Nada Me Faltara. Salmo 23. Dallas Willard.pdf

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, VIVE EN LA PLENITUD DEL SALMO 23

APRENDE EL SECRETO PARA VIVIR CON CONTENTAMIENTO, PAZ Y SEGURIDAD

En esta obra única Dallas Willard revoluciona nuestra interpretación del Salmo 23 al tomar un pasaje tan familiar y revelar sus extraordinarias promesas: "El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará ... no temeré mal alguno" . ¿Cómo sería tu vida si, como dice el salmista, estuvieras completamente libre de carencias y temores?

Nada me faltará, escrito con la sabiduría característica de Willard, nos revela el secreto para disfrutar de la presencia de Dios y de su abundante generosidad. Cuanto más practiques la vida en su presencia, más experimentarás la paz y estarás libre de las preocupaciones, tal como nos promete este salmo. Nada me faltará cambiará para siempre a manera en que entiendes y aplicas uno de los pasajes más conocidos e las Escrituras.

Estudios biblicos/Estudios del AT/Sapienclalas

ISBN· 0·311·4 6 356·8 IS BN- 97 8 - 0-31 1 - 46356-5 CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES www.edilorialmundohispano.org

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Nada me faltará rescata al Salmo 23 de ser un mero adorno en la pared y lo restaura a su propósito original: una descripción de la realidad y una guía para vivir. Si quieres saber cómo vivir en satisfacción plena, cómo amar a alguien de manera auténtica, cómo pasar un día con Jesús, cuál es la esencia del trabajo o cómo morir al yo para que luego ese yo pueda vivir en verdad, no puedo pensar en un mejor regalo que esta manera gloriosa de desenvolver las palabras antiguas y grandiosas de este salmo. -]OHN ÜRTBERG, pastor principal de la Iglesia Menlo; autor de I'd Like You More Jf You Were More Like Me (Me gustarías más si fueras más como yo) Todo lo que ha escrito Dallas Willard es un tesoro. Pero tener ahora este libro nuevo es una bendición extraordinaria y bastante inesperada. -ERIC METAXAS, famoso conductor de radio; autor de los éxitos de ventas Bonhoejfer y Martín Luther Dallas Willard nos ayuda a entender que el Salmo 23 no quiere ser un sentimiento bonito o una pieza decorativa de la cultura popular; es para cuando ya no podemos más, justamente para el momento de mayor crisis. Imaginemos cómo sería nuestra vida personal, familiar, comunitaria, incluso política, si rechazáramos el ritmo frenético de nuestro tiempo y en su lugar abrazáramos la vida sin carencias que se nos ofrece en Jesucristo. Nadie como Dallas Willard me ha ayudado tanto a imaginar esa vida y a entrar en ella. Recomiendo este libro con gran alegría y con mucha esperanza. -MICHAEL WEAR, autor de Reclaiming Hope: Lessons

Learned in the Obama White House About the Future o/Faith in America (Recuperemos la esperanza: Lecciones aprendidas en la Casa Blanca de Obama sobre el futuro de la fe en los Estados Unidos)

La voz clara de Dallas Willard en el libro más accesible que haya escrito hasta ahora nos muestra que realmente es posible una vida abundante en la compañía, la protección y el empoderamiento de Dios. Nada me faltará nos muestra cómo vivirla. -JAN ]OHNSON, coautora de Renovation of the Heart in Daily Practice (Renovación del corazón en la práctica diaria); presidenta de Ministerios Dallas Willard Dallas Willard fue un pastor filosófico, teológico y espiritual, así que cuando expone el Salmo 23 humildemente y con afán de brindar alimento espiritual, comprendemos su profundidad. Él mismo experimentó de tal forma el cuidado y pastoreo amoroso de Dios, que nos puede pastorear a su vez a nosotros para que vivamos de esa misma manera. -MARK LABBERTON, presidente del Seminario Teológico Fuller Dallas Willard nos conduce a la vida sin carencias, por delicados pastos, junto a aguas de reposo mientras expone el Salmo 23. Desde la niñez memoricé este salmo y lo he utilizado en tiempos de graves preocupaciones y presiones. En este libro el doctor Willard nos ofrece perspectivas frescas; relaciona el salmo con otros pasajes bíblicos muy poderosos. Este libro está lleno de sabiduría y gozo. En el valle de sombra de muerte no hay que temer, porque el Señor está siempre con nosotros. -EMILIE GRIFFIN, autora de Doors lnto Prayer (Puertas a la oración), coautora de Spiritual Classics (Clásicos espirituales) con Richard J. Foster Cuando leo a Dallas Willard me siento motivado ~ la alabanza, al asombro, a la maravilla y a la fe. Nadie como Dallas para definir, explicar y exponer la vida en el reino de los cielos. Estoy

feliz porque tenemos este libro, que se formó por la interacción cotidiana de Dallas con el Salmo 23. En el primer capítulo nos dice que lo más importante que tenemos es nuestra mente, y que lo más importante de nuestra mente es aquello a lo que brinda su atención. Sus ideas en este libro no son especulativas, sino que son reales, prácticas y confiables. -JAMES BRYAN SMITH, autor de The Good and Beautifal God (El Dios bueno y hermoso) Tuve el privilegio de conocer bien a Dallas Willard durante los últimos años de su vida. Dos años antes de su muerte habló en una reunión de líderes cristianos que yo había organizado. Permítaseme decir enfáticamente que todo lo que Dallas ha escrito debe ser estudiado por quien quiera comprender el propósito del reino. El mensaje de Nada me faltará será una inspiración para confiar en el Pastor todo suficiente y para disfrutar una vida de "reposo, provisión y bendición abundante". -JAMES ROBISON, fundador y presidente de LIFE Outreach International y The Stream (stream.org) En los mejores libros, la vida precede a las palabras. Sin lugar a duda, esto se a~lica a Dallas Willard. En varias ocasiones lo escuché decir que antes de que sus pies tocaran el piso cada mañana, se decía a sí mismo: "El Señor es mi pastor, y no hay por qué vivir en un estado de carencia''. Observé el efecto que esto produjo en él y en su relación con otros. Ahora, en Nada me faltará, puedo decir que conozco el trasfondo, la visión y el proceso que hay detrás de una vida que se vive así. -TODO HUNTER, obispo fundador de Iglesias para los Demás

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VIVE EN LA PLENlT\J;O;,,·,,,~ DEL SALMO 23

DALLAS WILLARD

EDITORIAL MUNDO HISPANO

EDITORIAL MUNDO HISPANO 7000 Alabama Street, El Paso, Texas 79904, EE. UU. de A. www.editorialmundohispano.org Nuestra pasión: Comunicar el mensaje de Jesucristo y facilitar

la formación de discípulos por medios impresos y electrónicos. Nada me faltará. Vive en la plenitud del Salmo 23. © Copyright 2018, Editorial Mundo Hispano, 7000 Alabama Screet, El Paso, Texas 79904, Estados Unidos de América. Traducido y publicado con permiso. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción o transmisión total o parcial, por cualquier medio, sin el permiso escrito de los publicadores. Publicado originalmente en inglés por Nelson Books, Nashville, Tennessee, bajo el título Life without Lack. Living in the Fuilness o/Psalm 23, © copyright 2018 por Willard Family Trust. Todos los derechos reservados. Published by arrangement with Thomas Nelson, a division of HarperCollins Christian Publishing, Inc. A menos que se indique otra cosa, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © Copyright 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso. Traductor: Joel Sierra Diseño de la portada: Sie7e Media

Primera edición: 2018 Clasificación Decimal Dewey: 223.2 Tema: Vida cristiana ISBN: 978-0-311-46356-5 EMH Núm. 46356 3 M 618 Impreso en Colombia Printed in Colombia

Dedicatoria de Larry Burtoft Para mis tres hijos: Matthew ("regalo de Yavé"), Kristopher ("portador de Cristo") y Jedidiah ("amado de Yavé"). Que cada uno de ustedes llegue a vivir la promesa de su nombre, así como del nombre de Dios. Y para aquella que ha sido paciente y me ha extendido su gracia, animándome continuamente y sacrificándose en silencio a lo largo de todo este proyecto. Es mi dama amada, mi esposa, Lotus Jean Sipma Burtoft. Este es su libro.

Contenido Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Oración de inicio

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XVll

Introducción ...

. . . . . . . . . . . . . . • • . . . . • . XIX

1. Dios en sí mismo (primera parte) ......................... 1

El ser glorioso, autosustentable y eterno del Pastor 2. Dios en sí mismo (segunda parte) ...................... 27

Vivir siendo conscientes de nuestro magnífico Dios 3. ¿Por qué hay seres humanos en la tierra? ................... 55 4. ¿Por qué tantas carencias y maldad? ...................... 77 5. La confianza en Dios: la clave de la vida ................... 109 6. La confianza se completa en la muerte al yo ................ 143 7. La suficiencia se completa en el amor ..................... 181 8. Todos los días de mi vida ............................. 215 Oración final ........................................ 249

Apéndice A: .......................................... 251 Pasajes que testifican de la provisión abundante de Dios Apéndice B: . ......................................... 259 "Humildad y muerte al yo''. Andrew Murray Agradecimientos ....................................... 265 Notas .............................................. 269

Prefacio Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abunden para toda buena obra. - 2 CORINTIOS

9:8

Podemos estar en el mundo como un lugar perfectamente bueno y seguro. -DALLAS WILLARD

H

ace veintiséis años me presentaron la posibilidad de una vida en la que nada me faltaría y tampoco tendría necesidad de nada ni de nadie en ningún momento; una vida sin miedos ni confusiones, sin ansiedades ni angustias, sin perturbaciones de ningún tipo. En pocas palabras, se me ofreció la posibilidad de vivir una vida en la que "nada me faltará". Este ofrecimiento me lo presentó un mensajero que sabía bien de lo que hablaba, pero no porque hubiera oído acerca de esa vida en otras personas (aunque ciertamente sí lo había hecho), sino que más bien lo sabía por experiencia propia. Frente a mí tenía a alguien que transmitía paz y paciencia y que se notaba que era libre del ensimismamiento, lo cual es la marca de quien vive sin apuros y sin sobresaltos, del despreocupado. xi

Despreocupado, pero sin desatender a los demás, porque, de hecho, su libertad del miedo a daños y amenazas personales era el otro lado de su libertad para mostrar compasión, apertura y bondad a todos los que lo conocían. El mensajero, como tal vez ya lo adivinas, era Dallas Willard. Él había descubierto el secreto para ganar lo que mucha gente trata de poseer por medio de grandes sacrificios de tiempo, dinero y relaciones: en una palabra, contentamiento. Frente a mí tenía a un hombre cuyo rostro transmitía serenidad, que podía decir, citando a uno de sus autores favoritos: "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación"·. Era una lección que él había venido a compartir con un grupo pequeño de gente ordinaria que había logrado conectar su vida, de varias maneras, con la vida de Jesús. Lo que vas a leer en este libro son las palabras que este hermano sin carencias compartió con un pequeño rebaño de cristianos sencillos que se reunieron durante ocho semanas en un segundo piso en Van Nuys (California) en los primeros meses de 1991. La mayoría eran miembros de una congregación pequeña, la Comunidad Cristiana Valley Vista, donde yo era pastor. Dallas y Jane, su amable esposa, eran parte de la congregación en esa época, y habían estado con nosotros desde que asumí las responsabilidades pastorales en 1985. Era algo íntimo; casi siempre éramos alrededor de treinta personas, reunidas para recibir las enseñanzas de Dallas y luego interactuar con él en un período libre de preguntas y respuestas tras cada presentación. Él nos conocía a la mayoría por nombre. Las reuniones casi siempre duraban una hora y media, y tenían un ambiente familiar y relajado. Me recordaban otras reuniones • El autor es Pablo, en su carta a los cristianos en Filipos, y la cita es Filipenses 4: 11. Dallas había memorizado porciones extensas de esta carta.

xii

PREFACIO

en un "aposento alto", acerca de las cuales he leído. Estoy seguro de que el mismo Espíritu que visitó esas reuniones también estuvo presente cuando nos reuníamos y Dallas abría la Palabra de Dios y nos alimentaba con el pan de vida. Hoy este libro existe porque, después de Dallas terminó la serie, le pedí que convirtiera las charlas en un libro. Él respondió que no tenía tiempo para hacerlo y que yo debía usar las grabaciones para ponerlo por escrito. Aunque comencé el proyecto muchas veces, nunca logré completarlo como originalmente lo imaginaba, y luego abandoné la tarea. Sin embargo, en mayo de 2013, con la muerte de Dallas (estoy usando lenguaje figurado, por la promesa de Jesús en Juan 11 :26: "Y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre", una promesa en la que Dallas creyó plenamente y que ciertamente experimentó), decidí retomar el trabajo. Esta serie de enseñanzas fue muy importante para mí y estoy convencido de que habrá otros que se verán beneficiados con la oportunidad de leer las propias palabras de Dallas, que fluían de su profunda inmersión en la Biblia y de sus muchos años de seguimiento incansable en el camino de Cristo. Su experiencia con Jesús lo había convencido de que el Salmo 23 no es simplemente un poema bonito con sentimientos lindos, sino una descripción precisa del tipo de vida que está al alcance de todo aquel que permita que Dios sea su Pastor. De manera que este libro es mi intento de cumplir algo así como una promesa implícita que le hice a Dallas hace muchos años, cuando me ofreció el regalo de compartir sus ideas más allá de nuestro grupo pequeño, con una audiencia mucho más amplia. Es mi forma de honrar a mi hermano, mi mentor y compañero peregrino por este camino marcado por la gran suficiencia de Dios para atender todas G·todas.0 nuestras necePREFACIO

xiii

sidades. Mi oración al cielo es que tú también puedas experimentar la vida que Dallas conoció, que yo y que muchos otros más hemos conocido también, y que está al alcance de todos y cada uno. Aquí encontrarás esas verdades vivificantes que Dallas compartió con nosotros durante esas noches tan enriquecedoras. Los que asistimos a las charlas fuimos muy bendecidos (recibimos un regalo invaluable) al estar en compañía de Dallas, ver sus expresiones faciales, escuchar el tono de su voz, y de reír con él cuando reflexionaba sobre la necedad de tratar de vivir lejos de la suficiencia del Pastor. Espero que hayamos podido traducir adecuadamente el mensaje hablado de Dallas en forma escrita, para darte oportunidad de sentir la experiencia de lo que era estar allí. He tratado de hacer esto recalcando visualmente algunas palabras y frases, así como añadiendo notas editoriales. De muchas maneras, Dallas fue un maestro del jazz teológico, que irrumpía con "figuras y tonadas" muy interesantes, de libre asociación, y que son difíciles de poner por escrito. A veces se lamentaba de no tener el tiempo para seguir dialogando sobre algunos temas durante las sesiones. Hemos hecho solo los cambios mínimos necesarios para acomodar el material y adaptar sus palabras habladas en un formato que sea fácil de seguir. Durante el proceso de escritura siempre conté con el privilegio del apoyo editorial de la hija de Dallas, Rebecca Willard Headey. Gracias al conocimiento íntimo del corazón de su padre y a su familiaridad con innumerables artículos y conferencias, ella me dio sugerencias muy valiosas que me han ayudado a clarificar y a expandir las enseñanzas que Dallas presentó durante esta serie de charlas. Entonces, en lugares donde Dallas decía: "Ojalá que tuviera más tiempo", o donde no se desarrolló un punto de manera suficiente, hemos suplido

XIV

PHEFACIO

sus presentaciones originales con materiales extraídos de otras fuentes publicadas e inéditas. Finalmente, no será sorpresa para quienes conocen las enseñanzas de Dallas que él pusiera énfasis particular en el tema de nuestros hábitos, prácticas y elecciones, en la forma en que vivimos nuestra vida cotidiana y, sobre todo, en lo que hacemos con nuestra mente. Después de la realidad de Dios, que es sustancia y fuente de una vida sin carencias, no hay nada más importante para la experiencia de esa vida que tener nuestra mente ocupada en Dios lo más posible. Dallas creía que es posible mantener nuestra mente constantemente en Dios, y ese es el corazón y el alma de la formación espiritual en el reino de Dios. Este es un libro acerca de por qué esto es así, y de cómo puede ser así para nosotros.

Larry Burtoft

PREFACIO

xv

~~

ORACIÓN DE INICIO

Señor Jesucristo, te damos muchas gracias porque dijiste: "No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino". Te damos gracias porque caminaste esta tierra con tu paso ligero, por la generosidad y bondad que mostraste a la gente, la devoción con la que cuidaste a los descarriados y a quienes estaban en problemas, por tu manera de amar incluso a tus enemigos y por la forma en que diste tu vida por ellos. Estamos muy agradecidos por creer que esta vida es para nosotros, una vida sin carencias, en la que nada nos faltará. Es algo tan claro en ti, la suficiencia de tu Padre y la plenitud de vida que se vertió a través de ti, Estamos muy agradecidos porque nos has prometido ese mismo amor, esa misma vida, ese mismo gozo y ese mismo poder. Señor, acércate y asómate a nuestra vida. Prevalece sobre nuestras defensas, nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes. Abre suavemente nuestra alma, y háblale tu Palabra. Creemos que quieres hacerlo, y esperamos que lo hagas hoy y aquí. En tu nombre. Amén. -DALLAS WILLARD

xvii

Introducción Tenemos de todo y en abundancia; no por lo que guardo en el banco, ni por mis habilidades e ingenio para ganarme el pan, sino porque el Señor es mi pastor. -Cl-IARLES HADDON SPURGEON

El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará . .. no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. -SALMO 23:1, 4

M

e da gusto que estés leyendo este libro. Léelo como si estuviéramos conversando personalmente: solo tú y yo conversando juntos, y el Señor entre nosotros. Espero que veas en estas páginas una cálida invitación a entrar en la vida incomparablemente rica y plena que Jesús hace posible. Una de nuestras grandes necesidades hoy en día es que la gente realmente vea y realmente crea lo que dicen ver y creer. Tener conocimiento sobre algo (saber qué es, ser capaz de identificarlo y hablar de ello) no significa que realmente creemos en ello. Solamente cuando de veras creemos lo que profesamos podemos actuar como si fuera verdad. Actuar así significa que vivimos la vida entera conforme a esa realidad que creemos. Las palabras del Salmo 23 están en esa categoría de cosas que la gente dice creer. Muchos recitan este salmo de memoria, XlX

incluso gente que no cree en Dios, y hay quienes se han aprendido este salmo solo como un poema, por un interés literario, pero muy pocos han experimentado en su vida la realidad que describe el salmista. Lamentablemente, "El SEÑOR es mi pastor" es mucho más un sentimiento esculpido en lápidas de mármol en los cementerios que una realidad escrita en la vida de la gente 1• El título de este libro, Nada me faltará, proviene del primer versículo del salmo: "El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará". Describe la vida que todos deseamos: una vida en la que nada nos falta, es decir, una vida sin carencias. El salmista está presentando la vida que debiéramos disfrutar, y que está inmediatamente a nuestro alcance. ¿Pero crees realmente que es verdad? Muy pocos viven su vida como si lo fuera. Este libro es una serie de meditaciones profundas sobre el Salmo 23 con el propósito de ayudarte a verlo realmente, a creerlo realmente y a vivir como si fuera cierto. Para sacar el mayor provecho de tu lectura, te invito a leer y meditar el Salmo 23 durante más o menos diez minutos antes de leer cada capítulo: esto te ayudará a renovar la mente al darle oportunidad al Espíritu Santo para que te enseñe lo que significa que el Señor es tu Pastor.

Medita en ella de día y de noche La memorización es un elemento esencial para la vida en la que nada falta. Es una manera directa de llenar nuestra mente con la Palabra de Dios y que nuestros pensamientos sean formados por los pensamientos de Dios. Memorizar las Escrituras es incluso más importante que tener un tiempo diario de quietud, la hora quieta, porque al llenar la mente con grandes pasajes y al tenerlos disponibles y al alcance para poder meditar en ellos, el "tiempo de reflexión" se apodera de nuestra vida XX

INTRODUCCIÓN

entera. La memorización nos permite tener a Dios y a su verdad constantemente frente a nuestra mente, y que su Palabra y su sabiduría nos ayude. La memorización de este hermoso salmo fortalecerá tu concentración en el Buen Pastor al eliminar la distracción de tratar de recordar las palabras al mismo tiempo que estás meditando en ellas. Por eso, si no lo has memorizado todavía, por favor, asegúrate de memorizar el Salmo 2Y.

La naturaleza de nuestro Pastor Espero que aprendas a ver a Dios de una nueva manera en las páginas que siguen. Vamos a comenzar concentrándonos en el Dios omnipotente, glorioso, eterno y autosuficiente, creador del universo y cuya grandeza sobrepasa cualquier cosa imaginable. Sus recursos, así como su amor, son ilimitados; es el Buen Pastor que provee generosamente para cada una de nuestras necesidades. Vamos a examinar la razón por la cual creó a la humanidad y desea estar en relación con nosotros, y cómo el enemigo intenta interferir con el buen plan de Dios para la historia humana. Luego vamos a examinar tres condiciones que deben presentarse en nuestra propia vida si es que acaso vamos a experimentar la plenitud de la sabiduría, el poder y el amor de Dios: fe, muerte al yo y amor ágape. El capítulo final del libro provee un ejercicio sobre cómo vivir un día con Jesús, de modo que cada día pueda ser una obra maestra de la gracia. Es donde hay que poner en práctica las palabras del Salmo 23 que creemos que son verdad:

El SEÑOR es mi pastor. En otras palabras, estoy al cuidado de alguien más, no soy yo el que está a cargo. He tomado mi reino y lo he INTHODUCCIÓN

XXI

entregado al reino de Dios. Estoy viviendo la vida con Dios. El Señor es mi pastor. ¿Y qué se desprende de esto? Nada me faltará. Es el resultado natural: no tendré carencia de nada. Es lo que enseña Jesús: "Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia", y todo lo demás será añadido (Mat. 6:33). En prados de tiernos pastos me hace descansar. ¿Qué clase de oveja descansa en tiernos pastos? Una oveja que ha comido hasta saciarse. Si una oveja está en pastos verdes y no está satisfecha, estará comiendo, no descansando. junto a aguas tranquilas me conduce. Una oveja que es conducida junto a aguas tranquilas es una oveja que no está sedienta. Jesús le dijo a la mujer junto al pozo: "Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed. Pero cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna" (Juan 4:13, 14). Confortará mi alma. En una vida vivida en unión con Dios, en el tipo eterno de vida, las profundidades quebrantadas de mi alma son sanadas y reintegradas. Y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. El efecto de la restauración de mi alma es que puedo caminar en sendas de justicia a nombre suyo como una expresión natural de mi naturaleza interior renovada. Al andar por esas sendas, mi confianza en el Pastor se profundiza tanto, que puedo decir:

xxii

INTRODUCCIÓN

Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno.

Una vida sin carencias implica no tener miedo al mal. Nuestra confianza en Dios se eleva por encima de las necesidades y los temores. ¿Te gustaría tener una vida sin miedos, una vida de alturas de fe? Aparentemente, Jesús les decía una y otra vez a sus amigos: "¡No tengan miedo! ¡No tengan miedo!". Imagina cómo sería eso: no tener miedo de la vida, de la vejez o de la muerte, ni de las enfermedades ni del hambre ni de ninguna persona o criatura, ni siquiera de perder todas tus posesiones. Puedes vivir sin miedo aun en medio de un mundo dominado por el miedo. Fácilmente podría haber elegido "no temeré mal alguno" como título de este libro, porque estamos hablando de un tipo de vida que ha eliminado todo temor. Aunque el salmista claramente conoce los peligros de la vida, puede decir: "No temeré mal alguno". ¿Por qué? Por favor, lee su respuesta en voz alta ... Porque tú estarás conmigo.

La verdad central de este libro es que la suficiencia completa de la vida sin carencias se basa en la presencia de Dios, quien está presente para nosotros de manera más clara y plena en Jesucristo, Emmanuel, Dios con nosotros 3 . Tu vara y tu cayado me infandirán aliento.

Por experiencia, sé que la vara y el cayado representan la fuerza del pastor y su cuidado protector. En este lugar seguro donde no tengo nada que temer, tengo la libertad de disfrutar la abrumadora generosidad de mi Pastor. INTHODUCCIÓN

XXlll

Preparas mesa delante de mí en presencia de mis adversarios. Puesto que amo a mis enemigos', no disfrutaría un banquete delicioso en su presencia para que ellos se quedaran ahí mirando, hambrientos. La abundancia de la provisión de Dios y su seguridad en nuestra vida es tan grande que podríamos invitarles a disfrutar lo que Dios ha preparado para nosotros. Unges mi cabeza con aceite. Aquí podemos imaginarnos una ducha con agua caliente y luego toallas suaves para secarnos, cosas que nos hacen sentir limpios, cómodos y especiales. Imaginemos cómo Dios hace posible algo así. Él no solo está interesado en que tenga un banquete maravilloso para comer, sino que también me bendice con una vida plena, libre y poderosa en Dios (lo cual incluye ropa, muebles cómodos, experiencias de alegría y relaciones profundas). Es tan real que la abundancia de la provisión de Dios brota de la pluma del salmista. jMi copa está llena! ¿Es eso lo que dice? No. "Mi copa está rebosando" porque tengo más de lo que puede contener, tanto que puedo ser tan generoso como mi Pastor sin miedo a quedarme sin nada. Es tan cierto que estoy convencido de esto ...

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR moraré por días sin fin. Esta es una descripción de la vida eterna que está a nuestro alcance ahora en el reino de los cielos; la vida abundante con Dios que proviene del seguimiento del Pastor, donde mora·Es un mandamiento de Jesús en Mateo 5:43-47.

XXIV

INTRODUCCIÓN

mos y permanecemos con Dios en la plenitud de su vida: una vida en la que se cumplen todas las promesas del evangelio de Cristo. Por esta causa no hay razón para estar ansiosos (Fil. 4:6, 7); podemos estar en el mundo como un lugar perfectamente bueno y seguro.

La abundancia de la abundancia Hay muchos otros pasajes en las Escrituras que muestran esta abundancia divina y que también valdría mucho la pena memorizar·, incluyendo dos pasajes hermosos del Antiguo Testamento que quisiera que leyéramos juntos. El primero fue escrito por el profeta Habacuc, un hombre que había presenciado recientemente la completa devastación de su país por la guerra. Imaginemos lo que eso sería para alguien que confía en Dios. ¿Cómo es posible que él permitiera que sucediera eso? Al contemplar la destrucción, todo lo que se ve es hambre, enfermedades y muerte. Sin embargo, hay una visión del poder restaurador de Dios y el amor vence a tu dolor. Entonces exclamas: Oí, y se estremecieron mis entrañas. Anee esa voz titubearon mis labios; penetró podredumbre en mis huesos y se estremecieron mis piernas. Gimo por el día de la angustia, cuando suba contra el pueblo

el que nos invadirá con sus tropas. Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto,

·Ver el apéndice A para una lista de textos que suplementarán tu crecimiento en la abundancia de Dios.

XXV

aunque falle el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo, yo me alegraré en el SEÑOR y me gozaré en el Dios de mi salvación. ¡El SEÑOR Dios es mi fortaleza! Él hará mis pies como de venados y me hace andar sobre las alturas. (HAB. p6-19)

Estas son las palabras de alguien que confía en la abundante bondad y poder de Dios, ¡en condiciones de desolación total! Creo que una de las razones por las que nos resistimos a rendir totalmente nuestra vida a Dios es el miedo a la desolación. Este libro te ayudará si estás luchando con dudas sobre la provisión abundante de Dios en circunstancias que son cualquier cosa, menos abundantes. Una vida sin carencias es una vida en la que estamos plenamente satisfechos y sustentados, sin importar lo que suceda. ¡Sin importar lo que suceda! No es una simple cuestión de apretarse el cinturón y resistir el hambre, sino de provisiones reales directamente de parte de Dios para ti. El otro pasaje que hay que memorizar se encuentra en el Salmo 103; es una celebración exuberante de la suficiencia de Dios y de su abundante bondad: Bendice, oh alma mía, al SEÑOR. Bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, oh alma mía, al SEÑOR y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida,

xxvi

INTRODUCCIÓN

el que te corona de favores y de misericordia. el que sacia con bien tus anhelos de modo que te rejuvenezcas como el águila.

(SAL. IOp-5)

El salmo continúa refiriéndose a más misericordias extravagantes de Dios, así que te invito a que lo leas completo. Esa provisión misericordiosa para su pueblo simplemente es una expresión de la bondad inmutable de Dios, tan verdadera (y tan accesible) el día de hoy como siempre lo ha sido.

Prepárate para recibir Antes de comenzar el capítulo 1, no olvides recitar el Salmo 23, en voz alta si es posible. Toma tu tiempo, busca el reposo y relájate en este momento a solas con Dios. Recita un versículo o dos y luego haz una pausa para dejar que Dios llene tus pensamientos. Si realizas esta dinámica de oración a lo largo del libro, estoy seguro de que vas a ir acrecentando la experiencia de una vida en la que nada te faltará.

I:\THODUCCIÓN

xxvii

~'~ CAPÍTULO 1 ~¡~

Dios en sí mismo (primera parte) El ser glorioso, autosustentable y eterno del Pastor El rey de amor es mi pastor, es fiel y bondadoso; del todo soy de mi Señor, completo está mi gozo. -GEORGE HERBERT

L

a experiencia de una vida en la que nada falta depende en primer lugar de la presencia de Dios, porque la fuente de este tipo de vida es Dios mismo. En su bondad, Dios ha preparado todo para que usemos nuestra mente a fin de comprender su glorioso reino de abundancia y entrar en él. Voy a tomar esta verdad como fundamento mientras nos enfrentamos a asuntos que requieren nuestra reflexión seria. No te estoy pidiendo que los creas simplemente porque yo los he escrito; lo que quiero es que pienses en ellos, en reflexión frecuente y profunda, usando tu mente para buscar a Dios. El creer llegará cuando experimentes la verdad sobre Dios. 1

En nuestra mente debemos llegar a darnos cuenta de la naturaleza de Dios. Es decir, debemos pensar acerca de Dios en maneras que concuerdan con su esencia. Si no hay concordancia entre nuestras ideas sobre él y su carácter verdadero, nunca podremos hacer ese contacto con Dios que nos otorga confianza, que está basado en nuestra experiencia, en su suficiencia total para

atender nuestras necesidades. Vale la pena notar que la única definición de la vida eterna que se encuentra en las Escrituras es Juan 17:3: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado" (énfasis añadido). Jesús es nuestro camino para conocer a Dios, y por medio de sus enseñanzas sobre Dios podemos crecer en ese conocimiento basado en la experiencia. Así, pues, espero que estés listo para pensar.

Lo más importante acerca de ti Para nuestro entendimiento de nosotros mismos y de Dios es de vital importancia tener claras dos cosas fundamentales: mentes y personas. En el capítulo 3 vamos a explicar la relevancia de las personas, pero por ahora nos vamos a concentrar en la parte más importante de ti: tu mente 1; no tu cerebro, sino tu mente. Más que cualquier otra cosa, somos nuestra mente. Eso es lo que nos hace ser valiosos en una manera especial. La clasificación de personas y el trato que se les da según sus características físicas y corporales es una violación al valor central de la persona como una mente. El cuerpo es importante, pero la mente es lo más importante. Y la parte más importante de la mente es que puede concentrarse en algo. Estoy usando mente en general, sin distinguirla del espíritu o el alma, aunque también se podría usar corazón, como sucede varias 2

NAD:\ ME F:\LT:\HA

veces en el Antiguo Testamento: "Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" (Prov. 23:7, RVR1960); "Dediquen, pues, su corazón y su alma a buscar al SEÑOR su Dios" (1 Crón. 22: 19). La mente, cuando se concibe de esta manera, es el aspecto más importante de nuestra vida porque es por medio de nuestra mente que hacemos contacto efectivo con la realidad'. La principal libertad que tenemos como individuos es la capacidad de seleccionar aquello en lo que vamos a dejar que nuestra mente repose y reflexione. Con pensar nos referimos a todas las formas en que conocemos las cosas, incluyendo nuestros recuerdos, percepciones y creencias. Aquello en lo que enfocas tus pensamientos ejerce un efecto muy importante sobre todo lo demás que ocurre en tu vida; evoca los sentimientos que delimitan tu mundo y motivan tus acciones*'.

El poder transformador de las ideas Los pensamientos son el lugar a partir del cual hacemos nuestro primer movimiento hacia Dios y donde el Espíritu divino comienza a dirigir nuestra voluntad hacia Dios y su camino. Tenemos la capacidad y la responsabilidad de mantener presente a Dios en nuestra mente y los que practican esto logran hacer progresos grandes hacia él, porque responde haciéndose accesible a nosotros. Uno de los elementos más poderosos en el terreno de la mente es el de las ideas. Nuestras ideas forman el sistema de creencias sobre el que están basadas nuestras decisiones y acciones, y estas, a su vez, definen la trayectoria de nuestra vida. · Nota del editor: Dallas Willard explora el tema de la mente con más detalle en su libro Renovación del corazón, e identifica los cuatro elementos principales de la mente: ideas, imágenes, información y capacidad para reflexionar. ·· Es interesante que no podemos evocar ideas al sentirnos de un cierto modo, pero sí podemos evocar (y en cierto grado, controlar) nuestros sentimientos por medio de nuestras ideas.

DIOS EN SÍ MISMO (l'RI~1ERA PARTE)

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Una vida sin carencias implica reconocer los sistemas de ideas que gobiernan la era presente y sus respectivas culturas (así como también las que constituyen la vida lejos de Dios) y reemplazarlos con el sistema de ideas que Cristo Jesús encarnó y enseñó. El apóstol Pablo nos advirtió que "nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales" (Efe. 6:12). Estas potestades y fuerzas de alto nivel son agencias espirituales que trabajan con el sistema de ideas de este mundo. Estos sistemas malignos han sido utilizados para dominar a la humanidad por medio del miedo y la obsesión egoísta, para que lo más importante que ocupe nuestra mente sean nuestros propios intereses y nuestra propia persona. Por eso las enseñanzas de Jesús recalcan la importancia de morir al yo, rendir la vida y no buscar salvarnos a nosotros mismos'. ¿Qué dice Jesús sobre la vida? "El que quiera salvar su vida la perderá"**. Pero, por supuesto, eso es lo que casi todos hacen, especialmente quienes viven según el curso ordinario y caído de este mundo. Pasan toda su existencia terrenal tratando de salvar, realzar y enriquecer su vida. ¿Y qué sucede? Pierden lo más importante en su vida: una relación íntima con Dios y con los demás.

El veneno de la obsesión egoísta La verdad del asunto es que la gente está obsesionada consigo

misma. Esto casi siempre es causado por las heridas que han recibido. Cuando te golpeas el pulgar con un martillo, ¿qué ocurre en los días siguientes? Tienes mucho cuidado con tu · Mat. 10:37-39; Mar. 8:34-37; Luc. 17:33. Esto se explicará con más detalle en el capítulo 6. ·· Mat. 16:25; Mar. 8:35; Luc. 9:24.

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pulgar. Pasa lo mismo cuando recibimos una herida: nos volvemos conscientes de nosotros mismos hasta el extremo de hacernos prisioneros de esa conciencia. Ciertamente, todos hemos sido lastimados de alguna manera, y nuestra familia y comunidad son las fuentes principales de esas heridas. Y luego nosotros, a nuestra vez, nos convertimos en fuente de heridas y dolor para otras personas. Literalmente, tenemos "un mundo de dolor". No ayuda nada decir: "Bueno, no pienses en ti mismo". Estamos encerrados en ese razonamiento y por eso nos alejamos del único que puede rescatarnos: Dios mismo. De modo que vivimos en un mundo lleno de personas que tratan de ser sus propios salvadores, pero no lo pueden lograr y por eso se vuelven todavía más desesperados y obsesionados consigo mismos. Finalmente, el enojo y la desesperación resultantes nos conducen a las muchas maneras de atacarnos unos a otros. Debo confesar que me sorprenden las maneras sutiles en que he atacado a otras personas: los tonos calculadores de voz, las palabras dichas con toda la intención de fastidiar a alguien (casi siempre a algún ser amado). Y a veces en mis relaciones hago uso de martillos en vez de pinzas. A martillazos en vez de con cuidado ...

El antídoto contra las malas ideas sobre Dios En la vida ordinaria de la gente hay mucho enojo y desesperación, y por eso muchos se provocan unos a otros. Esta furia y desesperación fluye de la desesperanza de su situación, pero hay razones para la esperanza si se limitaran a dejar de mirarse a sí mismos y miraran a Dios. ¿Y cómo podemos aprender acerca de Dios? Principalmente por el mensaje que nos llega en y por medio de Jesucristo. Por eso la predicación del evangelio de Jesús es absolutaDIOS EN SÍ MISMO (PHIMEHA PAHTE)

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mente fundamental. Predicamos y enseñamos su evangelio para que la gente conozca las buenas noticias sobre Dios y para que piensen correctamente acerca de él. Predicar el evangelio hace que la mente considere de manera inteligente a Dios según se presenta en su Palabra, lo cual a su vez tendrá el efecto de hacernos amar a Dios apasionadamente: de una manera que nos motiva a pensar constantemente en Dios. Así, Dios estará siempre presente delante de nuestra mente. Al dedicarnos a llenar nuestra mente con el evangelio, debe ser en su plenitud, según lo presentó y lo encarnó Jesús'. Si limitamos el evangelio solo a lo que hizo Jesús durante unos pocos días al final de su existencia terrenal, vamos a tener una visión incompleta. No debemos reducir la obra salvadora de Cristo a su muerte en la cruz porque vamos a pasar por alto la plenitud de Dios según es en sí mismo y según provee en abundancia para nosotros y para toda su creación. El evangelio que Jesús proclamó, manifestó y enseñó se trataba de mucho más que solo su muerte para lograr el perdón de nuestros pecados, por más que esta obra sea de lo más importante. Se trataba del reino de Dios: la disponibilidad inmediata de Dios, su cercanía y su "estar con nosotros" que hace que sea posible una vida en la que nada nos falta. En nuestra relación con Dios hay mucho más que solamente la liberación del pecado y de la culpa. Una vez que hemos sido perdonados, se nos invita a vivir en la vida abundante que Jesús nos viene a dar (Juan 1O:1 O). • Nota del editor: Como dice Dallas Willard en su libro La divina conspiración, se predican al menos cuatro evangelios: (1) El evangelio de la gestión del pecado: dices las palabras correctas y vas al cielo al morir. (2) El evangelio de la justicia social, que te conduce a llenar los huecos que dejó Jesús. (3) El evangelio de "cuida a tu iglesia y te cuidará a ti". (4) La accesibilidad del reino de los cielos por medio de la confianza en Cristo Jesús. Vea los capítulos 2 y 3 de La divina conspiración para una explicación más profu.nda del evangelio de Jesucristo.

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En su carta a los cristianos efesios, Pablo nos presenta un cuadro del mundo alejado de Dios. Veamos su énfasis en el efecto que el mundo alejado de Dios tiene sobre la mente: Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes, teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón. Una vez perdida

toda sensibilidad, se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas (Efe. 4: 17-19, énfasis añadido).

¿Cómo describe Pablo la mente que está atrapada por el mundo? Vana, llena de cosas que no tienen importancia, oscurecida, ciega. ¿Por qué? Porque está alejada de la vida de Dios.

Prueben y vean que el Señor es bueno Cuando hemos escuchado el evangelio, si no estamos preparados para usar nuestra capacidad de volver la mente hacia Dios, entonces no tenemos contacto con Dios. Tal vez puedas decir: "¿Es que acaso Dios no puede entrar en nosotros, y tocarnos o hacer algo en nosotros?". Sí, efectivamente lo puede hacer, y en muchas ocasiones lo hace, pero cuando se trata de experimentar la suficiencia de Dios, no estamos hablando de lo que él puede hacer; estamos hablando de lo que nosotros necesitamos hacer. Y lo que necesitamos es volver nuestra mente hacia Dios. Tal vez esto suena como si estuviéramos recomendando que enfoquemos nuestra mente en un objeto indefinido. Esto se debe a que en nuestras iglesias y organizaciones cristianas no hemos hecho que Dios sea conocible. Hemos permitido que Dios quede como un misterio distante e impersonal. Nuestra propia mente está en tinieblas, incapaz de ver la verdad. No tenemos un DIOS EN Sf MISMO (PHIMERA PARTE)

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concepto de Dios que sea aprehensible: una idea no realista de lo que Dios es en realidad. Recordemos el caso de Nicodemo. Se confundió con la pregunta sencilla de Jesús: "¿No sabes que debes nacer desde arriba? ¿No sabes que necesitas en ti una vida que va mucho más allá de la vida natural de tu cuerpo? ¿No sabes que esta es la realidad, Nicodemo?". Jesús lo reprendió y dijo: "¿Tú, siendo maestro de Israel, no sabes estas cosas?" (ver Juan 3:1-16). Dijo esto porque la historia de Israel estaba llena de la realidad de Dios, pero Nicodemo estaba totalmente ciego a esto. Para él no significaba absolutamente nada porque no lo había experimentado personalmente. Es un hecho triste pero real que muchos de nuestros "maestros de Israel" hoy en día {los que han tomado la tarea y responsabilidad de enseñar, predicar y manifestar la Palabra de Dios) tienen un concepto disminuido de la naturaleza de Dios. Su conocimiento de Dios y de su naturaleza no lleva el peso de la experiencia. Como consecuencia, cuando se enfrentan con la necesidad de ayudar a otros a vivir como quienes "reinarán en vida ... mediante aquel uno: Jesucristo" (Rom. 5: 17), no tienen más experiencia de Dios y de su reino que la que tenía Nicodemo, y simplemente no tienen nada útil que ofrecer. En la práctica, Dios pudiera no existir.

Nuestra mente: la clave de nuestra vida Por medio de mi mente interactúo con todas las fuentes de poder en el universo. Si soy un bosquimano africano que fabrica arcos y flechas para cazar aves, gracias a mi mente me hago conocedor de cosas como varas de madera, puntas de piedra, aves, cuerdas y tensores, arcos y cosas parecidas. Si no realizo la decisión de usar mi mente para entender e interactuar con esas cosas, entonces todo eso quedará inaccesible para mí. Por medio de mi mente puedo aprender sobre la electricidad, y puedo usar el conocimiento que tengo en mi mente sobre la electricidad para hacer 8

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muchas cosas prácticas, como encender luces, arrancar mi automóvil, tomar un teléfono y escuchar a alguien que me habla desde el otro lado del mundo. Crecemos en el conocimiento de Dios de la misma manera. Acercamos la realidad de Dios a nuestra vida al hacer contacto con Dios por nuestra mente, y nuestras acciones se basan en la comprensión que resulta de la plenitud de ese contacto. No hay nada misterioso en esto, de ahí que la clave de nuestra vida es la mente y aquello en lo que la mente concentra su atención. El espíritu es lo más básico de toda la realidad. Sabemos esto porque "Dios es Espíritu" (Juan 4:24). Dios nos hace vivir y trabajar en el territorio de la mente y del espíritu. Sin embargo, me temo que casi siempre el concepto de espíritu nos parece otro objeto indefinido, que escapa a nuestra comprensión. Esto significa que necesitamos tomar el tiempo necesario para pensar estas cosas con cuidado y dedicación. Así que te pido que persistas, y que el Señor te dé paciencia y sabiduría al ir entrando en análisis más profundo de cómo es Dios.

El conocimiento de Dios como responsabilidad humana Comencemos con una mirada atenta al primer capítulo de la carta de Pablo a los creyentes en Roma, donde todo el peso de nuestra responsabilidad ante Dios recae en la pretensión de nuestro conocimiento sobre Dios. Esta responsabilidad, así como toda la condición humana, se basan en nuestra incapacidad de pensar sobre Dios de manera correcta. Aquí está la afirmación de Pablo, impactante y aleccionadora: Pues la ira de Dios se manifiesta desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que con injusticia detienen la verdad. Porque lo que de Dios se conoce es evidente entre ellos pues Dios DIOS EN

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hizo que fuese evidente. Porque lo invisible de él -su eterno poder y deidad- se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas de modo que no tienen excusa. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias; más bien, se hicieron vanos en sus razonamientos, y su insensato corazón fue entenebrecido (Rom. 1: 18-21).

Consideremos por un momento estas palabras. ¿Cuál es el porcentaje de gente en los Estados Unidos que profesa creer en Dios? Muy seguido se realizan encuestas para averiguar este dato y aunque el resultado varía de año en año y entre los grupos de distintas edades, los estudios más recientes señalan que es aproximadamente el 90 %'. ¿Cuánta gente piensas que cree en Dios en los bosques tropicales de África? ¡Alrededor del 100 %! En países de ideología marxista veremos que el porcentaje es menor porque todo el sistema se dedica a que la gente no crea en Dios. Pero la respuesta humana natural ante el mundo que se percibe es creer en Dios. ¿Y en qué clase de dios se cree? Este dios siempre es un poder invisible, y con pocas excepciones, es un poder invisible total. Este poder invisible, en cierto grado, es siempre personal. En algunas religiones animistas hay menos énfasis en el aspecto personal, pero en todas estas religiones, el dios en cuestión se trata como alguien que interactúa con los seres humanos. Es lo que 11 amamos "un ser personal" . ·Nota del editor: Cuando Dallas compartió esta charla, comentó que nunca lo había visto por debajo del 93 o 94 %, lo cual ahora ha cambiado. Estas cifras del 2016 provienen de Gallup (Frank Newport, "Most Americans Still Believe in God" [La mayoría de los estadounidenses todavía cree en Dios], 29 de junio de 2016, http://www.gallup.com/poll/193271/americans-believe-god.aspx) y del Centro de Investigaciones Pew (David Masci y Gregory A. Smith, "Is God Dead? No, But Belief Has Declined Slightly" [¿Dios ha muerto? No, pero la creencia ha disminuido un poco], 7 de abril de 2016, http://www.pewresearch.org/facttank/2016/04/07 /is-goddead-no-but-belief-has-declined-slightly/).

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Un Dios muy, muy grande Pablo nos está diciendo algo que todavía hoy sigue siendo verdad. Podemos llegar a saber verdades importantes sobre Dios (su eterno poder y deidad) si ponemos atención a las cosas que ha creado. Dios ha mostrado estas cosas a toda la humanidad. Y si consideramos el tamaño del mundo que nos rodea, ¿qué tan grande será el Dios que creó este mundo? Bastante grande, inmenso. En el mundo antiguo, que no tenía nuestro conocimiento científico contemporáneo, no podían hacer ni una mínima parte de los cálculos que hoy se hacen sobre la inmensidad del universo. Y todavía hoy, el Dios que hizo al universo es grande, mucho más grande de lo que podamos comprender. Al continuar la lectura de este libro, recordemos dos cosas fundamentalmente importantes que hemos visto hasta ahora: • Dios es un ser invisible que .tiene gran poder y dominio sobre todo lo que creó·. • Dios es personal. Tiene personalidad. Piensa. Quiere. Siente. Valora"'. El universo está lleno de la alegría de Dios. Gozo es la palabra que describe mejor a Dios y a su mundo. La creación fue un acto de gozo, de deleite en la bondad de lo que fue creado. Y es precisamente porque Dios es así, y porque podemos conocerlo así, que es posible vivir una vida de pleno contentamiento.

Un Dios de energía Uno de los grandes descubrimientos de la ciencia moderna es que lo

que llamamos materia en realidad es una forma de energía. ·Gén. 1:1; Juan 1:1; Rom. 1:20; 1Tim.1:17. ·· Jer. 8:21; 9:24; Juan 14:9; Efe. 1:4-5.

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Sabemos esto por las reacc10nes nucleares. Imaginemos que tenemos un átomo de uranio en la palma de la mano, como si fuera una canica. ¿Cuánto pesa? Muy poco. ¿Cuánto espacio ocupa? Muy poco. Pero el poder en ese pequeñísimo pedacito de materia es increíblemente inmenso: miles de veces mayor que aquello en lo que consiste meramente como átomo. La realidad básica es energía. ¿Qué tiene que ver esto con Dios y con su cuidado hacia nosotros? Justamente esto: Dios es energía. La mente es energía. Tu mente es energía. Tienes energía a tu disposición y, en ese sentido, eres como Dios. Eres semejante a Dios. Dios te ha creado de manera que tienes energía a tu disposición; esa energía está en forma de pensamientos y sentimientos. Así puedes ejercer tu voluntad. Dios te dio una cierta naturaleza: la naturaleza de la energía autosuficiente, en pequeña escala. Tienes suficiente energía para hornear un pastel y, en conjunto con muchos otros, puedes crear un arma nuclear. Sin embargo, no tienes la energía suficiente ni para crear un solo átomo de uranio, porque la cantidad de energía en esa diminuta porción de materia es inmensamente mayor que cualquier otra cosa que tengamos a nuestro alcance. El poder de Dios es ilimitado. Jesús lo demostró cuando enfrentó el desafío de alimentar a miles de personas, solo con cinco panes y dos peces (Mar. 6:32-44). ¿Qué hizo? Produjo materia; suficientes pedazos de pan y pescados para alimentar a todos, y hasta sobró. Supongamos que no hubiese tenido esos cinco panes y dos peces para comenzar. ¿Crees que los pudo haber producido de la nada? Claro que sí, pero quería darnos una indicación del tremendo poder de Dios para cubrir nuestras necesidades, aunque tengamos muy poca cosa en nuestras 12

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manos, así que tomó lo poco que tenemos y lo multiplicó. Antes de comenzar su ministerio público, Jesús fue al desierto, donde su fe fue probada. Después de cuarenta días de ayuno, tenía mucha hambre. Satanás le dijo que convirtiera algunas piedras en pan. Jesús respondió: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4). ¿Cuál es la diferencia entre el pan y la palabra que sale de la boca de Dios? Sencillamente, uno de ellos es materia y el otro es energía. Debemos entender esto: ¡Dios es energía de una forma que llega a ser incomprensible para nosotros por ser tan grande! Pero aquí hay una pista para nuestra comprensión: cada vez que miramos cualquier trozo de materia, lo que vemos es algo que no es autosuficiente. Cada porción de materia que podamos palpar, o incluso en la que podamos pensar, proviene de alguna otra cosa y con el tiempo se convertirá también en otra cosa. Así es la materia. Por eso Pablo afirma que cuando pensamos con cuidado y claridad sobre las cosas creadas, somos conducidos directamente a Dios, un ser glorioso, autosustentable y eterno. Todo lo demás en este universo es creado y es perecedero. Depende de algo mayor para su existencia. Esto apunta hacia un ser que es la fuente de todo lo demás que existe y que es completamente autosuficiente •. Este ser es tan grandioso que le es más fácil existir que no existir. Es Aquel que, por su propia naturaleza, rebosa vida en cantidades infinitas que son incomprensibles, eternas e inagotables. ¡Ese ser es Dios!

·Nota del editor: Dallas discute este tema con más detalle en el capítulo 4 del libro The A/Jure of Gentleness (El atractivo de amabilidad).

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La naturaleza de Dios manifestada en el fuego y la nube Descubrimos otra pista sobre la naturaleza de Dios como energía en las abundantes referencias bíblicas que hablan de que Dios se revela a los seres humanos en forma de fuego. Como dice el autor de Hebreos: "Nuestro Dios es fuego consumidor" (Heb. 12:29)". El fuego es energía liberada por medio de la combustión de la materia. Es una manifestación primaria de Dios, que existe como energía eterna e ilimitada, y que no necesita a nada ni a nadie para sostenerse: nada en absoluto. Cuando Juan el Bautista dijo que Jesús iba a venir y bautizar, declaró que lo haría con fuego y con Espíritu: " ... pero el que viene después de mí... es más poderoso que yo. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego" (Mat. 3:11). Durante la salida de los israelitas de Egipto, Dios utilizó tanto las nubes como el fuego, pues pastoreó a Israel por el desierto con una columna de nube en el día y de fuego en la noche, y en Éxodo 14 los protegió del ataque de faraón usando ambos elementos: Entonces el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos, y se colocó entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel, constituyendo nube y tinieblas para aquellos, mientras que alumbraba a Israel de noche. En toda aquella noche no se acercaron los unos a los otros (Éxo. 14:19, 20).

El Señor mantuvo la columna en ese lugar más o menos hasta las dos de la mañana, mientras que Israel cruzaba el mar Rojo. · Hebreos 12:29 está citando Deuteronomio 4:24. Se puede profundizar en algunos temas de este libro si se realiza un estudio personal sobre el fuego, las nubes y los remolinos como manifestaciones de Dios.

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Aconteció que a eso de la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró hacia el ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios. Trabó las ruedas de sus carros, de modo que se desplazaban pesadamente. Entonces los egipcios dijeron: "¡Huyamos de los israelitas, porque el SEÑOR combate por ellos contra los egipcios!" (vv. 24, 25).

Dios fielmente permaneció con ellos en la columna de fuego

y de nube durante el resto del viaje. Por todas las Escrituras se puede ver la manifestación de la gloria y el poder de Dios de esta manera.

Ver lo invisible El capítulo 11 del libro de Hebreos comienza con otra declaración que dice que el poder eterno y la deidad de Dios son las cosas invisibles que se hacen visibles en la creación. Como invisible, Dios es la fuente de todo lo visible, y usamos nuestra comprensión de la creación para ver lo que no podemos ver con los ojos. El autor de Hebreos escribió: "La fe es la constancia de las cosas que se esperan, la comprobación de los hechos que no se ven" (Heb. 11:1). La fe, nacida de la experiencia, es el medio por el cual la mente hace contacto con la realidad. Si espero tener luz en una habitación oscura, mi fe en el interruptor me conduce hacia donde supongo que se encuentra, acciono el interruptor y obtengo aquello que esperaba: la luz llena toda la habitación. En el versículo 3 el escritor dice: "por la fe comprendemos que el universo fue constituido por la palabra de Dios". Recordemos que la palabra de Dios es energía. Casi siempre se dice que Dios creó al mundo "a partir de la nada". Pero en realidad no es eso lo que enseña la Biblia. La doctrina bíblica es DIOS EN SÍ MISMO (PHIMEHA PARTE)

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que toda la creación "salió" de la persona de Dios mismo, que él habló y creó la materia 4 • El hablar de Dios es una forma de energía que se convirtió en materia. Aunque es cierto que en la creación no había materia preexistente, sí había energía. Y la materia es una cierta forma de energía. En este sentido es interesante hablar de la práctica del ayuno, y lo que nos puede enseñar sobre la realidad de la palabra de Dios que viene a nosotros y sustenta nuestro cuerpo sin la intermediación de la materia. En Juan 4, leemos que los amigos de Jesús fueron a la ciudad de Samaria a buscar comida y regresaron diciendo: "Rabí, come". ¿Y qué respondió él? "Yo tengo una comida para comer que ustedes no saben ... Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envió ... " Quan 4:31, 32, 34). Como dijo C. S. Lewis: "En Dios no hay hambre que requiera ser satisfecha, solo plenitud que desea dar'". La fe que interactúa con Dios se alimenta directamente de Dios y del poder que está en la palabra de Dios. Cuando hacemos contacto con Dios, viene a nosotros un flujo de energía. Esa energía es directamente la fuente de poder con la cual Jesús vivió y trabajó, y lo podemos saber por medio de la experiencia. Jesús nos enseñó que cuando ayunemos no debemos dar una apariencia miserable (Mar. 6: 16-18). ¿Crees que estaba diciendo que fingiéramos? ¿Acaso estaba diciendo: "Pues bien, se van a sentir muy mal, pero no dejen que se note"? No. Jesús sabía que cuando ayunamos delante de Dios estamos nutriéndonos directamente de la palabra de Dios, ya sea hablada o escrita. Ayunar es tener un banquete de Dios. Así es como Jesús pudo ayunar durante cuarenta días y no morir. Es algo que solo se aprende por medio de la experiencia, y él quería que sus ·Además de Hebreos 11 :3, ver Génesis 1; Salmo 33:9.

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discípulos también ayunáramos con esa expectativa. La accesi-

bilidad de esa energía es la foente absoluta de suficiencia absoluta.

Tú puedes hacer lo mismo que Dios ... más o menos En Hebreos 11 :3 dice que "el universo fue constituido por la palabra de Dios". Tú y yo también podemos hacer un poco de este trabajo creativo, pero no mucho. Puedes hacer un pastel muy bonito con tus pensamientos, pero también necesitas tener algunas otras cosas del mercado. Sin embargo, son tus pensamientos lo que se expresa en ese pastel. Si te suena extraño, intenta hacer un pastel sin los pensamientos. Y son tus pensamientos. Podríamos decir: "Por la fe comprendemos que el pastel fue constituido por la palabra de [inserta aquí tu nombre]". ¿Puedes ver tanto el paralelo como la diferencia entre el trabajo creativo de Dios y el nuestro? Tienes energía suficiente para "crear" materia, pero solo en el sentido de cambiarla de forma. Lo haces todo el tiempo. Para eso te puso Dios en esta tierra. Si lees la historia de creación en Génesis, verás que fuiste colocado para tener dominio sobre la tierra (Gén.1 :26, 27). Dios te dio un cuerpo para proveerte una cantidad adicional de poder además del poder de tu mente. Tu cuerpo es tu propio paquete energético que te permite ejercer las acciones de tu voluntad. Dios desea que cada uno de nosotros pueda usar su cuerpo y su mente para gobernar la tierra, juntos unos con otros, en amor. Cuando Dios nos creó a su imagen, nos creó con el poder para actuar y crear. Esa es la imagen de Dios en el ser humano. Ese poder incluye la capacidad de participar en la creación de otras personas. En una ocasión impartí una conferencia en una DIOS EN SÍ MISMO (PRIMERA PARTE)

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cena especial, y había ahí una mujer embarazada. Al conversar con ella sobre su embarazo, le dije: "¡Qué maravilloso! Estás haciendo una persona''. En su rostro había una expresión muy interesante. Al mismo tiempo expresaba varias cosas. Obviamente nunca había pensado así sobre su embarazo. Estaba haciendo a una persona. Hacer personas es uno de los mayores actos creativos de la humanidad. Por cierto, en eso actuamos de manera similar a Dios. ¿Cómo nos llegan los bebés? Casi nadie toma en serio lo de la cigüeña, pero muchas veces actuamos como si los bebés simplemente nos cayeran así. Hay una gran expresión de falta de fe en nuestro abordaje de este fenómeno, pero cuando tenemos un bebé y cuando criamos un niño o niña, estamos haciendo a una persona. Estamos ejerciendo la parte creativa de la imagen de Dios en nosotros.

La grandeza de Dios en la historia Las características invisibles de Dios no solo las podemos ver en la naturaleza; también vemos evidencias de su actividad en la historia. En el capítulo 4 de Deuteronomio vemos a Moisés relatando cómo Dios actuó en la historia, especialmente en la historia de los judíos: Pues pregunta, por favor, a los días antiguos que te antecedieron, desde el día que Dios creó al hombre sobre la tierra, y desde un extremo del cielo hasta el otro, si se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o si se ha oído de otra como ella. ¿Existe otro pueblo que haya oído la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y que haya seguido viviendo? ¿O algún dios ha intentado venir y tomar un pueblo para sí de en medio de otro pueblo, con pruebas, señales, prodigios, guerra, mano poderosa, brazo extendido y grandes terrores, como todo lo que hizo por ustedes el SEÑOR

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su Dios en Egipto, ante sus propios ojos? A ti se te ha mostrado esto para que sepas que el SEÑOR es Dios y que no hay otro aparte de

él. Desde los cielos te hizo oír su voz para enseñarte, y sobre la tierra te mostró su gran fuego. Tú has oído sus palabras de en medio del fuego (Deut. 4:32-36).

Veamos que, una vez más, se habla de Dios en relación con el fuego. El capítulo sigue relatando más de la historia de Israel, y a lo largo de esta historia se revela la naturaleza de Dios como un poder espiritual e invisible que está presente y se mueve en la vida de los seres humanos.

¿Qué hay en un nombre? El poder y la personalidad de Dios, entonces, se perciben tanto en la naturaleza como en la historia. Además, su carácter se revela en sus nombres. Dos de los nombres principales de Dios que nos han llegado en el Antiguo Testamento son Elohim y Ytwé. Elohim revela el gran poder creativo de Dios y su autoridad soberana, como en Génesis 1. Yavé (que también se traduce jehová) tiene el sentido primordial de un ser eterno y autosubsistente; uno que no depende de nadie más para su existencia, que tiene "vida en sí mismo" Quan 5:26). Abram llama Adonaí al Señor (Gén. 15:2), que tiene un sentido personal y posesivo: "mi Señor", y se usa frecuentemente junto con Yavé. Yavé Adonaí describe un Dios personal y que hace pactos, que tiene a seres humanos como sus amigos. Dios también se identifica ante Abram como El Shaddaí en Génesis 17: l, 2, el Dios todopoderoso y abundante para con su pueblo. Al ir revelándose progresivamente en el Antiguo Testamento, los nombres de Dios nos ayudan a ver más de la naturaleza, la personalidad y el carácter de Dios. En el tercer capítulo de Éxodo encontramos a Moisés resDIOS EN SÍ MISMO (PRIMERA PARTE)

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pondiendo al encargo de Dios de liberar a los israelitas de los egipcios, esencialmente está diciendo: "Bueno, entonces voy a regresar a Egipto, ¿verdad? ¿Y qué es lo que voy a hacer allá?". Dios le habla, y en los versículos 13 y 14, Moisés finalmente atina a preguntarle: "Bueno, ¿pero cuál es tu nombre? ¿Qué les voy a decir?''. Dios responde con esta declaración misteriosa: "YO SOY EL QUE SOY .. .*. Así dirás a los hijos de Israel: 'YO SOY me ha enviado a ustedes"'. No se trata de un nombre como Carlos, Roberto, o María o Antonia. "YO SOY'' es una declaración de la naturaleza de Dios como ser. autosustentable, autosuficiente, todopoderoso y autodeterminado. "YO SOY EL QUE SOY'' significa: "Mi ser sustenta a mi ser". Es algo que solo Dios puede decir. Jesús reafirmó esto cuando declaró: "Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo" Quan 5:26). De modo que la naturaleza esencial de Dios puede representarse de esta manera: Dios es un ser personal, libre, inteligente e inmaterial, de perfecta bondad, sabiduría y poder, que hizo al universo y continúa sosteniéndolo, así como también gobernándolo y dirigiéndolo en su providencia 3.

Consideremos también con cuidado esta descripción de Dios, hecha por Adam Clarke, teólogo y erudito bíblico metodista del siglo XIX: El Ser eterno, independiente y auroexistente; el Ser cuyos propósitos y acciones provienen de sí mismo, sin motivos ni influencias ·Nota del editor en español: "Tal vez esta expresión está relacionada con el nombre YAVÉ, que usualmente se traduce como SEÑOR, tiene que ver con la palabra hebrea que significa Él es o Él da existencia. La expresión puede significar Yo soy el que realmente existe por sí mismo" (Éxo. 3:14, PDT, nota a pie de página). Dallas Willard consideraba que la existencia de Dios no depende de nada fuera de sí mismo: Dios existe por sí mismo.

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externas, que es absoluto en su dominio; el más puro, el más simple y el más espiritual en su esencia; infinitamente benévolo, benéfico, verdadero y santo; la causa de todo ser, el sustento de todas las cosas; infinitamente feliz, porque es infinitamente perfecto; eternamente autosuficiente, sin necesidad de nada de lo que ha hecho; ilimitado en su inmensidad, inconcebible en su modo de existencia e indescriptible en su esencia; solo conocido plenamente por sí mismo, porque una mente infinita solo puede ser comprendida por ella misma. En suma, un Ser que, desde su infinita sabiduría, no puede equivocarse ni ser engañado; y, desde su infinita bondad, no puede hacer otra cosa más que lo que es eternamente justo, recto y bondadoso 4•

Es importante subrayar que los absolutos morales de Dios, su carácter amoroso, benéfico y generoso, fluyen de la plenitud de su ser. ¿Por qué nosotros no somos generosos? Tal vez tengamos miedo de no tener lo suficiente, pero Dios nunca está en esa situación; su amor y su generosidad son ilimitados. Alcanzan mucho más allá de cualquier frontera imaginable por lo que Dios es en sí mismo. Ahora bien, por favor, no pierdas de vista el propósito de este libro. Te estoy suplicando que hagas que estas realidades sobre Dios sean parte de tu mente, para comprender que Dios es una cierta clase de ser; que existió desde antes de la creación de la tierra y su plenitud. Dios no está en algún rincón alejado del universo como un anciano abandonado en el cosmos, esperando a ver si alguien le brinda un poco de atención. Él está rodeado de innumerables seres gloriosos que él hizo y que lo adoran y lo alaban. Y lo más fundamental es que hay una comunión constante entre las divinas personas de la Trinidad. Imagina la compañía más personal, vibrante, maravillosa, atractiva y emocionante: multiplícala al infinito, y comenzarás a captar lo que Dios está haciendo, en dónde está, lo que estaba haciendo antes de la DIOS EN SÍ MISMO (PHiMEHA PARTE)

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fundación del mundo, y lo que estará haciendo por la eternidad. Ese es el Ser sobre quien está basada la vida sin carencias, una vida que está garantizada para todo aquel que fije su mente en este Dios con fe.

Tres destellos de la grandeza de Dios En Nehemías 9:6 se nos presenta un pequeño destello de la grandeza de Dios. El contexto es que los hijos de Israel estaban de pie para bendecir a Dios, diciendo: Solo tú eres el SEÑOR; tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que en ellos hay. Tú sostienes con vida a todos; los ejércitos de los cielos te adoran.

La cosa más grande que tú y yo podamos imaginar es la comunión amorosa de otras personas, amar y ser amados, conocer, disfrutar, acompañar, aventurarse, crear. Eso es lo que ha estado ocurriendo en el cielo por siempre. Hay una fiesta eterna que ni siquiera nos podemos llegar a imaginar. Pero Dios ha comenzado a mostrárnoslo. Un segundo destello de la grandeza de Dios está en el libro de Job. Este es un gran libro cuyo estudio nos ayuda a tener una impresión de cómo es Dios y lo que hacía antes y después de haber creado el universo. Ahí encontramos a Job siendo desafiado por Dios mismo. Job había estado manifestando sus quejas, muy comprensibles, y el Señor le respondió desde un torbellino, preguntándole a Job dónde estaba cuando Dios ponía los cimientos de la tierra. "¿Sobre qué están afirmados sus cimientos? ¿O quién puso su piedra angular cuando aclamaban juntas las estrellas del alba y gritaban de júbilo todos los hijos de Dios?" Qob 38:6, 7). 22

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Esta es una descripción de lo que ocurría antes que la tierra fuera creada: Dios existe por la eternidad, la autosuficiencia de Dios para consigo mismo, este Ser de tan enormes proporciones

y de tan infinita complejidad, y todos sus seres creados con él. La grandeza de Dios en sí mismo sobrepasa mucho más allá de lo que nos podamos imaginar. La tierra es simplemente un pequeñísimo fragmento de su inmensa creación. Recordemos las primeras palabras del Padre Nuestro: "Padre nuestro que estás en los cielos ... " (Mat. 6:9). Inmediatamente viene la primera petición: "Santificado sea tu nombre". ¿Qué es lo que pides cuando oras así? Estás pidiendo que Dios sea conocido justamente como es en realidad. Que su nombre sea atesorado y amado. ¿Por qué? Porque una vez que comenzamos a tener una impresión de quién es Dios en realidad, todo lo demás se hace insignificante. Cuando la suficiencia abundante de Dios en sí mismo y el espacio glorioso de su reino están continuamente presentes en la mente, todo lo demás ocupa su lugar correcto y nos abrimos a una vida en la que encontramos que Dios es más que capaz de suplir todo lo que necesitamos.

La provisión abundante de Dios Pablo con certeza experimentó este tipo de vida, y utilizó lenguaje parecido al de los salmos para describir esta vida a los cristianos en Filipos, en respuesta a una ofrenda monetaria que ellos le habían enviado. Él les agradeció por su bondad: En gran manera me regocijé en el Señor porque al fin se ha renovado la preocupación de ustedes para conmigo. Siempre pensaban en mí, pero les faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez pues he aprendido a contentarme con lo que tengo (Fil. 4: 1O, 11, énfasis añadido).

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Pablo estaba hablando de lo que había aprendido en sus experiencias con la provisión todo suficiente de Dios: a contentarse, a estar tranquilo, libre de toda ansiedad. Aunque está agradecido por el donativo de los filipenses, podría haberles dicho que en verdad no necesitaba lo que ellos habían enviado. Por un lado, el rey David escribió: "El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará'', pero, por otro lado, Pablo escribió: "No lo digo porque tenga escasez". Ambos conocieron la provisión de Dios que para ellos se convirtió en una vida sin carencias. ¿Pero cómo pudo Pablo haber dicho esto? A este hombre lo habían metido arrastrando a prácticamente todas las cárceles del imperio romano. Varias veces lo encontramos sorteando tempestades en el mar, tratando de sobrevivir a naufragios. A mí me haría exclamar: "¿Cómo que nada nos faltará? ¿Es que acaso no me vendría bien usar una balsa salvavidas?". Él respondería así: "Bueno, sí, seguro; tomo la balsa, pero en realidad no tengo que tomarla, ¿me comprendes?". ¿Qué clase de hombre es este? Es uno que ha tenido muchas lecciones, en muchas circunstancias diferentes, que le han enseñado las verdades profundas de la suficiencia. Su testimonio simplemente es: "Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!" (Fil. 4:12, 13f. ¿Qué tenían en común David y Pablo que les dio a ambos esta confianza? Los dos conocían a Jesús, quien proclamó: "Yo soy el buen pastor" (Juan 10:11). David habla de ser fortalecido por la vara y el cayado del pastor; Pablo habla de ser fortalecido *En 2 Corintios 11 :22-28 hay una descripción más completa de las situaciones en que Pablo experimentó la suficiencia de Dios.

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por Cristo. Es la misma experiencia. Y Pablo estaba convencido de que es una experiencia que está al alcance de todos. Por esa convicción podía lanzar la promesa a los filipenses: "Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (4:19). Observemos que en esta declaración de Pablo aparece el cómo hará Dios para suplir su necesidad: conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. La gloria de Dios es donde se encuentran sus riquezas.

Una visión de gloria Gloria se refiere a la naturaleza refulgente de Dios y al territorio donde mora. La gloria de Dios incluye todos los campos celestiales, los cielos y la tierra que su palabra creó: eso es la gloria. La misma gloria estaba en Jesús, una parte central de cuyo ministerio fue la revelación de esa gloria. Él la reveló en una boda en la aldea galilea de Caná, cuando convirtió el agua en vino muy fino. Algunos prefieren decir que era jugo de uva, y para mí no hay problema. De todas formas, es un milagro igual de grandioso hacer jugo de uva a partir de agua, que hacer un vino francés de los más caros. Si hubiese convertido el agua en pegamento, ¡seguiría siendo un milagro! No obstante, en ese momento no necesitaban pegamento, sino más vino. Juan resumió así la importancia de ese acontecimiento: "Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él" (Juan 2: 11). El milagro fue la primera "señal" que manifestó su "gloria". En otras palabras, el vino era un destello de la realidad de que Jesús venía de otro lugar (un lugar hermoso que brilla con esplendor de gloria) la misma presencia de Dios. Un lugar que, debido a los recursos infinitos de Dios, no conoce carencia alguna. La gloria DIOS EN SÍ MISMO (PRIMERA PARTE)

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de Jesús obviamente se había manifestado a su madre a lo largo de su vida, por eso ella ya sabía a quién acudir cuando se les acabó el vino. Como sabía que Jesús tenía acceso a la abundancia de las riquezas de Dios en gloria, ella les dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga" (Juan 2:5). Una vez más, Pablo prometió a los creyentes filipenses que Dios supliría todas sus necesidades. Esto también se aplica para nosotros hoy. Él va a suplir todas nuestras necesidades. Todas ellas. Ni una necesidad quedará sin atenderse. Y vamos a exclamar, con las palabras del Salmo 23: "mi copa está rebosando" (v. 5, énfasis añadido). ¡Vas a tener más que suficiente! Dios no tiene escasez de nada. Sus "riquezas en gloria" son infinitas. Lo vemos cuando Jesús multiplicó los panes y los peces. ¿Cuánto sobró? ¡Doce canastas! Dios no es tacaño. Dios mora en abundancia magnífica y, de esa abundancia, provee con amor para nuestras necesidades. Dios no está preocupado de que se pueda acabar algo de su provisión. Dios es más que rico: es rebosante de todo lo bueno y de todo lo que necesitamos; tiene tanto que nunca se le acabará. Es importantísimo recordar esto cuando nos preocupamos por una necesidad percibida, pues en ese momento tal vez nos viene la tentación de pensar que quizás, solo quizás, Dios sea tan tacaño y de espíritu tan pequeño como nosotros. Dios, sin embargo, no es así: a Dios le encanta dar; a Dios le encanta perdonar; a Dios le encanta que brote su bondad (Juan 4: 14). Nada le deleita más que dar a todo aquel que quiera recibir. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado ... " (Juan 3:16).

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~'~ CAPÍTUL02 ~~

Dios en sí mismo (segunda parte) Vivir siendo conscientes de nuestro magnífico Dios En primer lugar, hijo mío, piensa en Dios magníficamente. Magnifica su providencia; adora su poder, ora a Dios frecuentemente y sin cesar. Llévalo siempre en tus pensamientos. Enseña a tu mente a reverenciar a Dios en todo lugar, porque no hay lugar donde no esté. Por eso, hijo mío, teme, adora y ama a Dios; al principio y al final, ¡piensa magníficamente en Dios! -PATERNO, CONSEJOS A UN HIJO

E

l Salmo 23 comienza con una declaración que seguramente es de lo más atrevido que se puede decir en cualquier idioma: "El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará". En una primera lectura estamos tentados a pensar: "¿Estará este tipo viviendo en el mundo real?". Y la respuesta ciertamente es un sí. De hecho, está viviendo en el mundo más real de todos, un 27

mundo en el que Yavé está presente, es accesible y está activamente involucrado en la vida de quienes lo conocen y confían en él. Esas personas pueden decir con certeza: "Nada me faltará'', y saben por experiencia que es verdad. Tú también puedes. Como ya he dicho, el secreto para vivir una vida sin carencias está enraizado en nuestro conocimiento de Dios. Cuando ese conocimiento no está en nuestra mente, todo se desmorona. Por este hecho fundamental, voy a enfatizar de nuevo la verdad que comenzamos a examinar en el capítulo anterior: tu contacto primordial con Dios es por medio de tu mente, y lo que haces con tu mente es la decisión mds importante de todas. El rumbo que tome tu mente será el rumbo que tomarán todas las otras áreas de tu vida. Cuando tu mente pierde su integridad (por enfermedad, daño o pecado) eso se manifiesta en tus acciones, que se vuelven caóticas y desarticuladas 1• No tienes una conexión correcta con la realidad e incluso puedes morir. Tu mente pierde contacto con lo que es correcto y tu cuerpo sigue por el mismo camino. Este fenómeno es simplemente un ejemplo de lo que le ha ocurrido al mundo en general después de la caída en el pecado. Nuestra mente está en el lugar equivocado y hace contacto con las cosas equivocadas. Aquello en lo que la mente se posa genera esa realidad en nuestra vida. Si ponemos nuestra mente en Dios, la realidad de Dios viene a nuestra vida, por eso debe haber maestros y predicadores, porque hasta que nuestra mente esté informada con la visión correcta de Dios, no podremos concentrarla en Dios de manera correcta. El problema es tan severo que cuando Jesús vino, su mensaje fue esencialmente este: "Olviden todo lo que suponen que saben sobre Dios, y yo voy a decirles cómo es Dios en verdad'". · Mateo 22:29.

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El problema es tener ideas equivocadas. Como dijo alguien hace mucho tiempo: "Lo que nos lastima no es lo que sabemos. Más bien es lo que sabemos que no es así" 2 • Todo lo que sabemos equivocadamente sobre Dios, lo que "no es así", destruye nuestra vida; nos envenena, deja la vida desfasada, descentrada y fuera de equilibrio, además de no permitir que el cuerpo tenga una relación apropiada con la realidad. Las ideas equivocadas sobre Dios hacen que sea imposible que funcionemos en buena relación unos con otros. No podremos amarnos unos a otros si no tenemos nuestra mente llena de la visión correcta de Dios. Recuerda que en el capítulo anterior hablábamos del nombre de Dios. En el Salmo 23, al decir "El SEÑOR es mi pastor", la palabra "SEÑOR" es el nombre de Dios, Ytzvé o jehová: "Yavé es mi pastor". Como mencioné en el capítulo 1, el nombre significa "ser eterno y autosubsistente". Es el nombre de Dios más utilizado en el Antiguo Testamento porque es el más revelador de la naturaleza de Dios. Dios es un ser que no puede no ser. Tal vez esta idea parezca muy alejada de tu vida cotidiana, pero no es así. Te preocupas principalmente del ser, especialmente tu propio ser, o el de tus seres queridos. Una niña o niño pequeño descubre el misterio y el terror del ser cuando la muerte se lleva a su pescadito mascota, a su gatito o a algún pariente: le duele porque el no-ser no es natural. El ser es algo natural en un mundo en donde hay un Dios como Yavé: un ser eterno y autosubsistente, tan pleno, grande y glorioso que es imposible que no sea. Ese es Yavé.

Lo que no ves es más importante que lo que sí puedes ver Lo más importante que hay que recordar sobre Dios es que es totalmente distinto en su ser a todo lo que podemos ver. En toda la DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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Biblia podemos detectar un contraste entre lo visible y lo invisible. Recordemos lo que dijo Pablo en Romanos 1:20: "Porque lo invisible de él -su eterno poder y deidad- se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas". Ahí lo tenemos: lo invisible se hace visible por medio de las cosas que fueron creadas. ¿Y en qué manera es esto cierto? La naturaleza de Yavé (un ser que no puede no ser) se revela por las cosas que ha hecho, porque todo lo que ha sido hecho podría también fácilmente no ser, ya sea un sistema solar, una estrella, una galaxia, un saltamontes o tú o yo. Con todos, los humanos somos seres con una diferencia importante respecto a esos otros seres: tenemos dos lados, porque hay una parte de nosotros que tampoco puede no ser. Nunca dejarás de existir, así que si tienes miedo de perder tu existencia, no temas más. ¿Por qué? Porque Dios, en la creación, nos ha impartido un aspecto de sí mismo. Ser creados a su imagen significa (entre otras cosas) que también somos seres eternos y que podemos crear, pero, a diferencia de Dios, no somos autosubsistentes porque dependemos de él para nuestro ser. Tu propia experiencia verifica la verdad de Romanos 1:20. Aunque sabemos que para los demás somos visibles, también sabemos que hay una parte de nosotros que es invisible. Son tus pensamientos y sentimientos (tu mente) y, sobre todo, tu capacidad de elegir (tu voluntad). Puedes dirigir tus acciones, hacer planes y llevarlos a cabo; es una función de tu parte invisible. Sabes, por experiencia, que tu voluntad es la fuente de las cosas visibles que llegan a la existencia como resultado de tus elecciones. ¿Cómo lo sabes? Simplemente observando. El hecho de estar leyendo estas palabras ahora mismo es un buen ejemplo. En algún momento del día, tal vez hace veinte minutos, tu parte invisible decidió leer este libro. Esa decisión condujo a acciones 30

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visibles como tomar el libro, buscar una cierta página y otras acciones, como seguir leyendo, o incluso tomar notas; todas esas acciones son visibles. ¿Por qué ocurrió todo eso? Dudo que sea porque alguien te obligó a hacerlo y te forzó a leer. No, estás leyendo este libro porque tu parte invisible decidió hacerlo, y dirigió a tu cuerpo a hacer las cosas necesarias, y ahora aquí estás leyendo. El punto es que tienes en ti mismo la experiencia de Romanos 1:20, que lo invisible da origen a lo visible. Esa es la razón por la cual cuando miras las cosas visibles, puedes saber dos cosas que todas tienen en común: primero, que llegaron a existir, y tarde o temprano, dejarán de existir; segundo, que cada una de ellas fue creada a partir de una fuente invisible. Una vez más, sabes esto por experiencia propia y lo confirmas en otros que también tienen la misma experiencia. Si tuviera que resumir todo esto en una frase, diría que es la experiencia del libre albedrío. Al crearnos a su imagen, Dios nos ha dado, en la voluntad, el poder de la acción generadora, el poder de crear y de dar existencia a ciertas cosas. De manera que tú mismo eres la mejor pista para entender la naturaleza de Dios, para comprender que aunque tus poderes y tu ser son limitados y dependientes, los de Dios no. Todo lo que existe fuera de Dios, existe por causa de Dios.

Prohibido confundir a Dios con cualquier cosa En las clases infantiles de la iglesia cuando yo era niño, siempre tenía mucho sentido para mí la segunda parte de los Diez Mandamientos, especialmente "No robarás" y "No dirás contra tu prójimo falso testimonio", porque se aplicaban directamente a mi nivel. Yo sabía exactamente lo que significaban. Y me DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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gustaba "No matarás" porque me tranquilizaba saber que no me iban a matar. Los primeros mandamientos, sin embargo, no tenían mucho sentido para mí, en particular el segundo, la prohibición a hacerse ídolos y adorarlos. El segundo mandamiento dice así: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra (Éxo. 20:4).

De todas las cosas que Dios creó, ¿qué ha quedado fuera de este mandamiento? Nada. Todas las cosas creadas están incluidas en la prohibición. Otra palabra que el Antiguo Testamento utiliza para referirse a los ídolos es vanidad, o vanidades', ya que los ídolos son cosas vanas, vacías, sin valor; cosas que no tienen realidad ni poder espiritual. El Salmo 24:4 habla de la persona "que no ha elevado su alma a la vanidad": en versiones más contemporáneas la palabra vanidad se traduce ídolo o ídolos". El segundo mandamiento de Dios continúa así: No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el SEÑOR tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen. Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos (Éxo. 20:5, 6).

La palabra celoso captura de manera exacta la explicación que Dios hace del mandamiento, que es su celo o fervor por el bienestar de sus criaturas, especialmente de los seres humanos. Luego viene el tercer mandamiento: ·Ver Salmo 31 :6 y Jonás 2:8. La palabra hebrea shavse traduce como "ídolos vanos" o "vanidades ilusorias", aunque es un solo vocablo que en otras versiones se traduce simplemente como vanidades. •• Nota del editor en español: Por ejemplo, Nueva Versión Internacional, Nueva Traducción Viviente, Palabra de Dios para Todos y Dios Habla Hoy. La Traducción en Lenguaje Actual y la Nueva Biblia al Día utilizan "dioses falsos".

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No tomarás en vano el nombre del SEÑOR

tu

Dios, porque el

SEÑOR no dará por inocente al que tome su nombre en vano (v. 7).

Casi siempre se entiende mal el mandamiento de no tomar el nombre de Dios en vano con la idea de jurar o maldecir, especialmente usando el nombre de Dios para condenar a algo o a alguien, o tal vez el uso a la ligera de la expresión "¡Dios mío!". Aunque eso puede llegar a ser un problema, el punto del mandamiento no es ese. Más bien se trata de cualquier forma de usar el nombre correcto de Dios, Ytwé, que no vaya de acuerdo con la naturaleza verdadera de Dios. Recordemos, el nombre de Dios refleja su naturaleza, y la forma más común de usarlo "en vano" es degradando a Dios al nivel de una cosa creada. En esencia eso es lo que constituye un ídolo. Transgredimos este mandamiento cada vez que nos referimos a Dios de maneras inapropiadas para la grandeza de su ser, especialmente, esas maneras que no toman en cuenta que Dios es un poder eterno e invisible que tiene personalidad. Esto es precisamente lo que ocurre cuando el ser humano se fabrica una estatuilla de madera o de piedra y la trata como si tuviera características divinas, cuando en realidad no es nada más que un trozo de materia sin vida y sin aliento. Con todo, esa no es la única forma de ser idólatra. Cualquier cosa que ocupa en la vida un lugar más importante que Dios, es idolatría: la posición social, la influencia, el éxito, la riqueza, hasta la familia. Como señala Pablo, también se incluyen en esto las personas codiciosas, las que adoran las cosas que quieren poseer (cosas creadas)". En el capítulo 6 trataremos este punto con más detalle.

·Ver Efesios 5:5: "Porque esto lo saben muy bien: que ningún inmoral ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios".

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Una educación prolongada en la misma dirección La historia de Israel es una educación prolongada, constante, en lo que significa obedecer el mandamiento de no tomar el nombre del Señor en vano. Esta educación se refiere a aprender a pensar y hablar de Dios de manera correcta. En particular, en su salida de la esclavitud en Egipto y hasta su retorno de Babilonia y de Persia, Israel aprendió que su Dios (Yavé) literalmente es de otro mundo, incomparable con cualquier cosa de la creación en su bondad, poder y gloria autosustentable. ¿De qué forma se puede hacer uso del nombre de Dios sin que sea "en vano"? Después de haber conocido a Jesucristo. Solo en ese punto somos plenamente capaces de usar su nombre correctamente. ¿Por qué? Una forma de responder a esa pregunta se encuentra en lo que comúnmente se conoce como la oración sacerdotal de Jesús, que se encuentra en Juan 17. Debido a la profundidad con la que Jesús se mueve en esta oración, casi no se predican sermones sobre este pasaje. Es una revelación maravillosa de la naturaleza y del nombre de Dios. En el versículo 5 Jesús ora así: "Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma presencia con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo". Como vimos en el capítulo anterior, Job 38:7 describe lo que había antes de que existiera el tiempo, una celebración gozosa y maravillosa, "cuando aclamaban juntas las estrellas del alba y gritaban de júbilo todos los hijos de Dios". ¿Qué imaginas que decían al gritar de júbilo? ¿Qué les hacía tan felices? La respuesta es la gloria de la que Jesús está hablando aquí, "la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo" (Juan 17:5). Jesús continúa: "He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste" (v. 6), lo cual equivale a decir: "He mostrado a estas personas lo que en 34

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realidad significa tu nombre". El nombre de Dios es una expresión de su naturaleza, y de todo lo que podemos recoger al observar la vida de Jesús (sus enseñanzas, su ministerio de sanidad, su forma de tratar a la gente, y cómo oraba) la única conclusión que tenemos es que Dios es un ser perfectamente glorioso y perfectamente seguro. Esto es lo que significa el nombre de Dios y la razón por la cual es "exaltado más que toda bendición y alabanza'' (Neh. 9:5). Haz una pausa en este momento para pensar en lo más maravilloso que pudieras decir sobre alguien. Considera las características que debiera tener alguien para merecer tus alabanzas más sublimes. Independientemente de lo que hayas pensado, Dios está mucho más arriba que eso. La gloria, el poder y la bondad de Dios merecen una alabanza infinitamente superior. Sin importar la magnificencia de poder, bondad, paciencia o cualquier otro atributo que desees asignar a alguien, Dios lo sobrepasa por mucho. Así que, al "contar tus bendiciones", cuántas y cuán maravillosas lleguen a ser, el nombre de Dios va a estar mucho más allá que todas ellas. E incluso cuando le otorgues a Dios tus mejores alabanzas, todavía seguirá mereciendo más. No hay absolutamente nada que le haga falta a Dios: debemos entender esto, porque la suficiencia rebosante que experimentamos cuando Yavé es nuestro Pastor depende de la suficiencia total del Pastor. Si no entendemos la suficiencia total del Pastor, nunca vamos a experimentar esa suficiencia en relación con Dios. Dios tiene lo que necesitamos, en cantidades infinitas. Tomar el nombre de Dios en vano es simplemente hablar, pensar o imaginar que Dios es menos de lo que en realidad es. Y del mismo modo que Israel, nosotros también requerimos una educación larga y constante en esta dirección. Quienes se dan el DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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tiempo para conocer y confiar más y más en Dios como Dios es realmente, están poniendo los cimientos firmes de una vida sin carencias.

Ahora que lo pienso, no hay nada que temer En este apartado tenemos el objetivo de pensar sobre Dios, así como de hacerlo correctamente según la verdad sobre el tipo de ser que Dios es. También te pido que pienses sobre ti mismo y sobre qué clase de ser eres tú. Quiero que pensemos bien las cosas y que lleguemos a una comprensión correcta del asunto. Esto nos conducirá, junto al Señor, a acciones basadas en esta verdad. Jesús nos enseñó a no temer a quienes pueden matar el cuerpo'. También explicó otros miedos que tiene la gente, y los descartó a cada uno de ellos de manera amable e inteligente. Podemos vivir totalmente sin miedo. Dios es la clase de ser que, si pones tu vida en sus manos, en confianza, te asegura que no te ocurrirá nada de lo que tengas que decir: "Tengo miedo" o "No tengo lo suficiente". ¿A qué le tienes miedo? Sea lo que sea que viene a tu mente, quiero que sepas que no tienes nada que temer. Si dudas de esto, te invito a pedirle a Dios que te de paz al respecto. Permíteme decirlo otra vez: no importa cuál sea tu miedo, puedes vivir sin ese miedo. No tienes por qué estar asustado de nada. Nada, absolutamente nada: ni a la muerte, ni a la pérdida de seres queridos, ni a estar sin alguien que cuide de ti. Para mucha gente es una obsesión que tienen al envejecer: temen que no habrá nadie que los cuide, lo cual estoy afirmando aquí que es completamente innecesario y evitable. Si te das el tiempo que se requiere para conocer y confiar en Dios como lo que es en · Mateo 10:28; Lucas 12:4.

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realidad, y le pides al Señor que ilumine tu mente, podrás llegar a tener paz perfecta y ausencia de temor. Puedes vivir sin temor

porque Dios está contigo. Esto es precisamente lo que dice el Salmo del Pastor. Ahora bien, hay quienes pueden leer esto y comenzar a sentirse culpables por tener miedo de algo, pero esa no es mi intención. Puedes dejárselo a Dios, que comprende y perdona. Mi intención es ayudarte a que llegues a darte cuenta de que el miedo y las preocupaciones son emociones que no valen la pena; de hecho, son vanas. Si tienes miedo, no sirve de nada sentirse culpable por ello. Lo que tienes que hacer es fijar la mente en Dios y pedirle que llene tu mente con él mismo. Cuando la mente es transformada, toda tu personalidad se transforma, incluyendo tu cuerpo y tus sentimientos. La transformación del ser en una vida alejada de todo temor e insuficiencia ocurre cuando fijamos nuestra mente en Dios como quien realmente es.

"Yo soy el buen pastor": Jesucristo es Yavé En su carta a los cristianos en Éfeso, Pablo mencionó "las inescrutables riquezas de Cristo" (Efe. 3:8). En el centro de esas "riquezas" está Cristo mismo, porque, de hecho, él es ese ser de total autosuficiencia que hemos estado recalcando. Él es el SEÑOR-Pastor del Salmo 23, ¡Yavé hecho carne! En la descripción que hace el apóstol Juan de los acontecimientos en el huerto de Getsemaní, al llegar Judas con el grupo de líderes judíos y soldados romanos para arrestarlo, Jesús les pregunta a quién estaban buscando. Cuando responden: "A Jesús de Nazaret", la respuesta de Jesús es poderosa. La frase en griego es literalmente "Yo Soy". Es muy elocuente la reacción de aquellos hombres que vinieron a arrestar a Jesús ante esta revelación: DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA l'..\.HTE)

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retrocedieron y cayeron al suelo (Juan 18: 1-8). Jesús sabía muy bien lo que estaba diciendo al usar esa frase, la cual aparece una y otra vez en el Evangelio de Juan. Jesús está señalando su identidad como el gran "YO SOY": Yavé, el eterno, autosuficiente creador de todo, el Señor del pacto con Israel. Por eso Jesús podía, con toda confianza, poner su vida libremente. Él dijo: "yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar" (Juan 1O:17, 18). Él vivió total y completamente sin miedo. ¿Por qué? Porque comprendió su relación con su Padre. Jesús es la primera persona que vivió plenamente el Salmo 23: 1: "El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará''. Su unión con su Padre era tan fuerte que nunca conoció carencias ni miedos. El Padre era el Pastor de Jesús, así como Jesús es el nuestro. Así como Jesús no conoció el miedo, nosotros también podemos vivir así.

¿Quién es Jesús? Para entender mejor esto y ver cómo es posible una vida sin miedos, necesitamos una mirada más profunda a la persona de Jesús. Pudiéramos ir directamente al punto en lo profundo del estanque teológico y considerar brevemente la naturaleza trina de Dios. ¿Por qué la Trinidad? Simplemente porque la naturaleza de la personalidad infinita y amorosa de Dios es ser múltiple en sí mismo y en su actividad creativa. Por eso Dios creó los cielos y los pobló. ¿Y qué hay en los cielos? Principalmente personas: seres maravillosos y gloriosos, llamados "hijos de Dios" (Job 1:6; 38:7) o "ángeles" (Heb. 1:13, 14; Apoc. 7:11). ¿Y por qué creó Dios a los ángeles? Porque es una personalidad capaz de entender y de amar, y el amor desea ser compartido con otros. Así que 38

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Dios creó esta maravilla llamada "los cielos" y "los cielos de los cielos" (Deut. 1O:14) en donde mora con sus seres angelicales creados. Luego, de ahí viene su deseo de crear seres humanos como otra dimensión de la oportunidad de desarrollar el amor. Dios es personalidad. Dios crea otras personalidades y, de la plenitud de su ser, los ama. Cuando leemos 1 Corintios 13, que describe el amor, ¿qué sentimos? Inténtalo. Así describe Pablo el ágape, el amor divino: El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser (1 Cor. 13:4-Sa).

Tal vez hayas oído que cada vez que aparece la palabra amor en este texto, debes insertar tu nombre en su lugar. No sería de sorprender que te resulte un ejercicio frustrante, porque lo que hace es invertir el orden correcto de las cosas. El primer objetivo de Pablo no es dar instrucciones sobre cómo deben vivir los cristianos, sino describir cómo es Dios. Para empezar, estas palabras describen el amor de Dios, un amor que es fruto de la autosuficiencia absoluta de él. La clave para poder amar así es estar "llenos de toda la plenitud de Dios" (Efe. 3: 19). Dios puede amar así porque es Dios y si nosotros vamos a amar así, necesitamos estar totalmente inmersos en su persona. La mayoría de la gente acordaría que si todos amáramos como lo describe Pablo, casi todos los problemas que enfrentamos en la sociedad humana desaparecerían, junto con muchos otros que usualmente no los relacionamos con la conducta humana desviada. En el centro de tantas dificultades nuestras se DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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encuentra el miedo: miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la muerte, miedo a la enfermedad, miedo a no poder cuidarnos solos en la vejez, miedo de lo que pudiera ocurrirles a nuestros seres queridos. Hay muchísimas cosas que pueden atemorizarnos. ¿Cuál es la respuesta a todos nuestros miedos? El amor. El amor que proviene de la plenitud, de la plenitud de la suficiencia de Dios. En 1 Juan 4: 18 dice: "En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor conlleva castigo ... ". Tener miedo es ser atormentado con un castigo, mientras que amar perfectamente (y saberlo) es ser libres del tormento del miedo.

iDale con todo! Mi esposa y yo conocimos a un hermano en Cristo, de edad avanzada, que cada vez que se hallaba cargado por circunstancias difíciles, encomendaba su situación a Dios de la siguiente manera: iba al patio trasero, alzaba sus brazos y clamaba: "¡Dale con todo! ¡Dale con todo!". La única manera en que se puede orar sinceramente así es cuando se sabe que no somos nosotros quienes estamos en control, sino que estamos cimentados en la suficiencia de Dios el Pastor. La recomendación de Norman Vincent Peale para quienes están atrapados por el miedo es imaginarse que ha sucedido aquello que más temen, y luego preguntarse: "¿Dónde estaría si esto realmente sucediera? ¿Qué le pasaría a Dios?" 3 . Si hiciéramos esto, nos daríamos cuenta de que en realidad no habría gran diferencia, porque la mayoría de nuestros miedos son muy triviales. Podemos enfrentar incluso miedos severos cuando tenemos confianza en la fuerza y la generosidad de Dios, así como en el hecho de que su reino no está en peligro y que estas 40

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cosas no lo destruyen. En el capítulo famoso de la fe, Hebreos 11, después de la lista de los grandes héroes del Antiguo Testamento y de sus logros, el autor añade esto: Unos fueron torturados, sin aceptar ser rescatados, para obtener una resurrección mejor. Otros recibieron pruebas de burlas y de azotes, además de cadenas y cárcel. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a espada. Anduvieron de un lado para otro cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; pobres, angustiados, maltratados. El mundo no era digno de ellos. Andaban errantes por los desiertos, por las montañas, por las cuevas y por las cavernas de la tierra (Heb. 11 :35-38).

¿Qué te parecen esas palabras de aliento? ¿Qué es lo que está pasando aquí? ¿No se supone que este texto debe impulsar nuestra fe? Sí, y justamente de esta manera: por la naturaleza de Dios y de su reino, todos sus seres creados y todos los que confían en Dios pueden decir: "¡Que ocurra lo peor! ¡Que ocurra lo peor, y Dios y yo vamos a seguir juntos en la abundancia de su Ser!". Tal vez digas: "Pero si me matan, ¿quién va a cuidar de mis hijos?". Uno de los grandes mártires de la iglesia cristiana hace muchos años, el doctor Rowland Taylor, pasó junto a su esposa e hijos en su camino hacia la hoguera en la que sería quemado. La noche anterior había escrito: "Dios cuida de las aves y de cada cabello de nuestra cabeza. He descubierto que él es más fiel y más favorable que cualquier padre o esposo". Al pasar junto a su familia por última vez, dijo: ''Adiós, querida esposa; ten ánimo, porque tengo paz en mi conciencia. Dios traerá un padre para mis hijos" 4 • Estaba testificando del poder de Dios para proveer todo lo que necesitamos, sin importar las circunstancias. ¿Y qué hay de Jesús en todo esto? Hemos hablado de la suficiencia de Dios, de que él está junto a nosotros, de que Dios es amor, de que es un Dios social que creó personas y un reino y DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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que los sostiene. Jesús es una manifestación de esa realidad gloriosa. Una de las grandes profecías del Antiguo Testamento se encuentra en Miqueas 5:2: "Pero tú, oh Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será el gobernante de Israel, cuyo origen es antiguo desde los días de la eternidad". Notemos la insignificancia relativa de Belén. Es uno de los pequeños clanes de Judá, de donde había de venir el Mesías. Esto, además de concordar con la enseñanza de Jesús en cuanto a que los últimos serían primeros y que los primeros serían últimos, es primordialmente una declaración del reino sin límites de Dios. Por eso Jesús pudo declarar que son bienaventurados aquellos que la religión margina (los pobres, los hambrientos, los que lloran y los que son perseguidos): porque, a pesar de sus circunstancias, ellos están viviendo en comunión vital con el Pastor y su reino, y nada les faltará 5• Jesús sabía lo que decía porque, según el profeta Miqueas, su "origen es antiguo, desde los días de la eternidad". Jesús existía mucho antes de hacer su aparición terrenal. Esto se ve claramente en Juan 17:24, donde Jesús oraba así: "Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo". ¿Cuándo amó el Padre al Hijo? ''Antes de la fundación del mundo". Al colocar este versículo lado a lado con el texto de Miqueas 5:2, comenzamos a ver más claramente la imagen de la grandeza de Dios y la vida en su reino. Están Dios (Padre, Hijo y Espíritu, en suficiencia plena) y sus seres creados, disfrutando la gloria' (la grandeza plena y maravillosa) del reino de Dios. Esta es la vida ' "Gloria" es la grandeza, la bondad, la magnificencia increíblemente hermosa de todos los aspectos de Dios. Jesús tenía todo eso antes de venir a la tierra

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que conoció el Hijo antes de su encarnación. Y cuando vino, aunque dejó de lado algo de su gloria, era capaz de darnos destellos impactantes de esa gloria, destellos que tenían como objetivo mostrarnos una visión de la vida en la que nada falta.

Destellos de gloria y suficiencia Es importante darnos cuenta de que el poder de Dios tiene el propósito de estar al alcance de los seres humanos. Eso es lo que vemos en la vida y el ministerio de Jesús, y buena parte de su entrenamiento a los discípulos tenía como objetivo mostrarles cómo es posible hacer esto. Jesús tenía plena confianza en el poder de Dios, y quería implantar esa misma confianza en sus discípulos. No quería que vivieran cegados en cuanto a esto. Un ejemplo muy claro de esto ocurrió cuando subió a una montaña en Galilea con tres de sus discípulos más cercanos, Pedro, Jacobo y Juan, para darles un poco más de entrenamiento avanzado en el ministerio del reino. Lucas nos relata el hecho de esta manera: Aconteció, como ocho días después de estas palabras, que tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra y sus vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes. Y he aquí, dos hombres hablaban con él. Eran Moisés y Elías, quienes aparecieron en gloria y hablaban de su partida que él iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y los otros con él estaban cargados de sueño; pero se mantuvieron vigilando y vieron su gloria y a dos hombres que estaban con él. Aconteció que, mientras aquellos se apartaban de él, Pedro dijo a Jesús, sin saber lo que decía: -Maestro, nos es bueno estar aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y les hizo sombra. Y ellos tuvieron temor cuando entraron en la nube. Entonces ele la

DIOS E.N SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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nube salió una voz que decía: "Este es mi Hijo, el Escogido. A él oigan". Cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo. Y ellos callaron, y en aquellos días no dijeron a nadie nada de lo que habían visto (Luc. 9:28-36).

Este suceso cumplió lo que Jesús había dicho más o menos una semana antes. En esa ocasión estaba solo con sus discípulos y les preguntó qué estaba diciendo la gente sobre él, quién creían que era Jesús. Los discípulos le dieron el reporte de varias opiniones de la gente, incluyendo que era Juan el Bautista, Elías o algún otro de los grandes profetas hebreos. Después Jesús volteó la pregunta y la dirigió a sus discípulos: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Entonces Pedro, respondiendo, dijo: "El Cristo de Dios". Pero él les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie (vv. 20, 21). Luego, después de predecir su sufrimiento, muerte y resurrección, así como de explicar lo que se requiere para ser su discípulo, Jesús declaró: "Y les digo, en verdad, que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios" (v. 27). Notemos con cuidado lo que Jesús predijo que iba a suceder a algunos de sus discípulos antes de morir: verían el reino de Dios. No todo el reino, pero sí lo suficiente. Eso es precisamente lo que ocurrió en lo que conocemos como el monte de la transfiguración. Pedro, Jacobo y Juan recibieron un destello glorioso de la realidad de Dios y de su reino, que se hicieron visibles para ellos: siempre estuvo ahí, pero ahora lo podían ver. Cuando Mateo describió la apariencia de Jesús en la transfiguración, dijo: "Su cara resplandeció como el sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz" (Mat. 17:2)'. • Considero que esta es otra manifestación de Dios por medio del fuego: energía que se libera, según mencionamos en el capítulo 1.

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Lo más importante de aquel día fue la revelación de la gloria del reino de Dios. La gloria que Pedro, Jacobo y Juan vieron en Jesús también estaba en Moisés y Elías, quienes obviamente no habían estado descomponiéndose en la tumba, sino disfrutando de la comunión con Dios y de la grandeza de su reino. Aunque Pedro tenía todavía algunas otras lecciones que aprender, él nunca olvidó esta. En su segunda carta, fundamentó sus enseñanzas y exhortaciones directamente en la realidad de lo que vio ese día en el monte de la transfiguración: Porque les hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo no siguiendo fábulas artificiosas, sino porque fuimos testigos oculares de su majestad. Porque al recibir de parte de Dios Padre honra y gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: "Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia". Y nosotros oímos esta voz dirigida desde el cielo cuando estábamos con él en el monte santo. También tenemos la palabra profética que es aun más firme. Ustedes hacen bien en estar atentos a ella como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que aclare el día y el lucero de la mañana se levante en su corazón (2 Ped. 1:16-19).

La entrada por medio del nuevo pacto Este tema del mundo visible y del invisible vuelve a aparecer en Hebreos, donde se nos da otro destello de la gran realidad del cielo. En su defensa de la superioridad del nuevo pacto de gracia por sobre el viejo pacto con sus leyes y reglamentos, el autor contrasta la experiencia atemorizante de Moisés y de los israelitas en el monte Sinaí con lo que está a nuestro alcance como seguidores de Cristo: Ustedes no se han acercado al monte que se podía tocar, al fuego encendido, a las tinieblas, a la profunda oscuridad, a la tempestad, al DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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sonido de la trompeta y al estruendo de las palabras que los que lo oyeron rogaron que no se les hablara más porque no podían soportar lo que se mandaba: Si un animal toca el monte, será apedreado. Y tan terrible era aquel espectáculo que Moisés dijo: "Estoy aterrado y temblando". Más bien, se han acercado al monte Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a la reunión de miríadas de ángeles, a la asamblea de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espírirus de los justos ya hechos perfectos, a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abe! (Heb. 12:18-24).

¡Esa es la realidad del cielo! Es donde estamos, con Dios en el centro, y rodeados de todos sus seres perfectos y perfeccionados, aquellos que han llegado a Dios por medio de Jesús, el Cordero de Dios cuya sangre no clama pidiendo juicio ni condenación, ¡sino misericordia, perdón y la plenitud de la gracia de Dios! De hecho, convoca a una "asamblea gozosa" (Heb. 12:22, NVI): ¡Una gran fiesta, eterna y gozosa, llena de alabanzas al Dios que hace que todo esto sea posible! En el nuevo pacto que Jesús inició, se nos brinda un adelanto de esta realidad. La expresión "miríadas de ángeles" ("incontable muchedumbre de ángeles", RVC) sugiere que hay más ángeles que números que se pueden contar. Pensemos en cuántos números hay. En verdad, no se puede hacer eso, ¡porque los números son innumerables! Cuando se compara el número de seres humanos con la cantidad de números que hay, encontramos que hay inconmensurablemente más números que humanos. ¿No es cierto? Así que cuando el texto menciona "incontable muchedumbre" de ángeles, está intentado expresar la abundancia abrumadora del mundo en el que Dios existe en el centro, y que nos llama a acudir ahí para que conozcamos la vida en la que nada nos falta. 46

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Cara a cara con el Dios inefable Si nos dijeran que Dios se encuentra en la habitación contigua y que si alguien quiere ir a verlo puede simplemente ir ahí, no creo que muchos de nosotros aceptáramos la oferta, especialmente si viéramos que del cuarto sale una luz muy brillante por los bordes de la puerta y que las paredes están temblando. Es lo que estaba ocurriendo en Éxodo 19: el monte Sinaí estaba temblando como un cohete gigante justo antes del lanzamiento. Los israelitas se llenaron de miedo y querían estar a mucha distancia de Dios, excepto Moisés, quien fue directamente a donde Dios estaba y pasó cuarenta días en su presencia (Éxo. 24: 18; 34:28). Cuando Moisés descendió de la montaña, estaba brillando. Su rostro era tan incandescente que era como un foco de trescientos vatios encendido. Los israelitas no podían soportarlo, y le pidieron que consiguiera un velo para cubrir su cabeza (Éxo. 34:29-35). Si crees que esto suena raro, estás en lo correcto. De hecho, hay una relación directa entre lo raro y lo sagrado. Un uso de la palabra raro es para indicar que una experiencia es extraña, misteriosa, o que tiene algo de sobrenatural. Desde esa perspectiva, todo lo que he estado describiendo (desde el rostro brillante de Moisés hasta la transfiguración de Jesús en la montaña) es verdaderamente raro. Es sobrenatural, de otro mundo. Eso es lo santo: algo que es de otra realidad. Recordemos que el segundo de los Diez Mandamientos dice: "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra" (Éxo. 20:4). Dios es tan "otro" que literalmente es "de otro mundo", y no debe ser identificado con cualquier cosa física de este mundo. Es por esta total otredad, por esta santidad, por esta rareza que la mayoría de las personas no quieren acercarse a Dios, DIOS EN SÍ MIS1'10 (SEGUNDA PARTE)

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solo quieren tener lo suficiente de Dios para que su trenecito siga andando, algo para componerlos, una aspirina cósmica que les ayude a seguir adelante con sus asuntos. Y por eso cuando ven la luz y el humo que sale de los bordes de la puerta, y las paredes temblando, se dicen a sí mismos: "Tal vez esto es demasiado grande. No creo que esto se acomode a mis planes". Y, por supuesto, eso es exactamente correcto. Aunque hablemos con fervor y digamos cómo queremos estar cerca del Señor, él no nos toma en serio porque son solo palabras. La mayoría de las veces no las decimos con plena intención. Puede ser porque no se nos ha mostrado nunca la magnificencia y grandeza de la realidad gloriosa del ser de Dios. Dios no es un juguete para entretenernos. Él no calza dentro de nuestros planes, pero nosotros sí podemos calzar en los de Dios, que, de hecho, son planes gloriosos. Los israelitas aprendieron esta lección con mucha dificultad. No mucho tiempo después de su liberación de Egipto, cuando Dios los conducía por el desierto del Sinaí, ocurrieron muchas cosas muy raras. El agua fluyó de rocas y aparecieron parvadas enormes de codornices, pero los israelitas solo podían pensar en su anterior estilo de vida, con sus puerros, cebollas, ajos y sus camas suaves ... se les olvidaba que habían sido esclavos. Así que Dios respondió con más rareza en la forma del maná, lo cual era un fenómeno bastante extraño. Moisés les recordó esto a los israelitas al momento en que se preparaban a cruzar el Jordán para entrar a la tierra prometida: Acuérdate de todo el camino por donde te ha conducido el SEÑOR tu Dios estos cuarenta años por el desierto, con el fin de humillarte y probarte, para saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías sus mandamientos o no. Él te humilló y te hizo sufrir hambre, pero te sustentó con maná, comida que tú no conocías ni tus padres habían conocido jamás. Lo

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hizo para enseñarte que no solo de pan vivirá el hombre, sino que el hombre vivirá de toda palabra que sale de la boca del SEÑOR (Deut. 8:2, 3).

Los israelitas conocían muy bien la comida de Egipto, pero nadie sabía nada sobre el maná. Si les preguntaban sobre el estofado de El Cairo o el pan de maíz de Egipto, te podrían contar todo sobre eso, pero el maná era un misterio para ellos; no lo conocieron hasta que se encontraron en el camino del desierto. Era una cosa extraña: la palabra de Dios hecha materia. Según Éxodo 16, no era producido por ninguna planta y tampoco era producto animal ni objeto de cacería ni fruto de una cosecha que pudiera sembrarse y cultivarse. Simplemente aparecía cada mañana sobre el piso para que el pueblo lo recogiera antes que el sol lo derritiera. Tenían instrucciones de reunir lo suficiente para el consumo de la familia en ese día, del domingo al jueves de cada semana. Si colectaban más o menos que eso, siempre tenían exactamente la cantidad necesaria. Eso es raro. Si trataban de guardar algo para el día siguiente (solo por si acaso Dios no proveyera), se pudría y tenían que tirarlo. Los viernes tenían que reunir lo necesario para dos días de modo que durara también para el sábado, porque era día de reposo. Ese maná que guardaban para un día extra no se pudría: esto también es raro. Los israelitas, sin embargo, se cansaron del maná y se quejaron con Moisés: "¡Estamos hartos de maná! ¡Regrésanos a lo que teníamos en Egipto! ¡Al menos la comida tenía condimento!" (ver Núm. 11:4-6). Ciertamente, se trataba de una prueba de fuego para su corazón, para medir si de verdad deseaban más que nada en el mundo al Dios que los había rescatado (lo cual no resultó ser cierto). Con nosotros es igual: si nos acercamos a Dios vamos DIOS EN SÍ MISMO (SEGUNDA PARTE)

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a estar experimentando cosas raras. Una de las promesas de Jesús en el libro de Apocalipsis para quienes se mantienen fieles, es que les dará el "maná escondido" (2: 17), lo cual se relaciona con la discusión que tuvo Jesús con unos que lo presionaban para que comprobara sus credenciales como enviado de Dios (Juan 6:22-59). Le mencionaron el ejemplo de sus antepasados, quienes bajo el liderazgo de Moisés recibieron como provisión de Dios el maná en el desierto. La pregunta implícita es si acaso Jesús puede llegar a la estatura de Moisés. A eso Jesús respondió: De cierto, de cierto les digo que no les ha dado Moisés el pan del cielo sino mi Padre les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo Uuan 6:32, 33).

Cuando respondieron algo como "¡Eso suena muy bien! Danos algo de ese pan", Jesús afirmó algo sorprendente: Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne (6:51).

Y por si eso fuera poca audacia, siguió impactándolos todavía más con esta rareza: De cierto, de cierto les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida (vv. 53-55).

Eso ya suena exagerado. Incluso algunos de sus propios discípulos mostraron su disgusto. Algunos prácticamente ya no pudieron seguir a alguien que hablara así (v. 66).

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De gloria en gloria No se puede negar que esta conducta es muy inusual, pero Jesús estaba hablando de ser transformados a una realidad completamente nueva, a un mundo de total suficiencia, donde todas nuestras necesidades son atendidas por Dios. Si mañana llegas al trabajo y dices: "No necesito nada", la gente va a pensar que eres raro ... muy raro. Se supone que todos tenemos necesidades, se supone que nos debe faltar algo: esa es una de las cosas que la gente utiliza para manipularte. Y si te presentas con quejas, rezongando, gimiendo e incluso maldiciendo a Dios, manifestando claramente toda tu carencia, todos van a decir: "¡Sí!". Probablemente te digan que eres una buena persona, sal de la tierra, porque quejarse es la moda de este mundo. No estoy diciendo que quejarse sea algo siempre malo; cada uno debe procesar esto en su propio modo. Estoy diciendo que hay una vida en la cual nada falta. Jesús es el ejemplo que prueba que esto es verdad. La buena noticia es que, por su gracia, es una vida accesible a cada uno de nosotros por medio de la fe. Si hoy puedes decir, por fe: "Nada me falta'', irás experimentando cada vez más y más la suficiencia del Pastor en tu vida. Será como lo describe Pablo: Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor (2 Cor. 3: 18).

Al ir fijando nuestra mente cada vez más y más en la grandeza y suficiencia de Dios ("mirando ... la gloria del Señor"), seremos transformados de un grado de gloria a otro mayor. Y dado que nuestra cara está "descubierta'' (es decir, se le ha quitado el velo), otros podrán ver una diferencia; vamos a irradiar generosidad, paz y contentamiento. Lo opuesto también es cierto: al asociarnos con DIOS EN SÍ MISMO (SE(iUNDA PAHTE)

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otros cuya cara está "descubierta" y que crecen en su experiencia de la suficiencia de Dios, su "gloria'' nos ilumina y nos anima en nuestro peregrinaje de fe en el Pastor. Una persona le comunica a otra el pensamiento de la plena suficiencia de Dios. Fíjate en la palabra pensamiento de la frase anterior. En estos primeros dos capítulos hemos estado hablando de la renovación de nuestra mente: la mente debe estar fija "en Dios"; en 2 Corintios 3: 18 Pablo escribió que somos "transformados" a la imagen de Cristo. La palabra transformados en griego es la raíz de la palabra metamorfosis y literalmente significa un cambio (meta) de forma (morfa), como cuando una crisálida se transforma en mariposa. Aquí, no obstante, estamos hablando de la forma de nuestra mente que debe ser a la manera de Dios, no la del mundo. De ahí que en otro lugar Pablo nos diga que evitemos conformarnos al mundo (es decir, que evitemos hacernos "normales" en vez de ser "raros"), y que se transformen "por la renovación de su entendimiento" (Rom. 12:2, énfasis añadido). Esta es la clave de una vida sin carencias: que tengamos la mente de Cristo, nuestro Pastor, quien conocía de primera mano la plena y perfecta suficiencia de nuestro Dios magnífico.

Una meditación breve Hemos completado dos capítulos dedicados a la contemplación de la grandeza del Pastor. Antes de entrar al siguiente tema, conviene hacer una pausa y reflexionar una vez más sobre el Salmo 23 a la luz de este ser asombroso. Así que, por favor, dedica un tiempo a leer todo el salmo (tranquilamente, meditándolo, y en oración) antes de leer la reflexión que sigue a continuación.

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El Salmo 23 es uno de esos pasajes grandes y maravillosos que no podrían haber sido escritos solo por el ingenio humano, pues nuestra mente no alcanza esas alturas de manera natural. Hay historias tan reales que nadie pudo haberlas inventado y las palabras de David el salmista son así: expresan la experiencia de un hombre de vida áspera, pero que en medio de su experiencia llegó a conocer la riqueza rebosante de Yavé. En el capítulo 1 tratamos los atributos de Dios, ese ser completamente autosuficiente y eterno que hace promesas de pacto con seres humanos individuales. David conocía esas promesas y caminó en ellas, pues vio la mano de Dios en su propia vida: experimentó de primera mano la espléndida suficiencia de Dios de tal manera que simplemente no importaba lo que ocurriera; nada podía robarle la plena provisión que encontraba en esa relación conversacional que vivía con Dios, absolutamente nada. De hecho, parece que le ocurrió de todo: fue rechazado por su familia, así como envidiado y odiado por el rey Saúl; tuvo enemigos muy cercanos y se escondió en cuevas durante años. Un fracaso, pero durante todo ese tiempo mantuvo una relación cercana con Dios. El muchacho que salió a enfrentar a Goliat después de esa victoria tuvo un largo recorrido de muchas pruebas. Este salmo refleja la relación personal de David con Dios, y es dentro de ese tipo de relación que se puede conocer la vida sin carencias. Tú puedes tener ese tipo de relación y de vida, tan plena como la has imaginado. Esta es la razón de ser de este libro. Lo que se describe en el Salmo 23 no es algo reservado a ciertas personas de las que leemos en la Biblia. Es una expresión de la intención de Dios para cada ser humano, para todos. Además, desde el punto de vista humano, la vida sin carencias simplemente es asunto de fijar la mente constante y plenamente DIOS EN SÍ '.\1ISMO (SEGUNDA PAH.TE)

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en Dios como Dios es en realidad, confiando en que va a proveer todo lo que necesitamos'. Como ya he mencionado antes, esto tiene relación directa con la primera petición del Padre Nuestro: "Santificado sea tu nombre", por eso me ayuda reformular esas palabras de esta manera, "Que tu nombre sea valorado y amado", para poder captar mejor la plenitud de su significado". En Juan 17:6 se nos dice que Jesús reveló el nombre del Padre a sus discípulos. Esto significa que les dio a conocer en verdad quién es Dios, porque en el sentido bíblico, el nombre de Dios conlleva la realidad de Dios. Es interesante ver la similitud entre algunas de las oraciones de David y el Padre Nuestro. Jesús y David conocían la mano de Dios en su vida. Por supuesto que Jesús la conocía de manera más profunda, porque por su mano el agua se hizo vino, los ciegos podían ver, el mar embravecido se calmó, los muertos resucitaron y los pobres oyeron las buenas noticias. Este salmo refleja la naturaleza de Dios, y la manera en que la suficiencia radiante del Pastor provee una vida en la que nada falta. Dios es una realidad inefable mucho más grande que cualquier cosa que vemos a nuestro alrededor o que enfrentamos en la vida humana; simplemente, él no tiene comparación. Somos bendecidos por vivir en un mundo en el que hay un Dios generoso y plenamente autosuficiente, que quiere proveer lo mejor para nosotros y que nos ama más de lo que podemos llegar a imaginar.

• Nota del editor: Aquí Dallas se hace eco de la enseñanza de Jesús en Mateo 6:25-33, la cual termina con estas palabras: "Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas". "En el libro Divina conspiración se puede encontrar una reformulación de todo el Padre Nuestro.

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CAPÍTUL03

¿Por qué hay seres humanos en la tierra? Cuando contemplo el cielo, y la luna y las estrellas que tú mismo hiciste,

no puedo menos que pensar: «¿Qué somos los mortales para que pienses en nosotros y nos tomes en cuenta?». -SALMO

8:3, 4 (TLA)

E

l Salmo del Pastor es un recordatorio del cuidado, la protección y la provisión de Dios para sus hijos; de la preciosidad de sus criaturas. Una cosa es comprender cómo nuestro Pastor puede proveer para suplir nuestras necesidades; por supuesto, un ser todopoderoso y autosuficiente puede cuidarnos a todos. ¿Pero qué hay en los humanos que motive a Dios a cuidarnos? ¿Nunca te has preguntado por qué hay gente en el mundo? No solo la pregunta abstracta sobre la gente en general, sino también la más específica y personal: "¿Por qué estoy yo en el mundo?". Nuestra preocupación es comprender por qué estamos aquí. ¿Tenemos una respuesta a esa pregunta?

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La respuesta no siempre se presenta de manera clara, incluso para los autores de las Escrituras. Por ejemplo, el Salmo 8: 1: "Oh SEÑOR, Dios nuestro', ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos". Este versículo presenta la impresión del salmista en cuanto a la naturaleza de Dios, a lo que Dios es en sí mismo. Puso su gloria "sobre los cielos". Los cielos meramente reflejan la gloria de Dios: Luego presenta una pregunta sobre el propósito de los seres humanos: Cuando contemplo tus cielos, obra de rus dedos, la luna y las estrellas que tú has formado, digo: "¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; y el hijo de hombre, para que lo visites?".

Lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo has coronado de gloria y de esplendor

(Sal. 8:r5).

Luego viene la respuesta: Le has hecho señorear sobre las obras de tus manos; rodo lo has puesto debajo de sus pies: ovejas y vacas, todo ello, y también los animales del campo,

las aves de los cielos y los peces del mar: todo cuanto pasa por los senderos del mar (vv. 6-8).

Luego vuelve al tema central: "Oh SEÑOR, Dios nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!" (v. 9). ¿Cuál es el corazón del pasaje? El salmista le está preguntando a Dios algo así: ''A la luz del buen trabajo que has hecho, de la excelencia y grandeza de tu creación, ¿para qué sirve el ser humano?". Así que yo te pregunto lo mismo: ¿para qué sirve el ·Literalmente el salmo dice: "Oh, Yavé, nuestro Adonai". La mayoría de las versiones traducen Adonai como "Señor" o "Soberano".

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ser humano? Independientemente de lo que diga la Biblia, conocemos la respuesta. Creemos que la gente es valiosa. ¿Pero por qué? ¿Por qué eres tú valioso? ¿Por qué debes existir, y por qué está bien que otros te ayuden a existir y a alcanzar tu potencial? ¿Y por qué el Dios magnífico que creó el universo quiere tener una relación personal contigo y ser tu Pastor?

Un mundo bueno Al comenzar a revisar el tema de por qué hay seres humanos, es importante reconocer la frecuencia con la cual aparece la palabra bueno en los primeros dos capítulos de Génesis'. ¿Qué es lo primero que recibe el calificativo de bueno en el texto? La luz. ¿Estás de acuerdo en que la luz es buena? Yo creo que todos estamos de acuerdo en que así es. ¡De hecho, creo que la luz es maravillosa! Me atrevería a decir que es una de las mejores invenciones de Dios. La luz no es algo simple; es muy compleja, y hay muchos tipos de luz. Y con la luz vienen todos los colores del arcoíris. ¡La luz es buena! Luego viene la bóveda que separa las aguas de arriba de las aguas de abajo. Entonces dijo Dios: "Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas". E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó a la bóveda "cielos". Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día (Gén. 1:6-8).

Aquí la palabra bóveda se refiere a lo que sostiene a las aguas arriba de nosotros. Allá arriba hay agua y a veces cae, ¿o no? A · En las Escrituras "bueno" (hebreo tob, griego ka/os) expresa excelencia, belleza tanto interna como externa y cumplimiento de propósito.

iPOR QUÉ HAY SERES HUMANOS EN LA TIERRA?

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eso lo llamamos lluvia. Dios separó así las aguas, pues si no estuvieran separadas, tendríamos muchos problemas. Así que la lluvia y el agua, como la luz, son buenas. Y podríamos seguir con toda la creación de Dios. Él hizo tantas cosas maravillosas ... La tierra firme fue una gran idea; la hierba verde, el pasto, también las frutas; luego el sol y la luna, que son maravillosos: el sol es bueno, la luna también es buena, así como también lo son todas las luces en el cielo. Estoy muy de acuerdo con el autor del texto; ¡todo es bueno! Los versículos 20-25 describen la creación de todas las criaturas del mar, del cielo y de la tierra seca. Pensemos en toda la belleza, majestad y diversidad de criaturas que Dios hizo. Nos llama la atención verlas en acuarios y zoológicos. Cuando las miro, me pongo a pensar en adjetivos que van más allá que la palabra bueno, especialmente en el caso de ballenas y elefantes. Todas esas creaciones son buenas. El ser en sí mismo es bueno. Ser es mejor que no ser. Uno de los pensamientos más deprimentes que puedes llegar a tener es simplemente la nada. Ocasionalmente participo en un diálogo filosófico con alguien que sugiere que hubiera sido mejor que Dios no creara nada. En esos casos sé que estoy dialogando con alguien que se concentra en alguna cosa particularmente mala, como el hambre o la enfermedad, y en el dolor que sufren los seres humanos en el mundo. Pero, si se compara todo el dolor y sufrimiento con todo el gozo y la fortaleza que se encuentra en la vida humana, concluimos que sigue siendo algo bueno. Luego, después de todo lo demás, Dios creó a los seres humanos: Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del

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mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra". Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó (Gén. 1:26, 27).

Dios puso a los seres humanos a cargo de la tierra, lo cual significa que somos responsables de cuidar la tierra y la vida sobre ella. Es una tarea en la que todavía estamos ocupados, sea que creamos o no en Dios. Si miras la historia humana, desde sus formas más rudimentarias hasta las más complejas, verás que eso es lo que los seres humanos han hecho siempre y lo siguen haciendo. Aunque en muchos casos nos olvidamos de Dios, y por eso las cosas no marchan muy bien, seguimos cumpliendo esa tarea. En nuestra naturaleza, estamos perfectamente adaptados para lo que Moisés escribió como el encargo que Dios nos dio cuando nos creó: "Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra; sojúzguenla y tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra" (v. 28). El mandato de Dios a la humanidad fue gobernar la tierra para bien. Y es bueno que así sea. Esto es lo que se afirma en el versículo 31: "Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno" (énfasis añadido). Sin embargo, mucha gente que ama a las cosas que se arrastran y que se desplazan por el zoológico tiene dudas cuando se trata del ser humano. Se preguntan si el mundo no estaría mejor si Dios se hubiera detenido antes de crear a los humanos. Este es el tema de este capítulo, y trataremos de estudiarlo por medio de dos preguntas: ¿Qué fue lo que Dios creó cuando creó seres humanos? ¿Qué es lo que hay de bueno en ellos?

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¿Qué son los seres humanos? Dios creó a los seres humanos para que fueran diferentes a todo lo demás. Fuimos creados para tener una relación especial con Dios y para trabajar en esa relación. Hemos de trabajar en un poder que no es nuestro. Tener dominio sobre la tierra es un trabajo bastante grande, ¡especialmente si algunos de nosotros ni siquiera podemos gobernar sobre el pequeño patio trasero de nuestra casa! Hay muchas fuerzas en juego, y es bastante difícil controlarlas. Génesis 2 describe "un jardín en Edén, en el oriente" donde fueron colocados los primeros seres humanos, en comunión con Dios (v. 8). En la humanidad había algo que provenía de Dios. "Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente" (v. 7). El término que se traduce "ser viviente" es el mismo vocablo que se usó anteriormente para referirse a las ballenas. No es que primero haya sido una criatura motriz y luego se haya convertido en un ser humano. Su creación ocurrió solo por medio de una infusión creativa especial de Dios que era semejante a Dios: el espíritu. El "aliento de vida" (v. 7) no se refiere al aire que nos rodea y que inhalamos y exhalamos. Dios no hizo un bebito de barro para luego agacharse a darle respiración de boca a boca. Dios no respira literalmente; no tiene pulmones. Dios es espíritu, y a esta creación especial le infundió el espíritu. Eso es lo que hace que el ser humano sea único, y es lo que nos otorga nuestro valor especial; esto es lo que nos hace únicos, y esta singularidad nos permite relacionarnos con Dios y participar de su gobierno sobre la tierra.

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Más allá de la creencia A mucha gente le parece difícil creer que seamos seres a quienes se nos ha dado espíritu, con tanto poder, privilegio y responsabilidad. Tal vez sientas que estás muy lejos de poder gobernar la tierra. Hemos aceptado una imagen que el mundo nos ha impuesto, que está en oposición directa a las enseñanzas de Jesús, y que nos impide asumir la dignidad de hijos e hijas de Dios. Cada ser humano es una creación especial y espiritual, y vive en las manos de Dios. Como dijo Jesús, todos los niños tienen ángeles que los guardan y los cuidan: todos los niños. Esto lo dijo en un contexto en que los niños estaban siendo denigrados, y dijo que sería preferible ser arrojado a lo profundo del mar con una piedra de molino atada al cuello antes que lastimar a un niño pequeño'. ¿Pero qué es lo que pasa? Un niño llega al mundo y es tratado como todo menos como una creación valiosa y maravillosa. Una de las tareas más difíciles (incluso para los cristianos) es tener presente este sentido de maravilla y alta estima cada vez que encontramos a otro ser humano. Ciertamente, las personas no siempre actúan en concordancia con ese alto valor: tal vez están llenas de hostilidad y son realmente peligrosas; nos lastimamos unos a otros de muchas maneras. Hace muchos años había un anuncio comercial de crema para las manos que presentaba a una hermosa dama en una reunión social; ella extendía su mano a un hombre, pero justo cuando él iba a tocarla, la mano se convertía en un cactus. Muchas veces somos así, espinosos unos con otros, a la defensiva en contra de los demás, tanto que hasta un niño pequeño puede · Mateo 18:6-8; 10-14.

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representar una gran amenaza y peligro a nuestra seguridad. Este es mi punto: así como nos parece tan difícil concebir o imaginar lo que Dios es en realidad, también nos parece muy difícil imaginar lo que la gente es en realidad. Cuando el salmista le pregunta a Dios: "¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes ... ?" (Sal. 8:4), estaba expresando esta dificultad. El salmista se ha dado cuenta de que, por la manera en que Dios se interesa por el ser humano, debemos ser algo mucho más grande de lo que aparentamos. Me parece extraño que muchas veces señalamos a la gente que tiene un concepto demasiado elevado de sí misma. Creo que nunca he encontrado a una persona que tenga un concepto lo suficientemente alto de sí misma. La sabiduría popular dice que podemos ayudar a alguien a "mantenerse humilde", lo cual casi siempre implica actos de humillación. En realidad, lo que ocurre es que humillar a alguien es una forma segura de no ayudarle a ser humilde, del mismo modo que no se ayuda a la gente a ser amorosa odiándola, ni se hace amable a una persona siendo cruel con ella. Hay muchas dificultades en cuanto a nuestra forma de vernos a nosotros mismos. No podemos imaginar que alguien nos valore solo por ser quienes somos. Puedes verlo así: imagina que eres un esclavo a la venta y alguien va a hacer una oferta basándose en tu valor. ¿Cuánto crees que estaría dispuesto a pagar por ti? Tu respuesta tiene que ver con el valor que nuestra sociedad asigna a la gente en general, porque respiras el mismo contexto cultural. Según las tendencias de este mundo, muchos de nosotros no pensaríamos en elevar mucho el precio de la subasta. Jesús entendió bien esta situación cuando dijo: "Pues, ¿de 62

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qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su vida? ¿O qué dará el hombre en rescate por su vida?" (Mat. 16:26). Jesús estaba hablando de ti. Por eso lo explicó así. Tú eres el único que puede decidir lo que vale tu alma (lo que tú vales) y darla a cambio de algo que consideras más valioso. Así que te pregunto: ¿qué darías tú a cambio de tu alma? ¿Cuánto vales? Tú eres la única persona que puede determinar esto y dar a cambio tu ser por algo.

La esencia de nuestra grandeza ¿Qué es lo que hace tan valiosos a los seres humanos? Es esto: son capaces de ser fieles a Dios y de comprometerse con la promoción del bien en el mundo. Son capaces de consagrar la vida a esas causas e incluso de llegar hasta la muerte por eso. Jesús dijo: "Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Cuando ya hemos comprendido la grandeza del alma humana, podemos recibir el amor de Dios por nosotros al dar a su Hijo. Como dijo el apóstol Pablo: "Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores [es decir, cuando aún estábamos en rebelión contra Dios] Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8). La gente es valiosa incluso si no está haciendo nada; no tenemos que ganarnos nuestro valor. Sin embargo, Dios nos puso aquí para marcar una diferencia. Jesús lo confirmó con estas palabras: "Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos" (Mat. 5:16). Este versículo tiene la respuesta a la pregunta de por qué hay seres humanos. Para brillar, para hacer buenas obras y para glorificar a Dios. Este es un proceso activo: vivimos la vida en el mundo iPOR QUÉ HAY SERES HUMANOS EN LA TIERRA?

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delante de Dios de tal manera que la gente mira la bondad de nuestra vida y reconoce a Dios como la fuente de esa bondad. La vida se hace aún más valiosa por los sacrificios de quienes se entregan a Dios y para Dios, así como por todo lo bueno que él haya hecho: para eso nos puso aquí, por eso valoramos la fidelidad, la lealtad y el heroísmo en la gente. La fidelidad y la lealtad entre seres humanos son algo precioso y hermoso porque es un reflejo del tipo de relación que es posible entre los seres humanos y Dios. La posibilidad de entregar la vida para su gloria y por el bien de lo él ha creado es precisamente lo que hace que la vida humana sea grandiosa. La vida humana es un proceso de transición y transformación. Nos acompañamos en este paso por el tiempo y el espacio, y tenemos la oportunidad de ser todo lo que Dios quería que fuéramos en relación con él y con nuestros semejantes. Tenemos el potencial de crear algo increíblemente valioso y bueno, y Dios lo hará posible. Si perdemos la oportunidad de participar con él, nosotros nos lo perdemos, pero no es una derrota para Dios. Él va a crear una comunidad de seres humanos amorosos, creativos, inteligentes, leales, fieles y poderosos, y ellos gobernarán la tierra. Es lo que va a suceder. Si quieres formar parte de esto, sube a bordo.

El fulgor de tus buenas obras Se nos puso en la tierra y se nos dio un cuerpo para poder trabajar para que exista más bien en el mundo. Se nos puso aquí para trabajar, ya que la imagen de Dios en nosotros es mucho más que nuestro maravilloso intelecto. Hay quienes hablan de él como si estuviera solo resolviendo ecuaciones matemáticas y contemplando alguna forma exaltada de verdad, pero Dios está 64

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en acción. Es alguien que actúa, que crea, cuya esencia se manifiesta no solo en las ideas, sino en la acción inteligente que crea el bien. Esa es también nuestra vocación, aunque en escala más limitada 1 • Dios nos creó muy parecidos a él {a su imagen), pero cada uno de nosotros es único, un original y no una copia. Cada uno fue hecho para asumir la función de un hijo de Dios en particular, y nuestra unicidad concuerda con nuestro propósito único. Dios nos ha asegurado un lugar y un propósito especiales, además de darnos tareas específicas que quiere que realicemos en nuestro tiempo y en nuestro lugar. Para este fin, Dios también planeó que tuviéramos libertad para amarle y servirle: el poder independiente por el cual podemos elegir entregarnos a él, incluso, como ya hemos dicho, hasta la muerte. El reto que tenemos en la creación del bien no es un asunto religioso, como pudiéramos haber pensado, sino que tiene que ver con los asuntos cotidianos de la vida: nuestra vida diaria en familia, en el trabajo, en el tiempo libre. El secreto mejor guardado de lo "ordinario" es que está diseñado para ser receptáculo de lo divino, lugar donde fluye la vida de Dios. Phillips Brooks, en su libro Best Methods o/ Promoting Spiritual Life (Los mejores métodos para promover la vida espiritual), reconoce el papel que desempeñan las prácticas, actividades y experiencias religiosas, pero explica que limitar nuestra espiritualidad a ellas es omitir de nuestra vida espiritual la mayoría de nuestra vida normal. Brooks sostiene que promover la vida espiritual no es ser más religioso en las áreas en las que uno ya es religioso: Es ser religioso ahí donde en este momento no somos religiosos; es permitir que la fuerza espiritual de Dios se aplique a nuevas actividades. Por ejemplo, ¿cómo abrir la vida de los negocios a este

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profundo poder? Pues habrá que sacar del negocio rodo lo que en esencia está mal, e insistir en el objetivo ideal del negocio (la caridad y la utilidad), en la valoración y aprecio de cada relación que se

establece con el prójimo; además, habrá que hacer que no esté al servicio de nuestros caprichos sino para cumplir fielmente el deber al que Dios lo ha llamado ..._Dios lo eligió para este trabajo y planeó que ahí encontrara su educación espiritual2.

Brooks finaliza su sermón con estas palabras: "El cristiano encuentra la mano de Cristo en todo, y por la utilización fiel de todas las cosas en el nombre de Cristo, se afirma en esa mano de Cristo y se acerca más y más a Dios. Considero que este es el mejor método para promover la vida espiritual" 3 • Corrie ten Boom confirmó esto en sus reflexiones sobre su trabajo en el taller de su padre: "Experimenté el milagro de ver que el potencial más alto del amor y el poder de Dios está a nuestro alcance en las cosas más triviales de la vida cotidiana" 4 • Este torrente continuo de espiritualidad cristiana que se vive en la vocación y en la vida cotidiana viene fluyendo desde la antigüedad. Solo tenemos que entrar en él, prepararnos para aprenderlo, y veremos su poder radiante obrando ahí en el "trabajo" en el que estamos. Nuestro desafío es llenar nuestras horas, minutos y acciones cotidianas con la cantidad apropiada de amor por la creación de Dios y por su actividad creativa, y luego trabajar para producir más del bien que ya ha puesto en este mundo. Este es el llamado de toda persona.

La importancia de nuestro trabajo Hay muchos que piensan que el trabajo es algo que debe ser evitado: mi hermano bromeaba diciendo que él no tenía miedo al trabajo, que podía acostarse justo al lado de este y dormir 66

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tranquilo. No obstante, si no trabajamos nuestra vida se desperdicia, porque Dios diseñó el trabajo como la estructura fundamental del amor en el reino de Dios, con el objetivo de reunir a la gente en una comunidad de amor para beneficio y apoyo mutuos. Es más, el trabajo no solo es algo bueno, sino una disposición natural de los seres humanos desde la más tierna infancia. El trabajo es sencillamente la creatividad humana, un tipo especial de causalidad por medio del cual se puede promover la bondad y la bendición. El trabajo es la aplicación de energía para producir el bien en muy diversas formas. Al principio Dios no planeó que nuestro trabajo fuera difícil: trabajo que hace sudar, que nos desgasta hasta convertirnos en polvo de nuevo. Cuando a Adán se le dio trabajo en el huerto, yo creo que trabajó del mismo modo que Jesús cuando encontró una higuera sin frutos (Mat. 21:18, 19). Jesús no dijo: "Pedro, trae la sierra eléctrica". No; más bien habló, y la higuera se secó. Esta es la forma en que Adán trabajó antes de la caída. El sudor vino por la desobediencia; rompimos nuestra comunión con Dios, unos con otros y con la energía que podía lograr el bien deseado. Si la humanidad estuviera unida con Dios en amor y en comprensión, podríamos, con toda facilidad, lograr cosas maravillosas mucho más allá de lo que hoy podemos lograr o siquiera imaginar (Efe. 3:20). Sin esa cooperación armoniosa, quedamos aislados para hacer solos lo que podamos, para desgastarnos ganándonos la vida. Esto solo alimenta nuestro aislamiento, orgullo, egoísmo y antagonismo hacia los demás. Claramente no es esto lo que Dios desea. Tu trabajo es la cantidad total de bien duradero que lograrás completar durante tu vida. Eso puede incluir tu empleo, pero

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para muchos de nosotros es la familia lo que ocupa la mayor parte del bien duradero que producimos. Hoy en día buena parte de lo que se denomina trabajo no es la aplicación de energía para producir el bien. En nuestro mundo caído debemos distinguir entre empleo y trabajo, porque muchos "empleos" pueden producir el mal. Tu empleo es aquello por lo que recibes un salario y puede contribuir o no a producir el bien duradero. Por cierto, algunos de ustedes tal vez están en un momento de la vida en que no tienen empleo o no quieren tenerlo. Está bien, porque todavía tienen trabajo que hacer; todavía tienen la oportunidad y la responsabilidad de producir el bien en el mundo. Tengo muchos estudiantes que no quieren un empleo que les requiera realizar trabajo; lo que quieren es una posición. Una posición es donde se recibe reconocimiento y paga independientemente de si se ha hecho algo o no. Además, mucha gente fundamenta su identidad en su trabajo y en su empleo; es decir, piensan que son aquello que hacen. Esto es problemático porque identifican su empleo con su vida y con su sentido de valor personal. Luego, llegan a conclusiones terriblemente erróneas, como esta: "Ya que no tengo empleo, no soy nadie". Nuestro trabajo puede ser de muchos tipos: incluye, por ejemplo, tener y criar hijos, desarrollar buenas relaciones personales, ser artísticamente creativo, ser un líder político, trabajar en la iglesia de Jesucristo para esparcir la verdad, construir casas, conducir trenes, hacer todo el trabajo necesario al alcance de seres humanos que viven en sociedad en este mundo para producir lo que es bueno. Sin embargo, independientemente de nuestro trabajo específico, el verdadero desafío para la fe de cada uno es que lo hagamos todo para la gloria de Dios, 68

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incluso en las acciones más pequeñas de cada día. Esto ciertamente implica asegurarse de no sacrificar la familia por causa de nuestro ministerio o empleo. Aquí hay una verdad que nunca debemos olvidar: Dios está más interesado en tu vida que en cualquiera de las otras cosas que se han mencionado; está más interesado en la persona en que te estás convirtiendo, más que en tu trabajo, tu ministerio o tu empleo. La forma más segura de hacer realidad todo el potencial de tu ser diseñado por Dios es vivir la eternidad mientras estás en el tiempo, consciente de la mirada amorosa del Pastor todo suficiente, en cuyo cuidado nada de lo bueno que se hace es en vano. Queda guardado en tu propio ser y en la vida de los otros que has logrado tocar.

El desafío de las relaciones personales El mayor desafío para crear el bien y vivir como Dios lo ha señalado está primordialmente en nuestras relaciones personales más cercanas. Es muy difícil hablar de esto porque es el área de los fracasos humanos más importantes. Cuando Satanás vino a tentar a la humanidad, nos tentó de tal manera que con un solo golpe pudo quebrar la relación de confianza entre el ser humano y Dios, y también entre el hombre y la mujer. Luego, cuando esta confianza ya estuvo rota, siguió la relación entre hermanos, y ocurrió el primer asesinato. Es una historia triste. La serpiente sembró la semilla de la duda en la mente de Eva y la condujo a cuestionar y desconfiar de Dios. Esa semilla de duda la motivó a tomar acciones que iban en contra de la voluntad de Dios, a proveerse para sí misma y a tratar de sobrevivir.

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El efecto fue que ella y Adán inmediatamente se dieron cuenta de su posición; se escondieron cuando Dios vino a buscarlos, y lo primero que vemos en Génesis 3 es cómo se pasan la culpa. Dios lo llamó, más o menos así: "Adán, Adán, ¿dónde estás? ¿Por qué te escondes?". Adán respondió: "Estaba desnudo. Por eso me escondí" (v. 10). Hay que tener cuidado aquí y comprender que esta referencia a la desnudez no es principalmente la falta de ropa. Es verdad que Dios permite al ser humano que se esconda, y sin duda la vestimenta es muy importantes porque, después de todo, fue Dios quien la hizo (v. 21). Sin embargo, la desnudez aquí se refiere primordialmente a la vulnerabilidad humana. Yo creo que antes de la caída Adán no se veía a sí mismo como desnudo y no se daba cuenta de su vulnerabilidad, porque estaba rodeado de un brillo de luz como el que tenía Moisés en el monte Sinaí y Jesús en el monte de la transfiguración'. Debido al brillo de la luz de Dios que estaba sobre él, Adán no se daba cuenta de su finitud; no era consciente de dónde terminaba él y dónde comenzaba todo lo demás. Luego, después de su pecado, ciertamente lo supo, y en su estado vulnerable buscó protegerse. Él había aceptado la invitación de Eva, ¿pero según él quién tenía la culpa? ¡Ciertamente Adán no! Y tampoco la mujer. Adán acusó a Dios, y lo responsabilizó del error: "¡La

mujer que tú me diste nos metió en este lío!". Luego Eva dijo: "Bueno, la serpiente me engañó y comí del fruto" (Gén. 3: 12, 13; paráfrasis). Es interesante que la serpiente sea el único personaje de esta historia que no intenta pasarle la culpa a alguien más. ·Éxodo 34:29-35; Mateo 17:1-5.

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Las consecuencias del pecado Se puso en marcha algo de suma importancia y de efectos globales. Puedes ver el mismo patrón de conducta en el capítulo siguiente de Génesis en la historia de Abel y Caín, donde la desconfianza y la ira conducen al asesinato (Gén. 4:1-15). El efecto de la ruptura que generó el pecado en la relación entre el hombre y la mujer es este: desconfianza, ira y desilusión se convirtieron en las cualidades normales de la vida humana. Aun entre quienes hemos experimentado la gracia de Dios, es raro encontrar un hombre y una mujer unidos en matrimonio y que estén plenamente confiados en todos los aspectos, que se encuentren siempre satisfechos y contentos el uno con el otro. Más bien, constantemente se están probando mutuamente, y eso es un problema muy serio. Por ejemplo, aunque no es tan cierto ahora como lo fue en otras épocas, los hombres casi siempre son responsables del bienestar financiero de la pareja, pero no son muchos los que lo logran. De modo que la esposa tiene la tentación de pensar: "¡Si este hombre fuera un poquito más inteligente, estaríamos mucho mejor!". Se hace muy fácil adoptar la postura de dudar de la capacidad del hombre, y llevar ese tipo de desconfianza al centro de la relación. Del mismo modo, la mayoría de las mujeres en nuestra sociedad viven con la posibilidad real de que serán sustituidas por alguien más joven y más bella. Las mujeres casi siempre viven bajo esa amenaza constante y se preguntan: "¿Cuándo va a caer el hacha?". Estos son solo dos características de este tipo de ruptura provocada por el pecado en nuestra sociedad. Es raro encontrar una relación matrimonial que en verdad tenga la gracia de Dios a tal grado que ambos cónyuges estén iPOR QUÉ HAY SERES HUMANOS EN LA TIERRA?

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completamente en paz y en confianza, nunca en duda y llenos de amor y cuidado por el otro. Las amenazas de abandono que mencioné están acechando la mayoría de las relaciones, y la gente se pasa tanto tiempo protegiéndose a sí misma que ya no puede amarse mutuamente. Esa violación luego se transmite a los hijos, que también luchan entre ataques y retiros, dudas y preguntas que siempre están presentes. No es raro que cuando un padre o madre se va por causa del divorcio o por fallecimiento o por cualquier otro motivo que esté fuera de la responsabilidad de los hijos, lo primero que piensa el hijo es "Yo tengo la culpa; yo soy el responsable", aunque está completamente fuera de sus manos. El elemento de desconfianza hace que para la gente sea imposible dar un paso adelante en la gracia de Dios para darse cuenta de la bondad que Dios planeó que tuvieran en su relación mutua. El apóstol Pablo creía que la gracia de Dios, según se manifestó en Jesucristo, era suficiente para sanar la relación entre hombres y mujeres. Pero era necesario que se pusiera a enseñar sobre el tema; la sanidad no ocurre automáticamente sin esfuerzo de ambas partes.

Retrato de una relación sanada En Efesios encontramos la enseñanza de la sumisión mutua y las responsabilidades del esposo y la esposa. Observemos, por favor, que sumisión no es ceder a otros nuestra responsabilidad, abandonar nuestra capacidad de discernimiento, o permitir que los demás simplemente se impongan sobre nosotros. La sumisión es dejar de pensar que nuestras ideas son supremas y que nuestra voluntad es definitiva, y liberarnos de la carga de siempre lograr lo que queremos y de ser el sabelotodo según nuestra propia 72

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opinión·. La instrucción del apóstol Pablo en cuanto a la sumisión está dentro de su enseñanza general sobre la comunidad de amor: Las casadas estén sujetas a sus propios esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de la esposa así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas lo estén a sus esposos en todo. Esposos, amen a sus esposas así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, para presentársela a sí mismo una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante sino que sea santa y sin falta. De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida tal como Cristo a la iglesia (Efe. 5:22-29).

Este es el punto central de lo que mencioné sobre la vocación del ser humano de entregarse al bien, incluso hasta la muerte. Pablo está diciendo aquí que debemos rendirnos. El esposo debe darse a sí mismo por la esposa, así como Cristo se dio a sí mismo por la iglesia. Dudo que haya muchas esposas en el mundo que con toda confianza puedan decir que su esposo la ha amado de este modo (algunas hay). Lo triste es que muchas veces, incluso si han sido amadas de este modo, para ellas es muy difícil estar seguras por su falta de una buena autoimagen. En esos casos realmente no importa si el esposo ama a la esposa de ese modo o no; ella no lo recibe porque siente que es imposible estar segura. Esos aspectos de la duda y la desconfianza sobre nosotros ·Hebreos 13:17.

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mismos nos conducen a juegos que jugamos con nuestros seres más cercanos, cuando tratamos de hacer que la otra persona demuestre su amor. Ciertamente, todo eso proviene de un sentimiento absolutamente neurótico de falta de autoestima, y no hay "prueba" humana capaz de disuadirlo. Notemos el paralelo que hace Pablo entre el matrimonio y la iglesia. En el caso de la iglesia, cuyos miembros tienen estos mismos sentimientos de desvalorización y baja autoestima, Cristo intenta presentársela a sí misma gloriosa y sin mancha: por eso vino a la tierra. Del mismo modo, el esposo debe pensar así de la esposa, que ella será gloriosa, y que él le va a ayudar a ser gloriosa. También la esposa debe pensar del mismo modo sobre la gloria de su esposo. Es muy triste y el corazón queda deshecho por el dolor al ver la forma en que se relacionan los esposos, lo lejos que están de representar este modelo.

El glorioso potencial de la raza humana Estamos refiriéndonos al ejemplo de los esposos y esposas para ayudar a responder a la pregunta de por qué hay seres humanos en la tierra. La gente existe para amar como Jesús amó. De hecho, el objetivo de Dios en la historia humana es la creación de una comunidad incluyente de personas amorosas que ponen a Dios en el centro de esa comunidad: como su principal sustento y su miembro más glorioso. En la vida y la muerte de Jesús por el bien de todo ser humano contemplamos el valor con que Dios nos estima y el fervor de su deseo por crear esa comunidad gloriosa. Fuimos hechos para el amor, y Dios estuvo dispuesto a enviar a su propio Hijo a morir para asegurarnos ese amor (Rom. 8:32). Lo más grande que Dios estará desplegando en la eternidad es esta sociedad de personas redimidas. Esto es lo que Pablo está 74

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diciendo en su carta a los cristianos efesios cuando habla en el tercer capítulo del misterio de la inclusión de los gentiles en la gracia de Dios, y del plan de Dios en las edades. Luego dice: A mí, que soy menos que el menor de todos los santos, me ha sido conferida esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo y para aclarar a todos cuál es la administración del misterio que desde la eternidad había estado escondido en Dios, quien creó todas las cosas. Todo esto es para que ahora sea dada a conocer, por medio de la iglesia, la multiforme sabiduría de Dios a los principados y las autoridades en los lugares celestiales conforme al propósito eterno que realizó en Cristo Jesús, nuestro Señor (Efe. 3:8-11).

Más que cualquier otra cosa, lo que dará a conocer la sabiduría de Dios por toda la eternidad es su pueblo redimido en Cristo Jesús. Un punto para terminar. Cuando los hijos de Dios vinieron a su presencia en el primer capítulo de Job, Dios le dijo a Satanás: "¿No te has fijado en mi siervo Job?" (1 :8). Dios estaba orgulloso de Job y, de hecho, tenía razón para estarlo, aunque este todavía tenía que aprender mucho más. No hay nada que cause más alegría a Dios que cuando los seres humanos, redimidos por la gracia de Dios, dedican su vida (los momentos y horas de sus días) para el bien de otros y de la creación, para la gloria de Dios. Ese es nuestro privilegio y nuestra razón para estar aquí; eso es lo que somos los seres humanos, la razón por la cual Dios nos brinda tanta atención y permanece con nosotros. La respuesta al salmista es clara: "¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; y el hijo de hombre, para que lo visites?" (Sal. 8:4). Simplemente es el mayor tesoro de Dios de entre todas sus obras creadas.

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CAPÍTUL04

¿Por qué tantas carencias y maldad? El hecho de que los ''diablos" sean predominantemente figuras cómicas en la imaginación moderna te ayudará. Si en su mente empieza a surgir la más leve sospecha de tu existencia, insinúa/e una imagen de algo con mallas rojas y persuádele de que, puesto que no puede creer en eso (es un viejo método de manual para confundirles), no puede, en consecuencia, creer en ti -CONSEJO DEL TÍO EsCRlITOPO A ÜRUGARIO,

C. S. LEWIS, Cartas del diablo a su sobrino

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ara la mayoría, el pensar en una vida en la que nada falta está fuera de toda posibilidad, porque vivimos en un mundo que obviamente está lleno de carencias: falta de bondad, justicia y compasión, todo lo cual es increíblemente valioso porque es muy raro encontrarlo. Hay muchas cosas que están mal en nuestro derredor: injusticia, opresión, desastres naturales, rela77

dones rotas, perversidad, egoísmo, orgullo y apatía; hay tanto dolor que parece que tendríamos que bloquearnos para fingir que todo está bien, si acaso queremos tener un poco de esperanza de conseguir algo parecido a seguridad y suficiencia. Pero lo que necesitamos no es aprender a fingir, sino a comprender. Vivimos en un mundo que está bajo el cuidado de un Dios plenamente bueno y con poder ilimitado, a quien nada le falta y que solo busca el bien de su creación. Entonces, ¿por qué hay tantas carencias y tanta maldad? ¿Qué es lo que ha salido mal? Mucha gente cree que la fuente de todos estos problemas está solo en el ser humano, pero debemos reconocer la actividad de Satanás. Su presencia en el mundo explica el grado aparentemente ilimitado de maldad humana que va mucho más allá de lo que la humanidad (hecha a imagen de Dios) pudiera generar por sí sola. El diablo tiene a la humanidad en su poder por medio de ideas, creencias y fortalezas de maldad que ha desarrollado a lo largo de la historia, y su intención es mantenerlas ahí. Él trabaja en el terreno del corazón y de las ideas, de manera individual y también social, para controlar las principales estructuras y procesos de la vida humana sobre la tierra. Como veremos en el capítulo siguiente, el secreto de una vida en la que nada falta es la fe en Dios y en su plena capacidad y disposición de satisfacer todas nuestras necesidades, y aún más. ¿Pero qué es la fe? Es simplemente un entendimiento de cómo son las cosas, junto con un compromiso de vivir la vida a la luz de ese entendimiento. Parte del problema de nuestra fe es que no creemos de veras en la realidad espiritual, ni en el lado bueno ni en el malo. En nuestro mundo, la gente mantiene su sentido de respetabilidad rechazando todo salvo lo que se puede ver en el mundo natural. Aceptar que hay algo más que eso representa una amenaza a su 78

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identidad como ciudadanos inteligentes del mundo moderno. La cosmovisión del mundo moderno, sin embargo, no es la cosmovisión de la Biblia, y es desde esta perspectiva bíblica que voy a estar tratando la principal fuente de carencias y maldad en el mundo hoy. Nuestra comprensión del mundo debe incluir la convicción sobre la existencia del diablo y el conocimiento de su carácter e intenciones. Si sabes lo suficiente sobre él y lo entiendes, verás también que hay gente que le tiene fe. Hay quienes participan en la adoración explícita al diablo; ellos saben que es verdad. Nosotros, los que no adoramos a Satanás, también necesitamos tener fe en que hará lo que tiene planeado hacer. Y más vale estar listos para ello. ¿Sabes dónde está el diablo en este momento? Está en el cielo, enfrentando una lucha espiritual ahora mismo. La Biblia habla de tres cielos: el cielo de la atmósfera, el cielo de los ángeles, y el cielo de los cielos, el lugar donde mora Dios mismo 1• Según el apóstol Pablo, el reino de Satanás está en el primer cielo, donde es el "príncipe de la potestad del aire" (Efe. 2:2). Juan también lo llama "el príncipe de este mundo',.. Como vemos en la historia de Job, Satanás también visita ocasionalmente los cielos de los cielos, la presencia de Dios. ¿Por qué Dios permite eso? Él les está mostrando a todos los habitantes de los cielos que tiene un plan que, como ya hemos visto, implica la creación de una comunidad de seres libres que tienen la capacidad de actuar en contra de Dios y que se someten a tentaciones. Satanás sirve a los propósitos de Dios en la tierra como parte de ese arreglo.

·Juan 12:31; 14:30; y 16:11.

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Satanás: los primeros años Satanás se nos presenta en las Escrituras como un ángel especial que en un tiempo supervisaba lo que ahora denominamos la tierra, y posiblemente incluso todo el sistema solar. A esto se refiere Pablo cuando dice que Satanás es el "príncipe de la potestad del aire" (Efe. 2:2). Al principio esta autoridad habría sido benéfica; supervisaba parte de la creación buena y perfecta de Dios. Sin embargo, hubo un momento en que él deseó ser como Dios y por eso cayó. Hay una descripción de esa caída en el capítulo 14 de Isaías. Como es común en los profetas hebreos, vemos que Isaías está hablando sobre una situación específica de su tiempo, y luego sus palabras se proyectan más allá de ese momento y hacia otro tiempo y lugar. Al inicio del capítulo, Isaías está hablando claramente del rey de Babilonia. Pero luego, de pronto, en los versículos 12 y 13: ¡Cómo has caído del cielo, oh lucero, hijo de la mañana! Has sido derribado al suelo, cú que debilitabas a las naciones. Tú has dicho en cu corazón: 'Subiré al cielo en lo aleo; hasca las estrellas de Dios levantaré mi crono ...

Como el cielo de las estrellas y de los ángeles es más bajo que el cielo de los cielos, morada de Dios, Satanás está diciendo: "Voy a poner mi trono justo ahí donde está el trono de Dios". Su orgullo y jactancia continúan en los versículos 13 y 14: ... y me sentaré en el monee de la asamblea, en las regiones más

discantes del norce. Subiré sobre las alcuras de las nubes y seré semejante al Alcísimo.

Esto se parece mucho a la tentación de la serpiente: "Serán como Dios" (Gén. 3:5). El profeta Ezequiel también describió la rebelión de Satanás 80

NADA ME FALTARA

contra Dios. Al comienzo del capítulo 28, Ezequiel habla de una situación histórica específica que tiene que ver con el rey de Tiro, pero luego el versículo 13 dice: "Estabas en el Edén, el jardín de Dios". Ciertamente el rey de Tiro no pudo haber estado en el jardín del Edén. De nuevo, como en lsaías, vemos el cambio que ocurre normalmente en los libros proféticos y, de pronto, comienza a surgir otra figura. Ezequiel continúa: Cuando fuiste ungido, yo te puse junto con los querubines protectores. Estabas en el santo monte de Dios, y andabas en medio de piedras de fuego. Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad. A causa de tu gran comercio te llenaron de violencia y pecaste. Por eso, te expulsé del monte de Dios, y un querubín protector hizo que desaparecieras de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se enalteció debido a tu hermosura; a causa de tu esplendor se corrompió Yo te he arrojado en tierra;

tu

sabiduría.

te he puesto como espectáculo ante los reyes (vv. 14-17).

Luego el lenguaje gradualmente regresa al rey humano de Tiro en los versículos que siguen. Lo que podemos aprender de estos dos relatos es que, en su forma original, Satanás tenía una función principal en relación con la tierra; sin duda era el papel de gobernar la tierra. No tenemos información en cuanto a qué significaba eso para el sistema solar. Era un ser poderoso, y muchos estaban con él'. En ·Según Apocalipsis 12:3-9, la rebelión de Satanás arrastró a una tercera parte de los ángeles del cielo.

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rebelión contra Dios cayó de su posición de exaltación y se convirtió en el tentador de los seres humanos. La única forma en que el diablo puede dañar a Dios es por medio de los humanos, y por eso se concentra en nosotros. Su estrategia consiste en intentar frustrar el propósito de Dios para la humanidad, comenzando desde "el principio" en el huerto del Edén. Por medio de engaños y tentaciones, él logró desviar el plan que Dios tenía para Adán y Eva y sus descendientes. Con todo, debemos entender esto: directamente, Satanás no puede hacer nada contra el reino inamovible de Dios; solo lo podía hacer indirectamente, por medio de la debilidad y la rebelión humana. Su forma de hacerlo es persuadiendo, tentando y engañando a la humanidad.

En la mira de Dios Si observamos el trabajo de Satanás desde el principio hasta el final en la Biblia, desde los primeros capítulos del Génesis hasta la conclusión de Apocalipsis, vemos un patrón claro: el engaño constante de Satanás a los seres humanos. Esto significa que si Dios va a lograr su propósito final para el ser humano, la derrota de Satanás es de vital importancia. Jesús vino al mundo precisamente para conseguir esa derrota. Como dice 1 Juan 3:8: "El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto fue manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo". En el Evangelio de Mateo, cuando José se enteró de que María estaba embarazada y pensaba divorciarse de ella, un ángel le apareció y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre 82

NADA ME FAI:L\H.-\

Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mat. 1:20, 21). Salvar al pueblo de sus pecados es destruir al pecado, lo cual a su vez es destruir las obras del diablo. Satanás, entonces, es el blanco principal de Dios, porque es el responsable de todo lo que está mal en el mundo. Ahora, tal vez pienses que no estoy dando suficiente responsabilidad al ser humano por el mal. Sí tenemos suficiente responsabilidad, porque tomamos decisiones y pagamos las consecuencias de vivir en el caos que es la historia humana, pero la realidad de carencias y maldad en nuestro mundo hace que sea imposible asignar toda la culpa al ingenio humano o a la acción humana. Además, aunque es verdad que buena parte del dolor y el sufrimiento en el mundo podría evitarse si los humanos hiciéramos algo para rechazarlo, la cuestión es por qué no resistimos activamente al mar. La respuesta es: porque Satanás engaña a la gente e impide que logre una conexión con Dios para trabajar contra los efectos del pecado en el mundo. Cada año, en Navidad, celebramos el suceso conocido como la encarnación, cuando el Hijo de Dios tomó un cuerpo humano. ¿Por qué fue necesario esto? En Hebreos 2: 14 se nos da una respuesta: Por tanto, puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (este es

el diablo).

· Nota del editor: En este punto vienen bien las palabras de Henry David Thoreau que se citan en El espíritu de las disciplinas: "Así que el hombre se pone a descansar, a hablar sobre la caída del hombre, y nunca hace un esfuerzo por levantarse". Citado en Dallas Willard, The Spirit of the Disciplines: Understanding How God Changes Lives (San Francisco: Harper & Row Publishers, 1988), p. 11.

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Satanás tenía el dominio sobre la muerte, el poder de separar a la gente de Dios y de utilizar a la muerte como instrumento para reprimir y manipular a los seres humanos. Es muy importante comprender que, aunque tiene muchos ayudantes, solo hay un agente principal del mal en el universo, Satanás, y su intención es torcer los propósitos de Dios manipulando la mente de los seres humanos. Esa es su intención, y ha tenido bastante éxito en lograrlo. Para muchos puede ser difícil creer en la realidad del diablo, pero el apóstol Pablo ciertamente consideraba correcta esa creencia. Escribió así a los cristianos en Éfeso: Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las intrigas del diablo ... (Efe. 6:10, 11).

Observemos que no dice: "las intrigas de tus vecinos'', que es donde tal vez pensamos que se encuentran todos los problemas del mundo. El verdadero peligro no está en las otras personas; ellos no son el enemigo. Pablo continúa así: ... porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra ·autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales (v. 12).

Fíjate en la curiosa expresión "espíritus de maldad". Hoy en día la palabra espíritu se usa principalmente para referirse a algo bueno: decimos que alguien es muy espiritual y lo decimos como un cumplido. Sin embargo, desde la perspectiva bíblica no es así, pues hay seres espirituales malos en los lugares celestiales. Estos seres, guiados por Satanás, son los grandes enemigos, tanto de Dios como de toda la humanidad. Cuando queremos entender y destruir el mal en el mundo, debemos darnos cuenta de que 84

KA.DA ME FALTARÁ

estamos tratando con algo mucho más grande que nuestras capacidades naturales, y necesitamos enfrentar al mal con plena consciencia de eso. No es menos cierto cuando hablamos de la vida cristiana; si queremos andar por el camino de Jesús y conocer la vida en la que nada nos faltará, es esencial que comprendamos y creamos que el diablo es real y está en acción.

Las tres armas tentadoras de Satanás En su carta a los creyentes en Éfeso, Pablo describe la condición general que ellos tenían antes de depositar su fe en Cristo: . En cuanto a ustedes, estaban muertos en sus delitos y pecados, en los cuales anduvieron en otro tiempo conforme a la corriente de este mundo y al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia. En otro tiempo todos nosotros vivimos entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la menee; y por naturaleza éramos hijos de ira, corno los demás (Efe. 2:1-3).

Hay que tomar estas palabras muy en serio, porque nos revelan la respuesta a nuestras preguntas sobre por qué hay tantas carencias y tanta maldad en el mundo, y por qué los seres humanos viven atrapados por la maldad. He aquí los puntos básicos que hay que entender: • Satanás es el ser espiritual que gobierna en el territorio denominado "el aire". • El "aire" no está muy lejos de nosotros, sino que nos rodea por todas partes. • Satanás, por tanto, está cercano y presente en este mundo como su "príncipe" y su influencia principal. • Antes de depositar nuestra fe en Cristo y de recibir nueva iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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vida en él, estamos "muertos en delitos y pecados" y, lo sepamos o no, estamos bajo la influencia de Satanás. • Este es el significado de la frase "hijos de desobediencia": de tal palo, tal astilla. Si vamos a conocer la provisión abundante de los recursos ilimitados de Dios, debemos también entender cómo trabaja Satanás para robarnos esa experiencia: lo hace por medio de engaños. Tal vez hayas oído que se puede saber si alguien está mintiendo cuando se le mueven los labios, lo cual es absolutamente cierto en el caso de Satanás. Jesús se refirió a él como "mentiroso y padre de mentira" (Juan 8:44). De hecho, todo su reino está basado en mentiras; trabaja por medio del engaño. ¿Por qué? Porque no tiene poder directo sobre nuestra voluntad. Por esa causa, para llevar a cabo sus propósitos en nosotros tiene que engañarnos. No puede obligarnos a hacer algo que no queramos hacer. Una persona puede llegar a ser la marioneta de Satanás, pero los hilos son sus mentiras. Satanás utiliza tres armas principales para oponerse a Dios y hacernos descarrilar de la suficiencia de Dios; todas ellas son formas de tentación. En 1 Juan, el anciano nos exhorta a no amar "al mundo" (1 Jn. 2: 15). Juan no se está refiriendo al mundo creado de la naturaleza, con toda su belleza y magnificencia, ni tampoco a todas las cosas buenas que constituyen el mundo de la cultura humana: se refiere específicamente a esos aspectos de nuestro mundo, en particular prácticas culturales y sociales, que están bajo el control de Satanás y, por tanto, están opuestas a Dios. Este "mundo" lleva las marcas de tres dinámicas espirituales que el anciano identifica como "la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida" ( 1 J n. 2: 16, LBLA). Casi siempre asociamos la palabra pasión principalmente con la 86

NADA ME FALTAHA

tentación sexual, que ciertamente es poderosa, pero hay muchos otros tipos de pasiones, así que deseo (RVA-2015, TLA, NVI, entre otras) sería una palabra más apropiada: querer algo que aparenta ser bueno para algún propósito o placer. Luego, Satanás nos tienta por medio del engaño, el cual llega a nosotros en las tres formas que el apóstol Juan menciona en el texto: los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida. Si miramos de nuevo la historia de Adán y Eva en el huerto, podemos ver claramente su táctica en acción. Así se describe la escena: "Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió" (Gén. 3:6). Satanás introduce la tentación por medio de la mentira, pues así es su naturaleza. Nota que hay tres cosas en el árbol que llamaron la atención de Eva. Era (1) bueno para comer, (2) atractivo a la vista y (3) codiciable para alcanzar sabiduría. Estas tres corresponden precisamente a las tres características del "mundo" en 1 Juan. TENTACIÓN DE EVA

EL MUNDO

Bueno para comer

El deseo de la carne

Atractivo a la vista

El deseo de los ojos

Codiciable, da sabiduría

La soberbia de la vida

No es coincidencia que las dos listas concuerden. Se nos presenta aquí la dinámica fundamental de la condición humana bajo el engaño satánico. Observemos cómo funcionó con Eva: "Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer" (énfasis añadido). Aquí vemos que la mujer busca algo que a ella le iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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parezca bueno. Esta apariencia de ser bueno es lo que se encuentra en el centro del poder de la tentación. Por supuesto que no era realmente bueno, pero así le parecía a Eva. Cuando sucumbió a la tentación, en realidad estaba obedeciendo a Satanás, que siempre trabaja diciendo: -¿Oh, no te gustaría esto? -Pues sí, me gustaría -respondemos. -¡Pues tómalo! ¡Haz lo que tú quieras! -nos dice Satanás luego. Adán siguió el juego, creyendo que lo que es bueno para la gansa es bueno para el ganso. De hecho, no fue bueno para ninguno de los dos.

Tentado en todo como nosotros Cuando Jesús comenzó su ministerio, inmediatamente después de ser bautizado por su primo Juan, su primer desafío tenía que ver con soportar fuertes tentaciones a manos de Satanás. El Espíritu de Dios lo llevó al desierto precisamente para eso. Las tentaciones ocurrieron durante un período de cuarenta días, y en ese tiempo Jesús fue confrontado con tres tipos de tentaciones. Primero, con el hambre que Jesús estaba sintiendo debido al ayuno, Satanás le sugirió una manera de probar que era el Hijo de Dios: convertir piedras duras en pan comestible. ¿La respuesta de Jesús? "Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4). Luego, Satanás le pidió a Jesús que probara sus buenas intenciones saltando desde el pináculo del templo de Jerusalén para que así la gente pudiera ver que los ángeles lo cuidaban y lo hacían bajar suavemente sobre el suelo. La respuesta de Jesús: "Además está escrito: No pondrás a prueba al Señor tu Dios" (v. 7). 88

NADA ME F:\LT.-\RA

Finalmente, el diablo tentó a Jesús a que lo adorara a cambio de hacerlo rey de todo el mundo. Jesús lo hizo callar con estas palabras: "Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor

tu

Dios

adorarás y a él solo servirás" (v. 10). TENTACIÓN DE JESÚS

TENTACIÓN DE EVA

EL MUNDO

Convertir piedras en pan

Bueno para comer

El deseo de la carne

Arrojarse desde el techo del templo

Atractivo a la vista

El deseo de los ojos

Poder político

Codiciable, da sabiduría

La soberbia de la vida

y gloria

Observa cómo las tentaciones de Jesús se alinean tanto con las de Eva en el jardín y con la descripción triple del "mundo" en 1 Juan (el sistema satánico de vida). Podemos ver fácilmente que los primeros renglones de cada lista coinciden. ¿Pero qué hacemos con el desafío del diablo a Jesús para que se dejara caer desde el pináculo del templo? ¿A qué se refiere esto? Nota que en esta tentación, Satanás está diciendo: "Si eres el Hijo de Dios ... " (v. 6). Se trata de un título mesiánico. ¿No habría sido algo grande para Jesús aparecer en Jerusalén revoloteando justo encima del templo? Todos habrían dicho: "¡Vaya, debe ser el Mesías!". Esto se basa en la apariencia; se refiere al deseo humano de verse bien ante los ojos de los demás, de estar bien ante la opinión pública. Todos reconocemos ese impulso. ¿Pero ejemplifica bien el "deseo de los ojos"? Como en el caso de Eva, normalmente pensamos que se refiere a cosas que vemos y que nos parecen atractivas. Pero querer verse bien

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ante los demás también es una forma de deseo de los ojos. Cuando Satanás hizo su tercer intento y le ofreció a Jesús todos los reinos del mundo y su gloria, pensaba que Jesús cedería a algo que él mismo, Satanás, conocía muy bien: la tentación del gran ego; orgullo por los logros y el poder personal. Imagina que eres el rey (o la reina) del mundo. ¡Cuánto poder! ¡Cuánta gloria! Eso sí que sería grande ... pero Jesús no mordió el anzuelo. La tentación siempre se presenta en esas tres formas. La estrategia de Satanás es atrapar a la gente en estos tres patrones y luego hacerles pensar que están haciendo lo que ellos quieren. Él hace que se obsesionen con los resultados inmediatos que desean y les asegura que todo va a estar bien, que no hay por qué preocuparse de las consecuencias. Él nos dice susurrando al oído: "Todo va a salir bien. No te preocupes; sé feliz. ¡Métete y consigue lo que quieres! Vamos, Eva. Vamos, Jesús. Vamos, Dallas". El impulso puede hacerse casi irresistible. Mientras admiras algo maravilloso, Satanás viene y te da un montón de razones para justificar por qué tú deberías tener eso, y cómo está totalmente bien que lo tengas, dejando de lado todo escrúpulo moral.

Maestros de la justificación Puedes estar seguro de que cuando Caín cometió el primer asesinato registrado en la Biblia, cuando mató a Abel, se sentía completamente justificado en su opinión. Cuando Dios se acercó y preguntó: "¿Dónde estáAbel tu hermano?'', la respuesta de Caín fue: "No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?" (Gén. 4:9). ¿Puedes ver que es una respuesta evasiva? La maquinaria en la mente de Caín está trabajando a toda velocidad, produciendo en masa una y otra excusa. Ya tenía listas sus respuestas. ¿Por qué dijo

que no sabía dónde estaba Abel? Seguramente estaba justo en el lugar donde lo había dejado sin vida. Tal vez Caín se dijo a sí mismo: "Bueno, no estoy cien por ciento seguro de dónde está. Los buitres pueden haber devorado ya su cadáver y no hay forma de localizarlo". Sabía exactamente dónde estaba su hermano, pero como ya había justificado el asesinato en su mente, estaba listo para decir cualquier cosa para evadir la verdad. Nosotros no somos diferentes; también somos maestros de la autojustificación y del engaño. Si hacemos una pausa para pensar sobre esto, podemos ver evidentemente la necedad de este asunto. Pero Satanás cuenta con que no vamos a hacer esa pausa para pensarlo. El diablo nos atrapa con el anzuelo de su engaño y nos conduce a esa forma necia de pensar en nuestros deseos: dominar a los demás, verse bien ante los demás, disfrutar lo que está pidiendo el cuerpo. Todo esto llega a hacerse prominente en nuestra mente, llega a ser la fuerza que impulsa la conducta y el origen de tanta maldad en el mundo. En sí, no hay nada de malo en verse bien. Jesús dijo: "Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos" (Mat. 6:28, 29). La gente trabaja día y noche para modificar sus rasgos corporales, para que se vean correctos, perfectos; todos tratan de verse bien. Está bien verse bien. Las preguntas serían: ¿Por qué queremos vernos bien? ¿Cuál es nuestra motivación? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para lograrlo? Del mismo modo, no hay nada malo en comer, pero si estás viviendo para comer, entonces tu dios es tu vientre. También decimos: el poder es bueno. Necesitamos ejercer el poder porque fuimos creados para hacerlo. Tenemos que tener un efecto responsable en el mundo en que vivimos. A veces necesitamos ¿pQR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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guiar a otros, dirigirles o decirles qué hacer. Incluso tal vez tengamos que darles un empujoncito para que hagan algo. Está bien, si nuestro ego no está tratando de manipular al otro para servir a nuestros intereses. Toda la estrategia y todo el sistema de Satanás están trabajando para que hagamos precisamente eso, y por eso hay tanta mentira, engaño, manipulación y dominación en nuestro mundo. Y tanto temor.

Temerosos de nuestros deseos Satanás usa no solo nuestros deseos para engañarnos smo también nuestros temores. El temor de no llegar a tener lo que deseamos puede ser el impulso de acciones que causan muchos de nuestros problemas. Cuando comparas las tres fuentes principales de tentación (deseos de la carne, deseos de los ojos y soberbia de la vida) con las cosas que tememos, verás que casi todos nuestros miedos están basados en nuestros deseos. Dependiendo de nuestras circunstancias, tememos que nuestras necesidades físicas no sean satisfechas, pero, a decir verdad, la mayoría prefiere morir de hambre que verse mal. Además, tememos lo que nos hagan los demás: que nos puedan lastimar físicamente o de alguna otra manera, como por ejemplo obstaculizar nuestras metas profesionales. En el mundo que nos ha tocado vivir, estos miedos no son infundados. No pasa un día (ni siquiera un minuto) sin que alguien sea lastimado de alguna manera por otro ser humano. Vamos a tratar este tema con más detalle en los próximos capítulos, pero si queremos experimentar la vida en la que nada falta de manera cotidiana en este mundo, por la gracia de Dios debemos lidiar con estos miedos, si no queremos estar atados por 92

NADA ME FALTAHÁ

Satanás. Las ataduras son tanto el miedo como la tentación de satisfacer nuestras necesidades de manera incorrecta delante de Dios, lo cual revela nuestra falta de fe en Dios y de confianza en su cuidado y en su poder todo suficiente.

Pensamientos del corazón Después que Satanás engañó a los primeros seres humanos {Gén. 3), vemos que, uno tras otro, todos caen ante el gran engañador. Para el tiempo de Noé, las cosas en la tierra habían llegado a un punto crítico. Aunque no tenemos mucha información, lo poco que sabemos es horroroso. De hecho, cuando Dios miró la condición humana, le pareció que no había esperanza. Tenemos una descripción trágica y fatal de la situación en Génesis 6: El SEÑOR vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo solo al mal. Entonces el SEÑOR lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo el SEÑOR: "Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento haberlos hecho" (Gén. 6:5-7).

¡Qué comentario tan trágico! ¿Cómo es posible que lo que Dios dijo que era "bueno en gran manera" ahora se hubiera convertido en gran maldad? La respuesta breve, que ya no debe sorprendernos, es Satanás. Es muy revelador que justo antes de leer la decisión de Dios de destruir toda vida humana y animal sobre la tierra {con excepción de una familia), encontramos estas palabras: "El SEÑOR vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo solo al mal" {v. 5). Cuando Dios mira la maldad humana, no está viendo solo iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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nuestras acciones, sino nuestra mente y corazón, nuestros pensamientos e intenciones'. Dios mira el corazón por dos razones: ( 1) nuestro corazón es la fuente de nuestra vida y de todas nuestras acciones"', pero lo más importante, (2) nuestros pensamientos son el lugar donde Satanás ejerce su oficio' ... Él gobierna por medio de imágenes, ideas, sentimientos y miedos. Desde este terreno tan complejo de nuestra mente y corazón proviene la mayoría de nuestras acciones, así que ese es el terreno donde Satanás concentra su trabajo. De nuevo quiero recalcar que los seres humanos no podemos ser forzados a hacer el mal. Tampoco podemos ser forzados a hacer el bien. Debemos elegir hacer el mal o el bien. ¿Cómo elegimos? Al ser persuadidos de que una acción es mejor que otra. Así, Satanás trabaja en el corazón por medio de la mente, como lo hizo con Eva, y como lo hace hoy en día con nosotros.

De vital importancia La sabiduría de los Proverbios nos advierte: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida" (Prov. 4:23). Nuestra principal preocupación debe ser cuidar el corazón, que es nuestro punto de contacto con la capacidad ilimitada de Dios para proteger y proveer, que fluye hacia quienes eligen mantener fija su mente en Dios. Recordemos las palabras de Pablo a los creyentes en Roma, cuando les dijo que la debacle de la historia comenzó con la elección humana de no retener a Dios en su conocimiento (Rom. 1:28). Esta elección todavía sigue siendo desastrosa el día de hoy. • 1 Samuel 16:7 . .. Proverbios 4:23 . ... Mateo 16:23; 1 Crónicas 21 :1; 2 Tesalonicenses 2:9.

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Podemos guardar nuestro corazón si decidimos llenar la mente con Dios. Escuchar su palabra y nutrir todo nuestro ser con ella no es algo lindo que podemos hacer de vez en cuando. Nuestra vida entera depende de ello. El salmista nos dio la receta para vivir cuando declaró: "En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti" (Sal. 119: 11). Dios habla verdad vivificante en su Palabra, la cual es viva y activa, y puede juzgar los pensamientos y las intenciones del corazón (Heb. 4:12). Necesitamos cultivar la buena disposición a escuchar. Cuando el profeta Samuel era un muchacho, el sacerdote Elí le dio un consejo infalible para escuchar la voz de Dios. Es una oración simple pero profunda: "Habla, oh SEÑOR, que tu siervo escucha" (1 Sam. 3:9). Cada mañana, al salir de la cama, entre nuestros primeros pensamientos debe estar este: "Señor, háblame. Estoy escuchando. Quiero oír tu voz". Y no es porque sea una linda manera de empezar el día, sino porque lo único que nos puede mantener en el camino correcto es estar llenos de Dios y de su Palabra. Si no haces algo así, no tienes la opción de tener una mente neutral. Tus pensamientos no pueden quedar en el vacío. Como dice el dicho: la naturaleza aborrece el vacío. Si no estás entrando en la verdad de Dios, estarás entrando en las mentiras de Satanás. Esto es lo que le sucedía a todos los que vivían en los días de Noé, cuando "toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo solo al mal" (Gén. 6:5). Contrasta ahora eso con Jesús.

Una lección del vencedor Cuando Satanás tentó a Jesús, no lo levantó y lo arrojó desde el pináculo del templo ni tampoco convirtió la piedra en pan para metérselo a la fuerza por la boca a Jesús. No tenía el poder para iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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hacer eso, de ahí que tuviera que atraer a Jesús y luego esperar la respuesta de este. ¿Y cuál fue esa respuesta? No fue: "¿Quién te crees que eres? ¿Es que acaso no sabes quién soy yo? ¡Soy el Hijo de Dios, y tú un insignificante! ¡Y ahora, largo de aquí!". No, Jesús respondió con la Palabra de Dios: en lugar de responder a cuenta propia, usó las Escrituras para responder a Satanás. Le dijo directamente las palabras del texto, usando la autoridad de la Palabra de Dios para defenderse contra los intentos de engaño de Satanás. Las tres tentaciones recibieron la misma respuesta: "Escrito está. Escrito está. Escrito está". Satanás no estructuró ningún contraargumento. Simplemente dejó a Jesús solo, al menos temporalmente. Se nos dice que después de la última tentación en el desierto, "el diablo ... se apartó de él por algún tiempo" (Luc. 4: 13). No se nos dice cuándo, pero la implicación es que acabó regresando. De hecho, podemos estar seguros de que Satanás acompañó constantemente los días de Jesús en su carne y nunca estuvo muy lejos. Satanás estaba muy consciente de que solo Jesús podía romper los lazos con que tenía atado al mundo, tan enamorado del poder y del engaño, y solo Jesús podía rescatar a los seres humanos del fango de pecado y maldad en el que estaban inmersos. Reconocía a Jesús como la única persona realmente radical que ha entrado en la historia humana, porque se rehusaba a combatir al mal por medio del mal. Él venía a encender el fuego de un nuevo orden que no emplea los instrumentos que usan los malvados para darse seguridad y obtener lo que quieren. Todo dependía de su victoria sobre Jesús. Si Satanás podía probar que es imposible que un ser humano de carne y hueso cumpla la voluntad de Dios, hubiera derrotado el gran proyecto de Dios que comenzó en la creación. Habría mostrado que la

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idea de crear cielos y tierra nuevos para llevar a la iglesia de Dios a su plenitud era una quimera imposible de realizar. Y tal vez (solo tal vez, porque es difícil discernir la mente de Satanás) pensó que engañar a Jesús le haría ganar unos cuantos milenios más antes de llegar a su destino final. Independientemente de lo que haya pensado, con Jesús quedó amargamente desilusionado, porque, como dijo el Señor a sus discípulos en el aposento alto un poco antes de su arresto en Getsemaní, "viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en ml" (Juan 14:30, énfasis añadido).

El plan de batalla en el huerto ¡Cómo deseaba Satanás encontrar algo en Jesús! Quería entrar en la mente de Jesús del mismo modo que lo hizo con Eva y Adán. Eso es lo que estaba en juego en el huerto de Getsemaní; era la lucha final entre Satanás y Jesús. Desde el comienzo de la vida terrenal de Jesús, Satanás había intentado destruirlo o desviarlo de su senda. Y en las últimas horas antes de la cruz, Satanás trató de quebrar a Jesús presionándolo con la desesperanza (en términos humanos) de lo que Jesús estaba intentando. El objetivo de Satanás era evitar el acto redentor de la crucifixión (lo único que podría abrir las puertas para liberar a la humanidad de las cadenas del mal, demostrando el poder del bien sobre el mal) y por eso concentró todo su poder demoníaco sobre Jesús 2 • La voluntad de Jesús era invencible, pero su victoria no sucedió sin una gran lucha de por medio; de hecho, derramó grandes gotas de sudor de sangre mientras resistía el intento de Satanás de alejarlo de la cruz. A veces interpretamos el episodio del Getsemaní como si Jesús estuviera mostrando miedo ante su muerte inminente, pidiéndole a Dios que lo dejara vivir, e incapaz de hacer nada para defenderse de lo que le harían a él. iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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En pocas palabras, se presenta a Jesús como una víctima patética, pero a la luz de quién él era (y es) cometeríamos un grave error si aceptáramos esa interpretación. En ninguna parte de las Escrituras hay indicación alguna de que Jesús tuviera miedo a sufrir y morir. Él no estaba tratando de evitar la cruz; estaba derrotando a Satanás. Cuando logró esa victoria y quedó despejado el camino hacia la cruz, Jesús estaba tan sereno como cualquiera pueda imaginar. Con la humanidad bajo su dirección, Satanás utilizó a algunos para que torturaran a Jesús. Su objetivo podía haber sido que Jesús muriera en la gol piza o provocar que este utilizara sus poderes milagrosos en contra de quienes lo estaban lastimando. En cualquiera de los dos casos, el progreso de Jesús hacia la cruz, así como el acto radical de redención en la historia del mundo, se verían impedido, y Satanás continuaría su reinado. Pero para disgusto de Satanás, Jesús mismo estuvo a cargo de los acontecimientos y de la gente que tomó parte en el episodio. Había "afirmado su rostro" hacia su meta (como un jugador que mira todo el campo de juego y calcula el curso de las jugadas antes que sucedan) de abrir un pequeño enclave cultural de redención y de aparecer en el escenario de la historia humana (ver Luc. 9:51). Como él mismo dijo en un momento crucial de su carrera: "Y yo, cuando sea levantado de la tierra [en la crucifixión], atraeré a todos a mí mismo" (Juan 12:32). Debemos ver claramente la sabiduría profunda de este camino que eligió para lograr su meta. Era la estrategia ganadora de la Trinidad para quebrar el dominio de Satanás y, con este logro, Jesús ahora está ocupando el centro del mundo contemporáneo, como él mismo lo había predicho. Los acontecimientos de la muerte y resurrección de Cristo demostraron a sus seguidores y a otros observadores que lo que 98

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había dicho Jesús sobre el reino y su cercanía era y es verdad. Pasar por la tortura y por la cruz y vivir en la vida resucitada muestra la presencia de Dios entre los humanos. Conocer esta presencia y la disponibilidad cercana y certera de Dios para quienes confían en él fue lo que condujo a Jesús a decir todas esas cosas hermosas que hoy en día escuchamos melancólicamente pero que difícilmente creemos: todo eso sobre las aves y las flores que están al cuidado de Dios, y sobre cómo nunca debemos estar ansiosos ni con miedo, sin importar lo que venga, incluso la crucifixión. La idea básica de Jesús sobre este mundo (con toda su maldad, que llegó al límite en lo que sufrió clavado en la cruz) es que este mundo es un lugar perfectamente bueno y seguro, sin importar las circunstancias, si acaso ellos han depositado la vida en manos de Jesús y de su Padre. En un mundo así nunca tenemos que hacer lo que sabemos que está mal, y no hay necesidad de tener miedo. Jesús practicó lo que predicó, incluso cuando estaba siendo torturado y asesinado. Y miles de sus seguidores han elegido hacer lo mismo.

El que la sigue, la consigue Fue tal la victoria de Jesús sobre Satanás en el huerto que en los relatos de los Evangelios ya no aparece ningún otro encuentro más entre ellos. Tal vez Satanás se quedó a ver qué sucedía, pero cuando Jesús estaba clavado en la cruz y clamó diciendo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!" (Luc. 23:46), Satanás sabía que había sido derrotado y que ahora su atención debía concentrarse en los seguidores de Jesús. Durante miles de años esta ha sido su principal ocupación (su esfuerzo por derrotar a los seguidores de Jesús) y seguirá siendo así hasta el fin de la historia humana. Su destino final se describe en el libro de Apocalipsis: ¿pQR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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Vi a un ángel que descendía del cielo y que tenía en su mano la llave del abismo y una gran cadena. Él prendió al dragón, aquella serpiente antigua quien es el diablo y Satanás, y le ató por mil años. Lo arrojó al abismo y lo cerró, y lo selló sobre él para que no engañase más a las naciones, hasta que se cumpliesen los mil años. Después de esto, es necesario que sea desatado por un poco de tiempo ... Cuando se cumplan los mil años, Satanás será soltado de su prisión y saldrá para engañar a las naciones que están sobre los cuatro puntos

cardinales de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla. El número de ellos es como la arena del mar. Y subieron sobre lo ancho de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada, y descendió fuego del cielo y los devoró. Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20:1-3, 7-10).

Este es el destino final de Satanás. Es un asunto acabado, y él lo sabe. Él y sus secuaces, todos saben muy bien a dónde van a ir a parar, como se demuestra en el encuentro de Jesús con dos hombres endemoniados cerca del mar de Galilea (Mat. 8:28-34). Ciertamente, los diablos reconocieron a Jesús y le gritaron: "¿Qué tienes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?" (v. 29). Se refieren al tiempo de su derrota final. Ellos sabían lo que les iba a ocurrir, y su único gozo, si podemos llamarlo así, era servir a Satanás hasta ese final. Este servicio en el que ahora están ocupados es el engaño de las naciones; hacen pensar a la gente que ellos están en control, que saben lo que están haciendo, cuando en realidad están solo bailando como marionetas según los hilos que tiene en su mano Satanás.

Un remolino de ideas El mundo espiritual es un lugar muy poblado, y la Biblia nos 100

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presenta una imagen de una lucha constante entre las fuerzas alineadas con Dios y las de Satanás. En pasajes como Daniel 1O:13-20 observamos que hay varios niveles de espíritus malignos bajo el mando de Satanás, trabajando en el mundo y en nosotros. Al mismo tiempo hay un inmenso número de los "santos" (Dan. 4: 17), ángeles trabajando para Dios, sirviendo a sus propósitos. Mientras debemos estar conscientes de esta lucha constante entre las fuerzas espirituales, debemos recordar que el medio primordial que utiliza Satanás para mantener hirviendo su olla de maldad son las ideas que gobiernan a los individuos de la sociedad. Las ideas sobre el bien y el mal, así como sobre la conducta correcta, son de capital importancia. Las ideas son algo muy sutil. Igual que el movimiento de la tierra, que ocurre sin que se note, normalmente no nos damos cuenta de las ideas que nos mueven. Vamos volando por el espacio como en un remolino a tremenda velocidad. ¡Si piensas mucho en esto tal vez vas a sentir la necesidad de agacharte y abrazar la tierra! Las ideas que gobiernan nuestro estilo de vida son todavía más desconcertantes, porque hacen que nos comportemos de maneras que van en contra de nuestro bienestar. En palabras del apóstol Pablo, sin que se den cuenta, muchos están "sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por todo viento de doctrina por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error" (Efe. 4: 14). Detrás de toda esa astucia y de todas esas artimañas está el gran engañador, el diablo. Satanás gobierna a las naciones por medio del modo en que la gente piensa de sí misma. Un ejemplo se puede ver en los Estados Unidos, donde se habla del "modo americano de vida". Ciertamente hay algo de bueno tanto en eso como en los principios fundacionales sobre los que se construyó el país, pero iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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cuando se presenta por televisión, en los periódicos y en todos los medios de comunicación (incluso a veces en las iglesias), se ha convertido en algo tremendamente destructivo. Por ejemplo, la mayoría de los estadounidenses piensan que pueden hacer lo que quieran y cuando quieran, un concepto de libertad que a menudo se identifica como el modo americano de vida. Si embargo, en realidad no vamos a encontrar otro mensaje más directo y claro de Satanás que estas palabras. Si hay algo que no deberíamos hacer, es precisamente eso: hacer lo que queramos, cuando queramos. Ciertamente hay valor verdadero en la libertad, y muchos países fueron fundados en buena medida por gente que comprendía lo esencial y costoso que es la libertad para el desarrollo moral auténticamente bueno de los individuos. Pero esos fundadores no tenían forma de ver que en el siglo XXI su ideal se transformaría de la búsqueda de la virtud en la libertad de las restricciones morales. La búsqueda de la felicidad y la garantía de vida y libertad, según lo entendieron los fundadores de los Estados Unidos, son cosas muy buenas, además del reflejo de ideales que expresan el reino de Dios, pero esos ideales se han pervertido con el tiempo.

La visión se apaga No es extraña esta perversión. Todas las buenas ideas (las ideas verdaderas) que han pasado por el torrente de la historia humana, después de un tiempo se pervierten. ¿Por qué? Precisamente porque Satanás está trabajando en ellas, distorsionando su significado, algo que también sucede dentro de la iglesia. Si vas a la ciudad de Asís, en Italia, te encontrarás a mucha gente que habla mucho de san Francisco, muchos monumentos 102

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en su honor y muchos negocios que generan riquezas por la venta de recuerdos. Lo que no vas a encontrar, sin embargo, es a nadie que lleve en su corazón el fuego que tenía Francisco. Sin duda hay mucha gente muy linda ahí, pero les falta el carácter de Francisco y tampoco tienen las obras y el impacto de este. Sea la iglesia que sea (católica, metodista, presbiteriana, cuáquera o bautista) hagamos la comparación entre el medio cultural de su fundación y lo que es hoy en día. La misión o misiones que se ponen en marcha comienzan una sutil separación de la visión original que cautivó al fundador y tarde o temprano la institución y su misión se convierten en la visión en sí misma. Tal vez esto ocurra durante el tiempo de una generación, o tal vez durante varias (raramente más de unas cuantas) como fue la degeneración de la monarquía en Israel a partir de David, pasando por Salomón y llegando hasta Roboam. El poder, la belleza y la efectividad que parecían tan vibrantes al principio se van disipando y el movimiento se hace irreconocible al compararlo con sus comienzos. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué el deterioro? ¿Por qué se echan a perder las iglesias buenas? 3 Porque alguien en control de las ideas está buscando ese deterioro, el cual (¡vaya sorpresa!) ocurre principalmente por el deseo de verse bien y por el deseo de ser sabios. Al fin y al cabo, es importante que nuestros predicadores se conozcan por ser sabios y por verse bien, así que los enviamos a prepararse a escuelas donde se vuelven muy sabios y regresan viéndose muy bien. Conozco muchas escuelas teológicas y, según mi observación, la principal preocupación de todas ellas es verse bien y ser respetables, algo que también se aplica a nuestras instituciones seculares. La búsqueda de conocimiento en las universidades ha

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llegado al punto en que si alguien quiere hablar en serio sobre la verdad y la justicia con profesores de las principales universidades, recibe burlas y risas. Si no se ríen, se sonríen con aires de superioridad ante lo que para ellos es solo ingenuidad moral a la antigua, porque, claro está, todos sabemos que no existe la verdad como tal... A la entrada del edificio de Filosofía en la Universidad del Sur de California se leen las palabras "La verdad los hará libres", pero hoy en día los edificios nuevos en las universidades ya no tienen palabras importantes talladas en sus muros: simplemente muestran los nombres de los donadores millonarios que pagaron la construcción. La verdad sí existe, pero quienes están atrapados por los engaños de Satanás sobre lo que es deseable no la encuentran fácilmente. Una sociedad puede perder la verdad que alguna vez tuvo simplemente porque la verdad ya no ocupó el lugar de lo más deseado, por encima de la reputación, el placer y el poder. En una ocasión, Jesús habló a un grupo de líderes religiosos que creían que eran sabios, pero se rehusaban a creer en él. Él señaló su problema al preguntarles: "¿Cómo pueden ustedes creer? Pues recibiendo la gloria los unos de los otros no buscan la gloria que viene de parte del único Dios" (Juan 5:44). Cuando es más importante verse bien que conocer el bien, Satanás gana la batalla, si no la guerra.

La destrucción de la fortaleza de Satanás Saber quién es el enemigo y conocer su estrategia es solo la mitad de la batalla. Satanás es nuestro principal enemigo, y su objetivo primario es atacar nuestro conocimiento de Dios y nuestra confianza en él. El asalto constante de Satanás se dirige a nuestra creencia en la bondad y el poder de Dios, que este va a suplir 104

NADA ME FALTARÁ

rodas nuestras necesidades y que podemos confiar en que él será suficiente en todo. Cuando nuestra mente está en Dios y nuestro conocimiento de él es lo que da forma a nuestros pensamientos, esa suficiencia fluye hacia nosotros. Por eso la principal tarea de Satanás es que nuestra mente esté distraída en cualquier cosa, menos en Dios. Es triste y trágico que le facilitemos la tarea. Sin darnos cuenta, somos el campo de juego del diablo. Él toma nuestros pensamientos y sentimientos y nos manipula por medio de las ideas que dominan nuestra sociedad. Como dice Pablo, la gente vive "en la vanidad de sus mentes, teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón" (Efe. 4: 17, 18). En su trato con un grupo difícil de creyentes en la ciudad de Corinto, Pablo sabía cuál era su problema principal, y cómo debía ser enfrentado. Sabía que estamos en una lucha espiritual contra Satanás. Así que escribió esto: ... porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Destruimos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios; llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo (2 Cor. 10:4, 5).

Fortalezas, argumentos, altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios: esta es la ciudadela de Satanás. Debemos traer la enseñanza clara y plena del evangelio contra esta fortaleza demoníaca, como aclaran las palabras de Pablo a su aprendiz, Timoteo: Pues el siervo del Señor no debe ser contencioso sino amable para con todos, apto para enseñar y sufrido; corrigiendo con mansedumbre a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se iPOR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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arrepientan para comprender la verdad y se escapen de la trampa del diablo, quien los tiene cautivos a su voluntad (2 Tim. 2:24-26).

Así pues, estamos en un mundo donde se encuentra "la trampa del diablo". Es el mundo de ideas, imágenes, sentimientos y creencias que permiten que la gente sea manipulada por medio de sus deseos, por medio de sus sentimientos sobre lo que es sabio y lo que se ve bien. Sin embargo, también es el mundo que Dios ama, y al cual envió a Jesús. Solo el evangelio de Cristo puede recuperar lo que controla Satanás y puede liberar la mente y el corazón de cada ser humano que está cautivo por sus engaños. De hecho, se trata de una batalla por la mente y el corazón, y tú no puedes derrotar la fortaleza de las creencias falsas, las imágenes y los sentimientos (eso mismo que nos impide conocer la vida en la que nada nos falta) si no es por el poder de Dios, que está al alcance de quienes se han entrenado para mantener su mente fija en Dios; en palabras de Pablo, "llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo" (2 Cor. 10:5). Esto incluye pensar sobre Dios del mismo modo que Jesús pensaba sobre Dios, así como confiar en Dios como Jesús confiaba; es pasar de la fe en Jesús a la fe de Jesús. Hacer eso es conocer la vida en la que nada nos falta. En el siguiente capítulo desarrollaremos más esta verdad central. Pero antes de llegar ahí, tomemos un momento para leer y luego orar estas palabras: Señor, minístrame con

tu

Espíritu.

Ven a mi corazón y a mi mente, y libérame de toda tensión y ansiedad interiores. Pon en mi mente la verdad de que no tengo nada que temerle a Satanás porque tú ya lo derrotaste; 106

NADA ME FALTAHA

todo lo que debo hacer es llenar mi vida y mi mente de ti. Recuérdame en todo tiempo, especialmente en medio de la dificultad, que tú, que estás en mí, eres más grande que aquel que está en el mundo. Ayúdame a llevar esta verdad conmigo . mientras contemplo la realidad asombrosa de la batalla espiritual que se está librando, una batalla que, tal vez ahora mismo, esté acercándose a su momento final. Dame la visión para ver quién eres: nuestro Padre que está en los cielos, el Pastor en cuya presencia nada nos falta, a fin de poder tener la confianza y el poder de amar y vivir como vivió jesús. En su nombre, amén.

¿pQR QUÉ TANTAS CARENCIAS Y MALDAD?

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~~· CAPÍTUL05

La confianza en Dios: La clave de la vida Señorita, la fe no viene en una gran canasta, sino paso a paso. Decida confiar hoy en Dios en algo pequeño y antes de que se dé cuenta verá que es tan confiable que estará poniendo toda su vida en manos de él. -LYNN AUSTIN

H

emos llegado al asunto importante de cómo relacionarnos con Dios, el centro sagrado y manantial de la vida que se experimenta bajo el cuidado del Pastor. Este capítulo y los dos que siguen se dedican a las tres cosas que deben estar funcionando en nosotros antes que podamos experimentar realmente la suficiencia de Dios: la fe, la muerte al yo y el amor ágape. Estos tres se combinan para formar un triángulo de suficiencia en nuestra vida. Cuando la fe, la muerte al yo y el amor sean reales 109

y funcionen en tu vida, verás que, como consecuencia, la espe-

ranza y el gozo inundarán tu ser hasta rebosar. Cada uno de estos elementos es un don de Dios, de ahí que sea nuestro privilegio ser llamados a convertirnos en el pueblo que puede recibir estos dones y trabajar con Dios para desarrollarlos al ir aprendiendo a vivir una vida en la que nada nos falta. La fe (confianza) es la llave que abre nuestra disposición a recibir la suficiencia de Dios en nuestra vida. Debido al uso corriente que se da a estas palabras en nuestro medio, es útil reemplazar el vocablo fe por confianza todas las veces que aparece esa palabra en la Biblia. Por ejemplo: "Porque por gracia son salvos por medio de la [confianza]" (Efe. 2:8). Tener fe en Dios es simplemente confiar en Dios, descansar en Dios en medio de todo temor. La definición más conocida de fe en la Biblia es esta: "La fe es la constancia de las cosas que se esperan, la comprobación de los hechos que no se ven" (Heb. 11:1). Así es como la fe es "la constancia de las cosas que se esperan": cuando tenemos fe, actuamos en relación con Dios para que lo que esperamos se haga realidad. La fe también es "la comprobación de los hechos que no se ven". ¿Cuáles son "los hechos que no se ven"? En el mismo pasaje, unas líneas más delante, se nos dice que "el universo fue constituido por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (v. 3). La frase "que no se ven" se refiere a la palabra (o incluso a la energía) de Dios en acción. Cuando tenemos fe, es evidencia segura de que la palabra del Dios invisible está activa en nosotros. La fe es un regalo; Dios la produce en nuestro corazón.

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La fe necesaria En el capítulo 2 hablamos del monte de la transfiguración y del efecto dramático que tuvo en la fe de Pedro·. Jesús había pedido a Pedro, Jacobo y Juan que lo acompañaran a subir una montaña alta. Cuando estaban arriba Jesús comenzó a brillar como el sol, Moisés y Elías aparecieron para conversar, Dios habló desde el cielo y los tres discípulos terminaron postrados con el rostro a tierra, abrumados por la gloria de todo el suceso. Cuando todo volvió a la normalidad, Jesús y los discípulos bajaron de la montaña y encontraron una gran conmoción con los otros discípulos, algunos líderes religiosos y un hombre y su hijo, atormentado por un demonio. El hombre había traído a su hijo con la esperanza de que Jesús lo sanara. En ausencia de Jesús, los discípulos lo intentaron sih tener buenos resultados. Jesús le preguntó al hombre desde cuándo su hijo estaba sufriendo así. "Desde niño", contestó el hombre, para luego suplicarle desesperado: "si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros y ayúdanos!" (Mar. 9:21, 22). Luego viene la parte en que casi todos quisiéramos escondernos debajo de las sillas. Jesús le dijo al hombre: "¿'Si puedes .. .'? ¡Al que cree todo le es posible!" (v. 23). ¿Todo? ¿De veras? ¿Significa esto que para nosotros también todo es posible? Sí, así es. Además, tenemos la libertad de decirle a Jesús las mismas palabras del padre aquel en su desesperación y esperanza: "¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!" (v. 24). No se trata de un reporte analítico y frío sobre su estado cognitivo. Se nos dice que estaba clamando, es decir, con lágrimas. Esto expresa bellamente nuestra propia condición. · Mateo 16:28-17:3; Marcos 9:1-8; Lucas 9:28-36.

LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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Un componente importante de la fe es la intensidad con la que queremos algo, y las lágrimas del clamor de aquel padre expresaban lo profundo de su corazón. Nunca me preocupo acerca de quienes quieren creer, porque sé que ya creen lo suficiente como para querer creer más: si no creyeran, ni siquiera querrían creer. Eso es lo que Dios nos dice por medio del profeta Jeremías: "Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con todo su corazón" (Jer. 29: 13). ¿Por qué? Porque solo la fe podría conducirnos a buscar a Dios con todo el corazón. La fe en su esencia incluye el amor y el deseo por el bien. Cuando aquel padre suplicó a Jesús que sanara a su hijo, era fe (amor y deseo) en acción. Cuando clamó desde sus lágrimas: "Creo", ya creía. Tenía al menos la suficiente fe, en primer lugar, para vencer el qué dirán y acudir a los discípulos de Jesús. En el barrio estarían hablando de él: "Sí, sí. El viejo Juan llevó a su muchacho a ver a ese predicador loco ... ". Sí, eso fue lo que hizo. Con mucha desesperación clamó con lágrimas: "¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!". Y Jesús sí ayudó, pues sanó al muchacho. La copa de la fe de aquel hombre solo tenía unas gotitas, pero podemos estar seguros de que se fue de ahí con mucho más. Todo es posible para aquel que cree.

El poder de las palabras Todas las relaciones y reinos funcionan con palabras y el primer acto de fe es hablar. Si tienes suficiente fe para decirlo, puedes tener suficiente fe para hacerlo. Por eso es tan importante la alabanza: alaba al Señor en toda situación; exprésalo incluso si es una lucha difícil porque las cosas no van bien; piensa en la creación de Dios o en lo que él ha hecho por ti en el pasado y alábale por lo que es y por lo que ha hecho. Trata de pensar al menos en una cosa 112

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que puedas decir, pues si lo intentas, Dios te encontrará justo ahí donde estás. Eres primordialmente una mente con una voluntad en un cuerpo y esa voluntad es el centro de tu ser, así que si recuerdas el clamor de aquel padre desesperado y sigues su ejemplo en palabras y en acción, conocerás el amor y el poder todo suficiente de Dios. Si lo haces, siguiendo este procedimiento, tu corazón se irá fortaleciendo gradualmente. Es lo que Jesús sabía bien cuando respondió al diablo en el desierto; en ese momento estaba en peligro, de modo que usó las palabras de la Escritura y afirmó la verdad de estas al pronunciarlas.

Aclarando la confusión acerca de la fe Mucha gente malentiende la fe: casi siempre se pone en la categoría de misterios o supersticiones, especialmente para muchos que asisten regularmente a la iglesia, donde se nos dice lo importante que es tener fe. Tal vez sientas algo de culpa o dolor porque piensas que no tienes suficiente fe, en cuyo caso una comprensión más profunda de la fe podría ayudarte a lograr mayor paz y confianza en cuanto a tu propia fe, así como en cuanto a tu crecimiento en ella. La fe, sin embargo, no es un misterio porque la ponemos en práctica todos los días, a todas horas. En su aspecto más básico, la fe simplemente es la confianza en algo, demostrada en actitudes y en acciones. Puede ser algo que tenga que ver con la confianza en Dios, o no. Tengo fe en mi auto, aunque en este momento no lo estoy conduciendo, y esto me libera de la preocupación de cómo voy a regresar luego a mi casa. Si no tuviera fe en mi auto, no podría concentrarme en lo que estoy haciendo, porque estaría pensando en cómo regresar a casa; tendría que detenerme y LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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llamar a alguien a ver si puede venir por mí. Mi actitud (preocupación por regresar a casa) influye sobre mi acción {llamar a alguien). Lo decimos una vez más: la fe es la confianza revelada en actitud y acción. La actitud puede entenderse como la postura constante que tenemos en la vida, nuestra forma de ser en el mundo. Es aquí, én nuestra postura fundamental hacia la vida, donde los bienes espirituales se necesitan más. Veamos, por ejemplo, el amor: necesitamos amar en actitud y en acción; la persona que solo actúa de modo amoroso, pero no ama en realidad, tiene deficiencia de carácter porque necesita que el amor entre en su corazón, en las fibras de su ser. Desde la perspectiva de Jesús, la persona que solo actúa correctamente está en la categoría de ser farisea, de la justicia legalista. La rectitud del reino de Dios, sin embargo, es rectitud del corazón {Mar. 7:6). Es una actitud y, por lo tanto, un aspecto de la fe. No hay forma de esquivar la fe y tampoco se puede vivir sin ella, porque todos enfrentamos el futuro. Haces planes sobre el futuro, y hacer planes implica tener confianza (fe) en que las cosas serán de cierta manera y que lo que deseas sucederá. La única forma de enfrentar el futuro es ejercitando algún tipo de fe. Tal vez no sea fe en Dios, pero sigue siendo fe. Ahora bien, la fe tiene dos partes principales: una es visión y la otra es deseo o voluntad. La visión es ver la realidad tal y como es, o en el caso del futuro, como podría ser para nosotros; el deseo es querer que la realidad sea como es, o como esperamos que sea. Tener la fe necesaria para vivir en el futuro esperado es confiar, con el salmista, que "el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida" {Sal. 23:6). A veces hablamos de alguien que está "bajo la convicción" de pecado. Cuando esto sucede, significa que una persona tiene 114

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una visión de cómo las cosas podrían ser diferentes, pero se resiste a cambiar. Puede ver que hay que cambiar algo en su vida; tiene la visión, pero al mismo tiempo le falta el deseo de que su vida sea diferente. Esa persona desea (con la voluntad} algo distinto a lo que ve que sería lo mejor, y por eso vive en negación de la visión. A su vez, esto le lleva a actuar de maneras que van de acuerdo con su deseo, pero no de su visión. Una mujer puede saber que la relación romántica que está viviendo no es saludable (su visión), pero en el fondo quiere estar con ese hombre (su deseo), así que decide seguir con la relación, aunque no tenga completa paz con su decisión: esa es la experiencia de estar "bajo la convicción". Tal vez nos parece un mal ejemplo de fe, pero de todas formas es un acto de fe. La visión o percepción de la realidad en la cual basamos nuestra fe puede llegarnos por medio de una palabra hablada o escrita: puedes tener una opinión precisa sobre una persona que nunca has conocido porque leíste algo sobre esa persona en los periódicos; puedes confiar en una niñera por las referencias de tus amistades. Ciertamente, los expertos en mercadotecnia conocen el poder de una buena recomendación y gastan grandes cantidades de dinero en contratar a alguien bien conocido para que haga un comercial con su producto y así crear una actitud de fe en tu corazón. ¿Con qué fin? Para que actúes según esa actitud y compres el producto. Así funciona la fe. Es igual en el reino de Dios: la fe nos llega como resultado de escuchar la verdad sobre el reino. Como explica Pablo: "Por esto, la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Cristo" (Rom. 1O:17). En resumen, no se puede vivir sin fe. La fe está ligada al futuro. La fe tiene los elementos de deseo y visión. El elemento de visión proviene de nuestro contacto con la realidad o con palabras sobre la realidad, y a su vez trae una cierta actitud y LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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acción. Ahora vamos a ver cómo la fe se transforma, se enriquece por medio de nuestro contacto con la realidad más grande de todas: Dios.

Las tres clases de fe de Job Uno de los mejores ejemplos de transformación de la fe para vivir la vida en la que nada falta se puede ver en la vida de Job, un personaje de la antigüedad. Al principio, Job era un buen hombre a quien le iba muy bien en la vida. Hubo un hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Le nacieron siete hijos y tres hijas. Poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientos asnos y muchísimos siervos. Y aquel hombre era el más grande de todos los orientales (Job 1:1-3).

Este es un rotundo respaldo de un hombre bueno que disfrutaba las bendiciones y la aprobación de Dios. Podemos estar seguros de que Job era un hombre de fe, pero experimentó una transformación profunda en su comprensión y en su relación con él. Es importante reconocer que Job mantuvo su fe a lo largo de todas sus tribulaciones difíciles e insoportables, pero esa fe se transformó.

El viaje de fe de Job pasó del ritual a la relación. Comenzó con lo que podemos denominar la fe en lo correcto, se movió hacia la fe de la desesperación y finalmente llegó a la fe de la suficiencia, la que dice independientemente de las circunstancias: "No importa. Tengo a Dios y eso es todo lo que necesito". Podemos aprender mucho del viaje que Job realizó por las etapas de maduración de su fe si relacionamos su experiencia con nuestra propia vida. 116

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Antes de examinar cada una de estas tres clases de fe, hay que decir que no estamos devaluando ninguna de ellas y que no tiene nada de malo que alguien no se encuentre todavía en la tercera clase de fe. Siempre debemos recordar que la fe es un regalo de Dios y necesitamos comprender canto su naturaleza como la forma en que él la transforma. Es cierto que a veces la manera en que se nos da el regalo puede ser un poco ruda, y el camino difícil, pero, de todas maneras, la fe es un regalo. Hay una buena razón para esto. Si la fe fuera algo que tenemos y ejercitamos de manera independiente y tan poderosa como Jesús dice que es, ¿qué crees que pasaría? El universo estaría rápidamente fuera de control. ¡Habría montañas moviéndose de un lado a otro, higueras secándose por todas partes, y árboles volando desarraigados y arrojados al mar!* A Dios le interesa la persona en que te estás convirtiendo, más que lo que puedes lograr con tu vida. Dios desea que te conviertas en el tipo de persona que puede recibir fácilmente y con alegría una abundancia de fe y de poder: el regalo de una gran fe de parte de Dios, que sabe bien cuándo, de qué tipo y en qué cantidad darnos.

La fe en lo correcto La historia de Job no es un cuento de hadas inventado por alguien. Job vivió en la tierra de Uz, que está en el territorio que hoy se conoce como Jordania, con Siria al norte por el lado oriental del río Jordán. Job, un hombre de buena reputación, influencia y riqueza, confiaba que Dios sería bueno con él en tanto que él viviera una vida correcta, dentro de lo conveniente. Obviamente había escuchado que si uno realiza buenas obras, Dios se agrada y prúvee bendiciones y protección. ·Mateo 21:21; Lucas 17:6.

LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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Parece que su gran problema era su familia, en particular sus hijos. Aparentemente solo pasaban el tiempo en fiestas: "Sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos" (Job 1:4). Seguramente a Job le preocupaba que sus hijos pasaran la vida así. Él era un hombre bueno que vivía en la fe en lo correcto, preocupado por los beneficios que provienen de servir a Dios. Como r~spuesta a las actividades de su familia, se nos dice: "Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los purificaba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: 'Quizás mis hijos habrán pecado y habrán maldecido a Dios en su corazón'. De esta manera hacía continuamente" {v. 5). Yo también haría lo mismo. ¡Y también trataría de conseguirles un empleo! El relato dice que un día llegó una compañía de ángeles a presentarse ante Dios. Entre ellos venía Satanás. Dios le preguntó dónde había andado, y Satanás respondió: "De recorrer la tierra y de andar por ella" {v. 7). ¿Acaso no suena como algo conocido? Recordemos del capítulo anterior, que Satanás es el príncipe de la potestad del aire {Efe. 2:2). Él preside en los patrones de pensamiento, en la organización social, en las fuerzas de la sociedad humana, tratando de ponerlas en contra de Dios. Es precisamente lo que había estado haciendo. Entonces, Dios le preguntó: "¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra: un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?" {v. 8). Satanás no es tonto, todo lo contrario {es muy astuto y conoce bien al ser humano), pero en sus correrías por la tierra tal vez pasara por alto a Job. Cuando escuchó la brillante opinión que Dios tenía 118

NADA ME FALTARA

de Job, fue directo al corazón del asunto, y cuestionó la sinceridad de la fe de Job: Y Satanás respondió al SEÑOR diciendo: -¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿Acaso no le has protegido a él, a su familia y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y sus posesiones se han aumentado en la tierra. Pero extiende, por favor,

tu

mano y toca todo lo que tiene, ¡y verás si no

te maldice en tu misma cara! (vv. 9-11).

En el curso del relato nos damos cuenta de que Satanás estaba equivocado en cuanto a Job: la fe de este era sincera y Dios tenía razón de estar orgulloso de él, pues era un hombre de fe que nunca había renegado de él. En este punto de la historia, la fe de Job era la fe en lo correcto. Aunque es genuina, este tipo de fe es en esencia supersticiosa y depende mucho del ritual, porque asume que hay que hacer todo lo correcto para garantizar los beneficios y las bendiciones. Implica creer que Dios está arriba en los cielos, mirándonos para ver si vamos a cometer algún error. Si fallas, te meterás en graves problemas. Como veremos, J9b mostró preocupación por esto (3:25). Mucha gente tiene ese tipo de fe, la fe en lo correcto, y hoy quiero afirmar que no está del todo mal. Es la fe típica del fariseo, y esto lo digo solo descriptivamente, no para criticar. Muchos de los seguidores de Juan el Bautista y de Jesús eran fariseos (Hech. 15:5). Hay cosas peores que ser fariseo. Claro está que si algunos fariseos re han estado "exhortando" recientemente, es probable que no estés de acuerdo conmigo. Ellos intentan vivir una vida buena y correcta, de acuerdo con la moral, y tratan de hacer que los demás también vivan así. Los fariseos tienen la fe en lo correcto, creen que si cumples con lo justo, todo te saldrá bien. Así que, del mismo modo que Job se LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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levantaba muy de mañana para ofrecer sacrificios a favor de sus hijos, la fe en lo correcto tiene la intención de vivir de una manera que denominamos "religiosa". Job salía y lo hacía todo bien, de ahí que el Señor estuviera complacido con su conducta y lo bendijera por eso. Dios bendecirá ese tipo de fe porque a Dios le gusta bendecir. Satanás sabía esto y decidió presentar un desafío a ese estado de cosas.

Muerte de lo correcto Después de que Dios dijera a Satanás que tenía permiso para atacar a Job, se desató toda una serie de tragedias, y salió a relucir lo limitado de la fe en lo correcto. En la respuesta a su esposa que le decía que debía renunciar a Dios, se ve que Job nunca perdió su fe: Entonces Satanás salió de la presencia del SEÑOR e hirió a Job con llagas malignas desde la planta de sus pies hasta su coronilla. Tomaba un pedazo de tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de las cenizas. Entonces su mujer le dijo: -¿Todavía te aferras a tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! Pero él le respondió: -¡Has hablado como hablaría cualquiera de las mujeres insensatas! Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos también el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios (Job 2:7-10).

Job no pecó, pero pronto en el relato vemos que tampoco tuvo paz en su fe. Después que sus amigos bien intencionados estuvieron sentados junto a él en silencio durante una semana tratando de consolarlo mientras se rascaba sus ampollas, Job expresó su primer lamento. No maldijo a Dios, pero sí maldijo el día que nació Qob 3: 1) y derramó su profundo pesar por haber vivido para ver los días de su sufrimiento. Luego, al final de su 120

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queja inconsolable, lo vemos: "El miedo que presentía me ha sobrevenido; lo que me daba terror me ha acontecido" (v. 25). ¿Qué es lo que Job presentía y temía? Es justamente esto: que Dios quitara su escudo de protección, que retirara sus bendiciones. Su fe, sincera y genuina, estaba mezclada con un gran temor. ¿Por qué? Porque estaba confiando en su propia rectitud en vez de confiar en Dios. Job nunca abandonó la rectitud y eso es bueno: no hay nada malo en querer hacer lo correcto. No obstante, los problemas con el sentido de rectitud son no solo que tenemos la tendencia de tomar malas decisiones y atraer dificultades hacia nosotros mismos, sino que además, lo más grave es que pueden sucedemos cosas malas incluso cuando hacemos todo bien. A veces, Dios incluso permite que sucedan cosas malas porque tiene algo mejor para nosotros, así como le sucedió también a Job 1 • Una de las cosas que se notan en la gente que no ha sufrido mucho es su tendencia a creer en lo correcto, pero después de recibir varios golpes fuertes de la vida pierden su gran fe en lo correcto. He conocido a un buen número de pastores que creían que el divorcio era algo que no podían tolerar ni superar, pero cuando sus hijos lo experimentaron se sintieron liberados de esa creencia. Esto no es hipocresía, sino la transformación de su fe, pues han pasado por un proceso doloroso y han llegado al entendimiento de que la bendición de Dios va mucho más allá del fracaso, la desilusión y la tragedia. Esto es lo que le pasó a Job. Sus amigos seguían diciéndole: "Vamos, confiesa, Job. Hiciste algo malo". Para ellos todavía. funcionaba el sistema de lo correcto según el cual si reconoces tu pecado y lo corriges, Dios te va a restituir el lugar que tenías antes de caer. Dios, sin embargo, no quería a Job donde estaba antes, sino en un lugar mucho mejor y así es precisamente como LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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termina el libro. Ahí Dios les dice a los amigos de Job: "Ustedes no sabían de lo que estaban hablando. Quiero que hagan un sacrificio y quiero que Job ore por ustedes. Los voy a perdonar cuando Job ore por ustedes" (ver Job 42:7, 8). Debió ser toda una experiencia humillante decirle a alguien que, por favor, orara por ellos, después de haberle dado consejos equivocados y haberlo acusado de pecar. Por supuesto que Job oró por ellos, porque tenía un buen corazón.

La fe de la desesperación Tengo confianza en que cuando Dios llamó la atención de Satanás hacia Job al principio del libro, Dios sí conocía el corazón de Job. El mismo Job, sin embargo, no sabía lo que había en su propio corazón, pues ese tipo de conocimiento viene solo por medio de la experiencia. Dios sabía que Job tenía fe y ahora estaba madurando de la fe en lo correcto hacia la fe de la desesperación. Como la fe en lo correcto, la fe de la desesperación es algo maravilloso. La he visto en mucha gente enferma, que ha perdido sus posesiones o que ve que lo que más amaban en su corazón ahora se está perdiendo sin remedio. Con expresión grave en el rostro, dicen con Job: "He aquí, aunque él me mate en él he de esperar" (Job 13: 15). No cualquiera es capaz de orar así. Hay mucha gente que dice: "Bueno, si Dios no me va a dar los beneficios, ¡no voy a confiar en él!". En una iglesia grande explotó un escándalo y muchos miembros nunca se recuperaron. Años después todavía seguían rezongando, culpando a Dios, diciendo: "Pues si no vas a hacer que la iglesia funcione bien, yo me quedo en casa viendo los deportes por televisión. No quiero tener nada que ver con la iglesia". No cualquiera puede manejar las caídas como lo hizo 122

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Job. Él se mantuvo fiel, apretó los dientes, y dijo: "Venga lo que venga, voy a confiar en Dios". La palabra confiar es muy importante. Me alegro de que Job no dijera: "Voy a tener fe en él", porque la palabra fe es muy problemática en nuestro tiempo. Se ha convertido en algo "respetable". ¿Cuántas iglesias conoces que tienen la palabra/e en su nombre? ¿Y cuántas tienen la palabra confianza? L~ confianza es escurridiza. Está ahí afuera, por las calles, en el campo de batalla. La confianza es el meollo de la lucha entre Satanás y Dios por el alma humana. Pero la fe ... la fe es algo lindo, ¿verdad? Es formal y decente, incluso apropiada. En el Nuevo Testamento hay una familia de palabras que se traducen de varias formas, como creencia, fe y esperanza, y lo que todas tienen en común es la noción de dependencia y confianza. La confianza es lo que te pone en contacto con Dios para que puedas recurrir a sus recursos inagotables e ilimitados. Lamentablemente, mucha gente tiene su fe arreglada de tal manera que no necesita confiar en Dios. Tienen una fe correcta en términos de lo que necesitan creer para ir al cielo al morir, pero esperan que Dios nunca los vaya a colocar en una posición de realmente tener que confiar en Dios antes de llegar al cielo.

Correr con perseverancia La fe de la desesperación (la fe que confía) escarba, se afianza, se ancla firmemente y dice: "No me importa lo que suceda, ¡me afianzo en Dios!". Como dice el salmista: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble, aunque los montes se derrumben en el corazón del mar" (Sal. 46:1, 2). ¡Para quienes vivimos en zonas sísmicas con temblores frecuentes y terremotos, este es un salmo muy relevante! LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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La fe desesperada consiste en confiar en Dios cuando comienza el temblor y todo se está cayendo alrededor. Por medio del profeta Hageo, Dios habla de temblores: "los cielos y la tierra, el mar y la parte seca'' (Hag. 2:6); el autor del libro de Hebreos retomó el tema del "cataclismo para explicar que esto "indica con claridad que será removido lo que puede ser sacudido, como las cosas creadas, para que permanezca lo que no puede ser sacudido" (Heb. 12:27). Lo que permanece es el reino de Dios que no puede ser movido y al cual solo entramos por medio de la confianza. Dios casi siempre nos permite llegar al punto de la desesperación para que aprendamos a confiar. Es una lección difícil, pero esencial. Aquellos que han aprendido a confiar en Dios en el momento de su necesidad, conocen la vida en la que nada falta. En el momento de necesidad: no antes del momento de necesidad, ni después, cuando la tormenta ya pasó, sino en el momento de necesidad. Porque es en ese momento, cuando todo lo demás se ha ido, que se conoce la realidad de Dios. Ese momento puede estar manchado de sangre, como en el caso de los mártires fieles de Hebreos 11 o en el apedreamiento de Esteban en Hechos 7, pero también estará empapado de Dios. Esto tal vez te parezca escandaloso, pero creo que aunque esos héroes no recibieron la liberación de sus sufrimientos, lo que sí conocieron (en el momento mismo de su dolor) fue la provisión abundante de Dios. En ese momento nada les faltaba. Algunos tal vez pueden decir: "Sabes, si yo hubiera sabido que iba a definir la carencia y la suficiencia de esa manera, ¡no habría comprado el libro!". Comprendo, pero una vida en la que no falta nada consiste en conocer la ilimitada suficiencia de Dios en el momento de necesidad. Cuando seas traicionado, abandonado, engañado y expuesto 124

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al escándalo; cuando estés sufriendo una grave enfermedad; cuando tus finanzas caigan en picado; cuando veas que tus seres queridos se van por la puerta ancha del infierno: ese es el momento en que hay que .confiar y al hacerlo vas a conocer a Dios. Tu punto de desesperación probablemente no consistirá en ser aserrado en dos mitades o ser vagabundo expulsado de la comunidad y vistiendo pieles de oveja, pero tal vez sí. Independientemente de eso, cuando no tienes a dónde ir excepto a Dios, y acudes a él, tu fe de la desesperación hallará la plenitud de Dios; probarás la vida sin carencias cuando descubras las profundidades de la fe de la suficiencia.

La fe de la suficiencia Después que los tres amigos de Job se dieron por vencidos con él "porque él era justo ante sus propios ojos" Qob 32:1), un joven llamado Elihú salió a escena no solo para reprenderlos por su ineptitud al intentar responder a Job, sino también para ofrecer su propia sabiduría. Reconoció en qué se habían equivocado Elifaz, Bildad y Zofar, aunque todavía no tenía muy claro qué era lo correcto. Elihú creía que Job se equivocaba al responsabilizar a Dios por lo que le estaba pasando. Con todo, la verdad es que Dios sí era responsable de ello: Job estaba en lo cierto porque, en última instancia, Dios es responsable de todo. De hecho, Dios condujo a Job hacia sus tribulaciones. ¿Te molesta leer esto? Si acaso te molesta, recuerda que Jesús nos enseña a pedir que Dios no "nos [meta] en tentación" (Mat. 6: 13). Jesús no está hablando de la tentación a pecar, pues Dios nunca hará eso·. Debemos pedir que Dios no ·Santiago 1:13: "Nadie diga cuando sea tentado: 'Soy tentado por Dios' porque Dios no es tentado por el mal, y él no tienta a nadie".

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nos ponga a prueba y que nos libre de cosas malas. Es el tipo de oración que haría un niño, un reconocimiento de nuestra debilidad y vulnerabilidad; es una oración de protección y rescate de las tribulaciones y del mal que podría abrumarnos. Cuando oramos así, la mayor parte del tiempo Dios hará precisamente eso (librarnos del mal), pero a veces no actúa inmediatamente. Es lo que pasó con Job, quien estaba a punto de experimentar algo más profundo que cualquier cosa que hubiera conocido hasta ese punto de su vida. Aunque Elihú era un hombre inteligente, no comprendía esto, y comenzó un discurso muy largo que se extiende por seis capítulos (Job 32-37), en el cual buscó corregir la idea de Job de que Dios era responsable de sus problemas. Cuando estaba justo en medio de la declaración de la bondad y majestad de Dios, de repente dejó de hablar y ya no se supo más de él. Job no le respondió y él simplemente desapareció. ¿Qué sucedió? Creo que la pista se encuentra en las últimas oraciones del discurso de Elihú: Del norte viene un dorado esplendor; alrededor de Dios hay una temible majestad. El Todopoderoso, a quien no podemos alcanzar, es sublime en poder y en justicia. Es grande en rectitud; no oprime. Por tanto, le temen los hombres. Él no mira a ninguno de los que se creen sabios

(Job 37:22-24).

Esas son las últimas palabras de Elihú. Luego guarda silencio. ¿Por qué? Supongo que es porque de pronto vio que el SEÑOR venía a responderle a Job "desde un torbellino" (Job 38: 1), vio que Dios entraba en escena "del norte". En la Biblia "el norte" 126

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puede referirse a la morada de Dios, algo que vimos en el capítulo anterior cuando tratamos el tema de la caída de Satanás, tal como Isaías describe que Lucifer dice: Subiré al cielo en lo alto; hasta las estrellas de Dios levantaré mi trono y me sentaré en el monte de la asamblea, en las regiones mds distantes del norte. Subiré sobre las alturas de las nubes y seré

semejante al Altísimo


Así también, el profeta Ezequiel vio que el juicio venía desde "el norte", es decir, de Dios: Miré, y he aquí que venía del norte un viento huracanado y una gran nube con un fuego centelleante y un resplandor en torno de ella. En su interior había algo como metal resplandeciente, en medio del fuego (Eze. 1:4).

Observa que lo que viene del norte es "un viento huracanado", como un torbellino. El torbellino es una de las epifanías de Dios, de modo que este término casi siempre se usa en relación con su presencia (especialmente su presencia para juzgar), como en estas palabras de Jeremías: "El huracán del Señor se ha desatado con furor; un torbellino se cierne amenazante sobre la cabeza de los malvados" (J er. 23: 19, NVI). Cuando Elías fue llevado al cielo al final de su vida y ministerio en la tierra, subió en un torbellino (2 Rey. 2: 11), que es una forma bíblica de decir que Dios vino a llevárselo porque el torbellino señala la aparición de Dios. A los discípulos de Jesús les ocurrió un suceso similar el día de Pentecostés: cuando el Espíritu Santo vino, hubo un viento recio y violento (Hech. 2:1-4)". Al ver en el texto la mención de un "tor• Nota del editor: Dallas también mencionó que hay una conexión muy rica entre viento y Espíritu, como en Juan 3, y que en griego se usa la misma palabra, pneuma, para referirse al viento y ai Espíritu.

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be/lino': hay que pensar que Dios está viniendo. Eso es exactamente lo que les sucedió a Elihú y a Job. Inmediatamente después del discurso de Elihú, leemos: "Entonces el SEÑOR respondió a Job desde un torbellino" Qob 38:1). Ahora vemos por qué Elihú dejó de hablar: vio que venía Dios. Aparentemente ya no tenía nada más que decir a Job y no tenía el deseo de escuchar directamente a Dios. Al ver este torbellino, pensó: "¡Yo mejor me voy!". Job, no obstante, se quedó. Aunque estaba en silencio, no huyó de la presencia de Dios, porque este ya le había concedido el deseo profundo de encontrarlo. En varias ocasiones durante toda su tribulación había clamado, diciendo: "Quisiera aparecer delante de Dios. ¿Dónde está Dios? ¡Quiero hablar con Dios!". Si quieres hablar con Dios y buscas ese deseo, Dios te concederá esa conversación: él decidirá cuándo será apropiado y bajo qué circunstancias; si insistes, podrás verlo. Tendrás tu conversación y muy probablemente será una experienci~ que te humillará, te iluminará y profundizará tu fe tanto como a Job.

En tu presencia hay plenitud de gozo Las primeras palabras de Dios no fueron palabras de consuelo, empatía o aliento y ciertamente tampoco de disculpa por permitir que todo ocurriera. No, las primeras palabras de Dios a Job vienen como una pregunta: "¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?" (v. 2). Luego sigue una orden a quedarse en silencio, escuchar con atención y prepararse para responder: "Cíñete, pues, los lomos como un hombre; yo te preguntaré, y tú me lo harás saber" (v. 3). Así es como comenzó la conversación, con Dios diciendo: "Amigo, en realidad no entiendes de lo que estás hablando, así que pon mucha atención a lo que te voy a decir". Luego Dios comenzó a hablar y Job puso 128

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mucha atención. Job solo dio dos respuestas y ambas son pertinentes a lo que estamos explicando sobre la fe. Después de dos capítulos de preguntas devastadoras que revelaron las limitaciones del entendimiento de Job, Dios presenta otra pregunta y petición: "¿Desistirá el que contiende con el Todopoderoso? El que argumenta con Dios, que responda a esto" (Job 40:2). Así que Job respondió de esta manera: "He aquí que yo soy insignificante. ¿Qué te he de responder? Pongo mi mano sobre mi boca. Una vez hablé y no volveré a responder; aun dos veces, pero no continuaré" (vv. 4, 5). La palabra hebrea que se traduce como "insignificante" es qalal, que también significa indigno. Job había sido humillado hasta el punto de quedarse sin poder hablar. Se dio cuenta de la necedad de todo lo que había dicho y se limitó a responder que ya había hablado, pero que no iba a responder más ni diría ya palabra alguna. Dios le siguió haciendo preguntas a Job, quien luego respondió: Reconozco que tú todo lo puedes y que no hay plan que te sea irrealizable. "¿Quién es ese que encubre el consejo, con palabras sin entendimiento?". Ciertamente dije cosas que no entendía, cosas demasiado maravillosas para mí, las cuales jamás podré comprender

(Job 42:2, 3).

Ten en cuenta que Dios no le dijo a Job que estaba equivocado en lo que había dicho, sino que no entendía lo que estaba diciendo. Casi siempre somos así, sin error en lo que decimos, pero sin entender el significado de ello. Los maestros de escuela reconocen cuando un alumno tiene la respuesta correcta, pero no LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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tiene ni la más remota idea de lo que está diciendo. Cuando Job se dio cuenta de esto, le dijo al Señor: "De oídas había oído de ti pero ahora mis ojos te ven. Por tanto, me retracto y me arrepiento en polvo y ceniza" {vv. 5, 6). Debemos pasar por lo que vivió Job para llegar a la misma desesperación. El ejemplo de Job es que resistió y su fe de la desesperación lo llevó al punto en que Dios se apareció y Job pudo decir: "Había oído de ti, pero ahora te he visto". No hay duda de que experimentó a Dios y eso cambió su vida. Su visión de Dios ahora era tan grandiosa que se daba cuenta de que lo que le había sucedido realmente no importaba: esa es la fe profunda de la suficiencia. En este nuevo lugar de fe en Dios, Job dijo: "Me arrepiento". ¿Y cómo lo hizo? Dejó de argumentar su defensa ante Dios y ya no insistió en su intento de hacer que él corrigiera todo lo malo que le había pasado. Haber visto a Dios lo libró de la desesperación y le hizo ver que cualquier cosa que le hiciera falta sería atendida. Job vio la grandeza de Dios y gracias a esa visión pudo descansar en la suficiencia plena de Yavé. Por eso necesitamos tener siempre una visión clara de la cruz: cuando vemos lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz y lo retenemos en el centro de nuestra visión, no hay muchas cosas que puedan molestarnos, ni siquiera que nos parezcan importantes. Cuando nos damos cuenta de que Cristo fue voluntariamente a la cruz por nosotros, confiando en la grandeza de su Padre, eso arroja una luz transformadora en nuestro propio sufrimiento. Eso es lo que Job vio: él contempló la grandeza de Dios.

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Lecciones en el camino de la desesperación a la suficiencia Uno de los cambios fundamentales que ocurren al movernos de la fe de la desesperación a la fe de la suficiencia es que nuestra mente ya no está fija en nosotros mismos y ahora está fija en Dios, que es lo que le pasó a Job. Es interesante notar lo que Job no dijo después de ver a Dios. En casi todas las epifanías del Antiguo Testamento, cuando alguien ve a Dios exclama algo así: "He visto a Dios; ¡ahora voy a morir! ¡Nadie puede ver a Dios y seguir viviendo!". Ese no es el caso de Job, quien se limitó a decir: "He visto a Dios, y me he visto a mí mismo". No podemos vernos a nosotros mismos verdaderamente hasta que vemos a Dios, pero en tanto nuestros ojos estén fijos en nosotros mismos, no podremos ver a Dios. Hay que concentrarse en Dios si queremos conocer la suficiencia de Dios. La desesperación ayuda en este sentido. Hay muchos ejemplos en la Biblia, como la mujer sirofenicia, esa señora del Líbano que vino a Jesús muy atribulada porque su hija estaba poseída por un demonio* y le dijo: "Mi hija necesita de tu ayuda". Jesús estaba tratando de tener un breve retiro en ese momento, pero ella insistía suplicándole que echara al demonio fuera de su hija. Finalmente, Jesús respondió con unas palabras que parecen crueles: "Deja primero que se sacien los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos" (Mar. 7:27). A primera vista es de las respuestas más crueles de toda la Biblia, pero ella insistió con una respuesta maravillosa: "Sí, Señor; también los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos" (v. 28). Jesús dijo: "Por causa de lo que has • Marcos 7 :24-30; Mateo 15:21-28.

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dicho, ve; el demonio ha salido de tu hija'' (v. 29). ¿Qué está pasando aquí? ¿Acaso Jesús está jugando con ella? No, porque este acto que parece cruel tenía como propósito llevar a la mujer al punto en que pudiera ver claramente lo que ella estaba buscando. Así también le sucedió a Job y así es con nosotros. La fe requiere visión y una fe más plena requiere una visión más plena. Luego también está el caso de Jacob: Jacob el suplantador y engañador, Jacob el estafador. Ciertamente no era un tipo admirable, pero amaba a Dios y como lo amaba aprendió a amar (y a confiar) más en él en un momento de desesperación. Estaba regresando a la casa de su padre después de pasar muchos años lejos y se enteró de que Esaú, su hermano, estaba aproximándose para encontrarlo y venía acompañado de cuatrocientos hombres. Con la certeza de que Esaú iba a matarlo por haberle robado con engaños sus derechos de primogenitura y la bendición de Isaac, su padre moribundo, Jacob envió por delante sus rebaños y sus esposas e hijos para presentárselos a Esaú, esperando suavizar el corazón de su hermano·. Jacob iba a la zaga, procurando los lugares solitarios, y en su desesperación Dios vino a él: Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba. Como vio que no podía con Jacob, le tocó en el encaje de la cadera, y el encaje de la cadera se le dislocó mientras luchaba con él. Entonces el hombre le dijo: -¡Déjame ir, porque ya raya el alba! Y le respondió: -No te dejaré, si no me bendices. Él le dijo: -¿Cuál es tu nombre? · La historia de Jacob y Esaú se encuentra en Génesis 25: 19-33: 17.

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Y él respondió: -Jacob. Él le dijo: -No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido. Entonces Jacob le preguntó diciendo: -Dime, por favor, tu nombre. Y él respondió: -¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí (Gén. 32:24-29).

En el antiguo Cercano Oriente, los nombres reflejaban el carácter de una persona. Preguntar el nombre de una persona era como preguntar quién era, qué clase de persona era. Así pues, aquí tenemos a un ser preguntándole esto a Jacob y a este preguntándole lo mismo. Por la conducta de Jacob, especialmente para con su hermano, su nombre estaba asociado con "uno que suplanta a otro", un "tramposo" o "engañador". Aquel "Hombre" le dijo: "No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido" (v. 28). De "tramposo" a "uno que prevalece con Dios", ¡vaya transformación! De alguna manera, ese ser se reveló a Jacob, porque en el versículo 30 Jacob dice: "vi a Dios cara a cara". Jacob, temeroso de lo que su hermano pudiera hacer, se había rehusado a soltar a Dios hasta que lo bendijera. Fue un acto de fe desesperada; había llegado al final de sus tretas, y todo lo que podía hacer era confiar en Dios (observa la actitud) al pedirle su bendición (observa la acción). Dios, sabiendo que había tenido lugar un cambio fundamental en Jacob, le dio un nuevo nombre y la bendición solicitada. No se nos dice en qué consistió la bendición, pero yo creo que le dio algo de lo que estaba pidiendo. Podemos asumir que LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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tenía algo que ver con protección ante el peligro de Esaú y podemos estar seguros de que la fe de Jacob se había movido de la desesperación a la suficiencia. Después de todo, cuando le pidió a Dios que le dijera su nombre, la respuesta de Dios esencialmente fue: "¿Por qué quieres saber?". Jacob no dijo más y siguió adelante con su vida, sin saber con certeza lo que ocurriría con Esaú. Todo habría de resultar bien, pero él no lo sabría hasta después. Cuando se encontraron, Esaú intentó rechazar los regalos generosos de siervos y ganado que Jacob le había presentado. La respuesta de Jacob nos dice mucho sobre su nueva fe: Y Jacob respondió: -No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de Dios, y me has mostrado tu favor. Acepta, pues, mi presente que te ha sido traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo. Él insistió, y Esaú lo aceptó (Gén. 33:10, 11).

He aquí la confesión de corazón de una fe de suficiencia: "Dios me ha favorecido, porque tengo de todo". "El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará".

Ahora te toca a ti Uno de nuestros problemas (y me refiero en particular a quienes pasamos mucho tiempo en iglesias) es que pensamos que este tipo de experiencias son solo para personas muy especiales, pero no es así: esas experiencias son para todos. Dios se te mostrará. Todos podemos llegar a confiar en él como lo hizo Job, si lo deseamos y lo buscamos. En este sentido, es importante reconocer que Job, Jacob y la mujer sirofenicia no alcanzaron su fe 134

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implacable en la plena suficiencia de Dios solo por intentar confiar en su grandeza, sino que más bien fue el resultado de dos cosas: buscaron al Señor y este se manifestó. Pasa igual contigo y conmigo. No hay que tratar de lograr este encuentro por nuestros propios medios y poder. Busca al Señor y espera hasta que se manifieste. Aparta tiempo para dedicarte a la oración y otras disciplinas espirituales que fortalecerán tu fe y te prepararán para recibir de Dios; escúchalo cuando ores; a lo largo del día observa y espera en él. Si el Señor no se manifiesta en el tiempo y del modo que tú piensas, no debes molestarte con Dios ni contigo mismo: solo sigue buscando. Cuando comenzamos a buscar al Señor, algunas cosas deben cambiar (tanto afuera de nosotros como adentro) antes de que podamos soportar la visión de Dios. Estos cambios se llevan su tiempo y Dios, en su misericordia, les da tiempo. Tenemos esta promesa del Señor Jesús: "Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él" (Juan 14:23). Esto significa que Jesús y el Padre estarán moviéndose en nuestra vida. Dios nos hablará, actuará a nuestro favor y conoceremos su presencia en nuestra vida. Si tienes dudas sobre esto, te suplico que no digas: "Bueno, se supone que tengo que creer". No hagas eso. Busca al Señor, pídele que se te revele y que te de la fe de la suficiencia, la que no conoce limitaciones. Por supuesto, tal vez no lo reconozcas al principio porque todos tenemos ciertas expectativas e ideas sobre Dios y sobre cómo debe ser cuando se nos manifieste. Es lo que Jesús intentaba enseñar cuando preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Después de que le dieran varias respuestas, los puso en el foco de atención: "Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" (Mar. 8:27, 29). Él nos pregunta lo mismo y lo hace LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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manifestándose a nosotros de maneras que no esperamos. ¿Quién piensas que es él? Dios no va a tratar de ajustarse a tus expectativas, sino que va a mostrarte algo precioso. Si deseas tener una fe más profunda y de mayor confianza, busca a Dios y prepárate a acompañarlo. Él te llevará a una fe de suficiencia al manifestarse ante ti de manera única y especial. Ya no se dirá más: "De oídas te había oído". Ahí es donde comienza la fe, no donde termina. Así como aquellos habitantes de la pequeña aldea samaritana de Sicar, podemos movernos de una fe basada en oídas a una fundada en la experiencia (Juan 4:142). Una mujer que lo había encontrado en el pozo de agua les había dicho que Jesús era un profeta y que posiblemente era el Mesías. Intrigados, fueron hacia él y se dieron cuenta de primera mano, y este fue el resultado: Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él a causa de la palabra de la mujer que daba testimonio diciendo: "Me dijo todo lo que he hecho". Entonces, cuando los samaritanos vinieron a él rogándole que se quedara con ellos, se quedó allí dos días. Y muchos más creyeron a causa de su palabra. Ellos decían a la mujer: -Ya no creemos a causa de la palabra tuya, porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo Quan 4:39-42).

La fe que se basa en lo que oímos o leemos es necesaria y ocupa un lugar importante; el principio de la fe sí viene por el oír. Con todo, Dios quiere llevarnos al punto en el que podemos decir: ''Ahora lo he visto con mis propios ojos y todo está claro". Está claro porque estás convencido de que todo estará bien y nada te faltará. Esta clase de fe proviene de pasar tiempo en la presencia de Dios, ,pero no tiene que ser en un torbellino. De hecho, donde vemos más claramente la presencia de Dios es en 136

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el rostro de Jesucristo. Como Jesús le dijo a su discípulo Felipe: "El que me ha visto, ha visto al Padre" (Juan 14:9). ¿Y qué le había pedido Felipe? "Señor, muéstranos el Padre y nos basta'' (v. 8). "Nos basta". Prefiero mil veces más tener a Jesús que tener un torbellino, pero si se necesita un torbellino, pues que así sea. Lo importante es estar en la presencia de Dios, porque ahí es donde nace la vida en la que nada nos falta. Debemos tener cuidado con las apariencias: es crucial que hagamos lo posible para evitar actuar como si todo estuviera bien, cuando en realidad estamos sufriendo. La fe y las quejas no se excluyen mutuamente. Incluso si tu fe es fuerte, puedes quejarte ante Dios. Job nunca maldijo a Dios ni lo acusó falsamente, pero sí se quejó; se quejó y gimió y gruñó. Cuando pasan cosas malas, tú también puedes hacerlo. Si tienes dudas, ¡lee los salmos! ¡Díselo a Dios! Que lo oiga directamente de parte tuya. Dios no está nervioso ni inseguro ni preocupado, así que no lo vas a perturbar cuando escuche tus quejas. Es una de las formas de buscar a Dios: una lección que Job nos enseña es que podemos buscar a Dios por medio de la queja. Job dijo: "¡Oh, si yo pudiera saber dónde hallar a Dios! Entonces iría hasta su morada, expondría delante de él mi causa y llenaría mi boca de argumentos" (Job 23:3, 4). Él se quejó. Estaba hablando su fe de la desesperación, pero era fe. Si decimos con Job: "He aquí, aunque él me mate en él he de esperar" y resistimos, vamos a crecer en la fe de la suficiencia (Job 13:15).

El contexto social de la fe La fe también tiene una dinámica social. Cuando estamos con un grupo de personas, la fe fluye por medio de cada individuo y también por medio de nuestra comunión. Incluso Jesús, en su LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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condición humana, se veía limitado en cierto grado por la actitud de los demás. En una ocasión, cuando estaba visitando su pueblo de Nazaret, encontró mucho escepticismo por parte de sus habitantes. De hecho, la resistencia era tan grande que no realizó muchos milagros, y "estaba asombrado a causa de la incredulidad de ellos" (Mar. 6:6). La fe no es una cuestión solo individual. En otro episodio, cuando Jesús iba a resucitar a la hija de Jairo, que todos sabían que estaba muerta, él mandó que todos salieran, excepto Pedro, Jacobo y Juan (Mar. 5:21-24, 35-43). No quería batallar con la incredulidad de la gente. La incredulidad y la fe son fuerzas reales en el mundo que están polarizadas de modo que una resta fuerza a la otra. He visto personas que reciben bendición por mi ministerio, incluso cuando yo no tenía fe, porque la fe de ellos era ínuy fuerte. Recuerdo a una señora que era alérgica a los piquetes de abeja; le picó una y me pidió que orara por ella ... y no tuvo ninguna reacción alérgica. ¡Todavía estoy asombrado! Yo no creía que pudiera hacer nada, pero ella tenía fe en que Dios me usaría y eso fue suficiente. La historia de un hombre paralizado cuyos amigos lo trajeron a Jesús nos da otro ejemplo de la dinámica grupal de la fe (Mar. 2:1-12). Es una historia conocida porque debido a la multitud no pudieron acercarse a Jesús, así que decidieron subir al techo, hacer un hoyo y bajar a su amigo por ahí hasta los pies de Jesús. Fíjate en lo que ocurrió luego: "Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados" (v. 5). ¿Cuál fue la fe que Jesús vio? La fe de ellos, de los amigos. No solo la del hombre, quien podría haber tenido fe o no. Cuando la fe comienza a moverse lo hace en grupos, de modo que si estás con otras personas tu fe se ve afectada por la totalidad de la fe que está presente. A veces, cuando vas a orar 138

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con otras personas, te encuentras totalmente desgastado en tus esfuerzos porque no tienen fe. Así que una parte importante de nuestro crecimiento en la fe involucra a la gente con quien nos relacionamos. Por eso el autor de Hebreos, al exhortar a sus lectores a acercarse a Dios en fe, los instruye con estas palabras: Considerémonos los unos a los otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhorrémonos, y con mayor razón cuando vemos que el día se acerca (Heb. 10:24, 25).

Dios utiliza a los demás para transformar nuestra fe.

Pidan, busquen y llamen ... pero no finjan Hemos mencionado tres clases de fe (en lo correcto, de la desesperación y de la suficiencia), pero hay en realidad muchos grados y muchas etapas de fe por los cuales pasamos. Es una progresión continua al experimentar más de la realidad de Dios; nuestra fe crece según nuestra visión. A su vez, cuando nuestra visión crece, nuestra voluntad (es decir, la capacidad de actuar con decisión) también crece y nos hacemos cada vez más capaces de elegir y hacer lo bueno. Nunca debemos olvidar que la fe es un regalo y como cualquier regalo, debe ser recibida y deseada, porque Dios no se la arroja encima a quien no la quiere. Hay una enseñanza tergiversada sobre el don de la gracia: se dice que la gracia se vierte indistintamente sobre cualquier persona que Dios elige, independientemente del receptor. Esta idea me hace recordar la fábrica de refrescos donde trabajé recién salido de la escuela secundaria en Misuri. Había una gran cinta transportadora por donde iban las botellas, las cuales, al ir avanzando, llegaban debajo de una máquina que insertaba primero LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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en cada botella un chorro de agua, luego la siguiente le vertía melaza y la última le colocaba el jarabe. Mucha gente piensa que así es como Dios nos da la fe, la gracia y otras bendiciones, que así debe ser un culto de la iglesia: trae tu botella vacía (tu ser), siéntate y espera a que el pastor arroje un chorro lleno de lo que necesites; luego sales lleno de una sustancia jugosa y gaseosa que esperas que dure hasta el próximo domingo. Esa no es la manera en que Dios actúa: nosotros debemos pedir, buscar y llamar. La verdad de la gracia de Dios es que nunca merecemos el bien que se nos hace. La gracia es lo opuesto a lo que se gana, pero no es lo opuesto al esfuerzo, porque el esfuerzo es acción y la ganancia es actitud, un punto que es muy importante. No podemos interpretar correctamente las enseñanzas de las Escrituras a menos que entendamos que si no nos levantamos y buscamos la bendición de Dios, Dios casi nunca va a venir a dárnosla. Digo "casi nunca'' porque hay veces que Dios sí decide que nos va a dar algo bueno sin que lo pidamos, pero eso es inusual, así que si queremos trabajar con Dios debemos discernir su proceder normal con la gente para que nuestras expectativas sean realistas. Cuando buscamos que ocurran cosas inusuales y gloriosas, podemos llegar a dañar nuestra fe. Debemos tomar la fe que tenemos, actuar a partir de ella y crecer en la fe de la suficiencia.

Auméntanos la fe Si quieres fe, pídesela a Dios y, al hacerlo, deja que te conduzca a través de lo que sea necesario para prepararte para ella. Toma la oportunidad para unirte con el salmista, que dice: "Examíname, oh SEÑOR, y pruébame. Purifica mi conciencia 140

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y mi corazón" (Sal. 26:2). Tal vez digas: "¡Espera un momento, Dios; no es lo que yo esperaba!". Está bien; te garantizo que una vez que lo hayas vivido, nunca lo lamentarás. Es el caso de Job: él deseaba a Dios y quería confiar en Dios, por eso perseveró y salió fortalecido en su confianza. Dado que la fe es un regalo dado por Dios cuando estamos listos, viene a nosotros sin tensión, sin bombo ni platillo. Simplemente sabemos, más allá de toda duda, que "el SEÑOR es mi pastor; nada me faltará". No estamos tratando de impresionar a nadie, principalmente a nosotros mismos; simplemente creemos. David conocía la bendición de esa clase de fe. Confiaba en Dios profundamente, aunque no recibiera todo lo que pedía, algo que se ve claramente en la muerte de su hijo en 2 Samuel 12: oró durante una semana, postrado en el piso, ayunando y llorando, clamando a Dios constantemente; pero cuando el niño murió, David se levantó, se aseó, fue al tabernáculo a adorar a Dios y luego fue a comer. Sus sirvientes estaban perplejos al ver esto. David les explicó así: "Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba pensando: 'Quién sabe si el SEÑOR tendrá compasión de mí, y el niño vivirá'. Pero ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerlo volver? ¡Yo iré a él, pero él no volverá a mí!" (vv. 22, 23). Esta es una demostración hermosa de una fe en la que nada falta. Una fe verdadera. Esa fe también puede ser tuya. Puedes pedir a Dios que esa sea tu experiencia. Esta es la promesa de Jesús: Y yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abrirá. ¿Qué padre de entre ustedes, si su hijo le pide pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente? O si le pide un huevo, ¿le dará un LA CONFIANZA EN DIOS: LA CLAVE DE LA VIDA

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escorpión? Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan? (Luc. 11:9-13).

La fe es un regalo que bien puedes pedir. Ni la coerción ni el fingimiento están en el camino de la fe. En ninguna parte de la Biblia dice que tengas que obligarte a tener fe, que puedas tener fe solo si lo declaras o que debas tener fe porque eres cristiano. Recuerda que la fe es "la constancia de las cosas que se esperan" (Heb. 11: 1). Cuando tienes fe en que vas a tener algo que esperas, es porque Dios ha creado esa confianza en tu corazón, y él va a hacerlo trabajando junto contigo. Dios tiene el control y nosotros podemos descansar en esa confianza. El problema surge cuando creemos que debiéramos ser capaces de tener fe simplemente porque queremos tener fe. Eso no es posible, pero lo que sí es posible es pedir, buscar y llamar ... y luego esperar en Dios. También es posible (y necesario) ser honestos con nosotros mismos y con los demás. Cuando no creamos algo, no debemos actuar como si lo hiciéramos. Reconoce tus dudas abierta y honestamente y espera hasta que llegue la fe. Busca a Dios y pídele que te dé el don de la fe. La fe es algo que puedes identificar en ti mismo. Sabes bien cuando crees algo, como cuando crees que el sol va a salir mañana, o cuando crees en la silla que te sostiene o en la lealtad de un amigo cercano. Sabes que lo crees, por eso no es necesario fingirlo ni forzarlo: te limitas a creer. También sabes y reconoces aquello en lo que no crees. Por favor, no trates de creer, sino que, simplemente, ora a Dios: "Señor, dame fe. Estoy listo para ella. Llévame por donde sea necesario para tenerla". Ese es el camino que conduce a la fe de la suficiencia.

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CAPÍTUL06

La confianza se completa en la muerte al yo La abnegación significa conocer solo a Cristo; no conocerse más a uno mismo. Significa no verse más a uno mismo, solo a él, que va delante, sin ver ya el camino que es demasiado dificil para nosotros. La abnegación solo dice: "Él va delante; aférrate fuerte a él': --DIETRICH BONHOEFFER

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ara que la fe funcione como canal de la provisión de Dios a nuestras necesidades se necesitan otras dos condiciones: la

primera tiene que ver con nuestra relación con nosotros mismos y la segunda con nuestra relación con los demás. Esta última, que

será explicada en el capítulo 7, tal vez no te parezca nada nuevo, porque consiste en la virtud central del cristianismo, que es el amor, aunque lo que veremos es cómo se relaciona con nuestra experiencia de la suficiencia de Dios. Primero, sin embargo, vamos a considerar cómo el concepto tan importante de la muerte al yo nos dirige hacia una vida en la que nada nos falta. 143

En un tiempo y una época en la que oímos hablar tanto de la aucorrealización y la autopromoción, este tema no suena nada atractivo, así que es esencial comenzar dándonos cuenta de que estamos hablando de la "muerte al yo" y no de la "muerte del yo", una distinción que es crucial mantener. En esencia, la muerte al yo no es una negación, sino una elevación al nivel de la vida de Dios mismo (2 Ped. 1:4); así, la vida de Dios salva nuestra vida (Rom. 5:10): esto es fundamental. Un problema que ha tenido esta enseñanza en el pasado es que los que la proponían no tuvieron la precaución de hacer la distinción entre la muerte al yo y la muerte del yo. Como resultado, se percibe la muerte al yo como si fuera deshacerse de uno mismo, pero no se trata de eso. No fuiste colocado sobre la tierra para deshacerte de ti mismo, sino para ser un yo y vivir plenamente así. El valor del yo (de tu yo) es incalculable y la intención de Dios es que llegues a ser un yo plenamente realizado por medio del movimiento de la gracia de tu viejo yo al nuevo (Col. 3:9, 10). Tal vez algunos de los dichos de Jesús indican otra dirección, por ejemplo, Mateo 16:24: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". ¿Qué significa que alguien se niegue a sí mismo? Hay que tener cuidado en cómo entendemos esta enseñanza, especialmente si tenemos en cuenta que el adversario de Dios, Satanás, trabaja para confundirnos y para desviar nuestra mente. ¿Negarse a sí mismo significa negar que tú existas? Por supuesto que no. ¿Significa que debemos considerarnos como sin valor alguno? No tiene sentido, por todo lo que Cristo hizo para salvarnos. Entonces, ¿qué significa? Una pista se encuentra en el carácter paradójico de lo que Jesús dice luego:

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Porque el que quiera salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por causa de mí la hallará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su vida? ¿O qué dará el hombre en rescate por su vida? (Mat. 16:25, 26).

Está claro que lo que Jesús está afirmando es que si tratas de salvar tu vida, la vas a perder. ¿Cómo funciona eso? ¿Cómo se pierde la vida? Quizás hayas conocido a alguien que diga: "He perdido la vida'' o "mi vida se acabó" porque ha seguido un mal camino. Jesús está refiriéndose a una condición humana, al sentimiento de haber dado el alma (el ser) a cambio de algo mucho menos valioso. Es un peligro real que todos enfrentamos. Jesús mismo también enfrentó ese riesgo. Seis días antes de ser crucificado, lo abordaron dos discípulos suyos, Andrés y Felipe, con unos judíos de habla griega que habían oído que él estaba en Jerusalén y querían hablar con él'. Parece que estos judíos de habla griega habían venido a pedirle a Jesús que los acompañara a su lugar de origen para enseñar, pues todos tenían claro que Jesús iba a enfrentar la muerte si no se iba pronto de Jerusalén. Jesús aprovechó la oportunidad de hablar sobre el corazón del discipulado cristiano: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto les digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto. El que ama su vida la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará (Juan 12:23-26).

Jesús estaba plenamente consciente de sus decisiones, y tomó ·Estos eran judíos que vivían en lo que se conoce como "la diáspora", la dispersión del pueblo judío entre naciones gentiles después del exilio babilónico.

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la decisión de poner su vida, de dar su vida en la cruz. Él sabía muy bien qué es morir al yo, y esa decisión representaba su obediencia a esta enseñanza bíblica fundamental: "a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto" (v. 24, énfasis añadido). El aspecto positivo de "si muere" es que "lleva mucho fruto". La muerte que eligió era por los pecados del mundo. No era solo cuestión de perder la vida, sino que lo hizo para dar vida. Esta razón es lo que hace que su muerte (y que toda muerte al yo del cristianismo) no caiga en lo enfermizo. Fue "por el gozo que tenía delante de él" que "sufrió la cruz'' (Heb. 12:2). Si pasamos por alto esta verdad y si no la incorporamos en nuestra propia experiencia, vamos a perder la ruta hacia la vida en la que nada nos falta. Si conocemos el tipo de manifestación de Dios que Job conoció, entonces la muerte al yo ocurre de manera natural. Imagina lo que significaría para nosotros si tuviéramos un destello de lo que Job pudo ver. Él experimentó la grandeza de Dios y quedó con la certeza de que lo que había sufrido hasta ese momento simplemente ya no importaba a la luz de su nueva comprensión de la realidad. Recordemos su afirmación de insignificancia: "De oídas había oído de ti, pero ahora mis ojos te ven. Por tanto, me retracto y me arrepiento en polvo y ceniza'' (Job 42:5, 6). No vas a encontrar mucha gente que haya experimentado a Dios como lo hizo Job. La mayoría generalmente no busca a Dios con esa tenacidad ni espera que él les salga al encuentro de esa forma. Casi nadie quiere que Dios los encuentre de esa forma porque tienen miedo de perder algo que valoran. El corazón humano es muy complejo y el hecho de que alguien confíe en Dios en cierto nivel no significa que ha rendido su vida comple146

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tamente a él, pero procuramos que obre por medio de esas circunstancias y nos lleve al lugar donde estamos listos para entregarnos completamente. Hoy en día se predica el evangelio con muy poca conexión con la rendición total de la vida a Dios. Esto hace que se pierda de vista la necesidad central de morir al yo. El mensaje cristiano se presenta como si Dios fuera nuestro sirviente, y no nosotros los suyos, y la grandeza y el amor de Dios no se manifiestan claramente a quien escucha el mensaje. Es muy probable que quien haya tenido una profunda experiencia del evangelio (que tenga claro en su mente y corazón la muerte de Cristo en la cruz, su resurrección y su glorioso ministerio presente entre su pueblo) logre moverse hacia la verdad liberadora de la enseñanza de la muerte al yo.

Pablo y la muerte al yo Pablo conocía la verdad de las enseñanzas de Jesús sobre la abnegación y la muerte al yo, y sus cartas están llenas de referencias a este principio·. Uno de los ejemplos más impresionantes aparece en 2 Corintios 4. La lectura del capítulo completo es muy provechosa, pero aquí están los puntos centrales: Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. Estamos atribulados en todo pero no angustiados; perplejos pero no desesperados; perseguidos pero no desamparados; abatidos pero no destruidos. Siempre llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús por todas partes para que también en nuestro cuerpo se manifieste la vida de Jesús ...

• Colosenses 3: 1-5; Romanos 6: 1-14; Gálatas 2:20; 2 Corintios 5: 14-15 y 6:4-1 O.

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Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de día en día. Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable; no fijando nosotros la vista en las cosas que se ven sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se ven son eternas (vv. 7-10, 16-18).

Tal vez sea el pasaje en que, más que en cualquier otro, Pablo expresa su confianza en Dios y demuestra su forma de vida, orientada hacia la esperanza de vida eterna en Dios. Luego, a partir de esa confianza, un poco más delante en el texto brota la convicción de lo que para Pablo es el cristianismo básico: Porque el amor de Cristo nos impulsa, considerando esto: que uno murió por todos; por consiguiente, todos murieron. Y él murió por todos para que los que viven ya no vivan más para sí sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor. 5:14, 15).

Esta es la esencia de la vida que surge de la muerte al yo: que ya no viviremos más para nosotros mismos, sino para aquel que murió y resucitó por nosotros. Y a esto le añadimos las palabras de Pablo en Gálatas 2:20, donde otra vez vemos esa forma paradójica de presentar la relación del creyente en Cristo: Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Esto es un eco del ejemplo de Jesús que no amó a su propia vida (es decir, no la protegió), sino que la entregó como fundamento de nuestra vida en él. Luego, más adelante en la misma carta, Pablo describe lo que debería ser la vida cristiana normal: "porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la 148

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carne con sus pasiones y deseos. Ahora que vivimos en el Espíritu, andemos en el Espíritu" (Gál. 5:24, 25). Aquí vemos que el contraste entre lo que Pablo consideraba "la carne" y el Espíritu es igual al contraste entre vivir para el yo y vivir para . pero ¿que' es "la carne"~. ensto.

Pongamos toda la carne en el asador Lo primero que hay que decir es que "la carne" no es mala en sí misma. En pocas palabras, la carne es simplemente los poderes naturales del ser humano, asentados en el cuerpo humano: nuestras habilidades, necesidades y deseos como son en sí, sin la ayuda ni la dirección divinas. La carne no es idéntica a la naturaleza humana, sino que es solo uno de sus aspectos. No debemos pensar que es esencialmente pecaminosa, "caída" o mala; nuestro cuerpo debe ser "miembro de su cuerpo", y nuestra vida en la carne debe ser vivida "en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Efe. 5:30; Gál. 2:20). Por ejemplo, leemos en Gálatas que la sierva de Abraham, Agar, dio a luz a su hijo Ismael, "según la carne" (4:23), es decir, del modo que ocurre la reproducción humana normal. Esto contrasta con el nacimiento de Isaac, que fue según "la promesa" "(v. 28): era la promesa de Dios a Abraham, que su hijo nacería de Sara por la acción de Dios en combinación con las habilidades normales de Abraham y Sara·. Los seres humanos tenemos capacidades naturales y esas capacidades son buenas cuando se usan de acuerdo con el diseño y el deseo de Dios. El problema con la carne es su debilidad y condición perdida cuando está separada del Espíritu de Dios, lo cual es precisamente la condición de la humanidad separada de Cristo. ·Génesis 15:1-3; Romanos 4:18-21.

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Vivir en la carne, vivir con afectos y deseos que no han sido crucificados, es simplemente colocar esos afectos y deseos en una posición de supremacía en nuestra vida. Lo que queremos se convierte en lo más importante de todo. Eso es lo que sucede cuando vivimos alejados de Dios: hacemos que nuestros deseos sean lo primordial porque son todo lo que tenemos. Los consideramos como si fueran todo en la vida; solo se piensa en mi valor, mi apariencia, mi poder para sostenerme a mí mismo.

Deseo y Espíritu En esencia, el deseo es el impulso por poseer o experimentar algo. No le interesa nada más que su objeto. El deseo proclama, como dice una canción: "Quiero lo que quiero cuando lo quiero" 1• Querer o desear no tiene nada de malo. El deseo es algo bueno, y es una de las fuerzas que nos mantiene con vida, pero los deseos se convierten en amos terribles. Puede haber distintos objetos de deseo; tal vez quiero comer, o dormir, tal vez quiero dominar a los demás, tal vez quiero tener grandes riquezas. Por sí mismos, los deseos son caóticos y engañosos (Stg. 4:1-3; Efe. 4:22). En nuestro estado natural, separados de Dios, nuestras "pasiones carnales ... combaten contra la vida'' (1 Ped. 2: 11). La palabra "vida'' debe leerse como referencia a toda la persona, y la guerra involucra al centro mismo de la persona, el corazón, su voluntad, o su "espíritu". Nuestro espíritu es diferente a la carne desenfrenada con su énfasis principal en satisfacer el deseo. El espíritu es capaz de considerar alternativas y Dios nos invita a interesarnos en lo que es mejor. Esta habilidad de interesarnos por lo que es mejor es un don de Dios. Se requiere tener una visión amplia de las posibilidades, no solo un deseo y su objeto, sino otros deseos y 150

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bienes, y aquí es donde entra en escena la decisión. La decisión implica deliberar entre varias alternativas, con la vista puesta en lo que es mejor. El conflicto entre la carne y el espíritu humano es el conflicto entre el deseo (lo que yo quiero) y la voluntad de querer lo que es mejor. De hecho, es el conflicto entre deseo y amor, porque el amor siempre está dirigido a lo que es bueno y no simplemente a cumplir el objetivo de satisfacer un deseo. El amor es la voluntad de hacer el bien al objeto. La relación entre el bien buscado por el amor y nuestros deseos carnales se revela en la enseñanza de Jesús sobre la ira y el deseo cultivado en el Sermón del monte (Mat. 5:21-30). El deseo contenido dentro de la ira y de la pasión sexual no está preocupado por el bien del objeto, sino solo por su propia satisfacción: en el caso de la ira, es el deseo de que el objeto sufra de alguna manera·; en el caso de la lujuria, es el deseo de que el objeto provea placer sensual. El deseo dice: "Vamos a tener relaciones sexuales"; el amor dice: "Hay un bien mayor que está en juego aquí: la pureza del amor humano y la fidelidad hacia otros seres humanos". Tanto en la ira como en la lujuria, el amor (que es la esencia de todas las leyes de Dios y debe ser el motivo principal de todas nuestras acciones) está ausente y la "carne" sale victoriosa.

Nuestra voluntad caprichosa También podemos decir que la carne es la confianza en nuestro propio poder, lo que a veces se denomina "fuerza de voluntad". La naturaleza básica del pecado es confiar solo en uno mismo. · Hay una explicación más detallada de las enseñanzas de Jesús en el Sermón del monte en el libro de Dallas Willard The Divine Conspiracy (La conspiración divina) (San Francisco: HarperSanFrancisco, 1998), págs. 147-154.

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Cuando te alejas de Dios, tu voluntad se hace ciega e impotente ante los embates del deseo. Incluso cuando no nos fiamos de nuestro propio poder, ponemos ahí nuestra confianza porque pensamos que es todo lo que tenemos. Cuando todo lo que conocemos para confiar son nuestras capacidades y vivimos con ellas como si fueran lo máximo, estamos viviendo "en la carne". Estamos dependiendo de los impulsos de nuestra personalidad humana, que son don de Dios, en lugar de depender del Dios que nos los dio. Esa es la vida en la carne, la condición terrible que el apóstol Pablo describió en repetidas ocasiones·. Esta es una afirmación fuerte. Mientras nuestros deseos sean lo más importante en la vida, no podremos tener fe en Dios. Como vimos en el capítulo anterior, la fe es un don de Dios. Si la fe es un don de Dios y él me da ese don mientras en mi vida lo más importante son mis propias necesidades, ¿qué es lo que voy a hacer? Voy a usar mi fe para conseguir lo que yo quiero. Ese sería mi punto de referencia más importante. No pensaría en el bien de los demás ni en la gloria de Dios, sino que me limitaría a pensar en conseguir lo que quiero. Si mi deseo es que la gente reconozca el bien que yo hago o que piense bien de mí porque si no es así me siento destruido, entonces usaría mi don de fe para glorificarme a mí mismo. Si tengo fe y, por encima de todo, quiero dominar a los demás, entonces usaría mi fe para hacer justamente eso. Por esa razón Dios no nos da más fe hasta que logremos la muerte al yo. Un individuo puede tener solo una cantidad muy pequeña de fe hasta que logra tener una resolución muy clara sobre el lugar de sus deseos, de su gloria o de su poder para ·Romanos 1:18-32; 7:14-25; Gálatas 5:19-21.

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dominar. Hasta que estos estén bajo control, no va a recibir mucha fe. Ciertamente esta era la creencia de Jesús, a quien encontramos en Juan 5 hablando con algunas personas muy correctas: ellos tenían en abundancia la fe en lo correcto; esta gente tan correcta {la misma que más delante iba a IJl.atar a Jesús) decía que conocían a Dios y que podían hacer las obras de Dios. Jesús no estaba de acuerdo: Escudriñen las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí. Y ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida. No recibo gloria de parte de los hombres. Al contrario, yo los conozco que no tienen el amor de Dios en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me reciben. Si otro viniera en su propio nombre, a aquel recibirían (Juan 5:39-43).

Jesús estaba describiendo una práctica muy común de su época. Ellos recibían a quien viniera con sus propios logros, diciendo: "Miren lo que he hecho", esperando que recibiera de acuerdo con esos logros. ¿Qué efecto tiene en nuestra fe esta preocupación por los logros personales y el reconocimiento de los demás? Jesús señaló precisamente eso con la pregunta que tratamos en el capítulo 4: "¿Cómo pueden ustedes creer? Pues recibiendo la gloria los unos de los otros no buscan la gloria que viene de parte del único Dios" (v. 44). Esas personas todavía no habían resuelto los asuntos fundamentales. Lo más importante para ellos era recibir el honor de los demás miembros de su grupo, un deseo que les impedía creer porque no se puede buscar la estimación de los demds a tal grado de importancia y al mismo tiempo creer que Dios es quien es. No es posible. Cuando la gente se concentra en recibir honores de otras personas (reputación, buena apariencia) no pueden creer LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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realmente y no pueden confiar en Dios. La conexión entre fe y muerte al yo (o a la inversa, la falta de fe y muerte al yo) es algo que se debe atender porque, de lo contrario, simplemente no será posible entrar en una vida en la que nada falta.

Lo insaciable y su satisfacción El deseo humano es insaciable por naturaleza; no se puede satisfacer. Tienes que afirmarte en su contra porque no se puede satisfacer: si lo que quieres es dinero, nunca lograrás tener lo suficiente; nunca lograrás tener suficiente poder si eso es lo que quieres; no lograrás tener suficiente amor, nunca lograrás suficiente gloria. Es imposible. Esta verdad es tan fundamental que toda persona que desea seguir a Cristo la debe comprender. Él habló directamente sobre este punto: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mat. 16:24). La cruz significa aceptar limitaciones al deseo. Si no se establece esta verdad en la vida, solo habrá frustración o algo peor, porque simplemente no se puede satisfacer al deseo. Como escribió Salomón: "El ojo no se harta de ver ni el oído se sacia de oír" (Ecl. 1:8). Es una verdad fundamental que Satanás tuerce y utiliza para atrapar gente. Ciertamente se aplica al deseo sexual, como lo revelan sus múltiples perversiones, pero el objeto del deseo puede ser la comodidad, las posesiones, el talento, el dinero o la reputación en una profesión. Al observar a quienes están en los deportes o en la industria del entretenimiento, puedes ver un despliegue magnífico de vanidad, y lo mismo sucede en la literatura y muchas de las bellas artes. Hay una vanidad increíble que nunca logra satisfacerse: un escozor que simplemente no se acaba al rascarse. No importa lo que se haga, siempre habrá necesidad de más. Si queremos vivir la vida de suficiencia abundante, debemos estar concentrados y tener

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toda la intención de resistir contra esas horribles raíces de la vida egoísta. Si no logramos hacer eso, seremos incapaces de entrar por fe en la vida que Dios anhela darnos. El deseo es infinito en parte porque hemos sido hechos por Dios, para Dios, para necesitar a Dios y para vivir en Dios. Solo uno que es infinito, eterno y capaz de proveer para todas nuestras necesidades podrá satisfacernos; solo con Dios estamos en casa. Si nos alejamos de él, queda en nosotros el deseo de lo infinito, y ese deseo busca objetos que ciertamente conducen a la destrucción. Al dar oportunidad a este deseo de autogratificación y autosatisfacción, la vida se convierte en lo que describió el apóstol Pablo: Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: inmoralidad sexual, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios (Gál. 5:19-21).

Santiago habla de dos tipos de sabiduría al comparar la carne y el espíritu, utilizando lenguaje que también es propio de muchas otras porciones de las Escrituras: ¿Quién es sabio y entendido emre ustedes? ¡Que demuestre por su buena conducta sus obras en la mansedumbre de la sabiduría! Pero si en su corazón ustedes tienen amargos celos y contiendas, no se jacten ni mientan contra la verdad. Esta no es la sabiduría que desciende de lo alto sino que es terrenal, animal y diabólica. Porque donde hay celos y contiendas, allí hay desorden y toda práctica perversa (Seg. 3:13-16).

Sabiduría pura Donde hay envidias y egoísmo, es porque el viejo yo todavía está LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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vivo con sus prácticas y sus hábitos (Col. 3:9), insistiendo en salirse con la suya. Si no fuera así, no habría envidias ni egoísmo, sino solo satisfacción en la voluntad de Dios para nuestra vida; no habría luchas entre nosotros; podríamos hablar la verdad; podríamos presentar con toda calma lo que nos parece bueno y correcto, pero no habría envidias, ni egoísmo, no habría amargura, ni confusión: Hay otra sabiduría, distinta a la sabiduría terrenal que está enraizada en la elevación de nuestros deseos como si fueran lo máximo: En cambio, la sabiduría que procede de lo alto es primeramente pura; luego es pacífica, tolerante, complaciente, llena de.misericordia y de buenos frutos, imparcial y no hipócrita. Y el fruto de justicia

se siembra en paz para aquellos que hacen la paz (Stg. 3: 17, 18).

Fíjate cómo se describe esta "sabiduría de lo alto": "es primeramente pura". Pureza. Es algo que evidentemente no tiene la sabiduría del mundo. Muy seguido he experimentado la desilusión de darme cuenta de que muchas personas con las cuales trabajo en reflexiones y diálogos académicos, que piensan que son de lo más grande en el mundo académico, en realidad son tan impuras como puedas imaginar; son incapaces de ver la conexión entre su supuesta sofisticación ética y la depravación de su vida. He tenido colegas profesores en la universidad que piensan que hay temporadas de caza para las relaciones sexuales con cualquier alumno o alumna, o bien cualquier persona con quien entren en contacto. Si se les dice algo al respecto, con aire de orgullo contestan: "¿Y qué tiene de malo? Es divertido". La impureza abunda, y no solo en el área sexual, sino también de muchas otras formas. Además de ser pura, la sabiduría celestial también es "pací156

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fica, tolerante, complaciente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial y no hipócrita". ¡Vaya lista! Estas cualidades hermosas son marcas que identifican a quienes han aprendido en su corazón la gran libertad de la muerte al yo, y de cuya vida pacífica proviene todo lo bueno y correcto: "Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz". Esas personas ya no se promueven a sí mismas; ya no exaltan sus necesidades ni su forma de vida como condición para poder relacionarse con ellas. No están tratando de dominar a los demás. Simplemente están listos para defender la verdad, para hablar lo que consideran correcto de manera pacífica, pura y amable, y quedan en paz al hacerlo. Como resultado, Dios les da una vida de belleza y poder que es evidente para los demás. Te lo aseguro, él lo hace.

Jugar según las reglas Cuando logras tener ese tipo de sabiduría, una de las cosas más comunes e interesantes que ocurren es que la gente no puede creer que seas alguien real. La lujuria, la envidia, la dominación y el egoísmo están tan presentes por todas partes, que la pureza es algo impactante e increíble. Todos conocemos personas que pueden renunciar a lo que quieren, pero lo publican para lograr ser reconocidos por ello, o bien lo hacen como una estrategia de dominación, como diciendo: "Miren, he renunciado a todo esto, de modo que deben hacer lo que yo les diga". El profeta Jeremías señaló esta dinámica cuando dijo: "Engañoso es el corazón, más que rodas las cosas, y sin remedio. ¿Quién lo conocerá?" (Jer. 17:9). Por supuesto que la respuesta es que Dios puede y no solo eso: él puede hacer que podamos conocer la condición de nuestro propio corazón, así como darnos un LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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corazón nuevo marcado por la sabiduría de lo alto. El requisito de nuestra parte es la muerte al yo. Solo tú puedes decidir qué es lo que involucra la muerte al yo en tu propia vida; nadie puede ni debe decirte ni probarte al respecto. La gente ha jugado toda clase de juegos con esto y ha creado todavía más malentendidos. Pensemos en todas las cosas que se han presentado como si fueran la muerte al yo: no llevar cierta clase de ropa, hacerse ciertos cortes de pelo o manejar ciertos autos. Cuando yo estaba en la universidad uno de los profesores de Estudios Bíblicos se compró un flamante auto de color rojo ... ¡y cómo lo criticaron! ¿Rojo? Uno negro hubiera sido mucho menos ostentoso y orgulloso. Cuando tratamos de poner reglas a la muerte al yo, es muy probable que obviemos el problema central, que no es nuestro comportamiento, sino lo que está en nuestro corazón. Hay muchas razones que nos hacen quedar atrapados en las cosas que hacemos. Por ejemplo, muchos mantienen una postura de desafío: tal vez de alguna manera han sido lastimados, así que ahora van a salirse con la suya, sin importar las consecuencias, pues aunque sean cristianos, ¡eso no significa que van a dejarse pisotear en el nombre de Jesús!; otros están simplemente perdidos en los deseos y disfrutan la gloria de la dominación o de aquello que desean más. Una vez más decimos que no hay nada que sea inherentemente malo en desear algo o en tener algo, pero debemos intentar recibir todo lo que Dios desea darnos para que podamos usarlo para su gloria 2 • Lo que es malo es cuando no recibimos lo que queremos, pues esto nos lleva a un estado de amargura, irritación, impaciencia e ira en el cual dependemos de nuestros propios trucos y recursos, así como la confianza en nuestro propio poder, para conseguir lo que queremos. Lo correcto sería simplemente 158

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soltarlo todo y decir: "Está bien. Dios lo sabe. Estoy viviendo en este mundo. Dios puede darme lo que quiera. No voy a darle a estas cosas el lugar de Dios". El asunto central es que se ponen cosas en el lugar de Dios. Según el apóstol Pablo, un avaro es un idólatra: "Por lo tanto, hagan morir lo terrenal en sus miembros: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es idolatría" (Col. 3:5, énfasis añadido). Alguien no es un idólatra porque fabrica estatuillas y se inclina ante ellas, sino porque quiere cosas con tal intensidad que está dominado por esos deseos. Quiere cosas que los demás tienen, se molesta con los demás por esa causa, y desea tener lo que los demás tienen. El simple deseo de tener una casa no es avaricia; la avaricia es desear tener la casa de alguien. El idólatra avaro no tiene problemas en ver a los demás sufrir con tal de conseguir lo que quiere. Un avaro es un idólatra precisamente porque ha colocado sus deseos, y no a Dios, en el lugar más importante de su vida. Bueno o malo, no hay límite para lo que está dispuesto a hacer con el fin de conseguir lo que quiere. Cuando alguien vive en este nivel de egoísmo, puede llegar a hacer lo malo con tal de tener lo que desea. Esa siempre es la marca de la persona en quien está viva la carne, que no ha muerto al yo.

Un día más en la vida del mundo ... y del yo sin crucificar Si prestas atención a las noticias, podrás ver demasiados ejemplos de personas en quienes está muy viva la carne. Es fácil llegar a pensar que el mundo se ha vuelto loco, porque es así: está funcionando según lo esperado debido a su alejamiento de Dios. El caos del mundo en que vivimos refleja el caos del yo sin LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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ataduras y sin crucificar. En su carta a los efesios Pablo describió la manera en que el mundo alcanza tal estado de cosas: Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes, teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón. Una vez perdida toda sensibilidad, se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas (Efe. 4: 17-19).

Uno de los efectos de perder "toda sensibilidad" es que se eliminan las restricciones normales a nuestros deseos. Pablo comparó, por un lado, los efectos de aprender el camino de Cristo y, por el otro, los resultados de una vida en la carne, que está viciada "por los deseos engañosos" (v. 22). Si te preguntas qué es un "deseo engañoso", piensa en cómo operan las adicciones. El deseo te dice al oído: "Solo una vez más. Es todo lo que necesitas". No es necesario explicar la corrupción de la vida humana que proviene de escuchar esa voz siniestra. Ese es nuestro mundo ... y ese es nuestro ser. .. en pocas palabras. Si te preguntas por qué las personas hacen lo que hacen:, por qué se comportan de un modo tan destructivo que se hace viral en YouTube, es porque han decidido que van a conseguir lo que quieren. Esto es lo que explica, por ejemplo, los tiroteos que tan continuamente tenemos en las noticias: la voluntad de alguien ha sido afectada; ese alguien se enoja (que es la respuesta "carnal" normal hacia quienes han interferido en la voluntad de una persona sin Dios) y ese enojo se transforma en hambre de venganza; pronto hay uno o varios cuerpos sin vida en las calles, todo porque alguien no obtuvo lo que quería. Esta gente está atrapada en un sistema en el que los deseos (y lo que la gente está dispuesta a hacer a quienes no les dan lo que quieren) son el punto central de su vida. 160

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Es importante comprender que "ellos" no son los únicos. Nuestros deseos son las raíces de la vida egoísta en todos nosotros. Y hasta que todos, en conjunción con la gracia de Dios, decidamos intencionalmente que no vamos a permitir que nuestros deseos sean el centro de nuestra vida, nunca podremos tener el tipo de fe que nos conduce a la vida de suficiencia abundante en Dios. No es raro que la gente oiga este mensaje y piense: "La vida cristiana va a ser un camino muy largo y seco. ¡Vaya vida en la que nada falta!". Sin embargo, no es así porque, en realidad, el camino largo y seco es cuando el ser humano trata de manejar su vida y siempre busca conseguir lo que quiere. Esto es lo que Jesús estaba enseñando cuando dijo: "Cualquiera que procure salvar su vida, la perderá; y cualquiera que la pierda, la conservará'' (Luc. 17:33). ¿Por qué la perderá? Porque se perderá la provisión de Dios. Pero si elige la muerte al yo, seguramente la conservará. Piensa en Job. ¿Se perdió la provisión de Dios? Claro que pasó por tiempos muy difíciles, pero resultó con mucho más de lo que había tenido. Al final, Job probó la provisión abundante de la suficiencia de Dios. Puedes recordar el episodio en el que Jesús sorprendió a sus discípulos al decirles que era muy difícil que un rico entrara en el reino de Dios (Mar. 10:23-27). Pedro respondió señalando que él y sus amigos no estaban en esa categoría. La Biblia dice: "Pedro comenzó a decirle" (v. 28, énfasis añadido); aparentemente apenas estaba comenzando cuando Jesús tocó el punto de su preocupación central (y la nuestra): Pedro comenzó a decirle: -He aquí, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús le dijo: -De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, o LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna (Mar. 10:28-30).

Jesús siempre enseña captando nuestra atención y haciéndonos pensar. En este caso, no significa que si renuncias a una hermana vas a recibir literalmente cien hermanas. Por otro lado, así resulta cuando estás inmerso en una comunidad en la cual se da este tipo de relaciones por la gracia de Dios. Fíjate que al final de la lista, Jesús incluye las persecuciones, algo que simplemente forma parte del trato. No obstante, cuando te desprendes de tus preocupaciones y deseos y Dios se convierte en tu mayor deseo, las persecuciones no son tan importantes. Cuando se ha dado muerte al yo (es decir, cuando los deseos se han colocado en su relación correcta con Dios) no es cuestión de una simple existencia de "sonreír y aguantar". Eso no es lo que nos dice el Salmo del Pastor: no habla de carencias, sino de abundancia, de una copa rebosando con suficiencia para quienes están dispuestos a deshacerse de todas las mentiras sobre lo que necesitamos y sobre lo que podemos lograr por nosotros mismos. Esto es difícil para quienes dependen de sí mismos y de sus habilidades y no están dispuestos a renunciar a sí mismos y a confiar en Dios. Ellos no son capaces de decir: "Ya no tengo que dominar yo. Ya no necesito hacerlo todo a mi manera. Puedo vivir sin todos esos placeres que desde siempre me dijeron que necesitaba para no ser un fracaso". Esos son los verdaderamente miserables. Son los que pierden su alma en el intento de ganar las cosas que tienen frente a sus ojos por las inclinaciones del mundo: los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida. Jesús dejó bien claro que buscar esas cosas depen162

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diendo de nosotros mismos es la forma más segura de perder nuestra alma, pues es más de lo que podemos manejar por nuestra cuenta; terminaremos arriesgando nuestra salud y nuestras relaciones, además de todo lo que es bueno en la vida, y acabaremos aplastados en lugar de vencedores. Solo si estamos listos para dejar ir las cosas que nos presentan la tentación de vivir controlándolo todo, estaremos preparados para entregar nuestra vida, incluso hasta el punto del martirio. Jesús fue muy claro en cuanto a esto. Les dijo a sus discípulos: "Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15: 12, 13). Ciertamente esa es la abnegación máxima. Pero quienes caminan en el reino de Dios, y conocen su suficiencia, están listos para dar y perdonar sin límites.

Dominio propio y control de los demás Una de las tentaciones más grandes que tiene la vida del yo es tratar de mantener a los seres queridos bajo control. Jesús comprendía esto, y por eso nos advirtió: "Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo" (Luc. 14:26). Por supuesto, él está haciendo uso de la exageración para dejar claro el punto. Muchas veces nuestro "amor" por la familia no es otra cosa que disfrazados intentos de dominación. Lo sabemos por nuestros mayores, porque muchos de ellos trataron de controlarnos desde la niñez, quizás al identificar su propio bienestar con nuestros actos. Cuando un niño hace algo malo (o al menos malo según los padres), la madre dice: "¿Cómo has podido hacerme esto?". Su pensamiento principal es cómo LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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aparecen ante los demás como padres y su necesidad de estar en

control de las cosas. Sin embargo, la muerte al yo incluye los deseos que tenemos en cuanto al esposo, la esposa, los hijos, los padres, o cualquier ser amado. Debemos poner también esos deseos en la cruz y soltarlos ahí. Esto no significa que no vamos a buscar hacer todo lo bueno y amable que podamos hacer por ellos, simplemente que no confundimos su bienestar con nuestro sentido de autoestima.

Crucificado con Cristo Debemos poner todos nuestros deseos en la cruz. Aquí otra vez, Jesús no podía haber sido más claro: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y se destruye o se pierde a sí mismo? (Luc. 9:23-25).

Negarse a sí mismo y seguir a Cristo, o negar a Cristo y seguirse a sí mismo. Esas son las opciones. ¿Y los resultados? Salvar la vida o perderla. "Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará" (v. 24)'. Si vamos a seguir a Cristo y salvar nuestra vida, debemos tomar nuestra propia cruz. Es decir, debemos experimentar nuestra propia crucifixión. La crucifixión es algo interesante. Es difícil crucificarse a uno mismo. De hecho, es imposible. Tal vez puedas clavar una · Mateo 16:24-26; Lucas 14:25-33.

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mano a la cruz, pero luego, ¿cómo hacer para clavar la otra? La crucifixión del yo es un asunto cooperativo entre nosotros y el Señor. No podemos morir al yo sin la ayuda de la gracia de Dios, porque solo él puede satisfacer nuestro máximo deseo y convencer a nuestro corazón de que al morir al yo, él nos va a levantar. La muerte al yo significa liberar nuestros deseos, nuestra reputación, nuestra gloria, y la necesidad de controlar a los demás. Renunciamos a todo. Una persona muerta no sigue teniendo un poquito de vida para sí misma. Por eso, cuando se trata de nuestra muerte al yo, tenemos que decir: "Señor, dámela. Yo la tomaré, y la pondré por completo ante ti". Nuestra tarea es entender qué es la muerte al yo y entender que no podemos vivir en el Salmo del Pastor (una vida en la que nada nos falta en el reino de Dios) a menos que la hayamos aceptado, reconocido, y que hayamos dicho: "Señor, dame este don". Cristo no fue crucificado para que nosotros no tuviéramos que ir a la cruz. Más bien, fue crucificado para que pudiéramos ser crucificados con él. Él no murió para que nosotros no tuviéramos que morir; más bien, murió para que pudiéramos morir con él. En la muerte al yo somos crucificados con Cristo (Gál. 2:20). Puede ayudarte si imaginas a Jesús en la cruz y luego te imaginas a ti mismo sobre él, colgando con él de la cruz. Al hacerlo, repite "Estoy crucificado con Cristo" lentamente y varias veces.

Raíces de amargura y otros obstáculos Es probable que enfrentes algunas luchas después de tomar una decisión como esta. Así ha sido en mi propia experiencia. Tal vez tendrás momentos en los que habrá que renovar el compromiso LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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de soltar tus deseos, tu apariencia, y especialmente, lo que estás haciendo por el Señor. Buena parte de nuestro esfuerzo por hacer cosas para el Señor es en realidad la manifestación de nuestro deseo de dominar y de que las cosas se hagan según nuestras fuerzas. Tenemos que estar alerta. Una manera de revisar nuestras motivaciones al hacer algo para el Señor es ver lo dulces y pacientes que nos sentimos cuando algo no sucede de la manera que nosotros habíamos querido. Si creemos que estamos actuando por amor hacia alguien, pero nos ponemos furiosos si la otra persona no nos corresponde, eso indica que había algo en nuestra motivación que no era el amor. Cuando algo así sucede, nos tenemos que rendir de nuevo y decir: "Señor, aquí está; cometí un error. Necesito

tu

ayuda". Pablo dijo: "cada día mue-

ro" (1 Cor. 15:31) y nosotros debemos hacer lo mismo. Aunque no podemos hacerlo solos, la muerte al yo es algo que nosotros hacemos. Es un acto que realizamos intencionalmente. Te animo a tomar tiempo para estudiar algunos de los pasajes maravillosos sobre la identificación del creyente con Cristo, como Romanos 6:1-14 y Colosenses 3:1-5. Este "morir" tiene significados diferentes para cada uno: hay quienes están muy preocupados por el qué dirán; hay quienes están atribulados por el miedo a la carencia. Conocí una señora que se inquietaba en extremo y se irritaba si su refrigerador y sus alacenas no estaban repletos de provisiones y comida: había crecido en condiciones cercanas a la hambruna, así que su ejercicio de muerte al yo tenía que ver con permitir que sus estantes a veces se vieran medio vacíos. Hay otros que tienen que procesar amarguras sobre relaciones pasadas. Tal vez haya resentimientos por no haber recibido el ascenso que los demás recibieron, o vergüenza de haber sido excluido del grupo de amigos de los más populares 166

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de la escuela. Todos tenemos trasfondos distintos que generan distintos desafíos y puntos de lucha. Muchos de nosotros llevamos cicatrices profundas y ocultas de heridas que constituyen lo que la Biblia denomina "raíz de amargura" (Heb. 12: 15). Estos recuerdos casi siempre se quedan en el terreno de la vida egoísta, y es un gran desafío soltarlos y ponerlos en las manos de Dios. Este tipo de amargura puede enraizarse en alguien que está realmente dedicado a Cristo en prácticamente cualquier aspecto de su vida, pero que no ha estado dispuesto a crucificar una pequeña parte de sí mismo. No es por falta de voluntad, sino que es una lucha que a veces parece una misión imposible de realizar. Aquí es donde surgen muchas historias dolorosas sobre gente en el ministerio. Si alguien está intentando ayudar a otros en el camino de Cristo, debe tener la vida que está describiendo: debe tener paz, pureza, paciencia y el resto de fruto que se produce al seguir a Jesús; las personas en el ministerio deben tener la disposición de ver que otros reciben alabanza, mientras a ellos los pasan por alto; deben morir a la idea de que lo que quieren tiene alguna importancia. Si la muerte al yo nos coloca cerca de la muerte física, ¿qué decimos en ese punto? Lo mismo que diríamos sobre renunciar a un cono de helado, un empleo o a cualquier otra cosa. Cuando renunciamos a las cosas pequeñas y cotidianas, nos estamos preparando para ocasiones en que se requerirá mayor sacrificio. Esto nos prepara para decir con Abraham: "El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?" (Gén. 18:25). Y aprendemos a decir con Job: "Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos también el mal?" (Job 2:10). Es decir, ¿hemos de recibir las cosas que queremos y no las que no queremos? Podemos recibir las cosas que no queremos (o renunciar a las LA CONf!ANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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cosas que queremos) si acaso hemos decidido, por la gracia de Dios, que podemos confiar en que Dios tendrá cuidado de nosotros.

La muerte al yo y lo inevitable de la vida ¿Pero qué pasa con el dolor, los fracasos, la enfermedad, la debilidad o las heridas causadas por otros? Lamentablemente, la mayoría de los cristianos hoy en día no sabe cómo enfrentar estas realidades inevitables de la vida, de modo que, en vez de regocijarse en las tribulaciones (como se nos dice en Santiago 1) hay quienes renuncian, se ponen de mal humor y se aíslan de Dios. Mientras que lo que nos acontece siga siendo el punto de referencia máximo, el yo sigue vivo y en el trono de su vida. En vez de eso, debemos ser honestos al orar, dejar que Dios sepa lo que estamos pasando, escuchar su calmada seguridad que nos dice que todo va a salir bien, para luego actuar en confianza en contra de la carencia o de la amenaza mientras alabamos a Dios y avanzamos en nuestra vida. Tenemos un ejemplo maravilloso en la vida de Josafat, un antiguo rey de Judá, cuando fue atacado por un número abrumador de enemigos. Él era un hombre de fe profunda, responsable de una reforma muy necesaria y promotor de un avivamiento entre la gente. Había dado instrucciones a los jueces de la tierra con estas palabras: "Habrán de proceder con temor del SEÑOR, con fidelidad y con corazón íntegro" (2 Crón. 19:9). Así fue precisamente como él actuó al enfrentar la gran amenaza de sus enemigos. Cuando le llegó la noticia de la invasión inminente, se nos dice que "Josafat tuvo temor, se propuso consultar al SEÑOR e hizo pregonar ayuno en todo Judá" (2 Crón. 20:3). Fíjate en la respuesta de Josafat: primero, demuestra honestidad en cuanto a sus miedos; después "se propuso consultar al 168

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SEÑOR" (es decir, tuvo el propósito en su corazón de buscar la ayuda de Dios); luego actuó al proclamar un ayuno nacional y conseguir la ayuda de otros más, a quienes también instruyó a buscar al Señor. Y eso es precisamente lo que hicieron todos los que acudieron de cada rincón del país a Jerusalén. Cuando se reunieron, Josafat de nuevo actuó derramando su corazón delante de Dios en una oración de fe, del tipo de fe de la desesperación: Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, que gobiernas en todos los reinos de las naciones y que tienes en tu mano fuerza y poder, de modo que nadie te pueda resistir? ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra de la presencia de tu pueblo Israel y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre? Ellos han habitado en ella y han edificado allí un santuario a tu nombre, diciendo: "Si el mal viniera sobre nosotros (espada de juicio, peste o hambre), nos presentaremos delante de este templo y delante de ti, porque tu nombre está en este templo. A ti clamaremos en nuestra tribulación, y tú nos escucharás y librarás" (2 Crón. 20:6-9).

La respuesta de Dios fue profundamente alentadora, por medio de un sacerdote llamado Jahaziel: Oigan, todo Judá y habitantes de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat, así les ha dicho el SEÑOR: "No teman ni desmayen delante de esta multitud tan grande, porque la batalla no será suya, sino de Dios. Desciendan mañana contra ellos. He aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los encontrarán en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel. En esta ocasión, ustedes no tendrán que luchar. Deténganse, estense quietos y vean la victoria que el SEÑOR logrará para ustedes. ¡Oh Judá y Jerusalén, no teman ni desmayen! ¡Salgan mañana a su encuentro, y el SEÑOR estará con ustedes!" (vv. 15-17). LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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Contando con esa promesa, al siguiente día Josafat animó al pueblo: "¡Crean en el SEÑOR su Dios, y estarán seguros! ¡Crean a sus profetas y serán prosperados!" (v. 20). Luego, según la práctica acostumbrada en operaciones militares del pueblo escogido de Dios, reunió a un coro para que marchara frente a sus tropas cantando su "cántico de batalla". Sus instrucciones se concentraron en lo más importante que podía hacer el pueblo en esa situación: Después de consultar con el pueblo, designó a algunos de ellos para que cantaran al SEÑOR y lo alabaran en la hermosura de la santidad, mientras iban delante del ejército, diciendo: "¡Alaben al SEÑOR, porque para siempre es su misericordia!". Cuando comenzaron el canto y la alabanza, el SEÑOR puso emboscadas contra los hijos de Amón, los de Moab y los de la región montañosa de Seír que habían venido contra Judá, y fueron derrotados (vv. 21, 22).

Así es como hemos de responder a las dificultades y desilusiones de la vida, y al posible sufrimiento que puede llegar (y muy probablemente lo hará) a nuestro camino. Si nos quitamos para no estorbar, y concentramos nuestra atención en el Dios de nuestra suficiencia, también nosotros estaremos entonando cánticos de victoria. Llenos de confianza y con todo el corazón, podremos alzar la voz con el apóstol Pablo: ¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosorros? ... ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligros, o espada? ... Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni

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poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rom. 8:31, 35, 37-39).

La muerte al yo como realidad y apariencia Como mencioné antes, no hay que confundir la muerte al yo con las dinámicas psicológicas de odio a sí mismo que pueden conducir a una persona a acabar con su vida. Cuando Jesús dijo: "El que ama su vida la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará" (Juan 12:25), estaba hablando de cómo le parece al mundo cuando no vivimos una vida centrada en nuestros propios deseos. Cuando te conviertes en una persona del Salmo 23, la gente lo nota. Imagina lo inimaginable: una persona que trabaja en una compañía grande, pero que no está tratando de lograr ascensos. La gent.e que observa a esa persona inmediatamente va a decir que hay algo que no está bien en ella; debe ser que tiene otras fuentes de ingreso y riqueza o que odia su carrera. De la misma manera, si supieras que Jesús pudo haber evitado su crucifixión, pero ves que dejó que ocurriera, podrías concluir que odiaba su propia vida y quería que ya se terminara. La muerte al yo puede parecer a los demás como si nos odiáramos a nosotros mismos, pero una gran parte de nuestro crecimiento incluye el desapegamos de las expectativas de los demás. Cuando lo hacemos, no pasará mucho tiempo hasta que la gente comience a identificarnos como personas gozosas, pacíficas, serenas, libres de ansiedades y rencores y dominadas por una profunda felicidad que distingue a quienes se han liberado de la dominación de los deseos. Lo que para otros puede parecer como odio a sí mismo en realidad es la única manera de llegar a ser la persona que somos en verdad. LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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No te equivoques, a mí no me vas a pisotear Mencioné antes que hay personas que batallan con la muerte al yo porque no quieren dejarse pisotear en el nombre de Jesús. La muerte al yo no se trata de eso; ¡más bien nos convierte en una roca! Por ejemplo, fijémonos en Moisés. Se dice que era el hombre más manso de la tierra (Núm. 12:3), pero es evidente que no se dejó pisotear por el faraón ni por el pueblo de Israel. Él estaba muerto para sí mismo, lo cual significa que estaba completamente muerto a los esfuerzos de los demás por actuar según el egoísmo. Para nosotros es igual: cuando veamos a alguien dominado por su deseo de gloria o que insiste que se haga su voluntad, podremos resistir con mucha firmeza para no cooperar con él o ella, incluso si se trata de alguno de nuestros seres queridos. Cuando vivimos en la suficiencia del Pastor y morimos a nosotros mismos, nos convertimos en la gente más firme y más afianzada de este mundo. En este punto, como siempre, nuestro mejor ejemplo es Jesús. Volvamos a la historia de su crucifixión; pensemos cómo Jesús estuvo en silencio ante Pilato, como una roca. Pilato creía que él estaba a cargo de la situación, que el destino de Jesús estaba en sus manos. Jesús no pensaba así, y se lo dijo: "No tendrías ninguna autoridad contra mí si no te fuera dada de arriba" (Juan 19:11). Cuando fue arrestado en el huerto de Getsemaní y Pedro sacó su espada, Jesús lo reprendió con estas palabras: "Vuelve tu espada a su lugar ... ¿O piensas que no puedo invocar a mi Padre y que él no me daría ahora mismo más de doce legiones de ángeles?" (Mat. 26:52, 53). Jesús ya les había dicho que iba a entregar su vida, justo en el mismo contexto en que les dijo ser el pastor de las ovejas: 172

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Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas ... Por esto me arna el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tornar. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tornar. Este mandamiento recibí de mi Padre (Juan 10: 11, 17, 18).

Está muy claro aquí quién tenía el control del destino de Jesús. En cualquier momento, él pudo haber detenido la locura e injusticia de su arresto y juicio: todo lo que tenía que hacer era decir las palabras, y su Padre lo habría terminado todo ahí mismo. Sin embargo, hizo que sucediera tal como quería: no según sus propios deseos, sino según la voluntad de Dios. "No se haga mi voluntad sino la tuya" (Luc. 22:42). Jesús no se dejó pisotear; simplemente estaba muerto al yo y plenamente vivo para Dios. La dignidad (la dignidad verdadera) está con la persona que, por la gracia de Dios, ha asumido la muerte al yo. Esa persona es la única que puede plantarse frente a los demás, lo cual ciertamente incluye el servirles de maneras correctas y buenas. La muerte al yo nos otorga el lugar de dignidad verdadera, bajo el yugo de Jesús, para no cooperar con los esfuerzos de otras personas por vivir sus fantasías carnales, cualesquiera que estas sean.

¿y qué ha pasado con la autoestima? La muerte al yo no elimina todo sentido correcto de autoestima, incluyendo la necesidad de sentirse valorado y reconocido. El reconocimiento de los demás es algo bueno y apropiado, pero no debe ser lo que controla nuestra vida. No debe convertirse en la meta única de nuestra existencia. Si vemos que nuestra necesidad de reconocimiento está consumiendo nuestros pensamientos y determinando nuestra conducta, necesitamos LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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entonces movernos más arriba, hacia una fuente más alta de sentido y valor personales. Esa fuente es, por supuesto, el amor de Dios. Si nos alejamos de ese amor, nada llenará el vacío que queda en nuestro corazón. El fundamento de nuestra autoestima es saber que Jesucristo murió por nosotros. Probablemente esto no es nada nuevo para ti: lo oímos constantemente en las iglesias, y lo repetimos unos a otros, pero precisamente por eso necesitamos esforzarnos por personalizarlo. Tenemos que decirnos: "¡Jesús murió por mí!'. Hay que pedirle a Dios que ponga esa verdad en nuestro corazón. Debemos tomar tiempo para orar y meditar en textos bíblicos que hablan del amor de Dios hacia nosotros. Separa algún tiempo, tal vez un día entero, o varios días, para estar a solas con Dios, para buscar su rostro e imaginar ese rostro brillando con gozo al mirarte a ti. Como dice la antigua bendición judía: El SEÑOR te bendiga y te guarde. El SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia. El SEÑOR levante hacia ti su rostro [te mire directamente a los ojos],

y ponga en ti paz

Experimentar que Dios te mira directamente a los ojos y te dice: "Te amo; tienes mi aprobación" es el fundamento inamovible de la autoestima. Nuestra aprobación máxima proviene de Dios, y no de otros seres humanos. Sin embargo, hay que tener cuidado de no aplicar mal ni malentender esta verdad. Es importante el reconocimiento de los demás y, de hecho, es bueno para controlar el orgullo, porque un signo de orgullo es desatender totalmente lo que los demás dicen sobre ti. Mucha gente se enorgullece tanto que no le da 174

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importancia al consejo de otros y piensa: "¿Y tú quién eres? Solo Dios es mi juez". No es así. En cierto sentido muy real, los demás sí son mis jueces. Se supone que tengo que escucharte porque necesito saber qué piensas acerca de lo que estoy haciendo, ya que esto forma parte del significado de ser miembro de la iglesia y de estar en paz con los demás (Heb. 12: 14). Esto ciertamente se aplica a quíenes están en el ministerio de manera profesional. En humildad, todo líder cristiano está sujeto al pueblo a quien sirve. Después de todo, eso es el ministerio, sea profesional o no: estar sujetos a las necesidades de los demás, lo cual implica escucharlos, estar atentos a ellos. No obstante, si nos hacemos dependientes de sus opiniones, habremos arruinado toda posibilidad de verdaderamente ayudarles, porque nuestra preocupación principal será ganar su aprobación. Para tener un corazón recto hay que recordar que el fundamento de nuestro valor es que el rostro de Dios brilla sobre nosotros en gracia y aprobación. Vemos ejemplos de esta verdad en la familia. El niño que vive bajo el rostro brillante de una madre y padre no tiene problemas de autoestima, pero cuando el rostro de los padres se retira y se va en otra dirección, los hijos sufren tribulación. Dios no retira de nosotros su afecto y aprobación; de hecho, Pablo nos recuerda que nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rom. 8:38, 39). Ahí está el fundamento verdadero y seguro de la autoestima.

Seguir aJesús en la senda de la muerte al yo La humildad es la condición hermosa de quienes han aprendido a rendir sus deseos, su gloria y su poder. Esas personas están en proceso de convertirse en aquello para lo que fueron creadas en el LA CONFIANZA SE COMPLETA EN LA MUERTE AL YO

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reino de Dios, por medio de la renuncia a la vida de egoísmo. Es una cualidad esencial para quien desee vivir una vida en la que nada falta, como la vivió Jesús. Como escribió Andrew Murray: La humildad es la senda hacia la muerte, pues en la muerte ella da la mayor prueba de su perfección. La humildad es el florecimiento de lo cual la muerte al ego es el perfecto fruto. Jesús se humilló hasta la muerte, y abrió el camino en lo cual debemos andar también*.

Según el relato del Evangelio de Mateo, en un texto que es muy conocido, Jesús concluyó su enseñanza sobre la oración con una declaración de rendición a Dios: "Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria'' (Mat. 6:13, RVR-1960). Cuando oramos así estamos diciendo: "Señor, me rindo. Es todo tuyo". Luego podemos caminar en humildad como Jesús mismo lo hizo. Estas palabras también aparecen en la oración del rey David, el antepasado de Jesús. David oró así en la dedicación de los materiales de construcción que serían utilizados en el templo de Jerusalén: ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR Dios de Israel, nuestro Padre desde la eternidad y hasta la eternidad! Tuyos son, oh SEÑOR, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino: oh SEÑOR, y tú te enalteces como cabeza sobre todo (I CRóN. 29:10, u).

Al andar por este camino, comenzamos a conocer aquello a lo que Jesús nos invitaba cuando dijo: Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que

• En el apéndice B de este libro se encuentra el texto completo del ensayo Humildad, de Andrew Murray, publicado originalmente en 1895.

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soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma (Mat. 11 :28, 29).

Los yugos se utilizan para amansar a un caballo o a un buey, para entrenarlos. Cuando se ayunta a un caballo entrenado lado a lado con otro que no está entrenado, no necesitan dar muchas vueltas al campo tirando del arado; el caballo nuevo ya ha aprendido qué tiene que hacer. Y con nosotros es igual. Cuando nos ponemos bajo el yugo lado a lado con Jesús, estamos aprendiendo la postura de una vida más allá de la muerte, y que rinde mucho fruto. No es extraño que a veces queramos salirnos del yugo; el yo está clamando y exigiendo que hagamos esto o que tengamos aquello. Tal vez pensamos que todo estaba bien cuando nos rendimos completamente, pero luego nos damos cuenta de que no es así. Esto no debe sorprendernos. Esas experiencias nos ayudan mucho a entender cómo funciona el proceso de morir al yo. Tenemos un deseo y descubrimos que no estamos tan dispuestos a renunciar fácilmente como lo habíamos imaginado. Esto se convierte en una oportunidad para arrepentirnos y recibir más instrucciones y enseñanza en la humildad, al darnos cuenta de que todavía tenemos el hábito de conseguir lo que queremos, más de lo que habíamos querido admitir.

Todo entrego a ti Una vez alguien me preguntó si la experiencia de morir al yo ocurre "de una vez por todas". Ciertamente tenemos que empezar en algún momento, en alguna ocasión, cuando nos entregamos a Dios y decimos: "Señor, por tu gracia ahora voy a entregarte a ti todo lo que quiero. Voy a rendir mi gloria y mi

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reconocimiento y mi poder, todo a ti. ¡Ayúdame!". Aunque los aspectos prácticos de esta decisión serán un proceso progresivo, sí debe haber un punto en el tiempo cuando le entregamos nuestros deseos a Dios, y decimos: "Señor, todo es tuyo". Un himno antiguo lo expresa muy bien: Cristo, a ti mi todo doy. Tiempo, amigos, cuanto soy, cuerpo y mente, tuyos son, en eterna posesión 3 . Debe haber un momento en el que, con nuestras propias palabras y a nuestro modo, le decimos a Dios: "Haz conmigo tu voluntad". Hasta que experimentemos un abandono de este tipo simplemente no se nos puede otorgar la fe. Una de las razones por las que nuestra fe es tan pequeña es que no hemos vivido este proceso de abandono y no hemos llegado al punto en que Dios puede confiarnos una gran fe. Cuando hayamos abandonado nuestra vida en Dios, estaremos listos para recibir el don de la fe que nos permitirá también amar a los demás: amar con paciencia, amar sin condiciones, amar sin irritación ni enojo. Es el tipo de amor que recibimos cuando andamos en la humildad que proviene de haber muerto al yo. Como veremos en el siguiente capítulo, esa será la plenitud del amor en la vida sin carencias en el reino de Dios. Voy a cerrar este capítulo con la oración del mártir francés Charles de Foucauld, que tan bellamente captura lo que significa vivir la muerte al yo:

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Padre mío, me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras. Lo que hagas de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Con tal que Tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío. Pongo mi vida en Tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque para mí amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tu eres mi Padre4. -CHARLES DE FOUCAULD

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~'~ CAPÍTULO 7

La suficiencia se completa en el amor El amor busca una sola cosa: el bien de la persona amada. -THOMAS MERTON

L

a fe (confianza), la muerte al yo y el amor ágape sustentan

nuestra vida en el Salmo 23 como un triángulo de suficiencia. Cada uno de los lados del triángulo es un don precioso de Dios quien, en su gracia, nos los otorga y nos permite recibirlos de manera cada vez más y más abundante. Los otorga al corazón dispuesto y que está buscando, en un proceso en el cual esa disposición y esa búsqueda son consistentes, y también eso es un don. Dios nos ama y, porque nos ama, se deleita en nosotros, nos mira con atención, se relaciona con nosotros y nos sirve. Por eso, cuando oímos que alguien está buscando a Dios, eso es evidencia de que Dios primero lo ha amado y ya lo ha "encontrado". Juan 15: 16 dice: "Ustedes no me eligieron a mí; más bien, yo los elegí a ustedes". Es como si hubiera un letrero en la puerta que con-

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duce a la vida eterna: "Quien quiera puede venir". Así que eliges caminar y cruzas la puerta; estando adentro, vuelves la vista hacia atrás, y ves un letrero sobre la puerta que dice: "Tú no me elegiste a mí; yo te elegí a ti" 1 • Los dones gratuitos de la fe, la muerte al yo y el amor ágape empoderan y capacitan nuestro viaje de crecimiento hacia la plenitud y hacia la abundancia de vida eterna que tenemos en Jesús, nuestro Pastor. Juan 3: 16 contiene bellamente la esencia de esta nueva vida de lo alto: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna".

De la fe a la muerte y al amor La confianza en Dios y la muerte al yo abren las compuertas al amor ágape de Dios para que fluya hacia nosotros. Dios provee la fe que necesitamos para que esto suceda, y nuestro trabajo consiste en colocarnos en el lugar donde podamos recibirla. Muchas veces estamos atribulados por nuestra fe porque estamos intentando tener fe para algo en particular, como la paciencia. Pero la fe que Dios quiere darnos no es para eso, sino para confiar en él. Recuerda, la fe contiene dos partes: voluntad y visión. Debemos estar dispuestos a ver a Dios tal y como es antes de que él nos revele más de sí mismo y nos otorgue más fe. Esto requiere que vivamos de tal forma que estemos consistentemente buscándole y creciendo en nuestra fe, una actitud de vida que demanda más y más muerte al yo conforme avanzamos en el camino. La muerte al yo es someter todos tus deseos a Dios. Este abandono del ser ante él es la forma de experimentar su abundancia y significa que, en sus manos, tenemos el contentamiento 182

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de que él esté a cargo del resultado. En esa posición preparamos camino para que él viva y esté con nosotros, para lograr lo mejor para nosotros y para los demás, mucho más allá de cualquier cosa que hayamos imaginado. Mientras tengamos más fe en Dios, la muerte al yo se nos convierte en algo más y más natural cada día. El sufrimiento de Jesús y su muerte física en la cruz fueron la expresión máxima de la muerte al yo, así como también el mayor símbolo de nuestra nueva vida. Tanto llenó de gracia al horrible instrumento en el que murió que ahora la cruz se ha convertido en el símbolo más conocido y exhibido del mundo, pero para nosotros es mucho más que un símbolo: es una nueva manera de vivir en plenitud y confianza en Dios y en su bondad. Es esencial recordar que Jesús no se entregó a sí mismo a Dios en su muerte con una actitud de resignación. Él se entregó en fe, sabiendo que resucitaría y que el grano de trigo que cayó a tierra produciría fruto abundante. La muerte al yo es abandonarse para Dios en fe, es presentar delante de él la satisfacción de mis deseos con confianza en la grandeza y plenitud de Dios. Esto se puede practicar por medio de disciplinas espirituales como el ayuno, que nos puede ayudar a tener calma y fortaleza cuando no tenemos lo que queremos. Si podemos gustosamente renunciar por poco tiempo a los dulces y al maní, al filete y cosas así, podremos llegar al punto en que podamos decir: "Señor, para mí tú eres suficiente. Está bien si quieres que yo definitivamente no tenga esto o aquello". Así hacemos nuestra parte para practicar la rendición a Dios. Estos son asuntos muy serios, tanto que están incluidos en el Sermón del monte, cuando Jesús enseña sobre entregar nuestros deseos y esfuerzos por conseguir mayor seguridad para nosotros mismos amontonando tesoros en la tierra (Mat. 6). Él no dijo que no tuviéramos tesoros o posesiones, ni que no LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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comiéramos filetes. No fue nada de eso, sino que él dijo que no hiciéramos que eso se convirtiera en nuestro dios.

Luego viene el amor La fe nos ha acercado a Dios y nos ha puesto en posición de recibir sus bendiciones. La muerte al yo ha hecho de nuestra vida un recipiente dispuesto para Dios: ahora el amor ágape fluye hacia nosotros como un río para luego llegar a un mundo sediento y desesperado y completarse el triángulo de todo lo que se necesita para una vida en la que nada falta. Para ayudarte a entender la naturaleza del amor vivo en la vida de un discípulo, quisiera simplemente presentar varios pasajes de las Escrituras. Por favor, toma el tiempo de leerlos despacio, pidiéndole a Dios que abra tu mente para recibir estas palabras como un regalo que él está listo para darte; que sean una visión del proceso que está ocurriendo en tu vida al ir viajando en la luz y bajo el yugo fácil de Cristo Jesús. Porque, después de todo, Dios es amor, aunque esto no es una explicación sobre quién es Dios, sino una explicación de lo que es el amor. Dios quiere darse a sí mismo para que también tú puedas, con gozo y libertad, darte a ti mismo y dar de su amor a los demás.

"Pero a ustedes, los que oyen, les digo: Amen a sus enemigos y hagan bien a los que los aborrecen; bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan. Al que te hiera en la mejilla preséntale también la otra; y al que te quite el manto no le niegues la túnica. A cualquiera que te pida dale; y al que tome lo que es tuyo no se lo vuelvas a pedir. "Y como quieren que hagan los hombres con ustedes, así 184

NADA ME FALT.-\JL.\

también hagan ustedes con ellos. Porque si aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Pues también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores hacen lo mismo. Y si dan prestado a aquellos de quienes esperaban recibir, ¿qué mérito tienen? Pues también los pecadores dan prestado a los pecadores para recibir otro tanto. "Más bien, amen a sus enemigos y hagan bien y den prestado sin esperar ningún provecho. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y los perversos. Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso. "No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados. Den, y se les dará; medida buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la medida con que miden se les volverá a medir".

Juan 13:31-35 Cuando Judas había salido, dijo Jesús: -Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo. Y pronto lo glorificará. Hijitos, todavía sigo un poco con ustedes. Me buscarán pero, como dije a los judíos: "A donde yo voy ustedes no pueden ir", así les digo a ustedes ahora. Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto conocerán todos que son mis discípulos: si tienen amor los unos por los otros.

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Romanos 12:9,

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El amor sea sin fingimiento, aborreciendo lo malo y adhiriéndose a lo bueno: amándose los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndose los unos a los otros.

Romanos 13:8-10 No deban a nadie nada salvo el amarse unos a otros, porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque los mandamientos -no cometerás adulterio, no cometerás homicidio, no robarás, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento- se resumen en esta sentencia: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el amor es el cumplimiento de la ley. l

Juan 4:n-21

Amados, ya que Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros. Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros. En esto sabemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo como Salvador del mundo. El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor. Y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios permanece en él. En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros para que tengamos confianza en el día del juicio: en que como él es, así somos nosotros en este mundo. En 186

NADA ME FALTARÁ.

el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor conlleva castigo, y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros amamos porque él nos amó primero. Si alguien dice: "Yo amo a Dios" y odia a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y tenemos este mandamiento de parte de él: El que ama a Dios ame también a su hermano.

El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Todo lo que necesitas es amor Estaba sentado una mañana en la iglesia y vi que una mujer tenía a un bebé en el regazo. El bebé estaba mirando el rostro de la mujer. Al observarlos, casi pude ver la sustancia del amor moviéndose del uno al otro: el niño, con apenas unos meses de edad, concentraba su mirada por un momento en el rostro de la mujer y luego su carita se iluminaba con una sonrisa; la mujer también estaba mirando a los ojos del bebé. Un niño pequeño puede mirarte a los ojos durante largo rato sin que nadie se sienta incómodo y el adulto en esa situación puede también hacerlo. Como madres o padres, o abuelos con nuestros nietos, somos capaces de comunicar todo nuestro ser en una mirada de amor a los bebés. Cuando la gente se ama mutuamente de esta forma, se crea LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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un círculo que los contiene y dentro del cual hay suficiencia completa en términos humanos. Los niños que han sido amados profundamente y que han crecido dentro de un círculo así, pueden resistir casi cualquier cosa. Yo creo que hay algo en los bebés pequeños, antes que el mundo los toque, que proviene de haber sido entretejidos recientemente por la mano de Dios en el vientre (Sal. 139: 13). Tienen un brillo, una inocencia y una pureza de confianza. Creo que, por esa razón, Jesús puso a los niños como ejemplo de tantas verdades, como esta: "De cierto les digo que si no se vuelven y se hacen como los niños, jamás entrarán en el reino de los cielos" (Mat. 18:3). El amor infantil, puro y sin filtros, es la razón por la cual tienen un efecto tan redentor en la gente y explica por qué, en su visión del reino de Dios, Isaías nos dice que "un niño pequeño los conducirá" (Isaías 11:6). De alguna manera, los niños pequeños tienen una forma de reajustar el mundo adulto. No siempre pueden hacerlo, y muchas veces sufren por causa de ese mundo, pero en el amor entre un niño pequeño y su madre o padre, nos acercamos más a ver y experimentar el amor en su forma más pura. Al hablar del enamoramiento entre dos personas hay que señalar el riesgo que existe si se entiende como la fuente de nuestra máxima felicidad, pero es una expresión del carácter único del amor: conlleva algo de aquella autosuficiencia y plenitud de Dios mismo, de ahí que el amor sea una fuerza tan poderosa. Quienes han crecido en un ambiente de amor, incluso si se trata solo de amor humano sin conciencia de Dios, siempre tendrán un recurso tremendo que nadie podrá quitarles nunca. Si su familia los ha amado de manera correcta, tienen un tesoro. Lamentablemente, mucha gente que no tuvo ese amor correcto en su familia entra al matrimonio pensando que entonces por 188

NADA ME FALTARA

fin van a ser amados de verdad, pero pronto se dan cuenta de que los dos en la pareja tienen grandes obstáculos para amarse mutuamente. Todo esto nos dirige a la siguiente verdad: el amor perfecto solo se encuentra en Dios. El amor es un regalo de Dios, quien es amor. Podemos buscar un regalo y podemos recibir un regalo, pero no actuamos para obtener un regalo. De modo que, cuando leemos pasajes de las Escrituras como los citados arriba, debemos recordar que no se nos llama tanto a hacer, como a recibir. Lo amamos porque nos amó primero, de ahí que la predicación del evangelio sea esencial y no haya nada más importante en la faz de la tierra que la enseñanza sencilla ~·sencilla.~ del evangelio del amor de Dios por cada ser humano. Por eso es tan importante Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo ... " (énfasis añadido).

Él nos amó primero Me encantan los himnos antiguos, porque tienen una forma hermosa de expresar la verdad y la letra casi siempre proviene directamente de las Escrituras. Estas dos estrofas de un himno alemán del siglo XVIII, basado en Lucas 15:2, ilustra de manera sencilla el amplio abrazo del gran amor de Dios: Al que en busca de la luz Vague ciego y con temor Lo recibe el buen Jesús En los brazos de su amor. Volveremos a cantar: Cristo acoge al pecador Claro hacedlo resonar: Cristo acoge al pecador 2•

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Una de las acusaciones de los fariseos contra Jesús era que recibía a pecadores. Es muy importante que sepamos esto: Jesús es la expresión del amor de Dios por nosotros y en él vemos las muchas maneras en que Dios trata con la gente en gracia y misericordia. Jesús se deleitaba en cada individuo y así ocurre también con nosotros; se concentraba en lo que había de valioso en cada persona y así ocurre también con nosotros; se relacionaba con ellos, se asociaba con ellos, llegaba al lugar donde se encontraban y ahí los servía. Así ocurre también con nosotros: nos encuentra donde estamos, sea el lugar que sea, porque ni el valle más oscuro lo asusta. En el Evangelio de Marcos encontramos una descripción hermosa del afecto que tenía por sus discípulos: Entonces subió al monte y llamó a sí a los que él quiso, y fueron a él. Constituyó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar y tener autoridad para echar fuera los demonios (Mar. 3:13-15).

Fíjate en el amor de Dios en acción: Jesús llamó "a los que él quiso" (énfasis añadido). Él los quiso. ¿Por qué? Para empezar, para "que estuvieran con él". Sí, tenía una misión para ellos y esa misión era llevar el amor de Dios a todo el mundo, pero primero quería que estuvieran con él porque se deleitaba en ellos. La naturaleza relacional de Cristo refleja el amor de Dios, nos muestra cómo es, y que es por nosotros. Como leemos en Romanos 5:8: "Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros". No pierdas de vista esa frase "siendo aún pecadores" (énfasis añadido). Es que así es Dios: "él es benigno para con los ingratos y los perversos" (Luc. 6:35). Ese es el don que estamos buscando del Dios que es amor. 190

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¿Actos de amor o una simple actuación? La mayoría de la gente sabe que el amor no se trata solo de las cosas que hacemos. El amor es una actitud del corazón. Sabemos que podemos actuar de modo amoroso sin amar en realidad. Los motivos pueden ser: por obligación, por obediencia, por reputación, o por beneficio personal. Sentimos y valoramos cuando alguien hace algo por nosotros como resultado de un amor sincero. Cuando los pastores y consejeros están ayudando a alguien, a veces tienen que vencer la actitud del individuo que les dice: "Bueno, estás actuando de manera amable conmigo porque ese es tu trabajo". Es necesario asegurarle que en realidad es una persona amada, pero usualmente se lleva tiempo para que esas personas lo crean; y durante ese tiempo, la tendencia natural de los consejeros es interesarse, y mostrar cada vez más cuidado y amor por las personas a quienes están ayudando. Los actos de servicio son una de las formas más fáciles de comenzar a amar a alguien. Ayudar a la gente es algo que todos podemos hacer y que nos permite crecer en nuestra capacidad de relacionarnos. Hay muchos niveles en las relaciones, como el pasar tiempo con alguien, estar presente y demostrar compromiso a favor de alguien, así como experimentar el don del amor que va moviéndonos hacia el deleitarnos en esa persona. Sin embargo, también hay una forma de no estar con alguien aunque estemos juntos: probablemente ya conoces la experiencia de estar tanto presente como ausente al mismo tiempo. No es fácil amar consecuentemente a nuestros familiares y amistades al nivel del corazón, y mucho menos a nuestros enemigos. Tal vez podamos enfocarnos en lo que es bueno y valioso en ellos, pero deleitarnos en ellos como Dios se deleita en nosotros es un asunto más difícil. ¿Deleitarse en alguien que te LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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ha hablado mal o que te ha lastimado, que te ha quitado algo que valorabas, que se ha burlado de ti y te ha humillado? Resulta difícil hacer eso, muy difícil. Aquí es donde casi siempre abandonamos el intento de amar. Pablo sabía que cuando pensamos así estamos funcionando en el nivel equivocado. No debemos intentar amar a esa persona, sino prepararnos para convertirnos en el tipo de persona que podría amarle: solo entonces el ideal del amor puede pasar a ser una posibilidad real en la práctica. Nuestro objetivo en el amor no es ser amables hacia esa o aquella persona, o en esa o aquella situación, sino ser una persona poseída por el amor como carácter general de toda la vida. Nuestras respuestas a las ocasiones específicas cuando tenemos que actuar fluyen de nuestro carácter general. Yo no vengo a mis enemigos y luego trato de amarlos; vengo a ellos como una persona amorosa. El árbol bueno da frutos buenos.

¿Qué es el amor? Como puedes imaginar, ha habido muchos intentos por entender de manera precisa "esa cosa esplendorosa" que llamamos amor. La palabra del Nuevo Testamento que se suele traducir como "amor" es agape. Uno de los mejores esfuerzos por describir el amor ágape es el que hizo Thomas Oord en su libro La ciencia del amor. Oord define el amor de manera precisa como una "actuación intencional, en respuesta empática hacia los demás (incluyendo a Dios), a fin de promover su bienestar general" 3 • Es importante que esta definición distinga el amor del deseo y lo ubique en la voluntad, dejando lugar a que el deseo y el sentimiento desempeñen un papel apropiado en el amor sin hacer que se conviertan en el centro del asunto 4 • En nuestro contexto cultural, es necesario enfatizar que el 192

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amor y las emociones no son lo mismo, pues podemos actuar de maneras amorosas incluso cuando no nos "sentimos amorosos". Hay que decir, cuantas veces sea necesario, que el amor ágape no es lo mismo que el deseo o el deleite, aunque estos pueden acompañarlo. El deseo y los sentimientos generalmente tienen una naturaleza diferente al amor, de modo que estar confundido con esto es quedarse en la incapacidad de entrar en el amor y de recibirlo en nosotros mismos. El deseo y los sentimientos son cuestiones de impulsos, más que consideraciones y elecciones de la mejor alternativa. Están concentrados en su propia satisfacción, no en lo que es mejor para todos. Si se toma una decisión con una visión lo suficientemente amplia y clarificada por el amor, se verá que es algo bueno y correcto. Si la decisión se entrega a Dios, buscando su voluntad, se lograrán los mejores resultados. Sin embargo, creo que la definición de Oord no capta los aspectos centrales del amor, especialmente los presentados por Jesús y Pablo, para quienes el amor es algo que tiene tres características esenciales: 1. El amor surge en aquellos cuya vida ya está marcada por ciertas cualidades de todo el ser; las principales son: la fe en nuestro Dios todo suficiente y la aceptación gozosa de la muerte al yo. 2. El amor implica una orientación de todo el ser hacia lo que es bueno y correcto. 3. El amor tiene poder maravilloso y sobrenatural para hacer el bien en el individuo y en su entorno. Estas son características esenciales del amor ágape, según lo presentan Pablo y el Nuevo Testamento. Notemos que el amor no es una acción, sino una fuente de acciones. El amor es una LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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condición a partir de la cual surge un cierto tipo de acciones. Es una condición que explica la forma en que las tres marcas del amor pueden ser verdad y deben serlo. El amor no es un ideal abstracto, imposible de realizar en nuestra vida cotidiana, sino una condición general de personas reales, que viven en el mundo real, que están prestas a promover el bienestar de quienes están en su esfera de influencia. Esas personas están listas para actuar de maneras que generan el bien. Pero hay que repetir que el amor no es una acción ni un sentimiento ni una emoción ni una intención, aunque sí genera intenciones y acciones y está asociado con algunos "sentimientos", además de resistirse a otros. Solo esta comprensión del amor ágape (que lo considera como una especie de disposición general) hace justicia a las enseñanzas del Nuevo Testamento sobre el amor y nos da una idea coherente del amor que está al alcance de poder practicarse e implementarse. Después de todo, el amor es para ser vivido. Un amor así es holístico; no es algo que se enciende y apaga para esta o aquella persona o cosa. Su orientación es hacia la vida como un todo. Está con el bien en dondequiera que se encuentre y lo sustenta en acción. El amor se nutre del bien y de lo correcto y de lo hermoso, por eso Pablo escribió a sus amigos filipenses: En cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto piensen (Fil. 4:8).

Recuerda que, en un nivel aún más profundo que el hecho de que Dios nos ama está esta otra verdad: Dios es amor y no quiere otra cosa sino lo que es bueno. Esa es su identidad, y así se explica por qué ama al ser humano, aunque no le agrade su 194

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conducta y aunque no reciba amor como respuesta. Cuando Pablo nos invita a "[ser] imitadores de Dios como hijos amados, y [andar] en amor, como Cristo también nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros", esto es de lo que estaba hablando (Efe. 5:1, 2). Somos llamados y capacitados a amar como Dios ama, por medio de la imitación de Dios como persona que ama.

Anatomía del amor Cuando comprendemos que el amor es una disposición general para generar el bien, podemos entender mejor algunas de las declaraciones de Pablo, como "el propósito del mandamiento es el amor que procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida" (1 Tim. 1:5). Fíjate que la meta de la instrucción cristiana (es decir, del "mandamiento") es el amor, el cual surge "de un corazón puro" (que no se anda revolcando en malicia ni en fantasías de gratificación sensual), "de una buena conciencia" (que no lleva carga de culpa por el fracaso de no haber hecho lo correcto ni promovido el bien) y "de una fe no fingida" (confianza genuina en la bondad y el cuidado de Dios por nosotros, un amor del cual nada nos puede separarf. No logramos tener la disposición del amor ágape por esfuerzos directos, sino por medio de la capacitación, al preparar y colocar en su sitio las condiciones a partir de las cuales procede. Aquí es donde desempeña un papel muy importante la práctica de las disciplinas espirituales 5• Hay que decir, una vez más, que nuestro objetivo no es convertirnos en gente que hace cosas amables, sino en ser la clase de gente que ama de manera natural, gozosa y fácil. La ley no es la fuente de la rectitud, pero siempre es el · Romanos 8:37-39.

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camino de la persona que vive rectamente. Guía a la gente hacia acciones que concuerdan con lo que es bueno y correcto. El amor busca el mismo resultado, pero desde el lugar más interno, desde donde provienen nuestras acciones Quan 7:38; Luc. 6:45). Esto concuerda con la visión de Jeremías, de un tiempo en que Dios escribiría su ley en el corazón de su pueblo (Jer. 31:33). Si atendemos a la fuente de nuestras acciones (el corazón) las acciones irán por buen camino por sí solas' y entonces no estaremos constantemente bloqueados o derrotados por nuestro ser en conflicto, que comúnmente termina haciendo lo que no quería hacer o no haciendo aquello que sí quería'. Al leer 1 Corintios 13, es importante entender que Pablo no está dando mandamientos. No está diciendo que deberíamos ser pacientes, amables, humildes, etcétera, sino que más bien está describiendo al amor mismo, que tiene estas características: eso es lo que el pasaje está diciendo. Así pues, la "búsqueda del amor" se hace a través del avance de nuestra fe y de la muerte al yo por medio de la capacitación y la práctica adecuadas, y el amor que recibimos de Dios se ocupa de todo lo demás. Estas virtudes surgen de la disposición general de amar, porque el amor, por su propia naturaleza, busca lo que es bueno y correcto delante de Dios. El amor habilita a una persona no solo para refrenarse de odiar a sus enemigos sino más bien para buscar lo bueno para ellos junto con todos los demás. Esto no significa que siempre cederá a lo que los enemigos (o los amigos) quieran, ni que les dejará hacer lo que deseen, ya que eso podría ser lo peor que se les puede hacer y, por lo tanto, no puede ser fruto del amor. • Así entendía Jesús la esencia de actos como el asesinato y el adulterio (ver Mat. 5:21-30). ** Como ejemplos del ser en conflicto, están las tres negaciones de Pedro (Mat. 26:34, 69-75) o la situación descrita por Pablo en Romanos 7:14-24.

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El amor, entonces, es una condición de la voluntad, encarnada en las dimensiones fundamentales de la personalidad humana, conduciéndolas hacia el propósito de servir al bien. En d sentido más profundo, el amor no es algo que se elige hacer; es más bien lo que uno llega a ser: una persona amorosa. La voluntad es la capacidad de hacer que surjan cosas, sucesos y procesos, así como el centro de control del ser: el "corazón", o el espíritu humano, que tiene como objetivo dirigir todos los aspectos del ser. Cuando el amor inunda tu voluntad, todas estas otras dimensiones (tu mente, con sus pensamientos, imágenes y sentimientos, deseos y emociones; tu cuerpo; tus relaciones sociales; de hecho, toda tu alma') trabajan en armonía y al servicio del reino de Dios, de modo que tu vida se convierte en un testimonio del Dios que satisface toda necesidad6 •

El corazón de un siervo Una de las marcas de quienes viven una vida en la que nada falta es la libertad de servir a los demás, ya que, desde la perspectiva de Jesús, no hay vocación más grande que la de ser un servidor··. Independientemente de nuestro lugar en la vida, cuando el amor nos llena y fluye a través de nosotros, vamos a preocuparnos por el bienestar de los demás. El Salmo del Pastor presenta esta realidad al describir poéticamente la abundancia de la provisión de Dios en el lenguaje de un banquete en el cual el salmista es el invitado de honor. Hablándole a Dios, dice: "Preparas mesa delante de mí" · Aquí, "alma" se define como el lado escondido o "espiritual" de la persona. Además de incluir los pensamientos y sentimientos del individuo, así como el corazón o la voluntad, con sus intenciones y elecciones, también incluye la vida corporal de un individuo y sus relaciones sociales, las cuales, en su significado y esencia interior, están tan "escondidas" como los pensamientos y sentimientos. ··Mateo 23:11: "Pero el que es mayor entre ustedes será su siervo".

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(v. 5). En esta mesa hay todo un banquete, incluyendo una copa que está rebosando. Pero eso no es todo. Hay invitados sorpresa en el salón: ¡los enemigos del salmista! El Señor ha preparado esta comida "en presencia de mis adversarios" (v. 5). No sabemos si están sentados a la mesa con él, pero están en su presencia. Me imagino que David, como no le falta nada y se da cuenta de que ciertamente no merece esta clase de trato divino especial, se detiene y sirve a sus adversarios, ofreciéndoles alimento y bebida e invitándoles a la comunión de la suficiencia del Pastor. Como ha sido servido, ahora es libre para servir. Jesús, por supuesto, es nuestro maestro y modelo en cuanto a esto. Como parte de los acontecimientos de la pasión que desembocaron en su crucifixión, hay una expresión clara y poderosa del corazón de siervo de Jesús que tuvo lugar en otro banquete, en el aposento alto, unas horas antes de que comenzara su pasión. La escena se describe en el capítulo 13 del Evangelio de Juan, y comienza así: "Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el fin" (v. 1). Claramente, Juan está preparando a sus lectores para una lección sobre cómo Jesús "los amó hasta el fin". Para Jesús, esta comida era el comienzo del final. Él reconocía que había llegado la hora de enfrentar la muerte. Sabía que en unas cuantas horas sería llevado por los soldados romanos y los sacerdotes que venían con ellos y entregaría su vida. Una persona normal estaría preocupada por saber esto. Pero cuando llegó a este momento, Jesús estaba pensando cuál sería la lección más importante que podía dejar a sus amigos. El relato de Juan continúa así: 198

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... y sabiendo Jesús que el Padre había puesto todas las cosas en sus

manos y que él había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena; se quitó el manto y, tomando una toalla, se ciñó con ella. Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido (Juan 13:3-5).

Esto es fe. Todo estaba en sus manos. ¡Todo! Y él tenía la libertad de renunciar a todo, porque estaba seguro en su convicción "que él había salido de Dios y a Dios iba". A partir de esa confianza, se preparó para hacer lo que hizo: en el aposento alto con sus discípulos, más tarde en el huerto, en la sala de Pilato y desde la cruz. Mientras lavaba los pies de los discípulos, llegó a donde estaba Pedro, quien obviamente estaba inquieto por lo que Jesús estaba haciendo y se quejó de que el Señor no debía estar lavándoles los pies así. Jesús no estaba sorprendido por esta reacción, porque había observado la dinámica de este pequeño grupo y había elegido responder a la pregunta que estaba en la mente de todos: "¿Y quién nos va a lavar los pies?". La respuesta de todos sin palabras había sido unánimemente "¡Yo no! Yo no voy a lavar pies". Podemos asegurar que esta pregunta estaba en la mente de ellos porque en esta comida en particular no había un anfitrión, quien normalmente se encargaría de hacer los arreglos para el lavado de pies de los comensales. Con la respuesta silenciosa de todos, ellos estaban listos para recibir una lección esencial sobre el amor, de modo que Jesús comenzó a servirles y a atender sus necesidades. Primero, la necesidad de tener limpios los pies. En aquellos días, los pies necesitaban lavarse y era algo que debía hacerse antes de la cena: en aquella época comían recostados, así que los pies no quedaban muy lejos del sentido del olfato. Hubiera sido todo un detalle que alguien hubiera lavado y ungido los pies antes de comer, LA SUFICIENCIA SE COMPLLTA EN EL AMOR

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pero los discípulos no estaban dispuestos a rebajarse (literalmente) para hacer eso, lo cual ponía en evidencia que tenían una necesidad mucho más profunda que unos pies sucios: necesitaban aprender sobre el corazón de siervo del amor. Aparentemente, incluso después que Jesús se lo enseñara, todavía no entendían, así que se aseguró de que recibieran la lección: Así que, después de haberles lavado los pies, tomó su manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo: -¿Entienden lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy. Pues bien, si yo, el Señor y el Maestro, lavé sus pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se los hice, ustedes también lo hagan. De cierto, de cierto les digo que el siervo no es mayor que su señor ni tampoco el apóstol es mayor que el que lo envió. Si saben estas cosas, bienaventurados son si las hacen (vv. 12-17).

Una respuesta que hemos dado a esta historia ha sido tener ceremonias de lavamiento de pies, casi siempre en el Jueves Santo. Aunque estas ceremonias pueden llegar a ser muy significativas, casi siempre el principal beneficio recae sobre la persona que realiza el lavamiento y no tanto en quien lo recibe, lo cual sucede porque en el rito que se realiza en la actualidad no se atiende una necesidad real: los pies del receptor no necesitan ser lavados. El lavamiento de pies es simbólico de un deber de ser humildes, lo cual, aunque ciertamente es una virtud encomiable, no es el único punto que Jesús estaba enseñando. En realidad, estaba ayudando a los demás, se estaba deleitando en ellos, y se relacionaba con ellos de maneras significativas para satisfacer una necesidad y promover su bienestar. En este sentido es como debemos oírlo decir: "Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como los he amado, ámense 200

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también ustedes los unos a los otros. En esto conocerán todos que son mis discípulos: si tienen amor los unos por los otros" (Juan 13:34, 35).

El nuevo mandamiento antiguo ¿Qué es lo "nuevo" de este mandamiento? Ciertamente lo nuevo no consiste en que nunca se haya escuchado antes. En su primera epístola Juan usa un lenguaje similar: "Amados, no les escribo un mandamiento nuevo sino el mandamiento antiguo que tenían desde el principio ... Otra vez les escribo un mandamiento nuevo" (1 Jn. 2:7, 8). Entonces, ¿es nuevo o es antiguo? Jesús esencialmente estaba diciendo: "Escuchen, ustedes han oído sobre el amor desde que Moisés les dijo que amaran a su prójimo como a sí mismos y yo les estoy mostrando lo que realmente significa. Deben amarse unos a otros con el mismo cuidado con que yo los he amado. Hagan eso y resultará evidente que son mis discípulos". La novedad del mandamiento está en el tipo de amor que Jesús estaba demostrando, un amor que fluye libre y fácilmente a partir de sus recursos enraizados en Dios. Amar de esa manera no es resultado del esfuerzo humano, sino del nuevo estado radical de comunión con Dios que tenemos en él: es un regalo de Dios. Si te fijas en Mahoma, Buda, Confucio o cualquier otro líder religioso, nunca vas a encontrar a nadie que amara a sus discípulos como lo hizo Jesús: a ninguno. Algunos, en su intento de probar la superioridad de Cristo, señalan el hecho de que solo él se levantó de entre los muertos. Eso es cierto, pero hay una razón más profunda todavía. Es el mismo carácter de Jesús que es muy diferente en su forma de relacionarse con sus seguidores. Ninguno de esos otros líderes estuvo dispuesto a morir por sus LA SLJFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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discípulos y cuando se leen sus enseñanzas, claramente se ve que Jesús fue el único que vivió en el terreno del amor ágape. Dentro del mundo académico hay quienes, como el difunto John Hick, buscan clasificar las religiones del mundo comparando su poder de transformar y realizar la personalidad humana 7 • En este sentido, todas las religiones del mundo salen reprobadas menos el cristianismo: solo Jesús pasa esa prueba y capacita a sus seguidores para vivir una vida de servicio desinteresado, gozoso, libre de ansiedad y amable, un servicio para el bien de los demás. Habiendo dicho esto, la triste verdad es que nuestras iglesias hoy en día no predican esto como el mensaje central del evangelio. No han ofrecido a la gente esta vida sin igual ni han preguntado: "¿Te gustaría vivir de esta manera? ¿Te gustaría estar poseído por esta clase de amor?". Sí puedes. Dios te lo va a dar y, cuando lo haga, estas cosas que Jesús y Pablo dicen sobre el amor se harán realidad en tu vida, no porque tú lo hayas logrado, sino porque recibiste al amor y le dejaste tomar posesión de ti. Podrás decir con aquel viejo himno: "Lejos de mi dulce hogar, vagaba yo sin Dios", pero "S u gran amor me levanto'" 8 . Sí es bueno recordar que el amor nos salva, pero también es verdad que el amor tiene el objetivo de entrar a nuestra vida, a nuestro cuerpo y a nuestro corazón. Debemos ser templos del Espíritu Santo, espacios sagrados en los cuales habita Dios; es el Espíritu de amor que desea residir dentro de nosotros y empoderarnos para amar como él ama. Cuando el evangelio de Cristo Jesús se proclama en su totalidad, incluye también el anuncio de este tipo de vida. Se debe presentar claramente la oportunidad de amar a la gente (a toda la gente) como Jesús y luego decidir si eso es algo que queremos para nosotros. Si realmente queremos ese amor, Dios nos lo dará, pero si no 202

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elegimos ser tan amorosos como él, nunca llegaremos a conocer la vida en la que nada falta, porque esa vida se realiza solo por medio del amor que llena nuestro ser. La fe solo se completa en el amor, porque nuestra fe es en un Dios de amor, y no en otro. Mientras más crece esta fe en nosotros, más vamos a experimentar el gozo despreocupado del amor de Cristo.

Cómo amar a alguien (pero no a todos) Tal vez quieras decirme: "Es que tú no conoces a la gente con la que yo vivo. Si los conocieras, verías lo difícil que es amarlos. Lo he intentado, ¡pero no funciona!". No quiero negar que pueda resultar muy difícil, pero la realidad es que esas son precisamente las personas que más necesitan ser amadas y a quienes Dios nos puede habilitar para amar. Por supuesto, en el fondo debemos querer amar y necesitamos estar dispuestos a pensar en términos prácticos. Más precisamente, necesitamos decidir a quién vamos a amar y cómo lo vamos a hacer. Esto es algo en donde el Señor nos debe dirigir y hay algunos pasos sencillos que podemos seguir en nuestro intento de entrar en una vida de amor. Primero, debemos darnos cuenta de que no somos llamados a amar a todos. Somos llamados a amar a la gente, pero "todos" no es una persona viva, de carne y hueso (y esta es una de las cosas que hacen que amar a "todos" suene tan deleitoso). Si vas a amar, vas a amar a "alguien", no a "todos". Ciertamente, el amor es incluyente. El abrazo de Dios es para toda la gente. Dios ama a todos, pero él tiene un corazón y unos brazos más grandes que los nuestros; nosotros no somos infinitos, y no podemos amar en sustitución de aquellos que no cumplen sus obligaciones de amar a sus prójimos. Somos llamados a amar a nuestro prójimo. Prójimo es una LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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palabra que, literalmente, significa prox1mo, cercano. Estás llamado a amar a quienes están cerca de ti: tu familia, tus amistades, tus compañeros de trabajo, tus vecinos y sí, incluso los "enemigos" que haya en tu vida, aquellos que te irritan, te faltan al respeto, te frustran y te maltratan. Tengo vecinos que tocan a mi puerta para pedirme prestada alguna herramienta, algo que para mí es un tema delicado porque me gustan mis herramientas. Puede que conozcas ese sentimiento: te gustan tus herramientas y te gusta que estén ahí cuando las necesites; ¡forman parte de tu capacidad de enfrentar la vida! Así que cuando viene el vecino a decirme: "¿Me prestas tu llave inglesa?", saco la llave de la caja de herramientas (¡le doy un beso!) y se la entrego. Eso es amar a mi prójimo, morir al yo y confiar en Dios (que me devolverán la llave): todo envuelto en un simple acto de obediencia.

Encontrar ese alguien especial a quien amar Es importante que nos alejemos de la idea de amar a todos: no podemos hacerlo porque es físicamente imposible. Cuando era niño, mi querido padre saludaba con su sombrero a todos los autos que encontraba mientras conducía. Imagínate hacer eso hoy en día. ¡Te quedarías sin sombrero y también sin cabeza! No se puede amar a todos, solo se puede amar a alguien. La cuestión, entonces, es a quién amar. ¿A quién vas a elegir para tu experimento de amor? Tal vez sea mejor comenzar con alguien que no esté entre tus amistades y familiares más cercanos. Por supuesto que Dios puede haberte dotado tanto que no tienes problemas para amar a quienes están cerca de ti, pero tal vez esas son las relaciones que te resultan más difíciles y necesitas comenzar en otro lado. Puede haber alguien en la oficina o en el trabajo a quien resultaría más fácil intentar amar. Con el tiempo 204

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estarás listo para atender las relaciones más difíciles y probablemente, las más importantes. Dios desea sanar nuestra alma a fin de prepararnos mejor para amar a la gente que pone en nuestro camino. Jesús dijo: "Amen a sus enemigos" (Mar. 5:44), y para mí esto incluye una promesa: la promesa de que el peso del odio y la enemistad pueden ser levantados, para que yo pueda amar a esa persona. Jesús también dijo: "Perdonen" (ver Mar. 11 :25), que también es una promesa de que puedo escaparme de ser aplastado por el peso de la falta de perdón. El Señor me ayudará a hacerlo, pero se llevará tiempo, capacitación y gracia, de modo que la decisión de no comenzar con los casos difíciles es una buena expresión de humildad correcta. Todos hemos oído el mandato: "Amen a sus enemigos", pero casi siempre, cuando intentamos hacerlo, fracasamos porque no funciona como pensábamos. Por eso comienza con alguien con quien tienes una relación más o menos buena, y practica la disciplina de amar a esa persona. El siguiente paso es establecer un tiempo para hacerlo. Enfócate en una persona por una semana. Recuerda que esto no significa que vas a tratar de tener sentimientos placenteros sobre esa persona, aunque es bueno tenerlos, pero no son la meta del amor, ni tampoco necesarios para poder amar. Amar a alguien significa interesarse por su bienestar y comienza con una decisión: uno no llega al amor al azar; es necesario tomar la decisión y dirigirse hacia allá. Luego, pídele a Dios que te ayude, porque solo podrás amar si Dios te ayuda en las realidades de esa relación concreta. Pídele a Dios que te muestre algo bueno de esa persona, algo por lo cual pudieras dar gracias. Deja que el Señor te muestre algo bueno de esa persona, y luego ámala siendo

agradecido por ella. LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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Es probable que quieras hacer algo por aquella persona por quien estás agradecido. La gratitud hace que se genere una respuesta. Dado que el amor implica servicio, vas a querer pensar en maneras en que puedas ayudar a quien has elegido. ¿Hay alguna necesidad que puedas suplir? ¿Hay alguna dificultad que puedas aliviar? ¿Alguna carga que puedas alivianar? Piensa en algo que tú realmente puedas hacer para ayudarle. El amor siempre implica el uso de tus recursos y habilidades (los dones que Dios te ha dado) con el fin de servir a su reino por medio del servicio a los demás. Si un amigo necesita ayuda legal y eres ingeniero en informática, tal vez no puedas ayudarle en esa necesidad particular, pero puedes recomendarle un abogado

honesto y con experiencia que conozcas, o tal vez puedas ofrecer ayuda financiera; como mínimo puedes orar por esa persona (de hecho, la oración siempre debe estar presente). El punto es que el amor se expresa en actos de servicio que realmente ayudan a alguien por medio del uso de nuestras capacidades y recursos. Como el amor busca ayudar de maneras prácticas, tal vez sea necesario tener discreción y guardar silencio en cuanto a tu plan. Si tu amigo descubre que estás haciendo algo, tal vez se inquiete y le resulte incómodo y entonces no vas a poder ayudarle en nada. Aunque no quieres mentir al respecto, tampoco vas a ir con alguien a darle el anuncio: "Voy a amarte y por eso te estoy haciendo este favor". Limítate a comenzar a trabajar por su bien. El objetivo es ser una persona amorosa, no solo ser visto como tal, pues no estamos tratando de probar nada a nadie. El amor no se impone por la fuerza sobre los demás. Si un vecino te pide prestada la cortadora de césped porque la suya se descompuso, no le digas: "Sí, puedes tomar prestada mi cortadora, y también debes tomar prestadas todas mis otras herramientas, porque debo 206

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llevar tu carga por dos kilómetros, como dijo Jesús". Si haces esto, te estarás sirviendo a ti mismo, en lugar de a tu prójimo.

El amor significa poder decir que no Otro asunto práctico: debido a que el amor busca el bienestar de la persona ama
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puedo hacer lo que me pides". Debemos ser firmes en este punto, confiando en que Dios estará trabajando en la vida del prójimo y dándonos un lugar seguro para esta.r firmes ante su respuesta de molestia. En toda esta situación hay que tener cuidado que no se entrometa nuestro ego. No estamos sirviendo a la gente para probar algo sobre nosotros. Si estás en esta posición, solo preséntala delante del Señor6". Es un problema espiritual que Dios y tú deben resolver juntos. Como se trata de un asunto interno del corazón (invisible a los demás) podrás seguir ayudando a los demás, pero tendrás que atender ese asunto tuyo. Otra razón por la que debemos mantener al ego bajo control es que algunas personas, especialmente las que tienen problemas emocionales graves, podrían considerarnos como si fuéramos un dios en su vida. En estos casos la iglesia o nuestra comunidad puede ser una tremenda ayuda cuando se colocan sobre nuestros hombros exigencias demasiado grandes: debiéramos acercarnos a nuestros hermanos y hermanas a conversar sobre nuestra situación, pedir consejo y oración y posiblemente también pedir que haya otros que compartan la carga. Ayudar a la gente a veces implica muchas trampas para ti y para los que están recibiendo ayuda. Como puedes ver, el servicio efectivo y amoroso requiere bastante madurez. Lo que puede guiarnos bien es la fe en Dios, la preocupación genuina por el bienestar de los demás y una firmeza de voluntad para no cooperar con lo que está mal. Algunas cosas podrán ser muy complejas, como problemas de adicción, o de matrimonio, o asuntos que involucren actividades ilícitas. Necesitas conocer tus propias limitaciones y saber cuándo • Esta pudiera ser tu motivación si te irritas con la gente cuando no responden de la manera que deseas.

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es mejor canalizar a alguien hacia organizaciones más aptas para tratar con los problemas más serios. Debes tener cuidado.

La alegría de amar Al ir incrementándose tu capacidad de amar, va a sucederte algo: verás que tienes gran gozo. Una de las cosas más grandes en el mundo es amar a alguien. Es mucho mejor que el odio o la indiferencia. Fuimos creados para amar. Por eso nos parece muy atractiva esta plegaria conocida como "Oración de paz", atribuida a Francisco de Asís': Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna. • Nota del editor: Hay buenas razones para pensar que Francisco de Asís no es el autor de esta oración, que salió a la luz pública en 1915. Ver "La oración 'simple' que san Francisco nunca escribió" http://www.fratefrancesco.org/esp/signos/instrum.htm

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"Porque es dándose como se recibe". Jesús enseñaba lo que podemos llamar reciprocidad de la bondad: No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados. Den, y se les dará; medida buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la medida con que miden se les volverá a medir

(Luc. 6:37, 38).

Al dar amor, recibes amor y experimentas alegría. A su vez, la alegría incrementa tu capacidad de amar, y entonces serás capaz de ser amable con los casos "difíciles de amar" en tu vida. Tal vez se trate de los miembros de tu familia. La relación entre padres e hijos es difícil porque los hijos (si los míos son una muestra representativa) no siempre hacen lo que nosotros creemos que deben hacer. Esto nos lastima y tendemos a sentir que ellos son la evidencia de que hemos hecho algo mal, de que no somos buenas personas. O tal vez sea al revés, que un hijo tenga que lidiar con un padre o madre difícil. En cualquiera de los dos casos, comenzamos pidiendo que Dios nos ayude a deleitarnos en ellos, a concentrarnos en lo que tienen de bueno y a celebrar lo que hay de valioso dentro de ellos. Esto tal vez implica recordar cosas del pasado, de ahí que haya que orar diciendo: "Señor ayúdame a recordar lo bueno", porque tal vez todo ha sido tan malo que no se puede ver ni recordar nada bueno ni valioso. Nadie es un simple montón de maldad sin barnizar. Debemos procurar verle, relacionarnos con esa persona, acompañarla, según sea apropiado y bueno. Concéntrate en estar con ella y pon atención. Haz lo que sea bueno para esa persona. Mírale a los ojos, habla y escucha; sírvele, ayúdale, da de ti mismo. Disfrútala y alaba a Dios por ella.

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El amor significa poder decir: "Te perdono" Este tipo de respuesta tiene todo el poder de Dios para interactuar con el prójimo. Si acaso hay esperanza para esa persona, esta consiste en que pueda alcanzar la redención por medio del amor. Como lo aprendió Pedro por experiencia propia: "el amor cubre una multitud de pecados" (1 Ped. 4:8). El amor puede redimir. No debemos creer que tenemos la responsabilidad de redimir a nuestros enemigos (eso es asunto de Dios), pero sí podemos sentirnos liberados de las cadenas que nos atan a nuestros enemigos. La persona que tiene más poder sobre tu vida es aquella a quien no has perdonado, porque tiene cautiva una parte de ti. Perdonar es recuperar tu ser. El perdón es un tipo especial de relación que, si no se da plenamente, no se puede dar en modo alguno, por eso Jesús dice que solo seremos perdonados si perdonamos. No puedes recibir perdón si no das perdón, porque nunca podrás entender el corazón de Dios a menos que veas que la misericordia debe gobernar rodas tus relaciones. El perdón no es como un grifo que pueda abrirse para una persona y cerrarse para otra, sino que es algo mucho más profundo que eso. Cuando te preparas para perdonar a alguien, te ayudará mucho distanciarte de tres errores muy comunes que se han asociado en nuestra sociedad con el perdón. Primero, el perdón no requiere la reconciliación con tu enemigo. La reconciliación tiene dos caras y ambas deben participar en ella. Dios mismo no va a aplastar la voluntad de otra persona. Si una persona está muy decidida en su corazón y se resiste al Espíritu de Dios, no puede haber reconciliación. Segundo, el perdón no requiere que olvides lo que sucedió. Está mal decirle a la otra persona: "Escucha, si realmente me hubieras perdonado, ya lo habrías olvidado". Tal vez nunca LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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olvides lo que hizo esa persona y te des cuenta de que tu trato hacia ella es diferente porque has aprendido algo sobre su carácter que no conocías anteriormente; sin embargo, puedes elegir amarla y apoyar sus esfuerzos por crecer. El perdón nos suelta del gancho y nos libera para amar. Tercero, perdonar no significa que ya no se siente la herida (este es un asunto muy común entre esposo y esposa en casos de infidelidad). La parte ofensora puede pedir perdón y la parte ofendida dice que sí le perdona, pero queda una herida profunda. La parte culpable, que se ofende y se siente mal porque la otra persona todavía está dolida, dice: "Ya deja de sufrir, para que yo también lo pueda hacer. Si tú no dejas de sufrir, ¡significa que no me has perdonado!". El perdón es la decisión de no castigar ni buscar venganza. No es la decisión de dejar de sufrir (ni puede serlo). El perdón puede ocurrir mucho tiempo antes de que termine el proceso de sanar. Cuando se ha tomado la decisión de perdonar, vamos a necesitar la ayuda de Dios. Como en el caso del amor y la fe y la muerte al yo, no podemos perdonar plenamente sin la provisión de perdón por parte de Dios (Col. 3:13). Sin embargo, podemos decidir no castigar a quien nos ha lastimado y pedirle a Dios que nos ayude a estar conscientes cuando comencemos a considerar la idea de un posible castigo o venganza. Esas ideas casi siempre se distinguen a lo lejos mucho antes de aparecer en escena y podemos verlas incrementando su tamaño ahí en un rincón de nuestra mente. Así funciona la tentación: nunca llega de golpe sin anunciarse con anticipación y sin presentarnos una alternativa, así que hay que estar listos para pedir la ayuda de Dios para hallar la puerta de salida (1Cor.10:13). También es bueno recordar que perdonar es amar, ser liberados ... y conocer una profunda alegría. 212

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Una vida dinámica en la que nada nos faltará Fe. Muerte al yo. Amor ágape. He descrito los tres puntos del ciclo de la suficiencia en el centro de la vida sin carencias. La relación entre ellos no es estática, sino dinámica: hay una sinergia divina, pues cada uno va nutriendo al otro. La fe alimenta a la muerte al yo, la muerte al yo alimenta al amor, el amor alimenta a la fe y así, de manera gloriosa, sigue el ciclo.

Cuando estos elementos son realidades fundamentales en tu vida, estás exactamente en donde David dijo: "El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará". Te vas a sorprender cuando digas: "¿Y qué pasó con aquello que yo tanto deseaba tener? Yo creía que lo necesitaba, ¡pero ahora veo que estoy muy bien sin eso!". Cuando llegas a ese punto, tu vida está tan llena del bien que ya estás preparado para vivir una ausencia en tu vida como prueba suficiente de que ya no lo necesitas, no porque estés tratando de hacer que suceda, sino porque simplemente sucede a quienes conocen la plena suficiencia de Dios. Esto no es algo que tú LA SUFICIENCIA SE COMPLETA EN EL AMOR

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puedes provocar, pero Dios sí puede ... y lo hará. La máxima libertad que viene a aquellos cuya vida se caracteriza por la fe, la muerte al yo y el amor es la seguridad de tener en Dios todo lo que se necesita.

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CAPÍTULOS

Todos los días de mi vida Dios, quiero darte cada minuto de este año.

Voy a tratar de tenerte en mi pensamiento en cada momento en todas las horas del día ... Voy a tratar de dejar que tú seas quien hable y dirija cada palabra. Trataré de dejarte dirigir mis actos. Intentaré aprender tu lenguaje. -FRANK LAUBACH

E

l Salmo 23 termina diciendo: "Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR moraré por días sin fin" (v. 6). ¿Cómo sucede esto? ¿Cuál es nuestra parte en ese morar con el Señor y en vivir nuestros días de tal manera que el bien y la misericordia nos sigan siempre? Ahora nos movemos del conocer al hacer, de la idea de una vida sin carencias hacia su realidad. Es tiempo de aplicar lo que hemos estado estudiando y hacer planes para pasar un día con Jesús. No va a ser un día en el que salimos y nos vamos con él a un retiro; se trata más bien de un día en el que lo invitas a 215

quedarse contigo a lo largo de un día normal, "un día en la vida de ... [escribe aquí tu nombre]". El énfasis de todo el Salmo del Pastor es el hecho de que Dios está con nosotros. La vida en la que nada falta fluye de nuestra relación con él. Nuestro desafío es permanecer con Dios, creyendo cada vez más y más que él realmente desea estar con nosotros. Dios quiere estar conmigo; él quiere estar contigo: es verdad, te aseguro que es verdad. Es el testimonio de los escritores bíblicos de principio a fin 1 • En particular, es la promesa clara de uno de mis pasajes favoritos, Hebreos 13:5, 6: Sean sus costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tienen ahora porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé. De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré.

¿Qué me podrá hacer el hombre?

No caigas en el amor al dinero; conténtate con lo que tienes. La libertad del deseo frenético de tener está cimentada en la promesa de Dios de que nunca nos abandonará. No hay diferencia . entre tener y no tener porque estamos con el que va a proveer todo lo que necesitamos y eso nos permite estar contentos. La única advertencia es que la promesa de Dios se ofrece a quienes confían en él, a quienes desean estar con él y ocuparse de sus asuntos. Es importante entender en qué consisten sus asuntos, especialmente que no se trata de algún tipo exclusivo de categoría o "ministerio" que solo un grupo selecto de graduados del seminario puede conocer. Por supuesto que no excluye a los graduados de seminario, pero su capacitación "religiosa'' tiene la tendencia de desplazar lo que una persona realmente necesita conocer para vivir delante de Dios y para ayudar a otros a hacer lo mismo 2 • 216

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Poco antes de partir, Jesús dio su "Gran Comisión" a sus discípulos: Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que.les he mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes codos los días, hasta el fin del mundo (Mat. 28:19, 20).

Aquí tenemos una pista en cuanto a que las promesas de Jesús para nosotros son para el camino; son para los que andan por el camino con él, quienes viven en el intento de hacer lo que él manda. Eso es lo que siempre debemos tener en mente: nadie está excluido; esto nos incluye a todos. Cada persona (incluyéndote a

ti) está invitada por Jesús a estar con Jesús. Si estamos con él, él se encarga de todo.

Sección 1: Preliminares para caminar conJesús Todos los viajes requieren algo de preparación: hacemos nuestros planes, decidimos a dónde vamos y cuándo vamos a salir; nos aseguramos de tener la ropa correcta, suficiente dinero y bocadillos para ir desde el punto A al punto B. Queremos que nuestro viaje sea tanto placentero como exitoso, así que hacemos nuestro mejor esfuerzo para prepararnos con anticipación. Es igual cuando se trata del tema de pasar un día con Jesús: necesitamos prepararnos por adelantado, por eso tenemos que atender tres preliminares esenciales.

Preliminar 1: Definir tu deseo La pregunta urgente para cada uno de nosotros es esta: "¿Cómo puedo estar con él mientras camino?". ¿Qué podemos TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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hacer en lo ordinario de nuestra vida para poder experimentar la presencia del Pastor del Salmo 23 durante el día? Ya que es una pregunta práctica sobre la forma de pasar nuestro tiempo, primero debemos responder otra pregunta práctica: "¿De verdad quiero esto?". Necesitamos responder esta pregunta simplemente porque si Dios va a estar con nosotros, debemos esperar que nuestra vida sea extremadamente diferente a la vida humana ordinaria3• Es decir, nuestra vida ordinaria, nuestra vida del día-a-día-en-casa-en-eltrabajo-quizá-en-la-iglesia ahora será extra-ordinaria. No debemos esperar nada menos que eso. Por supuesto, la realidad es que, en general, la mayoría de la religión está diseñada para mantener a Dios a la distancia, lo cual nos permite "ir a verlo" cuando queramos. Decimos cosas como: "Señor, esta mañana venimos ante tu presencia'', pero probablemente Dios esté diciendo: "¿En serio? ¿Pues dónde han estado?". Porque Dios siempre ha estado presente. Como la pregunta retórica del salmista: ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás tú; si en el Seo! hago mi cama, allí tú estás. Si tomo las alas del alba

y habito en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano

y me asirá

tu

diestra (SAL. 139;r10).

En el salmo, la omnipresencia de Dios se experimenta como algo bueno, pero mucha gente no está tan segura de eso. Dios se revela a sí mismo, pero de una forma que le permite estar escondido a todos, excepto a quienes lo buscan con decisión (Jer. 29:13). Se puede negar a Dios: es una elección, pero una 218

N.-\D.-\ ME FALT.-\H.A

que Dios ha hecho posible. Nosotros somos los que andamos vagabundos, los que huimos, los que casi siempre preferiríamos estar en otro lugar menos en la presencia de Dios. No obstante, si creemos (realmente creemos) que Dios es como Jesús y que Jesús es el buen pastor, y que bajo su protección se nos provee de todo lo que necesitamos, entonces la oportunidad de pasar nuestros días con él debiera ser una oportunidad obvia que hay que aprovechar. Sin embargo, todavía debes contestar la pregunta: ¿realmente quieres experimentar días extraordinarios en la presencia de Jesús? Tienes que ser honesto contigo mismo sobre este asunto. Muchos consideran que Jesús es necesario, pero no deseable; necesario para la salvación, pero no deseable como amigo y maestro. Debes preguntarte: "¿En realidad estoy tan cautivado por Jesús, o solo estoy preparándome para aguantarlo un poco?". Tu respuesta tal vez no sea tan santa como quisieras, pero no debes hacer el intento de fingirla porque Dios ya la conoce y el nivel de tu deseo de la presencia de Jesús contigo no afecta lo mucho que te ama. Dependiendo de tu respuesta, puedes decidir cerrar este libro ahora mismo, o seguir leyendo.

Preliminar 2: Por espejo, oscuramente Como dijo John Adams, presidente de los Estados Unidos, los hechos son tercos. También son cosas inmensamente prácticas, lo cual es verdad tanto en el terreno de lo físico como en lo espiritual. Mientras nos preparamos para pasar uh día con Jesús, necesitamos comenzar con dos hechos. Hecho 1: Está bien que seas quien eres dondequiera que estés.

Hay que comenzar con el hecho de que Dios nos acepta tal y TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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como somos en dondequiera que estemos, así que entonces nos podemos aceptar a nosotros mismos. Es importante que honestamente seamos los que somos, sin importar lo que nos haya pasado, lo que hayamos hecho o cualquier otra de nuestras cualidades internas. Está bien ser quienes somos, porque Dios no tiene miedo de encontrarnos ahí donde estamos, incluso si se trata de las profundidades del Seol (Sal. 86: 13). No tenemos que intentar ser lo que no somos. De hecho, no podemos ser lo que no somos, y si nos presentamos como alguien más no encontraremos la bendición de Dios porque la bendición de Dios viene sobre nosotros justo en el lugar en donde realmente estamos. Podemos llegar a ser lo que ahora no somos, pero tenemos que comenzar en el punto en el que estamos. Tú (el tú de ahora mismo) eres la persona con quien Jesús desea estar. Si dudas de esto, pídele a Dios la fe para creerlo. Jesús ejemplificó la bendición y la aceptación incondicional de su Padre en el Sermón del monte (Mat. 5-7). En la primera parte, conocida como las Bienaventuranzas, trata con la mentira de que debemos ser diferentes a lo que somos si Dios nos va a acompañar y bendecir. Todos los tipos de persona que se mencionan como benditos {los pobres en espíritu, los que lloran, los mansos, los que padecen persecución, los de corazón limpio, etcétera) son los que el mundo considera que no están bien. Claramente, Jesús tiene una opinión diferente sobre su posición ante Dios y desde esta perspectiva, tales personas (de hecho, todas las personas) pueden recibir el favor de Dios y su compañía, tal y como son. El secreto de esta vida bendecida es que Dios está con nosotros en el aquí y el ahora de nuestra vida real. Pasar un día con Jesús es una oportunidad de vivir en reconocimiento de esta verdad 4 • Hecho 2: Lo que es verdad sobre ti como persona también es 220

NADA ME FALTARA

verdad sobre tu trabajo. A menos que estés involucrado en acti~idades dañinas para la gente, tu trabajo es valioso; es bueno. Dios nos puso aquí para trabajar y todas las ocupaciones fundamentales de la humanidad son buenas. Si conduces un camión, o entregas el correo, o das clases, o vendes seguros, o manejas inversiones, o reparas huesos rotos: independientemente de cuál sea tu trabajo, es bueno en el reino de Dios. Lo que puede arruinar la posibilidad de estar con Jesús durante todo el día es el sentimiento de que no está bien ser quien eres ni hacer el trabajo que haces. Si esa es tu perspectiva sobre la vida, vas a perder la oportunidad de estar con Jesús desde antes del comienzo. De modo que es crucial darse cuenta y confiar que nuestra condición de aceptados proviene del corazón del mensaje de Jesús. Puedes (más bien, debes) hacer tu trabajo con las palabras de Jesús resonando en tu mente: "Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes" (Juan 20:21). Cada seguidor de Cristo ha sido enviado por Dios para ser Cristo al mundo en las circunstancias concretas de su vida. A partir de haber oído este mensaje y haber confiado en que es verdad, llegas a entender que es bueno que estés vivo: tu vida es buena, es bueno que seas quien eres, y es bueno que hagas el trabajo que haces.

Preliminar 3: Decidir hacerlo La compañía constante con Jesús'no es algo que ocurre al azar, así como tampoco caemos al azar en un matrimonio. Debes tomar la decisión de estar con Jesús. Una decisión es la resolución interior de hacer lo que sea necesario para que algo suceda. Si quieres ir a Hawái de vacaciones, necesitas decidir muchas cosas, como la compra de boletos de avión, arreglar el hospedaje, elegir la ropa que vas a llevar, y demás. Todo se resume en hacer esas TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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cosas en tiempos específicos, pues si no las haces no te vas a ver relajándote en la playa. Es lo mismo cuando hablamos de pasar tiempo con Jesús; debes decidir hacerlo. Por supuesto que si tomas esta decisión de invitar a Jesús a estar contigo siempre y haces todos los preparativos necesarios para que suceda, tal vez acabes sintiéndote un poco claustrofóbico, como si alguien hubiera invadido tu espacio. Lo que pasa. es que así es; cuando le pides que camine contigo así es. A veces tal vez sientas la necesidad de pedirle a Jesús que te dé un poquito de lugar para "ser tú mismo" y vivir solo. Tal vez quieras reservar la opción de tomar unas pequeñas "vacaciones" de Dios para que puedas hacer unas cuantas cosas que serían vergonzosas si Jesús estuviera sentado junto a ti. Si estás acostumbrado a vivir tu vida solo, esto es comprensible. También Jesús lo entiende. La pregunta es si estás dispuesto a procesar esto y a ser honesto con él, así como a dejarle ser honesto contigo.

Sección 2: Adelanto de lo que viene Al tomar una decisión así, es bueno tener una idea de cómo es pasar un día con Jesús. Algunos pueden imaginar que simplemente se trata de sentarse con los ojos cerrados, las manos juntas, meditando todo el día. Aunque tal vez quieras pasar algo de tiempo así, el día no consiste en eso. Recordemos que estar con Jesús es estar en el camino con él: tienes que vivir tu día como lo viviría él, si él fuera tú. Imagina cómo sería tu día con Jesús a tu lado: tal y como va a ser. ¿Qué cosas serían características de un día así?

Fortaleza para agradar Si fuéramos a pasar un día con Jesús, encontraríamos la 222

NADA ME FALTAHA

fortaleza para hacer las cosas que le agradan; estaríamos en los lugares donde él estaría, interactuando con la gente como él lo haría, respondiendo a las situaciones como él; nos veríamos a nosotros mismos como amables, ayudadores, presentes, agradables, pacientes y agradecidos. Sin embargo, ten cuidado en cómo piensas al respecto. Tal vez te imagines que estar con Jesús significa que nunca vas a hacer nada malo, lo cual sería muy bueno, pero no es un requisito obligatorio. En especial, no es recomendable exponerte a llegar al final del día creyendo que fuiste un fracaso y que no lograste pasar un día completo con Jesús porque hiciste algo malo. Esto depende de cómo experimentamos la conexión con Jesús en el momento en que hicimos lo malo (qué pensamientos e intenciones tuvimos en ese momento). Suponte que llegas a un punto del día en que te encuentras deseando hacer algo que sabes con certeza que Jesús nunca haría. En esa situación, tal vez decidas decir algo así: "Ahora, Señor, te agradecería mucho si miras para otro lado y así yo puedo hacer esto". Él probablemente haría lo que le pides; no va a estar donde no es bien recibido. Por otro lado, es muy posible llegar a ser el tipo de persona que pasa todo el día sin hacer nada malo, aunque no piense nunca sobre Jesús. Pasar un día con él no es lo mismo que nunca cometer un error. Durante tu día con Jesús vas a aprender mucho sobre ti mismo, porque pondrás atención a lo que sucede si te enfrentas a una tentación de hacer algo que crees que está mal, y decides hacerlo. ¿Cómo lo vas a manejar? Imagina cómo sería pedirle a Jesús que no se vaya, sino que esté contigo mientras llevas a cabo tu pequeño plan. Lo que estoy diciendo es que pasar un día con Jesús no consiste en no hacer lo que lo desilusiona. Si queremos TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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· que se quede con nosotros, así lo hará, incluso si decidimos hacer algo que le desagrada. Recuerda que Cristo acoge al pecador5. Él recibe a hombres, mujeres, muchachos y muchachas pecadores. Jesús fue criticado muchas veces por el tipo de personas con las que se asociaba: cobradores de impuestos, prostitutas y otros pecadores. Eso es muy alentador para nosotros: él nos recibe y está contento de pasar un día con nosotros, todos nuestros días. Claro está que cuando nos recibe, se produce una tensión sobre nosotros porque queremos hacer lo que le agrada, pero debemos aprender a lidiar con esta tensión al aplicar su gracia cuando fallamos. En un día con Jesús, sin embargo, podemos esperar recibir su fortaleza para hacer lo que le agrada, así como para evitar aquello que le duele. Al ir creciendo, podemos anhelar que lleguen días en los que no hagamos cosa alguna que desagrade a Dios. Me doy cuenta de que la idea de que sea posible pasar un día entero sin pecar (ya sea por omisión o por comisión) puede sonar algo herética, pero quiero asegurarme de que entiendas que está a nuestro alcance. Es una capacidad de Dios, guardarnos sin tropiezo (2 Ped. 1: 10), y Jesús no estará desilusionado con nosotros si no lo desagradamos "en pensamiento, palabra y acción" durante todo un día. Realmente podemos convertirnos en un pueblo que obedece naturalmente sus mandamientos (1 Jn. 3:22), y ni siquiera tendíamos que ser especialmente perfectos para hacerlo. Somos sus hijos y, en su bondad, nos recibe como hijos y nos ayuda tal y como somos.

Gozo y confianza La fortaleza que experimentas en este día con Jesús da lugar a un profundo sentido de alegría y confianza. Cuenta con ello. Jesús estaba lleno de gozo, y él quiere que nosotros también 224

NADA ME F ..\LTAH..Í.

vivamos así. El Nuevo Testamento está lleno de gozo: Estas cosas les he hablado para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea completo (Juan 15: 11). Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su gozo sea completo (Juan 16:24). Pero ahora voy a ti y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos (Juan 17:13, Jesús en oración por sus seguidores).

Cuando andamos con Jesús, los recursos a nuestra disposición son tan abundantes que Pablo es muy enfático acerca de cuál debería ser nuestra respuesta: "¡Regocíjense en el Señor siempre! Otra vez lo digo: ¡Regocíjense!" (Fil. 4:4). El gozo trae consigo confianza: de hecho, es principalmente un asunto de confianza; no se trata de algún tipo de estado de excitación extática. El gozo es un sentido penetrante de bienestar que se apropia de todo el ser, cuerpo y alma, tanto del lado físico como del lado no físico del ser humano. El gozo viene de manera natural cuando tenemos confianza (con-fide, literalmente que actuamos "con fe") en cuanto a quiénes somos y qué estamos haciendo. Estar con Jesús es tener ambas.

Amar al prójimo Estar con Jesús también es estar con los otros: estar plenamente presente para ellos, interesarse por ellos, usar lo que Dios nos ha dado para ayudarles. Si pasas un día con Jesús descubrirás una nueva sensibilidad hacia quienes te rodean. Estoy consciente de est~ especialmente porque hubo un tiempo en que viví muy cargado por mi propia falta de sensibilidad hacia los demás. Yo estaba concentrado en mi camino, en mi vida, enfocado en lo que estaba haciendo, ignorando a los que estaban alrededor TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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de mí. Para mí fue una carga muy grande cuando me di cuenta de que había estado viviendo así. ¿Cómo podía amar a mis prójimos si ni siquiera sabía que estaban ahí? Esta convicción llegó a mí como resultado de estar con Jesús. Tal vez para ti esto no es problema. De cualquier modo, estar con Jesús traerá una nueva calidad a tu sensibilidad hacia ti mismo y hacia los demás; comenzarás a ver a la gente con nuevos ojos, con un aprecio y un amor nuevos, aunque ellos no hayan cambiado.

i"La roña" la trae él! Cuando éramos niños jugábamos a "la roña" o "la mancha'', un juego de persecución que era mi favorito de pequeño. Los niños grandes siempre contagiaban "la roña'' a los más pequeños, pero cuando eso sucedía prácticamente se perdía toda esperanza de acción: los grandes podían correr mucho más aprisa y parecía que el niño pequeño iba a "traer la roña" para siempre. Yo hacía todo lo posible por evitar que me contagiaran y así no "traerla". Un día con Jesús es todo lo contrario. Jesús "la trae" y tú no. No depende de ti que pasen las cosas. Llevas el yugo de Cristo, y le permites que lleve la mayor parte del peso durante tu día en su presencia edificante, lo cual es un gran alivio. Irás trabajando mejor y lograrás hacer cosas buenas, tu mente estará más clara; estarás trabajando con fuerza y con paz en tu corazón. Sin embargo, no es así cuando "la traes" tú. Cuando la acción depende de ti, puedes sentir que tus pies están remachados al piso, todo se convierte en una carga, estás muy irritado, incluso sin esperanza, preocupado e inquieto todo el día. De modo que si ves que vuelves a caer en el papel del que "trae la roña", simplemente extiende tu brazo y dile a Jesús: "¡Tú la traes!". Él es mucho mejor para que se muevan las cosas y las situaciones. Es mucho mejor que "la traiga" él en vez de cualquiera de nosotros. 226

NAD.-\ ME FALTAH.\

Tu propio superasistente personal Una de las marcas distintivas de la vida con Dios asistida por el Espíritu es que pasan cosas que no se pueden explicar en términos de tus propias habilidades naturales. Durante tu día con Jesús verás cómo se implica en las cosas que te preocupan y trabaja contigo para lograr mucho más de lo que podrías hacer tú solo. En cierta medida, esto dependerá de cuánta fe tengas. Generalmente, si nosotros no "la traemos", estaremos pidiéndole y confiando en él para que haga cosas: creo que todos los días vamos a ver que él responde de maneras muy concretas. Por supuesto que estamos asumiendo que las cosas que quieres lograr están en concordancia con el reino de Dios, armonizan y ayudan a la promoción del bienestar humano. Necesitamos pedirle a él que nos ayude a ver nuestro trabajo de esta manera y nos guíe de nuevo al buen camino si nos desviamos. Al hacerlo, vamos a ver a Jesús multiplicando nuestros esfuerzos como multiplicó los panes y los peces.

Hablar y escuchar Para terminar, una experiencia maravillosa que tendrás durante tu tiempo con Jesús es que habrá mucha comunicación entre ustedes dos. Cuando dos personas comparten la vida, hay comunicación. La vida con alguien que elige no comunicarse contigo es casi insoportable. Simplemente no sería una vida compartida. Un día compartido con Jesús es un día de conversación continua ya que aprendemos a escuchar su voz. Me refiero a una forma diferente a la manera en que escuchamos su voz en las Escrituras o en otros medios. Jesús nos hablará de manera individual 6 • Un día con Jesús es un día que vale la pena planificar. TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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Sección 3: El plan No se puede pasar un día con Jesús a menos que tengas la intención de hacerlo: si en realidad quieres hacer algo, vas a hacer los planes necesarios para lograrlo y no sucederá simplemente por un accidente afortunado. Jesús tiene una parte que hacer, así como también nosotros. Nuestra parte incluye la planificación, así como planeamos una salida con la familia, una boda o cualquier otra ocasión en la que mostramos interés genuino. No estoy diciendo que las manos de Dios estén atadas sin nosotros, o que la relación sea un quid pro quo donde él solo responda en la medida de nuestros esfuerzos. Él puede simplemente hacer que sucedan cosas y sospecho que en muchísimas ocasiones es así. Con frecuencia escucho a gente que dice que Dios está constantemente hablándoles y que pueden ver su mano trabajando desde el momento en que rindieron su vida a Cristo; regularmente tienen un sentido de haber pasado todo el día con él. Generalmente, la experiencia no dura tanto tiempo, porque se nos llama a tomar decisiones intencionales en los pasos que nos moverán hacia un punto de mayor interacción con Dios. De manera que hay que crear y ejecutar un plan, así como hacer los arreglos necesarios para lograr este objetivo. Cuando hacemos planes para un evento futuro siempre comenzamos a trabajar en la planeación antes del día de la ocasión, no lo hacemos todo el mismo día, planeando momento a momento justo en medio del evento. Así es también cuando decidimos pasar un día con Jesús. Pide ayuda a los otros miembros de tu casa para planificar y preparar. Los cónyuges tal vez necesiten arreglar el cuidado de sus hijos por turnos. Tal vez puedas planificar un tiempo de oración con tu cónyuge o con la familia, o tal vez sea un gran 228

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logro simplemente que todos estén de acuerdo en darte un momento de soledad por las mañanas.

El día comienza ... en el atardecer Ya que va a ser un día especial, puedes comenzar a pensar de manera especial, de manera bíblica. El día bíblico comienza con el atardecer, cuando se pone el sol. Es el final que también es el principio. Dios señala un fin para las tareas humanas con la oscuridad, como lo describe de manera hermosa este salmo: Tú eres el que hizo la luna para las estaciones;

el sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas, y es de noche; en ella corretean todos los animales silvestres. Los leones rugen por la presa y reclaman a Dios su comida.

Sale el sol; se recogen y se echan en sus cuevas.

Sale el hombre a su labor y a su labranza hasta el anochecer.

¡Cuán numerosas son tus obras, oh SEÑOR! A todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. (SAL. rn4:19-24).

Ese es el ritmo antiguo de Dios para nosotros y que Edison inventara el foco eléctrico no ha hecho que ese ritmo resulte obsoleto. La luz eléctrica altera las unidades naturales de tiempo, lo cual es importante para nuestra práctica de la espiritualidad porque no estamos construidos para eso: tenemos una conexión biológica muy profunda con la luz y la oscuridad. Por lo tanto, al final del día, tomas un momento, como lo ha hecho la humanidad durante siglos: haces un recuento, alabas, TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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sueñas, confiesas, y te preparas para mañana, todo en la seguridad del amor de Dios. Prepara tu agenda con anticipación y asegúrate de dejar la noche libre porque es el comienzo de tu tiempo con Jesús. Si hay conflicto en tu familia o entre tú y otra persona, este es el tiempo para resolverlo, porque no debe haber nada entre nosotros y los otros miembros de nuestra casa ("mantenemos fiel comunión; ya de su lado nunca me aparto", decía un antiguo himno)7. Si no estás en armonía con tus seres queridos, eso te perseguirá durante la noche y estará contigo cuando despiertes a la mañana siguiente. También es posible que afecte tus sueños, que a su vez pueden fijar el tono del día. Necesitamos tomar estas medidas para calmar nuestra alma, para que así podamos levantarnos con alabanzas a Dios.

Descansar en fe Por encima de todo, también debes hacer arreglos para descansar. Descansar es un acto de fe, especialmente hoy en día. Pocas personas descansan para su bienestar, como es la voluntad de Dios. No olvidemos que el Sabat es uno de los Diez Mandamientos, todo un día consagrado para descansar. ¿Pero cuántas veces has guardado el día de reposo? Las prácticas espirituales, como el Sabat, el descanso, la soledad y el silencio, son esencialmente actos en los que "echamos sobre él toda nuestra ansiedad" (1 Ped. 5:7). Cuando ya has practicado esto suficientes veces para convencerte de que el mundo va a seguir funcionando sin ti, entonces encuentras verdadero descanso. Esto es fundamental para nuestra vida, pero por la forma en que está organizado este mundo, una de nuestras principales tentaciones es la de no descansar lo suficiente. 230

NADA ME FALTAHA

Esta es una de las causas de tantas adicciones y abusos. Las personas pueden portarse de modo muy brusco con otras personas solo porque están cansadas y frenéticas. Sin querer lastiman a sus seres queridos, normalmente a los miembros de su propia familia. No dejes que tu vida sea así: convierte el descanso en una prioridad en tu vida y en la vida de tus seres queridos. ¡Ponlo en tus planes! No fuiste hecho para vivir constantemente en un estado de fatiga. El cansancio es un problema espiritual, no porque sea un pecado, sino porque la fatiga genera dificultades en tu vida espiritual; te roba la energía necesaria para buscar a Dios. Tal vez no te estás dando suficiente tiempo para dormir, para el sueño reparador. Tal vez te solidarizas con David cuando pasaba noches sin dormir porque lo estaban persiguiendo para matarlo. En el Salmo 3, David declaró que su situación era tan mala que hasta la gente decía que ni Dios podía ayudarlo, pero él clamó a Dios, su súplica fue oída (v. 4) y entonces pudo dormir. En el versículo 5 leemos: "Yo me acosté y dormí. Desperté, porque el SEÑOR me sostuvo". Luego sigue diciendo que no va a tener miedo; la salvación pertenece al Señor. Como podemos observar, nuestra capacidad de dormir es indicador de nuestra fe. Nuestra confianza en Dios nos lleva a "prados de tiernos pastos" para descansar en Dios, con nuestra mente en calma porque nuestro corazón está en paz, así que nos levantamos a la mañana siguiente restaurados y agradecidos. Si para ti esto es un problema, que sea tu prioridad espiritual poder encontrar la razón de tu insomnio y buscar una solución. Tal vez hay que dejar de ver televisión por la noche (algo que para mí es muy soporífico) o cambiar el régimen alimenticio, o bien dejar de hacer algo que está impidiendo tu sueño. Sea cual fuere la causa, TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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hay que identificarla y tratarla, porque necesitas descansar. Entonces, realiza los arreglos necesarios para obtener el descanso que necesitas y planea comenzar tu mañana con Jesús sobre la base de una noche quieta y un buen sueño reparador. Para eso, al retirarte a la cama, haz el compromiso de encontrarte con Dios a la primera hora, al despertar, y repasa en tu mente cómo va a ser ese encuentro. Esta es una forma muy linda de conciliar el sueño en medio de un ambiente de oración. También puedes usar las oraciones sencillas de la niñez, el Padre Nuestro, o el Salmo 23, para conducirte al sueño y al descanso. Cualquier estrategia que elijas, que incluya esta simple oración de fe: "En paz me acostaré y dormiré; porque solo tú, oh SEÑOR, me haces vivir seguro" (Sal. 4:8). Si abordas de esta manera la llegada de la noche, vas a despertar a la mañana siguiente con gran expectativa de tu día con Jesús.

El día amanece: levantarse con alabanza, petición y planificación Alabanza La mañana fue hecha para las alabanzas del pueblo de Dios: La luz está sembrada para el justo, la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, oh justos, en el SEÑOR; celebren la memoria de su santidad. (SAL. 97=11, 12).

Es bueno levantarnos con gratitud y alabar a Dios. Es algo fundamental y será un comienzo natural (¡y sobrenatural!) de tu día después de haberte retirado en fe y en oración. Se supone 232

NADA ME FALTARA

que al despertar después de un buen descanso, la mañana te parece más hermosa. Si no descansaste bien, es probable que te parezca menos agradable; ¡la luz será como un insulto para tus ojos! Asumiendo que has descansado bien, podrás levantarte a tiempo para disfrutar la frescura del nuevo día. Puedes salir a caminar un poco para que veas la bondad y la grandeza de este mundo. Trata de hallar un sitio donde puedas escuchar a los pájaros, o sentir la brisa suave, o el ruido de la lluvia. Absorbe todo eso por un momento y expresa tu gratitud: "Gracias, Dios, por este nuevo día. Gracias por este nuevo comienzo". Busca la soledad y, si te es posible, arrodíllate por cinco o diez minutos para dar la bienvenida a la presencia de Jesús. Tal vez pienses que no hay gran diferencia en arrodillarse para orar, pero inténtalo de todas maneras y, después de hacerlo, puedes considerar si acaso hubo diferencia o no. Al orar, entrega el día a Dios, renueva tu invitación para que esté contigo a cada momento. Puedes hacer uso de esta antigua oración celta como ayuda para enfocarte y personalizar este tiempo con Jesús. Salúdalo e invítalo a pasar el día contigo. La versión completa de esta oración sirve para recibir un año nuevo, pero la porción que seleccionamos aquí sirve muy bien para el comienzo del día.

La puerta que se abre Entra, Señor y Cristo, Me gozo tu llegada. Me has dado vida; y celebro tu presencia. Vuelvo ahora mi mirada hacia ti, elevo mis ojos. TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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Bendice mi rostro, Señor; bendice mis ojos. Que todo lo que mis ojos vean hoy sea bendecido y brillante, mis prójimos, mis seres amados sean benditos delante de ti. Tú me has dado vida y celebro tu llegada. Acompáñame, Señor, tengo gozo, tengo gozo·.

Petición: Echa toda ansiedad sobre él Después de levantarte en alabanza y acción de gracias, ahora puedes orar por tus necesidades, por las personas importantes en tu vida y por las cosas que estarás enfrentando en ese día. Afirma tu dependencia en Dios y pídele que quite todo temor y que te llene con su amor por tu vida y por todo lo que implica. Aquí es donde te mueves de la alabanza hacia el amor genuino por la vida que Dios te ha dado. ¿Amas tu vida? ¿El amor de Dios fluye por medio de ti hacia todos los asuntos que enfrentas en tu vida? Así es como llevas a Cristo durante el día. Si tienes preocupaciones específicas, exprésalas, ponlas delante del Señor y entrégalas a su cuidado. Nuestros días casi siempre incluyen algunas cosas que normalmente nos desvían y nos preocupan durante el día, como si Jesús no estuviera con nosotros, cosas que tienes que hacer, • Nota del editor: Como recurso de ayuda para recibir con alegría el nuevo día con Jesús, incluimos esta oración de Northumbria Community Trust Ltd., Ce/tic Dai/y Prayer (Oración diaria celta) (Nueva York: HarperOne, 2002), p. 238.

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gente con quien te encontrarás. La oración no es lo mismo que la preocupación, así que en este momento hay que atender de nuevo el consejo de Pedro: "Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes" (1 Ped. 5:7). Dirígete a Dios, dile lo que esperas y luego observa cómo obra la mano de Dios durante el día. También puede ser un tiempo de confesión en el cual pides la fuerza necesaria para lidiar con las fallas que experimentas día a día. Específicamente, pide la fe, la muerte al yo y el amor que hacen que sea tuya la suficiencia del Pastor. Recuerda que estas son las marcas del mismo Jesús. Estar con él es llegar a ser como él es, porque su vida es contagiosa entre aquellos que están preparados y sensibles y la desean. ¡Dile que quieres que te contagie! Exprésate así: "Señor, ¡hazme un instrumento de tu paz!". En realidad, es una expresión del corazón de Jesús. A medida que vas desarrollando este buen hábito de comenzar el día con Jesús, verás que se requiere esfuerzo y tal vez encuentres resistencia por parte de hábitos más viejos y más fijos. Tal vez sigues la rutina de levantarte, preparar café y pasar algún tiempo leyendo el periódico. En ese caso, puedes simplemente invitar a Cristo a leer el periódico contigo, comentándole sobre las noticias del día. Una y otra vez, enfoca tu atención en él, alábalo porque está en control del mundo, y pídele que intervenga en los asuntos que cargan tu corazón, agradeciéndole la promesa de su presencia a lo largo del día que comienza. Transforma tus actividades normales en oportunidades de comunión con tu Señor. Una vez que hayas entrado en este modo de ser, no será para ti difícil comenzar tu día conscientemente en su presencia. No te supondrá más trabajo, sino gozo.

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Planificación: ¿cuándo te veré otra vez? Ya que has decidido pasar el día entero con Jesús, es bueno que, antes de salir a vivir el día, hagas planes de tener otra sesión con tu Señor. Sugiero que sea pronto, tal vez justo después del desayuno, antes de comenzar el primer proyecto del día. Tal vez puede ser mientras viajas hasta tu trabajo. A esas horas (con suerte) ya tienes todo preparado y estás comenzando a realizar tus ocupaciones, de modo que puede ser un buen momento para encontrarte expresamente con Jesús. En el Salmo 119: 164 encontramos una pista de cómo pasaba su día el salmista: "Siete veces al día te alabo por tus justos decretos". La cifra siete casi siempre se usa para indicar la plenitud o el todo, como cuando se dice "Te alabo todo el tiempo", o la exhortación del apóstol Pablo: "Oren sin cesar" (1 Tes. 5: 17, énfasis añadido). Ciertamente, se indica una vida en la que hay comunión constante con Dios como actividad regular de cada día. Imagina cómo sería si te encontraras con Cristo siete veces durante el día, y siete días a la semana; estarías totalmente habituado a su compañía. ¡Y a su suficiencia! En el Nuevo Testamento vemos que había tres veces al día en que los judíos fieles hacían una pausa para orar: a las nueve de la mañana, al mediodía y a las tres de la tarde*. En el periodo monástico del cristianismo los monjes dividían el día según siete horas señaladas. Comparto esta información no con el fin de sobrecargarte con la idea de que debieras hacer esto, sino simplemente para dar un ejemplo de cómo se puede planear el día en serio. Las siete horas de oración son así: • Laudes: Amanecer (6 a.m.). • Tercia: Hora tercera (9 a. m.). ·Ejemplos: Daniel 6:10-13; Hechos 3:1; 10:2-9, 30.

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NADA ME FALTARA

• Sexta: Hora sexta (mediodía). • Nona: Hora nona (3 p. m.). • Vísperas: (6 p. m.). • Completas: (9 p.m.). • Vigilias: En varios momentos a lo largo de la noche. Esta gente sí que tomaba en serio la planificación del día en función de la oración y del encuentro con Jesús. El arreglo del horario reflejaba ese compromiso con la oración y tu día también necesita un arreglo que obedezca a ese propósito. Aunque no pienso que seguir las "horas divinas" sería totalmente inadecuado para ti, no lo estoy sugiriendo explícitamente: puedes organizar tu día según tus ocupaciones y tus responsabilidades familiares. Lo importante es entender que hay que planear esos momentos en que tu mente pondrá atención a Dios. Recordemos el principio que establecimos en el primer capítulo: lo más importante que tienes es tu mente, y lo más importante de tu mente es aquello en lo que se concentra. Así que el objetivo es tener la mente siempre fija en el Señor. Esto solo es posible por medio de un esfuerzo renovado constantemente, de elegir "tener en cuenta a Dios" (Rom. 1:28) y ocupar "la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Col. 3:2). Frank Laubach, aquel maravilloso misionero presbiteriano a los moros de las Filipinas, experimentó la disciplina de dirigir constantemente su mente hacia Dios. Fue un hombre brillante y de muy alta educación, a quien no solo se conoce por haber sido un cristiano profundo y un líder muy influyente en la alfabetización mundial, sino también como estudioso de la psicología de la vida religiosa'. Le impresionó tanto la voluntad de los musulmanes filipinos por vivir cada momento en sumisión a • Hizo su primer grado universitario en Princeton, una maestría y un doctorado en Columbia y un grado en Teología del Seminario Teológico Union.

TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

237

Dios que no podía hacer menos como cristiano, así que se dedicó a la práctica de entregar su pensamiento a Dios constantemente. Para él la pregunta era sencilla, aunque está formulada en lenguaje un tanto filosófico: "¿Es posible poner a Dios en mi flujo mental cada pocos segundos para que él siempre esté en mi mente como una imagen subsiguiente, siempre como un elemento presente en cada concepto y precepto? He decidido que el resto de mi vida sea un experimento para responder a esta pregunta" 8 • Gracias a ese experimento, él aprendió a caminar momento a momento con Jesús, redirigiendo su mente hacia Dios una vez cada minuto durante el día9 • Tal vez quieras tratar algo así, pero solo si lo deseas, no como una carga. Este tiene que ser tu día con Cristo, no el día de Frank Laubach ni de Dallas Willard. Sea cual fuere la estrategia que quisieras intentar,

tu

día debe

incluir tiempos específicos para encontrarte con Jesús. Sugiero que planifiques tomar diez minutos cada dos o tres horas durante el día para elevar tu corazón y mente a Dios en alabanza, en gratitud y en la entrega de tus cargas al Señor. Hazlo a solas si es posible. A veces lo puedes hacer si sales a mirar un poco de la belleza que hay en el mundo, una flor, una hojita, la grandeza del cielo o quizás si escuchas música hermosa. Frank Laubach lo hacía volviendo su mente hacia el Padre Nuestro, una imagen de la cruz, o simplemente con un pensamiento del Padre que está sobre todos.

Perfeccionar las costumbres santas En estos breves intervalos de alabanza y oración, así como en las sesiones planificadas más extensas, estarás fomentando en 238

NADA ME FALTAHA

ti el hábito de dirigir tu mente hacia Dios. Esta es la práctica que fundamenta las costumbres, de manera que, al planificarlas, es bueno que sigas un horario fijo y no esperes a sentirte especialmente espiritual: establece tiempos específicos durante el día y luego respeta ese horario. Puedes confiar en que Dios se encargará de su parte si sigues con disciplina el reloj. Confía en que te ayudará a luchar contra esa vocecita que te dice al oído: "No, no quieres hacer esto en este momento", o "en realidad no tienes tiempo para esto". Por supuesto, van a surgir emergencias, así que tendrás que usar tu buen juicio cuando sea necesario. Dios no te va a juzgar como culpable de pecado si el plan tiene que cambiarse o ajustarse porque él te comprende. Sin embargo, las emergencias siempre son tentaciones para dejar de confiar en Dios y a volver a la idea de "Yo tengo el control". Una emergencia es como si alguien te contagiara en el juego de "la roña". En un momento te conviertes en el foco de atención, pero el tiempo que pasas fuera de este, practicando la presencia de Dios, te permite discernir si te niegas a ser el que "la trae" y luego actuar con confianza en él. Las emergencias son oportunidades de aplicar a Dios a las realidades de tu vida. En todo esto (la alabanza, las peticiones y la planificación) estás expresando tu dependencia de Dios, lo cual tal vez quieras hacer más explícito, diciéndole en voz alta o en silencio que vas a confiar en qué él hará más real su presencia contigo en el transcurso del día. Agradécele por adelantado por todo lo que vendrá y luego sigue adelante con tu día con toda confianza, gozo y expectativa, atendiendo a las tareas que debes completar en ese día.

TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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El día se abre Al ir avanzando el día, invita a Cristo a que entre en cada nueva situación o interacción. Observa cómo se cumplen los propósitos amorosos de Dios en estas ocasiones y da gracias por ello; desarrolla el hábito de ver al mundo con los ojos de Dios. Puedes usar pasajes como el Salmo 33:13-22 para obtener imágenes sobre cómo se ve el mundo según Dios. Guarda esas imágenes en tu mente para que te ayuden a obtener una "visión del ojo de Dios" de tu mundo y de lo que está ocurriendo a tu alrededor. En tus interacciones con los demás, pídele a Jesús que los bendiga. Puedes desear conscientemente que la paz, el gozo y la confianza que estás experimentando se transmitan desde tu ser, como "aguas vivas", hacia quienes interactúan contigo. Fluyen desde Jesús hacia ti y puedes desear que lleguen hasta los demás. A veces ocurre por bendición (que significa literalmente "hablar bien") y otras veces en completo silencio, de espíritu a espíritu. Observa cómo sucede. Confía en que Dios puede trabajar por medio tuyo y de estas maneras. Todo lo que te ocurre durante el día (cada encuentro, cada actividad y, especialmente, cada interrupción) es una oportunidad que tienen tú y Jesús de bendecir. Si vas a hornear panecillos, bendícelos: saldrán más ricos. Independientemente de lo que estés haciendo, bendícelo; sea lo que fuere, pronuncia la bendición: "El Señor te bendiga. El Señor haga brillar su rostro sobre ti. ¡El Señor te haga ser lo mejor que puedes llegar a ser!". Esto es descansar bajo el gobierno de Dios, bajo su mirada y su cuidado amoroso. Preséntale todo al Señor de esta manera. Practica la costumbre de usar cada cambio de situación, suceso o encuentro para orar y bendecir, de modo que un simple cambio se convierte en una señal para volver tu mente a Dios, 240

NADA ME F.-\LTAHÁ

pues de esa manera lograrás dominar los secretos de la oración sin cesar. Esas interacciones con Jesús serán momentos breves antes de volver a las actividades del día. Al hacerlo, pídele que él vuelva contigo a esas actividades; invítalo a ser parte de tu trabajo y de tus interacciones con los demás. Te garantizo que, al hacerlo, habrá diferencias muy positivas que serán notorias para ti y para quienes te rodean. Con tu mente y corazón centrados en Dios, atiendes las tareas que hay que hacer. Las actividades específicas que constituyen el trabajo del día con Jesús serán diferentes a las de los demás. Tanto lo que hagas como los desafíos que enfrentes, las distracciones que surjan y las tentaciones que vengan (todo lo cual incide en tu fe, tu muerte al yo y tu amor) será tuyo de manera única, por la simple razón de que nadie está viviendo tu vida sino tú. Durante el día tal vez te sientas cansado y algo que puede ayudarte espiritualmente es tomar una rica siesta. Recuerda que el descanso es una prueba fundamental de nuestra fe. ¿Podemos descansar? Todas estas cosas simples como la comida y el descanso son formas fundamentales en las que aprendemos a someternos a Dios a través de nuestra naturaleza corporal. Descansamos en el Señor y esperamos pacientemente en él. Por eso, si estás cansado y te lo puedes permitir, toma una siesta: descansa, luego da gracias a Dios y regresa a las actividades del día.

El día concluye ... con reflexión impregnada de gracia En algún punto del atardecer, preferentemente antes de cenar, mientras todavía tienes la experiencia de la fuerza y el deseanTODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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so de Dios, toma quince minutos de quietud para revisar y examinar el día. Este tiempo de reflexión no es lo mismo que tus ejercicios de la noche, que son parte del nuevo día que comienza con la puesta del sol; más bien, es un tiempo para estar con Jesús y para que tú y él puedan revisar el día, ver lo que pasó, dar gracias por los logros y tratar de entender los fracasos que tal vez ocurneron. Pídele a Jesús que te guíe en la continuación del proyecto. Si ves que fallaste en algún punto, no te rindas: piensa qué fue lo que no estuvo bien y pídele al Señor que te ayude a entender y a hacerlo mejor mañana. Él está más interesado que tú en este proyecto, porque tiene una visión más clara de lo que es bueno para ti. Si deseas sinceramente comprender qué fue lo que no estuvo bien y cómo puedes mejorar en el futuro, él te dará la sabiduría. En este punto es esencial fundamentarse bien en el mensaje impregnado de gracia de la aceptación de Dios hacia nosotros. No hay lugar para el orgullo aquí, porque no hay posibilidad de orgullo. En su amor, Dios nos acepta tal y como somos, porque no puede aceptarnos de una manera que no somos. La única forma en que tú y yo podemos venir a Dios es, como dice el himno antiguo: "Tal como soy" 10 • Hay una gran libertad en esto, la libertad de llegar a ser la visión que Dios tiene de nosotros. Si somos honestos, todos sabemos que hemos hecho o dicho o pensado cosas por las cuales nos avergonzamos. Cuando recuerdo las cosas que robé y las mentiras que dije cuando yo era muchacho (¡y cuando ya era mayorcito!) me siento amargamente avergonzado. Me duele mucho la manera falta de amor y gentileza en que lastimé a mis amistades y familiares, pero eso es lo que soy. Soy la persona que hizo eso, como tú eres la persona 242

NADA ME FALTAHÁ

que ha hecho las cosas que has hecho. Aceptar este hecho (simplemente ser honestos en cuanto a quiénes somos) es una gran ayuda, pero no es cuestión de tener que responder y pagar por lo que hemos hecho. Dios nos perdona. Sin embargo, todavía tenemos que entender cómo es que somos el tipo de persona que puede hacer esas cosas que están mal. Tenemos que aceptarlo y cuando lo hagamos podremos ser honestos ante el Señor y decirle: "Señor, necesito ayuda con esto. Por favor, perdóname. No fui paciente; no escuché; fui vanidoso. Estaba pensando solo en mí y preguntándome si los demás se daban cuenta de lo bueno que soy". Por supuesto que no solo estamos pidiendo perdón; también estamos pidiendo dirección, sabiduría y fortaleza para responder de un modo diferente mañana. Y si ocurren olvidos de los tiempos especiales que íbamos a pasar con Jesús durante el día, no nos regañemos ni nos tratemos mal por nuestros fallos, porque Jesús no nos trata así. Tenemos cosas mejores que hacer, como darle las gracias por ser tan buen amigo y hacer planes para continuar mañana nuestro caminar con él. Esa planificación debe incluir también la identificación de cosas en tu vida que crees que molestan a Jesús: la impaciencia, el abuso en la comida, la mentira o cualquier otra cosa. Una buena manera de hacerlo es simplemente sentarse y hacer una lista, revisando el día que ha pasado y preguntándote en dónde no estuvo bien tu caminar en la presencia de Jesús. Luego, al recordar incidentes, preséntalos al Señor diciendo: "Jesús, necesito tu ayuda con estas cosas. Te confieso que he estado atribulado con cosas que creo que a ti te molestan, como cuando estuve preguntándome si la gente se da cuenta de lo bueno que soy". Tal vez no pienses que es pecado el deseo de que los demás TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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se den cuenta de lo bueno que eres, pero el orgullo y el manejo de nuestra imagen es la materia prima de muchos de nuestros problemas. Si somos sinceros en nuestra confesión al Señor, podemos confiar en que él nos dará la ayuda que buscamos. Este tiempo de reflexión también debe incluir la gratitud por todo lo que estuvo bien durante el día. Dios no está en nuestra vida solo para lidiar con nuestro pecado. También tendría un lugar en nuestra vida si nunca hubiéramos pecado. La vida abundante que Jesús promete en Juan 10: 10 es mucho más que solo el perdón de los pecados. Como explica Pablo, la vida en el reino de Dios es "justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" (Rom. 14:17). Así termina nuestro día con Cristo. ¿Y ahora qué?

Comienza un nuevo día y una nueva vida Si después de este día tomas la decisión de implementar el experimento de vivir momento a momento con Jesús, se aplica esta instrucción tan conocida: "Repite los pasos anteriores". Haz planes y vuelve a hacerlo todo de nuevo ... y luego otra vez. Te aseguro que no pasarán muchos días antes de que comiences a comprender la dulzura de caminar con Cristo en la suficiencia del Buen Pastor. Recuerda que hemos descrito días ordinarios, pero hay otros días santos en el año, que requieren actividades diferentes porque sirven propósitos diferentes. También debes apartar días en intervalos periódicos para la práctica de la soledad, el silencio, el servicio y otras disciplinas espirituales: todas son maneras buenas y sanas de pasar todos los días de nuestra vida con Jesús. Un hermoso poema del pastor y teólogo bautista Walter 244

NADA ME FALTAHA

Rauschenbusch expresa su experiencia de estar en la presencia de Dios usando la imagen de pasar por una puerta estrecha para entrar a su presencia y a la paz del Edén que transforma su mundo. Es un poema muy largo, así que solo compartiré algunas de sus conmovedoras palabras:

Un pequeño portón a Dios En el castillo de mi alma hay una puerta trasera, por donde, si entro, estoy en presencia de Dios. En un momento, entre pensamiento y pensamiento, estoy donde Dios está. Esto es un hecho. El mundo humano está hecho de ruidos estridentes. Con Dios hay un gran silencio, pero ese silencio es melodía dulce como el contentamiento de amor, emocionante como el toque de una flama. Cuando entro con Dios, todo en la vida tiene sentido. Sin preguntar, lo sé; mis deseos hallan satisfacción, mi fiebre pasa en la gran quietud de Dios. Mis problemas solo son guijarros en la vereda, mis alegrías son como las colinas eternas, así es cuando cruzo por el portón de la oración del tiempo a la eternidad. TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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Cuando estoy en la conciencia de Dios mis prójimos no están lejos ni olvidados, sino cerca, de manera extraña, muy cerca. Mis seres queridos tienen un valor místico. Brillan, como si dentro de ellos una luz resplandeciera. Así es cuando mi alma pasa por la puerta trasera a la presencia de Dios. Lo grande se hace pequeño, y lo pequeño se hace grande; lo cercano se aleja, y el futuro está cerca; lo bajo y lo despreciado se llena de gloria ... Dios es la sustancia de toda revolución; Cuando estoy en Cristo, estoy en el reino de Dios y en la Patria de mi alma 11 • Lo que Rauschenbusch describe aquí no es otra cosa que la vida en presencia del Pastor todo suficiente, cuya voz nos llama a entrar frecuentemente por el portón hacia la presencia de Dios. Es la vida para la cual fuimos creados. Al poner en práctica tus días en la suficiencia del Buen Pastor, lograrás progresos tremendos en tu experiencia de la vida del Salmo 23 que Cristo vino a darnos. Vamos a ver crecimiento muy notorio y todas las cosas buenas que Jesús desea darnos (una vida rica en alegría y poder, abundante en resultados sobrenaturales, con una visión constante y clara de la vida eterna en el mundo de Dios y pleno sentido a nuestro trabajo cotidiano) se convertirán en realidades comunes, pero extraordinarias, en nuestra vida. Con ese objetivo, mi oración por ti son las palabras del apóstol Pablo: 246

NADA ME FALTARA

Por esta razón también nosotros, desde el día en que lo oímos, no cesamos de orar por ustedes y de rogar que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y plena comprensión espiritual, para que anden como es digno del Señor a fin de agraciarle en todo; de manera que produzcan fruto en toda buena obra y que crezcan en el conocimiento de Dios; y que sean fortalecidos con todo poder, conforme a su gloriosa potencia, para toda perseverancia y paciencia. Con gozo damos gracias al Padre que les hizo aptos para

participar de la herencia de los sancos en luz (Col. 1:9-12).

En otras palabras, le pido a Dios que puedas conocer cada vez más, por experiencia gozosa, una vida abundante en descanso, provisión y bendición: una vida en la que nada nos faltará.

TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

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~~

ORACIÓN FINAL ~I~

Dios de gracia, Ayúdanos a ver y entender (con los ojos de la fe y la mente que nos has dado) tu ser magnífico, glorioso y autosuficiente, así como la grandeza de tu reino, al cual nos invitas. Que podamos entender el profundo significado de las palabras "en él vivimos, nos movemos y somos"' y saber que en ese lugar de lo más seguro, en ti, simplemente nada nos faltará. Abre nuestros ojos al gran privilegio de ser creados a tu imagen. Convéncenos de que nada te hace más feliz que ver que los redimidos por tu gracia dedican sus días al bien de otras personas, así como de tu creación. Conquista nuestro corazón tímido y dudoso con la convicción que somos tu tesoro más grande en toda la creación. Danos una consciencia sobria y valiente de los engaños y las estrategias de Satanás. Fortalece nuestro corazón en la certeza de que no tenemos nada que temer, porque tú ya lo venciste. Nos llena de alegría saber que tú, que estás en nosotros, eres más grande que aquel que está en el mundo*'. Que nuestro corazón lleve este mensaje al contemplar la tremenda realidad de batalla espiritual que ocurre a nuestro derredor. Tierno Padre, nos has enseñado tan claramente que la fe (la confianza) es esencial para la vida en la que nada nos faltará. • Hechos 17:28 .

.. 1 Juan 4:4.

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Confesamos que aunque creemos en ti, necesitamos creer más plenamente, de manera más profunda y más constante. En su vida, muerte y resurrección, Jesús nos mostró que tú eres total y absolutamente confiable, y que incluso en la sombra de muerte no hay nada que temer, porque tú estás con nosotros. Llévanos al lugar de paz, donde ya no sentimos la necesidad de defendernos, ni de preocuparnos sobre quién va a cuidarnos, ni si tenemos reconocimientos o no, ni si conseguimos lo que queremos o no, ni si sabemos que todo va a salir bien o no. Señor, libéranos de esas preocupaciones por medio de tu verdad: que si estás con nosotros, trabajando en nuestra vida, ya tenemos todo lo que necesitamos. Y ahora, con la verdad sobre quién eres tú profundamente tallada en nuestro corazón, danos la confianza y el poder de amar a todos los que están en nuestra vida, así como tú nos amas: libremente, plenamente, alegremente. Que tu Espíritu se mueva en nuestra mente y corazón para que podamos creer aún más, que porque tú eres nuestro todo suficiente Pastor, nada nos faltará. Pedimos todo esto porque no queremos otra cosa. Amén.

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NADA ME FALTARA

~'~ APÉNDICE A

Pasajes que testifican de la provisión abundante de Dios

L

os siguientes pasajes bíblicos dan testimonio del cuidado amoroso de Dios por todos los que confían y aman a Dios, y la suficiencia de sus provisiones para suplir toda nuestra necesidad, incluyendo nuestra necesidad de perdón y restauración. Lee estos textos lentamente y considerando sus palabras. Esa será otra manera de conformar tu mente a la verdad de Dios, lo cual es el principal secreto de la vida en la que nada te faltará. En algunos casos será bueno leer todo el contexto del pasaje citado para tener mejor comprensión de la provisión de Dios.

Génesis 3:21 Luego el SEÑOR Dios hizo vestidos de piel para Adán y para su mujer, y los vistió.

Génesis 8:20-22 Entonces edificó Noé un altar al SEÑOR, y tomando de todo cuadrúpedo limpio y de toda ave limpia, ofreció holocaustos sobre el altar. El SEÑOR percibió el grato olor, y dijo el SEÑOR en su corazón: "No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque

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el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. Tampoco volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho. Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche".

Génesis 9:3 Todo lo que se desplaza y vive les servirá de alimento. Del mismo modo que las plantas, les doy todo.

El SEÑOR dijo a Abram, después que Loe se había separado de él: "Alza tus ojos y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte, el sur, el este y el oeste. Porque toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia, para siempre. Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada. Levántate, anda a lo largo y a lo ancho de la tierra, porque a ti te la daré".

Génesis

22:13, 14

Entonces Abraham alzó la vista y miró, y he aquí que detrás de sí estaba un carnero trabado por sus cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó el nombre de aquel lugar el SEÑOR proveerá. Por eso se dice hasta hoy: "En el monte del SEÑOR será provisto".

Éxodo

14:21, 22

Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el SEÑOR hizo que este se retirara con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche e hizo que el mar se secara, quedando las aguas divididas. Y los hijos de Israel entraron en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.

Deuteronomio 2:7 El SEÑOR tu Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos.

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APf:NDICE A

Él conoce tu caminar por este gran desierto. El SEÑOR tu Dios ha estado contigo estos cuarenta años, y ninguna cosa te ha faltado.

Deuteronomio 29:5 Yo los he conducido cuarenta años por el desierto. Sus vestidos no se han envejecido sobre ustedes ni sus zapatos se han gastado en sus pies.

Salmo 34:10 Los leones tienen necesidades y sufren hambre, pero los que buscan al SEÑOR no tendrán falta de ningún bien.

Salmo 36:7, 8 ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad! Por eso los hijos del hombre se refugian bajo la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber del torrente de tus delicias.

Salmo 37:25 Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo desamparado ni a sus descendientes mendigando pan.

Salmo 78:21-25 El SEÑOR lo oyó y se indignó; fuego se encendió contra Jacob, y la ira descendió contra Israel. Porque no creyeron a Dios ni confiaron en su liberación a pesar de que mandó a las nubes de arriba y abrió las puertas de los cielos; APÉNDICE A

253

a pesar de que hizo llover sobre ellos maná para comer y les dio trigo del cielo. Pan de fuerces comió el hombre; les envió comida hasta saciarlos.

Salmo 81:10 Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice venir de la tierra de Egipto. Abre bien tu boca, y la llenaré.

Proverbios 3:5, 6 Confía en el SEÑOR con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.

Isaías 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos. Vuélvase al SEÑOR, quien tendrá de él misericordia; y a nuestro Dios, quien será amplio en perdonar.

Jeremías 29:n-13 Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. Entonces me invocarán. Vendrán y orarán a mí, y yo los escucharé. Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con codo su corazón.

Malaquías 3:1 o Traigan codo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Pruébenme en esto, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.

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AP~:NDICE A

Miren las aves del cielo, que no siembran ni siegan ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un milímetro? ¿Por qué se afanan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? Por tanto, no se afanen diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o "¿Con qué nos cubriremos?". Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero el Padre de ustedes que está en los cielos sabe que tienen necesidad de todas estas cosas. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

Pidan, y se les dará. Busquen y hallarán. Llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le abrirá. ¿Qué hombre hay entre ustedes que, al hijo que le pide pan, le dará una piedra? ¿O al que le pide pescado le dará una serpiente? Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?

Mateo 11:28, 29 Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma.

Juan

10:10

El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. APÉNDICE A

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Juan 16:23, 24 En aquel día no me preguntarán nada. De cierto, de cierto les digo que todo cuanto pidan al Padre en mi nombre, él se lo dará. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su gozo sea completo.

¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, es el que también resucitó; quien, además, está a la diestra de Dios, y quien también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligros, o espada? ... Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

2

Corintios 9:8-11, 15

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abunden para toda buena obra; como está escrito:

Esparció; dio a los pobres. Su justicia permanece para siempre. El que da semilla al que siembra y pan para comer, proveerá y multiplicará la semilla de ustedes y aumentará los frutos de la justicia de ustedes. Esto, para que sean enriquecidos en todo para toda

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APÉNDICE A

liberalidad, la cual produce acciones de gracias a Dios por medio de nosotros ... ¡Gracias a Dios por su don inefable!

Efesios 3:20, 21 Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea la gloria en la igiesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones de todas las edades, para siempre. Amén.

Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Hebreos n:6 Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.

Hebreos 13:5 Sean sus costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tienen ahora porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé.

Gracia a ustedes y paz les sea multiplicada en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia. Mediante ellas nos han sido dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes sean hechos participantes de la naturaleza divina después de haber huido de la corrupción que hay en el mundo debido a las bajas pasiones.

APÉNDICE A

257

1Juan 3:22 ... y cualquier cosa que pidamos la recibiremos de él porque

guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

258

APÉNDICE A

~I~

APÉNDICEB ~I~

Humildad y muerte al yo .ANDREW MURRAY

[Cristo jesús] se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte. -FILIPENSES 2:8

L

a humildad es la senda hacia la muerte, pues en la muerte ella da la mayor prueba de su perfección. La humildad es el florecimiento de lo cual la muerte al ego es el perfecto fruto. Jesús se humilló hasta la muerte, y abrió el camino en el cual debemos andar también. Así como allá no había manera de él probar su entrega absoluta a Dios hasta lo máximo, o de desistir y salir de la naturaleza humana para la gloria del Padre a no ser por la muerte, así también es con nosotros. La humildad tiene que llevarnos a morir para el ego; entonces, probamos cuán completamente desistimos de nosotros mismos para él y para Dios: solamente, entonces, somos liberados de la naturaleza caída y encontramos el camino que lleva hacia la vida en Dios, para el lleno nacimiento de la nueva naturaleza, de la cual la humildad es el aliento y la alegría 1• Hemos hablado de lo que hizo Jesús por sus discípulos cuando 259

les comunicó su vida resucitada, cuando en la venida del Espíritu Santo, él (como la humildad glorificada y entronizada) vino desde el cielo para morar en ellos. Él ganó el poder de hacer esto por medio de la muerte: en su esencia, la vida que él impartió fue una vida que salió de la muerte, una vida que había estado rendida a la muerte, y que había sido ganada por medio de la muerte. Él, que vino a morar en ellos, era Aquel que había estado muerto y ahora vive para siempre. Su vida, su persona, su presencia, todo lleva las marcas de la muerte, de ser una vida engendrada a partir de la muerte. Esa vida en sus discípulos siempre lleva también las marcas de la muerte; solo cuando el Espíritu de esa muerte (de Aquel que murió) mora y trabaja en el alma, es que se puede conocer el poder de su vida. La marca primera y principal de la muerte del Señor Jesús, de las marcas de la muerte que son evidencia del verdadero seguidor de Jesús, es la humildad. Por estas dos razones: solo la humildad conduce a la muerte perfecta; solo la muerte perfecciona la humildad. La humildad y la muerte son en esencia una y la misma cosa: la humildad es el brote; en la muerte se madura el fruto hasta la perfección. La humildad conduce a la muerte perfecta. La humildad significa renunciar al yo y tomar el lugar de la perfecta nada delante de Dios. Jesús se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte. En la muerte dio la prueba más alta y perfecta de haber rendido su voluntad a la voluntad de Dios. En la muerte renunció a su ser, con su resistencia natural a beber la copa; él renunció a la vida que tenía en unión con nuestra naturaleza humana; murió al yo y al pecado que lo tentaba; así, como hombre, entró en la perfecta vida de Dios. De no haber sido por su humildad ilimitada, contándose a sí mismo como nada, como un siervo para hacer y sufrir la voluntad de Dios, él nunca habría muerto. 260

APÉNDICE B

Esto nos da la respuesta a la pregunta tan frecuente, y cuyo significado casi nunca se comprende: ¿cómo puedo morir al yo? La muerte al yo no es obra tuya, es obra de Dios. En Cristo estás muerto al pecado; la vida que hay en ti se ha ido por el proceso de muerte y resurrección; puedes estar seguro de que, de hecho, estás muerto al pecado. Pero la plena manifestación del poder de esta muerte en tu disposición y conducta depende de la medida en que el Espíritu Santo imparte el poder de la muerte de Cristo. Y aquí es donde se requiere la enseñanza: si entras en plena comunión con Cristo en su muerte, y conoces la libertad plena del ser, humíllate a ti mismo. Este es tu único deber. Colócate a ti mismo delante de Dios en tu total debilidad; admite de todo corazón tu incapacidad de matar o de dar vida a tu ser; húndete en tu propia nada, en el espíritu de rendición humilde, paciente y confiada ante Dios. Acepta toda humillación, considera a todos los demás que te molestan y fastidian como medios de gracia para humillarte. Usa cada oportunidad que tengas de humillarte a ti mismo delante de tus prójimos como ayuda para permanecer humilde ante Dios. Él va a aceptar tu humillación como prueba de que todo tu corazón lo desea, como la mejor oración que puedas expresar, como tu preparación para su gran obra de gracia cuando, por el poder de su Espíritu Santo, revele plenamente a Cristo en ti, para que él, en su forma de siervo, sea realmente formado en ti y así more en tu corazón. Esta es la senda de humildad que conduce a la muerte perfecta, la experiencia perfecta y plena de estar muertos en Cristo. Luego, esto sigue: solo esta muerte conduce a la perfecta humildad. Y cuidado con el error que muchos cometen, que con mucho gusto son humildes, pero tienen miedo de ser demasiado humildes. Tienen tantas consideraciones y limitaciones, tantos APÉNDICE B

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razonamientos y preguntas, en cuanto a qué es la verdadera humildad, que nunca se han entregado a la humildad completamente y sin reservas. Ten cuidado con esto y humíllate hasta la muerte. En la muerte al yo es donde se perfecciona la humildad. Asegúrate de que en la raíz de toda experiencia real de más gracia, de todo avance en consagración, de toda conformidad a la semejanza de Cristo, haya una muerte al yo que se compruebe delante de Dios y los hombres en nuestras disposiciones y hábitos. Tristemente es posible hablar mucho de la vida en la muerte y del andar en el Espíritu, pero el amor más tierno no puede dejar de ver que todavía hay mucho del yo. La muerte al yo no tiene una marca distintiva más segura que la humildad que no se procura reputación, que se vacía de sí misma, que toma la forma de siervo. Es posible hablar mucho y muy honestamente de tener comunión con un Jesús rechazado y despreciado, de llevar su cruz, mientras que no se procura ni se busca lo manso y humilde, y no se ve la bondadosa y amable humildad del Cordero de Dios. El Cordero de Dios significa dos cosas: mansedumbre y muerte. Busquémosle y recibámoslo en ambos significados. En él son inseparables: así deben ser también en nosotros. ¡Vaya tarea tan imposible si nosotros tuviéramos que hacer esa obra! La naturaleza nunca puede vencer a la naturaleza, ni siquiera con la ayuda de la gracia. El yo nunca puede echar fuera al yo, incluso en el ser humano regenerado. ¡Gloria a Dios! La obra ha sido ya hecha, completada y perfeccionada para siempre. La muerte de Jesús, de una vez y para siempre, es nuestra muerte al yo. Y la ascensión de Jesús, su entrada de una vez y para siempre en el lugar santísimo, nos ha dado el Espíritu Santo para comunicarse con nosotros en poder, y para hacer nuestro el poder de la vida en la muerte. Cuando el alma, en búsqueda y en 262

API<:NDICE B

práctica de humildad, sigue los pasos de Jesús, se le despierta la conciencia de la necesidad de algo más, su deseo y su esperanza se avivan, su fe se fortalece, y aprende a mirar hacia arriba para clamar y recibir esa verdadera plenitud del Espíritu de Jesús, que puede mantener cada día su muerte al yo y al pecado en todo su poder, así como hacer de la humildad la esencia que inunda toda nuestra vida. "¿Ignoran que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? ... Así también ustedes, consideren que están muertos para el pecado pero que están vivos para Dios en Cristo Jesús ... más bien, preséntense a Dios como vivos de entre los muertos ... " (Rom. 6:1-14). Toda la autocomprensión del cristiano debe estar imbuida y caracterizada por el espíritu que animó la muerte de Cristo. Debe presentarse siempre ante Dios como uno que ha muerto en Cristo, y en Cristo está vivo de entre los muertos, y que lleva en su cuerpo la muerte del Señor Jesús. Su vida siempre lleva la doble marca: sus raíces encalladas en la verdadera humildad hasta el fondo de la tumba de Jesús, la muerte al pecado y al yo; y su cabeza levantada en el poder de la resurrección hacia el cielo donde está Jesús. Creyente, aprópiate en fe de la muerte y la vida de Jesús como si fueran tuyas. Entra en su tumba en el reposo del yo y de todas sus obras, el reposo de Dios. Con Cristo, que entregó su espíritu en las manos del Padre, humíllate y desciende cada día hasta esa dependencia débil y perfecta en Dios. Dios te levantará y te exaltará. Húndete cada mañana en la profunda nada, en la tumba de Jesús; y cada día la vida de Jesús se manifestará en ti. Que la marca distintiva de que has recibido tu primogenitura (el bautismo en la muerte de Cristo), sea una humildad dispuesta, amable, reposada y feliz. "Porque con una APÉNDICE B

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sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados" (Heb. 1O:14). Las almas que entran en su humillación encontrarán en él el poder de verse y de considerarse muertos al yo y, como quienes han aprendido y recibido de él, caminan con toda humildad y mansedumbre, soportándose unos a otros en amor. La vida en la muerte se manifiesta en una mansedumbre y humildad como las de Cristo.

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APÉNDICE B

Agradecimientos

LARRY BURTOFT:

Debido a que tardé veintiséis años en poder llevar a la imprenta las enseñanzas de Dallas Willard sobre el Salmo 23, hay muchos que me han dado ideas, opiniones y aliento a lo largo del camino. En lugar de escribir algunos nombres y arriesgarme a omitir otros, voy a dar por hecho que ustedes saben quiénes son. Agradezco profundamente su apoyo y todo lo que ese apoyo significa. Que este libro sea la bendición que ustedes me aseguraron que sería. El primer paso para transformar las palabras habladas por Dallas en texto escrito fue la transcripción; muchas gracias por este trabajo esencial a Janet Perreault. También va una palabra especial de gratitud a Jan Johnson por haberme ofrecido la sabiduría de la experiencia que tiene ayudando a muchos a encontrar poder transformador en las enseñanzas de Dallas. Hace más de una década, el pastor Steve Brooks y su esposa Linda me animaron mucho y apoyaron materialmente mi deseo de poner por escrito las verdades de la vida del Salmo 23, según fueron vívidarnente presentadas en las sesiones con Dallas. Aunque este libro es una versión diferente de lo que habíamos planeado en aquel entonces y Steve ya entró en la plenitud de esa vida en la presencia del Señor, mi gratitud sincera va dirigida a ellos dos. Corno mencioné en el prefacio, a lo largo del viaje editorial 265

de este libro fui acompañado por la hija de Dallas, Rebecca Willard Heatley. Y hay que añadir también el nombre de su esposo, Bill Heatley, cuyo amplio conocimiento del corpus willardiano me ayudó a llenar el significado y la sustancia de algunos de los comentarios espontáneos y de los puntos sueltos que Dallas tocaba en el curso de las charlas originales. Esta ayuda fue más evidente en las explicaciones acerca del trabajo en el capítulo 3. Estoy profundamente agradecido por la visión de Steve Hanselman de LevelFive Media y de Webb Younce, editor. ejecutivo en Nelson Books. Un simple "gracias" está lejos de ser suficiente; pero es totalmente sincero. Muchísima gratitud para Jennifer McNeil, por sus finas habilidades editoriales que suavizaron los puntos ásperos y difusos, así como también para Janene Maclvor, Aryn VanDyke, Jessalyn Foggy y Sara Broun por sus esfuerzos por guiar el proceso de producción y mercadotecnia. Finalmente, debo mencionar a los miembros de la Comunidad Cristiana Valley Vista, que se reunieron a escuchar los mensajes de Dallas; mensajes de aliento y esperanza y de consolación empoderadora, que hacen eco de las palabras de Jesús a todos sus seguidores: "No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino" (Luc. 12:32). REBECCA WILLARD HEATLEY:

El libro que tienes en tus manos no existiría de no ser por Larry Burtoft. En 1991, cuando mis padres eran miembros de su iglesia, él organizó una serie de charlas de mi padre sobre el Salmo 23. Larry se aseguró de que las charlas quedaran grabadas, participó en todas las sesiones, formuló preguntas profundas y tomó muchas notas. En el momento en que mi padre compartió 266

NADA ME FALTAHA

estas charlas, Larry identificó el valor de este material, un valor eterno para cambiar la vida de las personas, y nunca abandonó el acuerdo al que había llegado con mi padre para publicarlo. En mi primera lectura del borrador inicial de Nada me faltará, sentí que Larry me llevaba a ese aposento alto donde pude sentir el amor y la comunión que mis padres compartieron con sus "compañeros peregrinos" en la Comunidad de Valley Vista. De una manera hermosa, el texto conserva la voz de mi padre comunicando claramente su amor por Cristo, sus modos amables, y su profunda sabiduría y buen humor. Ha sido para mí un honor y un gozo especial trabajar junto a Larry para presentarte esta enseñanza sobre la plenitud de vida que está a nuestro alcance al cuidado de nuestro Buen Pastor. Así que junto con un fuerte ''Amén" a todos los agradecimientos que ya mencionó Larry, mi familia y yo queremos extender nuestra gratitud sincera y desear muchas bendiciones a Larry Burtoft por un trabajo muy bien hecho.

AGRADECIMIENTOS

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Notas

Introducción 1. Ver Dallas Willard, The Divine Conspiracy: Rediscovering Our Hidden Lije in God (San Francisco: HarperSanFrancisco, 1998), p. 105. Publicado en español como La divina conspiración: nuestra vida escondida en Dios (Florida: Peniel, 2013). 2. Nota del editor en español: A menos que se indique otra cosa, todas las citas bíblicas provienen de la Reina-Valera Actualizada (RVA-2015), Editorial Mundo Hispano. 3. Mateo 1:22, 23; ver Isaías 7: 14. Nota del editor: Esta idea de la relación esencial entre nuestra experiencia de suficiencia y la vida en la presencia de Dios se desarrolló en el concepto de "la vida con Dios" que es el énfasis central del movimiento Renovaré y de la Renovaré Spiritual Formation Bible (San Francisco: HarperSanFrancisco, 2005). Publicado en español como Biblia Renovaré (Buenos Aires: Peniel, 2012).

Capítulo 1: Dios en sí mismo (primera parte) 1. Aquí recalcamos la importancia de la mente por su centralidad en el proceso de restauración y renovación en Cristo (Rom. 12:2). Sin embargo, esto no excluye o disminuye el valor del alma o de la persona como una unidad integral. Para leer un desarrollo más elaborado del papel de la mente (pensamientos y sentimientos) en la vida del creyente, ver Dallas Willard, Renueva tu corazón (Barcelona: Clie, 2004), capítulos 6 y 7. 2. C. S. Lewis, The Four Loves (Nueva York: Harcourt Brace & Co., 1960), p. 126. Publicado en español como Los cuatro amores (Madrid: Rialp, 1991). 3. Adam Clarke, citado en John McClintock y James Strong, eds., Cyclopaedia of Biblical, Theologi,cal, and Ecclesiastical Literature, vol. 3, s.v. (Nueva York: Harper & Brothers, 1894), 903, http://www.biblicalcyclopedia.com/G/god.html (26 de abril de 2018). 4. Adam Clarke, Christian Theology (Londres: Thomas Tegg & Son, 1835), p. 66.

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Capítulo 2: Dios en sí mismo (segunda parte) 1. Hay una explicación más amplia de Dallas Willard sobre la relación entre mente y cerebro en "Gray Matter and che Soul'', en Renewing the Christian Mind (Nueva York: Harperüne, 2016), pp. 158-160. 2. Nota del editor: Esta cita se atribuye a Josh Billings, "Lo que nos mete en problemas no es tanto lo que no sabemos. Más bien, es lo que sabemos que no es así". Ralph Keyes, The Quote Verifier: Who Said What, Where and When (Nueva York: St. Martin's Griffin, 2006), p. 3. 3. Nota del editor: Esta es la versión de Willard del consejo de Peale que se encuentra en Overcoming Anxiety and Fear (Pawling: 1966, 1994). 4. George Townsend, The Acts and Monuments of]ohn Foxe: a New and Complete Edition: with a Preliminary Dissertation (Londres: R. B. Sweeley and W Burnside, 1837), pp. 693, 694. 5. En La divina conspiración, de Willard, se puede hallar una explicación más profunda del significado de las enseñanzas de Jesús sobre la bienaventuranza, especialmente en el capítulo 4.

Capítulo 3: ¿Por qué hay seres humanos en la tierra? 1. Nota del editor: Esta sección incluye ideas que Willard desarrolló en su prefacio al libro de Bill Headey, The Gift o/Work: Spiritual Disciplines far the Workplace (Colorado Springs: NavPress, 2008), así como en el apéndice A de ese libro, pp. 147, 148. 2. Phillips Brooks, Best Methods far Promoting Spiritual Lije (Londres: Service & Paton, 1897), pp. 12, 13. 3. lbid., p. 35. 4. Corrie ten Boom, In My Father's House (Grand Rapids: Fleming H. Revell, 1976), p. 167. Publicado en español como En la casa de mi padre (Miami: Vida, 1976).

Capítulo 4: ¿Por qué tantas carencias y maldad? 1. Acerca de los diversos cielos, ver Willard, The Divine Conspiracy, pp. 73, 74, y McClintock y Strong, Cyclopaedia ofBíblica!, Theologfral, and Ecclesiastical Literature, vol. 4, s. v. "heaven", pp. 122-127. 2. Nota del editor: Esta sección incluye ideas que Willard desarrolló más en "The Crafriness of Christ", en Jorge Gracia, ed., Me/ Gibson's "Passion" and Philosophy: The Cross, the Questions, the Controversy (Chicago: Open Court Publishers, 2004). 3. Willard explica más ampliamente este fenómeno en su artículo "Living in che Vision of God", Church of che Savior, Washington, D.C., julio

270

NADA ME FALTARÁ

de 2002, http://www.dwillard.org/arcicles/individual/living-in-thevision-of-god (26 de abril de 2018).

Capítulo 5: La confianza en Dios: la clave de la vida 1. Hay una exploración más profunda de este tema en "The Problem of Pain and Evil", el sexto capítulo del libro de Willard The Allure of Gentleness (San Francisco: HarperOne, 2015). .

Capítulo 6: La confianza se completa en la muerte al yo 1. "I Want What 1 Want", de la opereta Mlle. Modiste de Víctor Herbert, letra de Henry Blossom (Nueva York: M. Witmark & Sons, 1905). 2. Ver la explicación de la celebración como disciplina en el libro de Willard, El espíritu de las disciplinas: ¿Cómo transforma Dios la vida? (Miami: Vida, 2010). 3. William McDonald, "A la cruz de Cristo voy", trad. Edgar L. Maxwell, Himnario adventista, http://himnarioadventista.org/himno-n-267-a-lacruz-de-cristo-voy-himnario-adventista/ ( 1 de mayo de 2018). 4. Esta oración se puede encontrar en los archivos de ]esus Caritas, sitio dedicado a Foucauld, en http://www.charlesdefoucauld.org/es/priere. php (26 de abril de 2018).

Capítulo 7: La suficiencia se completa en el amor 1. Atribuido a Donald Gray Barnhouse. 2. Erdmann Neumeister, "Al que en busca de la luz'', trad. T. Westrup, Nuevo himnario popular (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1955). 3. Thomas Jay Oord, Science of Love: The Wisdom of Well-Being (West Conshohocken: Templeton Foundation Press, 2004), p. 31. 4. Nota del editor: Esta sección incluye ideas que Willard desarrolló en "Getting Love Right", un ensayo presentado en 2007 durante la conferencia de la Asociación Americana de Consejeros Cristianos en Nashville. Está disponible en versión Kindle en https://www.amazon. com/Getting-Love-Right-ebook/dp/B0071165DO (26 de abril de 2018). 5. Para ver más detalles sobre el papel y la práctica de las disciplinas espirituales en la vida del discípulo, ver el libro de Richard Foster Alabanza a la disciplina y los libros de Willard El espíritu de las disciplinas y Renueva tu corazón. 6. Nota del editor: Ver la explicación de Willard sobre "Personal Soul Care", en Neil B. Wiseman, The Pastor's Cuide to Ejfective Ministry NOTAS

271

(Kansas City: Beacon Hill Press, 2003), así como en su propia obra La gran omisión (Nashville: HarperCollins Español, 2015). 7. Ver, por ejemplo, John Hick y H. G. Wood, "On Grading Religions", ReligiousStudies 17, núm. 04 (1981), pp. 451-467. 8. James Rowe y Howard E. Smith, "Su amor me levantó" (1912), trad. S. D. Athans, Nuevo himnario popular (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1955).

Capítulo 8: Todos los días de mi vida l. Génesis 5:22; 21:14-22; 28:11-21; 39:3, 21-23; Éxodo 4:1-15; 1 Sa-

muel 18:12-16; 2 Crónicas 15:2, 15; Esdras 8:22, 31; Salmos 23; 37; 121; Mateo 28:20; Juan 14:16, 17; Hebreos 13:5, 6; Apocalipsis 21:3. 2. Nota del editor: Los aspectos problemáticos de la educación formal en seminarios son tratados en el artículo de Willard: "Spirituality Made Hard", The Door, mayo/junio 1993, núm. 129; pp. 14-17, http://www. dwillard.org/articles/individual/spirituality-made-hard (26 de abril de 2018): "El seminario traumatiza a la gente. La mayoría de los ministros y líderes casi nunca quedan inmunes a las voces que todavía resuenan en su mente y que provienen de ese período". 3. Nota del editor: Willard reconoció, en una charla que dio en 200 l, que hoy en día se puede decir, estadística y anecdóticamente, que los cristianos no son significativamente diferentes a los no cristianos en la cultura estadounidense. Sin embargo, también dijo que "si se investiga correctamente, se encontrará que hay un grupo de cristianos que sí difieren radicalmente de los no cristianos; pero esa clase de compromiso, incluso entre los cristianos, se entiende como una opción o lujo espiritual". La charla se publicó posteriormente como "Spiritual Formation in Christ is for the Whole Life and the Whole Person" en el libro de Willard The Great Omission. Esta cita se encuentra en la página 54. 4. En el libro de Willard La divina conspiración hay una explicación más completa de las bienaventuranzas, y de todo el Sermón del monte. 5. Eerdmann Neumeister, ''Acogida da Jesús", trad. T. M. Westrup, Nuevo himnario popular (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1955). 6. Hay una explicación más completa de lo que involucra la relación conversacional con Dios en el libro de Willard Escuchar a Dios (Florida: Peniel, 2014), especialmente el capítulo 8. 7. Charles A. Tindley, ''Ando con Cristo" (1905), trad. Sara Ramos de Chaij, http://himnariodigital.com/dhymn.cfm?hymnNumber=400. 8. Frank Laubach, Letters by a Modern Mystic 3ª ed. (Colorado Springs: Purposeful Design Publications, 2007), p. 20.

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NOTAS

9. Para leer los detalles de su experimento y los efectos de transformación profunda en su vida, ver Frank C. Laubach, The Game with Minutes (Eastford: Martino Fine Books, 2012); y Laubach, Letters by a Modern Mystic. Ver también "Frank Laubach's Letters by a Modern Mystic", http://www.dwillard.org/arcicles/individual/frank-laubachs-letters-bya-modern-mystic (26 de abril de 2018). 10. Charlotee Elliot, "Tal como soy de pecador"· (1836), trad. T. M. Westrup, Nuevo himnario popular (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1955). 11. Walter Rauschenbusch, Selected Writings, ed. Winthrop S. Hudson (San Francisco: Harperüne, 2008), xv-xvii. También se encuentra en Dores Robinson Sharpe, Walter Rauschenbusch (Nueva York: The MacMillan Company, 1942).

Apéndice B l. Este apéndice proviene de Andrew Murray, Humildad, capítulo 10. Publicado originalmente en inglés por Anson D. F. Randolph & Co. (Nueva York, 1895), pero actualmente de dominio público. Traducción en español disponible en http://www.tabiblion.com/liber/Libros3/ HumildadLaBellezadelaSantidad. pdf (26 de abril de 2018).

NOTAS

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