la infancia con la edad adulta. Intuyen las responsabilidades de la madurez, pero éstas aún no se han convertido en una carga. La vida es toda fulgor solar, el pasado tenebroso ha quedado atrás, el milagro del futuro continúa pendiente... y el presente es un momento ideal para la diversión y la distensión. Leo resuelve arrogantemente que el mundo necesita de su recién descubierta sabiduría, y está más que dispuesto a suministrarla. Sólo mediante el ejercicio de una autoridad indiscutida sobre los niños menores (las almas más débiles y aún no liberadas) el hombre o la mujer Leo puede conservar durante esta experiencia la imagen necesaria de superioridad y amor propio. Las cualidades positivas de Leo son el calor humano, la generosidad, la nobleza, la fuerza, la lealtad, el liderazgo y una mansa y sosegante ternura: el carisma protector del hermano o la hermana mayor. Expresadas en su forma negativa se convierten en la arrogancia, el falso orgullo, la vanidad, el despotismo, la soberbia... y la promiscuidad romántica. Para el Leo que se encuentra en la etapa simbólica de desarrollo adolescente, el amor es el romance radiante, el cantar de los cantares, la materialización de todos los ideales y de la belleza. Leo está «enamorado del amor» y de sí mismo... o de sí misma. Los Leones y Leonas dispensan afecto generosamente sólo porque experimentan un gran placer al ser tan soberanamente magnánimos, y exigen gratitud y respeto de los amados y se indignan si el amor los obliga a' comportarse a su vez con humildad... pues todavía no comprenden su profundidad, ni la belleza implícita en el sacrificio del «yo».

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El misterio de amor de Virgo El alma juvenil de Leo no tarda en intuir que el verano llega a su fin... y por primera vez toma conciencia, compungido, de la proximidad de la cosecha, todo ello cuando se expresa en su alma ese veranillo de San Martín que es Virgo, las fuerzas nocturnas, negativas y femeninas, vuelven una vez más, y le recuerdan a él o la Virgen (cuya personalidad más profunda ha sobrevivido intacta a los efímeros romances de la juventud) que la madurez trae consigo el deber austero y la responsabilidad. «YO ANALIZO», dice Virgo a la defensiva, mientras se esmera por alcanzar la perfección.

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Ahora el alma en desarrollo se ha convertido, por primera vez, en un adulto, que se siente frustrado porque lo obligan a ceñirse a las reglas y restricciones de la sociedad, pero que se somete mansamente, con innata cortesía. Estos hombres y mujeres han descubierto que para recibir lo que necesitan deben servir de alguna manera a los demás. La vibración de Virgo enseña que el individuo debe trabajar y ganar dinero, debe ser útil, para poder distraerse libremente. En esta segunda experiencia con el elemento Tierra, que también lo es con un comunicador mutable, los relojes y horarios asumen una gran importancia. El primer empleo es decepcionante. Las exigencias del trabajo o el estudio obligan a archivar las ideas y los ideales. Ahora no hay tiempo para soñar. El Virgo consagra todos sus esfuerzos a descollar en los estudios, a salir a flote en la feroz competencia del mundo empresario. El aprendizaje y la competencia son imperativos: la supervivencia se ha convertido casi en una obsesión.

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Las almas de Virgo, como los jóvenes adultos de carne y hueso que ellas simbolizan. ven muchas cosas criticables en torno, odian secretamente la pérdida de la inocencia infantil y no tienen ideas claras acerca de lo que les aguarda. ¿Acaso sólo es más trabajo, más estudio y más responsabilidad? De ser así, la vida es en verdad algo serio, que habrá que enfrentar lo antes posible con espíritu realista. Se hace tarde. En este nivel de Virgo, los defectos e imperfecciones humanos asumen una importancia exagerada. Porque, si Virgo no recoge una cosecha fructífera, ni ellos ni los demás podrán seguir viviendo. Estamos a fines del verano, a comienzos del otoño, y el frío invierno acecha a la vuelta de la esquina. ¿Por qué toda esa otra gente sigue riendo y jugando allí fuera? Virgo se inquieta y se preocupa, y se pregunta cómo podrá advertir a los irresponsables que la estación del placer se acerca a su fin. El corazón sigue siendo puro y está poblado de silenciosa esperanza, pero ahora la mente empuña las riendas.

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Los anteriores entusiasmos de Leo han sido sustituidos por la resignación y los ensueños silenciosos. El miedo a la dependencia genera en Virgo la obstinada determinación de no perder tiempo ni eludir deberes, con la conciencia siempre alerta y a la expectativa, con anhelos de progresar. Aunque regida nuevamente por Mercurio, el alma ya ha aprendido a no desperdigar las fuerzas vitales como lo hacía en el nivel de Géminis. Como la Virgen simbólica, Virgo se balancea sobre el filo de la conciencia, y pronto contestará a la estentórea llamada del auténtico regente de Virgo, Vulcano, que aún no ha sido «descubierto» por los astrónomos, pero que está suficientemente próximo al descubrimiento como para haber comenzado ya a irradiar débilmente su influencia pulsátil sobre todas las almas Virgo-Virgen. Las cualidades positivas de Virgo son la lucidez, el discernimiento, la cortesía, el comportamiento servicial, el espíritu práctico y la honestidad consigo mismo. Expresadas en su forma negativa se convierten en maledicencia, testarudez, timidez, pesimismo, complejo de inferioridad y bizantinismo. El alma Virgen ha llegado a su aspecto narcisista: recuerda a medias los fuegos candentes de la juventud, pero como aún no ha despertado sólo intuye vagamente la pasión que le aguarda, y que pronto le será revelada por Vulcano. Para los Virgo, el amor implica la entrega de la personalidad, un misterio que prefieren no resolver. Por tanto encauzan su energía hacia la preeminencia en el trabajo... y aunque estos seres brindan una mansa devoción, el auténtico significado del amor sigue latente en el corazón del Virgen.

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El misterio de amor de Libra

El alma en vías de desarrollo se aparta del sendero solitario de la autodisciplina de Virgo y se proyecta nuevamente hacia las fuerzas diurnas positivas, cuando la vibración de Libra la invita seductoramente a aceptar, por tercera vez, el desafío del liderazgo cardinal. En la conciencia de Libra, el alma ya ha madurado totalmente, y conoce el sol y la sombra. Mientras luchaba por alcanzar la madurez —lucha ésta que culminó en Virgo—aprendió que en el mundo (y en los seres humanos) existen la noche y el día, el bien y el mal, la oscuridad y la luz. Más allá de esto, a Libra lo consume la bipolaridad enigmática del macho y la hembra.

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La experiencia les ha enseñado a los hombres y mujeres Libra a juzgar equitativamente a sus semejantes. Hasta el nivel de Libra, el alma se preocupaba primordialmente por sí misma. Ahora su interés se expande para abarcar, por primera vez, la conciencia de que necesita relacionarse con otros seres humanos. Ahora el alma está pertrechada con las lecciones de cinco niveles anteriores, y se halla en condiciones de guiar con espíritu lógico y con fuerza. Libra se comporta con una amalgama de sabiduría compuesta por los conocimientos que adquirió al realizar una incursión por el AGUA y al experimentar dos veces el FUEGO, la TIERRA y el AIRE. «YO SOPESO», dice Libra, que se enorgullece de ver ambas versiones. Como la conciencia de Libra no soporta la injusticia, sus decisiones son difíciles y arduas. Nace un sentimiento de justicia social, y frente al prejuicio o la intolerancia, Libra entabla a menudo interminables discusiones, en las que emplea la fría lógica que aprendió en Géminis y aguzó en Virgo. Pero esta actitud es mitigada por una flamante conciencia del valor de la persuasión. Libra ha adquirido la cualidad de la simpatía, que según ha descubierto es un recurso seguro para triunfar, de modo que emplea sagazmente una voz melosa y una sonrisa deslumbrante para halagar a los demás y salirse con la suya.

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Libra tiene cada vez más conciencia de la belleza de la armonía... en la música, en el arte y en el romance. Como los Libra recuerdan inconscientemente su soledad de Virgo, experimentan el despertar de un profundo y primigenio anhelo de encontrar pareja. El alma de Libra, sentimental pero práctica, comprende instintivamente que necesita llevar a alguien a su lado, en el amor y los negocios, para equilibrar la vida y satisfacer el deseo de armonía del regente de Libra, que es Venus. Sin embargo, en el elemento Aire de Libra no es fácil encontrar pareja para el amor. Cuando se pesan y equilibran los vicios y virtudes de los posibles consortes en los platillos de la Balanza de Libra, a menudo se descubren carencias que generan la angustia de la indecisión emocional. Pero mientras tanto el hombre o la mujer continúa la búsqueda incansable de un ser con el cual compartir las alegrías y las penas. Algún día se disipará la estación tan amada del otoño, la primavera recordada con tanto cariño ha quedado muy atrás, y hay algo que Libra sabe: no deberá estar solo o sola, cuando llegue el invierno. Y así los Libra reaccionan ante la belleza del crepúsculo, tristemente, con la sensación simultánea de que, no obstante su magnificencia escarlata y dorada, anuncia la proximidad de otra noche del alma.

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Las cualidades positivas de Libra son la justicia, la inteligencia, la simpatía, la dulzura y el equilibrio emocional. Expresadas en su forma negativa se convierten en pereza, morosidad, indecisión, espíritu polémico, hedonismo y comportamiento temperamental.

Para Libra, el amor es una unión de las mentes y los corazones, ni demasiado apasionada ni demasiado desapegada: un feliz término medio que se debe compartir equitativamente. Pero estas almas se hallan tan cautivadas por la belleza superficial del amor que no pueden sondear cabalmente sus implicaciones más profundas. Sólo comprenden que aman. Aún no se les ha ocurrido preguntarse por qué.

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El misterio de amor de Escorpión Al entrar en su segunda experiencia en el elemento Agua, el alma ahora madura recibe con beneplácito la oportunidad de meditar mediante un retorno de las fuerzas nocturnas negativas y femeninas de la conciencia de Escorpión. A nivel público, Escorpión es inmensamente capaz de cumplir con sus deberes ahora harto conocidos, en su condición de organizador fijo. A nivel personal, a Escorpión le inquieta descubrir que enfrenta por primera vez el portentoso misterio de su propia existencia. ¿De dónde ha venido? ¿A dónde va? ¿Por qué está aquí? Escorpión debe desgarrar el velo de la vida, a cualquier precio, para apaciguar su espíritu desasosegado, súbitamente emancipado de su anterior preocupación exclusiva por las necesidades terrenales, en tanto clama: «YO DESEO!».

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El alma de Escorpión sabe mucho... pero es más aún lo que intuye y todavía no puede definir. La vibración de Escorpión genera una necesidad tan apremiante de explorar lo desconocido que hay que sepultarla bajo profundas capas de manso raciocinio, pues de lo contrario consumiría la mente y devoraría el alma. Las lecciones muy presentes de la placidez y el juicio imparcial de Libra han determinado que Escorpión se cuide mucho de expresar opiniones a quienes podrían descalabrarlas. El fuerte instinto de supervivencia de Escorpión procede de un arraigado temor a que lo destruyan si no se pertrecha de antemano. Cada derrota que sufre Escorpión no hace más que reforzar la íntima convicción de que ante todo debe ser leal a su propia integridad personal. Porque Escorpión intuye que si pierde su personalidad, lo pierde todo. En el nivel de conciencia de Escorpión, el alma descubre por primera vez la relación que existe entre el nacimiento, la muerte, el sexo y la verdad religiosa. Escorpión sabe que, de alguna manera mística, todos estos elementos se hallan entrelazados. Por tanto, el sexo se convierte en algo íntimamente explorado con una pasión que no conocen quienes se encuentran detrás o delante de la etapa de desarrollo de Escorpión. Aunque Escorpión sólo confía en el amor después de que éste ha demostrado ser digno de semejante confianza, cuando se consagra a otra persona su lealtad es inamovible y eterna. Escorpión siente la necesidad vehemente de protegerse a sí mismo y de proteger a quienes ama de todo daño, y por ello se siente obligado a reclamar «ojo por ojo y diente por diente» como garantía de que no volverán a maltratarlos. Mediante la sutil influencia del planeta regente Plutón, el alma de Escorpión asimila la experiencia de la muerte a medida que desaparecen amigos y parientes, y esto acrecienta la necesidad de buscar aún más a fondo el conocimiento sepultado en el inconsciente silencioso. En tanto que el espíritu de Escorpión se remonta por las alturas como el águila, desafiando la gravedad, los deseos y las pasiones mundanas se intensifican y lo obligan a poner en tela de juicio su propia dignidad. Ultrasensible, pero ya capaz de disfrazar totalmente esta sensibilidad, Escorpión descubre ahora el poder asombroso de su propia mente, la voluntad silenciosa, y la emplea secretamente, para que los demás no aprendan a ejercitar el mismo poder sobre él... o ella. La conciencia de Escorpión es el período de prueba del alma.

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Las cualidades positivas de Escorpión son la lealtad, la fuerza de voluntad, el magnetismo, la amabilidad, la clarividencia y un autocontrol prodigioso. Expresadas en su forma negativa se convierten en crueldad, fanatismo, venganza, sadismo, recelo y autoaborrecimiento. Para los hombres y mujeres Escorpión el amor es una llama devoradora, digna de cualquier sacrificio... y deben triunfar sobre su desafío. Sexualmente desinhibidos, pero con temores emocionales y recelos mentales, se esfuerzan desesperadamente por fusionar las vibraciones físicas y espirituales del amor, con una extraña mezcla de erotismo y pureza. Sin embargo, la satisfacción del deseo no hace más que dejar al alma de Escorpión con la apetencia de algo más trascendente.

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El misterio de amor de Sagitario El alma en vías de desarrollo sale de la larga noche de la meditación de Escorpión y se vuelve nuevamente esperanzada hacia las fuerzas diurnas positivas y masculinas, en tanto une el otoño con el invierno mediante la conciencia de Sagitario. Ahora experimenta por tercera vez las vibraciones del comunicador mutable, y responde por última vez al elemento impulsivo del Fuego. En Sagitario, el hombre o la mujer se ha convertido en un filósofo escéptico, en un profeta renuente, que aún no conoce con certeza las respuestas definitivas al enigma de la vida. De modo que el Arquero indaga más a fondo, con lógica penetrante y candor embarazoso, para convalidar el aserto de Júpiter: «YO VEO».

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Ya es hora de que el alma tome conciencia una vez más de su propia dualidad. Sagitario experimenta el deseo compulsivo de explorar su propia mente y de tratar de desentrañar los secretos del comportamiento humano en la etapa filosófica del estudio avanzado. Sin embargo, una parte de esta alma aborrece los implacables requisitos de una educación cada vez más compleja y anhela hacer novillos y evadirse de la exigente escuela kármica de la vida. Él —o ella— se zambulle desde las alturas del supremo optimismo y de la fe ciega hasta los abismos del cinismo sarcástico. Primeramente frívolo y alegre, después serio y solemne, Sagitario es el Centauro, mitad hombre y mitad caballo, que enfila las aguzadas flechas de la curiosidad directamente hacia la diana del conocimiento buscado. La búsqueda sagitaria de la verdad transporta a esta alma por el laberinto del concepto religioso, virando del ateísmo descarnado al fanatismo espiritual, hasta desnudar el baluarte del dogma eclesiástico... que acepta o rechaza, parcial o totalmente.

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A veces Sagitario retoza como un payaso torpe, con una despreocupación irresponsable por el futuro. 'A veces medita seriamente, muy por encima de sus pares, y más allá de éstos. En la etapa sagitaria, el alma ha llegado al trance simbólico del retiro. Movidos por su planeta regente, Júpiter, los Arqueros ansían viajar, calentarse bajo soles extraños, ver y aprender de otros países, pueblos e ideas. Aunque se someten a regañadientes a las obligaciones del trabajo, el deber y la responsabilidad, esta restricción fastidiosa a la materialización de sus sueños los pone muy impacientes.

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Para encubrir su constante inquietud espiritual, los Sagitarios adoptan una pose histriónica, teatral, que les permite distraer a los demás con una mezcla de farsas divertidas y trágicas, mientras permanecen en condiciones de seguir aplicando su método de indagación socrática respecto de sus propias almas, detrás de sus máscaras. En este nivel queda poco tiempo para proceder con tacto, mientras Sagitario arremete para descubrir las verdades antes de que termine la «Vida». El otoño toca a su fin, soplan los primeros vientos invernales... y el clima estimulante invita al Arquero a tentar al destino, para demostrar que el hombre es más fuerte que la Naturaleza. Aún no se ha impuesto la reclusión propia de la estación invernal. Y por ello Sagitario disfruta de cada copo de nieve, mientras se interroga sobre su intención y su origen... y después los comprime en una bola que arroja sin aviso previo para derribar la solemnidad de las almas más circunspectas. Aunque intuye que le aguarda la «vejez», con sus prometidas recompensas de sabiduría y paz, el alma recuerda con demasiada nostalgia los tiempos despreocupados de la juventud perdida... la primavera y el verano... y no puede resignarse de buen grado a su madurez inevitable. Las cualidades positivas de Sagitario son el optimismo, el candor. la alegría, la lógica, la honestidad, la audacia y el entusiasmo. Expresadas en su forma negativa se transforman en la temeridad, la confusión emocional, la negligencia, la falta de tacto, la grosería y la inconstancia. Sagitario, que ha llegado a la edad intermedia simbólica del alma, debe descubrir el amor ahora... o lo perderá para siempre. Cuando los Arqueros buscan una pareja para todos los tiempos, se dejan cegar por el idealismo y el desafío del amor, y por tanto los hiere la realidad de éste, pues su indagación ansiosa aún no los ha llevado a buscar el amor donde en verdad se encuentra: dentro de sus propios corazones.

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El misterio de amor de Capricornio Ahora las ráfagas heladas del invierno se hacen más insistentes, y obligan al alma harta de experiencias a replegarse simbólicamente en el refugio del círculo familiar, y a someterse de nuevo a las fuerzas nocturnas meditativas, negativas y femeninas. En el nivel de conciencia de Capricornio, el alma siente por cuarta y última vez las poderosas vibraciones del liderazgo cardinal. Pero esta vez dicho liderazgo la conduce a través del elemento Tierra estable, desde una posición de fuerza en el interior del hogar, junto al fuego de la chimenea. ¿Por qué la Cabra habría de exponerse a las gélidas temperaturas exteriores, sólo para hacerse ver y oír... aplaudir y alabar?

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Las almas de Capricornio, que ahora están seguras de su capacidad y su derecho para asumir el mando, ya no sienten la necesidad de exhibir u ostentar agresivamente su poderío... para conquistar la adulación pública o la seguridad interior. En esta etapa, el alma ha aprendido que la auténtica paz emana de adentro. El título de líder implica una responsabilidad que hay que manejar con la mayor cautela posible, sin que la ejecución de lo que es obviamente el propio deber merezca un reconocimiento especial. Ahora los parientes (y sobre todo los padres) del Capricornio asumen una marcada importancia, para bien o para mal, porque ha llegado la «vejez» simbólica del alma... y junto con ella la conciencia de las prioridades de la vida, entre las cuales sobresale la seguridad de pertenecer al grupo. Las emociones del romance y las libertades de la juventud ya no son ni remotamente tan tentadoras para la Cabra como la comodidad y la satisfacción que uno encuentra junto con aquellos en cuyos cuidados puede confiar.

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Capricornio está preparado para comunicar la sabiduría de Saturno, trabajosamente acumulada, y también está bien predispuesto para ello, pero sólo cuando se lo pidan. Como las Cabras saben que es un desatino obligar a la gente a madurar prematuramente, sonríen con la benévola indulgencia de un abuelo cariñoso (cualquiera que sea su edad cronológica) ante las travesuras de quienes aún son jóvenes de corazón. Secretamente, el alma de Capricornio anhela renunciar al deber, pero ya está resignada a la certidumbre de que el idealismo puro no es práctico... y de que el entusiasmo espontáneo nunca puede sustituir a la experiencia. Muy consciente de los peligros de la acción impulsiva, el alma se ha hecho más conservadora... y la negativa de la Cabra a diseminar sus esfuerzos o a incurrir en sentimentalismos determina que quienes nacieron en los elementos de Fuego y Aire la acusen de frialdad emocional. Los Capricornio respetan la autoridad porque interpretan que la ley es necesaria para proteger los derechos y la seguridad humanos. Veneran tímidamente a los famosos y los triunfadores porque el regente de Capricornio, Saturno, les enseña a reverenciar el éxito, cuyo precio conocen muy bien.

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Aunque las almas más liberales puedan pensar que Capricornio es austero e inflexible, la vida también les ha enseñado a las Cabras su lado humorístico, y sus bromas sutiles están teñidas por la ironía de la existencia. Como los nuevos deberes saturnales que les impone su condición de consejeros de los necios descansan pesadamente sobre sus hombros, a veces intentan beber la última dosis de los raros placeres de la Vida, que aceptan serenamente, sin falsa vergüenza ni inhibiciones superfluas. Sólo después, cuando vuelve a imperar la influencia atemperante de la madurez, el Capricornio experimenta una vaga sensación de remordimiento y melancolía por haber sucumbido a la tentación de pasiones prohibidas. En la vibración de esta alma existe la compulsión de reconocer la necesidad de ser prácticos, como lo confiesa Capricornio: «YO UTILIZO». Pero la benevolencia espiritual atenúa la severidad de la adustez superficial que impone Saturno, porque la conciencia del Capricornio trae consigo la comprensión de los errores humanos, nacida de la sabiduría que asimiló durante diez etapas de los misterios de la vida... y del amor. Las cualidades positivas de Capricornio son la tenacidad, la estabilidad, la prudencia, la fiabilidad, la seguridad y la tranquilidad. Expresadas en su forma negativa se convierten en egoísmo, intolerancia, ambición despiadada, rigidez, esnobismo, depresión y soledad. Para Capricornio, el amor es un intercambio apacible y noble de satisfacciones personales. Las Cabras han aprendido cabalmente la valiosa lección de que el amor no se mide por el exceso de emociones. Pero como lo equiparan sólo con las exigencias de la necesidad y el deseo mutuos, aún no han experimentado la liberación de sus anhelos interiores.

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El misterio de amor de Acuario Al llegar a la iniciación de Acuario, el alma en vías de desarrollo siente que debe devolver a la vida mucho de lo que cosechó en el camino. Y así comienza una «segunda infancia» a nivel del Aguador, que vierte su conocimiento, resuelto a compartirlo, y ansioso por compartirlo, antes de abandonar este planeta para explorar el excitante mundo de lo desconocido en el más allá.

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Acuario siente por última vez como organizador fijo las conmociones de las fuerzas diurnas masculinas y positivas, en la experiencia final del desapegado e imprevisible elemento Aire. El hombre o mujer Acuario, que es un enigma para sus amigos y parientes, retoza de manera peculiar con los jóvenes de corazón, y decimos peculiar porque su sabiduría y experiencia entran en contraste directo con esta conducta liberal y excéntrica. En el pasado dejó relegados muchos misterios porque no tuvo tiempo para investigarlos. Ahora los Acuario deben saborearlos a todos, deben examinar todos los matices por arriba y abajo, a izquierda y derecha, de buena o mala gana. Les encanta dejar pasmados a quienes los rodean, y súbitamente toman conciencia de una inexplicable capacidad para atisbar en el futuro. Asombrosamente intuitiva y erizada de imprevistas vislumbres de imágenes telepáticas, el alma de Acuario examina a las personas y las ideas sin sentimentalismo, y descubre la verdad sin una lógica visible ni un esfuerzo identificable.

En este nivel, el alma tiende a menospreciar la ley y la autoridad porque el espíritu vive realmente en el mundo del futuro. El Acuario sabe que tarde o temprano habrá que modificar y adaptar las normas rígidas de la sociedad actual. Por tanto él (o ella) no ve ninguna razón sensata para respetar lo que seguramente se transformará mañana en algo nuevo y diferente. Si es necesario sublevarse violentamente para implantar la tolerancia, la fraternidad y la comprensión, el Acuario piensa que el resultado será digno de semejante conflicto. Sin embargo, si bien los Aguadores postulan cambios para el mundo (y para sus amigos y familiares), ellos siguen fijos en sus opiniones personales, códigos privados y formas de vida, lo cual refleja la naturaleza contradictoria de su planeta regente, Urano.

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Ahora el alma ha adquirido un auténtico enfoque humanitario. Para el desprejuiciado Acuario todo ser humano es un amigo, cualesquiera que sean los valores personales de dichos individuos, porque el Aguador ha aprendido que él —o ella— está integrado dentro de la totalidad del género humano... y de la Naturaleza. Sin embargo puede descuidar las relaciones personales, porque estos hombres y mujeres corren en pos de un idealismo que está relacionado con el bienestar de la sociedad en general. Al igual que la era de Acuario, de la que ella es un reflejo, el alma imagina en esta etapa un futuro radiante y glorioso que sólo se podrá alcanzar si se demuelen las viejas costumbres y las ideas anacrónicas para abrir paso a la conciencia espiritual, mediante la embestida de la masa acelerada del Karma. Cuando la conducta de Urano ofende a los más conservadores, el Acuario individualista desecha su desaprobación con una carcajada. Los Acuario se sienten seguros merced a su conciencia intuitiva del futuro, responden «YO SÉ» a todas las preguntas, y después se niegan maliciosamente a explicar cómo lo saben... excepto a los niños, que entienden merced a su propia inocencia el estado inocente de sencillez al que el alma retorna en la vibración uraniana de la «segunda infancia». Las cualidades positivas de Acuario son la visión, la individualidad, la tolerancia, la cordialidad, el espíritu inventivo, la originalidad y el genio. Expresadas en su forma negativa se convierten en excentricidad, neurosis, desapego, distracción y negativa a cooperar.

Para Acuario, el amor es una emoción autónoma y desprovista de egoísmo, que hay que explorar y disfrutar. El Aguador entiende la envergadura del amor e investiga todas sus dimensiones, pero lo derrocha negligentemente confundiéndolo con la amistad. La satisfacción física deja al Acuario emocionalmente vacío y aún anhelante, pues no comprende el misterio de la unidad con la pareja, la verdad última del amor. Ésta espera silenciosamente, en las sombras, que la descubran. Es el secreto custodiado por Neptuno, más allá de la comprensión de Urano.

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El misterio de amor de Piscis Así como el alma «nace» simbólicamente en la inocente irreflexión de Aries, así también «muere» simbólicamente —o deja el doloroso plano terrenal— para ingresar en la compasiva humildad y la sensibilidad mística de Piscis. En la etapa del signo solar Piscis, el hombre y la mujer en vías de desarrollo empiezan a comprender vagamente el secreto del tiempo como un eterno AHORA, capaz de ver (en distinta medida) el pasado, el presente y el futuro como una sola cosa. Esta es la tercera y última incursión del alma en el elemento Agua sensible —su cuarta y última vibración como comunicador mutable— y la última experiencia bajo las fuerzas nocturnas negativas y femeninas.

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En términos ideales, cuando el alma ha llegado a la etapa de Piscis, ha alcanzado el esclarecimiento espiritual en el largo viaje a través de los misterios del amor que ha experimentado en los once signos solares precedentes. Si no ha sido así, debe volver a las experiencias vibratorias de determinado signo solar del círculo astrológico, para aprender las lecciones que no asimiló en razón de haberlas pasado por encima con demasiada prisa en las anteriores etapas de encarnación. Pero cada uno de estos retornos comunica una nueva vulnerabilidad a la lección de ese signo solar... una nueva avidez interior por aprender su esencia positiva y desechar la negativa. Desde luego, algunas almas superiores o avanzadas resuelven volver a la Tierra, por su propia voluntad, después de haber llegado a la etapa de Piscis, para rescatar a quienes aún permanecen en las tinieblas. Sin embargo, aquí nos ocupamos de la obligación y la configuración del Piscis medio.

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En el nivel de Piscis, el hombre y la mujer han pasado al menos una vez por las doce etapas de iniciación, y muchos han tenido que remontarse atrás y volver sobre sus pasos centenares de veces en el curso de esta experiencia, porque Piscis es el más difícil de comprender y conocer a fondo, entre los doce signos solares. Generalmente esta hazaña no se logra la primera vez que se recorre la rueda de la vida, excepto cuando se hace un vehemente despliegue de deseo y voluntad, lo cual tampoco significa que la proeza sea impracticable. Pero éste es un camino que, hasta ahora, sólo han elegido unos poquísimos individuos. Por ello la astrología enseña que Piscis es un «alma vieja»... y ésta también es la razón por la cual no todo hombre o mujer Piscis es el paradigma de la gracia espiritual, y por la cual algunos nadan por aguas peligrosamente próximas a las llamas del Infierno de Dante. El Pez vive en dos mundos, y experimenta simultáneamente el cielo y el infierno.

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Merced a la sabiduría secreta de su planeta rector, Neptuno, los Piscis saben que la aflicción y la fealdad no forman parte del plan divino. Han vislumbrado la belleza de la verdad, y el fulgor de esta visión mística genera el anhelo de apartarse de las vibraciones negativas del plano terrenal. Por tanto Piscis elude a menudo la confrontación y la tensión y se evade por la ruta de las drogas, el alcohol, los ensueños diurnos, la creación artística, la elaboración de teorías filosóficas, la meditación o el retiro religioso. Los Piscis pueden convertirse en maestros, monjes, monjas, místicos, artistas, músicos, compositores, matemáticos abstractos y matemáticos muy intuitivos... o pueden optar por zambullirse en las aguas cenagosas del alcoholismo y la drogadicción, e incluso de la locura. Se trata de una vibración difícil y complicada para el alma, porque la experiencia de este signo solar está preñada de tentaciones para el hombre o la mujer Piscis. Como los Peces han «pasado por todo» en el nivel inconsciente, sienten una compasión natural por los problemas de quienes los rodean. El alma de Neptuno está íntimamente familiarizada con las vicisitudes de la vida, comprende las debilidades de la naturaleza humana, y por consiguiente tiende a apiadarse de las flaquezas del hombre y la mujer, en lugar de condenarlas. Ello explica por qué estas «viejas almas» se convierten tan a menudo en las receptoras de los secretos, tribulaciones, preocupaciones y aprensiones de todos los demás. Sin embargo, su instinto inicial consiste en volver la espalda a las complicaciones engorrosas, en todas sus formas. Sólo cuando el Pez encuentra el coraje necesario para enfrentar sus propios problemas con la misma sabiduría espiritual que suministra a los demás, se pueden sondear los misterios de Neptuno.

Mediante esta «iniciación por la muerte» (muerte del yo humano) el alma se hace más condescendiente, más benévola, y adquiere la capacidad de entender mejor su auténtica relación con los Co-Creadores... a medida que Piscis afirma: «YO CREO». Para materializar la gloria y la verdad cabales del amor, el Pez puede recurrir, si así lo desea, a la inocencia de Aries, a la paciencia de Tauro, a la perspicacia de Géminis, a la percepción de Cáncer, a la nobleza de Leo, al discernimiento de Virgo, al criterio de Libra, a la agudeza de

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Escorpión. a. la honestidad de Sagitario, a la sabiduría de Capricornio... y al humanitarismo de Acuario. Pero a veces estos múltiples fragmentos de conocimientos y talentos secretos sólo sirven para confundir a Piscis, y lo impulsan a seguir el camino más fácil de la no resistencia pasiva. Las cualidades positivas de Piscis son la humildad, la compasión, la sensibilidad, la agudeza espiritual, la comprensión psíquica, la clarividencia filosófica y el potencial terapéutico. Expresadas en su forma negativa se convierten en timidez, aprensión, masoquismo, ociosidad, proclividad al embuste y falta de voluntad.

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Para Piscis, el amor implica una sumisión generosa del yo a los deseos de la persona necesaria para alcanzar la Totalidad. El Pez experimenta más placer cuando da que cuando recibe, se siente más feliz cuando sirve que cuando es servido. Sin embargo el enigmático Neptuno pone a prueba el alma de Piscis con la tentación de múltiples experiencias sexuales y románticas... flotando de un amorío a otro.

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El receloso Pez se vale de este comportamiento promiscuo se convierte en un recluso romántico— para rehuir al peligro de que lo «pesquen» mediante un compromiso emocional profundo o permanente. Pero el hombre o la mujer Piscis que se resiste a la tentación de buscar sólo el placer del amor para evitar su dolor, recibe una valiosa recompensa cuando desentraña el misterio último del amor. Entonces él o ella vislumbra por primera vez, en el curso del cansador peregrinaje del alma, la auténtica pasión de fusionar en una trinidad la mente, el corazón y el espíritu, de lo cual resulta un raro éxtasis físico: la lejana promesa primaveral de un milagro, que el amor formuló en Aries, se cumple por fin en Piscis.

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Los planetas hemos librado una guerra prolongada y cruel mi alma gemela y yo

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perdidas y solitarias, ángeles caídos, desterradas de una brumosa, semiolvidada galaxia de estrellas atrozmente heridas por la dolorosa arremetida de Marte atrapadas en la red enmarañada de Neptuno conmocionadas y desgarradas por la súbita, tremenda violencia de Urano

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torturadas por los inteligentes embustes de Mercurio trituradas bajo el peso helado del severo, inflexible Saturno que prolongó cada hora transformándola en día .cada día transformándolo en año cada año transformándolo en eternidades de espera chamuscadas y casi cegadas

por los estallidos de arrogancia y orgullo del Sol como Eva y Adán, inmovilizadas e inermes, en lo más hondo llorábamos...

igualmente luchábamos con implacable furia trocando golpe por golpe... impulsadas por el redoble de las gigantescas, palpitantes pasiones de Júpiter tropezamos en el precipicio de la tentadora demencia de la Luna

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para caer, al fin, trémulas de miedo ante la amenaza del ominoso silencio sepulcral de Plutón consumidas por la pena inconsolable, y la desolación de la angustia ostentamos. .

las heridas y cicatrices de la furiosa batalla yo y mi alma gemela

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pero ahora marchamos en sosegada paz con todos nuestros fragmentos dispersos íntegramente fusionados, cogidas de la mano... completando el círculo de la serpiente de vuelta en el arco iris piramidal del más radiante edén del mañana coronadas por la dulce Venus con la Victoria del Amor que no murió sino que sobrevivió a la noche de la búsqueda egoísta para aguardar el tierno perdón de la mañana y el amanecer de la comprensión*

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Su signo solar

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El término «signo solar» significa que si usted es, por ejemplo, Géminis, cuando usted nació el Sol ejercía su poderosa influencia a través de la ZONA DEL ZODIACO (no la constelación) llamada Géminis... desde el 21 de mayo hasta el 21 de junio inclusive (en todas las zonas horarias de los Estados Unidos durante las últimas décadas; con un día de diferencia, por ejemplo, en Greenwich, Inglaterra). Usted notará que las fechas que abarcan los períodos de los doce signos solares varían en función del libro de astrología que lee, lo cual puede confundir al profano. Esta variación se debe a que la mayoría de los astrólogos no quieren desconcertarlo con la información de que el Sol «cambia de signo» por la mañana, la tarde o la noche de un día determinado. Y entonces le «roban» ese día de cambio a un signo solar consecutivo y se lo pasan a otro... para emparejar las cosas. Esto no hace más que aumentar la confusión. Es muy agradable y fácil fingir que el período de cada nuevo signo solar comienza exactamente a medianoche. Pero no es cierto.

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Por ejemplo, si se exceptúan las variaciones de los años bisiestos, el Sol (tanto durante las últimas décadas como actualmente) DEJA Aries y ENTRA en Tauro en algún momento del 20 de abril, en todas las zonas horarias de los Estados Unidos (pero el 21 de abril en Greenwich, Inglaterra). Es importante que usted sepa que el 20 de abril contiene AMBOS signos. De lo contrario usted podría pasar toda su vida pensando que es un Toro, cuando en realidad es un Carnero.

De modo que recuerde siempre que si nació en el PRIMER o el ÚLTIMO día de cualquiera de los períodos de los signos solares que enumero en este libro, deberá averiguar la HORA exacta de su nacimiento, más la longitud y latitud del lugar donde nació, para determinar si el Sol había «cambiado de signo» o no a esa hora y en ese lugar.

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El término «signo lunar» se refiere a la zona del zodíaco (no la constelación) por donde «pasaba» y ejercía su influencia cuando usted nació. El término «ascendente» (a veces llamado «signo naciente») identifica al signo del zodiaco que «ascendía» sobre el horizonte oriental en el momento exacto de su nacimiento. El ascendente depende del lugar de la Tierra donde usted nació (longitud/latitud de su lugar natal). Quienes deseen saber algo más acerca de estas cuestiones podrán consultar la lista de materiales bibliográficos que figura al final del libro.

Una acotación acerca de los «nacimientos registrados en la fecha de una cúspide»: A menudo, quienes han nacido en una «cúspide» astrológica (aquel día durante el cual el Sol cambia de signo) dicen (y creen) que sus personalidades contienen las cualidades de ambos signos solares. E imaginan que esto se debe a que nacieron en una «cúspide».

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Por ejemplo, una persona nacida el 20 de enero puede pensar que a veces se comporta como capricorniana, y a veces como acuaria. Lo mismo vale para todas las «personas cúspides». Algunos astrólogos os dirán que ello se debe a que el «nacimiento en cúspide» determina que la persona así nacida exhiba los rasgos de ambos signos. En mi larga y variada experiencia personal como astrólogo profesional, me he convencido de que esto sencillamente no es cierto. En todos los casos, sin ninguna excepción, la persona que cree que su comportamiento refleja una combinación de ambos «signos solares cúspides», se comporta así porque su Luna o ascendente está en el «segundo» signo.

Por ejemplo, la persona arriba citada que nació el 20 de enero por la mañana es un signo solar Capricornio. Si este capricorniano se comporta a veces como una Cabra... y en otras ocasiones como un Aguador de Acuario, ello siempre se debe a que la Luna o el ascendente del capricorniano estaba en Acuario a la hora del nacimiento... Y NO PORQUE HAYA NACIDO EN UNA «CÚSPIDE». Si una persona nacida el 19 de enero se comporta siempre esencialmente como una Cabra —y nunca como un Acuario— la Luna o el ascendente NO estaba en el «signo cúspide» de Acuario a la hora del nacimiento. Usted pertenece a un signo solar u otro. Su personalidad no puede compartir y no comparte los dos signos solares porque usted haya nacido en una «cúspide». Es cierto que cada uno de los tres «decanatos» de todo signo solar (cada signo astrológico tiene una envergadura de 30 grados y a cada «decanato» le corresponden 10 grados) confiere su propia variación a la cualidad del signo solar específico. Pero ésta es una cuestión

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aparte. Si usted es Capricornio, es Capricornio. No es un signo solar Acuario «parcial» por el hecho de haber nacido en una «cúspide». Si de vez en cuando siente que se comporta como un Acuario, puede estar seguro de que ello se debe a que la Luna o el ascendente estaba en Acuario a la hora de su nacimiento (o también es posible que sólo se imagine sus características acuarias porque lo ha impresionado exageradamente el error que repiten tan a menudo los astrólogos equivocados).

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Es posible que esta imagen le aclare más las cosas. El Sol que ejercía su poderosa influencia a través de la zona del zodiaco llamada Capricornio (por ejemplo), grabó las características de Capricornio en su personalidad cuando usted respiró por primera vez (al programar los miles de millones de células eléctricas de su cerebro más o menos en la forma en que se programa una computadora). Este proceso (que crea su signo solar personal) es una fuerza tiempo-energía. A falta de un vocabulario más preciso, el proceso es relativamente electromagnético. Entonces, para ayudarse a forjar una imagen, usted puede preguntarse si es posible que en determinado momento una luz eléctrica esté mitad encendida y mitad apagada. Por supuesto que no. Una luz eléctrica está ENCENDIDA o está APAGADA. No puede estar encendida y apagada al mismo tiempo. Tampoco el Sol puede ejercer (por razones análogas) su poderosa influencia a través de DOS SIGNOS simultáneamente.

Cuando el Sol hace vibrar su fuerza a través de Capricornio, la hace vibrar a través de Capricornio. En el momento cósmico exquisitamente cronometrado (que en realidad se puede cronometrar en la Tierra en un lapso de minutos, utilizando los actuales medios astronómico-matemáticos), en ese momento en que el Sol «entra» en el signo de Acuario, pasa a irradiar sus poderosas vibraciones a través de Acuario, y ya no a través del signo de Capricornio. Y punto final. La luz no puede estar encendida y apagada al mismo tiempo. El Sol no puede estar imprimiendo al mismo tiempo las características de Capricornio y Acuario. Esto es imposible, tanto desde el punto de vista cósmico como desde el astrológico. La racionalización de la «órbita de influencia» utilizada por los astrólogos que hacen hincapié en los rasgos «combinados del día cúspide» no se aplica en relación con el signo solar. Sí se aplica en relación con muchas otras fases y facetas de la astrología (incluyendo la actual «órbita de influencia» de la era de Acuario) tales como los aspectos, etcétera, etcétera. Pero NO en el caso de un signo solar.

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En cuanto a la «Astrología 13», la humorada del astrónomo contra la santidad y validez de la astrología, no hagáis caso de ella. Por razones que no puedo detallar aquí por falta de espacio, este concepto de los «trece signos solares», con todas sus connotaciones, es completamente falaz. Os ofrezco la prueba última de ello, mitad en serio y mitad en broma. La Astrología 13 convertiría a la autora de este libro en un signo solar Piscis en lugar de un Aries. Todos mis amigos y parientes Os dirán que la hipótesis en virtud de la cual yo sería Piscis es tan falaz que termina por ser hilarante. Tampoco Nelson Rockefeller es un Géminis (en lo cual lo convertiría la Astrología 13) sino un Cangrejo de Cáncer hasta sus últimas consecuencias. Tampoco Billy Graham es un Libra (en lo cual lo convertiría la Astrología 13) sino un Águila de Escorpión hasta sus últimas consecuencias. Y esto es ESTO, queridos amigos y estudiosos de la astrología. ¡Lo dice un Carnero testarudo (y no un Piscis discreto y afable)! Amén. Os exhorto a no permitir que esta deliberada semilla de confusión, plantada por los astrónomos que desean enlodar la cuestión astrológica, crezca hasta convertirse en uno de los inmensos baobabs de tinieblas y falsedad negativa de los que nos habla el Principito.

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SAGITARIO CAPRICORNIO ACUARIO PISCIS

20 de marzo al 20 de abril 20 de abril al 21 de mayo 21 de mayo al 21 de junio 21 de junio al 22 de julio 22 de julio al 23 de agosto 23 de agosto al 23 de septiembre 23 de septiembre al 23 de octubre 23 de octubre al 22 de noviembre 22 de noviembre al 21 de diciembre 21 de diciembre al 20 de enero 22 de noviembre al 21 de diciembre 21 de diciembre al 20 de enero 20 de enero al 19 de febrero 19 de febrero al 20 de marzo

 

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ARIES TAURO GÉMINIS CÁNCER LEO VIRGO LIBRA ESCORPIÓN

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Períodos natales de los signos solares

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Combinaciones

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de los signos del amor

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CAPRICORNIO

Fuego - Cardinal - Positivo

Tierra - Cardinal - Negativo

Regido por Marte

Regido por Saturno

Símbolo: el Carnero

Símbolo: la Cabra

Fuerzas diurnas Masculino

Fuerzas nocturnas - Femenino

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ARIES

La relación ARIES-CAPRICORNIO

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—Sólo los alegres e inocentes e insensibles pueden volar. — ¿Qué se entiende por alegre e inocente e insensible? Ojalá yo fuera alegre e inocente e insensible.

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La ansiosa queja extraída del Peter Pan de James M. Barrie muy bien podría haber sido formulada por un Capricornio que envidiara la capacidad de Aries para volar dichosamente por la vida, con un estilo libre y despreocupado. Sin embargo, la Cabra no tiene por qué envidiar la aptitud del Carnero para ser insensible, porque la insensibilidad es sinónimo de egoísmo, una cualidad que Aries no monopoliza en absoluto. Los capricornianos la comparten con creces. El egoísmo de Aries es producto de la desconsideración del Carnero y de sus deseos a menudo infantiles. Lo que Aries ambiciona, de una manera u otra, lo consigue, siempre que él —o ella— aprenda a dominar el entusiasmo marciano y no arremeta con demasiada prisa. El egoísmo de capricornio se origina en el afán de la Cabra en no mirar atrás para ver quién resbaló y quedó rezagado, por miedo a que esto .aplace su propia cita personal con el destino. De todas maneras, el egoísmo es el egoísmo, cualquiera que sea la base o la causa, y ambos incurren en él con bastante frecuencia. En cuanto a las otras dos condiciones para volar —la alegría y la inocencia— la Cabra tiene todas las razones del mundo para envidiar al Carnero. La palabra alegría no se asocia generalmente con los individuos regidos por Saturno. Intentad aplicársela a los capricornianos Humphrey Bogart, Edgar Allan Poe, Juana de Arco o Howard Hughes. Bogart desenfundando alegremente su revólver. Poe citando alegremente las palabras del Cuervo. Juana de Arco capitaneando alegremente los ejércitos de Francia contra Inglaterra. Howard Hughes... bueno, Howard Hughes haciendo alegremente cualquier cosa. O incluso su gemelo idéntico, Robard Hughes. (Si por casualidad lo tuviera... pura fantasía, ya sabéis.) La inocencia tampoco es una cualidad capricorniana. Los Capricornio nunca son inocentes, ni siquiera cuando son bebés, párvulos o niños. Todos ellos, tanto cuando lucen botitas de color rosa como cuando las lucen de color azul, nacen, sin excepción, convertidos en pequeños viejecitos o pequeñas viejecitas, con un sentido muy profundamente implantado de la sabiduría y la paciencia, que normalmente no se adquiere hasta aproximarse o pasar el jalón de los cien años, hablando en términos cronológicos. De modo que, como veis, existen pocas probabilidades de que la Cabra vuele por la vida con la ingenua alegría y la inocente candidez del Carnero, hasta muy pasada lo que se denomina falazmente «edad intermedia» (que en verdad es la flor de la juventud en un lapso de expectativa de vida de trescientos a quinientos años, viable aun ahora, para aquellos que se lo proponen seriamente). Es entonces cuando

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empezará el proceso de «envejecimiento hacia atrás» del Capricornio, con sus eclosiones de abandono total que a veces pueden remontar a la Cabra incluso por encima del Carnero. Por eso los Aries generalmente se sienten más cómodos en compañía de las Cabras mayores. Las más jóvenes los ponen nerviosos. Las razones que tienen los Aries para forjar cualquier tipo de relación o asociación humana son siempre impulsivas e idealistas, y están gobernadas por las emociones. Los capricornianos tienen motivaciones más prácticas. Aunque es comprensible que a las Cabras las disguste la implicación astrológica de que tienden a «valerse del matrimonio para ascender en la escala social o económica», lo cierto es que esto se aplica con más frecuencia en el caso de los Capricornio que en el de los Aries. No se trata de que los Capricornio sean fríos y calculadores. Al fin y al cabo, sólo piensan en los hijos por nacer. Éstos no sólo tendrán zapatos, sino que los tendrán de primera, porque los servicios del podólogo son tremendamente costosos. Y ciertamente no sufrirán en el futuro (los hijos, no los podólogos) las consecuencias de un desvarío romántico presente. Es por ello que Capricornio se horroriza a menudo cuando oye la historia de una pareja de amigos que conviven felices sin casarse y que se proponen renunciar a sus empleos y recorrer Europa en bicicleta durante más o menos un año. Lo que alarma a la Cabra no es sólo la falta de un contrato de matrimonio. ¿Qué sucederá si ella queda embarazada durante el viaje? Y si él abandona un excelente empleo, ¿cómo se las apañarán para pagar el tratamiento de ortodoncia de los niños? Ahora bien, es posible que esto horrorice a algunos lectores capricornianos, y que los conmueva hasta el tuétano, pero entramos en la era de Acuario, queridos, y la chica de nuestro ejemplo, y su enamorado, están ensayando un matrimonio de prueba. Veréis, no planean tener hijos con los dientes o los dedos de los pies torcidos mientras no estén seguros de que podrán soportarse recíprocamente durante el tiempo suficiente para criar una familia con un asomo de estabilidad. Si la relación no prospera, se separarán amistosamente (en general)... más tristes, pero también considerablemente más sabios. La reacción típica de Aries ante un acuerdo de este tipo es casi conmovedoramente sentimental y románticamente optimista. Si los dos se aman realmente, piensa el Carnero, tienen que saber que su amor será eterno, ¿y entonces por qué no se casan desde el principio?

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La reacción típica de Capricornio frente a la misma situación también es casi conmovedoramente sentimental y románticamente optimista. La joven Cabra se hace eco de la pregunta del joven Carnero. Si los dos se aman de veras, deberían saber que su amor será eterno, ¿y entonces por qué no se casan desde el principio? Hasta aquí, la Cabra y el Carnero marchan a la par. Luego, Marte y Saturno se separan. Bruscamente.

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Después de deliberar adecuadamente y de reflexionar cuidadosamente —v una vez mitigado el horror inicial— Capricornio analizará el problema con la sagacidad propia de Saturno y por último llegará a la conclusión de que al fin y al cabo el acuerdo es sensato. (Como la Cabra es un realista inveterado, la moralidad de Capricornio está estrechamente entrelazada con su espíritu práctico.) Muy bien, olvidemos las flores de azahar y la cuestión moral, pero igualmente Capricornio se pregunta: «¿y quién pagará el alquiler?» Probablemente la chica. Veréis, su amante anhela ser poeta, así que durante un tiempo ella tendrá que mantenerse y mantenerlo. Aries no encuentra nada censurable en esto. No ocurre lo mismo con Capricornio. O sea que el consejo que Capricornio le daría a la chica sería: «Dile que olvide los versos y se gane la vida, o despídete cordialmente de él, sin remordimiento».

Los Capricornio siempre se ofenden cuando los Aries los acusan de ser ambiciosos. Creen que nadie lo sabe. ¿Quiénes, ellos? ¿Ambiciosos? Sí, ellos... ambiciosos. Las Cabras son lerdas en descubrir en sí mismas algunos otros rasgos propios de Saturno, cómo esos accesos periódicos de lóbrego pesimismo, su avidez por aferrarse al peldaño más alto de la escala social, su renuencia a desafiar al sistema... y su sometimiento a menudo ciego a la tradición, la familia, la ley, el orden y todas las formas de autoridad. (La Cabra J. Edgar Hoover no hacía más que cumplir con el deber que le imponía Saturno.) Los Carneros también son ambiciosos, pero sin ambages. En lugar de caer en el pesimismo, tienen accesos periódicos de optimismo francamente absurdo. La mayoría de los Aries no saben distinguir una escala social de una persiana, se deleitan en desafiar al Sistema, no sienten absolutamente ninguna obligación de respetar ningún tipo de autoridad... y en general sólo rinden ciega pleitesía a sí mismos, a sus propios deseos e ideas. En mi condición personal de Aries, formulo la siguiente confesión de muy mala gana. Pero ella ayudará a aclarar la vibración que existe entre los dos signos solares, bueno... está bien. Mi hija, Jill (capricorniana), ha sido más sensata que su madre desde el día en que nació. No sólo más sensata sino también más serena, más

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práctica, más prudente... y siempre estaba exasperantemente en lo cierto. ¿Dije que ha sido más cauta? También más cauta. Ya hace bastante tiempo que empecé a llevar conmigo a Jill cuando salía a hacer mis compras navideñas, segura de que ella cuidaría de que no perdiera mi dinero, mi monedero, mis paquetes... o mi cabeza. Iniciamos esta pequeña tradición festiva cuando mi Capricornio tenía sólo ocho años. Era humillante. Pero nunca fallaba. Antes de que empezara a llevarla conmigo, no había una Navidad en la que no olvidara el dinero de las compras, o media docena de regalos, sobre un mostrador del primer piso de Macy's o Gimbel's, y sólo me daba cuenta de ello cuando estaba en un ascensor atestado, rumbo al duodécimo piso. Después de un tiempo, resolví que realmente le exigía demasiado a San Antonio (especialista en hallar objetos extraviados) y recluté a mi diminuta Cabra como acompañante. Les transmito .1a información a todos los padres arianos de criaturas capricornianas, a modo de regalo de Navidad... para todas las estaciones. Bobbs Pinkerton, la afectuosa y sabia supervisora de mi primer libro, Sun Signs (Los signos del Zodíaco y su carácter, Editorial Pomaire, 1977), me juró una vez que ella no era una típica Cabra porque adora (arguyó) los colores llamativos. «Me enloquecen», creo que me dijo. (Astrológicamente muy dudoso, aunque tiene una Luna en Sagitario, y probablemente desea que la enloquezcan.) De modo que hicimos una apuesta —pequeña, naturalmente, porque los capricornianos noarriesgan con mucha prodigalidad— y revisamos sus armarios.

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Sólo encontramos prendas negras (con unos mezquinos ribetes blancos), azules oscuras, verdes oscuras y marrones. Finalmente, extrajo triunfalmente del fondo del armario un mono de color amarillo canario, chillón, cuidadosamente envuelto en papel de seda e impregnado por un fuerte olor a naftalina. Le clavé mi mirada marciana más penetrante y ella confesó, ruborizándose: «Bueno, sólo lo uso en casa, pero fue una ganga». Como era una Cabra típicamente honesta, comprendió que los catorce centavos que había apostado me correspondían con pleno derecho, y los pagó sin chistar. Los capricornianos tienen la aptitud auténticamente maravillosa de enfrentar los hechos objetivamente, controlar sus defectos y usufructuar al máximo sus virtudes. A los Carneros les convendría imitarlos. Hablando de ropa, la Cabra Bobbs cuenta que tiene una vecina capricorniana de ochenta años que usa minifaldas y recatadas blusas de cuello alto y mangas largas. «Bueno —dice—, yo lo entiendo así. Las piernas son las últimas en fallar.»

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Así que no es correcto imaginar a todas las Cabras como mujeres pacatas. Los Capricornio de sexo masculino tampoco son siempre tan remilgados y decorosos como podríamos suponer. Puesto que no están abrumados por el bagaje del idealismo ariano, pueden sobresaltar al Carnero con todo tipo de propuestas y actos inesperados... en privado. Sin embargo, en última instancia, la mentalidad capricorniana circula, al menos en públicos por carriles bastante conservadores. Aries acusa frecuentemente a Capricornio de falta de compasión, y sin embargo, la Cabra no está desprovista de tierno interés y misericordia por quienes verdaderamente los merecen. La cooperación entre el Carnero y la Cabra puede generar un éxito insospechado cuando apuntan conjuntamente sus cuernos contra el prejuicio y la falacia, en lugar de apuntarlos el uno contra el otro.

Imaginad a la cabra montés, tímida pero robusta y de pisada firme, que pasa cuidadosamente de un risco a otro, con confianza y tesón... que se las apaña para encontrar suficiente alimento en las matas de pastos ralos, y que incluso traga cartón y mastica latas cuando es necesario. Nada puede frenar su marcha lenta pero segura hacia la cumbre de la verdad, la sabiduría y la justicia que la convoca desde lo alto. Ahora imaginad al carnero de la montaña escabrosa, que necesita una dieta de hierba más sustanciosa. A diferencia de la cabra, el carnero no puede digerir plácidamente los clavos herrumbrosos de la crítica y las astillas de vidrio del desencanto... y cuando salta de risco en risco a menudo calcula mal la distancia, cae y se fractura los cuernos. Como la visión soñadora lo distrae en el sendero peñascoso de la Naturaleza, el carnero de grandes cuernos coge algunos atajos imprevistos. Ésta es la diferencia básica entre los hombres, mujeres y niños arianos y capricornianos. Ambos signos solares son robustos escaladores. Pero la meta final de la Cabra es la cima misma de la montaña, el único lugar donde ella (o él) se siente realmente segura. Para el raro Carnero, más gregario, que llega a tanta altura, la cima de la montaña es un lugar solitario, sin más desafíos... ¿y qué sentido tiene la vida sin la emoción del peligro? Para el Capricornio... es apacible. Para el Aries... es aburrida.

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Mujer ARIES Hombre CAPRICORNIO —Ahora —dijo él—, ¿te daré un beso? ...Ella se rebajó bastante al inclinar el rostro hacia él, pero él se limitó a dejar caer un botón de bellota en su mano; de modo que ella devolvió lentamente el rostro a donde había estado antes, y dijo amablemente que colgaría su beso de una cadena que luciría alrededor del cuello.

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El aire inconfundible de soledad que flota alrededor del hombre Capricornio, incluso en una habitación llena de gente, atrae inmediatamente a su lado a la chica Aries. Para la Carnero femenina, sentimental y egocéntrica, la razón de su soledad es obvia. La ha estado esperando... para que ella le muestre que la vida puede ser muy hermosa. Así que ella se lo muestra directamente. Aries nunca se anda con rodeos. Sin embargo, es posible que el entusiasmo inicial de ella sea sofocado al cabo de muy poco tiempo por las reacciones lentas del capricorniano, por su inmunidad terrena al fogoso carisma de Marte... y tal vez las emociones impulsivas de ella la induzcan a resolver finalmente que él es demasiado engreído, altanero, distante. ¿Cómo podrá ayudarlo a encontrar la luz del sol si él está tan melancólicamente apegado a su carrera, para no hablar de su familia... incluidas sus tías abuelas y primas cariñosas, así como sus bienaventurados padres? Hay pocas esperanzas de que él la alce en brazos y se case con ella cuando ya está tan permanentemente desposado con su empleo, su ambición y/o sus parientes. Éste podría ser el fin de una relación promisoria que quizá habría sido profundamente satisfactoria, y próspera en lo económico. ¿Por qué ella habría de malgastar su tiempo, esforzándose en quebrar su soledad para mostrarle que la vida es bella, cuando es obvio que él disfruta de su aislamiento? No reconocería a la belleza si ésta lo embistiera de frente. Sin embargo, ella se equivoca. Los capricornianos valoran la belleza. Pero él nunca le hablará de aquellos cuadros que pintó en la escuela cuando la maestra no miraba, ni de la música en la que se sumergía cuando no escuchaba nadie, antes de consagrarse a los graves problemas que plantea la conquista de la seguridad en un mundo enloquecido. No le hablará de esto... a menos que a ella le interese realmente. Es doloroso perder al ser que amas porque no puedes comunicarle tus sentimientos, y esto es lo que sucede con demasiada frecuencia en la relación entre el taciturno chico Cabra y la agresiva chica Carnero. ¿Cómo podrá hacerle conocer a ella todos esos ensueños secretos que anhela transmitirle... cómo podrá mostrarle el romanticismo de toda la vida que yace oculto en el fondo de su tímido y extraño corazón de Cabra? Bueno, él deberá encararlo así: si ella no encuentra más virtud en lo excepcional que en lo excitante, no es la chica apropiada. O podrá aprender de memoria el soneto de Elizabeth Barren Browning que empieza diciendo: «¿Cómo te amo? .Déjame contar de cuántas maneras...», y practicar, y practicar, y practicar. A lo largo de los siglos los enamorados han descubierto que pueden comunicarse en verso los sentimientos que estaban sepultados en sus almas, esperando que alguien los exhumara para revelarlos a una persona en particular. Así que veréis, es posible que el instinto de la chica Aries, regido por Marte, estuviera en lo cierto. Él esperaba realmente que ella se acercara y le enseñara a pintar quimeras. Sólo se trata de que su táctica inicial tal vez fue abrumadora para la Cabra más introvertida. A los capricornianos les resulta difícil acostumbrarse a los actos temerarios y desenfrenados, aunque éstos se ejecuten en nombre del amor. Este hombre necesita un poco de tiempo para asegurarse de que controla firmemente la realidad del romance, y aun entonces procede con cautela. Así, tiene la certeza de que no resbalará y caerá, y de que no cometerá errores que podría lamentar en el futuro. La política de Aries es: «Vuele ahora, pague después». La de Capricornio es: «Pague ahora... y vuele después, con la conciencia tranquila». Suponiendo que Capricornio y Aries consigan salvar el abismo de sus diferencias, y se aferren el uno a las manos y el corazón del otro, igualmente deberán superar o pasar por alto las discrepancias entre sus concepciones de la vida. Ella procurará superarlas. Son diferentes incluso cuando abordan los problemas de sus diferencias. La explicación de esto reside en sus enfoques divergentes. He aquí un par de ejemplos. La situación: Él acaba de lesionarse la rodilla, y el médico le ha dicho que para no agravar la herida debe

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abstenerse de caminar con esa pierna durante por lo menos tres semanas. (Los capricornianos siempre se golpean la rótula, visitan al dentista, se rompen los huesos o sufren ataques de artritis. Por lo demás, gozan de excelente salud.) La lesión de la rodilla estropea la excursión que planeaban hacer para esquiar en las montañas.

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ARIES: Siento que no puedas venir, cariño. Pero seguramente no te molestará que vaya con los otros y trate de distraerme a pesar de todo. CAPRICORNIO: ¿Sabes lo que eres? Eres egoísta. ARIES: ¿Pretendes que me quede aquí teniéndote la mano, cuando hace un año que sueño con este fin de semana? ¿No puedes hacer un esfuerzo y venir, aunque no esquíes? CAPRICORNIO: No, no quiero ir mientras estoy tullido, y sí, pretendo que te quedes aquí tendiéndome la mano, si me amas. ARIES: ¿Sabes lo que eres? Eres egoísta. (En realidad, los dos tienen razón. Ambos son egoístas.) Otra situación: (Si la primera todavía no los ha espantado.) Ella está transitoriamente en bancarrota, así que él le presta dinero para que pueda reparar su auto y pagar el alquiler. Ella no tiene escrúpulos en pedírselo. Al fin y al cabo, están enamorados. A ella la impresiona y la conmueve que haya tenido la gentileza de darle el dinero sin protestar ni regatear. Transcurren varios meses y ella aún no ha saldado la deuda. Veréis, es que la ha olvidado por completo. De modo que él se la recuerda afablemente, pero ella piensa que no es más que una broma. En el ínterin, ella lo ha cubierto de regalos: un costoso televisor en colores y un quimono de seda pura para Navidad.., más un reloj de oro macizo y un cachorro de San Bernardo para su cumpleaños, todo ello pagado con sus propias tarjetas de crédito. Él se siente sinceramente conmovido y queda agradecido por el gesto, pero no tan agradecido como para olvidarse de enviarle por correo una factura informal por los doscientos dólares que le prestó (algunos capricornianos habrían agregado unos dólares más en calidad de intereses), 'y el amor vuela por la ventana en medio de un estallido de fuegos de artificio marcianos. ARIES: ¿Cómo se atreve a asentar nuestra intimidad sobre una vulgar base financiera? CAPRICORNIO: ¿Cómo se atreve a violar nuestra intimidad negándose a respetar un compromiso recíprocamente contraído? Y así siguen las cosas: cric, crac, pim, pam, pum. En el aspecto físico del amor, deberán superar el mismo tipo de obstáculos antes de alcanzar la satisfacción física. Cuando el Carnero se aparea con la Cabra, se produce una amalgama de Fuego y Tierra, y normalmente éstos no se cuentan entre los elementos más compatibles. Los impulsos sexuales de él están controlados por Saturno, el planeta de la resistencia sólida, la autodisciplina y la estabilidad. Los de ella están regidos por Marte, planeta que simboliza el principio masculino de la penetración inflamada. Capricornio preferiría quedarse solo y hambriento de amor antes que correr el riesgo de que lo queme una pasión pasajera. Aries preferiría abrasarse antes que no intentarlo siquiera. De modo que generalmente es ella quien toma la iniciativa sexual. Si las estrellas son favorables, y si ella lo atrapa cuando él está demasiado débil y no puede resistir, el hombre Capricornio responderá a sus frescas y entusiastas expresiones de amor con ese tipo de honda vehemencia que sólo pueden entender los regidos por Saturno... y con un profundo afecto que la sorprenderá tanto como la deleitará. Si milagrosamente estos dos consiguen entenderse, probablemente se debe a que él tiene la Luna en Aries, Sagitario, Leo, Géminis o Acuario... o a que ella la tiene en Capricornio, Tauro, Virgo, Piscis o Escorpión. Entonces las diferencias que existen entre ellos (y hay diferencias innegables) tenderán a atraer en lugar de repeler. En otras palabras, en lugar de sentirse fastidiada por la cautela, la estabilidad y la compostura de Capricornio, Aries lo respetará por estas cualidades de las que ella misma carece, y procurará imitarlas. En lugar de sentirse incómodo frente al ímpetu arrollador de Aries, Capricornio envidiará y admirará esta cualidad, y aflojará un poco sus ataduras. Con una relación armoniosa Sol-Luna en sus respectivas cartas, el amor entre Aries y Capricornio puede desarrollarse y convertirse en una devoción profunda y perdurable... tanto desde el punto de vista sexual como desde muchos otros. Sin embargo, con una cuadratura u oposición entre sus signos Sol y Luna natales, la Cabra y el Carnero entrechocarán sus cuernos en una batalla perpetua, o se aburrirán tanto el uno del otro que un día se irán y olvidarán volver. Cualesquiera que sean sus posiciones planetarias, siempre existe la posibilidad de que la recelosa circunspección inicial de él paralice el natural entusiasmo romántico de ella, y entonces nunca pasarán de cogerse de la mano en el cine... o de formularse con la mirada promesas mágicas que nunca cumplirán. La Cabra y el Carnero no son inmunes al error de todos los amantes de la configuración de signos solares

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4-10, que ven el mundo a través de lentes de distintos colores. Se enamoran, y después intentan modificar precisamente las cualidades del otro que los atrajeron inicialmente. Cuando él decide por primera vez que la ama, lo entusiasma su conversación optimista, efervescente. Incluso su temeridad lo intriga y le inspira una admiración inusitada, renuente. Las extravagancias de ella lo hacen sonreír, y sus errores lo hacen reír indulgentemente. Después, perversamente, intenta trasmutar su personalidad confiada, optimista, en otra más convencional y aceptable. Pero ella no se deja moldear. Cuando ella decide por primera vez que lo ama, se siente muy impresionada por su aura fuerte y silenciosa de poder. Ésta la desconcierta y la excita. Su paciencia y mansedumbre son un bálsamo para las emociones enmarañadas de ella, y su corazón late más deprisa con sólo imaginar lo que será compartir una relación íntima, cotidiana, con este hombre afable, silenciosamente alegre, prudente y equilibrado. Entonces ella empieza a sentirse sofocada por todo esto, y trata de inducirlo a arrojar la cautela por la borda. Le hace señas y lo invita a correr con ella en pos de quimeras, a retozar por aromáticos campos de trébol bajo la lluvia estival... circunstancia ésta en la cual descubrirá que él ha traído el paraguas consigo.

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El hombre Capricornio no entiende por qué la chica Aries se divierte tanto montada en un eterno tiovivo. Éste le produce vértigo y nada más. Pero a ella le gusta la música del organillo y la forma en que el viento le agita el cabello. La ariana se preguntará por qué él mantiene el corazón encerrado en un lugar hermético. Él le explicará que es sólo por razones de seguridad. Pero en un corazón no hay nada para robar. Sólo hay cosas para dar.

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Cuando este hombre y esta mujer se separan, es posible que el eco de la música que antaño escucharon juntos los persiga y les recuerde que quizá no perseveraron bastante. Es posible que él no deje entrever la pena que experimenta por haberla perdido, pero las aguas corren a mucha profundidad, y la amargura de la Tierra corre a más profundidad aún. Ella llorará desconsoladamente durante muchos días, ciñéndose a su propia pauta emocional fogosa, pero poco a poco lo olvidará, aunque tal vez siga contemplando el amanecer pensativamente durante muchos años. Ella no le dirá cuánto sufre por dentro... ¿para qué? Es tan frío e indiferente, y apenas la saluda cuando se cruzan en la calle... como aquella vez en la esquina, cuando el tráfico urbano era tan compacto y bullicioso que sólo pudieron intercambiar un ademán. Él ni siquiera sonrió. Pero lo que ella ignora es que en alguna parte, en lo más recóndito de su corazón solitario, posiblemente él piensa cosas que ella sospecha, quizá palabras como éstas... ¿Cuántos años tengo? Tendré 92 la próxima Navidad aunque no confieso ni un día por encima de los 20... incluso después de cortadas y barajadas todas las tarjetas de cumpleaños es difícil calcular.

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He envejecido por lo menos 500 años desde que tropecé contigo; sin embargo vivo creyendo en cuentos de hadas como el de la Princesa y la Rana y aún creo que me deseabas... ¿acaso tengo más o menos tres años? nunca sabrás... cuántos años tengo pero igualmente te diré que nací a la hora en que te conocí... y he muerto hoy. *

Por supuesto, ella no oye las palabras que el corazón de él le recita silenciosamente. Ella rumia sus propios pensamientos, recuerda aquello que él le dijo, al amanecer, mientras caminaban por la playa, junto al océano... cuando él la cogió en sus brazos y le susurró: «Y aquí te quedarás, hasta que sea hora de que te vayas». Entonces ella le preguntó: «¿Cuándo llegará esta hora?». Pero él no contestó. Así que no volvió a preguntárselo. Aries es orgulloso. Recordad el mensaje de las estrellas. Aquellos enamorados que triunfan en la difícil prueba que la influencia vibratoria 4-10 le impone al alma, tienen la bendición de Venus. Y quizá se necesita la intervención del dulce planeta Venus para ablandar dos corazones regidos por los planetas masculinos, Marte

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y Saturno. Venus... v la música... y la poesía... y los recuerdos...

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Las tensiones y los problemas, los malentendidos v la falta de comunicación que deben enfrentar este hombre y esta mujer... son tremendos. Pero las recompensas que reciben por ser pacientes el uno con el otro, y por esperar que los guíe la sabiduría del corazón... son eternas. Ahora ella lamenta no haberse quedado en casa cogiéndole la mano aquella vez que se lesionó la rodilla. ¿Cómo pudo haber sido tan egoísta? Ahora él piensa que tal vez debería haberle propuesto acompañarla, sólo para verla esquiar por una pendiente cubierta de nieve, con la convicción de que le pertenecía. ¿Cómo pudo haber sido tan egoísta? Es mejor prevenir que curar. Pero quizás aún no sea demasiado tarde para decir: «Lo siento». Nunca es demasiado tarde para quienes aman de veras. E incluso cuando el Carnero y la Cabra que antes se amaron están separados... donde fuere... Venus les hace guiños a los dos, v proyecta el mensaje de su brillo sobre la soledad de ambos, con la promesa refulgente de que tal vez habrá un nuevo mañana.

Hombre ARIES M u j er CAPRICORNIO

...desde el principio hasta el fin ella había sido más prudente que él. Por supuesto era una pena; pero lo que el señor Amado hacía, fuera lo que fuere. debía hacerlo en exceso, pues de lo contrario abandonaba al poco tiempo.

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El efecto que se hacen recíprocamente el hombre Aries y la mujer Capricornio depende sobre todo de la edad que ella tiene cuando se encuentran por primera vez. Si ella aún es adolescente, o tiene menos de treinta años, es posible que lo vea como un tipo bastante tosco, autoritario, troglodítico, sin futuro. Y es posible que él la vea como una avinagrada, o por lo menos como una reclusa, rara y con mentalidad de abuela. (Por supuesto, conozco a una chica Cabra que lleva una vida muy disipada, casi hasta llegar al colmo de la disipación pero tiene todos sus otros planetas en Acuario, bajo la influencia negativa de Marte. Aquí nos ocupamos de los tipos de signos solares esencialmente puros.)

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Si se conocen cuando la mujer tiene más de treinta años (cuanto más tarde, mejor), es posible que ella sea muy divertida, y que esté llena de ideas originales acerca de todas las cosas, desde la psicología hasta la ecología, y que tengan mucho más en común. Esto puede inducir al Carnero a pensar que ella es tan impulsiva y despreocupada como él, pero este no será más que otro de sus precipitados juicios arianos. Ella sigue siendo una capricorniana, bajo la férrea influencia de Saturno, y su extravagante garabito de envejecimiento invertido nunca será tan elástico como para destruir o deformar sus criterios básicos de seguridad. Nunca nada modificará el respeto de Capricornio por el éxito y por una sólida cuenta bancaria. Ahora bien, la mayoría de los hombres arianos irradian un potencial de éxito. Éste brilla en sus facciones como la luz de un faro, y se expresa en su andar y sus movimientos agresivos. Pero los Carneros no siempre exhiben una aptitud natural para forjar sólidas cuentas bancarias. Hasta que ellos pasan la barrera de los treinta. (Digamos cincuenta. Mejor aún... sesenta. Al fin y al cabo, con un lapso de vida potencial de trescientos a quinientos años, disponen de mucho tiempo para madurar.) Las chicas Capricornio gravitan por instinto hacia quienes están en la cúspide. Después de todo, alguien tiene que saber quién es quién y qué es qué. ¿Acaso el sentido de responsabilidad es tan censurable? No, pero para los Aries puede ser enervante. Huele a cautela y prudencia, dos palabras que este hombre nunca aprendió siquiera a deletrear, porque tiene una especie de trauma freudiano en relación con ellas. Simbolizan lo que más teme: la represión de su entusiasmo marciano. Por eso es raro que se desarrolle una relación amorosa cuando estos dos se conocen en una situación de trabajo, en la cual, por ejemplo, el Carnero es el jefe y la chica Cabra es la secretaria. Él comprenderá que ella es una perfecta alhaja como secretaria, con un sex appeal cautivante, aunque ligeramente mitigado y controlado. Es una mujer capaz y eficiente, muy divertida (aunque oculta muy bien su humor en las horas de

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trabajo). El hecho de que ella comprenda que es una subordinada, y que las subordinadas deben aprender de sus superiores, halaga su ego marciano. Entonces él descubre (ojalá antes de que sea demasiado tarde), que ella está aprendiendo discretamente todo lo que necesita saber para sustituirlo como jefe. Obviamente, un Carnero así amenazado olvidará su sex appeal y la despedirá en un santiamén. Pero aun entonces, es probable que él siempre la recuerde como una excelente secretaria, si bien su aterradora experiencia lo obligará a agregar una frase atemperante como «furtivamente ambiciosa». Sin embargo, la Cabra y el Carnero pueden formar una pareja interesante cuando no compiten entre sí. No he dicho deslumbrante ni fantástica, sino interesante. A esta altura ya sabéis que el símbolo de Capricornio es la cabra montés. Pero es posible que no sepáis que el símbolo correspondiente de Capricornio en la mitología griega es Jano, el dios de dos caras. Antes de que os forjéis una idea equivocada, dejadme explicar el significado de las dos caras de Jano: una de ellas está vuelta hacia el pasado, la otra hacia el futuro. Para Capricornio, el futuro sólo es importante en la medida en que se relaciona con el pasado. El Carnero no tardará en descubrir que si quiere impresionar a esta chica le conviene tener un árbol genealógico respetable, que se remonte por lo menos cinco o seis generaciones atrás. En cuanto a ella, bueno... una mujer Capricornio no necesita realmente un árbol genealógico. Se podría decir que los capricornianos son sus propios antepasados. Reflexionad sobre esto. Si conocéis a algunas Cabras típicas, entenderéis muy bien lo que quiero decir. A menudo, una chica capricorniana se encontrará implicada en lo que sólo se puede definir como una situación romántica «imposible». Y existe una buena razón para ello. La mujer que se cree, en secreto, una persona imposible, buscará inconscientemente una relación amorosa imposible para justificar la opinión que tiene de sí misma... y para autocastigarse. Eso es precisamente lo que merece, piensa ella. Una relación imposible para una persona imposible. Yo. Pero a menudo esta chica es mucho más tierna y digna de ser amada de lo que ella misma se permite imaginar, y siempre es mucho más atractiva y llamativa, físicamente, de lo que ella cree. Además, tiene la cabeza bien puesta (excepto cuando el Sol o Mercurio está «mal aspectado») y no es caprichosa.

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Al Carnero le toca convencerla de que es una mujer muy deseable. Con su talento para la valoración entusiasta y con su tendencia a colocar a la mujer amada sobre un pedestal de marfil, es posible que consiga sacar con bastante limpieza de su caparazón a la capricorniana tímida o insegura. Aries tiene más posibilidades que la mayoría de los otros signos solares de hacer pasar a la chica Cabra de la subestimación personal a un justo orgullo por su sexualidad femenina. Sin embargo, aunque finalmente logre ejecutar este pequeño milagro, tal vez no consiga cogerla en sus brazos enseguida y para siempre. Queda su familia.

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A menos que sus padres hayan ultrajado de alguna manera el sentimiento de decoro típico de Saturno, dejándole crueles cicatrices, la capricorniana media les es fanáticamente leal. Si su familia no aprueba al Carnero, es posible que ella tampoco lo apruebe. Si sus padres sí lo aprueban, es posible que estén enfermos o en aprietos económicos, y entonces ella pensará que tiene el deber de permanecer a su lado mientras la necesiten, aunque deba sacrificar el amor. Os digo que hay una sola solución para esta obsesión capricorniana por la familia. Ofrecedle llevar a papá y mamá a compartir vuestra vida conyugal, buscad una casa o un apartamento espacioso con muchos dormitorios disponibles... y haced de tripas corazón. De lo contrario, si el Carnero la exhorta a abandonar a sus parientes cuando éstos la necesitan, o a dejarlos lidiando con sus propios problemas, ella se pondrá melancólica, se culpará y tendrá a cada rato sobresaltos de remordimiento. Es desconcertante tratar de hacerle el amor a una mujer que tiene continuamente escalofríos de melancolía y sobresaltos de remordimiento. Sobre todo para un hombre Aries, que necesita y exige, en todo momento, una atención vehemente y concentrada... dirigida hacia él. Si el Carnero estudia con más detenimiento las connotaciones astrológicas de la naturaleza emocional de Saturno, su vida sexual podrá mejorar mucho. A veces, cuando la chica capricorniana luce una máscara de despreocupada indiferencia, ésta puede ocultar las pasiones más torturantes. Si ella reprime las expresiones físicas de afecto, esto-se debe únicamente a que Saturno no cesa de advertirle silenciosamente: Atención. Mucho cuidado. No te dejes engañar por tus sentidos. Éstos no son de fiar y pueden engatusarte. Escuchar esta voz, mientras una arde de deseos de consumar físicamente una atracción emocional y mental, puede acumular frustraciones.... y las frustraciones pueden asumir muchas formas extrañas. En el caso de los capricornianos, puede inducir a llenar el vacío interior con la ambición de poder, con una excesiva seguridad económica... o incluso con colecciones de antigüedades. Algunos se convierten en seres maniáticos y malhumorados, y unos pocos aceptan su destino y simulan creer que la soledad es un signo de perfeccionamiento espiritual. El Carnero valeroso no temerá arrancar la frígida máscara de indiferencia de la Cabra, para dejar al descubierto su pasión oculta. El problema consiste en que el Carnero insensible puede no

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darse cuenta de que se trata sólo de una máscara, puede no adivinar nunca la profundidad de los sentimientos que se ocultan atrás, y puede desistir antes de empezar la lucha. Las llamas de la pasión también pueden congelarse si la mujer Cabra utiliza su capa protectora, elegida por su propia iniciativa, para destruir la confianza del ariano en su pericia de amante. Apenas el intuya que sus actos sexuales no generan en ella una reacción igualmente vehemente, sufrirá el tormento de la inferioridad. Poco importa que su desdicha descanse sobre una falacia, y que en verdad ella anhele devolverle su pasión con igual fogosidad, a pesar de lo cual no puede confiar en sus propios sentimientos y emociones. Es posible que él no tenga la perspicacia necesaria para comprender que ella alimenta el deseo secreto de retribuirle su pasión, y así es como otra relación Aries-Capricornio termina antes de que haya tenido la oportunidad de desarrollarse y convertirse en la profunda experiencia emocional que podría haber sido.

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La regla general, entre estos signos solares, debería consistir en verificar mutuamente sus signos lunares. Si el Sol y la Luna de sus respectivas cartas son armoniosos, el Carnero podrá trasmutar mágicamente el plomo frío y gris de Saturno en los diamantes refulgentes de Marte, mediante la pura alquimia del amor. Pero si al nacer uno de ellos su Luna y su ascendente estaban en mala posición respecto del signo solar del otro, y viceversa, es posible que estos dos deban esperar, y reencontrarse la próxima vez, en una encarnación futura, cuando se hayan corregido algunas configuraciones kármicas. Sin embargo, estas desavenencias recíprocas son raras, y la mayoría de los Carneros y las Cabras pueden conquistar finalmente la armonía, si lo intentan, aunque al principio el sendero haya sido muy escabroso. Siempre es más difícil escalar montañas cuando se empieza, pero a medida que uno se acerca a la cumbre la marcha es más fácil, el aire es más fresco, el Sol es más brillante... y el espíritu brinca de júbilo al aproximarse la materialización del sueño.

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La secuencia lógica de Capricornio nunca puede descarriarse. Por consiguiente, la chica Cabra se ofusca cuando algo inesperado o poco ortodoxo amenaza con desquiciar el plácido statu quo, y es posible que el Carnero provoque involuntariamente estos desquiciamientos. Cuando la capricorniana está ofuscada, puede hacer que el ariano se sienta algo más que un poco tenso. Normalmente esta mujer tiene nervios de acero, ojos de halcón y la paciencia del mismísimo Job. Es posible que el Carnero impaciente se sienta, de alguna manera, por debajo del autocontrol de ella. No debería ser así. Porque ese autocontrol no es más que la cadena que ella emplea para amarrar su espíritu y evitar que se remonte demasiado lejos, donde no habría nadie para sostenerla, si tuviera la mala suerte de caer. Los brazos de él son suficientemente fuertes para sostenerla. Y él es suficientemente persuasivo, suficientemente tesonero, para convencerla de esto... si tiene paciencia. Este hombre corre en pos del amanecer, y se siente agraviado cuando la capricorniana que ama no lo acompaña. Ella es dulce y tierna, y cuando bromea hace sonreír su corazón. Sin embargo, en su talante hay algo que dice: «No te acerques demasiado». ¿Es necesario que la astrología le traduzca este mensaje al ariano inteligente? Lo que ella quiere decir en realidad es: «Deseo que te acerques más, pero temo que lo que ambiciones sólo sea mi estabilidad, que no me necesites realmente a mí... como mujer». Seguramente el Carnero sabrá contestar semejante súplica silenciosa reflejada en los ojos solitarios y mansos de esta chica. Más tarde, ella se aproximará a él, y tal vez no murmurará palabras románticas, pero si él la observa atentamente, verá esa tierna sonrisita secreta capricorniana de hondo placer. Si no mira deprisa, se la perderá. Pero igualmente estará allí, reflejada desde el sol interior... el sol de saberse amada.

Es en verdad un Carnero muy afortunado. Ahora es muy bella, pero Saturno ha prometido hacerla más hermosa a medida que pasan los años. Es posible que gobierne implacablemente sus emociones, pero Saturno nunca viola una promesa. Y ella tampoco. Por fin, el ariano ha encontrado un amor en el que puede confiar, un amor para poseer y retener. Ciertamente esto vale el desafío de combatir con unos pocos dragones de egoísmo... y de redondear sus Soles discordantes en un círculo de comprensión.

 

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TAURO Regido por Júpiter Fuego Mutable – Positivo Símbolos: el Arquero y el Centauro Fuerzas diurnas – Masculino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación TAURO-CAPRICORNIO

Sería un mapa fácil, si eso fuera todo; pero también están el primer día en la escuela, la religión, los padres... los verbos que se construyen con dativo, el día del budín de chocolate, el ponerse los tirantes, decir treinta y tres, los tres peniques por arrancarte tú mismo un diente, y así sucesivamente... ,

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Las deslumbrantes virtudes de la solidez y la fiabilidad circundan al Toro de Tauro y la Cabra de Capricornio con una aureola de certidumbre terrosa y terrenal. Para Tauro y Capricornio, la vida no es íntegramente gris y marrón, ni negra y azul. Pero rara vez encontraréis inútiles colores pastel, amarillos optimistas o rojos extrovertidos en sus halos personales. Cuando estos dos animales se encuentran en el zoológico, el terreno se estremece con las vibraciones del destino. ¿Quién puede saber cuáles son los éxitos que aguardan en el futuro al Toro y la Cabra que comparten los mismos arreos? Ellos lo saben. Tampoco existe ninguna duda acerca del lugar hacia el cual se dirige él (o ella). Hacia la cúspide. En una gran metrópolis o en un pequeño pueblo, hasta la mismísima cúspide: hasta el lugar apacible, tranquilo, donde disfrutarán de comodidad económica, donde estarán aislados de los soñadores que contaminan el aire con ilusiones y fantasías necias y con el seguro fracaso del idealismo equivocado. Los Toros y las Cabras son igualmente modestos y reservados, y ambos utilizan la moderación como una alarma interior, o sistema de seguridad, que les advierte la presencia de cualesquiera emociones descarriadas que podrían producir un cortocircuito en el delicado mecanismo de sus ambiciones. Ahora bien, esto no implica decir que se trata de personas rutinarias, aburridas, sosas, desprovistas de humor e imaginación. (¿Acaso el Tauro Shakespeare era rutinario?) En cuanto a los capricornianos, casi todos ellos tienen algún tipo de talento creativo o artístico. Muchos dibujan tan bien cuando sólo trazan garabatos distraídamente como los profesionales lo hacen cuando trabajan, y algunos se convierten realmente en pintores o escritores de primera. (El novelista Capricornio Henry Miller era ambas cosas.) En cuanto a los Toros, llevan la música en el alma, independientemente del sentido común que les llena la cabeza. Muchos Tauro son cantantes, músicos o compositores famosos. Algunos se limitan a improvisar en el piano, a soplar la armónica o a pellizcar una cítara casera. Casi todos cantan en la ducha cuando están seguros de que nadie los oye. En lo que concierne al humor, Tauro es el auténtico Falstaff, o burlón de la corte, rico en risas guturales y retruécanos graciosos. El hombre o mujer Tauro medio emprenderá espontáneamente un monólogo cómico, en la sala o en el despacho. Las Cabras de Capricornio también poseen un sentido del humor incisivo y jocoso. Sus agudas observaciones sobre la comedia de la vida son sagaces y regocijantes, aunque normalmente formulan sus comentarios con un talante muy serio, lo cual los hace aún más divertidos. Cuando algo estimula realmente a estos individuos, son capaces de urdir historias ingeniosas, saturadas de humor mordaz, que despertarían la envidia de cualquier comediante profesional. Así que ya veis, la combinación de Tauro y Capricornio puede ser cálida y graciosa, además de estable, equilibrada y sólida. Igualmente, no esperéis encontraros con los hermanos Marx. Ambos nacieron bajo un signo de

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Tierra negativo, que no suministra terreno fértil para la frivolidad. Las Cabras y los Toros son divertidos, pero no hilarantes, y no perderán un ápice de dignidad mientras bromean. No encontraréis a muchos de ellos bailando frenéticamente en discotecas bulliciosas. Prefieren pasar una agradable y tranquila velada en casa, mirando películas filmadas durante las vacaciones que pasaron en el Parque Nacional de Yellowstone. Tauro y Capricornio constituyen lo que se conoce por el nombre de «Columna Vertebral de los Estados Unidos».

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Puesto que la suya es una configuración de signos solares 5-9 (véase la parte final de este libro), los campos de pastoreo donde probablemente la Cabra y el Toro encontrarán intereses comunes serán, estadísticamente, los que corresponden al romance, los niños, la religión, los viajes, la educación y el mundo del espectáculo. A partir de allí, tal vez emprenderán una empresa que los unirá en una gloriosa suma de esfuerzos e intenciones (si sus respectivas luminarias están en armonía) o que podrá desembocar en un infructuoso choque de cuernos y un aburrimiento total (si los signos Sol y Luna de sus horóscopos tienen un aspecto desfavorable). Sin embargo, aun en este último caso, siempre pueden utilizar la afinidad natural de todas las vibraciones 5-9 para superar sus contratiempos. Es difícil que dos personas influidas por esta configuración de signos solares estén encolerizadas o enfrentadas durante mucho tiempo. El camino de la reconciliación siempre les resulta fácil de transitar, y visible, cuando desean hallarlo.

Es posible que veáis a uno que otro Capricornio que fuma peyote en un parque, luciendo un tocado de plumas y un collar de abalorios, y burlándose abiertamente de las convenciones sociales, pero si lo veis, podéis estar seguros de que se trata de un alma perdida y solitaria, que se esfuerza desesperadamente por demostrar algo... quién sabe qué. Éstos no son la indumentaria ni el comportamiento naturales del Capricornio normalmente estable y formal, y ciertamente tiene que haber un elemento de ligera neurosis o de insatisfacción con la vida en el humo que se desprende de la pipa de la paz.

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También es posible que tropecéis con un Toro poco común que va al banco conduciendo un llamativo Stingray amarillo y que agita una pandereta rosada mientras hace un fuerte ingreso en efectivo, pero lo más probable es que sólo esté tratando de deslumbrar a la cajera para satisfacer sus anhelos sentimentales típicos de Venus. A la larga es realmente mejor que sepas quién y qué eres, y que seas fiel a la imagen de tu propio signo solar. El Carnero no debe empeñarse en ser dócil y humilde. El Virgo no debe martirizarse tratando de ser negligente e informal. El Toro y la Cabra no deben tratar de ser gitanos delirantes. No les sienta. A menudo le sienta a los Acuario, pero no a éstos dos.

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También es muy improbable que estos dos signos solares se introduzcan juntos en el mundo de las drogas. La mayoría de los Tauro no necesitan realmente el acicate adicional de un estimulante, porque sus sentidos sintonizan nítidamente el entorno. Los Toros pueden olfatear extáticamente, durante horas, un guisante de olor o una zinnia, contemplando su forma y color y aroma... hasta que les pica un abejorro iracundo. En cuanto a los Capricornio típicos, no soñarán con librarse a una distracción ilegal, y menos todavía si ésta puede aplazar o bloquear el ambicioso escalamiento de la montaña, regido por Saturno... o si puede causar escándalo. Las Cabras desean, sobre todo, que sus amigos, parientes .y vecinos, y la sociedad en general, las acepten y respeten. Cuando los científicos se decidan a apartar las narices de sus tubos de ensayo y a investigar seriamente la astrología, encontrarán un porcentaje realmente pequeño de Toros y Cabras en los sanatorios y centros de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos, porcentaje éste que contrastará con el de otros signos solares. Por supuesto, hay excepciones aisladas que confirman la regla, pero son pocas.

Conozco a un joyero capricorniano de Cripple Creek, en Colorado, que se llama Steve y que ha descubierto todos los lugares donde el strawberry grass silvestre (una hierba mística) crece más verde en las colinas situadas detrás de la pequeña comunidad minera. Lo cosecha lo seca, lo baña en oro o lo pinta, y después lo utiliza para montar escenas abstractas del Oeste que vende a los turistas de su «Crucible». Siempre podéis estar seguros de que el capricorniano le encontrará aplicación práctica a todo. Esta Cabra específica utiliza unas patillas recortadas como concesión a la era de Acuario, pero de alguna manera, en

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él, éstas refuerzan su aspecto solemne, «dickensiano», y a pesar de todo no encaja en la imagen del playboy moderno. Hablando de joyas, muchos capricornianos y Tauro comparten con Leo el amor por las piedras y los metales preciosos. A los extravagantes Leo les gusta lucirlas, y cuanto más llamativas mejor. A los Toros les gusta exhumarlas, estimulados, en un sentido creativo, por la emoción del descubrimiento, a medida que excavan las entrañas de la tierra en busca de turquesas, oro, plata o diamantes. A Capricornio le gusta utilizarlas para moldear objetos de arte prácticos, y la Cabra satisface a menudo estas secretas tendencias artísticas mientras pule el bronce y se inclina sobre el mechero Bunsen. Sin embargo, el objetivo final del Toro de Tauro y de la Cabra de Capricornio consiste en encontrar a los vanidosos Leones o Leonas que comprarán sus mercancías, para así ganar dinero que significa S-E-G-U-R-I-D-A-D. Entre paréntesis. Steve Mackin, el joyero capricorniano de Colorado que acabo de mencionar, no siempre compra sus metales a un minero Tauro. Muchos de los materiales que transforma en joyas dignas de un faraón los encuentra... en depósitos de chatarra. ¿Qué lugar puede ser más apropiado para un macho cabrío, que anda merodeando y husmeando? El gran talento de los regidos por Saturno consiste en hallar tesoros ocultos, sepultados entre la basura, las latas abolladas y los vidrios rotos de la vida. Literal y simbólicamente

Los Capricornio se transforman en adultos entre los dos y los tres años de edad. Los Tauro deciden aproximadamente a la misma edad cuál será la magnitud de sus futuros imperios financieros. Así que poco importa si éstos dos son jóvenes o viejos cuando se asocian. Sus objetivos son idénticos. Tanto el Toro como la Cabra conocen la forma de vida del mundo circundante. Son sus mundos interiores los que les causan contratiempos. Ambos desbordan un sentimiento que no quieren dejar traslucir... y ambos experimentan una profunda necesidad de afecto y estima que no se avienen a pedir. De modo que ahí están plantados como dos montañas, el uno junto al otro, ávidos de consuelo y compenetración humanos, y cada uno rechaza tercamente las tímidas insinuaciones de amistad del otro, o sus demostraciones de franco afecto.

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Los niños son personas diminutas que ven y demuestran con sencillez la magia que sus mayores han olvidado al pasar por las experiencias atemperantes de la vida. Como Tauro y Capricornio han permanecido tan poco tiempo en la infancia (pues maduraron a los dos o tres años) no han tenido ocasión de disfrutar de algunos de aquellos trucos mágicos. ¿Cómo compensar aquellos años perdidos de la niñez? Es fácil. Tauro puede decirle a Capricornio: «¡Corramos a darnos un chapuzón desnudos en el arroyo, y el que llegue el último es cola de perro!». Y entonces Capricornio puede contestarle a Tauro: «¡Vayamos al basurero y disparemos algunos fuegos de artificio!». Mientras estén allí, podrán trepar a un manzano, jugar con una rana, olfatear los guisantes de olor y las zinnias, mecerse en un neumático viejo y después... ¡UNO-DOS-TRES-LUZ-VERDE! Ambos vuelven libres a casa.

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Mujer TAURO Hombre CAPRICORNIO ¿Llegarán a tiempo al cuarto de los niños? Si llegan, será maravilloso para ellos, y nosotros soltaremos un suspiro de alivio, pero no habrá historia. Por otro lado, si no llegan a tiempo, prometo solemnemente que al final todo terminará bien. Habrían llegado a tiempo al cuarto de los niños si no hubiera sido porque las estrellitas los observaban...

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Creo que deberíamos dedicar gran parte de esta sección del capítulo Tauro-Capricornio a una lección indispensable para todos los hombres y mujeres de los signos de Tierra. Una lección, sí... pero quizá también una especie de advertencia kármica. ¿Habéis notado alguna vez cómo la gente se olvida de las cosas, y después procura fingir que lo olvidado no era, de todos modos, muy importante? Una mujer Tauro pocas veces recurrirá a esta simulación. No olvida muchas cosas, y para ella todo es importante. Todos los Toros tienen una memoria excepcional. Ciertamente ella no olvidará el día y la hora exactos en que conoció a un hombre Capricornio cuya Luna o ascendente estaba en un signo de Tierra o de Agua al nacer, sobre todo si la Luna o el ascendente de ella estaba en uno de esos mismos elementos cuando nació ella. Si se suma este tipo de armonía luminaria a la configuración de signos solares 5-9, poderosamente compatible, muy pocos Toros y Cabras no captarán instantáneamente el suave arrullo de la futura dicha conjunta. Es como hacer saltar la banca con los últimos céntimos de fe, cuando se han jugado y perdido incontables ensueños, y éste es un triunfo particularmente reconfortante para Tauro y Capricornio, que apuestan tan pocas veces. A lo que fuere. Como los signos de Tierra no hablan mucho sobre sus vidas personales (estos dos amantes nacieron implantados en el elemento Tierra) mucha gente piensa que los únicos que viven la portentosa experiencia del destino entrelazado de las almas gemelas son quienes nacen bajo la influencia de los elementos Fuego, Aire o Agua. No es así. Estas fascinantes citas con el Destino también se producen entre Toros y Cabras (y Vírgenes de Virgo), y los dejan tan hondamente conmovidos como lo están cualesquiera otros terráqueos que han sido transportados a una sensación de asombro trémulo por el descubrimiento de que su encuentro ha sido planeado, y planeado ineludiblemente. Para probar este aserto a todas las mujeres Tauro y los hombres Capricornio que leen su propio capítulo, o a cualesquiera otras parejas curiosas de signos de Tierra, les ofrezco el siguiente ejemplo. Conozco a un hombre Cabra llamado Steve (no el joyero capricorniano que mencioné antes) y a una mujer Tauro llamada Debbie (tampoco se trata de la misma pareja Debbie y Steve a la que me referí en el capítulo Libra-Acuario). El apellido de estas dos personas es Atwell. El capricorniano Steve y la Tauro Debbie Atwell se casaron en otoño de 1977. Al individuo medio le parecerá que Steve y Debbie forman sencillamente un joven matrimonio normal, común, feliz y satisfecho. Ciertamente son felices y están satisfechos, pero su relación ha sido más paranormal que normal, más extraordinaria que común. Desde el momento en que nació cada uno de ellos, se forjó un plan cósmico para hacerlos converger magnéticamente, como les sucede a muchos amantes de la experiencia vibratoria 5-9, cuyos aspectos luminarios y planetarios también son armoniosos. Nunca es fácil convencer a dos personas de signos de Tierra de que su amor —o cualquier otra cosa— está predestinado. Generalmente Tauro y Capricornio sólo creen lo que pueden oír, ver, oler y tocar, tangiblemente. Sin embargo, los ángeles supremos de dos seres cuya unión está cósmicamente programada, son muy tenaces, y nunca cejan en sus esfuerzos hasta que han cumplido la misión estelar. Haced como si vivierais en Venus (regente de Tauro), o en Saturno (regente de Capricornio), observando los hechos siguientes que se desarrollan abajo, en la Tierra. El Capricornio Steve, un bebé Cabra, nace en Woodland Park, Colorado. Aproximadamente en la misma época, la Tauro Bebbie, una bebé Toro, nace en Milwaukee, Wisconsin. (A veces las almas gemelas, como los paracaidistas y astronautas, cometen un error de cálculo y nacen a unos kilómetros del punto estipulado por los astros.) Venus se inquieta, pero Saturno dice sabiamente: aguarda. Pasa un par de décadas, y los amantes crecen, alejados, hasta que el niño y la niña se transforman en un hombre y una mujer. Entonces, en 1967, Venus guía a Steve, el hombre Cabra, hasta Milwaukee, donde Debbie, la mujer Toro, nació y vive... y se dispone a ingresar, allí mismo, en la universidad. Ahora, seguramente, los dos deben encontrarse y leer el sentido de la vida en sus respectivos ojos. Pero no... el adusto y restrictivo viejo Saturno sigue aplazando su unión. Influye sobre los padres de la Tauro Debbie para que se muden, con su hija, en 1969, a

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Woodland Park, Colorado, donde nació la Cabra Steve. Como dos cartas de amor que se cruzan en el correo, ahora el hombre Cabra ha seguido el camino que lleva a la ciudad donde nació su futura esposa... y ella ha seguido el camino que lleva a la ciudad donde nació su futuro marido. Sin embargo aún están tan separados como antes, y la única diferencia consiste en que su separación se ha invertido, desde el punto de vista geográfico. Entonces interviene Venus, resuelta. Con sus delicados poderes de persuasión, en 1971 guía a Steve, el hombre Cabra, de regreso a su lugar natal, o sea a Woodland Park, Colorado, donde Debbie, la mujer Toro, lo aguarda inconscientemente, cada vez más sola, preguntándose acongojada: «¿De qué sirve formular peticiones a las estrellas? Éstas carecen de poder para convertir los deseos en realidad». Debbie se equivoca. Tienen ese poder. Porque Venus ha introducido una variante sagaz. Ha entonado una bella canción en el oído aletargado de Steve, el hombre Cabra, que lo embruja... y lo persuade a aceptar un empleo en la Comisión de Carreteras del condado, donde trabajará a las órdenes del padre Cáncer de Debbie, Les. ¡Seguramente ahora los amantes de la mala estrella habrán de encontrarse! Ay, no... Saturno está dispuesto a imponer la más cruel de sus pruebas kármicas. Después de aplazar el encuentro entre los dos durante casi un año más (cómo habría de saber Steve que su jefe es su futuro suegro?), Saturno influye sobre Steve para que éste parta. La Cabra, cuyos peregrinajes la han acercado tanto al objeto de sus anhelos, escucha la orden de Saturno, se harta de su empleo y renuncia (después de dar el aviso previo como corresponde a Capricornio, desde luego) para aceptar un puesto de leñador, a muchos kilómetros de allí. Esta vez Saturno incluso intenta persuadir a Steve para que se traslade definitivamente a Alaska. Pero lo frustra el libre albedrío de la personalidad superior de la Cabra, confabulada con la Venus de Debbie. Steve lidia con su extraña impaciencia (normalmente, los signos de Tierra no son casi nunca impacientes) y por fin se somete a la melodía que Venus le entona en sueños, por la noche. Regresa a Woodland Park, Colorado, en 1972, y vuelve a trabajar a las órdenes del padre de la Tauro Debbie. ¡La victoria del amor está a la vista!

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No. Aún no. El cauto Saturno ha decretado que los amantes deben esperar tres años más a ciegas, en razón de lo cual Venus derrama lágrimas de frustración, pero después se enjuaga el llanto y empieza a influir sobre los vívidos sueños del padre Cáncer de Debbie, Les (con la ayuda de la regente de él, la romántica y sentimental Luna). Por fin, cuando el tiempo terrenal se acerca a la misteriosa época de la Navidad de 1975. el padre de Debbie, que está conversando con Steve sobre el próximo festejo para los empleados de la Comisión de Carreteras del condado, menciona «casualmente» que a su hija no la entusiasma la idea de asistir porque carece de acompañante (Venus ha organizado esto muy bien), y como Steve tampoco tiene acompañante, se ofrece para llevarla consigo (sabed que las Cabras y los Toros son muy circunspectos en lo que se refiere a las convenciones sociales)... como si tuvieran alguna opción en este drama kármico, que por supuesto no la tienen en absoluto.

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Entonces la madre de Debbie, Pat, invita a Steve a cenar pocos días antes de la fiesta, y él conoce finalmente a la chica Tauro que es su otra mitad. Esa noche Saturno da sólo una última y tibia muestra de rigor al correr un velo sobre los ojos de la Cabra y el Toro, para que éstos no se reconozcan más que como seres comunes que entablan una conversación común en circunstancias comunes. Hasta que llega la velada mágica de Nochebuena, y la fiesta. Ya es hora. Aproximadamente a medianoche, el Toro y la Cabra se miran el uno al otro, al fondo de sus ojos, con los que se sienten súbitamente familiarizados, y comprenden... al tiempo que los arrebata uno de esos trances deslumbrantes de eternidad. Sí, ya es hora. «Nacerán dos... separados por todo el ancho del mundo...», cantan sus mismos ángeles supremos, alegremente y al unísono... mientras billones de estrellitas titilantes gorjean en el espacio... la Luna sonríe, detrás de una única lágrima... incluso el viejo Saturno sonríe... y Venus se tumba sobre una nube mullida, para descansar un rato, exhausta.

Realmente es portentoso contemplar los acontecimientos que se desarrollan abajo, en la Tierra, desde el atalaya de las estrellas... y observar cómo el destino despliega sus alas de oro y plata. Un astrólogo esotérico que hubiera estudiado minuciosamente ambos horóscopos, podría haberles pronosticado aquella inesperada Nochebuena a la Cabra y el Toro, cuando él nació, en Colorado... y cuando ella nació, en Wisconsin. Esto es lo que convierte a la astrología en un arte y una ciencia tan feliz. Porque ninguno de nosotros

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disfruta de un auténtico libre albedrío, en este nivel de conciencia... excepto en lo que concierne a la reacción por la que optamos respecto de los dramas predestinados de la vida. Sólo nuestras personalidades superiores disfrutan de un libre albedrío total sobre el control de los hechos, que podemos alcanzar... tocar fugazmente... únicamente cuando tomamos contacto, y posteriormente nos comunicamos con... el superconsciente. Confío en que este ejemplo veraz avive un poco la sensibilidad esotérica de las mujeres Tauro y los hombres Capricornio de todo el mundo que alimentan esta extraña teoría de que pueden ejercer algún tipo de control sensato, terrenal, sobre su amor —su alfa y su omega--- sin hacer caso de sus sueños, que son la auténtica realidad, y sin escuchar atentamente la sinfonía de las estrellas. La afinidad química natural que existe entre la Cabra y el Toro, como entre todos los amantes influidos por la vibración 5-9, hace pensar que su romance será suave como el terciopelo y estará libre de estática. Pero esto no es necesariamente así. La bienaventuranza de la vibración 5-9 sólo confiere el don de una relación que soporta más tiranteces y tensiones que la mayoría de las otras, en razón de la afinidad mutua de los signos solares. Es posible que las tensiones se resuelvan con más facilidad y menos resentimiento, que los agravios ocasionalmente intercambiados sean menos dolorosos, y que las reconciliaciones sean generalmente más frecuentes y exitosas. Tendrán su cuota de problemas, pero hará falta un conflicto verdaderamente grave para producir una ruptura definitiva entre dos seres agraciados por la configuración de signos solares 5-9, una vez que se hayan comprometido en serio el uno con el otro. Tauro y Capricornio tienen la misma motivación: la seguridad. La seguridad emocional y financiera. A menos que la Luna o ascendente de uno de ellos haya estado en un signo de Aire o Agua a la hora de nacer, éstos carecen normalmente de la imaginación arrebatadora que los poetas y soñadores juzgan indispensable para el romance. Sin embargo, sí comparten una cualidad que es muy necesaria para reforzar cualquier relación humana: la cualidad de la paciencia. Y la paciencia es una virtud que casi siempre engendra, al fin, trillizos: devoción, fe y lealtad, esas tres palabras mágicas que pueden trasmutar una pasión circunstancial, asentada exclusivamente sobre la química, en la emoción más profunda y perdurable del amor. Otro ingrediente que los poetas y soñadores consideran necesario para que florezca un romance duradero es... el sentimentalismo. A primera vista, puede parecer que la chica Tauro no desborda sentimentalismo, pero éste se acumula dentro de ella en cisternas rutilantes, que descubrirá el hombre indicado. No obstante su fachada práctica, el sentimentalismo se refleja claramente en su vehemente apego al hogar, a sus bienes materiales, a sus viejas cartas de amor, a sus hijos y a su marido. Se resistirá tercamente a los grandes cambios, aunque parezca aceptarlos. Tampoco se adaptará fácilmente a las pequeñas modificaciones de los hábitos personales. Pues, ¿qué es el deseo de cambio sino una falta de apego sentimental a lo que ya existe? Por tanto, su resistencia al cambio significa lo opuesto: un exceso de emoción por lo que ya existe, y por lo que ha existido. Y ésta es la cualidad de la que está conformado el sentimentalismo. Muy bien, así que es sentimental. También es benévola. Pero no dócil. Sabe lo que quiere, y procurará conseguirlo, con su conducta tenaz aunque aparentemente parsimoniosa y serena. La mujer Tauro está muy dispuesta a esperar, y a no urgir los resultados prematuramente, rasgo éste que al hombre Capricornio le parece irresistiblemente femenino. Corporiza el súmmum de la sexualidad femenina —la pasividad— que le insinúa a él el sutil misterio de la sumisión a la fuerza masculina dominante. Esto nunca dejará de complacer y «excitar» emocionalmente al capricorniano que siempre es ligeramente machista. Y así es posible que no note que ella tiene la cabeza dura, pues la dulzura de sus modales y su afabilidad lo cautivarán y lo harán verse a sí mismo como si fuera un conquistador viril. Para no hablar de su voz profunda, gangosa, musical... ni de sus curvas enigmáticas, todas bellamente redondeadas donde corresponde, y diseñadas para el mimo. Además, esta dama es generalmente una cocinera estupenda y tiene un maravilloso sentido del humor. A veces puede parecer que estos dos seres se parecen tanto que es imposible distinguirlos. Pero el astrólogo tiene medios para reconocerlos. He aquí uno. La chica Tauro casi nunca quemará sus energías cuidadosamente conservadas para buscar la aclamación pública o la aprobación privada. Cuando ha resuelto que tiene razón en algo, lo único que pide es que la dejen en paz, y que quienes sustentan ideas distintas no la fastidien., Decidle a la mujer Tauro típica que la gente habla mal de ella a sus espaldas, o que alguien no la quiere, y se limitará a encogerse de hombros y a comentar: «Qué me importa. ¿Acaso no se les ocurre nada mejor que vivir mi vida por mí? ¿No tienen sus propias vidas? Deben de ser personas muy frustradas y solitarias». Después seguirá ocupándose de lo suyo, conforme con el respeto que se inspira a sí misma. A la inversa, al hombre Capricornio le preocupan mucho la aclamación pública y la aprobación privada. Secretamente, desea llegar a la cúspide de su meta o ensueño, y asumir luego un puesto de mando, suficientemente alejado de las multitudes vociferantes como para que no lo fastidie ni contamine la conducta

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infantil que observa en torno. Cuanto más calle el hombre Cabra, tanto más estará anhelando interiormente llegar allí... con toda el alma. Decidle que alguien lo desaprueba. y es posible que se encoja de hombros, como la mujer Toro. Incluso es posible que murmure también algo así como «Nada podría importarme menos». Pero íntimamente fruncirá el ceño, y quizás incluso se sentirá tan frustrado que lo atacará un buen dolor de muelas o de estómago, que se golpeará la rótula varias veces por semana, o que se dará un montón de porrazos nerviosos. Intentará mejorar la opinión que tienen de él quienes lo desaprueban, apenas pueda hacerlo sin despertar la sospecha de que esto lo preocupa. El respeto y la admiración de sus compañeros de trabajo, amigos, parientes y vecinos tienen una importancia vital para el hombre Cabra. La mujer Toro también valora las flores del prado que le arrojan, pero a diferencia del hombre Capricornio, no se sentirá abrumada cuando reciba de cuando en cuando la cebolla de la crítica o el fango del chismorreo hostil. Es posible que ella adivine el secreto de él, pero normalmente es tan bondadosa y tiene tanto tacto que no le demostrará que capta el dolor que experimenta cuando los demás no lo valoran cabalmente. Este hombre y esta mujer se intercambian muchas emociones silenciosamente.... tácitamente, sin que por ello sean menos profundos y forjen menos vínculos... utilizando medios de comunicación que el corazón escucha. Es posible que en su realidad sexual recíproca, ella proyecte a veces, inconscientemente, una actitud un poco condescenciente respecto de él. La mujer Tauro está mejor preparada que el hombre Cabra medio para la intimidad de la unión sexual, porque sus sentidos muy desarrollados de la audición, la vista, el olfato, el gusto y el tacto, en todas las áreas de la existencia, también aumentan su capacidad para expresar físicamente su amor, por medios sutiles. Ella tiene asimismo más aptitudes que él para manifestar su afecto mediante palabras y gestos sentimentales (aunque no exagerará), y puede haber algunas circunstancias esporádicas, sobre todo al comienzo, en que el talento superior de ella para la pura sensualidad erótica tal vez hará que el hombre Cabra se sienta en inferioridad de condiciones como amante. Él expresa su amor, físicamente, de manera vehemente y directa, y esto puede determinar que el deseo sexual del capricorniano sea fulminante e incontrolado, y que esté desprovisto de delicadeza. Él tiende a buscar la pasión, sin refinamientos, y aunque no le falta ternura, de cuando en cuando puede parecerle a ella que carece de ésta. Pero la ternura se puede ensefrar cuando está latente, como siempre lo está, en el capricorniano. Quizás esté sepultada bajo toneladas de idiosincrasia práctica, pero se trata de un tesoro que vale la pena exhumar, con perseverancia. Si ella emplea sus grandes reservas de paciencia y dulzura para guiarlo, él se mostrará ansioso por satisfacer, mediante su fusión sexual, todas las necesidades de su compañera, que no son menos intensas que las suyas propias. Al hombre Cabra nunca le resulta fácil expresar sus anhelos más vehementes. La mujer Tauro, cuando obedece a sus instintos, puede ayudarlo a liberar las emociones que experimenta tímidamente, y que tanto desea desahogar.

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Uno de los defectos infortunados de muchos capricornianos regidos por Saturno (de uno y otro sexo) consiste en su tendencia a esperar que el amor sea triste, de alguna manera... en razón de antiguos desencantos románticos. Como sus deseos físicos son tan fuertes como los de cualquier hombre, esto puede inducir a uno que otro capricorniano a separar el sexo del amor, con lo que para él es una tentativa práctica de satisfacer las apetencias carnales del primero, al mismo tiempo que eluden los tormentos del segundo. Como a ella la rige Venus, la mujer Tauro tiene la responsabilidad de enseñarle a su Cabra tímida, graciosa y afectuosa, la verdad eterna, o sea que no es posible desglosar estas necesidades si lo que se desea es satisfacerlas cabalmente a ambas. El sexo sin amor deja el cuerpo frío. El amor sin sexo deja vacía el alma.

De cuando en cuando nos encontramos con un capricorniano que parece estar totalmente compuesto por esos elementos terrenales que son el egoísmo, la frialdad, el espíritu práctico y la ambición. De cuando en cuando nos encontramos con una mujer Tauro que parece estar totalmente compuesta por esos elementos terrenales que son el sentido común, la tozudez, la ambición y el hábito rutinario. Pero en ambos casos, sólo se trata de fachadas que sirven para mantener el amor a distancia, tal como a ellos les gusta. ¿Por qué habrían de exhibir sus corazones o de ofrecerlos en venta al mejor postor? Este hombre y esta mujer valoran tanto su corazón que no pueden arrojarlo despreocupadamente sobre la mesa de subastas del amor. Pero cuando la chica Tauro se acerque para tocarle tiernamente la mano, y para mirarlo al fondo de los ojos, silenciosamente... el hombre Cabra le entregará su corazón, de buen grado. Así como ella le entregará el suyo cuando descubra que él ha adivinado el secreto que guarda más celosamente (tan celosamente como él guarda el suyo): que ella también es una soñadora romántica. Espero que las Cabras y los Toros que están leyendo este capítulo hayan aprendido a no burlarse del Destino y el Hado, sólo porque se trata de fuerzas intangibles, invisibles. La negativa a sintonizar la conciencia superior del propio ser puede determinar que la senda del destino se desvíe en una dirección

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equivocada, desgraciadamente, en algún punto del trayecto. Y. éste es demasiado a menudo el sino de los hombres y mujeres dogmáticos de los signos de Tierra, cuando siguen la ruta que conduce a la dicha. Quizá les resulte útil meditar acerca del poema íntegro que los ángeles supremos de Steve y Debbie les cantaron en aquella mágica Nochebuena, en Colorado... y que Venus encauzó por primera vez, hace mucho tiempo, mediante la sensibilidad de un poeta llamado Rossetti.

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nacerán dos seres... separados por todo el ancho del mundo y hablarán lenguas distintas... y ninguno tendrá idea de la existencia del otro... y no se escucharán y estos dos mismos seres por mares desconocidos, a tierras ignotas, cruzarán escapando de la hecatombe, desafiando la muerte e inconscientemente forjarán cada acto, y desviarán cada paso de su. peregrinación con un único fin... en virtud del cual un día, saliendo de las tinieblas habrán de encontrarse y leerán el sentido de la Vida en sus respectivos ojos y estos dos mismos seres marcharán por algún estrecho sendero de la Vida tan cerca el uno del otro que bastará que uno se vuelva, por poco que sea a izquierda... o a derecha deberán reconocerse, cara a cara y sin embargo...

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con ojos anhelantes, que nunca se encuentran y manos que buscan a tientas y nunca sujetan nada con labios, que invocan en vano, a oídos que nunca oyen se buscan mutuamente durante todas sus jornadas fatigosas y mueren insatisfechos

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... y éste es el Destino

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Hombre TAURO Mujer CAPRICORNIO —No me iré a la cama —había gritado él, como si aún creyera que tenía la última palabra— . No me iré... no me iré... —y entonces entró la señora Darling con su blanco vestido de noche.

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El lado práctico del hombre Tauro reaccionará con entusiasmo (en la medida en que puede entusiasmarse un Toro) frente al lado práctico de la chica de Capricornio. El admirará su autarquía, y lo intrigará su aire de aristocrática y digna circunspección, para no hablar de su serena belleza. A Tauro no le gusta conseguir algo sin esfuerzo. Ni siquiera el amor. Y el amor de esta chica nunca se consigue sin esfuerzo. Como el Toro piensa que nada vale mucho si no debe deslomarse para conquistarlo y conservarlo, la capricorniana le interesará enseguida. El afecto de ella es difícil de ganar, porque no cede su personalidad interior a la ligera, ni rápidamente. Obviamente, entonces, el Toro considera que vale la pena correr en pos de semejante trofeo. Pero es posible que él no reaccione con el mismo fervor y entusiasmo ante su aparente falta de sentimientos. No obstante su fingida indiferencia por las sensibleras declaraciones de amor, Tauro es el más sentimental de los signos solares. No ostenta públicamente su corazón, pero lo tiene puesto donde corresponde, aunque lo lleve muy bien oculto. Late más deprisa cuando él interpreta la canción favorita de ambos, cuando aspira inesperadamente en algún lugar el perfume de ella, o-cuando oye una risa que le recuerda la de su amada. La mujer Cabra no cae rendida como él ante los recuerdos nostálgicos cuando ha terminado el romance, ni ante sus testimonios cotidianos cuando aún perdura. Esto no implica que sea incapaz de experimentar una profunda devoción. En verdad, cuando un hombre le parece digno de su amor sensato y cabal, su lealtad supera la de cualquier otra mujer de la rueda astrológica. También puede ser tierna y divertida y afable y reconfortante, cualidades todas éstas muy bellas y femeninas. Al fin y al cabo, Capricornio es un signo femenino. Pero también es un signo de Tierra negativo —y cardinal, por añadidura—, lo cual significa que ella no admite que un hombre la domine por completo, y que no está dispuesta a sumergirse en sentimientos que podrían embotar su juicio o impulsarla a cometer un error con el que tendría que vivir hasta sus últimas consecuencias. Habréis notado que no he dicho: «un error del que se arrepentirá». Capricornio no pierde tiempo en arrepentimientos, que interpreta como emociones inútiles y sensibleras. Pero se considera obligada a vivir hasta el fin las consecuencias de un acto que no se inspiró en el buen sentido. Éste es el yugo punitivo que Saturno deposita sobre sus hombros cuando se equivoca, para recordarle implacablemente que no debe volver a errar. Para ella, «vivir hasta las últimas consecuencias» implica tomar la medicina en estado puro, sin quejarse. Esta mujer hermosa y femenina es dura como la vieja bota de un buscador de oro, aunque puede alimentar sentimientos exquisitamente tiernos para con los seres más próximos y más queridos, y reúne las condiciones necesarias para ser fiel, si escogió a su compañero con el corazón y la cabeza. Cuando comete un desliz circunstancial y deja que el corazón la gobierne por sí solo, la cabeza tarda en perdonarla. Debe autocastigarse de alguna manera, tal como lo estipula la rígida disciplina de Saturno. Pero no la abruma ese tipo de idealismo en virtud del cual la gente oculta los hechos desagradables tras un velo de evasión sentimental. Ella corrige sus errores y después continúa su marcha pesada, por el sendero escabroso, casi sin mirar hacia atrás. Se trata de una chica inmensamente práctica, dotada de una gran dosis de sentido común. Por ejemplo, pocas capricornianas se convierten en prostitutas callejeras o de lujo, pero su opción tiene poco que ver con la moralidad sentimental. Una vez conversé sobre la prostitución con una mujer Cabra. Ésta desdeñaba a las mujeres que vendían sus favores sexuales en el mercado, no porque tuviera objeciones morales o emocionales, sino porque, según sus palabras textuales: «La profesión tiene tantos intermediarios que la prostituta sale perdiendo en el plano económico, se convierte en una descastada social... y sólo puede trabajar durante un número limitado de años. ¿Qué hará después? Sencillamente no es práctico». Así que volvamos a nuestro primer tema de discusión. El hombre Tauro admirará el sentido común y el espíritu práctico de la capricorniana, porque casan con los suyos, pero probablemente lo sobresaltará (o lesionará) su falta de sentimientos. Esto puede generar en anhelos encontrados: seguir adelante con la relación, o interrumpirla. Pero como su afinidad química es ideal, convendrá que él se trague su sobresalto v su lesión con paciencia (otra cualidad de la que ambos están generosamente dotados) hasta que ella

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tome una de sus decisiones combinadas de la cabeza v el corazón y opte por amarlo casarse con él. Después, ella será probablemente todo lo sentimental que él desea, tanto con su marido como con ambas familias (incluidos los padres y hermanos y hermanas de ella, a los que se adherirá como abrojo). No hay mejor esposa y madre que la capricorniana, cuando ésta se casa con el hombre apropiado. Tal vez al resto del mundo le parezca presumida y fría y un poco trepadora, pero su marido, sus hijos y sus parientes sólo conocerán su ternura y su cariño.

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Probablemente éstos dos no .tendrán problemas graves de celos. Ni el Toro ni la Cabra se sienten tan mortalmente heridos, en lo emocional, por un acto aislado de infidelidad, como podría sentirse un signo de Fuego o de Agua. Estos dos reaccionan más bien como si alguien les hubiera robado un objeto personal valioso. El hombre Tauro se pondrá tan furioso si un intruso le roba el afecto de su esposa como si le robara el auto o el talonario de cheques, respecto de los cuales es más o menos igualmente sentimental. La chica Cabra se pondrá tan fríamente furiosa si una mujer flirtea con su marido Tauro como si sorprendiera a la muy zorra en el momento en que intenta robarle la colcha heredada de su madre o el reloj antiguo de su padre. Cuando comprendáis lo doloroso que les resulta al Toro y la Cabra desprenderse del dinero o de objetos materiales, supongo que podréis decir que la infidelidad los complace tan poco a ellos como a los signos solares más emocionales. Pero ni él ni ella son propensos a arrojar por la borda una relación segura o un matrimonio seguro por un único acto de infidelidad. Los Toros y las Cabras no experimentan muchos deseos de manosear o destruir una situación existente. Las pocas veces que lo hagan, podréis estar seguros de tres cosas: 1) nunca perdonarán, 2) nunca olvidarán, 3) nunca se echarán atrás y volverán a empezar, con esperanzas renovadas en otro comienzo. Lo perdido, perdido está; lo muerto, muerto está. Es posible que los que encuentran retengan, pero los que pierden nunca lloran, cuando son Tauro o Capricornio.

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Aunque no abran las espitas de las lágrimas o la histeria, el rechazo o el fracaso pueden, empero, herirlos profundamente. Sin embargo, ni la Cabra ni el Toro lloriquearán delante de vecinos entrometidos. Cavilarán en privado, con amarga melancolía, hasta que finalmente, al cabo de semanas, o meses, o años de aflicción interior, resolverán que no es práctico seguir penando por la leche derramada. Entonces se animarán un poco. Como ésta en una configuración de signos solares 5-9, hará falta una catástrofe realmente descomunal para romper un vínculo que han consolidado conjuntamente con intenciones sinceras.

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Desde el punto de vista sexual, están firme y cómodamente apareados, porque la relación física es casi siempre —no siempre pero sí casi siempre— más satisfactoria cuando el hombre es Tauro y la mujer es Capricornio que cuando se invierten los papeles. Él es un amante plácidamente sensual, lleno de destreza erótica para avivar las pasiones de ella, y sin embargo también capaz de expresarse con un sincero afecto que se combina con el tipo de respeto por el sexo (y por la feminidad) que ella reclama. Ella no pretende largas horas de romanticismo preliminar y de susurros sentimentales antes de consumar la unión física. Tampoco le pedirá a su amante o marido que pase otras muchas horas murmurando zalemas letárgicas una vez satisfecha la pasión de su amor. La sensación natural y silenciosa de contigüidad que sigue a la unión sexual la deja conforme y colmada. ¿Para qué más? No es extraño que esta mujer esté en condiciones de seducir al Toro con más éxito que una mujer llameante de un signo de Fuego (que podría espantarlo) o que una dama versátil de un signo de Aire (que podría producirle confusión). Sin embargo, es posible que el Toro sentimental necesite más de cinco minutos para demostrarle su devoción a ella. Como la capricorniana no es más propensa a eludir sus responsabilidades conyugales o amorosas que cualquier otro tipo de deber, casi siempre reaccionará maravillosamente; procurará acomodarse al ritmo más parsimonioso con que Tauro hace el amor, y se convertirán en amantes dichosamente románticos, además de sexuales... de modo que cuando lleguen a sus bodas de oro, toda su relación sexualamorosa estará cohesionada en una encantadora y tierna unidad. Tal vez una que otra mujer Capricornio intentará separar el sexo del amor, movida por los amargos recuerdos de una desventura juvenil. Es posible que el Toro haya adoptado la misma política, inconscientemente, y por la misma razón. (Tanto las Cabras como los Toros tienen una memoria excepcional.) Pero juntos podrán enseñarse recíprocamente que estas dos necesidades se compaginan muy bien, y ella rescatará, merced a la ternura de él, los ensueños y la inocencia infantiles que perdió como consecuencia de la maduración prematura que experimentan todos los capricornianos... en tanto que él olvidará gradualmente sus recuerdos dolorosos de antaño, a medida que ella los sustituya afablemente con las imágenes tiernas y amorosas que recordará mañana. La entrega del Tauro típico a su familia es bastante inusitada, y esto es bueno, porque así le resultará más

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fácil tolerar la obsesión de la chica Cabra por la de ella. La devoción de Capricornio. por los lazos familiares se puede resumir sucintamente con el poema de Milne: James James Morrison Morrison Weatherby George Dupres cuidaba mucho de su madre aunque años sólo tenía tres.

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Estos versos describen muy bien a los regidos por Saturno, tanto si la Cabra es hombre como si es mujer. En este último caso bastará cambiar el nombre por el de Jane Jane Morrison Morrison Weatherby Elizabeth Dupres, y saber que ella, también, «cuidaba mucho de su madre, aunque años sólo tenía tres». Y esto no es todo. También cuidará mucho de su familia cuando tenga más de cien años y sus padres estén llegando a la meta de los doscientos. A menos que una experiencia juvenil, traumática y trágica, les haya dejado una neurosis de amargo rechazo, estos dos y sus respectivas familias nunca pasarán las fiestas a solas, y siempre tendrán las habitaciones de huéspedes atestadas. El Toro aprobará de buen talante la actitud de su chica Cabra respecto de los parientes de él y de ella, a menos que su madre, la del hombre, sea Cáncer (o que la Luna o el ascendente de él esté en Cáncer), porque entonces la situación podría tornarse un poco escabrosa. Podría producirse desde un ligero temblor emocional, de cuando en cuando, hasta un terremoto en gran escala, en determinadas ocasiones.

La madre Cáncer es muy posesiva, y la esposa Capricornio, también. (Los celos y el espíritu posesivo no son lo mismo.) Semejante situación puede hacer que la chica Cabra se sienta tironeada desde ambos lados, hasta que opte por dar cornadas (en sentido figurado) en una dirección o en otra. Pero el Toro también tiene cuernos, y es justo advertirle a la capricorniana que es muy poco probable que los vuelva contra su mamaíta. Para una mujer Capricornio —o para un Toro con la Luna o el ascendente en Cáncer— el hecho de verse forzada o forzado a elegir entre el amor y los vínculos familiares equivale a sufrir los horrores de una cámara de tortura oriental estilo Tchen.

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La Cabra y el Toro son buenos el uno para el otro, en muchos sentidos. Al cabo de un tiempo Tauro y Capricornio pueden llegar a estar tan íntimamente sintonizados, merced a sus años de convivencia, que incluso se leen recíprocamente los pensamientos. ÉL: ¿Te gustaría...? ELLA: Sí, siempre que podamos llegar a tiempo para la primera película. ¿Quieres que...? ÉL: No, no los llames. Prefiero que vayamos solos. Recuerda... ELLA: ... nuestro primer aniversario, cuando no teníamos dinero para ir a ninguna parte, así que nos quedamos en casa, y...

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ÉL: De todas maneras te pusiste tu vestido blanco de noche, y yo... ELLA: ... me derramaste el zumo de pomelo encima, y yo... ÉL: Y tú te reíste. La mayoría de las mujeres se habrían echado a llorar. Entonces yo... ELLA: Entonces tú dijiste que estabas satisfecho de mí... ÉL: ¿No te parece que ésa fue...? ELLA: ¿Una frase tonta y sentimental? Sí, pero nunca la he olvidado. ¡Mira la hora! Si no nos damos prisa nos perderemos la primera película. ¿Tú...? ÉL: ¿Quieres saber si todavía tengo ganas de ir? No. Quedémonos en casa esta noche y... ELLA: SÍ.

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GÉMINIS

CAPRICORNIO

Aire - Mutable - Positivo Regido por Mercurio Símbolo: los Gemelos Fuerzas diurnas Masculino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación GÉMINIS-CAPRICORNIO El rugido reverberó por las montañas y los ecos parecieron gritar ferozmente: «¿Dónde están, dónde están, dónde están?»

«¿Qué se proponen estos Géminis? ¿Qué posición ocupan? ¿Dónde están?», grita el Capricornio sinceramente desconcertado, mientras procura tratar con los Gemelos. «No están en ninguna parte — responde el astrólogo—. No están en ninguna parte y sin embargo están en todas. Es difícil de explicar, si no se toma en cuenta que cada Géminis es por lo menos dos personas.»

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¿Creéis por casualidad que una Cabra va a aceptar una respuesta tan obtusa? Imposible. Es demasiado efímera, demasiado abstracta para suministrar una solución práctica al problema. Así que no ensayéis la astrología con los capricornianos cuyas vidas son desplazadas de la órbita de la rutina fija por las extravagancias de un par de Gemelos ocultos dentro de un Géminis. Será inútil. No sé con exactitud qué es lo que sí dará resultado, pero esto será inútil. Podéis tratar de explicarle a Capricornio que Géminis es un signo de Aire, y que en consecuencia las personas regidas por Mercurio se parecen mucho al viento. El viento es invisible, pero fuerte. Puede ser amigo o enemigo. Es más o menos neutral (como Suiza). A veces arrancará de cuajo edificios enteros. A veces, no. El viento es imprevisible, y Géminis, también. El viento es libre e impredecible, y es imposible adivinar en qué dirección soplará. Ésta es una pregunta que sólo formulan los necios, y por tanto cualquier astrólogo que intente contestarla será un necio. Igualmente, todo esto no impresionará a la Cabra, que, después de todos vuestros afanes, seguirá preguntando en qué dirección sopla este viento (o bufido) específico. Decidle que hacia el Norte. Sopla hacia el Norte. Y después olvidadlo. Aunque el viento emocional de Géminis estuviera soplando hacia el sur, el este o el oeste en el momento de la discusión, podéis estar seguros de que al cabo de un par de horas soplará hacia el norte. ¿Veis? Estos problemas siempre se pueden solucionar, con buena voluntad. El taciturno Capricornio no admitirá la facundia de Géminis si ésta prolifera demasiado. Aunque a la mayoría de las Cabras les gusta escuchar indirectamente chismorreos sobre los famosos (los que han triunfado, aunque sólo sea en sus propias comunidades), pocas veces se inclinan a participar personalmente en ellos. (En los chismorreos, quiero decir. Siempre están dispuestos a participar en la fama.) Para Saturno, el regente de Capricornio, la prudencia es el comienzo de la sabiduría, para hablar como para actuar. Simbólicamente, Saturno es el planeta de la sabiduría ganada mediante largas pruebas de iniciación en muchas encarnaciones, y es tradicionalmente el regente de la cultura hebrea. También es el regente de los exasperantes empleadores y los abuelos mandones, y de todos los usufructuarios de la autoridad, incluido el Gobierno: de todas esas personas e instituciones que disfrutan cuando dicen «NO». «Categóricamente NO» (por vuestro propio bien, claro está). «Sí» es una palabra extranjera para la Cabra típica. A los capricornianos incluso les resulta difícil pronunciarla, y algunos la sustituyen por otras como «okey»

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y «eso supongo». Incluso conozco a una Cabra de Colorado que reemplaza el sí por la palabra «Iupiii» (pronunciada con mucha suavidad)... hábito este inexplicable pero no por ello menos típico. De modo que a Capricornio no le gusta decir SÍ. Creo que esto tiene algo que ver con la seguridad pecuniaria o financiera. Para Capricornio, «no» es una sílaba de la palabra «economía», y «sí» es una sílaba de la palabra «asilo». Algo por el estilo.

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Ésta es una configuración de signos solares 6-8, lo cual significa que Capricornio atraerá a Géminis por una razón relacionada con el misterio, la muerte, el sexo, la reencarnación, la hipnosis, la psiquiatría... o con alguna distorsión de la mente, incluidas las drogas. Uno de estos elementos estará implicado sutil o inconscientemente. A la inversa, la Cabra siempre encontrará una aplicación útil a los Gemelos, y a menudo Géminis terminará sirviendo de alguna manera al ligeramente egoísta Capricornio. En la relación aflorará una forma u otra de altruismo, ya sea en el ámbito del grupo familiar, de los negocios, de la amistad o del amor. Pero al fin y al cabo alguien debe sacrificarse cuando dos personas tienen caracteres esencialmente tan distintos. Los capricornianos se visten a la antigua, con refinada elegancia, y esta aureola ilustre no es más que el medio apropiado para irradiar la sabiduría y pericia de Saturno adquiridas mediante la experiencia. Las actitudes de algunas Cabras también huelen a naftalina. La mayoría de los capricornianos desprecian los muebles modernos, y prefieren lo tradicional, lo viejo, lo perdurable. Dejad que los Géminis se ciñan al pensamiento moderno y decoren sus hogares con plásticos y cromados refulgentes. Capricornio piensa que lo verificado y auténtico es lo más sensato. Nadie puede discutir la superioridad de la artesanía. Yo no la discutiría, desde luego. Pero Géminis tal vez sí. Los regidos por Mercurio pueden argumentar en defensa de cualquier punto débil y hacerlo pasar por razonable o viable. Excepto en una discusión con la Cabra. Los capricornianos rara vez son víctimas de la persuasión geminiana. Oh, puede suceder, pero cuando sucede, muy de cuando en cuando, las Cabras descubren enseguida la manipulación mental, intuyen que los dados psicológicos que emplean contra ellos están cargados, y se repliegan, resueltos a no dejarse pillar dos veces con la defensa baja.

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En los capricornianos hay algo más que una pizca de la magnificencia y serenidad de la Naturaleza, y tienen un reflejo del porte majestuoso de la cabra montés. Todo esto atrae lógicamente al inquieto Géminis, que busca el reposo espiritual con más desesperación de la que jamás habrá de demostrar o confesar. El hombre, la mujer o el niño capricorniano, circunspecto pero bondadoso y afable, puede suministrar una base de seguridad emocional, estable, serena y racional, que a los Gemelos les resulta al mismo tiempo reconfortante y necesaria: un lugar donde plegar las alas entre un vuelo y otro. La vida se desplaza tan velozmente para los Géminis, que a menudo se convierte en un borrón alarmante, y a veces necesitan apaciguar su frenesí interior. Capricornio parece ser casi un morador del sosiego, de los bosques verdes y silenciosos, y puede aportar muchos momentos de tranquilidad a los Gemelos que se detienen a descansar un poco. Junto a Capricornio, Géminis puede estudiar las formas de la vida y el amor, ciñéndose a la marcha Más parsimoniosa de Saturno.

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Capricornio también puede aprender de Géminis. Éste, inocentemente egocéntrico, independiente y curioso en el plano intelectual, tiene la aptitud mágica de internarse temporalmente en todos los libros que ha leído, en todas las películas que ha visto, en todas las sinfonías que ha escuchado, y de moverse en ese mundo llamado imaginario con tanta naturalidad y soltura como si estuviera en su reino natal. Por consiguiente, los Gemelos pueden darles a las Cabras una valiosa lección acerca de la forma de ser algo más que un visitante en los mundos de la literatura, la música y el arte... pues es en estos mundos quiméricos donde ellos viven. Géminis sólo vuelve a esta Tierra por una obligación kármica, para reingresar en una prisión de carne después de una larga temporada de ensoñación en otros niveles de conciencia. Capricornio se beneficia de ello, porque a la Cabra le resulta muy difícil comprender la realidad de cualquier otro lugar que no sea la Tierra. Capricornio está muy arraigado en ella, es muy práctico y terrenal, tanto en el nivel consciente como en el inconsciente. Por supuesto, hay unos pocos capricornianos cuyas imaginaciones centellean durante una tormenta de verano, cuyos espíritus se maravillan y deambulan en una noche serena y poblada de estrellas, que exhiben un travieso sentido del humor, que entienden de psicometría, de OVNIS, de telepatía... y de los misteriosos portentos de la Gran Pirámide. Pero la Cabra más típica no pierde el tiempo cavilando sobre cosas que no se pueden desmontar y volver a armar mediante el uso de un plano. Cuando los capricornianos vuelan, hacen

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sus reservas con tiempo, para mayor seguridad. Cuando viajan en auto, llevan consigo un mapa de carreteras, para no equivocarse. Pero no hay planos ni mapas para guiar al viajero astral. Para viajar fuera del cuerpo, por mundos situados más allá de los sentidos materiales o físicos, no se necesitan reservas... sólo fe. Hay que admitir que cuando Géminis investiga otros mundos, no actúa necesariamente motivado por la fe o la sed espiritual. Lo que motiva generalmente a los Gemelos es la simple curiosidad, esa misma que mató al gato del cuento pero que no parece ser fatal para los pájaros de Mercurio. Una cantidad sorprendente de capricornianos satisfacen el apetito de su alma mediante el sistema, aprobado por Saturno, de consagrarse al arte. A veces lo coleccionan, lo disfrutan, se convierten en mecenas, o pintan, bosquejan o dibujan personalmente. Algunos se convierten en actores profesionales o dramaturgos. Unos pocos se dedican a alguna variante de la música. Pero independientemente de lo que es o hace, la Cabra mantiene ambos pies sólidamente plantados en la tierra firme, ¿y hasta dónde puedes mecerte en una estrella con ambos pies apoyados en el suelo? Hay que estirarse un poco para entrar en otras galaxias. De todas maneras, cualquier actividad creativa, de cualquier tipo que sea, es afín a la conciencia embrionaria de que existe algo más allá de los cinco sentidos, con el atisbo de un sexto, incluso de un séptimo... y otro más. ,Los antiguos afirmaban que Saturno es un planeta de siete dimensiones. Nosotros vivimos nuestra existencia en la tercera dimensión, mientras que el tiempo mismo, él ahora eterno, como sabía Einstein, es la cuarta dimensión. Seguramente la séptima debe contener una sabiduría más sublime incluso que la que puede contemplar Géminis. Pero Saturno guarda bien su secreto, con la habitual discreción y el habitual silencio propios de Capricornio.

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Los capricornianos tienden a ser circunspectos. Los Géminis son conversadores natos y naturales. ¿Cuál de los dos tiene razón? Los dos... cada uno a su manera, siempre que ninguno impida que el otro haga lo suyo. Cuando se trata de estos dos signos solares, «hacer lo suyo» es una cosa rara. Pero el diccionario da varias definiciones de «raro». Por un lado, es sinónimo de «extraño», y por otro, se emplea en expresiones como «de rara perfección, de rara hermosura», con el significado de «extraordinario».

Mujer GÉMINIS Hombre CAPRICORNIO

...la isla los estaba aguardando. Sólo es así como se pueden divisar esas costas mágicas. —Ahí está —dijo Peter serenamente. —¿Dónde, dónde? —Donde apuntan todas las flechas.

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Ya sea que ambos permanezcan poco o mucho tiempo juntos, el hombre Capricornio nunca conseguirá entender por qué la chica Géminis no atina a ver claramente lo que para él es muy obvio: las consecuencias de la palabra y la acción, que son, inevitablemente, la recompensa o el castigo. La ley de Newton en virtud de la cual «Toda acción produce una reacción», le parece patente. ¿Por qué ella no la ve también? Desde la perspectiva de ella, el error de él consiste en interpretar el mundo material como una realidad... y la imaginación como un pasatiempo independiente, entretenido. La mente de ella está atareada, sondeando, disecando, buscando, calculando y deambulando montada en el viento, todo al mismo tiempo, lo cual puede determinar que dos mundos se fusionen en uno: el mundo «real» y el mundo de la imaginación, de las posibilidades. Las respuestas que esta actitud mercurial provoca en la Cabra son múltiples y consecutivas. Al principio, reacciona con excitación. Después de un tiempo, la excitación se transforma en aprensión. Nada de lo que ella dice y hace tiene sentido para él, desde un punto de vista lógico, práctico. Finalmente, su aprensión se troca en severidad, y entonces él se desconecta. Una vez que Capricornio ha decidido que un tema no es digno de discusión, ya basta. Puede ser brusco, cortante y duro. «No hablaremos más de esto. El tema está agotado.» Para la chica Géminis un tema nunca está totalmente agotado. Siempre se presta a nuevas discusiones, a

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nuevos enfoques. Sin embargo, no obstante su gran simpatía, le resultará difícil reencauzar a la Cabra, cuando ésta se ha desconectado.

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La circunstancial actividad frenética de Géminis puede parecerle frívola a Capricornio. Ella exhibe una aparente falta de apego en su compromiso con la vida. Pero él encontrará suficientes causas para admirarla cuando estudie la forma asombrosa en que funciona su mente, desatando nudos con la mayor facilidad y hallando sin esfuerzo la solución de problemas intrincados. Y. por lo menos al principio, ella respetará su sabiduría, totalmente distinta de su propio intelecto y sagacidad vertiginosos. Esto tenderá entre los dos un vínculo de anhelo, que puede ser al mismo tiempo purificador y vigorizante. Sin embargo, después de un tiempo, es posible que las diferencias esenciales de sus respectivas naturalezas asuman una mayor visibilidad. Capricornio tiene una cierta seriedad que puede deprimirla, y en la idiosincrasia de ella hay una curiosa versatilidad que puede ofuscarlo. A menudo sus temperamentos, personalidades, caracteres y motivaciones están separados por grandes distancias.

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Tomemos sus respectivas familias. Si él es un Capricornio típico, está muy ligado a mamá, papá, la tía, el tío Hymie... y una legión de primos. No, no me olvidé de los hermanos. ¿Cómo podría olvidarlos, cuando están tan presentes? Cuando no están presentes, él habla de ellos. Si ella es una Géminis típica, tal vez quiera sinceramente a sus familiares, e incluso es posible que sea afectuosa con ellos, pero de una manera etérea, informal. No se siente tan apegada a los lazos familiares como la Cabra. Ella marcha por sus múltiples caminos, ellos marchan por los suyos, y si los unos y los otros se cruzan de cuando en cuando... ¡estupendo! Si ella no se deja sofocar por sus propios parientes, obviamente no le regocijará que los de él anden rondando siempre por allí y sean el tema principal de conversación, aun cuando estén ausentes. Sumemos a esto su actitud respecto del dinero. Les gusta a ambos. Ninguno de los dos tiene nada contra el dinero. Pero ella lo utiliza para repartirlo en torno, para gastarlo y disfrutarlo. Él lo usa como una especie de sedante. Mientras sabe que está en el banco, puede distenderse y respirar con tranquilidad, confiado en la certidumbre de que es un ciudadano cabal, al que no pueden ocurrirle desastres financieros imprevisibles. Capricornio opina, respecto del dinero, lo mismo que el rey de los yacimientos de oro Winfield Scott Stratton pensaba acerca del metal precioso: el lugar más seguro para guardarlo está bajo tierra. A juicio de Capricornio, el lugar más seguro para guardar dinero es el banco. La mujer Géminis no entiende para qué sirve dejarlo dormir allí, sin hacer nada, cuando es posible gastarlo. Intereses, querida. Rinde intereses. Entonces es posible que ella exclame, con uno de sus súbitos arranques mercuriales: «Pero sólo sirve para multiplicar el dinero, que se queda durmiendo allí, sin hacer nada». ¿Por qué dice «sin hacer nada»? ¿Acaso no trabaja? Y además le produce a él una sensación de paz espiritual. A ella le produce una crisis de frustración. Cuando el hombre Capricornio está ofuscado, enfadado o disgustado, se enfurruña, adopta un comportamiento silencioso y hosco. Y cuando ella se encuentra en el mismo estado, puede ser cáustica, amarga y sarcástica. Los estados de él son de colores marrón oscuro, índigo, negro y azul, pero también son, hasta cierto punto, predecibles. Los de ella nunca lo son. En determinado momento puede ser tan plácidamente regocijante como una brisa primaveral, y un momento después tan destructiva como un tornado. Al principio puede ser incansablemente activa, y luego pasiva y taciturna. Sonríe, y sus ojos expresivos irradian un encanto mercurial. Fascinante. Una arruga surge de la nada y le atraviesa la frente. Ahora le brota una lágrima en la comisura del ojo. Le tiemblan los labios. Es bella cuando está triste. De pronto sé le ocurre una idea alegre, se incorpora de un salto, le echa los brazos al cuello y le estampa un beso en la nariz. Sus humores versátiles son tan fugaces como los de Campanilla de Cobre: pura fantasía frívola, como una mariposa, y después lógica y concisa, sucesivamente, en rápida progresión... primero profundamente intelectual, y después totalmente abstracta, casi mística. Pero su ensoñación no dura mucho. Géminis tiene demasiados elementos de escepticismo nato para ser auténticamente mística.

De cuando en cuando, tropezamos con un capricorniano al que le encanta resolver misterios y descifrar enigmas, y esta Cabra seguirá a las Gemelas por los senderos y atajos retorcidos y tortuosos de Mercurio con abrumadora fascinación. Ella se parece a las piezas multicolores y dispersas de un rompecabezas, a la espera de que alguien las ensamble. Además, es delicada y femenina, tiene una risa alegre, y luce bien, cogida de su brazo. A los capricornianos les gusta tener una mujer de esas que uno puede exhibir con orgullo delante de los demás. El hecho de conquistar el amor de una criatura tan excitante es en verdad un logro, un triunfo nada despreciable, y los regidos por Saturno son muy aficionados a los logros y los triunfos. La Cabra debe trepar. Los capricornianos disfrutan del paisaje que se contempla desde la cima de la montaña. Les agrada que los admiren y los respeten. Ostentar una esposa o amante Géminis (en el caso de él probablemente se tratará de

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una esposa), que es varias mujeres a la vez, y todas ellas seductoras, hermosas, talentosas, espabiladas y femeninas, es algo que despertará la envidia de los hombres menos afortunados. Pero deberá recordar el consejo astrológico en virtud del cual, no obstante su deliciosa feminidad, ella tiene una mente masculina. Esto es algo que le harán recordar en más de una ocasión. Hay capricornianos que esporádicamente brincan al bailar jubilosamente, sobre todo en la edad madura, cuando tratan de recuperar lo que nunca descubrieron en la juventud, o lo que no buscaron por timidez, o lo que no disfrutaron porque estaban demasiado atareados triunfando y trabajando... así como hay Cabras de movimiento más rápido, más verborrágicas, más descuidadas que cautelosas. Pero éstas son decididamente excepciones a la regla de Saturno. La mayoría de las Cabras son modelos de circunspección. En verdad, inicialmente sus proposiciones románticas son tan trémulas y cautelosas, tan lentas y deliberadas, que al principio ella inclina la cabeza a un costado, como si estuviera escuchando un susurro. Probablemente él estará vestido con ropas discretas y de buen gusto, le sonreirá con una expresión peculiarmente atractiva, perezosa, y su dulzura y su estabilidad apaciguadora estarán combinadas en las dosis justas para intrigarla y hacerle pensar que este hombre sí que la entenderá y no se enfadará con ella. Él parece dichoso de complacerla, conmovedoramente agradecido de tener una mujer a quien contentar. Lo regocija estar enamorado, y ella intuye que se trata de un hombre que no será infiel a sus juramentos, una vez comprometido. Es a esta altura, infortunadamente, cuando es posible que empiece a ponerse nerviosa. Se trata del efecto de la palabra «comprometido». A Géminis no le gustan ni las insinuaciones de compromiso. Si el amor es auténtico, durará. Preferiría que sea así, por supuesto, pero a ella no le agrada firmar contratos a largo plazo en cuestiones de romance. Hay que dejar que éste se desarrolle solo. Si resulta una relación eterna, ¡estupendo! Pero pedir garantías —pretender garantías— no concuerda con la forma en que Géminis juega el juego. En el aspecto físico, es posible que se sorprendan el uno al otro al intercambiar una comprensión instintiva de anhelos mutuos. El sexo no es, para ninguno de los dos, algo afín a las llamas ardientes de la pasión incontrolable. Tanto Capricornio como Géminis buscan la unión sexual como un medio para alcanzar el sosiego y la comodidad. Normalmente, no tendrán demasiadas exigencias emocionales el uno con el otro. Sin embargo, en algunas ocasiones esporádicas él necesitará hacer un despliegue físico, juguetón y afectuoso, de grandes abrazos y cosas parecidas, pero no encontrará en ella la reacción apetecida... la mujer Géminis necesitará palabras de amor, expresiones verbales destinadas a estimularla para emprender el acto sexual, y no las escuchará.

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Exceptuando estas áreas de posible descontento y ligera frustración, los dos podrán compartir sexualmente su amor con placentera compatibilidad. Como la vibración 6-8 influye fuertemente sobre su convivencia, es posible que el sexo sea un factor dominante, o por lo menos muy importante, en su relación, y posiblemente él la habrá magnetizado al comienzo con un fuerte atractivo físico, que es difícil que se disipe mientras permanezcan juntos. Y es probable que, para sorpresa de amigos y parientes, permanezcan juntos definitivamente, sobre todo si existe una conjunción o un aspecto sextil o trígono Sol-Luna entre sus respectivos horóscopos. Aun sin esta ayuda planetaria, es probable que sigan siendo amigos después de separarse. Esto no les sucede a todas las parejas de la vibración 6-8, pero es muy probable que sí les suceda a las Gemelas y la Cabra. El amor se las apaña para derretir el hielo del corazón regido por Saturno. Hay algo en este hombre, una vez derretido, que la hará estremecerse de anhelo ante la imagen de absoluta adecuación que proyecta cuando está con ella: la promesa de alcanzar el colmo de la dicha mediante su relación. Es posible que más tarde ella piense que la Cabra no ha cumplido su promesa tácita, a medida que la vida empieza a parecerle monótona a la mujer Géminis, que se siente encadenada a la existencia un poco mundana, pero segura, de Capricornio. Igualmente, ella no debería olvidar que entre todos los amantes y maridos él es el candidato con más probabilidades de ser excitante en la tercera edad, de rejuvenecer, de tornarse más libre (más parecido a ella) a medida que envejece. Si ella espera, es posible que aquella promesa de adecuación se cumpla, al fin y al cabo. Géminis es impaciente y no le gusta esperar. Pero debería hacer el esfuerzo, porque si lo hace, las recompensas valdrán la pena, y es posible que ella descubra junto con él un gran secreto: que en la interrupción del movimiento inquieto se puede hallar la forma y la configuración auténticas del amor, y se puede revelar su belleza más íntima. Y la belleza es lo que busca desde que era niña su corazón escindido. Paciencia. Cuando se trata de este hombre, la palabra clave es: «paciencia». Ella debe cultivarla. Es posible que una chica Géminis enamorada de una Cabra lea esto y se pregunte por qué habrían de

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necesitar semejante consejo. Son tan felices... en este preciso momento. Bueno, no se le enseña a nadar a una persona que se está ahogando. Se le enseña anticipadamente... por si acaso. Una vez más, Gemelas, la palabra clave es PACIENCIA.

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—Atrás, señora, no permitiré que nadie me atrape y me convierta en hombre... Ella tuvo que decírselo. —Soy mayor, Peter. Tengo muchos más de veinte. Crecí hace mucho tiempo. —¡Me prometiste que no lo harías! —No pude evitarlo.

La mujer Capricornio no puede evitar ser más sensata de lo que le corresponde por su edad, así como el hombre Géminis no puede evitar ser de cuando en cuando un chiquillo irresponsable. En nuestra sociedad, hasta hace muy poco tiempo, se suponía que el hombre debía ser el fuerte, el maduro y el práctico. La gente esperaba, en cambio, que la mujer fuera inconstante, un poco imprevisible e indefensa. Ahora que los grupos de Liberación Femenina hacen repicar fuertemente en nuestros oídos las campanas de la Nueva Era, podemos permitir que él sea circunstancialmente sensible, versátil y frívolo... y que ella sea estable y sensata. Pero antes del despuntar de la era de Acuario, habrían estado condenados.

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Es una suerte para la Cabra y los Gemelos que finalmente le hayan reconocido a ella el derecho a ser práctica e inteligente, al mismo tiempo que le han reconocido a él el derecho a soñar despierto, ocasionalmente, e incluso a sollozar cuando lo conmueve la belleza. Es una suerte para todos nosotros, pero especialmente para estos dos. Ya es bastante complicado lidiar con sus diferencias de personalidad... ¿qué falta hace un problema adicional como lo es el de tratar de acomodarse las imágenes predeterminadas y prejuiciosas que alguien se ha forjado acerca del hombre y la mujer? A Géminis y Capricornio no les hace ninguna falta. Ya están bastante atareados con el complejo pasatiempo de capturar la armonía de la compatibilidad entre sus dos naturalezas divergentes. El sexo de estos dos signos solares es el que debe ser, a primera vista. El signo de ella es femenino, el de él es masculino. Esto es, bueno... no es tan sencillo. Claro que Capricornio es un signo femenino, pero lo rige el viejo Saturno, que es francamente masculino, hasta las últimas consecuencias. Y Géminis es un signo masculino, pero lo rige el taimado Mercurio, el Gran Simulador, un planeta famoso por su afición a engañar, capaz de trocarse de masculino en femenino, y luego nuevamente en masculino, en el lapso que dura el guiño de una luciérnaga. O sea muy rápidamente. ¿Alguna vez intentasteis medir con un cronómetro cuánto dura el guiño de una luciérnaga? Así que tendrán problemas. No insuperables, pero sí fastidiosos, de vez en cuando. Quizá sería más correcto definirlos como frustrantes. Tal vez en algunos momentos él la acusará de ser insensible e incomprensiva, y en otros ella lo acusará de ser veleidoso y emocionalmente inmaduro. En cierto sentido, ella es lo que la acusan de ser... así como, hasta cierto punto, él posee esos otros rasgos. Sin embargo, la mujer Capricornio también puede ser afectuosa, leal, y un verdadero arco iris crepitante de humor cuando siente que pisa tierra y no las arenas movedizas del cambio constante, que pueden abrirse y devorarla. (Todas las Cabras tienen un miedo subliminal a los terremotos.) Así como el hombre Géminis puede irradiar una verdad más refulgente que la que ella imagina, siempre que le concedan la libertad de expresión que necesita, y que no lo acosen con recelos, con predicciones deprimentes del futuro... y con reproches. Las críticas y la severidad emocional nunca sacarán a relucir lo mejor de los Gemelos. La mantis religiosa es un insecto extraño, en la medida en que la hembra devora a menudo la cabeza del macho durante el acoplamiento. Él lo ha leído en alguna parte (los Géminis lo han leído todo), y se siente personalmente como un mantis cuando la mujer que ama insiste en devorarle su confianza en sí mismo con una desaprobación rígida, implacable, al mismo tiempo que le jura amor. Tal vez sea ella la que deba manejar el dinero en la familia. Es probable que la familia exista, eventualmente, si ella puede hacer valer su opinión. Es raro que Capricornio se preste para interludios románticos de

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naturaleza temporal. Generalmente deja bien sentadas las intenciones para el futuro antes de especular o retozar. Pero volvamos al dinero y a la probabilidad de que ella sea la más indicada para controlar el presupuesto. No es que él no sea rápido y sagaz con los números... a veces demasiado rápido y sagaz. La mayoría de los Géminis pueden hacer que una computadora se ponga verde de envidia.

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Pero ocurre que ella tiene la virtud de gastarlo con más prudencia, de invertirlo con más sensatez, y disfruta de una especie de toque mágico para incrementar cada vez más el saldo bancario, en tanto que él posee la virtud de reducirlo cada vez más. (A menos, por supuesto, que la Luna o el ascendente de él esté en Virgo, Tauro, Capricornio o Cáncer.) Es curioso que la astrología —para no hablar de los amigos y parientes— sostenga a menudo que estos dos signos solares son emocionalmente fríos. Ella, en razón de que está sometida a la helada regencia y la severa influencia de Saturno. Él, en razón de que pertenece al elemento Aire siempre un poco desapegado. Pero, sin embargo, ella es capaz de manifestar un amor terrenal, incluso apasionado, a pesar de que Saturno ejerce un control de hierro sobre sus emociones y la exhorta constantemente a no desahogarlas mientras no esté segura de que la relación es genuina y tiene posibilidades de hacerse permanente. En cuanto a él, aún no ha aprendido, en el sentido espiritual, el auténtico éxtasis del amor... ni su angustia. No ha experimentado, en el plano esotérico y kármico, su verdadera profundidad. Sin embargo, lo anhela con un tipo especial de excitación, ¿y acaso el anhelo no es también mágico? Lo es, y la búsqueda entusiasta que él emprende puede hacer que los sueños de ella se disparen, mientras la variante sosegada del amor capricorniano ilumina, como la llama estable de una vela, el camino para esa búsqueda, y le suministra un refugio reconfortante durante los períodos en que se encuentra dudando de sí mismo. A veces la mujer capricorniana puede ser tan buena, tan perfecta, tan fiable, que el hombre Géminis no sabe qué hacer con ella. Él se siente atrapado en la prisión, de esa misma estabilidad emocional, inexplicablemente, como si la devoción de ella fuera una afrenta... pero sólo porque él sospecha que no está en condiciones de emularla, lo cual lo asusta y lo aflige, simultáneamente. Y por tanto es posible que a él le fastidie secretamente la fiabilidad de su afecto, y que huya, quizá, fugazmente, para volver luego a disfrutar de éste. He aquí otra faceta de su confusión gemela en asuntos del corazón.

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En razón de sus proclividades (y aversiones) naturales, es posible que su relación sexual no sea siempre un volcán en erupción. Sin embargo, curiosamente, es posible que satisfaga el deseo de ambos en lo que concierne al acto del amor físico, a saber, que éste sea reconfortante y cariñoso, pero no devorador. Incluso durante sus momentos de mayor intimidad, él necesita sentirse independiente y libre. Ella también, aunque parezca raro. Dado el firme control que Saturno ejerce sobre ella, es improbable que la capricorniana se entregue a la pasión con alguien, íntegra y totalmente. Tampoco el hombre Géminis, que es, en el fondo, dos hombres. Uno observa la asociación emocional mientras se mantiene distante de ella, y el otro experimenta. Así es como aprende el signo solar Géminis, en el nivel de conciencia de Mercurio. Igualmente es posible que esta mujer lo atraiga físicamente, sin que él consiga explicar cómo. Para él, Capricornio representa la octava casa astrológica del misterio sexual, así como los secretos más recónditos de la vida y la muerte. La chica Cabra típica vive en un mundo sereno, tradicional, de actividad práctica, donde la sensatez es reina. El vive en un mundo encantado, poblado por una miríada de fantasías, bullente de actividad mental, donde la curiosidad es rey. Puede ser un experimento encantador y una experiencia beneficiosa que cada uno visite el mundo del otro, de cuando en cuando, no para criticarlo y encontrarle defectos, sino tal como uno visita un reino lejano, para disfrutar de su exotismo y su belleza, aunque satisfecho de poder volver después al entorno familiar. Si viajan mucho él será más feliz. Ella no lo será tanto (a menos que su Luna o ascendente esté también en Géminis, o en Aries, Leo, Sagitario o Piscis). Esta no es una mujer capaz de levantar una tienda y tomarla por hogar. En razón de su proceso de maduración invertida —un don de Saturno— a medida que envejezca se hará más andariega, y es posible que la mención o la idea de un viaje la excite, le suavice la mirada y le levante el espíritu... mientras esté segura de que el viaje o excursión la traerá finalmente de regreso a casa. Aunque hay un grupo de profesionales capricornianas, ésta sigue siendo una dama que se siente esencialmente más dichosa cuando está junto al fuego de la chimenea, como un grillo, que cuando lleva la vida de una nómada o gitana. El hombre Géminis tampoco es enemigo de sentarse y soñar frente a la lumbre, excepto cuando lo atacan periódicamente sus ansias trashumantes, sin aviso previo. Puede desempeñar durante meses o años el papel

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del perfecto hombre de familia, y entonces, ¡zas!, sopla una brisa primaveral, o incluso un viento invernal, que los arrastra a él y a sus ensueños a una nueva aventura, aunque sólo se trata de un viaje a una ciudad vecina, donde puede perderse durante unos pocos días para volver a reencontrarse consigo mismo. Tal como sucede en muchas configuraciones de signos solares 6-8, es probable que éstos dos se hayan conocido sólo cuando alguien los presentó o los reunió de alguna manera. Es raro que Géminis y Capricornio graviten el uno hacia el otro magnéticamente, por su propia iniciativa, a menos que el Sol de ella haya estado en aspecto trígono con la Luna de él a la hora del nacimiento, o viceversa, o ambas cosas. Sin embargo, una vez que se ven, empieza a actuar entre ellos la vibración 6-8, cuya intensidad aumenta sistemáticamente. El hombre Géminis puede ser muy locuaz, pero a menudo sólo emplea su cháchara como camuflaje. Piensa que de todos modos la gente nunca creería la verdad desnuda. Ésta es demasiado obvia. Y por eso la disfraza. Sé que esto es desconcertante, pero casi todo lo es, en Géminis. Un poco de esto y otro poco de aquello. Tomemos por ejemplo al Géminis Bert Lance, ex director de la Oficina de Administración y Presupuesto del gobierno Carter, al que lo obligaron a renunciar en medio de un escándalo relacionado con sus anteriores actividades bancarias objetables. En un discurso pronunciado en la convención de la American Bankers Association, en Florida, poco después de su renuncia, uno de los miembros de la institución afirmó coléricamente que «Bert Lance ha hecho por la actividad bancaria lo que el estrangulador de Boston hizo por el vendedor a domicilio».

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En cambio, hay decenas de banqueros respetables de todo el país que siguen admirando y defendiendo tenazmente al Géminis Lance, no por razones personales ni en retribución de favores recibidos, sino sólo porque piensan sinceramente que su comportamiento profesional fue siempre imaginativo, creativo, valeroso y totalmente acorde con los sanos principios de la actividad bancaria. Obviamente analizan a dos hombres distintos. Bert Lance. Y su Gemelo, Bert Lance. Los Géminis nunca tienen personalidades simples. Tomad a Henry Kissinger. Tomad a Errol Flynn. Tomad a Brigham Young. Tomad a estos seis hombres Géminis... ¿y con qué os encontráis? Con imágenes dobles, que reflejan todas las facetas del sol y la sombra... que despiertan desdén, odio, envidia, desaprobación, temor reverente, admiración, respeto y amor. Esto es lo que le espera a la Cabra con los Gemelos que tiene por amante o marido. La verdad mercurial de los Gemelos siempre se puede observar desde dos puntos de vista opuestos. Pero Capricornio es proclive a la honestidad absoluta, lo cual deja poco o ningún margen para una verdad de dos caras. Es posible que Géminis intuya que la actitud de la Cabra es demasiado severa, porque la continuidad de la libre circulación de las ideas de él depende de que, de cuando en cuando, queden puertas abiertas para la interpretación individual. El no sabe de dónde provienen sus ideas, pero éstas no se interrumpen nunca, y son la esencia de su ser. Sofocar su libertad de pensamiento y de expresión no es la forma de amarlo.

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Ella querrá que él busque una profesión o carrera con perspectivas futuras, y con un razonable beneficio económico presente, y probablemente insistirá en que, tarde o temprano, compren su propia vivienda. El capricorniano no es partidario de los edificios de apartamentos o los condominios que parecen hormigueros. El no necesita en verdad este tipo de seguridad, porque normalmente Géminis no aspira a echar raíces. Es más feliz con un millón de dólares en papel moneda y cien en el banco que con cien dólares en papel moneda y un millón en el banco. La primera situación es más estimulante. Ella piensa exactamente lo contrario. Géminis siente que sus ideas y su imaginación son sus bienes más negociables. No entiende, realmente no entiende. y quizá no entenderá nunca, ese tipo de seguridad que necesita ella. Incluso el hombre Géminis con un signo lunar o ascendente Virgo, Cáncer o Capricornio, más cauteloso, invertirá un día, súbitamente, sin aviso previo, todo su saldo bancario, en una nueva idea, o en un nuevo sueño, objetivo o proyecto que afloró en su cabeza. (En una de sus cabezas.) Si su relación empieza a resquebrajarse, a la chica Cabra no le resultará fácil desprenderse de él. Cuando una mujer Capricornio se entrega por completo a un hombre, le cuesta mucho recuperar lo que dio. Ella no puede cambiar tan fácilmente como él. Cuando ama, se propone que eso sea definitivo. Pero siempre y cuando decida que lo «definitivo» ha entrado en un callejón sin salida, generalmente no habrá escenas histéricas de llanto y acusación, ni excesivas demostraciones emocionales. Sencillamente dará media vuelta, ocultará sus lágrimas, se alejará y no volverá. Ningún signo solar puede ser tan poco sentimental (superficialmente) como Capricornio, cuando es necesario practicar una amputación emocional y no hay otra solución viable. Pero... mientras se aleja, su tierno corazón se estará desintegrando, y su martirio será tanto más doloroso cuanto que

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lo retiene dentro, y lo soporta sola. El hombre Géminis exclama, como Whittier: «¡Cuán poco he obtenido... qué descomunal es lo inasequible!», y después llora por las experiencias perdidas, por las oportunidades derrochadas, por las posibilidades arrojadas por la borda... por el amor no correspondido, mal encarrilado, o que uno dejó perder en la nada. Sin embargo, enseguida aflorará la sonrisa triangular y la carcajada fluctuante de Mercurio. ¡El mañana es un nuevo día deslumbrante, promisorio! ¿Quién sabe qué le puede reservar? Tal vez... sí, tal vez... incluso la reconciliación... la disculpa de su tímida chica Cabra, y la oportunidad de volver a probar, tratando esta vez con más ternura el corazón de ella. Si su relación amorosa o matrimonio caducara, la capricorniana tardará más en sonreír, y en cuanto a la posibilidad de que el mañana sea más deslumbrante... bueno, para su abatido espíritu de Saturno el mañana parece estar a un billón de años luz de distancia. Ésta es la razón por la cual ella pondrá más empeño en salvar su relación. Con la ayuda de Saturno, ella puede edificar un amor suficientemente fuerte como para resistir los tornados esporádicos de la desavenencia.

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CÁNCER

CAPRICORNIO

Agua - Cardinal Negativo Regido por la Luna Símbolo: el Cangrejo Fuerzas nocturnas Femenino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación CÁNCER-CAPRICORNIO

Fran las preguntas más corrientes: « ¿Qué color tenían los ojos de mamá? ¿Quién era más alto, papá o mamá? ... (A) Escriba una composición de no menos de cuarenta palabras sobre "Cómo pasé mis últimas vacaciones", o "Comparación entre los caracteres de papá y mamá"... 1) Describa la risa de mamá; 2) ... la risa de papá; 3) ... el vestido de fiesta de mamá...». Entre paréntesis, todas las preguntas estaban escritas en tiempo pretérito.

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Como les sucede a todos los terráqueos de la configuración de signos solares 7-7, entre el Cangrejo y la Cabra existe una distancia de ciento ochenta grados en la rueda kármica de la vida. En astrología —y en verdad, también en astronomía y matemáticas— ciento ochenta grados son un semicírculo o una oposición. Ahora bien, en el contacto humano, una oposición de signos solares no ha de ser necesariamente negativa. A menudo lo es, pero no necesariamente. ¿Todos los Cangrejos y Cabras quieren hacer el favor de leer varias veces esta última oración? Una oposición indica que dos fuerzas opuestas están «en guerra». En este caso, dichas fuerzas son las de la Luna y Saturno, regentes, respectivamente, de Cáncer y Capricornio. Es difícil imaginar dos elementos más distantes que la Luna y Saturno. Entre otras cosas, la Luna (Cáncer) representa los sueños, el cambio, el movimiento o el viaje, los recuerdos, las reflexiones, la suavidad y la dependencia. Entre otras cosas Saturno (Capricornio) representa las realidades, la estabilidad, la cautela, la espera, el tesón, la dureza y la autarquía. Como en todas las otras combinaciones de la vibración 7-7, Cáncer y Capricornio deberán elegir más tarde o más temprano (esperemos que sea más temprano) cuál de estas fuerzas opuestas, que consisten en lo lunar y lo saturnino, predominará en su asociación... o de lo contrario la asociación misma se convertirá en un campo de batalla sobre el cual se cruzarán indefinidamente cañonazos simbólicos. Por tanto, el Cangrejo y la Cabra deben resolver si su relación será regida por la Luna o Saturno, aunque aún podrán preferir que sea regida individualmente por la Luna y Saturno: ambos... y por partes iguales. Comprendo que todo esto parece tremendamente complicado. Nadie afirmó jamás que una vibración 7-7 es fácil de componer armoniosamente. Pero mi bisabuela acostumbraba a decir que «nada que se gane con facilidad es realmente valioso». ¿Todos los Cangrejos y Cabras quieren tener la gentileza de leer esta oración varias veces, también? En todo tipo de oposición existe una posibilidad deseable, a saber, que los opuestos se complementen. Cada uno tiene lo que el otro anhela, necesita, quiere, desea, y en consecuencia está secretamente ansioso por conseguir. Formaos una imagen mental de esto, si os parece. Dos personas, cada una de las cuales tiene lo que la otra desea. Si ninguna de las dos es egoísta, si ambas son generosas, si se dan la una a la otra y comparten equitativamente... ¿cómo podrían ser más felices? Es bastante agradable ser el «geniecillo mágico» del prójimo, y que este prójimo sea también nuestro geniecillo, al mismo tiempo, y que satisfaga todas nuestras necesidades, mientras nosotros satisfacemos las suyas. Lo mismo sucede con todas las polaridades de la Tierra. Tomad el termómetro. Tenéis lo caliente y tenéis lo frío. Cuando se encuentran en el medio tenéis lo tibio, la temperatura de la primavera eterna. ¡Qué bella idea! Y esto es precisamente lo que puede ocurrir

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cuando el invierno (Saturno) y el verano (la Luna) se encuentran a mitad de camino. Sí, Cáncer simboliza la etapa intermedia del verano, así como Géminis simboliza el fin de la primavera y el comienzo del verano, Leo simboliza el verano en flor... y Virgo simboliza el veranillo de San Martín. Este concepto estacional de los signos solares está cabalmente explicado en «Los doce misterios del amor», en el comienzo de este libro. Pero quizá sea importante recordarles nuevamente aquí al Cangrejo y la Cabra... que Capricornio significa el invierno y el Cangrejo significa la etapa intermedia del verano. No obstante la oposición entre sus signos solares y sus regentes lunar-saturninos, y sumado al hecho de que los matices complementarios de los opuestos son un refuerzo para su asociación, tenemos que Cáncer y Capricornio tienen ciertos puntos en común, y que en estos contextos sus semejanzas son tan grandes como lo son sus diferencias en muchos otros. Tanto las diferencias como las similitudes son notablemente pronunciadas en esta vibración 7-7 específica. Ambos nacieron bajo las fuerzas nocturnas negativo-femeninas, lo cual significa que cada uno tiene un núcleo interior blando y se las apaña bastante bien para ocultar esta blandura, y significa, también, que los sentimientos y emociones de los dos están implantados a mucha profundidad. También son los dos cardinales, y por ende tanto a Cáncer como a Capricornio les gusta mandar. La Cabra prefiere mandar discretamente. Asimismo, el Cangrejo tiende a mandar sutilmente, de modo que la motivación compartida de liderazgo puede estar oculta cuando se encuentran por primera vez. No permanecerá mucho tiempo oculta. Es difícil que una asociación contenga dos líderes de idéntica estatura. Por tanto, alguien tendrá que ceder un poco. Lo más probable es que sea el Cangrejo. Sin embargo, a las personas dotadas de conocimientos de astrología les resulta divertido contemplarlos durante un tiempo desde lejos. Imaginaos, si podéis, a dos «líderes» que intentan conducirse recíprocamente y con gran discreción, sin dejar que el otro se dé cuenta de que lo están conduciendo. Gradualmente, cada uno descubre la intención de mando del otro, aunque esté sagazmente disimulada, y entonces empieza la batalla silenciosa, pero vehemente y tenaz, por la supremacía. En verdad, el espectáculo es tan fascinante como una película... más fascinante que la mayoría de las películas que se han filmado recientemente en Hollywood. (Tema para meditar: Gerald Ford es un Cangrejo; Richard Nixon, una Cabra.) A lo largo de todos estos movimientos estratégicos cuidadosamente programados, al Cangrejo le convendrá recordar que la Cabra tiene reputación de pisar firmemente... y a la Cabra le convendrá recordar que el Cangrejo siempre da uno o dos pasos de soslayo o hacia atrás antes de avanzar rectamente. Será una emocionante lucha de voluntades. No habrá tanta fanfarria como en las oposiciones entre los elementos Fuego y Aire de otras configuraciones de signos solares 7-7 (Cáncer es Agua, Capricornio es Tierra), pero las competiciones silenciosas y tenaces pueden tener más suspenso. Algunos rasgos del Cangrejo y la Cabra no son parecidos ni diferentes, sino que sencillamente se apuntalan los unos a los otros. Por ejemplo, a Cáncer le gusta la comodidad y la seguridad en grandes dosis. Capricornio es vehementemente ambicioso, y como la ambición es uno de los caminos más rápidos para llegar a todas las formas de comodidad y seguridad, este factor puede mantenerlos unidos, y también puede atraerlos recíprocamente al comienzo. Ambos están apegados al ayer: los regidos por la Luna porque les gusta la historia en general y porque además experimentan una especie de nostalgia personal, y la Cabra porque las experiencias del pasado nos enseñan mucho, a lo cual se suma una pizca de culto a los héroes. (En realidad, Capricornio admira por igual a los triunfadores del pasado y el presente, pero los héroes y heroínas de antaño tienen más encanto.) También comparten un fuerte apego a la lumbre familiar y a los parientes. Cáncer se inclina por la afinidad a lo maternal, y Capricornio se inclina por la afinidad a lo maternal y lo paternal, y a todo el árbol genealógico, sobre todo si de una de sus ramas cuelga un escudo de nobleza. Algunas Cabras son francamente snobs en lo que concierne a la fama y el prestigio. y están obsesionadas por el status. Esto es difícil de adivinar detrás de la sonrisa tímida y los modales afables típicos de Capricornio, pero no por ello es menos real No es raro encontrar a la asociación del Cangrejo y la Cabra implicada en la renovación de lugares históricos, en la colocación de piedras fundamentales, en la promoción de un movimiento encaminado a fundar un museo, en la confección de libros de historia, en la edificación de imperios comerciales, en la recolección de antigüedades, o activamente consagrada a la política local o nacional. Ésta es una pareja que encontramos a menudo en las librerías (como propietarios, desde luego) y sobre todo en los bancos (en la junta de directores). Individualmente, el Cangrejo puede sentirse atraído hacia las actividades marítimas, próximas al agua, en tanto que la Cabra tiende a escalar la más alta montaña de éxitos que se levanta en el entorno. Los capricornianos abundan en el negocio de joyería y de chatarra. Las Cabras, veréis, tienen un raro sistema para encontrar algo práctico, algo de valor, ya sea entre los diamantes o entre las piezas herrumbrosas de un auto viejo. Curiosamente, también están bien sintonizados con el arte, una de las pocas experiencias

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estéticas que los atraen. Pero el Capricornio típico no consagra su tiempo al arte pop, como el representado por las latas de tomates y los tubos de dentífrico de Andy Warhol. Para el capricorniano, el arte debe ser concreto y sustancial. Miguel Angel, Leonardo, Rembrandt... éstos son artistas. Picasso y Dalí bromean, ¿no es verdad? El arte, como todo lo demás en la vida, es un asunto serio para los regidos por Saturno. Los Cáncer imaginativos, aunque estimulados por otras motivaciones, también valoran la belleza de los buenos cuadros y obras de arte, incluida la música, y por consiguiente muchas de las personas que veis desfilando por las galerías metropolitanas y asistiendo a conciertos son Cangrejos y Cabras. Las mismas reglas se aplican a Cáncer y Capricornio en la infancia. Ambos sobresalen en la clase de historia, y tanto Capricornio como el Cangrejo empezarán a cortar el césped o a distribuir periódicos desde muy jóvenes para acumular dinero que almacenarán en los cajones de los calcetines. Muchos capricornianos son un poco fríos y recelosos por naturaleza, gracias a la influencia adusta de Saturno, y el Cáncer compasivo y sensible puede suministrarle a la Cabra un bálsamo curativo de amor y comprensión. La devoción de Cáncer al hogar y la familia complacerá a Capricornio, que es igualmente leal a los vínculos familiares. A menos que uno de ellos, o ambos, hayan nacido con la Luna o el ascendente en el elemento Aire o Fuego, estos dos nunca quemarán billetes de un dólar por diversión. Muy pocos Cáncer y Capricornio, o ninguno, recurren a la caridad pública o utilizan bonos canjeables por alimentos. No sólo son sagaces en cuestiones económicas, sino que también comparten una ética puritana del trabajo bastante severa. Sustentan los mismos sentimientos en cuestiones de dinero. A ambos les gusta acumular pilas y pilas de billetes, y prefieren ahorrarlo en lugar de gastarlo. Si hay dos personas que deben meditar sobre lo que dijo el poeta Khalil Gibran respecto del trabajo con fines de lucro, éstas son Cáncer y Capricornio. Se beneficiarían muchísimo si intentaran comprender que el hombre debe «trabajar con amor» o que es mejor que se siente en el atrio del templo y «reciba limosnas de quienes así trabajan... porque el pan horneado sin amor es un pan amargo, que sólo satisface la mitad del apetito del hombre». A primera vista, estas palabras sobresaltarán al Cangrejo y la Cabra. ¿Trabajar por amor? La gente trabaja por dinero, no por amor. Si por casualidad a una persona también le gusta su trabajo, tanto mejor, pero el factor primordial es la compensación económica. ¿no es verdad? No, no lo es. El factor primordial es trabajar con amor, y el rendimiento económico es secundario. En esto reside el problema. No se trata de que los regidos por la Luna y los regidos por Saturno no entiendan la artesanía y el trabajo realizado con el corazón, además de las manos. Es una cuestión de prioridades. Y sobre estos dos recae el deber de hacer un gran esfuerzo por modificarlas. Uno de los detalles más deliciosos de la unión entre estos dos seres innegablemente divergentes, que son el Cangrejo y la Cabra, consiste en que el capricorniano exteriormente controlado y adusto, pero interiormente afable y solitario, puede evadirse de su seriedad mediante el humor jovial y refrescante de las criaturas lunares. La risa de Cáncer es contagiosa, irresistible. El sentido del ridículo del Cangrejo tiene algo que hace aflorar un alegre centelleo en los ojos de la Cabra. Cáncer hace payasadas, Capricornio sonríe. Y el impasible corazón de Capricornio, tristemente aprisionado durante gran parte del tiempo por las emociones disciplinadas, empieza a entibiarse, y después a latir más rápidamente. Pocas personas adivinan la verdadera magnitud de los anhelos de la Cabra por evadirse de las restricciones invisibles de Saturno, porque estos anhelos también —incluso diría especialmente— están sujetos a un rígido control. La sonrisa comprensiva de una criatura lunar, que sabe muy bien lo que significa estar solo, puede abrirle a Capricornio la puerta de un mundo nuevo y más radiante. En cuanto a Cáncer (a menos que sus luminarias estén en un aspecto negativo), el Cangrejo experimenta desde el primer momento esta poderosa atracción magnética de sus Soles opuestos. En el aula o en la oficina, en el círculo familiar, en el círculo de amigos, o dentro del círculo eterno del amor, la anhelante criatura lunar buscará un hogar seguro, protegido por la fuerte cabra montés.

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Mujer CÁNCER Hombre CAPRICORNIO —Ah, viejecita —le dijo Peter a Wendy en un aparte, entibiándose junto al fuego y mirando cómo ella zurcía un talón—, lo mejor de la tarde es el momento en que concluye la faena y tú y yo descansamos junto al fuego en compañía de los pequeños. —¿Es encantador, verdad, Peter? —respondió Wendy, muy complacida—. Peter, creo que Curly tiene tu nariz. —Michael se parece a ti.

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Cuando una chica Cáncer se siente atraída por un hombre capricorniano (o por cualquier otro hombre), piensa en las tres M. Alimenta tres sueños, mientras arroja monedas en todos los pozos de los deseos que encuentra en su trayecto. Tiene tres objetivos en su cabecita dura como un caparazón de cangrejo. El orden de importancia puede variar para cada chica Cangrejo, pero a todas las mujeres Cáncer las consume una de las seis variaciones de las tres M, que son las siguientes: matrimonio - maternidad - moneda maternidad moneda - matrimonio moneda - matrimonio maternidad matrimonio - moneda - maternidad maternidad - matrimonio - moneda moneda maternidad - matrimonio

Éstos, con sus seis variaciones de prioridades, son los objetivos de la mujer Cangrejo.

Las necesidades de esta mujer son ligeramente distintas de sus objetivos. Sus necesidades son las tres S, cuyo orden de importancia no varía para la doncella lunar. Todas contribuyen en igual medida a su paz espiritual:

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solidaridad - serenidad - seguridad

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Una de las características más enternecedoras de la doncella lunar consiste en que, aunque necesita y busca afanosamente las tres S en toda relación, y aunque sus objetivos son siempre las tres M, está dispuesta a brindarle a cambio a su hombre una mullida cuna de bienestar emocional. Puede ser la más comprensiva, afectuosa, leal y protectora de las mujeres. En sus momentos de mejor comportamiento, la mujer Cáncer es muy apegada... y mejor aún, también es dúctil y paciente, y ciertamente es una excelente compañera para el hombre capricorniano. La mujer Tauro es paciente, pero no muy dúctil. La mujer Géminis es dúctil, pero no muy paciente. La mujer Cáncer posee estos dos rasgos admirables. En cuanto al apego, muchas mujeres están apegadas a los hombres que aman, pero ninguna tanto como ésta. La Cabra, que valora tanto la lumbre del hogar, se sentirá especialmente regocijado por la profunda afición que esta mujer siente por la «familia». Como Capricornio rige al pueblo judío, y todas las mujeres Cáncer son «madres judías» (sean madres o no), ya veis que existen poderosas fuerzas magnéticas que hacen confluir a estos dos desde el principio. La mujer Cáncer siempre tiene un aire ligeramente desvalido y cautivante, y el hombre capricorniano lo intuye antes que la mayoría de los otros. Lo que esta mujer necesita es un hombre fuerte en quien apoyarse, alguien capaz de despejar todas sus preocupaciones y de apaciguar todos sus temores... alguien sobre cuyo hombro pueda llorar de vez en cuando. Pero no es tan desvalida como parece. Cáncer, como no ceso de repetíroslo, es un signo cardinal de liderazgo. La doncella lunar prefiere mandar encauzando el destino de su hombre con dulzura, discretamente, desde un segundo plano... si está enamorada. Cuando no lo está, la chica Cáncer puede ser muy ambiciosa en su carrera, y hará prácticamente cualquier cosa con tal de llegar a la cima. Toda mujer Cáncer busca secretamente un buen sostén de familia, y el capricorniano ciertamente lo es. Es siempre ambicioso (tanto como ella) y generalmente triunfa. En verdad, él es a menudo el paradigma de todo lo que a ella le gustaría ser, sin poder lograrlo, por su excesiva vulnerabilidad. A la inversa, ella es, para la Cabra, el modelo de todas las cualidades lunares que, en lo más recóndito de su alma, él anhela poseer, inútilmente, porque no es suficientemente vulnerable. Por tanto, casi desde el momento en que estos dos se encuentran, experimentan una inconfundible estima recíproca que es una de las bases más sólidas del amor. El capricorniano puede ser al mismo tiempo conservador y dominante en alto grado. A la chica Cáncer no la fastidia la primera cualidad, porque ella misma también es, hasta cierto punto, exageradamente

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conservadora. En cuanto a que la dominen, no lo tolerará en ninguna asociación... a menos que esté enamorada. Cuando esta mujer se enamora, al principio se someterá a la dominación de la Cabra por el deseo de salvaguardar la paz, pero es probable que olvide gradualmente que está fingiendo, y que se acomode definitivamente a una posición sumisa... ¡lo cual no está tan mal! Después de Piscis, no .hay otra mujer que experimente tanto placer secreto cuando el hombre que adora la controla y la conquista. Y si hay un hombre capaz de ser dominante, tierno y afectuoso al mismo tiempo, dicho hombre es éste. Así que todo se desarrolla en condiciones favorables para ambos, habitualmente. A menos, claro está, que en el horóscopo de la chica Cangrejo haya un signo lunar o ascendente más fogoso o agresivo. Es curioso lo que sucede con los capricornianos. Aunque tengan mucho éxito en su esfuerzo por librarse de la rígida disciplina que Saturno impone a su personalidad, en las cuestiones importantes volverán a las andadas. En otras palabras, cualesquiera sean sus hechos o dichos pasajeros, la Cabra es una Cabra. O... el que fue una vez capricorniano, seguirá siéndolo hasta el fin. Ni más ni menos. Normalmente, este hombre estará en franco desacuerdo con la teoría del «matrimonio abierto». En lo que concierne al matrimonio es conservador, aunque a veces se empeñe en parecer «actualizado» de labios para afuera. Esencialmente opina que el puesto de la mujer está en el hogar. Aunque permita que su esposa trabaje o se consagre a su propia carrera, cuando nazcan los hijos mirará con malos ojos a la mujer que pretende que otra persona se ocupe de la función maternal mientras ella se dedica a sus actividades particulares. Si es un capricorniano típico, pensará que el puesto de la madre está junto a sus hijos, por lo menos mientras éstos son muy pequeños. Tampoco lo hará feliz el gasto frívolo o excesivo, ya se trate del dinero de él, del de ella, o del de ambos. Aunque la doncella lunar cobre su propio sueldo, es probable que él asuma la responsabilidad de precaverla y asesorarla en materia de despilfarros. Claro que él no tendrá muchas oportunidades de reñirla por sus derroches. Ella cuida el dinero tanto como él (a menos que su signo lunar o ascendente esté en Aries, en Leo o en Géminis, y entonces tendrá crisis nerviosas de culpa, periódicas y menores, cada vez que incurra en despilfarros). Tratándose de esta chica, la mayoría de los sermones financieros de él girarán en torno de la proporción de los ingresos individuales o conjuntos que deberán ahorrar, y de la forma de invertir inteligentemente el superávit acumulado. Puesto que él es un signo de Tierra, lo más probable es que piense que la mejor forma de asegurarse para el futuro consiste en comprar propiedades inmuebles o tierras. Y si ella discrepa, tal vez le repetirá lo que dijo Will Rogers acerca de la mayor o menor sensatez de las inversiones en tierras: «Es un producto que ya no se fabrica». Este tipo de aserto concreto, práctico, ayuda a ganar las discusiones al ponerles punto final bruscamente, v es un ejemplo de las afirmaciones irrebatibles que los capricornianos se especializan en formular cuando los apremian. Él aprobará el hábito que ella tiene de guardar objetos. Capricornio está convencido de que es posible encontrar una aplicación práctica absolutamente a todo, y de que no hay que deshacerse de nada hasta que se le haya exprimido hasta la última gota de utilidad. Si ella es una Cáncer típica, compartirá vehementemente esta filosofía. En ver dad, a menos que uno de ellos tenga una influencia planetaria «perdedora» en la carta natal, es posible que incluso guarden los tubos viejos de dentífrico por si alguna vez tienen un hijo que se convierte en jugador de baloncesto en la escuela secundaria. (Podrá usarlos para practicar tiros libres en la papelera.) Yo conozco (de veras) a una mujer Cáncer, con un signo lunar y ascendente en Capricornio, que lava y enjuaga realmente las bolsitas de plásticos que venden enrolladas (para guardar verduras, etcétera) y vuelve a utilizarlas una y otra vez, hasta que se rompen. Un rollo de bolsitas le dura, aproximadamente, un par de años. (Como soy Aries, yo gasto más o menos un rollo por semana.) Una persona conocida sugirió recientemente que Richard Nixon guardó aquellas cintas magnetofónicas incriminatorias de Watergate porque, en su condición de capricorniano, sencillamente no podía deshacerse de ellas, y alimentaba la esperanza de que le resultaran útiles de alguna manera o le sirvieran para algún fin práctico. A nadie se le ha ocurrido una explicación mejor. Ni siquiera al señor Nixon en persona. Sólo el conocimiento de la esencia de Capricornio suministra una apariencia de racionalidad al misterioso interrogante: «¿,Por qué no quemó esas (obscenidad expurgada) cintas?» La respuesta es sencillísima (para Capricornio): Quemarlas habría sido un despilfarro. La mujer Cáncer se adaptará con mucha más facilidad que cualquier otra a la introversión del capricorniano, a su propensión a «cuidar de sus negocios» y a proceder sensatamente. Pero quizá no se adaptará tan bien a su falta de entusiasmo por el cambio. Regida por la Luna inconstante, ella necesita cambios ocasionales en su vida, y viajes periódicos. Tal vez le resulte un poco difícil convencerlo de que su vida sería más fecunda si no se quedaran demasiado tiempo en un mismo lugar y si no sustentaran siempre las mismas ideas. Es que, por mucho que se esfuerce, este hombre nunca conseguirá zafarse totalmente de las restricciones que Saturno le impone a su naturaleza íntima. Incluso detrás de la fachada de un hombre Cabra

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aparentemente extrovertido, se oculta el adusto y viejo Saturno. Siempre e inevitablemente. En algunos capricornianos el tinte de conservadurismo puede estar diluido con un color pastel más claro, pero nunca es posible cubrirlo por completo con una capa de pintura. Sí, puede ser digno de ser amado. Afectuoso. Tierno. Afable. Extravagante y gracioso. Todo esto. Pero igualmente lo rige Saturno, y esto es inevitable. Debajo de las lentejuelas y las chafalonerías de una estrella capricorniana del rock and roll, por ejemplo, se oculta un retrato del abuelo, con su reloj de bolsillo y su cadena... con su chaleco... y con una mueca de desaprobación contra los botarates. La vida sexual del hombre capricorniano puede abarcar desde lo francamente erótico y sensual hasta lo tierno y afectuoso. Si tanto su Sol como su Venus están muy «mal aspectados» con la quinta u octava casa del horóscopo, se lanzará a la experimentación múltiple. Pero el hombre Cabra típico tiene pocas aventuras, y casi siempre se propone entablar una relación permanente. Más o menos lo mismo se puede decir acerca de la vida amorosa de la mujer Cáncer. Todo depende. Sin embargo, lo que desea interiormente es entablar una relación perdurable, aunque recurra más de lo que le gustaría al método de prueba y error... para hallarla. Hay algo absolutamente seguro. El hombre capricorniano sentirá que su disfrute físico del amor aumenta muchísimo en compañía de esta mujer. Aunque él es capaz de desarrollar una expresión sexual y una intimidad física profundas y estables (su instinto sexual es poderoso y nunca decae), es posible que carezca de ese tipo de imaginación sensible que convierte el acoplamiento entre dos personas en una forma trémula y extática de compartir la propia personalidad. Ésta es una dimensión sexual que la doncella lunar aportará a su relación, y el hombre Cabra quedará conmovedoramente agradecido por el esclarecimiento. La fuerza y la lealtad de él, la estabilidad de su amor, típica de Saturno, permitirán que ella se relaje en sus brazos, sin ese temor al menoscabo que podría experimentar en compañía de un amante o un marido menos fiable. Él puede suministrarle el reaseguro emocional que necesita, en tanto que ella le suministra la delicadeza y el romance que tanta falta le hacen, y de los que está desprovisto... y después de un tiempo, con suficientes intercambios compartidos de esta naturaleza, su amor físico se convertirá en un vínculo de unión fuerte y perdurable. Conozco a una mujer Cáncer que actualmente está separada de su marido Capricornio. Tienen muchos problemas, pero éstos son esencialmente menores, y no hay ninguno que no pueda ser atenuado y solucionado con un poco más de comprensión, con un poco menos de egoísmo por ambas partes. Los hombres capricornianos pueden ser cruelmente egoístas. Siempre alimentan la tendencia, hasta cierto punto, de utilizar a las personas, sin preocuparse mucho por los sentimientos de éstas. Una de las aflicciones de esa pareja consistía en la ineptitud de él para expresarle su amor físicamente, después del más ligero altercado. Parecía de piedra, me explicó ella, y era totalmente indiferente a sus tímidas insinuaciones de ternura. Y entonces ella le volvía la espalda, llorando en silencio, secretamente. Hace poco esta doncella lunar me confesó, ansiosamente: «En todas esas ocasiones sentía mucha compasión por mí misma... me dormía llorando, replegándome cada vez más dentro de mi caparazón de dolor. Pero desde que nos separamos he tenido mucho tiempo para reflexionar. Ahora sé muchas cosas, y lo compadezco más a él>>. Por fin ella ha encontrado la llave mágica para abrir el corazón de él. Ahora sólo falta que la utilice. Si lo aborda con su nueva comprensión, estarán más unidos que nunca. Cuando una doncella lunar aprende a dejar de apiadarse de sí misma y a encauzar en cambio su compasión hacia el capricorniano amado, descubre hasta qué punto éste es incapaz de liberar el poder y el deleite emocional que experimenta por dentro. Vale la pena ayudarlo a darles rienda suelta. Porque ningún amor es más portentoso, más perdurable, que el de Capricornio, amor éste que aguarda en la cumbre de la montaña la hora de agraciar a quienes tienen la paciencia y el coraje de escalarla hasta la altura indispensable para disfrutarlo. Es un trayecto escabroso, lleno de cornisas rocosas... y con el peligro permanente de despeñarse... pero el paisaje que se contempla desde la cima es inefable, indescriptible. Como una vislumbre de la eternidad. Saturno nos somete a pruebas difíciles, pero sus recompensas son colosales.

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Hombre CÁNCER Mujer CAPRICORNIO —¿No quieres arrullarme tocando algo en el piano del cuarto de juegos? —preguntó él, y mientras ella se encaminaba hacia el cuarto, agregó con desconsideración—: Y cierra esa ventana. Siento una corriente de aire.

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El hombre Cáncer, diga lo que dijere, y por mucho que lo niegue, pretende que lo mimen como un niño y que se ajetreen por él. Disfruta de ello, y de cuando en cuando puede aprovecharse del fuerte sentimiento de responsabilidad de la chica capricorniana. La Capricornio se esmerará por complacer al hombre que ama, sin quejarse ni autocompadecerse, pero si él le exige que se doblegue demasiado para acomodarse a sus estados de ánimo cambiantes, se rebelará, por mucho que lo ame. En honor a la verdad, ambos pueden ser algo más que un poco egoístas. A primera vista, no hay dos personas que parezcan exteriormente menos egoístas que el Cangrejo y la Cabra. Él es normalmente afable, considerado y cortés, con una actitud casi anticuada respecto de las mujeres, y sobre todo respecto de su propia mujer. Ella es, hasta cierto punto, parte de su patrimonio, y los Cangrejos valoran mucho su patrimonio. Sin embargo, es posible que a veces él reclame mucho más que lo que da, con la pretensión de que lo arrullen y lo acunen hasta apaciguarlo cada vez que moquea y que tiene un berrinche, y si ella no lo hace, es sencillamente porque no lo ama, y punto... por lo menos, no tanto como lo amaba su madre. Si ella es una capricorniana típica, probablemente es bastante circunspecta y recatada, incluso humilde, y siempre está dispuesta a prestar ayuda en las situaciones críticas. (Las Cabras son realmente sobresalientes en las crisis. Las emergencias son su especialidad y hacen aflorar sus mejores características personales.) Igualmente, no permitirá que la utilicen más allá de un límite razonable, ni siquiera en aras del amor. Es muy consciente de sus derechos humanos, y se niega a servir de felpudo. No obstante sus modales femeninos, atractivos y delicados, tiene ideas personales muy firmes. No se trata de una dama propensa a agitar las pestañas y a hacer insinuaciones. Lo que desea de veras, lo pedirá abiertamente... o luchará por obtenerlo, con dientes y uñas. Lo que le gusta, sencillamente lo cogerá, y lo que le disgusta lo hará desaparecer de su vida, perentoriamente. No es en absoluto moldeable ni sumisa. No se bate estrepitosamente contra lo que la ofusca. Se limita a desconectarse, y después tiene la precaución de eludir a esa persona o situación, a veces definitivamente. Este comportamiento se parece mucho al de la mujer Escorpión, y aunque el precio emocional que paga la mujer Cabra es mucho menor que el que paga la mujer Escorpión, la cual siempre queda muy afectada, aunque no lo demuestre. La capricorniana no es exageradamente sensible, así que quizá deberá tener mucho tacto con el Cangrejo, pues éste sí es exageradamente susceptible y se traumatiza con mucha facilidad. El no tiene ni remotamente la piel tan dura como ella. Si ella lo critica o lo contradice seriamente, él generalmente no descansará hasta que la capricorniana se «retracte», le diga que lo ama, y le confiese que él no tiene verdaderos defectos por lo que a ella concierne. Al principio él intentará engatusarla o tomar las cosas a la chacota, bromeando con pocas ganas; después formulará insinuaciones más claras; y como último recurso, se enfurruñará. Él encontrará múltiples argumentos para defender su posición, porque este hombre no descansará en paz ni se calmará mientras no llegue a algún tipo de acuerdo después de una reyerta. Si ella permite que el conflicto se prolongue demasiado. él se encerrará en su caparazón, y no habrá acuerdo posible. Los Cangrejos se aferran tenazmente a los argumentos y a sus propias opiniones, como a casi todo lo demás. Pero se trata de un hombre afable, y bastará el menor elogio y estímulo para reanimarlo. La mujer Capricornio que lo ama deberá seguir reconfortándolo, hasta que él ya no necesite obligarla a admitir que se trata de una gran persona. y que lo adora. Así procedía mamá, ¿entendéis? Ella le repetía sin cesar que era un chico estupendo, y que sus enemigos no lo comprendían realmente. En los casos extremos, él interpretará esto en el sentido de que todos quienes no coinciden con él son sus enemigos, incluida la mujer que ama. Pretende que en la edad adulta lo traten con la misma comprensión con que lo trataban en su infancia. Y su actitud no es tan absurda como parece. ¿Acaso no nos gustaría a todos que nos comprendieran? La diferencia consiste en que la mayoría de nosotros desistimos de esta pretensión cuando aún somos muy jóvenes. El Cangrejo cree que éste es un derecho que le corresponde, y nunca cesa de reivindicarlo. Pide respeto. Comprensión. Amor. Afecto. Estima. La capricorniana típica no es tan experta en esto. Es práctica y sensata. Piensa que él debería saber que lo ama, y que si discrepan de cuando en cuando, ello no significa que lo odia. Los excesos de susceptibilidad y las emociones exageradas ofuscan a la capricorniana y la ponen nerviosa. No se trata de que no tenga corazón,

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sino de que no sabe muy bien cómo reaccionar, qué es lo que debe hacer o decir, exactamente... y teme equivocarse, así que prefiere no hacer nada con tal de no herirlo involuntariamente. Es demasiado modesta. Tiene una inteligencia lúcida que la ayuda a hallar soluciones donde los demás fracasan, junto con una aptitud fiable para concentrarse y meditar sobre un problema hasta resolverlo, y generalmente procede con buen criterio. De modo que debería poner un poco más de empeño cuando se trata de aplicar estos talentos a sus conflictos emocionales. Así la vida en general sería mucho más fácil para ambos. La necesidad que él experimenta de contar con la aprobación y la estima de ella no levanta un obstáculo insalvable entre ambos. Bastará que él no incurra en tantos enfurruñamientos quisquillosos y que ella sea un poco más tierna y compasiva. Desde luego, en honor a la verdad, ella también necesita que la estimen, pero no lo confesará ni en un billón de años, y ciertamente no lo pedirá jamás. El Cangrejo no es más experto que la Cabra en eso de repartir palmaditas en la cabeza, porque nunca debió estimar a mamá ni palmearla a ella en la cabeza: se limitaba a aceptar sus halagos, y supongo que es por eso por lo que los hijos siempre se aprovechan de los padres demasiado cariñosos. Los mejores dones que estos dos pueden intercambiar son un abrazo o un beso extra, unas pocas lisonjas adicionales, sonrisas más frecuentes. Ambos necesitan iguales dosis de atención, y la única diferencia consiste en que él no es tímido para pedir lo que le hace falta, en tanto que ella es renuente a confesar o a exhibir francamente cualquier necesidad emocional que le parezca indebida. La capricorniana suele ser bastante poco agraciada en su juventud, y se torna visiblemente más bella a medida que pasan los años, lo cual es uno de los raros pero muy concretos dones de su regente Saturno. Sin embargo, a su belleza la acompaña una cabeza muy dura (que también es un don de Saturno). No es un simple copo insustancial de frivolidad femenina. Esta chica está afianzada por la fortaleza... mucha fortaleza. El Cangrejo tiende a ser tímido cuando joven, y a medida que pasan los años adquiere más confianza y seguridad en sí mismo, y desarrolla un maravilloso sentido del humor. Destila simpatía, habla suavemente, y tiene modales delicados y reconfortantes... pero su mente es ágil y sagaz, y él también posee una cabeza muy dura. Se ha dicho que Cáncer tiene el corazón tierno y la cabeza dura (lo cual ciertamente es mejor que tener el corazón duro y la cabeza tierna!) pero que la cabeza y el corazón de la capricorniana son ambos de roca. Esto no es justo. Quien lo dijo probablemente había tratado de engatusar a esta dama, y ella no se había dejado embaucar por sus halagos. Su corazón es un corazón de mujer, pero ella no lo lleva desguarnecido, a merced de todos los golpes. ¿Tal vez porque es muy vulnerable? Nada de tal vez. Efectivamente es muy vulnerable. No se puede negar que las cualidades que la capricorniana ha heredado de su planeta regente, Saturno, son la prudencia, la cautela, y la autoprotección, pero, a pesar de todo ello, es una mujer... con todos los ensueños y anhelos de una mujer. La feminidad no ha de ser necesariamente sinónimo de culpabilidad. Ella posee una especie de sentimiento tímido (y por tanto superatractivo), de esos que resultan tanto más conmovedores cuanto que no son cultivados con frivolidad. No es fingido, sino muy auténtico, y proviene de su corazón... también muy auténtico. Cáncer y Capricornio se toman tan en serio su contigüidad física como todo lo demás, pero les resulta difícil confesarse recíprocamente lo que significa para ellos su intimidad. No saben expresar muy bien que su fusión amorosa les hace prestar más atención a toda clase de maravillas. Ella dirá sencillamente: «Mira cómo ese rayo de sol se posa sobre la copa del pino. Casi huelo las piñas desde aquí. ¿Vamos a caminar un poco?»... cuando lo que realmente piensa es: después de haber estado juntos me siento como nunca, y el mundo me parece mucho más bello. Él se limitará a contestar: «Sí, caminemos. Tienes razón. Qué hermosa mañana», cuando lo que en realidad piensa es: tú eres hermosa... te amo. Sobre todo si sus aspectos Sol-Luna son armoniosos, su relación física puede ser fecunda y trascendente, una de esas profundas experiencias que resultan del poderoso magnetismo de los imanes de su polaridad astrológica: la oposición de sus signos solares. En verdad, puede ser tan sagrada para ellos, que a veces incluso dudarán si semejante pasión existió realmente, o si sólo la soñaron. Es posible que él se formule esta pregunta en voz alta una mañana, mientras yace junto a ella, y que ella comente con su espíritu práctico y su sentido común típicos de Capricornio: «Bueno, cuando no puedes creer algo, supongo que significa que se trata de una cosa especial y buena, porque cuando se trata de algo malo, no te quedan dudas: estás más que seguro de que sucedió realmente». Entonces se acurrucará contra él y murmurará: «No estoy segura de lo de anoche. ¿Te parece que ocurrió de veras?». Con una de sus plácidas sonrisitas. Es como una clave secreta. Entonces él le dará una respuesta que eliminará todas las dudas. Hasta cierto punto, los dos añorarán el ayer, aunque quizá la nostalgia actúe con más frecuencia sobre el corazón de él que sobre el de ella... e incluso le hará desear a veces, al Cangrejo, que fuera posible volver a

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vivir en el pasado. Si por lo menos existiera, en alguna parte, suspira él, una agencia de propiedades que vendiese casas en una calle de antaño, con todos sus recuerdos de entonces redivivos. La chica Cabra es suficientemente sensata como para comprender que el pasado siempre parece más bello en sueños de lo que lo fue en la realidad... de modo que tiene más interés en forjar un presente auténtico, que sea tal como el ayer sólo parece haber sido, mejorando mucho el pasado. Al fin y al cabo, el pasado no incluía su descubrimiento mutuo. Pero el presente sí, y ahora también lo incluirá el futuro. Cuando ella encarrile la vívida imaginación lunar de él del ayer al mañana, se desplazarán en la dirección espiral del Círculo, que abarca el alfa y el omega de la solución al enigma del amor.

   

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LEO

CAPRICORNIO

Fuego - Fijo - Positivo Regido el Sol Símbolo: el León y el Gatito Tímido Fuerzas diurnas -Masculino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación LEO-CAPRICORNIO

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—Si los pieles rojas han triunfado... harán redoblar el tam-tam. Ésta siempre es su señal de victoria.

Ahora Smee había encontrado el tam-tam y en ese momento estaba sentado encima de él. —Nunca volveréis a oír el tam-tam —murmuró, pero con voz inaudible, desde luego, porque habían impuesto un silencio estricto.

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Como siento una estima especial por los Leo, me apena tener que transmitirles una información astrológica desagradable, que sé por anticipado que será como una espina puntiaguda hincada en sus zarpas enormes y acolchadas. Pero soy astrólogo, y por tanto estoy consagrada a la verdad, a toda la verdad, y a nada más que la verdad, y que Saturno me ayude. Bueno, listo, «¡ayúdame, pues, Saturno! Vamos, ayúdame. No te quedes ahí en el cielo, titilando con tu helada luz azul. Ayúdame a explicar a los grandes gatos que, por alguna extraña ley intergaláctica, tú estás destinado a sentarte sobre sus tam-tams. Saturno acaba de hacerme un guiño. Esto significa que ha accedido a encauzar por mi intermedio las palabras que escriba en este capítulo, en un tono severo y sesudo, pero afectuoso. Así que recordad, por favor, que no soy la autora de lo que estáis a punto de leer. El autor es Saturno, cuya inmensa fuerza granítica nunca se deja intimidar, ni siquiera por el brillo enceguecedor del regente de Leo, el Sol.

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Saturno es el regente planetario del signo solar Capricornio, y como ya he mencionado sucintamente en otra sección de este libro, el signo solar Capricornio representa, en astrología, al pueblo hebreo, toda la rica tradición monoteísta judía y el indomable espíritu judío. En razón de ello, los capricornianos, que contienen la esencia hebrea, ya sean escoceses, irlandeses, italianos o indios hopis, respetan todas las formas de educación y estudio. La mayoría de las Cabras son estudiosos natos, y su actitud respecto de los diplomas, los títulos y cualquier elemento de naturaleza escolástica es casi reverente. También veneran el círculo familiar, aunque éste tenga una configuración cuadrada u oblonga. Y el dinero. Sí, junto con Tauro y Cáncer, veneran el dinero. Capricornio considera que el dinero es la única garantía contra el sufrimiento humano. Para la Cabra, una de las necesidades absolutas de la vida es una cuenta de ahorros. Los capricornianos tienden a ser un poco engreídos respecto de sus árboles genealógicos, de su reputación en la comunidad, de su status social y de cuestiones parecidas, y es triste confesar que hay algunos capricornianos dispersos (afortunadamente sólo muy pocos) que sustentan una pizca de prejuicio contra el pueblo judío. Si conocéis a algunas de estas Cabras, recordadles que su símbolo solar representa al «Pueblo Elegido», ¿queréis hacer el favor? Machacadlos en sus karmas con hechos contundentes. Será bueno que aprendan a respetar a las cosas y personas dignas de respeto, en lugar de los hipócritas valores materiales. Todo capricorniano debería sentirse orgulloso de estar asociado astrológicamente a la grandeza de carácter y al coraje implantados en los genes de aquellos que Moisés guió hasta la Tierra Prometida... de compartir el rutilante legado espiritual de aquellos millones de almas valerosas que fueron condenadas a un indescriptible infierno en la Tierra durante el demencial holocausto nazi. Por muchas razones, en mi condición personal de ariana irlandesa, me sentiría orgullosa de haber nacido bajo el signo solar Capricornio. Tan orgullosa como

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me habría sentido de nacer judía. Tranquilo, Leo. Enseguida te abriremos la jaula y te dejaremos salir. ¿Veis? Apenas se menciona la palabra «orgulloso», Leo salta como una ansiosa rebanada de pan en la tostadora. Pero para ser justos con los Leones y las Leonas, también saltan y se sienten convocados por la mención de la crueldad y la injusticia. Rugen con majestuosa indignación, alzando sus nobles cabezas, siempre listos para defender a los inermes, para proteger a los desheredados... y para liberar el espíritu humano aprisionado. Aún' no, Leo. Pronto. Estamos explicando la motivación de Capricornio para que vosotros y las Cabras os entendáis mejor, único fin de este capítulo. También os estamos dictando una lección indispensable para inculcaros la paciencia de Saturno. Dado que (como habréis notado en la sección «Los doce misterios del amor», del comienzo de este libro) el mantra de Capricornio es «yo utilizo», las Cabras pueden ser, de vez en cuando, un poco egoístas. A esto lo llaman defensa propia. Exactamente la misma justificación que Leo da para ser insoportablemente arrogante. Defensa propia. Contra todos esos seres inferiores. Ésta es una configuración de signos solares 6-8, donde Leo representa para Capricornio las cuestiones de la octava Casa, y Capricornio representa para Leo las cuestiones de la sexta Casa. Se trata de una asociación interesante. Si Leo está dispuesto a tolerar algunas observaciones dolorosas, explicaré por qué. Hay que admitir que es imposible zafarse de la influencia restrictiva que Saturno ejerce sobre el chispeante entusiasmo y la cálida y radiante personalidad de Leo... y que es difícil que los capricornianos se sientan exageradamente impresionados por el redoble de los tam-tams que los grandes gatos baten orgullosos de sus colosales hazañas. No hay manera de que Leo supere finalmente a las Cabras, porque Capricornio está delante de Leo en la rueda astrológica y kármica de la vida. Leo es innegablemente sabio, pero la Cabra lo es aún más. Leo es un signo fijo, y por tanto un poco terco, pero la Cabra terrenal es más terca. y para colmo es autoritaria, porque Capricornio es un signo cardinal. Aún más autoritaria que Leo, pero con mucha más discreción, con menos aparatosidad. Leo es un organizador práctico reconocido, pero Capricornio lo es aún más.

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Arriba ese ánimo. Gatitos tímidos, Leones y Leonas. Comprendo que todo esto ha sido como arrojar pasteles de crema contra vuestro ego, pero. ¿recordáis que dije que vuestra configuración de signos solares 6-8 con Capricornio es interesante? He aquí a qué me refería. A pesar de que la Cabra es una pizca más sabia y más terca que vosotros, más práctica... e incluso más autoritaria, en cualquier relación estrecha con una persona regida por Saturno, la Cabra representará, para Leo, la sexta Casa astrológica. La sexta Casa astrológica representa el servicio. Por consiguiente, los planetas decretan que de alguna manera, aunque ésta sea sutil o marginal, los capricornianos deben prestar algún tipo de «servicio» a cualquier Leo con el que estén estrechamente asociados. ¡Listo! ¿Esto os reconforta? Es como, bueno... veamos... es como el hecho en virtud del cual la madre y el padre saben más que su pequeño, y sin embargo están obligados a «servirlo». Veo que los Leo me fulminan con la mirada, heridos en su orgullo. Lo siento. No ha sido una buena alegoría. Quiero decir, ha sido buena, pero no apropiada para mitigar el dolor de las zarpas del León, todavía martirizadas por la restricción que Capricornio le impone a Leo. (¿Me atreveré a declarar la superioridad de Capricornio sobre Leo? No, no me atreveré.) Qué tal si imaginamos a los capricornianos (cualquiera que sea su edad cronológica) como abuelos bondadosos, pero enérgicos, que sirven a los Leo aconsejándolos desde la atalaya de la sabiduría, en virtud de que ven las cosas desde la cima de la montaña. Quizás esto le resulta más fácil de tragar, al Leo. Es como tomar el aceite de ricino o comer las espinacas y los espárragos cuando eres niño. No es agradable, pero te conviene capitular y dejar de resistirte, por tu propio bien y en aras de tus propios intereses. Leo y Capricornio experimentan una curiosidad mutua. Los Grandes Gatos fascinan a los capricornianos, a los que les encantaría saber qué es lo que los hace ser como son. Normalmente, las Cabras no son curiosas, pero Leo les plantea un enigma que no les desagradaría resolver, aunque no perderán el sueño por esto. Por otro lado, Leo intuye interiormente que los consejos de Capricornio son bien intencionados, y es posible que los escuche de vez en cuando. No siempre, pero sí de vez en cuando. Capricornio observa un poco divertido las extravagancias en que incurre Leo al hablar y al vestirse. Posiblemente, en el fondo del corazón, a la (o el) Cabra le gustaría tener una dosis de la temeridad del León. A menudo, el capricorniano se siente extrañamente conmovido por la inmensa envergadura de los objetivos de Leo, intrigado por su generosidad y por su despreocupación respecto de la seguridad financiera, y quizás un poco envidioso ante el coraje con que Leo sueña sueños tan gigantescos y luego tiene la soberbia de ordenar vanidosamente que se materialicen. ¿Cómo se atreven a no materializarse?

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A menos que en el horóscopo del León o la Leona haya un signo lunar o ascendente cauteloso, estos seres no manifestarán una preocupación exagerada por los días lluviosos, ni los alterará demasiado la posibilidad de empobrecerse o fracasar. Ésta es una actitud totalmente opuesta a la de cautela y preocupación por el mañana que manifiesta la Cabra típica. Estos dos son muy distintos. En lo que concierne a sus peinados y su indumentaria, a su aptitud para ser pacientes (Capricornio puede serlo, Leo no), a sus comportamientos bancarios (Capricornio es un poco tacaño, Leo un poco manirroto), a su lenguaje (Capricornio es un poco tímido y afable. Leo es elocuente e histriónico), y a su método para coger la anilla de bronce del tiovivo (Capricornio es observador, cauteloso y calculador, Leo es temerario e impulsivo), a veces parecen provenir de dos universos diferentes.

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Si el Sol y la Luna de sus horóscopos están en cuadratura u oposición, cada uno hará que el otro se sienta notablemente incómodo: Leo pensará interiormente que Capricornio es frío, egoísta, insensible y soso, y la Cabra pensará interiormente que Leo es despilfarrador y descuidado, egocéntrico y presuntuoso... pues ambos se «verán a través de un cristal oscuro» y sólo captarán la cara negativa de la medalla de sus respectivos caracteres. En cambio, si dichas luminarias están en posición favorable la una respecto de la otra en sus cartas natales, Capricornio suministrará una sólida base intelectual y emocional sobre la que Leo podrá encender algunas hogueras perdurables, hablando en términos simbólicos. Hablando en términos realistas, la Cabra se beneficiará si imita la visión de Leo y su fe en el futuro, así como el León o la Leona encontrará en la lealtad de un amigo, socio, pariente, amante o consorte capricorniano un refugio seguro y confortable, familiar y fiable, cuando los fuegos de artificio se extingan con un chisporroteo en los días lluviosos. El comportamiento competitivo puede convertirlos en enemigos declarados o secretos. Pero la cooperación puede generar entre ellos una relación sólida y duradera, nutrida en la Tierra fecunda de la paciencia silenciosa de Capricornio y entibiada por la fuerza vivificante del Sol benévolo de Leo... cuando son considerados con sus respectivos sentimientos, y cuando se turnan en sus esfuerzos por ser tolerantes con sus respectivos puntos de vista aparentemente ajenos.

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Leo representa para Capricornio, extraña y obsesivamente, como en todas las configuraciones de signos solares 6-8, la octava Casa del misterio sexual, la muerte, el nacimiento, la reencarnación, la regeneración... y «el dinero de los demás». Esto asume a menudo formas inusitadas en su relación, una de las cuales consiste a veces en el hecho de que la asociación le suministra a Capricornio, por intermedio de Leo, alguna experiencia de muerte o de asuntos afines a la muerte, conectados con su encuentro. Capricornio penetrará mucho más a fondo en la verdad si escudriña periódicamente la vida con los poderosos binoculares de Leo. Éste verá la verdad más claramente si mira de vez en cuando el mundo a través de los ojos serenos y equilibrados de Capricornio. El hecho de entender súbitamente los verdaderos ideales que mueven a alguien completamente distinto de uno mismo implica siempre una sorpresa mágica, que confiere el poder de abrir una mente cerrada al aire refrescante de la comprensión, comprensión ésta que conmueve el corazón con un inesperado acceso de ternura... y con el despertar de la compasión. Leo tiene una necesidad desesperada de asimilar e imitar la afable humildad y paciencia que Saturno le inculca a Capricornio con tanta severidad, pero también con tanta sabiduría y tanto acierto. Capricornio tiene una necesidad igualmente desesperada de sentir cómo los cálidos rayos del Sol de Leo brillan sobre la soledad espiritual de Saturno, porque nadie puede liberar los anhelos prisioneros de la Cabra tan milagrosamente como un Leo, que afortunadamente nació libre. Creo que el Viejo Saturno manejó la canalización de las palabras de este capítulo con bastante sensatez aunque con un poco de pomposidad, ¿no os parece? Deberíamos agradecérselo, y quizás incluso deberíamos darle un abrazo de oso... porque si bien Saturno tiende a eludir las alabanzas con un tímido rubor de turbación, como los hombres, mujeres y niños capricornianos que rige, su sosegado corazón late más deprisa, y casi estalla de júbilo silencioso, cuando recibe la bendición de una estima sincera y afectuosa. Sí, los planetas también se pueden ruborizar, como las Cabras humanas. Observad esta noche a Saturno en el cielo, y comprobad si ese antiguo astro no parece titilar con un poco más de brillo que de costumbre, con su fulgor de color azul glacial teñido por un ligerísimo tono rosado... por el amor. Sabed que Venus no es el único astro al que podéis impetrar vuestros deseos. Rogadle algo a Saturno. Tal vez la espera y las pruebas a que será sometida vuestra alma durarán más tiempo, antes de que lo que deseasteis se materialice. pero cuando se materialice. la dicha durará... y durará... y durará.

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Mujer LEO Hombre CAPRICORNIO Nunca era más siniestro que cuando era más cortés, lo cual debe ser, probablemente, la mejor prueba de buena crianza: y la elegancia de su dicción, incluso cuando blasfemaba. no menos que la distinción de su porte, demostraban que era de otra

casta... ...lo hacía con tanta altivez, era tan tremendamente distinguido. que ella estaba demasiado fascinada para gritar...

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Siempre se produce algo parecido a una conmoción cuando un hombre Capricornio y una mujer Leo se asocian emocionalmente o se casan: es una sorpresa desconcertante para amigos y desconocidos por igual. e incluso para sus familiares. Esta es la reacción común, tanto si los nombres de la Leona y la Cabra son Jacqueline Bouvier Kennedy y Aristóteles Onassis, como si son Emmylou Dreyfuss y Patrick Plato, Susan Auberjonois y Rudolph Fingall o Gertrude Franz y Cassius Pendleton. Cualquiera que sea su credo religioso, su nacionalidad o su condición social, a estos dos se los reconoce como personas marcadamente diferentes. Tanto si el Capricornio es propietario de un depósito de chatarra, de una flota de barcos cisterna o de una agencia de venta de autos usados, como si preside un gobierno, una zapatería o una compañía cinematográfica... tanto si la Leona es la Reina del Ejército de Salvación, de un imperio, de un país o del departamento de limpieza de un motel, como si lo es de una firma de cosmética, de una casa de diseño de etiquetas de moda o del puesto de venta de zumo de coco en la isla micronesia de Truk... la gente se extrañará, murmurará y tejerá conjeturas. Pero no les servirá de nada, porque ni Leo ni Capricornio se rebajarán a discutir sus vidas personales ni a explicar su conducta privada. Estos dos signos solares consideran que es vulgar prestar la menor atención a los chismes. Sin embargo, la gente seguirá extrañada. ¿Cómo es posible que un capricorniano conservador se sienta atraído por una Leona extravagante, tan impulsiva, tan histriónica al hablar y al actuar, que exige que le satisfagan todos los caprichos, que pretende que la reverencien y la admiren, pero que se niega a admirar o reverenciar a un hombre? (La mujer Leo mirará a los demás desde arriba, o al mismo nivel, pero nunca desde abajo, nunca los admirará, característica ésta de Leo que ya he explicado antes en este libro, pero que constituye una faceta vital de su personalidad sobre la que vale la pena reflexionar más de una vez.) Asimismo, ¿qué puede ver una Leona afectuosa y magnánima en un capricorniano cauteloso, más silencioso y caviloso que seductor y gregario, que atesora los céntimos que ella arroja como confetti, que sólo formula cumplidos muy raramente, que generalmente aborrece las fiestas (a menos que tenga una razón práctica para acudir a ellas), que le pone mala cara al lujo (a menos que tenga un fin práctico), y cuyas emociones y cuyos sentimientos son singularmente poco demostrativos y dramáticos?

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Es una buena pregunta. O mejor dicho, son dos buenas preguntas. Pero la astrología tiene las respuestas. El capricorniano y la Leona tienen más elementos en común que los que capta el ojo desprovisto de capacitación astrológica. Poseen más cualidades y rasgos mutuamente fascinantes que los que los no iniciados en el esoterismo podrían sospechar o reconocer sin un pequeño estudio de la metafísica.

Considerad la naturaleza y las necesidades de la Cabra: El capricorniano típico prefiere casarse con una persona de rango social superior y no inferior. Se siente secreta y tímidamente maravillado por la fama y el éxito —que incluso le producen un temor reverencial—, ya se manifiesten éstos en el plano comunitario, nacional o mundial. La posesión de elementos de buena calidad y valiosos (ya se trate de objetos inanimados, de propiedades o de mujeres) que otras personas admiran y envidian, le produce una gran satisfacción interior. El capricorniano se siente conmovedoramente atraído por el tipo de mujeres que prometen proyectar un poco de sol en sus corazones merced a su habilidad para inducirlo a expandir sus horizontes emocionales, cosa que íntimamente desea hacer, aunque lo niegue hoscamente. Considerad las cualidades de la Leona: La mujer Leo típica conquista, en una etapa relativamente temprana de su vida, cierto grado de prestigio y status, cierta medida de notoriedad pública o de distinción social. Esta chica puede ser desde reina de su promoción, animadora de su equipo, jefa de los bomberos voluntarios de un pequeño pueblo... hasta terminar en líder política, actriz famosa, dirigente educacional, pionera científica, o

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profesional de éxito en diversas carreras. Casi siempre es admirada y envidiada por sus pares y sus inferiores (no tiene superiores). Es un dechado de luminosidad, y le encanta guiar a las personas conservadoras hacia horizontes más emocionantes, en todas las direcciones, en todos los niveles.

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Ahora, considerad la naturaleza y las necesidades de la mujer Leo: La Leona invierte la ley de la oferta y la demanda emocionales, y necesita vivir dentro de una aureola radiante de éxito. Debe tener un compañero al que pueda respetar (es posible que coquetee con un trashumante, pero no se quedará con él), un hombre que no sea haragán y que sí sea un auténtico triunfador. Se siente conmovedoramente atraída por esa clase de hombres que soportan con tranquilidad y paciencia su arrogancia desconsiderada y su talante dramático. Busca un hombre que nunca la humille en público con su falta de urbanidad o buenos modales. Necesita un hombre capaz de ganar suficiente dinero para mantenerla con relativo lujo (relativo en comparación con la forma en que vivimos la mayoría de los plebeyos) y que, además, le conceda una libertad de acción total y no le niegue la satisfacción interior que siente al tomar posesión definitiva de sí misma, para lo cual debe expresar su feminidad impresionando al mundo de alguna manera.

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Considerad las cualidades de la Cabra: Quizás el capricorniano tiene más probabilidades que cualquier hombre de otro signo solar (con la posible excepción de los Cáncer, Tauro u otro Leo) de conquistar el prestigio mundano y la seguridad material que admira la chica Leo, ya sea ésta de Ohio o de Australia. Su serena ambición y su tenaz determinación de alcanzar la cumbre de la montaña más próxima o más alta lo harán acreedor a la estima de la reina. Ésta valorará el hecho de que la cabeza fría y dura de él compita con el talante frío y lánguido de ella. Como él nunca es perezoso, ella puede serlo periódicamente (las Leo necesitan muchísimo descanso para estar bellas y recargar su poderosa energía solar). La conducta normalmente altiva de él contará con la aprobación soberana de ella, y la tímida dulzura que él revela a unas pocas personas (ella es una de las afortunadas) estimula la cálida y protectora ternura de la Leona. El espíritu de lealtad de él es idéntico al de ella. Además, la paciencia aparentemente interminable de Saturno que él manifiesta ante el temperamento fogoso de ella hace aflorar en la Leona un sentimiento distendido de seguridad emocional. Hasta ahora, todo se desarrolla plácida, maravillosa y melodiosamente entre ellos. Sin embargo, si existe un aspecto desfavorable entre el Sol y la Luna de sus horóscopos, deberán luchar tenazmente para lograr la compatibilidad. Él la acusará de ser vanidosa, petulante, malcriada y egoísta... y ella lo acusará de ser frío, cruel, tacaño, insensible y egoísta. (El egoísmo es un rasgo que tienen en común.) Incluso si existe un aspecto favorable entre sus Luminarias deberán enfrentar unas pocas tensiones, como todos los demás. El problema mencionado cerca del final del penúltimo párrafo, el que comienza con las palabras «y que además», es el que origina muchos de los conflictos que se producen entre ellos. No todos, pero sí muchos. Volved atrás y releedlo, por favor. ¿Veis el problema? Si no lo veis, os lo explicaré.

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Esta dama, que es tan sensual y garbosa, tan grácil y generosa, tan radiante y alegre y orgullosa..., es seductora y gregaria, como toda Leo. No sólo necesita fiestas periódicas y veladas de gala ocasionales (donde pueda lucir su corona o tiara y mezclarse con las masas), sino que siente una necesidad igualmente vehemente de disfrutar de libertad, de tiempo en tiempo, para seguir al Sol sin compañía... de libertad para optar espontánea e impulsivamente por asistir sola a un bautizo, a una coronación, a una subasta benéfica o a una exposición de caballos, o quizá para esquiar sola a campo traviesa (no lejos, apenas en el linde de la ciudad) sin permiso formal de nadie, ni siquiera de su novio o del hombre al que le permitió formar pareja con ella para toda la vida y engendrar sus cachorros. El capricorniano que piensa que ésta es una exageración deberá consultar a los sufridos padres de la Leona. Ellos lo esclarecerán. Ella también reclamará dramáticamente (o deseará privadamente, con una vehemencia tácita, peligrosamente reprimida) la oportunidad de abrirse su propio camino a la gloria en una ocupación creadora o una profesión estimulante. Desde la revolución sexual de Acuario, las mujeres Leo tienden a conservar sus apellidos de soltera después del matrimonio (aunque a veces esto les hace sufrir pequeños traumas respecto de las iniciales que habrá que bordar en las fundas de raso y en los cortinados de seda, y que habrá que grabar en los grifos de oro del cuarto de baño y en artefactos por el estilo). Como el capricorniano medio tiende a ser más que un poco posesivo respecto de su amiga o compañera conyugal del hogar y la lumbre, es posible que se rebele. Además, a la Cabra le disgusta la competencia abierta o activa, para no hablar de la sutil (de la cual

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desconfía realmente). La vida en común podrá tornarse un poco cataclísmica cuando él insista en saber con certeza cuáles son el paradero y las actividades de su amada, para asegurarse de que ésta no hace nada capaz de deshonrar el nombre de la familia. La única salida consiste en llegar a una transacción. Él deberá concederle, sencillamente, cierta dosis de libertad, si desea mantener la dicha y la armonía del hogar. Deberá confiar en que ella tendrá la dignidad y el orgullo suficientes (creedme, los tiene de sobra) para no deshonrarse ni deshonrarlo a él, y para no ser desleal, mientras merodea sola por la jungla, por así decir. Si ella desea asistir un par de noches por semana a clases de diseño o de cría de animales, él deberá demostrar visible y elocuentemente su aprobación entusiasta, y no renuente. Es importante que su aprobación sea entusiasta, porque si es renuente anulará la tranquilidad emocional que podría introducir en su relación. Cuando ella quiera visitar a amigos que viven a algunas calles o algunos kilómetros de distancia, o quiera ver una película que él no tiene interés en ver, él deberá telefonear a uno de sus tres viejos amigos e invitarlo a su casa (mejor que no sea una «amiga»), o deberá tomar él la iniciativa de visitarlo sin esperar una invitación impresa. O podrá salir a dar unas vueltas en el auto mientras ella esté ausente. En el auto de él, porque ella pilotará el suyo propio. Éste es otro detalle: necesitarán dos vehículos. El nuevo, aerodinámico e impresionante para ella; el jeep, furgoneta o camioneta de segunda mano para él. Así son las áreas de compromiso.

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Ella deberá tratar de abordar su parte de la transacción con gallardía. ¿Acaso no es así como la realeza lo aborda tradicionalmente todo? Cuando ella le informe altaneramente que no ve ningún motivo para solicitarle permiso, aunque sólo sea esporádicamente, para hacer lo que se le antoja, él deberá explicarle, serena y afectuosamente, con ese extraño brillo de Cabra en los ojos, que no se trata de pedir permiso, sino de consultar, y que es lícito esperar que incluso las reinas consulten por lo menos con su Primer ministro y su Rey... y a continuación citará unos pocos ejemplos históricos, para demostrarlo. Deberá recordarle que la realeza hace periódicamente estas consultas para evitar que las grandes decisiones sean poco prácticas e impulsivas, hasta el punto de poder poner en peligro el castillo o el reino. Si ella se propone callejear durante algo más que unas pocas horas, será más cortés que le comunique sus intenciones generales. Este será el comportamiento más bondadoso y considerado. Y esta mujer es auténticamente bondadosa. Le regocija hacer feliz a la gente. Una vez que comprenda que puede dejar mucho más dichoso y conforme al hombre que ama si demuestra algún interés por sus sentimientos, será más comprensiva y solicitará más a menudo su sabio consejo respecto de sus planes. No es cortés que ella compre un criadero de pavos reales sin advertírselo a la Cabra, ni que canjee su colección de trofeos por un helicóptero sin insinuárselo previamente. Él es un amante afable, pero sus pasiones son más profundas de lo que aparentan ser en la superficie. Sólo la mujer que conoce íntimamente al capricorniano tiene conciencia de la verdadera magnitud de sus emociones, del poder latente de su sexualidad. Es posible que hasta que haya sido sazonada por varios años de amor, la Leona sea demasiado egocéntrica para expresar físicamente el amor con todo su ser, y es posible que al principio haya en su conducta sexual un elemento ligeramente egoísta y superficial. Pero él es paciente, y está dispuesto a esperar que la riqueza que yace debajo de su vanidad femenina se transforme en ese tipo de experiencia mutua que ahondará su relación. Su apacible aire de espera, el silencio elocuente con que la toca, la conmoverán gradualmente y le permitirán demostrar la rara mezcla de afecto, ternura y sensualidad que se esconden dentro de la altanería de toda mujer Leo. Ella es una Leona. El éxtasis cabal y feroz del acto amoroso forma parte de su naturaleza, y a menudo el hombre regido por Saturno tiene la combinación justa de cualidades masculinas que se necesitan para estimular estos sentimientos de ella hasta su última expresión. La clave es el obvio deseo que él experimenta por ella, porque Leo representa para Capricornio (entre otras cosas) la octava Casa del misterio sexual, y la mujer Leo siempre se siente irresistiblemente excitada por la conciencia de que la adoran, la necesitan, la desean y la anhelan sinceramente. Si existe un aspecto negativo entre las luminarias de sus natividades, es posible que tengan dificultades de adaptación, pero la mejor forma de enfrentarlas será mediante la paciencia de Saturno (el mayor don que él le hace a ella), y mediante la capacidad del Sol para disipar las nubes y las sombras por el solo hecho de brillar (el mayor don que ella le hace a él). Él la admira por su élan natural y por la nobleza de su porte, pero la ama por la nobleza de su carácter. La inmensa generosidad y misericordia de ella mitigan la melancolía del capricorniano e incluso diluyen gradualmente su cautela. Él necesita su calor y su coraje, y ella necesita su fuerza y su estabilidad. Estos dos son muy distintos, pero cuando se produce un «casamiento entre iguales» el amor tiene poco que enseñar... ¿y quién desea quedarse eternamente en la escuela primaria? Al hombre y la mujer les resulta excitante la aventura de aprender y madurar juntos. La jungla fragante y lujuriosa de Leo puede ser un nuevo terreno

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seductor y emocionante para la Cabra acostumbrada a la monotonía continua de las cornisas, rocosas. las «purpúreas montañas majestuosas» de Capricornio atraen a la Leona curiosa con la promesa de un panorama magnífico desde la cumbre. Ésta es la llamada eterna e irresistible de lo desconocido para el espíritu humano.

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Él bullía de vitalidad y también estaba embriagado de petulancia. ¡Acaso no soy un prodigio, oh, sí soy un prodigio! —le susurraba a ella, y aunque ella pensaba lo mismo se alegraba realmente de que nadie lo oyera, en bien de su reputación. La de él.

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El hombre Leo cree ser, con creces, el hombre más práctico que se conoce. Sea cierto o no, esto es lo que cree. Se mira en el espejo, y la imagen que ve reflejada es la de un héroe apuesto, sereno e impávido, que evidentemente reúne todas las virtudes. Ésta es la imagen lisonjera de sí mismo que tiene presente en todos sus tratos con los menos agraciados por la suerte. Entonces se enamora de una chica capricorniana. Súbitamente, sin advertencia previa, se siente torpe, desmañado, patoso, impulsivo, poco práctico... quizás incluso un poco ridículo. Para un León, ésta es una mezcla de sentimientos muy desagradable. Naturalmente, no confiesa enseguida que está muy ofuscado en su presencia. ¿Qué, preocuparme yo? Como Alfred E. Neuman, el prototipo de la revista Mad, sigue sonriendo, y pretende zafarse de su embarazo fingiendo que controla la situación, simulando un aplomo que no siente realmente. La ofuscación empieza cuando intuye esta extraña «actitud didáctica» de ella. ¿O acaso es una actitud crítica? No termina de saber si lo hace sentir como si estuviera tratando con su madre, con su maestra de cuarto grado, o con su hermana mayor, que siempre lo subestima. ¿Acaso le recuerda a su padre cuando...? No, claro que no. Qué tontería. ¿Cómo es posible que una chica tan dulce le recuerde a su padre? Pero vacila, a medida que ella empieza a confiarle plácidamente sus opiniones acerca de la contraposición entre el arte abstracto y los clásicos, las razones por las cuales está resuelta a visitar Europa, cuáles son los defectos de los sistemas educacionales modernos, los motivos por los cuales piensa que construir tu propia casa es una experiencia más apasionante y completa que comprar o alquilar una concepción ajena de la vivienda... y posiblemente lo que piensa sobre el aborto legal. Él irradia un aire reconfortante y entonces su corazoncito sabía que la estimaban, seguridad ésta que los niños buscan tan desesperada y silenciosamente. Saturno les enseña a todos los capricornianos, desde la infancia, a comportarse correctamente en público, y nunca olvidan la lección. La mujer capricorniana intuye que si incurre en un despliegue público de emoción, la regañarán y se convertirá en blanco de la repulsa. Por tanto, el hábito del autocontrol se implanta cada año a mayor profundidad, ofendiendo a algunos... de modo que ella se pregunta penosamente, a solas, qué es lo que ha hecho mal. Ella no es la única. El León de nuestro ejemplo también se tortura al preguntarse qué es lo que él ha hecho mal. Si recapacita con escrupulosa introspección, comprenderá que cometió varios errores comunes con la chica Cabra: creer que podría metérsela en el bolsillo con la sola fuerza de su presencia; no demostrar el debido respeto por sus ideas muy sensatas y ya bien elaboradas acerca de cuestiones que revisten vital importancia para ella; y pretender que la complazca su oferta de moldearla, como si fuera un trozo de arcilla húmeda, para acomodarla a su imagen de la mujer ideal. Esta mujer no es un trozo de arcilla húmeda, a la espera de que el Svengali Leo la moldee. Está hecha de roca sólida, combinada con montículos de tierra (pero recordad que la tierra también puede ser cálida y segura y protectora). Un cincel, o quizás unos cartuchos de dinamita, podrían cambiar (ligeramente) la estructura de sus pautas y hábitos mentales, pero estos elementos son los que menos hay que emplear. Ciertamente no la cambiarán los sermones imprudentes y arrogantes de un León presuntuoso, aunque en todo lo demás éste la estimule magnéticamente. (Leo representa para Capricornio la octava Casa del misterio sexual, entre otras cosas.) Ella no está dispuesta a modificar su indumentaria, su peinado o sus opiniones por ningún hombre, ni siquiera por aquel del andar garboso y el fuerte atractivo de la jungla, que innegablemente hace que se le aflojen las rodillas cuando le sonríe, y que le contagia su depresión cuando ella intuye que está

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triste, ya sea que en razón de ello la Cabra exprese su compasión verbalmente o que no la exprese. Quizás él logre transformarla gradualmente —muy gradualmente— paso a paso. Pero puede olvidarse del cambio instantáneo. La chica capricorniana no hace nada instantáneamente. y las órdenes regias, aunque sean cariñosas, hacen aflorar toda su obstinación y refuerzan su voluntad que ya es de acero. Sin embargo, el carácter risueño y el aire de confianza del Leo la derriten más a menudo de lo que él supone, y al mismo tiempo la estimulan y disipan su melancolía de Saturno más de lo que ella confiesa. La Cabra lo escuchará atentamente cuando él hable de sus metas colosales y de sus ambiciones futuras. Ella está a favor de lo bueno y lo justo, así que su idealismo la complacerá... y está francamente a favor de la ambición de todas las formas y magnitudes. Cuanto más grandiosos sean los objetivos de él, más lo apoyará, aunque no vacilará en identificar cualesquiera defectos que amenacen quitarles valor práctico. Él deberá agradecer sus consejos sensatos y deberá hacer caso de su sabiduría instintiva, en lugar de resentirse. Las capricornianas tienen un don maravilloso para convertir los sueños en realidad. A la inversa, ella deberá dejarse guiar más a menudo por la valerosa personalidad de él, y escucharlo cuando le dice que atempere su cautela si no quiere que el pesimismo los sofoque a ambos. Hay placeres que sólo los conocen aquellos espíritus libres que siguen el canto de la alondra y que comprenden que la vida es más lírica cuando se corre un riesgo ocasional. El León nació sabiendo que el Reino de la Felicidad no está pavimentado con pólizas de seguro contra posibles desencantos y desastres. Él es un rey, y por lo tanto puede enseñarle los matices de la nobleza. Pero deberá conducirla desde las tenebrosas mazmorras del abatimiento hasta la luz del sol con ternura, y no con un fuerte empujón. El León enamorado de una chica capricorniana deberá grabar en su memoria la fábula de la tortuga y la liebre, aunque su desenlace pueda fastidiarlo, recordando que ella es la tortuga y él es la liebre. Él disfruta de la magia y el poder necesarios para asumir la forma y el comportamiento de una tortuga si realmente desea ganar la carrera. Pero la tentativa de azuzar a la tortuga no hace más que demorar su propio progreso, y no interrumpe la marcha lenta y deliberada de la capricorniana para cruzar la meta final. El tiempo es amigo de ella. Saturno. El Viejo Padre Cronos. Aún nadie le ganó.

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Es casi seguro que estos dos tendrán aproximadamente una discusión semanal por cuestiones de dinero. Qué derroche de horas de amor, y tan fácil de evitar. ¿Por qué discutir? Realmente a él no le incumbe saber cómo maneja ella su dinero, y a ella no le incumbe saber cómo lo gasta él. La solución sencilla consiste en que el León y la Cabra tengan cuentas totalmente separadas, por siempre jamás. Es posible que ella desee ganar su propio dinero, y él será tremendamente egoísta si se disgusta por ello. Si él quisiera compartir sus ingresos con ella después de casarse o comprometerse (porque Leo es generoso, a menos que tenga la Luna o el ascendente en Capricornio, Cáncer o Virgo), ella deberá aceptar la oferta con él mismo talante con que se la hacen, en lugar de adoptar una actitud petulante e independiente. Cualquiera que sea el sistema que elijan, ella deberá gozar de libertad para atesorar su dinero, para invertirlo como se le antoje, para contar los intereses de sus ahorros todas las noches si esto es lo que le place, sin que él la torture con sus sermones sobre la tacañería. Asimismo, él deberá gozar de libertad para confeccionar una corneta con billetes de un dólar, para repartir su dinero entre los necesitados, para comprar regalos extravagantes para sí mismo y los demás, para perder una fortuna en aras de un sueño o de una causa desahuciada, o para encender con papel moneda la lumbre en las heladas noches de invierno si esto es lo que lo hace feliz, sin tener que soportar las implacables miradas de desaprobación de la Cabra. No hay otro recurso. La locura por el dinero asesina el amor. Sin embargo no es más que papel verde, ilustrado con retratos de antiguos presidentes, chocantes piezas de metal, o cheques con imágenes de ocas silvestres y crepúsculos pintorescos, que también son... sólo papel. Únicamente el amor es auténtico. El dinero es una ilusión, un espejismo. Deberían repartírselo en la forma más equitativa posible, para luego olvidarlo. Hacer caso omiso de él. No discutirlo nunca. Como sus naturalezas son distintas, su relación física depende de los aspectos recíprocos que tienen sus luminarias, ascendentes y otros planetas en sus horóscopos. Si son desfavorables, es posible que a él le parezca que ella no responde a su apetito de afecto y sentimiento durante el acto amoroso... y es posible que ella no pueda expresarle su amor físicamente cuando él la haga sentir incompetente mediante las críticas que formula a su comportamiento sexual, que quizá no es suficientemente fogoso o demostrativo para el gusto del León. Esto producirá dos efectos infortunados: destrozará el corazón de la capricorniana y congelará sus emociones.

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Hay unas pocas (muy pocas) capricornianas cuyos hábitos sexuales han quedado patéticamente desquiciados después de que sus familias les hicieron sentir alguna forma de rechazo, el cual siempre implica una grave lesión psicológica para la Cabra. Este tipo raro de capricorniana insensible acepta el acto sexual con la misma naturalidad con que acepta un apretón de manos, actitud ésta generada por el lado negativo de la influencia de Saturno, que endurece simultáneamente sus emociones y su conciencia. Ejecuta los movimientos mecánicos de la conducta erótica y deja a sus compañeros con una sensación de frío y vacuidad, aunque no de tanto frío y vacuidad como los que experimenta ella. Inconscientemente, recurre al sexo para obtener favores, o algo que necesita, y genera una distorsión del sentido práctico positivo de la esencia del «yo utilizo», típica de Saturno.

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Pero es difícil que este tipo de chica Cabra atraiga al León orgulloso y celoso, y la gran mayoría de las capricornianas simbolizan lo opuesto de la promiscuidad: la timidez romántica y la fidelidad sexual. Si existe un aspecto armonioso entre determinados planetas, incluidas las luminarias, de las cartas de un hombre Leo y una chica Capricornio, su expresión sexual puede convertirse en un éxtasis perdurable cuando él aguarda que las emociones reprimidas por Saturno se liberen gradualmente, a medida que ella aprende a confiar en él. Entonces su unión física tendrá una nueva y trémula dimensión de ternura, y él será recompensado con la certidumbre de que ha avivado la asombrosa magnitud de la pasión 'latente de ella, que a partir de ese momento sólo será compartida con él. Para el León no hay un bálsamo tan sedante como el saber que sólo él posee la sexualidad secreta de su mujer, una parte de su personalidad íntima que no le ha revelado a nadie más que a él.

Ella debería insertar una tarjetita en su libreta de ahorros (donde seguramente la verá a menudo) con la inscripción: No ahogues su entusiasmo y generosidad con un exceso de pesimismo, depresión o cautela innecesaria, y nunca hieras su dignidad y orgullo con críticas frías, que él interpretará como un rechazo.

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Él debería insertar una tarjetita en el espejo de su auto (donde seguramente la verá a menudo) con la inscripción: Sé amable y respetuoso con su familia, reprime tus sermones y trata bondadosamente su manso corazón. Comprende que su conservadurismo emana del miedo interior a la pobreza y la soledad: un obsesivo recuerdo kármico. No olvides que necesita aún más que tú los cumplidos y la estima sinceros, y recuerda que sólo finge disgusto por el sentimentalismo y los abrazos de oso. Pensándolo mejor, la tarjeta del León deberá ser muy grande. Quizá de veinte por veinticinco. Con un marco de oro. Oro de veinticuatro quilates, para dejarlo contento. Antiguo, para dejarle contenta a ella. La capricorniana se siente más segura en contacto con antigüedades de una época más estable, confeccionadas por maestros artesanos que amaban su trabajo. Esto da a entender cuál es el tipo de regalo que él podrá hacerle en el aniversario del día en que se conocieron. Es posible que ella nunca lo mencione, pero recuerda la fecha. La anotó en su diario, que después ocultó bajo el colchón junto con la primera carta de amor de él. De la que él cree que se deshizo. Debería conocerla mejor. La capricorniana nunca se deshace de nada auténticamente valioso. De él depende que su amor por ella se cuente entre las cosas de valor.

   

 

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Tierra - Mutable - Negativo Regido por Mercurio (también por el planeta Vulcano) Símbolo: la Virgen Fuerzas nocturnas – Femenino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno

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Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación VIRGO-CAPRICORNIO

—Cuidad mucho vuestro aspecto —les advirtió Peter—. Las primeras impresiones son tremendamente importantes. Se alegró de que nadie le preguntara qué era eso de las primeras impresiones. Todos estaban demasiado atareados cuidando mucho su aspecto.

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Un fuerte vínculo que existe entre Vírgenes y Cabras consiste en que ambos tienen la misma necesidad de pasar por personas formales, y en razón de ello hablan, se comportan y viven de la manera más formal posible, para no despertar la desaprobación ni el escarnio de amigos, parientes y vecinos. Uno no se convierte en el hazmerreír de los demás si puede evitarlo... y uno puede evitarlo si lo intenta. Para ser respetado hay que ser respetable. Nada puede ser más claro ni preciso que esto. Un segundo vínculo fuerte que existe entre estos dos signos de Tierra —cuyos cuatro pies simbólicos están plantados en el suelo con tanta firmeza y espíritu práctico como pueden estarlo los pies sin llegar al extremo de clavados— consiste en la actitud que comparten respecto del dinero. Este es algo que uno gana. Es algo que uno ahorra. Es algo que uno gasta frugal y prudentemente. Es algo que uno jamás derrocha ni despilfarra negligentemente. Otro fuerte vínculo que los une consiste en lo que ambos piensan respecto del deber y la responsabilidad. Los aman. Los adoran. Él o la Virgen y la Cabra estarían igualmente perdidos y desorientados sin ellos. Dadles una misión sagrada, un deber para ejecutar, una responsabilidad para cumplir... y estarán en el séptimo cielo. He aquí un lugar interesante en el cual estar: el séptimo cielo (sobre todo para Capricornio). Porque hace mucho tiempo que los místicos arguyen, y que los antiguos sugieren, que Saturno, regente de Capricornio, es un planeta heptadimensional. (No importa qué es lo que veis con los ojos en Saturno, ni tampoco lo que veis en la Luna y en Marte y así sucesivamente. Lo que veis con los ojos es trivial. Hablamos de la función de los planetas.) Bueno, no puedo explicaros en detalle qué significa, exactamente, el aserto de que Saturno es un planeta heptadimensional. Pero quizás en términos generales...

Veréis, aquí, en la Tierra, existimos, vivimos en un planeta tridimensional, que nos da a la gran mayoría de nosotros, por lo menos, una conciencia tridimensional (de la verdad). La siguiente, o cuarta dimensión, es el tiempo mismo. Muy einsteniano. Entra en los conceptos lineales y esas cosas. (Véase el capítulo LeoAcuario.) El nivel que sigue al cuarto es (lógicamente) el quinto. El nivel de conciencia de la quinta dimensión tiene algo que ver con Vulcano, el verdadero regente de los Virgo, pero no puedo deciros exactamente de qué se trata. Si pasamos a la sexta dimensión y a la siguiente, bueno... enfocadlo así: si no sabemos ni remotamente con qué están asociadas la quinta y la sexta dimensión, en qué consisten, etcétera, no es extraño que la séptima dimensión de Saturno nos deje totalmente desconcertados. Quiero decir, ¿cómo podréis comprender la séptima si no sabéis un rábano de la quinta y la sexta? Esto es el más puro sentido común, ¿no es cierto? Y esto es algo más que comparten Virgo y Capricornio: el puro sentido común. Llevan la cabeza bien puesta sobre los hombros. Pero estamos hablando de las dimensiones, lo cual es sensato y práctico, porque

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todos nos hallamos asociados con ellas, nos guste o no. ¿No es interesante que la palabra «dimensión» contenga en su seno las palabras «die» y «dies», que en inglés significan «morir» y «muere»? Particularmente interesante porque uno debe experimentar algún tipo de muerte para llegar a una dimensión superior. (Sin embargo, no se trata, necesariamente, de la muerte del cuerpo carnal.) Ahora veis cuán apropiado resulta esto, porque Saturno, el regente de Capricornio, es el planeta astrológicamente asociado a las cuestiones vinculadas con la muerte. (Saturno y Plutón rigen. entre los dos, la muerte en todas sus diversas formas.) Nuestra plática sobre las dimensiones no es una digresión. No para las Cabras y los o las Vírgenes, ambos superconscientes de que es muy sano ejercitar de cuando en cuando los músculos mentales, para no hablar de los tendones espirituales. Volvamos a las dimensiones, pues. Tomemos una sombra. ¿Qué es una sombra? Es un objeto bidimensional, que tiene altura y anchura pero carece de profundidad, ¿correcto? Sí, correcto. Virgo se limitó a hacer un ademán de asentimiento, y Virgo siempre sabe qué es lo correcto. Capricornio sigue callado. Las Cabras nunca ofrecen una opinión ni endosan nada hasta haber tenido tiempo para practicar una larga y minuciosa deliberación... en tanto que Mercurio, el regente adoptivo de los Virgo, los induce a hablar un poco más deprisa (pero nunca descuidada ni impulsivamente). Los Virgo y los capricornianos tienen algo en común con todos nosotros, porque aquí, en este planeta tridimensional llamado Tierra, somos, todos nosotros, entes tridimensionales. Tenemos altura, anchura... y profundidad. (La profundidad es el tercer requisito para la tercera dimensión.) Por supuesto, también los tiene un edificio, así que aparentemente el hecho de ser tridimensional no implica una gran distinción. Igualmente, la conciencia tridimensional es algo con lo que debemos cargar, así que continuemos. Nosotros (y la Biblioteca Pública de Nueva York) somos objetos Tridimensionales, y cuando el Hermano Sol (una faceta vital de esta meditación) brilla sobre nosotros, a través de nosotros, desde atrás de nosotros o lo que sea (la terminología es relativamente poco importante), nosotros, objetos tridimensionales, podemos proyectar una sombra bidimensional sobre la calzada o el suelo, ¿correcto? Virgo dice que sí. Es correcto. Capricornio sigue callado. Un objeto unidimensional es una línea fina que sólo tiene altura (longitud) y ninguna anchura. y ciertamente ninguna profundidad. Tal vez nos resulte imposible imaginarlo, pero tened la certeza de que existe. De lo que se trata es de lo siguiente: si nosotros somos objetos tridimensionales. que proyectamos sombras bidimensionales (pero sólo con la ayuda del Hermano Sol o de uno de sus auxiliares más débiles: las bombillas), entonces, ¡PENSAD! ¿No se infiere que nosotros mismos podríamos ser sólo sombras tridimensionales, proyectadas por nuestras personalidades cuatridimensionales? Ahora tanto Virgo como Capricornio se han quedado callados. Bueno, os lo diré, incluso sin buscar su aprobación. Claro que esto es lo que somos. Esto es exactamente lo que somos: sombras tridimensionales que han sido proyectadas (mediante la alquimia de una luz muchas veces más brillante e intensa que la del mismo Hermano Sol) por seres cuatridimensionales llamados supra-consciente, personalidad superior, ángel superior de la propia personalidad, y así sucesivamente. Existen muchos nombres para los entes cuatridimensionales que nos proyectan a nosotros como sus sombras. Capricornio piensa ahora en los edificios, y Virgo cavila acerca de la Biblioteca Pública de Nueva York. No. Los edificios no tienen un supraconsciente. La diferencia entre las sombras bidimensionales que proyectan ellos y las que proyectamos nosotros consiste en que sus sombras no pueden moverse. Ni ellos ni nada superior que ellos tiene alguna opción al respecto. Ellos deberían alegrarse de que por lo menos les permitamos proyectar una sombra estable, inmóvil, de que los autoricemos a ser tridimensionales. Y se lo permitimos, porque nosotros creamos estos objetos inanimados a nuestra propia imagen «en 3-D», como sabéis. Como las muñecas, los trenes de juguete y otros objetos parecidos. Para nuestra propia diversión, para albergarnos y para otros fines triviales o serios. ¿Qué opción tienen nuestras sombras? No pueden moverse sin nuestra decisión. Las controlamos, tal como nuestras personalidades superiores nos controlan a nosotros. La única forma de conquistar este tipo de control sobre nosotros mismos (nuestros destinos) consiste en tomar contacto con el ser cuatridimensional que ejerce el control, sintonizarnos con él, cooperar con él, y reclamar algún derecho de opción sobre nuestras «personalidades sombra», o acaso debería decir sobre nosotros mismos, que no somos más que sombras. Nuestras propias sombras son unas tontas, porque si no lo fueran podrían hacer lo mismo: pedirnos a nosotros que les demos a ellas más derecho de opción sobre sus propias personalidades. El escritor James Barrie quiso que el simbolismo de Peter Pan y su sombra fuera mucho más profundo que el que corresponde sencillamente a un entretenido cuento infantil. Por supuesto, ninguno de los entes multidimensionales tiene absolutamente ningún poder sin el Sol y sin las luminarias aún más formidables y más lejanas. En su ausencia, todos los seres, cualquiera que sea su nivel dimensional de conciencia, son marionetas impotentes. Incluso nosotros. ¡Alabado sea el Hermano Sol! Asimismo, el poder de nuestras portentosas personalidades supraconscientes cuatridimensionales para

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«proyectar nuestras sombras» depende totalmente de una luz aún más rutilante que la de nuestro Sol. Los prismas o cristales no crearían colores brillantes y movedizos sin la luz. En la oscuridad no hay arco iris. En la oscuridad, los vitraux son lúgubres y carecen de vida. No hay reflejos. En efecto, sé bondadoso con tu sombra. Ella te necesita. Tú eres su creador. Lo que tú haces y piensas, ella también lo hace y lo piensa. Bueno, Virgo y Capricornio, ¿podéis probar que las sombras no piensan? Creedme, es posible que no prestéis constantemente atención consciente a vuestra sombra, pero sin ella estaríais perdidos y a la deriva, sin la responsabilidad de Saturno o Virgo. La echaríais de menos tremendamente. Porque vivir sin vuestra sombra implicaría vivir en la oscuridad. Ahora entendéis por qué Peter Pan quedó tan alterado cuando perdió su sombra. ¿Y no creéis que Wendy fue amable y bondadosa cuando se la cosió, cuando se la adosó para que nunca la extraviara? Wendy era Cáncer, pero coserle la sombra a Peter, para que estuviera segura, fue una idea tan práctica que obviamente debía tener un ascendente Virgo y la Luna en Capricornio. En cuanto a tratar de imaginar qué aspecto tendría un ser penta o heptadimensional, creo que no os equivocaríais mucho si imaginarais que el «ser» heptadimensional se parece mucho a Capricornio y se comporta como éste. Severo, pero cariñoso. Sabio. Paciente y sosegado, estable, fiable y digno de confianza. (Pero también algo más que un poco terco.) Como la mayoría de las otras Cabras. El «ser» o ente pentadimensional se parece mucho a Virgo. Severo, pero cariñoso. Sabio. Paciente y sosegado, estable, fiable y digno de confianza. (Pero también un poco crítico, malhumorado e inquieto.) Ahora ya sabéis a qué se parecen los «ángeles» de la dimensión superior. A una Cabra y una Virgen. Por lo menos cuando os apeáis de la escalera mecánica en los pisos quinto y séptimo. Es posible que no sepamos mucho más que cuando empezamos, pero os advertí que no podría explicarlo todo detalladamente. Sólo en términos generales... Los Virgo aborrecen vehementemente las generalidades. Son hombres y mujeres refinados, con una mente alerta, una sensibilidad aguzada y un exquisito discernimiento. Analizan todos los sentimientos, y después dicen que ellos no son en absoluto así. (Esto se explica porque analizan el análisis que vosotros les practicáis.) Las Cabras no encuentran nada que objetar en la actitud de Virgo. Les parece sensatamente cauteloso que los Virgo dediquen tiempo y esfuerzos a desmontar los relojes y los problemas y las personas para asegurarse de que sus mecanismos se encuentran en buenas condiciones antes de «comprar» el reloj, resolver el problema o decidirse a entablar amistad con la persona. Tanto Virgo como Capricornio tienen un cierto aire de dulzura y afabilidad, un comportamiento tímido y reservado que parece hacerlos confluir silenciosamente. Habrá momentos en que Capricornio pensará que Virgo se preocupa demasiado, y discute exageradamente las cosas. Posiblemente habrá momentos en que Virgo pensará que Capricornio es demasiado terco e inflexible, y que se niega a contemporizar o a someterse a la excitación del estímulo mental. Sin embargo, estos dos tienen muchas más semejanzas que diferencias, muchos más elementos de compatibilidad que de desencuentro. Su asociación está agraciada por la comprensiva configuración de signos solares 5-9, en razón de lo cual les resulta más fácil entenderse y perdonarse sus respectivos errores. Todo capricorniano proyecta una forma singular de displicencia. Cuando aparece un obstáculo, las Cabras se limitan a sortearlo y siguen trepando sistemáticamente hasta la cúspide de su meta. Esto es lo que hace que a veces las personas regidas por Saturno parezcan frías y desconsideradas: su carencia de respuesta emocional visible frente a la tensión y el apremio. Opinan que los despliegues innecesarios de emoción son ruinosos y extremadamente improductivos. La mayoría de los signos solares son incapaces de comprender semejante actitud, y por eso la interpretan equivocadamente como una prueba de crueldad o, cuando menos, de falta de calor humano. Sin embargo, un Virgo sabrá instintivamente que el capricorniano está en verdad desolado detrás del telón de hierro de la compostura saturniana, y las Cabras quedan patéticamente agradecidas por la compasión de la Virgen. Asimismo, Capricornio comprende el dolor que experimenta Virgo cuando otros lo (o la) acusan de ser crítico, remilgado y petulante. Nadie puede entender mejor que un hombre o una mujer de Saturno la automortificación o el remordimiento de Virgo por haber descuidado el deber y la responsabilidad. Capricornio intuye los dulces sueños y. anhelos encerrados dentro de Virgo, que tanto necesitan desahogarse y que sin embargo son retenidos implacablemente bajo un manto superficial de circunspección y timidez. Las Cabras lo saben. Porque son muy parecidas. Ellas también alimentan deseos difíciles de expresar. Capricornio sabe que Virgo no dice la verdad cuando afirma que prefiere estar solo (o sola). Éste no es más que un recurso fácil para ocultar tu soledad de aquellos que se limitarían a escarnecerte si supieran cuán vulnerable eres, cuán vacío te sientes a veces. Sí, Capricornio sabe muy bien que Virgo necesita simular que es más autónomo de lo que en realidad es, y se da cuenta que ésta es una manera de protegerse contra el dolor. Tanto Capricornio como Virgo se toman la vida en serio. Ambos son formales y sinceros, leales y fiables. Y ambos conocen la frustración de ser los guardianes, a menudo subestimados, del sentido común y el espíritu práctico entre aquellos que encuentran aburrida «la rutina» y que son capaces de acomodarse a los procesos vitales con una

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displicencia y una despreocupación que no están al alcance de los capricornianos .los Virgo.

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Sí, la quinta y la séptima dimensión de conciencia tienen mucho en común. Para empezar, el 5 y el 7 son números «impares», y no «pares». Hay un aislamiento implícito en el hecho de ser «impar», en tanto que las personas «pares» son más adaptables. Los y las Vírgenes y Cabras se sienten regocijados cuando están juntos, porque conocen sus respectivos secretos. Se confían sus intimidades el uno al otro, y esto les permite reír y llorar juntos y compartir el tipo de excitación, de ensueños y de experiencias fecundas que sólo pueden disfrutar cabalmente los signos de Tierra. En el seno de la Tierra yacen vetas de oro puro, a la espera de que las descubran, así como en el seno de los mansos corazones de Virgo y Capricornio yacen vetas de sabiduría de oro puro, mucho más bellas que cualquier mineral jamás exhumado, vetas reservadas para quienes son pacientes y saben dónde buscar.

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—;Válgame Dios! Por cierto que a veces pienso que las solteronas son dignas de envidia. — Cuando lanzó esta exclamación, sus facciones se iluminaron. Recordáis su loba domesticada. Bueno, no tardó en descubrir que ella había llegado a la isla, y la encontró, y se arrojaron la una en brazos de la otra.

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Como siempre ocurre en la astrología, existe una razón por la cual el símbolo de los Virgo es la Virgen. De ambos sexos. Para ser sinceros, casi todos los Virgo preferirían vivir eternamente solos. (No necesariamente como vírgenes literales, por supuesto, pero sí solteros.) A la mujer Virgo pocas veces le entusiasma la idea de tratar de acomodar su estilo de vida a los hábitos de otra persona (sobre todo si esta persona tiene hábitos desordenados). En realidad esto le plantea un tremendo dilema, porque puede enamorarse tan profunda y vehementemente como cualquier otra mujer. Y una vez que se ha enamorado, la torturan sentimientos antagónicos. Se da cuenta de que estaría mucho más cómoda en una relación reconocida y respetada por la ley y la sociedad. A saber, el matrimonio legal. En segundo término, cuando ama realmente a un hombre, siente que tiene el deber de casarse con él, de darle hijos, de zurcirle los calcetines, de rallarle el apio y las zanahorias, de evitar que las camisas lo humillen (y la humillen a ella) con un cerco alrededor del cuello, de ayudarlo a confeccionar su declaración fiscal y a soportar todas las cargas humanas necesarias. Sus hermosos ojos claros se empañan, y la preocupación traza arrugas sobre su frente pura. Cuanto más analiza el caso, más ofuscada está. Afortunadamente, se trata de un signo de Tierra, y no de un signo de Aire como Libra. Si una dama Libra tuviera el problema de la Virgen, perdería verdaderamente la chaveta como consecuencia de sus esfuerzos por tomar una decisión. Virgo conservará el aplomo mientras analiza todos los detalles del dilema matrimonial y enfocará el panorama de conjunto con un talante razonablemente sereno. Pero es posible que se muerda mucho las uñas, y esas arrugas de preocupación reflejarán su turbación interior. Sobre todo, retendrá el problema en su fuero íntimo, lo discutirá consigo misma, como Narciso, mientras aún esté insegura. El lado positivo del conflicto que se le plantea en torno de si debe casarse o no lo hemos enunciado un párrafo más arriba: todas las razones por las cuales siente que debería capitular y renunciar a su soltería. El lado negativo reside en el significado del matrimonio, o en lo que éste significará probablemente para ella, en su condición de Virgo. Significará que debe acomodar su vida a los caprichos de otro individuo, que debe adaptarse a estar permanentemente alerta, durante las veinticuatro horas del día, para cocinar, zurcir, hablar de trivialidades, hacer el amor, engendrar hijos, criar hijos, barrer, cepillar, limpiar... a lo cual se suman la colada, las cuentas, la necesidad de transigir respecto de las actividades sociales y de otro centenar de áreas en las que es posible que sus preferencias choquen con las de su marido. (Virgo odia los choques. Éstos la ponen nerviosa.) No obstante su reputación de ser pulcras, aseadas y ordenadas, no todas las mujeres Virgo del mundo son amas de casa natas. En verdad, muy pocas de ellas lo son. (Un poco más adelante discutiremos por qué.) Por consiguiente, el riesgo de convertirse en una esclava de la rutina doméstica ocupa un lugar prioritario en la lista de las razones por las que preferiría no casarse... y es por ello por lo que muchas chicas Virgo deciden, en la flor de la juventud, que la institución del matrimonio está reservada para los débiles mentales. Pero también

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debe pensar en sus amigos, parientes y vecinos. ¿Qué opinarán ellos de su decisión de permanecer soltera? ¿Y qué decir de su responsabilidad respecto del hombre al que ama? ¿Cómo podrá apañarse éste si no la tiene a su lado por la noche y por la mañana, en el caso de que necesite algo y ella esté en el otro extremo de la ciudad'? Si no se casaran legalmente, pero se limitaran a encontrar un apartamento apropiado a mitad de camino entre el empleo de ella y el de él, y vivieran juntos. ¿no se vería ella obligada a realizar igualmente todas esas faenas conyugales en beneficio de él (convirtiéndose en una esclava de la rutina doméstica) aunque no fuesen realmente marido y mujer? Puedo contestar esta pregunta en lugar de ella, sin dedicar mucho tiempo a analizarla. Sí, esto es lo que ocurriría. De modo que la Virgen debe optar entre seguir siendo virgen... o convertirse en esposa. Éstas son las dos únicas soluciones sensatas para una dama con un sentido tan acendrado del deber para con su amante, que el solo hecho de verlo más o menos a días alternos no basta para eliminar su preocupación corrosiva de que él pueda necesitarla de alguna manera durante las horas que pasan separados. Si aún no habéis comprendido que a la mayoría de las mujeres Virgo las regocija interiormente el hecho de saberse necesitadas (por mucho que se quejen de ello). ya podéis daros por enterados de que es así. Si el hombre que ama resulta ser un capricorniano, su dilema implica un derroche de horas útiles que podría haber empleado lucrativamente de otra manera. Si está implicada en un amorío serio con una Cabra, puede olvidarse de los análisis. No siempre, pero por lo menos ocho veces sobre diez, el capricorniano que ama realmente a una mujer la convertirá en su honesta y respetable esposa... o de lo contrario la dejará y se transformará en un amargado y rumiará su pérdida durante años, antes que consentir, durante el lapso que sea, en una relación que no cuente con la ratificación legal, social o religiosa, o que entre en conflicto con las costumbres consagradas... y menos aún en una relación que pueda disgustar a su sacrosanta familia. La revolución sexual ha cambiado muchas tradiciones, pautas y conceptos antiguos, pero aún no ha hecho mella en la personalidad básica, propia del signo de Sol, de las Cabras. Tampoco es probable que la haga en el futuro próximo. Se necesitarán varias generaciones para convencer al capricorniano de que vivir en pecado no es vivir en pecado, ni siquiera cuando él vive renuentemente en esa condición. Además, este hombre casi siempre querrá formar una familia, y no accederá a criar hijos e hijas ilegítimos, despojados del gran privilegio de ostentar su apellido. Esto es impensable. Es sacrílego. Peor aún, sería humillante. A la mujer Virgo también le resultará difícil eludir el matrimonio con su Cabra porque a los dos los guía emocionalmente, en su relación amorosa, la configuración de signos solares 5-9, o sea la vibración más esencialmente compatible que los planetas juzgan apropiado conceder a los mortales. Naturalmente, ésta no es una garantía absoluta de felicidad. Incluso las personas del grupo 5-9 deben poner un esfuerzo de su parte, y siempre existen unas pocas parejas 5-9 cuyas luminarias tienen un aspecto adverso en sus cartas natales. De todos modos serán inusitadamente comprensivas en su relación recíproca, pero tal vez les resulte difícil transigir en sus desacuerdos. Sin embargo, es beneficioso contar con esta influencia como base para el amor, y ya sea que los amantes 5-9 intercambien un aspecto natal Sol-Luna positivo, o negativo (además de sus soles en trígono), siempre serán más desdichados cuando estén lejos el uno del otro que la mayoría de los otros hombres y mujeres que se separan por una razón u otra. De modo que en realidad no servirá de mucho que ella intérprete una danza de incertidumbre con este hombre. Cuando la Virgen y la Cabra se encuentran, experimentan un tironeo kármico que viene desde hace mucho tiempo y desde muy lejos, mezclado con una empatía y comprensión casi instantáneas por sus respectivos puntos de vista. Sus auras se mezclan, se acomodan armoniosamente... y después de eso es tan difícil y delicado desenredarlas como lo es desenredar las bolas de pelo de un gatito persa. (La mayoría de los Virgo tienen un gato o dos. Los Virgo tienen una obsesión con los gatos. Los veneran o no soportan estar en la misma habitación, o incluso en el mismo barrio, con algo de naturaleza felina. Pero nunca son sencillamente neutrales respecto de los gatitos.) Estos dos se comunican estupendamente, ya sea que estén bailando (cosa que no hacen a menudo, y menos aún cuando al día siguiente tienen que concurrir muy temprano al trabajo o a la escuela), o que se limiten a conversar y relajarse, o que trabajen en un proyecto conjunto... o que estén haciendo el amor, actividad ésta de la que ambos disfrutarán inmensamente. A ninguno de los dos le resultará fácil comportarse con naturalidad respecto del sexo. Secretamente, ambos siempre han temido tener alguna carencia en este contexto. Pero cuando la chica Virgo se derrite acurrucada en los brazos seguros del hombre capricorniano que ama, parece perder toda su frialdad, su indiferencia y sus inhibiciones. Lo mismo vale para él, cuando esta mujer se reclina confiadamente contra su hombro en la oscuridad, y después se sigue acercando poco a poco. Su necesidad crece lentamente, hasta que se torna profunda y arrolladora. Cuando dos signos de Tierra expresan físicamente su deseo mutuo, sus sentimientos pueden ser muy poderosos... en una palabra: sísmicos. Las chicas que él conoció en otra época y que quizá creyó amar... los hombres que ella conoció en otra época sin

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saber muy bien si los amaba... se quedarían atónitos. Hasta que descubrieron una emoción en cuya reciprocidad cabal podían confiar, posiblemente la chica Virgo y el hombre capricorniano fueron acusados más de una vez, por los demás, de ser fríos e insensibles al romance. Por esto su unión sexual es a menudo un interludio cálidamente íntimo entre sus otros niveles de contacto. Quizá sea la primera vez en su vida que se sienten libres para exhibir su auténtica personalidad, sin ocultar nada, amando con una naturalidad y un sentimiento de integridad humana que siempre anhelaron conocer y compartir, pero que nunca pudieron terminar de alcanzar con ningún otro... hasta que se encontraron recíprocamente y pudieron experimentar un inesperado terremoto de pasión. En un párrafo anterior de esta sección prometí explicaros por qué las labores y faenas domésticas no entusiasman a muchas mujeres Virgo. Por supuesto, a algunas sí las entusiasman, y en estos casos disfrutan inmensamente de ellas... pero es sorprendente el porcentaje de Vírgenes que no experimentan esta satisfacción. La persona que detesta vivir en medio del desorden no es necesariamente una persona a la que le encanta mantener las cosas en orden. Descontadas las Virgo que tienen hogares impecables, a las otras las pone nerviosas la imagen del desbarajuste continuo de la existencia cotidiana. Haces una cama, lavas un plato, friegas el suelo, lavas una bolsa de ropa mugrienta, y casi antes de que hayas terminado, la cama está nuevamente deshecha, los platos están nuevamente sucios, unas botas enlodadas han dejado sus huellas en el suelo, y las ropas limpias se ensucian apenas las usas. Esto es desalentador y te obliga a vivir analizando la forma de lidiar más eficientemente con todas estas faenas, lo cual fatiga la mente y te deja exhausta e incapacitada para realizar tu trabajo (generando un círculo vicioso); aparte de lo cual no existe un sistema para solucionar el problema de las camas que sencillamente se resisten a permanecer hechas, de los platos que se niegan obstinadamente a continuar impecables, de los suelos que necesitan perversamente un barrido y un fregado pocas horas después de que los has dejado recién encerados y relucientes... y de las ropas limpias que insisten en reclamar que las laves y las blanquees y las seques repetidamente. Verás, la razón por la cual tantas mujeres Virgo pulcras y aseadas sienten, paradójicamente, un odio casi neurótico contra las faenas domésticas consiste en que todas ellas son perfeccionistas, y para un perfeccionista no hay nada tan desalentador como algo que ha conseguido poner en orden y dejar bello y pulcro, y que sencillamente se niega a mantenerse así, por mudo esfuerzo que se invierta. Porque esto le crea a la Virgo una preocupación capaz de producir úlceras, a saber, simplemente: ¿es sensato o práctico derrochar tanto tiempo valioso en volver sobre los propios pasos? Cuando finalmente resuelven que no es ni lo uno ni lo otro, las Vírgenes dejan a menudo los platos apilados en el fregadero, las camas deshechas, la ropa sin lavar, el suelo surcado de huellas... y corren desesperadamente en busca de algún tipo de trabajo donde su talento para poner orden en el caos y la confusión valga algo. Infortunadamente, esto no siempre da resultado, porque entonces la Virgo empieza a padecer toda clase de dolencias físicas y emocionales, en razón de que experimenta un sentimiento de culpa inconsciente por haber descuidado su «deber». Estas chicas necesitan mucha compasión. Aunque las Cabras no son excesivamente sensibles, el vínculo 5-9 que los une permitirá que el hombre Cabra mitigue los tormentos y traumas infantiles de su mujer Virgo con una consideración más genuina que la habitual en él. Él sabe lo que es sufrir los tormentos de culpa y frustración que acompañan a la presunción exagerada de haber descuidado la propia responsabilidad. En verdad, los accesos de depresión que afligen periódicamente al afable y formal capricorniano emanan a menudo de los mismos ramalazos de autocrítica y automortificación que aquejan a su dama Virgo. Él tiende a castigarse a sí mismo con tanta severidad como ella, oculta su dolor como ella, y controla sus emociones como ella. Pocas veces deja que estas emociones se desahoguen encauzándose hacia la libertad de la expresión natural. En cuanto a esas áreas dispersas de tensión que afloran entre los dos, digamos que podrían manifestarse si ella critica exageradamente, de alguna manera, a la familia de él, o si se excede una pizca en sus reprensiones. Todas las Cabras tienden a rebelarse y a embestir con sus tercos cuernos cuando las reprenden o las empujan. La negativa de él a pasar suficiente tiempo conversando con la mujer Virgo acerca de los centenares de cosas que ésta lee y oye, y que estimulan su mente activa, alerta, podría provocar algunas reyertas. A ella le gusta estar siempre analizando algo verbalmente o haciéndolo físicamente. El ocio la aburre y la inquieta, en tanto que el metabolismo y la conducta cotidiana de él están sintonizados en un ritmo mucho más parsimonioso, distendido. A esto se suma el egoísmo autoprotector de Saturno, la actitud de Capricornio que se resume en la frase «primero yo», actitud ésta de la cual él pocas veces tiene conciencia. Si él se aprovechara indebidamente de la generosa necesidad instintiva de servir que alimenta ella, su relación podría desequilibrarse, y ella podría guardarle un rencor secreto durante mucho tiempo, antes de manifestarlo en un altercado de consideración. Es posible que entonces ella decida que había tenido razón inicialmente al pensar que la única forma de vivir sensata y pacífica era la de las personas solas, y que meta en una maleta sus vitaminas, su diccionario, su calculadora de bolsillo, su cepillo de dientes y sus otros artículos personales... y lo deje plantado. También es

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posible que la separación no dure mucho. Al cabo de más o menos un mes, cuando ella ya esté instalada en su apartamento de soltera, disfrutando nuevamente de la existencia solitaria, una noche se sorprenderá al descubrir sus propias lágrimas, en medio del silencio que había creído que sería apacible pero que en cambio sólo contiene, al fin y al cabo, el tremendo dolor del vacío. Entonces comprenderá que añora los momentos en que estaba acurrucada en sus brazos... sus suaves ojos chispeantes de Cabra y su tímido humor... e incluso su hosquedad circunstancial, sus enfurruñamientos y sus accesos desconsiderados de egoísmo que ocultaban un corazón bondadoso, cariñoso y leal. Tan bondadoso, cariñoso y leal como el de ella. ¿Ése es el repicar del timbre? Sí, lo es. ¡Qué sorpresa! Es él. Ha encontrado una excusa perfecta para visitarla y preguntarle cómo se las apaña sin él. Cuando se fue, se llevó por error el cepillo de dientes de él. Le devuelve el de ella, para que puedan intercambiarlos. Ella lo mira atónita, por un instante, y después exclama: «¡Pero si no me di cuenta, y ya hace casi un mes que uso tu cepillo!» Él le contestará que tampoco lo notó enseguida, y que él ha estado usando el de ella. Entonces se arrojarán el uno en brazos del otro, porque comprenderán que ya de nada vale seguir riñendo. Se aman. ¿Cómo podrían haber usado cada uno el cepillo de dientes del otro, si no se amaran? No podrían haberlo hecho. Para Virgo y Capricornio éste es el colmo de la intimidad, la prueba definitiva de la fusión predestinada. De lo contrario, obviamente, ambos se habrían convertido en estatuas de piedra como castigo por semejante trasgresión indecorosa a las normas de la costumbre. ¡Inesperadamente los dos se sienten libres como pájaros! Él la lleva en auto de vuelta a casa, ese lugar tan dulcemente conocido, pero como aún se sienten libres, en lugar de entrar corren una carrera hasta el patio del fondo. Él se quita su corbata formal y la arroja sobre los brazos estirados del árbol más próximo... ella se quita sus remilgadas sandalias de Virgo... y bailan descalzos a la luz de la Luna, bajo las asombradas estrellas, con un delicioso cosquilleo de hierba en los dedos de los pies, embriagados por la espesa fragancia de las madreselvas. Finalmente, caen al pie del árbol, riendo y llorando al mismo tiempo... y de pronto, sin una advertencia previa, se hace el silencio entre los dos. Sólo se oye el chirrido de los grillos. Ambos saben lo que significa el silencio. A veces, la necesidad no espera. Al fin y al cabo, ése es su patio, está circundado por un alto muro, un empinado abeto y setos, y los vecinos duermen... Ya es hora de que rompan las cadenas de la restricción, de que aprendan que el amor no se dejará aprisionar por reglas ajenas. Desde un lugar remoto, el verdadero planeta regente de Virgo, Vulcano, hace retumbar un trueno de aprobación... mientras que en el cielo Saturno llora con una extraña y desusada alegría. Al cabo de un rato empieza a caer una lluvia mansa, constante. Ni siquiera la notan. Seguramente su mejor corbata se estropeará. ¿Pero a quién le importa? Su Virgen le tejerá otra nueva, ahora que está de vuelta en casa, donde debe estar. Esa noche, por supuesto, hubo un terremoto... pero no de los que se pueden medir en la escala de Richter.

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Pero sencillamente debes caer bien, y Peter te mide para tu árbol tan cuidadosamente como para un traje. La única diferencia consiste en que la ropa la confeccionan para que te caiga bien a ti, en tanto que a ti te confeccionan para que le caigas bien al árbol. Generalmente, esto es muy fácil de lograr, por ejemplo mediante el uso de demasiadas prendas, o de muy pocas. Pero si tienes protuberancias donde no debes, o si el único árbol disponible tiene una forma rara, Peter te introduce algunas modificaciones, y entonces caes bien. Una vez que caes bien, hay que tomar muchas precauciones para que sigas cayendo bien, y esto, como habría de descubrir Wendy para su mayor deleite, mantiene a toda una familia en perfecto estado.

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Puesto que lasCabra prefieren encararse con la verdad sin flaquezas, a la mujer capricorniana que cree que podrá trocar al hombre Virgo amado en lo que ella considera la imagen correcta de un amante, esposo, padre y respetable proveedor de fondos, le advierto aquí mismo, desde el punto de vista astrológico, que no será un juego de niños alcanzar esa meta. Aunque el planeta regente de ella, Saturno, sea tenaz y paciente e inflexible, el verdadero planeta regente de Virgo, el tonante Vulcano, también tendrá que decir algo muy categórico al respecto. Como Vulcano aún no ha sido descubierto e identificado (aunque el hecho es inminente: véase el capítulo VirgoVirgo), el hombre Virgen aún continúa sometido a la influencia parcial de su regente adoptivo, Mercurio. Esto le confiere por añadidura, además de las lejanas pero obstinadas vibraciones de resistencia de Vulcano, el intelecto vivo y la ágil perspicacia de Mercurio, junto con la técnica de Mercurio para evadirse rápidamente, con pies alados, de las situaciones incómodas. Por consiguiente, a la larga, existe más o menos el mismo porcentaje de probabilidades de que él termine por ser quien la acomoda a ella a su criterio sobre la forma en que se deben medir las cosas, y no a la inversa. Y es posible que, por lo menos al principio, su criterio no incluya el matrimonio. Lo que lo ofusca no es sólo la idea de un compromiso de larga duración, sino la restricción de su libertad, la necesidad de acoplar sus hábitos personales a los hábitos personales extraños y desconocidos de otro ser, la falta de... bueno, la falta de intimidad que trae aparejado el matrimonio. ¿Y si ella resultara ser una de esas personas que llenan el botiquín del cuarto de baño con todos sus aderezos de belleza femenina, sus cosméticos y cosas parecidas, sin dejarle espacio a él para su leche de magnesia, sus múltiples antiácidos, su polen de abeja, sus vitaminas, sus apósitos, su yodo, sus vendas, su Alka Seltzer, sus analgésicos, sus alicates para las uñas de los pies y su dentífrico? No, no es una de esas personas. Pocas, poquísimas chicas Cabra son adictas a los afeites y los productos de belleza. Saturno dotó a la mayoría de ellas con un cutis impecable que sólo mejora con el transcurso de los años. Como todas las capricornianas parecen más jóvenes a medida que envejecen, no necesitan de esos artificios. Las aburren y además son costosos. La Cabra no alimenta la intención de financiar a Revlon, para que esta firma pueda comprar espacios publicitarios que la fastidian con interrupciones mientras mira la televisión. Bueno, está bien, pero podría tener más o menos otra docena de hábitos capaces de ofuscarlo. Por ejemplo, a él le gusta que le sirvan sus huevos escalfados de determinada manera, y tardó años en adiestrar a determinado camarero de su restaurante favorito para que se los prepare en la forma correcta... ¿Cuánto tardará en adiestrarla a ella? Incluso podría ser una de esas mujeres que hablan incesantemente por teléfono, o peor aún, en la cama, costumbre que volverá a producirle jaquecas, o un nuevo ataque de transtornos intestinales. Él acaba de pagarle dos meses de su sueldo a un homeópata para que lo libre del asma y de la alergia a los jabones perfumados, de las jaquecas y de los transtornos intestinales (en realidad, un fuerte estreñimiento) y no está dispuesto a volver a pasar por ese suplicio, si puede evitarlo. Probablemente sus preocupaciones son injustificadas. Puesto que se trata de una capricorniana, no sería extraño que sepa preparar huevos escalfados, y ciertamente no es propensa a comportarse como una máquina parlante en el teléfono, en la cama... ni en ninguna otra parte. Si él la ama realmente, deberá hacer un balance, controlarse, y comprender las ansiedades que genera en esta afable dama que es realmente una dama —tan competente, leal y atractiva— al encapricharse en no formalizar y legalizar su amor. Ella no nació para vivir un amorío interminable. El hecho de trasgredir las convenciones la hace sentir vagamente incómoda, no puede soportar la desaprobación de su familia... y tiene ambiciones definidas para el futuro. A su juicio, la vida y el amor deben tener una finalidad clara, una orientación y una meta concretas. Además, probablemente querrá ser madre algún día. No llenar la casa de críos, eso no. Pero quizás uno. O posiblemente dos. Y le gustaría que tengan otro apellido, además del de ella.

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Harán falta más que unas pocas generaciones para que los cambios de la era de Acuario extirpen de los cromosomas de la chica Cabra su veneración innata por el círculo familiar, su arraigada convicción de que debe ser protegido como baluarte de la civilización misma. Tiene razón, desde luego. Los capricornianos generalmente la tienen. Saturno, su regente, simboliza la sabiduría adquirida mediante la experiencia, la fe en lo antiguo y fiable sobre lo nuevo y dudoso que aún no ha sido puesto a prueba. Al final, siempre se demuestra que el juicio de Saturno es el conecto. A veces se necesitan muchos años, incluso siglos, de paciencia, pero el mismo Saturno nunca se equivoca. Por eso a veces los capricornianos están tan deprimidos. Esto se les contagia de Saturno, como una enfermedad. Claro que te sientes solo y deprimido cuando sabes tanto y debes esperar tanto tiempo para compartir tu sabiduría, mientras en el ínterin todos te detestan, te llaman presumido y remilgado. O, peor aún, se burlan de ti porque no comprenden que el Padre Cronos justificará tu sabiduría. Esto deprimiría a cualquiera. Deprimió al Viejo Saturno (el Maestro del Karma planetario) durante tantos eones, que no es raro que quienes nacen bajo su influencia caigan periódicamente en una glacial melancolía, y se queden sentados, cavilando, sin ninguna razón visible. Pero existe una razón para los accesos de laconismo de esta mujer, y ahora ya sabéis cuál es... aunque es posible que ella no lo sepa. La capricorniana sólo sabe que a veces experimenta una congoja y una sensación de soledad inexplicables, un sentimiento de que todo es inútil... y mientras se encuentra en este estado ni siquiera la mejor noticia del mundo podría arrancarle una sonrisa de alegría. No, hasta que haya cambiado de talante. El hombre Virgo que la ama no le prestará un gran servicio si empeora los períodos de desconsuelo de la chica Cabra sumándoles la preocupación por lo que dirá la gente si no planean casarse. De cuando en cuando será la capricorniana la que eludirá el altar, porque éste podría convertirse en una circunspección displicente. Pero la separación los conmueve hasta las raíces, cualquiera que sea el medio que emplean para escapar de la desolación. Por supuesto, las heridas pueden cicatrizar finalmente, pero esto lleva mucho, mucho tiempo. (Barbra Streisand es un Tauro de signo de Tierra, su ex marido Elliot Gould es un Virgo.) Puesto que la separación es tan dolorosa para los amantes del elemento Tierra guiados por la vibración 5-9, vale la pena que hagan grandes esfuerzos para transigir en sus desavenencias. Con las excepciones siempre presentes que confirman la regla, cuando Virgo y Capricornio (o cualesquiera otras parejas de signo de Tierra) ponen fin a su relación, esto raramente se explica por la muerte de su amor... o por la intromisión de una tercera persona. Es casi siempre la ambición, la carrera o la meta de uno, lo que deja al otro rezagado. Generalmente ésta es la semilla del problema, aunque la oculten o le pongan otros rótulos. Tanto el hombre Virgo como su chica Cabra son tercos. Cuando se sienten agraviados ambos utilizan la frialdad como arma... para devolver el agravio. Ambos son reservados, y para el uno y el otro... el amor es algo muy íntimo. Pero ninguno de los dos dejará al otro en la estacada, si puede evitarlo. Son leales. Y la lealtad es el cimiento más sólido sobre el que se puede edificar un amor perdurable. Aunque parezca que el amor ha sido destruido, siempre se puede reconstruir sobre la base firme de una lealtad inconmovible que no se resquebrajó en los días de frío glacial. que soportó el fuego de la cólera y el embate de todo tipo de emociones pasajeras. Cuando Capricornio y Virgo tienen una desavenencia, pueden fingir que la canción ha terminado. Pero no es así. Ese sólo fue el primer verso. Hay estribillos que aún no entonaron. Una noche se encontrarán en una fiesta, donde cada uno aborrecerá interiormente a las multitudes y deseará estar en otra parte... en cualquier lugar menos en medio del bullicioso tumulto de personas que intercambian palabras huecas. Entonces ala comprenderá que el único remanso dentro de esa habitación está en los ojos de él, que la contemplan dulcemente, pero a la expectativa. Él comprenderá que el único sosiego y la única paz dentro de esa habitación están en la sonrisa vacilante de ella. Observa que ella parece aún más joven ahora que hace años, cuando se conocieron. (Por supuesto, los capricornianos rejuvenecen a medida que pasan los años, favorecidos por el don de Saturno de la inversión cronológica, ganado con tantas penurias.) Ella observa que él es evidentemente más inteligente, reflexivo y completo, cuando se lo compara con todos los otros hombres que exhiben su sofisticación rebuscada, su comportamiento agresivo, sus chistes gastados, sus actitudes decadentes. El humor tímido de él es mucho más sensible. Al cabo de un rato, el hombre Virgo se acercará a su chica Cabra... lentamente, pero con mucho, mucho aplomo, y volverá a decirle «hola». Ella intentará contestarle con un saludo circunspecto, altanero... pero inesperadamente las palabras se le atascarán en la garganta, y se limitará a sonreírle, en silencio. No importa. Porque eso sigue allí. El estremecimiento que los une. El saber. La intimidad. Es hora de iniciar el segundo estribillo de su canción, con la vieja melodía conocida, pero con nueva letra.

 

 

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LIBRA

CAPRICORNIO

Aire - Cardinal - Positivo Regido por Venus Símbolo: la Balanza Fuerzas diurnas - Masculino

Fuego - Mutable – Positivo Regido por Júpiter Símbolos: el Arquero y el Centauro Fuerzas diurnas – Masculino

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La relación LIBRA-CAPRICORNIO

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El pandemónium de arriba ha cesado casi tan súbitamente como comenzó. Pasó como una fuerte ráfaga de viento. Pero ellos saben que al pasar ha determinado su destino.

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Los desafíos que se cruzan en el camino de las personas influidas por cualquiera de las configuraciones de signos solares 4-10 son considerables. Pero la prueba por la que deben pasar las almas en una relación 4-10 en la cual ambas personas nacieron bajo un signo cardinal (de liderazgo) es aún más formidable. Las vibraciones 4-10 cardinales son: Aries-Cáncer, Aries-Capricornio, Cáncer-Libra y LibraCapricornio. (Para más información, véanse las secciones especiales al final de este libro.) Cuando las tensas vibraciones 4-10 acosan a dos amigos, parientes, socios, amantes o consortes de signo mutable, éstos triunfan sobre las dificultades y cosechan las recompensas en forma de un sólido (y casi siempre urgentemente necesario) desarrollo de caracteres... o se distancian y separan gradualmente... o viven «dobles vidas» («comunicándose» bastante estrepitosamente en el ínterin cuando disputan, porque todos los signos mutables son «comunicadores»). Cuando dos «organizadores» de signo fijo se enfrentan con la influencia 4-10, alcanzan la armonía mediante ese tipo de supremo esfuerzo recíproco que genera una nueva confianza y satisfacción interior... o se eluden tenazmente el uno al otro lo más que pueden... o se alejan a «reorganizar» sus vidas, y nunca vuelven. Sin embargo, cuando dos personas de signo solar cardinal entran juntas en la competición 4-10, se conforman con un empate en el cual el control de la relación se reparte equitativamente entre ambos... o un «líder» conquista netamente al otro «líder» en una victoria arrolladora (pero desafortunada), y deja al vencido tristemente derrotado. Este último aceptará su destino convirtiéndose a la larga en un seguidor introvertido y renuente (situación siempre anómala para una persona cardinal) o al fin conseguirá zafarse definitivamente, reconquistando así la confianza en sí mismo que perdió en el curso de esta relación. Obviamente el final empatado es la meta ideal para Libra y Capricornio así como para todas las combinaciones cardinales. Por supuesto, nunca es fácil hace; durar el «empate». Alguien reclama un recuento... y es posible que los dos participantes se vean obligados a ir a las urnas (al punto de partida o a lo que sea) más de una vez para confirmar la votación en virtud de la cual se distribuyen la popularidad y la autoridad por partes iguales. Pero ciertamente esta alternativa es mejor que las otras. Es cierto que los maestros del Karma exigen mucho de quienes unen sus vidas mediante los complicados hilos 4-10. Sin embargo, como ya he dicho, las recompensas que cosechan los victoriosos son mucho más halagüeñas que las conferidas a las combinaciones de compatibilidades más «afortunadas». Una cosa es cierta. Si conocéis a una pareja 4-10, como Libra y Capricornio, y sus miembros os dicen que su asociación ha sido feliz armoniosa durante muchos años, podéis estar seguros de que se cumple una de las condiciones siguientes: a) los aspectos luminarios (Sol y Luna) y ascendentes entre sus horóscopos están en conjunción, en sextil o en trígono; b) uno de ellos fue adoptado y le dieron una fecha de nacimiento falsa; o c) estos dos terráqueos merecen el respeto y la admiración que se reserva habitualmente para los héroes y heroínas, porque han plasmado sus respectivas personalidades y caracteres en el molde del desinterés y la tolerancia necesarios para adaptarse a sus actitudes y motivaciones totalmente distintas, con la amalgama de autocontrol y compasión que es la materia prima de la santidad. Es posible que no sean literalmente santos, pero estarán más próximos que la mayoría de las almas atribuladas a ese nivel de autodisciplina y auténtica

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dicha interior. La sumisión, la humildad y la abnegación son sinónimos de la plétora de paz y de otras formas de serenidad interior y exterior, pero pocos lo creen antes de haberlo intentado... ¡y como no lo creen, muchos no lo intentan! Claro que el experimento puede ser monótono y triste si sólo una persona lo intenta, y la otra no coopera. El martirio es tremendamente aburrido, si las dos personas no se sacrifican juntas. Entonces el desenlace no es justo: el halo conquistado produce la sensación de una faja de hierro y no tiene mucho brillo. Las alas también son un poco pobres de plumas y bastante enclenques. Es difícil ajetrearse sólo para alcanzar la categoría de santo o ángel. Además, si no se actúa con prudencia, la «dulce humildad» puede cruzar el límite que la separa del masoquismo. El límite es muy sutil, y el masoquismo no es sinónimo de santidad, aunque los perfeccionistas y remilgados os digan lo contrario.

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Capricornio es un signo solar femenino, regido por un planeta masculino (Saturno). Libra es un signo solar masculino, regido por un planeta femenino (Venus). Esto ayuda muchísimo á los hombres, mujeres y niños Libra y Capricornio a lograr una aleación armoniosa en su relación, porque cada uno lleva la aleación en sí mismo, y puede intercambiarla. La aleación apropiada de las cualidades «femeninas» de dulzura, paciencia y sensibilidad con las cualidades «masculinas» de energía, firmeza e idealismo. Ahora que la Balanza de Libra oscila acunada por la suave brisa del dichoso equilibrio, toda sonrisa y hoyuelos... y ahora que Capricornio admite sabiamente con una complaciente inclinación de cabeza que la paz es mejor que el conflicto... estamos en las mejores condiciones para el comienzo de la carrera entre estas dos personas competitivas. Por tanto, será una competición muy amistosa hasta el emocionante final, que se resolverá mediante el estudio de la fotografía. (Libra querrá estar seguro —o segura— de su belleza, si ha de haber un fotógrafo cerca, en tanto que la Cabra gruñirá que eso no importa, pero se mirará disimuladamente en el espejo para verificar si su corbata está derecha, o —si se trata de una Cabra mujer— si su cabello está razonablemente bien peinado.)

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Sin embargo, es posible que el «comienzo en buenas condiciones» de estos dos no dure mucho. Ellos no son los responsables. Los que deberán entonar con razón el «mea culpa» son sus planetas regentes. ¿Cómo podría ser injusto Libra? ¿Cómo podría ser imprudente o precipitado Capricornio? Ambos son muy buenas personas. No, la culpa recae sobre los insoportables planetas regentes. Éstos causan todos los problemas. En honor a la verdad, Venus y Saturno no son precisamente lo que un astrólogo llamaría camaradas del espacio. La Venus de Libra es propensa a la permisividad afable, a la tolerancia liberal, a veces a los excesos de prodigalidad y placer, y de cuando en cuando a un poco de desidia. El Saturno de Capricornio es propenso a la disciplina rígida, a la inflexibilidad conservadora y nunca a los excesos de ninguna naturaleza, y menos que nada a los del placer, con una marcada tendencia a la economía del bolsillo, de las emociones y del comportamiento. En cuanto a la desidia (que para la Cabra típica es sinónimo de holgazanería y de despreocupación por el deber), pocos capricornianos son culpables de dejar para mañana lo que pueden obligarse a hacer hoy. Si circunstancias que escapan a su considerable control impusieran un aplazamiento, no derrocharían tiempo y energía valiosos en disputas, debates, discusiones, llantos, frustraciones, indecisiones o cualesquiera otras de esas estrategias y defensas típicas de Venus. Sencillamente se resignarían (temporalmente) a los dictados del Destino, murmurando uno de los aforismos preferidos de Saturno, como: «El tiempo está de nuestra parte», «la paciencia es una virtud», «el que mucho abarca poco aprieta», y así sucesivamente.

Entonces Libra agregará los aforismos preferidos de Venus, como: «¿No te parece que éste es un hermoso día?», «mañana será mejor», «todo se arreglará», «no te preocupes por el futuro», «las cosas marchan bien», «seguramente tendremos un final feliz», «hay un arco iris a la vuelta de la esquina», y finalmente, pero no porque sea menos importante, la eterna frase favorita de Libra: «Toda nube tiene un ribete de plata».

Estas filosofías particulares de Saturno y Venus, por lo menos, armonizan deliciosamente, y cada una de ellas aporta la dosis justa de luz y de sombra para componer un cuadro claro e interesante (todos los cuadros son planos cuando están pintados en una sola dimensión), y debéis reconocer que los aforismos precedentes no se contradicen entre sí, sino que más bien se complementan y se enriquecen recíprocamente. Aunque parezca que reflejan enfoques distintos, en realidad reflejan el mismo, aunque polarizado. Como, por ejemplo: ¿La botella de vino está mitad vacía o mitad llena? ¿El fin del día es el comienzo de la noche... o el comienzo de la noche es el fin del día? ¿El despertar por la mañana es el comienzo del adormecimiento... o el dormirse por la noche es el comienzo del despertar? Cuando una mujer lleva cuatro meses y medio de embarazo, ¿ha pasado la mitad de la concepción o está a mitad de camino del alumbramiento? ¿La gente toma vitaminas para

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mantenerse sana, o para no enfermarse? Todo depende de que vuestro enfoque sea pesimista (cautocapricorniano) u optimista (esperanzado-Libra). Si lo intentan «a medias», probablemente se encontrarán de cabeza en el punto intermedio entre la cautela de Capricornio y la esperanza de Libra.

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Una virtud de la fusión de estas dos almas cardinales consiste en que como unidad proyectan ciertamente una magnitud descomunal de poder. Mejor dicho Poder. Con p mayúscula. Ambos tienen una voluntad de hierro para obtener lo que anhelan, para llegar a donde van y para someter a los demás a sus deseos. Por supuesto, utilizan medios muy distintos para alcanzar estos fines, pero lo que vale es el resultado. (¿O acaso lo que vale es el primer término de la ecuación?) Una vez que Libra y Capricornio han resuelto sumar sus fuerzas y marchar más o menos en la misma dirección, pueden lograr, entre los dos, prácticamente todo lo que quieran, ya se trate de una ambición personal, de un sueño privado conjunto... o de una sacrosanta misión de misericordia encaminada a llevar la dicha a los demás.

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Como Libra es simbólicamente (y a menudo literalmente) «el juez», y Capricornio simboliza en astrología la ley y la autoridad, la sabiduría de la edad y la experiencia, es posible que estos dos proyecten su atención combinada sobre una multitud de problemas afligentes de este planeta. Uno de estos problemas, entre muchos miles, es la ley de 1978 promulgada en el Bronx, Nueva York, en virtud de la cual los jueces están autorizados a imponer sentencias previstas para adultos con el fin de castigar a delincuentes juveniles de 13 a 16 años. Ahora un niño de 13 años que mata a alguien con un arma de fuego (y esto es precisamente lo que hace un número alarmante de ellos) puede ser condenado a prisión perpetua, sin alternativas de libertad condicional. Hay que terminar con la inseguridad en las calles y con el aterrador aumento de la criminalidad infantil. Nadie lo niega. ¿Pero es ésta la solución para acabar con el problema? ¿Cómo obtiene un niño de 13 años un arma de fuego? La obtiene de los adultos. ¿De dónde sacan los niños la idea de la violencia, de los tiroteos, de las mutilaciones, de los asesinatos? De la televisión. La Balanza de Libra nunca encontrará «justo» ni «lógico» el hecho de programar las mentes juveniles con imágenes vívidas, de mostrar un ejemplo negativo ante chicos impresionables, que siempre han imitado (y siempre imitarán) para aprender, y de castigarlos luego por ser eficientes computadoras humanas y por reaccionar precisamente como se lo han inculcado sus padres y las cadenas de televisión. La mentalidad sensata de Capricornio tampoco juzgará sabia ni profunda una solución tal como la prisión perpetua. Quizá los dos puedan solicitar orientación a sus planetas regentes para sugerir una nueva forma de despejar las tinieblas, en lugar de hacerlas más espesas. Es posible que, sumando la justicia misericordiosa y la compasión de Venus al instinto infalible del «Dispensador de Karma», Saturno, para cargar la culpa inequívocamente donde corresponde, el Bronx —y el mundo— podrían convertirse en lugares más dignos en los cuales vivir. No he dicho existir. He dicho vivir. Guiándose por el consejo de Gilbert y Sullivan, en virtud del cual «el castigo debe adecuarse al delito», podrían empezar por defender la aprobación de una ley que imponga cadena perpetua no a los niños, sino a determinados programadores y directores de televisión que son, en gran medida, los culpables de los delitos de los jóvenes, desde el momento en que fingen inocencia, alegan que sus programas no tienen un efecto negativo mensurable sobre el auditorio, y se niegan a aceptar el gran peso de la responsabilidad que les corresponde por la deformación masiva de la mente humana. Entonces, con los auténticos criminales entre rejas, como lo exigen la justicia y la seguridad, se podría re-programar dichosamente a los jóvenes. No necesariamente con las antiguas películas de «Andy Hardy» —aunque no estaría mal empezar por allí, porque el «Juez Hardy» era una aleación perfecta de las virtudes de Libra y Capricornio— pero sí por lo menos con algo distinto de las comedias vulgares, la lascivia, la codicia, el sexo, las drogas, la violencia, el asesinato, la cháchara mortalmente aburrida y los espectáculos de juegos, con una dosis circunstancial de «Raíces» y «Holocausto». La programación cibernética de las mentes jóvenes que controlarán el futuro del planeta (si las industrias alimentadas con energía nuclear no consiguen frustrar totalmente el futuro) es una carrera vital de la Nueva Era, a la cual Libra y Capricornio podrían pensar en consagrarse unidos. No es exagerado afirmar que Libra y Capricornio pueden generar juntos una energía y un poder enormes con fines positivos, cuando optan por combinar sus vibraciones y remontarse a la altura del desafío 4-10 de su asociación (en lugar de eludirlo). La prueba definitiva es la reunión en la cumbre de septiembre de 1978, en Camp David, entre el capricorniano, Anwar el Sadat, el vicepresidente capricorniano Walter Mondale, el Leo Menajem Beguin... y el presidente Libra Jimmy Carter. Sea lo que fuere lo que ocurra o deje de ocurrir en el futuro, toda la Tierra se iluminó un poco con la gran aurora inicial de aquella memorable conferencia de otoño entre dos Cabras, un León... y la Balanza del equilibrio. Los indignados y desencantados críticos norteamericanos acusaban desde todos los ángulos al Libra

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Carter de «cambiar constantemente de idea y posición»... cuando, al fin y al cabo, al ser tan cambiante y al experimentar algunas dificultades de cuando en cuando para tomar una decisión, como todos los Libra. sólo era fiel a su signo solar. Hasta que tomó (como lo hacen finalmente todos los Libra) una decisión brillante, la más importante de su vida. Es posible que los Libra os hagan perder la paciencia mientras toman una decisión, pero cuando nivelan los platillos de oro de su Balanza y por fin la toman en firme, no bromean. Nunca deja de ser profunda, y verdaderamente digna de todos los vaivenes a los que os sometieron antes. Al tomar su decisión, Jimmy Carter se elevó a las alturas de su misión astrológica de Libra, el Pacificador, enfrentó la prueba 4-10 con el capricorniano Sadat con la 'misma frialdad con que la había vadeado con el capricorniano Mondale, glorificó su signo solar y probó los antiguos preceptos de la astrología. Cualesquiera que fuesen los problemas que afloraron entre la paciente y sabia, pero a veces terca, Cabra Sadat, y el generoso y benévolo, pero a veces arrogante, León Beguin, se necesitó la presencia de un Pacificador Libra para equilibrar con éxito sus diferencias... para incitarlos, con la ancha sonrisa de Venus, a abrazarse delante del mundo en una demostración de auténtico afecto. Toda esa operación fue un testimonio de la astrología de los signos solares aplicada a su propósito más eficaz. El capricorniano «Fritz» Mondale se ocupó de reconfortar al capricorniano Sadat y de hacerlo sentir seguro y a salvo (como sólo dos Cabras pueden sentirse la una en compañía de la otra)... mientras el simpático y sonriente Libra Carter suavizaba fácilmente la melena (y el talante) circunstancialmente erizados del orgulloso León Menajem Beguin (fácilmente, porque a Carter y Beguin los guía la vibración en sextil 3-11)... y después volvía su serenidad de Venus hacia Sadat, regido por Saturno, y triunfaba sobre la cuadratura natural 4-10 entre sus soles natales. Cuando se aplacaron todas las tensiones, y el final feliz de Libra estuvo a la vista, el Cabra Sadat, siempre' un «hombre de familia» capricorniano, le envió al León Beguin fotos autografiadas- de sí mismo, Beguin y Carter para los nietos de Beguin. Menajem, el Leo siempre orgulloso, retribuyó regiamente el regalo, obsequiándole al capricorniano Anwar un medallón del artista israelí Agam, cuyo tema era: El sueño de paz. El sueño eterno de Libra: la paz. Los dones eternos de Capricornio: la paciencia y la sabiduría. La bienaventuranza eterna de Leo: la caridad, la ternura y los gestos magnánimos. Todos comportándose como corresponde a las cualidades más positivas de la esencia de su Signo Solar... ¡y observad los milagros que pueden materializarse! Por supuesto, como no estuve presente, no puedo tener la certeza de ello, pero sospecho que para mantener intacto su optimismo de Venus durante los peores momentos de la conferencia en la cumbre, el Libra Carter se repetía para sus adentros los habituales mantras de Libra. Probablemente un pájaro posado en las ramas superiores de un pino, frente a la ventana de Carter, lo oyó musitar a solas que «toda nube tiene un ribete de plata»... ¡y ciertamente Libra probó su propio axioma! Algo que es posible que Capricornio y Libra compartan, es el interés por el arte o por «las artes». No toda Cabra es artista, pero casi todos los capricornianos se sienten silenciosamente inspirados por los cuadros, al igual que la mayoría de los Libra. Estos dos también comparten el gusto por la música. Ambos son más aficionados a «los maestros» de todas las formas de arte que al lenguaje más moderno de la expresión artística. Hay excepciones, como siempre, pero son raras. A Libra le encantan los muebles finos y elegantes y los objetos hermosos, ya se trate de sillas y mesas o de porcelanas y cristales. Capricornio admira la artesanía, los artículos que no son sólo bellos, sino que fueron confeccionados para durar más que unos pocos meses cuando los llevas a casa. Libra e! juez (o los jueces) y el (o la) Cabra se encontrarán alegre y afectuosamente a mitad de camino entre estos dos puntos de vista. Capricornio manifestará más interés por la etiqueta del precio y la utilidad práctica de todo, desde la ropa hasta las alfombras, en tanto que Libra prestará más atención a los colores y la tela, a la impresión general de equilibrio... y a la satisfacción estética. Hay muchas áreas en las cuales estos dos encontrarán más puntos de contacto que de conflicto cuando inviertan trabajo y tiempo en hacer la distinción. Sin embargo, es posible que Capricornio no pueda ocultar su desaprobación por el eterno optimismo y los vaivenes de indecisión de Libra. Y es posible que a veces Libra sienta que convivir con Capricornio es como confraternizar con el Alcaide de Sing Sing o con un vigilante que arresta a los adultos culpables de hacer novillos, periódicamente, en la escuela de la vida. Pero probablemente, después de todo, Libra volverá a unir la circunspección de la Cabra con burbujas de esperanza de colores suaves... Capricornio hará que Libra se sienta aplomado y cómodamente protegido... ambos mirarán al mañana, que por supuesto será mejor... comprenderán que tienen al tiempo de su parte... volverán a cohesionar de alguna manera su asociación... y correrán nuevamente hacia la meta donde una foto dirá quién ha sido el ganador.

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Mujer LIBRA Hombre CAPRICORNIO ..y ella se sentó con él sobre el borde del lecho. Ella también dijo que le daría un beso si a él le gustaba, pero Peter no sabía de qué hablaba, y le tendió la mano a la expectativa. —¿Supongo que sabes lo que es un beso? —preguntó ella, atónita. —Lo sabré cuando me lo des —contestó él, muy tieso.

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Al comienzo, la mujer Libra juzgará que el capricorniano es demasiado ceremonioso y anticuado, remilgado, aburrido e insípido para concordar con la imagen rosada de su compañero ideal, urdida con los hilos de seda de su imaginación. Ella pensará que es insoportablemente conservador, formal, prosaico, taciturno y deprimente. También es, según le parece, exageradamente pesimista, porfiado, y emocionalmente frío. Después de arrojar todos estos juicios en un platillo de su Balanza, ciertamente debería hacer un esfuerzo por llenar el otro platillo con algunas de sus virtudes. De lo contrario, la Cabra, la astrología... y yo, la acusaremos de ser injusta con las posibilidades que reúne este hombre como amante o marido. ¿No querrías tenernos a los tres en contra, verdad, encantadora dama Libra? Muy bien, entonces aquí enumero algunas de las virtudes de Saturno, para suministrar un poco más de perspectiva y equilibrio a tu análisis de la tímida Cabra, que por lo menos ha cautivado tu atención, ya que todavía no tu corazón. Es terco. En esto tienes razón. Es imposible negarlo. Nació bajo un signo de Tierra, no bajo un signo mental de Aire como el tuyo, y por tanto puede ser inconmovible cuando se le mete una idea en la cabeza. Hasta cierto punto, también es anticuado. Pero con una especie de aire encantador, ¿no te parece? Es uno de sus elementos de sosiego, de paz. Ciertamente tú, en tu condición de mujer Libra, no tienes nada contra el sosiego y la paz. ¿Remilgado y conservador? Bueno, eso depende. Uno no tiene por qué ser remilgado porque es conservador. Para ser fiel a tu signo solar Libra, deberás examinar con más detenimiento tu acusación. El significado de «conservador» es relativo. Un vulgar ratero es conservador para un manipulador de acciones en gran escala o para un inteligente desfalcador de bancos. El comportamiento sádico de las Tropas de Asalto nazis parece conservador cuando se lo compara con los informes fidedignos sobre los castigos brutales, los estrangulamientos y las mutilaciones a veces permanentes de víctimas indefensas que perpetran determinados matones de la policía de Los Ángeles... y parecidas fieras «encargadas de mantener el orden» en Chicago, Nueva York y otras ciudades de este país donde presuntamente rigen «la libertad y la justicia para todos». El nudismo en lá playas es «conservador» para los clientes de los nuevos Palacios Sexuales de orgías romanas que están construyendo empresarios como el propietario de la cadena de restaurantes japoneses Benihana. Un Porsche y un BMW son «conservadores» para el propietario de un nuevo Ferrari o Lancia. Los Beatles son «conservadores» para los Rolling Stones, que a su vez lo son para «Kiss» (el grupo de rock tan extravagante que estuvo de vuelta antes de haber partido). Todo es circular, y si pensáis medir la circunferencia de un círculo, poco importa por dónde empecéis. Por ejemplo, midiendo el círculo contra el sentido de las agujas del reloj, el capricorniano Carl Sandburg, biógrafo de Lincoln, presenta una imagen «conservadora» comparado con el capricorniano Richard Nixon. El capricorniano Howard Hughes es (no era) «conservador» comparado con los fulanos que dirigen la Summa Corporation. Cuando verifiques la lista cuidadosamente, en dirección circular... después de pensarlo bien... tal vez decidas modificar tu decisión, y clasificar lo «conservador» no como «remilgado», sino como un grado menor de lo-que-sea-en-el-camino-hacia-la-nada-y-ninguna-parte, ¿sabes? Así que quizá debas cambiar de idea y pasar su conservadurismo al platillo positivo de tu Balanza de Libra, como una especie de nivelador inicial. Sí, el hombre Cabra es ciertamente porfiado, pero también puedes agregar al platillo positivo lo inverso, a saber, que no es blandengue. Admitamos que a veces es emocionalmente frío, pero puedes cargar aún más el platillo que contiene sus virtudes agregando el hecho de que tampoco es brusco e impulsivo, propenso a arranques de vehemencia y cólera (y ya sabes con cuánto disgusto reaccionas frente a estas actitudes) a menos que su carta natal esté muy «mal aspectada», lo cual puede sucederle a cualquier signo solar, y no sólo a Capricornio. Incluso a Libra. Ahora, si no te molesta, elimina del platillo negativo de tu Balanza el término «taciturno». Porque te equivocas al respecto. Espera a conocerlo mejor. Descubrirás que tiene un sentido del humor encantador, caprichoso, finamente sintonizado con las vibraciones del

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comportamiento ridículo de los terráqueos. Es raro y sutil, pero su sentido de la sincronización de la comedia es exquisito. También es afable y leal. Fiable y serio. Es un trabajador tenaz, nunca perezoso o negligente. Tiene un gusto por el arte y la música del que no habla demasiado. Tampoco alquila una cartelera para hacer publicidad a su profunda e instintiva sabiduría respecto de la naturaleza humana. ¿Cómo lo pesa ahora tu Balanza? ¿Está casi nivelada, con sus defectos de un lado y sus virtudes del otro? ¿Aún alimentas dudas acerca de su pesimismo y del efecto deprimente que ejerce sobre ti? Bueno, ¿has pensado en la posibilidad de mirarlo desde el otro lado... su lado, quizá? Que podría terminar por ser también tu lado, cuando tu perspectiva esté bien centrada, porque este hombre desea secretamente poder levantar un poco su pesimismo hasta la altura de tu optimismo. Lo desea más de lo que te lo deja entrever. ¿Acaso ésta no es tu empresa favorita: animar a los tristes y solitarios, enseñar la futilidad de la futilidad? Él necesita realmente el toque mágico de tu naturaleza radiante y de tu etéreo estímulo mental para librarse de sus inhibiciones y para llenar el vacío que experimenta a menudo, pero que no está dispuesto a confesar, ni siquiera a sí mismo. Es demasiado tímido para decirte que tu sonrisa le llena los ojos de lágrimas. Obsérvalo la próxima vez que le sonrías como sólo una chica Libra puede sonreír, iluminando la habitación como un millar de velas que se inflamaran súbitamente al unísono. ¿Ves como gira rápidamente la cabeza, fingiendo que está atareado, y que tú turbas su trabajo o sus pensamientos? Cuando se da la vuelta nuevamente, sus modales son más rígidos que antes, su voz más áspera. Éste es el efecto del autocontrol. La autodisciplina de Saturno, que le inculcaron cuando nació, lo envuelve con un carisma glacial que aleja a la gente, sin que ésta sospeche jamás cuánto desea él que se quede. Pero si te tomas el tiempo y el trabajo necesarios para explorar a fondo sus ojos, verás oculto allí el suave chisporroteo de felicidad del hombre Cabra, que anhelaría escapar y sonreír contigo, siempre que pudiera estar seguro de que no correría peligro si confiase sus sentimientos. Los ojos son las ventanas del alma. Cuando lo cojas desprevenido, podrás mirar a través de ellos y ver dentro una hoguera ardiente, detrás de la fría fachada invernal que a veces proyecta.

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La compatibilidad sexual entre Libra y Capricornio no siempre se ensambla con naturalidad cuando comparten el primer abrazo. Es posible que ella se sienta herida y rechazada por una cierta frialdad ambigua del comportamiento de él, que interpreta equivocadamente como indiferencia... y también es posible que él piense que la altanera reacción de ella a sus insinuaciones refleja desapego. Así como los elementos de aire y tierra son extraños entre sí en la naturaleza, así también las naturalezas humanas de Aire y Tierra de Libra y Capricornio se desconciertan la una a la otra. Sin embargo, un esfuerzo tierno y persistente puede comunicar lenta y seguramente un encanto inusitado a su acto amoroso. La atracción de lo «diferente» puede ser un imán poderoso para el deseo sexual. Es como si nunca se les agotara lo que se pueden enseñar el uno al otro acerca de ellos mismos. Al principio, los modales circunspectos de él la turban, y después la atraen poco a poco, con curiosidad y con un extraño deseo de explorar su reserva, de sondear su profundidad. La naturaleza esquiva de la etérea libertad de comportamiento y expresión de ella ejercen una fuerte fascinación sobre él, como el llamado de una gaviota marina —provocativo y obsesivo— cuando caminas por la playa. Aunque pasen toda una vida juntos, ella nunca descubrirá por completo la personalidad más recóndita de este hombre... así como él tampoco logrará aprehender totalmente las pasiones cambiantes de ella. Un deseo insatisfecho como éste puede encauzarse por dos caminos distintos. Puede intensificar su intimidad con un estímulo silencioso que siempre carga de promesas excitantes su expresión sexual, la cual se puede reavivar y azuzar nuevamente incluso después de prolongados períodos de distanciamiento recíproco... o puede hacerles perder gradualmente el interés en el acto amoroso por la frustración que les produce el hecho de no poder comprender cómo satisfacerse el uno al otro. El camino que siga depende mucho del aspecto entre sus Soles y Lunas en sus natividades, y también de la relación entre sus posiciones mutuas de Marte y Venus a la hora del nacimiento. Y depende, aún más, de ellos... de la magnitud .de su amor. La mujer Libra habla musicalmente, se mueve líricamente. Es garbosa, tierna y sentimental... tan embriagante como una rosa aromática. Sin embargo también es tenazmente independiente, aunque su vigorosa ambición y su mente lúcida estén muy bien ocultas detrás de la suave fachada de su sonrisa de Vénus o de sus hoyuelos. Puede cautivar y engatusar a casi cualquier hombre para que éste haga las cosas voluntariamente (incluso extáticamente) como ella quiere. Pero el hombre Cabra atado a la tierra puede resistirse a sus encantos, cuando lo que «ella quiere» choca con lo que «él quiere». Fijaos en Jayne Thompson. Ésta es una mujer Aries, pero no importa, porque las mujeres Aries y Libra son igualmente libres e independientes, y liberadas por naturaleza. Jayne es la bella y morena esposa de «Big Jim» Thompson, gobernador de Illinois, ex fiscal público (Jayne, y no Jim) y vehemente defensora de la

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Enmienda de Igualdad de Derechos. Cuando fueron agraciados, en 1978, con la primera hijita que le nació en setenta y dos años a un gobernador de Illinois en el ejercicio de su cargo, le pusieron el nombre nostálgico de Samantha, y la mecieron en una cuna debidamente anticuada y antigua, que hacía juego con las anacrónicas ideas de su padre acerca de la actividad parental (y poco importan las simpatías de la madre por la Enmienda de Igualdad de Derechos). «Esta chica va a usar vestidos —afirmó categóricamente el padre de Samantha en una entrevista, y mirando después a su hijita dormida agregó—: Porque papá no le comprará nada más que vestidos». (Puesto que Samantha es una pequeña Leona, ¡deseadle suerte a su padre!) Aunque el gobernador Thompson es un Tauro terrenal, nada cambia. Un hombre de signo de Tierra es un hombre de signo de Tierra. En ciertos aspectos, no existe una gran diferencia entre un Toro y una Cabra (o un Cangrejo conservador, ya que estamos). El capricorniano puede ser gracioso, simpático, leal y afectuoso (como lo es «Big Jim», con sus modales cálidos y cordiales), pero todos los Cabra son un poco machistas con las mujeres de sus vidas. Como el hombre regido por Saturno no puede dejar de ser inflexible respecto de sus ideas favoritas, y como su mujer Libra es más dúctil, guiada por su elemento Aire, a ella le resulta más fácil que a él cambiar de posición. Por tanto, es posible que gran parte de la responsabilidad por el éxito de la relación recaiga sobre los esbeltos pero fuertes hombros de ella. Si la mujer Libra se empeña realmente, su hombre Cabra amorosamente agradecido la recompensará con un romántico diploma honoris causa por «el bello arte» de armonizar la personalidad de ella para acomodarla a la de él. Quizá consistirá en una pulsera de oro para circundar su brazo, con una inscripción en dulces palabras latinas: Artium Elegantium Exquisitariumque Doctoris. Entonces ella podrá regalarle un anticuado reloj de bolsillo, complementado con una faltriquera y una cadena, para que refuerce su encumbrada personalidad... recordándole toda la ternura del pasado... con una inscripción grabada dentro del estuche: Remilgado y conservador son sinónimos de sereno y reconfortante. O quizás una clave más secreta para ellos dos, como: 4-10 es el número de la suerte de los ángeles.

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Hombre LIBRA Mujer CAPRICORNIO

A lo único que él cree tener derecho, cuando viene a ti para ser tuyo, es a la equidad. Después de que hayas sido injusta con él, volverá a amarte, pero ya no será nunca el mismo de antes.

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Curiosa y desgraciadamente o (afortunadamente; en verdad no puedo decidir si es lo uno o lo otro, y tampoco puede Libra) esta relación por lo demás tensa y desafiante influida por la configuración de signos solares 410, está agraciada por un factor intrínseco más que positivo, que posiblemente el hombre Libra y la chica Cabra no usufructuarán. Tomando en cuenta, claro está, la cantidad normal de excepciones que confirman la regla, el hombre Libra pertenece a uno de los seis signos solares —los otros son Aries, Géminis, Sagitario, Acuario y Piscis— cuyos representantes masculinos (si no son una de las raras y perversas excepciones) suelen aceptar muchas de las reivindicaciones que postula el Movimiento de Liberación Femenina, si no todas. ¿Por qué no? Es justo. Es equitativo. Es tolerante y adaptable al cambio, ya sea en su propia esfera personal, o en el área más vasta de la reforma social generalizada. Es considerado, lógico, razonable, y está plácidamente dispuesto a escuchar a todos los bandos opuestos, incluidos los bandos opuestos del conflicto masculino-femenino de la era de Acuario. En la otra oscilación del péndulo, la mujer capricorniana nació bajo un signo cardinal de liderazgo (igual que él) y debe conducir algo o a alguien en algún momento... en alguna dirección. Le gusta estar a cargo de su propia vida, y de todas las cosas y de todas las personas que pueda guiar y disciplinar con esa actitud de «abuelita sabelotodo» que flota alrededor de ella (y que empezó a flotar alrededor de su aura cuando tenía aproximadamente seis años). Está maravillosamente dotada para ser una profesional capitalizada, es upa estupenda ejecutiva, y se las apaña para sacarlo todo serenamente adelante, con una técnica prudente y realista, ya se trate de sufrir y deslomarse para mantener cohesionado un hogar sin padre en un

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gueto, y de ser un colosal y reconfortante bastión de estabilidad y salvación para todo el barrio... de dirigir una tienda de antigüedades, una estación de servicio (es lo que hacen algunas chicas Cabra) o una empresa de camiones... de dictar las reglas para una agencia de Bolsa... de administrar un lavadero de autos o una escuela de entrenamiento para perros pastores. Con su voz y sus modales educados (cualesquiera que sean sus verdaderos antecedentes) y su aplomado sentido común, está divinamente pertrechada para ser una profesional de éxito. Ahora fijaos en su hombre Libra... más bien propenso a ver con buenos ojos que su mujer trabaje o tenga una profesión. ¿No diríais que éste es un factor más que positivo paró su relación? Lo más probable es que la responsable de que no siempre le saquen provecho sea ella. Aunque ella necesita conducir —puesto que, como dijimos más arriba, es cardinal, igual que Libra— la capricorniana típica es reacia a conducir desde la primera fila, espectacularmente. La Cabra (macho o hembra) prefiere ser la «araña» replegada en el rincón, que tira de los hilos entre bastidores y hace que las cosas sucedan, sin bulla ni fanfarria. A la chica Cabra le resulta difícil encontrar en el mundo de los negocios el puesto de mando discreto que ella busca. Las cosas aún no han progresado tanto como para generar la situación ideal. Con excepciones muy raras y afortunadas, a la mujer capricorniana generalmente sólo le quedan dos opciones en la carrera tras el éxito: a) un puesto subordinado y mal remunerado, porque es mujer, o b) un cargo digno de sus aptitudes, al que sólo puede tener acceso si arremete agresivamente y si se hace acreedora a la atención de todos (por ejemplo, del Business Week y de Hacienda) una vez que ha llegado. Como se niega a obedecer órdenes mansamente, a ser un pequeño engranaje de la maquinaria, y como el tipo de liderazgo al que aspira no está en la cúspide del poder donde debería renunciar a su intimidad personal, la chica Cabra típica, bastante tímida, encuentra su sitio en la profesión artística o en algún otro tipo de actividad «solitaria» análoga... o resuelve convertirse en la «araña del rincón» dentro de su hogar, donde, para satisfacer las ambiciones de su signo solar tejerá discretamente sus redes estratégicas, en un segundo plano, «conduciendo» y manejando a su marido, sus hijos, sus parientes y amigos con tanta sutileza, que éstos casi no lo notarán.

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Aquí los tenemos, entonces. Un hombre Libra jubilosamente dispuesto a permitir que su dama trabaje fuera de casa... y una mujer capricorniana que prefería convertirlo a él en su profesión. ¿Conocéis el axioma que dice que «detrás de cada triunfador se oculta una mujer»? A menudo es una capricorniana. Las Cabras no derrochan su tiempo valioso en algo menos que el éxito. Si esta mujer ambiciosa guía a su hombre, ciertamente no lo guiará hacia el fracaso. Cuando lo ayude a lograr algo, fuera lo que fuere, tendrá la vista puesta en el resultado más fructífero. Lo que sucede es que tal vez él prefiera que ella obedezca sus instintos cardinales fuera del hogar, y no dentro de éste. A él le encanta ser el hombre al que ella es fiel y leal, el hombre que ella ama y venera y protege (de sí mismo), pero es posible que lo subleve la idea de que ella lo convierta en «la carrera de su vida». Él pertenece al elemento Aire, y la primera lección que la mujer «terrenal debe aprender acerca del hombre «aéreo» que ama (sobre todo del signo de Aire cardinal) es que el «aire» busca la libertad de movimientos, y sencillamente no soporta las restricciones... porque éstas lo vuelven rancio. Más aún: apenas le levanten la tapa, se fugará. Dejad que un hombre de un signo de Aire revolotee y sueñe en paz, que merodee mentalmente, siguiendo las brisas de sus preferencias, y se mantendrá, dichosamente, más o menos cerca. Intentad embotellarlo o encajonarlo, y se volverá agresivo, discutidor y rencoroso... y se encrespará fácilmente, trocándose en un tornado o un huracán de cólera. Después se lo llevará el viento. Si ella está sinceramente arrepentida y realmente quiere recuperarlo, es posible que él vuelva. Ella deberá ser equitativa, confesar su error y pedirle que comprenda su punto de vista. No, modifiquemos esto. Está bien que confiese su error y le pida comprensión. Probablemente él reaccionará como un perfecto ángel. Pero quizá no sea prudente pretender, por lo menos abiertamente, que él vea las cosas como las ve ella. Tratándose de un Libra, siempre es un error hacer hincapié en la defensa de una visión determinada de cualquier problema, si pretendéis que él transija. Enumerad todos los elementos positivos de un enfoque, y este hombre empleará instintivamente toda su energía mental, todo su razonamiento deductivo y su lógica brillante (de los cuales, creedme, por favor, está generosamente provisto) para nivelar la Balanza mediante una defensa elocuente del enfoque opuesto... cualquiera que éste sea. Poco importa de qué lado creía él que estaban sus simpatías, anteriormente. Cambiará de idea (aunque se trate de una vieja convicción) sólo para ganar un debate interesante. En el desafío de la controversia hay algo que parece hipnotizarlo, hasta hacerle olvidar literalmente cuál era la posición que él defendía al comenzar el «debate». Éste es el talón de Aquiles de Libra, y pocos se dan cuenta de ello. Personalmente, opino que es avieso e injusto aprovecharse de la debilidad del signo solar de este pobre hombre, pero podría haber

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circunstancias atenuantes cuando el fin justifique los medios. En estos casos, la chica Cabra sagaz tomará el partido de él hasta el fin, aclarará que ha cometido un error garrafal, recitará una especie de monólogo (difícil para una capricorniana, pero podrá practicar observando la destreza verbal de él) con todas las razones por las que él está en lo cierto y ella está tremendamente equivocada, sin concederse la mínima tregua, y cuidando que su argumentación parezca obviamente parcial e injusta con ella. El resultado será milagroso. Él quedará inerme, no podrá resistir los fuertes instintos «juidiciales» de su signo solar, y empezará a señalarle a ella todos los defectos de su argumentación, le demostrará de qué manera es injusta consigo misma, se ofrecerá a cargar por lo menos con la mitad de la culpa, y terminará precisamente donde ella quería que terminara: formulando una declaración verbal en la que manifestará comprender qué es lo que él ha hecho para agraviarla y preocuparla, qué es lo que determinó que ella se comportara en una forma tan posesiva y malhumorada. El Libra apenas tendrá conciencia de lo que sucedió, y lo único que sabrá es que, de alguna manera, ha empezado a ver honestamente como tal se justificaban los sentimientos de la Cabra. Muy pronto él recuperará su personalidad normal, dulce y sentimental, le pedirá perdón y la exhortará a confiar en un nuevo comienzo. Entonces el Libra lucirá su tremenda sonrisa de Venus. Y ocurrirá lo que tenía que ocurrir: la avalancha resucitada de estremecimientos recordados, el anhelo familiar. Y la aflicción, también. Al comprender el dolor causado, involuntariamente, pero que fue una reacción al dolor... por ambas partes. A la aflicción siempre la sigue la compasión, la necesidad abrumadora de perdonar y ser perdonado. Una mujer capricorniana puede resistir (si quiere) toda tentación de poner a prueba el alma humana. Pero ni siquiera ella puede hacer frente durante mucho tiempo al fulgor deslumbrante de la sonrisa de Libra. Responderá con su propia sonrisita tímida, sus ojos y su corazón se ablandarán simultáneamente... y volverán a florecer las rosas en la nieve de enero.

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Sin embargo, es posible que ella no se derrita en sus brazos inmediatamente, si en su interior caen aún los copos de nieve. El Libra deberá emplear toda su ternura y su simpatía para corregir su repliegue frígido, después de que la ha hecho sentirse rechazada. Así como ella deberá desplegar toda su tierna persuasión para curar las heridas que infligió en la naturaleza optimista de él con sus modales fríos, de desaprobación. Pero esta mujer puede ser sorprendentemente dulce cuando confía en el hombre con el que hace el amor. A ratos su armonía sexual será esquiva. Sin embargo, podrán alcanzarla cuando ambos se esfuercen generosamente por averiguar qué es lo que necesita el otro, reconozcan las diferencias de deseos, y traten de corregirlas sinceramente... suavizando los rasgos que ofenden e imitando sus respectivas cualidades que admiran individualmente. La influencia restrictiva de Saturno puede determinar que ella parezca demasiado reservada y fría ante el hombre Libra romántico y locuaz. Como ella aborda el acto sexual con una lenta sensualidad, el ligero y aparentemente etéreo desapego de él puede dejarla con una sensación de vacío, y con el anhelo de una pasión más tangible. Pero si él se empeña, se regocijará y asombrará al descubrir el afecto y el sentimiento insospechados que ella lleva ocultos dentro de sí, y le bastará tener paciencia para hacerlos aflorar. Y ella comprobará que es mucho lo que puede enseñarle a este hombre acerca de la profunda materialidad de la unión física y la intimidad sexual, y que él está conmovedora-mente ansioso por aprender de ella. Ambos saldrán beneficiados si intentan parecerse más el uno al otro. Ella deberá tratar de ser más expresiva. Él deberá tratar de concentrarse más durante el acto amoroso. Entonces todo saldrá bien.

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El hombre Libra lleva en sí una reserva insondable de sentimiento, y sin embargo puede ocurrir que no sea suficientemente sensible a los secretos silenciosos de su mujer capricorniana. A veces la lógica y la lucidez de él le impiden comprender el corazón humano. Es justo y compasivo, pero a menudo lo es en un plano tan intelectual que descuida comprender los motivos ocultos detrás de lo que ella hace o dice. Libra no se destaca por su percepción de las emociones humanas, sino por la forma en que analiza el resultado de las emociones, su manifestación exterior en palabras y hechos. No obstante su refinamiento etéreo, sus tendencias artísticas y su talento para el «romance», él puede parecerle «frío» a la chica Cabra, cuya propia naturaleza es más rica en los diversos matices y tonos y niveles de los altos y los bajos de todos los anhelos humanos. Ambos son versátiles. Él pasa de la euforia a la depresión, de un estado de ánimo jubiloso y dulce a otro malhumorado y dominante, varias veces por semana, o incluso en un mismo día. Los estados de ánimo de ella no son tan fugaces ni múltiples. Las nubes de depresión de Saturno se acumulan de manera más gradual, durante un lapso prolongado, le producen una mayor alteración... y duran mucho más. Ella necesita el arco iris de esperanza de él. Él necesita el oasis de fiabilidad de ella. Y alguien escribió un día que ser necesitado es tan bueno como ser amado. A veces... es incluso mejor. Porque existe un tipo de amor que florece con demasiada rapidez, como un pimpollo frágil, de efímera belleza, que la escarcha agosta

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fácilmente y que no puede resistir el primer embate de una tormenta. El hecho de «necesitar» siembra un tipo de amor tenaz, más familiar, que crece silenciosamente hasta transformarse en un árbol vigoroso, con raíces que permanecen implantadas en la Tierra, ramas que brindan sombra... hojas que entonan con el viento una canción suficientemente bella para Libra, y al mismo tiempo suficientemente práctica para Capricornio. Los árboles no crecen de la noche a la mañana. Hay que nutrirlos durante la paciente espera de muchas estaciones. Pero perduran. Los árboles son eternos. Libra y Capricornio podrían reflexionar sobre la misteriosa verdad oculta en las palabras de Tagore: ...la fe que aguarda en el corazón de una semilla... promete un milagro de vida que ella no puede demostrar.

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ESCORPIÓN

CAPRICORNIO

Agua - Fijo - Negativo Regido por Plutón Símbolos: el Escorpión y el Águila Fuerzas nocturnas - Femenino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación ESCORPIÓN-CAPRICORNIO

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No dejaron de hacer nada que fuera coherente con la reputación de la tribu.

Ni a Escorpión ni a Capricornio les resulta fácil comunicarse, pero como su asociación está influida por la configuración de signos solares 3-11, generalmente se sentirán más cómodos cuando conversan juntos que cuando lo hacen con la mayoría de las otras personas que conocen. Sólo con la otra vibración en sextil de Virgo, y con los signos solares en trígono de Cáncer y Piscis, Escorpión se siente igualmente libre para manifestar su propia personalidad. Lo mismo vale para Capricornio, con Piscis, Virgo y Tauro. O con sus propios signos solares en la configuración vibratoria 1-1.

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La mayor parte del tiempo que pasen juntos. Escorpión y Capricornio la dedicarán a discutir sus esperanzas individuales y mutuas, sus ensueños y deseos, y aunque en general se pondrán de acuerdo sobre la naturaleza de sus objetivos en la vida, es posible que no estén tan de acuerdo sobre los métodos ideales para alcanzarlos. Ambos desean secretamente que los respeten, ambos aspiran a una forma discreta de poder entre bastidores sobre su esfera de vida, ya se trate de un hogar, un aula, un comercio o un gobierno (el ex presidente Richard Nixon es un Capricorniano, el ex vicepresidente Spiro Agnew, un Escorpión. Sin embargo, es posible que la Cabra deplore la vehemencia interior del Escorpión, interpretándola como un derroche de energía vital, en tanto que es posible que el Escorpión piense que la Cabra está desprovista de sentimientos y de sensibilidad. Igualmente, ambos tienen el espíritu práctico suficiente como para considerar que sus métodos de acción divergentes son en última instancia mucho menos importantes que el triunfo o el fracaso final, y una vez que resuelven confiar el uno en el otro, pueden combinar sus aptitudes para aumentar las probabilidades de alcanzar el primero.

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Afortunadamente, la Cabra recibirá la picadura vengativa del Escorpión con un poco menos de frecuencia que el resto de la gente, y estas escasas picaduras le resultarán fáciles de desechar (Capricornio tiende a desechar todo lo que obstaculiza el progreso o consume un tiempo precioso en reacciones emocionales exageradas), en tanto que es probable que Escorpión entienda las cavilaciones saturninas de Capricornio, y las soporte con paciencia, porque el Escorpión también suele tener accesos de inexplicable depresión. Este tipo de comprensión astrológica se manifiesta en los niños de estos signos solares, así como en los adultos. No siempre, pero casi siempre, los hermanos y hermanas pasan por etapas de lucha competitiva, que oscilan entre la ligera discrepancia y lo que temporalmente parece ser una franca antipatía. Aunque Escorpión y Capricornio experimentan sus cuotas de rivalidad fraternal, normalmente encuentran la forma de resolver sus dificultades antes que los demás, y generalmente terminan defendiéndose el uno al otro contra los extraños. El mismo esquema aflora entre la Cabra de Capricornio y el Águila de Escorpión en los negocios, la amistad o las relaciones amorosas. Es posible que su relación no sea uniformemente armoniosa, pero siempre existe una base para el acuerdo, porque cada uno de ellos entiende inconscientemente la naturaleza interior del otro. Aunque el Escorpión y la Cabra son personas muy circunspectas. el Escorpión típico suele hablar considerablemente más en público que el capricorniano. Pero el Escorpión utiliza las palabras como una cortina de humo, y su locuaciadad es una especie de sucedáneo (o de coraza) que emplea para no decir lo que

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piensa realmente. Los Escorpión son aficionados a toda clase de disfraces, y el hecho de hablar de todo menos de lo que les interesa verdaderamente no es sino otra de las muchas máscaras que se cala Plutón para engañar a los no iniciados. Capricornio reconoce y admira esta habilidad, e incluso la envidia, porque la Cabra es esencialmente tímida. Debajo del barniz de indiferencia social. Escorpión también es tímido, o mejor dicho, muy reservado en lo que concierne a los sentimientos y emociones privados. Y por tanto, a veces el doloroso apocamiento de la Cabra conmueve profundamente a Escorpión y no es raro que sea la base inicial de su simpatía mutua. Por supuesto, siempre hay que contemplar las excepciones —aquellos Escorpión y capricornianos sobre los que influyen los elementos de Fuego o Aire a través de los signos lunares o ascendentes de sus horóscopos—, pero el Escorpión y el capricorniano medios o típicos pondrán mucho más énfasis y afán en la empresa de progresar en la vida y de garantizar su seguridad personal que en las frivolidades sociales y en las actividades improductivas. A menudo incluso pondrán demasiado énfasis y afán en ello. Porque no sólo de pan viven el hombre y la mujer, y estos dos se beneficiarían inmensamente si agregaran no sólo jacintos para el alma sino también un poco más de poesía y magia a sus vidas. Gracias al don de Saturno (descrito detalladamente en el capítulo Capricornio-Capricornio), en virtud del cual se invierte el proceso de envejecimiento de la Cabra, a medida que Escorpión y Capricornio envejecen, el segundo tiende a empujar al primero a una experimentación más excitante. Uno de los peligros de una asociación estrecha y prolongada entre estos dos signos solares consiste en que podrían atascarse en la rutina repetitiva de un estilo de vida monótono, hasta que Capricornio experimente la necesidad de sacudir los talones, y arrastre al Águila para hacerla bailar al son de una música más audaz... empleando el mismo tipo de persuasión que Escorpión utilizó con Capricornio en el comienzo de la relación. Más o menos como en las reglas del fútbol norteamericano. Promedia el partido... ¡a cambiar de lado!

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Un aspecto bastante divertido y hasta se podría decir que positivo de esta combinación (depende de cómo se mire) consiste en que la discreción compulsiva de Escorpión no será, normalmente, una causa de fricción entre ellos, porque a Capricornio casi nunca lo fascinan los secretos ajenos. A la Cabra siempre la aburre cualquier variación del juego de adivinanzas. A menos que intervenga un signo lugar o ascendente Cáncer o Escorpión los capricornianos no harán caso de las tarjetas de San Valentín firmadas «¿Adivinas quién?». No los divierten las cartas anónimas ni los memoriales firmados en rueda, y si el Águila le formulara un comentario a Capricornio iniciándolo con las palabras «¡Adivina qué!», la reacción probablemente consistirá en un bostezo amable. La Cabra se limitará a esperar que el Escorpión termine de especificar «qué». El capricorniano no se deja arrastrar por un desafío tan pueril. La filosofía típica de Saturno respecto de los enigmas estipula que finalmente el tiempo suministrará todas las respuestas, y que las respuestas que el Padre Cronos no nos revela, con toda su sabiduría, no son dignas de interés (a menos que se trate de una madre Cabra que busca información acerca de sus crías, en cuyo caso puede convertirse en una detective temporal bastante perseverante). Sin embargo, en general, los capricornianos no tienen la desventura de que los atormente una curiosidad devoradora. Dejad que Escorpión siga la huella refulgente de las criaturas del espacio exterior, y que anhele en secreto un «encuentro próximo» con los alienígenas. Capricornio considera que es arriesgado mezclarse con personas que podrían tener armas como las que aparecen en la película norteamericana Star Wars (La guerra de las galaxias). (La Cabra no quería ir a verla, pero el Águila insistió, con esa mirada fija de Escorpión. así que Capricornio capituló y fue para salvaguardar la paz.) Personal y privadamente, el capricorniano típico piensa que todo el alboroto por los OVNIs es un poco absurdo, porque se funda más sobre la fantasía que sobre los hechos. Si esas criaturas existieran, Capricornio saldría de buen grado al patio del fondo para verlas aterrizar en el huerto de fresas, pero las experiencias vicarias no emocionan a la Cabra. Los Capricornio son poco aficionados al juego del escondite, tanto en su infancia como en su edad adulta. Si alguien tiene algo que decir, sea terráqueo o alienígena, que lo diga ahora, cara a cara, en lugar de andarse con rodeos telequinéticos y telepáticos. Durante la mayor parte del tiempo, el hastío de Capricornio respecto de todas las formas de curiosidad complacerá a los Escorpiones regidos por Plutón, porque nada los encoleriza más que encontrar a alguien fisgando en sus diarios personales, talonarios de cheques, cajones de calcetines o pensamientos íntimos... hasta que ellos deciden compartir estos secretos, si lo deciden. Pero de cuando en cuando, el hombre o mujer Escorpión hipersensible se ofenderá ante la negativa de Capricornio a ser curioso, y la interpretará como indiferencia... o sea, exactamente como lo que en verdad es. Sin embargo, la indiferencia de la Cabra no es sinónimo de falta de solicitud. Pero, a juicio de Escorpión

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sólo son curiosos cuando algo les interesa, y cuando un objeto o persona no les interesa, se convierte en invisible para ellos. El problema con la curiosidad de Escorpión consiste en que las Águilas tienden a expandirla y transformarla en recelo. Se dicen que un poco de recelo es saludable, y que sirve para protegerse de quienes se aprovechan de los crédulos. Pero el recelo también tiene su lado negativo, y puede hacer que Escorpión sufra muchos temores infundados. Por su parte, los capricornianos no necesitan ofuscarse con recelos indebidos, porque la cautela de Saturno desempeña la misma función autoprotectora con mucho menos desgaste del sistema nervioso. No obstante todos sus recelos inquietos, a los Escorpión los estimulan la metafísica y la religión. Por tanto, creen fervientemente en el poder de la fe sobre toda clase de adversidades (aunque no admitan abiertamente dicha fe), y ésta es una diferencia capital entre los Escorpión regidos por Plutón y los capricornianos reprimidos por Saturno. «Si lo deseas realmente —le predica el Águila a la Cabra—, cree que lo lograrás, y ciertamente así será.» Pero Capricornio no se deja seducir, permanece impasible, y responde con uno de los salmos religiosos de Saturno: «Bienaventurados sean los que no esperan nada —predica la Cabra—, porque no serán defraudados».

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A veces las discusiones filosóficas entre estos dos tienen alguna semejanza con un servicio religioso en un domingo lóbrego, circunstancia ésta en que el inspirado Escorpión pronuncia el sermón y el práctico capricorniano pasa el cepillo. Sin embargo, el coro y el órgano les enternecen el Alma a ambos, aunque canten utilizando himnarios distintos. La música encuentra la forma de llenar el espacio que separa sus actitudes, porque habla el lenguaje que ambos escuchan en sus corazones aunque no sepan traducirlo en palabras, y no deberán resignarse a vivir sin su bendición. El mejor equipo estereofónico de plaza sería una excelente inversión para la dicha y la armonía de esta combinación de signos solares. Al Águila y la Cabra: No esperéis una liquidación. Compradlo ahora... y no os preocupéis por el precio.

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¿Que no se preocupen por el precio?!! Miradlos. Escorpión frunce el ceño, y Capricornio ha palidecido. ¿Veis? Hay algunas cosas que estos dos tienen en común.

Mujer ESCORPIÓN Hombre CAPRICORNIO

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Durante un largo rato no hubo respuesta. Después nuevamente el golpe en la puerta. —¿Quién eres? Silencio. El se emocionó, y le encantaba emocionarse.

La Cabra varón ha sido esposada por su alcaide, Saturno, y aunque cumple su condena como un prisionero modelo, sin chistar, en la cárcel de las emociones reprimidas, anhela sin embargo la libertad condicional. Cualquier cosa que promete o amenaza una emoción le cosquillea la imaginación, y le agita la sangre con la llamada de la selva. Este hombre es más imaginativo de lo que osaríais sospechar. El solo hecho de que no cuente historias de hadas en público, ni escriba poemas para enmarcarlos luego y colgarlos de la pared de su hogar, no significa que no sea capaz de sentirse interiormente refrescado y bañado por la lluvia cuando aspira el perfume de las lilas y los guisantes de olor en una tormenta de verano. No es inmune a la atracción de los sentidos: el aroma de la hierba o de la tierra de primavera recién removida le hacen palpitar el corazón más deprisa, y en su infancia incluso impetró un deseo a las estrellas... cuando estaba seguro de que nadie lo miraba. También disfruta de la música y el arte. Por supuesto, debe tratarse de una música sensata y del arte clásico. No perderá su tiempo con los mamarrachos-que reciben el nombre de arte pop, y no soportará los decibeles ensordecedores del rock punk. Pero ponedlo a prueba con el «Clair de Lune» o la «Rhapsody in Blue», mostradle una escultura auténticamente hermosa o una turquesa bellamente tallada, y veréis aflorar esa

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sonrisa parsimoniosa, tímida. La sonrisa de Capricornio es incomparable: el solo verla os reconforta por dentro. Tal vez ello se debe a que la exhibe muy raramente, y por tanto cuando os la obsequia sabéis que es genuina, y no sólo una sonrisa hueca generada por la formalidad social. El hombre Cabra sonríe cuando se siente feliz o divertido o cuando hay algo de lo cual sonreír. Para los capricornianos, el hecho de lucir continuamente un «talante dichoso» y de sonreír por pura cortesía, es un acto hipócrita. Quizá lo es, hasta cierto punto. Pero también es más abierto, e invita experimentalmente a trabar amistad. Capricornio no invita a trabar amistad a la ligera.

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Este hombre casi nunca monopoliza la conversación. No habla a menudo, pero cuando lo hace, el ingenio de Capricornio brilla mezclado con la sabiduría de Capricornio, y sus raros comentarios agudos son casi siempre de esos que os gustaría anotar para poder recordarlos y repetirlos más tarde. La sabiduría adusta y el humor inteligente forman una aleación fascinante. No es extraño que el aura de Saturno magnetice a la dama Águila. El hombre Cabra se parece mucho a ella, y por esto se siente curiosamente segura cuando él se encuentra cerca... aunque sea en el otro extremo de la habitación, antes de que se conozcan realmente. Ella no le revelará enseguida sus sentimientos. En verdad, es posible que la Escorpión despliegue todo su considerable autocontrol para simular que ni siquiera sabe que él existe. Tal vez él intuya que lo está observando, pero apenas gire la cabeza, los ojos de ella estarán mirando en otra dirección, y el capricorniano pensará que sólo imaginó que lo miraba a él. No lo imaginó. Ella lo miraba cuando le pareció que él no la miraba. Más tarde, cuando decida que ya lo ha atormentado bastante, no sólo lo mirará, sino que lo escudriñará con una fijeza que le hará perder el aplomo, y no es poco tener la propiedad de hacerle perder el aplomo a un capricorniano. Ella la tiene.

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Él se siente intrigado. ¿Quién es esta mujer misteriosa que ejerce tanto poder sobre sus emociones rígidamente controladas? Curiosamente, a muchos hombres les resulta difícil imaginar a esta hembra como una «chica», aún en su adolescencia. Hay en ella algo que es más compatible con una «mujer» que con una «chica». Sus ojos ya contenían secretos susurrados desde el día en que los abrió por primera vez después de nacer, y su profundidad aumentaba con cada año de su vida. Lo imponderable. Lo insondable. Es fácil comprender por qué él se emociona y se estremece en su presencia. No son necesariamente estremecimientos de miedo, ni de curiosidad. Son sólo... estremecimientos.

El capricorniano no le teme a nada, exceptuando a la pobreza. Y como no es curioso, en el sentido normal de la palabra, si tropieza con un misterio o un secreto, no le seguirá la pista. Esperará que se elucide solo, a su hora. De modo que los estremecimientos tienen otro origen. Provienen, sobre todo, de la inesperada revelación de que es posible que alguien esté a punto de descubrir sus secretos, la personalidad interior que él oculta tan bien detrás de su escrupulosa compostura. Intuye que ella puede comprender que su frialdad y su adustez superficiales cubren una naturaleza afectuosa, y un corazón que sufre tanto como cualquier otro cuando lo hieren. Quizás aún más, aunque nunca lo demuestre. Su intuición no está errada. Ella comprende esto.

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La primera reacción de él puede consistir en comportarse con ella aún más impasiblemente que de costumbre. Es posible que su timidez innata se exacerbe, que su apocamiento tiemble, y que su actitud formal se haga más formal aún. Pero gradual, mansa e inevitablemente, él se relajará lentamente durante sus plácidas conversaciones compartidas, y finalmente se arriesgará a obsequiarle aquella sonrisa especial. Sus ojos refulgirán, y le dirán a ella mucho más que sus palabras articuladas... y el corazón de la Escorpión experimentará un vuelco súbito. No es fácil producirle un vuelco, especialmente súbito, al corazón de una Escorpión. Pero los ojos tiernos y la sonrisa tímida de este hombre pueden conseguirlo. También ayuda la serena sabiduría oculta detrás de su aplomo. Y así es como se enamoran la Cabra y el Escorpión. Nunca ostensiblemente, casi en silencio. Sus amigos y familiares necesitan algún tiempo para comprender lo que sucede. Los tres amigos íntimos, no más, de él, que son la asignación normal de Saturno. Y sus familiares. Los de ella también, pero los que cuentan son los de él. El no hará nada que pueda disgustar o afligir a sus parientes... o que lo obligue a pasar mucho menos tiempo con ellos sólo porque se enamoró. Quiero decir, ellos están acostumbrados a tenerlo cerca, o cuando menos a recibir noticias de él por teléfono o por carta más o menos una vez por semana. Y si necesitaran su ayuda económica de cuando en cuando, bueno...

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Sí, éste podría ser uno de los problemas de la pareja. La mujer Escorpión encontrará la forma de solucionarlo. Tiemblo al pensar en las posibilidades, pero ella encontrará la forma. Creo que no deberíamos agregar nada más al respecto, ahora que hemos señalado el área potencial de conflicto. Dejemos que ellos se apañen, ¿no os parece? Ella será dulce y paciente durante un tiempo, pero...

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El hombre Cabra es, por naturaleza, innegablemente posesivo una vez que han concertado un compromiso que simboliza su intención de convertir la relación en algo permanente. Esto no hará feliz a la mujer Escorpión, porque siempre ha pensado más o menos que ella es la única que tiene derecho a ser posesiva. Podría ser interesante observar lo que sucederá cuando descubra que lo que vale para ella también vale para él. Sin embargo, probablemente será ella quien deberá acomodarse a las transacciones necesarias, porque el capricorniano que esté realmente enamorado de su mujer o su esposa rara vez reclamará tanta libertad o tanto tiempo para pasar fuera de casa como para despertar el espíritu posesivo de alguien que no sea una mujer anormalmente poseída por éste... y no pretendí armar un juego de palabras, sino que salió así espontáneamente. A menos que tenga un signo lunar o ascendente de Fuego o Aire, o un Marte o Venus negativo en su natividad, el hombre Cabra típico no se alejará mucho del hogar. Una velada apacible en compañía del ser amado le produce más placer que cualquier otra actividad... excepto el trabajo. Cuando un capricorniano dice que se queda a trabajar hasta tarde en la oficina, es muy probable que sea esto lo que haga. Si es un fanático del deporte, milita en política, y es viajante de comercio o viaja en representación de una gran empresa, es posible que se separe de ella con suficiente frecuencia como para causarle fastidio. Pero el hombre Cabra medio no se lo causará. Podría haber más motivos para que él se preocupe por el paradero de ella.

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Esta mujer se obstinará generalmente en vivir una vida independiente. No se someterá a la autoridad de nadie. Esto no significa que no lo ame o que haya encontrado otro hombre. Sólo se trata de que necesita libertad para hacer lo que se le antoja, cuando se le antoja, sin tener que rendir cuentas de cada minuto, ni pedir permiso para visitar a una amiga, para salir de compras, para ir a la biblioteca o para ver una película a solas, como cuando iba a la escuela y debía levantar la mano y preguntar: «¿Puedo, señorita maestra?». Esto es restrictivo. Ella debería entender que todos necesitan este tipo de libertad, en mayor o menor grado, cualquiera sea su signo solar, y que la forma de entenderse con una persona posesiva consiste en hacerle saber a dicha persona, sin una pizca de duda, que es cabalmente amada... y en hacérselo saber con frecuencia. Cuanto mayor sea la frecuencia, tanto mejor será. Realmente no es tan difícil curar el espíritu posesivo y ese otro sentimiento hermano: los «celos». El remedio infalible consiste en suministrar una dosis muy abundante de seguridad adicional. Quien le niega esta seguridad al torturado (y el espíritu posesivo y los celos son una tortura cruel para la persona que sufre de ellos) tiene una veta sádica oculta en alguna parte. Es muy fácil curar el miedo excesivo, que es precisamente el componente de los celos y el espíritu posesivo: el miedo de perder lo que uno tanto necesita, el miedo de perder el amor. Si amáis realmente a alguien, ¿por qué negarle a esa persona lo que le aliviará tan espantoso temor? Con suficientes palabras sinceras, cariñosas y afectuosas, y .contactos físicos, la persona «poseída» comprobará que su «libertad» anhelada es sorprendentemente fácil de obtener. Esto vale el tiempo y el esfuerzo adicionales que requiere... y si no los vale, las dos personas no están hechas la una para la otra. Quien posee el secreto de la alquimia mágica que puede trasmutar la pena en alegría, y no lo usa, no es muy listo... ni muy bondadoso. Y la bondad es la clave del verdadero amor. Desde el punto de vista sexual, la mujer Escorpión enriquecerá el espectro emocional de su amante o marido capricorniano. La magnitud de la necesidad física de dar —y recibir— que experimenta ella, despertará en él sentimientos que nunca había conocido antes. Y ella se sentirá cómoda junto a él, en una atmósfera agradable. La silenciosa fortaleza y la gentileza sosegante de él aplacan los temores innominados que la obsesionan y que se ocultan detrás de todo su misterio. Es posible que ella desee a veces que sea más imaginativo, más locuaz en su manera de hacer el amor... y es posible que él intuya a veces que ella le exige demasiado, lo cual puede producirle una depresión que no logra traducir en palabras. Como sobre ellos influye la configuración de signos solares 3-11, este hombre y esta mujer son amigos, además de amantes, y por tanto deberían discutir sus problemas más a menudo, con sinceridad. Esto despeja la atmósfera, y les permite mostrarse tal como son, el uno respecto del otro. Ambos tienden a ocultar sus auténticas personalidades de los curiosos y los despreocupados, pero en el trance de la unidad sólo se puede ser auténtico. Es el momento de confiar sin reservas, de hacer —y decir—aquello que sea veraz. Estos dos son expertos en autodisciplina, en autocontrol,

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y quizá necesiten aprender que la pasión controlada no es el medio para descubrir la realización en el acoplamiento con el ser amado. Un cambio de escena, ya consista en el traslado a un nuevo lugar de residencia o en un viaje, es a menudo el milagro que estos enamorados necesitan para refrescar sus energías emocionales. La mujer Escorpión y el hombre capricorniano reciben la influencia de Plutón y Saturno durante todo el lapso de su amor recíproco, y es seguro que en algún momento éste les hará evocar un lejano acorde musical, asociado con la muerte, con viejos recuerdos... con parientes o niños... para estremecer sus corazones con una tristeza rememorada que profundiza el amor. Casi siempre comparten un secreto que intensifica su devoción. Forja en torno de ellos un círculo de fuerza, los ayuda a ser más pacientes el uno con el otro... y la paciencia es uno de los mejores amigos del amor.

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Hombre ESCORPIÓN Mujer CAPRICORNIO Pero desgraciadamente la señora Darling no podía dejarlo colgando en la ventana. Se parecía demasiado a la colada y rebajaba la categoría de la casa. Pensó en mostrárselo al señor Darling, pero éste andaba cargando abrigos para John y Michael, con una toalla húmeda enroscada alrededor de la cabeza para mantener despejado su cerebro, y habría sido una lástima molestarlo.

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Con muy raras excepciones, cuando un Águila y una chica Cabra experimenten una simpatía mutua, y después se enamoren, se ceñirán a las reglas del juego. Pagarán el certificado, refunfuñando contra la inflación, se someterán estoicamente al pinchazo para sus análisis de Wasserman, y solicitarán la benévola bendición de un sacerdote o, cuando menos, la respetable aprobación de un Juez de Paz legalmente autorizado. Se casarán, queridos, se casarán. Ciertamente no vivirán un amorío interminable. ¿Qué futuro habría en ello?

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Sus amigos y vecinos suspirarán inocentemente, y comentarán entre ellos que ésa es ciertamente una unión dichosamente perfecta. Sus parientes próximos sabrán que no es así. O sea, comprenderán que estos dos son tan vulnerables a los problemas circunstanciales de adaptación como todos los otros hombres y mujeres que se esfuerzan por hacer armonizar sus idiosincrasias y hábitos dentro del círculo íntimo del matrimonio. La razón por la cual los amigos y vecinos del Escorpión y la Cabra se engañan, consiste en que normalmente estos dos no se cuentan entre las parejas que lavan sus trapos sucios en público, como se dice. La Cabra y el Águila ni siquiera soñarían con lavar en público un pañuelo de anhelos o una vieja manta... de palos. Tampoco colgarán a secar sus diferencias a la vista de extraños, vecinos, carteros, operarios de la telefónica, peatones de paso y curiosos aficionados al jogging. Lavarán sus reyertas a puertas cerradas, silenciosa y discretamente, cuidando que desaparezcan todas las manchas de agravio, blanqueándolas perseverantemente hasta borrarlas... y esperarán con más o menos paciencia que su relación esté totalmente seca de lágrimas antes de volver a lucirla. (El uso de húmedas diferencias de opinión puede producirte un resfriado emocional, que puede transformarse en gripe, e incluso en neumonía. Entonces puede morir el amor.)

Capricornio y Escorpión son tan prácticos respecto del amor como respecto de todo lo demás. Su romance debe pasar por un severo control de realidad y debe obtener un alto puntaje en la prueba de fiabilidad. Resistente. Durable. Estos dos reclaman que la calidad esté a la altura del precio, en los muebles, en las ropas, en los títulos universitarios, en los autos usados, en los pomelos, en las coles, y así sucesivamente. No hacen excepciones con su relación, ni con el dinero que gastaron en el certificado de matrimonio, para no hablar de los dos dólares de propina que le dieron al sacerdote. Y cuando sumáis el ramillete de flores que él le regaló aquel día, más la habitación del hotel donde pasaron la noche de bodas, a pesar de que ésta fue una ganga, porque aprovecharon las tarifas estivales de fin de semana... bueno, uno sencillamente no puede permitir que algo tan costoso se deteriore sin hacer todos los esfuerzos posibles por salvarlo... en privado, claro está.

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Uno tampoco permite que una pequeña grieta superficial quede desatendida hasta que se ensanche, se transforme en un problema de primera magnitud, y el techo se venga abajo. No, hay que escayolar y reforzar con masilla y pintar la pequeña grieta apenas se la nota. Lo mismo vale para el más insignificante conflicto de opiniones entre la Cabra y el Escorpión. Normalmente reparan la avería antes de que se convierta en una auténtica amenaza para su armonía. Esta vigilancia permanente puede ser agotadora, si uno no tiene mucha paciencia y fuerza de voluntad, pero este hombre y esta mujer poseen una plétora de ambas, una reserva inagotable, que proviene de la fuerza combinada de sus regentes, Plutón y Saturno. Es posible que la era de Acuario haya electrizado a la sociedad con cambios revolucionarios, pero la vibración de Urano no ha afectado básicamente a Escorpión y Capricornio. La naturaleza conservadora de las Águilas y las Cabras sigue siendo esencialmente la misma en cualquier edad cronológica... o durante cualquier edad astrológica. Es posible (Me tac nuevas costumbres sociales hayan transformado a muchas mujeres capricornianas en militantes del movimiento de liberación femenina, pero ni siquiera estas Cabras emancipadas exhiben sus vidas privadas, ni lucen en la manga sus insignias de la Enmienda de Igualdad de Derechos. Es posible que la nueva era haya liberado a muchos hombres de sus dudas en sí mismos, y les haya permitido ser más extrovertidos, pero la confianza interior del Escorpión no necesitaba refuerzos. Este hombre no desea volverse «más extrovertido» —gracias, de todos modos— y si lo deseara, no necesitaría solicitar autorización a la era de Acuario, a la sociedad ni a ninguna otra cosa. Siempre ha hecho lo que se le antojaba, y seguirá haciéndolo, aunque las «eras» vengan y se vayan.

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Conozco a un canadiense hijo de padre Escorpión y de madre capricorniana. Cuando iniciaba sus estudios universitarios entabló un romance con una chica, pero no estaban seguros de que sus sentimientos recíprocos correspondieran a un amor eterno, así que resolvieron vivir juntos en el campus de Montreal durante un año, más o menos, pata poner a prueba su relación. El papá Águila y la mamá Cabra se horrorizaron. Convocaron a una junta de familia, durante la cual el joven y su amiga fueron obligados a escuchar respetuosamente los consejos parentales. Primeramente, la madre capricorniana le explicó a la chica que debía pensar en el futuro. ¿Y si descubría más adelante que eso no era realmente amor? Entonces su reputación habría quedado definitivamente manchada. y ningún hombre decente querría casarse con ella. Tal vez tendría que pasar el resto de su vida convertida en una solterona solitaria. «Además —le dijo la mamá Cabra—, puesto que ambos planeáis seguir el doctorado en zoología, tal vez algún día conquistaréis el prestigio científico necesario para figurar en el Quién es Quién, y si se descubriera que habéis vivido un año en concubinato, podrían poneros en la lista negra. Ya sabéis que hay reglas al respecto. Estoy segura de que las hay. Si no las hay, debería haberlas.»

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Entonces le tocó el turno al padre Escorpión. Éste asistía a la reunión preparado para ganar, pertrechado con una lista de cifras que había verificado en su calculadora la noche anterior. Mirándolos a los dos dijo: «Veréis, si estáis casados, la prima que pagaréis por asegurar vuestro auto, vuestra vida y vuestra salud, será mucho menor. En un año, la diferencia os permitirá ahorrar una suma considerable. Si estudiáis estas cifras, veréis que el matrimonio es la única respuesta sensata».

Los dos jóvenes les dieron las gracias a los padres de él por su solicitud, y se fueron. Vivieron juntos. No se casaron. Finalmente se separaron, amistosamente. Ella se casó con un zoólogo francés, se mudó con él a Europa (donde nadie conocía su sórdido pasado) y se convirtió en madre de varios niños felices. El consiguió salvarse de la pobreza, a pesar de que había tenido que pagar las primas de «hombre soltero» por el seguro de su auto y de todo lo demás... se casó más tarde con una abogada, dejó la zoología, optó por la arqueología, y conquistó prestigio mundial por una de sus expediciones a Egipto. Tanto él como ella fueron incluidos en el Quién es Quién por sus logros individuales (la comisión del Quién es Quién no lo vetó por su convivencia ilegal con su compañera de universidad) Finalmente los padres Escorpión-Capricornio de él se recuperaron de la emoción de convertirse en abuelos de trillizos.

Los astrólogos siempre insinúan que los hombres Escorpión son machos hipersexuales, apasionados, prontos a seducir o incluso a violar, a todas las mujeres que ven. Confío en que este capítulo corregirá dicha impresión. Es cierto que tiene vehementes instintos sexuales, pero «sexual» es una palabra con más de una acepción, y las ideas que el hombre regido por Plutón sustenta acerca del amor y el matrimonio pueden ser

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cabalmente anticuadas. No todo Águila es Richard Burton. Además, si hubierais vivido alguna vez con el actor Escorpión galés, habríais comprendido que tuvo razones muy sólidas y prácticas para comprar todos aquellos diamantes a Liz. Representaban una doble inversión: en publicidad profesional y en reservas para la futura seguridad financiera de ambos. También habríais aprendido rápidamente cómo reacciona cuando el hálito del escándalo genuino roza a su mujer. Lo que dicen las columnas de chismes de los periódicos no cuenta. He dicho genuino. La diversión es la diversión, pero con un Escorpión no hay que exagerar. Estos hombres son posesivos en el amor y circunspectos en lo que concierne a su vida personal, y os aconsejo no olvidarlo.

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Puesto que Escorpión es un signo de Agua, naturalmente hay Escorpiones machos con Soles natales en mala posición que caen temporalmente en las garras del demonio del alcohol o las drogas. Aún así, el Águila nunca perderá el control de su dignidad, ni su conciencia de lo bueno y lo malo. Este hombre nunca hará el papel de tonto, ni permitirá que lo haga ningún miembro de su familia. Le preocupa mucho lo que la gente piensa de su imagen pública (aunque opina que su conducta privada no le incumbe a nadie más que a él), y esto también vale para la chica Cabra. Todo lo que ésta hace, lo hace con el fin de progresar en la vida y pensando en su reputación dentro de la comunidad. Tal vez haya unas pocas capricornianas ligeras de cascos, que se comportan con relajación sibarítica... quizá sean una docena, en todo el planeta. Pero ellas no nos interesan. Hablamos de la capricorniana digna de la vehemente y leal devoción del Águila. y ella será su dama. O podrá buscarse otro hombre. La mujer capricorniana casi nunca deja traslucir sus emociones íntimas en su comportamiento público. Los sentimientos más recónditos del hombre Escorpión tampoco están estampados en sus facciones, ni se reflejan en sus palabras y sus actos. Por esto, no les resulta fácil enamorarse el uno del otro. Ambos tienen caladas sus respectivas máscaras, cuando se encuentran. Debe pasar un tiempo para que estos dos se inspiren suficiente confianza recíproca y se decidan a quitárselas, pero aun cuando dejen caer sus disfraces de aplomo protector durante un lapso suficiente para recuperar su propia personalidad, para saber y confesar que aman, no seguirán andando por el mundo con sus emociones desnudas a la vista de todos. Se abrazarán, declararán que se necesitan el uno al otro, se casarán... y después volverán a calarse sus máscaras para defenderse del resto de la gente, y únicamente se las quitarán cuando estén de nuevo a solas. El amor entre esta configuración de signos solares 3-11 compuesta por los elementos Agua y Tierra tienen un aspecto extraño, creado por sus planetas regentes, Saturno (Capricornio) y Plutón (Escorpión). De una manera u otra, sus corazones estarán unidos por una influencia, fuerte o ligera, de la muerte y lo secreto. Los ecos del pasado, por muy débiles que sean, rozarán su vida en común. Es posible que ello no ocurra durante los primeros años, pero la sombra se proyecta finalmente... y parece suavizar su amor de una manera embrujadora. A menudo están implicadas las cuestiones de la tercera casa relacionadas con parientes y hermanos, y también con la maternidad. Plutón rige la muerte misma, como proceso... y también el nacimiento, la regeneración, la reencarnación y a veces la adopción. Saturno rige todos los asuntos atinentes a los muertos en sí mismos, y también a la autodisciplina y el deber. A la obligación. Ambos planetas tienen una poderosa afinidad con los secretos profundamente sentidos y largamente silenciados, y ninguna relación emocional entre estos dos signos solares estará libre de un indicio de dicha vibración. Casi todas las chicas Cabras y sus Águilas llevan dentro alguna aflicción del pasado encubierta y sepultada, que experimentan recíprocamente, y que forja entre ellos un fuerte vínculo de recuerdos compartidos... que de alguna manera los aproxima entre sí. Debajo de su aire de autonomía, de su ambición aparentemente fría en provecho propio y de su familia, y de su aparente falta de sentimientos, el corazón de la mujer capricorniana experimenta un silencioso anhelo de afecto. El sufrimiento estremece sus emociones más de lo que ella atina a confesar, y las grandes obras musicales y de arte la conmueven más de lo que está en condiciones de demostrar. El hombre Escorpión lo capta con su aguda perspicacia, y ello despierta en él un vehemente deseo de amar y proteger a esta extraña criaturita de humor travieso y ojos tiernos y brillantes, que es tan leal, fiable y honesta.

El talante sereno y el comportamiento afable de ella también le despiertan deseos más profundos. El magnetismo sexual entre Escorpión y Capricornio es claro y sencillo. Ambos llevan dentro una soledad velada que clama por sí misma, y una necesidad de buscar la seguridad emocional mediante la compañía. La rara mezcla de ternura, misterio y pasión controlada que hay en él la hipnotiza, y ella puede relajarse en sus brazos, acogiéndolo en la frescura de su plácida espera. Cada elemento de la naturaleza saturnina de ella es enriquecido por la personalidad más apasionada de él. Como todos los Escorpión, él intuye anhelos secretos y

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vagas apetencias que no puede definir, y durante su unión física éstos parecen trasmutarse en una sensación de paz, como la que se experimenta al volver de un país extranjero al terruño donde todo es nuevamente seguro y familiar.

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Con tal que no permitan que la familiaridad engendre desdén. Escorpión y Capricornio, como pareja, tienden a gravitar a lo largo de los años hacia configuraciones de hábitos que pueden hacer que no sólo su expresión sexual, sino todas las facetas de su amor, se vuelvan rancias y rutinarias. Como todas las parejas de la vibración 3-11, serán amigos, además de amantes, así que la desenvoltura natural de la amistad podrá convertirse en el puente por el que volverán el uno al otro cuando sus pasiones se hayan enfriado y sus emociones estén bloqueadas... cuando largos períodos de enfurruñamiento o hastío los hayan separado al adormecer la necesidad que estaban habituados a experimentar El cambio es una ducha fría regocijante que resucitará el amor de Escorpión v Capricornio. Los viajes son un tónico estupendo para estos dos, pero incluso los cambios pequeños pueden liberarlos. La Cabra y el Águila son capaces de acostarse por la noche, y de despertarse por la mañana exactamente a la misma hora, segundo más, segundo menos, durante años. Deberán modificar drásticamente su programa: dejar las luces prendidas y al diablo con la factura de la electricidad... comer varias noches por semana en un restaurante japonés, sentados en el suelo... estudiar iridología juntos (averiguad de qué se trata, no seáis holgazanes)... e intercambiar obsequios distintos. ¿Es indispensable que ella le regale una cartera en todas las Navidades, todos los cumpleaños y todos los aniversarios de su vida? Podrá regalarle un telescopio en el Día de Guy Fawkes. Él podrá obsequiarle un calidoscopio sólo porque es martes. Pero la iridología es lo mejor. Mientras se convierten en expertos en esta fascinante ciencia antigua, mientras se encauzan hacia la nueva y emocionante dicha de poder ayudar y curar a la gente, deberán practicar el uno con el otro. Él deberá escudriñarle fija y profundamente los ojos durante un largo rato... y ya sabéis lo que significa esto cuando se trata de un Escorpión. Escuchad, ¿conocéis a esa pareja Escorpión-Capricornio que vive calle abajo, en la casa donde las luces se apagan todas las noches después del telediario de las once, tan puntualmente que podríais guiaros por ellas para poner en hora el reloj? ¿La pareja que parece tan extáticamente feliz? Id a la tienda de alimentos naturales, comprad un libro de iridología de Bernard Jensen, y dejádselo en el umbral una madrugada. Entonces observad si no los notáis cambiados la próxima vez que salgan a regar el seto. Si no veis algo distinto en la forma en que se sonríen... como si compartieran un secreto. Al cabo de más o menos una semana, notaréis que ella ha modificado su peinado, que él usa una camisa radiante, con rayas que reproducen todos los colores del arco iris... y ya no podréis guiaros por ellos para poner el reloj en hora. ¡Son nuevamente libres! Y todo gracias a vuestro regalo silencioso. La astrología os enviará el Premio al Buen Vecino por el rejuvenecimiento del amor, y esto es aún más importante que ganar el premio Nobel, o figurar en el Quién es Quién.

   

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SAGITARIO

CAPRICORNIO

Fuego - Mutable – Positivo Regido por Júpiter Símbolos: el Arquero y el Centauro Fuerzas diurnas – Masculino

Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La Relación SAGITARIO-CAPRICORNIO ...pero la verdad es lo mejor, y quiero contar sólo lo que realmente sucedió. Bueno, no sólo no pudieron entenderse entre ellos, sino que olvidaron sus buenos modales.

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Los Sagitario son seres extravagantes, unas veces chistosos y divertidos, otras veces tristes y melancólicos. Las Cabras son sensatas y de pie firme, o sea que tienen dos virtudes que los Arqueros anhelan adquirir, porque son todos un poco desmañados y tropiezan frecuentemente, con sus pies y sus palabras, lo cual le arranca a Capricornio una risita afectuosa. Es innegable que aquí existe una peculiar atracción. Las Cabras saben con exactitud a dónde van, y a Sagitario le parece que éste es otro rasgo envidiable (aunque un poco irritante), porque a los Arqueros les encantaría tener una vaga idea del lugar hacia el que se encaminan... aunque, incluso si la tuvieran, no tardarían mucho en echarse a trotar en otra dirección después de haber llegado allí. Dado que la configuración de signos solares 2-12 rige su relación, pasarán mucho tiempo aprendiendo el uno del otro y enseñándose recíprocamente. Capricornio será quien más enseñará y Sagitario quien más aprenderá... a regañadientes. Cada uno de ellos tiene una serie de cualidades que fascinan al otro. Sagitario, por ejemplo, admira reverentemente el estoico control de sí misma que tiene la Cabra en el sillón del dentista. Capricornio envidia secretamente el coraje con que el Arquero hace apuestas temerarias en el juego de la vida, aunque la Cabra refunfuñe y gruña contra semejante impetuosidad (a menos que el Sagitario en cuestión sea uno de esos Centauros anormalmente circunspectos, que siempre viajan y hacen apuestas mentalmente, pero que en razón de haber estado sujetos a una disciplina excesiva durante su infancia nunca se deciden a dar el gran paso... sino que se limitan a soñar con él). Sin embargo, hay otras cualidades que les resultan más repelentes que atractivas. No siempre, sólo cuando las exageran. Por ejemplo; los viajes podrían generar algunos choques entre ellos. En tanto que a la mayoría de los Arqueros les gusta merodear físicamente, explorando el mundo, y vagabundear intelectualmente, explorando la filosofía y la religión (todos ellos adoran sencillamente a Don Quijote), a las Cabras las pone nerviosas el solo hecho de pensar en estos ajetreos y trajines desmedidos. La idea de vivir en la terminal de una línea aérea, con las maletas preparadas, siempre listas, las pone histéricas. Tampoco. son partidarias de coquetear con la filosofía y la religión. Lo que era bueno para papá (y mamá) también lo es para Capricornio. Con raras excepciones, el himno favorito de la Cabra es «Dadme aquella religión de los viejos tiempos». La iglesia de la infancia es sólida y estable, ¿así que por qué cuestionar su dogma? En cuanto a la filosofía, Platón era práctico y Sócrates era sensato, ¿así que por qué experimentar con lo nuevo e indemostrado?

«Quizá si te movieras más —comenta el Arquero mordazmente—, verías cuán excitante puede ser el mundo de las ideas. Yo busco la verdad. ¿Acaso tú la has buscado alguna vez?» La Cabra bosteza. «Buscar, buscar, buscar... ¿y qué podrías encontrar?» (Nota para el lector: En la leyenda de la astrología antigua, Capricornio siempre ha regido al pueblo hebreo.) «Correr de un lado a otro —continúa la Cabra implacablemente—, buscando algo que ni siquiera puedes identificar, es un derroche

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pecaminoso de tiempo. Con todas esas energías podrías estar haciendo algo digno de mérito. Yo puedo aprender más cosas realmente valiosas si me ciño a un plan concreto que si hago girar mis engranajes como tú, sin sentido de la orientación. No soy aburrido. Ni insípido. En verdad, pienso viajar a Europa el año próximo para estudiar arte. Pero sé por qué voy, a dónde voy, cuánto me costará... y no me hago ilusiones acerca de lo que me aguarda allí. No me detendré en Roma para arrojar tres monedas en la fuente de Trevi y formular un deseo.» No todos los capricornianos, pero sí la mayoría, tienen los pies firmemente plantados en la Tierra, simbólicamente, y a veces parece que incluso literalmente. Algunos de ellos los tienen tan firmemente plantados que producen la impresión de que si se quedaran demasiado tiempo en un mismo lugar, echarían raíces y se transformarían en hiedra, enroscando sus fuertes zarcillos durante siglos en torno de sus hogares ancestrales. Los esquemas de conversación de las Cabras y los Arqueros no siempre son compatibles y armónicos. Los escasos Sagitario callados, introvertidos, más propensos a la contemplación, se entienden bastante bien con los capricornianos en una plática común, pero a la mayoría de los Sagitario les gusta hablar con más locuacidad. Formulan preguntas constantemente, como cachorros afectuosos, y siempre quieren saber el cómo, el dónde y el porqué de todo. Al principio, a Capricornio no le molestará contestar las preguntas. A estas almas sosegadas les gusta impartir sabiduría a los demás, pero cuando al cabo de un tiempo resulta obvio que el independiente Sagitario hace caso omiso de toda la sabiduría de Saturno que le ha sido inculcada, la Cabra llegará a la conclusión de que todo es un juego... y a los capricornianos no les agrada derrochar el tiempo valioso en juegos. Es posible que Sagitario se queje de que Capricornio es demasiado silencioso, y de que nunca se franquea. Es posible que Capricornio se queje de que el Arquero nunca se queda quieto, y de que no escucha. Esto es lo que sucede de tiempo en tiempo, cuando el idealismo y la búsqueda chocan con la sabiduría y la cautela. Sin embargo, ¿qué sería del idealismo si no lo atemperara la sabiduría... o qué sería de la búsqueda si no la guiara la cautela? «Se dispersarían», gruñe la Cabra. «¡Serían más emocionantes!», responde el Arquero. Y así sucesivamente. Si las Cabras bajaran del alto acantilado de la omnisapiencia, y si los Arqueros controlaran su temeridad y sazonaran su salsa con un poco de experiencia, ambos descubrirían que están en condiciones de lograr un éxito prodigioso, siempre que combinen sus opiniones antagónicas en lugar de deformarlas mediante discusiones constantes. Lo que los dos necesitan es un León que les dé una buena filípica, un Carnero que les ordene suspender sus reyertas, un Libra que escuche comprensiva y equitativamente las dos facetas de sus quejas, y quizás un Piscis que les dé a ambos unas indispensables lecciones de humildad. Ninguno de los dos cataloga la humildad como una gran virtud. Sagitario apenas entiende la palabra, y Capricornio sólo parece ser humilde. Debajo de la aparente modestia de Saturno se oculta una certidumbre acendrada respecto de todo... menos, quizá, respecto de sus méritos personales. En este contexto, la Cabra puede sentirse a veces conmovedoramente insegura. En la columna del haber del inexorable libro de caja donde Saturno lleva la contabilidad de las relaciones humanas, la Cabra admirará y respetará tímida, aunque silenciosamente, la fe insaciable del Arquero... y Sagitario sabrá, en el fondo del corazón, que Capricornio procede correctamente cuando mira antes de remontarse por los aires. El buen Señor sabe que el Arquero ha volado espontáneamente a las nubes y después ha caído estrepitosamente al suelo en muchas ocasiones, y que en razón de ello ya puede valorar el consejo prudente de la Cabra que lo exhorta a tener la paciencia necesaria para verificar una idea o un impulso antes de apuntar con el arco y la flecha. Generalmente estos dos sustentan ideas muy distintas acerca del dinero. Siempre estoy dispuesta a encontrar la excepción que confirma la regla, pero hasta ahora, por lo menos, no he tropezado con un Capricornio que no tenga una cuenta de ahorros, incluidos los niños. Muchas Cabras tienen más de una, en varios bancos. Sagitario prefiere una cuenta corriente personal para ingresar su dinero, y pocas veces le queda una suma suficiente para economizar. Si conocéis a un contador público o un banquero Sagitario, es porque fue adoptado o porque tiene su signo lunar o ascendente en un signo de Tierra. Ciertamente, los Arqueros son espabilados, y pueden ser rápidos con los números, pero más para gastar que para ahorrar. Tal vez haya algunos Sagitario atípicos que tienen cuentas de ahorro, pero incluso en estos casos los reintegros superan a las imposiciones. Los Arqueros con la Luna o el ascendente en Tauro, Virgo o Capricornio, tendrán vibraciones financieras más armoniosas con las Cabras. De lo contrario, el dinero podría convertirse en «la raíz de todos los males» en sus relaciones mutuas. Un aspecto dichoso de su compatibilidad consiste en que la franqueza brutal de Sagitario —esas lacerantes flechas de sinceridad— rebotará más fácilmente en la piel de la Cabra que en la de otros signos solares que la tienen menos gruesa. Casi siempre, cuando un amigo, amante, consorte, hijo, pariente o socio

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Sagitario dispara un comentario espinoso y dolorosamente veraz contra un capricorniano, la Cabra se limita a encogerse de hombros. «Y qué?», comenta Capricornio. No es fácil asustar a estos sujetos. Sin embargo, Sagitario deberá obrar con tacto. Si formulara demasiadas observaciones insolentes, la Cabra machacará al Arquero con la verdad contundente de Neptuno, que podría dejar arrinconado y taciturno durante meses al despreocupado Sagitario. Los capricornianos regidos por Saturno se especializan en impartir las lecciones necesarias a los impulsivos y deslenguados de este mundo. A primera vista, los Sagitario parecen llevarse por delante a los capricornianos. Por lo menos, ésta es la impresión que reciben los espectadores. Pero mientras los Arqueros apremian y mandan, la Cabra continúa haciendo silenciosa y tenazmente lo que se le antoja, y a la larga a Sagitario le tocará generalmente la peor parte. Como todos los signos de Tierra, Capricornio sólo cede temporalmente, para evitar las discusiones. Después, cuando la Cabra se harta, observad cómo clava los pies en la tierra firme, y se queda hoscamente plantada, convertida en un ascua de resentimiento latente, mirando con sus duros ojillos a Sagitario y desafiándolo a empujar un poco más. Vamos, empuja. Verás lo que sucede. La mayoría de los Arqueros tienen el sentido común necesario para saber cuándo deben dejar de empujar a Capricornio. (Antes de que Capricornio se enfade de veras. Ése es el momento indicado para dejar de empujarlo.) Los Sagitario son, de alma, payasos extravagantes, que pedalean por un circo de tres pistas, con una actitud generalmente frívola respecto de los problemas de la vida. Las desazones y preocupaciones excesivas los ofuscan. Su naturaleza básica es radiante v valerosamente optimista, y por esto sufren espantosamente cuando descubren el lado oscuro del arco iris. La naturaleza de Capricornio es más sombría y restrictiva (una restricción autoimpuesta), porque las Cabras nacen con una señal interior que las alerta contra los excesos y con un instinto que... bueno, que les sirve para conservar sólidamente el equilibrio en los acantilados rocosos de la vida. En última instancia, Sagitario es optimista y Capricornio es pesimista. El optimismo de Sagitario inquieta a la Cabra cautelosa. El pesimismo de Capricornio deprime el espíritu rampante del Arquero. Sin embargo, en aquellas circunstancias en que el feliz payaso de Sagitario se siente desolado por la crueldad de las almas indiferentes que no han compartido su colosal fe y generosidad jupiterinas, Capricornio está allí para curar la herida con cariñosa ternura y sabiduría... más o menos como Sagitario recuerda que unos abuelos adorados se comportaron en la época de su infancia. Es posible que la Cabra lo regañe y reprenda malhumoradamente, pero nadie puede ser más afable, más afectuoso, cuando el negligente Arquero ha desoído los consejos saturninos de Capricornio, en razón de lo cual se han desplomado sobre su cabeza idealista toda clase de infortunios.

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«Calma, calma —lo apacigua Capricornio—. No estés triste y mustio. Todo se arreglará, más temprano o más tarde. El Sol siempre asoma después de la lluvia. ¿No es esto lo que tú mismo me has enseñado?» Sí. Esto es precisamente lo que Sagitario le enseñó a Capricornio. Y la lección ha hecho mucho más sabia a la Cabra.

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Mujer SAGITARIO Hombre CAPRICORNIO —No lo irrites innecesariamente.

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¿Así que te gusta la verdad, por mucho que duela, no es cierto, Sagitario? ¿Crees en la sinceridad, cualquiera que sea el precio que haya que pagar en forma de sufrimientos, eh? Muy bien, prepárate. Tú lo has pedido. Aquí lo tienes. Tal vez haya en la Tierra unos pocos capricornianos que quedaron desdichadamente huérfanos en la cuna o en la infancia (experiencia realmente desquiciante para este signo solar), y quizá haya también unos pocos varones Cabra que guardaban un rencor feroz a sus padres y que se fugaron del hogar para incorporarse a una feria ambulante cuando apenas eran unos jovenzuelos. Quizá son alrededor de media docena. En todo el planeta. Pero a menos que haya nacido con la Luna y Saturno muy «mal aspectados» en su carta natal, el capricorniano medio (ese del que probablemente estás enamorada) sustentará a su familia más o menos como la estatua de Atlas, situada en la Quinta Avenida de Nueva York, frente a St. Patrick, sustenta al mundo sobre sus hombros: con la misma resignación y aproximadamente durante el mismo lapso. (Atlas aún no ha arrojado el mundo de sus hombros, o por lo menos no lo había arrojado la última vez que pasé frente a él.) Que esto le sirva de advertencia a la alegre y confiada chica Sagitario que piensa que su Cabra la ama por encima de todo lo que hay en el Universo. La ama, sí. Incluso es posible que la adore, que le regale un pimpollo de rosa en el día de su aniversario (cuando el florista liquide a mitad de precio), que le permita pilotar su auto (el de él, y si accede a ello es porque la ama realmente). Pero no es y nunca será, para él, lo más importante que hay en el Universo. Este honor le corresponde a su familia, y le seguirá correspondiendo mientras a él le quede aliento. Tanto si es una carga porque no se llevan muy bien, como si es un deleite porque se trata de un hato de gente muy divertida... la familia es la familia. Es posible que el capricorniano que ha sido irreparablemente herido por sus hermanos o sus padres no se quede eternamente en su hogar, pero llevará las cicatrices consigo durante toda la vida. La Cabra no se aferrará necesariamente a la casa donde residen sus padres, como el Cangrejo. Incluso es posible que los capricornianos se muden de la ciudad o el estado donde viven los suyos. Pero, tanto si está cerca como si está lejos de ellos, es tan difícil destetar a este hombre de su familia como aflojar el pegamento que sostiene a un Volkswagen en el aire, en el famoso espacio publicitario. Creo que se llama Pegamento Loco. Y loca es la chica que intenta lo imposible. Para la Arquera, la familia es ciertamente algo formidable, que innegablemente conviene tener a mano cuando necesitas pedir prestados unos cuantos dólares, o cuando te hace falta un alojamiento de emergencia en uno que otro fin de semana, pero es probable que su individualismo la haya inducido a cortar precozmente las amarras que la unían al hogar, y a correr en pos de la lejana música del organillo. Si esto implica dejar la familia atrás y mantener el contacto mediante una postal esporádica, paciencia. ¿Acaso no está previsto que los pájaros abandonen el nido? En verdad, en la Naturaleza, los padres ansiosos empujan literalmente al polluelo fuera del nido, para que aprenda a volar y sobrevivir. Sagitario opina que ésta es una teoría pedagógica sensata y excitante. A Capricornio le parece brutal, horripilante e insensible. Esta sola idea hace palidecer a la Cabra. Qué espanto. ¿Quién los alimentará y los cuidará cuando llegue el invierno? No a los polluelos, sino a los padres. Es Cáncer quien se cuida de que lo cuiden. A Capricornio le preocupan sus familiares, no porque él necesite protección, sino porque cree que ellos la necesitan. Es distinto. El resultado final es el mismo: tanto Cáncer como Capricornio se resisten a separarse de sus familias. Pero el motivo dista mucho de ser el mismo, y los motivos son los que cuentan. ¿Podéis imaginaros lo que sucede con un progenitor capricorniano y un hijo Cáncer... o viceversa? Es alarmante, alarmante de veras. Leed la sección Cáncer-Capricornio y veréis. Pero todavía no. Aún no hemos rescatado a esta pobre Arquera de las ideas románticas que sustenta acerca de su amada Cabra.

El capricorniano no es agresivo. La mayoría de ellos son conmovedoramente anticuados y galantes. Éste no es un hombre que la levantará en vilo con un alarido de Tarzán y la transportará a la jungla para seducirla junto a una laguna somnolienta a la luz de la luna. ¿Y si su mono estuviera mirando... o si un gorila desconocido pasara casualmente, durante un paseo de medianoche? Los capricornianos son muy decorosos y circunspectos, siempre se preocupan —al menos hasta cierto punto— por «el qué dirán». Esto no significa

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que él no sea romántico. Sólo significa que es posible que su romance esté teñido (en las etapas iniciales) de timidez. Pero cuando él aventure una sonrisa apocada... cuando sus ojos serenos titilen mientras dice algo íntimo en un lenguaje cifrado que sólo ellos dos entienden, la mujer Sagitario que lo ama le encontrará una notable semejanza con un héroe de la jungla, aunque no se balancee colgado de una liana mientras habla. Todos los otros hombres de su vida le parecerán monos: torpes y desvergonzados, prepotentes e inmaduros. Si hay un defecto que el hombre capricorniano no tiene, éste es la inmadurez. En verdad, su madurez emocional es lo que ella más necesita de él, y reconocedle el mérito de comprenderlo. Los hombres Cabra casi nunca se comportan como chiquillos, aunque lo sean cronológicamente. Los pocos capricornianos que beben o consumen drogas exageradamente, o que permiten que sus emociones se desborden en público, tienen una carta natal muy «mal aspectada», y merecen compasión y no críticas. Su conducta les atormenta la conciencia más de lo que podría atormentar a quienes los rodean, porque es ajena a su misma naturaleza. Se sienten como si estuvieran prisioneros dentro de un cuerpo que se comporta de una manera tan distinta de la que corresponde a su propia esencia, que la situación se torna realmente alarmante y trágica. El hecho de no ser fiel a la esencia del propio signo solar es una señal de alarma de tremenda magnitud. Un Virgo holgazán, un Leo tímido, un Piscis autoritario... un Tauro extravagante... y así sucesivamente... pueden encaminarse en una dirección errada, con muchas aflicciones en perspectiva. Si la Arquera debe recriminarle a su amante o marido capricorniano la forma en que se comporta a ratos, convendrá que controle su tendencia instintiva a hablar francamente y sin eufemismos. Podrá salvar los sentimientos de él, y su relación, si estudia un diccionario de sinónimos y utiliza cabeza. A la larga le ahorrará muchos disgustos y tribulaciones a su corazón si practica una especie de juego semántico cuando se encoleriza. He aquí un ejemplo. ¿De qué otra manera se puede decir egoísta? Individualista. ¿De qué otra manera se puede decir frío y cruel? ¿Qué tal sensato, pero insensible? Tacaño es una palabra dura. Económico o ahorrativo es más amable. En lugar de remilgado, ¿qué tal cuidadoso y respetable? Y siempre así. Si ella le grita: «¡Eres egoísta! ¡Eres frío y cruel! ¡Para colmo, eres tacaño y remilgado!», lo perderá (y perderá la oportunidad de madurar bajo su tutela enérgica y paciente). Es más suave, menos crudo y lacerante, decir sencilla, serenamente: «A veces eres muy individualista. ¿sabes? También eres quizá demasiado práctico, económico y cuidadoso. ¿Te das cuenta'?». (Aunque entre dientes lo acuse de ser un monstruo tacaño. egoísta y cruel.) Cuando le formule sus quejas en este tono, es probable que él tome nota, mentalmente, de que debe pulir un poco sus aristas, y quizás incluso sonreirá. Sí, sonreirá. Es asombroso ver cómo a la gente la complace oír la descripción de una cualidad dudosa de su signo solar (si se evitan las palabras crudas), aunque dicha cualidad sea la que otros consideran negativa. Decidle a un Tauro que es impulsivo, y fruncirá el ceño. La misma palabra deleitará a un Aries. Decidle a un Leo que es orgulloso, y sonreirá. La misma palabra ofenderá a un Virgo. Decidle a un Géminis que es cambiante, y asentirá sonriendo. La misma palabra os hará acreedores a una picadura de resentimiento de un Escorpión. ¿Cambiante él? Imposible. Decidle a un Cáncer que es conservador, y lo interpretará como un elogio a su naturaleza cauta... pero decidle a una Sagitario que es conservadora, y os contestará que vayáis a sentaros sobre una torta de vaca. Etcétera, etcétera. Lo que es un defecto para los ojos de los demás, es una virtud desde el propio punto de vista. Y felicitémonos de que sea así, porque si no nadie podría vivir consigo mismo, ¿correcto? ¡Correcto! (Aries siempre tiene razón y nunca se equivoca. ¿Pensáis que soy egocéntrica? ¡Yo soy Aries y opino que ésta es una cualidad magnífica! Si la juzgáis negativa, es sólo porque estáis celosos.) Es indudable que el capricorniano puede parecer frío, porque teme exhibir sus emociones en forma demasiado pública. Podrían pisoteárselas (y a veces la mujer Sagitario es capaz de hollar el corazón con mucha fuerza). Pero no es totalmente egoísta. Es cierto que puede ser muy considerado consigo mismo, pero si le repetís constantemente que es egoísta sólo conseguiréis que finalmente se ponga a la altura de su fama. La persona que amáis se adapta gradualmente a la imagen que tenéis de ella, en vuestro corazón y vuestra cabeza. ¿No lo sabíais? Se trata de una ley metafísica impecable respecto de la interreacción de las emociones humanas dentro de la poderosa esfera vibratoria del amor. Hablando de amor, esto nos lleva al sexo, porque es imposible separar con éxito ambos elementos en la relación emocional entre un hombre y una mujer. El sexo aislado lleva a la enfermedad del espíritu y al vacío mortal. El amor aislado, sin sexo, es insatisfactorio y solitario... porque el amor y el sexo son gemelos. La compatibilidad sexual de esta configuración de signos solares 2-12, hecha de Tierra y Fuego, será tan buena o tan mala como lo determine la acomodación de otras facetas de su personalidad. Inicialmente, existe una compulsión de tocar, un poderoso sentimiento de curiosidad por parte de ambos, que refuerza el magnetismo de su química recíproca. Él es tan... distinto. ¿Cómo será en el papel de amante? (Distinto de ella, quiere decir.) Ella es tan... distinta.. ¿Cómo será el hecho de poseerla totalmente? (Distinto de él, quiere decir.)

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Es innegable que semejante curiosidad mutua genera una poderosa atracción sexual entre ellos. Sólo más tarde, cuando su amor ha pasado la nueva etapa y ha entrado en la familiar, el aspecto físico de la relación puede empezar a perder su atractivo. La curiosidad satisfecha embota la expectación trémula. Pero si él pone un poco más de imaginación... si ella pone un poco más de paciencia... aprenderán que la familiaridad no tiene por qué engendrar necesariamente el desdén. La familiaridad puede aportar una rara forma de cálido afecto y de profunda pasión que la sola curiosidad por lo extraño no alcanza a tocar. Él debe precaverse contra la torpeza emocional de hacer el amor y después dormirse rápidamente... o de practicar una amalgama sexual desprovista de palabras tiernas. Ella debe vigilar su tendencia a incurrir en torpezas verbales, como la de asestarle un flechazo de verdades dolorosas uno o dos segundos antes de que él la abrace. Entonces la Arquera se quejará de su «frialdad», cuando ha sido ella quien extinguió sus intenciones eróticas con un cubo de agua helada. Sus planetas regentes cuentan la historia. El de él es Saturno, y Saturno puede ser injustamente restrictivo. El de ella es Júpiter, y Júpiter puede ser exagerado y abrumador. Cuando Saturno y Júpiter combinan sus vibraciones, estos dos planetas pueden producir (literalmente, en astrología) terremotos. Cada planeta posee un tipo de poder distinto, pero ninguno de los dos es flojo ni aburrido. Él debería escuchar una insinuación planetaria y debería tratar de hacer madurar la naturaleza impulsivamente apasionada de ella transformándola en un éxtasis más profundo y satisfactorio, cuidando de no congelar sus deseos en el ínterin. Ella debería comprender que él arde en deseos de que alguien descorra el cerrojo de su prisión saturnina de cautela... de que alguien como ella lo libere emocionalmente, para poder abandonar su prudencia y disfrutar de la pasión que experimenta más intensamente de lo que ella supone... en lo más recóndito de su ser.

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Éste es un hombre que se siente más cómodo cuando está encaramado solo (o con ella) en la cima de una montaña que cuando está andando por las bulliciosas y atestadas carreteras de la vida. Necesita una dosis de fama y éxito mundano. (Mientras no tenga que firmar autógrafos, cosa que aborrecería.) En la medida en que esto le sea negado, necesita que su mujer le tribute una dosis igual de reconocimiento respetuoso por sus logros públicos y privados. Ésta es una necesidad vital, y nunca se puede hacer demasiado hincapié en ella. Él admira y envidia a los célebres, a los triunfadores, y por tanto siente que ha fracasado si no ha llegado por lo menos a la cumbre de una modesta colina. No hace falta que sea el Everest. La clave de sus humores es su desencanto consigo mismo, con su grado de progreso... la distancia que separa su historial concreto de su meta interior. La mujer Sagitario no comparte esta necesidad silenciosa y controlada, pero desesperada, de llegar a lo alto de la montaña, pero sí necesita saber que las flechas de esperanza refulgente que dispara con su arco jupiteriano de fe e idealismo dan ocasionalmente en el blanco. Su corazón inquieto necesita de vez en cuando que una de esas flechas dé milagrosamente en el centro del blanco, pues de lo contrario decaerá su espíritu fogoso. ¿Y qué es una Sagitario sin fuego ni espíritu? Una tristísima payasa. No hay nada más penoso que un payaso cuyo colorido y temerario maquillaje grasiento está surcado por las lágrimas. Cuando él esté mohíno porque su éxito sigue oculto en la bruma... y cuando ella esté melancólica porque sus sueños tardan demasiado en materializarse... deberán partir en avión rumbo a algún lugar remoto y exótico, donde flote una pizca de magia en el aire. A veces sucede que un viaje compartido hace asomar nuevamente las estrellas de los deseos para un hombre Cabra y una Arquera que han dejado de despedirse por la noche con un beso.

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Hombre SAGITARIO Mujer CAPRICORNIO El corazón de Peter daba vuelcos mientras escuchaba. Wendy prisionera, y en el barco pirata. ¡Ella, a la que le gustaba que todo fuera como era! —La rescataré —exclamó él, abalanzándose sobre sus armas. Mientras se abalanzaba se preguntó qué podía hacer para complacerla. Podía tomar su medicina.

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Aquí tenemos a esta encantadora criatura femenina, que parece saber qué es exactamente lo que desea de la vida, y cómo puede conseguirlo. El Arquero intuye que los objetivos de la chica capricorniana no son insignificantes, sino que pueden ser tan colosales como los suyos propios, y esto lo emociona. Es callada y modesta, no lo interrumpe cuando él habla de sus ideas y ensueños, y esto la distingue como una dama en verdad muy especial. A él le parece que es una chica afable, dócil, femenina. Femenina y atractiva.

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El Arquero está cometiendo un tremendo error. Es posible que ella haya nacido bajo un signo solar femenino, pero el que rige su naturaleza es el planeta masculino Saturno, y es difícil encontrar un planeta más masculino que este. Aunque es posible que tenga modales afables. es cualquier cosa menos dócil. Quizá sea atractiva, pero él no debería imaginarla haciendo girar un parasol con ribetes de encaje, marchando de puntillas con un miriñaque bajo el manzano del patio trasero, y dejando caer un pañuelo perfumado para provocarlo. Esta chica es dura. Al fin y al cabo es una Cabra montaraz, cualquiera que sea su sexo. Digerirá cualquier cosa, con tal de llegar a destino. Cualquier cosa, menos el único alimento que le cae mal, N. que viene envasado en una lata rotulada: Tontería. Para la capricorniana, una «tontería» es todo lo que le hace perder el tiempo y no tiene un objetivo concreto. Esto incluye categóricamente los coqueteos ociosos y los amoríos pasajeros. Observad que no he dicho que es enemiga de los coqueteos, sino sólo de los coqueteos ociosos. Tampoco he dicho que es enemiga dé los amoríos, sino sólo de los amoríos pasajeros. La distinción puede ser importante, tarde o temprano. Lo que sucede es que la chica capricorniana desea saber cuáles son tus intenciones antes de que las tengas. O quizá debería decir antes de que el hombre Sagitario haya pensado cuáles podrían ser sus intenciones respecto de ella. Ojalá no sean las mismas que alimenta respecto de la mayoría de las mujeres, porque entonces será mejor que la olvide. Los Arqueros son típicamente bastante promiscuos en cuestiones románticas, y no suelen ser los tipos más fieles del mundo, por lo menos mientras exploran y buscan e investigan el entorno. Después de haber hallado a su dama Ginebra, a su doncella Marian, o a quien sea, el caballero regido por Júpiter (que se ve a sí mismo como un Robin Hood y un Lancelote) es capaz de tributar una devoción y una lealtad teñidas por la pureza de Camelot. Pero mientras cabalga por Sherwood montado en su corcel blanco, buscando, su armadura reluciente puede empañarse un poco. Por supuesto, el amor, el auténtico amor, puede volver a lustrarla enseguida. La armadura empañada no detendrá a esta mujer. Es tan práctica en el amor como en todo lo demás. Si la armadura está herrumbrosa, es posible frotarla hasta dejarla limpia y brillante, como nueva... y nadie notará la diferencia. No hay por qué ofuscarse por un poco de moho, si éste se puede eliminar. El ayer ha pasado. el hoy está aquí. Pero ojo con el mañana. Es posible que ella le perdone a su Arquero las trasgresiones pasadas, y tiene la sensatez y la seguridad emocional suficientes como para confiar hoy en él... pero no tolerará fechorías en el futuro, porque si las comete será ella quien lo relegará a su pasado, casi sin un aleteo de sus largas pestañas femeninas, para que se reúna allí con el recuerdo de los escasos errores que cometió a lo largo de su vida (y tratándose de la cautelosa capricorniana, podréis contarlos con los dedos de una mano). Su dureza no disuadirá inmediatamente al Arquero. Recordad que él nació bajo un signo solar masculino y que está regido además por el masculino Júpiter. Una doble vibración de macho. Así que no es probable que rehúya el desafío. Esta chica no es de aquellas que puede subyugar un amante pusilánime, pero el hombre Sagitario no es pusilánime. Sólo es un poco torpe cuando debería ser diplomático. Es posible que suelte sin proponérselo un comentario ingenuo que la ofenderá en su dignidad. (Las chicas Cabras son tremendamente dignas, sobre todo en público.) No se trata de que ella no valore el ingenio (ella misma tiene un sentido del humor versátil y delicioso), pero las historias largas y aburridas la fastidian, los modales groseros la repelen... y no le gustará oír cómo analizan candorosamente sus defectos delante de terceros. Éste es precisamente uno de los talentos más obvios del Arquero. (Soy generosa cuando lo denomino «talento».) Sin embargo, la Cabra valorará su franqueza. Y él, a su vez, admirará la de ella. En este ámbito se llevarán muy bien. Ella es sensata y práctica, y no suele pintar las cosas con colores más rosados que los reales... y él

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dice lo que piensa, y se niega a disfrazar la verdad con un lenguaje refinado. A ninguno de los dos le gusta andar con rodeos, y ésta es una cualidad compartida que formará una base sólida para su empatía recíproca, aunque pueda doler a sus amigos. Si estáis visitando a esta pareja en su hogar, y al día siguiente deben levantarse temprano para ir a trabajar o para coger un avión o para lo que sea, os recordarán inexorablemente que se ha hecho tarde, en el caso de que la tertulia se prolongue más allá de la hora en que las carrozas se transforman en calabazas... Capricornio lo hará con modales delicados, afables y corteses, y Sagitario con franca y cordial sinceridad. Pero os lo recordarán. Sabréis que os habéis excedido en vuestra visita. No os quitarán literalmente el felpudo de bienvenida de abajo de los pies cuando os vayáis, pero captaréis nítidamente el mensaje. Es posible que estos dos compartan el interés por la música o el arte, por el derecho o la religión, y él recibirá la impresión de que ella está dispuesta a sacrificarlo todo en aras de su vocación. Es así. Si la Cabra vive en una ciudad pequeña, por ejemplo, y asiste a una escuela secundaria donde no dictan todos los cursos de arte que necesita, se empleará en una gasolinera, donde llenará depósitos y fregará parabrisas —«¿Le controlo el aceite, señor?»— con el fin de ahorrar el dinero suficiente para ir a Nueva York, donde enseñan lo que desea aprender. Igualmente, la capricorniana casi siempre se las apañará de una manera u otra para vivir con su familia mientras estudia... y dejará el hogar de mala gana para labrarse el porvenir. El Arquero entiende que ella se consagre tenazmente a alcanzar su meta. Él también tiene una plétora de tenacidad. Pero la ruta que él sigue para llegar a la Ciudad de Esmeralda es un poco distinta. El hombre Sagitario siempre está listo para partir rumbo a Oz o Shangri-La con un jersey de cuello cisne bajo el brazo y un cepillo de dientes en el bolsillo.

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Ella no lo acompañará. Tendrá un millón de excusas. «Hay que planearlo», dice ella. «¡Así es más divertido!», replica él. Ella se enfurruña. Él la azuza. Ella se obstina. Es más o menos entonces cuando él empieza a pensar que ella es insípida. Entonces ella hará titilar la tímida sonrisa de Saturno, y él se derretirá y volverá a abordarla, con ánimo jovial y optimista, pensando que debe de haber alguna manera de convencerla. La hay. Bastara que le demuestre que habla en serio, no sólo cuando le dice que la ama, sino también respecto de lo que espera aportar a este mundo y de lo que espera recibir en compensación por sus esfuerzos. El hombre Sagitario rebosa ensueños (hasta que éstos son sofocados por los desengaños de la vida). Le ofrece a ella una cesta llena de estos ensueños, y la Cabra se conmueve, pero espera. Un ensueño está bien, ¿pero dónde está el plano correspondiente? Es imposible construir una casa sin un plano, y lo mismo vale para la construcción de un ensueño. «¡Basta con el deseo para hacerlo realidad!», silba el Arquero, discutiendo con ella. «Esa no es más que una fantasía de Disney —responde la capricorniana—. Se necesita algo más que el deseo. Bueno, está bien, si los deseos son los sueños que soñamos cuando estamos despiertos, como dice tu canción... incluso se necesitan planos para los deseos. Si las cosas no salieran como tú piensas, si nos casáramos y ninguno de los dos tuviera trabajo... ¿qué comeríamos, con qué nos vestiríamos, cómo pagaríamos el alquiler?»

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«¡Oh, gente de poca fe!», exclama el Arquero. Es posible que esto la ablande. Él puede intentarlo. Sagitario (como Escorpión) cita a menudo la Biblia para apuntalar un argumento. Esto impresiona como corresponde a la mayoría de las personas, pero la Cabra le pediría pruebas al mismísimo Dios de que Él sabe a dónde va. Dadas las condiciones en que se encuentra el mundo de hoy, ésta es una pregunta sensata, saturnina. «Nosotros producimos estos cataclismos y tragedias, la pobreza y la miseria en la Tierra, no Dios —explica el Arquero—. En cuanto a la astrología, ¿cómo podemos saber que los planetas generan nuestros actos? A lo mejor, nosotros generamos con nuestros actos la trayectoria y la orientación de los planetas.» (Es posible que esto la haga cavilar durante un tiempo.) Cuanto más envejezca la mujer capricorniana, tanto más posible será que le guste recorrer el planeta con su amante o marido Sagitario. Se perdió esta alegría y esta libertad exuberantes cuando era niña, porque nació a la edad de ciento cinco años, más o menos, y su corazón práctico, pero secretamente anhelante, late un poco más deprisa cuando contempla la idea de experimentarlas con el hombre amado. La clave para llegar a su corazón es la paciencia. Pero el consejo no puede ser unilateral. Es posible que ella también necesite un plano para alcanzar la dicha, una vez que el Arquero haya conquistado sus emociones. El la desconcierta, y a veces la hiere —profundamente— con sus palabras descarnadas. Ella debería tratar de entender que él no pretende realmente ser desconsiderado. Su lenguaje sincero es espontáneo, y nace de una especie de compulsión instantánea que lo obliga a decir la verdad. Por cierto, cuando dijo que el retrato de un viejo druida pintado por ella parecía una estufa barrigona, cuando comentó que ella tenía la nariz un poco torcida y que el pelo le quedaría mejor corto que largo y que su mejor amiga era una vagabunda, no hizo más que demostrarle que

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cuando le dijo «Te amo», hablaba en serio. Este hombre no podría mentir aunque lo intentara. Desde este punto de vista, el amor de un Arquero es como una póliza de seguro para el romance. Puedes fiarte hasta que te dice que no te ama. Por lo menos con él, lo sabes. Esto es más o menos como tener un plano, ¿verdad? El hombre Sagitario que ha sido rechazado por la mujer que ama podrá hacerse monje franciscano o enrolarse en la marina mercante, pero no será deshonesto consigo mismo... ni con ella. Si miente alguna vez, lo hace convencido de que dice la verdad, y esto es raro porque... bueno, ¿has intentado convencerlo de algo? No es fácil, ni siquiera cuando es él quien trata de ganar una discusión consigo mismo. No se trata de que sea terco (ella lo es), sino sólo de que siempre se le ocurre otro argumento, una nueva idea, para cambiar todo el concepto inicial de la situación.

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La compatibilidad sexual de estos dos signos solares sólo tropezará con dos problemas, que ellos podrán controlar si lo desean. Dichos problemas son: la propensión de él a decir desconsideradamente algo que puede congelar las emociones de ella, y a pretender después que ella se derrita en sus brazos al cabo de pocas horas (o minutos)... y la propensión de ella a clasificar su amor físico como una necesidad placentera, que debe acomodarse a sus horarios, pero nunca interferirlos, propensión ésta que se combina con su temor a permitir que la pasión domine a la razón. Es posible que a él le parezca que las respuestas sexuales de la capricorniana son demasiado disciplinadas, como si en lugar de estar sometiéndose realmente a los misterios del amor ella sólo estuviera tolerando las necesidades de su cuerpo por una razón práctica. Pero ella nunca podrá disfrutar de su unión hasta que él la ayude afable y tiernamente a aprender que puede confiar en su abrazo, hasta que esté convencida de que la entrega de su personalidad interior es segura. Justo cuando ella empieza a confiar en él, el Arquero dispara una flecha innecesaria de verdades dolorosas contra su corazón, cuando habría sido mejor que callara. Cuando el corazón de Saturno está herido, tarda más que otros en cicatrizar. Mucho más. Tal vez parezca que ella se desentiende de sus palabras crueles, e incluso de las benévolas y elogiosas, como si nada pudiera importarle menos, en uno u otro sentido. Oh, pero sí le importa. Le importa mucho. Las palabras desconsideradas dejarán cicatrices que ella nunca mostrará. Las amables la harán sonreír tímidamente, y exhalar un tenue suspiro de dicha, cuando está segura de que él no mira ni escucha. La frialdad exterior de esta chica encantadora, seria y autónoma oculta un abismo de soledad interior que nunca puede expresar. Ésta es una mujer que necesita muchísima... bondad. El hecho de que le digan que es bella, de que la valoren locuazmente, alegrará su vida... más de lo que el hombre que la ama puede sospechar. Poco importa que ella conteste verbalmente: «¡Qué sentimentalismo empalagoso!». No le creáis. Saturno le impide demostrar su gratitud, manifestar su ternura, pero están allí... así como ella está siempre allí, cuando él la necesita. Su amor es estable y fiable, como un reloj de péndulo, que marcha eternamente (a menos que él insulte a su familia, porque entonces las campanadas pueden enmudecer). Igualmente, a pesar de los dolores de crecimiento de su amor, los ideales rampantes del hombre Sagitario le enseñarán a la mente de la chica Cabra a remontarse más allá de donde ella se habría aventurado por los territorios del significado de la vida antes de que este hombre viniera a cogerla por la mano para llevarla en un viaje de ida y vuelta a Sirio. Él tiene un arte verdaderamente mágico para arrancarla de sus oscuros accesos de depresión saturnina, con una idea radiante que le hace volver los ojos y el espíritu hacia el cielo, donde la estrella regente de él, Júpiter, titila todos sus enigmas existenciales. Es posible que un domingo lúgubre en que ella no pueda responder a su alegre optimismo a su fe refulgente en el hecho de que un poder supremo resolverá todos sus problemas, le diga que cree que él no debería confiar tanto en Dios... y en los milagros. «Quizá tienes razón —responderá entonces él, a la manera de Júpiter—. Quizá no debería contar tanto con Él. Quizá la auténtica verdad consiste en que El confía en nosotros... a la espera de que realicemos un milagro definitivo.» Su lógica la conmueve, y contesta, lentamente: «Nunca lo enfoqué desde ese punto de vista». Permanece más tiempo callada. Quizá Dios, también, se siente solo e inseguro. El más solitario de todos. Porque, ¿con quién y con qué puede contar un poder supremo, y en quién y en qué puede apoyarse? Sí, este hombre Sagitario de los ensueños imposibles y las indagaciones interminables expandirá el alma de ella, constreñida por Saturno. El hecho de que una divinidad confiada dependa de ti, cuente contigo... es un encantador concepto nuevo para la capricorniana responsable. Y mucho más veraz de lo que ella supone... más veraz de lo que supone incluso su Arquero indagador. El amor de él puede ser una experiencia tanto dolorosa como extática para ella, pero si la Cabra mira el reverso de la tarjeta humorística de San Valentín que su Centauro le tiende desmañadamente, verá que allí él

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ha dibujado un corazón: el suyo propio, el que él le ofrece tan sinceramente, con tanta confianza en el hecho de que no se lo destrozará nunca. Como un chiquillo torpe en el patio de la escuela, cualquiera sea su edad cronológica. Alcanzo a oír las palabras que ella pronuncia mientras lee esto. ¿No las oís vosotros? «¡Qué sentimentalismo empalagoso!», exclama, mientras se da la vuelta con un encogimiento de hombros. Pero observadla atentamente. ¿Veis su sonrisa de Mona Lisa?

 

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CAPRICORNIO - CAPRICORNIO Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino  

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La relación CAPRICORNIO-CAPRICORNIO

Es triste tener que decir que perdieron gradualmente el poder de volar... Al cabo de un tiempo, ni siquiera podían volar en pos de sus sombreros. Falta de práctica, decían; pero lo que significaba realmente era que ya no creían.

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La mayoría de los niños recuerdan cómo se vuela (viaje astral) y muchas otras cosas prodigiosas durante algunos años: una década o doce años, digamos, después de su entrada en este insípido mundo. Pero los niños capricornianos lo olvidan muy rápidamente. A la mayoría de los Cabritos les bastan unos pocos meses, más o menos, para perder todos los recuerdos del lugar de donde provienen... y de los poderes portentosos que poseían. Cuando trasponen el umbral de los seis meses, rara vez pueden continuar viendo cómo los druidas danzan a la luz de la luna, bajo el roble, en el Solsticio de la Epifanía... aunque sé de una pequeña capricorniana llamada Jill, y de otra llamada Lael, que recordaban la escena suficientemente bien como para dibujar un bosquejo bastante hermoso de ella, años más tarde.

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Sin embargo, no debemos lloriquear por ellos con compasivo sentimentalismo, porque (como os he dicho en otros capítulos dedicados a Capricornio, y también en mi primer libro, Sun Signs) las Cabras son milagros cronológicos. A medida que envejecen, se rejuvenecen. Cuando los niños normales ya llevan mucho tiempo convertidos en adultos tediosos, que van trotando al trabajo con la cartera bajo el brazo, los capricornianos — todos los cuales nacieron con el talante y el comportamiento de sus propios bisabuelos— empiezan a invertir la marcha y a retroceder hacia los cachetes florecientes, los corazones vivaces y las miradas alegres y centelleantes de los verdaderos niños. Éste es el don mágico que la Madre Naturaleza dispensa a las Cabras de Saturno. Ayudada por el viejo Padre Cronos Saturno en persona, permite que los capricornianos empiecen a recuperar —lenta y gradualmente, como lo hacen todo— la fe y el asombro de la juventud perdida, cuando los años de las responsabilidades han quedado atrás. Mejor tarde que nunca. En verdad, cuando uno recapacita, quizá sea incluso mejor tarde que temprano. La edad cronológica exacta en que ocurre este milagro depende de cada Cabra, individualmente; pero ocurrir, ocurre. Estas personas son muy perspicaces puesto que nos enseñan una valiosa lección: cuando nacimos a esta existencia terrestre sabíamos cómo ser felices, y después arrojamos toda esta sabiduría por la borda, pero si lo deseamos, podremos resarcirnos más tarde de nuestra estupidez, y podremos reírnos también de los lapsos de vida arbitrarios, e incluso de la falsa propaganda que nos dice que la muerte y la descomposición son inevitables. Tened la certeza de que Saturno, el planeta regente de Capricornio, os dictará este tipo de lección. Saturno somete el alma a pruebas extenuantes y duras, pero sus recompensas nunca dejan de ser de oro puro... y perdurables. Lo que sucede en el caso de un par de Cabras es que éstas pueden ejercer una influencia un poco sofocante y restrictiva la una sobre la otra cuando son jóvenes, pero más tarde se divertirán juntas más que todos los babuinos congregados en una misma jaula. Por supuesto, mientras sean jóvenes, compensarán su madurez precoz y su cautela asfixiante al compartir su tímida ternura y su cálida fiabilidad. Es cierto que posiblemente

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a algunos capricornianos —aunque no a todos— esta cualidad se les agriará un poco, de tiempo en tiempo, por la acción de la adustez y la severidad. Sin embargo, la dulzura, la calidez y la fiabilidad bien valen un poco de hosquedad mutua. A una Cabra le resulta reconfortante tener cerca a otra Cabra, a alguien fiable... a alguien que seguirá pensando el martes lo que dijo el sábado de la semana anterior. Sobre todo si has estado tratando con un atajo de Géminis, Libra y Acuario. Puede ser un bienaventurado alivio.

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Cuando dos capricornianos se lanzan a vivir juntos... no, esto no suena bien. Los capricornianos nunca se lanzan a nada. Cuando dos capricornianos entran cautelosamente juntos en una oficina, un hogar, un aula o un banco, se comunican entre sí más o menos como lo hacen las hormigas laboriosas, agitando silenciosamente las antenas, y ajetreándose con perfecta coordinación y comprensión. Hagan lo que hicieren, pondrán en ello un afán admirable. Aunque se limiten a conversar, se esforzarán por decir algo importante, algo significativo, en lugar de intercambiar superficialidades tontas. Los capricornianos jamás intercambian superficialidades tontas. Si os imagináis a los capricornianos Howard Hughes, Carl Sandburg, Gary Cooper, Richard Nixon, Humphrey Bogan, J. Edgar Hoover y el novelista Henry Miller reunidos para conversar en torno a la chimenea, y-para discutir temas de incumbencia e interés mutuos con los capricornianos Jill Kemery Goodman, Steve Mackin, Lael Weisman, Royce King, Sinthia Sullivan, Lennart Mucke, Evelyn Brewer y Rachael Fallon, no supondréis que la plática gira en torno de superficialidades tontas, ni que están derrochando su tiempo en chácharas intrascendentes y minucias divagantes. Claro que podríais decir: «No conozco a Jill Kemery Goodman, Steve Mackin, Lael Weisman, Royce King, Sinthia Sullivan, Lennart Mucke, Evelyn Brewer o Rachael Fallon, ¿así que cómo podría imaginar semejante escena?». Estáis equivocados. -Sí los conocéis, porque os he dicho cuál es su signo solar, y por tanto los conocéis tan bien como yo, o por lo menos suficientemente bien como para imaginarlos. Éste es el grado de fiabilidad de la astrología, sobre todo cuando se trata de las Cabras. Es posible que los atributos de otros signos solares varíen y difieran en esto o aquello, en razón de las posiciones de los planetas adicionales a la hora del nacimiento, pero los capricornianos casi nunca varían o difieren respecto de la esencia básica de su signo solar, a pesar de sus otras posiciones planetarias. Hincan sus raíces en la Tierra y se comportan de manera casi perfectamente previsible, benditos sean. Malvados o simpáticos, son previsibles. Ya veis por qué les gusta agruparse entre ellos. Saben que pueden confiar los unos en los otros. (Y mientras confían los unos en los otros. tienen un ojo abierto para que no les hagan una trastada.) ¿He dicho que se «agrupan»? Me gustaría retractarme. La mayoría de los y las Cabras son misántropos... o sólo tienen un excelente camarada para toda la vida. Nunca más de tres. Ésta es una regla escrita en la Constitución de Saturno, y titulada Tercera Enmienda Saturnina. Cuando se trata de elegir buena compañía, el primero por el que opta el capricorniano es a menudo otra Cabra. Si no, opta por algún otro signo de Tierra, seguido preferentemente por un signo de Agua. La mayoría de ellos tienden a desconfiar muchísimo de los signos de Fuego y Aire. y éste puede ser uno de sus pocos errores de apreciación, porque la vida necesita una mezcla de personalidades para ser interesante. Un capricorniano casi nunca se queja de las faltas y defectos de otro capricorniano, y ésta es una actitud muy sensata, porque son sus mismas faltas y defectos. Sería como criticarse a sí mismo. También aceptan sus respectivas virtudes con una sonrisa benévola, y esto es igualmente muy natural. Como todos los otros signos solares, la mayoría de las Cabras piensan que sus defectos son grandes cualidades, y por eso cuando los ven reflejados en otra persona regida por Saturno, los aprueban. Casi todos los capricornianos son muy adictos a sus parientes y a su familia, a veces a regañadientes, y con un suspiro de resignación, pero igualmente les son adictos. De cuando en cuando uno de estos típicos capricornianos devotos de la familia se asocia o se relaciona con la rara variedad de Cabra que, por razones poderosas y desgarrantes, ha cortado los vínculos con su familia. El primer capricorniano, o sea el típico, se compadecerá mucho de esta situación, y tendrá la prudencia de no regañar al otro, pero se sentirá secretamente muy afectado y tratará a la Cabra separada de la «familia» con una amabilidad y una comprensión excepcionales. Desde la juventud, pasando por la edad adulta, hasta que empieza el síndrome de la inversión cronológica, los capricornianos son realistas acérrimos. Enfrentan la vida cara a cara, sin vacilar. Cuando la vida los aporrea, no gimotean, ni se quejan, ni tratan de achacarle la culpa a otro. Sencillamente se levantan, se sacuden el polvo y toman una decisión práctica acerca de la forma de trocar el fracaso en, por lo menos, una apariencia de éxito. Estos individuos urdirán los métodos más retorcidamente premeditados para tratar de rescatar algo valioso cada vez que se descalabren sus planes. Cuando dije que no intentarán achacarle la culpa a otro, debería haber agregado que tampoco les gusta cargarla ellos. Esto se debe a que nunca cometen errores. O si los cometen, no los entusiasma la idea de confesar sus raros traspiés. Es posible que miren en

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torno con un poco de nerviosismo, y que se reprendan severamente en privado, pero casi nunca dirán públicamente: «Lo siento... me equivoqué... disculpadme». Los capricornianos opinan que lo mejor que se puede hacer con un error es sepultarlo, tomar la firme decisión de no permitir jamás que se repita, y abstenerse de adoptar cualquier actitud que pueda atraer la atención sobre lo ocurrido. Después de sepultar un error, la Cabra no colocará un cartel con una flecha para señalar el lugar donde lo enterró. Sólo de cuando en cuando un capricorniano con un Sol o ascendente «mal aspectado» dirá o hará algo que vaya contra su propia naturaleza. En la mayoría de los casos, las Cabras cogerán un fracaso herrumbroso, los clavos y los vidrios rotos de la derrota o el escarnio, y harán lo imposible por recomponerlos con cinta adhesiva o con cola, para convertirlos en algo útil. No siempre lo consiguen, desde luego, pero son tenaces, y generalmente no desistirán a menos que vean aproximarse una apisonadora enfilada hacia ellos. Entonces el capricorniano se moverá. Porque estos individuos son, vuelvo a repetirlo, prácticos. Son extraordinariamente sagaces a la hora de calcular la magnitud de las dificultades y la naturaleza de los elementos básicos de la situación, cualquiera que ésta sea. Observad que he dicho «calcular» y no adivinar. Los capricornianos nunca adivinan. Calculan. Hay una diferencia. La adivinanza es fortuita, el cálculo se funda sobre datos y deducciones. A diferencia de los Tauro, que arremeten cualesquiera que sean los obtáculos. y que permanecen tercamente sentados mientras la apisonadora les pasa por encima, el capricorniano es suficientemente juicioso y prudente como para saber cuándo la única solución, previa al desastre total, consiste en replegarse. Si hay algo que las Cabras procuran evitar a cualquier precio, esto es el desastre total. Utilizarán todas las facetas del desencanto. todas las vueltas y revueltas del destino para sacarles algún provecho antes de desecharlas... así como las cabras de la Naturaleza encontrarán algo de valor nutritivo, o el placer de masticar, en cualquier cosa que les ofrezcáis. Es por esto que, cuando se juntan dos capricornianos, pueden montar grandes éxitos a partir de un mínimo acopio de posibilidades. Avanzan parsimoniosamente, el uno junto al otro, sin perder más tiempo del absolutamente necesario en especulaciones, colocando las cosas en su perspectiva correcta y prestando estricta atención a las prioridades. Después de un lapso razonable, llegan a sus metas combinadas... y nadie merece el éxito más que ellos. Trabajaron para alcanzarlo, se lo ganaron y lo esperaron. Es difícil disgustarse por el triunfo de un equipo de capricornianos o envidiarles su seguridad, porque sabéis que pagaron sus cuotas para llegar allí (¡pero ni un centavo más!). Las Cabras no son realmente mezquinas, sino auténticamente generosas con sus verdaderos amigos (los tres que tienen) y con sus familias... sólo son un poco prudentes en el manejo de sus fondos cuando se trata de alguna otra persona. La asociación de dos capricornianos no es toda seriedad y sacrificio. Sólo lo es durante más o menos las tres cuartas partes del tiempo. Pero durante la otra cuarta parte, estos dos pueden disfrutar de la vida más de lo que los demás jamás sospecharían. Porque la Cabra encuentra mucho placer y satisfacción en la Naturaleza, el arte, la música... y el perfeccionamiento de su intelecto. Los capricornianos pueden hallar la dicha y la emoción en cualquier cosa que les parezca sensata, y esto incluye muchas alternativas. A las Cabras las estimula y las inspira reparar autos y máquinas, edificar o construir, cultivar jardines, leer, crear belleza a partir de lo vulgar y lo feo, vigilar cómo se multiplican los intereses en sus cuentas de ahorro. Las entusiasma remodelar una camisa vieja para volver a usarla, o reparar la lavadora averiada para que se agite como si fuera nueva. Las mujeres, zurcen calcetines y remiendan las bayetas; los hombres cierran las grietas con masilla y transforman las botellas viejas en lámparas. A dos capricornianos rara vez los fastidia quedar aislados por la nieve durante un invierno tempestuoso. Hay, literalmente, mil y una actividades que los mantendrán ocupados y contentos. La mayoría de los capricornianos son inusitadamente bondadosos con los animalitos domésticos. Nunca los malcriarán, se desvelarán por ellos ni permitirán que les llenen de pelos sus suéteres de color azul marino, pero los tratarán bien. También les gustan los bebés —tanto los diminutos y frágiles críos humanos como los cachorros del reino animal (secretamente los adoran), pero nunca los encontraréis haciéndoles arrumacos. Por lo menos un hombre Cabra que conozco, Royce King (el mismo que decíais que no conocéis, aunque en realidad sí lo conocéis), cría en el patio delantero de su casa de Cripple Creek, Colorado, al símbolo de su signo solar, una cabra doméstica llamada Gomer. El capricorniano y su esposa Virgo, Laverne, no permiten que Gomer entre en la casa y cene en la mesa, pero por lo demás es categóricamente un «miembro más de la familia». Ninguna Cabra lo pasó tan bien, porque ya sabéis cómo son los capricornianos con la «familia». Si queréis ver cómo el duro corazón de un capricorniano se ablanda súbitamente, por mucho que se esfuerce en disimularlo, bastará que le mostréis un bello gatito o perrito o un bebé mimoso... aunque se trate de un bebé de puerco espín. Estas gentes, que desdeñan todo tipo de cháchara empalagosa o de sentimentalismo extrovertido, verán un cachorrillo de dos meses y exclamarán, involuntariamente: «¡Oh, qué adorable! Mira esas zarpas regordetas, y esa pancita redonda, y esos dulces ojillos». Después se ruborizarán furiosamente,

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recompondrán sus facciones y permanecerán calladas durante más o menos una hora para castigarse por haber capitulado e incurrido en un despliegue público de emoción. Los capricornianos guardan los secretos mejor que Cáncer o Escorpión, y el secreto que mejor ocultan (de los demás, pero no recíprocamente), es el de sus sentimientos, sepultados bajo la compostura y el autocontrol estrictos de Saturno, y tanto más vehementes por el hecho de estar reprimidos. Cuando dos capricornianos incursionan el uno dentro del otro para hacer vibrar esta cuerda de sus respectivos corazones, la música de su vulnerabilidad recíproca los moverá a ese tipo de reconocimiento que hace brotar lágrimas involuntarias a sus ojos.

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El capricorniano Howard Hughes es el ejemplo paradigmático de la naturaleza de Saturno. Sí, habéis leído el verbo correctamente. He dicho es, y no era. Ejemplifica la pura veta de responsabilidad, seriedad y obstinación para escalar la cima de la montaña, veta ésta típica de Saturno. Es un misántropo, con la preocupación de Saturno por lo mecánico... y con la inmensa visión comprehensiva de Capricornio para los milagros prácticos y no frívolos. Posee (no. no poseía, sino posee, en tiempo presente) la vehemente ambición de Capricornio, la sabiduría necesaria para callar cuando corresponde, así como la tendencia de Saturno a caer en trances de silencio melancólico y de tenebrosa depresión y frustración, además de la timidez innata y la rígida autodisciplina de Capricornio, y la insistencia en que sus asociados y escasos amigos (la cuota normal de tres) sean tan sensatos, eficientes y leales como lo es él mismo. Debajo de toda esta dureza y perseverancia se ocultan una delicadeza y un sentimentalismo, una bondad y una ternura cuya presencia muy pocas personas podrían haber adivinado... y menos personas aún han vislumbrado. A esto se suma la virtud de la longevidad de Capricornio (no olvidéis tampoco el proceso mágico de inversión cronológica), y Hughes también casa con estos matices de Saturno. Desde el punto de vista astrológico e histórico, el planeta Saturno es sinónimo del frío y del norte, razón por la cual a la Cabra le gusta más que a la mayoría de las otras personas vivir a temperaturas bajo cero. (Hughes tampoco es una excepción a esta regla de Capricornio.) Como Saturno guarda muy bien los secretos, es correcto y justo que este capítulo encierre un gran secreto, que quizá será revelado antes de lo que nadie sabe. Nadie, claro está, excepto la Cabra. Podéis estar seguros de que se elegirá el momento prudente para la revelación. Capricornio nunca apresura las cosas, y elude instintivamente lo prematuro. También podría agregar que tanto el sentido del humor como el sentido de la oportunidad de Capricornio son exquisitos. Esto también encaja en el cuadro del ya citado secreto. Parece casi superfluo agregar que, en astrología, Saturno ejerce autoridad sobre las voluntades, en el sentido de «última voluntad y testamento». Cuando tratamos con cualquier capricorniano, y sobre todo con éste, conviene recordar su sentido del humor.

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Dos Cabras que retozan juntas (a veces retozan) pueden crear una atmósfera beneficiosa para ambas. Normalmente, estos dos se entienden muy bien, incluso en la infancia: usan silenciosamente sus lápices de colores, se turnan para echar monedas en la alcancía, y en general lo pasan muy bien. Es posible que en la edad adulta tengan algunas diferencias, y como Capricornio es un signo cardinal de liderazgo, podría producirse de cuando en cuando un tironeo para resolver quién controla realmente la asociación o relación, pero se maltratan recíprocamente los nervios menos de lo que lo hacen con frecuencia otras configuraciones de signos solares 1-1. Por cierto, son menos tímidas la una con la otra de lo que lo son con otras personas, y también más distendidas. El capricorniano típico sustenta una especie de regla general acerca de todas las cosas: Cuando tengas dudas acerca de algo, no lo hagas, porque es probable que salga mal. Y otra regla: No hagas nada deprisa. Siempre tienes el tiempo a tu favor. ¿No preveíais que el capricorniano consideraría al tiempo (regido por Saturno) un buen amigo, y no un enemigo? Cuando un par de Cabras compatibles unen sus manos industriosas, sus duras cabezas, y sobre todo sus corazones bondadosos, está garantizado que duplicarán sus ya impresionantes potenciales individuales para obtener logros concretos, la seguridad financiera y la serenidad emocional, ¿y qué podría ser más sensato y práctico que esto?

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Mujer CAPRICORNIO Hombre CAPRICORNIO

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(Él:) «La fama, la fama, esa burbuja reluciente, es mía», gritó... «¿Es de buen estilo sobresalir en algo?», respondió el eco de su escuela... La reflexión más inquietante de todas, ¿no era de mal estilo pensar en el buen estilo? (Ella:) Wendy había crecido. No tenéis por qué compadecerla. Era una de esas a las que les gusta crecer. Finalmente creció por su propia voluntad y les sacó un día de ventaja a otras chicas.

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Cuando un hombre capricorniano reciba un regalo, si bien se sentirá tímida y secretamente complacido, lo aceptará, empero, con un ligero recelo y lo examinará con cautela... incluso cuando lo que le regalen sea el amor. Por tanto, si la Cabra parece tratar el regalo de amor de la chica capricorniana con un poco de desconfianza, y si lo examina con mucho cuidado, antes de aceptar su lealtad y de retribuirla con su propia entrega total, ella no tendrá realmente derecho a ofuscarse excesivamente. Ella trata exactamente de la misma manera el regalo de amor que le hace él. Es cuestión de saber quién es el primero en capitular y entregar su corazón, y quién lo recibe. Cualquiera de los dos que tome la iniciativa en esta vibración 1-1 deberá sufrir la pena de que el otro acepte con cautela. Pero alguien tiene que tomar la iniciativa en algún momento. Un hombre y una mujer que se sienten fuertemente atraídos no pueden continuar acechándose el uno al otro en silencio hasta el fin de los tiempos. Es raro que los capricornianos se enamoren a primera vista, o de la noche a la mañana... o incluso después de unos pocos días, semanas o meses. Puede ocurrir, claro está. Cualquier cosa puede ocurrir cuando el elemento de la naturaleza humana está sumergido en el romance, pero el chico y la chica Cabra necesitan normalmente un lapso respetable para admitir que han perdido su autocontrol hasta el punto de necesitar a otra persona, y que se han dado el lujo de depositar en manos de otra persona el poder de concederles la felicidad... o de negársela, según cómo sea. Generalmente los capricornianos no ceden las riendas del poder, sin una larga y dura contienda previa. A un capricorniano no le gusta necesitar. La Cabra piensa que «necesidad» es sinónimo de «debilidad». A pesar de toda su sabiduría y su sentido común, al hombre y la mujer capricornianos no les vendrían mal unas pocas lecciones sobre el tema de las emociones humanas. Tienen que aprender a reconocer el papel importante que desempeña la «necesidad» en el verdadero amor. Podría parecer presuntuoso que una simple Carnero intente enseñar algo a los regidos por Saturno, pero incluso ellos precisan un ocasional curso de refresco sobre los imponderables del corazón.

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El hecho de amar, y de ser amados en cambio, nos permite aproximarnos gloriosamente a los niveles más altos de felicidad de nuestras bien llamadas personalidades superiores. El hecho de amar no basta, por sí mismo. Tampoco es suficiente el hecho de ser amado, sencillamente. La reciprocidad es el ingrediente indispensable de cualquier receta romántica, la levadura, el fermento... sin el cual las emociones se morirán de hambre por falta de un alimento completo. Otra forma de decir «amar, y ser amado en cambio», es: «necesitar, y ser necesitado en cambio». Aunque el orgullo del hombre y la mujer de Saturno por su autonomía luche desesperadamente contra esta noción, el amor y la necesidad son gemelos idénticos... menos en el contexto de la necesidad de cosas materiales. Todos, y especialmente los capricornianos, saben que uno no tiene por qué amar a su banquero, aunque por cierto lo necesita, de cuando en cuando. Ni a su dentista. Ni a su mecánico de autos. Ni a la compañía de teléfonos. Es cierto que necesitamos tremendamente a la compañía de teléfonos, pero no conozco a nadie que ame realmente a esa matriarca codiciosa, rica como Midas, autoritaria y monopolista (al margen de los halagos de su Departamento de Relaciones Públicas). Cuando digo que «necesitar» es sinónimo de «amar», hablo de necesitar en un sentido emocional, en el contexto de necesitar algo relacionado con el corazón, y no con objetos de valor intrínseco. Sin embargo, en virtud de la ley del macrocosmos-microcosmos (lo que sucede arriba, sucede abajo), la necesidad de tipo material es la que produce las parejas llamadas «extraños compañeros de cama» en la política y en otras áreas de la vida.

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Vosotros los capricornianos debéis recordar que, para poder amar, la persona amada debe ser de alguna manera vulnerable, debe tener alguna debilidad que sólo vuestra fuerza puede sustentar, que sólo vuestra compasión puede relegar al olvido... en síntesis, debe necesitaros. Para ser amados, vosotros mismos debéis ser de alguna manera vulnerables, debéis tener alguna debilidad, que sólo la fuerza de la persona amada puede sustentar, que sólo su compasión puede relegar al olvido, sin por ello dejar de amaros... en síntesis, debéis necesitar a esa persona, así como ella debe necesitaros a vosotros. Sólo cuando ambos compañeros experimentan e intercambian mutuamente la necesidad, el amor empieza a prosperar. Un milagro tan delicado como el del amor puede desequilibrarse muy fácilmente, en un sentido u otro. Es imposible amar cuando lo único que sentimos es respeto y admiración por alguien, pero no encontramos en él —o ella— puntos vulnerables que hacen que esa persona nos necesite, y que por tanto hacen que nos sintamos necesitados. A la inversa, es igualmente imposible amar cuando lo único que sentimos por la otra persona es comprensión o compasión, pero no encontramos nada en ella para respetar o admirar, nada que nos haga necesitarla para que nuestra propia dicha sea completa. Este tipo de intercambio de necesidades es la que determina que el amor deba ser un camino de dos direcciones... para que no se reduzca simplemente a un encandilamiento no retribuido por parte del hombre o la mujer. Fin de la disertación de la Carnero a la Cabra.

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Ahora que hemos demostrado, espero, que la necesidad es necesaria, hemos eliminado el mayor obstáculo del camino del hombre y la mujer capricornianos que se interesan auténticamente el uno por el otro. Una ez que aprendan que la necesidad mutua es permisible, e incluso deseable, estarán listos y dispuestos a confesarse también mutuamente que se han enamorado. El obstáculo siguiente, que tiene asimismo respetables dimensiones, aunque nunca es tan descomunal como el primero, consiste en la situación peliaguda que aflora cuando sus familias no se llevan bien. Éste es un problema complicado. Aquí lo tenemos a él, listo para aceptar el don de amor de su capricorniana, después de haber verificado cuidadosamente su perdurabilidad... y su contumaz primo Horace se niega a participar en la cena del Día de Acción de Gracias porque no se habla con el iracundo tío Tony de ella, que está invitado desde la Pascua pasada. Aquí la tenemos a ella, lista para comprometerse con su Cabra para toda una vida, después de haberse asegurado de que será un marido fiel, de que ganará suficiente dinero para mantenerlos a flote y de que será un buen padre. que cuidará que a sus hijos no les falten el alambre para enderezar los dientes ni las vitaminas apropiadas. y que puedan concurrir a una buena universidad... y la familia de él amenaza con echarlo todo a perder con su actitud emocionalmente inmadura respecto de la familia de ella. Si el primo de él, Horace, y el tío de ella. Tony'. se niegan a concertar una tregua, es posible que los dos capricornianos no cancelen sus planes matrimoniales por ello, quizá... pero tal vez tomarán esa medida trágica y drástica si los antagonistas son parientes más próximos, como sus hermanos, mamá o papá. Es aconsejable que las Cabras de uno y otro sexo verifiquen la compatibilidad entre sus respectivas familias antes de tomarse las cosas en serio, si quieren que su relación sea estable y esté libre de problemas.

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Será raro que las discusiones por asuntos de dinero perturben la unión entre un hombre y una mujer capricornianos. Si son Cabras típicas, las únicas reyertas que tendrán por dinero girarán en torno de la elección del banco más seguro para guardarlo, y del plan de capitalización más fiable (a menos que la Luna o el ascendente de uno o de ambos esté en un elemento de Fuego o de Aire, en cuyo caso quizá tendrán algunas discrepancias). La razón por la cual la mujer capricorniana típica se entiende tan bien con el hombre capricorniano consiste en que él no sólo es tan calladamente ambicioso como ella, sino que además es posiblemente el único hombre preparado para enfrentar las arremetidas exteriormente implacables de ella, al mismo tiempo que intuye su ternura oculta y que la valora como mujer. La chica Cabra es asombrosamente autónoma, lo cual ahuyenta a los hombres que interpretan esta cualidad como una amenaza a su desvarío de que las mujeres son el sexo débil. El caso de este hombre es distinto. Él admira su tenacidad y su fuerza, su negativa a permitir que los sentimientos gobiernen sus decisiones o su vida, y el hecho de que busque la felicidad en el mismo lugar donde lo busca él, excavando el terreno sólido y seguro. La chica Cabra casi nunca se permite un comportamiento ultra-femenino, excesivamente sentimental, a menos que su corazón la coja por sorpresa cuando está distraída. Esto es precisamente lo que quizá haga el hombre Cabra, si no lo hace su corazón: pillarla cuando está distraída. El hombre medio regido por Saturno modera sus emociones tan instintivamente, tiene un sentido tan desarrollado de la oportunidad romántica, es tan paciente y está tan dispuesto a esperar el momento correcto, que es posible que ella le permita convertirse en una parte integrante de su vida, pensando que sólo son amigos... hasta que comprenda súbitamente que él es mucho más que otro camarada capricorniano, con el que

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puede discutir sus sueños prácticos. Pero los sueños, sueños son, prácticos o no, con una poderosa influencia sobre las emociones. Y cuando esta chica encuentra a alguien cuyas aspiraciones son tan sublimes como las suyas, que sonríe afablemente junto con ella cuando algo es realmente divertido en lugar de reírse estentóreamente de cualquier tontería, que no le miente nunca, y que tiene una manera de mirarle serenamente los ojos con los de él tan sosegados... alguien que puede ser tierno sin ser bochornosamente emotivo, que es amable con la familia de ella (y con la de él), que sabe reparar su propio auto (y el de ella) cuando se avería, y que tiene una respetable cuenta bancaria conectada con sus planes para el futuro... cuando se cumplen todas estas condiciones, en una luminosa tarde en que él esté remendando las botas de ella, lo reconocerá como la encarnación de uno de esos sueños, y quizá del más importante. Es probable que cuando ella despierte lentamente para tomar conciencia de la verdad de las cosas, él ya la haya seleccionado —privadamente— como la mujer a la que desea ver convertida en madre de sus hijos, en guardiana de su hogar (el que va a construir y figura en su programa cuidadosamente calculado para el futuro), y como la única chica a la que alguna vez le permitiría usar su muy valorada sierra de cadena para cortar madera. El estará preparado para el momento en que ella se dé cuenta de que lo ama, y ya hará mucho tiempo que estará esperando que en sus ojos brille una nueva luz. Sabrá exactamente lo que ésta significa. Más aún, sabrá exactamente lo que debe hacer al respecto. Mientras aguardaba, urdía planes para este momento, así que será imposible que dé un traspié. Todo lo que diga, y lo que haga, será perfecto.

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Algo que tiene excelentes posibilidades de ser «perfecto» entre ellos es la expresión física del amor. Ésta puede ser una manifestación cataclísmica de sentimientos profundos, una forma de desahogar toda la emoción que ambos controlan tan estrictamente en otras facetas de sus vidas... con otras personas. El jubiloso descubrimiento de que pueden dar rienda suelta a sus emociones en la intimidad de su relación sexual es comparable con la euforia que debió de experimentar Colón cuando divisó tierra por primera vez. El hecho de poder liberar tus deseos interiores y controlados, pero insistentes, con alguien en quien confías, con alguien que te entiende totalmente, dispensa paz y satisfacción a la mente y el cuerpo. Es posible que no descubran de la noche a la mañana este tipo de satisfacción fundada sobre la demostración física de su amor. Tampoco Colón descubrió América de la noche a la mañana. La primera señal segura de que su sueño se convertiría en realidad la tuvo cuando vio las ramas flotantes y los pájaros que anunciaban la presencia de tierra allende el horizonte. Lo mismo les sucede a este hombre y esta mujer, cuando ven las primeras señales de bondad y afecto mutuos. La paciencia y la ternura son bloques resistentes para construir la pasión. Pocas Cabras masculinas o femeninas son celosas por naturaleza, pero sí son posesivas. No es lo mismo. Si no están atentas a este problema potencial, es posible que gradualmente se vayan poseyendo la una a la otra hasta el punto de perder los beneficios de la libertad individual. Cuando hablo de «libertad individual», no me refiero en absoluto a las teorías permisivas que sustentan en este contexto los fanáticos del «matrimonio abierto». La libertad individual no ha de ser necesariamente la libertad para entregarse a la experimentación sexual con múltiples personas. Un compromiso emocional entre dos seres que incluye este tipo de «libertad» no es tal compromiso, sino un autoengaño. Cuando hablo de libertad individual me refiero a la sabiduría que permite que las dos personas asociadas en una relación salvaguarden su individualidad, pues sólo así podrán continuar siendo excitantes, interesantes y estimulantes la una para la otra. La mujer y el hombre capricornianos que tienden a sofocarse recíprocamente, deberían colgar sobre su chimenea uno de esos posters que dicen: Si hay algo que amas muchísimo, déjalo en libertad. Si no vuelve, nunca estuvo destinado a ser tuyo. ¡Si vuelve, venéralo eternamente!

Todas las configuraciones de signos solares 1-1 generan un énfasis exagerado en las cualidades positivas y negativas del signo, y por tanto los dos capricornianos deberán tomar conciencia de que lo mejor puede ser enemigo de lo bueno. Lo «bueno» de su cautela, al duplicar su intensidad entre ambos, puede convertirse en una restricción peligrosa, capaz de sepultar lenta pero seguramente sus sueños bajo toneladas de tierra. Su circunspección innata con los extraños, hipertrofiada, puede determinar que quienes están en condiciones de convertirse en excelentes amigos los vean como una pareja en verdad muy fría. La combinación de sus propensiones a ser económicos, naturales de Saturno, puede ahogar sus posibilidades de llegar a la cima de la montaña, volviéndose como un búmerang contra sus ambiciones compartidas... y aplazando la materialización de sus planes. Sería muy saludable para su relación que se arriesguen de cuando en cuando, cualesquiera sean las probabilidades adversas. Los capricornianos tienden a buscar perseverantemente la «burbuja reluciente» de la fama, y después la rechazan por temor a que estalle. Este tipo de restricción autoimpuesta sepulta muchos de sus ensueños más brillantes bajo montañas de cautela innecesaria.

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Es inútil pedirles al hombre y la mujer capricornianos que se arriesguen en la vida hasta el punto de cancelar sus pólizas de seguros y de reconocer que éstas reflejan miedo al futuro, en lugar de confianza. Casi no hay un capricorniano sobre la faz de la Tierra que no tenga una póliza de seguros puesta al día sobre su propia vida, sobre la de su esposa y sus hijos, sobre su hogar, su salud, sus autos, su sierra de cadena, la máquina de coser o el tablero de dibujo de ella, la foto de sus familias con marco de plata, los retratos al óleo de sus bisabuelos... y todo lo demás de valor material que sea posible asegurar contra pérdida o robo. No iríamos a ninguna parte si tratáramos de convencer a este hombre y esta mujer de que deben confiar en el mañana o si les recordáramos que la forma más eficaz de asegurar y garantizar que ocurrirá algo malo consiste en esperar o temer que ello ocurra... y que la salvaguarda más fiable para que nunca ocurra nada malo consiste en la seguridad interior de saber que no ocurrirá... y no iríamos a ninguna parte porque las Cabras regidas por Saturno no entenderían este tipo de consejo espiritual. (Tampoco lo entenderían muchos Cangrejos de Cáncer, Toros de Tauro o Escorpiones.) Entonces, les recordaré en cambio que ninguna de esas compañías de seguros que han enriquecido sus arcas gracias a que suministran a la gente una sensación de seguridad porque prevén todas las grandes y pequeñas preocupaciones que puede concebir la mente humana, ha sido capaz de imaginar la forma de lucrar ofreciendo una póliza de seguros sobre el amor. Como los mismos enamorados controlan el destino de su amor, el elemento humano determina que ésta sea una especulación demasiado arriesgada. En el amor no se garantiza la devolución del dinero... ni hay grandes indemnizaciones en efectivo en caso de pérdida, robo, accidente o muerte-de-la-relación. Apuesto a que nunca pensaste en esto, ¿eh, Capricornio? Imagínalo. Lo más valioso y precioso que tienes en el mundo... no está asegurado. Una verdadera tragedia. Pero no lo será, a menos que tú permitas que lo sea. En realidad, el amor es tan fácil de garantizar contra daños futuros como todo lo demás que vosotros dos siempre habéis procurado asegurar, incluidas vuestra salud, vuestra propiedad y vuestra vida. No hay que pagar primas mensuales. El nombre de la póliza es: Fe. No la encontraréis anunciada en las páginas amarillas de vuestra guía telefónica, pero sí la encontraréis si buscáis dentro de vuestros corazones bajo la «M»... de Milagro.

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CAPRICORNIO

Aire - Fijo - Positivo Regido por Urano Símbolo: el Aguador Fuerzas diurnas - Masculino

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Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

ACUARIO

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La relación CAPRICORNIO-ACUARIO El extraordinario desenlace de esta aventura fue... pero aún no hemos decidido si ésta es la aventura que vamos a narrar.

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Imaginaos al viejo Saturno, con su cara surcada de arrugas y su barba, su guadaña y su hoz, adusto, severo, estricto pero bondadoso. Ahora imaginaos al delirante Urano, que vocifera charadas con voz estentórea, que despide relámpagos con los ojos, que entreteje sus cabellos con narcisos, y que juega con un yo-yo. ¿Veis alguna similitud o fundamentos para una relación íntima? Bueno, hay algunos pero... Es dificilísimo pronosticar el desenlace de cualquier tipo de asociación entre estos dos signos solares. Dependerá, sobre todo, de los signos lunares, ascendentes y cosas parecidas. También es posible que dependa de la medida en que Capricornio pueda tolerar la personalidad ligeramente excéntrica de Acuario. O del tiempo que tarde Acuario en aburrirse de la eterna insistencia de la Cabra en el statu quo, cuando lo único que se propone hacer el Aguador en este planeta es desbaratar el statu quo. Como se trata de una configuración de signos solares 2-12, Capricornio intuye vagamente que puede aprender una lección enigmática de Acuario, el signo que precede a la Cabra en la rueda kármica de la vida... y Acuario tiende a ser más comprensivo con los pequeños defectos y las compulsiones de Capricornio que con las peculiaridades de los otros once signos. Acuario ya ha estado allí, ha vivido la experiencia de Saturno durante por lo menos una encarnación pasada, y por tanto tiende a entender las obsesiones de la Cabra respecto del deber, la responsabilidad y la tradición... aunque Acuario siga recordando lo que sentía durante aquella existencia en que esas cosas asumían gran importancia, porque las lleva a todas grabadas en el inconsciente. Aunque los capricornianos desplieguen raramente un humor apacible y delicioso, son esencialmente personas serias. Su humor lacónico Saturnino, acompañado por una mirada titilante y una sonrisita tímida, es primordialmente burlón. Además de una personalidad básicamente sosegada, las Cabras tienen un marcado sentido práctico, que generalmente es más visible que su humor. Aunque Acuario es un signo fijo, y los Aguadores pueden ser por tanto muy tenaces y decididos, estos hombres, mujeres y niños no son ni remotamente tan circunspectos como Capricornio. En verdad, a Acuario le encanta turbar el sosiego de los otros signos, y en particular de Capricornio. El Aguador sobresaltará inevitablemente a la Cabra cuando ésta menos lo espere, con recursos de gran y pequeña envergadura. Acuario hace todo cuando los demás menos lo esperan. En ello consiste el sobresalto. Si la gente lo espera, falta el elemento sorpresa, y a Acuario sencillamente le fascina ser el portador de sorpresas. Es posible que un capricorniano asociado con un Aguador lea estas palabras, y murmure: «Esta persona que conozco tan bien nunca me sorprendió ni sobresaltó». La Cabra debería decir: «Esta persona que creo conocer tan bien». Porque un buen día el capricorniano encontrará una col de Bruselas en el vaso del dentífrico que cuelga sobre el lavabo del cuarto de baño, y dará un respingo. Acuario se preguntará a qué viene ese escándalo. ¿Qué importa, después de todo? Quiero decir, ¿nunca os preguntasteis si una col de Bruselas germinará en un vaso de agua, como las otras plantas... y vuestro acceso de curiosidad no coincidió más o menos con el momento en que empezabais a ducharos? ¿No es esto lo que le sucede a todo el mundo? No. A todo el mundo no. Capricornio especialmente, nunca se formula preguntas que no sean prácticas. A

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la Cabra no le interesa comprobar si las coles de Bruselas germinan en el agua, o si las coliflores florecen, que tanto da... a menos que sea jardinero (o jardinera) profesional o propietario de una verdulería. Incluso así, la preocupación capital de la Cabra girará en torno de las ganancias y las pérdidas. Los capricornianos de ambos sexos necesitan la manta protectora de una cuenta bancaria razonable para evitar que en su piel ultrasensible pero a menudo bella y traslúcida brote una erupción. No una cuenta bancaria de tanta magnitud como la que necesita Cáncer para no echarse a temblar aterrorizado por la idea de la pobreza, pero sí razonable. Acuario rara vez hace algo que sea razonable desde el punto de vista de Saturno. Para Acuario, lo razonable es lo que ayuda a conocer el mundo y a saber qué es lo que lo hace girar sobre su eje. Poco importa lo que piensen los demás. De lo -último que se preocupa Acuario es de lo que piensan los demás. Lo último de lo último. Lo penúltimo de lo que se preocupan los Aguadores podría ser... veamos... los hábitos sociales y el aspecto personal. Los Acuario típicos inventan sus propios hábitos sociales y dictan sus propias reglas. En cuanto al aspecto de Urano, estas personas tienen a veces un aire tan extraño e irreal con las telas y los peinados que han elegido (grotesco es en verdad la palabra más apropiada) que os sorprendería saber a cuántas de ellas las confunden con inmigrantes de un OVNI errante. Naturalmente, las estudiadas negligencia y originalidad de su indumentaria, de sus modales y de sus opiniones públicas, mortifican y afligen a los capricornianos, para los cuales lo más importante en la vida es ganarse la aprobación de los vecinos. No, primeramente de los miembros de la propia familia. Después, de los vecinos. A continuación, de los amigos, los conocidos y los socios. Pensándolo mejor, quizá habría que invertir el orden, y colocar en primer lugar a los socios. Y finalmente... de todo el mundo. El capricorniano típico se preocuparía si en Escocia un desconocido desaprobara sus zapatos, y esta humillación llegara de algún modo a oídos de la Cabra. Éste es otro detalle. Todos los capricornianos, junto con los Piscis y los Virgo, ponen un interés inusitado en su calzado. Éste es un motivo de gran preocupación para ellos.., y cuando compran zapatos o botas nuevos estudian la operación minuciosamente, desde todos los ángulos, concediendo idéntica importancia al precio, a la horma apropiada y al aspecto práctico. Sin embargo, estos dos tienen algunos puntos en común. Por ejemplo, los juicios de los Acuario descansan sobre principios sólidos y datos muy concretos (detalle éste del que la mayoría de las personas no se dan cuenta). Los unos y los otros siempre determinan las decisiones finales de ambos signos solares. Pero Urano le confiere a Acuario ramalazos de intuición, gracias a los cuales los Aguadores pueden ahorrarse todos los principios y datos concretos inútiles para saltar a la auténtica verdad, situada más lejos. Igualmente, él o ella iniciaron el juicio con principios y datos concretos. Sé que esto es un poco confuso, pero «confuso» es una palabra que inventaron los regidos por Urano. Los Acuario piensan y planean para un futuro tan lejano, con una mezcla tan extraña de espíritu práctico y espíritu visionario, que es posible que sus ideas e ideales no se materialicen durante muchos años... de modo que el hombre medio, y sobre todo el juicioso capricorniano, los considera soñadores. Siempre debéis recordar que Acuario es el signo del genio y la locura, más o menos en proporciones iguales. La Cabra no simpatiza con ninguno de los dos. En verdad, para la mayoría de los capricornianos, ambas palabras son sinónimos (y lo son, de una manera intrincada). De modo que podrían tener problemas de comunicación. Al capricorniano generalmente le resulta difícil creer en lo ilógico, lo irrazonable, lo inútil o lo infundado. Para los Acuario, la palabra imposible no existe en el diccionario de Urano, y los Aguadores piensan que se la debería borrar de todos los otros, a menos que se la defina como un término que describe una actitud que se debe evitar. Todos los Acuario tienen en común una naturaleza muy curiosa, inquisitiva. Son inusitadamente susceptibles a los raptos de inspiración, porque tienen pocos prejuicios, o ninguno... incluidos los prejuicios contra los hechos. Acuario no tiene nada contra una teoría sustentada por los hechos... así como tampoco tiene nada contra una teoría que no está sustentada por los hechos. La mente regida por Urano es tan abierta que cualquiera pensaría que sus células cerebrales corren el riesgo de morir de neumonía. Pero dichas células parecen prosperar en estas condiciones, así como los esquimales prosperan merced a los témpanos de hielo. Las células cerebrales, al ser electrónicas, también son muy afines a Acuario. Incluso lo son las células cerebrales de Saturno... o lo serían si la Cabra les dejara brincar más a menudo sobre el trampolín de la imaginación. Confieso que he conocido a capricornianos muy comprometidos e interesados en temas tales como la investigación de OVNIs, la astrología, la reencarnación y la metafísica... pero no son muchos. Y aquellos que están comprometidos e interesados en dichos temas tienen en sus horóscopos otras configuraciones planetarias, que les suministran instintos imaginativos más audaces, una fe más simple en lo invisible, una confianza más infantil. La Cabra típica es cualquier cosa menos infantil. Los capricornianos se aproximan más a la inocencia infantil durante la segunda mitad de la vida, cuando por fin empiezan a disfrutar de la despreocupada relajación que se perdieron en su juventud... más o menos en el mismo momento en que

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Acuario anda dando volteretas por la maravillosa variedad uraniana de «segunda infancia» (que algunos llaman cruel y muy falsamente «senilidad»). Así que se podría decir que estos dos se llevan estupendamente cuando son mayores, pero que cuanto más jóvenes sean, tanto más proclives serán a pensar que sus respectivos hábitos y personalidades son excéntricos.

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El novelista capricorniano Henry Miller es un ejemplo arquetípico de la fabulosa libertad y la alegría infantil que experimentan las Cabras cuando se han liberado de la prisión de Saturno. Cuanto más envejece el capricorniano Henry, tanto más brilla el centelleo de sus ojos, tanto más joven parece, y tanto más desaforada es su conducta. Cuando una de las ex esposas de Henry lo abandonó, se llevó consigo todos los muebles y accesorios, y lo dejó literalmente sentado en el suelo. Lo primero que hizo la Cabra fue algo muy apropiadamente saturnino, práctico y económico. Trajo unos cajones de una tienda de comestibles, para sentarse en ellos. También los utilizó para fabricarse una mesa de comedor. Después de un tiempo comentó: «Se me ocurrió una idea repentina. Me dije, Henry, maldito seas, ¿por qué no consigues un par de patines y te lanzas a patinar por esta habitación? ¡Lo pasé estupendamente!». ¿Veis? Apenas Henry salió en libertad condicional (como salen todos los capricornianos, a distintas edades individuales, más o menos a partir de los treinta), zafándose del estricto control del decoro saturnino, un espectador no podría haber distinguido a esta Cabra de un Aguador. Pero un capricorniano sigue siéndolo en el fondo del alma, esté o no en libertad condicional. Recientemente, mientras escribo estas líneas en 1978. el novelista regido por Saturno criticó los tumultos estudiantiles de los años sesenta, con el argumento de que sus protestas habían sido demasiado débiles. «De nada vale emborracharse y enloquecer —sentenció—. Debes tener la mente despejada, ser más lúcido que el hombre al que quieres derrotar.» Pura filosofía saturnina. Una Cabra es una Cabra, aun teniendo en cuenta el envejecimiento a la inversa de Capricornio, pero estoy segura de que Henry no dejaría de lucir una guirnalda de narcisos cuando ello le viniera en gana... y si tuviera un yo-yo a mano lo haría girar como un campeón. Quizá las Cabras jóvenes de alma —y de lo que sea— que lean esto quieran enviarle a Henry un yo-yo como si fuera una especie de clave compartida... y los Aguadores podrían mandarle unos narcisos (que él se apresuraría a pintar, dado que la pintura es su nuevo hobby, y en verdad demuestra que tiene tanto talento como el que tiene como escritor). Los recibirá en Pacific Palisades, California. Quedará encantado.

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Sin embargo, mientras las Cabras aún tratan de escalar la cumbre de sus ambiciones, miran con malos ojos todo tipo de disparate y frivolidad. El Acuario que tiene una sencilla y alegre destreza para hilvanar palabras absurdas... que ha sido tocado por la maravillosa locura del genio... que arroja estrellas en los pozos de los deseos y sueña con ranas rosadas... puede resultarle en verdad muy raro al capricorniano materialista, que cree que el trabajo transmuta los deseos en realidad. Normalmente las Cabras sólo pronuncian palabras signadas por el sentido común, así que es lógico que a veces los nativos de Urano les parezcan criaturas venidas de otro mundo, y no terráqueos sensatos, corrientes, de todos los días. ¿Cómo es posible que las ranas sean rosadas, y además, por qué habrían de serlo? El verde es un color perfecto, satisfactorio, para las ranas. Puedo atestiguar esta reacción de Saturno ante Urano. En el lienzo de mi mente siempre permanecerá nítidamente pintada la imagen de la expresión de total perplejidad que se refleja en los ojos color chocolate, serenos, de mi hija capricorniana, Jill, cuando su hermano Acuario Bill, de mirada soñadora, ligeramente chalado, entra en la habitación... desgranando frases extrañas, luciendo un peinado que no se parece a ningún otro que haya ostentado jamás un ser humano, con los pies enfundados en un calcetín rojo y otro amarillo, y ocultando cuidadosamente su cociente intelectual de genio detrás de murmullos como: «Tranquilo, hombre, tranquilo». Reconozcamos los méritos de Capricornio. Después de que Acuario desbroza el camino hacia nuevos inventos y descubrimientos, las Cabras se adelantan con paso pesado para custodiar las maravillas y los milagros... para conferirles suficientes cualidades prácticas como para que al fin nos beneficien y mantengan al planeta girando en su curso. Una de las áreas de discrepancia entre estos dos consiste en que los capricornianos no aceptarán nada sin un control riguroso, a menudo mediante la crítica negativa. No permiten que ninguna falacia o incoherencia les haga creer en lo increíble. Normalmente, la Cabra insistirá en entender claramente el significado de cada palabra que pronuncia antes de enunciarla, en aclarar en su propia mente el sentido de cada idea o proposición antes de postularla. Frecuentemente descarta o silencia deliberadamente las sugerencias que no se ciñen a estas normas estrictas, en tanto que Acuario lo

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indaga todo con dos ojos: el ojo frío de la disección científica y el ojo perceptivo de la intuición fulminante. El auténtico Aguador no está seguro de que la idea que Capricornio intenta silenciar sea falsa, y el regido por Urano opina que aunque lo fuera, el hecho de silenciarla sería un mal por sí mismo. «Vive y deja vivir», es el lema de Acuario. «Líbrate del peso muerto y conserva sólo lo que es útil», es el lema de Capricornio. «Conserva todo, porque en algún momento todo será útil a la luz de una nueva comprensión», replica Acuario. No me propongo terciar en la discusión. Así que los dejaremos aquí, con la sola sugerencia de que a los Acuario no les vendría mal un poco de formalidad... y de que tal vez las Cabras lo pasarían mejor si aprendieran a jugar con un yo-yo.

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Mujer CAPRICORNIO Hombre ACUARIO

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—¡Suéltame! —le ordenó ella. —Wendy, ven conmigo y díselo a los otros chicos. Por supuesto, ella se sintió muy complacida de que se lo pidiera. pero contestó: —Oh, querido, no puedo. ¡Piensa en mamá!

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Están en el Central Park de Manhattan —o en los Kensignton Gardens de Londres, tanto da— escuchando juntos el concierto de una banda. O mejor dicho, él escucha el concierto de la banda... y ella bosqueja la escena en colores claros. ¿No suena romántico, encantador, bello, armonioso? Sería todo esto si no fuera por un pequeño detalle. Allí no hay ninguna banda. El concierto que él escucha se desarrolla dentro de su cabeza. Por tanto, cuando empieza a agitar los brazos al compás de la percusión, a balancear la cabeza al son de los violines, a seguir el ritmo con los pies y a tararear la melodía, todo al mismo tiempo... bueno, a ella le parece que es un poco raro. Para ser absolutamente francos, ella piensa que está loco de atar. Pero como es una capricorniana, con los modales refinados que corresponden a las alumnas de una escuela aristocrática (haya concurrido a ésta o no), se ruborizará un poco, se concentrará aún más en su dibujo, y simulará que no lo nota. Sólo se pondrá nerviosa si él la invita a cantar a coro o si le pregunta qué opina del tambor. No es tan fácil ofuscar a un capricorniano. Se necesita algo descomunal. El hombre Acuario puede ser muy bien así de descomunal. Su rareza puede ser gigantesca, sobre todo cuando se la ve a través de los ojos circunspectos y serenos de la naturaleza sosegada y la pauta de conducta decorosa de la chica capricorniana. Comprendo que alguien podría recordarme que en mi primer libro Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su carácter) escribí que ésta es la única chica que puede mirar a un sapo repulsivo y adivinar que se trata en realidad de un príncipe disfrazado... o algo por el estilo. Así que debo confesar que si puede alimentar este tipo de amor y de fe, supongo que también puede decidir que quizá hay alguna manera de rescatar a este hombre y transformarlo en un ser más parecido al modelo de marido y padre en el que ella juzga que vale la pena invertir tiempo y trabajo. Suponiendo que él tenga un acopio suficiente de otras virtudes concretas, ella incluso podría capitular y fingir que oye el tambor... y cantar a coro con él, para dejarlo temporalmente satisfecho. Sólo hasta que tenga la oportunidad de cambiarlo y de señalarle afablemente que ella entiende sus excentricidades, pero que la preocupa lo que piensan los demás. Quiero decir: hay que conservar una imagen respetable delante de los extraños. Todos, sencillamente todos, saben que es importante ser respetado... ¿y quién puede respetar a un pájaro loco? Es posible amarlo, sí, pero... ¿y respetarlo? Está equivocada. Tremendamente equivocada. A este hombre le importa un rábano que lo respeten. Entended bien, no tiene nada en contra de ello, pero tampoco le importa. Y ésta será, de cuando en cuando, una piedra de la discordia que pesará bastante sobre ellos. El hombre Acuario es muy individualista, y sustenta algunas opiniones e ideas realmente extravagantes. La capricorniana también puede ser muy individualista, y sustentar algunas opiniones e ideas realmente extravagantes. La diferencia consiste en que ella se las reserva, para evitar el ridículo y los juicios implacables de los demás, en tanto que él no tiene escrúpulos en divulgar su excentricidad. Como los dos tienen sus pequeñas peculiaridades, pueden establecer

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una relación de empatía mutua. Lo que produce la tensión es la manera de manipularlas. El mundo de ella, a diferencia del de él, no es ficticio. Es un lugar realista, purificado por entornos pacíficos y prácticos, refinado a veces por el arte (muchos capricornianos tienen inclinaciones artísticas), poblado de cachorrillos, por sueños de cocinas calientes, de familias que entonan villancicos juntas, quizá de un manzano del que cuelga un buen columpio sobre el cual ella podrá remontarse sólo lo justo para alcanzar un éxito modesto mediante el trabajo afanoso. Los anhelos de Capricornio nunca se exceden de lo merecido. El mundo de su Aguador puede ser tanto inventivo como inventado, irreal... y estará atestado de súbitos atajos para llegar a magníficas cascadas: un lugar donde puede suceder, y generalmente sucede, lo insólito, poblado por toda clase de personajes de todas las formas y dimensiones. Éste es un hombre con amigos de idiosincrasia y talante muy diversos, que entrarán y saldrán tanto de su mundo de ensueño como del mundo real... entre narcisos, dinosaurios, flotadores y Wassermans. Ella tendrá que simpatizar con los amigos de él. Ésta es una obligación ineludible para una mujer enamorada de un hombre Acuario. Éste experimenta por ellos una lealtad y una devoción sobrehumanas, y también deberéis recordar que es capaz de llamar «amigo» a un portero con el que trató una sola vez. Los Acuario le otorgan a esta palabra un sentido muy amplio. A veces, el Aguador incluso se distraerá y presentará a su esposa como «mi buena amiga, Eloise»...

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Como las chicas capricornianas son, por regla general, esposas calladas y discretas, que no se muestran excesivamente entrometidas, curiosas o exigentes, es fácil entender por qué atraen al hombre regido por Urano. Mientras no sea tan callada, discreta y poco exigente como para que él olvide su presencia. Los hombres Acuario tienen fama de haber procedido así, ¿sabéis?... quiero decir de olvidar totalmente que están casados, y entonces es necesario recordárselo de cuando en cuando. Habitualmente el problema no consiste en que sean infieles, sino en que se quedan pasmados al descubrir que han tenido un momento de debilidad y han formulado una promesa eterna. Este hombre, os lo advierto de antemano, tiene la obsesión de las promesas. No a favor de ellas, sino en contra. Esto se debe a la extraña mezcla de integridad de Urano. Piensa que es incorrecto y ridículo decir algo cuando no estás seguro de que dentro de una semana, un mes o un año seguirás pensando lo mismo. Nadie puede tener la certeza de que no cambiará (menos aún los Acuario, que cambian constantemente), ¿así que por qué engañar a los demás? La mayoría de las personas nacidas bajo este signo no soportan que las acusen de violar un juramento o de traicionar a un amigo, así que se las apañan lo mejor que pueden sin contraer lo que para ellas puede ser un compromiso falso. ¿Quién sabe lo que sentirá mañana respecto de lo que dijo ayer? No un Acuario, por cierto. Esto no significa que no haya muchos hombres Acuario que cumplen sus votos matrimoniales y pasan toda la vida junto a una misma mujer. Los hay. Algunos de ellos están profundamente enamorados, pero incluso aquellos que no lo están se resisten a pedir el divorcio. Rara vez el problema con que se enfrenta la esposa de un Acuario consiste en «otra mujer». No en el sentido consagrado del término. Las mujeres le interesan a este hombre por una razón que a él le parece muy válida: componen aproximadamente la mitad del género humano, y a Acuario le interesan muchísimo los diversos problemas del género humano. Es posible que al principio pase por alto el hecho de que las mujeres son miembros del sexo opuesto, con un atractivo magnético sobre los hombres (esa historia de los pájaros y las abejas). Él no es indiferente al sexo, pero éste reviste una importancia secundaria... secundaria en relación con sus fantasías, con sus sueños obsesivos, sus visiones, su introspección, su vocación por su trabajo o carrera... y siempre y eternamente, en relación con sus Amigos. He empleado la mayúscula deliberadamente. Sin embargo, si esta mujer hace aunque sólo sea un esfuerzo mediocre por amar a este hombre, en la mayoría de los casos (no en todos, pero sí en la mayoría), tendrá como recompensa un amante o marido fiel, que le suministrará mucha variedad, interés, fascinación, sorpresas inesperadas y excitación. La mujer capricorniana debería hacer más que un esfuerzo mediocre, porque esta chica se ha guiado, desde su infancia, por el precepto de que cuando vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien. Curiosamente (pensándolo mejor, quizá no es tan curioso), el hombre Acuario despierta a menudo en esta mujer unos celos irrazonables, aun cuando se trate de una chica Cabra normalmente serena y plácida. Como puede sentirse atraído desde el punto de vista intelectual por un extraño, a primera vista, y más aún en un primer encuentro, es posible que trate a dicho extraño como si fuera un amigo íntimo. Si el extraño es una extraña, es posible que su esposa capricorniana, o lo que sea, no se dé cuenta de que probablemente esta relación carece de toda importancia. Ella deberá recordar que este hombre tiende a divorciar el amor de la pasión física, y por tanto puede «amar» a sus amigos y amigas, al mismo tiempo que sólo comparte con ella la unión sexual. En realidad, la capricorniana se halla mejor pertrechada que las mujeres de otros signos solares para tolerar esto. Aun así, la situación puede ser engorrosa. Ella deberá recordar que una vez que él se le haya

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entregado totalmente en el plano físico, no verá ninguna razón para no poder seguir teniendo cálidas relaciones intelectuales con otras mujeres. Una mujer ariana o Leo estaría en condiciones de enumerarle muchas razones por las que no debería ni podría... después de devolverle su sortija de amistad (o de arrojársela a la cara), pero la mujer regida por Saturno puede entenderlo, si se esfuerza a medias.

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El aspecto físico de su relación puede ser cambiante e imprevisible. Cuando se trata de Acuario, todo es cambiante e imprevisible. Su actitud respecto del sexo puede oscilar entre la curiosidad vehemente y la aceptación desapegada. La de ella puede oscilar entre una conciencia del apareamiento como deber de amor —esperado, y por tanto cumplido— y un profundo y sano disfrute de su intimidad, sin falso recato ni fingimiento. Es poco probable que cualquiera de ellos dos subestime o sobrestime el sexo. Ambos tienden a aceptarlo como es, ni más ni menos, y son capaces de experimentarlo sin excesiva pasión ni tormentas emocionales, aunque algunos hombres Acuario aportan al acto amoroso un aire de irrealidad soñadora, y al coqueteo y los juegos preliminares un aire de titilante suspenso. Y algunas mujeres capricornianas se ruborizan durante toda la vida, con una intensificación de sus palpitaciones, ante el tema de la sexualidad. Es posible que él divague un poco en el área del amor físico, que a ella le resultará desconcertante, e incluso turbadora, pero si estos dos están emocional v mentalmente enamorados, podrán superar cualesquiera problemas menores de acomodamiento sexual. Si uno de ellos tiene la Luna en un aspecto armonioso con el Sol del otro, su unión física será más que satisfactoria. Con un aspecto de cuadratura u oposición entre el Sol y la Luna respectivos, la satisfacción puede ser esquiva. En ambos casos, es posible que sus almas no experimenten un apetito desmedido, corno el que describen los poetas. Frecuentemente el instinto sexual de las chicas capricornianas se desarrolla con mucha lentitud, y lo mismo ocurre con el de muchos hombres Acuario, aunque no todos... de manera que cuanto más tarde se casan, tantas más posibilidades de éxito tienen. Es posible que la piedra de la discordia sea la exagerada devoción de ella por su familia, o la negativa de él a cooperar con ella a la hora de salvar las apariencias delante de vecinos y parientes. Pero deberán concentrarse en sus respectivas virtudes y olvidar sus pequeños engorros y diferencias. La mujer capricorniana puede ser sorprendentemente afectuosa, emocionalmente equilibrada y leal... con un fuerte sentido de la responsabilidad moral. Casi nunca hará algo que pueda causarle a él dolor o bochorno. Esto vale para todas, menos para la rara Cabra de corazón frío, que yerra el camino en la infancia y que carece de sensibilidad para el amor romántico, en tanto que acepta el amor sexual con tanta impasibilidad como si se tratara de un apretón de manos. Pero suponemos que la Cabra o el Aguador lee esta sección para entender mejor, y no entra en esa infortunada categoría. En cuanto a las virtudes del amante o marido Acuario, ningún hombre puede salvaguardar el estímulo intelectual durante tanto tiempo como él... y el amor empieza en la mente. Corrección: Empieza en la mente de quienes han nacido en el elemento Aire, como Acuario. Para quienes nacen en el elemento Tierra, corno Capricornio, el amor empieza por la seguridad emocional. Este hombre tiene un pequeño déficit de fiabilidad y seguridad emocional. Pero si su compañera es suficientemente tolerante y paciente, puede aprender. La chica capricorniana que es capaz de ver un príncipe apuesto cuando mira una fea rana, está en condiciones de corregir este defecto. A él le gustaría descubrir un mundo donde las hojas nunca caen... y el Sol nunca se pone. Ella está segura de que semejante mundo no existe. Si pretenden alcanzar la felicidad juntos, ella deberá colaborar igualmente en la búsqueda. ¿Y quién sabe? Quizás él le dará una sorpresa y lo encontrará... si ella abre los ojos, le quita los cerrojos al corazón, y elimina de su vocabulario la palabra «imposible»... como él lo hizo la primera vez que la oyó.

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Hombre CAPRICORNIO Mujer ACUARIO —¿Dónde estás, Campanilla? Por el momento ella estaba en un jarro, y le gustaba tremendamente. Nunca había estado antes en un jarro.

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La relación amorosa entre este hombre y esta mujer puede deslizarse sobre ruedas durante mucho tiempo, hasta que ella suelta un comentario humillante e incomprensible delante de un grupo de amigos o de su sacrosanta (arrodillaos, por favor) familia... o resuelve desbaratar las cosas repentinamente porque ha cambiado de opinión o de planes. Entonces el capricorniano se pondrá ligeramente nervioso, situación ésta muy rara, porque las Cabras casi nunca están nerviosas, como ya lo sabéis a esta altura. (Conozco a un capricorniano que reside en Colorado y que cuando está nervioso sale a caminar solo y detona cartuchos de dinamita, pero tiene la Luna en Aries.) Cuando una chica Acuario se ponga nerviosa, —y es muy posible que esto le ocurra después de estar sujeta a períodos inexorables de disciplina y monotonía saturninas— tal vez se coloque cabeza abajo o agite las orejas ansiosamente. Esta señal centelleante de Urano indica que está ofuscada e inquieta. Lo primero que ella debe aprender cuando se relaciona con este hombre es a amar y respetar a la familia de él tanto como a la suya propia. Más aún que a la suya propia. Esto es indispensable, tanto si su familia es idílica como si se asemeja a la de los Borgias. Él no es ciego a los defectos, faltas y vicios de su familia, pero esto no importa. El capricorniano se sentirá obligado a venerar a sus padres y a exigir que todos quienes estén en su presencia los veneren, cualesquiera que sean sus debilidades. De lo contrario, se siente culpable. Racionaliza o pasa por alto los defectos de su familia. Será mejor que la mujer que espera que le abra las puertas de su corazón también los pase por alto. Es posible que él se sienta obligado a encontrarles algún defecto, ocasionalmente, pero preferirá que las críticas emanen de él, y no de los «extraños». Por supuesto, es innegable que esta lealtad filial es admirable, sobre todo porque deja entrever cuál será su actitud futura respecto de ella y de sus propios hijos. No os tendré en suspenso. Será la misma devoción inalterable, a menos que su Venus tenga un aspecto muy negativo, en cuyo caso este hombre podrá convertirse en un tirano no sólo glacial, sino también circunstancialmente promiscuo... con una peculiar circunspección. Pero las chicas Acuario no deben desanimarse, porque muy pocos capricornianos tienen un aspecto negativo de Venus, e incluso aquellos sobre los que recayó esta maldición planetaria a la hora del nacimiento generalmente se las apañan para controlarla con la ayuda de la autodisciplina de hierro de Saturno.

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Como ésta es una configuración de signos solares 2-12, la relación será influida, de alguna manera, por un marcado interés recíproco en el dinero o en la seguridad financiera, así como por la abnegación. Además, él la admirará en secreto, porque intuirá que ella está en condiciones de inculcarle una sabiduría inefable que él aún no ha aprendido (y está en condiciones de inculcársela, ¡vaya si lo está!), en tanto que ella tolerará afablemente sus depresiones y abatimientos ocasionales e inexplicables, y sus cíclicos accesos de mojigatería y melindrosidad, porque su propia alma guarda el recuerdo de haber pasado por la experiencia de Saturno en alguna vida anterior. Igualmente, ella no tiene la intención de pasar su existencia presente atada por estos sofocantes lazos de cautela. Ésta es la vida de la que dispone para realizar experimentos con las maravillas del mundo, y toda chica Acuario alimenta este anhelo en el fondo del corazón, aunque sólo le dé rienda suelta por la noche, en el plano astral... cuando simula dormir. Él es Tierra y ella es Aire, así que sus motivaciones básicas tienen poco en común. A menudo, estos dos emprenderán un negocio juntos... o la lumbre, el hogar y la familia serán el punto focal de su relación, y una vez enamorados, ambos tratarán de pasar por alto las obvias diferencias entre sus naturalezas y personalidades. Si uno debe amoldarse al otro, lo más probable es que se amolde ella, y no la Cabra. Ésta no es la única alternativa, pero si la más probable. Los capricornianos se fraguan en la arcilla de su imagen terrenal a una edad muy temprana. Acuario, que pertenece al elemento Aire, es más dúctil, más adaptable a las circunstancias... más maleable. (Igualmente, ella nació bajo un signo fijo. y en algunas circunstancias puede desplegar una obstinación inesperada.) Pero normalmente, si ella debe cambiar para conservar su amor, pues cambiará, aunque el cambio es tan consustancial a los Acuario, que no debemos alabar excesivamente su carácter por el hecho de que proceda así. Para esta mujer, se trata de un proceso natural. El cambio no es un proceso natural para la Cabra. El capricorniano les teme a los grandes cambios de ocupación (carrera o

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profesión), residencia y amistad. En tanto que ella ansía conocer nueva gente y se siente dichosamente cómoda entre todo tipo de personas, él se resiste a comunicarse con alguien que no pertenezca a su familia inmediata o al estrecho círculo de sus pocos amigos íntimos, con la mayoría de los cuales se relacionó en su infancia. Por consiguiente, su vida social conjunta podría ser un poco inconsistente, y siempre existe la posibilidad de que a ella la obsesione la sensación de que le falta algo. Bueno, he dicho que lo más probable es que sea ella, quien cambie para adaptarse al molde de él. Es cierto. No me retractaré. Pero también os he advertido que Acuario es un signo fijo. De modo que ella descubrirá la forma de manejarlo y manipularlo, al mismo tiempo que parece someterse dulcemente a todos sus deseos. ¿Así que os parece un poco taimada? No, sólo se trata del talento de Urano para hacer congeniar lo incompatible en una forma bastante seductora, confusa, muy sutil... que generalmente no se nota en la superficie. Es posible que al principio ella no reconozca su propio desasosiego después de haber encadenado sus sueños a los hábitos y deseos más mundanos de él. Más tarde aquel empezará a manifestarse de distintas maneras... cuando ella vuelva a la escuela para diplomarse, cuando visite su ciudad natal a solas durante lapsos cada vez más largos, cuando adopte un hobby como la música, el canto, la danza o la astrología para absorber parte de su energía desperdiciada... o cuando reitere ansiosamente que desea tener un hijo. Todos éstos son cambios. Y Acuario tiene fe en el cambio. A juicio de la Aguadora, el cambio oportuno en el momento oportuno puede resolverlo todo. Lo que los une inicialmente es a menudo la vibración invisible de integridad que ella emite, como si fuera una señal de radio. Los capricornianos no soportan a las mujeres frívolas, promiscuas, vulgares, agresivas o fundamentalmente deshonestas. Así que él capta la señal, investiga, resuelve finalmente que ella está dotada de las mismas cualidades de veracidad y honestidad que lo caracterizan a él y, después de un lapso decoroso, le hace una propuesta. Sea lo que fuere lo que le propone (y generalmente será una sociedad comercial o el matrimonio... o ambas cosas), siempre dejará pasar un lapso decoroso. Las Cabras no actúan impulsivamente. Lo que él no comprende es que, aunque se trate de una mujer íntegra, la suya es una forma individualista de integridad. Los Acuario son, sobre todo, leales consigo mismos (también sinceros consigo mismos), siempre fieles a lo que interpretan que es la verdad... pero esto no concuerda exactamente con la integridad de Saturno y con su hábito tradicional de honestidad. Capricornio se ciñe a las reglas. Acuario también, es cierto, pero a sus propias reglas privadas e individuales.

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Otro elemento que probablemente también los hizo confluir al principio fue la belleza de la Aguadora. Todas las mujeres que vibran en la frecuencia de Urano tienen una belleza sobrenatural, frágil, como una bruma matinal o un arco iris de verano... que primeramente está aquí, y después se torna invisible... para volver más tarde, y que tiene rasgos claramente definidos, que recuerdan un poco los de una diosa griega. Es probable que sus ojos también lo hayan hipnotizado. No hay ojos como los de Acuario: soñadores, misteriosos, siempre dotados de esa mirada remota y perdida desde hace mucho tiempo en el mañana. (Sí, he dicho «perdida desde hace mucho tiempo en el mañana». Se trata de un problema de tiempo. Todos los Acuario entienden la teoría einsteniana del tiempo.) Los ojos de él están fijamente enfocados sobre (y en) el día de hoy... cándidos y serios, muy distintos de los de ella. La diferencia atrae. Las ideas neuróticas del capricorniano típico sobre el trabajo de «su mujer» podría generar conflictos entre estos dos (a menos que la Luna o el ascendente de la chica Acuario esté en un signo de Tierra, para armonizar con la imagen más sosegada de la Cabra). La mayoría de los hombres Cabra miran con malos ojos a las mujeres profesionales. Algunos de ellos hacen algo más que mirarlas con malos ojos: les prohíben terminantemente que se dediquen a semejantes actividades, y sólo permiten que la «mujercita» trabaje en la empresa familiar. Algunos capricornianos están tan atados a los estereotipos masculino-femeninos, que tienen la firme convicción de que todo hombre que se casa con una profesional próspera, lo hace movido por el interés económico... aunque sea obvio que su amor es recíproco. Este tipo de capricorniano se empecina en creer que aquel hombre sólo finge amarla. Tiene que ser por dinero. Aunque él mismo amara sinceramente a una profesional próspera, estaría igualmente convencido de que su propia motivación es la codicia... aunque ella fuese muy bella, deseable o inteligente, y aunque él le tuviera un gran afecto. Lamentablemente, alguna que otra Cabra padecerá esta rara aberración de Saturno, que le impedirá creer en el amor entre el hombre y la mujer si aquél no se ciñe a un esquema preconcebido, que data, más o menos, de la era de los dinosaurios. A menos que su capricorniano tenga la verdadera obsesión de vetar la independencia femenina, es posible que la Aguadora (nacida, recordad, bajo un signo fijo) admire extrañamente sus ideas un poco anticuadas. Al fin y al cabo, se enamoró de él porque podía contar con que lo encontraría casi siempre en el mismo lugar, a diferencia de lo que ocurría con todos los hombres que conocía, y que eran tan imprevisibles

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como... bueno, como lo es ella misma (o como lo era, antes de que la Cabra la moldeara a su imagen y semejanza). La mujer Acuario, con sus propias cualidades camaleónicas de suspenso y con sus corazonadas intuitivas y sus procesos mentales alterados, busca a menudo en su compañero lo fiable, lo formal y lo seguro. Es una paradoja, pero como he señalado reiteradamente en otras secciones de este libro, todos los Aguadores son paradojas vivientes. Quizá la atrae la estabilidad en razón de la fijeza básica de Acuario. Al fin y al cabo, lo que es fijo es fijo, aunque nunca lo adivinarías a juzgar por su conversación ambigua y su conducta abstracta, que hacen que te sientas como si estuvieras en un balancín al mismo tiempo que das vueltas en la noria gigante de un parque de diversiones. Generalmente sus reyertas girarán en torno de situaciones ajenas: episodios o personas con los que ella tiende a ser tolerante... y él tiende a ser implacable. Sin embargo, por mucho que se amolde, la Aguadora llevará la batuta a la hora de discutir, con su encanto dulcemente persuasivo de elemento Aire... pues parecerá sugerir. Así, la mujer Acuario gana al final casi todas las disputas o confrontaciones con la Cabra terca, práctica, quizá porque ella divierte y confunde, y todo esto lo hace con la mayor naturalidad, sin exigir, limitándose a sugerir cuando los demás no la escuchan. No es raro que todos piensen que él es el auténtico mandamás. Si sus soles y lunas están en oposición o cuadratura, es posible que él se despierte en una mañana lluviosa y comprenda por fin que lo están manipulando delicadamente, que rechace un papel tan poco masculino... y que estudie la posibilidad de separarse. La rumiará durante mucho, mucho tiempo. El capricorniano no hace nada deprisa, y menos aún cuando se trata de destruir un hogar, pues esto lo desquicia. La separación o el divorcio también le dolerá a ella. Sin embargo, a la larga, la chica Acuario se adapta a la relación descalabrada más rápida y fácilmente que cualquier otro signo, excepto Géminis, Piscis o Sagitario. El divorcio, como el matrimonio, es esencialmente un cambio... y el cambio nunca asusta a esta chica tanto como a otras.

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Desde el punto de vista sexual, la unión de Capricornio y Acuario puede dejar algo que desear. No siempre. Sólo a veces. Acuario es un signo masculino, y lo rige el planeta, también masculino, Urano... por muy dulce que sea ella cuando habla. Al principio, los humores cambiantes de su mística innegablemente femenina, con sus vibraciones masculinas contradictorias, excitan al capricorniano, pero es posible que más tarde sólo lo irriten. De alguna manera, a él se le escapa la verdadera esencia de ella. En cuanto a él... bueno, al comenzar el romance su sensualidad terrenal la atrae irresistiblemente, y después puede convertirse en una carga muy pesada... porque el ideal que ella tiene de la expresión sexual es mucho más etéreo, y exige una preparación imaginativa y cerebral para la unión física concreta. Pero, por supuesto, el amor puede transformar todos los senderos escabrosos en el camino que conduce al país de Oz. Basta un poco de magia. De modo que si ponen verdadero empeño podrán superar estos obstáculos, a medida que cada uno de ellos satisface las necesidades muy distintas del otro, mediante la aptitud de la Cabra para el afecto paciente y afable... y mediante la aptitud de Acuario para entender tolerantemente la naturaleza humana, y sobre todo la de él. Suponiendo que sus aspectos Sol-Luna sean armoniosos, la relación se profundizará gradualmente a lo largo de los años, hasta que cada uno suministre lo que le falta al otro. Ella se hará más segura y estable... menos inquieta y anhelante. Él se hará menos rígido-frígido, más libre y abierto. Se parecerán cada vez menos a sí mismos... y cada vez más al otro... y se fusionarán tan íntimamente que sus amigos empezarán a verlos como una persona, una unidad de medida, y no dos individuos. Obviamente, éste no es un estado natural para Acuario, pero si se lo equilibra cuidadosamente, los resultados pueden ser maravillosos. La mayoría de las personas olvidan con cuánta desesperación la Cabra anhela silenciosa y secretamente poder retozar y juguetear. Sólo la retiene el adusto Saturno. Una vez conocí a un capricorniano llamado Roy, de Oklahoma, que todos los veranos visitaba Colorado, donde se sentía libre para romper los lazos restrictivos de Saturno y desarrollar su propia personalidad, en la atmósfera limpia y fresca de la montaña que siempre obra sobre las Cabras como un tónico euforizante. Al fin y al cabo, éstas son trepadoras y se sienten cómodas a grandes alturas. A más de tres mil metros por encima del nivel del mar, en Cripple Creek, Colorado, este capricorniano retozaba como un elfo o un druida de antaño. Desechaba su indumentaria formal de Oklahoma y vestía como se le antojaba. Las ropas de Elvis Presley (otra Cabra, entre paréntesis) habrían parecido circunspectas al lado de algunas de las que él se ponía. ¡Pero tenía un aspecto estupendo! Un día abandoné jubilosamente su casa al amanecer, vestido sólo con un bañador rojo y amarillo chillón... para recoger flores silvestres. Otro día, irrumpió por la puerta de entrada de mi casa en medio de una violenta tormenta eléctrica de verano, mientras a su lado daba volteretas «T» (como él la llamaba afectuosamente): la radiante, deliciosa e imprevisible Aguadora que era su mejor amiga así como su socia (en una tienda de antigüedades. ¿que otra cosa podía ser, sino la carrera favorita de

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Capricornio?)... y me entregó un inesperado ramillete de guisantes de olor... que despedían un aroma idéntico al que estoy segura que debe despedir el Cielo. Había pasado toda la mañana viajando en auto con «T» por los caminos anegados, disfrutando ambos de cada trueno y cada relámpago de Urano... sólo para venir a visitarme. El sentido del humor y la risa de esta Cabra, su bella sensibilidad y su intuición telepática, eran iluminadas por un corazón cariñoso qué ansiaba liberarse. Sin embargo, sufría los habituales accesos de timidez y apocamiento de Saturno... y había días en que cavilaba melancólicamente, al borde de la desesperación, sin ninguna razón visible. Pero la Acuario «T» era deliciosamente paciente y esperaba el plácido arco iris que ella sabía que no tardaría en refulgir en su aura... y éste siempre reaparecía.

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La mujer Acuario que ama a un capricorniano debería ponerle grilletes de cuando en cuando al Saturno que hay en él, cogerlo por la mano y desafiarlo: «¡Eh, mamarracho! ¿Quieres venir a chapotear en un charco, a jugar al escondite con las tortugas, a construir una casa sin paredes... y a reírte de nada?». Es posible que el tímido hombre Cabra se dé una sorpresa a sí mismo, al acompañarla. Pero si le pregunta: «¿Cómo puedes construir una casa sin paredes?», la luna de miel habrá terminado... y el amor también.

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Aun así, puede renacer milagrosamente. ¿Y acaso no es ésta la especialidad de los Acuario... hacer milagros?

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CAPRICORNIO

Agua - Mutable - Negativo Regido por Neptuno Símbolo: el Pez Fuerzas nocturnas - Femenino

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Tierra - Cardinal - Negativo Regido por Saturno Símbolo: la Cabra Fuerzas nocturnas - Femenino

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La relación CAPRICORNIO-PISCIS

Es extraño decirlo, pero todos lo reconocieron enseguida. y hasta que los abrumó el miedo le dieron la bienvenida, no como a algo soñado durante mucho tiempo y por fin visto, sino como a un viejo amigo a cuya casa volvían para pasar las vacaciones.

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El Pez Piscis se siente a menudo cómodo y seguro en la serena presencia de Capricornio, como los oseznos cuando se acurrucan para pasar el invierno durmiendo sobre sus troncos. Quizá parezca raro comparar al Pez con un oso, pero éste es el efecto que ejerce sobre Piscis el planeta regente de Capricornio, Saturno. Como a ellos los rige el planeta Neptuno, resbaladizo, sutil y esquivo, los Piscis encuentran muy reconfortante la sólida estabilidad de Saturno, que los hace sentirse oseznos (o mamá o papá oso). A la inversa, en la serena presencia de Piscis, las Cabras de Capricornio experimentan a menudo una sensación festiva, flotante... como si fueran burbujas de jabón refulgentes liberadas a merced del aire. Quizá parezca raro comparar a la Cabra con una burbuja de jabón, pero éste es el efecto que ejerce sobre Capricornio el planeta regente de Piscis, Neptuno. Como a ellas las rige la inflexible y exigente disciplina de Saturno, las Cabras encuentran muy fascinante y cargada de promesas de libertad la soñadora y relajada distensión de Neptuno, que las hace sentirse como si fueran burbujas de jabón. Así que aquí los tenemos, al Pez y la Cabra, mágicamente transmutados por su proximidad recíproca en un oso y una burbuja. Es muy hermoso, ¿no os parece? Todos los Piscis y capricornianos deberían meditar durante un largo rato acerca de los dos párrafos precedentes, hasta que les queden definitivamente grabadas todas las ventajas que pueden extraer de su asociación, y hasta comprender el enorme valor de los dones intangibles pero preciosos que pueden intercambiar. Esta noción los ayudará a superar fácilmente los problemas que experimentarán, de cuando en cuando. Pero detengámonos a analizar durante un poco más de tiempo los elementos positivos de compatibilidad, antes de abordar los peligros contra los que deben precaverse. Existe a menudo una maravillosa empatía serena inherente a esta configuración de signos solares 3-11, porque vibra a través de los elementos Tierra y Agua. Esta asociación enriquece muchísimo la esencia Tierra de Capricornio, y permite que la esencia Agua de Piscis encuentre un lugar seguro adonde fluir. En razón de esta doble recompensa, se parece a la influencia de Tierra y Agua de la configuración de signos solares 3-11 que también experimentan Piscis-Tauro. Tauro-Cáncer, Cáncer-Virgo. Virgo-Escorpión EscorpiónCapricornio. Las Cabras se sienten extrañamente más seguras con un Pez que con la mayoría de los signos solares, exceptuando Escorpión, a la hora de rebelarse contra la natural conducta restrictiva de Capricornio. Aunque las Cabras se llevan muy bien con Tauro y Virgo, es posible que se sientan considerablemente menos proclives a plantar cara en compañía de los Toros y las Vírgenes que en compañía de Piscis. A la inversa, por alguna razón el Pez se siente más protegido de las experiencias duras y lacerantes de la vida en compañía de la Cabra que en compañía de la mayoría de los signos solares, con excepción de Tauro... y encuentra más coraje para superar la natural conducta introvertida de Piscis. Aunque los Peces también se entienden bien con Escorpión y Cáncer, es posible que se sientan un poco menos protegidos, así como menos valerosos, con los

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Escorpiones y los Cangrejos que con la Cabra. Por tanto, Capricornio y Piscis fueron hechos, en muchos sentidos, el uno para el otro. Si uno de ellos tiene un signo lunar o ascendente en conflicto con el otro, intercambiarán ocasionalmente sapos y culebras. Pero, por lo demás, estos dos se sentirán mucho más felices y armoniosos que ofuscados y tensos, durante su convivencia. Como Piscis y Capricornio sienten y piensan lo mismo respecto de la mayor parte de los grandes temas, sus diferencias de opinión son relativamente menos frecuentes que sus momentos de cooperación y transacción plácida, casi espontánea. Incluso en aquellas áreas en que discrepan, se turnarán para convencerse cuidadosamente de la conveniencia de adoptar el enfoque contrario. A veces es la Cabra la que consigue rectificar las ideas confusas o embrolladas del Pez; en otras circunstancias, es el Pez el que consigue aplicar el empecinamiento de la Cabra. Por ejemplo, si entablaran una discusión sobre temas polémicos como la astrología y la religión, probablemente no podrían dejar de chocar en cuestiones de principios, porque Capricornio defiende tenazmente la tradición y la autoridad, recela de lo abstracto, y no es tan instintivamente comprensivo y sensible como Piscis. En este caso, será generalmente el Pez el que enmendará afablemente las ideas equivocadas de la Cabra, aunque en otros contextos será la Cabra la que hará virar tesoneramente el pensamiento del Pez, igual número de veces, para hacerlo coincidir con el suyo. En verdad, es casi inevitable que en un momento u otro estos dos discutan ambos temas, porque Saturno es el defensor del statu quo, y Neptuno gobierna (junto con Plutón) la astrología y la religión. (Júpiter se ocupa sobre todo de la filosofía de la religión, Plutón de su misterio, Neptuno de su misticismo.) Por tanto, es razonable suponer que esta asociación influida por Saturno y Neptuno abarcará una buena cuota de discusiones sobre estos temas, discusiones que Piscis ganará casi siempre. PISCIS: ¿No crees que la religión deja a la gente en la estacada, al no suministrarle el sentido de la continuidad de la conciencia individual?

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CAPRICORNIO: ¿Qué significa eso? A veces eres tan abstracto que no puedo seguir tus razonamientos. ¿Por qué no hablas en términos claros y sencillos, accesibles para una persona corriente? PISCIS: Lo intentaré. Lo que quiero decir es que la reencarnación, que es la base de la astrología, es la auténtica verdad de la existencia, y que todas las iglesias han expurgado esta sabiduría de sus enseñanzas. No puedo expresarme en términos más claros y sencillos. CAPRICORNIO: ¿La reencarnación? Ni siquiera la discutiré contigo. Es demasiado ridícula para considerarla, siquiera. PISCIS: (que sólo finge capitular... ¡taimado Neptuno!) Está bien. Siempre podremos discutir la reencarnación en algún otro momento, y cuando la discutamos, te diré algunas cosas que seguramente te harán cambiar de idea, pero por ahora hablemos de la religión y la astrología. CAPRICORNIO: Eso no es mejor. La astrología. Quizás es incluso peor. PISCIS: (hace caso omiso de Capricornio, como si no lo —o la— hubiera oído) ¿Sabes que casi todas las religiones enseñan que la astrología es un pecado, y no permiten que sus fieles la investiguen siquiera? CAPRICORNIO: Si quieres conocer mi opinión, te diré que ciertamente se justifica que procedan así, dada la charlatanería que impera en ese campo. No las censuro. La astrología tiene tan mala fama, que la Iglesia Católica les exige la confesión formal a los fieles que han sido contaminados por ella, antes de autorizarlos a comulgar. PISCIS: Todo arte y ciencia, y no sólo la astrología, lleva implícitos elementos de charlatanería, así que esto no prueba nada, ni a favor ni en contra. Pero me alegra que hayas mencionado la comunión. Este ritual consiste en ingerir una hostia que simboliza el cuerpo y la sangre de un simple carpintero, que a su vez era astrólogo, lo mismo que sus maestros, los esenios, entre los que pasó los dieciocho «años perdidos» de su vida, hábilmente expurgados de las escrituras. CAPRICORNIO: ¿Cómo es posible que Jesús haya practicado la astrología, cuando la Iglesia Católica, y todas las otras religiones, la han definido como una peligrosa creencia en el control de las estrellas y los planetas sobre el destino humano? PISCIS: (sonríe afablemente) Ya veo. ¿Así que sólo se debe permitir que el dogma eclesiástico controle el destino humano? Probablemente no te das cuenta de que los mismos Padres de la Iglesia tienen plena conciencia de que se estudia astrología con el fin diametralmente opuesto... para enseñarnos que sólo podamos eludir el control de las estrellas cuando comprendemos su poderosa influencia, porque entonces podemos utilizar nuestro libre albedrío para guiar nuestro destino. El conocimiento de la astrología nos emancipa del control planetario... pero también nos emancipa de la-dictadura moral del dogma eclesiástico, y ésta es la verdadera razón por la que han deformado y difamado deliberadamente la

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definición de astrología. CAPRICORNIO: El problema consiste en que eres sencillamente anticatólico. También alimentas prejuicios contra las religiones protestantes. PISCIS: (suavemente, sin antagonismo) De ninguna manera. Los católicos y los protestantes no son los únicos que inculcan a sus fieles ideas falsas acerca de la astrología... o que ocultan los hechos. El judaísmo también ha negado las raíces que ésta tiene en la Cábala hebrea, que es una de las fuentes más ricas de sabiduría astrológica y numero-lógica. Y la iglesia mormona califica a la astrología de '«obra del diablo». CAPRICORNIO: Acabas de perder la discusión. Todos esos mormones son personas muy corteses y pulcras y bien cepilladas... decentes y respetuosas de la ley. Ellos creen en la santidad de la familia, y yo también. PISCIS: (que vuelve a sonreír afablemente) A veces el aspecto exterior engaña. ¿Así que es indispensable estar bien afeitado para alcanzar la iluminación y la salvación? Esto elimina a Lincoln, Moisés, Jesús, los Apóstoles y otras incontables personas de la lista de los virtuosos. Es cierto que los mormones veneran el círculo familiar, ¿pero sabías que su fundador, Joseph Smith, afirmaba que había tenido una visión según la cual todas las religiones distintas de la mormona son «una abominación» para el Señor? Ahora la Cabra se queda callada, y el Pez continúa serenamente. PISCIS: Sólo desde 1978 la Iglesia mormona ha autorizado a los negros a desempeñarse como sacerdotes. Antes, los mormones enseñaban que «los africanos son indignos», y que su piel más oscura es una señal de la desaprobación de Dios. CAPRICORNIO: Bueno, por lo menos reconocieron finalmente su error. PISCIS: Sí, lo reconocieron. Uno de ellos, por lo menos. El presidente de los mormones, Spencer Kimball, ha dado muchos pasos importantes en dirección a la verdad y la tolerancia. Sin embargo, incluso él afirma actualmente, de manera categórica, que es «absolutamente imposible» que algún día las mujeres sean autorizadas a enseñar o predicar en las iglesias. Pero creo que él hace lo que puede... y que algún día .también se mitigará esta creencia. El mormonismo tiene muchos elementos buenos y positivos. Muchos más que actitudes negativas. La mayoría de sus principios son sanos y sensatos. CAPRICORNIO: Escucha... he decidido que después de todo no tienes prejuicios. Cuéntame algo más sobre la astrología y la reencarnación.

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Y Piscis gana la discusión, como casi siempre. El o la Pez produjo una fuerte impresión sobre el intelecto normalmente inflexible del o de la Cabra al exhibir la tolerancia y la compasión típicas de Neptuno, al abstenerse de lanzar ataques ofensivos o emocionales, y sobre todo al rematar el diálogo con las palabras «sano» y «sensato» (dos de los términos eternamente favoritos de Capricornio, que les producen a los regidos por Saturno una sensación inconsciente de seguridad). Se necesita paciencia para hacer cambiar de idea a la terca Cabra, pero Piscis está dotado de mucha paciencia, más una abundante reserva de la simpatía y la afabilidad necesarias para apartar a un signo de Tierra de una convicción que sustenta desde hace mucho tiempo.

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Es indudable que los Peces de Neptuno, cualesquiera sean su edad y su sexo, tienden a ser remolones y, a veces, demasiado flexibles. Este tipo de actitud turbará tremendamente a la Cabra típica, que no remolonea casi nunca en actividades de pequeña o gran envergadura, y que frecuentemente es demasiado inflexible. A un observador independiente le resulta fácil ver que ambos se beneficiarían si el uno adoptara parte de la naturaleza del otro, pero a Piscis y Capricornio no les resulta tan fácil comprender lo obvio. Si el o la Piscis es uno de esos raros hombres o mujeres tipo ballena, él (o ella) podrá subyugar a la Cabra, hasta que el capricorniano experimente frenéticamente el pánico que acomete al individuo que no sabe nadar, y que se hunde por última vez, sin poder soportar su estancia en un territorio tan esquivo y cambiante como ése en el que el Piscis ballena ha hecho entrar a la Cabra mediante engaños, donde no hay nada sólido a lo cual aferrarse, ni ningún lugar a la vista donde hacer pie... donde no hay nada abajo excepto traicioneras arenas movedizas. Pero si el Pez es un Piscis típico, el peligro es otro. Entonces siempre existe la posibilidad de que la Cabra más fuerte controle y domine a la persona de Neptuno hasta que el Piscis se convierta en una mera sombra de Capricornio, y sufra en silencio una pérdida alarmante de identidad personal. Un Pez asustado puede valerse de la mentira, de las drogas, o del alcohol... o puede desaparecer sencilla, silenciosamente, sin pronunciar una palabra de advertencia... porque los regidos por Neptuno escaparán finalmente de la prisión espiritual, de una manera u otra. Es inevitable. Y ninguna de las vías posibles de evasión es agradable o deseable. Pero éstos son casos extremos de asociaciones Neptuno-Saturno desafortunadas, que sólo se producen cuando otras posiciones planetarias entre sus cartas natales son negativas. Mucho más a menudo, Piscis y

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Capricornio entablan una amistad perdurable (sobre todo si sus luminarias estaban en posición armoniosa a la hora del nacimiento), ya sean condiscípulos, amantes, vecinos, compañeros de trabajo o parientes. Tienen muchas más semejanzas que diferencias, e incluso estas últimas se complementan generalmente bastante bien. Normalmente, disfrutarán de la misma música y se reirán de los mismos chistes. El humor de Capricornio es sutil y apacible. y casi siempre hace aflorar una sonrisa en las facciones expresivas del Pez. —¿Sabes lo que significa, en inglés, Naptune? —pregunta la Cabra. —¿Querrás decir Neptune, o sea Neptuno, verdad? — corrige amablemente el Pez. —No, quiero decir N-a-p-t-u-n-e —repite la Cabra—. ¿Qué significa, en inglés, Naptune? —Me doy por vencido —suspira Piscis—. ¿Qué significa Naptune? Capricornio sonríe tímidamente. —En inglés, nap significa siesta, y tune melodía. Dada la semejanza con Neptuno, Naptune es una canción de cuna para un Piscis. De pronto, la magia vuelve a chisporrotear entre ellos, cuando el Pez se convierte en un osezno, y la Cabra en una burbuja de jabón, en tanto que los dos se tornan nuevamente más afectuosos y serenos. Los dejaremos así, ¿qué os parece? Las multitudes ponen nerviosos a Capricornio y Piscis. Están más cómodos con unos pocos amigos íntimos, cenando tranquilamente en casa.

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—No puedo volar. —Yo te enseñaré. —Oh, qué hermoso es volar! —Te enseñaré a saltar sobre el lomo del viento, ¡y entonces partiremos! —Oh! —exclamó ella, extáticamente.

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Sí, ya sé que Piscis es un signo de Agua, no un signo de Aire. ¿pero es que nunca habéis oído hablar de los peces voladores? Antes de que estos dos se dejen entusiasmar por la idea de volar juntos a alguna parte, será mejor que sincronicen sus hélices y se adapten a sus respectivas costumbres francamente distintas. Aunque es cierto que sus idiosincrasias son frecuentemente muy compatibles, no están forjados en el mismo molde. Por ejemplo, muy pocos peces son formales. El hombre Piscis típico navega por la vida tomando pocas cosas o ninguna en serio. No se toma en serio ni siquiera a sí mismo... y menos aún a la costumbre y la tradición. Es todo lo informal que se puede ser. A la inversa, todos los capricornianos son formales. Todo lo formal que se puede ser. La chica Cabra proyecta una imagen de «clase» y «categoría», tanto si vive en un vagón de ferrocarril junto a la estación (donde no permanecerá mucho tiempo) como si reside en la mansión del gobernador... tanto si pasa sus horas firmando solicitudes de caridad pública (cosa qué no hará durante mucho tiempo) como si las pasa barajando sus acciones. Todo lo que hace esta chica es formal y está formalizado, incluso el respirar. Inhala y exhala correctamente. También se cepilla los dientes escrupulosamente y a fondo, en la dirección apropiada, e incluso se enjuaga la boca discretamente. Quizás os preguntaréis cómo es posible cepillarse los dientes y enjuagarse la boca refinadamente, pero esta mujer tiene la clave. Un conocido mío que vive en San Diego, California, tiene una vecina, una chica capricorniana llamada Laurie, que trabaja en un bar donde se exhiben torsos desnudos. Ahora bien, ésta es una ocupación bastante inusitada para una mujer regida por Saturno, normalmente tímida y recatada (por fuera). Pero de cuando en cuando le sucede incluso a una capricorniana consciente de su reputación. Sin embargo, a pesar de que está temporalmente empleada en una actividad tan atípica para Capricornio, nunca olvida ni descuida su sentido saturnino del status y el decoro. Al igual que sus tres o cuatro compañeras de trabajo, Laurie está desnuda por encima de la cintura mientras ejecuta sus danzas acrobáticas en el escenario del bar, dando pequeñas volteretas y haciendo cosas parecidas al compás de la música de rock que propalan los altavoces. Igualmente, la capricorniana Laurie se destaca entre sus colegas. Quiero decir que llama la atención. Hay algo que la

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distingue. En tanto que las otras chicas tienen el torso totalmente desnudo, Laurie luce un recatado cuello blanco, púdicamente cerrado con una corbata negra de pajarita, más arriba de su pecho descubierto que gira y se contorsiona. Al oír los acordes musicales que marcan su entrada, la capricorniana se ajusta serenamente el cuello y la corbata, y después retoza delante de los espectadores con su dignidad intacta, convencida de que está formal y decorosamente vestida... en términos relativos. Si alguna vez el dueño del local le exigiera a Laurie que se quitase su «indumentaria» para ponerse a tono con las otras chicas, os garantizo que la capricorniana preferiría renunciar fríamente, antes que obedecer. Al fin y al cabo, una dama es una dama, y cualquier persona con auténtica clase y educación se viste correctamente para todas las ocasiones. (Obviamente, la capricorniana Laurie considera que su número en el bar merece una corbata negra, y no es equiparable a una de esas fiestas de mal gusto a las que cada cual concurre vestido como se le antoja.) De todas maneras, no durará mucho tiempo allí. Pronto se irá a las Vegas. Hay que pensar en el futuro y buscar la forma de progresar. Después de Las Vegas, quizá Broadway o Hollywood, y un papel estelar en el que bailará íntegramente —pero siempre formalmente— vestida. Veréis, la capricorniana Laurie no se ve a sí misma como una bailarina topless (éste es sólo un recurso práctico pasajero) sino como la nueva Ginger Rogers o Ann-Margret. Dada la forma paciente y sistemática, aunque casi siempre triunfal, en que Capricornio escala la montaña, es muy posible que lo sea. Quizá Laurie no tenga conciencia de ello, pero está siguiendo un sendero firme y bien demarcado que sube por la ladera. La estrella favorita del strip-tease, Gypsy Rose Lee, también es capricorniana. Al igual que Laurie, Gypsy tenía su propio sentido particular de la dignidad saturnina. Gypsy se negó desdeñosamente a imitar a las restantes reinas del teatro picaresco de su tiempo, y nunca exhibió su cuerpo totalmente desnudo. Con un vestuario cuidadosamente diseñado, equipado con cremalleras estratégicamente distribuidas, revelaba justo lo necesario para despertar el interés, pero nunca tanto como para caer en la vulgaridad... y así ganó mucho dinero y conquistó una fama perdurable, algo con lo que jamás podrían soñar las chicas que aparecen en los desplegables centrales de algunas revistas. El elemento más popular y singular de su espectáculo era su mordaz humor capricorniano. Uno de sus amigos más íntimos y de más confianza era el productor Mike Todd, que acostumbraba a llevar a «la Gyp» a las galerías de arte (cuando tenía una buena racha) para agradecerle que hubiera convertido una de sus comedias musicales de Broadway en un éxito. «Elige —le decía, masticando su puro— escoge un cuadro, y es tuyo, cualquiera que sea su precio.» La capricorniana Gypsy nunca dejaba de escoger el cuadro más caro de la galería, que generalmente costaba alrededor de cuatro mil dólares (cuadruplicad la suma, para compensar la inflación actual), y todos ellos multiplicaron extraordinariamente su valor, según el perspicaz biógrafo de Mike Todd, Art Cohen, quien falleció trágicamente en el accidente de aviación que puso fin a la vida de Todd. También según Cohen, cuando Gypsy se enriqueció súbitamente, al desempeñar el papel principal en Star and Garter, el gran éxito de Mike, compró prudentemente una casa de tres plantas y veintiséis habitaciones que Anne Vanderbilt había edificado en East Sixty-third Street, en Manhattan... y «su suelo de mármol de cinco mil dólares, su patio con fuente, sus siete cuartos de baño y su ascensor representaron un considerable progreso respecto de su apartamento de treinta dólares mensuales». Posteriormente, la casa urbana llegó a valer diez veces más de lo que la capricorniana había pagado por ella. Al igual que Laurie, Gypsy era una dama práctica, cuyo recato sólo se podía equiparar con su sentido común y su ambición. Narro estas historias para darle a entender al hombre Piscis que no todas las capricornianas son maestras o bibliotecarias, lo cual nos trae a la segunda información que el hombre Pez debe asimilar acerca de esta mujer generalmente afable, pero siempre terca. No sólo le disgustarán la informalidad, el desaliño y el comportamiento indecoroso (sobre todo en público), sino que también desaprobará que el hombre —o la mujer, incluida ella misma— carezca de ambiciones. La chica Cabra pisa con asombroso aplomo cuando sube una escalera. No una escalera de mano, sino la que lleva al éxito y la fama, dos elementos que nutren su amor propio. El objetivo que perseguirá tenazmente será, si no el reconocimiento público, por lo menos el respeto y la admiración de sus amigos, vecinos y parientes. Sobre todo de sus parientes. Probablemente sólo tiene uno o dos amigos íntimos, tres cuando más, que se remontan a la época de la escuela primaria. En cuanto a sus vecinos, si vive en el campo están bastante lejos, camino abajo, y si vive en la ciudad... bueno, los trogloditas metropolitanos no son muy afectuosos. Así que, en verdad, es a su propia familia a la que necesita impresionar, discretamente, si no se trata de una de esas chicas Cabra que corren en pos de la celebridad. La capricorniana descollará entre «los mejores» de su círculo, ya sea éste grande o pequeño. Será la que vende más productos en el barrio, la que tiene la casa más

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aseada de la manzana, o la considerarán la cocinera perfecta por sus banquetes de Acción de Gracias o sus otras cenas familiares de días festivos. El status es el status, cualquiera que sea la forma que asume. A menos que haya quedado huérfana en la cuna o en la infancia, esta chica se adherirá a su familia como un abrojo tenaz. Si quedó huérfana, la lealtad que había reservado para sus hermanos y padres, la transferirá hacia su propia familia inmediata, hacia sus hijos y nietos... o intentará abarcar a ambos círculos familiares con la dedicación compulsiva y leal de Saturno. Ésta es una cualidad encantadora, uno de sus rasgos personales más cautivantes. Pero el Pez deberá saber que ella siempre lo relegará a un lugar secundario, después de su familia, no desde el punto de vista del amor y el afecto, pero sí en las áreas de su preocupación y atención primordiales.

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En realidad, es probable que el hombre Piscis se adapte de buen grado al fetichismo familiar de ella. A menos que su carta natal contenga planetas «mal aspectados» en Géminis, Acuario o Sagitario, a él lo regocijará que lo designen miembro honorario de la familia de ella. y amará aún más a su capricorniana por la devoción que ésta tributa a los suyos. Ello prueba que es una mujer fiable, segura... palabras éstas que ejercen una fuerte atracción sobre su inconsciente de Neptuno, aunque él la combata. Está más distendido, menos inquieto, cuando experimenta la sensación de seguridad emocional en una relación. Las familias son estables. (Claro que hay algunas capricornianas que, por una triste razón u otra, carecen de vínculos familiares, pero estos casos son extremadamente raros.) Sin embargo, aunque él necesita estabilidad, si se exagera la contigüidad familiar, podrían surgir problemas. Cuando un hombre Piscis empiece a sentir que alguien mira constantemente por encima de su hombro, y discute los pros y los contras de todo lo que hace, comenzará a tener pesadillas acerca de la Gran Inquisición (como las tenía cuando la estudiaba en el curso de historia, en la escuela). Todos los Piscis están obsesionados por la intimidad personal... y la libertad. Libertad de pensamiento, de acción y de movimiento. Cualquier tipo de restricción (mental, emocional o física), ya sea real o sólo implícita, hará que se sienta desasosegado e irritable. La chica Cabra deberá recordar que el Pez necesita saber que nada en una gran masa de agua. Es cruel encerrar al hombre Piscis, como al pez de la Naturaleza, en un recipiente pequeño, donde lo único que puede hacer es nadar eternamente en círculos, nunca en línea recta... para explorar. Aunque haya bonitas conchas decorativas en el fondo del recipiente, esto es doloroso y aburrido, y pone neuróticos a los pobres peces de uno y otro tipo. Como la perversidad de enjaular a un pájaro. O de atar una cabra a un poste. ¿Acaso a ella le gustaría que la ataran a un poste, donde debería depender de que alguien le arroje unos pocos mendrugos, de cuando en cuando? Aunque la mujer capricorniana puede ser silenciosamente posesiva, y puede manifestar inequívocamente su disgusto mediante una mirada glacial, o mediante la negativa a comunicarse, es improbable que someta a su Pez a escenas tempestuosas, emocionales, de celos coléricos y lacrimosos... y es posible que él le quede muy agradecido y que desaparezca cada vez menos, hasta terminar por arraigarse casi tanto como ella. (Las raíces son lo que en verdad busca, aunque no lo sepa.) Todos los hombres Piscis se parecen, en este sentido. Cuando les conceden alegremente toda la libertad que necesitan, rara vez se alejan demasiado, y casi siempre son amantes fieles y maridos leales. Pero cuando sofocan su libertad, se sienten nerviosos e inquietos, y empiezan a deslizarse y escurrirse de entre las garras de los celos infundados, hasta que al fin confirman involuntariamente la veracidad del viejo adagio que dice que una persona termina por convertirse en aquello que el ser amado y que lo ama espera que sea, y cree que es. La moraleja de la historia consiste en que la forma más rápida de garantizar que el hombre Piscis será infiel consiste en esperar que lo sea, y en comunicarle estas sospechas... en tanto que la forma más fiable de garantizar que nunca será desleal consiste en depositar una fe absoluta en su integridad, en hacerle saber que su amor y su apoyo son indispensables y valorados. Este hombre es más extrañamente vulnerable que la mayoría de los varones de otros signos solares (excepto quizá los Géminis y Sagitario) a la confianza total. Por alguna razón, lo avergüenza la idea de traicionar esta confianza. Sin embargo (también al igual que Géminis y Sagitario), si dudan de él, la duda misma (aunque no lo note conscientemente) debilita su voluntad, al mismo tiempo que refuerza el lado más oscuro de su naturaleza curiosa, y le suministra la excusa necesaria para buscar la variación y la experiencia múltiple. Nadie, ni hombre ni mujer, desea realmente ser infiel al amor. La infidelidad sólo produce inevitablemente el agudo dolor del remordimiento y de la confusión emocional, y nunca causa alegría. Pero algunos hombres necesitan un desafío siempre cambiante, y diversas formas de excitación (no es imprescindible que sea sexual), pues de lo contrario se aburren o deprimen mortalmente. La chica Cabra espabilada que ama a un Pez comprenderá esto, y le suministrará tanta agudeza y vivacidad y tantas sorpresas inesperadas dentro de su propia relación, que él descubrirá, en ella, los estímulos calidoscópicos que le hacen falta. En verdad es así como él prefiere que sean las cosas, en el fondo de su alma.

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Tal vez parezca extraño, pero la forma en que el hombre Piscis y la mujer capricorniana abordan su relación sexual contiene muchos elementos prácticos. Es posible que, al principio, ella sea algo más que un poco tímida... pero este «al principio» sólo abarca la etapa transcurrida antes de que la haya abrazado un hombre, antes de que le hayan dado el primer beso de despedida, por la noche. Una vez iniciada, esta mujer no suele ser recatada ni suele jugar juegos románticos. Su expresión sexual es tan franca como todas sus otras actitudes y, por supuesto, es práctica, también como todo lo demás. En cuanto a él, es, como todos los regidos por Neptuno, absolutamente imperturbable en todas las áreas, incluida la de su propia experiencia sexual. A estas cualidades individuales y recíprocas del Pez y la Cabra se suma el hecho de que en su pasión están representados los elementos Tierra y Agua, lo cual refuerza la magnitud y la imaginación de su unión física, y la transforma en un redescubrimiento multifacético de sí mismos, sobre todo si existe una única o doble conjunción, aspecto sextil o trígono entre el Sol y la Luna de sus cartas natales. Si existe un aspecto negativo entre el Sol de él y la Luna de ella, o viceversa, es posible que el comportamiento sexual de ella no sea suficientemente romántico para satisfacerlo a él, en razón de lo cual lo dejará con una vaga sensación de anhelo... en tanto que tal vez a ella le parecerá que el comportamiento de él es demasiado ligero y fugaz, y que carece de la profundidad necesaria para satisfacer sus deseos íntimos. Pero aun en este caso, la base para la amistad que estos dos comparten gracias a la vibración de la configuración de signos solares 3-11, y la buena comunicación que generalmente logran a través de la influencia 3-11, probablemente bastarán para permitirles mitigar cualesquiera problemas, al cabo de un tiempo. A menudo, la comprensión alcanzada después de que la confianza los ha inducido a confesarse, ahonda el deseo de una manera asombrosa. No se trata de que la capricorniana quiera privarlo de nada. Lo primero que le aconseja el instinto es proporcionarle al hombre amado todo lo que ella sabe que le producirá una cálida sensación de seguridad, en todos los planos. Pero ella piensa a menudo que la única manera de lograr este fin consiste en ser a su vez una roca, en la que el Pez podrá encontrar apoyo cada vez que estalle una tempestad. Esto está bien, es maravilloso, pero no basta. La mujer Cabra deberá ser su roca (porque Piscis necesita este tipo de seguridad), pero también deberá apañarse de algún modo para armonizar con la personalidad y los deseos de él, que son mucho más peripatéticos que los de ella. A la capricorniana no le resultará fácil realizar un esfuerzo deliberado para estar más distendida, más dispuesta a dejarse llevar por el viento y correr riesgos, para ser más adaptable y menos cauta. Pero si realmente desea conservarlo cerca, y fraguar el amor en un molde definitivo, siempre podrá recurrir a Saturno para consolidar su decisión. La mujer capricorniana tiene fuerza suficiente para trocar en realidad todo lo que desea con suficiente vehemencia. Puede hacer todo lo que realmente quiere hacer. Absolutamente todo. La combinación de su paciencia y su sabiduría instintiva es un arma formidable. En última instancia, Saturno siempre puede triunfar sobre Neptuno, cuando aquel resuelve invertir el tiempo y el trabajo necesarios para salir victorioso. El mayor don que la chica Cabra suministra a su afable Pez es el cálido consuelo de su fiabilidad. Él sabe que puede confiar en la fe inconmovible que ella le dispensa, cuando está desalentado por múltiples desengaños, exhausto y con el alma dolorida porque un mundo frío, indiferente, rechaza sus sueños. El mayor don que él le suministra a ella es su maravillosa imaginación neptuniana. Él le dirá que su tez parece un pétalo de loto (nunca ha visto un loto); que su cabello es dorado como un atardecer sobre los Alpes suizos o negro y refulgente como el ala de un cuervo (nunca ha estado en Suiza, y el único cuervo que conoce, de primera mano, es el del verso de Poe), y que sus ojos parecen zafiros (aunque nunca haya visto semejante piedra preciosa y aunque no pueda distinguir un zafiro de un fragmento de vidrio azul). Cuando él le dice que le recuerda a la Mona Lisa, tampoco necesitará haber visto la obra maestra original de Da Vinci para que su comparación sea inequívocamente justa. La sonrisa de toda capricorniana trae mágicas reminiscencias de Mona Lisa, porque la chica que posó para el cuadro también era capricorniana... y según rumorean varios historiadores era descendiente directa de Ana, madre de una joven llamada María, esposa de José, el carpintero... y fue la naturaleza misteriosa de Ana la que Da Vinci intentó captar mediante la expresión impregnada de secretos sacrosantos que se refleja en los ojos saturninos de Mona. Sólo un hombre Piscis podría intuir esta verdad sin haberla leído en ninguna parte.

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Hombre CAPRICORNIO Mujer PISCIS —Ella cree que nos hemos extraviado —replicó él secamente—, y está un poco asustada. ¿No pensarás que me resolvería a enviarla sola cuando está asustada?

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No todos los hombres Cabra son cerdos machistas. Sólo la mayoría de ellos lo son. Antes de hablar de los que no lo son, analicemos los problemas y las bienaventuranzas que debe enfrentar la mujer Piscis con quienes sí lo son. El modelo más vívido y comprehensivo de estos últimos es el capricorniano Muhammed Alí, esa Cabra generosa, divertida, dura como el pedernal y desbordante de energía que ha conquistado tanta fama que su nombre basta para identificarla. Una pista para los ermitaños que tal vez estén leyendo esto y que no hayan consultado un diario durante varias décadas: Alí es el Campeón, hombre, el Campeón. Quiero decir, es el más grande. ¿El campeón de qué? ¿Qué estás diciendo, tío? Alí es el campeón de todo, de cualquier cosa que se te ocurra, eso es. ¡Escribo estas líneas, querido lector, en agosto de 1978, varias semanas antes del combate programado para el próximo mes de septiembre, cuando intentará reconquistar el título que detenta Leon Spinks! ¿Os sorprende descubrir que el Campeón es una Cabra? ¿Creíais que sus réplicas veloces como el rayo y su ingenio fulminante y 'agudo lo identificaban como un signo de Aire? Deberéis repasar vuestras lecciones de astrología. ¿Acaso una «fuerza tan inconmovible» y un «objeto tan irresistible» podría ser otra cosa que Tierra cardinal? Si os sigue intrigando su volubilidad, os diré que las inventivas sorpresas verbales de Alí, por ejemplo «flota como una mariposa, pica como una abeja», brotan espontáneamente, genialmente, de su Luna «bien aspectada» en Acuario (un signo de Aire). Pero es un signo solar Capricornio. Tened la certeza de ello. ¿No habéis notado su treta de envejecimiento a la inversa, típico de Saturno, su facultad de parecer más joven y más bello a medida que pasan los años? En síntesis, metéoslo en la cabeza. En varias extensas entrevistas periodísticas que la Cabra Alí ha concedido sobre el tema de las mujeres en general, y de sus mujeres en particular, no ha ahorrado mazazos verbales. Cuando el Campeón habla de su esposa, es tan machista como el que más. ¿Qué esposa? (Ha tenido tres.) Tanto da que se trate de una u otra, porque su actitud general respecto de los derechos y la libertad de todas es exactamente la misma. (¿Vosotras, las mujeres Piscis, estáis prestando atención, independientemente de que la Cabra que amáis sea un campeón público o privado? Estupendo. Seguid así. Aprenderéis mucho.) Alí no se limita a repetir continuamente a los reporteros variaciones de estribillos conocidos y últimamente casi arcaicos, como por ejemplo: El lugar de la mujer está en la cocina y el dormitorio, debe desarrollar sus actividades en casa, debe ocuparse tiernamente de las necesidades de su marido, debe hacer tortitas de plastilina con los niños, etcétera, etcétera. Se vuelve más enérgico, más estentóreo, incluso más inflexible y enfático, cuando le preguntan si contemplaría la posibilidad de permitir que su esposa trabaje, o se consagre a una carrera. «¿Mi mujer? ¿Trabajar? Ninguna de mis mujeres trabajará, jamás. En primer lugar, no lo necesitaría, porque yo gano lo suficiente para los dos» (y en segundo lugar, si lo hiciera, probablemente encontraría la puerta cerrada con llave al volver a casa). «Y será mejor que sea una dama. Y será mejor que tampoco se líe ni coquetee con otros tipos, si sabe lo que es bueno. ¿Yo? Bueno, esto es cosa mía, no suya... pero el hombre, verá, es diferente, y si quiere charlar con una chica, eso no -tiene nada de malo». (Alí piensa que la doble escala de valores es un mandato divino del cielo.) «Los hombres y las mujeres son diferentes — dice—, y eso no tiene arreglo. El mismísimo Todopoderoso las hizo así, y ciertamente Él sabía lo que hacía». Sí. Alí es un macho capricorniano total. Le impone a «su mujer» un código inflexible y una rígida disciplina, pero al mismo tiempo es innegablemente bondadoso, afable y protector en su relación con ella. Sólo ha tenido palabras anticuadamente galantes para su primera esposa, incluso durante su bastante desagradable juicio de divorcio, y nunca ha dicho nada irrespetuoso acerca de su actual compañera, Veronique, ni, en verdad, acerca de ninguna mujer. Para Alí, todas las mujeres son damas, hasta que se pruebe lo contrario, e incluso entonces nunca las injuriaría ni reprendería seriamente, en público o en privado. Su autodisciplina de hierro es legendaria, no menos que increíble: un legado directo de Saturno. También tiene un horror saturnino al escándalo: vive constantemente preocupado por su reputación, y alimenta el deseo vehemente de mantenerla tan inmaculada como sea humanamente posible. Su imagen hilarante (y

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cuidadosamente planeada) de payaso no es casual, sino deliberada. Sus comentarios auténticamente jocosos son una mezcla excéntrica del sentido del ridículo original, nada convencional, de su Luna en Acuario._ y de su sentido descarnado del humor, propio de Capricornio. Pero independientemente de todos los chistes y los juegos, su imagen pública no sólo es ejemplar, sino que es mucho más decorosa y encomiable que la de muchos de nuestros más destacados líderes políticos y de nuestros ciudadanos de mayor prestigio social. En su condición de leyenda viviente, Alí siempre ha tenido conciencia de que recae sobre él la responsabilidad de dar un buen ejemplo a los jóvenes que lo veneran y tratan de imitarlo. Es, en el sentido más cabal de la palabra, un caballero. Y que nadie diga que esta Cabra no es ambiciosa. Alí escaló la montaña de Capricornio con férrea voluntad, y llegó a la cima donde está resuelto a permanecer, de una manera u otra, realizando, cuando sea oportuno, un cambio sensato y gradual de carreras. A esto se suma la generosidad de Alí. Obedece inconscientemente el mandato de Saturno, y sus frecuentes y pródigas dádivas de dinero a su pueblo, sus amigos y su comunidad son hechas con el criterio bíblico de que «la mano derecha ignore lo que hace la izquierda». Aunque es muy fanfarrón, Muhammed Alí nunca se ha jactado de sus actos de caridad, que son más importantes y frecuentes de lo que cualquiera que no sea uno de los agradecidos beneficiados podrá imaginar jamás. Aun teniendo en cuenta el porcentaje normal de errores y defectos humanos, Alí es la imagen perfecta del capricorniano más evolucionado. Pero también es un cerdo machista.

La mujer Piscis que ama a un hombre Cabra no encontrará un análisis caracterológico más completo del síndrome de Saturno que el precedente, para meditarlo. Éste la ayudará a decidir si las bienaventuranzas compensan los desengaños.

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Naturalmente, no todos los capricornianos tienen semejantes obsesiones respecto de la posibilidad de que sus mujeres trabajen. Hay muchos hombres de Saturno de otro tipo, que piensan que es colosal que sus mujeres estén atareadas y tengan un empleo remunerado. No hacen ninguna objeción. Conozco a un lechero capricorniano, llamado Charlie Dorfman, que tiene una ruta de reparto rural en las afueras de Marietta, Ohio, y que permite de muy buen grado que su mujer trabaje... junto a él, en el camión de leche. Él cuida que el motor no se pare, mientras ella transporta las vasijas de leche hasta las casas, con sol, con lluvia, con granizo, y hundiéndose en la nieve hasta las caderas. También tenemos, por supuesto, al famoso hombre Cabra que dejó todo «perfectamente claro» respecto de sus ideas feministas... y que permitió desprejuiciadamente que su esposa Piscis, Patricia, trabajara tanto como quisiese en el negocio que él administró durante unos pocos años. Incluso dejaba ocasionalmente que ella lo sustituyera en la «atención de la tienda», en la Casa Blanca. Así que no es justo afirmar que todos los capricornianos se niegan a permitir que sus esposas trabajen. Sin embargo, sí es justo afirmar que casi todos los capricornianos que aceptan que sus esposas trabajen, por apremios económicos, proceden así de mala gana, mientras sueñan interiormente con una época en que las circunstancias eliminarán la necesidad de que las mujeres que aman se ajetreen fuera de casa. Desde luego, hay excepciones, como siempre, pero a pocos hombres Cabra los regocija auténticamente el pensar en el empleo o la carrera de sus esposas... si son sinceros consigo mismos. Y una vez que sean sinceros consigo mismos, quizá verán la luz y cambiarán de actitud definitivamente, desde dentro... con emociones más felices para ambas partes. La actitud del capricorniano disgustará menos a la mujer Piscis que a la mayoría de las otras. Ésta es suficientemente tolerante y sensible como para comprender que los instintos que provocan .la inflexibilidad de él también le confieren las cualidades que tanto la atraen. De la misma fuente brotan el espíritu protector y la fiabilidad de la Cabra, su bondad para con ella... y su lealtad inconmovible y su devoción para con quienes ama. La estabilidad de él serena el ánimo inquieto de ella. La confianza de él aplaca las inseguridades de ella. La conmueven sus modales formales, generados por la soledad que pesa sobre él. Ella ve que su adustez exterior es la defensa con que intenta ocultar su tristeza y su nostalgia. La mujer guiada por Neptuno puede intuir maravillosamente que sólo un gran corazón permitiría, o podría permitir que un hombre se fije metas tan difíciles... que sólo una fuerza y una voluntad descomunales ambicionarían, o podrían ambicionar, el autocontrol que el hombre regido por Saturno pretende lograr. Sus accesos de depresión y silencio no la ofuscan como ofuscarían a otra mujer, sino que aumentan su amor por él, porque la estimulan a buscar la forma de sonreír y de provocarlo y de alegrarlo para disipar sus angustias con la dulzura de sus modales femeninos... con la natural aceptación de su personalidad saturnina... v con su obvio respeto por las virtudes de él (casi siempre superiores a las de la mayoría de los otros hombres). El amor de Piscis está templado por la misericordia y por la sabiduría más profunda de la objetividad. Al cabo de un tiempo ella lo hará cambiar, muy gradualmente, hasta que él termine por comprender y saber que

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puede relajar las normas estrictas que se impone a sí mismo (y a veces a los demás) sin que nadie lo critique por ello. Para entonces, él habrá ingresado en el período de su vida que corresponde a la inversión cronológica, típicamente capricorniana, y empezará a abrir su corazón y su mente a las posibilidades de todo tipo de libertad, de su espíritu, y de su propio comportamiento. Estará dispuesto a viajar con ella, a ser más despreocupado e informal... a invertir tiempo en oler las flores y perseguir el viento... a dejar aflorar el entusiasmo por la aventura y por nuevos horizontes. Cuando Saturno mitiga las restricciones de la disciplina, las Cabras son inmensamente encantadoras y deliciosas, y cuando se zafan de los esquemas de conducta que se imponen a sí mismas, recuperan su auténtica personalidad afable.

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Como sucede en todas las combinaciones de Tierra y Agua, el amor físico entre la chica Pez y el hombre Cabra puede convertirse en una experiencia profunda y fecunda para ambos. De alguna manera. el capricorniano se renueva después de una unión sexual satisfactoria con la mujer Piscis en la que ha aprendido a confiar. La súbita sensación de dicha que experimenta al cabo de la intimidad compartida se refleja obviamente en la vivacidad de su talante, en el fulgor visible de sus ojos, como si acabara de redescubrir la inocencia y el placer, libres de preocupación y culpa. Ella también es feliz, porque la felicidad de la mujer Piscis siempre está en proporción directa con la dicha que puede brindar a los demás. El silencio es casi siempre la base del acto de amor entre Piscis y Capricornio: un silencio elocuente hecho de comprensión y de un sentimiento profundo que no se puede traducir en palabras. Estos dos se buscan recíprocamente con una seguridad espontánea y sana que hace que sus cuerpos y sus mentes se fusionen en 'un himno silencioso de paz, satisfacción y sosegada calma. Si existe un aspecto adverso entre los Soles, Lunas y ascendentes de sus respectivas cartas, su compatibilidad sexual seguirá siendo más positiva que negativa, aunque la «calma» y el «silencio» que reinan entre ellos durante la expresión física de su amor podrían trocarse a veces en polaridades de frialdad y hastiada indiferencia. Esto sucede cuando él antepone el deseo físico a la consideración por las necesidades más románticas de ella... o cuando ella se niega a responder con suficiente pasión a la naturaleza más terrenal de él. Pero si ponen empeño, estos dos enamorados, influidos como lo están por la vibración 3-11 de amistad y comunicación fluida, pueden dialogar, y el resultado feliz será una mayor consideración y comprensión de sus respectivas y diferentes necesidades. Si discuten francamente lo que el otro realmente pretende lograr en el ámbito de un amor cabal, les resultará sorprendentemente fácil resolver este tipo de problemas.

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El área de tensión más frecuente entre estos amantes o consortes Piscis y Capricornio residirá en la tendencia de ella a ser sensible, y en la de él a ser insensible. Es posible que ella lo encuentre demasiado frío e incomprensivo, en tanto que es posible que él la encuentre demasiado esquiva, reservada y emocionalmente vulnerable... lo cual lo pone nervioso y despierta su aprensión: teme mostrarse tal como es porque piensa que podría lastimar sus sentimientos. Deberán solucionar estos conflictos apenas afloran, sin dejar que se acumulen y formen una barrera que dificultará gradualmente el diálogo sincero. Porque cuando Piscis se siente frustrada, experimenta a menudo la tentación de recurrir a las drogas, el alcohol o las fantasías... o a la «evasión» más directa llamada divorcio. Y cuando el hombre Cabra está muy desconcertado, puede experimentar la tentación de recurrir a una terca y glacial desaprobación que se traduce cruelmente en sus palabras y sus actos, y que sólo sirve para empeorar las cosas. Muchas de sus áreas de problemas emocionales serán iluminadas por la posición de sus Lunas y ascendentes en sus horóscopos. Si la Luna o el ascendente del hombre Cabra está en Virgo, por ejemplo, es posible que en lugar de disgustarse porque su mujer Piscis desea aferrarse a su empleo, él sea más proclive a. considerar que el hecho de trabajar es un gran privilegio para ambos sexos. Si su Luna o ascendente está en Libra o Acuario, tomará con mucha más jovialidad y generosidad la carrera de su dama de Neptuno, y quizás incluso llegará al extremo de aprobarla, aunque la profesión elegida la obligue a viajar de cuando en cuando. Éstos son capricornianos excepcionales, pero hay bastantes en el mundo. Es fácil que el hombre Cabra que ama a una chica Pez se deje engatusar por su dulce feminidad. Hay otros aspectos de esta mujer que él debería conocer. Para empezar, pertenece al elemento Agua, y esto significa que es capaz de erosionar la tenacidad de la Cabra, no mediante violentas exigencias emocionales, sino mediante la presión invisible de la persuasión perseverante y consecuente y de la sugerencia sutil. El Agua es el más fuerte de todos los elementos, sencillamente en razón de su pasividad, que al final desgasta todas las formas de resistencia. Ella también puede ser caprichosa e irritable, aunque casi nunca o nunca agresiva. A él le resultará difícil extraerle una respuesta directa cuando quiera saber qué es lo que piensa y siente realmente. Los regidos por Neptuno refinan la táctica de la evasividad hasta convertirla en un arte raro, porque es una de las pocas defensas que tienen contra las intromisiones en su intimidad. Hay momentos en que a él le parece

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que ella intenta eludir el tema... o eludirlo a él. Así como habrá momentos en que a ella le parecerá que él es demasiado posesivo y sofocante, y que no le concede libertad para sustentar sus propias ideas. Pero sólo se trata de nubes pasajeras, y no de una oscuridad permanente. A las reyertas entre este hombre y esta mujer, guiados por la vibración armónica 3-11, siempre puede seguirlas, como a un chubasco circunstancial, el arco iris de la reconciliación... con tal que se acuerden de levantar la vista hacia la indulgencia, en lugar de bajarla hacia la futilidad. Nunca nadie vio un arco iris en el suelo. Éstos aparecen en el cielo... allí donde los globos, los pájaros y los sueños vuelan libremente... sin que los inmovilicen las cadenas de la autocompasión, el miedo y el pensamiento dogmático. La sensación de volar es maravillosa. Al Pez y a la Cabra les parecerá una experiencia regocijante, si la ensayan. Juntos. Es triste volar solo. Todos necesitan un camarada del espacio.

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Tipos de personalidad SIGNOS FIJOS

SIGNOS MUTABLES

(líderes)

(organizadores)

(comunicadores)

Aries Cáncer Libra Capricornio

Tauro Leo Escorpión Acuario

Géminis Virgo Sagitario Piscis

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SIGNOS CARDINALES

SIGNOS POSITIVOS (MASCULINOS)

SIGNOS NEGATIVOS (FEMENINOS)

Libra Sagitario Acuario

SIGNOS DE FUEGO

(inspirativos)

(reservados, estrategas reflexivos) Tauro Cáncer Virgo Escorpión Capricornio Piscis

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(agresivos, idealistas dinámicos) Aries Géminis Leo

(mentales)

Libra Aire cardinal Acuario - Aire fijo Géminis - Aire mutable -

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Aries - Fuego cardinal Leo - Fuego fijo Sagitario - Fuego mutable

SIGNOS DE AIRE

SIGNOS DE TIERRA

SIGNOS DE AGUA

Capricornio - Tierra cardinal Tauro - Tierra fijo Virgo - Tierra mutable

Cáncer Agua cardinal Escorpión - Agua fijo Piscis - Agua mutable

(sensibles) -

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(materiales)

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ARIES:

Fuego-Positivo-Masculino-Cardinal Líder inspirativo, agresivo, dinámico, idealista

LEO:

Fuego-Positivo-Masculino-Fijo Organizador inspirativo, agresivo, dinámico, idealista

SAGITARIO:

Fuego-Positivo-Masculino-Mutable Comunicador inspirativo, agresivo, dinámico, idealista

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CAPRICORNIO: Tierra-Negativo-Femenino-Cardinal Líder reservado Líder reservado, reflexivo, estratega

Tierra-Negativo-Femenino-Fijo Organizador reservado, reflexivo, estratega VIRGO:

LIBRA:

Aire-Positivo-Masculino-Cardinal Líder mental, agresivo, dinámico, idealista

ACUARIO:

Aire-Positivo-Masculino-Fijo Organizador mental, agresivo, dinámico. idealista

GÉMINIS:

Aire-Positivo-Masculino-Mutable

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TAURO:

Comunicador mental, agresivo, dinámico. idealista Agua-Negativo-Femenino-Cardinal Líder sensible, reservado. reflexivo, estratega

ESCORPIÓN:

Agua-Negativo-Femenino-Fijo Organizador sensible, reservado, reflexivo, estratega

PISCIS:

Agua-Negativo-Femenino-Mutable Comunicador sensible, reservado, reflexivo, estratega

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CÁNCER:

La misión kármica de los doce signos solares

ARIES: LIBRA: CAPRICORNIO: CÁNCER: LEO: ACUARIO: TAURO: ESCORPIÓN: SAGITARIO: GÉMINIS: VIRGO: PISCIS:

DIRIGIR de una manera inspirativa, agresiva, dinámica e idealista DIRIGIR de una manera mental, agresiva, dinámica e idealista DIRIGIR de una manera material, reservada, reflexiva y estratégica DIRIGIR de una manera sensible, reservada, reflexiva y estratégica ORGANIZAR de una manera inspirativa, agresiva, dinámica e idealista ORGANIZAR de una manera mental, agresiva, dinámica e idealista ORGANIZAR de una manera material, reservada, reflexiva y estratégica ORGANIZAR de una manera sensible, reservada, reflexiva y estratégica  COMUNICAR de una manera inspirativa, agresiva, dinámica e idealista COMUNICAR de una manera mental, agresiva, dinámica e idealista COMUNICAR de una manera material, reservada, reflexiva y estratégica COMUNICAR de una manera sensible, reflexiva y estratégica

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Y así, la santa misión encomendada a cada hombre y mujer consiste en personificar el sacrosanto atributo natal de su signo solar individual. Éste es el mensaje de sabiduría y amor de nuestros Co-Creadores, canalizado a través de Sus mensajeros e intérpretes, las estrellas, los planetas y las luminarias, a través de todo lo solar, todo lo lunar y todo lo estelar, hacia todos los hombres y mujeres de todo el mundo.

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Sólo si cada cual es fiel a la santa misión de su propio signo solar, será posible crear la unidad y la armonía a partir del caos y la confusión, y favorecer el advenimiento del día en que Su Voluntad se hará sobre la Tierra, como en el Cielo.

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Dentro del bello sincronismo del equilibrio astrológico, nuestros Co-Creadores dispusieron que los cuatro signos cardinales (líderes) estuvieran compuestos por partes iguales de la esencia positiva-masculina y negativa-femenina, y también por partes iguales de los cuatro elementos de Fuego. Tierra. Aire y Agua. El mismo equilibrio y la misma armonía perfectos existen dentro de las filas de los cuatro organizadores fijos y los cuatro comunicadores mutables.

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Cada parte del todo es diferente, como consecuencia de lo cual todas son iguales, y éste es el Gran Enigma Cósmico de la Sabiduría y la Verdad. El primer paso encaminado a resolverlo —y es sólo el primer paso, porque hay muchos más— consiste en que la Imperfección iguala a la Perfección. El primer paso encaminado a lograr el esclarecimiento está detallado en «Los doce misterios del amor», en el comienzo de este libro.

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La combinación de los elementos SIGNOS DE FUEGO Aries Leo Sagitario

El Fuego se combina fácilmente con el Fuego y el Aire pero necesita tolerancia para combinarse con la Tierra y el Agua.

El Aire se combina fácilmente con el Aire y el Fuego pero necesita tolerancia para combinarse con la Tierra y el Agua.

SIGNOS DE TIERRA Capricornio Tauro Virgo

La Tierra se combina fácilmente con la Tierra y el Agua pero necesita tolerancia para combinarse con el Fuego y el Aire.

SIGNOS DE AGUA

El Agua se combina fácilmente con el Agua y la Tierra pero necesita tolerancia para combinarse con el Fuego y el Aire.

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Cáncer Escorpión Piscis

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Libra Acuario Géminis

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SIGNOS DE AIRE

FUEGO Y FUEGO

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Cuando el Fuego se encuentra con el Fuego, las llamas más altas y calurosas que se forman pueden producir una conflagración, que se consumirá, y se apagará... o que iluminará las tinieblas, y derretirá el hielo y el miedo de las ideas negativas. La opción depende de ambos individuos por igual. AIRE Y AIRE

Cuando el Aire se encuentra con el Aire, la libertad de movimiento es total, y existen pocas restricciones o ninguna. Esta combinación puede desembocar en una gloriosa elevación mental, emocional y espiritual. Pero sin los vientos del cambio el Aire se vuelve rancio y se contamina, y en determinadas condiciones el Aire puede agitarse y trocarse en un tornado frenético. La opción también depende de ambos individuos.

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TIERRA Y TIERRA Cuando la .fierra se encuentra con la Tierra, esta combinación puede transformarse en una colosal montaña de fe y vigor... o puede convertirse en cambio en un desierto árido, según la dirección que tome. Cuando se agita, el resultado puede ser un terremoto, con repercusiones volcánicas. La opción también depende de ambos individuos. AGUA Y AGUA

FUEGO Y AIRE

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Cuando el Agua se encuentra con el Agua no hay resistencia, y surge un río continuo de inspiración, que fluye finalmente hacia un océano mayor de esclarecimiento... o. en condiciones negativas, puede gotear dentro de una caleta estancada, sin salida. El agua sacia la sed, pero cuando se descontrola produce inundaciones destructivas. La opción también depende de ambos individuos.

El Aire aviva el Fuego, y lo hace arder con más brillo, estimulando el entusiasmo y la emoción... o provocando la pasión y la cólera. El exceso de Fuego puede consumir el oxígeno del Aire, dificultando la respiración... y el exceso de Aire, por ejemplo en el caso de un vendaval, puede debilitar la llama. La opción también depende de ambos individuos.

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FUEGO Y TIERRA

Siempre resulta obvio cuál de los dos elementos es el más fuerte y perdurable. La Tierra permanece donde está, a menos que la mueva una explosión interior, o la acción de fuerzas exteriores. El Fuego traza su propio rumbo, elevándose siempre hacia los cielos. El Fuego puede chamuscar la Tierra, pero nunca puede destruirla por completo. La Tierra sustenta al Fuego, formando una base estable para sus llamas. Pero un exceso de Tierra puede sepultar al Fuego más refulgente. La opción también depende de ambos individuos. FUEGO Y AGUA

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Un Fuego de gran magnitud puede deshidratar o secar una pequeña cantidad de Agua, con su calor excesivo. Por otro lado, grandes cantidades de Agua pueden apagar el Fuego, extinguiendo sus llamas. Por tanto, el Fuego teme o respeta instintivamente al Agua, y viceversa. Pero ambos intuyen inconscientemente el peligro... de que cada uno de ellos destruya totalmente al otro. La opción también depende de ambos individuos. TIERRA Y AIRE

La Tierra contiene Aire y lo necesita, pero el Aire no contiene Tierra ni la necesita. La Tierra debe permanecer donde está, y sólo se mueve mediante terremotos o fuerzas volcánicas o exteriores. El Aire se ha emancipado de estas restricciones, se mueve por encima de la Tierra obedeciendo a su propio capricho, y no cambia la Tierra ni se queda mucho tiempo en un mismo lugar. La Tierra se mantiene distante del Aire, aparentemente ajena a su existencia. hasta que fuertes vientos turban las plantas y las flores que crecen sobre su superficie, arraigadas en su seno. El resultado lo determina la opción, que también depende de ambos individuos.

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TIERRA Y AGUA El Agua busca un hogar, que encuentra dentro de la Tierra, al penetrar en ésta y humedecerla, lo cual es una bendición para la Tierra... porque únicamente la penetración del Agua permite que la Tierra sea la «madre» de todo tipo de plantas vivientes, árboles y flores. Si no la enriquece el Agua, la Tierra permanece seca e inútil. Si carece de Tierra para humedecer, el curso del Agua está desprovisto de sentido y es igualmente inútil. Estos dos elementos están destinados a necesitarse recíprocamente. Pero un exceso de Agua puede convertir la Tierra en un lodazal o una ciénaga... y una dosis demasiado pequeña de Agua puede perderse, puede desaparecer dentro de las masas montañosas de Tierra. El resultado lo determina la opción, que también depende de ambos individuos.

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AIRE Y AGUA

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El Aire penetra en el Agua... la agita, la hace bullir en olas restallantes... y después se aleja... infiltración o ataque éste sobre el cual el Agua no ejerce ningún control. Cuando el Agua penetra en el Aire en forma de humedad, lo torna pesado. Pero, en el ínterin, también suministra a toda la Naturaleza el bienaventurado alivio de la lluvia, trocando mágicamente el Aire en su propio elemento, transmutación esta sobre la cual el Aire no ejerce ningún control. En última instancia, el desenlace no depende de la opción de ninguno de los dos individuos... sino sólo de la Voluntad del Destino Supremo.

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Configuraciones de signos solares Configuración de signos solares 2-12

Configuración de signos solares 3-11

Aries-Aries Tauro-Tauro Géminis-Géminis Cáncer-Cáncer Leo-Leo Virgo-Virgo Libra-Libra Escorpión-Escorpión Sagitario-Sagitario Capricornio-Capricornio Acuario-Acuario Piscis-Piscis

Aries-Piscis Tauro-Aries Géminis-Tauro Cáncer-Géminis Leo-Cáncer Virgo-Leo Libra-Virgo Escorpión-Libra Sagitario-Escorpión Capricornio-Sagitario Acuario-Capricornio Piscis-Acuario

Aries-Géminis Aries-Acuario Tauro-Cáncer Tauro-Piscis Géminis-Leo Cáncer-Virgo Leo-Libra Virgo-Escorpión Libra-Sagitario Escorpión-Capricornio Sagitario-Acuario Capricornio-Piscis

Configuración de signos solares 5-9

Con figuración de signos solares 6-8

Aries-Leo Aries-Sagitario Tauro-Virgo Tauro-Capricornio Géminis-Libra Géminis-Acuario Cáncer-Escorpión Cáncer-Piscis Leo-Sagitario Virgo-Capricornio Libra-Acuario Escorpión-Piscis

Aries-Virgo Aries-Escorpión Tauro-Libra Tauro-Sagitario Géminis-Escorpión Géminis-Capricornio Cáncer-Sagitario Cáncer-Acuario Leo-Capricornio Leo-Piscis Virgo-Acuario Libra-Piscis

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Aries-Cáncer Aries-Capricornio Tauro-Leo Tauro-Acuario Géminis-Virgo Géminis-Piscis Cáncer-Libra Leo-Escorpión Virgo-Sagitario Libra-Capricornio Escorpión-Acuario Sagitario-Piscis

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Configuración de signos solares 4-10

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Configuración de signos solares 1-1

Configuración de signos solares 7-7

Aries-Libra Tauro-Escorpión Géminis-Sagitario Cáncer-Capricornio Leo-Acuario Virgo-Piscis

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Como veréis en la Rueda Kármica de la vida que figura en la página opuesta, las configuraciones de signos solares se obtienen de la siguiente manera: Contando cada signo solar en sí mismo como número uno, Aries es la novena Casa respecto de Leo, y Leo es la quinta Casa respecto de Aries (contando siempre en dirección inversa al sentido de las agujas del reloj). Por tanto, Aries-Leo es una configuración de signos solares 5-9.

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Tauro es la novena Casa respecto de Virgo, y Virgo es la quinta Casa respecto de Tauro. Por tanto, TauroVirgo también es una configuración de signos solares 5-9. Como Tauro-Capricornio y Virgo Capricornio. El mismo método se puede emplear para identificar las diversas configuraciones de signos solares.

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Observaréis que los números de todas las configuraciones de signos solares suman la cifra de dos dígitos 14. Menos los de la configuración de signos solares 1-1. Esto implica un profundo misterio, y representa un importante simbolismo místico del principio Masculino-Femenino, relacionado con las almas gemelas.

El número 14 simboliza los catorce trozos de Osiris, que fue asesinado por su hermano, Set, y cuyo cuerpo fue cortado en catorce fragmentos, al mismo tiempo que su alma era dividida en catorce partes. La misión del alma gemela de Osiris —Isis— ha consistido en buscar estas catorce porciones de su consorte, durante muchos y extenuantes eones. La leyenda dice que, en la era de Acuario, los catorce trozos de Osiris se fusionarán en un hombre —«con la integridad de todas sus partes dispersas»— y éste se reunirá con su alma gemela, Isis. (Observad que el nombre Osiris contiene dentro de sí el nombre de Isis.)

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Todas las configuraciones de signos solares suman el número místico catorce, de Isis-Osiris, lo cual permite que cada combinación de signos solares busque la unidad, siempre dentro de su propio esquema vibratorio. Los amantes o consortes influidos por la vibración de la configuración de signos solares 1-1 sólo pueden reconocerse recíprocamente como almas gemelas —y satisfacer su Karma— si uno de ellos tiene la suficiente evolución espiritual como para «vibrar» sintonizado con la Octava Superior del «1», que es trece. Cuando se suma el «1» de la otra persona, esta combinación da como resultado el número místico catorce, de las almas gemelas Isis-Osiris. Si ambas personas colocadas bajo la influencia de la configuración de signos solares 1-1 vibran sintonizadas, con la Octava Superior de «1», que es el número 13, las dos estarán bajo la influencia vibratoria del número ocho (8). (Dos veces 13 suma 26, que, al sumarse sus dos dígitos, se convierte en el número ocho.) El número ocho representa el «misterio de amor del DOBLE Círculo de la Serpiente. Dos círculos o ceros, el uno encima del otro. (Véase la sección «Los doce misterios del amor», en el comienzo de este libro.) Por tanto, cuando los dos seres implicados en una configuración de signos solares 1-1 están igualmente evolucionados en el plano espiritual, es posible que experimenten el «Sendero del Rayo» del Karma (con algunos otros, en distintas circunstancias particulares) y que alcancen rápidamente el esclarecimiento juntos... aunque ésta es una rara hazaña mística.

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Compatibilidades de signos solares Configuración de signos solares 1-1 Si vuestro propio signo solar es:

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Aries............................ Aries Tauro ......................... Tauro Géminis ..................... Géminis Cáncer ....................... Cáncer Leo .............................. Leo Virgo ........................... Virgo Libra .......................... Libra Escorpión .................. Escorpión Sagitario.................... Sagitario Capricornio .............. Capricornio Acuario ...................... Acuario Piscis ....................... Piscis

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Sobre vosotros influye la configuración de signos solares 1-1 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros, en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas. En vuestra asociación con estas personas nacidas bajo vuestro propio signo solar, ambos os sentiréis tentados de magnificar vuestras propias virtudes y defectos. Aumentará la intensidad de todos los rasgos positivos de personalidad y carácter... así como la de los rasgos negativos. Deberéis hacer un esfuerzo constante para estimular recíprocamente las «buenas» cualidades del signo solar que ambos compartís... y para desalentar las «malas» cualidades del signo solar que ambos compartís, y para ser tolerantes con éstas.

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* Los aspectos recíprocos entre los otros planetas, las Lunas y los ascendentes de los dos horóscopos modificarán ligeramente la relación arriba descrita (en forma positiva o negativa), pero no alterarán fundamentalmente la base del intercambio de la configuración de signos solares 1-1, tal como ha sido reseñada.

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Configuración de signos solares 2-12

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Si vuestro propio signo solar es:

Sobre vosotros influye la configuración de signos solares 2-12 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros, en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas.

En vuestra asociación con estas personas, uno de vosotros sentirá que él (o ella) tiene que aprender muchas lecciones del otro (o la otra). El que tiene que impartir lecciones experimentará una compasión inexplicable por las debilidades y errores de la otra persona, y comprenderá de una manera extraña las motivaciones y el comportamiento marcadamente distintos del otro. Los aspectos recíprocos entre los otros planetas, las Lunas y los ascendentes de los dos horóscopos modificarán ligeramente la relación arriba descrita (en forma positiva o negativa), pero no alterarán fundamentalmente la base del intercambio de la configuración de signos solares 2-12, tal como ha sido reseñada.

168   

Configuración de signos solares 3-11 Si vuestro propio signo solar es:

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i

Aries ............. Géminis y Acuario Tauro .................. Cáncer y Piscis Géminis ........... Aries y Leo Cáncer .............. Tauro y Virgo Leo ..................... Géminis y Libra Virgo ................ Cáncer y Escorpión Libra.................. Leo y Sagitario Escorpión ............. Virgo y Capricornio Sagitario .................. Libra y Acuario Capricornio…….. Escorpión y Piscis Acuario ........... Aries y Sagitario Piscis .............. Tauro y Capricornio

Estáis implicados en una configuración de vibraciones de signos solares 3-11 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros, en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas.

an

Experimentaréis un fuerte vínculo de amistad, cualquiera que sea la asociación que compartís con estos individuos. Habrá confianza mutua, y una gran fluidez de comunicación, en un sentido y otro. Sois muy diferentes, pero estas diferencias ejercen poco o ningún efecto sobre vuestra estima recíproca. Podría existir un sentimiento de responsabilidad, algún tipo de deber ineludible, que os hace confluir y que refuerza el vínculo que os une. Os resultará fácil conversar con estos individuos, y os estimularéis constantemente el uno al otro para haceros cambiar los hábitos y las situaciones existentes.

M

Probablemente forjaréis amistades muy íntimas con estas personas, y seguiréis siendo amigos siempre. Generalmente toda reyerta se resolverá, perdonará y olvidará en seguida. Es posible que riñáis y discrepéis a menudo, y que os sintáis fastidiados por alguna obligación mutua que os ata el uno al otro, y que sin embargo no podéis eludir, e incluso cuando la asociación parezca ser un capítulo concluido, reaparecerá meses o años más tarde, para recomenzar nuevamente.

* Los aspectos recíprocos entre los otros planetas, las lunas y los ascendentes de los dos horóscopos modificarán ligeramente la relación arriba descrita (en forma positiva o negativa), pero no alterarán fundamentalmente la base del intercambio de la configuración de signos solares 3-11, tal como ha sido reseñada.

169   

Configuración de signos solares 4-10 Si vuestro propio signo solar es:

i

Cáncer y Capricornio Leo y Acuario Virgo y Piscis Libra y Aries Tauro y Escorpión Géminis y Sagitario Cáncer y Capricornio Leo y Acuario Virgo y Piscis Aries y Libra Tauro y Escorpión Géminis y Sagitario

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Aries ................. Tauro ................ Géminis ............ Cáncer .............. Leo ................... Virgo ................ Libra ................. Escorpión ......... Sagitario .......... Capricornio....... Acuario ............. Piscis ................

Sobre vosotros influye la configuración de signos solares 4-10 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros, en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas.

an

No siempre, pero sí con sorprendente frecuencia, experimentaréis una notable tensión o conflicto de personalidades en presencia de las personas nacidas bajo los signos solares aquí enumerados frente a los vuestros, ya sea porque las desaprobéis, o porque intuyáis que ellas os desaprueban de alguna manera. Es posible que una persona se ofusque en razón de que la otra intenta imponerle una disciplina estricta. Siempre existirá alguna magnitud de restricción mental y emocional, por diversas razones.

M

* Si otros planetas (sobre todo las lunas y los ascendentes) tienen un aspecto mutuo armonioso (conjunción, sextil o trígono), vosotros y estas personas intercambiaréis una devoción, una lealtad y un respeto vehementes, en razón de lo cual las innegables diferencias básicas de motivación y personalidad serán menos frustrantes, menos irritantes, aunque las grandes diferencias de enfoque y de objetivos continuarán en pie. * Si los otros planetas de vuestros horóscopos (sobre todo las lunas y los ascendentes) tienen un aspecto en cuadratura u oposición (negativo), vuestras relaciones con estas personas serán en verdad tensas y difíciles, y necesitaréis tener casi paciencia de santos para superar las dificultades... aunque las recompensas que recibiréis por dicha superación serán inmensas.

170   

Configuración de signos solares 5-9 Si vuestro propio signo solar es:

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Aries ................... Leo y Sagitario Tauro.................... Virgo y Capricornio Géminis................ Libra y Acuario Cáncer ................. Escorpión y Piscis Leo ....................... Aries y Sagitario Virgo .................... Tauro y Capricornio Libra .................... Géminis y Acuario Escorpión ............ Cáncer y Piscis Sagitario .............. Aries y Leo Capricornio .......... Tauro y Virgo Acuario ................ Géminis y Libra Piscis .................... Cáncer y Escorpión

Sobre vosotros influye la configuración de signos solares 5-9 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros, en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas.

an

No siempre, pero sí con sorprendente frecuencia, experimentaréis con estas personas una fácil empatía, estímulos mentales y afinidad emocional (o satisfacción romántica). Existirá una fuerte simpatía entre vosotros, y generalmente vuestros malentendidos no serán graves ni perdurables. Las posibilidades de armonizar son excelentes, y tendréis que hacer menos esfuerzos que con las de cualquier otro signo solar para entablar una relación feliz sobre una base permanente.

M

* Si otros planetas (especialmente las lunas y los ascendentes) de los dos horóscopos tienen un aspecto mutuo en cuadratura u oposición (negativo), entre vosotros y estas personas se producirán algunos choques de personalidad y tensiones, que harán tambalear de cuando en cuando la compatibilidad que compartís, aunque la empatía y la comprensión básicas permanecerán inconmovibles.

* Si otros planetas (especialmente las Lunas y los ascendentes) de los dos horóscopos están en un aspecto armonioso (conjunción, sextil o trígono), vuestras relaciones con estas personas serán extraordinariamente dichosas, apacibles y comprensivas.

171   

Configuración de signos solares 6-8 Si vuestro propio signo solar es:

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i

Aries ........... Virgo y Escorpión Tauro .......... Libra y Sagitario Géminis ..... Escorpión y Capricornio Cáncer ........ Sagitario y Acuario Leo ............. Capricornio y Piscis Virgo ......... Aries y Acuario Libra ........... Tauro y Piscis Escorpión ... Aries y Géminis Sagitario ... Tauro y Cáncer Capricornio Géminis y Leo Acuario ........ Cáncer y Virgo Piscis ........... Leo y L ibra

Estáis implicados en una configuración de vibraciones de signos solares 6-8 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros, en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas.

an

Tendréis algunos problemas para comunicaros con estos individuos. Pero os sentiréis misteriosamente intrigados por su enigmático carisma y poderosamente atraídos por su hechizo. Si el vínculo que os une es una relación amorosa, este individuo ejercerá sobre vosotros una irresistible atracción sexual. Si la relación no es amorosa, sino de amistad, de negocios o de familia, este individuo os atraerá, no mediante la química sexual, sino mediante un interés compartido en lo sobrenatural —la muerte, el nacimiento, la reencarnación, la adopción y todas las cuestiones espirituales—, o mediante situaciones asociadas con fondos que no os pertenecen a ninguno de vosotros, o sea, dinero ajeno. Habrá momentos en que este individuo parecerá innecesariamente reservado en vuestra asociación.

M

De alguna manera, estos individuos desearán ayudaros, y vosotros desearéis ayudarlos a ellos. Uno de vosotros servirá de buen grado al otro, u os serviréis recíprocamente, con poco o ningún resentimiento, y uno protegerá a menudo al otro de quienes pretendan hacerle daño. Quizá habrá momentos en que los favores tributados inspirarán resentimiento, pero no habrá otra alternativa. En esta configuración de vibraciones, los servicios prestados siempre serán recompensados por la fascinación de la asociación misma. En cierta forma, el uno beneficiará inmensamente al otro mediante esta relación, y el que sirve generalmente seguirá siendo leal.

* Los aspectos recíprocos entre los otros planetas, las Lunas y los ascendentes de los dos horóscopos modificarán ligeramente la relación arriba descrita (en forma positiva o negativa), pero no alterarán fundamentalmente la base del intercambio de la configuración de signos solares 6-8, tal como ha sido reseñada.

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Configuración de signos solares 7-7 Si vuestro propio signo solar es:

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Aries ....................................... Libra Tauro ...................................... Escorpión Géminis ................................. Sagitario Cáncer................................... Capricornio Leo .......................................... Acuario Virgo ..................................... Piscis Libra ....................................... Aries Escorpión ................................ Tauro Sagitario ................................. Géminis Capricornio ............................. Cáncer Acuario ................................... Leo Piscis ..................................... Virgo

Estáis implicados en una configuración de signos solares 7-7 con los signos aquí enumerados frente a los vuestros en la amistad, los negocios, la familia o las relaciones amorosas.

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No siempre, pero sí con frecuencia, os sentiréis físicamente atraídos hacia los individuos de sexo opuesto aquí enumerados frente a los vuestros (y también situados frente a los vuestros en la Rueda kármica), o los admiraréis y respetaréis secretamente, porque dichos individuos poseen las cualidades de carácter y los rasgos de personalidad de los que vosotros mismos carecéis. La atracción y el deseo de emulación serán fuertes. Sin embargo, es posible que os sintáis incómodos con aquellos individuos de vuestro mismo sexo que nacieron bajo este signo solar, o que los envidiéis o experimentéis respecto de ellos un fuerte sentimiento de competencia.

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* Los aspectos recíprocos entre los otros planetas, las Lunas y los ascendentes de los dos horóscopos modificarán ligeramente la relación arriba descrita (en forma positiva o negativa), pero no alterarán fundamentalmente la base del intercambio de la configuración de signos solares 7-7, tal como ha sido reseñada.

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A todos aquellos que aman... ¡Esperad un milagro! Los milagros son posibles. Los milagros ocurren. No son «interrupciones» de las leyes físicas. No son «trasgresiones» de las leyes de la Naturaleza. Son confirmaciones de las leyes de la meta-física (más allá de la física) y afirmaciones de las mayores profundidades de la ley de la Naturaleza. Sólo el Espíritu, el Ángel Supremo de vosotros mismos, controla estas mayores profundidades... que aún no han sido descubiertas, ni siquiera por los científicos que buscan e investigan con más afán. Pero esto no niega su existencia, ¡porque serán descubiertas en la Nueva Era!

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Actualmente la ciencia sólo se ocupa de las fuerzas materiales, y omite reconocer a las fuerzas espirituales. Sin embargo, ¿qué es la fuerza material sino la manifestación visible de la fuerza espiritual que se oculta detrás de ella? Aceptar la manifestación material y negar la fuerza espiritual que la genera y la controla implica colocarse en la posición ilógica de aceptar un efecto... y de negar su causa.

Una vez que habéis aceptado que la causa fuerza espiritual y el efecto fuerza material conforman una unidad perfecta, ¿cómo os atrevéis a alimentar la pretensión de fijar un límite a las manifestaciones de cualquiera de estas fuerzas... y especialmente al poder de la causa y el efecto combinados? Vosotros —y vuestro supraconsciente— controláis vuestros milagros. Para producirlos, basta el enlace de la Verdad con la Fe. Pax et Bonum = Verum et Unum «¡Buscad la Verdad y ésta os hará libres!»i

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 Este libro fue digitalizado para distribución libre y gratuita a través de la red utilizando el software “OmniPage Pro Versión 14”.    Digitalización, Revisión y Edición Electrónica de Manuel.  Cochabamba ‐ Bolivia  14 de Agosto 2011 

  

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